ESTRUCTURA E INTERACCIÓN. La organización y la resistencia en el aula. El caso de la Escuela...

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UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA CENTRO UNIVERSITARIO DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE ESTADO Y SOCIEDAD DEPARTAMENTO DE ESTUDIOS EN EDUCACIÓN ESTRUCTURA E INTERACCIÓN. La organización y la resistencia en el aula. El caso de la Escuela Preparatoria núm. 7. Universidad de Guadalajara. TESIS QUE PARA OBTENER EL GRADO DE MAESTRO EN INVESTIGACIÓN EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN PRESENTA

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UNIVERSIDAD DE GUADALAJARACENTRO UNIVERSITARIO DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES

DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE ESTADO Y SOCIEDADDEPARTAMENTO DE ESTUDIOS EN EDUCACIÓN

ESTRUCTURA E INTERACCIÓN. La organización y laresistencia en el aula. El caso de la EscuelaPreparatoria núm. 7. Universidad deGuadalajara.

TESISQUE PARA OBTENER EL GRADO DE MAESTRO EN INVESTIGACIÓN EN

CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN

PRESENTA

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GILBERTO RODRÌGUEZ GARCÌA

DIRECTORA DE TESIS: DRA. BARBARA GREYBECK

Agradecimientos

Deseo expresar mi agradecimiento a quienes de alguna manera

me alentaron y me animaron a terminar esta tesis, nombres de

algunos que tal vez quedaran sin mención en esta sección,

pero sabrán que fueron pieza importante en esta empresa.

También deseo agradecer de una manera especial a mi

directora de tesis, a la Dra. Barbara Greybeck Daniels por su

infatigable apoyo e incansable conducción y dirección en una

labor que nos tomo días, meses, años, y que con un trato

humano y una paciencia estoica me dirigió y obsequió su gran

apoyo y comprensión.

Mi reconocimiento para mis profesores y compañeros de la

maestría que también fueron de gran apoyo, para dar

consecusión a esta tarea. A mis lectores que también con una

gran paciencia alentaron este trabajo al Dr. Armando Martín

Ibarra López, a la Maestra Silvia Ayala Rubio, al Dr. Ramón

Ascencio Franco, y a todos aquellos que confiaron en que esta

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empresa llegaría a un buen término y que ahora con encomio

podemos juntos ver su culminación.

Gilberto Rodríguez García

Primavera de 2001

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ÍNDICE

INTRODUCCIÓN.........................................

.....................................................

.1

CAPÍTULO 1. EL ENTORNO TEÓRICO

METODOLÓGICO........................ 6

1. Los

antecedentes.................................................

.......................................... 11

2. Las preguntas de

investigación................................................

.................... 16

3. La parte

Metodológica.................................................

................................. 18

3. 1. La recolección de los datos......................................................................... 24

3. 2. Las entrevistas............................................................................................. 26

4. El entorno

Teórico................................................

......................................... 28

4. 1. La interacción en los estudios del aula....................................................... 29

4.2. La corriente crítica y su teoría de la resistencia......................................... 31

4.3. El ecosistema sociocultural del aula. Los postulados de la sociología

y la antropología................................................................................................. 34

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4.4. El enfoque fenomenológico y vida cotidiana................................................ 36

5. Las formas de organización y cultura

aúlica............................................... 39

6. El espacio de interacción y resistencia: el

aula............................................ 41

6.1. El espacio. Descripción del aula................................................................... 41

6.2. Los Actores. Los alumnos y el profesor......................................................... 45

CAPÍTULO 2. INTERACCIONES Y “ORGANIZACIÓN SOCIAL EN EL

AULA”........................................................

......................................................... 49

2. 1. De las interacciones y la organización en el

aula..................................... 49

2. 2. Los roles: maestro

alumno.......................................................

.................. 51

2. 3. Las rutinas en el

aula.........................................................

......................... 52

2. 3. 1. De cómo se agrupan los alumnos en la clase y uso del espacio............... 54

2. 3. 2. Las rutinas del profesor............................................................................ 62

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CAPÍTULO 3. LA ESTRUCTURA Y EL CONTROL DEL

AULA................... 64

3. 1. La estructura de la

clase........................................................

..................... 64

3. 1. 1. Las actividades en el aula.......................................................................... 65

3. 1. 2. El trato diferencial hacia los estudiantiles................................................ 68

3. 1. 3. Las negociaciones...................................................................................... 71

3. 2. El control en el

aula.........................................................

............................. 72

3. 2. 1. El estilo docente y el control en el aula...................................................... 74

3. 2. 2. El profesor y el control del discurso........................................................... 76

3. 2. 3. El profesor y el control a través de las preguntas....................................... 77

3. 2. 4. El control por medio de los materiales didácticos y las tareas en clase..... 81

CAPÍTULO 4. LA RESISTENCIA DE LOS ALUMNOS EN EL

AULA............. 86

4. 1. Resistencia a la participación verbal en clase................................................. 88

4. 2. La resistencia, el orden y la disciplina............................................................. 92

4. 3. Resistencia y pasividad en el aula.................................................................... 96

4. 4. Resistencia, inasistencia e impuntualidad........................................................ 97

CONCLUSIONES.................................................

...................................................101

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BIBLIOGRAFÍA.................................................

.....................................................107

ANEXO........................................................

............................................................1

10

1. Guía de preguntas aplicadas al profesor y a los alumnos

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CAPÍTULO 1. EL ENTORNO TEÓRICO METODOLÓGICO

Este estudio fue realizado en la Escuela Preparatoria núm. 7

de la Universidad de Guadalajara durante el calendario

escolar 98 “B”, como un estudio de caso aplicado al grupo

“D”, de cuarto semestre en el turno vespertino en la clase de

Historia Internacional. Como es conocido ésta escuela forma

parte del Sistema de Educación Media Superior y se encuentra

ubicada hacia el poniente de la zona Metropolitana de

Guadalajara, más específicamente en el municipio de Zapopan.

Por otra parte, es importante señalar la relevancia que

este estudio entraña, en el sentido de que estudios de esta

naturaleza, es decir, estudios áulicos a nivel bachillerato

son escasos en la Universidad de Guadalajara; además, por la

importancia cada vez mayor de desarrollar estudios

interpretativos de corte cualitativo en el estudio del aula,

porque creó y estoy convencido de su fecundidad y su eventual

aportación para el desarrollo de la teoría y de los estudios

empíricos; además de su papel esclarecedor, dada la

problemática particular tratada en estudios como el presente

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en educación. Así, la aspiración del presente estudio es

poder contribuir al campo de la sociología de la educación, y

a los estudios de interacción social específicamente.

Por otro lado, un aspecto que deseo destacar y que me

obligó a reconsiderar el entorno teórico metodológico, es que

durante la investigación de campo y en la etapa de análisis

de los datos me di cuenta de que la “resistencia”- dado que

el proyecto y el problema a investigar era originalmente: La

resistencia de los alumnos en el aula -que pudiera presentarse con los

alumnos en el aula, debería plantearse en y a través de un

estudio que tuviera presente de manera más privilegiada el

proceso de la interacción entre los actores en escena:

alumnos y profesor; pero también la interacción entre estos y

el medio físico, así como con los materiales didácticos que

son utilizados en la acción pedagógica. De modo que teniendo

presente aquellas reflexiones, me condujeron a formular los

ejes de análisis de la siguiente manera: dos cuestiones se

buscaría dilucidar en este estudio. La primera de ellas se

refiere a los aspectos que tienen que ver con los encuentros

en el aula -considerando que no hay “mundo real” del aula,

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del aprendizaje y de la enseñanza, sino muchos mundos reales

ocupando universos paralelos, habitados por las mismas

personas, con roles diferentes y persiguiendo distintos

propósitos simultáneamente (Shulman, 1989)- pero más

específicamente lo que atañe a las interacciones entre

alumnos y profesor y entre los mismos alumnos.

La segunda cuestión fue comprender lo que de la

interacción resulta, es decir, ese ambiente específico que se

crea en la interacción a través de los intercambios y

encuentros dentro del aula, la influencia que pudiera ejercer

el medio físico y los materiales didácticos utilizados en el

proceso pedagógico en ese ambiente “sociocultural” del aula,

en el supuesto de que a través de ese “universo

multidimensional” (Erickson, 1989) se generen ciertas

resistencias u oposiciones a la “acción pedagógica” por parte

de los alumnos.

Así, el estudio se conformó como un estudio en cuyos

propósitos principales estaba: buscar e identificar

“principios genéricos” (Evertson y Green, 1989) a través de

las acciones, comprender su significado y sus influencias

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recíprocas, así como la interpretación que dan los actores a

las mismas, en el supuesto de que por medio de estos

elementos y fuerzas es que se produce y se da pauta a una

“organización social” dentro del aula.

Se trató de identificar cómo en el aula existen dos

clases de actuaciones, a través de la negociación de dos

tipos de currículum (Shulman, 1989). Expresados tanto para

docentes como para los alumnos una serie de acuerdos,

disensos y negociaciones, a través de las tareas académicas

que se encuentran enmarcadas en una lógica institucional

dentro del diseño curricular, de los planes y programas

escolares; pero también a través de una serie de

acontecimientos y de acciones que se manifiestan en lo que se

ha llamado currículum oculto, que tienen que ver con el

aspecto organizativo, de interacción social y de desarrollo

de la vida en el aula1.1 Giroux, H. y Anthony Penna, N., (1990) desde la teoría crítica,problematizan acerca de la necesidad de desarrollar los estudios socialesde manera sistemática y no fragmentada en un marco teórico, dicen, quesitúe las escuelas dentro de un contexto sociopolítico. En donde losestudios sociales han de comprender a la escuela como un agente desocialización, identificando esas propiedades estructurales en el centromismo del proceso de instrucción escolar.

Se trata, como tareas fundamentales, identificar los procesossociales que actúan en contra de la intención ética y política de laenseñanza escolar, y poner nuevos elementos encaminados a la renovación

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Los contenidos de estas dos actuaciones, estas “formas

de transmisión pedagógicas”, (Shulman, 1989) se constituyen

en la esencia misma de la empresa educacional, porque definen

para que sirven las escuelas, cuales son los propósitos que

están destinadas a cumplir, por medio de las tareas comunes

del aula y definen la esencia de la vida en ella. Por lo que

resulta de singular importancia lo que atañe a las

interacciones maestro alumno, relaciones que establecen ambos

dentro y a través del contenido.

Por otra parte, resulta conveniente incursionar en torno

a las diferentes caracterizaciones que sobre el currículum

han hecho algunos autores y con ello lograr un mayor sustento

y fortaleza al estudio que presento. Para Stenhouse (1984),

por ejemplo, el currículum esta constituido por una síntesis

de posiciones epistemológicas, psicológicas y educativas en

general2, elementos que sirven para desarrollar, a través de

de los estudios sociales. Se deberán comprender, afirman, lascontradicciones entre el currículum oficial y el currículum oculto, comoel conjunto de normas, valores y creencias que se transmiten a losestudiantes a través de la estructura subyacente tanto del contenidoformal como de las relaciones de la vida escolar y del aula.Respondiendo a la pregunta de ¿que se aprende en la escuela?

2 Sobre la problemática curricular, cfr.: Ibarra, (2000)

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unas directrices metodológicas y con unos determinados

materiales la práctica concreta de la enseñanza. El

currículum es el instrumento inmediato que condiciona la

actividad didáctica.

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Aunque la posición de Stenhouse pugna por una concepción

del currículum basada en el proceso, y no como algo fijo y

estático. Lo cual supone poner en relación tres elementos

básicos: el respeto a la naturaleza del conocimiento y a su

metodología, la toma en consideración del proceso de

aprendizaje, y el enfoque coherente del proceso de enseñanza,

troncos básicos de toda didáctica. Luego, un currículum es

una tentativa para comunicar los principios y rasgos

esenciales de un propósito educativo, de forma tal que

permanezca abierto a discusión crítica y pueda ser trasladado

efectivamente a la práctica.

El currículum es imaginado desde esta óptica,

primeramente como posibilidad y luego como objeto de prueba,

un currículum debe basarse en la práctica, según Stenhouse.

También ha de proporcionar una base para planificar un curso:

principios para la selección del contenido, estrategias de

enseñanza, decisiones relativas a la secuencia; considerando

también, los motivos de su justificación: una formulación de

la intención o la finalidad del currículum que sea

susceptible de examen critico (Stenhouse, 1984).

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Para Coll (1994) la primera función del currículum, es

la de explicitar el proyecto, como intenciones y plan de

acción, que preside las actividades educativas escolares. En

tanto que proyecto, según Coll, es una guía para los

encargados de desarrollarlo, un instrumento útil para

orientar la práctica pedagógica. El currículum debe tener en

cuenta las condiciones reales en las que va a tener que

llevarse a cabo el proyecto, situándose entre los principios

y las orientaciones generales y la práctica pedagógica, de

ello depende su utilidad y su eficacia. El currículum no debe

suplantar la iniciativa y la responsabilidad de los

profesores convirtiéndolos en unos instrumentos de ejecución.

Los elementos que contempla, el currículum para cumplir con

éxito aquellas funciones, pueden agruparse en cuatro

capítulos. Primero: proporciona informaciones sobre qué

enseñar, es decir, los contenidos como “la experiencia social y

culturalmente organizada”, conceptos, destrezas, normas, y

objetivos; segundo: cuándo enseñar, esto es, ordenar y

secuenciar los contenidos y objetivos, optando por una

determinada secuencia de acción; tercero: cómo enseñar, sobre

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la manera de estructurar las actividades de

enseñanza/aprendizaje en las que participan los alumnos, y

para el logro de los fines propuestos en relación con los

contenidos; finalmente el currículum mostrara sobre qué, cómo

y cuándo evaluar. Como elemento indispensable para asegurarse

que la acción pedagógica responde adecuadamente a las

intenciones plasmadas en el proyecto y para introducir las

correcciones oportunas en caso contrario (Coll, 1994).

Este planteamiento esta próximo al que plantea

Stenhouse, por cuanto que el currículum es una tentativa para

comunicar los principios y rasgos esenciales de un propósito

educativo, de forma tal que permanezca abierto a discusión

crítica y pueda ser trasladado efectivamente a la práctica.

Para Bourdieu, (1990) en una aproximación hacia el

estudio y aplicación del currículum, los contenidos de la

enseñanza deben ser elaborados a partir de sus principios

organizativos, buscándose la reestructuración de las

divisiones del conocimiento y la redefinición de las

condiciones de su transmisión, la eliminación de las nociones

caducas o poco pertinentes, y a la introducción de los nuevos

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saberes impuestos por los avances del conocimiento y los

cambios económicos, técnicos y sociales.

Desde la corriente crítica Giroux y Penna, (1990) en su

estudio sobre la educación social en el aula y el currículum

oculto, aceptan la idea de que el desarrollo se produce a

partir del conflicto. Problematizan desde un marco teórico,

que sitúa a las escuelas dentro de un contexto sociopolítico.

Se deberán comprender, según Giroux, y Penna, las

contradicciones entre el currículum oficial y el currículum

oculto, como el conjunto de normas, valores y creencias que

se transmiten a los estudiantes a través de la estructura

subyacente tanto del contenido formal, como de las relaciones

de la vida escolar y del aula.

Desde este marco, se trató en esta investigación de

buscar consecuentemente un mejor conocimiento de las

“relaciones educativas” ahí presentes, principalmente de los

procesos aúlicos centrados en la instrucción y en ciertos

actos de aprendizaje social de los alumnos para sobrevivir en

el contexto del aula, como procesos que ahí se crearon y

recrearon a través de la interacción de profesor y alumnos.

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Pero más aun, se trató de comprender ese espacio, como

señalan Berger y Luckman, (1979) ahí donde los hombres

producen juntos un ambiente social con la totalidad de sus

formaciones socio culturales, sus creencias, ideas, etc.

Pretendimos así mismo, conocer los significados humanos

en la vida social desde la perspectiva de los actores, su

dilucidación y exposición; los rasgos que caracterizan y el

orden en que se presentan las formas de resistencia de los

alumnos; cuales son los rasgos específicos de esa

organización social y del significado que surge en el

ecosistema de una aula determinada.

1. Los antecedentes

En la revisión de las investigaciones pertinentes, fue

realizado un recorrido por una serie de estudios que de una

manera muy importante y significativa ya han incursionado en

el campo de los estudios de interacción y sobre la cuestión

de la resistencia en ámbitos escolares y aúlicos.

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En ese sentido, Aldaba (1998), nos aproxima al

conocimiento de los procesos que se gestan en el aula.

Analiza el proceso didáctico en el acontecer dentro del aula,

busca interpretar sus significados y sus propósitos; la

intencionalidad de las acciones, la dinámica interna. Y la

forma en que se vinculan los factores sociales e

institucionales.

En ese estudio Aldaba explica que, el estudio de la

práctica docente debe ser orientado más al proceso y las

interrelaciones, ya que cada hecho social solo es

comprensible en su contexto. Lo cual conlleva, dice la

autora, el objeto de analizar el proceso didáctico en el

acontecer dentro del aula, interpretar su significado, su

propósito, la intencionalidad de las acciones, la dinámica

interna dentro del aula y la forma en que se vinculan los

factores sociales e institucionales.

En el mismo sentido, aunque con una temática un tanto

cuanto diferente, Jackson (1991) apunta, que la vida en las

aulas se caracteriza por ser un lugar donde el poder se

establece, como una relación entre el débil y el poderoso,

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con grados diferentes de autoridad, en la construcción de las

respectivas estrategias que maestro y alumno despliegan en el

propio orden que se da al interior del aula.

Se referirá también a la vida cotidiana en las aulas, de

como es producido un orden especial dentro de ellas a través

de las interacciones, como lugares activos, con limites fijos

temporal y socialmente, con sus propios ritmos de tiempo y

demora, rechazo interrupción y distracción social. Las aulas

convertidas en recintos evaluativos; y como lugar donde el

poder se establece.

Como también ya lo ha hecho notar Castells (1999, v II)

en lo tocante a las formas en que los sujetos construyen sus

identidades en una serie de encuentros e interacciones dentro

de los espacios sociales. Dado que la identidad es fuente de

sentido y experiencia para la gente, explica, el problema es

cómo se construye esa identidad, ya que la construcción

social de la identidad se encuentra enmarcada por relaciones

de poder y de resistencia. De igual modo podemos afirmar que

los espacios educativos, y los actores ahí interactuantes no

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pueden escaparse a esa dinámica en la construcción de la

identidad, es decir, sujetos a esas relaciones de poder.

Otro de los estudios de especial relevancia con respecto

a los estudios de interacción en el aula es el de Ayala

(1995). En tal estudio la autora se refiere al aula como un

microespacio social de construcción de significados, que a

través de las redes de relaciones sociales, culturales,

políticas e ideológicas, son objetivados por medio de los

procesos de interacción. El aula se constituye como un

sistema único y especifico en el que se construyen modelos

complejos de organización social, de construcción y

estructuración, de signos que dan vida a significados y al

universo simbólico en la relación pedagógica.

El estudio de Ayala se encuentra cimentado en la

descripción de los actos de enseñanza, acciones frecuentes y

dominantes que pautan la cotidianidad en el aula. Se trata,

afirma, de avanzar en la reconstrucción de lo especifico y

concreto, de lo general y universal que tiene éste espacio

escolar, para lograr la construcción fenoménica del proceso

de socialización escolar.

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Para Edwards (1995), en su estudio sobre las formas del

conocimiento en el aula. El aula es vista como trama de un

universo de relaciones, se conforma como una instancia de

definición del conocimiento, espacio concreto donde ocurre la

síntesis particular de las mediaciones, de las formas del

conocimiento, que prescribe en su diseño las posibilidades y

limitaciones de las relaciones con el conocimiento.

Los estudios citados contribuyeron de una manera

decisiva, a esta propuesta de investigación, proporcionando

algunas pautas en el reconocimiento de la existencia de

ciertas “expectativas culturales distintas”, a través de los

encuentros en el aula, y de los intercambios mediados por la

interacción entre maestros y alumnos, en los roles adultos y

en los roles de los adolescentes, en el reconocimiento del

aula escolar como un espacio “multidimensional, pleno de

paradojas y contradicciones”. De descubrir posibles

“dificultades interaccionales”, malentendidos y

predisposiciones negativas entre docentes y alumnos; modos de

demostrar atención y comprensión a través de conductas no

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verbales y en las “diferencias en la organización de la toma

de la palabra”, etc.

Así, el problema a investigar, a saber, Interacción y

resistencia en el aula tuvo que recorrer por una serie de reajustes

y replanteamientos, pero que de manera sustantiva tuvo que

ver con la reconsideración del entorno metodológico. De

manera sucinta lo podría resumir de la siguiente manera. El

grupo 4to. “D” del calendario escolar 97 “ B”3, se convirtió

en el foco de interés de la investigación debido a que la

dinámica que se vive en grupos escolares como éste resulta

hasta cierto punto un desafió para no pocos profesores, que

con una buena dosis de autenticidad y con un espíritu de

búsqueda, nos preguntamos por situaciones y sucesos como éste3 Algunos profesores que impartían clase a este grupo se expresaban delmismo aduciendo que era “un verdadero desastre”, que eran “chavos barrio”y otra serie de comentarios. En entrevista con un profesor de estaescuela, (la entrevista se realizó al maestro que impartió la asignaturade Lengua Española I, al grupo primero “D”, turno vespertino, en elsemestre correspondiente al calendario escolar 97 ”A”). Algunos de loscomentarios vertidos por dicho maestro: “Bueno en realidad este grupo, tienealgo muy especial, muy particular, es un grupo que en realidad es de los pocosque he tenido, con un rendimiento escolar deficiente, porque no lograronentender, ni poner en práctica algunos ejercicios; no porque no quisieran, oporque no comprendieran, mejor dicho, sino más bien, porque no deseaban hacerlo.La motivación se tuvo que dar con estos muchachos, de hablar a base de sulenguaje, su experiencia inmediata, como es la música, áreas de recreación, comoel cine, la televisión, para poder tener una confianza, un acercamiento primerocon ellos, ya que se mostraban un poco hostiles hacia cualquier maestro, nosolamente con mi materia”. (6 de diciembre de 1997)

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que se nos presentan algunas veces de manera frecuente. Bajo

la consigna de ir más allá del hecho en si y llegar a tener

algunas aproximaciones con un mayor rigor de cientificidad,

para que pueda ser explicado con un más alto alcance de

validez, que la sola interpretación aislada y poco

sistemática de esos aconteceres.

Yo impartía la clase de sociología a este grupo y me

parecía “muy especial”, pero al fin, como uno entre otros

tantos. Con esto quiero decir, que efectivamente eran

muchachos con algunas características “especiales”, la

mayoría de ellos presentaban actitudes de poco interés a las

clases, y ciertos rasgos de rebeldía a las indicaciones de

los maestros, parecía un grupo que se organizaba, pero mas en

torno a este tipo de actitudes, lo cual me condujo a

formularme algunas interrogantes iniciales, tales como: ¿que

es lo que sucede en casos como este, dentro del aula?; ¿que

acontece en las relaciones interpersonales, alumno/alumno,

profesor/alumno, alumno/profesor?; ¿si los factores que

interfieren en el aula para un buen desempeño escolar son

explicados por cuestiones que tienen que ver, solamente con

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los alumnos, con los profesores, la institución misma o con

factores de mayor alcance social, como la familia, lo

cultural, etc.? Otros aspectos que fueron considerados en

estos cuestionamientos se refieren al papel que juega el

propio espacio físico, así como los materiales didácticos

utilizados en la mediación pedagógica.

Una segunda preocupación se refiere a la intención de

querer comprender “esas realidades áulicas”, y tratar de

lograr una reconstrucción de esas “lógicas institucionales y

personales”, éstas que aunque no fueron materia de atención

particular en la investigación si son expresadas, de acuerdo

con Berger y Luckman, (1979) como un conjunto de “prácticas

sedimentadas”, en esos “espacios social y culturalmente

organizados”. La tarea consistió en buscar consecuentemente,

un mejor conocimiento de las “relaciones educativas” ahí

presentes, así como de los procesos de interacción de

profesores y alumnos producidos en la vida del aula a través

de la enseñanza y el aprendizaje, generando con ello un

ambiente social con la totalidad de sus formaciones socio

culturales, ideas, creencias y valores.

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2. Las preguntas de investigación4

De aquellas preguntas iniciales que señalábamos en la sección

pasada se logro formular a lo largo del proceso de

delimitación del objeto de estudio una pregunta central que

tiene que ver con los modos en que docente y alumnos

construyen la organización del aula, pudiendo presentarse en

esas formas de organización diferentes tipos y proporciones

específicos de resistencia de los alumnos a la acción

docente, constituyéndose estas formas de organización en el

foco de atención del presente estudio. Arribando además, a

una secuencia de preguntas que ayudaran a responder a la

pregunta central, estas son: ¿que esta sucediendo en la

acción social particular a la que nos enfrentamos?; ¿que

significan estas acciones para los actores? Quisimos conocer

también, de qué manera están organizados los acontecimientos

en patrones de organización social y principios culturalmente

aprendidos, y de acciones recíprocamente significativas; así4 Debo declarar que estoy en deuda con F. Erickson (1989), con respecto aalgunas de las preguntas, aunque en parte las adapte a los requerimientosde este estudio. Lo cual, por otro lado es esencialmente válido si separten de preocupaciones y problemáticas que se comparten.

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como los modos en se crean y se mantienen esos sistemas de

significado en la interacción diaria entre alumnos y

profesores.

Así, lo que se buscaba era comprender si existen

diferencias en las perspectivas de significado de docentes y

alumnos en las aulas; a la vez que conocer si existe alguna

relación entre el ejercicio dado a través de un estilo

docente y la resistencia de los alumnos en el aula.

De ahí que la hipótesis principal de trabajo que

planteábamos consistía en que de una manera importante los

diferentes tipos de encuentros en el aula y las diferentes

formas de interacción que se establecen entre profesor y

alumnos determinan el que surjan y en algunos casos persistan

por parte de los alumnos ciertas formas de resistencia a la

acción pedagógica.

Era claro que ante la problemática planteada y las

preguntas formuladas se debió partir de ciertas intuiciones

que hicieran posible abrir el camino e ir en pos de una

certeza, como dice Giddens, (1994) que la vida social no esta

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constituida por una serie de hechos azarosos que ocurren sin

ritmo ni razón.

Así, de manera inicial partía de algunos supuestos: que

los alumnos dentro del ámbito áulico, expresan de muy

diversas formas sus preferencias, intereses y expectativas,

pero también su disgusto o desacuerdo como formas de disentir

o como formas de “resistencia”. Donde, además existen, para

docentes y alumnos una serie de acuerdos, disensos y

negociaciones, que se encuentran enmarcadas en una lógica

institucional a través del diseño curricular, de los planes y

programas escolares, pero también existen una serie de

acontecimientos, de acciones y de situaciones, que se

manifiestan en lo que se ha llamado currículum oculto. Y como

ya se dijo se pretendió comprender los significados humanos

en la vida social desde la perspectiva de los actores, los

rasgos que caracterizan y el orden en que se presentan las

formas de resistencia de los alumnos; pero también los rasgos

específicos de esa organización social y del significado que

surge en el ecosistema de una aula determinada.

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Y dado que en este estudió no se trabajó qué tanto

podría influir la asignatura o disciplina en la actitud de

resistencia, no obstante, creo que es muy probable que se

presenten diferencias entre un curso y otro; y en algunos

casos esas diferencias podrán ser muy marcadas, por lo que

naturalmente nos preguntamos que sucedería si se hubiese

observado a un profesor de matemáticas o de química, sin duda

que los hallazgos serian sorprendentes y lo mas importante es

que darían una visión mas completa del fenómeno educativo.

Así, en ese sentido se pensaba incluso, como otro

supuesto, sobre la frecuente presencia en los alumnos de

cierto tipo de resistencia, rechazo o desinterés hacia

algunas áreas del conocimiento, de asignaturas como

sociología, geografía o de las ciencias humanísticas como

filosofía, o de las ciencias formales como matemáticas,

lógica, etc.

Además, esas resistencias podrían ser buscadas a través

de modos de desacuerdo en y hacia la acción docente, sea ésta

una manifestación verbal; o el no cumplimiento de trabajos o

tareas; por medio de formas de indisciplina, etc. O a través

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de expresiones corporales o gestuales, de lo que expresasen

con sus cuerpos, por ejemplo, la pasividad como modo de

resistir, etc.

3. La parte Metodológica

En el presente apartado se pretende conocer de que modo fue

llevado a cabo el estudio en su aspecto metodológico, así

como la serie de estrategias y técnicas utilizadas en la

recolección de los datos. En el aspecto metodológico, el

estudio se desarrolló a través de un enfoque interpretativo

observacional participativo, en el sentido en que es

propuesto por Erickson, (1989). Bajo la consideración de la

pregunta central que busca comprender los modos en que

docente y alumnos construyen la organización del aula, las

formas de organización que son adoptadas y adaptadas por

ellos, y los diferentes tipos y proporciones específicos de

resistencia de los alumnos a la acción docente.

Me parece que es pertinente plasmar unas cuantas

palabras en torno al método utilizado en el presente estudio.

El enfoque interpretativo de la investigación cualitativa, y

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el conjunto de técnicas que frecuentemente se utilizan por la

llamada observación participativa- opción elegida para este

estudio ya que me pareció la mas pertinente dada su idoneidad

y el interés de llamar la atención sobre la investigación y

los problemas que atañen a la cuestión escolar - una de sus

características es que hace su foco principal de atención al

estudio de los significados humanos en la vida social, su

dilucidación y exposición. Su criterio básico de validez esta

constituido por los significados inmediatos y “locales” de

las acciones, según se definen desde el punto de vista de los

actores. Refiriéndose a cuestiones de contenido más que de

procedimiento (Erickson, 1989).

Según Erickson, los investigadores interpretativos

asumen un punto de vista muy diferente sobre la naturaleza de

la uniformidad y de la causa en la vida social. Los seres

humanos crean interpretaciones significativas de los objetos

físicos y conductuales que los rodean en su medio. Actuamos

con respecto a los objetos que nos rodean a la luz de

nuestras interpretaciones de su significación.

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El analista interpretativo del enfoque cualitativo, de

acuerdo a Erickson, quiere descubrir los diferentes estratos

de universalidad y particularidad presentes; qué aspectos son

ampliamente universales, cuáles pueden generalizarse a otras

situaciones similares, cuáles son exclusivos del caso en

cuestión. Los factores universales se descubren según se

manifiestan en forma concreta y específica, y no en

abstracción y en generalidad.

Para el caso que nos ocupa, los objetos esenciales están

constituidos por las aulas como “medio social y culturalmente

organizado”; la enseñanza como medio de aprendizaje

reflexivo; y los tipos y contenidos de las perspectivas de

significación de profesor y alumnos, se buscó lograr un

análisis detenido de sutiles detalles de conducta y

significado en la interacción social cotidiana

En ese sentido, lo que hace que dicho trabajo sea

interpretativo o cualitativo es lo referente al enfoque y a

la intención substanciales y no al procedimiento de

recopilación de datos, ya que una técnica, dice no constituye

un método. De esa manera el enfoque interpretativo enfoca más

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pizarrón

su atención en los asuntos que se refieren al contenido de

las acciones, más que a los de procedimiento, es buscar

métodos y un conjunto de técnicas, así como de herramientas

apropiadas para el estudio de ese contenido (Erickson, 1989).

Según este autor el trabajo de campo observacional

participativo e interpretativo, es un método de investigación

que para que tenga una correcta aplicación deben ser

considerados:

a) una participación intensiva y de largo plazo;

b) un cuidadoso registro;

c) y reflexión analítica.

Además, consiste en la elaboración de un informe donde

se incluya una descripción detallada, fragmentos narrativos y

citas textuales extraídas de las entrevistas diagramas

analíticos, cuadros sinópticos y estadísticas descriptivas,

etc. Elementos y características que fueron consideradas en

el presente estudio, aunque si bien no de manera puntual, en

lo tocante a esa participación intensiva y a largo plazo,

sino en un tiempo variable, de lo cual surge una de las

posibles limitaciones del estudio. En cambio, si fueron

escritorio

pizarrón

elementos que se buscó orientaran en lo más posible el

trabajo.

Algunos autores sugieren que el proceso de la

investigación sea tan deliberativo como sea posible, para lo

cual según Erickson, no existen inducciones puras ya que

siempre aportamos a la experiencia ciertos marcos de

interpretación, o esquemas. La tarea consiste en tomar

conciencia de los marcos de interpretación de los sujetos que

observamos y de nuestros propios marcos. La cuestión

metodológica fundamental, sugiere, es asegurar una relación

constante, aunque dinámica, entre las preguntas de

investigación y la recopilación de los datos.

Otros aspectos que también fueron centrales en el

estudio es lo que se refiere a que para la recopilación de

datos como proceso de indagación, ésta debe comenzar en el

campo con las preguntas de investigación que guían el

estudio, como aspectos cruciales en el inicio: identificar

toda la gama de variación en los modos de organización social

formal e informal (relaciones de rol) y las perspectivas de

significado; registrar sucesos reiterados de acontecimientos

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y establecer su carácter típico o atípico; observar los

acontecimientos que ocurren en cualquier nivel dado del

sistema ( el aula, la escuela, el grupo de lectura), como por

ejemplo, las jerarquías de las posiciones formales e

informales de los alumnos o los modos característicos que

tiene el profesor de organizar la interacción con los

alumnos, detectar posibles conexiones de influencia e

influencias procedentes fuera de la escuela (Erickson, 1989).

Edwards (1995) por su parte señala, que el fenómeno

educativo en el proceso de la investigación es preciso un

recorte y ordenamiento particular de la realidad, en la

detección de varias mediaciones institucionales, pero también

de orden en el ámbito de los sujetos individuales, en donde

el aula se conforma como una instancia de definición del

conocimiento académico y del conjunto de las relaciones

sociales que ahí se expresan.

Por otro lado, Ayala (1995) explica que la esencia de la

investigación tiende a develar cualitativamente la

construcción social del conocimiento mediante el proceso de

enseñanza, de las acciones de los sujetos escolares, de esos

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conocimientos, los cuales representan la construcción y

estructuración de conocimientos objetivados a través del

lenguaje, rutinas, hábitos, gestos, silencios y signos que

dan vida a significados y al universo simbólico en la

relación pedagógica. Agrega que, la investigación cualitativa

denota procesos inductivos generativos, constructivos y

subjetivos, utilizando de forma particular la observación

participante.

Citando a Goetz y Lecompte apunta Ayala (1995) que, la

observación participante es una técnica etnográfica de

recogida de datos, donde el investigador toma parte de la

existencia cotidiana de los individuos, que estudia y refleja

sus interacciones y actividades en notas de campo y sirve

para obtener de los individuos sus definiciones de la

realidad y los constructos que organizan su mundo.

En la investigación al ir efectuando las observaciones

se fueron captando los datos basándose en la percepción,

después se pudo sistematizar el material empírico. Se

obtuvieron los datos ya bajo ciertos rangos de significación

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que incidieron en la reflexión analítica permitió identificar

y conformar los constructos de estudio y estructurarlos.

Como forma de uso y organización del material empírico,

éste fue agrupado para su análisis primero: los datos que dan

cuenta de la inserción cultural en la cotidianidad escolar y

áulica, y la interacción docente alumno en el proceso de

socialización escolar.

Interesó además, incorporar los aportes de la

investigación cualitativa a fin de explicar algunos de los

significados que los sujetos de la relación pedagógica

construyen, reproducen o modifican por medio de las prácticas

educativas (Romo, 1993). Esta autora agrega que, es

precisamente en el desarrollo diario del currículum a través

de las acciones compartidas, en donde se ocultan diversas

normas, valores, significados y formas de percepción de lo

real, los cuales determinan a la vez los intercambios, la

construcción y la valoración de cierto tipo de conocimiento

académico.

El método cualitativo señala, nos permite estudiar la

construcción de significados que, en el interjuego de

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determinaciones sociales, institucionales y como producto de

la actividad de los sujetos, se comparten en el salón de

clases, las diversas determinaciones y los variados

movimientos que caracterizan a estos significados.

Nuestra atención se ha centrado en el análisis de los

aspectos cotidianos el cual requiere un observador por

periodos prolongados. Hacer etnografía, dice Geertz (Romo,

1993), es como tratar de leer una serie de datos de la

realidad. Para ello es necesario captar la variedad de

estructuras conceptuales superpuestas a fin de interpretarlas

a la luz de diversas teorías efectuar los recortes

necesarios, iniciando el estudio con una descripción amplia

de los diferentes eventos del aula y enfocando

progresivamente aquellos rasgos mas importantes. Para Romo

considerada así la realidad, es formular a través de la

investigación etnográfica las bases que apoyan la

interpretación.

En el trabajo de campo, la inducción y la deducción

están en constante dialogo no se determinan de antemano

ciertas categorías especificas antes de entrar al lugar. El

escritorio

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investigador identifica aspectos conceptuales de su interés,

sigue líneas deliberadas de indagación pueden cambiar los

términos específicos, pudiendo ser también reformulados.

En este estudio se procedió al registro exhaustivo y

minucioso de la mayor cantidad de hechos posibles los cuales

fueron analizados cualitativamente. Además de la

transcripción de información para elaborar registros de

observación y su posterior análisis recurriendo a diversas

fuentes de información teórica, que nos proporcionasen

elementos de interpretación.

En la etapa del análisis de los datos para encontrar

vínculos clave, como constructo analítico, se buscaron

patrones de generalización, tratando de descubrir y verificar

aquellos vínculos que determinan el mayor numero posible de

conexiones entre los datos del corpus. Partiendo de las

unidades básicas de análisis en el proceso de la inducción

analítica, en los casos de acción, en acontecimientos que

tuvieron lugar entre personas con determinadas posiciones en

la escena, presentándose comentarios sobre el significado de

esas acciones desde la perspectiva de los diversos actores,

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mediante retratos narrativos o citas directas, como

descripción particular, según la denomina Erickson (1985). Y

acompañados de algunos comentarios interpretativos como ayuda

para establecer conexiones. Así, se recurrió a la “narración

analítica”: el retrato narrativo constituye una

representación vivida permitiendo ilustrar los conceptos

analíticos generales, como las pautas culturales y de

organización social en el aula. Anclando los conceptos

analíticos más abstractos en acciones especificas

suministrando a la vez pruebas que se consideraron más

adecuadas.

Se trató en suma, de la indagación sobre lo que sucede

dentro de la vida cotidiana en el aula y la escuela, del

conjunto de aspectos relacionados con las formas de

interacción que se gestan entre profesores y alumnos; de como

en esa interacción se construye cierto "orden" dentro del

salón de clases; se trata también de identificar el conjunto

de estrategias que alumnos y profesores adoptan y adaptan en

la construcción de esa realidad; de prácticas docentes

asumidas; así como de identificar el conjunto de estrategias

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sociales que los estudiantes aprenden a utilizar para

acreditar los cursos, y que se sitúan como formas de

sobrevivencia en el aula; del papel y la función que

desempeñan los materiales escolares; la forma en que

influyen los comportamientos y los valores que los profesores

ofertan a los alumnos a través del "currículum oculto" y el

formal; y la forma en que éstos se apropian o no de ellos; de

lógicas institucionales y personales que informan sobre el

modo de ser de las "diferentes realidades" que se dan en la

escuela.

3. 1. La recolección de los datos

Para la recopilación de los datos se siguió un proceso de

indagación deliberada, por medio de las siguientes técnicas:

* audiograbaciones;

* entrevistas semi estructuradas (a maestro y alumnos);

* registros de observación y el diario de campo;

* observación sistemática y participante.

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La observación sistemática y participante como técnica

de recogida de datos implicó cuestionarse qué es lo que se

observa, cómo se lo observa, quién es observado, dónde tiene

lugar, cómo se registran las observaciones, qué observaciones

se registran, cómo se analizan los datos y qué uso se le da a

los mismos. De ahí que el estudio fuera abordado, a través de

un enfoque interpretativo observacional participativo.

El trabajo de campo para la recopilación de los datos,

en lo que respecta a las observaciones, se realizó a todo lo

largo del semestre del calendario escolar 1998 “B”. A través

de nueve observaciones, con un promedio de duración por cada

una de ellas de treinta y cinco minutos. La primera de ellas

se llevó a cabo el día treinta de septiembre y la ultima el

ocho de diciembre de 1998. Todas con sus respectivos

registros y sus diarios de campo y solo en cuatro de ellas se

llevaron a efecto audiograbaciones que le fueron aplicadas al

grupo en cuestión, en esa materia. Por lo que se refiere a la

selección que se hiciera de esta asignatura, Historia

Internacional, se debió a que ésta se encuentra ubicada

dentro de las ciencias histórico sociales, que es el área de

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conocimiento que a mi me interesaba estudiar.

En las entrevistas -que fueron semiestructuradas,

buscando dar lugar a la expresión natural, espontanea y libre

y para captar y recuperar mediante un análisis interaccional,

las acciones interiorizadas que subyacen en los

comportamientos, (Aldaba, 1998)- con los alumnos se trato de

seleccionar a ciertos alumnos con ciertas características que

se pudieron observar en ellos durante las observaciones. Por

ejemplo, se entrevistaron a aquellos alumnos que más

participaron durante la clase; luego, a los que mostraron más

pasividad y apatía; y por último, a los que medien entre

estas dos categorías, pero que se consideraron

representativos, en el sentido de, que se les hayan visto

ciertos rasgos, o bien de resistencia o de cierto interés en

participar. Las entrevistas a los alumnos se llevaron a cabo

en dos momentos: la primera entrevista se aplicó a un grupo de

seis alumnos. La segunda se realizó a dos alumnas de manera

individualizada, y cuya duración fue de aproximadamente

quince minutos por cada una de ellas. Cabe mencionar que esta

En los anexos se encuentran las guías de preguntas de las entrevistas que se practicaron a los alumnos y al profesor.

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entrevista estaba pensada para ser dirigida y aplicada a tres

alumnos, los más representativos de acuerdo a esos rasgos

antes mencionados; aunque si bien, el alumno que durante las

observaciones y las grabaciones destaco por su participación

durante las clases, no fue posible entrevistarlo de manera

individual, pero si participó en la entrevista que se hizo a

los seis alumnos, como ya se dijo anteriormente. En lo que

respecta a la entrevista del profesor, esta se le aplico a él

de manera exclusiva, y tuvo una duración de cerca de treinta

minutos.

3. 2. Las entrevistas

De la manera en que lo sugiere Aldaba en las entrevistas en

el primer paso se tuvo en cuenta:

- La forma y contenido de la interacción verbal entre los

participantes.

- La forma y contenido de la interacción verbal con el

investigador.

- El comportamiento verbal.

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- Patrones de acción y de “no acción”, en el sentido de

situaciones de pasividad en los participantes, o también bajo

la consideración de acontecimientos, que pueden ser

significativos para los actores y el observador, por medio de

gestos o movimientos corporales, que pudieran llevar a la

consideración de:

- Indicios significativos en las expresiones lingüísticas.

Por otra parte, es pertinente señalar que durante el

trabajo de campo se presentaron algunos obstáculos.

Desde el inicio de las observaciones hubo algunas

dificultades para el observador, en principio se penso

en utilizar videograbaciones y de hecho al profesor se

le tomo su parecer en torno a esta intención, pero el

mismo profesor no dio su consentimiento. En cambio si

accedió a que fuera grabada la clase con una

audiograbadora.

En las primeras observaciones se quiso hacer una especie

de reconocimiento del lugar y del ambiente ahí reinante, por

lo que no fue llevado ningún registro magnetofónico, como ya

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fue indicado antes, aunque como ya se dijo, si se tuvieron

los registros de la clase por medio las anotaciones que se

obtuvieron de la observación. Y no fue sino hasta la quinta

visita al grupo que se audio grabo la clase, lo cual puede en

un momento dado ser un obstáculo para el logro de una

“participación intensiva y de largo plazo”; ya que por lo

demás recordemos que solo fueron nueve las observaciones que

se le hicieron al grupo.

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Por otra parte, lo que tiene que ver con las entrevistas

que se practicaron a ciertos participantes, las dificultades

que se presentaron fueron por la puesta de acuerdo sobre la

“cita” entre el entrevistador y los entrevistados. Se

presentó el caso en que en la primera cita que se acordó con

un grupo de alumnos no fue posible coincidir ya que una vez

puesta la fecha del encuentro- pero como estabamos en periodo

de exámenes de fin de cursos- fue difícil encontrarlos y

aunque a algunos que logre ver en los pasillos de la escuela

se les recordó sobre la cita, pero no fue posible llevarla a

cabo.

Sucedió algo similar con una de las alumnas de las que

fueron seleccionadas para la entrevista, pero ahora por

algunas dificultades del observador por cuestiones que tenían

que ver con la definición de los tiempos pertinentes para que

tal entrevista se llevara a cabo. Fueron varias las veces que

nos vimos esa alumna y el entrevistador en los pasillos de la

escuela y ambos comentábamos sobre tal entrevista, hasta que

al fin fueron resueltas aquellas situaciones y se logro

llevarla a efecto.

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4. El entorno Teórico

Para el planteamiento teórico me serví de los postulados de

la corriente crítica y su teoría de la resistencia. También

se consideró la aproximación que hacen la sociología y la

antropología del aula como un ecosistema, cuando consideramos

el funcionamiento individual en el contexto de un ecosistema

sociocultural, dentro de lo cual consideraremos la cuestión

que tiene que ver con los encuentros en el aula y los

procesos de la interacción que ahí se viven (Erickson, 1989).

En lo siguiente examinaré en primer lugar, los aspectos que

tienen que ver con los procesos de interacción en el aula,

luego lo que se refiere a la resistencia, y por ultimo la

cuestión sociológica sobre el ecosistema sociocultural5.5 Giroux, y Penna, (1990) señalan a propósito de las diferentestradiciones o programas teóricos y de investigación en educación, que setrata de desarrollar los estudios sociales en un marco teórico que sitúelas escuelas dentro de un contexto sociopolítico. Estos autoresconsideran que hay básicamente tres tradiciones teóricas en educación:1) la visión estructural funcional; 2) la fenomenológica; y 3) la visióncrítica radical del análisis neomarxista. No obstante que, como explicanéstas comparten algunos supuestos teóricos, sin embargo, los enfoquesestructural funcional y el fenomenológico adolecen de gravesdeficiencias. Colocan al enfoque estructural funcional, como un modelosociológico positivista, al cual le interesa como se transmiten las

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4. 1. La interacción en los estudios del aula

Según Weber (Erickson, 1985) en la acción social existe una

relación social cuando varias personas adaptan recíprocamente

normas y valores sociales en la escuela. De como se socializan a losestudiantes en la aceptación incuestionable de un conjunto de creencias,reglas y disposiciones, para el funcionamiento de la sociedad. Susdeficiencias: rechaza la idea, dicen, de que el desarrollo se produce apartir del conflicto, acentuando el consenso y la estabilidad, es unpunto de vista apolítico. Los estudiantes son definidos como productos desocialización, y como receptores pasivos.

Por otra parte apuntan, que el enfoque social fenomenológico,también llamado la nueva sociología, concentra su interés en lasinteracciones del aula y los encuentros sociales. Dicen losfenomenólogos, según Giroux y Penna, que toda teoría válida de lasocialización ha de verse como una teoría de la construcción de larealidad social, si no de una particular ordenación social histórica,donde el significado es producto de la interacción y por las situaciones,pero también es creado por los estudiantes dentro del aula, lo cualplantea cuestiones acerca de la naturaleza objetiva del conocimientomismo. Los principios que gobiernan la organización, distribución yevaluación del conocimiento no son absolutos, sino que son constructossociohistóricos forjados por seres humanos activos creadores y que no selimitan a existir en el mundo.

Se trata de la participación de los estudiantes en la definición yredefinición de sus mundos, y el centro focal se ha desplazado a lasinteracciones de los estudiantes con el lenguaje, las relaciones socialesy las categorías de significado. Es una nueva dimensión a los estudios dela relación entre socialización y el currículum escolar. (Young, 1971;Keddie, 1973; Jenks, 1977; Eggleston, 1977). Elevando a un nuevo plano ladiscusión de la relación entre la distribución de poder y elconocimiento.

En sus puntos flacos, afirman que en este enfoque se carece de unconstructo que explique el papel que desempeña la ideología en laconstrucción del conocimiento por parte de los estudiantes. Y no explicala forma en que los estudiantes perciben el mundo externo que no siemprese corresponde con la estructura y el contenido reales de ese mundo. Estapostura fracasa en explicar como surgen las diferentes variedades designificado, conocimiento y experiencias en el aula, y en como logranmantenerse, al concentrar su interés en el nivel micro, no logra aclararcomo la ordenación sociopolítica influye y constriñe los esfuerzos

escritorio

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su conducta con respecto al significado que le otorgan, esta

adaptación reciproca determina la forma que se asume dicha

conducta, así, la acción social esta significativamente

orientada hacia las acciones de otros individuos en la

escena. De modo que lo que constituye la acción social

apropiada e inteligible en las aulas es la capacidad de un

conjunto de individuos de vivir juntos el momento presente.

Este es el mundo de la experiencia vivida, el mundo de la

vida.

En términos de Bloome (Campos, et al, 1994), la

interacción se define como la acción con relación a otra que

le es simultánea, previa subsecuente, inmediata o mediata,

donde: primero, las personas actúan y reaccionan frente a

los demás; segundo, las personas actúan, esto es, son

individuales y colectivos por construir conocimiento y significados.El enfoque neomarxista sobre la socialización y el cambio social. Sunúcleo, lo constituye la relación entre reproducción económica ycultural, en la intersección teoría, ideología y practica. La escuela esvista como agente de control ideológico que reproduce y mantiene lavigencia de creencias, valores y normas dominantes. Conecta las fuerzasmacrosociales con microanálisis.Aclara como la reproducción social esta vinculada a las relacionessociales del aula y como la construcción del conocimiento se relacionacon el concepto de falsa conciencia. Se acentúa el papel subjetivo en labúsqueda de significados, pero también en como las condiciones sociales yeconómicas constriñen y distorsionan la construcción social delsignificado, precisamente por la mediación del currículum oculto.

escritorio

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estratégicas en lo que hacen, actúan en la situación;

tercero, las personas reaccionan a las acciones

inmediatamente anteriores, a las acciones ocurridas con

cierta antelación, ante los grupos y patrones de acción. Las

personas también reaccionan ante las acciones que ocurrirán

en el futuro. Cualquier acción, incluso una reacción, incluye

por lo tanto el concepto de consecuencia. La consecuencia

presupone acciones futuras tanto propias como ajenas. Como

tal, una “no acción” puede ser una reacción.

Cuarto, las acciones y reacciones de las personas entre

si no son necesariamente lineales; quinto, las personas

pueden actuar y reaccionar entre si a través de secuencias de

acciones y no solo a través de acciones individuales. Campos,

et al (1994) señalan que en la interacción, cada evento se da

en relación con otro u otros, es decir, que la participación

solo tiene sentido en la dinámica de interacción que se da en

la clase, donde todo evento es una “reacción” a otros eventos

anteriores y con eventos posibles en el futuro.

Así mismo, como Bourdieu (1986) lo hace notar en lo que

se refiere al espacio social, explica que se busca

escritorio

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identificar lo real. La interacción entre las personas

plantea una pregunta, la cual asumo, y a la cual pretende dar

respuesta Bourdieu, ésta es: ¿Cómo pueden captarse

concretamente esas relaciones objetivas, irreductibles a las

interacciones en las cuales se manifiestan? Lanzando una

explicación en el sentido de que, esas relaciones objetivas

son las relaciones entre las posiciones ocupadas en las

distribuciones de recursos; esos poderes sociales

fundamentales son, el capital económico bajo sus diferentes

formas y el capital cultural y también el capital simbólico,

cuando son percibidas y reconocidas como legítimas.

Así, los agentes son distribuidos en el espacio social

global, dice Bourdieu, según el volumen global del capital

que poseen y la estructura de su capital. Las disposiciones

adquiridas en la posición ocupada implican una adaptación a

esta posición, a mantenerse en un lugar “modestamente”. Así

mismo señala, que en realidad las distancias sociales están

inscritas en los cuerpos, o con mas exactitud, en la relación

con el cuerpo, el lenguaje y el tiempo, aspecto que se

escritorio

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convirtió a lo largo de esta investigación como algo

capital.

4.2. La corriente crítica y su teoría de la resistencia

Para los aspectos sobre la “resistencia” me remití a algunos

de los representantes de la teoría crítica quienes postulan

que tal concepto es indispensable para el estudio de la

cuestión escolar, como Apple, Giroux, McLaren, entre otros.

Peter McLaren (1989) conocido como uno de los

representantes de la teoría critica señala, que la

resistencia en las escuelas es un esfuerzo de parte de los

estudiantes por incorporar su cultura callejera al salón de

clase; es un rechazo a la cultura del aprendizaje y a la

instrucción escolar, es una pelea en contra de que se borren

sus identidades callejeras, y a que sean considerados como

objetos dóciles. Dice MaClaren, que los cuerpos se

convierten en espacios de lucha y la resistencia como una

forma para ganar poder. Para McLaren una comprensión

dialéctica de la escolarización permite ver a las escuelas

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como espacios tanto de dominación como de liberación,

sosteniéndose la idea de la autonomía relativa del aparato

escolar (Apple, 1987).

El propósito en estos trabajos es examinar los

fundamentos políticos, sociales y económicos subyacentes en

la sociedad y el papel que la escuela desempeña para unir

conocimiento y poder. En ese sentido el poder, dice McLaren,

esta siempre ahí y esta inextricablemente implicado en las

menores relaciones de dominación y resistencia.

En el enfoque neomarxista sobre la socialización y el

cambio social. La escuela es vista como agente de control

ideológico que reproduce y mantiene la vigencia de creencias,

valores y normas dominantes, pero no exenta de

contradicciones.

Sin embargo, advertí que dado que los estudios de

McLaren son estudios realizados en los Estados Unidos de

Norteamérica y Canadá, era necesario tomar algunas

distancias. En ese sentido Rockwell (1994) sugiere, que en

lugar de resaltar “el conflicto” entre culturas minoritarias

y culturas escolares, como el caso de Norteamérica,

escritorio

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encontramos como esas culturas populares mayoritarias,

contenidas en las tradiciones diversas de alumnos y maestros

son constitutivas de las escuelas que estudiamos, nuestras

preocupaciones partieron pues de un contexto educativo

diferente.

Otros estudios que han aportado y acrecentado el acervo

teórico y de estudios empíricos, respecto a las cuestiones

tocantes a la resistencia encontramos, por ejemplo, en Ayala

(1995), donde se explica cómo la escuela transmite una

concepción del mundo, una serie de valores y un determinado

tipo de ciencia. Sugiere que a pesar del determinismo

histórico de la socialización, los sujetos revierten

cotidianamente la reproducción y se convierten en agentes de

oposición, lucha y resistencia del orden social y cultural

preestablecido. Y agrega que, la ruptura a la reproducción se

construye en todos y cada uno de los espacios de la vida

cotidiana, presentándose en el aula procesos de construcción

y destrucción de la memoria colectiva, ahí según la autora,

se reproduce, resiste y negocia el poder.

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En esa misma línea de explicación, afirma Erickson que

cuando los alumnos actúan de un modo que no coincide con las

expectativas culturales del profesor respecto de la clase, el

profesor puede percibir como frustrante, confusa y hasta

temible la conducta de los alumnos.

Otro de los aspectos que también resulta revelador en

torno a la dinámica de interacción entre profesor y alumnos,

y su relación con la resistencia, es la que se refiere a la

manera en que tales actores, contando además con las

respectivas historias de vida, en una serie de encuentros

logran construir algunos rasgos de identidad en ese proceso

de aprendizajes que se forman en la vida social colectiva. A

este respecto creo pertinente comentar lo que para Castells

es la distinción en las construcciones de las identidades

colectiva e individual (Castells, 1999 v. II). Afirma este

autor, que la identidad es la fuente de sentido y experiencia

para la gente, identidad que es construida mediante un

proceso de individualización; sin embargo, el problema apunta

Castells, es cómo se construye esa identidad, desde qué, por

quién y para qué es construida.

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De manera que para poder entender esa construcción

social de la identidad, esta se tendría que enmarcar por un

conjunto de relaciones de poder, de ahí que sea necesario una

distinción entre tres formas y orígenes de esa construcción:

la identidad legitimadora, introducida por las instituciones

dominantes de la sociedad para extender y racionalizar su

dominación (racionaliza las fuentes de la dominación

estructural); la identidad de resistencia, generada por aquellos

actores que se encuentran en posiciones/condiciones

devaluadas o estigmatizadas por la lógica de la dominación,

construyendo trincheras de resistencia y supervivencia

basándose en principios diferentes u opuestos a los que

impregnan las instituciones de la sociedad; y por ultimo

identidad proyecto, cuando los actores sociales, basándose en los

materiales culturales de que disponen, construyen una nueva

identidad que redefine su posición en la sociedad y al

hacerlo buscan la transformación de toda la estructura social

(Castells, 1999 v. II).

Por su puesto, que a estas formas generales podrían

corresponder algunos aspectos específicos de lo que aquí

escritorio

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estamos tratando de apuntalar en el presente estudio. Sin

duda que lo que Castells llama identidad legitimadora, es algo que

a lo largo del presente estudio pretendimos mostrar como uno

de los rasgos que ahí se vivieron y expresaron, en el sentido

de que las instituciones buscan extender y racionalizar su

dominación; en lo tocante a la identidad de resistencia, aquí también

se ha demostrado como ciertos actores dan lugar a formas de

resistencia y supervivencia; y como en la identidad proyecto, se

podría afirmar que los jóvenes adolescentes también

encuentran formas de expresión culturales de las cuales

disponen, construyendo una identidad propia que de alguna

manera le da un lugar en la sociedad, aunque no se puede

afirmar que se busque algún proyecto –cuando menos quizá no

consciente por muchos- de transformación de la sociedad.

Una vez considerados algunos de los estudios en su

sentido mas general y otros mas específicos de la

problemática aquí planteada, me encuentro en condiciones de

dar una primera aproximación a lo que en el presente trabajo

se va a entender por resistencia dentro de un ámbito mas

restringido- el escolar -según la revisión hecha hasta ahora.

escritorio

pizarrón

Por resistencia quiero significar, a ese conjunto de acciones

que se gestan dentro del aula y que se manifiestan como

resistencias u oposiciones- “basándose en principios

diferentes u opuestos a los que impregnan las instituciones”

-a la “acción pedagógica” por parte de los alumnos, en una

lógica institucional a través del diseño curricular y del

currículum formal; pero considerando también al currículum

oculto y el conjunto de acciones del mundo de la realidad que

ahí se viven por los actores principales en la escena del

aula.

4.3. El ecosistema sociocultural del aula. Los postulados de la sociología y la

antropología

En este apartado fue considerada la aproximación que hacen la

sociología y la antropología del aula como un ecosistema,

(Erickson, 1989). Según Erickson, cuando consideramos el

funcionamiento individual en el contexto de un ecosistema

sociocultural, tenemos un marco de referencia para una

anatomía de la enseñanza y el aprendizaje en el aula, marco

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de referencia que hace necesario y esenciales la utilización

de los conceptos de poder, autoridad, influencia, intereses

opuestos, legitimidad, asenso y disenso.

Considerábamos desde este ángulo de análisis que para

realizar un estudio de esta naturaleza, se entiende que los

grupos humanos, en su organización social, son capaces de

construir normas culturales que organizan su ecología social

cara a cara, y mas ampliamente la familia, la comunidad y la

sociedad. En lo que respecta al supuesto ecología

sociocultural del aula, Erickson (1989), sugiere que la

interpretación de significado se constituye como el verdadero

elemento causal en la secuencia de acciones y reacciones

sociales. En donde la acción social debe estar

significativamente orientada hacia las acciones de otros

individuos en la escena. Por lo que las pautas de esa

ecología son definidas a través de acuerdos culturales,

implícitos y explícitos, acerca de las relaciones de los

correspondientes derechos y obligaciones, así como a través

de conflictos de intereses entre individuos y grupos por el

acceso a determinados derechos.

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Algunos de los supuestos básicos de este programa, según

Shulman, (1989) es considerar las aulas como medios

comunicativos, en donde los hechos se desenvuelven durante

las interacciones, mientras los profesores y los estudiantes

trabajan juntos para lograr objetivos educacionales. Se trata

pues, de comprender la naturaleza de los procesos de

enseñanza aprendizaje desde la perspectiva de los

participantes. De esta manera se presentan el ecosistema del

alumno, el aula, el profesor, la escuela y la comunidad, es

lo que sirve como unidad teórica ideal de indagación para el

investigador interpretativo.

De modo que, en la investigación interpretativa sobre la

enseñanza es esencial centrar la atención en la ecología

social en su proceso y estructura, es comprender los modos en

que los docentes y estudiantes, en sus acciones conjuntas,

constituyen ambientes unos para otros como acontecimientos

que registran la organización social y cultural de los hechos

observados, es ver el aula y la enseñanza como un juego de la

vida real (Erickson, 1986).

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pizarrón

De acuerdo a este programa, la aula de clases es

considerada como un ecosistema inmersa en un proceso

político, donde el poder es potencialmente poseído por

profesores y alumnos. La autoridad, que es el ejercicio

legítimo del poder reside oficialmente en el profesor, el

ejercicio de esa autoridad en ausencia del consentimiento de

los alumnos puede conducir a un acatamiento exterior y

aparente de la voluntad del profesor, el alumno siempre posee

la facultad de ofrecer resistencia negándose a aprender. La

transacción puede considerarse intrínsecamente política y

retórica. El docente debe persuadir que su conducción es

legitima y responde a los intereses legítimos del alumno. De

otro modo puede presentarse el “sabotaje interaccional” o los

problemas de disciplina (Erickson, 1986).

4.4. El enfoque fenomenológico y la vida cotidiana

Sugiero que la realidad áulica esta inserta de algún modo en

el marco de la realidad de la vida cotidiana. En este orden

de ideas, han sido ya desarrollados algunos trabajos desde

escritorio

pizarrón

este enfoque. Rockwell, (1995) tratará cuestiones referidas a

la historia cotidiana en la escuela, y a cuestiones

referentes a la experiencia escolar cotidiana, a tradiciones

históricas, tradiciones pedagógicas es lo que constituye el

contexto formativo real tanto para maestros como para

alumnos. De esta manera la experiencia escolar es selectiva y

significativa, es pues trabajar en la construcción de un

nuevo objeto de estudio: la escuela cotidiana.

En este sentido, me remito a las aportaciones que han

hecho sobre la vida cotidiana Berger y Luckman, (1979) y

Heller, (1987). El enfoque fenomenológico que sitúa el

problema de la realidad de la vida cotidiana, sugiere que

existe un conocimiento que orienta la conducta en la vida

cotidiana, desde una realidad tal como se ofrece al sentido

común, constituyéndose como formas en que las personas

fundamentan su propio conocimiento en la vida cotidiana. La

cuestión es saber, de qué forma se constituye esa realidad de

la vida cotidiana, y las interacciones sociales que en ella

se producen; la importancia del lenguaje en esa

escritorio

pizarrón

fundamentación y constitución de esa realidad de la vida

cotidiana en la escuela.

La sociedad lo mismo que las aulas escolares existen

también como realidad objetivada, con sus propias formas de

organización y diseño, enmarcada en un contexto

institucional, a través de un conjunto de disposiciones

normativas, etc. Pero además, esas formas de organización y

diseño son explicadas por lo que tiene de oculto el

currículum, como ya lo anotábamos líneas arriba, esto es, de

lo que no esta estipulado formalmente, y que tienen que ver

con todo una serie de pautas de conducta, de valores y

acciones. Una realidad interpretada por los hombres mismos,

otorgándole un significado subjetivo de un mundo coherente,

como una realidad que se torna como dada, (Berger y Luckman,

1979).

Por otra parte, Heller (1987) observa que todo hombre al

nacer se encuentra en un mundo ya existente, en condiciones

sociales concretas, en sistemas concretos de expectativas,

dentro de instituciones concretas. El cual debe aprender a

“usar” las cosas, apropiarse de los sistemas de usos y de los

escritorio

pizarrón

sistemas de expectativas, como forma de reproducción de un

hombre histórico, donde cada hombre particular debe adquirir

una capacidad media, debe tener un mínimo de capacidad

práctica.

Para Berger y Luckman, la vida cotidiana, a través de la

cual el hombre asume una actitud natural, se presenta ya

objetivada, o sea, constituida por un orden de objetos que

han sido designados como objetos de antemano. Sugieren que en

las objetivaciones de los procesos y significados subjetivos

por medio de los cuales se construye el mundo intersubjetivo

del sentido común, tienen un carácter intencional que es

común de toda conciencia, con diversas capas de experiencia,

y distintas estructuras de significado.

Para Heller, la vida cotidiana es la forma en que se

estructuran las objetivaciones. La teoría de las

objetivaciones dice, se refiere a distintos niveles: el

primero, el lenguaje, el sistema de hábitos y el uso de los

objetos. Según Heller la vida cotidiana se desarrolla y se

refiere siempre al ambiente inmediato.

escritorio

pizarrón

Se señala desde este enfoque, como la institución juega

un papel importante en la organización y las prácticas de los

individuos, experiencias humanas, tradiciones, y también el

conjunto de “roles” sociales, los cuales van a ser

convertidos en formas de representación del orden

institucional. Así, este estudio buscó dilucidar desde esta

formulación teórica sobre esas formas de organización, de las

prácticas, etc., que se gestan en las aulas escolares, en esa

vida cotidiana donde se “verifica la reproducción de un

hombre histórico en un mundo ya existente”, en condiciones

sociales concretas, y en sistemas concretos de expectativas,

dentro de instituciones también concretas (Heller, 1987).

Bajo las anteriores consideraciones, a la luz de la

interacción en los estudios del aula, de la teoría de la

resistencia, de la sociología y la antropología del aula, y a

los aspectos relacionados con el enfoque fenomenológico, fue

necesario ubicar y localizar de acuerdo a nuestro marco

teórico, los aspectos que podrían considerarse como claves en

la articulación que pretendemos entre ese estado del

escritorio

pizarrón

conocimiento y la realidad del acto educativo al que hacemos

alusión en esta investigación.

Por una parte encontramos en la “resistencia”, desde la

corriente critica, aspectos que tienen que ver con el papel

de la escuela en términos de sus significados políticos,

económicos, culturales e ideológicos, y a comprender la

escolarización y a las escuelas como espacios tanto de

dominación como de liberación.

La pregunta que inmediatamente salta a la discusión es

el tratar de comprender la naturaleza y las características

de las relaciones políticas y culturales e ideológicas, más

que económicas que se presentan en las relaciones entre

profesor y alumno en el salón de clase, y la manera como

podemos entender a dicho espacio, caracterizado éste como un

espacio de dominación y liberación, pero también para

comprender el papel que la escuela desempeña para unir

conocimiento y poder.

En los discursos del profesor en el aula se ejerce esa

unión entre conocimiento y poder como parte de las prácticas

discursivas, en el sentido del diseño de un conjunto de

escritorio

pizarrón

reglas que gobiernan lo que puede ser dicho y lo que debe

permanecer callado, quien puede hablar con autoridad y quien

debe escuchar y a través de ello entonces entender la

naturaleza y significado de la experiencia escolar, en las

relaciones sociales propias del encuentro en el aula.

5. Las formas de organización y cultura aúlica

En otro orden de ideas, y como algo ya ampliamente

documentado, sabemos que las actividades de la enseñanza

pueden tener lugar dentro de una serie de contextos,

“entornos” que definen en parte el medio en el cual se

produce la enseñanza, través de los cuales se llevan a cabo

dos clases de actuaciones, y se negocian dos tipos de

currículum: el currículum oculto y el currículum explícito,

formal o institucional.

En ese sentido se hace pertinente la caracterización de

lo que en este estudio se denomina como organización social del aula

y el concepto de culura aúlica. Para esto, utilizare y apuntalaré

lo que para Rockwell (1995) es la experiencia escolar

escritorio

pizarrón

cotidiana, las tradiciones históricas y pedagógicas como el

resultante del proceso escolar, que es lo que constituye el

contexto formativo real de vida en las escuelas.

Considerando también a la transmisión de concepciones

del mundo, a través de una serie de procesos de comunicación

de un conjunto de valores y diversos elementos del folklore,

del sentido común, etc.; de las iniciaciones en las reglas

del juego de la escuela; de ciertas explicaciones acerca de

las diferentes concepciones del mundo social; y a las formas

en que se lleva a efecto la transformación de la propia

experiencia escolar.

Una vez considerados esos elementos, puede ser

caracterizado ahora otro de los aspectos centrales que fueron

desarrollados en la presente investigación, me refiero a la

organización social del aula. Entiendo por organización social del aula a

esa serie de acciones típicas y atípicas, con significados e

influencias recíprocas para los sujetos interactuantes, con

un conjunto de relaciones que se establecen dentro y a través

del contenido, mediadas por las interpretaciones que dan los

actores a las mismas. Significados, influencias e

escritorio

pizarrón

interpretaciones enmarcados en una lógica institucional, y

otra informal, expresados en el currículum oculto y el

formal, que vinculan los factores sociales e institucionales,

dando pauta un desarrollo peculiar de la vida social dentro

del aula (Shulman, 1989).

Partiendo de esas múltiples determinaciones, es que

entonces surja una forma suigeneris de cultura aúlica. Por cultura

aúlica entiendo a ese “universo multidimensional”, lugar donde

confluyen un gran numero de procesos y de prácticas

cotidianas, de encuentros e interacciones, a veces

coincidentes y otras excluyentes, singulares o comunes, entre

sujetos, entre instituciones, entre formación y

socialización; enfrentamiento con una realidad donde se

despliegan procesos de reproducción, resistencia,

negociación, apropiación, control, aculturación, tradición y

de sometimiento (Sánchez, F. M., 1994), expresados en el

currículum oculto y formal.

Tanto las formas de organización social del aula, como la cultura

aúlica dan lugar a modelos complejos de organización social,

a la construcción y estructuración de signos que dan vida a

escritorio

pizarrón

significados y al universo simbólico en la relación

pedagógica, que pautan la cotidianidad en el aula (Ayala,

1995).

6. El espacio de interacción y resistencia: el aula

6.1. El espacio

El estudio se realizó en la Escuela Preparatoria Número 7, de

la Universidad de Guadalajara, en el aula que ocupara el

grupo “D” de 4to. semestre del turno vespertino, en la clase

de Historia Internacional, durante el calendario escolar 98

B. De esta escuela preparatoria sus elementos descriptivos y

rasgos generales se pueden definir de la siguiente manera: es

una de trece escuelas urbanas que forma parte del Sistema de

Educación Media Superior de la Universidad de Guadalajara. Se

encuentra ubicada hacia el poniente de la Zona Metropolitana

de Guadalajara, en el municipio de Zapopan, en una zona

habitacional de clase media.

La escuela cuenta con sesenta y cinco salones de clase

distribuidos en ocho módulos. Son tres turnos los que se

escritorio

pizarrón

atienden, en el matutino existen sesenta y tres grupos, en el

turno vespertino hay cincuenta y nueve grupos, y en el turno

nocturno son doce grupos. Además, tiene instalaciones para

cinco laboratorios: de biología, química, física, idioma y

computación; un salón de danza, otro de fotografía; un

espacio para “orientación educativa”; otro para la producción

y proyección de audiovisuales; instalaciones para el taller

de cerámica; una biblioteca, con uso para una área de

hemeroteca, salón de maquinas, cubículos de investigación,

sala de conferencias y galería para exposiciones; un gimnasio

para las actividades de educación física; un auditorio, con

capacidad para trescientas setenta y cinco personas; una sala

para profesores; el Colegio Departamental, donde se realizan

labores de coordinación de las actividades académicas; unas

instalaciones para las labores administrativas; y oficinas

para las actividades del patronato de padres de familia.

Para atender a la demanda de educación en esta escuela

existen noventa y cuatro profesores de tiempo completo,

treinta y dos de medio tiempo, y de asignatura son ciento

escritorio

pizarrón

setenta y siete; técnicos académicos de tiempo completo:

treinta y dos; y de medio tiempo son cinco técnicos.

En cuanto a su estructura de gobierno y administrativa,

la cual también se apega a lo que esta establecido por la Ley

Orgánica y las respectivas reglamentaciones universitarias,

la escuela se organiza a través de: un Consejo de Escuela,

como autoridad máxima, la Dirección, un Secretario, Oficialía

Mayor, un Patronato de padres de familia. En su estructura

académica la escuela organiza las actividades a través del

Colegio Departamental, y de cinco Departamentos, de: Ciencias

Experimentales, Ciencias Formales, de Lengua y Literatura, de

Ciencias Humanísticas y el Departamento de Ciencias Histórico

Sociales, los cuales a su vez se integran con las respectivas

academias, además cuenta con cuatro unidades de apoyo,

constituidas por: el Centro de Computo, Servicios

Bibliotecarios, de Producción Audiovisual, y el de

Orientación Educativa.

Descripción del aula Según lo marca la Ley Orgánica de la Universidad de Guadalajara, entérminos de las formas de contratación de ese personal.

escritorio

pizarrón

Se trata aquí de conceptualizar el “marco” según lo

caracteriza Goffman, (Delamont, 1985) con relación a la

importancia de las aulas para el profesor y alumnos, como un

lugar que comprende muebles, decorado, disposición física y

de algunos otros elementos del ambiente que suministran el

decorado y el escenario al “torrente de acción humana”. De

manera que los que utilizan ese marco como parte de una

representación no puede empezar su actuación hasta que estén

en el lugar apropiado, y deben terminarla cuando se vayan de

él.

O de la manera como refiere Foucault (1976) cuando

caracteriza a la disciplinas y los espacios. Apunta que la

disciplina organiza un espacio analítico. Se fijan unos

lugares no solo para vigilar sino también para crear un

espacio útil. La unidad en la disciplina es el rango: el

lugar que se ocupa en una clasificación. Luego, la

organización de un espacio serial, se dará a través de la

asignación de lugares individuales en la escuela organizado

una nueva economía del tiempo de aprendizaje. Es así como se

ha hecho funcionar el espacio escolar como una maquina de

escritorio

pizarrón

aprender, pero también de vigilar, de jerarquizar, de

recompensar.

Explica Foucault que La Salle soñaba con una clase cuya

distribución espacial pudiera asegurar distinciones, según la

bondad de carácter, aplicación, limpieza, fortuna de sus

padres. Cuadro único de entradas múltiples, bajo la mirada

cuidadosamente “clasificadora” del maestro, aquellos cuyos

padres son descuidados y tienen parásitos estén separados de

los que van limpios que un escolar frívolo y disipado este

entre dos sensatos y sosegados, un libertino o bien solo o

entre dos piadosos (Foucault, 1976).

La puerta de entrada del salón se encuentra orientada

hacia el sur, se puede observar, al lado contrario del

ingreso la ubicación de un escritorio y una silla, para uso

del profesor. En la parte del frente se cuenta también con un

pizarrón. Se puede observar la existencia de una cantidad de

butacas con “paleta”, que exceden en mucho las necesidades de

los alumnos, sin un orden en su acomodo. Esto es, que se

carece de un acomodo en filas y columnas de las mismas.

escritorio

pizarrón

Las dimensiones del aula están distribuidas de la

siguiente manera: a lo largo, de aproximadamente ocho metros

por ocho de ancho. Existen en sus paredes laterales unos

ventanales, en la parte superior, divididos en dos partes de

similar medida, alrededor de ochenta centímetros cada uno,

solo que la parte de abajo del ventanal tiene pintura de

color claro, lo cual no permite ver hacia afuera. En una

parte mas arriba hay celosías, permitiendo que haya

suficiente ventilación. Y la parte de abajo es de material de

construcción.

Las aulas de esta escuela preparatoria tienen un toque

“frío”, dan la impresión de ser “espacios impersonales”, que

a nadie pertenecen, lugares que por otra parte, también

tratan de establecer las presencias y las ausencias. Tanto

alumnos como profesor solo “pasan” por ellas, ya que al

siguiente ciclo escolar seguro estarán en otras- pero sobre

todo aquellas aulas que son utilizadas para la impartición de

las clases “normales”, es decir, aquellas clases que forman

parte de lo que se llama “materias básicas”, como

matemáticas, geografía, historia, química o física, aunque

escritorio

pizarrón

estas dos ultimas, lo mismo que biología alternan sus clases,

en otro tipo de espacios como son los laboratorios, los

cuales observan otras características, en cuanto a su diseño

y arreglos en su interior.

Mientras que en las aulas, cuyas dimensiones son por lo

general de aproximadamente ocho metros por ocho, y cuentan

con sus respectivos “mesabancos”, pizarrones y un escritorio

para uso del profesor, en éstas los profesores, alumnos y los

señores que hacen el servicio de aseo todos “están de paso”,

en los laboratorios en cambio hay permanentemente personal

técnico encargado de darle ese toque mas personal, los

propios profesores que forman esos departamentos, de cada una

de esas materias se observa que muestran mas pertenencia a

los mismos.

Por otro lado, existen algunos espacios que son de

“trafico”: los pasillos; y estos junto con los patios, que

separan un modulo de otro, son convertidos por los alumnos en

“sus” lugares de preferencia: luego están ellos sentados en

el piso recargados en las paredes, ahí ellos platican, se

bromean, algunas parejas platican y se acarician; en los

escritorio

pizarrón

patios existen unas bancas hechas de material de cemento,

también este ha sido hecho cautivo de los alumnos, son los

lugares en donde ellos, fuera de las aulas y del tutelaje de

los maestros, tienen mas libertad y se mueven más a su

antojo. Como dice Michel Foucault (1976), sin la mirada

puntillosa de las inspecciones, la sujeción y control de las

menores partículas de la vida y del cuerpo.

6.2. Los Actores

La investigación se refiere a un grupo de alumnos del cuarto

semestre del turno vespertino de la Escuela Preparatoria

Número Siete y al profesor responsable de la clase de

Historia Internacional.

Los alumnos

La composición del grupo la integraban mujeres con edades

entre los diecisiete y diecinueve años; y los varones,

cuentan entre diecisiete y los veinte años. De modo que,

podían contarse un total de diecisiete alumnos, nueve mujeres

y ocho hombres.

escritorio

pizarrón

En virtud de que esta Escuela Preparatoria se localiza

en una zona habitacional de clase media, su población escolar

en lo que respecta al origen socioeconómico, encontramos

alumnos de extracción obrera, y de clase media, aunque su

influencia de "acción" y de selección en lo que respecta a

esa población, abarca a otros sectores de posición económica

mas "acomodada", ya que algunos de sus alumnos provienen de

colonias como Jardines del Country, Jardines de San Javier,

etcétera. Los jóvenes que proceden de estas colonias por lo

general, buscan inscribirse en el turno matutino, y los

primeros se ubican con mas frecuencia en los turnos

vespertino y nocturno, conformándose estos últimos en el

objeto de atención para este estudio.

Se pudo ver desde las primeras observaciones que los

alumnos y alumnas se agrupan de la siguiente manera: tres

“grupitos”: el que se encuentra al contrario de la entrada

del salón, son tres muchachas; el otro se localiza en la

parte de en medio y hasta atrás, aquí se trata de tres

hombres; y otro que se ubica cerca de la puerta de entrada,

se trata de cuatro alumnas. Otro grupo que me parecía “menos

escritorio

pizarrón

integrado”, ubicado en la parte mas cercana a la puerta de

la entrada. Y una de las alumnas más “distante” de los demás,

estaba sola y al frente en la parte de en medio. Y el resto

de los integrantes del grupo se sentaron mas alejados de los

demás (ver cuadro núm. 1).

escritorio

pizarrón

Cuadro 1

representan lugares ocupados por alumnas

representan lugares ocupados por alumnos

lugar ocupado por el observador

El profesor

El Profesor Horacio es un señor que tiene alrededor de

cuarenta años y con quince de ser profesor en esta

institución. Su formación Profesional la adquirió en la

Universidad de Guadalajara, en la antigua carrera de

Administración y Comercio. Su manera de vestir es algo

informal. El tono de su voz es uniforme durante la

escritorio

pizarrón

impartición de la clase, habla con un volumen alto que a

veces se escucha en los salones aledaños, como es frecuente

escucharlo.

Tratando como se observo en varias clases, de hacer el

recordatorio de la lección anterior, con la lista de

asistencia en mano nombraba a alguno de los alumnos. Y

también con sus largos periodos en el uso de la palabra

durante la clase, que se notaba el cansancio y el

agotamiento, con las comisuras de los labios secas, aunque

también era frecuente que llevara consigo una taza de té o

agua, previendo tal vez que era necesario durante la clase.

Con esos movimientos rutinarios de pasearse al frente

del salón, recorriéndolo de un lado al otro solo de la parte

del frente, y también al escribir en el pizarrón su esquema

de cada clase, para guiarse durante la misma; además de su

habitual pregunta de: “hasta aquí, ¿queda comprendido? Pero

también con esas muestras de tolerancia ante las acciones de

inquietud de los alumnos. Fue esta la forma típica de cómo el

profesor estructuró y organizó la clase, y que se convertiría

en la forma más habitual de trabajar con un “estilo” propio”

en el aula.

CAPÍTULO 2. INTERACCIÓN Y “ORGANIZACIÓN SOCIAL EN EL AULA”

En el presente capítulo se pretende describir, con el

propósito de comprender -considerando que no hay “mundo real”

del aula, del aprendizaje y de la enseñanza, sino muchos

mundos reales ocupando universos paralelos, habitados por las

mismas personas, alumnos y maestros, con roles diferentes y

persiguiendo distintos propósitos simultáneamente (Shulman,

1989)- los modos en que es construida por profesor y alumnos

la interacción en el aula, el conjunto de roles que ahí se

juegan, las diferentes rutinas y las formas en como se

estructura la clase a través del estilo docente y el control

que éste ejerce en el aula, así como el conjunto de

actividades que a través del contenido dan lugar a esa

organización social del aula; y por último describiremos el

trato diferencial hacia los estudiantiles y los diferentes

modos en que se crean ciertas negociaciones y transacciones

en la clase.

Así, uno de sus propósitos principales consiste en

buscar e identificar “principios genéricos” (Evertson y

Green, 1989) a través de las acciones, comprender su

significado y sus influencias recíprocas, así como la

interpretación que dan los actores a las mismas, en el

supuesto de que por medio de estos elementos y fuerzas se

produce y se da pauta a una “organización social” dentro del

aula.

2. 1. De las Interacciones y la organización en el aula

Se trata en este primer punto de buscar una mayor comprensión

de las “relaciones educativas” presentes en el aula, (Rueda,

1989) así como de los procesos de enseñanza aprendizaje, como

construcción de significados, que ahí se crean y recrean a

través de la interacción de profesor y alumnos. De esas

relaciones educativas en el aula, según lo define Rueda, como

expresión de un conjunto de relaciones sociales que se

establecen entre profesor y alumnos, en la búsqueda de

objetivos educativos con una estructura institucional dada.

Relación que posee características cognoscitivas y afectivas

identificables bajo temas muy diversos, que viven una

historia, un desarrollo y cuentan con una larga tradición.

Empero más aun, como señalan Berger y Luckman, (1979) se

trata de comprender esos espacios justo ahí donde los hombres

producen juntos un ambiente social con la totalidad de sus

formaciones socio culturales y psicológicas.

En ese sentido, el estudio debe ser orientado más al

proceso y las interacciones, considerando que cada hecho

social solo es comprensible en su contexto. De los modos en

que surgió la construcción de las respectivas estrategias que

maestro y alumnos desplegaron para el logro de los objetivos

educativos, de adaptación y sobrevivencia, imprimiéndole un

orden propio al interior del aula. Dado que, la pregunta

central a la cual pretendemos responder se refiere a: ¿Cómo y

de que manera el docente y los alumnos construyen la

organización social a partir de la interacción y los

encuentros en el aula en el contexto de ese ecosistema

sociocultural, de modos que sirven para aumentar o disminuir

diferentes tipos y proporciones específicos de resistencia

por parte de los alumnos?

Cuestión que implica, para este segundo capítulo, la

consideración de los siguientes cuestionamientos, de una

manera similar a como son planteados por Erickson, (1989):

¿que esta sucediendo en la acción social particular a la que

nos enfrentamos?; ¿que significan estas acciones para los

actores?; ¿cómo están organizados los acontecimientos en

patrones de organización social y principios culturalmente

aprendidos, de acciones recíprocamente significativas?; ¿cómo

se crean y se mantienen esos sistemas de significado en la

interacción diaria entre alumnos y profesores? Y de manera

estrechamente relacionada con estos planteamientos se dejara

para el siguiente capítulo lo que respecta a las preguntas de

si ¿existen diferencias en las perspectivas de significado de

docentes y alumnos en las aulas, caracterizadas por una

disposición mas positiva, o no, hacia las actividades

escolares?; ¿por qué para los estudiantes tiene sentido

aprender en una situación dada y no en otra?; y ¿cómo podría

relacionarse este contexto con lo que sucede dentro y fuera

de él?

De ahí que se crea conveniente para dar una mayor

consistencia y claridad al análisis del proceso de las

interacciones y de la “organización social en el aula”

comenzar con los roles que se despliegan entre maestro y

alumnos, luego las rutinas en el aula; así como también dar

cuenta de la estructura de la clase, del estilo docente y el

control en el aula; de cómo el profesor logra el control por

medio del discurso –de lo que ahí se dice, pero también de lo

que se calla y que podría significar modos de control en

ciertas circunstancias por medio de mensajes gestuales o

corporales- y de las preguntas que son formuladas en la

clase. Otro aspecto sustancial se refiere al conjunto de

actividades que ahí se despliegan, y como se da al interior

de la clase una cierta estructura de participación, y un

trato diferencial hacia los estudiantiles, y por ultimo, las

negociaciones que surgen en el proceso de intercambios

intraaúlico.

2. 2. Los roles: maestro alumno

Brown (Delamont, 1985), afirma cómo la palabra rol ha sido tomadaprestada del teatro, y que hay muy poco en su sentido socio psicológicoque no este prefigurado en su sentido teatral. Luego apunta que los rolesprescriben ciertos modos de comportamiento, pero también permiten unagran cantidad de “interpretación creativa”. En ese sentido Delamontconsidera que la enseñanza es un trabajo, pero afirma, hasta que se llegaa ser un profesor se va aprendiendo a ocupar un rol.

En este apartado se busca identificar y ubicar el conjunto de

roles que tanto profesor como alumnos llevan a cabo en el

interjuego e intercambios en el aula, hacia el reconocimiento

de los significados que han sido construidos a lo largo de

las diferentes historias de los sujetos en la vida escolar,

significados que siguen siendo reelaborados en esos

encuentros y que ambos construyen en el aula. Es necesario

situar, cómo en las aulas es preciso el reconocimiento de los

respectivos derechos y obligaciones de los actores en escena,

dado que, en cierto modo los procesos de interacción y

adaptación dentro del grupo social se logran por vía de este

reconocimiento. Lo cual por lo demás esta estrechamente

ligado al conjunto de actividades y a la organización social

del aula.

Los alumnos en un rol, un papel colaborador de la

estructuración del ambiente del aula, donde se espera que

ellos aprendan; sin embargo, ellos logran también cierta

incidencia en lo que se refiere a los modos en que los

docentes llevan a cabo la enseñanza y el control del aula.

Aspecto este ultimo que será analizado posteriormente.

Por su parte el profesor, como miembro de un cuerpo de

profesionales de la enseñanza, se debe distinguir entre los

atributos de esa ocupación que es la enseñanza, pero con la

advertencia de que es preciso ser sensibles a las posibles

variaciones personales e institucionales.

2. 3. Las rutinas en el aula

Para comprender lo que ocurre en las aulas, debemos partir

del hecho de cómo ahí se enseña algo: “habilidades,

estrategias, procedimientos o conocimientos y una serie de

resultados de socialización a través del contenido de una

materia” (Shulman, 1989) y entonces comprender también como

todo ello estructura una determinada organización social

dentro del aula.

De manera inicial me parece que uno de los aspectos de

importancia de las rutinas es el que se relaciona con el

ingreso y salida de clase. Por una parte, esas rutinas se

relacionan con la dinámica de control y funcionamiento

interno que está regida a través del sistema de timbres.

Timbrazos que marcan la llegada del profesor y el acomodo de

los alumnos para dar comienzo a la clase. Y se oye sonar el

timbre de salida, los alumnos preparan sus objetos escolares

para retirarse, con lo cual se da termino a las labores de

clase cada hora y cada día.

Pero por la otra, esas rutinas de ingreso y salida de la

clase se asocian con ciertas reglas ocultas que se dan al

interior del aula y que frecuentemente se presento durante la

clase, contribuyendo al orden impreso en las relaciones

maestro y alumnos. Lo cual consistió en que algunos alumnos

ingresaran y salieran de la clase “intempestivamente”: una de

las alumnas apenas unos minutos antes de finalizar la clase

había salido y en el momento en que dan el timbre de salida

nuevamente entra -por sus “útiles” escolares- y vuelve a

salir6. De acuerdo con los registros de las observaciones

este suceso se presento marcadamente durante las clases, de

alumnos que constantemente salían o entraban, algunas de las

veces solicitando el “permiso” del profesor algunas otras no

fue así, eso muestra que anta la ausencia de ciertas reglas

6 Registro obtenido de la observación núm. dos. 6 de octubre de 1998

de interacción, tanto para alumnos como profesor, daba lo

mismo entrar y salir en el momento en que ellos quisieran.

Así, en esta investigación se logro conocer cómo algunas

de las acciones que son parte de los aspectos rutinarios de

la clase, se estructuran a partir de la llegada del profesor,

dando paso a la “creación” del ambiente propicio para el

inicio de la clase. Los alumnos toman su lugar de acuerdo a

formas variadas, lo cual de una manera muy importante pauta

la interacción de los alumnos entre si y con el profesor.

2. 3. 1. De cómo se agrupan los alumnos en la clase y uso del espacio

En las rutinas de maestro y alumnos existen una serie de

reglas o acuerdos implícitos, sobre el uso que se hace del

espacio. En ésta escuela preparatoria en particular no existe

un reglamento interno sobre la cuestión que tenga que ver con

el acomodo de las butacas o en general en como los profesores

y alumnos deben usar el espacio en cada aula. Aunque quizá

habría que distinguir entre las aulas “habituales”, es decir,

aquellas en donde los profesores acuden a impartir la clase,

convirtiéndose en lugares en donde los alumnos pasan la mayor

parte de su tiempo en la escuela, es su espacio “mas

privado”. Pero también existen otros espacios como los

laboratorios –de química, física, ingles, cómputo- a donde

ahora los alumnos acuden a tomar algunas clases durante la

semana; además de los “talleres” de cerámica, de pintura,

danza, etc. Sin embargo, la clase que fue observada –historia

internacional- se circunscribe al campo de las ciencias

histórico sociales, área de conocimiento que abarca a las

materias de geografía, sociología, economía, y a las tres

historias: internacional, nacional y regional. En particular

esta materia usualmente se lleva a cabo en las aulas

habituales, aunque eventualmente algunos profesores usen los

salones de audiovisuales para proyectar alguna cinta de

interés para la materia.

Por otro lado, estas aulas como espacios habituales

suelen ser “fríos” y austeros en el sentido de que al

interior de ellos únicamente se cuenta con el mobiliario

básicamente necesario como los pizarrones, las butacas que

usan los alumnos, y el escritorio para uso del profesor. Las

paredes en la mayoría de estos salones de clase están

cubiertas con “azulejo” blanco y en ellas generalmente no hay

ningún tipo de “ornamento” o que exista algún indicio que

marque la “personalidad” ni de los alumnos, pero tampoco de

los profesores, a lo mas se tiene en ellos en la parte

superior del pizarrón un “aviso” que advierte sobre el

cuidado de los salones y de mantenerlos aseados, acaso

también de manera eventual se comunica a los alumnos a través

de hojas que aparecen pegadas en las paredes del salón, por

medio de las cuales se invita a los alumnos a participar en

alguna actividad académica, deportiva o de asuntos

estudiantiles.

Así, los aspectos que tienen que ver con la organización

del espacio dentro de las aulas normales se encuentran

circunscritos al arbitrio por una parte, de los mismos

alumnos, cuando el profesor no insiste en alterar esa forma

“libre” de usar el espacio. Y en la otra parte esta el

profesor, quien algunas veces también se limita a usar solo

las partes del frente del salón de clase, como fue el caso

que se presentó en las observaciones realizadas en esta

clase.

Basta con pasearse por los pasillos de los módulos que

albergan los salones de clase, y asomarse aun durante las

clases para constatar eso. Sin embargo, debo insistir en la

cuestión que tiene que ver con ese uso del espacio, en el

sentido de conocer como ese modo peculiar de usar el espacio

contribuye o no a un buen desempeño de las actividades

escolares, o si ello favorece a que los propios alumnos

logren crear situaciones para evadir el control del profesor

por medio de formas de resistencia, y que probablemente estas

situaciones deban ser producto de una serie de reflexiones y

análisis para ser consideradas como elementos potencialmente

relevantes en un mejor desempeño de las actividades en las

aulas.

Queda, sin embargo, la cuestión sobre si es necesario o

no algún tipo de reglamento con respecto a los usos de los

espacios al interior del salón de clase, el acomodo de la

“butaquería” durante las clases, de los muebles que están

destinados para uso del profesor como el escritorio, los

pizarrones. El diseño en cuanto a la colocación de algunos

medios electrónicos, como la televisión y videocassetteras

para uso didáctico. Esto ultimo tuvo vigencia hace dos

administraciones, una “moda” que vivió su auge, pero que

terminó por desaparecer, ya que a cada uno de los salones de

clase se proveyó de estos medios, mediante el apoyo de los

estudiantes y padres de familia.

Dentro de las rutinas en el aula, una en verdad

interesante se refiere a las formas cómo los alumnos se

agrupan en la clase y como ellos usan el espacio áulico. En

seguida trataré sobre lo que se logro observar en esta clase

con relación al uso del espacio áulico, en esas reglas o

acuerdos implícitos ese espacio “esta organizado” de tal

manera que tanto alumnos como el profesor se apropian de

diferentes formas de él.

Por ejemplo, en cuanto a las formas de “asociación” que

tienen los alumnos para “estar” en clase fue característico

que ellos al llegar al salón, se acomodaban “jalando” las

butacas hacia un lugar que iban eligiendo, para estar en

donde regularmente se instalaban por subgrupos. Su colocación

era de manera irregular, es decir, no en filas o columnas. La

forma mas típica y recurrente de agrupación que se presento

entre los alumnos -a lo largo de las nueve observaciones que

se realizaron- se dio a través de la “asociación” que ellos

elegían al interior del salón, la excepción se dio únicamente

el “día de examen”7. El día de examen los alumnos tomaron un

lugar distinto, o sea, que no se colocaron en “grupos”, como

normalmente lo hacían, ya que el examen deberían hacerlo de

manera individual y separados, al parecer esta forma en que

los alumnos se colocaron no fue por que el profesor les haya

dado alguna instrucción al respecto, ellos simplemente

tomaron su lugar y procedieron a realizar el examen.

Es claro que en cuento al plan de estudios oculto,

mientras que en las clases ordinarias los alumnos toman un

lugar en los espacios destinados a su uso, pero la dinámica

de ese uso en situaciones “especiales” como en el caso cuando

se presentó el día del examen, ahí ellos no se colocaron de

acuerdo a como normalmente lo hacían, por afinidades, con

algunos de sus compañeros, pero de igual forma sigue

7 Registro obtenido de la observación núm. seis. 17 de noviembre de 1998.

prevaleciendo una situación en donde no hay reglas explícitas

acerca del uso del espacio.

En cuanto a las formas de asociación de los alumnos en

las clases se observó, por ejemplo, la existencia de dos

“grupitos”, cuya distinción estuvo marcada por la separación

entre sexos. En el primero de ellos se formaba de tres

alumnas; el otro, por tres hombres. Además de otro grupo

“menos integrado” formado también por alumnos varones. El

resto de los alumnos mantenían menor “afinidad” con aquellos.

Una de las alumnas, en este caso, ocupaba un lugar al frente

en la parte media del salón y separada de los demás.

Sin embargo, hay que señalar que estas pautas de

agrupación, con respecto al uso del espacio, en realidad no

fueron por completo homogéneas e invariables como pudo

notarse desde la segunda observación, sino más bien los

espacios ocupados por los grupitos podía ser en un lado del

salón o en otro, pero por lo regular eran los mismos

integrantes los que se juntaban en el mismo grupo aunque en

diferente espacio. Esto refleja de una manera importante las

elecciones que los alumnos hacen al colocarse ya sea con uno

o con otro compañero, y las razones que los mueven a tomar

estas decisiones, asunto que veremos más adelante. Empero

quizás lo relevante del caso es esto cómo influye en el

aprovechamiento escolar o en la generación de formas de

resistencia a la acción pedagógica

Un aspecto también interesante en torno al “respeto” por

la no invasión de los espacios entre alumnos y profesor. Los

alumnos suelen limitarse a lo que corresponde al espacio en

donde inicia el acomodo de las butacas. Porque, además en

ninguna ocasión los alumnos pasaron al frente, en donde se

encuentra ubicado el pizarrón, esto cuando menos durante la

clase, ya que una vez concluida, ellos se movían con más

“libertad”.

Dos o tal vez tres movimientos, se han hecho ver con mas

claridad en torno a esa libertad de movimiento dentro de los

“espacios privados”: cuando un alumno, en la segunda

observación, se cambio de lugar ya casi al finalizar la

clase, y pude ver que lo hacia para alcanzar a ver y poder

copiar lo que el profesor había escrito en el pizarrón. El

otro, corresponde a la tercera observación, y es cuando una

alumna al iniciar la clase se pone de pie, toma el borrador y

borra lo que estaba escrito en el pizarrón correspondiente a

otra clase.

Algunas preguntas que se plasman en razón de lo anterior

son: ¿Cómo se explica el que los alumnos tomen ciertos

lugares al interior del salón, agrupándose de la manera en

que lo hacen? ; ¿a través de esas formas de agrupación ellos

se evaden del control del profesor y lo asumen como maneras

de resistir? ; ¿por qué ellos eligen ese modo irregular de

acomodo de sus butacas al parecer sin interés en que existan

la ordenación de las mismas a través de filas y columnas? ;

¿cuál debería ser el papel del profesor frente a tales actos

de los alumnos bajo la consideración de que se deba de

conservar cierto acomodo de las sillas y en consecuencia de

los alumnos por medio de filas y columnas?

Con relación a la primera pregunta cabe la consideración

de que hay algunas razones que explican por qué los alumnos

se acomoden en ciertos lugares en el salón, y el que se

agrupen de la manera en que lo hacen, podría responderse con

algunas evidencias que arrojo la entrevista que se aplicó a

los alumnos de la clase, quizá pudiéramos entender que ello

refleja cierta forma de evasión y de resistencia a la clase:

Aa1. Bueno o sea, a veces si le ponía atención y a veces no, yo en todas las clases siempre platico, o sea ¡siempre¡ (enfatiza más ésto último que dijo), (la)... clase, o sea a mi si me gustaba, y más porque podíamos platicar...8

Eso podría significar que los alumnos se agrupan para

encontrar formas de hablar de lo que acontece en sus asuntos,

de bromearse entre ellos, porque es claro que según los

acontecimientos observados ellos no se “juntan” con

cualquiera sino solo con aquellos con los que logran cierta

afinidad en las interacciones e intercambios.

Otro de los modos en que los alumnos escapaban del

control del profesor, o entendido como otra de las formas de

resistencia, también se presento por medio de que ellos

estaban “cada quien con su ‘rollo’”:

Aa2. ...una sola vez se enojo mucho (se refiere al profesor)...porque de plano nadie le estaba haciendo caso, la mayoría cadaquien con su “rollo"... nunca yo lo vi enojado...le valía... dijo

En lo sucesivo utilizaré las “claves” Ao1, Ao2, Ao3, etc., parareferirme a los alumnos varones; Aa1, Aa2, Aa3, etc., para referirme alas alumnas y para el profesor usare la letra “P”. Aunque, en el caso delos alumnos, no necesariamente la misma clave identifica al mismo alumnoo alumna, solo es utilizado como un recurso que en las diferentessecuencias de las viñetas narrativas buscan distinguir a losparticipantes en los acontecimientos registrados.8 Entrevista personalizada a una alumna de la clase. 12 de julio de 1999

que los que de verás no quisieran entrar mejor no entraran que else quedaba con pocos alumnos pero que deberás le hicieran caso...“vienen aquí a estudiar, los que no quieran pues mejor no entren yvayan a jugar abajo o a ver a donde” (ella trataba de parafrasearlo que el maestro había dicho)... unos estaban haciendo otrastareas, otros platicando...9

En otra secuencia narrativa que muestra esa evasión de

los alumnos, aunque también hace evidente el porque los

alumnos se asociaran en pequeños grupos al interior del

salón, se muestra de acuerdo a uno de los registros obtenidos

de las observaciones. Ahí se logro captar como en la parte

del centro del salón unos alumnos reían, miraban un cuaderno

que uno de ellos traía. Una alumna que estaba atrás de ellos

se pone de pie, y se asoma por encima de sus cabezas para ver

por qué reían, nuevamente se sienta. Pude notar que le

molesto lo que estaba dibujado ahí. A la salida pregunté a

los alumnos del por qué se reían, y uno de ellos respondió

que se debió a que estaban: primero viendo un “trabajo” del

“taller de dibujo”, pero que luego habían dibujado el rostro

de su compañera, diciendo que por eso reían10.

9 Entrevista personalizada a otra alumna de la clase. 12 de julio de 1999.

10 Registro de la observación núm. cuatro.27 de octubre de 1998.

En lo que respecta a la tercera pregunta planteada, del

por qué los alumnos acomodan de irregular modo el acomodo de

butacas, tal vez el siguiente comentario de uno de los

alumnos haga entrever cual es el significado que en este caso

le asigna al orden y la disciplina en la clase.

Ao1. Yo digo que es muy importante porque si no hay orden ydisciplina... no tiene que ser asi como tanto, o sea no tiene queser así como militar... todo tiene que ser flexible... un buenorden y una disciplina para un buen aprendizaje, yo creo que nuncava a dejar de existir11.

Como se puede notar el “orden y la disciplina tiene que

ser flexible”, aunque después dice este alumno que eso es

indispensable para un buen aprendizaje. En cuanto a la

consideración hecha por éste alumno acerca de lo que él

piensa sobre el orden y la disciplina, parece claro que las

formas en que los alumnos contribuyen a ese orden en el aula,

se deben en mucho a las experiencias previas que comportan en

sus vidas como escolares.

Por otra parte, ya lo señalábamos líneas arriba, el

profesor frente a tales actos de los alumnos, ¿cuál debería

ser su papel? Ya que el punto central que argumentamos y que

requiere ser develado es de que manera ello puede influir en11 Entrevista a un grupo de alumnos de la clase. 15 de enero de 1999.

las actividades de la enseñanza y el aprendizaje, o en todo

caso lo que ello pudiera hacer surgir como alguna forma de

resistencia por parte de los alumnos, cuestión que es

planteada en la segunda pregunta. En ese sentido el profesor

apela a las obligaciones y derechos de los alumnos:

P. El maestro tiene una tarea muy amplia, diversa, debe detransmitir al alumno, que también debe asumir sus obligaciones, susderechos. Pero si me salen de que quieren hacer actos delibertinaje y toda la cosa pues fíjense que no se va a poder, sinoque todo lo que precisamente del maestro hacerles toda una serie deindicaciones12.

12 Entrevista al profesor de la materia. 14 de enero de 1998.

Objetando, que los alumnos no deben de realizar actos de

libertinaje, sino que el profesor debe dar “una serie de

indicaciones”. Este punto sobre el uso que hacen del espacio

los alumnos y el profesor, es decir, la manera en que se

organizan y distribuyen en el, es particularmente

interesante. Mientras que los alumnos se organizan de una

manera específica sin un acomodo ordenado, en filas o

columnas, el profesor si cree que se deben dar indicaciones

para que no se de un “libertinaje”.

En la entrevista aplicada al profesor él se refería al

orden y la disciplina en el salón de clases en los siguientes

términos:

P. Bueno es uno de los elementos primordiales, básicos si no haydisciplina pues, simple y sencillamente la cátedra, el orden sepierde y al final de cuentas que se logro que entonces losmuchachos hacen lo que les da la gana...

Al parecer en la idea que el profesor tiene del orden y

la disciplina no entran los aspectos que tienen que ver con

el acomodo de los alumnos en el aula, sino con otros

aspectos. Sin embargo, una pregunta se hace presente con

relación a ese acomodo: ¿cuál es el impacto y cuales son los

resultados que tiene para alumnos y profesores, como el caso

que estamos discutiendo, sobre “la buena marcha de las

actividades escolares”? Es probable que un estudio más

detallado sobre este aspecto particular resulte revelador, el

afán en este trabajo es no entrar en detalle a profundizar en

ello, sino bosquejar algunos aspectos, como hemos visto y que

me parecen esclarecedores al respecto.

Si bien, en lo que ya comentamos mas arriba sobre por

qué los alumnos se agrupan de la manera en que lo hacen,

según la respuesta que dio Aa1, en la entrevista que le fue

aplicada, ella se refería a que las afinidades se buscan y

así “poder platicar” durante la clase. Situación que pone en

claro que estas acciones son parte de las reglas ocultas o

tácitas que son sobreentendidas y al parecer aceptadas por

profesor y alumnos, ya que la actuación de los participantes

las asume así nada más.

2. 3. 2. Las rutinas del profesor

Las rutinas del profesor consistieron en llegar al salón de

clase, dirigirse casi invariablemente al escritorio, dejaba

sus objetos- suele traer una bolsa de plástico, y la lista de

asistencia -en el escritorio. Luego, se dirigía al pizarrón

para dar inicio “al ritual” de elaborar su “esquema” para

conducir y orientar su clase. El tono de su voz era uniforme,

hablaba con un volumen alto que a veces se escuchaba en los

salones aledaños, como en las ocasiones en que el observador

se ha encontrado trabajando en algún grupo aledaño a donde el

profesor da sus clases.

Con relación a la organización del espacio, de cómo esos

patrones de acciones marcaron un ambiente especifico, Bordieu

(1988) aclara acerca de cómo los sujetos en el campo de la

cultura organizan sus espacios y le dan cierto sentido. Parte

de lo que este autor llama “habitus”, definiéndolo como un

conjunto de estructuras mentales y cognitivas que existen en

la mente de los actores, esquemas internalizados mediante los

cuales las personas manejan y le dan sentido al mundo social,

producen sus prácticas, las perciben y las evalúan.

Por otro lado, en lo que este autor llama el “campus”,

dice, que éste apuntala y guía las estrategias para

salvaguardar o mejorar las posiciones sociales, para imponer

el principio de jerarquización dentro del mercado

competitivo. Es en nuestro caso, tal vez ese principio el que

podría operar en el ambiente del aula, el profesor con su

jerarquía o su autoridad, y los alumnos en sus respectivos

roles de “subordinación”. Señalando a estos dos elementos, el

campus y el habitus, en su relación dialéctica como

productores del mundo social, a la vez que son producidos por

él, según Bourdieu, como estructura estructurante y

estructuradora.

El profesor y el modo como usó el espacio en el salón de

clase, de acuerdo con las observaciones y sus respectivos

registros ese uso se limitó por la apropiación que hizo de la

parte del frente del salón, es decir, que el profesor en una

especie de “rondas” de un lado a otro de la parte del frente

del aula, sin afán alguno de “violar” el espacio que ocupan

los alumnos, el cual se encuentra delimitado donde inicia la

primera fila de butacas para alumnos. La pregunta que salta

de inmediato en torno a esta serie de acciones por parte del

profesor es: ¿en que medida estos patrones de acciones marcan

un ambiente especifico quizá de resistencia o simplemente

definan e inviten a no invadir los espacios vitales de

profesor y alumnos, pautando también una interacción típica

entre estos actores? Como ya lo han hecho notar McDonald y

Elias (Shulman, 1989), con relación a los efectos de las

acciones del profesor y la forma de interactuar con los

alumnos tendrían diferentes efectos sobre lo que aprenden los

alumnos y el modo en que lo hacen. Lo que, por lo demás,

podría entenderse como parte expresiva de los simbolismos y

de los rituales que marcan y a la vez constituyen el

ejercicio docente.

CAPÍTULO 3. LA ESTRUCTURA Y EL CONTROL DEL AULA

3. 1. La estructura de la clase

Cazden, en El discurso del aula (1989) afirma que a través del

análisis sociolingüístico del aula como sistema de

comunicación se puede lograr una comprensión profunda de los

acontecimientos sociales que ahí se presentan. Menciona

acerca de los acontecimientos y las estructuras de

participación en el aula. Precisa que la estructura de estos

“subambientes” ponen de manifiesto un conjunto de reglas y

normas que guían la conducta que se produce en ellos, y que

las personas ocupan lugares en los guiones o esquemas de

conducta que se forman en el ambiente del salón de clase.

Así, Mehan habla sobre la estructura de la lección, como

clarificación de lo que se entendía que era la estructura

comunicativa de los individuos, y Coulthard sobre la

estructura de participación con relación a los derechos y

obligaciones de los participantes (Cazden, 1989).

Buscando comprender tales cuestiones, la intención de

este apartado es determinar las maneras en que se construye

la organización social del aula a través de las estructuras

de trabajo, tratando de comprender el estilo del docente y

los modos por medio de los cuales se busca tener cierto

control en el aula. De ahí que sea necesario conocer las

diversas actividades de enseñanza aprendizaje que son

instrumentadas y desplegadas por los participantes para el

logro de los propósitos del curso, según lo marca el

“programa de la materia” interviniendo en ello la manera en

que el profesor traduce tales propósitos; también las

diferencias de trato del profesor hacia los estudiantes y la

manera como las negociaciones, entre docente y alumnos,

logran tener un papel importante en la organización social en

el aula.

3. 1. 1. Las actividades en el aula

Una vez que sonaba el timbrazo de entrada a la clase se daba

lugar al inicio de las actividades, como ya lo observa Grenn

(Cazden, 1989) que las actividades tienen estructuras de

participación, con derechos y obligaciones relativos a ellas,

donde los encuentros cara a cara se encuentran a su vez

regidos por reglas especificas del contexto. Indica Grenn que

los indicios contextuales son los indicios verbales y no

verbales, como el timbre de voz, acento y entonación; gestos,

expresión facial y distancia física, los cuales indican como

deben entenderse las emisiones, donde la comprensión

conversacional requiere la formulación de deducciones. De

esta manera, afirma este autor, las reglas para la

participación son implícitas, se transmiten y aprenden a

través de la interacción misma, desarrollándose a través del

tiempo marcos de referencia que guían la participación

individual.

Todo comenzaba con la llegada del profesor a la clase,

invariablemente elaboraba su “esquema” en el pizarrón para

dirigir y orientar su clase. Su tono de voz se oía uniforme,

con un volumen alto que a veces se escuchaba en los salones

aledaños.

En esta parte pretendo señalar la manera cómo el maestro

interpreta y lo que para él significa lo que debe ser y como

se deben impartir los contenidos a través de ciertas

actividades de la materia según se sugiere en el “programa de

la asignatura”.

P. Bueno, yo creo que de acuerdo al programa, las actividades, quesegún son las óptimas o las convenientes, me he dado cuenta de quelas actividades que plantean ahí en el programa, como que a vecesno se encuentra... eso de darles que investiguen los temas, sobrelos trabajos que el alumno debe de realizar...a veces dejar eltrabajo pues, ahí está una de las resistencias...13

Al parecer mientras que el programa se inscribe en el

currículum formal, por otro lado se encuentra el “plan de

estudios oculto”, y en ambos se plasman las propias ideas y

creencias del profesor y de los alumnos. Para el profesor el

programa y las actividades, “que según son las óptimas o las

convenientes... como que a veces no se encuentra...”, es

perceptible que tales prescripciones del programa no son del

todo tan afortunadas para el profesor, por lo que el mismo le

imprime su propia idea de cómo deben ser las actividades en

el aula.

En otro sentido con relación a la elaboración de los

esquemas, esa actividad que el profesor de manera persistente

13 Entrevista realizada al maestro. 14 de enero de 1999.

mostró a través de la “elaboración de esquemas” en el

pizarrón. De hecho a lo largo de las nueve observaciones

realizadas fue recurrente en el profesor que desde inicio de

clase elaborara un “esquema” a manera de “cuadro sinóptico”,

o lo fuese desarrollando a lo largo de la clase,

continuamente se acercaba al mismo, apoyándose en él para

dirigir la clase. Generalmente comenzando desde él titulo del

tema que se vería ese día; así lo iba haciendo conforme veía

cada uno de los puntos que trataba en la clase. Aunque por su

puesto no siempre fueron tan amplios o muy elaborados algunos

de esos esquemas14.

Se dejo sentir una especial preocupación por parte del

profesor por ir al día con el “programa de la materia”, ya

que repetidamente recordó que: “estamos atrasados en las

clases”; “vamos atrasados con dos lecciones”

Las actividades de la enseñanza y el aprendizaje durante

el tiempo en el que transcurrió el curso regular escolarizado

y las interacciones que se crearon entre maestro y alumnos

revelaron que ahí se llevan a cabo dos clases de actuaciones,

14 Registros correspondientes a las observaciones núms. tres y cuatro. 17y 27 de octubre de 1998, respectivamente.

se negocian dos tipos de currículum (Shulman, 1989). Una en

el aspecto organizativo, de interacción social y de

desarrollo de la vida en el aula, como currículum oculto; la

otra se refiere a las “tareas académicas, la asignación

escolar, el contenido del aula” como currículum explícito.

Los contenidos de estas dos actuaciones, estas “formas de

transmisión pedagógicas”, constituyen la esencia misma de la

empresa educacional, porque definen para que sirven las

escuelas, cuales son los propósitos que están destinadas a

cumplir, por medio de las tareas comunes del aula definen la

esencia de la vida en ella (Shulman, 1989). Por lo que

resulta de singular importancia lo que atañe a las

interacciones maestro alumno, relaciones que establecen ambos

“dentro y a través del contenido".

En ese sentido, un aspecto importante de esta relación

es lo que sucede entre lo que el profesor hace en el aula y

lo que les pasa a sus alumnos. O como apuntan McDonald y

Elias (citados en Shulman, 1989), de estimar los efectos de

las acciones del profesor o de las actividades docentes sobre

el aprendizaje del alumno. Bajo la idea de que las

diferencias entre los profesores en cuanto a la manera de

organizar la instrucción, los métodos y materiales que usan y

la forma de interactuar con los alumnos tendrían diferentes

efectos sobre lo que aprenden los alumnos y el modo en que lo

hacen.

Como ejemplo de lo anterior el profesor menciono en

repetidas ocasiones que iban atrasados en las lecciones. En

una de las clases parece que ve el programa de la materia, y

luego dice, “¡ah miren, no estamos tan atrasados!”15, y una

alumna como efecto de la preocupación mostrada por el

profesor dijo: “No vamos tan atrasados, maestro”, el profesor

responde: “No, estoy viendo que no, vamos todo al contrario,

¡ahora si!. Entonces vamos a ver...”.

Remarcando este acontecimiento, en una de las

observaciones el profesor se refiere a la suspensión de

clases que “frecuentemente ha habido”. Dice: “en verdad no se

pierde, sino que es una ‘formación’ para el maestro. Agrega,

que la formación no se da solo en el aula, como transmisión

de conocimientos, sino que hay otras actividades que lo

15 Registro correspondiente a la observación núm. cinco. 10 de noviembre de 1998.

hacen... es el proceso educativo16. Parece claro que es pues

esa transmisión de conocimientos lo que conforma ese proceso

educativo conformándose en el modo en que el profesor

entiende la formación de los alumnos, pero que

definitivamente es esa concepción la que logra influir en los

alumnos en lo que aprendan a través de esos encuentros e

intercambios en el aula.

3. 1. 2. El trato diferencial hacia los estudiantiles

De acuerdo a lo que pudo ser observado y analizado en la

dinámica y en la organización de las actividades en el aula,

por medio de las interacciones y de intercambios resulta

claro que en el diseño del ambiente existe un marcado trato

diferencial hacia los alumnos, en el sentido de que mientras

que algunos de ellos parece que se adaptan a ese medio y

logran subsistir “ocultando su presencia”, por lo que

entonces para los que no cooperan el castigo y para quienes

si lo hacen la recompensa como se manifestó en esta escena16 Registro correspondiente a la observación núm. tres. 17 de octubre de 1998.

observada: “El grupo no quiere cooperar”, dice el profesor.

Un alumno sale en defensa de uno de sus compañeros, menciona

a Ao1, quien se ha destacado por participar mucho en clase, y

que “no pudo venir a la escuela el día de hoy, por razones de

trabajo”. El profesor: “hay algunos de los que no están aquí

que son buenos alumnos”, y “se les podría dar una

oportunidad”17.

Por su parte, los alumnos parecía que se quejaban ante

el suceso registrado el “día del examen”. ¿Cómo perciben los

alumnos?: “nadie sabía que se haría esta actividad de examen

este día”, “ni siquiera nos había avisado de que tendríamos

examen ese día”18.

A la clase siguiente después del día en que se aplico el

examen el profesor llega, nombra lista, al concluir dice: “y

los demás, ¡se pueden salir!, nada más los que mencioné se

quedan y los demás les doy ¡mas vacaciones!”, se salen del

salón varias alumnas, y una de las que aun no salían le

17 Registro de la observación núm. seis. 17 de noviembre de 1998.18 Al día siguiente del día del examen, las alumnas a las cuales el profesor les había negado la oportunidad de hacer el examen me comentaron, cuando nos encontramos en los pasillos de la escuela, en una entrevista informal que el maestro no les había dejado entrar al salón, había confusión en sus comentarios. Una de ellas decía que el maestro se había enojado porque hacían tareas de otras clases dentro de su clase.

increpa al profesor: “¿por qué?...” “Maestro nosotras...”, el

maestro le interrumpe abruptamente: “!no, no, no¡”; y el

profesor se encarga de recordarles que: “hicimos una

actividad que valía, no se presentaron a pues, ¡que suave!”;

otra alumna: “no, maestro pues si no...19”

En una entrevista realizada a una de las alumnas de la

clase manifestaba:

Aa1: Yo pienso que en ocasiones nada mas Ao1....o sea no lepreguntaba directamente pero hacia la pregunta y dirigía, o sea sedirigía hacia Ao1., como diciendo Ao1. tu dime... con su forma deverlo y a la mejor... a los demás, póngale que si decía en general

la pregunta pero en casos si se dirigía más a Ao120.

En ese sentido resulta muy sugerente lo que ya menciona

Shulman, (1989), al referirse a una serie de estudios que de

manera sistemática habían abordado la problemática acerca de

las expectativas del profesor, Shulman explica como Rosenthal

y Jacobson, afirmaban que en la escuela, los enseñantes

comunicaban sutilmente sus expectativas a los alumnos, a

través de patrones de elogio, interrogación, tonos de la voz

y de las oportunidades de aprender.

19 Registro correspondiente a la observación núm. siete. 23 de noviembre de 1998.20 Entrevista individualizada a una de las alumnas de la clase. 12 de julio de 1999.

En el caso de lo que en la siguiente viñeta se describe,

veremos como el profesor y Ao1, logran una secuencia de

dialogo que podríamos considerar larga, y que refleja de una

manera clara, que solo el que tiene ciertos conocimientos

previos es el que logra integrarse activamente a la clase.

Cazden, (1989) menciona acerca de la importancia de lograr la

comprensión de los acontecimientos sociales del aula a través

del habla y también sobre los conocimientos que adquieren los

alumnos, ello se pone de manifiesto por medio de procesos por

los que relaciona los nuevos conocimientos con los

anteriores, lo cual depende de las relaciones sociales, y del

“sistema de comunicación que implanta el docente”.

Dando “pistas”, la clase se refiere al “Renacimiento”:

P. Literatura y teatro. ¿Y aquella que combinaba el sonido con eltiempo?

Ao1. La operaP. !No es cierto¡ Sonido con el tiempo, mas largo, alto, lento,

rápido.Ao1. ¿La música?P. ¡Eso!Ao1. Oiga maestro y la Opera ¿cuando surgió?, ¿no surgió en el

Renacimiento?P. Ahh, si también... los exponentes, vamos a ver lo que es laOpera, si tienes razón, también... ¡Si! tienes razón... claro. Enla química se dice que los primeros que dieron vida a esta cienciafueron los “alquimistas”, ¿si han oído hablar de ellos?Ao1. ¡Sí! son los que querían convertir los metales en oro.P. ¡Exacto!

Ao1. Maestro ¿en la física no cabría también... este, LeonardoD’avinci?

P. ¿No! mas bien fue lo... o ¿sabes donde? podemos decir, este eningeniería. ¿si?

Ao1. ¡Si!

El profesor le da una explicación acerca de algunos de

los inventos que Leonardo D’avinci había hecho. La respuesta

se dirigía más a este alumno:

Ao1. Maestro, ¿también este Leonardo D’avinci fue quien inventó eltanque de guerra, no, lo diseño?

P. Exactamente...Ao1. O sea... fue ingeniero, pintor...P. Diseñador, calculador (sic), ¡si! Ao1. Fue un genio como dicen...P. Yo creo que fue una de las personas...21

Se enfrascan en un intercambio de preguntas y

respuestas. El alumno interviene por cuatro veces

consecutivas, con el mismo numero de contestaciones por parte

del profesor. Me parece que ante situaciones como las que

aquí se han mostrado dejan entrever las maneras en como se

construyen los “sistemas de significado” (Cazden, 1989) entre

los participantes en la escena. Es claro el desconcierto de

los alumnos ante la situación amenazante de perder la

calificación del examen, pero también la incertidumbre ante

21 Registro obtenido de la Observación núm. siete. 23 de Noviembre de 1998.

situaciones no definidas por medio de unas reglas claras en

la interacción. Y mientras unos “que son buenos alumnos”

gozan de ciertas preferencias, los demás tendrán que

sujetarse a los dictados del profesor quedando más

vulnerables al castigo del profesor.

3. 1. 3. Las negociaciones

Podrá notarse, que algunos grupos escolares presentan una

mayor capacidad de negociación que otros en sus “arreglos” y

transacciones para preparar el terreno y así interactuar de

acuerdo a un marco que estructurara el trabajo entre alumnos

y profesor a lo largo del periodo escolar. Marco que además

durante un curso va a tener la característica de ajustarse

algunas veces a otros cambios de perspectiva y de

significatividad por parte tanto de maestro como de los

alumnos, lo cual habla de cierta plasticidad y dinamismo al

ajuste que de manera regular y cotidiana deben hacer estos

actores en la escena escolar.

En este sentido Cazden (1989) ya lo ha hecho notar

cuando señala la relación entre la estructura de

participación y contenido escolar, afirma, que en el aula hay

una construcción conjunta del discurso entre alumnos y

profesor, donde los primeros tienen un rol importante en lo

que se refiere a determinación de los métodos en que los

docentes llevan a cabo la enseñanza o el control del aula.

Así, se puede afirmar que dentro de ese ámbito existe un

margen de negociación donde los alumnos llevan a cabo un

papel colaborador de la estructuración del ambiente del aula.

Lo cual me parece particularmente importante en lo que

concierne a ciertas ideas predominantes en algunos profesores

y ciertos ambientes escolares donde se cree que los alumnos

son sujetos que carecen de decisión e influencia en lo que al

diseño del ambiente dentro del aula se refiere, y que

entonces el profesor y el currículum por medio de los planes

y programas se encargan de estructurar y diseñar por completo

la organización social del aula.

3. 2. El control en el aula

Jackson (Delamont, 1985) se refiere a la “naturaleza esencial

de la enseñanza”, explicando que algunos de los rasgos que

caracterizan a la ocupación de la profesión de la enseñanza

son: el aislamiento que el profesor vive en el aula; la urgencia,

que surge por el gran numero de alumnos con los que se

enfrenta, significando que el profesor tiene que tomar

decisiones inmediatas, en los “miles de intercambios

interpersonales” que se hacen presentes en el aula; y la

autonomía, donde el profesor “esta solo y posee todo el

control”. Agrega, que el profesor ante estas circunstancias

tiene poder o autoridad sobre muchos aspectos de la vida de

los estudiantes: control sobre el conocimiento, sobre la

conducta, lenguaje e indumentaria. Por lo que se pone en el

centro de la discusión la cuestión del poder, donde profesor

y alumnos disponen de diferentes niveles y capacidad de

negociación debido a situaciones como esta que se presentan

en el aula.

Por otra parte, también resulta importante considerar

cómo el profesor a su vez tiene cierta vulnerabilidad con

respecto al control del conocimiento. Las amenazas a ese

control del conocimiento que ostenta el profesor, le pueden

significar situaciones perturbadoras en su ámbito de

autoridad, tanto desde su autonomía dentro del aula, con los

alumnos, como veremos más adelante, así como también las

amenazas dirigidas a su autonomía de programación (Delamont,

1985).

Foucault (1976), con relación al control se referirá a lo

que designa como minucia de los reglamentos, la mirada

puntillosa de las inspecciones, la sujeción y control de las

menores partículas de la vida y del cuerpo aspectos que dan

pronto dentro del marco de la escuela un contenido laicizado

una racionalidad económica o técnica a este calculo místico

de lo infinito y del infinito.

Se trata de vigilar la conducta de cada cual,

apreciarla, sancionarla, medir las cualidades y los méritos.

Procedimiento, pues, para conocer, para dominar y para

utilizar. La disciplina organiza un espacio analítico. La

unidad en la disciplina es el rango: el lugar que se ocupa en

una clasificación. La disciplina arte del rango y técnica

para la transformación de las convinaciones. Individualiza

los cuerpos por una localización que no los implanta, pero

los distribuye y los hace circular en un sistema de

relaciones.

Explica Foucault que el rango, en el siglo XVIII,

comienza a definir la gran forma de distribución de los

individuos en el orden escolar: hileras de alumnos en la

clase, los pasillos y los estudios, alineamiento de los

grupos de edad, sus adelantos y su conducta, ocupa ya un

orden ya otro; se desplaza sin cesar por esas series de

casillas, las unas ideales que marcan una jerarquía del saber

o de la capacidad, las otras que deben traducir materialmente

en el espacio de la clase o del colegio la distribución de

los valores o de los méritos espacio ritmado por intervalos

alineados.

La organización de un espacio a través de la asignación

de lugares individuales en la escuela ha organizado una nueva

economía del tiempo de aprendizaje. Ha hecho funcionar el

espacio escolar como una maquina de aprender, pero también de

vigilar, de jerarquizar, de recompensar.

3. 2. 1. El estilo docente y el control en el aula

Señalan Evertson y Green (1989), que las conductas pueden

tener mas de una función en el caso del docente, éste a

través del mensaje puede dirigirse a los alumnos y al mismo

tiempo puede ser una señal de control. Estos autores afirman

que estos patrones se pueden describir en términos tanto de

sus funciones como de sus efectos. Así, lo que se trata de

comprender es cómo a través de los mensajes del profesor se

pueden descubrir ciertos patrones que pautan la interacción

entre éste y los alumnos, pero también descubrir los efectos

que de esta forma se producen en el aula y crean cierto

ambiente en la interacción, lo cual esta fuertemente

relacionado con el “sistema de comunicación que implanta el

docente”, lo cual posibilita, obstruye o diseña un cierto

tipo de la relaciones sociales en el aula (Cazden, 1989).

Se trata de lograr un “análisis comprehensivo de las

estructuras de la lección” y de las actividades en el aula,

que es de lo que nos ocuparemos en seguida, para que ello

mismo hable del estilo docente, tratando de comprender las

reglas y normas implícitas y explícitas que guían las

acciones que producen los actores, como “guiones o esquemas

de conducta que se forman en cada uno” (Cazden, 1989), de

esos acontecimientos y sus estructuras de participación,

buscando identificar “el trato diferencial” por medio de “las

preguntas del docente y su reacción ante las respuestas del

alumno”. En la explicación de como todo ello se encuentra

supeditado a ciertas intenciones de control en el aula por

parte del profesor.

En lo que afirmábamos líneas arriba en torno a que las

conductas a través de los mensajes pueden tener mas de una

función: dirigirse a alguien y al mismo tiempo ser una señal

de control, como patrones que pueden ser descritos desde el

punto de vista de sus funciones como de sus efectos. Cazden

(1988) al referirse al discurso del aula, señala que, en la

clase el maestro inicia casi todas las interacciones con un

conjunto de señales delimitadoras como “y bien” o “bueno”; de

manera que una de las características mas acusadas del

contenido del habla del maestro es la expresión de control,

según Cazden, control del comportamiento como del habla

misma. Citando al especialista en lingüística Michael Stubbs,

menciona como éste autor encontró hasta ocho clases de habla

“metacomunicativa” cuya función principal es controlar.

La regulación de actividades así como el registro de las

participaciones se constituyen como otra modalidad de

control, vigilancia del cumplimiento de las obligaciones

estudiantiles y el control de tareas fuera del aula (Romo,

1993). Explica Romo que los procesos de control subsisten en

todos los aspectos, incluso en las relaciones mas espontaneas

de los alumnos, cuyas pláticas informales en momentos de

clase, por ejemplo, son sancionadas y reprimidas. Se hace un

énfasis continuo en el discurso docente, hacia el deber ser,

hacia la asignación de actividades, de exámenes, y a través

del dictado, hacia el control de la escritura. El paradigma

real de enseñanza aspira a la eficacia obtenida por la

vigilancia continua, independientemente de las tareas que

sobre el contenido se realicen. Y agrega, que al interior del

salón existen modalidades de liderazgo, que marcan el tipo de

relación maestro alumno.

Por otra parte, a lo largo de las observaciones en este

estudio se pudo conocer la existencia del predominio de un

modelo de trabajo docente centrado más en la enseñanza que en

el aprendizaje, (Barr y Tagg, 1995). Es decir, que el

torrente de acciones al interior del aula se circunscriben y

se refieren más arrolladóramente al profesor y no tanto a lo

que hacen o pudieran hacer los alumnos.

Durante las observaciones en el aula se presentaron de

manera clara cuando menos tres situaciones típicas de cómo el

profesor logró el control del aula. Una de ellas se refiere

al manejo del discurso en el salón de clase; la segunda, se

refiere al control a través de las preguntas del profesor; y

la tercera tiene que ver con el control y la ausencia de

tareas en la clase. En seguida veremos como se presentaron

cada una de ellas.

3. 2. 2. El profesor y el control del discurso

Una de las formas a través de las cuales el profesor organiza

la clase esta fuertemente marcada por el uso y control que se

hace del discurso dentro del aula. Con respecto a este uso y

manejo del discurso como conocimiento, poder y forma de

control pudo conocerse, por ejemplo, en una de las sesiones

de clase observadas,22 que el profesor se mantuvo en el uso de

la palabra por un tiempo no menos de treinta minutos, sin

interrupción alguna por parte de los alumnos. Y de manera

invariable a lo largo de las nueve observaciones hechas al

grupo en cuestión se logro conocer como el profesor se

mantuvo en el uso y control del discurso por largos espacios

de tiempo.

Ao1. ...el maestro se la pasaba hable y hable...

Ao2. Había veces que el maestro se pasaba toda la hora nomáshablando, hablando23.

En otra secuencia muy interesante con respecto al

control del discurso. Ocurrió durante el intento de hacer un

recordatorio de la lección anterior al inicio de la clase,

22 Registro obtenido de la observación núm. cinco. 10 de noviembre de 1998. 23 Entrevista a un grupo de seis alumnos. 15 de enero de 1999.

actividad que consistió en algunas ocasiones en tomar la

lista de asistencia y seleccionar a algún alumno y luego

solicitarle que diera el recordatorio de la lección pasada.

Por ejemplo, en una de las nueve sesiones observadas, no

obstante que el profesor manifestara que “como en otras

clases, ahora también se hará un recordatorio”:

Con la lista de asistencia en mano señala a un alumno, a ver Ao1.,pregunta el profesor ¿que vimos en la clase pasada?...el joven se“traba”... intenta comenzar a hablar... el profesor lo interrumpe yal final es este ultimo quien da el recordatorio...24

Posteriormente nos vemos el profesor y el observador en

los patios de la escuela, en una charla informal una vez

terminada la clase, el profesor me informaba que: “así es en

el grupo, necesita uno hacerlos participar”. Y sin embargo,

es claro que el control del discurso por parte del profesor,

ese uso y control que hace de él dentro del aula lo reviste

de cierto conocimiento y poder, como lo afirma: Ao1. ...el

maestro se la pasaba hable y hable.

3. 2. 3. El profesor y el control a través de las preguntas

24 Registro obtenido de la observación núm. uno. 30 de septiembre de 1998.

En torno al control a través de las preguntas Cazden (1989)

señala un aspecto importante con relación a la estructura de

participación y contenido escolar, sugiriendo que hay una

construcción conjunta del discurso entre alumnos y profesor,

en el sentido de que aquellos tienen un rol en lo que se

refiere a determinación de los métodos en que los docentes

llevan a cabo la enseñanza o el control del aula. Así, según

Cazden los alumnos llevan a cabo un papel colaborador de la

estructuración del ambiente del aula, también por medio de lo

que esta autora llama la secuencia básica “Iniciación

respuesta evaluación”, como una secuencia diferente a la

conversación normal, sino más bien del tipo:

P. En la química se dice que los primeros que dieron vida a estaciencia fueron los “alquimistas”, ¿si han oído hablar de ellos?

Ao1. ¡Si!, son los que querían convertir los metales en oro.P. ¡Exacto!25

Se refiere así mismo a que hay una finalidad pedagógica

en el control por medio de las preguntas y que por medio de

ello se hace evidente el control que ejercen los profesores

sobre el habla y, por consiguiente, sobre el plan de

25 Registro correspondiente a la observación núm. siete. 23 de noviembre de 1998.

estudios que se lleva a cabo. El modo en que se presentó tal

situación se podrá ver en la siguiente secuencia narrativa.

El alumno da una respuesta que satisfizo al maestro y la

recompensa sin dejarse esperar: ¡exacto!, !bien

contestado¡ En una clase sobre el “Renacimiento y sus

principales exponentes”:

P.... entonces vamos a ver...“Ciencias”, las “Artes”... Bueno deciencias podemos ver lo que fue la química, la física...

En otra secuencia mientras el profesor esta escribiendo

los temas en el pizarrón, algunos alumnos le van diciendo

temas, como “la literatura”, y lo anota también, repitiendo

él la palabra en voz alta.

P. (Da algunas pistas, que no se escuchan, para que los alumnossugieran lo que les demanda).Ao1. ¿La música?P. ¡Eso!(El alumno, que había acertado se nota que se alegra de haberlohecho, y algo dice para festejarlo, pero que no alcanzo a escuchar)Ao1. (Interviene nuevamente, no se escucha, parece que se refiere a

la “opera”).P. ¡Si! tienes razón... claro. En la química se dice que losprimeros que dieron vida a esta ciencia fueron los “alquimistas”,¿si han oído hablar de ellos?

Ao1. ¡Si!, son los que querían convertir los metales en oro.P. ¡Exacto! Y luego...26

26 Registro correspondiente a la observación núm. siete. 23 de noviembre de 1998.

Cazden también ha encontrado que la práctica de hacer

preguntas que ayuden a los alumnos a dar con la respuesta

esperada puede tener tres funciones: que la clase avance,

ayudar a los niños a aprender cómo cumplir una tarea escolar

y ayudar al docente a evaluar el aprendizaje, mostrando como

los alumnos pueden deducir las respuestas aprendiendo los

patrones del discurso del aula.

P.... situación real del mundo actual, vamos a hacer un listado de aquellos hechos o acontecimientos que han contribuido, a la forma que en la actualidad del mundo se manifiesta. A ver de los últimos, podemosdecir, cincuenta años ¿Cual ha sido eh, la causa, origen de que el mundo... las guerras... cual fue el primer hecho o acontecimiento de gran trascendencia?

Ao1. ¿La primera Guerra?P. ¡No!. A los últimos cincuenta años...(Es un pista que el profr. da a los alumnos)(Ahora es otro Alumno quien responde acertadamente, no se escucha

claramente en la grabación)P. !Exacto!...¿si, o no?, ¿si estamos de acuerdo?, ¿si por qué?...

porque la 2a. Guerra mundial...27

Y en otra secuencia correspondiente a la misma observación,

podemos ver como las respuestas de los alumnos se van

aprendiendo de los patrones del discurso en el aula:

27 Registro correspondiente a la observación núm. cinco. 10 de noviembre de 1998.

P. Y aparte de la segunda guerra mundial, ¿de que otro hecho se acuerdan como factor determinante del mundo moderno, contemporáneo?Ao1. ¿La Primera Guerra Mundial?P. No, no, no...estamos partiendo del 45 en adelante, es decir parallegar, para que te des una idea, ya establecemos que del 45 al 48,es el periodo histórico o el marco que va a determinar cualesfueron sus causas mas inmediatas del mundo moderno. ¡Ya dijimosuno! que fue: Segunda Guerra Mundial.Ao2. ¿No es cuando llego el hombre a la luna?P. Y la llegada del hombre a la luna ¿en que área lo abarcas o locolocas?Ao1. ¿En científico?P. !Claro, verdad¡, ahí esta el gran desarrollo de la ciencia, ytecnología, ahí esta otro, se puede decir del desarrollo. Ao2. ¿La televisión a color?P. Ahí esta ya incluida. Otro hecho...(El profr. espera que los o el alumno le sigan dando respuestas)Ao1. ...del transporte...el avión...(El profr. de manera algo apresurada le corta la palabra al alumno)P. A ver otro hecho que ya no sea científico ni tecnológico.(repite esa misma frase)...otro hecho que también sea...que elmundo ha cambiado o se ha transformadoAo2. La contaminación... (el mismo alumno dice) ¿tampoco verdad?P. Pues científico y tecnológico. A ver ¡otro hecho!Ao1. A ver denos alguna pista por que...de lo que quiere que ledigamosP. A ver por que así...de que te llegue a la mente, de que tambiéncreas que ese hecho también fue un factor determinante de laconformación actual del mundo...Ao1. ¿Las Guerras?, ¡no!P. !Como no! Ao1. ¿Las guerras?P. ¿Como cuales?Ao1. La guerra fríaP. ¿Cual otra?

Resulta particularmente interesante esto ultimo que

demanda el Ao1, cuando dice “a ver denos alguna pista, por

qué... de lo que quiere que le digamos...”. Dando la

impresión de que el profesor busca que sus alumnos logren

pensar apelando a los conocimientos previos de los alumnos,

lo que él quiere que le digan, cuando el profesor les dice:

“A ver por qué así... de que te llegue a la mente... ¿Cual

otra?” En si, esta secuencia es más que elocuente de esos

modos en que los alumnos deben aprender los patrones

discursivos en el aula.

Sin embargo, también se logro notar en repetidas

ocasiones que el profesor cuando formulaba algunas preguntas,

intercaladas entre su discurso, no daba tiempo suficiente

para que los alumnos diesen alguna respuesta, entonces ¿cuál

será la intención de plantear dichos cuestionamientos?

Nuevamente deja entrever con ello una intención de mantener

la atención y el control del grupo a través de las preguntas.

En otro ejemplo vemos como los alumnos se encuentran por

la participación en clase “como una pelea con los demás”:

Ao1. Mas que nada fue la participación que nos hizo (el profesor)que tuviéramos, o sea que yo al menos sentía como una pelea con

todos los demás, por la participación.Ao2. No pues es que a veces que preguntaba a ver este si, o seahacia una pregunta y todos los, bueno casi todos trataban deresponderla... o sea y no que ¡eso no es! y otro hablaba y que no¡eso, que tampoco! o sea... la hacia... (es interrumpido por otro alumno) Ao3 ...Interactiva28.

28 Entrevista a un grupo de seis alumnos del grupo en cuestión. 15 de enero de1999.

Por otra parte, durante las observaciones también fue

frecuente que el maestro formulara la pregunta: ¿quedo Claro?

Y como respuesta en varias ocasiones el silencio fue más

elocuente, sin que nadie dijera nada, el profesor parecía

como que el mismo asentía, decía: bueno, continuemos pues.

Hace evidente otra forma de mantener la atención y el control

de los alumnos por parte del profesor. Así, como ya lo ha

hecho notar McLaren, (1984) el discurso en las relaciones de

poder, lo que puede ser dicho, el modo y cuando se debe de

decir, lo que debe permanecer callado, quien puede hablar con

autoridad y quien solo debe escuchar.

3. 2. 4. El control por medio de los materiales didácticos y las tareas en clase

Al parecer resulta claro que los profesores dejamos inermes,

dependientes y sujetos a nuestro control a los estudiantes -

de lo que algunos autores llaman estructuración didáctica del

conocimiento, conocimientos escolares, recorte y ordenamiento

particular de la realidad (Edwards, 1995)-, cuando se carece

de una previa y clara programacíon o “microplaneación” en la

instrumentalización y despliegue de escenarios y estrategias

de aprendizaje, ello cuando menos en dos sentidos de lo que

aquí hemos tratado hasta ahora. Cuando creemos que ellos no

deben cumplir con tareas escolares, como el caso que acabamos

de analizar, de investigación en las bibliotecas, visitar a

las instituciones con fines didácticos, etc. ya que los

alumnos al no tener otro referente estructurado y organizado

didácticamente, esto nos hace convertirnos en la única fuente

de conocimiento académico, legitimado y valorado socialmente,

al cual ellos tienen acceso, eso por cierto en las

condiciones de vida en el aula. Sin embargo, creo que eso

tiene un gran peso en la formación, las imágenes y

concepciones que los alumnos construyen a lo largo de sus

vidas escolares, y ya después “en el mundo de afuera”.

En el otro sentido, lo que también genera control y

dependencia es el aspecto que se relaciona con la falta de

materiales de apoyo didáctico, como libros de texto,

antologías, materiales audiovisuales, etc. En el caso

estudiado, la cuestión que deseo tratar es la que concierne a

cual es el tipo de dinámica que se establece entre los

actores en escena al prescindir del uso de ciertos materiales

didácticos para llevar a cavo la acción pedagógica.

No obstante que, de acuerdo a una entrevista informal

con un alumno del grupo en cuestión me informara que el

profesor sí les había proporcionado un programa de la

materia, y además de contar por supuesto con un espacio

adecuado como es el aula, y el mobiliario necesario,

pizarrón, las butacas, escritorio, para llevar a cabo las

actividades escolares.

En el caso siguiente observamos como el profesor logra

establecer entre él, y los alumnos por medio del programa y

los contenidos ahí comprendidos una dinámica clara de

interacción a través de éste último.

P. Continuando con otro tema de América Latina, dice. Luego se acerca al escritorio toma al parecer el “programa de la materia”, para ver lo que sigue. Busca por unos instantes, parece que no encuentra el “programa”... dice, al parecer a si mismo: ¿donde quedo?, uno no sabe a veces donde deja las cosas. Hasta que al fin lo encuentra. Agrega: daremos seguimiento ahora si, de la Unidad II. “El populismo”... 29

29 Observación núm. 1. 30 de septiembre de 1998.

En este sentido, me parece pertinente comentar lo que

Giroux (1990) señala cuando se refiere a la racionalidad como

constructo crítico aplicado al material escolar, como los

libros de texto y los materiales audiovisuales. Dice que

estos materiales incorporan, siempre un conjunto de

presupuestos acerca del mundo, un tema determinado y un

conjunto de intereses. La cuestión como dice Giroux, radica

en como esos intereses estructuran las experiencias del aula.

Por ejemplo, los intereses mostrados en las palabras y la

conducta del profesor, pueden mostrar la necesidad de

controlar, de explicar, etc.

En entrevista con el profesor en esta parte pretendo

señalar la manera cómo él interpreta y lo que para él

significa lo que debe ser y como se deben impartirse los

contenidos a través de ciertas actividades de la materia

según se sugiere en el “programa de la asignatura”.

P. Bueno, yo creo que de acuerdo al programa, las actividades, quesegún son las optimas o las convenientes, me he dado cuenta de quelas actividades que plantean ahí en el programa, como que a vecesno se encuentra. eso de darles que investiguen los temas, sobre lostrabajos que el alumno debe de realizar... a veces dejar el trabajopues ahí está una de las resistencias...30

30 Entrevista aplicada al profesor. 14 de enero de 1999

Y lo que sobre esas actividades el alumno debe o no de hacer

P.... de costumbre la mayoría o muchos más bien para no decir todoseste, buscan que se evite trabajar o cumplir lo menos posible eneso de trabajos de investigación o las clásicas tareas a pesar deque la prepa cuenta con una instalación como es la biblioteca, elmaterial... lo que queremos es de que Uds. lo busquen empiecen ahacer ese tipo de actividad ese tipo de trabajo, es parte de suformación...31

A lo largo de las observaciones en ningún momento los alumnos

entregaron tareas durante las clases:

Ao1. Pues no porque como... ¿para que es la tarea?Ao2. O sea también nos pudo dejar trabajos de investigación,

hubiera estado mejor.Ao1. ¡No! pero muchas veces se copian se hace mas “borlote” y no sellega a algo, nada más por quitarse la “bronca”, cumplir con laformalidad y no es porque uno aprenda más...32

Por otra parte, la imagen que tiene el profesor de los

alumnos, en relación a las tareas:

P.... y como tienen una serie de mañas o de pretextos parajustificar el por qué: “no lo hice, que no lo encontré”, lo que espor naturaleza la forma de que el alumno evada, o que no cumpla...los trabajos que se les deja por escrito y todo, muchas veces son

transcripciones, nada mas es copiar... También rescatar lopositivo... si hay lo que se dice de un elemento accesible

participativo...33

Así, entonces para el profesor los alumnos son

“mañosos”, evaden y no cumplen con sus trabajos pero de

acuerdo a él hay alumnos que se deben “rescatar” por

31 Ibid32 Entrevista a un grupo de alumnos. 15 de enero de 1999.33 Ibid

participativos. Como se vera en seguida, justo el “día del

examen”, cuando por algunas razones que logre conocer por

parte de los alumnos tiempo después, ese día el profesor no

dejo entrar a varios de los alumnos al examen, manifestaba el

profesor:

Ao2. Uno de los alumnos menciona que Ao1. (se refiere al alumno quesuele participar mucho en clase, como ya se señalo anteriormente) no pudo venir a la escuela el día de hoy, por razones de trabajo.El profesor pregunta: “¿cómo se apellida Ao1.?”, y varios de elloscontestan: “Olalde”. Añadiendo que: “hay algunos de los que noestán aquí que son buenos alumnos”, y que en el caso de Olalde seles podría dar una oportunidad34.

Según lo que el profesor cree de los alumnos, de la

imagen que tiene de ellos, creo que ello determina en gran

medida las formas en que el profesor imparte su materia y los

modos a través de los cuales él cree que debe de enrolarse el

alumno en las actividades de la clase.

Así, logramos a lo largo del presente capìtulo comprender y

describir los modos en que es construida la interacción en el

aula, los roles que ahí se juegan, las rutinas y las formas en

como se estructura la clase a través del estilo y el control

docente, también el conjunto de actividades que a través del

34 Registro obtenido de la Observación núm. seis. 17 de Noviembre de 1998.

contenido dan lugar a esa organización social del aula; logramos

conocer como el estilo docente y la organización de las

actividades en el aula están marcadas por el trato diferencial

hacia los estudiantiles, estilo y control que sin embargo, hacen

posibles ciertas negociaciones y transacciones en la clase.

Más aun, además de describir y comprender el

significado de las acciones también logramos conocer las

propias perspectivas de los actores y la interpretación que

dan a las mismas. De modo que, entre otras cosas, lo más

relevante son los procesos por medio de los cuales se da la

construcción de significados a través de la interacción de

profesor y alumnos.

En ese sentido, el proceso y las interacciones, y los

modos en que surgió la construcción de las respectivas

estrategias que maestro y alumnos desplegaron para el logro

de los objetivos educativos, de adaptación y sobrevivencia,

imprimiéndole un orden propio al interior del aula.

Así, pudimos conocer que esta sucediendo en la acción

social particular a la que nos enfrentamos y lo que

significan estas acciones para los actores; cómo están

organizados los acontecimientos en patrones de organización

social y principios culturalmente aprendidos, de acciones

recíprocamente significativas; cómo se crean y se mantienen

esos sistemas de significado en la interacción diaria entre

alumnos y profesores; dejando en claro que existen

diferencias en las perspectivas de significado de docentes y

alumnos; y porque para los estudiantes tiene sentido aprender

en una situación dada y no en otra.

CAPÍTULO 4. LA RESISTENCIA DE LOS ALUMNOS EN EL AULA

Existe un par de preguntas que podrían tener un significado

revelador acerca de las relaciones maestro alumno con

respecto a la resistencia en el aula, estas son: ¿Qué

aconteció a lo largo del período de clase en que fue llevado

a cabo este estudio, en las interacciones e intercambios

entre profesor y alumnos, a fin de que se presentaran algunas

formas de resistencia en el aula? Y ¿en qué medida ese

ambiente creado por el profesor y su forma de conducir la

clase y el conjunto de interacciones ahí presentes,

“moldeadas” por él, significaron o se reflejaron en las

percepciones de los alumnos, para producir algunas formas de

resistencia?

En las formas de la dinámica ahí presente más

reveladoras en lo que atañe a esas dos preguntas es que, los

modos y acontecimientos que se suscitaron, dejan entrever que

cuando el profesor dirigía su clase solamente y por medio de

sus intervenciones orales se dejaba ver en los alumnos un

menor interés en la clase, como ya se ha hecho notar

renglones atrás, aunque también lo recordaremos más adelante.

Por otra parte, también se hizo patente la ausencia en

el establecimiento de reglas claras de interacción entre

alumnos y profesor, por ejemplo, en las interrupciones

frecuentes que hacían los alumnos al entrar y salir del salón

en cualquier momento, el acomodo de las bancas que usan los

alumnos en clase sin un orden previo, como ya se dijo

también. Situaciones que de una manera importante generan en

los actores ciertos estados de estrés e incertidumbre, tanto

del maestro como de los alumnos.

Cazden, (1989) al realizar un recuento acerca de los

supuestos y constructos en la investigación escolar, apunta

como en los estudios de Grenn que la interacción cara a cara,

docente y alumnos y entre alumnos, está regida por reglas

específicas del contexto, y que, además, las actividades

tienen estructuras de participación, con derechos y

obligaciones relativos a ellas. En ese estudio se encontraron

indicios contextuales verbales y no verbales, timbre, acento

y entonación, gestos, expresión facial y distancia física,

los cuales indican como deben entenderse las emisiones, y la

comprensión conversacional.

Como ya se ha hecho notar antes que las reglas para la

participación, en estos contextos, son implícitas y se

transmiten y aprenden a través de la interacción misma, Grenn

agrega que a través del tiempo se desarrollan marcos de

referencia que guían la participación individual. Una parte

sustancial para este estudio es el que se refiere a como los

choques manifiestos entre maestro y alumnos pueden ser objeto

de observación por parte de los participantes y los

investigadores, pero puede haber choques encubiertos, que

requieran un nivel más profundo de análisis y que también

contribuyan a producir una evaluación negativa de las

actitudes del alumno.

Para finalmente concluir que la diversidad de las

estructuras comunicativas del aula impone exigencias

comunicativas complejas tanto a los docentes como a los

alumnos, y que es a través de estas exigencias como los

docentes evalúan las actitudes de cada alumno mediante la

observación de su actuación comunicativa.

Así, una de las formas de control más difundidas en el

ejercicio docente dentro de un esquema tradicional de

impartir la clase como lo es el uso del habla por largos

periodos, en una de las “visitas de observación”, -como ya se

anoto antes- que se realizo al grupo durante la clase, se

pudo conocer el modo cómo empleo el tiempo el profesor en el

aula: de un lapso de alrededor de treinta y cinco minutos que

duro la clase, el profesor utilizo treinta minutos para

explicar la lección35.

Brunswik parece haber pensado en que los seres humanos

inteligentes son procesadores activos, flexibles y adaptables

de la información disponible en un medio probabilístico y

parcialmente redundante (Evertson y Green, 1989). En este

sentido Delamont (1985) explica que desde el enfoque

interaccionista simbólico existe un punto central que se

refiere a que todos los seres humanos poseen un yo, y que son

reflexivos, interaccionando consigo mismos. De modo que,

actuamos de acuerdo con la forma en que consideramos o

interpretamos el mundo que nos rodea, así los individuos

35 Registro obtenido de la Observación núm. cinco. 10 de noviembre de 1998.

actúan juntos compartiendo sus construcciones de lo que esta

pasando, lo cual por si mismo hace posible un análisis

dinámico de las relaciones presentes en el aula.

En razón de lo cual salta una pregunta que hace preciso

reconocer ¿cómo y de qué manera los alumnos muestran cierto

tipo de actividad, flexibilidad y adaptabilidad en el aula,

pero también de resistencia a la acción pedagógica? Siguiendo

este señalamiento el apartado siguiente buscará ir hacia

algunas de las posibles respuestas en ese sentido.

4. 1. Resistencia a la participación verbal en clase

Un caso en donde se percibe nítidamente la resistencia a la

participación activa de manera verbal es el siguiente: una

joven la más “distante” de los demás parecía escribir en su

cuaderno, en ningún momento creo haber visto que le dirigiera

la mirada al profesor para dar señales de poner atención a la

clase, así fue hasta que ésta termino36.

36 Registro correspondiente a la Observación núm. uno. 30 de septiembre, de 1999.

En entrevista a esta misma alumna, ante la pregunta de

que a ella que le había parecido la clase de historia, y en

razón de lo que señalábamos mas arriba de cómo los alumnos de

algún modo muestran desinterés a la clase, explica sus

motivos:

Aa1. Bueno pues la verdad a mí me pareció muy aburrida (se ríe desu comentario), porque en si, casi no me ha gustado historia,entonces sus (se refiere al maestro) clases como que les haciafalta más, no sé, o sea él llegaba y hablaba y hablaba y la verdadno sé... no la hacia amena o sea para mi para mi gusto, entoncespor eso no me gustaba mucho la clase.

En seguida se le plantea la pregunta acerca de que si

ella considera importante la participación de los alumnos en

la clase:

Aa1. Bueno si es importante pero yo le tengo miedo a participar, osea porque lo que yo pienso... ¡no esta bién! Yo así he sido desdeque me acuerdo, nunca he participado mucho a no ser que mepregunten pero de que sea yo quién... diga ¡yo contesto, no!. Nose, como que me da pena más bién37.

En otra secuencia narrativa:

Ao1. ...el maestro se la pasaba hable y hable...Ao2. Había veces que el maestro se pasaba toda la hora nomáshablando, hablando38.

37 Entrevista a una alumna del grupo 4º. “D”, 12 de julio de 1999. A estaalumna se le selecciono porque dentro del grupo en ninguna ocasión se viointegrada a los pequeños grupos que ahí interactuaron, tampoco pudoobservársele que intercambiara palabra con los demás compañeros, nidentro ni fuera de clase. Se le nota un tanto tímida y poco sociable.38 Entrevista a un grupo de seis alumnos. 15 de enero de 1999.

Al momento en que los alumnos mencionan esto se nota en

sus expresiones un dejo de enfado, por éste modo en que el

profesor organizaba la clase. Tal vez cabe preguntarnos sobre

el papel que juega el contexto o entorno en que viven los

estudiantes y de esa manera poder encontrar quizá otro tipo

de explicaciones a sucesos como el que se señaló antes;

aunque el estudio que pretendemos no busca precisamente dar

explicaciones en ese sentido, sino circunscribiéndose a lo

que aconteció dentro del aula39.

39 Evertson y y Green (1989), se refieren a la observación como forma deabordar el estudio de procesos y cuestiones educativas. Explican acercade la observación como proceso contextualizado, existe un factor queinfluye en lo que se observa, es el modo en que se define lo que es un“contexto”, apuntando que existen una diversidad de definiciones decontexto. Sin embargo, precisan que la tarea consiste en ajustar laspreguntas de investigación al contexto, y el instrumento -la observaciónparticipante, en el caso de este estudio- al fenómeno, al contexto y a lapregunta. Se refieren estos autores al contexto local inserto en nivelesde contexto más amplios, el contexto constituido por el lugar inmediato olocal (Erickson, 1979). Señalan que si se adopta un enfoque sistémico, sepuede considerar que el contexto local esta inserto en contextos másamplios y es influido por estos, estos contextos acotan, por ejemplo, elmodo en que participaran las personas, los recursos que utilizan y losrecursos de los que disponen. Citando a Cooper quien señala que es lamanera como a menudo las personas utilizaran o percibirán lo que ocurre.

Por otra parte, se refieren al “contexto histórico del lugar”, al“contexto histórico del acontecimiento”. Precisando que los trabajos quese han desarrollado en el contexto histórico del acontecimiento secentran en el modo en que los procesos -las normas sociales, o la gestiónde actividades- se desarrollan a través del tiempo. Señalan que lasprimeras semanas de clase son periodos críticos en cuanto alestablecimiento de rutinas, expectativas, estructuras en el aula,enfocando preguntas como: ¿cuales son las prácticas grupales?, ¿cual esla índole de la transmisión, la organización y el desarrollo delcurriculum?, etcétera. Especifican que algunas de las conductas podrían

Aunque haciendo algunas consideraciones con respecto al

trabajo de Delamont (1985) en torno a la menor o mayor

frecuencia en que el profesor interactúa con los alumnos y

que esto de acuerdo a algunos estudios, que cita la autora,

como los de Adams y Biddle, quienes mostraron que los alumnos

que se sentaban con mayor cercanía al profesor tenían una

mayor interacción con aquel, y los que se colocaban a los

lados o al fondo su frecuencia de interacción era menor; el

estudio de Parlett informa sobre la correlación que hay entre

la diferente participación de los alumnos y su forma de

sentarse.

ser estables a través del tiempo, otras pueden ser especificas de lasituación, el contenido o el tiempo, agregan que la conducta manifestadaen cada contenido o acontecimiento dentro de un contexto puede estarrelacionada con experiencias previas en acontecimientos similares.Afirmando que las preguntas que se deben considerar son: ¿Que conductasson estables a través del tiempo, y por lo tanto representativas, de lasexpectativas -procedimientos y prácticas- de los alumnos y cuales varían.

Y finalmente se refieren al “contexto según lo determina el enfoquede la investigación”. De acuerdo con diferentes enfoques, se puedenconsiderar distintos volúmenes y niveles de contexto. Un modo de entendereste aspecto consiste en figurarse un continuo. En un extremo losfactores del contexto son controlados o minimizados; en el otro extremo,los contextos no son controlados.

En el caso que señale antes, como un caso singular, la

alumna referida al llegar a las clases solía sentarse en la

parte de adelante, con una mayor cercanía al profesor, solo

que en ninguna ocasión, como ya se observo antes, ella no

participó oralmente en clase. Y de los dos o tres alumnos que

más participaban en la clase se encontraban más al fondo del

salón. Aunque en el modo en que los alumnos se ubicaban en la

clase me parece que obedecía más a esas formas de evasión, y

se asociaban para poder platicar o bromearse entre ellos,

como ya lo veíamos en el capítulo dos.

Otro de los casos también típicos y recurrentes es el de

los alumnos que mientras están en clase realizan actividades

distintas a la clase que están observando

Aa1. tiene en sus manos un “manual” de otra materia, y parece quecopia algo, tal vez una tarea. Lo mismo sucede con otro alumno,parece que dibuja algo, tal vez también tarea de otra materia, yaque tiene una especie de cuaderno grande de dibujo. Y Aa2. mira elreloj, enseguida Aa1. le pregunta la hora40.

Y que decir, por ejemplo, de situaciones como la que ya

mencionábamos antes:

40 Registro correspondiente a la Observación núm.3. 17 de Octubre de 1998.

Bueno, o sea a veces si le ponía atención y a veces no, yo en todas las clases siempre platico (la)... clase, a mi si me gustaba,y mas porque podíamos platicar...41

De situaciones que fueron recurrentes en las acciones de

parte de los alumnos, incurriendo en indisciplina durante la

clase. Luego, como también ya se observo en líneas arriba, de

los modos en que los alumnos escapaban del control del

profesor, ya que ellos estaban “cada quien con su ‘rollo’”:

...una vez (se refiere al profesor) de plano nadie le estabahaciendo caso, la mayoría cada quién con su “rollo"... dijo que losque deveras no quisieran entrar mejor no entraran que el se quedabacon pocos alumnos pero que deveras le hicieran caso... unos estabanhaciendo otras tareas, otros platicando...42

En otra secuencia, que muestra esa evasión de los

alumnos, de acuerdo a uno de los registros obtenidos de las

observaciones se logró captar como en la parte del centro del

salón unos alumnos reían, miraban un cuaderno que uno de

ellos traía. Una alumna que estaba atrás de ellos se pone de

pie, y se asoma por encima de sus cabezas para ver por qué

reían, nuevamente se sienta. Pude notar que le molesto lo que

estaba dibujado ahí. A la salida pregunto a los alumnos del41 Entrevista personalizada a una alumna de la clase. 12 de julio de 199942 Entrevista personalizada a otra de las alumna de la clase. 12 de julio de 1999

porque se reían, y uno de ellos responde que porque estaban,

primero viendo un “trabajo” del “taller de dibujo”, pero que

luego dibujaron a Aa1, diciendo que por eso reían43.

4. 2. La Resistencia, el orden y la disciplina

Por otra parte, tal vez el siguiente comentario que ya

describimos antes de uno de los alumnos haga entrever cual es

el significado que en este caso le asigna al orden y la

disciplina en la clase:

Yo digo que es muy importante porque si no hay orden ydisciplina... no tienen que ser así como tanto, o sea no tiene queser así como militar... todo tiene que ser flexible... un buenorden y una disciplina para un buen aprendizaje, yo creo que nuncava a dejar de existir44.

Como se puede notar el “orden y la disciplina tienen que

ser flexibles”, aunque después dice que eso es indispensable

para un buen aprendizaje. Y no obstante lo que declara el

mismo alumno en dos ocasiones cuando fue observada la clase

se suscitaron dos casos muy especiales: uno cuando se

manifestó de manera muy clara una discordancia entre lo que

el profesor y este mismo alumno decían. Además, cuando el

alumno intervenía algunos alumnos se reían, porque se notaba

43 Registro de la observación núm. cuatro.27 de octubre de 1998.44 Entrevista a un grupo de alumnos de la clase. 15 de enero de 1999.

que discrepaba de los puntos de vista del profesor, diciendo

a veces: ¡Ah eso no es cierto! Luego, “¿es que estamos

gobernados por puros ‘mongoles’?”. El profesor decía que

“papá gobierno”, ya no debería de resolver los asuntos de la

sociedad “paternalístamente”, etc45.

Si bien me parece que esta narración resulta muy

peculiar e interesante ya que no es frecuente que los alumnos

confronten o resistan de manera directa el saber del

profesor, y que por cierto se logro notar en un momento

alguna incomodidad de parte del profesor ante tal insistencia

del alumno. Ahora, puede no ser ese evento una situación de

indisciplina paro quizá si que el “orden y la disciplina

tienen que ser flexibles”.

El otro caso fue cuando este mismo alumno casi a lo

largo de los treinta minutos iniciales de la clase se mantuvo

al margen de la misma ya que se encontraba haciendo un

trabajo de otra clase, aunque después casi al terminar se

incorpora haciendo algunas participaciones y comentarios al

45 Registro correspondiente a la observación núm. uno. 30 de septiembre de1998.

tema visto en ella, lo cual parece hablar en un sentido

inverso de “un buen orden y una disciplina para un buen

aprendizaje”.

Luego cuál debería ser el papel del profesor frente a

tales actos de los alumnos y de que manera ello puede influir

en las actividades de la enseñanza y el aprendizaje, o en

surgimiento de formas de resistencia por parte de los

alumnos.

Mientras que el profesor es el poseedor legitimo del

conocimiento y el poder en el aula y es quien lo usa a través

del “discurso”, de ese saber que tiene, de las prácticas

discursivas, que se refieren a las reglas que gobiernan lo

que puede ser dicho y lo que debe permanecer callado, quien

puede hablar con autoridad y quien debe escuchar, (MClaren,

1984). De modo que cabe la pregunta de cómo maestro y alumnos

juegan las diversas representaciones que los actores llevan a

cabo en el aula.

En el mismo sentido en que señalábamos antes de que no

es frecuente que los alumnos confronten o resistan de manera

directa el saber del profesor, pero en donde el docente

pretende hacer mas prominente el conocimiento académico, a la

vez que crear ciertas secuencias de interacción a la clase.

En el siguiente fragmento la clase se refiere al

“Renacimiento”, cuando el profesor dice: “bueno”, al parecer

con ello quiere dar “orden”, controlar la secuencia de

interacción al tema de exposición, pero también denota de qué

manera el conocimiento cotidiano de la “calle” debe dejarse a

un lado y dar mas prominencia al conocimiento escolar.

P. En escultura ¡Exactamente! Y ¿no les dice nada los nombres deLeonardo, Miguel Angel... ?

Ao. “Las tortugas ninja”.

Se refieren a ese programa de televisión que estuvo de

moda hace unos años:

P. Rafaelo y Donatelo, las tortugas ninja ¡exactamente!(Ante un comentario de un alumno que no se alcanza a escuchar)P. Ahh no eso si no me acuerdoAo. DestructorAo. ¿Que, destructor?P. Ahh siAo. Ya, ya, ya.

En esta parte, el alumno parece dar a entender que lo

que estaban comentando sus demás compañeros no estaba dentro

de los temas de la clase, como diciendo ¡ya basta!

Ao. No era destructor o ¿cómo se llamaba?, el que tenia una mascarade metal...

P. Ahh ya se a cual te refieres si precisamente. Bueno como luego,luego se capta de que el nombre de las tortugas ninja son nombresde artistas...Ao. Alguna caricatura que fue la rata, ¿no?P. ClaroAo. (Dice algo que no se escucha claro, pero ríen varios de ellos)P. Bueno46.

¿Podemos considerar la anterior viñeta y su contenido

asociado a formas de resistencia de parte de los alumnos? Me

parece que la respuesta es afirmativa. Resulta completamente

revelador las maneras en que los alumnos resisten a la

“autoridad padagógica”, al pretender anteponer un

conocimiento más inmediato e influyente de su entorno como lo

son los programas televisivos.

Luego el profesor por segunda vez dice: “bueno”, se nota

esa intención de dar orden a la clase. Delamont (1985) apunta

sobre las conclusiones de Stenhouse acerca del control que el

profesor ejerce sobre los estudiantes sobre el lenguaje,

conducta y hasta indumentaria, afirmando que los profesores

tienen el derecho de supervisar y de corregir el habla de

sus alumnos en situaciones que difieren considerablemente de

las normas de conversación diaria durante la clase.

46 Registro correspondiente a la observacion núm. siete. 23 de noviembre de 1998.

Edwards (1995), en “Las formas del conocimiento en el

aula”, explica cómo los conocimientos escolares tienen una

existencia social, elemento importante de la cotidianidad

escolar. Este conocimiento, dice, esta constituido por los

programas y libros escolares, por el conjunto no homogéneo de

prácticas de alumnos y profesores, y que se asumen, se

reconstruyen, se median, se restituyen, o se olvidan, por

sujetos particulares y concretos

De los contenidos académicos, menciona, que son

presentados generalmente con carácter de verdaderos, visiones

del mundo “autorizadas”, y que es lo que define

implícitamente lo que no es conocimiento válido, lo que por

otro lado, también dificulta la identificación como

conocimiento valido de los conocimientos de los alumnos, los

cuales, sin embargo, también están presentes en el aula y se

resisten. Por su parte los contenidos académicos validamente

cognoscibles a partir de la experiencia escolar, proposición

de una cultura, como un particular modo de existencia social

del conocimiento. En donde la lógica del contenido y la

lógica de la interacción influyen en la forma del

conocimiento.

En este estudio Edwards se refiere a lo que llama

“conocimiento situacional”: en donde la situación se conforma

como una realidad que se crea en torno a la presencia de un

sujeto, haciendo referencia a un conjunto de relaciones desde

el sujeto, implicándolo en ellas: intersección entre el

“mundo” y el sujeto para el cual el mundo es significativo,

(Edwards, 1995).

Ayala (1995) por su parte, se refiere a la socialización

humana y sugiere que en el aprendizaje de lo social el sujeto

construye en forma no sistemática e intencionada significados

de su realidad. Agrega, que es a través de la escuela que se

transmite una concepción del mundo, una serie de valores y un

determinado tipo de ciencia.

Por eso cuando Erickson (1989) se refiere a la

aproximación a la sociología y la antropología del aula como

un ecosistema, señala que es importante considerar el

funcionamiento individual en el contexto de un ecosistema

sociocultural, lo cual hace posible tener un marco de

referencia que hace necesario y esenciales la utilización de

los conceptos de poder, autoridad, influencia, intereses

opuestos, legitimidad, asenso y disenso.

De ahí que a través de las representaciones que

construyen maestro y alumnos se hace posible la edificación

de normas culturales que organizan la ecología social cara a

cara. De modo que, las pautas de esa ecología son definidas a

través de acuerdos culturales implícitos y explícitos, acerca

de las relaciones de los correspondientes derechos y

obligaciones, así como a través de conflictos de intereses

entre individuos y grupos por el acceso a determinados

derechos.

Pautas de interacción que si reconocen ciertos márgenes

de “negociación” y de “resistencia” (MClaren, 1984). Lo cual

permite ver a las escuelas y las aulas como espacios tanto de

“dominación” como de “liberación”, y no solo como espacios

que solo reproducen las relaciones de poder y de

“adoctrinamiento” pasivo de los estudiantes.

4. 3. Resistencia y pasividad en el aula

En esta parte resulta sumamente interesante como a través de

ciertas “negociaciones” entre alumnos y profesor se hace

posible “afinar” la manera de tomar en cuenta las

participaciones de los alumnos, como también la forma de

evaluación del profesor, denotando como la pasividad, o no

participación activa, por parte de algunos alumnos se

convierte en un elemento a “negociar”:

Ao1. Participan escuchando...Ao2. No le hacían caso ni al maestro... como va ser bueno si unosdos o tres participan.

En esta secuencia narrativa al parecer los alumnos

trataban de defender sus puntos de vista acerca de sus ideas

o creencias acerca de lo que ellos consideran lo que debe ser

la participación y cómo debe ser, incorporando con ello sus

experiencias más la interacción en el aula. Ao1 sugiere que

se participa oyendo y también hablando durante la clase,

luego:

Ao2. El maestro empezó a tomar participación ya casi al fin delcurso y si lo hace al principio o sea preguntando mas...

Ao1. Hace un esfuerzo por recordar:

Ao1 En la clase de historia a sus primeras... el maestro nuncatomaba participación, hasta que varios empezamos a hablarcomenzamos a participar más a preguntarle y comentarle y como queal maestro eso le llamo la atención, porque siempre el maestro nadamás hable y hable. Y como que uno o sea varios comenzamos apreguntarle y eso... preguntar su clase y como que al maestro legusto y sonreía...Ao2 Una vez llego así y puso participaciones y es cuando ya todosquerían participar Ao1 Empezamos a tomar en cuenta, para que participen más, (esto lodecía el alumno parafraseando al profesor).Ao2. apoyamosAo1. ¡Fue mejor!47.

4. 4. Resistencia, inasistencia e impuntualidad

Erickson (1989) sugiere algunos cuestionamientos en torno a

las diferencias “subculturales” entre la comunidad y la

escuela; a las “dificultades interaccionales”, o

malentendidos; a las predisposiciones negativas entre

docentes y alumnos; a la existencia de expectativas

culturales distintas; y a la organización cultural de las

relaciones sociales en la comunicación.

De esa manera de acuerdo a Erickson, cuando los alumnos

actúan de un modo que no coincide con las expectativas

culturales del profesor respecto de la clase, el profesor

47 Entrevista a un grupo de seis alumnos del grupo en cuestión. 15 de enero de 1999.

puede percibir como frustrante, confusa y hasta temible la

conducta de los alumnos. En seguida mostrare cómo se puede

presentar la confusión y las expectativas del profesor:

P. Aquí hay una situación, una aclaración que, !ay¡ que uno no sefija, uno no se da cuenta, y lo que no les gusta muchas veces escuando uno se “las voltea”, ¿y ahora yo que hice?. A ¡bueno!, si noles gusta, si no les interesa, no les tiene sin cuidado, a puesórale, ahí yo les voy a dar más. Uds. saben a que se refiere.Parece que quisieron pasarse de listos y esto va para todos, latomaron casi tres clases seguidas... pues si aquí es a la hora quequiere uno cuando le da la gana, pues ¡fíjense que no! A veces valemás la calidad, es decir, que los que se quedan tienen ganas, yasea de aprender o de cumplir, por la actividad que habíamosrealizado el martes fueron nada más seis personas las quecumplieron y otras que por no venir simple y sencillamente tienenpuntos malos, uno sólo es el que se perjudica... yo creo quetuvieron la posibilidad de poder haberlo hecho mejor48.

El profesor se refiere a que los alumnos habían faltado

a algunas de sus clases, y por supuesto que el profesor

esperaba que sus alumnos cuando menos asistieran a las

mismas, cosa que molesto y confundió al profesor, “vienen

aquí a estudiar, los que no quieran pues mejor no entren y

vayan a jugar abajo o a ver a donde”, razón que esgrime como

motivo para tomar sus propias medidas de disciplina y de

orden. La sanción consistió en no darles a los alumnos la

oportunidad de realizar un examen parcial, y además, perder

48 Registro correspondiente a la Observación núm. siete. 23 de Noviembre de 1998.

un puntaje de calificación por una actividad extra aula que

consistía en acudir a un evento académico, con relación a la

materia de historia.

Por otra parte, aunque relacionado con lo que

anteriormente señalábamos, vista el aula como un ecosistema

inmersa en un proceso político, como señala Erickson, el

poder es potencialmente poseído por profesores y alumnos. La

autoridad, que es el ejercicio legítimo del poder reside

oficialmente en el profesor, el ejercicio de esa autoridad en

ausencia del consentimiento de los alumnos puede conducir a

un acatamiento exterior y aparente de la voluntad del

profesor, el alumno siempre posee la facultad de ofrecer

resistencia negándose a aprender. La transacción puede

considerarse intrínsecamente política y retórica. El docente

debe persuadir que su conducción es legitima y responde a los

intereses legítimos del alumno. De otro modo puede

presentarse el “sabotaje interaccional” o los problemas de

disciplina, (Erickson, 1989).

Otro de los estudios que refuerzan lo que antes señalaba

es el de Romo (1993), cuando se refiere a los controles

disciplinarios, ahí señala, entre otras cosas las actitudes

regulativas, como sostén de la función docente, e

institucionalizadoras del derecho a hablar y a ser escuchado.

Los castigos como derecho del docente, las miradas

desaprobadoras, y los ritos disciplinarios. Explica que

existen diversos tipos de resistencia: posponer, eliminar,

resistirse a la evaluación, etc. El conflicto se inicia en el

momento en que no hay coincidencia entre las expectativas

estudiantiles y magisteriales.

En la clase de Historia Internacional” algunos alumnos

solían ingresar y salir de la clase “intempestivamente”: una

de las alumnas apenas unos minutos antes de finalizar la

clase había salido y en el momento en que dan el timbre de

salida nuevamente entra -por sus “útiles” escolares- y vuelve

a salir49. De acuerdo con los registros de las observaciones

este suceso se presento marcadamente durante las clases, de

alumnos que constantemente salían o entraban, algunas de las

veces solicitando el “permiso” del profesor algunas otras no

fue así. La pregunta es ¿qué relación guardan estas acciones

49 Registro obtenido de la observación núm. dos. 6 de octubre de 1998

de los alumnos, el salir y entrar de esa manera de la clase,

y la resistencia?

En una de las clases observadas50, la siguiente que

aunque no fue una acción recurrente si resulta muy relevante,

para ilustrar de qué manera los alumnos se resisten a la

acción del profesor. A la hora de salida de la clase, el

profesor:

P. La conquista, principios del siglo XVI... Hasta aquí ¿Queda comprendido? Si bueno. Continuamos un ratito...Aa1. Maestro ya faltan 20(Quiso decir que ya faltaban 20 minutos para las 6:00 hrs. de latarde, que es la hora en que ellos deben de salir de clase)Ao1. Eso fue hace mucho, mujer...¡ya vámonos!(El alumno corrige a su compañera, la clase continúa)

Aunque por otra parte, esta secuencia es demasiado

frecuente durante las clases, para quienes navegamos en la

actividad docente dentro de las aulas de clase, aun sin

embargo, también en las clases que fueron observadas el

profesor una vez que sonaba el timbre de salida en repetidas

ocasiones dijo: “Continuamos un ratito”.

50 Observación núm. ocho. Primero de diciembre de 1998.

CONCLUSIONES

El informe sobre la historia natural de la indagación en el

estudio me llevo a las siguientes conclusiones generales. Las

pautas de la ecología del aula son definidas a través de

acuerdos culturales, implícitos y explícitos, a través de las

tareas académicas que se encuentran enmarcadas en una lógica

institucional dentro del diseño del curriculum formal, pero

también con la presencia de lo que se ha llamado curriculum

oculto. Y con ello lograr el reconocimiento de las relaciones

acerca de los correspondientes derechos y obligaciones, de

los conflictos de intereses entre individuos y grupos por el

acceso a determinados derechos; así como la identificación

del conjunto de estrategias sociales que los estudiantes

aprenden a utilizar para acreditar los cursos, y que se

sitúan como formas de sobrevivencia y adaptación en el aula.

A continuación también enumeraré una serie de hallazgos

como parte de esas conclusiones que se pudieron lograr a lo

largo de la investigación, los cuales no desean expresar en

lo más mínimo que son absolutamente concluyentes y

definitivos, sino más bien, parte de un reconocimiento de

algunas realidades, de ciertas prácticas, de aspectos

idiosincrásicos y culturales de muchos de los profesores que

impartimos la clase a suelo raso y llano al interior de las

aulas, y del paso y participación activa de aquellos alumnos

que nos ayudan a crecer como personas y en nuestra práctica

como docentes en la Universidad de Guadalajara.

El primero de los hallazgos obtenidos es el cómo

mientras que la institución, las reformas académicas, y los

diseños y planeación curriculares van por un lado- se dice a

la letra que se desean maestros con una sólida formación en

lo disciplinar y en lo pedagógico51, con todo y los cursos de

51Ante las propuestas curriculares de que los modelos pedagógicos sean másformativos que informativos; el fomentar la interdisciplinariedad; buscarla formación de sujetos innovadores con una cultura, humanística,científica y tecnológica, capaces de responder a las necesidades socialesy a los retos del desarrollo; vincular los planes de estudio con losprocesos de formación y profesionalización docente.

También en lo pedagógico se busco superar la práctica educativatradicional, verbalista, enciclopedista, de fragmentación de contenidos,del aprendizaje memorista, relación maestro alumno autoritaria, etcétera;tratando de promover el dominio de los contenidos a un nivel masprofundo, en comprensión y aplicación, en el desarrollo de actitudes yvalores. Estableciendo la necesidad de privilegiar la calidad de losaprendizajes, sobre la cantidad de los contenidos. Las prácticaseducativas concebidas como una actividad cotidiana y creadora entrealumnos y profesor, cuyo producto fundamental es el aprendizaje,entendido éste como la aprehensión, asimilación, apropiación y aplicacióny que se realiza a través de mecanismos de asimilación aprehensión delconocimiento a partir de los esquemas cognoscitivos y la acomodaciónmodificación a partir de los nuevos conocimientos adquiridos.

inducción52 implementados ex profeso- y la práctica de una buena

mayoría de profesores, va por otro. El problema que se

plantea se sitúa a partir de dos preguntas centrales: ¿pueden

los profesores cambiar su manera de enseñar? (Cranay, 1988);

segunda: ¿es necesaria una transformación del estilo docente?

(Mejía y Sandovál, 1996) y si es así, cuales son las

condiciones para que eso se lleve a cabo de manera más

efectiva y eficiente.

Preguntas que deliberadamente dejamos sólo en el aire, y

a la libre interpretación e imaginación de los lectores, ya

que van más allá de los propósitos del presente estudio;

empero no se descarta el que puedan ser producto de una línea

de investigación fecunda sobre la vasta problemática

particular de lo que acontece en la Universidad de

Guadalajara. Es decir, que conlleve a esclarecer cómo y de

qué manera enseñamos realmente los profesores delCfr.: Documento Base del Bachillerato General, Universidad deGuadalajara, (s/f). 52Recuérdese que previa y durante la puesta en operación de la Reformaacadémica de 1992, los profesores tomamos parte en los cursos deinducción para ser depositarios de una reforma que desde entonces nacíasin el sustento necesario y suficiente para que los profesores lográsemos“apropiarnos” de ella con aquellos simples cursos, que por lo demás erande una escasa duración de apenas veinte o veinticinco horas.

bachillerato, a partir de la reforma del 92, no obstante los

grandes y buenos propósitos plasmados en los planes y

programas, el conocimiento de la pertinencia y realidad de la

práctica docente nos ayudaría a conocernos mejor y con ello

ayudarnos a transformar nuestras prácticas tradicionales y

vetustas.

A lo largo de las observaciones, también se pudo conocer

la existencia del predominio de un modelo de trabajo docente

centrado más en la enseñanza que en el aprendizaje, (Barr y

Tagg, 1995). Es decir, que el torrente de acciones al

interior del aula se circunscriben y se refieren más

arrolladóramente al profesor y no tanto a lo que hacen o

pudieran hacer los alumnos. Lo cual si logra explicar el

hecho, la naturaleza y las características del papel que la

escuela desempeña para unir conocimiento y poder.

Y sin embargo también hizo presencia en la escena un

rechazo a la cultura del aprendizaje y a la instrucción

escolar, lo cual muestra como el poder es potencialmente

poseído y frecuentemente usado tanto por profesores como por

los alumnos. Se podría considerar que el presentarse el

“sabotaje interaccional” o los problemas de disciplina

(Erickson, 1986), que ya señalábamos en las anteriores

páginas, no obstante que, aunque la autoridad reside

oficialmente en el profesor, el ejercicio de esa autoridad

debería estar al encuentro del consentimiento de los alumnos,

como una transacción en donde el docente deba persuadir que

su conducción es legítima y responde a los intereses

legítimos del alumno, es ahí también donde se reproduce,

resiste y negocia el poder.

En ese orden de ideas, una de las líneas fuertes de las

conclusiones se refiere a los aspectos que tienen que ver

precisamente con esa resistencia a la reproducción bajo la

forma de rechazo a la cultura del aprendizaje y a la

instrucción escolar por parte de los alumnos. Creo pertinente

mencionar aquí acerca de los hallazgos que han hecho algunos

de los teóricos de la resistencia, a los que ya nos hemos

referido en algunas partes del estudio, en el sentido de cómo

en la escuela se reproducen ciertas condiciones de

desigualdad que son vividas en la sociedad por parte de los

diferentes estratos, grupos y clases sociales. Así, logramos

observar como existe una inclusión exclusión, un trato

diferencial hacia los estudiantes, ahora que la cuestión es

conocer si ello perfila el futuro éxito escolar y social o

no; pero ello por su puesto tendría que ser resultado de un

estudio que buscara respuestas a esa interrogante. Aunque

parece algo arriesgado afirmar que ellos en la escuela

pretendan, cuando menos concientemente, revertir la

reproducción de esas condiciones sociales de desigualdad.

Empero, como Ayala (1995) apunta en el pasaje que se

refiere a la cotidianidad escolar, afirmando que ésta se

presenta como una aprehensión del sujeto en acto, como una

toma de lo social en movimiento. Ahí afirma, que a pesar del

determinismo histórico de la socialización, los sujetos

revierten cotidianamente la reproducción y se convierten en

agentes de oposición, lucha y resistencia del orden social y

cultural preestablecido. Advirtiendo que la ruptura a la

reproducción se construye en todos y cada uno de los espacios

de la vida cotidiana, la resistencia cobra cuerpo y se

objetiva primero a través del duplo pensamiento lenguaje y

después en acciones sociales emancipadoras.

También logramos encontrar, en los modos en que es

construida por profesor y alumnos la interacción en el aula,

por medio de los roles y las rutinas, la estructura de la

clase, el estilo docente y el control en el aula, las

actividades que dan lugar a esa organización social del aula;

el trato diferencial hacia los estudiantes, y las

negociaciones en la clase. Y sin embargo los alumnos llevan a

cabo un papel colaborador de la estructuración del ambiente

del aula. De esas interacciones, encuentros e intercambios en

el aula fue detectado cómo por medio de los procesos de

enseñanza aprendizaje se produjo una construcción y

deconstrucción de significados en la búsqueda de objetivos

educativos con características cognoscitivas y afectivas

diversas.

Se logro conocer lo que significan en cierto modo las

acciones para los propios actores, de la creación

contestación y reproducción de esos sistemas de significado

en la interacción diaria entre alumnos y profesor, y las

maneras en que se estructuraron los acontecimientos en

patrones de organización social; y cómo ciertos principios

culturalmente aprendidos y algunas razones que los

estudiantes esgrimen nos aproxima a comprender porque para

los estudiantes tiene sentido aprender en una situación dada

y no en otra.

Se mostró en ese ambiente del aula que ahí existen

ciertas reglas ocultas contribuyendo al orden impreso en las

relaciones maestro y alumnos, lo cual de una manera muy

importante pautó la interacción de los alumnos entre si y con

el profesor.

Por otra parte, en lo que atañe al diseño de la

investigación el trabajo de campo para la recopilación de

los datos en lo que respecta a las observaciones, es tal vez

una de las limitaciones del presente estudio. Ya que podría

ser considerado como una “cantidad” insuficiente para lograr

una real y válida observación sistemática y participante, al

solo realizar nueve observaciones con una duración por cada

una de ellas de treinta y cinco minutos en promedio, y

también porque en solo cuatro de ellas se llevaron a cabo

audiograbaciones que fueron aplicadas al grupo en cuestión,

en esa materia.

Finalmente, espero haber logrado la misión en este

estudio con el gran compromiso que tengo con los jóvenes

estudiantes, futuros dirigentes y constructores de sus

familias y de la sociedad de la cual formamos parte, para que

juntos logremos cambiar y mejorar convertir nuestra

circunstancia, nuestro medio en un medio cordial, acogedor y

promisorio.

Termino parafraseando unas palabras de Manuel Castells

cuando afirma creo en la racionalidad y en la necesidad de

apelar a la razón, sin convertirla en diosa, agrega, creo que

observar, analizar y teorizar es un modo de ayudar a

construir un mundo diferente y mejor (Castells, 1999).

Bourdieu, (1986) sugiere que para cambiar el mundo es

necesario cambiar las maneras de hacer el mundo; que el poder

simbólico es también un poder de hacer cosas con las

palabras.

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