Catálogo de cerámicas del horno romano de Cáparra junto al río Ambroz (Cáceres)

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Cuadernos Caparenses nº 1 2012

CATALOGO DE CERÁMICAS DEL HORNO ROMANO

DE CÁPARRA JUNTO AL RÍO AMBROZ

Jaime Rio-Miranda Alcón – Mª Gabriela Iglesias Domínguez

Al otro lado del puente romano en dirección a las Hurdes, que se encuentra próximo

a la ciudad romana de Cáparra1 fueron depositadas tierras procedentes de las

excavaciones del área del foro de la ciudad de Cáparra, por el lugar donde fueron

depositadas, discurría el cauce de un arroyo que desde siempre, vertía sus aguas al río

Ambroz, como consecuencia de este aporte de tierras en este lugar, fue desviado el cauce

natural de este arroyo.

En la primavera de 1999, (Foto 1) llovió con bastante profusión en la zona norte

de la provincia de Cáceres, en el lugar del hallazgo las aguas discurrían por un arroyo

natural y como este sitio se fue rellenando de tierras correspondiente a, en la zona foral

de la ciudad de Cáparra, excavaciones que se llevaron a cabo en las campañas de

excavaciones 1990-1997. Las aguas de este arroyo al verse obstaculizadas en su cauce

habitual, fue buscando una nueva salida, encontrándola algunos metros más arriba.

Debido al arrastre de tierras de ese nuevo cauce, quedó al descubierto un horno de cocción

1 Rio-Miranda Alcón, J. Hallazgo de un horno en Cáparra, junto al río Ambroz. Revista Cultural AHIGAL

Nº 4.pp4-7. 2000

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de cerámica común de época romana. De esta circunstancia nos avisó D. Luis Ruano y C.

Paniagua de Ahigal, que había quedado al descubierto una estructura constructiva. Con

esa misma fecha nos pusimos en contacto con la institución correspondiente para su

conocimiento. 2 Nos personamos al lugar, pudiendo observar el gran destrozo que había

producido la torrentera producida por la gran afluencia de agua en ese lugar. Como

consecuencia de tal destrozo, aún pudimos observar esparcidos, números fragmentos

cerámicos, así como parte de la estructura del horno de época romana.

Una vez analizado el lugar, llegamos a la conclusión de que si esta circunstancia no

hubiera ocurrido el horno se encontraba prácticamente en buen estado de conservación.

La fuerza del agua no solo destruyó la estructura del horno, sino que arrasó creemos en

parte una escombrera que se encontraba a escaso metros de distancia del horno, por otro

lado nada extraño en este tipo de industrias que los fallidos se tiraran en un punto al efecto

y especialmente próximo.

Procedimos a fotografiar lo que quedaba y a recoger algunas de las cerámicas

esparcidas que llegaban hasta el mismo margen del río Ambroz. También se encontraban

esparcidas diversas losas y piedras de la plataforma del pasillo del praefurnium, bloques

de ladrillos solidificados y que correspondían a parte de los pilares de contención de la

parrilla, otra masa de hormigón con los agujeros de toma del calor de la hoguera.

Afortunadamente llegamos a tiempo de poder tomar mediciones y fotografías del mismo.

A los pocos días retornamos para efectuar mejores instantáneas, y nos encontramos con

lo poco que quedaba todo destruido, de todo ello quedará para la posteridad nuestro

testimonio presencial y fotográfico aquel día.

CARACTERÍSTICAS DEL HORNO

La zona donde se ha localizado el horno, debió de tratarse de un asentamiento

industrial, ya que se aprecian sobre el terreno adyacente diversos muros, seguramente

pertenecientes a las dependencias del horno, sospechamos que debajo de las tierras que

se echaron encima de este lugar procedes de las excavaciones, estén encima de otros

hornos, así como restos de otro tipo de industria, (moco de fragua). Aunque creemos que

los restos de muros conservados sólo sean a nivel de cimentación. (Fig.1, 2 y3)

2 Ignoramos si algún técnico de esa Consejería, se personó a verlo.

Fig. 1-Alzado de lo conservado. Fig. 2 Planta de las estructuras del horno

4

El horno localizado, “furnus” cuyas

dimensiones totales son: largo 2.80 mts x

2.50 mts. de ancho, el laboratorium de

cocción era prácticamente cuadrado, 175 x

165 de ancho, la boca donde se introducía la

leña o “praefurnium ” de 0,70 mts de largo,

esta entrada tendría una cubierta compuesta

por dos lanchas de granito, aunque éstas

piezas son ciertamente pesadas, también

fueron arrastradas encontrándose en las

proximidades del cauce del río Ambroz. Al

poco tiempo retornamos al lugar y

desgraciadamente los restos estaban

totalmente caídos. (Fig. 4-8)

La cámara de combustión, tenía una

superficie de almacenamiento de 2.90

metros cúbicos, con una plataforma o

parrilla, soportada por tres arcos de

ladrillos, que con una altura en su punto más

alto de 80 cms. provista de conductos para dejar pasar el aire caliente de la cámara de

combustión a la cámara de cocción, el suelo es de barro cocido.

En la citada plataforma, se colocaban los objetos apilados, por los restos destruidos

por el agua, y que se encuentran esparcidos, tenían unos 6-7 cms, de paso y la plataforma

un grosor de 10 cms. la altura total del horno la desconocemos, así como su

cubierta, creemos sería abovedada, estando provista de una chimenea para la salida del

humo, al igual que otros hornos catalogados.

Toda la obra fue construida de piedra irregular, cogidas con barro sobre todo en su

parte interior que se encuentra soldada a las piedras de la obra. Después se procedería a

una operación delicada de la que dependería en gran parte el éxito de la cocción. En

principio como en la mayoría de los hornos de este tipo, se habrían dejado un buen número

de perforaciones en la parrilla, por las que debía pasar el calor. Ahora faltaba regular la

temperatura a la que tenía que trabajar el horno. Para ello se harían varias tentativas,

tapando algunos de ellos, para así alcanzar el punto conveniente.1

En la parte de atrás del horno, se encuentra una zona redondeada hecha también de

piedra, de grueso igual que el resto de los muros, con una zona interior de 50 cms. de

ancho máximo, que debió de servir como zona de amasadura del barro y decantación del

mismo para su posterior amasado y elaboración en los tornos.

Efectuada una minuciosa investigación por las proximidades, de los destrozos

ocurridos como consecuencia de la avenida de agua, se pudieron recoger numerosos

fragmentos cerámicos esparcidos por la zona donde el agua arrastró las tierras, y que

posiblemente serían de algún lugar o escombrera próxima al horno, donde se depositaban

las piezas cerámicas fallidas. No hemos recogido en esta área del horno, ni un sólo

fragmento de cerámica perteneciente a vajilla de mesa fina sigillata, etc. por todo lo

estudiado hemos llegamos a la conclusión de que se trata de un alfar donde únicamente

se elaboraba cerámica común.

Fig.3 Reconstrucción hipotética del horno

5

Fig. 4 Torrentera junto a la calzada

Fig. 5 Torrentera parte superior del horno

6

Fig. 6 Arranque de los 3 pilares de ladrillos

Fig. 7 Foto publicada en Ahigal, 4/2000

7

Fig. 8 Lateral del horno

PRODUCCIONES DEL ALFAR DE CÁPARRA

En la publicación Ahigal, nº 4/2000, adelantamos diversos fragmentos cerámicos de

una serie de producciones, que por su gran cantidad de fragmentos esparcidos por el

entorno que pensamos eran fallidos de la escombrera que se encontraría junto al horno y

que dedujimos merecían destacarse del resto de formas estudiadas y que hoy catalogamos

en este trabajo en su totalidad

La mayor parte de fragmentos que pudimos estudiar esparcidos por los motivos antes

citados, fueron de jarras de distintas formas que destacamos con sus características

morfológicas.3 Volvemos a incluirlas en este catálogo condensando todo lo que en su día

publicamos, añadiendo todos los fragmentos de otras formas que se fabricaron en este

alfar, algunas nos resultaron curiosas ya que conocemos su decoración en paredes finas

cerámicas de pequeño tamaño y en el caso de alfar, lo extraño son las dimensiones de

estos vasos.4

JARRAS

Uno de los recipientes más necesarios en cualquier casa romana, eran las botellas o

jarras. La lagoena vino a designar un tipo de jarra cuya función principal era el transporte

de líquido, las características de este recipiente son el de poseer un cuello diferenciado

con un asa o dos y un cuerpo más o menos voluminoso, según su utilidad.

Las necesidades en todo los mercados romanos, fueron distintos recipientes se

utilizaron: jarras, urceus o pequeños jarros, urceolus, existiendo una gran variedad de

formas, no creemos que por la forma determinada de un cántaro o jarra, el romano,

distinguiera a simple vista del contenido de la misma, como ocurría con las ánforas, es

3 Rio-Miranda, J. Ahigal, pp, 4-7. 2000 4 Este tipo de decoraciones. Albert López Mullor, lo clasifica como producciones lusitanas.

8

decir, habían ánforas de aceite, de vino, de agua, etc, aunque las fuentes escritas, nos

hablan de que la lagoena, también servía para contener vinos, mostos, zumos, o agua,5

está plenamente constatado que en la mayoría de las formas, que se viene denominando

como cerámica común, corresponden a elaboraciones provenientes de la cerámica

sigillata y que a través del tiempo, fueron elaborándose en los alfares, formas distintas en

esencia, a esa primera fuente estilística como lo fue las vasijas en terra sigillata.

Queremos reseñar que todas las formas que hemos considerado nuevas, quedan

numeradas a partir de la sigla: I-II-III-IV, etc, glosando en cada una las características

morfológicas de ellas.

El estudio de la producción de jarras, ha sido realizado en un lote de 319 fragmentos,

clasificados del siguiente modo: Forma-I, con un total de 65 fragmentos, de este total 8

son bordes y partes del cuello, 13 bases y el resto pertenecientes a la panza; Forma-I/1,

con un total de 67 fragmentos, compuesto por 7 cuellos, 8 bases y el resto pertenecen a

su panza; Forma-II, de un total de 52 fragmentos, distribuidos del siguiente modo: 6

bordes con el cuello, 2 cuellos con borde e inicio de asa, 6 bases y el resto de 38

fragmentos correspondientes a panzas; Forma-III, lo componen los siguientes un total de

39 fragmentos: 4 cuellos y bordes con inicio de asas, 4 bases, y 31 fragmentos

perteneciente a panzas; Forma-IV/1, con un total de 32 fragmentos distribuidos por; 3

cuellos con inicio de asa, 3 bases y 26 pertenecientes a las panzas; Forma-IV/2, de un

total de 38 fragmentos, de los cuales 3 son cuellos con asa, 3 bases y 32 fragmentos

correspondientes a la panza; Forma-IV/3, con un total de 26 fragmentos, de los cuales: 2

cuellos, 2 asas, 2 bases, y un total de 20 fragmentos correspondientes a la panza. Las

pastas prácticamente de tonalidad ocres-anaranjadas.

5 Hilgers, W., 1969 Latenische Gefässnamen. Bezeichnungen, Funktion und Form der römischer Gefässe

nach den antiken Schrifiquellen, p.203. Dusseldorf.

0

10

20

30

40

50

60

70

Forma I Forma I/1 Forma II Forma III Forma IV/1 Forma IV/2 Forma IV/3

65 67

52

39

32

38

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Estadística de las formas de jarras del alfar de Cáparra

9

Forma I

Jarra con cuerpo redondeado o panzudo, cuello o gollete largo con borde

troncocónico, paredes lisas, de una sola asa que nace debajo del borde y se apoya en el

inicio de la panza, de pie anular, la pasta de color ocre-amarronado. El

engobe exterior de los fragmentos analizados es de una tonalidad rojiza mate, aunque

si se aprecia, apenas se conserva; altura: 20 cms.; diámetro boca: 4,1 cms.; diámetro

máximo: 15,1 cms.; diámetro del pie: 7,7 cms, (Fig. 9/1, Fig.11)

Jarra de forma ovoide o piriforme, pasta marrón algo oscura, con cuello largo y borde

troncocónico, paredes lisas, con una sola asa que nace al igual que la anterior, de pie

anular. La parte externa de esta jarra, se encuentra pulimentada, la tonalidad adquirida es

gris oscuro. (Fig.10/2, Fig.12))

Fig. 9 Forma I. 1 Jarras Fig. 10 Forma I. 2 Jarras

Fig. 11 Forma I Reconstrucción

de

Fig. 12 Forma I, Reconstrucción

10

Forma II

Jarra de forma ovoide o piriforme, cuello o gollete largo con borde troncocónico,

paredes lisas, de una sola asa que nace justamente en la mitad del cuello el cuello de esta

forma, posee un anillo engrosado hacia fuera de forma redondeada, debajo de este anillo

se apoya el inicio del asa, terminando en su panza, de pie anular, la pasta de esta jarra

es de color anaranjado. El engobe exterior de los fragmentos analizados es de

una tonalidad rojiza mate, aunque apenas se conserva; altura del fragmento: 7,5 cms.;

diámetro boca: 3,6 cms. (Fig.13).

Forma III

Jarra de forma panzuda, cuello o gollete largo con borde troncocónico, paredes lisas,

de una sola asa que nace justamente en la mitad del cuello de esta forma, terminando en

su panza, de pie anular, la pasta de esta jarra es de color anaranjado. El

engobe exterior de los fragmentos tienen una tonalidad rojiza mate, aunque apenas se

conserva; altura del fragmento: 8,5 cms.; diámetro boca: 4,7 cms. (Fig.14)

Fig. 13 Forma II

Fig. 14 Forma III

11

Forma IV

1.- Jarra de un asa con boca y cuello anchos con borde en forma de pico redondeado

hacia afuera, paredes lisas, desconocemos donde nace el asa, aunque creemos que desde

el mismo borde, de pasta de color ocre-amarillenta, con diminutos fragmentos de cuarzo,

no apreciándose ningún tipo de engobe. (Fig.15/1) Esta forma se asemeja al tipo 43/1 de

M. Vegas,6 también parecida al que lleva el nº. 3903 de Tiermes.7 Las medidas son las

siguientes: diámetro de la boca, 6,9 cms., aunque la forma del borde y la pared no son

exactamente igual, las medidas son: 6,9 cms.

Jarra de un asa con boca y cuello anchos con borde totalmente redondeado hacia

afuera, paredes lisas, desconocemos donde nace el asa, aunque creemos que desde el

mismo borde. De pasta de color ocre-amarillenta, con diminutos fragmentos de cuarzo.

No se aprecia ningún tipo de engobe, variando en ambos casos la forma del borde, las

medidas son las siguientes: diámetro de la boca, 6, 2 cms. (Fig.16/2)

Jarra de un asa con boca y cuello anchos con borde totalmente redondeado hacia

afuera, desconocemos donde nace el asa, aunque creemos que desde el mismo borde, su

pasta es de color ocre-amarillenta, con diminutos fragmentos de cuarzo, no se aprecia

ningún tipo de engobe, las medidas son las siguientes: diámetro de la boca, 5,4 cms. (Fig.

17/3)8

El lote de cerámica hallados esparcidos y que debieron corresponder a fallidos del

horno de Cáparra en el río Ambroz, podríamos considerarlos del grupo de cerámicas

llamadas de paredes finas, aunque los producidos en este alfar nada se parecen a la

tipología de cerámica elaborada en los alfares emeritenses, ya que muchos de ellos sus

grosores así como sus dimensiones no se corresponden a la utilidad de este tipo de

recipientes, pensados principalmente para acompañamiento de la vajilla de mesa, de cuya

6 Vegas, M. Cerámica Común romana. Mediterráneo Occidental. nº, 22.Barcelona, 1973.pp.100-101

Tiermes II, campañas 1979-1980. pp. 94-103. 7 Nogué.J. M. EAE. nº.78. Excavaciones en Itálica. Madrid.1971.pp.16-23 8 Luzón Nogué.J. M. EAE. nº.78. Excavaciones en Itálica. Madrid.1971.pp.16-23

Fig.15 Forma IV/1 Fig. 16 Forma IV/2 Fig. 17 Forma IV/3

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utilidad principalmente fue la de vasos para beber o para contener líquidos en limitadas

cantidades, ya que su capacidad era exigua. Abundan los vasos, escudillas y tazas, con

características decorativas similares entre ellos.

Puntualizamos como producciones lusitanas al recipiente elaborado en talleres

locales que imitan a otras producciones y que forman un amplio grupo heterogéneo donde

se pueden incluir formas que carecen de una tipología concreta, aunque siempre se

asocian a formas conocidas, bien en su totalidad o por alguna característica especifica

del modelo a imitar. La característica común presente en casi todas ellas es una mayor

tosquedad en la elaboración de sus pastas con las que fueron fabricadas, resultando de

ello piezas menos esbeltas y de paredes más gruesas de lo habitual. En el horno del río

Ambroz, produjo este tipo de cerámica de imitación, de pasta marrón en su interior y

negras en el exterior, algunas como las documentadas por Mullor, F.LXVII, coinciden

en el tipo de decoración a ruedecilla con una amplia gama de variedades de esta

decoración, estas imitaciones de las cerámicas producidas en Emérita, es una prueba de

la imaginación de los alfareros, en pos de acopiar un mercado quizás desabastecido y sin

duda mucho más caro. 9

De los materiales de superficie estudiados en los años 1979 a 1985, se documentaron

por el espacio de la ciudad fragmentos de estos recipientes, quedando confirmado que sus

producción provenía del alfar del río Ambroz, Este alfar, quizás se erigió en el primer

suministrador de una determinada serie de utensilios que cubrirían quizás la insuficiencia

de algunos productos que no abastecerían con asiduidad a la ciudad de Cáparra, y por

supuesto mucho más caras.

Taza de producciones lusitanas, forma Mayet XLIII de cuerpo carenado, de

producción local, borde redondeado ligeramente hacia afuera, de pasta gris negra, engobe

9 Maye, F. “Cerámica emeritense de época romana”. Revista de Estudios Extremeños, v-3. p.531, 1978.

“Las producciones emeritenses, se han documentado en todo el Norte y Oeste de Mérida, pero estas

producciones tuvieron mucha competencia con los productos de La Bética. Y su difusión fue más limitada.

Estos vasos emeritenses respondieron, ante todo, a las necesidades locales y de su provincia.”

Fig. 18 Forma Mayet XLIII

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negruzco con decoración a la ruedecilla hasta la carena. Diámetro boca, 10 cms, diámetro

carena 10,3 cms, diámetro pie, 3,4 cms, altura total aproximada, 6,5 cms. (Fig.18)

PRODUCCIONES LUSITANAS. IMITACION DE LAS PAREDES FINAS

Ollita de las producciones lusitanas, de cuerpo globular, parecida a la forma de

López Mullor – LXVII, borde redondeado vuelto hacia fuera, con pequeño canal en el

interior del labio, de pasta gris medio, engobe de la misma tonalidad que la pasta con

poco brillo, la decoración a ruedecilla que comienza debajo de una moldura, diámetro

boca, 10 cms, grueso pared, 2 mm. (Fig.19)

Ollita de las producción local, con alguna diferencia en el borde y el comienzo de la

panza, de cuerpo globular, borde redondeado vuelto hacia fuera, con pequeño canal en el

interior del labio, de pasta gris medio, engobe de la misma tonalidad con poco brillo, la

decoración a ruedecilla que comienza debajo de una moldura, diámetro boca, 10 cms,

grueso pared, 2 mm.

Fig.19 López Mullor- LXVII

Fig. 20 Ollita con decoración a ruedecilla. Imitación de la forma de López Mullor LXVII

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Similar a la forma de López Mullor–LXVII (Fig.19) Ollita de producción local, de

cuerpo globular similar a la forma de López Mullor–LXVII, ligeramente distinta, el borde

menos inclinado en forma de bastoncillo redondeado, debajo una moldura de 2 cms, a 1,1

la decoración a ruedecilla, de pasta marrón, el interior negro mate y el exterior negro con

brillo. Diámetro boca, 10 cms, altura 12 cms, ancho 11-12 cms, diámetro pie 5 cms. (Fig.

20)

Fig. 21 Ollita con decoración a ruedecilla

Ollita de producción local, de cuerpo globular de idénticas características que la

anterior, tan solo varía la decoración a ruedecilla, borde con una pequeña diferencia al

anterior forma de bastoncillo redondeado, moldura de 2 cms, de pasta marrón, el interior

negro mate y el exterior negro con brillo, la decoración a ruedecilla. Diámetro boca, 12

cms, altura 12 cms, ancho 15,3 cms, diámetro pie 5,9 cms. (Fig. 21)

De toda la cerámica estudiada en el horno del río Ambroz, como consecuencia del

destrozo del horno romano, debemos puntualizar que, tanto en este alfar como en otros

estudiados, la ausencia de ciertas formas, no es que no se produjeran, sino que y como

puede ser el caso de este horno del Ambroz, este grupo que describimos, en su mayoría

sus paredes más gruesas o de dimensiones no demasiado grandes, e incluso el tipo de

pasta, incurría en un menor porcentaje de fallidos.

Por lo que el hecho de no haber hallado mayor número de fragmentos, no es óbice

para que cualquiera de las formas descritas, no fuera producida en este alfar, hoy día es

conocido dentro del entorno profesional de la alfarería, que algunas formas cerámicas.

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VASOS

Fig.22/1 Fig.23/2

Vaso alto, borde almendrado inclinado hacia adentro, cuerpo hemiesférico, pasta

marrón claro con granos cuarcíticos como desgrasante, en algunos sectores de este vaso,

el engobe muy escaso es marrón algo más oscuro que el barro. El vaso está elaborado con

pasta de color marrón, su exterior presenta un engobe marrón más oscuro, las medidas

son las siguientes: altura, 17 cms.; diámetro superior 15 cms, diámetro base, 7 cms.;

diámetro zona media, 16,8 cms.

Su decoración está dividida en tres partes separadas por dos acanaladuras, la inferior

con pequeñas espinas o triángulos, la parte media y la parte superior, decorada a la

ruedecilla, su base presenta un pie fino anular. Su forma podríamos acercarla al tipo

28/310 de Vegas, creemos se trata de una copia de los vasos de paredes finas, forma Mayet

V, forma por otro lado con parecidos en distintos yacimientos, con la única salvedad, que

las dimensiones son más grandes que el original de paredes finas. (Fig.22/1)

Vaso hemiesférico alto, la decoración de la parte inferior lo componen guillochis,

rayas simétricamente entrecruzadas, como separación entre las dos partes que forma el

vaso, lo atraviesa una línea incisa, siendo la decoración de esta franja la realizada a

ruedecilla. Creemos que el borde sería del tipo fino en forma de bastoncillo, aunque con

las consiguientes reservas ya que no encontramos ningún resto atribuible a estas piezas

en relación al borde. La pasta de color marrón rojizo, denota por los restos que le aplicaron

un engobe rojo. Los paralelismos, son los mismos que en la pieza anterior. Pie anular y

un diámetro de 6 cms. (Fig. 23/2)

10 Vegas, Tipo 28, p.70, fig. 23-3. Barcelona

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Vaso hemiesférico alto, su decoración a ruedecilla en forma de triángulos, una línea

incisa hace de separación con la parte superior también con decoración a ruedecilla, con

cuadraditos, de pasta ocre y con numeroso desgrasante, en el caso de este recipiente, el

engobe es de color amarillo-naranja, pie anular y 7 cms, de diámetro. Los paralelos los

mismos que los anteriores. (Fig. 24/3)

Vaso hemiesférico alto, su decoración aunque se encuentra diferenciada por otra

línea, es por igual en ambas superficies, realizadas con ruedecilla, de pasta marrón rojiza,

no hemos apreciado restos de engobe, aunque no descartamos lo tuviera. Los paralelos al

igual que los anteriores. De pie anular y 9 cms de diámetro. (Fig. 25/4)

Fig. 24/3

Fig. 25/4

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Decoraciones a ruedecilla de producciones estudias del vertedero del río

Ambroz

Forma II

Forma III

Forma IV/1

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Producciones lusitanas imitaciones paredes finas.

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Fragmentos cerámicas lusitanas