Tradición oral - Excélsior

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Chipotle. Una campaña literaria de un restaurante “mexicano” omite a autores... mexicanos. > 3 Imagen: Cortesía FCE Rubén Bonifaz Nuño es el poeta del amor y el desamor, sus versos calan en el corazón de los amantes y conmueven a sus lectores. RENÉ AVILÉS FABILA 2 EXPRESIONES [email protected] @Expresiones_Exc EXCELSIOR DOMINGO 1 DE FEBRERO DE 2015 Foto: Tomada de sextopiso.mx/ Gana galardón honorífico Autores colombianos, cubanos, brasile- ños, dominicanos, argentinos, chilenos y mexicanos acapararon el viernes pasa- do los principales premios de la edición 56 del certamen literario Casa de las Américas 2015, en el fallo anunciado en La Habana. El rubro de novela lo ganó La hoguera la- me mi piel con cariño de perro, de la colom- biana Adelayda Fernández Ochoa. Otro co- lombiano, Nelson Romero Guzmán, se alzó con el de poesía, con Bajo el brillo de la lu- na. En la literatura brasileña, resultó gana- dor Minha vida sem banho, de Bernardo Aj- zenberg, mientras que en la categoría de Literatura Latinoamericana en EU el libro fue Un kilómetro de mar , del dominicano Jo- sé Acosta. En literatura infantil el galardón fue para El niño congelado, de la cubana Mildred Hernández. El galardón honorífico de narrativa José María Arguedas fue para El libro uruguayo de los muertos, del mexi- cano Mario Bellatin. (De la redacción) MARIO BELLATIN Tradición oral El narrador y poeta Fabio Morábito reescribe los cuentos populares mexicanos de diversas geografías y lenguas del país > 5 EL GRIMM MEXICANO

Transcript of Tradición oral - Excélsior

Chipotle. Una campaña literaria de un restaurante “mexicano” omite a autores... mexicanos. >3

Imagen: Cortesía FCE

Rubén Bonifaz Nuño es el poeta del amor y el desamor, sus versos calan en el corazón de los amantes y conmueven a sus lectores.

RENÉ AVILÉS FABILA 2

[email protected] @Expresiones_Exc

EXCELSIORDOmIngO 1 DE fEbRERO DE 2015

Foto: Tomada de sextopiso.mx/

gana galardón honoríficoAutores colombianos, cubanos, brasile-ños, dominicanos, argentinos, chilenos y mexicanos acapararon el viernes pasa-do los principales premios de la edición 56 del certamen literario Casa de las Américas 2015, en el fallo anunciado en La Habana. El rubro de novela lo ganó La hoguera la-me mi piel con cariño de perro, de la colom-biana Adelayda Fernández Ochoa. Otro co-lombiano, Nelson Romero Guzmán, se alzó con el de poesía, con Bajo el brillo de la lu-na. En la literatura brasileña, resultó gana-dor Minha vida sem banho, de Bernardo Aj-zenberg, mientras que en la categoría de Literatura Latinoamericana en EU el libro fue Un kilómetro de mar, del dominicano Jo-sé Acosta. En literatura infantil el galardón fue para El niño congelado, de la cubana Mildred Hernández. El galardón honorífico de narrativa José María Arguedas fue para El libro uruguayo de los muertos, del mexi-cano Mario Bellatin. (De la redacción)

MARIO BELLATIN

Tradición oral

El narrador y poeta Fabio Morábito

reescribe los cuentos populares

mexicanos de diversas geografías y

lenguas del país > 5

EL GRIMM MEXICANO

MEG CABOTNARRADORA / 48 AÑOSEstadunidense. Escribe comedias románticas para jóvenes y adultos.

GRANDES VENTAS Ha publicado 40 libros, aunque se le conoce por su éxito El diario de la princesa, que fue llevado al cine. Ha vendido más de 15 millones de libros. Su página web tiene una media de 61 mil 120 visitas al mes.

El Museo Jumex canceló, sin explicación, la exposición de Nitsch.

No han faltado quienes comparen a Lara Bosch con el empresario australiano Rupert Murdoch.

<OBRA DE HERMANN NITSCH>

POR LUIS CARLOS SÁ[email protected]

La cancelación de la exposición de Hermann Nitsch en el Mu-seo Jumex ha provocado que el público se manifieste a favor de traer la muestra del austriaco. A través del portal electrónico change.org, la artista y activis-ta Paulina Moreno está convo-cando para sumarse en favor de la exposición cancelada ayer por el museo, ubicado en Polanco.

“Sí, a Nitsch. ¿Quién es Her-mann Nitsch? Es una crítica hacia el sadismo cotidiano del consumo humano. El debate que se ha suscitado no debiera ter-minar en la cancelación de este evento, en el actual clima de vio-lencia el que un recinto cultural apueste por presentar un tra-bajo de estas características es un acertado proyecto que debe ayudar a cimbrar la doble moral de un México inundado de san-

Protestan por muestra cancelada

gre”, señala la petición.“Es tiempo que las institu-

ciones culturales tomen la la-bor que les corresponde y creen puentes hacia su público, de manera que, en vez de cancelar y favorecer el sensacionalismo, opten por robustecer su planta

a “tomar el riesgo” de llevar a cabo la muestra.

Desde que fue anunciada la muestra, que se inauguraría el 27 de febrero, diversas voces, incluidas las ambientalistas y pro derechos de los animales, se manifestaron en contra. El uso de sacrificios animales y la cru-cifixión de personas como parte de las piezas de Nitsch causaron escozor.

En las redes sociales se deba-tió el caso: algunos vieron con agrado la suspensión de la ex-posición, pero otros acusaron de censura al Museo Jumex: “Pre-sentará expo de Herman Nitsch, quien descuartiza animales en vivo, ¿eso es arte?, ¡CANCE-LEN!”, señaló una usuaria de Twitter; otro afirmó: “Cance-laron la expo de Herman Nitsch porque el mexicano se ofende de usar sangre animal para re-flexionar, pero no de derramarla inútilmente”.

Heredó un grupo edito-rial impor-tante que acabó convir-tiéndolo en un imperio.”

DANIEL FERNÁNDEZ

PRESIDENTE DE LA FEDERACIÓN DE GREMIOS DE EDITORES DE ESPAÑA

<TENÍA 68 AÑOS>

Murió Lara Bosch, columna de [email protected]

BARCELONA.— El empresario José Manuel Lara Bosch, que falleció ayer a los 68 años por un cáncer de

páncreas, fue el arquitecto de un imperio multimedia líder en Es-paña y América Latina que supo gestar desde el grupo editorial Planeta, fundado por su padre.

Lara Bosch, cuya capilla ar-diente se instalará hoy en Bar-celona, pasó los últimos tres años luchando contra el cáncer y su estado de salud se había de-teriorado en las últimas horas, según el comunicado del Grupo Planeta con el que informó de su fallecimiento.

Los reyes de España, Felipe y Letizia, enviaron ayer un te-legrama a la viuda de Lara en la que le transmitieron el pesar y la solidaridad de ambos por el fallecimiento del editor catalán.

Entre las numerosas mues-tras de duelo, el presidente de la Federación de Gremios de Editores de España, Daniel Fer-nández, recordó que fue “un gi-gante” que heredó de su padre, José Manuel Lara Hernández, “un grupo editorial importan-te y que acabó convirtiéndolo en un imperio líder en España y en América Latina”.

El ministro español de Edu-cación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, expresó su deseo de que “el extraordinario traba-jo empresarial” de Lara “tenga continuidad y que la empresa que ha dirigido durante estos años siga prosperando por el bien de la cultura española, en el campo de la edición y de los de-más medios de comunicación”.

Lara Bosch era dueño del grupo editorial Planeta, del diario español La Razón y pre-sidente de Atresmedia, que engloba las cadenas de televi-sión Antena 3 y la Sexta, aun-que su deseo secreto —según confesó— era ser un pequeño editor independiente en alguno de los sellos que había fundado su padre.

Aquel sueño no pudo verlo cumplido, pero sí fue capaz de

El propietario del emporio editorial, que supo edificar un gigante multimedia en español, pasó los últimos tres años luchando contra el cáncer de páncreas

crear una corporación empresa-rial en el ámbito editorial y au-diovisual que está entre las cien empresas de comunicación más importantes del mundo.

Lara Bosch nació el 8 de marzo de 1946 en Barcelona y se licenció en Ciencias Econó-micas por la Universidad de esa ciudad, tras lo que en 1968 se incorporó defi-nitivamente a la Edito-rial Planeta, de la que fue nombrado vicepre-sidente en 1983.

Sin embargo, no estaba predestinado a ocupar el cargo de pre-sidente del Grupo Pla-neta, que esperaba a su hermano Fernando, quien en 1995 murió en un accidente de tráfi-co, lo que le llevó a asumir ma-yores responsabilidades dentro del holding. Se inició entonces una reestructuración del grupo e irrumpió en el sector audiovi-sual con diferentes inversiones en medios de comunicación y productoras de contenidos.

Aunque el grupo Planeta na-ció dentro de la tradición del pa-

pel, el editor tuvo que abrir su negocio hacia los contenidos y el soporte digital con la irrupción de las nuevas tecnologías.

No han faltado comparacio-nes de Lara Bosch con Rupert Murdoch, pues, como el mag-nate australiano, reunió bajo el mismo paraguas editoriales,

librerías, periódicos, cadenas de televisión y de radio, productoras y distribuidoras de cine.

No faltó nunca a su cita con los dos gran-des galardones de su imperio: el Premio Na-dal, que el 6 de enero abre el año literario en España, y el Planeta, el de mayor dotación de las letras hispanas.

Siempre supo es-currirse con habilidad de las preguntas sobre los posibles ganadores del Planeta dicien-do que él era “uno más de los miembros del jurado”. Como fuera, bajo su mandato ganaron el Planeta firmas tan insignes como Antonio Skármeta, Juan José Millás, Fernando Savater o Eduardo Mendoza.

601 milEUROS ES EL MONTOdel premio Planeta de Novela.

de mediadores de sala y proyec-tos educativos. A diario todos nosotros somos sometidos a in-terminables imágenes que su-peran con creces la brutalidad que superficialmente se aprecia en el trabajo de Nitsch”, agrega la petición que invita al Jumex

Foto: Archivo

Foto: EFE

LaraEn 1968 se incorporó a la Editorial Planeta, de la que fue nombrado vicepresi-dente en 1983.

RENÉ AVILÉS FABILA

[email protected]

El búho

Rubén Bonifaz Nuño, el luminoso poeta del amor*

Para contar sus tragedias hizo versos maravillosos

Rubén Bonifaz Nuño es el poeta del amor y el desamor, sus versos calan en el corazón de los amantes y conmueven a sus lectores: “Amiga a la que amo: no envejezcas./ Que se detenga el tiempo sin tocarte;/ que no te quite el manto/ de la perfecta juventud./ In-

móvil/ junto a tu cuerpo de muchacha dulce/ quede, al ha-llarte, el tiempo”. Épica de lo cotidiano, la poética de Rubén deja constancia de sus penas y las nuestras. Pocas veces en la literatura en castellano alguien ha tomado por nosotros la voz y ha dicho, con belleza extrema, lo que queríamos decir. Aun en el aspecto social se bate con fiera sencillez: “Pasé mi infancia en un barrio fabril, donde estaban tres fábricas: La Alpina, Loreto y La Hormiga, de tal manera que com-partí la vida con gente de ese nivel social explotado al cual pertenecía yo también, porque mi padre fue telegrafista y éramos miembros de una familia grande y él tenía un suel-do muy pequeño; por esa razón la pobreza que padecí en mi infancia fue excesiva. Y he dicho muchas veces, no soy gente decente, soy pelado porque me crié entre pelados. Ese sentimiento de ser pelado, de ser parte de la misma clase a la que pertenecen millones de mexicanos explotados, es lo que me ha inducido a buscar de qué manera remediar el asunto y eso es lo que me condujo a los estudios de la cul-tura prehispánica, la cual es infinitamente superior a la que tenemos actualmente.”

Rubén Bonifaz Nuño tuvo belleza física, pero fue tímido con las mujeres (“Para los que llegan a las fiestas/ ávi-dos de tiernas compañías/ y encuentran parejas impe-netrables/ y hermosas muchachas solas que dan miedo/ —pues uno no sabe bailar, y es triste—;/ los que se arrin-conan con un vaso/ de aguardiente oscuro y melancóli-co,/ y odian hasta el fondo su miseria,/ la envidia que sienten, los deseos”), poseyó el mayor don: el fuego de la poesía y asimismo su-frimientos físicos y algo atroz: la ceguera. Este mal no llegó de golpe, fue gradual y ello quizá sea una tortura especialmen-te cruel: ir dejando de ver las palabras o los trazos de un pintor admirable, es algo que duele todos los días al notar que se pierde el sentido funda-mental. Bonifaz Nuño para contar sus tragedias hizo versos maravillosos. Los escribió a través de una poética renovadora, don-de como nadie mezcló el lenguaje coloquial con el clási-co más elegante. Lo explica: “El libro que más quiero es Calacas, ahí hice algo que me dio mucho placer: está es-crito con un tono de pelado mexicano. Ahí están citados Horacio, Virgilio, Homero, Quevedo, el Anónimo Sevillano, Jorge Manrique, Manuel Gutiérrez Nájera, el Cantar de los Cantares; es mi poema más desnudo y más eruditamente de pelado.”

En Rubén entroncan dos grandes tradiciones: los auto-res prehispánicos y el mundo grecolatino: Nezahualcóyotl y Virgilio. Dos mundos opuestos que en él encontraron una síntesis adecuada. Dueño de una obra perfecta, de extre-mo rigor formal y exploraciones inéditas y deslumbrantes, la poesía en él es luz de la palabra, relámpago de la inteli-gencia, sinceridad diáfana; lo demás, penumbra. Respetó el verso clásico, pero supo manejarlo dentro de una amplia libertad expresiva, consiguió, de este modo, transformar la poética de nuestro tiempo sin salirse del valor supremo y universal: el amor pasión.

La poesía de Bonifaz Nuño es, en efecto, rigurosa, con contribuciones a la métrica y al ritmo, las que hizo luego de sentirse abrumado por los hallazgos de Lope de Vega, Góngora, Bécquer, Pellicer y Cuesta. Su creación en conjunto se agrega a las más distinguidas del castellano. Es el in-menso traductor de los clásicos griegos y latinos. Su ver-sión de La Ilíada es perfecta.

Ajeno a grupos y sectas, Rubén tuvo amigos queridos, la muerte se los fue arrebatando y por último lo abordó: “La muerte es una compañera que está sentada en el brazo del sillón, mordiéndome lentamente, lo poco que me queda libre. La veo sin temor ni emoción, me parece completa-mente natural”. El corolario está en un poema suyo escri-to en 1981, inserto en As de oros: “Y he cambiado. Sordo, encanecido,/ una oficina soy, un sueldo;/ veinte mil pesos en escombros/ y un Volkswagen, y la nostalgia/ de lo que no tuve, y el insomnio,/ y cáscaras de años devaluados”. Los lectores concentran la mirada en su poesía dueña de una hermosura espiritual que asombra y atrapa: Conozco la razón de la distancia/ y tú me das la cercanía o: Te amé siempre./ desde antes./ Tú desde siempre estabas en mi san-gre/ y en el alma de todas las cosas que he querido.

*Fragmento del texto leído en Bellas Artes en su último homenaje, aún vivo.

www.reneavilesfabila.com.mx

Bonifaz Nuño poseyó el ma-

yor don: el fue-go de la poesía y asimismo su-frimientos físi-cos y algo atroz:

la ceguera.

2 : EXPRESIONES D O M I N G O 1 D E F E B R E R O D E 2 0 1 5 : E X C E L S I O R

EL PERIÓDICO DE LA V IDA NACIONAL

Víctor Manuel TorresCoordinador

Edgar HernándezEditor

Paola RodríguezCoeditora Visual

E X C E L S I O R : D O m I n g O 1 D E f E b R E R O D E 2 0 1 5 EXPRESIONES : 3

Omiten a autores mexicanosPOR LUIS CARLOS SÁ[email protected]

Una firma esta-dunidense de comida rápi-da ha desatado una polémica. El platillo principal

del restaurante Chipotle mexi-can girl son los famosos burritos —algunos preparados con ingre-dientes como carnitas, barbacoa y guacamole— y en su nombre la marca se enorgullece de su origen azteca; sin embargo, en su última campaña de promoción de la lec-tura ha omitido incluir autores mexicanos.

bautizada con el nombre de “Cultivating Thought” (Culti-vando pensamiento), la campaña consiste en incluir, en sus vasos y bolsas de cartón, fragmentos de textos de diferentes escrito-res del mundo; curiosamente, la cruzada no contiene ningún au-tor mexicano.

La exclusión desató una contracampaña que burlona-mente fue titulada “Cultivating Invisibility” (Cultivando invisi-bilidad), a la que el restaurante respondió que para su cruzada invitó a autores mexicanos (de los que no especifica nombres) sin recibir respuesta.

“Cultivating Thought” ini-ció en 2014; el escritor estadu-nidense de origen judío Jonathan Safran foer (Washington DC, 1977) es el curador de los textos que aparecen estampados junto a diferentes diseños de vasos y bolsas. En su primera etapa, la campaña incluyó una decena de autores como Toni morrison, malcolm gladwell, Sarah Silver-man, michael Lewis, bill Hader, Judd Apatow, george Saunders, Steven Pinker, Sheri fink y el mismo Safran.

Para la continuación de la cruzada, Chipotle mexican girl ha elegido a Amy Tan, Pau-lo Coelho, Aziz Ansari, Walter Isaacson, Jefrey Eugenides, Au-gusten burroughs, neil gaimen,

Para promover la lectura, el restaurante Chipotle Mexican Girl, que presume su origen azteca, lanzó una campaña en la que no están escritores de nuestro país

Foto: cultivatingthought.com/

Si Chipotle es mexicano, ¿por qué ningún escritor mexica-

no forma parte del proyecto?”

¿O incluso un autor mexicoame-ricano o de ascendencia latina?”

LISA ÁLVAREZ, ESCRITORA

cerla llegar a otras personas. Es encantador la idea de tomar un refresco o el alimento en un vaso con las letras de Toni morrison o george Saunders, tenerlo fue-ra de las aulas, o de las librerías, y poniéndolo al alcance de gente de todas las edades, orígenes, ra-zas, etnias, y no sólo de los habi-tuales lectores e intelectuales”.

Álvarez es la voz latina que ha tenido cabida en la campa-ña, aunque estadunidense, es de origen dominicano. Su his-toria estampada habla de la migración: “Pensé que era im-portante, como latina, añadir mi voz a esta serie. no es sólo nuestra comida la que se sirve en Chipotle, sino nuestras artes”. Su historia se títula Two-Minute Spanglish con Mami y se centra en la experiencia de los migrantes latinos llegados a Estados Uni-dos, especialmente al momento de enfrentarse a la necesidad de aprender el idioma inglés.

La contracampaña ha in-cluido la organización de di-versos escritores que a manera de broma han pegado, en vasos desechables, fragmentos de sus textos.

Las redes sociales han sido el campo de batalla para criticar a la firma que en su página electró-nica (www.cultivatingthought.com) afirma que su intención con la campaña es promover la reflexión y el encuentro con los escritores incluidos.

“A lo largo de los años hemos usado nuestros vasos y bolsas como un medio para compartir nuestro sentido del humor, pen-samientos e ideas, no sólo con la palabra sino también con el dise-ño. La serie Cultivating Thought continúa esta tradición. Tene-mos la esperanza de que estos textos permitirán a las personas vincularse con las reflexiones de los escritores, con los que pueden o no estar familiarizados, y crear un momento de pausa en medio del mundo digital, inspirar la in-trospección y producir tal vez un poco de risa.”

Julia Álvarez, Carlos Rus Zafón y barbara Kingsolver. Y de los mexicanos, ni sus luces. La em-presa asegura que invitó a auto-res mexicanos y que fueron ellos quienes rechazaron la propuesta.

La contracompaña fue inicia-da en facebook por la escritora, Lisa Álvarez, quien se pregunta: “Si Chipotle es un restaurante mexicano, ¿por qué ningún es-critor mexicano forma parte del proyecto? ¿O incluso un autor

mexicoamericano o de ascen-dencia latina?”. De acuerdo con el escritor-curador, la campaña ha tenido un impacto que inclu-ye la posibilidad de que un tex-to impreso en los utensilios del restaurante pueda ser visto hasta por 800 mil personas en un día.

Ante la cifra, la escritora Julia Álvarez ha afirmado: “me quedé asombrada. me encanta la idea de democratizar y liberar la lite-ratura de esta manera para ha-

El texto crítico apareció en el sitio de la revista electrónica Fast Company.

<VENDEN RICOS BURRITOS>

4 : EXPRESIONES D o m i n g o 1 D e f e b r e r o D e 2 0 1 5 : e X C e L S i o r

EDUARDO GARCÍA A.

[email protected]

Café París

El genio del catalán Josep PlaDescribir, relatar, contar, ahí está,

para él, lo mejor del escritor

Una de las lecturas más sustanciosas del último año fue para mí la de El cuaderno gris de Josep Pla (1897-1981), escritor catalán considerado no sólo uno de los grandes de esa lengua, sino de españa toda, gracias a la traducción que al castellano realizó Dionisio Ridruejo, publica-

da de nuevo hace poco por la colección Austral, con ajustes y revisiones surgidas del cotejo de la versión con el manus-crito original.

El cuaderno gris es un diario de lo acontecido a un joven catalán estudiante de derecho, en los años 1918 y 1919, cuan-do en europa terminaba la terrible Primera guerra que clau-suraba el siglo XiX de manera tardía y en todo el continente se agitaban las ideas modernas que revolucionarían las ar-tes, las letras y las ciencias.

Pla es del Ampurdam, fértil zona norte de Cataluña, re-gión muy específica al pie de los Pirineos, fronteriza con francia, cruzada por vientos provenientes de todos los pun-tos cardinales, como la tramontana y el garbí, que tienen la especificidad de volver un poco locos y excéntricos a sus habitantes. nació en Palafrugell, en el bajo Ampurdam, no lejos de las costas del mediterráneo y creció en un mundo lleno de campesinos y pescadores que vivían una vida senci-lla degustando delicias culinarias familiares, todos ellos muy ligados a la naturaleza y al disfrute del viento, el cielo, las estrellas, la tierra, el mar, el vino y la fiesta.

La zona tiene infinidad de bellos pueblos interiores y cos-teros y dos ciudades medias que poseen todo lo necesario, figueres y girona, aunque el centro regional irradia desde la capital catalana barcelona, una próspera metrópoli carac-terizada por sus palacios, avenidas, ramblas y las construc-ciones delirantes del gran arquitecto Gaudí como la Sagrada familia y el Parque güell.

el más famoso y chiflado de los artistas del Ampurdam, al lado de Pla, es el gran surrealista bigotudo Salvador Dalí, ori-ginario de figueres y quien vivió en Cadaqués y Port Lligat, pequeños puertos mediterráneos empotrados en intrincadas bahías rodeadas de mon-tañas, rocas y mar, donde hoy es una delicia pasar las vacaciones bajo la lumino-sidad inextinguible de la Costa brava. A esos luga-res se agregan otros pue-blecillos medievales que conservan rastros de ha-bitación milenaria y reco-dos montañosos bañados por cascadas, en medio de bosques y reductos na-turales a donde llegan las aves migratorias para des-cansar y reposarse en sus largos viajes desde el gla-cial norte europeo hasta el caluroso sur africano.

Pla centra su libro en la capacidad descriptiva de cosas, lugares, animales y hu-manos, pues para él lo más difícil para un escritor es saber describir y bien, pues opinar es banal, reino de lugares co-munes y prejuicios, ingenuidades y estupideces encendidas por la ignorancia y la terquedad. Describir, relatar, contar, ahí está, para él, lo mejor del escritor.

Su trabajo en esas mil espléndidas páginas largas de su Cuaderno gris es plasmar lo que ocurrió en su vida en esos dos años: el relato de la rutina familiar y pueblerina, la des-cripción de la naturaleza viva en las diversas estaciones del año, el dibujo nítido de los seres humanos de todo origen y nivel, así como la vida estudiantil de barcelona. Abuelos y abuelas, tíos y tías, amigos, ancianos de otro siglo, campe-sinos, pescadores, emigrantes millonarios que regresan de América, personajes exitosos o fracasados, solitarios, juga-dores, payasos, profesores, tenderos, estudiantes, son plas-mados con la maestría de una prosa que, como pocas, sabe captar la realidad y sus secretos.

Debo esa lectura al maestro Álvaro Mutis, quien alguna vez en méxico me regaló una vieja edición de El cuaderno gris y me recomendó especialmente el libro, como de uno de los autores que él más admiraba y leía. Mutis estaba casado con la catalana Carmen Miracle, y tuvo una relación profunda con esa región española a lo largo de casi toda su vida, por lo que era buen conocedor de su literatura. Sólo pude seguir su recomendación mucho tiempo después de su regalo, pero ya en la nueva edición revisada y muy cuidada. Al devorar esas páginas, divertirme y reír a carcajadas de las ocurrencias, la ironía y el sarcasmo de Pla, escéptico y poco confiado en los hombres, he descubierto cuánta influencia hay del viejo catalán en la prosa novelística del gran autor colombiano.

La prosa de Pla se bebe como agua fresca o vino blan-co junto al oleaje del mediterráneo, sacudido, irisado por los vientos del norte y el sur. es una prosa que huele, pica, agita, penetra hasta lo más insondable de la vida. basta acercarse a ella para encontrar en cada página una sorpren-dente maestría en el manejo de los adjetivos, en el cincelado natural de la frase, en la definición excéntrica de colores o formas, objetos y rostros. es una prosa socarrona llena de sorpresas y giros que sólo él sabía lograr cuando dirigía su telescopio a la acción de seres humanos, animales, pájaros, perros, gatos, loros, cisnes, árboles, caracoles y piedras.

Pla es un autor necesario para todo buen lector, pues aun-que él escribió una obra monumental en décadas de ejercicio periodístico diario en la prensa catalana, fue ante todo un lector y un observador incisivo que veía más y mucho mejor que los otros. El cuaderno gris es el libro fundacional de una lengua, la catalana, y a la vez un texto bíblico que nombra todas las cosas como si fuera por primera vez. Leerlo es re-nacer como escritor o lector o, simplemente, como ser hu-mano que vive y se extingue poco a poco.

El obituario fue publicado por el diario The Australian.

<FALLECIÓ LA ESCRITORA COLLEEN MCCULLOUGH>

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SYDneY.— el principal pe-riódico australiano se enfrentó a duras críticas por su obitua-rio de la escritora más conocida del país, a la que describió como sosa y con sobrepeso.

el obituario que publicó el diario The Australian sobre Co-lleen mcCullough, cuya novela The Thorn Birds vendió 30 mi-llones de copias en el mundo, y que murió el jueves a los 77 años tras una larga enfermedad, no comenzaba con una enumera-ción de sus logros, sino con una descripción de su aspecto físico.

“Colleen mcCullough, la autora australiana con mayo-res ventas, era encantadora”, comenzó el texto. “Sosa de apariencia, y desde luego con sobrepeso, era sin embargo una mujer de ingenio y calidez. en

Juzgan obituario de irrespetuoso

una entrevista, dijo: ‘nunca me han interesado la ropa o la silue-ta y lo interesante es que nun-ca tuve ningún problema para atraer a los hombres’’’.

Pronto, la etiqueta myozobi-

una autora respetada.Las críticas por el obituario

tenían dos vertientes. Por un lado, el diario decidió comenzar su historia hablando del aspec-to de mcCullough en lugar de sus logros, que incluían 10 años como neuróloga y escribir 25 no-velas. La otra crítica se centraba en la insinuación de que alguien de aspecto poco llamativo y con sobrepeso podría “sin embar-go” ser ingeniosa y cariñosa.

“¿Una persona cálida y con ingenio PeSe a tener sobre peso? ¡¡¡eso es increíble!!! (tam-bién, talento y eso)”, tuiteó Ke-rri Sackville, columnista de los diarios rivales Fairfax, con la etiqueta “sexismocotidiano”.

The Thorn Birds, publicada en 1977, se convirtió en una mi-niserie de televisión en 1983. La protagonizaron richard Cham-berlain, rachel Ward y Christo-pher Plummer.

Di Cosimo sólo comía huevos co-cidos que, para ahorrar fuego, coci-naba cuan-do hervía su pegamento.”

GIORGIO VASARIBIÓGRAFO DE DI COSIMO

<NATIONAL GALLERY OF ART>

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WASHing-Ton.— Tan excéntri-co que, al parecer,

vivió como una bestia, Piero di Cosimo hizo carrera algo en-sombrecido por genios contem-poráneos como Leonardo da Vinci, aunque su arte brilla con luz propia en la primera gran re-trospectiva del pintor en eU.

nada menos que seis salas se han habilitado en la presti-giosa national gallery of Art para acoger, desde hoy y hasta el próximo 3 de mayo, 44 pintu-ras del maestro procedentes de norteamérica y europa.

Hasta hoy, la única muestra dedicada a Di Cosimo (1462-1522) en eU se celebró en 1938 en la galería Schaeffer de nue-va York, con sólo siete obras del pintor nacido en florencia, en plena ebullición renacentista.

“Ha llegado la hora de Pie-ro di Cosimo”, declaró Dennis geronimus, uno de los comi-sarios de la retrospectiva, que supone una especie de “redes-cubrimiento” del artista, “no tan recordado por el gran pú-blico, como (Sandro) botticelli o Leonardo (Da Vinci)”.

Así pues, la exposición de Washington devuelve a la ac-tualidad, por la puerta grande, a uno de los pintores más fasci-nantes del renacimiento, tanto por su elevado talento artístico y sus legendarias extravagan-cias, como por el misterio que rodeó su vida.

Hijo de un orfebre y discípu-lo del artista Cosimo rosseli, el pintor poseía el “espíritu más noble”, pero su comportamien-to resultaba “muy extraño”, según relata el célebre biógrafo italiano de autores renacentis-tas giorgio Vasari (1511-1574).

Piero di Cosimo —escribe Vasari con su pomposa pluma— era un “gran amante de la sole-dad y no conocía más placer que retirarse con sus pensamientos y su extravagante vagabun-deo, haciendo sus castillos en el aire”, sin ocuparse “nada de su propia comodidad”.

“Y se limitaba a no comer otra cosa que huevos cocidos que, para ahorrar fuego, cocina-ba cuando hervía su pegamen-to. Y no (cocinaba) seis u ocho de una vez, sino unos cincuen-ta. Y, guardados en una cesta, se los comía uno a uno”, señala el historiador.

el pintor —sigue Vasari— “no podía soportar el llanto de los niños, la tos de los hombres, el sonido de las campanas y el canto de los frailes”, al tiempo que “las moscas le enfurecían

La obra del excéntrico pintor renacentista, opacado por Da Vinci, llega a América después de que en 1938 se había realizado una pequeña muestra

Cosimo: la poesía de la pintura en la Florencia del Renacimiento.

La muestra reúne cuadros religiosos, retablos de iglesias, sugerentes escenas mitológicas con abundancia de desnudos sensuales y meticulosos retra-tos que demuestran la “ver-satilidad” del pintor, según geronimus, profesor de arte en la Universidad de nueva York.

ningún lienzo —destacó el comisario— presenta “una clara firma” del artista, cuya rúbrica es más bien su “estilo inconfundible”, basado en “sus peculiares anatomías (...), su uso de colores muy vibrantes, su iluminación o su tratamien-to de la naturaleza”.

esa “marca de la casa” reluce en la obra estrella de la exposi-ción, Liberación de Andrómeda, en la que Di Cosimo da rienda suelta a su imaginación y re-crea la lucha del héroe mito-lógico Perseo para salvar a su esposa de caer en las fauces de un monstruo.

en palabras de Vasari, “Pie-ro nunca hizo un cuadro mejor acabado que éste”, pues “no es posible hallar un monstruo ma-

rino más fantástico o estrambó-tico que el que Piero imaginó”.

La temática divina también impregna algunas de sus obras maestras, como el célebre óleo sobre témpera La virgen y el niño entronizados con los santos Isabel de Hungría, Catalina de Alejan-dría, Pedro y Juan Evangelista con ángeles, que podrán contemplar igualmente los visitantes del museo de Washington.

Al margen de las pinturas exhibidas, Di Cosimo dejó tam-bién su impronta en la Capilla Sixtina de roma. A la “ciudad eterna” viajó el pintor en 1481, junto a Cosimo rosseli, para de-corar las paredes de la famosa capilla del Palacio Apostólico del Vaticano, donde despuntó como virtuoso paisajista, influi-do por el naturalismo flamenco de Hugo Van Der goes.

Parece que ese viaje fue el único que hizo fuera de su flo-rencia natal, en la que “fue en-contrado muerto a los pies de una escalera una mañana del año 1521” como consecuencia de sus “gustos extravagantes”, de acuerdo con el siempre flori-do giorgio Vasari.

tuary (“mi obituario australia-no”) era tendencia en Twitter y gente de todo el mundo se burló de la publicación de lo que a mu-chos les pareció un tratamien-to descaradamente sexista para

Foto: Especial

Foto: Especial

“Llegó la hora de Piero di Cosimo”

Para Pla opi-nar es banal, reino de luga-res comunes y prejuicios,

ingenuidades y estupideces.

e incluso las sombras le moles-taban”. esas excentricidades —sostiene el biógrafo— hicie-ron que llevara “la vida de un hombre que era menos hombre que una bestia”.

rarezas aparte, Vasari no escatima elogios hacia el ar-tista, a quien define como “un gran maestro del color al óleo”, virtud que resalta en la retros-pectiva de eU, titulada Piero di

Alegoría, circa 1500, óleo sobre madera, 56.2 × 44.1 cm

E X C E L S I O R : D O m I n g O 1 D E f E b R E R O D E 2 0 1 5 EXPRESIONES : 5

1,300RELATOSescuchó y leyó Morábito.

Una de las ma-yores temáticas es el hambre. Se repite el típico motivo de los tres hijos que salen a buscarse la vida, pues no hay ali-mento en casa.”

Hay que salir a buscar algo, por gusto, por ham-bre o porque hay una prince-sa. Son tópicos universales.”

FABIO MORÁBITOESCRITOR

POR VIRGINIA [email protected]

Doncellas en bus-ca del amor, reinas, brujas, enanos, caza-dores, niños que se pierden,

hermanos que viajan, príncipes, espejos y hombres que se con-vierten en animales. Estos per-sonajes no sólo son recreados en los cuentos de hadas europeos, sino que también dan vida a los relatos populares mexicanos.

Tras cuatro años de recopi-lación y lectura de unas mil 300 historias que se han narrado de manera oral en diversas lenguas y entidades del país, el escritor fabio morábito (1955) selec-cionó y reescribió con criterios “puramente literarios” 125 re-latos que integran el volumen de 595 páginas Cuentos populares mexicanos (UnAm/ fCE).

El poeta y narrador mexica-no, nacido en Egipto de padres italianos, que vive en tierras az-tecas desde los 15 años de edad, comenta en entrevista que le sorprendió la fuerza, la crueldad y la universalidad que encontró en estos cuentos.

Descubrió, detalla, que te-mas como el hambre y el viaje son los motores que disparan la mayoría de las historias po-pulares mexicanas, que no son precisamente relatos para niños y jóvenes.

“Una de las mayores temáti-cas es el hambre. Se repite el tí-pico motivo de los tres hijos que salen a buscarse la vida, porque no hay alimento en casa. Prime-ro va el mayor y fracasa, después el de en medio y también fracasa y luego el más chico, que parece el más débil, el más inocuo, pero tiene éxito porque ha aprendido del ejemplo de los demás.

“Eso por un lado y, por el otro, un gran tema también es el viaje. Hay que salir a bus-car algo, por gusto, por ham-bre o porque hay una princesa. Son tópicos universales, nada es propio de la literatura oral mexicana, excepto ciertos lu-gares locales que se mencionan, la comida o algunos animales”, añade.

El cuentista y ensayista admite que en estas historias “existen atrocidades y cruel-dad, mucha sexualidad, esca-tología, burla, escarnio, pero también muchas maravillas, ternura, sueños, amores, prin-cesas. Por eso quise reescri-birlas, para acercarlas al gran público, que todos, incluidos los adultos, conozcan la riqueza de este legado”, destaca.

morábito reconoce que em-prendió esta aventura literaria inspirado en la labor que el ita-liano Italo Calvino (1923-1985) realizó en 1956, cuando publicó su libro Cuentos populares italia-nos, en el que reunió y reescribió 200 relatos orales de su país.

Calvino, a su vez, para este proyecto siguió el ejemplo de los alemanes hermanos Jacob (1785-1863) y Wilhelm (1786-1859) grimm, quienes tras años de investi-gación reescribieron los relatos tradicio-nales de su país, per-mitiéndonos conocer historias como Blan-canieves, La Cenicien-ta, Barba Azul, Hänsel y Gretel, La Bella Dur-miente, Juan sin miedo y Pulgarcito, entre otras.

“En la introducción a sus Cuentos populares italianos, Calvino afirma que, a diferencia de lo que ocurrió en otros países europeos, no hubo en Italia unos hermanos grimm; es decir, un escritor capaz de reunir en un corpus los cuentos populares, otorgándoles una unidad lingüística y estilística que los acercara al gran público.

“Lo mismo puede decirse de méxico. no ha habido hasta la fecha un intento de reunir con criterios puramente literarios un acervo de cuentos de tradi-ción oral para ser leídos por el público no especializado. Es-

tas historias sólo se habían recopilado con fines antropológicos, lingüísticos o folclóri-cos”, detalla.

Hänsel y Gretel, en chontal El autor de los libros de cuentos La lenta fu-ria, La vida ordenada, También Berlín se olvida y Grieta de fatiga expli-ca que en la tradición

oral de los países no hay relatos originales y acabados y méxico no es la excepción.

“La mayoría son historias que migran. Encontré, por ejemplo, a Hänsel y Gretel tradu-cido al chontal, igualita. Y ésta, a su vez, fue traducida de otros idiomas y llegó hasta Alemania.

“Y no están acabadas por-que al narrarlas les quitaban o aumentaban episodios, de-pendiendo de si gustaban o no a quienes las escuchaban; por eso, la calidad de los narradores es vital para su éxito”, indica.

morábito asegura que pri-vilegió en esta recopilación al cuento sobre el mito en español y en lenguas indígenas como el mixe, chamula, mixteco, ma-zahua, náhuatl, maya, puré-pecha, tzeltal, zoque, chontal, kiliwa, tojolabal, rarámuri, za-poteca, tepehuano, chol, tzotzil y algunos dialectos de los pue-blos negros de la Costa Chica de guerrero.

“Los mitos contestan a la pregunta por qué esto es así ahora, por qué hay maíz rojo, amarillo y negro, y te cuentan una historia. Son interesantes, pero el problema es el final, es muy didáctico, termina con una explicación, no hay suspenso, sabemos qué esperar, no sor-prende. Y el cuento es todo lo contrario”, añade.

Dice que halló historias muy modernas, como la tojolabal de Chiapas El corazón de la muerta, en la que se narra de qué mane-ra “un muchacho desalmado” pone un reto a su madre, que ella no puede realizar y, por no cum-plirlo, la mata y luego le arranca el corazón y lo manda cocinar.

“Queda como una historia incomprensible, no se saben los motivos de esta crueldad. Es un personaje siniestro, lo único que dice el cuento es que es des-almado. En ese sentido es muy moderno”, añade.

Y, por supuesto, morábito incorporó dos cuentos sobre el mítico personaje de La Lloro-na que mató a sus hijos, uno de Puebla, en el que el agua es el elemento primordial, y otro de California.

La reconstrucción El autor de los poemarios Lotes baldíos, De lunes todo el año y Al-guien de lava admite que a algu-nas historias las sometió a una reescritura muy profunda, rigu-rosa, pero a otras casi nada. “En ocasiones tenía que trabajar so-bre un material muy hostil, res-catado con ese prurito científico de transcribir cualquier emisión de voz, un material ilegible, no disfrutable.

“Les hacía un trabajo de adaptación. Pasar de un nivel oral a uno escrito supone una cantidad de cambios profundos. Es una fractura total, pues la narración oral descansa en gran medida en el performance, en la capacidad escénica, teatral, de quien cuenta, en las reacciones del público, en la sensibilidad que tenga el narrador de medir qué tanto cautiva. nunca cuen-tas la misma historia dos veces de la misma manera”, apunta el narrador.

Señala asimismo que, en este sentido, escogió la historia “más completa, la más eficaz, la más emocionante; son puros criterios subjetivos, y con éstos mismos deseché muchos cuen-tos. El criterio siempre fue la be-lleza del relato.

“También respeté la secuen-cia, nunca la alteré. Y procuré no cambiar los finales, hubiera pecado de vanidad literaria, por eso tuve que sacrificar cuentos que eran muy buenos, pero que tenían un final flojo, tenían una caída catastrófica en la última página”, afirma.

morábito aclara que en este trabajo no hay cuotas geográ-ficas, “pero tampoco perdí de vista que sí debería haber cierta representación, pero sobre todo lingüística, que es la que más me interesaba”.

Concluye que los cuentos po-pulares mexicanos lo han pro-veído “de imaginación y astucia literaria”.

TÍTULO: Cuentos populares mexicanos

RECOPILACIÓN Y REESCRITURA: Fabio Morábito

ILUSTRACIONES: Abraham Balcázar,

Israel Barrón, Manuel Monroy, Juan Palomino, Ricardo Peláez,

Isidro R. Esquivel, Santiago Solís y

Fabricio Vanden Broeck.

EDITORIAL: Editoriales: UNAM y FCE, México,

2014, 595 pp.

Fabio Morábito

CalvinoMorábito emprendió esta aven-tura literaria inspirado en la labor del italiano Italo Calvino.

Imágenes: Cortesía FCE

LA TRADICIÓN ORALRECREA

El poeta y narrador publica Cuentos populares mexicanos, libro en el que reescribe —con criterios “puramente literarios”—

125 relatos de diversas geografías y lenguas del país

6 : EXPRESIONES D o m i n g o 1 D e f e b r e r o D e 2 0 1 5 : e X C e L S i o r

IVLAS AMBICIONES DEL NIÑO

Con autorización de Almadía, presentamos un fragmento de uno de los relatos de memorias de Twain

Cuando yo era niño, en Han-nibal, misuri, nuestra aldea si-tuada en la ribe-ra occidental del

río misisipi, mis camaradas y yo sólo teníamos una única ambi-ción fija: llegar a ser tripulantes de un barco de vapor. Tenía-mos algunas otras ambiciones pasajeras de otras clases, pero eran sólo transitorias. Cuando un circo pasaba por nuestra al-dea, nos dejaba, al irse, con el ardiente deseo de convertirnos en payasos; la primera compa-ñía de cómicos negros que vino a nuestro pueblo, nos dejó a todos pensando por no llevar esa clase de vida; y, de cuando en cuando, alentábamos la esperanza de que si vivíamos, y nos portábamos bien, Dios permitiría que fuése-mos piratas. estas ambiciones se desvanecieron una tras otra, pero la ambición de convertirnos en tripulantes de un barco de va-por persistió siempre.

Una vez al día, un paquebo-te corriente y llamativo subía de San Luis, y otro bajaba de Keo-kuk. Antes de estos eventos, el día rebosaba expectación; pa-sados aquéllos, se transformaba en muerto e insípido. no sólo los muchachos, sino toda la aldea, participaba de ese sentir. Des-pués de tantos años, aún pue-do recordar con la imaginación, los viejos tiempos, tal como eran entonces: la blanca ciudad amo-dorrada por el ardiente sol de una mañana veraniega, las ca-lles vacías, o casi vacías; uno o dos dependientes sentados frente a los comercios de la ca-lle de Water, con sus sillas de ti-jera recargadas contra la pared, con la barba pegada al pecho, el sombrero echado sobre los ojos, y bien dormidos, con bastantes tejas de madera cepilladas, al-rededor, para demostrar por qué estaban exhaustos; una marra-na y una camada de puercos vagando por la acera, dando buena cuenta de unas cáscaras de sandía y de unas pepitas; dos o tres pequeñas pilas solitarias de carga, esparcidas por todo el “malecón”; una pila de “vara-deras”, en la pendiente del em-pedrado desembarcadero, y el oloroso borracho de la aldea, dormido a la sombra de dichas pilas; dos o tres pantoques de madera al frente del muelle, sin que nadie prestara atención al apacible susurro que produce el suave oleaje contra ellos; el gran misisipi, el majestuoso y mag-nífico misisipi, bamboleando su corriente de 1.5 kilómetros de ancho, que brilla alegremente con el sol; la intrincada selva del lado opuesto; la “punta” que se alcanza a ver desde la ciudad río arriba, y la “punta” río abajo, limitando lo que de éste abarca la vista, convirtiéndolo en una especie de mar, y con todo, en un mar muy quieto, brillante y triste. De pronto, una nube de

<RELECTURAS>

El surgimiento de un escritorLa construcción de un ca-non literario o el proceso en la formación de un au-tor, son tema del ensayo

POR LUIS [email protected]

Porqué se integra un libro a una literatura nacional y no otro, podría ser un asunto relacio-nado más con las formas de or-ganización social (o el azar, incluso), que con su calidad li-teraria. ¿Se publica sólo aquello que merece ser publicado? ¿Se habrá perdido alguna obra sig-nificativa porque su autor haya decidido no publicarla o por-que, sencillamente, haya sido destruida antes de llegar a la imprenta? el profesor Levin L. Schücking (1878-1964) explica que la sociología podría reve-

lar no pocos aspectos de cómo se construye un canon literario.

Aceptemos que la “vida lite-raria”, ese conjunto de hechos, gestos, afectos y desafectos que no llegan a las obras, termina por insertarse en el modo de realizar una propuesta estética. Los escri-tores en la actualidad aún depen-den de organizarse alrededor de un grupo de intereses afines para sobrevivir al desprecio del lector, las escasas condiciones de desa-rrollo para la actividad artística que ofrece la sociedad moderna, la competencia de los libros de consumo inmediato, etc.

El gusto literario intenta una cartografía de cómo se incrusta una obra en un entorno cultu-ral y, gota a gota, se filtra en el gusto de la mayoría. Publicada originalmente en 1931, la obra apenas ha perdido su vigencia a fecha reciente. Las redes sociales podrían ser el nuevo invento para construir una carrera literaria.

Quizá lo que resulta más atrac-tivo del libro sea el análisis que hace el maestro de alemán de la figura del crítico, a la que le reco-noce como un “punto de contac-to” entre el artista y el público. eran los años en que la palabra del crítico podía destruir una ca-rrera o consolidar una tentativa. A su juicio, “los críticos surgen, por una necesidad interna, de los círculos de estetas”.

el concepto del geist de una época no es fácil de poner sobre la mesa. Lo que subsiste de un periodo histórico aún es motivo de interés por parte de los espe-cialistas. Un autor despreciado en su tiempo, de pronto se vuelve central en su entorno o en otro, vía la traducción. La sociología de la literatura explica la función de las editoriales para cobijar una propuesta, la relevancia de los mecenazgos y otros aspectos que, en apariencia, no deberían impactar la elaboración de una

obra de arte. ¿Qué busca el públi-co y quién pondría sus energías al servicio de elaborar lo que ne-cesita? Schücking no se detiene en aspectos éticos del escritor. el libro se lee con sobrada atención ya que utiliza ejemplos de la his-toria literaria.

De cómo lograron molière, Wilde o Sterne, por ejemplo, saltar los obstáculos para ser leídos, el autor extrae lecciones sobre cómo se construye un es-critor profesional. Y es que pa-reciera que “el tiempo decidirá” o “la obra habrá de defenderse”, pero estas comodidades podrían afectar la recepción de una obra o su permanencia en el tiempo. el escritor inicia su labor con la pu-blicación de la obra. Luego viene la etapa de consolidación a tra-vés de estrategias de posiciona-miento. Hay un lobbing inherente a la creación literaria cuya arena natural en la actualidad son los medios de comunicación. Ahí

sucede el descrédito y el insul-to, la palmada a los amigos y ese tiro de muerte que es el silencio más absoluto.

La formación del gusto lite-rario es una prioridad en países apenas desarrollados. ojalá sólo fuera “formar lectores” a granel, compradores obsesivos de las novedades que aparecen en los diarios. inundar las viviendas de libros no garantiza un ejercicio de lectura sostenido. ni aún parcial, por lo demás. Por supuesto a un lector no le corresponde llevar a su punto máximo el gusto litera-rio. Lo suyo es disfrutar los libros como otro producto del merca-do. Para eso están los críticos, académicos y lectores especia-lizados. Schücking ofrece una salida sociológica aunque acaso sea ontológica, financiera y hu-mana en el sentido más amplio.

Por otra parte, es misión del estado fomentar la creación ar-tística pues representa un au-mento de activos inmateriales para todos los habitantes. Y en las instituciones, de igual modo, se necesitan individuos con un gusto literario más allá del olfa-teo coqueto de quien busca tren-zar más alianzas.

<COLECCIÓN CARTOGRAFÍAS>

POR MARK TWAINEspecial

[email protected]

La vida en el

Misisipihumo negro apa-rece sobre una de esas “puntas” le-janas; al instante, un carretonero ne-gro, famoso por su vista de águila y su voz prodigiosa, grita: “¡bar-co-de-va-por-a-la-vis-ta!” Y entonces, ¡cómo cambia la escena! el borracho se despereza, los dependientes despiertan, se es-cucha un furioso repiqueteo de carretones, cada casa, y cada comercio, derraman su contri-bución humana, y en un abrir y cerrar de ojos resucita la aldea y adquiere vida y movimiento. Carretones, carretas, hombres y niños, todos salen apresurada-mente de distintos sectores, di-rigiéndose a un punto común: el muelle. Agrupada allí, la gente toda, fija sus ojos en el barco que llega, como si se tratara de una maravilla que admirasen por primera vez. Y el barco, cierta-mente, es más bien un hermoso objeto a contemplar. es largo, fino, equilibrado y bello; tiene dos altas chimeneas remata-das con adornos de fantasía, con una divisa dorada de alguna clase, sujetada entre ambas; con una timonera pintorescamente presentada, toda de vidrio y con gingerbread, y enclavada arriba de la cubierta llamada “texas”, atrás de aquéllas; los suntuosos tambores de rueda, con alguna pintura, o con sus rayos dorados en la parte superior del nombre del barco; la cubierta de la cal-dera, la de paseo y la “texas” están rodeadas y decoradas con relucientes barandales blancos; hay una bandera ondeando ele-gantemente desde la parte más alta; la puerta de las calderas permanece abierta y se ve el fuego deslumbrante y bravo; las cubiertas superiores se ven ple-tóricas de pasajeros; el capitán se encuentra de pie, junto a la gran campana, tranquilo, impo-nente, provocando la envidia de todos; grandes masas del humo más negro que existe, salen de las chimeneas flotando y retor-ciéndose —efecto grandioso de bajo costo creado con un poco de pino, quemado precisamen-te antes de arribar a una ciu-dad—; la tripulación se agrupa en el castillo de proa; el amplio escenario se traslada al extre-mo del barco, sobre la proa de babor, y un envidiado marinero de cubierta se para pintoresca-mente en la punta, con un rollo de cuerda en la mano; el vapor encerrado chilla a través de los grifos de control; el capitán le-vanta la mano, suena una cam-

pana, las ruedas se detienen, giran luego al revés, producien-do mucha espuma, y el barco, al fin, queda quieto. Viene luego una tremenda confusión debi-da al embarque y desembarque de pasajeros, y a los movimien-tos de carga y descarga, que se efectúan todos al mismo tiem-po; se oyen muchos gritos y ju-ramentos, provocados… ¡por los propios oficiales del barco! Diez minutos más tarde, el barco se halla de nuevo en marcha, ya sin bandera en el bauprés y sin humo negro emergiendo de sus chimeneas. en 10 minutos más, la aldea enmudece otra vez, y el borracho clásico se duerme de nuevo al lado de los bultos.

mi padre era juez de paz, y yo suponía que él poseía el de-recho de vida o muerte sobre todos los hombres, y que podía colgar a cualquiera que lo ofen-diese. Para mí, esta distinción era, en general, suficiente; sin embargo, no se me quitaba de la cabeza el vehemente deseo de llegar a formar parte de la tri-pulación de un barco de vapor. Primero, deseaba ser camarero del barco, para poder salir con un delantal blanco y sacudir un mantel por un lado del buque, donde me pudieran ver todos mis viejos camaradas; después, pensé que preferiría ser el mari-nero de cubierta que se para en la punta del tablón de la plata-forma, con el rollo de cuerda en la mano, pues este individuo es especialmente llamativo. Pero éstos eran, entonces, solamen-te sueños de muchacho, de-masiado idealistas para poder considerarlos como verdade-ras posibilidades. Con el tiem-po, uno de nuestros muchachos se marchó. nada supimos de él durante mucho tiempo. Por fin apareció como aprendiz de maquinista, o “bisoño”, en un barco de vapor. esto sacudió los cimientos de todo lo que me

Luis una vez, teniendo, aunque fuera, una vaga idea general de sus maravillas. Pero sus días de gloria se habían eclipsado. Ahora habían enmudecido hu-mildemente, y aprendieron a

hacer mutis cuando el cruel “maquinista en embrión” se acercaba. este tipo tenía, además, dinero y grasa para el pelo, también un reloj de plata ajeno y una llamativa leontina de la-tón. Usaba cinturón de cuero y no llevaba tiran-tes para el pantalón. Si alguna vez un joven fue cordialmente admirado y odiado por sus cama-radas, éste fue él. ningu-na mujer podía resistir su encanto. “Suprimió” así a todos los chicos de la al-

dea. Cuando por fin su bar-co pitó al marcharse, todos

sentimos que una apacible alegría se difundía entre no-

sotros, la que, por cierto, no habíamos vuelto a experimen-tar por algunos meses. Pero, cuando regresó a la semana si-guiente, vivaz, afamado, y pre-sentándose en la iglesia todo golpeado y vendado, como un fulgurante héroe contemplado y admirado por todos, nos pa-reció que la parcialidad de la Providencia, a favor de un rep-til indigno, había llegado a un punto que se prestaba a críticas.

La carrera seguida por este individuo sólo podía acarrear un resultado, e inmediatamen-te pudo observarse. Casi todos los chicos, uno tras otro, se inge-niaron para trabajar en el río. el hijo del ministro protestante se transformó en maquinista. Los hijos del médico y los del admi-nistrador de correos se convir-tieron en “desenlodadores”, el hijo del mayorista de licores se fue como cantinero de un bar-co; cuatro hijos del comercian-te principal del lugar, así como dos hijos del juez del condado, se convirtieron en pilotos. el pues-to de piloto era el más impor-tante de todos. el piloto, aun en esos días de salarios ínfimos, te-nía un salario principesco, que era de 150 a 250 dólares al mes, y con comidas gratis. Con el sala-rio de un piloto, correspondien-te a dos meses, se podía pagar el salario anual de un cura. Ahora, algunos de nosotros nos queda-mos tristes y desconsolados. no pudimos irnos a trabajar al río, es decir, nuestros padres no nos lo permitieron.

Así que, con el tiempo, yo me escapé de casa. me dije que no volvería mientras no llegara a ser piloto y pudiera regresar con gloria. Pero, de un modo u otro, no pude conseguirlo. me colaba sumisamente a bordo de algunos de los botes que están apretados como sardinas, a lo largo del extenso muelle de San Luis, preguntando humilde-mente por los pilotos, pero sólo logré encogimiento de hombros y palabras aisladas de los tripu-lantes y empleados. Tuve que conformarme, por el momento, con esta clase de trato, pero me consolaba soñando despierto, con un futuro en el que llegaría a ser un grande y estimado pi-loto con mucho dinero, y en el que pudiera matar a algunos de esos tripulantes y empleados, y cobrarles así sus desprecios.

enseñaban los domingos, en la escuela de doctrina. ese chico había sido notoriamente mun-dano, y yo, todo lo contrario; sin embargo, a él se le elevaba a tanta altura, y a mí se me de-jaba en la oscuridad y en la mi-seria. el muchacho nada tenía de generoso dentro de su “gran-deza”. Siempre se las arreglaba para encontrar algún remache oxidado que frotar, mientras su barco se detenía en nuestra villa, y se sentaba en la baran-dilla a frotarlo, donde todos lo pudiéramos ver, y lo envidiára-mos y detestáramos al mismo tiempo. Y todas las veces que su barco era desaparejado, re-gresaba a casa y se pavoneaba por toda la villa, vestido con sus ropas más negras y grasientas, para que nadie pudiera olvidar-se de que él era un tripulante de barco; y, al hablar, empleaba toda clase de tecnicismos pro-pios del barco de vapor, como si estuviera tan acostumbrado a ellos que ya había olvidado que la gente común y corriente no podía entenderlos. Hablaba, por ejemplo, del lado de “babor” de un caballo, de un modo tan fácil y natural, que hacía que uno deseara que se muriese. Y siempre estaba hablando de “San Luy”, como un ciudada-no ya maduro; así se refería, de modo casual, a ciertas ocasio-nes en que “pasaba por fourth Street”, o en que iba “pasando frente a la Planter’s House”, o a aquella versión en que hubo un incendio, y él tomó su tur-no en las palancas de la bomba llamada “la vieja big missou-ri”, y después se ponía a mentir acerca del número de pueblos del tamaño del nuestro que se habían incendiado por allá, en ese mismo día. Anteriormen-te, dos o tres de los muchachos habían sido considerados por nosotros como personas promi-nentes, por haber estado en San

ADELANTO EDITORIA

L

TÍTULO: La vida en el Misisipi

AUTOR: Mark Twain

EDITORIAL: Almadía, Col. Carto-grías. México, 2014.

TÍTULO: El gusto literario

AUTOR: Levin L. Schücking

EDITORIAL: México: Fondo de Cultura Económica, 1996. 138 pp.

E X C E L S I O R : D O m I n g O 1 D E f E b R E R O D E 2 0 1 5 EXPRESIONES : 7

T R E S P A R A L L E V A R

1. En el prólogo de La linterna mágica (biblio-teca del Estudiante Universitario, UnAm, segunda edición, 1955), mauricio mag-

daleno apunta que José Tomás de Cuéllar (Ciudad de méxico, 1830-1894) “cifra un recio capítulo de la vida del pueblo mexicano. Su voz está y estará presente en la historia del sentimiento de méxico cada vez que se pregunte por un real filón de pueblo y de patria”. Sucede que las obras de José Tomás de Cuéllar ope-ran como ventanales para ver lo que ocurría en la clase media del siglo XIX mexicano, “el realismo visto al través del cristal del arte que ideali-za y sublima”, refiere, a su vez y en su tiempo guillermo Prieto, en el pró-logo a esta nueva edición de baile y cochino... que, sin más, empieza así: “Se trata de celebrar el cumpleaños de matilde, la niña de la casa, y su papá, que la quiere mucho, y además acaba de hacer un negocio gordo, va a echar la casa por el balcón”.

Esta novela clásica de Cuéllar ofrece un panorama de la época y sus costumbres, una mirada “al na-tural de familia o grupos de fami-lias en acción”. Es un retrato fiel del méxico que fue y que, con las varia-ciones del caso, acaso se siga vien-do. José Tomás de Cuéllar extrae la pulpa social mexicana.

—Fernando Islas

TÍTULO: El hombre que fue un mapa

AUTOR: Ignacio Padilla

ILUSTRACIÓN: Rafael Barajas El Fisgón

EDITORIAL: FCE, México, 2014; 85 pp.

TÍTULO: Baile y cochino...

AUTOR: José Tomás de Cuéllar

EDITORIAL: Conaculta, Clásicos para hoy,

México, 2014; 147 pp.

TÍTULO: Ayotzinapa, la rabia y la esperanza

AUTOR: Roberto González Villarreal

EDITORIAL: Terracota, Col. Debate,

México, 2015; 176 pp.

3. Pocas veces los libros que apare-cen en la coyun-tura de un suceso tienen el tiempo necesario de coc-

ción. generalmente la literatura del momento, apoyada sobre todo en acontecimientos políticos, es un género que se hace al botepronto, que obedece a la petición de una editorial que tiene escaso tiempo para convertir el título en un éxito de ventas. Este libro no se incluye en ese grueso catálogo oportunista.

Si bien se refiere a un aconteci-miento que incluso no ha concluido, aquí se aborda el caso de los 43 es-tudiantes de Ayotzinapa. El autor, doctorado en educación por la UPn y miembro del Sistema nacional de Investigadores, es un experto en el estudio de la desaparición.

Su anterior título Historia de la desaparición. Nacimiento de una tec-nología represiva (Terracota, 2012) sienta las bases para abordar el caso específico de los desapareci-dos en Iguala. El texto no sólo se centra en el hecho específico, suce-dido el 26 de septiembre de 2014, sino que analiza el fenómeno en un enfoque global, que incluye la pro-testa y el movimiento social.

—Luis Carlos Sánchez

<RESEÑA LITERARIA>

Thomas Pynchon se mantiene apartado de la mirada pública desde 1963

POR RAFAEL MIRANDA BELLOEspecial [email protected]

Durante una estancia de encierro voluntario en un hotel construido entre los riscos de alguna costa del Pacífico, el lector se entretu-vo observando con curiosidad a un hombre de gran barba cana y media sonrisa, que leía todo el tiempo ignorando a los huéspe-des que lo circundaban.

El lector lo vio por primera vez a mitad de la alberca, cu-briendo su cabeza de la incle-mencia del sol con un sombrero panamá y absorto en la lectura de un libro de bolsillo, ajeno al agua que salpicaban los nada-dores ocasionales; más tarde, localizó su inconfundible barba en la terraza del bar principal, concentrado en las páginas de un mamotreto de tapa dura que iluminaba con una lámpara por-tátil, y entonces se enteró, por boca de un experto agitador de martinis, que el lector incansa-ble era un escritor estadunidense que se hacía llamar Tom, y que llevaba más de doce años visitan-do el hotel, para cumplir con la costumbre de leer la suma apro-ximada de veinte libros en la se-mana que duraba su hospedaje.

Los días que siguieron el lec-tor volvió a verlo en la playa y en un restaurante, siempre con los ojos metidos en un libro distin-to, y aunque trató de conseguir más información sobre él, o por lo menos el título de uno de los libros que lo mantenían en tran-ce, no obtuvo ningún resultado. Pero mientras tanto, en el ocio de las resacas tropicales, se le ocu-rrió pensar que el lector compul-sivo podría ser Thomas Pynchon (glen Cove, Long Island, nueva York, 1937), el elusivo escritor

Una épica alucinatoriapio (2009), en donde Larry Doc Sportello, un detective privado y consumidor habitual de mari-guana, aunque no renuncia a nin-gún otro tipo de narcóticos que surjan a su alcance, sigue las pis-tas de una serie de sospechosas desapariciones que ocurren en gordita beach, Los Ángeles, Ca-lifornia, a principios de la década de los setentas, en el momento en que resuenan con fuerza los crímenes cometidos por Charlie manson y La Familia, su captura y condena posteriores.

La intriga que se desata a lo largo de la novela es propiciada por una petición de ayuda he-cha por Shasta fay, la bella ex-amante de la que Sportello sigue enamorado, y a raíz de la cual se enreda la trama en una com-binación de circunstancias en las que se involucran un policía multiempleado, un abogado que ofrece más complicaciones que asistencia jurídica, miembros del personal del fbI, un saxofonista y otros músicos hippies, médi-cos incriminados en operaciones misteriosas, el opulento empre-sario local mickey Wolfmann, un nazi de origen judío en proceso de reconversión espiritual, y el Colmillo Dorado, algo que, se des-cubrirá, no es simplemente una goleta que solía llevar el nombre de Preserved.

Emparentada con Vineland (1990), al compartir la atmós-fera de las tribulaciones de una época, Vicio propio es un insidio-so recorrido de historias parale-las y relatos de “hechos reales” como versiones alternativas, con los que la épica alucinatoria de Pynchon levanta una realidad li-teraria en la que el lector no pue-de evitar adoptar “una expresión siempre a punto de desplegarse en una sonrisa”, como la del ex-tranjero de la barba cana, quien si bien es probable que no fuera el enigmático escritor, no hubie-ra sido extraño que estuviera le-yendo uno de sus libros.

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que se mantiene apartado de la mirada pública desde la publica-ción de su novela debut V. (1963), lo que ha alentado la existencia de una inconcebible cantidad de conjeturas acerca de su verdade-ra identidad, entre las que, inclu-so, alguien afirmó que se trataba en realidad de J. D. Salinger, el autor de El guardián entre el cen-teno, o de Roger mcguinn, el cantante de la desaparecida ban-da de rock The birds.

Lo que no deja de ser cierto es que Pynchon ascendió a alturas disparatadas con la aparición de El arco iris de gravedad (1973), y mantuvo la tensión del vuelo en la exorbitante Contraluz (2006), para bajar la velocidad y tomar un respiro dentro del género de la novela negra con Vicio pro-

TÍTULO: Vicio Propio

AUTOR: Thomas Pynchon

TRADUCTOR: Vicente Campos González

EDITORIAL: Tusquets Editores,

España, 2014, 422 pp.

Ilustración: Edgardo Lara

2. Hipotálamo, un gue-rrero destituido de las filas del ejército grie-go después de haber perdido un brazo, una pierna y un ojo, quería

ser un gran sabio, como Arquímedes, y no descansó hasta que descubrió lo que el vanidoso maestro pidió: el Punto de Apoyo que movería al mundo. El viejo vivía en un pueblo de pescadores llama-do Quimera y sus únicas posesiones eran una casa pequeña, una barca mediana y un perro amarillo. Era feliz buscando el famoso Punto de Apoyo que regalaría a Arquímedes, pero empezó a perder el único ojo que le quedaba y, fúrico, mal-dijo a los dioses, quienes le enviaron un rayo que le quemó todo el cuerpo.

Aun así, casi muerto, descubrió el Punto de Apoyo y, al llevárselo al mate-mático de Siracusa, éste se burló de él y lo corrió. Hipotálamo se dejó morir y se convirtió en un mito para Quimera, cu-yos pobladores erigieron el laberinto más grande y extraño para proteger el secre-to. Quimera se volvió famosa y los hom-bres más poderosos acudían a ella, pero todos morían en el laberinto. El pueblo y el laberinto desaparecieron tragados por el mar, pero hubo un muchacho que logró escapar con el mapa de la ciudad, que tiempo después apareció tatuado en la espalda de dos gemelos. Así comenzó una leyenda que llegó a nuestros días.

—Virginia Bautista

LECCIÓN DE NAKAMURA AL INDIO BASKARAN ADHIBANEl ajedrez contiene tan infinitas posibilidades que un genio como Alexander Alekhine gustaba curiosear partidas entre EmpujaMaderas (EM) y Grandes EmpujaMaderas (GEM). Tal vez el juego de Nakamura responda a una preparación casera o al ajuste de alguna posición entre ajedrecistas de menor rango. El valor del triunfo de Nakamura reside en ceder una calidad en plena apertura ante un GM de 2,630, crear, mediante el cálculo concreto, (anticiparse), una poderosa pareja de peones en la tercera fila y llegar a un final superior y laborioso. Fue una lección de Nakamura.

Blancas: Baskaran Adhiban, India, 2,630.Negras: Hikaru Nakamura, Etsados Unidos, 2,776.

Gambito de Dama aceptado, D20.R-5, Open Tradewise Gibraltar, 27–01–2015.

1.d4 d5 2.c4 dxc4 3.e4 b5 4.a4 c6 5.Cc3 a6 6.axb5 cxb5 7.Cxb5 axb5 8.Txa8 Se registran tres partidas entre jugadores de bajo nivel: Phillippp Ammann - Jean Luc Costa, campeonato Suizo, 0–1, 1993; Nick Perlongo - Katrina Wasilewska, en Michigan, 1–0, 2005; y Zdzislan Stefanoff (1,512) - Paula Wasilewska (1,317), 1–0, 2,013. 8...Ab7 9.Ta1 e6 En el juego de Ammann las blancas capturaron e4. 10.Ce2 Axe4 11.b3 El criterio de los engines señalan como mejor movimiento Af4 o bien Cc3. 11...Cc6 12.Cc3 Ab4 13.Ad2 Axc3 14.Axc3 b4 15.d5 bxc3 16.dxc6 Dxd1+ 17.Rxd1 cxb3 Los peones en la tercera fila son mucho más poderosos que c7. Las blancas amenaza b2 seguido de c2+. Los peones en línea son muy fuerte, preconizó Capablanca en los albores del pasado siglo. Las negras tienen clara ventaja. Adhiban visualiza una forma de detener el peligro de la coronación pero entra a un final inferior. 18.c7 Rd7 19.Ta3 b2 20.c8D+ Rxc8 21.Txc3+ Rd7 22.Ad3 b1D+ 23.Axb1 Axb1 Tras los intercambios las negras tienen enorme ventaja material, en piezas y peones, casi decisiva. Su problema será cómo resolver el desarrollo de la Th8. 24.Tb3 Acaso otra alternativa mejor es Rd2 que activa a la Th1 24...Ae4 25.Tb8 g5 26.Re2 Re7 27.h4 [27.Tc1 Rf6 28.Tcc8 Rg7 29.f3 Af5 30.g3 h5 31.h4 g4 32.f4 Ae4 33.Re3 Ad5µ] 27...gxh4 28.Txh4 Ac6 29.Tc4 Ae8 La idea es liberar a la torre con el desarrollo del caballo a f6. Las piezas negras tienen que actuar en armonía, apoyándose una de otras. 30.Tc7+ [30.Tcc8 Cf6 31.f3 h5 32.Tb7+ Cd7–+ con ventaja decisiva: ] 30...Rd6 31.Ta7 Ce7 32.Td8+ Re5 Qué mala posición del rey blanco. Las negras no pueden capturar el caballo por el descubierto y la toma de Thxd8. 33.Tb7 Rf6 34.Tdb8 Cg6 Mejor h5 indican Ribka y Stockfish. 35.Tb6 h5 36.f3 Aa4 37.Txh8 Cxh8 38.Re3 Cg6 En la valoración artimética (Caballo 3, Alfil 3.5, torre 5), las negras tienen 2.5 peones de ventaja. 39.Ta6 Ab3 40.Ta5 Ad5 La posición del alfi le da flexibilidad de maniobra al caballo. El resto es cuestión de técnica. 41.Ta7 e5 42.Ta5 Ae6 43.Tb5 h4 44.Tb1 Rg5 45.Tb5 f6 46.Tb7 Cf4 47.Rf2 Ch5 48.Tb6 Af5 49.Tb8 Ag6 50.Tb4 Cf4 51.Ta4 Af7 52.Ta7 Rg6 53.Ta1 Ad5 54.Td1 Rg5 55.Td2 f5, 0-1. Las negras abandonan. No desean probar la lucha ante la creación de un peón libre en la columna e. 56.Td1 e4 57.Tg1 Ac6 58.Ta1 Cd3+ 59.Re3 f4+ 60.Rd4 exf3 61.gxf3 Axf3 62.Rxd3 h3 63.Ta2 Rg4 64.Rd4 Rg3 65.Re5 Ag2 66.Td2 h2 Y no hay forma de impedir la coronación de uno de los peones.

EN EL OPEN TRADWISE DE GIBRALTAR

A J E D R E ZPOR ARTURO XICOTÉNCATL

B.G. Laws Northern Fígaro, 1888.

Juegan blancas y dan jaque mate en dos jugadas. El movimiento clave es sorprendente y a manera de ayuda le podemos decir algo: las piezas tienen visión de Rayos X. Es probable que algunos jugadores de estilo agresivo no den con la solución. Analice el entorno del monarca. ¿Cuáles son las casillas de escape? No olvide que cada pieza tiene una función. ¡Cuántas variantes de mate en dos puede hallar? La Solución. Un punto dificil es cómo dar mate cuando el monarca negro alcanza la casilla d4, porque ahí tiene la opción de dirigirse tanto a c4 como c5. El compositor Laws da un movimiento difícil de imaginar. La torre blanca de g6 se entrega. 1. Td6! Y tenemos: Si 1. ... Axd6 2. Dg7++. Si 1. ... Txd6 2. Cd3++ Y el alfil escondido cubre la casilla de escape d4. Si 1. ... Rd4 en un intento de huir. 2. Dxd5++. Y si 1. ... Rxd6 2. Dc7++. Si 1. ... Td3 2. Ah2++.

Los peones en la tercera fila son muy poderosos. Tras 18. c7 Rd7 el indio Adhiban hay la forma de frenar el peligro de coronación sólo que entrará a un final inferior ante belicoso Hikaru Nakamura en el Open de Gibraltar. Fue ayer en la sexta ronda.

¡HOY LLEVA BLANCAS ANTE TOPÁLOV! NAKAMURA, LÍDER EN GIBRALTAR

El gran maestro Hikaru Nakamura derrotó ayer al indio Baskaran Adi-bhan y asumió el liderazgo, en solitario, con cinco puntos, en el Open Tradewise Gibraltar tras que el chino Yi Wei empató durante la quin-ta ronda con el español Reniear Vázquez Igarza. Nakamura, con sus cin-co victorias consecutivas, juega para una performance de 3,337 puntos Elo. Su rango en la clasificación mundial es de 2,776. El búlgaro Veselin Topálov, ex monarca mundial, derrotó al maestro español David Anton Guijarro y ocupa el segundo lugar de la clasificación con 4.5. Hay otros cuatro jugadores con 4.5 son: los chinos Yangyi Yu, Yi Wie, el inglés Da-vid Howell y el español Renier Vázquez Igarza. En séptimo lugar con 4 puntos hay 19 ajedrecistas, entre ellos: el ruso Grigory Oparin, el indio Pentala Harikrishna, Nikita Vitiugov, de Rusia, Peter Svídler, Rusia; Hou Yifán, China y Aleksander Lenderman, de EU. En relación con el sistema suizo que enfrenta a jugadores con igual número de puntos reales los mejores juegos se van a desarrollar en las próximas rondas. Empareja-miento de la sexta ronda: Nakamura vs. Topálov, Yu Yangyi vs. Renier Vázquez Igarza; ¡Yi Wei vs. David Howell!, Ganguly Surya vs. Harikrish-na; Maxim Rodshtein vs. Michael Roiz; Hoy Yifán vs. Mareco Sandro.

8 : EXPRESIONES D o m i n g o 1 D e f e b r e r o D e 2 0 1 5 : e X C e L S i o r