Sustraccion internacional de menores

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SUSTRACCIÓN INTERNACIONAL DE MENORES Anisa Berliku NIUB 14572493 Universidad de Barcelona Derecho Internacional Privado Tutora: Dra. Cristina Pellisé de Urquiza Curso académico 2013-2014

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SUSTRACCIÓN INTERNACIONAL DE MENORES

Anisa Berliku

NIUB 14572493

Universidad de Barcelona

Derecho Internacional Privado

Tutora: Dra. Cristina Pellisé de Urquiza

Curso académico 2013-2014

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_________________________________ ______________________________ÍNDICE

I. INTRODUCCIÓN....................................................................................................3

II. MARCO LEGAL .....................................................................................................4

III. ANTECEDENTES DE HECHO..............................................................................10

IV. FUNDAMENTOS DE DERECHO..........................................................................11

V. CONSIDERACIONES FINALES............................................................................26

VI. CONCLUSIONES....................................................................................................30

VII. BIBLIOGRAFÍA.......................................................................................................37

VIII. SENTENCIAS...........................................................................................................38

IX. ANEXO.....................................................................................................................39

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INTRODUCCIÓN

La elección del tema, en términos personales, ha sido por la gran pasión que me

produce adquirir conocimientos y desarrollarme como profesional en el ámbito de

Derecho Internacional Privado. Materia que debido a su complejidad y panorama legal

ha despertado en gran medida mi interés.

El presente trabajo estudia el secuestro internacional de menores en el ámbito del

Convenio sobre los aspectos civiles de la sustracción Internacional de menores hecho en

Haya el 25 de Octubre de 1980, alterado por el Reglamento (CE) nº 2201/2003 del

Consejo, de 27 de Noviembre de 2003, relativo a la competencia, el reconocimiento y la

ejecución de las resoluciones judiciales en materia matrimonial y de responsabilidad

parental, por el que se deroga el reglamento (CE) numero 1347/2000.

Dicho Convenio trata de garantizar la restitución inmediata de los menores residentes y

trasladados ilegalmente en uno de los Estados Partes. Como regla general, el Estado

requerido debe ordenar el retorno del menor. Sin embargo, dicha normativa permite

que, en casos concretos y justificados, los órganos jurisdiccionales del Estado miembro

al que haya sido trasladado o en el que esté siendo retenido ilícitamente el menor,

puedan oponerse a su restitución. No obstante, dicha resolución puede ser sustituida por

otra posterior del órgano jurisdiccional del Estado miembro en el que el menor tenía su

residencia habitual antes del traslado o retención ilícita. En caso de que esta última

resolución implique la restitución del menor, ésta debería realizarse sin necesidad de

procedimiento alguno para el reconocimiento y la ejecución de dicha resolución en el

Estado miembro en el que se encuentra el menor sustraído

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MARCO LEGAL

El secuestro internacional de menores o legal kidnapping es un fenómeno que se

produce con mucha frecuencia y que en la actualidad está marcado por el conflicto de

civilizaciones. Para dar solución a esta problemática y mirando hacia la efectiva

protección jurídica del menor, la sociedad internacional ha ido poniendo en marcha

diversos instrumentos jurídicos que estructuran el marco legal en este ámbito. En efecto,

y dada la naturaleza internacional de este fenómeno, se produce inevitablemente un

overbooking de instrumentos legales.

Dado el objeto del presente estudio, únicamente cabe exponer de forma exhaustiva los

instrumentos aplicables en el caso concreto, esto es el Convenio de la Haya de 25 de

octubre 1980 sobre aspectos civiles del secuestro internacional de menores y el

Reglamento (CE) nº 2201/2003 del Consejo, de 27de noviembre de 2003, relativo a la

competencia, el reconocimiento y la ejecución de las resoluciones judiciales en materia

matrimonial y de responsabilidad parental (Reglamento Bruselas IIbis), dejando al

margen la normativa Internacional y nacional en dicho ámbito, la cual solo se estima

oportuno hacer una breve mención. En este sentido, cabe señalar lo siguiente:

• La Convención de los Derechos del Niño de 1989 de las Naciones Unidas,

• El Convenio de La Haya de 19 de octubre de 1996, relativo a la competencia, la

ley aplicable, el reconocimiento, la ejecución y la cooperación en materia de

responsabilidad parental y de medidas de protección de los niños, el cual es un

instrumento útil y complementario con respecto al Convenio de La Haya de 25 de

octubre de 1980.

• El Convenio de 29 de mayo de 1993, relativo a la protección del menor y a la

cooperación en materia de Adopción Internacional.

• Convenio Europeo relativo al Reconocimiento y la Ejecución de Decisiones en

Materia de Custodia de Menores, así como al Restablecimiento de dicha Custodia,

hecho en Luxemburgo el 20 de mayo de 1980, conocido como Convenio de

Luxemburgo, el cual en el ámbito de aplicación material del Reglamento 2201/2003 y

en las relaciones entre los Estados de la UE excepto Dinamarca, queda desplazado por

éste último.

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• En cuanto a la normativa nacional, el operador jurídico español tiene a su

disposición los artículos 1.901 a 1.909 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, modificados

por la Ley Orgánica 1/1996, de 15 de enero, de Protección Jurídica del Menor, que

regulan las "Medidas relativas al retorno de menores en los supuestos de sustracción

internacional"

• Por último, cabe señalar que no deben obviarse tampoco los aspectos penales.

La sustracción de menores constituye un delito tipificado en el Código Penal español

(artículo 225 bis CP).

Volviendo al caso que nos ocupa, en materia de protección internacional de menores,

serán de aplicación los instrumentos que antes hemos mencionado.

• El Convenio de la Haya de 25 de octubre 1980 sobre aspectos civiles del

secuestro internacional de menores.

Este Convenio establece un sistema de cooperación de autoridades y una acción de

devolución inmediata del menor al país del cual ha sido sustraído, sin entrar en la

cuestión de fondo de derecho de custodia. Se trata de un “Convenio de carácter

fáctico”, esto quiere decir que el Convenio sólo establece una estructura de

cooperación internacional de autoridades y una acción para el retorno inmediato del

menor al país de su residencia habitual, no regula la Ley aplicable al fondo de la

titularidad de los derechos de guarda y visita, ni la cuestión de la atribución o privación

de la patria potestad o de la responsabilidad parental. Tampoco regula la competencia

judicial internacional sobre estas cuestiones, ni la validez extraterritorial de decisiones

en estas materias.

Así pues, el Convenio no se desarrolla a partir del exequatur sino que elige un

camino directo para lograr la restitución inmediata del menor trasladado de forma ilícita

y velar por que los derechos de custodia y visita vigentes en uno de los Estados

Contratantes, se respeten en los demás estados contratantes.

En cuanto a los criterios de aplicación del Convenio: Se aplica sólo a la

sustracción ilegal de menores de 16 años, con residencia habitual en un estado

contratante y trasladado a otro estado contratante. Varios datos deben apuntarse al

respecto:

a) Es irrelevante la nacionalidad y la filiación del menor, así como quienes sean los

secuestradores.

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b) El trasladado debe ser ilícito, en el sentido de que es necesaria una infracción del

derecho de custodia.

c) Garantiza el mantenimiento del estatus quo, como norma general establece el retorno

a su lugar de residencia, entendiéndose por tal el lugar donde radica el «centro social de

vida del menor», el lugar donde radican sus vínculos afectivos y se encuentra el centro

de sus intereses.

El funcionamiento del Convenio se basa en el establecimiento de un órgano de enlace

entre los Estados: las Autoridades Centrales y la creación de una acción directa de

restitución del menor. Sin embargo existe también la posibilidad de «no ordenar el

retorno del menor» cuando ello pueda perjudicar el «interés del menor».

El Convenio de la Haya de 1980 continúa siendo la herramienta básica para

combatir las sustracciones de menores dentro de la Unión Europea pero su

funcionamiento se ha visto alterado como consecuencia de la entrada en vigor del

Reglamento del Consejo (CE) N° 2201/2003 de 27 de noviembre de 2003 que, viene a

regir la responsabilidad parental.

El Reglamento (CE) nº 2201/2003 del Consejo, de 27de noviembre de

2003, relativo a la competencia, el reconocimiento y la ejecución de las resoluciones

judiciales en materia matrimonial y de responsabilidad parental (Reglamento

Bruselas IIbis). Dicho Reglamento se centra exclusivamente en materia de

responsabilidad parental y concretamente en el análisis del mecanismo de devolución

inmediata de los menores que han sido objeto de un traslado o retención ilícitos,

regulado fundamentalmente en el artículo 11 del mismo.

En el artículo 1.a) se señala que el Convenio persigue «Garantizar la devolución de los

menores desplazados o retenidos, ilegalmente, a uno de los dos Estados contratantes».

El Reglamento 2201/2003 incorpora dos grandes novedades:

1. Primera gran novedad. Suprime al exequatur. El articulo. 41 R.2201/2003

indica que la resolución judicial ejecutiva dictada en un Estado miembro sobre el

derecho de visita —ya se trate de una situación internacional o interna, como indica el

articulo. 41.3 R.2201/2003—, será reconocida y tendrá fuerza ejecutiva en otro Estado

miembro sin reconocimiento ni exequatur.

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2. Segunda gran novedad El articulo. 48 R.2201/2003 permite que los «órganos

jurisdiccionales del Estado miembro de ejecución» puedan modificar el fallo procedente

de autoridades judiciales de otro Estado miembro, mediante la adopción de «las

modalidades prácticas» necesarias para organizar el ejercicio del derecho de visita,

siempre y cuando se respeten los «elementos esenciales» de la resolución.

Ámbito de aplicación

Ampliación del ámbito de aplicación material y personal

Podemos observar una ampliación del ámbito de aplicación material respecto al

anterior Reglamento 1347/2000 al incluir las cuestiones en materia de responsabilidad

parental. El nuevo texto dota a tales acciones de un carácter autónomo con respecto a la

cuestión matrimonial. En efecto, se garantiza la igualdad de todos los hijos con

independencia del modelo familiar en el que se eduquen. De manera que, a partir de

ahora, los litigios que afecten a los niños nacidos fuera del matrimonio y los litigios post

divorcio, relativos a la responsabilidad parental se verán cubiertos por el nuevo

Reglamento.

El Reglamento se aplica, con independencia de la naturaleza del órgano

jurisdiccional, a las materias relativas a la atribución, el ejercicio, la delegación,

la restricción o la finalización de la responsabilidad parental [art. 1.1 b)]. Estas

materias incluyen, entre otras: el derecho de custodia y el derecho de visita; la

tutela, la curatela y otras instituciones análogas; la designación y las funciones

de toda persona u organismo encargado de ocuparse de la persona o de los

bienes del menor, de representarlo o de prestarle asistencia; el acogimiento del

menor en una familia o en un establecimiento; las medidas de protección del

menor ligadas a la administración, conservación o disposición de sus bienes (art.

1.2).

Ámbito de aplicación geográfico

De conformidad con los arts. 1 y 2 del Protocolo sobre la posición de Dinamarca

anejo al Tratado de la Unión Europea y al Tratado constitutivo de la Comunidad

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Europea, el Reglamento 2201/2003 se aplicará en todos los Estados miembros, salvo

en dicho país. La falta de voluntad de adhesión de Dinamarca a la normativa que nos

ocupa ya tuvo lugar con el Reglamento anterior. De modo que cualquier referencia a un

Estado miembro deberá hacerse excluyendo a dicho país. No así al Reino Unido e

Irlanda, que han manifestado, con arreglo al art. 3 del Protocolo sobre la posición del

Reino Unido e Irlanda anejo al Tratado de la Unión Europea y al Tratado constitutivo de

la Comunidad Europea, su deseo de participar en el Reglamento.

Ámbito de aplicación temporal: carácter irretroactivo

El Reglamento entró en vigor el 1 de agosto de 2004, y su aplicación se llevó a

cabo a partir del 1 de marzo de 2005, con las excepciones de los artículos 67 a 70, que

se aplicaron a partir de la citada fecha de entrada en vigor. Dado que el Reglamento

tiene un carácter irretroactivo, se aplica a las acciones judiciales ejercitadas, a los

documentos públicos con fuerza ejecutiva formalizados y a las transacciones celebradas

ante el juez durante un proceso con posterioridad al 1 de marzo de 2005.

Mecanismos legales para combatir el legal kidnapping

El Reglamento 2201/2003 recoge tres mecanismos de lucha contra el legal kidnapping:

Una acción de restitución directa del menor que se ejerce ante las autoridades

del Estado miembro donde se encuentra el menor.

La ejecución, en el Estado miembro donde se encuentra el menor; de una

resolución judicial dictada en el Estado miembro cuyas autoridades son competentes

para conocer de asuntos relativos a la responsabilidad parental del menor, resolución

que otorga la custodia a un sujeto que puede trasladar al menor desde el Estado

miembro donde se encuentra al Estado miembro de su residencia habitual.

La ejecución, en el Estado miembro donde se encuentra el menor, de una

resolución dictada por autoridades del Estado miembro cuyas autoridades son

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competentes para conocer de asuntos relativos a la responsabilidad parental del menor, y

que ordena la restitución inmediata del menor al Estado miembro donde tenía su

residencia habitual antes del traslado.

En caso de aplicarse los artículos 12 y 13 del Convenio de La Haya de 1980, se

velará por que se dé al menor la posibilidad de audiencia durante el proceso, a menos

que esto no se considere conveniente habida cuenta de su edad o grado de madurez

El órgano jurisdiccional ante el que se interponga la demanda de restitución de

un menor contemplada en el articulo .R.2201/2003, actuará con urgencia en el marco

del proceso en el que se sustancie la demanda. Salvo que existan circunstancias

excepcionales que lo hagan imposible, el órgano jurisdiccional dictará su resolución

como máximo seis semanas después de la interposición de la demanda.

Los órganos jurisdiccionales no podrán denegar la restitución de un menor

basándose en lo dispuesto en la letra b) del artículo 13 del Convenio de La Haya de

1980 si se demuestra que se han adoptado «medidas adecuadas para garantizar la

protección del menor tras su restitución».

Los órganos jurisdiccionales no podrán denegar la restitución de un menor sin

que se haya dado posibilidad de audiencia a la persona que solicitó su restitución.

Si se acuerda la «no restitución» del menor con arreglo al artículo 13 Convenio

de La Haya de 1980, el órgano jurisdiccional o la autoridad central del Estado en el que

el menor tenía su residencia habitual antes de su traslado o retención ilícitos «invitará a

las partes» a presentar sus reclamaciones ante el órgano jurisdiccional, a fin de que este

examine la cuestión de la custodia del menor.

El art. 11.8 R.2201/2003 precisa que aun cuando se haya dictado una resolución

de «no restitución» del menor según el artículo 13 Convenio de La Haya de 1980,

cualquier resolución judicial posterior que ordene la restitución del menor, dictada por

un órgano jurisdiccional competente en virtud del Reglamento 2201/2003 será ejecutiva

a efectos de tal Reglamento.

ANTECEDENTES DE HECHO

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PRIMERO. Que la Sra. Nancy (nacional Alemana) y el Sr. Juan(nacional Español) han

mantenido una relación sentimental “more uxorio” de varios años.

SEGUNDO. Que de dicha unión nacieron el día el 14 de diciembre de 2006 dos

gemelas y que cuentan actualmente con 4 años de edad.

TERCERO. -La relación concluyó en noviembre de 2007 cuando la madre se traslada

con las niñas a Berlín al domicilio de sus padres.

CUARTO. Que en verano de 2008 ,en instancia se acuerda,por los tribunales de

Menorca que la patria potestad sea compartida por ambos, que la guarda corresponde a

la madre y un derecho de visita al padre mientras la madre permanece en Menorca y, si

decide retornar a Alemania, el padre podrá recoger a las niñas en el domicilio materno

(Berlín) y trasladarse con ellas a Menorca durante seis días, después de los cuales las

devolverá, corriendo ambos por mitades con los gastos generados.

QUINTO. En julio de 2009 ,la madre ,traslada su residencia a Alemania con las dos

menores.

SEXTO. Desde el mes siguiente el padre empieza a ejercer su derecho de visita

correctamente , recoge y devuelve a las menores al domicilio materno ,lo que le ha

generado una media de

750 € por viaje durante siete meses, cuantía que no ha sido satisfecha en su mitad por la

madre.

SEPTIMO. Desde enero de 2010 las niñas acuden a una guardería en Berlín.

OCTAVO. En el mes de marzo de 2010, Sr. Juan recoge a las menores, las traslada a

Menorca y no las devuelve en el plazo pactado, amenazando con quedarse

definitivamente con ellas si no se procede a resolver la debido.(un total de 2,625 euro

aproximadamente )

A los hechos expuestos les son aplicables los siguientes:

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FUNDAMENTOS DE DERECHO

I

NORMATIVA APLICABLE: Es aplicable el Convenio sobre los aspectos

civiles de la sustracción internacional de menores, hecho en la Haya el 25 de

octubre de 1980, al cumplirse los ámbitos de aplicación, temporal, material y espacial

del mismo. Así el Convenio se haya en vigor para España y Alemania y se ha producido

un traslado ilícito de las menores (art. 3) de uno de los Estados miembros al otro,

infringiendo un derecho de custodia atribuido legalmente -por sentencia judicial- a la

madre que se estaba ejerciendo por ella de manera efectiva.

En virtud del artículo 3, se recogen una serie de circunstancias en las que se

considera que el traslado del menor es ilícito, así: a) cuando se haya producido con

infracción de un derecho de custodia atribuido, separada o conjuntamente, a una

persona, a una institución o a cualquier otro organismo, con arreglo al Derecho vigente

en el Estado en el que tenía su residencia habitual inmediatamente antes de su traslado o

retención; y b) cuando este derecho se ejercía de forma efectiva, separada o

conjuntamente, en el momento del traslado o de la retención, o se habría ejercido de no

haberse producido dicho traslado o retención. El derecho de custodia puede resultar, en

particular, bien de una atribución de pleno derecho, bien de una decisión judicial o

administrativa o de un acuerdo vigente según el Derecho de dicho Estado.

En ningún momento, puede entenderse que la madre no ejerciera de modo

efectivo el derecho de custodia en el momento en que fueron trasladadas las menores y

en cuanto la cuestión primera señalar que se ha producido una infracción del derecho de

custodia adquirido de conformidad con la legislación del estado miembro en donde el

menor tenía su residencia habitual (España) antes de establecer una nueva residencia

habitual en Alemania. Este punto sin duda merece una atención especial. Debe dejarse

claro, de forma muy tajante, que el derecho a decidir sobre el lugar de residencia es un

elemento que caracteriza el derecho de custodia. Este concepto debe interpretarse

conforme al Derecho autónomo de la UE y no conforme al derecho de cada Estado

miembro.

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La sentencia Española ya contempla la posibilidad del cambio de la residencia

habitual1 y se establece un régimen de visitas para cuando permanecen en Menorca y

otro régimen de visitas cuando permanecen en Alemania, por lo tanto esta todo previsto.

Acogiéndose a esa posibilidad, la madre traslada su residencia a Alemania. Es evidente

que en ningún momento, se pone entredicho la sentencia dictada por los tribunales

españoles .

Por otro lado, dado que dicha sentencia, contempla la libertad de movimientos de

las menores, incluyendo sus salidas al extranjero no podemos hablar de traslado ilícito

sino solo

de retención ilícita al infringirse el derecho de custodia ya que solo se prevé que las

menores se quedan seis días en Menorca.

Por lo expuesto, cabe calificar jurídicamente esta situación sin duda alguna como

retención ilícita, caso tipico establecido por el Convenio, en el cual un progenitor que

tiene otorgada la custodia, y esta se ve vulnerada porque el otro progenitor —que tiene

otorgado el «derecho de visita»—,aprovecha un período de visita para sustraer al menor

y retenerlo a otro país, dando lugar a la «acción directa de retorno de las menores»

establecida en el Convenio.

II

El Convenio Sobre Aspectos Civiles de la Sustracción Internacional de

Menores hecho en La Haya en 25 de octubre de 1980 tiene por objeto adoptar medidas

urgentes para que el menor retorne al lugar de su residencia habitual, es decir el

mantenimiento del status quo anterior a la sustracción (así se desprende del articulo 1

del CH 1980 al establecer, por una parte, que se proceda a la restitución del menor

[articulo. 1.a)] y, por otra parte, que se mantenga la vigencia y eficacia de los derechos

de custodia o de visita previamente establecidos [articulo. 1.b)], salvo que quede

demostrado que el menor ha quedado integrado en su nuevo medio.

Dicho de otro modo , el Convenio persigue el objetivo de

• Lograr el retorno del menor trasladado ilícitamente de un país a otro y

1 Derecho recogido en el Reglamento Bruselas IIbis así como el derecho de libre circulación recogido en

la CE de modo que si la custodia de las menores corresponde a la madre, ésta dispone del derecho a fijar

la residencia legal.

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• Velar por el cumplimiento efectivo de los derechos de custodia y visita.

Por lo tanto se trata de un Convenio de caracter factico, es decir el Convenio sólo

establece una estructura de cooperación internacional de autoridades y una acción para

el retorno inmediato del menor al país de su residencia habitual.

No regula la «competencia judicial internacional» sobre estas cuestiones, ni la

«validez extraterritorial de decisiones» en estas materias.

Tampoco regula la «Ley aplicable» al fondo de la titularidad de los derechos de guarda

y visitia,

ni la cuestión de la atribución o privación de la patria potestad o de la responsabilidad

parental.

A estos efectos, es muy importante el articulo 16 del Convenio: una vez trasladado

ilícitamente el menor de un país a otro, las autoridades judiciales o administrativas del

país al que ha sido traslado el menor o donde está retenido ilícitamente, no pueden

decidir sobre la cuestión de fondo de los derechos de custodia hasta que se haya

determinado que el menor no tiene que ser restituido según lo dispuesto en el convenio

o hasta que haya transcurrido un período de tiempo razonable sin que se haya

presentado una demanda en aplicación del Convenio. Lógicamente, si se decreta el

retorno del menor, no cabrá entrar en el fondo del asunto. Sólo podrá entrarse en el

mismo si se acuerda no restituir al menor.

A tal efecto, el Artículo 16 establece que :

"Después de haber recibido la notificación de un traslado o retención ilícitos de un

menor en el sentido del artículo 3 , las autoridades judiciales o administrativas del

Estado Contratante en el que el menor haya sido trasladado o en el que se ha mantenido

no deben decidir sobre los méritos de derechos de custodia hasta que se ha determinado

que el niño no ha de ser devuelto en virtud de la presente Convención o menos que una

solicitud en virtud del presente Convenio no se ha presentado dentro de un plazo

razonable después de la recepción de la notificación " .

Dicha regla impide que un tribunal conozca y decida temporalmente sobre el

fondo de la cuestión, por consiguiente evita que el secuestrador obtenga un beneficio de

la sustracción.

Dicho esto, el Tribunal español, no puede conocer de la demanda que pretende

presentar Juan. El Tribunal español sólo es competente por la acción directa de

restitución.

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La competencia judicial internacional en materia de responsabilidad parental se

regula en el artículo 10 del Reglamento (CE) nº 2201/2003 del Consejo, de 27 de

Noviembre de 2003, relativo a la competencia, el reconocimiento y la ejecución de las

resoluciones judiciales en materia matrimonial y de responsabilidad parental, por el que

se deroga el reglamento (CE) numero 1347)2000. El Reglamento ofrece un abanico de

foros de competencia que tienen en su punto de mira el interés superior del menor y el

principio de proximidad. Cabe destacar dos ideas:

1) Competencia judicial internacional, lugar de residencia habitual del menor

inmediatamente antes de la retención ilícita (Alemania).

2) Competencia judicial internacional, lugar donde el menor ha adquirido una nueva

residencia habitual (España).

El criterio general de competencia en materia de responsabilidad parental, es el

de la residencia habitual del menor. Con respecto a este criterio expuesto consideramos

que la residencia habitual debe determinarse en el momento en que se presenta el asunto

ante el órgano jurisdiccional (artículo 8), es decir, Alemania.

No hay discusión de dicha conclusión, pues las menores residían de forma continuada

en Alemania desde julio 2009 y desde enero de 2010 acuden a una guardería en Berlín,

donde se encontraban totalmente integradas en el entorno social y familiar de dicho

lugar.

A tenor del articulo 10 de dicho Reglamento, en caso de traslado o retención

ilícitos de un menor, los órganos jurisdiccionales del Estado miembro en el que residía

habitualmente el menor inmediatamente antes del traslado o retención ilícitos

conservarán su competencia hasta que el menor haya adquirido una residencia habitual

en otro Estado miembro y:

a) toda persona, institución u organismo que tenga el derecho de custodia haya dado su

conformidad al traslado o a la retención, o bien

b) el menor, habiendo residido en ese otro Estado miembro durante un período mínimo

de un año desde que la persona, institución u organismo que tenga el derecho de

custodia haya tenido o hubiera debido tener conocimiento del paradero del menor, esté

integrado en su nuevo entorno y se cumpla alguna de las condiciones siguientes:

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i) que en el plazo de un año desde que el titular del derecho de custodia haya

tenido o hubiera debido tener conocimiento del paradero del menor, no se haya

presentado ninguna demanda de restitución ante las autoridades competentes del Estado

miembro al que se haya trasladado o en el que esté retenido el menor,

ii) que se haya desistido de una demanda de restitución presentada por el titular del

derecho de custodia sin que haya presentado ninguna nueva demanda en el plazo

estipulado en el inciso i),

iii) que se haya archivado, a tenor de lo dispuesto en el apartado 7 del artículo 11,

una demanda presentada ante un órgano jurisdiccional del Estado miembro en el que el

menor tenía su residencia habitual inmediatamente antes de su traslado o retención

ilícitos,

iv) que los órganos jurisdiccionales del Estado miembro en el que el menor tenía su

residencia habitual inmediatamente antes de su traslado o retención ilícitos hayan

dictado una resolución sobre la custodia que no implique la restitución del menor.

Volviendo a la idea principal, que el Tribunal español no es competente para la demanda

que pretende presentar Juan hasta que se haya determinado que el menor no tiene que

ser restituido según lo dispuesto en el Convenio o hasta que haya transcurrido un

período de tiempo razonable sin que se haya presentado una demanda en aplicación del

Convenio.

Por lo tanto, una vez se ha decidido la no restitución, se entiende que las

menores han quedado integradas en el nuevo país (España) y por lo consiguiente han

establecido una nueva residencia habitual en dicho país y dado que el país de residencia

habitual del menor es el país cuyos tribunales serán competentes para decidir en torno a

la «responsabilidad parental del menor» (forum conveniens), el tribunal Español será

competente para ello.

Como podemos ver, esta competencia no es ilimitada en el tiempo (si deja

transcurrir un año) e inmune a toda circunstancia. No se quiere recompensar al autor del

desplazamiento ilícito, pero tampoco quiere conferir competencia a una autoridad que

no se corresponda con la realidad del entorno al que está integrado el menor.

La idea central es la de impedir que el autor del desplazamiento ilícito pueda

especular con la maniobra de cambiar la residencia habitual del menor para modificar la

autoridad competente. Sin embargo, el carácter real y efectivo que tiene la conexión de

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la residencia habitual supone que si el traslado ilícito del menor perdura en el tiempo (o

es aceptado) no pueda cristalizarse la competencia. Ahora bien, esta regla general no

tiene un carácter absoluto.

La primera excepción opera a favor de la competencia prolongada de los tribunales del

Estado Miembro de la residencia anterior del menor según establece el articulo 9 del

Reglamento. Mantenimiento temporal de la competencia del Estado miembro de la

anterior residencia habitual del menor en caso de desplazamiento lícito. En este punto

hablamos del desplazamiento licito de residencia habitual en Alemania. En el supuesto

de que el menor cambie lícitamente su residencia de un Estado miembro a otro, y que

los órganos jurisdiccionales del Estado miembro de su residencia anterior hubiesen

adoptado una decisión relativa a la responsabilidad parental, conforme al artículo 8

(regla general), los tribunales de la residencia habitual anterior del menor seguirán

siendo competentes durante los tres meses siguientes al cambio de residencia para

modificar las medidas de responsabilidad parental relativas al derecho de visita dictadas

en dicho Estado miembro (articulo. 9.1). Esta perpetuatio jurisdictionis tiene además de

un límite temporal (tres meses), un límite espacial (el titular del derecho de visita debe

continuar residiendo en dicho Estado) y un límite subjetivo (el titular del derecho de

visita no debe haber aceptado la competencia del Estado miembro de la nueva

residencia habitual).

En nuestro supuesto de hecho, dado que las menores han establecido una nueva

residencia en Alemania superior a 3 meses, no se puede hacer valer dicha excepción.

Otra excepción sería la del foro de accesoriedad contenido en el artículo 12 del

reglamento para las causas matrimoniales, excepción no relevante en nuestro caso.

Tampoco se puede invocar el foro de necesidad, el cual prevé la competencia de los

tribunales del Estado en que se encuentra el menor (forum presentiae) en el caso que no

pueda determinarse la residencia habitual del menor.

Por otro lado el artículo 15 del Reglamento, permite la remisión a otro tribunal

mejor situado para conocer del asunto: un forum non conveniens. Se trata de un

correctivo que permite, con carácter excepcional, al tribunal del Estado miembro

competente (con carácter general el de la residencia habitual del menor (en Alemania)

remitir el asunto a una jurisdicción mejor situada, siempre que presente una vinculación

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fuerte y especial en virtud de los criterios de conexión recogidos en el art 15.3 (en

España) para conocer del mismo, si ello redunda en el interés superior del niño.

No se trata de proteger al demandado, sino de proteger más eficazmente al menor.

Este forum non convienens constituye una excepción general a todo el sistema del

Reglamento Bruselas II bis., en el sentido de que un juez que sea competente en virtud

de alguna de las reglas del Reglamento puede, aún así, abstenerse de conocer, porque

entiende que hay otro tribunal de otro Estado miembro que presenta una mayor

vinculación y sería más conveniente que conociera ese tribunal.

Visto que hablamos de Alemania se duda que este Estado remita su competencia, dado

que la madre tiene nacionalidad alemana y se quiere asegurar la restitución.

III

Como ya se ha expuesto, las menores tenían su residencia habitual en Alemania

(Estado contratante) y se le retuvo indebidamente en España (Estado contratante)

vulnerando -cuando finalizaron las visitas a las que tenía derecho el padre- la guarda y

custodia que tenía atribuida legalmente la madre no devolviéndolo al lugar de su

residencia habitual (Alemania). Por lo que la parte legitimada haciendo pleno uso de su

derecho y en virtud del artículo 8 del Convenio de la Haya de 1980, se dirige a la

autoridad central de la residencia habitual de las menores, eso es Alemania, a solicitar

la restitución.

En los términos del artículo 8, apartado 1, del Reglamento nº 2201/2003, debe

interpretarse en el sentido de que dicha residencia se corresponde con el lugar en el que

el menor tenga una cierta integración en un entorno social y familiar. A estos efectos

deben considerarse, en particular, la duración, la regularidad, las condiciones y razones

de la permanencia en el territorio de un Estado miembro y del traslado de la familia a

dicho Estado, el lugar y las condiciones de escolarización, los conocimientos

lingüísticos, así como las relaciones familiares y sociales que el menor mantiene en el

referido Estado.

18

Dicho esto y en virtud del artículo 9 del Convenio, el Tribunal Alemán,

transmitirá esta demanda que se le presenta, sin demora en el Estado Español donde

están siendo retenidas las menores.

Por su parte, indica el artículo 1902 de la LEC de 1881 que, será competente el

Juez de Primera Instancia en cuya demarcación judicial se halle el menor que ha sido

objeto de un traslado o retención ilícitos y por otro lado, el vigente artículo 1908 de la

LEC de 1881 , reformado por la Ley de protección jurídica del menor, establece que el

juez debe resolver "en interés del menor y en los términos del convenio", lo que supone

analizar cada caso concreto a fin de determinar el interés del menor cuya restitución se

reclama, como asimismo se infiere del conjunto de disposiciones del propio Convenio,

en especial el artículo 13, que confieren un amplio arbitrio al órgano judicial del Estado

en que se encuentra el menor trasladado o secuestrado.

El Juez dictará, en el plazo de veinticuatro horas, resolución en la que se

requerirá a la persona que ha sustraído o retiene al menor, con los apercibimientos

legales, para que en la fecha que se determine, que no podrá exceder de los tres días

siguientes, comparezca en el juzgado con las menores y manifieste:

a. Si accede voluntariamente a la restitución del menor al titular del derecho de custodia

o, en otro caso,

b. Si se opone a la restitución por existir alguna de las causas establecidas en el

correspondiente convenio .

IV

En este sentido ha de subrayarse que el artículo 12, 13b y 20 del Convenio y las

modificaciones introducidas por el Reglamento 2201/2003: cobran una especial

relevancia. Dichos preceptos recogen tres distintos supuestos que permiten al órgano

judicial del Estado requerido denegar la restitución de los menores .

Así se prevé la posibilidad de que el padre se oponga a la restitución de las

menores, alegando alguna posibilidad (procesal o sustantiva) que da derecho a la

denegación a la restitución.

Primer supuesto recogido en el artículo 12 del Convenio, que haya pasado más de

un año desde la retención y que quede demostrado que las menores han quedado

19

integradas en su nuevo medio .La «integración en el nuevo medio» debe ser probada por

la parte que se opone a la restitución del menor.

Debe tratarse de (emotional, psychological as well as to phusical settlement). El artículo

12 del Convenio establece que “cuando un menor haya sido trasladado o retenido

ilícitamente, y en la fecha de iniciación del procedimiento ante la autoridad judicial o

administrativa del Estado Contratante donde se halle el menor hubiera transcurrido un

periodo inferior a un año desde el momento en que se produjo el traslado o retención

ilícitos, la autoridad competente ordenará la restitución inmediata.

Pasado el plazo del año, el juez ordenará asimismo la restitución del menor, salvo que

quede demostrado que el menor ha quedado integrado en su nuevo medio2

En el supuesto que nos ocupa de «retención», el cómputo se inicia una vez

transcurrido el plazo acordado para tener consigo al menor. El «momento final» es el

momento de presentación de la solicitud de retorno ante las autoridades del país donde

se encuentra el menor.

Segundo supuesto, serian las causas de denegación recogidas en el articulo 13.b.

Si concurre alguna de estas causas cabe la posibilidad de «no ordenar el retorno del

menor» porque ello podría perjudicar su «interés»

1) que la custodia no fuera ejercida de hecho o las menores se opongan a su

restitución.

El artículo 13 a) autoriza la no restitución cuando la persona no ejercía de modo

efectivo el derecho de custodia en el momento en que fue trasladado o retenido o que

consistió el traslado o retención antes o después del desplazamiento. Por ejercicio de la

custodia el Reglamento 2201/2003 entiende la facultad, por ministerio de la ley o por

resolución judicial, de decidir sobre el lugar de residencia del menor, por lo que no

puede entenderse que la madre no ejerciera de modo efectivo el derecho de custodia en

el momento en que fueron trasladados los menores como exige la primera de las

excepciones a la no restitución. Ya se ha dicho que no hay consentimiento por parte de

la Madre a la retención”.

Con respecto al motivo segundo, el artículo 11(2) del Reglamento Bruselas II bis

exige que cuando se apliquen los artículos 12 y 13 del Convenio de la Haya de 1980 se

le otorgue al menor la oportunidad de ser oído durante el proceso, ( a diferencia del

2 GEORGIU, Ganti. Sustracción del menor por el progenitor no custodio.

20

Convenio) excepto que esto parezca inadecuado teniendo en cuenta su edad o grado de

madurez. La cuestión sobre la edad y el grado de madurez recibe un tratamiento sin

criterio fijo.3

Para determinarla, el tribunal puede recurrir a la ley del país con el que los menores

presentan una relación más estrecha. (Alemania, lugar de residencia, España lugar de

nacimiento, existen vínculos estrechos).

En España, algunos tribunales se muestran muy generosos con menores de corta edad

y tienen en cuenta su opinión (como por ejemplo la voluntad de un menor de 5 años).

Habida cuenta, por lo tanto la edad de las gemelas de 4 años y su grado de madurez e

incluso el vínculo materno, tampoco cabe apreciar esta posibilidad.

2) Igualmente podrá la autoridad judicial o administrativa del Estado requerido,

rechazar la restitución si la persona, institución u órgano que se opone a su restitución

demuestra que existe un grave riesgo de que la restitución del menor lo exponga a un

peligro físico o psíquico o de cualquier otra manera ponga el menor en una situación

intolerable, salvo que se demuestre que el estado requirente ha adoptado medidas

adecuadas para garantizar la protección del menor tras su restitución (artículo 11.4 del

Reglamento 2201/2003).

El riesgo debe ser extremo, debe constituir en un peligro y no en meros inconvenientes.

No basta para estimar que la separación del padre sea dolorosa. El daño físico como el

psíquico debe ser siempre elevado o serio, como por ejemplo violencia sobre las

menores o un desequilibrio físico .El daño debe ser actual, el daño ocurriría si se

produce dicha restitución y no meramente potencial.

Indica el apartado 4 del artículo 11 del Reglamento que: “Los órganos jurisdiccionales

no podrán denegar la restitución de un menor basándose en lo dispuesto en la letra b)

del artículo13 del Convenio de La Haya de 1980 si se demuestra que se han adoptado

medidas adecuadas para garantizar la protección del menor tras su restitución.”. Por

tanto, son las autoridades del Estado miembro donde residía el menor antes de su

desplazamiento (Alemania) las que adoptarán, si existe un riesgo para el menor en caso

de retorno, las medidas de protección adecuadas, y si demuestra que las han adoptado,

el retorno no podrá ser denegado sobre la base del citado artículo13b.

3AAP Barcelona 16 abril 2004 , AAP Lugo 18 Julio 2005

21

Todos estos conceptos deben interpretarse siempre restrictivamente, deben verificarse

siempre en relación al menor, no al progenitor o hermanos, (child focused Convention)

Los tres conceptos deben concurrir y quien se oponga a tal restitución debe probarlos.

Cabe mencionar que esta causa de denegación ha generado numerosa jurisprudencia y

precisamente nos encontramos ante un caso en el que no existe daño para las menores ni

tampoco situaciones intolerables, ni siquiera estamos ante un caso dudoso que genera

una jurisprudencia muy dividida.

El hecho que el progenitor que solicita el retorno del menor vive una incapacidad

financiera o que tiene deudas frente al otro progenitor no representa una razón válida

para rehusarse a restituir a un menor.

En la jurisprudencia temprana, en reiteradas oportunidades, el Tribunal de Apelaciones

Reino Unido – Inglaterra y Gales ha rechazado argumentos según los cuales los factores

económicos podían justificar el pronunciamiento de la existencia de una situación

intolerable a efectos del Artículo 13(1) b).4

Por tanto en este punto no es relevante el hecho que la madre pueda sufrir una situación

económica o que debe una cantidad de dinero al padre, el cual podrá reclamar dicha

cantidad sin perjuicio mediante una reclamación civil aparte.

Tampoco estaría justificado alegar la idoneidad del solicitante del retorno para hacerse

cargo de las menores.

Asimismo, una interpretación estricta conllevará la denegación del retorno únicamente

en aquellos casos en los que el hecho mismo de la restitución del menor lo exponga a un

peligro de riesgo físico o psíquico, como podría producirse si en el Estado de la

residencia habitual existiese una situación de guerra, enfermedades, etc. o existiese una

incapacidad manifiesta por parte de las autoridades de la anterior residencia habitual de

dar una adecuada protección al menor.

Tercer supuesto. Restitución del menor que vulnera los principios fundamentales

del Estado requerido en materia de protección de los derechos humanos y de las

libertades fundamentales (artículo 20).

Cuando no lo permitan los principios fundamentales del Estado requerido en materia de

protección de los derechos humanos y de las libertades fundamentales, es decir contraria

al orden público. Sera posible denegar la restitución cuando esta infringe la libertad

4 UF 39/99, Oberlandesgericht Bamberg (Higher Regional Court)), 09 June 1999 [Cita INCADAT:

HC/E/DE 821].Re A. (Minors) (Abduction: Custody Rights) [1992] Fam 106.

22

religiosa del menor o cuando la atribución de la custodia se haya producido en función

de circunstancias discriminatorias. Dado que la atribución de la custodia se ha

producido por el sistema legislativo de un Estado Miembro (España), se entiende que

en todo caso se ha tenido en cuenta el interés de las menores.

Analizadas las causas de denegación, parece ser que la oposición a la restitución

solicitada carece de fundamento.

Sin embargo sería factible alegar la causa establecida en el articulo 13 a) según

cual se autoriza la no restitución cuando la persona no ejercía de modo efectivo el

derecho de custodia en el momento en que fue trasladado o retenido o que consistió el

traslado o retención antes o después del desplazamiento. Por ejercicio de la custodia, el

Reglamento 2201/2003 entiende la facultad, por ministerio de la ley o por resolución

judicial, de decidir sobre el lugar de residencia del menor, por lo que en este sentido no

puede entenderse que la madre no ejerciera de modo efectivo el derecho de custodia en

el momento en que fueron trasladados los menores como exige la primera de las

excepciones a la no restitución y también se ha dicho que no hay consentimiento por

parte de la Madre a la retención.

Por otro lado, ¿acaso el derecho de custodia otorga solamente derechos y no

obligaciones al progenitor custodio? Recordamos que en instancia se acuerda que la

patria potestad sea compartida por ambos, que la guarda corresponde a la madre y un

derecho de visita al padre mientras la madre permanece en Menorca y, si decide retornar

a Alemania, el padre podrá recoger a las niñas en el domicilio materno (Berlín) y

trasladarse con ellas a Menorca durante seis días, después de los cuales las devolverá,

corriendo ambos por mitades con los gastos generados. La progenitora custodia ha

infringido en su totalidad esta sentencia respeto a lo que se refiere en cuanto su deber de

correr ambos por mitades con los gastos generados.

Cabria analizar, si el hecho de no pagar lo debido se debe a una incapacidad económica

y si eso es así, el hecho que el progenitor que solicita el retorno del menor vive una

incapacidad financiera o tiene deudas frente al otro progenitor no representa una razón

válida para rehusarse a restituir a un menor .

En caso contrario, si dicho incumplimiento es debido a una actitud irresponsable por

parte de la madre, cabe averiguar si este comportamiento irresponsable se extiende

también en cuanto al cuidado de las menores y si existen pruebas o indicios de que el

ejercicio de guarda y custodia no esté siendo ejercida de forma correcta.

23

Dicho esto, se estima oportuno alegar la causa expuesta, habida cuenta que todas

las demás carecen de fundamento en todo sentido.

V

Ahora bien, como se ha dicho Juan puede alegar las causas de denegación y

oponerse a dicha restitución en el caso de que se haya dictado una resolución de no

restitución con arreglo a lo dispuesto en el artículo 13 del Convenio de La Haya de

1980.

Por su parte, la madre puede presentar una reclamación ante la autoridad judicial

del lugar donde las menores tenían su residencia habitual inmediatamente antes de su

traslado o retención ilícitos, en nuestro caso en Alemania, a fin de que el órgano

jurisdiccional examine la cuestión de la custodia de las menores de conformidad con lo

previsto en la legislación nacional, según indica el apartado 6, del artículo 11 del

Reglamento.

A estos efectos, dispone el mismo artículo 11 en su apartado 8 ,: “Aun cuando se haya

dictado una resolución de no restitución con arreglo a lo dispuesto en el artículo 13 del

Convenio de La Haya de 1980, cualquier resolución judicial posterior que ordene la

restitución del menor, dictada por un órgano jurisdiccional competente en virtud del

presente Reglamento será ejecutiva de acuerdo con la sección 4 del capítulo III, con el

fin de garantizar la restitución del menor. Es decir que, en principio, en caso de traslado

o retención ilícitos de un menor los órganos jurisdiccionales del Estado miembro al que

haya sido trasladado o es retenido ilícitamente pueden oponerse a su restitución .Ahora

bien, éstos deberán comunicar su decisión a las autoridades del país en el que residía el

menor antes de la sustracción. Y si estas consideran que procede el retorno, su decisión

substituirá la (de no retorno) adoptada en el país al que se ha trasladado el menor.

Por lo tanto la decisión de no retorno del menor queda subordinada o supeditada a la

decisión que adopte el Estado miembro competente para conocer de la cuestión de

fondo. Es, por tanto, el Estado miembro competente para la cuestión de fondo de la

custodia el que tiene la última palabra acerca del retorno del menor sobre la cuestión,

de manera que la medida adoptada en el Estado miembro al que se ha desplazado o es

retenido el menor podrá verse reemplazada por la resolución judicial relativa a la

24

custodia dictada en el país en el que residía antes de su desplazamiento. Si este tribunal

competente para la cuestión de fondo dicta una decisión solicitando la devolución del

menor, esta decisión, certificada conforme a los modelos que incluye en sus anexos el

Reglamento, será inmediatamente reconocida y hecha cumplir, ejecutiva, en el país a

donde se ha llevado al menor tras el secuestro, como si se tratara de una decisión

nacional.

Dicho de otro modo, el progenitor custodio, aparte de la acción de restitución

inmediata mediante alteración del Convenio de la Haya de 1980 citado, podría hacer

valer los otros dos mecanismos de lucha contra el legal kidnapping regulados en el

Reglamento (CE) nº 2201/2003.

Eso es obtener , ante las autoridades competentes para conocer de asuntos relativos a la

responsabilidad parental , una resolución que le otorga la custodia y el derecho de

trasladar a las menores desde el Estado miembro donde se encuentran (España) al

Estado miembro de su residencia habitual. Esta resolución seria ejecutable en España

sin necesidad de exequatur. Seria ejecutable tal y como se considerase de una sentencia

nacional. De igual modo podría solicitar la ejecución, en el Estado miembro donde se

encuentra el menor,(España) de una resolución dictada por autoridades del Estado

miembro cuyas autoridades son competentes para conocer de asuntos relativos a la

responsabilidad parental del menor, (Alemania)y que ordena la restitución inmediata del

menor al Estado miembro donde tenía su residencia habitual antes del traslado.

Ni siquiera cabe exponer, las críticas, dirigidas por algunos Estados miembros

(notablemente Francia) en contra de los jueces alemanes ya que suelen verificar todas y

cada una de las acusaciones que puedan haber motivado al progenitor (notablemente

cuando es alemán) a sustraer al menor,¿ como podemos esperar a que ellos mismos no

se opongan a esta resolución de no restitución ?

V

Las medidas cautelares, constituyen una garantía para la tutela judicial

internacional efectiva. Están llamadas a proteger una acción principal y por consiguiente

la competencia para conocer a titulo principal de una acción se extiende también a la

25

competencia para adoptar medidas cautelares o provisionales destinadas a asegurar la

efectividad de dicha resolución.

El foro principal (Alemania) debe tener competencia para adoptar medidas

cautelares o provisionales incluso con alcance extraterritorial, es decir medidas que

deben ejecutarse en otro Estado (España).

Por otro lado , una tutela cautelar efectiva exige la posibilidad de solicitar medidas

cautelares directamente ante los tribunales del lugar donde deban cumplirse o

ejecutarse, en virtud del foro especial y dado que este foro es aquel del lugar donde

deban cumplirse o ejecutarse, este foro garantiza mejor la efectividad de la tutela

cautelar.

En este sentido y a tenor del artículo 20 del presente Reglamento Bruselas IIbis,

se dispone.

“Sin perjuicio del órgano jurisdiccional competente para conocer sobre el fondo, las

disposiciones del presente Reglamento no impedirán que los órganos jurisdiccionales de

un Estado miembro en caso de urgencia, adopten medidas provisionales o cautelares

previstas en su propia legislación en relación con personas o bienes presentes en dicho

Estado miembro,(España).

Estas medidas tomadas en virtud del apartado 1 dejarán de aplicarse cuando el órgano

jurisdiccional del Estado miembro competente (Alemania) haya adoptado las medidas

que considere apropiadas frente a personas presentes en el Estado miembro de que se

trate.

La medida debe tener carácter provisional y su carácter vinculante se determinarán de

conformidad con el Derecho nacional. Tras la adopción de la medida cautelar, el órgano

jurisdiccional nacional no está obligado a remitir el asunto al órgano jurisdiccional

competente de otro Estado miembro. Sin embargo, siempre que la protección del interés

superior del menor lo exija, el órgano jurisdiccional nacional que haya adoptado las

medidas provisionales o cautelares, debe informar de ellas al órgano jurisdiccional

competente de otro Estado miembro directamente o por conducto de la autoridad central

designada de conformidad con el artículo 53 del Reglamento nº 2201/2003.as.»

Debe apuntarse que el mismo no puede interpretarse de modo que pueda servir de

instrumento al progenitor que ha trasladado ilícitamente al menor con el fin de

prolongar la situación de hecho creada por su comportamiento ilícito o de legitimar los

efectos de dicho comportamiento.

26

VI

Cabría apreciar además que El Convenio de la Haya contiene la mención a la

mediación de forma implícita en su artículo artículo 7.

Las Autoridades Centrales deberán adoptar, en particular, ya sea directamente o a través

de un intermediario, todas las medidas apropiadas que permitan garantizar la restitución

voluntaria del menor o facilitar una solución amigable.

El artículo 10 del Convenio dice que “La Autoridad central del Estado donde se

encuentre el menor adoptará o hará que se adopten todas las medidas adecuadas

encaminadas a conseguir la restitución voluntaria del menor.

VII

Aspectos penales. El articulo. 225 bis.2.2º CP se refiere a la «retención de un

menor producido en territorio Español incumpliendo gravemente el deber establecido

por resolución judicial o administrativa», sin perjuicio de lo que establece la normativa

interna de la legislación Alemana en estos casos.

CONSIDERACIONES FINALES

I. Cabe apreciar la restitución inmediata de las menores al Estado requirente

, pues además de que la demanda se ha presentado antes de un año, el progenitor

requirente tenía atribuida la guarda y custodia , no se ha demostrado que consintiera

dicha retención y tampoco quedan fundamentados las causas que podrían suponer la no

restitución.

En este caso si bien es cierto que, como se afirma, la retención de las

menores a España por parte de su padre , sin contar con el consentimiento de la madre y

27

también infringiendo una autorización judicial, ha de reputarse ilícita con arreglo a la

normativa internacional de aplicación.

Habida cuenta que no existe ninguna causa fundamentada a la denegación a la

restitución conforme al artículo 13 b) del Convenio de La Haya y 12 del Reglamento

CE n.º 2201/2003 procede ordenar la restitución, aun cuando las menores puedan estar

expuestas a algún peligro, por estar hablando de un país como Alemania, dispuesto a

adoptar las medidas adecuadas para garantizar la protección de las menores tras su

restitución.

El hecho que el progenitor que solicita el retorno del menor vive una incapacidad

financiera o tiene deudas frente al otro progenitor no representa una razón válida para

rehusarse a restituir a un menor.

Se rechazan todos los argumentos según los cuales los factores económicos podían

justificar el pronunciamiento de la existencia de una situación intolerable a efectos del

artículo 13(1)b).

Tampoco estaría justificado alegar la idoneidad del solicitante del retorno para hacerse

cargo del menor .No se trata, determinar de qué progenitor disponga de unas

condiciones personales o laborales mejores, sino de con cuál de ellos van a tener un

desarrollo psico-afectivo y social más adecuado las menores.

El hecho de que la progenitora no ha cumplido las obligaciones que despliega la

sentencia española, no constituye una prueba suficiente de que las funciones de guarda y

custodia estén siendo ejercidas de forma incorrecta por ella, (aunque este punto

definitivamente debe valorarse por el tribunal competente) y menos aún de que las

mismas serán ejercitadas por el padre de forma mas favorable para ellas, siendo el

principio inspirador de cualquier medida que se adopte en relación con los hijos

menores de edad, como ya hemos señalado, que ha de estar dirigida a proteger su

superior interés- principio del favor fili.

Pues bien, con arreglo a lo expuesto, no puede denegarse la restitución pretendida.

II. En cuanto a la pretensión del padre de solicitar la modificación del régimen

de la patria potestad ante los tribunales españoles, tampoco procede. La solución

contraria podría entrañar vulneración del contenido del artículo 16 del Convenio de La

Haya, en cuanto supone decidir cuestiones ajenas al procedimiento que nos ocupa,

habida cuenta de que la responsabilidad parental la ostentaban ambos progenitores y el

padre goza de un derecho de visita, según la resolución del Tribunal competente, el

28

Español, que además vetaba las salidas de las menores del territorio Español, siendo la

finalidad del Convenio, como señala su artículo 1, la de garantizar la restitución

inmediata del menor trasladado o retenido ilícitamente, y velar por que los derechos de

custodia y de visita vigentes en uno de los estados contratantes se respeten en los demás

estados contratantes, quedando al margen toda cuestión relativa a custodia de las

menores.

Por otro lado, no estando la madre, excluida de la responsabilidad parental, y que,

conforme los antecedentes resulta acreditado que las niñas están integradas en el nuevo

medio, y que la separación de las menores de su actual entorno pondría a las pequeñas

en grave situación de riesgo, causándoles incluso sentimientos de pérdida, abandono,

inseguridad y desorientación en un periodo evolutivo significativo, el problema

concreto que se plantea es, si debemos mantener la medida de la custodia materna o por

el contrario asignar ésta al padre"

"Con independencia del reproche que se pudiese realizar del comportamiento de la

progenitora custodia, lo que debe primar es el interés del menor. Y es evidente que la

única razón que llevo al padre a retener a las menores es una presión frente a los

impagos reiterados por parte de la madre.

Y es especialmente relevante apuntar que este hecho que refiere la demanda de

modificación de medidas, no justifica el beneficio que para las menores representa el

cambio.

Lo único que se entiende considerar es el incumplimiento de una sentencia a priori por

parte de la madre y por consiguiente por parte del padre.

Evidente es, que las sentencias son ejecutivas y deben ser cumplidas en sus propios

términos hasta que no recaiga otra resolución posterior que la modifique, pero tampoco

cabe duda que la privación de la patria potestad no es mera sanción al progenitor

incumplidor sino que debe operar siempre considerando el interés del menor y se

entiende que en este caso sería mayor el perjuicio que se ocasionaría a las mismas

“supondrá un auténtico trauma el verse sometidas al cambio de custodia, con lo que ello

conlleva el traslado de su lugar de residencia a otro país (España) muy distante del

anterior y de imposición de convivencia con el padre, rompiendo de esa manera el

vinculo maternal que sin duda alguna es vital , considerando además la edad temprana

de las mismas”.

29

III. Se aconseja, intentar a través de la mediación o conciliación la solución

amigable del litigio.

IV. En el caso de que la madre no se pone de acuerdo a solucionar el tema

económico, dos vías se consideran que podrían dar alguna solución.

a) Interponer una reclamación civil ante los tribunales españoles, alegando el impago y

por consiguiente el incumplimiento de la sentencia o exigir la ejecución de esta

sentencia en Alemania. Habida cuenta que esta dictada en un Estado Miembro (España)

de conformidad con las reglas establecidas en el Reglamento (CE) nº 2201/2003 , se

entiende que dicha resolución judicial será reconocida ipso iure en otro Estado Miembro

(Alemania), es decir sin necesidad de recurrir a procedimiento alguno.

b)Por otro lado, siempre y cuando la pretensión de modificación de patria potestad no es

solo por motivos de presión hacia la madre se aconseja hacer uso del artículo 7 del

Convenio de la Haya 1980 .No es mi intención criticar el uso de la mediación para la

resolución de conflictos, sino una manera efectiva de hacer que las autoridades se

exceden en el tiempo, en busca de una solución amistosa que nunca llega y de ese

modo podría pasar más que un año y se podría demostrar que las menores han quedado

integradas en su nuevo medio y alegar la no restitución por adaptación al nuevo país.

Eso si, señalar que este transcurso de tiempo no debe en ningún momento ser

escondido por el progenitor secuestrador, por eso se aconseja hacer uso de mediación,

en ningún momento se debe dejar entender la mala fe del progenitor secuestrador ya

que en este sentido, cuando se oculta a los menores en el Estado de refugio, los

tribunales son renuentes a resolver en el sentido de la existencia de integración, incluso

si transcurren muchos años antes de su descubrimiento ,dicho periodo de tiempo

escondido no puede apreciarse nunca como una adaptación ( no settled life).

V. Por otra parte hay que tener en cuenta de que las resoluciones en sede judicial

no siempre respetan la aplicación de la normativa Comunitaria dado que en muchas

ocasiones los tribunales hacen una interpretación distinta, mas estricta o mas flexible

aun cuando la normativa exige una aplicación uniforme por todos los Estado miembros.

En este sentido , puede pasar que la autoridad Española se declare competente ,

alegando su vinculación especial con el caso, dado que ha sido este mismo tribunal

quien se pronuncio sobre el régimen de la patria potestad y en virtud del artículo 9.4 del

30

CC la patria potestad constituye una institución regida por la ley nacional del hijo. Se

entiende que las menores tienen nacionalidad Española por ius solis y ius sanguinis

(padre).

El derecho alemán aplica básicamente única y exclusivamente el principio del ius

sanguinis (es decir el derecho de la sangre(madre)pero respecto a las dobles

nacionalidades, efectivamente el derecho alemán en principio no permite que se posea

otra nacionalidad que no sea la Alemana: Sin embargo como en todo existen

excepciones, una de las cuales se encuentra en el artículo 12 de la ley de ciudadanía y

que se refiere a los ciudadanos de los países miembros de la Unión Europea: Los

ciudadanos de los países miembros no tienen que renunciar a su ciudadanía de

nacimiento y pueden ostentar nacionalidades dobles o múltiples. Pero esto ya sería

aplicable cuando las gemelas alcanzarían la mayoría de edad.

Dicho todo esto en ningún momento se deja entender que el hecho que pueda

resultar competente la autoridad española significaría una resolución favorable a las

pretensiones del padre , eso si siempre se tiende a proteger el «nacionalismo judicial»

CONCLUSIONES

Se puede afirmar que el problema abordado tanto el Convenio de la Haya de 1980

como en el Reglamento (CE) nº 2201/2003 –con todo la complejidad que conlleva

tratar un tema delicado como es la protección de los menores en las relaciones

internacionales-adquiere toda su importancia jurídica no solamente por su esencia

compleja que involucra tanto los derechos de los progenitores como el bienestar del

menor – sino por todo un abanico de reglas e interpretaciones de las mismas que ocurre

en el ámbito jurídico internacional.

I. Conviene señalar que ambas normas convencionales centran su regulación en

establecer los cauces para el efectivo retorno del menor ilícitamente trasladado a su

lugar de residencia habitual. A este respecto, aunque el Preámbulo deja en claro que la

intención general es que la restitución se efectúe en este último estado, el Convenio no

aceptó una propuesta en el sentido de que el retorno se haría siempre hacia dicho estado.

31

Los tribunales han aprovechado esta flexibilidad de la redacción del Artículo 12 al tratar

solicitudes de restitución. En efecto, no hay que olvidar que lo que se pretende proteger

mediante la lucha contra las sustracciones internacionales de menores es el interés

superior del menor. La problemática surge cuando el menor no cabe encajarlo en sólo

una residencia habitual. De esta manera, incluso el propio concepto de «residencia

habitual», a priori unívoco, va a verse sometido a diferentes pautas interpretativas en

función de que se haya producido una situación de sustracción o no.

Los comentaristas académicos han sostenido durante mucho tiempo que si la naturaleza

fáctica del factor de conexión ha de respetarse, pueden surgir situaciones en las que una

persona tenga residencia habitual en más de un lugar en un momento dado.

No obstante, los tribunales en el marco de procesos en virtud del Convenio han

adoptado la opinión de que un menor sólo puede tener un lugar de residencia habitual.

En este sentido, se plantea otra vez la discrecionalidad del juez para resolver sobre el

asunto y determinar la residencia habitual.

II. El Convenio de la Haya del 1980 se limita a resolver el tema del retorno,

dejando que el fondo del asunto – el derecho de custodia impugnado – se debata ante las

autoridades del Estado en el que el menor tenía su residencia habitual.

Dicha regla constituye una de las premisas básicas en la aplicación del Convenio de 25

de octubre de 1980, limitándose la aplicación del Convenio a resolver el tema del

retorno con un análisis sumario y estricto de las defensas. Sin embargo, esta clara

premisa está hoy en día puesta en entredicho por la reciente jurisprudencia del Tribunal

Europeo de Derechos Humanos que ha venido desarrollando una interpretación del

Convenio en base a la cual una falta de un examen profundo sobre todas las cuestiones y

factores relevantes que afectan al caso cuando se decide el retorno del menor puede

implicar una violación del art. 8 del Convenio Europeo de Derechos Humanos

(SP/LEG/2453).

III. Por otro lado, sin duda alguna el problema mayor que resulta es el carácter

discrecional de las excepciones. Excepciones que diferirán dependiendo de las

consideraciones de política general.

La redacción del Artículo 13 aclara que cuando se establece una de las excepciones

constitutivas al estándar requerido por el Convenio, la expedición de una orden de no-

restitución no es inevitable, por el contrario, el Tribunal en poder de la solicitud de

32

restitución tiene discreción para expedir o no una orden de restitución. Este carácter

discrecional de las excepciones se ve más comúnmente dentro del contexto del Artículo

13(2) - objeciones de un menor maduro - pero hay igualmente ejemplos de órdenes de

restitución otorgadas a pesar de haberse establecido otras excepciones.

Es conveniente entonces concluir que la restitución del menor no es una restitución en

plano sino que esta objeto de interpretaciones y manifestaciones del principio

demasiado impreciso, como es el del interés del menor .

Asimismo, cabe afirmar la problemática existente en cuanto a la pluralidad de

reglas e interpretaciones de las mismas que ocurre en la normativa de aplicación.

Aunque nos encontremos en un marco europeo de normas unánimes la interpretación

puede ser distinta según cada Estado Miembro. Algunos estados optan por dar un

tratamiento más flexible a dichas excepciones, mientras otros dan un enfoque bastante

restrictivo. ¿Problema? Inseguridad e incertidumbre jurídica.

En este sentido la entrada en vigor del Reglamento (CE) nº 2201/2003 ha restringido

aún más las causas de denegación al introducir el artículo 2,11 estableciendo que los

motivos de no regreso deben venir probados y fundamentados de manera estricta. De lo

contrario se teme que una interpretación generosa, haría perder demasiado fuerza a

dicho Convenio y facilitaría a los secuestradores.

Creo conveniente mencionar aquí las órdenes replicadas como ‘restitución segura' u

‘órdenes espejo’. Se trata de órdenes de restitución sujetas al cumplimiento de

determinados requisitos o compromisos específicos a fin de asegurar que tales medidas

de protección sean en términos idénticos o equivalentes en el Estado de residencia

habitual del menor.

V. Cabe subrayar que la legislación internacional vigente enfoca su normativa a un

importante, sino único, objetivo: salvaguardar el interés del menor.

Cabe observar que el «interés del menor» no aparece como tal en el articulado del

CH1980, sino únicamente en su Preámbulo. Ello significa que no se reconoce en el

texto del CH1980 a las autoridades y tribunales la discrecionalidad necesaria para

garantizar la protección del interés del menor, sino que se automatiza la respuesta de la

restitución como equivalente a dicho interés.

A este respecto, se ha puesto de manifiesto con razón que "la norma jurídica que

descansa sobre "el interés superior del menor" es, a primera vista, de tal imprecisión que

no parece una norma jurídica concreta. ¿Cómo dar consistencia a esta noción para

33

decidir cuál es el interés último del menor sin caer en suposiciones? No obstante, no

cabe deducir de este silencio que el Convenio ignore el paradigma social que proclama

la necesidad de tener en cuenta el interés de los menores para resolver todos los

problemas que les afectan. Todo lo contrario, ya en el Preámbulo, los Estados firmantes

declaran estar "profundamente convencidos de que el interés del niño es de

una importancia primordial para todas las cuestiones relativas a su custodia":

justamente, esa convicción les ha llevado a elaborar el Convenio, "deseosos de proteger

al menor, en el plano internacional, contra los efectos perjudiciales que podría

ocasionarle un traslado o una retención ilícitos".

Esos dos párrafos del preámbulo reflejan de forma bastante clara que la filosofía del

Convenio al respecto, ha sido el deseo de protegerles, interpretando su verdadero

interés.

En efecto, como ha señalado el Sr. Dyer, en la literatura científica dedicada al estudio de

este problema, opinión corroborada por el autor y abogado griego Georgiu Ganti (

Γεωργίου Γκαντή) "la opinión que uno encuentra más frecuentemente expresada, es

que la verdadera víctima de una sustracción de menores" es el propio menor.

VI. Ahora bien, es importante tener en cuenta todas las circunstancias y entrar

en el fondo del asunto para poder beneficiar al máximo al menor implicado. Se trata de

la vida y del futuro de un niño y no siempre es más beneficioso ordenar el retorno,

intentando mantener así el status quo. ¿Y si ese status quo no era lo mejor para ese

niño?

Mientras que el Tribunal de Estrasburgo viene considerando que deberían evaluarse

todos los factores en conflicto e imponerse un examen del fondo de los derechos de

custodia en todo caso, el Tribunal de Luxemburgo se mueve en la línea de enfatizar el

principio de mutua confianza entre Estados apoyando la supresión del exequatur y

proceder a la restitución, dejando a salvo, las excepciones que el propio Convenio

contiene a dicha restitución, lo que parece verse en algunos casos como una falta de la

debida protección a los menores involucrados "obligados" al retorno, cualesquiera que

sean sus especiales y particulares circunstancias.

34

VII. ¿Qué pasa si en el transcurso del tiempo – lo que dura el procedimiento – se

produce una total integración del niño en el país de traslado? ¿Es justo hacerle cambiar

de entorno de nuevo?

Las dificultades que encuentra cualquier intento de traducir el criterio de la integración

del menor en una norma objetiva han llevado a la fijación de un plazo, tal vez arbitrario,

pero que constituye la respuesta más acertada a las preocupaciones expresadas en este

punto.

Con el planteamiento adoptado, ha sido preciso afrontar una pluralidad de cuestiones:

en primer lugar, el momento a partir del cual empieza a computarse el plazo; en

segundo lugar, la extensión del plazo y, en tercer lugar, el momento de expiración del

plazo.

En lo referente al primer punto, es decir la determinación del momento en el que

empieza a correr el plazo, el artículo hace alusión al traslado o no retorno ilícitos; la

concreción de la fecha decisiva en caso de retención debe ser entendida como la fecha

en la que el menor hubiese tenido que ser devuelto al titular de derecho de custodia o en

la que éste negó su consentimiento a una extensión de la estancia del menor en otro

lugar distinto del de su residencia habitual.

En segundo término, la consagración del plazo único de un año, abstracción hecha de

las dificultades encontradas en cuanto a la localización del menor, constituye una

mejora sustancial del sistema previsto en el artículo 11 del anteproyecto elaborado por

la Comisión especial. En efecto, de esta manera, se ha clarificado la aplicación del

Convenio al eliminar las dificultades inherentes a la prueba de los problemas suscitados

por la localización del menor. En tercer lugar, en lo que se refiere al terminus ad quem,

el artículo consagra el momento de la presentación de la demanda, en lugar de la fecha

de la resolución, ya que el posible retraso en la acción de las autoridades competentes

no debe perjudicar los intereses de las partes amparadas por el Convenio.

Cabe destacar que el plazo de un año no puede estar sometido a una rigidez absoluta. Ya

que mientras se eternizan los procedimientos legales, el menor crece y se integra

rápidamente en el país al que ha sido trasladado. Por ello, el retorno a su país de origen

le puede comportar más perjuicios que beneficios. La lucha contra el legal kidnapping

es siempre una lucha contrarreloj, según indica C.BÖHMER.

Ahora bien, me pregunto, ¿cabe denegar la restitución al progenitor custodio por

una causa no imputable a él?

35

VIII. Otro punto crítico seria la débil protección del derecho de visita.

La regulación del derecho de visita obedece asimismo a la preocupación por

proporcionar a los niños unas relaciones familiares lo más completas posible, con el fin

de favorecer un desarrollo equilibrado de su personalidad. El Convenio hace prevalecer

claramente la idea que el derecho de visita es la contrapartida natural del derecho de

custodia; una contrapartida que, por consiguiente, debe en principio ser reconocida al

progenitor que no tiene la custodia del menor. Sin embargo la defensa del derecho de

visita que establece el Convenio es débil en tanto que no permite ordenar el retorno de

un menor con destino a un país en el que reside el padre titular del derecho de visita.

IX.Otra cuestión a tener en cuenta está ligada al hecho de que el Convenio sólo se

ocupa de sustracciones internacionales, pero ¿qué pasa con las sustracciones de menores

dentro del Estado de su residencia habitual.

X. Asimismo no existe en el Convenio ninguna disposición dirigida a regular la

situación derivada del post-retorno del menor (si la decisión adoptada ha sido la

restitución) o la situación derivada de la permanencia del menor en el Estado de la

sustracción (si la decisión adoptada ha sido el rechazo a dicha restitución)

Muchas cuestiones quedan abiertas y es necesario preguntarse si la comunidad

internacional otorga más prioridad a los intereses políticos que a los individuales.

Parece que existe una lucha política entre diferentes organismos internacionales por

regular el tema de la sustracción, produciéndose así un “overbooking” de instrumentos

legales. Esta multiplicación de normas e interpretaciones jurídicas no hace más que

complicar el panorama legal, crear inseguridad jurídica y, lamentablemente, perjudicar

al propio objeto de protección.

Por último y a modo de conclusión considero conveniente evaluar algunos

puntos críticos observados en la real aplicación del Reglamento 2201/2003.

• La supresión del exequatur en los casos de restitución de menores, es una

previsión legal no siempre cumplida. Existe una no inusual práctica que pretende eludir

la supresión del exequatur y evitar la aplicación del Reglamento.

36

• Falta de confianza entre Jueces nacionales de distintos países en orden a

cumplimentar en debida forma las exigencias legales del Reglamento Bruselas II bis.

• El Reglamento carece de una propia regulación sobre ley aplicable en materia de

responsabilidad parental. Debemos por lo tanto acudir, a modo de complemento, al

Convenio de La Haya de 19 de octubre de 1996.

• En ningún momento se deduce que el articulo 7 del Convenio de la Haya se

relaciona implícitamente con el Convenio de la Haya 1996 según se desprende de la

jurisprudencia Anglosajona.(Jurisdiction Issues under the Hague Convention (Art.

16)(Cuestiones de Jurisdicción en virtud del Convenio de La Haya (Art. 16 )Contracting

States which are also party to the 1996 Hague Convention are provided greater

protection by virtue of Article 7 of that instrument.)

• La interpretación que vienen haciendo los Tribunales españoles del art 13.b no

casa con la postura de la doctrina española .Mientras la doctrina insiste en que , para

lograr el objetivo convencional de desincentivar los secuestros internacionales ,las

excepciones del art 13 deben interpretarse de manera restrictiva, los tribunales

españoles, basándose en un difuso y mal entendido interés del menor ,han abusado del

recurso al art 13 sobrevalorando el peso de los informes psicológicos relativos al menor

,con el fin de denegar o dilatar innecesariamente la restitución del menor.

• Y por ultimo considero que hay una defectuosa redacción del Reglamento

2201/2003.En concreto en la versión Española se habla de ejecutoria , mientras que en

la versión Griega se entiende por recurrible.

“CADA LEY TIENE UN AGUJERO, ES IMPORTANTE ENCONTRARLO”

(proverbio Alemán)

37

BIBLIOGRAFÍA

ÁLVAREZ GONZÁLEZ, S. Sustracción internacional de menores.

CALVO CARAVACA, Alfonso Luis. Derecho internacional privado, volumen II,

Editorial Comares, Granada, 14.ª ed., 2013)

C. CAAMIÑA DOMÍNGUEZ. La sustracción de menores en la Unión Europea,

Majadahonda (Madrid), Colex, 2010

Comisión Red Judicial Europa

«El Convenio de La Haya sobre los aspectos civiles de la sustracción

internacional de menores ante el TS»

HCCH, la base de datos sobre la sustracción internacional de niños.

IN DRET Revista para el análisis del Derecho. Disponible en:

WWW.INDRET.COM (última consulta: 8 de julio de 2014)

GARCIMARTIN ALFEREZ, Francisco J. Derecho internacional privado. 2ª ed.,

Civitas, 2014

Guía práctica para la aplicación del Reglamento (CE) nº 2201/2003

SIXTO SANCHEZ, Lorenzo y FERNANDEZ ROZAS, Jose Carlos.

Derecho internacional privado .Editorial: Civitas,7ª ed.,2013

Bibliografía Internacional

• El Mediador del Parlamento Europeo para la sustracción internacional de

menores por los padres.(Η Διαμεσολαβητής του Ευρωπαϊκού Κοινοβουλίου για τη

Διεθνή Απαγωγή Ανήλικων Τέκνων από Γονείς)

38

• GEORGIU, Ganti. Sustracción del menor por el progenitor no custodio.

(Γεωργίου Γκαντή "Αρπαγή ανηλίκου από τον γονέα που δεν έχει δικαίωμα ασκήσεως

της επιμέλειας του παιδιού" του δικηγορου Θεσσαλονικης).

• Convention of 25 October 1980 on the Civil Aspects of International Child

Abduction

• Guide to Good Practice Child Abduction Convention Mediation

• Transfrontier Contact Concerning Children – General Principles and Guide to

Good Practice

• «La disciplina del Diritto di visita nel Regolamento CE n.2201/2003», RDIPP

• «Private International Law Aspects of Child Custody and Child Kidnapping

Cases», RCADI

SENTENCIAS

• STJUE 11 julio 2008, Inga Rinau)

• (STJUE 22 diciembre 2010, as. C-491/10 PPU,Aguirre [restitución de menor

desde Alemania a España], FD 68)

• Sent. TJUE ( sala tercera ) de 1 de julio de 2010 (As. C.211/10 PPU Doris Pouse

/Mauro Alpago)

• STJ .(sala tercera) de 15 de septiembre de 1994 asunto C 452/ 93 P

• STJCE (Sala Tercera) de 2 de abril de 2009. Asunto C.523 07.A

• Sent.TEDH de 29 de abril de 2003 (Iglesias Gil Y A.V.A. c.Espana )

• Sent . Aud Provi. De Salamanca seccion 1 num 486(2006 )

• Sent.Aud Prov. De Malaga (seccion 6) num 463 2007 de 11 de septiembre

• Sent.Aud.Prov.De Granada (seccion3) num 100 2006 de 16 de junio)

• Sent. TEDH de 29 de abril de 2003 (Iglesias Gil Y A.V.A. c. Espana )

• Sent TEDH de 20 de enero de 2000 Ignaccolo Zenide c. Rumania

• Sent.TEDH de 8 de enero de 2009 y 6 de junio de 2010 ( Neulinger y Shuru

39

c.SUiza

• (Sent. House of Lords 16 noviembre 2006, Sent. Corte Cass. Italia 16 abril2007).

• Sentencia de 8 de julio de 2010 (Arrêt núm. 698) de la Cour de cassation

francesa, Première chambre civile.

• caso Marriage of Resina [1991] FamCA 33

• State Central Authority v.Ayob(1997) FLC 92-746,21 Fam LR 567

• Thomson v. Thomson [1994] 3 SCR 551, 6 RFL (4th) 290

• 5P.1/1999, Tribunal fédéral suisse, (Swiss Supreme Court), 29 March 1999

ANEXO

LA RESPUESTA DEL DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO EN LOS

CASOS DE SUSTRACCIÓN INTERNACIONAL DE MENORES

DICTAMEN 4.4

Juan C.M. natural y vecino de Ciutadella, trabaja como conserje en un hotel de la ciudad

durante seis meses al año, mientras que en los restantes meses percibe un subsidio de

desempleo. Sus ingresos brutos anuales en 2006 son de 15.000 €.

Nancy E., de nacionalidad alemana, ha trabajado como guía turística para una sociedad

alemana en Menorca desde 2001 hasta octubre de 2006. Sus ingresos brutos anuales en

este año fueron de 15.600 €.

Juan y Nancy iniciaron una convivencia en fecha no precisa que duró varios años y

como consecuencia de la cual nacieron el 14 de diciembre de 2006 dos gemelas. A raíz

de dicho nacimiento la madre dejó de trabajar para ocuparse de ellas y comenzó a

percibir una ayuda económica de la Administración alemana (cuya cuantía no consta).

La relación concluyó en noviembre de 2007 cuando la madre se traslada con las niñas a

Berlín al domicilio de sus padres.

En verano de 2008 Nancy vuelve a Menorca con las niñas y allí se inicia un

procedimiento sobre la guarda y custodia de las niñas. En instancia se acuerda que la

patria potestad sea compartida por ambos, que la guarda corresponde a la madre y un

derecho de visita al padre mientras la madre permanece en Menorca y, si decide retornar

a Alemania, el padre podrá recoger a las niñas en el domicilio materno (Berlín) y

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trasladarse con ellas a Menorca durante seis días, después de los cuales las devolverá,

corriendo ambos por mitades con los gastos generados.

Acogiéndose a la posibilidad que le proporciona la sentencia, en julio de 2009 traslada

su residencia a Alemania con las dos menores; a partir del mes siguiente el padre inicia

el derecho de visita previsto de seis días al mes. Previo aviso a la madre, se traslada a

Berlín, recoge a las menores, las traslada a Menorca y las devuelve, lo que le ha

generado una media de 750 € por viaje durante siete meses, cuantía que no ha sido

satisfecha en su mitad por la madre. Desde enero de 2010 las niñas acuden a una

guardería en Berlín. En el mes de marzo de 2010, Juan recoge a las menores, las

traslada a Menorca pero, como medida de presión para obtener la restitución de las

cantidades que le adeuda Nancy, no las devuelve en el plazo pactado, amenazando con

quedarse definitivamente con ellas si no se procede a resolver la cuestión económica.

Nancy, asesorada por un abogado alemán, en mayo de 2010 interpone demanda de

restitución inmediata de las menores invocando la sustracción ilícita por su padre ante

los tribunales alemanes.

Por su parte, Juan, ante el cariz que toman las cosas, decide pedir asesoramiento antes

de decidir que hacer.

Por un lado, desea plantear inmediatamente demanda ante los tribunales

españoles solicitando la revisión de su derecho de visita y la concesión de la patria

potestad exclusiva, con revocación de la patria potestad compartida inicialmente

acordada por el tribunal de Ciutadella.

Por el otro lado, además, desea que mientras se resuelve esta demanda, las niñas

se queden en Menorca.

Redactar el Dictamen que os encarga Juan y en el que debéis exponer:

Establecer si el tribunal español puede conocer de la demanda que pretende

presentar Juan y si conviene realizar esta actuación con carácter inmediato.

¿Cual es la situación en que se encuentran actualmente las gemelas (analizar

si existe un supuesto de sustracción ilícita de menores)?

Establecer si el tribunal alemán puede conocer de la demanda que se le

presenta y, en su caso, cómo debería articular el procedimiento. Justificar la

respuesta conforme a la normativa aplicable al supuesto.

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Valorar si el tribunal español puede adoptar algún tipo de medida sobre las

menores en tanto se resuelve la cuestión relativa a la sustracción alegada por

la madre.

Analizar si existe alguna posibilidad (procesal o sustantiva) de que el padre (

Juan)oponga a la restitución solicitada por la madre ( Nancy).

Analizar cómo debería proceder Nancy en el caso de que Juan se opusiera a la

restitución de las menores.

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