( comps.) - Universidad de Guadalajara

485
G illaume Lanly M. Basilia iValenzuela V. ( comps.) UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA , C ntro Universitario de Ciencias Económico Administrativas

Transcript of ( comps.) - Universidad de Guadalajara

G illaume Lanly M. Basilia iValenzuela V.

( comps.)

UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA , C ntro Universitario de Ciencias Económico Administrativas

Clubes de migrantes oriundos mexicanos en los Estados Unidos: la política transnacional

de la nueva sociedad civil migrante

Clubes de migrantes oriundos mexicanos en los Estados Unidos: la política transnacional

de la nueva sociedad civil migrante

Guillaume Lanly

M. Basilia Valenzuela V.

(comps.)

UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA

Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas

Primera edición, 2004

© D.R. Guillaume Lanly y M. Basilia Valenzuela V.

© D.R. 2004 Universidad de Guadalajara Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas Núcleo Los Belenes, 45100, Zapopan, Jalisco

ISBN: 970-764-029-4

Impreso y hecho en México Printed and made in Mexico

ÍNDICE

Introducción

Guillaume Lanly y M.Basilia Valenzuela V.

Las organizaciones de mexicanos en los Estados Unidos. Una revisión histórica

Jesús David Valenzuela Romo

11

37

Primera parte. Los clubes de migrantes oriundos mexicanos de las regiones tradicionales

La presencia migrante desde la distancia. Clubes de zacatecanos en los Estados Unidos

Miguel Moctezuma L.

Solidaridades transfronterizas y la emergencia de una sociedad civil transnacional: · la participación de dos clubes de migrantes en el desarrollo local del occidente de México

Guillaume Lanly y Volker Hamann

Reconstrucción de identidades regionales a través de proyectos de remesas colectivas: la participación ciudadana extraterritorial de comunidades migrantes michoacanas en el área metropolitana de Chicago

Xochitl Bada

Implicarse aquí, con la mirada hacia allá: la organización de los guanajuatenses en los Estados Unidos

Laurent Faret

85

127

175

225

La costumbre de participar: politización de las redes de migrantes y organizaciones de oaxaqueños en las Californias

M. Laura Velasco Ortiz

Segunda parte. Los clubes de migrantes oriundos mexicanos de las regiones emergentes

Membresía e identidad en procesos migratorios translocales: la experiencia de la Asociación Micaltepecana

Gustavo López Angel

La formación de clubes del Estado de México. Mecanismos de organización de nuevas comunidades de migrantes mexicanos en los Estados Unidos

Germán Vega Briones

La ocasión del preludio: organizaciones de migrantes veracruzanos en los Estados Unidos

Patricia Zamudio Grave

Poder político de las organizaciones transnacionales de migrantes mexicanos en sus comunidades de origen. Estudio comparativo de clubes sociales de migrantes en Nayarit-California y Puebla-Nueva York

Cecilia Ímaz B.

253

287

315

347

375

Tercera parte. Perspectivas acerca de los clubes de migrantes oriundos

Migración y formas organizativas en los Estados Unidos: los clubes y federaciones de migran tes mexicanos en California

Luis Escala-Rabadán

Retos y perspectivas de la sociedad civil migrante: entre la participación política y la quimera del desarrollo local

M. Basilia Valenzuela V.

425

455

visión nuestra ... que ... cada uno de nosotros [ tiene es]:

mejorar la calidad de nuestros pueblos. ¿Cuál es la razón?

Pues tal, vez que Dios ha sido generoso con nosotros,

Nos ha dado un poquito pues, ¡estamos compartiéndolo! ( opinión del presidente de un club jalisciense en Los Angeles, Ca.)

Sí. Es muy bonito mi rancho ... pero es ... pobre, olvidado ... no se ha desarrollado. En mi rancho: No hay trenaje. Queremos nosotros que haya trenaje No hay una plaza.

Nosotros nos gustaría que hubiera una plaza

No hay ... ah ... una carretera empavimentada. Y,

Nosotros queremos que haiga una carretera empavimentada ...

Quisiéramos que ellos allá tuvieran también,

como aquí, Las comodidades como aquí. (opinión del presidente de un club jalisciense en Los Angeles, Ca.)

Los emigrantes queremos "gobernar en 'Zacatecas "para vigilar los recursos que mandamos"[. .. ] "se hacen muchas transas"[. .. ], "que­remos estar pendientes de los recursos que actualmente se están des­viando"[. . .] "traemos una mentalidad de hacer las cosas bien, si se va a gastar que se gaste bien y no doble, como se hace ahora con el desvío de recursos del programa 3 por 1 de parte de muchos alcaldes." (Decla­

raciones del líder del Frente Cívico Zacatecano, Francisco Javier González, en

"Los emigrantes queremos gobernar Zacatecas: FCZ", Pdgina 24, 24 de octu­

bre de 2003, p.7)

INTRODUCCIÓN

En los últimos años, académicos, políticos y público en general, hemos atesti­guado un creciente interés por conocer y entender una de la formas asociativas de los migrantes mexicanos en los Estados Unidos: los clubes de migrantes. No estamos ante un fenómeno desconocido, se trata de una faceta de la migra­ción mexicana que resurge con interés renovado en la discusión pública y académica desde la década de los ochenta. Este resurgimiento aparece ligado, por un lado a una nueva dinámica asociativa entre lo inmigrantes mexicanos de primera generación en el vecino país y, por el otro, al diseño de políticas transnacionales del Estado mexicano encaminadas al aprovechamiento del po­tencial de este fenómeno organizativo.

A principios del siglo XXI, los casi 24 millones de personas de origen mexi­cano residentes en los Estados Unidos1 poseen vario tipos de asociaciones. Es­tas suelen distinguirse según que sean conformadas por migrantes de primera generación o por descendientes de generaciones anteriores. En las comunidades transnacionalizadas que han formado los inmigrantes de primera generación, las formas más comunes de organización son los clubes de migrantes o de oriundos y las asociaciones deportivas (ligas y equipos) que juntan inmigrantes originarios de la misma localidad, con sus federaciones y ligas respectivas. Los mexicanos en los Estados Unidos llegan también a estructurarse en tomo a la membresfa religiosa en asociaciones religiosas o parroquiale sin que importe el lugar de provenencia de sus miembros. Entre las organizaciones de inmigrantes mexica­nos de generaciones anteriores están todo tipo de asociaciones políticas, cultura­les y sociales de la así llamada comunidad chicana. Se trata de instituciones étnico políticas más maduras con in.fluencia política en la sociedad más amplia.

Por su rápida difusión dentro de la comunidad mexicana en los Estados Unidos y su capacidad para actuar en ambos espacios político-sociales, los clubes que forman los inmigrantes mexicanos por lugar de origen son la for­ma asociativa que más ha llamado la atención de las autoridades mexicanas y de los estudiosos de la migración.

1 U.S. Population en sitio www.11scensus.gob.

11

GUILLAUME LANLY Y M. BASILIA V ALENZUBLA V.

Esta forma asociativa, también llamada club social, club de oriundos, club comunitario, club de paisanos, etc., se distingue de otras organizaciones más complejas. Para Simmel (1955), la distinción entre los clubes y las diferentes organizaciones es que los primeros surgen cuando las asociaciones dejan de responder a los intereses de los individuos. En esta línea de pensamiento, los clubes parecen ser organizaciones menores que, sin embargo, coexisten con las asociaciones en la constitución del pensamiento público. A los clubes se perte­nece: 1) cuando las asociaciones más amplias dejan de responder a los intereses generales de los individuos, como es el ser oriundo de un pueblo; gozar de la ciudadanía de pueblo; 2) para conservar un espacio de libertad respecto al con­trol y sanciones de las asociaciones de pertenencia, esto es, como mecanismo para conservar la individualidad, i.e. la identidad de pueblo y sus preocupacio­nes e intereses por el bienestar de ese colectivo de pertenencia; y, 3) para resis­tir a las acciones de un Estado tutelar que deja al individuo en incapacidad para actuar, para expresar los intereses de su individualidad.2

De manera concreta, los clubes de migrantes oriundos incluidos en este volu­men son organizaciones conformadas principalmente por migrantes de primera generación que se identifican con el mismo lugar y cultura ( o etnia) de origen en México. De hecho, su formación resulta exclusivamente de un proceso de organi­zación entre migrantes de primera generación que privilegia primeramente los la­zos de parentesco para extenderse, en las condiciones adversas de la migración, a redes de paisanaje.3 Se distinguen de las otras organizaciones de la población mexi­cana y de origen mexicano en los Estados Unidos por ser una forma de asociación voluntaria y autónoma, administrada por miembros de la comunidad filial con orien­tación e intereses fuertemente determinados por la cultura y el lugar de origen.

A partir de esta definición, se puede distinguir una gran variedad de clubes que resulta, entre otras cosas, de las diferencias en el grado de institucionalización, en el tipo y nivel de implicación en los diferentes lugares del circuito migratorio.

2 Cohen y Arato (1992) critican esta postura de la sociedad civil. Para ellos, el enfrentamiento no es el camino adecuado para influir en el Estado y la economía. Véase Cohen, Jean y Andrew Arato (1992), Civil Society and Political Theory, Cambridge, Mass., MlT Press. 3 Véase Massey, Douglas, Rafael Alarcón, Jorge Durand, Humberto Gónzález (1987), Retum to Aztlan: The Social Process of Intemational Migration from Western Mexico , Berkeley, Los Angeles, University of California Press; y, Velasco, Laura (2002), "El regreso de la comuni­dad: migración indígena y agentes étnicos. Los mixtecos en la frontera México-Estados Uni­dos", El Colegio de México-El Colegio de la Frontera Norte.

12

INTRODUCCIÓN

Las actividades de los clubes descansan en la vocación transnacional de los miembros que mantienen lnos e intereses en los diferentes espacios del circui­to migratorio. Esto hace que las actividades de los clubes se orienten en torno a dos ejes complementarios cuyo propósito común es no perder el vínculo con el lugar de origen: la movilización de fondos para la realización de obras de carác­ter social en el lugar de origen; y, la promoción de un sentido de comunidad entre los migrantes a través de la organización de eventos sociales y deportivos.

Si bien es cierto estas actividades contribuyen a reforzar las formas de solidari­dad entre los migrantes, en cambio, son pocos los clubes que hasta ahora han abor­dado de manera directa los problemas que enfrentan los inmigrantes en su proceso de establecimiento en los Estados Unidos. Sin embargo, conforme la situación de los inmigrantes mexicanos en los Estados Unidos se prolonga y se consolidan los clubes, éstos tienden a involucrarse más en iniciativas dirigidas hacia la comunidad étnica nacional en el lugar de asentamiento. Recientemente, algunas federaciones de clubes de migrantes participaron en diversas iniciativas refererentes a la defensa de los derechos de los migrantes junto con otras organizaciones chicanas y latinas.

La formación de clubes de migrantes oriundos es un fenómeno bastante reciente en las comunidades de migrantes mexicanos. Si bien es cierto en los principios de siglo XX los inmigrantes mexicanos formaron sociedades mutualistas; a diferencia de los clubes, estas sociedades no se basaban en la pertenencia a una misma comu­nidad de origen; reunían indistintamente a inmigrantes mexicanos que vivían y trabajaban en el mismo lugar geográfico en los Estados Unidos. Las mutualistas eran asociaciones de connacionales dedicadas principalmente a proporcionar apo­yo de varias índole a los migrantes, mantener lazos afectivos con el país de origen organizando celebraciones cívicas en los barrios y colonias de mexicanos en los Estados Unidos. Las donaciones y el financiamiento de proyectos en los lugares de origen, que constituyen las principales actividades de los clubes de migrantes, no se realizaban entonces debido a varios factores como la dificultad de mantener víncu­los estrechos y continuos con las comunidades de origen, al núcleo reducido de inmigrantes pertenecientes a la misma localidad en México, a los cambios frecuen­tes en la política migratoria estadounidense. Sin embargo, en más de una ocasión, las mutualistas sobrevivientes a los difíciles años veinte y treinta, enviaron donaciones y ayudas a comunidades en México que habían sido impactadas por desastres natu­rales (D. Valenzuela en este volumen).

Los primeros clubes de migrantes identificados con una localidad de origen aparecieron durante los años cincuenta, pero es realmente a partir de los años

13

ÜUJLLAUME LANL Y Y M. BASTLlA V ALENZUELA V.

setenta que esta forma de organización experimentó una difusión significativa en las comunidades de mexicanos en los Estados Unidos junto con el incremen­to del flujo migratorio. Esta difusión surge precisamente en los viejos asentamientos de mexicanos: Los Angeles, Chicago y las principales ciudades de destino de los migrantes mexicanos en Texas.

El tipo de iniciativas privadas, limitadas a la localidad de origen o al grupo de migrantes, el carácter efünero e informal de muchos clubes, así como el desinte­rés o la hostilidad de las autoridades mexicanas y estadounidenses hacia los migrantes mantuvieron invisibles a muchas de estas organizaciones y sus inicia­tivas. Por ello y debido a la falta de registro sistemático, hasta la mitad de la última década del siglo XX, no se tienen datos precisos sobre el crecimiento de clubes, la localización en los Estados Unidos y la proveniencia de sus miembros.

Sin embargo, a partir de los estudios de casos realizados sobre los clubes, y de entrevistas con líderes comunitarios se puede pensar que el número de clubes au­mentó regularmente hasta la segunda mitad de los ochenta hasta experimentar un verdadero boom en la década siguiente. Así, el registro de los clubes de migrantes iniciado durante los noventa por el Programa para las Comunidades Mexicanas en el Exterior (PCME) de la Secretaría de Relaciones Exteriores pone de manifiesto un incremento considerable de este tipo de organizaciones cuyo número pasó de 263 en octubre de 1995 a 623 en mayo de 2003.4 Este fuerte crecimiento se puede explicar por los cambios en las modalidades migratorias, en particular el reforzamiento de los procesos de asentamiento de una parte de los inmigrantes mexicanos y de reunificación familiar con el programa de amnistía de 1986 , la formación en algunas comunidades de inmigrantes de federaciones por estado de origen y, las cuales estimularon entre sus paisanos a organizarse en clubes y sobre todo, la política de acercamiento del Estado mexicano hacia sus emigrantes, la cual privilegió este nivel organizativo para acercarse a la diáspora mexicana.

4 Desde la mitad de los años noventa, los consulados registran los "clubes de oriundos" que tienen contactos con ellos. Este proceso es hecho de manera más o menos sistemática y seria según los consulados. Además, la definición de los clubes de oriundos parece ser muy abierta y vaga entre el personal de estas instituciones, lo que hace que esta lista incluya organizaciones diferentes de los clubes de migrantes . A pesar de ello, esta fuente, nos permite tener una idea de la evolución reciente de estas organizaciones y de su localización en los Estados Unidos así como la proveniencia de los migrantes que las conforman. Véase Programa para las Comunida­des Mexicanas en el Exterior (octubre de 1995 y mayo de 2003), "Clubes de oriundos registra­dos en los Estados Unidos, México D.F., Secretaría de Relaciones Exteriores.

14

INTRODUCCIÓN

Cuadro 1. Clubes de migrantes mexicanos registrados en los Estados U nidos, según estado de origen, 2003

Estados Numero de Estados Numero de Estados Numero de Estados Numero de clubes dubes clubes clubes

Zacatecas 126 Nayarit 27 México 11 Tamaulipas 3 Jalisco 100 San Luis Potosí -23 Chihuahua 10 Coahuila 2 Michoacán 51 Durango 20 Distrito Federal 6 Yucatán 2 Guerrero 51 Sinaloa 17 Morelos 5 Baja California 1 Guanajuato 48 Tiaxcala 13 Sonora 5 Aguascalientes 1 Oaxaca 36 Veracruz 12 Colima 4 Querétaro o Puebla 34 Hidalgo 11 Nuevo León 4 TOTAL 623

Fuente: Programa para las Comunidades Mexicanas en el Exterior, Secretaría de Relaciones Exteriores, mayo de 2003.

La distribución geográfica de los clubes por estado de origen, permite ob­servar que en términos de número existen asimetrías importantes por estados (cuadro 1 y mapa 1). Atendiendo a la tradición migratoria, cifras de mayo del año 2003 indican que los clubes se concentran principalmente en las regiones tradicionales de emigración: el occidente de México (60 por ciento) donde des­tacan los estados de Zacatecas y Jalisco; y el norte (10.9 % incluido San Luis Potosí). Sin embargo, ya se puede ver un principio de difusión de este modelo asociativo entre los inmigrantes procedentes de estados con una migración re­lativamente más reciente hacia los Estados Unidos. Así, las regiones emergen­tes de tradición media que tienen además una alta intensidad migratoria5 , como la conformada por los estados de Guerrero y Oaxaca concentran el 13.9 % de los clubes de migrantes.6 Y, las regiones emergentes nuevas7 constituidas por los estados Hidalgo, Puebla, Veracruz, México, Distrito Federal, Morelos que tienen el 14.7 por ciento del total de los clubes registrados que son además los estados con mayores aportes absolutos de migrantes a los Estados Unidos. 8

5 Alba, Francisco (2000), "Consolidación de los patrones emergentes", en Demos. Carta Demo­gráfica sobre México, núm. 13, Instituto de Investigaciones Sociales, UNAM, pp. 10-1 1. 6 El crecimiento de clubes y organizaciones de migrantes entre los inmigrantes indígenas se ha explicado por la cohesión, experiencia migratoria y larga lucha en México de estos grupos, lo que ha favorecido su organización en los diversos circuitos migratorios. 7 Las regiones emergentes son las nuevas regiones que, desde finales de la década de los ochen­ta, han iniciado su emigración hacia los Estados Unidos. 8 Alba, op. cit.

15

GUILLAUME LANLY Y M. BASILIA VALENZUELA V .

La observación histórica de la formación de clubes a nivel estatal, permite con­firmar que, son los estados de Zacatecas y Jalisco los que han logrado establecer ya una tradición asociativa entre los rnigrantes mexicanos en los Estados Unidos. Otros estados como Guanajuato, Guerrero y Michoacán siguen esta tendencia9

Mapa 1. Distribución de los clubes de migrantes mexicanos por estado de origen (mayo, 2003)

N

t

• • 10

• 100

Fuente: Mapa realizado a partir de los datos del Programa para las Comunidades Mexicanas en el Exterior, Secretaría de Relaciones Exteriores, mayo de 2003.

En el territorio estadounidense hay un fuerte contraste en la distribución geo­gráfica de los clubes entre las viejas regiones de establecimiento tradicional y las nuevas regiones de llegada y asentamiento de población mexicana. Al respecto,

9 Lanly, Guillaume (2002), "La formación de una sociedad civil transnacional: El caso de dos clubes de migrantes internacionales originarios de Jalisco y Zacatecas", ponencia presentada en el Congreso Nacional de Migración "Dinámicas tradicionales y emergentes de la emigración mexicana", CIESAS-Occidente, Guadalajara, Jalisco, del 21 al 23 de noviembre.

16

INTRODUCCIÓN

una tendencia reciente, aunque todavía muy limitada, es la difusión del movi­miento de clubes a los estados del centro y este de los Estados Unidos (mapa 2).

Mapa 2. Distribución de los clubes de migrantes mexicanos

• •

1

10

- 100

en los Estados Unidos (mayo 2003)

1

Fuente: Mapa realizado a partir de los datos del Programa para las Comunidades Mexicanas en el Exterior, Secretaría de Relaciones Exteriores, mayo de 2003.

¿El surgimiento de una sociedad civil transnacional ?

Los clubes de migrantes y sus acciones hacia la comunidad de origen demo­cratizan la distribución de obras públicas en el país, en el municipio, y hacen construir servicios básicos en pueblos que poco o nunca habían visto llegar la mano de los gobiernos federal, estatal o municipal.

En la actualidad, la gran mayoría de los clubes se forman para apoyar económi­camente la realización de proyectos de infraestructura urbana o social como son electrificación, agua potable, alcantarillado, pavimentación, entre otros; o bien, alguna obra de infraestructura para asistencia social y servicios comunitarios.

Estas acciones por el mejoramiento de los pueblos de origen emprendidas por los clubes de migrantes oriundos intentan revertir añejas condiciones de atraso estructural, viejas deudas de progreso, de crecimiento y desarrollo que los gobiernos federal, estatales y locales de los siglos XIX y XX no fueron capaces de crear. De ahí la fuente, el interés primordial de los clubes en la construcción de obra social para el bienestar público.

17

ÜUILLAUME LANLY Y M. BASILIA V ALENZUELA V.

Se trata de condiciones ligadas a las estructuras de gasto público e inversión social de los gobiernos locales, las cuales, desde sus orígenes, dan cuenta de las grandes desigualdades en la distribución de las riquezas entre municipios y de éstos hacia sus poblaciones menores; del abandono presupuesta! y la prácticamente no existencia de los poblados y comunidades pequeños en la estructura de gasto muni­cipal .10 Sobre las condiciones de pobreza estructural de los municipios mexicanos, el periódico El Bien Público de 1903 apunta acerca de los municipios jaliscienses:

18

Mirad lo que nos dicen los testimonios irrecusables de los números[ ... ]

Las obras que logran levantarse en algún municipio, son "monumentos de su raquitismo hacendario, amasados con sacrificios que nadie calcula. Y Teuchitlán señal¡i 5 pesos al año para mejoras ... ¡ni para tapar un caño!

En esos municipios pobres son mezquinas todas las partidas de gastos; pero no quisimos señalar sino los que corresponden a los servicios más urgentes. La de alumbrado público da la medida de esa pobreza, Cuautla señala un peso mensual, es decir, tres centavos diarios para tres velas de sebo en las encrucijadas más peligrosas de los barrios. La de la vacuna, -donde la hay- es, como tipo general, de 10 pesos al año: sólo Acatic y Ejutla señalan respectivamente, 6 y 5, que mueven sinceramente a compa­sión. La de festividades cívicas no admira que sea pequeña, pues donde hay pobreza, no puede haber holgorios ni patrióticos; pero es claro que es me­nos ridículo suprimir esos hijos de regocijo público como Cuautla, que se­ñalar un peso, que ni para cohetes el 15 de septiembre, como Teuchitlán.11

Por eso, las obras, las mejoras de los pueblos, las llamadas inversiones socia­les, que no es otra cosa que obra pública, al no tener cabida dentro de los raquíti­cos presupuestos municipales debían buscar el apoyo en otros agentes: la iglesia, la clase local, poderosa, ilustrada, los hacendados, los comerciantes.

10 Los presupuestos municipales de los siglos XIX y principios del XX de municipios no capita­les o económicamente fuertes no fueron más allá de los recursos para la raquítica manutención de las actividades administrativas del municipio, sin ver por inversiones que promovieran con­diciones de vida, el progreso del municipio. 11"El Problema Municipal", en El Bien Público, domingo 29 de noviembre de 1903, Guadalajara, Jalisco. p.1, citado en M. Basilia Valenzuela (2003), "Población y desarrollo en el proceso de municipalización del Jalisco del siglo XX", Guadal ajara, Jal., Universidad de Guadalajara, mimeo.

INTRODUCCIÓN

Desde épocas tempranas en la historia de los pueblos y municipios de Méxi­co se pueden encontrar acciones de las sociedades locales, las comunidades organizadas, para promover y efectuar "obras de ornato" por su pueblo entre las que destacan: "la pavimentación de algunas calles, la creación de un jardín y la construcción de un kiosko [ ... ]."12 Entre las sociedades de antaño -peque­ñas y grandes, rurales y provincianas- había una competencia abierta por hacer del pueblo, el pueblo más bonito, el que tuviera la mayor cantidad de infraes­tructura del embellecimiento. La belleza del pueblo medida en obras de ornato era el principio de la civilización, del vivir bien -en comunidad-, del bienestar colectivo. Ya desde entonces, corno ideario de la conciencia de la provincia mexicana, las preocupaciones de la comunidad, de las "comunidades organiza­das", estaban en las "mejoras de ornato" que eran acciones por la civilización y el progreso de los pueblos que poco o nada tenían.

En el presente, se ha criticado el hecho de que los clubes de migrantes se hayan dedicado a realizar obras de embellecimiento de sus pueblos cuando en los principios del siglo XXI, la situación de la inversión en obra pública conti­nua siendo uno de las principales carencias de los municipios mexicanos. De acuerdo con Sánchez (1998) en los municipios del occidente de México, sólo el 40 por ciento del gasto público se destina a la realización de obra pública, pero además esta situación tiene dos agravantes importantes: se trata de obra menor y, se concentra principalmente en la cabecera del rnunicipio. 13

Como sea, para los clubes realizar acciones en nombre del bienestar de las comunidades de origen define una vida en club -cultural, social, cívica y algu­nas veces política- donde los migrantes oriundos pueden sentirse como en la vida en el pueblo, en parentela, con la raza. 14 Pero si bien es cierto que la vida en club de oriundos es un vehículo organizacional para la sobrevivencia cultu-

12 Acta de sesión de municipalización de La Manzanilla, Jalisco, en Congreso del Estado de Jalisco (1909), Libros de Actas de Sesiones del Congreso del Estado de Jalisco, octubre de 1909, Archivo del Congreso del Estado de Jalisco, Guadalajara, Jalisco. 13 Sánchez, Antonio (1998), "Relevancia de los estudios en desarrollo económico local. El caso de los municipios mexicanos", en Revista lnteramericana de Planificación, vol. XXX, núms. 117 y 118, pp. 238-250. 14 En Leiken, por ejemplo, la vida en club es más como la vida en familia. Véase Leiken, Robert (2000), ''The Melting Border, Mexico and the Mexican Communities in United States", Center for Equal Opportunities, Washington D.C., Mimeo.

19

Gun.LAUMELANLY y M. BASILIA VALENZUELA v.

ral, también es el vehículo que canaliza reclamos y demandas hacia el Estado de origen. Es el espacio desde donde los migrantes organizados cuestionan a la so­ciedad y Estado de origen acerca del abandono y la miseria en que están sumidas sus comunidades y actúan en nombre del bienestar colectivo, el mejoramiento general y el cambio social de los lugares de origen. Estas acciones realizadas por los clubes de migrantes oriundos se constituyen en uno de los pilares para la gestación de una sociedad civil migrante.

La sociedad civil migrante constituida desde aquí, se gesta con un objetivo pri­mordial: el mejoramiento de las condiciones de vida, el desarrollo, los servicios a la comunidad, el cambio social. En este sentido, asume características similares al asociacionismo sociocultural y de organización civil de organizaciones locales no lucrativas de América Latina, sobre todo en su objetivo primordial que es la "pro­moción, desarrollo, y servicios de la comunidad" 15

• Sin embargo, los clubes, a di­ferencia de estas organizaciones, buscan lograr este objetivo desde la diáspora.

De manera más o menos formal, la sociedad civil en su definición atiende a la vida asociacional, la concretización de las redes sociales, los espacios de libertad política, cívica, de grupos que tradicionalmente han vivido fuera o a la margen del Estado y de los sistemas de ciudadanía 16 (Walzer, 1995), grupos que desde sus acciones construyen la expansión de la democracia, la igualdad de derechos sociales, económicos, políticos.

Cohen y Arato ( 1992) describen a la sociedad civil como el espacio de la vida sociocultural, asociacional, cívica, autoconstituido de manera consciente que ar­ticula demandas independientes con el fin de ejercer influencia en la economía y el Estado a la vez que se aseguran derechos políticos, participación cívica, liber­tad de agencia, mecanismos de avance en el proceso de democratización17

Desde aquí, la sociedad civil se conforma de aquellos cuerpos y estructuras organizacionales independientes, autónomos, autoconstituidos, con capacidad de comunicación (Cohen y Arato, 1992). En este campo, entran asociaciones volunta-

15 Véase Olvera, Alberto (2001), Sociedad civil, gobemabilidad democrática, espacios públicos y democratización: los contornos de un proyecto, México, Sociedad civil y gobemabilidad en México y Universidad Veracruzana (Cuadernos de la sociedad civil, núm. 1), p. 37.

20

16 Walzer, Michael (1995), "The Concept of Civil Society", en Michael Walzer (ed.) (1995), Toward a Global Civil Society, Providence, RI, Berghahn Books, pp. 7-28. 17 Cohen y Arato (1992), op. cit.

INTRODUCCIÓN

rias, colectivos identitarios, movimientos sociales; cualquier actor colectivo inde­pendiente capaz de ejercer demandas sociales, políticas, económicas, de identidad. Demandas que generan presión e influencia hacia todas las esferas de la vida.

La sociedad civil migrante mexicana en la diáspora no se limita al trabajo y acciones de los clubes; está conformada por varios cuerpos asociacionales entre los que destacan coaliciones, organizaciones, frentes, comités pro-pueblo. La sociedad civil que surge desde los clubes en sus orígenes, toma forma a partir de las acciones independientes de los migrantes de pueblo, de la vida en un ambiente de coexistencia cercana 18, de solidaridades primigenias, de demandas culturales. Posteriormente, por sus acciones en la articulación de proyectos so­ciales y su cumplimiento en espacios institucionales extralocales y extranacionales son corporativizadas, crecen y se consolidan a la sombra de las políticas de acercamiento del Estado mexicano.

Desde un Estado de naturaleza corporativista, esto puede ocurrir 1) cuando los clubes ya han logrado un reconocimiento propio. En esta etapa puede suceder que la vida en club, que se va constituyendo alrededor de las familias y la vida comuni­taria de la diáspora, logra construir reconocimiento propio, aceptación e influencia en el ámbito de la comunidad transnacional desde el trabajo comunitario y el cum­plimiento de metas. En reconocimiento a su labor comunitaria, los presidentes de clubes reciben invitaciones del Estado mexicano para formar parte de las tareas de liderazgo de los migrantes mexicanos de primera generación en los Estados Uni­dos. Y 2) desde su propio nacimiento; esto es cuando los clubes surgen y se forman por las acciones y mecanismos puestos en marcha por el aparato del Estado mexica­no en los Estados Unidos. De ahí que en el proceso algunos clubes tiendan a politizarse y en el mejor de los casos a adquirir un carácter cívico-político.

Sin embargo, hay que decir que se trata de una corporativización limitada en el sentido de que el aparato de Estado mexicano, fuera del territorio nacional, no es tan

18 En su análisis sobre la formación de grupos, Simmel apunta que la coexistencia cercana -compartir el mismo lugar de nacimiento, la vecindad en la misma localidad- impuesta por una red de circunstancias, es la primera condición para la asociación, para la formación de grupos. Sin embargo, es crítico respecto estas formaciones al considerar que dan lugar a formaciones orgánicas, naturales que, en su entendimiento, no conllevan una toma de conciencia; una elec­ción consciente. Sobre este punto, Sirnmel ignora el papel de la cultura como aspecto funda­mental en la toma de conciencia frente a lo que no se es. Véase Georg, Simmel (1955), Conflict and the Web of Group-Affiliations, New York, Toe Free Press.

21

Gun.LAUME LANL y y M. B ASILIA V ALENZUELA V.

amplio y en todo caso, opera como una institución más dentro de una sociedad mayor, lo que deja abierto un gran espacio para la libertad de acción, agencia y conservación de autonomía de estas instituciones de la sociedad civil migrante.

Con estas limitaciones, la sociedad civil migrante constituida desde los clubes es entonces la concretización de las acciones de una membresía de pueblo organizada en la diáspora, capaz de articular proyectos, demandas, presión e influencia hacia el Estado, los gobiernos locales y la sociedad de origen en el espacio extralocal, extranacional; pero también hacia las sociedades de destino. Es, además, la institu­ción colectivizada más extendida, de la comunidad migrante transnacional.

En términos concretos, la base de la sociedad civil que emerge desde los clu­bes de migrantes inicia su formalización e institucionalización desde diversos cambios: los cambios mismos en el proceso migratorio México-Estados Unidos y la constitución de comunidades filiales; las experiencias previas de agrupa­miento de clubes en federaciones; las políticas de acercamiento y reconocimien­to del Estado mexicano hacia su diáspora, en particular la puesta en marcha del programa 3xl eje articulador de las demandas y acciones de la sociedad civil migrante y el diseño de políticas de acercamiento por parte de las entidades expulsoras; la formalización de las estructuras organizacionales de los clubes.

Los cambios recientes en el -proceso migratorio entre México y los Estados Unidos y de la constitución de comunidades filiales con la intensificación y genera­lización de la migración -calificada por el Estudio binacional México Estados Uni­dos sobre migración como masiva19

- en muchas localidades mexicanas y la acele­ración de los intercambios entre los diferentes espacios de los circuitos migratorios ha impactado de manera importante en la rápida difusión de las organizaciones de migrantes que, para empezar, parte de la conciencia numérica de "cada vez somos más" y por tanto debemos organizamos. Datos del XII Censo general de población y vivienda 2000, citados por Alba (2000), arrojan información relevante acerca del tamaño del éxodo de mexicanos a los Estados Unidos para los últimos cinco años, el cual se calcula en 250 mil por año -en cifras subestimadas. De acuerdo con esta fuente, "casi el 40% de los mexicanos que cambiaron su residencia habitual de país o entidad federativa- lo hicieron cruzando las fronteras nacionales." 20

22

19 Véase CONAPO (1997), Estudio binaci.onal México-Estados Unidos sobre migración, México, DF. 2ºAlba, op. cit. : 10.

INTRODUCCIÓ N

Los cambios en el agrupamiento de clubes en federaciones se pueden vislum­brar desde los años setenta como tendencia en ciertas comunidades inmigrantes. Estos agrupamientos tienen la intención de negociar espacios de participación y colaboraciones, además de reconocimiento social y la membresía del pueblo, ante los principales actores institucionales del lugar de origen.

Actualmente, la organización de los clubes en redes está experimentando un rápido crecimiento en los últimos años, en particular en las comunidades de migrantes originarios de regiones de larga tradición migratoria, dejando de lado a las organizaciones por estado de origen o por grupo étnico ( en el caso de los migrantes indígenas de Oaxaca). Con la constitución de federaciones de clubes originarios del mismo estado como la Confederación de Clubes y Organizacio­nes Zacatecanas en los Estados Unidos; o de diversos estados que comparten intereses comunes como el Consejo de Federaciones Mexicanas en Los Ange­les que reúne una decena de federaciones regionales de migrantes con el pro­pósito declarado de tener más influencia en los asuntos relacionados con los derechos de la población migrante mexicana en California, han aparecido otros niveles de organización: las pancomunitarias y panétnicas nacionales.

Esta maduración de los clubes y de las redes existentes entre ellos es indisociable de la política de acercamiento y reconocimiento del Estado mexicano hacia su diás­pora iniciada durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) que se acompaña del diseño de políticas de acercamiento por parte de las entidades expulsoras, algunas de éstas surgidas con anterioridad a esta política nacional como resultado directo de las acciones y cabildeo de los clubes de migrantes (Zacatecas).

Si bien es cierto, los cambios señalados anteriormente han impactado positivamente en la dinámica organizativa de los inmigrantes mexicanos de primera generación en los Estados Unidos, la política de acercamiento del gobierno de México hacia las poblaciones de origen mexicano en los Esta­dos Unidos y sus programas, aunado a las políticas de las entidades federativas expulsoras, han contribuido aún más a acelerar el movimiento de clubes a la vez que se "incorpora" a la sociedad civil migrante.

El crecimiento del número de clubes a partir de los años setenta y ochenta y su capacidad de cabildear y financiar proyectos en los diferentes lugares del espacio migratorio ha sido un factor determinante para atraer la atención de los actores institucionales tanto a nivel local como nacional. El gobierno del estado de Zacatecas fue el primero en establecer, a partir de 1986, una relación conti-

23

GUILLAUME LANLY Y M. BASILIA V ALENZUELA V.

nua y estrecha con los clubes de paisanos de la conurbación de Los Angeles, lo que se tradujo en el reconocimiento de la Federación de Clubes Zacatecanos Unidos y la instauración de un programa de apoyo al financiamiento de proyec­tos de infraestructura básica para las comunidades de origen.

A nivel nacional es el gobierno de Salinas que pone en marcha, una ambiciosa política de acercamiento a la comunidad migrante y otorga a los clubes y a sus federaciones un papel importante. Para el Estado mexicano esta forma asociativa representaba la posibilidad de inscribir y solidarizar a las poblaciones mexicanas en los Estados Unidos a los retos económicos, sociales y políticos relacionados con el proceso de preparación, negociación y firrna del Tratado de Libre Comer­cio con América del Norte: la liberalización económica, el retiro del Estado, la descentralización, las demandas de democratización, la apertura internacional.

Este cambio radical en la política del Estado mexicano hacia sus emigrantes corresponde a una toma de conciencia por parte de las autoridades mexicanas del creciente peso real y potencial de los migrantes mexicanos en términos económi­cos, políticos y culturales tanto en México como en los Estados Unidos. Esta, es una toma de conciencia informada, que tiene como base el comportamiento de los elec­tores mexicanos en los Estados Unidos durante las elecciones presidenciales de 1988, los resultados fraudulentos de esta elección, y la publicación de estudios y datos sobre el impacto de la emigración para los lugares de origen y el país.

Durante la última década del siglo XX, la política de acercamiento del gobier­no mexicano hacia los emigrantes se organizó en tomo a dos ejes : 1) la puesta en marcha de programas en apoyo sociocultural, económico y político para las po­blaciones de origen mexicano en los Estados Unidos y a sus iniciativas para las comunidades de origen (vía programas de co-financiamiento solidario), que, a partir de los trabajos aquí presentados, ofrece un marco explicativo acerca de las bases que conforman la filantropía de los clubes; una síntesis de la situación ge­neral de estas asociaciones de pueblos migrantes y su principal problemática: en la organización y para alcanzar los objetivos de desarrollo y participación en la esfera de la sociedad civil transnacional. y; 2) medidas jurídicas tendientes a recono­cerlas como parte integrante de una gran nación mexicana desterritorializada acom­pañada de derechos: "Ley de no Renunciabilidad a la Nacionalidad Mexicana" aprobada en 1998 y "la Ley del Voto Mexicano en el Exterior'' aún en discusión.

Entre los programas de apoyo general implementados por el Estado, destaca el ambicioso Programa para las Comunidades Mexicanas en el Exterior (PCME) encar-

24

INTRODUCCIÓN

gado de coordinar iniciativas diversas de apoyo a los mexicanos residentes en los Estados Unidos que van desde el apoyo a la educación de los hijos de migrantes hasta la promoción de vínculos empresariales entre hombres de negocios mexica­nos y mexicoamericanos. Este programa contribuyó a estimular la organización de las comunidades de inmigrantes de primera generación en todos los niveles; entre ellos, estimula fuertemente la organización en clubes. Enmarcados en este progra­ma, los clubes de migrantes son formalmente las organizaciones socioculturales que van a conformar uno de los principales pilares de la comunidad mexicana en la diáspora; de fondo, son organizaciones de uso político, intermediarias entre la diás­pora y el gobierno de México. Además, pronto serán, el mecanismo a partir del cual se busca fomentar la inversión colectiva en el desarrollo de las comunidades de origen (programa "Solidaridad internacional 2xl" de 1993 a 1995).

Un cambio importante en la política de acercamiento hacia la diáspora mexi­cana en los Estados Unidos fue la descentralización de programas y acciones gubernamentales hacia las principales entidades federativas expulsoras. Ejem­plo de esto lo constituye la creación de las Oficinas Estatales de Atención a Oriundos, ahora Oficinas de Atención a Migrantes (OF AM).

Esto se tradujo en la implementación de políticas diferenciadas -con intensi­dades y enfoques diversos-, por parte de las entidades federativas hacia su diás­pora regional. Esta descentralización marcó la pauta para que los estados apli­caran con libertad -aunque enmarcadas en un programa similar- su propia polí­tica de acercamiento para con sus comunidades migrantes, lo que contribuyó al diseño de un panorama asociativo heterogéneo en términos de: el nivel de orga­nización alcanzado por los clubes entre regiones con tradiciones migratorias similares, el nivel de organización de una entidad federativa, el de un munici­pio y localidad de origen y; en última instancia, el nivel de madurez de todo el movimiento de clubes. De hecho, parte de los resultados de estas políticas re­gionales diferenciadas, de mayor o menor involucrarniento por parte de los gobiernos estatales y sus programas con los clubes de sus regiones, se ponen en evidencia en los diferentes casos presentados en este volumen.

Por lo demás, la mayoría de los estados con OFAM han tenido el deseo de implementar programas de colaboración con sus clubes, sin embargo, pocos lo logran. Así, las entidades federativas que implementaron políticas ambiciosas y exitosas fueron en realidad muy pocas.

Zacatecas, cuya colaboración con los clubes y federación de paisanos ha sido ejemplo para el Estado mexicano y algunas de las entidades federativas ,

25

GUTLLAUME LANL Y Y M. BASILIA V ALENZUELA V.

es uno de esos casos exitosos. Este estado privilegió desde el principio los progra­mas de cofinanciamiento de obras públicas como el ''2xl" y luego "3xl" 21 para comunidades y municipios que tenían clubes organizados en los Estados Unidos. Este programa exitoso contribuyó a valorizar la formación de clubes entre los migrantes zacatecanos porque se adecuaba a los sueños y deseos de muchos inmigrantes mexicanos en los Estados Unidos. Entre 1993 y 2002, bajo este esque­ma fueron financiados 868 proyectos en aproximadamente 200 localidades zacatecanas con un costo total de 464 millones de pesos (a precios de 2002). Este programa que sirvió de base para el programa "Solidaridad Internacional 2xl" en­tre 1993 y 1995, fue luego promovido ante los emigrantes por varios estados entre los que están Hidalgo y Jalisco con resultados mucho más modestos. El programa fue finalmente extendido a todo el país en 2002. Otros estados, en particular los que en la década pasada tenían un gobierno panista, diseñaron programas que privile­giaban la inversión privada de migrantes en proyectos productivos, por ejemplo, el Programa "Mi Comunidad" en Guanajuato, el "Fondo de Apoyo a Comunidades" en San Luis Potosí, FIDERAZA en Jalisco. En estos programas, los migrantes­inversionistas eran contactados a través de los clubes que eran enlace y fuente de información entre los inversionistas y los objetivos del programa. Sin embargo, hasta ahora, estas iniciativas han tenido resultados escasos.

La implementación de los programas de co-financiarniento colectivo y financiamiento privado vía inversiones productivas fue acompañada en algu­nos casos por iniciativas de las entidades federativas tendientes a favorecer la organización de sus migrantes en clubes. En un principio, con el apoyo del PCME se promovió la visita de gobernadores, funcionarios y presidentes muni­cipales a los principales lugares de asentamiento de sus paisanos -representa­dos- para incitarlos a organizarse o consolidar los vínculos ya existentes entre los clubes y las autoridades del lugar de origen.

De manera más directa, otros estados iniciaron programas de promoción de clubes como que, a partir de los trabajos aquí presentados, ofrece un marco expli­cativo acerca de las bases que conforman la filantropía de los clubes; una síntesis de la situación general de estas asociaciones de pueblos migrantes y su principal problemática: en la organización y para alcanzar los objetivos de desarrollo y

21 Este programa estipula que, por cada dólar invertido por los clubes de migrantes en su lugar' de origen, el municipio (desde 1999), el estado y la federación a través de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) ponían otro.

26

INTRODUCCIÓN

participación en la esfera de la sociedad civil transnacional. el implementado por la OF AM del estado de Guanajuato: la Dirección General de Atención a Comuni­dades Guanajuatenses en el Extranjero. Esta oficina propuso a los rnigrantes un marco de organización específico vía" Casas Guanajuato". Con ello, el gobierno del estado pretendía: organizar a sus emigrantes para que pudieran responder mejor a los retos que enfrentan en los Estados Unidos; establecer vínculos esta­bles y permanentes que faciliten la puesta en marcha de las políticas estatales hacia ellos (i.e. la promoción del programa "Mi Comunidad"); pero también, para controlar mejor este grupo políticamente influyente en Guanajuato22•

El reconocimiento de los clubes por parte de las instituciones del lugar de origen y la participación en programas de desarrollo local han permitido que éstos y sus líderes accedan a otras esferas de la vida pública, en particular a la política local. Lo que empieza a arrojar luz sobre un tipo de sociedad civil rnigrante, que busca espacios de representación política en los lugares de ori­gen para, desde ahí, instaurar el cambio social.

De nuevo, el estado de Zacatecas que ha desarrollado una larga, continua y estrecha relación con los clubes de rnigrantes ha instituido, a partir de presio­nes por parte de las principales organizaciones de los rnigrantes zacatecanos en los Estados Unidos (Frente Cívico Zacatecano y la Federación de Clubes Zacatecanos del Sur de California ambos con sede en Los Angeles, California), la Ley Migrante de Zacatecas que reconoce en la constitución del Estado, dere­chos electorales a los zacatecanos rnigrantes con "residencia binacional y si­multánea en el extranjero y en el territorio del Estado" siempre que prueben poseer "por lo menos seis meses antes del día de la elección": "domicilio propio, no convencional, en el territorio del Estado", Registro Federal de Con­tribuyentes, Clave Única de Registro de Población y, credencial de elector23•

Esta reforma de Ley, que parte de instituir la residencia binacional simultánea, no convencional y un periodo de seis meses como tiempo para probar la ciuda­danía en territorio zacatecano, abre acceso a una parte importante de los dere­chos políticos de los rnigrantes: capacidad jurídica para ser electos a puestos de

22 Tal como lo señala Laurent Faret en este volumen. 23 "Iniciativa de Reforma a la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Zacatecas", en Periódico Oficial, Órgano del Gobierno Constitucional del Estado Libre y Soberano de Zacatecas, Tomo CXIII, Núm. 79, lº. de octubre de 2003. Recopilada por Migración y Desa­rrollo, núm 1, octubre de 2003.

27

GUILLAUME LANLY Y M. BASILIA VALENZUELA V.

representación popular en el estado de origen24• En términos prácticos esta Ley

Migrante, consolida la posibilidad de participación política de los migrantes organizados; abre más espacio a la participación de la sociedad civil migrante pero a la vez, la pone en el centro del juego político binacional aunque con este papel se con-e el riesgo de no lograr su desenvolvimiento.

A diferencia de Zacatecas, otros estados expulsores como Michoacán o Oaxaca, se han caracterizado, desde la segunda mitad de los noventa, por una ausencia de verdadera política estatal hacia sus emigrantes y organizaciones. La falta de programas de apoyo a las iniciativas de los clubes ha contribuido a aislarlos más y a limitar su impacto en los lugares de origen.

En suma, estas políticas descentralizadas para los clubes de migrantes según entidad federativa dan cuenta de los resultados de políticas diferenciadas hacia las diásporas regionales y la formación de un panorama asociativo heterogéneo que al final de cuentas va a definir una sociedad civil con posibilidades diferenciadas de participación por el acceso a derechos regionales también diferenciados.

Finalmente, el otro cambio que ha marcado la emergencia de la sociedad civil migrante y que le da forma, es el proceso de institucionalización y formalización de las estructuras organizacionales internas de los clubes experi­mentado en la última década del siglo XX. Han iniciado el tránsito hacia una estructura más formal con la creación de un comité o mesa directiva. Y a no se trata como en el pasado de ciudadanos de pueblo organizados que van de casa en casa para recolectar firmas y donaciones durante el periodo previo a las fiestas del pueblo o porque se tiene un proyecto comunitario. Ahora es más permanente; al respecto, varios estudios de caso, han hecho hincapié en el pro­ceso de arraigarniento de los clubes en la comunidad transnacional basado en las redes sociales, las que contribuyen al mismo tiempo a reforzarlas y exten­derlas en el espacio social transnacional. Este cambio organizacional interno ha significado el aumento en la esperanza de vida de muchos clubes junto con la intensificación y la diversificación de sus actividades en diversos campos y niveles de intervención; pero, sobre todo, ha significado un paso importante hacia la construcción de capacidades de los migrantes organizados para actuar e influir en los diferentes espacios de la comunidad transnacional.

24 Cabe aclarar que la Ley Migrante fue promovida por el Frente Cívico Zacatecano de Los Angeles, California, una organización paralela a los clubes de migrantes del estado de Zacatecas.

28

I NTRODUCCIÓN

A pesar de las bases independientes que le dieron forma y a pesar de que la sociedad civil migrante aún está en construcción, ha empezado a generar una serie de dependencias con las estructuras gubernamentales que pueden poner en riesgo su nivel de autonomía futura y la existencia misma de los clubes. Como sea, hasta ahora, todavía se le ve como una sociedad inacabada, emer­gente, tal como se muestra en los artículos incluidos en este libro.

Es innegable que los clubes de rnigrantes han crecido debido a la dinámica del proceso migratorio, la política de acercamiento del Estado mexicano y los gobier­nos de las entidades federativas, aunado al reforzamiento del programa "Iniciativa Ciudadana-3xl". Como resultado de este proceso, la influencia de los clubes y sus líderes aparece cada vez más creciente entre algunos gobiernos e instituciones regionales y locales que buscan acceder a fondos extra para realizar proyectos. Por otra parte, los clubes han aprendido a negociar proyectos comunitarios, a juntar fondos pero también a ejercer influencia en los acontecimientos políticos locales.

A pesar de lo anterior, los estudios sobre los clubes de rnigrantes mexicanos en los Estados Unidos son todavía recientes, poco numerosos y limitados a pocas regiones emisoras. Falta mucho por conocer acerca de este tipo de orga­nización y los mecanismos que les permiten ser protagonistas importantes en los diferentes lugares del espacio social transnacional. V arios estudios se han centrado en el impacto de los proyectos de los clubes sobre el desarrollo local y regional. Sin embargo, éstos tienden a no considerar la dimensión socio­cultural que subyace a tales iniciativas, que es un aspecto esencial para enten­der el nivel de involucramiento de los clubes en el lugar de origen.

Otro aspecto que no ha sido suficientemente estudiado son los mecanismos de concertación y de negociación a nivel local, regional y nacional puestos en práctica por los clubes junto con otros actores locales para asegurar su adscripción al lugar de origen. Con excepción de los estudios sobre los clubes formados por migrantes indígenas, el tema de la influencia y participación en los acontecimientos políticos de los clubes y/o de sus líderes ha recibido poca atención junto con la tendencia reciente de algunas organizaciones de rnigrantes de la primera generación a interactuar más en las sociedades de destino (entorno y actores sociales).

En suma, los estudios realizados hasta ahora se han centrado en algunos de los estados del occidente de México (Zacatecas, Jalisco) y del centro-sur 0a zona rnixteca), lo que ha dado lugar a generalizaciones de los clubes de migrantes sobre esta base. Los estudios que comparan clubes de distintos orígenes son escasos, lo

29

GUILLAUME LANLY Y M, BASil..JA V ALENZUELA V.

que limita mostrar la gran variedad de clubes y de situaciones en las que éstos se inscriben. Por ello, nos pareció importante reunir en un mismo libro diversos casos regionales -tan diversos como fuera posible- que representaran casos para las regiones tradicionales y regiones emergentes de emigración mexicana. Finalmen­te, presentamos una compilación de estudios sobre organizaciones de migrantes que incluye los casos de Zacatecas, Jalisco, Michoacán, Guanajuato, Oaxaca, Pue­bla, Nayarit, Veracruz, Estado de México. Casos de clubes de migrantes prove­nientes de estados diferentes, con diversas tradiciones migratorias lo que permite analizar las diferentes facetas de los clubes y su inscripción al entorno.

Este libro está organizado en tres partes. La primera parte contiene los estu­dios de los clubes de oriundos originarios de los estados tradicionales de emigra­ción hacia los Estados Unidos: Zacatecas, Jalisco, Guanajuato, Michoacán y Oaxaca; este último incorporado a raíz de su volumen en el flujo migratorio y no tan reciente historia en este fenómeno. La segunda parte, incluye los casos de las regiones emergentes, esto es, las regiones que se han incorporado de manera reciente al flujo migratorio de trabajadores a los Estados Unidos: Estado de México, Veracruz, Puebla (que en este libro aparece, además, comparada con Nayarit) lo que describe no sólo las formas asociativas de los "nuevos" migrantes a El Norte sino los nuevos confines del fenómeno migratorio México-Estados Unidos. Fi­nalmente, la tercera parte presenta una conclusión acerca de las perspectivas de este fenómeno organizativo en California y a nivel general.

El primer capítulo corresponde a la parte introductoria de este volumen, se trata de "Las organizaciones de mexicanos en los Estados Unidos. Una revi­sión histórica" de David V alenzuela quien presenta un recuento de las dis­tintas formas y modalidades organizativas de los mexicanos desde 1846. Este recuento trata sobre la maduración de las experiencias de organización de las poblaciones conquistadas y migrantes. En este proceso de maduración organizativa, de creación de formas de asociación social, se muestra cómo los mexicanos en sus distintas generaciones han pasado por periodos de resisten­cia, protesta, acomodo, cambio social y político; pero además han pasado por distintas formas asociativas desde las político-religiosas de los habitantes de los territorios conquistados, hasta las políticas de la comunidad chicana, pa­sando por las sociedades de ayuda mutua y los clubes de oriundos.

La primera parte de este libro, abre con el caso de Zacatecas, el estado líder en el movimiento de clubes de oriundos con el artículo "La presencia migrante des­de la distancia. Clubes de zacatecanos en los Estados Unidos" de Miguel

30

INTRODUCCIÓN

Moctezuma L. El artículo establece que estamos ante la gestación de un nuevo sujeto político extraterritorial, de un migrante agente colectivo, organizado que cuenta con un amplio capital social reconstituido a través de los clubes de paisa­nos que lo mismo realizan acciones sociales y alianzas en la comunidad que en otras localidades, entidades, naciones. Para él, este nuevo sujeto está anclado en el terreno que han ido ganando los clubes de migrantes en su participación comu­nitaria en los ámbitos, sociales, culturales, políticos. De ahí que los clubes de paisanos, sean estructuras organizativas de un orden superior que si bien están sustentadas en la pertenencia comunitaria tratan activamente de reconfigurar un vida comunitaria extraterritorial desde todos los ámbitos donde las demandas de membresía van más allá de los migrantes de primera generación.

Guillaume Lanly y Volker Hamann en "Solidaridades transfronterizas y la emergencia de una sociedad civil transnacional: la participación de dos clubes de migrantes en el desarrollo local del Occidente de México" presentan un estudio comparativo de dos localidades rurales de Jalisco y Zacatecas y sus clubes. Esta comparación permite identificar y analizar distintas formas de arti­culaciones y cooperaciones para el desarrollo local entre los clubes y las institu­ciones formales del lugar de origen establecidas o no a través de programas públicos. Así mismo, permite ver el proceso de formación de una sociedad civil transnacional y los problemas que ésta enfrenta desde tres clubes y dos espacios regionales con diferentes tradiciones políticas y de participación.

Xochitl Bada en el artículo "Reconstrucción de identidades regionales a través de proyectos de remesas colectivas: la participación ciudadana extra­territorial de comunidades migrantes michoacanas en el área metropolitana de Chicago" presenta el estudio de caso de la Federación de Clubes Michoacanos en Illinois cuyo centro de acción está en Chicago y sus subur­bios. Siguiendo una perspectiva transnacionalista Bada establece como uno de los argumentos centrales la idea de que las comunidades extraterritoria­les o transnacionales emergen desde la intersección de lo local con lo glo­bal, de los sentimientos parroquiales construidos desde la nostalgia cultu­ral y patriótica de una etnicidad regional en la diáspora donde las federa­ciones son espacios para la reconstrucción de identidades primordiales y las bases de un nuevo orden social en las sociedades de migrantes. En esta perspectiva, los clubes de migrantes oriundos son transmisores de cultura hacia la segunda generación de inmigrantes además de instituciones para el apoyo al desarrollo y búsqueda de derechos .

31

GuILLAUME L ANLY Y M . BASILJA V ALENZUELA V .

En "Implicarse aquí, con la mirada hacia allá: la organización comunitaria de los Guanajuatenses en los Estados Unidos" Laurent Faret presenta un análi­sis del desarrollo de las organizaciones de migrantes guanajuatenses en los Es­tados Unidos. Su trabajo muestra cómo lo numeroso de este éxodo, la larga tradición migratoria no garantizan una comunidad fuertemente organizada, por el contrario, encuentra que los niveles de organización alcanzados por el éxodo guanajuatense, una de las migraciones mexicanas más añejas, su tasa de partici­pación en las organizaciones de oriundos, no es tan amplia comparada con su propio volumen y tradición y con otras regiones mexicanas de fuerte tradición migratoria. De ahí que una de las explicaciones acerca del escaso nivel organizativo esté en la dispersión geográfica de una población regional. Con­cluye que el impacto de los clubes es más amplio, fuerte y directo en las comu­nidades de origen y mucho menor en las sociedades de llegada.

"La costumbre de participar: politización de las redes de migrantes y organiza­ciones de oaxaqueños en las Californias" de M. Laura Velasco Ortiz nos presenta una reflexión acerca de la formación de las organizaciones de migrantes mixtecos oaxaqueños y su relación con el proceso de politización de las redes como la condi­ción -hipotética- que posibilita el surgimiento de organizaciones de mixtecos en las Californias. Esta idea parte de la preocupación de la autora acerca de la existencia de una ausencia constante de las tradiciones políticas de los migrantes en los estu­dios sobre asociaciones de migrantes. Dentro de esta vertiente de análisis, su trabajo explora los posibles efectos del componente indígena en las formas asociativas de los mixtecos y su capacidad de actuación colectiva para transformar sus condicio­nes de vida y generar proyectos identitarios a pesar de las condiciones de dispersión geográfica de este grupo étnico en Oaxaca-Baja California-California.

32

Velasco establece que las formas asociativas de los migrantes van más allá de las formas tradicionales de clubes de oriundos, asociaciones pro-pueblos, o aso­ciaciones pro-proyectos de infraestructura las cuales aparecen atadas a una perte­nencia local. Por el contrario, a partir de este caso, sostiene que entre los migrantes hay toda una gama de asociaciones de colectivos más complejos, de carácter más inclusivo como son -para este caso- las coaliciones que los migrantes han forma­do en las regiones mixtecas de asentamiento fuera de Oaxaca.

La segunda parte del libro, que agrupa los estudios de las regiones emer­gentes inicia con el trabajo de Gustavo López "Membresía e identidad en proce­sos migratorios translocales: la experiencia de la Asociación Micaltepecana" desde donde aborda el impacto de los di versos patrones migratorios en la cons-

I NTRODUCCIÓN

trucción de la membresía e identidad dentro de la comunidad translocal Méxi­co-Estados Unidos a partir del estudio de caso de La Asociación Micaltepecana en la mixteca poblana, cuya existencia y construcción de sentido sólo puede explicarse a partir de la configuración de una densa red de relaciones sociales tejida por sus integrantes enlazando a las diversas prolongaciones de la comu­nidad translocal, y al mismo tiempo trazando un eje cuya intersección son los diversos tiempos y patrones migratorios en los que se ha envuelto la región de la mixteca. Para López, la categoría transnacional le permite establecer un puente entre la migración interna e internacional con prácticas culturales marcadas por la profesión de una práctica religiosa hegemónica, mediante la cual una organi­zación de migrantes indígenas reformula la identidad.

Por su parte, "La formación de clubes del Estado de México. Mecanismos de organización de nuevas comunidades de migrantes mexicanos en los Esta­dos Unidos", de Germán Vega Briones ilustra la dinámica de los clubes de oriundos en las regiones emergentes. Establece que la tradición migratoria, los fuertes volúmenes de población hacia los Estados Unidos y el conocimiento e información sobre estas organizaciones y los programas gubernamentales que las acompañan son elementos importantes para impulsar la formación misma de clubes y sus actividades en las regiones de origen, entre las que se encuen­tran la puesta en marcha de proyectos productivos. Aún cuando en los gobier­nos municipales y sus poblaciones locales todavía no conocen mucho sobre el funcionamiento de los clubes de paisanos, Vega nos relata cómo la promesa de obtención de beneficios comunitarios, las obras y proyectos productivos, es un elemento que alienta y anima el interés de los migrantes y los gobernantes loca­les por organizarse bajo este modelo de apoyo al desarrollo local.

En "La ocasión del preludio: organizaciones de migrantes veracruzanos en Estados Unidos" Patricia Zamudio, nos trae noticia de un fenómeno migrato­rio que aunque no es completamente nuevo, ha visto un crecimiento acelerado en los últimos diez años. El trabajo explora las estrategias de organización, a partir de la forma como interpretan y utilizan: las experiencias organizativas de otros grupos de migrantes mexicanos y de otras nacionalidades, presentes en los Estados Unidos; las experiencias pasadas y actuales de relación entre orga­nizaciones de migrantes con el gobierno mexicano, en sus niveles federal, esta­tal y municipal; y las oportunidades de vinculación con grupos organizados de sus comunidades o municipios de origen. Zamudio establece que "La ocasión del preludio" se construye desde las solidaridades que llevan a los migrantes a

33

34

G UILLAUME L ANLY Y M. B ASI LIA V ALENZUELA V.

pensar en sus pueblos, a mantener los lazos e intereses de ayuda mutua. Solida­ridades que en este análisis conforman el factor preeminente que da origen a la formación de organizaciones de migrantes.

El último artículo de esta segunda parte "Poder político de las organizaciones comunitarias transnacionales de migrantes mexicanos en sus comunidades de origen. Estudio comparativo de Clubes Sociales de migrantes en Nayarit-California y Puebla-Nueva York" de Cecilia Imaz B. presenta una comparación entre dos casos: uno de región tradicional de emigración (Nayarit-California) y otro sobre una región emergente (Puebla-Nueva York). Es un artículo que nos ayuda a esta­blecer las primeras conclusiones respecto a lo que puede suceder en regiones con distinta tradición migratoria, cultura política y arraigo cultural.

Su trabajo, de enfoque transnacionalista, sostiene la hipótesis de que existe un impacto político de las organizaciones transnacionales de migrantes no solo en las comunidades de origen pero en diversas instituciones del país. A partir de sus dos estudios de caso ejemplifica las formas de representación política de los migrantes, el nivel de influencia política de estas organizaciones en las localida­des de origen. Además, estos casos, le permiten analizar y comparar dos tipos de organizaciones de migrantes: los clubes de oriundos y los llamados, comités so­ciales por lugar de origen. Para la autora, los clubes de oriundos aparecen como estructuralmente dependientes, atados a las políticas del Estado nación, mientras que los comités sociales por lugar de origen son de naturaleza más independiente; no nacen de las acciones del Estado sino de las acciones de diferentes actores locales. Para Imaz, las organizaciones comunitarias transnacionales de migrantes ejemplifican en sus acciones un nuevo tipo de acción política que plantea una forma peculiar de representación, una forma de intermediación de intereses y el reforzamiento de una nueva identidad colectiva (transnacional) que está en la escena política de numerosas comunidades rurales y urbanas de México.

La tercera parte del libro, inicia la conclusión con el artículo "Migración y formas organizativas en Estados Unidos: los clubes y federaciones de migrantes mexicanos en California" de Luis Escala-Rabadán quien nos da un panorama general de la dinámica asociativa de los rnigrantes mexicanos en California, en particular desde uno de los centros receptores más importantes de la migración México-Estados Unidos: Los Ángeles. Una región que por sí sola concentra a uno de cada cuatro inmigrantes. Además de presentar las principales caracterís­ticas y dinámica de estas formas asociativas, el trabajo sostiene que si bien la esfera cívico-social ha sido el eje fundamental en el surgimiento y desarrollo de

INTRODUCCIÓN

clubes y federaciones, ya se empieza a vislumbrar un cambio hacía una partici­pación más activa en la esfera política debido principalmente a su creciente visibilidad tanto en México como en los Estados Unidos.

El volumen cierra con "Retos y perspectivas de la sociedad civil migrante: entre la participación política transnacional y la quimera del desarrollo local" de M. Basilia V alenzuela quien presenta una síntesis de la situación general de la problemática de las organizaciones de migrantes incluidas en este volumen. El trabajo sostiene que aunque los retos son varios estos se centran en la sobrevivencia y naturaleza de los clubes; y, en lo que respecta a la comunidad de origen, la principal agenda está en el logro de los derechos ciudadanos y políticos plenos y el desarrollo local como parte de un ideario de cambio social desde abajo, esto es, dirigido desde la sociedad civil migrante en la diáspora.

Las doce contribuciones de este volumen ofrecen al lector especializado, al diseñador de políticas públicas y, público en general, un acercamiento amplio a los clubes de migrantes oriundos que son las formas asociativas predominan­tes del México migrante.Desde la investigación de casos de esta faceta organizativa de los migrantes mexicanos, este volumen ofrece fundamentos para el análisis comparativo de estas experiencias organizativas entre las viejas regiones tradicionales y las regiones emergentes de emigración a los Estados Unidos, la posibilidad de continuar en el estudio de la dinámica de la forma­ción de clubes de oriundos y sus impactos en la sociedad de origen y destino en los ámbitos local, estatal y nacional.

Pero, sobre todo, esta colección establece bases firmes para la elaboración de preguntas de investigación futura sobre el destino de estas asociaciones y su papel en la persistencia de lazos identitarios de poblaciones migrantes, los efec­tos de las acciones de estos colectivos en los municipios y localidades de Méxi­co, en la conformación de nuevos actores e instituciones más durables que ope­ran en sociedades transterritorializadas desde donde se construye una nueva sociedad civil que busca un cambio social en las sociedades locales, en los municipios y que está dando forma al surgimiento de comunidades transnacionales entre localidades mexicanas y mexicoestadounidenses.

En la elaboración de esta compilación hemos recurrido a la ayuda de varias personas e instituciones. Queremos agradecer el apoyo recibido de los miem­bros y presidentes de clubes y federaciones de Los Angeles; a los colaborado­res de esta compilación por su interés, solidaridad y paciencia con este proyecto

35

GUJLLAUME LANLY Y M. BASILIA VALENZUELA V.

editorial; a Rubén García y Mayra Alfaro de la dirección de investigación del Cen­tro Universitario de Ciencias Económico-Administrativas, Universidad de Guadalajara; a nuestros colegas y amigos del Departamento de Estudios Regiona­les-Ineser, en particular a María de la Luz Ayala Castellanos, María Luisa García, Basilio Verduzco, Antonio Sánchez Bernal por su apoyo en las distintas etapas de realización de este libro.

Zapopan, Jalisco, primavera de 2004. Guillaume Lanly y M. Basilia Valenzuela V.

36

Las organizaciones de mexicanos en los Estados Unidos. Una revisión histórica

Jesús David Valenzuela Romo

Introducción.

En un informe publicado por el Buró del Censo de los Estados Unidos como resultado del censo de 1990, se asienta que a partir del año 2010, la primera minoría del país serán los latinos y que para el año 2050, los blancos no hispa­nos habrán dejado de ser el mayor contingente poblacional de la nación. Extrapolaciones medias de los datos censales de 2000, indican que para el año 2050 la población de origen mexicano en los Estados Unidos será de 70.5 mi­llones de personas, cifra equivalente al 80 % del total de la población de ese origen para entonces en el país.

Por más contundentes que sean las cifras anteriores, cualquier apreciación seria acerca del papel futuro de la comunidad de origen mexicano en los Esta­dos Unidos, tendrá que surgir en primera instancia del análisis de los aspectos cualitativos que caracterizen su maduración social, particularmente en lo que se refiere a las manifestaciones de su creciente cultura de participación social.

Con la intención de mostrar algunos aspectos de la creciente participación de los mexicanos en organizaciones propias a través del tiempo, se recurrió al recurso de la investigación documental para elaborar una revisión histórica que diera cuenta de la presencia de sus organizaciones en los Estados Unidos. Se trata de un trabajo sintético que abarca el periodo 1846-1972 y aunque abunda en el señalamiento de algunas modalidades organizativas de los mexicanos re­presentativas de los tiempos y las circunstancias históricas que las provocaron, no alcanzaría a ser exhaustivo.

Después de un recuento histórico del crecimiento poblacional de la comuni­dad, el trabajo hace una reseña contextualizada del desarrollo organizativo de los mexicanos iniciando con las formas de organización primitivas anteriores a la anexión de los territorios mexicanos a la Unión Americana; se continúa con las organizaciones de ayuda mutua haciendo una distinción entre religiosas y

37

JESÚS D A VID V ALENWELA R OMO

civiles. Se entra al periodo del movimiento sólo para ciudadanos, el sindicalis­mo y la formación de organizaciones chicanas que caracterizaron los períodos de acomodo, cambio social y protesta protagonizados por la comunidad mexi­cana y q.e origen mexicana.

En otro apartado se hace una breve revisión sobre los clubes de migrantes oriundos, una modalidad de organización propia de los migrantes mexicanos de primera generación, que es la que tiene más impacto en nuestro país. Final­mente se hace una reflexión acerca del desarrollo organizativo de los mexica­nos ocurrido entre 1846-1972 y la influencia que ejercerá la maduración de los esquemas de organizaciones de participación social en el progreso efectivo de las comunidades mexicana y méxico americana durante los próximos años.

Recuento histórico del crecimiento poblacional de la comunidad de mexicanos en los Estados Unidos

El surgimiento de la comunidad de origen mexicano en los Estados Unidos se empieza a vislumbrar a partir de las inquietudes independentistas del estado de Texas y nace oficialmente después de 1848, al finalizar la guerra México­norteamerica que culminó con la pérdida de más de la mitad de nuestro territo­rio nacional y convirtió en extranjeros dentro de su propio territorio a un núcleo de alrededor de 84,000 mexicanos (Corona, 1995).

Al terminar la guerra, algunos miles decidieron abandonar los territorios anexa­dos a la Unión para asentarse en Tamaulipas y Chihuahua, sin que se sepa con certeza cuantas familias fueron divididas entonces. Quizá el incremento de la población de origen mexicano en las décadas siguientes obedeció a procesos de reuni:ficación familiar, un pertinaz proceso de subsistencia de enclaves mexica­nos en los territorios conquistados que pronto atraería nuevos migrantes en busca de oportunidades de progreso y abrigo seguro ante temores impuestos por el ad­venimiento de la Revolución Mexicana, de manera que por una combinación de todos esos factores, hacia 1900 la población mexicana había pasado de los 80,000 pobladores originales a cerca de 463,000 (Corona, 1995).

38

Durante el largo período comprendido entre los gobiernos de J uárez y Porfirio Díaz, cuando la frontera era de hecho inexistente y el paso irrestricto, nunca fue posible contar con datos precisos sobre el proceso migratorio que se fue dando. Por ese entonces se firmó el Tratado de Guadalupe-Hidalgo, que quedó en letra muerta, sobre todo en las cláusulas que les reconocían derechos a los mexica-

LAs ORGANIZACIONES DE MEXICANOS EN LOS E STADOS U NIDOS

nos que permanecieron en el territorio estadounidense vigente y que coincidió con la llegada a los estados del sur norteamericano de una gran cantidad de emi­grantes europeos atraídos tanto por los hallazgos mineros como por el desarrollo agrícola de la región y la construcción de los ferrocarriles. Además a partir del fin de la Guerra Civil Norteamericana (1861-1865), el desarrollo industrial se incrementó de manera acelerada en toda la nación, planteando la exigencia de contar masivamente con cuadros de mano de obra barata, los cuales suplió China hasta la década de 1880, época en la que se firmó la Ley de Exclusión de la Inmigración que prohibió entrada de chinos y otros asiáticos al país, por conside­rarlos un peligro por "sus incapacidades mentales, morales y económicas" (Acu­ña, 1970), para la preservación de la pureza de los ideales anglosajones.

Eso determinó que se pensara en México como fuente principal de abasto de mano de obra en condiciones ventajosas, ya que resultaba más barato el traslado y posterior retorno de los trabajadores a sus lugares de origen cuando ya no se les necesitara, lo cual provocó un aumento de la tasa de emigración mexicana hacia todo el suroeste y sitios tan apartados como Illinois y estados circunvecinos.'

En consecuencia, la población de origen mexicano creció hasta 718,000 personas en 1910 y posteriormente la Revolución Mexicana indujo un éxodo estimado de 500,000 personas, cifra que engrosaría a consecuencia de la am­pliación de la demanda de mano de obra mexicana durante el período de la Primera Guerra Mundial (Corona, 1995).

Al doblar el año de 1920, la población de origen mexicano había crecido hasta alrededor de 1,210,000 personas (Corona, 1995), entre las cuales se con­taba a mexicanos de clase media, que habían abandonado su país en búsqueda de condiciones de vida más estables, y no obstante ser pocos, su presencia fue determinante para revitalizar los elementos de la cultura mexicana en la comu­nidad e impulsar las condiciones para futuros liderazgos en tanto que su posi­ción económica e intelectual les permitió alcanzar mejores posiciones en la sociedad y educar mejor a sus hijos, preparándolos para ejercer un papel más activo en un nuevo entorno donde la creciente presencia anglosajona impon­dría controles adversos a la población de origen mexicano.

Las demandas de mano de obra impuestas por la guerra provocaron enérgicas protestas de empleadores obligando a las autoridades federales a eliminar restric-

1 Esta región era ya el asiento de la naciente expansión industrial que caracterizaría el desarrollo futuro de los Estados Unidos.

39

JESÚS DAVID VALENZUELA ROMO

ciones a la emigración mexicana, no obstante la oposición de algunos de los sectores más conservadores de la sociedad norteamericana, situación que prevaleció hasta 1921.

En la década siguiente se dieron los más candentes debates sobre la inmi­gración mexicana en el congreso estadounidense, dando paso a la implantación de diversas medidas contrastantes, pues mientras que durante los años de bo­nanza se logró la aprobación de una Ley de Inmigración en 1924 sin restriccio­nes a la inmigración mexicana -en respuesta a las exigencias de los represen­tantes del poder económico y formuladas a raíz de que la imposición de cuotas a la inmigración europea comprometiera la satisfacción de la demanda laboral­, el advenimiento de la Gran Depresión de 1929 encendió de nuevo la retórica política favorable a la restricción de la entrada de mexicanos al país, de manera que al final de la década se observó un decremento de la tasa de inmigración mexicana; razón por la cual, para 1930 la comunidad de origen mexicano sólo creció hasta alcanzar la cifra aproximada de 1,719,000 personas (Corona, 1995).

La crisis económica en los Estados Unidos subsistió hasta el inicio de la Se­gunda Guerra Mundial y se caracterizó por un grave desempleo que acrecentó el odio y la represión contra los mexicanos. No solo eso, esta crisis puso en eviden­cia que el fenómeno migratorio es un fenómeno gobernado por las fuerzas eco­nómicas y la relación entre oferta y demanda de mano de obra, de tal forma que la crisis no fue razón suficiente para frenar el flujo migratorio y el crecimiento de esta población continuó en ascenso aunque de manera modesta, llegando a con­formar una comunidad de hasta 1,904,000 personas en 1940. (Corona, 1995).

Una vez que los Estados Unidos se incorpora a la Segunda Guerra Mundial en 1941, el gobierno norteamericano, presionado de nuevo por los empresarios agrícolas que temían no contar con suficiente mano de obra para recoger las cose­chas, se vio precisado a negociar con el Gobierno Mexicano lo que se llamó "Programa Bracero", por medio del cual se contratarían trabajadores del campo para laborar en los Estados Unidos. El programa se puso en marcha en 1942 y se renovó en 1948 ya terminada la guerra, cuando en los Estados Unidos se iniciaba una etapa de creciente prosperidad que duraría casi un cuarto de siglo.

No obstante manipulaciones de los representantes patronales, miles de mexi­canos se acogieron al amparo del programa, muchos de los cuales ya no regre­saron y muchos más indocumentados cruzaron la frontera animados por las perspectivas de encontrar un trabajo para remontar las condiciones de marginación y pobreza que los forzaran a dejar su país. Ante los hechos, cuan-

40

LAs ORGANIZACIONES DE MEXICANOS EN LOS E STADOS U NIDOS

do el número de indocumentados se estimó amenazante, entró en acción la opera­ción Wetback cuyo propósito fue deportar a miles de compatriotas, situación que aunada a las constantes violaciones a los acuerdos y los atropellos a los derechos de los trabajadores2 provocó en México una ola de quejas y protestas que final­mente condujeron a la revocación del Programa Bracero en 1964.

Para 1970, la población de origen mexicano en los Estados Unidos fue de 5,422,000 personas. Se estima que en la composición de esta cifra había alrededor de 1,917,000 pobladores originales y sus descendientes, 788,000 inmigrantes y 3,517,000 descendientes de migrantes (Corona, 1995). En este periodo se consoli­da y acelera un proceso continuo de migración del campo a la ciudad y una conse­cuente movilidad del arduo trabajo agrícola a labores mejor pagadas y descansadas.

La siguiente generación, ya con un mayor nivel educativo, no quiere vivir más como lo han hecho sus padres. Son más urbanos, se establecen en barrios de rápido crecimiento y se orientan a trabajos en la industria y los servicios. Sin embargo, persisten su pobreza y marginación con relación a otras minorías, lo que abona el terreno al movimiento Chicano que en 1969 plasmó en La Decla­ración Espiritual de Aztlán, los postulados ideológicos de la emancipación so­cial de la comunidad de origen mexicano en los Estados Unidos.

Aun cuando las reivindicaciones planteadas por el movimiento no cuajaron en conquistas tangibles inmediatas para la comunidad -algo que nadie esperaba cándidamente que ocurriera sólo en virtud de un manifiesto declarativo-, la recreación de mitos y acontecimientos históricos propios de su cultura indiano mestiza contribuyó a galvanizar el sentido de identidad comunitario y los pre­paró anímicamente para abrazar nuevas tareas en su lucha por conquistar un mejor destino en los Estados Unidos. Refiriéndose a eso mismo, Rudolfo Anaya uno de los autores creativos y estudioso del fenómeno chicano mas respetados dijo en su momento que:

En el proceso de retomar a nuestros mitos y leyendas no fuimos unos idealistas miopes que pensaran que la opresión sufrida por nuestra comunidad desaparecería. Sabíamos mas bien que nuestra búsqueda era de naturaleza espiritual, algo que nuestra comunidad necesitaba deses­peradamente para reafirmarse. Confiábamos en que al traer a la luz nues-

2 Es bien sabido que los trabajadores mexicanos vivían en pésimas condiciones de vida; además de que no se les daban las condiciones de vivienda adecuadas, se les discriminaba explotaba y maltrataba.

41

JESÚS DAVID VALENZUELA ROMO

tra historia, aún la historia esotérica de los mitos y las leyendas, po­dríamos aspirar a los frutos de un renacimiento cultural y la creación de una nueva época de hermandad. Esa hermandad además de unificamos, podría permitirnos liberar el potencial creativo de toda la Comunidad Chicana.3

Durante la etapa de prosperidad de los años setenta del siglo pasado en los Estados Unidos, mejoró el nivel de vida de la población de origen mexicano y creció notablemente la inmigración mexicana. Por una parte, los norteamericanos e incluso muchos mexicoamericanos encontraron nuevas perspectivas que los indujo a rehusar los trabajos pesados en el campo, la industria y los servicios, situación que provocó nuevas demandas de trabajadores mexicanos, lo cual coin­cidió con la presencia de una fuerte crisis económica en México a partir de 1976.

La conjugación de ambos factores, aunada a una política norteamericana más liberal y menos represiva durante el último cuarto del siglo pasado y sobre todo el imán de la econonúa norteamericana determinó que hacia 1990 lapo­blación de origen mexicano alcanzara la cifra de 14,000,000 de personas, un incremento de 9,000,000 en tan sólo veinte años.

Durante éste período fue decisivo la intervención de organizaciones pro chicanas como el Consejo Nacional de la Raza y El Fondo Mexicano para la Defensa Legal y la Educación (NCLR y MALDEF respectivamente por sus siglas en inglés) para lograr la integración de una cláusula de amnistía a la ley de inmigración de 1986 (IRCA, por sus siglas en inglés), conocida como la ley Simpson-Rodino, mediante la cual se permitía regularizar la situación migratoria de todos los inmigrantes indocumentados que hubieran llegado al país antes de 1982.

42

Con esa medida resultaron beneficiados cerca de 2.3 millones de mexicanos indocumentados y además se logró una excepción para regularizar trabajadores agrícolas a la que se apuntaron más de 650,000 mexicanos.

Una enmienda posterior a la ley IRCA autorizó a los mexicanos a traer a sus familiares, a razón de dos o tres personas por cada mexicano regularizado, con lo aumentaron las cifras de migración convencionales.

3 Rudolfo A. Anaya (1989), Aztlan, Essays on the Chicano Homeland, Albuquerque, University of New Mexico Press.

LAs ORGANIZACIONES DE MEXICANOS EN LOS E STADOS U NIDOS

En 1995 el Buró del Censo de los Estados Unidos estimó que la población hispana ascendía a 26.8 millones de personas, por lo que suponiendo que la población de origen mexicano representara el 65 % del grupo, ésta habría creci­do hasta 17.4 millones de personas.

Para 2001 los estimados indicaban que la población de la comunidad había rebasado los 23 millones y pronósticos conservadores indican que se alcanzará una población de 51.2 millones en 2020 y 88.1 millones en 2050, lo cual de ocurrir convertiría a la comunidad de residentes origen mexicano en la minoría más nume­rosa del país, incluso por encima de la comunidad anglosajona dorninante.4

Como se puede apreciar, el fenómeno migratorio mexicano hacia los Estados Unidos ha sido un proceso continuo y creciente durante los últimos ciento cin­cuenta años, Ineluctable, estructural en ambas sociedades, afectado en lo funda­mental por factores económicos, más que por cualquier política gubernamental.

Particularidades socio histórico de la organización de las comunidades mexicanas en el suroeste de los Estados Unidos

Una noción común difundida por algunos de los primeros estudios sobre la minoría México Americana, sostenía que eran políticamente apáticos en cuanto a participar en organizaciones comunales. Estudiosos como William D' Antonio y William Form, por ejemplo, concluyeron que "La llamada comunidad Hispa­na ha desarrollado relativamente pocas organizaciones voluntarias ... "5, argu­mentando que el fenómeno era consecuencia del nivel socioeconómico del gru­po y su escasa integración social interna, punto de vista incluso compartido por algunos prominentes méxico americanos preocupados con el asunto de la organización política de la comunidad.

En carta al titular de la Comisión para la Igualdad de Oportunidades de Empleo, Ed Idar Jr. ex director ejecutivo de la organización de veteranos de ascendencia mexicana G. I. Forum, decía que "A través de los siglos, porrazo­nes históricas, cultura y sus propias convicciones religiosas, los México Ameri­canos sufrieron un "lavado de cerebro" que los hizo fútiles , dóciles y resigna-

4 Citado en Roger Díaz de Cossío y otros, 1997. 5 Véase William D 'Antonio y William Form (1965), Jnfluentials in Two Border Cities, A Study in Community Decision Making, p. 30.

43

JESÚS DAVID V ALENZ\JELA ROMO

dos". Por esas razones y otras, concluía, "Los México Americanos han experi­mentado una falta de liderazgo. "6

Aún reconociendo que la participación política de la minoría en cuestión fuera menor que la de otras comunidades, su presencia es patente a través de esquemas específicos acordes a las diversas circunstancias históricas que han caracterizado las etapas de maduración del grupo, lo que hace pensar que la participación no es algo que se pueda convocar o crear artificialmente; pues nace de un sentimiento compartido y no del acto mecánico de ser convocado a abrazar un enfoque predeterminado.

En la actualidad, la comunidad organizada de residentes de origen mexi­cano en los Estados Unidos, ha alcanzado un proceso de maduración que los proyecta como uno de los principales protagonistas de un fenómeno social que ineluctablemente habrá de cambiar los destinos de aquel país y de México en el siglo que empieza. Esta es una visión compartida por políticos, académicos, público en general; estudiosos anglosajones como el experto en teoría urbana Mike Davis, quien sentenció en su obra Magical Urbanism que en los tiempos que corren "Ser Latino en los Estados Unidos significa participar en un proce­so único de sincretismo cultural que bien podría resolverse en un pilar transformativo para toda la sociedad. "7

En un proceso que data de más de ciento cincuenta años, diversas modalida­des de participación acordes a las particularidades sociohistóricas y culturales de las diferentes etapas de nuestra emigración hacia los Estados Unidos han sido una constante, siempre imbuidas de una distintiva convicción de mexicanidad, aun­que con énfasis y matices diferentes en función de la época, la región de asenta­miento, las circunstancias socioeconómicas y las posiciones sociales de los migrantes. Entre las modalidades organizativas que han marcado la pauta para el desarrollo organizativo de los mexicanos destacan las sociedades nativas de fron­tera -Nuevo México- que dan cuenta de una cultura política autónoma e indepen­diente; las sociedades de ayuda mutua desde las ordenes religiosas; las socieda­des de ayuda mutua gestadas desde la participación civil; las múltiples bases organizacionales que dieron origen a la conformación de la identidad chicana y su movimiento político y los clubes de inmigrantes mexicanos oriundos.

6 Carta de Ed ldar Jr. a Franklin Roosevelt Jr., publicada en Albert Pena Jr. (1966), "Needed: A Marshall Plan for Mexican Americans", en The Texas Observer, 15 de Abril, p. l. 7 Veáse Ed Morales (2002), Living in Spanglish, Nueva York, St. Martin's Press.

44

l.As ORGANIZACIONES DE MEXICANOS EN LOS E STADOS U NIDOS

En este apartado, se intenta presentar, una visión esquemática de estas cin­co modalidades organizativas esenciales para entender el proceso de madura­ción organizativo de las poblaciones conquistadas, ciudadanas de origen mexi­cano e inmigrantes mexicanos en los Estados Unidos.

l. La cultura política autónoma e independiente de las sociedades de frontera. El caso de Nuevo México

Entre todos los grupos de ascendencia mexicana asentados en los Estados Uni­dos destaca el caso de Nuevo México. Las diferencias provienen de su particu­lar experiencia histórica ya que los mexicanos de Nuevo México vivieron des­de una época muy temprana -finales del siglo XVI, principios del XVII- un menor contacto con el centro de la nación, lo que los indujo a desarrollar una distintiva cultura regional Hispano-Mestizo-Indios Pueblo.

Por su relativo aislamiento y auto dependencia, los Manitos, apelativo con el que se identificaban los pobladores de Nuevo México, se vieron obligados a desarrollar sus propias instituciones políticas, sociales, religiosas y económi­cas, experiencia invaluable que los dotó de un patrón de organización más re­sistente a influencias extra-culturales y les preparó para la administración polí­tica de su vida material y la organización de la vida espiritual (García, 1974).

Ser Manitos en Nuevo México era participar en la política como el elemen­to central de la vida cotidiana de las sociedades de frontera. En los Manitos, la política es un valor, una actividad que involucra la participación de todos los niveles de una sociedad; un valor que se transmite de generación en genera­ción. Ser Manito es participar de manera activa en la política electoral -de pre­ferencia desde carro lleno- y estar informados en todo momento para la toma de decisiones. Y a para la época posterior al periodo álgido del movimiento Chicano, ser Manitos se inscribía en una larga tradición política, una herencia requerida para participar en la política local y estatal (García, 1974).

Se estima que a la firma del Tratado de Guadalupe Hidalgo -en 1848-, 80 % de la población de habla hispana en el Suroeste residía en Nuevo México, de manera que cuando los Estados Unidos imponen su gobierno en el área, encuen­tran mayor resistencia debido a que descubren que se han sobreimpuesto en una comunidad que había sido capaz de desarrollar su propia cultura política (García,

45

JESÚS DAVID V ALENZUELA ROMO

1974); y, porque cuando se firma el Tratado, ya muchas de las poblaciones de Nuevo México tenían organizaciones propias como los Penitentes que regulaban la vida legal, política, económica, social y religiosa de estas sociedades.

La sólida base organizacional de más de doscientos años ayudó a los Manitos a conservar su herencia cultural y política a través de los siglos y contar con una base de defensa en contra del sistema político y judicial altamente discriminatorio instituido desde sus inicios por los Anglos. Más tarde, la presencia de organiza­ciones de auto defensa civil como La Mano Negra -organización secreta-, Los Gorras Blancas y Black Berets ( Las Gorras Negras) se incrementó como res­puesta a los tratos discriminatorios por parte de los cuerpos policiales.

Sobre esta situación Jorge Bustamante escribió que "Después del trata­do de Guadalupe-Hidalgo se inició una época de despojo de tierras y de persecución de los mexicanos. La reacción de los vencidos no podía ir más allá de la guerrilla de resistencia." (Bustamente, 1978: 14) Parte de este tipo de movimientos por la tierra culminó con el esfuerzo encabezado en los años sesenta por Reies López Tijerina quién con los miembros de la Alian­za Federal de Mercedes tomó la Corte del Condado de Tierra Amarilla para presionar a favor de las demandas de pequeños granjeros que exigían la restitución de los derechos de sus familias Hispano Mexicanas a las tierras que les habían arrebatado en el siglo XIX. Tal evento constituyó un impor­tante antecedente del movimiento Chicano a favor de los derechos civiles de toda la comunidad mexicana en los Estados Unidos y se constituyó en un símbolo de desobediencia civil que forzaría a las autoridades a reaccio­nar ante las demandas, no obstante que la Alianza fue disuelta y Tijerina y algunos de sus seguidores fueron arrestados y sentenciados a prisión por sus "actos ilegales".

46

Con todos sus altibajos, la alta politización de los Manitos y sus agrupacio­nes en Nuevo México han logrado establecer pautas de participación en defen­sa de su cultura y sus derechos a una ciudadanía plena, los Manitos, las asocia­ciones políticas -públicas, religiosas y secretas-, incluido el movimiento Chicano organizado han contribuido a romper las condiciones de subordinación y opre­sión del pueblo Chicano en Nuevo México. Sin embargo, desde la herencia política de los Manitos y su supervivencia como grupo interesado principal­mente en la participación electoral, aun se persiste en la lucha por aspiraciones democráticas de igualdad, libertad y justicia.

LJ\S ORGANIZACIONES DE MEXICANOS EN LOS E STADOS UNIDOS

2. Las sociedades de ayuda mutua desde las ordenes religiosas: los Penitentes

Al igual que los miembros de otras comunidades de migrantes como los judíos y los europeos, a su tiempo los mexicanos en los Estados Unidos abrazaron el esquema de las mutualidades , urgidos por la necesidad de socializar con sus iguales en el destierro y mantener vivas sus tradiciones histórico culturales, además de procurar­se beneficios sociales como ayuda para gastos funerarios, seguros de vida, orienta­ción para encontrar alojamiento y trabajo para los recién llegados.

A diferencia de otras etnias más susceptibles de aceptar las perspectivas de asimilación, entre los mexicanos, dada la fuerza de su identidad cultural distin­tiva, sus apegos a las comunidades de origen y en numerosos casos su abierta oposición a la discriminación y el despojo de sus derechos y sus territorios inflingidos por los invasores anglos antes y después de 1848, con el tiempo fue permeando un sentido de politización muy particular en los esquemas mutualis­tas mexicanos, convirtiéndolas en instrumentos de resistencia y activismo a favor de sus causas, tareas que sin duda contribuyeron a la formación de las uniones laborales de los mineros en Atizona y California y las organizaciones de apoyo a los trabajadores del campo en California y Texas, entidades que en su momento fueron determinantes para lograr conquistas como las encabezadas por César Chávez en los años setenta en California y previamente para elevar las condicio­nes de vida de los mineros y los trabajadores ferroviarios en todo el suroeste.

En esa tradición se inscribe uno de los primeros antecedentes de organización de apoyo comunitario a los mexicanos en los Estados Unidos, la Confraternidad de los Hermanos de Nuestro Padre Jesús de Nazareth, conocida como la Orden de los Penitentes en Nuevo México, que data del siglo XVIII y constituye un caso sui géneris de la lucha por la consolidación de la estirpe mexicana en los Estados Unidos. La orden se funda el 17 de Septiembre de 17948, apoyada en un esquema que la asemeja a las cofradías religiosas italianas de la edad media; se dice que fue una organización de origen netamente nativa de Nuevo México, a la usanza de otras organizaciones de poblaciones locales apartadas de la civilización, de poblaciones locales abandonadas a su suerte en un entorno difícil, enfrentadas a necesidades

8 Hay noticia de la existencia de este tipo de sociedades en la Nueva España desde un poco después de 1598. Se dice que este tipo de sociedades fueron traídas por los franciscanos y los conquistadores españoles. Véase José Amaro Hernández (1983), Mutual Aidfor Survival: The Case o/ the Mexican American, Malabar, Florida, Robert E. Krieger Publishing Co.

47

JESÚS DAVID V ALENZUELA ROMO

particulares de supervivencia corno el entierro de sus muertos, préstamos financie­ros, atención a los enfermos, consuelo a los necesitados, la evangelización de las buenas almas, la purificación del alma corno condición para vivir esta civilización.

Para sobrevivir, para cuidarse a sí mismos, muy pronto la orden organizó moradas hasta en los sitios más remotos del norte de Nuevo México y el colin­dante Colorado, donde se brindaba auxilio a los enfermos y a los necesitados9,

a más de que en los campos los religiosos en pleno participaban en las labores de siembra, atención y recolección de cosechas.

Con la aceptación y reconocimiento social de la comunidad en pueblos y villas, los Penitentes pudieron apropiarse de la esfera política, autonombrarse los árbitros de una sociedad sin leyes, sin estructura jurídica, eran el gobierno en los territorios penitentes, en las comunidades nativas hispano mexicanas. Actúan como árbitros en la solución de disputas civiles, Oen casos de transgre­siones de propiedad privada o derechos de agua, robos y otros crímenes serios. Se acostumbraba que los Penitentes intervinieran extrajudicialmente -en cali­dad de jueces defacto- en la calificación de las ofensas y dictaminaran la impo­sición de penas a los agravios cometidos. En los pueblos penitentes se juraba solidaridad pero el pecado merecía castigo cruel aún cuando el pecador no fuera miembro de la cofradía. La membresía a los Penitentes era general, de facto, para todos los pobladores; vivir en un pueblo penitente significaba que todo vecino estaba sometido a las reglas penitentes, a prácticas crueles y exce­sivas. Los pecados contra Dios, las "ofensas en contra de las familias, propie­dad, o la vida de las personas, o cualquier daño en contra del vecino eran con­siderados crímenes serios en contra de la comunidad." (Amaro, 1983:17) que merecían los castigos más fuertes.

48

Su influencia política sitió todos los ordenes de la vida local. Cuando los territorios de Nuevo México y Colorado pasaron a formar parte de los Estados Unidos, frecuentemente se impugnaban las prescripciones legales porque los Penitentes desconfiaban de los criterios y los magistrados anglosajones. En numerosas ocasiones, los tribunales anglos no lograron condenas debido a las presiones de los religiosos, máxime cuando los miem­bros de los jurados eran simpatizantes de la orden.

9 El auxilio a los enfermos se prestaba mediante los oficios de una mujer llamada la "auxiliadora de la morada". Su trabajo consistía también en ayudar en el cuidado de sus casas y familias, atender a los ancianos, encontrar casa para los niños huérfanos. Véase Amaro 1983, Op. Cit.

W O RGANIZACIONES DE MEXJCANOS EN LOS E STADOS UNJDOS

Esta desconfianza de la orden de los Penitentes hacia el sistema legal anglo fue una consecuencia del conflicto entre hispanos y angloamericanos surgido a raíz de la anexión de sus territorios a la Unión y la subsecuente imposición de un control por parte de los conquistadores basado en actitudes racistas prejuiciadas, prontos a lanzar amenazas y ejercer la violencia y consumación de acciones legales sin mayor propósito que el de efectuar el despojo de los derechos económicos y políticos de los nativos de la tierra.

La politización gradual de la orden y sus miembros le procuró a la comuni­dad hispana de Nuevo México logros importantes. Así fue por ejemplo, que gra­cias a su activismo, en 1911 la Suprema Corte de los Estados Unidos tuvo que declarar inválida en el estado la restricción federal que imponía el requisito de hablar inglés para acceder a puestos de representación popular. Posteriormente consiguieron también que por primera vez en el país se promulgara una ley esta­tal que reconoció oficialmente el derecho a la educación bilingüe en el estado.

No obstante que la orden no contó con la simpatía de la alta jerarquía católica de la época, debido a la práctica abierta de la autoflagelación entre sus miembros como parte de los ritos de las celebraciones pascuales y por su creciente participación política. La orden de los Penitentes fue vista por la iglesia católica como una "socie­dad degenerada", no religiosa que gobernada a placer por el director de cada mora­da local "no es más que una sociedad política." 1º Sin embargo, la comunidad Méxi­co Americana ya confinada como minoría étnica, siempre la percibió como una organización benévola y le confió su apoyo a pesar de ser una Orden que pretendía la adopción de una cultura religiosa ultra conservadora, cerrada aunque acompaña­da de postulados éticos de respeto y apoyo fraterno-religioso.

Conforme las condiciones económic,;s y sociales fueron mejorando, la fuer­za de la Orden como agente de politizadón y de cambio social fue decreciendo a favor de nuevos instrumentos apoyados por una juventud más educada y más urbana. La organización continuó, todavía hasta los ochenta y después, prodi­gando asistencia social en casos de enfermedad y muerte de los trabajadores ;r.::~ dPsprotegidos desde pequeños pueblos rurales.

Para su tiempo la Orden cumplió con el. papel de catalizador de las aspiraciones sociales y hasta cierto punto políticas y de recoqocirniento de su comunidad. Ilustra

!O Carta del arzobispo Salpointe de la iglesia c atólica a la orden de los Penitentes en 1888 citada en Amaro, 1983: 25.

49

J ESÚS D AVID V ALENZUELA R OMO

el caso de una instancia que tuvo un inmenso poder de convocatoria social en la comunidad y de reconocida influencia política frente a las prácticas violentas de los conquistadores anglosajones en su lucha bestial, encarnizada y atroz por la apropia­ción de las tierras de los mexicanos en esa parte del suroeste americano.

3. Las sociedades de ayuda mutua desde la participación civil Las mutualistas en el suroeste.

Algunas de las primeras organizaciones formadas por la comunidad Mexicana en los Estados Unidos entre finales del siglo XIX y el primer tercio del siglo XX, fueron asociaciones de protección y servicios mutuos, similares a las fundadas en su tiempo por los inmigrantes de origen europeo asentadas en el país.

La mutualidad definida por el Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia Española es un "Régimen de prestaciones mutuas, que sirve de base a determinadas asociaciones." (Real Academia Española, 1984: 941) Es­tas prestaciones aparecen ya como parte de las aportaciones que los miembros se obligan a dar para recibir cualquier clase de reciprocidad en la definición que sobre esta palabra da el Diccionario de Uso del Español de Maria Moliner, donde la mutualidad es una "Asociación que tiene por finalidad la ayuda mutua mediante aportaciones de todos los socios, que se aplican a satisfacer ciertas necesidades de cualquiera de ellos" (Moliner, 1999: 419).

50

Ciertamente, la asociaciones llamadas mutualistas funcionaban mediante las modestas aportaciones de los emigrantes que entendían que de esa manera po­drían proveerse de servicios funerarios económicos y los beneficios de un seguro, además de préstamos a tasas de interés bajas y otras formas de apoyo económico.

Las organizaciones mutualistas organizadas por los pobladores mexicanos y de origen mexicano en los estados del sur de los Estados Unidos fueron organizacio­nes que funcionaron bajo el régimen de prestaciones y socorros mutuos desde las aportaciones de sus miembros; sin embargo, más allá de estas definiciones genera­les, estas mutualidades civiles fueron organizaciones de cooperación fraterna de origen étnico cultural que combinaron los sistemas de auto ayuda y ayuda mutua para la defensa y protección de los pobladores mexicanos y de origen mexicano en los territorios conquistados. Estas fraternidades civiles fueron vehículos de repre­sentación política y legal en un sistema judicial que discriminaba fuertemente a los mexicanos; centros de instrucción social, política, cultural, educativa, para una so­ciedad conquistada y marginada de la sociedad más amplia.

lAs O RGANIZACIONES DE MEXICANOS EN LOS E STADOS U N!DOS

El carácter de organizaciones políticas asignado a las mutualistas es señala­do por Paul Taylor quien observó que proporcionaban un foro de discusión y medios para organizar la vida social de la comunidad. Vistas de esta manera, las mutualistas proveían a la comunidad de mexicanos y México americanos de dos dispositivos: los beneficios mutuos ante la ausencia de un estado de bienes­tar y las estructuras básicas para el cambio social y pleno reconocimiento de derechos mediante la participación política.

Este movimiento mutualista civil que se dio desde 1886 o antes y que alcan­zó su auge en las dos primeras décadas del siglo XX, tomó forma de asociacio­nes fraternas, de beneficencia, de clubes de barrio, de comités cívicos, de socie­dades. Amaro (1983) advierte que este fenómeno de principios de siglo XX solo se explica por similitudes culturales y de clase entre los miembros de una sociedad, por razones de "la misma cultura, como ocupación, y condiciones sociales similares." (Amaro, 1983: 61)

El papel de las mutualistas en la formación de una comunidad mexicana y México americana en los Estados Unidos se relaciona con el proceso de creación de instituciones en los barrios, colonias, asentamientos de mexicanos, de un am­biente de protección y defensa de los derechos de los viejos y nuevos inmigrantes, de lealtad cultural a lo mexicano, a la lengua nacional, a las fiestas y celebracio­nes cívicas, el sentido de vida comunitaria. Las asociaciones mutualistas de mexi­canos atendían principalmente al carácter nacional mexicano, se trataba de orga­nizaciones que privilegiaban "lo mexicano" frente a "lo otro"; lo mexicano como el elemento de unión, de organización, de fuerza. En general fue un movimiento de protección y defensa para la clase trabajadora de la Raza sin distingos en el estatus de ciudadano o inmigrante. En este sentido el movimiento mutualista fue la base para las instituciones primigenias de una comunidad cultural mexicana abandonada a su propia suerte y sentido de organización.

Amaro instituye claramente que el movimiento mutualista, aunque logró establecer contactos con algunas mutualistas en México, estos fueron mínimos y de carácter informal, para él, "no hay evidencias de lazos formales entre mu­tualistas" (Amaro, 1983: 61) en el sentido de un movimiento nacional de apoyo mutuo apuntalado desde el centro para enlazar asociaciones de México y de la comunidad mexicana en los Estados Unidos. Sin embargo lo que sí hubo fueron movimientos fragmentados -aunque frecuentes- de corte regional opera­dos desde la frontera norte de México echados a andar en casos particulares para el apoyo exclusivo de las actividades de ciertas logias. Esta cooperación

51

JESÚS DAVlD V ALENZUELA ROMO

intra-asociaciones se puede encontrar en algunas asociaciones de la frontera norte de México que llegaron a cruzar para dar su apoyo a las causas de las logias del otro lado. Lo mismo sucedió con el movimiento de la masonería que -con organizaciones del tipo de ayuda mutua- desde sus logias bien estableci­das en la frontera norte y desde la ciudad de México participaban abiertamente en las reuniones de las mutualistas de la población mexicana en los Estados Unidos con la idea de instituir un nuevo orden social basado en la razón y el progreso (Amaro, 1983). Al respecto, La Crónica, periódico de la comunidad mexicana de Laredo, Texas, anunciaba que para el Primer Congreso Mexicanista de 1911 -cuyo propósito era establecer un convenio de unidad e integración entre las diferentes organizaciones de la comunidad mexicana de Texas- esta­rían entre los invitados de honor una delegación de la Logia Masónica de la Ciudad de México (Limón, 1974). Era claro que la cooperación entre asocia­ciones de ambos países delineaba ya un movimiento de cooperación transfronterizo y transnacional, facilitado ya por la mera vecindad geográfica, ya por la naturaleza de las organizaciones existentes.

Por su parte, la relación del movimiento mutualista con las sociedades recepto­ras fue a la vez de choque y de acomodo según las causas a defender. En las causas políticas, en los conflictos laborales, la sociedades mutualistas llegaron a jugar el papel de mediadores lo que les ganó cierto prestigio al interior de la comunidad, un aumento en la membresía y críticas de parte del status quo de la sociedad anglo.

52

Los mejores ejemplos de sociedades mutualistas son la Alianza Hispano Americana, con actividad en su logia fundacional desde fines del siglo XIX en Tucson, Arizona; la sociedad Lázaro Cárdenas, la Sociedad Progresista Mexica­na, el Comité de Beneficencia Mexicana, la Sociedad Unión Cultural Mexicana.

Entre las mutualistas que asumieron un cierto grado de politización y con­ciencia para la acción social está la Alianza Hispano Americana que fue la mayor mutualidad mexicana de su tiempo. Fundada en Tucson en enero de 1894 por Carlos Velasco, Pedro Pellón, Charles H. Tully y Mariano Samaniego, entre otros, La Alianza fue una asociación para la clase trabajadora que llegó a contar con 17,366 miembros en su fase culminante en el año de 1939 (Amaro, 1983; Sheridan, 1986). Esta fue una organización de militantes con representa­ciones locales en todo el oeste norteamericano y el norte de México. Los estu­diosos de este fenómeno organizativo consideran a La Alianza como el mayor precursor de las organizaciones México Americanas surgidas después de la Segunda Guerra Mundial, en particular, se le considera la base del movimiento

1As O RGANIZACIONES DE MEXICANOS EN LOS E STADOS UNIDOS

laboral de chicano y su lucha por los derechos civiles (Acuña, 1981; Meier y Rivera, 1972 citados en Sheridan, 1986).

Los aliancistas eran personas bien vistas dentro de la sociedad de inmigrantes mexicanos, hombre educados, de riqueza o influencia política; imbuidos de una con­ciencia nacionalista con imperativos morales acerca de las actividades de servicio social y de la necesidad de organización de la gente de origen hispano mexicano.

En un principio más que por razones políticas, éstos hombres actuaron acti­vamente en la formación de sociedades mutualistas como un instrumento de asistencia social de beneficio fraterno y de recreación de las tradiciones propias de la cultura de los grupos identificados por sus afinidades en el destierro.

Sin embargo, las condiciones de vida de los trabajadores y de la población México americana en el sudoeste pronto les obligaron a incursionar en la esfera política. Más allá de las tareas propias de una asociación de beneficencia, La Alianza buscaba mejorar las condiciones de trabajo de los trabajadores méxico americanos 11

, lo que los llevó a participar -a principios del siglo XX- como agente de representación laboral en las huelgas mineras del sur de Atizona. Los periódicos locales de la época reconocían que la pertenencia a asociaciones del tipo de las mutualistas podía ser un elemento de fuerza a favor de los trabajado­res en cualquier conflicto laboral.

Además de las condiciones laborales, la Alianza se preocupó de luchar de mane­ra paralela por los derechos civiles y derechos legales a una ciudadarúa completa izando como bandera el establecimiento de oportunidades iguales en todos los campos y la abolición de la discriminación para el pueblo méxico americano.

Un ejemplo de las injusticias cometidas por el sistema legal de la sociedad anglo y la necesidad de contar con instituciones de defensa legal para los mexica­nos, lo constituye el caso de Aurelio Pompa un trabajador mexicano originario de Caborca, Sonora a quien le fue negado el indulto por las autoridades de California a pesar de las múltiples acciones por parte de la sociedad mexicana organizada de los veinte. El testimonio de este caso lo recoge el corrido de Aurelio Pompa:

11 Se buscaba obtener mejores salarios mediante la eliminación del sistema salarial doble que pagaba más a un trabajador anglo que a un hispano mexicano, menor número de horas, mejores condiciones en las minas, mejores tiendas de servicios médicos, Veáse Amaro, 1983.

53

JESúS DAVrD VALENZUELA ROMO

Veinte mil firmas de compatriotas perdón pidieron al gobernador toda la prensa también pedía y hasta un mensaje mandó Obregón. Todo fue inútil, las sociedades, todas unidas pedían perdón. [ ... ]12

El testimonio de este corrido narra las injusticias cometidas en contra de los trabajadores mexicanos pero también -aunque sin éxito inmediato para este caso- la presencia ya importante de instituciones de la comunidad mexican -las sociedades mutualistas- y el papel del Estado Mexicano en la defensa de los derechos de los inmigrantes mexicanos más allá de sus fronteras nacionales.

Esta participación de La Alianza en dos frentes, el de beneficios y de accio­nes de defensa en la esfera política para el logro del cambio social, llevaron a Manuel Garnio, a afirmar que sin duda las metas de La Alianza "eran muy claramente políticas" (Tirado, 1970: 5).

Anteriores a La Alianza, se habían fundado en Arizona otras organizaciones de tipo mutualista tales como La Sociedad Hispano Americana de Beneficencia en Florence (1886), La Sociedad de Beneficencia Mutua de la Raza Latina en Phoenix (1888), La Sociedad Hidalgo en Solomonville (1889), La Sociedad de Beneficencia Mutua en Clifton (1893) y La Sociedad Mexicana de Protección Mutua en St. John (1893) sin embargo, estas organizaciones se quedaron en la esfera de las ayudas y los beneficios mutuos. Su importancia radica en que fue­ron base de experiencia organizativa para la posterior formación de La Alianza. 13

54

Otro ejemplo de mutualista que operó durante las primeras dos décadas del siglo veinte es el de la Sociedad Lázaro Cárdenas, organizada por miembros de la comunidad mexicana de Los Ángeles poco después del fin <le la primera Guerra Mundial. Esta organización se orientó hacia la asistencia social y la organización de la acción comunitaria para la gestión de los servicios públicos en sus barrios, además de proporcionar seguros de costo bajo a los miembros de la comunidad (Tirado, 1970:5).

12 Manuel Gamio, (1969), The Mexican lmmigrant, Nueva York, Amo Press y The New York Times, p. 48. 13 Se dice que Carlos Velasco aprovechó muy bien estas experiencias organizativas. Para él significaron años de experiencia en los movimientos mutualistas del Sur de Arizona y California.

LAs ORGANIZACIONES DE MEXICANOS EN LOS E STADOS U NIDOS

En Illinois, California, Colorado, Kansas City, los movimientos mutualistas fueron inclusivos para los trabajadores inmigrantes mexicanos con o sin resi­dencia legal. En California fueron los trabajadores agrícolas y manuales los que dieron forma a asociaciones mutualistas que ofrecían justicia laboral, benefi­cios de desempleo, de incapacidad. La formación de mutualistas en las diferen­tes ciudades agrícolas de California y en la ciudad de Los Angeles no logró instituir un sistema de cooperación regional entre asociaciones a pesar de que pretendían objetivos similares como la defensa de los derechos civiles, la pro­visión de educación básica para los niños mexicanos y la defensa en contra de la política anti-mexicana (Amaro, 1983).

En general casi la totalidad de las mutualistas del sudoeste se encargaron de la organización de las fiestas cívicas mexicanas en los pueblos y barrios mexi­canos donde operaban. Sin embargo, poco se pudo hacer para lograr la unidad de estas organizaciones y conquistar una mayor representación regional.

Ideas acerca de la unidad del movimiento mutualista hubieron varias y en varios estados del sudoeste. La más representativa fue la propuesta lanzada por el Primer Congreso Mexicanista de 1911 que pretendía unir a todas las asocia­ciones de mexicanos en Texas a una liga central denominada Gran Liga Mexicanista de Beneficiencia y Protección.

Estas ideas de unidad surgían casi al final del período que algunos autores identifican como la etapa de la política de resistencia de la comunidad de origen mexicano asentada en los Estados Unidos (1846-1915). La convocatoria para el Primer Congreso Mexicanista se lanzó desde la ciudad de Laredo Texas en el año de 1911, temprano antecedente de lo que al andar del tiempo se concre­taría como el vigoroso movimiento de emancipación ideológica de los chicanos que brotó en los años sesenta del siglo pasado.

Su principal promotor; Nicasio Idar, masón y editor dueño del periódico local La, Crónica, cuya línea editorial siempre estuvo al servicio de las causas del "progreso y desarrollo industrial, moral e intelectual de los habitantes mexi­canos en Texas" (Limón, 1974:87).

Además de ser miembro activo de la masonería mexicana, Idar también per­teneció a la Sociedad Mutualista Benito Juárez en Laredo y fue vicepresidente de un sistema de logias fraternas en México y Texas conocido como la Orden de los Caballeros de Honor. Según su obituario fue un activo organizador labo-

55

JESÚS DAVID V ALENZUELA ROMO

ral que logró la fundación de la primera asociación de ferrocarrileros mexica­nos: La Alianza Suprema de Ferrocarrileros Mexicanos.

Bajo la orientación de Idar, El Primer Congreso Mexicanista era un llamado urgente a la asociación. Decía Idar en las notas de La Crónica" ... no queda a lo mexicanos mas que un remedio; el que han adoptado los hombres de todas las razas para hacerse respetar: La asociación." (Limón, 1974:88)

En este llamado, El congreso planteó la necesidad de actuar coordinada­mente ante agravios como la deteriorada condición económica de los méxico texanos: la perceptible pérdida de la lengua y la cultura de los mexicanos; el problema de la discriminación educativa; la discriminación social en lo general y el sistema de linchamientos a los méxico texanos tolerados oficialmente.

Con una gran audiencia compuesta de representantes de logias masónicas de Texas y las llegadas de la ciudad de México y de la frontera mexicana, sociedades mutualistas, agrupaciones protectoras, clubes de servicio, la prensa y un número no especificado de particulares, el Congreso finalmente sesionó entre el 14 y el 22 de Septiembre de 1911, desahogando una serie de ponencias con señalamientos claros sobre todos los agravios ante los que el Congreso planteaba la necesidad de actuar con toda la fuerza de un frente común coordi­nado de organizaciones comunitarias, propósito a partir del cual el Congreso decidió la creación de una asociación estatal agrupadora de células locales se denominaría La Gran Liga Mexicanista de Beneficiencia y Protección, cuyo lema sería "Por la Raza y Para la Raza" y que tendría los siguientes objetivos:

56

• Difundir instrucción moral y cultural entre sus miembros

• Proteger a los miembros de los abusos de las autoridades

• Proteger a los miembros de la comisión de actos ilegales en su contra

• Crear un fondo de apoyo a la organización

• Combatir la exclusión de niños mexicanos en las escuelas de anglosajones.

Estructuralmente la Gran Liga se compondría de una mesa directiva de gobierno central -que sería electa anualmente durante sus convenciones a celebrarse el 16 de Septiembre de cada año- y células locales con sus co­rrespondientes mesas de gobierno.

No obstante la claridad y altura de propósitos del Congreso, que le valie­ron el amplio reconocimiento de la comunidad y la prensa de la época, éste

LAs ORGANIZACIONES DE MEXICANOS EN LOS E STADOS U NIDOS

no se volvió a celebrar de nuevo, y aunque existen reportes de esfuerzos aislados de organización de ligas en unas cuantas comunidades, el proyecto de la Gran Liga Mexicanista no llegó a consolidarse.

Sin embargo, la gran importancia del Congreso consistió en poner de mani­fiesto la alta concientización política de la comunidad de mexicanos en los Estados Unidos en una época en la que frecuentemente se les ha percibido como políticamente apáticos, lo que permite concluir que el primer Congreso Mexicanista de 1911, representó un temprano esfuerzo organizacional que an­ticipó muchos de los temas abordados por el Chicanismo contemporáneo, como la discriminación social, particularmente en la escuelas; la restauración de la tierras despojadas, las demandas laborales y las protestas en contra de la bruta­lidad policial, preocupaciones que revelan un firme paralelo ideológico entre ambos empeños en lo concerniente al interés mutuo en conservar la cultura propia y rechazar la asimilación, luchar por sus derechos y unificación política.

La efervescencia organizativa mutualista en el suroeste, trajo aparejado el surgi­miento de una prensa independiente y la consecuente consolidación de las institu­ciones de una comunidad étnica. Estas iniciativas, al igual que las mutualistas, sur­gieron de miembros de la ilustración de origen mexicano que trataban de mantener vivas las tradiciones de la comunidad. La prensa actuó como un instrumento de argumentación política orientado a la denuncia de los abusos de los anglosajones y la promoción y defensa de las causas de interés vital de la comunidad en su inci­piente determinación de conquistar mayor equidad y peso político en la nación.

En el primer número de su periódico, aparecido el 29 de Septiembre de 1878. Carlos Velasco, delineó su línea editorial indicando que "El Fronterizo se dedicaría principalmente a pugnar por la mejoría de su país, México, muy particularmente del descontento estado de Sonora". Enseguida, prometió que su periódico serviría como "celoso defensor de los intereses de los mexicanos en ambos países, difundiendo sus opiniones y encausando sus iniciativas hacia una senda de mejoramiento moral y progreso material". En ese tiempo, El Fron­terizo castigaba al Gobierno Mexicano por la corrupción de los oficiales de las aduanas que cargaban cuotas exorbitantes a los mexicanos que intentaban cru­zar la frontera. El periódico de Velasco, se constituyó en el más fuerte defensor a favor de la repatriación voluntaria de mexicanos que vivían en los Estados Unidos, especialmente después de que Porfirio Díaz empezó a imponer cierta estabilidad en el norte del país. Esta posición no es sorprendente, considerando que Velasco y un número considerable de residentes de Tucson, se percibían como mexicanos residiendo temporalmente en los Estados Unidos.

57

J ESÚS D AVID V ALENZUELA R OMO

Fue una prensa que sin duda contribuyó a elevar el nivel de concientización de las comunidades de origen mexicano y abonó el terreno para la aparición de agrupaciones y esquemas de activismo político más fumes, tradición que se ha mantenido hasta nuestros días como lo ilustra el caso del diario La Opinión de Los Angeles desde su fundación a principios de siglo por Ignacio Lozano, -quien también fundó La Casa Editorial Lozano que llegó a convertirse en el mayor establecimiento editorial desarrollado por hispanos en los Estados Uni­dos- hasta la actualidad, bajo la conducción de los nietos del fundador.

En la actualidad La Opinión fundado en 1926 junto con el Diario-La Pren­sa de Nueva York y el Nuevo Heraldo de Miami es uno de los tres periódicos de habla hispana más importantes en los Estados Unidos, con gran influencia en la promoción de las causas de la comunidad méxico americana en California.

En suma, el movimiento mutualista tan activo en las dos primeras décadas del siglo XX, no logró sobrepasar el tiempo, la ausencia de unidad y los cambios políticos. Una vez terminada la depresión de la posguerra el riesgo de las depor­taciones masivas de los mexicanos se minimizaron lo cual disolvió algunas de las organizaciones creadas para apoyar en esta situación. Hacia los sesenta y setenta, era claro que las mutualistas sobrevivientes enfrentaban serios problemas para renovar su membresía entre las nuevas generaciones de México americanos y de nuevos inmigrantes mexicanos. Los beneficios que antes fueron adecuados -se­guridad, protección, idea de comunidad, derechos civiles, derechos de ciudada­nía plena- habían perdido su atractivo, no eran de interés para las nuevas genera­ciones que sentían no estar ante la ausencia de instituciones u organizaciones sociales. Las mutualistas pasaron a ser un asunto de los viejos inmigrantes, las asociaciones de los antepasados. Sobre este punto, los líderes de los sesenta de la Alianza reconocían abiertamente y en medios oficiales que -además de la falta de credibilidad por corrupción financiera- la no renovación de miembros jóvenes había sido un grave error, pero además achacaban a esta disminución del tamaño de membresía al proceso de asimilación de las clases trabajadoras mexicanas a la sociedad anglosajona, a la mejora en las condiciones de bienestar, al mayor nivel educativo de que se gozaba (Amaro, 1983). Esta falta de renovación en los cua­dros, cuestionaba -oficialmente y con pesar- la supervivencia misma de la orga­nización. Como corolario, las mutualistas fueron dejando de lado su naturaleza política para quedarse en el fratemalismo y la convivialidad, en la búsqueda de satisfacción emocional para sus miembros ya viejos para quienes, sin embargo, las tradiciones ya no son las mismas, han perdido su color además que los hom­bres y mujeres de antes eran "de responsabilidad" (Amaro, 1983).

58

L AS O RGANIZACIONES DE MEXICANOS EN LOS E STADOS UN IDOS

En general las mutualistas nacieron con los propósitos fundamentales de brindar asistencia social, un espacio para la convivencia socio cultural y la recreación de las tradiciones patriótico nacionalistas de sus miembros pero también se orientaron a los asuntos de naturaleza política de significación específica para los miembros de la comunidad local en la que operaban. En el esquema de mutualidades, la membresía siempre estuvo abierta a ciudadanos mexicanos y norteamericanos de origen mexi­cano sin restricción. Sin embargo, algunos grupos mutualistas al no ver resultados concretos de avance de la población México americana se separaron de las mutua­listas para fom1ar asociaciones exclusivas para ciudadanos estadounidenses de ori­gen mexicano solamente, no necesariamente por renuncia a su herencia mexicana, sino más bien para tratar de conseguir un mayor reconocimiento oficial a sus de­mandas en pro de la comunidad. Tal es el caso de la Organización de los Hijos de América (OSA, por sus siglas en inglés) y la Liga para los Ciudadanos Latinoame­ricanos Unidos (LULAC, por sus siglas en inglés).

4. Las asociaciones del movimiento de la ciudadanía legal hasta el movimiento Chicano

En 1920, la separación de un grupo de la Liga Mexicanista de Beneficiencia y Protección de San Antonio, Texas para formar la Orden de los Hijos de Améli­ca (OSA, por sus siglas en inglés), fue un cisma político para el desarrollo organizativo de la sociedad texano mexicana que escinde el movimiento organizacional de México americanos en dos: el movimiento solo para ciuda­danos y el movimiento de los inmigrantes nacionales mexicanos.

En 1920, un número creciente de líderes de ascendencia mexicana cobró conciencia acerca de la necesidad de contar con organizaciones más especiali­zadas para defender mejor los intereses de su comunidad. Es desde aquí que en 1921 surgió en San Antonio la Orden de los Hijos de Amélica, una orden con membresía restringida a miembros ciudadanos estadounidenses de origen Mexi­cano ó Hispano nativos o naturalizados (Tirado, 1970).

El objetivo de la organización se centró en el logro del poder político esencial para satisfacer las demandas de representación y participación de los ciudadanos miembros. Se trataba de un poder que sólo podría conquistarse mediante la orga­nización de un importante contingente de ciudadanos con derecho al voto.

Además de acciones para ejercer el derecho del voto, la orden consiguió algunos logros políticos como "abrir oportunidades de servicio en los jurados

59

JESÚS DAVID V ALENZUELA ROMO

para los méxico americanos calificados" (Taylor, 1934, citado en Tirado, 1970: 8), Con la implantación de esta medida se logró que los nombres de ciudada­nos de apellido latino ya no fueran retirados de las listas de elegibilidad sin siquiera convocarlos para que acreditaran su calificación.

Fue una medida importante que contribuyó a equilibrar la composición de los jurados, atemperando así la tendencia prejuiciosa de encarcelar a mexicanos por ofensas que con frecuencia arrojaban dictámenes de suspensión de senten­cias si el ofensor era de origen anglosajón.

Animada por los resultados de sus diversas gestiones, la orden inició un pro­grama de crecimiento en otras comunidades del estado, aunque desafortunada­mente, después de1928 surgió su desmantelamiento debido a la frustración de los miembros más activos en relación a actitudes pasivas y menos solidarias de muchos de los nuevos consejos locales que impidieron ampliar la fortaleza de la organización en sus diligencias en pro de causas de interés comunitario.

En 1929 se funda LULAC (League of United Latín American Citizens), organización que inicialmente intentó formar un frente amplio de ciudadanos mexicoamericanos con la inclusión en sus filas de los miembros de la Orden de los Hijos de América y otros grupos activistas de Corpus Christi y San An­tonio, iniciativa que no cuajó porque los convocados rehusaron subordinarse a las directrices de una organización más joven. LULAC entonces resolvió esta­blecerse con "una nueva membresía compuesta de ciudadanos nativos o natura­lizados de extracción latina mayores de dieciocho años" (Tirado, 1970:9), pro­moviendo enfáticamente la integración de sus miembros a la sociedad norte­americana y/o su compromiso para luchar por el mejoramiento de la posición económica y política de la Comunidad México Norteamericana.

En su primer precepto constitucional, se expresó explícitamente que la meta principal de la organización era la de " desarrollar entre los miembros de nuestra raza el mejor, más puro y perfecto tipo de un verdadero y leal ciudadano de los Estados Unidos de América" (Tirado, 1970: 10), postulado que nació de la con­vicción de los fundadores en el sentido de que " para reclamar nuestros derechos y cumplir con nuestros deberes es necesario que nos asimilemos lo más posible a esta nueva civilización dentro de la cual tendremos que vivir." (Tirado, 1970: 10)

60

Esa insistencia en la asimilación es comprensible considerando que la ma­yoría de los miembros del nuevo organismo provenían de una incipiente clase

LJ\S O RGANIZACIONES DE MEXICANOS EN LOS E STADOS UNI DOS

media que en ese tiempo era el único elemento de la comunidad Mexicana propenso a la ciudadanía norteamericana, además de que alimentaban la visión de que "los intereses de la comunidad mexicana entera se verían más favoreci­dos si LULAC lograra consolidarse como un grupo unificado en sus propósitos y consecuentemente más apto para emprender batallas en pro de los menos afortunados" (J. Luz Saena, fundador de LULAC, citado en Tirado, 1970:10).

Con todo y su connotación elitista, LULAC mostró interés en la resolución de asuntos políticos que afectaban a la comunidad méxico americana, aún cuando sus estatutos establecían que "Esta organización no es un club político". Cu­riosamente, sin embargo, en un párrafo del artículo II de la constitución de LULAC se establecía la difusión de sus ideales vía la prensa, lecturas y panfle­tos; además se defendía la participación de su membresía en política, aducien­do que "con nuestro voto e influencia nos empeñaremos en llevar a puestos públicos a hombres que por sus hechos hayan mostrado respeto y considera­ción por nuestro pueblo" (Lamb, 1970: 117 y Tirado, 1970: 11).

La aparente contradicción entre las proclamas anteriores es explicable si se considera la connotación negativa que el término "política" tenía y tiene hasta cierto punto para muchos méxico americanos, tal vez inscrita de manera profun­da en la psique, en un legado de desilusión con las experiencias previas de natu­raleza política que tuvieron los inmigrantes mexicanos en su país de origen y que transmitieron a su descendencia; y, ya instalados en los Estados Unidos, la inca­pacidad oficial respecto a la política para los inmigrantes mexicanos.

Por eso no es extraño encontrar que Alonso Perales, uno de los primeros líde­res de LULAC, definiera claramente por qué LULAC no era una organización política: "Si se entiende como una organización política a la asociación de indivi­duos sin escrúpulos con la única intención de elevar y mantener en el poder públi­co a algún líder con el sólo propósito de dividir con él las migajas y los desperdi­cios de los botines oficiales, entonces, nuestra organización no es política" (Tira­do, 1970: 12). La influencia de LULAC se ha extendido por todos los estados del suroeste, sin embargo su influencia ha sido más fuerte en Texas.

En el verano de 1943 ocurrió en Los Angeles el disturbio conocido como Zoot Suit Riots, consistente en un serio enfrentamiento callejero entre jóvenes México norteamericanos y soldados del ejército americano que culminó en una verdadera batalla campal y provocó una ola de represión masiva en perjuicio de la comunidad mexicana de la ciudad, lo que puso de manifiesto su escasa organización comunitaria y ausencia de liderazgo efectivo.

61

J ESÚS D AVID V ALENZUELA R OMO

Durante los siguientes meses se analizaron con detenimiento los problemas de la minoría para determinar y corregir las causas de los disturbios, esfuerzo que condujo a que organizaciones públicas y privadas lanzaran programas de asistencia a la habitualmente olvidada juventud de los barrios. En ese proceso se encontró una multitud de grupos vecinales y clubes sociales, observándose que salvo algunas excepciones, casi ninguna de esas agrupaciones estaba en condiciones de aportar el liderazgo que la comunidad requería para mejorar.

Una de las excepciones fue el Consejo Coordinador de la Juventud Latinoa­mericana, organizado en 1942 con el propósito de dirigir la atención de auto­ridades y sociedad a los reclamos de la juventud méxico americana, para lo cual en Noviembre de ese año presentaron al Consejo de Supervisión del Condado de los Angeles una petición que urgía la adopción de una lista de medidas remediales para ampliar las oportunidades de los jóvenes de los barrios.

Según opinión de Ruth D. Tuck en Behind the 'Zoot Suit Riots, si esa peti­ción hubiera contado con el apoyo pronto del Consejo, se habrían evitado los Zoot Suit Riots acaecidos siete meses después.

En respuesta a la falta de organización surgieron una serie de Ligas de Unidad locales asesoradas por Fred Ross, organizador adscrito a La Funda­ción de Áreas Industriales. A diferencia de organizaciones antecesoras donde la membresía provino generalmente de la clase media, Ross instrumentó las ligas fundamentalmente con miembros de las clases marginadas, sentando un precedente que sirvió de modelo para la subsecuente creación de organizacio­nes políticas de mexicanos en los Estados Unidos.

Fueron unidades locales que muy pronto revelaron su eficacia, logrando la elección de representantes de su comunidad a los consejos municipales, po­niendo de manifiesto que los méxico americanos estaban aprendiendo técnicas efectivas de organización política. Lo más interesante fue que alguien ajeno a la comunidad lograra organizar a la minoría para la acción comunitaria.

62

El éxito de Ross en la movilización de méxico-americanos se debió en parte a su experiencia previa como organizador en relación con el liderazgo bisoño de los mexicanos y a su gran disposición para desan-ollar técnicas acordes a las características de la población. En lugar de imponer fórmulas propias de otras organizaciones, como lo habían hecho antes los_ organizadores de sindicatos en los años treinta, Fred Ross visualizó que su labor más importante era la de

LAs ORGANIZACIONES DE MEXJCANOS EN LOS E STADOS U NIDOS

apoyo y no asumió ningún rol directivo, lo cual consideró que fue fundamental para que la comunidad le brindara su aceptación como guía del proceso.

Su enfoque consistió en detectar asuntos potencialmente explosivos pro­pios de cada comunidad, alrededor de los cuales lograba motivar a los con­tingentes comunitarios para apoyar acciones conducentes de combate a los agravios en el marco de las ligas.

La experiencia en su conjunto sentó un precedente para futuros empeños de organización y demostró que los mexicanos marginados de las pequeñas loca­lidades de California eran capaces de organizarse para la acción, siempre y cuando se dieran las condiciones de apoyo que anularan sus resentimientos y el escepticismo que les provocaran tradicionalmente liderazgos insensibles a su idiosincrasia, por mejor intencionados que fueran.

La Community Services Organization (CSO), fundada en Los Angeles en 1947 por un pequeño grupo de trabajadores fabriles y veteranos méxico-americanos, quienes ante su escasa representación política en la ciudad, iniciaron una decidida campaña de registro de votantes con objeto de garantizar el triunfo de sus candida­tos en próximas elecciones. Pronto lograron un registro de 40,000 votantes en el área oriente de Los Angeles, además de expandir su membresía a 3,000 personas.

En 1949 su esfuerzo culminó en la elección de Edward Royball a un asiento en el Concejo Municipal de la ciudad, fue primera vez en 68 años que un polí­tico de ascendencia mexicana escalara a esa posición. No obstante su eficacia en tareas de promoción política, la CSO finalmente evolucionó hacia una orga­nización de servicio comunitario, y aunque continuó promoviendo el registro de votantes y presionando en favor de una legislación más benéfica para la comunidad de habla hispana, la organización se retiró de las labores de apoyo público a candidatos a puestos de elección popular.

Los motivos para revivir la filosofía de asistencia social tan característica de los primeros esfuerzos de organización comunal entre los méxico americanos, se expresan muy bien en el siguiente pasaje de una publicación conmemorativa del XX aniversario de la CSO:

Durante sus primeros diecisiete años, eso al igual que otros grupos de avanzada, fue objeto de fuerte oposición en un tiempo en que su membresía no se había solidificado. El liderazgo del eso angelino, visualizando que esos factores pudieran contener la semilla de su pro­pia destrucción, resolvió en 1964 adoptar una filosofía de asistencia so-

63

Jesús DAVlO V ALENZUELA ROMO

cial, como el mejor seguro para solidificar su membresía y evolucionar hacia un fuerte grupo de presión permanente.

En años recientes CSO desarrolló una amplia gama de programas que ofre­cen desde los tradicionales seguros de vida y planes de crédito hasta los innovadores Clubes de Compradores y Centros de Protección al Consumidor. Se cuenta con treinta centros CSO en diversas comunidades de California y según Joan Moore, no ha sido posible crecer en todo el estado debido al extre­mo localismo del liderazgo méxico norteamericano en acción.

American G.I. Forum, contemporánea de GSO, fue fundada en 1948 por vete­ranos en el estado de Texas y surgió de la manera típica que dio origen a tantas otras organizaciones comunales de acción política entre los méxico americanos: un inci­dente que hizo crisis. En Three Rivers Texas, una casa funeraria local se rehusó a prestar sus servicios para un veterano de origen mexicano recién fallecido. Indigna­do por ésta y otras ofensas parecidas en perjuicio de veteranos de ascendencia mexi­cana, el Dr. Héctor García, respetado médico local y un grupo de veteranos indigna­dos de Coipus Christi, decidieron crear una organización dedicada a combatir tales actos de discriminación en contra de los mexicanos en Texas.

Tuvieron un éxito inmediato, no sólo con haber logrado que al veterano en cuestión se le inhumara en el Cementerio de Arlington ante la presencia del enton­ces congresista Lindon B. Johnson, sino también por haber conseguido eliminar las prácticas discriminatorias en el Hospital de veteranos de Coipus Christi. Animados por sus logros iniciales instrumentaron un plan de apertura de nuevas agencias en todo el estado, alcanzando la cifra de cien Foros G.I. al final de 1949. Actualmente G. I. Forum opera en 23 estados con una membresía de más de 20,000 personas.

Aunque oficialmente se declaran como una organización no partidista, fo­mentan la participación activa de sus miembros en política y ante la carencia de representación nativa en el gobierno, la anima a sus miembros a aspirar a puestos políticos y recomienda activamente a miembros de la comunidad para puestos de designación oficial. Su período de mayor éxito en la promoción de reformas políticas y sociales benéficas a su comunidad, se dio en los años cincuenta cuando otros grupos rechazaban tímidamente posturas activistas ante el temor de ser etiquetados como comunistas.

64

El G. l. Forum también ofrece servicios comunitarios a la minoría de origen mexicano, tales como becas y más recientemente vivienda barata en asociación

LAs O RGANIZACIONES DE MEXICANOS EN LOS E STADOS U NIDOS

con la Operación Ser. Además fomentan la participación familiar en programas de asistencia social y actividades recreativas. Actualmente la organización cuenta con una membresía estable que le ha permitido ser un fuerte grupo de presión a favor de los derechos de la comunidad méxico norteamericana.

Once años más tarde, en 1959 aparece Mexican American Political Association (MAPA) dedicada principalmente a promover la elección de can­didatos de origen mexicano con el apoyo de cualquiera de los dos partidos fuertes del país, con la intención de contar con más cuadros promotores de mejoras para la comunidad. En algunos lugares sus gestiones han contribuido a mejorar las condiciones educativas en escuelas con mayor afluencia de estu­diantes de origen mexicano.

En ocasiones sus esfuerzos para promover la organización política y acción social directa en los estratos más pobres se han visto obstruidos por la predomi­nante membresía de clase media y los fuertes sentimientos de mutua animosi­dad que separan a los diversos estratos de la comunidad. Al respecto la directi­va de MAPA ha ideado iniciativas par conseguir una mayor participación fun­cional de la gente de "los barrios" en la organización, concientes de la necesi­dad de desterrar exclusiones clasistas con la esperanza de ganarse el entendi­miento y respeto de los menos favorecidos para poder contar con su participa­ción activa en las campañas de acción social de la institución.

Council of Mexican American Affairs (CMAA), fundada en Los Angeles en 1953, con el propósito de coordinar los esfuerzos de las diferentes agrupaciones de la comunidad de origen mexicano. Comenzó coordinando a 44 organizaciones y ha tenido que flexibilizarse para tratar de atenuar los efectos de una rígida concien­cia de clase que afecta los empeños de organización integral de la comunidad.

El Dr. Ernesto Galarza al discutir las posibilidades de integrar a la mino­ría en una organización nacional en los términos propuestos por organiza­ciones del tipo de CMAA, señala:

Mientras más alto se va en el intento de crear una organización nacio­nal, es mayor la preferencia de los México Americanos por expresarse en inglés y usar símbolos de significación exclusiva para angloparlantes. En contraposición, se observa un simbolismo más intenso y un mayor uso del español entre la gente del pueblo. Esta dicotomía debilita la fuerza organizacional y el entramado emocional de los que depende la buena marcha de una organización (Galarza, 1949: 37).

65

JES ÚS DAVID V ALENZUELA ROMO

La Political Association of Spanish Speak:ing Organization (P ASSO) fue otra organización similar fundada en 1960 en Texas como consecuencia del movimien­to Viva Kennedy. Aspiraba a organizar políticamente a todos los méxico america­nos de todo el suroeste para ejercer presión política en todos los niveles de gobierno pero, un intenso '1ocalismo" marcado por una identificación emocional con senti­mientos simples -de pueblo- profundamente arraigados entre los mexico america­nos en el Suroeste limitó la expansión exitosa de esta organización.

Como observó Joan Moore, "Tácticas definidas como cautelosas en un sitio son catalogadas como conflictivas en otro, desembocando en el retiro de los apoyos por las diversas corrientes en cualquier caso, situación que se presenta aún dentro de una misma área metropolitana".

Asociación Nacional de Trabajadores Agrícolas, fundada en 1964 en Delano, California por César Chávez, uno de los líderes méxico americanos más carismáticos y respetados. Después del sonado boicot contra los principales productores de vino del Valle de San Joaquín, la asociación se convirtió en el Sindicato de Trabajadores Agrícolas Unidos. Bajo la guía de Chávez el sindicato demandó mejores condicio­nes laborales, expresadas en marchas multitudinarias y boicots que lograron el res­paldo de millones de consumidores. El movimiento fue apoyado por diversos sec­tores estudiantiles, intelectuales, religiosos y grupos comunitarios diversos, inclui­dos anglosajones. "La Causa" a la que César Chávez entregó gran parte de su vida, llevó a la escena no sólo nacional sino transnacional la injusta situación laboral de los trabajadores agrícolas mexicanos en los Estados Unidos.

66

Sus triunfos se sucedieron hasta los años ochenta -en que llegaron a contar con más de 35,000 trabajadores afiliados- decayendo después debido a las ma­niobras de los gobiernos conservadores que se sucedieron en California.

Mexican American Youth Association (MAYO), formada en 1967 en la ciudad de San Antonio, una de las numerosas organizaciones que se consolida­ron en 1969 como resultado de la Conferencia de Santa Bárbara en el Movi­miento Estudiantil Chicano de Aztlán (MECHA), que aún subsiste en varias universidades. Y que promovieron y lograron cambios positivos en la educa­ción, tales como programas de becas y la apertura de departamentos de estudios chicanos en algunas universidades de sus zonas de influencia.

Southwest Council of La Raza (SWCLR) fundado en196& bajo la guía de Er­nesto Galarza, Herman Gallegos y Julián Samora, se modernizó en 1972 evolucio­nando a National Council of La Raza (NCLR). Concebido como una organización

!...As O RGANIZACIONES DE MEXICANOS EN LOS ESTAJ)OS U NIDOS

para facilitar la integración de las agrupaciones chicanas y latinas en un frente unido en defensa de sus intereses, el NCLR fue apoyada en sus esfuerzos con fondos de la Fundación Ford y aportaciones modestas de algunas iglesias y sindicatos. Se pro­yectó bajo la influencia de Ernesto Galarza como una organización nacional para promover proyectos locales y apoyar organizaciones comunitarias locales.

A mediados de los años sesenta, bajo el eficaz liderazgo de Raúl Yzaguirre, la NCLR, comenzó a ser reconocida en Washington. Hoy en día es sin duda una de las organizaciones latinas más exitosas, cuenta con acciones en 26 esta­dos lo que la convierte en uno de los precedentes más cercanos a una organiza­ción nacional latina de alcance nacional.

El concejo ha fomentado acciones orientadas a la formación de concejos locales, con directivas a cargo de representantes de los barrios, con objeto de evitar las divisiones que suscitara el control de la clase media sobre las organi­zaciones de estratos de clase baja, lo cual podría explicar el éxito de la organi­zación a consecuencia de la maduración social de la comunidad, un reflejo fiel del avanzado pensamiento de Ernesto Galarza quien a su tiempo dijo:

El éx.ito futuro del Concejo como cuerpo autosuficiente, dependerá de la disposición de su liderazgo a abandonar las "fórmulas preestablecidas" de organización nacional, favoreciendo en su lugar el ensayo de métodos más acordes a la personalidad de la Comunidad Méx.ico Americana (Galarza, 1949:37).

Otra vertiente que da cuenta de la maduración de los instrumentos participa­ción social entre los méxico americanos es la de las organizaciones especializa­das, concebidas para atender asuntos específicos en campos diversos, entre las que se citan las siguientes a guisa de ilustración:

Mexican American Legal Defense and Educational Fund (MALDEF), or­ganización de defensa jurídica que nació en los Angeles en 1972, con el propó­sito de responder a la necesidad de contar con cuadros de abogados especializa­dos en la defensa de los derechos de la minoría mexicana. MALDEF tuvo financiamiento inicial de la Fundación Ford y bajo el liderazgo principal de Vilma Martínez ha jugado un papel fundamental en la defensa de los derechos civiles, educativos, laborales y políticos de los méxico-americanos e hispanos.

Bajo la dirección de su actual presidenta Antonia Hemández, emigrante oriun­da de Torreón Coahuila, prestigiosa abogada con una sólida formación acadé-

67

JESÚS DAVID V ALENZUELA ROMO

mica -obtenida en los Estados Unidos- y una clara conciencia de lo que repre­senta la fuerza de la comunidad, MALDEF ha logrado ganar en las cortes importantes batallas a favor de los derechos de los México americanos.

Es importante considerar que durante los noventa, organizaciones como NCLR, MALDEF, LULAC fueron la punta de lanza para el programa de acercamiento a las comunidades mexicanas-chicanas del gobierno de Salinas antes, durante y des­pués de la firma del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN). Según Calderón (2002), este acercamiento de búsqueda de apoyo en la comunidad mexicoamericana era parte de una estrategia donde estas organizaciones, con reco­nocido peso político en Washington, apoyarían abiertamente el proceso de alianza comercial. 14 Se dejaba de lado a las masas empobrecidas de migrantes que no nece­sariamente apoyaban las acciones del gobierno mexicano y se buscaba el cobijo político de las organizaciones ya establecidas y con influencia política, las chicanas.

Otras organizaciones chicanas creadas en ese mismo año fueron la Na­cional Association for Chicana and Chicano Studies (NACCS) cuyo propó­sito fundamental era crear centros y departamentos de Estudios Chicanos en las universidades de los Estados Unidos. La U.S. Hispanic Chamber of Comerse (USHCC) asociación que agrupa a las diversas Cámaras de Co­mercio Hispanas en los Estados Unidos en una de las organizaciones clave de promoción de negocios para los hispanos. 15

National Association for Bilingual Education (NABE), es una asociación integrada por educadores y académicos, padres de familia, hombres de nego­cios, funcionarios universitarios y profesionales, interesados en todos los asun­tos relacionados con la educación bilingüe de las poblaciones lingüísticas mi­noritarias. Una de sus prioridades es la de preparar instructores bilingües y administradores calificados. 16 Entre sus metas principales, está el difundir e

68

14 En el trabajo "Para no volverse ausencia: la construcción de la identidad política en el proceso migrato­rio, el caso mexicano" Calderón (2002) comenta que durante ese tiempo, se reconoció con la entrega de El Águila Azteca-máxima presea que otorga el gobierno de México a extranjeros por servicios prestados a la nación- a los chicanos dirigentes de NCLR y MALDEF: Raul Yzaguirre y Antonia Hemández. 15 Esta organización nació de una concepción de Héctor Barreta, inmigrante mexicano origina­rio de Guadalajara que consiguió un gran éxito como promotor y dueño de negocios en aquel país, además de trabajar activamente a favor de las causas de la comunidad. Fue designado presidente de UCHCC en 1980, puesto en el que permaneció durante 10 años. 16 La actual Directora Ejecutiva es Delia Pompa, una chicana oriunda de Texas:

l..As ORGANIZACION ES DE MEXICANOS EN LOS E STADOS UNIDOS

implementar planes de estudio bilingües de alta calidad, en programas educati­vos de alta calidad que sirvan a todas las minorías, así como concienciar e informar sobre la necesidad de dichos programas en la educación de los niños.

Entre otros movimientos paralelos de apoyo a las organizaciones de mexi­canos y latinos están el Recovering the U.S.: Hispanic Literary Heritage Project, un proyecto a diez años que representó el primer intento coordinado nacional para recobrar, clasificar y publicar escritos latinos perdidos que datan desde la colonia hasta 1960. El proyecto se inició en 1992 y fue encabezado por el Dr. Nicolás Kanellos, prestigiado académico de origen portorriqueño y Director de Arte Público Press, la editorial más importante del país en la promoción y pu­blicación de obras de autores -creativos- de origen latino.

Miembro del Consejo Nacional de las Humanidades de los Estados Unidos durante el periodo de Clinton, este premiado y reconocido editor y director del Hispanic Literary Heritage Project es autor de Hispanic Firsts, un impresio­nante registro cronológico de 500 años de aportaciones de Hispanos al progre­so de los Estados Unidos, que muestra claramente que los pueblos de ascenden­cia hispana han sido los responsables de sentar los cimientos de una gran parte de la industria y la civilización norteamericanas.

5. Los clubes de migrantes oriundos

Entre los inmigrantes mexicanos de primera generación, el apego al lugar de origen define sus primeros patrones de asociación en los Estados Uni­dos. Ni los recién llegados, ni los que están en la categoría de migrante, tienen mayor relación con los méxico americanos ú otros mexicanos más asimilados a la cultura de la sociedad de llegada; mucho menos con organi­zaciones políticas de la cultura dominante.

Muy pronto se conectan con grupos de igual.es, primero con clubes deporti­vos -que son los más numerosos- y cuando los hay, con los llamados clubes de migrantes oriundos, casas de migrantes, comités cívicos, comités por lugar de origen, comités pro-ayuda del pueblo. Los clubes de migrantes oriundos o clu­bes de migrantes, son organizaciones voluntarias, nacen como organizaciones informales que tienen como fin la ayuda mutua, la asistencia en caso de nece­sidades surgidas entre los miembros de la comunidad inmigrante mexicana en los centros de recepción en los Estados Unidos y el apoyo para mejorar las condiciones generales de bienestar en la comunidad de origen.

69

JESÚS DAVID V ALENZUELA ROMO

Estudios sobre la formación de clubes de migrantes oriundos de diversas so­ciedades y nacionalidades, afirman que la creación de estas organizaciones histó­ricamente han estado ligadas a los procesos de vida y muerte que enfrentan en las comunidades de migrantes. La muerte de los coterráneos, cuando sucede combi­nada con el enfrentamiento a las necesidades de apoyo para el retomo de "el fallecido" a la tierra natal , es una de las fuentes más comunes de formación de clubes de migrantes oriundos. La muerte de los inmigrantes en tierra ajena, el encontrarse de frente al terrible sentimiento de desamparo y abandono, es el he­cho que sitúa a los miembros de una comunidad frente a la necesidad de crear instituciones propias. Recientemente y de manera cada vez más creciente, los clubes de migrantes oriundos se forman desde los intereses de los nativos por llevar a cabo proyectos para el bienestar de las comunidades de origen.

A nivel institucional, las organizaciones de paisanos han estado relaciona­das a las acciones -consejos, información, asesoría, capacitación- del consula­do mexicano en las diferentes regiones de los Estados Unidos (Gómez y Trigueros, 2000; Díaz de Cossío, 1997) 17 pero también a las acciones de la iglesia católica y sus párrocos en las comunidades receptoras y de origen.

En los Estados Unidos, los clubes de migrantes oriundos tienen su antecedente en las organizaciones mutualistas que organizaban los pobladores mexicanos y de origen mexicano en el suroeste hacia finales del siglo XIX y principios del XX, en los comités cívicos y en los clubes de mexicanos de esa misma época. Pero también en México, durante los siglos XIX y principio del XX, se puede encontrar una cierta cultura de organizar clubes presente en los pueblos. En esa época, los clubes eran formas de organización de la vida pública de los pueblos; hacer clubes o formar clubes estaba ligado a una forma organizada de participación política, el primer antecedente de los partidos políticos que, desde el ala liberal luchaba por la demo­cratización de México. En los pueblos de México fueron los clubes los encargados de proponer candidatos a ocupar la presidencia municipal, organizar las votaciones locales, proponer nombres para miembros de cabildo, entre otras.

70

Las mutualistas en las colonias de mexicanos en los Estados Unidos, eran asociaciones de mexicanos creadas como un elemento de defensa y protección.

17 Las funciones de los consulados han sido determinantes en la organización de las comunida­des mexicanas. Hacia finales de 2002 estas funciones se vuelven más densas al incluir entre sus labores la relación activa con las asociaciones o clubes de rnigrantes.

lAs ORGANIZACIO NES DE MEXJCANOS EN LOS ESTADOS UNIDOS

Atendían los intereses de la comunidad étnica mexicana frente a la fuerte discri­minación social, política y cultural de la que eran objeto sus miembros. Durante los veinte y los treinta fueron muy activos en la defensa de los mexicanos depor­tados; al respecto, Díaz de Cossío (1997) establece que durante el ríspido perio­do de 1929 al 1933 los clubes de mexicanos se formaban como sociedades mu­tualistas que trataban de ayudar a los paisanos que iban a ser deportados.

Las asociaciones mutualistas de mexicanos y los clubes de mexicanos atendían principalmente al carácter nacional mexicano, se trataba de clubes de connacionales que ponían en "lo mexicano" frente a '1o anglo" donde lo mexicano era el elemen­to de unión, de organización, de fuerza. Estas visiones llevaban a que se mantuvie­ra vivo el interés por México, por la patria y por lo que "allá" sucedía.

A finales de los treinta, se tiene noticia de que los migrantes organizados en clubes mutualistas, organizaciones vecinales, grupos de la iglesia, sindicatos or­ganizaron bailes y fiestas para dar su apoyo a la causa de la expropiación petro­lera ocurrida en 1938 (Martínez, 2002). El objetivo de todas las organizaciones era común, dice Martínez, "apoyar a su patria y a la administración cardenista en un momento decisivo de la historia nacional." (Martínez, 2002:213).

Desde sus inicios, los clubes de paisanos fueron asociaciones creadas ante las necesidades sentidas de organización de los mexicanos como inmigrantes en un nuevo territorio, buscaban en principio, la integración y constitución de una comunidad propia. Sin embargo, de manera temprana también empiezan a responder a las necesidades colectivas presentes en México como el país de origen, a la política en México. Así, por ejemplo, los mexicanos en los Estados Unidos organizados en clubes o comités cívicos siempre han respondido a las llamadas de emergencia nacional ante desastres naturales ocurridos en cual­quier parte de México. En 1943 la colonia mexicana de Los Angeles organiza­da envío 100 mil dólares en auxilio a los damnificados de un huracán en las costas de Sinaloa. 18 Estas respuestas de apoyo y ayuda mutua a las necesidades colectivas nacionales en el país de origen continúan el establecimiento de ele­mentos de transnacionalidad de organizaciones de base -iniciadas desde la épo­ca de las mutualistas 19

- en clubes, comités y organizaciones de mexicanos.

18 "Ayuda a los damnificados desde Los Angeles", en El Occidental, 21 de noviembre de 1943, Guadalajara, Jal ., p. 6. 19 Acciones transnacionales se pueden encontrar ya en el Primer Congreso Mexicanista de 1911. Véase el apartado sobre las mutualistas civiles en este mismo artículo.

71

JESÚS DAVID VALENZUELA ROMO

Las organizaciones que se formaban en esa época entre los migrantes mexi­canos en los Estados Unidos tenían un carácter nacional, principalmente, es decir sus miembros se agrupaban en tomo al origen nacional mexicano. Aun­que Smith (2003) señala que ya en los treinta los zacatecanos formaban organi­zaciones de migrantes por estado (i.e. Comité de Beneficio Mexicano). En la década siguiente, por los años cuarenta, la formación de clubes deportivos por estado de origen iniciaría un cambio hacia la formación de organizaciones atendiendo al origen regional y más tarde local.

Algunos miembros de estos clubes deportivos se movían del lugar de destino al de origen con tanta frecuencia como se los permitía la temporada de cosecha y siembra por lo que pronto iniciaron la organización de torneos y competencias con los equipos de los lugares de origen, lo cual instauró nuevos elementos de trasnacionalidad en las organizaciones de migrantes mexicanos. Fueron estas or­ganizaciones en contacto con el terruño las que pronto empataron los intereses deportivos-recreativos con los intereses por el progreso del pueblo, las inversio­nes sociales. Eran, ya entonces clubes de rnigrantes oriundos por comunidad que respondían a lo local, al terruño, a las comunidades de origen.

Entre los cuarenta y setenta no se sabe mucho de la actividad de los clubes de rnigrantes oriundos en los Estados Unidos o en México. Estudios sobre clubes de migrantes oriundos en regiones tradicionales de emigración mexicana, han en­contrado que desde la década de los sesenta había ya algunas demandas de ayuda económica de las poblaciones de origen sobre estos clubes (Lanly, 2002). Se trataba de petición de ayudas para contribuir a las mejoras del pueblo que les llegaban a través de peticiones directas del padre de la iglesia, los grupos religio­sos, sociales y escasamente los presidentes municipales. Estas peticiones se ha­cían durante las visitas de alguno de los miembros de estos clubes al terruño o, bien, ya instaurado el proceso, se les hacían llegar peticiones de ayuda vía cartas y misivas. Las ayudas para las mejoras del pueblo se concentraban principalmen­te en obras para la iglesia, sus escuelas y ocasionalmente alguna mejora civil como mejoramiento de plazas, jardines públicos, caminos.

A la par del crecimiento en el movimiento migratorio, en la década de los setenta se empieza a ver un gran crecimiento de estos clubes y asociaciones de paisanos mexicanos en los Estados Unidos (Alarcón, 2000; Zabin y Escala, 2000; Gómez y Trigueros, 2000; Lanly, 2002).

Las asociaciones de los setenta respondían a la demanda de inversiones so­ciales en los pueblos de origen muchas veces dirigidas por la iglesia. Aquí

72

LAs ORGANIZACIONES DE MEXICANOS EN LOS E STADOS U N IDOS

habría que resaltar que, efectivamente, la mayor parte de las inversiones socia­les realizadas por estos clubes en su comunidades de origen a lo largo y ancho de las viejas sociedades de emigrantes, fue bajo el tutelaje de la iglesia católica no sólo como uno de los grandes demandantes de los recursos de estos clubes sino como directriz de las inversiones sociales a realizar en las comunidades de origen. Fue también durante esta década que se dan las primeras tendencias a la formación de federaciones de clubes.

Hay que reconocer que los clubes también han actuado de manera indepen­diente del tutelaje de la iglesia católica pero, como siempre han requerido una contraparte para poder operar sus actividades en la comunidad transnacional, cuando no se han unido a la iglesia católica, se han unido a los grupos que detentan el poder local: profesores, presidentes municipales, delegados, comi­sarios ejidales, partidos políticos, entre otros.

En los ochenta se da una intensificación del crecimiento iniciado en los setenta y empiezan a aparecer estados con un buen número de clubes de migrantes oriundos entre los que destacan Zacatecas y Oaxaca. En esta dé­cada se continua en las formas de operación ligadas de manera preeminente a la iglesia católica y en menor medida -aunque presentes- a los grupos locales de poder. Para Orozco y otros (2000) la intensificación en el creci­miento de los clubes de migrantes oriundos desde mediados de los años ochenta responde al interés de algunos gobernadores de estados mexica­nos con altas tasas de emigración y receptores de fuertes sumas de remesas por visitar a las comunidades de migrantes oriundos en los Estados Unidos.

Zacatecas, el caso más ilustrativo de la fuerza del proceso social que repre­sentan los clubes de migrantes oriundos inicia su movimiento de clubes por localidad de origen desde los años sesenta en Los Angeles y hacia 1985 se unieron todos para formar una federación, evento al que invitaron al entonces candidato a gobernador, Genaro Borrego Estrada.

La visita de los gobernadores a las comunidades de migrantes y sus organi­zaciones no era un fenómeno nuevo; sin embargo, cuentan Orozco y otros (2000), que desde entonces las visitas se hicieron recurrentes. Estas fueron las bases para el establecimiento de proyectos conjuntos clubes-gobierno del estado ten­dentes a la mejoría de los pueblos de origen.

A partir de entonces y durante los seis años de su mandato el gober­nador los visitó con regularidad. En cada visita se discutían proyectos

73

JESÚS DAVID V ALENZUELA ROMO

de mejoría de sus pueblos de origen. Si el proyecto era aproba­do, su costo se obtenía del dinero recaudado por los clubes y aportaciones iguales del gobierno del estado para esa obra es­pecífica. A veces se lograba una tercera aportación del gobier­no federal." (Orozco y otros, 2000: 75-76).

Las obras consistían en "arreglos de plazas, cementerios, calles, pequeños tramos carreteros y algunos servicios de agua potable" (Orozco y otros, 2000: 76). El seguimiento bipartita de los proyectos comunitarios desde los clubes y la oficina del gobernador facilitó la consolidación del esquema de inversión co­financiada de los clubes de migrantes oriundos en proyectos comunitarios. El modelo, fue también una forma de dar importancia y legitimidad a la labor de los clubes a favor de sus pueblos de origen y estrechar lazos entre las partes.

Es en los noventa se empieza a ver un cambio importante en los niveles de organización de los migrantes en los Estados Unidos y en los objetivos que se persiguen. Es un cambio promovido por las políticas de un Estado nación que se desterritorializa para dar seguimiento a sus ciudadanos en el extranjero con la puesta en marcha de las políticas de reconocimiento del gobierno salinista a los mexicanos en los Estados Unidos que culminaron en febrero de 1990 con la creación del Programa de Atención para las Comunidades Mexicanas en el Exterior (PACME)2º, con el fin de promover un acercamiento con la población de origen mexicano residente en los Estados Unidos.21

Además, durante la administración del presidente Salinas, los Consulados de México en los Estados Unidos recibieron nuevas encomiendas y responsabilidades, con el ánimo de que desempeñaran una labor más agresiva de promoción de los intereses del país. Se nombró a funcionarios con amplia experiencia y visibilidad en la política nacional para encabezar a varios de ellos; se aumentó el personal en casi todos, se envió a funcionarios capacitados para cultivar una relación de acercamien­to con los medios de comunicación y se invirtió lo necesario para dotar de instala­ciones dignas a varias representaciones, notablemente la de Los Angeles.

20 Actualmente Instituto de los Mexicanos en el Exterior. Este fusionó el Programa para las Comunidades Mexicanas en el Exterior -sucesor del P ACME- y las funciones que cumplía la Oficina Presidencial para la Atención de las Comunidades Mexicanas en el Extranjero.

74

21 Estas políticas de reconocimiento se formalizaron en el Plan Nacional de Desarrollo de la época zedillista donde se reconoce que la nación mexicana como tal se ha expandido más allá de las fronteras nacionales del territorio nacional.

LAs O RGANIZACIONES DE MEXICANOS EN LOS E STADOS U NIDOS

Pero, más allá de las mejoras materiales y funcionales de los consulados, se hace necesario destacar el cambio en la labor de los cónsules hacía una acción más efectiva en el trato a los rnigrantes y su interés en la promoción de la organización de los clubes de rnigrantes oriundos como un instrumento de asis­tencia a los recién llegados que abona la normalización de su nuevo asenta­miento, a la procuración de bienestar, de instancias de solidaridad, de mejores tratos y menos atropellos y abusos a la vez que coadyuvan a que mantengan vivos sus sentimientos de mexicanidad en la comunidad extraterritorial. 22

En esta nueva tradición, después del (P ACME) y para completar el es­quema de cooperación clubes de migrantes oriundos-gobierno, la Secreta­ría de Desarrollo Social creó el "Programa de Solidaridad Internacional entre Mexicanos, para respaldar con recursos del Programa Nacional de Solidari­dad (PRONASOL) la participación del Gobierno Federal en la planeación y ejecución de las obras de infraestructura local promovidas por los clubes de rnigrantes oriundos en los Estados Unidos.

Estas son las bases para la formalización de los esquemas de inversión social y productiva entre los clubes de rnigrantes y su contraparte en los gobiernos locales, estatales y federal que empezó a solidificarse desde mediados de los noventa. Estos esquemas de participación gubernamental - clubes de rnigrantes oriundos son una adaptación de los trabajos instaurados en Zacatecas por el entonces gobernador del estado Genaro Borrego Estrada (1986-1992) y continuados más tarde por el gober­nador Arturo Romo Gutiérrez (1992-1998); ahora adoptado por varios estados de la república, entre ellos por los estados de Jalisco, Durango, Guanajuato. Es claro que la adopción de este modelo, responde en parte a las medidas adoptadas por el gobierno federal de México para apoyar este fenómeno pero también a las capaci­dades organizativas de una población local en la diáspora.

Los clubes en el contexto de las leyes de los Estados Unidos, son organiza­ciones informales, no constituidas legalmente por lo que el acceso a recursos financieros de fuentes privadas y gubernamentales es restringido y en la mayo­Iia de los casos inexistente. La continuidad de su operación depende de las

22 En el pasado se criticaba a los cónsules por su labor meramente protocolaria y poco activa en la atención efectiva de las demandas de la comunidad. Críticas en los periódicos de principios de siglo XX tachaban la labor de los cónsules como tibia. Véase las críticas de La Crónica, en Amaro (1983). Estas actitudes ambiguas, ceremoniales y protocolarias de los cónsules mexica­nos respecto a los problemas de los mexicanos fueron una constante en el siglo XX.

75

J~ús DAVID V ALENZUELA RoMo

modestas aportaciones de sus simpatizantes -oriundos todos del mismo pueblo en México- y el ingreso por concepto de actividades recreativas como bailes y otro tipo de convivios. Sin embargo, el no estar legalmente constituidas, no es impedimento para que sus acciones traspasen fronteras nacionales, asuman una forma de sociedad civil transnacionalizada bajo esquemas de organizaciones civiles dedicadas a la promoción del desarrollo y servicios a la comunidad.

El liderazgo de los clubes recae en aquellos que han logrado ya una estabi­lidad relativa como los empleados y autoempleados y son las personas a.las que se remiten con mayor frecuencia los recién llegados en busca de orientación para instalarse, relacionarse y encontrar trabajo.

Los migrantes que han logrado formar el mayor número de clubes son los oriundos de los estados de Zacatecas, Jalisco y Guanajuato. Algunos de ellos han llegado a concretar la formación de federaciones de clubes, una forma de organización ya más madura que, sin embargo, no despliega aún actividades de carácter político en aquel país, seguramente porque la mayor parte de sus aso­ciados alientan la intención de regresar eventualmente a México y no conside­ran como meta establecerse de manera definitiva en los Estados Unidos, actitud que se observa aún en algunos oriundos que tienen años de residencia allá.

En contrapartida, su rol en México ha sido de gran trascendencia, pues apar­te de las remesas de dinero enviadas a sus familiares, su participación en el financiamiento promoción y realización de obras de beneficio comunal en sus pueblos y regiones ha sido crucial, además de que los líderes de los clubes y federaciones se han convertido en gestores válidos y eficaces de las autorida­des locales y estatales con relación a asuntos de interés comunitario, situación en la que con frecuencia se manifiesta la receptividad y el compromiso de los funcionarios públicos, particularmente en aquellos casos en los que los presi­dentes municipales fueron alguna vez trabajadores migrantes, lo cual no sólo los hace más sensibles a la problemática de los emigrados, sino que aprecian el potencial que representan "los hijos ausentes" que viven en los Estados Unidos.

Desde el punto de vista de los migrantes que participan en los clubes de oriun­dos, esta participación, la constitución de mecanismos para el reconocimiento so­cial, liderazgo, que de ahí surgen, abre campo para la formación de espacios polí­ticos de representación en una comunidad transnacional que podrían estar desem­bocando en otras formas de organización más políticas, por ejemplo, la formación de partidos políticos propios. No es un secreto que los antecedentes de los partidos

76

J..As O RGANIZACIONES DE MEXICANOS EN LOS E STADOS U NIDOS

políticos fueron y han sido los clubes de agremiados locales. Desde el punto de vista de las políticas del gobierno federal y los diferentes gobiernos estatales con altos niveles de población migrante; los migrantes son riqueza, sobre todo, son riqueza económica para el diseño de nuevas políticas cada vez más agresivas de captación de sus recursos ya sea en forma de donación, de co-inversionistas u otras.

Reflexión Final

La comunidad de residentes de origen mexicano en los Estados Unidos, que se estima será la primera minoría del país hacia mediados del presente siglo, con­tinuará también creciendo en aspectos cualitativos entre los que se pueden citar su mayor acceso al sistema educativo, el consecuente aumento de sus índi­ces de escolaridad y una mayor participación activa en la política, condiciones conducentes en última instancia a mejores posiciones de trabajo y el logro de mayores niveles de bienestar para su población.

A su vez, en lo cultural continuará corriendo a su cargo la consolidación de una nueva versión sincrética de la civilización y la cultura latina, que ejercerá una influencia decisiva en los destinos de aquella nación en el presente siglo.

Ciertamente se prevé que un proceso como el señalado no tiene carácter es­pontáneo, sino más bien una consecuencia de la determinación por trascender, con la que todavía tendrán que enfrentar muchas batallas en las que sus hábitos de participación social los llevarán a ampliar la matriz actual de sus organizaciones, un verdadero instrumento democrático que los ayudará a defender sus causas y al logro de sus objetivos de maduración social en aquella nación, conservando y fortaleciendo los rasgos distintivos de su identidad original.

Un aspecto de la mayor importancia potencial en el desarrollo futuro de Méxi­co y los méxico-americanos será el del fortalecimiento de nuestros lazos intercomunitarios, un camino en el que nuestro país ha concentrado tradicional­mente su atención en los grupos de migrantes de primera generación, más apegados a su país de origen aunque cada vez más inclinados a permanecer y multiplicarse allá.

Nos falta aún recorrer el camino de las iniciativas de acercamiento con los méxico-norteamericanos, los auténticos protagonistas en los Estados Unidos de la creación de una nueva cultura empática a la nuestra, algo que sin duda podría abrir importantes caminos de colaboración y complementación funda­mentados en nuestras convergencias étnicas, históricas y culturales.

77

JESÚS DAVID V ALENZUELA ROMO

Un hecho significativo reciente que revela incipientemente el potencial sinérgico de la colaboración entre nuestras comunidades se observa en la multi­tud de proyectos de mejoras impulsados por migrantes en sus pueblos de origen, en colaboración fraterna con residentes y autoridades locales, en donde a conse­cuencia de su presencia e iniciativa, además de las mejoras materiales, se está dando el aprendizaje de una cultura de participación social entre los lugareños.

Aunque el destino de todas las migraciones a lo largo de la historia, ha sido el de adaptarse al nuevo entorno y en algunas ocasiones hasta perder los rasgos distintivós de la identidad original en el proceso de asimilación a una nueva cul­tura, en el caso de la emigración mexicana ha sido notoria la persistencia de sus migrantes por conservar su cultura y tradiciones, ejerciendo una gran influencia en la consolidación de un fenómeno de sincretismo cultural que bien podría trans­formar a la cultura y a la civilización norteamericana e impactar benéficamente a los procesos de maduración social en México y los demás países del continente.

Un antecedente promisorio al respecto lo constituye el hecho de que en los últimos tiempos han surgido nuevas organizaciones más plurales e incluyentes, donde un liderazgo avanzado de clase media méxico norteamericana ha sido ca­paz de desarrollar esquemas que conduzcan a elevar la cultura de participación de los marginados, para poder contar con una membresía de amplio espectro social que pueda defender integralmente las causas de la comunidad en general, lo cual evitará que estas organizaciones se conviertan solamente en meros instrumentos clasistas o cupulares, una actitud que revela el advenimiento de una mentalidad más inclinada a crear esquemas de desarrollo más incluyentes, lo que sin duda será un coadyuvante para minimizar la brecha entre nuevos y viejos inmigrantes.

Por otro lado, desde la cultura política de los inmigrantes mexicanos ya han surgido coaliciones de organizaciones de mexicanos en los Estados Unidos inte­gradas para el logro de un propósito particular desde donde se podría avanzar en la participación política de la sociedad receptora, una participación que podría darse de la mano de las organizaciones méxico americanas en aras de buscar la conso­lidación de las organizaciones de los inmigrantes mexicanos de primera generación, el fin de los esquemas clientelistas y patemalistas con los que operan algunos clubes de migrantes, a trascender localismos característicos de estas sociedades de rnigrantes.

78

Por último, hacemos notar que en los términos de este trabajo, uno de nues­tros propósitos fue el de señalar que dadas las circunstancias y habidas las con­vicciones, los residentes de origen mexicano en los Estados Unidos han demos­trado que los mexicanos no somos apáticos ni incapaces de organizamos.

1As ORGAN IZACIONES DE MEXICANOS EN LOS E STADOS U NIDOS

Bibliografía

Acuña Rodolfo (1970), América ocupada, México, D.F., Editorial Era.

Alarcón, Rafael (2000), "The Developrnent of Hometown Associations in the United States and the Use of Social Remittances in Mexico" , Washington, D.C., Tornas Rivera Policy Institute, rnirneo.

Amaro, José (1983), Mutual Aid far Survival: 1he Case of the Mexican American, Malabar, Florida, Robert E. Krieger Publishing Company.

Anaya, Rudolfo y Francisco Lornelí (1989), Aztlan, Essays on the Chicano Homeland, Albuquerque, University of New Mexico Press.

Bustarnante, Jorge (1978), "Prólogo" a López Tijerina, Reies (1978), Mi lucha por la tierra, México, D.F., Fondo de Cultura Econó­mica, pp. 7-26.

Calderón, Leticia (2002), "Para no volverse ausencia: la construcción de la identidad política en el proceso migratorio, el caso mexicano", en Leticia Calderón y Jesús Martínez (2002), La dimensión política de la migración mexicana, México, D.F., Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora.

Corona, Rodolfo (1995), "Estimaciones de la población de origen mexi­cano en Estados Unidos, 1850-1990", trabajo presentado en el Pri­mer Foro de Análisis en Materia de Nacionalidad, Zacatecas, Zac., noviembre.

Díaz de Cossío, Roger y otros (1997), Los mexicanos en Estados Unidos, México D.F., Sistemas Técnicos de Edición S.A de C.V.

Galarza, Ernesto (1949), "Prograrn for Action, The Mexican American , A National Concem", en Common Ground, USA, The Comrnon Council to American Unity.

Garnio Manuel (1969), The Mexican lmmigrant, Nueva York, Amo Press y The New York Times.

79

JESÚS DA VID V ALENZUELA ROMO

García, Chris ( 197 4 ), "Manitos and Chicanos in Nuevo Mexico Politics", en Aztlán, vol.5, núms. 1 y 2, Chicano Studies Center, University of California, Los Angeles, pp. 177- 186.

Gómez Arnau, R. y Paz Trigueros (2000), "Comunidades transnacionales e iniciativas para fortalecer las relaciones con las comunidades mexicanas en los Estados Unidos", en Rodolfo Tuirán (coord.) (2000), Migración México-Estados Unidos : opciones de política, México, D.F., CONAPO, pp. 264-296.

Kanellos, Nicolás (1997), Hispanic First, Detroit, MI, Visible Ink Press.

-----( 1994 ), The Hispanic Almanac from Columbus to Corporate America, Detroit, MI., Visible Ink Press.

Lanly, Guillaume (2002), "La formación de una sociedad civil transnacional: el caso de dos clubes de migrantes internacionales originarios de Jalisco y Zacatecas", ponencia presentada en el Con­greso Nacional de Migración Dinámicas tradicionales y emergentes de la emigración mexicana, Guadalajara, Jalisco, CIESAS-Occiden­te, del 21 al 23 de noviembre.

Lamb, Ruth S. (1970), Mexican Americans: Sons of the Southwest, Claremont California, Ocelot Press.

Limón, José (1974), "El Primer Congreso Mexicanista de 1911: A Pre­cursor to Contemporary Chicanismo", en Aztlán, vol. 5, núms. 1 y 2, Chicano Studies Center, University of California, Los Ange­les, pp.85-106.

López Tijerilla, Reies (1978), Mi lucha por la tierra, México, D.F., Fon­do de Cultura Económica.

Martínez, Jesús (2002), "Participación política migrante: praxis cotidiana de ciudadanos excluidos", en Leticia Calderón y Jesús Martínez (2002), La dimensión política de la migración mexicana, México, D.F., Insti­tuto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora, pp. 161-330.

80

Moliner, María (1999), Diccionario de Uso del Español, Madrid, Edi­torial Gredos.

Lis ORGANIZACIONES DE MEXICANOS EN LOS E STADOS U N IDOS

Morales, Ed (2002), Living in Spanglish, Nueva York, St. Martín Press.

Orozco, Graciela y otros (2003), Las organizaciones mexicano-ameri­canas, hispanas y mexicanas en Estados Unidos, México, D.F., Fundación Solidaridad Mexicano-Americana.

Pena, Albert Jr. (1966), "Needed: A Marshall Plan for Mexican Americans", en The Texas Observer, 15 de abril, p. l.

Real Academia Española (1984), Diccionario de la Lengua Española, Madrid, Editorial Espasa-Calpe S.A.

Sheridan, Thomas E. (1986), Los Tucsonenses. The Mexican Community in Tucson 1854-1941,Tucson, The University of Arizona Press.

Smith, Robert (2003), "Migrant Membership as an Instituted Process: Transnationalization, the State and the Extra-Territorial Conduct of Mexican Politics", en The International Migration Review, vol. 37, núm. 2, pp. 297-328.

Tirado, Michael David (1970), Mexican American Minority's Participation in Voluntary Political Associations, tesis doctoral, Claremont Graduate School.

Tuck, Ruth D. (1943), Behind the 'Zoot Suit Riots. The Disturbances in Los Angeles, USA, Survey Graphics, vol. 33, pp. 313-316.

81

PRIMERA PARTE: Los clubes de migrantes oriundos

mexicanos de las regiones tradicionales

La presencia migrante desde la distancia. Clubes de zacatecanos en los Estados Unidos

Miguel Moctezuma L.

Más allá del boom organizativo que despertaron los migrantes mexicanos en la década pasada, subsisten muchos vacíos en la comprensión de su naturaleza so­cial y alcances. Entre otras cosas, no es claro por qué existen tantas asimetrías de participación entre los migrantes que provienen de entidades con igual tradición migratoria sobre todo cuando el nivel de organización alcanzado no se correspon­de con el peso de los migrantes que representa cada entidad en los Estados Uni­dos. Tales asimetrías, a su vez, tienden a ser mayores si se compara al pequeño núcleo de migrantes organizados con la gran masa de migrantes no organizados. Asimismo, otro aspecto que reclama de mayor atención es el hecho comprobado de que estas organizaciones florecen más entre los migrantes que provienen de pequeñas comunidades y lo hacen menos, cuando proceden de las grandes urbes de México (González, 1995). Estos dos aspectos, sumados a la complejidad y al mayor grado de autonomía e independencia que en los últimos años muestran estas organizaciones respecto al Estado Mexicano, ponen de relieve la necesidad de reabrir la comprensión de este importante fenómeno.

Aunado a esto, cuando se reflexiona sobre los clubes de migrantes mexica­nos por lo general se pone el acento en aquellas organizaciones que han logrado un mayor grado de desarrollo y complejidad en sus relaciones. Ello obedece a que estas organizaciones proyectan la parte más evolucionada del fenómeno, y por tanto, dan cuenta de sus tendencias y posibles alcances en términos de las inversiones sociales y el desarrollo; sin embargo, si no se devela el complejo proceso que ha dado origen a estas organizaciones así como su naturaleza social peculiar, se corre el riesgo de llegar a conclusiones equivocadas, además de atribuirles funciones y tareas que rebasan sus posibilidades. Una manera de enfrentar correctamente esta dificultad consiste en llevar a cabo estudios com­parativos entre distintas organizaciones de migrantes con grados muy amplios de desarrollo (Fitzgerald, 2000: 43). Otra opción -que es por la que aquí se opta- consiste en reproducir retrospectivamente, el proceso de una organiza­ción más compleja, intentando recoger sus primeras manifestaciones en donde la informalidad de las mismas, y en alguna medida, su invisibilidad por parte

85

MIGUEL MoCTEZUMA L.

del Estado, son con anterioridad, el rasgo dominante de su incipiente desarro­llo. Por tanto, antes de abordar propiamente los clubes sociales o, en general, las organizaciones de los migrantes, debe desentrañarse la naturaleza de las comunidades filiales y de sus redes sociales, lo que de entrada implica partir de una perspectiva integral capaz de recoger las complejas relaciones de un agente social cuya práctica es de naturaleza claramente binacional. Poniendo de mani­fiesto este intrincado proceso, las organizacione·s de los migrantes pueden pre­sentarse de manera sintética y simplificada, tratando de delinear una ruta histó­rica y lógica a través de la cual se dibuja una tipología de los migrantes organi­zados y de sus prácticas, considerando las siguientes dimensiones: a) la demo­gráfica, manifiesta en la variabilidad de los cambios que actualmente experi­menta el patrón migratorio mexicano; b) la cultural, expresada en la reproduc­ción de la cultura matriótica de las comunidades filiales de los migrantes; c) la social, explícita e implícita en la naturaleza específica de la organización de los llamados clubes de migrantes o migrante colectivo; d) la económica, contenida en las remesas colectivas destinadas a resolver carencias sociales, mismas que se diferencian de las remesas familiares y de aquellas que van destinadas a la inversión empresarial y, d) la política, derivada del desarrollo y diversidad de las prácticas de pertenencia, membresía y ciudadanía extraterritorial.

El propósito de este trabajo es aportar nuevos elementos que den cuerpo a un enfoque para el análisis de las organizaciones de migrantes, en donde se considere la complejidad y la multidimensionalidad del fenómeno desde una óptica integral, rescatando lo que hasta ahora se ha hecho aisladamente en dife­rentes campos discipliBarü~s. En las líneas que siguen se pretende desglosar lógicamente este proceso a fin d.e perfilar, para un trabajo posterior, la senda por donde es posible transitar analíticamente.

Patrones migratorios

Desde las últimas décadas, los especialistas que investigan el curso s0cial que sigue la migración mexicana han comenzado a proponer nuevas tipologías so­bre los migrantes internacionales, destacando desde el país receptor, factores como el tiempo de permanencia, el establecimiento, el estatus migratorio, la formación de nuevos hogares, etc. La explicación de esa búsqueda obedece a los cambios que ha venido experimentando la reciente migración mexicana, aspecto que llama la atención sobre la mayor complejidad que se ve ante el simplismo reducido al migrante "temporal" y el migrante "definitivo".

86

LA PRESEN C IA MJGRANTE DESDE U. DISTANCIA

Entre los autores que problematizan los cambios que llevan al asentamiento de los migrantes en la sociedad estadounidense destacan: Mines y Keamey, 1982; Chávez, 1988; Comelius, 1990; Massey y otros 1991; Hondagneu-Sotelo, 1994; Palerm, 1994; Roberts, 1995; Woo, 1997. Así, Mines y Keamey han propuesto hacer una distinción crucial acentuando el papel de la familia en la conformación de un patrón migratorio en los trabajadores agrícolas, distinguiendo entre a) varones que emigran solos, b) familias de migrantes de arribo reciente, y e) familias de migrantes asentados (Mines y Kearney, 1982). Por supuesto, en sentido amplio, esta propuesta viene a dar cuenta de un proceso no lineal, ni inevitable; las causas son los siguientes: a) con el paso del tiempo, los varones que emigran solos forman hogares de nuevos inmigrantes; b) luego éstos se transforman en hogares de inmigrantes asentados, y, c) posteriormente en hogares de inmigrantes ciudadanos. Sin embargo, aunque no es fácil, también es posible la adquisición de la ciudadanía por parte del migrante que emigró solo (Keamey y Nagengast, 1989).

Esta tipología ha llevado a Mines a realizar un nuevo trabajo de investiga­ción con base en la Encuesta Nacional de Trabajadores (NA WS de 1993-1995) que se aplica en la mayoría de los distritos agrícolas norteamericanos y que se adapta a las etapas estacionales de la agricultura. Los primeros hallazgos apun­tan, entre otros aspectos, hacia una alta proporción de hombres solos que viven en los campos .agrícolas sin pareja y de jóvenes menores de 18 años e incluso de menores de edad que no tienen la compañía de algún familiar (Mines, 1997).

Para este caso, el patrón migratorio de los inmigrantes agrícolas mexicanos en los Estados Unidos indica que ellos emigran muy jóvenes y predominantemente solos; por tanto, viven en los Estados Unidos mayoritariamente sin sus familias.

Un segundo autor, que complementa esto, observa varios procesos por los que pasan los hogares de los trabajadores agrícolas: a) la existencia de un migrante asentado que cuenta con hogar propio y que sirve de soporte y apoyo para el arribo de los migrantes circulares; b) la estacionalidad de una buena parte de los trabajadores que llegan durante los periodos de cosechas y que buscan apoyo en las familias establecidas; y, c) la necesidad de compartir gas­tos y otras obligaciones entre los distintos miembros de los hogares. Por su­puesto, aunque el autor no lo subraya, debe haber distintos cursos de transición hasta llegar a prefigurarse este migrante (Palerm, 1994).

Ahora bien, en contraposición con los inmigrantes agrícolas, de una pobla­ción de indocumentados mexicanos encuestados en 1988 en el área urbana de

87

MIGUEL MOCTEZUMA L.

San Diego, Ca., clasificados según la edad promedio en varios grupos, se en­contró que, a) los más jóvenes -con un promedio de 22 años- fueron más proclives a vivir con sus esposas o hijos (57%) en los Estados Unidos y menos a retornar a México; y c) los mayores -con media de 31 años- tuvieron menos tendencia a vivir con sus esposas o hijos (37%) en ese país y mayor tendencia a volver a su comunidad de origen (Chávez, 1988).

Estos datos indican que dos patrones significativos están ocurriendo. Por un lado, están los migrantes con múltiples migraciones que mantienen sus familias y hogares en México: el migrante tradicional de retomo. Por otro, están los migrantes que traen a sus familias con ellos y que son más pro­bables a continuar su residencia en los Estados Unidos" (Chavez, 1988). ·

De esto mismo podemos extraer una tercera conclusión, válida para los inmigrantes que se dirigen a las áreas urbanas: entre las generaciones más re­cientes de los migrantes varones ha aumentado la tendencia a emigrar con todo y familia, lo cual los hace más proclives a transfonnarse en migrantes asentados o establecidos. Este es un aspecto interesante porque incluye el desa­rrollo familiar como parte del nuevo patrón migratorio. Empero, esto no es tan simple, ya que según lo manifiesta Woo (1997), forman parte de ese proceso a) la regularización de la residencia, b) la movilidad social, c) la reunificación de las familias, y, d) el nacimiento de los hijos.

88

Sobre este aspecto, Cornelius (1990) destaca como parte del proceso por el que se transita a la conformación del migrante asentado, a) el mayor crecimien­to proporcional de los migrantes que actualmente arriban con su familia; b) la permanencia de estos migrantes que residen por periodos de tiempo más largos; y, c) la mayor incorporación de las mujeres e hijos en los flujos de migrantes. Según el autor citado, esto está relacionado ampliamente con la Reforma a la Ley de Inmigración de 1986 que permitió, además de la reunificación familiar, la inmigración de familias enteras, la posibilidad de la naturalización y el reforzamiento de las redes sociales hasta terminar generando fuertes cambios generacionales en las actitudes y expectativas de estos migrantes.

Ahora bien, avanzando más hacia el nuevo tipo de migrante, donde la emi­gración de la familia juega un rol central, Hondagneu-Sotelo propone un proceso migratorio familiar, que engloba las tipologías anteriores. Estos patrones se divi­den en: a) migración gradual de la familia, b) migración unificada de la familia y c) migración independiente (Hondagneu-Sotelo, 1994). Así, por ejemplo, las

LA PRESENCIA MIGRANTE DESDE LA DISTANCIA

primeras experiencias del migrante pueden darse de manera independiente, se­guidas de la incorporación de otros miembros y terminando con la migración de la unidad familiar. Otra posibilidad es la emigración de los cónyugues pero sin descendencia, la cual pasado el tiempo podrá también emigrar, etc. Se trata de un proceso complejo por el que una misma familia suele pasar.

Esto es, en las distintas propuestas sobre las tipologías de los migrantes, lo que resalta es la necesidad de reconocer la existencia de dos patrones de migra­ción internacional: por un lado el patrón del migrante circular y el patrón del migrante establecido, cuya combinación de ambos hace el análisis más comple­jo, sobre todo si también se incluye la dimensión de las prácticas binacionales, así como los nuevos roles que asumen las mujeres en la reproducción cultural y en las organizaciones sociales, como se explica más adelante.

Uno de los indicadores de la coexistencia de ambos patrones, es el crecimiento cada vez mayor de lo que en la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica se registra como aquellos migrantes que se fueron cinco años antes a residir a otro país. Así, en 1992, 1,042,560 mexicanos fueron registrados bajo esa categoría y cinco años después (1997) la cifra se duplicó a 2,393,387. 1 De ello debemos desta­car que su incremento sugiere la existencia de un crecimiento acumulado de este nuevo migrante, mismo que con más precisión denominaremos migrante estableci­do, el que entre sus características incluye una mayor prolongación de sus estan­cias, se distingue del migrante circular, por residir con su pareja en los Estados Unidos, el nacimiento de los hijos en ese país, el conocimiento del mercado de trabajo, el relativo dominio del Inglés, la adquisición de ciertos bienes y compro­misos económicos, la adopción de una cierta socialización y de nuevas expectati­vas en la sociedad de destino. Por ejemplo, en los Estados Unidos, uno y otro adquieren diferentes significados sobre a) la realización de las actividades laborales y sociales, como, la especialización en el trabajo, el estudio del idioma inglés, el desarrollo de redes sociales, el ahorro o el envío de remesas, etc.; b) la estimación del tiempo necesario que se permanecerá en el extranjero; y, c) la evaluación de adquirir o no ciertos compromisos económicos en la sociedad de destino.

En 1992, Zacatecas, Guanajuato, San Luis Potosí, Durango, Nayarit y Michoacán tenían todos ellos una proporción mayor de migrantes establecidos

1 Empero, como los registros de 1992 y 1997 incorporan en este tipo de migrantes a quienes en estos años se encontraban en los Estados Unidos y algunos de ellos es muy probable que retomaran a México además de incorporar en 1997 una buena proporción de los registros obtenidos en 1992.

89

MIGUEL M OCTEZUMA L.

en comparación a los migrantes circulares. Esta característica es en general, propia de todas las entidades mexicanas, sin embargo, lo que aquí hay que resaltar es que las proporciones de migrantes establecidos de estas entidades son mayores al resto del país: ¿Por qué?

En esta zona, que históricamente ha fungido como productora y proveedora de fuerza de trabajo migrante para los Estados Unidos, la inmigración ya acu­mulada en ese país, permitió regularizar más rápidamente el estatus migratorio de los migrantes ya residentes con base en la reforma de 1986, lo que a su vez tuvo un mayor impacto con la nueva ola de inmigrantes familiares, apartándose a la regla el estado de Jalisco.

Conforme van transcurriendo los años, siguen incrementándose los dos flujos de migración, pero, en general se va imponiendo incuestionablemente el migrante establecido. Sin embargo, en las entidades anteriormente mencionadas, la migra­ción de retomo, aunque con relación al migrante establecido sigue siendo minorita­ria, comienza también a despegar. En cambio, en el resto de la República Mexica­na, adquiere un dinamismo indiscutible la migración establecida. Esto puede deber­se a que se cuenta con menos experiencia, y ante las mayores dif:.cultades y peligros para cruzar la frontera, los migrantes prefieren prolongar sus estancias; en cambio, en las entidades con tradición en la migración internacional, si bien es cierto que los migrantes también han tendido a establecerse en los Estados Unidos, como cuentan con mayores apoyos a partir de sus redes sociales, además de la experiencia acumu­lada, esto les permite mayores opciones en la toma de decisiones.

Existe otro tipo de indicadores asociados al cambio en los patrones migratorios: en 1992, Michoacán tenía -por cada 1,000 habitantes- el más alto índice de migrantes establecidos en los Estados Unidos, seguido muy de cerca por Zacatecas, 9.3 y 8.2 respectivamente. En cambio, Zacatecas para 1997 ya ocupaba el primer sitio nacional con un índice de migrantes establecidos en ese país de 9.8, siguiéndole Durango (9.7), Guanajuato (8.3), San Luis Potosí (7.4), Nayarit (7.1), Jalisco (7.1) y Michoacán (5.4).

Esto es, el incremento de los migrantes mexicanos residentes en los Estados Unidos forma parte de los cambios cualitativos que poco antes de la década de 1990 vienen modificando el destino y las consecuencias que la migración acarrea consigo. La reunificación de las familias que comenzó con la reforma a la Ley de Inmigración y Naturalización de 1986 de inmediato produjo que un segmento de los mexicanos se transformara de migrantes circulares en migrantes establecidos.

90

U\ PRESENCIA MIGRANTE DESDE LA DISTANCIA

Una cuestión poco analizada y vinculada con el predominio de la migración establecida es que no es posible la existencia y el crecimiento de las organiza­ciones de los migrantes sin esos cambios en el patrón migratorio. De manera más particular, es imposible la reestructuración de la vida social y cultural de las organizaciones de los migrantes, sin la presencia activa de la mujer y en general de las familias; éste es uno de los cambios trascendentales propios de la nueva fisonomía de la migración mexicana. Sin ello, no contaríamos con la existencia de las comunidades filiales y menos aún con el accionar colectivo de las organizaciones de mexicanos en el sentido que hoy las conocemos. Sin embargo, esta es una verdad que requiere complementarse, ya que por otra parte, sin el migrante circular, las redes migratorias y los vínculos con la comu­nidad de origen también perderían firmeza sobre todo en aquellas entidades que no cuentan con una política migratoria que favorezca los vínculos cultura­les y sociales con las comunidades de origen.

Redes sociales de los migrantes

Una perspectiva aún no explorada en la funcionalidad de las redes es plantear su naturaleza formando parte de las condiciones estructurales así como de la cultura e identidad de las comunidades de origen de lo migrantes. Se trata de llamar la aten­ción sobre la situación contextual de las redes, lo que resulta relevante debido a que buena parte de lo social y simbólico de nuestro medio es construido directamente por los propios agentes, y en alguna medida, con cierta independencia del Estado, las instituciones y las relaciones sociales que predominan en el país.

Un primer avance sobre las redes de los migrantes, consiste en afirmar que, aunque no en cualquier contexto, en el ambiente campesino, las redes sociales si desempeñan un destacado rol, ya que responden a necesidades apremiantes y llenan vacíos que las relaciones políticas y económicas no pueden llenar o Lo hacen parcialmente. Esta primera característica lleva a postular que las redes sociales que aquí tratamos,forman parte de las condiciones que hacen posible La reproducción social de Las relaciones campesinas. Lomnitz (1993) lo ha señalado correctamente en relación con los sectores marginales de la ciudad. Refiriéndose a las redes de reciprocidad de estos sectores, ella ha dicho:

... es un mecanismo de defensa necesario porque ni el intercambio de mer­

cado ni la retribución de recursos a nivel nacional garantiza su superviven­cia. Por lo demás, la red de intercambio utiliza plenamente uno de los pocos

91

MIGUEL MOCTEZUMA L.

recursos que posee el marginado: sus recursos sociales (Lomnitz, 1993 :26). [Más adelante agrega:] La confianza es un rasgo cultural, accesible a la descripción etnográfica, que incluye los siguientes elementos: a) capacidad y deseo para entablar una relación de intercambio recípro­co; b) voluntad de cumplir con las obligaciones implícitas de dicha relación; y c) familiaridad mutua suficiente para servir de base a un acercamiento con probabilidad de no ser rechazado ... (lbid:28).

Se trata por tanto, de redes de reciprocidad o de ayuda mutua que sirven para el intercambio de favores; aspecto que está muy distante de las concepciones instrumentalistas donde se busca el beneficio individual y cuyas redes son pro­pias de contextos urbanos y núcleos sociales en los que el valor de la cultura y de las relaciones personales se evalúa principalmente por sus aportes económicos.

Ahora bien, según este enfoque, el migrante zacatecano, antes de trasformarse en tal, es campesino en sus distintas variedades. Como campesino y no de otra manera es que estructura sus redes; es decir, en tanto sujeto social que vive bajo relaciones de producción no estrictamente capitalistas. Se trata de una práctica que es inculcada por una misma matriz de origen y que se transforma en dispo­sición a actuar mediante lo que en la sociología cultural francesa se conoce como un habitus. Esto es, los campesinos que luego se transformarán en rnigrantes interactúan en su comunidad de origen a partir de un ethos social específico que deriva de lo que son y aprenden en su proceso de socialización primaria, predisponiéndolos a actuar de una cierta forma. Ello es lo que hace posible la coordinación y el mutuo entendimiento en las relaciones personales, propias de las redes sociales. En términos de su propio autor:

92

... el habitus produce prácticas, individuales y colectivas ... , asegura la presencia activa de las experiencias pasadas que, depositadas en cada organismo bajo la forma de percepción, pensamiento y acción, tienden, con mayor seguridad que otras reglas formales y normas explícitas, a garantizar la conformidad de las prácticas y su constancia a través del tiempo ... (Bourdieu, 1991: 94-95).

Empero, el habitus según Bourdieu, en tanto estructura estructuradora de prácticas individuales y de grupo, bajo ciertas condiciones sociales, es produci­da por los propios agentes; ya que tanto las estructuras como las normas son historia consolidada, es pasado que se actualiza y se vuelve presente. De esta manera, la estructura estructuradora es también presentada como una

U. PRESENCIA MJGRANTE DESDE LA DISTANC IA

estructuración social, como praxis. Desafortunadamente, esta vía es la menos desarrollada por Bourdieu (García Canclini, 1990).2

Sobre los estudios de migrantes donde algunos investigadores han aplicado la categoría de habitus podemos encontrar unos pocos. Así por ejemplo Michel Pincon hace un análisis del efecto que produce el consumo cuando los migrantes se encuentran en una sociedad que no es la suya (García Canclini, 1990); por su parte, G. Giménez hace lo propio en relación a las redes de sociabilidad además de utilizar el concepto de habitus como categoría mediadora entre las clases sociales, grupos específicos subalternos y la creación de las hegemonías expre­sados en la teoría marxista de inspiración gramsciana (Giménez, 1986).

Por otro lado, si el comportamiento de los campesinos es susceptible de establecer enlaces sociales y es planteado hasta aquí como resultado de su prác­tica social, de ello se desprende que, en el caso de los migrantes zacatecanos, sería una imprecisión utilizar un concepto de redes sociales basado exageradamente en el uso instrumental o derivado esencialmente de las normas que la sociedad capitalista produce. Ello juega su papel, pero en el medio cam­pesino también se puede observar que las redes están ancladas de mejor mane­ra en las relaciones sociales y simbólicas que le son propias, además de que las mismas son una construcción de la vida social, pues como se viene diciendo, son producto de la práctica de sus agentes.

Ahora bien, descansando en las observaciones sobre la comunidad vecinal, tres rasgos comunes se agregan a la identidad campesina: las comunidades de vecinos que practican la ayuda mutua varía en intensidad y extensión si nos referimos a una ranchería, a un pueblo, a una calle o a una vecindad; ante la

2 En este aspecto es necesario traer a colación que, el concepto de praxis social fue una de las preocupaciones permanentes de Marx. Esto pone en duda todo el materialismo que ha ignorado que las estructuras son estructuradas por los agentes sociales; pues sólo perciben la reificación de las estructuras entre los hombres: "La teoría materialista de que los hombres son producto de las circunstancias y de la educación, y de que, por tanto, los hombres modificados son producto de circunstancias distintas y de una educación modificada, olvida que son los hombres, precisa-mente, los que hacen que cambien las circunstancias ... "(Marx, 1975:54). Más claramente: "El defecto fundamental de todo el materialismo anterior ... es que sólo concibe las cosas, la reali-dad, la sensorialidad, bajo la forma de objeto o de contemplación, pero no como actividad sensorial humana, no como práctica, no de un modo subjetivo ... "(Ibid: 55). Uno de los autores que propone una elaboración muy rigurosa sobre los conceptos de praxis y agencia como parte de su teoría de la estructuración es Anthony Giddens (Giddens, 1984).

93

MIGUEL MOCTEZUMA L.

carencia de servicios básicos o servicios indispensables se requiere necesaria­mente del apoyo comunitario; pero, contrariamente a las rancherías o pueblos, en las grandes concentraciones urbanas la comunidad de vecinos está muy dis­minuida o prácticamente es inexistente. Luego entonces, en el mundo rural son muy frecuentes los préstamos y el trabajo de favor así como las formas de ayuda mutua propias de la comunidad vecinal. La fórmula por tanto es: puedo cooperar ahora contigo esperando que más tarde tu puedas hacerlo igual por mi (Femández, 1997) o como dice un clásico de la sociología: como tu conmigo yo contigo (Weber, 1984). Otra autora ha descubierto entre los campesinos de una comunidad de nuestro país la práctica de devolver favores en trabajo, que ellos justamente llaman mano de vuelta:

El intercambio de trabajo está calificado de dos maneras: debe de ser en especie y equivalente en cantidad de trabajo. Es decir, en virtud del pri­mer punto, la relación se establece como una diádica de ayuda y no como una prestación de un trabajo asalariado. Si un individuo, participando en un grupo de 'mano vuelta', recibe el beneficio de la labor de otros en sus propios terrenos, está obligado a recompensarla también en trabajo. Si en una ocasión, por enfermedad o por alguna otra causa, no puede devolver el trabajo, no se acepta que envíe dinero: él debe buscar a una persona que lo sustituya y pagarle aquel dinero a ella ... (Arizpe, 1990:175-176).

Sobre esto, la autora destaca justo lo que es esencial en la cultura étnica y campesina: " ... la importancia de estos grupos no radica en la fuerza de trabajo reunida, sino en la reciprocidad que se genera ... " (Arizpe, 1990: 175). O lo que es igual: la racionalidad de este tipo de comunidades entra en clara contradic­ción con la racionalidad costo-beneficio. De lo anterior se puede deducir que investigar las redes de migración campesinas implica profundizar en un am­biente social cuya lógica de ninguna manera es la racionalidad instrumental, sino la reciprocidad de sus miembros; pues:

94

... existen también otras muchas relaciones en las que la forma jurídica no interviene, y en que no cabe decir que sea obligatoria la compensación del previo favor. En esos casos, la gratitud aparece como complemento, te­jiendo el vínculo de la reciprocidad, de la prestación mutua aun cuando no lo garantice ninguna coacción exterior. .. (Simmel, 1986:619).

O como lo ha señalado por su parte Massey en relación con los migrantes: una característica de las redes es que " ... acarrean obligaciones recíprocas

LA PRESENCIA MIGRANTE DESDE LA DISTANCIA

de asistencia sobre la base de la acción del entendimiento de familiares , amigos y del origen común de la comunidad ... " (Massey y otros, 1994:734, las cursivas son mías).

Mirando culturalmente los hechos, lo que subjetivamente destaca es que los migrantes que proceden de Zacatecas, antes de emigrar hacia los Estados Uni­dos, conviven con familiares y amigos en intensidades muy fuertes. Los barrios son el espacio inmediato para la socialización de estas convivencias. De hecho, cada barrio tiene sus espacios de socialización que así son reconocidos y donde se convive generacionalmente, mediante la co-presenciafisica (Cohen, 1989). Ejemplifiquemos esto a través de un caso extraído del trabajo de campo. Hace no mucho, preparando una reunión colectiva (grupo de foco) en la comunidad de Laguna Grande (M.onte Escobedo, Zac.) cerca de un manantial y bajo un mezquite se encontraba charlando relajadamente un grupo de campesinos. Ellos dijeron que allí se reúnen con periodicidad y se contaban entre sí de las cosas que suceden en la comunidad y sus alrededores. Un campesino de los presentes dijo algo que desde el actor lego, se asemeja a una definición de lo que denomi­namos un espacio de socialización: "aquí nos reunimos a echar tanteadas."

Es decir, antes de emigrar, los futuros rnigrantes conviven en sus comunida­des de origen porque están social y espacialmente cerca unos de otros. No sólo se conocen entre sí, sino que, ya en los Estados Unidos cuando se les dificulta reconocerse, echan mano de ciertos referentes físicos como casas, negocios, árboles, etc. Con base en esta observación, no será extraño que las comunida­des filiales tengan una fuerte inclinación a formarse a partir de los barrios con grupos de distintas generaciones.

Para casos como el de los rnigrantes de Sain Alto, la vida diaria de un pueblo se asemeja a la matria. Este concepto refiere a la pequeña localidad o al pueblo:

.. .El radio de cada una de estas mini sociedades se puede abarcar de una sola mirada y recorrer a pie de punta a punta en un sólo día[ ... ] La gente de cada uno de los dos mil municipios mexicanos de dimensiones rusticas suele

estar emparentada y conocerse entre sí. Se llaman unos a los otros por su

nombre de pila, su apellido y su apodo. Los académicos dicen que en las

pequeñas agrupaciones humanas se da el conocimiento interpersonal direc-

to. Hay comunidades como la mía, donde todos los vecinos somos parien-tes, donde va uno por la calle diciéndoles a los que encuentra: "Que tal primo", "buenos días, tío", "quiubo, compadre" ... (González, 1986:52-53).

95

MIGUEL MOCTEZUMA L.

Sin negar las asimetrías sociales, sorprende enormemente la coincidencia de la matria con la simiente cultural de las redes sociales propias del medio campesino. Esta es la razón por la que a ese tipo de relaciones las llamaremos redes matrióticas de la migración internacional, aspecto que está explícito en todo lo señalado hasta aquí.3

Las comunidades filia.les

Debido a la tradición histórica que en la migración internacional caracteriza a Michoacán, Jalisco, Guanajuato y Zacatecas (Moctezuma y Delgado, 1993), hoy en día estas entidades poseen un gran número de comunidades filiales de migrantes que a su vez cuentan con multitud de núcleos poblacionales en varios estados de la Unión Americana. Estas ramificaciones dan cuenta de todo un plexo social distribuido espacialmente a través de sus redes, mismo que, ade­más de ser uno de los desencadenamientos del patrón migratorio actual, indica, asimismo que, la población de destino constituye toda una constelación de nú­cleos de migrantes establecidos en distintos puntos geográficos en los Estados Unidos y en México, relacionados entre sí y con la comunidad de origen.

Investigaciones recientes, aunque están muy lejos de ser homogéneas enun­cian a estos asentamientos como un circuito de migrantes transnacionales (Rouse, 1987; Rosaldo, 1988; Rouse, 1991; Goldring, 1992; Smith, 1995, entre varios más) en tanto que otros, más próximos al paradigma posmodernista las conciben desde el Estado-nación desterritorializado, cuyo ejemplo extremo es la enuncia­ción de comunidades desterritorializadas (Ianni, 1993; García Canclini, 1992); finalmente hay quien les llama comunidades diaspóricas (Gutiérrez C., 1997). Más aún, cuando estos y otros autores refieren a las distintas prácticas de los migrantes, utilizan los conceptos de transnacionalismo (Roberts, 1995; Alarcón, 1995; Smith, 1995). Tomando una actitud más elaborada, Goldring manifiesta que estas prácticas están dirigidas hacia la comunidad de origen, enunciándolas como prácticas extraterritoriales (Goldring, 1997). Es decir, el estado de la cues­tión sobre las comunidades y las prácticas de migrantes es un campo muy disímil. Por supuesto, para quienes desde los Estados Unidos estudian a los inmigrantes europeos o asiáticos encontrarán también patrones distintivos de comportamien­to en comparación a los migrantes mexicanos más recientes (Portes y Bach, 1996). 4

3 Para una versión desarrollada de estos aspectos véase Moctezuma (2000), "El circuito migrante Saín Alto, Zac. Oakland, Ca.," en Comercio Exterior, vol. 50, núm. 5, pp. 396-405.

96

LA PRESENCIA MJGRANTE DES DE LA DISTANCIA

Sobre este tópico, la corriente transnacionalista más elaborada pone el acen­to en el hecho de que el migrante es un agente que incide en la construcción de alternativas de su entorno social inmediato (Goldrig, 1992), por lo que este sector no vive en el aislamiento sino en un multiespacio translocal que alberga experiencias a veces contradictorias y poco homogéneas.

Roger Rouse, uno de los exponente más brillantes y pioneros de este enfo­que, inspirándose en las propuestas de Frederic Jameson ha encontrado como parte del desarrollo de la sociedad contemporánea, la intersección de distintos sistemas de significados y la fragmentación de las identidades que inciden en la conformación de nuevas imágenes sobre el estado nación, el lenguaje y el sen­tido de la comunidad que los propios migrantes manejan y a las cuales se ads­criben como parte de su práctica e identidad (Rouse, 1991). Con base en estas ideas y parafraseando a Jameson, el autor mencionado busca desarrollar nuevas imágenes, otras coordenadas y una serie de nuevos mapas o esquemas referenciales que se correspondan con la migración internacional de los mexi­canos hacia los Estados Unidos (ibid.).

Según este enfoque, el territorio, o más precisamente, el multiespacio sobre el que se desarrolla un amplio circuito poblacional así como las fronteras de la comunidad no son lo que tradicionalmente se ha creído. Los migrantes viven en diferentes espacios que involucran por lo menos a dos países, mismos que les sirven para ir y retornar, combinando distintas formas de experiencias sociales y culturales (lbid.). Esto lleva a comparar la posible simetría social y económi­ca que se da, por un lado, entre las comunidades de origen de los migrantes con sus similares que se han establecido en los Estados Unidos y por otro, entre las zonas fronterizas de México con aquél país (lbid.). Esto es, en las comunidades

4 No hace mucho, algunos autores todavía, refiriéndose a los inmigrantes establecidos en los Estados Unidos procedentes de Asia, Europa, El Caribe, etc. llamaban a estas comunidades de inmigrantes enclaves étnicos. De acuerdo con ellos, el " ... enclave étnico es una formación económica distintiva caracterizada por la concentración espacial de inmigrantes que organizan una variedad de empresas al servicio de su mercado étnico y de la población en general ... " (Portes y Bach, 1985:203). Estos y otros autores destacan, corno parte del mismo concepto, los patrones de establecimiento, la experien­cia en los negocios previamente adquirida en su comunidad de origen, la disponibilidad de capital y el acceso al mercado de trabajo (Portes, y Rumbaut, 1996). Para una discusión que abarca sus oríge­nes, desarrollos teóricos e incluso la polémica se pueden consultar los siguientes autores: Stack, 1986; Spicer, 1971 ; Gans, 1979; Geertz, 1973; Connors, 1984; Patterson, 1975; Hechter, 1978; Smith, 1981; Scott, 1990; Bentley, 1987; Yelvington, 1991 ; Castles y Miller, 1993.

97

MIGUEL MOCTEZUMA L.

de los migrantes se desarrolla una serie de fenómenos que indican el vínculo multifocal que ellas tienen con el exterior; vínculo que se refuncionaliza a tra­vés de la migración internacional y que hace necesario revisar las imágenes teóricas dominantes, forjadas sobre los migrantes. Esta propuesta es cuestionadora en si misma de los cánones estructural-funcionalistas que se ha­bían estado manejando sobre la comunidad, la nación, la identidad; abriendo un rico filón para analizar desde una novedosa perspectiva las prácticas sociales que desarrollan los migrantes (lbid). En efecto, los migrantes muestran un alto grado de involucramiento en el destino de la entidad, la comunidad y la familia, o como se ha dicho en otra parte: los rnigrantes zacatecanos en el sentido binacional están presentes estando ausentes.

Pero, este cuidadoso enfoque no se limita a señalar a la migración como el desplazamiento de personas entre dos ambientes sociales distintos; tampoco la reduce a un mero proceso de transición de un orden sociocultural a otro, ni trata de una propuesta que presuponga la yuxtaposición de distintos mundos de vida orientados a la homogeneización y a la síntesis; más bien, se refiere a la sobrevivencia de distintos cursos de vida, una cierta forma de acomplamiento simultáneo que no necesariamente desaparecerá en las generaciones subsiguientes de los migrantes (lbid.). Esta idea es clave para poner cotos a las teorías que habían venido fincándose sobre los enfoques asirnilacionistas y o aculturalistas. Esto es, en los migran tes, las comunidades de origen y de destino mantienen entre los Estados Unidos y México una identidad porosa, en la que, a un mismo tiempo y en espacios distintos sobrevive el pasado y el presente, lo tradicional y lo mo­derno, lo rural y lo urbano, lo campesino y lo proletario, envolviendo en un todo único las distintas prácticas y percepciones que aparentemente son contradicto­rias por no evolucionar de acuerdo a la lógica de la modernidad (lbid.).

Según lo expresa Rouse en otro trabajo, su propuesta contradice lo lógica bipolar manifiesta en un modelo simplista, que: por un lado, parte del supuesto de que la migración de una comunidad hacia otra, implica el rompimiento con la primera, que se va profundizando con el paso del tiempo; por lo que el estableci­miento en el nuevo destino lleva inexorablemente a una ruptura con los orígenes comunitarios de los migrantes. Por el contrario, la investigación de campo de­muestra que los migrantes al mismo tiempo que se adaptan a las nuevas circuns­tancias sociales son también capaces de mantener orientados los vínculos y com­promisos hacia sus comunidades de origen. Por supuesto, esta afirmación es com­patible con la orientación sociocultural de las redes sociales.

98

LA PRESENCIA MIGRANTE DESDE lA DISTANCIA

Ahora bien, tal y como se ha planteado más arriba, las comunidades filiales son posibles sólo con el predominio del migrante establecido que reside por mayores temporadas en los Estados Unidos y que aplaza sus retornos. Por supuesto, la per­manencia del migrante circular en este caso pasa a segundo plano, ya que sus parti­das y retornos descansan en la existencia de un núcleo de migrantes establecidos. Empero, como reacción inversa a esta situación, la migración lleva a buscar nuevas fórmulas de identidad, pertenencia y arraigo para con la comunidad de origen. Por tanto, si en el extranjero se reproducen las relaciones entre los migrantes de una misma comunidad, ellas deben de constituir distintas modalidades en donde lo lo­cal se recrea, reconfigura, imagina e inventa de manera a como lo señala para la Nación una de las investigaciones más importantes sobre el tema (Anderson, 1983). Dos ejemplos ilustran esto, es el de una señora y un joven sainaltenses que en septiembre de 1995 llegaron con unos familiares a Tijuana hasta donde los hijos fueron a recoger 80 kilogramos de todo un cargamento simbólico. Una hija de la señora mencionada, cuya numerosa familia radica en Oakland, Ca., se trasladó desde esta ciudad hasta Tijuana. Los gastos fueron cuantiosos, pero a cambio de ello llevó a sus familiares: tunas y nopalitos de "El Chocho", que es donde sus hermanos cuidan el ganado; frijol fresco de "Palos Altos", donde anualmente su familia cultiva las siembras temporaleras; calabacitas tiernas de la parcela de "Don Meño" contigua a la parcela de ellos; chile verde de "La Mesa Colorada" de la huerta de "Don Tacho", vecino del barrio nuevo; elotes cosechados, cortados y asados por su abuelo materno; gorditas y pan "ranchero" horneado por su madre y su tía, etc. Es decir, esta migrante no escatimó los gastos del viaje porque ello le permitió ver a su madre y llevar a Oakland una serie de alimentos cargados de un fuerte significado, pues claramente simbolizan las relaciones familiares así como el recuerdo de la territorialidad más íntima (Giménez, 1994).

En igual sentido, en el trabajo de campo, con el objeto de entender estos aspec­tos, se les preguntó a algunos migrantes activos y retirados ¿qué se siente estar fuera de su tierra? Aquí la idea era comprender el significado que produce esta experien­cia en relación a la comunidad y los seres queridos. La respuesta manifestada por un anciano que vivió esta experiencia reproduce magistralmente esta cuestión:

En una ocasión varios fuimos contratados para trabajar en el corte de caña en un Ingenio Azucarero de Navolato, Sin. Allí habíamos permane­cido menos de 15 días cuando mi compadre Pancho se separó del grupo y a distancia escuchó cantar una paloma "parda", de esas que se paran en los mezquites de Luz, mi hija. Muchas otras veces él había oído el "canto" .. . Luego se acercó pensativo a pedirnos dinero prestado p'a regresar. Le

99

MIGUEL MOCTEZUMA L.

dijimos ¡pero sí acabamos de llegar!; él respondió 'estuve escuchando la paloma y me dije; ¡pobre palomita, si tu que estás en tu tierra cantas tan triste, yo que estoy tan lejos de la mía como crees que me sienta!' Ahora varios dicen que por culpa de esa paloma, Panchíllo tuvo que regresarse" (entrevista con Manuel Ávila, Saín Alto, Zac. junio de 1995).

Este relato refiere a la paloma "parda" que es muy abundante en Sain Alto (Zacatecas) y que cuando "canta" suele posarse en las grandes mezquiteras. En esta anécdota, su "canto" aparece subjetivamente simbolizando el dolor y el recuerdo de aquello que se deja al emigrar. Es decir, en el extranjero, lo simbó­lico adquiere para los migrantes una alta valía y significado, ámbito que está fuertemente asociado a la territorialidad y a las vivencias cotidianas.

La organización en sus albores

Los antecedentes más remotos a la organización de los clubes sociales de los migrantes zacatecanos se remontan a 1962 cuando el Club Social Guadalupe Victoria del Municipio de Jalpa, Zacatecas fue fundado por el Sr. Gregorio Casi­llas, quien participó por 25 años en el Comité de Beneficencia Mexicana5

(FCZUSC, Revista, 1992) y duró al frente como Presidente 20 años (1962-1982) de los Clubes de la entidad (Ibid, 1995-1996). Un segundo club de los más anti­guos es el Club Social Hermandad Latina promovido por migrantes del munici­pio de Jerez y el Club Social Momax fundado en 1968 (Ibid, 1998-1999). Para 1971, además de los anteriores, se agregaban a ellos los clubes Jalpense, San Vicente, Tlacbichila, Tlaltenango y Club Social Zacatecano (Zaldívar, 1993).

En 1972, cuatro clubes de zacatecanos se adhirieron a lo que entonces se denominaba la Federación de Clubes Mexicanos, misma que entre sus presi­dentes contó con dos zacatecanos destacados: Gregorio Casillas (1976-1982) y Manuel García ( 1985-1986). Es a partir de 1986 cuando se funda propiamente la Federación de Clubes de Zacatecas con 17 clubes, y a partir de 1993 adopta el nombre de Federación de Clubes Zacatecanos Unidos del Sur de California (http://www.federaciónzacatecana.com/acerca.php).

5 El Comité de Beneficencia Mexicana se fundó en 1931 en Los Angeles, California bajo el auspicio del Consulado Mexicano con el objeto de ayudar a los migrantes cesados laboralmente y repatriados durante la crisis económica de aquellos años (Carreras, 1974).

100

U. PRESENCIA MJGRANTE DESDE LA DISTANCIA

En lo identitario, los primeros clubes de zacatecanos presentan peculia­ridades distintivas que es necesario destacar. Por lo menos el Club "Guadalupe Victoria" y Club "Hermandad Latina", aunque nacieron y fue­ron constituidos con los miembros de una misma población, su identidad rebasaba en sí misma los confines de la comunidad inmediata. Más todavía, el Club Social "Hermandad Latina" asumió claramente una denominación más allá de lo estrictamente comunitario, en donde lo étnico, visto como lo latino, delinea su propia identidad. En este caso, la denominación étnico/ latina de los primeros clubes coincide con la enunciación en las décadas de los sesenta y setenta, cuando los grupos chicanos recrearon su comunidad a través de lo que se conoció como "Aztlán" (Santamaría, 1994). Es esos casos, su identidad es la más general: son latinos y mexicanos.

Asimismo, rastreando el proceso de su formación, se advierte que los pri­meros clubes en sus inicios, estas organizaciones estuvieron mayormente vin­culadas a la Iglesia Católica de sus respectivos pueblos, donde sus prácticas, eran estrictamente sociales y comunitarias, tal es el caso de las actividades de convivencias y deportivas. Como lo demuestran algunas investigaciones histó­ricas, no es que la Iglesia se interesase más que en la actualidad en los migrantes, sino que, a través de sus creencias ellos fueron encontrando una manera de vincularse con sus respectivos pueblos. Por supuesto, la Iglesia también fue disminuyendo sus resistencias hacia los migrantes. En estricto sentido, estos primeros clubes son casi similares a las comunidades filiales en tanto semille­ro de la organización embrionaria. Asimismo, es más dominante la naturaleza filantrópica en comparación a las escasas iniciativas de inversiones sociales. En rigor, aún no puede hablarse de un programa de inversiones sociales y menos aún de la existencia del migrante organizado, el cual está en proceso.

Un aspecto de interés actual, que aún permanece oscuro por la literatura en el campo, es que, con las acciones de filantropía, se realizaban conjuntamente las primeras obras comunitarias. Estas primeras incursiones no implicaban apor­tación por el gobierno, por el contrario, se trata de aportes económicos que los clubes hacían en su totalidad sin negociación con alguna instancia guberna­mental. Por supuesto, entonces, el migrante como sujeto, aún no despertaba el interés por parte del régimen político presidencialista; habrían de pasar varias décadas para que esto sucediera. Es decir, en las décadas los 60 y 70 del siglo pasado, los clubes aún son estructuras sociales simples, informales e invisibles para la sociedad y el gobierno mexicano.

101

MIGUEL MOCTEZUMA L.

Formalización de la organización

Como ya se dijo, la actual Federación de Clubes de Zacatecanos del Sur de California surgió en 1986 de la actividad llevada a cabo por la anterior Federa­ción de Clubes Mexicanos, misma que inicialmente la integraban los migrantes de Zacatecas Jalisco, Durango y Chihuahua. Esto es, en la década de los ochen­ta, la Federación de Clubes Mexicanos sufre la primera metamorfosis al trans­formarse en una organización por entidad, como: la Federación de Clubes de Zacatecanos Unidos del Sur de California, la Federación de Clubes Jaliscienses, la Fraternidad Sinaloense, la Asociación de Nayaritas y la Organización Regio­nal de Oaxaca, por señalar algunos casos (Goldring, 1999). Sin embargo, con­juntamente con ello surge una metamorfosis más específica: cada federación incluye varias organizaciones que han adoptado la denominación de sus co­munidades de origen. Se trata por tanto de un cambio que toma como referente inmediato la formación en el extranjero de las comunidades filiales (Massey y otros, 1991), de ahí que en la nueva era, la denominación refiera inmediata­mente a las comunidades de donde proceden los connacionales. Esta segunda distinción, a pesar de que aún se conserva, en la actualidad ya ha implicado rebasar los confines de la localidad (más adelante se retoma este aspecto).

Recordemos que los miembros de un club en los Estados Unidos forman parte de una comunidad establecida de migrantes que forman parte del nuevo patrón migratorio. Una vez que esto ha sucedido, la organización de un club surge por diferentes vías. Por ejemplo, a través de la convocatoria del párroco del lugar, como fue el caso del Club Social Tepechitlán; mediante la solicitud de apoyo para una causa noble por parte de las autoridades municipales; por la convivencialidad de las prácticas deportivas de los migrantes que radican en los Estados Unidos, a través del rol de los consulados mexicanos y actual­mente por la propia.fuerza centrípeta que en relación con la existencia de varios circuitos de migrantes viene desplegando la misma organización social. Expre­sión de esto son las diversas delegaciones de las organizaciones de zacatecanos que provienen de una misma comunidad y que se localizan en Los Angeles, Valle de San Fernando, Bakersfield, Chicago, Carolina del Norte, Houston, Dallas, Austin, Waico, Kansas, Washington, Wisconsin, y Denver (FCZUSC, 1992, 1993, 1994-1995, 1995-1996, 1996-1997, 1997-1998 y 1998-1999).

Empero, en la medida en que la organización responde a las acciones de los agentes sociales, su nivel alcanzado es parte también de la competencia de sus protagonistas. Así, el Lic. Genaro Borrego (Gobernador 1986-1992) fue, desde el

102

LA PRESENCIA MIGRANTE DESDE LA DISTANCIA

Gobierno del Estado, el primer impulsor formal de los clubes de Los Angeles, Ca., 6 sus visitas alentaron la organización, pero, por no haber madurado, no llega­ron a conformar un programa de gobierno (Delgado, 1999). Más tarde, el Lic. Arturo Romo Gutiérrez (Gobernador del Estado 1992-1998) puso todo su interés en el crecimiento de estas organizaciones y tuvo la sensibilidad para extenrl.erlo a otros estados de la Unión Americana haciendo partícipes a los presidentes muni­cipales Pedro Argomaniz y Ubaldo Montoya (Valparaiso), Jesús Blanco y Jesús del Real (Monte Escobedo), Arturo Villareal y Jesús Sánchez (Jerez) y Rafael Lira (Francisco R. Murguía). Igualmente, ha habido líderes clave que radican en los Estados Unidos y que han impulsado el desarrollo de sus organizaciones como Julián Estrada, Felipe y Román Cabral (Valparaíso), Guadalupe Gómez (Jalpa), Rafael Barajas y Mauricio Mota (Jerez), Manuel de la Cruz (Fresnillo), Agustín Bañuelos (Juchipila), Efraín Jiménez (Nochistlán), Rosalva Ruiz (Monte Escobedo), Asunción Salinas (Atolinga), Martín Carvajal (Apulco), lo cual ex­plica su crecimiento en esos municipio. En el caso del municipio Francisco R. Murguía su crecimiento explosivo dependió del interés de los migrantes por re­unir fondos y llevar a cabo colectivamente una carretera que resolviera los pro­blemas de comunicación y aislamiento de varias comunidades aledañas.

En la actualidad, Zacatecas es la entidad mexicana que cuenta con el mayor número de clubes de migrantes organizados en los Estados Unidos. En total, la entidad posee más de 260 clubes de oriundos, de los cuales, la mayor parte pertene­ce a la Federación del Sur de California, siguiéndole en importancia la Federación de Illinois. Además de éstas dos grandes federaciones, cuenta con catorce, más modestas que las anteriores, cuyos nombres y destinos son: Norte de California; Condado de Ventura, California; Condado de Orange, California; Las Vegas, Ne­vada; Santa Fe, New Mexico; Norte de Texas; Sur de Texas; Tulsa, Oklahoma; Phoenix, Arizona; Colorado Springs; Denver, Colorado; Belle, Florida; Virginia, Michigan; y, por último, Atlanta, Georgia (Gobierno del Estado de Zacatecas, 2003).

6 "Es interesante señalar que el gobernador Borrego no fue el primer mandatario del estado en visitar Los Angeles para reunirse con sus paisanos. Los zacatecanos desde hace más de treinta años han mantenido un contacto relativamente estrecho con sus autoridades estatales. En 1962, el entonces gobernador José Rodríguez Elías visitó Los Angele~ con el propósito de "hermanar" a las ciudades de Zacatecas, Zacatecas y Azusa, California. Desde entonces diferentes delega­ciones de los clubes han visitado Zacatecas en sus oficinas con cada uno de los gobernadores posteriores. Incluso, en 1978 el gobernador Femando Pámanes Escobedo visitó a los clubes de inmigrantes de Los Angeles" (González, 1995).

103

MIGUEL MOCTEZUMA L.

Se trata de organizaciones formales con una presencia y un reconocimiento social indiscutible. Por ejemplo, la Federación de Clubes de Zacatecanos del Sur de California cuenta con los siguientes directivos: Presidente, Secretaría General, Tesorero, Secretaría de Relaciones Públicas, Secretaría de Proyectos, Secretaría de Deportes, Secretaría de Cultura, Secretaría de Prensa, Secretario de Bienes, Director de Eventos, Vocal y Comisario. Cada una de estas carteras cuenta a su vez con uno o dos suplentes. Asimismo, si a estos directivos agregamos los repre­sentantes de cada uno de los clubes, el resultado es el de una organización muy compleja y extensa. Sin embargo, esto no es todo a esta organización formal debe agregársele la Unión Juvenil constituida por jóvenes estudiantes y profesionistas de segunda y tercera generación quienes se define como:

... un grupo de jóvenes unidos por nuestra herencia zacatecana nos hemos consolidado para fomentar el conocimiento de nuestra cultura, el liderazgo, la solidaridad y el servicio comunitario para darle empoderamiento a nuestra comunidad. Aspiramos a servir a nuestra comunidad como una red de información y servicio en áreas de: educa­ción, fomento cultural, ayuda pública y participación cívica ... (FCZUSC, Revista, 2002-2003:68).

Esta federación a su vez cuenta con una revista anual y, también como otras, con su propia página web: http://www.federacionzacatecana.com/, además de poseer una amplia base de datos sobre sus inversiones sociales, Presidentes, Señoritas Zacatecas. De manera similar, algunos de sus clubes, cuentan con sus páginas web y con sus propias revistas. Aunado a estos hechos, esta importante organi­zación es parte otras quince Federaciones de Clubes de Zacatecanos en los Es­tados Unidos, así como del Consejo de Federaciones, del área de Los Angeles, que agrupa a trece Federaciones de Clubes de Mexicanos que por sí solos repre­sentan a más de 300 clubes de migrantes.

Sin embargo, a pesar de esta gran complejidad, marcada por un altísimo nivel de interacción horizontal y vertical entre los clubes de migrantes, misma que les compele a trascender el localismo, aún se observan marcadas limitacio­nes, grados de avance y maduración desigual, desequilib1ios con su estructura organizativa en las comunidades de origen, así como conflictos permanentes.

Todo ello da cuenta de estructuras poco homogéneas. Sobre estos puntos un aspecto que sobresale como conflicto inevitable: la relación que se establece en­tre una federación de clubes hacia otras. Cuando ésta relación es conflictiva gene-

104

LA PRESENCIA MIGRANTE DESDE U. DISTANCIA

ra una alta vulnerabilidad en la cohesión horizontal, limitando la exigencia en el cumplimiento de determinados compromisos por parte de los funcionarios de gobierno así como el seguimiento y fiscalización de las obras sociales. Para los clubes, esta última es una deficiencia que reclama de una respuesta inmediata, sobre todo pensando en iniciativas de mayor alcance. Una segunda cuestión en la que la conflictividad se ha visto exacerbada es en la percepción que se tiene de lo que pueden ser las relaciones con el Gobierno del Estado. Por una parte, se piensa que las organizaciones de los migrantes son independientes y de naturaleza co­munitaria, por lo que como tales no deben involucrarse en la militancia partidaria, y por otra, tácitamente se acepta que son aliadas del régimen y del partido político que gobierna. Por supuesto, en la segunda opción se inscriben quienes siguen identificándose con la cultura política corporativista del régimen político mexica­no, la cual, aún con las experiencias políticas que incorporan los migrantes en los Estados Unidos, en muchos casos ésta sobrevive al grado de convertirse en una amenaza para el libre desarrollo de este tipo de organizaciones sociales.

De lo anterior se deduce que los clubes actuales vienen a representar un tipo de organización superior al de las comunidades filiales, perfilando la existencia del migrante, como agente colectivo (Moctezuma, 1999), mismo que, más allá de su conflictividad busca superar el aislamiento de los primeros migrantes, lo cual le permite además abrir binacionalmente nuevas opciones de interacción y participación social. La característica clave de este migrante organizado es que entre sus nuevos haberes cuenta con un amplio capital social. 7 Este constituye un recurso que se desarrolla y revitaliza a través de la reconstrucción de relacio­nes con un sinnúmero de clubes de migrantes.

Así, a diferencia de los enfoques funcional-estructuralista<; que suponen que las relaciones entre las personas de una misma comunidad se producen sola­mente por el contacto directo que se da en un mismo espacio y por la cercanía social de sus miembros, la peculiaridad de las organizaciones de los migrantes y de su capital social es que, entre ellos, este stock está a disposición indepen­dientemente de que en los Estados Unidos haya o no co-presencia física

7 El capital social es un concepto de la sociología cultural que se refiere a la diversidad de relacio­nes que se poseen producto de la historia individual, familiar y social; el cual, Uegado el momento, se está en condiciones de acudir eUas. Este "capital" es social porque no se le puede apropiar; por el contrario, está a disposición de cualquier miembro de la comunidad. Se trata por tanto de un recurso a disposición de sus miembros. Por el contenido que aquí se adopta de este concepto, con rigurosidad, el "capital" social refiere directamente a las redes de relación social.

105

MIGUEL M OCTEZUMA L.

(Fernández, 1997); entre otras razones, porque es un recurso que se desarrolla y revitaliza a través de la reconstrucción de relaciones con otros clubes de migrantes.

Es decir, las comunidades filiales de los migrantes son estructuras de organi­zación simples cuya peculiaridad es la reproducción cultural de la comunidad de origen así como sus redes sociales; en cambio, los clubes, se diferencian de las comunidades filiales, por: a) construir estructuras organizativas formales más o menos estables y con reconocimiento propio; b) realizar un conjunto de acciones sociales que tienen como asidero la comunidad, pero sin limitarse a ella; c) llevar a cabo alianzas con organizaciones de migrantes de otras entidades o estados; y, d) trascender el localismo. En todo momento está presente la conflictiva negocia­ción con los gobiernos de las naciones involucradas así como los compromisos y convenios con los representantes de su entidad y municipio (Zabin y Escala, 2002).

Inversiones sociales

A diferencia de las remesas familiares, los envíos colectivos de los migrantes cobran significados específicos si se les distingue por su origen y destinatario. Para esto, recientemente se ha propuesto distinguir las remesas que se destinan al consumo o inversión familiar respecto de las que se canalizan a las obras comuni­tarias. En el último de los casos, se trata de un fondo de ahorro y uso colectivo, aspecto que da cuenta de las prácticas que lleva a cabo la organización de los migrantes y que es útil para el diseño de las políticas públicas relacionadas con la migración "Vale la pena distinguir entre remesas que se mandan de manera indi­vidual para la manutención o ayuda a familiares y el dinero que se junta de varios modos para proyectos más generales o colectivos ... " (Goldring, 1999:100).

Esta propuesta conlleva a su vez otras implicaciones: se trata de una vía en la que los migrantes ejercen su participación social, en tanto miembros de sus comunidades de origen. Esta práctica del migrante es también un ámbito en el cual se expresa la pertenencia. Lo interesante es que, a diferencia del modelo de la democracia liberal que acentúa la participación social de los individuos, esta práctica es posible sólo a través de la organización comunitaria y/o social de los migrantes: "Las obras impulsadas y fmanciadas en parte por los paisanos, re­presentan una forma de participación ciudadana, con manifestaciones sociales, culturales y políticas, tanto como económicas ... " (Ibid:98).

Antes de abordar propiamente los resultados de la inversión social a partir de las remesas colectivas de los migrantes es necesario problematizar sus oríge-

106

LA PRESENCIA MIGRANTE DESDE U\ DIHANCIA

nes y naturaleza. Para las versiones institucionalistas, el Programa "2xl " sim­plemente surge en 1992. Esto constituye una verdad a medias. En realidad, los orígenes de este programa se remontan por lo menos a la década de 1960, lo que sucede es que se confunde su origen con su formalización y vínculo con los tres niveles de gobierno en México; sin embargo se sabe que "Hay muchos inmigrantes que, sin haber fundado formalmente organizaciones para auxiliar a sus comunidades, ayudan a menudo de una manera informal" (Martínez, 1996). Existen varios ejemplos de este tipo en Zacatecas, así, las primeras obras colec­tivas de los rrigrantes de la comunidad de Animas (Nochistlán) se realizaron antes de que se constituyera el club respectivo (Goldring, 1999), por supuesto, en este caso ya había vida social y comunitaria de estos migrantes en los Esta­dos Unidos, pero sin que hubiera alcanzado el nivel de formalización. Otro ejemplo similar es el caso de las migrantes de Jomulquillo (Jerez). Rafael Bara­jas, quien ha jugado un papel destacado como Presidente de la Federación de Clubes de Zacatecanos del Sur de California y miembro de este club acota:

En Jomulquillo siempre ha habido personas con cierto liderazgo que han encabezado obras como la iglesia, la reparación de la escuela, donaciones en la familia necesitada. Se hacía esto sin que hubiera en sí una organización como tal. Todavía, acá se hace una colecta anual donde se envían recursos para fuegos artificiales que siempre ha habido en el día de la Virgen de Guadalupe, el 12 de diciembre. También hemos ayudado para la fiesta religiosa que se hace ese día. Así como todas las misas del docenario que desde acá se ordenan. Se hacen asimismo donaciones para las personas de la tercera edad. En esto, el gobierno nada tiene que ver . .. (entrevista con Rafael Barajas, Los Angeles, Ca., 24 de mayo de 2002).

Testimonios como estos existen por todas partes, sin embargo, hay que destacar que con anterioridad a 1993, las obras sociales que más emprendían los rnigrantes eran aquellas vinculadas a las parroquias, escuelas, apoyo a los adultos desamparados y f arnilias en extrema pobreza. Ello se explica por la religiosidad y el genuino sentimiento filantrópico de los migrantes, pero tam­bién por la actividad emprendida por sacerdotes y profesores. Dicho sin rodeos, en sus inicios, las organizaciones de los rnigrantes actuaron claramente apega­dos a sus relaciones de identidad, en donde sus acciones eran esporádicas, esca­sas, poco formales e invisibles para la sociedad y el Estado. Sin embargo, a pesar de que en la actualidad este tipo de iniciativas sobrevive, en ello se mues­tran asimismo distintos grados de diferenciación e interés entre los rnigrantes, lo cual, de ser necesario lleva a estas organizaciones a actuar en algunas acti-

107

MIGUEL MOCTEZUMA L.

vidades, con independencia casi absoluta de los programas gubernamentales. Rosalva Ruiz ha expresado en distintos momentos que en este aspecto, la Fede­ración de Zacatecanos en Illinois conserva, más que ninguna otra Federación, el interés por llevar a cabo obras que reproducen la identidad más vívida de sus clubes. Un ejemplo elocuente de otras latitudes lo constituyen las obras comu­nitarias que llevan a cabo las comunidades indígenas de Oaxaca en donde los rnigrantes oaxaqueños tienen que actuar con una independencia aún mayor res­pecto de los programas oficiales. Se trata de una característica cualitativa que desde el diseño de las políticas de desarrollo los gobiernos estatales no com­prenden y que los lleva a negar el respaldo a aquellas obras que consideran que nos son prioritarias desde el punto de vista de la racionalidad instrumental.

Así, como parte de las acciones comunitarias impulsadas por los clubes de zacatecanos, de 1993 a junio de 1996 a través de lo que se llamó inicialmente el Programa "2xl ", ya se habían realizado 116 obras sociales beneficiando a treinta comunidades con una inversión conjunta de$ 16,501,3828• El 61.9% de esas obras se concentraron en cuatro de los 17 municipios que entonces contaban con más clubes en California: Valparaiso, Jerez, Monte Escobedo y Tepetongo (FCZUSC, Revista, 1996-97), destacando las obras como la ampliación de la red del agua potable,$ 3,136,374; la edificación o reparación de aulas escolares así como la donación de equipo de cómputo y de mecanografía para escuelas, $ 2,126,607; las obras de drenaje y alcantarillado, $ 1,760,909; la construcción de caminos y la pavimentación de carreteras,$ 1,513,036; el apoyo al deporte y la recreación,$ 1,469,660; y finalmente, la reparación y edificación de templos con$ 1,231,767 (Ibid.).

En la entidad, ésta situación ha venido en aumento, tanto en términos de la realización de proyectos sociales como en lo tocante a su inversión. Así de 1996 a 1997 los proyectos comunitarios anuales pasaron de 61 a 77 y por tanto, las inversiones se elevaron -a precios constantes de 2002 y con respecto al año inmediato anterior- de 39.3% a 109.3%. Empero, con la rápida incorporación de otros clubes -ya no sólo de los Angeles-, Valparaíso y Francisco R. Murguía concentran el 32.9% de las inversiones totales, seguidos por los municipios de Monte Escobedo, Jerez y Jalpa con el 20.7% de las mismas.

Hasta 1997 y concentrándonos en los clubes de rnigrantes de los cinco muni­cipios más activos a través del programa de co-inversión denominado "2xl", de

8 Para finales de 1996, las obras realizadas para el periodo llegaron a un total de 132.

108

LA PRESENCIA MIGllANTE DESDE l..h DISTANCIA

1993 a 1997 y a iniciativa del extinto Secretario de la SEDESOL, Luis Donaldo Colosio Murri.eta y del Gobernador de Zacatecas, Arturo Romo Gutiérrez, los clubes habían venido aportando la tercera parte de sus costos y el resto lo absor­bían el gobierno federal y estatal.9 Por esta vía, ellos invirtieron sumas importan­tes que fueron canalizadas a resolver carencias de serv;cios básicos de carácter comunitario. No hay duda que sus inversiones ya sumaban proporciones cuantio­sas, logrando en algunos casos transformar la fisonomía urbana de algunas comu­nidades al dotarlas de servicios y resolver carencias de naturaleza colectiva. Se trata por tanto de un proceso que ha venido ganado terreno a partir de la participa­ción cada vez más destacada de nuevos clubes sociales.

Recientemente los clubes han ido ganando terreno en otros ámbitos como la deducción de impuestos aduanales, o cuando algún club dona y envía una ambu­lancia, un camión recolector de basura o maquinaria y equipo para sus comunida­des. En el mismo tenor se suscribió un convenio entre la FCZUSC y el Dr. Carlos E. Curiel García, representante del IMSS para la atención médica de los socios de los clubes en una clínica de Tijuana, B.C. así como la obtención del seguro médi­co a los familiares que radican en Zacatecas (FCZUSC, Revista, 1996-97).

Empero, por el tipo de inversiones a que se canalizan este tipo de recursos, en tanto que éstos satisfacen necesidades relacionadas principalmente con la carencia de servicios e infraestructura social de las comunidades rurales y semi­urbanas de Zacatecas, se trata de un fondo de ahorro social que ha permitido abrir canales de negociación con el Estado para obras que de otra manera no se harían (Goldring, 1992); o como lo ha expresado uno de los funcionarios clave del sexenio romista: "El programa dos por uno ha tomado tal impulso, que en la práctica comienza a considerarse como alternativa de financiamiento en los programas de desarrollo municipal, como complemento de los recursos del ramo 33 o de los programas municipales de obra" (Rodríguez, 1998:10).

Por esta razón, entre 1993 y 2002 se realizaron en Zacatecas cerca de 800 obras sociales y comunitarias con el aporte de los migrantes. Los aportes mone­tarios de los migrantes se multiplicaron inicialmente dos veces basta l 998, y

9 Actualmente el "Programa 2 x l" se ha transformado en "Programa 3 x l" porque en él participan los fondos que aportan los migrantes con las aportaciones de otras tres entidades: el gobierno federal, gobierno estatal y gobierno municipal. Se ha señalado también que el techo financiero se ha multiplicado varias veces y que en este afio (1999) se realizarán más obras comunitarias.

109

MIGUEL M OCTEZUMA L.

tres veces, a partir de 1999, por ello terminó denominándose Programa "3xl" En el siguiente cuadro, se muestra el año, la inversión aportada, el número de pro­yectos realizados y municipios beneficiados por estos programas hasta el 2002.

Cuadro 1. Zacatecas, Programa "2x1" (1993-98) y "3xl" (1999-2002)

Años Inversión Inversión Proyectos Municipios (¡:,recios de 2002} Beneficiados

1993 1,877,428.00 7,026,039 7 Sin datos 1994 3,769,186.00 13,176,668 30 Sin datos 1995 3,905,354.00 8,983,814 34 Sin datos 1996 6,946,039.00 12,512,229 61 17 1997 16,825,949.00 26,192,324 77 27 1998 772,281.00 1,013,559 8 7 1999 48,179,000.00 56,296,374 93 27 2000 60,000,000.00 64,344,544 108 28 2001 72,000,000.00 73,956,900 130 30 2001 170,000,000.00 170,000,000 240 35 TOTAL 384,275,237.00 433,502,451 788 Sin datos

Fuente: Federación de Clubes Zacatecanos del Sur de California, Revista, 1996-97, p. 9; 1997-

98, p. 4; Programa 3xl , Folleto de Difusión, Gobierno del Estado de Zacatecas, 2000, 2001 ;

Entrevista con Efraín Jiménez, Secretario de Proyectos, Federación del Sur de California.

En la actualidad, los clubes de migrantes zacatecanos son los que dan vida y dinamismo a las remesas colectivas (Torres, 1998 y 2000). Su monto no es comparable a las remesas familiares, sin embargo, más allá de su magnitud, en este caso se trata de un recurso de calidad (Torres, 1998 y 2000), que favorece la organización social, desempeña un rol fundamental en el desarrollo de eco­nómico de muchas regiones de México (Alarcón, 2003), posibilita el diseño de políticas públicas en este renglón y, abre una perspectiva inédita parareestablecer los vínculos y reforzar las raíces con la comunidad de origen. Este último es uno de los aspectos que no observan las autoridades de gobierno y que sin embargo, es pieza clave para la sobrevivencia del mismo programa.

Por otra paite, la transformación actual del Programa "3 x 1" de estatal a nacio­nal ha llevado a los zacatecanos a conjuntar esfuerzos con las federaciones de migrantes de Michoacán, Tamaulipas, Nayarit, Jalisco y Guanajuato (entrevista con José Guadalupe Gómez, Los Angeles, California, diciembre de 2000), lo que

110

LA l'RESENCIA Mll,RANTE DE\DE U. Dl~TANUA

parece ser también un medio para ampliar el capital social de estas organizacio­nes, favoreciendo el intercambio de experiencias, así corno la gestación de un nuevo sujeto social extraterritorial cuyas miras rebasan cada vez más la depen­dencia oficial que, en el caso de Zacatecas fue predominante hasta 1998.

La práctica cultural territorializada

En este campo, así como en el extranjero sucede entre los miembros de una misma comunidad filial, existen algunas prácticas que en lo organizativo han servido para la vinculación de los clubes de migraote entre sí y de éstos con sus comunidades de origen, estas son:

1) La publicación de una revista que lleva el nombre de su federación y que sirve de medio de cohesión e identidad grupal. En ella destacan las fotografías de los paisajes más representativos de las comunidades de origen, mismos que la geografía sociocultural enuncia como geosímbolos. " ... Este se define como 'un lugar, un itinerario, una ex­tensión o un accidente geográfico que por razones políticas, religiosas o culturales reviste a los ojos de cie1tos pueblos o grupos sociales una dimensión simbólica que alimenta y conforta su identidad' (Bonnemaison, 1981 :256). Desde este punto de vista, los llamados 'bie­nes ambientales' -como son las áreas ecológicas, los paisajes rurales, urbanos y pueblerinos, los sitios pintorescos, las peculiaridades del hábitat, los monumentos, la red de caminos y brechas, los canales de riego y, en general, cualquier elemento de la naturaleza antropizada­deben considerarse también como 'bienes culturales ' y por ende como formas objetivadas de la cultura (Giménez y Gendreau, 2002) . En el caso de los clubes de migrantes, se trata de obras, tales como: iglesias, jardines, edificios coloniales, construcciones arqueológicas, panoramas del pueblo, cerros, peñascos, valles, arroyos, además de otros.

2) Desde 1987, año en el que se develó en Los Angeles, Ca., el busto del General zacatecano Jesús González Ottega (Montoya, 1996) los clubes conmemoran anualmente en esa ciudad "El Día del Zacatecano". A partir de entonces, se realiza una ceremonia especial para el ingreso de los nue­vos clubes a esa organización; práctica que comienzan a desarrollar tam­bién los clubes de migran tes que radican en los estados de Colorado, IDinois, Texas y que se ha extendido también a otras federaciones zacatecanas.

111

MIGUEL MOCTEZUMA L.

3) El Certamen "Señorita Zacatecas", que sirve para reafirmar las raíces culturales entre las participantes; aspecto que es muy relevante para la identidad en las y los jóvenes nacidos en los Estados Unidos. So­bre esta experiencia, en mayo de 1997, al igual que en los años ante­riores, las candidatas a reinas de la FCZUSC visitaron varios de sus municipios, siendo recibidas por los Presidentes Municipales de Atolinga, Tlaltenango, Tepechitlán, etc . (FCZUSC. Revista, octubre de 1996-1997). En una segunda vi ita. estas jovencitas participaron en una conferencia sobre la entidad, conocieron algunos museos, es­tuvieron en la tradicional audición de la Banda de Música del Estado y visitaron la mayoría de los municipios de procedencia de estos clubes (Reorientación, 1998).

4) Los encuentros frecuentes de las candidatas a reinas de la Federación de los Clubes en la coronación de sus símiles de las ferias en sus comunida­des de origen, como el Club Social El Cargadero, Jerez; lo que a su vez es correspondido por la presencia en Los Angeles, Ca., por los presiden­tes municipales y párrocos ( FCZUSC, Revista, 1996-1997).

5) La segunda develación en 1988 en Los Angeles, Ca., del busto del poeta jerezano Ramón López Velarde, autor de "La Suave Patria" (Montoya, 1996) y la colocación de un tercer busto del compositor fresnillense Manuel M. Ponce, mismo que sirvió para "la hermandad" entre Fresnillo Zac. y la ciu­dad de Norwalk, Ca., (FCZUSC, Revista, 1995). En ambos casos, se trata de dos figuras zacatecanas que por sus obras alcanzaron la universalidad.

6). La fusión de lo cultural y lo ritual-religioso en los eventos de la Federación de Clubes Zacatecanos, como sucedió el 9 de junio de 1996 en que se llevó a cabo en el Whittier Park de Los Angeles, Ca., la Segunda Exhibición de las obras realizadas por esa organización. Para esa acción se montaron mampa­ras con murales y mesas con maquetas de las obras realizadas, así como una réplica del Santo Niño de Atocha, cuya imagen, desde la perspectiva ritual­simbólica, representa de manera amplia la religiosidad popular/regional,rn

'º El siguiente es un ejemplo de esto mismo, pero más local : "Cada año en el 4 de Julio, nuestra comunidad aquí y en Adjuntas celebramo:; las fiestas de la Virgen, Nue~tra Señora del Refugio que es nuestra patrona ... " (Raquel López, Club Social Adjuntas del Refugio, Municipio de Monte Escobedo, en FCZUSC, Revista, 1996-97:25).

112

LA PRESENCI/\ MJGI\ANTE DESDE L\ DISTANCI/\

misma que en el Santuario de Plateros a través de los retablo da cuenta de la fusión entre la migración internacional y la religiosidad.

En fin, más allá de los aspectos socioculturales que son propios de las comu­nidades filiales, los clubes avanzan más allá de ello y recrean otro tipo de identi­dades y de participación binacional que emanan de la propia organización social.

Participación política

Con relación a los partidos políticos, quienes han tenido mayor impacto entre los rnigrantes zacatecanos han sido el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD). El primero de ellos durante los dos sexenios anteriores, el de Genaro Borrego Estrada (1986-92) y Arturo Romo Gutiérrez (1992-98), y el segundo, con el gobernador Ricardo Monreal Ávila (1988-2004). En la actualidad, el PRI ha ido recuperando el terreno per­dido en 1998 entre los migrantes, cuestión que se facilita debido a que el PRD zacatecano ha entrado en abierta confrontación con la dirección de la Federa­ción de Clubes de Zacatecanos del Sur de California y con el Frente Cívico Zacatecano, quienes permanentemente exigen un trato de respeto y un recono­cimiento a la autonomía de sus organizaciones.

Hasta antes de que se consumara el triunfo a la gubematura de Monreal Ávila en el estado (1998), en el medio académico y político se reconocía a Zacatecas como la entidad más priísta del país. Ante un PRI con escasa organi­zación y una dependencia casi absoluta del ejecutivo del estado, el corporati­vismo presidencialista había echado profundas raíces en el campesinado a tra­vés de la CNC; el magisterio, con una disidencia cada vez mayor, aún continua­ba sirviendo de mediación y de correa de transmisión entre el Gobierno del Estado y el medio rural . Pero sucedió lo imprevisible: desde su interior ese andamiaje político se fracturó. Esa coyuntura encontró su punto culminante en una intensa participación ciudadana que desde mediados del sexenio pasado venía desbordando a los partidos políticos, llegando a conformar distintas orga­nizaciones sociales independientes, Jo que más adelante constituyó la base del amplio tejido social de la Alianza Ciudadana por la Dignidad y la Democracia, la que en conjunción con el PRD, terminó postulando al ex-priísta Ricardo Monreal como su candidato a gobernador. Parte de este proceso los recogieron y lo asimilaron los zacatecanos organizados que residen al otro lado de la fron­tera norte de México. Los hechos se sucedieron como sigue:

113

MIGUEL MOCTEZUMA L.

En un hecho inédito, el 15 de Marzo de 1998, el candidato del PRI a Goberna­dor (José Marco Antonio Olvera Acevedo) en su gira por los Estados Unidos, for­mó con una buena parte de los dirigentes de la Federación de Clubes Unidos del Sur de California "Los Comités de Amigos y Simpatizantes de Pepe Olvera". En los días siguientes, el candidato a Gobernador por el PRD (Ricardo Monreal Ávila) organizó con líderes y ex-líderes, el Frente Cívico Zacatecano, mismo que inicial­mente encabezó Javier Llamas (El Sol de 7.acatecas, 22 de Marzo de 1998: 1 y 6 A).

Francisco Javier González, actual Presidente del Frente Cívico Zacatecano se recuerda haciendo activismo político a favor de Monreal Á vila, impulsando acti­vidades sociales y recabando fondos para el financiamiento de la campaña. Él dice que empezaron unos pocos y que el movimiento pronto creció (entrevista con Francisco Javier González, Los Angeles, Ca.,julio de 2002). Paradójicamen­te, los asuntos de Zacatecas comenzaron a ventilarse en las columnas periodísti­cas así como en los programas de radio y televisión angelinos: California acabó convirtiéndose en escenario polf tico en la disputa del voto por la entidad.

Por supuesto, en esta primera fase, lo notable es el hecho de que los migrantes re-editaron la contienda electoral a partir de los propios hechos que se sucedían en Zacatecas. Así, tal y como anteriormente se manifestaba el corporativismo con los zacatecanos en los Estados Unidos, Rigoberto Castañeda, entonces, Presiden­te de la Federación de Clubes de Zacatecanos Unidos del Sur de California, una vez que supo de las adhesiones priistas a favor de Ricardo Monreal Ávila éste se sumó a ellas. Pero, cuando el PRI designó a José Antonio Olvera Acevedo como su candidato oficial, en menos de un mes, el mismo Rigoberto Castañeda se adhi­rió militantemente al nuevo candidato. Todo parecía haber quedado bajo el ante­rior control corporativo. En una segunda visita del candidato penedista a Los Angeles, Ca., el Frente Cívico Zacatecano reunió a más de 600 familias, hacién­dose acompañar de académicos de aquel país, quienes observaban cómo los zacatecanos rompían con la tradición corporativista y de fidelidad al viejo siste­ma político mexicano (El Sol de 7.ncatecas, 31 de mayo de 1998, p. 5 A).

Más aún, cuando esa campaña electoral estaba en su punto más álgido, la Confederación de Clubes de Zacatecanos, que nunca pudo funcionar por no con­tar con la venia del gobernador en tumo, Víctor Manuel Sánchez, quien entonces ocupaba el cargo de presidente de la misma, arribó a la entidad a manifestar su apoyo al candidato opositor Ricardo Monreal Á vila, haciendo fuertes denuncias contra el Lic. Arturo Romo Gutiérrez, gobernador de Zacatecas (El Sol de 7.acatecas, 16 de junio de 1998, p. 1 y 6 A). Esta denuncia ya indicaba no sólo

114

LA PRESENCIA MJGRANTE DESDE LA DISTANCIA

una ruptura sino un desmembramiento y un alto grado de confrontación de buena parte de los rnigrantes con el priísmo zacatecano. Por el contrario, en el cierre de campaña de Monreal Ávila, ya era muy significativa la presencia de varios diri­gentes del Frente Cívico Zacatecano. Estos hechos sorprendieron a la clase poli­tica zacatecana. Esto, sin embargo, era sólo la primera expresión de que en , Zacatecas se estaba gestando un nuevo sujeto político extraterritorial.

Uno de los saldos más favorables, inscrito en lo que puede ser una clara activi­dad politica binacional consistió en que la campaña electoral a la gubernatura de la entidad despertó también en los Estados Unidos la conciencia de los Zacatecanos organizados para actuar politicamente en ese país. Hasta hora, muy pocos saben que sus acciones han ido muy lejos: Rudy R. Ríos (dirigente de la Sección 652 de la Laborers' International Union of North A.merica) y Guadalupe Gómez de Lara (Presidente de la Federación de Clubes de Zacatecanos Unidos del Sur de California) han servido como interlocutores entre el Gobernador de Zacatecas, Ricardo Monreal y el entonces gobernador de California Gray Da vis; ambos han jugado un rol im­portante en la relación entre el Frente Cívico Zacatecano y la Laborers' International Union of North America. Asimismo, el Frente Cívico Zacatecano ha apoyado militantemente las campañas de Lou Correa, originario de Calera (Zacatecas) y Linda Sánchez, ambos Asambleístas por California; Miguel Pulido, Alcalde de Santa Ana, Jesse Loera, Alcalde de Norwalk; Gray Davis y Cruz Bustamante, Go­bernador y Vicegobernador de California, respectivamente; además de Loreta Sánchez y Grace Napolitano, Congresistas Nacionales. Rosalva Ruiz (ex-Presiden­ta de la Federación de Clubes Unidos de Zacatecanos en Illinois) ha hecho lo propio con respecto a Luis V. Gutiérrez y Edward Burke, el primero, Congresista por el 4 º Distrito Electoral de Illinois y el segundo, Concejal del Distrito 14 de la ciudad de Chicago, sirviendo también como intermediaria para encuentros del Gobernador de Zacatecas con el Alcalde de Chicago Gulio de 2001). Asimismo, los zacatecanos han apoyado a politicos como Lee Vaca, Sheriff de Los Angeles y forman parte del Comité de Alianza con la AFL-CIO, por la campaña para la Regularización de los Inmigrantes y la expedición de Licencias de Manejar en California, además de luchar contra la discriminación racial y laboral y promover el "hermanamiento" entre las ciudades de Norwalk-Fresnillo y Azusa-Zacatecas. Esto es, nadie debe dudar que estos dirigentes se lum convertido en pieza clave en las relaciones de poder y de cabildeo entre México y los Estados Unidos.

Asimismo, impresiona encontrar en los diarios estadounidenses las opinio­nes frecuentes de Guadalupe Gómez de Lara, J. Ascención Salinas Carlos y Andrés Bermúdez Viramontes, así como las entrevistas a varios de estos diri-

115

MIGUEL M OCTEZUMA L.

gentes de académicos estadounidenses, Canadienses y Alemanes. Se conoce también que Guadalupe Gómez de Lara ha sido invitado por University of California en Los Angeles así como a distintos eventos académicos en los Esta­dos Unidos, México y Centroamérica a dictar conferencias y a participar en discusiones públicas de cabildeo en el Congreso de California y en Washington D.C. con el Presidente Bush, en tanto que Javier González, Presidente del Fren­te Cívico Zacatecano ha sido distinguido cómo líder latino destacado por la Academy of Latinos Leaders in Active.

Por si lo señalado no fuera suficiente, a los Clubes de Zacatecanos, se les ubica del lado mexicano, entre los pioneros de iniciativas nacionales y estatales como: I) el Programa Paisano; 11) la incorporación al IMSS de los familiares de los migrantes; ID) la reivindicación de la doble nacionalidad; IV) la defensa del voto extraterritorial de los mexicanos que residen en el extranjero; V) los artífi­ces de la primera Ley Migrante; VI) los impulsores del Programa "2xl" y "3xl"; VII) además de otras acciones en curso en las que podrían participar algunas fundaciones internacionales sobre proyectos productivos.

Recientemente, en una visita relámpago que Guadalupe Gómez de Lara reali­zara a su municipio natal de Jalpa (Zacatecas), con el objeto de inspeccionar y dar seguimiento a las obras del "3x l ", éste fue recibido masivamente en varias comu­nidades como si se tratara del propio gobernador zacatecano. Actualmente, a pe­sar de que la legislación nacional y estatal son muy discriminatorias hacia los migrantes y más hacia los binacionales, Guadalupe Gómez ha sido señalado por la prensa angelina y zacatecana como uno de los posibles aspirantes a la gubematura de Zacatecas; en fin, no queda duda que los dirigentes más destacados de los zacatecanos organizados en los Estados Unidos han ido superando el aislamiento y el activismo comunitario para dar los primeros pasos hacia la conformación de un agente social y político binacional. Sobre esta base, recién se ha conformado en Los Angeles, Ca., el Consejo de Federaciones de Mexicanos, mismo que pri­meramente le tocó presidir a Guadalupe Gómez de Lara. Todo lo señalado indica el desenvolvimiento binacional de nuevas y complejas relaciones sociales y polí­ticas en curso a las que Zacatecas no puede abstraerse.

Uno de los dividendos cualitativos y de futuro que ha originado esta experiencia es que ahora no sólo la identidad, sino también la membresía zacatecana activa vienen abriéndose camino entre los descendientes de los zacatecanos que han naci­do en los Estados Unidos. Estos, igual que sus padres, se comprometen con los programas y actividades comunitarias impulsadas por los clubes, lo cual es visto

116

LA PRESENC IA MIGRANTE DESDE LA DISTANCIA

como una preparación para hacer frente al desafío transgeneracional, ya que cada día estas organizaciones están involucrando más a los jóvenes en sus actividades ( entrevistas en grupos focales con Martha Elva Real y Rafael Barajas, Marcos Re­yes y Rosalva Ruiz, Los Angeles, Ca., y Chicago, lli., 2000); lo que, a la par de despertarles la reafirmación de sus raíces identitarias, promueven también su voca­ción por el servicio comunitario que suele evolucionar hacia la membresía activa. Parte de esta apuesta se basa en la experiencia que está adquiriendo el sector de población joven y en la formación política y cultural de las nuevas generaciones (Entrevistas en grupos focales, Chicago, lli., octubre de 2000). En realidad, los resultados más interesantes en favor de esta tendencia coinciden con el hecho de que algunos dirigentes de clubes de migrantes zacatecanos son jóvenes que llega­ron a los Estados Unidos en los primeros años de vida o nacieron en ese país, y ahora cuentan con formación universitaria como: Reina Reyes (Presidenta de la Federación de Florida), Erik:a González (Presidenta de la Federación de Orange) Martha Jiménez (Presidenta del Club Hermandad Las Animas), Ramón Velasco (Presidente del Club Regionales de Tayahua), Suliana González, Presidenta del Club Social Chacuiloca y Denise González, Graduada de la Universidad de Berkeley, representante del Grupo Juvenil de California. Asimismo, en febrero de 1999 se formó en Chicago la Alianza Juvenil de Zacatecas, cuyos miembros son estudiantes de la Universidad de lliinois, todos ellos hijos de migrantes de primera generación. A ellos se han venido agregando otros estudiantes como Zenia Ruíz, egresada de la Universidad del Sur de California. En conjunto se plantean respaldar las acciones de los clubes (FCZUSC, Revista, 1999-2000 y 2000-2001). Estos son aspectos novedosos que ya están cuestionando muchas de las imágenes simplistas que tenía­mos sobre la identidad y la membresía de los migrantes mexicanos o de los binacionales, lo que en conjunto indica la necesidad de analizar el asunto del ejerci­cio de los derechos políticos de los migrantes a raíz de las nuevas experiencias.

Sin embargo, a pesar de este activismo manifiesto de las organizaciones de los migrantes zacatecanos, hay una paradoja que no siempre se resuelve de manera correcta y sobre la cual es necesario considerar tal y como lo resuelven los zacatecanos:

Una de las conclusiones más importantes de esta Convención es que busquemos conservar la unidad respetando la naturaleza comunitaria de nuestras organizaciones. Esto quiere decir que no se debe partidizar el trabajo que realizamos. Por ello, quienes tomen iniciativas de tipo polí­tico, reconociendo que tienen derecho, este debe hacerse en estructuras e instancias de otra naturaleza (Primer Resolutivo de la Segunda Con-

117

MIGUEL MOCTEZUMA L.

vención Anual de Organizaciones de 'Zacatecanos en los Estados Uni­dos, Chicago, Illinois, julio 21 de 2001).

Sintetizando lo dicho: hoy en día, ante la presión que produce la globalización económica neoliberal y las políticas desmembradoras de lo regional/local, los migrantes internacionales han percibido extraterritorialmente la necesidad de redoblar los esfuerzos organizativos y asumir una denominación lo más próxi­ma a sus comunidades de origen. Obviamente, en estas experiencias resurgen las cuestiones sobre la identidad, el desarrollo de las redes sociales, la participa­ción política, el impulso a lo regional, ya que, ante la globalización y la viven­cia en el extranjero, se requiere de una mayor dosis de energía y creatividad para afirmar la identidad nacional mexicana; por ello, aun habiendo nacido en los Estados Unidos, la identidad menos anónima y más próxima es la que se reconstruye a partir de su matria o comunidad de origen. Dicho en términos culturales, para los migrantes resulta vital la reconfiguración de la identidad basada en la pertenencia comunitaria (Giménez, 1986), porque desde el ex­tranjero esta facilita la producción de relaciones a partir del espacio social más inmediato, como el pueblo, la colonia e incluso, la calle en donde adquiere sentido simbolizado la cotidianeidad (Ibid.). Es decir, en el caso de los migrantes, se trata de la reconfiguración extraterritorial de la vida comunitaria, en donde es posible recuperar y transitar hacia de la identidad simbólica hacia la membresía práctica en todas sus dimensiones, como aquí ha quedado demostrado.

118

LA PRESENCIA MIGRANTE DESDE LA DISTANCIA

Bibliografía

Alarcón, Rafael (2003), "Las remesas colectivas y las asociaciones de migrantes mexicanos en los Estados Unidos", en Germán Zárate (ed.) (2003), Problemas y perspectivas de las remesas de los mexi­canos y centroamericanos en los Estados Unidos, Tijuana, B.C., El Colegio de la Frontera Norte (en prensa).

----- (1995), "Transnational Communities, Regional Development, and the Future of Mexican Immigration", en Berkeley Planning Journal, Berkeley University.

Anderson, Benedict (1983), Imagined Communities: Reflection On the Origin and Spread of Nationalism, Londres, Verso Editions.

Arizpe, Lourdes (1990), Parentesco y economía en una sociedad náhual, México, D.F., Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.

Bentley, G. C. (1987), "Response to Yelvington", en Comparative Studies in Society and History,vol. 29, núm. 1, pp. 24-55.

Bonnemaison, Joel (1981), "Voyage autour du territoire", en L'espace Géographique, núm. 4, pp. 249-262.

Bourdieu, Pierre (1991), El sentido práctico, España, Taurus Editores.

Carreras de Velasco, Mercedes (1974), Los mexicanos que devolvió la crisis 1929-1932, México, D.F., Secretaria de Relaciones Exteriores.

Castles, Stephen y Mark Miller (1993), The Age of Migration. International Population Movements in the Modern World, Nue­va York, The Guilford Press.

Chavez, Leo R. (1988), "Settlers and Sojourners: the Case of Mexicans in the United States", en Human Organization, vol. 47, pp. 95-108.

Cohen, Ira J. (1989), Structuration Theory: Anthony Giddens and the Constitution of Social Lije, USA, Mac Millan Education Ltd.

119

MIGUEL MOCTEZUMA L.

Connors, Walker (1984), "Eco-or Ethno - nationalism", en Ethnic and Racial Studies, 7 (octubre), pp. 342-359.

Cornelius, Wayne A. (1990), "Form Sojourners to Settlers: Toe Changing Profile of Mexican Immigration to the United States", Working Paper, La folla, Ca., Center for U. S. - Mexican Studies, University of California.

Fernández, Kelly M. Patricia (1997), "Social and Cultural Capital in the Urban Ghetto: Implications for the Economic Sociology ofMigration", en Alejandro Portes (ed.) (1997), The Economic Sociology of Immigration. Essays of Networks, Ethnicity, and Entrepreneurship, Nueva York, Russell Sage Foundation, pp. 213-247.

Gans, H. J. (1979), Symbolic Ethnicity: Toe Future of Ethnic Groups and Cultures in America, en Ethnic and Racial Studies, 2, pp. 1-20.

García Canclini, Néstor (1992), "Escenas sin territorio: cultura de los migrantes e identidades en transición", en José Manuel V alenzuela (coord.) (1995), Decadencia y auge de las identidades: cultura nacional, identidad cultural y modernización, Tijuana, B.C., El Colegio de la Frontera Norte.

----- (1990), "Introducción: La sociología de la Cultura de Pierre Bourdieu", en Pierre Bourdieu. Sociología y Cultura, México, DF., Consejo Nacional para la Cultura y las Artes/Editorial Grijalbo, pp. 9-53.

Geertz, C. (1973), The Interpretation of Cultures. Selected Essays, New York, Basic Books.

Giddens, Anthony (1984), The Constitution of Society, Berkeley y Los Angeles, University of California Press.

Giménez Montiel, Gilberto y Mónica Gendreau (2002), "La migración internacional desde una perspectiva sociocultural", en Migracio­nes Internacionales, vol. 1, núm. 2, pp. 147-178.

----- (1994), "Apuntes para una teoría de la región y de la identidad re­gional", en Programa Cultura, Revista de Investigación y Análi-sis, vol. vi, núm. 18. 1

120

U\ PRESENCIA MJGRANTE DESDE U. DISTANCIA

----- (1986), "Teoría y análisis de la cultura", Programa Nacional de For­mación de Profesores Universitarios en Ciencias Sociales, Uni­versidad de Guadalajara/SEP/COMECSO.

Gobierno del Estado de Zacatecas (2001), Programa 3Xl, Folleto de Difusión, Zacatecas, Zac ..

Goldring, Luin (1999), "Desarrollo, migradólares y la participación 'ciu­dadana' de los norteños en Zacatecas", en Senado de la República, LVII Legislatura (1999), Impacto de la migración y las remesas en el crecimiento económico regional, México, D.F., pp. 77-87.

-----(1997), "El Estado mexicano y las organizaciones transmigrantes: ¿reconfigurando la nación, ciudadanía y las relaciones entre Esta­do y sociedad civil?, XIX Coloquio de antropología e historias regionales, Zamora, Michoacán, El Colegio de Michoacán, 22-24 de octubre.

----- (1992), "La migración México-EUA y la transnacionalización del es­pacio político y social: perspectivas desde el México rural", en Estu­dios Sociológicos, vol. X, núm. 29, pp. 315-340.

González Gutiérrez, Carlos (1995), "La organización de los inmigrantes mexicanos en Los Angeles: la lealtad de los oriundos, en Revista Mexicana de Política Exterior, núm. 46, pp. 59-101.

González, Luis (1986), "Suave matria", en Nexos, núm. 108, pp. 51-59.

Hechter, M. (1978), "Group Formation and the Cultural Division of Labor", en American Journal of Sociology, vol. 84, núm. 2, pp. 293-318.

Hondagneu-Sotelo, Pierrette (1994), Gendered Transitions. Mexican Experiencies of Immigration, Berkeley, University of California Press.

Ianni, Octavio (1993), A Sociedade Global, Civilizacáo Brasileira, Brasil.

Keamey, M. y Nagengast, C. (1989), "Anthropological Perspectives on Transnational Comrnunities in Rural California", Working Paper núm. 3, Davis, Ca., California Institute for Rural Studies, Working Group in Farm Labor and Rural Poverty.

121

MIGUEL MOCTEZUMA L.

Lomnitz, Larissa A. (1993), Cómo sobreviven los marginados, México, D.F., Siglo Veintiuno Editores.

Marx, Karl (1975), "Tesis sobre Feuerbach", en Engels, Federico (1975), Ludwing Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana, Mos­cú, Editorial Progreso.

Massey, Douglas. S., Rafael Alarcón, Jorge Durand, Humberto González (1991), Los ausentes. El proceso social de la migración interna­cional en el occidente de México, México, D. F., Consejo Nacio­nal para la Cultura y las Artes/ Alianza Editorial.

----- y Joaquín Arango, Hugo Graeme, Ali Kouaouci, Adela Pellegrino, Edward J. Taylor (1994 ), "An Evaluation of Intemational Migration Theory: the N01th American Case", en Population and Development Review, vol. 20, núm. 4, pp. 699-751.

Mines, Richard, (1997), "La salud de los hijos de los trabajadores agrí­colas inmigrantes. Resultados de la Encuesta Nacional de Traba­jadores Agrícolas", USA, Departamento del Trabajo de los Esta­dos Unidos, mi.meo.

-----y Keamey, M (1982), "The Health of Tulare Country Farmworkers: Report of 1981 Survey and Etnographic Research for the Tulare Country Departament of Health", Sacramento, California, Sacra­mento: Rural Health Division of the California Departament of Health Services, mimeo.

Moctezuma, Miguel (2000), "El circuito migrante Sain Alto, Zac. Oakland, Ca.", en Comercio Exterior, vol. 50, núm. 5, pp. 396-405.

----- (1999), Redes sociales, comunidades filiales, familias y clubes de migrantes. El circuito migrante Sain Alto, Zac. Oakland, Ca., te­sis doctoral, El Colegio de la Frontera Norte.

-----y Raúl Delgado Wise (1993), "Metamorfosis migratoria y evolu­ción de la estructura productiva de Zacatecas: 1893 1950", en Zacatecas: la sociedad y sus dilemas. Tomo JI: en busca de las raíces, Zacatecas, Zac., LIV Legislatura del Estado/Maestría en Ciencia Política.

122

LA PRESENCIA MIGRANTE DESDE LA DISTANCIA

Montoya Briones, José de Jesús (1996), Jerez y su gente. Región de vírge­nes, noma.dismo y resistencia cultural, México, D.F., Plaza y V aldés Editores/ Instituto Nacional de Antropología e Historia.

Palerm, Juan Vicente (1994), "Immigrant and Migrant Farm Workers in the Santa Maria Valley, California", Santa Barbara, California, Center for Chicano Studies and Department of Anthropology, University of California, Santa Barbara.

Patterson, Orlando (1975), "Context and Choice in Ethnic Allegiance: A Theoretical Frarnework and Caribbean Case Study", en N. Glazer and D. P. Moynihan (eds.) (1975), Ethnicity Theory and Experience, Cambridge, Mass., Harvard University Press.

Portes, A. y R. Rumbaut (1996), Jmmigrant America, Berkeley, University of California Press.

Portes A. y Bach, Robert L. (1985), Latín Journey: Cuban and Mexican Immigrants in the United States, Berkeley, California, University of California Press.

Roberts, Bryan, R. (1995), "Socially Expected Durations and the Econornic Adjustment of Immigrants", en Alejandro Portes (ed.) (1995), The Economic Sociology of Immigration. Essays on Networks, Ethnicity, and Entrepreneurship, Nueva York, Russell Sage Foundation, pp. 42-86.

Rosaldo, Renato (1988), "Ideology, Place, and Place Without Culture", en Cultural Anthropology, vol. 3, núm. 1, pp. 77-87.

Rouse, Roger ( 1987), "Migration and the Politics of Farnily Life: Divergent Projects and Rethorical Strategies in a Mexican Trasnational Migrant Community", La Jolla, California, Center for U.S.-Mexican Studies, University of California, mirneo.

Santamaría Gómez, Arturo (1994), La política entre México y Aztlán: relaciones chicano mexicanas del 68 a Chiapas 94, Universidad Autónoma de Sinaloa, California State University.

Scott, George M. (1990), "A Resynthesis of the Primordial and Circumstantial Approaches to Ethnic Group Solidarity: Toward

123

M!G;JEL MOCTEZUMA L.

an Explanatory Model", en Ethnic and Racial Studies, vol. 13, núm. 2, pp. 147-171.

Simmel Georg (1986), Sociología 2. Estudios sobre las formas de so­cialización, Madrid, Alianza Editorial.

Smith A. D. (1981), The Ethnic Reviva/ in the Modern World, Londres, Cambridge University Press.

Smith, Robert C. ( 1995), Los Ausentes Siempre Presentes: The Imagining, Making and Politics of a Transnational Migrant Community Between Ticuani, Puebla, Mexico and New York City, tesis docto­ral, Columbia University.

Spicer Edward H (1971), "Persistent Cultural Systems: A Comparative Study of identity Systems that Can Adapt to Contrastive Environments", en Science, núm. 174, pp. 795-800.

Stack, J. E. (1986), The Primordial Challenge, Ethnicity in the Contemporary World, Nueva York, Greenwood Press.

Torres, Federico (2000), "Uso productivo de las remesas en México, Centroamérica y República Dominicana. Experiencias recientes", trabajo presentado en el Simposio sobre Migración Internacional en las Américas, San José de Costa Rica, Organización Interna­cional para las Migraciones/Comisión Económica para América Latina y el Caribe, 4-6 de septiembre.

----- (1988), "Uso productivo de las remesas en El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua", CEP AL, LC/MEX/R.662.

Weber, Max (1981), La, ética protestante y el espíritu del capitalismo, México, Ed. Premia Editora.

Woo Morales, Ofelia (1997), La, migración de las mujeres mexicanas ha­cia Estados Unidos, tesis doctoral, Universidad de Guadalajara.

Yelvington, K. A. (1991), "Ethnicity as Practice? A Comment on Bontley", en Comparative Studies in Society and History, vol. 33, núm. 1, pp. 158-168.

124

LA PRESENCIA MIGRANTE DESDE LA DISTANCIA

Zabin, Carol y Luis Escala-Rabadán (2002), "From Civic Association to Political Participation: Mexican Hometown Associations and Mexican Immigrant Political Empowerment in Los Angeles" , en Frontera Norte, vol. 14, núm. 27, pp. 7-41.

Zaldívar Ortega, J. (1993), El Momento en Los Angeles, Los Ange­les, Ca., enero 9.

Hemerografía

Federación de Clubes de Zacatecanos del Sur de California, Revista, 1992, 1993, 1994-95, 1995-96, 1996-97, 1997-98 y 1998-99.

Martínez, J. (1996), "Mundo Nuevo", San José Mercury, News, 28 de junio, pp.15 y 20.

El Sol de Zacatecas, varios números.

Entrevistas

Ávila, Manuel, Saín Alto, Zac., junio de 1995.

Bañuelos, Agustín, Presidente del Club Campesinos El Remolino (1998-1999) y Secretario de Proyectos de la Federación de Clubes Zacatecanos del Sur de California, Los Angeles, Ca., 27 de abril de 2001 y julio de 2002.

Barajas, Rafael, Los Angeles, Ca., 24 de mayo de 2002.

Cruz Palomino, Javier, Miembro del Frente Cívico Zacatecano, Los An­geles, Ca., julio de 2002.

Delgado, Samuel, Responsable del Programa "2 X 1", Zacatecas, Zac. 21 de abril de 1999.

Gómez de Lara J. Guadalupe, Presidente de la Federación de Clubes de Zacatecanos Unidos del Sur de California, Los Angeles, California, diciembre de 2000 y julio de 2002.

125

MIGUEL M OCTEZUMA L.

González, Francisco Javier, Presidente del Frente Cívico Zacatecano, Los Angeles, Ca., julio de 2002.

Jiménez, Efraín, Secretario de Proyectos, Federación del Sur de California.

Reyes, Marcos G., Vice-Presidente y Secretario de Proyectos, de la Fe­deración de Clubes Unidos Zacatecanos en Illinois, Chicago Illinois, octubre de 2000.

Real, Martha Elva; Barajas, Rafael; Reyes, Marcos; Ruiz, Rosalía. Entrevistas en grupos focales, Los Angeles, Ca., y Chicago Ill., octubre de 2000.

Ruiz, Rosalva, Ex-Presidenta de la Federación de Clubes Unidos Zacatecanos en Illinois.

126

Solidaridades transfronterizas y la emergencia de una sociedad civil transnacional : la participación de dos clubes de migrantes en

el desarrollo local del Occidente de México

Guillaume La.nly y Volker Hamann

Introducción

Recientemente, la Secretaría de Relaciones Exteriores de México registró más de 600 clubes de migrantes mexicanos en los Estados Unidos (SRE, 2003). Princi­palmente orientados hacia sus comunidades de origen, éstos son actualmente la forma de organización más "acabada" de los migrantes de primera generación. Su rápido crecimiento, a partir de los años ochenta, al mismo tiempo que la ex­pansión del flujo migratorio y la mayor permanencia de los migrantes en los Estados Unidos ha favorecido la formación y una mayor estructuración de mu­chas comunidades de migrantes por lugar de origen. La aparición de los clubes y las numerosas iniciativas orientadas hacia la comunidad de origen basadas en la elaboración y el financiamiento de proyectos de infraestructura comunitaria han originado la aparición de una sociedad civil transnacional que ha aprovechado los cambios políticos recientes en México (democratización política, descentrali­zación, reconocimiento de un México "desterritorializado") para jugar-en ciertos estados- un papel cada vez más importante a nivel local pero también a nivel regional. Es importante señalar que si bien la influencia en los asuntos locales de estas nuevas instituciones transnacionales varía considerablemente entre los esta­dos y municipios expulsores del país según, entre otras cosas, el nivel de institucionalización de la práctica asociativa en las diferentes comunidades de migrantes, el reconocimiento de esas organizaciones por parte de los gobiernos municipales y estatales en México, así como la capacidad de éstos últimos de fomentar la participación del "migrante colectivo"1 en el desarrollo local.

Este artículo propone un estudio comparativo entre dos localidades rurales del Occidente de México de fuerte emigración, situadas en contextos regiona-

1 Miguel Moctezuma en varios de sus trabajos (1999) usa este calificativo para definir los clubes de migrantes y distinguir sus iniciativas de las de otros actores transnacionales como los empresarios migrantes o los migrantes ahorradores.

127

ÜU!LLAUME LANL y y V OLKER IIAMANN

les diferentes, que tienen uno o varios clubes de migrantes de primera genera­ción con distintas características. Esto permite identificar y analizar diferentes formas de articulaciones y cooperaciones entre los clubes y las instituciones formales de su lugar de origen que se establecen o no a través de programas públicos. Los casos seleccionados en este trabajo incluyen: el club Comunita­rio Jamay, en la localidad de la localidad de Jamay en Jalisco; y, el Club Cam­pesinos Remolino y el Grupo Remolino de la comunidad de El Remolino, municipio de Juchipila, en Zacatecas.

l. Los clubes de migrantes mexicanos en los Estados Unidos

En los Estados Unidos, hay una gran variedad de organizaciones dentro de la comunidad mexicana: sindicatos, asociaciones religiosas, deportivas, etc. Pese a la existencia de "correspondencias" entre ellas, este trabajo se limitará al estudio de una de ellas: los clubes de migrantes.2 Estas son las principales organizacio­nes de comunidades filiales dentro de los Estados Unidos. No se trata de simples clubes de mexicanos que radican en aquel país, sino de asociaciones específicas de migrantes de primera generación y de sus familias, todos ellos provenientes de una misma localidad en México, lugar en donde vivieron su proceso de socia­lización. En la mayoría de los casos, los miembros provienen de comunidades rurales que tienen una fuerte emigración hacia los Estados Unidos.

Estas organizaciones son una forma más elaborada de las redes sociales que reproducen e institucionalizan algunos aspectos y formas de solidaridad, como puede ser ayudar a trasladar un muerto de los Estados Unidos a su lugar de origen. Asimismo, representan a las comunidades en un ámbito transterritorial; facilitan la comunicación, el intercambio político y social entre los lugares de origen y de destino del migrante.

Su organización se basa en un comité electo o auto-designado cuya principal tarea es organizar eventos sociales y recreativos con el objeto de recaudar fondos para la comunidad de origen. Desde aquí,juegan un papel importante en la consti-

2 Se suele llamar esta tipo de organización de muchas formas según quién las caracteriza : "Clubes de oriundos" para el gobierno mexicano, o clubes comunitarios, clubes sociales, y otros calificativos para los migrantes. Los estadounidenses usan un término que se acerca más a lo que constituye la identidad de base de estas organizaciones, o sea el pueblo de origen : Hometown Association. Sin embargo, en este calificativo no aparece la referencia a la migración.

128

SOLIDARIDADES TRANSFRONTERIZAS

tución y fortalecimiento de una comunidad transnacional. Permiten entre otras cosas mantener y extender los lazos sociales entre inmigrantes de una misma comunidad, ofrecer un espacio donde reivindicar la identidad de origen a través de varias actividades y actos con fuerte caracter identitario y simbólico.

La participación de la comunidad migrante en el club es, por lo general, muy flexible, debido a que no existe realmente una membresía formal ni obli­gaciones. Esta se hace de manera indirecta, gastando dinero durante los eventos para recaudar fondos. Sólo un núcleo reducido de personas apoya a los miem­bros del comité en la preparación de los eventos. Este funcionamiento hace que los clubes se apoyen en una o pocas personas, muchas veces carismáticas y reconocidas en la comunidad de migrantes, que dedican parte de su tiempo y dinero para el club y la realización de sus metas. Hoy día, con la presión ejer­cida por algunas de las federaciones de clubes y por el Estado mexicano, a través de sus consulados, los clubes de migrantes tienden cada vez más a regis­trarse como organizaciones sin fines de lucro (non profit organization).

Los fondos recabados durante los eventos se destinan principalmente a donaciones para algún servicio social de la comunidad (material médico para el centro de salud o becas para estudiantes, por ejemplo) y a la realización de proyectos de infraestructura comunitaria en la localidad de origen como la pavimentación de calles, la perforación de pozos , la construcción y el equipamiento de una escuela o de un centro de salud, así como la instalación de sistemas de drenaje y de agua potable, la restauración de la iglesia o la construc­ción de una plaza de toros. La estructura poco formal de la mayoría de los clubes y su vocación a promover iniciativas que beneficien a toda la comunidad no favorecen la realización de proyectos productivos. Pocos clubes han logrado financiar este tipo de proyectos que buscan, por ejemplo, modernizar la activi­dad agrícola o diversificar la economía local.

Los clubes tienen el respaldo en la comunidad de origen de otras institu­ciones, a veces creadas por ellos, cuyo papel principal es de supervisar la realización de la obra. Según un estudio reciente, los clubes de migrantes mexicanos y centroamericanos envían, en promedio, a su comunidad de ori­gen poco menos de 10,000 dólares por año (Orozco, 2000) . Sin embargo, el monto de la inversión y el número de proyectos realizados por los clubes de migrantes varian considerablemente según el grado de institucionalización del club y de sus actividades en la comunidad filial, la solidez de la relación entre el club y las principales instituciones locales así como la existencia o

129

GUlLLAUME LANL Y Y V OLKER lfAMANN

no, en su estado de origen, de programas de incitación a la inversión de los clubes, como el "3xl" en Zacatecas.

Con el tiempo, los clubes tienden a juntarse para formar federaciones en algunos lugares de llegada, organizadas principalmente por estados de origen o por grupo étnico. En un contexto de acercamiento del Estado mexicano hacia sus emigrantes, este tipo de organización ha permitido a los clubes aumentar su poder de negocia­ción frente a los diferentes niveles de gobierno en México, en particular cuando se trata de obtener apoyos para realizar sus proyectos o reivindicar una mayor partici­pación de los migrantes en los asuntos del lugar de origen. Además, estas federacio­nes facilitan a sus miembros el acceso a algunos servicios para la comunidad inmi­grante, como cursos de inglés o talleres para registrarse como non profit organization en los Estados Unidos. De esta manera tratan de involucrar más a sus miembros en la sociedad y la política del lugar de llegada. Asimismo, algunas federaciones han contribuido de manera importante a difundir el modelo asociativo dentro de la co­munidad de migrantes originarios de un mismo estado. Sin embargo, existen entre ellas, diferencias importantes, tanto en su capacidad de negociación con los gobier­nos de estados de origen como en su cohesión. En el caso de la Federación de Clubes Zacatecanos del Sur de California, su representatividad, dentro de la comu­nidad de Los Angeles y el peso político que ha adquirido, le permite jugar un papel de intermediario entre los zacatecanos ausentes y la administración mexicana. En cambio, las fuertes divisiones étnicas entre las diferentes comunidades originarias de Oaxaca, y su reproducción en la migración, explican en gran parte las dificulta­des que tienen los clubes de migrantes de este estado para juntarse por grupo étnico y por estado de origen (Lanly, 1999). En los últimos años, han surgido confedera­ciones que reúnen las federaciones de clubes de un mismo estado de origen en los Estados Unidos (Confederación de Clubes y Organizaciones Zacatecanas en la Unión Americana), o que reúnen federaciones de clubes de migrantes de estados mexica­nos diferentes pero basadas en el mismo lugar de llegada, como el Consejo de Federaciones de Clubes Mexicanos en Los Angeles formado en 2002. Este nivel de organización busca una mayor coordinación de las acciones de las federaciones para tener mayor influencia ante los gobiernos, tanto mexicanos como estadouni­denses, sobre asuntos que atañen a la comunidad migrante mexicana

¿Cuántos son y dónde están?

La Secretaría de Relaciones Exteriores de México registró, en 2002, 583 clubes de oriundos ( cuadro 1 ). Sin embargo, se piensa que son muchos más debido a que

130

S O UDARJDADES TRANSFRO NTERIZAS

la mayoría se limita a relaciones con su comunidad de origen y no tiene contacto con los consulados de México en los Estados Unidos. Además, parece que estos últimos no asientan con los mismos criterios y la misma seriedad los clubes de migrantes. 3 Leiken (2000), basándose en el rápido crecimiento que éstos han teni-do en las ultimas dos décadas, considera que son aproximadamente 2000 los clubes de migrantes mexicanos en toda la Unión Americana.

Cuadro 1. Los clubes de migrantes mexicanos en los Estados Unidos por estados de origen (1995, 1998, 2002)

Estados EUA California Illinois Texas Otros estados TOTAL Estados México 1995 1998 2002 1995 1998 2002 1995 1998 2002 1995 1998 2002 1995 1998 2002

(a) (a) (a) (a) (a)

Za ca tecas 45 76 91 1 22 29 o 15 7 o 2 5 46 115

Jalisco 38 52 63 6 13 24 o 2 3 2 11 9 46 78

Guerrero 2 3 4 15 22 41 1 3 2 o 1 2 18 29

Guanajuato 2 15 8 2 6 26 9 12 6 o 8 8 13 41

Michoacán 8 11 17 4 9 15 o o o 2 2 12 22

Puebla 4 3 5 o 3 o o 15 15 25 19 19

Oaxaca 16 21 24 3 3 3 o 1 1 o 3 3 19 28 Nayarit 27 28 25 o o o o o o o o o 27 28

San Luis Potosí 7 11 5 2 3 11 3 24 7 o 2 o 12 40

Durango 9 11 9 2 6 6 4 3 2 o 1 15 21

Sinaloa 13 13 15 o o 1 o 1 o o o 1 13 14

Tlaxcala 6 8 10 o o o o o o o 1 2 6 9 Otros estados 10 13 19 4 6 11 2 17 18 1 7 9 17 43

TOTAL 187 265 295 39 91 170 19 78 48 18 53 67 263 487

Fuente: Cálculos realizados con datos proporcionados por el Programa para las Comunidades Mexicanas en el Exterior de la Subsecretaría de Relaciones Exteriores (PCME), SRE. (a) Cálculos realizados con datos del PCME proporcionados por Imaz (1995) y Gómez Arnau y Trigueros (2000).

3 Por ejemplo, el consulado de Dallas tiene registrado únicamente las federaciones de clubes, mientras que el de Los Angeles tiene un amplio registro de los clubes y las federaciones cono­cidas en la conurbación e información de las actividades que realizan.

132

99

49

48

35

34

31 25

23

18

17

12 57

580

131

GUILLAUME LANLY Y VOLKER HAMANN

Su distribución por estado de origen como de llegada es muy desigual (cuadro 1). No sorprende que los lugares que reciben mayor numero de inmigrantes mexicanos tengan más clubes, como lo son California y Illinois. Sin embargo, en estos lugares de recepción, la distribución de los clubes de migran.tes por estados de origen no es representativa del tamaño de cada co­munidad regional. El caso más ejemplar es el de la comunidad michoacana en Los Angeles que es, por su tamaño, la segunda después de la jalisciense (Zabin y Escala, 1998). En 2002 sólo tenía 17 clubes registrados en el Consulado mientras que otras comunidades más peqeñas, como las zacatecanas y la oaxaqueñas, tenían más (cuadro 1). Varios factores endógenos y exógenos a las comunidades migran.tes contribuyen a explicar esta configuración como:

132

• La visión y la relación que cada comunidad mantiene con los consu­lados: se estima que las comunidades oaxaqueña y michoacana te­nían más clubes en 1997; pero, debido probablemente a su reticencia a establecer relación con órganos de gobierno mexicanos, no se han registrados en el consulado;

• La capacidad de cada consulado para motivar a las comunidades de migran.tes mexicanos a organizarse en clubes a través del Programa para las Comunidades Mexicanas en el Exterior (PCME) y a registrarlos;

• La voluntad y capacidad de cada estado a través de sus Oficinas estatales de Atención a Migrantes (OFAM) para fomentar la organi­zación de sus emigrantes;

• La cohesión y la tradición organizativa de cada comunidad de migrantes que depende tanto del "medio" de origen, en el cual se han desarrollado los migran.tes, como del nivel de estructuración de sus redes sociales. Por ejemplo, los migran.tes mixtecos de Oaxaca y Pue­bla provienen de comunidades rurales en las cuales hay formas de solidaridad y de autoayuda, a nivel comunitario, bien establecidas que fueron en cierta forma reproducidas en la migración. Además, han desarrollado, a lo largo de su proceso migratorio, organizaciones de ayuda y defensa de sus migrantes (Lanly, 1999);

• La existencia de una federación de clubes dinámica que alienta a sus paisanos a organizarse, como la Federación de Clubes Zacatecanos del Sur de California (FCZ).

S O LIDARIDADES TRANSFRONTERIZAS

ÚlS diferentes eto,pas en la. dinámica asociativa de los migrantes mexicanos

El escaso número de estudios y de datos sobre los clubes de migrantes mexicanos en los Estados Unidos antes de 1995 no permite caracterizar con precisión la evolución de la dinámica asociativa de los inmigrantes durante las últimas déca­das. Sin embargo, a partir del análisis de varios estudios de caso recientes se pueden distinguir dos grandes etapas en la formación y el desarrollo, dentro de la comunidad de migrantes, de esta forma de organización. La primera fase coinci­de con la formación y organización progresiva de comunidades de inmigrantes mexicanos por lugar de origen, o comunidades filiales, a raíz del cambio de pa­trón migratorio ocurrido a partir de los años sesenta.4 La segunda está relacionada con la política de acercamiento hacia las comunidades de origen mexicano en los Estados Unidos promovida por el gobierno mexicano, que contribuyó a dinamizar el proceso de organización de las comunidades filiales en clubes.

La formación de comunidades filiales y la. creación de los primeros clubes

Si nos limitamos a nuestra definición de los clubes de migrantes, en particular al apego de sus miembros al pueblo de origen, los primeros clubes constituidos aparecieron en algunas comunidades de inmigrantes mexicanos a final de los años cincuenta. En las décadas siguientes, en algunas urbes americanas, esta forma de organización se difundió progresivamente en las comunidades de migrantes originarias de las regiones tradicionalmente expulsoras del Occiden­te de México. Este incremento debe ser entendido a raíz de los cambios que, en su patrón migratorio, experimentaron muchas localidades rurales tradicional­mente emisoras de esta región. En éstas, el abandono del Programa Bracero en 1964 se caracterizó por un incremento de la emigración clandestina de más larga duración hacia pocos destinos en los Estados Unidos. Lo anterior tuvo como consecuencia el fortalecimiento de las redes sociales entre los migrantes y el aumento del número de migrantes en las comunidades filiales . En éstas, se estructuraron progresivamente, en torno a los migrantes más establecidos, va­rias formas de convivencia social y de solidaridades entre sus miembros así

4 Desde el principio del siglo XX., se tienen registrados clubes de migrantes de primera generación en los Jugares de llegada, organizados principalmente en tomo a la identidad nacional o regional (Imaz, 1999). Sin embargo, la formación de clubes de migrantes mexicanos por comunidad de origen es un fenómeno más reciente que creció junto con el fuerte incremento de la práctica migratoria internacional en muchas comunidades mexicanas a partir de los años sesenta.

133

ÜUJLLAUME LANLY Y VOLKER HAMANN

como las primeras donaciones de dinero y bienes materiales hacia la comunidad de origen que en algunos casos evolucionaron en clubes de migrantes. Algunos documentos reportan el incremento durante los años sesenta y setenta de esta forma de organización en los principales lugares de destino de los migrantes mexi­canos, como en Los Angeles, donde se asiste a las primeras tentativas de forma­ción de federaciones de clubes de migrantes, con la aparición de la Federación de Clubes Unidos z.acatecanos en 1972 y de la Federación de Clubes Mexicanos en 1980. Sin embargo, en muchos casos se trataba de clubes con una esperanza de vida limitada a la realización de un objetivo, como puede ser el financiamiento de una obra en la comunidad de origen. Sus vínculos con otras instituciones, fuera de su comunidad de origen, eran entonces muy reducidos.

A partir de la mitad de los años ochenta, el número de clubes de migrantes mexicanos se acrecienta significamente. Esto es, por una parte, el resultado del incremento y de una mayor difusión de la emigración internacional en México durante los setenta y especialmente ochenta y, por otra, consecuencia de la crisis de 1982 que elevó el número de migrantes y de comunidades filiaies en los principales lugares de destino (gráfica 1). Tal es el caso de los inmigrantes indígenas originarios de los estados del suroeste de México (Oaxaca, Guerrero, Puebla) quienes empezaron a llegar en numerosos contingentes a los Estados Unidos a finales de los años setenta y principios de los ochenta. Su larga tradi­ción organizativa favoreció la formación de clubes orientados principalmente a la reproducción en la migración de las instituciones de la comunidad de origen y al mantenimiento de los vínculos sociales y culturales con ese lugar.

Entre los factores que desencadenaron la dinámica asociativa, figura tam­bién la reforma de la ley migratoria estadounidense: lmmigration Reform and Control Act (IRCA), aprobada y puesta en vigor en 1986. Esta reforma, al con­ceder el derecho de residencia legal a un significativo número de migrantes indocumentados que pudieran probar que habían trabajado por un cierto tiem­po en los Estados Unidos, facilitó la reunificación familiar: a un migrante con documentos le dio la oportunidad de traer a sus padres, quienes a su vez obtu­vieron el derecho de traer a sus otros hijos y así sucesivamente. De esta manera, mediante el acrecentamiento del número de migrantes establecidos, la IRCA hizo posible el fortalecimiento de muchas comunidades de mexicanos en los Estados Unidos (Comelius, 1990) lo cual estimuló la formación de nuevos clu­bes y reforzó aquellos existentes. En contrapartida, la IRCA trajo consigo un control más estricto de la frontera, acompañado de sanciones para los empleadores. A contra sensu del objetivo para el que fue diseñado, lo anterior

134

SOLIDARIDADES TRANSFRONTERIZAS

permitió que muchos de los migrantes indocumentados prefirieran quedarse más tiempo en los Estados Unidos (evadiendo de esta manera los riesgos del cruce fronterizo) y fortalecer así sus vínculos con la comunidad de mexicanos residentes en aquel país. No debe perderse de vista que las sanciones a empleadores propiciaron una discriminación más grande hacia los latinos, fue­sen documentados o no, lo que vino a estrechar aún más los lazos de solidari­dad al interior de la comunidad migrante y a alentar -en vez de inhibir- los flujos poblacionales transfronterizos.

M I G R A N T E s

Gráfica l. Migrantes mexicanos a los Estados Unidos

2500000 ~-------------------------~

1500000 -+-----------------------+-------!

1000000 -+---------------------+----------l

1901- 1911- 1921- 1931- 1941- 1951- 1961- 1971- 1981- 1991-1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1980 1990 2000

Décadas

La política de acercamiento del Estado mexicano a los mexicanos en el exterior y el "boom" de los clubes de migrantes

Durante la década de los noventa esta forma asociativa conoció su mayor expan­sión y difusión en la comunidad mexicana en los Estados Unidos. Fue en parte el resultado de la política de acercamiento hacia ella -iniciada por el gobierno de Car­los Salinas de Gortari- surgida desde los acontecimientos económicos y políticos, que vivió el país durante los ochenta, los que modificaron la percepción y actitud del gobierno hacia sus emigrantes. La crisis de 1982, por ejemplo, dio lugar a una

135

GUILLAUME LANL y y V OLKER HAMANN

redefinición del papel del Estado federal que se tradujo, en los años que siguieron, en un abandono progresivo del centralismo político, económico y social que ejercía has­ta entonces. En particular, se inició un proceso de liberalización de la econonúa y de redefinición de la relación entre México y los Estados Unidos que desembocaron con la firma de un tratado de libre comercio con los Estados Unidos y Canadá. Se aceleró también el proceso de democratización de la vida política que había comenzado hacia finales de los años setenta. Asimismo, a partir de 1983, fue puesto en marcha un proceso de descentralización que dio a los estados y municipios mayor autononúa, en cuestión de desarrollo regional y local, y que favoreció el establecimiento de una colaboración para el desarrollo local entre estos niveles de gobierno y la sociedad civil local que incluía también aquella formada por los emigrantes.

Fue, en este contexto de cambios institucionales que el Estado tomó progresiva­mente conciencia de la importancia económica y política de los emigrantes en México y de la necesidad de establecer vínculos duraderos con ellos. V arios estudios y encuestas, realizados a partir de la segunda mitad de los años setenta, revelaron el incremento del flujo de migran.tes hacia los Estados Unidos, su mayor permanencia en aquel país así como sus impactos, tanto económicos como sociales, en los luga­res de origen. Entre 1970 y 1980 el volumen de la emigración a los Estados Unidos se triplicó, pasando de 0.76 a 2.2 millones, y se duplicó en la década siguiente. Además, las primeras estimaciones realizadas por el Banco de México en los ochenta sobre el monto de las remesas enviadas a México por los trabajadores migran.tes pusieron de manifiesto su crecimiento porcentual en la balanza de pago que pasó de 2.8 % en 1980 a 4.6% en 1989 para llegar a 5.5% en 1995 (CONAPO, 2000b). El fuerte impacto de estos recursos en los hogares de migrantes y en los lugares de salida fueron subrayados por varios estudios de casos realizados en los años ochen­ta. Estas y otras evidencias hicieron que el Estado mexicano, en sus distintos nive­les, empezara a considerar la importancia de valorar este recurso en un contexto de crisis ecónomica y de retiro progresivo del estado de la vida económica.

En otro aspecto, la elección presidencial de 1988 evidenció la influencia que tenían los emigrantes en los acontecimientos políticos, en particular en un con­texto de mayor pluralismo. Se atribuyó parte del buen resultado del candidato de la oposición de izquierda, Cuauhtemoc Cárdenas, a la campaña que hizo en los Estados Unidos ante los inmigrantes mexicanos quienes llamaron a sus parientes y amigos en México para que votaran por ese candidato. Este acontecimiento y otros revelaron también, a los actores políticos mexicanos, la organización de algunos sectores de la comunidad mexicana en los Estados Unidos cuyas reivin­dicaciones y iniciativas empezaban a tener siempre más difusión entre los migrantes

136

S O LIDARIDADES TRANSFRO NTERIZAS

así como en sus regiones de origen. El gobierno priista de Carlos Salinas de Gortari tomó conciencia, entonces, de la urgencia de lanzar programas hacia los emigrantes para tratar de recuperar la influencia que la oposición había ganado en la comunidad de migrantes mexicanos en los Estados Unidos.

8000000 ~

~ "'..!!1 ro -o 6000000 IDº ~.g¡ o,: 1) 4000000

I 2000000

1900

Fuente: Banco de México.

Gráfica 2. Remesas 1980-2001

1985 1990

Año 1995 2000

La perspectiva de un tratado de libre comercio entre los países de América del Norte contribuyó también a modificar la percepción que el Estado mexica­no tenía de los miembros de las comunidades de origen mexicano en los Esta­dos Unidos. El Gobierno de Carlos Salinas de Gortari vio la posibilidad de constituir entre ellos un grupo de presión en los Estados Unidos que podría promover y defender los intereses de México en los asuntos bilaterales ante los políticos y la opinión pública estadounidenses (lmaz, 1999).

El reconocimiento por parte del Estado mexicano del peso político y econó­mico de las comunidades de migrantes de origen mexicano en los Estados Uni­dos se tradujó en el diseño de una ambiciosa política de acercamiento hacia ellas con el objeto de integrar más al emigrante en la vida del país. El gobierno de Salinas de Gortari lanzó varios programas entre los cuales destacaron el Programa Paisano, creado en 1989, con el objetivo de evitar los abusos come­tidos en contra de los emigrantes durante su viaje de retorno y, el Programa para las Comunidades Mexicanas en el Exterior (PCME) de 1990, manejado por la Secretaría de Relaciones Exteriores. Este programa implementado con la intermediación de los consulados mexicanos en los Estados Unidos busca

137

Ül/lLLAUME LANLY Y VoLKER HAMANN

establecer y desarrollar vínculos con personas de origen mexicano en el vecino país y cubre aspecto muy variados como la salud, la educación, la promoción de la cultura mexicana entre la población de ascendencia mexicana, así como, el apoyo a los empresarios migrantes. En este programa se dio mucha relevan­cia a la organización de los emigrantes, requisito necesario para la difusión -dentro de la comunidad mexicana en los Estados Unidos- de las acciones del gobierno hacia los hijos ausentes. En los principales lugares de destino de los emigrantes mexicanos, los consulados jugaron un papel importante en la pro­moción y el apoyo a los clubes de migrantes y a sus federaciones, como ocurrió en el área de Los Angeles. Esto explica en parte el incremento considerable de los clubes durante la década de los noventa en las principales urbes receptoras de inmigrantes mexicanos.

En 1993, SEDESOL puso en marcha, a nivel nacional, un programa de cana­lización de las remesas hacia el proyecto de desarrollo comunitario denominado "Solidaridad internacional 2xl", inspirándose en la experiencia de un programa similar implementado en Zacatecas desde 1986. El programa "2xl" proponía que por cada dólar invertido por un club de migrantes, en un proyecto de infraestruc­tura comunitaria, el gobierno federal (SEDESOL) y los estados ponían cada uno un dólar. Sin embargo, a excepción de Zacatecas, el programa no tuvo el auge esperado y su versión nacional fue abandonada a finales de 1995 debido a la disminución del presupuesto que provocó la crisis financiera de 1994.

Este reconocimiento de los migrantes a través de los discursos oficiales y el desarrollo de varios programas, a los cuales están asociados, traduce una nueva concepción de la nación mexicana de parte del gobierno federal. En ésta, la comunidad migrante, pero también los "mexamericanos", son parte de una misma comunidad nacional que rebasa las fronteras nacionales. Ello dio lugar a una revisión de la Constitución mexicana. Con la "ley de no renunciabilidad a la nacionalidad mexicana" que entró en vigor el 20 de marzo de 1998, se permite la recuperación de la nacionalidad mexicana a los nacionales que renunciaron a ella para optar por otra. Otra reforma de la Constitución, en discusión desde 1996, es la ley del "voto mexicano en el exterior". Sin embargo, esta última tarda en ser aceptada por la dificultad logística que supondría su aplicación y por la falta de una real motivación política.

La crisis financiera de 1994, así como el proceso de descentralización en curso, favorecieron una mayor responsabilidad de los estados y los municipios en la política de acercamiento la cual dio lugar a una variedad de iniciativas

138

SOLIDAIUDADES TRANSFRONTEIUZAS

originales. En una decena de estados expulsores se crearon Oficinas de Aten­ción a Oriundos, luego Oficinas de Atención a Migrantes (OFAM), cuyo obje­tivo es definir y coordinar la política estatal hacia los emigrantes y servir de intermediarios entre el estado y sus organizaciones. Estas oficinas promovie­ron, varios programas para los emigrantes entre los cuales resaltan el "2xl" (luego "3x 1 ") en Zacatecas, el programa "Mi Comunidad" en Guanajuato, cuyo objetivo es promover la inversión de los ahorros de los migrantes hacia la crea­ción de maquiladoras en el estado, así como la creación de "Casas Guanajuato" en los Estados Unidos, o "Fideraza" en Jalisco. Algunas de estas iniciativas tuvieron un impacto considerable sobre la formación de clubes dentro de las comunidades de paisanos apoyando sus iniciativas u otorgándoles un papel de intermediario en la aplicación de estos programas.

2. Las políticas públicas regionales hacia los migrantes y sus organizaciones: los casos de Zacatecas y Jalisco

El caso de Zacatecas

El Estado de Zacatecas formalizó, a partir de la segunda mitad de los años ochenta, una relación sólida con la comunidad de migrantes, en particular con aquella ubicada en la región de California, la cual se distinguía de las otras por el gran número de clubes, la mayoría de ellos, miembros de la influyente Federación de Clubes Zacatecanos del Sur de California.

El peso de la emigración en el Estado de Zacatecas

El interés puesto por el gobierno zacatecano en desarrollar una relación con sus emigrantes se debe a la importancia que ha cobrado la emigración en ese esta­do, no solamente a nivel internacional sino también interna, así como las remesas que derivan de ella. Entre 1950 y 2000, la tasa media anual de crecimiento demográfico de Zacatecas fue la más baja entre las entidades federativas del país como consecuencia de la tasa de crecimiento social negativa que pasó de -14.8 en 1980 a- 21 por millar en 2000 (Padilla, 2001:105). Según esta misma fuente, en el 2000, de los 2.1 millones de zacatecanos de nacimiento, "58.5% reside habitualmente en Zacatecas, 24.9 en cualquier parte del país y 16.6 en los Estados Unidos. A su vez, de la primera un poco más de 7% de la población

139

GUILLAUME LANL Y Y V OLKER lfAMANN

zacatecana es emigrante temporal, internacional la mayor parte" (Padilla, 2001:124). Partida estima que, sin la emigración de este periodo, el estado ha­bría contado con cerca de 2.4 millones de habitantes en 1995 en vez de poco más de 1.3 millones (Partida, 2000). La debilidad y la poca diversificación del aparato productivo zacatecano, centrado en la minería y en la ganadería exten­siva favoreció a partir de la primera mitad del siglo pasado la emigración inter­na e inernacional en las zonas rurales del estado. Y no dejó de crecer y difun­dirse hacia las ciudades a pesar de los intentos recientes de modernización y de di versificación de los sectores productivos (Delgado y Rodríguez, 1999; Hamann, 2000).

Como consecuencia de ello, Zacatecas registra la tasa de emigración in­ternacional más alta de todo el país. Fuentes oficiales de este estado estiman que ascienden a un poco más de un millón las personas de origen zacatecano residentes en los Estados Unidos, con una tendencia, en los últimos quince años, a la mayor permanencia en los Estados Unidos. Zacatecas tiene además el porcentaje más alto de hogares que recibían remesas en 1995 con 12.2 % (Delgado y Rodríguez, 1999), lo que subraya el peso que éstas representan para muchos hogares zacatecanos. En 1989, el monto total de remesas por el Estados de Zacatecas representaba 200 millones de dólares, esto es, el doble del presupuesto anual del estado en este año (Gómez y Trigueros, 2000). Según el Senado de la República mexicana, en 1997, ingresaron 350 millones de dólares por concepto de remesas en el estado, lo que equivalía a 166% de las participaciones federales recibidas por Zacatecas ese año (García, 2000 ). Las regiones más afectadas por la emigración internacional son el oeste del estado con una zona de fuerte emisión que va de Villanueva a Valparaiso, y el suroeste con la regiones de Tlaltenango, del Cañon de J uchipila y de Nochistlán, a pesar de una mayor difusión de la práctica migratoria interna­cional en el estado durante los últimos años (Mapa 1).

La institucionalización de la relación entre las organizaciones de migrantes y el Estado de Zacatecas

A partir de los años 1960 se asistió a una organización progresiva, a un ritmo tal vez mayor que las otras comunidades regionales, de los migrantes zacatecanos por comunidades de origen, en particular en el sur de

140

SOLIDARIDADES TRANSFRONTERIZAS

California. En 1972, algunos clubes de migrantes de Los Angeles forma­ron la primera federación de clubes zacatecanos: la Federación de Clubes Zacatecanos Unidos ( cuyo nombre es hoy en día Federación de Clubes Zacatecanos del Sur de California (FCZ) ). En ese entonces, la comuni­dad zacatecana contaba con varios líderes dinámicos cuyo éxito económi­co y social les incitaba a jugar un papel más importante en la comunidad migrante y a buscar el reconocimiento de la misma, así como el del go­bierno de su estado de origen. Como lo recuerda su primer presidente, la Federación de Clubes Zacatecanos Unidos trató de acercarse a los gober­nadores para buscar su apoyo en la realización de pequeños proyectos, financiados por los clubes, en beneficio de su localidad de origen.5 Sin embargo, se tuvo que esperar la llegada de Genaro Borrego a la gubematura y la reforma de la FCZ en 1986 para que se institucionalizara una rela­ción sólida entre ellos. En 1986, durante la primera visita a Los Angeles de este gobernador, se pusieron las bases de lo que sería la relación entre el estado de Zacatecas y las organizaciones de migrantes. El gobernador se comprometió a efectuar cada año una visita a Los Angeles y a poner en marcha el Programa para los Zacatecanos Ausentes o "Peso por Peso" en el que el gobierno de Zacatecas se comprometía a aportar un peso por cada peso invertido por los clubes de migrantes miembros de la FCZ.6

En 1993, este programa fue reemplazado por el programa "Solidaridad In­ternacional - 2xl". Al término de éste, en 1995, el gobierno de Arturo Romo y la FCZ consiguieron su permanencia en Zacatecas. Durante la segunda mitad de los noventa, el gobierno de Zacatecas, primero con Arturo Romo y luego con Ricardo Monreal, apoyados por la FCZ, promovió una política activa de difusión de la acción del gobierno en las comunidades de migrantes zacatecanos dispersos en los Estados Unidos para formar clubes e incorporar más localida-

5 "En ese tiempo, intenté por todos los medios un acercamiento y apoyo con los gobiernos municipaJes y estataJ sin tener respuesta postiva hasta que en 1986 y siendo gobernador del estado el Lic. Genaro Borrego Estrada acepta la invitación de la Federación ( ... )y se logra el compromiso de lo que ahora se conoce como el "3xl"" (G. Casillas, 2002). 6 Según, G. Casillas, 28 proyectos fueron financiados dentro del programa "peso por péso" entre 1986 y 1992. Véase Imagen de 'Zacatecas (2002), Zacatecas, Zac., 22 de marzo.

141

Gull.LAUME LANL Y Y V OLKER HAMANN

des al programa "2xl" pero también con fines clientelistas y corporativistas. V arias federaciones fueron creadas en diferentes lugares de destino de los zacatecanos en los Estados Unidos basadas en el modelo de la FCZ. Sin embar­go, a partir de 1996, la relación entre el gobierno de Zacatecas y esta federación fue puesto en tela de juicio y dio lugar a luchas internas entre partidarios de una alianza estrecha con el gobierno de Zacatecas y miembros que conde­naban los compromisos de sus dirigentes con el partido en el poder recla­mando una mayor independencia de la federación respecto al gobierno priista y a la administración del "2x l "7• A pesar de este enfrentamiento y de la llegada en 1998 de un gobernador del PRD (Partido de la Revolución De­mocrática), R. Monreal, la FCZ demostró una capacidad de mantener su cohesión y su relación con el estado.

La llegada de un nuevo gobierno en Zacatecas se caracterizó por la in­tensificación de la política pública hacia los emigrantes. Se creó una oficina del gobierno de Zacatecas en los Estados Unidos para continuar con la ac­ción de formar clubes y federaciones. Junto con las federaciones de clubes zacatecanos se cambió el "2xl" por "3xl" con la participación de los muni­cipios al programa. Además se logró negociar cada año el incremento de la participación financiaría de SEDESOL.

El programa "3xl"

Gracias al interés del Gobierno de Zacatecas y los clubes; el programa "3xl" creció considerablemente, tanto en el monto de la inversión como en el número de proyectos y de comunidades beneficiadas que traduce una verdadera apropriación del programa por parte de la comunidad zacatecana en los Estados Unidos y de sus localidades y municipios de origen. Este programa permitió, entre 1993 y 2002, la realización de 868 obras por un costo de casi 464 millones de pesos (a precio de 2002) (cuadro 2).

7 Con el "3x 1" se selló, también, el carácter clientelista y corporativista de las relaciones entre la FCZ y el estado de Zacatecas, "ya que los fondos (en ese tiempo) eran discrecionales, sin un techo o presupuesto especiftcado con anterioridad" (Goldring, 1999: 306).

142

SOLIDARIDADES TRANSFRONTERIZAS

Cuadro 2. El Programa "2x1" (1993-1998) y "3x1" (1999-2002) en Zacatecas.

Años Número de Inversión en pesos Inversión en pesos Número de proyectos (precios corrientes) (precios de 2002) localidades

1993 7 1,877,428 7,391,284 7

1994 30 3,772,651 13,738,529 21

1995 34 3,905,354 13,291,181 27

1996 63 7,066,386 15,824,962 42

1997 77 16,825,949 29,507,607 63

1998 8 772,581 1,170,820 n.d.

1999 93 48,179,020 61,557,738 64

2000 117 60,000,000 68,252,544 59

2001 130 70,280,161 73,372,364 65

2002 309 180,000,000 180,000,000 n.d.

TOTAL 868 464,107,028

Fuente: Cálculos realizados con datos proporcionados por la Secretaría de Planeación y Finanzas para el período 1993-1998, Gobierno y Secretaría de Planificación y de Desarrollo del Estado de Zacatecas para el período 1999-2002.

Entre 1993 y 2001 aproximadamente doscientas localidades pertenecien­tes a 36 municipios se beneficiaron por lo menos una vez de un proyecto financiado en el marco de este programa. Es importante señalar que 79% de estas localidades tienen menos de 2,500 habitantes y el 43% tienen menos de 500 habitantes. Entre las obras realizadas gracias al programa, de 1993 y 2001, predominan los proyectos de vialidad, como la pavimentación de caminos y calles; las obras de infraestructura de base, como la ampliación de las redes del agua potable y drenaje; y los proyectos relacionados con la educación y la cultura. Sin embargo, los proyectos considerados por SEDESOL como no prioritarios pero que tienen un fuerte valor afectivo para los emigrantes, ocu­pan casi el 30% de los proyectos realizados (cuadro 3).

143

0UlllAUME LANLY Y VoLKER HAMANN

Cuadro 3. Distribución por tipo de los proyectos financiados en el marco del "3x1" entre 1993 y 2001

Categoría de Tipo de proyecto Proyecto Inversión proyecto % %

Infraestructura Agua potable 10.1 10 de base Drenaje 4.3 5

Electrificación 3.9 3.6 Subtotal 18.3 18.6

Vialidad Pavimentación de calles 17.2 13.3 Pavimentación de camlnos 8.3 30.6 Subtotal 25.5 43.9

Educación, Salud Educación y cultura 13.2 6 Salud 2.4 0.8 Casa de hogar 1 1.3 Subtota/ 16.6 8.1

Desarrollo Proyectos productivos 7.1 9.4 económico

Proyectos no Infraestructura deportiva 5.7 3.6 prioritarios Plazas y jardines 5.9 4.3

Lienzos charros 4.3 2.9 Iglesias y cementerios 12.1 6.5 Subtotal 28 17.3

Otros Otros 4.5 2.7 TOTAL 100 100

Fuente : Elaboración propia con base en datos proporcionados por la Secretaría de Planeación y

Finanzas, Gobierno y la Secretaría de Planificación y de Desarrollo del Estado de Zacatecas"

144

SOLIDAIUDADES TRANSFRONTERJZAS

Sin embargo, cuando se visualiza la distribución en un mapa de la inversión realizada en el marco del "2xl" y "3xl" (mapa 1) se puede ver una distribu­ción muy desigual entre los municipios. Esta reproduce en parte la geografía de la emigración en el estado, con una oposición entre las regiones del oeste y del suroeste expulsores de migrantes internacionales y aquellas del norte y sureste con una migración internacional menos intensa y más reciente. Cinco municipios con­centraron 40 % de la inversión total y 40 % de los proyectos "2x 1" y "3x 1" realiza­dos entre 1993 y 2001. 8 Esto se debe por una parte al número de localidades de estas entidades que tienen clubes dinámicos y a la política activa de sus ayuntamientos para promover este tipo de programa para el financiamiento de obras públicas. Se explica también por el costo elevado de algunas obras como la pavimentación de caminos. Es interesante constatar que los municipios más beneficiados por el pro­grama tienen principalmente clubes miembros de la FCZ, que se benefician de la experiencia que esta organización ha adquirido en el programa.

Gracias a la institucionalización de la colaboración entre la administración estatal y la comunidad de migrantes zacatecanos organizados en los Estados Unidos, Zacatecas es el estado mexicano que cuenta con mayor número de clubes y de federaciones (132 en 2002 según la SRE, más de 300 según las autoridades zacatecanas) y que se benefició más de sus iniciativas . La formalización de un programa como el "3xl" permitió a los clubes y a sus dirigentes participar en las decisiones locales en materia de desarrollo y de adquirir más influencia en el ámbito local y regional. Conscientes de ello, los migrantes zacatecanos organizados piden más espacios de participación en la vida económica, social y política de su lugar y estado de origen, no sin crear tensiones entre las instituciones locales y regionales y las organizaciones de migrantes como lo discutiremos con el ejemplo de El Remolino.

8 Estos son : 1) Valparaiso con 31.69 millones de pesos (a precios de 2002) y 68 proyectos ; 2) Jerez, con 25.92 millones de pesos y 64 proyectos; 3) Villanueva, con 22.14 millones de pesos y 35 proyectos; 4) Juchipila, con [7.45 millones de pesos y 32 proyectos ; y, 5) Sombrerete, con 17.02 millones de pesos y once proyectos.

145

ÜUlLLAUME LANLY Y VOLKER HAMANN

Mapa 1: Indice de intensidad migratoria (2000) e inversión 2x1 y 3x1 (1993-2001) por municipio en el Estado de Zacatecas

N

. ~ t

Kms 42 85

Inversión "2x1" y Indice de "3x2", 1993-2001 intensidad (en pesos 2002) migratoria - Muy alto

10,000 - Alto

• 100,000 Medio

• 1,000,000 Bajo

Fuente : Elaboración de G. Lanly a partir de los datos de CONAPO (2000) para el índice de intensidad migratoria y de la Secretaría de Planeación y Finanzas (1993-2000) y Secretaría de Planificación y Desarrollo Regional del Estado de Zacatecas (2001) para los programas ''2x l" y "3x 1"

146

S O LI DARIDADES TRANSFRONTERIZAS

El caso de Jalisco

Aunque Jalisco tenga una intensidad migratoria infeiior a Zacatecas y un saldo migratorio positivo, este estado comparte con Michoacán y Guanajuato, desde hace décadas, los piimeros lugares en cuanto al número de personas que migran a los Estados Unidos. Según la Secretaría de Promoción Económica de Jalisco (SEPROE), 1.94 millones de jalisciences residían en 2001 en los Estados Uni­dos (Público, 14/01/02). El estado recibió el mismo año, 1.6 mil millones de dólares por concepto de remesas, lo que representa un incremento de 6% res­pecto al año anterior. Esta cifra es casi el doble de lo que recibió el estado, en 2001, como inversión federal y extranjera (ibid.).

El acercamiento del Estado de Jalisco hacia sus emigrantes

A diferencia de Zacatecas, la relación entre el estado de Jalisco y su comunidad de migrantes se puso en marcha más tarde y con menos intensidad. Ello se debió en parte a la menor importancia que la administración jalisciense dio al asunto y a la menor estructuración de la comunidad de migrantes de este estado en sus principales lugares de llegada.

Como sucedió con los inmigrantes zacatecanos, los primeros clubes jaliscienses se formarón en los años sesenta y setenta en los principales lugares de destino en los Estados Unidos con la formación de comunidades filiales y la institucionalización en éstas de algunas prácticas sociales como la organización de encuentros deportivos, de colectas para apoyar una obra social en la comunidad o la celebración en los Estados Unidos de fiestas locales. Sin embargo, durante muchos años, estos clubes operaron en el ámbito estrecho del espacio social transnacional formado por la comunidad filial y la localidad de origen. No fue sino hasta 1991 que lograron formar la primera Federación de Clubes Jaliscienses en Los Angeles (FCJLA) y establecer relaciones con el Estado mexicano y la administración jalisciense. A diferencia de la FCZ, la formación y desarrollo en los primeros años de la FCJLA se debió sobre todo al dispositivo del PCME que se implementó durante estos años, más que a una iniciativa del gobierno de Jalisco y/o de los clubes y líderes jaliscienses en los Estados Unidos. Según un esquema que fue reproducido a menudo, el consulado organizó un encuentro entre el gobernador de Jalisco y los líderes de la comunidad jalisciense de Los Ange-

147

GUILLAUME LANLY Y YOLKER HAMANN

les y les incitó a formar una federación. De cinco miembros que había al principio, la FCJLA aumentó rapidamente gracias al apoyo que le proporcio­nó el consulado (Zabin y Escala,1998). Durante los primeros años de su exis­tencia, la relación entre la FCJLA y el gobierno de Jalisco fue indirecta pa­sando por el intermediario del PCME y de otros programas administrados por el estado federal. Así, entre 1993 y 1995, varios clubes jaliscienses participa­ron en el "Programa Solidaridad Internacional - 2x 1 ", haciendo de Jalisco el segundo estado, después de Zacatecas, que se benefició de ese programa.

Se tuvo que esperar la llegada del gobernador Alberto Cárdenas (1995-2001) del Partido de Acción Nacional (PAN) para que se estableciera una relación más intensa con la comunidad emigrante organizada. Las primeras iniciativas del gobierno de Cárdenas tendieron hacia el reconocimiento de los emigrantes como miembros de la comunidad jalisciense y a mostrar la voluntad del gobierno de estrechar los vínculos con sus miembros. En 1995, conforme con la recomendación de la Secretaría de Relaciones Exteriores, se creó la OFAM jalisciense: la Oficina de Atención a Jaliscienses en el Extranjero (OFAJE). Esta oficina, dependiente de la Dirección de Asuntos Internacionales del Despacho del Gobernador, se dio a la tarea de coordi­nar las iniciativas hacia los emigrantes jaliscienses de las diferentes institu­ciones públicas jaliscienses. La OFAJE ofrece además algunos servicios dirigidos a los destinos de los emigrantes, tales como asistencia jurídica, asesoramiento a los clubes para realizar donaciones a sus localidades de origen. Además, como parte de su política de acercamiento a la comunidad migrante, el gobierno de A. Cárdenas proclamó en 1997 el "día del Jalisciense ausente" que tiene lugar el tercer sábado de diciembre de cada año en un municipio expulsor diferente.

Iniciativas del gobierno de Jalisco para impulsar el uso productivo de las remesas

Las primeras iniciativas promovidas por el gobierno de Jalisco para valorizar las remesas e iniciativas de los migrantes y de sus clubes hacia el desaITollo local tardaron en ser diseñadas y aplicadas. Igual que en Guanajuato, otro estado dirigi­do por el PAN, sus dirigentes privilegiaron el fomento de la inversión de los migradólares hacia proyectos de carácter productivo. Aquí, los actores migrantes incluidos son principalmente los migrantes exitosos y los grupos de migrantes

148

S O LI DARI DADES TRANS FRONT ERIZAS

deseosos de invertir sus ahorros en actividades productivas en su estado de ori­gen. Entre 1997 y 2001, la SEPROE y la Secretaría de Desarrollo Rural (SEDER) promovieron varias inciativas tendientes hacia la capitalización de las remesas y de los ahorros de los migrantes. Tal es el caso del fideicomiso "Fideraza", mane­jado por la SEPROE, que buscaba obtener fondos para el financiamiento de pro­yectos de desarrollo a partir de los dólares que envían los migrantes a sus familias y disminuir el costo de transferencias de fondos de los jaliscienses radicados en los Estados Unidos. Esta iniciativa conocida hoy como "Por mi Jalisco", propo­nía ofrecer a los migrantes jaliscienses un sistema de envío de dólares, denomina­do "Raza Express", más barato que el servicio ofrecido por las principales com­pañías de transferencia de divisas. Según el monto enviado, este servicio donaba una fracción de centavo de dólar por cada dólar transferido para un fondo llama­do "fideiconúso de inversión" para generar capital y promover la inversión básica en los municipios expulsores con obras de infraestructura, crear fondos de garan­tía para proyectos viables en Jalisco promovidos por los migrantes y/o sus fami­liares y apoyar a la micro y pequeña empresa (Valenzuela, 2000). El fondo debía ser alimentado también con donaciones de bancos privados (Banamex) y de de­sarrollo (NADBANK) Sin embargo, este dispositivo tuvo un impacto muy limi­tado durante los dos años de su implementación efectiva, esto es de 1999 a 2001. En dos años, el fondo de inversión logró atraer solamente 8.5 millones de pesos de los cuales aproximadamente 5 millones habían sido aportados como capital semilla por el estado de Jalisco y 1.6 millones por Banamex. "Raza Express" tuvo poco éxito en la comunidad jalisciense en los Estados Unidos por falta de conocimiento y por ofrecer un servicio lento e incierto que además no resolvía el problema de la tasa de cambio desfavorable. De este fondo de inversión, 5.8 millones se usaron para financiar un poco más de veinte proyectos en un núme­ro equivalente de municipios entre los que están un centro de acopio lechero en Jalostitlán, una tienda de abastecimiento de material para artesanía huichola así como una preparatoria (Boletín del Gobierno de Jalisco, núm. 821, 2001). Sin embargo, el programa no ha sido evaluado hasta el momento por lo que se desconoce el impacto local de los proyectos apoyados con el fondo de inver­sión. Según Torres (2001), hablando de los casos de FIDERAZA y del "Fondo de Apoyo a Comunidades" implementado en San Luis Potosí "los montos que se otorgan por proyectos son muy bajos, los tránútes resultan complicados para los emigrantes y sus familias y principalmente no hay mecanismos paralelos de asistencia técnica para capacitar o apoyar a los solicitantes en la presentación de un buen proyecto" (Torres, 2001:11).

149

GUILLAUME LANL Y Y V OLKER HAMANN

Por su parte, la SEDER trató de involucrar emigrantes en el financiamiento de proyectos productivos en Jalisco. Por el momento, pocos proyectos han sido iniciados con fondos aportados por Jaliscienses radicados en los Estados Uni­dos. El proyecto de la planta deshidratadora de frutas en Tomatlán es hasta hoy el más avanzado. Se propone incrementar el valor de la producción de mango transformando la fruta en pulpa para su exportación. Este asocia accionistas locales -productores locales-, y alrededor de 30 accionistas emigrantes jaliscienses quienes compraron unas cien acciones de 1 O mil pesos cada una. Según accionistas emigrantes que entrevistemos, este dispositivo se enfrentó a varios problemas relacionados con la dificultad de reunir a los productores lo­cales y a los emigrantes, quienes por otro lado son originarios de diversas re­giones de Jalisco. Los dos grupos no comparten la misma visión del proyecto y se enfrentan a menudo cuando se trata de tomar decisiones importantes. Los emigrantes se quejan además de la dificultad de estar plenamente involucrados en el proyecto debido a la distancia que no les permite asistir a todas las reunio­nes y asambleas generales.

La versión jalisciense del "3xl" no fue implementada sino en el 2000, durante el último año del gobierno de A. Cárdenas. El programa permi­tió la realización de doce proyectos en once municipios con un costo de casi 10 millones de pesos (cuadro 4). Con el cambio de gobierno y la llegada de un nuevo equipo el programa fue suspendido en 2001. En 2002 volvió a funcionar en su versión federal ("iniciativa ciudadana 3xl ") con la realización de cinco proyectos financiados con el apoyo de los clubes de migrantes. Parece que el programa "3xl" fue diseñado rápida­mente al final del mandado de Alberto Cárdenas, probablemente en un intento de acercarse, con fines políticos, a la comunidad de emigrantes al aproximarse las elecciones estatales. Esto explicaría la falta de clari­dad en los estatutos del programa "3xl" de Jalisco, en particular respec­to al financiamiento de cada parte. Por ejemplo, a diferencia del caso zacatecano, no existía, durante el primer año de implementación del pro­grama, un compromiso, entre el gobierno jalisciense y SEDESOL, sobre el monto anual aportado por esta Secretaría al programa. Esta aporta­ción debía ser negociada por cada proyecto y se dieron casos en los cua­les la parte que correspondía a SEDESOL fue aportada por otro socio del programa. Algunos de los proyectos, financiados en el año 2000, lo fueron gracias a la tenacidad de algunos presidentes de clubes y de sus contrapartes en el municipio.

150

Sou DARI DAD ES TRANSFRONTERJZAS

Cuadro 4. Distribución del financiamiento de los programas jaliscienses hacia los emigrantes según tipo de proyecto (1998-2001)

Rubros de Fideraza 3xl 3 x 1 con Otros Total financiamiento (a) Fideraza

Proyectos 3,349,255 o o o 3,349,255 productivos

Infraestructura 845,620 9,308,013 590,074 300,000 11,043707 social

Recursos 748,447 o o o 748,447 comprometidos

Gastos 267,067 n.d. n.d. n.d. 267,067 operativos

TOTAL 5,210,389 9,308,013 590,074 300,000 15,408,478

Fuente : Elaboración propia con base en datos proporcionados por la SEPROE y SEDESOL-

Jalisco.

(a) Aplicación de recursos del 15 de abri l de 1999 al 31 de diciembre de 2001.

En la política del gobierno de Jalisco, orientada más hacia los migrantes que a sus organizaciones, los clubes y sus federaciones se limitaron a servir de in­termediarios entre los migrantes y los organos de gobierno promotores de los programas. Ello, junto con la falta, hasta el año 2000, de un programa como el "3xl" de Zacatecas, limitaron el papel de la federación ante los clubes, que buscaban apoyo para realizar sus proyectos de infraestructura comunitaria. Esta situación, a la larga, afectó su desarrollo.

La organización de los Jaliscienses en Los Angeles sufrió también por la falta de democracia en la FCJLA y la tendencia nepotista de sus dirigentes. Entre 1991 y 2002, la organización fue dirigida, en alternancia, por su fundador y su esposa quienes impusieron una estructura de poder muy centralizada en la organización (Zabin y Escala, 1998). Además, habría que agregar que estos últimos mantenían una relación bastante tensa con el gobierno de A. Cárdenas, lo cual obstaculizó los esfuerzos de acercamiento del estado hacia los clubes jaliscienses y la implementación de sus programas.

151

GUJLLAUME LANLY Y VoLKER fiAMANN

3. Dos estudios de caso en Zacatecas y Jalisco

3.1. El Remolino, Zacatecas : una comunidad beneficiada por el programa "3xl"

El Remolino es una comunidad rural de 865 habitantes situada en el municipio de Juchipila, en el extremo sur de Zacatecas, en una de las dos regiones de mayor emigración en el Estado (mapa 1). Tiene una larga tradición migratoria hacia los Estado Unidos iniciada a finales del siglo pasado. Como consecuencia de ello, su población empezó a declinar rapidamente a partir de los años setenta en beneficio de la comunidad filial de Los Angeles. Desde los principios de los años sesenta, está contó con varias formas de organizaciones que trabajaban principalmente en bene­ficio de su comunidad de origen. Gracias a los dos clubes de migrantes actuales y al buen uso que éstos supieron hacer del programa "3xl", los habitantes de El Remo­lino pudieron mejorar su acceso a los servicios básicos y sociales así como a la calidad de la infraestructura urbana de su localidad. Si se incluye el costoso proyec­to para riego, la presa del Ranchito, iniciado por emigrantes oriundos de esta comu­nidad, El Remolino fue, durante el periodo que va de 1993 a 2001, la localidad que recibió más fondos de este programa en el estado de Zacatecas con poco menos de 17.45 millones de pesos (a precios de 2002).9

La migración hacia Los Angeles

El Remolino tiene la especificidad de tener un flujo de migración internacional fuertemente orientado hacia las ciudades contiguas de lnglewood y de Culver City en el condado de Los Angeles. La emigración hacia la región de Los An­geles comenzó en los años veinte cuando migrantes de El Remolino se estable­cen en La Habra (condado de Orange) para trabajar en la pizca de cítricos. 10 A partir de finales de la década siguiente se observara una especialización progre-

9 Sin contar el proyecto de la presa, se realizaron en El Remolino, entre 1997 y 2001 , 19 obras de infraestructura básica y social por un total de 4.68 millones de pesos (a precios de 2002), lo que coloca a El Remolino entre las diez comunidades más beneficiadas por el programa "3xl ". 10 Los primeros "norteños" de El Remolino emigraron a partir del final del siglo XIX hacia las minas de Arizona junto con parientes y amigos de las comunidades vecinas de Contitlán y Atemajac. Se trataba de hombres solos o de familias enteras cuya estancia en el vecino país duraba varios años. A partir de los años veinte, algunos de ellos se instalaron en California, en particular, en La Habra, para trabajar de peones. Este movimiento se amplificó cuando las minas de Arizona cerra­ron por la crisis de 1929, orientando el flujo de migrantes de El Remolino hacia ese destino.

152

S O LIDARIDADES TRANS FRONTERIZAS

siva de los inmigrantes remolinenses en actividades relacionadas con la jardi­nería así como una migración progresiva hacia la zona occidental de la conurbación de Los Angeles. Hoy en día, la gran mayoría de los Remolinenses en Los Angeles trabajan en este sector de actividad.

El desarrollo de la profesión de jardinero entre los emigrantes remolinenses en Los Angeles durante los últimos 60 años logró enfocar y continuar el flujo migra­torio hacia este destino, debido, en particular, a un sistema eficaz de autoempleo entre los migrantes que funciona de la siguiente manera: la mayoría de los jardi­neros remolinenses que trabajan por cuenta propia buscan constituir una red de clientes repartidos a lo largo de lo que llaman "rutas". La expansión y el manteni­miento de estas rutas necesitan la contratación de ayudantes, escogidos la mayo­ría de las veces entre sus familiares y paisanos que viven en Los Angeles o son invitados a los Estados Unidos para cubrir estas plazas. Estos, después de algunos años como ayudantes, se independizan a su vez y crean sus propias rutas, hacien­do uso de las experiencias y de las relaciones que adquirieron durante sus años de aprendizaje, volviendo así a reproducir este sistema. 11

La seguridad económica que el oficio de jardinero proporciona a los migrantes contribuyó, desde los años cincuenta, a la emigración de familias enteras y a su establecimiento permanente en Los Angeles. Asimismo, el funcionamiento de esta actividad dentro de la comunidad migrante ofrece suficiente flexibilidad para favo­recer el desarrollo de varios flujos migratorios temporales de habitantes de El Re­molino, como la migración de profesores oriundos de El Remolino que viajan du­rante las vacaciones escolares a Los Angeles para "ganarse sus dólares", trabajando como ayudantes de jardinero con parientes o amigos emigrados.

Las primeras formas de organización en la comunidad remolinense de Los Angeles

La concentración de los inmigrantes remolinenses en pocos lugares de la conurbación de Los Angeles y en pocas actividades profesionales favoreció, desde finales de los años cincuenta, el desarrollo de varias formas de coopera­ción y de organización. Dos tipos de motivaciones fueron el origen de los pri-

11 Hoy en día, los migrantes originarios de El Remolino no se limitan a trabajar solamente de jardineros, algunos se dedican a la venta o renta de equipo de jardinería; otros han diversificado su oficio ofreciendo servicios como el diseño de jardines o de sistemas de riego para jardines.

153

GU!LLAUME LANLY Y VOLKER llAMANN

meros comités formados por inmigrantes: una motivación que puede definirse como filantrópica y otra animada por los intereses en la comunidad de origen.

La primera forma de organización en la comunidad de inmigrantes remolinenses de Los Angeles fue iniciada en 1964 con el objeto de colectar fondos para la realización de dos obras en El Remolino, ambas con un fuerte cáracter identitario: la construcción de la nueva iglesia y del recinto del panteón. Para entender las razones que determinaron la formación de un comité pro-iglesia es necesario situar el contexto en el cual se desarrollaban entonces los inmigrantes iniciadores de estas iniciativas. Estos eran principalmente inmigrantes que se establecieron con sus familias en Los Angeles durante los años 1940 y 1950, y que habían alcanzado una cierta integración profesional y social gracias a los beneficios que les traía la profesión de jardinero. Vivían en el mismo barrio de Culver City y frecuentaban la misma parroquia, formando un grupo bastante unido. Conscien­tes de que su vida les alejaba de su comunidad de origen, buscaban involucrarse en actividades filantrópicas para beneficiarla y con ello demostrar su afecto y pertenencia. Algunos de estos migrantes, ya habían cooperado para comprar ma­terial para la construcción de una escuela del municipio de Juchipila y fue de manera natural como surgió la propuesta de apoyar a los comités que se habían formado en la comunidad para la realización de la iglesia y el cementerio. El comité que formaron durante varios años se dio a la tarea de organizar comidas y bailes con el fin de recaudar fondos para las dos obras, mismos que enviaban a su representante en El Remolino para que lo administrara. En total, ap01taron la casi totalidad de lo correspondiente a la segunda y tercera etapa de la iglesia; por su parte, los habitantes de la comunidad, pusieron la mano de obra.

Este comité se transformó en los años setenta en el "Club Juchipila" con la incorporación de miembros de otras localidades del municipio. Esta organización intensificó los eventos recaudadores de fondos y diversificó sus iniciativas filantrópicas. El Club Juchipila financió la última etapa de la construcción de la iglesia de El Remolino y la realización y el mantenimiento de un asilo de ancia­nos, además de donar fondos para obras caritativas en el municipio. Durante la década de 1980 el club desapareció a raíz de la muerte de su principal animador.

Paralelamente al Club Juchipila, surgieron varios comités que fueron creados a partir de mediados de los setenta en Los Angeles con el objeto de recaudar fondos para obras de infraestructura básica en El Remolino. Estos son la extensión en los Estados Unidos de comités del mismo tipo formados en la comunidad de origen y pueden ser vistos como la adaptación de una forma de institución local a las condi-

154

S O LJ DAJ\ IDADES TI\ANSrnONTEI\IZAS

ciones creadas por la emigración de una parte importante de la población activa masculina. Aquí, las personas que participaban en esos comités y sus actividades eran inmigrantes recientes, mayoritariamente ilegales, quienes habían llegado en masa a partir de la segunda mitad de los sesenta con el abandono del programa bracero. A diferencia de los rnigrantes que se habían instalado en Los Angeles durante los años 1940 y 1950, esta nueva generación de remolinenses en Los Ange­les no vislumbraba instalarse de manera permanente en los Estados Unidos. Mu­chos de estos migrantes seguían teniendo su familia, bienes, así como una actividad en la comunidad ; consideraban normal su participación -a través de los comités- en la elección, el financiamiento y la realización de obras comunitarias en El Remoli­no.12 En 1971 les solicitaron ayuda para la construcción de un jardín de niños. En la segunda mitad de los setenta aportaron las cuotas de sus familias para el financiamiento de la red del drenaje y la construcción de una noria para el abasteci­miento del agua potable; y, en los ochenta, para la extensión de la red de agua potable y otras obras menores. La realización de varias obras importantes en El Remolino entre los setenta y la primera mitad de los ochenta se explica en parte por el incremento y la mayor estabilidad de los ingresos de las familias remolinenses gracias a la generalización de la emigración internacional en la comunidad así como al desarrollo, en varias familias de profesiones relacionadas con la educación (pro­fesor de primaria, secundaria, preparatoria y de la escuela normal de Juchipila). Sin embargo, entre 1985 y 1996, se dejaron de promover obras comunitarias en El Remolino; tal vez, debido al importante fenómeno de reunificación familiar puesto en marcha por el programa de amnistía migratoria IR.CA implementado en 198613

que impactó de manera considerable a los migrantes de la comunidad.

Los clubes de migrantes originarios de El Remolino

Durante la última década, aparecieron tres nuevas instituciones en la comuni­dad remolinense de Los Angeles. A principio de los noventa, se formó el "co-

12 Es interesante ver que entonces, como ahora, los emigrantes -a pesar de que muchos de ellos se han instalado permanentemente en Los Angeles - se consideran y son considerados por los habitantes, como miembros de la comunidad con pleno derecho. Durante nuestro trabajo de campo, hemos escuchado frecuentemente este comentario: "norteños o habitan­tes de El Remolino: somos la misma gente!". 13 Un análisis de la evolución del número de alumnos de la escuela primaria de El Remolino revela que entre 1986 y 1990, ésta disminuyó un poco más de 40 % pasando de 249 a 145. Para el año escolar 2002-2003 la escuela tenía 95 alumnos.

155

GUILLAUME LANL Y Y V OLKER HAMANN

mité de la fiesta del 3 de mayo" para financiar la fiesta patronal de El Remolino en apoyo a una institución epónima que acababa de crearse en la localidad. 14 En 1996, un grupo de inmigrantes que habían sido activos en el comité de fiesta decidieron de formar el Club Remolino en Los Angeles. Esta organización se proponía trabajar para el bienestar de los habitantes de El Remolino promo­viendo obras sociales. Su fundación es concomitante con la organización en la localidad, por iniciativa de algunos profesores, de la asociación civil "Grupo Remolino" cuyo propósito era organizar campañas de promoción para la cultu­ra y la salud en la propia comunidad y en la región. Las dos asociaciones que funcionan de la misma manera, además de reunir de cada lado de la frontera miembros de las mismas familias y amigos, trabajan juntos en la realización de algunos proyectos, aunque sus dirigentes insisten en separarlas.

En particular, el Grupo Remolino se encarga de supervisar la realización de las principales obras financiadas por el Club en el marco del "3xl" como la cons­trucción de un centro de salud, de un salón de usos multiples y de la primera etapa del proyecto de rehabilitación de la escuela primaria. Las dos asociaciones com­parten el enfoque de lo que debe ser su papel en El Remolino que se distingue de aquel desarrollado por la tercera organización de inmigrantes remolinenses for­mada durante los noventa: el Club Campesinos Remolino (CCR).

El club Campesinos Remolino y el proyecto de la presa "El Ranchito"

El caso del CCR es interesante tanto por el tipo de proyecto que propone -un proyecto productivo- y el tipo de organización que éste necesita -una asocia­ción de inversionistas-, así como por las numerosas preguntas que surgieron a raíz de su financiamiento en el marco del programa "3xl".

Este club fue creado el mismo año que el Club Remolino a iniciativa de Agustín Bañuelos, un miembro activo de la comunidad remolinense de Los Angeles15, en la FCZ, donde fue, de 1999 hasta 2002, Secretario de Proyectos. Este, junto a

14 Estos comités surgieron a raíz de los cambios que un grupo de profesores de El Remolino aportaron a la fiesta patronal del "3 de mayo" y que necesitaron más fondos. Hoy en día, el comité de fiesta es una institución reconocida en la comunidad remolinense de Los Angeles que organiza de cuatro a cinco comidas al año en un parque de la conurbación. 15 Anteriormente, fue miembro de los comités creados en la comunidad remolinense de Los Ange­les para financiar el drenaje y la extensión de la red de agua potable en los setenta y ochenta.

156

SOLIDARIDADES TRANSFRONTERIZAS

algunos otros migrantes, quería retomar un viejo proyecto de una presa: "la presa del Ranchito", abandonado años atrás. A pesar del escepticismo de muchos, que veían muy difícil la realización de este proyecto debido a su alto costo, logró convencer, para ser socios del proyecto, a veinte migrantes originarios de El Re­molino y de comunidades vecinas (Contitlán, Atemajac, El Ranchito) 16

, quienes compraron en total 34.5 acciones con derecho cada una de regar una hectárea. Nombraron como representante del Club, en la comunidad, al hermano de uno de los miembros a cambio de una acción. Paralelamente, registraron el club en la FCZ para tener acceso al "2xl". Lo interesante de este proyecto es que no fue pensado por los socios como parte de una estrategia para fomentar el desarrollo local. Ninguno de ellos se hacía muchas ilusiones sobre los beneficios que reca­barían sus familias y sus comunidades con este proyecto, cuyo alcance se limita­ba a algunas hectáreas de riego. Este proyecto está más bien sustentado por el sueño de estos emigrantes, de origen campesino, de tener riego en una región que ha conocido la limitación del agua desde hace varias décadas.17

En 2002, la "presa del Ranchito" estaba terminada y se estaban realizando los trabajos de tubería. Desde el inicio del proyecto en 1997 hasta 2001, la construcción de la presa había costado 10.56 millones de pesos (a precios de 2002), costo compaitido entre el club, el municipio de Juchipila (a partir de 1999), el estado de Zacatecas, y SEDESOL. Hasta hoy, los miembros apo1ta­ron aproximadamente 90,000 pesos (a precios 2002) por cada acción.

Sin embargo, la realización de este proyecto se enfrentó a muchos obstaculos de diversa índole. Sus logros se deben, hasta ahora, a la tenacidad de A. Bañuelos y a la influencia que adquirió ante los principales actores del dispositivo del "3x I ".

Los problemas no fueron relacionados con los socios quienes, a excepción de uno que vendió su acción, aportaron regularmente sus cuotas. Algunas de las difi-

16 Se trata de migrantes exitosos que lograron constituir un buen ahorro, entre ellos hay varios jardineros independientes y el propietario de un rancho cerca de Sacramento, California. Tie­nen en promedio alrededor de 50 años de edad. 17 Un ejemplo representativo de los comentarios que hacen los socios sobre lo que esperan del proyecto es el siguiente: "[ ... ] lo que [los socios del proyecto de la presa del Ranchito] quieren es apantallar, ni modo que uno se vaya a mantener de eso, ya todos los miembros dicen, yo ya quisiera o me consuelo con tener una vaca o un burro allí que salga el agua y para darle de tomar y a poner unas verduras y ya. Una verdura sana porque todo lo que nos comemos es con agua negra." Este comentario es hecho por el fundador y presidente del CCR (entrevista Agustín Bañuelos, Los Angeles Ca., !ero. de abril del 2002).

157

GurLLAUME LANL y y V OLKER HAMANN

cultades con la administración estatal se originaron por el manejo de la obra y la licitación de la empresa constructora. El CCR acusa a la Secretaría de Obras Públi­cas de haber sacado a la oficina regional del Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) la supervisión de la obra, durante la segunda etapa del proyecto, así como de haber escogido, sin concertarse con el CCR y el municipio, una empresa constrnctora distinta a la que realizó la primera etapa. Esta nueva empresa cobró más que la anterior por menos de lo que se había realizado en la primera etapa lo que aumentó el descontento de los socios de la presa quienes acusaron de corrup­ción a algunos de los funcionarios. Con el apoyo de la FCZ y gracias a su posición en el dispositivo del "3xl ",A.Bañuelos pudo ejercer presión sobre los funcionarios estatales para que el CCR recuperara el control de la obra. Entre otras cosas, se reunió varias veces con el gobernador y su equipo en Los Angeles y en Zacatecas. Finalmente, el gobierno devolvió la supervisión de la obra a la CONAGUA, mien­tras que el municipio y el CCR se asociaron de nuevo para la elección de la empresa que se encargaría de la constmcción de las etapas siguientes. Este suceso puso en evidencia la dificultad que supone para los migrantes el tener el control sobre la realización de proyectos costosos y complejos en el marco del programa "3xl" así corno la tendencia a la intervención de algunos funcionarios y políticos. Pensamos que el proyecto de la presa pudo avanzar en gran parte gracias a la designación de A. Bañuelos como secretario de proyectos en la FCZ, quien pudo viajar frecuente­mente a Zacatecas y supervisar mejor los avances de la presa así corno presionar a los funcionarios encargados del "3xl" para la resolución de problemas.

Hacia el final de la obra, otro problema que está enfrentando el CCR se refiere a la cuestión de la propiedad de la obra y del acceso al agua de la presa. Ultima­rnente, algunos propietarios de los predios vecinos a la red de distribución del agua pidieron el derecho de uso del agua. Los socios del proyecto no se oponen a integrar más propiedades al sistema de riego, a condición que éstos aporten la misma cantidad gastada por los miembros del club durante sus seis años de coti­zación y que las reservas de agua sean suficientes para todos los usuarios. Sin embargo, el problema se hizo más agudo cuando el nuevo equipo municipal, a través de declaraciones hechas por algunos de sus miembros, reivindicó el dere­cho de los habitantes del municipio de tener acceso al agua de la presa al igual que los socios 18, argumentando que el financiamiento del proyecto procedía en parte

18 Entre otras cosas, el nuevo equipo municipal, difundió un disco compacto donde se adjudica­ba la realización de obras empezadas durante las administraciones precedentes, olvidando en algunos casos que estas fueron realizadas con el apoyo de los migrantes y de las poblaciones locales dentro del "3xl". Respecto aJ proyecto de la presa, el disco compacto minimizaba con­siderablemente el papel desempeñado por el Club Campesinos Remolino.

158

SOLI DARI DADES TRANSFRONTERIZAS

de fondos públicos. A partir de ello, se difundieron rumores que el acceso al agua era público y que cada quien podía hacer su toma en las tuberías. De acuerdo a algunos testimonios que obtuvimos pero que no pudimos con-oborar hasta ahora, parece que, a raíz de ello, se perforaron algunas tomas ilegales. Actualmente los socios del proyecto están haciendo los trámites para registrarse en México como una asociación de usuarios de la unidad de riego "Presa del Ranchito" y proteger­se así de cualquier intento de recuperación de la obra.

El CCR tuvo también que enfrentar críticas provenientes de oriundos de El Remolino y de funcionarios municipales. Estos últimos reprochan el financiamiento de un proyecto costoso, que beneficia a pocas familias en el marco de un programa como el "3xl" destinado primeramente a suplir las ca­rencias de infraestructura básica de la población. De hecho, el proyecto de la presa acaparó durante varios años una parte importante de los fondos descen­tralizados que recibía el ayuntamiento para financiar su programa de obras pú­blicas y que sirvió, en este caso, para aportar la parte con-espondiente al muni­cipio en los proyectos "3x l ". Así, un 29% de los fondos gastados en obras públicas en el municipio de Juchipila, entre septiembre de 1999 y diciembre de 2001, fueron destinados a la Presa del Ranchito. Sin embargo, A. Bañuelos logró obtener el apoyo del municipio proponiéndole un trato: a cambio de la participación del municipio en el financiamiento del proyecto de la presa, el CCR avalaba, en el marco del "3xl", el financiamiento de obras públicas pro­puestas por el municipio, como la rehabilitación de varias infraestructuras de­portivas y educativas, entre 1999 y 2001. 19

El proyecto de la presa fue también criticado por una parte de la población de El Remolino, en particular· por los miembros y simpatizantes del Grupo Remolino, que reprochaban la iniciativa porque beneficiaba a pocas familias. En parte, con el fin de mejorar su imagen en la localidad, el CCR propuso a los habitantes de El Remolino avalar en el marco del "3x l" proyectos de infraes­tructura básica y de vialidad. En efecto, el puesto de Secretario de proyectos en la FCZ de A . Bañuelos y, como resultante de ello, su posición clave en el

19 Es interesante notar que para facilitar la tramitación del proyecto de la presa a nivel municipal , el ayuntamiento financió su pat1icipación con el Fondo 4 del Ramo 33 el cual, a diferencia del Fondo 3, no necesitaba ser avalado por el Consejo de Desan-ollo Municipal, constituido en parte por representantes de otras localidades que podían oponerse más facilmente a su financiamiento por limitar la inversión en obras públicas en la entidad.

159

GUILLAUME LANL Y Y V OLKER I-iAMANN

dispositivo de selección de los proyectos "3xl" así como su fuerza de persuasión garantizaban, en la mayoría de los casos, el financiamiento de los proyectos avalados por el CCR. Ello y el nivel de vida confortable de la mayor parte de sus habitantes, gracias a los migradolares, provocaron en la población remolinense un real entusiasmo para realizar obras públicas en la localidad. Entre 1999 y 2002, se realizaron en El Remolino, gracias al aval del CCR, 19 proyectos tales como: la excavación de un pozo profundo que resultó fallido, la construcción de dos norias, la modernización de la red de distribución de agua, la puesta de medidores y la pavimentación de varias calles. El acceso privilegiado de los habi­tantes de El Remolino al "3x l ", en particular a través del CCR, permitió redinamizar varios comités en la comunidad, como el "comité del agua" que administra el abastecimiento de agua; crear nuevos comités, fortaleciendo así las condiciones para que la población tomara plenamente a su cargo el desarrollo de su pueblo. Creó además nuevas necesidades que no eran contempladas antes por la población. Se dieron también abusos en el uso del "3xl", en particular con el financiamiento de un proyecto personal maquillado como proyecto de beneficio comunitaiio. Esta práctica de avalai· el financiamiento de proyectos iniciados lo­calmente dentro del "3xl" permitió a A. Bañuelos volverse una persona indis­pensable para la realización de obras en la comunidad, lo que aumentó su influen­cia no solamente en El Remolino sino también, hasta 2001, en el ayuntamiento.

En total, gracias a la acción de los dos clubes de migrantes y al acceso privilegia­do al programa "3xl", El Remolino fue la comunidad rural más beneficiada en el programa de obras públicas del municipio de Juchipila entre septiembre de 1999 y diciembre de 2002, con treinta financiamientos para obras públicas con un total de 15.13 millones de pesos (a precios 2002); lo que, sin incluir la construcción de la presa, disminuye considerablemente a poco menos de 6.9 millones de pesos. El monto de inversión en obra pública para la comunidad de El Remolino representa el 12.4 % del total del programa de obras públicas del municipio de Juchipila para este período cuando, en 2000, la población de El Remolino representaba solamente 7 % de la población total de ese municipio. Como lo veremos un poco más adelan­te, esto pone en tela de juicio la distribución en el municipio del financiamiento para las obras públicas cuando una comunidad tiene acceso privilegiado al "3xl".

El uso del "3xl" en el programa de obras públicas municipal

Hacia finales de 2001, el ayuntamiento de Juchipila diseña el programa de obras para 2002 con lo que inaugura una nueva etapa en el aprovechamiento

160

S O LIDARIDADES TRANSFRONT ERIZAS

del programa "3x l ". Se trata de una etapa representativa de la tendencia de algunos municipios zacatecanos de sacar el máximo provecho de los progra­mas de financiamiento compartido de obras (Programa "Estatal por Demanda", etc.), y en particular el "3x l" gracias al aval de sus clubes. Si el ayuntamiento precedente había financiado varias de sus obras públicas con el 3x 1 entre 1999 y 2001, estas fueron pocas en comparación con aquellas que se realizaron en El Remolino y fueron concentradas en la cabecera municipal (cuadro 5). En cam­bio, en el programa de obras públicas para el 2002, 27 de las 45 obras públicas realizadas en el municipio de Juchipila fueron financiadas en el marco de este programa por un monto total de 5.02 millones de pesos lo que corresponde a un poco más de la tercera parte del monto total gastado en el programa de obra este año, con una inversión total real del municipio de 1,934,597 pesos obtenida a través del Fondo 3 del Ramo 33 (1,512,492 pesos) y del Fondo Unico de Pruti­cipaciones (422,105 pesos).

Tal poütica se acompañó de una intervención más directa del ayuntamiento, en el aprovechamiento del "3xl", a nivel del municipio, lo cual generó tensiones con los dos clubes remolinenses quienes hasta entonces habían manejado el pro­grama a su conveniencia. Así, con el programa de obras 2002, el municipio trató de imponer sus puntos de vista sobre el uso del "3x l ". Más que los dos equipos municipales precedentes, exigió una planificación y priorización más estrictas de las obras públicas a nivel municipal así como una distribución más equitativa de los beneficios del "3x l" entre las diferentes localidades de la entidad sin imp01tar que tuvieran clubes en los Estados Unidos. Esto se tradujo en menos proyectos e inversiones en obras públicas para El Remolino que los realizados para el año anterior (cuadro 5); la situación se agravó aún más por el rechazo de un proyecto propuesto por el Grupo Remolino en el programa de obras públicas 2002.

En cambio, con el "3x l" se realizaron siete obras en otras localidades rura­les defmunicipio y trece en la cabecera municipal (cuadro 5). El actual muni­cipio tomó además una posición menos favorable que sus predecesores con relación al proyecto de la presa considerando que beneficiaba a pocas familias y que acaparaba una parte importante de los fondos del ramo 33 lo cual debe destinarse prioritariamente a la infraestructura básica. El equipo municipal tuvo además que endeudarse para complementar el financiamiento de la tubería que había sido mal planeada por la CONAGUA y mal realizada por la empresa constructora. Actualmente, el municipio y el CCR están estudiando la posibili­dad de financiar la última etapa con otro programa más apropiado para un pro­yecto de desarrollo ag1ícola que el "3xl".

161

Gun.LAUME LANLY Y VoLKER HAMANN

Cuadro 5. Geografía del "3x1" en el municipio de Juchipila

Localidades 1999 2000 2001 2002

Inversión 3 x Número de Inversión 3 x Número de Inversión 3 x Número de Inversión 3 x Número de 1 proyectos 1 proyectos 1 proyectos 1 proyectos

El Remolino 2,779,000 4 3,394,664 5 5,709,146 12 (con presa)

El Remolino 1,000,000 3 895,105 4 1,741,865 11 986,155 7 (sin presa)

Juchiplla 300,000 2 653,557 2 146,200 2,287,077 13

Otras o o 380,867 95,391 1,750,381 7 comunidades

TOTAL 3,079,000 7 4,429,088 8 5,950,737 14 (con presa)

TOTAL (sin 1,300,000 6 1,929,529 7 1,983,456 13 5,023,613 27 presa)

Fuente: Elaboración propia con base en datos proporcionados por la Secretaría de Planificación

y de Desarrollo del Estado de Zacatecas.

Los dos clubes de migrantes de El Remolino aceptaron difícilmente estos cambios considerando que no fueron debidamente recompensados por haber avalado, en el marco del "3x 1 ", durante ese año, el financiamiento de 18 pro­yectos en el municipio. Frente al discurso del ayuntamiento que promovía una mejor distribución de los fondos públicos entre las comunidades, los clubes argumentaron gastar tiempo y dinero para formar parte de la federación para que su comunidad tuviera, así, acceso a los beneficios del "3xl", recomendan­do que, si las otras comunidades querían beneficiarse del programa, debían formar también clubes en los Estados Unidos.

Este enfrentamiento pone en relieve dos percepciones diferentes del programa "3xl" entre estos dos actores del programa y una lucha cada vez más áspera por el control del programa. El equipo al mando del municipio "asocia" este tipo de financiamiento al programa municipal de obras públicas y, por esto, considera que el ayuntamiento debe jugar un papel central en su administración. En el discurso de algunos miembros del ayuntamiento es frecuente oír comentarios acerca de que los integrantes de los clubes están lejos de las realidades del municipio y no se dan cuenta de lo que este último necesita para crecer.20 El "3xl" es considerado por el

20 El ayuntamiento y, en particular los funcionarios de la Dirección de Servicios y Obras Públi­cas están constituidos mayoritariamente por profesionales (profesores, ingenieros, arquitectos) que no han tenido muchos vínculos con la migración y los migrantes.

162

SOLIDARIDADE\ TRANSFRONTEIUZA5

municipio como un programa que le permite multiplicar por tres los fondos destina­dos a la realización de obras públicas y de responder más fácilmente a las numero­sas peticiones de la ciudadanía.21 Es además una manera de "vanagloriarse" de la realización de muchas obras ante más habitantes del municipio, quienes en su ma­yoría desconocen todavía el progran1a "3x l ".

En cambio, los clubes de El Remolino, habituados a realizar lo proyectos que proponían sin la opo ición del cabildo, temen que se les quite el control que tenían sobre la aplicación del "3x l" en el municipio. También, es un temor basado en las reformas al programa "3x l" que pasó a llamarse "Iniciativa Ciudadana-3x I" y, por tanto, apoyar las iniciativas de ciudadanos organizados en la localidad. AJ respecto, los clubes de la localidad consideran que el "3xl" es un programa creado por y para los clubes de migrantes y, que si e les quita el control de este, se les priva de expre ar "el amor a u tierra", como indicó el presidente del Grupo Remolino en una reunión con miembros del ayuntamiento en diciembre 2002.22 Si bien es cierto que los proyectos financiados o apoyados por los clubes expresan el fuerte apego de los norteños hacia su comunidad, es igualmente cierto que repre enta, para sus dirigentes y miembros activos, un instrumento que les permite actuar políticamente para influir ea las decisiones locales. De esta manera reivindican u pertenencia a la comunidad natal pero también reafirman su cambio de estatus social.

El actual gobierno municipal tiene varias ventajas que no tenía el anterior para negociar con los clubes el financiamiento de obras públicas en el marco del "3x 1" en la comunidad. Primeramente el municipio cuenta con otro club de migran tes: el "Oub Piñón Gigante" que fue formado en 2000 por iniciativa de un grupo de productores de maguey , interesados en establecer una rnezcalera en la comunidad de La Mezquitera con el apoyo de inversionistas migrantes y del programa ''3x l ". Entre ellos se encuen­tra el actual presidente municipal lo que permite imaginar la in.fluencia que tiene el ayuntamiento sobre esta organización. En 2002, este club avaló nueve proyectos "3x l" para el municipio y consintió en dar su apoyo a otras obras "3x 1" en caso de que los otros dos clubes no puedan o no quieran respaldar obras fuera de El Remolino.23

21 J uchipiJa por ser un municipio con un nivel de marginación bajo, debido en parte a las reme as y al desarrollo de su sector terciario, recibe pocos fondos del ramo 33. 22 Este enfrentamiento es de una cierta manera la reproducción, a nivel local , de lo que sucede en el nivel más alto de la federacione de clubes zacatecanos y SEDESOL con los cambios efec­tuado en 2002 en el programa "3 x I ", actualmente "Iniciativa Ciudadana - 3x l ". 23 Por el momento. el club "Piñón Gigante" renunció a proponer el proyecto de la mezcalera para u financiamiento en el marco del "3x I" debido a que uno de sus miembros e actual­mente presidente municipal de Juchipila .

163

ÜUlLLAUME LANL Y Y V OLKl!R HAMANN

La otra ventaja que tiene el ayuntamiento frente a los dos clubes de El Remolino es el cambio reciente en los lineamientos del programa "3x 1" con el objeto de adecuarlo al nuevo programa nacional "Iniciativa ciudadana - 3xl". Este extiende el programa "3xl" a todos los estados y a cualquier organización en México que desee invertir en un proyecto de infraestructura básica, social o productiva sin la condición de que éste sea avalado por un club de migrantes y por su federación. Estos cambios reducen el poder de negociación que tenían los clubes zacatecanos y sus federaciones en el programa "3x 1" y mantienen las prerogativas del municipio en el programa. Sin embargo, gracias a las presio­nes ejercidas por las federaciones zacatecanos sobre SEDESOL, los clubes ob­tuvieron que se siguieran aplicando en Zacatecas los lineamientos del "3x l" -antes de la reforma-, en los proyectos propuestos en el primer paquete del año, lo que dio lugar a ásperas negociaciones en Juchipila entre las autoridades loca­les y los directivos de clubes a finales del 2002 y principios del 2003.

3.2 - El Club Comunitario Jamay en Los Angeles: la constitución de un liderazgo transnacional

El Club Comunitario Jamay (CCJ) surgió del encuentro de dos procesos inicia­dos en ambos lados de la comunidad transnacional: un proceso de constitución progresivo de liderazgo en la comunidad migrante y un proceso de acercamiento de la autoridad municipal a sus emigrantes. Lo interesante es que estos dos proce­sos fueron alentados por una misma familia con miembros en Jamay en Los An­geles, que supo hacer buen uso de su posición en ambos extremos del circuito migratorio para ocupar una lugar privilegiado en la comunidad transnacional.

Los "García" : una familia binacional

Como en el caso de El Remolino, prácticas e instituciones precedieron la for­mación del Club Comunitario en la comunidad de Jamay en Los Angeles y constituyeron la base sobre la cual esta organización se originó.24 Al principio

24 A principios de los noventa se formó un primer club en el que participó Salvador García como vocal pero este no logró "despegar" en la comunidad migrante de Los Angeles y desapareció después de algunos meses. Es interesante señalar también que desde mediados de los setenta, algunos miembros de la comunidad jamayteca en Selma, organizaron, para el 4 de julio, una gran reunión cÍe jamaytecos en un parque de esta pequeña ciudad californiana. Durante este evento, que reunió migrantes de los principales lugares de emigración jamayteca en California y en los estados vecinos, se realizaron un torneo de fútbol y una comida, ofrecida por los migrantes de Selma.

164

S O LI DARIDADE~ TRANSFRONTERIZAS

de los noventa, los "García", una familia migrante de pequeños empresarios en el sector de la construcción en Los Angeles, empezaron a organizar desayunos mensuales, con el objeto de reunir fondos para comprar despensas y cobijas para las familias pobres de Jamay.25 Limitada al principio a la familia extendi­da, esta práctica se difundió progresivamente en la comunidad de migrantes jamaytecos de Los Angeles y es, hoy en día, una actividad social reconocida. Su éxito legitimó a los García como una familia central en la comunidad, que carecía, hasta entonces, de cualquier forma de liderazgo. Desde entonces tienen un papel importante en la organización de la comunidad de migrantes lo que les llevó a formar, algunos años después, el Club Comunitario Jamay. Para ello, Salvador y su familia, se basaron en la experiencia adquirida en la gestión de los desayunos pero, también, en el reconocimiento que se ganaron entre los miembros de la comunidad jamayteca en Los Angeles.

El Club se formó en 1998 poco tiempo después de que el hermano de Salvador, Lalo, fue electo Presidente municipal de Jama y. Este tenía ins­crito en su programa político el acercamiento a la comunidad migrante. Durante un viaje que hizo a los Estados Unidos como Presidente munici­pal recientemente electo, tuvo la idea con Salvador de formar clubes en los principales lugares de asentamiento de los Jamaytecos en los Estados Unidos con el fin de juntar fondos para la realización de obras públicas en Jamay. Lo interesante es que en ese entonces, ambos ignoraban casi todo lo referente a la nueva política pública fomentada por los gobiernos fede­ral y estatal para apoyar a las organizaciones de migrantes y su participa­ción en el desarrollo local. En Los Angeles, Salvador García fue electo presidente del Club Comunitario Jamay. Es interesante destacar que los desayunos continuaron siendo el evento social central del Club. En ellos se presentaban y discutían los asuntos del club. Estos, siguieron siendo preparados y organizados por la familia García, durante los tres primeros años de la existencia del club, en el patio de la casa de Salvador, lo que de una cierta manera legitimaba su papel central en la comunidad de migran tes Jamaytecos de Los Angeles.

25 Estas donaciones son bastante frecuentes entre los inmigrantes mexicanos bien establecidos en los Estados Unidos. como lo son los miembros de la familia de Salvador García, cuyos planes son quedarse a vivir definitivamente en Los Angeles. Es una manera para ellos de reivindicar sus vínculos afectivos con el lugar de origen pero también significa un cambio de estatuto y una cierto logro económico y social (Goldring, 1997).

165

GUILLAUME LANLY Y V OLKER HAMAflN

La organización de la comunidad transnacional

Para organizar las otras comunidades de rnigrantes jarnaytecos en clubes, Lalo y Salvador, algunas veces juntos, efectuaron varios viajes a Chicago, Selrna y Oxnard que permitieron la formación de clubes en las dos primeras ciudades. Entre éstos, el CCJ y el municipio se estableció una colaboración, lidereada por Salvador y su hermano, de la cual resultaron numerosas donaciones ( despensas, becas para alum­nos) y el financiamiento de varios proyectos de infraestructura urbana (portales, gradas etc.) y social, entre las cuales resaltan la construcción y el equipamiento de la casa de la cultura y la extensión del centro de salud (cuadro 6). Este punto es interesante porque muestra el intento de estructurar mejor la comunidad transnacional creando formas de intercambio y de colaboración entre las diferen­tes comunidades rnigrantes en los Estados Unidos y el municipio.

Cuadro 6. Proyectos y donaciones del Club Comunitario Jamay (CCJ) 1999-2000 Proyectos y donaciones Colaboraciones

~ del l110flUll1«llo I Plo IX (1999) CCI de Los Angeles con los ckJbes de Selma y de O,icago y algunos mIgrantes dfi Olcnard: 40, 000 Dólares. Munldplo de .Jamay: 80,000 Dólaies. Gobierno del Estado de Jalisco: 80,000 Dólares.

Recontrucción de los portales de la plaza de Jamay (1999) Comité para la restauración de los portales: 9,600 Dólares. Municipio de Jamay: 11,000 Dólares. Goblemo del Estado de Jalisco: 11,000 Dólares, ca de Los Angeles: s,ooo Dólares.

Rest.auráciilñcie las gradas que llevan a la C.pHla (1999) ca de LOS Angeles: 5,000 Dólares. Municipio de Jamay: 2,000 Dólares.

Donación de lentes a 260 niños del municipio en el marco Club chlcago, Municipio de Jamay, Asocioslaciones de padres de famllfa, Secretaria de del programa Ver Bien Para Aprender Mejor (1999) Educación del Estado de Jalisco: 4,000 Dólares.

CCJ: 500 Dólares. Donación de un aútobus a la escuela para niños Club de Selma con el apoyo del CCJ. discapacitados de Jamay (1999) ______ _

Varias donaciones (1999): CCJ. ll'ece slllasde ruedas pn los nllln$dlsrapacttados de Jamay. Una Yideacasel8ra pan, el club dedllllétla>s e hl¡)et1,,nsos. -de agua para canchas dep,ftivas de Jamay.

Becas a alumnos de Jamay (1999 y 2000) CCJ de Los Angeles: 10 becas. Club de Chlcago: 10 becas. Munldplo de. Jamay: 10 becas.

Donaclóñ de 500 despensas y 750 cobijas • famllla nace- Rnandadas con los fondos recabados en los desayunos mensuales organizados por oltadas de Jamay (1999 y 2000) la Fornltla García.

Construcción de la casa de la Cultura de Jamay (2000)

/lmplladón y remodelaclón del centro de Salud (2000)

Renovación de una cancha de fútbol (2000)

Proyecto financiado en el marco del programa 3 x 1. CCJ: 28,750 Dólares. Estado federal: 28,750 Dólares. Estado de Jalisco: 28,750 Dólares. Municipio de lamay: 28,750 Dólares.

Proyecto financiado en el ma~ del programa 3 x 1. CCI: 15,000 Dólares. Estado federal: 15,000 Dólares. Estado de Jall5co: 15,000 Dólores. Municipio de Jamay: 15,000 Dólares. Proyecto financiado en eJ marco del programa 3 x l. CCJ: 10,950 Dólares. Estado federal: 10,950 Dóares. Estado de Jalisco: 10,950 Dólares. Mun,cipio de Jamay: 10,950 Dólares.

Fuente : Elaboración propia con base en la información recopilada por los autores.

166

S O LIDARIDADES TRANSFRONT ERI ZAS

En el año 2000, el CCJ de Los Angeles gastó 74,000 dólares en donaciones y apoyos. Al año siguiente movilizó cerca de 50,000 dólares. Esta capacidad de gene­rar tantos recursos fue y sigue siendo excepcional entre los clubes de rnigrantes mexicanos en los Estados Unidos. Se debe por una parte al tamaño de la comunidad migrante jamayteca26 pero, sobre todo, a la capacidad de movilización que tienen Salvador y Lalo. 27 El primer obstáculo que tuvieron que enfrentar fue el de ganarse la confianza de los rnigrantes. Esto fue facilitado en parte por la fama de honestidad y generosidad que ya tenía la familia García reconocida por su acción en favor de las familias necesitadas en Jamay y en los Estados Unidos. También, desde el prin­cipio, se fue vinculando y asociando a los miembros de la comunidad de rnigrantes en la elección de los proyectos. En algunas ocasiones, Lalo viajó a Los Angeles, Selma y Chicago para presentar y defender los proyectos en reuniones con miem­bros de la comunidad. Además, los rnigrantes eran informados regularmente de los avances y de los resultados de los proyectos durante los eventos sociales organiza­dos por el club y a través de la edición anual de una revista distribuida en los dife­rentes puntos de la comunidad transnacional, en la que cada proyecto era presenta­do y acompañado con fotos que mostraban su evolución. La rapidez con la que se realizaron y el impacto y visibilidad que tuvieron en Jamay los primeros proyec­tos, fueron, para muchos rnigrantes, una fuente de gran satisfacción que les alentó a seguir apoyando las iniciativas del club. También, el hecho de que algunos proyec­tos eran manejados por patronatos locales, y no solamente por el municipio y ofici­nas del gobierno, contribuyó a fortalecer la confianza de los rnigrantes. Se mostra­ron también satisfechos de que la inversión del club estimulara la participación de los diversos niveles de gobierno con el "3xl".

Asimismo, Salvador puso en marcha un sistema muy eficaz para la atrac­ción de fondos basado en la diversidad de los eventos de recaudación y su distribución en el tiempo, generalmente un año atendiendo a las temporadas y estaciones. Además de los desayunos mensuales, el club organiza dos o tres veces al año bailes en un salón prestado por una parroquia de Los Angeles. Pero, sobre todo, las actividades que remuneran más son las rifas de objetos de

26 Se estima que hay entre 5,000 y 10,000 migrantes de origen jamayteco en los Estados Unidos concentrados principalmente en el estado de California (Los Angeles, Oxnard, Selma y la conurbación de San Francisco) y en la conurbación de Chicago. 27 Al respecto, un migrante nos hizo notar en una entrevista : "Chava es como lalo : tiene ese algo de credibilidad que la gente le da, de que puede juntar la gente. Podría ser buen predica­dor de cualquier iglesia, puede juntar gente y la gente va a tener confianza en aquello".

167

ÜUILLAUME LANL Y Y V OLKER HA.\ 1ANN

gran valor donados por algún mecenas o por la misma familia García. El club logra vender en cada rifa cerca de 2,000 boletos con valor de 5 dólares cada uno, entre los migrantes de Los Angeles y otros lugares de inmigración, gracias a intermediarios, lo que permite asociar y solidarizar a los migrantes jamaytecos de otras comunidades en las actividades del club.

El reconocimiento del Club Jamay ante las autoridades jaliscienses

Asimismo, Salvador y Lalo fueron muy hábiles para complementar los fondos de la comunidad de migrantes con fondos provenientes del estado de Jalisco y del gobierno federal. Para ello, utilizaron el capital social que constituyeron poco a poco y los programas públicos existentes. En el año 2000, el CCJ fue el club jalisciense que recibió más apoyo del "3xl" a pesar de que Lalo pertenecía a un partido distinto del que estaba gobernando. Para lograrlo Salvador tuvo que utilizar sus propios recursos para pagar numerosos viajes a México que realizó con el objeto de dar a conocer el club y para buscar apoyos de las dife­rentes oficinas de gobierno en Jalisco. Este trabajo de "lobbying", realizado en colaboración con Lalo, permitió al municipio de Jamay financiar sus numero­sas iniciativas en colaboración con las diferentes administraciones del estado de Jalisco. Es importante señalar que pocos proyectos fueron financiados en el marco del "3xl" (cuadro 6). La mayoría lo fueron a través de convenios entre varias secretarías, el municipio y el Club gracias a la excelente percepción que el gobierno de Jalisco tenía del Club y de su dirigente. El municipio de Jamay sacó provecho de la fama de su club de Los Angeles entre los altos funcionarios de Jalisco para fortalecer vínculos con ellos y su administración. Esta buena relación entre el Gobierno de Jalisco y el Club y su municipio de 01igen se materializó con la organización durante dos años del "día del jalisciense ausen­te" en Jamay. Este evento, al que asistía el Gobernador y su equipo así como la prensa, volvió a ser la principal vetrina de la colaboración exitosa entre el Club, el ayuntamiento y el estado. Durante este evento, los representantes del club y el presidente municipal presentaban a los Jamaytecos los proyectos realizados en conjunto y distribuían las numerosas donaciones: becas para alumnos, des­pensas y cobijas a los pobres, entre otras. Para el gobierno de Jalisco, los nume­rosos logros del CCJ, en parte gracias al apoyo del estado y de sus programas hacia la comunidad de migrantes, "simbolizaban" los esfuerzos del gobierno para institucionalizar una relación constructiva con la comunidad migrante or­ganizada. Gracias a ello, Salvador García adquirió un gran reconocimiento ante los funcionarios jaliscienses quienes lo ven como el principal intermediario con

168

S O LI DARIDADES T RANSFRONTERI ZAS

la comunidad jalisciense de Los Angeles para la difusión de sus iniciativas hacia los emigrantes jaliscienses de Los Angeles, pero también ante muchos presidentes de clubes que se quejaban de la falta de iniciativa del equipo diri­gente de la FCJLA. Esto contribuyó probablemente a aislar más al presidente fundador de la FCJLA en la federación y permitió la elección, en 2002, de Salvador García como presidente de esta organización .

Sin embargo, en 2002, el club perdió fuerza, debido por una parte a los cam­bios de gobierno tanto en el municipio como en el estado y, por otra, al retiro -al final de 2001- de Salvador García de la presidencia del club. La elección de un presidente municipal de un partido distinto al de Lalo se tradujo en un debilita­miento de la relación privilegiada que existía entre el club y el municipio. El nuevo alcalde mostró poco interés en acercarse a asociaciones formadas por su predecesor y su hermano, a pesar de las numerosas solicitudes que hicieron en este sentido Salvador y su sucesor a la presidencia del club. A este cambio se sumó la llegada, en 2001, de un nuevo gobierno estatal y de un nuevo equipo en la Oficina de Atención a los Jaliscienses en el Extranjero que culminó con la suspensión en ese año del programa "3xl" y la necesidad para el Club de volver a establecer relaciones con sus funcionarios. En fin, el cambio de presidente en el CCJ, puso en evidencia la capacidad movilizadora y organizadora de Salvador y de su familia. El nuevo presidente, a pesar de ser una persona muy trabajadora y dedicada al club, es menos conocido tanto dentro de la comunidad de migrantes como en Jamay; a eso se agrega el hecho de que no tiene el carisma de Salvador. Además, no se beneficia, como el ex-presidente, del apoyo incondicional de su familia en la organización de las actividades del Club.

Conclusión

A partir de la presidencia de Salinas de Gortari, el gobierno mexicano puso en marcha en sus diferentes niveles una política ambiciosa de acercamiento a la comunidad de origen mexicano en los Estados Unidos que atendía, además, al proceso de organización en clubes. Para acercarse a los clubes y asociarlos mejor, en algunos estados expulsores fueron diseñados progra­mas como el "3x l " , en un contexto de descentralización, y de apoyo al financiamiento del desarrollo local. Sin embargo, existen importantes dife­rencias en cuanto a la institucionalización de estos programas entre los es­tados que los aplican, como lo muestra la comparación entre Jalisco y Zacatecas. Este programa "3x l" está muy bien establecido dentro de los

169

GUlLLAUME LANLY Y VOLKER HAMANN

clubes zacatecanos y de sus comunidades y municipios de origen y ha per­mitido la realización de numerosos proyectos. En Jalisco, en cambio, el éxito de la relación depende más de la capacidad de los municipios y de sus clubes para armar una colaboración eficiente para financiar pequeños pro­yectos de desarrollo y para buscar apoyos del gobierno del estado.

Los ejemplos de Jamay y de El Remolino evidencian también que puede establecerse una relación de confianza y de cooperación entre el municipio y el club (facilitada, a veces, por las relaciones de parentesco y de amistad que existen entre los responsables de ambas instituciones) que por otro lado puede ser afectada por los cambios frecuentes de las administraciones mu­nicipales y de los líderes de los clubes. Esto muestra que un programa como el "3xl" no funciona sin buenas relaciones personales entre los actores e iniciativas de los líderes. Las instituciones oficiales como los clubes, la FCZ, los representantes de los municipios y la formulación de un procedimiento oficial para el dicho programa todavía no aseguran que esto funcione. La importancia de las relaciones personales no debe subestimarse en el proce­so de las inversiones comunitarias dentro del programa "3xl".

De la misma manera, estos casos muestran que los clubes no se limitan siempre a mandar dinero, pueden también ser actores sociales y políticos que reivindican su lugar en la toma de decisiones locales, proponen o se oponen a proyectos, o los administran desde lejos. Pero, para lograrlo, los responsables del club necesitan muchas veces contribuir con su propio di­nero y tiempo y no todos pueden o quieren, lo que puede favorecer la "apro­piación" de la obra y de programas como el "3x 1" por instituciones locales, como también lo pusieron de manifiesto varios investigadores (Goldring, 1999; Valenzuela, 2000). La existencia de federaciones activas como la FCZ y de una contraparte del club en la comunidad de origen permite de una cierta manera compensar esto. Sin embargo, en proyectos productivos, como en el caso de la presa del Ranchito cuya realización es además larga y cos­tosa, la supervisión regular de la obra por el presidente del club aparece muy necesaria para garantizar su ejecución. Hay que subrayar que también en este proyecto ambicioso el impacto hacia el desarrollo económico que se espera no es significativo, como lo admiten los mismos inversionistas. Este hecho enseña que también en el caso de los proyectos con fines productivos el impacto se concentra en el ámbito social.

170

SOLIDARIDADES TRANSFRONTERIZAS

Existe pues el peligro de que los grupos de interés más fuertes se apo­deren del programa y otros queden marginados. Las iniciativas de los migrantes incluyen también conflictos por la distribución de recursos es­casos. El caso de El Remolino muestra que el uso de recursos públicos muy concentrado para crear beneficios a un cierto grupo de personas o una comunidad puede crear problemas, porque deja al margen a otras per­sonas y comunidades. Así, estos programas implementados para fomentar el desarrollo social y económico de las comunidades rurales con altos ín­dices de migración pueden crear nuevos conflictos entre estas comunida­des y los municipios que se benefician de ellos y aquellos que, por dife­rentes razones, no pueden participar.

Los ejemplos tratados en este trabajo ponen en evidencia también la opor­tunidad que representa, para los presidentes de los clubes, el reconocimien­to por parte del Estado mexicano de sus organizaciones y la inclusión de éstas en los programas públicos destinados a la comunidad migrante. Los casos de Jamay y El Remolino muestran la influencia social y política que estos clubes adquieren en la comunidad transnacional, gracias a su posición central en el espacio de relaciones entre la comunidad migrante y las insti­tuciones del lugar de origen. Dispositivos como el "3xl" contribuyen a le­gitimarla aunque sus organizaciones no estén registradas en México y/o en los Estados Unidos. La capacidad recaudadora de un club como el de Jamay en Los Angeles o la posición clave de un club zacatecano, en la decisión de aceptar o no el financiamiento de una obra en el marco del "3x l ", acentúan el poder de sus presidentes sobre todo dentro de organizaciones en donde este tipo de decisiones no son siempre tomadas a nivel de la comunidad migrante, debido, entre otras cosas, a que no existen estatutos que definen la membresía, la participación y la toma de decisiones en ellas. Sin embar­go, esta posición privilegiada -adquirida sobre todo por los clubes zacatecanos-, está amenazada por la reforma del "3x 1" que lo convierte en el programa llamado "Iniciativa Ciudadana-3xl". No sorprende, entonces, la oposición de muchos clubes zacatecanos de Los Angeles y sobre todo de su Federación, a tal reforma que encarna un retroceso en las negociaciones logradas por los clubes a través del convenio "3xl", mismo que ha signifi­cado tanto para los clubes como para la Federación, un espacio de participa-

. ción siempre más amplio en los municipios y entidades de origen.

171

GuILLAUME LANL Y Y V OLKER HAMANN

Bibliografía

CONAPO (2000 a), "La situación demográfica de México 1999", en http://www.conapo.gob.mx/publicaciones/1999.htm

CONAPO (2000 b), "Migración México-Estados Unidos. Presente y futu­ro", en http://www.conapo.gob.mx/publicaciones/rnigra2.htm

Cornelius, W.A. (1990), "From Sojourners to Settlers: The Changing Profile of Mexican Irnrnigration to the United States", Working Paper, Center for US-Mexican Studies, University of California, San Diego.

Delgado Wise, R. y H. Rodríguez Ramírez (1999), "Perspectivas regio­nales ante las nuevas tendencias de la migración internacional: el caso de Zacatecas", rnimeo.

García Zamora, R. (2000), Agricultura, migración y desarrollo regio­nal, Zacatecas, México,Universidad Autónoma de Zacatecas.

Goldring, L. (1999), "El Estado mexicano y las organizaciones transrnigrantes: reconfigurando la nación y las relaciones entre Estado y sociedad civil?", en G. Mumme1t, (coord.) (1999), Fron­teras fragmentadas, Zamora, Michoacán, El Colegio de Michoacán/CIDEM, pp.297-316.

----- (1997), "Difuminando fronteras: construcción de la comunidad transnacional en el proceso migratorio México-Estados Unidos", en S. Macías Gamboa y Fernando Herrera Lima (coords.) (1997), Migración laboral internacional: transnacionalidad del espacio so­cial, Puebla, Universidad Autónoma de Puebla, pp. 55-105.

Gómez Arnau, R. y Paz T1igueros (2000), "Comunidades transnacionales e iniciativas para fortalecer las relaciones con las comunidades mexicanas en los Estados Unidos", en Rodolfo Tuirán (coord.) (2000), Migración México-Estados Unidos: opciones de política, México, D.F., CONAPO, pp. 264-296.

172

SOLIDARIDADES TRANSfllONTEH IZAS

Hamann, Volker (2000), "Migración internacional y crecimiento regio­nal en el Estado de Zacatecas", mimeo.

Imaz B. Cecilia ( 1999), Importancia política en las comunidades de origen de las organizacionescomunitarias transnacionales de migrantes mexi­canos en Estados Unidos. Un estudio comparativo de casos en Nayarit­Califomia y Puebla-Nueva York, tesis doctoral, UNAM.

----- ( 1995), "Organización por lugar de origen de Mexicanos en Estados Unidos (California,Illinois, Nueva York)", ponencia presentada en el XX Congreso de la Asociación Latinoamericana de Sociolo­gía, México, D.F., 2 -16 octubre.

Lanly Guillaume (2002), "Les associations de migrants internationaux dans trois communautés rnrales mexicaines", en Fibbi, R. y J-B Meyer (comps.) (2002), Diasporas, développements et mondialisations, Paris, Autrepart, 2/2002, núm. 22, pp.109-128.

----- (1999), "Les associations d'immigrés et le développement du lieu d'origine: L'exemple de deux communautés rnrales de l'Etat de Oaxaca (Mexique)", Informe final de investigación preparado para la Dirección del Desarrollo Rural de la FAO, Roma.

Leiken, R., (2000), "The Melting Border, Mexico and the Mexican Communities in United States", Center for Egua] Opportunities, Washington D.C., mimeo.

Moctezuma, L. Miguel (1999), Redes sociales, comunidadesfiliales,fami­lias y clubes demigrantes. El circuito migrante Sain Alto, Zac.­Oakland, Ca., tesis de doctorado, El Colegio de la Frontera Norte.

Padilla, José Manuel (2001), "Dinámica demográfica de Zacatecas al término del siglo XX", en Docienso, año 1, núm.] , julio-diciem­bre, pp.103-139.

Partida B. Virgilio (2000), "La migración interna de Zacatecas: algunos rasgos característicos", en Miguel Moctezuma L., (comp.) (2000), Memorias del foro Sivilla-Fundación produce sobre temas de mi­gración, Zacatecas, Zac., CONACYT - Sistema Regional de In­vestigación "Francisco Villa", pp.1-21.

173

Gu1LLAUME LANLY Y VoLKER HAMANN

f:/prn ultima/migr6prn

Orozco, M. (2000), "Latino Hometown Associations as Agents of Development in Latin America", Working paper, Los Angeles, California, Inter-American Dialogue y The Tomas Rivera Policy Institute.

Santamaría Gómez, A. (2001), "Entre México y Estados Unidos: doble nacionalidad y doble ciudadanía", en Estudios de la Ciénega, núm. 3, abril, pp. 57-74.

Secretaría de Relaciones Exteriores (2003), "Clubes de oriundos regis­trados en Estados Unidos 2003", México, D.F., Programa para las Comunidades Mexicanas en el Exterior.

Torres, F., (2001), "Las remesas y el desarrollo rural en las zonas de alta intensidad migratoria de México", documento de la CEP AL.

Tuirán, R. (Coord.) (2000), "La situación demográfica de México 1999", México, D.F., CONAPO, en www.conapo.gob.mx/publicaciones/ 1999/PDF/99000.pdf.

Valenzuela, M. Basilia (2000), "La política pública de las remesas. Un análisis en el occidente de México", documento preparado para la VI Reunión de Investigación Demográfica en México, México, D.F., SOMEDE.

Zabin, Carol y Luis Escala Rabadan (1998), "Mexican Hometown Associations and Mexican Irnmigrant Political Empowerment in Los Angeles", Washington, D.C., The Aspen Institute, Nonprofit Research Fund, Working Paper Series.

ZapataMartínez, Belén (2002), "Migrantes enviaron 1,600 mdd a Jalisco en 2001", en Público, Guadalajara, Jalisco, 14 de enero, p. 6.

174

Reconstrucción de identidades regionales a través de proyectos de remesas colectivas: la participación ciudadana

extraterritorial de comunidades migrantes michoacanas en el área metropolitana de Chicago

Xochitl Bada

Introducción

En el área metropolitana de Chicago, se estima que hay aproximadamente 180 clubes de oriundos mexicanos 1

, los cuales han logrado formar ocho federacio­nes de clubes a fin de incrementar su influencia política en ambos países. Los clubes de oriundos mexicanos son un excelente ejemplo que nos ayuda a enten­der los procesos de formación de comunidades extraterritoriales que han logra­do cultivar sus identidades primordiales fuera de sus localizaciones geográficas de origen. Estas organizaciones se han originado principalmente a través de clubes de futbol o comités religiosos formados por inmigrantes provenientes de la misma comunidad de origen. Al igual que otras organizaciones de autoayuda formadas por diferentes grupos inmigrantes en el siglo XIX, estas asociaciones funcionan como redes sociales y como transmisores de la cultura y los valores mexicanos a la segunda generación de inmigrantes. Posteriormente, estas aso­ciaciones se han involucrado en proyectos colectivos de desarrollo para el be­neficio de sus comunidades de origen, así como en algunos esfuerzos de defen­sa de derechos humanos en las comunidades donde residen.

Esta investigación estudia el caso de una organización geográficamente cir­cunscrito a una metrópolis: la Federación de Clubes Michoacanos de Illinois (FEDECMI), una asociación que tiene su principal centro de actividades en Chicago y sus alrededores. La FEDECMI es solo un ejemplo de las numerosas organizaciones de asistencia mutua que las comunidades mexicanas residentes en los Estados Unidos han venido desarrollado en las últimas tres décadas.

1 Consulado General de México en Chicago (2002), Clubes y organizaciones de oriundos mexi­canos en el Medio Oeste, Programa para las Comunidades Mexicanas en el Exterior de la Secre­taría de Relaciones Exteriores, Chicago.

175

XocHILT BADA

Michoacán es el estado que tiene la mayor representación de inmigrantes mexica­nos en el área de Chicago. De acuerdo con los cálculos del Consulado General de México, se estima que la población de michoacanos en el área metropolitana de Chicago es de 165,000 habitantes. En la última década, la migración de mexica­nos hacia esta área creció considerablemente y actualmente, los mexicanos en Chicago sobrepasan numéricamente a los de Houston y San Antonio, formando la segunda comunidad de mexicanos más grande después de la de Los Ángeles. Según datos del Censo del 2000, el número de residentes en Chicago que decla­raron ser de origen mexicano creció en 50 % con respecto a la década pasada. Si se incluye el conteo de todos los condados del estado de Illinois, la población de mexicanos asciende a poco más de un millón de habitantes, lo cual representa un crecimiento de 80 % con respecto a la década de los noventa. 2

Desde principios de la década de los noventa, el gobierno mexicano ha mos­trado un interés especial en el papel que han venido desempeñando las organi­zaciones de oriundos. Recientemente, varios funcionarios públicos han mostra­do un interés especial en que el gobierno apoye los esfuerzos de estos grupos para que inviertan en proyectos productivos en sus comunidades a fin de contri­buir con el desarrollo que necesitan estas segiones empobrecidas. A raíz de este renovado interés por parte del gobierno, las asociaciones de oriundos se han visualizado como un motor potencial del desarrollo, encaminado a reemplazar la responsabilidad del estado mexicano con el desa1Tol10 regional.

El objetivo principal de este trabajo es presentar algunos elementos que dan origen al surgimiento y consolidación de las comunidades trasnacionales michoacanas desde la perspectiva de los migrantes. Este trabajo se encuentra dividido en cuatro partes. La primera parte de este trabajo presenta un breve mar­co teórico que nos permite entender las nuevas dinámicas trasnacionales. A fin de poder encontrar el origen y significado de este tipo de asociaciones migrantes y sus complejas redes con sus comunidades de origen, necesitarnos una base teóri­ca para localizar el significado que tiene la localización geográfica en la era de la globalización. La segunda revisa el fenómeno de las remesas colectivas y el im­pacto social en las comunidades de origen. La tercera parte utiliza el caso de la Federación de Clubes Michoacanos en Illinois para abordar tres aspectos de los clubes deoriundos michoacanos: (1) las condiciones que dieron lugar a su forma-

2 Centro de Información de la Oficina del Censo de los Estados Unidos, actualizado al 7 de septiembre del 2001, en htt;p://www.nd.edu/~iuplr/cic/.

176

RECONSTRUCCIÓN DE IDENTIDADES REGIONALES

ción, (2) el papel que desempeñan los proyectos financiados con remesas colecti­vas en la reconstrucción de las múltiples identidades de los migrantes y (3) la influencia política que estas organizaciones han venido ejerciendo en sus comu­nidades de origen. La última parte contiene comentarios finales, la metodología y una pequeña radiografía del perfil de los clubes de oriundos michoacanos.

A fin de contextualizar el significado de los clubes michoacanos en Illinois, es preciso enfatizar la membresía total de estos clubes para dar una idea del alcance que éstos tienen en sus comunidades tanto de origen como de destino. Durante mi trabajo en comunidades trasnacionales de Michoacán y sus extensiones extraterritoriales en el área de Chicago, logré hacer una estimación aproximada del número de miembros con que cuentan los clu­bes más activos a partir de lo cual establezco que alrededor de 2,000 michoacanos participan en este tipo de actividades en el área metropolitana de Chicago. En la actualidad, el transnacionalismo de los michoacanos no es un fenómeno generalizado, pues el tamaño de la población de michoacanos es relativamente baja, asciende a más de 100 mil en esta área; sin embargo, es de suma importancia estudiar estos grupos si consideramos que han su­frido un crecimiento exponencial en la última década. 3

Debido a que mi aproximación al estudio de este caso tiene una orienta­ción etnográfica, mis observaciones, como dice Geertz, "esperan encontrar en lo pequeño lo que se nos escapa en lo extenso, a fin de toparnos con verdades generales mientras nos dedicamos a clasificar los casos especia­les." (Geertz, 1992:4).4 Aún no sé si el estudio de las identidades primordia­les y las ideologías provincianas de los michoacanos me lleven a revelar "ideologías generalizables del migrante mexicano en los Estados Unidos" (si es que acaso pueda existe tal generalización); sin embargo, estoy segura que nos pueden llevar a entender el valor y la posicionalidad de la identidad michoacana en la vida cotidiana de estos inmigrantes.

3 Cerca del 80 % de todos los mexicanos inmigrantes en la zona metropolitana de Chicago provienen de los estados de Guerrero, Jalisco, Zacatecas, Guanajuato, y Michoacán. El número de clubes de oriundos en Chicago sólo de estos cinco estados se quintuplicó de cerca de 20 a más de 100 clubes durante el periodo 1994 a 2000. Véase Xóchitl Bada (2003), "Clubes de Oriundos en los Estados Unidos,", Serie Acción Ciudadana en las Américas, núm. 5, Programa de las Américas del Interhernispheric Resource Center (IRC), marzo, http://www.americaspolicy.or¡úcitizen-action/series/05-hta.html. 4 Mi propia traducción.

1

177

XOCHILT B ADA

Formación y significado de los nuevos espacios sociales transnacionales

A principios del siglo XX, el alto costo de los viajes y las dificultades de la comunicación a larga distancia hacían prácticamente imposible que los indivi­duos fuesen capaces de trasladarse con frecuencia a lugares geográficamente distantes. En la actualidad, gracias a las telecomunicaciones modernas, los avio­nes, el libre comercio, y otras fuerzas sociales y económicas que han sido des­atadas por el capitalismo contemporáneo, las comunidades extraterritoriales se expanden más allá de las fronteras geográficas. En la medida en que los miem­bros de estas comunidades viajan constantemente entre sus países de origen y las sociedades donde residen, ellos van transmitiendo diversas corrientes cultu­rales y políticas en ambas direcciones (Portes, 1996).

En la última década, la investigación de los procesos migratorios ha ido dejan­do un poco de lado el excesivo énfasis en las teorías asimilacionistas y de aculturación, las cuales proponían la idea de que los migrantes abandonaban sus países de origen y al cabo de algunos años lograban integrarse plenamente a la vida de la sociedad receptora, olvidándose de su bagaje cultural e identitario. De ahí que se creyera en el mito del melting pot estadounidense y en la posibilidad de aculturar paulatinamente a todos los inmigrantes en la cultura anglosajona. Sin embargo, en la última década, diversas disciplinas dentro de las ciencias sociales han producido investigaciones sobre migración desde una perspectiva trasnacional, en donde se han resaltado diversos factores que contribuyen a la creación de comunidades trasnacionales o espacios sociales que rompen con la idea de que las comunidades se encontraban necesariamente confinadas a un espacio geográ­fico, el cual las aislaba paulatinamente de sus raíces, facilitando así su asimilación dentro de las sociedades de los países de destino.

A través de la observación de varias comunidades trasnacionales de Michoacán que mantienen extensiones extraterritoriales en el área de Chicago, tuve la oportunidad de acercarme a espacios sociales trasnacionales, los cuales solo existían en mi imaginación a través de los trabajos de Linda Basch y otros (1994), los cuales sugieren que los flujos migratorios internacionales constitu­yen una herramienta excelente para observar puntos de convergencia entre re­des sociales, espacios sociales trasnacionales y extraterritoriales, así como co­munidades rurales y urbanas. Estos son fenómenos que se han manifestado tanto en lugares con intensos flujos migratorios como los Estados Unidos, como también en sociedades receptoras con flujos migratorios menos extensos, tal es el caso de los procesos de transformación de identidades y prácticas cotidianas

178

RECONSTRUCCIÓN DE IDENTIDADES REGIONALES

de migrantes andinos bolivianos, ecuatorianos y peruanos que se han estableci­do temporal o permanentemente en Argentina, Nueva York, Japón y España, entre otros lugares de destino (Salman y Zoomers, 2002).

En primer lugar, si queremos entender la formación de espacios sociales trasnacionales es necesario definir el concepto de transnacionalismo. Linda Basch y otros (1994) han acuñado una definición perfectible que puede ser modifica­da en la medida que la realidad presente diferentes patrones de conducta en las sociedades trasnacionales. Este concepto está limitado a las actividades de los migrantes; sin embargo, nos brinda una clara delimitación de esta categoría:

Definimos trasnacionalismo como los procesos a través de los cua­les los inmigrantes construyen espacios sociales que enlanzan a sus paí­ses de origen con su país de residencia. Se les denomina "transmigrantes" a aquellos inmigrantes que construyen estos espacios sociales. Los transmigrantes desarrollan y mantienen múltiples relaciones -familia­res, económicas, sociales, organizacionales, religiosas y políticas que trascienden las fronteras. Los transmigrantes llevan a cabo acciones, toman decisiones, tienen preocupaciones y desarrollan identidades ins­critas dentro de las redes sociales que los conectan con dos o más socie­dades simultáneamente (Basch y otros, 1994: 7).5

En la actualidad, pareciera como si las fuerzas trasnacionales acentuaran el individualismo de las sociedades modernas de la misma forma en que las computadoras aíslan a los individuos de interacciones interpersonales al re­solverles los problemas de la vida cotidiana sin tener que lidiar con comuni­caciones interpersonales directas. Sin embargo, las nuevas fuerza s trasnacionales tales como las innovaciones tecnológicas también han hecho posible la reducción de las distancias con consecuencias positivas para las poblaciones inmigrantes. En este contexto, las comunidades transmigrantes han aprovechado esta oportunidad logrando consumar organizaciones sufi­cientemente empoderadas y autónomas que han ejercido acciones con el ob­jetivo de beneficiar a sus comunidades de origen muchas veces sin la inter­vención o ayuda de sus gobiernos nacionales. Esto ha sido posible incluso dentro de los esquemas de una economía global que privilegia la obtención de tasas de ganancias por encima de las necesidades sociales.

5 Mi propia traducción.

179

XocHILT BADA

En muchos casos, estos transmigrantes realizan actividades que van más allá de la motivación de obtener alguna ganancia material. Siguiendo la idea de Pierre Bordieu del capital simbólico, podría decirse que los transmigrantes no solo desa­rrollan estrategias de medios y fines (basadas en teorías utilitaristas y de expecta­tivas racionales), sino también desempeñan un papel importante en varios cam­pos de acción y establecen redes sociales sin buscar ganancias necesariamente materiales. De esta forma, los transmigrantes están interesados en preservar sus lazos primordiales, y al hacerlo, tratan de obtener recursos y capital simbólicos tales como títulos honorarios, membresías, prestigio social, nuevos contactos y

1

roce social, así como influencia política.6 Sin embargo, también existen excep-ciones a esta tendencia. Si bien es verdad que la mayoría de los miembros de los clubes de oriundos actúan en forma desinteresada sin perseguir algún bien mate­rial, hay algunos que ven su participación como una inversión potencial. Por ejemplo, los miembros que son microempresarios aprovechan su participación como una oportunidad para promocionar sus productos, desde tarjetas de presen­tación hasta fajas reductivas. Algunos otros simplemente buscan limpiar su ima­gen usando al club como una pantalla para intentar encubrir un pasado turbio. Por tanto, si bien la tendencia generalizada es hacia un modelo de filantropía bastante homogéneo, también existen variaciones significativas al modelo.

Por otra parte, hoy en día la tecnología electrónica nos da una sensación de inmediatez con respecto a las relaciones entre personas que se encuentran geográficamente distantes. En consecuencia, una de las explicaciones que encon­tramos para el surgimiento del transnacionalismo es la abreviación del tiempo y del espacio, la cual ha sido posible gracias a la tecnología moderna. Por ejemplo, veamos el caso de la transformación de la vida de una pareja de novios dividida por la migración observada en la comunidad de La Luz. Durante la fiesta de graduación de primaria de Pablo, un grupo de tres jovencitas reconstruye la si­guiente historia de un amor quebrado gracias a la inmediatez telefónica:

Romelia se iba a casar con Juan, quien estaba trabajando en el Norte, en W aukegan, lli. Juan le mandaba dinero seguido a Romelia para pagar los gastos de la boda y le hablaba todos los días a La Luz para monitorear los avances en los trámites de la ceremonia. Sin embargo, Esperanza, una íntima amiga de Juan, sorprendió un día a Romelia besándose con

6 Véase Pierre Bordieu y Loic, J. D. Wacquant (1995), Respuestas para una antropología re­flexiva, México, Grijalbo.

180

RECONSTRUCCIÓN DE IDENTIDADES REGIONALES

otro chico y decidió telefonear inmediatamente a Juan para contárselo. Juan no creyó la historia y decidió sorprender a Romelia llegando a La Luz varios días antes de lo previsto sin avisarle. Juan espió a Romelia y descubrió que Esperanza había dicho la verdad. Juan decidió cancelar la boda rompiendo las ilusiones de Romelia de irse a vivir pa'l norte. Juan, a pesar de vivir a miles de kilómetros de La Luz, pudo enterarse de todo lo que estaba sucediendo de manera casi simultánea gracias al abarata­miento de las llamadas de larga distancia.

Si bien aceptamos que la novedad del transnacionalismo es limitada ya que los flujos migratorios no son ninguna novedad y se han manifestado intensa­mente desde la formación del Estado-Nación con fronteras bien delimitadas, lo cierto es que las manifestaciones de las actividades de migrantes transnacionales han aumentado considerablemente a raíz de la revolución en las telecomunica­ciones. Para dar un ejemplo, imaginemos la magnitud de la comunicación entre los inmigrantes de origen hispano de Illinois y sus comunidades de origen. Se estima que los inmigrantes de origen hispano hablan por teléfono con sus fami­liares un promedio de 10 millones de horas al mes usando tarjetas de teléfono prepagadas, lo que constituye una jugosa industria poco regulada con ventas del orden de 1,250 millones de dólares anuales.

Hoy observamos que las comunidades trasnacionales emergen cuando lo local y lo global se intersectan. De esta forma se crean fuertes lazos sociales entre espacios geográficamente distantes que rompen con la idea de comunida­des enclavadas en espacios territoriales cerrados. Los paisanos mexicanos se reúnen en una diáspora donde los sentimientos parroquiales son exaltados de­bido a nostalgias patrióticas y culturales. Así, la confianza entre los miembros de una comunidad trasnacional se construye a través de la etnicidad regional cuya característica principal es la identificación de una membresía con sus co­munidades de origen. Estos sentimientos parroquiales son los suficientemente fuertes para crear un intercambio de trabajo voluntario a través de redes socia­les que se encuentran dispersas en espacios tanto rurales como urbanos.

¿Cuál es el significado que tiene el transnacionalismo emergente de organi­zaciones comunitarias de base? ¿Cómo se modifica nuestro entendimiento tra­dicional de una participación cívica comunitaria que se encuentra primordial­mente atada a un lugar específico? De acuerdo con las manifestaciones de par­ticipación extraterritorial de un amplio número de individuos de diversas na-

181

XOCHILT BADA

cionalidades en los Estados Unidos 7, estos fenómenos transnacionales presen­tan una desconexión entre un mundo que se encuentra políticamente organiza­do en territorios mutuamente excluyentes, y una especia humana que tiene una capacidad casi ilimitada de movimiento y adaptación en ambientes diferentes, que está determinada a llevar a cabo todas sus actividades sin prestar mucha atención a las restricciones impuestas por las fronteras geográficas.

De acuerdo con el politólogo Aristide Zolberg (2002), incluso la gente de recursos muy modestos tiene oportunidad de mantenerse en contacto en tiempo y espacio. En consecuencia, estos procesos se verán reflejados en un futuro cercano en la creciente incidencia en casos de nacionalidades y residencias múltiples, así como en la distribución de la vida cotidiana entre varios países. Esto no significa que el estado nación se esté colapsando, sino que le es cada vez menos posible llevar el control monopólico de la vida de los individuos (Zolberg, 2002). Por ejemplo, en el caso mexicano, la cantidad de personas que tienen la doble nacio­nalidad es aún pequeña pero ha ido avanzando rápidamente.8

De hecho, las asociaciones trasnacionales contemporáneas han transformado la forma tradicional de participación cívica que se espera de los ciudadanos que gozan de derechos políticos plenos. Por ejemplo, los inmigrantes mexicanos que viven en los Estados Unidos siempre han estado privados de su derecho al voto político en ausencia. A pesar de que los mexicanos pueden tener más de una nacionalidad gracias a una modificación reciente a la Ley de Nacionalidad, el Estado mexicano hace una distinción entre nacionales y ciudadanos; por lo tanto, los mexicanos viviendo fuera de México han sido privados de su derecho al voto extraterritorial (Bada, 2003). Sin embargo, la falta de este derecho electoral no ha sido un impedimento para que varios grupos de mexicanos organizados partici­pen en otros tipos de participación cívica tales como el mejoramiento del nivel de vida de sus coterráneos a través del financiamiento de proyectos de embelleci­miento comunitario e infraestructura básica para sus pueblos. A pesar de que las posibilidades del retorno a sus comunidades es un proyecto lejano para la gran

7 A pesar de que los clubes de mexicanos oriundos en los Estados Unidos han sido los más visibles en los últimos treinta años, los dominicanos, salvadoreños y guatemaltecos también han formado asociaciones similares para beneficiar a sus comunidades de origen. 8 En 1998, solo existían 2,574 mexicanos que habían adquirido la doble nacionalidad (IFE, 1998: 8) Hoy en día se estima que unos 30,000 mexicanos cuentan con doble nacionalidad a nivel jurídico. Véase The New York Times, March 20, 2003, p. A 27.

182

RECONSTRUCCIÓN DE IDENTIDADES REGIONALES

mayoría de los miembros de estas asociaciones, "la esperanza muere a lo último" y muchos esperan pasar su retiro en sus pueblos de origen. Por ello, existe gran interés en estos grupos por mejorar sus comunidades en todos los aspectos.

Bajo la bandera del cambio social y el progreso integral de sus comunidades de origen, el orden social parroquial ha motivado la creación de nuevos espacios socialmente construidos que están integrados por comunidades trasnacionales que hacen posible el establecimiento de lazos sociales y comunitarios entre gran­des urbes en los Estados Unidos, como es el caso de Chicago, y pequeñas locali­dades en Michoacán.9 En este caso, el espacio social no está siendo determinado por la localización geográfica sino que se extiende más allá de las fronteras terri­toriales. En consecuencia, es necesario poner mucha atención a los nuevos patro­nes comunitarios trasnacionales que están emergiendo entre grandes ciudades y pequeñas localidades a fin de entender las nuevas dinámicas que se han fortaleci­do como consecuencia de un mundo cada vez más gl0balizado.

Remesas colectivas de migrantes trasnacionales: impactos políticos y sociales

Los clubes de oriundos son organizaciones sofisticadas que recaudan un monto considerable de divisas a fin de invertirlas en el desarrollo económico de sus comunidades de origen. En algunos casos, sus actividades apoyan una visión optimista del papel que desempeñan las remesas en las comunidades de ori­gen. Sin embargo, si miramos con cuidado los patrones de inversión de estos recursos, esto nos conduce a la hipótesis de que la mayoría de los clubes de oriundos están más interesados en financiar proyectos de infraestructura de corto plazo que en financiar proyectos productivos generadores de empleo. 'º Este hecho ha sido extensivamente documentado en los trabajos de Goldring (2001, 1999, 1998), Alarcón (2000), Moctezuma (2000a, 2000b), Moctezuma y Rodríguez (1999), Espinosa (1999), Rivera-Salgado (1999), y Zabin y Es­cala (1998). Esta tendencia hacia las inversiones en infraestructura nos obliga a preguntarnos por qué las remesas colectivas no están siendo invertidas en actividades que persigan una tasa de ganancia.

9 Es interesante destacar aquí los lemas de la Federación de Clubes Michoacanos en Illinois: "Michoacanos sin fronteras unidos por cambio y progreso" y "Abriendo Fronteras, Unien­do Comunidades". 10Véase apéndice.

183

XOCHILT BADA

En la última década, los "migradólares"11 han ganado la atención de las agencias gubernamentales, las organizaciones no gubernamentales y los aca­démicos que desean que estos recursos desempeñen un papel más relevante en los esquemas de desarrollo económico de las regiones expulsoras de mano de obra migrante. Paradójicamente, esta propuesta descansa en la creencia de que la migración internacional documentada e indocumentada es un proble­ma que puede ser resuelto a través de los esfuerzos de los propios migrantes, liberando así la responsabilidad que el estado mexicano tiene de garantizar el desarrollo y bienestar integral de sus comunidades.

Actualmente, las remesas individuales enviadas por los inmigrantes que resi­den en los Estados Unidos han servido como un motor indirecto para el desarro­llo económico regional y funcionan como un substituto para aliviar la escasez de servicios de bienestar social en los países expulsores de mano de obra. Sin embar­go, la historia contemporánea de las remesas incluye nuevos actores y medios novedosos para obtener el mayor provecho de estas divisas. De hecho, los econo­mistas están enfatizando el hecho de que las remesas utilizadas en el consumo directo tienen un efecto multiplicador, que en el largo plazo contribuye al creci­miento del Producto Interno Bruto. Las remesas se han incrementado dramática­mente desde mediados de los años ochenta, alcanzando un crecimiento anual promedio del 26 % en México y América Latina (Lowell y De La Garza, 2000). En los estados de Zacatecas y Michoacán, así como en gran parte del México rural, las remesas exceden los presupuestos municipales y estatales.

A pesar de que la mayoría de los migradólares son destinados para las familias de los migrantes, un cierto porcentaje es canalizado a través de los clubes de oriundos y sus federaciones. Las remesas enviadas por estas asociaciones se han usado básicamente para cubrir las necesidades esenciales de estas comunidades, canalizando las inversiones principalmente a la construcción y renovación de templos, parques, remodelación de escuelas públicas, puentes, pozos de agua, toriles, instalaciones deportivas, pavimentación de calles y carreteras, etc. Las principales inversiones en el caso de los michoacanos se han destinado a proyec­tos de renovación y construcción de templos y cementerios, así como a obras de infraestructura básica, como carreteras, puentes, y agua entubada. De esta forma, cuando los clubes financian la construcción de infraestructura pública como son

11 Jorge Durand llama migradólares al dinero enviado por los migrantes internacionales a sus familias en sus países de origen. Véase Jorge Durand y otros (1996).

184

RECONSTRUCCIÓN DE IDENTIDADES REGIONALES

caminos y puentes, están mejorando las economías locales a través de la facilitación de transacciones económicas. De la misma forma, cuando financian proyectos de educación y de salud están haciendo una inversión directa en capital humano.

Tan solo en 1999, sin considerar las transferencias de bolsillo, las remesas en­viadas por los michoacanos a su estado natal ascendieron a 301.4 millones de dóla­res según cálculos oficiales, los cuales representan el 2.8 % del PJB estatal. La distribución actual de estas remesas es de 87 dólares per capita (Delgado y Rodríguez, 2001). Actualmente, el estado de Michoacán estima que anualmente emigran un promedio de 50,000 michoacanos a los Estados Unidos. La tasa de emigración hacia los Estados Unidos por cada 1,000 habitantes es de 5.4 personas.

V arios factores son esenciales para entender el impacto de las remesas en el estado de Michoacán. Por ejemplo, el impacto de las remesas no se distribuye equitativamente en todo el estado, ya que éstas se concentran principalmente en 56 de los 113 municipios con que cuenta Michoacán. Estos municipios son zonas altamente expulsoras de migrantes que salen a trabajar hacia los Estados Unidos. Por lo general, en estos 56 municipios más de dos tercios de las familias depen­den de los envíos que llegan de los Estados Unidos. Sin embargo, solo el 9 % de los hogares michoacanos recibe remesas. En estos hogares, las remesas represen­tan el 70 % del ingreso total familiar (Delgado y Rodríguez, 2001).

Michoacán tiene actualmente una población de 3.9 millones de habitantes y el Instituto Nacional de Geografía, Estadística e Informática (INEGI, 2001), estima que en el año 2000, el 9.9 % de los michoacanos se encontraban vivien­do fuera del estado. Sin embargo, el INEGI reconoce que sus cálculos pueden estar subestimando la cantidad de migrantes que abandonan Michoacán debido a que cuando emigran familias enteras es imposible recolectar estos datos. Michoacán es uno de los estados más pobres en México y uno de los cinco estados que presenta mayor desigualdad en la distribución de la riqueza. En el nivel educativo, Michoacán es uno de los tres estados que manifiesta los más altos índices de atraso educativo,junto con Oaxaca y Guerrero (González, 2001).

En muchas de las comunidades con alta migración en Michoacán, los migradólares representan el único medio de supervivencia para las familias. Por ejemplo, en varios de los municipios con alta mi~ación en la región de los valles en el norte del estado (Santa Ana Maya, Alvaro Obregón, Cherán, Pajuacuarán, Churintzio, Zamora, Morelia, Ecuandureo, Panindícuaro, Venustiano Carranza, Sahuayo, Vista Hermosa, Ciudad Hidalgo, Tzitzio, y

185

XOCHILT BADA

Cuitzeo ), la mayoría de las poblaciones tienen una economía dolarizada. Los pre­cios para la compra-venta de tierras de cultivo o terrenos para construcción se fijan en dólares y la mayor parte de la gente mantiene el dinero de sus remesas en dólares en efectivo por temor a nuevas devaluaciones del peso y porque el acceso a servi­cios financieros básicos es escaso o inexistente en estas comunidades. El dinero se va cambiando a pesos según como se presentan las necesidades familiares. 12

La dolarización de la economía ha traído consecuencias tanto positivas como negativas en estas comunidades. Entre los aspectos positivos, este sistema ha ayudado a mitigar los efectos del desempleo, las limitaciones del desarrollo in­dustrial, las malas condiciones de la producción ganadera y el declive de una agricultura que enfrenta condiciones adversas y una competencia internacional feroz desde la implementación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), sobre todo en las zonas de cultivo de maíz. Sin embargo, entre los aspectos negativos, podemos encontrar el excesivo encarecimiento de los pre­cios de la tierra. Por ejemplo, un funcionario del ayuntamiento de Panindícuaro explica que los precios de la tierra se han encarecido muchísimo en esta zona debido principalmente a que nadie quiere vender sus propiedades a pesar de que estén abandonadas. Muchos padres de familia que tienen hijos viviendo en los Estados Unidos han utilizado sus ahorros en dólares para comprar algunas pro­piedades (tanto tierras de cultivo como terrenos para vivienda) porque tienen la esperanza de que algún día sus hijos retomarán permanentemente a sus comuni­dades de origen y empezarán a construir sus casas. A pesar de que las historias de retomo son muy escasas en este municipio, la mayoría de los padres se rehúsan a vender sus tierras porque "la esperanza es lo último que muere". 13

12 Durante mi trabajo de campo en Michoacán, hice un recorrido por el norte del estado. Mi medio de transporte fueron autobuses regionales que hacen paradas frecuentes en muchas comunidades con alta migración. Uno de los fenómenos que observé fue la gran cantidad de transacciones comerciales internacionales que se llevan a cabo en esta región. Por ejemplo, en poblaciones de menos de 5,000 habitantes, es común encontrar al menos dos o tres agencias de viajes especializa­das en ventp de boletos de avión a docenas de destinos en Estados Unidos, cinco ó seis casas de cambio y tres o cuatro servicios de mensajería especializados en transferencia de dinero. 13 Entrevista con funcionario municipal en Panindícuaro, 6 de julio de 2001. Para asegurar el anonimato de mis informantes, proporcionaré muy poca información acerca de los cargos públi­cos de mis informantes. Sobre este punto, es interesante destacar que en una encuesta aplicada a 25 miembros de clubes, 16 declararon que desean volver a México en su vejez para disfrutar de su retiro y descansar. Quizá esto explica en parte por qué la mayoría de los clubes se involucra en obras de renovación de cementerios ó embellecimiento de las plazas y centros recreativos.

186

RECONSTRUCCIÓN DE IDENTIDADES REGIONALES

En general, cuando alguna historia de retomo se materializa, en muy pocas ocasiones los hijos deciden establecerse en sus pueblos de origen. Es mucho más común encontrar historias de migrantes que retoman a ciudades más gran­des como Morelia, Zacapu, o Zamora, ya que después de muchos años de vivir en zonas urbanas de los Estados Unidos, les cuesta trabajo adaptarse a la cotidianeidad de la vida rural y además, no tienen mucho interés en volver a su comunidad a sembrar las tierras que abandonaron al irse a los Estados Unidos, debido al mal estado de la agricultura en México y a la falta de incentivos para el desarrollo del campo. De hecho, un buen número de tierras se encuentran sin sembrar en esa región por los altos precios de la semilla, la falta de sistemas de riego, la escasez de mano de obra y los bajos precios de las cosechas.

El uso que las familias hacen de las remesas en el norte del estado es primor­dialmente para el consumo; sin embargo, también se destina algún porcentaje para pequeñas empresas. En mi trabajo de campo en seis poblaciones de Michoacán (Ciudad Hidalgo, Morelia, La Purísima, Las Cruces, La Luz y San Miguel Epejan) observé que los michoacanos utilizan sus remesas para el con­sumo primario, la construcción y remodelación de sus viviendas, compra de tierras de cultivo, pequeñas granjas, adquisición de semillas para la siembra, el pequeño abarrote y microtalleres de carpintería.

Asimismo, estas comunidades también se benefician con el retomo tempo­ral de los migrantes a sus pueblos de origen. Los migrantes de estas regiones generalmente regresan para dos festividades importantes: las vacaciones de navidad y para las fiestas patronales. 14 Las épocas de celebración de estas fies­tas varían dependiendo del santo que se venere; sin embargo, la presencia de los migrantes es tan importante para el financiamiento de las festividades que por ejemplo, la comunidad de Las Cruces decidió cambiar su santo patrono a fin de poder celebrar la fiesta en enero, ya que este mes es más propicio para que los migrantes regresen porque en Blue Island, Ill., donde trabajan varios de los migrantes del pueblo hay mucha nieve. 15

Muchos pueblos que regularmente se encuentran semi-vacíos la mayor par­te del año, de repente se llenan de gente durante las fiestas patronales y general­mente, los migrantes que retoman temporalmente, son los que financian la ce-

14 En promedio, todos los miembros activos de los clubes de oriundos visitan su comunidad de origen al menos una vez al año. Esto depende en gran medida de su estatus migratorio. 15 Entrevista con líder del club Las Cruces en Illinois, 1 º de abril de 200 l.

187

XocHJL T BADA

lebración a través de los clubes de oriundos. Para la mayoría de los clubes, es muy importante apoyar esta celebración y es motivo de gran orgullo y emoción poder cooperar para estos festejos, a pesar de que en algunos casos no se pueda asistir a la celebración. Así, los clubes en Illinois organizan rifas, bailes, kermeses, colectas, etc., a fin de juntar fondos para comprar toritos encuetados, contratar bandas de música, alquilar templetes de baile, comprar flores para la iglesia, vestir los santos con ropa nueva, etc. De hecho, tanto las autoridades municipa­les como eclesiásticas tienen conocimiento de la generosidad de los migrantes de Illinois y en ocasiones, funcionarios municipales y párrocos de iglesia en­vían, con varios meses de anticipación, solicitudes por escrito a los líderes de los clubes pidiendo ayuda financiera para colaborar con el municipio y la igle­sia en el patrocinio de las fiestas patronales.16

La consolidación de la cadena migratoria de los michoacanos en Illinois y otras partes de los Estados Unidos ha resultado en mejores posibilidades de organización debido a la alta concentración geográfica de paisanos provenien­tes de la misma comunidad michoacana. Por ejemplo, en el caso de Illinois, la mayoría de los epejenses están altamente concentrados en Aurora, los oriundos de La Purísima se concentran en Carpentersville y los luceños han escogido a Waukegan como su destino predilecto, entre otros casos. Como una conse­cuencia directa de la migración en cadena, también se han dado concentracio­nes interesantes en nichos laborales. Por ejemplo, la mayoría de los cruceños que viven en Blue Island trabajan en la industria de la construcción como draiboleros, esto es, como colocadores cartón de yeso o tablaroca.

Los clubes de oriundos como un factor en 1a reconstrucción de 1a identidad del migrante michoacano

Desde los trabajos llevados a cabo por Manuel Gamio (1930) a fines de los años veinte para cuantificar el valor de las remesas y construir hipótesis sobre el significado de éstas tanto para las sociedades receptoras como para las comuni­dades de origen, la mayoría de los estudios subsecuentes han estado principal­mente orientados hacia la cuantificación de los flujos de remesas para la gene­ración de desarrollo económico en los países expulsores de mano de obra hacia los Estados Unidos (Lowell y de la Garza, 2002).

16 Entrevista con funcionario municipal en Michoacán, 30 de junio de 2001.

188

RECONSTRUCCIÓN DE IDENTIDADES REGIONALES

Para algunos académicos, estos estudios son importantes porque demuestran la necesidad de que el estado mexicano se involucre cada vez más en políticas públi­cas que procuren el bienestar social de las comunidades de origen de los migrantes, a fin de que los flujos de remesas puedan ser canalizados hacia proyectos producti­vos. De acuerdo con esta corriente, tanto los gobiernos estatales como las organiza­ciones no gubernamentales, podrían ofrecer ayuda técnica para que los proyectos de remesas colectivos puedan contribuir a la generación de empleos. Estos estudios parten de la idea de que las remesas individuales o colectivas deben funcionar como un substituto a los recursos gubernamentales que debieran ser invertidos en el desa­rrollo regional. Se parte del hecho que los gobiernos han sido negligentes, pero en lugar de proponer combatir esa negligencia a través de un compromiso del estado con el desarrollo, se propone involucrar los ingresos de todos los rnigrantes para resolver los problemas del subdesarrollo. Este ensayo manifiesta un desacuerdo con esa visión, aunque debemos admitir que desde la década pasada, esta perspec­tiva ha ido adquiriendo popularidad entre varios economistas y algunas Organiza­ciones No Gubernamentales tanto en México como en los Estados Unidos.

A pesar de la abundante literatura sobre la relación entre las remesas familia­res y el desarrollo económico, los académicos han prestado poca atención a la evolución de los clubes de oriundos mexicanos en los Estados Unidos y el desti­no de las remesas colectivas que éstos han invertido en sus comunidades. Sin embargo, en la última década, los trabajos de Goldring (2002, 2001, 1999, 1998), Srnith (1992) Moctezuma (2000a, 2000b), (Moctezuma y Rodríguez, 1999), Alarcón (2000), Zabin y Escala (1998), Rivera-Salgado (1999) y Espinosa (1999) han puesto especial atención a los impactos políticos, sociales y culturales de los proyectos sociales y de infraestructura que han sido financiados a través de las remesas colectivas enviadas por diversos clubes de oriundos. Estos trabajos han recalcado que los clubes son vehículos importantes para cultivar, reafirmar y mantener las identidades locales tradicionales entre la primera generación de mexicanos transmigran tes de los estados de Puebla, Jalisco, Zacatecas, Michoacán y Oaxaca. Los clubes localizados en el estado de California han generado lama­yor atención debido a que ahí se concentra el mayor número de estas organizacio­nes. En la actualidad los clubes californianos representan el 52.8 % de los 623 clubes de oriundos registrados en los consulados mexicanos en los Estados Uni­dos en 2003 (Secretaría de Relaciones Exteriores, 2003). 17

17 Esta cifra es una estimación porque no todos los clubes de oriundos deciden registrarse en los consulados mexicanos en los Estados Unidos.

189

XocHJLT BADA

En consecuencia, durante la última década, hemos visto un florecimiento de estudios dedicados a observar el significado social de las remesas desde la pers­pectiva de los migrantes. Esta nueva corriente sugiere que los migrantes que en­vían remesas son agentes sociales competentes que manifiestan múltiples identi­dades simultáneas cuando deciden organizarse para enviar remesas colectivas a sus comunidades de origen a través de procesos que reafirman o reinventan si­multáneamente sus diversas categorías identitarias: campesino, obrero, mexica­no-americano, inmigrante, doble nacional, michoacano oriundo, etc. En el pasa­do, los estudios de remesas de migrantes mexicanos en los Estados Unidos ha­bían retratado a los migrantes como meros sujetos económicos que tienen el po­tencial para modificar eventualmente el destino de sus comunidades de origen a través de la inversión inteligente de sus remesas individuales o colectivas. Por ello es necesario intentar dilucidar las causas que han llevado a estos migrantes a tomar acciones en beneficio de sus comunidades de origen.

En primer lugar, observamos que el grupo social migrante que decide orga­nizar clubes de oriundos ha sido marginado en varios casos de la corriente dominante cultural de la sociedad anglosajona estadounidense. Sin embargo, las conductas que estos grupos han adoptado para rechazar sus sentimientos de anomie, no se ha manifestado en conductas desviadas dentro de la sociedad receptora, sino en conductas positivas y constructivas hacia sus comunidades de origen y destino,. En cierto modo, estos inmigrantes han buscado una membresía y pertenencia alternativas en sociedades que no siempre los han proveído de las herramientas necesarias para obtener movilidad social y estatus.

Por ejemplo, en una encuesta aplicada a 45 miembros activos de clubes michoacanos en Illinois y California, el 36 % de los encuestados reportó seis años de educación básica como su nivel máximo de estudios; de ahí que, para la mayo­ría de los miembros activos, la movilidad económica no se haya traducido en movilidad de estatus y clase social en la sociedad estadounidense, una sociedad que pone especial énfasis en las credenciales de los individuos. En consecuencia, a pesar de que el promedio de los miembros de estas organizaciones pertenece a la clase media 18

, su estabilidad financiera no se ha traducido en una posición de estatus respetada por todos los sectores sociales en la sociedad estadounidense.

18 De acuerdo con una encuesta aplicada a 45 miembros activos de clubes michoacanos, el ingreso promedio anual familiar es de 45,000 dólares anuales. Los salarios oscilan muchísimo debido a que hay miembros que trabajan solo medio tiempo. En consecuencia, hay casos de miembros que repor­tan salarios mensuales de 300 dólares, mientras otros reportan salarios de 8,500 dólares por mes.

190

RECONSTRUCCIÓN DE IDENTIDADES REGIONALES

Los inmigrantes michoacanos trabajan como empresarios, profesionales y maestros, aunque también hay carpinteros, cocineros, intendentes y mecánicos. A través de diversas formas de incorporación a los mercados laborales de Chicago, los michoacanos han tenido la oportunidad de proveer sustento a sus familias. Sin embargo, para ellos el estatus social de "hombres y mujeres con familias respeta­bles" ha sido adquirido a través de lazos con sus identidades primordiales, básica­mente en Michoacán, donde anualmente son recibidos con gran respeto, como verdaderos héroes, por la organización de colectas a favor de las causas del pue­blo; tal es el caso de este año, en que organizaron exitosamente una colecta en Chicago para la adquisición de un sonido nuevo para la iglesia. En los Estados Unidos, los michoacanos miembros de un club sienten gran orgullo cuando des­empeñan roles prestigiosos tales como embajadores culturales de su estado natal durante la semana cultural de Michoacán en Chicago ó representantes comunita­rios en reuniones con altos diplomáticos y altos funcionarios del gobierno mexi­cano, actividades más o menos comunes entre los miembros de clubes.

En esta búsqueda constante de alternativas para mantener fuertes lazos con su identidad tanto regional como nacional, los miembros de estos clubes privi­legian el uso del español en todas las actividades de su organización. A través del afianzamiento del idioma español más allá de la vida privada, los mich03canos contribuyen a extender el uso del español hacia la esfera públi­

·ca.19La aceptación del uso del español se ha ido incrementando en las arenas privadas y comerciales; sin embargo, para estos grupos es importante que su idioma tenga un reconocimiento más allá de los programas de radio, televisión y las transacciones comerciales cotidianas. Debido a su insistencia constante en conducir actividades públicas donde solo se usa el español, esta práctica ha ido cobrando fuerza en Chicago. Por ejemplo, en un reciente encuentro binacional en Chicago donde se reunieron funcionarios gubernamentales de ambos países con miembros de clubes en Illinois, el evento fue conducido en español (sin traducción simultánea) frente a las dos banderas nacionales.

La comunidad michoacana trasnacional en Illinois

De acuerdo con el historiador Ochoa Serrano, Ramón Sánchez fue el primer michoacano que visitó Chicago. El 20 de junio de 1893, Ramón Sánchez salió de Jiquilpan de Juárez, Michoacán, con rumbo a Chicago. La jornada le llevó

19Sobre el uso del español en los Estados Unidos, véase Aristide R. Zolberg y Long Litt Woon (1999).

191

XOCHILT BADA

tres días y tres noches antes de llegar a "La reina del Río Michigan", como le llamaban a Chicago en ese entonces en los Estados Unidos. Ramón era un empresario michoacano que visitó Chicago para asistir a la Feria Mundial de 1893 (Ochoa, 1998). Tres décadas después; en 1926, dos michoacanos, Juan García y José Anguiano, fundaron la primera organización de michoacanos en Illinois de la que se tiene conocimiento. La asociación se llamó Sociedad Cuauhtémoc y tenía entre 100 y 150 miembros (Espinosa, 1999).

Desde la época de la Revolución Mexicana y posteriormente con el Programa Bracero, Michoacán ha sido uno de los cuatro estados con más altos índices de migración hacia los Estados Unidos. En consecuencia, los migrantes michoacanos han vivido continuamente en Chicago y sus alrededores por más de cien años. Un gran porcentaje de estos michoacanos conserva fuertes lazos con sus comunida­des de origen. Los michoacanos se concentran primordialmente en California, Texas, Illinois, Washington y Michigan. En Los Ángeles los michoacanos repre­sentan el 15 % de la población mexicana, mientras que en Chicago representan el 16.5 %. Aparte de los barrios tradicionales de asentamiento de la comunidad mexicana en Chicago como lo son Pilsen y La Villita, en los últimos diez años los michoacanos han establecido nuevas comunidades extraterritoriales en los subur­bios de Cícero, Calumet Park, Waukegan, Joliet, Blue Island, Hazel Crest, Carpentersville, Aurora, Elgin, Rockford, McHenry y Cogden (Espinosa, 1999).

Usos de las remesas enviadas por los clubes michoacanos

Los clubes de oriundos michoacanos tienden a emplear los fondos que recaudan en diversos proyectos en sus comunidades de origen que van desde la construcción de caminos, carreteras, pavimentación, puentes, pozos de agua y electrificación de viviendas, hasta la donación de ambulancias y camionetas para los ayuntamientos, reparación de gimnasios, construcción y reparación de templos, plazas, parques recreativos, alamedas, cementerios, escuelas, guarderías y toriles para charreadas. También existen proyectos de beneficencia como la donación de juguetes y mate­riales escolares para niños, financiamiento de estudiantinas, becas para jovencitas de escasos recursos, construcción de asilos de ancianos, apoyos en la construcción de centros católicos para la juventud, canchas de basketball y de futbol.

Los clubes también llevan a cabo actividades en beneficio de la comunidad donde residen actualmente en los Estados Unidos. Por ejemplo, destinan parte de los fondos que recaudan para ayudar a miembros que residen en los Estados

192

RECONSTRUCCIÓN DE IDENTIDADES REGIONALES

Unidos, sobre todo en casos de emergencia. Existen clubes que hacen colectas para las viudas o las mamás que pierden a sus hijos en algún accidente trágico. En algunos casos, los miembros del club se encargan de los costos del funeral ó del traslado de los cuerpos hacia la comunidad de origen. También se solidari­zan económicamente con algunos miembros que se encuentren temporalmente en situaciones económicas difíciles, como pérdida de empleo temporal, incapa­cidad para trabajar o encarcelamiento.

De acuerdo con los líderes de los seis clubes que tuve la oportunidad de entre­vistar a profundidad, la inversión conjunta que éstos han enviado a sus comunida­des de origen en los últimos treinta años asciende a 1.6 millones de dólares aproxi­madamente.20 Es sumamente difícil proporcionar cifras sobre el monto de las remesas colectivas debido a que los clubes no cuentan con archivos que reporten el monto exacto de sus inversiones. La mayoría de los casos, los tesoreros de los clubes no conservan archivos con los estados contables. Además, los tesoreros, con muy po­cas excepciones, utilizan un pedazo de papel y escriben el balance financiero actual para mostrarlo a los miembros el día de la junta mensual.21 A pesar del rudimentario manejo de sus finanzas, estos clubes han logrado rendir cuentas claras a sus miem­bros y en muy pocas ocasiones han surgido pleitos, dudas o falta de credibilidad sobre el destino y el buen manejo de los fondos recaudados.

Sin embargo, cuando surgen pleitos, éstos se deben principalmente a la falta de mecanismos para monitorear las donaciones. Por ejemplo, me tocó escuchar la historia de cómo se había gastado el último cheque que había recibido una comunidad en Michoacán para el financiamiento de un nuevo templo:

Josefina, mi informante, me dijo que ella no confiaba mucho en los del comité paralelo porque el día que ella recibió la llamada de su yerno informándole que el cheque ya había llegado, corrió a avisar­les a los encargados. Carlos y Jorge fueron por el cheque pero se fueron de farra y no entregaron el dinero al arquitecto encargado de la obra sino hasta días después. Josefina dice que ella no cree que el dinero haya estado completo pero reconoce que quizá no hay otra

20 Este monto no ha sido ajustado de acuerdo con la tasa de inflación. 21 En solo dos de los seis clubes que estudié de cerca, los tesoreros utilizan una computadora para archivar la contabilidad del club; sin embargo, esta práctica se ha venido realizando muy recientemente y no conservan archivos muy antiguos.

193

XocHILT BADA

alternativa. Cuando le pregunté qué opinaban los del club de Illinois de este suceso, ella respondió: "Pobrecitos. Yo comprendo a mi yer­no, es muy difícil conseguir voluntarios acá para andar dando de vueltas para hacer las obras. Y o creo que por eso mi yerno los perdo­na, a pesar de que él, sin que yo se lo diga, él bien sabe que se van de farra cada vez que reciben los cheques."

A pesar de esta historia negativa, el manejo transparente de los recursos ha sido posible en general; sin embargo, también han enfrentado algunos proble­mas. En primer lugar, a excepción de cuatro casos (Club Morelia, Club Ciudad Hidalgo, Comunidad Unida de La Luz y Comité San Miguel Epejan), el resto de los clubes no están incorporados en el estado de Illinois como organizacio­nes no lucrativas, lo cual presenta algunos obstáculos a la hora de realizar even­tos a beneficio de sus comunidades. Por ejemplo, cuando juntan grandes canti­dades de dinero, muchas veces no tienen una cuenta de banco donde depositar ese dinero a nombre del club. Los miembros se las han ingeniado para guardar estos dineros en sus casas o en sus propias cuentas para que estén listos a la hora de que los envíen a sus comunidades.

Las formas más comunes de envío de donaciones son las transferencias de dinero a través de compañías con tarifas económicas, aunque también algu­nos clubes usan transferencias bancarias a cuentas de familiares en el pueblo que se encargan de distribuir el dinero según las instrucciones del club. Tam­bién se utilizan con frecuencia los encomenderos, que son personas que se ofrecen a llevar personalmente el dinero eri efectivo o en cheque, aprove­chando algún viaje que tengan que hacer a la comunidad de origen. Este me­canismo es gratuito ya que estos favores se solicitan a amigos y familiares cercanos que no persiguen ninguna ganancia. Este último método es el más económico para los clubes, aunque no deja de tener sus riesgos, ya que es ilegal viajar con grandes sumas de dinero en efectivo.

Por último, la falta de incorporación al sistema de asociaciones civiles estadounidense como organizaciones con estatus 501 (C) 3 los ha orillado depender de otras organizaciones que simpatizan con su causa cada vez que intentan obtener exenciones de impuestos en las fiestas que organizan para recolectar fondos. Esta situación dificulta su independencia, ya que para algunos eventos, los clubes necesitan conseguir alguna organización que los endose para que se consiga la exención tributaria.

194

RECONST RUCCIÓ N DE IDENTIDADES REG IONALES

Estructura organizativa y características principales

En general, la estructura organizativa de los clubes de michoacanos es muy simi­lar. Básicamente todos cuentan con un presidente, un secretario y un tesorero. Estos puestos se adquieren a través de elecciones periódicas donde básicamente no se permite la reelección; sin embargo, es difícil generalizar en este rubro ya que hay clubes que han tenido el mismo presidente hasta por períodos de diez años y no llevan a cabo elecciones de manera regular. En algunos casos, cuando los clubes cuentan con suficientes voluntarios para hacerse cargo de más posicio­nes, los clubes aumentan su estructura añadiendo un vicepresidente, un sub-teso­rero, varios vocales y un jefe de relaciones públicas. También existen casos de clubes que se han ido desintegrando con el tiempo hasta quedar formados por unas cuantas familias que han mantenido el interés en ayudar a su comunidad pero no han tenido éxito en convocar a sus coterráneos. En la mayoría de estos casos, los benefactores de estas comunidades son pequeños y medianos empresa­rios que desean mantener activos los lazos y contactos con sus comunidades de origen. El interés que los motiva a participar en las actividades de la FEDECMI es beneficiar a sus comunidades; sin embargo, estos benefactores también están interesados en cultivar contactos con el gobierno para poder invertir dinero en pequeños negocios de tipo productivo, en proyectos agrícolas para exportación ó proyectos de desarrollo turístico en sus comunidades de origen.

En los casos de estos benefactores individuales, la motivación va más allá de la filantropía y la adquisición de capital simbólico a corto y mediano plazo. Al donar dinero para obras, estos microempresarios intentan ganar la confianza y el respeto tanto de sus compatriotas como de los funcionarios gubernamenta­les. Al participar en actividades de recaudación de fondos organizadas por los clubes, estos miembros publicitan sus productos y adquieren nuevos clientes. En ocasiones, estos individuos prestan servicios directos a la organización como es el alquiler de espacios para llevar a cabo reuniones ó servicios de imprenta para los materiales publicitarios que se necesitan, ofreciendo a los clubes crédi­to blando y algunos descuentos. Si bien estos intercambios son vistos de mane­ra positiva por la mayoría de los miembros, también existen experiencias nega­tivas. En una ocasión, un microempresario miembro de un club muy numeroso empezó a solicitar préstamos-inversión "a la palabra" de varios miles de dóla­res a varios miembros de diversos clubes bajo la promesa de que iba a invertir este dinero en un parque industrial en Michoacán. Finalmente todo resultó una estafa y el hombre se fugó con todo el dinero. Una de las víctimas de esta estafa me comentó que él había entregado su dinero a la palabra porque el pseudo-

195

XOCHILT BADA

inversionista era su paisano, porque confiaba en él, lo conocía desde hacía muchos años y pensaba que entre paisanos, estas cosas no sucedían.22

Las formas de recaudación de fondos de estos clubes son las mismas que utilizan los clubes de oriundos mexicanos de otros estados. Los clubes michoacanos de Illinois colectan sus fondos organizando bailes, kermeses, rifas, elecciones de la reina de belleza del club y cuotas fijas o voluntarias que se realizan visitando casa por casa. A través de la recaudación de fondos casa por casa, el Club La Purísima ha sido capaz de elaborar pequeños censos de sus comunidades extra­territoriales, logrando tener ubicados a sus coterráneos no solo en Illinois, sino en Texas, Michigan y California. Esto ha sido posible gracias a que la Purísima es una pequeña comunidad formada por unas 400 familias donde todos se conocen y saben los destinos de migración de muchas familias.

La planeación de los proyectos del club se lleva a cabo a través de juntas periódicas en casa de alguno de los miembros, en algunos casos después de los partidos de futbol organizados por el club. En estas juntas, los miembros discu­ten cuáles son las necesidades más apremiantes de sus comunidades y llevan a cabo una votación sobre cuáles serán los próximos proyectos que van a finan­ciar. Ya que deciden por una o más obras, proceden a discutir la forma en que se va a conseguir el presupuesto, cómo se va a conseguir el dinero, si van a organizar bailes, si van a solicitar ayudas al municipio, al gobierno del estado ó a sus patrones en caso de trabajar para grandes compañías, entre otras.

A pesar de todos los problemas que muchos de los clubes michoacanos han enfrentado en sus negociaciones con el gobierno estatal y los ayuntamientos para conseguir financiamiento para sus obras, cerca de 14 clubes decidieron unirse para formar una federación en 1997; sin embargo, aproximadamente nueve clu­bes participan constantemente en las actividades que organiza la Federación de Clubes Michoacanos en Illinois (FEDECMI). En la actualidad, la FEDECMI es una organización sin fines de lucro que aglutina a 26 clubes de oriundos.

Es muy difícil hacer un estimado del número de miembros que pertenecen a esta federación ya que los clubes de oriundos tienen una membresía muy varia­ble. Algunos cuentan con cien miembros o menos, mientras otros declaran te­ner 850 miembros. Es difícil conocer el número preciso de miembros activos, ya que los clubes no llevan registros de inscripción y no se requiere el pago de

22 Notas de campo (14 de octubre de 2000).

196

RECONSTRUCCIÓN DE TDENTIDADES REGIONALES

ninguna membresía para pertenecer al club. Su estructura organizativa es muy parecida a la de los clubes. Su acta constitutiva y reglamento están basados en los estatutos de las federaciones de oriundos mexicanos de otros estados que operan en Illinois. Esta federación cuenta con presidente, vice-presidente, se­cretario, sub-secretario, tesorero, sub-tesorero, director de relaciones públicas y sub-director de relaciones públicas. La mesa directiva se elige por votación directa cada dos años y cada club tiene derecho a un voto. Cada mes se llevan a cabo reuniones de trabajo y las decisiones se toman a través de votaciones di­rectas donde cada representante de club tiene derecho a un voto. El propósito de esta organización es "promover el bienestar social y el progreso de los michoacanos y los no michoacanos que radican tanto en México como en los Estados Unidos."23 Asimismo, esta organización está dedjcada a "la promoción de actividades caritativas, filantrópicas, culturales, científicas y educativas en­tre los michoacanos y no michoacanos en Illinois y en México."24

Es importante destacar que con la excepción de tres clubes cuyos miembros provienen de ciudades medianas o pequeñas (Ciudad Hidalgo, Morelia y Sahuayo ), los once clubes restantes que agrupaba la FEDECMI en el 2001 (Comité San Miguel Epejan, Club La Purísima, Comunidad Unida de La Luz, Club Las Pal­mas, Club Palo Blanco, Club Huetamo, Club Cuitzeo del Porvenir, Club Calzada El Venado, Club Venustiano Carranza, Club Las Cruces y Club San Pedro Pareo) estaban formados por migrantes provenientes de comunidades rurales pequeñas, algunas de ellas de tan solo cincuenta familias como es el caso del poblado de Las Cruces, en el municipio de Churintzio. Hasta ahora, los migrantes originarios de comunidades rurales son quienes han formado la mayoría de los clubes, ya que son estas regiones las más afectadas por la pérdida de trabajos y el despoblamiento después de dos décadas de reestructuración económica. Por su parte, los migrantes urbanos no han generado el mismo número de organizaciones, quizá debido a que éstos son menos cohesivos y las áreas urbanas no han experimentado los mismos niveles de subdesarrollo que las comunidades rurales.

De los 26 clubes afiliados con que cuenta actualmente la FEDECMI, los más exitosos provienen de la parte norte del estado de Michoacán. Hasta ahora, los clubes de Illinois son los que han tenido gran fuerza de convocatoria y organización al grado de encargarse de canalizar los fondos colectivos que se

23 Acta constitutiva y reglamento de la Federación de Clubes Michoacanos en Illinois, 2000. 24 lbíd.

197

XOCHIL T BADA

obtienen en las demás comunidades extraterritoriales localizadas en California, Texas o Micbigan. Por ejemplo, el Club La Purísima y el Club San Miguel Epejan reciben en Illinois las donaciones provenientes de sus coterráneos que viven en California, Texas o Micbigan y ellos se dedican a administrar estos recursos.

Las donaciones que estos clubes reciben de sus miembros varían muchísi­mo. Por ejemplo, un miembro puede contribuir con veinte dólares en donaciones en efectivo y comprar boletos para todos los bailes, kermeses y rifas, incrementando así el monto de sus contribuciones. En general, los miembros donan entre 100 y 1,000 dólares al año, de acuerdo con las posibilidades econó­micas de cada familia. Es difícil saber con exactitud los montos de las donaciones ya que los clubes no llevan registros contables detallados, así es que esta infor­mación se obtuvo a partir de pequeñas encuestas y entrevistas con los tesoreros de los clubes. Se cree que hay muchísimos más clubes de michoacanos en Illinois; sin embargo, algunos no están interesados en formar parte de la FEDECMI o aún no se han enterado de la existencia de la federación.

En los últimos años, varios clubes han decidido establecer comités paralelos en sus comunidades de origen para darle seguimiento a sus proyectos. El pro­pósito de estos comités es involucrar en el proyecto a miembros que residan en Michoacán para que se encarguen de la gestoría de trámites burocráticos. En la mayoría de los casos, los miembros del comité paralelo son electos en asam­bleas populares donde se invita a participar a toda la comunidad, con el propó­sito de establecer un puente de comunicación entre los habitantes de la comuni­dad y los clubes de Illinois. Estos puestos son voluntarios y requieren que los miembros se encarguen de recibir los fondos, llevar la contabilidad y gestionar trámites burocráticos de los proyectos en el lugar de origen. Generalmente, los miembros que resultan electos son familiares o amigos cercanos a los líderes de los clubes en Illinois; a veces esto ha traído problemas ya que algunos miem­bros de la comunidad creen que ha habido favoritismo en las elecciones.

Los comités paralelos han sido de gran ayuda para la gestoría de los pro­yectos; sin embargo, aún falta darle más voz a las comunidades de origen en la toma de decisiones. La mayoría de las quejas de los miembros de los clubes paralelos se concentra en el hecho de que los clubes de Illinois deciden cuál proyecto es el que se va a llevar a cabo y los que viven en Michoacán no tienen el mismo poder de decisión en la asignación de recursos.

Por su parte, la iglesia católica también ha tenido mucho que ver en manejar los sentimientos de la comunidad a favor o en contra de los clubes

198

RECONSTRUCCIÓN DE IDENTIDADES REGIONALES

y comités paralelos, lo cual ha ocasionado que los líderes siempre estén preocupados de la opinión que tiene de ellos el párroco del lugar, a fin de garantizar una convivencia armoniosa entre los miembros del comité para­lelo, la iglesia y los clubes de Illinois.

Otra característica importante de estos clubes es que en la mayoría de los casos, los miembros de estos grupos realizan la mayor parte de su vida so­cial entre paisanos o hispanos. Muy pocos miembros de clubes deciden te­ner cónyuges que son de otro grupo étnico u otra nacionalidad, lo cual en parte nos explica la alta cohesión de estos grupos. Comúnmente, los miem­bros de estas comunidades no mantienen contacto social frecuente con otros grupos étnicos, lo cual también explica su marcada preferencia por el uso del español en su vida cotidiana.25 Este dato es interesante si consideramos que en promedio, los miembros más activos de los clubes michoacanos lle­van veinte años viviendo en los Estados Unidos. Esto puede explicarse par­cialmente debido a que un buen número de miembros trabaja para enclaves étnicos donde no se necesita el uso del inglés para desempeñar sus labores. En consecuencia, la vida social se confina a reuniones y paseos familiares, reuniones del club y otro tipo de eventos sociales organizados entre la co­munidad hispana o mexicana.

La reafirmación del idioma español en los clubes es una característica muy importante para la preservación de estas identidades dentro de la se­gunda generación. Un estudio reciente demuestra que la primera genera­ción de inmigrantes aprende inglés pero continúa hablando español en casa. La segunda generación crece hablando español en casa pero habla inglés en la escuela y en el trabajo. Hacia la tercera generación, el inglés se convierte en la única lengua madre, completando así la transición hacia el monolingualismo (Portes, 2002: 11). Debido a que la educación bilingüe funciona básicamente como un remedio en los Estados Unidos -fundamen­talmen te es un mecanismo para apoyar la transición hacia el monolingualismo-, los clubes podrían convertirse en un mecanismo de de­fensa del idioma español y del derecho al bilingualismo para todos los inmigrantes latinos en los Estados Unidos.

25 En una encuesta aplicada a 25 miembros de clubes en Illinois, el 95 % declaró que el idioma principal que se habla en su casa es el español. El 69 % declaró tener un conoci­miento muy limitado del idioma inglés.

199

XOCHJLT BADA

Participación femenina en clubes de oriundos

Dentro de la estructura organizativa de los clubes en Illinois, los hombres son quienes tienen los espacios de acción privilegiados que les ayudan a reafirmar su estatus social y de género. La participación de las mujeres en las mesas directivas de estas organizaciones ha sido escasa. Hasta ahora, sólo dos mujeres son presi­dentas de clubes en Illinois y California y solo una mujer tiene una posición en la mesa directiva de la FEDECMI; aunque es cada vez más común que algunas mujeres se encarguen de las relaciones públicas del club o de los eventos especia­les. Esto no significa que los miembros del club no aprecien el trabajo que reali­zan las mujeres, sino más bien es un problema de la feminización social de ciertos roles. La mayoría de los líderes se encuentran agradecidos con las mujeres (espe­cialmente con sus propias esposas), ya que ellas son las que han soportado largas horas de ausencia y desatención de compromisos familiares por atender los asun­tos del club.26 Además, los miembros de los clubes también agradecen el tiempo que las mujeres han voluntariado cocinando para las kermeses, organizando bai­les, decorando salones de baile y visitando a los miembros del club casa por casa para solicitar las cooperaciones mensuales. Así, los miembros varones aprecian la participación de las mujeres en ciertas tareas; sin embargo, casi no alientan ni promueven el ascenso de las mujeres a puestos de liderazgo.

La falta de participación femenina en puestos de liderazgo es quizá un motivo de crítica para la ideología feminista occidental, pero lo cierto es que las agendas prioritarias de las mujeres son diferentes en el mundo subdesarrollado y desarro­llado. En Chicago, la mayoría de mis conversaciones se desarrollaron con hom­bres michoacanos ya que ellos son quienes conocen más a fondo la estructura de los clubes y se encargan de la mayoría de las actividades; sin embargo, allá en Michoacán, la mayoría de mis conversaciones fueron con mujeres jefas de fami­lia que tienen a sus esposos viviendo en los Estados Unidos.

Veamos el caso de Rosario, una madre con cinco hijos que ha vivido los últimos 22 años separada de su esposo, quien tuvo que irse a trabajar a Illinois para sostener a la familia. Estas son las palabras de Rosario una noche después de una jornada que involucra limpiar la casa, cuidar de los hijos más pequeños, cocinar, echar tortillas, lavar, tender, planchar ropa y cuando es temporada de

26 Según una pequeña encuesta aplicada en California e Illinois a 45 miembros activos de diversos clubes michoacanos, en promedio, éstos dedican nueve horas semanales a las actividades de su club.

200

RECONSTRUCCIÓN DE IDENTIDADES REGIONALES

cosecha, ir a la pizca del garbanzo. Cuando le pregunté si está contenta de todas las mejoras que había habido en el pueblo gracias a los esfuerzos del club de Illinois, esta fue su respuesta: "A mi me gustaba más el pueblo antes porque a pesar de que no había agua ni electricidad, al menos había gente, hartos niños y la escuela estaba llena, había ambiente. Ahora está más bonito, pero de qué sirven los arreglos si está solo. Y o me siento sola. Antes de que estuviera pavi­mentado, yo conocía todos los caminos, incluso cuando no había luz. Ahora no hay gente, solo hay obras. Yo prefiero a la gente."27

El caso de Rosario me recordó la historia de Domitila Barrios de Chungara, la esposa de un minero boliviano quien se quejó alguna vez de Betty Friedan duran­te la Conferencia de Naciones Unidas en el Año Internacional de la Mujer (Ba­rrios y Viezzer, 1978). La queja de Domitila se produjo cuando la señora Friedan le pidió que por favor se diera cuenta que su movimiento sindical estaba siendo manipulado por hombres y que estaban ignorando completamente los problemas de las mujeres. Domitila no podía entender del todo algunos de los problemas que se estaban discutiendo en esa conferencia, tales como control natal, derechos de las lesbianas y de las prostitutas. Para ella, si bien éstos eran problemas reales, no eran los más importantes. Cuando le enseñaron las modificaciones al "Plan de Acción Mundial" propuesto por Friedan y su grupo, Domitila comentó: "Pero esos eran principalmente puntos feministas y nosotras no estábamos de acuerdo con ellos porque no abordaban algunos de los problemas que son básicos para las mujeres latinoamericanas ..... Para ustedes, la solución es luchar en contra de los hombres. Y eso es todo. Pero para nosotras no es de esa forma, esa no es la solución básica."28(Barrios y Viezzer, 1978:203)

¿ Qué similitud existe entre las preocupaciones cotidianas primordiales de mujeres como Rosario, Domitila y las trabajadoras migrantes, con las mujeres feministas pro-derechos reproductivos y pro igualdad de derechos con el hom­bre? Al parecer, las prioridades en las agendas de cada una son distintas. En este contexto, es difícil saltar hacia la conclusión de que los clubes son organi-

27 Según datos del censo, esta comunidad cuenta con 250 habitantes. Según estimaciones de varios cruceños, en la década de los ochenta había como 650 personas en la comunidad. El esposo de Rosario vive en los Estados Unidos y está incapacitado para trabajar debido a un accidente de trabajo. Su empleador se niega a cubrir los costos de su enfermedad y a pesar de ser ciudadano estadounidense naturalizado, ha batallado mucho para conseguir su seguro de des­empleo y para que su abogado avance su caso de abuso laboral 28 Mi propia traducción.

201

XOCHILTBAOA

zaciones dominadas por hombres sin hacer énfasis al contexto que viven las mujeres que participan en estas actividades.

Alcances y límites de la Federación de Clubes Michoacanos en lllinois

La creación de la FEDECMI fue un avance muy importante para la consolida­ción de las comunidades michoacanas extraterritoriales ya que su creación motivó a los clubes michoacanos de California para que se decidieran formar una fede­ración. Con el apoyo y la asesoría de la FEDECMI, el 30 de agosto del 2001, 36 clubes de michoacanos radicados en California decidieron formar una federa­ción de clubes michoacanos usando como base los mismos estatutos constituti­vos que había usado la FEDECMI, formando así la federación más grande de michoacanos en el exterior.

Según algunos miembros de la FEDECMI, los clubes de michoacanos de California tomaron más tiempo en organizarse debido a que los michoacanos de California tienen patrones de asentamiento diferentes a los de los michoacanos que viven en Illinois. Los michoacanos de Illinois tie­nen la imagen de que los michoacanos de California son fundamentalmente trabajadores agrícolas temporales que por lo regular dejan a sus familias en Michoacán y que se cambian constantemente de domicilio buscando nue­vas oportunidades de trabajo agrícola. En su visión, la migración temporal de los jefes de familia hacia California ha complementado una economía familiar que subsiste de la combinación de trabajo agrícola y pequeñas acti­vidades artesanales comerciales. Por el contrario, los michoacanos de Illinois que participan en clubes tienen trabajos mejor remunerados, y sobre todo, una mayor estabilidad residencial. Además, la gran mayoría de los michoacanos de California tienen que viajar grandes distancias para reunir­se con los paisanos de otras comunidades michoacanas por lo que les es difícil asistir regularmente a juntas o reuniones. Los michoacanos de Illinois viven más cerca unos de otros y las distancias entre Chicago y los suburbios son más fáciles de manejar.29

29 Puede ser que esta explicación sea cierta; sin embargo, es algo que requiere más investiga­ción, ya que el problema de las distancias también existe en Illinois. Por ejemplo, la primera razón que los miembros del Club La Luz de Waukegan argumentan para no asistir a las juntas de la FEDECMI es precisamente que tienen que manejar grandes distancias para asistir a las juntas que se realizan en el suroeste de Chicago.

202

RECONSTRUCCIÓN DE IDENTIDADES REGIONALES

Algunos líderes de clubes de California que asistieron al Primer Foro Binacional de Migrantes Michoacanos radicados en el Exterior celebrado en Aurora, Ill., coin­ciden en que uno de los problemas que enfrentan para organizarse son las distan­cias, ya que en algunas ocasiones algunos miembros de un mismo club viven a ocho horas de la sede de la organización. Además, los rnichoacanos de California creen que los rnichoacanos de Illinois son más nostálgicos de su tierra porque la sienten muy lejana. Dicen que para ellos es más fácil aliviar sus nostalgias con un viaje rápido a cualquier ciudad mexicana que se encuentre cerca de la frontera con California.30 Es difícil saber por qué los rnichoacanos en California han tenido más obstáculos para su organización; sin embargo, la hipótesis del rápido alivio a la nostalgia no se puede generalizar para la mayoría de los clubes en California. Por ejemplo, la Federación de Clubes Zacatecanos del Sur de California, el Frente Indí­gena Oaxaqueño Binacional y la Federación de Clubes Jaliscienses del Sur de California con sede en Los Angeles, han sido hasta ahora las organizaciones de oriundos más exitosas y se encuentran localizadas cerca de la frontera con México.

En la última década, los clubes rnichoacanos han recibido apoyo técnico y fi­nanciero del gobierno mexicano a través de sus oficinas consulares en los Estados Unidos, mismos que se ha incrementado a partir del nacimiento de la FEDECMI. De hecho, en 1990, el gobierno mexicano estableció el Programa de Atención a las Comunidades Mexicanas en el Exterior (P ACME)31, el cual promueve la reincor­poración de los mexicanos que viven en el extranjero dentro de la vida nacional. Sin duda, el resultado más exitoso del PACME ha sido la implementación de los pro­gramas ''2xl" y "3xl". Estos programas de co-financiarniento público privado in­c01-poran la participación de los clubes de oriundos en un esquema de colaboración con los niveles de gobierno federal, estatal y municipal de México. Bajo este esquema, los diferentes esferas del gobierno mexicano han invertido un dólar por cada dólar donado por los clubes para proyectos de infraestructura previamente aprobados en México por la Secretaría de Desarrollo Social y por los gobiernos estatales y -es de suponerse- municipales.

Como lo demuestran varios trabajos que abordan el tema de la organización de los clubes de oriundos, los consulados mexicanos han funcionado como importantes canales de comunicación entre los clubes en los Estados Unidos y

30 Entrevistas con líderes michoacanos de California, Aurora, III, 7 de abril de 2001. 31 Actualmente Instituto de los Mexicanos en el Exterior (IME) aun dependiente de la Secretaría de Relaciones Exteriores.

203

XOCHILT BADA

sus estados de origen. Por ejemplo, Víctor Espinosa (1999) considera que la intervención del consulado mexicano en Chicago fue esencial para la forma­ción de la FEDECMI. En 1996, el gobernador de Michoacán visitó Chicago para reunirse con los líderes de los clubes. Estos líderes se dieron cuenta de que era posible unir a todos los clubes a fin de aumentar su poder de negocia­ción frente al gobierno del estado. A partir de ese año, el gobernador del estado inició visitas frecuentes a los líderes de Chicago; en contraparte, los ha recibido varias veces en sus oficinas de Morelia para negociar un convenio de colaboración "3xl" similar al que hoy tienen los estados de Zacatecas y Jalisco con sus clubes de oriundos. Así mismo, los clubes han obtenido financiamiento gubernamental para la apertura de una Casa Michoacana en Illinois, la cual incluiría espacios para actividades culturales, eventos de los clubes, trámites legales, promoción turística y promoción a las inversiones en el estado de Michoacán. Actualmente, con el nuevo programa del gobierno federal denominado "Iniciativa Ciudadana-3xl", la FEDECMI ha ido cap­tando más recursos de corte "3xl" para la realización de más obras, aunque bajo los estrictos lineamientos federales sobre el tipo de proyectos que son susceptibles de financiamiento.

Según datos del Primer Informe de Gobierno del Estado de Michoacán,

Los recursos ejercidos por la Iniciativa Ciudadana Tres por Uno su­maron 40 millones 500 mil pesos [3.7 millones de dólares aproximada­mente] de los que, 1 O millones 100 mil pesos correspondieron a la Fede­ración, 10 millones 200 mil pesos al gobierno del estado, 10 millones 500 mil pesos a los gobiernos municipales y 10 millones 100 mil pesos de aportación de los connacionales. Con tales recursos es posible la aten­ción de 66 proyectos destinados al mejoramiento de los sistemas de agua potable y al establecimiento de microempresas en 52 localidades de 31 municipios para el beneficio de 102 995 habitantes.32

Si los montos anteriores son correctos -lo cual es difícil juzgar debido a la falta de estados financieros confiables por parte de los clubes-, esto signi­ficaría que tan solo en un año, la inversión combinada de los clubes de oriundos michoacanos en todo los Estados Unidos fue del orden cercano a un millón de dólares para el año 2002.

32 Lázaro Cárdenas Batel, Primer Informe de Gobierno del Estado de Michoacán, 2003, p. 74.

204

RE ONSTllUCCIÓN DE IDENTIDhDES REGIONALES

Actualmente, la FEDECMI se encuentra aún en la etapa de formación de redes y alianzas. En el lado mexicano, ya han establecido contacto e intercambiado apo­yos con la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productos del Campo (ANEC), una organización que se enfoca en la defensa de la soberanía alimentaria y la justicia en el campo mexicano. Además del apoyo brindado por los diversos niveles del gobierno mexicano, la FEDECMI ha sido capaz de atraer la atención de organizaciones como Cbicago Cornmunity Trust, Heartland Alliance for Human Needs and Human Rigbts y la Coalición de Illinois por los Derechos de los Inmigrantes y Refugiados, quienes les han apoyado con asistencia técnica, ca­pacitación en desarrollo de liderazgo y estrategias para diversificar sus fuentes de financiamiento para que puedan tener más autonomía frente al gobierno.

Sin embargo, la participación de los clubes en la vida poütica y social de los Estados Unidos ha sido limitada, aunque en épocas recientes, los clubes han co­menzado a involucrarse con algunos sindicatos y organizaciones estatales dedica­das a la defensa de los derechos de los inmigrantes para colaborar en el proyecto de obtener un programa de legalización para los inmigrantes indocumentados que vi­ven en los Estados Unidos, su participación directa en este rubro ha sido escasa, enfocándose principalmente en el apoyo moral ocasional de algún candidato para gobernador, alcalde o concejal de distrito que prometa regulariz.ar la situación de los rnigrantes indocumentados. Sin embargo, la influencia de estas organizaciones es cada vez más visible y las autoridades en Illinois han comenzado a prestarle atención a estos grupos que pueden convertirse en votantes potenciales.

En el 2001, los clubes de rnichoacanos iniciaron relaciones con algunos oficia­les electos del gobierno de Illinois a fin de servir como puente de enlace entre los gobiernos de Michoacán e Illinois para el establecimiento de ciudades hermanas e intentar resolver, de manera binacional, algunos de los problemas que aquejan a las comunidades transnacionales michoacanas. Un mecanismo que ha contribuido a aumentar la visibilidad de la comunidad michoacana en Illinois ha sido la celebra­ción de las semanas culturales anuales. Una de las primeras manifestaciones de interés por parte de las autoridades en Illinois, se vio precisamente durante la cele­bración de la Segunda Semana Michoacana en Illinois cuando el alcalde de Cbicago decidió institucionalizar la última semana del mes de junio como la semana cultural de Michoacán en Illinois, reconociendo la importancia de difusión de la cultura y las costumbres de los 500,000 rnichoacanos que viven en el Medio Oeste.33 Es

33 Proclamación del alcalde de la Ciudad de Chicago, Honorable Richard M. Daley, 18 de junio de 2002, Revista de la Semana Michoacana en lllinois 2002, FEDECMI. Chicago, junio 2002, p. 11.

205

XOCHIL T BADA

importante destacar que este evento fue realizado totalmente en idioma español en varios espacios públicos del área metropolitana de Chicago.

Como vemos, del lado mexicano, las preocupaciones que tienen los clubes son principalmente el subdesarrollo, la escasez de alternativas laborales y la desintegra­ción familiar ocasionada por la migración temporal de trabajadores michoacanos. Del lado estadounidense, los problemas que más les preocupan son la falta de op­ciones educativas bilingües para los jóvenes mexicanos indocumentados, la explo­tación y abuso de algunos empleadores, la imposibilidad de conseguir una licencia de conducir, la discriminación en el trabajo y los altos índices de deserción escolar a nivel preparatoria entre los jóvenes mexicanos. Sin embargo, a diferencia de otras organizaciones de rnigrantes oriundos mexicanos que se dedican primordialmente a luchar por el bienestar de sus comunidades en los Estados Unidos, tales como la Asociación Tepeyac de Nueva York ó el Frente Indígena Oaxaqueño Binacional (FIOB) de California, los michoacanos de Illinois han estado principalmente dedi­cados a actividades que buscan el bienestar de sus comunidades en Micboacán.

lA relacwn entre el Estado michoacano y sus comu11idades extrateniJoriales.

La relación entre los diferentes niveles del estado mexicano con las organiza­ciones de rnigrantes merece atención especial. Puesto que el objetivo de este artículo es presentar algunos elementos que dan origen al surgimiento y conso­lidación de las comunidades trasnacionales rnichoacanas desde la perspectiva de los migrantes, en esta última sección es importante destacar los retos más sobresalientes que se presentan para el futuro de la relación entre el Estado y estos grupos de migrantes trasnacionales, cuidando de ofrecer un recuento que si bien incluye algunos aspectos sobre los diferentes niveles que han tomado las negociaciones políticas entre los clubes rnichoacanos, los representantes del gobierno de Michoacán y los encargados de las relaciones con las comunidades migrantes en el ámbito federal, no es exhaustivo.

Durante el sexenio pasado, a pesar de que hubo tensiones entre algunos funcionarios gubernamentales y los clubes de oriundos sobre los mecanismos más adecuados para institucionalizar la relación del gobierno con los clubes, el gobierno estatal creó la Dirección de Apoyo Legal y Administrativo a Emi­grantes Michoacanos y en una ocasión, la FEDECMI tuvo la oportunidad de escoger al funcionario que se haría cargo de esta dirección. Además, los tres principales partidos políticos del estado de Micboacán (PRD, PAN y PRI) co-

206

flECONSTRUCCl(>N DE IDENTIDADE\ REGIONALES

menzaron a visitar con más frecuencia a la comunidad michoacana radicada tanto en illinois como en California; incluso, el Partido Acción Nacional deci­dió incluir en su plataforma de campaña para la gubernatura (2001-2006) un apartado especial sobre atención a migrantes.34 Así mismo, el congreso estatal decidió tener un papel más activo en la atención del problema migratorio, com­prometiéndose a conformar una comisión de investigación encargada de pro­poner una iniciativa de ley para la atención integral del rnigrante michoacano.

Tanto la FEDECMJ como los clubes siempre recalcan el hecho de que sus orga­nizaciones no pretenden fines políticos 6 partidistas; sin embargo, a pesar de sus esfuerzos para evitar involucrarse abiertamente en la política estatal y federal, los clubes tienen claro que deben hacer uso de todo tipo de recursos para movilizar a las autoridades en beneficio de sus proyectos. De hecho, los clubes de oriundos michoacanos tienen simpatías con los tres partidos políticos más importantes, otor­gando o retirando su voto de confianza al partido del presidente municipal en turno, de acuerdo con el trato recibido durante las gestiones de sus proyectos. La influen­cia política de los miembros de estas asociaciones en sus comunidades de origen es tal que los presidentes municipales algunas veces acuden a ellos antes que al gobier­no estatal para realizar alguna gestoría en beneficio de sus propios municipios.

Como hemos visto en este trabajo, los clubes michoacanos han funcionado como un excelente puente de comunicación para que los migrantes puedan discutir y exponer sus demandas frente a las autoridades estatales y federales. De acuerdo con Goldring (2000), en el caso de los zacatecanos en Los Ángeles, los acuerdos logra­dos a través de varias negociaciones con sus autoridades estatales han incrementado su poder de negociación, sus oportunidades de obtener concesiones, y la posibili­dad de expandir su autonomía frente al gobierno mexicano. Esto último es crucial porque precisamente, uno de los principales problemas que afectan el desarrollo de estas organizaciones es su excesiva dependencia del gobierno mexicano (Goldring, 2002). Además de los zacatecanos de California, el caso de los clubes michoacanos en Illinois es otro ejemplo que nos muestra un gran incremento en las capacidades de negociación de los clubes de oriundos frente al gobierno mexicano.

La relación entre las comunidades michoacanas de lliinois y el estado de Michoacán ha sido bastante cercana desde 1997; sin embargo, los clubes

34 Comité Directivo Estatal del Partido Acción Nacional, Platafonna Política Michoacán 2001-2006. La propuesta principal del PAN era promover la inversión productiva de los migrantes que viven temporal o permanentemente en el extranjero.

207

XOCHILT BADA

michoacanos tuvieron que negociar durante 5 años para formalizar un convenio de colaboración a nivel estatal para realizar obras conjuntas. Durante el proceso de negociación, los líderes de la FEDECMI expresaron públicamente su descon­tento con el gobierno a través de la publicación de cartas abiertas en periódicos tanto en Cbicago como en Morelia, la capital del estado michoacano, donde de­nunciaban el incumplimiento de compromisos gubernamentales y el trato irres­petuoso y clientelar que recibían por parte de las autoddades del estado. El uso de estos mecanismos de protesta les resultó bastante eficaz para atraer la atención de los medios de comunicación y ejercer presión sobre las autmidades. Gracias a sus extensos contactos con los medios de comunicación hispanos en el área metropo­litana de Chicago y en Morelia. los líderes de clubes han extendido su agenda de acción para cabildear a favor del voto de los mexicanos en el exterior, solicitar mayor representación de sus demandas en las legislaturas estatales, así como una mayor transparencia en la administración de los recursos financieros de los con­sulados mexicanos. A la fecha. el gobierno michoacano, así como otros gobier­nos estatales con grandes poblaciones migrantes, han respondido a estas deman­das co-patrocinando vados foros binacionales para discutir los problemas que afectan a los inmigrantes en los Estados Unidos y para escuchar las demandas de los clubes con respecto al desarrollo de sus comunidades de origen.

Por ejemplo, en años pasados, el gobernador Tinoco Rubí (1995-2001) les prometió repetidas veces visitarlos en Chicago para discutir un convenio ·'3xl ", sin embargo estas promesas de reunión fueron canceladas de último minuto. Además, los funcionados encargados del seguimiento de la relación con los michoacanos de Illinois no tuvieron tacto político en el manejo de la informa­ción con los clubes y los líderes, incluso, llegaron a recibir comunicados oficia­les en donde el gobierno les manifestaba abiertamente los intereses clientelares y partidistas que perseguía con sus visitas a Chicago para negociar un convenio de colaboración con la FEDECMI.35 Además, durante su campaña a la gubematura, el candidato del PRI mandó representantes a hablar con los líde­res de los clubes y les envió regalos para que los distribuyeran entre los miem­bros de su organización. Además de los regalos para los miembros de clubes, el candidato prometió enviar juguetes y loterías (las cuales traían la imagen del candidato) a los niños en las comunidades de origen en Michoacán.36

35 Oficio de la Dirección General de Apoyo Legal y Administrativo a Errúgrantes del Estado de Michoacán enviada a la FEDECl'vll y al Consulado General de México en Chicago, agosto, 2000. 16 Entrevista con líder de un club en Chicago, 12 de mayo de 2001.

208

RECONSTRUCCIÓN DE IDENTIDADES REGIONALES

Debido a la juventud de esta federación, es difícil evaluar sus estrategias de negociación con el gobierno mexicano en el largo plazo, aunque lo visible es que el gobernador electo en 2001 representa a un partido de oposición (PRD) y su candidatura recibió el apoyo de una buena parte de los miembros de la FEDECMI. En menos de dos años -desde el inicio de su campaña para la gubernatura-, el gobernador actual, Lázaro Cárdenas Betel, ha visitado al me­nos cuatro veces a los michoacanos organizados de Chicago y Los Ángeles a fin de asistir a diversos eventos organizados por los clubes y federaciones .

El gobernador ha prometido que durante su administración se mejorará la atención que reciben los migrantes para lo cual creó una nueva Coordina­ción General para la Atención del Migrante Michoacano, instancia que por primera vez incluirá cinco vocalías representantes de los migrantes michoacanos en su junta de gobierno. Durante la celebración del Segundo Foro Binacional de Migrantes Michoacanos en el Exterior celebrado en Los Ángeles, el gobernador se comprnmetió a brindar apoyo a los clubes para llevar a cabo un censo de los micboacanos que viven en los Estados Unidos.

Sin embargo, la FEDECMI, er el proceso de poner en marcha los proyectos propuestos por sus clubes, ha experimentado tensiones en el nivel federal ya que no siempre ha conseguido que el gobierno apruebe todas sus iniciativas de proyectos. Por ejemplo, los clubes que han querido financiar nuevos toriles bajo el argumento que los niños de la comunidad están olvidando las charreadas, no han recibido apoyo de la Irúciati va "3x 1 ". Según un funcionario de la Secre­taría de Desarrollo Social, es criticable que la federación apoye este tipo de obras porque los toriles no contribuyen al "desarrollo" ni generan empleos a largo plazo. Sin embargo, cuando se trata de proyectos que contribuyen al desa­rrollo social de las comunidades como es la construcción de escuelas y hospita­les, sucede algo similar: encuentran negativas a sus proyectos. Al respecto, se arguye que no son autofinanciables por lo que el gobierno no puede hacerse responsable del salario de los maestros y los doctores ni de su mantenimiento en el largo plazo.37 Así, el gobierno mexicano reafirma su compromiso con los ideales del neoliberalismo, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mun­dial, pero no con las comunidades mexicanas que están buscando alternativas a la migración acordes con sus prácticas y tradiciones culturales.

37 Palabras de un funcionario de la Secretaría de Desarrollo Social durante una reunión con clubes sobre proyectos colectivos de remesas.

209

Xoc:HILT BADA

Uno de los aspectos más interesantes que se dará en los próximos años en la relación entre los clubes y sus gobiernos estatales es la reciente propuesta del gobierno michoacano para nominar candidatos migrantes que viven en los Es­tados Unidos para diputaciones de representación plurinominal. El riesgo de hacerlo para las próximas elecciones puede resultar en un arma de doble filo para el avance de los derechos políticos plenos de los migrantes. Si los partidos políticos acceden a estas nominaciones, los migrantes tendrán derecho a ser votados en ausencia pero no a votar en ausencia, lo cual deslegitima el espíritu de representación que se quiere conseguir vía estas diputaciones.

Los gobiernos estatales ya han estado coqueteando con la idea de la representa­ción de migrantes vía diputaciones plurinominales y en el caso de Michoacán, el PRI utilizó esta oferta como una de sus estrategias de campaña en las elecciones estatales de noviembre del 2001. Este asunto no es algo que se ventile públicamen­te al interior de las federaciones; ya que los clubes siempre se declaran como orga­nizaciones sin fines políticos; sin embargo, individualmente algunos líderes han recibido ofrecimientos para ocupar diputaciones plurinominales en los congresos estatales.38 Esto representa un reto para las leyes orgánicas de los estados toda vez que tendrán que revisarse los reglamentos para este tipo de candidaturas, ya que al menos para el congreso federal se requiere que los candidatos demuestren una resi­dencia de seis meses previos en el distrito electoral que se pretende representar.39

Aparentemente, la mayoría de los miembros activos de los clubes son residentes permanentes y algunos no tienen intenciones de naturalizarse estadounidenses; sin embargo, la mayoría de los miembros en puestos de liderazgo en sus respectivas organizaciones ya han adquirido la nacionalidad estadounidense y esto quizá po­dría complicar sus posibilidades para acceder a puestos de elección popular en México ya que la legislación actual tiene algunas ambigüedades sobre los múltiples casos en que pueden incurrir los mexicanos con doble nacionalidad que desean participar activamente en la vida política de México.40

Sin embargo, un efecto positivo que este tipo de diputaciones podría proporcionar es que la comunidad michoacana de Illinois tendría la oportu­nidad de tener una representación directa de tiempo completo en el congre­so estatal. El hecho de que un diputado del congreso local tenga experiencia

38 Información obtenida en entrevistas con líderes y representantes de clubes en Illinois y Michoacán durante los meses de abril y julio de 2001. 39 Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, artículo 55.

210

RECONSTRUCCIÓN DE IDENTIDADES REGIONALES

previa como miembro de algún club de oriundos michoacanos puede ser benéfico para la comunidad en Illinois, ya que sería más fácil discutir las demandas con alguien que tiene experiencia previa en estas organizaciones. Sin embargo, esta posibilidad también tiene aspectos potencialmente nega­tivos, ya que este tipo de puestos podrían usarse para incidir en viejas prác­ticas clientelistas que se alejen del propósito de mejorar las condiciones de las comunidades de origen para ofrecer alternativas que resuelvan el pro­blema del éxodo de michoacanos hacia los Estados Unidos.

Lo cierto es que la presión que han ejercido los rnichoacanos de la FEDECMI hacia sus autoridades estatales ha tenido un impacto positivo, logrando entre otras cosas, que el estado los incorpore como miembros plenos y que se les reconozcan públicamente las prácticas ciudadanas substantivas que realizan en beneficio de sus comunidades. Con sus acciones, los rnigrantes michoacanos han modificado sus relaciones con el estado debido a que su membresía con la Nación se ha transformado. En el pasado, la membresía de los migrantes michoacanos estaba fundamentalmente basada en contribuciones económicas; sin embargo, ahora se encuentra basada en un concepto más amplio que paula­tinamente les ha ido otorgando ciertos derechos civiles y políticos en el territo­rio mexicano a pesar de que sus lugares habituales de residencia no se encuen­tran dentro de las fronteras geográficas. En el transcurso de estos procesos, el estado michoacano se ha visto forzado a incluir el fenómeno de la migración michoacana a los Estados Unidos en su agenda política, económica y social. Cada vez hay más rnichoacanos interesados en adoptar una doble nacionalidad jurídica, lo cual traerá transformaciones importantes si un número significativo de mexicanos con doble nacionalidad deciden participar en puestos guberna­mentales tanto en los Estados Unidos como en México.

40 Históricamente, los mexicanos han tenido la segunda tasa más baja de naturalización ( 15 % ) entre los grupos inmigrantes. Las últimas estadísticas sobre naturalización señalan que la tasa conúnúa baja en comparación a otros países, aunque se ha ido incrementando. Por ejemplo, en 1999, México fue país de origen líder entre las personas que se naturalizaron aportando el 25 % del total de naturalizaciones para ese año (Renshon, 2001:37-38 y Leiken, 2000: 50) En 1994, Rubén Rumbaut aplicó una encuesta a 5,000 niños hijos de inmigrantes y se obtuvieron tendencias interesantes que pueden ayudar a predecir la idenúdad nacional de los mexicano­americanos. Rumbaut encontró que sólo el 4 % de los niños nacidos en Estados Unidos de padres mexicanos se idenúficaban como "Americanos". En esta muestra, la mitad de los ni­ños habían nacido en los Estados Unidos, la otra mitad habían nacido en el extranjero y habían migrado a los Estados Unidos antes de los 12 años. (Rumbaut, 1994: 765).

211

XOCHILTBADA

Comentarios finales

Motivados inicialmente por la nostalgia por sus pueblos, el deseo de retornar y un compromiso voluntario por preservar su identidad local y regional, los clubes de oriundos michoacanos han logrado desarrollar comunidades michoacanas extraterritoriales en los que han sido capaces de neutralizar la distancia entre las comunidades de origen y la sociedad receptora. Tomando en cuenta sus experiencias de la vida real respecto a la resolución de los pro­blemas de la integración económica, sus conexiones sociales y su creciente desarrollo transfronterizo, estos grupos transnacionales tienen un interés na­tural en las políticas de desarrollo regional. Los líderes de los clubes recalcan a menudo que el propósito primordial de sus inversiones es poder eliminar las condiciones que los llevaron a emigrar de sus pueblos. Este comentario nos demuestra que los migrantes mexicanos, en lugar de aceptar estoicamente un papel como "víctimas de la globalización", ponen en marcha su potencial para influir en el desarrollo de los mecanismos transnacionales que se están llevando a cabo con el fin de enfrentar los problemas de la integración econó­mica en formas más igualitarias y democráticas. Mecanismos donde la parti­cipación ciudadana juega un papel relevante en la toma de decisiones que afectan los intereses de sus comunidades de origen.

En la era de la globalización, cuando el mundo se encuentra crecientemente preocupado por el destino de los estados nacionales y el poder que las multinacionales han ido adquiriendo sobre éstos, el nacimien­to y consolidación de estos grupos comunitarios transfronterizos, transnacionales, nos ilustra procesos donde los estados nación son cada vez menos capaces de controlar las acciones autónomas de ciudadanos que han decidido no seguir la lógica capitalista de la búsqueda de tasas de ganancia e inversiones productivas. Por el contrario, los clubes de oriundos han deci­dido invertir en proyectos de caridad que les permiten reproducir y mani­festar su identidad regional, adquirir estatus social y prestigio tanto en sus comunidades de origen como de destino. Así, la mayoría de los miembros de clubes han decidido que no quieren invertir en empresas generadoras de empleo sino en proyectos de embellecimiento comunitario como son toriles, plazas, kioscos y templos que dignifiquen a la comunidad que los vio nacer.

Las comunidades michoacanas extraterritoriales han logrado enriquecer las relaciones entre la sociedad civil migrante en ambos lados de la frontera. Estas comunidades surgen como una respuesta de la sociedad civil migrante

212

RECONSTRUCCIÓN DE IDENTIDAD~ REG IONALES

hacia la excesiva depauperación presente en muchas comunidades que han sufrido transformaciones sociales dramáticas como consecuencia de los pro­cesos de globalización. En consecuencia, la comunidad migrante michoacana en Illinois, decide asumir la responsabilidad de contribuir con el desarrollo local que los gobiernos estatales han negando a sus comunidades de origen, y, a través de estas prácticas, demuestra un compromiso con la tierra natal a la vez que reafirma su conciencia e identidad nacional.

Para los michoacanos radicados en Illinois, la oportunidad de contribuir en el desarrollo de sus comunidades de origen los ha llenado de orgullo y les ha permitido una participación social y política como miembros de una comunidad que los valora, admira y respeta a pesar de que se hallen au en­tes. El tener la oportunidad de visitar sus pueblos año con año y mostrar los beneficio económicos obtenidos en los Estados Unidos ante sus coterrá­neos incrementa su estatus y su capital social.

El gobierno mexicano por su parte, ha aprovechado para transferir a estas organizaciones su responsabilidad de instituir el desarrollo nacional, inten­tando conseguir que los clubes financien proyectos de desarrollo que vayan acorde con la agenda de desarrollo gubernamental concretizada en los planes de la Secretaría de Desarrollo Social, tales como agua potable, electrifica­ción, irrigación, carreteras y microempresas. Esto ha traído como consecuen­cia algunos choques con los clubes que no se han alineado con las prioridades estatales y federales. Como vemos, el verdadero reto para los clubes es el de lograr impedir que el gobierno los use como un substituto a la inversión so­cial que es responsabilidad gubernamental. En gran medida, la resistencia que estos muestren frente a la imposición de la agenda gubernamental, será la vía más factible para lograr la autonomía plena de estos clubes en la toma de decisiones sobre el tipo de proyectos que desean financiar.

El desarrollo de proyectos de desarrollo en las comunidades de origen tam­bién ha contribuido al reforzamiento de las capacidades de liderazgo de los líderes de los clubes. El hecho de que los líderes logren terminar proyectos y consigan fondos adicionales por parte del gobierno les ha dado la oportunidad de desarrollar una jerarquía alternativa más allá del orden jerárquico político tradicional marcado por el estado mexicano. Incluso los ha forzado a competir con la jerarquía católica para conseguir el apoyo de la comunidad en la realiza­ción de los proyectos que ellos han considerado más apremiantes para su comu­nidad. Sin embargo, sería muy aventurado decir que los clubes han desmantela-

213

XOCHILT BADA

do el poder de los párrocos locales ya que la iglesia católica aún tiene gran influencia y legitimidad en las comunidades pequeñas. Sin embargo, los clubes han logrado establecer buenas relaciones con los párrocos e incluso los han nombrado como tesoreros de algunos proyectos.41

La necesidad de las comunidades extratenitoriales para reafirmar su identidad también se debe al aislamiento que han sufrido al interior de una cultura monolin­güe anglosajona, de ahí su necesidad de mostrar y difundir su riqueza cultural, su idioma, su música, sus artesanías y su historia ante la sociedad estadounidense en su conjunto. La realización de concursos de belleza y bailes populares en las comunidades donde residen es también una oportunidad para hablar en español, recordar sus trajes típicos, sus bailes, y sus tradiciones locales. De hecho, en Illinois, estas comunidades han permanecido altamente cohesionadas debido a su contex­to social, lo cual ha contribuido al éxito de los proyectos organizados en beneficio de sus comunidades de origen. Del éxito y la expansión de estos programas de­penderá la integración de la segunda generación a estas organizaciones, a fin de garantizar una permanencia transgeneracional.

Como vimos, un problema que la mayoría de los clubes enfrentan es su escasa participación en la vida política y social de los Estados Unidos. Últimamente, la FEDECMI ha tratado de cambiar esta tendencia y ha buscado relacionarse con otras organizaciones civiles en los Estados Unidos que comparten sus mismos inte­reses sobre esquemas de desarrollo comunitario. Sin embargo, el porcentaje de miembros de los clubes que han adquirido la nacionalidad estadounidense no es muy alto y en el largo plazo, esto podría convertirse en un obstáculo para que estos grupos logren incrementar su participación política en los Estados Unidos y puedan conseguir más beneficios para sus comunidades que residen en Illinois. A pesar de que la mayoría de los miembros de los clubes son residentes permanentes legales, la mayoría de sus prácticas ciudadanas están básicamente enfocadas en el mejora­miento de sus comunidades de origen, sin prestar muchas veces atención a los problemas que aquejan a sus comunidades en la sociedad receptora. Este problema tiene que ver son la percepción que tienen los michoacanos sobre el valor y signifi­cado de la ciudadanía estadounidense, aunque esto es tema para otra discusión.

41 Conviene aclarar que si una obra cuenta también con financiamiento municipal, este tipo de nom­bramientos han sido más bien para conseguir el apoyo de toda la comunidad para la realización de una obra, ya que los ayuntamientos no pueden autorizar a ningún párrocos para que se encargue de las finanzas de un proyecto de los clubes; sin embargo, algunas comunidades confían mucho en los párrocos y prefieren que ellos se encarguen del dinero aunque el tesorero legal sea otra persona

214

RECONSTRUCCIÓN DE IDENTIDADES REGIONALES

La agenda de las investigaciones futuras sobre organizaciones de oriundos mexicanos necesitará concentrarse en las implicaciones que las actividades de los clubes tendrán en la vida política de las comunidades de origen y destino. Día con día, se van expandiendo las posibilidades de que estos migrantes transnacionales puedan gozar del ejercicio pleno de sus derechos políticos y sociales simultáneamente en ambas naciones.

215

XOCHILT BADA

Bibliografía

Alarcón, Rafael (2000), "Toe Development of Hometown Associations in the United States and the Use of Social Remittances in Mexico", Washington, D. C., Tomas Rivera Policy Institute, mimeo.

Bada, Xóchitl (2003), "Clubes de oriundos en los Estados Unidos,", Serie Acción Ciudadana en las Américas, núm. 5, Programa de las Amé­ricas del Interhemispheric Resource Center (IRC), marzo, en http:// www.americaspolicy.org/citizen-action/series/05-hta.html.

----- (2003), "Mexicanos en Estados Unidos: apuntes para el estudio de las posibilidades de una plena ciudadanía transnacional", en Gon­zalo Badillo (ed.)(2003), La puerta que llama: los derechos polí­ticos de los mexicanos en el extranjero, en prensa.

Barrios De Chungara, Domitila y Moema Viezzer (1978), Let me Speak! TestimonyofDomitila, a Woman ofthe BolivianMines, New York, Monthly Review Press.

Basch, Linda y otros (1994), Nations Unbound. Transnational Projects, Postcolonial Predicament and Deterritorialized Nation-States, USA, Gordon and Breach.

Bourdieu, Pierre y Loic, J.D. Wacquant (1995), Respuestas para una antropología reflexiva, México, Grijalbo.

Cárdenas Batel, Lázaro (2003), Primer Informe de Gobierno del Estado de Michoacán, en http://www.michoacan.gob.mx/gobierno/ informegob/04.pdf.

Comité Directivo Estatal del Partido Acción Nacional (2001), Platafor­ma Política Michoacán 2001-2006, mimeo.

Congreso de la Unión (2000), Constitución Política de los Estados Uni­dos Mexicanos, México, D. F.

Consulado General de México en Chicago (2002), "Clubes y organiza­ciones de oriundos mexicanos en el Medio Oeste", Programa de

216

RECONSTRUCCIÓN DE IDENTIDADES REGIONALES

Comunidades Mexicanas en el Exterior de la Secretaría de Rela­ciones Exteriores, Chicago, Illinois.

De la Garza, Roldolfo O. y Briant Lindsay Lowell (eds.) (2002), Sending Money Home: Hispanic Remittances and Community Development, New York, Rowman & Littlefield Publishers.

Delgado Wise, R., y H. Rodríguez Ranúrez (2001), "Migración interna­cional, remesas y desarrollo regional en Zacatecas", ponencia pre­sentada en el Seminario internacional sobre la transferencia y el uso de las remesas: proyectos productivos y de ahorro, Zacatecas, Zac. , 3-5 de octubre, mimeo.

Durand, Jorge, Emilio A. Parrado y Douglas S. Massey (1996), "Migradollars and Development: A Reconsideration of the Mexican Case", en International Migration Review, vol. 30, núm. 2, pp. 423-444.

Espinosa, Victor M. (1999), "Toe Federation of Michoacan Clubs in Illinois". The Chicago-Michoacan Project Report, Chicago, Ill., Heartland Alliance for Human Needs & Human Rights y The Chicago Community Trust.

Estado de Michoacán, página en Internet, http://www.rnichoacan.gob.mx/ anuario/.

FEDECMI (2000), Acta constitutiva y reglamento de la Federación de Clubes Michoacanos en Illinois.

----- (2002), Revista de la Semana Michoacana en Illinois 2002, Chicago, Ill., junio 20-29.

Gamio, Manuel (1930), Mexican Immigration to the United States. Chicago, University of Chicago Press.

Geertz, Clifford (1968), Islam Observed. Religious Development in Morocco and Indonesia, Chicago, The University of Chicago Press, (1992) .

217

XOCHILT BADA

Glick Schiller, Nina, Linda Basch, y Cristina SzantonBlanc (eds.) (1992), Towards a Transnational Perspective on Migration: Race, Class, Ethnicity, and Nationalism Reconsidered, Nueva York, Annals of the New York Academy of Sciences, núm. 645.

Goldring, Luin (2002), "The Mexican State and Transmigrant Organizations: Negotiating the Boundaries of Membership and Participation", en Latín American Research Review, vol. 37, núm. 3, pp. 55-99.

----- (2001), "Toe Gender and Geography of Citizenship in Mexico-U.S. Transnational Spaces", en ldentities, vol. 7, núm. 4, pp. 501-537.

----- (2000), "Mexican Hometown Associations and the Role of Remittances in the United States and México", Washington, D.C., Tomás Rivera Policy Institute, mimeo.

----- (1999), "El Estado mexicano y las organizaciones transmigrantes: ¿Reconfigurando la nación y las relaciones entre el Estado y socie­dad civil?", en Mummert, Gail (ed.) (1999), Fronteras Fragmenta­das, Zamora, El Colegio de Michoacán, pp. 297-316.

----- (1998), "From Market Membership to Transnational Citizenship?: The Changing Politization of Transnational Social Spaces", en l) Ordinaire Latino-Americain, núm. 173-17 4, jul-dic., pp. 167-172.

Gómez, Dante (2000), "Los clubes mexicanos de oriundos", en Tropel, núm. 1 O, julio, p. 6.

González Gómez, Tranquilino (2001), "Michoacán, de los últimos en educación", en La Voz de Michoacán, 9 de julio, p. 17.

Instituto Federal Electoral (IFE), Informe final de la comisión de espe­cialistas que estudia las modalidades del voto de los mexicanos en el extranjero, México, D.F., noviembre.

Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (2001), XII Censo General de Población y Vivienda, 2000, en http/ www.inegi.gob.mx.

Kasinitz, Philip (ed.) (1994), Metropolis. Center and Symbol of Our Ti­mes, Nueva York, New York University Press.

218

RECONSTRUCCIÓN DE IDENTIDADES REGIONALES

Leiken, Robert S. (2000), Toe Melting Border. Mexico and the Mexican Communities in the United States, Washington, D.C., Center for Equal Opportunity, junio, mimeo.

Lowell, Lindsay y Rodolfo De la Garza (2000), The Developmental Role of Remittances in U.S. Latino Communities and in Latín American Countries, Washington, D.C., Inter-American Dialogue y The Tomás Rivera Policy Institute, junio, mimeo.

Toe New York Times (2003), "US Mexicans Gain Dual Citizenship'', March 20, p. A 27.

Mihalopoulos, Dan y Evan Osnos (2001), "Chicago a Hub for Mexicans", en The Chicago Tribune, 10 de mayo, primera sección, p. l.

Moctezuma, Miguel (2000a), "La organización de los migrantes zacatecanos en los Estados Unidos", en Cuadernos Agrarios, núms. 19-20, pp. 81-104.

----- (ed.) (2000b), Memorias de/foro Sivilla-Fundación Produce sobre temas de migración, México, SEP-CONACYT.

-----y Héctor Rodríguez Ramírez (eds.) (1999), Impacto de la migración y las remesas en el crecimiento económico regional, México, Se­nado de la República.

Mountz, Alisan y Richard A. Wright (1996), "Daily Life in the Transnational Migrant Community of San Agustín, Oaxaca, and Poughkeepsie, New York", en Diaspora 5, 3, pp. 182-195.

Ochoa Serrano, Álvaro (1998), Viajes de Michoacanos al Norte, Michoacán, Instituto Michoacano de Cultura y El Colegio de Michoacán.

Portes, Alejandro (1996), "Global Villagers", en American Prospect, vol. 7, núm. 25, marzo-abril, pp. 74-77.

----- (2001), "Introduction: The Debates and Significance of lmmigrant Transnationalism", en Global Networks, vol. 1, núm. 3, pp. 181-194.

219

XOCHILTBADA

----- (2002), "English-Only Triumphs, But the Costs are High", en Contexts, núm. 1,pp. 10-15.

Pries, Ludger (ed.) (1999), Migration and Transnational Social Spaces, USA, Ashgate.

Renshon, Stanley A. (2001), Dual Citizenship and American National Identity, Washington,D.C., Center for Immigration Studies, !:!np1 /www.cis.org. octubre.

Rivera Salgado, Gaspar (1999), "Binational Organizations of Mexican Migrants in the United States", en Social Justice, vol. 26, núm. 3, pp. 27-38.

Roberts, B., R. FrankReanne y F. Lozano-Ascencio (1999), "Transnational Migrant Communities and Mexican Migration to the US", en Ethnic and Racial Studies, vol. 22, núm. 2, pp. 238-266.

Rumbaut, Ruben (1994), 'Toe Crucible Within: Ethnic Identity, Self-Esteem, and Segmented Assimilation Among Children of Immigrants", en International Migration Review, vol. 28, núm. 4, pp. 748-794.

Salman , Ton y Annelies Zoomers (2002), The Andean Exodus: Transnational Migration from Bolivia, Ecuador and Peru, Cua­dernos del CEDLA, 11, Universidad de Ámsterdam, Julio.

Secretaría de Desarrollo Social, Varios documentos, en www.sedesol.gob.mx

Secretaría de Relaciones Exteriores (2003), "Clubes de oriundos regis­trados en Estados Unidos 2003", México, D.F., Programa de Comunidades Mexicanas en el Exterior, mayo.

Smith, Michael P. y Luis E. Guarnizo (eds.) (1998), Transnationalism from Below, New Brunswick, Transaction Publishers.

Smith, Robert C. (1992), "Mexicanos en Nueva York", en Nexos, 171, pp. 57-60.

Stevens, Gillian (1999), "Toe Ideology ofLanguage and the Incorporation of Immigrants in the United States, 1965-1995", Negotiating

220

RECONSTRUCCIÓN DE IDENTIDADES REGIONALES

Difference Series, Working Paper, núm. 8, Toe Intemational Center for Migration, Ethnicity and Citizenship, Nueva York, Toe New School for Social Research.

U.S. Population Census (2001), en http://www.nd.edu/~iuplr/cic.

Zabin Carol y Luis Escala (1998), "Mexican Hometown Associations and Mexican Immigrant Political Empowerment in Los Angeles", Toe Aspen Institute, Working Paper Series.

Zolberg, Aristide R. (2002), "Managing Diversity: European and American Recipes", Walter A. Eberstadt Professorship Inaugural Lecture, 14 de noviembre, en www.newschool.edu/gf/news/ arizolberginaugurallecture.htm.

Zolberg, Aristide y Long Lit Woon (1999), "Why Islam is Like Spanish: Cultural Incorporation in Europe and the United States", Negotiating Difference Series, Working Paper núm.1, The Intemational Center for Migration, Ethnicity and Citizenship, Nue­va York, Toe New School for Social Research.

Entrevistas

Entrevista con funcionario municipal en Panindícuaro, 6 de julio de 2001.

Entrevista con líder del club Las Cruces en Illinois, 1 º de abril de 2001.

Entrevista con funcionario municipal en Michoacán, 30 de junio de 2001.

Entrevistas con líderes michoacanos de California, Aurora, Ill., 7 de abril de 2001.

Entrevista con líder de un club en Chicago, 12 de mayo de 2001.

221

XOCHILT BADA

Apéndice

Nota metodológica:

La idea para este ensayo se originó en el verano del 2000, cuando trabajé como consultora para una organización no gubernamental dedicada, entre otras co­sas, al estudio del problema de la migración México-Estados Unidos con una perspectiva binacional. Durante este tiempo, asistí y participé en varias reunio­nes de trabajo de la FEDECMI, así como a varios eventos culturales y deporti­vos destinados a recaudar fondos para la asociación, tales como el torneo anual de futbol y la elección de la reina de la federación, en la cual participé como maestra de ceremonias. Este proyecto de investigación fue formalmente dise­ñado en el invierno del 2000, con el propósito de conocer más sobre el origen de los clubes que forman la FEDECMI y la relación que mantienen con sus comunidades de origen en el Estado de Michoacán.

El trabajo de campo lo realicé entre enero de 2001 y junio de 2002, cuando tuve la oportunidad de asistir a juntas de la FEDECMI, entrevistar a líderes de varios clubes y observar cuatro eventos importantes organizados por la federa­ción: El Primer y Segundo Foro Binacional de Migrantes Michoacanos Radica­dos en el Exterior (Aurora, Illinois y Los Angeles, California en abril de 2001 y 2002 respectivamente), así como la Primera y Segunda Semana Cultural de Michoacán en Illinois (Chlcago, Joliet y Aurora, Illinois en junio de 2001 y 2002 respectivamente). Adicionalmente, administré dos pequeñas encuestas a 45 miembros activos de 14 clubes michoacanos en California e lliinois. El tra­bajo de campo en Michoacán fue más breve. Durante el verano de 2001, realicé un recorrido de tres semanas por las comunidades de origyn de los clubes que había estudiado en Illinois. En Michoacán, entrevisté a funcionarios del gobier­no encargados de mantener los lazos con los migrantes, presidentes y funciona­rios municipales, diputados del congreso estatal y varios representantes de los clubes de oriundos en las comunidades de origen. Durante mi estancia en Michoacán, tuve la oportunidad de vivir con cuatro familias que tienen lazos con los clubes en Illinois.

Todas las entrevistas fueron semi-estructuradas, con una lista de temas a cu­brir por diferentes tipos de interlocutores. Las entrevistas con los líderes de los

222

RECONSTRUCCIÓN DE IDENTIDADES REGIONALES

clubes tanto en Illinois como en Michoacán se llevaron a cabo en los hogares de los entrevistados. A fin de mantener a mis informantes en el anonimato sus nom­bres reales no han sido mencionados; sin embargo, con el propósito de contribuir en el avance del estudio de estas comunidades, los nombres de las comunidades de origen y de residencia de los migrantes si están revelados, ya que mis infor­mantes no manifestaron objeción alguna en que se conozcan los resultados de este trabajo con los nombres reales de las comunidades a las que pertenecen.

Es verdad que la metodología empleada para observar la magnitud de las activi­dades trasnacionales de los migrantes es difícil de cuantificar usando herramientas etnográficas. Hasta ahora, se ha sobreestimado el alcance de estas actividades, debi­do a que no siempre se distingue entre las actividades llevadas a cabo por grandes actores internacionales y multinacionales y las actividades trasnacionales políticas, económicas y socioculturales llevadas a cabo por organizaciones no gubernamen­tales y organizaciones comunitarias de base con lazos internacionales. Por ejemplo, una encuesta reciente de migrantes colombianos, salvadoreños y dominicanos en los Estados Unidos encontró que los inmigrantes que participan regularmente en actividades trasnacionales no representan más del 18 % de todos los grupos estudia­dos, y en la mayoría de los casos, esta proporción es aún menor (Portes, 2001).

223

Perfil de seis clubes de oriundos michoacanos en Illinois Nombre del club Cuia¡¡¡¡ Hlaalgo ~n Miguel Epe¡an Las Cruces La Punsima La Luz Morelia

Año de fundación 1971 1973 1974 1988 1991 1998

Membresía estimada 200 850 200 140 300 100

Principales obras • Donación de una piel<- • Donación de útiles • Construcción de • Construcción de un • Donación de equipo • Programa de becas financiadas en comunidad up para el ayuntamiento. escolares cancha de Basketball templo de sonido para Iglesia para niñas pobres de origen • Restauración de 5 • Construcción de un • Electrificación de la • Construcción de un • Donación para • Donación al zoológico

frescos de un templo templo comunidad pozo de agua construcción de una municipal para nuevo • Construcción de una •Donación de unifoones • Construcción de un • Donación para la carretera albergue de osos barda para un jardín de para estudiantina puente y una carretera construcción de una •Donaciones para la • Donación de niños • Construcción de una • Donaciones para carretera que conecta celebración de fiestas computadoras a una

carretera celebración de fiestas con la cabecera patronales escuela primaria • Donaciones para patronales celebración de fiestas patronales

Registrados como ONG en Sí ( como liga de Sí No No Sí Sí Illinols soccer)

Estatus 501 (c) 3 No No No No No No (está en trámite)

Orígenes del club Futbol soccer Comités Guadalupanos Futbol soccer Futbol soccer y grupo Futbol soccer Nostalgia por su cuidad y futbol soccer protestante de lectura

de la Biblia

Mujeres en comités No Sí ( secretarla) No No No Sí (presidenta) ejecutivos Principales comunidades Baldwin Parl<, Whittier, Aurora, III. y California Blue Jsland, 111. y Carpentersvllle y Waukegan, III. y Chicago 111., Pacoima, extraterritoriales Los Angeles y Chlcago California Chicago, 111., Bryan, California Inglewood, Ca. y París,

Tx., Condado de Francia Orange, North Hollywood, Ca., Grand Rapids, Mi.

Población en la 59,000 1,526 234 1,465 3,689 512,169 comunidad de origen Partido político en el PAN PRI PRD PRD PRD PRI poder en el municipio Tipo de comunidad de Semi-uroana Rural Rural Rural Rural Urbana origen Planes para No No Sí No No Sí

< financiamiento de

~ proyectos productivos 1:1:l Monto estimado de 53,266 1,000,000 200,000 220,000 163,000 7,000 d Inversión total desde año :i: de fundación (Dólares) 8 X Fuente: Elaboración propia ;:)¡

N

Implicarse aquí, con la mirada hacia allá: la organización comunitaria de los guanajuatenses en los Estados Unidos

Laurent F arel

Introducción

En los últimos años, las organizaciones de migrantes en los Estados Unidos han sido objeto de una atención particular por parte de los observadores del fenó­meno migratorio y de sus impactos. Por un lado, esta atención surgió del creci­miento numérico, de la diversificación y de la mejor organización que estas estructuras han experimentado durante la última década. Pero también pareció provenir en buena medida, por otra parte, de las esperas que se concentraron acerca del papel que esas estructuras podían desempefiar, en términos comuni­tarios, sociales o políticos, en los Estados Unidos como en México. En diferen­tes aspectos, la movilización de tales grupos se consideró como una forma emergente de participación social por parte de una comunidad mexicana en Estados Unidos cada vez más numerosa pero aún débilmente organizada.

Con respecto a esto, las organizaciones de migrantes oriundos del estado de Guanajuato suelen ser bastante representativas de este movimiento progresivo de implicación y de organización social de los migrantes. Sin embargo, la forma en que los grupos vienen participando en la transformación de un ámbito social dete1minado es compleja. Se manifiesta a diferentes escalas y, en muchos ca­sos, en distintos contextos con respecto al proceso histórico de la migración y de la integración de los migrantes en sus lugares de instalación. Los modos de aparición de las organizaciones, las formas en que se estructuran y los objetivos que persiguen son diversos. Como tal, esa diversidad merece la atención: da prueba en el mismo tiempo de la multiplicidad de las situaciones vividas por los individuos como de la permanencia de algunas aspiraciones para lograr actuar más allá del nivel individual y familiar.

El presente trabajo no pretende ser un análisis exhaustivo de la cuestión del desarrollo de las organizaciones de migrantes guanajuatenses en los Estados Unidos. En una área de conocimiento aún largamente fragmentaria, se trata de una contribución al necesario trabajo de documentación y análisis que merece

225

L AURENT F ARET

el tema. Los elementos presentados aquí provienen de observaciones y entre­vistas con líderes comunitarios y con representantes institucionales involucrados en el tema. El análisis se enfoca, por un lado, en el proceso de formación de los clubes, tratando de vincularlo con las características del proceso migratorio en sí mismo. Por otro lado, el trabajo se interesa en el tipo de actividades que desarrollan los clubes y la manera en que esas actividades se vinculan con los contextos locales de origen y de instalación.

De una manera muy comparable, numerosos trabajos realizados desde los años setenta acerca de distintas corrientes migratorias han señalado la importan­cia de las asociaciones constituidas por los migrantes en los distintos lugares de su instalación. Clubes, sociedades, amicales de migrantes, han sido considerados con respecto a su papel de afirmación ( o de reafirmación) del vínculo social entre las personas originarias de un mismo lugar y entre éstas y su comunidad de origen (Simon, 1979; Poinard, 1991; Catani, 1993; González, 1995; Honey y Okafor, 1998; Levitt, 2000). Algunos trabajos han insistido en que si bien el contexto de la migración internacional ha sido especialmente favorable para la creación de este tipo de organizaciones, las principales formas de asociacionismo entre personas originarias de un mismo lugar se han desarrollado históricamente también en el caso de las migraciones internas (Béteille, 197 4 y Collomb, 1980, quienes estudia­ron la organización de los migrantes de las provincias de Aveyron y Savoie en París). En esto, la literatura insiste en que la agrupación de individuos va más allá de los contextos nacionales o internacionales. La necesidad o el deseo para el individuo de formar parte de un grupo no sale siempre de una posición de extran­jero en el sentido jurídico. Más bien, los esfuerzos de organización dan cuenta de aspiraciones resultantes de la experiencia compartida de una posición de alteridad con respecto al entorno social ampliado.

Así, los autores indican con frecuencia que es la agrupación de los indivi­duos originarios de tal "país" (en el sentido local de la palabra) o de tal pueblo que suscita la movilización más activa. La importancia de un compromiso histó­rico local, al mismo tiempo que las lógicas de ínter-conocimiento en los lugares de instalación, contribuyen a hacer de este nivel el de la identificación y de la movilización prioritarias. En comparación, a escala regional o nacional, la cris­talización de los intereses y energías es menos perceptible (Poinard, 1991). En cambio, las dimensiones políticas suelen ser más fuertes en estos niveles, tanto del punto de vista efectivo como simbólico, y dan lugar a juegos de presión que van a menudo más allá del marco de las relaciones sociales de convivencia y de intercambio que sostienen la mayoría de las asociaciones con base local. En

226

I MPLICAR,E AQUI, CON LA MIRADA HACIA ALlÁ

estos aspectos, la movilización comunitaria guanajuatense no es una excep­ción. Además, las condiciones propias al proceso migratorio constituyen aquí un marco que influye de manera particular en las formas de movilización. A continuación se señala el contexto general de la migración y las dimensiones que afectaron,de diferente manera, al proceso de organización comunitaria.

La migración internacional desde Guanajuato

El hecho migratorio internacional entre México y los Estados Unidos no constituye un fenómeno homogéneo, tanto desde el punto de vista histórico como geográfico. El estado de Guanajuato pertenece a la región corazón del proceso de emigración en México y, desde la época del programa bra­cero, los emigrantes originarios del estado fueron de los más numerosos en viajar temporalmente a los Estados Unidos (solamente sobrepasados en número por los migrantes de Michoacán). Es así que el proceso social de la migración está muy establecido en la región, especialmente en el sur del estado. Luego, con el proceso general de difusión espacial de las prácticas migratorias que se dio en México, pueblos y ciudades sin profunda tradición migratoria de pronto se encontraron incluidos en el proceso, especialmente durante las dos últimas décadas del siglo XX. En la actualidad, todos los municipios guanajuatenses han sido afectados de una manera u otra por el fenómeno migratorio hacia los Estados Unidos por lo que el estado sigue siendo uno de los principales lugares de emigración (el tercer estado de más fuerte emigración según el Censo general de la población de 2000) . 1

Más allá del movimiento general, es necesario mencionar la existencia de polos de concentración y ejes de desplazamiento preferenciales entre los dos países. Los elementos geográficos y la tradición migratoria de las regiones mexicanas contribuyeron a canalizar de manera profunda los des­plazamientos hacia el Norte. En el caso de la migración desde Guanajuato, esta dimensión es importante, ya que condujo a una difusión particularmen­te amplia de los migrantes en el extranjero. En consecuencia, esto influyó en las modalidades y las potencialidades de organización de los migrantes .

1 De acuerdo con datos del !NEGI (2000), el 3.5% de la población del estado había tenido una experiencia migratoria internacional entre 1995 y 2000. Los emigrantes guanajuatenses represen­tan un 9.83% del conjunto de los flujos desde México.

227

LAURENT F ARET

Resultado de amplios movimientos entre dos países contiguos, la localización de los migrantes mexicanos en Estados Unidos se caracteriza por la concentra­ción espacial en el suroeste del país, cerca de un siglo después de la llegada de los primeros inmigrantes. En 2000, un 63 .2 % de los inmigrantes nacidos en México se encuentran en dos estados: California y Texas.2 La primacía de la región urbana de Los Ángeles debe destacarse, concentrando por sí sola a uno de cada cuatro inmigrantes. 3 A distancia de la frontera y de las regiones hispánicas del suroeste, cerca de 618,000 mexicanos radican de manera permanente en Illinois, esencialmente en Chicago.4 Sin alcanzar un nivel de concentración comparable, los centros urbanos de Chicago, San Francisco, Houston, Dallas, Phoenix y San Diego son ciudades donde la población mexicana o de origen mexicano se acerca o supera el millón de habitantes. Además, ciudades afectadas más recientemente por el fenómeno migratorio se caracterizan hoy por una presencia hispánica sig­nificativa a la escala de la ciudad. Aglomeraciones como Atlanta, Seattle, Portland o en un grado menor Raleigh vieron la estructura de su población transformarse rápidamente durante la última década.

Para entender la localización particular de los migrantes guanajuatenses en este marco general, vale la pena interesarse en las "conexiones preferenciales" existentes entre los estados mexicanos y los Estados Unidos. Dos lógicas coexis­ten: primero, la del efecto de vecindad, fuerte entre los estados fronterizos y difundiéndose débilmente más allá; segundo, la de las tradiciones migratorias pro­piamente dichas, para las cuales el factor distancia es mucho menos importante que la solidez de las redes sociales existentes. En este contexto, la orientación de los migrantes de Guanajuato se separa de los modelos regionales clásicos: la posición central de este estado en el espacio nacional da lugar a una distribución más amplia de los movimientos; y, los flujos hacia Texas y California son altos y de volumen comparable aunque existen corrientes significativas existen hacia otros estados, en particular Arizona, Florida o Illinois. A una escala más detallada es posible observar que la canalización es notable, en correspondencia con los principales elementos de la organización territorial del estado: el sector del Bajío se orienta tradicionalmente hacia California y la costa occidental de los Estados

2 Véase US Bureau ofthe Census, 2000. 3 La aglomeración de Los Ángeles es definida aquí por la área estadística metropolitana que engloba Los Ángeles, Anaheim y Riverside. 4 436,000 inmigrantes mexicanos se encuentran también en Arizona y entre 150 y 200,000 en otros seis estados (Georgia, Florida, Colorado, Carolina del Norte, Nueva York y Nevada).

228

I MPLICARSE AQUÍ, CON LA M IRADA 1 !AC IA ALLÁ

Unidos; el norte del estado, más allá de la Sierra de Guanajuato, se acerca a los modelos migratorios de los estados del noreste, es decir una polarización hacia Texas, Florida y la costa este de los Estados Unidos.

Distintos estudios de caso han indicado esta diversidad de las polarizaciones migratorias desde el estado de Guanajuato. En los años ochenta, los migrantes que dejaron Dolores Hidalgo se dirigieron de manera preferencial hacia distintas locali­dades rurales en el sur de Texas y las ciudades de Dallas y Houston (Jones y otros, 1984). La concentración de los migrantes de San Francisco del Rincón en la ciudad de Reno en Nevada da lugar a lo que Durand califica de "nido rinconense" en Nevada (Durand, 1996). Desde Moroleón, una corriente específica se desarrolla hacia el condado de Chester en Pennsylvania (González, 1996). Desde el municipio de Ocampo, al norte del estado, la polarización de los flujos hacia ciudades como Dallas y Chicago es notable (Faret, 1996). Además, es interesante tener en cuenta que, en el reciente periodo, el fenómeno de dispersión de los migrantes en Estados Unidos ha sido muy fuerte. Por ejemplo, los giros postales recibidos en este último municipio durante el mes de marzo de 1996 dan cuenta de transferencias desde 41 localidades en Estados Unidos, distribuidos en 16 estados.5

Cuando el proceso de canalización de los flujos es fuerte y duradero, lleva hasta la formación de "comunidades hijas" en el extranjero. Además de un con­texto económico particular, esta formación es resultante, en gran medida, de las redes sociales desarrolladas con motivo en la experiencia migratoria. Es bien sabido que los contactos establecidos con las personas originarias del mismo lugar incitan a dirigirse hasta los lugares donde se encuentran estas personas (Massey y otros, 1987; Gurak y Caces, 1992). En el nivel de las comunidades de migrantes, el mantenimiento de intercambios de distinta naturaleza entre el lugar dejado -de origen- y los de arribo, tienden a reforzar, poco a poco, la dinámica social y espacial que habían establecidos algunos migrantes pioneros. Esta con­junción de prácticas individuales da lugar a un sistema socio-espacial de la migra­ción bien estructurado a la escala comunitaria. De allí, otras dimensiones vienen a reforzar todavía más el juego de las corrientes geográficas. En primer lugar, el aumento en un lugar de instalación de las personas del mismo lugar de origen significa un notable crecimiento del tráfico entre los dos puntos del espacio migra­torio. Personas, mercancías, noticias de la familia y de los amigos circulan más fácilmente y permiten pues un mejor contacto con las personas que han pennane-

5 lnfonnación proporcionada por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes ( 1996).

229

LAURENT F ARET

cido en el país. En segundo lugar, la concentración espacial permite crear "nichos" comunitarios que garantizan un conjunto de funciones sociales importantes, desde búsqueda de trabajo hasta convivencia cultural u organización dirigida al manejo de asuntos comunitarios. Esta última lógica se ha visto reforzada de manera importan­te desde la fase de instalación duradera promovida con la instauración de Ley de Reforma a la Inmigración de 1986 (Neuman y Tienda, 1994).

Sin duda alguna, la existencia de estas canalizaciones y de focos bien interconectados, resultantes en los dos países, han contribuido a producir un contexto adecuado para la organización y la movilización de las perso­nas radicadas en el extranjero.

Pertenencia comunitaria y proceso de movilización asociativa

Para los migrantes mexicanos, la movilización asociativa está muy vinculada al proceso migratorio en sí mismo, en la medida en que la organización formal pro­longa, en muchos casos, las formas de interacciones comunitarias informales. Varios autores han hecho hincapié en el vínculo entre las dinámicas sociales establecidas en la migración y la aparición de estructuras asociativas (González Gutiérrez, 1995; Zabin y Escala Rabadán, 1998). Las condiciones propias de realización del proyecto migratorio ( el aprendizaje inicial de unos conocimientos particulares, la pertenencia a redes sociales) y las exigencias de la vida en el extranjero (la satisfacción de las necesidades diarias, la búsqueda de un entorno social protector) conducen muy frecuentemente a los individuos a formar parte, en un momento dado, de una colectividad determinada. Las redes que permiten el acto migratorio, siempre construidas sobre bases comunitarias campesinas, son las estructuras que más "encuadran" al migrante. En consecuencia, no es sor­prendente que el proceso de identificación colectiva en el extranjero más fuerte sea precisamente en esta escala. Aquí, se puede ver una doble lealtad simultá­nea: a la sociedad local de origen que el migrante dejó (el país donde uno nació, según la expresión consagrada por los propios migrantes) y a los oriundos de esta colectividad en el lugar de arribo e instalación, depositarios de los recursos he­chos accesibles por las redes sociales ya constituidas (los "paisanos", en el sen­tido localista que los migrantes dan a la palabra, es decir los del mismo pueblo).

Sin embargo, es importante señalaT que para la mayoría de los migrantes, el sentimiento de pertenecer a una comunidad no conlleva exclusividad. Si el acto migratorio es productor de relaciones sociales específicas, otros procesos de

230

[MPLICAR'>E AQUÍ, CON LA M IRADA I IACIA ALLÁ

carácter comparable también están en funcionamiento a distintos niveles y escalas. En su experiencia en los Estados Unidos, los migrantes pueden ser llevados a identificarse -o ser identificados- como conjuntos más extensos que aquel de la comunidad de origen, tales como la entidad o la región de México de la que proceden, o bien la comunidad migrante mexicana en su conjunto. Más ampliamente aún, para muchos migrantes, la inmersión en barrios y ciuda­des con fuerte predominio hispano puede conducir a la adopción del referencial latino como el nivel de identificación privilegiado.

Sin embargo, independientemente de otras pertenencias, numerosas observa­ciones ponen de manifiesto que el referencial comunitario más eficaz para los rnigrantes de Guanajuato suele ser el del pueblo de origen. La diversidad regional del estado de origen no basta para explicar este hecho; otros autores han destacado el papel privilegiado de la identificación a nivel local (González Gutiérrez, 1995; Goldring, 2002). Respecto a este asunto, es interesante poner atención en el uso que los propios migrantes hacen de los términos que sirven para designar a los colectivos más significativos. El sustantivo construido sobre el pueblo de ori­gen (los de Mendoza, los de Ocampo, los de lrapuato, etc.), es retomado con mucha frecuencia en las observaciones de los individuos cuando desean referirse espontáneamente a un colectivo cargado de sentido más allá de su experiencia individual. En la elección de este término, es significativo que la noción de perma­nencia pueda ser movilizada en una doble dimensión. Para los migrantes, utilizar el calificativo ( o sustantivo) basado en el lugar de origen, es hacer referencia tanto a la entidad fisica que es el pueblo ( el marco de vida, las transfonnaciones del hábitat, la evolución de las tradiciones locales) como a las personas que son originarias del lugar pero que no radican más ahí (las competencias de los de Mendoza u Ocampo en la migración, su compromiso a favor del país de origen, su organización en los Estados Unidos, etc.). Como si la utilización de la palabra pudiese prolongar, más allá de las fronteras comunales, una realidad local a la cual los rnigrantes consideran forman parte de manera plena.

En este contexto, no es sorprendente afirmar que la movilización y la orga­nización de los migrantes se ha desarrollado de manera preferencial en el nivel local. Al margen del factor vinculado a la identificación prioritaria, en el caso me"xicano, la posibilidad de mantener fuertes vínculos directos con el lugar de origen ha jugado ciertamente un papel importante. Es indiscutible que la proxi­midad geográfica hace posible formas de intercambio y circulación que otros grupos migrantes no han conocido. Esta proximidad se ha visto reforzada hoy día por el desarrollo de las tecnologías de comunicación. En este sentido, se puede pensar que la movilización de los migrantes alrededor de objetivos preci-

231

LAURENT F ARET

sos, explica el desarrollo inicial de los clubes fuera de todo marco institucional, instaurando formas de "control" relativamente importantes por parte del grupo emigrado mismo. Cabe mencionar, por ejemplo, que en ciertos casos se obser­van formas repetitivas de traslado de responsables de asociación sobre el espa­cio migratorio, con el propósito de comprobar, sea la oportunidad o la realización efectiva de los objetivos defendidos por el club de oriundos.

Al margen de la dimensión "localista" de los clubes, que aparece realmente como una dimensión común, las formas y las modalidades de aparición de las orga­nizaciones de migrantes se caracterizan por una gran heterogeneidad de situacio­nes. En el caso de Guanajuato, un factor importante de esta diversidad resulta del contexto histórico en el cual se crearon los distintos clubes. En la cronología de la formación de estos clubes, los más antiguos nacen en un momento dónde la impor­tancia de la población latina en los Estados Unidos es mucho menor que en la última década, lo que juegaun papel importante en las actividades de estos clu­bes. Localmente, desde los años treinta, hay indicaciones acerca de la existen­cia de algunas agrupaciones de migrantes de Guanajuato, en particular cuando los años de crisis y la discriminación hacia los migrantes hacen las lógicas de asistencia mutua más necesarias. De ahí que las iniciativas definan sus raíces desde un deseo de agrupación comunitaria en un contexto especialmente desconocido (Díaz de Cossío y otros, 1997). Sin embargo, la mayoría de los clubes de migrantes actua­les tienen orígenes mucho más recientes (González Gutiérrez, 1995). En el caso de los migrantes de Guanajuato, el principio de los años setenta constituye un primer momento de formación para los grupos que hoy en día están en funcionamiento.

En esta dinámica, un gran número de organizaciones ponen, en la base de su compromiso, la voluntad de no perder el vínculo con su lugar de origen como uno de los elementos a la base de su compromiso. Más tarde, con el proceso de creci­miento rápido de la población, que produce un movimiento migratorio sostenido durante las décadas 1980 y 1990, la cuestión de la integración en la sociedad de recepción toma nuevas dimensiones. La mejora de las condiciones económicas de instalación para una parte de los migrantes, al igual que una ampliación de las posibilidades de inserción sociocultural para los recién llegados ( en lugares cada vez más impregnados de la presencia latina) dan a la cuestión de la reagrupación comu­nitaria bases más amplias y diversas. A la necesidad de la ayuda mutua vienen a añadirse cuestiones como la reafirmación socio-identitaria de las raíces o la trans­misión ínter-generacional de los valores y tradiciones culturales. En esta fase, la precariedad de las situaciones y el estancamiento de las condiciones de vida en las regiones de origen en México se hacen comparativamente más manifiestos para un importante segmento de la población migrante. Frecuentemente, la voluntad de dar

232

IMPLICARSE AQU Í, CON LA MIRADA I IACIA ALIÁ

una forma concreta al compromiso expresado por la comunidad de origen y el reconocimiento de las necesidades que ésta enfrenta, constituyen los elementos más poderosos de movilización. Las organizaciones de r,ligrantes que nacen en los años noventa que son, de hecho, las más numerosas, se construyen en gran medida con base en esta lógica.

Por último, el entorno institucional en el que se inscriben los clubes es un elemento reciente e importante en las modalidades de movilización en el perío­do actual. Lejos del aislamiento de las organizaciones pioneras, las iniciativas locales de la última década se han desarrollado en un contexto donde los acto­res institucionales juegan un papel novedoso en términos de asesoría y acom­pañamiento, pero, sobre todo, con un impacto indirecto en las dinámicas de creación y de primera impulsión.

Clubes de migrantes y "Casas Guanajuato"

Una de las especificidades de la organización asociativa de los migrantes origi­narios de Guanajuato reside efectivamente en el papel que las instituciones públicas desempeñaron en el proceso durante los años noventa y el principio del siglo. A través de la Dirección de Atención a Comunidades Guanajuatenses en el Extranjero (DACGE), el gobierno del estado estableció, desde 1994, un modelo de organización asociativa que pretendía difundir, lo más ampliamente posible, entre los migrantes en los Estados Unidos. Se trata de las llamadas "Casas Guanajuato", cuyo objetivo es formar estructuras con representación legal y capacidades organizativas. Desde un inicio el propósito ha sido doble: facilitar la agrupación de las personas originarias del estado en una estructura adecuada en los Estados Unidos; y, favorecer el desarrollo de actividades so­ciales y culturales que permitan reforzar el vínculo con la región de origen. En el espíritu de los iniciadores, el conjunto de los clubes de migrantes originarios del estado tienen vocación a ser "Casas Guanajuato".

De hecho, la estructura "Casa Guanajuato" intenta ser relativamente flexible, y se presta tanto a una agrupación original de personas como a la reagrupación: en una localidad dada en el extranjero; de distintos grupos de individuos originarios de varios municipios y previamente organizados en forma de club o asociación. Con el tiempo, los objetivos principales de la estructura siguieron siendo estables, con un notable predominio de las actividades de tipo sociocultural con la promoción del reforzamiento de las raíces y el mantenimiento de las tradiciones de la región de origen. Eso no impidió a la DACGE desempeñar un papel importante en la instau-

233

LAt RL1' r FAR! r

ración y seguimiento de las operaciones de apoyo económico de los migrantes a sus comunidades de origen. En el año 2002 bajo iniciativa de los migrantes, en el marco del programa "2xl ", se condujeron 101 reafuaciones en 24 municipios. De hecho, los objetivos del programa retoman en gran medida los elementos que histórica­mente fueron la base de las movilizaciones de colectivos. De manera poco sorpren­dente, recientemente apenas se ha colocado la acción de los migrantes para el desarrollo de sus comunidades de 01igen al centro del dispositivo.

Según la DACGE, las actividades de las "Casas Guanajuato" tienen por objeti­vo que los migrantes establezcan "lazos de comwlicación con sus comunidades de procedencia", la "promoción de una identidad nacional y de un liderazgo". Y, en el marco de la inserción de los migrantes a la sociedad estadounidense, el estableci­miento de "contactos y de vinculación con las autoridades de Gobierno en México". Las actividades de dichas estructw-as promueven el desarrollo de "valores sociales y culturales que fomenten el arraigo de los guanajuatenses con su país de origen", y tienden a disminuir el "problema de pérdida de identidad cultlU'a] al que los migran tes se encuentran expuestos. "·6 El registro de un club de migrantes como "Casa Guanajuato" le permite obtener el estatuto de organización civil no lucrativa y actuar como tal en los Estados Unidos. El club debe estructurarse según un modelo de organización que incluye una mesa directiva elegida, constituida por un presiden­te, un secretario, w1 tesorero y tres vocales.

A principios del año 2003, existen 52 "Casas Guanajuato" (ya establecidas o en curso de establecimiento) en los Estados Unidos, distribuidas en 26 estados.7 Sola­mente la mitad está totalmente registrada y mantiene contactos regulares con los servicios del gobierno local. El resto está en proceso de formación, en grados más o menos avanzados. La distribución de estas asociaciones es el reflejo de la difusión de los migrantes originarios del estado (mapa l ). Las regiones que han constituido polos de inmigración atractivos en el curso de las últimas décadas son las que presentan la más fuerte concentración de Casas Guanajuato: la región urbana del sur de California, la aglomeración de Chicago y sus alrededores, las principales ciudades de Texas. Sin embargo, para el caso de la migración guanajuatense, la localización de las Casas Guanajuato muestra que la dimensión urbana de los clubes de migrantes no debe sobrestimarse. Muchos clubes de migrantes (y de allí

1o véase, Dirección de Atención a Comumdades Guanajuatenses en el Extranjero (2003), Programa Cl'sas Guanajuato, documento de difusión, abril.

· Datos de la Dirección de Atención a Comunidades Guanajuatenses en el Extranjero

234

IMPLICARSE AQU Í, CON LA MIRADA J JACIA ALLÁ

de "Casas Guanajuato") se formaron en pequeñas localidades en el medio rural. Es interesante señalar que la visibilidad de estos grupos suele ser localmente más fuerte. Su papel de interlocutores con las autoridades públicas del lugar donde se constituyeron es frecuentemente más significativo que en las grandes ciudades, donde la información sobre la existencia de los clubes, a menudo, no va más allá de la sola comunidad inmigrante.

Mapa 1. Clubes de migrantes organizados en Casas Guanajuato, en los Estados Unidos, 2003

1 = San Fernando Valley 2 = Hawaiian Gardens 3 = La Habra 4 = Lynwood 5 = Torrance 6 = Santa Ana

Fuente: DACGE, Guanajuato, 2003

El ritmo de crecimiento numérico de las "Casas Guanajuato" demuestra que el modelo corresponde manifiestamente a una espera por parte de los colec­tivos de migrantes. En 1995, solamente seis de las veitiún "Casas Guanajuato" existentes estaban realmente organizadas y eran operativas. 8 La importancia

8 Entrevista con el responsable institucional de la DACGE, Gobierno de Guanajuato, octubre de 1995.

235

LAURENT FARET

adquirida por las más antiguas de ellas ( en Dallas y Chicago, en particular) de­muestra también la validez de estas estructuras en el tiempo. Sin embargo, cabe mencionar que la forma de organización que constituyen estas estructuras no conviene a todos los rnigrantes y sus distintas formas de asociarse; por ello, no todos los clubes de rnigrantes oriundos del estado han tomado este estatuto. Se­gún las opiniones expresadas por responsables de clubes, para algunas personas, la instauración de este programa está asociada al Partido Acción Nacional (PAN) en el estado. Más ampliamente, el uso con fines políticos locales o nacionales de la cuestión migratoria mantiene una parte de los rnigrantes a distancia de las autoridades locales, tanto en el nivel estatal corno en otros niveles.9 En forma general, aunque de vez en cuando pueden permanecer desacuerdos en cuanto al carácter prioritario de ciertas acciones promovidas, el papel de las instancias gubernamentales hoy día está reconocido de manera bastante amplia. La crea­ción de oficinas de enlace de la DACGE en las tres ciudades con presencia más fuerte de guanajuatenses (Dallas, Chicago y Santa Ana - Los Angeles), en los últimos dos años, da muestra del esfuerzo de acercamiento a los migrantes en el que se encuentran las autoridades estatales.

Desde el punto de vista de las dinámicas de organización institucional, es impor­tante señalar que, hasta ahora, las organizaciones de guanajuatenses no han llega­do a organizarse a otro nivel que el de los clubes o "Casas Guanajuato", donde predomina la base comunitaria local. La organización de los clubes en federaciones comparables a las establecidas por los migrantes de Zacatecas, Oaxaca, Michoacán en California (Goldring, 2002; Rivera Salgado y Escala Rabadán, 2002), a pesar de las iniciativas locales, está aún por construirse. En Los Angeles, existe por ejem­plo una asociación de los clubes de guanajuatenses desde mediados de los años noventa, pero su actividad durante estos últimos años ha sido escasa. La reciente creación de un consejo de presidentes de federaciones de California, con presiden­cia rotatoria, podría volver a darle una nueva importancia. En la aglomeración de Dallas, la federación de los clubes guanajuatenses no se desarrolló como tal, y la "Casa Guanajuato" de la ciudad es, sobre todo, la prolongación de un club preexis­tente, como se verá más adelante. La forma de federación que se desarrolló es a otro nivel: el Grupo de los Estados Mexicanos Asociados (GEMA), organismo destinado a articular las movilizaciones de clubes de distintos estados.

9 Un conteo de los clubes de emigrantes originarios de Guanajuato es, sin embargo, muy aleatorio. Para la segunda mitad de los años noventa, distintas enumeraciones de la Secretaría de Relaciones Exteriores señalaban 21 clubes en 1996 (dato citado en Díaz de Cossío y otros, 1997) y 46 en 1998 ( dato citado en Rivera Salgado y Escala Rabadán, 2002).

236

IMP LICARSE AQU Í, CON LA MIRADA I IACIA ALLA

Esa ausencia de estructura representativa tiene distintas particularidades. La anteriormente señalada dispersión de los migrantes originarios del estado no ha facilitado las posibilidades de creación de federación. El carácter reciente y toda­vía poco estructurado de una buena parte de los clubes de migrantes es también un factor explicativo. Salvo en casos aislados, el alcance del liderazgo desarrolla­do desde esta actividad asociativa, no ha sobrepasado el ámbito de los grupos comunitarios, y la necesidad o la capacidad de organizarse a otro nivel tampoco se han manifestado. Se puede agregar que la voluntad de las autoridades esta­tales de enfocarse esencialmente a la relación entre los clubes y las comunidades de origen de sus miembros no ha favorecido el surgimiento de alguna estructura transversal en los lugares de formación de los colectivos de migrantes.

Lógicas de aparición y formas de afirmación: dos ejemplos

Ante la diversidad de situaciones, es dificil hablar de los clubes de migrantes de manera general. En la actualidad, los clubes de migrantes y "Casas Guanajuato" agrupan realidades muy distintas, tanto en términos de antigüedad como en térmi­nos de dinamismo o del número de personas movilizadas. A manera de ilustración de esa diversidad, presentamos aquí las modalidades de desarrollo y el alcance de las actividades asociativas iniciadas en dos momentos y dos contextos diferentes, una en la ciudad de Dallas y otra en la periferia de la ciudad de Los Ángeles.

El primer caso se refiere a un colectivo de migrantes cuya tradición de movilización comunitaria es antigua (cerca de treinta años) y ha mantenido el vínculo con los lugares de origen mantenido de manera particularmente estable durante este período. Se trata de migrantes originarios del munici­pio de Ocampo, en el norte del estado de Guanajuato e instalados en la aglomeración de Dallas - Fort Worth en Texas. Las primeras formas de movilización remontan a los años setenta, al principio con actividades de poco alcance, tales como convivencias comunitarias y recaudaciones oca­sionales de fondos para familias en situación de emergencia. En el primer momento de la organización, los intercambios no van mucho más allá de la extensión de las redes familiares que permitieron la migración. Sin embar­go, la movilización que nace en ese momento no dejará de crecer de mane­ra continua y de diversificarse en los años siguientes. En la organización progresiva de su acción, cabe destacar el papel de la iglesia: la construc­ción progresiva del sentimiento de pertenencia a la comunidad por parte de los migrantes pasa en gran medida por el hecho de seguir siendo miembro

237

L\URENT fARLT

de la parroquia del pueblo de origen, a pesar de la distancia. La primera actividad colectiva conducida en el extranjero da cuenta de este hecho. tal como lo destacan las observaciones de uno de los responsables de la aso­ciación de los originarios del pueblo.'º

Por lo que es de nuestra experiencia a nosotros. los de Ocampo, existe una organización desde los principios de los años setenta, en el momen­to pues donde hay más personas que llegaron aquí[ ... ]. La organización de la gente aquí, en Dallas. empezó con las fiestas tradicionales del pue­blo, el 24 de junio y el 12 de diciembre. Toda la gente de aquí se reunió para enviar dinero. y hasta la fecha se hace esto, pues la semana pasada tuvimos una pequeña reunión para reunir algún dinero que se le dio al Señor Cura. para el día de la consagración de un Santo, para que rece para nosotros, los de aquí, en Estados Unidos, y un pequefio extra para sus necesidades a él[ ... ]. Los primeros años, con el cura de Ocampo, nos babíamos puesto de acuerdo y él enviaba una carta que circulaba entre todos los de Ocampo que estaban aquí, para preguntarles si querían cooperar para la fiesta de San Juan y para la de diciembre. Y alguien aquí se encargaba de reunir esta ayuda económica y de enviarle al pueblo.

En 1975, el grupo de los migrantes de Ocampo en Dallas adquiere una confi­guración más formal con la creación del club "Compañeros Unidos de Ocampo". Una de sus primeras actividades es la recaudación organizada de fondos. a tra­vés de loterías y ventas de comida en la iglesia al momento de las celebraciones religiosas. Más allá de la ayuda a la pauoquia, el club responde además a una voluntad de ayuda mutua entre las familias de paisanos instaladas en los Estados Unjdos. Se aprueba por ejemplo 1a instauración de un sistema de ahorro colectivo para prevenir situaciones de emergencia ( enfennedades, muerte, traslados de cuerpos). Con el tiempo, la asociación ocampense en Dallas amplía sus activida­des y se emancipa poco a poco del marco parroquial que fuera origen de los inicios, aunque manteruendo siempre un vínculo particular con la iglesia católica de la ciudad. Durante los años ochenta y sobre todo a principios de los años noventa, la conjunción de varias actividades dan una base más fue1te al club: se desarrollan actividades deportivas (como torneos defutbol para niños), educati­vas (alfabetización, clases de iruoma) y festivas (celebración de las principales fiestas tradicionales). La movilización comunitaria alcanza entonces una nueva dimensión y otros propósitos prevalecen. Poco a poco, resurge como un elemen-

10 Entrevista realizada en Dallas, jumo de 1996.

238

IMPLICARSE AQUÍ, CON LA MIRADA I IAL'IA ALLA

to importante de motivación, la necesidad de transmitir a las nuevas generacio­nes jalones culturales e identitarios, tanto para los niños nacidos en los Estados Unidos como para los jóvenes migrantes. Cada una de las actividades constituye así la ocasión para reunir a la comunidad local, intercambiar infonnación y reafirmar las raíces. Los contactos con la comunidad ocampense tanto en México como en Dallas se encuentran, de manera general, mantenidos o reforzados, ya sea a través del club mismo o por medio de su "entorno" (las personas que están en su alrededor pero que, explícitamente, no forman parte de él).

En 1994, el club experimenta una evolución principal con su transformación en "Casa Guanajuato" (una de las primeras estructuras de este tipo). Este cambio conlleva la ambición de dirigir las actividades hacia todas las personas originarias del estado de Guanajuato, independientemente del municipio de origen. Para el grupo de migrantes, este momento corresponde a un interés no conocido hasta entonces por parte de las instituciones, en particular las autoridades consulares locales. Además, la adquisición de un extenso local, enteramente dedicado a las actividades del club, constituye una nueva forma de visibilidad, y permite el desarro­llo de nuevas actividades deportivas y culturales. La estructura toma también una nueva dimensión con la organización regular de encuentros entre la comunidad migrante y los distintos representantes de las autoridades locales y regionales del país de origen (presidentes municipales, gobernador, cónsul). Con base en estos cambios, la organización desarrolla el papel de interlocutor sobre distintas cuestio­nes relativas al hecho migratorio y a la integración de la comunidad mexicana en la región urbana de Dallas. De hecho, de manera regular, se solicita a los líderes de la organización su participación en reuniones de trabajo sobre cuestiones tales como las dificultades encontradas por los migrantes en sus retornos a México, las relacio­nes con el Consulado o la instauración de programas dirigidos a la población migrante.

Estos aspectos, colocan al grupo en un papel mucho más amplio en com­paración con sus inicios. La modificación de lo que está en juego, la amplitud de las esperas, así como la necesidad de seguir desarrollando actividades espe­cíficas, conducen hoy a los miembros del grupo a una implicación personal cada vez más fuerte y a elecciones cada vez más dificiles. De hecho, hoy día se plantean cuestiones respecto a los ejes de evolución de la estructura y a la aparición de líderes locales capaces de asumir los cargos correspondientes, prolongando así los esfuerzos de los miembros fundadores del club.

El segundo caso elegido aquí es sensiblemente diferente, aunque existen algu­nos elementos comunes. Se trata de un colectivo mucho más reciente f01mado por

239

LAURENT F ARET

migrantes originarios del centro del estado de Guanajuato e instalados desde la segunda mitad de los años ocheqta en el Valle de San Femando (al norte del condado de Los Angeles, en los suburbios de la ciudad). Esta iniciativa emana de personas originarias del mismo pueblo, el de San José de Mendoza en el municipio de Salamanca. Esta agrupación, de carácter infonnal, nace en el otoño de 2001 con una primera reunión en la casa de uno de los miembros fundadores. En un inicio, el círculo de los participantes fue muy limitado pero un propósito general claramente definido, se trataba de pensar la manera de involucrarse colectivamen­te para hacer frente a las dificultades encontradas por sus familiares y prójimo en el pueblo de origen. Como en el caso anterior, el comienzo de una iniciativa se basa mucho en los vínculos de inter-conocimiento del grupo y, más allá, en la supuesta capacidad de cada uno de los miembros participantes de movilizar más personas en su propio entorno. El origen rural de las familias implicadas y una cierta similitud en las experiencias migratorias son importantes en el sentido que comparten una visión común de las necesidades y prioridades. Según los líderes del grupo, una movilización eficiente debe basarse, precisamente, en una posición ampliamente compartida sobre las necesidades de la localidad de origen. Para los protagonistas, esto sólo parece posible debido a que el grupo es limitado y se facilita el alcance de un fuerte consenso sobre las modalidades de intervención.

A diferencia del ejemplo anterior, la organización de este colectivo de migrantes se hace, casi desde el inicio, bajo la fonna propuesta por la DACGE, esto es, con la constitución de una estructura de tipo "Casa Guanajuato". Aquí, vale la pena aquí mencionar el papel indirecto que juega la agencia gubernamental en la fase de inicio. Beneficiarse del apoyo del gobierno del estado de origen ( en términos de asesoría para la creación de una estructura adecuada, más que del punto de vista económico) aporta a la iniciativa local una cierta credibilidad, y da a los miembros participantes una motivación complementaria. Para el grupo, la búsqueda de reco­nocimiento y de legitimidad se convierte rápidamente en una dimensión central, en particular para ampliar la capacidad de movilización más allá del círculo del prójimo inmediato. Con este propósito, pronto, el grupo toma pronto conciencia de la necesidad de afirmar su independencia y de demostrar su desinterés, tanto econó­mico como político, a la colectividad local ( en San Femando y en San José de Mendoza) como en sus relaciones con el gobierno estatal.

La primera operación en que se comprometen los miembros del club resulta de una experiencia individual particular, pues se ponen de manifiesto carencias en la región de origen. Las deficiencias de la asistencia médica de emergencia incitan al grupo a comprometerse en el proyecto de adquisición, entrega y puesta

240

I MPLICARSE AQUÍ, CON U\ MIRADA HAC IA ALlÁ

en servicio de una ambulancia para el centro médico del pueblo de origen. Entre otras posibilidades de acción, este proyecto fue privilegiado por varias razones. La adquisición de la ambulancia, corresponde, antes que nada a una necesidad real definida como tal por la mayoría. Constituye también una acción de tamaño limitado, accesible a un grupo aún poco organizado como el de San Femando. Por último, se refiere a un ámbito ( el de la salud) en el cual toda la población local puede ser beneficiara. Desde un punto de vista simbólico, este último aspecto no es desdeñable pues permite al club alegar voluntad de acción para todos. Al respecto, cabe mencionar que este tipo de acción es muy significativa de los grupos de rnigrantes en los Estados Unidos, y también se encuentra presente en otros casos de clubes de guanajuatenses (por ejemplo, durante el mismo período, la "Casa Guanajuato" de Santa Ana) así como en clubes de otros estados. El proyecto de adquisición de ambulancia, se llevó a cabo durante la primera parte del año 2002, con recaudación de fondos de 6,890 dólares, reunidos a través de la participación de 182 personas residentes en los Estados Unidos. 11 Por su parte, las autoridades del estado de Guanajuato aportaron un apoyo a este proyecto, tomando bajo su cargo los trámites de importación del vehículo.

Es interesante observar la forma en que las familias originarias de San José de Mendoza se organizaron para lograr este objetivo. Por su tamaño, el club no podía pretender reunir la suma necesaria recurriendo solamente a los miembros activos de éste, por lo que se decidió pues pedir contribución a todas las familias conocidas instaladas en San Femando. Más allá de este grupo, también hubo iniciativas individuales de llamado a la participación a familias instaladas en otras regiones de los Estados Unidos, lo que permitió difundir la información sobre este proyecto comunitario y sobre la recaudación de fondos en curso. Así, se logró contar con la participación de migrantes instalados en otros lugares de California o de los estados vecinos (mapa 2). Por ejemplo, las familias originarias de San José de Mendoza instaladas en Salt Lake City se movilizaron de manera impor­tante. Lo más notablede este hecho es que se toma en cuenta a personas que no son miembros de la estructura asociativa y que no habían participado de ninguna manera en la definición del pwyecto. Este modelo de organización demuestra la existencia de varios "círculos" distintos alrededor del núcleo que constituye el club, y el éxito de los proyectos se debe en gran parte a la capacidad de movili­zación de los miembros al interior de est')S círculos.

11 A esta cantidad se sumaron después los gastos de funcionamiento de la ambulancia, en particular la remuneración del operador. A este respecto los líderes del grupo consideran que esta participación deberá durar hasta que la colectividad local sea capaz de asumir esta carga por sí misma.

241

LAURENT F ARET

Mapa 2. Ubicación de los participantes en el proyecto "Ambulancia 2002" impulsado por el Club Casa Guanajuato San Femando Valley-Salamanca

""'- ...... -...... ¡-----

{

1 1

' 1

' ' 1

'

' 1

/ 1 1

: ' ' 1

---1._ ----

1 ' 1 /

' 1

{ / ' '

\\\ / / , V Porterville \ /,

' ' 1 1 1 1 1

' ' 1

' 1 1

---r----------, 1

' ' 1 1

Salt l.ake City : 1 1

' 1 1

w ' / ' • \ /: asco \\ // ~----------

' 1 1

' 1

---+------

Número de donantes

: 10

. 2

/ ) Palmdale/ \ ,,,,

/ \ ' ' ' ' ' '1

Pasadena v,,

-----.. : ,

1

' t

¡' ----1 1

Phoenix

/ 1

' ' 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1

········-··• ... ··--............ ' .. , . .i ..... ·, .. ,_ -,

1 \ \

Guanajuato

o 300 Km

Fuente: Mesa directiva Casa Guanajuato San Femando Valley-Salamanca

242

I MP LICARSE AQUÍ, CON U\ MIRADA I IACIA ALLÁ

Durante el mismo año y a principios de 2003, la mesa directiva de la "Casa Guanajuato San Femando Valley - Salamanca" se dio a la tarea de realizar dos nuevos proyectos: ia rehabilitación de la iglesia del pueblo y la construcción de un nuevo pozo para la alimentación de agua potable a la localidad. Para el primer proyecto, el colectivo recaudó los fondos necesarios, mismos que se esperaba fueran complementados con el apoyo del estado y del municipio de origen, obte­niendo la suma global requerida para la renovación de este edificio histórico ( debe­ría reunirse alrededor de 60,000 dólares en el año). De manera paralela a esos dos proyectos, los miembros del club trabajan en el establecimiento de un programa de manifestaciones socioculturales y deportivas locales (torneo infantil, presentación de artistas mexicanos, festejo de las madres, posadas navideñas, etc.). Los objeti­vos de este programa son tanto para favorecer los vínculos entre las familias insta­ladas en el Valle de San Femando como para la recaudación de nuevos fondos para los proyectos en curso. A pesar del éxito manifiesto de los dos primeros años de trabajo, el carácter reciente de la movilización conduce, sin embargo, a los res­ponsables a actuar con prudencia. Factores como la gestión de las relaciones con las instituciones y los distintos grupos de protagonistas tradicionales en el pueblo requieren actuar con discernimiento y reflexión. Por otra parte, se debe de tomar en cuenta la importancia de la inversión en tiempo y en energía que estas activida­des representan, sobre todo cuando el núcleo de miembros activos es aún limitado.

Aquí o allá: aspiraciones y acciones

Los dos ejemplos elegidos aquí son bastante representativos de las estructuras desarrolladas por los migrantes, y se podrían observar puntos similares en las actividades de la mayoría de los grupos establecidos en otros lugares. Conviene aquí hacer algunas observaciones en cuanto a las orientaciones y alcance de las formas de actuación de esos clubes.

De manera constante, destaca una primera dimensión de las iniciativas, que incluso, en muchos casos, está al centro de las preocupaciones: la voluntad de actuar concretamente para el desarrollo de la comunidad de origen a través de proyectos específicos. Esta dimensión parece particularmente obvia en el se­gundo caso elegido aquí, de manera más afirmada desde el inicio y, en ciertos aspectos, más ambiciosa que en el primer caso. Más que en la fuerza del víncu­lo con el lugar de origen, la razón de esta diferencia se explica, sin duda, en la capacidad de movilización económica de los miembros de los clubes recientes, que hoy día, es indiscutiblemente superior de lo que era antes de los años ochenta. Dada la importancia que ha tomado este tema durante los últimos años, se

243

LAURENT F ARET

considera que dos dinámicas se han reforzado mutuamente: la de las aspiracio­nes propias de los migrantes (para una acción precisa, organizada y controlada a distancia) pero, también, las disposiciones de los actores institucionales en las regiones de origen. De manera progresiva, estos últimos han ido tomando con­ciencia del interés por crear condiciones, lo más favorable posible, para el re­fuerzo de los vínculos entre los migrantes y sus lugares de origen. Un ejemplo de esto es la actitud de las autoridades municipales (presidente, comité ejidal) que conocieron los dos clubes elegidos aquí. En el segundo caso, la importancia del proyecto que los migrantes se proponían desarrollar no escapó desde el primer momento a los actores locales, mientras que en el primer caso este reconocimiento llegó mucho más tarde. Así, los proyectos comunitarios reali­zados en los últimos años en plazos limitados y por parte de grupos aún débil­mente estructurados se deben conectar con esta doble coyuntura.

Desde el punto de vista individual, esta voluntad de actuar para el beneficio de la comunidad de origen tiene varias dimensiones. La toma de conciencia de las carencias en las comunidades rurales está, sin duda alguna, en la base de la movilización, tanto a nivel individual como comunitario. En esto, vale la pena señalar que la intensidad y la multiplicidad de los intercambios actuales entre los migrantes y el lugar de origen han contribuido, en cierta forma, a subrayar las necesidades del pueblo y las dificultades de los actores locales para responder a estas situaciones. De manera clara, para los migrantes instalados en los Estados Unidos el regreso anual al pueblo o la información continua proveniente de éste sirven como punto de arranque para el desarrollo de una conciencia progresiva acerca de la posibilidad y de la oportunidad de intervenir en asuntos comunitarios. Al mismo tiempo, en el discurso de miembros de clubes se puede también detec­tar un conjunto de motivaciones individuales de carácter simbólico: actuar para el pueblo de origen, es señalar su pertenencia a la comunidad ofreciendo su tiempo, su dinero y su energía para el avance de éste. El activismo es entonces un medio de hacer vivir de manera concreta su compromiso, de volverlo manifiesto o de reafirmarlo, para sí mismo como para su entorno. Además, pasar a ser protago­nista de proyectos como los sostenidos por los clubes puede leerse, en algunos casos, como la búsqueda de un nuevo estatuto dentro de la colectividad, elemento de un reconocimiento social que algunos juzgan mucho más accesible y valorizador en su comunidad de origen que en los lugares de su instalación en el extranjero.

En las actividades tradicionales de los clubes, las iniciativas dirigidas hacia la comunidad en su lugar de instalación constituyen un segundo eje de movilización. En el caso de los migrantes de Guanajuato, las situaciones son variadas pero

244

IMPLICARSE AQUÍ, CON LA MIRADA HACIA ALLÁ

consideramos que este tipo de preocupación se desarrolla a menudo más tarde, y que en algunos casos no forma explícitamente parte de las preocupaciones que dan origen a la agrupación. A este respecto, algunas personas en el entorno de los clubes, consideran que la acción de estas estructuras debería de orientarse de manera mucho más fuerte hacia la ayuda a los migrantes , en particular hacia la atención de las personas recién llegadas y que no disponen de las redes de relación necesarias para la instalación. 12 De hecho, pocos clubes han desarrolla­do acciones que aborden directamente la cuestión de las necesidades de primera instalación. Sobre estos aspectos, varios lideres comunitarios indicaron que esta dimensión nunca ha estado de manera permanente al centro de los debates que preceden la toma de decisión sobre las acciones a emprender. 13 Señalaron, ade­más, que en este ámbito, las lógicas familiares de ayuda mutua seguían siendo las más fuertes. Sin embargo, las movilizaciones para asistencia en condiciones es­pecíficas y urgentes siempre dan lugar a posibles actividades de recaudación.

Mientras tanto, el ejemplo de las actividades culturales y deportivas de larga duración que ha desarrollado la "Casa Guanajuato" de Dallas pone de manifies­to que la acción con destino a la comunidad en el lugar de instalación puede convertirse en un elemento significativo en la agenda de los clubes. La voluntad de producir formas de vínculo social entre los individuos y las familias se ve, entonces, como una de las razones de ser de la organización; a su vez, el club se valoriza a través de sus acciones de tipo sociocultural con alcance local. A menudo, esta orientación de los clubes, aparece como una respuesta al ámbito particular de la sociedad estadounidense, en el que destaca el predominio de lógicas de carácter individualista. En este sentido, la experiencia de un grupo como el de los guanajuatenses en la población rural de Guadalupe, en California, es significativa. Allí, el principal aspecto de la movilización fue allí la búsqueda

12 Es a este respecto que las críticas sobre los programas y las ayudas a la comunidad migrante diseñados por el gobierno estatal son las más frecuentes. El acento puesto sobre las actividades socioculturales es juzgado por algunos como poco, esto en comparación con otras necesidades consideradas como más urgentes: apoyo económico, legislativo o psicológico. 13 Esto no impide que el tema de las dificultades del recorrido migratorio y de la situación de los recién llegados forme parte, de manera constante, de las preocupaciones de los miembros de los clubes, sobre todo cuando se habla de proposiciones de ley en contra de los inmigrantes. Sin embargo, en muchos casos el movimiento de los clubes en estos temas queda limitado, como lo ha mostrado la movilización limitada en el largo plazo después del movimiento en contra de la proposición 187 en California (Zabin y Escala Rabadán, 1998: .24).

245

LAURENT F ARET

de mejores condiciones de alojamiento y de apoyo social para los migrantes en un contexto local donde el poder de negociación del campesino, con respecto a las compañías agrícolas y a las élites locales, era muy escaso. Desgraciada­mente, el hecho de que las actividades de este club casi desaparecieron con el retiro del promotor inicial y miembro principal del grupo, demuestra que la consolidación de tales movilizaciones es siempre incierta.

Dada esta situación, es claro que no siempre hay una división estrecha en las actividades de los clubes, sobre todo si se observa desde el punto de vista de los miembros de esos grupos. En el análisis, la disociación entre actividades orienta­das hacia el pueblo de origen y las actividades con destino a las familias inmigrantes, puede resultar algo artificial. Si, como lo hemos señalado, la prioridad en la elec­ción de las acciones va más a la primera dimensión, existen numerosos vínculos entre los dos tipos de movilización. Entre otros ejemplos, las actividades de re­caudación de fondos a menudo incorporan las dos lógicas: los eventos organiza­dos con este fin (como loterías, comidas, conciertos, garage sales, etc.) constitu­yen al mismo tiempo momentos propicios para el encuentro y el refuerzo de los vínculos comunitarios. Otro ejemplo del mismo hecho es la instauración de activi­dades deportivas destinadas a los niños de migrantes en los Estados Unidos que dio lugar, para un grupo de personas originarias de Ocampo, a la aparición de la voluntad de desarrollar también la práctica deportiva en el pueblo de origen. Al respecto, varios responsables de clubes subrayan que es precisamente la imbri­cación de actividades con objetivos distintos lo que ha permitido la evolución positiva de los colectivos de migrantes. Las primeras acciones, aunque limitadas, han permitido la instauración de una dinámica de auto-estímulo que ha producido el desencadenamiento de nuevas acciones, a veces en otros ámbitos distintos de áquel del trabajo inicial.

Consideraciones finales: impactos de la organización comunitaria

En términos de proceso, si no de resultado, la dinámica asociativa de los migrantes originarios del estado de Guanajuato parece finalmente bastante comparable a lo que se conoce acerca de la movilización de los migrantes de otras regiones mexicanas de emigración. Sin embargo, cabe insistir en que los niveles de orga­nización alcanzados por los clubes, como por las estructuras de federación, no alcanzan, hoy en día, los niveles que que podría sugerir la amplitud de la migra­ción desde Guanajuato. Si la actividad de algunos clubes persiste y está viva en la escala local, la tasa de participación de la población guanajuatense en estas estructuras sigue siendo bastante baja a nivel global, por lo menos cuando se le

246

I MPLICARSE AQUÍ, CON LA MIRADA HACIA ALLÁ

compara con otros estados de larga tradición migratoria. 14 Como se indicó en este artículo, la gran dispersión en los puntos de instalación en los Estados Unidos ha funcionado como un freno a los procesos de organización, en parti­cular a la aparición de una federación de colectivos de migrantes en las regio­nes de más intensa concentración. Independientemente de esto, los grupos guanajuatenses existentes son estructuras que, hoy día, merecen la atención, sobre todo por los impactos de diferentes alcances que se les pueda reconocer, de manera concomitante, en sus lugares de creación como en los lugares de origen, hacia donde -por lo general- se orientan sus acciones. Aquí, vale la pena proponer algunos elementos acerca del alcance de esos impactos.

Con las orientaciones específicas de los clubes de guanajuatenses arriba men­cionadas, no es sorprendente que, al final, la profundidad del impacto sea también diferenciado entre el contexto local de procedencia y el de instalación. En este aspecto, los efectos de la inversión en el lugar de origen parecen ganarle, sin duda alguna, al impacto en los Estados Unidos. Si lo vemos primero bajo el ángulo del contexto social estadounidense, las lógicas de impacto a escala local suelen quedar relativamente limitadas, sobre todo cuando los clubes siguen sien­do estructuras aisladas. La capacidad de negociación y de existencia política de los colectivos de migrantes con respecto a otros actores de la sociedad america­na es, por ejemplo, escasa; tal es así que el desarrollo de un papel de esa naturaleza requiere de una inscripción a mediano o largo plazo y una posición regularmente renegociada en el contexto local y estatal. Al respecto, por ser recientes y orientados hacia otras prioridades, la mayoría de los grupos guanajuatenses carecen de ambas dimensiones. Desde esta perspectiva, el prin­cipal impacto en el lugar de instalación se sitúa más bien en el nivel de la comu­nidad local migrante, y las lógicas de solidaridad, de compromiso comunitario y de organización social que dan, antes que todo, consistencia a la afirmación identitaria y cultural de sus propios actores. No cabe duda que la acción de estos grupos puede llegar a participar en la organización, a una u otra escala, de una fracción de la sociedad americana (sea a nivel de los mexicanos, de la población de origen mexicano o, más ampliamente aún, de los latinos). Pero en este proceso, los clubes sólo tienen un papel en calidad de "elementos básicos"; una verdadera representación de sus intereses y solicitudes tendría que pasar por el desarrollo de una fuerte estructura federativa.

14 Según los datos de 1998 de la Secretaría de Relaciones Exteriores, el número de clubes de guanajuatenses es tres veces menor que el de zacatecanos, dos veces menor que el de jaliscienses (citados en Rivera Salgado y Escala Rabadán, 2002).

247

LAURENT F ARET

En cambio, las actividades y las posiciones defendidas por los clubes de migrantes tienen un impacto más fuerte y más directo en México. A nivel de los pueblos de origen, en especial, la movilización de los grupos de oriundos en el extranjero se convierte en elemento de transformación fuerte de la dinámi­ca local. En el alcance de este proceso, influyen varios aspectos de diferente índole, en particular uno nos parece importante: el de la legitimidad y el de reconocimiento social que han logrado los clubes en el extranjeroen los últimos tiempos. De hecho, los miembros de los clubes comparten muy a menudo la característica de ser individuos que gozan de un reconocimiento manifesto en su lugar de origen, en el sentido de que su experiencia de migración a los Esta­dos Unidos está considerada como una forma de éxito personal. Esta posición se basa por supuesto en su situación económica ( caracterizada por un nivel de bienestar particularmente elevado en comparación con los criterios locales), pero también en el reconocimiento de distintos conocimientos y capacidades de superación que esos individuos adquirieron a través de la experiencia migratoria (más confianza personal, capacidad para entender un sistema sociocultural di­ferente, etc.). Esto es particularmente obvio si se toma el caso de los miembros influyentes de los clubes, quienes, como se ha señalado en otros casos (Zabin y Escala Rabadán, 1998), suelen ser individuos que lograron posiciones socio profesionales que demuestran sus capacidades para superarse y lograr metas.

Desde hace mucho tiempo, en las regiones de fuerte emigración, se ha des­tacado el papel de los migrantes como vectores de transformación a nivel indi­vidual y familiar (López, 1986; Alarcón, 1988). Cuando los migrantes organiza­dos se proponen actuar de manera colectiva, un proceso comparable se amplía a nivel comunitario y, esa dinámica de impacto, puede llegar a ser tan fuerte como la que afecta el nivel familiar, o hasta más profunda aún. Hoy en día, el hecho de que los clubes formulen proyectos de intervención en sus comunidades de origen y, sobre todo, que demuestren su capacidad para llevarlos a cabo es una dinámica cuyas repercusiones son numerosas, y todavía no suficientemente documenta­das. De hecho, si la posición de los migrantes frente al resto de la comunidad de origen les coloca en situación de protagonistas de fuerte influencia, se debe de analizar la forma en que los clubes ejercen esa influencia como una evolución particular, cuyas consecuencias son, en muchos casos, específicas.

El papel de los migrantes mexicanos en su comunidad de origen, que duran­te mucho tiempo había estado en el nivel de la esfera privada, parece inscribir­se, desde la intervención de los grupos y colectivos de migrantes, en el ámbito social amplio. En este sentido, las intervenciones de los grupos funcionan como

248

I MPLICARSE AQUÍ, CON LA MIRADA HACIA ALLÁ

resultados de procesos de concertación, de selección de las prioridades y de control de la realización efectiva que tienen sus propias lógicas. Cuando se trata de proyectos de desarrollo local, la acción de esos actores se suma al juego de los protagonistas más tradicionales, y modifican el campo de negocia­ción local y regional. En calidad de protagonista transnacional, la actuación de un grupo de migrantes está influida de manera profunda por al menos tres parámetros: el contexto de acción (a distancia del lugar donde se pretende intervenir); los referentes movilizados (una mezcla entre los del entorno de origen y de los del lugar de instalación, en particular en cuanto a los métodos de acción, de concertación y de evaluación) y una mirada particular hacia el lugar de origen (donde interfieren prioridades objetivas y aspiraciones más simbóli­cas o demostrativas, inspiradas de una cierta idea en las necesidades o, a ve­ces, en una visión nostálgica del lugar).

En este contexto, si los grupos de migrantes pueden llegar a ser nuevos actores del desarrollo local, su desempeño se encuentra en un marco parti­cularmente original. Las comunidades donde la tradición migratoria es fuerte se encuentran involucradas nuevamente en una dinámica producida por la migración internacional. Esto es, al acto migratorio en sí mismo, se agregan formas de movilidad múltiples, donde destaca el movimiento de los indivi­duos, de los proyectos y de los recursos, pero también el vaivén de las influencias, de los modos de actuar y de las aspiraciones.

Al respecto, conviene pensar que en este proceso influyen una serie de evoluciones importantes al nivel general. Factores como el aumento global de los intercambios, la urbanización y los efectos de los distintos progresos tecnológicos (en particular la puesta en relación y concordancia de los lugares por medio de diversos modos de comunicación) invitan a considerar bajo un nuevo ángulo las relaciones entre hechos de movilidad, dinámicas comunitarias y transformación local. Los procesos de construcción de grupos sociales basados en el modo de la red y en la pluri-localidad son aquí significativos. El análisis preciso de los impactos acerca de las actividades de los grupos de rnigrantes organizados merece ocupar, sin duda, un buen lugar en la agenda de trabajo en cuanto al tema migratorio y el desarrollo local en México.

249

LAURENT F ARET

Bibliografia

Alarcón, Rafael (1988), "El proceso de "norteñización": impacto de la migración internacional en Chavinda, Michoacán", en T. Calvo y G. López (coords.) (1988), Movimientos de población en el oc­cidente de México, México, CEMCA- El Colegio de Michoacán, pp. 337-357.

Beteille, Roger (1974), Les Aveyronnais. Essai géographique sur l'espace humain, Francia, tesis de doctorado de Estado, Université de Poitiers.

Catani, Maurizio (1993), "Entre oubli et souvenir. Une dimension européenne de l' associationnisme immigré", en Ethnologie Fran<;aise, vol XXIII, núm. 2, pp.215-226.

Collomb, Gérard (1980), "Nouveaux citadins ou ruraux érnigrés? Les amicales de Savoyards a Levallois-Perret", en Ethnologie Franr;aise, vol X, núm.2, pp. 185-190.

Díaz de Cossío, Roger, Graciela Orozco, Esther González ( 1997), Los mexicanos en Estados Unidos, México, SITESA.

Dirección de Atención a Comunidades Guanajuatenses en el Extranjero (2003), Programa Casas Guanajuato, documento de información general, abril.

Durand, Jorge (1996), Migrations mexicaines aux Etats-Unis, París, CNRS Editions.

----- (1992), "Guanajuato: tierra de migrantes", en CONAPO (ed.) (1992), Migración internacional en las fronteras norte y sur de Méxi­co, pp. 125-138.

Faret, Laurent (2003), Les territoires de la mobilité. Migration et communautés transnationalesentre le Mexique et les Etats­Unis, París, CNRS Editions.

250

IMPLICARSE AQUI, CON LA MIRADA I IAC IA Al LA

(1996), "Ocampo, Guanajuato, en un espacio migratorio transnacional", en Coloquio internacional sobre migración mex;­cana a Estados Unidos, Guanajuato, Guanajuato.

Goldring Luin (2002), "The Mexican State and Transmigrant Organizations: Negociating the Boundaries of Membership and Participation", en Latin American Research Review, vol. 37, núm. 3, pp. 55-99.

González Gutiérrez, Carlos (1995), "La organización de los inmigrantes mexicanos en LosAngeles: la lealtad de los oriundos", en Revista Mexicana de Política Exterior, núm. 46, pp. 59-1 O 1.

González, Laura ( 1996), "Las redes que construyen los trabajadores transnacionales, una perspectiva holística para el estudio de la migración internacional", en Coloquio internacional sobre mi­gración mexicana a Estados Unidos, Guanajuato, Guanajuato.

Gurak, Douglas y Fe Caces ( 1992), "Migration Networks and the Shaping of Migration Systems", en M. Kritz, Lim Lean y H. Zlotnik (eds.) (1992), Jnternational Migration Systems: A Global Approach, New York, Clarendon Press, pp. 150-176.

Honey, Rex y Stanley Okafor ( 1998), Hometown Associations. Jndigenous Knowledge and Development in Nigeria, London, Intermediate Technology Publications.

Instituto de Estadística, Geografía e Informática (2000), XII Censo Ge­neral de Población y Vivienda, 2000, en http://www.inegi.gob.mx.

Jones, Richard, Richard Harris y Avelardo Valdez (1984), "Occupational and Spatial Mobility of Undocumented Migrants from Dolores Hidalgo, Guanajuato", en R. Jones (ed.), Patterns of Undocumented Migration. Mexico and the U.S. , Rowman & Allanheld, New Jersey, pp. 159-181.

Levitt, Peggy (2000), "Migrants Participate Across Borders: Toward an Understanding of Formsand Consequences", en N. Foner, R. Rumbaut y S. Gold (eds.) (2000), Jmmigration Research for a New Century. Mutidisciplinary Perspectives, Nueva York, Russell Sage Foundation, pp. 459-479.

251

LAURENT f ARET

López, Gustavo (1986), La casa dividida. Un estudio de caso sobre la migración a Estados Unidos en un pueblo michoacano, Zamora, El Colegio de Michoacán.

Massey, Douglas, RafaelAlarcón, Jorge Durand y Humberto Gonz.ález (1987), Return to Aztlan. The Social Process of lnternational Migration from Western Mexico, Berkeley, University of California Press.

Neuman, Kristin y Marta Tienda (1994), ''Toe Settlement and Secondary Migration Patterns of Legalized Immigrants: Insights from Administrative Records", en Edrnonston, B. y J. S. Passel (eds.) (1994), lmmigration and Ethnicity. The lntegration of Americas Newest Arrivals, USA, Toe Urban Institute Press, pp. 187-226.

Poinard, Michel (1991), Les Portugais dans l'émigration: une géographie de l'absence, Francia, tesis de doctorado de Estado, Géographie, Université de Toulouse Le Mirail.

Rivera-Salgado, Gaspar (2000), "Transnational Political Strategies : The Case ofMexican Indigenous Migrants", en Foner, N., R. Rumbaut y S. Gold (eds.) (2000), Jmmigration Research for a New Century. Multidisciplinary Perspectives, New York, Russell Sage Foundation, pp. 134-156.

Rivera-Salgado, Gaspar y Luis Escala Rabadán (2002), "Identidad colec­tiva y estrategias organizativas entre migrantes mexicanos indíge­nas y mestizos", ponencia presentada en Indígenas mexicanos migrantes en Estados Unidos: construyendo puentes entre in­vestigadores y líderes comunitarios, Santa Cruz, UCSC, 11-12 octubre.

Simon, Gildas (1979), L'espace des travailleurs tunisiens en France. Structures et fonctionnement d'un champ migratoire international, Francia, tesis de doctorado de Estado, Université de Poitiers.

Zabin, Carol y Luis Escala (1998), "Mexican HometownAssociations and Mexican Immigrant Political Empowerment in Los Ange­les", Washington, D.C., The Aspen Institute, Nonprofit Research Fund, Working Paper Series.

252

La costumbre de participar: politización de las redes de migrantes y organizaciones de oaxaqueños en las Californias

M Laura Ve/asco Ortiz

Introducción

En la última década el campo de los estudios sobre migración internacional México­Estados Unidos registró una novedad temática con el interés de los estudiosos en las organizaciones de migrantes (Goldring, 2002; Alarcón, 2000; Lowel y De la Garza, 1999; y Zabin y Escala, 2002); lo cual derivó en la documentación de una gran varie­dad de organizaciones, especialmente de las asociaciones pro-pueblo, procedentes de diferentes estados de México en territorio estadounidense. 1 En este contexto el caso oaxaqueño ocupa un lugar particular, debido a la importante composición indígena de la migración que surge de ese estado sureño (Zabin y otros, 1992), así como por su aparente juventud en relación con otras corrientes migratorias.2 organizaciones de migrantes oaxaqueños más allá del territorio mexicano, con especial énfasis en los mixtecos. El trabajo fija su atención en una de las condiciones que hipotéticamente posibilita el surgimiento de tales organizaciones: la politización de las redes de migran tes (Ore llana, 1973; Hirabayashi, 1991 ). En las dos últi­mas décadas se ha registrado un número creciente de organizaciones que de una u otra forma guardan lazos con diferentes pueblos oaxaqueños y con nú­cleos residentes en la frontera noroeste de México y en Califomia3 y Oregon,

1 Según Espinosa (1999: v) en 1998 existían cerca de 500 asociaciones pro-pueblos de origen mexicano en los Estados Unidos. 2El tema de lo reciente de la migración oaxaqueña respecto de las otras corrientes del centro mexicano, no me parece muy claro. En mi propias investigación y las de otros autores (Rivera, 1999; Flores, 2000) la participación de los oaxaqueños y de las comunidades indígenas en el Programa de Braceros parece cada vez más contundente en los registros orales. Ello me ha hecho pensar que como académicos estamos limitados por las categorías de migrantes mestizos que ha dominado los registros estadísticos sobre población en México. 3 Es posible que la cada vez más comunmente llamada "Oaxacalifornia" no se agote en la California estadounidense, sino abarque el otro lado de la frontera con Baja California. Ver Kearneay (1991) y Rivera ( 1999).

253

M. LAURA V ELASCO ÜRTIZ

en los Estados Unidos. Este campo organizativo ha cobrado cierto grado de institucionalización más allá de la frontera nacional concomitante a la creación de instancias gubernamentales en el estado de Oaxaca dedicadas a atender las organi­zaciones de migrantes, así como al papel que éstas han ganado como receptoras de fondos internacionales en la promoción de desarrollo en los lugares de origen.4

¿Hasta qué punto este componente indígena se expresa en las fonnas organizativas de los migrantes fuera de sus territorios originales? Esta pregunta guía las siguientes páginas y es un tema de reflexión constante para el análisis del proceso de politización de las redes.

De acuerdo con la info1mación que se posee el universo de las organizacio­nes de oaxaqueños se extiende por todo territorio estadounidense, sin embargo para efectos analíticos este ensayo se concentra en las organizaciones en California y su especial conexión con las que existen en Baja California. En gran medida esta conexión se establece desde la base de las propias poblaciones migrantes que participan en mercados de trabajo agrícolas, turísticos y de ser­vicios en forma transnacional y transfronteriza.

El ensayo se basa en el trabajo de campo realizado durante 1994 y 1997, 5 en una primera etapa, y durante 2000-2001 en una segunda.6 La experiencia de organización de estos migrantes tiene un doble referente analítico. El primero es el marco estructurador de los mercados regionales de trabajo y las políticas de control migratorio del Estado. El segundo, es la actuación colectiva de los individuos con capacidad de transformar sus condiciones de vida y generar proyectos de identidad aún en condiciones de dispersión geográfica.

Aclaraciones conceptuales

Este trabajo define a las organizaciones de migrantes como colectivos que se integran voluntariamente para el logro de diferentes fines, teniendo como base de cohesión el criterio del paisanazgo local, étnico regional o étnico nacional

4 Como la Coordinación Estatal de Atención al Migrante Oaxaqueño, creada en 1999. 5 Al respecto, ver Velasco (2002). 6 Desde el año 2003 he iniciado la actualización de la base de datos sobre las organizaciones oaxaqueñas en la frontera mexicana y en los Estados Unidos, para lo cual utilizó como base el direct01io de la Coordinación Estatal de Atención al Migrante Oaxaqueño, del Gobierno de Oaxaca.

254

LA COSTUMBRE DE PARTIC IPAR

con diferentes grados de institucionalización. La etnicidad se define como el proce­so a través del cual los individuos y colectivos construyen su sentido de pertenencia y continuidad como resultado de una autoadscripción y heteroadscripción que se basa en la idea de ancestros y tradiciones culturales comunes (Roosens, 1994: 84). El presente trabajo analiza la emergencia de estas organizaciones teniendo presente los factores que han sido documentados en otros estudios de asociaciones de llllgrantes en América Latina, los Estados Unjdos y Europa, como son: 1) que los llllgrantes hayan experimentado previamente una fuerte tradición comunal, es decir que hayan participado de sistemas cooperativos cívico-religiosos con base en una identidad y una herencia étnica común, 2) la necesidad de politización de las redes y grupos informales antes de que los inmjgrantes estén listos para fusionarse en una asociación del pueblo formalmente organizada, y 3) que las asociaciones constitui­das en los sitios de residencia mantengan una vinculación con el sistema social y político del pueblo (Orellana, 1973; Hirabayasru, 1985: 580-581; Roossens, 1994; Rex y Mason, 1986; Rex, 1991 ).

En estas tres hipótesis es constante la idea de la continuidad de la vida co­munitaria y de sus estructuras organizativas; lo cual nos lleva a fijar la atención en la importancia de las tradiciones en torno a las formas de hacer política en los pueblos de origen (Rex, 1991 ). La politización de las redes de migrantes implica que en estas nuevas estructuras sociales se dirime la vida comunitaria con sus relaciones de poder. Para el caso de las organizaciones que adelante se describen, el proceso de politización de las redes no es un proceso que necesa­riamente anteceda a la formación de las organizaciones, sino algo que sucede en forma simultánea con la formación de las redes y la activación de los víncu­los parentales y comunitarios en pos de intereses colectivos en nuevas circuns­tancias producto de la migración. Lo que otros estudios han mostrado es que los migrantes poseen una socialización política en sus lugares de origen, que los dota de una cultura de participación comunitaria (Rex, 1991 ). En este caso tal participación comunitaria se organiza alrededor de la intensa vida ritual en los pueblos de origen: las tradiciones cívico-religiosas y el sistema de usos y cos­tumbres para elección de autoridades municipales. No obstante, también se ha encontrado que la migración fractura o pone a prueba las estructuras políticas preexistentes basadas en parentesco y en relaciones clientelares (Rex, 1991 : 68). En la medida que la migración introduce un reajuste en la estratificación del orden social de tales comunidades, las formas de hacer política también sufren una transformación; es común que los migrantes introduzcan nuevas formas de hacer política en sus comunidades de origen.

255

M. L AURA V ELASCO ÜRTIZ

Migración oaxaqueña a la frontera mexicana y a los Estados Unidos

A diferencia de los estados con mayor tradición migratoria a los Estados Uni­dos, el estado de Oaxaca posee un componente indígena muy importante, des­pués del estado de Yucatán, es el segundo estado con mayor población hablante de una lengua indígena en México. En su territorio existen 16 grupos indíge­nas, en cuyo contexto los mixtecos son el segundo grupo de mayor importan­cia. Sin duda, una de las corrientes migratorias más documentada ha sido la mixteca, junto con la zapo teca, cuyo origen se remite a los constantes desplaza­mientos entre subregiones a principios del siglo XX. Las migraciones desde la región Mixteca hacia Chiapas, Veracruz y los propios Valles Centrales de Oaxaca es un antecedente fundamental en la historia contempóranea de esta migración regional; sin embargo, lo que podría llamarse la migración masiva desde esta región, así como desde otras regiones del mismo estado, puede inscribirse en el proceso de industrialización y urbanización que experimentó América Latina a mediados del siglo XX y que <lió origen a las grandes migraciones campo­ciudad. A continuación se hace una presentación breve del curso de esta migra­ción contemporánea. 7

La primera puede ser ubicada entre 1940 y 1950, con una migración dominantemente masculina y famíliar vinculada a la zafra de caña y la cosecha del tabaco en Veracruz, y a la cosecha del café y la piña en los Valles Centrales de Oaxaca. Las fuentes orales documentan un patrón de contratación en grupo desde los lugares de origen y su traslado a los campos de cultivo con acuerdos ya esta­blecidos en tomo al salario, transporte y duración del contrato. El Programa de Braceros convirtió a algunos mixtecos en pioneros en el oficio de migrar, al reco­rrer grandes distancias. En este periodo la migración era altamente selectiva, con contactos directos con el patrón desde los pueblos de origen y con altos riesgos, ya que se viajaba con pequeños grupos de amigos o parientes. California aparece como un lugar conocido por esos pioneros. Al término del programa varios de estos emigrantes, al igual que muchos otros procedentes de otros estados, se res­guardaron en los puntos fronterizos del lado mexicano en espera de algún arreglo para regresar a trabajar a los campos californianos.

La segunda etapa va de 1951 a 1960, con la aparición de los viajes a las grandes ciudades como Oaxaca, Puebla y el Distrito Federal. Estos viajes fueron

7 Una versión menos desarrollada de esta periodización la presento en Velasco (2002: 57-59).

256

L A COSTUMBRE DE PARTIC!PAR

de gran importancia para la incorporación de las mujeres a la migración y al empleo como trabajadoras domésticas en los hogares de la clase media citadina. En este mismo periodo se inicia el auge de la mecanización agrícola en los esta­dos del noroeste del país y de la construcción en el Distrito Federal.

La experiencia migratoria de estos dos períodos se expresa en el terreno organizativo con la aparición de comités pro-pueblo en el D. F. y de organiza­ciones de jornaleros agrícolas donde participan estos migrantes en Veracruz. Por ejemplo, en 1946 se funda la unión teotonguense en el D. F. y en 1951 ya existía el Conjunto Teotonguense en Escamela, Veracruz. En 1954, los migrantes en el D. F. y Veracruz participan junto con residentes teotonguenses en la Coa­lición de Pueblos Mixtecos Oaxaqueños (Soriano, 2002: 104-106).

La tercera etapa comprende los años de 1961 a 1970, caracterizándose por una migración masiva de mixtecos al noroeste mexicano en consecuencia a la expansión de la agricultura intensiva en mano de obra. Es la época en que se consolida el vínculo de la economía agrícola del norte mexicano con el capital estadounidense. En forma paralela, ciudades tales como el Distrito Federal y las fronterizas como Tijuana y Ciudad Juárez experimentan un crecimiento ace­lerado, abriendo otras opciones ocupacionales para estos migrantes. En este periodo las mujeres viven la migración hacia el norte a través de sus familiares masculinos y comienzan a migrar como parte de un grupo familiar.

La cuarta etapa de 1971 a 1980, representa un periodo de articulación de rutas urbanas y rurales, así como nacionales con internacionales bajo una estrategia integral de migración para las familias de migrantes. Para entonces ya existen mercados de trabajo seguros en todo el corredor agrícola del noroeste, incluso al otro lado de la línea fronteriza en los Estados Unidos. En esta década se inicia la crisis agrícola en el sur de California y sucede el auge del sindicalismo de jorna­leros en el noroeste de México. En el año de 1978 se funda la Federación Inde­pendiente de Obreros Agrícolas y Campesinos de Sinaloa (FIOACS) que encabe­za muchas luchas agrícolas en la región.8 Se amplía la ruta migratoria hacia esta­dos como Washington, Oregon, Alaska, y también a Canadá. Las mujeres se han integrado a la ruta agrícola en grupos de familiares; aparecen los grandes asentamientos en el Distrito Federal y en Netzahualcóyotl, en Tijuana y Valle de San Quintín, en Baja California, y en Guadalajara, Jalisco.

8 Esta organización nacé bajo la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (CIOAC). Para una revisión del papel de esta organización en el movimiento de trabajadores agrícolas en la región veáse Posadas y García (1985).

257

M. LAURA VELASCO ÜRTIZ

La quinta etapa comprende la década de 1981 a 1990 y se define por el asentamiento de núcleos de residentes mixtecos tanto en la frontera mexicana como en la estadunidense. Los pobladores urbanos en la frontera mexicana movilizan demandas clásicas de servicios y regularización de terreno, así como la apertura de nuevos mercados de trabajo en el sector informal para los hom­bres en la construcción y la jardinería, y para las mujeres en el comercio ambu­lante orientado al turismo. Del lado estadounidense la Ley de Control y Regu­lación de Inmigración de 1986 desató un proceso de legalización que les permi­tió moverse a través de la frontera y llevar a la familia bajo los programas de reunificación familiar. En esta etapa se modifica el patrón de movilidad geo­gráfica dirigida a mantener vínculos de distinto orden con los lugares de origen. En esta década sucede un auge de organizaciones pro-pueblos, como el Comité Cívico Tlacotepense que se funda en 1984 con paisanos en el Distrito Federal, Sinaloa y residentes en San Miguel Tlacotepec; así como la formación de orga­nizaciones étnicas como el Comité Cívico Popular Mixteco en California.

La sexta comprende la década de 1991 a 2000, durante el cual se fortalecen los núcleos residenciales de indígenas oaxaqueños en el noroeste de la frontera de México y el suroeste de los Estados Unidos, especialmente en California y Oregon. 9 Surgen los primeros indicios de una generación de indígenas crecidos en suelo californiano y de familias que organizan su vida cotidiana bajo los sistemas de beneficencia estadounidense. En este periodo aparecen procesos de articulación transnacional entre las comunidades de origen y destino, que se expresan en formas institucionalizadas de apoyo a proyectos productivos, lega­lización de la residencia en los Estados Unidos y participación política de los migrantes en los pueblos de origen. Y a se visualizan fuertes redes de migran tes, así como diversas organizaciones sociales, que logran aglutinar comunidades y organizaciones; es el caso del FIOB, COCIO y RIIO.

En la década de los noventa las políticas de control de la frontera entre México y los Estados Unidos se endurecen. A través de una serie de operaciones a lo largo de la frontera se incrementa la infraestructura y el personal dedicada a la vigilancia fronteriza. Durante esta etapa aumenta el número de muertos como consecuencia del cruce fronterizo sin documentación legal. Una imagen ambigua de la frontera parece dominar el inicio del siglo XXI: una frontera porosa y flexible en términos

9 Existe un patrón de asentamiento que se diferencia etnicamente. Los mixtecos y triquis son más numerosos en las zonas agrícolas y los zapotecos en las zonas urbanas.

258

LA COST UMBRE DE PART ICIPAR

culturales, eoonómicos y g>ciales; a la vez que inflexible e infranqueable en térmi­nos políticos y administrativos. Esta ambigüedad define en gran medida el tipo de transnacionalismo posible para las comunidades de migrantes, el funcionamiento de sus redes, y el surgimiento de sus organizaciones.

Politización de las redes: cohesión y conflicto en las organizaciones de migrantes

Para el caso de las organizaciones de migrantes de origen oaxaqueño, el pri­mer aspecto a señalar es la gran diversidad de las organizaciones sujeto de nuestra reflexión hasta el año 2001. En este universo consideramos las aso­ciaciones pro pueblos, los comités residenciales, las organizaciones laborales y las organizaciones interpueblos e interétnicas ( cuadro 1 ).

Una ausencia constante en los estudios de las organizaciones de migrantes es la consideración de la importancia de las tradiciones políticas de los migrantes. En el caso de las oaxaqueñas, la diversidad de formas asociativas tiene como antecedente la intensa vida comunitaria de los pueblos indígenas mexicanos. La vida social y política de las comunidades indígenas oaxaqueñas tiene como eje las instituciones cívico religiosas como las mayordomías, cofradías y el tequio; así como el sistema de cargos cívico-religiosos. 10 El principio de funcionamiento de dichas institucio­nes es la reciprocidad y el servicio. La ancestral interiorización de estos valores, no implica la ausencia del conflicto en la reproducción de tales instituciones y la cohersión para cumplir con las normas que acompañan tales valores; el faccionalismo es una constante de la vida comunitaria en los pueblos de Oaxaca que corre a través de las relaciones de parentesco y es parte constante de la vida comunitaria. La salida de los pueblos no ha evitado que los migrantes mixtecos, zapotecos o triquis parti­cipen activamente en la vida política de la comunidad de origen, a la vez que creen nuevas formas de reciprocidad como rnigrantes en las ciudades o en los campos

10 Desde 1995 el sistema de Usos y Costumbres es reconocido como un método legal para la elección de autoridades municipales; el cual consiste básicamente en el reconocimiento de instancias y proce­dimientos de decisión que han sido usados por siglos para la toma de decisiones comunitarias en municipios indígenas, como es el caso de las asambleas comunitarias, la utiliz.ación del consenso y el papel de ciertas figuras de autoridad como los principales, ancianos o representantes del pueblo en esas decisiones colectivas. Lo que varios estudios han mostrado es la mezcla de prácticas políticas que este sistema posee en la práctica contemporánea de las mayoría de las localidades oax.aqueñas, donde se ha incorporado el uso de las casillas, el voto secreto y la implementación de planillas a ese sistema de Usos y Costumbres, Véase Leonel (2002).

259

M. LAURA VELASCO ÜRTIZ

agrícolas del norte mexicano o del suroeste estadunidense, y al mismo tiempo que reproduzcan los conflictos de sus comunidades de origen. 11

El activismo individual utiliza el circuito de las redes de migrantes, pero a la vez lo vitaliza y lo estructura en términos políticos. Una de las condiciones sociales que facilitan la formación de un grupo social es la proximidad de los agentes individua­les en el espacio social (Giménez, 1997:18). La red de migrantes crea un espacio social que va más allá, en términos geográficos, de los múltiples lugares de la mi­gración y territorio original permitiendo la proximidad de personas distantes geográficamente, pero vinculadas por intereses comunes. Sociológicamente las re­des de migrantes pueden ser vistas como prácticas sociales, que tras su repetición a través de las generaciones producen instituciones con diferentes estructuras de re­glas y recursos. La historicidad de tales instituciones es un factor importante para comprender el significado de su persistencia como de su ruptura. No se puede ase­gurar que todas las organizaciones de migrantes oaxaqueños tengan el mismo gra­do de institucionalización, pero tal vez sí sostener que para el caso oaxaqueño con­tienen las simientes de prácticas organizativas muy antiguas. 12 Cuando las redes funcionan como canales y como estructura de la acción colectiva, ocurre un proce­so de politización de la red donde se reproduce el orden social con sus jerarquías y asimetrías de poder. A la vez que las redes se politizan como canales de participa­ción alrededor de un fin explícito, donde actúan los líderes y activistas movilizando intereses y recursos bajo formas asociativas distintas.

11 En el distrito de Juxtlahuaca, de donde proviene un número importante de migrantes a la región fronteriza, se establece a nivel municipal que los migrantes no ocupen cargos durante su ausencia; sus servicios al pueblo tienen que ser pagados con una participación económica para beneficio de la comunidad. A su regreso, si no han cumplido con su servicio serán sancionados de distintas maneras como "ocupar algún cargo", "perder la confianza del pueblo", "se les llama la atención y se les da un cargo" o simplemente "se les castiga". Ver Catálogo Municipal de usos y Costumbres para renovar el ayuntamiento de Oaxaca. Tomo I Región Mixteca. Oaxaca., México. 12 Ver Florescano (1999); CIESAS-IEEE (1996).

260

LA COSTUMBRE DE PARTICIPAR

Cuadro 1. ~clemigrantesaixaqueña,enlafronterade Califumiay Ixtja Oilifomia (nl1)

Organizaciones/Lugar Componente étnico Base Social Tipo objetivos/ tipo de orientación

!)Frente Indígena Oaxaqueño Binadonal (FIOB) Mixteco, triqui Y zapoteco Comunidades, organiza- Articulación de acciones California, Baja California, Oaxaca. dones y activistas políticas a nivel

transnadonal

2) Coalición de Comunidades Indígenas Mlxtecos y zapotecos del Oaxaqueñas (COCIO). California y Oaxaca. Valle

3) Red Internacional Indígena Oaxaqueños Mixtecos Y zapotecos (RllO) California, Baja California y Oaxaca.

4) Organización Regional Oaxaqueña (ORO)/ Zapotecos Y mixtecos California y Oaxaca.

Comunidades y activistas Articulación de acciones

Organizaciones

políticas a nivel transnacional

Articulación de acciones políticas a nivel transnacional

Comunidades y activistas Reproducción cultural, asesoría legal, vínculo con pueblos de origen

5) Federación Oaxaqueña de Comunidades y Zapotecos, mixtecos y Comunidades y organiza- Articulación de acciones Organizaciones Indígenas de California chinantecos dones en territorio californiano (FOCOICA). Los Angeles, California.

6) Coalición Oaxaqueña Binacional (COBI) California y Oaxaca.

Mixtecos, zapotecos y triquis

Individuos, comunidades Condiciones de trabajo, y organizaciones educación, salud y cultu­

ra.

7) Asociación Cívica Benito Juárez (ACBJ) Mixtecos, zapotecos y Individuos Y comunidades California y Oaxaca, participan en RllO. triquis

8) Nueva Alianza Oaxaqueña (NAO) Mixtecos y dase trabaja- Individuos y comunidades dora

9) Mesa Directiva de Santa María nndú (Oregon- Mixtecos y zapotecos del Residentes en California California y Oaxaca). No participan de ningún valle. y en el pueblo otra organización.

Proyectos de desarrollo social en Oaxaca y Dere­chos laborales y de vivien­da en California.

Apoyo a paisanos para traslado de cuerpos a lu­gares de origen. Asisten­cia laboral

Proyectos para el pueblo como agua potable, dre­naje e infraestructura. En California sobre salud

10) Organización para la Ayuda de Zapotecos de la Sierra Individuos Y comunidades Actividades de conviven-Macuiltianguense Juárez de Oaxaca cla y organización de la (California). Ellos participan en ORO y FOCOICA. Guelaguetza.

11) Comunidad Tiacoluiense en Los Angeles Zapotecos de Tiacolula Paisanos de Tiacolula, Asesoría Legal a oaxaqueños y cualquier migrantes para proceso persona de otro estado de de residencia México.

261

M. LAURA VELASCO ÜRTIZ

Cont. Organizaciones/Lugar Componente étnioo

12)Unlón de Vendedores Ambulantes y Anexos Mixtecos Y mestizos carlos Salinas de Gortari (UVAMA CS). TIJuana, B. C.

13) Unión de Comerciantes "Benito Juárez" Mlxtecos y mestizos (UCBJ). TIJuana, B. C.

Base Social Tipo objetivos/ tipo de orientación

Vendedoras ambulantes Laboral (permisos, espa­cios de trabajo y abuso de autoridades policíacas).

Vendedoras ambulantes Laboral (permisos, espa­cios de trabajo y abuso de autoridades policíacas).

14) Movimiento Unificado de Jornaleros Indí- Mlxteco, zapoteco y mes- Trabajadores agrícolas y Terrenos, construcción de vivienda. genas (MUJI). San Quintín, B. C. tizos residentes

15) Organización del Pueblo Triqui (OPT) San Triquis Quintín

Atención a migrantes (Casa del Migrante).

Residentes y trabajadores Residencial y servicios agrícolas urbanos

16) Organización de Residente en la Colonia 13 Triquls, mlxtecos y Residentes de colonias Residencial y de servidos de Mayo, San Quintín, B. C. zapotecos populares urbanos

17) Frente Indígena de Lucha Triqul (FILT) Triquis Residentes y trabajadores Servidos y política comu-agrícolas nitaria.

18) Coordinadora de Comités con Jornaleros Triquls, mixtecos, Residentesdecolonlaspo- Residencial y de servicios urbanos. Laborales en torno a servicios médicos (Seguro Social).

Agrícolas y Migrantes Indígenas A. C. zapotecos y mestizos pulares San Quintín

19) Central Independiente de Obreros Agríco- Mixtecos, triquis y mesti- Trabajadores agrícolas y Residencial y de servicios las y campesinos (CIOAC). San Quintín, B. C. zos residentes urbanos

20) Movimiento Unificado de Lucha Indígena Triques Y mixtecos (MUU). Maneadero, B. C.

21) Unión de Alianza de Huixtepec (UAH). Mixtecos Maneadero, B. C.

Trabajadores agrícolas y BD/Local residentes

Comunidades Residencial, iotificadón y servicios urbanos

22) Organización del Pueblo Triqui (OPT)/San Triques, mixtecos y Trabajadores agrícolas y Residencial y servicios ur• Quintín, B. C. zapotecos comunidades banos

Fuente: Laura Velasco Ortiz, Proyecto 1. "Conciencia étnica y movilización indígena en la frontera México-Estados Unidos", y Proyecto 2. "Desde que tengo memoria: narrativas de identidad", El Colegio de la Frontera Norte, Tijuana, B.C.

262

LA COSTUMBRE DE PARTICIPAR

El cuadro anterior dista mucho de contener a todas las organizaciones oaxaqueñas vigentes en 2001 en Baja California y California. 13 Sin embargo, rios permite tener una apreciación de la heterogeneidad de formas asociativas que los migran tes mixtecos, zapotecos y triquis han construido hasta la fecha en esta región de frontera. En este universo de organizaciones coexiste una aso­ciación de personas en tomo a una actividad concreta y a una pertenencia local (las asociaciones, comités o mesas directivas pro-pueblos) junto con otra aso­ciación de colectivos con formas organizativos más complejas y pertenencias más incluyentes (coaliciones y frentes). Lo importante de ambas posibilidades es la capacidad o flexibilidad de estas formaciones sociales para adaptarse a necesidades distintas como puede ser una fiesta, el traslado de una persona muerta al pueblo o una protesta por las matrículas consulares. Esa flexibilidad para actuar colectivamente y luego aparentemente pasar a la inactividad, tiene un parecido con la dinámica de funcionamiento de las mayordomías y las co­fradías que movilizan periódicamente a un número determinado de miembros de la comunidad alrededor de un santo específico para luego, dar paso al reflujo comunitario, sin que ello implique la indiferencia, sino sólo el relevo de cargos comunitarios y responsabilidades. Así, se puede pasar de organizar la cofradía de San Miguel, y después a acciones en tomo a la defensa laboral y los dere­chos humanos como migrantes. El papel de es en la reproducción de la vida comunitaria fuera del pueblo de origen es fundamental no sólo en términos materiales sino también simbólicos.

Por esto último, nos detendremos brevemente en el papel de las organizacio­nes como activadoras de lo que Speck y Attneave (1990) llaman el proceso de "retribalización". Estos autores califican socialmente a la "tribu" como una red de redes, y consideran que confiere sentido a muchos individuos merced a un enca­denamiento de relaciones sociales que otorgan al colectivo identidad, así como la sensación de participar en una totalidad más amplia: la comunidad dispersa. En el proceso de retribalización la cohesión no es un antecedente, sino un resultado de la experiencia compartida, simbolizada por rituales muy específicos. Algunos ejemplos de rituales en California o Baja California, como la reproducción la fiesta de la Guelaguetza, los santos locales, la candela, los muertos o la elección de autoridades locales permiten precisamente tal cohesión.

13 La tarea de registro de ellas, siempre enfrentará su naturaleza emergente y procesual, por ejemplo, algunas de las organizaciones que registré en 1997 ya habían desaparecido o bien se habían fundido con otras en 2001 .

263

M. LAURA VELASCO ÜRTIZ

Una constante en la rememoración de los activistas mixtecos y triquis sobre la historia de la organización tanto en el pueblo de origen como en los lugares de migración son los persistentes conflictos entre facciones al interior del pueblo. Así parecen convivir los rituales que unen y la constante agrupación de facciones que disienten en algún aspecto de la organización comunitaria y que por lo tanto dividen. Esos son dos rostros de la vida comunitaria: la cohesión y el conflicto. Las unidades poblaciones, territoriales y políticas que llamamos pueblos poseen una historia de faccionalismo que refleja la existencia de una diferenciación so­cial interna expresada en términos políticos. Las fuentes orales de los migrantes oaxaquefios aluden constantemente a la diferenciación en los pueblos de origen entre indios y mestizos, entre los del centro y los del cerro; esas diferencias étnicas y espaciales se asocian a su vez a una diferenciación económica: la posesión de tierras y ganado, el control de la autoridad y el dominio del espacio público a través de la lengua oficial -el espafiol- y el control de los rituales de orden festi­vo.14 Estas ideas pueden ser ilustradas con el pasaje del relato de Rogelio Méndez sobre su experiencia de migración y participación en las organizaciones de paisa­nos. El contexto, es la narración de los eventos que llevaron a la formación del Comité Cívico Popular Tlacotepense en los afios ochenta por parte de paisanos en el D. F., en Sinaloa y en el mismo pueblo.

En 1981 fue la destitución del presidente municipal, síndico munici­pal y el secretario municipal. El secretario15 estuvo por más de cincuen­

ta años [ en el puesto]. Él era el que hacía y deshacía, porque en Oaxaca los secretarios son los que mangonean y todos ellos se van circulando el

puesto ... es como el PRI chiquito. Todos son del PRI, amigos, primos,

familiares, nomás se van renovando y no dejan el poder realmente al pueblo. Y es cuando se viene este movimiento, se vienen las amenazas de muerte y empieza todo un movimiento de represión, en el cual noso­tros hicimos un compromiso: los que tengan miedo mejor que se hagan

14 Según Pastor (1987) desde el siglo XVIl1 la jerarquía política en la Mixteca oaxaqueña se relacio­naba con el control de la tierra, la concentración del ganado y el control del comercio . Esa diferen­ciación económica se liga al control político y se expresa expresa en una diferenciación étnica donde emblemas indígenas como la lengua mixteca y los atributos fisicos son estigmatizados. 15 Existen algunas fuentes que sefíalan la importancia de los Secretarios en los cabildos munici­pales de dominio indígena, dada su habilidad de lecto-escritura y su dominio del español: Ricar­do Pozas (1984), Juan Pérez Jolote. Biografia de un tzotzil, México, FCE; y Claudio Lomnitz­Adler (1995). Las salidas del laberinto, México, Joaquin Mortiz.

264

L A COST UMBRE DE PART ICIPAR

a un lado porque este es un problema muy serio. Y San Miguel Tlacotepec ya había vivido una experiencia [parecida] , tal vez veinte o treinta años atrás, donde hubo un grupo de familia Morales contra familia Méndez que se fueron asesinando por venganza; uno una semana, luego otro otra semana, y así. Dicen que porque los Morales defendían -digamos­los intereses de la mayoría y los que estaban en el poder eran la minoría, que eran los Méndez. Pero viendo nosotros a las dos familias, más bien eran grupos de poder, no era el pueblo en sí. Dos familias de criollos y mestizos, el color los distinguía. Los indígenas estaban a un lado, a veces los usaban, pero nada más ( Rogelio Méndez, Tijuana, B. C. , 1997. "Vamos por la Tierra", 40 años).

Este pasaje nos permite distinguir una comunidad heterogénea étnica y políti­camente. 16 No es extraño entonces que esa diferenciación se reproduzca fuera de los lugares de origen, precisamente a través de las redes de migrantes y se exprese en faccionalismos. Dada la estrechez de las relaciones sociales en los pueblos de origen tampoco es extraño que tales conflictos corran a través de los lazos fami­liares y una vez fuera del pueblo se extiendan a través de los lazos de paisanazgo. Frecuentemente una diferencia entre líderes puede congregar a los familiares de cada uno y alcanzar incluso aquellos que están fuera del pueblo, o a la inversa, surgir en alguno de los lugares de migración y llegar a los pueblos de origen. Las disputas internas han sido una fuente constante de escisiones y del surgimiento de nuevas organizaciones. Sin embargo, como se apuntó antes la existencia de con­flictos no paraliza la vida organizativa, sino más bien parece dinamizarla creando situaciones constantes de reencuentro bajo nuevas coaliciones o frentes. El con­junto de las organizaciones contenidas en el cuadro 1, pueden ser vistas como una red de redes politizadas donde cobran especificidad las alianzas entre pueblos alrededor de una serie de necesidades que distinguen a las poblaciones migrantes en la región fronteriza México-Estados Unidos, como son las laborales, de dere­chos humanos, de residencia y educación e integración cultural; pero a la vez de inversión económica y participación en la política de los lugares de origen.

16 Como lo documenta Aguirre Beltrán ( 1957), los pueblos de la Mixteca Alta y Baja están fracciona­dos generalmente en dos porciones o calpules. Estos capules parecen una españolización del término calpulli indígena que se convirtió durante la colonia española en barrio. Esos viejos calpullis repre­sentaban linajes distintos por lo que poseían una organización propia, la cual parece que perduró aún durante la colonia. En San Miguel Tlacotepec, un pueblo mixteco del distrito de Juxtlahuaca, por ejemplo, todavía sobreviven cuatro barrios con su Principal -figura de autoridad- correspondiente.

265

M. LAURA VELASCO ÜRTIZ

Diversidad en las organizaciones de migrantes

En conjunto, las organizaciones enlistadas en el cuadro 1, constituyen fonnas asociativas que muestran un peñtl más diverso y versátil que las clásicas asocia­ciones pro pueblos, clubes y federaciones documentadas en la bibliografia sobre la migración interna e internacional hasta mediados de la década de los noventa en México. 17El marco geográfico que delimita este universo es la región fronteri­za situada entre California y Baja California y su conexión con la Mixteca oaxaqueña, en primera instancia, y con Oaxaca en general, en segunda instancia. Siguiendo lo postulado por Melucci ( 1991: 11 ), sobre la capacidad de premoni­ción de la acción colectiva al funcionar como un tennómetro de las tendencias sociales -los profetas del cambio social-, hay ciertos rasgos de las organizaciones que indican un proceso de diferenciación de la migración indígena, en términos de composición étnica, pautas de movilidad y nuevas tendencias de su identidad -por sus intereses y orientación vital-. La aparición de organizaciones triquis no es más que un reflejo precisamente de lo que los datos del censo del 2000 mues­tran para el estado de Baja California: el crecimiento de la población triqui como el segundo grupo indígena migrantes más importante en el estado después de los mixtecos (INEGI, 2000). También la aparición de organizaciones de residentes en el Valle de San Quintín, es consistente con los datos estadísticos que nos seña­lan un crecimiento de casi el 50% de la población viviendo en colonias en ese Valle y una disminución de la población viviendo en los campamentos agrícolas.

En el terreno de la politización de las redes de 1nigrantes, como puede obser­varse en el cuadro 1, este conjunto de organizaciones muestra algunas diferen­cias importantes en torno a: a) el tipo de vínculos sociales y políticos; b) su grado de transnacionalización y, c) su grado de institucionalización.

a) Vínculos sociales y vínculos políticos en las organizaciones

La supuesta relación entre las redes de migrantes y la emergencia de organiza­ciones sociales puede observarse en la historia de la constitución de estas orga-

17 En algunos casos tales asociaciones pro-pueblos coexisten en el seno de estas organizaciones (Orellana, 1973; Hirabayasbi, 1993), así como en los clubes de estados como Zacatecas, Micboacán y Jalisco (Golclring, 2002; Espinosa, 1999; Alarcón, 2000 y Lowel y De la Garza, 2000). Las asociaciones o clubes de migrantes pro-pueblos no son un fenómeno reciente, aun­que han sido documentadas muy recientemente. Según algunos autores en 1998 existían cerca de 500 asociaciones pro-pueblos de origen mexicano en los Estados Unidos (Espinosa, 1999:v).

266

LA COSTUMBRE DE PARTICIPAR

nizaciones. 18 El núcleo social de movilización original fue la solidaridad parental y de paisanazgo. Esta alianza funcionó en los espacios de trabajo y en la constitu­ción de las colonias de mixtecos, tanto en la frontera mexicana como en la estadunidense. El señalamiento de Wilson (1998: 397-398) en cuanto a que la constitución de redes sucede de inicio con base en la parentela -de la familia nuclear a la extensa, y posteriormente se amplía a los paisanos, amigos y parente­las políticas-, funciona también para el caso de la constitución de asociaciones pro pueblos. La politización de las redes sigue también esas mismas vías pero en ambos sentidos desde el espacio público al privado o viceversa. En las asociacio­nes pro pueblos participan el individuo, su familia y su comunidad, lo cual no necesariamente sucede en una organización residencial o laboral por ejemplo; sin embargo en un momento dado pueden movilizar a los parientes y paisanos en torno a una demanda residencial o laboral. Al revisar el conjunto de las organiza­ciones a la luz de sus vínculos sociales se pueden distinguir tres tipos:

Un primer tipo que corresponde a la asociación pro pueblo, comité pro obra del pueblo o mesa directiva; este núcleo básico de organización se define por la pertenencia a un pueblo y opera sobre la base de vínculos fuertes, de parentesco y paisanazgo. 19 La intercomunicación entre estos dos tipos de vínculos sólo es posi­ble comprenderla en el marco de la importancia que tiene la parentela indígena. Por ejemplo, en los pueblos de la mixteca es común encontrar que el apelativo de tío o tía se aplica para cualquier persona mayor del pueblo. Así, los lazos sanguí­neos se amplían a los miembros de la comunidad que míticamente descienden de los mismos ancestros; la fuerza de los vínculos parentales se fortalece a través de arreglos parentales como los padrinazgos, compadrazgos y comadrazgos.

El segundo tipo corresponde a la constitución de organizaciones interpueblos, donde operan vínculos como la pertenencia regional y el uso de la lengua mixteca. En la tipología de Wilson (1998) estos vínculos se califican como débiles, no obstante la distinta naturaleza de estos víncuJos con relación a los parentales, para el caso de migrantes indígenas habrá que reconocer la fuerza de la lengua y de la adscripción espacial -como región cuJtural- en la definición de la identidad étnica.

18 La "condición facilitadora" de las redes para la movilización ha sido reconocida por Melucci (1991 ), quien considera que no existe posibilidad de movimiento social sin que preceda la existencia de una configuración de redes sociales que le den sentido. 19 La distinción de vínculos fuertes y débiles en las redes de migrantes es tomada de Wilson ( 1998).

267

M. LAURA VELASCO ÜRTIZ

Posiblemente este vínculo estaría representado en la metáfora de "raz.a" que aparece constantemente en el discurso de los activistas y lideres de estas organizaciones.

El tercer tipo constituido por organizaciones interpueblos e interétnicas en el marco del estado de Oaxaca, como coaliciones, federaciones y frentes. Los vínculos que operan en este momento son de orden étnico nacional, porque se construyen alrededor de la categoría indígena migrante internacional, lo cual sólo cobra sentido bajo la representación de la comunidad nacional mexicana y el cruce de la frontera nacional. El siguiente esquema puede servir de ejemplo de la coexistencia de estos diferentes tipos de vínculos, así como de su transfor­mación a lo largo del tiempo. 20

Esquema 1. La trayectoria organizativa del FIOB21

MIGRANTES Y RESIDENTES Migrantes de San Miguel Tlacotepec en Sinaloa, D. F. y Oaxaca Residentes en San Miguel Tlacotepec

COMITES PRO-PUEBLOS San Miguel Tlacotepec Macuiltianguis San Miguel Cuevas

ORGANIZACIONES ACBJ OPEO ORO CCPM

ORGANIZAQONES OPT MIUU CCPM OPEO ORO (Fracc.)

CIOAC, MUJI, UVAMCS

2002

1985

1986

1991

Comité Cívico Popular Tlacotepense (CCPT) * Distrito Federal

J. CAJA UNIDAD DEMOCRATICA

Comité Cívico Popular Mixteco (CCPM) * california

Frente lndígena Mixteco­Zapoteco Binaclonal (FM-ZB) * Los Angeles,califomia

j 2001 El FIOB participa en la Federación Oaxaqueña de Comunidades y Organizaciones Indígenas de california (FOCOJCA) * Los Angeles, cal ifomia

FIOB Reestructuración y revisión de principios Tijuana, B.C.

j Comltes pro-pueblos y organizaciones que integran FOCOJCA: Asocloaciones pro-pueblos (19)

• Lugar de fundación

FIOB, RIIO, Nueva Alianza Oaxaqueña COCIO y Unión de Comunidades Serranas

20 Una versión más temprana de este esquema es descrito y analizado con detalle en Velasco (2002). 21 La definición de las siglas se puede consultar al final de este documento.

268

LA COSTUMBRE DE PARTICIPAR

El caso del FIOB (ver esquema 1 "La trayectoria organizativa del FIOB"), nos permite ejemplificar el dinamismo de estas organizaciones y la compleji­dad del campo organizativo en el que se inscriben sus acciones; en ese espacio conviven asociaciones pro pueblos, organizaciones interpueblos y organizacio­nes interétnicas, alimentándose de la participación intermitente de individuos que reconocen intereses comunes y fines compartidos. Por ello, actualmente es posible observar una gran diversidad de organizaciones que operan simultánea­mente en un campo político, no siempre comprensible para todas ellas.

Como se observa en el esquema anterior, dos de las organizaciones base del Frente Indígena Oaxaqueño Binacional fueron la Organización del Pueblo Opri­mido y Explotado y el Comité Cívico Popular Mixteco; ambas se formaron por el impulso de activistas procedentes de San Miguel Cuevas, para la primera, y de San Miguel Tlacotepec, para la segunda, en el distrito de Juxtlahuaca. Esta alian­za comunitaria funcionó también en el origen de la Asociación Cívica Benito Juárez, fundada por migrantes procedentes de San Juan Mixtepec, también del distrito de Juxtlahuaca. Ello se repite en la historia de la constitución de las orga­nizaciones de vendedoras ambulantes, que se inicia con un núcleo de mujeres procedentes en su mayoría de San Jerónimo del Progreso y de San Francisco Higos, pueblos ambos del distrito de Silacayoapan y posteriormente se abre hacia las migrantes mixtecas y mestizas residentes en diferentes colonias populares de Tijuana. Sin embargo, me parece importante destacar que del lado estadunidense es más evidente esa asociación entre pueblos y organizaciones que del lado mexi­cano. En el lado mexicano, si bien dentro de las colonias o de los campamentos se mantienen formas de solidaridad comunitaria alrededor de la pertenencia al pue­blo, expresadas en colectas para enviar dinero al pueblo o para festejos de los santorales, estas formas no son trasladadas con tanta claridad al espacio de la organización. Por ejemplo, las organizaciones de vendedoras ambulantes y el Comité de Planeación de Tijuana trabajan en el campo laboral y en el desarrollo comunitario, respectivamente, dejando en manos de las autoridades tradicionales la reproducción del vinculo con el lugar de origen, ya sea en forma directa o simbólica. La línea de demarcación hacia el exterior de estas organizaciones, "los otros", se da más inmediatamente como mixtecos o indígenas.

En general, del lado mexicano el agrupamiento por pueblos se relaciona más con patrones de asentamientos urbanos y agrícolas que con el objetivo de las orga­nizaciones. En la definición actual, las organizaciones del Valle de San Quintín o de la ciudad de Tijuana funcionan más por el componente étnico. En el primero está la Central Independiente Obrera Agrícola y Campesina, cuya mayoría es mixteca, o la

269

M. LAURA V ELASCO ÜRTIZ

Organ.i:zación del Pueblo Triqui y el Frente de Lucha Triqui, que como sus nombres lo indican agrupan a la población Triqui del valle.22 En el segundo, en Tijuana hay tres organizaciones de residentes y tres de comerciantes indígenas asociadas al tu­rismo, donde sobresalen los mixtecos de Oaxaca y Guerrero. En general, el lado mexicano de la frontera las diferentes organizaciones expresan más un componente de clase popular y étnico que de pertenencia a un mismo pueblo.

b) Transnacionalismo y vínculos con la comunidad de origen

Otra forma de distinguir a estas organizaciones es su grado de transnacionalismo, entendiendo por ello la incorporación de recursos e intereses de territorios na­cionales distintos. En general el transnacionalismo se estudia desde la perspec­tiva de los núcleos de migrantes asentados en los Estados Unidos, con menor atención al efecto transnacional en los pueblos de origen o los núcleos de resi­dentes en lugares intermedios de la ruta migratoria. En el cuadro 1, se incluyen organizaciones que se distinguen por su vinculación orgánica con los lugares de origen, así corno organizaciones en territorio mexicano con vínculos con núcleos de migrantes en los Estados Unidos, como podría ser el Frente de Lu­cha Triqui o Alianza Huitepec. Por vinculación orgánica me refiero a que se plantean explícitamente la ayuda y participación de sus comunidades de origen desde los nuevos territorios o bien a la inversa. Este objetivo lo realizan em­pleando estrategias organizativas muy distintas; las más claras son las de la Asociación Cívica Benito Juárez y la del Frente Indígena Oaxaqueño Binacional, que crearon instancias organizativas en el territorio original y en territorios migrantes. Así como en las redes de migrantes convergen esos múltiples intere­ses y recursos, también en las organizaciones es posible observar esa lógica bifocal o multifocal en intereses y recursos. RIIO y FIOB son una muestra de ellos al integrar intereses y recursos de Oaxaca, Baja California y California.

Este tipo extremo de la lucha transnacionalizada puede observarse en el relato de Sergio Méndez, activista del Frente Indígena Oaxaqueño Binacional, cuando menciona cómo después de un periodo de efervescencia política y de

22 Ambas organizaciones surgieron en el proceso de residencia o asentamiento de migrantes triquis que se trasladaron desde los campamentos a las colonias. En ambos casos, las colo­nias fueron bautizadas en memoria de sus lugares de origen: Nueva Región Triqui y Nuevo San Juan Copala, respectivamente.

270

LA COSTUMBRE DE PARTICIPAR

intentos por construir frentes de lucha interétnicos de oaxaqueños en California, en los años ochenta, se vislumbra la necesidad de mirar hacia el sur.

A mí me tocó hacer trabajo en la Mixteca, que antes no teníamos las bases, no teníamos las raíces decimos nosotros éramos una planta que no tenía pies, porque aquí estábamos muy fuertes [la frontera norte] pero allá no teníamos nada. Entonces el viaje que hice a la Mixteca facilitó la organización de más pueblos donde realmente por varias oca­siones me tocó la mala suerte o no sé qué, de siempre estar al frente, como coordinador hasta que por fin llegué a ser coordinador regional y estoy hablando de 30 comunidades de tres distritos judiciales. (Sergio Méndez, FIOB, Tijuana, B. C., 1996.)

También es el caso de la Asociación Cívica Benito Juárez, cuyo proceso de formación de la organización y el proceso de transnacionalización de la lucha, lo describe Moisés Cruz en la misma década.

Entonces [cada paisano] cooperó alrededor de 350 dólares en total. Es lo que había llevado a Mixtepec. Y ya me despedí de los compañe­ros, quedamos que la misma lucha que hicieran en los Estados Unidos es la misma lucha que se iba a hacer en Mixtepec. Porque nosotros ini­ciamos en los Estados Unidos nuestra lucha, a organizar. Y vamos a necesitar el apoyo de ellos para organizar en Mixtepec. Y ellos iban a hacer lo mismo en Mixtepec, es lo mismo. Tba a ser la misma lucha. Es una situación que está muy relacionada uno al otro porque nosotros de­cimos a la gente que va a ir a los Estados Unidos: "vayan a la asociación y apoyen". Y así se va contagiando un poquito. Pero ya hay más comu­nicación. (Moisés Cruz, en Besserer, 1988: 232).

El otro tipo extremo, sin orientación transnacional, está representado por agrupaciones tales como las asociaciones de vendedoras ambulantes en Tijuana, con una orientación local en los lugares de llegada, o por la Central Indepen­diente de Obreros Agrícolas y Campesinos, y la Organización del Pueblo Triqui, sin un planteamiento organizativo para los lugares de origen o para sus comuni­dades "satélites hermanas" en los Estados Unidos. En este tipo de organizacio­nes la relación con el lugar de origen, cobra mayor fuerza en términos simbóli­cos y no tanto en términos prácticos; tal vez la orientación local sea un momen­to en el proceso de residencia de las poblaciones de migrantes y el tipo de organizaciones que desarrollan para enfrentar tal proceso.

271

M. LAURA V ELASCO ÜRTIZ

Ello puede observarse en la actual CIOAC, que surgió como una organi­zación sindical y ahora se orienta más a problemas de los nuevos residentes en el Valle de San Quintín.

Pudiéramos considerarnos como residentes aun después de 6 meses de residir en un lugar, pero nosotros no estamos hablando de 2 años, sino de 20 años. Claro que somos producto de la migración; yo soy migrante, pero un migrante residente, como mucha gente que llegamos desde 1975 y 1978, cabe mencionar que ya no somos gente que va y viene, sino que nos hemos establecido. Pero al respecto del gobierno de Baja California en su plan del Valle de San Quintin no nos contempló en lo que fue el sexenio pasado como migrantes y como residentes porque no nos toma­ron en cuenta, participó un licenciado que no tenía nada que ver con noso­tros, pero en este año pasado que nos convocaron, toca la casualidad de que me toca a mí y yo se los planteo ahí e incluso mi planteamiento es que se cree un sector no sólo migrante sino indígena, porque sí somos migrantes pero tenemos una cuestión más fuerte que es ser indígena. Así que es posible que el próximo sexenio nos tomen en cuenta como sector migrante indígena (José Rojas, CIOAC, Valle de San Quintín, B. C., 1996).

No obstante estas organizaciones, de orientación local, participan de cierto gra­do de transnacionalismo, debido a que aún cuando no se propongan influir en los lugares donde están asentados sus paisanos en los Estados Unidos, si logran inte­grar recursos económicos y políticos que provienen de esos territorios; también pueden experimentar cierto grado de transnacionalismo por participar aunque sea coyunturalmente en organizaciones más amplias y claramente transnacionales. Es lo que sucede con el Movimiento Unificado de Jornaleros Agrícolas en San Quintín, Baja California, incorporado al Frente Indígena Oaxaqueño Binacional, o la Orga­nización para la Ayuda del Macuiltianguense, integrada a ORO y FOCOICA.

Finalmente, es necesario reconocer la promoción que realiza el gobierno del estado de Oaxaca para el fortalecimiento del vínculo con los pueblos, la región y el estado de origen. Las giras de los gobernadores oaxaqueños en las últimas dos décadas han promovido el fortalecimiento de los lazos de estas organizaciones con sus pueblos de origen, sobre todo vía la inversión de fondos en proyectos de desarrollo local o regional. En la constitución de los frentes o coaliciones de organizaciones de migrantes oaxaqueños ha habido una mayor intervención gubernamental de la que aparece formal-

272

LA COSTUMBRE DE PARTICIPAR

mente. En especial a través del reconocimiento que el gobierno hace de las organizaciones como interlocutores sociales y políticos. 23

e) Multiplicidad de intereses e institucionalización organizativa

Una característica común en el conjunto de organizaciones descritas es su bajo nivel de estructuración formal. En general, se trata de organizaciones que pue­den caracterizarse hasta este momento por su carácter de emergentes, quizá con la excepción del FIOB, COCIO y la ACBJ. A lo largo de dos décadas, numero­sas organizaciones han aparecido, desaparecido y se han fusionado a tanta ve­locidad que a veces sólo son rastreables mediante el seguimiento de los activis­tas o líderes de esas mismas organizaciones, o por documentos escritos por parte de académicos sobre el tema. El rastreo de documentos y construcción de relatos biográficos de lo que va delineándose como un movimiento social me llevó a la recopilación de varios documentos escritos, producto de las organiza­ciones. Del conjunto sólo dos de ellas poseen un boletín informativo: El Tequio: la Voz Binacional de los Oaxaqueños (FIOB) y Alma Oaxaqueña (COCIO). Así mismo, el FIOB cuenta con un sitio de Internet24 y oficinas en ambos lados de la frontera (California, Baja California y Oaxaca), y al igual que COCIO poseen un documento de principios y de un reglamento interno.

El bajo nivel de institucionalización que domina el escenario organizativo es en parte explicable por la alta movilidad geográfica de sus integrantes; sin embargo ese rasgo tan valorado en el mercado agrícola internacional (movilidad), a la vez facilita la flexibilidad organizativa y la propagación de intereses en forma veloz a través del territorio. 25 Pero ello sólo es posible cuando existe la capacidad organizativa como una cualidad individual y colectiva. Es decir cuando un conjunto de indivi­duos dispersos poseen el repertorio de prácticas necesarias como para articular con cierta facilidad una organización en tales condiciones de dispersión.

La importancia de la tradición de participación comunitaria en los nuevos procesos de participación asociados a las necesidades como migrantes es bien

23 En 1999 fue creada la Coordinación Estatal de Atención al Migrante Oaxaqueño como una dependencia del estado de Oaxaca; el cual cuenta con un Departamento encargado de la vincu­lación con las organizaciones (Ruíz, 2002). 24 Dirección de página en Internet: http://www.laneta.apc.org/fiob/ 25 Este doble consecuencia de la movilidad geográfica sobre la capacidad organizativa se puede revisar en la experiencia de las luchas agrícolas de los setenta en Sinaloa.

273

M. LAURA VELASCO ÜRTIZ

ilustrada por el pasaje que nos describe Florencia Hernández, quien es Presi­dente de la Colonia 13 de mayo en San Quintín, Baja California.26

En mi pueblo hay una costumbre ... cada persona tiene que dar ser­vicio a la comunidad. [Esa persona] tiene el don de invitar a la comuni­dad a participar a cualquier obra o la elección para ser el presidente. "Esto vamos a hacer, esto vamos a solicitar al gobierno, esto lo vamos a hacer así". Y todo eso por medio de las reuniones, sí por medio de las reuniones. Lo mismo se hace aquí [en Baja California], nada más que como las personas son de diferentes estados [de México] ... Muchos están acostumbrados a que en sus pueblos el gobierno los mantenía ... el gobierno hacía todo lo que ellos necesitaban; entonces a ellos no les gusta participar ... En cambio nosotros, los que somos de origen oaxaqueño, sí participamos, siempre hemos tenido que participar... sí participamos con la mano de obra, así solidaridad27 hizo la cancha y se hicieron otras cosas. Por eso se llama solidaridad, porque nos reunimos nosotros [los oaxaqueños] y algunos de otro estado se arrimaron ... En eso somos distintos, en la actividad, o sea, el trabajo de ellos, sus cos­tumbres en solidaridad. Por ejemplo, aquí si yo invito a mi gente y les digo "yo voy a colar mi casa". Toda mi gente, no me cobra, sino que vienen con apoyo. Si vamos suponiendo, voy a gastar lo que es el dinero del material y un poco de comida. Pero ellos ya traen su bebida, partici­pan con su bebida, t. 1a reja de refrescos, un cartón de cerveza, ellos tienen el don de dar. Y aparte lo que nos van a echar la mano [la ayuda]. Esa es la costumbre de nosotros en el estado de Oaxaca. Por ejemplo, si ellos van a hacer colado, yo también voy a participar con ellos. Esa es la costumbre de allá. Y acá la costumbre de otra persona es pagar, por no convivir con los demás porque haces más gasto. Sí, es cierto, se hace un poquito más gasto, pero como le digo, es para convivir con nuestra gen­te. [Aunque] siempre se gasta más, porque vamos suponiendo, si usted es alegre - no sé a lo mejor puede meter hasta música, ¿no? Pero si usted no quiere hacer nada, vamos diciendo nomás vamos a terminar la loza y

26 Entrevista realizada en San Quintín, B. C., 2001. Presidente de la Colonia 13 de Mayo. El es originario de Tinuma de Zaragoza, Silacayoapan, tiene 59 años. 27 Es posible que se refiera al programa de Solidaridad que funcionó durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari (1989-1994), y que funcionó en el Valle de San Quintín a través del Programa de Jornaleros Agrícolas y que funcionaba con mano de obra de los habitantes de las colonias populares.

274

L A COST UMBRE DE PARTIC IPAR

un taquito. Pero se hace feo porque aquella persona trae sus sodas, su refresco, su cerveza. Y trae eso y vamos a tomarlo, vamos a estar un rato. Vamos a decir, no emborrachamos, pero siempre hay que estar un rato platicando con la gente. Esa es la costumbre oaxaqueña .. . Así, es más fácil. Porqué se reúne más, o sea, que hay más participación. Y otro, como

le digo, la persona de otro estado no puede conseguir o no logra lo que quiere. ¿Por qué? porque no tiene organización. No organiza pues, cada quien vive como puede. Ahí es donde nosotros vemos que si esa persona no se mueve, no hace, no organiza a su gente, no pide, pos nunca tendrá, nunca tendrá nada.

Por ejemplo, vamos suponiendo esta colonia, yo hago un bien, yo meto mi oficio al gobierno y a todos lados. Si se logra para el bienestar de la colonia, pues hay bienestar de la colonia. Cuando solicitamos vi­vienda, solicitamos cosas que hacían falta aquí. Fue gracias al gobierno, pero nosotros, las personas que recibimos la ayuda del gobierno pues le dimos la mitad. Vamos a decir, la mano de obra. Ellos dieron su mano de obra y el gobierno dio el material. Así se trabajó aquí. Por eso es lo que le digo que la mjsma gente participa, la mitad tu y la mitad el go­bierno. Yo sí, como le digo, yo siempre me ha gustado apoyar. Yo estuve en el grupo de campesina independientes, se llama Central Cam­pesina Independiente. Yo estuve aW, apoye mucha gente. Pero después me fui como le digo, a otro lugar, y así poquito a poquito me fui arri­mando a mi pueblo ... Cuando regresé a mi pueblo [Tinuma de Zarago­za] , me nombraron como representante. De ahí la familia es muy unida. Mientras usted tiene su cerebro y dice: "¿sabe qué? yo tengo esta expe­riencia y vamos a ver que vamos a hacer como pueblo, qué es lo que va hacer el pueblo". Pues lo que se hizo, yo comencé a decir a mi gente: "¿sabe qué?, allá esta saliendo el agua, vamos a ir a traerla, vamos a hacer almacenamiento, vamos a hacer esto o el otro. Y al rato ustedes van a tener riego, van a tener aunque sea verdura". Y así, hice como tres tanques. Tres tanques grandes . Y eso es la obra del pueblo, no del go­bierno, ni nada. Y es que yo he andado por muchos lugares ...

Mi papá fue sobre estante de una mina norteamericana que estaba en el Sur. Y mi papá, según cuenta mi mamá, hablaba español. Y ahí estuvo trabajando ... Bueno, nosotros no, éramos muy caídos, vamos a decir. Tenía­mos terrenito, teníamos ganado .. . Todavía yo llegué ver los animales. Pero ya que cayó él, pues ya no pudimos hacer nada, pues estábamos chicos. Ya

275

M . LAURA VELASCO ÜRTIZ

no pudimos hacer nada pues la riqueza se fue ahí. Pero todavía está el terre­no, pero ya es monte. ¡ Ya qué! Ya crecieron los árboles, luego ya las perso­nas que están en el pueblo, los abandonaron. Y a se hizo bosque ...

Sí, me gusta escuchar a la gente, me gusta arrimarme y ver qué es lo que hacen. En ese tiempo, cuando estuve en el CIOAC, en ese tiempo no había mucha gente que hablara el español, pues yo era intérprete. Y o me arrimaba ayudando en el correo, en el telégrafo. Yo hacía su giro y ponía su dinero, y vámonos para atrás. Y o participé mucho con mi gente; ahorita ya me dejaron, porque ya hay mucha gente preparada, pero en ese tiempo no había nadie (Florencio Hemández, Presidente de la Colonia 13 de Mayo, San Quintín, B. C., 2001).

El conjunto de relatos biográficos de líderes o activistas de estas organizacio­nes, una diversidad de documentos internos y la bibliografla sobre el tema coinci­den en la apreciación de que la organización no nació en la frontera; la experien­cia de organización comunitaria, la vida urbana en el Distrito Federal, la expe­riencia de luchas agrícolas en el noroeste y finalmente su experiencia como rnigrantes mexicanos de origen indígena en los Estados Unidos formaron un bagaje de experiencia y conocimiento que dio en parte como resultado el univer­so de organizaciones que aparecen en el cuadro 1. Los oaxaqueños se organiza­ban para sus fiestas, hacían tequio para diferentes obras y participaban en la elec­ción del ayuntamiento y en los movimientos regionales durante los años seten­ta. 28 Lo que sí nació en "las regiones rnixtecas" del Distrito Federal, Baja California y California fueron los comités pro pueblos específicos, organizados en tomo a los santos patronos o a determinadas obras de infraestructura. Así también, desde esas regiones surgió la necesidad de integrar a diferentes organizaciones sindica­les, de residentes, de pueblos o de derechos humanos, bajo un frente o una coor­dinación interétnica binacional o estatales en Baja California y California.

28 Lejos de la imagen del indígena como "pasivo" en la voz de los propios lideres comunitarios, la vida en los pueblos, aun en la "exclusión", parece que muestra bastante dinamismo. La exclu­sión como mecanismo de negación de la existencia indígena en México tuvo un resultado para­dójico, ya que creó ciertas condiciones de reproducción que fueron señaladas por el Comité 500 afios de resistencia indígena: "Gracias al abandono del gobierno los indígenas saben organizar los ayuntamientos, las asambleas para la toma de acuerdos y organizar sus trabajos en común ... el abandono y la ~.:guridad de que los indios no eran capaces de hacer una locura semejante hizo posible su exi·- \ :ocia ... " ("Decreto de autonomía de las zonas controladas por el Ejército Zapatista de Liberació! Nacional", La Jornada, 13 de octubre de 1994, p . 16).

276

LA COSTUMBRE DE PARTICIPAR

El grupo que constituímos el Comité Cívico Popular Mixteco, fui­mos como diez, yo, Algimiro, Gregorio y otros, todos de Tlacotepec. Nos conocimos en forma alternada en diferentes lugares. Formamos un club deportivo en las idas y vueltas al pueblo. A mediados de los ochen­ta empezamos a armar el Comité porque vimos las broncas que había en el pueblo, nos querían imponer candidatos a la presidencia. Este Comité se fortaleció en California, pero realmente surgió entre el pueblo y el Distrito Federal con gente que fue a trabajar a las obras del metro, en la construcción; originalmente era sólo Comité Cívico Popular [Tlacotepense] ... pero ya después cuando nos volvíamos a encontrar los mismos en los campos agrícolas del norte ... compartíamos los proble­mas laborales de los campamentos agrícolas en Sonora y en el Valle de San Quintín .. . pues esto cambió a Comité Cívico Popular Mixteco ...

En ese entonces fue cuando se vinieron las reformas a las leyes nor­teamericanas, -la Ley Simpson-Rodino-. En ese entonces los de mi pue­blo estaban en el condado norte de San Diego y ya se organizaban para mandar dinero al pueblo y para apoyar a la presidencia [municipal] .. .

Nosotros como Comité Cívico Popular Mixteco logramos hacer crecer este proyecto, incorporamos a gente de otras comunidades e incluso noso­tros fuimos los promotores para buscar otras organizaciones como la Aso­ciación Cívica Benito Juárez (gente de San Juan Mixtepec) y por último los de la Organización del Pueblo Explotado y Oprimido. La gente mixteca fue el embrión del Frente. Como Comité impulsamos entre 1985 y 1987 un encuentro con algunas comunidades avanzadas de zapotecos en Los Ánge­les .. . Así en 1991 formamos el Frente Mixteco Zapoteco Binacional...

Desde 1985 traíamos dos preocupaciones: aprender inglés y asesorar­nos sobre la legalización ... también los problemas de derechos humanos. Los paisanos llegaban diciendo "me quitaron el dinero ... " Así pensamos, bueno, aparte de que somos de la comunidad Macuiltianguis, San Juan Mixtepec, Nieves Ixpantepec, San Miguel Cuevas, aparte tenernos intere­ses comunes ... somos mixtecos. Eso ayudó, porque en definitiva no quisi­mos entrarle con la gente de Zacatecas o Michoacán, porque en Sinaloa a nosotros nos discriminaron mucho los propios conacionales, nos decían oaxaquitas .. . Así que hay distancia porque también hay costumbres, ellos no tienen esa identidad que hay dentro de los oaxaqueños ... Así se entre­lazaban cosas como la cuestión de la comunidad, la identidad como pue-

277

M. LAURA VELASCO ÜRTIZ

blo y la cuestión de problemas generales como trabajadores (Arturo Pimentel, coordinador general del FIOB, Tijuana, B.C., 1995).

El mayor grado de institucionalización parece concentrarse en organizacio­nes de la índole del FIOB, ORO, ACBJ Y COCIO. Ellas han logrado no sólo permanecer a lo largo del tiempo, sino integrar a su estructura organizativa la condición transnacional de las comunidades que agrupan. Hasta 1998, el Fren­te contaba con dos figuras legales mediante las que se allega recursos financie­ros: el Centro Binacional para el Desarrollo Regional, en California, y el Cen­tro de Desarrollo Regional, en Juxtlahuaca, Oaxaca. En tanto la Asociación Cívica Benito Juárez tiene el Centro de Desarrollo Regional (CEDRI) en Oaxaca.

El grado de transnacionalización en términos de intereses y recursos se conjuga con el grado de institucionalización. El conjunto de organizaciones ha construido en las dos últimas décadas en la frontera México-Estados Unidos y en Oaxaca un campo político transnacional en el que participan aún de manera marginal las orga­nizaciones con orientaciones más locales hacia el lugar de llegada. La dimensión discursiva de lo transnacional que se produce en este campo político en la voz de los líderes es un aspecto fundamental de considerar en el nuevo escenario de relaciones interestatales; así como en la autodefinición como sujeto de la acción estatal en sus diferentes niveles de acción. Este es el marco de la importancia que tiene la polémi­ca entre las organizaciones en cuanto al tipo de relación que establecen con los gobiernos locales (presidentes municipales de origen y llegada), regionales (gober­nadores de Oaxaca y Baja California, o California) y con los federales en los múlti­ples territorios (los Estados Unidos y México).29

Una última reflexión: tradición y nuevas formas comunitarias

Finalmente, para cerrar este ensayo es importante subrayar que las tradiciones políticas de los migrantes no se consideran como una fatalidad, sino como una herencia histórica que está sujeta a las transformaciones que el propio sujeto enfrenta a lo largo de su experiencia migratoria. Sin embargo, dada la historia de la migración oaxaqueña, aún está en ciernes ese cambio en las formas de hacer política que impacte a los lugares de origen. He registrado algunas evi­dencias en torno a esta transformación, que parece resultar de una acción

29 Precisamente a raíz de esta polémica en territorio californiano, en el año 2001 nace la FOCOICA en los Angeles, Ca.

278

L A COSTUMBRE DE PARTICIPAR

organizativa que deriva en una conciencia reflexiva de la condición comunitaria. Sólo adelantaré en este ensayo que he registrado una revisión de las tradiciones festivas y sus formas organizativas; así como de una reflexión obsesiva por parte de los migrantes sobre las bases económicas que están detrás de los endeudamientos por las tradiciones festivas que acompañan la migración de miles de migrantes. Estas reflexiones están mostrando sus frutos en algunos procesos políticos que han impactado el sistema cívico-religioso de algunos pueblos de origen. Por ejemplo, en San Miguel Tlacotepec desde 1996 se suspendieron las doce cofradías y perdura hasta este momento sólo el festejo del patrón del pueblo: San Miguel Arcángel. El proceso de la toma de esta decisión involucró no sólo a los miembros del pueblo que se encontraban en el pueblo sino, también a los tlacotepenses asentados en Baja California y California. No hay seguridad de que esto se sostenga en los próximos años, ya que ha ocasionado reacciones encontradas entre los miembros de la comu­nidad tlacotepense dispersa, pero estas acciones son un indicio de que en estas organizaciones que surgen, se dividen, desaparecen, reaparecen o se mantienen hay una constante revisión del tipo de comunidad que los definirá en el futuro como indígenas- oaxaqueños-bajacalifornianos y estadounidenses.

279

M. LAURA VEI.ASCO ÜRTJZ

Bibliografia.

Aguirre Beltrán (1957), ~'Los problemas humanos de Las Mixtecas", pró­logo al libro de Alejandro Marroquín (1957), La ciudad mercado (Tlaxiaco), México, Imprenta Universitaria, pp. 7-29.

Alarcón, Rafael (2000), "The Development ofHome Town Associations in the United States and the Use of Social Remittances in Mexico" (versión fmal), Tijuana, B.C., Departamento de Estudios Socia­les, El COLEF, mimeo.

Besserer, Federico (1988), NNA CHCA NDA VI. Intemacionalización de la fuerza de trabajo y conciencia de clase en la comunidad m"ixteca migrante de San Juan M-ixtepec. Análisis de la historia de vida de Moisés Cruz, tesis de maestría, UAM-Iztapalapa.

CIESAS-IEEE (1996), Catálogo municipal de usos y costumbres para renovar el ayuntamiento de Oaxaca. Tomo l Región Mixteca, noviembre, Oaxaca, México.

Espinosa, Víctor M. (1999), "The Federation of Michoacán Clubs in Illinois. Toe Chicago-Michoacan Project Report". An lnitiative of Hearthland Alliance for Human Needs and Human Rights, (supported by the Chicago Community Trust), Chicago, Illinois.

Florescano, Enrique (1999), Memoria indígena, México, Tauros.

Flores, Atilano Juan José (2000), Entre lo propio y lo ajeno. La identidad étnico Local de los jornaleros m"ixtecos, México, Instituto Nacional Indigenista/ Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.

Giménez, Gilberto (1997), "Materiales para una teoría de las identidades sociales", en Frontera Norte, 9, núm. 18, pp. 9-28.

Goldring, Luin (2002), "The Mexican State and Transmigrant Organizations: Negotiating the Boundaries ofMembership and Participation", en Latin American Research Review, Vol. 37, núm. 3, pp. 55-99.

280

LA COSTUMBRE DE PARTICIPAR

Hirabayashi, Lane Ryo (1985), "Formación de asociaciones de pueblos de migrantes a México: mixtecos y zapotecos", en América Indí­gena XIV, núm. 3, pp. 579-598.

----- (1993), Cultural Capital: Mountain Zapatee Migran! Associations in Mexico City, Tucson, University of Arizona Press.

Instituto Nacional de Estadística Geografia e Informática (2001 ), XII Censo General de Población y Vivienda, 2000, Aguascalientes, México.

Kearney, Michael (1991 ), "Borders and Boundaries of State and Self at the End of Empire", en Journal of Historical Socio/ogy, 4, núm. 1, pp. 53-74.

Leonel, Víctor (2002), "Usos y costumbres: distinta disputa por el po­der", en Marcha, enero, Oaxaca, México, pp. 18-22.

Lowell, Lindsay y Rodolfo De la Garza (2000), "The Developmental Role of Remittances in US Latino Communities and in Latín American Countries. A final Project Report", Ford Foundation, mtmeo.

Lomnitz-Adler, Claudio ( 1995), Las salidas del laberinto, México, Joa­quín Mortiz.

Melucci, Alberto ( 1991 ), "La acción colectiva como construcción so­cial", en Estudios Sociológicos IX, núm. 26, pp. 357-364.

Orellana, Carlos (1973), "Mixtec Migrants in Mexico City. A Case Study of Urbanization", en Human Organization, vol.32, núm.3, pp.273-283.

Pastor, Rodolfo (1987), Campesinos y reformas: la mixteca, 1700-1856, México, COLMEX.

Pozas, Ricardo (1984), Juan Pérez Jolote. Biografia de un tzotzil. México, Fondo de Cultura Económica, Medio Siglo (Lecturas Mexicanas, 43).

Posadas, Florencio y Benito García ( 1985), "Movimiento de los obre­ros agrícolas en Sinaloa (1977-1983)", en Movimientos Socia­les en el Noroeste de México, México, Universidad Autónoma de Sinaloa, pp. 17-43.

281

M. LAURA VELASCO ÜRTIZ

Rex, John (1991), Ethnic Identity and Ethnic Movilisation in Britain, Warwick, Center for Research in Ethnic Relations, University of Warwick.

Rex, John and David Masan (eds.) (1986), Theories of Race and Ethnic Relations, Cambridge, Cambridge University Press.

Rivera, Gaspar (1999), Welcome to Oaxacalifomia: Transnational Political Strategies Among Me:xican Indigenous Migrants, tesis de doctorado, Department of Sociology, University of California Santa Cruz.

Roosens, Eugeen (1994), "The Primordial Nature of Origins in Migrant Ethnicity", en Hans Vermeulen y Cara Govers, The Anthropology of Ethnicity. Beyond Ethnic Groups and Boundaries, Amsterdam, Het Spinhuis Publishers, pp. 81-104.

Ruíz García Aída (2002), Migración oaxaqueña. Una aproximación a la realidad, México, Coordinación Estatal de Atención al Migrante Oaxaqueño, Gobierno del Estado de Oaxaca.

Soriano Rivera, Teófilo (2002), Teotongo: 50 años de historia gráfica. Teotongo, Oaxaca, Consejo Indígena Municipal Chocholteco.

Speck, Ross y Carolyn Attneave (1990), Redes familiares, Argentina, Amorrortu.

Velasco Ortiz, Laura (2002), El regreso de la comunidad: migración indígena y agentes étnicos. Los mixtecos en la frontera México­Estados Unidos, México, El Colegio de México y El Colegio de la Frontera Norte.

Wilson, Tamar Diana (1998), "Weak Ties, Strong Ties: Network Principies in Mexican Migration", en Human Organization 57, núm. 4, pp. 394-403.

Zabin, Carol y Luis Escala (2002), "From Civic Association to Political Participation: Mexican Hometown Associations and Mexican lmmigrant Political Empowerment in Los Angeles", en Frontera Norte, vol. 14, núm. 27, pp. 7-41.

Zabin, Caro!, y otros (1992), "Mixtec MigrantFarmworkers in California Agriculture. A Dialogue Arnong Mixtec Leaders. Researchers and

282

L A COSTUMBRE DE PART ICIPAR

Fann Labor Advocates", California Institute for Rural Studies, Working Group on Farm Labor and Rural Poverty, Working Papers, núm. 9.

Entrevistas.

Hernández, Florencio, Presidente de la Colonia 13 de Mayo, San Quintín, B. C., 2001.

Méndez, Rogelio, "Vamos por la tierra", Tijuana, B.C. , 1997.

Méndez, Sergio, FIOB, Tijuana, B. C., 1996.

Pimentel, Arturo, Coordinador general del FIOB, Tijuana, B. C., 1995.

Rojas , José, CIOAC, Valle de San Quintín, B. C. , 1996.

Lista de Abreviaturas

ACBJ Asociación Cívica Benito Juárez

AIM Alianza Indígena Migrante

AMBJ Asociación Mixteca "Benito Juárez"

ASMIRT Asociación de Mixtecos Residentes en Tijuana

CCPM Comité Cívico Popular Mixteco

CCPT Comité Cívico Popular Tlacotepense

CEIM-A.C Coordinadora Estatal de Indígenas Migrantes y Asentados

CIOAC Central de Obreros Agrícolas y Campesinos

COCIO Coalición de Comunidades Indígenas de Oaxaca

COCOPLA Comité Comunitario de Planeación

COLEF El Colegio de la Frontera Norte

FIOACS Federación Independiente de Obreros Agrícolas y

283

M. LAURA VELASCO OR=

FIOB

FM-ZB

FOCOICA

IRCA

MIULI

MUTI

OPEO

OPT

ORO

PCME

Campesinos de Sinaloa

Frente Indígena Oaxaqueño Binacional

Frénte Mixteco-Zapoteco Binacional

Federación Oaxaqueña de Comunidades y Organi

zaciones Indígenas de California

Inmigration Reform and Control Act

Movimiento Indígena por la Unificación de la Lucha

Independiente

Movimiento Unificado de Jornaleros Indígenas

Organización del Pueblo Explotado y Oprimido

Organización del Pueblo Triqui

Organización Regional de Oaxaca

Programa para las Comunidades Mexicanas en el

Exterior (ahora Instituto de los Mexicanos en el Exterior)

PRONJAG Programa Nacional de Jornaleros Agrícolas

RIIO Red Internacional Indígena Oaxaqueños

UAH Unión de Alianzas Huixtepec

UV ACS Unión de Vendedores Ambulantes y Anexos "Carlos

Salinas de Gortari"

284

SEGUNDA PARTE: Los clubes de migrantes oriundos

mexicanos de las regiones emergentes

Membresía e identidad en procesos migratorios translocales: la experiencia de la Asociación Micaltepecana

Gustavo lópez Ángel

Introducción

En mi primera aproximación a la mixteca poblana en el verano de 1989 la migra­ción interna se consideraba como un fenómeno social que sacudía a la región de forma ambigua, al mismo tiempo que los beneficios se expresaban vía beneficios ya sea de tipo familiar o colectivo: envío de remesas, la introducción de servicios e infraestructura financiados en su totalidad por los migrantes, alivio a la tensión del desempleo, menor presión sobre la demanda de tierra, en el otro extremo la organi­zación social era sacudida hasta sus cimientos por la alteración de la composición demográfica, dentro de las diferentes cohortes y la relación entre géneros. Institu­ciones como el sistema de cargos se enfrentaba en algunas comunidades a una severa crisis que desembocó en un replanteamiento de las representaciones; cargos de liderazgo tradicionalmente masculinos, fueron ocupados por las mujeres, pero no se trató de una transformación en las relaciones de género (Velásquez, 2002) en la mayoría de los casos sólo se trataba de delegar en ellas la ausencia del esposo, hijo, hermano o padre, aumentando las jornadas de trabajo.

Este conjunto de circunstancias ofrecía un campo problemático, punto pri­vilegiado para el análisis antropológico del fenómeno migratorio: su inestabili­dad lo convertía en atractivo. Considerando el amplio espectro temático que han abarcado los diversos enfoques disciplinarios sobre la migración, un ele­mento cohesiona el análisis y le da continuidad: resaltar los cambios en el orden social, cultural político y material, colocando a los migrantes como responsa­bles de este trastrocamiento. Encontrar una teoría explicativa sobre los efectos de dicha transformación implicaba repensar lo local y lo global de forma dife­rente, dejando a un lado mi visión territorializada de los procesos socioculturales.

En ese sentido pienso que una alternativa teórica lo representaron los estu­dios transnacionales, que emergían a principios de los noventa, los cuales re­quieren algunas precisiones en algunos de sus conceptos claves como ciudada­nía, membresía, estado-nación, identidad, y las diversas nociones de fronteras. Enfatizando el carácter transfronterizo de los sujetos y comunidades que estu­dian, Glick Schiller, Basch y Blanc-Szanton ( 1992) plantean que una las carac-

287

GUSTAVO LóPEZÁNGEL

terísticas que definen este proceso es la constitución y sostenimiento de relacio­nes múltiples que enlazan a las comunidades de origen y destino a contrapelo de la versión integracionista del melting pot.

Conceptos como desterritorialización y reterritorialización, expresan por una parte la ubicación simultanea de una comunidad en múltiples espacios, y por otra definen una de las nuevas características de las comunidades inmersas en el proceso de migración transnacional: las relaciones sociales trascienden los límites espacia­les de las comunidades de origen y destino. Las asociaciones de rnigrantes son una de las principales instituciones que permite construir los lazos al interior de la co­munidad translocal. Estas instituciones confonnan un amplio abanico de procesos organizativos que van desde fonnas de representación, marcadas por su carácter religioso, local o comunitario como las agrupadas en la Asamblea de Migrantes Indígenas de la Ciudad de México, hasta confederaciones de clubes estatales como el caso del Frente Cívico Zacatecano, Federación de Clubes Zacatecanos del Sur de California, el Frente Indígena Oaxaqueño Binacional (FIOB).

Mapa 1. Mixteca Poblana

288

MfMBRESIA E IDENTIDAD EN PROCESOS MIGRATORIOS

Esto implica W1a diversificación de la agenda social, y al mismo tiempo puntos en común. Como muestra de ello, el amplio abanico de organizaciones de migrantes y sus diversas formas de representación en algooos casos desarrollan casi la totalidad de las tareas, en relación a obras de infraestructura, que corresponden al estado o cuya cobertura es insuficiente. La inserción o influencia en los procesos políticos es otra de las áreas de acción de las organiz.aciones de migrantes. Su impacto está determinado por la cobertura o nivel de representatividad que éstas adquieran. Simultáneamente el campo de acción se extiende en los diversos ámbitos: influencia en los procesos polí­ticos de las comunidades, regiones o estados de origen; lucha por mejores condicio­nes laborales en las sociedades receptoras; impugnación de la política exterior e inte­rior tanto de los gobiernos en sus sociedades de origen como de recepción.

Las ciudades de Tijuana y el Distrito Federal brindan diversos ejemplos de orga­nización de los migrantes bajo W1a estructtrra marcadamente étnica que en algooos casos emerge bajo la forma del nombre de la comunidad o región de origen. Diversificándose el plano de acción de este tipo de estructtrras organizativas: defen­sa de espacios laborales como vendedores ambulantes, reclamo de vivienda, sindicalización de trabajadores agricolas, etc.

Con éste ensayo busco dar cuenta del impacto diferenciado de los diversos patro­nes migratorios en la construcción de la membresía e identidad dentro de la comuni­dad translocal. 1 El estudio de caso que abordo intenta dar cuenta de la naturaleza de las relaciones que la Asociación Micaltepecana -una organización de migrantes con re­presentación local o club de pueblo2- establece en los diversos espacios donde el proceso migratorio ha construido prolongaciones de la comunidad transnacional. Se trata de una organización de migrantes indígenas cuya existencia y construcción de sentido solo puede explicarse a partir de la configuración de una densa red de relacio­nes sociales y culturales tejida por sus integrantes en una suerte de diagran1a que enJaz.a a las diversas prolongaciones de la comunidad translocal, y al mismo tiempo trazando un eje dónde las intersecciones son los diversos tiempos y patrones migratorios en los que se ha envuelto la región de origen.

Para estudiar este caso, utilizo la etnografia multilocal obtenida a través de diver­sas estancias de campo ( que van de 1989 a la fecha), en la mixteca poblana, la delega-

1 Entendiendo a lo translocal como una categoría de análisis ubicada dentro de los estudios transnacionales; la cual rompe con una percepción bidireccional del proceso y propone la multilocalidad en ambos lados de la frontera.

' La Asociación Micaltepecana está formada por migrantes de El Rosario Micaltepec, una localidad del municipio de Petlalcingo, Puebla.

289

Gusrwn Loru ÁNtiU.

ción Iztapalapa y California Esta estrategia de investigación es más eficaz para captar en todas sus din1ensiones la arena donde se está librando la contienda por la membresía de sus miembros; para dar cuenta de la íntima vinculación entre migración interna e internacional a través de estas instituciones ad hoc creadas por los migrantes.

Los "Paisanos" y "los del Norte": ¿la antípoda de lo local?

Conía el año de 1993, y estaba parado en la calle principal presenciando una carrera de relevos durante la fiesta dedicada a la patrona del pueblo, la virgen del Rosario, y pregunte a mi acompañante, Erasto Martínez , si el evento era organizado por la presidencia auxiliar o la Asociación Micaltepecana, mirándome con sorpresa por no estar enterado de algo que al él le parecía tan obvio y conocido, me contestó de inmediato: "son los paisanos". Cuando de nueva cuenta pregunte si ellos también organizaban el encuentro de fütbol, ahora con gesto de fastidio me comentó lo si­guiente: "más o menos, pero eso lo hacen con el dinero de los del Norte" Las respues­tas me arrojaban un complejo entramado de identificaciones, filiaciones y relaciones que no se reducía a una simple dicotomía entre los que estaban en el pueblo y quienes habían emigrado. Ahí percibí la existencia de diversas categorías de migrantes: a) la mígración a las ciudades de Puebla y México; y los que se estaban dirigiendo a los Estados Unidos. Al mismo tiempo evidenciaba la naturaleza de las relaciones estable­cidas al interior de la Asociación Micaltepecana por cada grupo de migrantes según el punto de destino. El proceso diferenciado de las estructw-as organizativas se expresa en los diversos roles desempeñados por cada grupo de migrantes.

El centro político de la A.M. recae en los paisanos radicados en la ciudad de México; ahí se ubica su cuerpo directivo. Mientras que la ciudad de Nueva York y el estado de California carecen de estructuras organizativas paralelas a la A.M. en su lugar sólo hay comités conformados por tres o cuatro representantes. La principal labor de estos representantes es la recolección de dinero para alguna obra o el financiamiento de algún evento en especial en el marco de la fiesta.

En El Rosario Micaltepec se han tejido una serie de anécdotas en tomo a la trans­formación de los procesos de identificación de los migrantes, las cuales aluden a los desencuentros con la prácticas culturales locales y sus intentos por establecer una diferencia con el conjunto de significantes culturales del lugar. así no es raro oír de algunas personas que al regresar preguntaron por "esas cosas que estaban sobre el coma!", cuyo nombre era dita, xato3 o tamal. El chiste o anécdota. por una parte, tiene

' Tortilla simple y una especie de tortilla rellena de fnJol martajado.

290

MEMBRESÍA E IDENTIDAD EN PROCESOS MIGRATOIUOS

el sentido de estigmatiz.ación dirigido hacia los migrantes a quienes se les adjudican nuevas actitudes, y por otra, revela un proceso de diferenciación de quienes integran la comunidad desterritorializada en diversos puntos geográficos. En este caso los aludidos eran los paisanos del norte, las discontinuidades entre ambos procesos co­menzaban a matizarse. La línea fronteriza no solo permitía demarcar los diversos territorios, también establecía una distinción en las representaciones.

El caer en la cuenta sobre las diferentes representaciones me permitió captar la imagen del proceso migratorio, en toda su extensión histórica, así como el impacto en la diversidad interpretativa desde una perspectiva ontológica que alude al conjunto de pertenencias locales frente a las adquiridas en el exterior. Las identidades son vividas y resignificadas al interior de las comunidades como procesos heterogéneos, jugando un importante papel el contacto cultural gene­rado por la migración, sin negada influencia de otros aspectos como los me­dios de comunicación, el comercio o las políticas públicas.

Fragmentando la línea con la que se pretende dividir lo local y lo foráneo, donde lo primero es una especie de espacio ajeno al contacto, autores como Hannerz han apuntado lo endeble de ese tipo de argumentos al señalar al respe­to: "En condiciones de modernidad, el lugar se vuelve cada vez más fantasma­górico; es decir, las influencias sociales procedentes de lugares muy distantes penetran y dan fonna a lo local" (Hannerz, 1998:47).

Por otra parte, es en el contexto vis a vis y lo que resultará ser cotidiano, donde los seres humanos pasan por sus primeras experiencias ínter subjetivas. Si acepta­mos que están sometidos a una especie de trabajo continuo de construcción cultu­ral , es de suponer que los elementos situados en la primera etapa ejercerán su influencia sobre lo que pueda asimilarse posteriormente (Ibídem, 1998: 48).

Se hace necesario abandonar esa peregrina idea de que lo local es autónomo confiriéndole una consistencia propia. Su significado es más bien un escenario donde se interceptan diversas influencias que tienen una combinación sumamen­te compleja ejemplo de ello son las comunidades translocales como El Rosario Micaltepec, la cual está enlazada lo mismo a un barrio de la ciudad de México que a campos agrícolas en California o áreas de la ciudad de Nueva York.

Los componentes constitutivos de lo local dejan de estar vinculados a la noción de territorio como espacio fisico y pasan a transitar por el principal vehículo de desterritorialización: las redes sociales construidas por los migrantes.

291

G USTA VO L ó PEZ Á NGEL

Algunos aspectos característicos de las comunidades de origen y destino con­forman el nuevo espacio social transnacional (Pries, 1999; Faist, 1999; Lestage, 1997 y 1998; Goldring, 1997) distribuyéndose de forma diferenciada.

Una de mis preocupaciones ha sido entender los vínculos entre lo global y lo local a través de sujetos concretos, de ahí la insistencia en profundizar este aspecto a través de las organizaciones de migrantes como una forma de hacer un aporte a los estudios transnacionales. Un ejemplo etnográfico es la constitu­ción de la Asociación Micaltepecana (A.M.) al permitirme ilustrar las formas de participación que los procesos de globalización han generado desde abajo en las sociedades actuales (Herrera, 2001: 77) y el rol desempeñado por ésta en el circuito transnacional que involucra los diversos puntos constituidos a través del tiempo por el proceso migratorio. Dejando atrás la idea de mirar a lo local como una entidad perfectamente delimitada por fronteras culturales.

Al caracterizar lo local frente a lo global corremos el riesgo de construir una relación dicotómica. Sin embargo, tampoco se trata de una relación totalmente flui­da. Ciertamente el exterior interfiere en el proceso reproductor de la cultura local, pero topa con resistencia de un tipo u otro. Ello se refleja en el financiamiento de obras sociales de apoyo a las comunidades de origen, asunto aparentemente perte­neciente al interés común. Para poder ilustrar estas divergencias y sus resultados hablaré de dos casos en la mixteca; el primero tuvo lugar en la sección cuarta de Tehuizingo, cuando los migrantes proponían dar los fondos para la remodelación de la cancha de básquet, mientras que los vecinos preferían invertir ese recurso en terminar de construir la presidencia auxiliar. En esa contienda nadie quiso ceder y aceptar un cambio en el proyecto original, el resultado fue que ninguna de las dos obras se realizó y el dinero se regresó a la organización de migrantes. El segundo caso tuvo lugar en El Rosario Micaltepec, ahí se estaba realizando la reconstrucción del coro de la iglesia, obra a cargo de un ingeniero civil, hijo de migrantes radicados en Ampliación Santiago. Con el fin de abatir costos había puesto el colado en forma plana, el diseño original era cóncavo. Los miembros de Asociación Católica protes­taron al ver el cambio y exigieron la suspensión de la obra, el resultado fue el derrumbe del piso y la construcción de una estructura cóncava, con el obvio incre­mento de los costos inicialmente planeados.

La construcción de la membresía dentro de la comunidad translocal puede involucrar conflictos que dan pie a una arena donde se debaten las diversas formas de pertenencia e identificación. No debe confundirse o ubicarse como un rasgo estructural, ello nos lleva a pensar en una situación rígida y por tanto permanente, si algo define este escenario es lo dinámico de las relaciones entre

292

M tMBRESÍA E 111ENf lDAD EN PROCESO\ MIGIV.TOI\IO\

los diversos actores otorgándole su carácter de procesual. Una de las construc­ciones más socorrida en el campo de los estudios antropológicos ubicaba la raíz de la contienda en la existencia, por parte de los migran tes, de percepciones en tomo al deber ser, donde los elementos culturales de las sociedades rurales y/o indígenas se consideraban denigrantes, y en contraparte se erigía lo urbano como el modelo ideal que debía ser expandido a sus comunidades de origen.

El papel de los migrantes como factor de cambio en las estructuras locales fue señalado en los estudios pioneros sobre la migración por diferentes autores (Redfield, I 94 I; Lewis, 1957, 1969 y 1972) en términos de confrontación con las supuestas "estructuras tradicionales" que regían en sus comunidades de origen, promoviendo su reemplazo por la imagen modernizadora de los contextos urbanos en los que se desenvolvían. Convirtiéndose la comunidad en una arena de conflicto y tensión, donde se debatían las diversas dimensiones implícitas en las identidades que se habían convertido en contrastantes: migrantes y no migrantes.Uno de los principa­les defectos de estos acercamientos fue dejar de lado o no aludir a las conexiones culturales, sociales, poUticas y económicas en las que estaba inmersa la comunidad con el exterior. La comunidad se extendía espacialmente a través de un coajunto de significaciones culturales en los espacios urbanos. Los trabajos de Lomnitz ( 1976) y Whiteford ( 1981) fueron los primeros esfuerzos por entender la extensión espa­cial de la comunidad y la constitución de un sistema social multilocal , donde se incorpora lo rural y lo urbano como ámbitos vinculados y complementarios. Lomrútz al dividir en tres etapas el proceso migratorio (desequilibrio, traslado y estabiliza­ción) ubicaba dentro de la etapa de estabilización un proceso de interacciones que conectaban a los migrantes con los puntos de destino y de origen (Lomnitz, I 975).

Esta visión sobre los procesos de identificación, generada y legitimada des­de el campo de la antropología y las ciencias sociales, perdió su eficacia expli­cativa con las comunidades transnacionales, como ya he señalado líneas atrás, al no seguir reproduciendo una perspectiva dicotómica donde se confronten identidades cuyo punto crucial sea la división entre el medio urbano y rural. La mixteca poblana desde décadas atrás ha estado marcada por una pennanente interacción a través del comercio, los medios de comunicación, los partidos políticos, los cacicazgos, las políticas públicas del Estado, las diversas confe­siones religiosas, los mercados de trabajo y el mismo proceso migratorio.

Es en este contexto donde se generan tensiones las cuales encuentran un terreno fértil en la pluralidad de identidades con intereses divergentes : confe­siones religiosas opuestas a la hegemórúca, orientaciones sexuales que cuestio­nan las nociones de lo masculino y femenino, roles de género puestos en la

293

0lJS1AVO LürEZ ÁNOfL

mesa de discusiones, en ese sentido la migración implicó para sus participantes un replanteamiento de la identidad, expresándose en diferentes campos socioculturales, que incluían las relaciones al interior de la familia, de la comu­nidad, y Las conexiones con la sociedad regional y nacional.

Las relaciones sociales son afectadas tanto al interior del grupo, como al exte­rior; la modificación de la naturaleza de los vínculos con las diversas esferas de poder. En este proceso de transfonnación del orden social se van agregando fac­tores externos y la irrupción de nuevos actores sociales además de los migrantes.

Como estrategia de exposición haré un recorrido histórico de los diversos patrones migratorios, como forma de entender la ruta de las ausencias/pre­sencias, y su impacto en la creación de estructuras organizativas como la Asociación Micaltepecana o través de prácticas vinculantes con la comuni­dad de origen que no derivan en representaciones institucionales. La ausencia corta o prolongada, constituye el desarrollo de la migración; partir del pueblo en busca de trabajo, como forma de enfrentar las difíciles condiciones de vida, ha sido parte de la historia de los habitantes de El Rosario Micaltepec. Por razones de orden metodológico es necesario dividir en cuatro fases el proceso migratorio, sin que ello implique una rigurosa secuencia cronológica.

"No teníamos y1111ta"

En la l)rimera fase del proceso migratorio, entre los años treinta y cincuenta, el carácter temporal del trabajo agrícola, lo incipiente de la infraestructura en las vías de comunicación, escasos salarios, la baja escolaridad y los confüclos in­ternos pueden ser las causas que in1pidió la consolidación de una organización de migrantes o al menos de prácticas vinculantes con El Rosario Micaltepec. Los testimonios involucran fundamentalmente a los ejidatarios, la facción de­rrotada, como el principal contingente en el proceso migratorio".

El punto de llegada fue el estado de Veracruz, coincidiendo con la puesta en marcha de procesos de desarrollo agroindustrial. Tres son los puntos geográficos hacia donde se orientó la conexión con Veracruz: el primero fue la región del Sota­vento o del Papaloapan5 donde el ingenio azucarero de San Cristóbal requería de

• Entre J 928 y 1932 la comunidad se vio dividida por un reparto agrario que culminó con la desaparición del e;ido y la pérdida de los derechos agrarios de 28 familias. 3 La región del Sotavento abarca desde el sur de Córdoba, hasta las costas del Golfo, incluyendo Tres Valles, Cosamaloapan, Tlacotalpan, Alvarado, Ver., etcétera.

294

Mi:MBRE.SÍJ\ E IDENl ID/\D EN l'RlX E~O~ Ml(;RATORIOS

abundante mano de obra para participar en el corte de la caña (Butterworth, 1975: J 98); el segundo fue el área cafetalera de Córdoba (Nava, 2000: 157) al corte del grano; el tercer punto se sitúa en los Robles y Loma Bonita, al corte de la piña.

Esta inserción en las áreas de producción agrícola orientada al mercado va a dotar a los rosareños de nuevas expectativas que reviertan su dificil situación económica, agravada por la ausencia de infraestructura para trabajar sus cam­pos, baja producción y las deudas adquiridas con los comerciantes de la cabece­ra municipal. Quienes participan en estos mercados de trabajo, señalan a la pobreza y las deudas como una de las razones para integrarse a estos:

[ ... ] Nos fuimos, aquí ¿dónde ganaba? ... No teníamos dónde. Estas tierras si estaban, pero no teníamos yunta ... Ora, mi papá .. los demás ante­riores. venía con la miseria de la misma cosa ¿no? Y .. . este se hacia droga [adeudo], pedía maíz fiado en Petlalcingo y lo pagaba por w1a temporada y se endroga en otra y por esa droga de maiz, ¿entonces qué queda? Lr a ganar la vida allá, llegan otros dicen, que más abajo está Papaloapan, y quieren gente, que se gana tres veces más que aquí. ¡Bastante para noso­tros! Entonces fuimos a cortar caña allá por el rumbo de Tres Valles.h

La segunda fase se sitúa entre los años cincuenta y sesenta, orientándose a Morelos que al igual que la región del Papaloapan en Veracruz había observado el desarrollo de una industria azucarera que tenia como antecedente la inauguración en 1938 del ingenio de Zacatepec. Posterionnente aparecen los ingenios Oacalco y Casasano, los cuales extendieron el área de cultivo de la caña de azúcar bajo el amparo de una ley decretada por el gobierno federal que obligaba a los campesinos con tieITas ejidales a sembrar sus terrenos con la grarninea, (De la Peña, 1980: 145). Esto conttibuyó al desplazamiento de mano de obra de otras regiones hacia esta paite de Morelos, tal como lo comenta un vecino que participó en el corte de caña:

[ ... ] y anduvimos, antes de ir a Estado Unidos, trabajando en las cañas en Yautepec. Morelo , estuvimos cortando caña luego estuvimos en Cuautla, cortando caña luego estuvimos en Ahuehuetzingo allí también cortando caña el ingenio. Ya de ahí en Matamoros, igual. el mismo trabajo. De ahí nos aventamos hasta Cosamaloapan, Veracruz y a Jalapa. Allí, si sufrimo mucho por la cuestión de tanto pinolillo y zancudos, por eso nada más nos aguantábamos tres meses. Hasta esa fecha trabajamos en esos campos.7

" Entrevista con E. G., abril de 1992

' Entrevista con S.M., abril 1992.

295

GUSTAVO LóPEZ ÁNGEL

Pero en los cincuenta y sesenta el awnento del precio nacional deljitomate (De la Peña, 1980: 14 7) favoreció el incremento de su producción, este cultivo también requiere mano de obra intensiva. Así se van asociando el reemplazo de cultivos tradicionales por una agricultura comercial, la cual requiere para su operación de abundante mano de obra para su cosecha. V arios rosareños se desplazaron a Morelos para participar en este proceso. Contribuía a ello la inauguración desde 1943 de la carretera panamericana lo cual facilitó el traslado a la región de Cuautla, Morelos.

Esta fase de migración interna hacia los centros de producción agrícola co­mercial coincide con la migración a los Estados Unidos dentro del programa "braceros" (Galarza 1964; Craig 1971).

Nos fuimos pa' l norte (Programa Bracero)

La implementación del Programa Bracero (1942-1965) repercutió en la comu­nidad, incorporando a algunos sus miembros pero no creó redes o circuitos migratorios transnacionales que conectaran al Rosario Micaltepec con los dife­rentes lugares hacia donde se dirigieron a trabajar. Ninguno de sus participan­tes se estableció en alguno de los puntos de destino. Lo disperso del mercado de trabajo y las dificultades para establecer comunicación con el resto del grupo

296

ÑiEMBRESÍA E IDENTIDAD EN PROCESOS MIGRATORIO\

pueden ser alguno de los factores que impidieron la creación de una estructura organizativa.El carácter temporal de los contratos permitió a sus participantes reintegrarse a las labores de la cosecha en su comunidad. Ello dota de un carác­ter diferente a la migración internacional desarrollada décadas después. Esta diferencia en la temporalidad del proceso es percibida por quienes participaron en el Programa Bracero, como una experiencia que construye el antes y el aho­ra, como lo señala Gilberto Martínez un ex participante en el programa Bracero:

[ ... ] por noviembre más o menos nos regresábamos pa ' acá, pos ya era tiempo de levantar la cosecha, y si luego los hijos no estaban grandes, pos no ganaban [se refiere a la dificultad para cortar el maíz, por la corta edad de los hijos]. Entonces no era como hoy, que los muchachos se aguantan, dos o tres años. A mi me dijeron 'quédate, hay trabajo pa' ti' . Pos que me voy a quedar, ya mi jefe está viejo, no vaya a ser la de malas.8

El programa Bracero marcó en la memoria colectiva la imagen de ir "al norte" como una posibilidad de cambiar de estatus a través de la compra de tierras; algunos alcanzaron a comprar parcelas o solares en el área urbana. La mayoría no se sintió satisfecha dentro del Programa Bracero, en virtud de haber obtenido malos tratos de los patrones y capataces:

[ ... ] a mí no me molestaba trabajar duro, ya estaba curtido, eso no era, pero la verdad nos trataban feo, y extrañaba mi pueblo, no me hallaba con los gringos, pos ya estaba ahí, qué podía hacer, sólo aguantar. El capataz no entendía razones, no se podía hablar con ellos como la gente, puro grito y grito, yo me encabronaba. Así que cuando acabó mi contrato, vuelta pa' trás.9

El mal trato para los migrantes se extendía más allá del espacio laboral: cuando acudían para comprar los alimentos que consumirían en la semana, algunos de sus compañeros intentaron ingresar a espacios públicos como los cines, bares o baños, pero la entrada les fue prohibida, existen testimonios al respecto, como el siguiente:

[ ... ] los jornaleros llegábamos el sábado al pueblo, después de pizcar algodón toda la semana sin tener tiempo para bañarse. Por lo tanto, estába­mos ya bien mugrosos, de trabajo, sudor, tierra, hasta costra llevábamos. En el pueblo tampoco había baño, así que sucios estábamos y no podíamos ir como ahorita los paisanos andan allá, de un lado a otro, no había permiso, la gente se enojaba por eso no íbamos a ningún lado. El dueño del rancho nos

8 Entrevista con G.M., marzo de 1995. 9 Op. Cit.

297

G USTAVO Ló PEZ Á NGEL

llevaba a comprar comida en las tiendas para la semana, ya regresando nos bafiábamos todos en el canal de riego. Así era la vida en el norte. 10

Esta percepción sobre lo agresivo del contexto laboral y las señales de dis­criminación fue determinante para inhibir la participación de otros vecinos dentro del programa, al considerar "al norte" como un lugar donde se estaba expuesto a los malos tratos. Al mismo tiempo era una visión ambigua, el "Norte" se ubicaba como la posibilidad de mejorar su situación económica. Quienes ha­bían participado en el programa, decidieron no regresar a los campos agrícolas de California o Texas. Algunos como Nemesio Isidro no habían participado en el Programa, pero tenía una representación del viaje al ''Norte" como un dete­rioro fisico de quienes sí habían participado, el desplazamiento bajo su mirar era poco atractivo, era preferible seguir en las rutas migratorias ya conocidas:

[ .. . ] Cuando regresó Alberto, era puro hueso, [ ... ] y así estaban toditos. Nada bueno se decía, no pos si ganaban, pos así solamente, que chingaos voy pa' llá. Bruta gente esa de allá, [ .. . ] mejor me fui a Tres Valles, allá esta el ingenio (San Cristóbal), muchos paisanos se iban pa' Uá también.11

Era preferible para personas como Nemesio trabajar de jornaleros en los campos agrícolas de Morelos y Veracruz. La inserción en los mercados de tra­bajo agroindustriales fue una actividad que en algunos casos involucró a fami­lias enteras. Contribuyó a esta inserción el predominio de las tierras de tempo­ral, el ciclo de cultivos anual, combinándolo con la ida al corte de jitomate en Cuautla o de la Caña de Veracruz. Otros participaron como albañiles en la construcción de la Presa Miguel Alemán a mediados de los cincuenta, dónde los contratos de trabajo fueron más largos.

La participación de un grupo de rosareños en la construcción de la presa Miguel Alemán también permitió un cambio en su estatus económico. La natu­raleza del traslado como colectivo es posible que haya creado las condiciones para el surgimiento de los primeros esfuerzos organizativos de los migrantes; instaurando prácticas vinculantes con la comunidad de origen, sin que se plas­mara en la constitución de una estructura formal como años después lo sería la Asociación Micaltepecana. La influencia religiosa es determinante y representa

1º Entrevista con G.M., octubre 1995. 11 Entrevista con N.L, diciembre de 1995.

298

MEMllRESÍA E IDENl IDAD EN PROCESOS MJC;RA IORIOS

el vehículo principal con que se construye la conexión con la comunidad. Las fiestas patronales son el marco ideal para ello, cómo lo sefiala Filiberto Martínez:

Estábamos varios de El Rosario, allá, y se nos ocurrió juntar dinero pa' apoyar fiesta de Nuestra Señora del Rosario, entonces como estába­mos lejos, y no había ninguno que fuera el pueblo, [de manera inmediata, pues dada la distancia las ausencias se prolongaban por varios meses] mandamos avisar por telegrama, que va un giro pa' Acción Católica que es nuestra cooperación pa ' la fiesta, pos queríamos fiesta en grande.12

La participación en las obras de construcción de la presa Miguel Alemán, fue significativa, porque los familiarizó con nuevas opciones laborales diferentes a las desarrolladas en las tareas agrícolas. El ingreso a los empleos urbanos (Butterworth, 1975: 194-197 y Nava, 2000: 157-158) será el siguiente paso de los migrantes, a la par del establecimiento de un nuevo espacio, prolongación de la comunidad.

La comunidad se fractura, las familias se dividen con la migración a la ciudad de México, surgiendo las primeras categorías de adscripción: los "paisanos" y los "vecinos". Es aquí dónde podemos hablar de los inicios de la comunidad translocal; se institucionalizan las prácticas vinculantes con la comunidad, materializándose en el surgimiento de la Asociación Micaltepecana. Los orígenes de la A.M. están enlazados al desplazamiento en Ampliación Santiago en la Delegación Iztapalapa.

Santiago y la Asociación Micaltepecana

La vida cotidiana de la comunidad multicentrica, no es posible captarla en su plena extensión sin aludir a la tercera fase de la migración rosareña, la diáspora a la colonia de Santiago en la Delegación Iztapalapa de la ciudad de México. En Santia­go viven alrededor de 140 familias originarias de El Rosario Micaltepec, ahí se encuentra el principal nucleo de los paisanos. Es una prolongación de El Rosario con un número mayor de habitantes, en el pueblo sólo radican 65 familias. El soste­nimiento del nexo no sólo se constituye por el origen, se requieren mecanismos que le den continuidad y le sostengan. Es precisamente la existencia de un conjunto de relaciones sociales dentro de las cuales destacan: parentesco, matrimonio y compa­drazgo, lo que mantiene el vinculo entre las familias que viven en los diversos espacios. Pero esto solo significa un solo plano de las relaciones, en el plano institucional el nexo se constituye a través de la Asociación Micaltepecana.

12 Entrevista con F.M. , febrero de 1996.

299

ÜUSTA VO LóPEZ ÁNGEL

La A.M. fue formada por los primeros migrantes que llegaron a la ciudad de México a inicios de los sesenta, ubicando su residencia en viejas casonas del centro histórico, posteriormente se establecieron en un asentamiento irregular: la colonia Ampliación Santiago. Victoria una de las pioneras en ese proceso, narra las condiciones en que se encontraba el lugar

Antes cuando me fui a México estaba aburrido, antes no estaba así, cuando yo llegué a estar allá, unas colonias eran ranchos, como nosotros aquí, una casa aquí, una casa allá, ahora ya hasta en las orillas ya parece centro y antes no. 13

Es en este contexto de marginalización donde inician los p1imeros esfuerzos organizativos de los paisanos. El área ofrece espacios, está practicamente deshabitada, sus primeros habitantes invitan a los demás miembros de la comunidad a vivir con ellos. El flujo migratorio hacia Santiago se alimenta de otros rosareños radicados en la misma ciudad de México o de los nuevos miembros que parten directamente de la comunidad de origen a vivir de manera temporal con sus amigos o parientes, mientras construyen sus casas. La ausencia de recursos materiales es un fuerte impedimiente para edificar, una opción es la reproducción de las prácticas comuni­tarias como la mano-vuelta, donde entran en calidad de prestamo no sólo la mano de obra, sino también los materiales de construcción. Otras prácticas de autogestión comienzan a desarrollarse, una de ellas fue la vigilancia de las casas, frente a los robos que azotaban la colonia y la falta de seguridad. Este contexto social es el marco que da origen al agrupamiento mixteco en Santiago.

Los esfuerzos de los Rosareños por agruparse en Santiago, y a la par cons­tituir una organización que los represente, expresa el deseo de mantener su identidad como grupo étnico , compartiendo una particular forma de enten­der, sentir y captar el mundo, la cual se diferencia frente a los otros grupos, constituyendo una cosmovisión compartida y en parte contrastiva, que gene­ra en los individuos su sentido colectivo de pertenencia. La continuidad de la identidad colectiva se desarrolla a través de diferentes mecanismos que se expresan y renuevan de manera continua en el ámbito de la vida cotidiana, es decir en una suerte de cara a cara, pero finalmente constituido por un "noso­tros" sin estar disociados de los "otros" (Hannerz, 1998: 47-48).

La identidad se formula dentro de dos planos: el individual y el colectivo, esta última se expresa cotidianamente en las acciones de los individuos, las cuales están insertas dentro de un marco de normas, creencias y valores socialmente pautados.

13 Entrevista con Victoria Díaz, abril de 1996.

300

MEMBRESÍA E IDENTIDAD EN PROCESOS MIGRATO RI OS

La construcción de la identidad individual de los Rosareños se ve determi­nada por los diferentes ámbitos donde se han desarrollado sus primeras expe­riencias de vida. En ese sentido la comunidad de origen juega el primer papel socializador, al transmitirles la memoria histórica del grupo, la cosmovisión del mundo y de la existencia, pero esta es una parte de la determinación social y cultural, la otra parte es el nuevo marco de relaciones sociales donde se van a desenvolver, el mundo del trabajo, la lucha por el espacio habitacional y las nuevas redes de amistades que lo conectaran con los otros grupos sociales. La constitución de la identidad individual es un proceso dinámico, la cual esta articulada con la identidad social del grupo de pertenencia. No se trata de ubicar contextos sociales dicotómicos como lo urbano frente a lo rural (Keamey, 1996).

La necesidad de los migrantes de asociarse para consolidar el espacio habitacional, implica saltar a la palestra como actores sociales, emitiendo dis­cursos públicos (Scott, 2000) movilizandose en el terreno de las organizaciones urbanas de colonos, la otra tarea fue reestablecer la conexión con el pueblo, lo cual se generó dentro del marco de las prácticas religiosas:

Fue en 1968 al 69 cuando organizamos la primera mesa directiva de paisanos que se vino al pueblo, entonces no había carretera y nosotros veníamos en una calle vieja que era la principal. Primero nos pusimos a platicar todos los que estábamos trabajando en México, fue un domingo que era cuando descansábamos, nos juntamos en un parque y platicamos que por qué no íbamos cada fiesta del pueblo. Por ejemplo a llevar flo­res, así nada más, de visita, entonces ya platicábamos, cómo le íbamos hacer. Después comprábamos jarra o cosas que venían de obsequio para la iglesia. Después para la otra fiesta ¿qué vamos hacer?, vamos a co­operar otro poquito más para comprar otras cosas .14

Posteriomente la A.M. expande su radio de acción, encargándose de esta­blecer contacto con el conjunto de migrantes que viven en otras áreas de la ciudad, y de la zona conurbada del estado de México. Santiago permanece como el eje rector de la organización. Acorde con la naturaleza del proyecto, en sus inicios, los esfuerzos de la mesa directiva de la A.M. apuntan a construir y mantener una estrecha relación con la mesa directiva de Acción Católica (A.C.). La participación de la A.C. en las fiestas patronales tenía como principal obje­tivo revitalizarlas, pues atravesaban por una proceso de agotamiento como con­secuencia de la disminución de la población por el fenómeno migratorio. Un

14 Entrevista con Bemardina Gil , abril de 1996.

301

G USTAVO Ló PEZ Á NGEL

aspecto medular de la organización de la fiesta era la cofradía, y fue ahí donde se resintió con mayor fuerza el efecto de la crisis.

Para los habitantes del pueblo formar parte de la cofradía implicaba financiar el evento por tres días. Para dar una idea de su magnitud, el costo actual de operación de la cofradía se calcula en$ 150,000. 00 pesos. Hoy en día son los miembros de la A.M. quienes aportan de manera directa una parte de los gastos de la cofradía.

La diaspora a la ciudad de México y el establecimiento en Ampliación Santia­go constituyó la tercera fase de la migración de los Rosareños. A principios de los años sesenta se intensificó el flujo migratorio que lenta e inexorablemente fue dejando vacío al pueblo, creando asimetrías en los grupos de edad y género. Las opciones laborales fueron poco remuneradas y consistieron en empleos de baja calificación; peones de albañil, policías, obreros, costureras, sirvientas y carretilleros en algunos mercados como la Merced o la Central de Abastos.

"Comencé a trabajar allá en El Fénix"

El mercado laboral se diversificó conforme pasó el tiempo, ofreciendo mayores opciones, donde empleos marginales como el de carretilleros en los mercados o la Central de Abasto no fueron la única salida para los recién llegados. El ingre­so a la fábrica los lleva al mismo tiempo a las filas de la clase obrera, y repre­senta una fase más del proceso de identificaciones de los migrantes.

La migración experimentada por los Rosareños si bien se presenta en varias fases por razones de orden metodológico, el inicio de una no implica la automática desaparición de los otros patrones migratorios. Por ejemplo la re­gión de Cuautla, Morelos es un punto de referencia ya conocido por ellos a través de sus padres, en el siguiente testimonio se encuentra la combinación de ambos espacios laborales como opciones viables:

[ .. . ] Me fui a México, mi jefe no me quiso comprar una bicicleta, que me voy para Cuautla ¡me pelé, pues! Y en ese tiempo de aquí a Cuautla eran como seis pesos de pasaje 'présteme Ud. Seis pesos -¿para qué?­no, pues me voy a trabajar' pero él lo creyó así muy fácil y dice 'órale' que me da diez pesos, había de esos papeles café, así con diez pesitos, y que me voy, agarré mi petaca y órale cabrón a pelarse pa' Cuautla. Tra­bajé un buen tiempo en Cuautla y ya que me voy para México.15

15 Entrevista con S.M., octubre de 1993 .

302

MEMBRESÍA E IDENTIDAD EN PHOCE<,Q<, M IGHATOl110S

Las redes que los insertan en la ciudad de México son conformadas a través de lazos de parentesco y amistades. Ellas les brindan el espacio para vivir, los contactos para conseguir trabajos, y además es ahí donde se reproduce a la comunidad en sus nuevas dimensiones espaciales:

[ ... ] allá llegué con Maximino, no era mi pariente, era nomás mi conocido, él me metió a trabajar en la fábrica El Fénix, era de papele­ría, ahí está sobre Río Consulado cerca de la Semi llera Central ahí estu­ve trabajando, trabajé siete meses me dicen: '¿sabes qué? Estás a prue­ba', para agarrar ya la planta de moledora de papel, cuando yo llegué empecé a trabajar de morrnero, ya después me dieron la máquina para moler papel , a los siete meses me hicieron prueba si ya podía preparar la pasta y todo y dicen 'ya pasaste el examen, ahora queremos tu cai1illa' no, no tengo precartilla, porque querían el número de matrícula ya para asegurarme en el seguro con mi familia, pero como yo era menor de edad no tenía cartilla vamos pá fuera, la compañía contrata con gente de responsabilidad de dieciocho años para arriba, tú como no tienes, tienes la oportunidad y las puertas abiertas de regresar cuando quieras. 16

El auge de las fuentes de trabajo convirtió a la ciudad de México en un polo de atracción para los migrantes; abarcando ambos géneros. A diferencia de los hombres, la edad no fue una limitante para la participación femenina en los mercados de trabajo. Algunas de ellas comenzaron a trabajar como sirvientas desde temprana edad, este tipo de opción laboral se asociaba con la posibilidad de continuar estudiando, como lo evidencia el siguiente testimonio:

En 1964 cursé en México el cuarto año de primaria, trabajaba de seis a doce y estudiaba de dos a seis. Ganaba yo veinte pesos a la semana, vivía con mi hennano más grande, aunque le gustaba la copa. Mi cuñada no me quería, siempre le contaba chismes, yo nunca le reclamaba a mi hennano pues él casi no le hacia caso a lo que le decía. Pero un día en un agosto como a las I I de la noche llegó mi hennano y no sé qué le comentó mi cuñada, agarró mi ropa y la tiró a la calle. Yo pensé en mi hermana y aunque vivía lejos, no me importó, me fui con ella, eran las once y media de la noche.17

La migración a la ciudad de México comenzó a perder peso a principios de los noventa en virtud de los bajo salarios, dificultades para adquirir una vivien-

16 Entrevista con S.M. , octubre de 1993. 17 Entrevista con 8.G., octubre de 1994

303

G USTAVO L ó PEZ Á NGEL

da y por el espíritu de aventura por conocer nuevos espacios. El viaje al norte se convierte en el tópico de las conversaciones tanto en El Rosario como en Am­pliación Santiago. En un seguimiento realizando a 34 unidades domésticas de El Rosario pude dar cuenta de los cambios en los patrones migratorios ocurridos entre 1992 y 1997. Rastreando al mismo grupo de migran tes. Las nuevas genera­ciones en El Rosario comenzaban a descartar el viaje a la ciudad de México en pos de trabajo. Esto se reflejó con el regreso de algunos migrantes al pueblo o su incorporación a la migración internacional. A continuación presento los datos de desplazamientos de un mismo grupo de migrantes, para dar una aproximación a los cambios ocurridos en un periodo que va de 1992 a 1997 (gráfica 1 ).

Gráfica 1. Desplazamiento de una generación de migrantes de El Rosario Micaltepec

100% /

,•

0% , l9J2 1<JJ7

lil Regional o 7.3 ~ Tijuana 16.1 7.3 • Retornados 18.2 ID Estados Unidos 16.1 34.5 0 México 68 32.7

Fuente: Investigación propia.

La migración hacia la ciudad de México pasó a ocupar el segundo lugar, mien­tras el primero lo representaba los Estados Unidos. El tercer lugar lo ocupaba la migración de retorno a la comunidad de origen. Lo relevante es el desplazamien­to de una parte de los migrantes que radicaban en la ciudad de México a los Estados Unidos. Considero que esto permite explicar por una parte la constitu­ción de los comités en Nueva York y California, y por otra entender la relación de subordinación con la Asociación Micaltepecana. Asociado a los altos costos del traslado y lo irregular de su situación migratoria en los Estados Unidos.

304

M EMBRESÍA E IDENTIDAD EN PROCESOS MIGRATORI OS

La Asociación Micaltepacana asumió la responsabilidad de coordinar las ac­ciones dirigidas hacia los migrantes en los Estados Unidos; en California y Nueva York en la actualidad solo hay comites responsables de reunir cooperación para promover algunos eventos de las fiestas patronales o para realizar alguna obra pública civil y religiosa. No existen asociaciones paralelas a la A.M. Pero, para tener una idea mas clara de cómo se conformó el proceso, describiré esta fase .

"El coyote nos cobro 900 dólares"

La cuarta fase del proceso migratorio se desarrolla en 1982 con la salida de los primeros migrantes hacia los campos agrícolas de Santa Ana y al sector servi­cios de los Angeles, California. Más tarde, en 1985, otros se dirigirán a la ciu­dad de Nueva York. La migración hacia los Estados Unidos se fue incrementando en los últimos años, las nuevas generaciones se integraron directamente a ella haciendo perder importancia a la migración interna.

El paso al norte se inscribió en una nueva experiencia de migrar que marca­ba varias diferencias con la anterior generación que había participado en el programa Bracero, en este caso, los enganchadores encargados de la tramita­ción de los papeles y de su traslado desaparecían del escenario. El reclutamien­to y el traslado al norte corrían a cargo de quienes decidieran irse al otro lado de la frontera. El lugar de los antiguos enganchadores fue ocupado por los llama­dos "polleros" y "coyotes". Concretar el deseo de trabajar en el norte, implica­ba tener los suficientes recursos materiales o la red que financiara el viaje. La consolidación de un conjunto de contactos en los puntos de destino, posibilitó a los Rosareños insertarse en el mercado de trabajo internacional.

La red que posibilitó la migración a California y Nueva Yo1h se estableció por dos vías: parentesco ritual y amistades. Los hermanos Moreno fueron los primeros en viajar a Santa Ana, California en 1982, gracias al contacto con sus hermanos rituales, los hijos de su padrino de bautizo, quien radicaba en la ciudad de Acatlán de Osorio cabecera del distrito y principal centro urbano de la mixteca poblana. Mientras que la red de Nueva York tuvo su arranque a través de lazos de amistad. Uno de sus fundadores fue Senen Reyes a quien le tocó el papel de cabeza de playa en 1989, gracias al apoyo brindado por uno de sus compañeros de estudios, a quien conoció cuando estudió la secundaria en Acatlán como lo comenta su hermano Celedonio:

Me fui el I O de agosto de 1990, me fui solo, salí el viernes y llegué a Tijuana a las doce del día, me quedé hasta el sábado. El primer intento a

305

G USTAVO L ó PEZ ÁNGEL

las seis de la mañana y alcancé a cruzar, cruce de mojado por un zanja, de ahí a San Diego. Yo solo busqué un coyote porque el que me reco­mendaron lo habían matado, entonces elegí otro y ese me cruzó, me cobró 900 dólares. Ellos compran todo, dure seis días en su casa, ahí en los Angeles y ahí el mismo sacó el boleto para New York, duré varios días porque no había boletos. Allá me esperó mi hermano en su casa. Yo bajé del avión y en el aeropuerto tomé un taxi, le di la dirección. El taxista sabía hablar español y rápido dí con él. Estuve tres días solo sin trabajo, rápido trabajé me recomendó mi hermano que ya lleva cinco años en New York. Es el trabajo que tengo hasta ahora. En mi trabajo no tuve problema para comunicarme, mi patrón habla español. 18

En la época actual la mayoria de los migrantes ya han establecido contactos previos con los llamados "polleros", desarrollándose un trato sobre el monto, y el mecanismo de pago. La labor del "pollero" es garantizar el traslado a los "clien­tes" hasta los punto de destino, por lo general ellos sólo se encargan de trasladar a la frontera. La existencia de los polleros se explica por el papel que juegan en el desarrollo del proceso migratorio, el éxito obtenido en trasladar gente a los Ange­les o Nueva York, es su mejor sistema de promoción o mercadotecnia al interior de las comunidad translocal. Este mecanismo les otorga un prestigio, si un pollero tiene como antecedentes haber fracasado en el paso de algún cliente, inmediata­mente se divulga la noticia, disminuyendo su clientela en un mercado altamente competido por polleros de Acatlán, Tehuizingo y Piaxtla.

Los eventos del 11 de septiembre de 2001 hicieron más difícil y costoso el paso al norte elevando los costos. Las rutas tradicionales debieron de modificarse por la extrema vigilancia, incursionando en nuevas rutas cuyo co­mún denominador es el peligro.

La migración internacional dada la ausencia de una regulación bilateral similar al Programa Bracero implica un conjunto de peligros para sus partici­pantes. Esta visión del peligro fue determinante para que en los inicios del proceso en El Rosario fuera básicamente asunto masculino, posteriormente las mujeres se fueron también incorporando:

Ahora cuento cuando me fui de mojada. De México nos fuimos en autobús a Tijuana. Allí llegamos a casa de unos paisanos, ellos ya sa-

18 Testimonio de C.R., abril de 1994.

306

NlEMBRES!A E IDENTIDAD EN PROCESOS MIGRATORIOS

bían quién nos pasaría del otro lado. Era bien noche cuando pasaron por nosotros, me acuerdo que subimos un cerro y lo bajamos; íbamos dos grupos, unos pasaron por el canal y nosotros dimos vuelta. Ahí llega­mos a un lugar que se llama San Diego, a una casa donde llegan todos, pues así es. Primero pasamos a Los Angeles llevados en una camioneta tapados, escondidos. Ya cuando está uno allá [Nueva York], risa y risa, pero estando ahí serios y asustados. 19

Pese a todas las medidas desarrolladas por el gobierno norteamericano por controlar el paso por la frontera. Continua la avalancha humana que se desplaza por los cerca de tres mil doscientos kilómetros que le unen con México. Esta migración no regulada ha sido caracterizada como problema de seguridad nacio­nal que afecta a la soberania estadounidense, en virtud de ello el gobierno de los Estados Unidos ha diseñado programas para cerrar el paso a sus participantes.

Los Sweatshops en Nueva York o los talleres de sudor

Nueva York es hoy el punto de mayor atracción en la migración internacional de la comunidad translocal. El ingreso al mercado de trabajo en los Estados Unidos se orienta al sector servicios y en la maquila (sweatshop) con salario poco renumerado: son los espacios laborales donde se mueve la gente de Micaltepec pero también la de Ampliación Santiago que se ha incorporado a las redes construidas desde la comunidad de origen.

Raquel nació en Ampliación Santiago, sus padres son originarios de El Ro­sario, y ha pasado más de tres años trabajando a destajo en diversos sweatshops de Nueva York. Conoce las diversas opciones laborales que ofrecen minorías étnicas-nacionales como los coreanos que son propietarios de los talleres:

Con los coreanos el trabajo puede ser, por ejemplo, poniendo tekes, quitando hilos, poniendo botones, haciendo cinturones, pintando las caras de las muñecas, haciendo bolsas de mano, haciendo palitos, haciendo broches, haciendo chocolates, haciendo pelucas. 20

El retomo de los migrantes al pueblo no es una práctica nueva en El Rosa­rio. Cuando la oferta de empleo escasea en la ciudad de México, algunos optan

19 Entrevista con T.M., abril de 1994. 20 Entrevista con R.A., abril 1997.

307

G USTAVO L ó PEZ ÁNGEL

por regresar una temporada, y en algunos caso emprender el viaje "al Norte". Trabajar por dos años o tres años de trabajo puede permitir sostener y desarro­llar algun proyecto, como la construcción de la casa o la compra de un vehícu­lo. La mayoría de las construcciones que se han realizado desde finales de los noventa a la fecha han sido financiadas por los paisanos "del Norte".

La reciente incoporación de los Rosareños a la migración internacional los coloca en una situación dificil en torno a su estatus migratorio, al entrar en la llamada categoría de trabajadores sin papeles. Pese al proceso previo de negocia­ciones por conseguir un programa de regularizacion migratoria, los eventos del 11 de septiembre endurecieron las políticas migratorias del gobierno norteameri­cano quien no ha vuelto a implementar un programa de amnistía para los migrantes, estando expuestos a la continua posibilidad de ser deportados. Esta situación de inestabilidad contribuye a la prolongación de la estancia, una de las razones es el alto costo del traslado, aunado al peligro de ser capturado durante el paso.

El flujo de regreso si bien no es inversamente proporcional al de salida, se man­tiene, y las razones pueden radicar en motivos como la muerte de algun miembro de la familia o la vejez de los padres, Romualdo vecino de El Rosario trabajó por ocho años en California como jornalero, vendedor ambulante y obrero. La avanzada edad de los padres, le hizo emprender el camino del regreso a la comunidad:

[ ... ], se regresa, por varias razones, algunas veces se nos muere alguien, o nuestros papás están viejitos, y no hay quién se haga cargo de ellos, ni modo que el ahijado dé la cara, pues la gente va a decir, '¿y sus hijos, por qué no están aquí? Eso no está bien, pagaron mal esos muchachos' y dónde va uno a dejar que se digan cosas así, como si fuera uno animal, ¡No! hay que saber responder por los nuestros, por nuestra sangre, por eso regresé para ayudarlos. Aquí me quedo con ellos, Dios dirá lo que pase.21

Conclusiones

El recorrido histórico de la migración ha sido un pretexto para poder ilustrar como las asociaciones o clubes de oriundos son resultado de complejos procesos organizativos; en algunos casos montados de origen sobre plataformas con un alto contenido religioso expresado a través de prácticas rituales o acciones que

21 Entrevista con R.M. , noviembre de 1999.

308

M EMBRESÍA E IDENTIDAD EN PROCESOS MIGRATORIOS

buscan dar respuesta a sus necesidades de vivienda o empleo. En el segundo caso el origen secular de la organización no es obstáculo para que un sector mayorita­rio, influenciado por una confesión religiosa, instaure prácticas rituales que le hacen transitar por el terreno de lo sagrado. La locación es un importante factor que influye en la construcción de una membresía vinculada al pathos religioso.

Sin embargo, la identidad debe ser percibida como un proceso que involucra múltiples identificaciones o dimensiones. La identificación religiosa es un aspecto que tiende a imponer su hegemonía sobre dimensiones como locación y etnia en el caso de los clubes de oriundos o asociaciones de pueblo. La peregrinación y su contenido ritual constituye la arena dónde se debaten de forma simbólica las nuevas nociones de alteridad. Se construye un nuevo campo de tensiones marcado por fronteras ideológicas flexibles. El nosotros y los otros no es una distancia rígida al interior de la comunidad. Una confrontación hacia el exterior vuelve a instaurar la cohesión del grupo, pasando a un segundo plano las diferencias sustentadas en el corpus religioso. La visualización que los actores sociales paiticipantes tienen so­bre los diferentes capítulos de su vida política permite captar la naturaleza de su interacción social con los otros grupos étnicos y/o clases sociales.

La Asociación Micaltepecana sentó las bases para una recomposición de la identidad de los migrantes que se establecieron en Ampliación Santiago, a par­tir de un programa de demandas sociales, y más tarde sostenida por la genera­ción de rituales asociados a la fiesta patronal del pueblo. La desterritorialización de la comunidad implicó una recreación dentro de los nuevos espacios con el fin de adaptarse al nuevo contexto.

Los migrantes construyeron sus nuevas experiencias de vida como actores sociales, donde la acción social será el principal mecanismo para transformar sus condiciones de vida. Construyendo los nuevos escenarios a partir de prácti­cas políticas que también incluyen una relación con partidos políticos, no exen­tas de clientelismo, organizaciones de colonos y nuevas confesiones religiosas.

Como una forma de poder explicar el proceso de identificación me remito a la noción de construcción de la ciudadanía transnacional tomando como eje sustancial de análisis, los mecanismos mediante los cuales los migrantes cons­truyen su membresía. Puede sonar a una vieja cantaleta la utilización del témÍi­no nuevos actores sociales, al correr el riesgo de desgastarse y constituirse en un lugar común cuya única legitimidad sea precisamente su continuo uso. Su sentido viene otorgado por las acciones, las cuales nos permiten identificar la

309

GUSTAVO LóPEZ ÁNGEL

construcción de una agenda social. La cual desemboca directamente en proce­sos de identificación que permiten agrupar a la Asociación Micaltepecana bajo un conjunto de metas comunes. Una de los rasgos de estos procesos organizativos, es la fuerte presencia del factor religioso, al tener corno ele­mento adicional de cohesión la religiosidad popular representada por el cul­to a los santos patronos. Representando la des-secularización de las organi­zaciones de rnigrantes que han emergido en un contexto de reclamos socia­les. Sin embargo, la historia de los movimientos sociales en México ha es­tado marcada por la fuerte presencia de la religiosidad popular, recuérdese el uso de símbolos como la Virgen de Guadalupe en los procesos de inde­pendencia, revolución y movilizaciones agrarias.

La Asociación Micaltepecana marca una diferencia sustancial con el pasado político de sus miembros en la comunidad de origen. La organización social de los rnixtecos de El Rosario se caracterizó por su exclusión de la vida política en el municipio de Petlalcingo, Puebla. El control del poder político estaba en manos de los mestizos, el cual se mantiene a la fecha. El municipio no sólo definía una figura jurídica administrativa, implicaba un sistema de control polí­tico y económico sobre la vida de los pueblos que pertenecían a este. Las comu­nidades en apariencia mantenían el control sobre su territorio y su organización social, pero el resultado fue un ejercicio acotado de este control, un relativo derecho a sancionar las transgresiones de sus habitantes, que no rebasaran el ámbito de las sanciones simples como el robo, los pleitos conyugales, entre otras; es decir, un sistema normativo muy ad hoc para el sistema general.

Finahnente, la diversidad de los contextos translocales influye en la confor­mación de una membresía jerarquizada y mediada por la Asociación Micaltepecana. Los llamados "paisanos del Norte" han delegado en ella la repre­sentación de la diáspora. Al respecto, saltan algunas preguntas: ¿Qué pasará con los migrantes que tienen una confesión religiosa divergente a la católica? ¿Se­guirán sosteniendo sus vínculos de forma individual con sus familiares radicados en la comunidad sín buscar el reconocimiento a su especificidad como colectivo?

310

M EMBRESIA E IDENTIDAD EN PROCESOS MIGRATORIOS

Bibliografía

Butterworth, Douglas (1975), Tilantongo: comunidad mixteca en transi­ción, México, D.F., Secretaría de Educación Pública-Instituto Nacional Indigenista, número 38.

Craig, Richard (1971 ), The Bracero Program, Austin, University of Texas.

De la Peña, Guillermo (1980), Herederos de promesa: agricultura, polí­tica y ritual en los Altos More/os, México, D.F., Ediciones de la Casa Chata, CIESAS.

F aist, Thomas (1999), "Developing Transnational Social Spaces: Toe Turkish­German Example", en Ludger, Pries (ed.) (1999), Migration and Transnational Social Spaces, England, Ashgate, pp. 36-72.

Galarza, Ernesto (1964), Merchants of Labor, Santa Bárbara, McNally and Loftin.

Glick Schiller, Nina, Linda Basch y Cristina Szanton-Blanc (1992), "Transnationalism: A New Analytic Framework for Understanding Migrations", en Glick Schiller, Nina, Linda Basch y Cristina Szanton­Blanc (eds.) (1992), Towards a Transnational Perspective on Migration: Race, Class, Ethnicity, and Nationalism Reconsidered, USA, Annals ofthe New York Academy ofSciences, pp. 1-24.

Goldring, Luin ( 1997), "Difuminando fronteras: construcción de la co­munidad transnacional en el proceso migratorio México-Estados Unidos", en Femando Herrera y Saúl Macías (comps.) (1997), Migración laboral internacional, Puebla, México, Universidad Au­tónoma de Puebla, pp. 55-105.

Hannerz, Ulf (1998), Conexiones transnacionales. Cultura, gente, lu­gares (Colección dirigida por Ruíz Torres, Pedro; Sevilla, Sergio y Talens, Jenaro), Madrid, Ediciones Cátedra.

311

ÜUSTA YO LóPEZ ÁNGEL

Herrera, Fernando (2001 ), "Transnational Families: Institution of Transnational Spaces", en Ludger Pries (ed.) New Transnational Social Spaces. International Migration and Transnational Companies in the Early Twenty-first Century, London, Routledge, pp. 77-93.

Keamey, Michael (1996), Reconceptualizing the Peasantry, Anthropology in Global Perspective, Boulder, Westview Press.

Lestage, Frarn;oise (1997), "Diseñando nuevas identidades el sistema de alianzas de los migrantes mixtecos en Tijuana, B.C: 1977-1996", Ponencia presentada en el XIX Coloquio Fronteras fragmentadas género, familia e identidades en la migración mexicana al Norte, Zamora, Michoacán, El Colegio de Michoacán.

----- (1998), "Apuntes sobre los mecanismos de reconstrucción de la iden­tidad entre los migrantes: los mixtecos de las Californias", en Valentina Napolitano y Xochitl Leyva (eds.) (1998), Encuentros Antropológicos: Politics, Identity and Mobility in Mexican Society, London, London Institute ofLatin American Studies, pp. 133-143.

Lewis, Osear (1957), "Urbanización sin desorganización", en América Indígena, XVII (3), México, Instituto Indigenista In­teramericano.

----- (1969), Antropología de la pobreza, México, Fondo de Cultura Económica.

----- (1972), La cultura de la pobreza, Barcelona, Cuadernos Anagrama.

Lornnitz, Larissa (1975), ¿Cómo sobreviven los marginados?, México, editorial Siglo XXI.

----- ( 1976), ''Networks and Migration", en Current Perspectives in Latin American Research, The University ofTexas Press.

Nava, Martha (2000), "Migración rural, acceso a la tierra y cambios pro­ductivos en la mixteca poblana. Estudio de caso: Petlalcingo, Pue­bla", tesis de doctorado.

Pries, Ludger (1999), "Las migraciones laborales internacionales y el surgi­miento de espacios sociales transnacionales. Un bosquejo teórico-em-

312

MEMBRESIA E IDENTIDAD EN PROCESOS MIGRATO RIOS

pírico a partir de las migraciones laborales México- Estados Unidos", en Revista Sociología del Trabajo, núm, 33, pp. 103-129.

Redfield, Robert (1941 ), Folk Culture o/Yucatan, USA, The University Chicago Press.

Scott, C. James (2000), Los dominados y el arte de la resistencia. Dis­cursos ocultos, México, Editorial Era.

Velasco, Laura (2002), El regreso de la comunidad: migración indígena y agentes étnicos. Los mixtecos en la frontera México-Estados Unidos, Tijuana, B.C. , El Colegio de la Frontera Norte, México.

Velásquez, María Cristina (2002), "Discriminación por género y partici­pación en los sistemas normativos de gobierno indígena: contras­tes y paradojas", en Latin American and Latino Studies Department (2002), Indígenas mexicanos migrantes en Estados Unidos: Cons­truyendo puentes entre investigadores y líderes comunitarios , University of California, Santa Cruz, mimeo.

Whiteford Scott (1981 ), Workers from the North Plantations: Bolivian Labor and the City in Northwest Argentina, Austin, University of Texas Press.

Entrevistas

Victoria Díaz, abril de 1996.

Bemardina Gil, octubre de 1994 y abril de 1996.

C.R., abril de 1994.

F.M.,febrero de 1996.

G.M., octubre y marzo de 1995.

N.I., diciembre de 1995.

R.A., abril de 1997.

R.M., noviembre de 1999.

S.M, octubre de 1993.

T.M., abril de 1994.

313

La formación de los clubes del Estado de México. Mecanismos de organización de nuevas comunidades

de migrantes mexicanos en los Estados Unidos 1

Germán Vega Briones

Introducción

A pesar de que durante el pasado mes de diciembre del 2002 fue anunciada, formalmente, la "desaparición" de la Oficina de Atención a Mexicanos en el Ex­tranjero, el personal de ésta y las respectivas funciones que desarrollaba, pasaron a formar parte de los Consulados de México en los Estados Unidos. Es decir, ahora son las oficinas consulares las que continuan atendiendo las necesidades de los migrantes mexicanos que residen en los Estados Unidos, incluidos aquellos que dieron forma a las asociaciones o clubes de migrantes en el extranjero. Aun­que es demasiado pronto para poder evaluar las repercusiones de este tipo de decisiones es indudable que la carencia de una oficina que atienda las respectivas necesidades y demandas de los migrantes organizados en clubes podría desalen­tar a los migran tes mexicanos a seguir participando en programas del tipo "2 x 1 ", "3 x 1" u otro tipo de programas productivos en el que las remesas "colectivas" sean centrales para la operación de estos, mismos que habían sido implementados conjuntamente con los diferentes niveles de gobierno en México.

En este sentido, la idea central de este trabajo es presentar un panorama general acerca de los Clubes de Migrantes Mexiquenses que recién se han estado formando. La razón de esta formación tan nueva obedece a dos grandes explicaciones. Por un lado es un estado que no presenta una tradición migratoria internacional como los estados de centro.occidente del país (Jalisco, Guanajuato, Michoacán y Zacatecas). Por otro, en la medida en que el Estado de México no ha aportado históricamente fuertes volúmenes de población hacia los Estados Unidos, ello en sí mismo pem1ite entender por qué en 2003 sólo se tiene registro de once clubes de migrantes, cuatro

1 Este trabajo constituye una versión modificada de un primer documento que fue preparado por encargo de El Colegio Mexiquense, COESPO-Estado de México y El Colegio de la Frontera Norte. Deseo agradecer el generoso apoyo económico proporcionado por estas tres instituciones.

315

G ERMÁN V EGA B RIONES

de ellos ubicados en la ciudad de Austin, Texas. Sin embargo, bajo el impulso de los diferentes niveles de gobierno mexicano, estos clubes empiezan a cobrar impor­tancia en estados como California, Pennsylvania, Illinois y Florida, principales lugares de trabajo de los migrantes del Estado de México.

La formación de clubes, asociaciones o casas de migrantes constituye una forma nueva de organización de las comunidades de migrantes mexicanos que trabajan y/o residen en los Estados Unidos. Generalmente están conformados por grupos de ciudadanos que comparten el mismo origen en México y que tienen entre sus principales objetivos maximizar recursos económicos para la puesta en marcha de una serie de actividades y/o proyectos que beneficien tanto a los migrantes como a las comunidades de origen y, por lo tanto, a sus familias. Estas acciones o proyectos generalmente se dan en dos formas: 1) actividades de apoyo al migrante en los Estados Unidos, tales como soporte logístico, orientación, ca­pacitación e integración de grupos de familiares y amigos alrededor de activida­des culturales y deportivas; y 2) apoyo al desarrollo de las comunidades de ori­gen, en coordinación con las autoridades locales y estatales, en actividades como el mejoramiento de infraestructura, reparación y construcción de escuelas y jardi­nes infantiles, generación de fuentes de empleo. Las casas de migrantes, al igual que los clubes y/o asociaciones efectúan un conjunto de acciones con un alto sentido social, vinculándose en su actuar con los gobiernos estatales y municipa­les, generalmente en coordinación con las oficinas consulares de México en los Estados Unidos. A través de estas asociaciones los migrantes, al mismo tiempo que se adaptan a las nuevas circunstancias sociales en el país de arribo, logran mantener vínculos, lealtades y compromisos con sus comunidades de origen, tanto en México como en los Estados Unidos, convirtiéndose éstas en un impor­tante capital social y económico de los migrantes.

Contrario al supuesto común sobre la asimilación y/o integración de los migrantes mexicanos en los Estados Unidos, los lazos y las lealtades hacia México, de parte de los migrantes, se han venido manteniendo e incrementando mediante una estrecha relación cultural y económica entre éstos y sus lugares de origen. En este sentido, la interacción constante entre migrantes y comu­nidades de origen ha construido una serie de redes socioculturales de la mi­gración convirtiéndose, por un lado, en una fuente importantísima de apoyos para los migrantes en términos de obtención de empleos, hospedaje y el apren­dizaje de las reglas de convivencia en el nuevo país y, por otro, en un flujo considerable de divisas hacia México lo cual contribuye al mejoramiento de la calidad de vida de las comunidades de origen.

316

LA FORMACIÓN DE CLUBES DEL E STADO DE M ÉXJCO

Desde esta perspectiva, estas redes constituyen lo que diferentes investigado­res han denominado ''un capital social", el cual implica la acumulación de cono­cimientos, experiencias, y contactos con otros miembros de dichas redes, mismas que generan un potencial de diversos retornos en el tiempo para estos y otros migran tes que se agregan a las redes (Moctezuma, 2001; Escala, 200 I; Zabin y Escala, 2002; González Gutiérrez,1995). Para los migrantes este capital social es muy importante particularmente en la determinación de las trayectorias de vida y laborales en los Estados Unidos. Además, este capital social juega un rol central, al menos potencialmente, en términos de mejoramiento económico e incorpora­ción social dentro de la nueva sociedad (Zabin y Escala, 2002).

Las asociaciones de migrantes, en términos generales, se analizan dentro de un "nuevo patrón migratorio" contemporáneo, caracterizado por un incremen­to del tiempo en las estancias de los migrantes en el país de destino y el despla­zamiento de núcleos familiares completos, gracias a mejores y más estables condiciones de la migración, lo que facilita y hace más seguro este proceso para una mayor cantidad de miembros, incluida la parentela. Este nuevo patrón mi­gratorio, sin embargo, también implica, al menos potencialmente, una re­ducción en el envío de remesas. Como reacción inversa a este patrón migrato­rio, los migrantes buscan mantener y fortalecer sus lazos mediante nuevas formulas de identidad, pertenencia y arraigo para con sus comunidades de ori­gen, mismos que se han venido materializando en la formación de clubes, aso­ciaciones o casas de migrantes (Moctezuma, 2001 ).

La formación de clubes o asociaciones de migrantes

Las organizaciones de ayuda mutua de mexicanos inmigrantes en los Estados Unidos surgen en fonna notoria con la inmigración de los últimos 25 años (Alatorre y Aguilar, 1994; Zabin y Escala, 2002; González Gutiérrez, 1995). Las organizaciones de mexicanos en los Estados Unidos comenzaron como asociaciones mutualistas, más o menos formales , a nivel de población, poblado y barrio de migrantes La mayoría se avocaron a atender los problemas locales de sus lugares de origen y con algunos apoyos hacia los inmigrantes en tomo a vivienda y empleo, en la migración hacia El Norte y en el contacto con los recursos necesarios para construir una nueva vida (Daza, 200 l; Zabin y Escala, 2002). Las organizaciones tienen similitudes en cuanto a su forma de creación, inicialmente los inmigrantes mexicanos tienden a visualizar su presencia en festividades (individuales o colectivas) de índole religioso o civil y en activida-

317

GERMÁN VEGA 8RIONES

des deportivas.2 La etapa que le sigue es la formación de comités que representan las comunidades de origen, a los que integran miembros que inician los trabajos de discusión sobre los temas y proyectos a tratar, reproduciendo en muchos casos las mismas prácticas que se desarrollan en reuniones de discusión similares al pueblo de origen. Posteriormente los clubes se agrupan en asociaciones de clubes por re­giones de origen, para generar campos de acción mucho más amplios.

La actual formación de asociaciones o clubes de migrantes comienza a princi­pios de los años setenta a través de la agrupación de migrantes organizados pre­viamente en clubes de futbol y por región de origen (Zabin y Escala, 2002). En 1972, se formó una de las primeras asociaciones que agrupó a varios clubes de zacatecanos. A mediados de los años ochenta, inmigrantes provenientes de esta­dos con menor índice de expulsión como Oaxaca, conformaron la "Asociacion Cívica Benito Juárez", concebida con dos objetivos primordiales: 1) el de propor­cionar información sobre los derechos laborales de los trabajadores agrícolas en California; y, 2) para generar cambios de mayor participación comunitaria en las decisiones del lugar de origen de los integrantes (caso de San Juan Mixtepec). Otros estados como Guanajuato formaron organizaciones a partir de esquemas de organizaciones deportivas como el Club de futbol León del este de los Ángeles, fundado en 1945; las organizaciones de Yucatán se originaron desde la Liga Yucateca de Softball de Pasadena, creada desde 1979 en los Ángeles (Daza, 200 l ). En el caso concreto de las organizaciones del estado de Guanajuato, se le dio el nombre de "Casas Guanajuato". Estas "casas" están fundadas en la organización civil, su objetivo es el mejoramiento de sus comunidades, el fortalecimiento de los lazos de unión con su estado de origen y la integración al desarrollo de la comunidad (González Martínez y Hemández, 1998).

En el fondo las organizaciones de mexicanos no han variado mucho respec­to de las razones que motivaron a los primeros inmigrantes a agruparse, quizás

2 El Sr. R.O. miembro fundador del Club Pegueros-Jalisco en Los Ángeles comenta: Al principio, la gente de Pegueros nos juntábamos seguido para algunos eventos, en especial para los eventos deportivos ... Yo llevaba a mi familia a los juegos de futbal y de beibols en donde yo jugaba, y la mayoría de los jugadores hacía lo mismo, y no eran solamente nuestras familias, había mucha gente que venía como espectadores, porque a donde quiera que íbamos éramos los que más porra llevábamos. Y fae a partir de reunirnos en estos eventos deportivos que se nos ocurrió formar una asociación que sirviera también para otros fines, sobre todo para hacer frente a las necesidades de nuestra gente en Pegueros. De hecho, nuestro primer proyecto fae la donación de una ambu­lancia para nuestro pueblo. Entrevista realizada por Luis Escala (2001 ).

318

LA FORMACIÓN DE CLUBES DEL E STADO DE M ÉXICO

las condiciones sean diferentes, pero el deseo de brindar ayuda a los paisanos es la misma. Como refiere Santamaría Gómez (1997 citado en Daza, 200 l ), "las organizaciones de los años posteriores a la Revolución Mexicana, "las mutuali­dades, clubes y sindicatos que organizaban a los trabajadores mexicanos eran asignados con nombres en español y de héroes mexicanos; las fiestas patrias más celebradas eran el 16 de septiembre y el 5 de mayo; el mayor interés polí­tico estaba en los asuntos de México" ( en Daza, 2001 : 5). Por otro lado, las organizaciones que se han formado en las últimas cuatro décadas, salvo excep­ciones, rompieron con la tradición forjada al norte del Río Bravo entre 1848 y 1937, constituyéndose en los principales vehículos de la relación política con el gobierno, los movimientos revolucionarios y los partidos políticos mexicanos ( en Daza, 2001 ). Como ejemplo de lo anterior se puede referir el caso de la organización oaxaqueña, Frente Indígena Oaxaqueño Binacional (FIOB), mis­ma que desde su formación ha tenido tintes claramente políticos. El ex-cónsul de Asuntos Comunitarios en Los Ángeles, Carlos González Gutiérrez (1995, citado en Daza 2001), describía las características de las organizaciones mexi­cana en los siguientes términos: ... "representan los intereses y articulan las de­mandas de sus agremiados frente a quienes permanecieron en la comunidad de origen, frente a las autoridades municipales, estatales, y federales del gobierno de México, y en menor medida, frente a la sociedad civil y las autoridades locales de las ciudades donde residen." ( en Daza, 200 l : 7).

Por lo anterior se deduce que las organizaciones de mexicanos radicados en los Estados Unidos han experimentado una evolución en cuanto a sus objetivos centrales, ampliando su rango de acción a actividades que van desde atender a las necesidades de sus comunidades de origen hasta cuestiones políticas que atañen a estas comunidades en sus estados de origen y en el país receptor. La participación política en los Estados Unidos, se ha manifestado, especialmente en el estado de California, mediante la oposición pública a la propuesta de Ley llamada 187, durante el gobierno de Pete Wilson. Durante el periodo de este gubernador las organizaciones de inmigrantes mexicanos fueron contactados por los legisladores y líderes de origen hispano, a través de los consulados mexicanos, para manifestar su oposición a la propuesta 187, después de lo cual la participación de los migrantes mexicanos se ha fortalecido haciéndose más activa Así, Zabin y Escala (2002) califican como actividad política la idea de los migran tes de convertirse en ciudadanos estadounidenses ( caso del Club de Damas de Tecuala, Nayarit y del Club Sonora), por ser considerada ésta una de las formas en que los migrantes y sus organizaciones podrán tener más partí-

319

GERMÁN VEGA BRIONES

cipación política en el futuro inmediato. Estas organizaciones ciertamente no han tenido una participación política abiertamente partidaria ni constante, pero cuando ha existido, ha sido manifestada particularmente dentro de la política mexicana más que en la norteamericana (Santamaría, 1997). Como ejemplo de lo anterior se puede referida pa1iicipación de las organizaciones ( clubes o asociaciones de migrantes) mexicanas en temas como las elecciones presi­denciales de 1988 y 1994 y las negociaciones del TLC, en las que hubo im­portantes manifestaciones públicas firmadas por varios clubes, particularmente de las áreas de los Ángeles, San José (Ca.) y Chicago (Ill.), en las que éstas apoyaban abiertamente, mediante desplegados, cartas a los periódicos y re­uniones diversas, al Partido Revolucionario Institucional y al gobierno mexi­cano. También en estos desplegados se puso de manifiesto la posición de las organizaciones frente a la política interior y exterior de México, al expresar claramente el interés por el voto de los mexicanos en el extranjero (Daza, 2001). A raíz de los acontecimientos derivados de la sucesión presidencial y el desacuerdo con el resultado de las reformas económicas implantadas en nuestro país, desde 1995 se inició un movimiento político activo entre los inmigrantes mexicanos en los Estados Unidos (Nava, 1998; Daza, 2001). A finales de febrero de 1998, algunas organizaciones de mexicanos en los Esta­dos Unidos integraron la Coalición de Mexicanos en el Exterior "Nuestro voto al 2000", con el propósito de presionar a las autoridades de México y asegurarse el derecho constitucional del ejercicio del voto para la elección federal del 2000. En cuanto al involucramiento en la política estadounidense, no se observan mayores avances, lo cual podría reflejar, por un lado, rezagos de los vicios de la cultura política heredada del PRI y, por el otro, la ausencia de una verdadera consolidación de dichas organizaciones en los Estados Uni­dos alrededor de un grupo o partido político. Algunas de las razones de la debilidad o ausencia de participación política en los Estados Unidos, de parte de los clubes o asociaciones de mexicanos (migrantes), considerados por Zabin y Escala (2002) y Daza ( 2001), se citan a continuación:

320

• El gobierno mexicano no ha podido evitar reproducir en los clubes mexicanos en los Estados Unidos, los mecanismos de relación cor­porativa que establece con las organizaciones sociales al sur de la frontera. Utilizando el llamado "clientelismo" por parte de los con­sulados, gobiernos municipales y estatales, en diversas actividades, recursos financieros y materiales que fluyen de los clubes mexica­nos en los Estados Unidos hacia sus pueblos de origen.

LA FORMACIÓN DE CLUBES DEL E STADO DE MÉXICO

• Traen tras de sí una profunda desconfianza, tanto de los procesos, como de los mismos políticos.

• Otra posible causa de no involucramiento político es la división entre los líderes de las organizaciones, como sucede en la Federación Zacatecana y las organizaciones oaxaqueñas.

• Incluida también la posibilidad de que la mayoría de los miembros de las organizaciones estén más ocupados en encontrar trabajo y no en los asuntos de establecer relaciones políticas, o bien enfocándose en los problemas de su pequeño lugar de origen y no en los asuntos que los unificarían como miembros de una organización.

• El extremo paternalismo limita a las organizaciones de oriundos mexicanas en su rol político.

A pesar de que algunas de estas organizaciones han vivido experiencias desafortunadas durante procesos políticos y con algunos políticos mexica­nos en general , algunos representantes, como el actual líder de la Asocia­ción Guerrerense, han manifestado su intención de participar en la política de los Estados Unidos para defender a la comunidad de migrantes y, aunque son varias las voces que favorecen la participación política de las organiza­ciones, estas aún son pocas y representan a un número muy pequeño de migrantes y su rango de influencia es limitado (Zabin y Escala, 2002) .

Recientemente, en febrero del 2000, se difundió la creación de una Coa­lición Internacional de Mexicanos en el Exterior (CIME), bajo el lema de "Derechos Iguales para Todos los Mexicanos" precedida por el abatimiento de la disposición del gobierno federal de México de imponer una fianza por internamiento temporal de vehículos en el mes de diciembre del 2000 y que supuestamente representa a todos "los mexicanos en los Estados Unidos" . Según Daza (2001 ), desde la convocatoria que hicieron sus líderes, la parti­cipación de mexicanos inmigrados de primera generación es muy limitada y su creación parece como una simulación de poder. Por ejemplo, se toca­ron temas como del Programa Bracero pero nunca se invitó a la organiza­ción mexicana Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas y Migrantes, o bien a su similar en California, Estados Unidos que han estado luchando por la recuperación de los fondos descontados de los salarios de los trabaja­dores agrícolas por el gobierno estadounidense y transferidos al gobierno mexicano entre las décadas de 1940 y 1960.

321

GERMÁN VEGA BRIONES

¿Cuántos son, quiénes son y a qué se dedican?

No existe un acuerdo acerca del número, registro, localización, organización y objetivos concretos de las asociaciones de mexicanos en el extranjero. Del análi­sis de diversos documentos, se deduce que el número de organizaciones de mexi­canos en el extranjero es considerable. Daza (2001) menciona aproximadamente 300 en una decena de estados de la Unión Americana y López (1999), da cuenta de 400 organizaciones registradas en el Consulado de Los Ángeles, Ca.; Orozco y otros (2001) dan cuenta de 431 asociaciones en 2001 y estimaciones hechas por el NAID Center de la UCLA, a partir de la información proporcionada por la Secretaria de Relaciones Exteriores, calculan un total de 493 organizaciones de migrantes, provenientes de diferentes estados mexicanos.

Cuadro 1. Asociaciones de migrantes mexicanos en tres estados de los Estados U nidos

Estado California Illinois Texas Subtotal Otros Total Zacatecas 81 22 15 118 2 120 Jalisco 52 19 2 73 11 84 Guanajuato 15 11 12 38 8 46 Guerrero 3 22 3 28 1 29 Oaxaca 21 3 1 25 3 28 Durango 12 6 3 21 1 22 Michoacan 11 9 o 20 2 22 Subtotal 195 92 36 323 23 346 Otros 72 11 42 125 22 147 TOTAL 267 103 78 448 45 493

Fuente: Escala (2000). Estimaciones hechas por el NAID Center de UCLA a partir de la información provista por la Secretaría de Relaciones Exteriores, Subsecretaria de América del Norte, Directorio de Clubes de oriundos mexicanos en los Estados Unidos, abril de 1998.

Sin embargo, el crecimiento ha sido vertiginoso, en mayo de 2003, el Pro­grama para las Comunidades Mexicanas en el Exterior (PCME), actualmente Instituto de los Mexicanos en el Exterior, de la Secretaría de Relaciones Exte­riores da cuenta de 623 clubes de migrantes tal como se indica en el cuadro siguiente. Una distribución general por estados de origen y localización en los Estados Unidos se presenta en dicho cuadro.

322

LA FORMACIÓN DE CLUBES DEL ESTADO DE MÉXICO

Cuadro 2. Distribución de clubes por estado de origen y formación (2003)

Al. CA CO FL GA ILL IN MI NC NM NV NY OR PA TX UT WA TOTAL %

Zacatecas 95 18 1 126 20.2

Jalisco 2 64 24 100 16.0

Michoacán 30 16 1 51 8.2

Guerrero 41 51 8.2

Guanajuato 18 26 48 7.7

Oaxaca 1 29 36 5.8

Puebla 23 34 5.4

Nayarit 1 26 27 4.3

San Luis Potosí 11 23 3.7

Durango 11 20 3.2

Sinaloa 16 17 2.7

Tlaxcala 11 13 2.1

Veracruz 12 1.9

Edo. de Méxim 11 1.7

Hidalgo 11 1.7

Chihuahua 10 1.6

Distrito Federal 0.9

Sonora 0.8

Morelos 0.8

Nuevo León 0.6

Colima 0.6

Tamaulipas 0.4

Yucatán 0.3

Coahuila 0.3

Aguascalientes 0.1

Baja California 0.1

TOTAL 9 329 5 2 170 2 1 27 4 11 48 2 623 100

Fuente: Secretaría de Relaciones Exteriores, Programa para las Comunidades Mexicanas en el Exterior, mayo de 2003. Nota: El origen se registra según Consulado Regional de México en los Estados Unidos.

323

GERMÁN VEGA BRIONES

Como se puede observar en los cuadros 1 y 2, aunque la tendencia de concen­tración por estado ha variado, los estados mexicanos que liderean la conformación de asociaciones son: Zacatecas, Jalisco, Michoacán, Guerrero y Guanajuato y su localización se da principalmente en los estados de California, Illinois y Texas.

El estado de Zacatecas cuenta con el mayor número de asociaciones, cuya localización se da prioritariamente en los estados de California, Illinois y Texas, lo cual está estrechamente ligado con su antigua y fuerte tradición migratoria desde el comienzo del Programa Bracero. Le siguen el estado de Jalisco que comparte el mismo destino de concentración de migrantes observados en el caso de Zacatecas: en primer lugar California y segundo lugar Illinois. Michoacán y Guerrero por su parte ocupan el tercer lugar con el mismo patrón de concentración territorial aunque en el caso de Guerrero despunta Nueva York y, en cuarto lugar Guanajuato cuya distribución de clubes o asociaciones (Ca­sas Guanajuato) se da principalmente en California, Illinois y Texas.

En cuanto a las actividades que realizan dichas asociaciones se mencionan entre otras: la recaudación de fondos a través de bailes, quermeses, días de campo, rifas, charreadas; bailes de coronación. Por otro lado, generalmente estas asociaciones realizan una serie de proyectos sociales promovidos en sus lugares de origen con el objetivo de mejorar la calidad de vida de sus habitantes y que, de acuerdo a Escala (2001) en términos generales, comprenden:

• Construcción y reparación de infraestructura pública ( caminos, calles, plazas,

centros deportivos, etc.).

• Donación de vehículos y equipo (ambulancias, camiones escolares, equipo

médico y de oficina, etc.).

• Caridad ( construcción y mantenimiento de orfanatorios y de asilos de ancianos).

• Promoción educativa (programas de becas, construcción y mejoramien­to de locales escolares, envío de materiales escolares).

El fenómeno migratorio en el Estado de México

Al igual que lo sucedido a nivel nacional, la economía del Estado de México registró durante la década de los ochenta y la de los noventa una de las crisis más

324

L A FORMACIÓN DE CLUBES DEL E STADO DE MÉXICO

agudas en su historia. A pesar de que el Estado de México es eminentemente industrial (contribuye con 16.7% de la producción industrial del país y con el 10.4% de la actividad manufacturera nacional), estas crisis implicaron condicio­nes de desempleo y subempleo en todo el estado. Esta situación económica dio pie a que la emigración de mexiquenses se haya incrementado desde los años ochenta. Una parte de esta población de desplazo hacia algunos estados fronteri­zos como Baja California y Tamaulipas y hacia los Estados Unidos. Analizando los giros que los migrantes envían a sus familiares, González (2002) concluye que algunos de los municipios que recibieron un mayor número de giros fueron: Toluca, Tenango del Valle, Tianguistenco, Metepec, Tlalnepantla, Naucalpan Cuatitlán Izcalli , Atizapán de Zaragoza, Tultitlán, Netzahualcoyotl, La Paz, Ecatepec, Texcoco, Ixtapaluca, Tejupilco (región caracterizada por ser una zona de alta tradición migratoria hacia los Estados Unidos). Para González (2002), "Se puede sintetizar que hay una alta predominancia en la recepción de giros internacionales por parte de los municipios ubicados en las zonas metropolitanas de las ciudades de México y Toluca. También destacan los municipios con carac­terísticas rurales, sobre todo los pertenecientes a las regiones de Tejupilco, Ixtapan de la Sal y Valle de Bravo." (González, 2002).

González (2001) da cuenta de la migracion mexiquense en términos históricos. En este sentido, González (2001) comenta que en 1924, Manuel Gamio (1971), autor mexicano pionero en los estudios sobre el fenómeno migratorio mexicano, indicaba que el Estado de México participó durante ese año con el 1.8% de la migración internacional indocumentada hacia los Estados Unidos. En 1944 y 1964 el Estado de México participó con el 3.0% y 1.2% respectivamente. Las estimacio­nes efectuadas por Corona en 1987, basadas en el Censo de población de 1980, indicaban que del total de mexicanos de ambos sexos que permanecieron por seis meses o más en los Estados Unidos trabajando o buscando trabajo y que regresaron a vivir a México entre junio de 1979 y mayo de 1980, 2.8% eran originarios del Estado de México. La participación de población mexiquense en el flujo migratorio se ha venido incrementando con el tiempo. Así, según datos del Proyecto Cañon Zapata (COLEF, 1987-1992), el Estado de México ocupó el décimo tercer lugar en 1987 y en 1992 subió al noveno lugar, con 4.2% del total que cruzó por alguna ciudad fronteriza (González, 2001). La ENADID de 1997 muestra que el Estado de México ocupó el octavo lugar con un 5.98% de la migracion total nacional.

Durante 1994 la economía mexicana se vio afectada por la devaluación de la moneda, fue justamente en este periodo que la participáción del Estado de México en la migración internacional aumentó a 7.66%. En los años subsecuentes se

325

GERMÁN VEGA BRIONES

redujo nuevamente, debido a que las condiciones económicas del país eran favo­rables; sin embargo, en términos absolutos, se puede decir que el Estado de Méxi­co presenta un crecimiento importante en estos cinco años, al pasar de 15,217 migrantes, en 1992, a 27,290 en 1997. Otro cambio importante que se puede notar es que la migración ya no sólo responde a condicionamientos económicos, sino que basados en la construcción de redes y a una distinta percepción cultural, estamos en condiciones de poder afirmar que en la migracion internacional del Estado de México se hayan entreverados condicionantes de índole económico y sociocultural que posibilitan la continuidad de este proceso.

Los clubes del Estado de México

Con un crecimiento bastante acelerado, los clubes del Estado de México pasan de seis en 2002 a once en 2003. Al respecto, se cuenta con información acerca de seis, estos son: Club Alas con sede en la ciudad de Cícero, Illinois; Club de Bejucos con sede en Austin, Texas; Club de Luvianos con sede en Austin, Texas; Club de Tejupilco con sede en Austin, Texas; Club oriundos de Toluca con sede en Ciudad Reading, Pennsylvania; Club Tonatico con sede en la ciudad de Waukegan, Illinois. Y está en proceso de formación, en la ciudad de Houston, Texas, la sede principal de atención a las comunidades mexiquenses en el extranjero, dado que tres3 de los clubes ubicados en el estado de Texas están situados en la ciudad de Austin, capital del estado de Texas, pero esto es aún un proyecto. Lo interesante de estos clubes es que practicamente todos pertenecen a los municipios del sur del Estado de México, región que constituye la zona de mayor tradición migratoria internacional en este estado, y en particular al municipio de Tejupilco. Y aunque la formación de estos clubes no tiene más de seis años, hoy en día practicamente sólo el Club de Tonatico y Bejucos están trabajando de manera continua.

Los otros clubes practicamente han desaparecido o sesionan de manera muy irregular, es el caso del Club de Tejupilco y de Luvianos. De hecho de estos últimos solo se pudo saber que se han dedicado a recabar fondos para enviar los cuerpos de paisanos fallecidos, dar ayuda económica en periodos de desempleo y, eventualmente, enviar dinero a los lugares de origen para socorrer enfermos; esto último, por petición de los sacerdotes de la región. Pero hasta el momento ninguno de ellos se ha involucrado en algún tipo de proyecto económico en sus

3 Para mayo de 2003 ya se habían registrado cuatro clubes de mexiquenses en esa ciudad.

326

LA FO RMACIÓN DE CLUBES DEL E STADO DE M.ÉXJCO

lugares de origen y, en términos generales, se puede afirmar que su radio de acción tiene lugar en los Estados Unidos, país en el que también se han avocado fundamentalmente a realizar actividades de beneficencia como las descritas arri­ba. Esto nos lo hicieron saber varios migrantes entrevistados en las localidades de Tejupilco, Luvianos y Bejucos, quienes afirmaron que de hace unos meses a la fecha varios mexiquenses perdieron sus empleos y/o se les redujo su over time.

La economía de los Estados Unidos no anda muy bien y varios pai­sanos que trabajan en Austin, Texas han sido despedidos o les han redu­cido las horas de trabajo. Mucha gente quiso interpretarlo como conse­cuencia de los sucesos del 11 de septiembre, pero la verdad es que me­ses atrás los patrones nos estuvieron limitando el over time. Así que algunos de nosotros, hasta la fecha, no sabemos si vamos a continuar trabajando en esta ciudad (Austin, Texas) o si tendremos que buscar empleo en otras regiones. Hemos oído que algunos paisanos se han es­tado trasladando a la pizca de la naranja en el estado de Florida y otros se han ido a ldaho o Washinton. También nos hemos enterado de ofertas de emplo en Canada. Supimos, ademas, que alrededor de 20 paisanos nuestros murieron en New York, en el atentado a las torres gemelas, quizas también por eso hay mucho movimiento y, también, por esta razón algunos de nosotros decidieron no venir para las fiestas de nues­tras comunidades, porque muchos están en calidad de indocumentados y temieron perder sus empleos. Algunos hasta están volviendo a traba­jar en el campo porque al parecer en las labores agrícolas no hay tanto desempleo como en las ciudades. Asi que vamos a ver que hacen Bush y Fox, pero algo tienen que hacer porque una vez que te acostumbras a ganar en dólares ya no quieres que te paguen en pesos.

Información de índole oficial refiere que el "Programa Migran te Mexiquense" constituye un lazo de identidad entre los paisanos que se encuentran en el ex­tranjero y sus comunidades de origen. Según estadísticas sociodemográficas del INEGI, del total de migrantes mexicanos residentes en el extranjero, entre 1990 y 1995, la mayoría procedía de Guanajuato, Michoacán, Jalisco, Estado de México, Zacatecas y Chihuahua ( citadas por González, 2002), y respecto al porcentaje de migrantes, durante el año 2001 el Estado de México ocupó el decimoquinto lugar. En cuanto a programas de apoyo a migrantes, a nivel nacional se cuenta con el Programa para las Comunidades Mexicanas en el Exterior (PCME), creado en febrero de 1990 y cuyo objetivo consiste en in-

327

ÜERMÁN VEGA BRJONES

crementar las relaciones con los mexicanos y la población de origen mexicano que vive fuera del país, además de promover una mejor imagen de los mexicano-esta­dounidenses a través de la adecuada difusión de sus luchas y logros. Se cuenta, también, con el Programa Paisano, creado en diciembre de 1989 para asegurar trato digno y conforme a derecho a los mexicanos que regresan o visitan México y, en general, hacer más fácil y seguro el ingreso a territorio mexicano. Otras formas de ayuda a los rnigrantes mexicanos en el extranjero se dan a través de las versiones regionales desarrolladas por los gobiernos estatales, tal es el caso de los programas denominados "Migrante Mexiquense", "Paisano Mexiquense", "Jalisciense Ausen­te", "Paisano Hidalguense" y "SECTUR-Paisano" de Chihuahua, entre otros.

Implementación del Programa Migrante Mexiquense

En los últimos años, y de manera particular a lo largo de la década final del siglo XX, el flujo de migrantes mexiquenses hacia los Estados Unidos de Norteamérica ha experimentado un crecimiento significativo. Este fenómeno plantea un reto importante para la sociedad y la economía del Estado de Méxi­co. A través del "Programa Migrante Mexiquense," el gobierno del Estado de México busca impulsar el desarrollo integral, equilibrado y sostenible de las comunidades de migrantes que viven fuera del país; cultivar y fortalecer los lazos de unión e identidad entre los rnigrantes mexiquenses y sus comunidades de origen; lograr que estas regiones se conviertan en lugares con amplias opor­tunidades sociales y laborales para todos sus habitantes, e incrementar el capital social del migrante para que éste pueda enfrentar los desafíos del proceso mi­gratorio. Todo ello mediante dos vertientes. Por un lado, los servicios de apo­yos al rnigrante y, por otro, la promoción del desarrollo de las comunidades de origen de los rnigrantes.4 Sin embargo, en nuestros recorridos de campo por las comunidades, pudimos constatar que existe una falta total de información, tan­to entre los migrantes como entre las distintas dependencias de gobierno, in­cluida la Oficina de Atención a las Comunidades Mexicanas en el Extranjero ( cuya sede, a diferencia de otros estados, está en la ciudad de México y no en Toluca) respecto a los diferentes programas de acercamiento a los migrantes que estas últimas deberían estar desarrollando. De hecho, durante nuestras entrevistas con las autoridades municipales, no solo desconocían los progra­mas o actividades de la Oficina de Atención a las Comunidades Migrantes en

4 Consúltese http://www.edomexico.gob.mx.

328

L A FORMACIÓN DE CLUBES DEL EsTADO DE M ÉXICO

el Extranjero , sino que incluso cuando se les comentaba sobre la implementación en otros estados de distintos proyectos productivos y progra­mas como el 2xl o 3xl, estas autoridades municipales terminaron entrevistándonos a fin de conocer más sobre estos programas y/o actividades. La única alusión que hicieron respecto a los clubes de migrantes es lo relativo a una visita que durante el mes de octubre del 200 l hiciera un diputado de apellido Núñez a Tejupilco para promover la formación de más clubes. Pero no supieron o quisieron dar más información.

Los migrantes que entrevistamos no solo expresaron su deseo de organizar­se en clubes y participar en los diferentes programas o actividades que se les comentó tenían lugar en otros estados como Zacatecas, Jalisco y Guanajuato. Concretamente externaron algunas propuestas directas. Por ejemplo, relataron que en el área del municipio de Luvianos se siembra tomate y jitomate, que suelen tirar o malbaratar cuando no hay buen precio. Estos migrantes entrevis­tados comentaron que la instalación de una empacadora representaría una solu­ción para este año problema de tomate y jitomate e indicaron que ellos estarían dispuestos a cooperar con el gobierno para invertir en una empacadora. Co­mentaron que ahora que se habían constituido en municipio esperaban poder trabajar en este tipo de proyectos "porque años atrás, como eramos una simple delegación del municipio de Tejupilco, jamás veíamos los beneficios que otor­gaba el gobierno estatal y federal. Esperamos que ahora todo esto cambie." ( entrevista con cinco migran tes del municipio de Luvianos, diciembre de 2001 ). También otros migrantes entrevistados de Bejucos y Tonatico expresaron su deseo de participar en proyectos productivos y/o en actividades de cooperación mutua que beneficien a la comunidad. Incluso, personas de la localidad de San Miguel Atotonilco, municipio de Tejupilco, considerada pueblo fantasma des­pués que la gran mayoría de sus habitantes trabajan en los Estados Unidos, expresaron que ellos también estarían dispuestos a organizarse en un club a fin de obtener beneficios para la comunidad y para ser beneficiarios de las diferen­tes obras o proyectos productivos que el gobierno tiene contemplado ( entrevis­ta con siete migrantes de Bejucos, diciembre del 2001 ).

En los últimos años, y de manera particular a lo largo de última década del siglo XX, el flujo de migrantes mexiquenses hacia los Estados Unidos ha expe­rimentado un crecimiento significativo. Según cifras del Instituto Nacional de Migración, cada año retornan al país 2.5 millones de mexicanos en periodos vacacionales, de los cuales 76 % llegan por carretera y 24 % en avión. En este

329

ÜERMÁN VEGA BRJONES

sentido, se ha empezado a institucionalizar un Programa de Apoyo a los migrantes mexiquenses. El programa cuenta con el apoyo de la Oficina de Representación del gobierno del Estado de México en los Estados Unidos con sede en Houston, Texas, para brindar orientación e información a los migrantes en ese país y vincular a sus organizaciones con las actividades y acciones del programa.

En términos generales el Estado de México está dividido en tres grandes áreas: 1) oriente, conformada por los municipios más poblados: Ecatepec, Coacalco y Nezahualcóyotl; 2) norponiente, integrado por los municipios más industrializados: Naucalpan, Atizapán y Tlalnepantla, y, 3) el valle de Toluca, que reúne a la zona rural del poniente mexiquense. El oriente está conformado en su mayoría por habi­tantes de nivel socioeconómico bajo que trabajan en las factorías y comercios del Distrito Federal. La población está integrada por inmigrantes de todo el país que encuentran en esta región un lugar para habitar; aunque sus labores las efectúan en el Distrito Federal. Con grandes zonas paupérrimas, el oriente es un bastión del perredismo; Nezahualcóyotl, Chimalhuacán y Los Reyes la Paz son gobernadas por el Partido de la Revolución Democrática; aunque Ecatepec, el municipio más poblado en México, es priísta. El norponiente es una región habitada por gente que tiene ingresos medios y altos gracias a su desarrollo industrial y comercial. Con habitantes que en su mayoría provienen de la capital del país y que poblaron la región en la década de los setenta, el corredor conformado por los municipios de Naucalpan, Tlalnepantla, Atizapán y Cuautitlán Izcalli es un bastión del Partido Acción Nacional. El área rural, ubicada principalmente en el valle de Toluca, es una zona que aporta el voto duro para el PRI. Integrada mayoritariamente por población campesina, el desarrollo de esta región es el que presenta mayor atraso. Sin embargo, de ésta se nutre la clase política que gobierna la entidad. 5 Por su parte, la región sur del Estado de México, zona de larga tradición migratoria internacional está conformada por municipios colindantes con los estados de Michoacán y Guerrero: Tonatico, Villa Guerrero, Tlatlaya, San Simon de Gue­rrero, Amatepec, Temascaltepec y Coatepec Harinas. Según los diferentes cro­nistas de estos municipios, la migración hacia los Estados Unidos inició durante la década de los treinta. V arios de los primeros migrantes eran personas que ha­bían contraído nupcias con mujeres u hombres del estado de Michoacán y Gue­rrero, estados que tenían mayor tradición migratoria, particularmente el estado de Michaoacán. Entonces al casarse con oriundos de estos estados, nuestros los

5 Consúltese http://www. larevista.eom.mx/ed507 /textual 1.htln.

330

LA FORMACIÓN DE CLUBES DEL Es1ADO DE M ÉXICO

mexiquenses empezaron a irse a trabajar a los Estados Unidos y así se inició la cadenita que hasta la fecha continua, por eso es que los municipios del sur del Estado de México son los que cuentan con mayor tradición migratoria, y también porque en esta región nunca ha habido industrias ni empleos bien remunerados.

Recientemente el gobierno del Estado de México anunció que más de 500 trabajadores de Tlalnepantla van a ir a Canada donde trabajarán por un año en diversas actividades productivas, principalmente en labores del campo. "Aún está abierta la convocatoria para aquellos mexiquenses que deseen ir a trabajar por un año a aquel país, ya que al Estado de México le correspondieron mil 500 plazas, las cuales no se han cubierto en su totalidad." 6

Cuadro 3. Estado de México. Población residente según condición migratoria durante el año 2000

Concepto Nacional

Población residente de 5 años y más 84,794,454

% No migrante estatal 95 .0 No migrante municipal 96.7 Migrante municipal 2.9 Migrante estatal e internacional 4.9 En otra entidad 91.2 En otro país 8.8

Estado de México

11,097,516 %

93.3 95.3 4.4

6.4 97.4 2.6

Lugar Nacional

25° 30° 3º

8º 4º

29°

Fuente: INEGI (2001), XII Censo General de Población y Vivienda, 2000, Aguascalientes, México. NOTA: Según su lugar de residencia en 1995. Excluye la condición migratoria no especificada.

Aunque el Estado de México es la entidad más poblada del país, ocupa el duodécimo lugar de los estados con población oriunda radicada en los Estados

6 Declaración de Marco Antonio Nava y Navas. Secretario del Trabajo del Estado de México, marzo del 2001 .

331

GERMÁN VEGA BruoNES

Unidos con 207 mil 209 personas, que representan el 2.46 % del total de mexica­nos radicados en los Estados Unidos (COESPO, 2000). La planta productiva del Estado de México, su diversidad, monto y capacidad de absorción de mano de obra, son factores detenninantes para la retención de flujos migratorios hacia el extranjero, ya que la proporción de mexiquenses radicados en los Estados Unidos alcanza apenas el 1.5% del total de la entidad. Sin embargo, entre los municipios de mayor expulsión de mano de obra se encuentran: Tejupilco, Tonatico y Tenencingo, donde gran parte de su población joven migró a los Estados Unidos debido a los problemas socioeconómicos. En este sentido, la delegada regional del Instituto Nacional de Migración del Estado de México explicó que de un total de 2.5 millones de mexicanos que salen, 2.6% son mexiquenses. En este mismo sentido, datos de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica de 1997, apuntan que 1.42 % de la población de 12 años y más del Estado de México ha ido a buscar trabajo o trabajó en los Estados Unidos (cuadro [ en el apéndice).

Esta misma funcionaria señaló además que, con motivo del dia internacio­nal del migrante, celebrado el I 8 de diciembre, el Instituto Mexiquense de la Juventud (IMEJ) llevó a cabo una reunión con responsables de los centros Re­gionales y Casas Municipales de Atención a la Juventud a fin de que ''conozcan y participen en el Programa Migrante Mexiquense y Paisano 2001.''

Al respecto, recientemente el gobernador Arturo Montiel Rojas comentó en una nota periodística que el Programa Paisano Mexiquense tiene ya un carácter permanente a "fin de atender a las comunidades migrantes durante todo el año." Además, la nota señala que "En el salón de cabildos de W aukegan el gobernador se entrevistó con integrantes del club T onatico, donde 50% de su población está compuesta por lúspanos, de los cuales aproximadamente la mitad son mexiquenses. El gobernador mencionó que muy pronto se inaugurará el boulevar Ixtapan de la Sal-Tonatico, lo que pennitirá acercar a dos municipios con vocación turística." Por su parte, el cónsul general de Chicago, Carlos Manuel Sad Solana, explicó que casi 20% de la población de México se encuentra en el extranjero, y que ésta comunidad en la diáspora representa 400 millones de dólares al año. Recalcó que, con este tipo de aportaciones, se tiene contemplado reforzar el Programa Paisano Mexiquense desde donde destacan los programas integrales de educa­ción, cultura, salud y de apoyo al campo. Por su parte, como representante del club Tonatico, Hugo Morales solicitó el apoyo del gobernador para conseguir un sitio donde estos puedan fomentar su cultura a través de eventos educativos, de­portivos y artísticos, así como el incremento de la seguridad pública en el territo­rio mexiquense, solicitó también el otorgamiento de apoyos a sus familiares cam-

332

LA FORMACIÓN DE CLUBES DEL ESTADO DE MÉXICO

pesinos para la comercialización de sus productos y expresó el propósito de los mexiquenses radicados en Illinois de invertir en sus lugares de origen."

Hace poco menos de dos años, debido a la demanda de pasaportes, se abrió en la cabecera municipal de Tejupilco una delegación de la Secretaría de Relaciones Exteriores. El encargado de ésta, Lic. Lino Gracia comentó que había oído hablar de la formación de clubes de migrantes mexiquenses, pero que me dirigiera a la oficina de Toluca porque él carecía de este tipo de información. Supo de una reunión que tuvieron hace como dos meses el presidente municipal de Tejupilco y un diputado del PRI, pero lamentó que él, como representante de la SRE no fuera invitado ( entrevista con Lic. Lino Gracia, Tejupilco, enero de 2001 ). Posterionnen­te en entrevista con el Secretario municipal de Tejupilco, este comentó acerca de la reunión que tuvieron hace un par de meses con el diputado priísita Núñez, quien "nos dio una charla sobre la importancia de impulsar la formación de clubes de migrantes". Y aunque el Secretario cuenta con experiencia migratoria en los Esta­dos Unidos dijo desconocer todo lo relacionado con los clubes de migrantes. Pre­guntó de qué se trataban estos y cuando se le infonnó la implementación de progra­mas productivos y programas como el 2xl o 3xl en otros estados del país, quiso saber más al respecto, "porque nunca había oído hablar de éstos y me parecen que podrían ser de mucho beneficio para nuestras comunidades" ( entrevista con el Secretario municipal de Tejupilco, Estado de México, diciembre del 2000).

Por su parte el Secretario del nuevo municipio de Luvianos -constituido el 1 º de enero del 2002-, explicó que nunca habia oído hablar de algún tipo de club de migrantes, sólo de clubes de futbol cuando el estuvo trabajando en Austin, Texas. Dijo que esa era información que debería de tener el go­bernador o el Instituto Mexicano de Migración ( entrevista con el Secretario municipal de Luvianos, diciembre de 2001).

Además, aquí en Luvianos charlé con tres migrantes que residen en Austin, Texas. Los mas jóvenes dijeron que de clubes sólo conocían los diez de futbol que existen en Austin, pero que no sabían de ningún otro conformado por migrantes. La persona de mayor edad relató que ya desde 1980, año en que empezó a migrar de manera masiva la gente de esta región, había unos diez clubes de futbol.

Hace como cuatro años se formó en Austin un Comité, tanto de migrantes del Estado de México como de los estados de Guanajuato, Michoacán y San Luis Potosí. Los de este municipio éramos principalmente de las co­munidades de Tejupilco, Luvianos, Bejucos y San Miguel Atotonilco.

333

GERMÁN VEGA 8RJONES

Nuestra idea era recabar fondos para ayudar a gente que había muerto, que estuviera enferma o que hubiera perdido el empleo. Un compañero de so­brenombre ''El Betote" (Humberto), fue el que empezó a organizar el Co­

mité. Pero pronto este Comité decayó; dejamos de asistir a las reuniones y hoy en día ya nadie se ocupa del Comité, ya vio estos muchachos no saben nada de él. Nos hace falta volver a levantar el Comité porque podríamos hacer muchas cosas por nuestras comunidades, pero hacen falta líderes como El Betotes. Creo también que el Comité dejó de funcionar porque todos estamos siempre muy ocupados trabajando tiempo extra para poder ahorrar al máximo. Además el Betote se alejó del Comité, supongo que porque la gente empezó a faltar a las reuniones. No sé si fue también por los dos o tres dólares que nos pedían. También el hecho de que muchos de nosotros esta­mos en calidad de indocumentados hacía más dificil tener reuniones. Franca­mente tampoco veíamos beneficios en el pueblo. Todo el dinero que se envia­ba o que otorgaba el gobierno era administrado por el municipio de Tejupilco, municipio del que éramos delegación. Espero que ahora que nos convertimos en municipio si vamos a poder ver más obras, más beneficios. Aquí en Luvianos nos hacen falta fuentes de empleo, principalmente empacadoras para nuestros cultivos. En el municipio de Luvianos sembramos tomate y jitomate y cuando estos productos no tienen buen precio los malbaratamos, o se nos echan a perder, porque no tenemos modo de alamacenarlos (entrevista colectiva, Luvianos, Estado de México, enero de 2002).

Una de las cosas más interesantes de estas entrevistas fue corroborar que el Programa Paisano, al parecer, ahora sí está funcionando en beneficio de la comunidad migrante. Una de las personas entrevistadas relató que él te­nía tres años sin venir a Luvianos.

334

Ahora vine en mi propio auto desde Austín, Texas. Nadie me mo­lestó. Creo que ahora sí está funcionando el Programa Paisano porque ya hasta podemos legalizar nuestros autos, siempre y cuando hayan sido adquiridos antes de 1992, y los podemos dejar aquí en el pueblo. Este año (invierno del 2001) hasta nos escoltaron a nuestras comuni­dades, porque antes había muchos robos en esta época. Y a habían matado a dos personas para asaltarlas. No sé si esto tiene que ver con la nueva política de Vicente Fox, con la del gobernador o simplemente ya se le está dando importancia y respeto al migrante. Quizás ahora nuestra voz suena más fuerte, quizás son los cambios políticos, quizás ahora sí valoran los dólares que enviamos a nuestras comunidades.

LA FORMACl(~N DE C LUBES DEL ESTADO DE M ÉXICO

Este migrante calcula que en Austin, Texas hay como unas cinco mil perso­nas de esta región, de ahí que uno de los principales lugares de cruce para esta población sean las ciudades de Matamoros y Laredo ( cuadro II y III en el apén­dice). Trabajan principalmente en la construcción, en restaurantes y en las yar­das. "Yo trabajo en una carnicería en un supermercado y con los sucesos de 11 de septiembre nos pasaron a afectar los terroristas porque a mí y a otros mexica­nos nos han estado reduciendo el overtime, algunos hasta el empleo han perdi­do. Estamos percibiendo menos dinero" (entrevista colectiva, Luvianos, Esta­do de México, enero de 2002).

Con respecto a la formación de clubes en el Estado de México, un migrante entrevistado en el recién creado municipio de Luvianos sintetiza esta situación en los siguientes términos:

Hace seis años nos habíamos constituido en Comité en la ciudad de Austin, Texas, pero debido a la carencia de un liderazgo fuerte y a la falta de interés de varios compañeros lo dejamos morir. Hizo falta otro líder como El Betote, que fue la persona que formó el Co­mité, para volver a organizar a nuestros paisanos. También influyó mucho que las autoridades de nuestro estado jamás se interesaron por nosotros. Nunca nos sentimos incentivados para continuar y sen­timos que sólo les interesamos porque contribuimos con nuestros dólares al sostenimiento de nuestras comunidades. Pero ¿qué no debe de ser ésta la tarea del gobierno?" (entrevista con Juan P., Luvianos, Estado de México, enero 5, 2002).

En la delegación de Bejucos, Municipio de Tejupilco, el señor Samuel Mondragón, representante (vocal) de ésta delegación comentó que

En las pasadas fiestas vino muy poca gente de los Estados Unidos [esta opinión también fue compartida por las autoridades de Tejupilco y Luvianos], creo que todo se debió a los problemas económicos que está viviendo ese país. He oído que algunas personas han perdido sus em­pleos o les han reducido el tiempo extra. La gente de aquí de Bejucos trabaja en los estados de Texas, Illinois, California, North Carolina y Florida. Cada vez más en este último estado en los campos de naranja . Bejucos es quizás la comunidad que cuenta con más información y qui­zás con uno de los clubes de migrantes mejor organizado, esto a pesar del tamaño de la localidad (tiene como unos seis mil habitantes).

335

GERMÁN VEGA 8RJONES

El Sr. Samuel Mondragón explicó que:

fue hace como seis años que se fundó el club de migrantes de Beju­cos. Se organizaron básicamente para ayudar a gente que perdía sus empleos, para enviar de regreso a gente que haya enfermado o fallecido en los Estados Unidos. Han aportado dinero para arreglos de la iglesia [ donaron 20 bancas y suelen enviar donativos para los enfermos]. Han regalado balones de futbol. También donaron un autobús, que la dele­gación se encarga de administrar. Este puede ser usado por cualquier persona de la delegación que lo solicite, sólo se le pide a cambio una pequeña cooperación para gastos de mantenimiento y gasolina. Lo usan mucho los jóvenes para trasladarse a otras comunidades a jugar futbol o para encuentros de tipo religioso que organiza el Sr. Cura. A cambio de todos estos beneficios, el pueblo les suele obsequiar una comida cuando vienen a las fiestas de la comunidad, mismas que se celebran a princi­pios del mes de enero. Este afio no hubo comida porque vino muy poca gente. El club es muy eficaz como bolsa de trabajo y sirve también para enviar información y dinero de nuestros paisanos, pero hasta ahora no se han metido en proyectos productivos porque consideran que ésta es una labor del gobierno y no de ellos (Entrevista con Samuel Mondragón, Bejucos, municipio de Tejupilco, Estado de México, enero del 2002).

Consideraciones finales

Como ha podido verse a lo largo del documento, la organización de las distintas comunidades de migrantes que llegan a los Estados Unidos es un proceso que comienza como una estrategia para superar, por un lado, las dificultades implí­citas al enfrentarse a un modelo socioeconómco y cultural diferente al propio, que implica manejarse en un nuevo idioma y en ocasiones en una nueva cultura desconocida. En este sentido, los migrantes se buscan y se acompañan, se identifican y se curan sus tristezas y sus añoranzas, construyen mancomunadamente sus nuevos sueños. En este entretejer de sueños indivi­duales, van surgiendo los domingos de familiares y amigos, los partidos de futbol y las fiestas entre grupos aledaños, y la calidez que da compartir las costumbres y el sabor de la tierra. En medio de este reconocerse como paisano, los migrantes se organizan en actividades elementales de fraternidad, ayuda y cooperación. Después descubren su fuerza y potencialidad, descubren que han construido una gran experiencia, y que pueden enfrentar nuevos retos más allá

336

LA FORMACIÓN DE CLUBES DEL ESTADO DE MIDaco

de sus contactos conocidos, en una red que crece y se extiende cada vez más lejos. Podría decirse entonces que las asociaciones de migrantes en Los Estados Unidos se constituyen en los grandes nodos de estas redes, que surgen como un paso superior de organización de los paisanos (González, 2002).

La funcionalidad, éxito y/o alcances del trabajo de las organizaciones de migrantes mexicanos han sido cuestionados y a la vez justificados, especial­mente sobre las bases de la cantidad y calidad de participación de sus miem­bros. Así por ejemplo, Luin Goldring (1997) asegura que los miembros más activos son aquellos de estratos (económicos) más acomodados de "transmigrantes", considerando que estas organizaciones son vínculos impor­tantes para la participación de la población ambos lados de la frontera. Por su parte González Gutiérrez (1997, citado en Daza, 2001), sugiere que los alcan­ces del trabajo de los clubes, a largo plazo, tienen impacto considerable aún cuando los miembros de las organizaciones que participan son una minoría. Por otro lado, este autor considera que el hecho que las organizaciones sean principalmente integradas por inmigrantes de primera generación, quienes es­tán profundamente afectados por el proceso de socialización en México, afecta el desarrollo de los trabajos, aunque no aclara si de manera negativa o positiva. En cuanto a la funcionalidad relacionada con que sean o no organizaciones basadas en sus lugares de origen, algunos académicos afirman que, precisa­mente esta cualidad, es la que ha ayudado a los inmigrantes a ascender la esca­lera económica y la participación en el proceso político (Light, 1972; Portes y Rumbaut, 1991 citados en Daza, 2001; y, Zabin y Escala, 1998).

Los migrantes mexicanos se agrupan primordialmente atendiendo a su lugar de origen y después al grado de afinidad que exista entre ellos. Así puede verse que existe más de una decena de organizaciones oaxaqueñas que se agrupan por comunidad; algunos otros migrantes se agrupan por municipios ( caso de los michoacanos y guanajuatenses), y después por estado de origen: Zacatecas, Jalisco, Durango, Guerrero, Nayarit, Puebla, Sonora, entre otros. A decir de Zabin y Escala (1998) las organizaciones son conformadas principalmente por originarios de zonas rurales, aunque las hay también de las grandes ciudades. La situación de la organización por lugar de procedencia, ha traído a colación discusiones relacionadas con la funcionalidad. Se dice que esta condición man­tiene a los miembros de las organizaciones de migrantes especialmente ligados a sus lugares de origen enclavándolos en la esfera de acción mexicana (Zabin y Escala, 1998), rezagándolos y auto-aislándolos de los avances experimentados por otros clubes (López y otros, 2000, al referirse a la organización oaxaqueña

337

GERMÁN VEGA BRIONES

de San Juan Teitipac), marginándolos en asuntos inamovibles o en trabajos secundarios del sector servicios que no requieren del uso del idioma inglés (Daza, 2001). Derivadas de las aseveraciones anteriores, el análisis de la funcionalidad o éxito de las organizaciones ha sido calificado severamente por algunos autores, argumentando que han enfrentado más obstáculos que logros. Entre estos obstáculos se señalan los siguientes:

338

1. Tratan una amplia gama de problemáticas a las que se enfrentan sus miembros.

2. La centralización del poder de los líderes.

3. La división entre los líderes en cuanto a la percepción de que la cultura y la política son opuestos (caso de las asociaciones oaxaqueñas).

4. La reserva al cambio por parte de los líderes de las organizaciones.

5. La falta de relación entre comunidades e instituciones gubernamentales, por características especiales de los oriundos ( caso de los oaxaqueños monolingües en alguna lengua nativa).

6. La improvisación y carencia de mecanismos institucionales de perma­nencia y evolución.

7. La ausencia de estructura formal de organización y funcionamiento, si­tuación reflejada en la carencia de reglas y procedimientos establecidos por consenso de sus miembros: una declaración de principios, estatutos, manual de organización y funcionamiento, relaciones institucionales den­tro de México y los Estados Unidos, bases de elección y renovación de sus dirigencias, órganos internos y regímenes de gobierno y decisión.

8. La no real acción de vínculo social y cultural ( caso de la comunidad de San Juan Teitipac ).

9. La formación e impulso de estos clubes u organizaciones por los distintos órganos de gobierno y el hecho de que son precisamente estas instancias de gobierno las más interesadas en impulsar la formación de clubes, dado el torrente de remesas que pudiera ser canalizado a través de los clubes. Además, comúnmente algunas de estas asociaciones están basadas en liderazgos cuyas prácticas se asemejan en mucho a las tradicionales prácti­cas clientelares observadas, fundamentalmente, durante el predominio del PRI (No debemos olvidar que los clubes o asociaciones de migrantes fue-

LA FORMACIÓN DE CLUBES DEL E STADO DE MÉXJC:0

ron impulsados a través de La Secretaria de Relaciones Exteriores a princi­pios de los años noventa, cuando aun el PRl estaba en el poder).

1 O.El hecho de que estas organizaciones estén, en varios casos, precedidas por conflictos seculares entre pueblos indígenas y mestizos en México.

Pese a las críticas, diversos autores han sostenido que las asociaciones o clu­bes de migrantes, han podido desarrollar trabajos en sus lugares de origen. Usan como ejemplo el caso de las federaciones zacatecana y jalisciense. Basta ver los ejemplares anuales que publican con motivo de su evento Señorita estados como Zacatecas y Jalisco. Un segundo ejemplo es el de las organizaciones oaxaqueñas, con los trabajos de infraestructura que realizan en sus lugares de origen, con el apoyo para el traslado de cadáveres de sus paisanos, eventos culturales en los Estados Unidos, apoyo en la defensa de los derechos laborales, humanos e indí­genas, prestación de servicios de gestoría y créditos financieros, impulso de pro­gramas de capacitación; o bien al caso de los poblanos en Nueva York, los guanajuatenses en Texas, California e Illinois, los guerrerenses en Chicago, etc. Los clubes o asociaciones facilitan, también, la oportunidad de encontrar espa­cios de discusión política en su país adoptivo (El Club Pegueros de Jalisco es­pecialmente ante la propuesta 187), generando con esto una manera de insertarse a la sociedad norteaméricana; incrementando además las oportunidades de acceso a información y recursos los cuales serían dificiles de obtener como grupos aislados.

Cabe hacer mención que la mayoría de las organizaciones trabajan gestionando el apoyo económico, basándose en el respaldo de un aporte económico propio y con la figura y peso de la organización. A raíz de esto surgieron programas de gobierno como el 2x 1 (este último empezó a funcionar en Guanajuato en 2001. Actualmente participan 46 comunidades cuyos apoyos económicos recibidos se destinan a la construcción de escuelas, perforación de pozos, arreglos de caminos, etc.) hoy denominado Iniciativa Ciudadana - 3xl , el Programa de Atención para las Comunidades Mexicanas en el Exterior y el Programa Paisano creados en 1990 y 1989 respectivamente (Daza, 2001; González Gutiérrez, 1995; Zabin y Escala, 2002).

Quisiéramos comentar finalmente que en el caso del Estado de México, al igual que en otros estados, la organización de los migrantes si bien ha partido desde Las diferentes instancias de gobierno y se han montado sobre liderazgos locales y asociaciones deportivas como los clubes de futbol esto, sin embargo, no nos debe llevar a suponer que los migrantes son un ente pasivo ni que a l participar en esta labor de organización no tengan o expresen sus propios inte-

339

GERMÁN VEGA BRIONES

reses tanto de índole económico como político. Y si bien pudiera uno hablar de cierto uso de los migrantes, no debernos olvidar que estos no sólo contribuyen con sus remesas a complementar los magros ingresos percibidos en sus comu­nidades de origen, también ellos aprovechan coyunturas como la formación de clubes y han aprendido a demandar de los funcionarios mexicanos mayor res­peto y atención a sus problemáticas particulares.

En síntesis la formación y consolidación de los clubes del Estado de México nos enseñan que si bien el Estado mexicano pretende beneficiarse y beneficiar a las comunidades de oriundos, los m.igrantes también han aprendido a aprove­char los espacios que junto con el Estado se han venido construyendo a fin de beneficiarse mutuamente. Constancia de ello pudimos observarla in situ en lo que los migrantes nos comentaron sobre el Programa Paisano:

340

este año no vimos tanta extorsión como en años pasados. supone­mos que ahora sí el gobierno se está dando cuenta de la importancia de los migrantes, de los dólares que mandamos a nuestras comunida­des y del potencial político que representamos en el futuro para el gobierno mexicano en los Estados Unidos. Pero el asunto no termina en formar clubes de migrantes, tenemos que contar con un gobierno con voz y presencia fuerte, con nuestro derecho a votar y ser votados en el extranjero y con el respeto a nuestras formas de organización y la atención a nuestas demandas, de lo contrario no solo vamos avo­tar por partidos que favorezcan nuestros intereses, vamos también a aprovechar estas organizaciones y a hacer oír nuestras voces, ya sea en forma organizada o sin organización (entrevista con Juan Sánchez, Luvianos, Estado de México, enero del 2002).

LA FORMACIÓN DE CLUBES DEL E STADO DE MÉXICO

Bibliografía

Alatorre F. Gerardo y Jazmine G. Aguilar (1994), "La identidad y el papel de las ONGs en el ambito rural", en Revista Mexicana de Sociología, vol. 56, núm. 2, pp. 159-163.

COESPO (2000), Migración México-Estados Unidos: Presente y fatu­ro, Rodolfo Tuirán (coord.), México, D.F.

Consejo de Población del Estado de México, Gobierno del Estado de Méxi­co (1993), El estado actual de la migración interna e internacional de los oriundos del Estado de México, Toluca, México, mimeo.

Daza, H. Rita (2001 ), "Breves antecedentes de las organizaciones de inmigrantes mexicanos en Estados Unidos", en http: // www.paisano.gob.mx

El Colegio de la Frontera Norte (2000), Proyecto Cañon Zapata. Repor­te de trabajo, Tijuana, B.C., México, mimeo.

Escala, Luis (2001 ), Nuevos horizontes organizativos de las asociacio­nes de migrantes mexicanos en California, Cuadernos de Trabajo, Tijuana, B.C., El Colegio de la Frontera Norte.

Gamio, Manuel (1971), Mexican Inmigran! to the United States. A Study of Human Migration and Adjusment, USA, Dover Publications, Inc. , University of Chicago Press (1931 ).

Gobierno del Estado de México, en sitio http://www.edomexico.gob.mx.

Goldring, Luin (1997), "El Estado mexicano y las organizaciones transmigrantes: ¿Reconfirmando la nación, ciudadanía y rela­ciones entre Estado y sociedad civil?", ponencia presentada en el XIX Coloquio de antropología e historia regionales, Zamora, Mich., 22-24 de octubre.

341

GERMÁN VEGA BRIONES

González, Becerril Juan Gabino (2002), Migración laboral internacional del Estado de México, Colección avances/2, Toluca, Estado de México, Editorial de la Universidad Autónoma del Estado de México.

González Gutiérrez, Carlos (1995), "La organización de los inmigrantes mexicanos en Los Ángeles: la lealtad de los oriundos", en Revista Mexicana de Política Exterior, núm. 46, pp. 59-101.

González Martínez, Laura y José Hernández Hernández. (1998), Presenta­ción del Coloquio Internacional sobre Migración Mexicana a Estados Unidos, Gobierno del Estado de Guanajuato, México, mimeo.

INEGI (2001 ), XII Censo General de Población y Vivienda, 2000,Aguascalientes, México.

----- (1999), Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica, 1997, Aguascalientes, México.

Jaimes López, Saturnino (2001 ), "Primer informe de gobierno municipal. Tejupilco, México", en Gaceta Municipal, Tejupilco, México.

La Revista Peninsular (2001), en sitio http://www.larevista.com.mx/ ed507 /textual l .htm).

López, H. Felipe (1999), "Asociación de migrantes y desarrollo local", mlllleo.

----- (1999), "Global and Local Survival: The Zapotecos in Los Ange­les", trabajo presentado en Talking Change of Economic Change: Exploring the Common Struggles of the Peoples of the American, Los Angeles, California State University, 22 de mayo.

Lopez, Felipe, Luis Escala-Rabadán, Raul Hinojosa-Ojeda (2000), Migran! Associations, Remittances, and Regional Development Between Los Angeles and Oaxaca, México, documento del North American Integration and Development Center, School of Public Policy and Social Research, University of California, Los Angeles.

Moctezuma, Miguel (2001), "Clubes de migrantes, expresión organiza­da del migrante colectivo", Zacatecas, Zac., Universidad de Zacatecas, mimeo.

342

LA FORMACIÓN DE CLUBES DEL E STADO DE M:'..x1co

Orozco, Graciela, Esther González y Roger Díaz de Cossío (2001), Las organizaciones méxico-americanas, hispanas y mexicanas en Esta­dos Unidos, México, D.F., Fundación Solidaridad MéxicoAmericana/Centro de Estudios Migratorios.

Santamaría, Arturo (1997), "Política sin fronteras o la nacionalidad postmoderna. Los emigrados entre México y los Estados Unidos", ponencia presentada en el en el XIX Coloquio de antropolof!,Ía e historia regionales, Zamora, Mich., 22-24 de octubre.

Zabin, Caro! y Luis Escala (2002), "From Civic Association to i\, litical Participation: Mexican Hometown Associations and Mexican Immigrant Political Empowerment in Los Angeles", en Frontera Norte, Vol. 14, núm. 27, pp.7-41.

----- (1998), "Mexican Hometown Associations and Mexican lmmigrant Political Empowerment in Los Angeles", Washington, D.C., The Aspen Institute, Nonprofit Research Fund, Working Paper Series.

Entrevistas

Juan P., Luvianos, Estado de México, 5 de enerc de 2002.

Juan Sánchez, Luvianos, Estado de México, enero de 2002.

Lic. Lino Gracia, Tejupilco, Estado de México, enero de 200 l.

Samuel Mondragón, Bejucos, municipio de Tejupilco, Estado de Méxi­co, enero del 2002.

Secretario municipal de Luvianos, Estado de México, diciembre de 2001.

Secretario municipal de Tejupilco, Estado de México, diciembre de 2000.

343

GERMÁN VEGA BRIONES

Apéndice

Cuadro I. Población de 12 años y más por principales entidades federativas expulsoras y su distribución porcentual según condición de

búsqueda de trabajo en los Estados Unidos de América1

Principales entidades Población de 12 Ha ido a buscar trabajo a No ha ido a buscar federativas expulsoras2 años y más los Estados Unidos trabajo ni trabajó

en los Estados Unidos

Estados Unidos Mexicanos 67,487,329 4.34 95.66 México 8,898,372 1.42 98.58 Distrito Federal 6,696,319 1.78 98.22 Jalisco 4,386,952 9.68 90.32 Puebla 3,323,640 2.13 97.87 Guanajuato 3,136,658 8.21 91.79 Nuevo Leon 2,792,644 4.07 95.93 Michoacán 2,758,253 8.96 91.04 Oaxaca 2,279,536 2.50 97.50 Chihuahua 2,107,422 8.69 91.31 Guerrero 2,088,014 4.95 95.05 Tamaulipas 1,913,402 6.41 93.59 Sinaloa 1,764,452 4.20 95.80 Coahuila 1,624,840 5.05 94.95 Baja california 1,612,335 11.07 88.93 Sonora 1,597,682 5.78 94.22 San Luis Potosí 1,558,270 6.45 93.55 Hidalgo 1,517,025 2.86 97.14 Morelos 1,089,658 5.44 94.56 Durango 1,029,694 10.86 89.14 Zacatecas 923,480 12.24 98.76 Querétaro 917,369 4.01 95.99 Tlaxcala 648,062 1.52 98.48 Nayarit 647,074 8.64 91.36 Aguascalientes 616,196 7.43 92.57 Colima 379,263 7.85 92.15 Baja california Sur 284,209 1.71 98.29 Otras Entidades 10,896,508 0.62 99.38

Fuente: INEGI, Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica, 1997. 1 Comprende a los que trabajaron o buscaron trabajo en los Estados Unidos de América. 2 Se refiere a las entidades federativas que aportaron el mayor número de población que trabajó o buscó trabajo en los Estados Unidos de América.

344

LA FO RMACIÓN DE CLUBES DEL E STADO DE MÉXICO

Cuadro II. Distribución del lugar de procedencia de los trabajadores emigrantes indocumentados por ciudad de cruce

Lugar de residencia Ciudades de cruce

Tijuana Mexicali Juárez Laredo Matamoros Aguascalientes 0.6 0.6 1.0 1.0 0.8 Baja california 0.8 1.4 0.1 0.2 o.o Baja california Sur 0.2 0.5 o.o o.o o.o Campeche o.o 0.4 o.o 0.1 0.4 Coahuila 0.1 0.7 6.7 8.5 1.1 Colima 1.5 0.9 0.2 0.2 0.4 Chiapas 0.3 1.7 0.6 1.1 0.6 Chihuahua 0.3 1.7 14.6 0.8 0.2 Distrito Federal 7.9 3.3 1.9 7.1 1.4 Durango 0.9 1.4 7.5 1.8 0.5 Guanajuato 7.2 6.5 1.8 15.5 1.0 Guerrero 4.6 2.2 0.4 1.8 2.4 Hidalgo 1.2 1.3 0.5 1.5 1.1 Jalisco 12.7 9.0 1.1 3.4 6.7 México 4.7 1.9 1.0 4.9 10.8 Michoacán 13.1 7.4 1.1 3.6 5.1 Morelos 4.0 1.1 0.2 0.6 0.3 Nayarit 3.3 4.3 0.1 0.1 0.1 Nuevo Lean 0.1 0.5 0.4 16.6 8.1 Oaxaca 5.4 3.2 0.8 0.9 0.9 Puebla 4.0 2.1 1.0 1.7 0.4 Querétaro 0.9 0.9 0.6 2.5 1.1 Quintana Roo o.o 0.1 o.o 0.1 o.o San Luis Potosí 0.3 0.9 0.3 10.9 7.2 Sinaloa 6.1 11.6 0.4 0.2 0.2 Sonora 2.6 8.0 0.4 0.1 0.8 Tabasco 0.1 0.6 o.o 0.3 0.3 Tamaulipas o.o 0.8 0.1 2.0 25.9 Tlaxcala 0.4 0.6 o.o 0.2 0.3 Veracruz 0.8 2.5 0.7 4.3 7.5 Yucatán 0.1 0.2 o.o 0.1 0.5 Zacatecas 3.8 2.3 4.3 5.1 0.4 Estados Unidos 10.2 12.6 0.3 0.3 o.o Centro América 0.3 3.7 o.o 1.8 2.3 Otro país o.o o.o o.o 0.1 0.1 No respuesta 0.1 0.6 0.1 0.1 0.2

Fuente: El Colegio de la Frontera Norte, Proyecto Cañon 'Zapata, Encuesta continua del flujo de

emigrantes mexicanos indocumentados que cruzan la frontera México-Estados Unidos en las ciudades

de Tijuana, Mexicali,Ciudad Juárez, Nuevo Laredo y Matamoros, basado en cuestionarios

individuales administrados en forma aleatoria en una selección de muestra los días viernes, sábados

y domingos de todas las semanas, desde septiembre de 1987 a diciembre del 2000.

345

ÜERMÁN V EGA 8RJONES

Cuadro III. Distribución del lugar de procedencia de los trabajadores inmigrantes indocumentados por ciudad de cruce

Ciudad de cruce y distribución Tijuana % Mexicall % Juárez % Laredo % Matamoros %

Michoacán 13.2 Estados Unidos 12.9 Chihuahua 30.3 Nuevo León 16.6 Tamaulipas 21.9 Jalisco 12.8 Sinaloa 11.9 Durango 15.6 Guanajuato 15.6 México 12.1 Estados Unidos 10.7 Jalisco 9.2 Coahuila 13.9 San Luis potosí 10.9 Nuevo León 9.1 Distrito Federal 7.9 Sonora 8.2 Zacatecas 8.8 Cohahuila 8.5 Veracruz 8.4 Guanajuato 7.0 Michoacán 7.6 Distrito Federal 4.0 Distrito Federal 7.1 Jalisco 7.5 Sinaloa 6.1 Guanajuato 6.7 Guanajuato 3.7 Zacatecas 5.2 San Luis Potosí B.O Oaxaca 5.5 Nayarit 4.4 Aguascalientes 2.1 México 4.9 Mlchoacán 5.8 Guerrero 4.8 Centro América 3.8 Jalisco 2.4 Veracruz 4.4 Centro América 2.6 México 4.5 Distrito Federal 3.4 México 2.0 Michoacán 3.6 Guerrero 2.7 Puebla 4.1 Oaxaca 3.3 Michoacán 2.3 Jalisco 3.4 Distrito Federal 1.6 Morelos 4.1 Veracruz 2.6 Puebla 2.1 Querétaro 2.5 Hidalgo 1.2 Zacatecas 3.8 Zacatecas 2.3 Oaxaca 1.6 Tamaulipas 2.0 Guanajuato 1.1 Nayarit 3.4 Guerrero 2.2 Querétaro 1.3 Durango 1.8 Querétaro 1.3 Sonora 2.5 Puebla 2.1 Veracruz 1.5 Centro América 1.8 Coahuila 1.3 Colima 1.6 México 2.0 Chiapas 1.3 Guerrero 1.8 Oaxaca 1.0 Hidalgo 1.2 Chihuahua 1.8 Hidalgo 1.0 Hidalgo 1.5 Aguascallentes 0.9 Durango 0.9 Chiapas 1.7 Estados Unidos 0.7 Puebla 1.7 Chiapas 0.7 Baja California 0.9 Baja California 1.5 Sinaloa 0.9 Aguascalientes 1.1 Zacatecas 0.5 Veracruz 0.8 Durango 1.4 Sonora 0.8 Chiapas 1.1 Puebla 0.4 Otros 3.8 Otros 10.8 Otros 3.5 Otros 4.4 Otros 4.8

Fuente: El Colegio de la Frontera Norte, Proyecto Cañon Zapata, Encuesta continua del flujo de emigrantes mexicanos indocumentados que cruzan la frontera México-Estados Unidos en las ciudades de Tijuana, Mexicali,Ciudad Juárez, Nuevo Laredo y Matamoros, basado en cuestionarios individuales administrados en forma aleatoria en una selección de muestra los días viernes, sábados y domingos de todas las semanas, desde septiembre de 1987 a diciembre del 2000.

346

La ocasión del preludio: organizaciones de migrantes veracruzanos en los Estados Unidos

Patricia Zamudio Grave

Introducción

El 24 de octubre del año 2000, apareció en la prensa veracruzana un encabeza­do que decía: "Veracruzanos en E.U. no quieren regresar." El artículo aludía a un hecho muy importante, aunque poco relacionado con su título. Chicago, Ill., dos migrantes veracruzanos, líderes de organizaciones de migrantes, se acercaron al gobernador del estado y le entregaron dos escritos en nombre de sus paisanos. Dichos documentos contenían propuestas encaminadas a promo­ver la coordinación entre los migrantes veracruzanos en los Estados Unidos y el gobierno estatal, para llevar a cabo acciones que permitieran mejorar las condiciones de vida de sus municipios de origen. Por primera vez, los veracruzanos migrantes residentes en los Estados Unidos manifestaban su pre­sencia de manera formal y pública ante un funcionario del gobierno estatal.

Este evento sitúa los temas que interesan a este trabajo. Primero, que los migrantes veracruzanos están reproduciendo patrones organizativos de otros grupos de migrantes mexicanos en los Estados Unidos, esto es, están confor­mando clubes de paisanos (Rivera y Escala, 2002). Y segundo, que están incor­porando también las principales prácticas de interlocución de las organizacio­nes de grupos de migrantes "tradicionales", que privilegian la coordinación y diálogo con gobiernos (principalmente estatal), en menoscabo -u olvido- de una interlocución directa con grupos organizados de su comunidad de origen.

La amplia literatura sobre organizaciones de paisanos en los Estados Uni­dos nos ha mostrado la importancia adquirida por las organizaciones de paisa­nos en la promoción de la cohesión y apoyo entre los migrantes mexicanos, así corno la implementación de estrategias de apoyo a sus comunidades de origen (Rivera y Escala, 2002; Zabin y Rabadán, 1998; Goldring 1996).

Un aspecto poco problematizado en la literatura, sin embargo, es el hecho de que la gran mayoría de los clubes de migrantes y sus federaciones mantienen

347

PATRICIA ZAMUDIO ÜRA VE

una posición de relativa superioridad en relación con sus comunidades de ori­gen, en dos sentidos. Primero, respecto a tomar unilateralmente decisiones so­bre lo que puede ser provechoso para sus comunidades y, segundo, respecto a su coordinación casi exclusiva con instituciones gubernamentales. La conse­cuencia ha sido, al menos en el caso veracruzano, que la mayoría de las comu­nidades de origen no tienen voz -mucho menos voto- en la forma como se usan los recursos colectivos provenientes del norte.

A pesar de la relativa juventud del movimiento migratorio internacional en Veracruz, observamos una tendencia creciente hacia el establecimiento y con­solidación de organizaciones de paisanos en los Estados Unidos. Este artículo analiza algunas de estas organizaciones, examinando las oportunidades que les presenta el ser los pioneros en el proceso, particularmente respecto a la promo­ción de prácticas organizativas en los lugares de destino y de origen. Específicamente, a partir de la revisión de casos de grupos organizados de pai­sanos veracruzanos en los Estados Unidos, este escrito sugiere que éstos po­drían contribuir a desarrollar el potencial organizativo local si incorporaran y promovieran la participación activa de grupos organizados de sus comunidades de origen en las decisiones sobre la forma de utilizar1 los recursos colectivos destinados a apoyar a dichas comunidades.

El material que informa este trabajo proviene principalmente de entrevistas informales con líderes y miembros de grupos organizados de migrantes veracruzanos, miembros de comunidades de origen y autoridades gubernamen­tales mexicanas, llevadas a cabo en Veracruz y en los Estados Unidos, a lo largo de dos años y medio. No pretendo un conocimiento exhaustivo de las organizaciones; ello seria imposible, dado el dinamismo de los procesos migra­torio y organizativo mismos. Sin embargo, mi participación en diversos ámbi­tos relacionados con la migración veracruzana me ha permitido tener contacto con líderes y miembros de varias de ellas, así como participar en algunas de sus actividades. Confío en que este primer acercamiento al tema plantee preguntas que otros estudiosos consideren interesante intentar responder.

El trabajo se organiza como sigue. En el siguiente apartado, presento las principales características de la migración internacional veracruzana. Conti­núo con una descripción del contexto socio-político local que ha rodeado el

1 Y, quizá, también de recabarlos.

348

LA OCASIÓN DEL PRELUDIO

proceso migratorio de los últimos tres años, tratando de explorar sus conse­cuencias para la organización de los migrantes y sus posibilidades de acción. Sigo con una descripción de diferentes experiencias organizativas de migrantes veracruzanos, resaltando los casos en los cuales se ha dado algún tipo de coordinación con un grupo organizado local. Termino con unas breves re­flexiones sobre las posibilidades de aprovechar el potencial que la migración internacional ofrece para propiciar la participación de los mexicanos en asun­tos públicos de interés comunitario, desde ambos lados de la frontera.

La migración internacional en Veracruz

El propósito de este apartado es mostrar las principales características del fenómeno migratorio veracruzano, destacando la importancia de su juventud para las formas que pueden tomar las organizaciones de migrantes en los Estados Unidos.

En primer lugar, es necesario decir que la migración internacional veracruzana no es un fenómeno completamente nuevo. Recorridos de campo en el estado nos han permitido conocer casos aislados de migración desde comunidades veracruzanas hacia los Estados Unidos de más de 20 años de antigüedad. Sabe­mos, además, que el Programa Bracero (1942-1964) incorporó a algunos veracruzanos. Sin embargo, es sólo recientemente cuando la gran mayoría de municipios (205 de 210) se han incorporado al movimiento.

Al parecer, cambios en la producción industrial, resultado de las políticas neoliberales aplicadas en el país, provocaron la reducción del empleo remu­nerado en el estado (Rodríguez, 2000). También la industria petrolera, im­portante empleadora, sufrió severas pérdidas en la última década, registrando la desaparición de 24 mil plazas entre 1988 y 1993. La producción agrícola también se ha visto afectada, tanto por políticas públicas que han desatendido las necesidades del campo, como por la caída de los precios en productos agrícolas básicos para el campo veracruzano, tales como la caña, el café y los cítricos. Así, crisis industriales y desplome del valor de la producción agríco­la parecen haber constituido condiciones propicias para que cada vez más y más veracruzanos opten por la migración internacional como estrategia para asegurar su sustento (Chávez y otros, 2003; Zamudio, 2003c).

El número de emigrantes internacionales veracruzanos no había sido impor­tante en décadas pasadas. Según Corona (1993), entre 1980 y 1990 hubo 46 mil

349

PATRICIA ZAMUD!O GRAVE

712 migrantes, esto es, menos de 5 mil anuales. Para el período 1996-1997, según la Encuesta sobre Migración en la Frontera Norte de México (EMIF, 1996-1997), 9 mil 630 veracruzanos tenían como destino los Estados Unidos.

Los números se elevaron drásticamente durante los últimos años de la década de los 1990. Según datos de la Muestra Censal del 2000, Veracruz aparece entre los principales estados emisores de migrantes internacionales, con el 4.88% del volumen total de migrantes que salieron de México con rumbo a los Estados Unidos, entre los años 1995 y 2000, lo cual equivale a 76 mil 587 veracruzanos en cinco años. Esta cantidad representa el 1.1 % del total de la población de la entidad en el año 2000. De ser un estado que no aparecía de manera separada en las estadísticas migratorias internacionales, Veracruz se ha convertido en el quin­to estado emisor de migrantes internacionales a los Estados Unidos, sólo después de Jalisco, Michoacán, Guanajuato y Estado de México (cuadro 1).2

Cuadro 1. Porcentaje de población rnigrante a los Estados U nidos según entidad federativa expulsora (2000)

Entidad federativa expulsora Población migrante a los Estados Unidos

Total México 1,569,424

10.76

10.27

10.08

8.10

4.88

54.60

1.29

1 Jalisco 2 Michoacán 3 Guanajuato 4 Edo. de México 5 Veracruz

Otras entidades No especificado

Fuente: elaboración propia con base en datos de INEGI, XII Censo General de Población y

Vivienda 2000, Tabulados de la muestra censal.

2 Tomado de Chávez y otros (2003).

350

LA OCASIÓN DEL PRELUDIO

La juventud de la migración internacional veracruzana se observa en la información proporcionada por el Índice de Intensidad Migratoria,3 elabora­do por CONAPO (2001). Según dicho índice, Veracruz no observa una mi­gración de alta intensidad. De los 210 municipios que conforman el estado, cinco se encuentran en el Grado de nula migración, 116 en el de muy baja, 67 en el de baja, 17 en el de media, tres en el de alta (Carrillo Puerto, Cuitláhuac y Yecuatla) y dos en el de muy alta (Landero y Coss y Yanga). Esto es, sólo cinco municipios en todo el estado habían afianzado el movimiento migrato­rio internacional, al tiempo del levantamiento de la muestra censal de 2000.

El segundo aspecto que caracteriza la migración veracruzana internacional es la diversidad demográfica de los flujos. Reportes de trabajo de campo, noticias de prensa y encuestas sugieren que los migrantes internacionales veracruzanos pro­vienen tanto de áreas rurales como urbanas, pueden ser tanto indígenas como mestizos, de clase media o de clase trabajadora; los rangos de educación van desde el analfabetismo hasta la licenciatura, o más altos; también mujeres y fami­lias enteras se han incorporado al flujo. Dicha diversidad no fue observada duran­te los inicios de la migración internacional en regiones de tradición migratoria, particularmente el centro-oeste del país (Calavita, 1998; Escobar y otros, 1999; Massey, 1987; Ueda, 1998).4 El proceso migratorio en Veracruz, entonces, pare­ce estar presentando desde su inicio las características que a la migración interna­cional mexicana ha tomado varias décadas incorporar.

Finalmente, la migración internacional veracruzana se combina de manera compleja con otros tipos de flujos migratorios, de diferentes niveles geográfi­cos, de larga data y que, al parecer, están reorganizándose de manera fundamental

3 El CONAPO desarrolló un Índice de Intensidad Migratoria hacia los Estados Unidos. Este índice resume cuatro aspectos de la migración: a) los hogares con emigrantes durante el quinquenio 1995-2000 que permanecían en los Estados Unidos en la fecha del levanta­miento censal; b) los hogares con emigrantes entre 1995-2000 que regresaron al país duran­te el mismo periodo; c) hogares con integrantes que residían en los Estados Unidos en 1995 y que regresaron a vivir a México antes del levantamiento censal; d) los hogares que reci­ben remesas del exterior. A su vez, el índice se categoriza en seis estratos de acuerdo con la intensidad del fenómeno: nula, muy baja, baja, media, alta y muy alta. 4 La diversidad del flujo migratorio en estados de larga tradición migratoria se ha visto influida de manera importante por las políticas migratorias de los Estados Unidos, en parti­cular por la ley de amnistía de 1986 (Immigration Reform and Control Act, IRCA) y la de 1990 (lmmigration Act) véase Calavita (1998).

351

PATRICIA ÜMUDIO ÜRAVE

en los últimos años, modificando destinos, duración y tipo de migrante. Esta coexistencia entre la migración internacional con otros tipos de migración no es exclusiva del estado; su importancia para el fenómeno en Veracruz reside en la potencialidad de acceso a y utilización de recursos para migrar que esta diversi­dad de estrategias migratorias presenta a los veracruzanos, potencialidad que se actualiza en sus historias migratorias y que se incrementa por las características que adquiere el movimiento (Faist, 2000; Massey, 1987; Zamudio, 1999).

Resumiendo, juventud, celeridad y heterogeneidad caracterizan a la migra­ción internacional veracruzana. Entender la juventud del fenómeno nos permi­te apreciar la trascendencia que tanto los migrantes veracruzanos como sus or­ganizaciones pueden tener sobre el proceso y sus efectos en las comunidades, al ser los pioneros del mismo. Ellos tienen la oportunidad de aprender de las expe­riencias de los migrantes de otros estados, para orientar más efectivamente sus estrategias y acciones y mejorar sus formas de participación en sus comunida­des d_e origen, compartiendo con sus paisanos la posibilidad de influir en la toma de decisiones sobre lo que es mejor para su tierra.

Desafortunadamente, el proceso no es simple. Una de las consecuencias de la juventud del movimiento migratorio veracruzano es el carácter incipiente de la formación o consolidación de sus redes migratorias. Vemos sus efectos más patentes en las muertes que ocurren durante el movimiento (Zamudio, 2002a). Pero hay otro efecto que no se aprecia de manera tan evidente y que tiene que ver con el proceso de incorporación de los migrantes veracruzanos en la socie­dad receptora. Al tiempo que son recién llegados, los migrantes veracruzanos han tenido que enfrentar una economía estadounidense en franca caída, así como los eventos del 11 de septiembre de 2001 y sus efectos ulteriores. También están las cada vez más restrictivas políticas públicas sobre migración implementadas por el gobierno estadounidense. Estas circunstancias, entre otras, pueden tener el efecto de forzar a los migrantes recién llegados a prolongar una situación precaria de incorporación social y económica, en los Estados Unidos (Zamudio, 2003a), posponiendo también su respuesta a las expectativas de sus familias, en Veracruz (Zamudio, 2003b).

Un efecto importante de la vulnerabilidad de los migrantes que la juventud del movimiento acarrea tiene que ver con un potencial retraso del despliegue de las potencialidades organizativas de los migrantes. Esto es porque quienes se constituyen en líderes de las organizaciones son generalmente migrantes que tienen varios años viviendo en los Estados Unidos y han alcanzado cierta segu-

352

LA OCASIÓN DEL PRELUDIO

ridad económica (Rivera y Escala, 2002; Zabin y Rabadán, 1998; Zamudio, 1999). Mientras más tiempo tome el proceso de establecimiento económico de los migrantes, será más dificil que cuenten con recursos y tiempo para promo­ver o participar en organizaciones de paisanos (Zamudio, 2003a).

A pesar de las condiciones adversas, vemos que los veracruzanos han crea­do y continúan creando organizaciones de migrantes. Podríamos pensar que w1 factor importante es que estos grupos de "recién llegados" están aprendiendo de otros grupos de migrantes cómo promover organización. Al respecto, Rive­ra y Escala (2002: 1) sugieren que "[l]a estrategia organizativa de formar fede­raciones de oriundos[ ... ] ha sido el resultado de un proceso de socialización de las prácticas organizativas entre estos migrantes." Así lo vemos entre los migrantes internacionales veracruzanos, a pesar de lo relativamente reciente de su movimiento. Explicaciones complementarias aluden al importante papel del gobierno mexicano en la promoción de la formación de los clubes de oriundos, principalmente a partir del establecimiento del Programa de Atención para las Comunidades Mexicanas en el Extranjero (Smith, 2001). 5

En el caso veracruzano podemos considerar, además, la celeridad con la cual la migración parece cobrar fuerza en las comunidades. Podría pensarse que la misma experiencia migratoria, tanto de migrantes como de los paisanos que permanecen en el lugar de origen, acelera el aprendizaje específico sobre la migración, el cual puede servir para fortalecer sus redes y disminuir su vulnera­bilidad, tanto individual como grupal (Zamudio, 1999).

Para poder ser confirmadas o rechazadas, estas reflexiones necesitarían un referente empírico sistemático. Sin embargo, no es descabellado pensar que la celeridad del fenómeno migratorio veracruzano, en particular cuando los migrantes de una misma comunidad o municipio se concentran en un mismo destino -e.g. , teocelenses en Carolina del Sur, o landerenses en Chicago o yanguenses en Los Angeles- puede crear condiciones propicias para la organi­zación, al multiplicar las acciones de solidaridad y fomentar el cumplimiento de expectativas de reciprocidad (Faist, 2000; Guarnizo, 1998).

Y no es que la organización de clubes deba tener una relación directa con el número de migrantes de un mismo lugar de origen. Sin embargo, considerando las políticas de promoción de la organización implementadas por el gobierno

5 Hoy día Instituto de los Mexicanos en el Exterior dependiente de la Secretaria de Relaciones Exteriores.

353

PATRICIA 2AMUDIO GRAVE

federal mexicano desde los afias 1990 y cada vez más por los estados que pre­sentan el fenómeno, y últimamente, también por los gobiernos municipales, puede esperarse que, al menos desde el gobierno, se estimule la organización de clubes a partir de identificar una masa crítica de migrantes. Estos mismos, al encontrarse en condiciones que hacen dificil una convivencia con todos los paisanos, podrían ver la necesidad de llevar a cabo acciones organizadas que permitan mantener los lazos de paisanaje entre todos los miembros de la comu­nidad de origen presentes en un lugar de destino (Zamudio, 1999).

En el caso de los veracruzanos, por ejemplo, prácticamente todos los líde­res y miembros de grupos de paisanos entrevistados reportan que su interés en promover algún tipo de organización provino de dos fuentes. Una, de apre­ciar que el número de paisanos crecía y que ya no se conocían todos. Y dos, de presenciar o saber de situaciones de emergencia en las que se encontraba algún paisano, y en cuya ayuda podían acudir, de manera coordinada-por ejemplo, recabando fondos para trasladar el cuerpo de algún pariente muerto (Zabin y Escala, 1998). Así, la presencia creciente de paisanos en un mismo lugar parece promover la inquietud por actuar organizadamente.

Además de la juventud y la celeridad, la presencia en Veracruz de otros movi­mientos migratorios, particularmente de migración interna a estados de migra­ción internacional tradicional ha generado un contexto social potencialmente pro­picio para el fortalecimiento de redes. Muchos municipios que emiten migrantes internacionales han presentado o presentan migración interna, particularmente hacia Jalisco o el Distrito Federal. A partir de ello, las estrategias migratorias que están desarrollando los veracruzanos pueden estar incorporando también la expe­riencia de comunidades con tradición de emisión de migrantes.

Contexto socio-político de la migración internaciont¡ll veracruzana

Las posibilidades y oportunidades que los actores tienen para orientar el proceso organizativo de la migración veracruzana también son influidas por el contexto socio-político que rodea el movimiento. Este apartado intenta mostrar la forma como la juventud del fenómeno ha condicionado las ac­ciones del gobierno estatal encaminadas a atenderlo, así como sus estrate­gias de vinculación con los migrantes y sus organizaciones.

La primera respuesta del gobierno estatal ante la migración fue la reticencia de sus funcionarios para aceptar cabalmente la magnitud del fenómeno y su res-

354

LA OCASIÓN DEL PRELUDIO

ponsabilidad en su atención. En noviembre de 1999, me comuniqué con el Secre­tario Técnico del Consejo Estatal de Población (COESPO)6 para indagar sobre la situación del fenómeno. Su respuesta fue que la migración no era un problema en el estado y que las noticias sobre ella que aparecían en prensa eran amarillistas.

Casi un año después, en septiembre de 2000, el gobernador Miguel Alemán reconoció que la migración internacional constituía un problema serio en Veracruz. A pesar de dicho reconocimiento, el gobierno estatal no tomó medi­das encaminadas a atenderla o, al menos, a conocer su situación real.

En octubre de 2000, en una gira por Chicago, III ., el gobernador recibió de !os representantes de los clubes de Landero y Coss y Ursulo Galván sendos documen­tos que expresaban el interés de sus miembros por participar de manera organizada en el mejoramiento de las condiciones de vida de sus municipios de origen. Había propuestas concretas y trabajo avanz.ado. El gobierno estatal no les respondió y parte de sus iniciativas tuvieron que ser pospuestas. Se desperdició así la oportuni­dad de iniciar el diálogo entre gobierno y organizaciones de paisanos.

Una situación similar de desatención al fenómeno ocurrió a nivel municipal. Al parecer, los presidentes de municipios que estaban presentando una migra­ción ostensible no querían reconocer su magnitud "por razones políticas", esto es, porque no querían ser responsabilizados de la salida de población de sus municipios. Al fin y al cabo, ellos estaban a punto de terminar su gestión, en diciembre de 2000 y no necesitaban sentar un mal precedente para sus partidos.

Con el cambio de ayuntamientos, en diciembre de 2000, algunos de los nuevos presidentes de municipios que presentaban migración internacional empezaron a considerar la importancia de observar la magnitud y formas que tomaba el movi­miento. Dos circunstancias ayudaron a dicho cambio de actitud. La primera fue una creciente presencia de noticias en prensa, radio y televisión, que aludía a salidas continuas de migrantes hacia los Estados Unidos o la frontera norte desde diversos puntos, involucrando a una gran cantidad de municipios, de prácticamente todas las regiones del estado. Se estaba volviendo imposible ignorar la realidad

Además, algunas instituciones de carácter federal, tales como el Instituto Nacional de Migración y el Programa Nacional de Jornaleros Agrícolas, incor­poraron en sus actividades de difusión espacios para informar y discutir sobre la migración internacional, sus causas y posibles consecuencias.

6 Organismo encargado, por ley, de investigar el fenómeno migratorio en el estado (Zamudio, 2000).

355

PATRICIA ZAMUDIO GRAVE

En ese tiempo, el gobierno estatal empezó apenas a prestar interés al movi­miento, implementando, como p1imera acción, la realización de un taller infor­mativo para mandos medios de las secretarías del estado. El taller, ca-organiza­do por la Oficina de Programa de Gobierno, el Sigolfo y el CIESAS-Golfo, se llevó a cabo el 21 de mayo de 2001. Asistieron cerca de cincuenta funcionarios, quienes tuvieron la oportunidad de familiarizarse con los aspectos más relevan­tes de la migración internacional veracruzana.

Fue durante este taller cuando, los funcionarios participantes supieron sobre los 14 veracruzanos muertos en el desierto de Yuma, en Arizona. De acuerdo con mis notas, "intermitentemente, Ornar, Juan Antonio y Lorenzo7 salían y entraban de la sala, hablaban por teléfono, mostraban preocupación. Finalmente, ante los gestos de interrogación de los demás asistentes, Juan Antonio nos comunicó que, entre los migrantes muertos en el desierto de Yurna, Arizona, la mayoría eran veracruzanos. El silencio fue largo."8 Lo que se planeó como el primer intento del gobierno estatal por abordar el fenómeno fue el escenario de la recepción de la noticia de la primera gran tragedia de la migración internacional de Veracruz.

El gobierno estatal ayudó a gestionar la repatriación de los cuerpos de los migrantes muertos y prometió apoyo a las familias de los fallecidos. Los cuer­pos regresaron, pero los apoyos nunca se recibieron (Nájar, 2003). La actitud del gobierno no cambiaba sustancialmente, negándose sistemáticamente a re­conocer cualquier responsabilidad. Diversos funcionarios (incluido el goberna­dor del estado) declararon que los migrantes muertos habían dejado sus comu­nidades en busca de "aventura", porque todos ellos tenían empleo.

Pero el contexto socio-político local se estaba modificando. Ahora, la mi­gración internacional ya era parte de la charla cotidiana de casas, escuelas y espacios públicos. La iglesia católica había empezado a atender el fenómeno. En junio del mismo año, la Pastoral de la Movilidad Humana de Xalapa organi­zó, en coordinación con la de Veracruz, el primer taller regional de la pastoral, con la asistencia de miembros de las ocho diócesis del estado. El propósito fue

7 Omar de la Torre, entonces Director General de Atención a Migrantes, de la desaparecida Oficina Presidencial para Mexicanos en el Exterior; Juan Antonio Nemi Dib, entonces subse­cretario de Desarrollo Político; Lorenzo Lazo, Jefe de la Oficina de Programa de Gobierno. Ellos eran algunos de quienes presidían el taller. 8 Notas de campo, 21 de mayo de 2001 .

356

LA OCASIÓN DEL PRELUDIO

apoyar el trabajo que sacerdotes y laicos estaban ya desarrollando en sus comu­nidades, atendiendo tanto a migrantes indocumentados en su camino de paso hacia los Estados Unidos como a los familiares de los emigrantes veracruzanos.

Finalmente, el gobierno se convenció de que era necesario tomar medidas de atención al fenómeno. En septiembre de 2001, la Subsecretaría de Desarrollo Político estableció la Coordinación de Atención al Migrante, bajo la jefatura de una exdelegada regional del Instituto Nacional de Migración. Con el establecimiento de la coordina­ción estatal, los migrantes veracruzanos contarían con rn1a instancia oficial a la cual podían acudir para "resolver" cuestiones relacionadas con la migración.

Una de las actividades más importantes realizadas por la Coordinación fue ayudar a gestionar la repatriación de cuerpos de migrantes veracruzanos muertos en los Estados Unidos o en la frontera. También inició esfuerzos por obtener información sobre el fenómeno. Para entonces, los datos de la muestra censal de 2000 ya daban indicaciones sobre la magnitud del fenómeno. Pero ahora, a dife­rencia de dos años antes, muchos presidentes municipales consideraban que los números se quedaban cortos, que la cantidad de migrantes que salían de sus terri­torios sobrepasaba en mucho la información censal. La siguiente anécdota ilustra la nueva percepción sobre la magnitud del fenómeno. En noviembre de 2001, la coordinadora de migración se presentó en una reunión con presidentes municipa­les del sur del estado, en Acayucan, Ver., para pedir su cooperación para llevar a cabo un estudio sobre migración. Cuando el presidente de Jesús Carranza escu­chó que el censo hablaba de tres migrantes en su municipio, rió a carcajadas. Dijo, "¿Tres migrantes entre 1995 y 2000? ¡Los que han salido son al menos quinientos!"9 Miembros de otros ayuntamientos secundaron su incredulidad ante las cifras. Sin embargo, a pesar de estar conscientes de que la magnitud del fenó­meno era preocupante, pocos fueron los que cooperaron para llevar a cabo el estudio; pocos fueron los que comprendieron la importancia de conocer con ma­yor precisión la situación, para poder incidir en ella de manera adecuada.

A pesar de reticencias, falta de cooperación y una relativa inconsistencia en sus planes de trabajo, la Coordinación tuvo el efecto de promover el reconoci­miento de la importancia del fenómeno en el estado, al menos con instituciones gubernamentales y ayuntamientos. Por ejemplo, El Colegio de Bachilleres de Veracruz inició el programa, "No emigres. La capacitación es tu solución", cuya segunda etapa concluyó en julio de 2003 . La Secretaría de Educación y

9 Notas de campo, noviembre 2001.

357

PATRJCIA ZAMUDJO GRAVE

Cultura está llevando a cabo un plan de acción para disminuir el impacto del movimiento en los estudiantes de primaria y secundaria. A nivel municipal tam­bién se ha incrementado la respuesta. Hasta octubre de 2002, setenta municipios habían establecido un "Programa de Atención a Migrantes". En algunos casos, se ha creado una coordinación municipal, en otros, solamente hay un encargado del programa, quien sirve como enlace con el gobierno estatal. Todas estas iniciati­vas, por modestas que sean, pueden constituir espacios de interlocución y ayuda para migrantes y comunidades, en sus intentos por participar en el mejor aprove­chamiento de los recursos que la migración puede proporcionar y en la disminu­ción de sus costos, principalmente sociales y humanos.

Una actividad importante de la Coordinación fue la de tratar de establecer con­tactos con los veracruzanos en los Estados Unidos, de manera particular con los migrantes organizados. Por ejemplo, se intentó que el estado participara en progra­mas tales como el de "Adopte una Microrregión", promovido por la Oficina Presi­dencial para Migrantes en el Exterior, en 2002. Al parecer, no hubo ningún proyec­to local que llenara las expectativas de los grupos de migrantes participantes. Tam­bién se han promovido iniciativas para proporcionar canales de comercialización para productos regionales, tanto en Wisconsin como en California. Hasta la fecha, dichas iniciativas han rendido pocos frutos; lo que más interesa a los migrantes veracruzanos, por ahora, es encontrar maneras de no olvidar su tierra. Así, el actual coordinador comenta que una de las principales peticiones de los grupos de migran tes residentes en Texas es "traer cultura", esto es, que el apoyo del gobierno del estado asegure la presencia de grupos de música y danza en sus celebraciones.

A partir de mayo de este año hubo cambio de coordinador de atención amigrantes. La actual administración no es muy ambiciosa en sus planes, pero parece integrar­los en un proyecto definido y, quizá por ello, alcanzable. Se propone realizar un estudio sobre la migración en el estado, sistematizando información disponible de otras secretarías ( como Educación y Salud, por ejemplo). Y tiene el firme propósito de no prometer mucho, ni a las comunidades ni a los migrantes.

El contexto socio-político local que rodea la migración internacional veracruzana está cambiando, volviéndose más propicio para fomentar la preser­vación de vínculos de migrantes con su tierra de origen, para promover que los ayuntamientos atiendan el fenómeno y sus efectos y para impulsar la organiza­ción de clubes de paisanos en los Estados Unidos. Sin embargo, entre los planes gubernamentales, así como entre los de los grupos de migrantes organizados o en proceso de estarlo, el gran silente sigue siendo, en la mayoría de los casos, la

358

LA OCASIÓN DEL PRELUDIO

comunidad local. De hecho, la comunidad local sí entra en los planes, pero no como actora, no como tomadora de decisiones, sino sólo como receptora.

La ocasión del preludio: los pioneros organizándose

La organización de migrantes mexicanos en los Estados Unidos puede tomar diversas formas, que van desde organizaciones con bajos grados de formalidad, hasta los clubes por municipio o federaciones estatales, o incluso confederacio­nes (Zabin y Escala, 1998; Zamudio, 1999). Su composición y objetivos va­rían. Aún cuando los clubes que proliferan corresponden a paisanos del mismo municipio, también observamos clubes que incorporan a todos los paisanos provenientes del mismo estado. 10 En esta sección, presentaré casos concretos de organizaciones de migrantes veracruzanos.

Según información de la anterior coordinadora de atención a migrantes del gobierno del estado, existen numerosas organizaciones de veracruzanos en los Estados Unidos. La lista que me ha sido proporcionada incluye poco más de quince. He establecido comunicación directa con organizaciones en la ciudad de Chicago, Illinois, (dos) y el estado de California (tres). De las restantes -en California, Florida, Georgia, lllinois, Texas, Mississippi y Wisconsin- he obteni­do información a través de informantes clave, tales como agentes municipales, miembros de ayuntamientos, sacerdotes, la coordinación de atención a migrantes, otros funcionarios gubernamentales, miembros de organizaciones no guberna­mentales y académicos estadounidenses.

Organizaré la exposición de esta sección, considerando dos dimensiones: el nivel territorial del origen de sus miembros (localidad, municipio o estado) y sus objetivos principales. Una tercera dimensión, la correspondiente al interlo­cutor privilegiado de las organizaciones, será tratada en una sección aparte.

Nivel territorial

Atendiendo al nivel territorial del origen de su membresía, las organizaciones de migrantes veracruzanos incluyen tanto a migrantes provenientes del estado

'º Resultaría interesante explorar la relación entre esta composición y la antigüedad, magnitud y heterogeneidad de la migración en cada caso.

359

PATRICIA ZAMUDIOGRAVE

en general, como de un municipio o una localidad específicos. En lugares de destino como Chicago o Los Angeles, donde ha habido una inmigración tem­prana de veracruzanos -i.e., mayor de treinta años- el origen ha sido diverso. En dichos lugares, los veracruzanos han iniciado procesos organizativos incluyentes de paisanos de varios municipios del estado, particularmente de su zona cen­tral. Interesante, sin embargo, es que en su membresía parece predominar el migrante de origen urbano y de clase media.

Un ejemplo de ello corresponde a un grupo de migrantes en Chicago, 111., cuyos miembros provienen de Xalapa, Veracruz y Orizaba, principalmente. En algunos casos, los migrantes eran originarios de otros municipios, pero habían residido en dichas ciudades por varios años, principalmente con el objetivo de estudiar una carrera universitaria. Los líderes del grupo habían residido en la zona metropolitana de Chicago por más de quince años, con una gran disp~r­sión residencial que abarcaba tanto suburbios como la zona centro de la ciudad. Estaban incorporando a otros paisanos que habían llegado más recientemente, principalmente profesionistas. Cuando conocí a este grupo, en enero de 2001, tenían poco tiempo de haber empezado a organizarse y aún buscaban un nom­bre para su organización, que reflejara su origen veracruzano. Algunos de sus miembros intentaron ponerse en contacto con la prensa local de Xalapa, para hacer oír sus voces. Sin embargo, dicho plan no se ha materializado.

Otro caso de organización con origen de alcance territorial estatal corres­ponde a la Asociación de Veracruzanos Residentes en los Estados Unidos, al sur de Los Angeles. Este grupo tiene un "representante" residente en Xalapa, un profesor de la escuela normal local. Según esta persona, la membresía de la asociación supera los tres mil paisanos, muchos de ellos residen en el área des­de hace más de veinte años, aunque empezaron a reunirse durante los años 1990. Su principal actividad es organizar reuniones periódicas de encuentro, tales como fiestas. Este grupo mantuvo por un tiempo comunicación constante con la Coordinación de atención al migrante, aunque dicha comunicación no ha dado lugar a algún tipo de coordinación para actividades específicas.

Como puede observarse en los dos casos presentados, los pioneros de la migración veracruzana llegaron desde hace más de treinta años y se ubicaron principalmente en lugares de migración mexicana tradicionales, como Chicago, 111., y Los Angeles, Ca. Estos migrantes, en su mayoría de origen urbano, mantuvieron un sentido de pertenencia que incluía a todos los paisanos del estado. Pero su opción no fue fortuita, sino que obedeció a las condiciones

360

LA OCASIÓN DEL PRELUDIO

mismas de esa etapa temprana de la migración internacional veracruzana, poco numerosa, muy probablemente de origen urbano y de clase media. Los grupos se formaron con quienes estaban allá y se conocían. 11

Concentraciones numerosas de migrantes provenientes de un solo munici­pio, así como sus organizaciones, son fenómenos recientes, los cuales tienen que ver con la intensificación de la migración internacional en regiones rurales, principalmente en el centro del estado (Zabin y Escala, l 998; Zamudio y otros, 2003 ). Dos ejemplos resultan relevantes para este caso: Landero y Coss y Yanga.

El municipio de Landero y Coss empezó a emitir migrantes de manera con­sistente a mediados de los años 1980 y la mayoría de ellos tuvo acceso a la amnistía del año 1987. Este municipio, el más pequeño del estado de Veracruz, ha presentado desde entonces, una migración intensa, principalmente a Chicago, lll. Es uno de los dos municipios del estado que presentan un Grado de Intensi­dad Migratoria (GIM) muy alto, lo cual corresponde con su relativamente larga historia migratoria. La organización "Club Veracruzanos Landero y Coss" na­ció a finales de la década de 1990, con el fin de reunir a los paisanos, convivir, bailar al son de la música tropical y disfrutar de los platillos típicos de su región de origen. Eventos que tenían lugar en el municipio propiciaron modificacio­nes importantes en la organización, orientándola hacia la participación en su tierra, en coordinación con un grupo organizado en el municipio. En la siguien­te sección presentaré este caso con mayor amplitud.

En el caso de Yanga, una población que ha emitido migrantes desde hace más de veinte años, la organización es fuerte en el sur de California, 12 particu­larmente en Placencia. Esta organización, que tiene ya casi una década de exis­tencia y está confom1ada principalmente por migrantes procedentes del muni­cipio de Yanga -el otro municipio del estado con un GIM muy alto- también incorpora veracruzanos de otros municipios y migrantes de otros estados del país. A pesar de ello, la preocupación prindpal de la organización es ayudar a mejorar las condiciones de vida de sus paisanos yanguenses. Ha reunido recur­sos para proveer a su municipio de un camión para el Colegio de Bachilleres, varias ambulancias y diversos materiales para atención de salud, tales como

11 Mayores estudios son necesarios para saber si, efectivamente, la composición de estas organi­zaciones corresponde al perfil del migrante veracruzano pionero. 12 En las ciudades de San Diego, Long Beach, Placencia, Los Angeles y Beverly Hills.

361

PATRICIA ZAMUDIO GRAVE

sillas de ruedas, prótesis, collarines, etc. Una acción encaminada a mantenerse vinculados con su tierra consistió en invitar en 1998, al párroco de Yanga para que visitara a las familias y oficiara algunas misas. Según cuenta el párroco, 13

una de las misas se ofició en un parque público, con la asistencia de más de cinco mil personas, de distintos municipios y estados. De una manera silencio­sa y prácticamente independiente de coordinación con el gobierno, este grupo ha llevado a cabo acciones en apoyo a y ha tratado de construirse un especio de participación en su comunidad de origen.

Otros casos de clubes que agrupan a migrantes procedentes de un muni­cipio son el Club de la Villa Rica de la Vera Cruz, en Dallas, Tx., la "Agru­pación 'Potrero del Llano en Veracruz en Georgia', A. C.", en Gainsville, Ga., y el club de paisanos de Ursulo Galván, de Chicago, lll., todos ellos de reciente creación. Seguramente existen más casos, sin embargo, muchos no están registrados o no han sido localizados por la Coordinación estatal o por la iglesia católica (Zabin y Escala, 1998).

Como puede observarse, los clubes que agrupan a paisanos de un mismo municipio parecen estar proliferando, quizá como consecuencia del proceso de socialización propuesto por Rivera y Escala (2002). Más aún, en la mayo­ría de los casos que he explorado, la iniciativa de formar los grupos proviene de los migrantes mismos. Sin embargo, puede suceder que durante el proceso mismo de la organización, condiciones sociales prevalecientes en la tierra de ongen pueden propiciar o desalentar la coordinación de los grupos de migran tes con actores locales. Trataré este tema en la siguiente sección.

Existen también organizaciones que incorporan a personas procedentes de una misma localidad. Según la exploración que he llevado a cabo, estos casos han aparecido sólo en los últimos años, confirmando la relación entre la masificación de la migración y la organización de migrantes cuya membresía proviene de un territorio con mayor acotación. Un ejemplo de tal tipo de organización es la "Familia Veracruzana", en Gilroy, Ca., for­mada principalmente por migrantes procedentes de la localidad de Santa Rosa, del municipio de Actopan. Aún cuando este grupo admite migrantes provenientes de otras localidades, municipios, estados y hasta países, la gran mayoría de sus miembros provienen de Santa Rosa. Esta organización sur-

13 Actual encargado del equipo de Pastoral de Movilidad Humana de la Arquidiócesis de Xalapa.

362

LA OCASIÓN DEL PRELUDIO

gió a iniciativa de su actual líder y mantiene casi nula relación con las auto­ridades locales, tanto estatales como municipales. Su principal preocupa­ción es ayudar a los paisanos residentes en los Estados Unidos cuando éstos se encuentran en situaciones críticas.

Otro caso es el de los migrantes procedentes de la localidad de Vista Hermo­sa, del municipio de Jilotepec. Dichos migrantes, residentes en Carolina del Norte, han migrado sólo desde finales de los años 1990. Su organización, poco formal pero consistente, no descansa en los migrantes mismos, sino en un gru­po de la localidad de origen. Este grupo se aglutina alrededor de la iglesia y promueve una presencia organizada de los migrantes, así como una constante comunicación entre fan1iliares. A reserva de presentar este caso con mayor de­talle en la siguiente sección, es importante mencionarlo ahora porque es uno de los pocos casos en los cuales la organización es propiciada y sostenida, en sus estadios iniciales, desde el lugar de origen.

No debo terminar esta sección sin mencionar dos casos de localidades que han tenido una migración internacional sostenida desde hace casi treinta años, que se encuentran concentrados en un mismo lugar de destino y que, a pesar de ello, no han mostrado intención seria de organización de paisanos. Un caso corresponde a migrantes de la localidad de Agua Dulce, en el municipio de Papantla, al norte del Veracruz. Los migrantes de esta localidad se concentran en el sur de Texas, en un poblado que ellos llaman "Acadochis", en donde, a decir del agente municipal de la localidad, se concentran más de 300 familias . En los Estados Unidos, los paisanos se reúnen para convivir y apoyarse en situaciones de emergencia, pero todo ello de manera informal. Así, a pesar de que los migrantes mantienen relación con su comunidad de origen, a decir de los aguadulceños, la precariedad económica de ésta, no ha propiciado que los migrantes busquen tener presencia en la localidad. El otro caso corresponde a Monte Blanco, municipio de Teocelo, cuyos migrantes residen principalmente en la zona metropolitana de Los Angeles. Según uno de los pioneros de esta "temprana" migración, no existe unidad entre los paisanos, quienes parecen reproducir en el norte las rencillas comunitarias y familiares existentes en su comunidad de origen. Ambas localidades constituyen casos excepcionales de "vieja" migración en el estado y, por supuesto, en sus municipios, y ambas carecen de una organización de paisanos. Estos casos alertan sobre la necesidad de mirar procesos sociales y económicos que tienen lugar en la comunidad de origen para entender procesos organizativos de los grupos de migrantes.

363

PATRICIA ZAMUDIO GRAVE

Objetivos

Para la presentación de los objetivos de las organizaciones de migrantes desta­co dos dimensiones. Una corresponde al alcance territorial de los mismos, esto es, si sólo les interesan los paisanos residentes en los Estados Unidos o también los paisanos residentes en sus comunidades de origen. La otra dimensión se refiere a la temática de sus objetivos. Esto es, si sólo les interesa la convivencia, o si apoyan necesidades concretas, si les interesa participar en proyectos de infraestructura o productivos, o participar políticamente ( en uno o ambos lados de la frontera), etc. (Guarnizo, 1998; Moctezuma, 20C).

La información disponible indica que la mayoría de los grupos de migrantes veracruzanos organizados se concentran en apoyar a los paisanos residentes en los Estados Unidos, respondiendo, quizá, a las condiciones precarias de la jo­ven migración veracruzana, que suscita que los migrantes necesitan de mucho apoyo de sus paisanos. Un caso claro de este objetivo es el grupo veracruzanos de Chicago que mencioné antes. El grupo promotor de esta organización, com­puesto de unas diez personas, comprende algunos profesionistas y personas cuya larga experiencia migratoria los sitúa ya en una posición económica rela­tivamente estable. Sus objetivos son apoyar a los paisanos ahí, en Chicago. Sus propuestas específicas están relacionadas con la salud, las cuales tienen que ver con las ocupaciones de algunos de sus miembros. Uno de ellos es médico y proponía ofrecer sus servicios a paisanos a un costo menor que las tarifas pre­valecientes comunes de la ;,;ona; otro es un agente de ventas y ofrecía propor­cionar medicamentos traídos de México, a costo accesible. Aunque el grupo también perseguía la convivencia, no le interesaba organizar grandes fiestas. El grupo promotor se reunía con cierta frecuencia, los miembros se conocían, pero no figuraba en sus objetivos promover una convivencia más amplia. En enero de 2001, los líderes del grupo tenían la intención de entrar en contacto con el gobierno veracruzano, pero, al parecer, no lo han hecho.

La mayoría de los grupos, además de preocuparse por apoyar a sus miem­bros en necesidades concretas, persiguen la convivencia entre los paisanos, acompañada del fomento de tradiciones. El caso de la Familia Veracruzana (Gilroy, Ca.), por ejemplo, además de tener un fondo para ayudar en caso de emergencia, organiza eventos para conmemorar el día de Santa Rosa (30 de agosto), la patrona del pueblo. Grupos en Texas han solicitado al gobierno estatal su apoyo en sus esfuerzos por fomentar la cultura veracruzana. En California, el Club de Veracruzanos de California (en Los Angeles) también ha

364

LA OCASIÓN DEL PRELUDIO

llevado a cabo eventos tales como "noches jarochas", "fandangos" y otros en los que se presenta la música tradicional del estado.

El segundo grupo de alcances de objetivos tiene que ver con quienes tam­

bién expresan una preocupación definida por sus localidades o municipios de origen. Tal es el caso del Club Veracruzano Landero y Coss y el de Ursulo Galván (en Chicago, Ill.). Sus representantes fueron quienes abordaron algo­bernador en Chicago, en 2000, quienes estaban "dispuestos a contribuir en la tarea de llevar el desarrollo y el progreso a sus comunidades" (Zamudio, 2000: 9). En esa ocasión, el representante del club de Ursulo Galván informó que su grupo había estado gestionando el establecimiento de un museo en la zona ar­queológica de Cempoala. Ya habían entrado en contacto con la Universidad Veracruzana, el gobierno del estado y el Instituto Nacional de Antropología e Historia. Consideraban que la actividad económica del municipio se vería be­neficiada por la generación empleos y el estímulo al comercio. El proyecto del representante del club de Landero y Coss era más comprehensivo. Su propuesta incluía "ayudar al gobierno de Veracruz para crear un fondo para contingencias y apoyar obras ya programadas" en los municipios. También proponía que se estableciera "un convenio de colaboración entre el Estado de Veracruz y los clubes [de paisanos] para la ejecución de obras de interés social y la implementación de proyectos productivos" (Zamudio, 2000: 9).

El grupo de Yanga (Placencia, Ca.) ha permanecido menos público, pero ha venido trabajando en apoyo a su municipio. Ellos tienen intereses en ambos lados de la frontera. Por un lado, promueven la convivencia entre paisanos, se apoyan entre sí, están abiertos para apoyar a otros veracruzanos, mexicanos o latinos. Además, tratan de mantener vínculos estrechos con su comunidad de origen, cooperando para mejorar la infraestructura de sus servicios, tales como educativos y de salud y " traen" algo de su tierra al norte, tal como sucedió con la invitación al párroco y la organización de eventos culturales.

Un objetivo que va más allá de la organización de un club y cuyas conse­cuencias pueden ser trascendentales para las organizaciones de migrantes veracruzanos en los Estados Unidos es el que persigue el Club de Veracruzanos de California (Los Angeles), mencionado con anterioridad. Este grupo ha fun­dado la "Federación Veracruzana U.S.A.", con sede en Los Angeles. El presi­dente de esta federación se ha dado a la tarea de contactar a cuanta organización de veracruzanos encuentra en los Estados Unidos, con el fin de incorporarlas formalmente a la federación o de promover la formación de federaciones en

365

PATRICIA ZAMUDIO GRAVE

otros estados de la Unión Americana. Esta iniciativa puede ser un ejemplo de lo que Rivera y Escala (2002) llaman proceso de socialización, ya que los grupos de esta ciudad presentan un grado de organización que dificilmente se encuentra en otras zonas de los Estados Unidos. De manera particular, el Frente Cívico Zacatecano ha servido como una fuente de orientación y apoyo para los líderes de la Federación. Hasta mediados de 2003, la Federación Veracruzana no había tenido logros organizativos importantes. Sin embargo, podemos suponer que el contexto socio-político local actual va a ayudar esta iniciativa, dado el interés que los gobiernos estatal y municipales tienen en contactar y trabajar coordinadamente con sus paisanos en el norte. Si estos esfuerzos incorporan la promoción de la colaboración de grupos organizados de las comunidades de origen, el potencial participativo de migrantes y sus paisanos podría multiplicarse. Por ahora, sólo queda trabajar para que el pre­sidente de la federación comprenda la importancia que su estrategia organizativa tendrá para la futura organización de los migrantes veracruzanos en los Estados Unidos y se oriente también hacia México.

Hasta ahora, las características de las organizaciones de migrantes veracruzanos no se diferencian significativamente de clubes de migrantes procedentes de otros estados, con una tradición migratoria de larga data. Sin embargo, la oportunidad que la juventud del fenómeno migratorio veracruzano ofrece, tanto a migrantes como a quienes se quedan, al gobierno y a la sociedad veracruzana -y mexicana­en general, es la de orientar los objetivos de las organizaciones en direcciones que permitan el despliegue de las potencialidades que la migración internacional ofrece (Zamudio, 2002b ), particularmente la de promover prácticas participativas entre miembros de las comunidades de origen de los migrantes.

Tejiendo redes, construyendo organización

Una de las preocupaciones expresadas por diversos estudiosos e incluso por miembros de clubes de estados de larga tradición migratoria es que los grupos organizados de migrantes mantienen vínculos débiles -si acaso- con otros gru­pos, tanto a nivel de clubes como de federaciones (Zabin y Escala, 1998). El interés de fondo es encontrar formas de fomentar el fortalecimiento de los gru­pos y de los migrantes mexicanos para incidir positivamente en su incorpora­ción en la sociedad de destino o tener mayor presencia o posibilidades de parti­cipación e incidencia en la sociedad de origen, en distintos niveles territoriales, pero principalmente en el nivel municipal y estatal.

366

LA OCASIÓ N DEL PRELUDIO

Esta perspectiva aparece claramente delineada en la cita de González (1995, citado en Goldring, 1997), donde dice que las organizaciones de migrantes mexicanos,

" ... representan los intereses y articulan las demandas de sus agremiados.frente a quienes permanecieron en la comunidad de origen, frente a las autoridades municipales, estatales y federales del gobierno de México y, en menor medida,frente a la sociedad civil y las autorida­des locales de las ciudades donde residen" (énfasis mío).

El mensaje que transmite la cita es que los migrantes se organizan en una especie de oposición a otros actores sociales o políticos, tanto de su país de origen como del de destino. En este trabajo me interesa discutir la parte que refiere a la articulación de demandas "frente a quienes permanecieron en la comunidad de origen". Por ejemplo, cuando los estudios refieren a la implementación de proyectos de mejoramiento de infraestructura o producti­vos, los actores que aparecen participando activamente son el club ( o federa­ción) de migrantes y el gobierno de México (estatal o municipal). A reserva de que la revisión que he llevado a cabo haya omitido casos importantes, la infor­mación que poseo sugiere que dichos estudios ignoran la importancia de cons­tituir grupos locales que participen en la toma de decisiones sobre las acciones a seguir; aún más, prácticamente se omite mencionarlos.

Es decir, una constante de las discusiones sobre la necesidad de fortale­cer a los grupos de migrantes es el olvido de la participación activa de la comu­nidad de origen. Se ignora, entonces, la importancia potencial de la presencia de organización "colateral", principalmente a nivel del municipio de origen como elemento potencial de fortalecimiento de los clubes mismos. La dinámica de la migración internacional mexicana a los Estados Unidos, en la cual preva­lecen patrones de membresía dual y de manutención de lazos a través de fronte­ras, impide establecer una línea definida entre los que se quedan y los que se van, ya que los migrantes son retornados potenciales y los que se quedan son migrantes potenciales (Waldingery Fitzgerald, 2003). Ante esta situación, plan­tear que los migrantes articulan sus demandas "frente" a quienes permanecen en sus comunidades, al tiempo que se promueve su interlocución con agentes gubernamentales mexicanos apela a un paradigma que, en lugar de promover la organización social transfronteriza, que incluya a paisanos residentes en los Estados Unidos al lado de aquéllos que se quedan en México, y así sacar prove­cho de las oportunidades de promoción participativa que la migración ofrece,

367

PATRICIA ZAMUDIO ÜRAVE

se fomenta la relativa exclusión de los miembros de la comunidad de origen en la toma de decisiones que les afectarán directamente.

Para ilustrar la importancia de la participación activa de la comunidad de origen en la toma de decisiones e implementación de acciones encaminadas a su mejoramiento, presentaré tres casos que han resultado particularmente exitosos en mantener la presencia del grupo de migrantes en su tierra natal y participar en la promoción de la organización local y, al mismo tiempo, en mantener la unión del grupo en los Estados Unidos. La característica que identifica estos casos es que su organización ha estado, desde el principio, apoyada con grupos de sus comunidades más o menos organizados.

El caso más antiguo que hemos registrado es el de Y anga. Como mencioné antes, la migración internacional desde este municipio tiene más de veinte años. Pues bien, una de las características de su organización es que ha respondido a necesidades formuladas por sus comunidades de origen. Aún cuando no conozco con detalle su organización, me han informado que existe una coordinación sos­tenida entre grupos del municipio y los migrantes. La interacción constante entre migrantes y miembros de sus comunidades, tanto a distancia como directa, a través de visitas, ha permitido un conocimiento directo de las necesidades del municipio y un diálogo permanente con grupos locales interesados en mejorarla. Al mismo tiempo, la participación de grupos organizados en el municipio se for­talece, gracias al apoyo económico de los migrantes (Zamudio, 2002b ). Un ejem­plo de su respuesta a necesidades formuladas por su comunidad de origen fue la de dotar con un autobús al plantel del Colegio de Bachilleres. No podemos prede­cir cuál será el futuro de este proceso organizativo. Lo que puedo sugerir es que la experiencia que tanto migrantes como residentes locales han obtenido constituye un aprendizaje que puede propiciar una mayor participación y, en general, una mejoría en la membresía, tanto de unos como de otros (Zamudio, 2002b ).

Un segundo caso que ilustra la coordinación entre grupos a través de la fron­tera es el de Landero y Coss, el municipio más pequeño del estado y con una migración tradicional sostenida desde principios de los años ochenta. Como dije antes, el destino de los landerenses es Chicago, Ill. La historia organizativa de los migrantes landerenses en Chicago empezó casi al mismo tiempo que la organiza­ción de un grupo en la comunidad de origen. La historia fue más o menos así: 14

14 Entrevista con Timoteo Rosado, presidente del club desde el año 2000, en Chicago (enero 2001 ), y con Aurea Rosado, en Xalapa, Ver. (agosto 2000).

368

U. lx.A.'>IÓN DEL i'll[LUl)JO

Los landerenses empezaron a organizar fiestas en Chicago para propiciar la con­vivencia.15 Al mismo tiempo, en Landero un grupo de personas lideradas por el maestro del telebachillerato empezó a convocar a otros a participar para estable­cer un taller de calzado en el municipio. El presidente del club de migrantes era hermano de uno de los miembros del grupo de Landero y, al enterarse ambos de sus mutuos esfuerzos, decidieron coordinarse. Así, el presidente propuso a los miembros de su club recabar fondos para ayudar a instalar el taller. Consiguieron suficientes fondos para comprar cinco máquinas, así como mesas y otros insumos. Respondiendo a las demandas de ambos grupos, el ayuntamiento también partici­pó en el proyecto, proporcionando el local y pagando el sueldo del instructor.

Este mw1icipio se ha convertido en un "consentido" de las instituciones esta­tales para llevar a cabo programas de apoyo, por varias razones. Su larga tradi­ción migratoria pennite tener una idea de los efectos que podrían presentarse en otros municipios en los cuales la migración está aumentando. Además, su tama­ño hace posible la realización de programas piloto a nivel municipal, los cuales, dependiendo de su efectividad, pueden ser aplicados en otros municipios.

Sin embargo, el potencial organizativo local y en los Estados Unidos que la migración ha apoyado se ve contrarrestado por la precariedad económjca del mwu­cipio. Aún así, y con los problemas a que todo proceso organizativo se encuentra sujeto la experiencia de Landero y Coss es un claro ejemplo de la posibilidades de estímulo a la participación de grupos locales que la migración internacional puede promover, cuando los migrantes dan voz y voto a sus paisanos que se quedaron.

El último caso que presento es el de la comunidad Vista Hermosa, en Jilotepec. La experiencia es muy interesante, porque la iniciativa está partien­do, como dije antes, no de los migrantes, sino de un grupo de la comunidad. Al parecer, sin embargo, el empuje "desde acá" está permitiendo que los migrantes empiecen una organización, relativamente informal, "allá''. Principalmente, porque las labores del grupo local 16 les permiten mantener cotidianamente un lugar en sus familia y en su comunidad. El apoyo comunitario es tan fuerte y generalizado que hay quienes afirman que la migración "ha sido una bendi-

is Según cuenta el presidente del club. siendo Chicago un destino de migrantes mexicanos proce­dentes del centro y norte del país, en las fiestas y bailes a los que asistían no tocaban música tropical , la preferida por los landerenses; así que decidieron organizar us propias fiestas. 16 El grupo se encuentra vinculado a la parroquia de Jilotepec.

369

PATRICIA ÜMUDIO GRAVE

ción" para Vista Hennosa. Habitantes de localidades aledañas han pedido ayu­da al grupo de Vista Hermosa para elaborar estrategias encaminadas a mitigar los efectos negativos de la migración. Así, la lideresa de la organización local confia en que su experiencia se replique en dichas localidades.

Como puede verse, las experiencias presentadas hablan de los beneficios que pueden obtenerse cuando la organización de migrantes incorpora también a La comunidad local. A pesar de que las condiciones político-económicas locales en ocasiones no parezcan propicias, aprovechar los lazos de solidaridad y la capaci­dad organizativa de los grupos, ya sea de productores, campesinos, artesanos, intelectuales o religiosos, puede apoyar la organización y, sobre todo, fomentar una participación "más pareja" entre los miembros de la comunidad, tanto los que permanecen en México, como los que migran a los Estados Unidos.

Desafortunadamente, estos casos parecen ser poco comunes. Como men­cioné antes, la literatura que habla de organizaciones de migrantes no problematiza la participación de la comunidad local, a excepción de algunos casos de migración indígena, en los cuales la presencia de instituciones tales como sistemas de cargos o tequios proveen de un respaldo a la participación de los migrantes y preservan la capacidad de decisión de las autoridades locales. Pero, incluso en estos casos, no parece que se promueva organización local de grupos independientes ni su coordinación con las organizaciones de migrantes.

Reflexiones finales

La oportunidad que tienen las comunidades de migrantes del estado de Yeracruz es única. En la gran mayoría de ellas, el movimiento está apenas empezando, haciendo evidentes los efectos negativos y comenzando a mostrar los positivos. Pero, al mismo tiempo, la posición de "joven migración" en un contexto nacio­nal de migración tradicional proporciona la oportunidad de aprender, de evitar las estrategias organizativas poco afortunadas y de emular experiencias exitosas de promoción de la participación y de la organización.

La solidaridad, el factor socio-cultural por excelencia que engendra organi­zación allá, que mantiene lazos, que lleva a migrantes a pensar en sus comuni­dades, a ayudarse mutuamente y a ayudar a sus paisanos en la tierra de origen, puede fomentarse también en la localidad. Y la participación en la toma de decisiones, en la definición de las necesidades locales, es un elemento que per-

370

LA OCASIÓN Da PRB.UDIO

mite fomentar el sentido de pertenencia, de membresía a un grupo y, a partir de ello, fomentar, a su vez, mayor solidaridad.

Para que tanto migrantes como sus paisanos se sientan partícipes de su propia historia, su participación activa debe coordinarse. La migración veracruzana es jo­ven y, por tanto, los grupos organizados de rnigrantes tienen la oportunidad de promover un cambio socio-político fundamental en su país, el cual,junto a su par­ticipación en la economía local, podría resultar en el fortalecimiento de prácticas sociales democráticas. Esta es la ocasión que el preludio del proceso organizativo ofrece a los migrantes internacionales veracruzanos y a los miembros de sus comu­nidades de origen. Confiemos en que los protagonistas del proceso, los migrantes y sus paisanos, entren en consonancia y armonicen sus acciones.

371

PATRICIA lAMUDlO GRA VF

Bibliografia.

Calavita, Kitty (1998), "Gaps and Contradictions in U.S. hnmigration Policy: An Analysis of Recent Reform Efforts'', en David Jacobson (ed.) (1998), The lmmigration Reader. America in a Multidisciplinary Perspective, Oxford, Blackwe!J Publishers, pp. 92-110.

CONAPO (2001), "La migración de mexicanos a los Estados Unidos", en La población de México en el nuevo siglo, México.

Corona, Rodolfo (1993), "Migración pennanente interestatal e internacional, 1950-1990", en Comercio &terior, vol. 43, núm. 8, pp. 750-759.

Chávez, Ana, Carolina Rosas y Patricia Zamudio (2003 ), "Cambios de la migración en el estado de Veracruz: consecuencias y retos", en Memoria del encuentro sobre población en el sureste de México,SOMEDE-ECOSUR, Tapachula, Chis., agosto, en prensa.

El Colegio de la Frontera Norte y Consejo Nacional de Población ( 1997), Encuesta sobre migración en la Frontera Norte, 1996-1997.

Escobar, Agustín, Frank D. Bean y Sydney Weintraub ( 1999), La dinámica de la emigración mexicana, México, CIESAS y Mi­guel Angel Porrúa.

Faist. Thomas (2000), The Volume and Dynamics oflnternational Migration and Transnational Social Spaces, Oxford, Clarendon Press.

Goldring, Luin (1996), "Blurring Borders: Constructing Transnational Community in the Process ofMexico-U.S. Migrarion", en Research in Community Sociology, vol. 6, pp. 69-104.

-----(1997), "El Estado mexicano y las organizaciones transmigrantes. ¿Reconfinnando la nación, ciudadanía y relaciones entre Estado y socie­dad civil?", ponencia presentada en el XIX Coloquio de antropologfa e hfrtoria regionales, Zamora, Mich., 22-24 de octubre.

Guarnizo, Luis (1998), ''The Rise of Transnational Social Forrnations:

372

Mex.ican and Dominican Responses to Transnational Migration", en Política! Power and Social Themy, vol. 12, pp. 45-94.

LA OCASIÓN DEL PRELUDIO

INEGI (2001 ), XII Censo General de Población y Vivienda 2000. Tabu­lados de la muestra censal, en www.inegi.gob.mx.

Massey, Do u glas ( 1987), "Understanding Mexican Migration to the United States", en American Journal of Sociology, vol. 92 , núm. 6, pp. 1372-1403.

Moctezuma, Miguel (2002), "Territorialidad socio-cultural y política de los clubes zacatecanos en los Estados Unidos", en página de la Red Internacional de Migración y Desarrollo, en www.migracionydesarrollo.org.

Nájar, Alberto (2003), "Atzalan, la tierra de los muertos de Yuma. De­fraudados por todos, los deudos también se van", en Masiosare. Suplemento semanal de La Jornada, 25 de mayo.

Rivera, Gaspar y Luis Escala (2002), "Identidad colectiva y estrategias organizativas entre migrantes mexicanos indígenas y mestizos", pre­sentado en, Indígenas mexicanos migrantes en Estados Unidos: cons­truyendo puentes entre investigadores y líderes comunitarios, evento organizado por el Departamento de Estudios Latinoamericanos y Latinos (LALS), Universidad de California, Santa Cruz.

Rodríguez, H. (2000', "1988-1998: el cambio estructural en la eco­nomía veracruzana", en Notas, Revista de Información y Aná­lisis, núm. 111, pp. 1-17.

Smith, Robert (2001 ), "Migrant Membership as an Instituted Process: Comparative Insights from the Mexican and Italian Cases", The Center for Migration and Development W orking Paper Series, Princeton University.

Ueda, Reed (1998), "The Changing Face of Post-1965 Immigration", en David Jacobson ( ed.) ( 1998), The lmmigration Reader. America in a Multidisciplinary Perspective, Oxford, Blackwell Publishers, pp. 72-91.

Waldinger, Roger y David Fitzgerald (2003), 'Transnationalism in Question", presentado en el Instituto de Verano sobre Migración Internacional del CCIS, Universidad de California, San Diego, 18-24 de junio.

Zabin, Caro! y Luis Escala (1998), "Mexican Hometown Associations and Mexican Immigrant Política! Empowerment in Los Angeles",

373

PATRIL'lA L<\M\;[Jl(l GRAVE

Washington, D.C.. The Aspenlnstltute, Nonprofit ResearchFund, Working Paper Series.

Zamudio, Patricia (2003a), ··Lazos cambiantes: una historia de comuni­dad de migrantes en Chicago" en Migraciones Jntemucionales, vol. 1, núm. 4, pp. 84-106.

-----(2003b), "Lidiando con incertidumbres: proyectos migratorios de los veracruzanos", en Diversa. revista del lnstiwto Electoral Veracruzano, núm. 9, junio. pp. 89-98.

----(2003c), "La migración internacional de los veracruzanos: un diag­nóstico preliminar'', en prensa.

----y otros (2003 ), "Geografia y patrones de la migración masculina: un análisis regional del estado de Veracruz", en memoria del congre­so, Nuevas tendencias y desafios de la migración internacional. UNAM, México, D.F. Noviembre.

-----(2002a), "Veracruz: los nuevos en la aventura migratoria", en Masiosare, suplemento semanal de La Jornada. Núm. 242, 11 de agosto, pp. 9-11 .

-----(2002b ), La migración internacional y la ciudadanía: el caso de Vera.cruz. Proyecto de Investigación. Ciesas-Golfo, manuscrito inédito.

---- (2000), "Construyendo la comunidad transnacional veracruzana··, en Política, 31 de octubre, p. 9.

---- () 999), Huejuquillense lmmigrants in Chicago: Culture, Gender, and Community in the Shaping of Consciousness, tesis de docto­rado, Evanston, Tll .. Northwestem University

Entrevistas

Timoteo Rosado, Chicago, HL enero de 200 l.

Aurea Rosado, Xalapa, Ver., agosto de 2000.

374

Poder político de las organizaciones transnacionales de migrantes mexicanos en sus comunidades de origen. Estudio

comparativo de Clubes Sociales de migranti:!s en Nayarit­California y Puebla-Nueva York

Cecilia Ímaz B.

Introducción. Importancia de la migración mexicana hacia los Estados Unidos

Desde finales del siglo XIX la migración de trabajadores mexicanos a los Estados Unidos ha sido un fenómeno constante entre estos dos países. Ade­más de la disparidad en el desarrollo económico entre ellos y la escasez de empleo bien remunerado en México, la demanda de mano de obra barata en el dinámico mercado de trabajo norteamericano y el compartir una larga frontera de cerca de 3,000 Km. han inducido y facilitado esta migración, a la que se han sumado con el tiempo factores socioculturales que explican su permanencia e institucionalización.

Actualmente, la emigración hacia los Estados Unidos tiene una cobertura nacional. 1 De acuerdo a cifras del censo de 2000, la población nacida en México y radicada en los Estados Unidos era de 8.9 millones, en los que se estimaba más de 3.5 millones de indocumentados. A mediados de 2001 representaban el 3% de la población de la Unión Americana (284.8 millones) y alrededor del 9% de la población de México (101 millones).

Si a los datos anteriores sumamos los cerca de 14.4 millones de norteame­ricanos de origen mexicano, arroja la cifra de más de 23 millones de personas con vínculos consanguíneos con nuestro país, lo que equivale aproximada­mente a la cuarta parte de la población total del país.

El aumento en los flujos migratorios ocurrió en los últimos treinta años, cuando se multiplicó el flujo neto anual en términos absolutos en más de 10 veces (Gráfica 1).

' CONAPO (2002), Información sociodemográjica México 2002, México, Imagen y Arte Gráfica.

375

CECILIA ÍMAZ

Donde el flujo pasó:

• Entre 1960 y 1970 de 260 mil a 290 mil • Entre 1970 y 1980 de 1.20 a 1.55 millones • Entre 1980 y 1990 de 2.10 a 2.60 millones • Entre 1990 y 2000 alrededor de 3 millones

Gráfica1: Flujos migratorios México-Estados Unidos (1960-2000)

3500

3000

2500

2000

1500

1000

500

o 1960 1970 1980

Fuente: CONAPO (2002). Información sociodemográfica, México 2002.

Estos cambios se reflejaron en diversos grados de intensidad migratoria en casi la totalidad del territorio mexicano, como podemos apreciar en el siguiente cuadro:

Cuadro 1. Municipios expulsores en México (2002)

Total de municipios de México 2443

Total de municipios expulsores registrados 2350

Porcentaje de municipios expulsores 92.6%

Municipios de alta intensidad migratoria 492 (21%)

Municipios de intensidad migratoria media 392 (16%)

Municipios de baja intensidad migratoria media 1466 (60%)

Municipios con nula intensidad migratoria 93 (3.8%)

Fuente: CONAPO (2002), Información sociodemográjica, México 2002.

376

P ODER POLÍTICO DE LAS ORGANIZACIONES TRANSNACJONALES

Impactos de la emigración mexicana

En los últimos treinta años se han registrado importantes transformaciones en la migración, tales como:

• Una mayor complejidad y heterogeneidad.

• Una creciente diversificación regional del flujo migratorio.

• Mayor migración procedente de zonas urbanas.

• Creciente diversificación ocupacional y sectorial de los emigrantes.

• Mayor propensión de los migrantes a prolongar la estancia o establecer residencia en los Estados Unidos.

• Mayor riesgo al cruzar la frontera en fmma no autorizada.

Con el creciente y cuantioso volumen migratorio, en la pasada década se reconoció finalmente la importancia de las remesas de dinero enviadas por los trabajadores migrantes como un aporte importante para la economía familiar sobre todo rural y urbana de bajos recursos.

Las remesas de dinero es uno de los impactos económicos más directos de la migración. Se trata de recursos que han crecido en los últimos años y que bene­fician actualmente a más de 1.252 millones de hogares. 2

En 2001 ingresaron a México más de 8,895 millones de dólares , lo que equivale a 24 millones diarios ( otras estimaciones, 1 O mil millones de dólares incluyen los envíos de dinero por medios informales). Las remesas de dinero contribuyeron en ese año a una reducción del déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos en alrededor de un tercio de éste; y para los hogares receptores, en promedio recibieron alrededor de 3 mil dólares al año, 2 mil dólares en los hogares rurales y poco menos de 4 mil en los urbanos, lo que equivale a cerca del 50% de su ingreso corriente monetario.3 Para 2003, por la reducción en el costo del envío y el aumento de la emigración las remesas de dinero ascendieron a cerca de 12,000 millones de dólares.

l Ibid. 3 Ibídem.

377

CECILIA ÍMAZ

Asimismo, en ese lapso de tres décadas, el impulso a la migración fue un factor relevante en el fortalecimiento y expansión de las redes de migrantes, provocando cambios en las relaciones de las organizaciones de migrantes con sus comunidades de origen, en un contexto de institucionalización de la migra­ción y apertura y cambio de régimen político.

El aspecto que me interesa destacar es la forma en que los migrantes se organizan y se mantienen ligados a sus comunidades de origen y cómo las ligas establecidas han evolucionado en el tiempo.

Este fenómeno no es nuevo. En los diversos asentamientos de emigrados mexicanos han existido organizaciones transnacionales desde hace casi un si­glo4, pero conceptualmente no se les había puesto atención porque se les veía únicamente como proveedoras de remesas de dinero y no como un campo so­cial formado por las actividades de los migrantes, tanto en la sociedad que envía como en la que recibe, es decir, no habían sido concebidas como una unidad social específica, como un espacio comunitario transnacional.

Aún en los estudios de la migración internacional a los Estados Unidos, las anteriores organizaciones de emigrados de diversas nacionalidades fueron un sim­ple dato anexado en los estudios del ciclo clásico de la migración a Norteamérica ( 1880-1930). Entre aquellos inmigrantes destacan algunas características que son compartidas por los actuales migrantes, como el haber tomado mucho tiempo en aprender el inglés y aún más para convertirse en ciudadanos norteamericanos. La mayoría vivió y trabajó en enclaves étnicos y perteneció a asociaciones de sus pueblos natales. Políticos de sus localidades vinieron a "cortejarlos", como fue el caso de los nacionalistas irlandeses que viajaron a Nueva York para recabar fon­dos para sus campañas, como lo hacen ahora otros, entre éstos, los mexicanos.

En 1929 esa gran ola migratoria se interrumpió al imponer el Congreso norteamericano severas restricciones a la inmigración, que se mantuvieron por 36 años. En ese periodo la mayoría de los inmigrados fueron refugiados políticos: judíos europeos, húngaros y cubanos. La mayoría de esos anti­guos inmigrantes rompieron sus ligas con sus países de origen y se sumer-

4 Ver carta del cónsul de San Antonio, Tx. Enrique Santibáñez, 10 de julio de 1929, en la que se refiere a las actividades de la Sociedad Mutualista Mexicana de Jornaleros de Waco, Texas, en E. Santibáñez (1930), Ensayo acerca de inmigración mexicana en los Estados Unidos, San Antonio Texas, The Clegg, Co ..

378

P ODER POÚTICO DE LAS ORGANIZACIONES TRANSNACIONALES

gieron en la corriente de la americanización. La identidad étnica era enton­ces un sobrante y aún motivo de rechazo social.

Cuando se levantaron las cuotas para la inmigración en l 965, grandes gru­pos de latinoamericanos, caribeños y asiáticos llegaron a establecerse, pero a diferencia de los años previos, arribaron en un ambiente de lucha por los dere­chos civiles y de exaltación del orgullo étnico y racial que muchos americanos reclamaban por primera vez.

Dos décadas después, la reforma a la ley de migración de 1986 (IRCA por sus siglas en inglés) fue una forma de amnistía que permitió la legalización de cientos de miles de emigrados y operó como catalizador para el establecimiento de comunidades potencialmente estables. En esta situación, las organizaciones comunitarias de los emigrados pudieron desarrollar una relación cada vez más transnacional con el pueblo natal.

Algunas organizaciones de migrantes mexicanos empezaron a influir en sus comunidades de origen a través de su práctica social y de una forma más orgá­nica mediante los clubes o comités por lugar de origen que operan en ambas comunidades: la natal y las formadas en los Estados Unidos.

Esta transnacionalidad de varias comunidades de migrantes se ha creado al convertir un estilo de vida tradicional en otro distinto, en el que individuos y familias descansan extensivamente en el empleo en los Estados Unidos para su sobrevivencia, lo que ha provocado la modificación de significados, de valo­res, de estructuras sociales y de formas de conducta, y en muchos casos ha forjado una relación estructural entre ambas comunidades: la expulsora y la receptora, la de origen y la destinataria.

Al ser concebidas esas organizaciones de esta manera y comprender su im­pacto no sólo económico sino también político (por la influencia que tienen en la población natal) el gobierno federal y cada vez más gobiernos de los estados con población migrante han respondido a éstas de diversas maneras, entre las que destaca la aceptación de los emigrados en puestos de elección popular.

Este tipo de respuesta por parte del Estado, además de que conduce a un replanteamiento del concepto de ciudadanía y de pertenencia a una comunidad política -pues se trata de la incorporación al Estado-nación de la población transfronteras y con doble nacionalidad-, se ha dado en varios Estados que se han sumado a la reestructuración de los procesos de acumulación del capital

379

CECILIA ÍMAZ

mundial que han alterado las relaciones internacionales con consecuencias para la soberanía y los límites espaciales.

Este tema cobra además importancia en la actual situación política de Méxi­co porque estos grupos de rnigrantes constituyen un factor externo que puede tener peso político, además de contribuir al desarrollo de una parte considera­ble de pequeñas y medianas comunidades del país.

En México, la transición política ( expresada en un cambio de régimen, multipartidismo, equilibrio de poderes y mayor democratización) facilita la participación política de estos grupos cuya influencia ha sido palpable en diver­sas comunidades y gobiernos de los estados como en Guanajuato, Zacatecas5,

Jalisco, Michoacán y Oaxaca entre otros, porque además de las donaciones de dinero que envían, cuenta su influencia en el voto en México y su participación ha aumentado así como sus reclamos de contar con derechos políticos plenos.

Para los fines de este trabajo la participación política se presenta en dos niveles:

1- La organización transnacional en forma de club o comité social que influ­ye o participa con donaciones en las contiendas electorales locales.

2- La participación política de los líderes comunitarios trasnacionales en sus comunidades de origen.

La actuación de los lideres comunitarios transnacionales cobra importancia debi­do a que hay mayores posibilidades de acceder al poder en las jerarquías municipales y en los congresos estatales. Varios de estos lideres, a lo largo de una vida de trabajo han logrado construir un espacio y una posición política en la comunidad de origen, y en estos casos cobra importancia del retomo de los rnigrantes6 pues, no obstante la

5 El gobierno de Zacatecas en 1982 fue el primero en dar atención a los emigrados y actualmente estos tienen influencia en la política del estado. Posteriormente armó un programa y montó una oficina para atender asuntos económicos y sociales con sus oriundos en California. Actualmente 21 estados cuentan con una oficina con fines similares y trabajan conjuntamente con los Consula­dos promoviendo la organización de los emigrados y la defensa de sus derechos humanos. 6Aunque las condiciones y los elementos culturales son distintos en cada caso, al revisar la inmigra­ción a Estados Unidos de los años 20 proveniente de Europa y de Asia se vio que hubo una alta tasa de retomo y de migración circular. Se estima que entre un cuarto y un tercio de las personas que emigraron de Europa a los Estados Unidos (Wyman 1993, citado en Glick Schiller, 1999) retornaron permanentemente entre 1880 y 1930 y entre ellos hubo muchos ejemplos de migración transnacional.

380

P ODER POlÍTICO DE LAS ORGAN IZACIONES TRANSNACIONALES

mayor parte de la gestión social de estos se realiza través de las organizaciones que representan a las comurudades transnacionales, los emigrados que son líderes comu­nitarios al regresar a establecerse pueden jugar un papel modernizador por su expe­riencia en los Estados Unidos y por su trayectoria de trabajo comunitario.

De acuerdo a las investigaciones recabadas por el Grupo de Estudio Binacional México-Estados Unidos sobre Migración en 1997, aproximadamente la mitad de los que habían emigrado restablecían su residencia en México tras una estancia de diez o más años en los Estados Unidos7, y aunque algunos de ellos hayan obtenido la ciudadanía americana, las reformas a la ley de nacionalidad de 1997 les restituye la ciudadanía mexicana, a ellos y a sus hijos.

La hipótesis central de este trabajo sugiere que hay un impacto político de las organizaciones transnacionales de migrantes en sus comunidades de origen y en diversas instituciones del país, causado por : a) el tamaño de la población emigrada; b) la política del Estado mexicano hacia sus emigra­dos; c) la relación México-Estados Unidos; d) el poder económico de esa población; y, e) el arraigo cultural de los emigrados .

Con el enfoque transnacionalista presento a continuación un panorama general de las organizaciones comunitarias de mexicanos en los Estados Unidos y analizo dos casos, uno en el eje occidente de México, el munici­pio de Jala, Nayarit, y su asentamiento en Los Ángeles, California; y, el otro, en la Mixteca Poblana, el municipio de Chinantla, Puebla y su comu­nidad emigrada en Brooklyn, Nueva York.

Efectos políticos en México de los migrantes mexicanos de primera generación establecidos en los Estados Unidos

Los efectos políticos pueden apreciarse de diversas maneras, pero para los fines de esta investigación y de la hipótesis que pretendo comprobar, el efecto o ímpacto político en México de aquel sector de migrantes mexicanos en los Estados Unidos organizados en clubes y comités sociales por lugar de origen (en adelante CPLO) lo clasifico en función de la influencia que tienen en la toma de decisiones de las obras que emprenden y el acceso a los puestos polí­ticos de representación y mando en la comunidad natal.

' Informe del Estudio binacional México-Estados Unidos sobre migración ( 1997), Secreta­ría de Relaciones Exteriores.

381

CECILIAÍMAZ

En las organizaciones sociales de estos migrantes, los miembros y familia­res de los clubes y comités sociales de "los hijos ausentes", como gustan definirse, se han vuelto individuos mentalmente más competentes. Han procesado algu­nos valores y prácticas comunitarias de los Estados Unidos y cuando regresan a México traen consigo ideas de modernidad y tolerancia religiosa y política; lo cual no quiere decir que necesariamente las practiquen, pero al menos conocie­ron su existencia, su posibilidad.

Un aspecto sobresaliente de este tipo de organización no gubernamental, no lucrativa y de tipo asistencial es, en muchos casos, su presencia en la toma de deci­siones de ambas comunidades. Es decir, en diversas comunidades se han estableci­do formas de operación en la toma de decisiones que mantienen ligada a la comu­nidad en los dos países, no obstante su separación territorial, y en diverso grado esto ocurre aproximadamente en la quinta parte de los municipios de México, si consideramos que los 623 clubes sociales de migrantes registrados en 20038 tienen algún grado de injerencia en la toma de decisiones de la comunidad natal.

El cuadro 2 despliega la distribución por estado de los clubes sociales regis­trados en los consulados mexicanos en los Estados Unidos.

Hay razones para creer que el efecto de la migración en un número considerable de comunidades mexicanas, sumado al hecho de que las actividades agrícolas tradi­cionales se están reduciendo en México, podrá tener una evolución en el futuro próximo hacia actividades productivas y empresariales. Con este sentido se creó la Oficina de Representación para Mexicanos en el Exterior y México Americanos, hoy desaparecida, y en agosto de 2002 el Consejo Nacional para las Comunidades Mexicanas en el Exterior y el Instituto para los Mexicanos en el Exterior.

En el caso de las comunidades de migrantes que cuentan con la capacidad económica para tomar decisiones que afectan la vida de la comunidad natal hay diversos ejemplos que hablan de una alteración en la relación con las entidades políticas tradicionales: partidos políticos, gobiernos municipales y estatales.

Muchos de los CPLO han movilizado por su cuenta recursos significativos para proyectos de obras en sus comunidades natales. Y en numerosos pueblos, barrios y rancherías han aumentado el nivel de vida de la población sin la asisten-

8 Datos del Programa para las Comunidades Mexicanas en el Exterior (PCME), mayo de 2003 . Actualmente Instituto de los Mexicanos en el Exterior, S.R.E.

382

PODER POÚTICO DE !.AS ORGANIZACIO NES TRANSNACIONALES

I

cia gubernamental, rompiendo con la práctica paternalista que ha caracterizado en gran medida la relación entre gobernantes y gobernados en México.

En otros casos, cuando han formado federaciones de clubes han logrado establecer un diálogo y cooperación con los gobiernos locales para realizar obras de beneficio colectivo e inversiones productivas. A la fecha veintiún es­tados de la República cuentan con una oficina de atención a sus migrantes.9

Lo que cabe destacar aquí es que la importancia del emigrado ha ido ganan­do espacio: del pueblo, al municipio y al gobierno del estado. Y su práctica social demuestra que la migración transnacional puede cambiar el rol político de los migrantes, como veremos más adelante.

La mayoría de los integrantes que conforman estos clubes, pero sobre todo sus fundadores, son personas que emigraron en los años sesenta y se­tenta. Muchos de ellos se naturalizaron en 1986 con las reformas a la ley de migración en los Estados Unidos que provocó que los asentamientos de migrantes se hicieran estables, y ellos fueron los principales beneficiados de la ley de la no pérdida de la nacionalidad mexicana ( 1996).

En los datos de las encuestas del Estudio Binacional de Migración de 1997 se asentaba que los ciudadanos naturalizados eran residentes de largo tiempo, el 54% eran hombres, con una edad promedio de 40 años y menos del 10% trabaja­ba en la agricultura. Estos residentes habían establecido su residencia habitual o permanente en los Estados Unidos, aunque viajaban regularmente a México.

Mediante una vida de trabajo en los Estados Unidos muchos de ellos logra­ron regularizar su estatus migratorio y al establecerse con familia se convirtie­ron en ciudadanos norteamericanos, pero no rompieron sus ligas con la comu­nidad de origen. Su experiencia migratoria les enseñó a capacitarse y adaptarse a una cultura ajena y lograron mantener y enriquecer su cultura local.

A través de entrevistas realizadas10 pude constatar que aquellos emigrados que deciden regresar, lo hacen después de varios años de haber acumulado aho­rros que han invertido en algún negocio o propiedad en el pueblo natal. Asimis­mo, muchos movimientos de retomo se presentaron cuando ocurrieron las devaluaciones del peso, pues las diferencias cambiarias les fueron favorables.

9 Datos del PCME, febrero de 2003 . 10 Trabajo de campo de la autora en colaboración de Jacqueline Lafon. Investigación financiada por el Fideicomiso para la Cultura México-USA, 1995-1996.

383

CECil.IAÍMAz

Cuadro 2. Clubes de oriundos registrados en los Estados Unidos, 2003.

EDOS. DE LA REP. AGS BC CHIH COAH COL DF DGO MEX GRO GTO HGO JAL MICH CONSULADOS

Albuquerque

Atlanta 2

Austin 4

Brownsville

calexico

Chicago 4 6 2 41 26 5 24 16

Dallas 1 1 1

Denver 1

Detroit l

Fíladelfia 3

Fresno

Houston 2 1

Indiana polis Las Vegas

los Angeles 2 2 1 7 3 2 2 45 11

Me. Allen 1

Miami

Nueva York 2

Orlando 1

Oxnard 5

Phoenix 2

Portland Raleigh 1

Sacramento

Salt Lake Citr ., 1

San Antonio 2

San Bernardino 1 1 1 1 2 12

San Diego

San Francisco 1 2 2

San Jose 1 2 10 2

Santa Ana 2 2 1

Seattle 2 2

Tucson TOTAL POR EDO. 10 2 4 6 20 11 51 48 11 100 51

384

PODER PO LITICO DE !AS O RGANIZAC IO NES TRANSNACIO NALES

EDOS. DE LA REP. MOR NAY NL OAX PUE QRO SLP SIN SON TAMPS TLAX VER YUC ZAC TOTAL CONSULADOS CLUBES

ltáíququjg~, @iI;,,,,,~_,¡,fü,,_.-..;:;;;..,,e,,füli~~,,,,,,,@!,i,,"'''''"''''"'''"'-''""'''""'''"'""'''''";,,"""""~''''''·'·•foi:•1,1,%,_ ,,,,.,,,,,.,.,,,,,,,,:M@'"""""'"'"""""""""''"''·"'"""'- '' :''.';: º"'' .ytt.;,,, .. Atlanta 2

,.. _ü ,•_·, •. '.·' "'. 1 tAustin , ,, . 1 Brownsville 1

ÍÍQ~lf9.xf~,_, . '' ··= @,.

Chicago :¡¡pauas'YY ,,~, .,.,,, Denver

2

3 3 ~:-::=::.-.;.. _:;;.

11 5 18 170

•e ""-:,v~-·

Filadelfia

i•Fresno'!J,,,,,,

J;¡;;¡,,¡¡¡¡,,, •• ""·" "··""iL ,,,. 11

·;,;:··;..,.;,.:·<:-w:·w,:.·:•·

Houston

'.!~'!i!e2Jls' Las Vegas

~}.os ~Angg¡ffes • Me. Allen

:m@ilit;;•~ ' Nueva York

i;p~~hgq¡@ Oxnard

rl?hoenix;.';,¡ Portland

t~i'íi!e1g1:1,:. Sacramento

~t~~(jfy San Antonio

"San eerñárdfno '.•ú, --~,, .•• ,.-. ·•·

San Diego

t§a¡:¡ Ftandsco San Jose

'S;anta Arla .. Seattle

TOTAL POR EDO.

~-m.

.,.,,;,• .t.,,, 2

t

4

1

i

5 27 4 36 34 23 17 5 3 13 12 2

Fuente: Elaborado por recopilación y sistematización de la información del Programa para las Comunidades Mexicanas en el Exterior de la Secretaría de Relaciones Exteriores Méx ico, D.F. mayo de 2003 .

",_,,." 1 1 W;;. 7

! í __ 7

'"ií~f'" 8

27

·•lll 9 16

...,..,._; ·'" .. ,.2, .• fü. .,.

4

11

:Zl) "

5

2 20

*

7

~ 126 623

385

CECILIA ÍMAZ

La influencia política de los migrantes en sus comunidades de origen

Es generalmente aceptado que el concepto de poder se refiere a la capacidad que permite y sostiene el desarrollo de influencia y control sobre personas y otros valo­rados recursos materiales e inmateriales. Y autoridad es la atribución culturalmente sancionada de un poder reconocido aplicado a individuos o grupos que gobiernan una comunidad. Esta se deriva de la descendencia, edad, género, pertenencia a grupos y/o a competencias exitosas por posiciones de autoridad entre los elegibles.

En el caso de los migrantes, entendemos por poder político la capacidad de influir en la toma de decisiones, por una autoridad derivada del grado de cum­plimiento de los líderes y sus organizaciones.

En este sentido, el goce de influencias políticas y sociales en sus comunida­des de origen gira en tomo a dos aspectos centrales: a) destino y control de las donaciones; y, b) acceso a puestos de representación.

Para luchar por el poder político los migrantes debieron haber experimenta­do antes su carencia y sus efectos negativos, o la ambición por el mando y privilegios de los puestos de dirección, o la vocación de servicio comunitario.

Si una cuota de poder es conquistada por un Club o Comité Social, lo más factible es que traten de mantener ciertos privilegios y no escapen a la cultura política autoritaria dominante, pero a la vez, también es posible que viertan parte del conocimiento adquirido por su experiencia migratoria en la labor que desarro­llen en sus comunidades. Hay algunos ejemplos al respecto de migrantes que por el estatus social alcanzado y por sus conexiones políticas han ocupado el cargo de presidentes municipales y otros han incursionado en la política de su estado ( en­trevistas en Jala, Nayarit; Salvatierra, Guanajuato; Zacatecas; Oaxaca).

En algunos casos de comunidades de migrantes no sería adecuado hablar de poder político, sino de credibilidad y prestigio de los lideres comunitarios, entendi­do como la habilidad para influenciar derivada del mérito o de una reputación favo­rable. Este es el caso más extendido en las comunidades transnacionales de migrantes.

Con base en lo anterior propongo que la existencia y nivel de la influencia política de las organizaciones de migrantes en sus comunidades de origen de­penderá del: a) tipo de migrantes; b) tipo de comunidad de donde provienen; y, c) tipo de organización que han formado.

386

P ODER POLfTICO DE lA5 ORGANIZACIONES TRANSNACIONALES

Generalmente los clubes y comités sociales por lugar de origen corresponden a comunidades o barrios con arraigo cultural y tienen una evolución propia en el transcurso del tiempo. También existen aquellos que son formados por manio­bras políticas de personas interesadas en obtener reconocimiento en los consula­dos o en las oficinas de atención a los emigrados de sus estados natales, pero estos clubes " al vapor" tienden a desvanecerse por falta de sustento comunitario.

En la tipología' 'del si6uiente cuadro el grado de influencia alto de los emi­grados corresponde a su pertenencia a una comunidad transnacional y significa que sobre la base del poder económico, prestigio y reconocimiento social del club, sus dirigentes tienen influencia en la toma de decisiones del ayuntamiento en las obras que ellos patrocinan o en las que se llevan a cabo conjuntamente, y en la esfera política su apoyo es buscado en la auscultación de candidatos a la presidencia municipal y pueden ser considerados para formar parte del perso­nal del ayuntamiento. Las autoridades políticas: presidente municipal, sacerdo­tes, líderes locales de partidos políticos, llaman por teléfono o viajan, para pedirles dinero a cambio de favores o influencia. El grado de influencia depen­derá de la importancia de su inversión. Hay varios ejemplos de pequeñas em­presas transnacionales, algunas derivadas del TLCAN, como maquiladoras en Guanajuato, cadena hotelera en Zacatecas, producción de enlatados en Puebla, confección de textiles y casas de cambio en Guanajuato y otros estados.

El grado de influencia mediano significa que el club o comité es activo y apreciado en una comunidad con arraigo cultural, pero sus miembros no jue­gan un papel en la toma de decisiones en el ayuntamiento.

El grado de influencia bajo significa que la comunidad y las autoridades saben de la existencia del club y de su deseo de reconocimiento, y ven con aceptación que realicen obras de beneficio público, pero no son considera­dos en la toma de decisiones.

En la clasificación ninguna influencia, se encuentran aquellos migrantes tem­porales que trabajan en la agroindustria y servicios en los Estados Unidos. Su interrumpida estancia en el país vecino no permite crear condiciones para orga­nizarse para ayudar al pueblo natal, independientemente de que los migrantes provengan de una comunidad con arraigo cultural.

11 Ver también C. Jrnaz (2003), "Migrant Social Clubs' Política) Power in México", en Voices o/ México, núrn.62, Jan-March, CISAN, UNAM.

387

CECILIA ÍMAZ

Cuadro 3. Tipología de influencia política de los migrantes organizados en CPLO

Grado de influencia política Tipo de migrante Tipo de comunidad

1. Alta (en el caso de) Residentes permanentes (si Transnacional se es) organizados por club social

Mediana Residentes permanentes (si Con arraigo cultural se es) organizados por club social

Baja Residentes permanentes (si Sin arraigo cultural se es) organizados por club social

2. Alta De retorno, miembro del club Transnacional

Mediana De retorno, miembro del club Con arraigo cultural

Baja De retorno, no organizado Sin arraigo cultural

3. Alta Residentes en EUA que Transnacional invierten en la comunidad natal

Mediana Residentes en EUA que Con arraigo cultural invierten en la comunidad natal

Baja Residentes en EUA que invierten en la comunidad

Sin arraigo cultural

natal 4. Ninguna Circulares, temporales Con o sin arraigo

cultural

Fuente: Elaboración propia.

Cabe mencionar que los clubes y comités por lugar de origen no son el único tipo de organizaciones que existen entre las comunidades de emigrados nacidos en México que mantiene ligas con la comunidad natal; las más numerosas son las deportivas12, pero los clubes y comités sociales son los que más posibilidades tienen de acceder a la actividad política de las pequeñas y medianas comunida­des. (Las asociaciones comerciales y empresariales de mexicanos en los Estados Unidos corresponden a otro sector social, distinto del que trata este estudio).

388

PODER POLITJCO DE LAS ORGANIZACIONES TRANSNACIONALES

l. El Club Social del Municipio de Jala, Nayarit en California

El municipio de origen: Jala, Nayarit

El municipio de Jala se localiza en la parte serrana sur del estado de Nayarit, a 85 Kms. de la capital, Tepic, entre las ciudades de lxtlán del Río y Ahuacatlán y a 7 kms. del entronque de la carretera federal México-Nogales.

El estado de Nayarit, junto con Jalisco, Colima y Aguascalientes y porcio­nes del estado de Guanajuato, Michoacán y Zacatecas forman la región centro­occidente de México. Esta región co.incide a grosso modo con el antiguo reino de la Nueva Galicia, donde se instaló la industria minera, e históricamente pue­de definirse como el área de influencia de la ciudad de Guadalajara.

En esta región predomina una cultura de raigambre española, pues ahí la presencia indígena es menor que en el centro y sur del país. Por lo mismo el catolicismo es un factor determinante de identidad y cohesión social, lo que en parte explica que esta región del occidente mexicano haya sido escenario de las rebeliones cristeras (1926-1929 y 1932-1933) que dejaron en ella sentimientos de hostilidad y desconfianza hacia el gobierno federal. 13

El nombre de Jala proviene de los vocablos náhuatl "xali" y "tia" que se refieren a las abundantes arenas de la localidad, pues se encuentra en un valle arenoso denominado "el llano", formado por las erupciones del volcán Ceboruco.

12 C. lmaz (1994),"Las organizaciones deportivas mexicanas en los Estados Unidos" doc. interno, PCME, SRE . 13 Etapas sucesivas en que la región del Bajío se levantó en armas contra el gobierno central obedeciendo las consignas de la jerarquía eclesiástica en contra de la ley que establecía el trata­miento dentro del fuero común de las infracciones en materia de culto. Atrás de esta medida antieclesiástica estaba la inconformidad respecto a la forma como el gobierno pretendía solucio­nar el problema agrario. De la Peña, Guillermo ( 1995), El cambio social en la región de Guadalajara: notas bibliográficas, Guadalajara, Jal., Universidad de Guadalajara.

389

CECILIA (MAZ

La cabecera del municipio tiene el mismo nombre. Es una localidad media (alrededor de 7 mil habitantes) a la cual se ha integrado un pueblo contiguo llamado Jomulco (arrinconado) Sus pobladores cuentan con energía eléctrica, teléfono y agua potable. De acuerdo al censo de 1995, el municipio tenía una población de 15,497 habitantes, repartida en 34 localidades, lo cual representa el 1. 9% del total de la población del estado (JNEGI, 1996).

La principal actividad económica del municipio es la agricultura y ganadería de subsistencia. Hay poca manufactura y desde la Revolución ya no se trabajan las minas de oro y plata (Coapilla, El Liso, Chimaltitlán, Cofradía de Buenos Aires) que fueron explotaciones importantes hasta el fin del Porfiriato (1910).

Después de la Revolución la propiedad de la tierra quedó repartida en pequeña propiedad, ejido y tierras comunales en proporciones similares, y sólo en un poblado del municipio hay conflicto por la tenencia de la tierra, entre comuneros y ejidatarios. El 90% de las tierras se dedica al cultivo del maíz de temporal, y sólo el 3% es de riego.

Recientemente ha aflorado la manufactura del empaque de la hoja del maíz que se vende en Monterrey, Distrito Federal y los Estados Unidos. Un exmigrante, uno de los pocos empresarios importantes de la localidad, ha im­pulsado esta actividad. Alrededor de I O empacadoras emplean a más de 400 personas, a hombres en el corte y a mujeres en el empaque. El resto de las actividades económicas son comerciales y algunos servicios.

Con la construcción de la supercarretera Guadalajara-Tepic en 1994 la comunicación terrestre a Tepic, Ixtlán del Río y Guadalajara se ha facilitado y Jala puede ser absorbida a la manufactura y los servicios.

El condado de arribo: Los Ángeles, California

El vasto condado de Los Ángeles ha sido el lugar de arribo para la mayoría de los jaleños que han emigrado en busca de trabajo y de un mayor salario para lograr una mejor calidad de vida.

390

P ODE!\ ~•LfTICe • E LA$ ORGAN IZACIONES TRANSNACIONALES

Desde las primeras migraciones a Los Ángeles, los jaleños han vivido en los barrios de Highland Park y Cypress Park, al este de la ciudad. Sólo algunos habitan en North Hollywood y en Echo Park. Cypress Park es una zona con buena infraestructura, pero de ambiente violento. Ahí también se encuentra la iglesia del Divino Salvador, que es la parroquia de los jaleños.

Los que emigraron en los años ochenta viven en el Valle de San Fernando y en el condado de Concord, y los de reciente migración sólo hacen escala en Los Ángeles para ser contratados en Dallas, Atlanta, Florida u Oregon.

La mayoría de los jaleños en Los Ángeles se ha casado con personas del pueblo natal y los hijos de esta primera generación de emigrados son en su mayoría norteamericanos, que siguen algunas tradiciones y costumbres de sus padres. Les gusta ir de vacaciones al pueblo donde lo que más aprecian es la libertad y seguridad ('ara desenvolverse, en contraste con lo que ocurre en mu­chas partes de Los Angeles. Además van en temporadas de fiestas regionales. Participan con sus padres en la peregrinación anual de los emigrados y festejan sus bodas y quince años en los salones de fiestas del pueblo, que es uno de los negocios de una familia de migrantes.

En Highland Park también encontramos pequeños empresarios jaleños como un taller de cancelería y ventanas donde se emplean cinco paisanos. El dueño de este negocio, Félix, viaja anualmente a Jala con algunos de sus siete hijos. Sus padres, que fueron rnigrantes retornaron a Jala y lo visitan frecuentemente en Los Ángeles.

Organización comunitaria de los jaleños en California

De acuerdo a la información de exmigrantes y de oriundos de avanzada edad, las primeras migraciones de jaleños a los Estados Unidos ocurrieron en los años treinta.

Durante los primeros años de los convenios intergubernamentales de Brace­ros (1942-1964), orientados al trabajo agrícola en el sur estadounidense, algu­nos jaleños tuvieron la experiencia de la migración bajo contrato, pero su nú­mero fue bajo, menor a cincuenta personas.

Posteriormente, con la recuperación industrial de la posguerra, las empresas norteamericanas comenzaron a demandar mano de obra sin contratación regu­lada y en esos años los contratantes impulsaron la emigración de trabajadores de los estados del norte y centro de México. En Jala este fomento a la migración ocurrió en los años cincuenta y sesenta.

391

CECILIA ÍMAZ

En esas décadas hubo dos tipos de migrantes de Jala: los que fueron contratados como braceros para trabajar en los campos y los que se fueron por cuenta propia y encontraron trabajos en la industria y los servicios. Estos últimos son los que per­manecieron y se acostumbraron a la vida de la ciudad. Los de migración más re­ciente han tenido muchas dificultades para conseguir empleo por la sobre oferta de mano de obra no calificada y cuando lo consiguen es con salarios muy bajos, abajo del mínimo, y sólo temporalmente en la agricultura, la construcción o los servicios, y ya no en Los Ángeles, sino en Concord, Atlanta, Florida u Oregon.

Los que emigraron en los años sesenta y setenta, cuando las oportunidades de empleo eran muy amplias y consiguieron incorporarse a empresas donde el trabajo era sindicalizado ( en California la fuerza del sindicato de los Steamers es importante) se consideran afortunados, ya que sus sueldos y prestaciones han sido más elevados que los del resto de los trabajadores contratados.

Estos migrantes han logrado a lo largo de una vida de trabajo elevar sustancialmente su nivel de vida. Tienen casa propia en California y en Jala. Algunos han logrado establecer pequeños negocios (vidriería, escrito­rio público) o tienen ranchos y pequeñas propiedades en Jala y varios de ellos participan en sus barrios y parroquias en Los Ángeles en trabajos co­munitarios a favor de los inmigrantes.

La mayoría de los jaleños se ha casado con mujeres del pueblo natal. Tienen en promedio 4.5 hijos, a los que dan educación privada religiosa cuando sus ingresos lo permiten, pues las escuelas públicas en los barrios de inmigrantes de Los Ángeles han caído en el abandono presupuestal.

Con relación a la segunda generación, algunos de los hijos de los migrantes han alcanzado acceder a un nivel superior de educación por medio del servicio militar (ARMY) o en universidades del condado. Pero en el caso de los hijos de trabajadores jaleños que no han tenido éxito, las oportunidades son casi las mismas que las que encontraron sus padres cuando emigraron por primera vez. Y esta situación por ser tan extendida, se ha convertido en una característica de la migración mexicana y latina de los últimos años.

Los que se encuentran en esta condición, se quejan de que sus hijos no terminan la "high-school" y buscan cualquier trabajo mal remunerado y "se pierden". Y aún los que terminan la educación media no logran ir más allá que sus padres ( es una queja reiterada que se escuchó en las entrevistas) pues ingre-

392

P ODER POLÍTICO DE LAS ORGANIZACIONES TRANSNACIONALES

san al mercado postindustrial segmentado que ha creado tipos de trabajo con bajos salarios, bajo estatus y escasas perspectivas de movilidad, razones por las que los trabajadores nativos no lo aceptan. 14

Además, el ambiente es muy violento en Los Ángeles para los jóvenes de escasos recursos. Las pandillas o "gangs" (gangas) que viven del tráfico de drogas, el robo y el crimen pandillero son una amenaza para las familias mexicanas, pues sus hijos se enredan en actividades ilícitas para obtener dinero fácilmente, y este problema se ha extendido a los nuevos emigrados. Por ejem­plo, en el Valle de San Femando, Ca. así como en muchos otros asentamientos (i.e. Florida) el ausentismo de los padres que trabajan largas jornadas impiden la convivencia familiar y la educación de los hijos.

También, entre la primera y segunda generación de migrantes el marco de referencia cambia. Los de la primera generación están por lo general altamente motivados. El mismo acto de emigrar requiere optimismo, fe y confianza en sí mismo, y a menudo se trasmite a los hijos. Y como señala Rothstein 15 es más probable que comparen sus dificultades con las condi­ciones de pobreza que dejaron atrás en México, que con las condiciones de la mayoría estadounidense más privilegiada.

El Club Social

En Jala encontramos dos ejes que estructuran la matriz cultural regional : la influencia de las ciudades de Guadalajara (por su cercanía) y Tepic (por ser la capital del estado), y la Iglesia católica, y dos elementos básicos que se suman a la definición de su identidad cultural local: las raíces étnicas coras y la cultura milpera tradicional. Por ello no es aleatorio que los equipos de fútbol de los jaleños en California se han denominado "los coras" y "los eloteros".

Cuando en California los jaleños formaron su club y lo denominaron Club Social Huicot, la identidad local se expresó evocando las etnias 16 regionales: Huicholes, Coras y Tepehuanos. El Club funcionó como esquema ordenador

14 Ver Piare Michael J. ( 1979), Birds of Passage. Migran! Labor in Industrial Societies, USA, Cambridge University Press. 15 Richard Rothstein ( 1995), "En busca del sueño americano", en A. F. Lowenthal y K. Burgess (Comp.) La conexión México-California, México, Siglo XXI, p.229.

393

CECILIA ÍMAZ

de la vida colectiva de los migrantes en la etapa de asentamiento y su identifica­ción étnica los definió y diferenció de los demás grupos de migrantes.

A lo largo de su vida en California su identidad tomó otros rasgos, por lo que además de ser percibidos como jaleños, en el pueblo se les considera norteños.

En California se tiene conocimiento de 25 clubes provenientes del estado de Nayarit agrupados desde marzo de 1992 en una Asociación de Clubes Nayaritas, a raíz de la visita del gobernador Celso Delgado a esa comunidad en Los Ángeles.

El más antiguo de los clubes nayaritas es el de Jala, con más de 30 años de existencia. Lo que motivó que formalizaran una organización que los asistiera fue el enfrentamiento con un problema más serio que la deportación: la muerte de un paisano que convivía con varios de ellos.

Para poder enviar el difunto al pueblo, los jaleños solicitaron ayuda al Cón­sul mexicano y éste les sugirió se organizaran para hacer los arreglos. Como la comunidad jaleña crecía en Los Ángeles decidieron formar en 1967 el Club Social Huicot, nombre que tomaron de un programa gubernamental que incluía a las tres etnias de su región.

Los jaleños mostraron desde entonces solidaridad con sus paisanos al contribuir a los gastos de los velorios, ya que son situaciones límites que los enfrentan a su "destierro". Uno de los expresidentes del Club lo expresó así: "los velorios es lo que más congrega gente; se ve solidaridad. Nos damos cuenta que estamos en casa ajena".

En los estatutos del Club reza que sus propósitos son contribuir al enalteci­miento del municipio y ayudar a las personas necesitadas de la comunidad jaleña en California. Para ello empezaron a reunir dinero mediante cuotas de los miem­bros del Club y la organización de varios bailes al año.

Una vez constituido el Club se entabló una comunicación directa con el alcalde del pueblo y personas destacadas de la comunidad local. Se empezó con

16 Se entiende por grupo étnico un conjunto relativamente estable de individuos que mantiene continuidad histórica porque se reproduce biológicamente y porque sus miembros establecen entre sí vínculos de identidad social distintiva, a partir de que se asumen como una unidad política (real o virtual, presente o pasada) que tiene derecho exclusivo al control de un universo de elementos culturales que consideran propios. Véase Guillermo Bonfil (1987), La teoría del control cultural en el estudio de procesos étnicos, CIESAS-Universidad de Brasilia, pp.32-34.

394

P ODER POÚTICO DE LAS ORGANIZACION ES TRANSNACIONALES

obras pequeñas como la adquisición de implementos deportivos para el equipo de fútbol de la escuela y la limpieza de la chapa de oro del altar de la iglesia mayor. Posteriormente, conforme avanzaba el reconocimiento de los migrantes se fue escalando a obras mayores como la construcción de una escuela secun­daria y la donación de una ambulancia a la comunidad.

Uno de los informantes extemó que los jaleños son más unidos en California "en el pueblo sólo se apasionan durante las elecciones presidenciales." Y es que la unión se desarrolla allá de una manera más consensuada, para brindar apoyo a la comunidad emigrada y a los familiares que permanecen en el pueblo.

Con el paso del tiempo el Club se fortaleció y decidió realizar una obra que impactara en el pueblo por su utilidad e importancia: la ampliación del servicio del agua potable. Como en casi todos los poblados de México, sin importar su tamaño, el agua es el más preciado bien y por lo general es escaso.

Este fue el principal proyecto, pero a la vez el origen de la escisión del Club y del distanciamiento de las autoridades municipales, como veremos más adelante.

Independientemente de las obras que realizó el Club, su presencia en la fiesta patronal del 15 de agosto es de la mayor importancia para ellos y su asociación, ya que no es simplemente participar en el festejo, sino tener un espacio en la comuni­dad que han ganado con su esfuerzo y compromiso, ligando a ambas comunidades en la principal celebración del pueblo. El que hayan logrado iniciar los festejos y dedicar el día previo a la fiesta, a la peregrinación de "los hijos ausentes, pero presentes" tiene un significado de autoridad y reconocimiento en el pueblo.

Contexto político local

Nayarit fue uno de los últimos bastiones del priismo (PRI) hasta julio de 1999, cuando una coalición de partidos, denominada Alianza para el Cambio, ganó la gubematura al PRI local. Este triunfo de la oposición (PAN, PRD, PT, PRS) con 54% de los votos fortaleció el panismo en la región central donde anterior­mente había triunfado en Guanajuato y Jalisco y también benefició al perredismo que había triunfado en Zacatecas.

La Alianza llevó a la gubematura a Antonio Echevarría y ganó también en esa primera vuelta la mayoría en el Congreso y siete de las veinte alcaldías, modificando la estructura del liderazgo local y regional. Sin embargo, en las

395

CECILIA ÍMAZ

pasadas elecciones (2002) el PRI recuperó terreno al ganar 16 de las 20 muni­cipalidades, quedando tres al PAN y uno a Convergencia Democrática.

Durante casi tres décadas el PRI había dominado el gobierno del estado y la vida de sus municipios, controlando las sucesiones del poder en todos los nive­les. Este cacicazgo regional contó con el apoyo federal hasta el final del gobierno de Salinas a través del Programa Nacional de Solidaridad (Pronasol), que dio prioridad a la ciudad de Tepic, sede del Movimiento Urbano Popular desde la década de los ochenta y en segundo lugar a los indios de la sierra desplazados de sus tierras con motivo de la construcción de la hidroeléctrica de Aguamilpa. 17

El desplazamiento del PRI en 1999 se debió en parte a que el poder persona­lizado dentro de una estructura institucional autoritaria hizo crisis al no dejar espacio a las bases partidistas en la selección de su candidato. Contribuyeron también la muerte del cacique cetemista (Confederación de Trabajadores de México, CTM) Emilio M. González que terminó por debilitar la fuerza de sus grupos de presión, la prolongada crisis económica y las reformas al aparato estatal que disminuyeron la disponibilidad de recursos, y el surgimiento de nuevas fuerzas políticas que lograron reunirse en torno al candidato A.Echavarría que contó con el apoyo de las elites económicas.

En Jala la presidencia municipal tradicionalmente estuvo también en manos del PRI. En cada elección municipal la contienda ha sido por tratar de influir en la designación del candidato a la presidencia del municipio, que al final se ha deci­dido en la oficina del gobernador, con el visto bueno del comité estatal del PRI.

La situación cambió por primera vez en 2002 cuando el candidato del PAN, Marco Antonio Carnbero, ganó la presidencia municipal de Jala. Los migrantes nunca estuvieron ajenos a los pronunciamientos y en cada elec­ción fueron solicitados, a veces personalmente, a veces telefónicamente, para que dieran su apoyo monetario y ejercieran su influencia hacia determinado aspirante, con la esperanza de que pudiera ser considerado por el PRI en Tepic. Acudieron a ellos porque sabían que "podían mover gente" es decir, influir en los apoyos y en la dirección de los votos.

17 Diversas notas en el periódico El Meridiano , Tepic, Nay, 1992. Véase además Lourdes La­drón de Guevara (1994), "Nayarit", en González Casanova P. y J.Cadena (1994), La República Mexicana, vol. IJI, México, La Jornada Ed.-UNAM.

396

P ODER POLÍTICO DE U\S ORGANIZACIONES TnANSNACIONALES

Definición de límites en la comunidad transnacional jaleña

El grupo de este estudio inició una relación con las autoridades municipales de Jala cuando se constituyó como Club social a finales de los años sesenta.

Una vez organizados, los jaleños de Los Ángeles pensaron que su relación sería institucional con las autoridades municipales, no sólo sobre la base de la amistad y el compadrazgo, sino sobre todo con base en la representación que alcanzaron en la comunidad emigrada y en el reconocimiento de su éxito y compromiso con la comunidad de origen.

Cuando se formó el Club en 1967 la relación con los presidentes municipa­les era fluida, varios de ellos habían sido migrantes y todos se conocían, como sucede hasta ahora, por ser una comunidad relativamente pequeña.

Las obras que se emprendieron, asistenciales y suntuarias se hicieron de mutuo acuerdo con las autoridades del ayuntamiento y de la iglesia. Al igual que en muchas otras comunidades, las obras públicas empezaron por ser mo­destas y se orientaron a mejorar la imagen del pueblo; sin embargo, cuando intentaron realizar su proyecto más importante: la ampliación del servicio del agua potable, tuvieron problemas con el dinero reunido, y esto causó enfrentamientos entre sí y con las autoridades municipales.

A principio de 1983 los jaleños de Los Ángeles lograron reunir $10,000 dólares para ampliar la tubería del agua potable. Consideraban esta obra de gran importancia, ya que hay zonas del pueblo que carecen de este servicio en la temporada de secas. Reunir esa cantidad requirió de un gran esfuerzo por parte de los coordinadores y las familias de los miembros del Club. Una vez reunido el dinero, se encargó a un miembro de la mesa directiva llevar los diez mil dólares a la presidencia municipal.

Los del Club de Jala no saben si el dinero se entregó o se repartió entre unos cuantos, pero el caso es que la obra nunca se hizo. No se les dio explicaciones y la comunidad jaleña en Los Ángeles se sintió profundamente defraudada. Este conflicto no sólo afectó a los jaleños de Los Ángeles, también provocó divisiones entre los jaleños de Tijuana, Matamoros y en el pueblo mismo.

En el entonces Club Huicot se formaron dos bandos: los que apoyaron al coordinador que llevó el dinero y los que reprobaron lo que sucedió. Como resultado del enfrentamiento, el club se escindió. Los que apoyaron a quien

397

CECILIA ÍMAZ

llevó el dinero y se quedó en Jala como funcionario de la presidencia municipal formaron el Club Cora, y los que quedaron defraudados formaron el Club So­cial del Municipio de Jala, Nayarit, en California, el 13 de febrero de 1983.

Tomaron el nombre del pueblo para su Club, mantuvieron su compromiso con la comunidad en ambos lados y no volvieron a entablar relaciones con la presidencia municipal. A partir de entonces ellos manejaron el dinero de las donaciones para las obras que hicieron en Jala ( donación de una ambulancia, sillas de la escuela, arreglo del altar de la iglesia, becas escolares, uniformes para el equipo de futbol, entre otras).

El Club Cora, integrado por migrantes menos exitosos que los del Club Jala, estuvo encargado unos años del equipo infantil de fútbol soccer, pero aparte de esa actividad no hizo ninguna obra en el pueblo; sus miembros dejaron de reunirse y el club terminó por deshacerse.

El incidente del dinero para la ampliación de la tubería del agua inte­rrumpió el proceso de politización de la organización de los emigrados jaleños, pues no obstante continuaron presentes en la comunidad natal por más de quince años, su gestión quedó restringida a obras asistenciales y a su participación en la fiesta patronal.

De haber mantenido una relación con la presidencia municipal, la transnacionalización hubiera sido más orgánica, más institucionalizada y la in­fluencia de los migrantes hubiera sido mayor, independientemente de los con­flictos de intereses que hubiesen surgido en los apoyos a los aspirantes a candi­datos a la alcaldía, que por lo general respondían a intereses familiares y de camarillas, más que a partidos políticos distintos.

A pesar de que el Club de Jala en California no haya tenido una participa­ción en la presidencia municipal, el hecho de que varios de los presidentes municipales hayan sido exmigrantes, en este caso, migrantes que retornaron, nos habla por un lado de una presencia importante de los circuitos migratorios en la comunidad, aunque no de su organización en el plano político, pues en la designación de aspirantes a alcaldes no intervino el Club, y por el otro, nos remite a una característica resaltada en la migración: que los migrantes son personas valientes, aventuradas y que la experiencia migratoria da una mayor capacitación a los individuos, y quizás por ello el PRI local haya selecciona­do a los más destacados en la localidad en ese momento.

398

PODER POÚTICO DE LAS ORGANIZACION ES TRANSNACIONALES

Para apoyar esta idea, cabe señalar que en la segunda ocasión que un exmigrante, de familia extensa e importante de migrantes, fue designado por el PRI local para ocupar la alcaldía de Jala, la designación se hizo porque ajuicio de los funcionarios encargados no había "nadie" capacitado para el puestoI 8, lo cual además puede ser un indicador del aumento de la migración de hombres jóvenes en los años anteriores (cuadro 4).

Como acotación es interesante un dato proporcionado por el Secretario General de la Universidad de Nayarit, quien comentó que en una reunión realizada en 1995 con los veinte presidentes municipales del estado para ofre­cerles los servicios de internet, hubo tres que aceptaron inmediatamente; los tres habían sido migrantes en California.

Cuadro 4. Presidentes municipales de Jala que fueron migran tes en los Estados Unidos (1943-1996).

Periodo 1943 - 1944 1946 - 1948 1979 - 1981 1982 - 1984 1985 - 1987 1991 - 1993

1994 - 1996

Presidente municipal Pedro González (exmigrante en California) Silverio González (tío del coordinador del club, 1996) Juan Francisco Cambero Carlos G. Carrillo Santana (introdujo la red telefónica) J. Merced Partida Altamlrano Carlos G. Carrillo Santana (por segunda ocasión. Es Licenciado en Química por la Universidad de Nayarit) Francisco Partida Cambero

Fuente: Datos proporcionados por el ayuntamiento de Jala.

El Club Social de Jala después de 15 años de actividad, bajó su perfil. A partir de septiembre de 1997 se suspendieron las juntas y los convivios. Se llegó a una etapa en que las actividades meramente sociales y asistenciales carecían de apo­yo entre la comunidad de emigrados. Hubo dos factores que contribuyeron a que los miembros del Club dejaran de reunirse: 1) falta de renovación de cuadros en la asociación por escaso interés de los recientes migrantes y, 2) diferentes puntos de vista entre sus dirigentes sobre la posibilidad de convertir el club en una organización política que fungiera como tal en Jala.

18 Entrevista a Carlos Carrillo, Tepic, Nayarit, agosto de 1996.

399

CECILIA ÍMAI

Ante la falta de consenso en este tópico que cambiaría el contexto en el cual se desenvolvería el club y ante la falta de nuevos miembros comprometidos, se deci­dió que el club se restringiera a la organización de la peregrinación de la fiesta patronal, donde ellos habían conquistado un espacio y en mantener un programa relacionado con los padres de los migrantes, los viejos, a quienes denominan la "tercera edad". Este programa füe parte de las actividades del club durante mucho tiempo. Estas fiestas con asistencia de unas 400 personas, se realizaron en Concord, Ca. y los gastos del convivio fueron considerables (alrededor de 3 mil dólares) pero se compensaba por el interés político que implica realizar actividades entre la co­mtmidad, ya que como dicen ellos: '·el acto resuena en el pueblo".

Las peregrinaciones a Jala se realizaron hasta 200 l. En 2002 los migrantes solo estuvieron presentes en la misa de "los Hijos Ausentes".

Peso políáco en la comunidad de origen y perspectivas del Club social de Jala

A partir de la ruptura entre los emigrados y la presidencia municipal en 1983, la decisión de los coordinadores del Club de Jala fue mantenerse al margen de la política del pueblo.

La mala experiencia con las autoridades municipales devino en una mala relación que no se subsanó. Los directivos del Club pensaron que mantenerse al margen de la política local sería una garantía de supetvivencia de la organiza­ción, aunque limitaran su campo de acción.

Sin embargo, en cada campaña presidencial fueron visitados en Los Ánge­les por algunos presuntos candidatos para pedirles su apoyo económico y fue­ron buscados por teléfono para que influyeran en los apoyos a determinadas personas, lo cual indica que formaban parte de los tejidos y alianzas locales, no obstante, los del club dicen que recurrentemente les negaron los apoyos.

Los directivos del Club dicen con desdén que los de la presidencia muni­cipal nunca les hicieron caso, pero en realidad recurrentemente les solici­taron dinero, y en las precampañas electorales acudieron a visitarlos diver­sas personas de Jala para solicitarles apoyo, pues ellos "movían" gente en el pueblo. Por eso dicen los emigrados que en Jala ''los politiquean" y los separan de los grupos que apoyan a los candidatos del cacique magisterial ( el más fue1te en la zona) y los ubican en donde suponen tienen alianzas., ya sea familiares o de amistad .

400

P ODER POLfnCO DE LAS ORGANIZACIONES TRANSNACIONALES

En las elecciones municipales de 1996 en un ambiente de contienda más abierta a nivel nacional, el PRI local nayarita abrió la convocatoria entre sus bases. En Jala hubo once aspirantes. Uno de ellos era hermano de uno de los dirigentes del Club. Finalmente el partido dio a conocer a sus candidatos y el de Jala resultó ser un hombre sin experiencia ni educación primaria completa, oriun­do de la Meseta de Juanacatlán en la parte indígena y serrana del municipio.

Tres años después, en las elecciones del 4 de julio de 1999, contendieron por la presidencia municipal de Jala el PRI y la alianza P AN-PRD . De siete jaleños aspirantes a la candidatura del PRI, uno fue seleccionado por el comité estatal del partido, en voz del actual encargado del Club: "uno de Tepic los puso en orden". El candidato seleccionado por el PRI, era en ese entonces un hombre joven, so­brino del encargado del programa de la tercera edad del Club de Jala en Los Ángeles. Cada domingo llamó a Jala para recibir noticias y varios de sus herma­nos y amigos se desplazaron desde Sonora, Sinaloa, Los Ángeles y Concord para votar en Jala una vez que confirmaron estar incluidos en el padrón electoral. El ganador fue el candidato del PRI. Esta comunidad tradicional quedó entre los trece municipios que conservó ese partido en las elecciones de 1997.

El cambio ocurrió en 2002 cuando en las elecciones municipales ganó por primera vez en esta localidad un candidato de la oposición, el propuesto por el PAN, pero ahora aliado al PRI, que recuperó terreno con 16 municipios de los veinte que comprende el estado.

Aunque el club como tal no jugó un papel político explícito en las elecciones, algunos de sus miembros sí tuvieron un papel destacado en la comunidad. De hecho, han sido líderes comunitarios en ambos lados de la frontera, como lo de­muestra la participación del actual comisionado del agua en el ayuntamiento, un ex directivo del Club que retornó después de 25 años a vivir una nueva vida en Jala.

La autoridad moral del Club fue construida con la integridad y transparencia de la asociación de emigrados en California, lo que a su vez constituyó la ga­rantía de su permanencia.

Desde el principio el Club Social de Jala mantuvo una mesa directiva que cambió de presidente cada dos años. E intentaron incorporar a la mesa directiva a los jóvenes, a la segunda generación y los de reciente arribo, pero estos se retiraron al no ver ganancias personales en la asociación. No compartieron los mismos motivos que sus fundadores.

401

CECILIA ÍMAZ

A pesar de que el Club ya no está activo y sólo queda la organización en California y una disminuida participación en la fiesta patronal, en el pueblo se sigue hablando de él. Sus miembros dicen que el club está en receso, por cansancio de sus dirigen­tes. Y considero que así hay que entenderlo, como una organización civil cuyo ciclo de vida terminó con la vida productiva de los que la iniciaron. Fue una asociación que no se renovó, ya que no contó con nuevos cuadros ni con actividades distintas.

De haberse politizado el Club y haber conquistado una cuota de poder en el ayuntamiento, ¿hubiera sobrevivido a las tensiones ocurridas en las sucesiones de la alcaldía? ¿Habría tenido peso en la toma de decisiones de la presidencia munici­pal? Estas preguntas se las hicieron también algunos de sus dirigentes y al no llegar a acuerdos sobre la actitud a tomar decidieron suspender las reuniones. Algunos miembros del Club Social pensaron que su organización debería cambiar, que de­bería involucrarse en la política del pueblo. Algunos de los directivos habían pla­neado retirarse y retomar a Jala, como algunos lo han hecho, donde seguramente participarán en la política local, pues en realidad nunca han dejado de hacerlo.

11. Organización comunitaria y práctica política del Comité Solidaridad de Chinantla, Puebla en Nueva York

La comunidad chinantleca en Nueva York tuvo sus orígenes en 1943. Dos chinantlecos iniciaron este circuito migratorio construido paulatinamente con los demás migrantes de su pueblo, y a lo largo de los años hicieron posible el establecimiento de una comunidad transnacional de chinantlecos distribuidos en Nueva York y en la sierra de Puebla. 19

Como muchas familias de migrantes contemporáneos, los de Chinantla, desde hace treinta años han cruzado la frontera con un boleto de avión y con los números telefónicos de las personas que les sirven de contacto para darles posada y empleo. Durante los años setenta la crisis económica del pueblo fue tan severa que la migración a Nueva York fue la única salida que les permitió sobrevivir. Este contexto, como señala R. Smith (1995) produjo una toma de conciencia colectiva y una especie de pacto social entre los chinantlecos.

19 Tomado de Robert Smith (1995), Los Ausentes Siempre Presentes. The Jmaging, Making and Politics of a Transnational Community Between New York City and Ticuani, Puebla, tesis doctoral, Ciencia Política, Columbia University. Y, entrevistas y observación participante de la autora.

402

P ODER POÚT!CO DE LAS ORGANIZACIONES TllANSNACIONALES

El caso de Chinantla es peculiar, pues a pesar de su división poblacional por el vaciado de sus migrantes por más de cincuenta años, "el pueblo", la comuni­dad original ha florecido. Los migrantes decidieron mantenerlo vivo. Conside­ran a su pueblo una ancla espiritual y su lugar de referencia para descanso, retiro y éxito personal.2º

Aquí y allá. El municipio de origen

En términos geográficos, Chinantla forma parte de la región Mixteca Baja y en términos de desarrollo económico es una de las regiones más marginadas del país con un alto índice de migración.

Por más de cien años pobladores de la Mixteca Baja han emigrado a las ciuda­des que rodean esta región: Puebla, Veracruz, Oaxaca y Tlapa, Guerrero. La Mixteca tiene una alta tasa de natalidad, de cinco a siete hijos por familia, un alto porcentaje de municipios sin servicios urbanos, los más bajos niveles educativos y de los más altos porcentajes de población en la miseria. Las actividades económicas principa­les son la agricultura de subsistencia y la ganadería a escala familiar.

Racialmente la población tiene acentuados rasgos indígenas y una menor parte es mestiza. Políticamente, predominan fuerzas locales que escapan en cierta medida al poder central, situación que se retroalimenta por la existencia de un gran número de pequeños municipios dispersos y aislados. En este con­texto los usos y costumbres de la población se han acomodado al dominio ex­tendido del PRI (el partido del estado por 70 años), sobre estos municipios.

El Condado de arribo: Brooklyn, Nueva York

Tradicionalmente el condado de Nueva York ha sido un lugar de recepción de migrantes y por lo mismo autoridades y sociedad han sido más receptivas a éstos que en otras partes de los Estados Unidos. 21

20 Deborah Sontag (1998), "A Mexican Town that Trascends Ali Borders", en The New York Times, 21 de julio. 21 En la ciudad de Nueva York la compañía telefónica da infonnes al público en 140 idiomas, es la sede de la ONU.

403

CECILIA ÍMAZ

En 1990 los estados de Nueva York, California, Texas, Illinois y Florida absorbieron el 78% del total del flujo migratorio y las cinco áreas urbanas más importantes (Los Ángeles, Nueva York, Chicago, Anaheim-Santa Ana y Houston) recibieron cerca de la mitad de los nuevos inmigrantes. A la vez Nueva York, como Los Ángeles y Chicago son los más importantes centros de comunicación y de medios en los Estados Unidos, lo que ha garantizado que los nuevos flujos de inmigrantes sean una presencia visible no sólo en los centros cosmopolitas del centro, este y costas ponientes, sino en todo el país (Massey, 1995).

De acuerdo a información del Consulado mexicano en Nueva York en los últimos seis años se han expedido alrededor de 120 pasaportes al día, lo que habla de un flujo alto y sostenido de inmigrantes indocumentados

Los chinantlecos se hallan concentrados en los barrios de Borough Park y Window Terrace en Brooklyn, el Bronx, Long Island, N.Y. y en Nueva Jersey.

El Comité Solidaridad de Chinantla en Nueva York

El Comité fue formado en 1970 a instancias de varios emigrados que deseaban hacer obras que beneficiaran al pueblo. Originalmente el grupo tomó el nombre de Comité Para el Progreso de Chinantla, pero lo cambió a principio de los años noventa a Comité Solidaridad de Chinantla en Nueva York a raíz de la iniciati­va de los Consulados que promovían la organización de los emigrados mexica­nos y del programa de Solidaridad Internacional del presidente Salinas (1988-1994) Su lema se mantuvo: "Los Ausentes Siempre Presentes".

Desde su inicio el Comité ha tenido un sólo presidente. Participan acti­vamente en el Comité treinta chinantlecos y se reúnen en casas de algunos paisanos en el distrito de Brooklyn, N.Y. Su primera obra fue reunir dinero entre los emigrados para adoquinar la plaza del pueblo. Posteriormente cons­truyeron dos escuelas y reconstruyeron parte del Palacio Municipal y de la iglesia. Le siguieron pequeños proyectos hasta culminar con el más impor­tante: la instalación de la red de agua potable.

Con el tiempo el Comité se volvió indispensable para Chinantla debido a su relación orgánica con las autoridades del pueblo, además de que se institucionalizaron ciertas formas de coordinación en las acciones emprendidas.

Desde los primeros proyectos de obras para beneficio público, el dinero enviado a través de algún representante era certificado por ambas autoridades,

404

PODER POLÍTICO DE LAS O RGAN IZACIO NES T RANSNACIONALES

las municipales y las del Comité. Los talonarios de los recibos llevaron sendos sellos para comprobar que los donativos han sido entregados. El sello del Co­mité lleva impreso el lema "Los Ausentes Siempre Presentes" que representa una abstracción de la comunidad transnacional.22

El contexto socio-político local

La situación política de Puebla se ha caracterizado por la permanencia en el poder estatal de políticos representantes del conservadurismo local.

Puebla fue uno de los diez estados donde se aplicó el Programa Nacional de Solidaridad (Pronasol) en los noventas como programa piloto.

En la Sierra Negra y en la Mixteca poblana, zonas con alto grado de marginación en los rincones sur del estado, se perforaron con poco éxito pozos de 250 metros de profundidad.23 Para hacer las obras en Chinantla se impuso la organización de Comités de Solidaridad que trabajaron conjuntamente con el Instituto Nacional Indigenista, y en esta dinámica, para beneficiarse de los programas gubernamen­tales el "Comité de Nueva York por el Progreso de Chinantla" cambió de nombre por el de "Comité Solidaridad de Chinantla en Nueva York".

El Pronasol pasó de ser un programa piloto con el 5.5% del gasto federal, a ser el programa estratégico del gobierno salinista. Su implementación tuvo, además del objetivo de menguar parcialmente los efectos de las políticas de ajuste económico, restaurar la imagen presidencial y utilizarlo políticamente con fines electorales. Su éxito duró un sexenio y su aplicación, como mecanismo innegable de mediatiza­ción y cooptación a nombre del combate a la extrema pobreza, fue posible por el alto grado de discrecionalidad que tenían los presidentes mexicanos. En la siguiente administración el programa continuó, pero se le nombró PROGRESA.

En 1992 Manuel Bartlet ocupó la gubernatura de Puebla apoyado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y mediante un trabajo partidista in­tenso recuperó las alcaldías de varias ciudades en donde el Partido Acción Na­cional (PAN) había ganado adeptos. En las elecciones intermedias de 1995 ganó el ayuntamiento de la capital y recuperó puestos en el Congreso. Y en

22 R. Smith ( 1995). 23 Pansters Wil G. (1998), Política y Poder en Puebla, México, FCE-BUAP, 2ª Ed .

405

CECILIA ÍMAZ

1998 dejó un estado bajo el control del PRI, no obstante el PAN mantuvo sus bases en los centros urbanos (AtlixcQ, Tehuacán, Tezcuitlan, Puebla).

El actual gobernador es priista y el presidente municipal de Chinantla, lng. Ariel E. Tapia ganó la elección con una alianza PAN-PRI.

Un cambio que introdujo el gobernador en las pasadas elecciones fue la aplicación de las antes ignoradas reglas del PRI para la selección de sus candi­datos. La competencia con los otros partidos obligó a los priistas a seleccionar entre sus bases a los más competentes, y esta medida rompió muchos cacicazgos en las zonas más atrasadas, como en Chinantla, donde después de treinta años en que un sólo grupo detentó el poder, el candidato seleccionado para ocupar la presidencia municipal fue una persona más calificada, no proveniente del cacicazgo tradicional y que contó, en esta primera ocasión, con el apoyo econó­mico de una parte del Comité de Nueva York.

A la vez que se instrumentaron mecanismos de selección más racionales, se establecieron por otro lado mecanismos de mayor control que refuerzan la discrecionalidad del gobernador sobre el gasto municipal. El 27 de enero de 1998 se modificó en Puebla la Ley para el Federalismo Hacendario que da injerencia al gobierno sobre el gasto de los municipios. Esto afecta la distribu­ción de recursos destinados al combate a la pobreza extrema pues resta fondos a los municipios más grandes en donde el PAN ha sido exitoso. La nueva ley favoreció a los 140 municipios más pobres.

El gobernador Melquiades Morales realizó, en mayo de 1999, la primera visita que un gobernador hiciera a sus paisanos en Nueva York, e inauguró la Casa Puebla, un proyecto conjunto del gobierno de ese estado y la Federación de Asociaciones Mexicano-Amencanas (FAMA), dedicada a promover el co­mercio binacional y brindar orientación y atención civil (trámites de residen­cia, registro civil, etc.) a los Chinantlecos en Nueva York. Con esta visita. la relación del gobierno de Puebla con su diáspora se estableció al primer nivel.

Pertenencia, definición de límites y peso político de los migrantes chinantlecos

De acuerdo a la citada investigación de Robert Smith ( 1995), en la n:gión mixteca de Puebla, en sus más de 40 años de existencia el Comité por el Progreso de Chinantla en Nueva York no ha fracasado en la realización de sus proyectos de obras que benefician al pueblo. Pero a pesar de operar como el representante y

406

P ODER POLITICO DE LAS ORGANIZACIONES TRANSNACIONALES

guía moral de la comunidad chinanteca establecida allá, el Comité carece de la legitimidad que tiene la autoridad municipal como representante del Estado Mexicano. Sin la cobertura institucional y sin la seguridad de que el dinero reunido por las donaciones se tradujera en obras de beneficio público en Chinantla, el Comité perdería legitimidad entre la comunidad que representa. De hecho se desarrolló una necesaria complementariedad entre ambas instan­cias, pero como toda relación de poder ha tenido forcejeos y rupturas.

En todas las obras que ha realizado el Comité ha contado con la participa­ción de las autoridades municipales. En ocasiones la gente del pueblo se había dirigido exclusivamente a ellos para pedir mejoras en ciertos servicios, por lo que la directiva del Comité llegó a pensar que ejercía la autoridad junto con la Presidencia, pues conjuntamente han monopolizado todas las actividades que tienen que ver con el mejoramiento del pueblo. (En Nueva York el comité también monopoliza la organización de la peregrinación anual con motivo del santo patrón del pueblo, impidiendo que otros preparen carreras de atletismo, venta de playeras, o producción de videocintas).

El ejercicio paralelo al poder de la presidencia municipal durante dos déca­das, condujo al Comité a intentar ganar la Presidencia municipal en las eleccio­nes de 1989. En esa ocasión el Comité propuso como candidato a uno de sus antiguos directivos, que llevaba más de 30 años viviendo en Nueva York. A pesar de que esta propuesta consiguió el apoyo del Comisario Ejidal, las presio­nes en contra provenientes del grupo caciquil obligaron a que se retirara la candidatura. Con esta mal planeada entrada en la política electoral de Chinantla, el Comité de Nueva York, además de verse obligado a retroceder, puso en evidencia sus intenciones de control político en la localidad natal.

Aprovechando la perforación de los pozos de agua que el gobierno federal hizo en la zona, el comité emprendió la obra más importante de su gestión: la introducción del agua potable, que fue la obra clave para su proyección como una fuerza política con capacidad administrativa. La relación con los represen­tantes municipales en un principio fue "orgánica" . La Presidencia Municipal se unió al Comité en la recaudación de los fondos , sellando ambas partes de los recibos que se darían como comprobantes de pago a los contribuyentes. El pago de las contribuciones se harían al Comité, pero este requería el aval de la Presidencia Municipal. Cada contribuyente pagó $300 dólares. al Comité y se le entregó un recibo que debería enviar a su casa en el pueblo para que su familia pudiera contar con el servicio del agua.

407

CECILIA ÍMAZ

Más de trescientas cuotas fueron pagadas, pues el Comité aportó $100,000 dólares para realizar el proyecto. Su construcción tomó varios meses y requirió varias visitas de fin de semana y reuniones de los directivos del Comité y la Presidencia Municipal. Finalmente, a finaJes de enero de 1993 en la fiesta del Santo Patrón, El Padre Jesús, se inauguró el tan esperado servicio. Para esta oca­sión asistió el mayor número de migrantes que se haya registrado en el pueblo.

A la luz de tan importante contribución de parte del Comité de Nueva York, la élite polítka de Chinantla, compuesta por el cacique local, el pre­sidente municipal y el concejo temían que el Comité se impusiera en la toma de decisiones de la cabecera municipal.

Antes de la ceremonia de inauguración, ante una nutrida concurrencia, se empe­zaron a escuchar los gritos y altercados entre el presidente municipal y los miem­bros del Comité sobre cuestiones administrativas, que encubrían en realidad el ver­dadero motivo del enfrentamiento: cada cual alegaba tener el derecho de reclamar el reconocimiento y la responsabilidad del cumplimiento del proyecto.

Posteriormente, durante la ceremonia, un miembro del Comité afirmó pú­blicamente que la obra "fue culminada en primer lugar, por el Comité de Nueva York; en segundo lugar, por los gobiernos estatal y federal; y en tercer lugar, por la gente del pueblo". Por su parte, el Presidente municipal se limitó a reconocer solamente el apoyo de los chinantlecos en el Norte.

Las diferentes posiciones provocaron una tensión entre ellos que continuó durante la semana de la Fiesta Patronal. A su regreso a Nueva York los miembros del Comité se replegaron. Cesaron los planes para colaboraciones importantes con el municipio y aumentó el distanciamiento con el presidente municipal.

Este impase en la relación Comité-Presidencia Municipal se rompió con la elección de un compadre de un miembro prominente del Comité como presi­dente municipal para el período 1993-1996.

En ocasión de este nombramiento, el comité, la administración saliente y el presidente electo sostuvieron una serie de reuniones en las que se trataron abier­tamente sus problemas políticos y se tomaron los siguientes acuerdos que fija­ron los límites de participación de los migrantes en la vida pública de Chinantla y el estatus del Comité frente a la autoridad municipal:

408

1. El Comité de Nueva York agradecía y reconocía públicamente los sacrificios de las autoridades municipales.

P ODER POLITI O DE LAS 0llGANLZAC'I0NES TRAN~N/IO0NAI.ES

2. El dinero para los proyectos seguiría reuniéndose exclusiva­mente en Nueva York, para que el municipio y el Comité no entraran en competencia.

3. Para poder postularse como candidato a la presidencia Municipal, cualquier persona debería residir en el pueblo por lo menos un año.

Además de estos acuerdos que daban cabida a los miembros del comité de participar en puestos de elección, hubo un segundo hecho que reinició el acer­camiento entre la entidad civil transnacional y la entidad política local: la visita del presidente municipal de Chinantla a sus paisanos en Nueva York. Era la primera vez que un presidente municipal los visitaba y esto fue posible por un interés compartido con el gobierno mexicano que ha desplegado una política de atención a los mexicanos que viven afuera, atendiendo también la micro-políti­ca en las situaciones transnacionales.

El viaje de varios presidentes municipales de la Mixteca poblana fue organizado por el Programa para las Comunidades Mexicanas en el Exte­rior de la Secretaría de Relaciones Exteriores, por el gobierno de Puebla y por el Consulado de Nueva York.

Era la primera vez que presidentes municipales de la Mixteca en la Sierra Negra poblana visitaban a sus respectivas comunidades en Nueva York y Nueva Jersey. En una reunión (julio de 1996) en el Consulado de México24 estuvieron presentes los presidentes municipales de Chinan tia, Piaxtla y Tulancingo del Valle, además de una representante del gobierno de Puebla. Todos reiteraron sus buenas intenciones a los dirigentes de los comités de las respectivas comunidades en Nueva York y Nueva Jersey y dijeron que el motivo de su visita era venir a comunicarles los planes de gobierno que tenían en sus comunidades de origen.

Los presidentes municipales transmitieron la preocupación del entonces gobernador M. Bartlet de que todos supieran la verdad (subrayó, la verdad) respecto en qué se gasta el dinero que envían. Dijeron que antes mandaban dinero y nunca sabían en que se usaba.

El presidente municipal de Chinantla les dijo que había una relación estre­cha con los de acá, pues tres cuartas partes de la población del municipio radica

24 Observación participante de la autora.

409

CECILIA ÍM-'Z

en Nueva York. Más que venir a pedir dinero a los paisanos su intención fue venir a informar lo que el municipio estaba haciendo. Señaló que el gobierno del estado estaba ayudando, pues ese año ( 1996) habían dado 1,000 millones de pesos y se estaba orientado el gasto a salud, agua potable y drenaje.

Comentó que habían visitado los clubes y que era impresionante lo que habían hecho en deporte, sobre todo en fútbol con la formación de 200 equipos."Encontramos nuestra cultura, nuestra comida en Nueva York' .

El presidente de Piaxtla (localidad vecina a Chinantla) señaló que procedían de una zona seca, que el 50% de la población radicaba en los Estados Unidos, pero que durante las fiestas patronales de agosto, la población del pueblo se du­plicaba por la visita de los migrantes. Señaló también que en lo educativo los migrantes pueden aportan, ya que tienen la capacidad de influir en los jóvenes para convencerlos que no ir a los Estados Unidos, sino que allá se puede hacer algo; el municipio ofrece ahora hasta el nivel de educación media superior.

La entonces representante del gobierno de Puebla, Directora de Desarrollo Económico Regional, mencionó que la zona expulsora de mano de obra es la zona sur del estado y en ella existen serios problemas de salud como el del SIDA, ya que dos de cada seis mujeres, esposas de migrantes en su mayoría. han contraído esta enfermedad y cuando los migrantes enfermos regresan, es en la etapa terminal. Se mostró igualmente impresionada con la organización de­portiva de la comunidad y señaló que a partir del deporte se podía empezar a trabajar en programas de salud y en proyectos productivos conjuntos.

La visita del presidente municipal de Chinantla a Nueva York fue una muestra del interés por rehabilitar la relación con los de afuera. Esta visita aumentó la influencia y la importancia del Comité y de los chinantlecos de Nueva York frente al municipio.

El presidente municipal les prometió transparencia en los manejos de las cuentas y les reiteró su derecho a participar en el proceso electoral condiciona­do a la permanencia previa por un año en la localidad natal. La relación entre el Comité y la Presidencia Municipal se restauró y se aclararon procedimientos de cooperación y de participación política.

En este desarrollo vimos como ambas partes se necesitan respectivamente; el ayuntamiento para sobrevivir y el Comité para mantener su cuota de poder.

410

P O DER POLÍTICO DE LAS O RGANIZACIONES TRANSNACIONALES

Durante el distanciamiento los miembros del Comité no renunciaron a su interés de mantener la relación transnacional que han construido. Simplemente esperaron que los cambios ocurrieran y en el transcurso aprendieron a ubicar su espacio dentro de la esfera política de su localidad y a conocer sus límites como organización transnacional

Actualmente el Comité considera que la relación con las autoridades muni­cipales es de igualdad, aunque los sentimientos de sus miembros van más lejos. Uno de ellos lo ha expresado de la siguiente manera: " Económicamente ha­blando, ¡ésta es la presidencia!". Hemos visto que no es así, pero indiscutible­mente tienen autoridad.

A casi tres décadas de haberse fundado, el Comité negocia con la Presiden­cia Municipal desde una posición de poder. El lenguaje de la época de su inicio como organización comunitaria y el de ahora marca esta diferencia. Al princi­pio solicitaban la oportunidad de participar. Con el tiempo la humildad dejó su lugar a la posición de poder. Ahora ellos deciden en qué se emplea su dinero.

En lo que respecta a sus derechos políticos hemos visto que han acordado su participación en el proceso electoral condicionada a su residencia en Chinantla un año previo a las elecciones. Esta es la única vía aceptada de participación política. Desde allá no tienen injerencia en la selección de los candidatos. Sin embargo, su aportación económica se traduce en un espacio de poder, de influencia, de decisiones de las obras que se harán en el pueblo.

Desde un principio el Comité, al igual que el Club de Jala en California, decidió no apoyar a ningún candidato a la presidencia municipal en la etapa de selección del mismo, ya que sólo les acarrearía problemas y divisiones. Sin embargo, actualmente ha habido un cambio cualitativo en organizaciones como éstas, ya que en las condiciones y los espacios políticos actuales son más abiertos para la competencia por los cargos políticos.

En las elecciones de 1998, por primera vez una parte del Comité decidió dar su apoyo económico al candidato del PRI que no pertenecía al grupo caciquil y que resultó vencedor en la contienda. El Comité, no obstante dividió su opi­nión, no sufrió ninguna escisión y mostró tener la habilidad política suficiente para involucrarse con el candidato de su elección, y a la vez, con esta acción no sólo aseguró la permanencia de su influencia, sino que abrió una posibilidad de mayor injerencia en la toma de decisiones.

411

CE• LIAÍMAZ

Conclusiones. Efectos políticos de dos organizaciones transnacionales de migrantes

Una implicación de la creación de comunidades transnacionales "desde abajo" es que el tipo de institucionalización que alcanzan, como hemos vis­to en el caso de Chínantla, Puebla, y en menor medida el de Jala, Nayarit. no es un resultado natural y automático de la migración internacional. Más bien son comunidades que surgen en y de contextos históricos específicos y su aparición es contingente y versátil y cuando se convierten en transnacionales alcanzan cuotas de poder que se expresan en ambas partes.

A través de dos espacios migratorios transnacionales analizamos las activi­dades de sus- organizaciones comunitarias. Vimos dos casos en que las comuni­dades, otrora tradicionales, sentaron las bases para la construcción de ligas transnacionales una vez que sus emigrados se establecieron en números consi­derables, en un diversos lugares de los Estados Unidos.

Comunidades sin arraigo cultural han presenciado la destrucción del Lejido social por la emigración y las iniciativas que puedan presentarse en ellas por parte de algunos de sus emigrados para hacer obras de beneficio colectivo no encuentran fácilmente respuesta si hay falta de responsabilidad institucional, o si existe la práctica establecida de la corrupción aliada a la impunidad.

Otras comunidades de migrantes en Nueva York y en Nueva Jersey como las provenientes de los municipios de Las Ánimas, Zacatecas y de Gómez Farias, Michoacán ( entrevista con Malkin V. Nueva York, 1998) han formado CPLO, pero sus circuitos migratorios tienen escasa consistencia interna y bajo grado de transnacionalidad, por lo que sus logros son muy precarios.

No todas las comunidades transnacionales se parecen a Chinantla. Este es un caso de comunidad transnacional organizada alrededor de jerarquías tradicionales que surgió como resultado de acuerdos negociados en ambos lados de la frontera.

El caso de Jala tiene menos elementos transnacionales que el anterior, pero suficientes para ser considerada en esta clasificación.

A continuación, el cuadro 5, muestra algunas similitudes y diferencias entre las dos comunidades estudiadas.

412

PODER POÚTICO DE u\S ORGANIZACJONE.~ rRIIN~NIICJONIILES

Cuadro S. Similitudes y diferencias entre los espacios migratorios transnacionales de Jala, Nayarit-California y Chinantla, Puebla-Nueva York

Rubros Cabecera municipal Población en México Nivel económico Principal actividad económica Estatus étnico Población emigrada Estrato social de los mlgrantes Destinación espacial

Patrones de asentamiento Propiedad en los Estados Unidos Actividad empresarial basada en redes Movllldad social segunda generación Redes sociales que ligan varios mercados laborales

Estatus migratorio Legal en los pnmeros mlgrantes Después de la lRCA de 1986 Participación política en los Estados Unidos

Ligas con la comunidad de ongen Número de migrantes que visitan el pueblo Propiedad en México Lugar vacacional Movlllzación colecbva para proyectos comunitarios en México Organización transnacional Forma y antigüedad de la organización

Dirección sólo mascullna de organización social Funcionamiento democrático de la organización Organización lnciuye a segunda generación Organizaciones deporttvas Estabilidad política local Conflictos con presidentes municipal Organización ligada al PRl Atención del gobernador a organización

Contexto cultural

Santo Patrón

Feste¡os

Fuente: Elaboración propia.

Jala, Nayarit Sí 5,600 habitantes Marginal Agricultura Mestizo 1,500 aprox. Medio y bajo Concentrada

Sí Escasa Escasa Sí

Sí No

Similar Sí Sí Sí

Media Oub social, 1972

Sí Sí No No Sí Sí No No Cultura mllpera del occidente de México Virgen de Ascundón

Similares

Ollnantla, Puebla Sí 2,500 habitantes Marginal Agricultura Indígena y Mestizo 2,500 aprox. Medio y bajo Concentrada

Sí Escasa Escasa Sí

Sí No

Similar Sí Sí Sí

Aira Comité, 1970 Sí

No Sí Sí Sí Sí Sí Sí Cultura mllpera de la mlxteca poblana Padre Jesús Similares

Las historias y procesos migratorios de Jala y Chinantla corresponden a contextos específicos; no obstante, en el cuadro sinóptico anterior podemos apreciar varios aspectos similares entre las dos comunidades que se refieren a su pertenencia política transnacional.

* Ambas provienen de la cabecera municipal , por lo tanto sus miem­bros han tenido desde antes de su partida contacto con las autori­dades del ayuntamiento.

413

CECILIA IMAZ

* El número de paisanos emigrados ha dado una base amplia para formar redes y circuitos migratorios y para constituir asocia­ciones comunitarias.

* La destinación espacial es concentrada en ambos casos, lo que facilita también la interacción entre los miembros de la comuni­dad y la formación de un espacio transnacional.

* Ambas utilizan la tecnología moderna en los medios de comu­nicación y transporte para mantener la comunicación entre los dos o más asentamientos.

En Chinantla la red telefónica no es tan extendida, pues es un municipio alejado de los grandes centros urbanos. pero es común el uso de teléfonos celu­lares. Asimismo los chinantlecos, como muchos otros migrantes tienen prefe­rencia por el video. En el caso de los chinantlecos hicieron uso de videocintas para mostrar la transparencia de los tratos y negociaciones del Comité con la presidencia municipal. Los videos fueron proyectados posteriormente en una "reunión del pueblo" en Nueva York y se usaron recurrentemente para aclarar lo dicho y lo prometido en esas reuniones. 25

• La mayoria de los emigrados son trabajadores asalariados y tienen propiedades en ambos lados (intereses económicos).

• Los miembros antiguos han adoptado la ciudadanía americana y por lo tanto tienen una situación migratoria estable junto con sus familias.

• En ambos casos, la directiva del club y del comité respectivamen­te está integrada por hombres. Las mujeres hacen trabajo de apo­yo. Esta es una característica extendida en los clubes. No obstante, hay algunas dirigentes mujeres. De los 23 clubes nayaritas en California hay una lideresa y de 1995 a 1997 la presidenta de la Asociación de Clubes Nayaritas fue una abogada nacida en Tepic.

En los dos casos estudiados los conflictos entre los CPLO y la presidencia municipal no rebasaron el nivel municipal, pues fueron de tipo administrativo. En ambos casos el proyecto central mediante el cual afloraron conflictos entre el ayuntamiento y los emigrados fue el del agua potable, una necesidad básica para la sobrevivencia y desarrollo de las comunidades rurales.

El conflicto fue menor para las autoridades locales. En Chinantla el ayunta­miento ejerció su autoridad institucional para mantener el poder evitando la

21 R. Smith ( 1995 ).

414

PO DER POLITICO OE U.S ORGANIZACIONES TltANSNACJONALES

penetración de fuerzas de afuera. En Jala, la presidencia municipal se desenten­dió del problema; pero para ambos CPLO el conflicto fue desestabilizador.

En el caso de Jala, dividió al club y el grupo que permaneció después del conflicto no volvió a entablar relación con la alcaldía. En el caso de Chinantla, el enfrentamiento se subsanó, definió los límites de poder y el comité resultó fortalecido, ya que sus miembros han sido aceptados como aspirantes potencia­les en la contienda por la presidencia municipal. Con el cambio de administra­ción, el Comité decidió participar en el cabildeo político de las pasadas elec­ciones apoyando al candidato contrario al del cacique tradicional.

Ambos clubes mostraron capacidad de convocatoria para conseguir apoyo y donaciones para la realización de convivios y obras de beneficio en el pueblo. Pero de las dos organizaciones, sólo el Comité de Chinantla consiguió estable­cer sus propias reglas en la forma de ejercer su autoridad ante el ayuntamiento. El Comité escaló de una posición inicial en la que tenía que persuadir a diver­sos miembros de la comunidad natal para que aceptaran su contribución, a otra muy distinta en la que su cooperación era buscada y su autoridad respetada.

En cambio el Club Social de Jala tuvo una influencia política media, de acuerdo a la tipología presentada, al contar con prestigio y reconocimiento social, pero no poder político. Le fueron solicitadas donaciones y apoyo a candidatos presidenciales, tuvo buena relación con el párroco del pueblo, pero no mantuvo una relación formal con la presidencia municipal.

Cuando ocurrió la división del Club Huicot (lo cual ocurre con cie1ta frecuen­cia entre estas asociaciones) los que formaron el Club Social de Jala establecieron sus reglas y metas, y continuaron realizando obras en el pueblo. Su compromiso sostenido les dio una posición de autoridad en la comunidad, pero al margen de la estructura del poder formal. La asociación se mantuvo activa por dos décadas. Logró inaugurar la fiesta patronal e imponer la peregrinación de .. los Hijos Ausentes .. , y a pesar de que el Club se desintegró, el prestigio de sus miembros permaneció en la comunidad. Las alternativas de esta organización de transfor­marse en un grupo político, impulsado por algunos de sus líderes en su retomo a la comunidad natal no se dio. No obstante, esta posibilidad existe en otros clubes del estado con la salida de la escena política de los antiguos cacicazgos y la entrada de nuevos actores en el escenario político de Nayarit.

Tanto el Club de Jala como el Comité de Chinantla provienen de estructu­ras sociopolíticas autoritarias, pero en el caso de Jala, su desarrollo en los Estados Unidos ha sido distinto. Los chinantlecos en Nueva York forman un enclave que reproduce en cierta medida el autoritarismo caciquil de la comuni-

415

CECILIA Íw.z

dad original; en cambio los jaleños de Los Ángeles se insertaron más en las prácticas comunitarias y sindicales de California.

La comunidad chinantleca en Puebla se rige en parte por los usos y costum­bres. Su raigambre indígena reproduce prácticas ancestrales. El Comité en Nueva York tiene rasgos claramente antidemocráticos, como un presidente único, casi vitalicio y no permiten la inclusión de personas ajenas a la mesa directiva en las actividades de los festejos y convivios de sus fiestas religioso-populares.

Por su parte, el funcionamiento del Club Social de Jala siempre fue demo­crático; la presidencia cambió cada dos años e intentaron sin éxito incluir en la mesa directiva a la segunda generación de migrantes

Independientemente de las diferencias de vivencias y desarrollo de estas dos organizaciones, lo que me interesa destacar aquí es su impacto político en Méx.ico corno agrupaciones que inciden en la vida política de sus localidades.

A pesar de que muchas de estas organizaciones desaparecen o se dividen, su transformación tiene que ver con la solución de problemas e innovación de polí­ticas. A la vez, su misma capacidad de negociación puede llevar a adoptar cam­bios ·en las metas, estructuras y vínculos de estas organizaciones en respuesta a los nuevos retos y oportunidades que presenta la democracia mexicana.

Por lo anterior podemos decir que el conjunto de actividades de estas organiza­ciones transnacionales de migrantes tienen un efecto democratizador, lo que intere­sa resaltar es su impacto agregado en los municipios donde operan. Aunque convie­ne subrayar que no podemos asumir a priori que estas organizaciones tengan un impacto en el proceso democrático de México; resulta dificil distinguir teóricamen­te cuándo estas agrupaciones apoyan procesos democráticos y cuándo no.

Estas asociaciones de migrantes se mantuvieron por mucho tiempo al mar­gen de los grandes poderes locales, pero crecientemente se han ligado a estos porque lograron que las autoridades locales se acercaran a ellos, y actualmente la influencia de estos grupos organizados, con experiencia y aceptación en México, es considerablemente mayor.

El nivel de participación política de los clubes por lugar de origen es em­brionario, pero, como señalé al principio, habría que considerar su impacto agregado, ya que en su gestión y en su liderazgo están las semillas de la partici­pación política, que han dado resultados en las federaciones de clubes, en coaliciones como la Internacional de Mexicanos en el Exterior y la Coalición por los Derechos Políticos de los Mexicanos en el Extranjero, cuya meta rebasa lo local, para tratar de incidir en la agenda nacional e internacional.

416

PODER POLÍTICO DE LAS ORGANIZACIONES TRANSNACIONALES

Bibliografía

Avila, Palafox R. y T. Calvo (comp.) (1993), Identidades, nacionalis­mos y regiones, Guadalajara, México, Universidad de Guadalajara, Universidad Complutense de Madrid.

Bash, Linda y otros ( 1994), Nations Unbound, USA, Gordon and Breach Publishers.

Bon fil, Guillermo ( 1987), La teoría del control cultural en el estudio de procesos étnicos, CIESAS-Universidad de Brasilia.

Browning y De la Garza (eds.) (1986), Mexicanimmigrants and Mexican American; An Evolving Relation, Austin, Center for Mexican American Studies, University of Texas.

Bustamante,Jorge ( 1992), "Frontera México-Estados Unidos. Reflexiones para un marco teórico", en J. Manuel Valenzuela (coord.) (1992), Decaden­cia y auge de las identidades, Tijuana B.C.,COLEF, pp. 91-118.

Calvo, Tomás (coord.) (1988), Movimientos de población en el occiden­te de México, Zamora, Mich., El Colegio de Michoacán.

Carreras de Velasco, M. (1974), Los mexicanos que devolvió la crisis, 1929-1932, México, Secretaría de Relaciones Exteriores.

Castillo, Víctor ( 1995), Sólo dios y norte, migración a Estados Unidos y desarrollo en una región de Jalisco, Guadalajara, México, Uni­versidad de Guadalajara.

CONAPO (2002), Información sociodemográfica México, 2002, Méxi­co, Imagen y Arte Gráfica.

Corona, R. y Rodolfo Tu irán ( 1998), Informe de la comisión de especia­listas del estudio de las modalidades del voto de mexicanos en el extranjero, Subcomisión Demográfica, México, IFE.

417

CECILIA ÍMAZ

De la Peña, Guillenno (1994 ), •ia cultura política mexicana. Reflexiones des­de la antropología", en Estudios sobre las culturas contemporáneas, Universidad de Colima, vol. vi, núms.16-17, pp. 151-166.

----- (1995), El cambio social en la región de Guadalajara: notas biblio­gráficas, Guadalajara, México, Universidad de Guadalajara.

Díaz de Cossío, Roger, Orozco G., Gonzáles E. (1997), Los mexicanos en Estados Unidos, México, D.F., Sistemas Técnicos de Edición S.A.

Galarza Ernesto (1986), Barrio Boy. The Story of a Boy 's Acculturation, USA, Notre Dame University Press.

Glick Schiller, N. (1999), "Transmigrants and Nation-States. Something Old and Something New in the US Immigrant Experience", in Josh Dewind y otros (eds.) (1999), America Becoming, Becoming American, USA, Russel Sage Publications.

Glick Schiller, N., Linda Bash, C. Szanton B. (1992), "Transnationalism: A New Analytic Framework for Understanding Migration", en N. Glick Schiller y otros (1992), Towards a Transnational Perspective on migration, Race Class Ethnicity an Nationalism Reconsidered, New York, Annals ofthe New YorkAcademy of Sciences, pp. 1-24.

Goldring, Luin (1992), Diversity and Community in Transnational Migration. A Comparative Study of Two México-USA Migrant Circuits, tesis doctoral, Cornell University.

Gómez Arnau, R. (1990), México y la protección de sus nacionales en Estados Unidos, CESEU,UNAM.

González Casanova, P. y J. Cadena ( 1994 ), La República Mexicana vol. lll, La Jornada Ed. UNAM.

González Lomelí, Miguel (1994), Iglesia del convento de Nuestra Se­ñora de Jala, una propuesta para su rescate y puesta en valor, Jala, Nayarit, Casa de la Cultura de Jala.

418

PODER POLÍTICO DE LAS ORGANIZACIONES TRANSNACIONALE~

----- (1990), "Judea tradicional de Jala", Serie Tradiciones, Nayarit, Ta­lleres Gráficos Estado de Nayarit.

González Gutiérrez, Carlos (1993), "The Mexican Diaspora in California, en A. F. Lowenthal y K. Burgess" ( eds.) (1993), The California­Mexico Connection, USA, Stanford _University Press, pp. 265-281.

----- ( 1997), "Las batallas de la identidad: las relaciones de México con su diáspora", ponencia presentada en el XIX Coloquio de antropo­logía e historia regionales, Zamora, Mich., El Colegio de Michoacán, 22-24 de octubre.

Instituto Federal Electoral (1998), Informe de la comisión de especialis­tas del estudio de las modalidades del voto de mexicanos en el extranjero, México, D.F.

Imaz, Cecilia (2003), "Migrant Social Clubs' Política! Power in Méxi­co", en Voices of México , núm.62, Jan-March, México, CISAN, UNAM.

----- (1994), "Las organizaciones deportivas mexicanas en Estados Uni­dos" , PCME, SRE, documento interno.

INEGI (1996), Conteo de Población, 1995, Aguascalientes, México.

----- (1991 ), Anuario estadístico del estado de Nayarit, Aguascalientes, México.

Inestrosa, Sergio ( 1994), Vivir la fiesta: un desenfreno multimediado, México, Universidad Iberoamericana.

Jnforme del Estudio Binacional México-Estados Unidos sobre Migra­ción (1997), México, Editorial Regina de los Ángeles S.A. , Se­cretaría de Relaciones Exteriores.

Keamey, Michael ( 1991 ), "Borders and Boundaries of State and Self at the End of Empire", en Journal ofHistorical Sociology, vol. 4, núm. l , pp. 53-74.

----- ( 1996), Reconceptualizing the Peasantry, Boulder, Colorado, W estview Press.

419

CECILIA ÍMAZ

Ladrón de Guevara, Lourdes (1994), "Nayarit", en González Casanova P. y J.Cadena (1994), La República Mexicana, vol.III, México, La Jornada Ed.-UNAM.

Lagunas J.A. (1993), "Mexican Communities in the USA: What are They?", New York, Hunter College, mimeo.

Massey, Douglas (1987), "Understanding Mexican Migration to the U.S.", en American Journal of Sociology, vol. 92, núm. 6, pp. 1372-1403.

y otros ( 1987), Return to Aztlán. USA, University of California Press.

-----y otros (1993), "Theories oflntemational Migration: A Review and Appraisal", en Population and Development Review, vol.19, núm. 3, pp. 431-466.

-----y otros (1994), "Continuities in Transnational Migration: An Analysis of 19 Mexican Communities", en American Journal of Sociology, vol. 99, núm. 6, pp. 1492-1533.

----- (1995), "The New lmmigrations and Ethnicity in the United States", en Population and Development Review, vol. 21, núm. 3, pp 631-651.

Nelson, Candace y Marta Tienda (1985), "The Structuring of Hispanic Ethnicity; Historical and Contemporary Perspectives", en Ethnic and Racial Studies, 8, pp. 49-64.

Pansters, Wil G. (1998),Políticay Poder en Puebla, México, FCE-BUAP, 2ª Ed.

Pardo Galván, S.(coord.) (1988), Migración en el occidente de México, Zamora, Mich., El Colegio de Michoacán.

Piore, Michael J. (1979), Birds of Passage. Migran! Labor in Industrial Societies, USA, Cambridge University Press.

Rothstein, Richard (1995), "En busca del sueño americano", en Abraham F. Lowenthal y K. Burgess (comps.) La conexión México­California, México, Siglo XXI, pp. 209-233.

420

PODER POLÍTICO DE LAS ORGANIZACIONES TRANSNACIONALES

Rouse, Roger ( 1991 ), "Mexican Migration and the Social Space of Postmodernism", en Diaspora: A Journal of Transnationaf Studies, vol. l, núm. l, pp. 8-23.

----- (1988), Mexican Migration to the United States: Family Relations in the Development of a Transnational Migrant Circuit, tesis doc­toral, Standford University.

Sánchez, George J. (1993), Becoming Mexican American, USA, Oxford University Press.

Santibáñez, E. ( 1930), Ensayo acerca de inmigración mexicana en los Estados Unidos, San Antonio, Texas, The Clegg Co.

Schumacher, Ma. Esther (coord.) (1994), Mitos en las relaciones Méxi­co-Estados Unidos, México, Fondo de Cultura Económica.

Secretaría de Relaciones Exteriores, Programa para las Comunidades Mexicanas en el Exterior,varios documentos.

Smith, Michael P. y J.R. Feagin (1995), The Bubbling Cauldron, USA, University of Minnesota Press.

Smith, C. Robert ( 1996), "Domestic Politics Abroad, Diasporic Poli tics at Home: The Mexican Global Nation, Neoliberalism and the Program for Mexican Communities Abroad" ponencia presen­tada en American Sociological Association Meeting, N.Y., New York, agosto.

-----( 1995), Los Ausentes Siempre Presentes. The lmaging, Making and Politics of a Transnational Community Between New York City and Ticuani, Puebla, tesis doctoral, Columbia University.

Sontag, Deborah (1998), "A Mexican Town that Transcends Ali Borders", en The New York Times, 21 de julio.

Tienda, Marta ( 1989), "La década de los noventa: una perspectiva socio­lógica de la inmigración mexicana", en J. A. Bustamante y W. A. Comelius ( eds.) ( 1989), Los flujos migratorios hacia E. U., Méxi­co, FCE, pp. 146-163.

421

CECILIA ÍMAZ

Wyman, Mark (1993), Round Trip to America. The lmmigrants Return to Europe 1880-1930, Ithaca, New York, Comell University Press.

Hemerografia

El Meridiano (1992), diversas notas, Tepic, Nayarit.

La Paloma, Boletín bimestral del PCME, Secretaria de Relaciones Exte­riores, sep.1990- dic.1993.

Revistas de los Clubes Sociales de Nayarit en California, Los Angeles, Ca., varios números 1991-1996.

Entrevistas

Carlos Carrillo, Tepic, Nayarit, agosto de 1996.

V. Malkin, Nueva York ,1998.

422

TERCERA PARTE: Perspectivas acerca de los clubes de

migrantes oriundos

Migración y formas organizativas en los Estados Unidos: los clubes y federaciones de migran tes mexicanos en California

Luis Esca/a-Rabadán'

Introducción

En las últimas dos décadas aproximadamente ha habido una notable proliferación de organizaciones de base en los Estados Unidos formadas por migrantes tanto mexicanos como latinoamericanos, especialmente en el estado de California.2 Si bien las distintas comunidades migrantes latinas habían forjado diferentes formas organizativas para propósitos diversos a lo largo de años e incluso décadas, desa­rrollando una labor filantrópica importante pero escasamente visible, para los primeros años del siglo XXI las asociaciones basadas en el pueblo de origen conocidas bajo diferentes denominaciones: clubes de oriundos, clubes cívico­sociales, comités, asociaciones, etc.- se convirtieron en las formas organizativas más genéricas dentro de las comunidades de migrantes mexicanos y latinoameri­canos. De hecho, la creciente importancia que ha adquirido este tipo de asocia­ción lo demuestra su presencia tanto entre grupos con una larga tradición migratoria (por ejemplo, las comunidades migrantes provenientes de la región centro-occi­dente de México, como los zacatecanos y jaliscienses), como entre aquellos pro­venientes de regiones cuyas migraciones son más recientes.

Como parte de su desarrollo, estas asociaciones han experimentado diversas transformaciones, lo que se ha traducido en la socialización extensiva de este modelo organizativo. Por un lado, dichas asociaciones de migrantes han conso­lidado sus estructuras organizativas. Un claro ejemplo de ello es que sus oca­sionales obras filantrópicas en favor de sus pueblos de origen en sus comunida­des de origen se han convertido en proyectos fomrnles y sistemáticos para la generación de infraestructura social, con lo cual han adquirido una marcada visibilidad y relevancia pública y política, al obtener creciente reconocimiento tanto en la esfera pública como por parte de las autoridades locales, estatales e

' Quisiera agradecer el apoyo que siempre me han brindado los líderes y miembros de diversos clubes y federaciones de migrantes mexicanos en Los Ángeles, California, así como de mis colegas y amigos Gaspar Rivera Salgado y Jonathan Fox para la realización de este articulo. 1 Para una recopi lación de las distintas asociaciones de migrantes mexicanos en Estados Unidos, véase Orozco, González y Díaz de Cossío (2003).

425

L UIS ESCALA-RA BADÁN

incluso federales de sus países. Por otro lado, los cambios nó se limitan al inte­rior de estas asociaciones, sino también a su entorno, tanto en sus sociedades de origen como en las receptoras. En ese sentido, estas asociaciones han buscado dar respuesta a las diversas transformaciones acontecidas en sus naciones de origen en materia de políticas migratorias, así como también a aquellos cam­bios en materia de migración ocurridos en sus estados y ciudades de destino.

Esta creciente atención hacia las asociaciones de migrantes se ha basado en buena medida en el caso de los mexicanos en Estados Unidos. En efecto, una parte significativa de la discusión sobre migración mexicana ha mostrado un cada vez mayor interés por la dimensión organizativa de las comunidades rnigrantes mexicanas en dicho país. Este interés abre una prometedora vertiente, en la medi­da en la medida en que dicha faceta organizativa constituye una ventana privile­giada para analizar el surgimiento y consolidación de redes sociales al interior de los procesos migratorios. En ese sentido, el concepto de "transnacionalismo" ha sido el marco de referencia predilecto para referirse a las mismas. La razón es clara: este concepto engloba no sólo la capacidad asociativa entre comunidades migrantes, sino también y sobre todo la posibilidad de extender dichas relaciones sociales y su dinámica en ambos lados de la frontera. 3

En el caso de las comunidades migrantes mexicanas en California, la cre­ciente importancia de estos grupos en los últimos años, a través del pasaje de su tradicional "invisibilidad" hacia su cada vez mayor "visibilidad", ha sido ob­servada por diversos políticos, académicos y activistas tanto en las naciones de origen como en los Estados Unidos, quienes han subrayado la relevancia de dichas comunidades migrantes en sus sociedades de origen y de destino -así como de sus organizaciones- como puente entre ambas naciones. Frente a esta serie de cambios, estos grupos han ampliado su rango de interacción, al estable­cer relaciones con un creciente número de sujetos sociales -particularmente en sus nuevos entornos-, lo que a su vez los ha conducido a enfrentar nuevos dilemas sobre la dinámica interna de sus propias organizaciones.

3 Sobre "transnacionalismo" y el estudio de "comunidades transnacionales" como marco para el análisis de estas asociaciones, véanse por ejemplo los trabajos en el ya clásico libro compilado por Nina Glick Schiller, Linda Basch y Cristina Blanc-Szanton (1992). Un ejemplo reciente de este fructífero campo analítico lo constituye el trabajo de Peggy Levitt (2001). Sin embargo, esta perspectiva también ha estado sujeta a diversas críticas. Al respecto, véanse por ejemplo Devra Weber (1999) y David Scott Fitzgerald (2002), entre otros.

426

MIGRACIÓN Y rüRMA\ ORGAN IZATIVAS

En este escrito, quisiera analizar brevemente la creciente importancia de clubes y federaciones de migrantes mexicanos en los Estados Unidos, y a qué factores podemos atribuir el éxito de este modelo organizativo. Asimismo, me propongo también examinar lo que yo llamo "transformaciones organizativas", que son cam­bios relativamente nuevos que hemos podido apreciar en la dinámica propia de estas asociaciones, junto con algunas explicaciones tentativas sobre el por qué de estas transformaciones y su importancia. Para ello, utilizaré el caso de los clubes y federaciones de rnigrantes mexicanos en el área de Los Angeles, California, que sigue siendo el principal destino de la migración mexicana en los Estados Unidos.

l. Clubes y federaciones de migrantes mexicanos en los Estados Unidos

El punto de partida que hay que tomar en cuenta es que la dimensión organizativa ha estado presente a lo largo del surgimiento y desarrollo de los procesos migratorios, particularmente en contextos como los Estados Unidos, el lugar de destino por excelencia de dichos procesos. De hecho, diversos estudios docu­mentan la importancia de las organizaciones de distintos grupos de migrantes en dicho país (japoneses, judíos, centroamericanos, dominicanos, etc.), que su­brayan el papel central de la cuestión organizativa en la consolidación de sus redes sociales, y su importancia en el acceso a recursos en sus sociedades de destino (información, empleo, vivienda, etc.).4

En este contexto, el caso de la migración mexicana no es la excepción. El establecimiento y consolidación de redes sociales entre distintas regiones de México y losEstados Unidos ha conducido al surgimiento de organizaciones de paisanos basadas en la localidad, el municipio, la etnia o el estado de origen. De hecho, ya desde el siglo XIX se tiene noticia de la existencia de organizaciones mutualistas y de clubes deportivos entre migrantes mexicanos, y que siguieron surgiendo a lo largo de las siguientes décadas del siglo XX. Los propósitos generales de dichas fonnas organizativas eran diversos, desde proveer ayuda entre los propios migrantes, a sus comunidades de origen, e incluso a los traba-

4 Para una reflexión general sobre estas asociaciones, véanse por ejemplo Goldring ( 1995) y Smith ( 1995). Para el caso de las asociaciones de migrantes japoneses en los Estados Unidos, véase por ejemplo Ichihashi ( 1969); para las de los migran tes judíos, véase por ejemplo Soyer ( 1997); para las de los migrantes centroamericanos, véase por ejemplo Menjívar (2000); para el caso de los migrantes dominicanos, véase Levitt (2001 ).

427

L UIS E SCALA-RABADÁN

jadores mexicanos que iban a ser deportados, hasta la preservación de sus tradi­ciones o la convivencia entre paisanos.

La importancia de estas asociaciones de migrantes mexicanos en la cons­trucción de una identidad local/nacional se aprecia también en la evidencia his­tórica. Según algunos historiadores, ya desde la segunda mitad del siglo XIX se formaron diversas agrupaciones de mexicanos en California que, con el propó­sito de promover año con año las fiestas patrias, lograron desarrollar una con­ciencia étnico-nacionalista entre los mexicanos en los Estados Unidos. Esta tradición organizativa se extendió hasta las primeras décadas del siglo XX (por ejemplo, con la fundación del "Independence Club" en Los Angeles). 5

Dichas asociaciones representaban un primer intento de formalización organizativa, a partir de la existencia de redes informales de paisanos migrantes basadas en el poblado de origen. Este tipo de asociaciones perduró a lo largo de las décadas posteriores. De hecho, es a partir de los años 70 que se observa la proliferación de estos clubes y asociaciones de migrantes mexicanos, con una variada composición social y étnica, y distintos niveles de organización. Por lo general, estas asociaciones se originaban a partir de algunos migrantes que com­pilaban una lista de sus paisanos y llamaban a una reunión con el propósito de constituir una organización. A veces, las autoridades locales en sus pueblos soli­citaban la formación de dichas agrupaciones con la finalidad de contar con una instancia representativa de la comunidad de origen. A menudo esta demanda iba acompañada de una solicitud de apoyo financiero para la realización de alguna obra o de algún evento en la comunidad de origen. Un ejemplo del nacimiento de este tipo de asociaciones lo podemos apreciar en el siguiente segmento de una entrevista, y que ilustra de alguna manera el paso de lo "informal" a lo "formal", de la asociación deportiva a la asociación cívica de migrantes mexicanos:

Al principio, la gente de Pegueros nos juntábamos seguido para algu­nos eventos, en especial para los eventos deportivos ... Y o llevaba a mí familia a los juegos de fut y de beis en donde yo jugaba, y la mayoría de los jugadores hacía lo mismo, y no eran solamente nuestras familias, ha­bía mucha gente que venia como espectadores, porque a donde quiera que íbamos éramos los que más porra llevábamos. Y fue a partir de reunirnos en estos eventos deportivos que se nos ocurrió formar una asociación que sirviera también para otros fines, sobre todo para hacer frente a las nece­sidades de nuestra gente en Pegueros. De hecho, nuestro primer proyecto fue la donación de una ambulancia para nuestro pueblo.6

5 Véase por ejemplo el trabajo de Lawrence Taylor ( 1997).

428

M IGRACIÓN Y FORMAS OHGANIZATIVAS

Un elemento fundamental en el surgimiento y desarrollo de estas asociaciones consiste en el fortalecimiento de vínculos de los migrantes con sus pueblos en México. El lugar de origen se transfonna así en una poderosa referencia en la creación de una identidad colectiva entre migrantes provenientes de una misma comurudad o región, de tal fonna que los lazos de paisanaje se convierten en una parte esencial de la orgaruzación social de los migrantes, a la par de los vínculos de parentesco y amistad. En ese sentido, los lazos de uruón a "la matria" o "la patria chica", lejos de atenuarse o desaparecer, se fortalecen y transfonnan en redes de paisanaje que even­tualmente conducen a la construcción de estas asociaciones como modo privilegia­do de pertenencia a la nación, y cuyas tareas como grupo organizado penniten a su vez la promoción y consolidación de un sentido de identidad cultural. 7

Las asociaciones de migrantes mexicanos o clubes se basan en la pertenen­cia a su región de origen, y presentan una variedad en tém1inos de su fonnali­dad organizativa y grado de complejidad. El siguiente esquema ilustra los nive­les organizativos que hemos apreciado a lo largo de nuestra investigación:

Esquema 1. Niveles organizativos de las asociaciones de migrantcs mexicanos en los Estados Unidos

RED INFORMAL DE PAISANOS MIGRANTES (eventos sociales, celebraciones religiosas, ligas deportivas)

Federación de clubes en otra ciudad

Fuente: Elaboración propia.

Confederación de clubes

Federación de clubes en otra ciudad

6 Entrevista con el Sr. R.G. , miembro fundador del Club Pegueros, Jalisco en Los Angeles, febrero de 1997. Véase Zabin y Escala Rabadán ( 1998). 7 Sobre la noción de "matria" o "patria chica", véase por ejemplo Moctezuma ( 1999).

429

L UIS E SCALA-RABADÁN

Este esquema es desde luego bastante tentativo, y mi objetivo es ilustrar no solamente los niveles sino también la interconexión entre los mismos (las líneas más gmesas indican una relación más estrecha, mientras que las líneas más tenues revelan una relación más débil). La base de dichos niveles sigue siendo la red infor­mal de paisanos, y las actividades en ella contenidas no se ven excluidas de los otros niveles (por ejemplo, las actividades deportivas), sino que más bien se ven reincor­poradas en cada uno de dichos niveles. De hecho, el tipo más simple de asociación consiste precisamente en la red informal de paisanos rnigrantes de la misma comu­nidad o región en México. Diversos analistas han señalado la importancia y ubicui­dad de estas redes como apoyo para los migrantes en su establecimiento en los Estados Unidos: en la búsqueda de vivienda, de empleo, y en el acceso a otros recursos necesarios para sus nuevas vidas. Estas redes informales se basan no sola­mente en relaciones de parentesco, sino que también dependen en buena medida en la identidad común que se deriva del paisanaje. En la sociedad huésped, los migrantes se encuentran en diversos eventos sociales (bautizos, la celebración de la fiesta del santo patrón del pueblo, etc.), y de ahí en muchas ocasiones pasan a fom1ar equipos deportivos de futbol, basquetbol o beisbol.

Un siguiente nivel organizativo consiste en la creación de algún tipo de comi­té que busca contar con la representación de su comunidad de origen en México. La finalidad es promover la comunicación entre paisanos en los Estados Unidos, y apoyar el desarrollo de alguna obra en México. Este nivel intermedio es que tiende a formalizarse en un comité, asociación o club de migrantes de un pueblo o región de origen común. La creciente presencia de estas asociaciones por lo general conduce a la creación de un nivel adicional, el de las federaciones, que agrupan a distintos clubes o asociaciones del mismo estado de origen en México.

Finalmente, un último nivel organizativo se refiere a la creación de confede­raciones, integradas por federaciones de migrantes pertenecientes al mismo es­tado de origen, pero organizadas en distintas ciudades de los Estados Unidos En este caso, hemos tenido conocimiento de un solo ejemplo: la Confederación de Clubes Zacatecanos, la cual tuvo una vida limitada, de 1997 a 1999.

Existen literalmente cientos de estas asociaciones a lo largo de los Estados Unidos En muchos casos, se trata de agrupaciones más bien infonnales, cono­cidas tan sólo por sus miembros y con escaso contacto con otros grupos tanto en México como en los Estados Unidos Sin embargo, en otras ocasiones se trata de un primer paso en la formalización organizativa de los migran tes mexi­canos. Las actividades tradicionales de estos grupos consisten en la realización

430

MIGRACIÓ N Y FORMAS O RGAN IZATíVAS

de eventos para la recaudación de fondos con el propósito de financiar proyec­tos filantrópicos en sus pueblos de origen en México, como son la realización de bailes, comidas, rifas, charreadas, concursos de belleza y otras actividades culturales a lo largo del año. Estos eventos les penniten, por un lado, financiar proyectos específicos en sus comunidades en México, y por otro lado, promo­ver un sentido de comunidad entre sus paisanos migrantes a través del fortale­cimiento de vínculos entre sí. 8

Si bien no se puede contar con una cifra exacta sobre el número de clubes o asociaciones de migrantes mexicanos, la red de consulados mexicanos en los Estados Unidos había confonnado un registro de las mismas durante la segun­da mitad de los años 90, el cual proporciona una impresión inicial de su magni­tud. El siguiente cuadro describe su distribución.

Cuadro 1. Asociaciones de migrantes mexicanos en los Estados U nidos por estado de origen (1998)

Estado de origen California Illinois Texas Subtotal Otros TOTAL Michoacán 11 9 o 20 2 22 Guanajuato 15 11 12 38 8 46 Oaxaca 21 3 25 3 28 Jalisco 52 19 2 73 11 84 Guerrero 3 22 3 28 29 Durango 12 6 3 21 1 22 Zacatecas 81 22 15 118 2 120 Subtotal entidades de 195 92 36 323 23 346 mayor migración Subtotal otros 72 11 42 125 22 147 TOTAL 267 103 78 448 45 493

Fuente: Estimaciones hechas en el NAID Center de UCLA, a partir de la información provista por la Secretaría de Relaciones Exteriores, Subsecretaría de América del Norte, Directorío de clubes de oriundos mexicanos en los Estados Unidos, abril de 1998.

8 Sobre las actividades tradicionales de estas asociaciones, véanse por ejemplo Goldring ( 1995) y Zabin y Escala ( 1998).

431

LUIS ESCALA-RABADÁN

Como podemos apreciar en esta primera aproximación, existían alrededor de 500 clubes o asociaciones de este tipo a lo largo de los Estados Unidos a fines de los años 90. Sin embargo, destaca la concentración de los mismos en tres entidades (California, Illinois, y Texas). Y es en California en donde se localizan poco más de la mitad de las mismas. Es por ello que quisiera enfocar­me en el caso de estas asociaciones en California en general, y en el área de Los Angeles en particular, pues dicha región presenta la concentración más alta de estos grupos en los Estados Unidos: de los aproximadamente 500 clubes o aso­ciaciones que existían en dicho país, estimamos que existían alrededor de 200 en el área de Los Angeles al término de esa década. Una primera estimación la llevamos a cabo en 1998, cuando tratarnos de establecer un listado básico con el número de clubes por cada una de los estados de origen en México,junto con la posible existencia de federaciones.

Cuadro 2. Clubes y federaciones por estado de origen en Los Angeles (1998)

Estado de Ciudadanos Porcentaje de Número estimado Número de Federaciones por mexicanos inmigrantes de inmigrantes de clubes estado de origen

origen registrados ante mexicanos por la región de Los el Consulado estado de orfgen Angeles .

mexicano (de la columna 1)

Jalisco 107,622 29% 503,819 49 Sí Michoacán 55,744 15% 260,959 11 No Zacatecas 36,434 10% 170,561 51 Sí Guanajuato 19,SS6 5% 91,549 1 No Disrito Federal 19,173 5% 89,756 o No Sinaloa 13,566 4% 63,508 11 Sí Durango 13,306 4% 62,290 4 Sí Nayarit 12,774 3% 59,800 9 Sí Guerrero 12,221 3% 57,211 1 No Puebla 10,164 3% 47,582 5 No Edo. de México 10,052 3% 47,057 o No Oaxaca 8,731 2% 40,873 8 Tres Otros 47,624 13% 222,946 20 n.d. TOTAL 366,967 100% 1,717,911 170

Fuente: Zabin y Escala Rabadán (2002). *Esta estimación se obtuvo al multiplicar el número total de individuos nacidos en Méxicoen la región de Los Angeles (con base en la Current Population Survey de 1997) por el porcentaje estimado de inmigrantes mexicanos de cada estado de México en la columna 2 (con base en la información de las matrículas consulares en el Consulado mexicanos en Los Angeles).

432

MIGRACIÓN Y FORMAS O RGANIZA1 !VAS

Este cuadro, como todos los intentos de sistematización inicial, merece dos comentarios precautorios. Primero, la intención para diseñar este cuadro era con­tar con una idea sobre el tamaño aproximado de cada comunidad mexicana en el área de Los Angeles, para lo cual nos basamos en los datos de la muestra poblacional del censo (General Population Survey) para 1997,junto con la infor­mación proporcionada por el consulado de México en Los Angeles con respecto al tamaño de cada una de las comunidades mexicanas, a partir de su base de datos de matrículas consulares. Y segundo, esta es una primera aproximación que nos brinda un panorama general sobre el número de estas asociaciones en el área de Los Angeles. Sin embargo, debemos tomar en cuenta que dicho número no refle­ja la totalidad de estas asociaciones, puesto que existen diversos grupos que por razones varias (su informalidad, oposición política, etc.) no aparecen en los regis­tros consulares. No obstante, podemos considerar estos números como una aproxi­mación inicial que refleja la extensión de estas asociaciones.

Esta densidad de asociaciones de migrantes se consolidó y aumentó en los años siguientes, como podemos apreciar en el siguiente cuadro.

Cuadro 3. Clubes y Federaciones de rnigrantes mexicanos en Los Angeles (1998-2002)

Número de Clubes Federación

1998 2002 1998 2002 Jalisco 49 48 Sí Sí Michoacán 11 16 No Sí Za ca tecas 51 52 Sí Sí Guanajuato 1 4 No Sí Distrito Federal o o No No Sinaloa 11 6 Sí Sí Durango 4 3 Sí Sí Nayarit 9 14 Sí Sí Guerrero 1 2 No No Puebla 5 4 No No Estado de México o o No No Oaxaca 8 32 Sí (3) Sí Otros 20 49 TOTAL 170 230 8 8

Fuente: Zabin y Escala Rabadán ( 1998) . Estimaciones a partir de información provista tanto por el Consulado mexicano en Los Angeles como por entrevistas con líderes de

federaciones, 1997-1998.

433

Luis ESCALA-RABADÁN

Como podemos apreciar, aunque sea de manera muy general, de 1998 a 2000 se ha consolidado el crecimiento de estas asociaciones en términos numé­ricos, junto con un cierto aumento en el número de entidades mexicanas de origen de los migrantes, representados por nuevas federaciones de clubes.

Como lo mencioné previamente, la generación de estas cifras iniciales pro­porcionan una primera imagen en torno a la extensión de la dimensión organizativa de las distintas comunidades rnigrantes en Los Angeles. Sin em­bargo, una clara interrogante se refiere al "nivel de representatividad" de estas asociaciones con respecto al resto de sus comunidades. Para ello, obtuvimos el número aproximado de miembros asociados dentro de estos clubes y federacio­nes, y lo comparamos con el número aproximado de algunas de las comunida­des mexicanas por estado existentes en el área de Los Angeles. Esta compara­ción puede apreciarse en el siguiente cuadro.

Cuadro 4. Asociaciones de migrantes mexicanos en Los Angeles: estima-ciones sobre membresía y población total

Estado de Federación Número de Número Población

origen asociaciones aproximado de estimada en

miembros Los Angeles

Durango Federación de Clubes 4 132 62,290 Duranguenses

Jalisco Federación de Clubes Jaliscienses

49 950 503,819

Nayarit Asociación de Nayaritas de california

9 275 59,800

Oaxaca ORO-OCSO-AOB 16 585 40,873

Sinaloa Fraternidad Sinaloense de california

11 244 63,508

Zacatecas Federación de CI u bes 51 1,200 170,561 zacateca nos

Fuente: entrevistas con representantes de federaciones de clubes de migrantes mexicanos en Los Angeles, 1997-98.

434

MIGRACIÓN Y FORMAS ORGANIZATIVAS

Como en los cuadros anteriores, hay que tomar estos datos con cierta cautela. En este caso, la mayor reserva al respecto proviene de las distintas nociones de "membresía" que manejan dichas organizaciones: en algunos casos se cont::tbilizan como miembros a individuos, mientras que en otras se incluyen a todos los miem­bros de una familia. Aún así, esta comparación entre el número aproximado de clubes y miembros, y el número estimado de personas de diversas comunidades mexicanas en el área de Los Angeles, parecería ser un claro indicador del limitado papel de estas asociaciones, en la medida en que aglutinan tan sólo a una fracción de sus entidades de origen. Sin embargo, nuestra investigación pudo evidenciar lo contrario, ya que existe una influencia importante de estas asociaciones sobre sus comunidades, y que no emana necesariamente del número de miembros que logran alcanzar. A continuación señalo algunos indicadores de ello.

Primero, aunque parezca una obviedad, estas asociaciones adquieren importan­cia a partir del simple hecho de constituirse en núcleos organizados de migrantes. Como lo han advertido diversos analistas, la labor y trayectoria de dichas asociacio­nes y sus miembros les permite alcanzar reconocimiento tanto entre sus comunida­des de origen como de destino, a partir de la generación y consolidación de "capital socia(' '9, lo que a su vez por lo general les permite convertirse en interlocutores importantes del gobierno mexicano a nivel municipal, estatal y federal.

Segundo, los clubes y federaciones de migrantes mexicanos sí logran adquirir una penetración e influencia decisivas entre sus comunidades, al margen del tamaño de sus membresías. Esto se puede apreciar a través de la observación de la dinámica de los diversos eventos celebrados regularmen­te por los clubes y federaciones (por ejemplo , bailes , días de campo, charreadas, certámenes de belleza, encuentros deportivos y culturales, etc.) , a los que asisten una buena cantidad de paisanos, los cuales no todos son necesariamente miembros de dichas asociaciones , pero en donde la centralidad y ascendencia organizativa de estas últimas es evidente. 10

Finalmente, un indicador adicional de la centralidad de estas asociaciones con respecto al resto de sus comunidades lo constituye el carácter estratégico que les han asignado instancias políticas como lo son los propios consulados.

9 Al respecto, véase el trabajo clásico de Massey y otros ( 1987). Véase también Zabin y Escala ( 1998). 10 Véase por ejemplo la documentación de estas actividades y dinámicas en Goldring ( 1995), Rivera ( 1999) y Zabin y Escala (2002).

435

Lurs E SCALA-RABADÁN

En efecto, la red de consulados mexicanos en los Estados Unidos en general, y en Los Angeles en particular, le atribuyen un papel fundamental a estas asociaciones para la transmisión de información importante generada por el propio consulado o bien por el gobierno federal mexicano, así como también para la canalización de demandas de las propias comunidades hacia las autoridades mexicanas.

El carácter minoritario pero influyente de estas asociaciones se puede apre­ciar asimismo a partir del análisis del perfil de los líderes y miembros de dichas asociaciones. En la gran mayoría de los casos, se trata de migrantes de primera generación, bien establecidos en los Estados Unidos (una década o más de haber migrado), que han alcanzado ya cierto nivel socio-económico: muchos de ellos son dueños de pequeños negocios (seguros, bienes raíces, restaurantes mexicanos); algunos son profesionistas (abogados, trabajadores sociales, en­fermeros); o bien empleados gubernamentales. A su vez, la mayoría de los líderes y miembros son hombres, tanto a nivel de clubes como de federaciones. En síntesis, se trata de migrantes exitosos, que muestran mayores estancias en los Estados Unidos, ingresos más elevados y niveles educativos más altos que el promedio de migrantes mexicanos en los Estados Unidos y en California. 11

La congregación de migrantes mexicanos en estas asociaciones -y en su caso en federaciones- les ha permitido acceder a diversos recursos, lo que reve­la las diferentes funciones de las mismas. 12 Primero, estas asociaciones se con­vierten en mecanismos importantes de representación o intermediación, espe­cialmente ante los gobiernos federal, estatal y municipal en México, o bien ante distintas instancias en California. Segundo, estas asociaciones son una vía pri­vilegiada para el acceso a información importante (por ejemplo, aquélla prove­niente del Consulado de México en Los Angeles, de su gobierno estatal de origen, o del gobierno de California; cambios en las leyes migratorias; informa­ción sobre cambios en material de recaudación de impuestos; etc.).

Tercero, estas asociaciones constituyen también "mercados" para la promoción de bienes y servicios entre sus afiliados (tarjetas telefónicas, tequila, bandas musi­cales, salones para fiestas, bienes raíces, etc.). Por ejemplo, una compañía mexicana

11 Para el perfil de migrantes jaliscienses y zacatecanos en el área de Los Angeles, véase Alarcón y otros (1998, 1998). Para el perfil de migrantes oaxaqueños en dicha área, véase por ejemplo López y otros (200 I ). 12Para un análisis más detallado sobre la dinámica interna de estas asociaciones, véanse Luin Goldring, (1992); Carlos González Gutiérrez, (1995); Zabiny Escala Rabadán (1998); y, Gaspar Rivera (1999).

436

MJGRACIÓN Y FORMAS ORGANIZATIVAS

de construcción (Construmex) ha negociado con varias federaciones de clubes de migran tes en Los Angeles un convenio para patrocinar varios de sus eventos para la recaudación de fondos, a cambio de tener acceso a las mesas directivas de sus clubes, a los cuales les venden materiales de construcción. Estos materiales son entregados directamente en sus comunidades para las obras de infraestructura fi­nanciadas por estos clubes, a través de l0s programas de colaboración entre clubes y gobierno mexicano. Cuarto, estas asociaciones también fungen como foro para solicitudes de caridad y solidaridad: orfanatorios, emergencias médicas, defuncio­nes. Finalmente, estas asociaciones permiten la socialización de los hijos e hijas de sus miembros, a través de su participación en las diversas actividades que llevan a cabo.

Los puntos anteriores nos muestran que las vidas de estas asociaciones giran alrededor de dos propósitos generales. El primero consiste en la promoción de un sentido de comunidad entre los paisanos de un mismo pueblo o región que se en­cuentran en Los Angeles, lo que permite la constante consolidación de las propias redes de migrantes entre su lugar de origen en México y la nueva comunidad en California. El segundo propósito consiste en la provisión de recursos para sus co­munidades de origen, para lo cual realizan actividades diversas con el fin de recau­dar fondos. Este punto ilustra aún más claramente la conexión entre comunidades en ambos lados de la frontera. Y es el desarrollo e interacción entre ambos factores lo que ilustra en buena medida una de las constantes de la literatura sobre comuni­dades transnacionales: el surgimiento y consolidación de comunidades y circuitos migratorios, que involucra el contacto directo o indirecto entre dos o más naciones, y el sentido de "comunidades imaginarias" que este contacto conlleva. 13

La creciente importancia de los clubes y federaciones de migrantes mexica­nos, junto con la puesta en marcha de nuevas políticas de atención migratoria, ha conducido al gobierno mexicano a implementar diferentes programas para facilitar la relación entre comunidades en ambos lados de la frontera,junto con la optimización de recursos materiales y financieros provistos por dichos gru­pos. Estos programas no solamente han sido de utilidad para que lo~ migrantes organizados canalicen recursos hacia sus lugares de origen, sino que también constituyen una estructura a través de la cual las asociaciones de migrantes pueden interactuar con los gobiernos locales, estatales y federal de México. 14

13 Esta noción proviene del clásico texto de Benedict Anderson (1983). 14 Para un análisis más detallado sobre la participación de las diversas instancias del gobierno mexicano y estas asociaciones, véanse por ejemplo Carlos González Gutiérrez, ( 1993 y 1995); Caro! Zabin y Luis Escala ( 1998 y 2002); Espinosa ( 1999); y, Gaspar Rivera ( 1999).

437

Luis ESCALA-RABADÁN

Si bien han sido las comunidades de migrantes mexicanos las que sentaron las bases para el surgimiento de formas organizativas, el involucramiento del gobierno mexicano -particularmente a partir de los años 90- ha sido crucial en la consolidación de las llamadas comunidades transnacionales, y con ello en la consolidación de los clubes y las federaciones de clubes de migrantes como modelo organizativo. Es probablemente esta dicotomía -entre el reclamo de independencia por parte de las asociaciones de migrantes y la influencia guber­namental -la que ha dado pie a la adopción de este modelo organizativo por prácticamente la totalidad de asociaciones de migrantes mexicanos.

La eventual prevalencia de las federaciones pan-estatales se puede explicar a partir de las ventajas que ofrece dicha estructura para la interacción de comu­nidades migrantes y los distintos niveles de gobierno en México. Por un lado, estas federaciones cuentan con una mayor capacidad de interlocución ante otras instancias, particularmente ante los gobiernos municipales y estatales en Méxi­co, así como ante el Consulado mexicano en áreas como Los Angeles. Esto les permite apoyar los propósitos y la labor desempeñada por los clubes que aso­cian. Por otro lado, las distintas instancias de gobierno mexicanas encuentran muy conveniente la mediación de las federaciones, ya que les permite negociar acuerdos y dirimir diferencias de manera más eficiente.

Al igual que los clubes, las federaciones varían de acuerdo con la dinámica interna de cada asociación, así como de su propia trayectoria. A lo largo de nues­tra investigación, hemos examinado tres diferentes federaciones: Jalisco, Zacatecas, y Oaxaca. En el caso de las dos primeras, se trata de las federaciones más grandes de asociaciones mexicanas en Los Angeles, y representan a aquellos migrantes de zonas con una larga historia migratoria en México. En el caso de Oaxaca, sus diferentes asociaciones y federaciones representan a migrantes más recientes. Desde sus inicios, esta federaciones se dotaron de una estructura organizativa básica para su funcionamiento que se ha consolidado y ampliado hasta la fecha. 15

En conclusión, la existencia de estas asociaciones revela una de las facetas organizativas de la comunidad migrante mexicana en entornos clave como el área de Los Angeles. Si bien es claro que el nivel de institucionalización y complejidad de las mismas no es homogéneo, lo cierto es que su existencia permite a los rnigrantes

15 Para una comparación más detallada entre dichas federaciones, véase Zabin y Escala Rabadán (1998) y Rivera Salgado y Escala Rabadán (2002).

438

MIGRACIÓN Y FORMAS ORGANIZATIVAS

de una misma región y sus familias el acceso a recursos diversos, lo que a su vez se traduce en mayores posibilidades de mejorar su posición socio-económica. Uno de los ejemplos más claros es el desarrollo de proyectos sociales, lo que les ha permi­tido ganar cierta o mucha ascendencia tanto en sus comunidades de origen como entre sus paisanos en California. Tal como lo han documentado diversos estudiosos de comunidades transnacionales, la realización de proyectos desde estas asociacio­nes permite a sus miembros -y particularmente a sus líderes- acceder a esferas in­éditas de poder y decisión. 16 Pero lo importante es recalcar que dichas asociaciones constituyen una dimensión fundamental en la construcción del vínculo entre comu­nidades mexicanas en ambos lados de la frontera.

Sin embargo, lo cierto es que durante años el trabajo de estas asociaciones también exhibió diversas limitaciones. Una primera consistió en su apego a sus regiones y estados de origen en México, y en cambio una muy limitada interacción con el entorno y los actores sociales de sus sociedades de destino ( en este caso, el estado de California). Esto comenzará a cambiar en la segunda mitad de los años noventa, con la creciente creación de vínculos con diversas instancias. 17

Una segunda limitación importante fue la escasa construcción de vínculos más allá del ámbito "pan-estatal", es decir, con otras asociaciones de migrantes mexicanos, restringiéndose al circuito municipio-estado-comunidad migrante en Los Angeles, funcionando así como "circuitos paralelos" ("jaliscienses", "zacatecanos", "oaxaqueños", etc.), y por ello con posibilidades muy limitadas de socializar recursos, información e iniciativas "pan-mexicanas". No será sino hasta el año 2002, con la creación del Consejo de Federaciones Mexicanas en Los Angeles, que se comiencen a dar algunos pasos en ese sentido.

Una tercera limitación ha sido el escaso avance que se ha logrado para am­pliar el perfil de la membresía de dichas asociaciones. Al margen de sus logros tanto en México como en California, varios observadores han insistido en la inmutable centralidad que siguen ocupando los hombres migrantes de primera generación en estas asociaciones, y los escasos intentos por promover una ma­yor participación tanto de mujeres como de jóvenes en las mismas. 18

16 Véase por ejemplo Guarnizo ( 1998). 17 Esto lo discutimos con mayor detalle en Zabin y Escala Rabadán (1998; 2002). 18 Varias estudiosas han subrayado las limitaciones que estas asociaciones presentan para la incorporación de mujeres entre sus filas y particularmente en su liderazgo. Véanse por ejemplo Goldring (2001) y Stephen (2002).

439

Luis ESCALA-RABADÁN

11. Los clubes y federaciones de migrantes mexicanos y sus transformaciones organizativas

Quisiera pasar ahora a examinar algunas de las transformaciones organizativas más visibles en este tipo de asociaciones de rnigrantes. Como lo señalé previa­mente, estos grupos tradicionalmente centraban su labor en los proyectos filantrópicos y de infraestructura social que desarrollaban en sus pueblos y ciu­dades de origen en México, así como en la consolidación de sus comunidades en los Estados Unidos, con la creciente participación del gobierno mexicano a través de la implementación de diferentes programas para facilitar la relación entre comunidades en ambos lados de la frontera. Pero el crecimiento y conso­lidación de estas asociaciones las ha conducido a ampliar su esfera de relacio­nes con otros sujetos sociales, y como resultado a enfrentar nuevos horizontes organizativos. En ese sentido, quisiera referirme a los dos que yo considero más destacados: su participación en la generación de inversión productiva en sus regiones de origen; y su participación en la esfera política.

Asociaciones de migrantes y desarrollo regional

En materia de inversión productiva, el continuo debate en tomo al uso y al potencial de las remesas que envían los migrantes a sus regiones de origen ha mostrado un cierto -y justificable- escepticismo con respecto a la posibilidad de transformar las remesas individuales en ahorro productivo. 19 Sin embargo, esta discusión le ha asignado un papel más prometedor en ese respecto a las remesas colectivas, como las que tradicionalmente manejan las asociaciones de rnigrantes.20 En efecto, los proyectos filantrópicos y de infraestructura social que dichos grupos han financiado en sus pueblos en naciones como México, y en especial los esquemas de colaboración financiera con el gobierno mexicano, sugieren que esta vía ofrece posibilidades para la puesta en marcha de proyec­tos de carácter productivo.

En ese sentido, esta posibilidad emana de la naturaleza propia de estas agrupa­ciones. Por lo general, el punto de partida de las mismas es la donación de bienes

19 Para un breve análisis sobre las posiciones "pesimistas" y "optimistas" en materia de uso de remesas, véase Alarcón (2002). 20 Al respecto,véase por ejemplo Orozco (2002a) y Arroyo y García (2000).Asimismo, véase el crecien­te interés de instancias financieras internacionales en ese sentido, por ejemplo el Banco Mundial (2001 ).

440

M IGRACIÓN Y FORMAS ORGANIZATIVAS

con fines filantrópicos o caritativos (ropa, juguetes, materiales médicos, peque­ñas contribuciones para festejos religiosos, etc.). Posteriormente, algunas asocia­ciones pasan a financiar proyectos de infraestructura social (pavimentación de calles, construcción de parques, pozos de agua, construcción o ampliación de clínicas y escuelas, etc.). En otros casos, las asociaciones se enfocan en proyectos de "desarrollo humano", centrados en los ámbitos educativos y de la salud (otor­gamiento de becas, libros, medicinas, equipos médicos y deportivos, etc.).21

Este rango de acción de las asociaciones de migrantes en los Estados Uni­dos se verá consolidado y ampliado particularmente durante los años 90, ante el crecimiento de las comunidades migrantes en dicho país, con el crecimiento en el monto de remesas familiares , con el aumento en el número de miembros de dichos grupos, y con ello el interés por orientar el trabajo de las asociaciones para ayudar a aquellos paisanos en sus lugares de origen. Si bien este proceso se advierte entre diversas comunidades migrantes latinoamericanas (por ejemplo, migrantes provenientes de El Salvador, Guatemala, Nicaragua, República Do­minicana o Colombia), el caso más exitoso y mejor conocido de participación migrante en el desarrollo de iniciativas en sus comunidades de origen sea el de las asociaciones mexicanas. Por ello, no es extraño que buena parte de la discu­sión sobre el uso y potencial de las remesas colectivas se centren en ellas.

En el caso de las asociaciones de migrantes mexicanos, la expansión en el número de grupos y de miembros, así como en número y tipo de proyectos de bienestar comunitario, ha conducido a una creciente discusión en los círculos académicos, gubernamentales y entre los propios migrantes sobre el posible tránsito de las inversiones sociales contenidas en estos proyectos, a la genera­ción de proyectos de inversión productiva. En términos generales, la preocupa­ción es alcanzar un impacto más decisivo por parte de las remesas colectivas en la estructura productiva a nivel regional , y con ello fortalecer las condiciones de arraigo social entre los habitantes en sus comunidades de origen.

Esta discusión, a la luz de la indudable importancia alcanzada por las aso­ciaciones de migrantes mexicanos, se ha traducido en la puesta en marcha de diversas iniciativas en la búsqueda de mecanismos que permitan la implementación de nuevas alternativas productivas para las remesas generadas por dichos migran tes organizados. Por ejemplo, el estado de Jalisco implementó

21 Véase al respecto Orozco (2002a).

441

Luis ESCALA-RABADÁN

un mecanismo (Fideraza) con el propósito de promover el desarrollo en regio­nes con altos niveles migratorios, a través de un uso más eficiente en el envío de remesas familiares, y su inversión en dichas regiones, a lo que se planeaba agregar la participación de las asociaciones de migran tes jaliscienses. 22 En otro caso también en el centro-occidente de México -la zona "clásica" emisora de migrantes mexicanos hacia los Estados Unidos-, el estado de Guanajuato ha buscado la creación de micro-empresas (básicamente maquilado ras textiles) en diversas comunidades de dicho estado con la participación de asociaciones de guanajuatenses en los Estados Unidos., a partir del programa llamado "Mi Co­munidad". Dicha iniciativa se había traducido en nueve fábricas de este tipo a fines de los años 90, y la proyección era lograr un total de 60 en el corto plazo, a partir del apoyo decisivo de los guanajuatenses organizados.23

Finalmente, el caso más emblemático es el de Zacatecas, también en la región centro-occidente. Las asociaciones de migrantes zacatecanos han sido objeto de mayor observación y comentario, no solamente debido a que sus migrantes han sido pioneros en la promoción de clubes y federaciones de migrantes en los Esta­dos Unidos, sino también porque los distintos gobiernos de dicha entidad han sido también artífices en el diseño de mecanismos de cooperación con dichas comunidades organizadas. Ejemplos de esto ultimo fueron el Programa "2xl ", que funcionó de 1992 a 1999, y el Programa "3xl", de 1999 a la fecha, y que se convirtieron en fuente de inspiración para el diseño de •políticas de atención a comunidades migrantes por parte del gobierno federal. En este caso, la búsqueda de nuevas alternativas productivas para las remesas de los zacatecanos organiza­dos se advierte en iniciativas como la creación del Fondo de Inversión y Reinversión en 1998, y que con la participación del gobierno federal a través del Fondo Na­cional para las Empresas de Solidaridad (FONAES) se esperaba sentar las bases para iniciar la generación de proyectos de carácter productivo, a partir de la forta­leza organizativa de las comunidades zacatecanas en los Estados Unidos.24

22 Para una discusión sobre los alcances y limitaciones de Fideraza, véase Valenzuela ( 1999). Véase también Orozco (2002b). Una discusión sobre un proyecto piloto para el desarrollo de proyectos productivos en Jalisco a partir de asociaciones jaliscienses en Los Angeles -y sus muy escasos resultados- se encuentra en Escala Rabadán (2001). 23 Al respecto, véase Orozco (2002b) y Moctezuma (2002). 24 Para una discusión sobre los alcances y límites de estas iniciativas, véase García Zamora (2000; 2001), entre otros.

442

MIGRACIÓN Y FORMAS ORGANIZATIVAS

Sin embargo, si bien estas y otras iniciativas se han implementado con el propósito de explorar el potencial productivo de estas remesas colectivas, los logros en ese sentido contrastan con el éxito alcanzado en materia de proyectos filantrópicos y de infraestructura social. Entre los principales problemas que han obstaculizado el avance de estas iniciativas se encuentran la falta de políti­cas adecuadas que permitan la promoción de fondos de ahorro e inversión, con base en los distintos tipos de migrantes con potencial para ello (migrantes em­presarios; migrantes ahorradores; y migrantes retirados); el atraso económico de las comunidades económicas en México, y con ello la falta de infraestructu­ra adecuada para el sostenimiento de proyectos de inversiones productivas (por ejemplo, la falta de instancias financieras que permitan la captación del aho­rro); la poca confianza en la estabilidad macroeconómica de México, en parti­cular sobre la paridad cambiaría, sobre la falta de incentivos fiscales, sobre el desempeño gubernamental y sobre sus políticas de apoyo a la pequeña empre­sa; falta de una capacitación empresarial más extensiva en los Estados Unidos entre los propios migrantes empresarios; la prevalencia del localismo, que im­pide ampliar la base del capital social de los migrantes; el corporativismo que ejercen los gobiernos estatales sobre las asociaciones de migrantes en dicho país; y las divisiones políticas que provocan los diferentes partidos en ellos. 25

Asociaciones de migrantes y participación política

Otra de las dimensiones que ha influido en la transformación organizativa de estas asociaciones es la política. De hecho, en fechas recientes hemos podido observar un creciente interés por parte de académicos, políticos y activistas por la dimensión política de la migración mexicana, especialmente en torno al tema de la ciudadanía en general, y el debate sobre el acceso al voto por parte de los migrantes mexicanos en los Estados Unidos en particular. 26

Este interés se ha hecho extensivo a las asociaciones de migrantes, y parti­cularmente a los posibles efectos en éstas de la creciente deliberación sobre los vínculos entre comunidades migrantes y participación política. Recordemos

25 Para una discusión más detallada al respecto, véanse Valenzuela ( 1999), Arroyo y García Zamora (2000), y Moctezuma (2002). 26 Entre las contribuciones más recientes al respecto, véanse Moctezuma ( 1999), Fitzgerald (2000), Calderón y Martínez (2002) y Bakk:er y Smith (2003), entre otros.

443

Ltns EscALA-RAJ3ADAN

que el desarrollo de proyectos filantrópicos y de infraestructura social en sus pueblos de origen en México por parte de estas asociaciones, con la creciente participación del gobierno mexicano a través de la implementación de diferen­tes programas para facilitar la relación entre comunidades en ambos lados de la frontera, tradicionalmente había conducido, por un lado, a una relación a ratos cómoda, a ratos conflictiva entre estas asociaciones y los distintos niveles gu­bernamentales -y con ello con la política- de México. Por otro lado, su relación con el entorno y los diversos actores sociales en California había sido muy limitada, y se reducía a meras formalidades con algunos representantes y aso­ciaciones latinas del ámbito local en donde desarrollaban sus actividades.

Sin embargo, esta situación comenzó a cambiar durante los años 90, como re­sultado de importantes transformaciones en el ambiente político y social de California La recesión económica de 1990-91, el impacto de la reducción en el gasto militar, y las agendas electorales de esos años condujeron a la gestación de un marcado clima anti-inmigrante en dicho estado, que tuvo su cristalización más clara en la llamada Proposición 187, cuyo propósito central consistía en negar el acceso a los servicios públicos -particularmente los servicios de educación y salud- a migrantes indocumentados.27 El carácter discriminatorio de esta medida y lesivo para los de­rechos de los migrantes ha sido objeto de diversos análisis, y constituyó el evento que probablemente haya galvanizado a las asociaciones mexicanas y mexicoamericanas en la campaña organizada en contra de su implementación.

En ese sentido, este evento tuvo un marcado efecto entre los clubes de migrantes mexicanos en California, ya que por primera vez dichas organizaciones decidieron participar en una iniciativa claramente política y que involucraba la abierta defensa de los derechos de los inmigrantes en los Estados Unidos.28 Dicha participación se manifestó en diversas formas: primero, mediante la donación de fondos a la campa­ña contra dicha proposición; segundo, con su participación en la demostraciones públicas en contra de la misma; tercero, promoviendo el voto entre sus afiliados; y cuarto, manifestándose en la esfera pública en contra de dicha iniciativa. Un ejem­plo de esto ultimo lo podemos apreciar en el desplegado de prensa del 23 de sep­tiembre de 1993 publicado en el periódico La Opinión, ( el periódico más importan­te en español de California y en los Estados Unidos). Esta participación es impor-

27 Para Wl análisis sobre la evolución de dicha Proposición, véase Philip Martín (1995). Para un análisis sobre sus implicaciones discriminatorias, véanse por ejemplo Stanley Mailrnan (1995); Jorge Bustamante (2001 ); Otto Santa Ana (2002); y Kent Ono y John M. Sloop (2002). 28 Hemos discutido este aspecto con mayor <letal.le en Zabin y Escala (2002).

444

MIGRACIÓ N Y FORMAS O RGAN IZATI VAS

tante por varias razones: primero, porque se trata de la primera vez que estas asocia­ciones de migrantes deciden manifestarse de manera pública en una iniciativa de carácter político. Segundo, por el contenido de este mensaje, ya que consiste en una dura crítica al gobernador Peter Wilson, así como a las senadoras Feinstein y Boxer, denunciando su "actitud racista" contra los rnigrantes al haber apoyado dicha ini­ciativa. Y tercero, porque introduce la noción de "derechos humanos" de los migrantes, como sector vulnerable y victimizado.

La incorporación de la política en general, y el aspecto de derechos en lo particu­lar, en la dinámica organizativa de estas asociaciones de migrantes constituyó un cambio incipiente pero importante y puede explicarse en principio por la significativa transformación en el entorno de la comunidad migrante mexicana en California du­rante los años 90. Sin embargo, esto fue posible también y sobre todo por la decisiva influencia de actores sociales externos a dichos grupos. Por un lado, el Consulado mexicano en Los Angeles jugó un papel decisivo en el involucrarniento de los clubes de migrantes mexicanos en la oposición organizada contra dicha proposición. Por otro lado, los políticos y representantes de organizaciones mexicoamericanas fueron también determinantes en promover la participación de dichos grupos. 29

A pesar de sus esfuerzos, la Proposición 187 fue aprobada por el 59 por ciento del electorado de California en noviembre de 1994, frente al 41 por ciento de sus opositores. Posteriormente, en 1997, dicha iniciativa fue declarada inconstitucio­nal. Sin embargo, la participación de estas asociaciones en la campaña contra dicha iniciativa marcó el inicio de una in1portante transformación en la vida de estos grupos, incorporando la dimensión de la política en general, y en particular algunas temáticas como la cuestión de los derechos de migrantes, en sus dinámi­cas organizativas. Esta transformación se aprecia no solamente en la incorpora­ción de una preocupación por la importancia de lo que ocurría en su nuevo entor­no (la política en California y en los Estados Unidos), en contraste con su tradi­cional labor filantrópica centrada en sus regiones de origen en México (una muy significativa oposición entre el "aquí" y el "allá"), sino también y sobre todo porque dicha preocupación se centraba en el punto de derechos, y de la importan­cia de involucrarse de manera activa en su defensa. 30

19 Ibid. 30 Esto se puede apreciar en el contenido de las afirmaciones de algunos líderes de clubes de migrantes, entrevistados a finales de los años noventa. Por ejemplo, uno de ellos señalaba: "Tene­mos que enfrentar la política de aquí. El hecho de que seamos de México no tiene nada que ver, yo tengo el derecho de defender a mi comunidad. Tenemos el derecho de que se nos oiga y se nos respete, y que no se nos trate como poca cosa." Citado en Zabin y Escala Rabadán (2002: 26).

445

LUIS ESCALA-RABADÁN

No obstante, el paso hacia un mayor involucramiento político por parte de estas asociaciones ha sido un proceso complejo. De acuerdo a lo que pudimos observar a lo largo de la etapa post-Proposición 187, ocurrieron otros aconteci­mientos clave que tuvieron una marcada resonancia política dentro de la comu­nidad latina de Los Angeles, y en los que el nivel de involucramiento por parte de los clubes de migrantes mexicanos fue muy reducido. Por ejemplo, la apari­ción de la proposición 209, encaminada a terminar con la acción afirmativa en California; el Acta Federal de Reforma de la Asistencia Social, de 1996, cuyo objetivo era la eliminación de una serie de beneficios gubernamentales para los inmigrantes legales; y la golpiza de dos trabajadores indocumentados mexica­nos a manos de la policía del condado de Riverside en 1996, filmada por un noticiero de la televisión y posteriormente transmitida nacional e internacionalmente. A pesar de que estos eventos fueron percibidos por la co­munidad latina de California como parte de un continuo ataque sobre sí, llegan­do a movilizar a amplios sectores de dicha comunidad e incluso a generar una firme respuesta del propio consulado mexicano en Los Angeles, lo cierto es que los clubes y federaciones se mantuvieron al margen en su gran mayoría.31

Un factor importante que explica esta falta de desarrollo y continuidad en el involucramiento de los clubes de rnigrantes mexicanos en la política de California en años previos se encuentra en la limitada cantidad y calidad de vínculos (lo que podríamos llamar el "capital social" de estas asociaciones) tanto con otras asociaciones y federaciones de migrantes, como con aquellos representantes políticos latinos y líderes comunitarios para los que estas asociaciones mexicanas pudieran formar una parte significativa de la población en su área de trabajo en Los Angeles. Sin embargo, esta situación se fue transformando para finales de los años 90, y de esta forma la identidad colectiva de estas asociaciones pasó a incorporar el sentido de pertenencia en su nueva sociedad como un asunto de igualdad de derechos. Este nuevo horizonte condujo a dichos grupos a extender paulatinamente su tradicional dinámica organizativa, y con ello ampliar su es­fera de acción. Esto se puede apreciar en diversos aspectos. Primero, a nivel de las acciones. Durante estos años podemos observar la participación de los clu­bes de migrantes mexicanos en diversas iniciativas referidas a la defensa de los derechos de los migrantes, como por ejemplo las acciones en favor de su lega­lización (la llamada Campaña por la Amnistía durante 2000 y 2001 ); o bien su participación en las campañas de apoyo a iniciativas de ley ante el Congreso de

31 Al respecto, véase por ejemplo Zabin y Escala (1998 y 2002).

446

MIGRACIÓN Y FORMAS ORGANIZATIVAS

California, como fueron las iniciativas AB 60 ( en favor del otorgamiento de licencias de manejar a migrantes indocumentados) o la AB 540 (en favor del acceso de estudiantes migrantes indocumentados a las universidades).

Un segundo indicador de esta transformación consiste en la creciente dispo­nibilidad a desarrollar estrategias de participación con otras organizaciones afi­nes. En contraste con el relativo aislacionismo que prevalecía entre estos gru­pos en años anteriores, para fines de los 90 observamos una relación más defi­nida con otras asociaciones de migrantes y con organizaciones políticas y co­munitarias. Esta exposición a nuevas influencias ha conducido a los clubes de migrantes mexicanos a re-definir sus dinámicas organizativas, mediante la in­troducción de temas centrales como la cuestión de derechos y la idea de perte­nencia en su nuevo entorno.

¿Cuáles son las razones que explican estas transformaciones? En principio, han ocurrido una serie de cambios importantes. Primeramente, han habido cam­bios en el entorno de estas asociaciones, tanto en California como en México. En el contexto post-Proposición 187 en California, diversas organizaciones y representantes políticos latinos se dieron a la tarea de forjar y consolidar víncu­los con los núcleos organizados de la comunidad mexicana, incluyendo a las asociaciones de migrantes. Este contacto con la política comunitaria y electoral en su nueva sociedad ha permitido una creciente influencia sobre sus horizon­tes y sus agendas organizativas. Un claro ejemplo de esto ha consistido en la paulatina adopción de la discusión sobre el sentido de pertenencia en su nuevo entorno, y esta discusión se ha dado en términos de derechos.

Otro cambio importante en el entorno de estas asociaciones provino de la esfera de la política mexicana. Por un lado, el gobierno mexicano ha seguido promovien­do a lo largo de los años 90 una política más activa en materia de atención a sus comunidades en el extranjero, la cual -al margen de sus posibles limitaciones-, ha contado con una interlocución más decidida del lado de las asociaciones de migran tes. Por otro lado, las crecientes incursiones de la política electoral mexicana entre las comunidades migrantes mexicanas en los Estados Unidos ha propiciado la reitera­da deliberación en tomo a la relación entre la política y los clubes de migrantes.

Finalmente, a la par de los cambios ocurridos en el entorno de estas asocia­ciones, también han surgido transformaciones importantes al interior de las mismas. De hecho, a lo largo de los últimos años, no hemos observado cambios notables en materia de las variables convencionales (edad, ingreso, sexo) al

447

Lrns EscALA•RAllADAN

interior de estos grupos. En ese sentido, probablemente el factor más notable ha sido la presencia de un nuevo liderazgo a lo largo de esos años, el cual ha enfatizado y promovido la participación más activa de estos grupos en los Estados Unidos.32

En suma, estas transformaciones con respecto a la participación política su­gieren la apertura de nuevos horizontes para estas asociaciones. Si bien es claro que su naturaleza organizativa genera los límites de su participación política,33

el contacto con dicha esfera se podría traducir en una extensión de vínculos con nuevos actores sociales, así como en el ejercicio de su influencia en la esfera política local y estatal tanto en México, en California, o en ambos.

Conclusiones

En este artículo he tratado de destacar la importancia de la dimensión organizativa en el proceso migratorio. Al margen del debate en tomo al "transnacionalismo" como parte del enfoque en los estudios sobre migración, hay un acuerdo más o menos extendido de que a mayor capital social ( extensión y fortaleza de sus vín­culos, y su transformación en asociaciones más o menos formales), los migrantes tendrán acceso a más y mejores oportunidades tanto en sus sociedades de destino como en las de origen. En ese sentido, los clubes y federaciones que aquí hemos examinado, si bien no son el único tipo de agrupaciones de migrantes, se han constituido en núcleos muy importantes para el apoyo y promoción de los pro­pios migrantes en ambos lados de la frontera.

32 Para una discusión más detallada sobre los cambios en el liderazgo de asociaciones de migrantes mexicanos tanto del centro-occidente (mestizos) como indígenas, véase Rivera y Escala Raba­dán (2002). Asimismo, esto se advierte de manera por demás ilustrativa en el mensaje anual düigido por el presidente de la Federación Zacatecana del Sur de California a sus agremiados en 2002, donde tras subrayar los logros de esta organización, pasa a destacar los crecientes contac­tos con legisladores y órganos de gobierno de California para programas de cooperación econó­mica con los gobiernos de México, para el desarrollo de sus comunidades de origen. Véase Revista de la Federación de Clubes Zacatecanos del Sur de California (2002: 5). 33 De acuerdo con la ley que regula la vida de las asociaciones en los Estados Unidos, los clubes y federaciones de migrantes mexicanos están definidos como "asociaciones no lucrativas" (tipificadas como 501C3), lo que significa que existen pautas precisas sobre lo que pueden y no pueden hacer en materia de participación política. Sobre las características, funciones, límites y obligaciones de este tipo de organizaciones, véase por ejemplo Public Counsel (2000).

448

MIGRACIÓN Y FO RMAS O RGAN IZATIVAS

A su vez, también he tratado de subrayar cómo en los últimos años se han generado transformaciones importantes en sus dinámicas organizativas, como resultado de cambios tanto externos como internos a estos grupos. Esto ha con­ducido en buena medida a la ampliación de sus horizontes organizativos. El elemento más palpable y revelador de esta transformación se puede apreciar en la extensión de sus vínculos. Hace apenas unos años, el ámbito de acción de estas asociaciones se restringía a los contactos tanto con sus comunidades ( en México y en los Estados Unidos) como con las distintas instancias del gobier­no mexicano. Hoy, este escenario se ha tornado más extenso y complejo, al haberse agregado al vínculo con comunidades y gobierno la relación con uni­versidades, ONGs, instancias financieras (de México, los Estados Unidos e internacionales), junto con actores sociales y políticos de California, así como con otras asociaciones de rnigrantes (por ejemplo, la creación del Consejo de Federaciones y Clubes Mexicanos en Los Angeles, en julio de 2002).

Desde luego, estas transformaciones son un proceso que está en sus prime­ras etapas, con ritmos desiguales, y sus resultados son aún inciertos. En todo caso, es importante brindarle la necesaria atención desde la academia al desa­rrollo y transformación de esta faceta organizativa de la migración mexicana.

449

LUIS ESCALA-RABADÁN

Bibliografia

Alarcón, Rafael, Dave Runsten y Raúl Hinojosa (1998), "Money Transfer Mechanisms Between Los Angeles and Jalisco, México", Los An­geles, NAID Center - Universidad de California, Los Angeles, Working Paper Series.

Alarcón, Rafael, Delmira Iñiguez y Raúl Hinojosa (1998), "El uso de me­canismo para la transferencia de remesas monetarias entre migrantes zacatecanos en Los Angeles", Los Angeles, NAID Center - Univer­sidad de California, Los Angeles, Working Paper Series.

Alarcón, Rafael (2002), "The Development of Hometown Associations in the United States and the Use of Social Remittances in México", en Rodolfo De la Garza y Briant Lindsay Lowell ( eds.) (2002), Sending Money Home. Hispanic Remittances and Community Deve/opment, Boulder, Colorado, Rowman & Littlefield Publishers, pp. 101-124.

Anderson, Benedict (1983), Imagined Communities: Reflections on the Origin and Spread of Nationalism, Londres, Verso.

Arroyo, Jesús y Rodolfo García Zamora (2000), "Remesas y crecimiento económico regional: propuestas para la formulación de políticas públicas", en Rodolfo Tuirán (coord.) (2000), Migración Méxi­co-Estados Unidos. Opciones de política, México D. F., Conse­jo Nacional de Población, pp. 191-201.

Bakker, Matt y Michael Peter Smith (2003), "El Rey del Tomate. Migrant Political Transnationalism and Democratization in México", en Migraciones Internacionales, vol. 2, núm. 4, pp. 59-83.

Bartolomé, Miguel A y Alicia Barrabás (1986), "Los migrantes étnicos de Oaxaca", en México Indígena, año 2, núm. 18, pp. 23-25.

Bustamante Jorge (2001), "Proposition 187 and Operation Gatekeeper: Ca­ses for the Sociology oflnternational Migrations and Human Rights", en Migraciones Internacionales, vol. 1, núm. 1, pp. 7-34.

Calderón Chelius, Leticia y Jesús Martínez Saldaña (2002), La dimensión po­lftica de la migración mexicana, México D. F., Instituto Mora.

450

MIGRACIÓN Y FORMAS ORGANIZATIVAS

Escala Rabadán, Luis (2001), "Migrants' Associations in California, Collective Remittances, and Productive Investment in México: The Case of Jalisco", Workshop on Mexican Migration , Remittances, and Regional Economic Development, Los Ange­les, Universidad de California, Los Angeles.

Espinosa, Víctor (1999), "La Federación de Clubes Michoacanos en Illinois: historia y perspectivas a futuro de una organización civil mexicana en Estados Unidos", Reporte del Proyecto Chicago­Michoacán, The Heartland Alliance.

Federación de Clubes Zacatecanos del Sur de California (2002), Revista de la Federación de Clubes Zacatecanos del Sur de California, Los Angeles, California.

Fitzgerald, David Scott (2000), Negotiating Extra-Territorial Citizenship. Mexican Migration and the Transnational Politics o/Community. San Diego, California, Center for Comparative lmmigration Studies, Universidad de California, San Diego.

-----(2002), "Rethinking the 'Local': Cross-Border Politics and Hometown Networks in a Mexican lmmigrant Union", ponencia presentada en el Segundo coloquio sobre migración internacional México­California, Universidad de California, Berkeley, marzo.

García Zamora, Rodolfo (200 l ), "Migración internacional y desarrollo local: una propuesta para Zacatecas, México", Zacatecas, Univer­sidad Autónoma de Zacatecas, mimeo.

----- (2000), Agricultura, migración y desarrollo regional, Zacatecas, Universidad Autónoma de Zacatecas.

Glick-Schiller, Nina, Linda Basch y Cristina Blanc-Szanton (eds.) (1992), Towards a Transnational Perspective on Migration. Race, Class, Ethnicity, and Nationalism Reconsidered, Nueva York, New York Academy of Sciences.

Goldring, Luin (1992), "La migración México-EUA y la transnacionalización del espacio político y social: perspectivas des­de el México rural", en Estudios Sociológicos , l O, pp. 315-340.

----- (1995), "Blurring Borders: Constructing Transnational Community ProceSs of Mexico-U.S. Migration", en Research in Community Sociology, 6, pp. 69-104.

451

Lurs ESCALA-RABADÁN

----- (2001), ''Toe Gender and Geography of Citizenship in México-U.S. Transnational Spaces", en Jdentities, vol. 7, núm. 4, pp. 501-537.

González Gutiérrez, Carlos (1993), "The Mexican Diaspora in California: Toe Lirnits and Possibilities of the Mexican Governrnent", en A Lowenthal y Katrina Burgess ( eds.) ( 1993 ), The California-Mexico Connection, Stanford, Stanford University Press.

--- (1995), "La organización de los inmigrantes mexicanos en Los An­geles: la lealtad de los oriundos", en Revista Mexicana de Política Exterior, núm. 46, pp. 59-101.

Guarnizo, Luis (1998), "Toe Rise of Transnational Social Formations: Mexican and Dorninican State Responses to Transnational Migration", en Política! Power and Social Theory, 12, pp. 45-94.

lchihashi, Y amamoto ( 1969) Japanese in the United States, Nueva York, Amo Press.

Levitt, Peggy (2001), The Transnational Villagers, Berkeley, University of California Press.

López, Felipe, Luis Escala-Rabadán y Raúl Hinojosa-Ojeda (2001), "Migrant Associations, Remittances, and Regional Development Between Los Angeles and Oaxaca, Mexico", Los Angeles, NAlD Center-UCLA, Research Report Series, núm. 10.

Mailman, Stanley (1995), "California's Proposition 187 and Its Lessons", en New York Law Journal, 3.

Martin, Philip (1995), "Proposition 187 in California", en Intemational Migration Review, vol. 29, núm. 1, pp. 255-263.

Massey, Douglas y otros (1987), Return to Aztlan. The Social Process of International Migration from Western Mexico, Berkeley, University of California Press.

Menjívar, Cecilia (2000), Fragmented Ties: Salvadoran Immigrant Networks in America, Berkeley, University of California Press.

Moctezuma, Miguel (2002), "Los migrantes mexicanos en los Estados Unidos y la inversión productiva en México", en Migraciones Internacionales, vol. 1, núm. 3, pp. 149-162.

452

MIGRACIÓN Y FORMAS O RGA NIZATIVAS

----- (2000), "Coinversión en servicios e infraestructura comunitaria im­pulsados porlos migrantes y el gobierno de Zacatecas", en Miguel Moctezuma (comp.) (2000), Memorias del Foro Sivil/a-Fundación Produce sobre temas de migración, Zacatecas, pp. 63-88.

----- (1999), Redes sociales, comunidades filiales, familias y clubes migrantes, tesis de doctorado, Tijuana, B.C., El Colegio de la Frontera Norte.

Ono, Kent y John M. Sloop (2002), Shifting Borders: Rhetoric, lmmigration, and California 's Proposition 187, Philadelphia, Tem­ple University Press.

Orozco, Graciela, Esther González y Roger Díaz de Cossío (2003), Las organizaciones mexico-americanas, en Estados Unidos, México D.F., Instituto Nacional de Migración-Fundación Solidaridad Mexico-Americana.

Orozco, Manuel (2002a) "Latino Hometown Associations as Agents of Development inLatin America," en Rodolfo de la Garza y Briant Lindsay Lowell (eds.) (2002), Sending Money Home. Hispanic Remittances and Community Development, Boulder, Colorado, Rowman & Littlefield Publishers, pp. 85-99.

----- (2002b ), "Rernittances and Markets: New Players and Practices," en Rodolfo de la Garza y Briant Lindsay Lowell (eds.) (2002), Sending Money Home. Hispanic Remittances and Community Development, Boulder, Colorado, Rowman & Littlefield Publishers, pp. 125-154.

Public Counsel Law Center (2000), "Organizaciones No Lucrativas", Community Development Project, Los Angeles, California.

Rivera, Gaspar ( 1999), Migration and Political Activism: Mexican Transnational lndigenous Communities in a Comparative Perspective, tesis de doctorado, Departamento de Sociología, Santa Cruz, Universidad de California.

Rivera, Gaspar y Luis Escala Rabadán (2002), "Collective Identity and Organizational Strategies Between Indigenous and Mestizo Mexican Migrants," ponencia presentada en lndigenous Mexican lmmigrants in California: Building Bridges Between Researchers and Community Leaders, Santa Cruz, California, 12 de octubre.

453

Luis ESCALA-RABADÁN

Santa Ana, Otto (2002), Brown Tide Rising: Metaphors of Latinos in Contemporary American Public Discourse, Austin, University of Texas Press.

Smith, Robert (1995), Los Ausentes Siempre Presentes: The lmagining, Making and Politics of a Transnational Migrant Community Between Ticuani, Puebla, México and New York City, tesis de doctorado, Universidad de Columbia.

Soyer, Daniel (1997), Jewish lmmigrant Associations and American Identity in New York, 1880-1939, Cambridge, Massachusetts, Harvard University Press.

Stephen, Lynn (2002), "Mixtec Farmworkers in Oregon: Linking Labor and Ethnicity through Farmworker Unions and Hometown Associations", ponencia presentada en lndigenous Mexican lmmigrants in California: Building Bridges Between Researchers and Community Leaders, Santa Cruz, California, 12 de octubre.

Taylor, Lawrence (1997), "Las fiestas patrias y la preservación de la identidad cultural mexicana en California: una visión histórica", en Frontera Norte, vol. 9, núm. 18, pp. 29-44.

Valenzuela, M. Basilia (1999), "Fideraza: la política pública de las remesas en Jalisco. Diseño, instrumentación y perspectivas", en Carta Eco­nómica Regional, núm. 69, noviembre-diciembre, pp. 3-12.

Weber, Devra (1999), "Historical Perspectives on Mexican Transnationalism", en Social Justice, vol. 26, núm. 3, pp. 54-57.

World Bank (2001), "Approaches to lncreasing the Productive Value of Remittances. lAF Case Studies in Financia! lnnovations andlnternational Cooperative Community Ventures", Washington, D.C., mimeo.

Zabin, Caro! y Luis Escala (1998), "Mexican Hometown Associations and Mexican lmmigrant Political Empowerment in Los Angeles", Washington, D.C., TheAspenlnstitute, NonprofitResearchFund, Working Paper Series.

----- (2002), "From Civic Association to Political Participation: Mexican HometownAssociations and Mexican IrnmigrantPolitical Empowerment in Los Angeles", en Frontera Norte, vol. 14, núm. 27, pp. 7-41.

454

Retos y perspectivas de la sociedad civil migrante: entre la participación política transnacional y la quimera del desarrollo local

M Basilia Valenzuela V.

Introducción

Los diversos trabajos presentados en este volumen nutren la idea de que si bien es cierto los migrantes mexicanos en los Estados Unidos se organizan en clubes de oriundos, también se organizan en otros colectivos formados, gobernados, dirigi­dos por migrantes, i.e. comités, organizaciones, asociaciones, coaliciones.

En ténninos generales, la vida en clubes sociales se posibilita por el nivel de libertad política de una sociedad, que se traduce en espacios de conserva­ción de libertad para algunas esferas de la vida privada de los individuos.

Desde la vida en club los migrantes trabajan en la sobrevivencia cultural, ca­nalizan demandas y reclamos hacia el Estado de origen en torno al bienestar de las comunidades natales que buscan en última instancia el cambio social desde la promoción del mejoramiento de la vida material, servicios y desarrollo.

Este trabajo recupera hallazgos de orden general presentes en los once artí­culos incluidos en esta compilación con el fin de sentar las bases para establecer los retos a los que se enfrentan los clubes de migrantes oriundos como actores de una sociedad civil emergente que busca establecer un cambio social desde abajo. En el apartado primero se establecen algunos principios que guían el dar de los migrantes a sus comunidades de origen, mismos que constituyen las bases del cambio social desde esta trinchera. En el segundo apartado, se resu­men algunos hallazgos respecto los clubes de regiones tradicionales y emer­gentes en términos de las asimetrías en el movimiento de clubes y de organiza­ción interna de éstos con el objetivo de clarificar algunas similitudes y diferen­cias entre viejas y nuevas regiones de emigración.

Posteriormente, aunque se reconoce de entrada que los logros de los clubes han sido muchos, se plantea la problemática presente en las organizaciones de migrantes en dos niveles: el de la organización en términos de membresía, con­flicto, liderazgo y estructura organizativa y, financiamiento; y, el de consecu-

455

M. BASILIA VALENZUELA V.

ción de los fines para el cambio social centrado en el objetivo de la participa­ción política y el desarrollo local. Una vez recapitulada la problemática, en el último apartado se establecen los desafios futuros para estos actores de la socie­dad civil migrante en tres grandes retos: la sobrevivencia de los clubes, la participación política y el desarrollo local.

Algunos principios del dar

A lo largo de este volumen ha quedado claro que los principios que guían la ayuda de los clubes -formal o no, desde fuera o dentro de los programas guber­namentales- se pueden explicar por un "genuino sentimiento filantrópico" (Moctezuma, en este volumen), demandas de identidad -una identidad que pue­de entrar o no en conflicto con las políticas del Estado-, por el amor al terruño, por el placer de su embellecimiento, la solidaridad hacia los que se quedaron (Faret, Lanly y Hamann en este libro). Desde aquí, desde la acción de retribuir a los otros, a la comunidad, los clubes logran el respeto; a pesar de que este último es considerado un bien escaso en las sociedades modernas (Sennett, 2003). Los clubes retribuyen a la sociedad de origen y al hacerlo atienden a una fuente de estima profunda que afecta los sentimientos de los otros (Sennett, 2003:74). Así, el respeto es conferido por los demás, por lo que toma la forma de reconocimiento social. Más tarde, estos principios recurrirán al reclamo del derecho que da la ciudadanía y membresía de pueblo no importando dónde se esté a promover el cambio social por las condiciones materiales de vida. 1

Estos mexicanos en el exterior recurren a la condición de ser migrante, dis­criminado, minoría racial; y rescatan el pasado, el terruño, el pasado vivido en la familia, en la comunidad de origen -mestiza o indígena.

Cuando el migrante se marcha lleva consigo recuerdos de infancia, ado­lescencia temprana; de una época que si bien pudo ser triste, pobre, carente, en condición de subordinación, es fuente de la recuperación de un pasado, de la condición de venir de abajo, de quién se es y por tanto del sueño de buscar la superación de la condición de pobreza para los que se quedaron pero a la

1Tal vez, hay que agregar que esta amalgama de principios, sentimientos, intereses, derechos, podría ser diferente si los inmigrantes mexicanos estuvieran positivamente integrados en todas las esferas de la sociedad estadounidense.

456

RETos y PERSPECTIVAS DE LA SOCIEDAD CIVIL MIGRANTE

vez, un sueño que se abre a su propia reivindicación de ser grande. Desde ahí, se rescatan y reconstruyen las simientes de ayuda hacia los demás, los modelos de ayuda que se complementan con tradiciones políticas ancestrales que cruzan fronteras y van de generación en generación .

"La vida siempre [es] como una pelota" -dice un líder de los clubes de migrantes oriundos-, un círculo que une el fin con el principio. Un círculo per­petuo de regreso a la niñez, a la infancia; una pelota con un extremo austral que demarca el espacio de la condición de menor, de ser niño: el niño-infante, el niño-anciano. Es el inicio y el fin; el declive perpetuo hasta llegar al inicio que es la condición de infante; de retroceso. Una condición dependiente, desprotegida, que requiere de ayuda, asistencia social.

La vida es la pelota por la que circulan todos: los que vienen de abajo, los que están arriba. !,,os que se van, los que se quedan. Los que vienen de abajo: emigran y crecen. Adquieren fuerza, riquezas materiales, superan a los que se quedaron. Los que están arriba pero se quedaron, son rebasados, pasan a estar abajo y van más para abajo todavía, van perdiendo sus medios de subsistencia -por estancamiento económico estructural, enfermedades, incapacidad para tra­bajar, vejez, falta de planeación, la condición misma de precariedad-; decaen , en el peor de los casos se debilitan físicamente, socialmente, económicamente hasta llegar a la condición de niño, menor dependiente de los sistemas de ayu­da que el migrante y sus clubes pueden ofrecer.

Se ayuda en nombre de los recuerdos de infancia, del dolor de la pobreza toda vez que ya se está arriba, autosuficiente -empleado-, en el cenit de la pelota de la vida. El autosuficiente-favorecido siente el compromiso moral, cristiano, de de­volver, de corresponder, de compartir, de aliviar carencias, de dar alegria, felicidad, a los que se quieren, se estiman; a los que en la infancia, en la precariedad y en la pobreza les procuraron el bienestar y pretenden devolver dentro de modelos de ayuda aprendidos en la infancia adolescencia: al que daba un dulce, una moneda, un consejo, un paseo, ropa para vestir, el amigo, compañero de la escuela, el vecino, el que fiaba, el que prestaba, el que daba trabajo, el que compartía el pan. Tratan de redimir, dentro de los mismos sistemas de ayuda aprendidos durante la infancia, a los que enseñaron a compartir, los que se quedaron, a los no favorecidos.

Así, los migrantes ya adultos autosuficientes-favorecidos observan sus pueblos con los ojos del niño, del adolescente carente de ayer y ven las necesidades, intervienen, tratan de aliviarlas, se convierten en los interpre-

457

M. BASILIA V ALENZUELA V.

tes-representantes de las necesidades de sus pueblos en las colectividades de origen-destino, en la comunidad transnacional.

Sus clubes, artífices del beneficio colectivo, ayudan porque ven. Ven las enormes necesidades, las carencias, las deficiencias en lo que se quedó. Conjugan las necesidades con lo que se puede hacer. Se ayuda por el deseo de ayudar al pueblo de donde se es, del que se procede, cooperar por él, apoyarlo. Se ayuda porque en sus pueblos, sus gentes no tienen lo indis­pensable, porque se quiere ir más allá de lo elemental, mejorar la calidad de vida, para establecer las bases para el uso de las capacidades plenas de los que se quedaron. Se ayuda porque saben que si ellos no dan la mano el gobierno no la dará, porque no se puede seguir esperando; porque ven que la ayuda, el beneficio procurado desde los clubes es el camino más corto, más directo al mejoramiento de las condiciones en que viven los pueblos. Se ayuda ante la necesidad de hacer, de trabajar, de enseñarles a producir, de crear fuentes de empleo. Se ayuda a resolver necesidades, carencias en la comunidad pero viendo la forma de cambiar las cosas, el orden estableci­do, transitar al cambio social.

Desde mi punto de vista, se trata de un cambio social que trastoca todos los niveles de representación social y política. Inicia a nivel local en las co­munidades y los municipios donde busca, primero que nada, asegurar el com­promiso de los presidentes municipales y su cabildo de trabajar por la comu­nidad que representan, establecer la transparencia, el cumplimiento en la rea­lización de obras y proyectos locales en los que participan los clubes, el cum­plimiento de promesas. A nivel más amplio, el cambio social que promueve la sociedad civil migrante aspira a la democratización del país, el reconoci­miento a la identidad cultural, el cumplimiento de las leyes, que además ga­rantice el ejercicio de los derechos, un sistema de representación justo del individuo frente al Estado, la justicia social, la equidad. Debe ser un cambio que logre la transparencia de las instituciones del Estado mexicano, la instau­ración de la eficiencia, garantice sistemas de información, de calidad en los servicios pero sobre todo debe ser capaz de instituir la vida digna de los mexi­canos en el país: empleos, educación, salud, nutrición, servicios esenciales.

En suma, las condiciones de extrema pobreza, de falta de infraestructura en los pueblos de México combinadas con las ideas de dar de los clubes de rnigrantes guiadas por un sentimiento pío, el amor al terruño, la solidaridad, enmarcados en demandas de membresía y ciudadanía local atendiendo a ideales de justicia social,

458

RETos y PERSPECTIVAS DE 1A SOCIEDAD CIVIL M IGIIANTE

del beneficio colectivo2 -con todos sus asegunes (Bada en este volumen) son las bases del cambio social promovido por este brazo de la sociedad civil migrante.

Los clubes de oriundos en las regiones tradicionales y emergentes3

En los trabajos incluidos en este volumen se reconoce de manera reiterada que no toda la población migrante se organiza y que el tamaño de la población migrante oriunda, su proximidad en un territorio y un espacio social, no asegura la confor­mación de organizaciones de migrantes (Moctezuma, Lanly y Hamann, Faret, Velasco, en este libro). Explicaciones acerca de por qué los migrantes se organizan atienden a cuestiones de: arraigo cultural, cultura política, tradiciones organizativas, condición innata de liderazgo, por condiciones sucedidas o surgidas en el terruño, entre otras. Estos aspectos definen, en parte, que la organización de los migrantes sea desigual; esto es, que el movimiento de clubes no sea homogéneo y esté marcado por profundas asimetrías cuya explicación va más allá de la mera experiencia migratoria como es que los migrantes procedan de regiones tradicionales o emergentes.

Las asimetrías originadas por la experiencia migratoria de las comunidades y regiones puede ser inicial; pero, esta explicación no es suficiente dado que hay fuertes desigualdades en el nivel organizativo entre comunidades y entre estados con una tradición migratoria similar, esto sucede tanto en estados tradicionales como en los emergentes. Ejemplo de esto lo constituyen los casos de Zacatecas-Jalisco y Puebla-Estado de México, por mencionar algunos. Por un lado, Zacatecas tiene un movimiento más consolidado que -en la época ac­tual- viene desde los setenta; pero Jalisco, con una experiencia migratoria simi-

2 Para Rawls (citado en Sandel, 2000) establecer el bien social desde los sentimientos, el amor fraterno, los ideales morales es necesariamente incompleto; para estar completo, se requiere de la justicia social. En esta misma línea de pensamiento, Walzer ( 1995) apunta que no hay comunidad y bien común sin justicia social; sin embargo, desde su punto de vista una justicia social que vea por los débiles sólo puede ser garantizada por el Estado como ente universal. 3 Se entiende por regiones tradicionales de emigración aquellas que tienen ya una larga y bien establecida experiencia en el flujo migratorio como son los estados del occidente (Jalisco, Zacatecas, Guanajuato, Michoacán) y algunos estados del norte de México (Chihuahua, Tamaulipas, Coahuila, entre otros). Las regiones emergentes son aquellas nuevas regiones que desde finales de la década de los ochenta se han sumado a este flujo migratorio contribuyendo a la creciente diversificación del fenómeno; entre los estados emergentes están: Puebla, Estado de México, Distrito Federal, Veracruz, Hidalgo y Morelos.

459

M. BASILIA YALENZUELA V.

lar no tiene un movimiento tan consolidado. Por otra parte, las regiones emer­gentes presentan un movimiento todavía incipiente y, al igual que en el caso anterior, comparten el hecho de ser relativamente nuevas en el flujo migrato­rio, aunque algunas ya llevan considerable ventaja, i.e. Puebla.

Pero, además de la creciente importancia que tiene la tradición organizativa -que puede llegar a ser muy activa en ciertas regiones de México- y la experien­cia migratoria de comunidades y estados, desde los hallazgos de los trabajos aquí incluidos, las explicaciones sobre las asimetrías en el movimiento de clubes deben incorporar tres ejes básicos: formas de creación de los clubes y su organización interna; la existencia de grupos de expertos y académicos en­cargados de diseñar políticas y de brindar asesoría técnica; y, el nivel de acer­camiento, de actividad y de existencia o no de políticas públicas de los estados expulsores y municipios hacia su diáspora regional.

En la forma de creación de clubes y la organización interna hay también diferencias sustanciales. Al respecto es necesario distinguir por lo menos dos formas esenciales en que se crean los clubes: independientes del programa 3xl y dentro del esquema del 3x 1. Los clubes independientes del 3x l no logran tener un impacto tan fuerte en las comunidades de origen, sus contribuciones son pequeñas y su relación con la comunidad de origen -si la hay- aparece ligada a los esquemas de caridad de la iglesia católica del pueblo.

Los clubes que se forman para ayudar a la comunidad de origen, se relacio­nan de manera inmediata al programa 3xl pues ven los beneficios que repre­senta aprovechar esta política de inversión social. Algunos se constituyen por inquietud propia, por la mera necesidad de agruparse, otros para construir un proyecto y otros porque responden a peticiones de ayuda que les llegan del pueblo. La siguiente entrevista muestra la ruta que siguió la formación de un club jalisciense en Los Angeles dependiente del programa 3xl:

460

Vino el presidente del pueblo[ .. . ] vino a ver de que manera[ .. . ] po­drían aportar un poco de dinero para algunas de las causas del pueblo. [ ... ] El presidente trató de reunir a los [del pueblo]. Se hizo una invitación. El Consulado facilitó nombres, el record de todas las personas que eran de [l pueblo]: domicilio. Mandaron un volante anunciando que había reunión en el Consulado para los que quisieran asistir se iba a nombrar una mesa direc­tiva. Asistieron cincuenta personas de cuatrocientos o quinientos volantes que se enviaron. Ahí se oficializó la mesa directiva del club [del pueblo];

RETos V PERSPEl 7WAS DE LA \()UEDAJ) l IVIL MJ(;JlANTE

luego se ingresó a [la Federación de] Clubes Jaliscienses. [Ahí en esa re­unión] el vicepresidente [ ... ] se autodenominó presidente (entrevista con un ex miembro del club, Los Angeles, Ca., 2002).

A lo anterior hay que agregar que hay asimetrías profundas en la esfera interna de las organizaciones sobre todo en lo referente al proceso de maduración, formalización e institucionalización. Hay clubes que son infonnales, por lo que no están registrados como organizaciones ante el estado donde tienen su domicilio.

El segundo eje explicativo es la existencia de grupos de expertos y académicos encargados de diseñar políticas y de brindar asesoría técnica. Facilitan el proceso de vinculación con las comunidades de origen a la vez que son artífices para el desa­n-ollo de políticas públicas y del seguimiento y aplicación de éstas. Finalmente, el tercer eje explicativo se encuentra en el involucramiento, de políticas públicas de los estados expulsores y municipios hacia su diáspora regional, esto relacionado de manera importante con la dependencia económica que tienen las comunidades y los estados respecto a los recursos económicos generados por la migración. De hecho, este elemento se ha empezado a constituir en uno de los principales ejes explicativos de las diferencias entre el crecimiento en número, el éxito, la formalización e institucionalización, de clubes de regiones tradicionales y emer­gentes. A pesar de la autonomía que puedan tener los clubes, para los estudiosos de este fenómeno cada vez es más claro que el éxito de unas organizaciones y otras, está en el nivel de acti ismo de los gobiernos estatales (Escala en este volumen) y municipales hacia su diáspora concretizado en políticas y programas de acerca­miento, visitas del gobernador y de presidentes municipales a las comunidades de migrantes para poner en marcha esquemas de cooperación gobierno estatal-mw1ici­pio-clubes dentro del marco del programa lniciativa Ciudadana- 3x l.

En general, acerca de las regiones emergentes se sabe poco. Estas regiones aunque son nuevas en el flujo migratorio hay las que tienen un movimiento de organizaciones migrantes más activo (i.e. Puebla). Es así que. aun en este tipo de regiones emergentes, las prácticas organizativas, el nivel de maduración de la organización, de institucionalización, son variadas.

Con excepción del caso de las organizaciones poblanas que han alcanzado un grado de maduración y participación transnacional relativamente rápido (lmaz, en este volumen), se puede decir que los clubes de las regiones emergen­tes son pocos. Su nivel organizativo está entre lo informal y lo más formal. Surgen y desaparecen. algunos logran sobrevivir. Aunque algunos han tratado

461

M. BASILIA Y ALENZUELA V.

de involucrarse en proyectos para la comunidad de origen, han hecho declaracio­nes e intentos concretos de acercamiento para trabajar en acciones enmarcadas dentro del programa 3 x , aún no lo han conseguido (Zamudio, en este volumen).

En la etapa embrionaria, ante la ausencia de un Estado de bienestar o de políticas públicas de los gobiernos estatales para promover el acercamiento -al igual que sucedía en el pasado con los clubes más añejos de las regiones tradi­cionales-, la acción y el trabajo de los clubes jóvenes está en los Estados Uni­dos, se interesan más por su propia sobrevivencia como grupo que incluye el apoyo ocasional a los paisanos en la comunidad de llegada. En este sentido, los intereses del voluntariado aparecen más cercanos a las viejas sociedades de ayuda mutua. Cuando llegan a realizar acciones por la comunidad de origen estas aparecen en estrecha colaboración con la iglesia católica bajo esquemas de caridad y beneficencia (Vega y Zamudio en este volumen).

Lo que se puede decir acerca de las similitudes y diferencias del movimiento de clubes de migrantes es aún exploratorio. Si nos atenemos a las similitudes, predo­mina un tipo de organización interna centrada en esquemas de mesas directivas, electas o autoimpuestas constituidas de personas con cierto carisma, presencia en­tre la comunidad de migrantes y redes sociales. Este esquema de funcionamiento interno atiende a la naturaleza de asociación voluntaria y por ello, define un mode­lo centralista que tiene en sus manos el ejercicio de la toma de decisiones. De ahí que en la mayoría de las veces, las mesas directivas decidan sin consultar a las bases. Por lo demás, las bases presentes tal vez en los eventos, conforman una mayoría con una estructura de membresía poco participativa, con una alta depen­dencia de un liderazgo fuerte, pero que, sin embargo, se la tiene que ver con estruc­turas autoritarias, conflictos por la representación, problemas de :financiamiento, -en algunos casos- la inexperiencia para organizarse, entre otras.

Otro rasgo más o menos común es el desconocimiento acerca del movimiento de clubes. En los estudios sobre regiones emergentes queda claro que hay gran desconocimiento sobre el programa 3xl por parte de las distintas autoridades y público en general, esto se debe fundamentalmente a que el 3xl se hizo nacional apenas en 2002.4 Como sea, de fondo, está el problema de que el 3xl no es un programa muy conocido ni está suficientemente sistematizado. De hecho hasta ahora

4 Hay que aclarar que anterior a 2002, entre 1993 y 1995 hubo el programa "Solidaridad inter­nacional 2xl" de cobertura nacional; sin embargo, este programa estuvo concentrado en pocos estados expulsores, entre ellos Zacatecas, Jalisco y Oaxaca.

462

RETos y PERSPECTIVAS DE LA SOCIEDAD CIVIL M IGRANTE

las evaluaciones realizadas sobre ese programa se refieren a Zacatecas que es el único estado que ha aplicado el programa de manera sistemática durante diez años.

Del lado de las diferencias, una es la relacionada con la juventud de la migración en algunas de las regiones emergentes: la condición de recién llega­dos. Lo que determina la agenda de los clubes de las regiones emergentes como una agenda que tiende más a interesarse por la sociabilidad entre el grupo, la sobrevivencia de los paisanos en los Estados Unidos y no tanto hacia el trabajo colectivo por la comunidad de origen (Zamudio, en este volumen). Al respecto, no hay que olvidar que, en la actualidad, la gran mayoría de los clubes se forman para apoyar una obra o una institución en el lugar de origen; apoyos que buscan sustentarse en el programa 3x 1.

Otra diferencia importante es la referente al papel de los gobiernos estatales hacia su diáspora regional, tal como ya se mencionó. Los gobiernos de las regio­nes emergentes han tenido un nivel de activismo bajo lo que ha limitado la consolidación del trabajo comunitario de los clubes en las regiones de origen. Al respecto, tal como se concluye en los trabajos de regiones tradicionales, es claro que el hecho que los gobiernos de los estados no hayan logrado instituir esque­mas de cooperación es una limitante importante para el despegue y posterior consolidación del trabajo comunitario de los clubes en las regiones de origen.

Dada la ausencia de acciones de los gobiernos estatales de las regiones emergentes para atraer el trabajo comunitario de los clubes, la presencia de la iglesia como receptora de las acciones de los clubes hacia las comunidades de origen aparece central. Sin embargo, es importante acotar que en esta clase de esquema clubes-iglesia, las acciones de los clubes son más bien escasas, limita­das y de corto alcance, a diferencia del trabajo bajo el esquema 3xl que logra tener un mayo impacto y beneficios colectivos en la comunidad.

A pesar de lo anterior, de la inexperiencia, de las limitantes de su juven­tud, los pocos recursos y capital social que han logrado concentrar los migrantes de las regiones emergentes, existe el deseo de organizarse en clubes, cooperar, invertir; pero también ser receptores de los posibles be­neficios que les pueda generar la participación en los programas oficiales (3x 1 ). En todo caso, su interés es trabajar por el beneficio mutuo entendido como el interés propio y -de paso- el de la comunidad.

En suma, el movimiento de clubes visto desde regiones tradicionales como emergentes, es heterogéneo, desigual incluso entre las regiones de tradición

463

M.BASILIA VALENZUELA V.

análoga (occidente de México). Hay una gran diversidad en cuanto al involucramiento de los gobiernos estatales y municipales, las estructuras (for­malidad-informalidad), funcionamiento, trabajo y acciones; pero también de asesoría de grupos con información suficiente. Algunos clubes aparecen más organizados, formales, activos, eficaces que otros en el cumplimiento de sus objetivos. Por eso, sin dejar de lado a la naturaleza organizativa de las comuni­dades, un esfuerzo de análisis comparativo a nivel macro, tendría necesaria­mente que iniciar en el estado -la entidad federativa- y sus acciones de acerca­miento a los clubes como unidad de comparación.

La problemática <le clubes y organizaciones de migrantes

La historia de las organizaciones de migrantes mexicanos en Estados Unidos -de principios del siglo XX- muestra que el nivel de sobrevivencia de estas organizacio­nes fue prácticamente nulo. Los problemas fueron varios: falta de recursos para seguir operando, pérdida de interés por parte de los miembros, la integración o asimilación de los inmigrantes a las sociedad de destino, incapacidad para atraer a los inmigrantes de segunda generación, el surgimiento del estado de bienestar que aseguraba servicios sociales mínimos a las clases obreras, subempleadas y desempleadas, la politización de las organizaciones, el surgimiento de organizacio­nes de ciudadanos legales, entre otras (D. Valenzuela en este volumen).

En la actualidad, las organizaciones de migrantes incluidas en este libro, enfrentan problemas propios de organizaciones voluntarias y en muchos de los casos jóvenes: cómo allegarse de los recursos económicos que permitan su consolidación, cómo rebasar el conflicto, cómo allegarse de miembros, cómo formalizar su estructura organizativa, además a los clubes de migrantes se les suma cómo echar a andar proyectos y obras -cada vez más ambiciosos- para la comunidad de origen; cómo mantener el interés por los proyectos de mejoras para los lugares de origen si cada vez que se finaliza una meta -proyecto- el ánimo decae y el club, la organización, entra en una fase de agotamiento.

Estos problemas no sólo suceden en un territorio de las comunidades de emi­grantes en el lugar de destino, sino en el territorio de origen y en el caso de asociaciones más complejas, suceden en las múltiples localidades donde estas tienen filamentos (López y Velasco en este volumen). Es en estos espacios com­plejos, múltiples, simultáneos de la llamada comunidad transnacional, translocal, que las clubes y organizaciones deben construir la fe, la credibilidad y la con:fian-

464

RETos y PERSPECTIVAS DE L\ SOCIEDAD CIVIL M IGRANTE

za en sus paisanos; convencer a los distintos actores que operan en este espacio y que tienen relación con sus intereses comunitarios: autoridades locales -cabildo, presidente municipal, representante comunal-, funcionarios de instituciones gu­bernamentales, organizaciones cívicas, políticas , grupos locales.

Los logros de los clubes son extensos, sin embargo, es dificil conocer con precisión el número, monto, las áreas, las regiones de la inversión de los clubes a nivel nacional. A pesar de esto, para el periodo enero-septiembre de 2003 la coordinación general de microregiones5 tenía autorizado un presupuesto de 95,366.4 miles de pesos a los cuales se agregaban las aportaciones de las orga­nizaciones de migrantes y de los gobiernos estatales y municipales (275,786.8 miles de pesos en total) con lo que se estimaba ejecutar 1500 proyectos (Sedesol, 2003 c). Como sea, en el informe de metas de enero-septiembre de 2003, la Sedesol notificaba que entre los 872 proyectos financiados vía Iniciativa ciuda­dana 3x 1, más del 97 por ciento se concentraban principalmente en infraestruc­tura básica y solo el 2.6 por ciento a proyectos de fomento a la producción.

Dependiendo del tipo y magnitud del proyecto, los clubes aportan en pro­medio entre diez y veinte mil dólares o más. Sin embargo, la tarea de organizar a los oriundos para hacerse de fondos para las iniciativas comunitarias propues­tas no está libre de problemas. En general, se puede afirmar que la problemática de los clubes es de dos tipos : la que surge de la naturaleza de la organización y la que mana de la búsqueda de los objetivos ya sea por los proyectos concretos o por los objetivos últimos que son el motor de la sociedad civil transnacional. La problemática de la organización aparece sintetizada en cuatro aspectos : membresía, conflicto, liderazgo y estructura organizativa, financiamiento, que en conjunto plantean el reto de la sobrevivencia misma de los clubes de migrantes. Los problemas surgidos en la consecución de los objetivos propuestos relacio­nados con el marco de las prácticas, formas de hacer, marcos legales y operativos que pueden abrir o cerrar la participación de los clubes a los dos objetivos últimos: el mejoramiento de calidad de vida y la búsqueda de derechos ciuda­danos plenos, ambos mecanismos de la sociedad civil transnacional.

5 En este programa se incluyen las iniciativas ciudadanas (locales) y las propuestas por los clubes de paisanos. En su informe de cumplimiento de metas, la Sedesol no hace una distinción entre estas dos formas de participación. Se reconoce que el Programa está dirigido principalmente a las organiz.acio­nes de migrantes sin embargo, cada vez es más común la participación de las iniciativas locales.

465

M. 8~ lll~ YAilN711ll.A V,

a) La problemática de la organización: membresfa, conflicto, liderazgo y estructura organizativa, financiamiento

Membresía

No toda la población migrante está organizada; al re pecto el con enso es que la población migrante organizada en clubes es poca. Sin embargo, en los clubes del siglo XXI no se conoce con exactitud la proporción de participantes, hay los que asisten a las reuniones y los que asisten a los eventos de recaudación de fondos; los líderes de clubes y federaciones hablan de un rango de membresía que va entre 5 y 25 por ciento del total de la población migrante procedente de un estado de larga tradición migratoria.

Debido a su reciente fonnación, nivel de maduración en los esquemas organizativos, la gran necesidad de hacerse de recursos, la falta de estatutos claros. entre otras, la gran mayoría de los clubes de oriundos pre entan formas de membresía aun inacabadas y abiertas concretizadas en dos formas de ads­cripción: los del pueblo con membresía activa. pasiva, automática; los fuereños, una membresía de solidarios, casi abierta a cualquiera con interés por cooperar.

Diversos trabajos en esle volumen establecen que la membresia de los clubes se concentra en los migrantes de primera generación. Excepciones a lo anterior son algunos clubes zacatecanos y oaxaqueños que han logrado instaurar organi­zaciones de migrames de segunda generación con el fin de enfrentar el reto generacional que en el pasado terminó con las organizaciones de mexicanos. En general, los clubes no han experimentado un cambio en las características de la membresía. Escala menciona que hay una mayor concentración de hombres que de mujeres, aunque algunos clubes hablan de familias como miembros. Además. entre los estudiosos existe preocupación en tomo al bajo nivel de participación de mujeres en la estructura de clubes ocupando puestos de dirección. Se les incluye pero para apoyar las actividades de los hombres y en actividades menores.

El conflicto

Los clubes dan amigos, pero también enemigos. El conflicto es común a toda organización, surge hacia dentro y hacia fuera de la estructura organizacional. En los trabajos aquí presentados, la presencia del conflicto dentro de la mis­ma estructura y en las relaciones con los diferentes actores es , isto como

466

RETos y PERSPECTIVAS DE LA SOCIEDAD CIVIL MIGRANTE

inevitable.6 Sin embargo, mientras que para algunos el conflicto en los clubes puede tener efectos negativos, desestabilizar los esquemas de cooperación preestablecidos y llevar al cese de las actividades de las organizaciones (Imaz en este libro); para otros organismos más complejos o clubes más polítizados, el conflicto representa una oportunidad para el crecimiento y complejización de la organización y de la calidad de los individuos que participan en ella (Moctezuma y Ve lasco en este libro).

Los conflictos dentro de la organización tienen que ver con cuestiones de poder, de representación, de envidias, de viejas rencillas traídas y llevadas en el proceso migratorio. En su trabajo con las comunidades de origen, los clubes se las tienen que ver con varios funcionarios de distintas instituciones guberna­mentales y de los tres niveles de gobierno. El conflicto está por todas partes, con los funcionarios menores de Sedesol, con los funcionarios estatales, entre otros. Sin embargo, la fuente y suma de todos los conflictos a los que se enfrentan los clubes, se concretiza en la figura del presidente municipal porque, en el marco del 3x 1, es con él y su cabildo con quienes se debe negociar y concretizar la realización de las obras propuestas. Si bien es cierto la autoridad municipal es la mancuerna de los clubes para poner los recursos locales; este tiene la última palabra, el visto bueno, de asumir o no el compromiso de reali­zar las obras propuestas por los clubes.

A nivel general, existe una tensión constante entre la independencia de las acciones del club -autonomía para decidir y actuar- y las políticas del gobierno que coartan su libertad de decidir y actuar en ciertos terrenos. De hecho, cada vez es más común que los clubes clamen autonomía de las políticas del gobier­no instauradas como marco para dirigir sus acciones. Esta autonomía en las acciones los puede llevar a decidir actuar en nombre de la comunidad, más allá del ayuntamiento, de la autoridad municipal e incluso de la comunidad misma. Es decir, a rebasar las decisiones de los ayuntamientos y presidencias munici­pales; rebasan las posibles opiniones que tengan los grupos locales de las co­munidades de origen. En este sentido, se dice, el movimiento de clubes no es un movimiento cooptado sino un movimiento que se acomoda y usa las políticas instauradas por el estado cuando estas le resultan convenientes para el logro de sus propósitos cívico-comunitarios.

6 Cecilia lmaz, Miguel Moctezuma y Laura Velasco discuten este tema con cierta amplitud.

467

M. BASILIA VALENZUELA V.

Liderazgo y estructura organizativa

Los diferentes estudios coinciden en señalar que la mayoría de los clubes profesan una cultura política clientelar, corporativista, poco transparente y de­mocrática, autoritaria, que tiene raíces en las estructuras, formas de participa­ción, tradiciones políticas mexicanas y de las comunidades de origen de la migración. Pero, aún con estructuras poco democráticas, el trabajo, las accio­nes, el cumplimiento en la construcción de obras de los clube de migrantes les ha cimentado la aceptación, reconocimiento, representación e influencia como asociaciones de una comunidad migrante tanto hacia adentro de la comunidad transnacional como en su relación con las instituciones del estado mexicano y con las de la sociedad de arribo (Moctezuma y Escala en este libro).

Los líderes, que por lo general son migrantes económicamente exitosos, propietarios de pequeños negocios ( étnicos o no), con cierta presencia y acepta­ción entre los paisanos, aunque pueden llegar a ser un obstáculo para el creci­miento de los clubes, son quienes -al final de cuentas- se las tienen que ingeniar para que el club se siga manteniendo, para que el club siga dando. Por su parte, la membresía ampliada con su asistencia o ausencia puede- y de hecho lo hace­dejar de apoyar a un líder en el momento en que considera que este ha fallado; pierde influencia, cae, y, según la cultura de los rnigrantes -desconfiada, cam­pesina-, no hay poder humano que lo reviva.

Conclusiones respecto al papel de los líderes en el movimiento señalan que si bien es cierto, los líderes -con el apoyo de sus bases- han construido la plataforma para el surgimiento de los clubes su consolidación solo ha sido posible debido a las distintas acciones realizadas por el estado mexicano en conjunto con las auto­ridades de las entidades de origen de los migrantes. Las visitas de un gobernador a sus coterráneos-gobernados, de un presidente municipal, de diputados distritales, la puesta en marcha de esquemas de cooperación desde estas visitas combinado con un consulado mexicano regional diligente y el despliegue de acciones enca­minadas a la construcción de comunidades más activas, han sido los elementos que explican la consolidación del movimiento de clubes de migran tes mexicanos en los Estados Unidos (Escala en este volumen). Un hecho que parecería apo­yar estas conclusiones de Escala es que en las regiones emergentes donde aun no hay esquemas de cooperación bien instaurados entre el gobierno del estado y sus clubes, el trabajo comunitario de los clubes no ha logrado despegar (Zamudio en este libro).

468

RE-ros y PERSPECTIVAS DE LA SOCIEDAD CIVIL M IGRANTE

Financiamiento

Los clubes y organizaciones de migrantes en general tienen una gran necesi­dad de hacerse de recursos económicos que garanticen su funcionamiento y sobrevivencia. Este aspecto adquiere más relevancia porque se trata de orga­nizaciones de voluntarios que trabajan sin percibir salario por su trabajo pres­tado a la organización en pos del bienestar de las comunidades de origen: por la patria chica, por el terruño.

Hasta ahora, los clubes han logrado sobrevivir recurriendo a dos fuentes de financiamiento : recursos familiares y personales del presidente del club y de los miembros más activos de la mesa directiva. Y, un sistema de cuotas míni­mas impuesto a sus miembros. Sin embargo, estos sistemas de cuotas no se han logrado instituir para todos los clubes de las distintas entidades federativas mexicanas porque se tiene la idea de que esto bajaría considerablemente el nivel de participación de los oriundos y por tanto la membresía.

Estudios sobre formas de organizaciones de migrantes más desarroiladas, con alto grado de institucionalización, más complejas -incluidos en este volu­men-, empiezan a relacionar el movimiento de organizaciones de migrantes con la necesidad de financiamiento externo; en particular con el financiamiento procedente de fundaciones e instituciones internacionales cuya agenda es la promoción del desarrollo (Velasco y Escala en este libro).

A raíz de esta necesidad de allegarse de recursos, los consulados regionales, las federaciones, han montado una cruzada para la legalización y formalízación de los clubes que les permita operar como organízaciones sin fines lucrativos. De esta manera se les prepara para recibir recursos externos de cualquier agencia de desa­rrollo, filantrópica, negocios y agentes privados, incluidos los étnicos mexicanos.

Ciertamente en los Estados Unidos dentro de las fundaciones, empresas y los agentes privados existe una larga tradición de dar y el mercado de acceso a fondos, aunque decreciente, es grande. Los negocios dan para la comunidad donde operan, realizan negocios, viven sus trabajadores, sus consumidores, obtienen ganancias. Las fundaciones dan según los intereses establecidos en la agenda de la fundación, los grupos de población. Sin embargo, los líderes de los clubes y organizaciones de migrantes saben que si bien es cierto el financiamiento externo puede resolver los problemas más apremiantes de la sobrevivencia de las organizaciones, este no es la panacea porque no resuelve los problemas de sostenimiento de las organizaciones a largo plazo, además

469

M. BASILIA V ALENZUELA V.

que por un lado, pondría a las organizaciones en una situación de dependencia respecto a la búsqueda de fondos, sin contar con la posible pérdida de autono­mía en la definición de su propia agenda. Para nadie es desconocido que las agencias internacionales y fundaciones instituyen la agenda de trabajo de las organizaciones vía la donación de fondos para la atención de ciertos proble­mas. De aquí dependerá su alcance territorial; en particular si se promoverán agendas para las comunidades de origen o agendas para acomodarse de manera más adecuada las sociedades de llegada, o ambas.

Por otro lado, entrar al mercado de los fondos del sector de donaciones puede llevar a los clubes a aceptar ser anunciantes, soportes, de ciertos produc­tos y servicios con los que no necesariamente se estará de acuerdo.

Por lo demás, no todas las organizaciones de migrantes y clubes pueden compe­tir por los grandes fondos. En esta arena serán los más organizados, los que tengan el nivel de institucionalización y formalización, un líder con recursos políticos, trabajo realizado, agendas alternativas, soporte técnico, las que tengan acceso a las grandes bolsas de las fundaciones y de las agencias internacionales de desarrollo.

b) La problemática en los mecanismos de la sociedad civil transnacional: me­joramiento de calidad de vida y la búsqueda de derechos ciudadanos plenos

Se entiende por sociedad civil la expansión de la vida asociacional de los grupos marginados de las acciones del Estado (Walzer, 1995) pero con capacidades para generar demandas hacia el Estado, la economía y la sociedad que expanden la esfe­ra de la democracia ( Cohen y Arato, 1992). Por su parte, la sociedad civil rnigrante que emerge desde los clubes como la institución colectiva más extendida en la diáspora mexicana en los Estados Unidos, está compuesta por las acciones de la membresía de pueblo organizada en el éxodo. Una membresía local transnacionalizada "capaz de articular proyectos, demandas, presión e influencia hacia el Estado y la sociedad de origen en el espacio extralocal, extranacional; y, hacia las sociedades de destino" (Lanly y Valenzuela en este volumen).

Pero aunque es una sociedad civil emergente, inacabada, aún en construc­ción, con limitaciones porque a pesar de su autonomía solo ha podido crecer a la sombra de las acciones de un Estado mexicano transterritorializado, cada vez más empieza a adquirir un carácter cívico político independiente que ha ido conquis­tando desde el cumplimiento de iniciativas y metas en el espacio transnacional y que busca el mejoramiento de la calidad de vida y el desarrollo además de dere-

470

RE-ros y PERSPECTIVAS DE LA SOCIEDAD CIVTL M IGRANTE

chos ciudadanos plenos. Objetivos que se inscriben en demandas de un cambio social que debe empezar en las comunidades y municipios de origen.

Mejoramiento de calidad de vida y el desarrollo local

Teóricamente calidad de vida y desarrollo son inseparables. El "mejoramiento de la calidad de vida" es a la vez condición para el desarrollo y su fin último. El mejoramiento de la calidad de vida es condición para el desarrollo en el sentido de que este para poder ser requiere de condiciones básicas: mano de obra bien nutrida, fuerte, saludable, educada, con capacidad para opinar; infraestructura y servicios esenciales. A la vez, la calidad de vida al constituirse en el objetivo último del desarrollo, es el resultado del desarrollo, la manifestación de que el desarrollo existe, es. Se sabe que se ha llegado al desarrollo cuando se tienen determinados niveles de calidad de vida.

Las definiciones de desarrollo varían según la perspectiva de los estudiosos, de los actores y agentes desarrolladores. Puede ser un proceso histórico de cambio social, la transformación radical y profunda de las sociedades, el logro de riqueza material y expansión de bienes y servicios, progreso civil, igualdad, el proceso de expansión de opciones para la gente, el poder de ejercer la elec­ción, libertad, justicia social, el proceso de expansión de capacidades de la gen­te (Cowen y Shenton, 1996; Sunkel y Paz, 1970; Sen, 1984 y 1999).

Si se trata de desarrollo local, este será el proceso alrededor del que se organizan los actores e instituciones de las esferas social, económica y política (incluido el gobierno local) de una comunidad para "incrementar el nivel de vida de la pobla­ción" dentro de un marco de expansión de libertades (García y Sánchez, 200 l :65).

Más allá de cualquier definición, el desarrollo en su naturaleza está com­puesto por múltiples y constantes "intentos de desarrollo" que para lograr el éxito y la consolidación de las condiciones de desarrollo requieren del apoyo formal del Estado instituido en políticas públicas; un involucramiento del Es­tado que trascienda los sistemas de ayuda ocasional (Cowen y Shenton, 1996). Desde aquí, las acciones para el desarrollo son parte de los intentos de desarro­llo, son "acciones consideradas como deseables para realizar un determinado intento de desarrollo." (Cowen y Shenton, 1996: viii) Para estos autores lo que une al proceso de desarrollo con los intentos de desarrollo es el ejercicio de confianza sobre la agencia para desarrollar la capacidad del otro.

471

M. BASILIA V ALENZUELA V.

Pero, oficiahnente el discurso del desarrollo -sea proceso, libertad, intento-, es un discurso impreciso en los programas y políticas diseñadas desde el Estado nacional para atraer los recursos económicos de las organizaciones de migrantes, se dice que es pero no se menciona, se le omite. El desarrollo como idea, también está prácticamente ausente en los discursos de los presidentes de los clubes para quienes las obras de los clubes no responden a estrategias de desarrollo conscien­temente planeadas o instauradas como tales pues, para ellos, se trata de acciones tendentes al beneficio colectivo y al mejoramiento de la calidad de vida. 7 Sin embargo, en los estudios sobre organizaciones de migrantes aquí presentados, el desarrollo, cuando aparece, es surgido desde las interpretaciones y preocupacio­nes de los estudiosos quienes mantienen que las inversiones de los clubes buscan el desarrollo social y humano; y, -para algunos- regional. Efectivamente, es un hecho que las inversiones de los clubes y colectivos de migrantes impactan direc­tamente en el desarrollo social. Pero también es cierto que el asunto no queda ahí, pretende, además, el mejoramiento de ciertas condiciones económicas relacio­nadas con el desarrollo económico regional.

Al respecto, considero que el Estado mexicano, a pesar de que en las reglas de operación emitidas por la federación en acuerdo oficial de 2003 reconoce que el programa "Iniciativa Ciudadana - 3x 1" es parte del programa para el desarrollo local microregiones, consciente del problema moral que significa poner en los hombros de los trasterrados de la nación mexicana la gran carga del desarrollo, ha enmascarado la idea de desarrollo en su política para los clubes de migrantes bajo un discurso más suave y cuidadoso: el mejoramiento de la calidad de vida de las comunidades de alta expulsión migratoria.

Pero, calidad de vida y desarrollo son inherentes. La calidad de vida es bienestar que puede entenderse como el grado de satisfacción de necesidades o bien como el dominio del hombre sobre los recursos materiales, objetivos (Erikson, 1996). Para las agencias internacionales de desarrollo, los indicadores de calidad de vida dan la última palabra sobre el grado de desarrollo alcanzado por una sociedad. Visto desde esta perspectiva, el desarrollo se concretiza en listas objetivas de recursos materia­les, indicadores que dan cuenta del nivel de bienestar, de calidad de vida de las

7 Esta situación es general para todos los clubes de migrantes. Estos han encontrado que ese discurso oficialista se acomoda con sus intereses de ayuda filantrópica. Sin embargo, desde el año 2000 se empieza a ver un cambio hacia la colocación de ideas de desarroUo entre los clubes por parte del Estado nacional, los estados de origen de los migrantes y las agencias internacionales de desarroUo.

472

RETos y PERSPECTIVAS DE U\ SOCIEDAD CIVIL M IGRANTE

colectividades: vivienda, salud, empleo (y sus condiciones), recursos económicos, educación y capacitaciones, familia e integración social, seguridad (vida y propie­dad), recreación y cultura, recursos políticos (Erikson, 1996) . 8

El logro de la calidad de vida es un asunto resuelto típicamente por terceras personas: gobiernos, grupos organizados, asociaciones, individuos interesados, público en general. Estos definen el bienestar del otro e intervienen en qué es, qué debe ser, cuáles son las estrategias para lograr ese bienestar colectivo. En otras palabras, la calidad de vida de una persona -el ciudadano, el individuo, el sí mismo- y, de la colectividad -el pueblo- se define desde los gobiernos y los grupos, entre otros (Scalon, 1996).

Una revisión detallada del programa 3xl (programa operado por la Secretaría de Desarrollo Social -Sedesol), permite afirmar que este, no se plantea de manera explícita el objetivo del desarrollo sino el "mejoramiento de la calidad de vida" de los habitantes de regiones pobres, marginadas rurales y urbanas de alta migra­ción; y, de paso, el fomento de lazos de identidad de los migrantes con sus comunidades de origen (Sedesol, 2003 b ). Sin embargo, en sus operación se trata de un programa voluntario para el desarrollo local casi gemelo del Programa para el Desarrollo Local (para micro regiones) instituido por la misma Sedesol. Esto se pone en evidencia al analizar el tipo de proyectos apoyados por los clubes para alcanzar la calidad de vida y la relación entre calidad de vida tal como se instituye en el programa y los objetivos del desarrollo (Sedesol, 2003 b ).

Comparativamente, todos los proyectos que realizan o pueden realizar los clubes para conseguir el mejoramiento de la calidad de vida entran dentro de las áreas que conforman el Programa para el Desarrollo Local de Sedesol, entre las que destacan: el desarrollo pecuario, apoyo a la producción primaria, abasto y comercialización, fomento a la producción y productividad, desarrollo de áreas de temporal, protección de áreas y cauces federales, caminos rurales, sitios his­tóricos y culturales, definición y conducción de la planeación del desarrollo

8 Los estudios que relacionan los efectos de la migración a los Estados Unidos sobre la calidad de vida en México también se han centrado en esta perspectiva objetiva. Se ha privilegiado el análisis de los aspectos de los recursos materiales traducidos en indicadores: el equipamiento de la vivienda (los bienes materiales que hacen más llevadera la vida cotidiana) y la calidad de la vivienda ( el contar con una vivienda, techos, pisos, etc.). Adicionalmente se considera tener auto, cuentas bancarias. Para este caso, la lista de indicadores es mínima no incluye, entre otras cosas, alimentos y nutrición que son dos componentes básicos de la calidad de vida en los países en desarrollo (Gijón, 2003).

473

M. BASILIA VALENZUELA V.

regional (Sedesol, 2003 b: 1 ); con excepción de: telefonía rural, carreteras alimentadoras, infraestructura hospitalaria. Se trata de rubros de actividad que com­peten: 1) al campo del desarrollo social y; 2) al mejoramiento de las condiciones socioeconómicas -ingresos familiares- de las poblaciones pobres y marginadas.

En suma, el programa Iniciativa Ciudadana - 3xl oculta, bajo el discurso del mejoramiento de la calidad de vida, un programa de desarrollo social con condi­ciories de ingreso familiar aceptables; esto es un programa de desarrollo social y económico de las regiones expulsoras: las bases del desarrollo regional.

Hay que decir, sin embargo, que si bien es cierto que el 3xl en su estructura . interna está abierto a áreas para el desarrollo local, la participación en estas responde a las acciones e intereses directos de los clubes; a las obras propues­tas, negociadas y cabildeadas por ellos. Es mediante las acciones directas de los clubes que el programa 3 x 1 se está abriendo cada vez más al tipo de obras consideradas de desarrollo local. A la larga, este tipo de nivel de apertura de­penderá necesariamente del trabajo y los proyectos que los clubes consideren para ser apoyados; de la manera en que los municipios logren formalizar las acciones de los clubes (sean peticiones de los propios gobiernos locales o no) de acuerdo a un plan de desarrollo para el municipio (y todas sus localidades).

Pero enmarcados o no en el 3 x 1, los clubes de migrantes oriundos eligen acciones a realizar, a apoyar. Acciones que ellos consideran buenas para que el pueblo mejore. Sin embargo, incluso estas ideas por la colectividad parecerían a veces estar desfasadas del mejoramiento de la calidad de vida de los pueblos cuando los beneficios del proyecto no llegan a la colectividad, se quedan en el pequeño grupo de familias de los miembros del club, se recurre a prácticas corruptas y engaños sobre el cumplimiento de los proyectos (Lanly y Hamann; y, Moctezuma en este volumen).

Desde los clubes, el mejoramiento de calidad de vida es un mejoramiento de orden general -es el mejoramiento de los pueblos- entendido en referentes empíricos del progreso, la belleza del pueblo -que indica que se vive en la civilización, en un nuevo orden que ha dejado atrás la barbarie-, el crecimiento económico, la creciente necesidad de crear empleos, la instauración del cambio social, a fin de cuentas: las mejoras que significan el desarrollo económico con un cambio profundo de la sociedad. Desde aquí, los intentos por el mejora­miento efectuados por clubes y organizaciones de migrantes, son intentos des­de abajo por desarrollar, parten del fin de la creencia de que el Estado, solo,

474

RE-ros y PERSPECTN AS DE LA SOCIEDAD CML MIGRANTE

por su propia cuenta, va a crear las condiciones para el mejoramiento -desarro­llo- de los pueblos pero a la vez, nace de la creencia misma de que es posible creer, es posible transformar las condiciones de vida desde la sociedad organi­zada. Creencias que en la literatura sobre desarrollo hablan de que "es posible actuar en el nombre del desarrollo" ya sea comunitario, social, aun cuando no s~ tenga muy claro si este se va a lograr o no.

Recientemente ha habido un cambio en el discurso de los clubes con la incorporación del objetivo explícito del desarrollo económico de los pueblos de origen vía el diseño de esquemas de inversión productiva para la creación de empleos como la ruta para alcanzar el desarrollo, salir de la pobreza. Es un cambio alentado directamente por programas gubernamentales en México pues­tos en marcha por los gobiernos de algunos estados; así como por la entrada -cada vez más fuerte- de instituciones internacionales de desarrollo (Banco In­teramericano de Desarrollo, Banco Mundial) al movimiento de clubes que tra­tan de aprovechar y redirigir las remesas colectivas de los migrantes hacia el desarrollo económico local. 9

Los clubes de migrantes oriundos han iniciado acciones encaminadas a ana­lizar la posibilidad de ayuda para apoyar proyectos productivos de creación de empleos en las regiones de origen, aunque para algunos estudiosos esperar a que los clubes realicen este tipo de acciones es ir contra la naturaleza misma de los clubes, olvidar las bases y principios que les dieron forma, es pasarles la factura del desarrollo local, una tarea que es responsabilidad del Estado 10

(Moctezuma y Bada en este volumen).

Para los clubes, el tránsito hacia la realización de proyectos de inversión productiva generadores de empleos es el gran reto por venir, en el que ya se está trabajando. Ahora sí, se habla de una transición hacia el desarrollo local, de las comunidades. Es una idea de desarrollo para las comunidades de origen

9 El Banco Interamericano de Desarrollo entra al asunto de las remesas para el desarrollo econó­mico local de manera oficial y con cobertura nacional en 2002 -coincidente con el año en que el 3 x I se hace nacional- mediante la firma de un convenio de cooperación técnica con NAFfNSA concretizado en la instauración del programa "Invierte en México". Un programa dirigido a los migrantes mexicanos económicamente exitosos en los Estados Unidos. 1° Críticas en este sentido son amplias. Se han dejado oír por parte de los estudiosos del fenó­meno de los clubes de migrantes y algunos líderes de organizaciones de migrantes mexicanos -diferentes a los clubes- en los Estados Unidos.

475

M. BASILIA V ALENZUELA V.

que no termina en el financiamiento de obra de infraestructura social. Un desa­rrollo que es desarrollo económico basado en la inversión en infraestructura productiva para la creación de empleos que, por un lado, arraigue a los pobla­dores en sus regiones, prevenga el despoblamiento, sea la solución a la emigra­ción; y, por el otro, cree empleos que respondan a las realidades y capacidades regionales. Los clubes y federaciones saben que esto es un tránsito dificil pero están dispuestos a unirse a lo que ellos mismos dicen es "el salto de la muerte".

Desde algunas voces de la comunidad migrante organizada la inversión pro­ductiva de los migrantes en sus regiones de origen solo será posible una vez que se logre la participación política: el derecho al voto, el derecho a ser electo para puesto de representación popular, esto es, derechos políticos plenos. Se aplica el viejo principio democrático imbuido en la cultura política estadounidense: no taxation without representation. 11 Cabe señalar que en el mundo occidental, de­mandar representación puesto que se pagan impuestos atiende a la idea de que los impuestos "tienen un efecto catalítico en el desarrollo político" (Ross, 2003:7), o bien que juega un papel central en la transición a la democracia. 12

La búsqueda de participación política de los clubes de migrantes.

No todos los clubes buscan la participación política directa, pero tienden a bus­carla cada vez más conforme avanzan en la ejecución de proyectos y obras por el desarrollo. Así, la búsqueda de la participación política de los migrantes es una demanda que surge desde las bases, imagina y planea un cambio social generalizado. De manera individual pero también desde organizaciones de migrantes, la participación política está fuertemente ligada a la participación económica: las remesas. En este sentido, las remesas ya sea familiares o colec­tivas para iniciativas locales, pasan a ser un tipo de impuesto, el tributo, que los migrantes desde los Estados Unidos pagan al Estado Mexicano que, desde la perspectiva de los actores sociales, asigna derecho a demandas de inclusión y de participación política en el terruño. La importancia de las remesas en la

11 Esta frase sintetiza la demanda de representación directa y monitoreo, puesto que se contribu­ye con recursos económicos. Véase Michael L. Ross (2003), "Does Taxation Leads to Representation?", Los Angeles, Ca., UCLA, Department of Política! Science, mimeo. 12 Ross (2003) como muchos otros, es escéptico respecto a la idea que sugiere que los impues­tos lleven a la democratización.

476

RETO~ Y PE~PECTTVAS DE U\ SOUJ:DAD LML MIGIIANTE

economía mexicana y en los pueblos de migrantes es sustancial ; en el año 2003, el tamaño de las remesas familiares rebasó los 13.2 mil millones de dóla­res (Banxico, 2003), cifra más alta que los ingresos captados por el turismo (9.4 mil millones de dólares) y apenas inferior al tamaño de las inversiones directas en 2002 ( 14. 4 mil millones de dólares).

Es importante señalar que las demandas de participación e inclusión políti­ca vistas como retribución al impuesto pagado vía remesas suelen ser más fuertes cuando los grupos o colectivos organizados entran en la esfera de pres­tación de servicios y creación de infraestructura que en teoría debería ser tarea del gobierno (Ross, 2003).

Históricamente, aw1que los migrantes y sus organizaciones han jugado en el terreno político, la política y lo político en las asociaciones de migrantes ha sido un valor negativo por diversas razones. Es un posible factor de desunión, ruptura interna, corrosión; pone al movimiento en riesgo de cooptación. Se pierde una invisibilidad que después de todo resulta necesaria para sobrevivir en tierra aje­na; puede causar ruido innecesario respecto aJ posible poder que logren construir asociaciones de inmigrantes en sociedades distintas a las propias. Se establecen compromisos, se queman las alas de libertad con que nacieron.

En las asociaciones de migrantes mexicanos de principios del siglo XX, las declaraciones políticas por parte de los miembros en nombre de la asociación no estaban pennitidas como tampoco lo están ahora. Los presidentes de clubes se cuidan mucho de emitir opiniones políticas. Esto se debe a un solo princi­pio: los clubes de migran tes no son organizaciones políticas sino comunitarias. En este sentido, la proscripción de lo político que en la época actual reCTere sobre todo a la participación política directa desde estas organizaciones parece­ría hacer un llamado a conservar la naturaleza original de esta sociedad civil migrante que se organiza desde la diáspora para cuestionar un orden estableci­do, promo er el cambio social, pero no para tomar el poder.

Para algunos líderes del movimiento de clubes, la participación política del club tomar partido en una campaña política, apoyar a algún candidato, daña al club. Lo daña en el sentido de que se pone en riesgo innecesario el apoyo futuro de los proyectos y obras promovidos por los clubes bajo el programa 3X 1, sobre todo cuando se ha apoyado al candidato equivocado. De ahí que algunos dirigentes de clubes y federaciones al tratarse del asunto de la participación política de los clubes se atengan al viejo adagio de "zapatero a tus zapatos" y es

477

M. BASILIA VALENZl'EI.A V.

que los clubes en su naturaleza no son organizaciones políticas sino comunita­rias que ven por la identidad y la ayuda básica del grupo étnico migrante y el bienestar de sus pueblos de origen.

A pesar de las posiciones anteriores, de una manera u otra, por necesidad, por sobrevivencia, por inclinación, desde la orillita, los clubes se involucran en política. Se involucran porque naturalmente su trabajo, les lleva hacia allá. En la cultura política mexicana, si se quiere que los proyectos lleguen a su cumpli­miento, se tiene que tener algún roce con la política. Para el cumplimiento de los proyectos de desan-ollo las organizaciones mencionan que es deseable tener representación, de manera específica se reconoce que no estaría de más tener representación en el cabildo local. Al respecto, algunos estudios aquí referidos, señalan atinadamente que la patticipación política desde los clubes tiene bases económicas y solo ha podido iniciar su despegue y legitimación desde la parti­cipación en los programas 2x 1 y 3x l .

Los clubes tienen sus propias ideas de cómo jugar en el terreno político. Para ellos, jugar en la política es prestar favores para cobrarlos después. Por ejemplo saben que deben dar cierto apoyo político a candidatos a puestos de elección popu­lar en México que van a pedirlo, pero no muy abierto, no muy débil, solo para tener puertas abiertas, tener gente que pueda apoyar las iniciativas de los clubes.

Al respecto, se concluye que cada vez está más claro que los clubes transitan hacia la esfera de lo político a pesar de estar claramente instituido que esto es no permitido porque el tránsito hacia ese estadía sería la desintegración de la organización. Esta tendencia preocupa porque pone en riesgo todo el movi­miento de clubes por lo que ya hay llamados a "cuidar'' el movimiento de clubes de esta práctica perjudicial que puede llevar a su desaparición. El dilema actual para los clubes es -tal como lo plantea Moctezuma- cómo entrar a la esfera de lo político sin dejar de ser organizaciones comunitarias.

Contrario a este principio de no participación política, los hallazgos de inves­tigación de varios de los estudios presentados en este volumen coinciden en seña­lar que los clubes se han convertido en una vía para hacer política transnacional, obtener votos, recursos políticos 13 (lmaz en este libro), en este sentido, se afirma que los clubes se mueven cada vez más hacia una mayor participación política

n Aunque ~s claro que ea principio, los migrantes no entran a los clubes por la búsqueda de representación política sino porque tienen el interés de ayudar, cooperar.

478

RETQ~ Y PERSPECTIVAS DE LA ~OCIEDAD C IVIL Ml(, IV.NTE

tanto en las comunidades de origen como en las sociedades de destino en los Estados Unidos. Aunque para algunos se trata de una etapa embrionaria, en México ya apw1ta hacia el reclamo de derechos políticos plenos: votar y la posibilidad de ser electo para algún puesto de representación para de ahí instaurar un cambio social (lmaz, Bada en este libro). Mientras que en los Estados Unidos, la arena está en la lucha por los derechos de los migrantes -laborales, económicos, socia­les, políticos-, el derecho a la igualdad política. Para ello y con el objeto de alcanzar espacios más amplios, los clubes están buscando alianzas con otros grupos de latinos (Escala en este volumen) y el movimiento chicano organizado.

Este escenario de posibles alianzas con las organizaciones de mexicoamericanos es visto como plausible para los que, del otro lado, conside­ran que la capacidad de los clubes para jugar en la política de la sociedad más amplia es pequeña y limitada. Desde esta perspectiva, los clubes no tienen ca­pacidad para llegar a la sociedad estadounidense no por otra cosa sino porque son estructuras pequeñas, aisladas, sin recursos (Faret en este libro) .

A pesar de la cada vez mayor participación política de los clubes, Escala sostiene que sus estructuras contienen las limitaciones de su propio creci­miento en esta esfera.

Los retos de los clubes y organizaciones de migrantes

Los retos de los clubes y organizaciones de migrantes son varios, sin embargo en este apartado se privilegian tres que son medulares: la sobrevivencia de los clubes, el logro de derechos ciudadanos y políticos plenos; y, el logro del desarrollo local.

Primero, la sobrevivencia misma es un desafio que tiene por lo menos tres vertientes: financiera, de membresía, intergeneracional. La cuestión financiera o cómo hacerse de recursos económicos ha llevado a los clubes a entrar y com­petir en el mercado de fondos que ofrecen las organismos internacionales y las fundaciones e instituciones filantrópicas. Sin embargo, para algunos líderes las organizaciones de migrantes, esto representa solamente una solución a proble­mas presentes o para un futuro inmediato por lo que se requiere diseñar estra­tegias que aseguren la vida y la autonomía de las organizaciones en el largo plazo, como es el aseguramiento de las condiciones de su propio crecimiento desde sus propios recursos, esto es, desde un sistema de membresía propio.

479

M. 8 ASlLIA V Ai ENZllCL,\ V .

Un sistema de membresía que asegure una amplia cobertura tal que atienda diferencias de género, ciclos de vida y generación de los migrantes, que tenga en cuenta la naturaleza de la composición de la familia migrante y sus distintos miembros (mujeres, hombres. niños, jóvenes, ancianos) . Pero además, que sea un sistema que reconozca las necesidades de las se­gundas y terceras generaciones de migrantes.

Un sistema de membresía amplia debe preocuparse por ir más allá de una cober­tura territorial restringida a un lugar de origen y uno de destino. Desde los estudios de organizaciones de migrantes más complejas y desarrolladas que los clubes de paisanos, está claro que la pertenencia a colectivos de migrantes no termina en un circuito migratorio bipolar (origen-destino). sino que abarca múltiples espacios locales, tantos como los oriundos logren establecer durante el proceso de su migra­ción y conserven vínculos y demandas de pertenencia hacia el lugar de origen (López y Velasco en este libro). Desde este sistema se estaría construyendo una membresía de pueblo multilocal que atiende a un principio de ciudadanía local que migra junto con el individuo. Es la membresía de un pueblo que se lleva, se carga, donde quiera que los individuos migrantes estén. se asienten. En este sentido, la membresía a los clubes. es una membresía alternativa y -como se ha dicho en este volumen- una ruta de acceso a la ciudadanía de una o varias comunidades políticas (la ciudadanía transnacional), pero también de recuperación de identidades regio­nales, locales. La fonna de alcanzar un estatus social de reconocimiento y respeto; ese bien que se expresa de manera escasa en las sociedades contemporáneas pues su constitución se vincula a actos exigentes y oscuros (Sennett, 2003 ). También es una manera de mantener el arraigo cultural hacia la comuntdad de origen.

Hasta ahora los migrantes en la diáspora se han confom1ado con la idea de la membresía alternativa construida desde los clubes: las reuniones de socializa­ción, los eventos culturales, el prestigio social (una forma de respeto). Empero, una organización que no ofrece beneficios concretos, objetivos a sus miem­bros, difícilmente podrá sobrevivir en el largo plazo. En este sentido, acciones como tener una licencia de manejo, cuentas bancarias. una tarjeta de identidad son un avance en cuanto a acciones conducentes a la construcción de derechos y beneficios concretos. Las organizaciones deben instituir y fomentar este tipo de mecanismos que las conviertan en organizaciones cuya pertenencia asigne provisión de servicios, beneficios sociales para la población migrante como pudiera ser la administración del retiro económico de sus miembros en las re­giones de origen en México; sistemas de becas para asegurar la educación de los migrantes y sus hijos en los Estados Unidos, entre otras.

480

R.ETos y PERSPECTIVAS DE LA SOCIEDAD CML MIGRANTE

Segundo, si bien es cierto que el trabajo de los clubes es comunitario, hay una tendencia de parte de algunos de estos a entrar a la esfera de lo político -sobre todo de las entidades expulsoras donde el movimiento de clubes tiende a ser más avanzado, la participación política es el objetivo común. Es aquí donde clubes y organizaciones aparecen claramente unidas por demandas similares en México y en los Estados Unidos: el asunto de los derechos, concretizados en derechos ciudadanos políticos plenos; además de derechos identitarios, laborales.

Por un lado, las demandas de derechos ciudadanos políticos hacia México son muy claros: participación política que significa conseguir el voto en el ex­terior y, la posibilidad de ser electo representante en las regiones de origen. Pero, más allá de esto, la participación política conlleva la idea de la instaura­ción de un cambio social que puede lograrse en un escenario de apertura políti­ca a las poblaciones migrantes. 14 Ejemplo de esto es el caso de Zacatecas y su Ley Migrante de 2003. 15 Empero, la participación política de los migrantes en los lugares de origen aun está por verse.

En lo político salta el conflicto y ya es claro que en las localidades de origen hay grupos, las elites locales, que no ven con buenos ojos la búsqueda de puestos de elección popular por parte de ciudadanos-emigrantes. El principal argumento es que éstos han vivido una buena parte de su vida fuera de la loca­lidad y del país por lo que desconocen las realidades locales; no las han vivido y tampoco las entienden. Para los ciudadanos-emigrantes estas posiciones y críticas son injustas porque ellos se sienten, son y pertenecen al terrufio y tienen derecho de ver por su destino y mejoramiento.

En los Estados Unidos los clubes empiezan a tener una agenda más activa con demandas sobre derechos e igualdad social, empero, se requiere de la for­mación de alianzas para hacer oír sus voces, para hacer llegar sus demandas de desarrollo e igualdad de derechos políticos, sociales y laborales: construir su propia riqueza e influencia en la comunidad social y política de llegada. Alían-

14 Xochitl Bada es crítica respecto a este cambio social buscado por la sociedad civil migrante. Para ella, es un cambio social parroquialista que se basa en ideas pre políticas. Véase Bada en este libro. 15lniciativa de Reforma a la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Zacatecas", en Periódico Oficial, Órgano del Gobierno Constitucional del Estado Libre y Soberano de Zacatecas, Tomo CXIII, Núm. 79, 1°. de octubre de 2003. Recopilada por Migración y Desarrollo , núm 1, octubre de 2003.

481

M. B AS!LlA V ALENZUELA V.

zas con otros grupos cívicos, sociales, no con partidos políticos sino con dis­tintas organizaciones de la sociedad civil. Se requiere, también la cooperación con otras organizaciones de la comunidad étnica mexicana tales como las cá­maras de comercio mexicoamericanas, organizaciones culturales, barriales.

En particular, es condición básica formar alianzas con las organizaciones de mexicoamericanos y chicanos, organizaciones que ya han transitado un largo ca­mino hacia los derechos y la igualdad; de cómo obtener logros políticos, establecer mecanismos de cabildeo. Esto último crearía un escenario de entendimiento y cooperación entre las asociaciones de migrantes de primera generación con las or­ganizaciones de la población de origen mexicano, con las generaciones anteriores.

Pero, no hay que olvidar que las alianzas también deben construirse en México, en las sociedades de origen. En este sentido, es condición básica que los clubes reconozcan la existencia de grupos locales y otras organizaciones de la sociedad civil local para ser tomados en cuenta en el proceso de toma de decisiones en aspectos que impactan a las comunidades.

Tercero, el interés del desarrollo local por parte de los clubes se sintetiza en dos grandes componentes: el logro de la calidad de vida y la creación de em­pleos aspectos desde donde se trata de inducir un cambio social desde abajo ( desde la comunidad transnacional en el nivel translocal).

En el discurso y el trabajo realizado por los clubes, la calidad de vida ha sido el aspecto más privilegiado y el objetivo último en tomo al cual giran las pre­ocupaciones de ayuda y de proyectos colectivos. Sin embargo, la entrada de pro­gramas gubernamentales y de agencias internacionales para el desarrollo diseña­dos para atraer la inversión de los migrantes a sus pueblos y regiones de origen, ha cambiado el discurso de los clubes y por primera vez han empezado a incorpo­rar la idea de la creación de empleos unida a la de desarrollo económico local.

La idea de atraer la inversión productiva de los migrantes hacia las regiones de origen ha estado presente por varios años. Diversas entidades y agencias han ensayado esquemas sobre cómo atraer estas inversiones, sin embargo, los re­sultados no han sido los esperados (Guanajuato, Jalisco) o aún se sigue traba­jando y se está en espera de lograrlos (Jalisco). Como sea, entre las lecciones aprendidas desde estos esquemas es el hecho de que los clubes tienen limitacio­nes: El carácter de ente colectivo, pequeño, sin recursos propios, la dificultad de conjuntar diversas voluntades con un abierto interés económico. Por eso, los

482

RETos y PERSPECTIVAS DE LA SOCIEDAD CIVI L M IGRANTE

diseñadores de este tipo de políticas diseñadas pensando más en actores indivi­duales, o colectivizados mediante la formación de organizaciones económico­mercantiles ven dificil que los clubes -tal como han venido operando hasta ahora- entren con facilidad a los programas de inversión productiva.

Ante esta situación, se ven dos rutas: la primera, montada en los esquemas de funcionamiento de los clubes, son esquemas menos formalizados que ven en clubes y federaciones la fuente para la obtención de información sobre migrantes exitosos ( con recursos económicos y capacidad para hacer inversiones segu­ras). En este esquema, los clubes son los agentes intermediarios que recomien­dan y realizan acciones de convencimiento entre migrantes exitosos.

La segunda ruta es más madura, trata de crear organizaciones paralelas de migrantes capitalistas (empresarios, ahorradores, retirados) con capacidad para invertir en los pueblos y regiones de origen.

Por su parte, las instituciones desarrolladoras (el estado regional y las agen­cias de desarrollo) esperan que en estas inversiones, los migrantes capitalistas echen mano de su cultura empresarial e instituyan esquemas de negocios apren­didos, vividos u observados en los Estados Unidos.

Al respecto se sabe que la mayoría de los empresarios inmigrantes mexica­nos en los Estados Unidos hacen negocios siguiendo la dinámica de crecimien­to y asentamiento de la población mexicana, esto es surgen y crecen a la sombra del mercado étnico mexicano (Valenzuela, 2003). El estudio de los pequeños negocios de migrantes mexicanos en los Estados Unidos indica que los esque­mas de negocios con que operan estos empresarios es bajo el esquema de dueño único ( en 1997, 87 % de los negocios eran de propiedad individual), tienden a no buscar socios y si los tienen es durante la creación y despegue del negocio, se separan cuando se ve que han logrado sobrevivir. Son negocios familiares que emplean trabajadores de la familia nuclear y extensa, en 1997 reportaron entre 4 y 16 trabajadores empleados; tienden a expandirse bajo el esquema de sucursales e invierten en ramas tradicionales de la economía: prestación de ser­vicios, el comercio de bienes para consumo étnico mexicano, la industria de la construcción, entre otras (Valenzuela, 1993 y 2003).

Por otro lado, los estudios acerca de las inversiones realizadas por los migrantes de retorno a sus lugares de origen indican su inclinación por invertir en el pequeño comercio -de pueblo- y, en menor medida, -si existe la posibili-

483

M. BASILIA V ALENWELA V.

dad- tienden a invertir en pequeña industria (Ramírez, 1999). De ahí que los pro­gramas de inversión de los migrantes deban apuntar a revertir estas tendencias y busquen inversiones en actividades altamente generadoras de empleos: la industria de la transformación, agroindustria, actividades que revivan el campo mexicano.

Contrario a la idea de regresar al campo -privilegiar la agroindustria y las actividades agrícolas-, hallazgos acerca de la relación entre remesas en inver­siones productivas y desarrollo llegan a la conclusión de que estas solo pueden ser viables y por tanto capaces de generar el desarrollo económico si se invier­ten en áreas urbanas y semi urbanas, con infraestructura suficiente: base eco­nómica estable, ambiente de negocios, capacidad de consumo, carreteras, me­dios de transporte eficientes, cercanía a grandes centros urbanos, población educada con capacidad para ofrecer asesoría técnica necesaria, entre otras. El debate acerca de la inversión productiva está entre el regreso a invertir en el campo o en las ciudades (medias y grandes); entre actividades agroindustriales y la industria de base urbana.

Desde los estados de origen, las políticas y programas diseñadas para atraer las inversiones de los migrantes enfrentan varios problemas: capacidad técnica de los encargados de ejecutar los programas, algunos de ellos se capacitan en el proceso de ir haciendo; definición clara de las reglas y formas de operación principalmente porque se trata de programas nuevos que requieren del perfec­cionamiento, la afinación constante con el fin de adecuarlos a las necesidades de los migrantes capitalistas pero también a los fondos estatales disponibles para operar los programas; el financiamiento; la permanencia de los programas.

Desde los programas de las instituciones internacionales para el desarrollo (BID) operados desde los gobiernos estatales, se da una doble función y se crean competencias entre estos y los propios programas instituidos por los gobiernos estatales: los objetivos similares, recursos asimétricos, un uso de nombres dife­rentes para los programas (i.e. "Por mi Jalisco" vs. "Invierte en México") que en primera instancia llama a confusión para el inversionista. Empero, sean progra­mas de los gobiernos estatales o de las instituciones internacionales de desarrollo, los migrantes capitalistas exigen eficacia, cumplimiento con lo pactado, exacti­tud en la información y, cada vez más facilidades y apoyos para invertir.

En este esquema de desarrollo local vía la atracción de inversión productiva de los migrantes, el gran ausente es: el municipio. Al parecer hasta ahora, los programas y políticas se han enfocado al convencimiento del individuo migrante capitalista y sus intereses de inversión, pero poco se ha hecho respecto a cómo

484

REros y PERSPECTIVAS DE LA SOCIEDAD CIVIL M IGRANTE

incluir estos intereses en las estrategias y planes de desarrollo de los mumci­pios 16, más allá de ser las instancias que autoricen extender un permiso para la operación de un negocio en su territorio.

Pero el debate del desarrollo por venir no termina en la mera inversión pro­ductiva que generará empleos; las universidades, las instituciones encargadas de dar apoyo técnico a los clubes (caso de Zacatecas), ya están empujando hacia la necesidad del desarrollo de capacidades para acomodar a los trabajadores de las regiones de origen a inversiones productivas adecuadas a las condiciones locales.

Como ya se ha visto, los retos de los clubes y organizaciones de migrantes de principios del siglo XXI son considerables y de distinta naturaleza. Sin em­bargo, movimientos de organizaciones de mexicanos como el movimiento chicano -a pesar de todos sus problemas- ha demostrado que la sobrevivencia de organizaciones de inmigrantes mexicanos es posible.

En el futuro, si se pretende avanzar en la consolidación de los clubes (esta­dos emergentes y estados tradicionales) de algunos estados y continuar los lo­gros en este sentido, los estados de origen de la migración requieren tener un papel más activo en la atención y las relaciones de cooperación que pueda esta­blecer con su diáspora regional.

El logro de la participación política -de derecho- ha tenido avances impor­tantes -la Ley Migrante de Zacatecas-, aunque no suficientes. En el discurso, el Estado mexicano ha manifestado interés explícito en la incorporación de los migrantes en la diáspora a la nación mexicana pero aún continua pendiente el voto de los mexicanos en el extranjero y la posibilidad de que los migrantes puedan ejercer derechos políticos plenos en México.

Conseguir el desarrollo económico local es el reto de todos los retos para un país como México. Superar las condiciones de miseria y atraso en que viven sus comunidades e instaurar un cambio social como las bases del desarrollo es una tarea peliaguda. Los clubes por sí mismos la tienen dificil, requieren de la asistencia y cooperación de otros actores fuera de partidismos políticos que ofrezcan asistencia técnica permanente y de calidad pero también fondos sufi­cientes para instituir este cambio. Impulsar el desarrollo local en México re-

16 En Jalisco, desde diciembre de 2000, por ley, cada administración municipal debe elaborar su propio plan de desarrollo, un plan que además debe ser participativo.

485

M . B AS ILIA Y ALENZUELA V .

quiere de acudir a esquemas macroeconómicos amplios para el apoyo vía marco cooperativo del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. No hay que olvidar que al desarrollo se llega desde distintas acciones pero dirigido por una política de Estado donde los grupos de la sociedad civil -en la diáspora y en la comunidad- tienen un papel cada vez más determinante. Empero, desde las vo­ces de los actores transnacionales, cada vez es más fuerte la relación que se esta­blece entre la posibilidad de participación política plena de los migrantes en México con la realización de inversiones productivas en las regiones de origen.

La investigación pendiente en torno a la dinámica y organización de los clu­bes de migrantes, necesariamente deberá resolver vacíos de conocimiento e inter­pretación teórica del fenómeno en los lugares de arribo y en los de origen. En los lugares de arribo, la investigación pendiente está en el estudio de las alianzas de las federaciones con otros grupos y la influencia de la cultura política de estas sociedades sobre la apertura o límites para seguir operando; y, en el estudio del desarrollo y consolidación del liderazgo entre los mexicanos. De este lado, se reconoce que la comparación entre el movimiento de clubes en regiones emer­gentes y tradicionales más allá del nivel exploratorio es problemática por los distintos niveles organizativos alcanzados por los clubes. La investigación actual sobre clubes de migrantes -comparativa o no- además de reconocer la importan­cia de las federaciones como entes definidores de políticas y acciones a realizar por los clubes, debe reconocer la importancia de las acciones del estado de origen por ser en este nivel donde se definen acciones cooperativas y de acercamiento con los clubes y sus organizaciones que, según su nivel, pueden consolidar o no un movimiento regional de clubes. A la par, este tipo de investigación requiere dar más énfasis en el nivel municipal, cuestionarse acerca del papel de los grupos locales en la toma de decisiones de los clubes y por tanto la integración de las comunidades a estos proyectos; pero también iniciar la búsqueda de indicios de cambio social en el municipio y de cambio institucional en los gobiernos locales a raíz de la intervención de los clubes.

486

RETos y PERSPEC'TNAS DE LA SOCIEDAD CIVIL MIG llANTE

Bibliografía

Banco de México (2003), Infonnación oportuna, en www.banxico.gob.mx

Cohen, Jean y Andrew Arato ( 1992), Civil Society and Political Theory, Cambridge, Mass., MIT Press.

Erikson, Robert (1996), "Descripciones de la desigualdad: el enfoque sueco de la investigación sobre el bienestar" en Martha C. Nussbaum y Arnartya Sen ( comps.) (1996), La calidad de vida, México, D.F., Fondo de Cultura Económica, pp. 101- 120.

García, María Luisa y Antonio Sánchez (2001 ), "Libertad y desarrollo local", en Antonio Sánchez (comp.) (2001), La ruta del cambio institucional. Ensayos sobre desarrollo local, Guadalajara, Jalis­co, Universidad de Guadalajara, pp. 53-76

Gijón, Alicia Sylvia (2003), "Impactos de la migración internacional en la calidad de vida objetiva y en los roles de la mujer" Conferencia presentada en el Seminario permanente sobre migración interna­cional, COLEF-COLMEX- SOMEDE, 12 de diciembre de 2003, Tijuana, B.C. , El Colegio de la Frontera Norte.

Gobierno Constitucional del Estado Libre de Zacatecas (2003), Iniciati­va de Reforma a la Constitución Política del Estado Libre y Sobe­rano de Zacatecas", en Periódico Oficial, Órgano del Gobierno Constitucional del Estado Libre y Soberano de Zacatecas, Tomo CXIII, Núm. 79, 1°. de octubre de 2003. Recopilada por Migra­ción y Desarrollo , núm 1, octubre de 2003.

Nisbet, Robert (1981), Historia de la idea del progreso , Barcelona, España, Gedisa.

Ross, Michael L. (2003), "Does Taxation Leads to Representation?", Los Angeles, UCLA, Department of Política! Science, mimeo .

Sandel, Michael (2000), El liberalismo y los límites de !ajusticia, Barce­lona, editorial Gedisa.

487

M. BASILIA V ALENZUELA V.

Secretaría de Desarrollo Social (2003 a), "Reglas de operación, Progra­ma Iniciativa Ciudadana - 3Xl", rnimeo.

----- (2003 b ), "Lineamientos específicos año 2003 para el ejercicio de los programas para el desarrollo social y humano", rnimeo.

----- (2003c), "Iniciativa Ciudadana 3xl. Cumplimiento de objetivos y metas", en www.sedesol.gob.mx/cuentas

Sen, Amartya (1984), Resources, Values and Development, USA, Harvard University Press.

Sen, Amartya (1999), Development as Freedom, New York, N.Y., Knopf

Sennett, Richard (2003), El respeto. Sobre la dignidad del hombre en un mundo de desigualdad, Barcelona, Editorial Anagrama.

Scanlon, Thomas (1996), "El valor, el deseo y la calidad de vida", en Nussbaum, Martha C. y Amartya Sen (comps.) (1996), La calidad de vida, México, D.F., Fondo de Cultura Económica, pp. 245- 264.

Sunkel, Osvaldo y Pedro Paz (1970), El subdesarrollo latinoamericano y la teoría del desarrollo, México, D.F., Siglo Veintiuno Editores.

Valenzuela, M. Basilia (2003), "La geografía de los empresarios de ori­gen mexicano en Estados Unidos", en Carta Económica Regio­nal, año 15, núm. 83, pp. 21-31.

Valenzuela, M. Basilia (1993), "Los pequeños negocios de jaliscienses y michoacanos en New Rochelle, Nueva York", en Jesús Arroyo Alejandre y David Lorey (comps.) (1993), Impactos regionales de la apertura comercial. Perspectivas del Tratado de Libre Co­mercio, Guadalajara, Jalisco, Universidad de Guadalajara-UCLA Program on Mexico, pp. 275-304.

Walzer, Michael (1995), "The Concept of Civil Society", en Michael Walzer (ed.) (1995), Toward a Global Civil Society, Providence, Ri., Berghahn Books, pp. 7-28.

488

CLUBES DE MIGRANTES ORIUNDOS MEXICANOS

AUTORES

Xóchitl Bada es doctorante de sociología en la Universidad de Notre Dame. Actualmente está afiliada al Instituto de Estudios Latinos de esa institución. Su investigación se centra en los derechos laborales y políticos de migrantes mexi­canos y organizaciones de migrantes en los Estados Unidos. Su trabajo sobre clubes de oriundos mexicanos ha sido publicado en ColorLines Magazine, se­rie Citizen Action in the Americas y en Point ofView.

Luis Escala Rabadán es sociólogo, realizó estudios en la Universidad de California en Los Angeles. Actualmente es investigador del Departamento de Estudios Sociales de El Colegio de la Frontera Norte. En los últimos años ha trabajado temas acerca de la formación de comunidades transnacionales, la par­ticipación política, los clubes de migrantes y la situación de los derechos huma­nos de los migrantes mexicanos en los Estados Unidos, sobre los que ha publi­cado varios artículos y reportes de investigación.

Laurent Faret es profesor en la Universidad Paris 7 - Denis Diderot e investi­gador en el SEDET. Sus temas de interés son la migración internacional y los procesos de construcción social de los territorios en contextos transnacionales. En­tre sus publicaciones están Les territoires de la mobilité. Migration et communautés transnationales entre le Mexique et les Etats-Unis.

Volker Hamann estudió economía y desarrollo sustentable en la Universi­dad de Kassel, Alemania ( actualmente doctorante de esa institución). Su tema de investigación es el impacto de la migración internacional en el desarrollo regional. Fue investigador invitado por la Universidad Autónoma de Zacatecas de 1999 a 2001. Entre sus publicaciones está "Redes Sociales, Clubes de Migrantes y Crecimiento Económico en Zacatecas", en Economía Informa.

Cecilia Imaz B. Es socióloga y doctora en ciencia política por la UNAM. Profesora titular de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Ha sido investigadora visitante en los Institutos de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Estocolmo, Suecia y de la Universidad de Columbia, Es­tados Unidos. Ha dirigido seminarios sobre migracion internacional y escrito

489

GUULAUMELANLYYM. BASILIA VALENZUELA v.

diversos artículos sobre el asilo y refugio en México y sobre los emigrados mexicanos en los Estados Unidos.

Guillaume Lanly es geógrafo, doctorante del Instituto de Altos Estudios de América Latina (IHEAL), la Universidad de Paris III, "La Sorbonne Nouvelle". Sus temas de investigación tratan sobre el papel de los clubes de migrantes mexicanos en el desarrollo local. Entre sus publicaciones está "Les associations de migrants intemationaux dans trois communautés rurales mexicaines" en Fibbi, R. y Meyer J-B. Diasporas, développements et mondialisations.

Gustavo López Angel es profesor en la Benemérita Universidad Autonóma de Puebla y doctorante de ciencias antropológicas de la UAM-Iztapalapa. Su línea de investigación se centra en las prácticas socioculturales generadas por las comunidades de migrantes percibidas como la expresión de una ciudadanía amplia. Entre sus publicaciones está "Moradores en el purgatorio: el regreso periódico de los migrantes como una forma de peregrinación", INAH.

José Miguel Moctezuma Longoria es doctor en ciencias sociales por el Colegio de la Frontera Norte y profesor-investigador de tiempo completo del Programa de Doctorado en Estudios del Desarrollo de la Universidad Autóno­ma de Zacatecas. Su línea de investigación es los circuitos migratorios y la conformación los clubes de migrantes. Sus principales publicaciones son "Los migrantes mexicanos en los Estados Unidos y la inversión productiva en Méxi­co", en Migraciones Internacionales; y, "Toe Migrant Club El Remolino: A Binational Community Experience", en Confronting Globalizations: Economic Integration and Popular Resistance in Mexico.

Jesús David Valenzuela Romo es Ingeniero Químico por la UNAM, reali­zó estudios de Desarrollo Humano en el !TESO. Promotor de esquemas de acercamiento entre mexicanos y chicanos, coordinó el Encuentro Chicano FIL Guadalajara, 2001 y el evento Primer Foro de Reflexión Binacional. "Los mexicanos de aquí y de allá: ¿perspectivas comúnes? auspiciado por el Sena­do de la República y la Fundación de Solidaridad Mexicano Americana, A.C.

M. Basilia Valenzuela Varela es profesora investigadora del Departamen­to de Estudios Regionales-Ineser de la Universidad de Guadalajara campus CUCEA. Tiene maestría en desarrollo regional en el Colegio de la Frontera

490

CLUBES DE MIGRANTES ORIUNDOS MEXICANOS

Norte y en sociología en la New School far Social Research. Sus temas de inves­tigación son los procesos relacionados con la formación de comunidad transnacional desde la migración México-Estados Unidos. Entre sus publicacio­nes está ''Municipalización, ciudadanía y migración en los Altos de Jalisco", en Experiencias municipales de cambio institucional.

Germán Vega Briones es investigador del Departamento de Estudios de población de El Colegio de la Frontera Norte y miembro del Sistema Nacional de Investigadores (Nivel I), doctor en sociología con especialidad en métodos cualitativos, migración internacional y etnicidad por la Universidad de Texas en Austin. Entre sus principales publicaciones está "Migracion internacional y cambio económico en una zona rural de Jalisco", en Problemas y perspectivas de las remesas de los mexicanos y centroamericanos en Estados Unidos.

M. Laura Velasco Ortiz. Es investigadora del Departamento de Estudios Culturales de El Colegio de la Frontera Norte desde 1991 y miembro del Siste­ma Nacional de Investigadores (Nivel-II). Realizó sus estudios de doctorado en ciencias sociales con especialidad en sociología en El Colegio de México. Ac­tualmente su trabajo de investigación tiene como temas la migración y la etnicidad; fronteras, procesos de dispersión geográfica e identidades sociales; y género, etnicidad y migración. Entre sus principales publicaciones está El re­greso de la comunidad: migración indígena y agentes étnicos. Los mixtecos en la frontera México-Estados Unidos.

Patricia Eugenia Zamudio Grave. Es investigadora del CIESAS-Golfo, en Xalapa, Ver. Es doctora en sociología por Northwestem University. Sus intereses de investigación incluyen la migración internacional, la ciudadanía y la forma­ción de conciencia, particularmente en la experiencia migratoria veracruzana ha­cia los Estados Unidos. Entre sus publicaciones está "Lazos cambiantes: una his­toria de comunidad de Migrantes en Chicago", en Migraciones Internacionales.

491

Clubes de migrantes oriundos mexicanos en los Estados Unidos

se terminó de imprimir en mayo del 2004

en los talleres gráficos de AMA'IE editorial

Emíliano Zapata Nº 15 Col. El Mante

Zapopan, Jalisco, México. Tel. 36 12 07 51

TeVfax. 3612 00 68 Email: amate_ [email protected]

J

ISBN 970-764-029-4

Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas 9 799707 640299