Cuantificando la Percepción de Inseguridad Ciudadana en Barrios de Escasos Recursos

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[17] Tema central Revista eure (Vol. XXXII, Nº 97), pp. 17-35. Santiago de Chile, diciembre de 2006 Mauricio Sillano* Margarita Greene** Juan de Dios Ortúzar*** Cuantificando la Percepción de Inseguridad Ciudadana en Barrios de Escasos Recursos**** Abstract Urban safety has become a key issue for life in the city. A strategy that may positively affect quality of life is the urban design of public spaces; however, previous efforts have not been based on hard data, hampering a serious evaluation of alternative solutions. This work discusses the methodology and primary results of a study geared to quantify the perception of safety in low income areas, and how this is affected by the spatial arrangement of neighborhoods. We are interested in quantifying the effect of spatial variables regarding the feelings of fear associated with the use of public space, with the objective to evaluate policies to improve security based on hard data rather than unproven speculation. We designed and implemented a stated preference survey to measure the relative perceptions of insecurity experienced by residents traveling through specific neighborhoods in Santiago. The relative importance of each variable was determined using flexible discrete choice models. Results suggest that the proposed approach could become an efficient technique for the evaluation of urban safety policies. Keywords: Security, spatial patterns, stated preferences, discrete choice models Resumen La seguridad ciudadana ha pasado a ser un tema clave en la vida de las ciudades. Un enfoque que puede afectar positivamente la calidad de vida de los habitantes urbanos es el diseño del espacio público, pero experiencias anteriores han carecido de datos que permitan evaluar seriamente posibles alternativas de solución. Este trabajo discute la metodología y presenta los principales resultados de un estudio enfocado a cuantificar la percepción de seguridad de habitantes de barrios residenciales de escasos recursos, y cómo ésta es afectada por su configuración espacial. Interesa cuantificar el efecto de variables espaciales sobre la sensación de temor asociada a recorrer el hábitat cotidianamente, con el objetivo de evaluar políticas de mejoramiento de la seguridad ciudadana basadas en información empírica comprobable y no en especulaciones. Se diseñó y aplicó una encuesta de preferencias declaradas para medir las percepciones relativas de inseguridad experimentadas por los residentes al transitar por distintos sectores de Santiago. La importancia relativa de cada variable se estimó utilizando modelos flexibles de elección discreta. Los resultados sugieren que el enfoque propuesto podría constituirse en una eficaz técnica para la evaluación de políticas de seguridad urbana. Palabras clave: Seguridad ciudadana, configuración espacial, preferencias declaradas, modelos flexibles de elección discreta.

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Tema central

Revista eure (Vol. XXXII, Nº 97), pp. 17-35. Santiago de Chile, diciembre de 2006

Mauricio Sillano*Margarita Greene**

Juan de Dios Ortúzar***

Cuantificando la Percepción de InseguridadCiudadana en Barrios de Escasos Recursos****

Abstract

Urban safety has become a key issue for life in the city. A strategy that may positively affect quality of life is theurban design of public spaces; however, previous efforts have not been based on hard data, hampering a seriousevaluation of alternative solutions. This work discusses the methodology and primary results of a study geared toquantify the perception of safety in low income areas, and how this is affected by the spatial arrangement ofneighborhoods. We are interested in quantifying the effect of spatial variables regarding the feelings of fearassociated with the use of public space, with the objective to evaluate policies to improve security based on harddata rather than unproven speculation. We designed and implemented a stated preference survey to measure therelative perceptions of insecurity experienced by residents traveling through specific neighborhoods in Santiago.The relative importance of each variable was determined using flexible discrete choice models. Results suggestthat the proposed approach could become an efficient technique for the evaluation of urban safety policies.

Keywords: Security, spatial patterns, stated preferences, discrete choice models

Resumen

La seguridad ciudadana ha pasado a ser un tema clave en la vida de las ciudades. Un enfoque que puede afectarpositivamente la calidad de vida de los habitantes urbanos es el diseño del espacio público, pero experienciasanteriores han carecido de datos que permitan evaluar seriamente posibles alternativas de solución. Este trabajodiscute la metodología y presenta los principales resultados de un estudio enfocado a cuantificar la percepción deseguridad de habitantes de barrios residenciales de escasos recursos, y cómo ésta es afectada por su configuraciónespacial. Interesa cuantificar el efecto de variables espaciales sobre la sensación de temor asociada a recorrer elhábitat cotidianamente, con el objetivo de evaluar políticas de mejoramiento de la seguridad ciudadana basadasen información empírica comprobable y no en especulaciones. Se diseñó y aplicó una encuesta de preferenciasdeclaradas para medir las percepciones relativas de inseguridad experimentadas por los residentes al transitarpor distintos sectores de Santiago. La importancia relativa de cada variable se estimó utilizando modelosflexibles de elección discreta. Los resultados sugieren que el enfoque propuesto podría constituirse en una eficaztécnica para la evaluación de políticas de seguridad urbana.

Palabras clave: Seguridad ciudadana, configuración espacial, preferencias declaradas, modelosflexibles de elección discreta.

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Mauricio Sillano, Margarita Greene y Juan de Dios Ortúzar

1. Introducción

La seguridad ciudadana ha pasado a ser unelemento clave en la percepción de la calidadde vida de los habitantes de grandes áreas

urbanas en países del primer al tercer mundo, y lasencuestas la colocan continuamente como uno delos temas álgidos en la agenda de gobiernos locales ynacionales. Si bien las autoridades reaccionan,parecen lograr poco (ya que el problemageneralmente subsiste), incluso cuando actúan deforma poco ética o democrática (redadas masivas,radicaciones, etc.); esto se debe a la enormecomplejidad del problema y a los largos plazosrequeridos normalmente para afectar este tipo depatologías. En este trabajo nos interesa estudiar elproblema desde la perspectiva de abordardirectamente su situación socio-espacial, ya que estapuede facilitar o inhibir los eventos delictivos.Medidas tendientes a reducir las oportunidades parala comisión de delitos han abarcado iniciativas dediversa índole; desde organización social, focalizaciónen puntos críticos, vigilancia formal e informal, ydiseño urbano. No obstante, una falencia de esteenfoque ha sido carecer de datos empíricos quepermitan evaluar seriamente la efectividad yfactibilidad de distintas alternativas de solución.

En esta línea, se ha señalado que el debate sobreseguridad en América Latina ha sido limitado portres factores:

a) el bajo conocimiento del problema, sumado ala carencia de estudios sistemáticos acerca delefecto del aumento de la violencia en la sensa-ción de seguridad;

b) la visión dicotómica entre políticas de controly prevención, y

c) el no haber compartido las lecciones aprendi-das en diferentes experiencias llevadas a caboen la misma región.

Y debido a esto se han postulado tres líneas deintervención básicas: la coordinación con las institu-ciones policiales, el desarrollo de iniciativas de parti-cipación comunitaria y la prevención situacional(Dammert, 2004; Dammert y Paulson, 2005).

En el ámbito de las políticas públicas de reduc-ción de la delincuencia, la seguridad se acota a laausencia de delincuencia y temor a ella; es decir, lainseguridad ciudadana se restringe a las amenazas alas personas y sus bienes derivadas de la actividaddelictiva (MINVU, 2003). Así, se postula que lasensación de inseguridad es tan o más dañina para lacalidad de vida de los habitantes que el crimen mis-mo, ya que es mucha más la gente con temor, y quepor ello cambia sus hábitos de vida, que la que hasido objeto de una acción criminal. Por ejemplo, elnivel de temor detectado en encuestas realizadas enSantiago, no se sustenta en las tasas de victimizacióndirecta o indirecta en la ciudad (Oviedo y Rodríguez,1999). No obstante, las encuestas también señalanque los habitantes de zonas pobres presentan mástemor, y esto es coherente con que cotidianamenteles corresponde vivir condiciones de violencia(Dammert y Oviedo, 2004), lo que agrava aún másel problema.

Existen enfoques metodológicos bien estableci-dos, como la Sintaxis Espacial (Hillier y Hanson,1984), que han logrado relacionar las características"configuracionales" de un espacio con datos "du-ros" de crimen y delito, explicando cómo ciertas va-riables espaciales pueden incidir en una mayor omenor incidencia de delitos (Shu, 1999). Por otrolado, la metodología CPTED (Jeffrey, 1971), tra-bajando directamente con los habitantes de ciertoslugares investigados, ha logrado identificar algunosfactores preponderantes en la percepción de seguri-dad. Sin embargo, no se ha intentado cuantificar laponderación de cada variable identificada en la sen-sación de temor, lo que dificulta la evaluación delefecto que podrían tener las medidas diseñadas paraaumentar la seguridad.

* Steer Davies Gleave, 28-32 Upper Ground, LondonSE1 9PD, Inglaterra.

E-mail: [email protected].

** Escuela de Arquitectura, Pontificia Universidad Cató-lica de Chile, El Comendador 1916, Santiago, Chile. E-mail: [email protected]

*** Departamento de Ingeniería de Transporte y Logísti-ca, Pontificia Universidad Católica de Chile, Casilla 306,Código 105, Santiago 22, Santiago, Chile. E-mail:[email protected]

**** Se agradece el apoyo de la Embajada Británica y deFONDECYT a través del Proyecto 1020886, para el desa-rrollo del estudio. Enviado el 6 de junio de 2005, aprobadoel 29 de abril de 2006.

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El enfoque CPTED ha sido aplicado en Chiledesde el año 2000 de manera piloto en varias comu-nas de Santiago. En Peñalolén, La Granja y PuenteAlto se trabajó con la comunidad, especialmente enla etapa de diagnóstico, para luego llevar a cabo me-joramientos relativamente sencillos del espacio pú-blico (limpieza de sitios eriazos, campañas de aseo,instalación de luminarias y mobiliario urbano), loque tuvo efectos importantes en la percepción deseguridad (Rau, 2005). Asimismo, el Ministerio deVivienda y Urbanismo (MINVU) se basó en losprincipios promovidos por el CPTED para crear elmanual de recomendaciones de diseño y gestióncomunitaria "Espacios Urbanos Seguros" (MINVU,2003), que permite transmitir esta metodología detrabajo a la comunidad (Gutiérrez y Leiva, 2005).

Tomando aspectos relevantes del enfoque de laSE y del CPTED, es posible desarrollar un marcoteórico que permita relacionar la configuración ur-bana con la percepción de peligro y seguridad. Enparticular, los trabajos de Shu (1999) y Hillier(2004), demuestran la existencia de una relaciónentre la configuración espacial y la incidencia delcrimen. A su vez, Kim (2001) muestra cómo algu-nas medidas derivadas de la SE (como la integraciónglobal y local), se relacionan con la cognición espa-cial sugiriendo que la configuración de un área espercibida por la gente e incide en su comportamien-to. Por su parte, los desarrollos de CPTED apoyan larelación entre crimen efectivo y percepción de inse-guridad. Se argumenta que las características del ries-go real enfrentado por una persona moldean suspercepciones condicionando su comportamiento; así,las personas están constantemente resolviendo uncompromiso entre realización de actividades y riesgopercibido (notar que esto es coherente con la hipóte-sis de "compensación de riesgo", Adams, 1995). Asu vez, los criminales (generadores del riesgo real) severían inhibidos o potenciados por los patrones decomportamiento que observan en la gente (Nasar yUpton, 1997).

Este trabajo pretende avanzar en el conocimien-to y comprensión del diseño urbano en el sentido defacilitar o inhibir el crimen y, especialmente, en lascaracterísticas del espacio urbano que puedan con-tribuir a generar una mayor o menor sensación deseguridad. Así, reconocemos que la seguridad ciuda-dana tiene dos facetas claramente identificables: una

es el crimen mismo (robos, delitos, asaltos), y la otraes la sensación de inseguridad percibida, que se debeal implícito temor al crimen1.

Una vez establecida la existencia de una relaciónentre configuración espacial y percepción de seguri-dad, es posible postular estructuras objetivas quepermitan dilucidar esta relación. Para esto recurrire-mos a un tercer bagaje teórico, la modelación deelecciones discretas utilizando información de pre-ferencias declaradas, que ha tenido un enorme desa-rrollo en el campo del transporte (Louviere et al.,2000; Ortúzar y Willumsen, 2001), pero tambiénha sido aplicado con éxito en campos tan disímilescomo estudios de mercado (Kamakura and Russell,1989), industria (Poterba y Summer, 1995; Revelty Train, 1998), economía de la salud (Dor et al.,1986), educación (Punj y Staelin, 1978), y en for-ma pionera por dos de los autores en el área de vi-vienda social (Greene y Ortúzar, 2002).

Siguiendo a Shu (1999), aceptaremos que el flu-jo natural de personas y las líneas "bien constituidas"(con presencia de accesos a los hogares) y con altainter-visibilidad, son factores inhibidores del crimenya que permiten un "control natural", tanto de laspersonas dentro de sus casas hacia lo que ocurre afue-ra, como de las personas en la calle hacia otros tran-seúntes. Es interesante destacar que la experiencia deCPTED también ha indicado la importancia del con-trol natural (o vigilancia natural), e incorpora la consi-deración de límites visuales como factores que incidenen la sensación de seguridad; de hecho, se argumentaque al crecer la profundidad del campo visual perso-nal, la sensación de control desarrollada sobre el en-torno aumenta y disminuye el temor. Este punto seve reforzado por los resultados de Brantingham yBrantingham (1993) y otros autores (Fisher y Nasar,1992; Loewen et al., 1993; Nasar y Upton, 1997;Schroeder y Anderson, 1984), que han descubiertorelaciones significativas entre las percepciones de peli-gro y temor, y algunas variables físicas que entorpecenel campo visual, como la vegetación.

De esta manera, en una primera etapa es posibledefinir dos tipos de variables: aquellas que indican

1 Por temor se entiende la emoción básica del ser huma-no, que alerta en caso de amenaza o peligro concreto vincu-lada a la posibilidad de ser víctima de un delito o porvariables de medio ambiente (Rau, 2005),

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variaciones en el control natural, o vigilancia natural yaquellas relacionadas con variaciones en el campo vi-sual, o con límites visuales. Cabe destacar que hastaahora este tipo de variables no han podido ser relacio-nadas directamente con variables físicas, objetivamentemensurables, pues corresponden a percepciones sub-jetivas asociadas a las sensaciones de "estar observado"o tener un campo visual amplio, y dependen en granmedida de características y experiencias personales.Para solucionar este problema, se puede construir unacategoría de variables similar a las de Herzog y Miller(1998), definidas precisamente en base a la percep-ción que las personas tienen de medidas espacialesobjetivas (por ejemplo, apertura y curvatura de uncamino). Siguiendo la misma lógica, también es posi-ble definir variables en base a percepciones subjetivasy relacionar la sensación de seguridad que proveenbajo los supuestos de SE y CPTED sobre las causasde las percepciones de riesgo.

En una segunda etapa, se puede intentar relacio-nar las variables de percepción subjetiva con variablesespaciales, físicamente mensurables, a fin de establecerun vínculo directo entre características configuracionalesy percepciones de seguridad. Esto permitiría combinaráreas de estudio que se encuentran inconexas desde elpunto de vista del análisis espacial de las percepciones.Por un lado se dispone de técnicas de análisis de confi-guración espacial bajo la SE, que no consideran de for-ma explícita las percepciones personales de seguridad.Por otra parte existen líneas de estudio basadas en lapsicología ambiental, que analizan las percepciones sinintentar establecer un vínculo concreto con la medi-ción de variables espaciales.

Así, en el trabajo se intenta construir este vínculo,relacionando la percepción de seguridad con dos varia-bles de percepción subjetiva (campo visual y controlvisual) derivadas de los postulados de SE y CPTED.Además, se intenta encontrar una relación entre unconjunto de variables espaciales, objetivas ymensurables, y las variables de percepción subjetivasanteriores. La integración de las percepciones de seguri-dad y el análisis configuracional requiere relacionar lasvariables de percepción subjetiva con elementos y ca-racterísticas urbanas (curvatura de la calle, transparen-cia de cercos, etc.); la idea es finalmente lograr establecerla influencia de la configuración urbana en las percep-ciones de seguridad y temor.

Como instrumento de medición se utilizó una en-cuesta de preferencias declaradas (PD), técnica amplia-mente usada en investigaciones de mercados no obser-vables (Louviere et al., 2000). El análisis de las respues-tas a la encuesta PD por parte de una muestra de pobla-dores se realizó mediante la técnica econométrica demodelación de elecciones discretas (Ortúzar yWillumsen, 2001), lo que permitió estimar el nivel deseguridad relativa percibido por una persona con cier-tas características socio-demográficas, como resultadode su interacción con distintas configuraciones espacia-les.

2. Metodología

Las preferencias declaradas (PD) incluyen unavariedad de formas diseñadas para estimar las prefe-rencias de consumidores, particularmente en el casode mercados no observables; también han resultadoútiles para estimar la disposición al pago (DAP) pormejorar ciertos atributos en este tipo de mercados.Por estas razones, las dos últimas décadas han vistocómo los experimentos de PD han pasado a ser elenfoque más aceptado para estudiar la respuesta deconsumidores, e incluso organizaciones, en campostan diversos como investigación de mercado, salud ytransporte (Louviere et al., 2000).

Los entrevistados en un experimento de PDdeben evaluar un conjunto de opciones que se des-criben en base a atributos considerados de impor-tancia, y escoger la que mejor se ajusta a sus preferen-cias. Esto se repite algunas veces, variando los atri-butos de cada opción de acuerdo a un diseño expe-rimental. Es importante que el número de alternati-vas, atributos y situaciones de elección presentadasen el experimento no supere límites razonables(Caussade et al., 2005), pues de otra forma el au-mento de la fatiga y/o molestia de los encuestadospodría llevar a que terminen contestando de formasesgada (Ampt, 2003).

En este caso, para cuantificar la percepción per-sonal de seguridad con respecto a atributos espacia-les, se diseñó una encuesta en que la persona debíaelegir entre alternativas que le fueran familiares; porejemplo, el recorrido peatonal al volver a su casa. Unpaso importante en el diseño de la encuesta consistióen definir una situación de elección, consideradarealista, a través de imágenes coherentes con un con-

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junto de atributos espaciales de interés. Lamodelación posterior permitió recoger la importan-cia relativa de cada atributo.

Así, se debió seleccionar un contexto de elecciónsimple, en que el encuestado pudiera señalar cuálalternativa le reportaba una mayor sensación de se-guridad entre un conjunto de opciones claramentedefinidas a través de imágenes. Más adelante se haceuna descripción detallada del juego de elección pre-sentado a cada encuestado.

2.1. Localización y selección de hogares a encuestar

La encuesta se desarrolló en cuatro conjuntoshabitacionales de la comuna de Recoleta, en Santia-go de Chile, con características morfológicas y espa-ciales distintas, pero relativamente homogéneos delpunto de vista social. Los conjuntos seleccionadosforman parte de un proyecto de investigación ma-yor y su localización dentro de la comuna de Recoletase muestra en la Figura 1. Estos son:

• Remodelación Santa Mónica• Villa Chacabuco• Villa Primavera• Villa La Valleja.

Un catastro detallado del entorno permitió con-tar con información acerca de las características físi-cas de los inmuebles y del barrio. Luego, una en-cuesta preliminar a más de 500 hogares permitióconstruir un banco de datos con estadísticas de deli-tos sufridos por sus habitantes; específicamente seconsultó por "robo a casa", "robo a sitio" y "asalto".A partir de la lista de direcciones de hogarescatastrados, se seleccionó los hogares en que se reali-zaría la encuesta de PD, buscando muestrear unnúmero similar de hogares en cada barrio considera-do. La selección de hogares dentro de cada conjuntohabitacional fue al azar, permitiendo una cierta hol-gura para obviar el problema de encontrarse conhogares que no deseaban ser encuestados, o que noestaban en sus casas al momento de la encuesta.

2.2. Estrategia de aproximación

Para aplicar la encuesta se contactó los hogares yse entrevistó a las personas del hogar que se encon-traban en casa. El trabajo de campo fue realizadopor estudiantes universitarios, debidamente entre-nados; su rol consistió en aplicar la encuesta, sin ses-gar al encuestado, pero motivándolo para que con-testase en forma seria y coherente.

Figura 1. Ubicación de la zona muestreada en la comuna de Recoleta

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En todos los casos los encuestadores fueron acom-pañados por jóvenes residentes de los conjuntoshabitacionales, contactados a través de la sede de re-unión juvenil del barrio, lo que permitió lograr unamejor aproximación a la población. Esto, sumado aque los encuestadores eran estudiantes universitarios(bien percibidos y no temidos por los residentes) y a laimportancia que se da actualmente al tema de seguri-dad ciudadana, fueron elementos decisivos en lograrque la gente accediese a responder.

2.3. Diseño de la encuesta de preferencias declaradas

Previo al diseño de la encuesta propiamente tal,se realizaron cinco grupos focales a cargo de dos so-ciólogas participantes en el proyecto que se reunie-ron con personas de diferente edad en las cuatrovillas. El objetivo de esta etapa era identificar losaspectos del entorno físico del barrio que provoca-ban sensación de inseguridad. Los resultados de estaexperiencia (Montt y Brain, 2001) fueron utiliza-dos posteriormente para definir los atributos másrelevantes a ser incluidos en la encuesta. Las conclu-siones más importantes de los grupos focales en rela-ción a la encuesta PD, fueron las siguientes:

• La iluminación es el atributo que más resaltaentre los entrevistados, siendo de vital impor-tancia para su propia sensación de seguridad,tanto en parques como en calles y paraderos.

• El flujo de personas en espacios públicos inci-de en forma positiva en la sensación de seguri-dad, creando la sensación que las posibilida-des de sufrir un asalto disminuyen.

• Se manifiesta una preferencia por espaciosabiertos que permiten mayor control visualdel entorno inmediato y, por lo mismo, unamayor sensación de seguridad por la elimina-ción del misterio.

• La presencia de árboles y arbustos (ligustrinas)provoca, a la mayoría de las personas, una sen-sación de inseguridad por dos razones: (i) ta-pan la luz y por ende oscurecen el lugar; (ii)posibilitan el ocultamiento de posibles asaltantes.

• Existen distintas opiniones respecto a las rejas,dependiendo de si están ubicadas en casas,calles o pasajes. Respecto de las casas, la opinióngeneralizada es que aumentan la sensación de

seguridad, mientras que en torno a las callesexisten opiniones encontradas: hay personas aquienes les provocan una sensación de encierroy otras a quienes les producen mayortranquilidad.

Basándose en los atributos detectados como re-levantes en los grupos focales, se procedió a definirlos atributos físicos que debía incluir la especifica-ción de cada alternativa.

2.3.1. Contexto de elección

Un juego de elección consiste en presentar alter-nativas entre las que el entrevistado debe escoger cuálle reporta mayor sensación de seguridad. Como elcontexto de elección debe estar asociado a variablesespaciales y permitir que la percepción de inseguridadse haga patente, se optó por presentar una situaciónhipotética en que la persona se encontraba realizandoalguna actividad cotidiana en un espacio público.

Observando la configuración de los barrios enestudio, se pidió al individuo imaginar que se en-contraba caminando por una calle hipotética haciaalgún lugar donde debía realizar una actividad coti-diana: del tipo trabajo, estudio o compras. La ima-gen de la calle recreaba un barrio residencial y seencontraba definida por una serie de atributos físi-cos, cuya variación diferenciaba una alternativa deotra. Así, en este contexto se pidió al encuestado queeligiera, entre pares de ilustraciones, en cuál se senti-ría más seguro para caminar hacia donde debía reali-zar su actividad cotidiana.

Se tenía la convicción de que la manera más ade-cuada de presentar este tipo de alternativas era usan-do imágenes. Una posibilidad era usar fotos truca-das, pero el excesivo realismo de este método incor-pora el riesgo que el entrevistado tome en cuentadetalles no considerados en el diseño que podríansesgar su elección. El uso de imágenes generadas porcomputador, en cambio, tiene la ventaja de otorgartotal seguridad sobre los atributos incluidos y, deesta manera, el diseño puede considerar los efectosefectivamente buscados.

2.3.2. Determinación de atributos relevantes yniveles de variación

La selección de las variables espaciales que defi-nen las alternativas de elección se basó en las conclu-

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siones de los grupos focales. Como restricción se con-sideró el hecho que un número muy grande de va-riables puede conducir a un diseño de encuesta queobligue a ofrecer demasiadas (16 o más) situacionesde elección a cada individuo, aumentando la posibi-lidad de inconsistencias por fatiga del encuestado(Carson et al., 1994; Caussade et al., 2005).

En primer lugar se consideró incluir la ilumina-ción de la calle. Sin embargo, este importante atri-buto se desechó por diversos problemas prácticos;por ejemplo, para ilustrar distintos matices de ilumi-nación la situación de elección debiera ocurrir denoche, lo que conlleva diversas connotaciones im-plícitas que la modelación no era capaz de recoger.Estas pueden incluir el miedo a la oscuridad, pro-blemas a la vista, o cosas tan simples como el hechoque un encuestado nunca saliera de casa por la no-che. Así, los atributos que finalmente entraron en eldiseño final fueron los siguientes:

a) Flujo de personas: esta variable determina elnivel de control visual que el resto de la gentemantiene sobre el individuo y se asocia al con-cepto de vigilancia natural, que está insertodentro del marco de CPTED y la sintaxis es-pacial (SE), e implica que la sensación de se-guridad individual se ve acrecentada por elsimple hecho de contar con un tercero en lascercanías. Para medir este efecto se incluyerondos variables que representaban la presenciade personas en el lugar: (i) la inclusión directade personas caminando, y (ii) la inclusión deun kiosco, con una persona atendiendo. En elsegundo caso los niveles de variación son cla-ros: hay o no hay un kiosco; se supone que supresencia se relaciona con un puesto de vigi-lancia natural fijo por lo que eso debiera tenerun efecto positivo en la sensación de seguri-dad individual.

No obstante, en el caso de personas caminandola solución no es tan clara, ya que existe el pro-blema de definir cuántas personas incluir. Fi-nalmente, el atributo entró con sólo dos nivelesde variación: hay y no hay personas en la calle;en el segundo caso existe un control visual nulo,mientras que si hay gente presente existe con-trol visual y esto supone un efecto positivo enla percepción de seguridad.

b) Presencia de espacios abiertos que aumentanel campo visual y contribuyen a eliminar elmisterio. En este caso se incluyeron dos atri-butos que determinan el grado de "encierro ycontrol" que la persona tiene sobre el espacioque enfrenta. El primero es la curvatura de lacalle sobre la cual hipotéticamente camina; así,una calle en fuga debiera permitir ampliar elcampo de visión y por tanto tener un efectopositivo sobre la sensación de seguridad. Elatributo quedó definido por dos niveles: lacalle hace una curva más adelante, o es total-mente recta.

La segunda variable asociada a este conceptoes la existencia de una intersección frente alpeatón. Como una esquina puede involucrarsorpresas y misterio, se esperaría a priori queuna intersección aumente la sensación de in-seguridad. No obstante, en los grupos focalesy encuestas piloto, muchas personas declara-ron que la presencia de una intersección lesdaba seguridad porque constituía una vía deescape. La variable quedó definida por dosniveles: presencia de una intersección, o callesin cruces.

c) Presencia de árboles en el espacio público: aleliminar del diseño a la variable iluminación,la presencia de árboles se relaciona solamentecon la posibilidad de que potenciales asaltantesse escondan en sus copas o tras sus troncos.También se consideró la posibilidad de quelos árboles entorpecieran la visión de la gente,reduciendo su campo visual y aumentandosu sensación de inseguridad; no obstante acáse experimentó una sorpresa como se discutemás adelante. La inclusión de árboles tambiénse hizo con dos niveles de variación: presenciade cuatro árboles en la calle o ausencia de ár-boles.

d) Nivel de transparencia de rejas en casas:esta variable tiene distintos efectos potencia-les. En efecto, por un lado una reja opaca limi-ta la posibilidad de que dentro de la casa sepueda ver a quienes caminan, disminuyendola vigilancia natural; además, al aumentar suopacidad se reduce el campo visual de quienesvan por la calle, generándose un velo de mis-

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terio que no contribuye a la sensación de se-guridad. La variable transparencia de rejasentró al diseño con tres niveles: reja transpa-rente (esto es, una reja de metal que permitetotal visibilidad hacia y desde el interior de lapropiedad); reja semi-transparente (la anteriorpero cubierta de ligustrinas, atributo que semencionó como factor de inseguridad repeti-damente en los grupos focales); y reja opaca,definida por una pandereta.

2.3.3. Unidades de medición y diseñoexperimental

La determinación de las unidades de mediciónpara las variables curvatura, kiosco e intersección decalles es relativamente directa, ya que su nivel devariación se define por su unidad. En los casos detransparencia de rejas, cantidad de personas en la calley cantidad de árboles, se discutió bastante qué unida-des se adecuarían en mejor forma a la realidad delsector en estudio, garantizando un nivel de realismoadecuado. Las unidades de medición finalmentedefinidas para cada atributo se presentan en la Tabla1.

La combinación de niveles de las variables ante-riores genera un diseño factorial completo 31·25,que implicaría 96 situaciones de elección distintas sise deseara estimar efectos principales y todas lasinteracciones entre variables (Kocur et al., 1982), loque claramente resulta excesivo. Una solución máscompacta, que solamente recoja los efectos deseados,se puede lograr utilizando un diseño factorialfraccional; en éste se supone que algunas o todas lasinteracciones entre atributos son despreciables. Estoconstituye un supuesto razonable en la mayoría de

los casos, ya que los efectos principales explican ge-neralmente más de un 80% de la variabilidad delcomportamiento de los individuos (Louviere et al.,2000). Recurriendo a las tablas de Kocur et al.(1982), para un diseño 31·25 se encuentra que deacuerdo al Master Plan 5, las columnas 6, 21, 22,23, 24, y 25 permiten formar un juego con dosbloques de ocho situaciones de elección binaria, cadauno.

2.3.4. Construcción de imágenes y generaciónde alternativas de elección

Para construir las imágenes se utilizó un escena-rio base que incluía una calle de barrio residencial,con casas de dos pisos y ventanas que diesen a lacalle. Durante el proceso se discutió cómo conside-rar diversos aspectos estéticos asociados a las imáge-nes, a fin de proyectar un escenario familiar que nosesgara la percepción de las variables de interés. Dadoque el diseño factorial fraccional se expresa en formade diferencias, la construcción de cada alternativainvolucró un proceso iterativo en el cual se combi-naban los atributos de modo que ninguna alternati-va dominase la elección; para eso se iba ajustando laapariencia de cada uno, tanto para que se notaranmejor como para que no fueran dominantes.

El proceso, de prueba y error, incluyó la realiza-ción de dos encuestas piloto de pequeña escala (seentrevistó a seis y diez personas respectivamente); enbase a éstas se volvió a revisar las imágenes y alterna-tivas construidas, hasta lograr un diseño convincen-te. La Figura 2 muestra dos pares de imágenes querepresentan dos elecciones tipo presentadas en laencuesta.

Tabla 1. Atributos del diseño experimental

Nota. (*)Entre paréntesis se presenta el valor de la variable muda asignada al atributo para cada nivel especificado, exceptoen el caso del atributo transparencia de rejas, ya que éste se representa por diferencias.

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Durante el proceso de generación y depuraciónde las imágenes fue posible constatar algunos aspec-tos interesantes como los siguientes:

• La apariencia inicial del kiosco hacía pensar enun puesto de vigilancia; esto traía consigo unainterpretación que se alejaba del propósito dela encuesta.

• La curvatura de la calle podía ser confundi-da con una calle sin salida, lo que represen-taba una singularidad en lugar de un atri-buto variable (la variabilidad se da en losdistintos niveles de curvatura). Además, lascalles sin salida traen consigo connotacionesque el diseño de la encuesta no sería capazde recoger (por ejemplo, claustrofobia, o al-gún accidente o asalto que haya ocurrido enun callejón).

• La intensidad del color verde de las ligustrinasen las rejas semi-transparentes podría, en oca-siones, ser considerado un recurso estéticamen-te bello y compensar la falta de visibilidadcomo un efecto positivo. Lo mismo ocurre conlos árboles.

• Las panderetas daban la impresión que el en-trevistado caminaba por la parte trasera de lascasas, lo que se podía asociar a lugares de re-unión de delincuentes.

• Las personas que aparecían en las imágenes nopodían tener una apariencia mal cuidada, yaque entregaban la impresión de un potencialdelincuente. Lo mismo pasaba si sólo aparecíauna persona en la imagen.

Figura 2. Ejemplos de imágenes presentadas en la encuesta

(a) Calle curva con personas, y variaciones en intersección de calles, transparencia de rejas, presencia deárboles y kiosco.

(b) Calle con árboles sin kiosco, con variaciones en personas, transparencia de rejas, curvatura e intersec-ción de calles.

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Por otro lado, la experiencia piloto generó lassiguientes consideraciones en relación a la construc-ción de alternativas:

• Se observó que las panderetas tenían un efec-to muy marcado en la percepción de seguri-dad; esto obligó a equilibrar las situaciones deelección disminuyendo su impacto visual (tra-bajando con su color y textura) y aumentan-do la presencia de otras variables que teníanun efecto positivo a priori.

• En lo posible se intentó no presentar alterna-tivas que incluyesen árboles y reja semi-trans-parente, ya que el exceso de verde daba a laimagen una connotación estética que se aleja-ba de las intenciones del experimento.

Sin embargo, a pesar de todos los esfuerzos reali-zados en esta línea, nos quedó claro que los detalles yproblemas asociados a la construcción de una en-cuesta basada en imágenes no son despreciables, yposiblemente gran parte de los potenciales erroresen los datos finales se deban a fallas en esta etapa dela investigación.

2.3.5. Incorporación de variables de percepciónsubjetiva

El uso de imágenes como formato de presenta-ción del conjunto de elecciones en un experimentoincorpora factores imponderables que pueden dis-torsionar la medición y crear una fuerte dependen-cia entre los resultados y las características individua-les de cada entrevistado. En nuestro caso, por unlado se encontraban las distintas lecturas que los in-dividuos podían hacer sobre la composición de unaimagen (intensidad del color, textura, iluminación),que podían traer como consecuencia la percepciónde estímulos distintos a los de otras personas. Al mis-mo tiempo, las características perceptivas individua-les varían y pueden producir distintas respuestas parael mismo tipo de efecto; por ejemplo, es posible quealgunas personas no vean disminuido su campo vi-sual por la presencia de algunos árboles, mientrasque otras sí.

Para incorporar esta variabilidad en lamodelación, se definieron dos preguntas extra quebuscaban detectar las percepciones de cadaencuestado sobre las imágenes. La hipótesis que sus-

tentó estas preguntas fue que en el proceso demodelación se puede explicar la elección realizada -ypor lo tanto la percepción de seguridad asociada acada configuración espacial- en base a lo que losencuestados realmente vieron y no a las medicionesfísicas. Es decir, se postuló la existencia de una dis-torsión en la asimilación de las variables físicas debi-da a las diferencias implícitas entre cada persona.

Para definir las preguntas extra se recurrió a lospostulados de SE y CPTED, definiendo dos con-ceptos que pueden explicar variaciones en la sensa-ción de inseguridad en un ambiente donde las con-diciones de iluminación, características sociológicas(delincuentes y policías) y asentamiento geográficode los escenarios presentados, sean idénticas. El pri-mero es el concepto de "campo visual", que se rela-ciona con el control que se logra tener del espacioinmediatamente frente a una persona; así, el campovisual se ve limitado por árboles, calles que curvan yno permiten un horizonte de visión suficiente paralograr cierta tranquilidad y, en general, por objetosque obstruyan la visibilidad. El segundo conceptoes el "control visual", que se entiende como la vigi-lancia natural que terceros mantienen sobre quiencamina por calles u otros espacios públicos. El con-trol visual es análogo al concepto de "control natu-ral", postulado por CPTED, y debiera verse acre-centado por la presencia de personas en el lugar ypor la posibilidad de que las personas dentro de unacasa observen lo que ocurre en la calle.

Para recoger la percepción del campo y controlvisual por parte de cada individuo en las imágenes,cada situación de elección fue seguida por dos pre-guntas en que se pedía calificar ambos conceptos paracada imagen; el mayor problema fue cómo explicarcorrectamente el concepto a calificar. Para facilitar esteproceso, los conceptos se definieron en base a las si-guientes preguntas relacionadas con cada imagen:

• Campo visual: ¿Cuánto ve?

• Control visual: ¿Cuánto lo/la ven a Ud.?

Ambas preguntas se repetían cada vez que sepedía calificar cada concepto y se acompañaron deuna breve explicación en base a ejemplos. La califi-cación de los conceptos se hizo en base a una escalasemántica de cinco puntos (Muy Bueno, Bueno,Regular, Malo, Muy Malo), que obligaba al

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encuestado a realizar una valoración implícita de suspercepciones.

Cabe destacar que estas preguntas constituye-ron posiblemente la mayor fuente de dificultad paralos encuestados, ya que involucraban una inspec-ción de sus percepciones y los obligaban a definiruna escala de valor para éstas (las preguntas no im-plicaban una comparación, sino que una valoraciónde carácter absoluto).

2.3.6. Formato final de la encuesta de PD

Junto con presentar el juego de ocho eleccionesa cada entrevistado, se recogió información adicio-nal que permitiera caracterizar la muestra en estratossocio-económicos. Dentro de estas características seincluyeron: relación del encuestado con el jefe defamilia, edad, sexo, nivel educacional, ocupación, eingreso familiar.

Dado que el contexto de la encuesta involucrabauna situación hipotética localizada en espacios pú-blicos, y considerando que se pedía a cada encuestadoimaginar que caminaba habitualmente por esta ca-lle, también se incluyeron preguntas sobre frecuen-cia de salidas y motivo de las salidas más frecuentes,a fin de detectar a los individuos que pudieran tenerdistinta experiencia en este tipo de situaciones.

3. Análisis e Interpretación de Resultados

3.1. Especificación de modelos de elección

Los modelos utilizados se basan en la teoría de lautilidad aleatoria (Domencich y McFadden, 1975;Ortúzar y Román, 2003); en el caso de una elecciónbinaria, esta teoría postula que un individuo escoge-rá la primera alternativa si U

1>U

2, donde Ui es la

utilidad percibida de la alternativa correspondiente.Se supone que los individuos son racionales y tieneninformación completa; sin embargo, como el mode-lador es un observador del sistema no conoce todoslos elementos que el individuo considera al realizarsu elección. Por esto, él postula que la utilidad U sepuede descomponer en la suma de una parte siste-mática o medible (V) y un error aleatorio (ε); estopermite explicar ciertos comportamientos que de otramanera parecerían irracionales (por ejemplo, que elindividuo elija una alternativa inferior desde el pun-to de vista de los datos medidos por el modelador).Típicamente se supone que la utilidad sistemática es

lineal en los parámetros, de la forma: Vin =θ

n X

in,

donde θn es el vector de utilidades marginales del

individuo n y Xin un vector de atributos (variables

de la alternativa y características socioeconómicas delindividuo). Finalmente, dependiendo de la distri-bución de ε, se pueden obtener diferentes modelosde elección entre alternativas discretas (Ortúzar yWillumsen, 2001).

Dadas las características del experimento PD rea-lizado, es necesario interpretar adecuadamente el sig-nificado de esta estructura de utilidad. Losencuestados fueron instruidos para que su elecciónfuera la alternativa que les reportara una mayor se-guridad. Entonces, la elección de la alternativa i serealizaba si S

i > S

j, donde S es el nivel de seguridad

asociado a la alternativa y es análogo al nivel de satis-facción U. Consecuentemente, se puede reinterpretara V como S, de la forma S

in = θnXin, donde θn sería el

vector de seguridades marginales asociado al vectorde atributos Xin. Esta interpretación permite formu-lar hipótesis sobre relaciones funcionales que expli-quen las elecciones declaradas.

3.2. Estimación de modelos logit simple

El modelo más simple y popular en la familia demodelos de elección discreta es el Logit Simple(MNL); éste se deriva a partir de las consideracionesanteriores si se supone que los errores ε distribuyenindependiente e idénticamente (iid) Gumbel. Estoimplica que el modelo no es una buena opción siexiste correlación entre alternativas o si las funcionesde utilidad son heterocedásticas. Como en nuestrocaso es improbable que alguno de estos efectos estépresente, el MNL aparece como una alternativa ade-cuada de modelación. No obstante, el modelo tam-bién exige que los parámetros sean fijos para todoslos individuos (esto es, no permite "variaciones enlos gustos") y eso posiblemente sea una hipótesisinadecuada en este caso. Para verificarla, se estimómodelos más flexibles (y complejos) como se discutemás adelante.

3.2.1. Resultados de la estimación

Se estimó modelos para las dos especificacionesmencionadas utilizando el software ALOGIT (Daly,1995); los tests estadísticos y medidas de bondad deajuste usados son los usuales (Ortúzar y Willumsen,2001). Al considerar la incidencia directa de las va-

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Mauricio Sillano, Margarita Greene y Juan de Dios Ortúzar

Tabla 2. Modelos Logit Simple

Nota. (*) Como el modelo no tiene constantes específicas, se reporta el valor de ρ2 en referencia al modelo equiprobable(Ortúzar y Willumsen, 2001).

Figura 3. Modelos Logit Simple

riables espaciales se obtuvo el modelo MNL1, mien-tras que la especificación de variables subjetivas diolugar al modelo MNL2. Los resultados para amboscasos se presentan en la Tabla 2 y en la Figura 3.

Como se mencionó, las variables campo y con-trol visual fueron medidas a través de una escalasemántica de cinco puntos, cuyos resultados se pasa-ron a una escala numérica mediante la transforma-ción Berkson-Theil (Ortúzar y Willumsen, 2001),con el fin de representar la no-linealidad inherente alas respuestas recibidas. En efecto, los entrevistados

se mostraron reticentes a calificar las imágenes usan-do valores extremos, salvo en aquellas ocasiones enque se sentían convencidos y seguros. Esto llevó apensar que los valores asociados a las respuestas MuyBueno y Muy Malo, no representaban un incre-mento homogéneo en la calificación declarada.

Aun sabiendo que la distinción no era fácil, alanalizar los atributos del primer modelo se intentóelegir tres que se refirieran a campo visual y tres acontrol visual. Posteriormente, se hizo un sofisticadoanálisis de regresión entre las variables subjetivas (cam-

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po y control visual) y las objetivas, obteniéndoseque la transparencia de la reja era significativa enambos casos, que los árboles, intersección y curvatu-ra eran significativas para el campo visual, y que lareja, personas y kiosco eran significativas para el con-trol visual (Sillano, 2003). Así, quizás la única sor-presa fue que la transparencia de la reja fuera signifi-cativa para ambas variables subjetivas.

Un primer resultado a destacar es la extraordina-ria mejoría en el ajuste general del modelo obtenidaal considerar las variables de percepción subjetiva–campo y control visual– en lugar de las variablesobjetivas, a pesar de que el número de atributos pasade siete a sólo dos; esto indica que efectivamenteexiste gran variabilidad en las lecturas que cada per-sona hace de las mismas imágenes, y en las percep-ciones de ambas variables.

Al considerar cada modelo por separado se pue-de constatar que los test-t se encuentran en nivelesaceptables, salvo el asociado a la presencia de árbolesen el modelo MNL1 cuya significancia es baja. Lavariable se mantuvo en el modelo por dos razones:(i) al sacar este atributo el ajuste cayó y la significanciadel resto de las variables también se vio afectada (in-cluso algunas cambiaron de signo2); (ii) y más im-portante, el signo del atributo es coherente con elmarco teórico, como veremos más adelante.

La especificación de la transparencia de las rejascomo dos variables binarias, representa adecuada-mente los distintos efectos asociados a este atributoque, además de variar en su nivel de transparencia,tenía asociadas diversas connotaciones tales como lasensación de caminar por la parte trasera de las casas(en el caso de las panderetas), o la sensación de cami-nar por un barrio bien cuidado y de mayor estatussocial (en el caso de las rejas semi-transparentes cu-biertas de ligustrinas).

3.2.2. Análisis de los resultados del primermodelo

En este estudio no se planteó un modelo micro-económico que permitiera refutar teóricamente losresultados obtenidos. La encuesta pretendía funda-mentalmente entregar luces sobre las direcciones que

toman las percepciones de seguridad en relación aun contexto espacial. Por este motivo, la revisión delos signos de los parámetros de los modelos estima-dos solamente puede ser llevada a cabo bajo las su-posiciones a priori que se tenían sobre su posibleincidencia, y que corresponden a los criterios usadospara construir las imágenes de la encuesta. En estesentido, es reconfortante encontrar que la estima-ción entregó signos negativos para las variables trans-parencia de rejas y curvatura de la calle, indicandoque –de acuerdo al modelo– efectivamente las per-sonas se sentirían menos seguras frente a rejas menostransparentes y frente a calles curvas que no permi-ten controlar lo que ocurre dos cuadras más adelan-te. De la misma manera, se obtuvo parámetros posi-tivos, y por ende coherentes con una mayor sensa-ción de seguridad, para la presencia de personas, deun kiosco y de una calle con intersección3.

El único caso en que no se ratificaron los postula-dos a priori sobre el signo fue para la presencia deárboles, cuyo parámetro resultó poco significativo (eincluso positivo en algunas instancias del modelo). Laexplicación para esto puede encontrarse en las imáge-nes presentadas en la encuesta; las entrevistas pilotoya habían sugerido que la representación de los árbo-les tenía un efecto estético y no uno de restricción delcampo visual (o de posibilitar el escondite de un po-tencial delincuente), ya que eran muy delgados. Sibien en la versión final de la encuesta los árboles seengrosaron a más del doble de su ancho original, estoparece no haber sido suficiente y el efecto final quetuvo la presencia de árboles en el diseño se recibió, almenos en parte, como uno de carácter estético: mayorcuidado y estatus en el barrio hipotético y, por ende,generó una mayor sensación de seguridad. Por lo tan-to, en base al modelo estimado, sólo se puede concluirque no hay una preferencia clara respecto al efecto delos árboles sobre la percepción de seguridad; notarque este resultado invalida ciertas decisiones de políti-ca de gestión urbana que han tomado posicionesintuitivas al respecto.

A pesar de que los parámetros del modelo repre-sentan las utilidades marginales de cada atributo, en

2 El lector interesado en mayores detalles respecto a lamodelación puede consultar a Sillano (2003).

3 Muchos encuestados indicaron que la presencia deuna intersección les daba una posibilidad de escapar en elcaso de algún incidente criminal. Este comentario fue reali-zado incluso por adultos mayores.

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este caso no tienen una adecuada interpretación entérminos absolutos. Sin embargo, las razones entreparámetros constituyen valores con sentido real (estoes, en cuanto se valora el cambio en un atributo enrelación a otro). En la Tabla 3 se muestra la matriz derazones de cada parámetro con relación al resto, parael modelo MNL1. Se excluyó el parámetro asociadoa la presencia de árboles, ya que al ser 'virtualmente'igual a cero produce razones con valores extremos(excesivamente altos si está en el denominador eirrealmente cercanos a cero cuando está en el nume-rador).

Las razones presentadas en la Tabla 3 son equi-valentes a las tasas marginales de sustitución (en tér-minos microeconómicos), y se pueden interpretarmás fácilmente mediante un ejemplo. Si θκ y θΡ sonlos parámetros asociados a la presencia de un kioscoy de personas respectivamente, entonces la razónθΡ/θκ tiene por unidades (nº de kioscos/ tres perso-nas) y corresponde a la cantidad del atributo "kios-co" que sería necesario introducir (o sacar, en el casode razones negativas), para compensar la salida detres personas4 de la imagen, manteniendo el mismonivel de seguridad (o inseguridad). Visto desde otropunto de vista, de acuerdo al modelo la presencia de1,3 kioscos tendría un efecto idéntico al de tres per-sonas en la calle, en términos de seguridad. Para ejem-

plificar el caso de razones negativas, observemos larazón entre curvatura y kiosco. En este caso sicurvamos una calle (disminuyendo la sensación deseguridad), para mantener el nivel de seguridad per-cibido sería necesario agregar un kiosco (0,99).

Para analizar esta matriz es importante recordarque todas las variables son mudas y representan cam-bios discretos en los atributos que representan. Porejemplo, la variable asociada a la presencia de perso-nas involucra diferencias de tres personas en el atri-buto. Sin embargo, como esta es una relación devalores discretos no se debe aplicar estos valores encomparaciones de mayor magnitud (por ejemplo,sería aventurado multiplicar por tres las razones deeste parámetro para estimar los valores equivalentes aincluir nueve personas más en el contexto). Esto sedebe principalmente a que la función de utilidad/seguridad real no es lineal, y al aproximarla por unaestructura lineal, sólo logramos una buena represen-tación de los valores en las cercanías del punto defi-nido por el vector de atributos.

En el caso de la transparencia de rejas, la inter-pretación se facilita gracias a la incorporación de va-riables mudas que permiten representar la no-linealidad de los efectos del nivel de transparencia.Comentarios de los entrevistados hicieron notar queademás de considerar la falta de visibilidad debida arejas más opacas, cada nivel tenía asociados efectosadicionales relacionados con las características delbarrio que se derivaban de la configuración presen-tada. Por ejemplo, las panderetas podían dar la im-presión de ir caminando por la parte posterior de las

Tabla 3. Razones de parámetros en el MNL1(*)

Nota. (*) En cada celda los valores presentados corresponden a la razón entre el coeficiente de la variable de la fila divididapor el coeficiente de la variable de la columna; las celdas vacías contienen obviamente los valores inversos.

4 La variable presencia de personas tenía como niveles lapresencia de tres personas en la calle, o la total ausencia deellas; por lo tanto, los cambios deben ser considerados enestas magnitudes. Este punto se extiende al resto de lasvariables.

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Cuantificando la percepción de inseguridad ciudadana en barrios de escasos recursos

casas; y las ligustrinas (reja semi-transparente) dar laimpresión de un barrio mejor cuidado.

Finalmente, se desea destacar los resultados demodelar segmentando la muestra por grupos de edad.Como muestra la Figura 4, las prioridades de losjóvenes menores de 20 parecen ser prácticamenteinversas que las de los otros tres grupos de edad; estoes, lo que es seguro para los jóvenes parece ser inse-guro para los mayores y viceversa.

3.2.3 Análisis de los resultados del segundomodelo

En este caso se tiene una intuición clara del sig-no que debieran tener los parámetros asociados a lasmedidas de control y campo visual, pues la sensa-ción de seguridad se debiera ver incrementada amedida que disminuye el misterio de un entorno;esto es, al tener mayor conocimiento personal de loque ocurre alrededor (o que otros vecinos lo tengan).Así, en la estimación del MNL2 (Tabla 2), ambosparámetros debieran ser positivos; es decir, la per-cepción de un campo visual más amplio y de unmayor control visual debieran influir en forma posi-tiva, aumentando la sensación de seguridad.

La estimación permitió constatar que, ademásde tener signo correcto, ambos parámetros eran alta-mente significativos. Esto, junto a la extraordinariamejoría en el ajuste general del modelo, llevó a sos-

pechar que pudiese haber un grado importante decorrelación entre la medición de las variables y larespuesta entregada, ya que los indicadores de con-trol y campo visual también correspondían a res-puestas de los encuestados. Este efecto podría en-tenderse como un "sesgo de afirmación", en que elindividuo intentaba confirmar su elección califican-do control y campo visual de manera sesgada(Ortúzar y Willumsen, 2001). Sin embargo, los aná-lisis de correlación entre la variable de elección y losindicadores de percepción de campo y control vi-sual entregaron valores inferiores a 0,5. Si bien estano es una medida despreciable de correlación, sola-mente califica a las variables como buenosdescriptores de la elección declarada.

Al igual que en el MNL1, aunque cada parámetrocarece de un significado tangible en sí mismo, larazón entre control y campo visual indica que unaumento unitario en la percepción de control visuales equivalente -en términos de aportes a la percep-ción de seguridad- a un aumento de 0,57 unidadesen la percepción de campo visual. En otras palabras,el campo visual influiría 1,76 veces más que el con-trol visual en la sensación de seguridad.

Como se mencionó anteriormente las unidadesde medición de estas variables se asignaron en base auna escala semántica presentada a los encuestados.Por esto, sus variaciones no son medibles en la prác-

Figura 4: Modelos Logit según Estratos de Edad

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Mauricio Sillano, Margarita Greene y Juan de Dios Ortúzar

tica y su razón no se puede interpretar directamente.Sin embargo, como sus escalas son idénticas, es posi-ble compararlas en términos de importancia como seacaba de mostrar. También es posible utilizar estarazón como indicador y relacionarla con variablesespaciales, como una medida de la caracterizaciónque logra el entorno físico sobre las percepciones delas personas (Sillano, 2003).

Problemas de espacio no permiten presentar másmodelos en este artículo, pero es interesante resumiralgunos de los principales resultados obtenidos alestimar modelos logit mixto, que permiten variacio-nes en los gustos (Sillano y Ortúzar, 2005), y alestratificar los resultados de acuerdo a diversas clasesen la población. La Tabla 4 muestra el valor de losparámetros de las variables subjetivas en los diferen-tes estratos formados al cruzar las variables ingreso,edad, educación y conjunto habitacional donde re-side. Si un cruce o estrato no aparece en la tabla,sencillamente significa que la percepción de la varia-ble no era afectada en ese estrato.

A medida que disminuye el ingreso aumenta laponderación del campo visual; es decir, las personasde menor ingreso le otorgan mayor importancia, perose debe notar que las diferencias entre estratos deingreso son pequeñas (prácticamente el total de lamuestra pertenece al estrato medio-bajo; menos de9% reportó ingresos sobre $500.000).

Resulta de interés el hecho que los pobladoresde La Valleja asignen menor importancia al campo

visual que los habitantes del resto de las villas. Ellopuede relacionarse con su característica de estar con-formada por edificaciones de dos pisos en paralelomuy cerca unas de otras, con accesos por pasillosangostos que balconean sobre el espacio público. Elresultado sugiere que los habitantes de La Valleja sehan acostumbrado a su entorno, y no valoran laamplitud visual que gozan tanto como los habitan-tes de las demás villas5.

Los resultados para control visual apuntan enotra dirección. Las variables socioeconómicas quecondicionan las percepciones son la educación y laedad. Esto se puede deber a la complejidad de lapregunta sobre cada imagen en la encuesta; de he-cho, la pregunta sobre esta variable resultó más com-pleja que la pregunta sobre campo visual, debido ala dificultad de asimilar el concepto de "ser observa-do". A la luz de esto, es posible ofrecer dos explica-ciones para el hecho que las personas con mayoreducación otorguen mayor importancia al controlvisual. La primera es que ellas sean más capaces deasimilar el concepto de "vigilancia natural" que sepretendió presentar en la encuesta; así, esto indicaríaque estas personas entregan el valor 'real' del

Tabla 4: Heterogeneidad en variables de percepción subjetiva

5 Este resultado es coherente con Greene y Ortúzar(2002), quienes llevaron a cabo un ejercicio similar al pre-sentado pero enfocado a medir la valoración subjetiva de losatributos de la vivienda social. Uno de los resultados prin-cipales fue que las personas valoran aproximadamente eldoble los atributos que no tienen y la mitad los que yatienen.

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Cuantificando la percepción de inseguridad ciudadana en barrios de escasos recursos

parámetro buscado, y que las diferencias entre seg-mentos de educación no se deben a distintas per-cepciones de la variable, sino que a distintas inter-pretaciones de la pregunta: una correcta y otra no.

Ahora, si suponemos que toda la muestra com-prendió cabalmente la pregunta, la segunda expli-cación considera que las personas con menos educa-ción otorgan menor importancia al hecho de ser vi-gilados u observados, que la gente con más educa-ción, implicando que mayor educación se relacionacon mayor conciencia de las posibilidades de peligroreal y de sus fuentes. En otras palabras, una personacon educación secundaria o superior tendría mayorconciencia de la potencial existencia de un peligroindependiente de la vigilancia natural del lugar; estaconclusión se refuerza con comentarios de los entre-vistados, que insistieron en que no importaba mu-cho si alguien observaba un ataque criminal, puesprobablemente no haría algo al respecto.

La estratificación por edad presenta un efectointeresante debido a su no-linealidad: los estratos demenor edad (de 0 a 30) tienen una percepción delcontrol visual menor que la de los adultos entre 30 y60 años; sin embargo, los adultos mayores de 60años también dan menos importancia a la vigilancianatural que los adultos. Si bien se entiende que laspersonas más jóvenes tengan menos miedo a estar enzonas con menor vigilancia natural que las personasmayores, es interesante que los adultos mayores tam-bién ponderen el control visual en menor medida.Aunque este valor no es tan bajo como el de laspersonas más jóvenes, puede indicar que las perso-nas de mayor edad tienen una menor conciencia dela vigilancia natural en espacios públicos.

Finalmente, se hizo un completo análisis de laponderación relativa de los atributos espaciales deacuerdo a su pertenencia a los estratos anteriores(Sillano, 2003); en general todo los resultados obte-nidos fueron coherentes, lo que refuerza la calidaddel enfoque y su aplicabilidad al análisis de políticasespecíficas para contextos diferentes.

4. Conclusiones

Este trabajo presenta resultados de una investi-gación que propone y aplica una nueva metodolo-gía para la medición y análisis de la percepción deseguridad ciudadana y su relación con variables es-

paciales. Mediante grupos focales, primeramente secorroboró la importancia de una serie de atributosespaciales que han sido identificados o propuestosen la literatura. Luego, el enfoque utilizó informa-ción de preferencias declaradas para estimar mode-los de elección discreta que permitieron estimar laimportancia relativa (utilidad marginal) de cada atri-buto. Por otro lado, en base a los postulados de laSintaxis Espacial y CPTED, se fundamentó la defi-nición de dos variables de percepción subjetiva, con-trol y campo visual, de las cuales depende la sensa-ción de seguridad; se encontró que estas variablesestaban relacionadas con conceptos abstractos (vigi-lancia natural) y concretos (líneas de visión).

La encuesta de preferencias se implementó enbarrios de escasos recursos de la comuna de Recoleta,y se basó en un juego de imágenes que conformabanalternativas de elección. Se prestó especial atención ala construcción de las imágenes; además, experien-cias piloto y grupos focales dieron importantes lucessobre el impacto que tenían los distintos atributosrepresentados en las imágenes sobre la percepciónde seguridad general, permitiendo balancearlas ade-cuadamente. En general los resultados de esta laborde diseño fueron ampliamente satisfactorios, salvoen el caso de la variable presencia de árboles; en efec-to, en lugar de entorpecer el campo visual de laspersonas los árboles fueron percibidosmayoritariamente como un efecto estético decorati-vo asociado a la impresión de un barrio con mejorstatus (y, por ende, más seguro).

Se estimaron dos tipos de modelos obteniéndoseresultados consistentes con lo esperado, excepto enel caso de los árboles. En el primer tipo, basado en lasvariables espaciales, destaca la especial importanciaque tiene la variable transparencia de rejas en la per-cepción de seguridad; en particular, sobresale el efectode las panderetas como fuente importante de inse-guridad. Dado que los valores de los parámetros es-timados no tienen una interpretación precisa en larealidad, se calculó una matriz de razones deparámetros que permite ver más claramente la im-portancia relativa de cada variable respecto a las res-tantes. Estas razones pueden ser de utilidad para eldiseño de espacios urbanos, ya que sugieren las can-tidades de un atributo que pueden reemplazar lapérdida (o aumento) de otro, manteniendo establela sensación de seguridad general. Una estratifica-

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Mauricio Sillano, Margarita Greene y Juan de Dios Ortúzar

ción por edad permitió verificar que, de acuerdo anuestros datos, las percepciones de los jóvenes me-nores de 20 años diferían radicalmente de las delresto de las personas, lo que debería ser tomado encuenta en el diseño y evaluación de políticas de pre-vención del crimen.

El segundo tipo de modelos se basó en las varia-bles de percepción subjetiva ya mencionadas. Sedescubrió que, en general, las personas valoraban elcampo visual (que es una medida relativa a cadapersona) casi dos veces más que el control visual (quecorresponde al nivel de vigilancia natural percibida),en términos de aporte a la sensación de seguridad. Sibien la magnitud de la razón no se conocía antes deeste estudio, se esperaba que el campo visual tuvieramayor importancia que el control visual.

Finalmente, se estimó una serie de modelosestratificando la muestra de acuerdo a ingreso, edad,sexo y conjunto habitacional al que pertenecía elpoblador. En todos los casos se encontraron resulta-dos coherentes, en el sentido de dar lugar a percep-ciones de la seguridad con una variación esperable.Así, una notable ventaja de este enfoque es que nosólo permite confirmar o refutar lo esperadointuitivamente, sino que entrega magnitudes; estoes, permite saber cuánto más importante es determi-nado atributo que otro, lo que tiene una enormeimportancia en la definición de políticas.

Los modelos estimados en ambos casos puedenconstituirse en la base de una herramienta que per-mita evaluar intervenciones urbanas desde el puntode vista de la sensación de seguridad; permiten, apartir de datos objetivos y mensurables, derivar va-loraciones subjetivas e índices de percepción de se-guridad. Ello posibilita avanzar en el campo de laprevención situacional señalada como una de las áreascentrales de intervención para mejorar la seguridadciudadana (Dammert y Paulson, 2005).

En particular, el uso de herramientas de esta na-turaleza en la conceptualización, diseño y evalua-ción de políticas de diseño urbano, debiera contri-buir a diseñar y llevar a cabo mejores intervencionesen el espacio público, aumentando no sólo la sensa-ción de, sino que también la seguridad de los habi-tantes urbanos.

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