La iglesia en la economia de America Latina siglos XVI al XIX

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La iglesia en la economia de America Latina siglos XVI al XIX A. J. Bauer/compilador Coleccion Biblioteca del INAH Institute Nacional de Antropologfa e Historia

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La iglesia en la economiade America Latinasiglos XVI al XIX

A. J. Bauer/compilador

Coleccion Biblioteca del IN AHInstitute Nacional de Antropologfa e Historia

Se termind de imprimir el dia 30 de noviembrede 1986 en los Talleres de Impresion del INAH,Calzada Mexico—Tulyehualco 3428, Culhuacan,Mexico, D.F. La fotocomposicion y la forma-cion estuvieron a cargo de Praxis, S.A. de C.V.,Vallarta 55, Coyoacan, Mexico, D.F. La edicionconsta de 1 000 ejemplares.

Los conventos de monjas en la Nueva Espana *

Asuncion Lavrin

[Desde 1966, cuando publicara un estudio sobre el "Papel delos Conventos de Monjas en la Economia de la Nueva Espanaen el siglo XVIII", Asuncion Lavrin ha venido demostrando unconocimiento muy completo sobre las fuentesde la economiaeclesidstica. Como es el caso con todo su trabajo, este capitulose apoya en la evidencia obtenida en una serie de archivos. Elproblema de diferenciar los depositos de los censos (quepuedenser tanto prestamos como cargas) estd presente aqui como engran parte del trabajo que se ha realizado sobre esta materia,por lo cual el capitulo debe leerse con sumo cuidado. Es unhecho que para obtener un conocimiento detallado de los pro-cesos economicos y sociales internos que operaban en losconventos, no hay mejor guia que Asuncion Lavrin. Un tra-bajo anterior sobre las ordenes femeninas en la Nueva Espanaes el de Josefina Muriel, Los conventos de monjas en la NuevaEspana (Mexico, 1946). ]

Uno de los problemas mas espinosos en el estudio de la historiaeclesiastica colonial en Hispanoamerica ha sido el de estimar elvalor de las propiedades y la politica de inversiones de las corpora-ciones de la Iglesia. Las fuentes documentales esenciales para elestudio de estos topicos son los libros de cuentas de las corporacio-nes, los libros de censos y depositos, los instrumentos notarialesreferentes a litigios, compra y venta de casas, etcetera. Con respectoa Nueva Espana, muchas de estas fuentes se dispersaron despues dela Reforma, con la abolicion oficial de las comunidades religiosas,

* Publicado originalmente como "La riqueza de los conventos de monjasen Nueva Espana: estructura y evolucion durante el siglo xvii", Cahier deAmeriques Latines, num. 8 (1973), pags. 91-117.

y hoy es dificil encontrarlas a no ser en forma fragmentaria envarios de los archives nacionales y provinciates.

A pesar de la dificultad que de antemano se previene paraabordar el tema, es posible encontrar suficiente information sobrelas corporaciones como para ensamblar un cuadro bastante com-plete de la estructura, evolucion y valor de las inversiones clerica-les. Cuando por fortuna se encuentra un grupo de documentos queprovee un informe relativamente intimo de las corporaciones a laMitra, se puede reconstruir, con precision adecuada, la orientationeconomica de esas corporaciones. Este ha sido el caso de un grupode documentos hallados en el Legajo 1151 del Ramo de BienesNacionales, en el Archive General de la Nation, en Mexico. EsteLegajo contiene las Relaciones Juradas de los ingresos e inversionesde 15 de los 18 conventos de monjas de la ciudad de Mexico en1744. Los unicos conventos que faltan en este expediente son losde Santa Clara y La Conception, desafortunadamente, pues eranlos mas ricos de la capital. Sin embargo, disponemos de las cuentasparticulares que presentaron para el mismo periodo los mayordo-mos de estos dos conventos lo que permite un estudio bastante pre-ciso de sus fondos e inversiones. El convento de indias de CorpusChristi, fue exento de rendir una relation de sus bienes debido a loreciente de su creation en aquella fecha.

Este grupo de documentos ha servido como base al presenteestudio, que pretende dar una idea de la evolucion de las inversio-nes de los conventos femeninos de Mexico, principalmente en elsiglo xvill, teniendo como base las Relaciones Juradas de 1744,pero valiendonos de muchas otras fuentes consultadas en el cursode nuestras investigaciones.

Las Relaciones Juradas se redactaron a raiz de una Real Ordende 1743 en la que Fernando VI ordenaba la recoleccion de undonativo para ayudar a la Corona a sufragar los gastos de la guerracontra Inglaterra (1739-1748). Este donativo requeria dosmillonesde escudos, en moneda del reino, de los Prelados y eclesiasticos, yhabia sido aprobado por el Papa Benedicto X.1 La Corona espanolarecurrio frecuentemente al uso de donatives, eclesiasticos o laicos,que unas veces pagaban intereses y otras no. A los ultimos se lesllamaba "graciosos", un eufemismo usado para obtener contribu-ciones que no se reembolsaban.2

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Ya desde los tiempos de Felipe II, Espana habi'a utilizado suinfluencia sobre la Santa Sede para obtener contribuciones ecle-siasticas destinadas a sostener el costo de su poh'tica y las guerraseuropeas.3 Durante los siglos xvn y xvill los donatives pedidos alos subditos americanos fueron numerosos, y motivados no solopor las campanas militares, sino por una situacion economica y po-litica muy inestable en Espana misma.4 Se pidieron donatives, porejemplo, en 1624, 1636, 1647, 1696, 1703, 1710, 1723, 1743,1765 y 1780, para mencionar solo algunos.5

En 1721, Clemente XI concedio a Felipe V el derecho a un"subsidio caritativo" de un millon de ducados de plata sobre lasrentas eclesiasticas del clero regular y secular de los dominicos es-panoles.6 Este subsidio solo proporciono 200 000 pesos en NuevaEspana, y poco o nada en el Peru, de acuerdo con una fuente.7 Lanaturaleza de las inversiones eclesiasticas y la situacion de la eco-nomia americana, conspiraba contra el desembolso de las grandessumas requeridas por la Corona espanola, especialmente si el dona-tivo era "gracioso". Ninguna corporacion eclesiastica tenia dineroacumulado en sus areas, sino circulando constantemente en formade depositos y censos, o invertido en propiedades. Tales fondos erandif iciles de recuperar rapidamente de los prestatarios, y las corpora-ciones solo se deshacian de sus propiedades cuando no les rendianganancia, pero nunca para efectuar prestamos a la Corona.

Durante la primera mitad del siglo xvill, la situacion econo-mica de las posesiones espanolas en America no fue conducentepara los donativos o contribuciones "graciosas". Las guerras de laSucesion Espanola (1700-1714) y la guerra contra Inglaterra afecta-ron la economia al interrumpir el pasaje de las flotas y de hechorestringir el comercio por largos periodos de tiempo. El periodoinmediatamente anterior al donative decretado en 1743 regis-tro epidemias en Nueva Espana en 1736, y un ano caracterizadocomo de crisis agricola en 1741-1742.8 Los fondos de la RealHacienda llegaron a niveles muy bajos en 1743 y 1744, y el virreyconde de Fuenclara se vio obligado a requerir un prestamo especialde los principales comerciantes de Mexico y del Consulado.9 Laminen'a habi'a comenzado a tomar vigor, pero aun no habi'a entra-do en su periodo de mayor prosperidad.10

Fueron estas las condiciones en que se recibio la Real Orden de

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1743 para colectar el donative eclesiastico. El conde de Fuenclaracomunico la orden personal al arzobispo Vizarron y Eguiarreta,pero no esperaba resultados significativos. En vista de que el do-nativo de 1721 aun no se habia terminado de recoger, se decidiofinalizar su cobranza antes de exigir la del donativo prescrito en1743. De modo que, en 1744, se requirio que las corporacionesque no habian cumplido con el primer donativo, contribuyeran deacuerdo con sus terminos. Las corporaciones deb fan aportar el 6%de su renta, despues de deducir los gastos de mantenimiento.

De acuerdo con Fonseca y Urrutia, hasta noviembre de 1744se recogieron 199 393 pesos, siete reales y ocho granos para el do-nativo, pero los autores no especifican si esta contribution provinode fuentes eclesiasticas y civiles o de fuentes eclesiasticas exclusiva-mente.11

Las Relaciones Juradas de 1744 fueron escritas por los mayor-domos de cada convento y para informacion de las autoridadeseclesiasticas. Su contenido se juzga fidedigno, ya que hubiera sidodificil para los mayordomos ofrecer cifras falsificadas. No todas lasRelaciones fueron escritas en el mismo estilo ni ofrecen la mismainformacion de modo uniforme. Cada mayordomo redacto la infor-macion de su convento a su gusto. Sin embargo, a pesar de la diver-sidad estilistica, todas las Relaciones proveen datos esenciales quehacen posible una evaluation satisfactoria de la riqueza de los con-ventos de monjas en la capital de Nueva Espana a mediados del sigloXVIII.

La informacion de todos los conventos se ha agrupado en latabla 1, y de acuerdo con ella, el valor total de las inversiones delos conventos femeninos sobrepasan los siete millones de pesos.Esta suma no comprende el valor de las iglesias o edificios conven-tuales, ni sus ornamentos. Como se observa, las inversiones con-ventuales se hacian preferentemente en bienes inmuebles (60% deltotal), que sobrepasan ampliamente el valor de los censos y deposi-tos. Con solo cuatro excepciones, los conventos de la ciudad tenianmas de un 50% de sus inversiones en propiedades de casas. Sinembargo, la suma de 2 1/2 millones de pesos en censos y depositoses aun considerable.

Las cifras totales de inversion nos permiten catalogar los conven-tos en pobres: Capuchinas de San Felipe de Jesus, Corpus Christi

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Inversiones de los conventos de religiosas de Mexico en 1744*

Santa Catalina deSena

Santa InesSanta IsabelSan GeronimoSan Juan de la

PenitenciaSan LorenzoCorpus Christi

San Jose deGratia

La ConceptionSanta ClaraCapuchinas de San

Felipe de JesusRegina CeliSanta Teresa la

NuevaSanta Teresa la

AntiguaLa EncarnacionSan Bernardo

BalvaneraJesus Maria

Total6

Casas(pesos)

356 640

148 400223 410442 540

32300

204 740No rindioinforme187 200

511 480240 000

181 06012960

215440

567 38077 200

307 820493 760

4 202 330

%

87.6

89.261.785.410.8

52.3

52.2

59.738.9

51.09.9

82.7

65.121.7

76.967.060.0

Censos(pesos)

44040

17 80036 4005676060 656

77 505

45 140

146 62011 213

76635(Censos

45 100

20367068356

42200118680

1 150775

%

10.9

10.810.011.120.2

19.9

15.0

17.018.1

21.6

Depositos(pesos)

6300

10275018400

206 636

108 600

69900

199620264 450

68820y depositos 118 460)'

17.3

23.419.2

10.516.116.4

101 000210 591

50560124 100

1 531 727

%

1.5

28.33.3

69.0

27.8

23.0

23.343.0

19.490.1

11.559.1

(Obras pi'as)12.616.921.8

Total(pesos)

406 980

166 200362 560517 700299 593

398 845

302 240

857 720615663

326 515131 420

872 050356 14731 915

400 580736 540

7 044 208

* AGN, BN, leg. 1151; leg. 356, exp. 13 (La Conception); T y C, vol. LXXV1I (Santa Clara).a Los censos y depositos de Santa Teresa la Nueva no estan inc uidos en el total del cuadro ya que la Relacion del

convento no los determine por separado.b El porcentaje total no llega a 100% porque los eensos y depositos de Santa Teresa la Nueva no estan incluidos en el

total.

de Indias (que no contribuyo), Santa Ines, Santa Teresa la Nueva ySanta Teresa la Antigua. De mediana categoria fueron los de Bal-vanera, San Bernardo, Regina Celi, San Jose de Gracia, San Juande la Penitencia, Santa Isabel y Santa Catalina de Sena. Los grandesconventos coloniales, con mas de 500 000 pesos de inversion en1744, fueron los de San Geronimo, La Conception, Santa Clara,La Encarnacion y Jesus Maria. Estos cinco conventos tem'an, enconjunto, inversiones por valor de cuatro millones de pesos, o sea,el 57% del total de la riqueza conventual femenina. Tanto por laextraction social de sus profesas, como por sus relaciones econo-micas con los elementos mas influyentes de la capital novohispana,estos conventos pueden considerarse como los que sentaban nor-mas en cuanto a politica de inversiones.

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El hecho de que en 1744 los conventos mas influyentes deNueva Espana prefirieran in vert ir en propiedades urbanas en vez decensos y depositos, nos ofrece una situacion peculiar que mereceun analisis mas detenido, ya que no siempre fue igual. Una miradaretrospectiva al siglo xvil nos muestra que durante buena parte deese siglo los conventos estuvieron mal administrados, pero los nu-merosos donatives que recibieron de patrones piadosos, especial-mente despues de 1650, les permitieron recobrarse de los grandesgastos suntuarios realizados y de la pobre administration, al mismotiempo fue posible canalizar parte de esos capitales hacia los mer-caderes y duenos de propiedades urbanas y rurales, en forma decensos primero, y depositos, despues. Aunque los conventos fueroninstituciones esencialmente urbanas, sus inversiones fueron tantoen propiedades rurales como urbanas, ya fueran adquiridas para simismos, o en censos y depositos. Estas inversiones no se desarrolla-ron uniformemente. En ciertas epocas predominaron los censossobre la adquisicion de propiedades. En el siglo xvil los conventosprefirieron los censos, pero esta predilection cambio con el tiempo,y en el siglo xvill la propiedad urbana ocupa un lugar preferente.For su parte, los conventos de provincia invirtieron tanto en censoscomo en depositos, pero tuvieron muchas mas propiedades ruralesque los de la capital, una caracterfstica que persistio a traves detodo el periodo colonial,12

En todos los casos, los conventos femeninos establecieron soli-das relaciones economicas con las clases propietarias, situacion yavigente a finales del siglo xvi. Estas relaciones tuvieron como baseel censo y despues el deposito.13 El censo fue un fenomeno econo-mico-legal que favorecio en Nueva Espana en el siglo XVII y queperduro a traves del siglo xvill, aunque ya no en forma tan promi-nente. La raiz del censo es medieval y su uso se generalize en lasposesiones espanolas de America debido a la falta de capital endinero efectivo de muchos propietarios. El censo pod fa consistiren un gravamen derivado de una donation de dinero a una institu-tion clerical; pero en lugar de entregarla, el otorgante se obligaba apagar un interes anual a la institution beneficiada. En Nueva Es-pana, el interes (o redito) fue generalmente de un 5% anual. Tam-bien se uso mucho el censo consignativo, aquel en que el dueiio deuna propiedad, o censuatario, recibi'a una suma de dinero de una

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corporacion (el censualista) y se obligaba a pagar un interes anualde un 5% por la suma recibida. En ambos casos, los duefios sucesi-vos de la propiedad, segufan obligados a pagar el interes, a menosque redimieran el censo, o sea, pagaran la suma original de dinero,recibida o prometida, por el censuatario original.14

Ya desde el siglo xvi los padres de muchas monjas gravaronsus propiedades con censos para proveer a sus hijas con las dotes deprofesion; tambien muchas donaciones piadosas a los conventosse realizaron de este modo.15

Los depositos, por su parte, eran prestamos de dinero al 5% deinteres anual que se devolvian al cabo de varies aiios. Aunque a vecesel termino de devolucion era especffico, por tres o cinco anos, enmuchos casos los depositos se extendi'an por mas de diez anos. Losdepositos requerian fiadores como garantia de su pago, o la hipo-teca de alguna propiedad como colateral. Los fiadores pod fanofrecer sus propiedades o negocios como garantfa de su credito, yse comprometfan legalmente a reintegrar el todo o una parte delprestamo en caso de quiebra o falta de pago del depositario. Ladiferencia practica entre el censo y el deposito consisti'a en que loscensos se perpetuaban por muchos anos, a veces generaciones,mientras que los depositos siempre fueron de duracion mas res-tringida.

El censo fue la inversion preferida de los conventos de Mexicoen el siglo xvu. Es posible que la depresion economica experimen-tada en Nueva Espana a partir de la tercera decada del siglo xvncontribuyo a la popularidad del censo. Aunque la depresion no fuetan severa como se habia asumido anteriormente, la economia secaracterizo por su falta de vitalidad en comparacion con ciertosperiodos del siglo xvi y mas tarde del siglo xvill.16 La produc-cion minera, y por ende, la agricola, se redujeron notablemente yel crecimiento demografico fue generalmente lento. Por otra parte,es cierto que durante este siglo hubo gran acumulacion de riquezaentre ciertos miembros de la sociedad lo que no sugiere despresion,sino un desequilibrio en la distribucion de la riqueza. Los merca-deres que controlaban el cerradosistemacomercialhicierongrandesfortunas en el siglo xvn. Igualmente algunos grandes terratenien-tes que se dedicaron a la ganaderia o al cultivo de azucar.17

Estos acaudalados miembros de la sociedad, o sus viudas, fue-

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ron los patrones de muchas obras pfas, y pasaron su capital a laIglesia a traves de capellanias, dotaciones de fiestas, donacionespara la construction de iglesias, conventos, etcetera. De este modo,la Iglesia, representada por sus numerosas corporaciones, se convir-tio en una institution eminentemente rica, que manejo los capitalesque las clases altas le hicieron accesibles. Estos capitales constitu-yeron la base monetaria de los censos que se daban a quienes neee-sitaban de dinero en efectivo, un articulo que no era particular-mente abundante en el Virreinato.18

Es un hecho bien conocido que los conventos de monjasfueronuna de las fuentes mas seguras de capital desde el siglo xvn. Unexamen de las listas de censos y depositos de varies de los conven-tos mas ricos de Mexico a finales de este siglo, demuestra la mtimaconexion de los conventos con las altas clases sociales, asi como elhecho de que ya los mismos habfan sido reconocidos como fuentesde capital por mercaderes y propietarios, que acudian a ellos parapedir fuertes prestamos.19 La precedente afirmacion no pretendeignorar el gran numero de censos o prestamos de sumas modestasque se dieron a duenos de propiedades menores. Sin embargo, enlos grandes conventos se hizo obvia la preferencia por los prestata-rios acomodados y de mas so lido credito.

La especial relation socioeconomica de los conventos femeni-nos con los grupos dominantes de la sociedad colonial tiene su prin-cipio en los origenes de estas instituciones. Gran numero de losconventos de Nueva Espana fueron fundados como centres derefugio y protection para mujeres que, dada la heterogeneidadde la sociedad colonial, no podian arreglar matrimonios apropiadoscon hombres de su misma condition social.20 Este proposito deproteger a las mujeres encontro una acogida favorable entre muchosde los hombres y mujeres adinerados y piadosos de Nueva Espana,que fundaron conventos ellos mismos, o proporcionaron grandessumas para su mantenimiento.21 La politica de admision en la ma-yoria de los conventos, que rechazaba a las que no fueran hijaslegitimas, pudieran probar su limpieza de sangre, y trajeransu dote,convirtio a estas instituciones en repositorios de gran numero demujeres pertenecientes a las mejores familias coloniales.22 A fina-les del siglo XVII, los conventos estaban relacionados social y eco-nomicamente, con las clases privilegiadas de Nueva Espana: los

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terratenientes, los mercaderes, los clerigos, las viudas ricas ylas ordenes religiosas de mayor capacidad economica. Muchos deestos individuos pertenecian a familias que habian protegido a losconventos o cuyas hijas, hermanas y parientas habian profesado enellos, formandose asi' un cfrculo de beneficio mutuo entre los con-ventos y las elites del Virreinato.

El origen o position social de los beneficiados por los grandesprestamos de los conventos no cambio durante el siglo xvn. Porotra parte, el caracter de las inversiones de los conventos si' cambiode modo significative. Los cambios mas importantes fueron la dis-minucion, en numero y volumen, de los censos, paralela a un aumen-to en los depositos, y en ultimo extremo, el reemplazo de ambospor la adquisicion de bienes inmuebles, que se convirtieron enla principal fuente de ingresos para la mayoria de los conventosde la capital.

Durante el siglo xvn se encuentran numerosos ejemplos decancelacion de censos, pero tales cancelaciones aumentaron pro-gresivamente en el siglo xvill. Este proceso, en los conventos demonjas, comienza a acelerarse despues de 1720. No solo losduenosde propiedades censadas a favor de los conventos cancelan los mis-mos, sino que los conventos cancelan los censos que recargan suspropiedades a favor de otras instituciones u obras pi'as.23

El convento de La Conception es un ejemplo excelente: teni'auna lista de 110 censos en 1683. En 1714 el convento teni'a lassiguientes inversiones:

CUADRO 1

% del total Total

Censos perpetuos 70 245 pesos41.4

Censos redimibles 254 245 pesos783 507 pesos

Depositos 302 042 pesos 38.6Casas 157140 pesos 20.0

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Ya en 1744 solo el 17% de las inversiones del convento eran encensos. En 1798, La Concepcion declara poseer solo seis censosperpetuos y 13 redimibles.

El convento de La Encarnacion, en 1707-1708, teni'a un 30%de sus inversiones en censos. En 1744 solo un 23.4%. En 1795, LaEncarnacion teni'a 129 100 pesos en ocho censos que constitui'anun 9.9% del total de sus inversiones. Uno de esos censos era por100 000 pesos y estaba impuesto sobre el mayorazgo de los Villa-nueva desde antes de 1744; pero aparte de ese censo, se observauna notable reduccion en los demas. El convento de Regina Celiofrece un caso similar. En 1686, Santa Isabel de Mexico, teni'a 81censos en su Libro de Censos. Este libro parece haber sido revisadoen 1754, segun lo indican adiciones marginales. Todos los capitalesdel siglo xvm han sido "redimidos" en esta fecha, aunque algunosde ellos habi'an permanecido por 30 6 40 aiios durante el sigloXVII.24

Sin embargo, no todos los conventos de la ciudad redujeronsuscensos de forma tan radical. De hecho, algunos como el de SantaTeresa la Nueva continuaron dependiendo de ellos como su fuentemas importante de ingresos, como se observa en el cuadro 1. Sinembargo, estos conventos son una excepcion a lo que parece seruna tendencia entre el resto de las comunidades mas ricas e influ-yentes.

La nocion de que los censos eclesiasticos constituyeron unapesada carga sobre la propiedad rural de Mexico se basa en solidasfuentes documentales.25 Es indudable que a fines del siglo xvmnumerosas propiedades estaban recargadas de censos. Sin embargo,se debe tener en cuenta que el uso deltermino "censo eclesiastico",de modo general, podia tambien incluir capellanias, obras pias demisas, dotaciones de huerfanas, etcetera, que no tenian relacionalguna con los conventos de religiosas. La information que ofrecenlas cuentas y relaciones de los conventos de monjas capitalinos, nospermiten afirmar que los mismos se interesaron cada vez menos enlos censos y que estos fueron cayendo como forma de inversion.

Mientras los censos tuvieron gran vigencia, y aun durante superiodo de declive, es dif icil sentar regla alguna en cuanto a si fue-ron impuestos, de preferencia, sobre propiedades rurales o urbanas.La informacion provista por las listas de censos muestra una gran

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diversidad de imposiciones, pero ninguna orientacion fija. En 1744,los censos de San Geronimo, San Juan de la Penitencia y ReginaCell estaban impuestos en su mayor parte sobre propiedades urba-nas. Sin embargo, San Juan de la Penitencia, en 1721, habfa tenidomas censos sobre haciendas que sobre casas: se puede presumir quelos primeros fueron cancelados mas rapidamente que los segundos.Por otra parte, San Bernardo, La Concepcion, La Encarnacion yJesus Man'a, durante el siglo xvin, tomaron preferentemente comogarantfa de sus censos hipotecas sobre fincas del campo.26'2

La creciente falta de interes en renovar censos o invertir capitalen ellos, puede deberse a varies factores. Uno de ellos fue la faltade control directo sobre los censos por parte de los conventos. Elcenso pasaba de un individuo a otro en las diversas ventas de propie-dades, que se recargaban con nuevas adiciones hechas por dueiiossucesivos. A medida que pasaba el tiempo, la propiedad estaba enmayor riesgo de suspender el pago de los intereses y entrar en liti-gio, a pesar de las protecciones legales tomadas por los conventos.Los pleitos no siempre garantizaban el pago del capital original nide los reditos. Aun en caso de subasta y venta de la propiedad cen-sada, el valor de la misma a veces no alcanzaba a cubrir todas susdeudas. La perdida de muchos capitales dados a censo sucedio contanta frecuencia como para instigar un cambio de inversiones paralos conventos.28

La gradual cancelacion de censos que se observa en el siglo xvnproveyo a los conventos con fondos que fueron transferidos a laadquisicion de casas o a la inversion en depositos, aunque no sedebe olvidar que las dotes y reservas de las monjas, y las obras pia-dosas, tambien contribuyeron a proporcionar capital nuevo a estasinstituciones. Aunque los depositos fueron menos importantes quela adquisicion de bienes inmuebles, no hay duda de que los con-ventos los prefirieron a los censos. El capital invertido en depositosfluctuaba anualmente, debido a la reinversion de prestamos redi-midos o devueltos. Sin embargo, los depositos llegaron a constituirhasta un 30% de la entrada de muchos conventos, y en algunoscasos excepcionales (San Juan de la Penitencia, Santa Clara, SantaTeresa la Nueva, San Bernardo), la forma preferida de inversion.

Los depositos, como se dijo anteriormente, requerian fiadoreso la garantfa adicional de una propiedad como fianza. Como en el

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caso de los censos, es dificil establecer una regla general sobre queclase de propiedades eran preferibles para los conventos comogarantias. Los conventos mas ricos parecian preferir los grandespropietarios, los grandes mercaderes, los miembros de la nobleza ola elite burocratica colonial. Raras veces daban prestamos a minerosusando las minas como garantia, pero si daban prestamos a mine-ros ricos o comerciantes vinculados a la minena, siempre y cuandolo mismos ofrecieran hipotecas sobre sus propiedades inmuebles,o un fiador de buen credito. El convento de La Encarnacion mues-tra, en sus listas de depositos de 1776,1787 y 1795, una marcadapreferencia por las propiedades rurales.29 Jesus Maria tenia unmayor numero de depositos sobre propiedades urbanas y con fia-dores, en 1724 y 1756. Sin embargo, en 1795, tenia 154 500 pesosa deposito sobre propiedades rurales y 104 025 pesos sobre propie-dades urbanas. El resto del total de 346 000 pesos de depositosestaba repartido entre ordenes religiosas, el Consulado y mercade-res con fiadores.30

A medida que los depositos fueron ganando en importancia enel siglo xvm, se nota una tendencia general, especialmente entrelos conventos mas ricos, a conceder depositos de mayores cantida-des de dinero a un numero mas reducido de prestatarios. Ciertonumero de mujeres tambien reciben, a veces, depositos de grandessumas. Estas mujeres frecuentemente pertenecian a familias distin-guidas, como los Romero de Terreros o los Sanchez Tagle, o eranviudas de propietarios y hombres acaudalados.31 El ejemplo delconvento de Jesus Maria servira para ilustrar esta tendencia ala concentracion de prestamos entre los miembros de la elite socio-economica.

En 1724, Jesus Maria tenia 43 nombres en su lista de depositos,que sumaban 178 020 pesos. Catorce prestatarios (32.5%) tenfanprestamos por 84 700 pesos (47%).32 El informe de 1744 para esteconvento es muy sucinto y no permite analisis. Sin embargo, en elperiodo de 1756-1761, el convento tuvo entre 146 500 y 199 600pesos en depositos. Las cuentas de 1756 contienen 24 depositos.De estos, siete depositaries (29%) tenfan 89 000 pesos (60%). En1758, el Colegio de Portaceli obtuvo un prestamo de 34 000 pesos.En este ano, dos depositaries: el Colegio de Portaceli y el Mariscalde Castilla, que tenia en su poder 60 000 pesos, monopolizaban

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entre ambos 94 000 pesos, o sea, 51% del total de depositos esti-mados para ese ano (181 700 pesos).33 En 1763, el convento presto106 000 pesos al mercader Juan de Guardamino.34 A finales delsiglo xvill, Jesus Maria habi'a reducido el numero de sus presta-mos, pero el total de los mismos era mayor que nunca. En 1795,teni'a 34 depositaries de los cuales 18 (53%) teni'an 309 500 pesos,o sea, 89% del total de depositos (346 025 pesos).35 Muchos deestos depositos estaban en manos de gente influyente. Matfas Angelde Segura, dueno de una hacienda en Tetepango, teni'a 46 000 pe-sos; la familia del mariscal de Castilla retenia 40 000 pesos que habi'atornado varias decadas antes, y la familia del conde de Regla teni'a31 000 pesos.

Las Relaciones Juradas de 1744 confirman que ya a mediadosde siglo existi'a esta tendencia a la concentracion de prestamos. EnSan Lorenzo, con 26 depositos por 77 505 pesos, cinco personas(19.2%) teni'a 32 302 pesos o 41% del total. Entre los depositariesse encuentran los ricos comerciantes Juan Francisco Meoqui, Ja-cinto Martinez de Aguirre y Juan Francisco Vertiz. Entre los nobles,el mariscal de Castilla y el marques de Guardiola, aunque estosultimos tenian depositos pequenos. Sin embargo, ambos teni'an de-positos en otros conventos al mismo tiempo.

En el convento de Regina Celi, siete depositaries (35.5%) de 23en la lista, teni'an 40 220 pesos, o 58.5% del total de 68 820 pesosdados a depositos. Santa Isabel teni'a 25 depositos por 102 750pesos. De esta suma, el Consulado teni'a en su poder 40 000 pesoso sea 39% del total. Este deposito pone de relieve la intima relacioneconomica entre los conventos de monjas y el influyente grupode mercaderes capitalinos. Este mismo convento habi'a otorgado53 500 pesos (52% del total) a tres depositarios, que representabaun 12% de un total de 25 en la lista.

Nuestra Senora de Balvanera teni'a 22 depositarios en 1744, yun total de 50 560 pesos en depositos. De los depositarios, seispersonas (27.2%) teni'an 26 000 pesos, 51.4% del total. Santa Inesera un convento pobre que dependi'a fuertemente de los ingresosde sus casas. En 1744 solo teni'a seis censos y ningun deposito. Loscensos eran por valor de 17 800 pesos. Dos de ellos (33.3%) eranpor 14 000 pesos (78.7%) y los posei'an los mayorazgos de los Cuevay los Villanueva. Santa Catarina de Sena, por su parte, muestra

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una lista de censatarios en la que la mayori'a de los censos son decantidades de 2 000 pesos o menos. Solo teni'a cinco censos de masde 3 000 pesos, y sus depositos en 1744 se reducian a tres por6 300 pesos.

Santa Teresa la Antigua no separa los censos de los depositosen su informe. Entre ambos tenia una inversion de 44 100 pesos en1744. Manuel Jimenez de los Cobos, Caballero de Santiago, teni'a14 000 pesos en su poder; Jose Palacio, 10 000 pesos. Entre ambos(13.3% de un total de 15 censatarios-depositarios) tenian 24 000pesos, o sea, 54.4% del total. San Juan de la Penitencia, un conven-to de mediana cuanti'a, tenia 15 depositaries con 101 500 pesos.Estos 15 depositarios constitufan un 21% del total de 70, y tenian49% del total de 206 636 pesos. En 1721, este mismo conventohabia tenido 147 336 pesos en depositos activos, repartidos entre45 depositarios. De ellos, siete (15.5%) tenian 52 700 pesos (35%).O sea, que a medida que transcurrio el tiempo y aumentaron losdepositos, el convento fue concentrando los mismos en un menornumero de personas. Finalmente, La Encarnacion, en 1744 tenia101 000 pesos en depositos. La mayori'a de ellos eran de cantidadesmucho menores que los depositos otorgados a comerciantes a prin-cipios de siglo. Tres depositarios (11.5% del total de 26) tenian26 000 pesos (29%), pero en este ano el convento no muestra ni elcrecimiento ni la acumulacion extraordinaria de depositos quehabria de tener a fines de siglo.

La asociacion de mercaderes y grandes propietarios con losconventos de monjas fue leal y permanente, extendiendose desdefinales del siglo xvil hasta la primera decada del siglo xix. Lapuntualidad de pagos y seguridad en los negocios de estos grupossociales inclinaron a los conventos apreferirlosensusinversiones.36

Gran parte de la riqueza de los conventos de religiosas en el sigloxvin beneficio a una clase socioeconomica que elude una clasifi-cacion precisa: mercaderes-propietarios, mineros-hacendados ynobles latifundistas.37 En ultimo extremo, fue una asociacion delos ricos y los privilegiados, que perpetuo el poder de las altas cla-ses sociales en una sociedad intensamente estratificada.

A pesar de la importancia social y economica de los depositos,pocos conventos dependieron completamente de esta forma deinversion. De hecho, los conventos capitalinos prefirieron la pro-

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piedad inmueble en el siglo xvm. Durante la mayor parte del sigloxvil, los conventos de monjas no poseyeron muchas propiedadesurbanas. Aunque muchos de ellos compraban casas, las vend fancon facilidad, con el resultado de que el numero de propiedades noaumento notablemente. Es posible que mientras la capital estuvo amerced de inundaciones, la propiedad urbana no se viera comouna forma garantizada de inversion. Los costos de conservacion yreparos de las casas pueden haber sido uno de los factores que con-tribuyeron a limitar su numero, especialmente cuando los conven-tos estaban pobremente administrados y en luchas constantes paraordenar sus cuentas. En 1670, La Encarnacion declare 1 982 pesospor ingreso de alquileres de casa. Como el alquiler se estimaba enun 5% del valor de la propiedad, esta cifra indica casas valuadasen 39 640 pesos aproximadamente, cuando al mismo tiempo elconvento tem'a invertido 171 200 pesos en censos.38

En 1692 La Concepcion poseia diez casas que contribuianmuy poco a los ingresos del convento. En 11 anos (1670-1681)estas casas rindieron 17 344 pesos, una suma insignificante com-parada con el capital de 319 846 pesos impuesto en censos.39 Porsu parte, el convento de Jesus Maria, ofrece una excepcion, yaque el periodo de 1684 a 1690 declare tener 35 casas principa-les, cinco tiendas, 38 asesorfas, 27 casas entresoladas, siete cuar-tos, dos cocheras, dos corrales, un meson, una bodega y un"zaguancito".40 Muchas de estas casas fueron adquiridas en rema-tes, por censos litigiosos impuestos sobre las casas. Por ejemplo,diez de las 27 posesiones de casas declaradas por el convento en1718, fueron obtenidas por este medio. Otras fueron compradaso donadas.41

Se asume que, por un proceso similar, los otros grandes con-ventos de la capital comenzaron a adquirir y retener propiedadesen las ultimas dos decadas del siglo xvn y comienzos del xvin,cuando la situacion economica de Nueva Espana no era particular-mente floreciente y muchos duenos de casas censadas se vieronobligados a venderlas o perderlas. No cabe duda que tal cambioocurrio durante estos anos, ya que en las listas de propiedades dela primera y segunda decadas del siglo xvm, ya muchos conventosmuestran un decidido aumento en el numero de sus casas y los in-gresos derivados de las mismas. Por ejemplo, en 1714, La Concep-

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cion poseia casas por valor de 157 140 pesos.42 La Encarnaciondeclaraba, en 1708, un ingreso de alquileres de 11 043 pesos. Aun-que los ingresos de alquileres aun no sobrepasaban a los de censosy depositos juntos (19 666 pesos), eran ya menores que el ingresode censos o depositos por si" solos (9 535 pesos por censos y 10 131pesos por depositos).43

En 1744 la mayoria de los conventos femeninos derivaban elgrueso de sus ingresos de propiedades inmuebles. Doce de los 17conventos obtenian entre 52% y 89% de sus rentas de las casas queposeian, y entre ellos se encontraba La Encarnacion (67%), JesusMaria (65%) y La Concepcion (59.5%). Esta situacion no vario du-rante el resto del siglo xvm. Al contrario, los conventos continua-ron adquiriendo casas, por compra, construccion o por remate liti-gioso, aunque esta ultima instancia se fue haciendo menos frecuentecon la disminucion de censos.44 Las Relaciones Juradas de 1744no incluyen una informacion completa del numero de casas en po-sesion de los conventos de religiosas, ya que faltan las listas de losconventos de Santa Clara, La Concepcion, Capuchinas y CorpusChristi, y el informe de Jesus Maria tampoco aporta dato alguno alrespecto. Los 12 conventos que reportaron el numero de sus casasposeian 306 casas principales, 280 asesorias, 375 cuartos, 76 ca-sas entresoladas y 263 viviendas. Santa Clara de Siena y San Josede Gracia reportaron casas de banos; Santa Teresa la Antigua, seistiendas; San Geronimo, 14 tiendas. Otros tipos de propiedadescomo jacales, mesones, corrales y cocheras aparecen en estas listasde modo esporadico. La heterogeneidad de estilo de las Relacionesno permite una clasificacion mas precisa, pero las cifras menciona-das en si son significativas.

Las casas ofrecian a los conventos una forma comoda de inver-sion. Las mismas estaban cerca de los conventos, a diferencia de laspropiedades sobre las que se imponian los censos y depositos. Losmayordomos que cobraban los alquileres mantenian un contactofrecuente con las monjas. Los conventos tenian un control directosobre las propiedades, pudiendolas vender o reparar a gusto, lo queno ocurna con las propiedades censadas o hipotecadas a deposito.La creciente urbanizacion de la capital y el desarrollo demograficode la Nueva Espana en el siglo xvm, especialmente en la segundamitad, sugieren que la inversion en casas no era solamente logica,

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sino preferible a cualquier otra, especialmente cuando rendian elmismo 5% de la inversion.

La administration de casas no dejaba de ofrecer sus aspectosnegatives. El mas frecuente era el pago irregular de rentas por par-te de los vecinos mas pobres, esto obligaba a los mayordomos a unacoso constante de aquellos que se marchaban de las casas endeuda-dos. Los atrasos de alquileres y los costos de reparos de las casasconstituyeron siempre dos desventajasdelaspropiedadesinmueblescomo inversion. A finales del siglo xvm se anadieron contribucio-nes por empedrado de calles, alumbrado y entronque de canerias deagua. Los conventos mas ricos trataron de eludir el problemade deudas de alquileres adquiriendo mayor numero de casas prin-cipales y evadiendo las casas de vecindad.

A diferencia de algunas ordenes masculinas, los conventos dereligiosas capitalinas, no demostraron gran interes en retener pro-piedades rurales durante el siglo xvm, como lo demuestran las Re-laciones Juradas de 1744, donde solo el convento de Santa Inesaparece como dueno de algunas tierras.45

Puesto que la adquisicion de casas continue durante el sigloxvm, a finales del mismo las monjas eran duenas de gran numerode ellas. La Concepcion, Jesus Maria y La Encarnacion poseianalgunas de las mejores casas de la capital, siendo La Concepcion eldueno del mayor numero de ellas. En 1785, este convento declare55 posesiones, que contenian 86 casas, 48 viviendas y entresuelos;86 asesorias; 134 cuartos en varias casas de vecindad; 17 tiendas;nueve cajoncitos y dos cajones de mercaderes.46 Para 1798 lasposesiones habian aumentado a 58, que rendian un ingreso anualde 59 874 pesos. Este ingreso sugiere un valor aproximado de1197 480 pesos para las casas del convento.47 La Encarnacion eraotro rico propietario. En 1776 habi'a acumulado 33 posesiones quetenfan 54 casas principales, 24 casas medianas y pequenas; 77 ase-sorias; 32 entresuelos; 12 casas de vecindad con mas de 60 cuartos;dos tiendas y un cuartel que estaba alquilado al ejercito.48 Entre1765 y 1776, el convento construyo siete casas y el cuartel a uncosto de 118 000 pesos, pero el mayordomo se enorgullecia endeclarar que los fondos del convento habian aumentado a pesar deestos gastos. Con la posible exception de algunas cofradfas y elAyuntamiento, ninguna otra corporation civil o religiosa noseia

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propiedades urbanas tan extensa y valiosas como los conventos demonjas.49

La extension y variedad de la propiedad conventual era tal quealbergaba todas las clases sociales de la capital. Como no todos losnobles, mercaderes o miembros del gobierno teni'an casas propias,muchos de ellos alquilaban las de los conventos. Aunque las Rela-ciones Juradas Jc 1744 no dan informe alguno en cuanto a losinquilinos, las lista i anteriores y posteriores, especifican los nom-bres de los mi. TIOS y, frecuentemente, sus ocupaciones, asi' comosus pagos y ret asos En 1776, La Encarnacion tenfa en su listainquilinos, entre otrcs, al marques de Rivascacho (pagando 1 050pesos de alquiler anual); al licenciado Alvaro de Ocio, relator de laAudiencia '600 pesos); Pascual Jimenez (probablemente un merca-der, 900 p.?sos); el marques de Castaniza (750 pesos en ese ano,pero 800 pasos en 1795). En la lista de 1795 figura la condesa deBerrio, que pagaba 1 020 pesos de alquiler por una casa en la callede Betlemitas.50

El convento de Jesus Maria alquilaba a numerosos licenciados,pero no hay ningun noble en sus listas de vecinos. En general elalquiler de sus casas era menos elevado que el de las de La Encar-nacion.51 La Concepcion alquilaba a algunos miembros importan-tes del gobierno, como el Tesoro de la Loterfa, el director delmonopolio de la Polvora y Naipes, y a un considerable numero deabogados y mercaderes, como Juan Bautista Fagoaga y Juande Guardamino.52 Las casas principales se alquilaban por sumas de350 pesos en adelante, con algunas de 900, 1 000 y hasta 1 250pesos anuales.53 Con muy pocas excepciones, estos ricos inquilinospagaban sus alquileres con toda puntualidad y a veces hasta poradelantado. Eran, sin duda, muy deseables por la seguridad y laconfianza que inspiraba su posicion social y economica.

El contraste que ofrecian estos inquilinos con los de las casasbaratas, habitadas por las mas infimas clases sociales, no podia sermayor. Los conventos poseian toda clase de propiedades urbanas,y los de medianos recursos poseian mas casas de vecindad que losmas ricos. A traves de las listas de sus inquilinos, se traslucenlas condiciones de vida de las clases bajas. Los alquileres de lascasas menores como viviendas, entresuelos o asesori'as, dependi'ande su tamano, colocacion y estado material. Las asesori'as po-

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dian alquilarse desde dos a ocho pesos mensuales; log entresuelosde cinco a diez pesos; las viviendas variaban de ocho a 20 pesosmensuales. Los cuartos no subi'an de uno a dos pesos, y tambienhabi'a caballerizas, covachas y jacales alquilados por cuatro y seisreales mensuales. El mal estado de estos alojamientos era admiti-do por muchos mayordomos, lo que explica que permanecieranvacios gran parte del ano.54

Los inquilinos de las casas mas baratas y los cuartos se muda-ban frecuentemente; a veces solo vivian algunas semanas en lasmismas, y cuando se iban, casi siempre salian endeudados. El pagode los atrasos siempre consfituyo un gran problema para los ma-yordomos debido a la falta de recursos de los inquilinos. Por ejem-plo, una vivienda en la calle de San Juan, del convento de ReginaCeli, que se alquilaba por cinco pesos dos reales mensuales, deb fa135 pesos dos reales de alquileres atrasados de varies individuos atraves de la administracion de tres mayordomos.55 Para preveniresta situation, algunos mayordomos requerian una "serial", o pe-quena suma de dinero adelantada que, teoricamente, garantizaba elpago del alquiler. Pero, en la mayoria de los casos, estas precaucio-nes eran inutiles. Cuando un inquilino no podia pagar el alquiler,se le tomaba alguna prenda para empenarla como seguridad depago. La description de los articulos empenados sugiere la pobrezade los inquilinos: faldas de mujer, ropa de uso, algun otro mueble,cuadros, etcetera. La propiedad confiscada, a veces descrita como"trastos", se guardaba por un tiempo en un cuarto desocupado, y,eventualmente se vendia si el inquilino no pagaba. Estas ventasapenas proporcionaban una fraction de las deudas. Para evitar losembargos de propiedad, los deudores hui'an de noche, llevandose laHave o rompiendo el candado de sus habitaciones.56

Los procesos de expulsion de inquilinos fueron bastante fre-cuentes; pero, si se toma en consideration el gran numero de inqui-linos delincuentes, se puede afirmar que los conventos, en general,eran indulgentes hacia los mismos y que la expulsion se realizabacuando la falta de pago se hacia critica. Muchos mayordomos eranineficientes en la tarea de recobrar las deudas; otros preferian eva-dir procesos criminales que suponian gastos extras para el convento.Ambas actitudes resultaban en atrasos extraordinarios en algunascasas de los conventos. En epoca de epidemias o hambre. muchos

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mayordomos ejercian un alto grade de indulgencia en cuanto acobros, en vista de la imposibilidad de forzar el pago de alquileresde tantos pobres.57

Los inquilinos de los cuartos y alojamientos baratos ejemplifi-can los tipos y ocupaciones de las clases pobres: indios, mujeres sinconsorte reconocido; hombres y mujeres ocupados en oficios ma-nuales como panaderos, lavadoras, zapateros, vinateros, vendedoresde frutas, curtidores, escribanos, carroceros, carpinteros, sastres,herreros y aun ocupaciones menos frecuentes como mujeres car-gad oras.

El contrapunto de las inversiones eclesiasticas fue el manejode los ingresos dentro de las eomunidades religiosas. Todas las inver-siones tem'an como objetivo el sostenimiento del convento y subienestar f isico y espiritual. Las Relaciones Juradas proveen datosbasicos sobre los gastos principales de los conventos. La mayoriade los conventos gastaban entre 50 y 60% de sus entradas en man-tener la comunidad, aunque un convento pobre como Santa Ines,invertia 78% de sus ingresos en este fin, en 1744.Generalmente,losconventos no provei'an alimentos a las monjas en el siglo xvm,sino que seiialaban una cantidad semanal para cada religiosa y cadauna de ellas compraba y administraba sus comidas, criadas, etcete-ra. Esta suma semanal variaba de acuerdo con la riqueza del con-vento y aumento en todos los conventos a lo largo del siglo.

Durante los siglos xvi y XVII, los conventos proporcionabanpan y carne a las religiosas, y una suma adicional para la compra deotros arti'culos de primera necesidad. La escasez de fondos, unidoal rapido aumento de monjas y la deficiente administracion de loscapitales, contribuyo a las crisis economico-administrativas que su-frieron la mayori'a de los conventos capitalinos durante gran partedel siglo xvil. Conventos como La Concepcion y La Encarnaciondebian considerables cantidades a los panaderos y carniceros quelos provei'an.58 Esta situation dio lugar a las reformas administra-tivas introducidas por el arzobispo Payo Enriquez de Rivera, des-pues de una visita arzobispal en 1672.59 El arzobispo determineque los conventos asignaran sumas semanales para los gastos demantenimiento de cada religiosa y cesaran de pro veer carne y pan.No todos los conventos siguieron esta reforma. Algunos, como elconvento de Carmelitas Descalzas de Santa Teresa, siguieron pro-

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porcionando a sus monjas pescado, legumbres y otras provisio-nes.60

La suma semanal asignada a cada monja variabasegun lariquezade los conventos. En 1744, era de tres pesos seis reales por semanapara cada una de las 48 religiosas del convento de San Lorenzo asi,el gasto anual por este concepto era de 9 282 pesos (o 47.3% desus ingresos). En San Bernardo, cada monja recibfa solo dos pesosseis reales por semana. Santa Ines distribuia a cada una de sus 33monjas, ademas de 20 pesos anuales para habitos, cinco pesos se-manales (3 para chocolate y 2 para pan y carne). Pero San Gero-nimo, con 66 religiosas, no daba a cada una mas de un peso cuatroreales por semana, lo que parece muy poco para este convento. Encontraste, las monjas de Jesus Maria recibian cuatro pesos cadauna por semana a mediados del siglo xvm y en 1807 esta cantidadhabi'a aumentado a seis pesos.61

Aparte de estas sumas semanales, muchas monjas recibian re-servas o ingresos personales, que derivaban de capitales invertidospor sus padres antes de profesar y que tenfan el objeto de proveer-las con una suma de dinero para sus gastos personales. En el con-vento de La Concepcion donde un gran numero de monjasrecibfanreservas, que en el periodo de 1745-1749 sumaron 18 988 pesos, o10% del ingreso total. Sin embargo, en 1790 y 1793 las reservassolo constituyeron un 5.6% y 4.8%, respect!vamente, del ingresototal.62 En otros conventos mas modestos solo algunas monjas dis-frutaban de reservas. En 1744 Santa Isabel pago 692 pesos de re-servas, 3.8% de sus ingresos de 18 128 pesos. San Lorenzo pago2 400 pesos, o 12.2% de sus ingresos de 19 587 pesos.

Otros de los gastos esenciales de los conventos eran los salariesde los profesionales que los servfan, y que incluian a los capella-nes, el mayordomo, los medicos, cirujanos, boticarios, escribanos,etcetera. Los capellanes estaban usualmente dotados por las obraspias de las capellam'as. Sus asignaciones variaban entre 100 pesosanuales (San Geronimo, Balvanera, Regina Celi) y 150 (La Encar-nacion). El convento de Jesus Marfa era un caso excepcional, yaque sus capellanes recibian 472 pesos cada uno. Esta remuneracionno vario durante todo el siglo xvm y sugiere una obra pia anadida alsalario usual.63 Los sacristanes de la mayoria de los conventos reci-bian entre 60 y 120 pesos (Regina Celi, 60 pesos; La Encarnacion,

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120 pesos; Jesus Maria, 100 pesos; Santa Teresa la Nueva, 96 pesosa cada uno de los sacristanes; Balvanera, 45 pesos 4 tomines).

Los mayordomos a veces recibian una suma fija como salario;otras veces un tanto por ciento del total de rentas que cobraban.El salario minimo en 1744 parece haber sido de 500 pesos (SanBernardo, Santa Teresa, San Jose de Gracia). Balvanera pagaba 600pesos; San Geronimo 700 pesos; La Encarnacion 800 pesos. En1724, Jesus Maria pago 900 pesos a su mayordomo, pero en 1744este convento aparece como pagando un 4% de los recaudos a sumayordomo, lo cual ascendio a una suma de 1 813 pesos. Ademas,el mayordomo se alojaba en una casa cuyo alquiler se evaluaba en300 pesos. De 1758 a 1759, el mayordomo recibio 2 060 pesos.En 1795, 2 805 pesos. Este arreglo parecia mas ventajoso que el deuna suma fija.

Todos los conventos teni'an un medico; algunos empleabanademas a cirujanos, barberos y sangradores, siguiendo las practicasmedidas del siglo. La Encarnacion pagaba anualmente 150 pesos asu medico, pero otros conventos eran menos generosos. San Gero-nimo y San Bernardo pagaban 100 pesos; Balvanera, 80 pesos; Re-gina Celi solo 63 pesos. Los cirujanos recibian entre 40 pesos(Regina Celi) y 100 pesos anuales (La Encarnacion). El boticariogeneralmente cobraba una suma que incluia el costo de las medici-nas, y que variaba entre 300 y 400 pesos. Cuando el salario delboticario era mucho menor, los conventos mantenian una cuentaseparada para las medicinas. Los sueldos de los capellanes y otrosprofesionales variaron muy poco en la primera mitad del sigloxvm. Algunos profesionales recibieron un aumento en sus salariesen la segunda mitad del siglo, pero estos aumentos no fueron muygrandes. Por ejemplo, San Bernardo subio el salario del mayordo-mo de 500 a 600 pesos, de 1744 a 1756.64 El convento de JesusMaria ofrece el caso excepcional de un aumento considerable enlos sueldos de algunos de sus profesionales.65

1742 1806-1807

Medico 150 pesos 300 pesosBoticario 400 " 600 "Sangrador 60 " 150 "Abogado 125 " 150 "

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Los frecuentes problemas legates que confrontaban los conven-tos los obligaba a emplear abogados, procuradoresyescribanos.Losabogados recibian los mejores sueldos, y aunque algunos conventoscomo Regina Cell solo pagaban 50 pesos al suyo, la mayoria pagaba100 pesos anuales, y el de Jesus Maria, 125 pesos. Los procuradoressolo recibi'an de 20 a 30 pesos anuales y los escribanos entre 35 y40 pesos. Estos individuos cobraban esa suma minima fija y presta-ban sus servicios cuando el convento los necesitaba, pero los gastosextraordinarios de los pleitos no estaban incluidos en esos bajisi-mos sueldos.66 Vistos desde el punto general de los gastos de losconventos, los salaries de estos profesionales constituian, en 1744,entre un 8 y 10% de los gastos totales en los conventos de San Lo-renzo, Santa Isabel, La Concepcion, San Juan de la Penitencia ySanta Ines. En otros conventos como San Bernardo, Santa Teresala Antigua, Regina Celi, Balvanera, San Geronimo y La Encarna-cion, representaban entre un 5 y un 7%.

Las fiestas y obligaciones religiosas de los conventos eran otrode sus gastos mas importantes. Misas, fiestas del santo titular, gas-tos de Navidad, Semana Santa, funerales y sermones, podian con-sumir entre un 7.6% de los ingresos (La Concepcion, 1745-1749) aun 13% en Santa Calatina de Sena (1744). Algunos conventos se-paraban los costos de misas y sermones de los de sacristi'a, cera,aceite de la lampara del Santisimo, etcetera, pero el porcentaje deios gastos religiosos cai'a casi siempre entre las cifras mencionadas,de acuerdo con las Relaciones Juradas. Una comparacion entre losgastos de sacristi'a, vino y fiesta titular en el convento de Jesus Ma-ria, entre 1760 y 1791 solo arroja un aumento considerable en losgastos de fiesta titular, que aumento de 370 pesos a 790 pesos.Este aumento solo sugiere un mayor lujo en la celebracion.67

Otra fuente de gastos importante fue la del aderezo de propie-dades, y desde luego, el de la construccion de casas. Los fondospara construcciones y reparos se consideraban como extraordinariosy provenian de dotes, superavit o redenciones de depositos.

De acuerdo con las Relaciones Juradas, la mayoria de los con-ventos de Mexico se mantenian dentro de sus presupuestos; sinembargo, en algunos, como San Bernardo, Santa Ines y Santa Tere-sa la Antigua, este balance era bastante precario. No obstante, sedebe tener en cuenta que casi todos los conventos tem'an fondos

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destinados a gastos especiales, y todos tenian un area de deposito,cuyos fondos estaban destinados exclusivamente al prestamo dedepositos. Los conventos no se vieron obligados a manifestar esosfondos en 1744, y no es de dudar que muchos de ellos tuvierancapitales sobrantes en los mismos. For ejemplo, Santa Isabel, unconvento de mediano alcance, tenia 2 000 pesos en su area de depo-sito, a pesar de decirse necesitado, y de septiembre de 1743 hastaladeclaracion de sus ingresos en 1744, habi'a prestado a deposito8 600 pesos. San Juan de la Penitencia, que tambien declaraba serpobre, declare tener 8 600 pesos en el area para imponerse a redito,y de 1743 a 1744 dio 14 000 pesos en depositos.

La suma total colectada de los conventos incluidos en las Rela-ciones Juradas fue la de 13 202 pesos 1 tomfn. Es de esperarse quelas contribuciones de Santa Clara y La Concepcion hayan anadidounos 3 000 pesos mas, y se puede estimar la contribucion total delos conventos de religiosas en unos 16 000 pesos.

Es indudable que las Relaciones Juradas, que ocasiono el dona-tivo de 1743, constituyen una excelente fuente de informacionacerca de la riqueza de los conventos femeninos en Mexico a me-diados del siglo xvili. Estas "confesiones" economicas sugierenque los problemas de la administracion interna de sus ingresos,aunque importantes desde el punto individual de cada comunidad,son quiza menos significativos que la vision total de las inversionesde los conventos. La evolucion sufrida por las mismas es el rasgomas notable en la historia economica de los conventos de religiosas.Ya a mediados del siglo xvili se observa que el caracter puramentebancario de los capitales conventuales, predominante en el sigloxvii, ha cambiado a un tipo de inversion mixta en el que la pro-piedad urbana ha ganado preponderancia, aunque los prestamosaun conservan una gran importancia por su caracter social. De 1744en adelante hubo pocos cambios en esta situacion. La orientacionque ya se observa en este ano se hizo mas definida en el transcursodel tiempo: los conventos adquirieron mas propiedades y disminu-yeron el numero de sus censos; sus relaciones con la elite urbano-agricola se fortalecieron y, a finales del periodo colonial, estascorporaciones Uegaron a alcanzar un relieve socioeconomico, quedebe tenerse en cuenta en todo estudio general de la economianovohispana.

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1 Archive General de la Nacion, Mexico, Bienes Nacionales, leg. 1151.Citado como AGN; Eugenic Sarrable Aguareles, El conde de Fuenclara, 2vols., Sevilla, 1966, II, 429-430.

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3 Durante el siglo XVII la Corona tambien recurrio a la emision de juros,que hipotecaban los fondos de ciertas rentas de la hacienda. Vease, John H.Elliot, Imperial Spain, 1469-1716, New York, 1964, 198, 281, 332, 353.

4 Jaime Vicens Vives, Historia economica de Espana, Barcelona, 1967,407-536; Jaime Carrera Pujal, Historia de la economic espanola, 4 vols.,Barcelona, 1945, HI, 70-108; Earl J. Hamilton, War and Prices in Spain,1651-1800, New York, 1969; Chaunu, H. y P., Seville et I'Atlantique, 8vols., Paris, 1955-1959, VII, 2 erne Part.

5 Fabian de Fonseca y Carlos de Urrutia, Historia general de Real Ha-cienda, 6 vols., Mexico, 1845-1851, IV, 429-449; Guillermo de Cespes, "Lasociedad colonial americana en los siglos XVI y XVII", en Jaime Vicens Vives(ed.), Historia social y economica de Espana y America, 4 vols., Barcelona,1958, III, 480; Woodrow W. Borah, "The Portuguese of Tulancingo andthe Special Donativo of 1642-1643", Jahrbuch Fur Geschichte von StaatWirtschaft and Gessellschaft Lateinamerikas, Band 4, 384-398; Archive His-torico de Hacienda, Mexico, Donatives, leg. 223-1 hasta el 223-5; Consulados,leg. 640-19. Citado como AHH.

6 AGN, Bienes Nacionales, leg. 1151.7 Serrable Aguareles, El conde de Fuenclara, II, 429-430.8 Enrique Florescano, "Metereologia y ciclos agricolas en las antiguas

economias: el caso de Mexico", Historia mexicana, XVII, num. 4 (1968),516-534; Peter Gerthard, Mexico en 1742, Mexico, 1962.

9 Serrable Aguareles, El conde de Fuenclara, 248-256, 260-266.10 David Brading, "La mineria de la plata en el siglo XVIII: el caso Bo-

lanos", Historia mexicana, XVII, num. 3 (1969), 317-333; Jose Antonio deVillasenor y Sanchez, Theatro Americano, 2 vols., Mexico, 1746, I, 24.

H AGN, Bienes Nacionales, leg. 1 151; Fonseca y Urrutia, Historia, IV,436-439.

12 Los conventos provinciales, a los cuales no nos referimos en este tra-bajo, hicieron inversiones en propiedades rurales. El convento de Santa Clarade Queretaro, por ejemplo, poseyo Unas 20 labores de tierras durante el sigloxvil. Vease Archive del Institute Nacional de Antropologia e Historia, Mexi-co, Fondo Franciscano, vol. XCII. Citado como AINAH, FF. Para ejemplosde propiedades de los conventos de Puebla, vease Biblioteca Nacional deMexico, Archivo Franciscano, Monjas, caja 75, nums. 1260 y 1280. Citadocomo BNAF. Las propiedades e inversiones de los conventos de religiosas deOaxaca han sido estudiadas por William B. Taylor, Landlord and Peasant inColonial Oaxaca, Stanford, 1972. En esta obra se pone de relieve la impor-tancia de los conventos de monjas en la economia regional.

13 Archivo de la Secretaria de Salubridad y Asistencia, libro donde seasientan los censos, posesiones y rentas que tiene el monasterio de Jesus Ma-ria y las dotes que llevan las monjas, 1579-1594. Citado como ASACJM. Lostomos de documentos pertenecientes a este archive y al convento, han sido

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numerados hasta el siglo Xix, y se citaran de acuerdo con esta numeracion.14 Jose Maria Ots Capdequi, El regimen de la tierra en Hispanoamerica,

Ciudad Trujillo, 1946, 83-87.is ASSACJM, 16-7-13, 18-1-14, fol. 130; AGN, Bienes Nacionales, leg.

356, exp. 7; Frangois Chevalier, "La formacion de los grandes latifundios enMexico", Problemas agricolas e industriales de Mexico, VII, num. 1 (1956),parte III, cap. 1.

16 David Brading y Harry E. Cross, "Colonial Silver Mining: Mexico andPeru", Hispanic American Historical Review, vol. LII, num. 4 (1972), 545-579; P.J. Bakewell, Silver Mining and Society in Colonial Mexico, Zacatecas1546-1700, New York, 1971.

17 Juan F. Gemelli Carreri, Viaje a la Nueva Espana, Mexico, 1927, 158-163; Gregorio Martin de Guijo, Diario, 1648-1664, 2 vols., Mexico, 1952, I,78, 120, 183, 197.

is AGN, Bienes Nacionales, leg. 356, exp. 7; leg. 1 221, exp. 5; AHH,vol. MMCLXVIII, . Estos expedientes proporcionan ejemplos de censos en elsiglo xvil.

19 Nombres como los de los hermanos Luis y Pedro Sanchez de Tagle,caballeros de habito y miembros del Tribunal del Consulado, aparecen en laslistas de depositos de la Concepcion, Jesus Maria, la Encarnacion y Santa Te-resa. Otros ricos mercaderes y propietarios que aparecen frecuentemente enestas listas son Domingo y Juan La Rea, Juan Bassoco, Pedro Otero Bermudezy Juan del Castillo. Vease, AGN, Bienes Nacionales, leg. 213, Paquete 1;AHN, vol. MMCLXVIII; Templos y Conventos, vol. 37.

20 AGN, Historia, vol. LXXVII, Fundacion del Convento de Santa Clarade Jesus, Queretaro; Davila Garibi, J.L, "Diligencias generalmente observadasen la Nueva Galicia para la fundacion de conventos de monjas de vida con-templativa", Memorias de la Academia Mexicana de la Historia, XVII, num. 4(1958), 358-367; Miriam A. Gallagher, R.S.M., The Family Background ofthe Nuns of Two Monasteries in Colonial Mexico: Santa Clara, Queretaro andCorpus Christi, Mexico City (1972-1822), tesis doctoral para la CatholicUniversity of America, 1971. La madre Gallagher da una relacion detalladade los motivos expuestos por la mayoria de los fundadores de conventos enMexico, 31-52. Aunque la vocacion religiosa no queda descartada, un gran nu-mero de fundadores y patrones de conventos mencionan como factor principalde la fundacion el deseo de proteger a la mujer de las tentaciones del siglo,dado que los matrimonies desiguales eran indeseables. Igualmente, muchosconventos fueron creados para mujeres sin dotes matrimoniales o religiosas.Por razones economicas, sin embargo, casi todos los conventos de Nueva Es-pana requirieron dotes de 3 000 y 4 000 pesos en los siglos xvil y xviil. LasCapuchinas y Carmelitas Descalzas mantuvieron el mayor numero de monjascapellanas, que eran aquellas que se admitian sin dotes, a cuenta de los fondosdotales de fundacion.

21 Vease por ejemplo, Libro donde se asientan. . . las escrituras de cen-sos. . . , del convento de. . . Santa Isabel de. . . , Mexico. . . , Mexico, 1689.En la biblioteca de Tulane University, New Orleans, Louisiana. En fol. 82 seasienta la donacion de 80 000 pesos del capitan Diego del Castillo. Para otrosejemplos de patronazgo, vease, AGN, Historia, vol. CXIII, Fundacion de lasCapuchinas de Michoacan; Jose M. Zelaa e Hidalgo, Glorias de Queretaro,Mexico, 1803, 71, 114; Gregorio Martin de Guijo, Diario, I, 29, 78, 80, 183.

22 Asuncion Lavrin, "Values and Meaning of Monastic Life for Nuns in

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Colonial Mexico", The Catholic Historical Review, vol. LVIII, num. 3 (1972),367-387. La madre Gallagher en The Family Background, concluye que du-rante el siglo XVIII, solo un 10% de las monjas de Santa Clara de Queretaroprovenian de familias pobres. Como ejemplo de las condiciones requeridaspara la admision de religiosas, vease, Francisco Manso y Zuniga, Regla y orde-naciones de las religiosas de la Limpia e Inmaculada Conception de la Virgen,Mexico, 1635; Regla y constitution para las religiosas recolectas dominicanasdel monasterio de Santa Rosa de Santa Maria (Puebla, 1789).

23 AGN, Bienes Nacionales, leg. 213, paquete I, exp. 7; leg. 1 108, exp.34: leg. 1 151, num. 25; leg. 1 221, exp. 5; Temples y Conventos, vol. LXXVI,fol. 97v;vol. LXXXIV, fol. 50; AHH, vol. MMCLXVIII;passim. El conventode Santo Domingo tenia un censo de 97 500 pesos sobre sus propiedades en1656, pagando sus intereses a la Concepcion. Este censo fue cancelado en1724. Vease, AHH, vol. MMCLXVIII, num. 64. La Sociedad de Jesus cancelocensos sobre sus propiedades por valor de 30 820 pesos en 1724. VeaseASSACJM 18-1-17, fol. 1-6. Vease tambien folios 40v, 55, 58, 67.

24 Libro de. . . Santa Isabel de Mexico, 1686, Tulane University.25 Enrique Florescano, Estructuras y problemas agrarios de Mexico

(1500-1821), Mexico, 1971, 171-173; Luis Chavez Orozco (ed.) El creditoagn'cola en el partido de Cholula de la intendencia de Puebla en 1 790, Mexi-co, 1955; Isabel Gonzalez Sanchez (ed.) Haciendas y ranchos de Tlaxcala en1712, Mexico, 1969; AGN, Tierras, 1430.

26 AGN, Bienes Nacionales, leg. 1 151; BNAF, Monjas, caja 75, num.I 260.

27 AGN, Bienes Nacionales, leg. 281, exp. 3; num. 54; leg. 356, exp. 13;leg. 667, exp. 5; leg. 1 029, exp. 9; ASSACJM, 18-2-21; 18-5-30, 18-9-54;AHH, vol. MMCLXVIIL

28 En 1724 San Bernardo tenia 40 000 pesos de censos y depositos enlitigio. En 1744, San Lorenzo tenia 43 600 pesos litigiosos, Santa IsabelII 400 pesos y Santa Catalina de Sena, 32 850 pesos. San Juan de la Peni-tencia tenia 3 000 pesos litigiosos sobre un trapiche desde 1721, que aun en1744 no se habian pagado. Vease, AGN, Bienes Nacionales, leg. 1151; leg.1221, exp. 10; BNAF, Monjas, caja 75, num. 1260.

29 AGN, Bienes Nacionales, leg. 667, exp. 5 (1776); leg. 667 (s.n.)(1787); leg. 281, exp. 3 (1795).

30 ASSACJM, 18-2 021 (1724); 18-5-30 (1756); 19-9-54 (1795).31 AGN, Templos y Conventos, vol. LXXVI y LXXXIV (passim); AHH,

vol. XXCLXVIII (passim); ASSACJM, Libro de censos y depositos, 1806-1807; 1807-1808; 18-9-54; Bienes Nacionales, leg. 667, exp. 5.

32 ASSACJM, 18-2-21.33 ASSACJM, 18-5-30.34 AGN, Bienes Nacionales, leg. 82; leg. 1 151 (s.n.). Un expediente re-

gistra el pago de 20 000 pesos hecho por Guardamino en noviembre, 1765.35 ASSACJM, 18-9-54. El consulado, dos corporaciones religiosas, la

familia Sanchez de Tagle y varios comerciantes eran los mas importantesdepositaries.

36 En 1723, el consulado estaba en busca de un millon de pesos para unprestamo a la Corona. El consulado tomo 27 000 pesos de la Encarnacion y36 000 pesos de la congregacion de San Miguel, adscrita a ese convento y quepertenecian a una obra pia para dotar monjas pobres. El convento de San

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Bernardo suministro 16 650 pesos. AHH, Consulados, leg. 640-19. En 1724,el consulado tomo 14 000 pesos en deposito de la Concepcion. En 1744, te-nia 40 000 pesos de Santa Isabel; en 1746 devolvia 24 000 pesos al conventode Santa Clara. A finales del siglo tomo 12 000 pesos en deposito de SanLorenzo y 80 000 pesos de la Concepcion (1800). Vease, AGN, Bienes Nacio-nales, leg. 1 073, num. 24; leg. 1 151; leg. Ill, exp. 19; Templos y Conven-tos, vol. LXXXIV, fol. 28; AHH, vol. MMCLXVIII.

37 Aun un convento que preferia las casas a los depositos, como la Con-cepcion, seguia una politica de prestamos que favorecia a las clases altas. Enel ultimo cuarto del siglo xvill, unos cuantos grandes depositos monopolizansu lista de prestamos. For ejemplo, 15 000 pesos a Rafael Monterde (1763);29 664 pesos al regidor Jose Angel Aguirre (1777); 18 000 pesos al conde deTorre Cosio (1785); 19 000 pesos al marques del Apartado y su hermanoJuan B. Fagoaga (1793); 31 000 pesos al marquesado del Valle (1800) y50 000 pesos a Domingo Giron (1805). Vease, AGN, Bienes Nacionales, leg.1 108, num. 13; AINAH, Fondo Franciscano, vol. LXXL Para el papel demercaderes mineros y hacendados en la economia de Nueva Esparia a finales delsiglo xvill, vease David Brading, Miners and Merchants in Bourbon Mexico,1763-1810, Cambridge, 1971; E. Florescano, Estructuras.

38 AGN, Bienes Nacionales, leg 667, exp. 10.39 AGN, Bienes Nacionales, leg. 1221, exp. 5. En los anos 1653-1656,

el convento de San Bernardo declare una renta de 584 pesos de 11 casas. En1671, solo dos casas, que produjeron 268 pesos de alquiler, se mencionan enlas cuentas. Vease, AGN, Bienes Nacionales, leg. 649, exp. 6; leg. 1221,exp. 3.

40 ASSACHM, Relacion de las fincas que pertenecieron al Real Conven-to de Jesus Maria, 1684-1690.

41 ASSACJM, 18-1-14. En 1724 el convento declare 24 posesiones decasas. En 1755 el numero habia aumentado a 36 posesiones; en 1780 tenian37. Vease, ASSACJM, 18-2-22; 18-7-75; 18-5-27. En el periodo 1693-1697, elconvento de Carmelitas Descalzas de Santa Teresa la Antigua compro y fabri-co casas por valor de 196 723 pesos. Esta gran actividad constructiva y adqui-sitiva se debio al patronazgo del capitan Juan de Molina Mosquera. AGN,Templos y Conventos, vols. XLIII, LXXI, LXXXVL

42 AHH, vol. XXCLXVIII, fol. 1, 320-339.43 AGN, Bienes Nacionales, leg. 356, exp. 10, fol. 113.44 AHH, vol. MMCLXVIII, fol. 323, 329, 333; AGN, Bienes Nacionales,

leg. 18, exp. 7; leg. 175, exp. 11: leg. 281, num. 54; leg. 1108, exp. 24,38; leg. 1073, exp. 5; leg. 1151; leg. 1116, exp. 6; Templos y Conventos, vol.XLIIL Una operacion muy interesante que se llevo a cabo frecuentemente enel siglo xvn, consistio en la venta de casas a censo, en las cuales los conventosque vendian las mismas, estipulaban que el comprador gastara una cantidadsenalada en el reparo de las mismas. En el caso de que el censo se retrasara yla propiedad eventualmente retornara al convento, la misma estaba ya repara-da, aumentando en su valor. Vease ASSACJM, 18-1-14; fol. 127v; fol. 190;18-1-17, fol. 70, 79, 108; 18-2-21, fol. 38; BNAF, Monjas, caja 75, num.1259.

45 El convento de Santa Ines de Mexico poseyo trapiches en el sigloXVII, pero ya en 1744 las Relaciones Juradas mencionan que los trapiches noexisten y las tierras se arrendaban por 1 010 pesos anuales. Vease, FernandoB. Sandoval, La industria del azucar en Nueva Esparia, Mexico, 1951; 105;

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AGN, Bienes Nacionales, leg. 1151. Las cuentas de la Concepcion en el sigloXVIII menciona esas propiedades. Vease, AGN, Bienes Nacionales, leg. 1221,exp. 5. En 1771, la Encarnacion adquirio una hacienda por litigio, pero lavendio por 18 000 pesos a censo. Vease, AGN, Bienes Nacionales, leg. 18,exp. 4. En 1710, el convento de Balvanera tenia dos sitios de ganado menor ydos caballerfas de tierras en la jurisdiccion de Huichapan, arrendados por 75pesos. Tal propiedad ya no aparece en las Relaciones Juradas de 1744. AGN,Tierras, vol. XCDXXX, exp. 11.

Los conventos provinciales, por el contrario si retuvieron sus propiedadesrurales durante el siglo xvm, aunque algunos de ellos prefirieron vender partede ellas debido a los inconvenientes de administrarlas a traves de mayordomoso porque no eran lo suficientemente lucrativas. Por ejemplo, en 1744, el con-vento de Santa Clara de Puebla escribfa a su provincial expresandole que lacomunidad habia decidido vender el resto de sus propiedades rurales "porrazon de buen gobierno". AINAH, FF, vol. XCII. Vease tambien, BNAF,Monjas, caja 75, num. 1260 y 1280. Los conventos de Oaxaca vendieronalgunas propiedades y compraron otras durante el siglo xvm, de acuerdo consu productividad. Vease W.B. Taylor, Landlord and Peasant. El convento deSanta Clara de Queretaro vendio a censo la mayoria de sus tierras en 1695,dando la opcion a los compradores, de redimir los censos en nueve anos. Deeste modo, las propiedades de este convento pasaron gradualmente a manosde laicos. Vease, AGN, Tierras, vol. CDXVII, exp. 1; vol. MMDCXCVI, exp.13; vol. MMDCCXXXVIII, exp. 10.

46 AGN, Bienes Nacionales, leg. 1029, exp. 9.47 AGN, ibid., leg. 1073, num. 12. En 1800 este convento se preparaba

a gastar 39 000 pesos en reparar una de sus propiedades antiguas. Vease, leg.1108, num. 38.

48 AGN, ibid., leg. 667, exp. 5. La informacion sobre la propiedad deeste convento en las Relaciones Juradas de 1744 permite apreciar el creci-miento de sus propiedades. En 1744, la Encarnacion tenia 33 casas, 50 ase-sorias, 12 entresuelos, 17 casas medianas y pequenas y tres casas de vecindad.Vease leg. 1151. Una comparacion semejante es posible para el convento deRegina Celi. Vease AINAH, FF. vol. LXXIII y AGN, Bienes Nacionales, leg.281, num. 54, que dan detalles sobre las propiedades de Regina en 1756 y1782.

49 AGN, Bienes Nacionales, leg. 667, exp. 5. Como punto de compara-cion, se puede citar el caso del ayuntamiento de Mexico alrededor de 1740.En esta epoca, el ayuntamiento poseia casas, cajones de comercio, el rastro deSan Antonio y la carniceria mayor, cuyos alquileres producfan una rentade 33 250 pesos. Estos ingresos sugieren un valor de 665 000 pesos para laspropiedades del ayuntamiento. Vease, Jose Antonio de Villasenor y Sanchez,Theatro Americano, I, 35; AINAH, Coleccion Lira, vol. LXXXVI, Razon delas Casas y Tiendas que. . . posee esta Nobilisima Ciudad, 1736.

so AGN, Bienes Nacionales, leg. 667, exp. 5; leg. 281, exp. 3.si Vease, por ejemplo, ASSACJM, 18-5-27; 18-7-75. Una lista de los

inquilinos de este convento en 1725 contiene los nombres de numerosos indi-viduos de distincion social, tales como el alferez Juan Melgarejo, pagando unalquiler de 375 pesos; el almirante Caralipio pagando 300 pesos; FranciscoMarquez, procurador de la Audiencia, pagando 250 pesos; Octavio Vast, ma-yordomo del virrey Casa-Fuerte, quien pagaba 1 300 pesos de alquiler anual.Vease ASSACJM, 18-2-22.

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52 AGN, Bienes Nacionales, leg. 1029, exp. 9.53 Uno de los alquileres mas altos que se ha encontrado era el deunacasa

de Regina Cell, que pagaba 1 200 pesos anuales. Sin embargo, este conventono poseia casas caras. Vease, AGN, Bienes Nacionales, leg. 281, num. 54.

54 Con frecuencia los mayordomos com en tan acerca de la dificultad dealquilar algunas piezas en las casas de vecindad debido a la falta de luz o supesimo estado material. Se ha encontrado un caso en que el mayordomo des-cribe una habitacion inhabitable por estar infectada de piojos de ganado decerda. AGN, Bienes Nacionales, leg. 281, num. 54.

ss AINAH, FF, vol. LXXIII.56 Los ejemplos de inquilinos huidos son frecuentes. Uno tfpico es el

siguiente: el inquilino de una casa escape debiendo 38 pesos. El mayordomolo encontro en otra parte de la ciudad y obtuvo una serial de pago de la deuda.La serial consistio en una caja de cedro de La Habana, unas telas antiguas, unasprendas usadas y una alfombra vieja. La misma casa fue alquilada de nuevo auna mujer, que fue desalojada despues de haber acumulado una deuda de 11pesos. La inquilina no tenia nada que dejar en serial de pago, y su situacionfue descrita como de "total y deplorable miseria". Vease, ASSACJM, 18-7-75;AINAH, Fondo Franciscano, vol. LXXIII.

57 AGN, Bienes Nacionales, leg. 462, cuentas del mayordomo de la En-carnacion, 1762. Este informe fue descrito en un ano de epidemias. Veasetambien, leg. 356, exp. 13. Aqui el mayordomo de la Concepcion expresa supolitica de tolerancia en casos de pagos irregulares. En su opinion era mejoresperar un poco mas que forzar un lanzamiento o comenzar un pleito judicial.No todos los mayordomos compartian esas ideas, desde luego.

58 AGN, Bienes Nacionales, leg. 1255, exp. 14; leg. 140, exp. 24, 33,36; leg. 195, exp. 13; leg. 101, exp. 1. Estos expedientes contienen informa-cion respecto a San Geronimo y Regina Celi.

59 AGN, Bienes Nacionales, leg. 101, exp. 3. Contiene los autos de visitaa Jesus Maria, la Concepcion y Regina Celi.

60 AGN, Templos y Conventos, vol. XLV, exp. 1.61 AGN, Bienes Nacionales, leg. 1151; ASSACJM, Libro de data del

convento de Jesus Maria, 1806-1807. Desde fines del siglo XVII los conventosfueron aumentando gradualmente la suma semanal que se daba a las religio-sas, lo cual sugiere no solo un mayor bienestar economico, sino tambien unposible aumento en el costo de vida. Este ultimo aspecto solo podria medirsecon un estudio minucioso de precios y salaries, que no se ha hecho.

62 AGN, Bienes Nacionales, leg. 356, exp. 13; leg. 1073, cuentas de laConcepcion. En 1744 la Encarnacion pago 2 508 pesos de reserva, un 6% desus ingresos de 42 386 pesos.

63 ASSACJM, 18-2-19; Libro de data del Convento de Jesus Maria,1806-1807.

64 AGN, Templos y Conventos, vol. L.es ASSACJM, 18-5-29; 18-2-19; Libro de data del convento de Jesus Ma-

ria, 1806-1807. El numero de monjas decline notablemente de 1756, cuandoeran 100, a 1806, cuando solo eran 39. Esta reduccion seguramente contri-buyo al aumento de la suma semanal de las religiosas. En 1724 Jesus Mariaproporcionaba a sus religiosas dos pesos y cuatro tomines. ASSACJM, 18-2-19.

66 AGN, Bienes Nacionales, leg. 1151.67 ASSACJM, 18-5-29; 18-9-34.

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