B - Caso Dora

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Psicoanálisis: Teoría Freudiana “Fragmento de análisis de un caso de histeria” (1905 [1901])

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Psicoanálisis:Teoría Freudiana“Fragmento de análisis de un

caso de histeria” (1905 [1901])

* Nota introductoria: Este historial fue publicado entre octubre y noviembre de 1905, pero ya se encontraba casi todo escrito en enero de 1901. James Strachey nos facilita el siguiente resumen cronológico basado en los datos que figuran en el historial clínico.

* Palabras preliminares:

Freud plantea que la siguiente presentación de un caso de histeria, tiene por finalidad revelar si es correcta su hipótesis acerca de la causación de las enfermedades histéricas

Se encuentra en la vida psicosexual de los enfermos y los síntomas histéricos son la expresión de sus más secretos deseos reprimidos.

En el siguiente caso Freud tiene en cuenta dos circunstancias:

La duración del tratamiento no superó los tres meses, por lo tanto sus resultados quedaron incompletos. El tratamiento no prosiguió hasta alcanzar la meta prefijada, sino que, llegado cierto punto, fue interrumpido por voluntad de la paciente. Por eso se ofrece un fragmento de análisis.Los esclarecimientos se agruparon en torno a dos sueños que le proporcionaron, a Freud, un apoyo seguro para la trama de las interpretaciones.

Datos biográficos:

El círculo familiar de la paciente de Freud, de 18 años, incluía, además de su persona, a sus padres y a un hermano un año y medio mayor que ella. La persona dominante era el padre, por su inteligencia y sus rasgos de carácter. En el momento en que inicia el tratamiento, el padre tenía un gran industrial y una situación material muy holgada (ein vermögender Mann). La hija estaba apegada a él con particular ternura.

Esta ternura se había acrecentado por las numerosas enfermedades del padre. Cuando este se enferma de tuberculosis la familia se traslada a un pueblo, al que Freud llama “B”, donde su enfermedad mejoró con rapidez.

Por estas repetidas enfermedades, el padre de Dora comienza tratamiento con Freud y años más tarde comienza Dora.

La madre de Dora, a la cual Freud nunca conoció, era según la paciente y su padre, era un mujer de escasa cultura, poco inteligente. Durante la enfermedad de su marido, se alejó del él y concentró todos sus intereses en la economía doméstica. La relación madre e hija era desde hacía años muy inamistosa. El hermano de Dora había sido en épocas anteriores el modelo al cual ambicionaba parecerse. Pero en los últimos años las relaciones entre ambos se habían vuelto más distantes. El joven procuraba sustraerse en todo lo posible a las disputas familiares, cuando se veía obligado a tomar partido, lo hacía del lado de la madre.

Dora presentaba ya a la edad de ocho años síntomas neuróticos y hacia los doce años le aparecieron ataques de tussis nervosa que perduraron en el tiempo.

Los padres la llevan al consultorio de Freud por haber encontrado cartas en las cuales hablaba de suicidarse. Cuando entra en tratamiento, a los dieciocho años, tosía de nuevo de manera característica. Le habían diagnosticado nerviosismo; tratándola con tratamientos usuales, como la hidroterapia y la aplicación local de electricidad, pero estos no habían dado resultado.

El padre de Dora le informó a Freud que él y su familia habían trabado íntima amistad en B. con un matrimonio. El matrimonio, al que Freud designa como “K” estaba conformado por la señora K, el señor K y sus hijos. La señora K había cuidado al padre de Dora durante su larga enfermedad. El señor K. siempre se había mostrado muy amable hacia Dora, salía de paseo con ella cuando estaba en B., le hacía pequeños obsequios, Dora atendía a los dos hijos del matrimonio K., les hacía de madre.

Dora, acusa al señor K de haberle hecho una propuesta amorosa, el señor K desmintió esto ante el padre de Dora, y sospechaban de la muchacha, quien, según lo sabía por la señora K., sólo mostraba interés por asuntos sexuales, (leía manuales y enciclopedias). diciendo que probablemente se había «imaginado» toda la escena que contaba. Dora, le pide al padre que rompa relaciones con el señor K., y la señora K., a quien antes veneraba (esto sucede después de la escena del lago). Pero el padre de Dora, dijo que no podía hacer esto por la amistad que lo unía con la señora K. “Somos dos pobres seres que nos consolamos el uno al otro, como podemos, en una amistosa simpatía.” Dora sospecha que existe una relación amorosa entre ellos.

Tiempo después, superadas las primeras dificultades de la cura, Dora le comunicó a Freud una vivencia anterior con el señor K. (Escena del Beso)

Dora tenía 14 años: El señor K. había convenido con ella y con su mujer que, después del mediodía, las damas vendrían a su tienda, situada frente a la plaza principal de B., para contemplar desde allí unos festejos que se realizarían en la iglesia. Pero él hizo que su mujer se quedara en casa, despachó a los empleados y estaba solo cuando la muchacha entró en el negocio. Al acercarse la hora de la procesión, le pidió que lo aguardase junto a la puerta que daba a la escalera que conducía al primer piso, mientras él bajaba las cortinas. Regresó después de hacerlo y, en lugar de pasar por la puerta abierta, estrechó de pronto a la muchacha contra sí y le estampó un beso en los labios. Era justo la situación que, en una muchacha virgen de catorce años, provocaría una nítida sensación de excitación sexual. Pero Dora sintió en ese momento un violento asco.

En esta escena, la segunda serie pero la primera en el tiempo, la conducta de la niña de catorce años es ya totalmente histérica. Se ha producido un desplazamiento de la sensación

Freud le dice a Dora que está enamorada del Señor K., Dora rechaza tal interpretación.

Freud también plantea que hay en Dora una moción de celos cuyo objeto es la señora K., hay una inclinación hacia el mismo sexo, habla de una libido dirigida a la mujer. Hasta el momento de la escena del lago había mantenido con la señora K una relación de confianza muy grande, se dirigía a ella con alabanzas.

Freud cree que los pensamientos de Dora, que la hacían ocuparse de la relación de su padre con la señora K., no estaban destinados sólo a sofocar el amor por el señor K., amor que antes fue conciente, sino que también debía ocultar el amor por la señora K., inconciente en un sentido más profundo. Dora decía sin cesar que su padre la había dejado por esa mujer, hacía ver ruidosamente que no la dejaría poseer al papá, y de ese modo se ocultaba lo contrario: que no dejaría al papá poseer el amor de esa mujer.

En una sesión: Dora insistió en que la señora K. sólo

amaba al papá porque era “ein vermögender Mann” (un hombre con recursos). Freud nota que esa palabra significa lo contrario que el padre esa “ein unvermögender Mann” (un hombre sin recursos). Esto sólo podía entenderse sexualmente, a saber era impotente. Después, Dora corroboró esto. Freud le plantea la contradicción en que caía cuando por un lado insistía en que la relación con la señora K era un vulgar asunto amoroso y por el otro, aseveraba que el padre era impotente, entonces era imposible que pudiera sacar partido de esa relación. Pero Dora sabía que hay más de una manera de satisfacción sexual, y se refirió también a otros órganos que los genitales para el comercio sexual. Freud prosigue que Dora pensaba justamente en las partes del cuerpo que en ella se encontraban en estado de irritación (garganta, cavidad bucal). Freud habla de una precondición somática, ella recordaba muy bien que en su infancia había sido un “chupeteadora” ,con el cosquilleo en la garganta que generaba la tos espasmódica ella se representaba una situación de satisfacción (fantasía) entre su padre y la señora K.

Dora se pregunta porqué había enfermado:

Dice que la culpa era del padre, que él la había contagiado. Ella sabía de qué clase era la enfermedad del padre. (enfermedad venérea)

Entonces, se identificó con su madre en pequeños síntomas y singularidades. La madre padecía de dolores en el bajo vientre y de un flujo (catarro) producto del contagio de la enfermedad del padre.

Dora también estaba aquejada de un catarro, que no podía recordar cuando empezó. Esto escondía una autoacusación, este catarro por el producto de la masturbación. Dora negó esto, pero a la sesión siguiente trajo colgando una carterita con la que jugaba mientras hablaba en el diván; la abría, le introducía el dedo, y volvía a cerrarla. (acción sintomática) Esta carterita, es según Freud, la figuración de los genitales.

La palabra «catarro» con que aprendió a designar su afección cuando la madre tenía un padecimiento similar, nos deja la conclusión de que no es mas que un “cambio de vía”. La tos, sin duda surgida originariamente de un ínfimo catarro real, era además una imitación de su padre, aquejado de una afección pulmonar, y pudo expresar su compasión y su cuidado por él. Pero también proclamaba algo que quizás a ella todavía no le había devenido conciente: «Soy la hija de papá. Tengo un catarro como él. El me ha enfermado, como enfermó a mi mamá.”

Las tos, afecta a una región del cuerpo que conservó en alto grado en la muchacha la significación de una zona erógena. Luego cobra el síntoma una nueva significación, el comercio sexual entre la señora k y el padre.

* El primer Sueño

Fue el efecto inmediato de la vivencia con el señor k en la escena del Lago.

“En una casa hay un incendio; mi padre está frente a mi cama y me despierta. Me visto con rapidez. Mamá pretende todavía salvar su alhajero, pero papá dice: «No quiero que yo y mis dos hijos nos quememos a causa de tu alhajero». Descendemos de prisa por las escaleras, y una vez abajo me despierto.”

Interpretación: Tal como su padre estaba parado en el sueño, se lo encontró cierta vez al Señor K, que entraba a su habitación sin permiso cuantas veces quisiera, por lo que Dora debía “vestirse con rapidez” (como en el sueño).Con respecto al alhajero, cuenta que el señor K, le había regalado un costoso alhajero. Freud le dice que si le regalaba eso, correspondía retribuir el obsequio, alhajero es una designación para los genitales femeninos. Él ha obsequiado un alhajero, ella debe obsequiarle su alhajero. Había olvidado contar que todas las veces, tras despertar, había sentido olor a humo. El humo armoniza con el fuego, pero además esto señalaba que el sueño tiene relación con Freud. El señor K. y su papá eran fumadores, como Freud. También, un beso dado por un fumador sabe a humo. Un día se le ocurrió, que desearía ser besada por Freud.

* Segundo Sueño:Poco después de que Dora contara el primer sueño,

trajo a colación un segundo, con cuya solución terminó el análisis.

Contó Dora: “Ando paseando por una ciudad a la que no conozco, veo calles y plazas que me son extrañas. Después llego a una casa donde yo vivo, voy a mi habitación y hallo una carta de mi mamá tirada ahí. Escribe que, puesto que yo me he ido de casa sin conocimiento de los padres, ella no quiso escribirme que papá ha enfermado. «Ahora ha muerto, y si tú quieres, puedes venir». Entonces me encamino hacia la estación ferroviaria [Bahnhof] y pregunto unas cien veces: «¿Dónde está la estación?». Todas las veces recibo esta respuesta: «Cinco minutos». Veo después frente a mí un bosque denso; penetro en él, y ahí pregunto a un hombre a quien encuentro. Me dice: «Todavía dos horas y media». Me pide que lo deje acompañarme. Lo rechazo, y marcho sola. Veo frente a mí la estación y no puedo alcanzarla. Ahí me sobreviene el sentimiento de angustia usual cuando uno en el sueño no puede seguir adelante. Después yo estoy en casa; entretanto tengo que haber viajado, pero no sé nada de eso. . . . Me llego a la portería y pregunto al portero por nuestra vivienda. La muchacha de servicio me abre y responde: «La mamá y los otros ya están en el cementerio {Friedhof }».”

Conclusiones Principales:

El sueño le recuerda a una escena vivida con el Señor K., y comienza a contarle a Freud con detalle la escena del lago:

El señor K. había comenzado a hablarle a Dora de manera seria; pero ella no lo dejó terminar. Tan pronto comprendió de qué se trataba, le dio una bofetada en el rostro y escapó. Freud quería saber las palabras empleadas por él; ella sólo recuerda que alegó: «Usted sabe, no me importa nada de mí mujer». En ese momento, para no toparse más con él, ella quiso regresar a L. bordeando el lago a pie, y preguntó a un hombre a quien encontró qué distancia había. Ante su respuesta «dos horas y media», abandonó ese propósito y volvió en busca de la embarcación, que partió poco después. El señor K. estaba de nuevo ahí, se le acercó, le pidió que lo disculpara y no contara nada de lo sucedido. Pero ella no le respondió. . . . justamente, el bosque del sueño era en un todo parecido al bosque de la orilla del lago, en el que se había desarrollado la escena que acababa de describirme. En el trasfondo de la imagen se veían ninfas.

El bosque que aparece en el sueño es una geografía sexual, simbólica. Entonces, si esta interpretación era correcta, tras la primera situación del sueño se oculta un fantasía de desfloración: un hombre (el Señor K.) se esfuerza por penetrar en los genitales femeninos.

Luego en otra sesión, anunció que esa era la última vez que volvía a ir a sesión y que había tomado la determinación hacía 14 días. Freud le dice que suena como una gobernanta, que anuncia su partida 14 días antes. Y esto le hace recordar que una gobernanta un preaviso también en la casa de los K., cuanto los visitó en L junto al lago. Era una muchacha joven, que mostraba un conducta asombrosa ante el señor k, y él le había dicho que “nada le importaba de su mujer”, las mismas palabras que había usado con Dora. Ella había cedido, pero el al poco tiempo le dejó de prestar interés.

Freud dice entonces que el motivo de la bofetada al señor K. fue por celos, que Dora se dijo: ¿Cómo se atreve a tratarme como a una gobernanta? Según Freud Dora se imaginó que el cortejo del señor K. era en serio, y que no pararía hasta que ella se case con él, por ello apoyaba la relación del padre con la señora K., para alejarla del señor K:

Dora se despide de Freud como una gobernanta, la misma cantidad de días que había dejado pasar después de la escena del lago para contárselo a sus padres.

* Epílogo: La dilación de la cura o de la mejoría sólo es causada por la persona del médico. Habla de Transferencias, como reediciones, recreaciones de las mociones y fantasías que a medida que el análisis avanza despiertan y se hacen conscientes. Hay una sustitución de la persona anterior por la persona del médico, toda una serie de vivencias psíquicas anteriores no es revivida como algo del pasado, sino como vínculo actual con la personal del médico. Reediciones sin cambios. La transferencia es algo NECESARIO (SIN TRANSFERENCIA NO HAY ANÁLISIS POSIBLE).

Freud se ve obligado a hablar de Transferencia porque sólo ese factor le permitió esclarecer las particularidades del análisis de Dora.

Dice haber olvidado tomar la precaución de estar atento ante los primeros signos de la transferencia. Desde el comienzo, dice Freud, fue claro que él ocupó en su fantasía un sustituto de padre.

Luego, fue sorprendido así por esa “x” por la cual Freud le recordaba al señor K, ella se vengó de Freud como se vengaría de él, y lo abandonó, tal como se había creído engañada y abandonada por él. De tal modo, actuó un fragmento esencial de sus recuerdos y fantasías en lugar de reproducirlo en la cura.