“Tiempo líquido y cultura de la incertidumbre”

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This article was downloaded by: [Juan Antonio Roche Cárcel] On: 13 May 2012, At: 13:32 Publisher: Routledge Informa Ltd Registered in England and Wales Registered Number: 1072954 Registered office: Mortimer House, 37-41 Mortimer Street, London W1T 3JH, UK International Review of Sociology: Revue Internationale de Sociologie Publication details, including instructions for authors and subscription information: http://www.tandfonline.com/loi/cirs20 Tiempo líquido y cultura de la incertidumbre Juan A. Roche Cárcel a a Universidad de Alicante, Spain Available online: 09 May 2012 To cite this article: Juan A. Roche Cárcel (2012): Tiempo líquido y cultura de la incertidumbre, International Review of Sociology: Revue Internationale de Sociologie, 22:1, 137-162 To link to this article: http://dx.doi.org/10.1080/03906701.2012.657523 PLEASE SCROLL DOWN FOR ARTICLE Full terms and conditions of use: http://www.tandfonline.com/page/terms-and- conditions This article may be used for research, teaching, and private study purposes. Any substantial or systematic reproduction, redistribution, reselling, loan, sub-licensing, systematic supply, or distribution in any form to anyone is expressly forbidden. The publisher does not give any warranty express or implied or make any representation that the contents will be complete or accurate or up to date. The accuracy of any instructions, formulae, and drug doses should be independently verified with primary sources. The publisher shall not be liable for any loss, actions, claims, proceedings, demand, or costs or damages whatsoever or howsoever caused arising directly or indirectly in connection with or arising out of the use of this material.

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International Review of Sociology:Revue Internationale de SociologiePublication details, including instructions for authors andsubscription information:http://www.tandfonline.com/loi/cirs20

Tiempo líquido y cultura de laincertidumbreJuan A. Roche Cárcel aa Universidad de Alicante, Spain

Available online: 09 May 2012

To cite this article: Juan A. Roche Cárcel (2012): Tiempo líquido y cultura de la incertidumbre,International Review of Sociology: Revue Internationale de Sociologie, 22:1, 137-162

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RESEARCH ARTICLE

Tiempo lıquido y cultura de la incertidumbre

Juan A. Roche Carcel*

Universidad de Alicante, Spain

(Received August 2010; final version received April 2011)

The article tries to understand the evolution that sociocultural construction of theconcept of time from a ‘‘solid’’ to a ‘‘liquid’’ as formulated by Z. Bauman hasexperienced in Western society. It tries also to understand what the characteristicsthat define this kind of time are and what were the resulting socio-culturalimpacts have occurred in the postmodern society. Finally, we present here the wayin which the progress on the definition of time is linked to the development of theloss of certainties and the establishment of a culture of uncertainty. We alsopropose how some aspects of social life exemplify the current culture.

Keywords: Sociology of Culture; Comprehensive Sociology; Sociology of Time;Sociological Theory; Liquid Time; Hermeneutics; Uncertainty

Introduccion

La busqueda de la interrelacion dialectica entre el orden y los factores del cambio

o, lo que es lo mismo, entre la estructura social y la historia es uno de los

aspectos que mejor nos definen a los sociologos (Mills 1999: 66). Segun Franklin

L. Baumer -El pensamiento europeo moderno. Continuidad y cambio en las ideas,

1660�1950-, el devenir ha sustituido al ser como la principal categorıa del

pensamiento europeo. Piensa Baumer que el gran paso dado ha sido reemplazar

‘‘la categorıa del ser por la del devenir, el concepto de lo absoluto por el de lo

relativo, el de la inmovilidad por el movimiento’’ (Baumer 1985: 33 ss). Estas

variaciones se han ido desarrollando, construyendo y transformando progresiva-

mente durante la Modernidad en paralelo a la desestructuracion de la cosmologıa

racional occidental basada en el orden y la estabilidad y en el sistema socio-

polıtico �la Monarquıa Absoluta y la Aristocracia- que lo sustentaba (Roche

2005: 11�42).Esa evolucion del ser al devenir, de la inmovilidad al movimiento y de lo absoluto

a lo relativo esta profundamente interrelacionada, en la medida en que la

incertidumbre es el resultado de una epoca en la que dominan la ausencia de

certezas y el cambio en todos los aspectos de la existencia individual y social.

Precisamente estos tres aspectos y su vinculacion, constituyen los temas que

abordare en este artıculo y lo hare persiguiendo los siguientes objetivos:

- Conocer el modo en el que se ha gestado y las modulaciones por las que ha

pasado la interpretacion del tiempo social actual dominado por el cambio, es

*Email: [email protected]

International Review of Sociology*Revue Internationale de Sociologie

Vol. 22, No. 1, March 2012, 137�162

ISSN 0390-6701 print/ISSN 1469-9273 online

# 2012 University of Rome ‘La Sapienza’

http://dx.doi.org/10.1080/03906701.2012.657523

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decir, como se ha construido su concepcion y como ha llegado a ser lo que

es hoy.

- Describir las caracterısticas esenciales que definen el tiempo social contempor-

aneo marcado por su liquidez, tal y como ha sido formulado por Z. Bauman.- Analizar las consecuencias de esa vision del tiempo lıquido en la vida social y

cultural.

- Desvelar la manera en la que la evolucion de la definicion del tiempo se

interrelaciona con el desarrollo de la perdida de las certezas y de la instauracion

de la cultura de la incertidumbre.

- Senalar algunos de los aspectos de la vida social que ejemplifican la actual

cultura de la incertidumbre.

Para alcanzar estos objetivos utilizo una teorıa y una metodologıa que sigue, en

primer lugar, la sociologıa comprensiva o interpretativa de Max Weber (Weber, 2006:

13 y sig., 43�4 y 172; Gonzalez Garcıa, 1998: 208; Gonzalez Garcıa, 1992: 37 y sig.),

su metodo hermeneutico (la persecucion del sentido), ası como su concepto de

‘‘correspondencia en el significado’’o de ‘‘afinidades electivas’’. Con esta sociologıa

de corte weberiano, que posee una amplia tradicion sociologica (Mannheim, 1962: 97

y sig.; Mannheim, 1990: 99; Goldmann, 1985: 7; Goldmann, 1968: 7�11; Simmel,

1986: 238; Simmel, 2005: 30), intentare comprender: a), la interaccion entre el

tiempo, el relativismo y la incertidumbre, y b), la conexion existente entre las

diferentes esferas culturales de la sociedad �arte, religion y ciencia-, con la economıa

y con las relaciones sociales. En segundo lugar, parto de una definicion de la cultura

entendida como estructura o forma -es decir, como una relacion entre partes- y como

proceso, cambio, devenir, innovacion y ‘‘desestructuracion’’ (Tortosa 1981: 12�3).

Y lo hago considerando que la cultura �de la incertidumbre- es una construccion

social �en lınea con las nuevas sociologıas (Corcuff 2005: 19 ss)- y aplicando el

metodo historico, una de las vıas de acceso a la comprension de la realidad social

determinada por la incertidumbre que se interroga acerca del curso que ha sufrido

esa realidad, esto es, como ha llegado a ser, como es en la actualidad y por que ha

llegado a serlo (Beltran 2003: 113 ss).

Finalmente, en coherencia con los objetivos y la metodologıa empleada he

dividido este artıculo en dos partes dedicadas, respectivamente, a las etapas

esenciales de la percepcion del tiempo en Occidente y al paso del orden a la

incertidumbre, precedidas de esta introduccion y terminadas con una conclusion.

Etapas esenciales de la percepcion del tiempo en Occidente

Tres tipos de tiempo: el natural, el religioso y el social

Occidente representa una trama historica cultural que refleja una funcion de lo

temporal entendido como una amalgama de tiempo y sentido (Assmann 1995: 6). No

es, por tanto, un tiempo medido sino cualitativo y significativo (Pronovost 1996: 15

ss), una construccion social y cultural (Pronovost 1996: 20 ss; Valencia 2007: 141 ss)

que va a ir variando a lo largo de la historia para dar lugar a una serie de etapas

marcadas por una distinta comprension o vivencia del tiempo. Estas fases estan

asociadas a los que considero los tres tipos esenciales de percepcion del tiempo -el

natural, el divino y el social-, caracterizados por los siguientes aspectos:

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-18 El tiempo cıclico de la Antiguedad, que es el tiempo natural regido por las

estaciones y el paso de los dıas (Duque 2000: 44), el que trata de hacer coincidir el

orden humano y el cosmico (Assmann 1995: 7), el del recuerdo (Junger 1998: 68 ss) y

el del retorno periodico al pasado. Un retorno que se corresponde con la agricultura,

una de las dos grandes formas de produccion �junto con la industria- que ha tenido

Occidente, en tanto que el mundo rural esta basado en la agricultura y en el ideal

campesino y aristocratico de ‘‘la vuelta a la semilla’’, es decir, de la nostalgia por elorigen (Gallego 2003: 379). Con esta nostalgia de un retorno periodico a la edad

mıtica de los orıgenes, este tiempo se rebela contra el concreto y el historico,

intentando anularlo o desvalorizarlo (Eliade 1952: 11).

-28 El tiempo lineal es definido en la Biblia y precisado por San Agustın, quien en

las Confesiones (Libro XI, 1999: 303�5 y 312), contrapone el tiempo eterno de Dios

con el fluido tiempo humano: ‘‘Tu (Dios), en cambio, eres el mismo y tus anos no

pasaran. Tus anos no van ni vienen. Los nuestros vienen y se van, para que todos se

sucedan’’; y distingue entre el pasado, el presente y el futuro: ‘‘El presente de las

cosas idas es la memoria. El de las cosas presentes es la percepcion o vision. Y el

presente de las cosas futuras la espera’’. De modo que el tiempo unilineal ‘‘camina,

fluye, se escurre, se desliza’’ (Ernst Junger 1998: 68 ss), se convierte en un poder que

avanza y progresa y en un tiempo de esperanza y de cambio que desea, ademas,

vencer formal y simbolicamente a la Naturaleza (Duque 2000: 44) e intentar

consolidar el dominio y la identidad sociopolıtica (Assmann 1995: 7).-38 El tiempo social sustituye al divino o religioso y comprende el tiempo del

comerciante o del trabajo, el del capital o industrial y el del consumo, sucesivas

subfases del tiempo social. El del comerciante o del trabajo, que surge en la Edad

Media (Duque 2000: 45; Duby 1992: 283; Pronovost 1996: 63 ss; Le Goff 1991: 157�160), es un tiempo mas abstracto que contrasta con el sagrado �el eclesiastico-

liturgico- y en el predominan los procesos largos -de las estructuras, de los

instrumentos de las tecnicas y de las mentalidades que cambian lentamente- frente

a los breves �de las coyunturas que tienen un principio y un final, que nacen y

mueren, y que estan expresadas en los acontecimientos y en las crisis- (Le Goff 1977:

59 ss; Le Goff 1980: 29 ss; Le Goff 1991: 156�162). El tiempo del capital o industrial,

que se desarrolla desde los siglos XVII, XVIII y XIX hasta la decada de los anos 70

del siglo XX, es el que regula, divide y disciplina el tiempo del trabajo (Thompson

1977: 10 ss; Marx 1976: 7); el que se caracteriza por ser un paradigma productivo

estable, continuista, lineal y de rendimiento a largo plazo, por su vinculacion con la

obtencion de la ganancia rapida y con el calculo y el aprovechamiento racional; por

sentir pasion por el final debido a la propia naturaleza finalista de la produccion �a

‘‘la finalidad racional de la produccion’’ (J.Baudrillard 2000: 168 ss.); por contra-poner, mediante el principio de produccion y el principio de significacion, el trabajo

humano a la materia de la naturaleza (Baudrillard 2000: 53 ss), contraste del cual

surge otro entre la Historia y la Naturaleza (el tiempo y el espacio), ya que es

precisamente la produccion economica el factor principal desencadenante de esa

separacion (Schmidt 1968: 17 ss); y por vencer a la Naturaleza de una doble

manera �simbolico-formal y material- (Duque 2000: 44�5 y 168). Finalmente, el

tiempo de consumo que abarca desde finales de los 70 hasta la actualidad, que

coincide con la sociedad posfordista, posindustrial o posmoderna, se define por la

flexibilidad, la rapidez, la adaptacion, el cambio y el corto plazo (Alonso 2004: 559

ss; Alonso, en prensa).

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El triunfo del devenir y la prevalencia del cambio sobre la permanencia

El dominio temporal y del cambio como forma de vida se ha ido desarrollando

progresivamente durante la Modernidad de forma paralela a la desestructuracion de

la cosmologıa racional occidental basada en el orden y la estabilidad. Ası es, frente a

los pueblos antiguos que aspiraban a ser (Eliade 1952: 22 ss), la Modernidad busca el

devenir. Devenir consiste en una manera de pensar que lo contempla todo �la

Naturaleza, el Hombre, la Sociedad, la Historia y el propio Dios-, subespecie

temporis, es decir, no solo como cambiantes sino tambien en continua evolucion. En

el siglo XVII, considerado el primer siglo moderno, se desarrolla la idea de ‘‘ser

sobre devenir’’, pero a partir del XVIII los conceptos de ‘‘ser y devenir’’ parecen

adoptar un plano de igualdad hasta el XIX, definido ya como el perıodo del ‘‘devenir

sobre el ser’’, y, sobre todo el XX, que es cuando se produce el definitivo ‘‘triunfo del

devenir’’ (Franklin L. Baumer 1985: 33 ss).

Este triunfo ha marcado todos los rincones de la vida social y cultural. La

Modernidad propiamente dicha -la que va de 1890 a 1930, aunque se alarga hasta

1960-70 (Bell 1992: 117)- entrana el triunfo del devenir, por ejemplo, en la ciencia-

tecnologıa o en el arte, pero tambien en el conjunto de la sociedad. En efecto, la

ciencia ha mostrado que la vida evoluciona (Darwin 1985: 79 ss; Darwin 1986: 9 ss) o

que la propia Tierra esta afectada por la deriva continental (Strahler 1994: 242 ss) y

que el planeta, las estrellas y el universo se encuentran en movimiento (Russell 1984:

132 ss; Longair 1998: 1 y 136; Sanchez Ron 2000: 74 ss)-. Ademas, continuando las

ideas del historicismo de W. Dilthey, el relativismo de Albert Einstein demostro que

ni el espacio ni el tiempo son considerados ya como fijos, sino que cambian segun los

modos culturales �de ahı la diversificacion, la pluralidad de espacios y tiempos- y

segun la perspectiva subjetiva (Bell 1992: 114; Russel 1984: 16). A esto hay que

anadir las investigaciones de la fısica de principios de siglo que ha probado �como se

vera mas adelante- que la naturaleza es discontinua e inestable, que posee un caracter

transmutable y que no es estatica. El triunfo del devenir tambien ha afectado al cine

y a las demas artes. Al septimo arte porque su misma creacion y naturaleza estan

ligadas a los problemas del analisis del movimiento (Armes 1976: 17�8) y a las demas

artes porque las formas artısticas tradicionales se dislocan (Bell 1992: 58) y porque se

pasa de una concepcion de la belleza universal a la belleza de lo transitorio, de la

estetica de la permanencia (basada en la creencia del ideal de belleza trascendente e

inalterable) a una estetica de la inmanencia y de la transitoriedad, cuyos valores

centrales son el cambio y la novedad (Calinescu 1991: 15; Golding 2003: 43�67;

Argan 1998: 289 ss).

El predominio absoluto de la idea de devenir determina asimismo la realidad

social, puesto que ahora se percibe a traves de una serie de fragmentos fortuitos,

como un estado de flujo incesante, y resulta un contexto abierto que admite la

constante incorporacion de novedades que compensan la incertidumbre de lo

inesperado por medio de la prevision del calculo cientıfico y tecnico (Blumenberg

2004: 90). El concepto de devenir tambien lleva a que sean relacionales -la

interaccion y la asociacion- los conceptos que mejor definen esa realidad social

fluida (Simmel 1977). Ademas, el dinamismo de la Modernidad procede de la

conciencia de la acelerada evanescencia temporal -Ch. Baudelaire (2004: 91�2) y W.

Benjamin (Pico 1988: 21�3)- y de la experiencia discontinua del espacio y del tiempo

que exalta el presente (Thiebaut 1996: 313; Shattuck 1991: 292). Este vivir en el

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presente significa priorizar lo transitorio, lo elusivo, lo efımero (Thiebaut 1996: 325),

lo que conduce a la fugacidad y la transitoriedad de la sociedad (Simmel 1977); a la

aceleracion del ritmo de las interacciones sociales (Simmel 1986: 247 ss); a la lucha

frontal contra la forma (Sanchez Capdequı 2004: 168) o a su negacion, puesto que

esta ya no encuentra aclimatacion en las formas tradicionales y todavıa no ha

hallado nuevas formas (Simmel 1986: 134); a que la experiencia humana se

manifieste en la inmediatez de las relaciones sociales (Pico 1988: 19); a que perciba

los acontecimientos como transitorios, fugaces y fortuitos; y a que la modernidad sea

evanescente o ‘‘lıquida’’ (Roche 2005: 25�6; Roche 2009), puesto que lo fluido se

hace todavıa mas volatil, inmaterial, ingravido, aereo (Sanchez Capdequı 2004: 300),

liviano y lıquido, de manera que contrasta con la solidez anterior (Bauman 2003: 118

ss) y de modo que se lleva a su maxima extension el dominio temporal y el cambio se

ha convertido en una forma de vida (Farson 1973: 126), se ha vuelto imperativo y un

fin en si mismo (Bauman 2004: 53).

El triunfo del devenir es compensado en la Modernidad por la busqueda del orden social

Este triunfo del devenir en la etapa propiamente moderna se compensa con una

necesidad de trascendencia y con una vinculacion con el espacio que expresan el

deseo de orden social. La necesidad de trascendencia esta presente en los textos de

los tres pensadores sociales que han analizado el caracter transitorio y fluido de la

Modernidad, Charles Baudelaire, Georg Simmel y Walter Benjamin, puesto que en

su definicion de esta etapa poseen como rasgo comun el reconocimiento de la

trascendencia, tras la exigencia de lo volatil y de lo efımero (Baudelaire 2004: 91�2;

Sanchez Capdequı 2004: 316 ss).La busqueda del orden se halla presente asimismo en la industria, sobretodo con

su vinculacion con el espacio, en tanto que esta intenta ‘‘rearraigar’’ aquello que la

Revolucion Industrial habıa desarraigado (Bauman 2003: 31 ss). El orden tambien se

expresa mediante la democratizacion de la moda, esto es, de la homogeneidad, del

ideal igualitario, de la internacionalizacion y de la estandarizacion que conlleva

(Lipovetsky 2002: 76 ss). E igualmente esta presente el orden en el amor hacia el

dinero que sostiene la estabilidad colectiva y supone el triunfo sobre el devenir del

caos material, ya que la actividad de los individuos mediante el plan, el metodo y el

sistema se hace previsible, constante y transparente, la economıa halla racionalidad,

progreso y prosperidad y, con ellas, el tiempo obtiene continuidad. En definitiva, ello

denota que el combate contra el tiempo y contra los riesgos e incertidumbres que se

ocultan en el es lo que caracteriza a la Modernidad que, por tanto, podrıa definirse

por la victoria de la economıa sobre el tiempo (Sanchez Capdequı 2004: 168�300).

Este deseo de orden que manifiesta la economıa capitalista tuvo un momento

algido en el perıodo de entreguerras con el nacionalsocialismo, el fascismo y la

Revolucion de Octubre (Debord 2003: 104). Con los primeros porque, de un modo

extremista, intentaron salvar, mediante la resurreccion del mito que establece unas

relaciones sociales basadas en la raza, la sangre y el Caudillo y mediante la accion

estatal, la economıa burguesa amenazada por la crisis y por la insubordinacion del

movimiento obrero y establecer un orden. Y con la segunda porque persiguio y

alcanzo la estabilidad mediante la burocracia estalinista, la feroz represion y la

planificacion industrial autoritaria (Mosse 1997: 145 ss).

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La Posmodernidad: ¿Espacio-tiempo o Tiempo-espacio?

Se ha comprobado que el triunfo del devenir se ha compatibilizado con el deseo de

estabilidad, ¿pero, que ha ocurrido en la Posmodernidad?, ¿tambien ha continuado

triunfando el devenir?, ¿se ha perseguido compensarlo con la vinculacion con el

espacio y el orden social? Para responder a estas preguntas cabe decir, ante todo, que

la Posmodernidad �continuando la ensenanza de la ciencia de principios del siglo

XX- se reconoce en la pluralidad de espacios y de temporalidades (Feher 1989: 9),

cualitativamente diferentes y de ritmos multiples que conforman un complejo

conglomerado (Beriain 2004: 222 y 244; Pronovost 1996: 46 ss; Ramos 1992: IX-XI;

Ramos 1999: 383). Por otra parte, el paso de una concepcion del tiempo y del espacio

newtoniana absoluta a una relacional y relativa einsteniana, que ha dejado un

poderoso influjo en las ciencias sociales, nos ha llevado a tomar conciencia de la

indisolubilidad del tiempo y del espacio, a entenderlos como un cronotopo y a

apreciar su vinculacion, simultaneidad, inseparabilidad e interdependencia (Valencia

2007: 40�2; Garcıa Selgas 2005: 403 ss; Ramos 1999: 381).

Pero afirmar que el espacio y el tiempo son indisociables no significa defender

que sean indiscernibles, no impide reconocer que poseen una disımil naturaleza

(Valencia 2007: 42) y que no se encuentran en plano de igualdad. Y es en este punto

donde ha surgido y sigue viva una profunda divergencia entre los pensadores que

consideran que el espacio domina sobre el tiempo y aquellos que defienden lo

contrario. El filosofo frances Bergson, por ejemplo, creıa que la sucesion cuantitativa

no es temporal sino ‘‘un espacio camuflado de tiempo’’ (Valencia 2007: 43), Eviatar

Zeruvabel habla de los ‘‘mapas del tiempo’’ (Zeruvabel 2003) y Fernando J. Garcıa

Selgas define el cronotopo desde lo espacial y el significado y se refiere al

‘‘ESPACIO-temporalidad’’, a la ‘‘cartografıa del presente’’ o a ‘‘la cartografıa de

la fluidez social’’ (Garcıa Selgas 2005: 421 ss; Garcıa Selgas 2007: 29 y 55 ss). En esta

misma perspectiva, el sociologo espanol Manuel Castells sostiene que, mientras que

en la sociedad industrial dominaba el tiempo sobre el espacio, en la sociedad red, por

el contrario, es donde vive la gente lo que condiciona su temporalidad -el espacio de

los flujos de la comunicacion electronica y de transporte, por ejemplo- (Castells 1999:

393�4). Por tanto, para Castells, ‘‘el espacio organiza el tiempo en la sociedad red’’, o

lo que es lo mismo, ‘‘en nuestra sociedad el espacio determina al tiempo’’.

Para conjurar el peligro de ‘‘espacializar el tiempo’’, otra serie de importantes

autores mantiene justo lo contrario, es decir, que el tiempo domina sobre el espacio.

Kant abrio, en el siglo XVIII, el camino (2003: XXVII, 77�8 y 217�9), pero es en la

Modernidad propiamente dicha cuando Simmel, Baudelaire y Benjamin destacaron

la fluidez social en un entorno de busqueda de orden. Pues bien, otros investigadores

contemporaneos sostienen posiciones semejantes. Por ejemplo, Andre Comte-

Sponville reconoce cierta supremacıa del tiempo sobre el espacio (Valencia 2007:

42�3), al igual que lo hace Milic Capek, quien considera que la fısica de la relatividad

no elimina el devenir y que, en ella, los acontecimientos futuros no son mas que

interpretaciones artificiales, por lo que entiende que el termino ‘‘tiempo-espacio’’ es

mas apropiado que el de ‘‘espacio-tiempo’’ (Capek 1983: 31 ss). D. Harvey, por su

parte, se refiere a la rapida y constante disminucion del mapamundi debido a las

innovaciones del transporte que consiguen reducir las distancias en los desplaza-

mientos y anular el espacio con tiempo (Harvey 1998: 267). Para Josetxo Beriain, ‘‘la

velocidad es el espacio partido por el tiempo’’ (Beriain 2004: 228�235) y, finalmente,

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Celso Sanchez Capdequı piensa que la caracterıstica de nuestro tiempo ya no es el

desplazamiento fısico, en un entorno conocido y un territorio consistente, sino el

flujo informacional de las redes globalmente interconectadas que han hecho perder

al territorio su tradicional valor (Sanchez Capdequı 2006: 64 y 81).

Yo tambien defiendo que en la Posmodernidad conviven una pluralidad de

espacios y tiempos y creo que el espacio y el tiempo forman un cronotopo, pero en la

cuestion de la primacıa del primero o del segundo, aunque respeto los argumentos

dados por los defensores de la prevalencia del espacio y considero que el debate no

esta cerrado, que esa postura no es descartable del todo y que pervive en nuestra

epoca, me inclino mas por considerar que es el tiempo el que predomina y me baso

para ello en los siguientes argumentos:

18) Como se ha argumentado a lo largo del artıculo, la sociedad moderna

persigue progresivamente el cambio, es decir, que ha ido avanzando en ella la

variacion sobre la estabilidad, lo que ha conducido al triunfo del devenir, del tiempo

en todos los rincones de la sociedad y de la existencia humana. Y, si esto es ası,

¿podemos defender que el espacio no ha sido afectado por el devenir?, ¿que el tiempo

lo ha inundado todo a excepcion del espacio?

28) En Occidente, no solo se ha caminado hacia el triunfo del devenir sino

tambien hacia la transformacion de la concepcion del espacio, lo que ha sucedido en

tres grandes etapas. La primera, la de un espacio sin tiempo, esta representada por

Euclides que pinto un mapa del mundo antiguo estatico y ausente de cambio. Un

ejemplo significativo ayuda a entender este universo inmovil y nos lo proporciona

La Divina Comedia de Dante, que comienza con estas palabras: ‘‘En mitad del

camino de la vida me halle en el medio de una selva oscura despues de dar mi senda

por perdida’’ (Dante 1995: vv 1�4). Se puede observar, pues, como Dante utiliza

metaforas espaciales para senalar la edad del protagonista y de el mismo (35 anos) y,

ası, ‘‘traza un mapa del tiempo dentro del espacio’’ (Steiner 2001: 86)-. Como quiera

que el Renacimiento supuso una vuelta al pasado y no un perıodo verdaderamente

moderno (Baumer 1985: 39 ss), en el sigue dominando el espacio sin tiempo.

La segunda etapa, en la que se introduce el tiempo dentro del espacio, surge en el

siglo XVII con Newton y sigue vigente hasta la segunda mitad del siglo XX. Yes que,

aunque la tercera fase en el dominio del tiempo sobre el espacio se anuncia en el

XVIII con Kant, esta concepcion anticipadora no se consolidara hasta la Pos-

modernidad. Ha de tenerse en cuenta, al respecto, que si en el Romanticismo se

persiguio el cambio puro (Hegel 2000: 12, 100 y 202), este constituyo mas un ideal

que una realidad, pues los sistemas monarquicos absolutos y el poder de la

aristocracia no fueron abolidos �salvo con la excepcion de Francia, de los Estados

Unidos de America y, en una parte, de Inglaterra- como tampoco lo fue la vieja idea

del orden social apoyada en el territorio y en el espacio �sobre todo agrario-. Y en la

Modernidad propiamente dicha, a pesar de la fluidez social y de que hasta 1914 la

creencia en la tierra y en los hombres �el imperativo territorial- formaba parte del

instinto de las antiguas casas gobernantes (Galbraith 1984: 141), se consigue

rearraigar el orden, siendo el espacio �en este caso, industrial- un factor decisivo

para ello. Por eso, entiendo que en todo el perıodo moderno �desde el siglo XVII

hasta 1970- lo que se ha producido con respecto al espacio es que este ya no es �como lo era en la Antiguedad, en la Edad Media y en el Renacimiento- un universo

inamovible y sin tiempo sino uno profunda e inseparablemente conectado con la

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dimension temporal. Ademas, desde Einstein, el espacio y el tiempo ya no son

categorıas absolutas sino relacionales y relativas.

En la tercera y ultima etapa, sin perjuicio de que convivan una pluralidad de

espacios y tiempos y de que sigan vigentes otras formas de relacionar ambascategorıas, entiendo que el estado de liquidez y su consecuente subordinacion del

espacio sobre el tiempo constituyen la tendencia dominante de la sociedad

contemporanea, tal y como evidencian sus actividades mas destacadas, sus actores,

sus instituciones y organismos y, en definitiva, todos los rincones sociales, culturales

y economicos, como se podra comprobar a continuacion.

38) Pero antes de describir todos los aspectos sociales y culturales en los que se

aprecia en la Posmodernidad el triunfo del devenir y la prevalencia del tiempo sobre

el espacio, quisiera indicar que, si bien ambos fenomenos constituyen tendenciasdominantes, desde un punto de vista historico es preciso matizar esta aseveracion.

Si el devenir ha ido creciendo desde el Siglo XVII hasta la Posmodernidad donde

alcanza su cumbre, entiendo que nos encontramos con una tendencia de longue duree

y, mas especıficamente, de un tiempo largo historico (de unos cuatro siglos), en el

sentido expresado por el historiador Fernand Braudel, que distingue distintos

tiempos en la historia -muy largo en los grandes perıodos, el largo de la historia

estructural, el ciclo corto en la coyuntura y el tiempo fugaz en la historia

episodica (Braudel 1989: 63)-. Ası, el triunfo del devenir que parece imperar en laPosmodernidad �como ha indicado F. Feher (1989: 9)- se insertarıa tambien en

la Modernidad de longue duree, en tanto que esta se caracteriza por su caracter

proteico, eterno, incompleto y fluido. Ahora bien, la Posmodernidad reviste

caracterısticas propias, puesto que ahora lo fluido se hace todavıa mas volatil y

‘‘lıquido’’, lo que contrasta con la solidez de la fase anterior porque lleva a su

maxima extension el dominio temporal que comprime, reduce, hace entrar en crisis o

aniquila al espacio, de modo que su vınculo con el tiempo sera mudable y dinamico y

no predeterminado o invariable -como lo habıa sido en Newton- (Bauman 2003: 14�81). Lo que ha ocurrido, por tanto, es que en la Posmodernidad el tiempo prevalece

sobre el espacio y, si estoy en lo cierto, esta etapa representa en terminos

braudelianos un ciclo corto (de varias decadas) dentro del tiempo largo moderno

del devenir.

El dominio en la Posmodernidad del tiempo sobre el espacio y sus consecuenciasculturales y sociales

1. En el conjunto de la sociedad y de la cultura Posmodernas, el triunfo del devenir

y el dominio del tiempo sobre el espacio son, pues, tendencias dominantes con

profundas implicaciones existenciales y sociales, institucionales e individuales.

Por lo que se refiere a la manera de entender el tiempo, destacan las siguientes

consecuencias:

a) Al triunfar el devenir, nuestra vida se ve azotada por el movimiento incesante y

por multiples y breves acontecimientos que adoptan, al mismo tiempo, un rostro

fragmentario, azaroso, caotico e incierto (Roche 2004: 978). Este continuo yacelerado devenir dificulta enormemente la asimilacion de la conciencia humana,

cuyo tiempo biologico es mas lento, y evidencia, ademas, la incapacidad de las

instituciones para solventar con eficacia y sin riesgo los problemas sociales (Beck

2006; Giddens 2003: 33 ss).

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b) El tiempo de la mercancıa se ha convertido en el modelo de las relaciones

sociales (Sanchez Capdequı 2004: 300), de la existencia social y de la vida

humana -de la virtud, del amor, del saber, de la conciencia . . .- (Baudrillard 2000:

128) que han quedado convertidas en valores de cambio, en mercancıas puestas en

venta (Steingress 2007: 199 ss; Roche 2005: 37).

Y, por lo que respecta a la manera de entender el espacio avasallado por eltiempo, las secuelas mas importantes son las indicadas a continuacion:

a) En la sociedad posmoderna, la globalizacion ‘‘estrecha’’ los espacios y

‘‘desaleja la lejanıa’’ (Safranski 2004: 74�88) o relativiza la distancia y los lımites

espaciales (Aparicio 2001: 12). Ademas, esta globalizacion es mas tangencial (solo

lateralmente es aceptada) que circular (es una elite pequena la que piensa que afecta

a todo el planeta y a todas las areas y campos) y, por tanto, es posible que sea mas

imaginada que real �como piensa el sociologo-antropologo argentino Nestor Garcıa-

Canclini (2005: 12).

b) Ha entrado en crisis el Estado-nacion, con la consecuente aparicion de

espacios transnacionales �que traspasan las fronteras de los Estados-nacion- e

interculturales �espacios relacionales en los que interactuan los inmigrantes y la

sociedad de acogida intercambiando elementos economicos y culturales- (Sole 2007:

161 ss). Pero estos espacios transnacionales estan todavıa excluidos y suprimen la

vinculacion de la sociedad a un lugar concreto (Beck 2002: 49�52), si bien han

estimulado nuevas relaciones translocales entre las ciudades, especialmente en las

globales (Massey et al. 1998: 226�7; Garcıa-Canclini 2005: 167). Igualmente haninstaurado redes que trascienden los territorios y que vinculan dinamicamente las

poblaciones afectadas (Gurak et al. 1998: 76�7).

c) Es ninguneado el espacio social, acompanado del triunfo de un individualismo

no comprometido, de la crisis de la ciudadanıa volcada en el interes comun y publico

y de diversas instituciones -como la familia o el trabajo- que representan el cemento

social (Bauman 2003: 41 ss; Bauman 2005, 27 ss; Giddens 2003: 65 ss.). Ademas, la

fluidez ha desencadenado el desanclaje de los sistemas sociales y el reflexivo

ordenamiento y reordenamiento de las relaciones sociales (Giddens 1993: 28), que se

han hecho mas fluidas, azarosas, aleatorias e inmediatas (Pico 1988: 19). Por todo

ello, se ha instaurado el desarraigo (Trıas 1984: 63 ss; Jimenez 1994: 220).

d) Se han generado espacios vacıos de significado, como los suburbios de los

inmigrantes -los barrios de Parıs o de Nueva York, donde las clases medias no se

atreven a entrar, olvidandose de que existen-, y no lugares, espacios de la circulacion,

de la distribucion y de la comunicacion en los que no se puede captar ni la identidad,

ni la historia, ni la relacion (Auge 1996: 98). Tambien han surgido espaciosimaginarios �como el carnaval de Londres o la Feria de Abril de Barcelona- que

manifiestan que los actores de estas fiestas, en origen inmigrantes, ya no se sienten ni

del lugar del que proceden ni en el que se asientan, sino de ese espacio imaginario,

situado en ninguna parte concreta (Bauman 2003: 211; Bauman 2004: 145 ss).

Igualmente han aparecido espacios virtuales o decorados simulados y artificiales

como los parques de ocio o los centros comerciales que han devorado y fagocitado a

la calle y a la ciudad misma y que parecen difuminar las distancias o diferencias entre

los consumidores (Baudrillard 1984; Baudrillard 1987), pero que han achicado el

espacio real social y fısico en el que tradicionalmente se habıan producido los

intercambios sociales y la integracion social. Y es que el universo comercial,

desligado de sus vınculos con la naturaleza, de la memoria local y de la raız social, se

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hace artificial y se transforma en un mundo sin identidad, en un no lugar, donde

comprar es un juego que desdramatiza la realidad y donde un consumidor, que ya no

es ni homogeneo ni masivo sino individual y psicologico, se olvida del espacio

exterior (Alonso 2004: 559 ss).

2. La economıa tambien se ha visto afectada por el triunfo del devenir y por la

prevalencia del tiempo sobre el espacio a los que me vengo refiriendo. La revolucionindustrial estimulo en todas partes fuerzas de cambio (Kemp 1979: 11�3) y, desde el

principio (Hobsbawm 1982: 59�60), el poder productivo es capaz de una constante,

rapida y hasta el presente ilimitada multiplicacion de hombres, bienes y servicios.

De ahı que la economıa capitalista de mercado solucione sus problemas de

produccion y de distribucion de una manera dinamica y no estatica como ocurrıa

en la economıa tradicional (Heilbroner et al. 1999: 46 ss). Ademas, el concepto de

produccion encarna, en sı mismo, la potencialidad del ser humano, el movimiento

(Baudrillard 2000: 28�9), y el capitalismo ha transformado, con el apoyo de las

nuevas tecnologıas, el valor de uso en valor de cambio o, lo que es lo mismo, ha

reducido el ser a valor de cambio (Vattimo 1995: 156�9).

Pero desde 1970 y sobre todo a partir de 1990, impulsado por la aceleracion del

tiempo, parece imponerse un nuevo espıritu capitalista caracterizado por, entre otros,

los siguientes aspectos (Boltanski et al. 2002: 146 ss; Heilbroner 1999: el al. 46 ss;

Rifkin 2000: 14 ss; Debord 2003: 132�3; Sanchez Capdequı 2004: 300; Sennett 2006:

42; Alonso 2004: 559 ss; Alonso, en prensa; Bauman, 2005: 109 ss): la globalizacion,la externalizacion y la extraterritorialidad; el individualismo y la competitividad; el

caracter virtual, especulativo, conexionista y en red; la flexibilidad, la ligereza, la

fluidez, el desarraigo, el azar, el caos, la inestabilidad, el nomadismo y la movilidad;

el consumo; y la invisibilidad.

a) La globalizacion ha producido el fortalecimiento de grandes empresas

oligopolios en todos los mercados que se enfrentan entre sı a escala mundial y que

extienden su implantacion y sus redes por todo el planeta. Al mismo tiempo, estas

empresas se externalizan, es decir, que delegan parte o casi todas sus funciones en

multiples empresas subcontratadas o en franquicias situadas en el mismo territorio o

en paıses lejanos, distanciandose, ası, de la ciudad y del mercado, de las asambleas y

de los parlamentos, de los gobiernos locales y de los nacionales, mas alla del control

de los ciudadanos, hacia la extraterritorialidad de las redes electronicas.

b) En estos anos, se ha producido, en los sectores economicos mas influyentes,

una evolucion desde la produccion industrial a la cultural y desde el capitalismo de la

propiedad hacia el virtual. La economıa se virtualiza cuando se acelera suabstraccion en las ultimas decadas del siglo XX �sobre todo, a partir de 1973, con

la globalizacion economica, con el incremento del volumen de los flujos financieros

internacionales y con el aumento, a traves de el, de la especulacion en las finanzas

mundiales- y se consuma la ultima fase de abstraccion que llamamos virtual en la

que los mercados dejan sitio a las redes y el acceso sustituye cada vez mas a la

propiedad. Por otro lado, al haberse convertido la propiedad en capital, este ya no se

manifiesta en bienes especıficos sino como una suma abstracta que puede ser usada

flexiblemente y cuyo valor se halla en su capacidad para obtener intereses o

utilidades. Finalmente, la virtualizacion de la nueva economıa se completa mediante

los conceptos, las ideas, las imagenes que son las que constituyen los autenticos

artıculos con valor y que han convertido al trabajo �al igual que los objetos

materiales- en una fuerza menor.

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c) La transformacion del capitalismo industrial al cultural ha corrido simulta-

neamente al reemplazo del capitalismo de produccion por otro de consumo ligado a

objetos nomadas (los telefonos portatiles, los ordenadores personales, los reproduc-

tores de imagen y de sonido ultraligeros . . .) y a hechos de vida rapidamente

cambiantes. Ademas, el consumo manifiesta una concepcion del tiempo ritualizado y

expandido en el que se mezcla el negocio y el ocio, el tiempo del trabajo y el del

consumo, el descanso y la compra y que esta caracterizado por la aceleracion, la

instantaneidad, la novedad, la rentabilidad inmediata, el corto plazo, la fractalidad,

el caos y la espontaneidad creativa. Constituye tambien un tiempo vaciado de lo

cualitativo y reemplazado por lo cuantitativo y el ahorro, un tiempo artificial

que olvida el del exterior y, en definitiva, consumido en el que, paradojicamente,

el consumo se despoja del tiempo, de sus turbulencias, de sus conflictos y de la

historia.

d) El novedoso espıritu del capitalismo, mediante una estrategia de escape, de

evasion y de retirada, ha transformado la solidez en liviandad y el territorio en flujo y

lo ha hecho con la voluntad de ganar ligereza para desplazarse mas deprisa. Yesto se

observa en la elite empresarial nomada, extraterritorial y que cambia aceleradamente

de productos industriales; en el capitalismo liviano, que ha eliminado todo ideal de

permanencia y que reduce y fusiona para moverse rapidamente y para globalizar

todavıa mas el mundo, de modo que ha unificado el tiempo irreversible de la

produccion, el tiempo-mercancıa; en el trabajo, despojado del poder de negociacion

y de rebelion al ser flexibilizado y al ser sustituidos los compromisos duraderos por

acuerdos a corto plazo, de modo que han quedado debilitados los lazos entre el

capital y el trabajo y este se ha vuelto menos solido y mas fragil e incierto que nunca;

y en la vision del poder, que fluye mas libremente y es menos espacial, menos

duradero y mas instantaneo.e) Este capitalismo ya no esta impulsado por el ascetismo racional �como ocurrıa

en sus orıgenes (Weber 1992: 70 ss)- sino por la mera actividad personal y

competitiva y ya no esta guiado por la responsabilidad con el otro sino por la

responsabilidad para uno mismo. Por tanto, se ha pasado de un mundo social

empresarial dividido en grupos al universo fragmentado y yuxtapuesto de destinos

individuales y se ha desembocado en un divorcio entre el poder y la responsabilidad.

f) La invisibilidad es una caracterıstica del conjunto de la sociedad que ha

pasado del ‘‘ojo estatal a la mano invisible’’ �E. Gil-Calvo (2003: 177 ss)- y que

es ‘‘compleja por el aspecto que nos ofrece -heterogeneidad, disenso, caos,

desorden, diferencia, ambivalencia, fragmentacion, dispersion-, por la sensacion

que produce -intransparencia, incertidumbre, inseguridad- y por lo que puede o no

hacerse con ella -ingobernabilidad, inabarcabilidad- (Daniel Innerarity 2004: 14�5).

Como no podıa ser menos, tambien el nuevo capitalismo presenta un estado ideal

de invisibilidad, en la medida en que no poseemos datos estadısticos ni de las

empresas en red, ni del movimiento de las firmas multinacionales. Y ello sin olvidar

que tampoco sabemos nada acerca de las subcontratas que hacen o de las franquicias

que instituyen y que, ademas, ocultan al empleador para esquivar las constricciones

del derecho laboral. Por tanto, es invisible porque es imposible conocer la tasa

de concentracion del poder economico.

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Del orden a la incertidumbre

La definicion de incertidumbre

La gran consecuencia del dominio del tiempo en todos los rincones de la vida social

y cultural es el derribo de un orden estable y permanente y su sustitucion por la

desazon que genera la no permanencia, el vacıo del sentido y la incertidumbre. Pero,

¿que es la incertidumbre? Desde el sentido comun y quizas tambien desde los asuntos

cotidianos, podrıa definirse como la ausencia de certezas en la vida y, por tanto,

como la sensacion de desmoronamiento general, de desconcierto, de inseguridad y de

miedo que azota a los seres humanos, esto es, la falta de bases solidas en las que

situar la existencia y la percepcion de desamparo y desarraigo. Precisando mas es

posible anadir que en el concepto de cierto o incierto, pueden concurrir tres

significados diferentes: lo cierto como verdadero, probable o seguro y lo incierto

como falso, improbable e inseguro. Estos tres sentidos se relacionan con la moral �la

culpa-, con la logica �el error-, con la estadıstica, con la gestion de decisiones o con el

riesgo de producir danos (Duran 2007: 120). Por tanto, la incertidumbre incide, de

entrada, en nuestra capacidad de hacer ciencia empırica, en la busqueda de la verdad

inherente a la labor del cientıfico, en nuestra moralidad y toma de decisiones y en su

gestion y en el riesgo que estas pueden generar.

Desde este ultimo aspecto, la incertidumbre es un concepto profunda e

inseparablemente relacionado con el sociologico de ‘‘riesgo’’ en la medida en que

este se hace patente cuando se deja al individuo la responsabilidad de elegir entre las

posibles alternativas (Crego 2004: 15) y en tanto que la incertidumbre �al igual que el

riesgo- puede traer aparejados efectos daninos para la existencia humana. La

incertidumbre tambien se vincula con la idea expresada por K. Marx, en el

Manifiesto Comunista (1987: 43), de que ‘‘todo lo estamental y estable se evapora,

todo lo consagrado se desacraliza, y los hombres se ven finalmente obligados a

contemplar con ojos desapasionados su posicion frente a la vida, sus relaciones

mutuas’’. Es decir, que ‘‘todo lo solido se desvanece en el aire’’ -Marshall Berman

1991-, por lo que ser modernos significa vivir en la incertidumbre de que todo

sentimiento o idea solida parece, al mismo tiempo, eterea, lıquida y nada consistente.

Ası pues, la incertidumbre es una categorıa epistemologica, pero a la vez es una

experiencia penosa y tensa, un ‘‘sentimiento vivencial’’ no placentero, que trae

consecuencias psicologicas y emocionales como la inseguridad ante un futuro que

no se puede anticipar, el sentimiento de amenaza, de angustia, de miedo a la

responsabilidad, de aparicion del sentimiento de culpa, de compulsiones o incluso de

bloqueo personal por no saber como seguir el curso de la accion. Igualmente puede

ser un sentimiento que nos aleja del mundo, ya que, como mecanismo de defensa,

puede dar lugar a la insensibilidad, la frialdad o al distanciamiento personal (Crego

2004: 38).

Ahora bien, quisiera anadir que la incertidumbre es una construccion cultural, ya

que se produce fundamentalmente en las sociedades modernas que han alcanzado un

notable desarrollo economico, mientras que las sociedades pobres no viven tan

inmersas o no del mismo modo en ella, puesto que las personas que carecen de toda

necesidad basica y que no encuentran nada consolidado en su existencia estan

probablemente mas preocupadas por que llevarse a la boca cada dıa, por conservar

la vida (Galbraith 1984: 285), que por sentirse parte de un abstracto paradojico

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mundo en el que caben tanto las cosas solidas como las etereas. La incertidumbre es,

pues, un tıpico sentimiento de la burguesıa y de la clase media, lo que no quiere decir

que los sociologos no debamos ocuparnos de los que no han alcanzado la riqueza y

de las desigualdades en el planeta porque tambien son motivo de incertidumbre

futura.Asimismo, la definicion de la incertidumbre debe tener en cuenta su aspecto

ambivalente. La ambivalencia es una caracterıstica tıpica del miedo o de la

angustia �con las que la incertidumbre tiene tantos puntos en comun-, ya que

supone ‘‘presentimiento de lo insolito y expectativa de la novedad; vertigo de la

nada y esperanza de una plenitud. Es a la vez temor y deseo’’ (Jean Delumau 2002:

32). Pero lo mas importante es que la ambivalencia es inherente a la Modernidad

no solo porque surge de la lucha contra lo antiguo y el pasado y porque busca la

novedad y su realizacion futura, sino tambien porque el orden que persigue va

irremediablemente unido al desorden que genera (Bauman et al. 2002: 110�1). En

este sentido, la incertidumbre es hija de la ambivalencia moderna y la lleva en su

propio seno, pero al mismo tiempo es creadora de mas ambivalencia, por lo que se

puede decir que esta es tanto causa como consecuencia de aquella. En cualquier

caso, la incertidumbre es una construccion cultural, al mismo tiempo, positiva y

negativa, real e imaginaria, liberalizadora y dogmatizadora. Positiva porque se

encarna en la duda o en la crıtica constructiva, porque nos ofrece una vida de

posibilidades (Beriain 2007: 68 ss), porque nos impulsa a una interioridad

espiritual o porque rompe certezas autoritarias abriendo una pluralidad de

experiencias y un acercamiento dialogico al mundo. Negativa en tanto que nos

angustia o paraliza y, a veces, incluso nos impide pensar en como salir de ella. La

incertidumbre es igualmente ambivalente porque es, a la vez, real e imaginaria. Lo

primero porque afecta a temas como la dificultad de encontrar un trabajo

adecuado a nuestra formacion o a la vida en la ciudad que no proporciona una

existencia satisfactoria a sus habitantes mientras que la vivienda, la sanidad y los

transportes sean defectuosos y caros (Galbraith 1984: 321 ss). Lo segundo porque,

a veces, tan solo es un producto de nuestra imaginacion, como sucedio, por

ejemplo, con el alarmismo apocalıptico del efecto 2000 sobre los ordenadores, con

la incertidumbre generada por la introduccion del euro o por los efectos de la

burbuja inmobiliaria (Gil-Calvo 2003: 11). En ultimo lugar, ambivalente, en la

medida en que es libremente construida por nosotros, aunque tambien nos

aprisiona. Es construida por nosotros en cada aspecto de nuestra vida social e

individual �como se vera mas adelante-, de manera que el tiempo ya no nos es

dado de antemano sino que lo confeccionamos cultural o subjetivamente. Pero este

tiempo construido o manufacturado a la vez que nos hace libres nos convierte en

sus prisioneros o nos llama nuevamente al autoritarismo dogmatico y, por eso, la

incertidumbre nos produce tanto una sensacion de esperanza como de angustia,

tanto de alivio como de agobio, tanto de liberacion como de asfixia.

Finalmente, para definir adecuadamente la incertidumbre es preciso

vincularla -como indique en la introduccion y siguiendo a Z. Bauman y a Franklin

L. Baumer- a las que considero sus dos condicionantes fundamentales y que seran

tratados a continuacion: el tiempo lıquido y el relativismo.

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Incertidumbre y tiempo

El tiempo es el marco de la incertidumbre porque en ella el futuro no existe, se

fabrica en el presente a partir de las decisiones que toman los actores sociales

(Ferreiro et al. 2006: 59). El tiempo historico de la incertidumbre tambien se

evidencia en el hecho de que ella teje la evolucion de todo el universo (Lozano 2007:

23 ss), de la Historia (Roche 2007: 37 ss) y de nuestra vida.

Por otra parte, la incertidumbre se relaciona asimismo con un tiempo dominante

que ha subordinado al espacio en el que el ciudadano discutıa los asuntos de interes

comun y se sentıa solidamente asentado en un territorio. Por tanto, la perdida del

espacio conecta el individualismo �la soledad- con la incertidumbre, como nos

recuerdan las inquietantes palabras con las que acaba El Paraıso Perdido, de John

Milton (1667�1674; 1998), una vez que Adan y Eva han sido expulsados del Paraıso,

del espacio: ‘‘Cogidos de la mano y con paso incierto y tardo, a traves del Eden,

emprenden su solitario camino’’. La crisis del espacio tambien tiene que ver con la

aceleracion del tiempo: ‘‘El otro dıa �prosiguio Markovic en el mismo tono- se me

ocurrio algo viendo la television en un hotel. Los hombres antiguos miraban el

mismo paisaje durante toda su vida, o mucho tiempo. Hasta el viajero lo hacıa, pues

todo camino era largo. Eso obligaba a pensar sobre el camino mismo. Ahora, sin

embargo, todo es rapido. Autopistas, trenes . . . Hasta la television nos muestra varios

paisajes en pocos segundos. No hay tiempo para reflexionar sobre nada. Hay quien

llama a eso incertidumbre del territorio’’ (Arturo Perez-Reverte, El pintor de batallas,

2007: 68�9).

Esa aceleracion del tiempo ha traıdo otras importantes consecuencias. En primer

lugar, tal rapidez de los acontecimientos cotidianos, polıticos y de los conflictos nos

llevan a pensar que todo puede cambiar pero que nada podemos hacer para

controlarlo o evitarlo (Berian 2004: 228�9). En segundo lugar, el vertigo del tiempo

tambien ha dado lugar a que se devore a sı mismo dejandonos ‘‘huerfanos’’ de el

(Ramos 2007: 173). En tercer lugar, hoy nos hallamos con la sensacion de

encontrarnos en el final del tiempo y, con el, en el termino de los mas importantes

valores de nuestra civilizacion; es mas, quizas, nos encontremos en el fin del final, en

la ultima subfase de la historia de Occidente, sin que todavıa se nos haya iluminado

el inicio de una nueva etapa regeneradora (Roche 2007: 54 ss). Y, en estas

circunstancias, en una epoca de aceleracion, en un tiempo sin espacio y sin tiempo

y en transicion, el desconcierto es mayor y nos embarga de un modo mas poderoso la

incertidumbre.

Ahora bien, la presion que el tiempo ejerce sobre la incertidumbre hace que esta

no permanezca estable sino que evolucione y que adopte diversos grados,

atendiendo al tipo de transformacion producida. En primer lugar, porque los

cambios pueden ser graduales, erraticos, subitos o focales y constantes (Schedler

2004: 37). En segundo lugar, puesto que un sistema cambia, se desestructura y se

descompone o recompone en la medida en que se transforman, debilitan o

desaparecen las relaciones sistemicas que le otorgaban naturaleza y sentido y, por

eso, cuando un acontecimiento no deseado interactua con un sistema, las

consecuencias del impacto se vinculan directamente con la alteracion o destruccıon

de las estructuras y las relaciones que las mantiene unidas, tanto entre sı como a

ellas con los elementos. Especıficamente y dependiendo de como varıen estas

estructuras, existen diversas tipologıas de desestabilizacion social y de su correlativa

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incertidumbre. Si la perturbacion procede del exterior del sistema social se puede

producir una catastrofe �la maxima incidencia-, un desastre o una calamidad y si se

origina en el interior tienen lugar disfunciones, accidentes y crisis (Garcıa Gomez

2005: 110�3). Y, en tercer lugar en relacion con los fenomenos objeto de estudio ycon su evolucion, desde las matematicas se nos indica diversas posibilidades de

incertidumbre a la hora de conocer los fenomenos, bien sea de un modo subjetivo o

por leyes probabilısticas (Gil 1999: 33�4).

La muerte de las certezas

El segundo condicionante de la incertidumbre es la transformacion desde lo absoluto

a lo relativo, desde una sociedad estable con roles claramente establecidos a otracambiante en la que los papeles estan sujetos a una redefinicion constante y a la

reflexividad. Ello es precisamente lo que marca la transicion de la seguridad al riesgo

y de la certeza a la incertidumbre (Crego 2004: 15), fenomeno que se ha producido

lentamente a lo largo de toda la Modernidad. La genesis se halla en la duda

renacentista (Zambrano 1973: 155 ss), que se intensifica en las fases decisivas

ilustrada y romantica (Roche 2005: 15 ss; Roche 2009) y que han conducido, en las

fases moderna y posmoderna, a ‘‘la muerte de la conviccion’’ (Fernandez-Armesto

1999: 173 ss).En la Modernidad la ciencia ha tenido un protagonismo decisivo en este hecho,

en la medida en que demostro, una vez derruida por la guerra de 1914�1918 la

confianza y el determinismo racional en las cuestiones humanas (Steiner 2001: 221),

que toda descripcion de la naturaleza contiene una incertidumbre esencial e

inamovible, es decir, que el cosmos es incierto, que el universo esta fragmentado y

que el tiempo y el espacio han perdido el caracter fijo (Woolley 1994: 191�224;

Watson 2002: 35 ss; Rifkin 2000: 253�4; Gubern 1996: 135; Mosse 1997: 77 ss).

Ademas, ha sido la mecanica de los quantos la que ha sustituido la vieja causalidad,esto es, el determinismo mecanicista por la probabilidad mensurable y disciplina-

damente determinada (LeShan et al. 2002: 32�3 y 128�149), lo que explica que la

ciencia considere que no puede haber ninguna realidad, ningun punto fijo desde el

que el hombre pueda entender el cosmos en el que vive. Pero a este escepticismo del

papel de la ciencia tambien ha colaborado el conjunto de la fısica moderna, que

refleja la creciente importancia cientıfica de la contingencia, la indeterminacion, las

posibilidades inesperadas, la codeterminacion, la diversidad de la naturaleza y el

escepticismo acerca del comportamiento de la realidad para cuantificar susfenomenos o para preverlos (Watson 2002: 35 ss; Woolley 1994: 197�215; Rifkin

2000: 253�4; Gubern 1996: 135) y que, en definitiva, aporta varias ideas

fundamentales: que la naturaleza es discontinua e inestable, que posee un caracter

transmutable y que no es estatica (Bronowski 1978: 77 y 85; Gubern 1996: 135;

Heisenber 1958: 5; Rifkin 2000: 253�5; Watson 2002: 35 ss; Woolley 1994:

197�215).

Una vez que la Modernidad hubo sacrificado la verdad, a la Posmodernidad lo

unico que le queda por hacer es vivir en la duda, de ahı que esta sea una epoca que,huyendo del dogmatismo, del autoritarismo y del absolutismo, ha caıdo en un

relativismo epistemologico en el que todas las teorıas son igualmente respetables y en

el que toda verdad ha quedado devorada. Entenderemos entonces que ‘‘al final del

ser no quede nada, tan solo el Nihilismo’’ -Gianni Vattimo (1995: 24�31 y 156�9),

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que ‘‘la gente se trague todas las mentiras’’ -Felipe Fernandez-Armesto (1999: 177 y

215 ss) y que se instale una existencia incierta.

Fases de la incertidumbre

¿Pero en que momento preciso surge esta? Los mitos de las civilizaciones antiguas

trataron de parar la incertidumbre con el tiempo cıclico, el tiempo recursivo del ser y

de la permanencia. Pero desde el siglo XVII, en Occidente, el miedo se haintensificado al desarrollarse la conciencia de las multiples amenazas que se ciernen

sobre los seres humanos y el mundo (Delumeau 2002: 10�19). Este aumento del

miedo ya no nos ha dejado e, incluso, parece consustancial a la propia moderniza-

cion, como nos sugiere la hipotesis principal de la sociologıa del riesgo que entiende

que, cuanto mas modernos somos, mas peligrosa e incierta resulta la modernidad y

mas se incrementa la probabilidad de que sucedan crisis, catastrofes y desastres (Gil-

Calvo 2003: 11�23).

Ahora bien, para que se produzca incertidumbre, debe haber algo mas que lasensacion de miedo, de riesgo o de inseguridad, pues tiene que venir acompanada del

dominio del cambio sobre la permanencia y de la disolucion de las certezas. Todos

estos ingredientes se condensan en torno a la Primera Guerra Mundial que significo

la caıda de la cosmovision del siglo XIX, esto es, de los imperios, del capitalismo

mercantil, del liberalismo, de la demografıa, de la polıtica, de la sociedad y de todo

lo propiamente humano (Steiner 2001: 274). Es entonces cuando se inicia en

Europa -en los Estados Unidos de America lo hara con la gran depresion de 1929- la

‘‘Era de la Incertidumbre’’ (Galbraith 1984: 137 y 209), que ha pasado por distintasetapas. Esta primera era es ampliada y consolidada en la segunda gran guerra, una

‘‘epoca de catastrofes’’, con el genocidio judıo y las primeras bombas atomicas y con

el auge del fascismo, del nacionalsocialismo y de la Revolucion de Octubre. Pero

despues de la Segunda Guerra Mundial se produce, paradojicamente, un perıodo de

esperanza cultural (por ejemplo, en el arte de vanguardia), acompanado de una

‘‘edad de oro’’ economica, como si tanta destruccion hubiera sido necesaria para

levantar un mundo mejor (Hobsbawm 2001: 29 ss).

Ese desarrollo economico es cuestionado ideologicamente con la revolucion demayo del 68 y con la crisis del petroleo de 1973, que inauguran una nueva fase de

incertidumbre, probablemente la mas intensa, que denominamos posmoderna.

Afecto a la economıa �el fin de la Era Keynes- (Galbraith 1984: 197�225) y se

acompano de terribles acontecimientos como el accidente de la central nuclear de

Chernobil, el atentado contra las Torres Gemelas de Nueva York, las catastrofes

ecologicas del Katrina y del BP en el Golfo de Mexico en Estados Unidos de

America y del Prestige en Espana . . .. Todos ellos parecen darle la razon a esta

consustancialidad de la modernidad y del riesgo y han incrementado enormemente laalarma social que ha llegado a su cumbre a finales de siglo y de milenio, provocando

el advenimiento de un clima de opinion generalizado caracterizado por la

incertidumbre y la desconfianza.

La presencia omnımoda de la incertidumbre en la Posmodernidad

Esta desconfianza e incertidumbre ha cubierto en esta etapa todos los niveles de la

vida social y cultural y se ha convertido en omnipresente, pues afecta, entre otros, a

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la economıa, a la ciencia y la tecnologıa, al juego polıtico y las instituciones en la

democratizacion, a los medios de comunicacion, al derecho y la justicia, a la crisis

de la identidad, a la religion, al comportamiento amoroso, a la novela y al

coleccionismo. Todos estos campos ejemplifican el modo en el que se ha instaurado

la incertidumbre en la sociedad contemporanea y suponen algunas de las lıneas mas

sugerentes de investigacion teorica y empırica acerca de la incertidumbre, tema cuyo

interes esta creciendo en los ultimos tiempos y del que voy a presentar a continuacion

algunos significativos retazos.

a) En la economıa capitalista la incertidumbre esta implıcita, tal y como supo

observar con anticipacion en el siglo XVIII Adam Smith, en La riqueza de las

naciones (2007: 84 ss) y como ha confirmado el Premio Nobel de Economıa J.

Galbraith. Pero, como ya he dicho, la verdadera edad de la incertidumbre economica

se inicia en Europa tras la Primera Guerra Mundial y, en Estados Unidos de

America, tras la recesion de 1929. Desde entonces, nada parece solido ya en la

actividad economica: ni en el dinero por la inseguridad a la hora de ganarlo o por la

destruccion del patron oro, ni en la corporacion porque nadie sabe como, por quien y

con que objeto es gobernada (Galbraith 1984: 164�261). Ademas, este tipo de

empresas han desdibujado sus antiguas referencias y deben buscar, al mismo tiempo,

ser globales y locales, especialistas y generalistas, racionales y emotivas, personali-

zadas y estandarizadas y deben borrar las barreras entre lo fısico y lo digital �brick y

clic- o, lo que es lo mismo, se ven obligadas a cooperar y a competir �a la

‘‘coopeticion’’-.

A esto hay que anadir que los procesos economicos son inestables y evolutivos y

no estables y predeterminados, puesto que en el origen de esa inestabilidad se hallan

las acciones de los individuos. Es decir, que la interaccion entre los actores sociales

modifica las formas historicas que se emplean para entrar en relacion y, de este

modo, ayudan a transformar los escenarios economicos en los que ocurren dichas

relaciones. De ahı que, en un mundo economico de estas caracterısticas, no es el

equilibrio o la armonıa el principal protagonista sino, por el contrario, la

incertidumbre (Ferreiro et al. 2006: 61). Esta incertidumbre se produce en un

contexto en el que el cambio es la gran constante, ¿pero este cambio hacia donde va?,

y, ¿cual puede ser la ventaja competitiva de las corporaciones de la nueva economıa

en esta situacion? La respuesta que nos ofrece el especialista Jose Ma. Alvarez

consiste en ‘‘incrementar el ritmo, la velocidad con la que creamos una oferta

innovadora y la rapidez con la que situarnos. Aceleradamente, al borde del caos . . .El caos deja de ser temido, siempre que esta bajo control’’ (Alvarez 2001: 133�138).

b) El cambio tecnologico, que es un constituyente fundamental para el

crecimiento economico a largo plazo, se caracteriza por presentar un alto grado

de incertidumbre. Y esto es ası porque la innovacion significa cambio y, de acuerdo a

como sea la magnitud de esa variacion �radical o incremental-, ası sera el grado de

incertidumbre que debe enfrentar el individuo o la organizacion que desea

implantarla, ya sea transformando una idea en un nuevo producto, introduciendo

una novedosa tecnologıa de fabricacion o adoptando una estructura organizativa

diferente. Ademas, la incertidumbre del cambio asociado a la innovacion deriva del

desconocimiento que existe sobre la evolucion y el comportamiento de las diferentes

variables que afectan al resultado del proceso de innovacion (Rosenberg 1994:

11�27).

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Por otra parte, cuanto mayor sea el nivel de incertidumbre, tambien lo sera la

resistencia que ofreceran los actores afectados por la innovacion y el esfuerzo

necesario para llevar el proceso de innovacion hasta el final. De ahı que su gestion

sea uno de los aspectos mas importantes en el proceso de innovacion, como ha

demostrado la industria japonesa del automovil que ha gestionado la incertidumbre

minimizando los tiempos de desarrollo de los proyectos de innovacion reduciendo

el solapamiento de actividades, la fabricacion y la planificacion y, en suma,disminuyendo el nivel de incertidumbre (Martınez Sanchez 1994: 71�6).

El cambio tecnologico esta conectado con las relaciones entre la ciencia y la

sociedad, que tambien estan marcadas por la incertidumbre y el riesgo. Incertidum-

bre porque surge del papel hegemonico de la tecnociencia como causa (las

consecuencias inesperadas de la accion), instrumento de definicion (la tecnocracia

y el cientifismo) y fuente de solucion de riesgos (la depositaria tradicional de la idea

de proyecto ilustrado). Por lo demas, la ciencia se ha convertido en un medio de

desafıo polıtico porque a sus incertidumbres intrınsecas se le suma el contexto

adverso de la polıtica que necesita ponderar factores inconmensurables como costes

y riesgos. Yes que ese contexto subraya que la tecnociencia no es una entidad aislada

y autogobernada sino un proceso continuo de elecciones condicionadas por factores

sociales, economicos, tecnicos, cientıficos o polıticos (Blanco et al. 2000: 104�112),

todos ellos presos tambien de la incertidumbre.

c) La incertidumbre es el sello distintivo del juego polıtico y de las instituciones en

la democratizacion. Es difıcil conocer el momento en el que se inicia un proceso

historico �por ejemplo, una transicion democratica-, cuando finaliza y cuandoacaban sus procesos de consolidacion. Ademas, sus fronteras son borrosas y no

constituyen un problema de incompetencia conceptual � o metodologica-sino de la

realidad polıtica, de la falta de claridad de los cambios institucionales, esto es, que no

es una ambiguedad subjetiva sino estructural (Schedler 2004: 25�52).

d) Los medios de comunicacion intensifican y contagian la incertidumbre, ya que

contribuyen a la formacion de la opinion publica mediante la sustantivacion de la

realidad que se transmite en un contexto e influyen tambien en la genesis y evolucion

de la movilizacion social y en el impacto que ella tiene sobre el sistema polıtico. Por

otro lado, genera incertidumbre el hecho de que, ante un mismo acontecimiento o

noticia, los diversos medios de comunicacion recogen ese evento con imagenes y

visiones diferentes (De Santiago 2005: 68�9). Finalmente, los medios de comunica-

cion amplifican la alarma social al utilizar una tecnica de suspense que intenta

propagar un clima de miedo �que vende mas- y al trabajar tanto con malas noticias

ya ocurridas como con malos anuncios de lo que esta por venir (Gil-Calvo 2003:

15 y 164).

e) La incertidumbre en la justicia esta vinculada con la credibilidad de lostestigos, con la escasa preparacion judicial del jurado, con que la verdad es para los

abogados una cuestion de grado y con el subjetivismo del juez que recibe la prueba.

Y no hay que olvidar que la subjetividad es relatividad, que lo subjetivo es una vision

real, pero parcial y restringida y que las falibilidades implıcitas en esta subjetividad

causan dramaticos errores. Ademas, nadie puede predecir a ciencia cierta cual sera la

futura decision del tribunal, esto es, que no es posible una aproximacion cientıfica

bastante segura a la prediccion de las sentencias (Frank 1993: 18�134).

f) La incertidumbre tambien se asocia con la crisis de la identidad que hoy

‘‘parece exigir que se la piense contra el tiempo’’ (Rodrıguez 2007, 153), ya que este la

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ha moldeado transformando su naturaleza y convirtiendola en aleatoria (Nair et al.

1999: 77 ss.), proteica e inestable. Ha sido precisamente el nuevo capitalismo, con su

flexibilizacion de la organizacion del trabajo, el que ha conllevado esta variacion

puesto que ha hecho que la experiencia valga poco y que el yo sea maleable y ‘‘un

collage de fragmentos que no cesa de devenir, siempre abierto a nuevas experiencias’’

(Sennet 2000: 140). Por eso, los humanos no nacemos ya en una identidad dada sino

que la construimos, conformandose esta mas como un proyecto inacabado quecomo algo fijo e inmutable (Fullat 2002: 28 ss.; Bauman 2003: 88 ss.), lo que trae

aparejadas hondas consecuencias. La primera, que la mutabilidad es un signo de la

identidad (Coppens 2002: 12), puesto que se puede ser primero heterosexual y, mas

tarde, homosexual o podemos sustituir nuestra ideologıa polıtica a lo largo de la

vida. La segunda, que ahora la mayor parte de las identidades colectivas ‘‘son mas

bien camisas que piel’’, esto es, son opcionales y no ineludibles (Garcıa-Canclini

2004: 36). La tercera consecuencia, que ‘‘el tiempo no es el enemigo de la identidad

sino que es, al reves, su condicion’’ (Rodrıguez 2007, 153). Y, la cuarta, que la crisis

de la identidad produce procesos generadores de alteridad (Auge 1996: 11 ss.) e,

incluso, de ‘‘identidades asesinas’’ (Amin Maalouf 2004).

g) La duda que lleva aparejada la incertidumbre supone la busqueda de seguridad

y, con ella, un retorno a la religion que adopta diversos modos que pueden ser o bien

liberadores para la psique individual o para el espıritu o bien dogmaticos. En

definitiva, todo ello supone que la religion sea tanto causa como efecto de la

incertidumbre (Tamayo 2007: 105 ss).h) Los cambios sociales que han tenido lugar en la Posmodernidad han afectado

al comportamiento amoroso (Crego 2004: 13�47) y concretamente a la organizacion

de la vida domestica, a los roles de genero, a las relaciones paterno-filiales y al

comportamiento sexual. En la vida domestica, la pluralidad, la privatizacion de la

vida en pareja y el rechazo al matrimonio se convierten en las caracterısticas mas

importantes y, con ellas, se pierde seguridad y se incrementa la incertidumbre. Por lo

que se refiere a los roles de genero, existe una igualacion de los mismos, aunque no

una mayor armonıa. Y, por lo que respecta a la sexualidad, se produce una

separacion entre sexo y reproduccion y entre sexo y matrimonio, por lo que la

sexualidad esta marcada por la plasticidad y por el desdibujamiento de los lımites

geograficos y sociales. Finalmente, las relaciones paterno-filiales tambien se han

transformado, puesto que los hijos constituyen el ultimo reducto del amor

romantico, en la medida en que, ante el panorama de las turbulentas, conflictivas

e inciertas relaciones, estos representan una de las pocas seguridades permanentes y

no intercambiables (especialmente, en las familias monoparentales).En definitiva, el amor posmoderno se caracteriza por la fragilidad de los vınculos

amorosos (Bauman 2007), por una pluralidad de formas y de juegos amorosos, de

modo que las parejas deben negociar y consensuar continuamente las reglas de estos

juegos. Pero ello obliga a la pareja a enfrentarse a lo desconocido y, ante la ausencia

de pautas generales o de normas sociales claramente establecidas, es decir, ante la

privatizacion de la vida afectiva, aparecen la responsabilidad y la incertidumbre.

i) La novela contemporanea (Claude Simon, Augusto Roa Bastos, Borges . . .),debido a los cambios de nuestra epoca y a las nuevas actitudes epistemologicas

(indeterminacion, relativismo e incertidumbre), ensaya estrategias representativas y

constructivas que expresan un cambio en la actitud epistemologica del narrador, el

cual asume la incertidumbre que resulta de las dificultades de describir y conocer

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ıntegramente la realidad. Esto se produce, sobre todo, a partir de la segunda mitad

de la centuria, cuando la incertidumbre se despliega de un modo intensificado en la

narrativa considerando al sujeto y a la realidad como ficciones. Por tanto, la novela

ha incorporado la incertidumbre, el desorden y la fragmentacion y evidenciado elcaracter subjetivo y limitado de toda interpretacion (Martınez Garcıa 2002:

197�220).

j) La incertidumbre se constata, finalmente, en el aumento de diferentes tipos de

coleccionismo, reflejo a su vez de otras tantas taxonomıas del tiempo, de la busqueda

de identidad individual o colectiva y de la memoria, con el fin de cauterizar el

desamparo producido por el desarraigo y la muerte (Bouzada 2007: 133 ss).

A modo de conclusiones

Del tiempo del sentido al sin sentido del tiempo

Tal y como planteaba en los objetivos, creo haber expuesto a lo largo de este artıculoque nuestra civilizacion ha pasado de estar dominada por el ser, la inmovilidad y lo

absoluto a estarlo por el devenir, el movimiento y lo relativo. Y ello ha causado

cuatro grandes transformaciones en el sentido del tiempo:

-La nostalgia del pasado experimentada en la Antiguedad se ha transformado en

un habitar un presente fluido y transitorio �en la Modernidad- y, finalmente, en un

tener miedo a un futuro incierto �en la Posmodernidad-.

-Los tiempos largos que se despliegan con el comercio, se han convertido en el

largo plazo del trabajo del capital o de la industria y en el corto plazo del consumo.Ası pues, se ha asistido a un acortamiento y aceleracion del tiempo.

-El espacio inmovil, sin tiempo, que representaba un refugio seguro contra el

devenir, se ha transmutado en un tiempo que, al fagocitar o ningunear al espacio, ha

destruido aquel viejo asidero.

-La amalgama de tiempo y sentido que ha constituido nuestra civilizacion ha sido

sustituida por un tiempo sin sentido, de contornos lıquidos, borrosos e imprecisos y

demasiado acelerado para que pueda ser comprendido y asimilado.

La plasticidad de la incertidumbre

La gran consecuencia del dominio avasallador del tiempo ha sido el derribo de unorden social estable y permanente y su sustitucion por la incertidumbre. Ella esta

presente en multitud de campos sociales y culturales que evidencian, al menos, los

siguientes elementos constitutivos con los que debemos enfrentarnos si queremos

encararla adecuadamente:

-Que las nuevas estructuras generadas por la destruccion de las antiguas poseen

fronteras indefinidas, borrosas y ambiguas que estan marcadas por el cambio y la

transformacion y, consecuentemente, por la dificultad o imposibilidad de que

adopten formas estables y reconocibles. Son, pues, ellas un sustrato de laincertidumbre, pero tambien lo es el subjetivismo contemporaneo, que supone

relatividad, falibilidad y error y que, con ello, representa otro ingrediente funda-

mental. Y, en este contexto, debemos negociar y consensuar continuamente las reglas

del juego social y cultural y, como quiera que no poseemos reglas fijas y aceptadas

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comunmente ni estructuras e instituciones que nos sirvan de modelo, debemos

hacerlo con incertidumbre y tambien con responsabilidad.-Que el tiempo es la condicion y no el enemigo de la incertidumbre. Al respecto,

las propuestas que han ofrecido algunos expertos para controlarla, es decir,

incrementar el ritmo, la velocidad y la rapidez y hacerlo aceleradamente, al borde

del caos, o minimizar los tiempos de desarrollo de los proyectos, no suponen desde

mi perspectiva una buena estrategia. En primer lugar, porque no es posible ganarle la

batalla a la incertidumbre generada por el tiempo, el devenir y la transformacion con

mas aceleracion porque eso genera mas incertidumbre. Ademas, nuestra naturaleza

biologica, fısica, sentimental e intelectual nos impide aceptar mas velocidad en

nuestra vida y, por tanto, tenemos lımites a la hora de soportar la incertidumbre.

-Que si la realidad -el mundo, la sociedad- y el sujeto que la contempla, que la

vive o que desea transformarla son consideradas como ficciones, es difıcil no pensar

que tambien la cultura de la incertidumbre es una ficcion o que, al menos, lo es en

parte. Y, en cualquier caso, es tan fluida, flexible, lıquida y plastica como la sociedad

que la ha construido.

La incertidumbre es libertad y vida

En ultimo lugar, quisiera concluir con dos reflexiones mas asociadas a la relacion del

tiempo y de la incertidumbre. La primera es que el individuo esta hoy inmerso en un

cronotopo en el que ha triunfado el devenir y en el que ha sido casi totalmente

diluido el espacio. Ası es, el mundo que todos habitamos en la actualidad se ha

convertido en un espacio liviano, flotante, fluido sobre el que las sociedades, las

culturas y los individuos flotan desarraigados, fragiles y �como los atomos-

azarosamente en un universo inconmensurable. Es curioso que Lucrecio ya intuyera

todo esto cuando escribio �en De la Naturaleza de las cosas, siglo I a.C., vv 216-260-

que el comportamiento de los atomos, sus movimientos imprevisibles, los situaban en

un tiempo y en un espacio inciertos que son los que, segun el, sustentan la libre

voluntad de nuestros actos. Es llamativo comprobar que continue vigente su

vinculacion entre la libertad y la incertidumbre y que todavıa siga siendo aquella

una consecuencia de esta. Es posible, pues, que hoy nos encontremos ante la difıcil

tesitura de aceptar la incertidumbre si queremos ser libres, si no queremos volver a

una sociedad mas segura y ordenada pero tambien mas determinativa de nuestras

acciones y, por tanto, mas autoritaria.

La segunda reflexion tiene que ver con el hecho de que, en un tiempo tan relativo

y esceptico como el nuestro, la unica certidumbre inefable y absoluta nos parece que

es que el tiempo se nos acaba; personalmente, porque nos conduce a la muerte, y,

colectivamente, porque la civilizacion, el trabajo, el petroleo, los alimentos, los

recursos naturales, el mismo planeta y ¿la sociedad? son ya bienes escasos y parecen

hallarse en su etapa final. Y, si esto es ası, si el tiempo es la muerte, entonces la

incertidumbre es la vida y lo que propongo, en conclusion -y en lınea con Kant, M.

Weber y G. Simmel-, es que construyamos ambas eticamente con los ojos bien

abiertos, con espıritu libre, crıtico y con responsabilidad.

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