La vida, el tiempo y la muerte

220
L A V I D A , E L T I E M P O Y L A M U E R T E Autor: FANNY BLANCK- CEREIJIDO/MARCELINO CEREIJIDO EDICIONES DEDICATORIA PRESENTACIÓN

Transcript of La vida, el tiempo y la muerte

L A V I D A ,

E LT I E M P O

Y L A M U E R T EAutor: FANNY BLANCK-CEREIJIDO/MARCELINOCEREIJIDO

EDICIONESDEDICATORIAPRESENTACIÓN

INTRODUCCIÓNI. LA EMERGENCIA DE LA VIDA II. LA EMERGENCIA DELA IDEA DEL

TIEMPOIII. LA MENTE Y EL TIEMPO IV. LA ADQUISICIÓN DE LATEMPORALIDAD EN EL HOMBREV. LA EMERGENCIA DE LA FINITUD Y

LA MUERTEVI. LA MUERTE VII. EL PAPEL DE LA MUERTE EN LA VIDA PSÍQUICA VIII. CÓMO SE VIVEN EL TIEMPO, EL ENVEJECIMIENTO Y

LA MUERTE IX. LA RELACIÓN ENTRE VIDA, TIEMPO, MUERTE

.....Y ESTRUCTURA DEL UNIVERSOX. EPÍLOGO

BIBLIOGRAFÍACONTRAPORTADA

E D I C I O N E SPrimera edición, 1988Séptima reimpresión, 1996La Ciencia desde México es proyecto y propiedaddel Fondo de Cultura Económica, al quepertenecen también sus derechos. Se publica conlos auspicios de la Subsecretaría de EducaciónSuperior e Investigación Científica de la SEP ydel Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.

D.R. © 1988, FONDO DE CULTURA ECONÓMICA, S. A. DE C. V.

2

D R. © 1995, FONDO DE CULTURA ECONOMICA

ISBN 968-16-2710-5

Impreso en México

D E D I C A T O R I AA MARGARITAFABIÁNGABRIELA

P R E S E N T A C I Ó NSon contados los libros de divulgación de laciencia escritos en nuestro país, y confrecuencia más bien parecen libros de texto.Por eso resulta estimulante leer la presenteobra, en la cual los autores han sabido romperel cerco de sus especializaciones en formaamena, logrando con un mínimo de tecnicismosrealizar una magnífica exposición sobre lavida, el tiempo y la muerte. La presente obrano es una divulgación de teorías físicas,biológicas o psicoanalíticas: es una invitacióna meditar sobre algunas preguntas que desdetiempo inmemorial han inquietado al hombre,

3

pero se trata de una meditación amena, que sinduda el lector disfrutará. J. J. RIVAUD

I N T R O D U C C I Ó NEste libro trata de la vida (sin ser por eso unlibro de biología), de la mente (sin ser untratado de psicología), del tiempo (sin ser derelojería), de la estructura de la realidad(sin ser de filosofía), y de la muerte (sin seruna oración fúnebre). Pero como nos proponemospresentar una imagen de la vida, del tiempo yde la muerte, hasta desembocar en nuestrapropia visión de esos conceptos, nos veremosobligados a considerar dichos temas en losdistintos capítulos. El hecho de que en unaextensión tan reducida tengamos que introducirtópicos tan dispares como la entropía y elinconsciente, la relatividad y las causas de lavejez, la evolución y la reversibilidad en eltiempo, nos fuerza a ser autoritarios en laselección y esquemáticos en los desarrollos.Sin embargo, esperamos que el texto seaaccesible al lector y que a la realidad no ledé por discrepar demasiado con lo queexponemos.A todos nos han enseñado que un huevo fecundadose transforma en embrión, luego en feto, mástarde en niño y después en adulto. También noshan explicado que gracias a la evolución losorganismos se fueron haciendo progresivamentemás complejos hasta que en uno de sus últimospasos se originaron los seres humanos. Pero

4

nunca nos mostraron cuán abrupta y catastróficaes la transición de una a otra etapa de lavida, sean éstas las de un individuo o las detoda una especie. Jamás se hace hincapié enque, a pesar de que la evolución se extiende através de millones de años, se trata en verdadde una vertiginosa progresión en la que cadaorganismo apenas dura lo necesario para probarcómo funciona, para compaginar sus genes conlos de alguna pareja a fin de procrear nuevosmodelos, y dar lugar así a un también efímeroensayo de sus hijos. En nuestra opinión, lamuerte es uno de los factores fundamentales deese vértigo complejizador en el que laevolución ha llegado a producir el cerebrohumano y el pensamiento, razón por la cualdedicaremos un capítulo a analizar algunos desus aspectos.Los organismos están organizados en nivelesjerárquicos, desde el más bajo, constituido porlas reacciones químicas, siguiendo por elenzimático, el genético, el celular, elendócrino, el cerebral y el mental.Cada uno se rige por un conjunto de leyes yexige un lenguaje descriptivo propio, quepierde sentido si se lo utiliza para describirlos fenómenos de los otros niveles. Nopodríamos, por ejemplo, explicar la oxidaciónde las grasas con las leyes de la hemodinámica,ni el funcionamiento de la mente en base aprocesos neuroendócrinos. Cada nivel jerárquicofue nuevo alguna vez y surgió como el producto

5

de la interacción entre los niveles que yaestaban y el medio ambiente, que incluyetambién a otros individuos y a otras especies.Los nuevos niveles tienen menor grado derestricción que los inferiores y tienen por lotanto mayor ámbito para el error y lacreatividad. En la etapa actual, el superior ymás reciente parece ser el mental. Elpensamiento está enhebrado por la noción deltiempo; por ello deberemos incluir unadescripción de los modelos más en boga,aquellos con los que el psicoanálisis trata deentender la estructura y el modo de operar delaparato psíquico. Su modo de funcionar en eladulto parece ser producto de un largo procesode maduración y aprendizaje, en el quedesempeñan un papel fundamental tanto la formaen que lo criaron sus padres como los valores,creencias y actitudes de la sociedad en la quevive. No sólo las diversas sociedades ycivilizaciones difieren en sus nociones sobrevida, tiempo y muerte, sino que incluso lanuestra tiene hoy una visión que es producto decómo fue evolucionando el conocimiento a lolargo de la historia. Creemos necesarioentonces dedicar un capítulo a describir cómomadura el aparato psíquico, y otros a bosquejarcómo llegó a tener las nociones de vida, tiempoy muerte que posee el adulto de finales desiglo XX.El nivel mental ha llevado al hombre a ordenarlos datos que le proporcionan los sentidos en

6

un modelo que llama realidad; manejándose con él,ha logrado la mayor eficiencia que jamás se hadado en el reino animal. El hombre es un bichoansioso e inseguro, que busca su seguridad enel conocimiento apoyándose en ese modelo, y queda esa búsqueda de significado. A pesar de quesus modelos científicos jamás se hanjustificado para él la idea de que el tiempotranscurra, cree sentir un tiempo que fluye desdeun pasado en el que ubica las causas hacia unfuturo en los que ubica los efectos. Por esodedicaremos algunos capítulos a los diferentesapoyos (sagrado, filosófico, psicológico,práctico, cosmológico) en que se basa esacuriosa sensación de un tiempo que transcurre.Finalmente, deberemos ocuparnos de ladescripción de la realidad que nos brinda laciencia actual y, al hacerlo, nos encontraremoscon algo que, visto a posteriori, resulta demasiadoobvio como para no haberlo advertido muchoantes en la historia de la humanidad: la nociónde que tenemos el esquema de la realidad quetenemos porque nuestros sentidos y nuestracabeza funcionan como funcionan. Algo así comoun señor, que al regresar de un paseo porlugares desconocidos, al cual llevo una cámarafotográfica, se alegra de que solo recogióimágenes estáticas pero no el sonido de lasvoces, ni el aroma de las flores ni el gusto delas comidas. Hoy sabemos que las propiedadesque atribuimos a la realidad no son otras queaquellas que puede captar el observador con sus

7

sentidos y con sus ecuacionesfisicomatemáticas. Somos la especieobservadora, la va engendrando la forma derealidad que después nos maravilla descubrir.La especie observadora no podría haber surgidode no contar la evolución con enzimas y con unamuerte asegurada. Si la bioquímica se cumplieracon cinéticas a las escalas de tiempo de lageoquímica, la evolución aún andaría ensayandosus primeros organismos. Por fortuna existenenzimas que aceleran miles y miles de veces lasreacciones químicas. También por fortuna losorganismos se fueron dotando de una muerteinevitable, que ha permitido abreviar losensayos con una y otra especie, con este oaquel tipo de organismo, hasta dar con elhombre antes de que la Tierra se enfríe, o queesta estrella tan nuestra que llamamos Sol setransforme en una gigante roja y nos incinere.Al construirse un esquema de la realidad conlos datos que le proporcionan los sentidos, yal asignar significados y nombrar objetos, elhombre establece una cadena de palabras que loconstruye como sujeto pensante, y le hace creerque hay un tiempo que fluye de modo continuohacia la muerte.¿Cree? ¿Solamente cree que el tiempo fluye?¿Estamos acaso sugiriendo que la realidad deahí afuera está inmutablemente quieta, pero quepor algún misterioso efecto psicológico "nosparece" que cambia?

8

No, simplemente estamos reconociendo, con ladebida humildad, que las dificultades endemostrar que ahí afuera hay un tiempo quetranscurre son tan formidables, que hasta ahoranadie ha logrado llevar a cabo taldemostración. En el caso del río con el quesuele comparar el paso del tiempo, sabemos quefluye con respecto a la costa, que lo que fluyees agua, y que lo hace a razón de tantos metroscúbicos por segundo. Pero en el caso deltiempo, ¿qué es lo que fluye? ¿Con respecto aqué fluye? ¿Cuánto fluye? ¿Un minuto porminuto? En cambio, estamos seguros de sentirque fluye, y necesitar de ese fluir para pensary para encontrarle un sentido a la realidad.Sospechamos que la residencia de talessentimientos y pensamientos es el cerebrohumano. Ese cerebro ha sido construido,conectado y echado a andar en cumplimiento dela información genética copiada una y otra vezen lo más íntimo de nuestras células. Tambiénsabemos que la crianza y la educación deberáninstalar los programas con que funciona elaparato psíquico en nuestra cultura y que, comoconsecuencia, ese aparato psíquico sepolarizará en una descomunal memoria inconscienteen la que no parece regir la temporalidadcotidiana, y en un consciente que enhebra suvisión del mundo a lo largo de un hilo temporalcuya naturaleza, empero, aún no puedecomprender. Y sabemos también que los genes queatesoran la información genética aún están ahí,

9

aguardando el inescapable instante en el quedesencadenarán nuestra muerte. Para cuando estoocurra, esos mismos genes ya habrán legado suinformación a nuestros hijos, y nos sacarán deen medio, con lo que se asegurará espacio yrecursos para que sean nuestros descendientesquienes intenten contestar a la pregunta: ¿quees el tiempo?Los conceptos vertidos emanan de nuestraexperiencia profesional. Muchos de nuestrosestudios están apoyados económicamente por elCONACYT, el CINVESTAV, el COSNET, la FundaciónZevada, la Fundación para la Salud, y COSBEL S.A.de C.V. de México y el National Institute ofHealth de los Estados Unidos, a quienesdeseamos expresar aquí nuestro agradecimiento.I . L A E M E R G E N C I A

D E L A V I D ATodo es flujo, nada es estacionario.HERÁCLITO

Cuando dejamos de cambiar dejamos de ser. R. BUR-TON Las propiedades que comúnmente atribuimos a los objetos son, en último término, nombres de sus conductas.R. HERRICK

EN EL siglo pasado los científicos comenzaron aexplicar que la enorme complejidad del mundobiológico, tal como lo vemos hoy, es el

10

producto de una evolución, es decir de unproceso por el cual las moléculas del planetase fueron asociando e interactuando enreacciones que dieron origen a organismos muysimples, que luego fueron cambiando ydiversificándose hasta generar culebras,higueras, eucaliptos y hombres. Losevolucionistas renunciaron a aceptar laparticipación divina y a invocar a factoresextrafísicos, del tipo que habían estadoinvocando las corrientes denominadas animismo yvitalismo, pero se encontraron con escolloscasi insalvables. Los biólogos, por así decir,se marcharon del templo rumbo a la casa delfísico, pero al llegar descubrieron que éste seencontraba comprometido en el desarrollo de unanueva disciplina: la termodinámica, una cienciaque en el fondo es hija del maquinismo.A mediados del siglo pasado las máquinas, quehabían llegado a una difusión y a un orden decomplejidad muy grandes, comenzaron a competirentre sí en rendimiento; por ello se necesitómedir su eficiencia en la transformación de untipo de energía en otro: una caída de aguaimpulsa una rueda hidráulica, que a su vezmueve una polea, que luego hace girar un torno;o bien una caldera comprime un pistón, que hacedar vueltas a una rueda, que hace funcionar untelar. Así como las leyes de la economía nospermiten contabilizar los balances de dineroindependientemente de qué cosa se estevendiendo, de quién la compre y de cuántas

11

ventas, reventas, intereses y tipos de cambioimplique, la termodinámica nos permite tenerlas cuentas claras en los balances energéticosde los distintos procesos que ocurren sobre laTierra. Pero los físicos descubrieron muypronto que las enseñanzas de la termodinámicatrascienden en mucho su humilde papel de"economista" de los procesos industriales, yque su campo no se limita a las máquinasconstruidas por los hombres, sino que ademásles permite comprender la maquinariafundamental de la naturaleza. En otrostérminos, les fue brindando una descripción nosólo de calderas y barrenos, sino también delos procesos naturales. Muy pronto resultóclaro que si los biólogos aspiraban a darexplicaciones físicas de la vida, deberíanatenerse a los principios termodinámicos.Conviene, entonces, hacer una digresión con elfin de conocerlos.Los dictados de la termodinámica fueroncondensándose paulatinamente en un par deprincipios que ninguna explicación de losprocesos físicos naturales o artificiales queocurren a escala terrestre debe ignorar. Elprimer principio afirma que la energia del Universo esconstante. Esto significa que no se puede consumirni producir energía. Acostumbrados a recargardepósitos de gas, quemar carbón y pagar cuentasde electricidad, esta afirmación puede sonarnosun tanto sorprendente. Sin embargo, el primerprincipio se refiere a una forma total de

12

energía, y aclara que, cuando se realiza unproceso, la energía se transforma de útil en inútil.De alguna manera era de enorme convenienciacontabilizar las cosas así y afirmar que F, laenergía libre (o útil, o disponible para hacerun proceso), es igual a la energía total (E),menos una cierta cantidad de energía yagastada:

Libre = Total - Ya GastadaEsa cantidad de energía inútil y ya gastadaresulta del producto de la temperatura absoluta(T) y de un nuevo factor, la entropía (S),concepto que se forjó para tener claras lascuentas energéticas. De este modo, estarelación de la "economía" termodinámica puedeformularse así:

F = E - TSAhora bien, como en el Universo siempre estánocurriendo procesos (fluyen los ríos, iluminael Sol, digieren los gatos, hilan los telares,explotan las bombas, caminan las personas) ytodos ellos disipan energía útil, siempre estáaumentando TS (el producto de la temperaturaabsoluta por la entropía). En razón de ello, elsegundo principio de la termodinámica afirma:la entropía del Universo siempre crece.El enunciado del segundo principio hizo que semirara al Universo con profunda extrañeza; sila entropía siempre crece, un momento en el quehaya menos entropía será anterior a un momentoen el que habrá más. Se creyó entonces que el

13

crecimiento de la entropía señalaba ladirección positiva del tiempo. El Universo dejóde ser considerado como un enorme cúmulo demateria suspendida en el vacío, funcionandoeternamente en la misma forma, y pasó a serentendido como algo que iba cambiando, se ibagastando, iba envejeciendo. Venía de un momentoen el que había tenido menos entropía ymarchaba hacia un destino provocado por suconstante funcionamiento y su propiainutilización de energía, en el que sedetendría y moriría. Estas ideas estaban deacuerdo con las de aquellos que se habíanpuesto a calcular, por ejemplo, cuánto tiempoiban a tardar los ríos de Europa en erosionar,borrar y llevarse los Alpes. La termodinámicale indicó al hombre del siglo pasado que hayuna flecha del tiempo —como después se le dioen llamar— que apuntaba desde un pasado haciaun futuro.Pero esta perspectiva no hubiera implicado ensí misma ninguna dificultad para que labiología cumpliera su propósito de explicar losprocesos de la vida con base en criteriosfísicos; por el contrario: también la biologíade aquellos tiempos estaba empeñada endemostrar que las jirafas, los hombres, lassardinas y los bosques no habían existidosiempre, ni habían sido creados de entrada comotales, sino que había habido una lentaevolución a lo largo de la cual fueronapareciendo jirafas, hombres, sardinas y

14

bosques. La biología también estaba, pues,creando una especie de flecha de la vida,paralela a la flecha del tiempo. ¿A qué nosreferimos entonces, cuando afirmamos que latermodinámica presentó escollos casiinsalvables?La discusión de estos escollos con que tropezóla biología nos permitirá acercarnos alconcepto del tiempo y de la muerte biológica.Pero para poder hacerlo debemos introduciralgunos conceptos, tales como sistema, equilibrio yotros que iremos necesitando.Un sistema es cualquier cosa que elijamos comoobjeto de estudio. Consideramos que un sistemaestá aislado cuando no se le quita ni agreganada y, además, cuando el medio en el que estáno lo perturba. Aunque el único sistema quecumple estrictamente estos requisitos es elUniverso de los laicos (por definición no haynada extrauniversal), muchas veces se puedendesechar pequeñas interacciones y considerarque un sistema está prácticamente aislado.Cualquier cosa que ocurra dentro de un sistemaaislado será entonces espontánea: no serácausada por ningún agente externo a él. Estosprocesos internos ocurren porque en el sistemahay heterogeneidades: si algo está más calienteque el resto, se enfriará; si hay agua en unaloma, fluirá hacia abajo; si una cosa está másseca, se humedecerá; si algo se arroja haciaarriba, caerá; si una barra de metal tiene máselectrones en una punta que en la otra,

15

desarrollará una corriente eléctrica hasta queesta inhomogeneidad se desvanezca, las calderasse apaguen y los péndulos dejen de oscilar.Cuando ya no haya desniveles (gradientes) niocurra ningún proceso neto, el sistema habráalcanzado un equilibrio.1 Se alcanza cuando todala energía útil ha sido consumida ytransformada en inútil, y cuando la entropíadel sistema ha llegado a un máximo. Si eltiempo transcurría cuando aumentaba laentropía, ahora se ha detenido: en elequilibrio el tiempo del sistema no "fluye".Consideremos estos equilibrios desde otroángulo. Si abandonamos una pelota en una colinaes muy probable que se ponga a rodar hasta llegaral valle, pero si la dejamos en el valle es muyimprobable que ruede hacia arriba. Del mismomodo, es extremadamente improbable que unabarra de cobre se enfríe espontáneamente en unapunta y se caliente en la otra, o que el aguatrepe las cascadas y suba por los ríos a lasmontañas, o que un péndulo quieto se ponga aoscilar, o que un montón de átomos aislados secombinen y formen una enzima, o que un cúmulode moléculas orgánicas en un tubo armen unabacteria. Hay una relación entre los estados deun sistema y la probabilidad. El equilibrio esel estado más probable de un sistema. Imaginemosahora la ruleta que llevan algunos vendedoresambulantes, y que los niños hacen girar paraver si les toca uno o dos barquillos. Lo másprobable es que los niños saquen uno y no dos,

16

simplemente porque hay muchas más posiciones(subestados) en los que la ruleta marca "1",que subestados en los que marca "2".Análogamente, un sistema tiene muchas formas deestar, y, según los termodinamistas, tienden aequilibrarse, porque el equilibrio tiene másformas (subestados) que los desequilibrios.Ademas de estas relaciones entre los estados yla información, que también necesitamosintroducir aquí. Supongamos que la rueda debarquillos tenga una sola posición en la que laaguja marca "2", y veinte en las que el niñotiene que conformarse con "1" o sea un solobarquillo. Si tuvo la suerte de que marcara"2", no tenemos ninguna duda de cuál fue laposición en que se detuvo la aguja, pues hayuna sola posición en que ésta marca "2". Perosi nos dicen que sacó un solo barquillo, nosabremos en cuál de las veinte fue a parar, ynuestra ignorancia por lo tanto será mayor.Como el equilibrio es el estado más probable,porque tiene más subestados, es también el quenos deja más ignorantes acerca del ordenamientoque alcanzó el sistema. Recapitulando: en elequilibrio la entropía del sistema llega almáximo, la ignorancia también, y su tiempo dejade "fluir''.Acerquémonos ahora a lo biológico. Antiguamentese consideraba que los sistemas biológicos (unasola oveja, una manada, todas las ovejas delmundo, todos los animales del mundo, todos losanimales más todos los vegetales, toda la

17

biósfera) estaban en equilibrio. Pero lasmoléculas. de los organismos vivos contienen ensus enlaces muchísima energía potencial, elordenamiento de sus moléculas es enorme, y senecesita muchísima información para especificarsu articulación y su estructura. La informaciónque se requiere para la construcción delintestino, de los circuitos neuronales, de lasglándulas, es tan grande, que el gusano máselemental representa un increíble alejamientodel estado de equilibrio. Además, losorganismos vivos funcionan, y una función es unpasaje (ordenado, con sentido)2 de un subestadoa otro. Los criterios del equilibrio serviríana lo sumo para estudiar un cadáver en uncongelador, pero no a un ser vivo. Peor inclusosi dejáramos un cadáver fuera del congelador seiría descomponiendo, lo que tambiénconstituiría un proceso. De manera que elequilibrio no nos sirve ni siquiera paraestudiar procesos post mortem, mucho menos paraestudiar la vida.Tenemos ahora algunos elementos para evaluarlos escollos que la termodinámica le planteó ala biología. En momentos en que los físicosafirmaban que el Universo tiende a caotizarse,disipar sus gradientes, consumir su energíaútil, aumentar su entropía y "morirse",resultaba impensable que los evolucionistas, aldar un enfoque físico de la vida, propusieranque la materia se había ido ordenandoespontáneamente para formar primero células,

18

luego organismos multicelulares, que lascélulas de éstos se especializaran yaparecieran neuronas, que éstas se conectaranen complejísimos sistemas nerviosos y que, paracoronar el proceso, apareciéramos los sereshumanos. Que la flecha del tiempo y la flechade la vida fueran paralelas parecía no tenerrefutación sensata, pero que los procesosvitales fueran a regirse por leyes físicasparecía tan ridículo que el famoso lord Kelvin,uno de los padres de la termodinámica,restringió los enunciados de los principios a"entidades materiales inanimadas ". En otraspalabras: los biólogos ya se habían ido deltemplo y ahora golpeaban a la puerta de losfísicos, pero estos desalmados no sólo no lesabrían, sino que consideraban que la biologíase debía ocupar de entidades... con alma.Los biólogos, sin embargo, no volvieron altemplo. En los años cuarenta de este siglo, yatenían suficientes nociones acerca de laenergía libre que consumen los procesosbiológicos, de los gastos energéticosnecesarios para ordenar los sistemas y de lasrelaciones entre información, orden y energía.El que puso las cuentas en claro fue ErwinSchroedinger, el mismo sabio que veinte añosantes formulara la ecuación de onda. Un sistemabiológico, planteó, no es un sistema aisladopues intercambia energía. Ni siquiera escerrado, puesto que también intercambiamateria. Por lo tanto, para hacer balances

19

energéticos hay que considerar un sistema másamplio: el formado por el sistema biológico mássu medio. Schroedinger mostró que en el sistemaasí encarado la parte biológica puede alcanzarun altísimo grado de organización y dealejamiento del equilibrio siempre y cuando sumedio sufra un gasto energético y unadesorganización proporcionalmente mayor. Lasuma algebraica de lo que gana el sistemabiológico, más lo que pierde el medio, debe darun saldo negativo. El segundo principio esentonces obedecido: la entropía del todo(organismo + medio) crece. El dinero que unseñor les gana a sus compañeros de juego seexplica por lo que éstos pierden. Pero estaanalogía es imperfecta, porque si en lugar dedinero jugaran por energía, de acuerdo alsegundo principio el señor debería ganar muchamenos energía de la que pierden sus compañeros.Así y todo, este balance no nos diría nadaacerca de cómo hace el señor para ganar.Análogamente, la explicación de la estrategiaganadora de los sistemas biológicos tampococorrería a cargo de los termodinamistas sino delos biólogos, pero, por lo menos, ahora lascuentas energéticas estaban aclaradas: paraarmar sus moléculas de proteínas, de ácidosnucleicos y todas las que los componen, losanimales deben comer. Toda la cadena tróficadepende en último término de los animales queingieren vegetales, y estos vegetales crecen yse desarrollan gracias a la absorción de

20

energía solar. Es el Sol quien, al fin y alcabo, paga todas las cuentas.Los biólogos adoptaron entonces modelos desistemas en estado estacionario. Para ilustrar qué esun sistema en estado estacionario imaginemos unrecipiente que tiene agua y que la pierde gotaa gota por un orificio, pero al que nosotros lemantenemos el volumen constantemente conpaciencia y continuidad. Señalemos que,mientras un sistema en equilibrio mantiene suconstancia porque no hay procesos, el sistema enestado estacionario la mantiene porque hayprocesos balanceados (los de perder y recibiragua). El primer sistema es estático, elsegundo dinámico. En éstos, como en la famosanovela de Giuseppe di Lampedusa, Il Gattopardo, hayque gastar mucha energía para conseguir quenada cambie. Los modelos de equilibriobiológico habían fracasado, pero en cambio laadecuación de los modelos de estadoestacionario no parecía tan remota puesto quelos organismos deben reponer energías paraseguir viviendo. Sin embargo estos modelostambién presentaron dificultades.Antiguamente las radios emitían ruidos encuanto entraba un contrabajo o una soprano, ocuando llegaba un tutti orquestal. Hoy, encambio, los equipos de alta fidelidad puedenresponder linealmente a exigencias sonorasextremas, y sólo comienzan a distorsionar elsonido a frecuencias ubicadas mucho mas allá delo que puede captar el oído humano. También las

21

leyes que describen las conductas de lossistemas en estado estacionario se aplican entanto éstos no se alejen demasiado delequilibrio, porque cuando lo hacen aparecennolinealidades, es decir, son incapaces deaumentar su respuesta en proporción lineal algrado de alejamiento del equilibrio. Cuando lossistemas se alejan de su equilibrio no sólodistorsionan sus conductas sino que peligra sumisma integridad. Así, la Ley de Ohm se cumpleperfectamente para un hilo de cobre entre cuyaspuntas establezcamos una diferencia depotencial de un voltio, de dos, de diez... Perono podemos predecir qué corriente fluiría si leaplicáramos cien mil voltios. Seguramente sefundirá, de modo que no ya su conducta, sino sumismísima estructura habrá de cambiar.El grado de alejamiento que toleran losdistintos sistemas en estados estacionariosantes de caer en una crisis es variable. Paralos sistemas químicos, el margen en quemantienen la estabilidad es relativamentepequeño. Así, si aumentamos la concentración dereactivos y disminuimos la de productos haremosmarchar la reacción más rápidamente, pero no lapodríamos acelerar indefinidamente, pues elsistema pronto entraría en crisis.3 Ahora bien,los sistemas biológicos son fundamentalmentemáquinas químicas, de modo que los modelos deestado estacionario, si bien son útiles paratratar ciertos fenómenos biológicos, en generalresultan inadecuados.

22

Hasta no hace mucho se creía también que,cuando el sistema entra en crisis, podíasuceder "cualquier cosa". Si un gigante juega apatear una pelota en el centro de un valle, alalejarse, la pelota cobra energía potencial quela hará rodar de regreso a sus pies. Puedehacerlo en la dirección y con la fuerza quedesee, pero después de algunas oscilaciones, labola ha de retornar a su posición deequilibrio. Pero si el impulso llega a ser talque la hace rebasar los límites del valle, lapelota ya no regresará, sino que ahora trataráde alcanzar el equilibrio en el próximo valle.Podría ser que, desde el punto de vista delgigante, esta conducta de la pelota no tengasentido: tanto alejó del equilibrio a susistema, que ahora sus leyes y ecuaciones no lesirven para entender las funciones. Justamente,este era el punto en que se encontraba lafísica de los procesos biológicos hasta lasegunda Guerra Mundial: sólo podía dar cuentade las conductas cercanas al equilibrio (antesde las crisis). Pero sucede que, como lomencionamos anteriormente, los sistemasbiológicos están alejadísimos de losequilibrios. Sin embargo, encabezada por elgrupo belga de Ilya Prigogine (1967, 1969), latermodinámica tomó al toro por las astas, seabocó al estudio de los desequilibrios y lascrisis, y trató de entender qué demoniosocurría más allá.

23

Uno de los sistemas utilizados como caballitode batalla para las descripciones iniciales,fue el constituido por el agua contenida en unrecipiente plano (del tipo de las cajas dePetri). El agua es aquí un sistema intermedio,ubicado entre una fuente (el calentador) y unsumidero de calor (el espacio en derredor).Notemos que un sistema intermedio está en contactocon dos medios (en este caso uno hace de fuentey el otro de sumidero) que a su vez difierenentre sí (en este caso uno está más calienteque el otro). Análogamente, una radio es unsistema intermedio, pues una patita del enchufetiene más voltaje que la otra.Ya desde la época de Bénard se sabía que, alser calentada, el agua del recipiente seorganiza en cierto momento en celdashexagonales por las que gira circularmente.Desde el punto de vista de la probabilidad,este ordenamiento es casi inaudito. Sinembargo, se observa con probabilidad "1" cadavez que se repite la experiencia. Decir que seda con probabilidad "1", es sinónimo dereconocer su aparición como una ley causal.Resultaba curioso entonces el hecho de que,cuando los sistemas funcionan cerca de losequilibrios, lo que predomina es la disipaciónde las heterogeneidades, el crecimiento de laentropía, la tendencia al caos y el colapso delas estructuras; pero, por el contrario, seobservó que cuando están muy alejados, losdesequilibrios provocan crisis tras las cuales

24

no sucede "cualquier cosa", sino que aparecennuevas estructuras (ver Cereijido, 1978, 1981).Los sistemas hidrológicos como el que acabamosde describir carecen de interés biológico. Poresta razón, el grupo de Prigogine comenzóentonces a estudiar sistemas químicos alejadosdel equilibrio, para lo cual hicieron que lasreacciones constituyeran sistemas intermedios(como en el caso del agua en el fenómeno deBénard), sólo que en lugar de una fuente decalor los miembros del grupo de Prigogineutilizaban una fuente de reactivos, y en lugarde un sumidero hacia el cual se dirige y dondese disipa el calor, emplearon un medio hacia elcual pudieran difundirse los productos. Lamagnitud del desequilibrio está representada eneste sistema por el gradiente (diferencia deconcentración) de los reactivos que entran y delos productos que salen. A medida que elgradiente se acentúa, la reacción se lleva acabo más velozmente, pero al llegar a ciertopunto, el sistema entra en crisis y se ordenaespacialmente, o tiene conductas periódicas, ocombina ambas características, mostrando quelas concentraciones de las sustanciasproducidas en reacciones intermedias de prontoalcanzan máximos en ciertos puntos delrecipiente y mínimos en otros. En un momentodado estos puntos pueden estar distribuidos,por ejemplo, en una espiral, y cambian al rato,dando así la impresión de que la espiral semueve. Luego pueden repetir esta secuencia una

25

y otra vez con intervalos de tiempo quedependen de los reactivos en cuestión,constituyendo así verdaderos relojes químicos. Comolas reacciones alcanzan un ordenamientoespacial y/o temporal se las llama estructuras, ycomo su existencia depende de un proceso desuministro de reactivos, de una eliminación deproductos y de una disipación de energía, selas llama estructuras disipativas.De modo que más allá de los desequilibrios y delas crisis no sucede "cualquier cosa", no estáel caos,4 sino el ordenamiento en una estructuranueva que funciona en forma distinta. Claroque, desde el punto de vista del sistema, más allá de lacrisis está en realidad el caos, y esevidentemente que no se puede entender lo quesucede utilizando las leyes que se obedecencerca del equilibrio: reina la ignorancia (¡delobservador!). Al estudiar las estructurasdisipativas, se llegó a la conclusión de quetodo orden nuevo, toda estructura (química o no),tiene su origen en una crisis de un estadoanterior. Las crisis no son, pues, los umbralesdel caos, sino puntos en los que los sistemassufren cambios estructurales drásticos, porquela estructura que tenían hasta entonces lesresultaba muy costosa y no podían ya mantenersu funcionamiento.El estudio de las estructuras disipativaspermitió entender también otro aspecto notable:no son "cosas" sino configuraciones espacialeso temporales que adoptan los procesos. Es la

26

reacción química la que se organiza con unaforma, un tamaño, un color5 y una duracióndeterminados. En realidad nadie encontró jamásuna "cosa" estable en el Universo. En generalllamamos "cosa" a una configuración de procesoscuyas escalas temporales nos resultan demasiadolentas. Pero basta acelerarlas para ver cuanefímeras son. Así, para que podamos imaginarlas diferentes etapas del Universo, que duraronmillones y millones de años, se suelerepresentar esas etapas a lo largo de un año,es decir como si la Gran Explosión hubieraocurrido a la cero horas del primero de enero.En esa escala de tiempo, el Sistema Solaraparece allá por septiembre, la vida en octubrey nosotros en los últimos segundos dediciembre. A escalas geológicas que duran milesde millones de años, la vida de un hombre,desde huevo fecundado hasta cadáver, parecepoco menos que una explosión. Nos queda claro,entonces, que modas, muebles, aparatos,personajes, instituciones, imperios, ciudades,especies biológicas, montañas, continentes,sistemas planetarios, galaxias y el Universoentero no son más que configuraciones más o menospasajeras que va adoptando la materia. Las cosasno son más que momentos de los procesos, enparticular los momentos en que los cambios sondespreciables y la identidad del objeto sepreserva.Desde esta forma de ver las cosas, la historiade un organismo aparece como una serie de

27

crisis y transiciones: en un huevo fecundadolas células se dividen y forman una masa(mórula) que no queda como tal, sino que luegose ahueca (blástula) y más tarde se invagina( gástrula), pasando después por otros estadiosque incluyen los de embrión, feto, niño,adolescente, adulto, anciano y cadáver. Cadauna de las etapas estuvo caracterizada por unmodo de funcionar que fue alejando delequilibrio a la estructura en cuestión (v. gr. lamórula), hasta que la empujó a una crisis en laque ésta se alteró y, de ahí en adelante, ya nopudo continuar siendo mórula, ni volver arecuperar sus propiedades. Los organismossiguen secuencias de crisis y colapsos deestructuras que transcurren en una formaprevisible, antes de dar con alguna transiciónhacia lo patológico y hacia la muerte.Señalemos de paso que, si en alguna de lasetapas se lograra un verdadero estadoestacionario, el resultado sería monstruoso: siun bebé tuviera una homeostasis6 tan perfectaque compensara cualquier desviación de susparámetros, quedaría como un bebé perpetuo.Antes de continuar resumamos algunos puntos queemergieron de nuestro análisis: 1) Al alejarsede los equilibrios, los sistemas tropiezan concrisis, después de las cuales pueden ocurrirfenómenos morfogenéticos, con los consiguientescambios funcionales. 2) Los sistemas intermedios(entre una fuente y un sumidero) sondesplazados de su equilibrio y obligados a

28

"funcionar" continuamente, gastando energíalibre (si queremos permanecer en medio de unaescalera automática deberemos saltarcontinuamente de un escalón a otro, pues unapunta de la escalera se comporta como unafuente y la otra como un sumidero deescalones). 3) Los procesos químicos, a los quela fuente les entrega reactivos y el sumideroles quita los productos, se comportan comosistemas intermedios. 4) Los sistemas químicosson muy poco lineales y llegan a las crisis apoco de que se los aleje del equilibrio. 5)Cuando atraviesan una crisis pueden formarestructuras disipativas, cuya configuración yfuncionalidad no podían preveerse con base enlas leyes dinámicas que regían sus procesosantes de las crisis. 6) Un sistema nonecesariamente está expuesto a una crisis, sinoa toda una variedad, cuya naturaleza (yconsecuencias) dependen del tipo deperturbación que le causa el medio. 7) Tampocose limita a una crisis, sino que puede sufrirtoda una serie de crisis. 8) Los sistemas biológicosson fundamentalmente sistemas químicos. 9) Lavida, tanto en su ontogenia (de huevo a niño),como en su filogenia (de las primitivas célulasprocariotes hasta el ser humano), consiste enuna serie de saltos a nuevas estructuras, connuevas formas de funcionar.La Tierra constituye un sistema intermedioentre el Sol y el espacio exterior. De díarecibe radiación solar y de noche la disipa

29

hacia el espacio en forma de calor. HaroldMorowitz (1968) señaló que a tales sistemasintermedios el flujo estacionario les producepor lo menos un proceso cíclico material. Paracomprenderlo imaginemos aquí el agua delplaneta: el Sol causa evaporación de los mares,se forman nubes, llueve, nieva, parte del aguay de la nieve cae sobre los continentes, seforman ríos y el agua vuelve al mar. Ahorabien, si sólo hubiera suministro de energía, seevaporaría toda el agua, y si sólo hubieradisipación de calor, se congelaría. Paraalcanzar en cambio la organización tan complejaque le conocemos, el agua del planeta debeestar sujeta a un flujo de energía, que implicacaer desde un potencial más alto hacia otro más bajo.Otra de las características de estos ciclos esque se pueden acoplar. Si a lo largo del ríoque mencionamos, los hombres instalan turbinasy plantas de energía eléctrica, y acoplan alciclo eléctrico todas sus industrias, la regiónse hará más compleja (es decir, se necesitarámás información para describirla).Pasemos ahora a otro tipo de gananciaorganizativa de las que produce el flujo deenergía solar. Al absorber la radiación solar,los electrones de los átomos de la Tierra seexcitan y saltan a las órbitas más externas,pero en seguida (unos cienmillonésimos desegundo más tarde) vuelven a sus órbitasprimitivas, eliminando el exceso de energía queles había causado la transición. Mientras están

30

excitados, los átomos son sumamente reactivos ypueden combinarse con otros átomos formandomoléculas. Más tarde, los electrones de losátomos que ya están formando una moléculapueden volver a absorber energía y excitarse,pudiendo hacer entonces básicamente dos cosas:1) romper su ligazón y desarmar la molécula,volviendo a su estado libre, o bien 2)combinarse con más átomos formando entonces unamolécula de mayor complejidad. En realidad, enla población de átomos y moléculas de la Tierraprebiológica sucedieron ambas cosas, dandoorigen así a un enorme metabolismo prebiótico.Muchas de estas reacciones ya se hanreproducido experimentalmente en ellaboratorio; en ellas se vio que de esta manerase producen azúcares, aminoácidos, nucleótidosy muchas otras moléculas que hoy constituyenlas piezas fundamentales de los organismosvivos.Las investigaciones de Manfred Eigen y suscolaboradores (19711981) han mostrado cómo pudohaber sido que las moléculas prebióticas dieranorigen a las primeras cadenas de DNA, de RNA y alas primeras proteínas. Sin embargo, sudescripción, así como la de los primeros pasoshacia la aparición de una membrana celular y deun cúmulo molecular que pudiera aspirar altítulo de célula, escapan al plan de estelibro. Aquí nos basta con puntualizar que elflujo de energía solar, en su continuoperturbar y "empujar" al sistema químico

31

prebiótico, lo fue transformando en ungigantesco aparato metabólico que, en sucesivascrisis, se fue condensando en estructurasdisipativas, algunas de las cuales dieronorigen a primitivos organismos unicelulares, enlos que la marcha de las reacciones químicasestuvo regida por enzimas codificadas en ungenoma. Pero ni siquiera estas estructurasfueron dejadas en paz por el fluir de laenergía solar. Ellas también fuerondesequilibradas y empujadas hacia crisis y máscrisis. Es fundamental tener presente que todoeste funcionamiento, toda esta vida, estácondicionada tanto por el aporte energéticocomo por su disipación final.Entre esos organismos simples se generó unacompetencia por los nutrientes que los fueforzando a desarrollar al máximo la captaciónde energía solar, en una evolución hacia unafotosíntesis que constituye la etapa inicial dela enorme cadena trófica de la biósfera. Luego,esa misma interacción dio origen a organismosunicelulares capaces de asociarse y de formarsistemas multicelulares. Un buen texto debiología podría reemplazar nuestro relato delresto de la historia de la evolución sobre laTierra. Aquí sólo señalaremos un aspecto de laforma organizativa que se produjo: suestratificación en jerarquías.La vida está organizada en niveles jerárquicos(Pattee, 1971). El más bajo está constituidopor las reacciones químicas. Por encima de este

32

nivel está el de las enzimas que catalizan(aceleran miles de veces) y gobiernan lasreacciones de la química orgánica; luego vieneel nivel celular y así, sucesivamente, se vallegando a los niveles endócrinos, alhipotalámico, al de los centros nerviosossuperiores y, por ahí arriba, aparece lomental. Cada nivel se rige por sus propiasleyes, obedece a su propio conjunto derestricciones. Una molécula de glucosa en la célulano puede hacer cualquier cosa, pues además decumplir las leyes de la química, deberáobedecer las que le imponen las enzimas (porejemplo, la hexoquinasa). Pero estas enzimastampoco hacen cualquiera de las cosas quepudieran hacerse en un tubo de ensayo, porqueestán acotadas por la arquitectura celular que,en su funcionamiento, hace entrar o salir delcitoplasma a iones y moléculas que facilitan oinhiben sus funciones. La entrada de estosiones y moléculas está a su vez controlada porlas restricciones que les imponen los nivelessuperiores (por ejemplo, el páncreas y lasuprarrenal, que tienen hormonas para controlarla glucemia). Cada nivel está entonces acotadono sólo por sus propias restricciones sinotambién por todas las de los niveles que tienepor encima. Como corolario, un nivel biológicoestá tanto o más acotado cuanto mayor sea elnúmero de niveles jerárquicos que tiene porencima. Finalmente, a la glucosa le quedan enel organismo unos pocos caminos metabólicos de

33

los que no se puede apartar, porque hay todauna maraña de controles (restricciones)superiores que obligan que los cumplaestrictamente (Cereijido, 1978).7 Los nivelesmás bajos son también los más arcaicos y, porel hecho de tener más restricciones, son losmenos ambiguos. Por el contrario, lossuperiores tienen mayor libertad: son másflexibles y tienen un ámbito mayor para lacreatividad.A primera vista se diría que si se agrega unnuevo conjunto de restricciones, lejos defacilitar o de enriquecer los procesos, éstosserán interferidos o se llegaría a bloquearlosdel todo. Pero no es así. Volvamos a recurrir aun ejemplo: si plantamos una parra y no leponemos ninguna restricción, su grado delibertad será tan grande que le sería imposiblellegar a cubrir una pérgola a dos metros delsuelo; pero si en cambio la sujetamos a unavara y le restringimos ciertos grados delibertad, seguramente la llegará a cubrir.Para que se posibiliten y enriquezcan losprocesos, las restricciones impuestas por cadanivel jerárquico deben tener sentido. Este sentidoes, justamente, el que tratan de descubrir losespecialistas de la dinámica de cada nivel: lasleyes de los procesos. "Sentido" en el caso delrío y las industrias que dimos como ejemplo,son las restricciones especificadas por lasleyes de la hidrodinámica, que rigen elfuncionamiento de las turbinas; de la

34

electricidad, que rigen el de la plantageneradora; de la electrónica, que rigen lamarcha de todos los equipos eléctricosenchufados a las líneas de electricidad; de lamecánica, etc. Esas leyes forman conjuntos derestricciones coherentes. En lo biológico lasrestricciones están explicadas por lasdisciplinas que rigen cada nivel: la química,la enzimología, la biología celular, laendocrinología, la neurobiología, la ecología,etcétera.La enorme complejidad de la vida en la Tierrahoy se entiende como una consecuencia del fluirde energía solar, que obligó a los sistemasquímicos a adoptar un ordenamiento jerárquico.Cada nuevo nivel jerárquico apareció en unmomento dado de la evolución. Hubo un momentoen la historia del planeta en que no habíaglándulas de secreción interna, y otro a partirdel cual ciertos animales ya venían equipadoscon ellas. Hoy no se sabe cómo hacen losniveles inferiores para generar un niveljerárquico más alto, entre cuyas funciones estáaplicar más restricciones a los de abajo.Pero quizás la característica más notable de laorganización jerárquica biológica es que nosólo los niveles que ya están han de generar alpróximo superior, sino que este nuevo niveltiene siempre propiedades emergentes que no sonsimplemente una suma de las propiedadesanteriores. El sistema que se autojerarquiza ensu interacción con el medio se equipa con

35

nuevos niveles, cuya descripción requiere denuevas leyes dinámicas, nuevos lenguajes.En resumen: la vida, al decir de Szent-Gyorgi,aprendió a captar la energía del electrónexcitado por la radiación solar, a hacerladecaer por sus intrincadas redes metabólicas, yeso le ha provocado un incesante alejamientodel equilibrio, una secuencia de catástrofes,un aumento de complejidad consistente en laaparición de nuevas estructuras y nuevosprocesos. Ese ordenamiento tomó la forma deniveles jerárquicos sucesivos. Uno de losniveles más altos (o por lo menos másrecientes) parece ser el mental. Por serreciente y no tener por encima (dentro delorganismo) ningún otro nivel de restricción, estambién el más ambiguo y el que tiene mayorámbito creativo. El funcionamiento de toda esapasta físico-química fue generando cucarachas,culebras, ornitorrincos, peces que nadan y avesque vuelan. En una de sus últimas etapas generóun cerebro que lleva a cabo un curioso proceso:el pensamiento.Hasta no hace mucho se consideraba a losorganismos como máquinas, cosas a las que unsuministro de energía hacía funcionar en equilibrio(quintaesencia de la salud). Hoy, en cambio, seconsidera que los organismos son laorganización espacial del proceso provocado porel flujo de la energía a través de la biósfera.Tan importante es el suministro de energía comoel decaimiento a un nivel más bajo. Esta continua

36

disipación, decaimiento, muerte energética ocomo querramos llamarla es fundamental para quela vida transcurra a lo largo de la flecha deltiempo que habían encontrado los físicos.Hoy no hay discrepancias formales niideológicas entre las expectativas físicas ylas explicaciones de la vida. Tanto el caminode crisis y cambios complejizantes que implicala evolución, como la muerte que espera a losorganismos, surgen como eventos comprensibles ynecesarios.Para dar por terminada esta reseña depropiedades de la vida que atañen a ladiscusión del tiempo y de la muerte, convienesubrayar un aspecto: las reacciones químicasque se cumplen en nuestros organismos se puedenreproducir en un tubo de ensayo sin necesidadde enzimas. Sin embargo, la velocidad de lasreacciones en este caso es increíblementelenta. Las enzimas no sólo constituyen entoncesuna manera de hacer que tales o cualesreacciones orgánicas se cumplan másfavorablemente que las otras y se oriente elflujo metabólico, sino que son un medio deacelerar los procesos biológicos. En estecapítulo nos hemos referido repetidamente a lasescalas temporales en que se cumplen losdistintos procesos del mundo real. En estesentido debemos recalcar que las enzimas sonresponsables de que las reacciones metabólicas se cumplan aescalas temporales biológicas y no a escalas temporalesgeológicas, y así sea la vida de un organismo una

37

especie de fogonazo entre el nacimiento y lamuerte.Pero al acelerar el metabolismoenzimáticamente, no se habría ganado demasiado,de no contar los sistemas biológicos con formasde acelerar también los procesos en todos losniveles jerárquicos. Una hormona tardaría mesesen difundirse desde la hipófisis hasta lasrodillas si sólo contara con el procesodifusivo. Pero, por suerte, los organismos handesarrollado aparatos circulatorios que latransportan en segundos. El cerebro tardaríaeternidades en enterarse de que hemos pisadouna brasa y de que nos conviene quitar el pie,si no se hubieran encontrado formas de enviarseñales eléctricas en unos pocos milisegundos alo largo de las neuronas. La evolución estáapurada. Ha encontrado la forma de darnos unempellón y hacernos atravesar en un santiaménlas estructuras, los procesos y la crisis quevan desde el huevo fecundado hasta elirremisible cadáver. Los organismos tenemos unavida efímera porque las enzimas, los aparatoscirculatorios y las neuronas nos aceleran, y lamuerte nos quita de en medio. Para culminar elcuadro, la evolución nos dotó de un cerebro quepiensa, y que cree que el tiempo fluye.NOTAS1 Equilibrio deriva del latín aequa libra, labalanza quieta, serena, que no se mueve porquesus dos platillos pesan igual.

38

2 A lo largo de este libro utilizaremosmuchas veces la palabra sentido. En generalconsideramos que, de todos los procesos quepueden ocurrir en un sistema, el que tienesentido es la función. Un radio, por ejemplo,está construido para que cuando lo perturbe elmedio (haciéndole pasar una corriente eléctricaa través de sus circuitos) emita sonidos. Porel contrario, otros procesos que también puedenocurrirle al radio (que se herrumbre, que laperturbación del medio consista en un codazoque lo tire al suelo y haga que se rompa) noson considerados como su función específica,pero no por eso dejan de ser procesos ni dejande cumplir estrictamente con los principios dela termodinámica. Más aún, podría muy biendarse el caso de un investigador que seproponga estudiar cómo se oxida un coche en unclima determinado; para él este proceso, amedida que lo comprende y lo describe, pasa atener sentido. Para este investigador, encambio, no tendría sentido que de prontoalguien se apenara del estado lamentable delcoche, lo aceitara, lo compusiera y lo hicierafuncionar, interrumpiendo así sus estudios.Estas observaciones nos hacen dudar si, enrealidad, el sentido es una propiedad delsistema, o del observador. o de la relaciónentre ambos. (Ver Cereijido [1978], cap. IV).3 En chino crisis se escribe (nos informan)combinando dos grafos: oportunidad y peligro.

39

4 En la Teogonía de Hesiodo, escrita en elsiglo VII a. C., el nombre caos se relacionacon la raíz X- (estar abierto) y alude al espaciovacío. Más tarde, caos se derivará de X(verter) yserá presentado como la masa inorgánica yconfusa.5 Zabotinski (1964) y Bielusov fueron losprimeros en estudiar reacciones con reactivosde distintos colores, pudiendo así observarfácilmente los diseños y los cambios deconfiguraciones que adoptaban.6 Regulación de los parámetros fisiológicosde modo que su valor se mantenga constante. Porejemplo, cuando baja el nivel de azúcar en lasangre, el organismo segrega hormonas que hacenverter azúcar de las células a la sangre. Porel contrario, cuando la glucemia sube, elorganismo pone en función mecanismos queretiran glucosa de la sangre. Y así sucede conla regulación del Na+, el K+, y el Ca++, elagua la temperatura, etcétera.7 Si bien parece irrefutable que con laaparición evolutiva de nuevos nivelessuperiores ("superiores" en tanto confierenfacultades mas avanzadas) los niveles que yaexistían fueron siendo cada vez más y másrestringidos, esto no debe tomarse de ningunamanera como si el funcionamiento actual de unsistema biológico fuera fatalmente lineal yjerárquico. Que en un ejercito haya unaestratificación jerárquica, no quita que ungeneral pueda impartir una orden directa a un

40

soldado, ni que su chofer pueda transmitirle aél un mensaje importante. Análogamente, undescenso de la glucemia puede provocarle unterrible choque al cerebro, y un aumento en latasa de hormonas sexuales puede cambiarle no yasu función, sino el tamaño y preponderancia deciertos núcleos fundamentales. La fisiologíamoderna tiende a demostrar que el procesamientode la información neural se lleva a cabo en unacomplicadísima red de componentes en paralelo,y que no parece existir un "comando superiorautoritario" cuyo papel consista en tomardecisiones jerárquicamente.

……………

I I . L A E M E R G E N C I A D EI D E AD E L T I E M P O

L A

El cerebro no es un órgano del pensamiento, sinoun órgano de la sobrevivencia, como las zarpas ylos colmillos. Está hecho de tal forma, que noshace aceptar como verdad cosas que sólo sonventajas. ALBERT SZENT GYORGI

Non in tempore, sed cum tempore Deus creavitcaela el terram.SAN AGUSTIN

41

Efecto: el segundo de dos fenómenos que siempreocurren juntos en el mismo orden. El primero esllamado causa y se dice que genera al otro (cosaque no es más sensata de lo que sería —paraalguien que nunca ha visto a un perro, salvo en lapersecución de un conejo— declarar que el conejocausa al perro). AMBROSE BIERCE

Cuando sigue a los sentidos, la razón vuela con las alas cortadas.DANTE ALIGHIERI

A aquél que mire al mundo racionalmente, el mundo le devolverá a su vez un aspecto racional.HEGELPor lo tanto decimos que hombre es proceso, y, precisamente, el proceso de sus acciones.A.GRAMSCI

El tiempo sustituyó al espacio en el interés de los filósofos y se transformó en el motor oculto que mueve las concepciones contemporáneas del mundo. RIZIERI FRONDIZI

EL HOMBRE tiene una paupérrima idea acerca decómo funciona el cerebro, de qué es elpensamiento, de cuál es la relación entre mentey realidad; no tiene más que conjeturas sobrela índole del tiempo, y hace muy poco que hacomenzado un balbuceo sobre la naturaleza de

42

los lenguajes. A pesar de esas ignorancias, yahace muchísimos siglos que se lanzó a afirmar,osadamente, que los animales viven en uncontinuo presente. Uno de los que le dioestatuto académico a semejante idea fueDescartes, quien afirmaba que los animales noeran más que autómatas sin alma. Esas actitudesse prolongan hasta nuestros días: bastaescuchar a un amante del toreo, o de la riña degallos. Es común encontrarse con gente queafirma que el sentido del dolor, del tiempo ytodas las facultades mentales que poseen losseres humanos irrumpieron de pronto un buendía, cuando el hombre hizo su aparición en elplaneta; ignoran que el cerebro humano es elproducto de largas edades evolutivas. Es comosi se afirmara que el hombre aprendió aconstruir refrigeradores, les puso gabinetespara congelar agua y fabricar cubos de hielo,mantequeras, anaqueles para botellas para, depronto, ¡albricias! encontrarle una función:conservar alimentos y sustancias perecederas ensu interior. Si bien en este libro afirmamosuna y otra vez que los sistemas biológicosevolucionan a saltos, y que las propiedadesemergen como funciones de una nuevaconfiguración adoptada por el sistema, elconcepto que tenemos del tiempo no esindependiente del aparato con el que captamosla realidad externa (suponiendo que haya una);este aparato fue perfeccionado a lo largo demillones y millones de años, de modo que, para

43

el momento en que efectuó la transición haciaun cerebro humano, ya tenía la mayor parte desus formaciones diseñadas.Los animales son capaces de establecerrelaciones muy sutiles con el tiempo. Así,Pavlov demostró que cuando a un perro se le dacomida periódicamente, por ejemplo cada 20minutos, se le provoca un reflejoincondicionado de segregar saliva. Pero llegaun momento en que el animal se acostumbra y, siahora, al llegar a los próximos veinte minutos,se omite la comida, el animal segrega la salivade todos modos, puesto que se ha condicionado ahacerlo después de esperar veinte minutos. Demodo que ha medido con bastante exactitud elperiodo que estableció el experimentador y hacronometrado a su organismo para responderprogramadamente en el momento que debíacoincidir con la recepción de la comida.Para rastrear los orígenes del sentido deltiempo debemos remontarnos hasta la etapaprebiológica en la que, como vimos en elcapítulo I, ya existían procesos cíclicos (losciclos de Morowitz), y se presentaba unambiente lleno de periodicidades (noche/día,verano/invierno, bajamar/pleamar, etcétera).Esos ciclos imprimieron, de entrada, conductasrítmicas a los organismos, y los seres quelograron adecuarse al ciclaje temporal tuvieronindudables ventajas evolutivas (Aréchiga,1983).

44

La superficie terrestre, ya con su biósfera atoda orquesta, cambia su aspecto dependiendo dela hora del día: se puebla con diferentesespecies de animales que emergen de susmadrigueras con regularidad cronométrica pararetornar a ellas al cabo de varias horas y,según la época del año, todo el paisaje cambia,pues tanto animales como vegetales aparecen ose transforman al paso de las estaciones( Aréchiga, 1983). Las especies desarrollaronla habilidad de cambiar su pelo, de tenercrías, de hibernar y de migrar coincidiendo conlos cambios estacionales, tal vez porque esoles dio más oportunidades de sobrevivir queaquellas que no tendían a hacerlo. También susorganismos son sistemas cíclicos (disparo depotenciales de acción en neuronas, latidos,digestiones, sueños/vigilias, menstruaciones).En una escala mucho más inferior, el plasmodio,organismo unicelular que se aloja en nuestrascélulas y nos produce la malaria, invadenuestro torrente sanguíneo periódicamente,coincidiendo con las horas del día en que picaa la víctima su vector, el mosquito anófeles.Así se maximizan sus posibilidades de serinyectado luego a una segunda persona yreproducirse. Cualquiera que, a causa de unviaje transatlántico haya alterado dichociclaje, comprende en carne propia lasconsecuencias del desfase.Un organismo necesita coordinar los ritmos desus distintas funciones y, también, estar él

45

mismo coordinado con los ritmos del medioambiente. No sorprende entonces que existansincronizadores y piezas maestras de relojeríaque se fabrican en cumplimiento de un programagenético. Konopka y Benzer (1971) aislaronmutantes de la mosca de la fruta (Drosophila) quetiene ritmos circádicos más largos que los delas moscas salvajes, otras con ciclos máscortos, y aun otras que tienen abolidos losritmos circádicos. Bargiello y Young (1974),Reddy y colaboradores (1984) y Rosbash y Hall(1985), localizaron la alteración genética deestas mutantes en las bandas 3B1-2 delcromosoma X. Al aislar el DNA que porta talesbandas y traducirlo in vitro, Jackson ycolaboradores (1986) obtuvieron una proteínaque parece constituir una parte fundamental delreloj biológico de la Drosophila. Es decir, que yase conoce por lo menos una molécula cuyafunción biológica es asociarse con otras paraintegrar un reloj biológico. En general sesospecha que algo es o puede actuar como relojbiológico cuando se le descubre una funciónautónomamente cíclica. Así, el ojo del moluscoAplysia californica, o la glándula pineal del gorrión,cuando son aislados del organismo y cultivadosin vitro sintetizan hormonas a las que no secretanen forma continua, sino que descargan enoleadas periódicas. Cuando estas estructuras noestán in vitro, sino en el cuerpo de esos animales,dichas descargas periódicas se vierten a lasangre y constituyen señales químicas que

46

pueden funcionar como marcapasos para lograr lacoordinación del resto de los órganos.El hecho de que estos relojes sean endógenos,no quita que deban ser "puestos en hora"gracias a la interacción con el medio. CuandoBunning (1967) crió varias generaciones deDrosophilas en la oscuridad, sus ciclos se fuerondesfasando. Pero bastó que, varias generacionesdespués, iluminara a las larvas con un pulso deluz de algunos minutos, para que las mosquitasretomaran el ritmo que sus antecesores leshabían legado a través de los genes en elcromosoma X.Podríamos concluir, entonces, que losorganismos, desde las conductas periódicas desus reacciones moleculares; hasta elcomportamiento de los unicelulares, y lasintegraciones multicelulares, están equipadoscon osciladores periódicos de frecuenciasvariadas, que se articulan y sincronizan con elmedio para funcionar satisfactoriamente. Escomo si nuestros relojes no sólo marcharan conenergía solar sino que, además, la utilizaranpara ponerse en hora. En conclusión: en elmomento en que la naturaleza desarrolló alhombre, ya sabía cómo equiparlo con unmecanismo de relojería autosincronizable.La periodicidad que emana del funcionamientodel organismo parece originar un sentidotemporal: creemos darnos cuenta de un tiempo quetranscurre. Para Fernández-Guardiola (1983) setrata de un sentido semejante a la capacidad de

47

ver u oír, excepto que, para el hombre, supérdida es más disruptiva que la ceguera o lasordera. Así, por ejemplo, Beethoven ya erasordo cuando compuso su Novena Sinfonía, yBorges era ciego cuando escribió sus últimospoemas, pero cuando una persona pierde susentido temporal, pierde también la cordura.Pero, a diferencia de la vista o la audición,cuyos receptores son los ojos y los oídosrespectivamente, el receptor del sentido deltiempo no se conoce. Sabemos del color porquelo vemos y del sonido porque lo escuchamos,pero ¿cómo sabemos del tiempo? La luz es elestímulo para la vista, y el sonido para laaudición, pero ¿cuál es el estímulo para elsentido del tiempo? En principio, la naturalezapodría haber escogido dos fuentes:1) La experiencia interna. Nuestro organismo sueletrabajar calladamente. No nos informa acerca decómo coordina la digestión, aunque por ahísintamos un cólico; no nos mantiene al tanto decómo hace entrar y salir el aire de lospulmones para que respiremos, aunque por ahísuframos disnea y entonces sí nos enteremos;nos mantiene ajenos a la circulación de nuestrasangre, aunque por ahí nos alarmemos por algunapalpitación, o se nos ruboricen las mejillas. Apesar de esa ignorancia, nuestro sistemanervioso se mantiene perfectamente al tanto detales funciones y las regula a lo largo deochenta años, día y noche con su centrocardiomoderador, su centro respiratorio, su

48

aparato neuroendócrino, etcétera. Sabemos que,además, los ciclajes de intestinos, pulmones,corazón, glándulas de secreción interna y otrasfunciones también están sincronizados. Cabe laposibilidad de que al igual que cólicos,extrasístoles, disneas, sed, hambre, etcétera,nuestro organismo permita a veces dejar llegara nuestra conciencia alguna manifestación deltic-tac orgánico. La experiencia interna esentonces una fuente potencial de informacióntemporal. Gracias a ella podemos impacientamosen la sala de espera de un dentista, aunque noocurra movimiento alguno en el ambiente.2) La experiencia externa. Podemos informarnos delpaso del tiempo en base a los cambios ymovimientos en el mundo que nos rodea. Así,podríamos habernos quedado dormidos en la saladel dentista y, al despertarnos, comprobar conel reloj que ha pasado media hora sin que lohubiéramos detectado por referencias internasde nuestro organismo. Ambas fuentes, interna yexterna, definen el mismo orden temporal. Lospresentes experimentados internamente secorresponden a la par de los sucesos externos.Es comprensible que el orden temporal interno yel de los sucesos externos se correspondan yestén coordinados. Después de todo, el tacto,la vista, el olfato y la audición no tienencaracterísticas comunes, y podrían serpercibidos como espacios diferentes, sinembargo también están coordinados y se combinanpara darnos una imagen integrada de la realidad

49

(Broad, 1937). Curiosamente, también estácoordinado el sentido espacial. Y decimos"curiosamente" , porque cuando suena un disparoa diez metros nuestro tímpano se pone a vibrar,las neuronas de nuestros nervios auditivoshacen salir potasio, entrar sodio, desplazarcalcio, variar su potencial eléctrico, y quelas señales eléctricas así generales viajenvarios centímetros por nuestro cráneo,liberando moléculas transmisoras.Estas moléculas se pegan a receptores, causanla despolarización de otras neuronas, generannuevas señales que se cruzan y combinan con laspercibidas por el otro oído y, finalmente, enla oscuridad de nuestro cerebro, percibimos elestampido. Si todo eso hubiera generado unnúmero menor de señales por unidad de tiempo,habríamos dicho que el tiro fue disparado amayor distancia. De manera que transformandopulsos eléctricos y combinaciones de moléculaspor unidad de tiempo, nuestro cerebro está "seguro"de que ahí afuera hay un espacio. Después,combinaremos el resultado de esta experienciadel espacio con el resultado del ver, del oler, deltocar, del caminar, y "sabremos" cómo es "larealidad" exterior. Todos los sentidos están,en suma, coordinados para proporcionarnos unacorrespondencia entre el sentir y el pensar. Esla memoria la que hace de puente temporal entredos percepciones. Lástima que no tengamos ideade qué demonios será la memoria, pues lanaturaleza, como dijo san Agustín, se maneja

50

nada más que con presente. No nos provee de un"antes de" ni de un "después de". De todosmodos, el hecho de que se forman paquetesinformativos del mundo exterior, a los quellamamos objetos (ver capítulo III), permiteretenerlos a pesar de que la percepción cambiedespués. Esas imágenes memorizadas se podránromper en partes y recombinar para formar otrasnuevas.De ello podemos inferir que hay, en elestablecimiento de la función sensorio-temporal, estas etapas (Fernández Guardiola,1983):1) Procesos químicos en los que ciertasenzimas, por ser las más lentas, limitan lavelocidad de reacción; también hay reaccionescuya producción es periódica, es decir, noentregan una cantidad estable de producto, sinopor altibajos cíclicos. Estas reaccionesactivan canales de membranas en las neuronasgenerando pulsos eléctricos cuyo número, enalgunos circuitos, sufre oscilacionesperiódicas; tenemos así que algunos productosquímicos y algunas señales neuronales hacen deosciladores que sirven de base a conductastemporales.2) Partiendo de este material, se organizanritmos endógenos, tales como el sueño, lavigilia, la actividad, el reposo, la marcha, elrascado, la respiración, el estro, lahibernación.

51

3) Los ritmos endógenos, que son regulatorios(tienden a mantener la homeostasis) interactúancon el medio, y las señales externas leprovocan respuestas de control que tienden amantener la adaptación ( así, despertamosespontáneamente a las siete pero noscercioramos mirando el reloj).4) La integración de esas funciones nos da lacapacidad de medir duraciones: se trata de untiempo subjetivo, al que podemos poner enevidencia tratando de estimar, sin mirar elreloj, en qué medida ha transcurrido.Pues bien, ya tenemos la gama de recursos queofrece la biología para que la naturaleza dé unpaso más y promueva la aparición del hombre.Y ahora ¿qué?Las evidencias paleontológicas y antropológicasindican que el hombre primitivo era una especiede mono, al que la naturaleza le raleó losbosques impidiéndole saltar de un árbol a otro,obligándolo a caminar por las praderas en buscade sustento. Este mono o prehombre se hizoprimero recolector de las carroñas que dejabanabandonadas los animales cazadores, y luego élmismo se aventuró a cazar (Sinclair y Leakey,1986). Tuvo entonces que competir con otroscazadores, que ejercían este oficio desdemillones de años antes, y que en ese ínterinhabían ido perfeccionando las mejores garras,los más sutiles olfatos, la capacidad de corrermuy velozmente, las quijadas con los más

52

afilados colmillos, tales como leones, hienas yperros de pradera.Pero ese bicho, menos dotado, aprende aerguirse sobre sus patas traseras, puede vermás lejos y esto le permite detectar predadoresy presas con mayor anticipación. Se seleccionala postura erecta. La postura modifica lapelvis y los bebés nacen inmaduros. No importa:las madres que caminan erectas tienen brazoslibres para acarrearlos. Las manos librespueden empuñar palos y agarrar piedras. Másadelante se llevará un palo o una piedra conpremeditación (la premeditación implica unaanticipación y un sentido del tiempo). Despuésse escogerá un buen palo, al que ya podemos irllamando garrote. Más tarde el palo seconvertirá en un buen garrote, o se partirá unapiedra de modo que le quede un canto afilado ouna punta aguzada; comenzará así unatransformación de los objetos que requiere decierta habilidad. Estos homínidos aprendieron aexplorar cada posibilidad y a tener modelosdinámicos de la realidad. La habilidad para aprenderera ventajosa: fue seleccionada. El individuoque exploraba más, y que podía imitar másrápidamente las técnicas y tretas de suscompañeros tuvo más oportunidades. Decíamos másarriba que las señales recolectadas por lossentidos permitían construir paquetesinformativos que llamamos objetos, y que tienencierta autonomía ante los cambios de lascircunstancias externas. Podríamos agregar aquí

53

que el aparato de fonación, acoplado también aesa pasta físico-química combinadora deseñales, el cerebro, permitió simbolizar ycodificar el resultado de esas manipulacionesinformativas. Los lenguajes que así seestablecían permitieron manejar más ágil yeficientemente el esquema de la realidad que seiba elaborando.1 Si, como decía Bacon, elconocimiento es poder, lo desconocido es fuentede inseguridad. El reconocimiento de esainseguridad debió haber sido angustiante. Perosi la angustia provocaba un mayor esfuerzo porexplorar, buscar alternativas, resolver lascosas con nuevos recursos, tiene que haberseseleccionado el homínido capaz de angustiarseante lo desconocido, de hacerse un modelo decircunstancias futuras y prever riesgos(Cereijido, 1978).De modo que el mamífero que tenía la habilidadde generar el concepto de tiempo y de ordenarla realidad a lo largo de cadenas causales (unantes, donde ubica las causas, seguidas de undespués, donde ubica los efectos) obtenía unarealidad biológica mejor y tenía másposibilidades de sobrevivir (Jerison, 1973).Algunos autores postulan que la intuiciónhumana del tiempo fue ayudada por el sentidodel ritmo. Pero uno podría muy bien dar vueltaa esta afirmación y creer justamente locontrario. Lo cierto es que el hombre aprendióa usar señales de la naturaleza paraorganizarse temporalmente. Evans-Pritchard

54

(1968) y otros investigadores refieren queciertos pueblos de África utilizan el ganadocomo reloj (por ejemplo: "los bueyes van apastar" corresponde a las cinco o seis de lamañana). Otros lo miden por la demora deprocesos naturales (por ejemplo, una cocción dearroz). Pero no necesitamos irnos a lugares tanremotos para encontrar ejemplos. Todos estamosacostumbrados a escuchar expresiones tales como"en menos de lo que canta un gallo","salió como salivazo de músico", "hasta que lasvelas no ardan", "cada muerte de obispo", "paracuando los sapos críen cola" y otras tantas quedan idea de duraciones, velocidades, tardanzaso imposibles.El hombre primitivo se encontró metido en elproblema de la existencia. Nacía en medio deuna cultura que, por mas rudimentaria quehubiera sido, ya tenía una forma de llevarlo enbrazos y amamantarlo, de cuidarlo, de obligarloa respetar sus tabúes, sus mayores, susmandatarios o sus dioses, de iniciarlo en losquehaceres comunitarios, en una palabra, derestringirlo con un sistema de valores y unavisión del mundo. Esa comunidad lo asistiría ylo haría partícipe de rituales apropiados paracada una de sus transiciones (como la pubertadpor ejemplo) o del medio (un cambioestacional).El hombre tuvo la obsesión de la causalidad ysu mente generó modelos explicativos. Ante unterremoto, el primitivo diría quizá que un

55

gigante subterráneo estaba enojado. Ungeofísico moderno lo explicará en términos demovimientos de placas de la corteza terrestreque provocan acomodamientos y temblores. Losmodelos más ancestrales parecen ser entonceslos sagrados. Tanto para los primitivos comopara Bacon con el conocimiento era poder, peroese poder emanaba de una fuerza divina.Los primitivos eran también buenosrelativistas: no tenían el tiempo y el espacioseparados. En la Antigüedad los templos y elcalendario se construyeron juntos, en un lugary en una posición cuidadosamente estipuladaAttali (1982) hace notar que las palabras tiempoy templo tienen el mismo origen y que, hasta lareforma de Clístenes, ocurrida en el 510 a.C.en Atenas, los calendarios griegos sonlunisolares, y la arquitectura guarda unarelación con lo divino y lo cósmico. La forma,dimensiones y orientación de la pirámide mayade Kukulkán están calculadas de tal modo queuna vez al año, por espacio de unos veinteminutos en el equinoccio, el juego de luz ysombras en los escalones asemeja una gigantescaserpiente que desciende por ellos.Mircea Eliade (1964) afirma que, después dereconocer la importancia del Sol, losprimitivos advirtieron que la Luna era un sermucho menos regular: crece, decrece y llega adesaparecer como si estuviera sometida a la leyuniversal del nacimiento, del devenir y de la

56

muerte. Las fases de la Luna revelaron —señalaEliade— un devenir cíclico(siembras, lluvias, cosechas, menstruaciones,fertilidad) ligadas a un tiempo concreto,distinto del tiempo astronómico. El de la Lunaera un tiempo "vivo". La "irregularidad" de laperiodicidad lunar obligó al hombre a estudiary a perfeccionar su modo de establecercorrelaciones.Eliade también opina que, tanto en la religióncomo en la magia, la periodicidad significaante todo la utilización indefinida de untiempo mítico hecho presente. Como el rey-sacerdote encarnaba al dios invisible delcielo, los rituales que realizaba eranrepetición de acciones divinas, y por lo tantodebían corresponder exactamente, en tiempo y encarácter, al ritual allá en lo alto. Todos losrituales tienen la propiedad de suceder ahora, eneste instante. El tiempo que presenció elacontecimiento ahora conmemorado (y repetidopor el ritual en cuestión) se hace presente, esre-presentado.Los antiguos tenían la noción, por así decir,de dos tipos de tiempo: el del cosmos, que erarepetible indefinidamente, y el de la duraciónprofana. Para ellos la verdadera historia erauna mito-historia, que registraba únicamente larepetición de los gestos arquetípicos de losdioses. El segundo tipo de tiempo, el profano,el de todos los días, el doméstico, no poseíaen cambio ninguna trascendencia, era una suma

57

de detalles triviales. Llegado cierto momento,que el sacerdote sabía como calcular, serealizaban ceremonias que permitían abolir eltiempo profano y vivir el sagrado... o tratarde hacerlo. Era un intento mortal de integrarsea la irreversibilidad divina escapando, dentrode lo posible, del deterioro terrenal.Conviene hacer aquí una recapitulación delmaterial presentado en este capítulo con elobjeto de hacer varias consideraciones acercadel enfoque que seguiremos hasta terminarlo.Hemos partido de reacciones cíclicas yconductas periódicas de los organismosunicelulares; hemos mencionado la búsqueda deproteínas codificadas por los genes de laDrosophila relacionados con sus ritmoscircádicos; describimos luego la periodicidadde las funciones de los organismos superiores ysu "puesta en hora" con base en señales delmedio (día/noche, pleamar/ bajamar,verano/invierno); aludimos también a laposibilidad de que la presión evolutiva hayafavorecido al primate capaz de ordenarexperiencias y conductas a lo largo de unaflecha temporal que redundaría en la formaciónde cadenas causales; hicimos ciertasconsideraciones sobre la importancia que habrátenido para los homínidos el formularse modelosdinámicos de la realidad, es decir, queincluyeran la variable tiempo; y, finalmente,concluimos con un esquema de la concepción del

58

tiempo que pueden haber tenido algunos pueblosprimitivos.Como este libro se propone describir el enfoquedel tiempo y de la muerte que tenemos nosotros,que estamos inmersos en una civilizaciónderivada fundamentalmente del pensamientogriego y judeocristiano, debemos en este puntodesentendernos de manera un tanto arbitraria deconcepciones del tiempo y de la muerte quepuedan haber tenido otros pueblos de la Tierra.Pero aun esa simplificación nos resultainsuficiente. Por un lado, nos encontramos conmás de un tiempo: el profano y el divino. Porotro lado, el tiempo profano se irá desdoblandoen un tiempo cotidiano, y en otro que fueobjeto de un tratamiento más académico, que asu vez se ha desdoblado con el correr de lahistoria en un tiempo filosófico y otrocientífico. Con el único fin de ordenar nuestraexposición, continuaremos en este capítulo conla descripción del tiempo a partir de losprimeros pensadores griegos hasta llegar a lasconcepciones físicas y a las teoríasfilosóficopsicológicas de principio de estesiglo. Dedicaremos capítulos especiales alpapel del tiempo en la mente y al desarrollo dela noción del tiempo en el niño, y dejaremospara el capítulo IX las descripciones deltiempo que emanaron de concepcionescientíficas.Caos y Gea engendran a Urano, dios del Cielo,quien a su vez se unirá a su madre para

59

engendrar diversas criaturas de las que sehorroriza, y a quienes va encerrando en loprofundo de la Tierra. Irritada por estaconducta de su hijo-esposo, Gea maquinavengarse, pero de entre sus vástagos sóloconsigue la complicidad de Kronos. Gea extraede su seno el acero, fabrica con él un harpe(hoz de corte afilado), se acuesta con Urano y,cuando éste había conciliado el sueño, Kronosle corta los testículos. De tal palo talastilla: Kronos también devora a sus hijos unotras otro, hasta que el tercero, Zeus, seráocultado por su madre, Rea. Entre ambosconfundirán a Kronos, haciéndole tragar unapiedra, y Zeus pasará a ser "el que existe entodo tiempo", el hijo del Tiempo.Puntualicemos entonces: para los griegos,durante el Caos no existía el tiempo; nopodemos resistir la tentación de recordar que,para los termodinamistas modernos, en elequilibrio el desorden (caos) y la entropíallegan al máximo y el tiempo (cuya flechadependía del crecimiento entrópico) no tienedirección, no transcurre; para los griegos, elUniverso surge de un ordenamiento del Caos, yuno de sus primeros dioses es Kronos (diosfundador) que se transforma en Cronos 2 ( diosdel Tiempo). Attali (1982) se pregunta si latransformación de Kronos en Cronos es unaccidente puramente fonético, o es la clave dela relación del tiempo y la violencia entre losgriegos, Cronos es el dios de la historia y

60

Zeus el de lo complejo. Kronos —para Attali— esel dios del deseo, y Zeus es el espíritu quedestrona al deseo; es entre pueblos que tienenesta visión del mundo que aparecen los primerosfilósofos, los que han de fundar las bases denuestra actual visión del mundo.Las escalas temporales de los procesos son aveces tan diversas que, vistos por el hombre,los lentos son considerados como objetospermanentes. Pero una estrella no es una "cosa"estable, sino una configuración pasajera queadopta el proceso de la materia universal; unaola no es más que una distribución fortuita enla compleja interacción de las mareas con losvientos; un copo de nieve es un estadotransitorio del agua mientras desciende delcielo, y un hongo atómico es un arreglocircunstancial de materia expandida tras elestallido. La configuración del mismísimoUniverso, tal como la vemos hoy, no es más queun estado efímero de un larguísimo proceso queempezó allá por la Gran Explosión. Incluso laforma que nosotros le vemos jamas ha existido, puesconsideraciones relativistas nos enseñan que elproceso cósmico cambia más rápidamente de loque nos tarda en llegar la información paraverlo. La controversia entre el paradigma detransformarse y cambiar, en oposición al de ser ypertenecer es muy antigua pues comenzó, por lomenos, con los filósofos griegos. Heráclitosostuvo que el fluir del tiempo es la esenciade la realidad. Siempre se cita su afirmación

61

de que uno no puede bañarse dos veces en elmismo río, porque su agua pasa y se va, cambia.Por el contrario Parménides y Zenón manteníanque el ser estático y permanente pues, tomandoa la lógica como un indicador de la realidadmejor que la experiencia, pensaban que elcambio es (lógicamente) inconcebible. Paraellos la realidad era inmóvil, y el tiempo eramera ilusión (Eggers Lan, 1984).Para Platón, más tarde, los objetos constan dedos partes o aspectos: su forma, idea o esenciay su materia, individualidad, o manifestaciónsensible. El Universo quedaba así dividido enel mundo de las formas, que era intelectual,real y permanente, y el mundo de las aparienciasy el cambio. Para Platón los seres que viven enel tiempo son seres caídos desde la Creación.Sócrates imaginó que Dios, después de crear elUniverso ordenado a partir del caos, decidióhacer una imagen móvil. Movilidad implicabacambio, y este cambio era el que generaba altiempo. El tiempo no podía existir entonces sinel cambio. En su Física, dice que si uno y elmismo movimiento recurre, será uno y el mismotiempo. Ilustraremos el punto (Cereijido,1983): Julián cumple 50 años, se ponenostálgico y pide a Dios que lo envíe a sujuventud. Él le avisará a Dios cuando quieraque lo regrese a su edad actual. Dios cumple yJulián queda así atrapado en un tiempocircular, del que no puede escapar, puesto quea los quince o veinte años no le pasaba por la

62

cabeza algo tan disparatado como que él era unhombre de 50, trasladado por unos días a los15, ni se le podía ocurrir pedirle a Dios quelo regresara (?) de nuevo a los 50. De modoque, al llegar a los 50 y recorrer las mismasetapas de su vida, volvería a ponersenostálgico y a pedirle a Dios que lo enviara asu juventud ( Cereijido, 1983). En general, lasconocidas "máquinas del tiempo" de lashistorietas y series televisivas, falsean elpunto: envían a uno al pasado, con lo cual sesupone que repiten todas las distribuciones,configuraciones y estructuras del pasado, peroasí y todo, en ese pasado uno sabe quepertenece al futuro, lo cual, por supuesto, nosucedía en el pasado. Regresando a la ideaaristotélica: si uno pudiera regresar todo a lamisma posición, para que pueda cumplirse elmismo movimiento, entonces será el mismotiempo. Para insistir: cada vez que el reloj sepone en la posición de marcar las cuatro, paraél son las cuatro. Precisamente cuando Zenón deCitio fundó la escuela estoica en el siglo IIIa. C., señaló que la circularidad del tiempoimplica un determinismo rígido: si todo sevuelve a distribuir en la misma forma, no puededejar de cumplir exactamente los mismos actos.Aristóteles consideró también que el tiempo esel número de movimientos respecto de un antes yun después, sobre todo cuando lo que cambia es ellugar que se ocupa, la posición (loco-moción).Él distinguió un elemento cuantitativo

63

(duración) de uno direccional (de pasado afuturo).Florescano (1982) nos señala que también lasculturas nahuas tienen un tiempo sagrado porexcelencia, en el que todo existió por primeravez, cuando el Cosmos fue hecho a partir delCaos, y estuvo cargado de toda su fuerza vital.Ese tiempo perfecto es inmediatamente atacadopor la duración, que trae consigo desgaste ydeterioro cósmicos. Las culturas nahuas tambiéntenían la idea de recuperación, de nuevacreación, que instaura otra vez el momentoprimordial en el que todo es vuelto a crear. Lacelebración del Fuego Nuevo se anticipa alcataclismo final por el procedimiento derestaurar cada 52 años la vitalidad del Cosmos.La idea de una constante creación y destruccióndel Cosmos es igualmente ajena al acontecertemporal profano de los hombres. Más que unatemporalidad o una cronología, el pensamientomítico propone una genealogía, una continuafiliación del presente respecto del pasado.Ya en la era cristiana, Plotino, san Agustín ySanto Tomás de Aquino continuaron considerandola idea de un Universo permanente, perfecto ydivino, habitado por las deidades, y otrocambiante, imperfecto y terreno habitado porlos hombres. Pero se advierte en estospensadores un forcejeo demasiado obvio poradaptar la idea de tiempo a los marcosconceptuales del misticismo de la época. Elforcejeo trataba, concretamente, de asignar

64

papeles al Creador y al Mesías judeocristianos.La genealogía de los problemas que preocupabana San Agustín se inició desde los astrólogoscaldeos de los siglos VII y VI a.C., quienes, aligual que sus antecesores babilonios, creíanque los cielos eran divinos, y por lo tantoidentificaban a cada planeta con una deidad(Mercurio, Venus, Marte). Pensaban que,observando sus movimientos, se podían predecirsus intenciones. Si la conducta de los planetashubiera sido irregular, haciendo algo nuevocada vez, la tarea de los astrólogos habríasido en realidad muy difícil y, probablemente,no la habrían iniciado. Pero dado que losmovimientos eran cíclicos y se repetían una yotra vez, la operación no parecía tan difícily, por lo tanto, tenía sentido serextremadamente cuidadoso y preciso en lasobservaciones. Kidinnu (siglo VI a.C.) calculóel movimiento solar con una exactitud tal quesólo fue superada en nuestro siglo. Caberecordar que caldeos, babilonios y griegoscarecían de telescopios.Caldeos y babilonios fueron elaborando la ideadel Gran Año, una especie de hiperciclotemporal muy largo, del cual el año común eratan sólo un pequeño fragmento. Sus estacionesduraban edades descomunales, en las quepredominaban el (río invernal, los rebrotesprimaverales, etcétera. Según Séneca, fue elsacerdote babilonio Berossos quien se instalóen la isla griega de Cos (patria de Hipócrates

65

y de Apeles) e introdujo en el mundo griego laidea del Gran Año. Para Berossos, las estrellasse iban desplazando hacia la constelación deCáncer y, cuando lograran juntarse, se acabaríael Gran Año actual y daría comienzo uno nuevo.Después Platón, en su Timeo, se refiere al GranAño y, con base en sus escritos, hay quiencalcula que duraría unos 36 000 años de losnuestros. Más tarde, como ya lo mencionamos,Zenón de Citio (siglo III a.C.) retoma la ideadel tiempo circular.De manera que Agustín, el obispo de Hipona, enel norte de África, hereda estos esquemasconceptuales, pero también profesa una religiónen la que el Mesías ya ha llegado y que, comoexpresara San Pablo en su Epístola a los hebreos, loha hecho por primera y única vez, y no seguirállegando en sucesivos Grandes Años. Más aún, elapóstol había repudiado expresamente a laastrología, que era la fuente misma delconcepto de un ciclaje universal. El futuro sanAgustín está al tanto de ambas posiciones yopta por un modelo de tiempo lineal, pero en elque aún se advierten los remanentes de lasmacroestaciones del Gran Año. Tomando como baselos días del Génesis bíblico, el santo imaginaque el primer día comenzó con la Creación yterminó con el Diluvio; el segundo transcurriódesde Noé hasta Abraham; el tercero llegó hastaDavid; el cuarto hasta el Cautiverio; el quintohasta el nacimiento de Cristo, y el sexto, quees el corriente, durará hasta el día del Juicio

66

Final, cuando Dios va dar fin al tiempo. Comoveremos en el capitulo IX, esta idea de queDios no crea el Universo en un tiempo que yavenía transcurriendo y lo acaba cuando se leantoja, sino que crea y extingue al tiempo, es uno delos puntos centrales de ciertas cosmologíascientíficas modernas, si bien hoy estándespojadas de toda connotación sagrada.Aparte de sus preocupaciones místicas, SanAgustín dejó meditaciones sobre la naturalezadel tiempo, que tienen gran importancia aún ennuestros días. Por ejemplo, afirmó que hay trestiempos y que los tres son presentes: 1) el presente delpresente en el que estamos hablando; 2) elpresente del pasado, del que sólo nos quedó unamemoria actual; y 3) el presente del futuro,del que por ahora sólo tenemos una expectativa.Para resolver el engorro de que el Creadorhubiera hecho chapucerías como nosotros, quedecaemos y morimos, San Agustín postuló queDios crea cosas, las inyecta en el mundo y...ahora sí: decaen. Los que inauguraron ladecadencia parecen haber sido Eva y Adán, alpecar y ser expulsados del Edén.Pero la idea de los ciclos temporales pareceestar demasiado ligada a la naturaleza humana(caldeos, babilonios, griegos, nahuas,etcétera) como para hacerla a un ladofácilmente. Por eso la Iglesia se tuvo queocupar una y otra vez de condenarla. Uno de lossacerdotes que lo hizo más fervientemente fueEtienne Tempier, obispo de París, en 1277. La

67

fecha nos indica que, a más de doce siglos decomenzado el cristianismo, la idea del tiempocíclico seguía perdurando. En realidad perdurócasi hasta nuestros días. Daremos dos ejemplos.A fines del siglo XIX, Friedrich Nietzsche llegó ala conclusión de que, si el tiempo es infinito(se puede dar un sinnúmero de ciclos) y elUniverso es finito (tiene una cantidaddeterminada de componentes) entonces,inevitablemente, se volverá a dar otra vez laconfiguración presente. En segundo lugar, elUniverso se sigue expandiendo desde que comenzóallá por la Gran Explosión. Lo hace, porsupuesto, porque el impulso, recibido en laexplosión, le permite superar la fuerza degravedad que tiende a re-atraer a las galaxiasen expansión. Cabe preguntarse si la fuerza degravedad será todavía suficiente como parareatraerlo, o si, por decirlo así, la explosiónfue demasiado fuerte y el Universo se expandirápor siempre jamás; en el primero de los casosel Universo sufriría un colapso, seguido deotra gran explosión y otro nuevo colapso... ytendríamos así otro ciclaje que, dependiendodel balance de fuerzas, podría ser eterno.Sería prudente puntualizar que esta situaciónno refleja necesariamente nuestra opinión. Sóloqueríamos señalar que la idea de los ciclos estan importante que sigue reapareciendo en uno uotro contexto aun en nuestros días.En el siglo XVII Locke postuló que nuestrasideas provienen de dos fuentes, sensaciones y

68

reflexiones, y que pueden dividirse en simples(por ejemplo las ideas de calor, forma, dureza)y complejas, cuando las produce nuestra mente alactuar sobre las ideas simples. La idea deltiempo es justamente una de las complejas,porque surge del reflexionar sucesivamentesobre varias ideas. La idea de tiempo tendríaorigen, entonces, en el cambio (o paso) de unanoción a otra. La distancia (cantidad decambio) entre dos partes de dichas sucesionesgeneraría la idea de duración. Locke declaró que,en último término, toda idea del tiempo estárelacionada con nuestra experiencia sensible.También Isaac Newton se vio obligado areferirse al tiempo. No introdujo conceptosnuevos, sino posiciones prácticas quenecesitaba para desarrollar sus concepcionesfísico-matemáticas. Tanta importancia tuvieronéstas, que su actitud para con el tiempo esimitada consciente o inconscientemente hastanuestra época. Newton aceptó que había untiempo absoluto, verdadero, matemáticamenteregular, y que fluye con independencia decualquier factor externo; y otro tiempo (al quellamó duración), relativo y aparente, queidentificaba con el tiempo común, medible porel cambio y movimiento de las cosas (el de lasagujas de un reloj, el de la Tierra alrededorde su eje, etc.). En general los autores serefieren a esos dos tiempos newtonianosllamándolos absoluto y relativo respectivamente.

69

Sin embargo, cuando consideremos las opinionesde Newton sobre el futuro de la humanidad,obtendremos un cuadro muy diferente. Newtonestaba convencido de que el mundo ibaacercándose a su fin. Pensó que la eternidaddel planeta y su gente no estaba asegurada, queel cometa de 1680 le había errado a la Tierrapor muy poco, y hasta hizo comentarios al libroprofético de Daniel. En una carta que escribióen diciembre de 1675 a Henry Oldenburg, que eraentonces secretario de la Royal Society, afirmóque la naturaleza era un "trabajadorperpetuamente circular", que podía hacer fluidosa partir de lo sólido (fusión), volátiles apartir de lo fijo (sublimación), fijos a partirde lo volátil (condensación, precipitación)delicadezas de lo tosco, tosquedades de lodelicado, y por fin se refirió a lo que hoyllamaríamos "ciclos ecológicos".Tomando alguno de los conceptos de Locke,Leibniz afirmó que la sucesión de percepcionesnos despierta la idea de duración, pero ésta yaexiste en potencia dentro de nosotros. Fueradel mundo, el tiempo(y el espacio) son puramente imaginarios. Eltiempo —afirmó— es metafísicamente necesario.El hecho de que además exista en realidad, esuna contingencia que dependió de que Dios sehubiera decidido a crear cosas que duran yocupan espacio.Años más tarde, refiriéndose a las intuiciones(experiencias directas de los contenidos

70

sensoriales) Kant postuló que los fenómenoscaptados tienen forma y materia. Sin embargo,creó una categoría de intuiciones, que llamópuras, en las que la materia del fenómeno estáausente: los fenómenos están reducidosexclusivamente a su forma. Tales intuicionespuras constituyen formas de sensibilidad queexisten a priori, y no se corresponden con lassensaciones en sí. Para Kant, el tiempo no esun concepto empírico. Según él, uno puedepercibir secuencias temporales, porque ya tiene apriori la capacidad de captarlas. El tiempo,dijo, no es propiedad de las cosas, sino delinstrumento con el cual las vemos. Pero, aligual que Newton, Kant concluyó que hay untiempo independiente de nosotros, que no esrelacional, ni requiere que las cosas queexisten fuera de nosotros se muevan y cambiende lugar. Hay una dificultad en conciliar laidea kantiana de que el tiempo subsiste por símismo con la de que es una mera forma de laintuición, la cual nos fuerza a ver al mundo enforma temporal.Si bien podemos decir que ya con Newton lasmodificaciones al concepto de tiempo comenzarona provenir más de la física que de lafilosofía, es a comienzos del presente sigloque el estudio físicomatemático de la realidadobligó a cambiar drásticamente esas ideas. Unade las nuevas ideas se origina al medir lavelocidad de la luz.

71

Supongamos que queremos medir la velocidad dela luz y que para ello trabajamos con el rayoque nos llega desde una estrella ubicada en elplano de la rotación terrestre. El sentidocomún nos llevaría a esperar que, si medimos suvelocidad cuando la Tierra va hacia laestrella, obtendríamos un valor más alto que sila medimos seis meses después, cuando la Tierraviaje en sentido opuesto. Esto es similar a ladiferencia que hay entre que nos choquen elauto desde atrás o de frente. Lo paradójico fueque, medida en ambas direcciones, la velocidadde la luz resultó ser idéntica. Cuando ya nofue posible atribuir estos resultados a erroresexperimentales, hubo que proponer reformas alos esquemas conceptuales. El lector puedeconsultar los libros de Reichenbach (1958) o elde Weyl (1952) para una exposición detallada delos experimentos e interpretaciones a que esteefecto dio lugar.Una de las explicaciones, la de AlbertEinstein, lo llevó a desarrollar la Teoría dela Relatividad, una de cuyas consecuencias fueque la simultaneidad es relativa a un sistemade coordenadas. A escala humana, nos resultadifícil imaginar la falta de simultaneidadentre todos los puntos del Universo, porque lavelocidad de la luz es tan grande (300 000 kmpor segundo) que nos resulta monstruosamenteimpensable. Pero pasando de una señal luminosaa una señal postal, nos resultaría fácilentender que no se podrían sincronizar los

72

relojes de las distintas capitales del mundoenviando cartas que dijeran "ya", para que encada país los ajustaran al mismo cero. A losque creían que el presente es una especie devagón en el que nos desplazamos por un rieltemporal desde el pasado hacia el futuro, laTeoría de la Relatividad les preguntó:¿Presente? ¿Qué presente? ¿El "ya" en Tokio oel "ya" en Buenos Aires? Esto acabó con laposibilidad de que exista una secuencia temporalobjetiva y universal para todos los hechos queocurren en el Universo, puesto que cadaobservador — ubicado en instante del tiempo conun número, o considerar al tiempo prioridadafirmando que la nuestra es la verdadera. Comodecía Einstein: "La sensación subjetiva de untiempo psicológico nos permite ordenar nuestrasimpresiones y decir que un evento precede aotro. Pero utilizar un reloj para conectar cadainstante del tiempo con un número, o considerarel tiempo como un continuo unidimensional, esdesde ya un capricho."La interpretación de Einstein descartó lanoción de tiempo absoluto de Newton, eintrodujo, en cambio, la idea de que el tiempo esun aspecto de la relación entre el Universo y unsistema de referencia (el observador). FueMinkowski (1908) quien argumentó: "Nadie hanotado jamás un lugar excepto en un tiempo, niun tiempo, excepto en un lugar." Él llamó "punto-universo" al punto espacial observable en unpunto del tiempo. La totalidad de todos estos

73

puntos-universos constituyen un "universo". Sutratamiento matemático muestra que losdiferentes observadores tienen distintasproyecciones en tiempo y espacio. Hoy, al"universo" formado con los puntos de Minkowskise le llama espacio-tiempo. Desde entonces no seconsidera que la realidad, ubicada allí afuera,exista en un espacio de tres dimensiones, en elque "fluye" el tiempo, sino en un continuo decuatro dimensiones, donde tiempo y espacio estánunidos indisolublemente. Desde Minkowski, eltiempo (por sí solo) y el espacio (por sí solo)están condenados a disolverse en meras sombras,y solamente una clase de unión entre los dospreserva una realidad independiente.¿Cómo reaccionaron los filósofos ante estosdesarrollos físicomatemáticos del tiempo?Bergson (1963), por ejemplo, estaba de acuerdocon que el tiempo es la clave para entender ala realidad pero, se quejó, el tiempo de laTeoría de la Relatividad resulta de unaidealización, y no es apto para describir a lanaturaleza ni a los seres vivos. "Ese es untiempo espacializado —dicen los bergsonianos—,ni siquiera tiene algo en común con el tiempode la termodinámica, pues por lo menos éstetranscurre con los procesos." Pero cuidado: losbergsonianos tampoco están de acuerdo con queel tiempo dependa del movimiento en el-mundo-de-ahí-afuera como quieren los termodinamistas.Bergson concibió dos tipos de tiempo. Elprimero, la duración, es la forma que asume la

74

sucesión de nuestros estados de concienciacuando nuestro ego "se larga a vivir". Encambio, el otro tiempo es concebido cuandoponemos juntos nuestros estados de conciencia,cuando expresamos la duración en términosespaciales, como si formaran una cadena o unalínea continua. Pero por el contrario, nosotrosnunca separamos un estado de conciencia delotro haciendo un corte neto y abrupto. Jamásnos aparecen como elementos discretos de unasucesión. Siempre se mezclan y funden unos conotros de tal forma que las memorias del pasadose mezclan con las espectativas del futuro.Así, el reloj no tiene simultáneamente susagujas en las doce menos cinco, en las doce, nien las doce y cinco. Es la permanencia del individuolo que le permite, mientras percibe el presente(es decir, que son las doce), recordar que elreloj marcaba las doce menos cinco y predecir queluego ha de marcar las doce y cinco. Bergson sedesentiende de las teorías generales y se abocaa los problemas particulares. No tiene sujetotranscendental, sino sujeto psicológico. Con élnace la psicología del tiempo.Otro de los filósofos modernos que siguió supropio desarrollo del concepto de tiempo fueMartin Heidegger (1927). Primero se quejó deque se hubiera entificado al Ser. El Ser no es unacosa: hay que regresar a los presocráticos,propuso. En consecuencia introdujo el conceptode Dasein, que algunos autores traducen encastellano por el "serahí" y otros en cambio

75

utilizan en su idioma original, para evitarconflictos con la abundante nomenclaturaintroducida por este filósofo alemán. ParaHeidegger el Ser no es un ente, sino que "vasiendo". Heidegger sostiene que el Dasein ve supropia existencia soportada en la Nada. ElDasein experimenta la Nada como Angustia. ElDasein es un no-aún. A primera vista, nos puederesultar un tanto confuso que Heidegger afirmeque el Dasein es un algo que no-es-aún, sinembargo, luego afirma que la única manera deexistir que tiene el Dasein es proyectandoposibilidades. Mientras haya un no-aún, el Daseinseguirá convirtiéndose en no-aún(es). El límiteestará dado por la muerte. La muerte pone unlímite en el cual el Dasein se completa, pues yano le queda por delante ningún no-aún. "La Muerte—explica Heidegger— es la posibilidad de laabsoluta imposibilidad del Dasein." Heideggerconcluye de allí que el Dasein busca completarseabarcando a la muerte, y que es entonces "unSer relativo a la muerte".En el capítulo I nos referimos a las ideas deMorowitz, quien considera que la vida dependede un flujo de energía, y por tanto, además, deuna provisión de energía, necesita un sumiderofinal, un potencial más bajo hacia el que el aguade los ríos y la excitación de los electronesdeben caer, si es que han de dar origen a lavida y a la industria. Ese fluir no sólo generasistemas biológicos y los obliga a funcionar,sino que los empuja a progresar a través de

76

crisis que, finalmente, desembocan en lamuerte. Ya Hegel (1966) había señalado que: "Lamuerte genera al hombre en la naturaleza, y lofuerza a progresar hacia su destino final."Aunque no es lícito apoyarse en analogías,resulta interesante notar que el paradigma deuna muerte que no desempeña el papel de tragediaequívoca que viene a interrumpir las cosas,sino el de participante activo en eltranscurrir de la vida, influye tanto atermodinamistas como a biólogos y a filósofos.Aunque entre las posiciones que acabamos deexponer esquemáticamente ya apareció laangustia, todas ellas tienen que ver con laparte consciente de la mente humana. En lospróximos capítulos analizaremos estasobresimplificación, exponiendo, para empezar,los modelos más en boga que intentan comprenderla mente.

NOTAS1 Hay que hacer notar que la cinética de unmodelo se adapta a la dinámica de la mente delhombre. Es decir, cambia su escala de tiemponatural por una mental, en la que el hombre puedeentender los procesos fácilmente. Así llevamosa escala de tiempo explicativo fenómenos tanrápidos como la fosforilación de la glucosa, otan lentos como la evolución de una estrella, opodemos leer en una hora en qué consistió laRevolución francesa. En todas estas

77

explicaciones adaptamos lo sucedido a nuestraescala de tiempo mental. 2 Kronos, en griego, seescribe Kpóvos y Cronos, Xpóvos.

I I I . L A M E N T E Y E L T I E M P OY nosotros ¿quiénes somos después de todo? PLOTINO

Nosotros estamos hechos, en buena parte, de nuestra propia memoria. Esa memoria está hecha, en buena parte, de olvido.J.L. BORGES

¿Dónde está el conocimiento que hemos perdido en la información?T.S. ELIOT

Tú mismo haces el tiempo. Tu reloj son tus sentidos.ANGELUS SILESIUS

EN EL siglo IV de nuestra era, San Agustíndeclaraba que él sabia lo que es el tiempo, salvoque alguien se lo preguntara y tuviera queexplicarlo. Trece siglos más tarde, el místicopolaco Angelus Silesius afirmaba: "Tú mismohaces el tiempo. Tu reloj son tus sentidos."Sin embargo, Silesius no dijo lo que es eltiempo, ni cómo lo generan nuestros sentidos.

78

Aún hoy, en los umbrales del siglo XXI, tampocopodemos explicar qué es el tiempo pero, ante ladificultad en llevar a cabo un experimentofísico que demuestre el paso del tiempo, se vaacentuando una sospecha: puede ser que eltiempo sea "hecho por nosotros mismos", esdecir, que sería un atributo de nuestra mente.En consecuencia, debemos ocuparnos de la mentehumana que, como se sabe, es considerada elaparato más complejo, delicado y reciente queha producido el desarrollo de las especiesbiológicas. La mente se maneja con un lenguajey produce conceptos tales como los de vida, tiempoy muerte, que, precisamente, queremos consideraren este libro.Si bien el aparato psíquico se basa en laestructura neural, la mente no puede serentendida como si sólo fuera una función entreotras de lo neuronal, sino como un nuevo ordenjerárquico que, como tal, requiere unadescripción y un lenguaje propios. Laexperiencia diaria nos indica que en la mentehumana hay por lo menos dos niveles: un nivelconsciente, mediante el cual razonamos, noscomprometemos y damos justificaciones yexcusas, y un nivel inconsciente, que atesorainformaciones diversas sobre hechos yemociones. Mientras la conciencia ha sidoobjeto de estudios y reflexiones filosóficasdesde la más remota antigüedad, los fenómenosdel inconsciente fueron en general considerados

79

como carentes de lógica, caóticos, inútiles o,a lo sumo, místicos.En relación con esto, podríamos recordar que encierta ocasión Viktor Meyer, uno de los padresde la química moderna, fue tomado por locoporque, entre sus rarezas, se ocupaba deformalizar el concepto de energía. Gente muycuerda, que finalmente logró internarlo en unmanicomio, trataba de volver a Meyer a suscabales explicándole que el concepto de energía,como el de belleza y el de maldad, no se puedeformalizar, ni mucho menos poner en ecuaciones.Hoy, que el concepto de energía estárigurosamente formalizado, el trato que recibióMeyer puede ser calificado de deplorable, y aunde grotesco. Ahora bien, cuando tratamos deexplicar procesos psíquicos nos enfrentamos aproblemas tan formidables que el tipo decríticas hechas a Meyer pareciera resurgir deun pasado tercamente escéptico. Sobre todocuando, entre las variables importantes dedichos procesos, se cuentan los deseos, eltrato que recibimos de nuestra madre en lostempranos días de la infancia, las relacionescon la familia y otros factores, los cualesevidentemente desempeñan un papel fundamentalen la constitución y funcionamiento del aparatopsíquico.Apenas a fines del siglo pasado, elinconsciente empieza a ser objeto de estudiossistemáticos y, en base a las consideracionessobre la organización jerárquica de la vida que

80

hemos hecho en los capítulos anteriores, no nossorprende que la descripción de este nuevonivel haya requerido, por lo tanto, de unconjunto particular de leyes. Actualmente, enlas distintas escuelas que tratan de explicarel funcionamiento del aparato psíquico, reinaun clima de apasionada discordia, cuyosfundamentos y méritos no corresponde analizaraquí. Nosotros escogemos los modelos que brindael psicoanálisis, razón por la cualrecurriremos, un tanto indirectamente, aconceptos cuya fundamentación rebasa lospropósitos de este libro.El humorista español Gila afirma que "los niñosson locos bajitos". Hasta no hace mucho setenía la sospecha de que, en realidad, elhombre llegaba a la edad de la razón derepente, algo así como si nuestra nuevacomputadora pasara un tiempo generandotonterías hasta que, un buen día, ¡albricias!,empezara a hacer funcionar sus programascorrectamente. Sabemos ya que la conductaadulta de un sujeto es la consecuencia de unalarga programación, en la cual participan laatención, el amor y las prohibiciones de lospadres, y la forma en que los cuidados y laeducación son brindados. El psicoanálisis hatratado de desentrañar el modo en que estosfactores gravitan en las diversas etapas de laformación del sujeto, y de construir un modelode la polarización del aparato psíquico en dosregiones: consciente e inconsciente. De entre

81

las observaciones que ha hecho, las que aquínos interesan son: 1) el inconsciente pareceformarse a raíz de ciertas restricciones que seimponen al niño; 2) en ese inconsciente noparece regir la temporalidad "del sentidocomún"; 3) incluso a nivel consciente estatemporalidad no existe en los primeros momentosde la vida, sino que se va instalandopaulatinamente, y 4) la adquisición de latemporalidad coincide con la inserción del niñoen el lenguaje. Éstos son, pues, los tópicosque desarrollaremos a continuación.Al nacer el niño se encuentra en una situaciónde indefensión (Hilflosigkeit), en la que susobrevivencia depende por completo del deseo deotro. Alguien, habitualmente la madre, debedesear que el recién nacido viva. Estadependencia respecto de los cuidados maternaleses una prolongación de la vida intrauterina, ydetermina que el recién nacido se sienta unocon su madre. El psicoanálisis supone que, enlas primeras etapas de la vida, el niño noposee una noción clara de su yo ni, porconsecuencia, de sus límites en relación con elmundo. Muchos han tratado de entender elproceso de identificación a través del cual seconstituye ese yo que pensará en función deltiempo y que temerá a la muerte. Para Lacan(1971), la identificación comienza durante lallamada fase del espejo, momento en que el niñose identifica con la imagen visual de sí mismo.Más tarde, el niño tomará como propia la imagen

82

de un semejante. Esta identificación esimaginaria, es decir, que se hace con unaimagen que no es la de él mismo, sino la deotro que posee una hipotética perfección (elser maduro) que el niño aún no posee. Por eso,cuando decimos imaginaria, además de referirnosa la imagen visual, aludimos también al hechode que es ilusoria o ficticia. Este tipo deidentificación es alienante porque el sujeto,al desconocer lo que es, cree ser otro que leanticipa una realidad que no es la suya. Poreso no hay en esta etapa distinción entre él y elotro. Pero, a pesar de su origen imaginario, eseyo servirá de base para futuras identificacionesy para la ulterior formación del sujeto.Para que el niño pueda hacer un primerreconocimiento de sí mismo es necesario queotro, por ejemplo la madre, lo reconozca comoseparado de su persona. A partir del momento dela identificación, el niño extiende susposibilidades, basándose en sus relaciones conla madre y con otros objetos importantes(relaciones ínter e intrasubjetivas). Por suparte, la madre criará al niño mediante normas,costumbres y limitaciones propias de la culturaa la que pertenece. Tales relaciones, entonces,están regidas por legalidades e interdiccionesque llegan al niño a través de las palabras yla atención de la madre.Durante la identificación imaginaria, el niñose asume como el que como el deseo de la madre,y siente que esto lo protege contra toda

83

separación (primera fase del Edipo). Pero sibien la madre quiere que el niño viva y lo ama,su propio deseo no se colma con él. De algunamanera, el niño reconoce que el deseo de lamadre se dirige a otro que no es él sino elpadre, originándose así lo que usualmente sedenomina segunda fase de la situación edípica.El amor incestuoso del niño ahora se reprimepero, a partir de este momento, encuentra en elpadre una nueva posibilidad de identificaciónya que esta "intromisión" paterna le da nuevaspautas orientadoras.1 El proceso continuaráluego con la declinación de la situaciónedípica y con la formación del superyó. Elpsicoanálisis ha debido suponer una entidadhipotética, el superyó, para albergar tanto unmodelo de lo que el niño desea ser (ideal del yo),como un conjunto de reglas, normas yprohibiciones acerca de lo que no deberá hacer.Ésta es la instancia psíquica que abarca tantolos valores que caracterizan la cultura en laque el niño ha nacido, como los ideales de susancestros.Como ya lo hemos dicho, el aparato psíquicotiene una región consciente y otrainconsciente. En un momento dado tenemos unaidea, estamos prestando atención a un asuntodeterminado, o somos conscientes de algo enparticular. Todo el resto de nuestrainformación está contenido en nuestroinconsciente: números de documentos, fechas,canciones que nos cantaba nuestra madre,

84

comidas que preparaba nuestra abuela, nombresde montañas y ríos de la infancia, temores yapuros por los que alguna vez pasamos, versosque recitamos en una fiesta infantil, teoríasque nos explicaron en una clase del colegiosecundario, el color de flores que no vemosdesde hace varias décadas, el olor de una frutade estación, y todo cuanto podamos recordar estraído de pronto al foco de nuestra atencióndesde ese archivo increíble que contiene todala información que le suministraron nuestrossentidos. Pero no sólo lo que podemos recordar,sino también lo que escapa a nuestros esfuerzospor trasladarlo al plano de la conciencia estácontenido en el inconsciente y pesa en nuestrasdecisiones y actitudes. Además de esainformación, nuestro inconsciente ha registradotambién emociones que dan cuenta de impulsos yactitudes de los que acaso jamás podremos daruna justificación sensata". Hoy no sabemos porqué, en un momento dado, al analizar un datoexperimental, recordamos otro similar querecogimos el año pasado, pero olvidamos algúnhecho reciente que lo contradice, o tenemos encuenta cierta información bibliográfica peroignoramos otra, o se enciende el entusiasmo alencontrar cierta correlación, o nos deprimimosy restamos importancia al observar posiblesfuentes de error. Aún desconocemos las leyesque rigen esos recuerdos, olvidos,acentuaciones y menosprecios. Ignoramos por quéy cómo se asocian los contenidos, se condensan

85

los conceptos y se gesta una nueva idea. Pero,en cambio, es evidente que la forma en que seplasmó el aparato psíquico en nuestros primerosaños de vida fue formando ese clivaje entre elconsciente y el inconsciente, y existenindicios de cómo se fueron sumergiendo en esteinconsciente las vivencias, las normas y losapetitos, muchos de los cuales no podránemerger jamás pero que, así y todo, seguiránoperando para determinar nuestra conducta.Para Laplanche y Leclaire (1961) por ejemplo,el inconsciente aparece cuando el niño empiezaa utilizar el lenguaje. En este momento tendríalugar la represión primaria. Este es un procesohipotético que ya había propuesto Freud (1915),mediante el cual un grupo de representaciones,inaceptables para el yo, es reprimido ydesaparece de la conciencia. Al hacerseinconscientes, estas representaciones forman unnúcleo a cuyo alrededor luego se agruparánotras más, constituyendo así el sistemainconsciente. La división básica entrepsiquismo consciente e inconsciente aparece entoncesvinculada a las prohibiciones que la culturahumana establece sobre ciertos deseos. Loselementos básicamente reprimidos sonrepresentaciones de las pulsiones de losgrandes complejos del incesto, la muerte y lasexualidad.2

La experiencia clínica indica que, cuando algoes demasiado prohibido y por eso condenable, elsujeto no puede aceptar siquiera que él tenga

86

semejantes apetencias o deseos. Una fuerza ocontracarga, ejercida por la censurapsicológica del yo, evita que los fantasmasinconscientes se vuelvan conscientes (represión).Pero las pulsiones no pueden tener acceso a laconciencia directamente, sino a través de unarepresentación; aparecen como fantasías, comoescenarios imaginarios en los que los deseos seexpresan con su particularidad individual. Lapulsión libidinal, por ejemplo, aparece en laconciencia como una fantasía amorosa, y lapulsión de conservación aparece como el deseode comer algo determinado. Cuando losmecanismos de represión fracasan, retorna loreprimido y algo de su contenido vuelve a laconciencia de modo deformado en sueños,síntomas, o trastornos de carácter o deconducta.Al discutir el tiempo en el inconsciente, Freud(1933) hace una referencia obvia a la posiciónkantiana con respecto al tiempo, y dice:"Percibimos con sorpresa una excepción alteorema filosófico según el cual el espacio yel tiempo son formas necesarias de nuestrosactos mentales. Nada hay en el sistema inconsciente quecorresponda a la idea de tiempo. No hay reconocimientodel paso del tiempo y —algo muy notable— elcurso temporal no produce cambios en losprocesos inconscientes. Deseos que nunca hansido conscientes, impresiones que han sidohundidas por la represión son virtualmenteinmortales. Después de décadas se siguen

87

comportando como si fueran recientes. Sólo sonreconocidas como pertenecientes al pasado, ypierden su importancia y su energía, al serhechas conscientes por el trabajo delpsicoanálisis."Partiendo de Kant podríamos aventurar que, sillegáramos a conocer la realidad numénica (dela cosa en sí), no encontraríamos procesotemporal alguno. El psicoanálisis, que afirmaser un paso hacia la remota realidad de la cosaen sí, sostiene que en el inconsciente el tiempo noexiste.En un momento dado, mientras nuestroinconsciente atesora, de modo sincrónico, todas lasemociones, recuerdos, reglas e idealesrecogidos a lo largo de nuestra vida, nuestraconciencia se enfoca en un tema, tiene un solocontenido cada vez (diacronía). La huella mnémicaconsiste en una inscripción atemporal en lamemoria que, al ser luego pensada y recordada graciasal levantamiento de la represión pasa, entoncessí, a tener temporalidad. En una biblioteca loslibros pueden no estar ordenadoscronológicamente ni alfabéticamente, pero todolo que narran ya está ahí. Pero, así y todo, alconsultarlos, debemos hacerlo uno por uno y frasepor frase, es decir, mediante ciertatemporalidad. El tiempo sólo rige en el momentode leer esta frase, pero en el inconsciente (labiblioteca entera) impera la atemporalidad. Demodo que nos encontramos con una afirmación quecausa perplejidad, y que resulta extraña al

88

sentido común, ya que la teoría psicoanalíticaconcibe al inconsciente como un sistemadinámico que opera con prescindencia de lalógica aristotélica. Desde este punto de vista,tenemos dentro de nosotros una vasta zona dealteridad y desconocimiento, de fantasmas ydeseos determinantes de nuestra vida, que noses ajena y que está regida por leyes diferentesde aquellas a las que está sometido nuestropensamiento consciente.Tampoco sabemos qué es, ni cómo opera esaenorme biblioteca que llamamos memoria, ni cuálserá su participación en la temporalización desus contenidos. Tratando de esclarecer cómofunciona la memoria, Freud (1925) postula queel "aparato psíquico" se compondría de estratossuperpuestos, conectados con el mundo externo ycon el interior del organismo. Se reciben lasexcitaciones, y el sistema inconscienteconserva sus huellas en la memoria. La atenciónse conecta intermitentemente con el mundoexterno a un ritmo rápido. Esta intermitenciaen el contacto del aparato psíquico con laspercepciones originaría la noción del tiempo.El desarrollo de esta noción es simultáneo conla del devenir de la propia existencia delsujeto, pues ésta va siendo construida a travésde la percepción de los ritmos biológicos y,fundamentalmente, a través del lenguaje de lamadre que le impondrá los horarios e intervalosde su cultura. El sujeto pasará de la noción deinmediatez, por la que alucina lo que desea, a la

89

de espera y decurso temporal. Para eso deberádejar de ser el que satisface el deseo de lamadre y pasar a ser, él mismo, un sujetodeseante. Si la ley funciona, el niñoabandonará su identificación imaginaria yentrara en un mundo en el que habrá ausencias,pérdidas y palabras. La palabra designa la cosaaunque ésta esté ausente, y posibilita lasabstracciones y conceptualizaciones.Por más que nuestros recuerdos seanimperturbables ante el paso del tiempo, susignificado es modificable en virtud de lasnuevas experiencias del sujeto. Freud (1917)señaló que esta posterioridad (Nachträglichkeit) produceun efecto de resignificación, la cual consiste en lareelaboración de ciertos recuerdos en funciónde experiencias o comprensiones posteriores,vinculadas con nuevos grados de desarrollo. Lanoción de resignificación contradice unainterpretación simplista, que pueda reducir laconcepción psicoanalítica de la historia de unsujeto a un simple determinismo lineal, en elque veríamos solamente la acción del pasado enel presente. Freud entiende que el sujetorecompone après coup3 los sucesos pasados. Lateoría del après coup se enlaza con la concepciónfreudiana de que las huellas mnémicas sufrenreorganizaciones y reinscripciones constantesen función de nuevas condiciones. Estasreelaboraciones son precipitadas, por ejemplo,por la maduración orgánica que, produciendo laubicación del sujeto en un contexto nuevo, le

90

permite conceder una nueva significación a unacontecimiento pasado, que no la tuvo cuandofue vivido Por ejemplo, un niño puede vivir unaescena de seducción y adjudicarle unsignificado agresivo. Después de la pubertad,que le otorga un nuevo universo designificaciones, el mismo episodio será ubicadoen el universo de lo sexual.En resumen el nivel organizativo mas alto yreciente en nuestro planeta lo constituye lamente, que, por supuesto, no se rige solamentepor las cinéticas y las leyes de los nivelesanteriores. En este capitulo hemos tratado dedar un esquema de su organización yfuncionamiento, escogiendo aquel los aspectosque atañen al concepto de tiempo. Una de lasenseñanzas que se extraen de esto es que sóloel estrato consciente parece necesitar de "untiempo que fluye lineal y homogéneamente" desdeel pasado hacia el futuro. En el próximocapítulo veremos que, de cualquier forma, estetiempo necesita ser instalado en la mentehumana a través de la inserción del hombre enla cultura.NOTAS1 Esta versión simplificada es expresada porla teoría lacaniana de la siguiente manera: Enla segunda etapa del Edipo, el padre separa alniño de la madre, apareciendo así como "elcastrador". Esta castración implica, para elniño, que él no es el falo, y que la madretampoco lo posee. La función de interdicción

91

paterna establece la ley en cuanto a ladiferencia de sexos y generaciones, e introduceal niño en el universo del lenguaje.2 C. Lévi-Straus (1949) ha insistido en queel niño nace ya formando parte de un ordensocial preexistente. Este orden es una funciónsimbólica caracterizada por un conjunto derelaciones (la forma en que se lo cría y educa,las relaciones de parentesco, los lazosmatrimoniales, los pactos que se establecen,etcétera). Presumiblemente para sugerir elaspecto obligatorio y moldeador de esteordenamiento simbólico. Lacan lo llama "ley' ".La ley que ordena las relaciones humanas esentonces la misma ley que ordena el lenguajehumano. La ley del hombre es la ley dellenguaje. Para Lacan, el inconsciente estáestructurado como un lenguaje.3 Se suele utilizar el término en francés,après coup, en lugar de resignificaciónI V . L A A D Q U I S I C I Ó N

D E L A

T E M P O R A L I D A D EN H O M B R E

E L

El hombre es a sí mismo el objeto más maravillosode la naturaleza; pues no puede concebir qué es elcuerpo, menos aún qué es la mente, y menos quetodo cómo estará unido el cuerpo a la mente.BLAS PASCAL

92

Si a nosotros nos mostraran el ser una sola vez,quedaríamos aniquilados, anulados, muertos. Encambio el tiempo es la dádiva de la eternidad. Laeternidad nos permite todas esas experiencias deun modo sucesivo.J.L. BORGES

El tiempo madura todas las cosas. Ningún hombre nace sabio.MIGUEL DE CERVANTES

Nosotros no recordamos días, sinomomentos.CESARE PAVESE

EL HOMBRE del mundo occidental siente que suvida transcurre en lo que podemos llamar tiempodel sentido común, que fluye, según lo cree, demanera lineal del pasado al presente y de ahíal futuro; en esa idea están implicadas lasnociones de irreversibilidad, duración yperiodicidad. Sin embargo, el niño no posee alnacer este esquema temporal, sino que lo vaadquiriendo durante los primeros años de suvida a través de su crianza, de las costumbresde su ambiente y del lenguaje, y a medida quees sometido a las normas, leyes y convencionesde la cultura. En el presente capítulodiscutiremos de qué modo el niño es ubicado enuna cultura que incluye la concepción de un

93

tiempo que fluye. Por ello, nuestra exposiciónse referirá, en primer lugar, a los modelospsicoanalíticos que tratan de explicar losvestigios más primitivos del tiempo en elsujeto y, posteriormente, a las contribucionesde Jean Piaget sobre la adquisición de latemporalidad en el niño. No tenemos indicios deque el feto capte alguna forma de temporalidad.Suponemos que vive en una especie de estadoestacionario en que el tiempo no tiene unadirección preferencial, y en el que losacontecimientos biológicos oscilansimétricamente alrededor de un optimohomeostático regulado por su madre (Blanck-Cereijido, 1983). Por supuesto, el feto sufredesequilibrios que lo impulsan a lo largo detodas las etapas de gestación, pero estos sedesarrollan en periodos demasiado largoscompara sospechar que puedan dar origen a unsentido temporal. cuando el niño nace, lascondiciones cambian: el estado decausiequilibrio fisiológico de la vida fetal serompe, y el traumatismo del parto causa unasituación de angustia tan severa que se hallegado a pensar que toda angustia posterior,incluso la de la vida adulta, la vuelve aevocar de alguna manera. Esa angustia delnacimiento duraría desde que se rompe larelación intrauterina con la madre hasta que elrecién nacido tiene por fin la primerainspiración. Ese lapso, esa experienciatraumática, posee características de

94

temporalidad por dos razones: dura y tienedirección. Por ello, Liberman (1955) opinó queel sentido del tiempo comienza a estructurarseen el canal uterino.Así y todo, la noción temporal es casiinexistente en el recién nacido.Aunque el niño ya depende de una fuente desuministros externa, la unión que mantiene conla madre tiene carácter simbiótico, lo cual lepermite sentirse como si fuera uno con esamadre que cuida de él, y en consecuencia,engendrar una fantasía de omnipotencia.Pero, en cambio, las demandas de alimento delniño y las demoras que le son impuestas en lasatisfacción son generadoras de su sentidotemporal, porque son necesidades periódicas quese incrementan a medida que es mayor el tiempoque lleva calmarlas. En consecuencia, el ciclohambre-alimento-satisfacción-hambre-alimento.etc., es fundamental para generar lanoción temporal: los momentos de demora en lasatisfacción son una brecha en la omnipotenciaatemporal del bebé y lo van poniendo encontacto con la realidad. Por otro lado, todasituación que proporcione sensacionescinestésicas (ritmo respiratorio, actividadcardiaca, etcétera) y cualquier otra fuente deseñales periódicas que el niño pueda percibir,aun de modo inconsciente, contribuyen a ladiferenciación de intervalos y son tambiénprecursoras del sentido del tiempo (Colaruso,1979).

95

Cuando el bebé logra saciar su hambre ysentirse confortado por la cercanía del pechomaterno, va configurando lo que se dio enllamar "la experiencia de satisfacción" (Freud,1900). De acuerdo al mismo modelo, la demandadel niño evocará más tarde esa satisfacción deun modo alucinatorio, es decir que creará en sumente la imagen del pecho materno. Esto sucedeen los momentos tempranos de la vida, periodoen el cual las operaciones psíquicas estaríangobernadas por el principio del placer, ycuando aún no hay conciencia de un decursotemporal. Pero la satisfacción alucinatoriatermina por agotarse, y al tratar entonces dereemplazarla por una satisfacción más duradera,el niño pone en movimiento la atención, lamemoria y el pensamiento, funciones que, aunquerecién adquiridas, le permiten producir ciertasmodificaciones en el mundo externo, tales comohallar el modo de llamar a la madre y deconseguir su ayuda. Cuando esto ya sucede,decimos que el aparato psíquico comienza afuncionar bajo el principio de realidad. Eneste momento ya existe la mediatez, la espera,la demora, la temporalidad.Pero la demora y la falta de satisfaccióntienen otra consecuencia: dan origen primero ala alucinación y después al pensamiento. Comoel pensamiento opera con palabras, es necesariohacer alguna referencia, aunque somera, a lagénesis del lenguaje. Lacan (1957) sostiene queel ser humano se construye como sujeto a través

96

de las palabras que le llegan desde otrapersona. Estas palabras aparecen cuando hay unaausencia y tienden a suplirla; dicho de otromodo, cuando algo falta en la realidad vienenlas palabras que lo nombran. Cabe preguntar,entonces, por qué existen tales faltas y talesausencias o, mejor dicho, que quieren decir.Como lo mencionamos en el capítulo anterior, ennuestras culturas hay por lo menos una ley queestructura las relaciones familiares y prohíbeque el deseo de la madre sea colmado por suhijo, lo cual condiciona la relación entreambos. Esta ley, que en un sentido genérico esuna función restrictiva paterna, vincula así lapaternidad tanto con la restricción como con ellímite impuesto a la satisfacción. A su vez, ellímite en la satisfacción dará origen al deseoinconsciente, responsable de la constantebúsqueda del objeto perdido, y también de queel sujeto abandone el principio del placer. Enel momento en que deja de regirse por elprincipio del placer (bajo cuya primacíaalucina lo que desea) y comienza a regirse porel principio de realidad, el niño se sitúa enotro plano para obtener satisfacción y trata demodificar la realidad externa. De este modo, larestricción desempeña un papel fundamental enla estructuración de la mente del niño, talcomo lo había desempeñado en la estructuraciónde todos los niveles jerárquicos inferiores aque nos referimos en el capítulo I.

97

En la tercera semana de vida los ritmoshorarios del bebé indican cierto reconocimientodel día y la noche; la madre trata en esemomento de adaptarlo a los horarios diurnos.Así, lo que era biológico se transforma enpsicológico y está muy coloreado por larelación con la madre. Los precursoresbiológicos del sentido del tiempo (ritmocardiaco, respiratorio, ciclos de peristaltismointestinal, etcétera) ya no se viven de un modoobjetivo, sino que forman parte del intercambioafectivo del niño con su madre.Al inicio, el tiempo del bebé es infinito yestá compuesto de instantes separados ydiscontinuos. A los pocos meses, el desarrolloneurológico y social del niño hacen quecomience una etapa de gran progreso cognitivo ymotor, que le irá cambiando su sentido deltiempo. Entre el año y medio y los tres años,el foco de interés del bebé se traslada a losesfínteres y a la posibilidad de controlarlos.A esa edad, sus condiciones de maduración y elinterés de la madre en que el niño se adapte loponen en posibilidad de adquirir hábitos delimpieza. Ahora, el tiempo está conectado consensaciones y afectos, asociados a su vez a uncolon o a una vejiga llenos. Por fin, el niñoadquiere un control consciente de losesfínteres, ya puede manipular los intervalosde tiempo, lo que da lugar a las nociones decontrol sobre el cuerpo, pero también sobre elmedio que lo rodea y sobre el tiempo. No

98

obstante, cuando comienza el aprendizaje delcontrol esfinteriano el niño debe entregar surecién adquirido dominio del tiempo,resignándose a perder sus contenidos bajo lasórdenes de la madre, quien establece cuándo ypor cuánto tiempo debe usar el baño, cómodistribuye sus actividades motrices, cuándoduerme y cuándo come. Si, como suele suceder,el niño se identifica con la madre en susfunciones de control, podrá concebir que elmanejo del tiempo le concede la posibilidad demanejar el medio familiar. En resumen, talpodría ser el origen de las fantasías decontrol del tiempo, de la vida y de la muerteque se encuentran más tarde en el adulto.Entre los cuatro y los doce meses, el niñocomienza a usar objetos transicionales. Esta expresiónfue creada por Winnicott (1957) para designarobjetos queridos por el niño, juguete o mantitaal que recurre cuando se siente solo, triste oseparado: es una especie de intermediario entreél y su madre, pero que el niño puedemanipular. Jugar con este objeto le da unaoportunidad de elaborar su experiencia con elespacio, con el tiempo, con las apariciones yausencias de la madre, lo que le permite a suvez crear una memoria de experiencias vividasque se proyectan en el espacio cuando juega consu osito o su mantita. Estas representaciones,que tienen un carácter intermedio entre lointerno y lo externo, le ayudan a formar otrasrepresentaciones psíquicas más estables, que

99

funcionan como puentes durante las ausenciasdel objeto amado. Las experiencias del niño sonahora menos fragmentarias, puesto que puedeestablecer conexiones entre el pasado y elpresente. Volveremos sobre este punto en elcapítulo VII, al referirnos a las observacionesde Freud sobre el juego del Fort-da.La diferenciación entre su yo y el mundoexterno, el comienzo de la simbolización y dellenguaje y la aparición de la memoria, daránmayor estabilidad a sus representacionespsíquicas y afianzarán por fin su propiaidentidad. A esta altura, el niño puedeconservar de modo más regular la representaciónmental de su objeto querido: ya no se desesperadurante sus ausencias, porque puede evocarlo.Ello le permite percibir duraciones ycontinuidades, el tiempo se le convierte en unflujo de sensaciones que tienen un sentidounitario que trasciende las diferencias decontenido de cada instante.1

El desarrollo de la temporalidad en elindividuo fue estudiado por Jean Piaget desdeuna óptica diferente. Para empezar, considerala noción de tiempo como un elemento de lo realen el niño, pero también sostiene que enpsicología el apriorismo kantiano, que postulala existencia de la intuición temporal, carecede validez, pues las nociones que sonaparentemente primarias para los adultosaparecen en un niño después de un largo trabajode construcción. En La construcción de lo real en el niño,

100

Piaget (1976) afirma que motricidad y cogniciónse complementan, puesto que el sujeto conoce almundo y a sí mismo a través de la acción. "Lainteligencia —dirá más adelante— surge en elcontacto con las cosas, organiza al mundoorganizándose a sí misma." Correlativamente,las nociones de objeto, causalidad, espacio ytiempo se elaboran de manera simultánea einterdependiente. Las relaciones causalesimplican un orden en el tiempo: causa antes,efecto después; las dos cosas —casualidad ytiempo—, por lo tanto, tienen un origen común.Para Piaget, el pensamiento es un procesorefinado y flexible de prueba y error, que nodepende de actitudes automáticas aprendidas nireflejas. Existen, según él, cuatro etapas enel desarrollo cognitivo. La primera, sensorio-motriz, cubre los dos primeros años de vida yestá caracterizada por una inteligenciaempírica y no verbal; el niño experimenta conobjetos y conecta las nuevas adquisiciones conlas anteriores, aprendiendo así de su propiaexperiencia. En la segunda etapa,preoperacional, de los dos a los siete años,los objetos de la percepción son representadospor palabras, el niño manipulaexperimentalmente en su mente las palabras dela misma manera en que antes manipulaba losobjetos. En la tercera etapa, de los siete a losdoce años, comienza a realizar operacioneslógicas y clasifica objetos por sus similitudeso diferencias. En la última etapa, de los doce

101

años hasta la adultez, el individuo comienza autilizar operaciones lógicas formales y elpensamiento se transforma en una especie deexperimentación más flexible.Tanto el espacio como el tiempo están presentesen toda percepción, que es extensa y tieneduración, aunque en el niño la duración estálejos aún de la temporalidad adulta. Alprincipio, el tiempo para el niño es igual a laduración psicológica de sus actos; después va aestablecer una relación de esta duración conlos hechos del mundo externo y, por último,incluirá sus actos en la serie de sucesosrememorados, formando la historia de su medio,convirtiendo al tiempo en la red que ensamblala estructura objetiva del Universo.Como Piaget asocia el desarrollo de latemporalidad a los estadios del desarrollo dela inteligencia sensoriomotriz, convendríarevisar ahora, muy brevemente, en qué consistela noción de tiempo en cada uno de ellos.En los primeros estadios, que abarcan los 4 a 5primeros meses, se adquieren algunos hábitossimples. Si bien existe una noción de espacio,es fragmentaria y no hay diferencia entre elmundo externo de la realidad y el mundo internoexperiencial. Existen impresiones de deseo, deespera, de éxito o de fracaso: existe unaconciencia de sucesión de desarrollo de lasetapas de un acto, pero cada acto forma un todoaislado de los otros. A su vez, cada sucesiónconsiste en un deslizamiento desde la fase de

102

deseo hacia la fase terminal de éxito o defracaso, que es sentida sólo como presente. Deesta manera, la duración es exclusivamentepsicológica: no hay sucesión de hechos afueradel yo, ya que no hay límite entre la propiaactividad y las cosas. A partir de sus primeroshábitos el lactante es capaz de realizar dosoperaciones que interesan a la elaboración delas series temporales: coordina sus movimientosen el tiempo y efectúa algunos actos antes queotros en su orden regular; por ejemplo, abre laboca antes de succionar. Por otra parte, apartir del segundo estadio puede coordinar suspercepciones en el tiempo, como volver lacabeza al oír un sonido y tratar de ver lafuente que lo emitió.Piaget afirma que es importante separar elpunto de vista del observador de aquel, delsujeto. Para el primero, los actos del niño seordenan en el tiempo, pero no existe evidenciade que la sucesión sea percibida como tal porel niño. El niño puede llegar a ordenar susactos en el tiempo sin percibir ningunasucesión que ordene los acontecimientos.Piaget considera que en los dos primerosestadios de maduración lo que el niño siente esuna duración de las acciones que realiza. Estaduración se confunde con el desarrollo mismodel acto, pero no implica un antes ni un después,ni una medida de intervalos.A partir del tercer estadio (5-9 meses) el niñocomienza a actuar sobre las cosas y a utilizar

103

las relaciones que ellas tienen entre sí. Asícomo durante los dos primeros estadios el niñoes indiferente a los objetos que desaparecen desu campo perceptivo (si deja de ver unacuchara, ésta deja de existir), durante eltercer estadio comienza a atribuirles unapermanencia, y se muestra capaz de buscarlos.También comienza a aplicar la causalidad a lascosas: a esta edad, el niño entiende que supropia acción es la única causa de cualquierefecto que aparezca, aunque éste no tenga enrealidad contacto alguno con él. También elespacio que percibe ahora depende de la acciónque él ejerce sobre las cosas. Percibe unasucesión de acontecimientos cuando él los motiva.El niño del tercer estadio todavía no es capazde reconstruir la historia de los fenómenosexteriores, ni de evaluar los intervalos, sinosólo de percibir la sucesión elemental de lasacciones ya organizadas. En la cuarta etapa (9-11 meses), los objetos pasan a ser permanentes,a existir aunque el niño no los vea. Esto lollevará a realizar acciones para verlos, con loque se establecerá un nexo entre sus actos ylos sucesos externos. El tiempo, que alprincipio era sólo inherente a las propiasacciones, se empieza a aplicar ahora a losacontecimientos independientes del yo. Peroesta objetivación es limitada: el "antes" y el"después" todavía no son sistemáticos nicontinuos. El tiempo aún no es un medio comúnque abarque tanto a la propia acción como al

104

conjunto de acontecimientos, sino algo queprolonga la duración subjetiva de las accionesdel niño. A esta altura, su memoria le permitereconstruir series breves de sucesosindependientes del yo, pero aún no puedereconstruir la secuencia de los fenómenos delmundo externo.La mayor parte de las conductas del quintoestadio aparecen alrededor del año. El tiempoya no se aplica sólo a las acciones quevinculan al niño con los objetos, sino quellega a ser el medio más general. Las cosas yano son espectáculos a disposición del niño,sino que se organizan en un universopermanente. A esta altura del desarrollo, lacausalidad trasciende la subjetividad, el niñoes menos egocéntrico.Si bien el tiempo se hace general y se extiendea todo el campo de la percepción, el niño nopuede todavía evocar el pasado. Los momentosque no han dejado huella perceptiva no puedenser recordados. Finalmente, en el sexto estadiode construcción de la realidad (18-24 meses),el niño puede evocar recuerdos, y los puede ubicaren un tiempo que comprende también su historia.De ahora en adelante, su propia duración sesitúa en referencia a la duración de las cosas,lo cual posibilita el ordenamiento de losmomentos del tiempo y su medida con respecto apuntos de vista externos.Piaget (1961) afirma que el lenguaje y lasocialización contribuyen a crear las nociones

105

de duración y sucesión, y a transformar altiempo en continuo y universal. Aparece la nociónde flujo temporal continuo, la conceptualizacióntemporal como una función cognitiva que maduracon la experiencia y con el crecimiento, y quellevará a concebir la duración como el sentidosubjetivo del paso del tiempo. Tambiénconsidera que el niño adquiere la posibilidadde captar la experiencia física de la duración,que aparece representada por su propia edad, ola edad de los que lo rodean.En resumen: la temporalidad del adulto no esespontánea, sino que se adquiere a partir delas experiencias de pérdida, y está ligada a laposibilidad de hablar, pensar y hacer. Sinembargo, la temporalidad del adulto no ha sidola misma para el cazador de la Edad de Bronceque para el filósofo griego o para el hombredel siglo XX. Los tiempos del hombre han idoevolucionando a lo largo de la historia. En elpróximo capítulo veremos, por lo tanto, cómofue evolucionando la noción del tiempo quetenemos en nuestros días.

NOTAS

1 J.Lacan, en El tiempo lógico (1966) describe trestiempos: El instante de ver, el tiempo decomprender y el momento de concluir. Suscomentarios acerca del tiempo se vinculan alproblema de la identificación y la constitucióndel sujeto. Podemos advertir sin embargo, que

106

más que "tres tiempos", se trata en realidad detres aspectos de la subjetivación y de laintersubjetividad.V . L A E M E R G E N C I A D E L A

F I N I T U D Y L A M U E R T E

Sin ansiedad fundamental no hay investigación fundamental.J. MONOD

El tiempo es una riqueza de cambio, pero el reloj, en su parodia, la vuelve mero cambio, y no riqueza.R. TAGORE

Cada hombre es la criatura de la edad en que vive. VOLTAIRE

EN EL capítulo II, señalamos que la concepcióndel tiempo que tiene un adulto de hoy en día noes espontánea, sino que fue evolucionando a lolargo de la historia; además, en el capitulo IVtratamos de mostrar que ese sentido temporal nose instala en el adulto súbitamente sino que esproducto de un largo proceso de maduración enel que ocurren fenómenos conscientes e

107

inconscientes. Asimismo, el tiempo del adultono es, tampoco, una entidad monolítica, sinomás bien un manojo de ideas, vivencias,actitudes y convenciones diversas relacionadascon el.Para comenzar, diremos que el hombre se manejacon, por lo menos, dos tipos de tiempo: elsagrado, perpetuamente cíclico y renovable cadavez que el sacerdote realiza ciertos ritos, yel profano, en el que el ser humano ve transcurrirlas horas y los años y toma conciencia de losdesgastes, de la decrepitud y de la muerte. Eneste último tiempo, que se suele designar como"tiempo cotidiano" se podría distinguir a suvez: 1) un tiempo intelectual, concebido por lospensadores que indagan sobre la naturaleza deltiempo y sobre la forma en que lo percibimos(de este tiempo ya nos hemos ocupado en elcapítulo II), y 2) un tiempo práctico, mediantecuyos parámetros se evalúan demoras, seestablecen calendarios y se programanactividades, y que es el tiempo implicadocuando afirmamos, por ejemplo, "el gato tienedos años de edad", o "en tres días másterminaré de podar la parra". Es de este tiempoque nos ocuparemos en el presente capítulo. Detodos modos, la separación, recalquémoslo, escompletamente arbitraria pues, en todo momento,lo que piensan los teólogos, los filósofos, losagricultores que esperan cosechas y las noviasque esperan casarse constituye lo que podríamosllamar "la visión del mundo de la época". Pero

108

la separación se hace necesaria para ordenar laexposición. Una simplificación adicionalconsiste en ocuparnos únicamente de losdesarrollos que han conducido a la concepcióndel tiempo propia del siglo XX y del mundooccidental.Puesto que el tiempo de los dioses surge de unalectura sagrada de los ritmos de la naturaleza(Eliade 1964), no sorprende que el templo tengaen sí mismo una arquitectura, una dimensión yuna orientación relacionadas con situacionescósmicas, y sea, él mismo, un calendarioconstruido con base en informacionesastrológicas. Pero en la medida en que estecalendario no siempre coincide exactamente conla periodicidad de todos los sucesos (solares,lunares, agrarios, menstruales, etcétera), noes raro que los pueblos utilicensimultáneamente más de un calendario. Todos soncíclicos, de modo que al cabo de cierto tiempohan de coincidir periódicamente. En algunosimperios mesoamericanos, por ejemplo, esacoincidencia se daba cada cincuenta y dos años.Es más, como esos ciclos son demasiado largospara tener un valor práctico, los sacerdotes detodas las religiones quitan o agregan días afin de que las celebraciones puedan coincidircon las labores agrícolas y ganaderas.En los imperios teocráticos, el poder y laordenación calendaria emanaban de la mismaentidad, pero, como señala Attali (1982), conla separación de funciones empieza a haber

109

discrepancias entre el calendario religioso yel político, lo que origina una lucha por elcontrol del tiempo como parte de la lucha porel poder. Anaximandro (55 a.C.), concibe unespacio geométrico (a diferencia del mítico),que define a partir de posiciones y distancias:a él se le atribuye la construcción del primercuadrante solar griego. Los griegos tambiénfabricaron globos móviles con estrellas yplanetas inscritos sobre ellos, con los quepodían calcular desplazamientos y fechas.Algunos siglos después construirán astrolabios,con los que podrán orientarse aunque seinternen en los mares. También miden duracionesde acuerdo con el derrame progresivo de unlíquido, o la lenta combustión de las candelas.Clístenes, abuelo de Pendes, superpone alcalendario religioso otro político paraprogramar los asuntos públicos. Ya en plenomundo romano, Cayo Julio César, que afirmabadescender de los dioses, había sido nombradopontifex maximus y tenía un talento especial parautilizar la religión con fines políticos. Alderrumbarse la República impone una reforma delcalendario: ordena meses y festividades,establece un día doble cada cuatro años y fijael comienzo del año el primero de enero.Hoy vemos películas sobre Atila, Romeo yJulieta, Los tres Mosqueteros o Carlos Gardel,ambientadas cuidadosamente por expertos en cadauna de las respectivas épocas. Nuestros niñosestán perfectamente acostumbrados a ver

110

historietas sobre hombres de las cavernas ohéroes intergalácticos. Esta situación escompletamente nueva, pues la cantidad de pasadoque podían conocer las generaciones que nosprecedieron era tan pequeña, que lesdificultaba imaginar edades en las que el mundohubiera sido diferente del que a ellos lestocaba presenciar. Los pintores medievales, losmúsicos renacentistas. los escritores, losfilósofos, imaginaban a Adán y Eva, a Mercurioy Popea y a todos los personajes reales odivinos de la Antigüedad vistiendo el mismotipo de ropas que ellos, utilizando los mismosarneses en sus cabalgaduras, las mismas armas ylos mismos utensilios en las laborescotidianas. Al atribuir esa eternidad alpresente no sólo se producían anacronismosnotorios, sino que también se sustentaba laidea de que esta situación es inagotable, queel tiempo puede ser cíclico y que la el mundopuede seguir andando por siempre jamás. Pero yavimos en el capítulo II que cuando advieneJesús y los cristianos irrumpen en lacivilización grecorromana, surge un sucesoúnico, que no se volverá a repetir,incompatible, por lo tanto, con la idea de untiempo cíclico. A partir de ese hecho el tiempodebe ser considerado, en cambio, lineal eirreversible; se establece una flecha religiosatemporal que, pasando por Cristo, va desde Adánal Juicio Final. Es, precisamente, lo que hacela Iglesia cuando adquiere suficiente poder:

111

comienza a contar los años a partir delnacimiento de Cristo. Con la noción de JuicioFinal, el mundo medieval se tiñe de terror antela posibilidad de que todo pueda acabar de unmomento a otro. La reacción maníaca y ladisolución y exceso a que dio lugar fueron muygrandes, y se reflejaron abundantemente en laliteratura.En la Edad Media se continúa la tradiciónjudaica de dividir al año en meses y en semanasadaptadas al Génesis bíblico. También se lodivide en cuatro estaciones y al día en cuatropartes que duran cada una seis de nuestra horasactuales. San Benito de Nursia (480? - 543?), aquien en su encíclica Fulgens radeatur el Papa PíoXII llamó "Padre de Europa", por haber sentadolas bases de lo que solemos llamar culturaoccidental, instala su convento en Montecassinoy crea una rígida disciplina (la regla Ora etlabora), que establece no sólo las secuencias,sino las duraciones del rezo, del trabajo, delestudio, de la comida y del sueño. Divide aldía en siete horas y, como el rezo es loprimordial, denomina las horas con el hombre delas oraciones. Estas horas no son iguales, notienen una duración constante: las horas delverano duran más que las de invierno. Losbenedictinos adoptan también una señal que nosólo orientará temporalmente a los monjes delconvento, sino a todos los que laboran en lacampiña: la campana.

112

Mientras tanto, los relojes hidráulicos sehacen más y más complejos. El fluir se usatanto para medir el tiempo en relación con elcaudal de agua caída, como para cambiar deposición a figuras diversas, que representan ala Luna, al Sol, a la Noche, etcétera. Pepinoel Breve recibe uno de esos relojes como regalodel papa Pablo I hacia 760, y, más tarde, suhijo Carlomagno recibe otro de Harún- al-Raschid.La economía basada en la explotación de latierra requiere de un ciclaje anual deestaciones y un tiempo estable, que "fluya"siempre igual para que nada cambie. Poco puedeimportar en este escenario la escasa exactitudde los relojes hidráulicos. Pero cuando losmercaderes de las urbes desarrollan la economíamonetaria, lo que circula es el dinero; elinterés hace que el capital crezcairreversiblemente, el paso del tiempo acrecentala riqueza y hay, por lo tanto, una flecha deldinero. Para el cálculo del interés, la nochepasa a contar tanto como el día. Los relojes delas principales ciudades empiezan a marcar las24 horas. Hacia el fin de la Edad Media aparecela primera máquina industrial: el relojmecánico (Attali, 1982). Entre 1344 y 1360,Giovanni di Dondi construye un reloj de pesas ypéndulo para la ciudad de Padua. Su exactitudera muy pobre. En pleno siglo XIV la estimacióndel tiempo tenía un error de un cuarto a mediahora diaria. Pero nadie vivía de acuerdo a la

113

hora, y pocos sabían qué era un reloj. Sinembargo, por ese entonces se dividió la hora enminutos.Es importante insistir en que no se trataba demecanismos sincronizados a un tiempo, como hoysería la hora oficial o la de Greenwich.Tampoco se ponía el reloj en hora con la horaoficial, pues no la había. Ni siquiera semolestaban en poner acordes los diversosrelojes. Por el contrario, cada mandatario(duque, regidor, alcalde) tenía el suyo, yhacia sonar las campanas cuando lo creíaapropiado. Es más, cuidaban de que así fuera,pues aceptar el tiempo que les marcara otro eraun signo de vasallaje. Por supuesto que tambiénla Iglesia quería imponer su tiempo. Y no setrataba simplemente de un ejercicio del poder.La Iglesia necesitaba desarrollar el mejorcalendario posible para señalar lasfestividades religiosas. Es por eso que en1582, el papa Gregorio XIII convoca unacomisión para poner las cosas en orden. Claroque esta comisión se vio necesitada de recurrira los mejores astrónomos y esto, a la larga,trajo consecuencias no deseadas por la Iglesia.Por un lado, los astrónomos estudiaban más ymás el Universo, y por el otro, los relojerosconstruían mecanismos más y más perfectos. Envirtud de ello, Kepler y Boyle comparan alUniverso con un inmenso reloj. La fascinaciónque ejerció esta visión del mundo fue tal, quefilósofos de la talla de Descartes (1975)

114

vieron relojes en todo el Universo y en todo elfuncionamiento de la naturaleza. A mediados delsiglo XVIII, La Metrie ya habla directamente delhombre-máquina. Hasta ahí el tiempo de losrelojes era autónomo, y su concordancia con lossucesos dependía de que el usuario los pusieraa funcionar al comienzo del proceso que queríamedirse (el tiempo cero). Pero a mediados delsiglo XVII, Cristian Huygens desarrolló un relojde péndulo que podía funcionar continuamente.Como Huygens no era un simple maestro relojero,sino uno de los mejores físicos de su época,sus logros, más que permitir a los holandesesmedir el tiempo a cualquier hora del día y dela noche y en cualquier día de la semana,estimularon las ideas acerca de un tiempocontinuo, que fluye homogéno. Remitimos sobreeste punto al capítulo II, en relación con elpanorama de las ideas filosóficas de la época.El mundo físico era entonces un gigantescotrabajo de relojería; el tiempo fluía de manerahomogénea y continua. Como en un reloj, si unoconoce el funcionamiento y la posición actual,está en condiciones de calcular lo que hasucedido en el pasado, y predecir lo quesucederá en el futuro. Newton y Leibnizdesarrollaron justamente la matemáticanecesaria para describir ese movimientocontinuo: el cálculo. Las leyes de Newton eran lasleyes supremas de la naturaleza, y en los añossiguientes, el hombre concluiría que todo seconserva: la masa, el momento (producto de la

115

masa por la velocidad), y la energía. Estaforma de ver las cosas llevó a Laplace aconcluir que una mente que pudiera comprendertodas las fuerzas y las respectivas situacionesde los seres podría calcular lo que sucederíaen cualquier instante, pasado o futuro, delUniverso.Hacia el final del siglo XIX, la Edad mecánicade la razón se había vuelto entonces la Edad dela certeza, y la física no sólo era consideradael modelo del universo físico, sino el modelode la conducta humana. Por si esa certeza fuerapoca, se consideraba que el observador podíaobservar al sistema sin perturbarlo.Un Universo que funciona como un maravillosoreloj, leyes infalibles para describir losprocesos, observación que no produceperturbaciones para comprobarlo y tiempo quefluye de manera continua para garantizar que lacosa siga marchando eternamente: lo único queparecía quedar pendiente era perfeccionarmetales y tornos para fabricar relojes más ymás precisos. Pero esa visión del mundo nohabría de resistir el peso de la evidencia.En 1788, James Hutton publicó su Theory of theEarth, en la que explicó que la estratificaciónde las rocas y los depósitos oceánicos no sonproducto de catástrofes repentinas ocurridas enel pasado, sino resultado de lentos procesos deevolución geológica, que aún continuaban. "Yo no leveo —confesaba Hutton— vestigios de un comienzoni perspectivas de que se detenga." Por

116

supuesto que se trataba de fenómenos tan lentosque para explicar los depósitos y mantos senecesitaba de un periodo muchísimo más largo delo que se solía pensar cuando se calculaba laedad del Universo sumando generaciones y edadesde personajes bíblicos.¿Y qué eran esos huesos descomunales y deformesque no correspondían a ningún animal de losactuales? ¿Acaso se trataba de malformacionespatológicas de las mismas especies que hoypueblan el planeta? No. De aceptarse lacronología que indicaban las capas geológicasen las que se encontraban los huesos, esosanimales "patológicos" habían vivido millones ymillones de años atrás, y habían antecedido alas especies "normales" que se veíancomúnmente. Pronto se cayó en la cuenta de queesos huesos correspondían a especiesdesaparecidas, eslabones entre varios tipos deseres vivos que, por alguna razón, se habíanextinguido. Para empeorar las cosas, no setrataba de excepciones: casi ninguna de lasespecies que se encontraban en los mantosprimitivos subsistía en la actualidad y, a suvez, las actuales no habían existido en aquelpasado remoto. Bruckner (1768) y luego Malthus(1798) encontraron una razón para esas muertes:cuando la cantidad de animales o vegetales deun lugar determinado excedía del número de losque podían subsistir con los recursosdisponibles, el excedente simplemente moría.Los hombres se horrorizaron ante la idea de que

117

la Sabia Providencia hubiera creado seres paraluego dejarlos sucumbir así como así. Si talesdesapariciones eran posibles ¿qué destino leaguardaba al hombre? Los rastros de esasespecies desafortunadas indicaban que la vidano volvía en absoluto sobre sus huellas enforma cíclica. Nada de ciclajes recreativos.Los depósitos oceánicos depositados quedaban:nada de redilución y recomienzo. El pasado sehabía muerto. Reinaba la irreversibilidad. Lamuerte se volvía natural, era un producto de lalucha por la vida (Eiseley, 1973).Coleridge (1819) señalaba que aun entre lospensadores cristianos de su época la idea deque el hombre había sido creado súbitamentecomo tal, estaba siendo puesta en duda. Lamarck(1801) advertía que las criaturas no parecíanser creadas para un medio específico, sino quese adaptaron al medio que ocupaban. EdwardBlyth (1835), asociando el parentesco yrelación cronológica de las distintas especies,se preguntó si una gran proporción de éstas nodescendería de un antepasado común. El tiempopráctico se ordenaba a lo largo de un inmensocalendario lineal, que no coincidía conciclajes divinos ni con especies privilegiadas.Una flecha laica apuntaba hacia la muerte. Elescenario mental estaba, pues, preparado paraque alguien propusiera, formalmente, unmecanismo para la flecha de la vida: laevolución. Ese alguien fue Charles Darwin.

118

V I . L A M U E R T ESoy un fue, y un será, y un escansado.FRANCISCODE QUEVEDO

…porque el tiempo es una rueda, y rueda es eternidá; y si el hombre lo divide sólo lo hace, en mi sentir, por saber lo que ha vivido o le restapor vivir. Martin Fierro, JOSÉ HERNÁNDEZ

Las pruebas de la muerte sonestadísticas y nadie hay que no corrael albur de ser el primer inmortal.J.L. BORGES

La mariposa no cuenta meses, sinomomentos.R. TAGORE

La vida es una cebolla que uno lloramientras la va pelando.Proverbio francés

Que no fue Dios quien hizo la muerte.(Sb 1:13)

119

DE TODOS los cambios temporales que puede sufrirun organismo, los más angustiosos y drásticosson el envejecimiento y la muerte. Una de lasprimeras teorías científicas que intentóexplicarlos fue la del Lebenferment; Butschli(1882), su autor, postuló la existencia de unalínea germinal, eterna y vital, que vadiluyendo su fermento con el crecimiento normaly el reemplazo de las células a lo largo de lavida hasta que, al agotarse, ocasiona vejez ymuerte. Si bien en su tiempo la teoría deButschli olía a vitalismo, no deja de tenercierto parentesco con las hipótesis actualesmás en boga. Por aquel entonces se le opuso laAbnutzungstheorie de Weismann (1891), según lacual los organismos mueren porque —literalmente— se gastan y rompen.Ahora bien, se puede comprender mejor el puntode vista de esta teoría si se tiene en cuentaque el envejecimiento y la muerte no sonprivativos de lo biológico; así, por ejemplo,la figura 1 muestra "el envejecimiento y lamuerte" de focos de proyector de diapositivas(Calatayud, 1984). En ordenadas vemos elporcentaje de focos que siguen siendo útiles enun tiempo dado, y en abscisas la edad; primeroadvertimos un descenso brusco debidofundamentalmente a fallas "congénitas" defabricación; luego sigue una paulatinadisminución de focos a causa de accidentes y,hacia el final, se suman las "muertes" pordesgaste. Si comparamos la forma de esta curva

120

con la de la sobrevida del hombre ilustrada enla figura 3 concluiremos que la Abnutzungstheoriede Weismann no deja de tener razón de ser.

Figura 1.Por más que desde los tiempos de Butschli y deWeismann se haya progresado muchísimo en lacomprensión del envejecimiento y la muerte,quedan aún en pie la mayoría de susinterrogantes fundamentales, incluida su mismadefinición. Así, se ha dicho que un organismono ha muerto mientras siga viva la última desus células, pero cabe recordar al respecto lasdisputas acerca de si a una persona en comaprofundo e irreversible se la debe continuarhaciendo respirar con pulmotores, circular lasangre con bombas extracorpóreas, vaciar lavejiga con cánulas, o mantener su volumenplasmático inyectándole líquido en las venas; ysi, al suspender esos esfuerzos, se está o nocometiendo un crimen. Si adoptamos la posición

121

de que un organismo no ha muerto mientras sigaviva la última de sus células, podemos llegar aencontrarnos con un cadáver al que, sinembargo, deberemos considerarcontradictoriamente vivo, simplemente porque deél se sacó un riñón que aún. da vida a otrapersona. Tampoco podríamos considerar muerta auna gallina guisada en trozos, si es que sushuevos fecundados son aún capaces de producirpollitos en una incubadora; análogamente, enmuchos laboratorios se trabaja con células que,a través de muchísimas generaciones celulares,provienen de otras obtenidas de personasfallecidas hace decenas de años. Vamos areferirnos a ellas.En términos generales, si se toman células deun organismo superior y se las cultiva en ellaboratorio, se puede comprobar que cada una deellas se divide en otras dos, no quedandoningún "cadáver" celular; pero esta capacidadse agota al cabo de cierto tiempo. Pero, enrealidad, no es al cabo de "cierto tiempo",sino al cabo de cierto número de divisiones.Este fenómeno se suele estudiar de la siguientemanera: se toma una caja de cultivo en cuyofondo las células en cuestión se hanreproducido hasta recubrirlo, se las separa pormedios enzimáticos, se hace una suspensióncelular que se divide en dos mitades, y sesiembra cada mitad en una nueva caja; comoahora las células tienen espacio de sobra paravolver a dividirse y volver a cubrir el piso de

122

las cajas, entran en mitosis y lo recubren. Enla jerga laboratoril, esta operación se llama"duplicación". Podemos ahora tomar una de lascajas nuevas, desechar la otra y volver arepetir la operación. Pero no podríamos"duplicarlas" indefinidamente. Así, porejemplo, las células W138, que fueron obtenidasde un feto humano, sólo se pueden "duplicar"unas 50 veces; luego van dejando de dividirse,hasta que el cultivo acaba por extinguirsetotalmente.Este fenómeno muestra interesantes aspectos.Por ejemplo, las células de un niño se puedenduplicar en cultivos muchísimas más veces quelas de un anciano; las de especies longevas (v.gr el hombre) se pueden duplicar más veces quelas de especies no longevas (v. gr el ratón).(Martín y colaboradores, 1970). Hayenfermedades (v. gr la progeria) en las que elindividuo sufre un fenómeno de envejecimientoaceleradísimo, de modo que a los diez años seasemeja a un anciano de setenta. Pues bien, lascélulas de estos pacientes toleran un númeromucho menor de duplicaciones que las deindividuos sanos de la misma edad.Si se toman células W138 en la generación(duplicación) 30 por ejemplo, y se las mantienecongeladas en nitrógeno líquido durante unlustro, al llevarlas nuevamente a latemperatura de cultivo, las células prosiguenduplicándose, 31, 32... hasta llegar alrededorde la 50, por cierto mucho después de que han

123

muerto aquellas cuya duplicación no había sidosuspendida. Parece que las células no serigieron entonces por el tiempo del calendario,sino por el número de generaciones (Hayflick yMoorhead 1961; Le Guilly et al., 1973), lo cual hadado lugar, por supuesto, a numerosos estudiosen los que se compara, por ejemplo, las célulasde la generación 20 con las de la 45, con elpropósito de descifrar cómo y dónde reside lainformación que les permite contargeneraciones. Como hasta ahora nadie ha podidoresolver el punto, han ido surgiendo hipótesistendientes a explicar lo que se ha dado enllamar ''el Límite de Heyflick" (en el caso delas células W138 que estuvimos utilizando comoejemplo, dicho límite estaría alrededor de lageneración 50). Una de estas hipótesis, la deKirkwood y Holliday (1975), postula que en cadapoblación de células de los metazoarios(organismos como el humano, compuestos pormuchísimas células) hay un cierto número decélulas troncales capaces de reproducirse y dediferenciarse pero, como lo hacen de modo muchomás lento que las demás, terminan por serrelativamente más escasas y desaparecer de loscultivos. Esta explicación puede resultar aquíun tanto oscura, pero encierra un fenómeno losuficientemente importante como para queconvenga detenerse un momento en él; suimportancia radica en que puede dar pautasacerca de lo que es el envejecimiento y lamuerte.

124

Por nuestra sangre circula una cierta cantidadde células que constituyen una poblacióndinámica; con ello queremos decir que, en todomomento, ciertas células viejas son capturadaspor nuestro sistema retículo-endotelial y sondestruidas, y hay otras nuevas que acaban deser fabricadas por nuestra médula ósea. Si acausa de una hemorragia de pronto perdemossangre, la médula ósea responderá aumentando laproducción de células, precisamente paracompensar la disminución; para hacerlo, cuentacon determinadas células, llamadas troncales,que son más o menos primitivas (en el sentidoque no son aún del tipo maduro que circula ennuestros vasos sanguíneos). Dichas células sereproducen con extrema lentitud y son,correlativamente, muy longevas (Lajtha, 1983).Ahora bien, en cuanto nuestro organismo sufreuna hemorragia, algunas de estas célulastroncales reciben un estímulo que las lleva adividirse y a diferenciarse rápidamente.Llamamos diferenciación a un proceso en el cual lascélulas de un metazoario, de un organismosuperior, a pesar de que poseen todas unidéntico genoma,1 fabrican ciertas moléculas yno otras de las que especifican sus genes,hasta hacer que su estructura y su funcióndifieran notablemente de las célulasoriginales, convirtiéndose en las célulasmaduras ( eritrocitos, osteocitos, neuronas,adipocitos, etcétera) que componen nuestrocuerpo. Por ejemplo, las células musculares se

125

han diferenciado copiando millones de veces lasrecetas de los genes para hacer miosina; lascélulas de la retina copiando muchas veces lade hacer rodopsina, las del páncreas la dehacer insulina y algunas células de lahipófisis la de hacer somatotrofina. Ahorabien, las células de la médula ósea, que semantenían en un estado de diferenciaciónrudimentario, de pronto se dividen ydiferencian hasta que se convierten enverdaderos glóbulos blancos o en verdaderoseritrocitos, listos para ser vertidos a lasangre. A cada célula troncal le lleva variasduplicaciones (generaciones celulares) elllegar a convertir a sus descendientes encélulas sanguíneas maduras. Claro que en esteproceso de duplicaciones sucesivas no sólo seha diferenciado o especializado, sino que se haincrementado su número muchísimas veces hastaque, por cada célula troncal, se vierten altorrente un gran número de glóbulos blancos orojos, según la célula troncal de que se trate.Al final de este proceso, las células seconvirtieron en maduras y diferenciadas peroperdieron su capacidad de duplicarse. Cuandohayan madurado del todo y estén listas paracumplir sus funciones en nuestra sangre, ya nose podrán reproducir más. En ciertas leucemias,por el contrario, los glóbulos blancos parecencomo "trabados" en medio del proceso: por unlado siguen con su propiedad de reproducirsepero, por el otro, no completan su

126

diferenciación y siguen y siguenreproduciéndose. Justamente Sachs (1986) y suscolaboradores han ideado formas de estimular alas células de ciertas leucemias para que se"destraben", completen su maduración y pierdanasí la propiedad de reproducirse, invadir ymatar al organismo.Podemos regresar ahora a la interpretación deKirkwood y Holliday sobre por qué llega a unlímite (Límite de Heyflick) en el que lascélulas dejan de reproducirse y el cultivo seextingue. Según dichos investigadores, en lapoblación celular que se "duplica" de una cajade cultivo a otras dos, las células estándiferenciadas y comprometidas a morirse. Perohay entre ellas cierto número de célulastroncales no diferenciadas y con capacidad dereproducirse una gran cantidad de veces, perolo hacen muy lentamente, es decir, que pasamucho tiempo desde que nacen hasta que sevuelven a dividir y a duplicar. Por lo tanto,si un investigador siembra una población decélulas en cajas, para el momento en que éstasrecubren el piso y hay que volver a"duplicarlas" en dos cajas nuevas, lastroncales se habrán reproducido muchas menosveces que el resto, y estarán presentes enmucha menor proporción De modo que en cadaoperación de duplicación van siendorelativamente más y más escasas, hasta que, alllegar a cierta generación (digamos la 50) yano quedan células troncales en la población, y

127

ésta se extingue. Por supuesto que estasinvestigaciones con cultivo han dado origen auna teoría: la muerte de los organismossuperiores sobreviene cuando a los distintostejidos del organismo ya no les quedan célulastroncales que puedan generar células paracontinuar reemplazando a las que se vanmuriendo.Pero ¿por qué se mueren las células de losanimales multicelulares? Danielli (1956) ySzilard (1959) opinaban que, como en todoproceso de copiado, al replicarse el DNA de unacélula para que cada hija se lleve su copia, seintroducen errores. Al cabo de cierto número degeneraciones, la acumulación de estos erroresdaría por resultado células con demasiadasanomalías como para seguir viviendo. Si bienhay varias objeciones a esta teoría y sería muylargo enumerarlas, baste mencionar que ladesaparición de las células no sigue una curvade propagación de errores, sino que al llegar acierto número de duplicaciones (el Límite deHeyflick) se desencadena la debacle. Otrosinvestigadores, por ejemplo Smith (1965), hanimaginado en cambio que los errores se toleranmientras no se llegue a cierto límite; algo asícomo si uno tuviera varias ruedas de repuestopudiendo en consecuencia utilizar su cochenormalmente mientras no falle la última. Sinembargo, las células de la generación 50 (en elcaso de las células WI38) no producen proteínascon errores como lo requeriría la teoría de

128

Smith. Por eso, otros investigadores (porejemplo Orgel, 1963) prefieren modelos en losque todo marcha bien hasta que el genoma ordenala construcción de una enzima letal, que destruyea las demás proteínas y produce una catástrofecelular. Pero, hasta ahora, nadie ha encontradodicha enzima.Otros investigadores han señalado que vivimosen un mar de bacterias y virus, desde las quetrabajan en la oscuridad del intestino hastalas que se asocian a las raíces de losvegetales para fijar nitrógeno; con algunos deestos microorganismos mantenemos un equilibriocooperativo y dinámico, pero con otros larelación no es tan amistosa. Aun así, logramosmantenerlos trabajosamente a raya. Undesequilibrio haría que ciertos virus letalespasaran al ataque y mataran a nuestras células.Pero nadie ha encontrado en las células muertasningún virus de este tipo que sirva parafundamentar dicha teoría.El hecho de que en cada especie los organismostengan una duración característica (un perrovive más que una mosca y un elefante más que unperro), ha atraído la atención de losinvestigadores sobre posibles causas genéticasdel envejecimiento y la muerte. Medvedev(1972 , 1981), por ejemplo, ha hecho notar quehay ciertas enzimas que cumplen la misma eidéntica función, aunque están codificadas pordistintos genes. A su vez, estos genes, casiredundantes, podrían ir dañándose a lo largo de

129

la vida sin que el organismo sufra una carenciade la enzima en cuestión, a condición de que nofalle el último gen. Una especie animal longevatendría, en consecuencia, más genes redundantesque una no longeva.Por otro lado, Heyflick, que también hainvocado causas genéticas para explicar estosfenómenos, sigue un modelo diferente, basado enel hecho de que a lo largo de sus vidas lascélulas van cambiando, como si tuvieran"edades" en las que abunda tal o cual enzima,desaparecen otras, ejercen una u otra función,o bien pasan a desarrollar ciertas estructuras;tal proceso sucedería, según este autor, encumplimiento de un programa genético, en elcual se leen ciertas instrucciones del genoma,características de cada etapa del ciclocelular. En un momento dado, el programatropezaría con una instrucción que le ordenamorirse.Sea como fuere, no hay duda de que los diversostipos celulares están programados para durar untiempo que les es propio; por ejemplo, mientrasun eritrocito vive alrededor de un tercio deaño, una neurona vive 70, 80 o todos los añosque dure el organismo. Sin embargo, no podemosevitar plantearnos la pregunta inicial: ¿y dequé mueren?Ya en 1907, Minot pensaba que el envejecimientoy la muerte serían el precio que se paga por ladiferenciación celular. Pero tampoco se puededecir tan fácilmente que estos fenómenos sean

130

un "precio" de la diferenciación puesto que,como señalamos más arriba, en la medida en quealgunas células se diferencian hastatransformarse en neuronas pueden convertirse enlas células más longevas del planeta. Razonandosobre el hecho de que una célula troncal sepuede dividir y no morir, mientras que eso nole ocurre a una diferenciada, Bell ycolaboradores señalaron que la muerte en sípodría ser no un precio sino un paso de ladiferenciación. A muchos le sonará antipáticala idea de que la muerte de las células puedaser algo así como el summum que alcanza laespecialización, aunque bien, la muerte no es,hasta ahora, cuestión de gustos.Es claro que si la muerte fuera algoabsolutamente negativo para las especies, sehabrían ido seleccionando organismos cada vezmás longevos hasta que llegara el momento en elcual las especies estuvieran constituidas pororganismos prácticamente inmortales. Pero éseno es el caso. La evolución está relacionadasólo con lo que ocurre antes de que cese elperiodo en el que los organismos puedenprocrear y reproducirse. Esto propone nuevosproblemas que surgen de la relación entre lagenética, la evolución y la muerte; paracomprenderlos es oportuno introducir algunosconceptos someros sobre la transmisión de lainformación genética.La información genética está codificada por lasecuencia de bases en las moléculas del DNA, de

131

la misma forma en que la secuencia de letras deuna enciclopedia codifica información acerca dedónde nació tal prócer, cuál es la amplitudtérmica en el Desierto de Gobi, o cuáles sonlas reglas del ajedrez. Con la informacióngenética se fabrican las proteínas delorganismo, muchas de las cuales funcionan comoenzimas que rigen todas las reacciones químicasde la vida y edifican las estructurasbiológicas. Una alteración en la molécula deDNA tiene el mismo efecto que tendría un erroren la enciclopedia, si en lugar de informar queAmérica se descubrió en 1492 afirmara queocurrió en 1942 o si diera una norma equivocadapara el movimiento del alfil, o si indicara quepara bajarle la glucemia a un diabético, enlugar de inyectarle "cinco miligramos" deinsulina, dijera "cinco mil gramos" deinsulina. Las consecuencias pueden ser banaleso desastrosas.Tan importante es conservar la fidelidad delmensaje genético, que la vida ha desarrolladosistemas enzimáticos especialmente dedicados areleer la estructura del DNA y corregircualquier error que encuentre. Estos sistemasson como ejércitos de correctores que vanrevisando archivos, o como bancos que ordenan asus cajeros que, si un cheque dice en números$1 400 y no redunda en palabras la misma cifra"mil cuatrocientos pesos", no lo paguen. Lascausas por las que puede haber errores en elDNA son varias. Examinemos tres: 1) La mutagénesis

132

intrínseca. Antes de que una célula humana sedivida en dos hijas, debe duplicar su DNA paraproporcionar a cada una una versión. Como entodo proceso de copiado de textos, se puedenintroducir errores. Incluso el mismísimosistema de corrección puede fallar por diversascausas. 2) Las radiaciones muy energéticas, deltipo de los rayos X y rayos gamma, puedenromper enlaces covalentes entre los átomos delDNA, produciendo las mismas pérdidasinformativas que resultarían de acribillar abalazos a una biblioteca. 3) Hay sustancias( mutágenos ) que por su estructura química,similar a la de las bases que componen el DNA,pueden ser confundidas por las enzimasencargadas de ensamblarlo, propiciando así laintroducción de errores en el mensaje genético.Otras veces los mutágenos se combinanespecíficamente con algunas de las sustancias yenzimas que deben participar en el copiado, yentorpecen su función provocando errores.Cuando a un animal se le producen mutaciones,sean espontáneas, accidentales oexperimentales, pueden suceder básicamente doscosas: 1) que las mutaciones se den en célulassomáticas (las de cualquier lugar del cuerpo,excepto las germinales), situación que no tienemayor consecuencia genética; o bien 2) que lasmutaciones se den en las células germinales, osea en las que van a dar origen a las gametas(espermatozoide y óvulo) y con ellas al huevofecundado, y así a un nuevo individuo. Un error

133

genético en una de las dos gametas será legadoa todas y cada una de las células del nuevoorganismo. Un animal hereda dos copias delmismo gen: una del padre a través delespermatozoide, y otra de la madre a través delóvulo; si sólo una de las copias heredadas delos progenitores está dañada, podría no sucedernada negativo en lo inmediato, pero si ambascopias están arruinadas, las consecuenciaspueden ser graves, lo cual depende del grado deimportancia de la proteína que codifica el gendañado. En el caso de que sólo uno de los dosgenes esté dañado, el problema puedepresentarse dentro de algunas generacionescuando, a consecuencia de la fertilizacióncruzada entre descendientes del mismoantepasado, a uno de ellos le toquen dos copiasfalladas: una legada a través del padre y otraa través de la madre. La gravedad de estasituación depende, otra vez, de la importanciade la proteína que ha resultado afectada. Deeste modo, existen modificaciones en laconstitución de una proteína que simplemente lahacen inestable a altas temperaturas o un pocomenos eficiente para catalizar una reacción, oque pasan como "mutaciones neutras". Pero si encambio, lo que se alteró es una partefuncionalmente esencial (v. gr. el sitio donde unaadenosintrifosfatasa debe aceptar aladenosintrifosfato) la mutación puede ocasionargraves enfermedades genéticas o directamentehacer no viable al individuo.

134

Pensemos por un momento en un animal salvajeque deba defender de otros animales elterritorio que necesita para cazar yalimentarse, así como disputarles a miembros desu propia especie las hembras parareproducirse. Pensemos que además necesitaolfato, agudeza visual, agilidad, fuerza paradetectar y atrapar a la presa, para escapar opara mantener en jaque a predadores de otrasespecies, etcétera. Imaginemos en esa situacióna un león hemofílico, o espástico, o con unacomunicación interauricular congénita que leproduce insuficiencia cardiaca: este animal noestá a la altura de los requerimientos de lavida salvaje; sus posibilidades de reproducirsey legarle a la descendencia sus genes, en estecaso defectuosos, son prácticamente nulas.Podemos imaginar situaciones similares,pensando, por ejemplo, en golondrinas que nopueden emprender un vuelo migratorio de milesde kilómetros con el resto de la bandada y, porlo tanto, quedan a merced del frío y de lospredadores; o en salmones que no puedenremontar los ríos y saltar las cascadas haciaarriba para ir a desovar. En consecuencia, noes raro que la evolución vaya eliminando a losindividuos que portan causas genéticasdesventajosas (cualesquiera que éstas sean)antes de que termine el periodo reproductivo. Encambio, las causas que no matan después delciclo procreativo, es decir cuando ya hagenerado hijos genéticamente defectuosos,

135

pueden irse acumulando, y podrían dar cuenta decómo la muerte se precipita en la parte finalde las curvas de la figura 2. Así, tanto entreratones como entre seres humanos, los cánceresse evidencian hacia el final de la vida, y elporcentaje de la población que va muriendoaumenta exponencialmente en función de la edad.Cuando para el periodo reproductivo comienzan allover los achaques seniles, los animalessalvajes sucumben tan rápidamente que casi notienen senectud. El pulpo, por ejemplo, depronto sufre una liberación masiva de hormonas,envejece y muere casi repentinamente. El salmóndel Pacífico desova y muere.

Figura 2.Las posibles combinaciones genéticas son tantasque en un momento dado los individuos de unaespecie (v. gr. todas las hienas o todos lostiburones del planeta) son una ínfima parte delos organismos diversos (fenotipos) que se

136

podrían producir. Desde Malthus, se sabe que elárea en la que vive cada población y losrecursos para que viva alcanzan exclusivamentepara que subsista un pequeño número deindividuos. También se sabe que sólo se puedeponer a prueba una cantidad irrisoria de"modelos" genéticamente posibles. La muerte deun individuo, programada o no, viene entonces adar por terminado un experimento genético y dalugar a que se prueben nuevos modelos. Nosorprende entonces que la organización de lavida salvaje en el planeta no disponga de unlugar para la senectud.Pero en los zoológicos y en nuestros hogares sihay animales seniles. ¿Cómo es un león, unperro, o una cotorra senil? Tienen mala vista,sus articulaciones se esclerosan, sus corazonesse infartan, sus glándulas se atrofian, susdientes y colmillos se estropean, sus sistemasinmunitarios ya no pueden evitar que losmicroorganismos que invaden las escoriacionesde su piel, la conjuntivas de sus ojos, susfosas nasales o sus pulmones, desencadeneninfecciones serias. Aunque un veterinario seencargara de inyectarles antibióticos, hacerlescortocircuitos arteriales, injertarles unriñón, darles hormonas y alimentarlos con carnepicada, no por ello lograría eximirlos de lamuerte. En el estado salvaje no hay águila queno vuele, en el zoológico puede haberla pero,así y todo, el águila inmortal no existe. Lasenectud es enteramente artificial, es un

137

producto de la civilización. Más aún: suduración es proporcional al grado decivilización, a la capacidad que tiene unacultura de remendar la vida de su gente y desus animales.Antiguamente se creía que un organismo añosopodría morir de vejez. Hoy se sabe que esepunto de vista era producto de la ignorancia:ya no se encuentra un solo caso de "muerte porvejez". Toda autopsia idónea encuentra algo enparticular que falló: el corazón, los pulmones,etcétera.Las causas de muerte han sido siempre deintensa especulación pero, comparativamente, deescasa investigación. Siempre ha preponderadoalgún punto de vista; vamos a referirnos ahoraa dos posiciones que en la actualidad gozan degran aceptación en los medios científicos.Una proteína es una larga secuencia deaminoácidos; puede tener algunas decenas,varios centenares o llegar a miles. A su vezlas propiedades de la proteína dependen delnúmero, naturaleza y secuencia de losaminoácidos que la componen, y todas estascaracterísticas vienen especificadas por genesconstituidos por DNA. El estudio comparativo deuna misma proteína (v. gr. la hemoglobina) en lasdistintas especies indica que una vez que laevolución dio con una receta para fabricar unaproteína que cumple una función muy valiosa (enel caso de la hemoglobina, por ejemplo, lafunción consiste en transportar oxígeno), se

138

siguió conservando celosamente el gen o losgenes que la codifican, usándolos de ahí enadelante en todas las nuevas especies querequieren de dicha función. Sin embargo, no hapodido evitar que en tantísimos millones deaños se fueran introduciendo mutaciones,transposiciones o duplicaciones en los genes y,consecuentemente, aparecieran cambios en laconstitución de la proteína que los genesespecifican. Si estos cambios fueron lobastante drásticos como para dañar la función,no es extraño que la evolución haya quitado deen medio al animal (o a sus descendientes) queportaba dicha alteración. Pero, si el cambio nodeterioró, o incluso optimizó la función, el"daño" se conservó. Estos estudios se asemejanmucho a los análisis de las palabras que, porejemplo, nos explican que hierro antes seescribía fierro, que a su vez derivó de ferrum. Peromientras hierro tiene solamente seis letras, unaproteína tiene, como decíamos, cientos o milesde aminoácidos que pueden cambiar. Cuando seenlistan las distintas versiones de una mismaproteína, por ejemplo la hemoglobina de loslemures, de los monos, de los hombres(técnicamente se llaman proteínas homólogas) enfunción de los cambios que ha ido sufriendo(como si nosotros pusiéramos ferrum fierro hierro),se obtiene una flecha proteica, paralela a laflecha evolutiva (la de la antigüedad de lasespecies biológicas que tienen esas proteínas),y que resulta ser, por supuesto, paralela a la

139

flecha del tiempo a la cual nos referimos en elcapítulo I. Ese "calendario" proteico nos llevaa preguntar por la causa de que se hayan idointroduciendo dichas alteraciones, y muchasveces —la mayoría—la causa suele ser laabundancia de radicales libres que se producendurante las reacciones metabólicas ( Cuttler,1985).En las reacciones químicas que constituyen elmetabolismo se van fragmentando moléculas, yalgunos fragmentos que poseen reactividadvuelven a combinarse con otros fragmentos o conotras moléculas. Los compuestos que así seproducen no son siempre de utilidad oventajosos para el organismo; así, losradicales libres de gran reactividad derivadosdel oxigeno son responsables de muchos de loscambios característicos del envejecimiento. Unejemplo de este efecto del oxígeno loconstituye el hecho de que las grasas de losalimentos se hagan rancias. Irónicamente, laalta concentración del oxígeno en nuestraatmósfera es un resultado de la propia vida enel planeta, pues lo fueron liberando losvegetales. A medida que transcurre el tiempo,desde la aparición de la vida en la Tierra, laconcentración de este gas fue en continuoascenso. Hay entonces una flecha de oxígeno.Por eso, en tanto progresaba la evolución, losorganismos, desde las bacterias hasta los sereshumanos, fueron desarrollando defensas contraeste gas altamente venenoso, en forma de

140

enzimas que degradan, neutralizan o detoxificana los radicales libres (superoxidodismutasa,catalasa, glutation-peroxidasa, etcétera) hastael punto de convertirse en verdaderosaniquiladores de radicales libres. Ésa es larazón por la cual, en su lucha por noenvejecer, muchos científicos ingierandiariamente píldoras de antioxidantes, talescomo la vitamina E, la vitamina C, el selenio yotros compuestos con propiedades semejantes.Muchas proteínas tienen normalmente grupos deazúcares, que les son agregados durante subiosíntesis por enzimas altamente específicas.Este proceso se llama glicosilación, y a lasproteínas resultantes se las llama glicoproteínas.Sin embargo, existe además un proceso deglicosilación al azar, mediante el cual sepegan azúcares a sitios inespecíficos de lasproteínas (reacciones de Maillard). Estaglicosilación hace que las proteínas no puedanejercer sus funciones satisfactoriamente y sepegoteen entre sí, causando severas anomalíasal organismo entero. Esta glicosilacióninespecífica aumenta con la edad y,consecuentemente, ha sido señalada como uno delos factores que deben tomarse en cuenta en elenvejecimiento. De modo que, cuando decimos quealguien es "una dulce viejecita", tal vezestemos hablando inadvertidamente del estado desus proteínas.No estamos entonces tan lejos de laAbnutzungstheorie que enunciara Weismann hace ya

141

un siglo. Al llegar a la madurez, los tejidostienen un número considerable de célulasmutadas por cualquiera de las razonesenunciadas más arriba. El organismo, a su vez,posee sistemas poderosos y eficientísimos paraquitar de en medio a células dañadas. Si unniño se infecta un dedo con una astilla, susistema inmunológico y su capacidad decicatrización reparan la herida de modo que, unaño más tarde, ya ni recuerda en qué dedo fue;esa misma lesión, en un anciano, se transformaen una falla tórpida que se prolonga, que noacaba de cicatrizar, que puede complicarse. Enla juventud, si una célula comienza a actuar enforma alocada, ya sea porque mutó o por otrasrazones, es rápidamente despachada; pero en lasenectud, incluso el mismísimo sistema dequitarlas de en medio esta también envejecido yes ineficiente. Si a los veinte años una célulasufre un daño en su mecanismo de diferenciacióny se pone a crecer como loca, es probable quelos mecanismos reguladores se pongan en juego yla eliminen, como lo harían con una célulaajena al organismo, pero a los ochenta, no sóloes mayor el número de células germinales quepueden disparar su multiplicación cuando nadielas necesita, o sufrir una falla en el procesode diferenciación y no parar de multiplicarse,sino que además, la capacidad de nuestroorganismo de resolver esta situación es muchomenor, y de ahí podría dispararse un cáncer. Sehan descrito casos de pacientes a quienes les

142

fueron implantados órganos donados por otrapersona; para evitar el rechazo se inhibiófarmacológicamente su sistema inmunitario, loque les acarreó inesperadamente y a corto plazocánceres diversos. Un anciano, por ejemplo,carece de timo funcional, órgano que en lajuventud constituye una pieza central delsistema inmunológico. Macfarlane Burnet (1971)y muchos otros han visto en la ineficacia delas respuestas inmunológicas no ya unacaracterística de la senectud sino su verdaderacausa. Como vemos, el sistema inmunológico esun arma de dos filos; es un aparato de defensaque, de pronto, se convierte en un aparato derepresión interna pero que, cuando más se lonecesita, en la madurez, empieza a tener fallasseniles.El sistema inmunitario no es el único en fallarcon la edad. El aparato circulatorio, elrespiratorio, el urinario, el muscular y todoslos órganos de los sentidos van deteriorándosea partir de la madurez en adelante. Claro queno deja de sorprendernos que el corazón de unratón de tres años sea "viejísimo" y esté enplena decadencia, mientras que el de un serhumano de la misma edad apenas está comenzandoa vivir; y es que un ratón funciona más rápidoque una persona. Tomemos por ejemplo el casodel metabolismo: el metabolismo es el conjuntode procesos químicos que se llevan a cabo en elorganismo y puede ser acelerado o desaceleradopor una serie de factores interconectados,

143

tales como la temperatura, las hormonas (lahormona tiroidea por ejemplo, la acelera), elejercicio, el estado emocional, etcétera. Unmetabolismo acelerado implica un mayor númerode procesos químicos por unidad de tiempo. Perocomo tales procesos son la base universal detodas las funciones del organismo, unmetabolismo acelerado acarrea un mayor númerode latidos por minuto, un incremento delvolumen de aire respirado, una producción mayorde orina, una ingesta alimenticia más grande,en otras palabras, un metabolismo aceleradohace que el organismo cumpla sus programasmucho más rápidamente. Así, en laboratorio,ratas tratadas con hormona tiroidea aceleran sumetabolismo y envejecen en forma veloz.Comparativamente, un ratón tiene un metabolismomás acelerado que un mono y éste, a su vez, masacelerado que un elefante, razón por la cual laduración de la vida de estos animales esinversamente proporcional a sus metabolismos.Ya Rubner (1908) había llamado la atenciónsobre ese hecho, considerando que el consumo deoxígeno por unidad de superficie corporal eraun índice de la velocidad metabólica, algosemejante, como razonamiento, a comparar laactividad industrial de los distintos paísescon base en sus respectivos consumos depetróleo per capita. Rubner advirtió que, medidapor el consumo de oxígeno por unidad desuperficie corporal, la duración de la vida delos distintos animales por él comparados es

144

casi igual. Se desprende de ello que no venimosal mundo a "durar cierto tiempo" sino a "hacercierto número de cosas". Lo que resultasorprendente es que ese "número de cosas" seatan parecido: por ejemplo, si medimos elconsumo de oxígeno por kilogramo de peso, amedida que el mamífero es más grande (ejemplo:rata, perro, caballo, rinoceronte) su consumode oxígeno por kilogramo es mucho menor; encambio, a lo largo de su vida todos ellosrespirarán unas 200 millones de veces y sucorazón laterá unas 800 millones de veces.Podríamos decir que el elefante vive más que elgato, porque tarda más en respirar sus 200millones de veces. Pero el hombre se desvíanotablemente de estas reglas: vive unas tresveces más de lo que le correspondería a unmamífero de su peso.El lector recordará que en el capítulo Imencionamos que cada vez que se realiza unproceso se disipa energía útil y se produceentropía, y que también esta entropía está dealguna manera relacionada con el desarreglo odesorden de un sistema. No le extrañará,entonces, enterarse de que algunosinvestigadores (v. gr. Sacher, 1976) en lugar deasociar la velocidad del envejecimiento de lasdistintas especies con la velocidad de sumetabolismo, creen ver una mayor correlaciónentre envejecimiento y producción de entropía.Un coche viejo ya no tiene la misma potencia,no recorre los mismos kilómetros por litro de

145

gasolina consumida, quema aceite y podríamosdecir que, comparado con su rendimiento de haceaños, se ha vuelto más inepto. Análogamente, laineptitud orgánica aparece como una medidaadecuada del envejecimiento biológico. Bajoesta óptica el envejecimiento no depende tantode cuánto se funcione, sino de cuán bien sehaga.Antes de abandonar este punto, sería adecuadoseñalar que consideramos "normal" que unanciano tenga disminuidas su audición, suvisión, su función renal, su función inmune ysu tolerancia a la glucosa. Sin embargo,consideramos "anormal" que sea diabético.Biológica y psicológicamente hablando, resultamuy difícil hacer un corte neto entre lo normaly lo patológico. Más aún: los cambios nopatológicos de la edad no sólo reflejan unproceso de envejecimiento, sino que muchasveces constituyen el sustrato fisiológico quepropicia un cambio francamente patológico. Asíy todo, hoy se considera útil tratar de definirel envejecimiento per se, el envejecimiento quepodríamos llamar "normal" de los cambiosnetamente patológicos (véase, por ejemplo, Rowey Kahn, 1987).Un organismo no depende de la función de unsolo sistema, sino de la articulación armónica detodos los que lo componen. Por eso hay quien haprestado atención al hecho de que la diferenciade velocidad en el envejecimiento de losdistintos sistemas perturba la coordinación y

146

hace al organismo ineficiente, algo así como sia un automóvil antiguo que venía conservándoseadecuadamente le colocamos de pronto un motorcero kilómetros; o como si un señor anciano quellevaba una vida de las que solemos llamarmetódicas, se pone a practicar deportesviolentos propios de la juventud. Esto noslleva a otra de las grandes correlacionesencontradas hasta ahora al comparar la duraciónde la vida de las distintas especies demamíferos: se ha descubierto que, cuanto mayores la cantidad de cerebro por unidad de pesocorporal de una especie, tanto mayor es sulongevidad. Esto tampoco nos sorprende, puesvivir y sobrevivir son resultados de unaadaptación, y el cerebro es por excelencia elórgano de la adaptación: no sólo coordina todaslas funciones orgánicas internas, tales como lapresión arterial, la respiración, la secreciónglandular, la contracción muscular, etcétera,sino que, en base a la coordinación de ladestreza, la astucia, la sensibilidad paradetectar ventajas y peligros, hace a un animalmás o menos hábil para mantenerse vivo en elmedio en el que le tocó habitar.Una manera de medir la mortalidad es determinarcuánto tarda una población en reducirse a lamitad. En la Roma antigua tardaba unos 22 años,es decir, que la mitad de los niños que nacíanen un momento dado habían muerto antes decumplir los 22 años (Walford, 1983). Alcomienzo de este siglo la cifra alcanzó los 50

147

años, y hoy en ciertos países va por los 70. Lafigura 3 muestra en ordenadas el número deseres humanos que sobreviven en función de laedad (abscisa). Analicemos la curva querepresenta la situación dominante en losEstados Unidos a principios de siglo; primero(0-3 años) hay un rápido descenso poblacionaldebido a enfermedades congénitas, infecciones,deshidrataciones y otras enfermedades de losrecién nacidos; la curva luego decrece un pocomás, debido a accidentes en fábricas y enminas, problemas gastrointestinales, tales comola apendicitis (mortal en aquel entonces) y atodo tipo de enfermedades infecciosas como lasífilis y la tuberculosis; luego la caída sehace más drástica debido a muertes típicas dela edad avanzada, tales como los accidentescardiovasculares y los tumores; la curva llegaa cero alrededor de los 90 años. La segundacurva de la figura 3 corresponde a los añostreinta de este siglo. Mejoras en el manejo delos recién nacidos, el desarrollo de la cirugíaabdominal, la seguridad industrial, etcétera,aumentaron el número de gente viva a una edaddeterminada; pero así y todo, la curva llega acero alrededor de los 90 años.

Figura 3.Curvas comolasrepresentadasen la figuraVI.3 se pueden

148

obtener también para diferentes años; enese caso, se observa que todasse describen por la misma funciónmatemática. Cuando esta función esmaximizada se obtiene la curva segmentada(máximo teórico). La línea muestra que, amedida que la medicina y las medidas deseguridad avanzan, casi todos los niños nacidosvan a poder escapar a una muerte a edadestempranas, pero que casi todos mueren entre los90 y los 100 años de edad.La figura 3 muestra también la curvareconstruida con los datos que se tienen de losromanos; como las otras, responde a la mismaecuación. Pasemos ahora a la figura 4. No esdifícil suponer que la curva del hombreprimitivo podría parecerse más a la de losromanos que a la resultante de maximizar lafunción matemática. En la figura 4 serepresenta nuevamente la curva correspondientea una sociedad hipercivilizada y a la de losromanos, tomada aquí como el mejor sustitutodel hombre primitivo, en la medida en que secarece de datos para construir su curva. Seincluye también una curva que representa unanimal salvaje, del tipo descrito en la figura2, y de una duración máxima de vida similar ala del hombre: resulta sorprendente que lacurva para estos animales se parezca más a ladel hombre hipercivilizado que a lacorrespondiente al hombre primitivo. Cabepreguntarse por qué.

149

Figura 4.La mayoríade lasespeciesanimalesestudiadaspor los

gerontólogos ha vivido en el planeta pormillones y millones de años, durante los cualesestuvo constantemente expuesta a la presiónselectiva. Las situaciones ambientales y lalucha por la vida han podido actuar durante untiempo suficientemente amplio para eliminar alos organismos cuyos sistemas inmunitarios,digestivos, glandulares, musculares o nerviosospresentaran anormalidades serias a una edadtemprana. De manera que ahora invertiremos lostérminos, y en lugar de preguntarnos por qué sepuede describir a los animales salvajes con lascurvas de sociedades hipercivilizadas, nospreguntaremos por qué no se podrá representar alos hombres primitivos con la curva de losanimales salvajes. En nuestra opinión eso sedebe a dos razones principales. Primero, porqueel hombre primitivo no duró como tal el tiemponecesario como para que la especie se depurarade individuos orgánicamente imperfectos.Segundo y principal, porque la cultura y los

150

cuidados han permitido que esos individuosfísicamente imperfectos sobrevivan.La figura 3 nos muestra que a medida que elgrado de civilización es mayor, el porcentajede individuos ayudados a sobrevivir también seincrementa: la ciencia y la tecnología permitenal hombre sobrevivir hasta un límiteprobablemente similar al que hubiera llegado dehaberse conservado en estado salvaje. Claro queeste límite sólo lo habrían alcanzado losdescendientes de individuos especialmentedotados. Es una suerte que exista la palabra"dotados" y que la frase acabe ahí, puesto quede continuarla deberíamos especificar: ¿dotadospara qué? Los antiguos espartanos, por ejemplo,arrojaban desde una roca a los niñosdefectuosos, no dotados para la guerra. Si unniño físicamente defectuoso hubiera sido, encambio, especialmente dotado en potencia parala matemática...Un eugenismo moderno noarrojaría a los niños, pero sí —probablemente—a los genes paternos capaces de procrearidiotas, espásticos, hemofílicos, etcétera, através de una oportuna advertenciaprematrimonial. Pero, otra vez, se trataría deuna selección no salvaje, sino hecha por lacultura.Senectus ipsa morbus, decían los antiguos.Shakespeare, entre otros, decía que la vejezera la última escena que termina la historia dela vida humana en una segunda infancia: sin

151

ojos, sin dientes, sin sentido del gusto, sinnada.Claro que en esas épocas se veía a los niños nocomo los vemos ahora, como una especie decomputadora con pocos programas y casi sininformación, sino como a verdaderos tarados,pero con todo, esa imagen nos pinta el panoramade la senectud. La mitología griega refiere queEos, la Aurora, hija de los Titanes, se enamoróde Titono, uno de los hijos de Laomedonte, ysolicitó a Zeus la gracia de la inmortalidadpara su marido, pero como se olvidó de pedirtambién que se conservara eternamente joven,con el tiempo se vio casada con una verdaderauva pasa. Y aquí encontramos el primer esfuerzo—si bien mitológico— por compensar los achaquesseniles mediante recursos artificiales, puesEos optó por alimentar a su esposo con laambrosía celeste, una sustancia que según latradición hacía que los cuerpos fueranincorruptibles. El esfuerzo fue vano pues elviejo Titono siguió con su interminabledecrepitud y Eos lo encerró en una habitación,hasta que los dioses se apiadaron de él y loconvirtieron en cigarra.La mitología no se detuvo ahí; nuestrashistorias y literaturas están pobladas de AvesFénix, Faustos, Ponces de León bañándose encuanto charco de Florida tomaran como probableFuente de Juvencia, Dorian Gray, y muchos otrosen busca de la juventud. La mitologíajudeocristiana tampoco se quedó atrás en el

152

tema: la Biblia nos refiere que Matusalén vivióunos 969 años, Jared 962, Noé 950, Adán 930 ySet 912. El diluvio universal no les sentó nadabien, pues el patriarca postdiluviano que llegóa más edad fue Sem, quien alcanzó "apenas" los600 años; posteriormente las edades fuerondescendiendo, hasta llegar a Isaac, que logróvivir 180, Abraham 175 y Jacob 147 años.Más adelante, la mitología se transforma en unpatetismo real que resulta de mezclarsuperstición, falsas correlaciones y datosciertos con conclusiones un tanto apresuradas.Se pensaba que los jóvenes exhalaban alrespirar un aire rejuvenecedor y había ancianosque trataban de inhalarlo... o eso diríancuando se los pescaba en pleno tratamiento conalguna señorita. En base a la viejísima teoríade los humores, se creía que el carácterjuvenil circulaba por la sangre, figura ometáfora que aún utilizamos aunque, enrealidad, más de un anciano ilusionado debehaber sufrido un choque al hacerse transfundirsangre de niños. Por otra parte, y en la mismailusión, también el injerto de extractostesticulares gozó de gran prestigio. En 1889,el famoso fisiólogo Brown Sequard se casó conuna joven, se inyectó extracto de testículos, yse sintió tan bien (con la señora) que comunicósus experiencias (con el extracto) a unasociedad científica.Ilya Ilich Mechnikov, el famoso bacteriólogoque descubrió la fagocitosis, opinó que en la

153

flora de un intestino grueso tan largo como elhumano podría haber bacterias que segregarantoxinas que, a la larga, aceleraran nuestroenvejecimiento. Sobre esta base predicó lasvirtudes de modificar la flora intestinal, y nofaltaron exagerados que trataron de conservarsejóvenes haciéndose extirpar enormes segmentosdel intestino grueso. Sin llegar a talesextremos, se cuenta que Louis Armstrong ingeríatodas las noches un laxante, sin que al parecerello provocara disonancias en su maravillosatrompeta, y que la actriz Mae West sepracticaba diariamente un enema, por lo menoshasta los 80 años. Cuestión de teorías y degustos. Ingerir miel de abejas, vitaminas E o Co alguna dieta estrambótica, o inyectarse cadatanto novocaína parece por lo menostécnicamente más sencillo. "Come poco y cenamenos" recomendaba sabiamente Cervantes, y hoyse ha comprobado más allá de toda dudarazonable que, hambreadas, varias especies deorganismos prolongan su vida hasta en un 800%.Si esta experiencia fuera aplicable al hombre,éste debería vivir unos 500 años. Ya Cicerónhabía declarado (y el avaro de Moliére lopopularizo después) que hay que "comer paravivir, y no vivir para comer". El dramaturgoGeorge Bernard Shaw era vegetariano y atribuíaa sus dietas de verduras hervidas haberalcanzado con lucidez una edad avanzada. Secuenta que en cierta cena de escritores, enmomentos en que todos se disponían a deleitarse

154

con los manjares, alguien notó que a BernardShaw le servían un menjurje inidentificable.Sin poderse contener, le preguntó: "Dime George¿eso es lo que vas a comer... o lo que ya hascomido?"Y para llegar a la lucha contra la senectud enla época actual deberíamos recordar una vez másque la abundancia de cáncer hacia el final dela vida humana llevó a mirar con sospechas alsistema inmunológico de nuestro organismo.Concretamente, hay quien opina que, alenvejecer, el sistema inmunológico no puedetener a raya a las células que mutan, y éstasempiezan a dividirse y a producir tumores.También recordaremos que en la edad madura eltimo ya no funciona como actor estelar delsistema inmunitario. Pues bien, MacFarlaneopina que habría que extirpar la mitad del timohacia los seis años de edad, guardarla ennitrógeno líquido, tal como se hace con laslíneas celulares, y cuando su dueño hayaalcanzado la edad madura, volvérselo ainjertar. Como se trataría de un autoinjerto,no habría en principio mayor problema derechazo y, por el contrario, ese órganoayudaría a resguardarlo contra la senectud y elcáncer.En resumen: la lucha contra la senectud y lamuerte ha visto aparecer las teorías y lasprácticas más increíbles. Ninguna de ellas dejade aportar cierto número de evidencias que laapoyen. Pero aquí cabe mencionar la observación

155

que el eminente fisiólogo H. M. Gerschenfeldhiciera a un no menos eminente colega, cuandoéste se jactó de haber alcanzado una edadavanzada gracias a que jamás había fumado, nibebido, ni comido nada exótico, ni exagerado enlo sexual, ni dejado de acostarse temprano:"Pero profesor —exclamó el genial Gerschenfeld—usted no vive: usted dura."

NOTAS1 El genoma es la colección de genes (recetas para fabricarproteínas) de una célula. Los genes están especificados en lasecuencia de bases del DNA (ácido desoxirribonucleico). Todaslas células de nuestro organismo, excepto las germinales (elóvulo y el espermatozoide) tienen idéntica colección de genes(idéntico genoma); a pesar de ello, algunas células leenciertas recetas y acaban siendo neuronas, otras leen ciertasotras y acaban siendo células intestinales, etcétera.

V I I . E L P A P E L D EL A M U E R T E E N L A

V I D A P

S

Í

Q

U I

C

A

El hombre es mortal por sus temores, e inmortal por sus deseos.PITÁGORAS

Las mujeres tienen una edad en que necesitan ser bellas para ser amadas, y otra en que necesitan ser amadas para ser bellas.MARLENE DIETRICH

156

Un hombre tiene la edad de la mujer a la que ama. Proverbio chino

Uno vive con la esperanza de volverse una memoria.A. PORCHIA

El espejo es el reloj más angustioso, precisamente porque no se detiene.

La gente envejece cuando abandona sus ideales.

EL HOMBRE posee una identidad simbólica que loparticulariza respecto de los demás seresvivos: tiene nombre, tiene historia, puedeteorizar y crear obras artísticas. Sin embargo,no puede vencer a la Muerte, a la que le temecomo un final ineludible, aunque este destinole resulte, así y todo, fascinante.La idea de la muerte es inherente alpensamiento humano. De acuerdo a Sócrates, "elverdadero filósofo siempre está preocupado porla muerte y el morir". Cicerón decía que"estudiar filosofía es prepararse para morir",y para Montaigne "el perpetuo trabajo de lavida es elaborar los fundamentos de la muerte".Freud, que durante muchos años de su vidaestuvo torturado por la enfermedad y la

157

posibilidad de morir (tuvo que ser operadovarias veces del maxilar superior), pensaba, noobstante, que el hombre no tiene unarepresentación de la muerte, y que por lotanto, no puede temer a algo que puedeconcebir. El temor a la muerte, sugirió, no esotra cosa que el miedo a la castración o elmiedo al abandono. Creemos, sin embargo, queaunque no podamos concebir la idea de estarmuertos, si podemos imaginar y temer laexperiencia de morir. Más, aun: podríamos decirque toda la actividad humana es, en granmedida, un modo de negar la fatalinevitibilidad de la muerte.Freud estaba, por supuesto, imbuido en generalde las ideas de su tiempo, como científico, másespecíficamente, recurrió a los conceptos devida, muerte, equilibrio y energíaprevalecientes a fines del siglo XIX y comienzodel XX, a los que nos referimos en el capituloI. Sus trabajos revelan un esfuerzo tenaz paraadecuar sus observaciones clínicas y susmodelos teóricos a las concepciones de labiología finisecular. Hoy, casi un siglodespués, cuando tenemos nuevas perspectivasacerca de la vida, la muerte, el equilibrio ylas restricciones ( ver capítulo I) seríaoportuno estudiar sus ideas sobre la relacióndel aparato psíquico con el tiempo y la muertea la luz de la nueva información.Los científicos del siglo XIX introdujeron delleno la variable tiempo en las explicaciones de

158

la naturaleza. Comenzaron entonces a predominarlos modelos dinámicos, en los que una causa,mediante un proceso, da origen a un efecto;sólo quedaba buscar las fuerzas que llevaban acabo dichos cambios. Por su parte, lapsicología consideró que el instinto es unesquema de comportamiento heredado, propio deuna determinada especie animal, y según el cualuna fuerza lleva al organismo a desplegarconductas adecuadas para mantener su vida y lade su especie. Esta idea fue tomada por elpsicoanálisis, que introdujo el concepto depulsión, considerada como la forma humana delinstinto.De acuerdo a la Weltanshauung de su época, Freud definió las pulsiones como factores energéticosque hacen que el organismo tienda a un fin; pensó que tienen su origen en fuentes corporales, y su finalidad es suprimir un estado de tensión. Ahora bien, para lograr ese fin, las pulsiones necesitan de objeto. Veamos un ejemplo: en la pulsión de conservación, la fuente de la tensión es la hipoglucemia o las contracturas gástricas, el fin es apropiarse del alimento para suprimirla, y el objeto es quien proporciona el alimento, en este caso la madre o un sustituto. La pulsión aparece entonces en la psique bajo la forma de deseo.1

En el capítulo I se señaló que a fines delsiglo XIX y principios del actual se cometía elerror de considerar a los organismos comosistemas aislados y en equilibrio que, por lo

159

tanto, cuando eran perturbados, tendían areequilibrarse relajando tensiones. Laquintaesencia de la salud era el equilibrio. Enconcordancia con esas ideas, Freud postuló laexistencia de un principio2 del placer por elcual, en las distintas situaciones de su vida,el sujeto tiende a relajarse disminuyendo latensión. Sin embargo, encontró en su prácticaclínica una serie de conductas que no seavenían con este principio: la compulsión derepetición, mecanismo que se da típicamente en lasneurosis traumáticas, y las situaciones deagresión, sadismo y masoquismo, comunes en lasdepresiones y neurosis obsesivas. En laneurosis traumática, por ejemplo, el sujetotiene una y otra vez la misma pesadilla quereitera una situación atormentadora, y Freud noveía cómo explicar este proceso del aparatopsíquico en base a un principio del placer. Peoraún, encontraba casos en los que un sujeto sesolazaba en autoflagelarse, o en causar dolor asu pareja sexual; pensó que esto estaba más deacuerdo con una tendencia a la destrucción y ala muerte. Pero morir, además de impedirobviamente el proceso tan enormemente delicadode la vida, y hacer regresar al sistema a unnivel orgánico jerárquicamente inferior, esademás un regreso a niveles inorgánicos. Enaquellas conductas destructivas, repeticióntraumática, agresión, sadismo y masoquismo,Freud sospechaba entonces la existencia de unapulsión de muerte.

160

Por eso, en Más allá del principio del placer, Freudafirmó que "si admitimos que el ser vivoaparece después de lo inorgánico y deviene deél, la pulsión de muerte coincide con la nociónde que el instinto tiende a regresar a unestado previo". Pero, suponer que losindividuos tienen una pulsión de muerte implicaaceptar que mueren necesariamente por razonesinternas. En esa obra, Freud sostenía que lapulsión de muerte tiene un origen autónomo,opuesto a la pulsión de vida, y por lo tanto,empezó a postular desde entonces que existíandos entidades: pulsión de vida y pulsión demuerte, principios universales que regirían loseventos biológicos, sociológicos, psíquicos eincluso cósmicos. Afirmó que las pulsiones soninnatas, predeterminadas, sus fines son fijos ytienden a hacer regresar al sujeto a un estadoanterior. Pero si bien su postulación de lapulsión de muerte tiene fundamento en razonesde orden psicoanalítico, Freud relaciona noobstante ese concepto con las concepcionesbiológicas y filosóficas de su época.Las concepciones biológicas de fin de sigloestaban dominadas por la idea de homeostasis. Losfisiólogos sostenían que los organismos parecenestar dotados de mecanismos que mantienen laconstancia de sus parámetros fisiológicos; silos hidratamos entrarán en juego mecanismos quedesencadenarán una diuresis, si lesrestringimos el agua otros mecanismos lesproducirán oligurias; y así, cuando les subimos

161

experimentalmente la glucemia el páncreas labajará, y si se la bajamos, las suprarrenalesse encargarán de volvérsela a subir. Freud, quepor supuesto no ignoraba estas ideas, propuso asu vez un principio, según el cual el aparatopsíquico tiende a mantener una cantidad deexcitación constante: lo llamó principio deconstancia, y estaría regido por una nocióneconómica. A partir de ahí describió aldisplacer como un aumento de tensión ante elcual el aparato psíquico reacciona descargandoel exceso de energía. De acuerdo a otroprincipio, el de Nirvana, que en realidad yahabía sido propuesto por Barbara Law, entendióque habría incluso una tendencia a reducir acero la excitación en el aparato psíquico.En el capítulo I, al discutir los distintosmodelos que fueron aplicando los biólogos a lolargo de los siglos XIX y XX, mencionamos quelas ideas de constancia y de estadoestacionario no daban cuenta de una de lascaracterísticas más importantes de la vida ennuestro planeta: la evolución hacia niveles máscomplejos y elaborados, desde el huevofecundado hasta el adulto, y desde losprimitivos organismos unicelulares hasta elhombre. No sorprende, entonces, que tampocoFreud se haya encontrado acorde con unaconcepción del funcionamiento del sujeto que, alo sumo, permitía entender la preservación deun estado ya logrado, pero que,correlativamente, impedía entender el progreso.

162

Tal vez por eso Freud describió en 1937 lapulsión de vida como una tendencia a ligar energía,construyendo entidades más y más complejas quedarían cuenta de la evolución, mientras que reservó elnombre pulsión de muerte para designar la tendenciaa disolver complejidades y destruir objetos."¿De qué muerte habla Freud en su teoría de lapulsión de muerte? ¿Implica el deseo de muerte?¿O más bien la muerte del deseo? ¿Resulta lamuerte de un impulso agresivo yautodestructivo? ¿O será en cambio un estado deapatía, o tal vez de incontenible violencia? ¿Oserá quizás una tendencia al Nirvana? ¿El'cero' de la muerte corresponderá a unaausencia de estímulos, o a una sobresaturaciónde ellos?" (Pontalis. 1981). Tales preguntasfueron recogidas por Klein (1932), quienvinculó la pulsión de muerte con la agresión ycon el narcicismo, y por Aulagnier (1976), quela equiparó con la muerte del deseo y eldesinterés hacia los objetos.Klein (1962) define las primeras operacionespsíquicas del bebé como una respuesta a unaamenaza de muerte hecha por objetos; convienerecordar que en teoría psicoanalítica lapalabra "objeto" designa a toda entidad delmundo interno o externo que tenga importanciapara el sujeto. Al bebé, de acuerdo a Klein, leaterra la posibilidad de ser aniquilado, demodo que la agresión aparece primariamenterelacionada a la autopreservación: el bebésiente el desamparo como una amenaza de muerte,

163

como una agresión. Luego, el niño proyectaráesta agresión sobre el mundo exterior y,correlativamente, la temerá como si la agresiónproviniera de una fuente externa. Para Klein,entonces, la pulsión de muerte revela unimpulso agresivo y una intolerancia innata a lafrustración.Otros autores kleinianos, como Bion (1957) yRosenfeld (1964), encontraron incluso unaconexión entre la pulsión de muerte y elnarcicismo, que es, en esa perspectiva, unatendencia a evitar el reconocimiento de que unono es omnipotente sino que, por el contrario,depende de objetos externos sin los cualespodría morir; esta dependencia resultaintolerable, por lo que el sujeto se vuelvehacia sus propios objetos internos idealizados.A pesar de que el bebé humano viene al mundo enun estado de desprotección, y de que estavulnerabilidad dura varios años, lo común esque los padres deseen que sobreviva y atiendana sus necesidades. Esta atención, y la forma enque le es brindada, insertan al niño en unacultura en particular, y lo van transformandoen un ser humano adulto, pero, por supuesto,esta atención no consiste en satisfacer todos ycada uno de los deseos infantiles. Humanizarseimplica también entrar en conflicto con elhecho de que el niño no es el único objeto deldeseo de la madre. Como se dijo en el capítuloIV, para Lacan (1970) el sujeto humano estáconstruido a través del lenguaje que le es dado

164

por otra persona, pero es la pérdida del objetolo que inicia al niño en el proceso desimbolización; las palabras, ya se indicó,designan objetos cuando éstos faltan, y esprecisamente su pérdida lo que introduce alniño en el proceso de simbolización. El nombredel padre, que representa la ley en sentidogenérico, regula el vínculo entre la madre y elniño, poniendo un límite a su satisfacción.Así, la paternidad está vinculada a larestricción, a la muerte y a la ley.Con postulaciones semejantes a las de Lacan, P.Auglanier considera que la pulsión de vida estáligada no sólo al desear, sino al desear tenerdeseos; en cambio, la pulsión de muerte aparececorno un deseo de no desear. Pero conviene tener encuenta aquí que, para que los deseos alcancensu fin, se necesitan objetos: que el sujeto seinterese por conectarse y trate de vincularsecon otras personas. En cambio, cuando predominala pulsión de muerte, los objetos parecenprescindibles, no hacen falta, pues no hay nadaque se desee conseguir. Más aún, consideradosdesde la quietud propia de la pulsión demuerte, los objetos son incluso peligrosos,porque pueden provocar deseos.Ya se ha señalado que Freud acuñó la fórmulapulsión de muerte después de haber observadosituaciones que están "mas allá del principiodel placer" (depresiones, neurosis traumáticas,compulsiones de repetición). En cuanto a estaúltima, la compulsión repetitiva, la describió

165

análogamente a un juego de su nieto, el juegodel Fort-da, que luego se hizo famoso en laliteratura psicoanalítica; el niño arrojabalejos de sí un juguete atado a una cuerda y lovolvía a acercar, mientras decía "o-o-o" y"Da". Como el niño jugaba cuando la madreestaba ausente, Freud interpretó esta actividadcomo una tentativa del niño por controlar susobjetos a través del lenguaje. De ahí deduceque la compulsión de repetición hace posibleelaborar la experiencia traumática, en estecaso la ausencia de la madre. Dicho de otromodo, el niño trataba de no sufrir pasivamentelas apariciones y desapariciones de la madre,para lo cual, recurriendo a sus capacidadesmotrices y comunicativas, lograba que elcarretel, al alejarse y acercarse, lepermitiera ser el autor del acercamiento yalejamiento de la madre, y representar asíestos vaivenes mediante palabras (Fort y Da eneste caso).De aquí en adelante, el destino del niñodependerá de su inserción en el nuevo conjuntode normas y restricciones que constituyen lacultura en la que ha nacido. "El hombre eshombre si es reconocido como tal por los otroshombres... Educando a su hijo, los padresubican en él la propia conciencia (Gewordenes) ygeneran su muerte" (Hegel, 1966).Nuestra cultura interpreta el mundo en términosde tiempo y espacio. Una vez que nos hemosubicado en ella, con un tiempo que "fluye" del

166

pasado al futuro, la experiencia nos dirá queeste futuro contiene nuestra muerte. El dolorcausado por esta visión mueve a la mente agenerar modelos e ideas mediante las que semitiga de alguna forma la angustia de muerte;desde los tiempos de los hombres de lascavernas, que mantenían "vivos" a sus muertostiñéndoles los huesos de rojo, la angustia demuerte mueve a la mente a generar artificioscon el fin de que el sufrimiento se atenúe dealguna forma. "Escapar a la muerte ha sido elnúcleo de las religiones" (Unamuno, 1953).Hoy, que las promesas místicas ya no resultanverosímiles, los modelos religiosos son menoseficaces para apaciguar la angustia. Enrelación con ello, Macfarlane Burnet (1978)sostiene que tal vez el problema humano másimportante es la actual remoción de todo apoyocientífico y filosófico a la creencia de lapersistencia personal después de la muerte,porque aun las personas que no tienen creenciasreligiosas buscan permanecer en el mundo através de una identidad simbólica: cada hombredesea dejar su nombre perdurando en sus hijos,en sus obras, en su recuerdo: "Debemos plantarun árbol, tener un hijo y escribir un libro",reza la sabiduría popular.Conviene recordar sobre este aspecto el ejemplodado en el capítulo I: los hombres fundaban unpoblado y creaban una civilización obligando alas aguas del río a circular encauzadas por lasrestricciones de la hidrodinámica y manejando

167

el flujo eléctrico a través de circuitos con elsentido que rige la electrónica. Al serinsertado en la cultura, el recién nacido esforzado a transitar un camino de restriccionescivilizatorias que otro —la madre— desea paraél. Al rescatarlo de una muerte prematura einiciarlo en dicho camino lo transforma deindividuo en sujeto. La cultura puede entoncesser concebida como un conjunto de restriccionesque, a un nivel supraindividual, condiciona larelación madre-hijo.Las restricciones en la satisfacción llevaránal niño, a través del camino de la alucinacióny la decepción, a ponerse en contacto con unmundo más real y le enseñarán a satisfacer, encierta medida, sus apetencias biológicas yemocionales: la interdicción lo coloca en unmundo de deseo, de búsqueda del objeto perdido.Este deseo, tan inconsciente comoindestructible, será el fundamento de sucreatividad y de sus logros culturales. Lo quees específicamente humano, el deseo, es lo queestá más allá de la satisfacción de lasnecesidades biológicas.Las fantasías de muerte y ciertas situacionessadomasoquistas que habían llevado a Freud apostular la pulsión de muerte podrían serexplicadas prescindiendo de esta hipótesis. Sibien es verdad que la falta de ser, el duelo yla muerte son nuestros compañeros constantes,esto no quiere decir que sean buscados por elhombre. Saber que la muerte nos espera en el

168

futuro es una cosa, tender a ella por causasendógenas es algo diferente.Pero la pulsión de muerte adquiere unaimportancia particular como teoría cuando lavinculamos tanto con la represión como con lacompulsión repetitiva y con la aparición deldeseo inconscientes. Desde el punto de vista delas restricciones, la represión desempeña en lavida psíquica el mismo papel que cumplen lasrestricciones en el plano de la biología (campoen el que regían y permitían describir lasdinámicas [leyes] de cada nivel organizativo).Desde esta perspectiva, la pulsión de muertegenera la vida específicamente humana y eltiempo del hombre, que se apoya en la noción defuturo, de perspectiva, de esperanza desatisfacción de un deseo. El deseo, podríadecirse metafóricamente, es la presencia delfuturo en el presente, de algo que aun no serealizó. Es la presencia de una ausencia.Es más, el deseo crea una perspectiva futura ypone al sujeto en movimiento perpetuo en buscadel objeto perdido e inencontrable, si ello esexpresión de una compulsión repetitiva, tambiénexpresa la necesidad de repetir la búsqueda apesar de que sea infructuosa. En lugar deencontrar el objeto perdido, el sujeto va acrear nuevos caminos para su actividad, talescomo el desarrollo de nuevos conocimientos, dela ciencia, de la tecnología, de nuevoshorizontes estéticos.

169

En resumen, cuando el bebé nace, no se lo dejalibrado a sí mismo, sino que se le cría y se leatiende de una manera determinada, que incluyeel amor y la constante preocupación maternalpor su bienestar y alegría. Durante ciertoperiodo el bebé se considera uno e indivisiblecon su madre. Más aún, él siente que colmatodos los deseos maternos. Pero la crianza y laeducación representa también un conjunto derestricciones con sentido que van insertando alniño en una cultura. La represión ligada a lasfunciones normativas de la paternidad impideque se realicen tanto las fantasías infantilesde fusión con la madre como la fantasíaedípica. Pero no por eso estas fantasíasdesaparecen, sino que permanecen como deseosinconscientes. Estos deseos hacen que el hombrebusque luego el pasado en el futuro. Sinrepresión, el hombre vivirá la vida biológicade la especie (Brown 1977); pero ello no se dade tal modo, pues la pérdida y la ley sirven depunto de partida para la simbolización, laestructuración del principio de realidad y laformación de las instancias psíquicas (el yo yel superyó). Las restricciones transforman lacompulsión repetitiva (insistencia en labúsqueda del objeto perdido) en historia humanacon sucesos, frustraciones y formación defamilias y sociedades.

NOTAS

170

1 S. Watanabe [1966] expuso matemáticamenteel papel que desempeña el deseo en lageneración de una flecha del tiempo en sistemascapaces de disminuir su entropía recordemos —capítulo I— que un sistema biológico es capazde disminuir su entropía y organizarse aexpensas del medio.2 Principio es, en psicoanálisis, un modo dedesignar las maneras en que opera el psiquismo.

-------

171

V I I I . C Ó M O S E V I V E NE L T I E M P O , E L E N V E JE C I -M I E N T O Y L A M U E R T E

La vejez es la edad de emprender aquellas tareas que habíamos esquivado en la juventud porque nos hubieran llevado demasiado tiempo.W. SOMERSET MAUGHAM

Envejecer no es más que una costumbre que el hombre ocupado no tiene tiempo de adquirir.A. MAUROIS

Fiera/venganza la del tiempo/que muestra destrozado/lo que uno amó.E. SANTOS DISCÉPOLO

La vejez no es soportable sin un ideal o un vicio.A. DUMAS, hijo

No creo en la muerte de lo que se ama, ni en laexistencia de lo que no se ha amado. MACEDONIOFERNÁNDEZ

172

DE LO expuesto hasta aquí acerca de la nocióndel tiempo conviene resaltar ahora trescaracterísticas fundamentales:1) Gracias a la ejecución de un programagenético, el bebé nace con un cerebro que tienesus circuitos neuronales y sus sistemas deseñales eléctricas y químicas esencialmentecompletos. Sin embargo, para que ese bebé setransforme en sujeto, se humanice, debe seratendido y amado por su madre, quien a su vezes miembro de una cultura con una actitudparticular para con los niños, una organizaciónfamiliar y social, un lenguaje y una noción deltiempo. Un amante de la computación podríadecir que, mientras que los genes se encargandel hardware de la computadora biológica, lasmadres y la sociedad se encargan de instalarlebuena parte de sus programas.1 De modo que laprimera de las tres características de lanoción temporal es que ésta no parece sercongénita ni parece instalarse súbitamente odurante un momento particular de la vida, comosería el caso de la dentición o de la pubertad.2) La segunda característica de la nocióntemporal es que va cambiando con la edad ymaduración del sujeto, desde el recién nacidoal preescolar, al adolescente, al adulto joven,al hombre maduro y al anciano.3) Finalmente, la tercera característica dela noción temporal que queremos resaltar aquíes que el sujeto ha ido cambiándola a lo largode las distintas etapas de la historia. Así, un

173

griego pensaría quizás que el tiempo constituyeuna enorme flecha curva que completa un ciclo yse repite al cabo de unos cuantos miles deaños; un cristiano medieval diría tal vez quese trataba de una flecha lineal que, arrancandodel Génesis, pasó por Cristo y acabará el díadel Juicio Final; en cambio un antropólogo dehoy en día opinaría que, mientras un homínidoprobablemente abarcaba apenas el presente que aél le tocaba vivir, un cosmólogo moderno haaprendido a datar los sucesos desde que elUniverso comenzó con una hipotética GranExplosión.Consecuentemente, el modo de concebir la muertetambién cambia desde el bebé hasta el adulto, ydesde la Antigüedad hasta nuestros días. Eneste capítulo describiremos entonces en quéconsistieron dichos cambios.A partir del modelo de la formación de lapersonalidad que expusimos en los capítulos IIIy IV, uno de los primeros encuentros del reciénnacido con la muerte se da en su inicial ydesesperada búsqueda de aire. Pero ahí no acabatodo: Melanie Klein sostiene que, como en losprimeros meses de vida las emociones son muyintensas, totales y primitivas, la más tempranavivencia del bebé es la de un terrible miedo aser aniquilado por objetos que lo persiguen yatacan. Puesto que los mayores intereses delniño giran alrededor de la alimentación y loque la rodea, los fantasmas que lo atemorizan

174

son también de naturaleza oral: miedo a serdevorado, envenenado o despedazado.En los primeros años de vida tanto lasseparaciones como la frustración de los deseoseróticos hacia los padres (exclusión edípica) olas fantasías de castración pueden dar lugar auna angustia reminiscente de la muerte. Pero elcomienzo real del conocimiento de la muertecoincide con el inicio de la capacidad desimbolización, alrededor de los dos años. Paraun niño de uno a tres años, la muerte equivalea "partir". Por otra parte teme a los muertos,a su retorno y a su venganza, igual que loshombres primitivos. Los niños no ven a lamuerte, por lo tanto, como algo inherente a lavida o al curso de los acontecimientos, sinoque la relacionan con hechos de violencia oaccidentes. Para un niño, la muerte es siempre la muertede otro. La noción de muerte personal apareceentre el quinto y el noveno año de vida; sóloalrededor de los diez años la muerte escomprendida como una disolución corporalirreversible, de modo que a partir de esemomento la concepción infantil ya es semejantea la del adulto (Meyer, 1975).Los niños adquieren el concepto de futuro unavez que salen de la latencia2 y, al llegar a laadolescencia, ya están inmersos en unaconcepción de la vida por venir. Los propioscambios en la imagen corporal del adolescentele proporcionan una imagen o una vivencia deperspectiva personal que lo incitan por un lado

175

a independizarse de su familia y, por otro, arecrear los vínculos edípicos en un nuevocontexto exogámico: de pronto descubre que elmundo está poblado de chicas o chicosatractivos. El adolescente se maneja entérminos lógicos con el concepto de futuro, ysuele ser el depositario de los deseos decambio y de progreso de la sociedad. En estemomento puede, por primera vez, considerar suvida como algo que transcurre en la historia deun universo, con un principio y un fin. Confrecuencia entra en conflicto con el mediofamiliar, que lo consideraba un continuador, yque no se resigna a verlo distanciarse. Lahostilidad y diferenciación con los padres lepermite separarse e individualizase en sumanera de concebir a la vida y al mundo, yestablecer relaciones propias. Tal vez no hayaotro momento en la vida como la adolescencia enel que el pasado parezca tan lejano, y elsujeto esté tan pendiente del presente y delfuturo.En este periodo se manifiesta, con máximafrecuencia, la esquizofrenia; abundan lossuicidios y se atraviesan las primerassituaciones en las que el individuo seencuentra sin apoyo familiar, solo frente almundo y a las metas que le impone un Ideal delYo que acaba de forjarse. Si acaso existe unadistancia exagerada entre las aspiraciones ylas posibilidades del sujeto, el conflicto

176

puede ser muy intenso y tener un desenlacefatal (Lifton, 1979).El joven adulto, a su vez, no tiene en generalla conciencia de muerte que tiene eladolescente. Tal vez el compromiso asumido conlos grandes temas de la vida hace que la muertequede de lado. Por tal situación, el tiempocristaliza como una categoría simbólica y elsujeto puede concebir su vida como un devenirincluido en otro devenir más amplio: el de ununiverso en evolución.La noción de la muerte personal e inevitableaparece, junto con la de la temporalidadpropia, entre los 35 y los 40 años. Laposibilidad de aprehender una y otra en sudimensión de finitud e irreversibilidad suponeun largo y complejo proceso, en el cual lanoción de muerte se transforma de una ideaabstracta en un problema personal ( Jacques,1965). Eso hace que la concepción de la propiavida como un tiempo que se tiene por delante,con sus planes y posibilidades, cambie de seruna perspectiva indefinida y abierta a tener unconocimiento de los límites y de la mortalidad.Este proceso implica una dolorosa reelaboraciónde la imagen de la propia castración y lleva auna consideración más madura de la problemáticahumana en general, dramático instante que hasido denominado "la crisis de la edad media dela vida".Jacques (1965) investigó la creatividad depersonas de genio, y concluyó que a los veinte

177

años y al comienzo de los treinta tiende a serfácil, intensa y exaltada: la mayor parte de laelaboración, además, parece ser realizada demodo inconsciente, lo que disminuye la cantidadde esfuerzo consciente que puede intervenir.Por el contrario, la creatividad de los añosposteriores incluye un gran paso elaborativoentre la inspiración y el objeto terminado.El cambio que se produce en la adultez tieneque ver con un contenido vivencial denaturaleza filosófica, cuyas característicasllevan a producir obras más reflexivas, a vecesmás tolerantes, en lugar de las espontáneas ymás libremente radicales de la primera fase. Asu vez, el idealismo juvenil se vincula por unlado con la negación de la muere eventual y porel otro, con la falta de reconocimiento de lapresencia de emociones agresivas tanto en elsujeto mismo como en los otros sujetos. Encambio, la adultez admite y asume la existenciade limitaciones personales y también la finitudde la vida propia y de la de los seresqueridos. Por ello, la patología más frecuenteen relación con el choque con tales límites esla depresión: la conciencia de que el lapso porvivir se acorta da lugar a un sentimientofuertemente subjetivo de que el tiempotranscurre de prisa. Por ello, el adulto tiendea reestructurar la vida en términos de tiempo porvivir y no a partir del nacimiento (Neugarten,1970), pero el miedo a la muerte aparece bajo

178

la forma de temor a las enfermedades y a lavejez.Hoy los ancianos ya no son considerados comolos depositarios de la sabiduría y de lahistoria, y la velocidad con que se producenlos cambios tecnológicos, culturales ygeográficos tiende a dejarlos de lado. A suturno, los jóvenes se alejan de los ancianos envirtud del temor y la culpa que inspiran lamuerte y los que, virtual o concretamente,están cerca de ella.Así como para el niño la muerte es siempre lamuerte del otro, para el adulto maduro la muerte delotro siempre refiere a la propia. En cuanto a los rasgosde la vejez, empecemos por decir que su basepsicobiológica es la disminución significativade la capacidad física, a lo cual se une laconciencia de una mayor cercanía de la muerte,sin contar con la pérdida del trabajo, de laposición económica, de amigos y familiares.Desde una experiencia tanto religiosa comopsicoanalítica podría decirse que una buenaelaboración de los duelos es necesaria parahacer frente a esta época de la vida en la queel tiempo subjetivo, al cortarse sensiblemente,sobre todo en los periodos largos comoestaciones o años, confiere mayor dramatismo alsentimiento o a la realidad de las pérdidas.Otro elemento que debe tenerse en cuenta alconsiderar la concepción humana de la muerte esel factor de ritualización, tan importante entoda sociedad. Así, a la mentalidad primitiva

179

le era difícil imaginar que la muerte acabaratotalmente con la actividad física yespiritual.Cassirer (1951) dice, por ejemplo, que: "Laidea de que el hombre es mortal por naturalezay esencia parece extraña por completo alpensamiento mítico y al pensamiento religiosoprimitivo. Se afirma que estamos inclinados acreer que tiempo y espacio son conceptosinnatos al pensamiento humano. No es así parala mentalidad primitiva. Mientras que para lametafísica se debe probar la subsistencia delalma después de la muerte, en el curso naturalde la historia del espíritu humano la relaciónes inversa: no se debe demostrar lainmortalidad sino la mortalidad".El hombre del México antiguo por ejemplo noparecía temerle a la muerte sino a la vida, quele resultaba difícil, azarosa y llena deincertidumbres. A este conjunto deincertidumbre y fatalidad se le llamaba:"Tezcatlipoca", que era un verdadero demonio oun dios de la desgracia. Mientras que, para loscristianos, la resurrección a un goce o a unsufrimiento eterno depende de haber llevado ono una vida piadosa, el mito mexicano, por elcontrario, no aplaza el castigo para después dela muerte sino que expone al hombre la angustiadurante su vida terrena. Este sentimiento,asociado a la vida, hacía que los mexicasllamaran al niño recién nacido "prisionero dela vida" (Westheim, 1983). La muerte ponía, por

180

lo tanto, fin a una situación de dolor en lavida, concebida como una sucesión decatástrofes. La religión prometía unafelicidad: la de morir para servir a losdioses; en consecuencia, la muerte era paraellos el principio de la existencia verdadera yTláloc, dios de la lluvia, recibía en elparaíso terrenal a los que habían sufridodurante su vida. Ahí renacían, transformados enotros.Desde tiempos remotos, el hombre se ha negado aaceptar la muerte y el sexo como hechos de lanaturaleza. La necesidad de mantener las reglasdel orden social llevó a la comunidad aprotegerse de estas fuerzas incontrolables.Así, el éxtasis amoroso y la agonía de lamuerte fueron objeto de una normatividad quetrató de encauzarlos. Por lo tanto, secomprende que el amor y la muerte constituyeranpuntos débiles del sistema social, en virtud deque en ambos fenómenos lo natural es tanintenso que aparece o es sentido comotransgresión (Bataille, 1957). Por eso losrituales, las prohibiciones e incluso laadoración de que la muerte fue objeto a lolargo de siglos daban al hombre cierta ilusiónde dominio sobre ella. Una de las ilusiones másdifundidas tenía como núcleo la negativa acreer que la vida humana terminaba en elmomento en que se producía la muerte biológica.Tan antigua es esta creencia que hay evidenciasde ella en tumbas del periodo paleolítico. En

181

cuanto a épocas históricas, los restos halladosen cementerios cretenses y romanos indican quelos muertos eran temidos y reverenciados;posiblemente dentro del universo pagano se lesatribuían poderes mágicos y por ellopeligrosos.El cristianismo adoptó esas viejas ideas desobrevivencia del alma, llevándola hasta laeternidad (1 Ts: 4, 13-18). A la muerte física,para tal doctrina, seguía un reposo, necesariopara aguardar la resurrección en otro mundodiferente y superior a este. Los muertos eranenterrados cerca de las tumbas de los santospara que estos cuidaran su sueño, el que podíaser perturbado si el muerto había sido impío, osi sus sobrevivientes lo traicionaban, caso enel cual, no pudiendo descansar, volverían almundo de los vivos. Para controlar los peligrosde su retorno, se instalaba a los muertos en elcentro de la vida pública. Pero a pesar detodos esos rituales, de ser considerada como unfenómeno natural, la muerte estaba ligada a ladesgracia y al mal. El cristianismo, porejemplo, derivaba el sufrimiento, el pecado yla muerte en este mundo del pecado original,(Gn 3, 16-19) uno de los núcleos explicativosmás poderosos de la historia de nuestracivilización, quizá porque relaciona laconstante presencia del mal con la naturalezadel hombre. Durante varios siglos, entre laEdad Media y el siglo XVIII, la actituddominante frente a la muerte era de espera

182

tranquila, familiaridad y resignación. Aries(1981) la llama "la muerte familiar o domada".Una muerte no era un drama personal sino queinvolucraba a toda la comunidad. Estafamiliaridad con la muerte resultaba de unaconcepción colectivista del destino humano.En los medios ricos o ilustrados comenzaron amodificarse ciertos criterios frente a lamuerte, y surgió una actitud que Aries (1975)denomina como "muerte propia" o la "muerte delsí mismo" . A partir del siglo XI-XII aparecenmodificaciones sutiles en los hábitos, que irándando un nuevo sentido, más dramático ypersonal, a la previa familiaridad que tenía elhombre con la muerte; por ejemplo, semanifiesta un inocultable interés por lasimágenes de descomposición de los cadáveres y,por otra parte, el rito mortuorio adquierealgunas particularidades funerarias que lopersonalizan, es decir, que empieza a tenerimportancia el muerto como individuo quedesaparece y no sólo como vehículo o expresiónde la muerte en general.Comienzan también las representaciones de todotipo, pictórico y teatral, del Juicio Divino alcabo de la vida de cada hombre.Complementariamente toma forma el deseo de noser mortal, lo que lleva a concebir un "másallá" que podía ser conquistado mediante rezosy misas. En esta época —segunda mitad de laEdad Media— el hombre consolidó la noción deque existía una división entre un cuerpo mortal

183

y un alma inmortal. Por cierto, esta noción fueaceptada cada vez más, hasta ser casi universalen el siglo XVII (Jankelevitch, 1966). En lo querespecta a los ritos fúnebres de este periodo,uno de los elementos más notables era lacobertura del cadáver; y por otra parteproliferan los testamentos muy elaborados.El modelo de la "muerte del sí mismo" tuvovigencia hasta el sigloXVIII. Sin embargo, ya a partir del siglo XVIhubo novedades y cambios profundos tanto en lascostumbres como en la imaginación de la época:la muerte, de familiar y domesticada, se vatornando violenta y salvaje; ya no es tanremota, se vuelve fascinante y origina unacuriosidad erotizada (danza de la muerte).En el siglo XIX, el romanticismo, que exaltabapor igual pasiones violentas y emocionesdesbordadas, tuvo una visión dramática de lamuerte. Aparecieron en escena el dolor y ladesesperación frente a la muerte del otro, delser amado y, por lo tanto, la familia nuclear ylos sentimientos de sus miembros pasaron a sermuy importantes por cuanto la familia asíentendida reemplazaba a la comunidadtradicional. Junto con estos desplazamientoscobra importancia el concepto de privacidad,característico de los vínculos de la familia yemanados de ellos. En este marco, el otro estan próximo que su muerte desencadena emocionesdolorosas e incontenibles. La muerte esexaltada, se la considera terrible pero

184

hermosa, y deja de estar asociada al mal, cuyaexistencia empieza a ponerse en duda. Lacreencia de que existe un infierno, y de quehay una conexión entre muerte y pecado, que yahabía empezado a ser cuestionada en el sigloXVIII, declina a principios del XIX, aunque nodesaparece del todo. Los católicos, porreferirnos a un grupo sensible a este proceso,empiezan a entender la idea de "purgatorio"como paso a cierta purificación, al cabo delcual la vida en el "más allá" deviene GloriaEterna, en lugar del Sueño Tranquilo. En elsiglo XIX el otro mundo es el lugar de reunióneterna de aquellos que han sido separados porla muerte.Actualmente domina en los paísesindustrializados una concepción que puededesignarse "muerte invisible" y que ha llegadotambién a los países en desarrollo (Gorer,1965). A partir de la primera mitad de nuestrosiglo la muerte comienza a desaparecer de lavida pública; el que va a morir no lo sabe demanera explícita, el duelo se rechaza. Hay unainterdicción en torno a la muerte, semejante ala que se daba en otros momentos frente a lasexualidad. Así, la sociedad, tan activa a esterespecto en otros momentos, deja de tenerparticipación en los rituales fúnebres, no sólodesinteresándose del moribundo sino tambiénabandonando el muerto a su familia. En épocasanteriores, el que iba a morir lo sabía, tomabasus disposiciones, se despedía de sus seres

185

queridos y presidía, incluso por anticipado, laceremonia de su muerte. Hoy en día se niega lainformación al enfermo, convirtiéndolo de estemodo en un niño que no se entera de su propiodestino. Esta conducta se debe al deseo denegar la existencia de la enfermedad y lamuerte, a la incapacidad de tolerar la muertedel otro, y a la firmeza de las relaciones dela familia, que toma sobre sí laresponsabilidad del destino de sus miembros. Deesta forma se procura proteger al que va amorir, al precio de impedirle la comunicaciónabierta y la espontaneidad de los últimosmomentos.Mucho más recientemente, la participación de lafamilia en la muerte de uno de sus miembros seve muy acotada o desaparece casi del todocuando el enfermo es hospitalizado (Thomas,1975). Los adelantos de la medicina han dadopopularidad al hospital como único sitioadecuado para el que va a morir, aunque elrecurso de la hospitalización también se debe aque las familias actuales difícilmente puedenhacerse cargo del cuidado de un enfermoterminal. Pero además, y sobre todo, elhospital coloca a la muerte fuera del hogar ypermite ponerla a distancia.En el medio hospitalario la hora de la muertepuede ser determinada. Algunas veces, laprolongación de la vida, aunque sea vegetativa,se vuelve un fin en sí mismo, y el personalhospitalario mantiene tratamientos que pueden

186

conservarla en forma artificial durante días osemanas. En este caso, la muerte deja de ser unfenómeno natural y necesario: es una falla delsistema médico. En consecuencia, y esoconstituye un gran cambio, la muerte nopertenece más al que va a morir ni a sufamilia: está organizada por una burocracia quela trata como algo que le pertenece, y queaunque forma parte de sus responsabilidades,debe interferir lo menos posible en susactividades. El duelo también desaparece comopráctica, los funerales se hacen breves y lacremación se vuelve muy frecuente.Nuestra sociedad, mercantil y triunfalista,tiene pocos hábitos y actitudes compartidos.Sin embargo, se ha unificado en una respuestade vergüenza frente a la muerte. Admitirlapareciera ser admitir un fracaso en el mandatosocial de ser felices y tener éxito. La muerte,de hecho esencial a la existencia humana, pasaa ser un acontecimiento absurdo; padecido en laignorancia y la pasividad, es una falla sinjustificación, puesto que ya no se cree en laexistencia del mal (que le daría sentido) ni enla sobrevivencia del alma (que la anularía).Esta pérdida de sentido hace qué el temor a lamuerte sea difícilmente manejable, de la mismamanera en que es penoso asumir la propiacastración y aceptar que sólo podemossobrevivir en las identificaciones que nuestroshijos tengan con nosotros, en nuestras ideas yenseñanzas.

187

NOTAS1 Es preciso tomar esta analogía conmuchísima cautela. pues el cerebro humano tieneespacio para el error, la creatividad, lasemociones y otros atributos con los que noparecen contar las computadoras tal como lasconocemos hoy día2 Periodo que corresponde, aproximadamente,al comienzo de la edad escolar.

------oOo-------I X . L A R E L A C I Ó N E N T R E

V I D A ,T I E M P O , M U E R T E Y E S T

R U C T U R A D E L U N I V E R S O

La naturaleza, mi querido señor, es sólo una hipótesis.RAOUL DUFY

El tiempo nace en los ojos. Eso lo sabe cualquiera. JULIO CORTÁZAR

Que no haya más ficciones para nosotros: calcularnos; pero para que podamos calcular hemos tenido que hacer una ficción previa.

188

F. NIETZSCHE

¿Por qué imaginar una sola serie de tiempo? Yo no sé si la imaginación de ustedes acepta esa idea.JORGE LUIS BORGES

Cada creador es un tramoyero. VLADIMIR NABOKOV

El eterno misterio del mundo es su comprensibilidad.ALBERT EINSTEIN

El tiempo vuela como la luz, pero la fruta vuela com las bananas.Graffito encontrado en un baño deBerkeley por el doctor TERRY MACHEN

ES MUY conocido el cuento del viejo que se habíaganado la vida pasando contrabando, sin que losaduaneros pudieran descubrir jamás qué era loque contrabandeaba. Una y otra vez le habíanrevisado minuciosamente sus carretillas,hurgado en sus resquicios, percutido, revisadocon rayos X. Ya retirado, el hombre recibió lavisita de un aduanero jubilado, quien le rogóque le confesara qué demonios había estadocontrabandeando durante tantos años."Carretillas", fue la amable respuesta. Elcuento ilustra lo que hemos estado "pasando" a

189

lo largo de este libro, en el que después dehaber hablado del tiempo sagrado y del profano,del científico y del cotidiano, del cíclico ydel lineal, del consciente y del inconsciente,de su medición con la Luna y con cronómetros,de haberlo asociado al aprendizaje infantil, ala vida, al envejecimiento y a la muerte, unaduanero intelectual podría preguntarnos: "Pero¿qué es el tiempo?" 1

No prometemos dar una respuesta, porque nadiela tiene, pero lo que sí podemos hacer espresentar un esquema de las posiciones actualesrespecto del tiempo. Por de pronto el (o los)concepto(s) del tiempo provienen de nuchasfuentes, cada una de las cuales le(s) añadió sucaudal de impresiones y prejuicios. Enrealidad, los capítulos anteriores podríantomarse como relatos de lo que esas fuentesproporcionaron, en el sentido de que en cadauna de ellas se trata de dar una idea de cómose fueron desarrollando los diferentes puntosde vista y posciciones.Los antiguos, particularmente los griegos, noshan legado una tradición por la cual tratamosde organizar el todo en un único orden serial;es lógico, entonces, que se hagan esfuerzos porconformar una concepción del tiempo aceptablepara el músico, el gerontólogo, el fabricantede relojes y el cosmólogo. Muchos de estos sehan ido eliminando de la competencia: hayfísicos que, frustrados por su imposibilidad dediseñar un experimento que demuestre el paso

190

del tiempo, han afirmado que el paso del tiempono es una ilusión —puesto que no implica ningúnengaño a nuestros sentidos—sino tan sólo unmito (Park, 1972). Algunos filósofos, encambio, han desplazado el problema hacia lametafísica, pero otros físicos siguen luchandotenazmente por relacionar el tiempo con latermodinámica ( Prigogine, 1980; Prigogine yStengers 1984; D'Espagnat, 1985). La mayoríasigue royendo el hueso por más duro que lessiga resultando. Este capítulo constituye unasíntesis de los intentos más recientes, aunqueun tratamiento cabal requeriría explicarlargamente las bases de cada una de lasposiciones, lo cual va más allá de la finalidadde este libro.Ya se ha dicho que toda la historia delUniverso, todo cuanto ocurrió desde la creaciónde las galaxias, los sistemas planetarios, laaparición de la vida de la Tierra, la evolucióny la historia humana datan de la GranExplosión: un estallido formidable con el quetodo comenzó. Ahora bien, los cosmólogos seocupan de explicar cuándo se formó nuestragalaxia; los paleontólogos, a su vez, seinteresan por la aparición de los saurios o laextinción del tigre con dientes de sable; loshistoriadores, en cambio, se encargan dedescribir los sucesos durante el reinado deYugurta o la guerra cristera, pero hay unmomento sobre el cual, debido a razonesteóricas, nada se puede decir: los 10-43 segundos

191

iniciales del Universo.2 No hay mayorposibilidad de saber qué sucedió durante esos10-43 segundos pero, en cambio, teorías nofaltan.Veamos algunas: 1) Que el Universo se creó eneso10-43segundos. 2) Que el Universo existía enalguna forma desconocida antes de la GranExplosión; por ejemplo sabemos que en suestructura actual el Universo se mide elalejamiento de las galaxias lejanas mediante elllamado efecto Doppler). Pero, si en lugar deello, anteriormente hubiera estado contrayendo,es probable que se hubiera colapsado en unsuperagujero negro que luego reventó "a la cerohora". 3) No sólo la materia del Universo, sinotambién el espacio y el tiempo fueron creados enLa Gran Explosión no fue un estallido que hizoexpandirse al Universo hacia afuera en elespacio, sino un suceso que aconteció en todoslados, pues el espacio mismo estabainfinitamente encogido y se expandió con elUniverso.Pero ¿como pudo haberse creado materia de lanada? Aquí nos ayudaremos con una anécdota encierta ocasión uno de nosotros fue llevado a unbaile por un tío mayor. El tío iba aregañadientes pero confiando en encontrar en lafiesta a algún amigo para discutir la inflacióny la crisis económica (que, como se sabe, soncasi tan antiguas como la Gran Explosión) y eljoven tenía la esperanza de encontrar chicascon quienes bailar. Fue decepcionante, no había

192

ni amigos ni chicas disponibles: sólo parejasbailando. Pero, al rato, se soltaron lashomogéneas parejas, se congregaron corrillos deseñores y "se generaron" muchachas libres.Hasta aquí la anécdota, ahora pasemos a PaulDirac.Dirac formuló ecuaciones que describencorrectamente ciertas conductas de loselectrones ordinarios, pero se percató de que,para cada solución, habla otra asociada quecorrespondía a algo por entonces muydescabellado: antipartículas. Sin embargo, añosdespués, estudiando la absorción de los rayoscósmicos, Carl Anderson encontró elantielectrón, una partícula que, al encontrarsecon un electrón, hace que ambos se aniquilenconvirtiéndose, como por arte de magia, en dosfotones gamma. Posteriormente se encontró algoparecido a lo que sería el proceso inverso: deun fotón gamma puede surgir un par electrón-antielectrón. En pocas palabras: la materia yla antimateria son hoy parte de nuestrarealidad. En razón de ello, hay quien piensaque, de pronto, pudo haber una fluctuación envirtud de la cual cierta cantidad de materia sedesasoció de su antimateria y pasó a existir,del mismo modo en que, de pronto, en el bailede marras se generaron chicas disponibles parabailar y señores para formar corrillos ycharlar sobre la inflación y la crisiseconómica. Un tío "cosmólogo" habría descritolo que ocurrió como la repentina creación de

193

señores que formaron corrillos. Pues bien,algunos cosmólogos piensan actualmente que lamateria de que está hecho el Universo se creóen la singularidad de la Gran Explosión comoresultado de un tremendo divorcio fortuitoentre materia y antimateria.¿Por qué traemos a colación la antimateria enun libro dedicado al tiempo y a la muerte?Porque Richard Feynman (1949) sugirió que lasantipartículas (partículas de antimateria)pueden ser simplemente las mismísimaspartículas de materia común, pero viajando ensentido contrario al tiempo. Como esto suena raro,recurriremos a una analogía. Supongamos que unapelícula de cine muestra a un niño andando enbicicleta (Fig.5). Es claro que si el operadorla insertara mal en el proyector y la hicieracorrer al revés, veríamos al niño pedaleandohacia atrás y cabeza bajo. Pero supongamos queel operador fuera más chapucero aún e insertarala cinta doblada como lo sugiere la figura 5 ;en ese caso, veríamos en la pantalla una imagendoble de un niño pedaleando normalmente haciaadelante, y otro viajando hacia atrás y con lascabeza hacía abajo. De pronto, al llegar aldoblez, es como si el niño en bicicleta hubierachocado con el antiniño en antibicicleta yambos se hubieran aniquilado ( A ).

194

Figura 5.De manera análoga, Feynman sugiere que unantielectrón (la antipartícula del electrón,también llamada positrón por tener cargapositiva) no es más que un electrón que "dobló"en el tiempo. Por más alocada que esta idea leparezca al lector no físico, podemos asegurarque describe bastante bien lo que se observa enla realidad con la aniquilación de laspartículas. A decir verdad, la idea de Feynman(o de su maestro John Wheeler, pues Feynman harelatado la conversación telefónica que tuvocon él durante la cual brotó la idea) es aúnbastante más extraña.Volvamos al chapucero operador de cine (estavez necesitamos uno muy chapucero) e imaginemosque insertó la película doblada en zigzag, comoun acordeón. (Fig. 5). Veríamos entonces muchasveces al niño en bicicleta viajar en el sentidocorrecto, muchas veces hacerlo hacia atrás y

195

cabeza abajo, y muchas veces aniquilarse (A),cada vez que un doblez llega al foco. Señalemosde paso que, al llegar el foco del proyector aun doblez de los de arriba de la película (C),"se crea" un ciclista y un anticiclista. Comoen una de esas obras de teatro, en las que unmismo actor representa todos los papelesentrando y saliendo de la escena repetidamente,Wheeler no descartaba la posibilidad de quetodos los electrones del Universo fueran enrealidad el mismo electrón (!) yéndose para unoy otro lado del tiempo alternativamente.Deseamos referirnos ahora a una última teoríade creación del Universo que, aunque todavíamás complicada, introduce tangencialmente untema que más adelante necesitaremos considerar.De acuerdo con Alan H. Guth, cuando el Universotenia apenas 10-35 seg sufrió una explosióninflacionaria que duro unos 10-32 seg, durante lacual se expandió 1025 veces (nótese que 1025 notiene un exponente negativo y que es, por lotanto, una cifra tremendamente grande). Esposible que la energía generada en esta faseexpansiva fuera parte de la energía delUniverso. Debemos suponer, para seguir esterazonamiento, que el lector estásuficientemente al tanto de la famosa fórmulade Einstein, E= mc2, o sea, la energía es iguala la masa multiplicada por el cuadrado de lavelocidad de la luz, y creerá en la tristísimaevidencia de que, en una explosión atómica, lamasa se convierte en una terrible fuerza

196

devastadora. Pero la misma fórmula implica queuna gran cantidad de energía puede, por elproceso inverso, convertirse en materia. Deacuerdo a Guth, una burbuja de espacio-tiempocurvado bastaría para explicar la génesis de lamateria del Universo actual, en virtud de laenergía resultante de la expansión. Es oportunoseñalar que, siguiendo a Guth, esas burbujas deespacio-tiempo contenían originalmente poco onada de materia y que existían en un estado decaos primordial. Cabe señalar, igualmente, queesos caos tampoco existían en el espacio ni enel tiempo, pues ninguno de los dos había sidocreado aún.Descritas ya las teorías de la creaciónuniversal más sobresalientes, pasemos aconsiderar ahora la estructura adoptada por elUniverso, tal y como la explica la teoríageneral de la relatividad que, como recordamos,asignaba un papel singularísimo al tiempo.A mediados del siglo pasado, NikolaiLobachevski y Janos Bolyai descubrieron que lageometría clásica de Euclides no era la únicageometría posible, y desarrollaron otra en laque la distancia más corta entre dos puntos noes la recta (de la geometría euclidiana) sino lageodésica, y en la que, por ejemplo, la suma delos ángulos interiores de un triángulo valemenos de 180 grados. Tiempo después, BernhardRiemann construyó otra geometría no euclidiana,cuyo modelo bidimensional es una superficiepositiva, en la cual la suma de los ángulos

197

interiores de un triángulo suma más de 180grados. Esta geometría fue tomada luego porEinstein para formalizar su idea de que elUniverso es un sistema curvo en cuatrodimensiones; es decir, que se puede considerar altiempo como cuarta dimensión. Si bien Einstein yMinkowski relacionaron el espacio y el tiempo,también reconocieron que son entidadesfísicamente distintas, lo cual dio origen anuevas e interesantes ideas de Friedman,Hubble, Lemâitre y De Sitter que,eventualmente, llevaron a la concepción actualde que el Universo se está expandiendo (ademásde las teorías se necesitó, por supuesto, unacantidad considerable de informaciónexperimental). Pero, independientemente delmodelo cosmológico, esas disquisiciones hanllevado a la siguiente conclusión: "Para sabercuál es la estructura real del espacio en quevivimos, no es posible salir a medir distanciasy ángulos con reglas y goniómetros únicamente.Debemos llevar también una concepcióngeométrica en la cabeza, es decir, un cuerpo dehipótesis sobre la física" (Bunge, 1967), osea, un modelo. Ahora bien, en últimainstancia, los modelos son construccionesimaginarias generadas por esa masa de neuronasque constituye nuestro sistema nervioso y, comoéste es un libro sobre el tiempo, la vida y lamuerte, y no un texto de divulgación de ideasde la física, es conveniente comenzar a llamarla atención sobre la participación del cerebro

198

humano, o sea del observador, en los procesos quese están describiendo.Aunque el espacio-tiempo de Einstein-Minkowskino dependa del observador, la teoría queelegimos para dar cuenta de él sí lo es.También dependen del observador algunos de losefectos resultantes de la estructura particularde nuestro universo, y que por estarampliamente difundidos no necesitamos analizaraquí. Mencionaremos, no obstante, dos queseguramente resultarán familiares al lector: 1)Todos hemos leído sobre un par de hipotéticosmellizos, uno de los cuales emprende un viaje avelocidades cercanas a la de la luz, y alregresar, comprueba que su envejecimiento esmuchísimo menor al del hermano que no se movióde su casa. El colmo de esta idea sería quealguien pudiera moverse a la misma velocidad dela luz, pues el tiempo no transcurre para nadaque se mueva a dicha velocidad. 2) La gravedadno sólo atrae a los objetos materiales, tambiénpuede atraer a la mismísima luz. Justamente,los llamados agujeros negros son objetos queposeen una gravedad tan poderosa que atraen ala luz, a tal punto que ésta no puedeabandonarlos (como no podríamos nosotros con unmero salto vencer la gravedad y abandonar lasuperficie de la Tierra: sólo nos es posiblecon un cohete) y por eso resultan negros. Siuna nave espacial tuviera la mala suerte de seratraída por una agujero negro, su tripulaciónvería que, irremediablemente, se iría

199

acelerando y acelerando hacia él, hasta quefinalmente caería adentro a una tremendísimavelocidad. Sin embargo, lo curioso es que,según ciertos físicos, un observador ubicadofuera (y lejanamente) del agujero negro veríaque la nave no entra jamás en él, pues eltiempo se va frenando. De modo que el tiempoparece depender del sistema de referencia delobservador.A pesar de estos efectos tan raros, en larelatividad especial el tiempo tieneesencialmente el mismo carácter que en lafísica clásica newtoniana; ese que "fluye" Diossabe cómo, o con respecto a qué, y el uso delespacio-tiempo no implica que el tiempo sea unaespecie de espacio; tampoco implica que elespacio tenga cuatro direcciones. La diferenciacon la física newtoniana consiste en que, enésta, el espacio y el tiempo no "interaccionan"como lo hacen en la teoría de la relatividad.El concepto de espacio-tiempo sólo se usaporque hace a la teoría matemáticamente mássimple.Es probable que el lector (si todavía sigueleyendo) tome cum grano salis, o incluso con ciertasorna, estas consideraciones relativistas deconversiones de masa en energía y de tiempofrenado por la gravedad.Sin embargo, si recuerda lo sucedido enHiroshima y Nagasaki, o si se entera de quecerca de su casa están por instalar una plantaatómica, comprenderá que todas estas teorías,

200

por más caprichosas que parezcan para elsentido común, describen y manejan la realidadcon una penetración jamás lograda por unaapreciación más cándida y más"sensata".Vamos a ocuparnos de ese otro bastión de ladirección temporal: la termodinámica, de la queya hicimos mención en el capítulo I.Todos hemos visitado alguna vez una gruta o unvalle en los que el guía, en lugar depermitirnos gozar de la vista, nos fastidia unay otra vez enseñándonos que "aquella roca separece a la cabeza del Niño Jesús; a esa otrala llamamos El Elefante... la de más arribatiene forma de...", etc. Mientras lanaturaleza, librada a sí misma, parece buscartodos los posibles derroteros hacia el caos, lamente humana se empeña en encontrar orden y enhacer sistematizaciones tanto en lo biológicocomo en lo no biológico. Del mismo modo, cuandohacemos un castillo de arena en la playa no nossorprende que, al día siguiente, estédesmoronado por el viento, pisado por milveraneantes o barrido por las olas. Losorprendente sería, por el contrario, que depronto las arenas formaran espontáneamente uncastillo con murallas, torres almenadas y fosoen derredor. En el mismo orden de ideas, jamásse ha visto que un vaso de agua azucarada sedesendulce formando en el fondo dos angulososterrones de azúcar. En otras palabras: "Laflecha del desorden puede ser tomada como

201

flecha temporal", como dijeron todos en unmomento, haciendo suya la famosa observación deArthur Eddington: "El crecimiento de laentropía define la dirección positiva deltiempo" (véase el capítulo I).Sin embargo, tal como señala Mario Bunge(1967), esta aseveración es falsa en variosaspectos. Primero, el tiempo aparece en elmismísimo enunciado de la segunda ley de latermodinámica, porque ésta habla no sólo delaumento de la entropía, sino del aumento de laentropía en el tiempo. Segundo, mientras que lasegunda ley es estadística, el tiempo no esestocástico. Para que esto resulte claro,apelaremos nuevamente a una analogía: el refránque dice "De enero a enero la plata es para elbanquero", se refiere al hecho de que todos losaños el casino gana dinero, lo cual no quieredecir, por supuesto, que todos los jugadoreshayan perdido todas las veces que han ido ajugar; sólo quiere decir que fueron más los queperdieron que los que ganaron, o bien que unmismo jugador ha perdido más veces de las queha ganado. Lo importante es que a veces alguienpudo haber ganado en contra—podríamos decir— de las estadísticas; en cambio, nohay momentos en que el tiempo avance y otros enlos que retroceda, sino que (se supone) siempreva para adelante: por eso no es estocástico.Y ya que estamos con estadísticas, veamos esteotro argumento: Poincaré y también Ehrenfest(1911) han hecho notar que la conducta

202

entrópica de cualquier sistema aislado(recordemos que el Universo lo es, pues no haynada extrauniversal), tomada en una duracióninmensa, debe ser temporalmente periódica.Proporcionaremos una imagen para explicar esteconcepto: si tengo un dado y me pregunto cuáles la probabilidad de tirarlo y sacar el ladodos, respondo que tengo ciertas posibilidades acorto plazo de que el dado caiga con el doshacia arriba. Si a continuación me preguntocuál es la posibilidad de que saque un dos y deinmediato un cinco, es probable que el plazo sealargue y que tenga que tirar el dado un ratomás largo. Si por fin me empeño en lograr enuna secuencia sin cortes la serie25213664135263, es indudable queocurrirán dos cosas: 1) si paso algunos añostirando el dado, puede ser que logre la serieque deseo; 2) pero si dispongo de un tiemposuficientemente largo (inmenso), obtendré endefinitiva la secuencia buscada.Por supuesto, los átomos del Universo sontantos, que si un dios intentara ordenarlos unay otra vez hasta obtener el ordenamiento quetiene el nuestro, debería contar con unapaciencia realmente divina para lograrlo; pero,más allá de la acción de un dios, tantoPoincaré comoEhrenfest señalan que, en un tiempo inmenso, seva a volver a dar un Universo tal y corno lovemos. Es cierto que el tiempo que esoconsumiría sería impensablemente largo pero,

203

lógicamente hablando, el arreglo molecularvolvería a observarse. Para decirlo de otromodo: en el Universo considerado por Poincaréno se pasa únicamente de un estado ordenado aotro desordenado como lo quiere el segundoprincipio de la termodinámica, sino que,durante un tiempo enormemente largo, todos losestados, tanto los ordenados como nosotrosesperamos como los demás, se vuelven a repetirun infinito número de veces. La dirección deltiempo que señala la segunda ley tiene sólo unalcance práctico pero, desde el punto de vistalógico, no hay tal flecha. Cabe señalar, sinembargo, que Poincaré requería que en dichoUniverso las partículas fueran inmutables, esdecir, que no sufrieran lascreacionesaniquilaciones que mencionamos enpáginas anteriores.Ahora bien, orden es un concepto macroscópicoque rige a nivel de máquinas, Organismos ymontañas constituidos por un número enorme demoléculas. En cambio, a nivel de las partículaselementales que componen toda la materia de queestá hecho el Universo, se ha encontrado que,quizá con la única excepción del decaimientodel mesón K, los eventos son simétricos y nodistinguen entre un pasado y un futuro. A nivelmicroscópico no parece haber una flechatemporal. Pero los investigadores no dejan debuscarla (véase, por ejemplo, Elskens yPrigogine, 1986). Algo así como que pudiéramosaplicar la aseveración "De enero a enero la

204

plata es para el banquero" al conjunto de losjugadores de ese año, pero ello no nospermitiría por cierto, asegurar que el señorJuan de los Palotes, que en este momento entramuy esperanzado a jugar al casino, va a ganar ova a perder.El interesado en este tema puede consultar lostrabajos de Emile Borel, Nikolai Bogolyubov,Radu Balescu y otros para satisfacer sucuriosidad; aquí nos limitaremos a señalar quela vida no se encuentra en los átomosindividuales mismos, sino en la forma en queesos átomos se asocian, es decir, en su ordenmacroscópico. El fenómeno que llamamos vida, comoel tema de una melodía, o la trama de unanovela, o la política, son propiedades (quealgunos llaman emergentes) que no tienen sentidoa nivel de los componentes individuales: lavida es tan sólo una cualidad del ensamblejerárquico de las complejidades de las quehablamos en el capítulo I.Mientras científicos como Ilya Prigogine tratande demostrar que las estructuras disipativaspodrían haber desempeñado un papelimportantísimo en la evolución prebiótica (losarreglos moleculares de la sopa primitiva en laque apareció la vida en nuestro planeta),otros, entre los cuales descuellan los de laescuela de Manfred Eigen, se ocupan de laemergencia del orden funcional biológico en elespacio informacional constituido por lasmoléculas de RNA, de DNA y de polipéptidos que

205

fueron apareciendo en esa sopa. Esto no quieredecir que los científicos del tipo ManfredEigen se desentiendan de la segunda ley de latermodinámica, sino que no asocian tanestrechamente el proceso biológico a lasestructuras disipativas y a los balances de laentropía. Aquí podríamos citar incluso a KarlPopper (1965) quien señaló que durante laincubación de los huevos de los pájaros, elmedio sólo les brinda entropía (o sea que laentropía del sistema huevo crece) y, sin embargo,el huevo se organiza en pichón; por elcontrario, si un alpinista se congela, el mediole podría estar disminuyendo la entropía y sinembargo, lo estaría matando. Claro que aquí noestaríamos hablando "de enero a enero", sinotomando un momento muy especial y aciago parael banquero, pero notemos que estamos cayendoen el tema de la carretilla del contrabandista,mencionado al principio del capítulo: cuandohablan de las evoluciones de los sistemas en eltiempo, los termodinamistas ya están metiendo decontrabando al tiempo; se toman de la brochapara quitar la escalera, de manera que susdisquisiciones sobre los cambios energéticos-entrópicos del Universo podrían no llevarnos aresponder la pregunta fundamental de ¿qué es eltiempo? Debemos buscar por otro lado.Si le preguntamos a un fisiólogo qué sucedecuando primero deseamos levantar un brazo y, acontinuación, lo hacemos, nos explicará losmecanismos por los cuales los músculos se

206

contraen, se doblan las articulaciones y...Pero si luego le preguntamos por qué secontrajeron los músculos, nos dará una largaperorata sobre la conducción del impulsonervioso desde el cerebro hasta los músculos.Si, no satisfechos aún, le preguntamos por quése generaron esos impulsos nerviosos, noshablará del movimiento de iones (K+, Na+, Cl- yCa++) a través de las membranas celulares. Y siahora preguntamos por qué se mueven los iones,nos hablará de las fuerzas, entre las quemencionará la diferencia de concentracionesiónicas entre ambos lados de la membrananeuronal, el potencial eléctrico y, quizás,algún gradiente osmótico, todos ellosperfectamente previstos en sesudas y exactasecuaciones. Pero como todo había comenzado pornuestro deseo de levantar el brazo, podríamospreguntarle por qué no incluyó al deseo entrelas fuerzas capaces de mover materia (la de losiones). "Lo que sucede, nos dirá, es que seabren proteínas en forma de canales, quepermiten que las fuerzas impulsen a los iones através de la membrana." Si a continuacióninsistiéramos en preguntarle si, acaso, eldeseo abre canales protéicos, seguramente nosmandaría a freír buñuelos, porque hay que teneren cuenta que los biólogos, tal como loapuntamos en el capítulo I, están fundando suexplicación de la vida sobre bases físicas, yla barrera de lo psicológico les resultaanatemática.

207

Lo irónico es que, por su parte, algunosfísicos se están transformando en fisiólogos ypsicólogos. Discutir las razones de ese cambionos puede servir para analizar otra de las víasposibles para enfrentar la pregunta de ¿qué esel tiempo?No encontramos respuesta a ¿qué es el tiempo? en lossistemas macroscópicos, porque cuando se tratade entender sistemas con un número grande departículas, tales como un organismo, un planetao todo el Universo, hay que manejarse con leyesestadísticas, de las cuales las de latermodinámica son un ejemplo. Vamos pues a laotra punta, a la de las partículas elementales,de las cuales ya dijimos que no distinguenentre un pasado y un futuro, pues susreacciones se cumplen con igual frecuencia paracualquier lado. Como los sistemas de partículasno distinguen entre pasado y futuro, lasperspectivas de extraer enseñanzas sobre eltiempo, la vida y la muerte son pocos. Sinembargo... veamos.Todo lo que tiene que ver con la materiaimplica fenómenos cuánticos. Cuando se tratacon sistemas macroscópicos no es muy necesariotomar a los fenómenos cuánticos enconsideración, pero cuando se trata de unamolécula en una neurona y, más aún, cuando sesabe que aparentemente la cabeza funciona conbase en estímulos eléctricos que inclusoparecen ser iniciados "por el deseo", quizá no

208

sea tan mala idea revisar un poco algunascaracterísticas de los fenómenos cuánticos.En el primer cuarto de nuestro siglo, quienescreían que las partículas elementales eranrealmente partículas podían describir con todapropiedad sus conductas. Otros físicos, encambio, que creían que las partículaselementales no eran en realidad partículas sinoondas, podían describir sus conductas con elmismo éxito. Esta situación terminó cuando seadvirtió que si se elige observarlas comopartículas aparecen como partículas, pero quesi en cambio se elige observarlas como ondas,son ondas. Aceptar que las cosas son así seconoce con el nombre de principio decomplementariedad; en otras palabras, esto quieredecir, ni más ni menos, que el Universo (lamateria que lo compone) tiene una naturalezacomplementaria, que se conoce como la dualidadonda-partícula. De acuerdo al principio decomplementariedad, no existe la forma derealidad que llamamos comúnmente "realidad",sino hasta que dicha realidad es percibida.Pero esta percepción depende de nuestraelección de qué y cómo observar. De modo quesomos nosotros, los observadores, quienes, almenos en el caso de las partículas elementales,propiciamos una forma de realidad u otra. Laconclusión que sacan algunos de esta situaciónes que la objetividad no es más que unailusión. Por eso, de acuerdo a Niels Bohr, elátomo, y de acuerdo a Eugene Wigner, el mundo,

209

son fantasmas híbridos que pasan a tener laexistencia que les atribuimos cada vez que losobservamos. A su vez, David Bohm ha señaladoque la antigua división del mundo en sujeto yobjeto, o en mundo interno y mundo externo yano resulta adecuada. Cada uno de nuestrospensamientos transforma y da forma al mundofísico por medio de la elección de observarlos.Hay una posición en física que toma al toro porlas astas, y se propone averiguar qué demonioshay en la mente del observador que le hace ver elmundo tal como lo ve y salir con modelos tanextraños. Éste será el tema que trataremos acontinuación.Niels Bohr había señalado que la física no nosdice cómo es el mundo, sino qué podemos conocer deél. Einstein decía, a su vez, que la propiedadque más le impresionaba del Universo era sucomprensibilidad. Vamos a introducir el tema, unavez más, por medio de una analogía.Supongamos que dos turistas salen a conocer laciudad de México, uno armado de una cámarafotográfica y el otro con una grabadora, y queluego envían a Buenos Aires sus fotos y suscassettes. Los porteños podrán entonces hacerseuna idea de cómo visten los mexicanos, qué caratienen, cómo son sus avenidas, qué vehículosusan, cómo es su idioma, cómo cantan lospájaros, qué música tocan los mariachis, cómopregonan sus vendedores. Pero no podrán tenerla menor noción del gusto de los chiles ennogada. de si las bugambilias huelen o no, de

210

si la temperatura es templada (a no ser que loinfieran secundariamente por las vestimentasque ven en las fotos). Podríamos decir aquí:"Dime cómo es tu aparato para captar larealidad (en este caso la cámara y lagrabadora) y te diré qué esquema de la realidadpodrás formarte."Como el hombre tiene ojos que captan elpequeñísimo rango de frecuenciaselectromagnéticas que llamamos luz, losantiguos ya sabían que nuestra realidad incluyeestrellas; pero luego, cuando se supo deradiaciones más cortas y más largas, losastrónomos montaron aparatos capaces decaptarlas y descubrieron así radioestrellas yradiogalaxias, que no son menos reales que lasvisibles. Y así, se han ido extendiendonuestros sentidos con aparatos que nos informanque nuestra realidad incluye virus yelectrones, y que nos hacen conocer el otrolado de la Luna. Pronto se cayó en la cuenta deque, al igual que los turistas de la cámarafotográfica y la grabadora, la realidad quepodemos abarcar está condicionada a lascaracterísticas del observador.Si en el Universo no hubiera aparecido un tipode vida que evolucionó hasta generar seres comonosotros, no estaríamos aquí para captarlo.Pero ahora que estamos aquí, lo captamos, ysobre todo, según lo vamos comprendiendo,surgen características sospechosas. Paul Dirac,que se había maravillado ante ciertas curiosas

211

relaciones entre magnitudes y números sindimensiones, sostuvo que debía haber unaconexión causal entre todas ellas. Para mayorabundamiento: todos hemos oído de gigantes comoGulliver y otros por el estilo, engendrados porla más pura fantasía. ¿Podría existir ungigante humano. de cincuenta metros de altura?No. Hay muchísimas razones para que un Gulliversea imposible. Vamos a enumerar algunas.Primero, para enviar sangre a su cerebro a lapresión necesaria, su corazón debería bombearcon tal fuerza que los capilares de sus pies,cincuenta metros más abajo, reventarían.Segundo, el gigante sería ciego, pues loshumores de sus ojos, de un metro de diámetro,absorberían la luz de tal modo que sus retinasestarían a oscuras. En tercer lugar, seríamudo, porque a causa de su exagerada longitud,sus cuerdas vocales vibrarían a una frecuenciademasiado baja como para ser audible. Ya quesus tímpanos y los huesesillos de sus oídos nopodrían vibrar a la frecuencia de la voz de loshombres, en cuarto término seria sordo. Enquinto lugar, Broad (1937) señalaba que losobjetos que se perciben con el tacto, la vista,la audición y el olfato no tienencaracterísticas comunes (por ejemplo, el verdeno tiene gusto a nada, el aroma de las rosas nosuena), y que si bien podrían ser percibidoscomo espacios diferentes, lo que los unifica esel sentido del tiempo. El "darse cuenta"(awareness) del presente unifica y hace

212

correspondientes al sentir con el pensar. Esprobable entonces que el mentado Gulliver nopudiera ser ni siquiera el observador querequiere la mecánica cuántica Resultado: esprobable que para captar la realidad que captamos tengamosque ser como somos.Pero el principio antrópico, como hoy lo designanquienes exploran este aspecto cosmológico tanpeculiar, va más allá: no sólo demanda que enalguna estrella (como el Sol) haya planetas(como la Tierra) con las condiciones detemperatura, humedad y composición química comolas que tenemos, sino que para que el Universosea como creemos que es, es preciso que seaobservado por observadores como nosotros.Ya Gottfried Wilhelm von Leibniz, filósofo ymatemático alemán que vivió entre 1646 y 1716,había propuesto que hay infinitos mundosposibles, cada cual internamente consistente ycon sus propias características. En uno de esosmundos, Julio César cruza el Rubicón y en otrosno lo cruza; en uno Judas traiciona a Cristo yen otro no ( aquí aconsejamos al lector que seayude con el cuento de Jorge Luis Borges, "Eljardín de senderos que se bifurcan". Porsupuesto, no lo convencerá, pero al menos leeráun buen cuento). De acuerdo a Leibniz hay unprincipio de realidad (que Leibniz a vecesllamó economía, otras perfección, otrasoptimación) que nos hace seleccionar larealidad inteligible y comunicable quecompartimos.

213

La cineteca contiene películas cuyas fotosmuestran al villano preso y también cometiendola fechoría; a Charlie Chaplin con éste o elotro pie apoyado en el piso; el funeral delpresidente López Mateos y al mismo presidenteleyendo un informe de su gobierno, o asumiendola primera magistratura. Sólo cuando hacemos"fluir" las películas y las presentamos (nopasemos por alto la etimología de esta palabra)tras la lente de un proyector, tenemos lasensación de que el tiempo fluye, ycomprendemos que el villano va preso por sufechoría, Charlie Chaplin corre y López Mateosprimero asume, luego informa y finalmente muerey es llevado a un panteón. Si alguienrecortara, foto por foto, todas las películasde la cineteca y las mezclara, no tendríamosningún modelo explicativo para entender lo quesucede en ellas (sería un caos). Sólo cuandoejércitos de compaginadores formularan teoríassobre sus posibles secuencias y las volvieran aensamblar en su sentido original, las podríamosentender.En resumen: este bosquejo de algunas —y nosiempre aceptadas— posiciones sobre lanaturaleza de la realidad no nos ayudaron acontestar la pregunta ¿qué es el tiempo?, pero hallamado nuestra atención hacia el observador.Este observador tiene sentidos que captanciertas señales de esa realidad, las organizany explican con un aparato psíquicoestratificando en planos conscientes e

214

inconscientes. Estos niveles y estos planosaparecieron, a su vez, como una consecuencia dela evolución de la vida en el planeta.

NOTAS1Este mismo tipo de trampa suele aparecer enexpresiones tales como

"El tiempo en la Evolución", "El tiempo en laHistoria", "El tiempo en la Música",situaciones que tienen que ver, en realidad,con la evolución, la historia y la música en eltiempo. Véase, por ejemplo, S. J. Gould ycolaboradores, 1987 y Winfree (1987).2Un cronómetro común aprecia una centésima desegundo (0.01 seg.), cifra que se anota 10-2

seg; en cambio 10-43 seg. es igual a 0.000 000000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 1segundos (no se moleste en contar; después delpunto hay 42 ceros), duración que se denominaTiempo de Planck.

-----

X . E P Í L O G O

215

El tiempo y el espacio son esquemas con arreglo alos cuales pensamos, y no condiciones en las que vivimos. ALBERT EINSTEIN

El del flujo del tiempo es claramente un concepto impropio para la descripción del mundo físico, que no tiene pasado, presente ni futuro. Solamente es.THOMAS GOLD

Los científicos de la naturaleza, en su mayoría, probablemente tengan arraigada la creencia de que debe ser posible dar una descripción completa de las leyes de la naturaleza sin hacer referencia explícita a la conciencia o a la intervención humanas.A.J. LEGGETT

Mientras que la inmanencia es racional, el trascender es irracional. El tiempo es trascendencia pura, y por lo mismo es ininteligible.F. ROMERO

PARA que podamos observar y describir alUniverso como lo hacemos, fue necesaria unalarguísima evolución, que fue haciendo cada vezmás complejos a los organismos y fue desechandoa la mayoría de las especies. Si la evolución pudoponer a prueba tantos y tantos organismos hasta producir al

216

hombre, fue gracias a dos cosas: Primero, a que las enzimasaceleraron la química biológica, y así, los organismos puestosa prueba funcionaron con escalas de unos pocos años y no deedades geológicas; y, segundo, a que, una vez concluido cadaensayo, los organismos se fueron muriendo y dejaron lugarpara que se ensayaran nuevos modelos.La muerte transformó a la superficie de laTierra en un enorme y eficaz banco de pruebas,lo cual permitió el surgimiento de la especieobservadora, la buscadora de sentido, el hombre.Si se hubieran generado organismos sin crisisimportantes, que se hubieran mantenido pormillones y millones de años como pastasmetabólicas no progresivas, con reaccionesquímicas a escalas de tiempos geológicos comolos continentes y las montañas, probablementeno se habría llegado a la criatura humanadurante un tiempo en el cual todavía lascondiciones de vida en la Tierra nos permitenexistir, es decir, mientras el agua es líquida,después de que se formó una atmósferaprotectora de los rayos cósmicos, y antes deque el Sol se enfríe o se dilate como unagigantesca estrella roja y nos cocine.Hoy la evolución está pasando por nosotros. Que sesepa, hoy no hay otra especie, más avanzada o,si la hay, ha de tener como estrategia que lanuestra la ignore: el último nivel emergente enla jerarquía biológica, a la que nos referimosen el capítulo I, es la mente pensante.

217

Como una computadora cuyos circuitos vienen yainstalados de fábrica, pero cuyos programasdeben ser cargados y habilitados, el reciénnacido tiene un organismo con circuitosneuronales articulados en cumplimiento de undelicadísimo programa genético, pero su aparatopsíquico debe ser desarrollado con ayuda de lacrianza y la educación. Las restricciones queimpone la cultura a través de él hacen que unaregión del aparato psíquico en formación pase afuncionar en forma inconsciente, y no parezcaincluir al tiempo de la lógica aristotélicaentre sus variables.Para facilitar la descripción nosotros hemoscomparado a la memoria con una enormebiblioteca en la que las historias deAsurbanípal, Atila, Colón, Quetzalcóatl, Pascaly Bolívar ya están especificadas, detalle pordetalle, invariables en tiempo, pero sólocuando se lee cada frase de esas historias lospersonajes en cuestión cobran "vida". Entonces,es la parte consciente del aparato psíquico laque, al procesar esta informaciónsecuencialmente, genera la sensación de que eltiempo fluye. Pero después la mente estudia larealidad exterior para tratar de objetivar, decomprender el paso del tiempo. A pesar de ello,desde el nivel subatómico hasta el galáctico yel universal, no parece encontrar nada en que apoyar lanoción de que el tiempo fluye.La muerte parece desempeñar entonces dospapeles fundamentales: en primer lugar, como ya

218

lo mencionamos más arriba, permitió que laevolución perfeccionara rápidamente un modelode organismo pensante: el hombre llegó a pensarcomo hoy lo hace gracias a que fue generandocivilizaciones, y fue insertando a susdescendientes en culturas que les restringieronposibilidades, que los encauzaron como al ríoentre las montañas de nuestro capítulo I, quelos obligaron a sumergir deseos y fantasías enun inconsciente. Hoy estamos apenas en losumbrales de una comprensión de qué es y cómofunciona el inconsciente que atesorainformación sobre datos y vivencias, y cómo seforma y madura hasta generar un adulto quebalbucea sobre la vida, el tiempo y la muerte.En segundo lugar, el hombre, volvemos arepetir, le dio a la búsqueda de seguridad laforma de búsqueda de significado. Pero lamuerte, precisamente, no permite alcanzar lacerteza de qué sucederá después: lo obliga abuscar significados, explicaciones, a pensar.Pero pensar, ya lo dijimos, es escoger aspectosde la realidad y ordenarlos a lo largo decadenas causales como películas compaginadas enuna cineteca. Al asignar significados a esassecuencias, el hombre cree sentir que hay untiempo que fluye. Cuando llegue a su estadoadulto, comprenderá que ese fluir lo llevaráinevitablemente a la muerte.

219

-----

220