Identidad; su definición e implicaciones

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Identidad; su definición e implicaciones. Omar Alexis Montero Casallas La identidad en su significación y conceptualización agrupa, desde experiencias hasta teorías en las cuales se delimitan unas características al igual que unas condiciones para su ejercicio y sustantividad. Una historia, unas prácticas, ideas, criterios y/o patrones de vida, los cuales se asumen, adoptan o constituyen, siendo la consolidación de los anteriores una forma de principios, tradiciones o prácticas, sistemas de valores, simbologías, dentro de la cultura, grupos sociales, o territorio que los define y enmarca, en un determinado espacio-tiempo, a unos individuos, sujetos en la sociedad o lo social. Se nota, cómo a la configuración de la identidad corresponde la identificación de unas formas de vida de los individuos y las comunidades, los cuales detentan unas prácticas y comportamientos diferentes a otros, los que por alteridad logran reconocimiento propio y de los otros. Los modos diferentes de vida, recrean y limitan las relaciones posibles, tanto por crecimiento y amplitud de criterios de vida cuando se “convive” y reconoce a los otros, pensando ellos como seres iguales, también en construcción con otras formas de comprensión sobre lo social. Y se limitan cuando se reduce a los otros a ser contrincantes, relacionándose sólo por competencia sin que se reconozcan, el escenario social entonces se convierte en un campo de resistencia. Haciendo de la relación con los otros una serie de conflictivos encuentros –disensos-, donde no hay reconocimiento, son los otros así, agresores de las demás prácticas de vida, intereses y fines, simplemente por diferir de los suyos. La identidad es también una fuente inagotable de recursos e instituciones, que representan, significan o simbolizan aquello que se es, se ha construido o se está

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Identidad; su definición e implicaciones.

Omar Alexis Montero Casallas

La identidad en su significación y conceptualización agrupa, desde experiencias

hasta teorías en las cuales se delimitan unas características al igual que unas

condiciones para su ejercicio y sustantividad. Una historia, unas prácticas, ideas,

criterios y/o patrones de vida, los cuales se asumen, adoptan o constituyen, siendo

la consolidación de los anteriores una forma de principios, tradiciones o prácticas,

sistemas de valores, simbologías, dentro de la cultura, grupos sociales, o territorio

que los define y enmarca, en un determinado espacio-tiempo, a unos individuos,

sujetos en la sociedad o lo social.

Se nota, cómo a la configuración de la identidad corresponde la identificación de

unas formas de vida de los individuos y las comunidades, los cuales detentan

unas prácticas y comportamientos diferentes a otros, los que por alteridad logran

reconocimiento propio y de los otros. Los modos diferentes de vida, recrean y

limitan las relaciones posibles, tanto por crecimiento y amplitud de criterios de vida

cuando se “convive” y reconoce a los otros, pensando ellos como seres iguales,

también en construcción con otras formas de comprensión sobre lo social.

Y se limitan cuando se reduce a los otros a ser contrincantes, relacionándose sólo

por competencia sin que se reconozcan, el escenario social entonces se convierte

en un campo de resistencia. Haciendo de la relación con los otros una serie de

conflictivos encuentros –disensos-, donde no hay reconocimiento, son los otros

así, agresores de las demás prácticas de vida, intereses y fines, simplemente por

diferir de los suyos.

La identidad es también una fuente inagotable de recursos e instituciones, que

representan, significan o simbolizan aquello que se es, se ha construido o se está

siendo, por ejemplo la constitución de grupos sociales con afinidades

cosmovisivas, por razones territoriales, organizativas, que se convierten en un

proyecto sobre el que se agrupan –asocian- individuos o más grupos sociales,

configurándose un orden social y una comprensión de la sociedad. Podemos

decir, lenguaje, nación, cultura.

Lo que da lugar a causas y efectos de la identidad, en el marco de un proyecto

social “común” en tanto expresan condiciones de igualdad y libertad, explicando la

necesidad de ser reconocidos como diferenciados, teniendo en cuenta, unos

mínimos fundamentales que respalden tal empeño. Porque todos poseen el

derecho de ser lo que quieran ser, mientras sus condiciones no afecten

negativamente el resto de la sociedad, sin embargo, para lograr tal fin se hace

pertinente obligar, otorgar, unos valores y normas, derechos y deberes, en tanto

esa posibilidad de escoger qué ser y cómo serlo, se hace fuente de conflicto tan

social como político, a razón de ser el espacio público donde se juegan y plantean

éstos intereses, empezando a primar unos sobre otros - por juego de poderes-,

cada uno de éstos juzgando a las otras formas de vida, desde uno y otro lado,

pretendiendo superponerse una sobre otra.

Es preciso entonces, anotar que la configuración y fuentes relacionadas con la

construcción de la identidad, y todo a su alrededor, en la modernidad, hace notar

la formación de identidades colectivas y adquieren lugar en la escena política

pública, sosteniendo un nivel o grado de poder, (inclusión, reivindicación de los

mismo dentro del (los) grupo(s) social(es) dentro de los cuales están insertos). Sin

que la importancia de la identidad relacionada con el yo, y la subjetividad pierda su

valor propio, pues en esto se basa el liberalismo, en el individualismo.

Ahora bien, gracias a la idea de libertad y sobre todo de igualdad, apareciendo la

condición de dignidad de los hombres, y la categoría de persona y ciudadano, se

hace urgente la necesidad de reconocimiento (diferente de su tiempo precedente

cuando la necesidad era sólo de honor), lo cual claro, trae consigo varios

conflictos.

Cada una de estas comunidades, sostiene relaciones de intercambio, socializan y

se complementan así, unas en otras, por su interacción común en varias escenas

de la cotidianidad, sin que esto termine, o mejor tenga como consecuencia

reconocimiento de unas sobre otras. Para la identidad individual en cambio,

existen unas garantías, como la libertad de expresión, el derecho de elección, por

su característica meramente humana, racionalidad, en las cuales se basa el

desarrollo del liberalismo, proyecto político – económico actual de muchas

sociedades. Lo cual hace que para que las comunidades sean reconocidas, y sus

proyectos de vida respetados en la diferencia, se deban pelear tales derechos y o

posibilidades, al grado de exigirlos.

“La modernidad, sobre todo, pone en circulación identidades colectivas y en esto

no se diferencia mucho de los tiempos precedentes, tal vez sólo en la sofisticación

de esas identidades colectivas y en la profundización en la conciencia de

pertenencia al grupo, de ser o llegar a ser” 1

“Toda la modernidad puede ser estudiada desde la óptica de las políticas de la

identidad, parece que el desarrollo específico de una serie de movimientos

sociales que inciden sobremanera, y de forma casi exclusiva, en la idea de la

afirmación de su identidad (que, obviamente, es vivida como identidad negada por

los otros)” 2

1.1 Etapas y recursos de la identidad

A grosso modo la identidad se ha visto referida en la antigüedad con el lugar que

cada individuo ocupa dentro del todo social, polis, nación, comunidad, o imperio, y

en las relaciones económicas que entre éstos se entablara. Años más tarde, y

bajo la condición de la Estatalización de los países, bajos los supuesto de la

Revolución Francesa igualdad, libertad, fraternidad, y el humanismo, en

escenarios de lucha por igualdad, fraternidad y libertad. La identidad se da lugar, y

1 SÁNCHEZ MORENO; Jesús Ángel. Apuntes sobre las políticas de la identidad y el

multiculturalismo. Art. Situando las políticas de la identidad. Pág. 1 2 Ibid. Pág. 3

adquiere sustantividad, es conceptualizada y relacionada con las nociones de

libertad, dignidad, respeto, un poco más adelante con valores como la tolerancia,

la convivencia, para borrar las fronteras murales, y buscar tanto integración como

inclusión.

Dentro de las sociedades, polis, comunidades de la edad antigua es característico

ver grupos demarcados por oficios, por el lugar ocupado por la organización

territorial, económica, social, de la misma manera que, por el estatus dado por la

nobleza y dentro del imperio, por ejemplo militares, consejeros, artesanos.

Lugares y espacios que eran dados por herencia, legado, tradición y

otorgamientos de nobles. Tal división de oficios que se hace pertinente por la las

necesidades que genera el Estado, y se ven solventadas por las diferentes

habilidades de sus individuos.

“La división de funciones se basa en la diferencia de aptitudes, y las tres clases se

basan en el hecho de que existen tres especies de hombres: los que son por

naturaleza aptos para el trabajo, pero no para el gobierno, los que son aptos para

gobernar pero solo bajo el control y la dirección de otros, y por último los que son

aptos para los más altos deberes del hombre re Estado, tales como la elección

última de medios y fines. Éstas tres aptitudes implican en el aspecto psicológico

tres facultades o almas vitales, a saber la que incluye las facultades apetitivas y

nutritivas, que Paltón supone residen más abajo del diafragma, la ejecutiva o

valerosa, que para Platón se encuentra en el pecho y, la que conoce o piensa, el

alma racional, situada en la cabeza.” 3

Cada quien en cada lugar, desempeñando cada función dentro del todo social,

que a su vez es la idea de justicia que refiere, Platón en su libro La República,

luego de una larga discusión acerca de la compresión de la misma, siendo ésta,

“que cada quien, ocupe su lugar en el Estado”. Dicho de otra manera: “La Ciudad

perfecta, pues, es aquella en la que predominan la templanza en la primera clase

social, la fortaleza y el valor en la segunda y la sabiduría en la tercera. La justicia,

3ANTÍSERI, Darío – REALE, Giovanni. Historia de la filosofía 1. Filosofía pagana antigua. Ed. San Pablo.

Pág. 245

no es otra cosa que la armonía que se establece entre éstas virtudes, cuando

cada ciudadano y cada clase social atienden a la función que les es propia del

mejor modo posible y hacen lo que están llamados a hacer, por naturaleza y leyes,

entonces se realiza la perfecta justicia” 4

Éste lugar, está vinculado con unas disposiciones naturales, determinarán en los

hombres sus talentos y así funciones, lo anterior, descrito por Sócrates y sus

interlocutados en el libro tercero de La República, escrito por Platón, argumenta la

trasmigración de las almas. Explicado en el Mito de las Razas, que define la

jerarquización del Estado, según los diferentes tipos de almas, las de oro, que son

las del nivel superior, correspondientes a los gobernantes de la polis, quienes

serán educados en la más rigurosa justicia, ellos son poseedores de la sabiduría,

los sabios, los filósofos, así encargados de la manejo del Estado. Las de plata,

perteneciente a los guardianes del Estado, quienes están encargados de de

defender al Estado, a ellos se les educa el cuerpo, y su mayor virtud será el valor;

y la tercera, la de hierro, quienes son la forma económica y el fundamento de la

polis, caracterizados por la templanza. O bien, la división social de las Ciudades-

Estado, las cuales comprendían tres clases sociales, política y jurídicamente

distintas.

“Así, en el grado más bajo de la escala social, se encontraban los esclavos, pues

la esclavitud era una institución en el mundo antiguo. Acaso una tercera parte de

los habitantes de Atenas eran esclavos. En consecuencia, la institución de la

esclavitud era característica de la economía de la ciudad-Estado. Es cierto que los

esclavos no contaban políticamente en la ciudad-Estado.” 5 “El segundo grupo

importante en una ciudad-Estado griega se componía de los extranjeros residentes o

metecos. El meteco, como el esclavo, no tomaba parte en la vida política de la ciudad,

aunque era un hombre libre y su exclusión no implicaba una discriminación sobre él.

Finalmente, encontramos el cuerpo de ciudadanos, o sea quienes eran miembros de la

polis y tenían derecho a tomar parte de su vida pública. Éste era un privilegio que se

4SABINE, George H. Historia de la teoría política. Ed Fondo de Cultura Económica México. 2006. Pág. 42 5 Ibid. Pág. 31

obtenía por nacimiento, pues el griego seguía siendo ciudadano de la polis a la que

pertenecían sus padres.“6

Se supone, eso contribuía tanto en progreso como en cada proyecto de la misma,

logrando armonía, los únicos reconocimientos otorgados se daban sólo por honor

o nobleza, ésta clase privilegiada poseía poder militar y poder por sus riqueza, lo

que se acompañaba de una religión. Por ejemplo, en Grecia y especialmente en la

República de Roma, seguía siendo aristócrata, las clases patricias ejercían gran

poder e influencia política. Sin embargo, en la Roma imperial el carácter militar fue

menguando y dio lugar a una nobleza terrateniente.

Luego en el siglo XVII, con la nueva forma de organización social, un poco menos

patriarcal y más laica, a fuerza de las luchas y rupturas dadas, se categoriza el

concepto de la identidad como tal, definiendo una axiología propia, y unos

principios más sólidos en general, descubriendo las capacidades y opciones

diferentes de organización y participación dentro de lo social.

Luego, bajo el lema de la Revolución Francesa, pasando por la ilustración,

igualdad, libertad, fraternidad, la idea de identidad y reconocimiento cobra mayor

fuerza, y unas formas de socialización del mismo proyecto se da lugar, es decir se

generan nuevas formas de participación y manejo social, así como a sostenerse

otras formas de intercambio, donde las relaciones sociales empiezan a ser menos

verticales, sosteniendo proyectos dialécticos de construcción y contribución social

Ahora bien: En la modernidad, entre otras cosas, se identifica la identidad como lo

que se construye, como lo que se llega a ser, más que como lo que ya se es,

mostrando como éste proyecto, como un ente que fluctúa en una infinidad de

posibilidades según lo que cada cual decide ser, lo cual responde al ejercicio de la

libertad, y capacidad de elección, según la razón y las múltiples variantes que

influyen en esta posibilidad. En las metrópolis nadie es solo un alguien por sí, lo

son, por el reconocimiento de los otros y una suerte de decisión por la idea de

libertad e igualdad, se resuelve pensar y construir unos patrones de vida e ideas

según un grupo social o asociación. Ésta nueva idealidad de identidad juega con

6 Ibid. Pág. 32

la idea de su movilidad, dentro de un sistema que se define por relaciones de

poder que acaba confiriendo, conformando a su vez otras identidades de las

personas en función de su rol, y su situación en el juego de relaciones.

Se puede pensar que la modernidad re-crea la identidad, y le crea nuevos

asideros y más sistemas, construyendo todo un entramado de instituciones y

técnicas que la hacen posible como proyecto, proyecto que es en él tiempo.

La identidad entonces, es lo que uno es y que lo diferencia de los demás.

Individualidad más identidad se hacen próximos, pero al mismo tiempo empieza a

limitarse éste concepto, en lo subjetivo, como la forma de vida del sujeto que

adquiere rostro, nombre, cualidades, obligaciones y derechos.

Aparecen entonces, términos como ciudadano y ciudadana que encarnan otro tipo

de identidad y trascienden el marco individual y se asoman al terreno de lo

colectivo; los nacionalismos con sus identidades de sangre y tradición, las

identidades de clase, un perfeccionamiento técnico de las antiguas solidaridades

estamentales

Ahora bien, la modernidad permite estudiar las muchas políticas de la identidad, a

saber las revoluciones burguesas, lo mismo que los nacionalismos y el desarrollo

de la conciencia femenina o de la conciencia de clase proletaria, igual aparece la

incidencia de varios movimientos sociales de manera casi exclusiva, en la idea de

la afirmación de su identidad, a las cuales les precede una cierta negación

histórica como una inclinación a superponer su nombre en el escenario de lo

público

1.2 Problemas, relaciones y estatus referidos a la identidad

Requerimientos, demandas, exigencias, luchas y disputas en escenarios públicos

y privados han rodeado a la identidad, de la misma manera que le han agregado a

su construcción y comprensión social una carga axiológica, institucionalizando y

politizando su desarrollo y progreso, de igual manera ha ampliado las relaciones y

vínculos que la misma ha generado, construyendo un entramando social. Para

lograr una mejor compresión de éstos, pensaremos la identidad en relación con

reivindicaciones sociales, el multiculturalismo, la discriminación negativa y positiva,

referida a elementos como la cultura y determinados grupos sociales en general,

de igual manera comprendiendo valores como tolerancia, dignidad y convivencia.

Las reivindicaciones sociales, se han determinado y se exigen por grupos sociales

minoritarios, a los cuales les han sido violentados o marginados sus derechos,

éstas se logran por dos vías, de derecho, y de hecho. Las primeras abarcan los

recursos jurídicos por medio de los cuales los ciudadanos pueden expresarse, y

exigir sus derechos, gracias a un conjunto de normas que se soportan en una

constitución o legislación; Las vías de hecho sostienen las luchas y los conflictos

que generan los grupos minoritarios cuando no siendo atendidas sus solicitudes,

generan dinámicas de acción diferentes, como huelgas, paros, y/o

enfrentamientos físicos.

La relación con el multiculturalismo muestra la existencia y coexistencia de más

grupos y comunidades susceptibles de derechos y obligaciones, en un mismo

espacio donde es ineludible la interacción entre los mismos. Lo cual determina u

obliga la constitución de unas políticas normativas, que permita tal coexistencia y

su prosperidad, donde es preciso se promueva y el reconocimiento de los otros,

de tal modo que haya respeto por esa diversidad cultural. El multiculturalismo

motiva políticas públicas que permitan el progreso de la sociedad en conjunto y

que las partes de la misma puedan coexistir armónicamente, logrado por el

reconocimiento institucional de unas comunidades por las otras, y viceversa.

Dicho reconocimiento dado por el Estado y/o sistema político, y de la sociedad a

cada grupo minoritario, sector social, o comunidad organizada, propone o mejor

ejerce una forma de discriminación, la cual es dada de forma negativa y positiva.

Positiva cuando se hace una deferencia social sobre un determinado grupo social,

institucionalizándole unos derechos y espacios privilegiados, sobre el resto del

todo social, y la discriminación se hace negativa cuando éste grupo social o

grupos social son señalizados o minimizados, tanto por el Estado como por la

sociedad en general, a saber, la negación de éstos, juzgando o demeritando sus

prácticas de vida, irrespetando sus ideales, o intereses de vida, así como la

obstaculización a su(s) fin(es) de vida.

Ahora bien, la cultura de cada comunidad representa su identidad, su proceso

social y político, ésta será considerada como un conjunto de rasgos distintivos,

espirituales, materiales, afectivos, que caracterizan a una sociedad o grupo social

en un período determinado, éste abarca modos de vida, arte, invenciones,

sistemas de valores, derechos fundamentales del ser humano, tradiciones. A

través ésta el hombre se expresa, tomando conciencia de sí mismo, buscando

nuevos significados y creando y recreando obras que le trascienden.

Axiología pertinente, que refiere la identidad, está vinculada con la exigencia

misma de la aplicación de los derechos y su desarrollo a saber, respeto, dignidad

y tolerancia, los que podemos definir dentro de las teorías de autores como

Charles Taylor, Will Kimlycka y Giovanni Sartori.

En Taylor, el “reconocimiento” necesario es pensado como un simple espejismo, o

peor como una continua agresión, a saber, reconocer a otro, a otros, es entrar en

lid con él, porque no acepto, pero asumo su presencia como competencia, así no

es mi contrario sino mi obstáculo, lo cual es denominado por Charles Taylor como

falso reconocimiento, en cual es pertinente ahondar, a razón de ser una práctica

cotidiana de nuestras sociedades, como también por mostrar la negación

automática que sugiere su ejercicio a la identidad, y a la dignidad de los grupos

minoritarios, como también por ser una consecuencia de la denominada

reivindicación de éstos grupos por el Estado.

En el falso reconocimiento ser auténtico es ser contrario, y corresponder a lo que

se es, antes que corresponder con los fines de los otros, es justificar que se

juegue al tiro al blanco, posible espejo de discriminación, donde hacer uso de un

derecho que se supone debe ser respetado, -el de la libre expresión y desarrollo-

es exponerse a abusos cometidos contra mí dignidad. No es entonces la alteridad

un recurso de identidad, porque según éste una verificación de mis creencias se

da, al estar en contacto con las de otros y re-conocer las suyas, peor realmente se

lo utiliza para usurpar y juzgar a los demás por sus prácticas de desarrollo y/o

proyectos de vida, diferentes a los míos.

Lo anterior recrea algunas disputas sobre el ordenamiento y dirección del Estado,

ya que aquí se juegan diferentes proyectos de vida, y se plantea la idea del uso de

la razón pública, tanto la permanencia de costumbres, una vida digna, como su

respeto y la tolerancia de unas sobre otras. En una dinámica que debe ampliar las

cosmovisiones y las cosmologías sobre las que se soportan las diferentes

prácticas y creencias, que deben participar en el total del Estado sin que haya

discriminación u olvido de éstos grupos conocidos como minorías, lo que ha

generado nuevos planteamientos que políticos contemporáneos han desarrollado

gracias a la agitada discusión en la conformación de las sociedades actuales, por

su forma de gobernabilidad, y los asuntos internos que cada grupo defiende según

su proveniencia.

Will Kymlikca precisa desarrollar algunas razones por las cuales se formula el

proyecto de una Ciudadanía Multicultural, dando forma al desarrollo sobre el que

proporciona apreciaciones que nos acercan a la dilucidación del problema de las

Sociedades Actuales a razón de su heterogeneidad, que tienen lugar en diferentes

espacio-tiempos, afectándose el desarrollo de su identidad y particularidad, para

concretar una propuesta de Políticas de Reconocimiento donde se recrean una

mejoras en la condición de dichas sociedades, lo que permitirá la estructura de

“una suerte de consideraciones” sobre la afectación de dicho problema en el

territorio nacional según mi criterio acerca de éste. En la búsqueda de una mejor

conformación y tratamiento, casi en un planteamiento utópico.

Kimlyka cuando propone dos modelos de diversidad, que sustentan unas causas

de las condiciones del conflicto multicultural actual, por que dichas condiciones

son las gestantes de la diversidad cultural, de igual manera expresa las relaciones

que se soportan y las afectaciones de las partes en juego. A saber éstos son: Las

Minorías Nacionales y La Inmigración individual y familiar. La primera forma son

Las Minorías Nacionales su forma de ordenación social tiene en primer lugar la

propiedad o pertenencia territorial, lo que deriva unos modos de vida

desarrollados. Las cuales por alteridad se reconocen, tanto por intercambio

comercial como por intercambio cultural, y refuerzan ambas partes su propia

identidad. Cada agrupación se denominará nación (agrupaciones sociales por

lenguaje, costumbres, tradiciones) con autodeterminación y gobernabilidad tan

independientes como particulares, que debieran gozar tanto de derechos como

garantías para su desarrollo y conservación plenas, en una existencia digna. Que

dan lugar a los Estados Multinacionales los que se caracterizan por la

coexistencia de varias naciones7 en un mismo territorio. Las cuales tienen

antigüedad territorial que se ha permeado y en su defecto modificada por las

practicas del Estado mayoritario, que termina absorbiéndolas, haciendo que sus

afinidades, afectos y estructura sociológica cambien de forma aunque no de fondo,

el fin de las mismas termina siendo su conservación y supervivencia.

La segunda Inmigración individual y familiar, la cual parte del principio de

igualdad, que sugiere es justa la extensión en tierras y la movilidad de grupos,

según sean sus necesidades y/o espacios para su desarrollo integral y material.

De la cual podemos establecer los Estados “poli-étnicos caracterizados por la

llegada de inmigrantes, que con su llegada establecen diferentes formas de vida, y

cambian poco o mucho la existente y de alguna el statu quo establecido, en

general a éstos inmigrantes se les obliga cumplimiento de varias normas, o reglas

para su inclusión social, además de la adaptación de las prácticas locales, sin

embargo sus luchas explican su horizonte, la vinculación socio-política y

económica que permita su desarrollo y estabilidad social.

7 Nación: Significa comunidad histórica. Relacionada con la idea de pueblo o cultura.

Una forma más de diversidad social no tipificada está dentro de las prácticas

sociales, a saber los nacionalismos, los grupos minoritarios que luchan por la

reivindicación de su existencia antes discriminada, podemos ejemplificar las

mujeres, las negritudes, los movimientos sociales, grupos étnicos, característico

de éstos grupos su limbo jurídico e identitario, porque no gozan de proyectos

políticos o son reconocidos como diferenciados, de la misma manera que tampoco

se les concede derechos especiales, pero son grandes números de integrantes,

así como varios los escenarios desde los que pretenden su reconocimiento e

inclusión, además hacen parte de grupos mayoritarios que termina

representándolos.

“Doy por supuesto que la acomodación de las diferencias étnicas y nacionales es

sólo uno de los aspectos de una lucha más amplia para lograr una democracia

más latente e inclusiva” 8

El teórico político Giovanny Sartori, en su texto La Ciudadanía Multicultural

resalta la variedad de formulaciones acerca de la teoría pluralista que se

enmarcan en diversos contextos, históricos y políticos, aduciendo a las

representativas formas de estado y sociedad según las cuales se ha transformado

y concretado la significación y conformación del pluralismo. De la cual

resaltaremos su relación con la tolerancia, ésta como principio que debe

desarrollarse para lograr una convivencia social que garantice estabilidad.

Ahora bien, el pluralismo constituye un tipo específico de estructura social que

contiene en sí misma varias realidades en una convivencia armónica,

caracterizada por la tolerancia y el consenso (sobre un disenso), las cuales se

soportan. En su relación con la tolerancia la idea de pluralismo está implícita en el

progreso de dicho concepto que desarrolla el respeto por la diferencia de “credos”9

y valores que son verdades para un grupo social sin que ello les permita juzgar o

hacer algún señalamiento a quienes no participan de esa creencia, así “quien

tolera tiene creencias y principios propios, los considera verdaderos y, sin

8 KYMLICKA; Will. Ciudadanía Multicultural. Pág. 36 9 Credos: porque la tolerancia con la reforma religiosa que acepta pluralidad de religiones

embargo concede que los otros tengan derecho a cultivar las suyas“10 en el

afianzamiento de un valor que le es propio. Lo que no se debe equiparar con

resignación, que a diferencia de la tolerancia justifica el poder de una de las partes

en escena, ésta explica la reciprocidad de las partes, y anula el dogmatismo, por

lo que podemos expresar qué es intolerable con razones que lo justifiquen.

La tolerancia tiene una gradual aceptación sujeta en la historia a las guerras

religiosas que tuvieron lugar en el siglo XVII, espacio en el que algunos

pensadores para el caso Locke, plantearon la libertad religiosa, y la separación de

La Iglesia y el Estado, lo que sustenta mostrando la ineficacia de la fuerza como

medio para que determinada religión consiga adeptos, indicando que la

presuación y educación son los medios adecuados, quien expresa “la tolerancia

en el sentido de la caridad, la humildad y la buena voluntad hacia toda la

humanidad en general, incluso hacia aquellos que no son cristianos”11

10 Ibid. Página 41 11

Valenzuela Pérez Wilson Alcides. Tolerancia y Liberalismo en la Filosofía de Locke Pág. 3