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AÑO XI. AGOSTO DK 1905 XÚM. \'2H. REVISTA CATÓLICA DE LAS CUESTIONES SOCIALES PROBLEMAS DE "INTERVENCIONISMO V I Conf inunción} IV A Whitley más (jue la reforma financiera le preocupa el problema social que hay detrás de ella, como se deduce de las siguientes palabras que el Sr. Maeztu trascribe en el ar- ticulo citado en el número anterior: «En un país en que to- »da la tierra está acotada por los llamados propietarios, aun- «(jue vastas extensiones permanezcan yermas, todos los »hombres tienen (pie pagar por el derecho á vivir ó á traba- >>jar en ellas. La facultad de obtener benefit'ios no depende •>del derecho á usar la tierra, sino del derecho á impedir que •H)tros la usen. La cantidad del beneficio depende de la parte •xiue el productor puede dar por el permiso de ser tal pro- • ductor. A medida que la población crece y progresa la ci- »vilizaciún, las condiciones son más desiguales y onerosas y »ocasionan el fenómeno de que aparezcan ricos ociosos en >>un extremo de la sociedad, y pobres sin trabajo en el »otro.» Aunque del párrafo trascrito parece deducirse que el ti- tulo moral de la propiedad es el trabajo, y consiguientemen te que el agricultor tiene derecho á él en tierra ajena no tra

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AÑO XI. AGOSTO DK 1905 XÚM. \'2H.

REVISTA CATÓLICA DE LAS CUESTIONES SOCIALES

PROBLEMAS DE "INTERVENCIONISMO V

I Conf inunción}

IV

A Whitley más (jue la reforma financiera le preocupa el problema social que hay detrás de ella, como se deduce de las siguientes palabras que el Sr. Maeztu trascribe en el ar­ticulo citado en el número anterior: «En un país en que to-»da la tierra está acotada por los llamados propietarios, aun-«(jue vastas extensiones permanezcan yermas, todos los »hombres tienen (pie pagar por el derecho á vivir ó á traba->>jar en ellas. La facultad de obtener benefit'ios no depende •>del derecho á usar la tierra, sino del derecho á impedir que •H)tros la usen. La cantidad del beneficio depende de la parte •xiue el productor puede dar por el permiso de ser tal pro-• ductor. A medida que la población crece y progresa la ci-»vilizaciún, las condiciones son más desiguales y onerosas y »ocasionan el fenómeno de que aparezcan ricos ociosos en >>un extremo de la sociedad, y pobres sin trabajo en el »otro.»

Aunque del párrafo trascrito parece deducirse que el ti­tulo moral de la propiedad es el trabajo, y consiguientemen te que el agricultor tiene derecho á él en tierra ajena no tra

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bajada por su dueño, no llega Whitley, según en el anterior artículo se ha visto, á conclusiones netamente socialistas. que rechazarían, al menos por ahora, los más avanzados ra­dicales; se contenta con la desamortización de los latifun­dios; y bien que elevada á sistema, velada y oculta todavía tras una posible contingencia de expropiación que parece una cautela preventiva y represiva á la vez contra los con tribuyentes fraudulentos, tentados á fijar la más baja cuota contributiva.

En el concepto de la propiedad y en los derechos que so­bre ella corresponden á lo que se llama dominio eminente no ha introducido novedad alguna el político inglés; lo único que, al parecer, hay original se refiere á la cuestit'm finan ciera y á una reforma que respeta los principios sociales y jurídicos establecidos y corrientes. En efecto; entre las fa-(iultades dominicales del poder público sobre la propiedad particular se incluye el derecho no sólo de restringirla, sino de cambiarla de forma, de capitalizar en numerario la pro piedad inmueble, que á esto equivale la expropiación forzó sa por causa de utilidad pública. La cual, no ha de limitarse á vías férreas, carreteras, urbanización, etc., etc., sino ex­tenderse á cuanto directa y solidariamente interesa á la na­ción, á la provincia, al municipio. Y en fal supuesto ¿quién podrá negar que es capital asunto de interés común la dis­tribución social de la propiedad rústica con el mayor equi­librio posible entre la grande, la mediana y la pequeña te-rratenencia? ¿A quién puede ocultársele que es un mal gra­vísimo .y de nociva y comi)Ieja trascendencia el latifundis-mo, sobre todo, si esas considerables extensiones de tierra no se cultivan, ó se las sustrae ni cultivo propio de su natu­raleza y calidad para satisfacer los caprichos del lujo, de la vanidad y del deleite?

Pero, si en cuanto á los principios no hay mudanza, la aplicación del fundamento abstracto á la materia concreta de los latifundios es, en mi entender, innovación incompati­ble con los derechos de la propiedad particular, por qué en los demás casos de utilidad pública, está el inmueble ex­puesto á una contingencia, más ó menos probable, de expro-

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piación, mientras que aquí se considera el latifundio expro-piable en virtud de su naturaleza misma, y efímero y preca­rio el dominio sobre él, un dominio que dura nada más que hasta que el poder público quiera expropiar y apronte los recursos necesarios para la indemnización. La colisión entre el dominio privado y el interés público de un camino, de un canal, de un ensanche, es un caso concreto, meramente posi­ble, casi siempre de probabilidad lejana; la pugna entre el latifundismo, vicio ya hondo y extendido, sobre todo en cier­tas naciones y comarcas, y la justa conveniencia de una mu­chedumbre de trabajadores agrícolas privados de tierra pro­pia que cultivar, es un fenómeno actual, un estado perma­nente y morboso, crónico ya, y cada día con caracteres más agudos. Aplicada á esta enfermedad la terapéutica del domi­nio eminente del Estado ó del municipio, en virtud de atri­buciones intrínsecas ó tutelfires, que para el caso es lo mis-rao, provocaría una situación de expiopiación permanente y continua, apenas contenida y atenuada por los elementos con.seri;ador(íí(, á medida que el sufragio, cada vez más ilu­minado y movido por las ideas y los esfuerzi)S socialistas, diera en el Parlamento mayor influjo y poder al radicalismo de las muchedumbres indigentes. En tal caso, se entraría en un verdadei'o socialismo de Estado, por razón del agente é instrumento de la reforma, y de socialismo efectivo y tras­cendental, si se considera la extensión, gravedad y conse­cuencias de ella. Y es que el dominio eminente para casos de utilidad pública es una escala graduada, que hasta la mi­tad ó acaso más, representa legítima intervención del poder civil en la esfera de un derecho que no hay por qué ni para qué se sustraiga á la acción del Kstado, pero más allá impli' ca ingerencia indebida é injusta y socialismo más ó menos radical ó más ó menos mitigado. No sucede en este orden co­sa distinta que en otros, en el de la libertad, por ejemplo, á la cual, por conceptos varios, impone la autoridad pública razonables, lícitas limitaciones, hasta un límite que no se puede traspasar sin que empiece la servidumbre, ó cuando menos un atentado á los derechos de la persona. Las princi­pales prevenciones para precaverlos son, por un lado, la au-

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tarquía social y por otro la excelencia de la soberanía, su sentido ético y jurídico, sus prendas de rectitud y discre­ción; pero arabas cosas faltan hoy ó son deficieutísimas en las naciones, especialmente en aquellas en que no hay ya pueblo, sino masa atómica desmoralizada y desc*reida y en que no conserva la realeza ni fuerza ni influjo frente á las demasías parlamentarias. En esas naciones en ijue la oligar quía burguesa, directora y manipuladora de los partidos con­tiene todavía á la fuerza numcrica, dueña legitima del su­fragio universal, una ley inspirada en la doctrina de Whi t -ley sería siempre una amenaza constante contra la gran pro piedad; cuando la masa arrolle á los opresores y mixtiticado-res del voto, sería el código y la consigna de una liquida­ción de latifundios, de una revolución económica más radi­cal y desastrosa que la cometida por la Revolución francesa.

Porque no pararía en ellos la nueva desamortizaciím, como quiera que el latifuudio no-es solo la finca de leguas en contorno, sino la gran propiedad, es decir, la que acumula bajo su dominio un dueño, auncjue aquélla se componga de • variedad de fincas medianas ó chicas. El problema de la grande y petjueña propiedad no es una cuestión objetiva y matemática de extensión de la finca; es el problema econó­mico de los grandes, medianos y pequeños propietarios; y tanto importa, para los efectos de vario interés público que el problema encierra, que el latifundista lo sea por un in­mueble sin solución de contigüidad, ó por multitud de ellos no contiguos. Esto es indiferente al pensamiento y propósi­to del anhelado equilibrio de una más proporcionada y equi­tativa distribución de la tierra. Por tal camino, y como quie­ra que es muy relativo y de libre apreciación, eso de lo gran­de y lo pequeño, irían el Estado ó el municipio, lanzados ya en la pendiente socialista, desamortizando también la pro­piedad mediana, hasta llegar al extremo de la socialización del suelo, distribuido por el poder público central ó munici­pal, mediante censo, arriendo ó precario é individuos ó co­lectividades agrícolas. En una palabra, la reforma financiera de Whitley lleva en sus entrañas el socialismo agrario, y no me parece aventurado vaticinar que no pasará el proyecto

PRdnLKMAS I)E «INTERVENCIONISMO» 4 5 3

ai programa de ninguno de los partidos gubernamentales pov mucho rpie avancen en la senda del radicalismo; todo (juedará probablemente en la regicni de esos pensamientos solitarios y extravagantes (¡ue, si pueden apasionar á la im­presionable gente latina, no hallan eco ni acceso en razas más reflexivas y prácticas.

V

Aunque nos interesa menos el aspecto rentístico de la teoría, también hay que examinarlo ligeramente.

En ella se entrega al propietario la tasa de su tribtita-ción con la vana es[)eranza de ([ue el interés contenga al fraude, presumiendo simplificar así las ocupaciones del Es­tado y aliviarle en la carga de sus varios oficios. Por este la­do presenta la doctriiui una lialagi'iona fase individualista, muy del gusto de todos, pero siiigularmente del pueblo in­glés.

Pero creo (pie se ha olvidado la torj)eza y pasión con que discurre el interés individual que en la mayor parte de los hombres, no está dirigido racionalmente ni piensa más allá de lo actual y de lo inmediato, sin atender á lo porvenir más lejano ni alcanzar las previsiones de la prudencia en los dominios de lo contingente ó incierto. Para muchos, la ven­taja de t r ibutar poco es lo presente y seguro; el peligro de una expropiación barata ó ruinosa, una mera posibilidad, acaso probable, pero, de ningún modo indefectible y que no se pueda eludir y evitar por cualquiera de los procedimien­tos ó industrias, con que los poderosos sortean y burlan la acción de las leyes, especialmente bajo gobiernos corrompi­dos y administraciones inmorales y prevaricadoras.

AÚ.U suponiendo que los más de los contribuyentes, te­merosos de la futura pérdida, lijaran la cuota proporcionada y justa , hay en esto una especie de juego aleatorio que des­dice de la rectitud y seriedad del poder ptíblico, exponiéndo­le además á embarazos, apuros y perjuicios en la función normal de la hacienda. Porque una de dos: ó expropia la fín-ca en cuanto se apercibe del fraude, que acaso no lo sea y

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no pase de error en el contribuyente, ó sólo expropia cuan­do la necesidad ó la utilidad de los trabajadores agrícolas sin tierra reclame allí y entonces e?a medida de interés co­mún. En el primer caso, habiendo desproporción notoria en­tre el defecto de la cuota y el perjuicio que se causa al pro­pietario,defraudador ó equivocado,determinando con arreglo á ello el precio de la expropiación, comete el Estado un des­pojo, cuya entidad es la diferencia que media entre la canti­dad de tributo que dejó de percibir la Hacienda y el precio inferior al valor de la cosa, tal ve2 irrisorio y vil, que se fijó con arreglo á un tipo tan falso é injusto. En tal supuesto, el negocio que hace el Estado es de la misma clase que el que logran muchos particulares que se enriquecen con daño ini­cuo de otros, sin que en defensa de la iniquidad valga el «/-hi imputet ni el volenti et sentienti non fit injuria. Ni tampo­co puede invocarse el título de pena contra el defraudador, porque suponiendo que la naturaleza del delito exija la pena pecuniaria, y no otra, más adecuada á la índole de aquél y á los fines de ésta, en lo que sea excesiva la diferencia, será la pena injusta, por desproporcionada; y, de todos modos, siempre sería necesario un juicio en regla, con todas las ga­rantías de tribunal y de procedimiento, para discernir sí hu­bo error ó dolo, mera culpa ó delito.

En el otro supuesto, en el de la expropiación no inme­diata, sino cuando sea preciso ó conveniente, se está privan­do el Estado, todo el tiempo que tarde el caso en presentar­se, de los debidos ingresos que representa la legítima parte de tributo sustraída por el engaño ó la equivocación, en un periodo corto, largo ó acaso indefinido. Y esta es la parte aleatoria del sistema.

VI

En resumen; bajo las apariencias de una innovación fis­cal que, á primera vista, parece sencilla y simpática, se ocul­ta, no sé si cautelosamente, una revolución de socialismo agrario; la reforma financiera encierra en su seno la más radical de las leyes agrarias que ha habido en el mundo.

PBOHLKMAS DE «INTERVENCIONISMO» 455

No se me oculta que algunos, sin dejar de juzgarla aven­turada y atrevida, no se avendrán á considerarla socialista; y de buen grado confieso que no es tan fácil señalar dónde un abuso de las facultades dominicales del Estado entra ya en la jurisdiccicm del socialismo, como quiera que siendo impracticable la neta negación de la propiedad particular y privada y el goce igual y común de los bienes de la tierra, en el cual consistiría el comunismo, ha tenido que rebajarse la tesis comunista absoluta, que ya nadie sostiene en teoría, á una variedad de atenuaciones y mixtificaciones doctrina­rias, imposibles, como lodo lo contradictorio y ecléctico, de encerrarse en una fórmula general, cuanto más en una defi­nición rigorosa. Ha entrado el socialismo gubernamental y moderado en un terreno oportunista de pacifica invasión en los dominios de la doctrina, de la política y de la legislación burguesas, á la cual se propone arrancar cuantas concesio­nes y ventajas puede en favor y alivio del proletariado; y así, más que de la teoría, se preocupa de desglosar del siste-rna, puntos parciales y secundarios, para sin alarmas ni ruidos, realizarlos á título de juiciosas peticiones y pruden­tes reformas. Bien puede asegurarse que la de Whitley sería acogida por los socialistas más que con alegría, con entu­siasmo, aunque lo disimularan por no infundir en las clases comervadoroH justificados recelos.

A la política económico-social del difunto Príncipe de Bismark, en la cual está inspirada no sólo la legislación obrera de Alemania, sino de otras naciones, se la calificó de socialismo de Estado; y eso que toda la tutela que esas leyes encierran no pasa de formas varias de la beneficencia, que tiene que echar sobre sí el poder civil cuando otros órganos sociales la abandonan y en la proporción en que la descui­dan y la dan al olvido; y por eso tendrá el Estado que ser cada vez más socialista á medida que es más egoísta la so­ciedad y la propiedad más abusiva y menos pií^dosa con los desheredados. Más aún; Uámannos socialistas de la cátedra á cuantos en ella mantenemos el principio, de simple bneo sentido, del derecho y el deber que tiene el Estado de inter­venir en la esfera económica, por oficio natural ó tutelar y

4r»<i ENKICJUK ( T U , Y HlUI.KS

no por razones distintas de las que justifican la acción auto­ritaria en los demás órdenes, que no sé por qué habían de ser menos inmunes que el del interés material, valiendo, co mo valen, harto más que él.

Pues bien, si el individualismü, aún no desarraigado, bien que tan desconceptuado y en baja, llama socialismo de Estado ó de cátedra, á cuantas doctrinas afirman que el po­der civil tiene en la esfera económica mucho más que hacer <iue garantizar el libre juego y competencia de los intereses materiales, manteniéndose neutral en la lucha, aunque ésta sea de potentados y desvalidos, ya puede calificarse de so­cialismo caracterizado un sistema rentístico que implícita­mente supone el derecho de proveer de instriimento de tra bajo á los productores agrícolas (jue carecen de él, expro­piando, para ello, á título de utilidad pública, á los latifun­dios que tenga por conveniente.

Esta es ya la nota comiín de lodos los matices socialis­tas: la socialización de todos ó de parte de los medios pro ductivos, limitándose el socialismo ó colectivismo agrario, á declarar colectivo sólo uno de los instrumentos de trabajo, la tierra, un solo capital industrial, el suelo. Ahora bien; dí­gasenos si, en la esencia, discrepa el socialismo de Whitley del de Henry George (Progresa and Poverty), aunque los procedimientos de renovación sean distintos. El más ó el me nos no cambia la especie; á título de conveniencia pública, y para dotar del necesario instrumento de trabajo, á más ó menos número de agricultores, expropia un determinado nú­mero de latifundios,haciéndose capitalista territorial. ¿Quién negará que una vez admitido el principio expropiador, no para una obra pública, sino para poner en condiciones de producir á quien ó quienes carecían de ellos, no se detendrá él Estado, en el límite de unos pocos trabajadores agrícolas favorecidos, sino que lo extenderá á todos los necesitados, sin más limitaciones que la cuantía de los recursos con que ouente la Hacienda para la indemnización? Y esos recursos los irá proporcionando, cada vez en mayor cuantía, la na ción, y en ella los mayores contribuyentes, entre los cuales se encuentran los latifundistas.

PBOBLBMAH DE «INTERVENCIONISMO» 457

Hecho dueño el Estado ó. por su autorización, el Muni­cipio, de más ó menos latifundios, convertidos en agerpu-hlicus, aunque no por conquista, sino por compra, lo natural es que lo distribuya en la forma en que generalmente se ha entregado est* ager al aprovechamiento particular, según las leyes agrarias de los divertios tiempos, esto es, mante­niendo el dominio directo, mediante arriendo, censo ó pro cario; y, dado el pensamiento y propósito de Whitley, lo natural es no revender los latifundios expropiados, para no entregar otra vez la pequeña propiedad á los azares de la contratación y de la sucesión, y al íiu, dadas las condiciones de los tiempos, al renacimiento del látifundismo absor-vente.

De todas maneras, con este socialismo oportunista y evo­lutivo, habría concluido la gran propiedad, cosa muy dis­tinta del vicio de los latifundios, ó sea del desproporcionado predominio de aquella, en daño y destrucción del pequeño y mediano dominio. Es decir, sólo habrá un gran propietario territorial, el Estado, distribuidor de esa gran parte del sue­lo á una multitud considerable de obreros agrícolas. Si esto no es socialismo, bien que parcial, mitigado y tan contra­dictorio como otras formas y manifeatacionea de ¿I, no me atrevo ya á señalar en qué consiste el socialismo.

Pero, habiendo reconocido que el excesivo número de la­tifundios es un calamitoso vicio orgi^ico de la propiedad, ¿cuál es la acción que contra él correspohde al Estado? ¿dón­de ha de detenerse su intervención en respeto debido i la propiedad particular? La indagación contenida en éstas pre­guntas será objeto, Dios mediante, del siguiente artículo.

ENRIQUE GIL Y BOBLBS. Ciftedrático de la Uoiverildad da SulMiwnea.

(Ooncluirá).

lis Cooperaitivaí; de consuipo, pairai poder ;er un ín^rumento de tr^in^oriDíicióo 50ciail, deben ;er ciitólicíis '

Si las cooperativas de consumo han de corresponder á los elogios que de ellas han hecho sus panegiristas, y á las esperanzas que en ellas han cifrado muchos sociólogos, no basta que sea grande el número de socios, ni que los organi­zadores y directores sean personas entendidas, de buena fé, de suficiente abnegación para trabajar desinteresadamente en bien del obrero; es preciso además que todo vaya infor­mado por el espíritu católico: que sean católicos los coope­radores, ó por lo menos, la mayor parte de ellos; católica la Sociedad Cooperativa; católicas todas las instituciones que de ella dependan. Con razón dijo un cooperador inglés (2) en uno de los Congresos de Kochdaíe: «El espíritu religioso es necesario aun para el esfuerzo colectivo. La cooperación no obtendrá mejor éxito en una nación sin Dios, que en una nación sin cultura intelectual. Los hombres sólo se conside­ran hermanos, cuando se creen hijos de Dios: tal es la razón de las relaciones que necesariamente existen entre la coope­ración y la religión».

(1) Tenemos singularísima complacencia en reproducir aquí un hermoso capítulo del libro Cooperatis'no católico que acaba de dar á la estampa el sabio Jesuita é infatigable apóstol de los obreros Reve­rendo P. Antonio Vicent. Recomendamos á los lectores que adquieran esta interesante obra que derrama mucha luz sobre las ideas moder­nas de cooperación y que por lo que tiene de práctica para la solución del problema obrero debe ser estudiada por cuantos dedican sus es­fuerzos á la acción social católica.

El^ibro Cooperatismo católico es una joya más de la literatura so­ciológica contemporánea, digna del renombre del celebrado autor de Socialismo y Anarquismo y del Manual de las Escuelas de Reforma so­cial. Útilísimo complemento de dichas obras ha de contribuir podero­samente en la esfera de la práctica á la restauración del organismo so­cial para bien de todas las clases.—^, de la R.

(2) Citado en Le XXmt Siécle, Mayo de 1893.

IiA8 OOOPEBATIVAS DE CONSUMO, ETC. 459

A nadie podrá causar extrañeza que nos apartemos en esto de muchos autores españoles y extranjeros, que no ce­san de proclamar como principio fundamental, que en la co operación se debe prescindir en absoluto de religión y de po lítica. Por lo que toca á la política, claro es eme estamos con­formes; porque tal como solemos entenderla en España, es el virus ponzoñoso que esteriliza las más nobles y fecundas empresas; pero en ninguna manera podemos adherirnos á los que quieren que se haga caso omiso de la religión.

Que las asociaciones de obreros, para que sean provecho­sas, hayan de ser católicas, es cosa que no admite ningún género de duda; las que no lo sean, podrán dar á los obreros un poder que muchas veces ejercerán en daño propio; podrán proporcionarles, cuando más, algunas ventajas materiales, como disminución de trabajo, aumento de jornal ó economía en los gastos; pero ¿qué importa al obrero haberse hecho ri­co con la ayuda de la asociación, si por falta de su alimento propio, corre peligro de perderse su alma? (¡) ¿Y qué puede esperar la sociedad de unas asociaciones, que sin mejorar el estado moral del obrero, no harán más que fomentar su am­bición, que, como la de todos los hombres, nunca dice bas­ta, y cuanto más tiene, más anhela y procura tener?

Lo que decimos de las sociedades obreras en general, es aplicable de un modo particular á las cooperativas; porque, ó estas sociedades tienen únicamente un carácter mercantil, y en este caso no pasan de ser sociedades individualistas co­mo otras cualesquiera ó aspiran á algo de mayor trascenden­cia en el orden social; y entonces, ¿cómo podrán ser buenos los fines que se propongan, ó cómo los podrán realizar, si por ventura lo son, privadas del espíritu católico? .

Las cooperativas patronal-obreras, ni siquiera podrán existir en esas condiciones; porque el único lazo bastante fuerte para unir estrechamente á ricos y pobres, es la caVi-dad cristiana, que en vano pretenden miichos sustituir hoy con ese tan cacareado altruismo, cuyos prodigios no hemos visto hasta ahora, y seguramente tardaremos macho en ver.

(1) Su Santidad León XIII, Enoiclioa De coniitione opificum.

480 P. ANTONIO VlCENT

Lo que mueve á los ricos á trabajar en bien de los pobres, son las ideas cristianas grandiosamente resumidas por Bos-suet, cuando dijo que «la Iglesia de Jesucristo es el reino de los pobres», y que «si en ella son admitidos los ricos, es con la condición deque sirvan A los pobres». Arrancados del co­razón del rico los sentimientos cristianos, nada le moverá á sacrificarse por el pobre; el egoísmo le hará sordo é insensi­ble á las quejas más fundadas y á las más justas peticiones; y si algo se obtiene de él, será tan sólo en momentos de te­rror ante un peligro inminente, imponiéndole por la violen­cia alguna condición que aceptará de mal grado, y mirará como concesión otorgada por fuerza á un enemigo, no como obsequio cariñoso hecho á un hermano.

En cuanto á las cooperativas exclusivamente obreras, de las que hacen profesión de socialistas ó anarquistas, nada hemos de decir; cualquiera puede ver si son una esperanza ó un peligpro. Las que quieran aparecer como neutras, no tar­darán en ser absorvidas por las revolucionarias, como ha su­cedido con algunas de Cataluña. Y aunque así no suceda, si la cooperativa tiene empeño en presentarse como neutra, neutras serán también las instituciones que de ellas depen­dan, si algunas hay; neutras, ó sea laicas, las escuelas, y, por lo tanto, completamente estériles para la verdadera cul­tura del pueblo; pues como dijo Portalis, ministro de Napo­león I, no puede haber enseñanza sin educación, ni educa­ción sin religión.

Se nos objetará acaso que, prescindiendo por completo de la religión, han alcanzado asombrosa prosperidad algu­nas cooperativas extranjeras. No lo negamos; pero esto sólo prueba el gran poder de la cooperación, pésimamente em­pleado, por cierto, por las cooperativas á que nos referimos. En ellas el número de socios ha llegado á cifras verdadera­mente enormes; el valor del consumo anual asciende á va­rios millones; poseen grandiosos edificios, inmensos almace­nes..., es verdad; pero ¿han hecho algo por la paz social? To­do lo contrario; han sido frecuentemente el banderín de en­ganche para las huestes socialistas, la fuente de donde han manado en abundancia los recursos para sostenimiento de

LAS COOPEBATIVAS DE CONSUMO, ETO. 461

huelgas y para todo linaje de propaganda antisocial. En la victoria obtenida por los socialistas alemanes en las últimas elecciones, influyeron no poco las cooperativas. Gracias á ellas también, el partido socialista cuenta en Bélgica con 36 diputados. Las sociedades cooperativas son, como se dice en un libro publicado no hace mucho tiempo (1), «la clavija obrera del partido socialista belga».

Y no se diga que toda clase de cooperativas, por el sólo hecho de mejorar la condición del obrero, contribuyen á la obra de pacificación social. Nada más lejos de la verdad» El conocido orador libertario Sebastián Faure, entre otros mu­chos que vienen á decir lo mismo, deshace ésta, que él con­sidera objeción formulada por algunos contra las coopera­tivas.

He aquí sus palabras: «Hay ciertos obreros, ciertos pro­letarios, hasta ciertos libertarios, que, engañados por apa­riencias que no aciertan á penetrar, no alcanzan á entrever los resultados inmensos que pueden obtenerse por medio de la cooperación. Hablemos de esos elementos.

¿Por qué combaten esos elementos la cooperación? Desde luego porque sostienen (jue el obrero, al mejorar de condi­ción, deja de ser revolucionario. Creen que la miseria es un factor de revoluciones. También yo lo había creído así; pero luego la observación y la historia se han encargado de hacer­me volver de mi error, enseñándome que no son, ciei'tamen-te, los miserables, los'que realizan las grandes transforma­ciones. No hay duda que, en un momento dado, la extrema miseria puede conducir a un movimiento de desesperación; pero no será ella la que realice la obra de transformación que ha de acometerse al siguiente día. La miseria puede lle­var á cabo, en un momento, un acto de exasperación; pero carece de las condiciones necesarias para desenvolver la re­volución por aquel acto iniciada.

Subamos á una buhardilla de la que se haya la miseria enseñoreado. Apenas hay muebles; una madre amamanta á un hijo con unos pechos'que no tienen leche; extenuados, ti- \

(1) Le soáaliame en Belgique, por Destrée y Yandervelde.

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ritando de frío, hállanse acurrucados y encogidos, un pobre obrero sin trabajo,'8U8 hijos y un viejo imposibilitado, padre de aquél. Todos aquellos seres están prontos á caer de rodi­llas para implorar de poderes sobrenaturales lo que la natu­raleza les niega; no están dispuestos á alzar los puños, sino á levantar las manos; no á erguirse contra el régimen social, de que son víctimas, sino á postrarse de hinojos y balbucear una plegaria. No los insultemos; respetemos antes su acti­tud, que ¡quién sabe sr también sería la nuestra, colocados que nos viéramos en las mismas condiciones! No los conde­nemos; pero reconozcamos que no son esos seres aquellos de quienes debamos esperar un movimiento libertador. En Francia decimos que comiendo viene el apetito. Démosles á los obreros comodidades, aguas puras, aire sano, buena ali­mentación, y á medida que estarán mejor serán más exigen­tes, porque las comodidades sólo se estiman cuando se co­nocen» (1).

Estas palabras, por su misma claridad y por ser de quien son, no necesitan comentarios; encierran una franca confe­sión, hecha por voz en este punto muy autorizada, de que la cooperación no es de suyo un obstáculo para el avance de la revolución social. Y esto no píiede ser más evidente. La co­operación es un arma que puede esgrimirse en defensa de todos los ideales; sus efectos serán buenos ó malos, según quién y con qué fines la maneje.

Por lo dicho se ve claramente que si las cooperativas no han de ser católicas, mejor es que.no existan. Pero esto no significa en manera alguna que los católicos cumplan con su deber encerrándose en la inacción, mientras los enemigos de la fe, de la patria y de la sociedad trabajan con ardor y adquieren cada día nuevos prosélitos. El peligro formidable, creado por las cooperativas revolucionarias, solo puede con­jurarse oponiéndoles cooperativas y otras asociaciones obre­ras, animadas del espíritu católico. Por eso creemos llegada

(1) Conferencia dada en el teatro de Belleville de Parfs, el día 23 de Julio de 1903, publicada por la Revista Cooperativa Catalana, Sep­tiembre de 1903.

LAS COOPERATIVAS DK CONSITMO, ETC. 403

la hora de que todos nos lancemos resueltamente á la propa­ganda católica en el terreno de las obras sociales, secundan­do eficazmente la acción del clero, que en varias regiones de España está dando gallardas muestras de no haber olvidado aquellas palabras de León XIII (1):

«Cosa es de por sí manifiesta, cuánto deben trabajar los sagrados ministros en todo este género de obras que ligan directamente los intereses de la Iglesia y del pueblo cristia­no, y cuan eficaces son para este fin los muchos medios de que disponen, su doctrina, prudencia y caridad. Nos mismo, más de una vez, hablando con eclesiásticos, hemos creído conveniente asegurarle» que en nuestros días es oportuno llegarse al pueblo y comunicar saludablemente con él. Con más frecuencia aún, de no mucho tiempo á esta parte, en le­tras dirigidas á los obispos y otras personas eclesiásticas» alabamos esta amorosa solicitud en favor del pueblo, dicien­do de ella que es propia de uno y otro clero».

Como ejemplo de lo fructuosa que podría ser la acción social del clero, queremos citar una crónica titulada: «Un párroco y sus obras rurales», publicada por Max Turmann en el semanario La Justice Sociale, de París, que dirige el célebre abate Naudet (2).

El abate Marelin, párroco de Chaumont-sur Aine, de acuerdo coy algunos de sus feligreses, resolvió establecer allí una cooperativa de consumo, que de principios muy hu­mildes, llegó á tener el mayor desarrollo posible para una Población de escasa importancia El éxito feliz de la coope­rativa hizo entrever á aquellos campesinos las ventajas de la asociación, y les dio alientos para establecer una caja de seguros para el ganado, y luego otra de retiros para la ve­jez. Tras éstas se fundó otra institución, más beneficiosa si cabe: una tómbola, con la cual se sostiene una farmacia, que además de proporcionar gratuitamente á cada uno los reme­dios que necesita, le entrega un franco diario de socorro

(1) Enoiolioa De la Democracia Cristiana, (2) Puede verse un conoienzudó resumen de ella en la Crónioa bl-

bliagráfloa de la Revista Católica de las Cuestiones Sociales, Julio 190S.

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cuando está enfermo. Existe además un sindicato agrícola, con una Casa del pueblo, en la cual están instalados el al­macén de la cooperativa, el granero y el depósito para las máquinas del sindicato, quedando todavía espacio suficiente donde reunirse los socios para oir conferencias agrícolas. Además de todo esto, el ingenio y la caridad del abate Ma relin han hallado medios para hacer, aun á los más pobres de sus feligreses, propietarios de la casa que habitan. Otra idea felicísima, que ojalá se realizara en España, concibió y puso en práctica aquel párroco de tan admirables iniciati­vas: la de aplicar una parte de los fondos de la caja de reti­ros á la obra larga y difícil, pero necesaria y urgente, de la repoblación de los montes. Para comenzar, adquirió algunos terrenos incultos,, situados en las laderas de las montañas ve­cinas, é hizo plantar allí unos 11.000 abelos, con los cuales se ha formado ya un bosque, fruto de las ideas mutualistas.

El párroco de Chaumont-sur-Aine ha visto bien recom­pensados sus trabajos, con los grandes beneficios materiales y morales que han traído á su parroquia todas estas institu­ciones; el movimiento comercial ha aumentado extraordina­riamente; los empleados del jui^gado se lamentan de no tener que hacer, tal es la paz que allí reina, y el pueblo cumple mucho mejor que antes sus deberes religiosos. Y no es de extrañar; pues como dice el abate Marelin, «el sindicato es un trabajo de aproximación, que pone en contacto al sacer­dote y al pueblo, dando al sacerdote su influencia y disipan­do los prejuioios>/.

Sin necesidad de ir tan lejos á buscar semejantes ejem­plos, tenemos en España, casi á las {tuertas de Valencia, un pueblo, destrozado antes por el caciquismo, teatro no ha mu­cho de sangrientas escenas, y ahora transformado entera­mente, gracias á la influencia de las instituciones católico-so­ciales, fundadas y dirigidas por un párroco tan celoso como ilustrado. Cooperativa de consumo, Gremio de labradores, Sociedad de Socorros Mutuos, Caja de Crédito popular. Caja de Ahorros y. Monte de Piedad, Seguros de Caballerías, Asociación económica para que los jóvenes pueiJan librarse del servicio militar, y li a doncellas adquieran dote para to-

LAS OOOPEBATIVAS DE CONSUMO, ETC. 465

mar estado: todo esto funciona admirablemente en Cuart de Poblet.

jQuiera Dios que estos ejemplos tengan cada día más imi­tadores, que la acción social del clero se haga cada vez más extensa y eficaz, y sea secundada en cada población por los católicos más influyentes! Entonces se realixaria aqnel gran pensamiento de Federico Ozanam: poner la fe bajo la protec­ción de la caridad. Que obra de caridad es, y muy grande, contribuir á la fundación y sostenimiento de cualquier ins­titución que redunde en bien del pueblo; lo cual, cuando se trata de una cooperativa de consumo, pnede hacerse sin nin­gún gasto extraordinario, con solo proveerse eu ella.

Convénzanse de esto los ricos y no olviden lo que les di­jo León XIII , en la ya citada Encíclica, después de recor­darles el precepto do la limosna:

«Cede, además, en honor y justa alabanza de la caridad, el subvenir á las necesidades de las clases ínfimas, no ya só­lo con auxilios transitorios, sino además por medio de insti­tuciones permanentes, porque en ellas tienen los necesitados ventajas más estables y seguras. Y todavía es más recomen­dable el propósito de infundir en los artesanos y obreros el espíritu de parsimonia y previsión, de forma que les sea da­do, andando el tiempo, proveer, en parte al menos, á sus ne­cesidades; lo cual, aliviando en los ricos el peso del deber para con los pobres, contiene á la ve/ cierta manera de deco­ro en los proletarios, pues al paso que los estimula para que se preparen un porvenir más risueño, los aparta de los peli­gros^ reprime en ellos el ímpetu de las pasiones y los pone en la recta senda de la moral. Con que siendo tan grande la uti­lidad que de aquí se sigue, y tan apropiada á nuestros tiem­pos, razón es que la caridad de los buenos se ordene á este fin con discreción y. presteza».

Y con palabras más terminant-es aún, dirigiéndo8« des­pués especialmente á las otases más elevadas de la sociedad, dijo León XIII en la abisma Encíclica:

«Será principalmente necesario procurar la benévola co­operación de aquellos que, por su nacimiento, por sus recur­sos, por la cultura de su ingenio y por su educación, gocen

3

466 P. ANTONIO VIOKNT

de mayor autoridad. Faltando este concurso, muy pocas obras podrán emprenderse de cuantas cnuducen al bien anhelado del pueblo: por .el contrario, el camino que conduce á él será tanto más breve y seguro, cuanto mayor sea el número de los que cooperen y más intensa la cooperación. Quisiéramos considerasen que no están exentos de procurar la suerte de los que viven en el grado ínfimo, ni de descuidar de ellos, si­no antes se hallan obligados en su favor. Porque el ciudada­no no vive solamente para sí, mas también para la comuni­dad; y así lo que algunos no pueden prestar, en obsequio del bien general, empléenlo otros con mayor largueza. De la gravedad de este deber da testimonio la superioridad misma de los bienes recibidos, á la cual se sigue ciertamente que ha de darse una cuenta más rigurosa á Dios, que los ha otorga do; y además la declara la consideración del diluvio de ma­les, que á no ser prevenidos con tiempo, harían al fin la rui­na de todas las clases; así el que no piensa en socorrer á los miserables, convicto resulta de imprevisor, así respecto de sí, como de la misma comunidad».

Estas palabras, emanadas de la cátedra infalible de ver­dad, no necesitan confirmación ninguna; pero aun sin nece­sitarla, ¿no la están recibiendo á todas horas con los desórde­nes y crímenes sin cuento, que cada día presenciamos, y con el peligro de otros, todavía mayores, que sin cesar nos ame­nazan? El Vicario de Cristo señaló al mundo el remedio de estos gravísimos males: la caridad ejercida por medio de la limosna individual y por el auxilio prestado á las institucio­nes que tienden á mejorar la suerte del obrero. Fuera de aquí, es inútil buscar la solución; que como dijo nuestro gran Donoso Cortés, «en vano se cansan los filósofos, en va­no se afanan los socialistas; sin la limosna, sin la caridad, no hay, no puede haber distribución equitativa de la rique-ca. Sólo Dios era digno de resolver ese problema, que es el problema de la humanidad y de la historia>.

p. ANTONIO VICENT. ' D« U OoinpaAf» de .lenúa.

co)(ce?To n CA )ÍSOCIACI5X t ih coo?ewi6)( m w i

Integran la sociedad y forman las fuerzas generadoras de su evolución y perfeccionamiento, la acción privada indi­vidual, la privada colectiva y la oficial ó guhernamental, correspondiéndoles relativa serie do funciones, que se en­cuentran en armónica relación y dependencia con la ener­gía de sus aptitudes; y nadie puede negar, que al individuo, á la asociación y al Extado se debe en general, todo cuanto existe de progresivo y grande en la organización contempo­ránea, ya en orden á las ideas, ya éu relación al desarrollo de los elementos materiales de riqueza científico-industrial.

Claro es, que el individuo, célula social, es el generador constante del progreso, pero puede ejercitar sus iniciativas sólo y aisladamente; sumando sus fuerzas con las de sus se­mejantes, y buscando en la asociación el triunfo de sus de­seos, que él privadamente no lograría alcanzar, y por úl­timo, constituyendo la gran masa nacional á la que imprime organización y régimen la representación gubernativa, que esterioriza las necesidades generales, y aun las particulares, en cuanto se relacionan con la vida nacional, por medio de leyes, suprema ipanifestación de la voluntad colectiva. ,

Haciendo práctica aplicación de est^s ideas á la cuestión social, es necesario reconocer que la influencia de estos tres elementos existe, y sería cerrar los ojos á la realidad, si se negase que el obrero individualmente, el obrero asociado y el Eétado, por medio de leyes, imprimen su iniciativa y su po­der en la resolución de las amplias cuestiones que engendra la vida del trabajo.

El Estado ampara y defiende los derechos sociales y re. gula los individuales, en cuanto su transgresión puede per­judicar el orden ó violentar bajo cualquier forma la marcha regulada y armónica de la sociedad, pero jamás desciende á particularismos, cuya solución corresponde únicamente á la voluntad privada. De donde resulta, que la ley tiene que concretar su acción á fundamentad sólidamente las relaoio-

408 JOSÉ DB POSSE Y VILLÉLGA

nes del trabajo, pero sus deducciones y específicas conse­cuencias, deben quedar al arbitrio de las partes interesadas, ya que por su variedad indeterminada, su continuada movi­lidad y carácter esencialmente privado, excluye y rechaza toda intervención distinta de la voluntaria y claramente manifestada por quien corresponde, la defensa y cuidado de aus propios intereses.

El obrero desarrolla todas sus energías para mejorar su condición y defender sus derechos, pero el egoísmo condú­cele muchas veces á exageradas pretensiones que traspasan los límites de lo justo, y en otras vé burladas sus peticio­nes, que se estrellan contra la triste impotencia de sus sú­plicas.

Dedúcese de aquí, que si la ley no puede, porque su ca­rácter se lo impide, y el obrero es insuficiente para contra­rrestar las imposiciones del capital, es preciso recurrir al procedimiento privado social, ó sea en este caso la asocia-eión y la cooperación obrera, como único medio de suplir unas y otras deficiencias.

Pero aun hay más. Siente la clase obrera urgentes nece­sidades, cuya ejecución no pueden en modo alguno cumplir el Estado, ni el obrero, porque carecen de recursos y su rea­lización corresponde á la asociación, poderosa fuerza que asi­milando y reuniendo las energías individuales, siempre in­capaces de grandes y eficaces resoluciones, cumple con las sagradas exigencias del proletariado y atiende á sus más frecuentes necesidades. Así sucede con las Sociedades Coo­perativas obreras en su variedad de formas, que únicamente viven con el esfuerzo colectivo, y dan satisfacción cumplida á quienes si individual y aisladamente pueden poco, aunan­do sus débiles fuerzas á las de sus compañeros, forman con la asociación el más poderoso baluarte, desde donde com­baten funestas imposiciones, y llegan tristemente á querer proclamar su absoluto y pleno capricho; es que el radicalis­mo individual lleva derechamente al despotismo en los de arriba, y el socialismo conduce al revolucionarismo en los de abajo; perpetua condenación de los extremos que siempre son viciosoa.

CONCEPTO DK LA ASOCIACIÓN ETC. 469

Estos conceptos están de completo acuerdo con los que forman el fundamento de la Democracia cristiana y no son más que un reflejo fidelísimo de los que tan sabiamente con-sigrfó el Papa economista en sus magnas Encíclicas sociales.

Defiende León XIII la intervención del Estado en cuan­to regula legalraente las relaciones de obreros y ()atronos, fundándose eu que aquéllosi carecen de libertad suficiente para contratar y que se impone la necesidad de que exista un superior principio que impida odiosas explotaciones y de­tenga la acción especuladora de los fuertes que en muchos casos pretenden y aun consiguen vencer con sus imposicio­nes á los débiles, que no cuentan más que con el amparo de una legislación protectora de sus derechos. Y en este sentido aconseja la formación de una legislación que reglamente el contrato de trabajo; impida el de los niños menores de 12 años y regule el de los que excediendo de dicha edad, no alcancen la de 18; prohibición del trabajo nocturno de niños y mujeres y la limitación del ejecutado por éstas que seré prohibido en caso de embarazo; el estricto cumplimiento del descanso dominical y la aceptación del mínimuin del sa­lario; la organización de cooperativas de crédito, consumo y producción y la defensa de los intereses espirituales obreros, fomentando su instrucción religiosa é impidiendo la pro­clamación y difusión de falsas doctrinas contrarias al orden y opuestas á la moralidad. Concluye diciendo el Santo Padre que «la Autoridad ppblica debe tomar las medidas que se re quieran para poner á salvo la salud y los intereses del obre­ro;- si á esto falta, viola la justicia. La ley es la primer fuer­za del débil.»

No se oculta al sabio Papa que la ley no puede compreh-der dentro de sus prec^ptos, la variada complejidad de for­mas que adopta la cuestión social, y la solución de las múl­tiples diferencias que surgen á diario entre patronos y obre­ros y que la ley por muy meditada que sea no puede abarcar completamente; admite como de grande utilidad la acción colectiva ó asociada, con la que aspira á resucitar los anti­guos gremios que mató el individualismo revolucionario. En este sentido se expresa cuando dice: «Los amos y los mismos

470 JOSÉ DE POSBE Y VILLELGA

obreros pueden hacer mucho para la solución de esta contien­da, estableciendo medios de socorrer convenientemente á los necesitados y acortar las distancias entre unos y otros. Entre estos medios deben contarse las asociaciones de socorros mu­tuos, y esa variedad de cosas que la previsión de los particu­lares ha establecido para atender á las necesidades del obre­ro y á la viudedad de su esposa y orfandad de sus hijos, y en caso de repentina desgracia ó de enfermedad, y para los otros accidentes á que está expuesta la vida humana; y la funda­ción de patronatos para niños, jóvenes y ancianos. Mas co­rresponde el primer lugar á las asociaciones de obreros, que alcanzan ordinariamente casi todas las cosas dichas»... «Como éste, nuestro siglo, es más culto, sus costumbres dis­tintas y mayores las exigencias de la vida cotidiana, preci­so es que los tales gremio» ó asociaciones de obreros se acomo­den á las necesidades del tiempo presente. Con gusto vemos que en muchas partes se forman asociaciones de esta clase, unas de solos obreros, otras de obreros y capitalistas; pero es de desear que crezcan su número y su actividad»...

Finalmente, en cuanto á la acción individual, consigúela León XIII mediante el señalamiento estricto de los dere­chos y deberes que recíprocamente corresponden á capitalis­tas y obreros y que en su variada complejidad podemos re­ducirlos á los siguientes: Con relación á los amos. 1.° «No tener á los obreros como esclavos; que deben respetar en ellos la dignidad de la persona y la nobleza que á esa perso­na añade el carácter de cristiano... Que lo que verdadera­mente es vergonzoso é inhumano, es abusar de los hombres, como si no fuesen más que cosas para sacar provecho de ellos, y no estimarlos en más que lo que dan de sí sus tnúsculos y sus fuerzas.» 2.° «No imponerles más trabajo del que sus fuerzas puedan soportar ni tal clase de trabajo que no lo sufran su sexo y,su edad.» 3." «Pero entre los princi­pales deberes de los amos, el principal es dar á cada uno lo que es jasco. Sabido es, que para fijar conforme á justicia el límite del salario, muchas cosas se han de tener en conside­ración; pero en general deben acordarse los ricos y los amos, qae oprimir en provecho propio-á los indigentes y meneste-

(lONOKPTO DE LA ASOOIAOIÓN ETC. 471

rosos, y de la pobreza ajena tomar ocasión para mayores lu­cros, es contra todo derecho divino y humano.» 4." «Ordénese así mismo qu<' en los proletarios se tenga en cuenta con la Religión' y con el bien de las almas.» 6." «Observancia dfel domingo y días festivos, exceptuando el caso de necesidBl reconocida y debidamente autorizada.» 6." «Prohibición ae introducción y uso de bebidas alcohólicas, de blasfemar y de conversaciones obscenas.» Siguen á estos, otros deberes de menor importancia y que totalmente pueden comprenderse en lo que dice el Pontífice en las siguientes líneas: «Patro­nos, tenéis deberes de caridad y de justicia para con vuestros obreros»... «Patronos, tenéis deberes para con vuestros -obre­ros, para con los patronos y para con la sociedad»...

Corresponde á el obrero el deber de trabajar, desempe­ñando cuantas obligaciones hubiese contraido con su patro­no, siempre que no contraríen los sacros principios religio­sos ó violenten las leyes de su naturaleza.

Yemos por las indicaciones que acabamos de hacer de­mostrada plenamente la necesidad de las asociaciones obra­ras, como medio indispensable de resolver las cuestiones que produce la vida del trabajo y como elementos esenoialisi-mos que han de emplearse para elevar la consideración moral y económica del proletariado.

La clase obrera ha llegado á comprender lo exactas que son estas afirmaóioues, probadas por una observación de mu­chos años y ha buscado el refugio de la asociación, sin des­preciar el amparo de la ley, pero olvidando desgraciadamen­te muchas veces que la asociación tiene que ser dirigida por los principios de la moralidad y del orden, si se quiere que sea centro de paz y de armónicas relaciones, entre los ele­mentos que constantemente luchan y se contraponen.

Acabamos de referirnos á las dos formas radicalmente contradictorias del concepto de la asociación obrera.

(8e eonoluirá.) JOSÉ DE P08SE Y VILLBLGA.

LOS INSTITUTOS MILITARES Y LA DECADENCIA DE LAS RAZA^ EUROPEAS

I

La guerra ruso-japonesa ha revelado muchas cosas (jue hasta aquí estaban ocultas para la mayoría de las gentes. En los comienzos de la contienda, pocos militares creían eu la posibilidad del triunfo del Japón sobre el imperio de los Czares. Se abrían los grandes anuarios de índole internacio­nal, y en ellos se leía: «Rusia dispone, para el caso de nna guerra, de un ejército compuesto de 76.0(X) oficiales, 4 millo­nes 600.000 soldados con 562.000 caballos, y de una escua­dra de veinte buques, entre acorazados y cruceros acoraza­dos, todos ellos de más de doce mil toneladas, y el Japón só­lo dispone de 11.611 oficiales y 467.480 soldados con ill.067 caballos, y de una escuadra de combate com|)uesta de siete acorazados y seis cruceros acorazados.» ¿Podía caber duda de que Rusia dis])onía de un ejército y de una escuadra in­mensamente suj)eriores al ejército y á la escuadra del Japón? ¿No era evidente, por lo tanto, (jue todas las probabilidades de la victoria estaban de parte del ejército moscovita? ¿Có-ifao ha podido ser éste vencido? ¿Cómo han podido ser no ya derrotadas sino totalmente destruidas las escuadras de com­bate de los rusos?

Los grandes publicistas militares que han estudiado so­bre el terreno las operaciones realizadas por unos y otros contendientes, señalarán á no dudarlo los errores de acción y.de omisión padecidos por los generales y almirantes ru­sos, y los aciertos indudables, así en la táctica como en la estrategia, obtenidos por los generales y almirantes japone­ses. A nosotros nos toca únicamente estudiar lo sucedido desde el punto de vista ético y sociológico, así en las cansas como en los efectos, con los datos y noticias hasta ahora co-nooidos y publicados. ¿Quién no recuerda, á la vista délo su-

L o s INST1TUT08 MILITJ»BBS, B T C . 473

cedido, la lucha de David con el gigante Goliat? Y conste que no se trata aquí de comparar á los japoneses con el pro­feta rey, sino sólo de mostrar que, cuando el Señor de los ejércitos lo ordena, las circunstancias todas, unidas en ac­ción común, concurren á que el débil venza al fuerte, el pe-^ueñuelo al gigante.

Sólo que Dios no obra por pasiones, ni por impulsos cie­gos, sino por actos de supremo acierto y desde luego de su­prema y absoluta justicia.

Los gobiernos de Rusia y el pueblo ruso son reos de mu­chos y graves delitos de diversa condición y trascendencia. Rusia, en efecto, no se contentó con destruir el reino de Po lonia que tantos servicios había prestado á la causa de la ci vilización europea en frente de la barbarie turca, sino que luego abrió persecución ensangrentada contra sus nuevos subditos, y los persiguió por católicos y por polacos. Rusia, en efecto, abrió sus fronteras y las puertas de sus univer­sidades, á las obras más disolventes de la revolución fran­cesa y de la izquierda hegeliana, hasta extremos de que Proudhon y Hegel son allí más seguidos, admirados y ce­lebrados que en sus patrias respectivas. Rusia, en efecto, vio nacer en su seno el monstruo del nihilismo, más terri­ble y radical en muchos puntos que el anarquismo, y nada emprendió contra la nueva peste hasta que ésta sustituyó la propaganda de He ideas por la propaganda de las bom­bas de dinamita, y aun entonces se limitó á destruir los efectos dejando en pie muchas de las causas que los ha­bían producido. Rusia, en efecto, ha visto la decadencia de su clero, há visto cómo el árbol de la fé religiosa se iba se­cando rápidamente en él, cómo la corrupción de las costum­bres se extendía asi eií los campo! como en las ciudades, có­mo la pobreza inutilizaba la buena voluntad y destruía en parte los prestigios del clero rural, y no ha vuelto la vista á Boma, fuente no sólo de la unidad religiosa, sino también de la única savia que podía dar nuevos vigores, y aun sanar por completo á la decadente iglesia moscovita. Busia, finalmente, ha visto cómo la burocracia, presidida por una oligarquía reclutada en las esferas más elevadas dé la sociedad y del

* ' * DAMIÁN ISERN

Estado, corrompía la administración eclesiástica, la civil y la militar, y nada ha hecho por oponer á este mal el oi)ortii-i\o y TieceBario reme<lio. Nu (jiierian rcciunKior el Czar y la oUganiuía que le rodea, (^ue (le>itruirla \a idea de autoriciad, menoscabados por labor incesante de propaganda los presti­gios de los supremos imperantes, la anaríjuía, contenida ape­nas por la fuerza militar al servicio del Estado, había de en señorearse fatal y necesariamente de la nación en términos de labrar rápida y totalmente su descrédito y su ruina.

Por esto puede y debe decirse que la derrota de Rusia, en su guerra con el Japón, ha sido obra más de los rusos que de los mismos japoneses. Sin que deba entenderse con esto que 86 t r a ta de amenguar, ni mucho menos, el esplendor in­dubitable de las victorias alcanzadas por las fuerzas milita­res del Japón.

Precisamente tengo sobre la mesa el texto original de las declaraciones hechas por Michailoff acerca de lo sucedido en Puerto-Arturo durante el sitio de aquella plaza; declara­ciones que vienen á confirmar con elocuencia avasalladora la verdad de cuanto se ha dicho acerca de los extremos de corrupción á que ha llegado el imperio moscovita. Verdad es que hace ya muchos años, en un corro de ateneistas, se discutía acerca del vigor y de las fuerzas militares del impe­rio de los Czares, y un ex embajador de España en San Pe-tersburgo hubo de pronunciar estas palabras: «Rusia es una manzana muy grande, pero totalmente podrida». Allí hace ya desgraciadamente muchos años que el interés supremo de la patria es inmolado, por sistema, en las aras de las co­dicias del negocio, como lo ha sido ahora en Puerto-Arturo, donde el cónsul Pavloff adquirió para servicio de aquella plaza, á precios elevadisimos, uua docena de vapores que resultaron absolutamente inutilizables, realizando el agente comprador, en este y otros asuntos parecidos, una ganancia qae excedió de un millón y pico de rublos. Al mismo tiempo que esto sucedía, era rechazado por la admitiistración mos­covita el ofrecimiento de 2,41)0 «pouds» de dinamita, á 2Í) rublos el «pondo, (equivale el «poud» á unos diez y seis ki­los), y se aceptaban en cambio las proposiciones de Norbitz.

Los INSTITUTOS MILITARES, ETC. 475

que ofrecía el *poud* i 60 rublos, sin encargarse del traspor­te- se rechazaban sin discusión las proposiciones de una casa americana <iu<s ofrecía jamones á 0'46 de doUar la libra, y se aceptaban cr>n apresuramiento \&9 de\ InteTmediano %pitM\ á 0 ' 8 J ; se rechazaban las proposiciones de una casa ameri­cana (jne ofrecía la manteca salada á 0'40 de doUar la libra, y la de cerdo á O'15, y se prefería el sebo á 0'40.

Como si esto fuera poco, se adquirieron para Puerto-Ar­turo 63.000 pares de botas á 13 dollars el par, y sólo valía el par de tres á cuatro dollars en Shangai, y de estos 63.000 pares sólo llegaron á su destino 700 pares. Sin embargo, na­da da idea tan exacta de la profunda inmoralidad de la ad­ministración rusa como el siguiente hecho, denunciado tam­bién por Michailoff: «cuando en los comienzos del sitio de Puerto-Arturo, se dio orden de que las mujeres salieran de la plaza, las mujeres públicas salieron en coches de primera clase y con una subvención de 8X) rublos á cada una, mien­tras las señoras más distinguidas hubieron de marchar en coches de tercera y cuarta clase con una indemnización de 25 á 53 rulilos».

Con estos datos, y otros que habrán de consignarse luego, es bien fácil eXj)licarse las victorias de los japoneses sobre los rusos. Desde luego los críticos militaren de Inglaterra han observado con acierto que en el último combate naval, entre rusos y japoneses, los grandes acorazados rusos ape­nas pudieron sostener el ataque del enemigo, y han inducido de este hecho (jue los blindajes y las corazas de los buques moscovitas eran de mala calidad á pesar de que habían cos­tado á más elevados precios que los de los buques nipones.

DAMIÁN I S E R N . Do la Real Academia de Ciencias morales y poUttcaí*.

CRÓNICA BIBLIOGRÁFICA

SUMA.RIO: Libros. —«Los peligros de la fe en los actua­les tiempos»,por el P. Ramón Ruiz limado,de la Compañía de Jesús. Con licencia de la autoridad eclesiástica. Gustavo Gi­lí, edit. Barcelona, 1905.—«Propaganda católica»,por/). Fé­lix Sarda y Salvany, presbítero. Con licencia eclesiástica. Lib. y Tip. Católica. Barcelona, 1905.—*La situación jurídi­ca de la Iglesia Católica en los diversos Estados de Europa y de América. Notas para su estudio», por el Dr. D. Joaquín Girón y Arcas. Lib. gral. de Victoriano Suárez. Madrid 1905.—«El trabajo», discurso por D. Ramiro Arroyo, doctor en Medicina y médico titular de Béjar. Con licencia ecle­siástica. Est. Tip. de F. Muñoz. Béjar 1906.—«Segunda parte de la Conquista ó Manual de Vida perfecta», por el Padre Fr. Juan de los Angeles, edición publicada con una in­troducción y notas del P. Fr. Jaime Sala. O. P . M. Con las licencias. Lib. y Tip. Católica. Barcelona, 1906.—«Buena muerte», por el Rdo. P. Belecio. Versión castellana, notas y adiciones, por Oabin& Chávez, presbítero. Con las debidas li­cencias.—«Los últimos Sacramentos», por D. iíomiro í'erníín-dez y Valbuena, Penitenciario de Toledo. Con licencia ecle­siástica.—«Un perfecto congregante de la Santísima Virgen, Juan Perpiftá y Sebastiá, Mártir de la Inmaculada». Tipo­grafía Moderna. Valencia, 1904.— «El optimismo del beato Raymutido Lulio», por el Iltmo. y Rvmo. Sr: Dr. D. Juan Maura y Oelabert, Obispo de Orihuela. Imp. de Fidel Giró. Btercelona, 1904.—«Lo Beat Ramón Llull, sermó predicat...» per M^ssen Salvador Bové. Imp. de Giró. Barcelona 1903.— Tomos VII y VIII de la Biblioteca «Patria» de obras pre­miadas. Oficinas, Cervantes 8, 3." dra., Madrid.—«De color de cielo». (Narraciones), por el P. Esteban Moren Lacruz, S. J. Ilustraciones del P. José Maria de Valle, S. J . Subirana Hermanos. Barcelona, 1905.—«El antaño quimérico» (cuen­tos), por Luis Várela {Marqués de Villasinda), Ilustraciones

OEÓNIOA BIBLIOOEÍFICA 477

de Lorenzo C. Valera. Fotograbados de Laporta. Ambrosio Pérez y Compañía, Imp. Madrid, 190B.-.Horas de vacacio­nes., cuentos morales para los niños, por el P. Conrado Mm-ños Sáem, del orden de San Agustín. Ilustraciones de L. Ta­temes, fotograbados de Laporta. Imp. de D. Luis Aguado. Madrid, 1897.

X^S£%OS

L o s PELIGKOS DE LA FE EN LOS ACTUALES TIEMPOS.-

Conferencias por el P. Ramón Ruiz Amado, de la Compañía de Jesús. Con licencia de la.aiutoridad eclesiástica. Gustavo Gili, editor. Barcelona, 190B.

Muy útiles y necesarias, en medio de tantos errores ex­tendidos en contra de la religión, pueden ser las conferen­cias, mando están bien hechas, decía en su carta circular de 31 de Julio de 1894 el Prefecto de la Congregación de Ubis-pos y Uegulares después de lamentarse de que se fueran sus­tituyendo los antiguos sermones con un género mal com­prendido de conferencias que, tendiendo á seducir el enten­dimiento y la imaginación, y no á obrar sobre la voluntad y reformar la* costumbres, no son útiles á todos, sino sólo pa­ra un corto número. Distínguense, pues, en esa circular las conferencias que, poí lo menos, son inútiles, de aquellas otras no sólo útiles, sino necesarias. Indudablemente, entre las de este último grupo deben incluirse las del P. ^^^'''f^^.^^' perfecto conocedor de la circular á que nos hemos referido y que ba interpretado admirablemente al componer sus inte­resantes conferencias, en las que tan bien ha sabido recoger los peligros de la fó más extendidos, puesto que no habrá persona para quien sean desconocidos. Bastará la indicación de los títulos de cada una de las diez y seis conferencia, pa­ra que los lectores se convenzan de la verdad de lo que deci­mos y se apresuren á conocer en su contenido e.U co eccitJn de conferencias que muy de veras recomendamoí. Trátanse

478 T. JIMÉNEZ TEJED A

en ellas los siguientes puntos: Ciencia y Revelación. Los pretendidos conflicto.'». La libertad de la fé. La fé es razona­ble. Objeciones y discusiones. La ignorancia en materias de Religión. El laicismo en la educación. Las pasiones. La l'rensa periódica. La objeción del escándalo. La seculari­zación. El anticlericalismo. La fé con distingo. ¡Si habrá in­fierno! El inventor de la confesión.—El progreso y el cato licismo.

PRÜI'AGAND.\ tATÓLKA, i)or I). Félix Sarda 1/ Salvnny, presbítero, Director de la «Revista Popular». Tomo X Opúsculos de «El Buen Combate». Con licencia eclesiástica. Lib. y Tip. Católica. Barcelona, 1906.

En forma dialogada y magistralmente ha tratado el señor Sarda y Salvany, ilustrado Director de la «Revista Popu lar», las cuestiones más palpitantes del día, los más genera­lizados errores y preocupaciones que importa refutar y des­vanecer y las más grandes verdades «¡ue urge divulgar, de­dicándoles opúsculos que por su poco coste, estilo sencillo y forma fácil y amena están al alcance de cuántos se intere­sen por las cosas de que en el día más se habla y discute. Con muy buen acuerdo ha coleccionado sus mág importantes trabajos en varios tomos el incansable divulgador de las en­señanzas católicas Sr. Sarda, que en el tomo X que tenemos á la vista ha incluido veintidós opúsculos, en los que trata las siguientes importantes cuestiones. El pan del pobre. La mejor limosna. Los círculos católico-obreros. Los que dejan hacer. El reactivo social. La acción antimasónica. Guerra de frente. Anarquismos. Frailes y monjas. La piedad al uso. ¿Yo confesarme? Parar el golpe. ¿No es hora todavía? La vida espiritual. El peor de los tres. De cara á la eternidad. Sol de las almas. ¿Por qué no rezo el Rosario? En favor de las benditas almas. Las escuelas neutras. Ante la persecu­ción. Andar con Dios.

CRÓNICA BIBT.IOGHÁFICA 47ft

LA SITUACIÓN JURÍDICA OE LA IOI,L:SIA CATÓLICA IÍN LOS

DiVBKsos ESTADOS DK EUROPA Y DE AMI';RIC!A. Notas para 3u estudio por el Dr. D. Joaquín Girón y Arcas, Catedráti­co por oposición de Instituciones de Derecho canónico en la (IniversiMad literaria de Santiago de Compostela. Librería general de Victoriano Suárez.—Madrid 1905.

Kn una introducción y dos partes, una que titula general y otra especial, divide el Sr. Girón y Arcas su obra. Trata en la introducción de la constitución cristiana de los Esta­dos. En la parte general empieza por hacer una clasificación de las situaciones en que está la Iglesia frente á los Estados Modernos, distinguiendo las que titula de protección, de li­bertad y de hostilidad para subdistinguir en la primera la protección completa que se dá cuando el poder secular ampa­ra á la Iglesia hasta el puntó de no permitir en público ni en privado más prácticas religiosas ni morales que las estable­cidas, por Dios y por el organismo que su Hijo fundó, y la protección incompleta que tiene lugar cuando el Estado to­lera como males menores necesarios les falsos cultos, aunque conservando la obligación de defender á la Iglesia; en la si­tuación de libertad distingue la de libertad acompaftada de preferencia á determinados cultos y de libertad acompañada de indiferencia á todos los cultos: y por fin en la hostilidad distingue las situaciones de hostilidad manifiesta, de hosti­lidad con apariencias de indiferencia y de hostilidad con apariencias de protección. En capítulos" y secciones separa­das, explícanse cada una de esas situaciones para determi­nar después, en la parte especial, la situación de la Iglesia en los distintos países, agrupándolos con arregló á la claBÍ-ficación anterior. En el grupo de protección completa inclu­ye y estudia la situación de la Iglesia en Andorra y San Ma­rino; en el de protección incompleta Espafta, Portugal, Sui­za católica, Colombia,-Perú, Haití, Santo Domingo, Nicara­gua, El Salvador, Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay; en el de libertad acompañada de preferencias por determinados cultos, Bélgica y Luxemburgo; Holanda, Aus-

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tria-Hungría, Alemania, Dinamarca, Inglaterra, Escocia y Colonias británicas en Europa y América; Rusia, Suecia, Suiza protestante, Turquía, Grecia y pequeñas monarquías danubianas; en el de libertad acompañada de indiferencia á todos los cultos, Irlanda, Estados-Unidos del Norte de Amé ca, Brasil y Cuba; en el de hostilidad manifiesta, Francia, Noruega, Guatemala y Costa-Rica; en el de hostilidad con apariencias de indiferencia. Honduras, Méjico y Venezuela, y en el de hostilidad con apariencias de protección Italia y El Ecuador.

Por lo que expuesto llevamos puede formarse idea de lo completo que es el trabajo del Sr. Girón y Arcas que con ver­dadero interés, complacencia é indiscutible provecho hemos leido, encontrando en él solamente poco exacto el título que es también poco apropiado al contenido del mismo libro, pues si pomo el autor dice en la pág. 68, «para todo aquél que aspira al reino de Dios en la sociedad, no ctibe mdx que un sistema de relaciones entre la Iglesia y el Estado, que es el titulado de protección* en lo cual estamos conformes de toda conformi­dad como tiene que estarlo todo católico, claro es que en ri­gor sólo en ese caso se dan relaciones verdaderamente jurí­dicas ó sean arregladas á derecho, pues todas las demás, que se desvian de ese mismo sistema de relaciones verdaderas y propiamente jurídicas serán también desviadas, separadas del Derecho y en más ó menos patente contradición con él por lo cual no se pueden llamar jurídicas; sino sólo relacio­nes^ situaciones de hecho en el cual no siempre se dá el de­recho, {>or lo que muchas de esas situaciones, todas menos la única verdadera, en cuanto la niegan y contradicen son más bien antijurídicas.

El antor en el desarrollo de los distintos capítulos de su obra muestra su grande erudición y un trabajo no escaso provechosamente empleado eb tan útilísimo estudio compa­rativo que supone no sólo el manejo de concordatos y leyes de los distintos países, sino también, el conocimiento de cos­tumbres y prácticas de importancia suma. A la obra siguen dooe apéndices que contienen: Proyecto de ley separando la Iglesia del Estado español de 1878.—Real orden de 1 Agos-

OEÓNIOA. BIBLIOOBAPICA 481

to 1901, autorizando al Ayuntamiento de Madrid para veri­ficar la cremación de los restos humanos.—Convenio de 19 Junio 1904 entre la Santa Sede y el Gobierno español sobre la situación jurídica de las comunidades religiosas en Espa­ña.—Concordato de 1837 entre S. S. León XIII y la Repú­blica de Colombia.—Concordato de 1801 entre Pío VII y la República francesa.—Nota del Emmo. Sr. Cardenal Secre­tario de Estado, protestando contra la visita hecha en Roma por el Presidente de la República de Francia á Víctor Ma­nuel III.—Carta del mismo Cardenal al Nuncio de S. 8. en París respecto al Obispo de Laval.—Nota del mismo Carde­nal al Encargado de Negocios de Francia cerca de la Santa Sede, que dio pretexto al gobierno francés para romper sus relaciones con el Pontificado romano.—Nota telegráfica del gobierno francés rompiendo sus relaciones con la Santa Se­de.—Carta del Emmo. Sr. Cardenal Secretario de Estado á Mgr. Le Nordez admitiendo en nombre de S. S. la renuncia del obispado de Dijon.-Carta de Mgr. Le Nordez á sus dio­cesanos.—Ley sobre las prerrogativas del Pontífice soberano y de la Santa Sede, y sobre relaciones de la Iglesia con el Estado italiano de 13 de Mayo de 1871.

El. TUABAJO.—Discurso pronunciado en el Círculo cató lico de Béjar el 12 de Junio de 1905 por D. Ramiro Arroyo, socio del mismo, Doctor en Medicina y módico titular de di­cha ciudad.—Con licencia eclesiástica.—Est. tip. de F, Mu­ñoz.—Béjar, 1906.

No es la primera vez que en esta sección nos ocupamos de trabajos debidos á algunos de los activos socios del Cír­culo católico de Béjar. Siempre con singular complacencia, dedicamos algunas líne»8 á dar una idea á nuestros Rotores de lo que reprpsenta campaña por la paz social, de los Clrou los católicos y meritísimos trabajos de los que pueden d^cir se directores del movimiento social católico en una determi­nada localidad, pues no puede menos de proporcionarnos sa

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tisfacción inmensa saborear los frutos de una desinteresada, ntilisima y por ende meritoria labor, que es la práctica de la acción social que trata de propagar y difundir esta Rl'.-VISTA.

El trabajo del médico 8r. Arroyo, de Béjar, revela un detenido estudio, una aplicación y amor á los trabajos socia les que en grado sumo le honran, i)ue3 teniendo quizás ure sént«, aquel adagio, creo que del célebre Letamendi, (|ue di­ce, «el médico que no sabe más que medicina ten por seguro que ni medicina sabe» y comprendiendo la importancia de los deberes sociales que pesan sobre todas las personas, de­dica, por lo visto, los ratos que le deja libres el ejercicio de su noble profesión á trabajar en el Círculo católico, y á pre­parar discursos como el que hoy nos ocupa, pronunciado el 12 de Junio del presente año en el Círculo católico de Bé­jar, en el cual después de trazar (i grandes rasgos la histo­ria de la clase trabajadora^ estudia lo ()ue es el trabajo cien­tífica y prácticamente considerado, distinguiendo el corporal, el intelectual y el de la voluntad que dice es el fundamento de la edutfacióu, para terminar encareciendo la importancia social del trabajo, base también del progreso en la civilización y de la libertad.

SEGUNDA PARTE DE LA (3ONOUISTA Ó MAMUAI. DE VIDA

PERFECTA, por el P. Fr. Juan de los Angeles, de la Orden , de San Francisco de Asís, Padre de la provincia de San José de los Menores Descalzos. Edición tomada de la que se hizo en Madrid en la Imprenta Real año ]()08 y publicada con una introducción y notas,del Padre Fr. Jaime Sala, O. F. M. —Con las licencias de la Orden y del ordinario,—Librería y Tipografía católica. Barcelona 1905.

En est* libro, Segunda parte de la Conquista del reino de Dios, el P. Pr. Juan de los Angeles, «á los soldados bisónos que podían cruzarse de brazos y estarse quedos disfrutando ociosos de los bienes de este reino espiritual, les enseña lo

( RrtNtCA BlBLÍOOBÁFIOA 4Ó3

mucho (jue puede progresarse en este mismo reino de Dios, los ejercicios que se deben hacer para llegar á ser grandes privados y familiares del Rey celestial, y á prevenirse y re­catarse de las zancadillas y ocultas emboscadas que les ar­marán sus enemigos para derrocarlos del trono en que los miran y quitarles su incomparable fortuna. Por esto habla en ella del estado puramente corporal, del mixto de espíritu y materia, del espiritual y divino, descubriendo los ardides y trampantojos que en la transición de unos á otros puede el demonio esconder, y enseñando á perfeccionar al hombre sus nobles facultades de modo (¡ue merezca unirse con Dios. Y como el ejercicio de la voluntad ofrece mayores dificulta­des, las allana todas á sus discípulos y les abre camino com­poniendo un Jloxario de meditacionen sobre la "Vida y Pasión de Jesús con las cuales pueden aprender todos á mover su corazón y excitar sus afectos, de modo que el Señor los atien­da y satisfaga... Finalmente, para que los discípulos queden más obligados y reconocidos á su maestro, no sólo les enseña en su espiritual reino á caminar, comer, dormir y reposar, pero también les dá modo y forma de respirar con el opúsculo de Afectox diferente» del alma devota y Rosario de divinas alabanza», que coronan esta obra, y prácticamente amaestra á sus favorecidos en el arte difícil de aspirar á Dios.» Des­pués de esto que de la Introducción de Fr. Jaime de Sala copiamos, sólo nos resta decir con el mismo escritor, que con la publicación de la obra del P. Fr. Juan de los Ange­les se hace un buen servicio á la patria española, cuya histo­ria en el siglo de oro de sus glorias tendrá un nuevo dato cu­rioso, se dan dignos entretenimientos á los sabios y literatos, se aumenta la provisión de sauos y sabrosos alimentos para los devotos cristianos y se proporciona una gran satisfacción á todos los religiosos, especialmente á los franciscanos.

BUENA MUERTK, por el Rdo. P. Belecio. Medios para asegurarse la gracia de una muerte cristiana: Versión caste­llana notas y adiciones, por Gabino Cha vez, presbítero.—

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Con las debidas licencias.—Lib. y Casa editorial Araluce. México-Barcelona.

Respecto de cual haya sido el propósito del autor de este libro al publicarlo dice el mismo en el Prefacio lo siguiente: «He intentado exponer diversos medios con ayuda de los cuales podréis ciertamente salvar los principales obstáculos para conseguir la gracia de una buena muerte; porque si es­tos obstáculos son numerosos, hay también muchos medios para asejerurarse tan incomparable dicha. No pretendo deS' arrollarlos todos; y á fín de no ser cansado eu esta materia, he escogido aquéllos que apenas fueron indicados por otros autores, sin embargo de ser, en mi concepto muy eficaces y muy fáciles de apropiar á las diversas condiciones de los lec­tores, y de los cuales todavía podrán sacar provecho los Pas­tores de almas en el ejercicio de su ministerio; porque mi deseo es ser útil á todos.

En armonia con estos propósitos desarrolla los siguientes puntos: Prepararse á tiempo para morir; No dejar para cuan­do sobrevenga nuestra última enfermedad el cuidado de .prepararnos para la muerte; Método de preparación para la muerte por un retiro de un día, ó al menos de medio día; Consideración del estado de nuestra alma después de nuestra muerte; Contemplación del cuerpo depositado en el ataúd; Contemplación del cadáver en el sepulcro; Asistencia en es­píritu á nuestros propios funerales, ó meditación sobre las ceremonias eclesiásticas, antes y después del sepelio; Deseo déla muert«; Deseo del cielo; Del cuidado de confesarse bien; La gravfldad del pecado; De la precaución para recibir á tiempo y con una piedad fervorosa el Santo Viático y la Ex­trema-Unción; Un diligente examen de todo lo que podría causarnos inquietud en la muerte y un celo generoso para poner un pronto remedio; Ejercitarse con anticipación en los actos de las virtudes cristianas que conviene hacer en el ar­ticulo de la muerte.

Los ÚLTiMO.s SACRAMENTOS, por D. Ramiro Fernández

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CBÓNIOA. BIBLIOOBIFIOA 485

y Valbuena, Penitenciario de Toledo. Quinta edición.—Con licencia eclesiástica.—Imp., Lib. y Ene. de Gómez-Menor.— Toledo, 1905.

Siendo cada día mayor el numero de los cristianos que pasan á la vida eterna sin la debida y conveniente prepara­ción por efecto de las circunstancias de los tiempos, debe contarse, entre las mayores obras de caridad, el auxiliar á los hombres ayudándoles en aquella obra. Eso se propuso el au­tor del presente opúsculo, escrito [¡ara lectura de los sanos, á ñn de que no se abandonen cuando e^tén enfermos, ni des­cuiden á otros puestos á su cuidado en aquel trance del cual depende la eternidad.

El jtrimer Congreso Euoaristico espaflol recomendó efi­cazmente su difusión entre los fieles y los opimos frutos que ha producido, son la mejor garantía de lo que puede esperar­se de su lectura; pues es imposible que nadie lo lea sin que su razón quede convencida de la necesidad de poner en prác­tica lo que dice, y sin que su corazón se conmueva profun­damente, resolviéndose á ejecutar lo que dicta la razón que debe hacerse.

Se ha hecho una numerosa tirada de la presente obrita, cuyo precio es de diez céntimos, y una peseta la docena, ocho el 100, y 76 el millar.

8e suplica á todos los católicos que la propaguen, porque puede hacer mucho bien á los enfermos cuyo alivio tuvo muy presente el autor al escribirla.

Los pedidos al mismo autor, en el Seminario Central de Toledo.

UN PERFECTO CONGREGANTE DE LA SANTÍSIMA VIRGEN,

Juan Perpiflá y Sebastiá, Mártir de la Inmaculada.—Tipo­grafía Moderna.—Valencia, 1904.

Ko hace todavía un año, el U de Diciembre del pasado,

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tuvo lugar en la católica Valencia la grande y esplendidí­sima procesión presidida por la imagen de la Inmaculada Virgen María, cuya solemnidad fué interrumpida por las provocaciones groseras ó injustas y brutales agresiones de aquella raza infeliz, enemiga de Jesucristo que estaba po­niendo acechanzas á los que tienen la dicha de ser hijos de la Santísima Virgen, algunos de los cuales verdaderos hé­roes cristianos, cayeron heridos en tierra víctimas del odio satánico de la descendencia de la serpiente, üuo de esos hé­roes, verdadero mártir de la Inmaculada, fué Juan Perpifiá y Sebastiá, cuya vida y muerte es el objeto del folleto cuyo tí tulo encabeza estas líneas. La Junta de la Congregación de la Inmaculada Virgen María y San Luis Gonzagade Valencia, se ocupa en este folleto de la congregación de la Santísima Vir­gen, de la niñez y primeros estudios de Juan Perpitlá, con­siderándole después como congregante de la Santísima Vir­gen y apóstol en la sociedad, tratando además de su piedad, formación literaria, muerte, exequias y sepultura, concluyen­do por coleccionarlas adhesiones y protestas que recibieron con motivo del brutal atentado del 11 de Diciembre de 1904.

E L OI'T/MÍSMÜ OEf- HKATo RAI.\/I;MIO LUUO, por el ilus trisimo y reverendísimo Sr. D. Juan Maura y Gelabert, Obispo de Orihuela.—Imp. de Fidel Giró.—Barcelona, 1904.

Este breve ensayo sobre el optimismo del Beato Rai­mundo Lulio no tiene otro objeto, según dice su mismo au­tor, que vindicar la ortodoxia del Doctor Iluminado, y dar á conocer sus doctrinas filosóficas presentándolas vestidas á la moderna.

Se ha supuesto por algunos que Lulio enseñó acerca del optimismo y la Encarnación, doctrinas poco conformes con el dogma católico y exactamente idénticas con las que de^ fendieron después Leibniz y Malebranche. Sale en vindica­ción del filósofo mallorquín el Iltmo. y Rdmo. Sr. Obispo de Orihuela, llevando por guía al sabio cisterciense P. Pascual.

(¡urtNK^A BIHI.IO»KAKICA ' 4)S7

y prueba que Lulio no enseñó la necesidad de la creación, ni fué defensor ni partidario del optimismo, siendo supuestas ó imaginarias las afinidades entre el Beato y Malebrauche, que alguien ha pretendido hallar. Plantea la cuestión de la En­carnación del verbo exponiendo la opinión de Lulio, y la ma­nera como se ocupó de los misterios, no para demostrarlos en el riguroso sentido de la palabra, sino para explicarlos, siguiendo el camino trazado por Padres y Doctores de la Iglesia, con el fin de convencer y atraer á la fé á los que vi­vían apartados de ella.

Lo BiíAT RAMÓN LIAJIA., sermó predicat en la funció de dioada al doctor Arcangélich per la Venerable Ordre tercera de Sant Francesoh en la Iglesia de la Ajuda, de Barcelona els ''ÍQ de Novembre de 1905 per Monnen Salvador Boté. Lli-cenciat en Sagrada Teología. Imp. de Giró. Barcelona, 1903.

Este sermón predicado en solemne fiesta religiosa, con la qíie se reanudaron en Barcelona los cultos públicos en ho­nor del filósofo y mártir mallorquín Kamón Llull, fué el pa­negírico de las gloriosas virtudes y heroico martirio de este bienaventurado que fué grande en su penitencia, en su apos­tolado, en su sabiduría y en su martirio, según expuso des­de la sagrada cátedra el Dr. D. Salvador Bové..

Tomos VII y VIII de la Biblioteca «Patria» de obras' premiadas. Oficinas, Cervantes 8, .3." derecha, Madrid.

Acaban'de publica'rse estos tomitos déla Biblioteca «Pa­tria», que ya conocen nuestros lectores, con ilustraciones ambos de Luis Palao. El tomo VII, escrito por R. Pamplona Escudero, contiene una tradición hispano-romana titulada «Engracia», *el cuento «La Mortaja», el boceto á la pluma «Al que no está hecho á bragas...» y «Expiación».—El tomo VIII, «Selectos», contiene: «Cuento de un pobre y una ni­ña», por E. Menéndez Pelayo; «El último vastago», por Lo-

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renzo Lafuente; «La más fea», por R. de Solano y Polanco; «Dios me valga*, por Teodoro Baró, y «El Pastor», por S. TruUol Plana.

Estas obras de moralidad irreprochable han obtenido premios en concurso y merecen ser recomendadas con efica­cia, como las anteriores de que hemos dado cuenta.

D E COLOR DE CIELO. (Narracionesj, por el P. Esteban Mo reu Lacruz, S. J.—Ilustraciones del P. José María de Valls, Subirana Hermanos. Edit. y Lib. Pontificios. Pnertaferrisa, 14, Barcelona, 1906.

Esta colección de cuentos publicada en las necesarias li­cencias y dedicada á los niños, contiene doce entretenidas y en extremo moralizadoras narraciones que la forman untomi-to de muy cerca de 200 páginas lujosamente encuadernadas. Escritas con el propósito de contrarrestrar la acción maléfi­ca de los escritores que se han conjurado contra la edad más hermosa de la vida, por la bien cortada pluma del P. Este­ban Moren, no vacilamos en recomendarlos para entreteni­miento y provecho de la niñez.

DEL ANTAÑO QIJIMÍ:UICO ('cuentos), por LUÍH Várela (Mar qués de Villaainda). Ilustraciones de Lorenzo C. Valera, fo­tograbados de Laporta. Ambrosio Pérez y Compañía. Im­prenta. Madrid, 1905.

Cinco cuentos: La diosa velada, Edirn y la Hamadriada, El mayor tesoro. Historia del Rey Ardido y la Princesa Flor de Ensueño y La ahijada de los silfos, contiene esta colec­ción escrita por el Marqués de Villasinda, bajo el título «Del antaño quimérico». El título general de la colección y los particulares de cada uno de los cuentos dan ya una idea si­quiera aproximada de lo que es la reciente producción de

CRÓNICA BIBLIOOBXFIOA 489

D. Luis Valera, á quien con gusto veríamos lucir sus condi­ciones literarias de gran relieve, escribiendo sobre asuntos menos quiméricos y por ende más amenos y prácticos, pues en nuestra humilde opinión la obra literaria pierde su in­terés y valor cuando, producto exclusivo de la fantasía, descrfida fines perfectamente compatibles con el deleitar.

Bien que perteneciente al género literario (]ue sólo se inspira en el amor del arte por el arte, la obra honra al ilus­tre apellido del airtor y la buena cepa literaria á que el Mar­qués de Villasinda pertenece. ¿Qué mayor elogio podríamos hacer del libro «Del antaño quimérico»?

HORAS DE VACACIONES. Cuentos morales para los niños, por el P. Conrado Muiñofi Sáenz, del orden de San Agustín. Ilustraciones de L. Taberner. Fotograbados de Laporta.— Imp. de D. Luis Aguado. Madrid, 1897.

Conocido es el autor de estos cuentos y conocida es tam* bien su colección «Horas de vacaciones», que hemos recibi­do y que tan buena aceptación está llamada á conseguir á más de la ya obtepida. Por medio de cuento^ morales logra­rá inculcar en la niflez no sólo las ideas, sino también los sentimientos más nobles y generosos de la manera más fá­cil, eficaz y duradera, sobre todo cuando son cuentos, tan in­teresantes como «El hijo de la lavandera», «Dos cielos», «Oa-. ridad», «¡Si yo tuviera madre!», «Ciento por uno» y *Jj&h. tonterías de Carlos», contenidas en la colección del Padi-e Muifios.

T. .irMÉNEZ TEJBDA. Abogado.

REVISTA DE REVISTAS

CEU EXTRANJERO

LA IÍ.KI'OKMK Sot IAI.I:.— París 1 y 16 de Julio de 1Í(Ü5. — El deber social y la forma­ción social del patrono, por M. E. Chei/nson.

No cabe la menor duda de que en el cumi)limiento de los deberes sociales del pa­trono, ])reviamente prepara­do y educado á este efecto ha de hallarse un elemento de importancia suma para la solución de las cuestiones obreras. Es de advertir que no por todos se ha dado á es­to la importancia que real­mente tiene, pues se ha pen­sado en la formación técnica y comercial del patrono, cual si solo hubiera de ser fabri­cante y comerciante, olvidan­do que es á*la vez empleador de hombres, lo cual echa so­bre sus hombros delicados deberes que no son ni menos imperiosos ni menos difíciles de cumplir que los otros. —Teniendo esto en cuenta M. E. Cheysson, se ocupa del círculo de acción social del patrono, de su deber y de su formación sociales.

Haciendo consideraciones sobre el primer extremo, ob­serva que el patrono de la grande industria disfruta de un poder inmenso, pues como

ha dicho Tocqueville «el pa­trono modernp parece cada vez más el administrador de uu extenso imperio». Conse­cuencia de esto y siendo el deber correlativo del derecho y de la posición social, han de pesar sobre el patrono grandes deberes (jue ha de cumplir por la responsabili­dad que le alcanza y hasta por j)ropio interés. Grave en efecto es la responsabilidad de la grande industria que haconcentrado masasde obre­ros en j)üblacione3 en (jue has­ta el sol es un privilegio y en que la imprevisión, el alco­holismo y la tuberculosis y . hasta el odio de clases hacen sus extragos. Para remediar y salvar los peligros aludidos entiende el articulista con Le Play (jue es ineficaz la ley penal y que lo ((ue procede es robustecer la idea del de­ber social. Considera al mis­mo tiempo conveniente una reforma de las leyes suceso­rias para evitar la forzosa di­visión dpi las herencias que somete las fundaciones indus­triales al régimen de liqui daciones periódicas, inocu lando en los hijos el disgus­to del trabajo por la segur i dad de la herencia paterna, lo cual se opone á la crea

REVISTA DB BEVISTAS 491 ción de establecimientos du­rables. A este efecto propone se eleve á la mitad del capi­tal la parte de libre disposi­ción en todos los casos y se faculte al padre para formar en testamento los lotes de sus herederos con elementos de valor Síiuivalente y no de especies forzosamente idénticas que llevan consigo la ruina de la explotación agrícola ó industrial por el fraccionamiento. Aunque es­tas reformas, como otras de las leyes aduanera, riscal y militar, pudieran tener cier­ta, eficacia, no debe olvidarse (|ue lo más importante es el cumplimiento del deber so­cial del patrono.

El patrono debe además cumplir sus deberes sociales hasta por interés y conve­niencia propia por la solida­ridad que existe entre ricos y pobres, como lo prueba, por ejemplo, el problema de la casa insalubre habitada por obreros, pues en ella se des­arrollarán los gérmenes de las epidemias, que el viento después se encargará de lle­var á los más higiénicos y aun lejanos palacios. En cuanto á la conducta del obrero también le interesa al patrono que sea buena, pues si, por ejemplo, se emborra­cha con frecuencia, observa­rá mal la disciplina del ta­ller, su mano temblará, su vista estará más torpe, sien­do como consecuencia fre­cuentes los accidentes del trabajo, que en el individuo

alcoholizado son de más fa­tales consecuencias. Además, de igual manera que Sócra­tes decía de uno de sus discí­pulos, que no adelantaba por­que no le amaba, y por la misma razón que un jefe mi­litar no hace prodigios si no cuenta con la firme adhesión de sus soldados, el patrono no afrontará con completo éxito la lucha económica si entre él y sus empleados no reina la concordia. Así se ex­plica la diferente vida que llevan los establecimientos industriales en que reina esa armonía y aquellos en que el apartamiento y desvio entre obreros y empresarios es lo que domina, 5' por. eso un gran industrial no sólo fraca­sará por no saber ser indus­trial ó por no saber ser comer­ciante, sino además por no sa­ber manejar y dirigir al per­sonal de su fábrica. La buena armonía en las relaciones en­tre ])atrono8 y operarios es co­sa tan indispensable para la próspera marcha de un esta­blecimiento industrial, como el buen estado de la maqui­naria y motores.

Hace algunas más conside­raciones sobre este punto, M. C. Cheysson y después pre­gunta cómo se ha de realizar esa armonía tan deseable des­de el punto de vista moral y tan necesaria desde el pun­to de vista económico, con­testando con Le Play que mediante la implantación de las siguientes seis «prácticas esenciales»: permanencia de

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los compromisos recíprocos entre patronos y obreros; in­teligencia completa tocante á la fijación de los salarios, unión de los trabajos de ta­ller y los de las industrias domésticas rurales ó manu­factureras; hábitos de aho­rro, asegurando la estabili­dad de la familia y la conser­vación de la prole; unión in­disoluble entre la familia y el hogar; respeto y protec­ción á la mujer, á lo cual

'añade el articulista, la insta­lación en cuanto sea posible de las fábricas en el campo, combinando en cierta medida los trabajos de la industria con los de la agricultura y jardinería, con lo que se con­seguiría la anhelada vuelta á la tierra, y se facilitaría la solución del problema relati­vo al despido de obreros por falta de ocupación, que es indiscutiblemente uno de los más delicados y para ello aconsejaba Le Play con muy buen sencido práctico lo si­guiente: «Los patronos de­ben extender su clientela en las épocas de actividad co-úiercial á fín de no verse obli­gados á . reducir la produc­ción en las épocas de crisis. En segundo lugar deben fa­vorecer cuanto sea posible el establecimiento de sus obre­ros en el campo á fin de ha­cerles encontrar en el cultivo del suelo lo que la fábrica no

f iuede siempre proporcionar­es.

Para que el dichoso resul­tado que se apetece pueda

obtenerse es indispensable la formación social del patrono, pues las instituciones qne es­tá llamado á crear y á mane­jar el patrono no pueden pro­ducir sus beneficios si no es­tán bifln organizadas y diri­gidas con prudencia y tacto, y hay que convencerse de que no basta la buena volun­tad sino que además hay que escuchar las indicaciones de la ciencia. Así ha dicho el barón T K i n t d e Roodenbec-ke que una institución de ])revisión sin cálculos es una nave sin bnijula, y dice M. Cheys8on:de la misma mane­ra que la dirección de un ser­vicio técnico ó la conducción de una locomotora no se con­fía á un ingeniero animado sólo de buenas intenciones pero desprovisto de los cono­cimientos profesionales, así tampoco debe confiarse la or­ganización y dirección del mecanismo social á una per­sona enteramente profana en la cieifcia social, pues los me­canismos sociales aún son más difíciles de manejar que las máquinas formadas de piezas materiales. Por eso el jefe de industria, además de técnico, industrial y comer­ciante, debe ser verdadero in geniero nodal conocedor del mecanismo y funcionamien­to de todas aquellas institu­ciones destinadas á hacer so­lidarios los intereses del per­sonal y de la fábrica, hacien­do descansar ,1a prosperidad de la industria sobre el bien­estar de sus obreros. De esta

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necesidad del ingeniero so­cial se han apercibido y pro­curado satisfacción en Fran­cia, Holanda y sobre todo en los Estados Unidos. La pre­paración social, á que se alu­de, importa también á la mu­jer, especialmente á la del pa­trono, pues sabido es que la mujer también tiene su fun­ción social, para desempeñar la cual no basta buena vo­luntad, pues á diario se han visto cargos de mujeres aten­tas á cumplir sus deberes de asistencias con las familias de sus ojjerarios y si bien las manos de los asistidos se abren para recibir los soco­rros, los corazones permane­cen cerrados y el efecto so­cial no responde en definitiva ni á las buenas intenciones ni á la generosidad que la acompaña. Para atender á esa formación social de la

mujer se han fundado ya al­gunas escuelas con carácter no meramente teórico sino esencialmente práctico. La base de la formación social de la mujer, entiende Cheys-son que es la enseflanza de los oficios caseros, y sobre la importancia y excelencias que se seguirían de ésto hace varias consideraciones para concluir resumiendo la doc­trina desarrollada y afirman­do que es inexacto que el an­tagonismo sea fatal é irre­ductible entre el patrono y sus obreros, y que para re­mediarle hay que ])rocurar el cumplimiento de los deberes sociales del patrono y su mu­jer, ])reviamente instruidos á este efecto en los principios y prácticas de la ciencia so­cial.

T. JIMÉNEZ TEJEDA. Abogado.

SUMAIUOS DE LAS MVISTAS

RivisTA INTEBNACIONALE DI SCIENZR SOCIAI-I S DISCIPLINE AUsiLiASiE. Roma, Junio de 1906.—Usura de nombre y usura de hecho, pdr Muñera-íí.—Emigración y emigrados ó una nueva página de his­toria contemporánea, por OH; üí.-Elcursosocialdel «Volks-verein», por RovélU.—El des­pertar del arte én Italia, por lononi.—Asuntos de las re­vistas.—Examen de obras.— ÍTota bibliográfica. - Crónica social.

LE RÉFOBUE SOCIALE. Pa­rís. 16 de Junio y 1 y 16 de Julio de 1906.'—Asociaciones cooperativas de producción agrícola en los Alpes maríti­mos, por Riviére,—Las huel­gas agrícolas del Mediodía, sus causas y reniedios, por Bouffet y observaciones de M. M, Lavollée, el Marqués de Laurens-Cantelet, Lair, Cheysson, Causse y Duvergier de Hauranne.—La Iglesia y el Estado en los Estados Uni­dos, por Brifaut,—Las colo­nias de vacaciones para los

494 T. J I M É N E Z T E J E D A

niños enfermizos y pobres, por Plantef.—Crónica del mo­vimiento social, Alemania y Austria Hungría, por Blon-del.—Bibliografía.-Tabla de materias del tomo X L I X de «La ReformeSociale».—Alo­cución de LavoUée, presiden te de la Société d'Economie

, sociale.—Las familias fran­cesas y las carreras comer­ciales o industriales, p o r Isaac. —Informe sobre el pre­mio Marce-Jeanue de Cham-brura, por Hiciere.- El de­ber social y la formación so­cial del patrono, por M. E. Cheygxon.—Resumen analíti­co de las sesiones generales y de las reuniones de tra­bajo.

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REVISTA DE EKVISTAS 4{»5

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T. .1. T.

ESPAÑOLAS t HISPAN0-AMERICANA8

LA LECTURA.—Julio 190.>! —La comunidad doméstica en España durante la Edad Media, por Eduardo de Hi-nojosa.

El muy docto señor Hiño-josa ha consultado varios di­plomas españoles de la Edad Media (en su mayoría de Ga­licia y Portugal) que revelan la existencia en aquella épo­ca de la comunidad domésti­ca semejante á la de otras regiones de Europa por aque­llos tiempos y que es sin da­da precedente de las comuni­dades de esta índole que se

han perpetuado hasta núes tros días en varias comarcas de España.

La comunidad doméstica —dice el Sr. Hinojosa—la constituyen no sólo los pa dres é hijos solteros y casa­dos, sino otras personas liga­das entre sí por vínculos de parentesco y á veces tam­bién extraños á la familia. Los bienes que forman su pa­trimonio son poseídos, explo; tados y usufructuados en co mún bajo la dirección de un jefe hereditario ó electivo, y no pueden ser enajenados sin el consentimiento de todos.

49« KALL D'KBON

La comunidad tiene perso­nalidad distinta de la de sus miembros en el orden jurídi­co y económico. Juntamente con la propiedad colectiva de los bienes inmuebles puede existir la p r ivada de los miembros de la comunidad respecto á los semovientes, de los muebles^ de los pro ductos de su oficio y aun de otras tierras que tienen ««-yns ó en arrendamiento. Es­tas asociaciones satisfacen las escasas necesidades de sus individuos con los frutos del trabajo común, consumién­dolos juntos ó distribuyendo los entre eljos y vendiendo y comprando por cuenta de los asociados.

Aparecen estas comunida­des en épocas de escaso des­envolvimiento económico, en la única ocupación que'puede decirse es la agricultura y casi nulos el comercio y la industria, viéndose cada fa mília obligada á producir lo que necesita: y cuando no cuenta con brazos suficientes se asocia los' extraños que encuentra.

El culto común (religioso) estrecha más los vínculos en­tre los asociados. Aunque la comunidad doméstica tiene origen familiar^ esto no es esencial, pues de hecho se dan otras en que los asocia­dos no son parientes: la ra­zón es que el fin de la asocia­ción 68 la producción y el consumo en común y la mu­tua defensa. La asociación ya de dos ó más individuos,

ya de individuos y familias, ya de familias entre sí para mutua defensa ó para fines económicos ó para ambas co sas á la vez, se modeló con frecuencia sobre el mismo pié de igualdad y solidaridad peculiares de la sociedad en­tre hermanos y esto explica cómo en tiempos y países di­versos se las llama Hermán duden.

Con las transformaciones del estado social y económi­co, que obligan á algunos á mudar de domicilio, no SH considera como condición pa ra formar parte do la comu­nidad doméstica el vivir ba­jo un mismo techo y sentar­se á una misma mesa.

Mientras dure la comuni­dad no se conoce el derecho de herencia individual, sino el colectivo. La parte del que muere acrece á los (|ue so­breviven. Cuando se disuelve el patrimonio común, se di-•vide generalmente por igual entre varones y hembras: hay casos en que las mujeres sólo tienen derecho á alimentos mientras permanecen solte­ras y á la dote si se casan.

Las comunidades domésti­cas se disuelven ya por acre­centamiento excesivo de sns miembros, j 'a por separarse algunos voluntariamente ó ser expulsados de ellas.

Como sistema de organiza­ción económica la comunidad doméstica es una institución, universal: así se encuentra en la India como en el Ar-oiiipiélagü Malayo, en las is-.

REVISTA DE BKVISTAS 497

las del mar del Sur, en (^hi­ña, en Japón y toda el Asia Septentrional y aun enfre nómadas como la comunidad de Kraal de los Cafres. En los Estados europeos de la Edad Media estuvo muy ge neralizada en Francia, Ita­lia, Suiza, Alemania, países eslavos...

En España ya en los pri­meros siglos de la Reconquis­ta, existe la comunidad do­méstica, muy extendida por Galicia y ÍPortugal (docu­mentos privados de iglesias y monasterios lo prueban) constituidas ya por padres é hijos solteros y casados; ya por hermanos, tíos y primos, ya por otros consanguíneos y gobernadas por el padre ú otro pariente.

Frecuentemente los hijos, aun después de casados, se­guían en sociedad con los pa­dres, y á veces también her­manos, cuñados, sobrinos y parientes más lejanos con­servaban pro indiviso la pro­piedad inmueble y la explo­taban en común.

Esta a,80ciacióu no era pri­vativa de solo los hombres li­bres, sino que la formaban también los semilibres y los serviles (lo prueba un inven­tario del Monasterio de So brado de 1122).

Las comunidades gallegas y portuguesas tenían perso­nalidad jurídica y sus jefes son los que disponen de los bienes comunes á nombre de la persona colectiva (un di­ploma del siglo XIII men­

ciona la donación de un pre­dio al Monasterio de Sobrado que perteneció á Fernando Pérez y xu Hermandad): y ellas erar la unidad fiscal para la percepción de los im­puestos (lo prueban las Inqui-ri<¡oei* de Alfonso II y Dioni-^io.de Portugal 1220 y 1268) circunstancia que denota la convivencia de sus miembros y su índole familiar (así el Fuero de San Miguel de Es­calada, en León, de 1156 di­ce que los hermanos que vi­ven en una misma casa no deben pagar más que un solo foro: lo mismo sucedió en Aragón con los hermanos que con8ei;vaban en herman dad los bienes paternos).

De la comunidad domésti­ca llamada hermandad toma­ron nombre las ligas políti­cas: así en 1116 se llamó Hermandad la confederación política de los burgueses de Santiago de Compostela con­tra su Obispo y señor juris­diccional D. Diego Gelmirez y (jermanias se llamaron en el siglo XVI las de Valencia y Mallorca y comunidades las de Castilla... Se encuentra también el nombre de her mandad para fines económi­cos en las asociaciones, her­mandades, de León, para aprovechamiento de tierras comunales y en Vizcaya pa­ra el seguro de ganados.

En Aragón existían ya en los siglos XII y XIII las co­munidades domésticas (aun viven lozanas en el Alto Ara­gón). Lo prueban documen-

498 KALL D'EROK

tos del Monasterio de Fanlo en Huesca (fecha entre 1034 y 106/i) del Monasterio de Santa Susana en Jaca (IHíB) y otro de íiues del siglo XII ó principio del siguiente. En todos ellos aparece la Her­mandad como corporación, distinta de los miembros que la forman y poseyendo bie­nes en común con carácter familiar, aunque no excluían los extraños amigos de la fa­milia y alguna vez se concer­taban entre individuas no pa­rientes entre sí.

Según resulta de los Fue­ros generales y de lus Ob servancias del reino de Ara­gón, fueron allí frecuetites la comunidad entre herma­nos, aunque distintos sns efectos según se forniHsen para conservar los bienes he­reditarios pro indiv¡nn ó ie pactasen después de dividir­los.

También en Aragón se hi­zo extensivo el nombre de hermandad al orden político con los de fraternidad y co­fradía , sus sinónimos (lo prueba un documento de Al­fonso II de 118'j relativo á los pobladores de Vilagrasa en Lérida: y los relativos á las Juntas ó Asambleas ge­nerales de los vecinos de Fi leta y Bailo.

Las asociaciones de veci­nos para la posesión y culti­vo de tierras en común para fines benéficos se designan de antiguo en Aragón con el ^ombre de hermandades.

En Navarra fué frecuente

en la Edad Media la comuni­dad de los bienes heredita­rios entre hermanos, según se infiere del Fuero general que la regula. Entre las clases serviles existió sin duda al­guna como lo prueba un in­ventario del Monasterio de Iranzu, del siglo XUI.

El Sr. Hinojosa termina su erudito y no corto artículo diciendo que la comunidad doméstica española procede de las gentilitates romanas que mencionan lasirrscripelo­nes hispano latinas de Astu­rias y Lusitaiiia: y (jue no es inverosímil que luego contri­buyese á su I ermanenoia e' conce|>to geiniáiiico según el cuiil el cabeza de fnniilia no es propietario absi^luto c( mo el romano, sino gpietit*" del j)atrimonif) común fHtnilinr del cual no puede disponer á sil antoio y cuya mnere no disuelve ipso fado esta co­munidad económica.

EspvÑA Y AMÍ;aiCA.—1 de Julio l90r).^«La crisis agraria y el problema del hartbre en Andalucía» (con-clnsión), por el P. M. Eittéba-nez.

Empieza el P. Estébanes por probar con hechos, que las ventajas del contrato de aparcería no son ilusorias si­no muy reales y provechosas para resolver la actual crisis agrícola: y cita lo que se ha hecho en la zona agrícola de Jaén llamada Loma de Ube-

REVISTA D E BEVIBTAS 499

da, Cuatro Vueltas y el Con­dado.

«No hace mucho tiempo, dice, que esta antes des­amparada y pobrísima zona, pasó al dominio Ae nuevos propietarios Persuadidos que la propiedad territorial tiene una alta misión que cumplir... creyeron queel me­dio más apto para que la pro­piedad inmueble llegase á realizar estos nobles fínes era el de asociar á sus colonos á una participación especial en los bent^ficios de la tierra, de tal modo, que andando el tiempo, entraran éstos insen­siblemente en el gremio de propietarios , resolviéndose así en esa región la llamada cuestión social... Así, pues, los dueños de esa venturosa y rica comarca de laén. ce­dieron en contrato de apar-(•erírt,pord C' ó (¡niñee añ s, lotes ó ])arcelas de terreno, cuya superficie variaba desde una hectárea hasta cincuen trt, y se los entregaron á los j rnaleros. quienes los des­cuajaron y limpiaron perfec­tamente, |)lantHnd(> olivos de la mej'T calidad. Vencido ya el plazo (lactado, el terreno que había sido objeto del re­ferido contrato, se dividía en dos porciones, proporcional-mente iguales en valor, lle­vándose una el roturador y otra el duefio... Que la ac­ción social, combinada con el interés de los individuos pro­cure multiplicar en Andalu­cía y Extremadura esos con­tratos de aparcaría, que, co­

mo es visto en la provincia de Jaén puede modificar no­tablemente las grandes acu­mulaciones territoriales po­niendo sus valores en circu­lación y se verá cómo la cri­sis agraria. . . dejará al menos de manifestarse tan aguda y no producirá esos horribles estragos de hambres y mise­rias que tanto ha ponderado recientemente la prensa dia­ria... ¿Quién duda que en Ita­lia, pa i s 'que consagra hoy gran atención á las cuestio­nes agrícolas ha producido resultados sorprendentes ,1o que allí consideran los más eminentes sociólogos como el tipo ideal del régimen agra­rio, esto es, la Colonia apar­cería sostenida con un crédi­to votado por el Estado á imita •ióii de losúlt imus pro­yectos de Glandstone apro­bados por Salysbury para la emancipación de los colonos irlandeses? Hágase,pue8,una ai)licai-ión de estas leyes á los latifundios, sin exHgera-das timideces (¡j) ante el sa­grado de la propiedad priva­da, que no se conculca sino en sus formas meramente ex­ternas y accidentales y muy pronto se tocarían con las manos las consecuencias (/ Ya lo creo!) viendo aparecer en las zonas yermas del medio­día de España aquella diosa-de la fertilidad de que nos habla Manzoni cubriendo de flores y de frutos los.hoy de­solados campos andaluces.»

Sin embargo de esto, el P . Estébanez dice más adelante

500 KALL D'EBON

que no cree conveniente en el actual momento histórico la expropiación forzom que —son sus palabras - proj)o-nen algunos para obviar los males que se originan de las extensas concentraciones í!¡ i territoriales incultas.

Y añade: «Y no es qxie yo trea que esta expropiación -siempre, claro está, que se haga con sus indemnizacio­nes correspondientes y por motivos de verdadera utili­dad pública — destruya la esencia del dominio privado, como piensan algunos devo­tos intransigentes del jus abutendi justinianeo de la propiedad. Considero perfec­tamente legal el procedimien­to de expropiación, pero nie go en redando que la propie­dad ))ueda ser hoy por hoy sometida á esta prueba sin hondas perturbaciones socia­les y sin traer una profunda conmoción al mismo seno de

l a s Instituciones políticas. Medios hay dentro de las atribuciones de los Gobiernos para conseguir el que los pro pietarios de esas acumulacio­nes territoriales salgan de su apatía y pongan en actividad sus energías económicas hoy muertas y enterradas en la soledad de sus incultos pre­dios».

Y enumera la imposición de fuertes tributos á la pro­piedad inculta; los auxilios dados por el Estado para po­nerlas en cultivo, el fomento de la instrucción y del crédi­to agrícola, la ])rotección á las asociaciones agrícolas, et­cétera.

• • En nuestro número próxi­

mo daremos noticias del artí­culo de Rodolfo Senet «Va­gabundaje» que publica la Revi»ita Nacional, de Buenos-Aires, en su número de Ma­yo último pasado.

KALL D'ERON.

CI2ÓÍTIO-A- SOOI-A-Hi

15 JULIO-15 AGOSTO

La crisis agrar ia i el hambre en Andalucía y Ext remadura . Respluciones del Gobierno.—Los anli latlfundlstas.—La razón del latifundio.—La conquista del suelo.—Dos no> t lc ias.

No bien regresó á Madrid de Andalucía el Sr. Ministro de Agricultura que movido del nobilísimo impulso de reme­diar en lo posible la aflictiva situación de millares de jorna­leros del campo, quiso visitar la hoy desventurada región, empezó en la provincia de Sevilla el movimiento cuasi-anár-quico de muchos mal aconsejados campesinos, asaltando cor­tijos, degollando ganados, apoderándose de las provisiones que se encontraron á mano en los caminos y llevando la consiguiente alarma á villas y ciudades populobas.

«En Osuna, en Carmoua y otras importantes poblaciones «rurales—ha dicho en El Imparcial el Sr. León y Troyano »—permanecen cerradas las puertas de las casas y los labra-»dores no se atreven á salir á la calle. En varios términos, »las turbas hambrientas merodean por el campo, asaltan los • caseríos y se apoderan á viva fuerza de los ganados y de lo »que necesitan para comer...» También á Extremadura han saltado chispazos de esta explosión de violencias y en Fuen­te de Cantos, los jornaleros detuvieron en la vía pública un carro cargado de panes de los que se apoderaron y se los re­partieron.

No hají dejado las autoridades de vigilar é impedir y de • reprimir estos actos, pero harto se comprende que son aquí-los medios de fuerza tan imprescindibles (pues ea de justi­cia el emplearlos) como realmente ineficaces para conte­ner ese desbordamiento de la masa obrera que se coloca en actitud que no hay sino (]fue declararla fuera de la ley con todas sus tristes consecuencias ó dejarla en cierto modo, pro­curando moderar su arrebato y contenerla con prudente

602 B. LÓPEZ CENTENO

energia. Así se ha hecho y esto ha evitado el mal mayor, de no pocas desgracias.

En el Consejo de Ministros celebrado hace pocos días (el 16 del corriente) el de Agricultura Sr. (Jonde de Romanones al ocuparse en el estado de la cuestión agrícola y obrera en Andalucía dijo que estaba prevista la crisis andaluza en las terribles proporciones que ha llegado á tomar, como él lo ha venido diciendo después de las comprobaciones que hizo du­rante su viaje á dicha región.

Consideró esta crisis como fruto de errores seculares, agravada este año por una sequía formidable y afírmó que los conflictos de esta magnitud exigen un esfuerzo supremo de todos: del Estado, de los propietarios y de los mismos obreros, aceptando éstos el trabajo allí donde se les puede proporcionar.

—El Instituto de Reformas Sociales—decía el conde de Romanones—calcula en '21X).000 personas las que precisa co­locar en las provincias de Sevilla, Cádiz, Málaga y Córdoba* Aunque turnen en el trabajo, como ahora se hace, resultarán lOO.OUO jornales diarios, que representan al mes en esas cua­tro provincias el gasto de cuatro millones y medio de pese­tas. Si la situación se prolonga tres meses, hasta que llegue el periodo de las lluvias y de labi>res ordinarias en los cam­pos, el gasto de jornales ascendería á trece millones y me­dió. Será forzoso añadir á esta suma otro gasto aproxima­damente igual para los materiales que se empleen en las obras públicas.

«Pero nos encontramos con que el crédito extraordinario concedido para la crisis obrera no fué sólo para esas cuatro provincias citadas, sino para toda Andalucía, para Extre­madura, para toda provincia donde el conflicto se presenta­ra. Y tengo la convicción de que ])ara remediar tanta nece­sidad ni con cuarenta millones de pesetas habría bastante.

«Sin embargo, el gobierno nunca pensó que las obras pú­blicas pudieran bastar para resolver el conflicto. Concedió los créditos como ayuda importante y para estimular ade-

CBÓNICA SOCIAL 503

más, á otras clases, singularmente á los propietarios, al re­medio de tan grave situación. Me consta que mucho han he­cho estos propietarios, pero es posible (jue aún puedan rea­lizar un nuevo esfuerzo. *

»El gobierno emplea el dinero en obras previamente apro­badas y que resulten de verdadera utilidad; necesita para ello cumplir los trámites legales ó reglamentarios, y en un mes se ha hecho ahora lo que otras veces en medio año ó más. Esta es la razón de haber sido escalonado el plan de obras.

»Por otra parte, los obreros podían ayudar á resolver al­go el coiiílicto, deponiendo intransigencias. Hay en Osuna al pié de 4.(X)) obreros parados; hay en Saucejo unos 400; hay en Lebrija unos 3.0LKJ; hay en Ecija 2.000, y en Morón l.OCJ, y en Córdoba 1.200, y así sucesivamente... ¿Cómo dar ocupación, dentro de un término municipal, en obras públi­cas aprobadas á unos 4.000 obreros? Imposible, porque en al­gunos du esos términos no hay obras aprobadas en número suficiente para ello. Pudieran los obreros aceptar trabajo fue­ra del término de sus respectivos pueblos.

»Se está preparando la aprobación de otras obras; pero repito que ésta», por si solas, no bastan á remediar el mal.»

Continuó diciendo el conde de Romanónos que hay nece­sidad de preparar reformas para el porvenir, que ataquen á la entraña del problema andaluz.

Cree que no hay más solución práctica y eficaz que evi­tar la sequía, por ser ésta la causa principal de la pérdida de las cosechas.

Y con esta convicción propuso al Consejo que el primer asunto del cual deben ocuparse las Cortes, con preferencia á todo, debe ser del proyecto sobre construcción de pantanos y demás obras hidráulicas.

• •

El jefe del gobierno habló á continuación, abundando en las mismas ideas del ministro de Agricultura; se declaró par­tidario de. la mejora de los cultivos, asegurando los riegos.

—Por el momento—añadió,—se impone atender á reme­diar, más que la crisis jornalera, el hambre, y esto sale de la

504 B . LÓPKZ ÜENTKNO

esfera del departamento de Agricultura y cae en la de Go­bernación. Este recogerá el informe del Instituto de Refor­mas Sociales ()ue dio en Junio último y verá la manera de aliviar el hambre ])or medio de las tiendas-asilo ó cocinas económicas.

El Consejo aceptó en todas sus i)artes las propuestas del jefe del gobierno y del ministro de Agricultura.

No ha satisfecho este acuerdo del Gobierno á los anti-la-tifundistas: y el Heraldo de Madrid el primero y el más de­cidido campeón que en España defiende la expropiación for­zosa del latifundio de propiedad privada, ])revia indemniza­ción por parte del Estado para repartirlo en propiedad ó usufructo á los jornaleros convirtiéndolos en pequeños térra tenientes, algo muy semejante á la ley inglesa Vindham aplicada á los landlors de Irlanda, dice á vueltas de forzados aplausos para el proyecto, de obras hidráulicas, del Go bierno:

«... Estas obras hidráulicas, con ser mucho, n<» son todo »lo que como remedio necesita Andalucía. Al concepto de la »organhación nuera de la propiedad es d lo (jtie hntf que acu-»dir. ¡Más claro!»

No sabemos cómo jurídicamente podrá ninguno hacer eao «lue quiere el Heraldo: cambiar el concepto de la propiedad su título y modos, ([ue haga lícito expropiar al particular siempre ([ue el Estado lo juzgue conveniente al bien social.

Para proponer, defender é imponer tal cosa es preciso profesar las teorías de que la ley civil es el origen de la pro piedad privada y pública y de toda propiedad; y el Estado, con dominio eminente, dueflo absoluto de la tierra y de todas las cosas. Pero esto no es así: el derecho de propiedad es un derecho natural que pertenece al hombre propter utilitatem humanae vitae, como hombre, que no como ciudadano; y el hombre es anterior al Estado; y no para el Estado, sino el Estado para el hombre en sus relaciones sociales, públicas ó privadas con los demás hombres y personas morales.

Entenderlo de otro modo, nos parece incurao en socia lismo.

CRÓNICA SOCIAL 505

A más de las razones de orden moral y jurídico que expli­can ol derecho de propiedad privada (chica ó grande en ex­tensión) hay, por lo que á los latifundios andaluces se refiere, y principalmente á los de la Alta Extremadura, otras razo­nes de utilidad muy poderosas que se revelan en los hechos. En efecto: no obstante ser nuestro derecho civil vigente muy poco favorable á la permanencia de 1H grande propiedad (por la abolición de mayorazgos y vinculaciones, la facultad de pedir división los condóminos cuando quieran pedirla, etc.) es un hecho innegable que muchos propietarios, aun no li­gados con lazos de parentesco ni aun de convivencia ó ve­cindad y siendo entre sí de diferentes clases sociales (nobles, profesionales, artesanos y rústicos) mantienen el condomi­nio en dehesas de mil y más de mil fanegas de tierra, á pe-.sar de que muchos propietarios de estas fincas por partes alícuotas, dejan de serlo por ventas ó permutas ó donacio­nes: mas los que les sustituyen, ninguno pide la división del predio. ¿Por qué? Porque está en la naturaleza de su explo­tación el conservarlo en dilatada superficie: porque sólo así, pueden obtener de sus frutos la renta proporcionada que de otro modo habría de reducirse mucho para cada uno de los propietarios de su nucrte ó desaparecer quizás por ser impo­sible su aprovechamiento con ganados que del pasto ó de la bellota se mantienen.

Ante los ojos tenemos las pruebas míís irrecusables: du rante el pasado siglo XIX, por efecto de la desamortización, se talaron muchos montes y rompieron muchas tierras en Andalucía y sobre todo en Extremadura. ¿Mejoró la condi­ción del jornalero, la de los pueblos rurales? ¡Todo lo con­trario! Y en cambio «la cría de potros, de muías, de reses vacunas y de reses de cerda—dice un inteligente agricultor —se halla en completa decadencia». En más de ireit cuartas partea han disminuido nuestros ganados. ¡Hasta el número de cabezas de ganado lanar ha sufrido merma de considera­ción! Esto bien lo saben los extremeños que han perdido mucha riqueza con la disminución de la transhumaucia. ¿Y todavía se quiere hacer mayor el desastre, descepando pas­tos y talando arboledas para cultivar en pequeñas porciones

8

506 B. LÓPEZ CENTENO

de terreno los cereales que por la condición del suelo y las frecuentes y prolongadas sequías y la faltada abonos, ape­nas si producen en los años de mejor cosecha el fi ó el 8 por 1, como es sabido?

Nunca tendrán razón los partidarios de la expropiación forzosa del latifundio; pero podrían tener algún pretexto, si aquí en España faltase tierra en relación con una población rural tan densa, que necesariamente habrían de ser muchísi­mos los trabajadores, ociosos por no poder trabajar, ni como jornaleros siquiera, en el laboreo de los campos.

¡Pero si esto no sucede! Precisamente en estos mismos días, un redactor del Dia­

rio Universal, el Sr. Argente, ha evidenciado que España es actualmente la nación europea (jue tiene más terreno inculto. En efecto, según la Estadística de Obras Públicas (T. II, de 1898) en España es erial ó baldío el 4t)'80 por 100 de su suelo, mientras en Inglaterra es sólo el 28'40; en Holanda el 23; en Italia el 19; en Hungría el 10'20; en Alemania el 9'90; en Bélgica el 9'40 y en Austria el 6'90.

Según Escriche, el territorio español mide 136 millones de fanegas de 24 estadales en cuadro cada una; y rebajando 14 millones por lo que ocupan los mónteselos ríos,los pueblos y los caminos, sólo se cultivan 33 millones y quedan baldías ó incultas 89 millones de fanegas.

¡Apenas si tenemos en España tierras que meter en cul­tivo, sin atentar al derecho de propiedad privada, sin daño de ninguno, antes con provecho de todos!

No está, no, la causa origen del hambre en el latifundio ni aun en la escasa producción de nuestro suelo; está, en lo que Novicow llama les gaspillages des sociétés rtiodernes; en los excesivos gastos públicos; en la poca atención de los go­biernos á la economía nacional, por dedicarla toda á la, poU-tica de partido: Testimonio de ello ha dado en el Heraldo (9 del que rigej el Sr. Morato, su redactor. Estudiando este se­ñor la emigración española de 1892 á 1902, ambos años in­clusive, dice que la menor emigración es siempre en Anda-

OaóNicA SOCIAL 607

,.eia y Extremadura, r ^ ^ - ^ l m ^ r S ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ . á s latifundios: y ^ ^ ^ ; ; ; r : Ln^e'con la grande paftoles no tiene rela-on «ja y p ^ ^^^^^ propiedad, tampoco la tiene con m

cosechas. He a.iuí sus P^^f ^ ^ ^g . ) i^s menores cosechas las .En los once años (lby¿ i^^ ^„^„ .._ i894 v 1900, años

A iftqrs V 1896- y la máxima emigración i»y4 y Lxnju,

.Algo p^ecido I"»,"»" """"" t " FranoU y su o«luoi-d„„„c !a d d Tratado de - » « " ° ^ ^ / j ^ p ^ X ^ ^ ^ de mu-dad en 1891 ap l i ca ¡ ^ • ' ' • « ' ' " ' " ^ V " ' , / „ ¡ f r . mayor de „ . a . ' ; - ' ' T ' / ; j ; : t ^ ' ^ r e u " o S , y loe . . o . 1892 J l V d T . r Í » y i S o : » , a. promedio de. periodo de , « „ •

titres afios últimos. ¿^^os relacionar con la emi-.No es esto solo. Si f «^^^''^^ ,^^..^^0 país, manifesta-

gracicSn la actividad P'^oductora de núes ro pa ^^^_ ! a en la cifra total de - - « - ^ ^ t ; : ^ ^ ^ ^ 1884 de 1882 á 1902 los afios de d«P/«"°" 1889, está la ci-

y » ^ ^ ' y - r ^ " r X - ^ a f i o s lo! do?en que precisamen-fra máxima de -^^^^^'^^^^^^ ¿,e la actividad productora, y te se iniciaba un renacimiento ^^ . ^^_ es sabido que en estas épocas es «n la ^ue jor colocación tiene la fuerza de trabajo».

Dos noticias: ^ ^ .^ , , i ¿ , censual editada en Bar-La Remata Luham P ^^^^¿^tes, con censura eole-

celona y redactada ?^¡'^¡ ^^^^e^er entre el clero el siástica, y destinada á P' ^P ,»»' y ™ ^ certamen lite-amor ai estudio, ha publicado el « " * ; \ j ! % ^ , ¿ e ^ edirlo

rario, de ciencias ^^'^^''^''rZ^X.^elJi.ra^ nuestros l - tores que quieran o-r ^ ^ ^ ^ ^ . ^^^

'-'l^^iZTtlt^^^'^^^^^^ cabrera, incansable

508 B. LÓPEZ OENTENO

defensor de los intereses agrícolas, pecuarios, industriales y mercantiles, ha dirigido una circM?ar á las Cámaras Agríco­las y Mercantiles y á la prensa, dándoles cuenta de las adi­ciones que propuso al Programa del Ministro de Agricultu­ra para la Conferencia sobre modificación de Tarifas ferro­viarias, de la (jue formó parte el ilustrado y laborioso procer.

Es un documento que revela en su autor tanto estudio como competencia, por el que le felicitamos cordialmente.

B. LÓPEZ (CENTENO.

BOX-iETIl íT IDE3 SEO-TTIEOS

• Nuentro» iiuincroHÍHimoa lectorus hallarán un esta seccióli medios para orientarse respecto á la Importancia y crédito de todas las Compañías do seguros que operan en Kspafta. Ks el «(.'Kuro uno de los elementos sociales do mayor interés y valia, y por ello encui'-ntrase de lleno entro las ciiestlonos prácticas que más interesan á la Familia y á la Propiedad. Nos proponemos orientar al prtbilco en estos asuntos de tan vital interés; exjmndromos no sólo nuestro criterio propio, inspirado en la Justicia, sino también los juicios atinados de aquella parte de la prensa profesional qne por va antigüedad y buen nombre nos ofrezca garantías de acierto. Vn redactor de la antigua y acreditada Rovlsts de seguros Ki, I'IIKVIHOR es el encargado de esta sección.>

La Polar.-Demostración de la potencia financiera de esta po­derosa compañía española es sin duda alguna la resistencia que ha ofrecido en su último ejercicio ala enorme pérdida que por su índole especial les ha ofrecido la rama marítima. En más de una ocasión y en otro lugar hemos aconsejado á nues­tras buenas compañías nacionales el abandono por liquida­ción de la más aleatoria de las ramas de seguros, cual es la marítima, y por ello nos abstenemos de repetir aquí nuestros razonamientos ateniéndonos exclusivamente á los hechos. La pérdida de millón y medio de pesetas sufrida por La Po­lar en esta rama nos parece de elocuencia suficiente para que á imitación de La Unión y El Fénix Español, abandone esta rama ingrata de suyo, y dé más impulso á las de vida é incendios en la que habrá de cosechar la potente Compañía vascongada beneficios indudables. De la ímproba labor que ha soportado la Compañía en esta rama, dará idea la pro­ducción de más de tres millone» de pesei:>as que acusa la me­moria.

En cuanto á la rama incendios bástenos decir que ha re­caudado en el ejercicio 1904 en primas líquidas de reasegu­ros Ptas. 4.213.8Sa'22 ó sean 34tí.724'27 pesetas más que en el año anterior.

Su cartera de primas á cobrar en 31 Diciembre de 1904 para 1905 y siguientes es de. . . . ptas. 12.096.389 91 que' comparada con la de igual fecha

del año anterior, que fué de. . . 10.914.614 68

arroja un aumento á favor de 1904 de 1.181.725 23

Los siniestros á cargo de la Compañía han importado 2 68J. 149*90 pesetas con un exceso respectó del anterior ejer­cicio de pesetas 582.335'3o.

510 ÁBO08

Los gastos generales se elevaron á 1.333.199'51 ptas. que representan el 31'40 por 100, moderada proporción que no rebasa las cifras de las mejor libradas Compañías.

Fijadas con suñciente prudencia las cifras para riesgos en curso y siniestros pendientes en las respectivas sumas de 1.179.748'71 y 285.423'96 pesetas, presenta La Polar en esta rama un beneficio líquido de 448.743*06 pesetas.

Respecto de la rama vida sólo diremos, por ahora, que es­tá eu sus comienzos y que ofrece porvenir lisonjero, ya que los gestores de La Polar son, como es sabido, competentísi­mos en el negocio.

Como demostración del poder financiero de La Polar que le permite continuar con bríos sus campañas aseguradoras, sin perturbación que la embarace lo que no hubiera aconte­cido en caso análogo á otras sociedades de garantías esca­sas, pueden ver nuestros lectores el balance siguiente:

Balane* d« eusnta» oarratfo •n SI d* Dlolambr* úm IS04

Pesetas

Accionistas SO.OOO.OOO'OO Acciones en cartera 50.000.000*00 Valores depositados en garant ía 68.703.936*11 Cartera 4.761.936*01 Bancos y Banqueros 326.716*00 Deudores y acreedores varios 34.885*36 Efebtos en car tera 21.424*00 Mobiliario «2.149*74 Cuenta pendiente de liquidación con la casa

Abaroa, de París 57.335*46 Pondos depositados en el extranjero. . . . 100.109*53 Compañías de reaseguros tomados, . . . 591.510*26 Gastos de producción del ramo de vida con

cargo á primas por vencer 382.746*99 Agencial gei^eral de Londres, su cuenta. . 74.599*42 Id. id. id., nuestra cuenta 263.082*22 Ramo de accidentes 100.209*90 Recibos pendientes de cobro 15.240'74 Plkoas. 8.642*36 Pólizas y apéndices 1.478*00 Varios asegurados. . . . . . . . . . 36.171*81 Anticipos: 8.109*00 Recibos en cartera 38.174*26 Sub-Direcciones y Agencias 181.780*18 Pérdidas y ganancias. 371.071*67

BoLKTtN DB BBOUROS 611 Pesetas

NominaleK

Banco de Bilbao, cuenta de valores^ ^ . • ^^-^^^jg^fOS Banco del Comercio, cuenta de valores. 24.000'00 Fianzas de Sub-Direcciones. . •• • • •

Suma. . . 246.047.637"27

op^srvo lOO.OOO.OOO'OO Capital. . . • .• •. . • ^ I i q o ñ . • 3.080.434'30 Reservas para el ejercicio de 1906. ^ Reservas para siniestros pendientes en ói/ 285.423'96

de 1904 68.703.936'U Acoionistas depositantes 3.B63.l66'n0 Efectos á pagar. • • • • í ' ' ' 88.871'88 Compañía de reaseguros cedidos. . . 43.604'50 I. Winter-París. • • " ' . •^„- " ' 4.189'ü8 Fr. Drogm5ller de San Petersburgo. . • 4.324'66 . Inspectores. 3.476'B6 Cuentas corrientes ' ' ' . G1.8B7'60 Recibos por cobrar . . 7.62B'78 Contribuciones. . • • • • " * J-nAo:. Cuenta de préstamos de valores para deposi^ 2l7.828'00

tos de garantía. 36.478'36 Ramo de Valores. • •

Nominaleí! 69.922.326'00

Depósitos en Custodia. • •. • , * ' ' ' 24.000*00 Sub-Direcciones, cuentas de Fianzas. . • •

Suma. . . . 246.047.587'27

Aparte, pues, de la pérdidade ¡ J ^ ^ ^ ^ Í Í ^ Í ^ S C ; plica, en cierto modo, un *"^°"^^^^^^ sobre todo en la ra-L s operaciones ^^^J^^^'^^^^X'^^üm^ para sus ge.-ma incendios y '"«íf^'^^^P^irse"^^^^ ; l t d T y ^ - ^ á n " u r ; ^ ' : n un porvenir próximo.

ÁBOOS.

SRES. PATRONOS DE LA OBRA (O

' (\>iif/in>(ic/óii •

P a t r o n o s nuewos.—Scñ'ir non .Toa(|tiiii Ijarriiinbo L"oz, Kin-pleado.—Sr. I). Ciílostiiio NiiV) Kdcinns, Mslico-oir-iijaiio —.Sra. Dorta ();)duli i Honifa^, Viuda do Al!)a Sr. I). Fraii"isci) liosol, Propietario. — M. I. Sr. D (í(>rardo Vülota. Catiónifío. - Sr. I). .\y;ustín Vi á Pros-bítero —Sr. D. Kusobio Iluóiamo, Kscril)ano.—>r. D. Tomás-AhÓH Ca-Hasii.s, Labrador.—Sr. I), lv/.(^(¡u\^^l Harto oiiió, Socrotario de Avunta-luionto. - Sra. I)."- Alaria d i la Paz dífi Río y (i(!l líío, — Sr. D. .Matías (íalerón, Labrador.—Sr. I) Fcriiiín .Martin y (íil, Farinaoóutico—So-ñor don Juan Antonio Cañizares Sáoz. Propietario.—Sr. D. .Melchor Villanueva, Labrador.—Sr. D. Noniosio Riberas Peñas, L a b r a d o r . -Sra. I)."* Inés Cañizares. Propietaria.—Sr. I). José Mirallos, Cura Pá­rroco. -Sr. I). Joa(|UÍii Moles, .Artesano.—Sr. D. .Manuel Sanz Breiuón, Irifíenioro.—Sr. I). Fid(>l Ceballos, .Abollado. Sr. I). H.in'aniín Domín­guez, Cura párroco. -Sr 1). Kariíjue Cost.as .Vfár((uez, Canonifío Pro­visor.—Sr. D. Juan .losó Kspaña, Presbítero. -Sr. D Pascual Piaz Atnioiro. -Sr, I) (¡erardo Alvaroz Giménez, Nolario.—Sr. I). Ramón Martínez (Jonzález, Administrador-habilitado d'íl ("!lero.—Sr. D. Ricar­do Marcos, Presbítero Coadjutor -Sr. I), llrsinaro (Jonzález Salomón. Cura Párroco,- Sr. D. Leopoldo Ratllo. Sr, I). Santiafío ¡'alomar, No­tario y Propietar io.-Sr . I). Enrique Cerrillo, Presbítero.—Sr. í). An­drés Iza, Presbítero. -Sr. D. Mario (Quintana, Propietario y Labrador. -Sr . D. Ramón Patlles Felíu, del Comercio. Sr. D. Joaíjuin Mole

ro y Palacio.s, Abogado.-Sr. D. Federico de Belaustei;uitíoitia, Propie­tario.—Sr. r>. José Cornejo Salvador, íjabrador. —Sr. D. Gerónimo do la Escosura, Registrador do la Propiedad.-Sr . 1). Francisco Ibáñez, Propietario y Labrador.—Sr. L). .Manuel Rerea, Arcipreste-Cura —So ñor don Manuel Ilolorer. -Sr. D. Pedro N. Mirasol de la Cámara, Abo­gado y Catedrático.—Sr. I). José Rodríguez Pérez, Cura F'árroco. Sr. D. Eduardo Royo, Presbítero. —Sr. D. Ja ime Herirán y Rrus, Di­rector do Instituto.—Sr. D, Manuel Sánchez-Manzano Sánchez, Médi­co y propietario.—Sr. D. José Ortega, Abogado.—Sr. D. Vicente do Santa María Rico, propietario.—Sr. D. Pe<lro Hernández, del Comercio.

(Se cjintinuará).

*li lillri-ciiMts hm-fi* iiifiu-ii'tii lmiii">)i <-ti «-I l<-\h, di- iiur.st i » |III)>IÍ('II<-ÍI'MI, (le ii((ii( lIoH cati'dico.H (ju,', ;itc'nt(í.s H filis dclM-rcs socínit 's ••ri IM t'iiooii i i c t iml , cfniIrilm.vf'iJ Cfin la iii-(tt<'('ci<Wi á rst i i pi'opjiKniid» ~ i i l cs t i idht di- lo.s [iriiiclpi",'^ de l.-i .'^ocinld^in iTlNtinnii (|iii' liHii do iiriiiiiiii/.iu' l o s ¡iiloicsc..' ili' todn» liis r l i i s iv di- lii So i - i id i id . Imv i|i'»(fi-ii<diidnnii'iilc <'ii iildcr-tii Inidiii.

Tipoqriifia de lii REVI.STA CAT(')MOA.

: P ^A. T12 o IsT-A-T o DE LA "REVISTA CATÓLICA DE LAS CUESTIORES SOCIALES,,

No Iciieis um» (|U« iiiujerue en viientrai* lKl<!t )tiH; oM hHu robado lofl hoin1>rcK: Halid pu«», <le viiB»lrBH «acrlstia» para rcoo-l>rarlo».

Á los HaoeriU)l«K\ Au. (ÍAUNIKK.

SSSORIS PATBOROS BENIHESITOS

Kxcmo. é limo. Sr. D. Ari»ti.les RiiiaKlIni, Nun­cio Apostólico «le la Santa Sede. , , „ , . . , „ i„

Kxcmo é Iltmo. Sr. U. Victoriano (íulsasola, Obispo de Madrid-Álcali. Harce-

Kmino. 8r. Cardenal ('a.sañas, Obispo do llarct K.mm,'. Sr. Cardenal Martín dr Herrera, Arzo-

K i c r t I h n o ' 8 r i ) . . I o s é Cadena y K.leta,ObU-

E Í c m o . r í h n o " s r . 1). Marcelo Spinola y Maes-tre, Arzobispo de Sevilla. Mn/arra-

Kxcmo. á limo. Sr. D. José Toni&s de Ma/.aira sa, 0 ' ' ' " l \ ° í «< ' ¿" ' ' í \ 'MM' ' . - OoH, Arzobispo Kxcmo. e limo. Sr. !>• Jo»e M. V"»! de Vailailolid. , . . . , „ „ , . . .

Kxcmo. é l imo. Sr. V. «rcKorio ARnirro y «-ar cía, Arzobispo de HurKOS. . ™ , Obisno

limo, y Kvdmo. Sr. ü Enrique Almaraz, Obispo Ilmo.''y'K"vdmo. Sr. D. Kr. José López Mendoza,

Obispo de Pamplona. . Kxcmo. é l imo. 8r. Obispo de Oviedo. Kxcmo. é limo. Sr. D. Juan Muftoí Herrera,

Obispo de Málaga. . u„„(n obis-l lmo.y Rvdmo. Sr. U. Pedro Casas y Souto.Obis

po de I'lasencia. «..inliert Kxcmo. « limo. Sr. V. Juan Maura y Gtlabort,

Obispo de Orihuela. n»rrero

Kxcmo é limo. Sr. D. José Pozuelo y Hcri .ro ,

Kx"cmo':'é Umo.''8?!'D. Francisco <iómez Salazar,

K Í ' c i ' r / r m o . ' s r . D . Vicente Sáncbez de Cas-tro, Oblsiio de Santander. ,>t,i«nn de

Kxcmo. é limo. Br. D. Jaime Cardona, Obispo de Kxcm"o. y Hvdmo. Sr. D. Juan Comes y Vidal,

Obispo de Teruel. .„ „ nlor de la l imo, y Kvdmo. Sr. Ti. José Cueto y Diez oe la K Í i r : ? í t r ; l ? . ' ^ : ' í ^ " K e l . p c O r t i z , Obispo Kxc",Í .Tl lmo. sr. D. TomisCosta Kornaguora,

Arzobispo de Tarragona. ,,„„rt,,»„i„ V , r . ^ y r d r o . ^ . " D ' . ' t í o r r r o'ldspo de

Externo.' é l imo. Br. D. J Ü S ¿ María Kancés, Obis-

uZ^¡ ffio. sr . D. V i e n t e Alonso y Salga-do, OliUpo de CarUgena. f,.,..Aa_

S = : ^ r " r j S í n a W M » t , s . . n a .

¿Donde est&n los buenos que dotan li> prensa?

PÍO IX.

Ka fuerza del ejemplo es uno de loa gran­des resortes que hacen marchar el mundo.

On. KnHKHT.

SEfiOBKS PATRON0S-?IINBiDOBB8(l'

Exorno 8r. Harquéi de Comlilat. Eximo 8r. Kafquta da Curralbo. Muy Ilustr» 8r. Barón d« Viíanayi. Muy Ilustra Br. D. Juan Váiqu» da Mella. Muy Ilustre 8r. Marqués de tampi.

COMISIÓN CENTRAL DE PSOPASANBA

Kxcmo. Sr. ü . Joaquín Sánchez de Toca. Kxcmo. Sr. Marqués del Vadillo. Kxcmo. Sr. Duque de Uipalda, Marquis de Lema Kxcmo. Br. D. Francisco Lastres.

SBÍiOBIS PATBOROS BBNEHÍRIT08

Kxcmo. Sr. Dn(|ue de Sotomayor. Kxcmo. Sr. Conde de Via-Manuel. ' Kxcmo. Sr. U. llamón Blanco, Capitán Ueneral,

Mari|ués de Peña Plata. Kxcmo. Br. Marqués de la Torrecilla, Daqo* d«

Ciudad-Real. Kxcmo. Hr. Conde de Bornar. Muy Ilustre Sr. U. Juan Martorell y Montelli,'

Presidente del Circulo barcelonés de Obr«ro» de San José.

Kxcum. Sra. (Condesa Viuda del Val Kxcma. Sra. (bondosa de Humanes. Bra. D . ' Dolores Babater. Bra. I ) . ' María Aconta, Viuda de Uarbarin. Sra. D.* Kncarnaclóu Reina de Znlueta. Srtas. 1).' .María y D." M&nuela del Plélaffo. Bra. D.* Emilia Camachu. Sra. D.» Josefa Pardo de Figueroa, VIod» de Hi­

dalgo. Sra. D.* .María Vlctoriiia (ion»*lez, Viuda d» " Kxcma. Sra. Marquesa de San Fernando. Sra. ü . ' Virginia Ooncellón. Sra. D . ' Rafaela de Castro. Ihna. Sra. Baronesa de La Linde, PropletMi». Sra. D." Enriqueta Ortiz, Viuda do Mufto». Sra. D . ' Vicenta Martínez, Viuda de Kerniude», Srta D.* María Ana Muñoz. Sra. D.* Antonia García Zorrilla. Exrma. Bra. Marquesa de Águila Kaal. Br. D. Juan de Dloa Triaa, Catedrático Sr. Barón de Ceiise. Br. D. Tomáa de A. Boada. . , , M. I .Br.D. LnlB Ferrer-Vldal, Iftfeenleroy Kabn-

cante.

= 2 = l imo, y Rvdmo. 8r. D. Ramón Pcria Mcncheta,

Obispo de Corla. l imo. 8r. OhUpo de Astor^a. timo, y Rvdmo. 8r. D. Juan Boldevllla, Arzobis­

po de Zarairnza. l imo. 8r. 01)l«po do OronKc. l imo, y Rvdmo. Sr. 1). Mariano Suporvia, Obis­

po de Huesca. l imo, y Rvdmo. señor D. Salvador (íastellote,

Obispo de Menorca. l imo, y Rvdmo. 8r. D. Pedro llocamora, Oliispo

de Tortosft. limo, y Rvdmo. 8r. D. José Mesetfner y CoNta,

Obispo de Lérida. limo, y Rvdmo. Hr. D. Torüpio Min^nclln, Oh\H-

po de8ÍKUcnza. l imo, y Rvdmo. 8r. O. Jo.xé (íarcia iCscudero,

Obispo do Osma limo y Rvdmo. Hr. I). José Torra» v Iia(fos,

Obispo de Vlcb. l imo, y Rvdmo. 8r. D. Santos /.Arate, (lliispo de

Almería limo. 8r. D. Wenceslao Sangüesa y (¡nía, Obispo

de Cuenca. Excmo. 8r. D. Maximiliano KernAnde/, del Rin­

cón y Soto, Obispo do Ouadix. limo. 8r. D. Valeriano Mcnéndez l!onde. Obispo

doTuy . l imo. 8r. D. Nicolás Rey Redondo, Oldspo do

Tenerife. limo. 8r. D. José Tomás 8ivilla, Obispo de (íc-

rona l imo. 8r. Obispo do Mallorca. limo. 8r. D. Manuel Cerero y Soler, Obispo de

Begorbe. l imo. 8r. D. Joaqnín lloitrAn y Ascncio, Olilspo

de Avila. l imo. 8r. D. Remigio Oandáscgu', OI>is|io ¡ireco-

nlzado do Ciudad lieal. nmo. 8r, D. Juan Antonio Rnano y Martin, Obis­

po de Barbastro. 1)010. 8r. D. Kr. Francisco Valrtés y NorieKa,

Obispo do Jaca. l imo. or. D. José María Salvador y IJarrera,

Obispo do Tarazona. Iltmo. 8r. Obispo de la Seo de llrKol. 8r. D. Pedro Álava y Velasco, Pbro. 8r. D. Affustin Caaahayó Kusqnets, Pbro. M. I. 8r. D. Antonio I.lor, Pbro. Juez Auditor. 8r. D. Modesto Rlssech, Pliro. 8r . D. Juan FábroKas, Pbro. 8r. D.Joaé Valdé, Pbro. Br. D. Manuel Oarcia Viejo, Arcipreste. 8r. D. Venancio (Jarcia Crespo, Pbro. 8r. D. José 8. üoñi , Pbro. M. I. 8r. D. Blas Hernández, CancíniKo Arci­

preste. M. I .8r. D. Félix Regente, Canónico Lectoral. 8r. D. Luis Manchado, Cura Párroco. 8r. D. José Maria Galán, Labrador. M. I. 8r. D. Pedro Iglesias, Canónigo. M. I. 8r. D. Manuel .Medina Olmos, Canónigo. 8r . D. José Cadlerno Fernández, Pbro. M. I. Br. D. Jaime Pajaren Ripoli, Canónigo Doc­

toral 11.1. 8r. D. Francisco Pulg y Ardein, Canónigo. Sr. D. Oermán do la Puente, Párroco. M. I. Sr. D. Manuel Velasco y Uiloa, Deán. M. I. 8r. D. José La Plana, Oocano. Excmo. 8r. Teniente General D. Marcelo do Az-

cárraga, «x-Presldente del ('onsejo de Minis­tros.

Vr. D.' Antonio Monedero, Hacendado. Excmo. 8r. Conde de Torrcs-l!abrcra, Presiden­

te de la Asociación do Obreros Cordnlieses. 8r. D. Alejandro Marta Pons. Abogado y prop." Excmo. 8r. Marqués de Sautiiiana. 8r. D. Tomás A. de Kpalza, Propietario. M. I. Sr. Conde de OrgBZ. Sr. D. Salvador Torres Agullar. Sr. D. Eduardo Mercader.

Kxcmo. Sr. D. Manuel (tirona. Sr. D. Luis Había y Urrutia. Sr. D. Carlos Carlionoil. Sr. U. F. (i. (lamino.

i Kr I). Roberto (iiimi'Z Itfiínl. I limo. Hr. i). .losé >lnria d.' Artivlie.

Sr. i). .loai|iiíii León y Livni, l'árroco. Sr. I). Knillio lía¡b''ii Muño/,. Párroco. Sr. I"). .José N'ncvo y i'alero, .\rciprestc. Sr. I>. (iiTóninio Carballar, l'resliitcro. Sr. I). I'cdro vülliin ,Vll)a, l'rexliitcro. M. I.Sr. I). Antonio M. Onis, Penitenciarlo. Sr. 1). José Maria l''rcsniMla. Sr. i). Car^lnilro (firona. Sr. I). Antonio (iovtlscd >. Sr. 1). .losé Valls e riicrn. Sr. 1). I'i'dro dayol y rorní!. Sr. 1). Pedro Tiirnll v Coni.idran, Sr. I). ilrnno Zaldo y Uiv(!r.i. Kxcino. Sr. I). .Jow (irlera, ex-.alcalde de Ilar-

celotia. Sr. I). Itigobcrto Albora. I''abrleante. Sres. Hijos (le i'ablo Pérez, Fabricantes. Sr. I). .I lian J. Liipez (i pincz, Aboufaclo. Sr. I). Jiiiiiln Alvarez vllranda. Dr. en Meilielna Sr. D. lienninio Mailinavellla. CatiMlnUico. .M. I. Sr. 1). Juan \l. i''errer y Torraltia, Aboga­

do, Propietario. Sr. D. Pedro llo>fiA, i{e','istrador(iela '"roplodad. Kxcino. Sr. O. .losé María .Vadai. Sr. 1). Itlcardo Sauz y (íarcia liordallo, Juez de

Instruccli'ni. Sr. D. .\lannel Bartolomé Funes, F.nipleado. Sr. II. .Marcos Sauz v .Martínez, Notario. Sr. D. Francisco .Mberola Caiiterac, i'ro|iielar¡o. Sr. I). Ignacio Ostiia. Sr. D. Faustino llardón Sabugo, Médico. Sr. D. José de Pareja y de Pareja, l'roiiietario. Sr D. ICustaquio Olaso, ltaii(|iiero. Sr. 1). Plíicido L. Acevedo, l'"abricante. Sr. 1>. Macario Vacas, Abogado y l*ropletario. 8r. I). Luis del Campo, Jete (\i>, la .\rinada, reti­

rado. Sr. D. Pedro (ron/iilez Maceda. .\tiogado. linio. Sr. I). .luán Itiirralde y Snlt, Académico

Correspondiente de las itil. de la Historia y de Bellas .Vrtes de San i'^trnando.

.M. I. Sr. t)r. I). Vleento Silva Diez, (íaminigo Ar­cediano

Sr. Dr. ü. Manuel (íóiiiez Adanza, DeAii. Sr. 1). Juan .M." Roiisse, Comisionista, Itepre-

Hcutante. Sr. ü. Joaiinín Coronel Rico. Propietario. Kxciiia. Sia. Mar(|ll(^sa de Cellernelo. Sr i). .Modest/i Vidal y Fol(|iiet, Propietario. Sr. ¡). .1. Castai'Hi, l'ropietario. Sr. I). .losé M." ililla, Conn^reiante. Sr. D Ángel ,M. Iloseli, Oironel du Ingenieros. Sr. D. Juan (iutiérrez, del Comercio. Sr. D. Marcelino Rubiera, Ingeniero ile Minas. Excmo. Sr. I). Baltasar López de Ayala, Prop." Sr. D. José Casas, Profesor do 1." ensefianza. Sra. D." Demetria Cí. Sainpedro, Propietaria. Sr. D. F. Javier Billiao Iturregui, Propietario. Excuio. sr. Conde do Retainoso, Propietario. Sr. D. José .VI * Pérez Lara, l'ropictario. 8r. I>. José Maritt do la Fuente, i'rocurador Ci­

vil y Kciesiástico. M. I. Sr. I). Pedro Ayerve, ('anónigo Arcipreste. Sr D. Joaquín (irau. Aliogudo é Inilustrial. Sr. 1). Joaquín ICnrile, Labrador y Propietario. 8r. D. Raiinundo Jurado, Médico-Cirujano. Sra. D." Catalina Martín (iareia, Propietaria. Sr. I). ('lirios .Navarro Lauíiirca, Escritor. Sr. ü . .Miguel .Mayo, Fabricante. Sr. D. Kufliio Blanco, Regente de la Escuela

I^ormai de Maestras.

S K 5 J ( ) U K S l ' A T H O X O S

Señort's AbogaHoH

Hr. I) Ailolfo (le Ai-riaKa. rtr, 1). AtfiíHtin IICIMUMKIC/, di'l Atíuilii, Scorctn-

rif) úv Ayuntaini» uto. i^r. D. Attiintiii .). Oii»t(illaiio», AKi'icultor. Sr. I). AKiistiii l ' iñcro. » Hr. I). AK\l»till l iclorli l lo y lie I,cóii. Sr. 1). A^íustin de Soron. * Hr. II. All)('i-t(i Dossi't. Sr. U. Ali'janilro .\ítaliiii'iiní;ii. Sr. 1). .Mcjaiidro (iarri^iu;/ . Sr. 1). Alfonso Stirrocjt, Uiiio. Sr. I). Alfredo lieniu'ule/. de CiiKtro y de los

Kio». Sr. 1). Alvaro Olea y l 'imentci. Sr. I). Andrés (ion/.áli'z. AulorAii. Sr I). Alltel lia» y .\nii«''). Catedriitico. Sr. 1). Anifel DelKailo y Delgado. Sr. I>. Alltel Komaiio», Aiidilor ile división. Br. i). Aniisla.sii) (ii'iniez. Sr. I). AntOi.id liotnna l!arl)eito. Sr. 1>. Antonio t'.oniyn. 8r . I). Antonio Kspiín'is. Hr. I). Antonio (ióine^ y (lome/,. Sr. I). Antonio Mariii de Kiieio, Sr. 1>. Atanasio M. (tnintano. Sr. I). Aniíiisto Caro, l ielntor-Secretario de Au­

diencia 8r. D. .Vareo (ic'nnez. Sr. D. Avclino Kernández de la Poza, alioKado. Sr. n . Itienvenido Alvari^z .Mntesanz. Sr. 1). Italdomero Caste.do, Notario y Prop." Ar. I). Itenito l'erdit?nero li I r i a r tc , AKciitis de,

NcKOClos colegiado. Sr. I). Bernardo Castro Arias. Sr. 1). Canuto Kasterra. Propie tar io Sr. . ('arlo.s .Mvarez (IniJaiTo. Sr D. Carlos Calzadilla y ftayer. Sr. I). Carlos Ka^es. Sf. 1). Carlos ( iarcía ( i i i t ierrez. Sr. I). Carlos O. Rnizy (iullón. Sr . D. Cir ios ftanz. Hr. D. Castor de Alinltim y Olano. Hr. 1). Cesar dé l a Mora. Sr. I). DAnniso Servia l larnés. Sr. 1). Daniel l iull len. Propietar io . Sr. I>. DeoKi'acias «lartínez. Sr. I). I)i»KO Knr¡(|iie/, do .Savarra, Propietar io. Hr. II. Dieno (ionzAlez Conde, Diputado. 8r . I) Doiiilnito Kurlqne Allor, Notario. Hr. D. Kdiiardo Pastor. 8r . I). Klias l.ticio. Hr. I). Kmilio K.^rriAndez Oliva. Hr. D. Kinllio Offell. Sr. U. Kmilio Vl.'edo llastello. Hr. I). Knri(|Ue Snred». 8r . U. EplKinenio Itiistamanto, Dpdo. provincial . ^r , D. Kstanislao Aranzadl. 8 r . D. Kstt'haii Martínez Veloz. gr . 11. Kii({cnlo Itladó. 8r . D. Kustaíiiiio Aliad, Perito. 8r . I). Kzeqiiiol de Aizpnriia. 8 r . D. K. Jav ie r Calderi'i , 8r . 1). Kaiiriciano (ionzAlc/. ( iarcía, Hecrotario

de Ayuntamiento 8r . D. Felipe Ksteva, Hanqiiero. a r . I). K(dliic KernAiidez Vicario. Propietar io . 8r. D, Felipe (Jóme/, .Moililm, Notar io. 8r . D. Félix HraKado. 8r . D. Félix de la ( larma. Hr. 1). Fernando Cadalso. Hr. D. Fornandode Doláa. Hr. ü . Fernando Fer re l ro Lago, Notar io .

8r . 1). Fernanflo Oranado» RuU, Not&rlo. 8r . D. Fernando de l luldohro. 8r . I). Fernainlo de .luán, Propie tar io Agricul­

tor . Sr. I). Fernando do Santa Pau y Ñongué», pro­

pietario. 8r . D. Fidel Celmllos. 8r. D. Florencio .VlareOH Martín. Sr. I). Florencio Kuiz. Hr. I). Francisco de Ayala, Notar io . Sr. I). Francisco de ('Aceres y Tomé. Sr. I). Francisco ('onder Moratl l la. Sr. 1). I''i'anclsco FontanaH. Sr. I), Fnincisco ( lut iérrez y I)ie7.. Hr. I). Francisco Jav ie r Igueravlrte. Hr. .>. Francisco López do AicarAi. 8r. I). Francisco Mafioz ilcl (bastillo. Hr. 1). Francisco Morillo é Hidalgo, Propie tar io . S]'. 1). Francisco Niifiez, Indnstvial. Sr. I). Francisco Polop y Carsi. 8r . D. Francisco de I'. Megfas, Propietar io . Hr. D. Francisco Valdivia y Ortmez-Bravo. Kxcnio. Sr. I). (ial)lno Bugallal, D ipu t ado* Cor­

tes. Sr. I), (¡ervasio ol iden. Sr I), (iodofredo Andrés y Ferrando. Hr. I), ( i regor io .Montallé». Hr. I), ( i regor io de tlgaldezulilAur, Propietar io . Sr. 1). (iulllormo Alvarez ile roledo y Oarcl». Sr. 1). (inillermo María de Broca. Sr. D. Ildefonso l ' r leto, Propietar io . Hr. D. Isaac Manricine, Propietario. Hr. D. J . Díaz Ma tin y l 'orncría. Propie tar io . Hr. D. J a ime Horra. Hecrctarlo de Audienela. Excnn . Hr. D. Jav ier (Hl y Beccrril . Hr. D. Jav ie r I ras torza . Hr. D. J a v i e r Ozorea. Hr. D. Jesii» Alzuru. Hr. O. Joaquín Almoda. 8r . D. Joaiiuín B o r r i s de March. 8r . D. Joaquín Hotcr. Hr. D. Joaquín Lízaaoain Sr . I). JoBíinín Melero y Palacio». Sr . D. J o r g e Ozore» de Prado . H . 1). .losó Amorós. 8r . D. José de Arquer , Fabr icante . Sr. I). José Halle8tor. Hr. I). José BarliorA y Falcó. Hr. I). José Bosch. Hr. Ü . José Callas Mafté. 8r . D José Cusco y Alier. 8r . ü . José Duran Tuloch. Sr. D, José Kstanyol y Colora, Catedr i t lco . Hr. D. José Ksteva de Paatora. Hr. D. José Flgueruela. 8 r . D. José J . Bou Pa iadeda . 8r . 1). José J o r r o y Miranda. Sr . D. José Louzao. 8r . D. José M. Garande, Notar io . 8r . D.José Manuel Hnrllo, Industr ia l . 8r . D. José María Borrell. Hr. D. José .VI." Out lé r rez . Hr. 1). José M. ' de Isasi. 8 r . D. José M.' del Llano Junco. Hr. D. José María Marti y Ooll. Br. I). José M.* Rico.

8r . D. José M a n a Vive» y Mendoza, Notar lo . 8r . D. José Milá y Pí, Prop .° 8 •. 1). José Monje. 8r . D. José Porra» .Menondez, Diputado Prorln-

clal. 8r . D. José K. VAzquez, Propietar io . Sr. i). José Ramo», propie tar io . Hr. D. José Raigón y Cepeda, Propietar io . Sr. D. José Itlcart, Propietar io . 8r. D. José Rodríguez do la Hox y R. Vlllamll. Kxcnio. 8r . D. JoBé de8antos/y F e r n i n d e i Laxa,

8cuador del Reino. 8r . D. José T. Retamoro. Hr. D. Juan de Amarilla», P rop ie ta r io . Hr. O. Juau de la Oámara.

8r. D. Juan Castrillo, Propietario. 8r. D. Juan Comes Oorciueda. 8r. D. Juan F. LnBwlotta. 9r. D. Juan Ocner l'auípnmji'i. 8r. D. Juan Uutlérrez Bui'no. Sr. D. Juan J. de León. 8r. D. Juan J. Ruano de la 8otH. 8r. D. Juan José .Mendoza, Propietario. 8r. D. Juan María (lonzAlez. 8r. D.Juan M. Villainil. 8r. D. Juan MoraKa». 8r. D. JuanOxore». 8r. D. Juan Pérez Lucia. 8r. D. Juan de Quinta. Propletlirin. 8r. D. Juan Koni&n. 8r. D. Juan Sala». 8r. D.Juan Sánchez Maxitiá. InKeniero 8r. D.Juan Vallé». S r . D . Julio llurjilo. 8r D. Juato Zufirarramurdi. 8r. D. Laureano Lozano. 8r. D. Lorenzo Klóri'» Mor(Jici, Notnrlii. 8r. D. Luciano Alctin y de Vicente,Comerciante. t*r. D. Luí» Carreraj». 8r. D. LulK Onscrty Ahnirall. 8r. D. Luis Dixdier. Br. D. Luin Lozano, Propietario. Sr. D. Luis MatoHex. 8r .D. Luis de NureHa y déla Ve^a-Inclán. 8r. D. Luix Planolles. 8r. D. IiUÍ8 Kedonet, Arclilverii-Hlhlloternrio. S r . D . Manuel Auriolea, Juez .Municipal y Pro­

pietario. 8r. D. Manuel de Uorlumati y .Vladernc. 8r D. Manuel de lioraruli, Notarlo y Pnlillcistn. 8r. D. Manuel CaHaHnovas. Sr. D. Manuel Danvila. Dr. D. Manuel Knriquez Barrios. 8r. D. Manuel Espejo .Martínez. 8r. D. Manuel (ill y Hardaji. Br. D. Manuel L(>\M)Z. Br. D. Manuel .Martín Al)ril. 8r. D. Manuel MiralleB Malavcrt. l imo. S;'. D. Manuel de .Vlonti, líolierniidoi' Civil. Sr .D. Manuel l'oKada y (tarcía Kamox. Sr. D. Manuel Ro^^er do Lluria 8r. D. Manuel de SOIÍM. 8r. D. Manuel Vázquez, Propietario, y Afi^ricul-

tor. Br. D. Manuel Velatquez Díogdvdo. 8r. D. Mariano l-'ortnny l'ortell. 8r. D. Mariano tiallei^o, Notario. Br. O. Mariaim Marco Rodrigo, l'ropielario. Br. D. Martin Recartodela Kocn, Propietario. 8r. 1) Miguel Amengual. Br. D. Miguel de Caatelln y Culielles, Notario. 8r. D. Miguel Encrlvá .MatoHe». 8r. D. Miguel Hulllotu. Sr. D. Miguel Pérez Malo de la Cuenta, Direc­

tor de «La Ley. . Br. D. Miguel Rodríguez, Catedrático. Sr. D. Miguel Safiudo Torrcx. ftecrelario de

Ayuntamiento. Sr. D. Miguel 'l'ejedor Montero. Br. D. Nicolás de la Cavada. Br. D. Nicolás López de Hierro. Br. D. Pablo Sala y Canalda. Hr. V. Pascual de Manta Pau y Soto, propietario. Br. D. Pascual Serrano y Abad, del Kxtado y pro­

pietario. Br. D. Paulino Navarro. Br. D. Paulo López Higuera, Propietario.

. Br. D. Pedro Alonso Relnoso.

Sr. D. Pedro de Anitua. r. O. Podro Cuevas.

8r, D. Pedro (íragera y de I^oón. 8r. D. Pedro J. Hirona. 8r. D. Prudencio l'ailarés Oarcia. Dr. D. Rafael (jallogo Diaz. 8r. D. Bafael Reina, Propietario. Br. O. Rafael Rulz, Propietario.

Sr. I). Rafael ftallent Panadés, Médico. Excino. 8r. O. líafacl de la VIesca. Sr. D. Kafnel Villeclienon». 8r. n. Kniínund» de Abadal y Caldero Sr. I). Rnimiinilo del Uío López Sr. I). Haní 'm Ittirruel. Sr. I). Itaniiin ('npdevilla Marín. Sr. L). Kamón .M. Ahneiln. Sr. 1). Ramón de .Miifuel y Mnuleón. Sr. D. Ramón de Navaxcnéx. Hr. I). Ilain'm Vilas. S I . n. Restltiilo ( i .Tuñon. Sr. I). liicardo l.acortn. Sr. I). Kl*n lio de Vergara. Kr. n. Rodrigo Pflrdo 'ronroirn. Sr. 1). Kutino liutiérrez, Secretario de Ayunta­

miento. Sr. D. Sandniío Zinnaliibe. Sr. D. Saturnino Calderón. Sr. I). Scliaxtíán (ioiiiez Kerreyre y Alvarez de

'TOIIMIO, propietario. Sr. I). Sehaxtiiln Liipez de Lereiia. Sr. O. Sergio Delga lo. Juez municipal. Sr. I). Teodoro Creux y Coromiiiax. Sr. 1). Tomás Ilenaviilex .MillAn. Sr. I). Tomds de la Riva. Sr. 1). TomAx Torrex Herrero. .M. I. Sr. I). l'rilino (iamazo. Sr. D. I'iliurcío Martin. »r. I) Trlidclad de Eorilcuberta, Propietario. Sr. D. I'lpiano Krrua. Diputado Toral. Sr. 11. Vicente Martín Arca><, (>oinerciante. Kr. I). Víctor Covhin, Fiscal municipal. Sr. D. Víclor Oallego, Sr. D. Víctor .Navarro y Vicente. Sr. O. Victoriano Sáez y Riafio.

Señores Arqiiifcctox

Kr. I). Adolfo Caxllñeyra. Sr. 1). Adolfo Rulz Sr. I). Ilenito (inítait Triill». Sr. '). Enrique Epalza y (üianfraii Sr .D Knri(|iie .M." Rc|iullés. Sr. D. Erancixco de Luís y TomAí S •. D. Kianclxco IMngarrón. Sr. n. Ildefonso Honell.s. Sr. D. Javier .\gnlrre. Sr. 1). Rlcardi C. Cuereta. Sr. I). Simón Cordoml. Sr. I). Salvador Oller v Padrol.

Señores Banqueros

Sr. D. Andrés Eiírlñas. Sr. D. Antonio Jalón. Sr. D. F^nrique Raduán. Sr. D. Kélix Oarcia y (Jarcia. Sr. D. Francisco de 1*. Calvez, Propietario Sr. D. Ignacio Rodríguez Vega. Sr. D. Javier M." Iluelln, Comerciante. Sr. 1). Joaquín Clga, y Fabricante. Sr. D. ,loa(|Uln Torán. Sr. D. Joai|UÍn Vicent. Sr. I). ,losé Cardona. Sr. D José (luorrero Nieto. Sr. D. José Sánchez Medina. Sr. D. I.iUciaiio .Marches!. Sr. D. Manuel Mh'iones llarros. Kxcmo. Sr. D. .Manuel Rodríguez Acoxta. Sr. D. .Mateo de llastorra. Sr. D. P. Herrero. Sr. Dr. D. Pedro Llosas Radía. Sr. D. Ramón López Dórlga. Sr. D. Vicente Albert.

fieñorcK Catetlráticon

lltiíio. 8i'. 1). Antiinid Aiiilriult' Naviirretc. 8r. D. Antonio Binioncnn. ilo Mmllcina. Sr. I). MaldounM'o Pt^rcz y Martínfz. Sr, D. HelUarlo Snntiicilfii'» l'alu/.uelos. 8r. D. ríirlos L'nfinl. Sr. n . ('. (Inlii.l. Sr. I). KuKi'nio clunuMiti! Olalla. 8 ' . I). KuKi'iüo Miim'nri'fiii». 8f. I). Kinlliano KoilriKne/. Risueño. limo. 8r. I). Ki'Ux Araniburu, Uector di! llnivui--

sidad. 8r. U. .lesMS (iüi/.neta. Sr. D. .lOMé AloiiHO KciMiAndi!/.. 8i'. D. .losé Cnsti'dn Tcijclro. 8r. D. .losé Dauíclla y lliill. 8r. D. Jo8é \'érov. llallcstcro». 8r 1). ,I()M(! dt! Títs. 8r. D..luaii Itarcia CalialliTo.do Mudiclna. 8r. D. l.Auí'o Clarianii Uii'nit. ftr. I). Manuel (íarrido. 8r. D. Miirtinlano .Martínez. 8r. 1). Moilesti) Marín. 8r. D. NlcoUiRCarliaJal. Sr. D. Nicasio 8átiche/, Mata. 8r. I). Norliorto Maclio. 8r. 1). l'ío (ferrada. 8r. D. Rafael Ri)dri«uezde(!(!liedn. Iluio. Nr. I). Valentín l'ortaliale".

Señmy'M ComeraiantcH

8r. D. AKiistin Ensesa ,lordl, l'roidetarío. 8r. O. .\K««tin Mo»o. 8r. I). Alonso (lomo/.. 8r. I). Alvaro Flores y Kstrada. 8r. 1). Anastasio Azenc. 8r. D. Anastasio .luán Airmt. 8r. D. .Vnilrés Reyes Rosa. 8r. 1). Andrés 8aonz. 8r. D. Aniíel Harrejrtn. 8r. D. AnKol Máeuz Díeí. 8r. 1). Antoro Kstivalez é hijos. 8r. I). Antonio .\danes, 8r. t). Antonio Allué, Propietario. 8r. D. Antonio ("ompte. 8r D. Antonio Oómez. 8r. D. Antonio Lafont. Hr. D. Antonio l'icornell y Mauíá. 8r. D. Antonio Sánchez de Rodríguez. Sr. D. Antonio Sierra. 8r. D. Antonio Versara Sr. D. Baldomero Canal Camblor. 8r. 1). Hauílsta Sancho Matamoros. Sr. D. Benito do (lamlioa. Sr. D. candido de Itiarra. Sr. 1) CfcrloB Fernandez y (larcia. Propietario. Sr. 1). Casimiro l'érez Virella. 8r. I). Cristóbal Kulí l'erez. 8r. U. Cristóbal Sanjlnés. Sr. t). C.Segordahl. Sr. I). C. ZunzuncKUi. 8r 1). D. B. Sobrino dntiulUcrmo Sordo. Sr. D. Dieno Caiiarrrts l'astor. Sr. D. Domingo Biela, Corredor. Sr. D. Uomln«o Caatafioda, I,abrador. 8r. D. Eduardo Oarcia Isla. 8r. D. F.duardo Roldan. 8r. D. Knriquo Achaval. 8r. D. Knrique Carhonell, DeleRado del Banco

Vitalicio. 8r. D. Enrique Díaz, Propietario. 8r. U. Knriquo Peña Fabrn. 8r. D. Esteban Arnedo. 8r. D. Faustino Benito.

Sr, 8r. S.-. Sr. Sr. Sr. 8r. Sr. Sr. Sr. 8v. Sr. Sr. Sr.

Sr. U. Federico Nieto, Meciinleo-Electrlcist». 8r. D. Fermín Revuelta.

I>. Fermín de la Sierra. I). Fernando (!. Pérez. I). Fernando Suaroz. D. Félix VlKll Rlestra. U. Francisco de A. Salvado, Propietario. O. Francisco F.iulaln. D. Francisco (Jarcia AKuilar. I>. Francisco Isern y .Vlaury. I). Francisco I,. IJlez. r>. Francisco MAs ({iiesada. 1). Francisco Pascan. D. Francisco Hamper. 1). Francisco Vázquez Pardo. n. liabriei Marliniz.

Sr I). <ierilnlmo Montos, Propietario. Sr. D. (lenaro Muñiz. Sr. I), (ire^orio llontlveros. Librero. 8r. I). («Inés (i. Hernández. Sr, I), (vonzaio l)iaz .Moloro. 8r. D. (iulllermo (larvey. Sr. I). (íuillermo Ravlna. Sr. D. (iulllermo Vlllaverdcy Cortfts Sres. Hijos de Narci.io Bausells. Sr n. Isidoro Chicote. Excmo. Sr. D. .lalme Bosch y Moré. Sr. I). .laime Pérez Peña. Sr. D. ,Ialme Vives PUIKB. F.xcmo. Sr. 1). .loaquin RodrÍRuez Ouerrn. 8r. D. .loaquin Roca. Sr. O. .losé Ayala López. Sr. 1). .loséCastollá. Sr. U. .losé Ferrer é Illas. 8r. D. José del Busto Oliaya. Sr. I). .losé LaKo RodrÍKuez. Sr. I), José Lombardia Romero.

D. José Manuel Sarasua. I). José M.* Camiioamor.

8r. 1). .losé M.» Caseilcs y Tarrats. Sr. D. José M." MuHruruza.

D. José M." Urbano. 1). José Martínez Mlrallcs

Sr. T>. José Pérez y Pérez. Sr. I). José Pui(?. Sr. D.José R.Marina. Sr. 1). José Soto Oonzález. Sr. D.Juan A. llerniVudez del Agulln. Sr. U. Juan ArKcmi. Sr. 1). Juan Bautista Jiménez. 8r. n . Juan Cases y Amoró». Sr. I). Juan Cotillas. Sr. D. Juan Martínez ARulIar. 8r. Ü. Juan Montancr y Vlch. Sres. D. Juan Redondo y Hermanos. Sr. D. Juan Zurita, Propietario. Sr. D. JullAii Diez. Sr. O. Julio Alcalde y Gómez. Sr. T). JulioSaWtmcro. Sr. D. Justo Burlllo. Sr. D. Luis Alcsán Nonué». Sr. D. Luis do la Puente. Sr. D. Luis Sainbeat. 8r. D. LuisRampedro. Sr. D. Luí» Valencia Covián. 8r. D. Luis Vlllavecchla. Sr. D. Manuel Agasti y .Mora. 8r. D. Manuel Ballestcr. Sr. D. Manuel Castillo Romia. 8r. D. Manuel Lalnz. Sr. D. Manuel .VlaKarlños. Sr. D. Manuel P. de la Pedross. Sr. D. Manuel Volasco. 8r. D. Mariano Ortlx. Sr. D. M&ximo Moro. Sr. D. Medln Carbonell. Sr. D. Miguel (ionzález Posada». Sr. D. MlRUcl Medlavlila Lojwz. 8r. 1). Miguel Navarro. 8r. I). Miguel Prieto. Sr. D. Miguel de ligalde.

Sr. Sr.

Sr. Sr.

8r . D. Modesto Saludes (!n?.mAn. Sred. Moreno Hermano». 8r . n . Nicasio Ksualn. Sr. D. NlcolAn LlzárraKa. 8r. D. Pantalcón (iiinn/,. 8r. D. PaRonal Vertfe. 8 r . D. Pedro Doniecq. 8r . D. Pedro Krani|ui'l. 8r . I). Pedro Pala. S r .D .Ped ro Kod ¡(fue/, Keiniindi'z. 8r . D. Pedro BcrraRrancrn. 8r . I). Perfecto Itarciela. 8r . D. Pió (¡abañe.s. 8r . D. Rafael .losé Itomcrn. 8r . D. Rafael HCÍK-8r. D. Rafael Kuldo. 8r. D. Ramiro deOrhe^oao-Sr. D. Ramón Itatllés Kelin. Sr. D. Ramón Berra Rourn. Sr. D. Ricardo iKUwiaK. 8r . D. Ricardo Roclielt. Sr. D. Rufino AlmaKro. Sr . D. Salvador Diev.. 8r . D. Salvador Dlaso. 8r . D. SantiaRO Dianchl. Br. D. Bchastián Romero y ()rlian(Oii. 8r. D. Servando do la VeKa. 8r. D. Toma» Alonso. 8r . D. Tomás Ksteller. 8r . D. Valeriano (íiordia. 8r . n . Vicente I.arraAaKa. 8r . D. Vicente PedreRal. 8r. D. Vicente Reu» I,al)nle. 8r. D. Vicente do UriRüen. 8r . IJ. Víctor Diez. ' 8 r . D. Virgi l io I,. Mart ín.

Damax Proteetoran

8ra. D.* Amparo Valonzuela de Tenor io . 8r» . D . ' Antolina Oregorio. ara. I).* Antonia de Torres-l . inero». 8ra. D*. Carlota M. de Lara, Vda. de .Murleiln». 8ra. D.* Cecilia .Junquera. R:(cma. Sra. Cündc»n do Cn»|ie. lima. Sra. CondeNa del Valle de .Marios. Gxcma Sra. ( 'ondesa Vda. de ManslUa. Kzcma. 8r . Condesa Viuda do Mendoza Cort ina. 8ra. D.* Consuelo ( iu t ié r rezde Ol i» , 8ra. D.* Crist ina Dols. 8ra. D. Crist ina Huerta», Viuda de Crespo. 8r» . D.* Dolores AmézaRa del Cerro do Zamora. 8r» . D.* Dolores de Puértolas , Viuda de Madro-

maAez. Excma. Sra. Duquesa Viuda de llceda. Sra. D.* Kacolástica Miranda, Viuda deOIlaK. 8ra. D.* Ksperanza Plmentel . Sra. D.* Estéfana de Chapodes, Viuda de .Miida-

riaga. Sra. D.* Kusebia de la Llave. 8r». D.* Feliciana Cuartero, Viuda de Vieen. Sra. D." Franc isca Harra , Vdn. de Vc\\\. Sr.* D.* Francisca Hormaecliea. Sra. D.* tíala Uoiizíllez. Madame Uauttcr I^acazu. Sra. D.* Oor t rnd l sC . Vda. de .Murpl. Sra. D.* Gracia (iil. Sra. D.* Inés Cai\izares. Sra. P . ' Isabel BulifKas de Marcliosi. Sra. D . ' Isabel Kstrada, Viuda de \ r l z a . Sra, D.* Isabel Ordófiez, Viuda de Saidin. M. I. Sra. I).* Jacoba Diego Madra'.o Conde l'e-

layo, Viuda de Pefia. M. I . Sra. D.* Jesusa Pedresa , Condesa Viuda de

Friegue. Srta. D,* Joaquina Llaneza. SrU. D.* Josefa U. de Estefani.

I.'L K<!nl ('oinpsfiía de

Sra. D." Josefa I/úeia. Srn. D." Leonor (Irtiz. Hvda. .Madre Snpi r io t í

Mnrin. Sni. D." .Manuel» l l i iz lln^tiiniante. Srn. 1^." Miiniicla Kerniiiidc/. di' Siilaiunnca. Srn. D." .Mnrin del ("nrmen Ilernúnilez. Sni . D." .María del Cal n Orte^^a, Viuda de

Uín/. Frumim'/.u. rtrn. II." .Mnrin Fernández Pnlncio. Srn Ii." Mnrin .loscfn (''H-roelinno. Sra. D." Murin .luana Cnroia (¡allardo. K.xema. Sra. .Maniue.'^a (!(• Ángulo. K.xnna Sra. .Mnr(|cie.'<n de Fiel l 'i ' icz ('nli.\lo. Kxcnia. Srn. .ManiiKisn de San .lunu. K.V('inn. .' i'ft. .Marquesa \ 'da. de ('nstelliin. l-^xeinn. Srn. Marquesa Vda. de ios Castelbnies. Kxeiini. Srn. .Mnri(ue»n Vdn. de la Roiuniia. Srn. I)." .Mnrla HurRo». Krn. 1).* .Milaftros de t^ilo.nia. I'r .i)ietnrla. Srn. D." Natalia Liñilii. Sra. D." .N'ntividnil de Diciro. Si-a. U." Obdulia Hoiiifaz, Viuda de Alba. Srn. 1).* Paz de Andrés, Viuda de MoncNterio. Sra. I).* Petronila .Mnzón, Vlinln de Pérc-z. Sra. D . 'Soeor ro SAncbez, Viuda de (iarcin. Sra. Viuda de Iluitrn);o. F^xeina. Srn Viuda de Dupny ile I.,óine. Sra. Viudn de In Kneia. Sra. Viudn é llljo» de J . .Mils. Sra. Viuda de Ji>ni|uin Cuesta. Sra. Viudn de Navaseu<'s. Sra. Viuda de l 'edro i 'ornet. Sra. Viuda de T. Altola^ruirre. Sra. Viu<la de Zarandona. K.\cnia. Sra. Vizcondesa d(! na r r an te s .

ScñorcH Ech'siíÍHticoK

Sr. T). Aifustin VilA, Presbí tero . Sr. I). A. Vllfriílo Muller, Sacerdote. M. I .S r . 11. Alejo Llorens. Cain'miKo. Sr. U. Alejo linas. Presbí tero. 8r . I). Alfonso Zamora, l 'bro. Sr. n . Aiiacleto Elias, Párroco. Sr D. Anastasio .Miguel, Cura Ecónomo. Sr. I). Andrés Clares (¡alan. Párroco. Sr. IJ. Andrés (iozalo Bartolomé, Párroco. Sr. 1). Andrés (íonzález .Meglas, Teiiionti' Cura. Sr. I). Andrés Iza. Presbitt íro. .M. L Sr. I). Ángel Marqulna. C. Magistral . Sr. 1). Ángel .Martínez, Superior del Colegio de

S. Vicente de Paul. Sr. I). Ángel Perianes Olmedo, Párroco. Sr. I). Ángel Regueras López, Presbí tero . M . l . S r . D. Antonio Berjon y Vázquez, Canó­

nigo. M. I. Sr. T>. Antonio Duran Ja rami l lo Canónigo. Sr. I). Antonio Et reros López, Párroco. Sr. D. Antonio ( ióinezTrassIerra , Párroco. Sr. 1>. Antonio Herrero Sosped a, Presbí tero . 8r . 1). Antonio J iménez Lebrón, Capellán. Sr. D. Antonio Jiménez Vllebes, Pbro. Sr. D. Antonio Lu(|ue (íonzález, i 'árroco. Sr. 1). Antonio Martínez ( iut lérrez . Párroco. Sr. D. Antonio Montañés Chiquero. Párroco. 8r. D. Antonio Ortega y Suvirá, Pár roco . Sr. I). Antonio S o d a s , Párroco. Sr. D. Antonio Segovia, Licenciado en Sagrada

Teología. M. I. 8.1)r. U. Antonio Siiitü», Canónigo Peni­

tenciario. 8r . D. Antonio Trujl l lo, Cura Párroco. 8r . D, Antonio Verde» León, P á r r o c o - A r c i ­

preste. Sr. D. Arturo Noricga, Párroco. Br. D. Baldomcro Toca, Cura Párroco.

7 = 8r. I). Harlolomi; KIoril y Hlpoll, Curn I'árroc.o. Hr. I), Hnitiilom»'' (idir/.ale» Marín, l'lirn. Sr. D Basilio Día/, ilo Kspada, Cura ArciliiuHti'. Hr. I>. HtMil^iio \l<»ya Voto, riirn l'i'irrot'o. Hr. I). HciiÍKiio SaiitiJ.t l'azo-i, Caix'lliUi. Hr. 1). HiMiilo ('allc.ia. I'. K»coln|ilo. Hr. I). Ili'iiiio ili', Kriituií, l'ilrroco. Sr. 1>. Ilciijniniíi noiiiintíiicz. Cura I'árroco. 8r. I). Ilcriiiilii' MiM'in.i, l'iírrin'ci. Hr. I). HcrnalK'' IMiMlralMiciia, l'ri-.liítcro. Sr. I), llernardo Arrilias .Mariiiiia, Párroco. Hr I), licrnardn Catulilii. I'liro. Hr. n. HoTiifiicio I<o<lrÍKui"/,. I'ilrrooo. Hr. I), ('ainilo (*aradiij(í. Párroco. Hr. 1). Cáiiilido MiM-ri'ro v C;i('inioit('. (/oadjiítor. Hr. I). OíUidido Pala/.iiclo-^ l''uoiit('-. Párroco. Hr. n. ('aslinlro I.afucntc, Párroco y Arcipreste. M I. Hr. I>. Cctcriiio .\iidrcH. Caiic'iiiiKO Doctoral. Hr. I), (ic'fi'riiio KMpaim, Párroco. Hr. I), (icdcdonio (ill l,óii('/., Prcxliilcro. Hr. 1). ('i'lcdoulo Marcos Han l'cdro. Párroco. Hr. 1). (ürilo Sauz, Párroco. Hr. I). (.'láuilio Kucntcs. Párroco. Hr. I). ConVtaiite. Amor, Cura Rector. Hr. D. (!oiistaiitlno Holsona, Párroco. Hr. I). Cristr.lml Iti'lliilo. (laocllán. Hr. 1). (Irlstóljal ('abc/.as Peñas, Presliitero. Hr. I). Delfín Kernánde/, Alvare/., Párroco. Rvdc). I). Ojonlsjo Klerro, Kscolaplo. Hr. I). DominKo (larcés. Párroco. Hr. 1). DoniinKo llernándey, Francisco, Párroco. Hr. I). Kdiiardo (larcía Uia/., Kcónonio. M. I.Hr. O. Kduardo llodrÍKo Haní, Oaniini(?o I-ec-

toral. Hr. [). Kladio I'eriiándcr/. (iarcía, Oiira Kcónomo. Hr. I). I'.lias (ier, Prestiitcro, Profesor do Semi­

narlo. Hr. I). Klías l,i'>i)e/. RodríKnez, Cura Kcrtnoino. Hr. n. KIÍKIO Pa/. Poinlio, Párroco. Hr. 1). Kmilio Escalada, Presbítero. M. I. Hr. [). Kmilio .Maestro, (!. Docloral-M. 1. Hr. I). Knrl(|tiu Artitíot, (¡anóuiKo. Hr. I). Knrii|ue (Cerrillo, Presliílero. M. I. Hr. D. Knrliiue (!ostas .Mártiue-/., (;anón¡(;o

Provisor. M. 1. Hr. I). ICnriiiud ll'cit;, ( anrtnÍKO. Hr. IJ. Knrii(ue Haraclliai', Preliistero. Hr. I). ICstelian h'crrer, Párroco Arcipreste. Hr. I). Kstétiaii I.iipe/. .Martínez, l'Arroco. Hr. II. ICuKCido (ion/.ález Vidales, Phro. Hr. I). KuKcnio M<irante, Párroco .lubllado. Hr. I). KuKeiiio Olarte, Cura Párroco. 8r. I>. Kuschio Sarasa, l'árri>C(i. Hr. I). Kvaristo Martínez Hánchnz, IMiro. Hr. I). Kvaristo l'crdldo. Haccrdoto. Hr. D. Faustino (iil, Párroco. 8r. D. Fausto Zarate, (!ura ecónomo. M. 1. 8r. D. Federico I,iííán, CanónlKo Maestres­

cuela. Hr. I). Felipe Francos, Kcóuomo. Sr. I). Fi.rmín 81m«rtn Palacios, PreMliitero. Hr. D. Fernanilo Vllinrrica y llevla. Párroco. Hr. 1). Francisco Arjona, Pliro. Delegado dioce­

sano de (!apellanías. Hr. D. Francisco Armendári/., PI)ro. y Catedrá­

tico. 8r. D. Francisco ü i a i Alcover. Presbítero. Hr. D. Francisco Fernández Tresnueries, (iura

Párroco. Sr. D. Francisco (íil, Pbro. 8r. ¡). Francisco (íonzález, Párroco. Muy Ilustre Hr. D. Fíiinclsco Oonzálcz l lerreio,

Canónigo l'enitenciario. Hr. D. Francisco (lulll ín, Párroco. Hr. D. Francisco (iras, l're»b^tero. M. 1. 8r. D. Francisco HldalKo Huilón,Canónigo

Doctoral. M. I. 8r. D. Francisco .larrín, Canónigo Magis­

tral. Hr. D. Francisco .lavier Hálz, Hacerdole. Hr. D. Francisco López Kxpósito, l'resbltero.

8r. D. Francisco M. iioón. Cura Propio. 8r. D. Francisco M." Moreno, Cura Párroco. Hr. D. Francisco Más, Presbítero. Hr. I). Francisco Piudies Martín, Párroco. Hr. D. Francisco Itodrlgo Hanclio, l'resbltero. Hr. I>. Francisco Kodrlguez .Martínez. Cura Pá­

rroco. Hr. D. Francisco Hanche/,, Párroco. Hr. I). Franrisco Hnay, Presbilero-Vicario. Hr. D. Franci.sco Vllíóii«.,U(ine, Pbro. Hr. 1). Fndlán (lelllda. Arcipreste. Uvdo. p. D. (íabiim de Olaso, Agustino. M. 1. Hr. 1). (ienaro (Campillo, Abad. Hi-. I). (it>rardo 'I'receño, Párroco. M. I. Hr. I). (ierardo Vlllota, Canónigo. M. 1. Hr. Dr. D. (iernián llulz de la Cuesta, Doc­

toral . Hr. I). (iil Orbe, l'resbítero Hr 1). (ilnés Parrefto, Presbítero. Hr. D. (lonzalo Olivera, Párroco. Hr. D. (iregorlo Harcenllla, Cura Párroco. Hr. I) (iregorio Domínguez, Kcónomo. Hr. 1). (iregorio Keccta, Presbítero. M. I. Hr. I), (iregorlo de Vera, Canónigo. 8r. D. Hermenegildo Ijiaguno. Hr. I). Iliginlo Pérez, I'árroco. Hr. I). Hilario (lome/., I'árroco. Hr. D. miarlo Soutclo Rolan, Párroco. M. 1. Hr. p . Ignacio Alberlclo, Rector de Semi­

narlo. Hr. D. IgiHiclo Nieto, (Jura Párroco. 8r. D. IniIalc<cio (iarcía, Kcónomo. Hr. I). Inocencio de Dios (Jonzález, Párroco. Hr. D. Isaac (iarcia Hanz, Párroco 8r. I). Isidoro Oevallos (Jevallos, Presbítero. 8r. D. Isidoro (íutíerrcz. I'cfia, Párroco. Hr. 1). Isidoro Martin do León, Coadjutor. 8r. I). Jacinto l.obo Aranda, Párroco Hr. I). .lacliito Rona Pino, Párroco Arcipreste. M. l .Sr , D. Jacobo Navarro, Canónigo. Rvdo. 8r. I).,lalmo de Vcrástegul, Proahltero. 8r. D. Jesús Oontreras, Notarlo mayor eclesiás­

tico. Hr. D. Jesús (iómcz Crespo, Coadjutor. Hr. D. Jesús (lonzalo. Profesor de Hcmlnario, Hr. i) Jesús Mario Carballo, Halesinno. Hr. I). Joa(|uín Aguado, Párroco. Hr. I). Joa(iuln Condominos, Fiscal ccIoBlAstlco. Sr. D. Joaiiuln .Martínez, Sacristán, Hr. D. Joaquín Mora, Cura Párroco. Hr. i). Joai|uin Segura, Sacerdote. Sr. D. Josii Aivare/., Cura Párroco. M. 1. Sr. D. José Antón Ferrándiz, Deán. Sr. I). José de Aristizabal, Párroco. Hr. D. José Anurmendl, I'bro.-Coadjutor. Sr. I). José Bermejo (ialindo, Párroco. Sr. D. José Climcnt, Cura Párroco. Sr. D. José (Jarcia Rojo, Presbítero. Hr. D. José (iarrldo Suárez, Pbro. .M. I. 8r. D. José Hospital y Frago, Deán. Hr. I). José María Alvaroz Méndez, Párroco. Sr. Ü. José M.» Maestre, Cura propio. Sr. I). José María Moscardó, Pbro. Sr. I). José M." Sánchez Alvarcz, Párroco Arci­

preste. 8r. D. José Marqui, Párroco. 8r. 1). José Martínez, Párroco. Sr. D. José Mlñano Alcarax,Párroco. Sr. D. José Morilla Cobo de (juzmán, Pbro. Rvdo. I). Josii O. Rolg, Prior Cura Párroco. Hr. D. José Peslafto y Olivera, Teniente Arci­

preste y Cura propio. Hr. D. José R. Meleiro, Capellán. Sr. I), José Hamíroz Rodríguez, Párroco. Hr. I). José Rodríguez Pérez, Cura Párroco. 8r. D. José Ruiz y Rulz, Cura Párroco. Sr. D. José Háenz de Cortázar, Sacerdote. M. I Sr. D. José Santasusana, Canónigo. Hr. 1). José Sonto Iglesias, Cura Párroco. Sr. D.José Velazqnc/. (Iranados, Párroco Arel-

preste.

= 8 8r. 1). .loHé Verdi'i* KoUn'K'";/-! t'oftilji"'"'-8r. D. Jone Vicente Olmedo, I Arroco. Hr. I). .Juan An^oitiii, l'refln'leri). 8r. D. Junii Antonio Oiierrn, l'iUTüeii 8r. D. Juan Ayerve, l'bro Coiidjiítor. 8r. D. Juan HÚiitlsta SAneliez, l'ilrroeo. 8r. D. Juan de Derroncchea. l'Arroen. 8r. D.Juan Illanco DAviln, l'árroeo. 8r. D. Juan de Dio:" Avalos y Jirnénez, INirrueo. 9r. D. Juan (ionzfliez, l'^ciliftern. 8r. D. Jnan José HeleuKner. ("oiicljiílor del l'ilnr. 9r. D.Juan JOHÍ Marín l.ií|><", I'Arroeo. 8r. D. Juan .losé Redondo, ('oiiüjutor. 8r. D. Juan Juncosa. Presbítero. Sr. D. Juan .M. Harrero Amador. PArroio. rtr. D. Juan M." SAneliez I,ertn, Pbi-o. ('Hpelliin. 8r. D.Juan Martínez. PArroeo. 9r. D. Juan Montero .Vlaldoiiado. Plirn.-Coiidjn

tor. M. I. 8r. D. .luán Morcll, Dl^niíladcle ('hanlru. flr. n . Juan Pablo del Amo, Notnrío Miiyoi' Kele

slAstico. rtr. D. Juan l'alacio», Ouadjutor. 8r. D. Juan de ZnluaKa, Presbítero. M. I. 8r. n . JuliAn llorvAs Iluendíii, Deán 8r. D. JulíAn Muñoz, PArroeo Arcipreste. 8r. D. JuliAn Plaza. Kcilnouio. Hr. D. JuliAn Kuiz :>uzu>An, Cura Kertnomo 8r. D. I>. IlernAndez Cano, Pbro. Coadjutor. 8r. D. Leandro Hateo, Cura PArroeo. 8r. D. Leocadio Godos, PArroeo. 8r. D. Liberato I'astor MIni, Presbítero. 8r. D. Lino de La fuenti'. Notnrío ecleslAstieo. M. I. 8r. D. Lorenzo Aniceto, CaminÍKo. Fray Lorenzo de la ('oneepeicin, Superior ile los

Trinitarios. 8r. D. Lorenzo Molero,(;uni lednomo. 8r. D. Lorenzo Ramírez. Heneflelado. 8r. D. Lorenzo Silveira, PArroeo. 8r. D. I>orenzo Valencia UarraKÚn, PArroec 8r. O. Lucas Ariae Ortiz, PArruco. 8r. D. I..uciano Oarcia Castillo, Haeerdote. M.I. 8r. D. Luciano liivas, Canrtniífo Arcipreste. Bvdo. P. LUIH HcrcuKner. 8r. D. Luis Florez Alvarez, Presbítero. 8r. D. Luis Frías Harrionuevo, CapellAu. M. I. 8. D. I-uis l'alabí, Provisor y Vicario (¡e

ñeraI. M. I 8r. D. Luis Pérez y Kstevez, Canónico. M. r. 8r. O. Manuel Alen del Cnllarbi. Oní^tuKO. 8r. D. Manuel Alvaiez, Presbítero. 8r. D. Manuel Alvarez Leal, CapellAn. 8r. D. Manuel Alvarez HuArez, Párroco. 8r: D Manuel Bore.a. Arcipreste-Cura. 8r. D. Manuel Besado 8umay, PArroeo. 8r. I). Manuel Carretero, (!ura PArroeo. 8r. D. Manuel DondiiKUOz, PArroeo. M. I. 8r. D. Manuel DomlnKuez Sanahuja, Ca

nónlKo. 8r. Dr. D. Manuel (Jarcia Robes, Cura PArroeo. 8r. D. Manuel Uutierrcz Giménez, PArroeo. 8r. D. Manuel M.* i;aro, PArroeo Br. D. J. Manuel Martínez López, Presbítero. M . I . 8r. D. Manuel Mnfioz Flores, (lanrtnÍKo

Doctoral. 8r. D. Manuel Pérez, Párroco Castrense. 8r. D. Manuel Precioso Silvestre. 8.'. D. Manuel SAneliez, PArroeo. 8r. D. Manuel SantlaKO y Garrido, PArroeo Ar­

cipreste, Capellán de Honor y Predicador de 8. M,

Hr. D. Manuel Serrano, CIc rÍKO Beneficiado. U. I 8r. D. Manuel Simón Castro, CanóuÍKo. Br. D. Manuel Sotomayor y Rulz, Presbítero. 8r. D. Manuel Vázquez Vidal, l'Arroco. Rvdo. P. D. .Mariano de lo» Buci», Atfustino. 8r. D. Mariano Cuende de la Cuesta, Organista. 8r. D. Mariano Serrano l'ozo, Pbro. 8 P . D . Mariano Tejedor Peña, PArroeo. 8r. D. Martin Irafieta, Párroco. M. I. 8r. D. Mateo Gómez Diaz, CanónlKO.

r. D. Miguel Costa, l'resl)ítcro. Kr. I). Miguel Jimeiin PArroeo. Sr. D. .Miguel Pérez, Rector de Seininarin. Sr. I>. Modesto ('ortés .Moreno. Cura I'Arroeo. Sr. D. .Nicanor .\l. Aparicio, PArroeo Sr. D. Xícasio Itande, l'ArríXro. Sr. I). Nicobls Cotillns. Párroco. Sr. I). NleólAs llorlelnno. Pri'sbítero. Si'. I). N'lodAs .\Inti) Viirein, PArroeo. Sr. I). .NicolAs Miño l'érez. Condjntor. M. I. sr. D. XieolAs Kuiz Itnedn, ('aniniigo .Vlii

gistriil. Si'. I>. NIeolA.s \^el'iseo Pe<'barro*imiii. PArroeo. Sr. I). P. Telino Muñoz Garrido, PArroeo. Sr. D. Pnblo DiirAn, Cura Rei'tor. Sr. I). I'alilo Pascual de la Fuente, l'Arroco. Sr. I). I'alilo del Valle. Párroco. Kvdo. I'a<lre Fr. Ángel Ciarán, Superior de los

P. P. Ooinínicos. Rvilo. I'adre Rector del Colegio de Nuestra 8e

ñora de ICegla. Sr. n Pedro A. Losada. PArroeo, Sr. I). Pedro Aparicio, l'Arroco. Sr. D. Pedid Bravo Morcillo. KcónoiAo. Sr. I). I'edro Cainprubi, l'bro. Beneficiado. Sr. O. Pedro Falces y Hetloso, l'Arroco. Sr. IJ. i'edro Gol|ie Luna, l'Arroco. Sr. I). Pedro I,ara Suárez. I'A'TOCO. S.\ I). Pedro Mu iii de Miini'oliig(dtia. Pbro. M. l .Sr . 1>. Pedro Ituiz Sainz, Canónigo Peni

tenciario. Sr. D. Pedrii l'orrnbiH, l'Arroc". Sr. T). Procopio (iarcfa, Páiioco. Sr. I). Protaslo Gracia. Cura propio. M. 1. Sr. D. Prudencio .M(do. Canónigo Lcctoral Sr. 1). Rafael del Campo Avila, I'resbitern. Sr. I). Rafael Domínguez Correa, PArrocd Sr. D. Rafael (íllemez Lozano. l'Airoco. Sr. I). Rafael Lófiez Paseuiil, l'á'roco. M.I .Sr . I). Rafael l'ijoan. Canónigo Miiestri

escuela. Sr. Dr. I). Raimundo Alegre, l'ArroC" Sr. I). Ramón Clmo Verdes. Párroco Sr. I). Ramón Oller. I'resbitero. Sr. I). Ramiin Pindó, Cura Kcónomo. Sr. D. Ramón Valdés lluiín-j. l'Arroci>. Sr. D. Ramón Vllardell. l'Arroco. Sr. 1). Ramón Zabalo, Presbítero. M. I. Sr. D. Remigio Albiol. Rlor.deSeuiinarin Sr. D. Ricardo Doininguez, Párroco. Sr. 1). Ricardo Marcos. Presbítero Coadjutor. 8r. D. Ricardo SiiArcz Castrlllón, Presbítero

(¡ondjntor. Sr. í>. Rufino Arango. AdministradorPiocesano Sr. D. Salvador Campos l'oiis, Pbro. Sr. I). Sandalio de la Sota, I'AiToco. Sr. D. Santiago Itonillo .Montes, Presbítero Sr. D. SaiitLigü (íarcia Rodríguez, PArroeo. Sr. D. Santiago (¡aspar. l'Arroco. Sr. I). Santiago Gómez Santa (!ru7„ l'Arroco. Sr. 1). Siintiago Martínez, Presbítero. Sr. D. Sebastián Moñíiio. Coadjutor. Sr. D. Secundino Martínez Montenegro, Arci

jireste y Párroco. Sr. D. Seratin .Miguel IlernAndez, Párroco. Sr. D. ToinAs Gómez, Cura l'Arroco. Sr. 1). ToinAs González Martin, Pbro. Blblloti-

cario. Sr. D. Ursinaro González Salomón, Párroco Sr. D. Vicente Auson, Párroco. 8r. D. VI,ente Barajas, Párroco,Capellán mayor

y Arcipreste. M. I. 8r. D. Vicente Carderera Potoc, Canónigo

Doctoral. Sr. D. Vicente Es'iasa, Pbro. M.I. Sr. D. Vicente Font y Ordax, Canónigo. Sr. D. Vicente Pernas, Capellán-Coadjutor. M. 1. Sr. D. Vicente Silva Diez, Arcediano. M. I. Sr. D. Vicente Tascón. Canónigo. Sr. D. Victoriano Flamariquc, Párroco. Sr. D. Victoriano Pasa y Posa, Pbro.

= 9 =

Neíiori-H KmpleadoH

Sr. 1). Aldjiíiidio MiMiúiidn/ Aliinsii. Secretarii) d« .Imita de llviicflciMirla.

Sr. I). Alvaro de !a Fuente, Contador ile Ayun­tamiento.

Hr. D. AhKel de Bal parda. Administrador. Kr. D. Antonio Ki'niAiidex'Cejedor, .lefe de KN-

tación. Sr. I). Antonif) íle Navanciiés. Sr. n. Antonio Rodrigue/., Propietario. Sr. U. Antonio Torrenl» y Monncr. Sr. I). Arturo de Navascué». Iltmo. Sr. D. Calixto Várela de Monten y Reca­

man, Jefe de Administración de 1." clase. Sr. D. Cándido Muftoz, Administrador de Consu­

mos. Sr. D. ('arlos Ferrer y C -cus, Inspector de los

caminos de Hierro del Xorte. Kxcmo. Kr. D. Cenón del Alisal y LOpeí, Direc­

tor (ieneral do la Deuda y ciases iiasivas. Sr D. Klias Vil larroyay Marco. Sr. D. Knrique Amat Cortés. Sr. D. Knrique Hocafull. Sr. I>. Knrique Rnescas Sr. J). Krnesto do Herrera. Sr. D. Kuttenio Baladicy, Jiméue/,. Sr. D. Federico (llménoz Mendcx. Sr. I). Francisco Mspadni, Adminiítraiior Su

Imlterno de Taliacos. Sr. D. Francisco Uarcia del Cid y Arias, Diree

tor de sucursal del Banco de Kspaña. Sr. D. Francisco Moreno Djeda. Sr. D. Oerardo llerce, Administrador. 8r. D. Isidro llamos. Sr. D. ,1. Kmillo Martin (lil. Sr. O. Joa<|UÍn Domingo. Sr. D. .loaquiíi Ijirrumlie lx!0/,. Sr. D. .loB(|Uin Marti l'ascual. Sr. D. José Antonio de Vivanco, Contaílor. Sr. D. .losé de Azcárate, C!ontador del Baiico del

Comercio, Sr. I). .los¿ Federico, de ohras. Sr. I», .losé FeriiAnde'/. Tnisgueriea. Sr. D. .losé (ii^me/,, Contador de Di|intaciiii> l'ru

vineial. Sr. D. José de Ipola. Sr. D. José Lora IMilgarin. Sr. 1). José M.» de Santiago de la (irafin Hr. D. Juan Isasa. Sr. D. JullAnOrtega. Kr. I). .lusto Plñcrn, Sr. D. Lamberto Rodrigue/., Administrador de

Ancas. Sr. D. Luis Lo/.oya .'Monso. Sr. I). Luis Palacios. Sr. I). Manuel F.spejo. Sr. I). Manuel Oon/.Ale/. Mora, Administrador de

Correos. , Sr. D. Manuel Pardo Hoguera. Sr. D. Manuel Serrano y Sanr. Sr. D. Manuel de Uritiarri. Sr. D. Modefito MemliriUera. Sr. D. Naiarlo Canseco. Sr. D. Nioomede» Jlménet. Kr. D. Pascual Villar. Sr. D. Paulino P. Ramob, Administrador partí

rular. . ^, Sr. D. Rafael Rui/ Mora. Jefe de Admoii Jubi­

lado. Sr. D. Raimundo Zurita. Sr. D. Ramón Ks<iulvlas. Director d'' Sucmsul

del Banco de F.spafia.

Sr. D. Regiiio Borreguero. Sr. D. Ricardo Domínguez Lloren» Sr. I). Ricardo (lil, Administrador particular. Sr. I). Salvador .Mayml y Ros. Sr. D. Salvador Rovira, Tenedor de libros. Sr. D. Telesforo Olarte. Hr. I), l'oinfts Valls Kstéve. Sr. I). Victoriano Rodrigue?..

Sen O n'H Fnh r icanUn

8r. n. Agnstm (*i6bert Vidal Sr. D. Alejandro Subljana. 8r. D. Antonio Ros Síngala. Sr. D. Carlos Diaií Albert. Sr. D. Domingo Sert. Sr. D. Kduardo Rico, Propietario. Sr. D. Enrique Ari» Torras. Sr. D. Kstoban llnceta. Sr. D. Kusebio Ferri. Sr. D. Francisco (fómex Rodulfo Ló|K',ie, Tenor*-

ro de la Unión Industrial. Sr. D. Francisco Hcrt. Sr. I). Francisco Arenen. Sr. ü. Felipe (Jutiez Villoldo. Hr. D. Félix (Jarcia y Bomoza. Hres. Freixa y Sans. Sr. I), (iaudloso l.<arcna. 8r. D. (Jerónimo DenicJ. Sr. Illjo de Domingo Alberdi. Hres. Hijos de R. Hurtado de Mendoza. Sres. Hijos de M. (iarin, ('omerciantos. Sr. D. Ignacio /^ubastl. Sr. D. Isidro (>om&Holé Hr. D. Jaime (Jorina Pujol. Sres. Jaime Serra y Com|iafiía. Hr. D. José Antonio Helzel. Sr. D. José Calvo Barrios. Sr. D. José Lóviez Rold&ii. Sr. D. José Marcet Poní. Sr. D. José Pérez .MAs. Sr. I). José HerratB. Hr. I) Joaquín \ l » y . Hr. D. Joaquín Boncll. Hr. D. Joaquín OrúB. Hr. D. Joaquín Estadilla. Sr. D. Joaquín Muntal Fita. Sr. I). Juan A. Iñigo. Sr. D. Juan Bautista Ponía. Sr. D. Juan BuJ Zaera. Sr. 1). Juan Cañella». Sr. D.Juan Kspigiile. Hr. D. Juan Rubio Pérez. Sr. D. Luis Crucelegul. Sr. D. Lnl» Escayol». Hr. D. Manuel Ballús. Hr. D. Manuel Gazta&aga. Hr. D. Manuel Juan Alperi», Propietario. Hr. D. Manuel Juan. Sr. D. Mariano Marcet. Sr. D. Miguel M.' de Guelbeniu, Propietario. Hr. D. Miguel Pereí y Marti. S r . D . P e d r o Echevarría. Hr. D. Pedro Ribas. Sr. D. Rafai'l Serrano (Jarcia. Sr. D. Rafael Melero Montilla, Propietario. Sr. D. Remigio Carnero. Sr. D. Remigio López Heredla. Sr. D. Hoiinstiano Barrio y Saen».

= 10 8re8. Homoro í}r»n(l« Hermanos. 8r. D. Salvador Pillat. 8r. D. Tcrtmo SovUla. Mr. D. Vicente Juli i l 'ascnal .

Señores FarmneéutivoH

8r. D. AlfoiiNO TarraKuna. 8r. D. Amalia A/.a Lrtpez. 8r. D. Antonio (^aliriira. 8r. D. Antonio Kodriffuex. 8r. D. Antonlno K. San Pedro. 8r. D. Constantino lierrcro. 8r. D. EnrIqíKí Mcsesruer Dia/,. 8r. D Kvaristo Nuñoz. 8r. D. Francisco Trlvcs. 8 P . D . Gregorio Gómez Roma. 8r. D. Jacinto Baranguan. Sr, D. Jesús Canahal. 8r, D. Jorge Agnirrexaliala. 8r. D. José García Draga. 8r. D. Jos« M.* 8ariz I.K>'<COS. Sr. D. José Bureda y Uiteras. 8r. D. Juan Baragaña. Sr. D. Juan B.* Canales. 8r. D. J. Katrsda MuAoz. 8r. D. Juan Guarro y (tobaste. 8r. D. Juan Vivas Peroz. 8r. D. Mariano Moya. Sr, D. Mauro Palomero Carretero. 8r. D. Narciso Kigau. %r. O. Pedro A. Pizé y Berra. 8r. D. Pedro Rivera. 8 P . D . Qulrlno do Pinedo. 8r. D. Rafael Gutiérrez Sistemes. 8r, D. Roberto üoreim Vtllena. 8 P . Dr. D. Tomás {Jaro-Patón.

Señaren Inátintrialen

Sr. D. A. Gallego. Sr. D. Alberto Rodríguez. Sr. D. Antldlo Pajares. 8r. D. Antonio CastaAos. I r . O. Antonio Madrigal. Sr. D. Antonio Manrosa. Sr. I). Boenaventora Ü. Barrios. 8r. D. Carmelo Echevarría. S i . D. Carmelo Velert. Sr. D. Castor Alvarez Viejo. Sr. D. Diego'Carrillo Ruedaü. Bras. Domenehc Hermanos. 8r. D. Evaristo Amoroto. Sr. D. Federico Albiñana. Sr. O Kéllx Herrero Caballero. Sr. D. Francisco F. de 'l'ejerlna. Sr. D. Francisco Pacheco. Br. O. Fructuoso (Jómee. Sr. D. Francisco RIvas. Br. D. Gervasio Aramburu. Br. D. Gorgonio Zuza. Sr. Hijo de Jacinto Calsina. Sr. D. Jorge Espinel.

Sr. 8r. Rr. 8r. Sr. Sr. Sr. Sr. SI-Sr. Sr. Sr. Br Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. 8r. Sr. Sr. 8r. Sr.

Sr-8r. Sr. Sr. S-. Hr. Sr, 8r. Sr. Sr. Sr. 8r. Sr. S' . Sr. 8r. Sr. 8r. Sr. 8r. Sr. Sr 8r. Sr. Sr. Sr. 8 j . Sr. Sr. K,-. Sr.

T>. Josí Alvo re/.. I), .¡wf A)iarÍp|o. D. .loHf'("arrdraé Illjo!». I I . .lo.'«' niinrtí ' . I). Joséltalltirdo Ft'rttAitdo/,. n. .Ios(! García liiimtt. D .José Hoya. n. J.dcMiilhT. ]). ,ínHó Pítzo.H. I). José Soliir. D. .liiNto lloilrlgnu/,. T). .luán Antonio AIOUMÍ». I), .luán KH|iin'>7/. n. .lunn Kt'riiAndoz Peña. I). Juan Rougian. T). I.oón Miquole. I>. I.hl» nis/,. n. Manuel V i g i l . I), Mnrtín Avila. O. Mateo Silioni. D. Melclior I,ó lez Pon». I). I'ahlo Santaiin. n. Pedro de l.arroiido. D. Pedro Padilla Kspino»». D. Uamrtn Vidal. [í. Ricardo l'i-ro?, CíonzAlez. D. Sal)ino Acoiíal. D. Sancho Conejo. IJ. Santiago Lorenzo Martinicorcn». I). Tclí'vttira í.ójjfíz. Propietario. V>. Vicente Fernánde/..

í^iñorex Iní/enieron

I). Alejatidro l/.qulurdn. D. Ángel (ilnveno. I) llai-iiio Tol>aiina. I'. Cé^&r IglcilaN. do minas. I). Kdua du ArgenM. Civil. n. Kduardo Kliodo l.allave. D. Kdnnrdo J. Abela, Catedrático. I). Kuriyne Nnraiijo, Jefe de .Mina». I>. Knrique Vllaplana. D. Kugenlo Sugnler. U. Kvelio Marta Ito.ia. D. Gabriel Piiig y l-arraz, Jofe du .Minax. 1). Fernando liaron, du Camino». i). Honorio Hernández Age, o, (Jlvii. I). Jesús (irinda. i . José Allende. D. José K. (le Olano. I). José Gaytan de Ayala, de Caminos. D. José IJovera. D.José M." Tartlcre. I), José Matías (i<inie/.. de minas. ü. José Prieto Franco, de .Monte». ü. José Tellez, Agriinom >. I). Juan Fatjó, de Cainlnos. 1). Jnslo Vilar, de Camino». D. i.nis Molini IJiilmrri. 1). I.uis Villar, de minas. O. .Manuel Sun/. HreinOn. D. .Nicolás Rodríguez San/., de Caminos. U. Pedro Cetavio de Toledo, Gcrtg afo. V. Rieardo Saenz de Cenzano, Propietario.

(( ^

Señores Lnhradores

8r. D. An«íil (ÍÍIIK'MIC/. Rnih-tifmv/, Sr. I). Antonio ilc la Itnstiila. Uapcnclailo. Hr. O. Amonio Miinioi'm, Ciimproianliv SI-. 1). Avclliio 1'. l.aviinilpni. 8v.T). Ilal(l(>nii'r"(í,ilvo. 8r. I). Herniirilii Ancn»!. Hr. D. CAniiiilril'orii'ilo. Sr I). Ciirld» Sán<'li('z. (ianndero. Hr. n. (!«riii» lie Thiiia. Kr. I). I i'MAri'ii .llnK'ni'Z. Hr. I). ('OHinc I.lorcnti',. 8r. n. Darío Arrilia. Sr. I). Dit'Ko Carran/.n, Proplotario. Sr. I>. r)i(í(j;o llrrnándc'/ i'annoiía. Sr. D. KuKciilo ArrarAx, Propietario. Sr. I). Kaoiindo l'rieto. Sr. I). I''cll|H! ('i)liailo, (Ianndero. Sr. I). Kcllpn l'arrii'iitos l'í-rez. Sr. D. KriinciBco l^)rt(''s. Si'. I). Francisco Dieso Mota Ma-tlii. Sr. I). I''rancl«c(> Serrano, Kaiirlcante. Sr. f). (ícróidnni i:trllla v Utrilla. 8r. I>. (inillcrino l>in/.. 8r. U. IllKlnlo l'ére/,. 8r. I). iKnaclo Oliva. Propietario. Sr, II. .lacluto IturtrAn, Proiilctnrio. Sr. D .loaqnin Knrllc, l'ropletarlo. 8r I). .loM' Unjo. 8r, I). .Iüs(! María Ilenjnmea y Pareja, Prop." 8r. I). ,1os¿ .María (Üner. Sr. I). .Inan de la Bastida, Hacendado. 8r. I). ,luun (ialún Itecio. 8r. D. ,luan Manuel .Moreno. 8r. I). Manncl Pinto Moreno. 8r. I'. Marciano VelaBCo HodrÍKiict. 8r. D. Mariano Lonrc/.o. 8r. D. .Mariano Pérez. Sr. 1). .Mario liulntana. Propietario. 8r. I). Martín Moneada. 8r. D. Miguel lílolióo y Pineda, Propietario. Hr. II. Nv'inesio Kllieía» Pertas. Hr. D. NMcnnor Plaza. 8r. D. PeilroAlvnrez, Propietario 8r. O. Pedro (iarcia. 8r. D. Ramón de la Bastida, Hacendado. Hr. D. Knperto L, de .Mnnain, KIsc»! Mnnlcipal. Sr. f). Saliiítlano Peinado. 8r. D. Tomás Martín, Propietario. Sr. II. Valentín MovellAn. 8r. D. Vicente KacrlliA, Propietario. 8r. ¡). Vicente .Mario.

Señorcx MaqintraHoK y Jitoven

Sr. I). All)crto II. OalAn, .Iiicz de 1." Instancia. Hr. D. Antonio Martínez Aranda, Magistrado. ^ Sr. D. Kraiicisco Martínez Uarrldo, Juox Uc 1.

Instancia. , , , 8r. IJ. Francisco HeKuera, ,Inez municipal. 8r. D Francisco de la Torre, .Inez de I. Instan-

Hr. D. Felipe FernAndez itnirós, . luezde 1." ins­tancia. ' , , ,

l imo. Sr. D. Isaac de las Pozas y l.onKre, Ma ífiati'ado. . . . » I

Kxc.no. 8r. D. José M." Ilarnuevo, Magistrado. Sr. l l .I-uls de la Serna, Juez de l." instancia. Hr. I). Manuel/^abánelas Pedrosa, JueTi Mu niel 8r. I). Pedro de llziiuiano. Juez de 1." Instancia. lino. 8r. D. Tcófllo Alvarez Cid, Magistrado ju-

liilsdo.

Heñorex Médicon

Sr. I)r. I). Adolfo Hohles, Inspector proílncláí. Sr. n. Alejandro Duque Rincón. Hr. [). Alfredo (iarcia Rainoe. Hr. I). Alfredo Ortiz Laguna. Hr. n Andrés FcrnAndo:É Artieda'. 8r. n . Ángel de Miguel, Doctor. Sr. n . Ángel Riesgo Caldayturriaga. Sr. D. Antonio Mmia y Macla. 8r. D, Renlto.Mena Pérez. Hr. D. Bernalié Sorlano. Hr. D. C millo Cervino, Olrnjanoi. Sr. II. CAndldo Porto, 8r. t). Clemente Fandiño. 8r. n . Diego l'elayo. Hr. II. Dionisio K.nriquez Carretero, Propietario. 8r. D. F,. Urunga F.ignren. Sr. I). Kduardo del Oaatillo de Plfteyro. Hr. 1). Kriuardo de Cobos rtrdoilez, y cirujano. Hr. D. KliasAldave. 8r. 1). Klias Lois. 8r. 1). Kinilio Pieón Círtra, CatedrAtlco. Hr. I). Kstanislao Artal. Hr. I). Kstélian Osetc 8r. I). Eugenio Fernández Morlnero. Hr. I). Fernando Coca y (ionzálcz. Sr. I). Francisco Calnares,

Francisco J. de Banavente. , D. Sr. Hr. D. Francisco RevlUa del Urado. Hr. D. (lalirlel l.nplafioz. Sr. D. (ierardo SAuras FélU. Hr. D. (irogorlo Fidel KeruAiidez Oanna, C»te-

drAtico. 8r. D. (luiliermo Martínez. Hr. I). Ignacio l,Azaro Adradas. 8r. 1). Ignacio Montero de Espinosa, y Cirujano. Hr. I). Jesús Rodríguez López. 8r. D. Jo quin M." Scrratosa. Sr. D. Joaquín Bantiuste. 8r. n . José A. Benjumcda y Miranda. Hr. D. José Díaz UraAa. Sr. P. José Herrera. 8r D. José M. López y Rodrignez, y Clrnjanq. 8r. D. José M.» Brocos. 8r. D. José (HivAn, Forense. 8r. U. ,losé Urlartc. 8r. D, José Vives Sr. n. .fuan Alonso Pardavé, y Propietario. 8r. D.Juan K. Iranzo, Profesor de Oliulck Me­

dica. 8 i . D. Juan Ortlz ((uintana, y Fabricante. Sr. D. Juan Rodríguez. Hr. D. Julián Haidin Haura, y Cirujano. 8r. I). Justo (lasteabnru Larrea. 8r. D. León AlvsTez Uarcia.

Luis (lutlérroz Rozas. Luis López Fernández. Luis do la Torre y Raíz. Manuel Canela Casáis. Manuel L. Cálvelo.

8r. D. Manuel Millaruelo. 8r. D. .Manuel Bancliez-.Manzano Sánchez, y Pro­

pietario. 8r. O. Manuel de la Vega Arango.

D, Modesto Furest. D. Pastor Nuftez. D. Pedro do la PeRa. D. Ritaol Carrera, y Cirujano. D. Rafael (Iarcia de Castro. D. Rafael tluli^ones Arias. D. Rafael 6allont Panadea. D. Ramiro Arroyo. D. Ramón Amigo Brey. O. 8aturnlno Ualte.

8r. D. Teodoro Muguerza. 8r. D. Tomás Bolg Boet, y Forense. Sr. D. Toriblo CarraAo (Jiménez, y Olrujano. Sr. D. Valentín Horondo Mauleon. 8r. D. Vicente Díaz Antiinet.

8r. D 8r. I) Hr. D 8r. D 8r. D

^ lÚ = í

¿icíioren Milifínrn y wnriuox

8r. D. Adolfo Navarrete, Otlrial ilu MHrliin. 8r. R. A. Robles, OauitAn ríe Kstnilo Mayor. 8r. I). Agustín ('al)allero. Teniente Ciiroiu'l de

Caballería. 8r. D. AKXxtln de ({uinto, .lefe del .\rnia de Cii-

balleria. 8r. D. Alejnndro J'ari». Primor 'rcniciite de ('»•

rablnero.". 8r. D. Anteuor Hetanconrt y Oclion, Teniente Co

ronel de la (iiiardia Civil. Hr. D. Antonio Audiay Abela, retirado. Excino. 8r. D Arí«tldes (íoicoviebe y Unlleste-

roa. General de BrÍKa<la. 8r. ü. Cayetano FuMtor, hiKeniero. 8r. D. Constantino Hernández, ('oronel retirado. 8r. D. Eduardo Carderera, Teniente de Navio. Kr. D. Eduardo EleleeKUl, Teniente (íoroiiel ile

Artillería. 8r . D. Eduardo Ivarn de Ivars, Cai)itAii de .Ma­

rina Mercante. 8r. D. Fernando Benjumea y <ill de (ilbaja, Co­

mandante de Marina retirado. 8r. D. Fernando Cañete, coronel retirado. 8r. D. Fernando ¡..alnz. Militar Retirado. 8r. D. FranclHco Arndscn (iavín, C'onnindaiite

Retirado. 8r. D. Francisco Villalobos, Coronel retirado. 8r. D. Ouillernio Ferragut, Alférez de Navio. 8r. D. Uulllermo I^ópez KulI, Comandante de Es­

tado Mayor. Kr. D. Hilario (ionz&lcz. Comandante de Infan­

tería. Excmo. 8r. 1). Honorato de Haleta, (iciierr.! de

brlfcada, (comandanto «general de inKeiiieru». 8r. D. José Fuentes I'éroz. CapItAn de Marina

Mercante. Iltmo. 8r. D. Juan Alvarcz del Vayo, Coronel

Director del Coledlo de Carabineros. Exemo. Sr. D. I.uls de .Mi^ni^l, Kt-neral ele bri­

gada. 8r. D. Luis Muñoz, Subintendente Mllltiir. 8r. D. LHÍS de Vlllaverde, y retirado. 8r .D. Lorenzo de Castro, Hublnsiiector Médico

Militar retirado. 8r. D. Manuel do Craywinclcel y FoniAndez, Co­

ronel retirado y propietario. Sr. D. Manuel Maldonado, Comandante de InKe-

nieros. 8r. D. Manuel Moreno Cburruea, y Propietario. Hr. D. Manuel Ruiz y Muñoz. .Militar. Sr. D. Mariano .Martínez Treta, Comandante de

Artillería. Sr. D. Mariano P. Castell, Teniente Coronel reti­

rado. Sr. D. Pedro de la Callfja, Fiscal de Departa­

mento. Sr. D. Ramún Midan, Militar. Sr. D. Tomás Jiménez Garabito, Capitán de Ma­

rina mercante. Sr. D. Toriblo Gaspar Gil, Ingeniero de la Ar

mada. Sr. D. Wenceslao Carredano, Farmacéutico mi

llUr.

Señores Nolariox

Sr. D. Alejandro G. Alvaroz. Sr. D. Augusto Pérez Almoine, Abogado. 8r. D. Bartolomé Cantero y Sancho, Pioplctar

rio. Br. D. Carlos Esteban. Sr. D. Celestino Méndez Vlllamil.

Hr. I). Emilio 8aKuer. Kr. I>. Felipe Campos de los Keye.s. limo. Sr. I). Krnnclscd Mourcn/.a. Sr. I). I'ruotiio.scí Piirdo. 8r-. I). (ierarilo .Vivare/. Giniéne/.. Sr. I). (ionziUo C,)ni'jo^. Sr. I», .losé Illanco de la Viña. Sr. II. José María Hortelano, AboKaclo. l imo. Sr. n. Jo.sé .M." de las líivas y Velaseo, Al­

calde. Sr. I), .losé l'oal. Sr. I>. .losé de líeiiui'seii.>. Sr. I). ,)nné de la Torre Sr. I>. José Valcarlo». Sr. 1). Juan Cádiz Serrano. Sr. 1). .luán DieKuez Avila. Sr. II. I.uls de Hasterra. Sr. II. Luis OrtÍKoso. Si'. I). .Manuel Gaya y Tomás. Sr. I>. Pascual Alva y .Morales. Sr. II. Ilttuu'in (iuardlola .Medina. Sr. I). Kamciii Novoa Seoatie, Publicista. Sr. I). Rosendo Motilla Pineda.

ScñorvH Proeuradorctt

Sr. I>. .Mfonsii de la Muela y .\larci')ii, AKeiili' de Negocios.

Sr. 1). Andrés liulnlanllla. 8r. II. AiKfel Diez Selsdedos, Propietario. Sr. I). Antonio Huscati'i SastrcKcner. Sr. I). Antonio González Arlas. Sr. D. Antonio Revilla. Sr. D. Ilalbliio Fernández y Domínguez. Sr. D. Braulio Díaz y Juste 8r. D. Dletro .Mesa de León, Co.secliero. Sr. D. Kniique Uuján Casal. Sr. I). Kiirlitue López de los Santos. Sr. D. Francisco F. Alsina. Sr. D. Francisco G. García. Sr. D. Francisco de P. Montllla. 8r. D. Francisco Sangilesa. Sr. I). Jesús Alvarez Corral. Sr. D. Juan José .Vlarmolejo. Sr. I). Juan Sábat. Sr. ü. Leonardo Camón y Abejer. Sr. I). Luis (;abrera Pineda. Sr. I). Luis Rlgau y de Postors. Sr. D. Manuel .Vlartinez Rojo. 8r. D. Melchor Ordoñez 8r. I). Pedro Monaco do Tornas. Sr. II. Rsmóii C. Martín. Sr. D. Remigio Vidaiirreta. 8r. D. 8érvulo8olá. 8r. I>. Trinitario Forés. 8r. D. Trinidad üouzálfz Teruel. Sr. I). Vicente Llombait. Sr.D. Vicente Trabal y Balasen.

Señores Profesores de Instrucción pública

Sr. I). Agustín Ayestarán. Sr. D. Amador Lorenzo. 8r. D. Antonio Cabrera do las Casas, Profesor

Normal y Consignatario. 8r. D. Antonio Magarlños. S r . D . Antonio .Martin de Orellana, Normal y

Secretarlo de Ayuntamiento. Sr. D. Antonio Ruperto Escudero, Inspector de

escuelas jubilado.

^ [ú =. Sr. 1). CArlos F.qulsonln. 8r . D. Ci r ios Kscnlnnu^ Arcí'. » r . D. Kniilio l/i | i ii ' i '(lo. 8 r . I). Fi ' l l \ Aniño. Sr. I). Fernando Ailni'lii. 8r . D. F o n limito (ioii/úli'/,. 8r . II. Ildc'foiiHO Ynñc/., l'rofcsor Normal de 1.

enseñanza. 8 r . r>. J o r ^ e Coll Sr . I>. .losi? .\riai-. flr. I), .losí; Fenn in Ardan»/ , ftr. 1). .losó Naninjo Moreno. Hr. 1). Juan ItiiUio Lara. Sr. D. .Insto Navarro .Melero. Hr. D. l.iinreiino ile Flores y Hnntii Mnriii. Hr. D. Lesines lloras del Hoyo. Hr. n. Manuel Sancliez. Hr. I). Xemeslo l.oy/.aKa líuiz. Hr. I). Koinán Hincón 8r. I). Salvador Dedeu. Hj. i). Santiago Ferníinde/ . Hr. 1). 'roniA.s Pérez y Alfonso.

Señorcn PropietarioH

Hr. D. Adolfo L. Montenegro. 8r 1). AguBtin Alejo Moneada. 8r . !)• Agustín ile l locanegra. 8r . II. Agustín de la (!alle. Hr. I). Agustín I r lar te . M. I. 8r. IJ. Agustín Uobert y 8urls . 8r . 1). Agustín dt^Hande Olivero». 8r . n Alejandro Kscrlclie Vicente. Hr. II. Alejandro Mareo. Hr. 1). Alejandro Ureta. 8r . D. .Vlfonso (lómez Veladés. 8r . U. Alvaro Feroímdez de Cosío. Hr. 1). .Vmlirosio Hevlllu. Hr. II. Andrés Fernandez, Alcalile. Kr. I). Andrés SAnelioz Villalobos. 8r . II. Ángel M." IHHZ. Hr. I). Ángel K. Rosado. Hr. II. . \ntonío Aliongozar. 8 r . 1). Antonio Alvarez Delgado, cx-Alcnlde. 8r . 1). Antonio do Ar^ileso. 8r . U. Antonio Berniudcz Arlza. Hr.D. Antonio I ternard Hr. U. Antonio Huenadiclia. Hr. D. Antonio Collado Valero 8r. D. Antoido Cordero Froi.x. 8r . D. Antonio Checa. Hr. D. Antonio Machuca (Cordero. 8r . D. Antonio Marín. Hr. D. Antonio do Palma y Saenz. 8r, D. Antonio Rodríguez Come/., Agr icul tor . Hr. í). Antonio Halgado y López. Hr. D. Antonio Zambrano. 8r . I). Avelino ConzAlez Amaral . Hr. D. Avol ínoO toga Pérez. 8r . U. Haldoinero Alonso. Hr. II. l laldomero Canal. Hr. D. Basilio Kscandón Lavordé. 8r. D. Hernabé Delgado. 8r . D. Bernardo Gut iérrez . Hr. I). Bernardo Ochoa. 8r . U. Blas de la Iluintana. 8r . II. Bonifacio OutlérrezHAuelioz 8r. D. Camilo Castilla. Hr. I). Camilo Llopls Pastor. 8r . D. Cftndldo Torr le l lo . 8r . D. Carlos Blázquez. Br. I). Carlos Díaz y Díaz. Hr. D. Carlos de Valdivia y Ruiz de Valenzueia. Br. D. OlAudloBanz. 8r . D. Cleto Koja» Rijo.

Sr. I). Cristóbal Ba r r e ra . Hr. II. Cristóbal Berral Cuevas. Hr. II. Crlstóbiil Kscudero. Hr. 1), Cristóbal Itonieio Hanclicz. 8r. I). ÜiVniaso de (iogenola. Sr. D. Díiniaso ("boya, Sr. II. DamlAn CiU'c'res y SuiVrez de Figueron. Sr. II. Ilaníel Anuya. Sr. II. Daniel Arestí . Hr. I). Demetrio Malfeíto. Hr II. Diego Balmasedn. Hr. D. Diego llenjuniea v Hiiríii. Hr D. Diego Flórez lloiiríguez. Hr. D. l l l igo Navnrrete (Irt lz. Hr. 11. Dionisio de 'rruci<i.s. Sr. D. Doniingo dií las ('novas. Hr. D. Domingo Sauz. Sr. II. Domingo Vte. Vedia. Sr. II. F.duanio de Vclasco. Sr. D. F.iiodoro Ynrr i ta . Hr. D. Kloy l.amamlé. ICxenio, Hr. II. F.niílio CAiiovas del ("astillo, Se­

nador del Reino. Hr. D. Kmllio Coll. Hr. I). Knrii)iie Harnuevo. Hr. D. Kiirique («rana. Hr. 11. Knrique Oonzallio Roca. Sr D. F.nrUiiie Llanés do Clarlana. Hr. D. F-nrique Hpinola Ortiz. Sr. 1).' F.steban Sorzano. Sr. 1). Kuge.nio (Sarcia. Sr. D. F.ulalío Homero, del comercio. Sr. D. Eusebio Iranzo. Sr. D. FabiAn Diez. Hr. I). Faust ino ValcArccl ( íamallo. 8r . II. Federico d> Belanstogulgoit la . Hr. II. Felipe Ángulo. Hr. D. Felipe Rico. Hr. D. Félix Arr i l laga. Hr. D. Félix llernaUlez. Hr. D. Félix (ionzAloz (ialAn. Sr. II. Félix Ramírez de Arellano. Hr. D. Fermín Revuelta. Sr. D. Fernando Alvarcz, Cosechero. Hr. II. Fernando Baxeres. Sr. II. Fernando de Silva. Sr. I). Florencio de Ar r i aga . Hr. I). Francisco Alepúz. Hr. D. Francisco Andrés y Felíu. Hr. D. Francisco Aparlsi Collado. Hr. 1). Francisco de Asi» Vega y (lómez. Sr. ü . Francisco Blanes. Hr. I). Francisco Calvo y Fuerte». M. 1. Sr. D. Francisco do la Colina y de la Mo­

ra, Caliailoro Sant laguis ta , (Janadero. Hr. D. FrancÍRCo Díaz Fae». Hr. D. Francisco do Egulluz. Hr. D. Francisco Kspafta Rojas. Sr. D. Fiancisco do (Jamboa. Sr. D. Francisco de La iglesia. Diputado & Cor­

tes. Sr. D. Francisco Lamoneda. ' Sr. D. Francisco M.* Villanuova, Comerciante. Sr. D. Francisco .Martin y (íómez. 8r . D. Francisco Masó Herra. 8r . D. Francisco Mateu y Porls. Hr. D. Francisco Miguel Cabrera <)»y. 8r . D. Francisco Montero de Ksplnosa de la Ba­

r re ra . 8 r . D. Francisco Muñoz, Alcalde. »r . D. Francisco (Itoro. Hr. 11. Francisco Romero do (luzmAii. Hr. I). Francisco Rosel. Sr. D. Francisco Rui» t l r t íz . 8r . D. Francisco 8. RIobóo. 8r . I). Francisco 'l 'aboada Dieguez, Comer­

ciante. Sr. D. Francisco Talón. Hr. I). Francisco Tormo. 8 r . D. Francisco Vl l lar rulda . 8 r . D. Francisco do Venero.

Ér. n . FructUMo de la Hormaza. 8r . D. (Jabrlel AlfaroSaavedra . 8r. 1). Uabrlel Lodare» LOKXII. Br. I). Cia»p«r RIpoll Lópc/,, l.,alii'ador. Kxcmo. Hr. I). (Jenarode l'eroKurdo, ex Diputa­

do á Cortes. 8 r . D. Uerúniíno Canal». 8r . D, Gerónimo l'alacloK. 8r . D. (Jerónimo Kois. 8r. D. (íon/.alo Bruiinel . Br. D. (loii7,aU> Losada. 8r . D. (iunznlo l 'ori i l io. • 8r . D. (iuillernio de bolaiieroK, llacemlndo. 8r . D. (inillei'ino de la, Tuevas. 8r . D. (¡uillermo .Martin. 8 r . D. ()r(!Korio l'aKe. 8r. D. (iieKorio Vinayo .Muñiz. 8r . I). Ileruienetrildo AKelet. 8r . n . l leruienesUdo Lla^nno 8r. D. Ignacio IliiialKO. 8r . I). Ildefonso ( íaray Ortiii. 8 r . D. Inocencio (iaruia. 8r . I). Uaac Manrique. Kxcnio. Hr. D. Is idoro Iln^allal y .Vraujo, IMpu-

tado & Cortos. Excmo. 8r. I). Isidro llenito Lapeña, I0x-8enador

del Keino, 8r . D. Isidoro (íil de Muro, (¡omorcianle. 8 r . D. Isidro (iarcía. Hr. D. Is idro M." Aizpurn. Hr. I). Isidro Vázquez (larcia, Comerciante. Hr. D.J. Bofarull. 8 r . D. Jacinto Klórcz y l''lórez. 8r . D. Jacinto Vaz<|uez de l'arKa. 8r . D. Ja ime Oomenech. Hr. I). Jav ier de Artarcos . 8r . D. Jesús Alonso 8(^rrano. Hr. D. Jesiis Hautista López. 8r . D. Jesús de ( i r lmarest . 8r . D. Jesús (Haíies. 8r . D. Joaquín Alircu Núñez. 8r . O .loaqnin (^orondna. 8r . D. Joaquín Iliarlia. 8r . I). Joaquín Ju l ián Catalán ile Ocón. M. I. 8r . D. .loaqnin López l)óri)jra. 8r . D. Joaquín .Marturell ftr. D. Joaquín 8»avedr« Hr. D. J o r g e Cnstón. Hr. D. José A. Canmaño. 8 r . D. José Aliad IJorrales, Alcaldi'. Sr. D. Joaé Antonio Andújar. Hr. D . José lladía, DiiiUtado l'r<i\ inirinl. 8r . D. José C. Ramírez. 8r . D . José Campl. 8 r . D, José Castafiedo. 8r . D. Jo.4é Castellet Bclmano. Tenedor de llliros. 8r. D. José Diez de Rivera y .Muro. 8 r . D. José DomtuKo Uu»scl>. 8r . D. José Kerraz Turnio. 8 r . D. José tíallarza Montero. Sr. V>. José Joaquín Salazar. 8r . D. José John y I'rlKdon. 8r . D. JoHé Llanes. 8 r . D . J o s é M . ' C a g l g a . 8r . D. José M.* Xúftoz de Rclnoso. 8r . D. José M.* do Káliatío. 8r . D. José M. ' do UrquIJo. 8r. D José M." Vlgll y Canal. 8r . D. Josd MavsllTa MclRares. • Hr. D. José May cas. 8|'. D. José Monzón. Excmo. 8r . D. José Moiiogal y Nogué». 8r . D. José Monzouís .Vloutoya. 8r . D. José .Muñiz Hariego, Alcalde. l imo. 8r . I). José .VIusso y .Moreno, Presidente

del Consejo Foresta l . 8 r . D. José Orei^a. Hr. D. José R. do Olaso. 8r . D. José Ramón Mosquera y Osorlo. Hr. D. José Klco y Uómez duTerAn. 8r . D. José de Rocaflguera.

Í4 = Hr. D. José Rodríguez del Castillo. 8r. IJ. José Koilrígiiez Paterna. Hr. I), .losé líciiirÍKni'z y Rodríguez. 8r, I). .Ufé Romero. Sr. 1). .Ii>sé Sarrloi y (^oll. Sr. 1). José HantliiriMiclo. Hr. U. Jü»é Sen J a r o . Sr. n . José de Seiils v Unvira. Sr. II. José Vicente y Rieliart. Hr. 1). José Y. Ainaiin. Exeuio. Sr. I), .lovinii ( iarcía de 'rufiúii. Sena­

dor del Reino. Sr. D. .Inan A. Itlanco de Morales y Tena. Sr. D. Jium A. Sanche/, dtd Campo. Sr. 11. ,f UHii .Vrazni'í. Sr. I). .luán liaiitista lie (ioitia. M. I. Sr. 1). .Inan de Coiitriua» y .Muríllo, Dipu­

tado provincial. Hr. I). Juan Díaz Uuesada, Hr. II. Juan re-iianile/,. Sr. II. .luán Ke 'uández Kstrada. Hr. I>. Juan Fernán lez Ncspral. Sr. D. ,luan Francisco Sáiicliez Rivera. S". I), .luán Fuentes Sardina. Sr. I>. .Juan ile («riniarest. Sr. n. Juan llernánde/. Igea. Sr. 1). Juan J . Uraque Vlzo^o. Sr. I>. .luán .1. KclH'/.arreta. Sr. D. Juan .José .Arroyo. Hr. I). Juan Le m. Sr. D. ,luan .\lanuel .Marañen. Sr. D. Juan .Manuel Pérez. • Hr. D. Juan .Márquez. Sr. D. .Inan .M. I'ojefro Car re i ra . Sr. D. .luán .Miuiuo. Sr. n . Juan Montijano. Sr. I). Juan .S'agcl. Hr. 1). Juan Peúa Pulido. Sr. I). Juan Planas. Sr. D. Juan Pulg. Sr. D. .luán Tusiiuets Palios. Sr. 1). Juan ITceila López. Sr. I). Juan Vails y Segarra . Sr. II. J id ián l lvrñánlez , Hr. D. .lulláu Santa Pan. Sr. D .liill" (íalvo Hallardo. 8r . D. Leocadio (lUliarria. Hr. D. Lino Ostolaza. Hr. I). Lorenzo l'cis,Mrinela. Hr. D. Lorenzo M. KíColiar. Sr. D. Lnc:i8 .Vlarsella. Sr 1>. Luis Aruej. 8r . I). Luis Helestá. Sr. O. Luis IJantún Alonso. Hr. D. liiilsCas elo. Hr. D. Luis C .Mons. Sr. D. Luis (ióuiez de In Lama. Hr. D. Luis Chaves. Hr. D. Luis do DelAs. S,'. I). Luis F'i'ancia. S;-. D. Luis de Jáudenes. Sr. I). Luis .Marti Codolar. Hr. D. Luis .Medina V (¡arvev. Hr. D. Luis M intallián. Hr. D. Luís Rjrnfrez. Hr. l>. Luis Vidal ( Ju idras . Sr. I). Luciano .Mnirli|U0 de Lara. Hr. I). .Mamerto (íajigul. Hr. D. Manuel Barr ios . Si'. 1). Mainnd Ueln^ Ide Veliva. Hr. I). Manuel l lornejo y ("etiallos F.scalera. Sr. 1). Manu^d llouinatl de Cendra, D i p ú t a l o . 8r. D. .Manuel Cano y Baranda, Licenciado en

Ciencias. Kxcmo. 8r . D. .M. C.istlllóu y Tona, Henador del

Reino. Hr. D. Manuel Castrovcrde. Hr. D. Manuel Collado Rltio. Sr . 1). .Manuel Conireras . Hr. D. Manuel de Dumocq. 8r . D. Manuel Ksqulce.

= 16 =

8r. 8r. 8r. Hr.

Sr. I). Manuel Oon/,Ali!ji. Mr. D. Manuel CintliSrrp/,. Iltnio. Hi'. n. Mamifil MhiAx <lnl 'roiicnt. Hr. D. Miinuol Miitfdaleiia. 8r. D. Manuel Nieto de la Kiieiite, Diputado pro

vineial. Hr. D. Manuel o r t i í MuriUKuri. Hr. 1). Manuel de la l'oftn liten 9r. Manuel Pérez de (iuzniAn. 8r. n. Manuel l'ldal. 8r. U. Manuel Ruliie. 8r. I). Manuel Si'mchez'l'abernero. Hr. D. Manuel de Hieillay (¡adti'llaiios. 8r. I). Manuel Hoto. 8r. D. Manuel Torrente Floren. Hr. D. Mu eelino (!ano. 8r. D. Mariaiu) Hernández I). \Mta. Sr. D. Mariano (íifre. 8r. D. .Mariano de <»oinar de laH Infautan. Hr. D. Mariano Miguel. 8r. D. Mariano de .Miró de Harriera

D. Mariano l'alarca. D. M. *lartinez. I) Martin de Torre». D. Maximino (ÜiAviirri.

8r. t). Miguel liarcia ruñón. Hr. D. M Kuil (iuevarn. 8r. D. Mlifuel Leal do Iliarra. Hr. U. MiKuel Mas.i. 8r. D. MlKU(d MA». Hr. I). .MiKuel Muño/,. Hr. 1). Miguel l'i ieto, (¡iinHul de (iuatenialu. 8i-. 1). Mi«uei RipoU, 8r. I). Modesto Vidal. 8r. IJ. Moreno did l'railo y López. 8r. D. Narciso de la Cuenta. Hr. D. NarelHO Navarro. Hr. I). Narciso de Olano. 8r T>. Neuie.Hlo Carra.<co y Carbajal Hr. O. NlcaHlo Kuiz. Hr. D. NleoiA.t López Talero. Kxcnio. 8r. I>. NiiolA» KonteK. Hr. I>. NIvardo Ituiz de Ayllón Hr. 1). l'aMo Henluniea. Hr. n . I'nlilo Hebastiin é Igual. 8r. 1>. Pascual CiiHti j n. Hr. 1>. Pascual KAIivagueH Molí. Hr. I>. Paulino Alíalos. 8r. n . Pedro A. López y López. 8r. D. Pedro A. Rivei-o. In.liistrinl. Hr.D. I'edro Auiézuga. Hr. D. Pedro Autón Martín. Hr.D. Pedro Barhet Mirallec Kr. I). Podro Cantillo (111. 8r. 1). Pedro Olrón. 8r. I). Pedro (iraRera y Cnstañed». 8r. n . I'eílro Chalveaud. Hr. n . Pedro León Manjón. 8r. D. Podro Llórente.

D. Pedro MArquez (ionzálcz. D. Pedro Martin Luengo. D. Pedro Moro.

8r. Ü. I'edro .Martoz. Hr. I). Pedro Ordofio. Hr. 1). Pedro Rey y üravo. Hr, t). Pedro Hodriguez. Hr. D. Pedro Hondón Heljas. 8r. D. Pedro Hoto. Hr. Ü. Pedro Vaz(|ue»de Puga. Hr. D. Policarpo L. de Averastuii, Juez mnni

el pal. Hr. D. H. CaBtllla. Hr. D. Rafael Ainorós. Hr. D. Rafael Benavldes y Hala». Hr. 1). Rafael (Pavero. 8r. O. Rafael do laCruí Rodriguez-Uustainante

Vico-Cónsul do Venezuela. 8r. I). Rafael (Jarcia Valdocasas. Hr. V. Rafael López HernAndez, ox-Alcalde pre-

Dtdente. 8r. D. Rafael Orquln Oorguís.

8r 8r. 8r.

Hr. » . Rafael HuAroz del Villar. Hr. I). Rafael Valverde Maniuez. Hr. O. Raiuiiuulo de Ahadal y Oalderf»-Hr. I). Rainnindo PAez. Hr. 1). RaD)ón (!ara»a. Hr. 1). Hamón Carral Oviedo. Hr. I). Ramón Kseverrl. Hr. I). Ramón (iuardia. Hr. 1). Ramón de (luardautiui). Hr. I). Ramón («utlérrez. Hr. I). Ramón Monte». 8r. P. Ramón Osorio Pete. Hr. I). Ramón Posada Villapol. Hr. 1). Ramón Prieto, Vicepresidente de Diputa­

ción provincial. 8r. U. Ramón Holano. 8r. ü . Ramón de 8oli». Hr. D. Ricardo González. 8r. I). Ricardo M. Cal>rera, Laljrador.

• Kxcmo. é l lmo.Sr. D. Rodolfo Pelayo KernAuder.. Hr. D. Romualdo (iarcia. Hr. D. Ro<|ne Hatllorl. Hr. D. Rosendo Martorell. Hr. 1). Salvador Hidalgo y Pardo de Kigucroa. Hr. D. Hnntiago López y Diaz de (tuijano. Hr. D. Santiago Holo de /aldlvar. 8r. D. Sandallo Zamltrano Vargas-Ziiiíiga. Hr. D. HantoRT. (!re«po. Hr. D. HehastlAn Bald<'ras, Alcalde. 8r. D. Sebastián de los Hálito». Hr. D. Herafln L. Cuerlio, Hacendado. Hr. D. Sllverlo de Ochoa. 8r. D. Tllmrelo Vega. 8r. 1). Tomás do Allende. Hr. D. Tomás FornAndez Nospral. Excmo. 8r. D. TomA» do Iliarr», Diputado á Cor­

le». Hr. D. ToináH Moreno. 8r. U. Tomás Kogcr y l*rro»ii 8r. D. TomA» Homero. Hr. I). ToniAs Terrats. Hv. I). Trinidad Diaz Raíión. Hr. I). Valentín Keitia. Hr. D. Valeriano Sánchez, Alcalde Hr. 1). Ventura del Ncro. Hr. 1). Vicente Alfonso Ortega. Hr. I). Vicente Camarona. Hr. I). Vicente de (íiistro, Alcalil». Hr. 1). Vicente .Mayot Llnaruo. Hr. I). Vicente de Monzón. Hr. Ü. Vicente Rodríguez Paterna. 8r. 1). Vicente Hanclilz. Br. O. Vlceiile, de Santa María Rico. Hr. D. Vitenlo Torró Donat. 8r. D. Vicente Valcarce. 8r. D. Víctor Martínez TomA» Hr. D. Victoriano .Montesoguro. Hr. D. Vidal Chacón Chacón,

SeñoreK RiujiíitradoreK

Hr. D. Cipriano R. Monte. 8r. D. Enrique (íonzález Mata. Hr. D. liorónlmo de la Escosura, 8r. D. «umerclndo SoU». 8r. D. Jaime Satorras. Hr. D. JoB<s M.' Prado, 8r. D. Juan Noguera. 8r. D. Manuel Bordo Merodlo. Hr. D. Víctor Fuentes del Rio. Hr. D. Salvador Almenar. Hr, D. Zonón Puyal.

- Ití =

íieñorcx Sevritnrion de Ai/iintomieiitox y de JiiznadoK

8r. D. AKiistin Nicolaii, de Ayuntamiento. 8r. D. Amador Unrán, de Ayuntamiento. 8r. T>. Andréx K. ("onal y l'íco, de Ayunta

miento. 8r. I). Anjfel (tarrin, de .\yu?Uamientit. 8r. D. Antonio (iarria (íutiéire/., de Ayunta­

miento. Sr. D. Antonio Velasco. de Juzgado. 8r. D. Areadio Ke^al, de Ju/.Kado. 8r. D. Benito Sanicar, de Ayuntandcnto. 8r. n . HcrnalMÍ de, la Fuente, de .\yuntamiento. 8r. D. Itla» Oalabin .liméuez. de AvuutnniienKi. 8r. D. Castor V. Otero, de Ju7.Ka<)o inindeipnl. 8r. I). (>eciHo de Ixarra, (ií; Ayuntamiento. 8r. n. Conatanrio MA.s, de Ayuntiiiniento. 8r. D. (!oKme P. Porra.-", de Ayuntamiento. Hr. D. IMvJd D.^orio h'^tevez, de Ayuntamiento. 8r. O. Kniiiio liueeta, de .InzKado. Hr. I). KHteban Zapata, de .lu/.Kado. 8r D. Felipe Tamarno, de Ayuntamiento. 8r. I). Félix Tejero Toquero, de Ayuntamiento. 8r. D. Franciseo Itarranten, de Ayuntandento. 8r. 1). Francisco Mateo, deJu/.^ado. Hr. I). (Jabino Paternain. Hr. I), (ialirlel .Moreno, de Juzgado. 8r. D. Ocrrtnimo Habina t)ueto, de .lu/.^ado Mu­

nicipal. 8r. D. Inocencio Aramendi.dc Ayuntamiento. Sr. D. Iniílro Casáis, do Ayuntamiento. 8r. 1). .1. Castañer Klcart, de Ayuntamiento. Hr. I). .1. Mariano Urzaimiui, ile Ayuntamiento. 8r. D. .(aclnto Pequeño, de Ayuntamiento. 8r. D. .lacinto KodriKUe/., de. Ayuntamiento. Sr. D. .lavler Aznar, do Ayuntamiento. Hr. D. .lavier Vicente, de Ayuntamiento. 8r. I). .leHualdo (¡on/.Alex, de Ayuntamiento. 8r .n .Jesús (iutíérrez, de Ayuutainiouto. 8r. D. José Cidra» y DominRuez, i;.\ Hee.retario

de Ayuntamiento. 8r. D. José FernAnde/, l'achoco Sanche/,, de ,1 n/,

gado. 8r. U. José Novo Paz, de Juzgado. Hr. D. José Rodríguez Linares de Ayuut.' 8r. D. José Sierra Mier, judicial. 8r. I). Juan Kerrer y (idmez, de Ayuntamiento. 8r. D. Juan (iarridó (íhamorro, ile Juzgado. 8r. D. Juan .Moreno Peñalver. de Ayuntamiento. 8r. D. Juan Miifioz, de Ayuntamiento. 8r .D . Juan It. Moreno, (le Ayuntamiento. Hr. D. L. Navarrete Navarro, de, Ayuntamiento. 8r. D. Leovigildo López (hampos, de Ayunta

miento. 8r. I). I-ncas Hidalgo, ile Ayuntamiento. 8r. D. Luciano Ormazatial, do Ayunt,amiento. 8r. D. Manuel A. (ücnfuegos, de Aynntatniciito. 8r. 1). .Manuel Casado, de Ayuntamiento. Hr. n. Manuel Conejero Jiménez, de Juzga<lo

de I.* instancia. 8r D. Manuel Vilanova, de Ayuntamiento. Hr. D. Moisés Hoyos, de Ayuntamiento. 8r. D. Nlcasio Illanco, de Ayuntamiento y Juz­

gado. 8r. D. Nicolás Vlllanueva Rodríguez, de .ayun­

tamiento. Sr. D. Pedro Harrera, de Ayuntamiento. Hr. I). Pedro Iliarrola, de Ayuntamiento. 8r. n . Rafael Loredo, Judicial. 8r. D. Rafael Rodríguez Torres, de .Vyunta-

miento.

Hr. \). Ramón Pereira, de Ayuntamiento. Hr. D. iíoman (yliment, de Ayuntamiento. Hr. I). Ro(iue Muniain, de .Vyuntamiento. Sr. I). .Salvador Jlallesta, de .Juzgado. Sr. 1). Hah-ador dr ('asa.-t Kspaña. de .Vyunta-

mi(Uito y .lu/.gndo. SI-. I), /en'in .Macías, jutlleinl.

Títulos de ('axtilla ¡i crtrmijerox

Mxcmo. Kr. n. Augusto Plnsenei», (íonde ríe San­ta HArtiara.

Kxcino. 8r. Harón de las Arenas. Kxcmo. Kr. Harón lie f'nsa Fleix. Kxcmo. Kr. Rnrón .luán de Kcldler, Agregado de

F^mhajada. Kxcmo. Sr. lianm de I'etrc'-. Kxcmo Kr. Harón de Katnistegui, M. L Sr. f-onde de .ArreiiínJcs. M. I. Hr. ('onde de Ins ,\ialfiyii>. Ilmo.Sr. (Joiule de Canalejas. M. 1. Hr. Conde de Canillero» Kxcmo. ST*. ('onde de ('e.rrmíeríu. M. I. 8r. ('oinle del ('Uadro de AltMi de Torme.s. M. I. Hr. ('onde de I>firnÍMs. Kxcmo. Hr. Conde de I-Yaiieos, M ¡. Sr. {V)nde de (iiraldely. Kxcmo. Sr. (¡onile di\ Moriteagudo. .M. I. Sr. (;onde de .Vlunter. Iltmo. Sr. Conile de Montcuriis. Kxcmo. Hr. Conile de Ilivas. Kxcmo. Sr. ('onde (le Torreiinn/.. M. 1. Sr. Conde de S.iint Claud(^ K:;cmo. Sr. (U)Ude de Han Martin do Hoyos . Kxcmo. Sr. ('OIU1(Í de Torre del Fresno. M. I. Hr. (tonde do Villafue.rtcs. Kxcmo. Hr. Cítnde dtí VilatWntga. Kxcmo.Sr. Conde de Vistatloridn. (ieneral de Bri­

gada. Kxcmo. Sr. Duque de Ilivas. Kxcmo. Sr. Duque de Hantoñii. Kxcmo. Sr. Duque de 'l'arifa. M. 1. Sr. I). Francisco de Asis Ponee de León,

Marqués del ('astillo del Vnllií de Sidiieñn. ICxemo. Hr. .Maniuésde Agullar det'ainpito Kicmo. Sr. Maríinés de Alcañices. Kxcmo. Sr. Marqués de Astorga. Kxcmo. Hr. Maniués de Henavites. Kxcmo. Sr. .Marqués del Bosch do Ares. Kxcmo. Sr. .Marqués de Cahrii'íana. Kxcmo. Hr. Marqués de (laceres. .M. I. Hr. Marqués del Cadimo, Vizconde del ('a«-

tlllo de Almansa, Barón do Toga. Kxcmo. Hr. Marqués de Camarenii. Kxcuni. Hr. Marqnés de Canales. M. I. Sr. Marqués de (lasa-Torre. Kxcmo. Sr. Marqués de Cayo del Rey. limo. 8r. Marqués de Donadío, Vizconde de la

Villa de Miranda. Kicino. 8r. .Marqués de Kchandia, Ingeniero de

('aininos. Kxcmo. Sr. Marqués de Kstella, Capitán Oeneral. Kxcmo. Hr. Marqués de la Fuensanta de Palma. ICxcmo. Sr. Marqués de Ileredia. M. I.Hr. Marqués (le Hlnojarcs. M. I. Hr. .Marqués de las Hormazas. Kxcmo. Sr. Marqués de la Laguna. Kxcino. Sr. Maniués de Loja. Kxcmo. Sr. .Marqués de López Bayo. M. I. 8r. Marqués de Montefuerte. M. I. 8r. Marqués de Navn-Morcuende.

= 17 := Kxcmo. Mr. Mari(Ué» du NavaHequilla. Kxcino. 8r. Marquen del Ncrvlón. M. I. 8r. Marqué» del Palmer. M. I. 8r. Marqués de PareclcH. Kxcmo. 8r. Marqiié.s de la Koinaiin. M. I. 8r. Marque» de Santa María. Kxcmo. 8r. Marque''» de 8aii Muanl". M. I. 8r. Marqué» de 8an Martín. M. I. 8r. Marqué» del Sauzal. 8r. Marquí'» de Tnmarón. Kxcmo. Sr. Marqué» de Tolosa. Kxcmo. Sr .Marqué» de TorrclaRuna. Kxcmo. Hr. Marqués de Urquijo. M. I. Sr. Marqués de Valdcra». Kxcmo. Kr. Marqués de Vallejo. Kxcmo. 8r. .Marque» Vdo. de .Medina. limo. 8r. Vizconde del l'arque. Kxcmo. 8r. Viz-condi' de Valile-Krro, Senador v

Militar, limo. 8r. Vizconde de la Vega.

Varias profesiones

Sr. D. Alfredo Haza. 8r. D. Antonio Botella y do Jáudenos, Director

de la Uriíana. Hr. D. Antonio Calvet. Sr. D. Antonio Camafio Martínez, Admor. Su­

balterno de Tabaco». Sr. D. Antonio L. DórlKa, Rentista. Hr. D. Antonio Manrique Ibergallartu. 8r. D. Antonio Mayo, Maestro de Obra». Sr. D. Antonio Murcia. Kstudiante. Sr. I). Antonio Ortlz Ue Urblna, Mac»tro de

Obras. Sr. D. Antonio Pelles y Wpez, Mecánico elec­

tricista. Sr. D. Antonio Rodrlgnez Córdoba. Sr. D. Antonio Romero Sánchez. Hr. 1). Antonio Huárez, Rentista. Sr. D. Augusto Pérez y Hottino, Kstudiante. «r. D. Aurelio Ramírez, Director de farretera»

provinciales. Hr. D. Baldomero Pérez Martínez. Sr. n . Henito Díaz. limo. Sr. D. Bruno Portillo, Diputado á Corte». Hr. D. Camilo Valmaseda. Hr. D. Cándido .íarefto. Hr. D. Cándido (Joldaracena, Profesor Veti^rinu-

rio. , , Sr. D. Carlos García deZúfilgay López,ex-Dlpu-

tado provincial. Hr. D. Carlos Rodríguez Arenilla». Sr. D. Celedonio U. López. Sr. D. Ciríaco Planillo, Agente do negocio» Sr. D. David Miranda, Contratista. 8r. D. Demetrio (Jarcia Caparros, Concejal. Hr. D. Dionisio F. Nespral, CapaUz de .Mina». Hr. D. Dionisio Vlnlegra, Inspector de Seguros. Sr. D. Donato Navarrete, Rentista. Sr. D. E. Gracia, Pintor Artista. Hr. D Eduardo Gutiérrez Sr. D. Eduardo Simón Gálvez. Sr. D. Emilio Sabal. Sr. D. Enrique Ballenllln. Sr. D. Enrique Elias. Sr. D. Enrique Horta. Hr. D. Enrique Much.

Sr. D. Ernesto Morales. Sr. Eugenio María Guinea. Hr. D. Kugonio Ochoa, Profesor Veterinario. Kxcmo. Hr. 11. Eu»ebl» (iHell y Haclgalupl. 8i'. n. Kusebio lluélamn, K»cribano. Hr, I). Kvencli) de (lortina. Hr. I). Kedorico Irliirte de la Banda. 8r. D. Fermín Ayccbu. Hr. I). Kernando Cabrera Cantó, Artista Pintor. Hr. I). Kernaiido «arrigó». Hr. I). Kcrnando Inglot. Hr. D. Fernando de .luán. Hr. I). Fernando Romaguera. Sr. I). Krancl»co IlroHa. Kxouio. Hr. D. Francisco F. de Betliencourt, Se­

nador y Académico de la Historia. 8r. D. F"ranci»co Fernández. Sr. D. Francisco Fernández Gallardo, Escri­

bano. Sr. D. Francisco F. 'I'alens. Hr. II. Francisco .lalmerona. Sr. U. l''i'ancl»<'(i Martínez. Hr. D Francisco Morillo Trucios, Estudiante. 8r. I). Francisco Navarro, Contratista de Obr»»

póidicas. 8r. D. Francisco Navarro Gasparin, Práctico de

Puerto. Sr. n Francisco Ocaranza. Propietario-minero. Sr. D. Francisco de P. Beneaat. 8r. D. Francisco de P. Colomé. Sr. D. FianciHco Sánchez. Sr. D. Francisco Sánchez Torres. 8r. D. Francisco Travosedo. Sr. D. Fustln A. Nutt, Vice-cónsul de IngUte-

rra. Sr. D.Gablno Gutiérrez, Escribano. 8r. D. Gabriel del Corral y Fernández. 8r. D. Gabriel Mnlet y Sanz, Consignatario de

buques. Hr. D. Heliodoro Domeneeh, Escribano. Hr. D. Hipólito Florencio, Agenta de AdaánM. Sr. D. Ignacio Jáaregul, Rentista. Hr. D. Ignacio Mira, Oflelal de Correos y TeJ*-

g"afos. Hr. V>. Ignacio de Noriega, Rentista. Sr. D. Ildefonso de Casanota. Sr. D. Ildefonso Lozano, TelegraHsu. Hr. D. Isidro Blanc, Profesor Veterinario. Hr. D. Isidoro Viñeta, Escribano. Hr. D. , ; . Antonio ilo la Barcena y Sánchez. Hr. D. .Inimo de Santiago. Hr. D. .lerónimo Sarasate, Director de las Bode­

gas de la Excma. Hra. Marquesa Viuda de Mo-nistrol.

Sr. D. Jcsi'i» Garrachón. Hr. D. .Icsús García. Hr. D.-Jesús de Gorosábcl y Mendi». Hr D. Jesrts l'lsonero y Rodríguez. «r D. Joaquín Arhllla, Profesor Veterinario. ' Hr. D. Joaquín Basaegoda. Hr. D. Joaquín de la Kranneva. Hr. D. Joaquín M." Pérez Casafias. Hr. I). Joaquín Martínez, Hacrlstán. Sr. I). Joaquín Mauset. Sr. D. Jorge de Ariiedo. Sr. D. José de Amdzola, Rentista. Hr. D. José Badal. Sr. D. José Gómez. Sr. D. José González. Kxcmo. Hr. D. José (}rieru. Sr. D. José Hernández Baradu. Sr. D. José León Ferrando. Hr. D. José López Atlenza. Sr. D. José M • de Aristegnleta, Naviero. Sr. D. José M.^ Muhoz, Agente de Negocloi . .M. I. Sr. D. José Moreno Carbonero, Artista Pin-

t i r y Académico. Sr. D. José Santacana. Sr. D.Juan Bautista Sendra, Mecánico. Sr. D. Juan Carrasco.

18 8r. D. Jnan Creus Oarcia. Sr. D. Juan José Solis. 8r. D. Juan I.ópe/. (Jarcia. 8r. D. .luán Manuel Calderón y ('asanova. ICntu-

diantc. Br. O. Juan Manuel Fors de Oliver. Sr. T>. Juan I'. UiUiérrer. Coloiucr, lientistn. 8r. D. Juan Vega, .Minero. 8r. n. Juan Vidal y I'ocli. 8r. D. Juli&n Casas Méndez, Agrimensor. 8r. D. JuliAn l>ie/. Díaz, Fundidor y mecánico. 8r. D. JullAn KernlVnduz. 8r. D. JullAn Drtega. 8r 1>. Julián Kandre/., Ayudante de Obras pú­

blicas. 8r. U. Julio Juncosa Molins. J'ublicista. 8r .D. Julio Rull Calderón de la Uarea, l'rofesor

Mercantil. 8r. D. Justo M. Herrero. 8r. D. Leandro Pérez, Impresor y Idbrero. 8r. D. León Arnoux, Negociante. 8r. D. León del Rio. 8r. D. LeoiHtldo l'ardo García. 8r. I). Leopoldo Hatlle. 8r. D. Luis Arredondo. 8r. D. Luis Cabrera Pineda. 8r. O Luis Caso de ios Cobos, Naviero. 8r. n. Luis IbAñez de Lara. 8r. D. Luis .Matoses. 8r. D. Luis Páramo Barbeito. 8r. D. Luis Ruiz Riveiles. Br. D. Lula do Urqulano, Agente de la Bocicdad

Hullera Kspai^oia. Br. D. Lucilo Iglesias. Br. D. M. dallen, MecAnico. Br. D. Manuel Alonso Domínguez. Br. D. Manuel Alonso de la Sierra. Br. D. Manuel Aniil. 8r. D. Manuel Boflll. Br. D. Manuel del Castillo, Práctico. Br. D. Manuel Fernández Alonso, Perito. Br. D. Manuel Fernández la Villa. Br. D. Manuel lleloror. Br.D. Manuel Huldobro. 8r. D. Manuel Ibañaz Remacha. Sr D. Manuel Iglesia Ayude. Br. O. Manuel JImeno, Perito Agrimensor. Br. D. Manuel Montavez, Director de .Minas.

• Br. D. Manuel Mulero Sánchez, Artista. Br. D. Manuel l'ardo. Maquinista. Br. D. Manuel Viader. br. D. Marcial de Eguzquiza, Periodista. 8r. D. Mariano Bcnedito, ICscribano. Br. D. Mariano Cailis Oollell, Maestro de Obras. Br. D. Mariano Ribo. Br.D.Martin Botey. Br. D Manin Ciga, Veterinario. Br. D. Mateo Calderón y Kernándcz. Br. D. .Mateo Echevarría Irnsta, Oraliador. Br. n. Maximino Rodríguez (i(inrr)*ro. Br. D. Májiimn Barbero ilerraiz, Agente de Ne­

gocios. Br. n . Miguel González, Artista. Br. D. Miguel Mota .Martínez. .Br. D. Miguel Mur y «alindo, IToiesor Vetori

nario. Br. D. Miguel Pons.

Br. n. Miínel Snlnverrla, Comisionista. 8r. D. Miguel Vlnjíut. Wr. I>. Narciso Z.ino. SP-. I). Ni'iMfsio de lleredia y 'l'oro, Katudianti-

<le Derccbo. W •. I). NlrjiíKH' Muñiz l'rniln. Hr I). Onofrc Zipico .Meijcindcí. ICscrIhano. Hr. I). iV Vi'rii Vlllanueva, Kstudianto. Sr. I). l'iiMo Mil eos, Sr I». i*f»scnHl Oiaz Aniíeirf. Hr. I), Piisciinl Miiicica. I'rnclicaiite. 8r. 1). Pedro lliipena. Marino. Hr. I). l'.Mlro León -laiijón. Hr. I>. I'cilro .M." KeriiAmle/,, Avuilaiite de obras

piil,liras. Hr. D. I'cdro Moro. Maistro Alarifi'. 8r. D. I'eili-o <lar Krgiliii. Litógriifo. Hr. 1). Pedro Pa-cual llaqncr, .Muestro de Obras. Sr D. Pudro Pérez. Sr. i) l'eilro Renom (ürait, Contratista. Sr. D. Pedro «Aez Azplnzu. Sr. D. i'edro Sistemes. Sr. O. Prudenclaiio Arcos Moreno. Sr. I). Prudencio ll irrera,Agente de Aduanas. Sr. D. Hnfiiil Cnrdim. Sr, n. Rafael .Mata, Director de .Monte de Pie

dad. Sr. D. Rafael Rublo. Sr. D. Ilnfael ItnI.io v Mnsrt. Sr. I). Rsfael SuArez del Villar. Sr. D. Rafael Znrraoeilin, lOstiidiantc. Sr. I), lianuí o «arela. Maestro de Obras. Sr. D. Ramiro (ióinez. Sr. I). Ramón Kericro. Sr. D. Ramón (iurgui, Contratista de Oliras pu­

blicas. Sr. D. Ramón Rovira. Sr. D. Remigio (intWrrez Martín. Sr. I>. Riesrdo Aimagio. Sr. i). Rlenrdo Iglesia. Sr I). Rlenrdo Knster. Br. I). Rodolfo Izquierdo Pire». Sr. D. Rosendo Ángulo, limo. Sr. D. Salvador Aragón, ex-(iobernador ci

vil. Sr. D. Santiago Cuenca de Roa, Solirestante de

Obras Miniielpales. Sr. D. Santiago (iídsAn, Artista. Sr. I) Salín idno Santos Alonso, Insiicetor Jefe

de Vigilaiieia. Sr. D. SeliHstián «astearena. Delegado del Han

co Vitalicio de Ksiiaña. Sr. I). Sebastián «óinez Kerl'eira. Sr. I). SetiastlAn Rué, Operario. SI- I). Sfrifi" ilnrci» de bi (íranda. Sr. O. 8eve iano de la Cruz. Br. I). Siini'óii Yerro, Secretario de Audiencia. Sr. I). Tomás Orla .Vlonso. Sr D. Tomáis Serrano y «alvache. 8 ' . D. ToriliioZuiaica, Profesor de Academia di'

diliiijo Sr. D. Valentín Rodríguez. Sr. D. Vicente Koz. Director de Colegio. Sr. D. Víctor Arana, (itabador. SI- I). Viciorlaiio Homero, Delineante. Sr. D Wenceslao Cotelodel Olmo, Profesor Mer

cantil.

SOTA.—Rogamos á nuestros amigos y compañeros de propaganda que en estas páginas dan el alto ejemplo de proteger esta buena obra, que se sirvan hacer las correcclone» que estimen oportu-UM, ai se padece algún error por un descuido disculpable—dado lo numeroso del Patronato-en los nombras 6 en las profesiones.—Xa Jldministración.

19 =

AYUNTAMIENTOS DE ESPAÑA P I I O T B O X O R . B S B B N B J M I É J f t l T O S D B B S X A . I I B V I S X A . (1)

Kxcino. A.viintniíiiPiitü de Mftdrid, Alcalde Pre­sidente, Kxeiiut, Se. Afíin|ri(',s <íe lArtitn.

Kxem» A.vinitiiiiiieiito de Hevilla, Aleiilile l'ro-HÍdente, Kr. 1). I 'ernniido ('hee».

Kxcmo. Ayniítundeiiio de Jerex de In Frontera , AlCHlde r res iden le , Kxcnio. Sr. Maniuéa de (íaHa-Iít'rnieJH.

Iltnnt. \yiii i t icui"nto de Mierew, Alcalde PrcMi-dente, Sr. J). .Miinuid l int iérrez.

Aynntfindento de \ ijiiinneva del Kresno. Alcal­de l 're-iilente, Seíior OiinJ>)»é HudrÍKiiez In­fante.

Kxcnio. Aytintandento d», IHH PÍIIUWH, lííran Ca­naria), Alcalile PieMÍdeiitp, ICxcUio. hr . D. Ml-Kiiel Navarro Horiino.

A.vnntandento de OIIHCOK, Alcalde Presidente, Sr. D. ( i ret tonn Pérez Castaño.

Illnio. A.vnntandento de Vlllanneva de Caste­llón. Alcalde ¡"residente. Señor ü . Fernando Ulieros

Ayuntmiiienlo do Santa Enlalia de Caliranes, Al­calde Presidente, 8r . D . J o s é María del Llano .Junco.

Kxcnio. Aynntanilento de Vlcli, Alcalde Preni dente, Sr I), .losé Soler Aloy.

I lustre AviMitainiento de Peñas de San Pedro, Alealde'Presidenle 8r . D. .losé María U. de Vera.

Ayuntamiento de Piedralniena. Alcalde Prcul-deiite, Sr. I), .litan M. (lon/.ále/,.

Iltiiio, Ayiiiitamleiito de la fldelísiina ciudad de Ceuta, Alcalde Presidente, 8r . D. Francisco Larlii .

I lustre Aynntainlonto de Nava del Rey, Alcalde Pre.sidente. Sr. D. Lucas Onizado.

Ayuntamiento de Torrccampo, Alcalde Presi­dente, Sr. I). Kriuio del Rey.

Ayinilaniieuto de Cartellc (Orense), Alcalde Pre­sidente, Sr. D. Casto Cnstlftolra.

I lus t re Ayuntamiento de l 'lacencia. Alcalde Pre­sidente. Sr. U. Pedro l l igoyen .

Aynntandento de Villarreal (Castellón), Alcalde Presidente, Sr. D. Manuel (luinhar.

Aynntandento de Illa», Alcalde Presidente, »e-flor D. Fructuoso (Jarcia.

I lustre Avuntainleiito de Navas del Marqués, AlcaldePresIdente , Sr. D. Cirilo U. YaRüe.

l l tnio. Ayuniauílonto do Kstrada, Alcalde Presi­dente. Sr. I). Manuel CaJIdc.

I lustre Aviintanilentodo Jitneiia do I» Frontera , Alcalde'Presldonte, Ilino.Sr. D. José M .*de la Itivas

M. I. Ayuntamiento de Agreda, Alcalde Presi­dente. Sr. T>. Kinillo Jlnn'iiej!.

Ayuntamiento lie Puebla de O. Fadrlque, Alcal­de Presidente. Sr . D. Osear Ferinindiez.

Ayuntamiento de Celia, Alcalde Presdente , se­ñor D. .losé l.aii/.ucla. Kxcino. Ayuntamiento de Tuy , Alcalde Presi­

dente, Sr. D. José Sarmiento Ozoreí-Ayuntamiento de CaliuóridKa, Alcaldo Presi­

dente, Sr. D. Fidel Díaz. Ayuntaudento del Castil lo de lo Ouardas , Al-

caldo Presidente, Sr. D. Francsco J a v i e r I n ­fante de ArteaKa.

(1) Los Ayuntamientos iiodrán dar noticia de los camldos de los Sra», Alcaldes Presidentes

para hacer las oportunas reciiHciicionus

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Las Empresas y Sociedades capitaliatas que verifican la inserción de anancios

•n esta REVISTA, lo haoeu á titulo de protección indirecta ¿ la propaganda en favor

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