Sonidos en Causa : México . Chimalapas . Los Tuxtlas

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Sonidos en Causa . Campaña complementaria de recogida de datos en Chimalapas y Tuxtlas El Festival Transitio invitó a José Manuel Berenguer a dar un concierto y presentar su instalación Lucy que debía ser elaborada en un seminario taller de arte electrónico. Esas actividades debían tener lugar entre los días 29 de Septiembre y 7 de Octubre de 2011. AECID, a través del Centro de Cultura de España en México, se hizo cargo de los viajes y CENART, de los honorarios. De manera similar al desarrollo de las actividades de recogida de datos en Venezuela, José Manuel Berenguer aprovechó la visita a México para realizar tomas de audio en Chimalapas y Tuxtlas. Para ello, adelantó las fechas de su viaje, con la idea de dar comienzo a esas tomas el día 17 de Septiembre de 2011 en San Miguel Chimalapa, con cuyo Comisariado Comunial había establecido contacto desde el mes de Abril de 2011. Pocos días antes de la partida llegó el permiso para la visita de los Chimalapas. Estas grabaciones no fueron llevadas a cabo de acuerdo a la metodología característica de Sonidos en Causa. En particular, no se ha respetado el procedimiento de identificación de puntos de mayor y menor influencia de la actividad económica en el paisaje sonoro. Por otra parte, las actividades no fueron realizadas en equipo, por lo que no fue posible realizarlas con la misma precisión que en las campañas. Por ello, los materiales obtenidos, que son de interés evidente, sólo deben ser considerados complementarios. Chimalapas Los Chimalapas es una región ecológica y social enclavada en el corazón del istmo de Tehuantepec, dividida para su administración en dos municipios, Santa María y San Miguel, que han mantenido una alianza histórica en la lucha agraria por el reconocimiento y respeto del territorio común, de extensión cercana a las 600 mil hectáreas. La lucha de las comunidades indígenas de los Chimalapas es tan antigua como el poblamiento en esta zona. Las comunidades originarias, de lengua zoque de Oaxaca, resistieron junto con los zapotecos, mixes y huaves del Istmo de Tehuantepec a la colonia española. En 1687, después de una gran rebelión en Tehuantepec, los zoques compraron a la corona sus tierras pagando por ellas en jícaras llenas de oro. En lengua zoque, este hecho histórico es recordado con el nombre de Chimalapa que significa Jícara de Oro, recordando que los zoques obtuvieron sus títulos virreinales de 900000 hectáreas de tierra. Sin embargo, estos títulos nunca fueron respetados por las compañías cafetaleras, ganaderas y madereras, que, hoy más que nunca, continúan saqueado los recursos naturales y

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Sonidos en Causa . Campaña complementaria de recogida de datos en Chimalapas y Tuxtlas

El Festival Transitio invitó a José Manuel Berenguer a dar un concierto y presentar su instalación Lucy que debía ser elaborada en un seminario taller de arte electrónico. Esas actividades debían tener lugar entre los días 29 de Septiembre y 7 de Octubre de 2011. AECID, a través del Centro de Cultura de España en México, se hizo cargo de los viajes y CENART, de los honorarios. De manera similar al desarrollo de las actividades de recogida de datos en Venezuela, José Manuel Berenguer aprovechó la visita a México para realizar tomas de audio en Chimalapas y Tuxtlas. Para ello, adelantó las fechas de su viaje, con la idea de dar comienzo a esas tomas el día 17 de Septiembre de 2011 en San Miguel Chimalapa, con cuyo Comisariado Comunial había establecido contacto desde el mes de Abril de 2011. Pocos días antes de la partida llegó el permiso para la visita de los Chimalapas.

Estas grabaciones no fueron llevadas a cabo de acuerdo a la metodología característica de Sonidos en Causa. En particular, no se ha respetado el procedimiento de identificación de puntos de mayor y menor influencia de la actividad económica en el paisaje sonoro. Por otra parte, las actividades no fueron realizadas en equipo, por lo que no fue posible realizarlas con la misma precisión que en las campañas. Por ello, los materiales obtenidos, que son de interés evidente, sólo deben ser considerados complementarios.

Chimalapas

Los Chimalapas es una región ecológica y social enclavada en el corazón del istmo de Tehuantepec, dividida para su administración en dos municipios, Santa María y San Miguel, que han mantenido una alianza histórica en la lucha agraria por el reconocimiento y respeto del territorio común, de extensión cercana a las 600 mil hectáreas.

La lucha de las comunidades indígenas de los Chimalapas es tan antigua como el poblamiento en esta zona. Las comunidades originarias, de lengua zoque de Oaxaca, resistieron junto con los zapotecos, mixes y huaves del Istmo de Tehuantepec a la colonia española. En 1687, después de una gran rebelión en Tehuantepec, los zoques compraron a la corona sus tierras pagando por ellas en jícaras llenas de oro. En lengua zoque, este hecho histórico es recordado con el nombre de

Chimalapa que significa Jícara de Oro, recordando que los zoques obtuvieron sus títulos virreinales de 900000 hectáreas de tierra. Sin embargo, estos títulos nunca fueron respetados por las compañías cafetaleras, ganaderas y madereras, que, hoy más que nunca, continúan saqueado los recursos naturales y

provocado graves conflictos sociales.

Cintura de México y botín geopolítico histórico, el control del Istmo de Tehuantepec ha sido un ansia reiterada de parte de muy diversas potencias económicas desde mediados del siglo pasado. Macroregión geográfica y cultural de singular importancia, límite y confluencia de las dos Sierras Madres, occidental y oriental; situación que da lugar a abruptos desniveles y a una accidentada y cambiante topografía, y por ende, a una gran diversidad de microclimas y ecosistemas que se constituyen en puente natural que une la vegetación tropical de la vertiente del Golfo de México con la del Océano Pacífico, donde a la vez se extienden las mayores planicies costeras del país. Y es ahí, en el corazón del Istmo, en los límites de Oaxaca con los estados de Chiapas (al oriente) y Veracruz (al norte) donde se encuentran Los Chimalapas.

Las condiciones generales del Istmo resaltan en la Región de los Chimalapas, la cual posee una topografía muy accidentada que va desde las llanuras costeras, a altitudes de 200 metros sobre el nivel del mar, hasta cadenas montañosas que alcanza los 2300 metros sobre el nivel del mar, lo que hace posible la coexistencia de los más variados y complejos sistemas ecológicos donde habita una gran diversidad de flora y fauna silvestre, endémica en algunos casos.

De casi millón largo de hectáreas de vegetación muy diversa y en buen estado de conservación, 220000 son selva alta y más de 60000, bosque mesófilo, los ecosistemas naturales de mayor complejidad y biodiversidad de todo el planeta. Pese a los incendios, en México, la Región de los Chimalapas es la de mayor y más diversa vegetación conservada de forma compacta. Sus selvas altas deben ser consideradas las de mayor importancia del país.

Los Tuxtlas

Geográficamente, Los Tuxtlas se localiza en el sureste del estado de Veracruz, interrumpiendo la Llanura Costera del Golfo. Presenta una variación altitudinal desde el nivel del mar hasta los 1,700 m. Con una extensión de casi 2500 km², se hallan rodeados por la llanura de Sotavento. La Sierra de los Tuxtlas es de origen volcánico y, por su ubicación cerca de las costas, genera grandes precipitaciones. Ello convierte la zona en una de las regiones mexicanas más lluviosas de todo México. Topográficamente, la región de Los Tuxtlas es notablemente accidentada. Los conos volcánicos dan origen a un relieve escarpado con alturas que van desde los 200 hasta poco más de 1700 metros sobre el nivel del mar. Las elevaciones más originadas de las emisiones volcánicas son el Volcán de San Martín, con una altura de 1700 m; la Sierra de Santa Marta, con 1650 m; el Volcán de San Martín Pajapan, con 1145 m; el Campanario, con 1180 m; el Vigía de Santiago Tuxtla, con 800 m; el cerro de Cintepec, con 670m (Sousa, 1968), y el Cerro del Vigía, dentro de los terrenos de la Estación de Biología Tropical, con una altura de 530 m.

Esta zona es depositaria de una enorme biodiversidad, representada por la flora y fauna nativa, aunque en la actualidad se encuentra muy deteriorada. Los principales tipos de vegetación de la región, han sido descritos de manera detallada por Dirzo (1991) y Ramírez (1992); con base en estos autores, se describen los tipos de vegetación que aún quedan en esta importante región.

La vegetación reportada en la zona de Los Tuxtlas es típica de ambientes con clima cálido húmedo, como la Selva Alta Perennifolia, Selva Mediana Perennifolia, Selva de Altura con Liquidámbar, Selva de Encinos, Selva Alta Perennifolia de Altura, Bosque Tropical Nuboso, Bosque Enano, Vegetación Costera y Esteros, Manglares y comunidades de zonas inundables (Figura 3).

Dentro de la región de Los Tuxtlas se encuentra el Volcán de San Martín Tuxtla, con una superficie de 5730 hectáreas; decretada como Reserva Especial de la Biosfera, al igual que la sierra de Santa Marta con una extensión de 92000 hectáreas, que conforman dos grandes refugios de vida silvestre, fundamentales para el mantenimiento y enriquecimiento del patrimonio natural, cultural y socioeconómico de estas regiones.

La zona presenta una población total de 431447 habitantes

El sector primario (agricultura, ganadería, caza y pesca) en esta zona, es el más importante, destacando

los municipios de Ángel R. Cabada, Hueyapan de Ocampo, Mecayapan, Pajapan, Saltabarranca, Santiago Tuxtla, Soteapan, Tatahuicapan y San Andrés Tuxtla, este último destaca por ser centro económico y político regional.

En lo que respecta al sector terciario (comercio, transporte y comunicaciones, servicios financieros, de administración pública y defensa, comunales y sociales, profesionales y técnicos, restaurantes, hoteles, personal de mantenimiento y otros), sólo los municipios de Lerdo de Tejada, Catemaco y Tlacotalpan presentan actividades de relevancia, al ser polos de atracción turística.

En el aspecto sociocultural, se observan características de mestizaje y población indígena. El 13% de su población habla alguna lengua indígena, como náhuatl, popoluca, mixteco, mazateco, zapoteco o chinanteco; sobresalen los municipios Mecayapan, Pajapan, Soteapan y Tatahuicapan, con más de la mitad de su población de habla indígena.

Personas con quienes hemos establecido contacto

Samuel Román Morales, Webmaster de http://sanmiguelchimalapa.jimdo.comMiguel Angel García Aguirre, de Maderas del Pueblo del SuresteAlberto Cruz Gutiérrez, Presidente del Comisariado Comunal de San Miguel ChimalapaSheila Cruz Gutiérrez, Asesora legal del Comisariado Comunal de San Miguel ChimalapaBenjamín García, Secretario de San Antonio ChimalapaSantiago García, Padre de BenjaminMaría García, Madre de BenjamínRey, GuíaFrancisco José Gómez Marín, Biólogo de la Estación de Biología Tropical de Los Tuxtlas de la UNAMRosamond Coates, Jefa de la Estación de Biología Tropical de Los Tuxtlas de la UNAMAnder Azpiri, Subdirector del Centro de Cultura de España en MéxicoDaniel Viera, Becario del Centro de Cultura de España en MéxicoJosé Carlos Balaguer, Becario del Centro de Cultura de España en MéxicoManuel Rocha Iturbide, Compositor y Artista Sonoro, Comisario de TransitioRoberto Morales, Compositor y Artista Sonoro, Comisario de TransitioAdriana Casas, Directora del Centro Multimedia del CNARTTito Avila Morán, Subdirector de anteción a públicos de la Fonoteca NacionalFrancisco Javier Rivas Mesa, Jefe del Departamento de Investigación, Experimentación sonora de la Fonoteca nacional

Actividades llevadas a cabo durante la estancia en Mexico

José Manuel Berenguer realizó las siguientes actividades, todas vinculadas a la celebración de Transitio MX y encargadas por sus comisarios :

Taller Robótica Luci, ensamblado de luciérnagas electrónicas El taller tuvo lugar entre los días 30 de Septiembre y 3 de Octubre de 2011 en la Fonoteca Nacional con una asistencia de 21 participantes que construyeron 15 luciérnagas electrónicas, según el esquema diseñado por José Manuel Berenguer para la construcción de su obra Luci, Sin nombre y sin memoria.

Concierto Sons de LlocSons de lloc es una obra para dispositivo de difusión sonora multifocal que se ofreció en el contexto de Fandango II en el Laboratorio de Arte Alameda el día 2 de Octubre de 2011. La interpretación se llevó a cabo en un iPad que fue programado para esta ocasión.

Participación en el panel A rte sonoro en Iberoamérica Esta discusión se ofreció el día 6 de Octubre de 2011, en el auditorio Blas Galindo del Centro Nacional de las Artes, con la participación de Llorenç Barber (España), Luz María Sánchez (México), José Manuel Berenguer (España) y Mauricio Bejarano (Colombia), con la moderación de Manuel Rocha Iturbide (México)

Instalación de Luci en el Centro de Cultura de España en MéxicoLuci fue instalada al concluir el taller Robótica Luci e inaugurada el día 7 de Octubre de 2011 en el Centro de Cultura de España en México donde permaneció un mes.

Diario de tomas de sonido

Las tomas de sonido fueron llevadas a cabo con la colaboración de Susana Illade y Pilar del Barrio, que acompañaron a José Manuel Berenguer en las tomas y asumieron las tareas de producción y documentación. En especial, Pilar del Barrio realizó los reportajes fotográficos.

San Miguel Chimalapa

Localizaciones en San Miguel Chimalapa

17.09.2011

1. N16.43.640-O094.44.916 . 20.00 . 17.09.2011Altitud : 310 m. Micrófono orientado al cieloGrabación en ausencia

Pop nash

Hemos seguido al profesor Alberto Cruz hasta un lugar que llama Tierra Blanca. Poponash, en Zoque, la lengua de los Chimalapas. Por desgracia, los jóvenes la hablan cada vez menos. Prefieren el Español. Es una lástima, porque la diversidad lingüística es un garante de la diversidad y la libertad de pensamiento.

Por el camino, que recorremos con bastante ligereza, encontramos partes literalmente tapizadas de una especie ciruela que días después de caer del árbol huele muy fuerte. Como ahora. Hace mucho calor. El profesor nos cuenta que aquí ese fruto recibe el nombre de Jobo. Hemos tenido que atravesar dos ríos no muy anchos ni muy profundos. Son el Chiquito y el Espíritu Santo. Como cuando viajo no me separo de mis botas de agua, no he tenido que descalzarme. Susana y Pilar sí han tenido que hacerlo, pero con este calor, imagino sobre todo agradable el contacto con el agua.

Sólo íbamos con la intención de colgar la WildLife. Ahora ya es demasiado tarde para ponerse a hacer más tomas. Ya tendremos tiempo de ello mañana cuando vayamos en dirección al Cerro Pelón. Esta vez sujeto

la grabadora al tronco de un mango petacón que crece con unos naranjos en un recinto próximo a un pequeño curso de agua y delimitado por vallas para el ganado. También hay mango mulato, limones y un cedro. Es el profesor quien los ha plantado.

Del vuelta, Alberto nos explicaba la historia de cómo los Zoque compraron su propia tierra a un maderero español en el siglo XVII. Se llamaba Domingo Pintado. Cortaba madera en los Chimalapas y la transportaba al golfo de México por un río que llamó Corte. Cuando por motivos económicos se vio obligado a dejar la región, la vendió a los Zoque por una jícara llena de oro. En Zoque, chima significa jícara y lapa, oro. De ahí Chima-Lapa.

El paso del río Chico casi a oscuras y lleno las luciérnagas ha sido bellísimo. Nos venían acompañando desde que dejamos la WildLife y al atravesarlo, parecía como si sus luces surgieran del agua.

18.09.2011

2. N16.43.900-O094.45.297 . 08.43 . 18.09.2011Altitud : 320 m. Micrófono orientado al cielo

Viento

Hemos dormido en la Oficina 10 de Marzo de la Casa del pueblo, donde tienen lugar las reuniones comunales. Por el camino, Alberto, que ha aparecido esta mañana montado en un caballo pequeñito muy bello, nos cuenta que en el año 77 el gobierno reconoció a San Miguel 114000 hectáreas. Santa María Chimalapa posee más : 460000. De todo ese terreno, que pertenece al Estado de Oaxaca, el de Chiapas reclama 16000 hectáreas en concepto de reserva biológica, pero en realidad, nos cuenta el profesor, lo que desean es explotar la madera. Ha habido intentos de corrupción al comisariado, que sólo desea mantener lo que considera bienes naturales y no recursos. La cuestión semántica es importante, porque el término recursos implica explotación, actitud de la que el comisariado quiere desvincularse.

El viento bate esta tierra. No en vano hay en el llano un campo enorme de molinos de viento. Me he quedado solo. Todos se han ido para adelante. Que si los mosquitos, que si yo que sé. A mi no me han picado. Bueno, acaban de picarme. Después del paso de un caballo y su jinete.

Las ramas de árboles y arbustos ceden con las ráfagas. El viento sopla muy fuerte, pero los micrófonos están bien protegidos por el tronco de un árbol lleno de setas pequeñitas. A saber sus propiedades. Las cigarras se oyen por ahí mezcladas con el viento y la caída de alguna gota de agua. Son parecidas a las que escuché en el Cerrado Brasileño, en la estación de estudios de la Serra Daurada. Era un lugar muy ventoso. Como éste. Tal vez sea que esa especie prefiere los lugares con mucho viento. Sólo de vez en cuando y muy cerca de aquí, un ave llama. No podría decir que se trata de un fenómeno continuo, pero la densidad de sus apariciones varía con el tiempo sin desaparecer totalmente. Acaba de tener un clímax y las pulgas, que no son mosquitos, no paran de comérseme. Por suerte son pequeñas. A mi espalda escucho un gorjeo ocasional. ¿Qué será? Y un graznido que se vuelve algo rítmico y se detiene enseguida. El viento sopla aún más fuerte. Su intensidad es variable y nunca parado. Pasa por encima de mí. Aquí mismo no llega. Por eso hay pulgas, barrunto. De fondo, casi imperceptibles, están los saltamontes para dar una ilusión de fondo al graznido que se vuelve casi paroxístico. Entonces percibo una especie de vaivén. Son las cigarras, que se detienen y continúan a ritmo algo más lento.

En las tomas de sonido es indispensable esperar para tener buenos resultados.

3. N16.44.554-O094.46.115 . 10.51 . 18.09.2011Altitud : 421m. Micrófono orientado al cielo

Silbidos y percepciones capciosas

El viento pasa por encima de nosotros en la hondonada. Corre un riachuelo frente a nosotros. Estamos cansados porque llevamos varias horas andando. Se oyen voces por ahí. Deben ser unos que han pasado a caballo. Claramente, se distingue un silbido. ¿Era humano o de un ave? Ahí enfrente veo un caballo. No, a su amo. Es cierto lo que cuentan : hay pájaros. También cigarras. El riachuelo se oye muy enmascarado por el continuo soplar viento, que nos tiene medio locos. Veo los campesinos, que se han puesto a cortar hierba. Creo que los oigo ; bueno, es lo que hay. Además del vaivén de las cigarras, percibo otro algo más rugoso que no sé identificar ni lo intento, porque me llama más la atención un pájaro de llamada repetitiva de dos fases. Primera fase : silbido agudo ascendente con una corta cola descendente. Segunda fase : repetición en el registro medio, seguida de conclusión una tercera mayor por debajo. Al callar, la atención se me va ineludiblemente tras los fuertes golpes sobre la madera de los machetes de los campesinos. Un silbido ligeramente descendente. Apenas audible. Los campesinos silban; son ellos, pues, que entonan melodías de por aquí. Se mezclan con el canto de otro pájaro muy distinto que el anterior. Básicamente, es de ritmo roto. Vaya, si son las cigarras. ¡Siempre me engañan! Me hacen siempre creer que se trata de un ave : una lora, para más señas. ¡Tanto me gustan las loras! Pero no : cigarras de ciclo lento. Me encantaría ver alguna.

4. N16.44.555-O094.46.229 . 11.45 . 18.09.2011Altitud : 482m. Micrófono orientado al cielo

Ladera del Cerro Pelón

Después de alcanzar la cima del Cerro Pelón, desde donde hemos apreciado la inmensidad de la Selva Chimalapa, volviendo ya sobre nuestros pasos y sin haber podido grabar otra vez a causa del intensísimo viento, hemos escuchado las motosierras a lo lejos. Por eso nos hemos detenido aquí, con la intención de documentar la agresión. Las cigarras se perciben también lejanas. Cantan trabajosamente. Pero lo que más trabaja, el viento.

No sé si se van a escuchar esas motosierras en la grabación, porque el viento es fortísimo. Estoy sorprendido de que sature tan poco los micrófonos. Esta protección de pelo de perro sintético es buenísima. Pero no me puedo quejar, de hecho, este continuo soplar conforma el paisaje sonoro de la Zona de San Miguel. Como hay tanto, las motosierras quedan enmascaradas. Igual que cualquier otra señal que no sea el viento. Pero creo que sí : pillaremos las motosierras, aunque levemente. Del viento surge ocasional el canto de los pájaros más abajo en el bosque, que no está nada cerca. Cuando así ocurre, parece que no pueda ser, que sea irreal, como cuando estás en un avión y la azafata te pregunta si quieres algo. Pero ahí está, como las azafatas a 11000 metros de altura, las sierras, y las cigarras, que precisamente ahora se han escuchado un poco más, antes de sumergirse en el perenne generador de ruido rojo que los molinos de Acciona no cesan de aprovechar.

5. N16.44.500-O094.45.564 . 13.41 . 18.09.2011Altitud : 327m. Micrófono orientado al cielo

Vaivenes eternos

Sentados en un tronco de la hondonada y con el caballito pastando, sentimos que el vaivén de las cigarras es casi tan eterno como el viento. Cuando amaina, las aves aprovechan para lanzar algún silbido. Pero callan, como si fueran conscientes de que nadie las iba a escuchar. De fondo, también los saltamontes lo intentan, pero con un ritmo mucho más estable que las cigarras. Parecerían eternas, pero han callado sin avisar. El pasar del riachuelo apenas me llega. A ratos, sí, a ratos, no. Y las cigarras que pararon, igual : vuelven a empezar con fuerzas renovadas. Como los saltamontes, que recuerdan a los insectos esos tan profusos en Costa Rica, esos que llenan los campos y se activan a oleadas.

Hemos dormido poco esta noche y ahora, sentados en ese tronco, que es como un banco sin respaldo, casi nos dormimos. Con una ráfaga fuerte, el graznido de un valiente insiste, pero lo que ahora me parece más llamativo son los insectos reiterativos. Más que parecerme llamativos, me fascinan. Como siempre. ¡Hay que ver qué capacidad de repetición! ¡Qué cantidad de energía empleada en producir sonido! El agua también emerge del ruido a veces y el sol ilumina el fondo de la selva de golpe, como si se encendiera un foco. Es una nube que cambia de lugar y le abre así una puerta por unos segundos. Luego el foco se apaga otra vez y vuelta a empezar. La puerta se cierra, se abre, se cierra...

6. N16.43.140-O094.44.716 . 19.44 . 18.09.2011Altitud : 125 m. Micrófono orientado al cieloGrabación en ausencia

Escuela de San Miguel Chimalapa

A Alberto le ha gustado la idea de colgar la WildLife en un árbol de la escuela, su lugar de trabajo. No tenemos que dejar que nadie nos vea, porque igual nos la quitan. Me da la impresión de que eso de instalar la máquina en un sitio público sin que nadie nos vea le parece como una aventura.

19.09.2011

7. N16.43.075-O094.44.681 . 07.06 . 19.09.2011Altitud : 124m. Micrófono orientado al cielo

Río Chico

En lugar de Alberto, esta mañana ha aparecido Sheila con Erwin, su sobrino, que es nuestro Guia de hoy. También es es sobrino del Profesor, así que que descubrimos que Alberto y Sheila son hermanos. Al constatarlo, Sheila sonreía. Con Erwin a la cabeza, nos hemos encaminado hacia la cascada, que es uno de los atractivos de la zona. Le hemos contado que lo que a nosotros nos interesa no es la cascada en sí, sino el camino. Ya en esa tesitura, nada más atravesar el río Chico algo más abajo que ayer, le he pedido que parásemos para grabar. Eran las siete de la mañana y el pueblo estaba ya en plena actividad.

El paso del agua por el Chico es continuo. El profesor se ha acercado y me dirige unos gestos que no entiendo. No quiere hablar para no empañar la grabación. Luego hace ademán de que no importa y se va. Parece que va a sy potrero, donde tenía mucho que hacer. De hecho, ya nos hizo todo un honor dedicándonos todo el día de ayer. Alberto es una persona muy ocupada y comprometida con su pueblo. A su labor de profesor en la escuela suma toda la actividad social de su cargo, llena de reuniones.

El gallo es continuo a esta hora. Se levanta viento y ni por eso se calla. De hecho, con el viento han aparecido otras aves. Es justo la hora. Las hay silbadoras. Es la primavera que se ha despertado.

A media grabación un ruido de mal funcionamiento del grabador. Creo que se han estropeado los condensadores de los micrófonos. Igual fallan pilas. Tengo que abortar la grabación.

8. N16.43.075-O094.44.681 . 07.22 . 19.09.2011Altitud : 124m. Micrófono orientado al oeste.

Junto al río Chico

No sé qué pasa con los micrófonos Core. Tienen un ruido infecto. Me he visto obligado a continuar trabajando con los micrófonos de la H4n.

El gallo no para y alguien hace broma. Creo que llaman a un perro que esta parado por ahí. Gran ráfaga de viento que, por suerte, se para y deja sólo una brisa agradable. Las aves silbadoras continúan más que antes, como las graznadoras y el que bromea con el perro, también. El perro se va, lo veo, pero no se le oye. También hay ganado cerca y creo que escucho la voz de un niño. Pasos que se detienen. Pobres gallos, parecía como si sufrieran una maldición que les obligara a estar siempre pendientes de expresarse. Hay enfermedades mentales que consisten en eso. Un chapoteo indica que alguien ha entrado en el agua. Antes había una anguila, nos ha dicho Erwin. Cada vez se oyen mas personas. La aldea va despertando. ¡Anda! Del cercado de enfrente salen tres caballos. Un joven los lleva. Parece que van montaña arriba. No. Pasan por delante del micrófono y se desaparecen por el camino de la cascada. Buenos días, dice el chico vestido de rojo, que antes también ha saludado a Erwin. El se está muy formalito, sentado en un socavón del camino. Otra ráfaga. Mucho menos intensa que la anterior, de momento. Lo cierto es que hay mucho pájaro distinto. Menos mal. Los coches no pasan lejos.

Buenos días, pasan dos personas. Estamos en un lugar de paso. Se acerca un hombre y le damos los buenos días. Todos en el pueblo están al caso de que andamos por aquí y que realizamos grabaciones. Esta, la terminamos ya.

9. N16.43.265-O094.44.313 . 08.19 . 19.09.2011Altitud : 158m. Micrófono orientado al oeste

Valla y potrero

Vaya. Hay una serpiente a mis pies. Está quieta. Parece que se va. Da un poco susto. Vete a saber si muerde o no. Los pájaros están lejos porque es un espacio bastante abierto, cerca de una valla que da acceso a un potrero. Por eso da el viento especialmente, aunque para evitar que dé de lleno en el micrófono, lo he dispuesto entre unas ramas.

El aire se mueve mucho por aquí. Es la característica principal, de manera que todo depende de él .Todo se mueve por su causa. La rama esa que anda tocando el protector del micro, también. La ráfaga ha terminado por romperla, así que ha dejado de incordiar. De todas maneras, no sólo es que la rama tocara : los pelos del protector no paran de moverse. Este viento no para, es eterno aquí, y además, llueve algo.

Pájaros, a lo lejos. Cantan y el ganado llama. Vuelve el viento

10. N16.43.428-O094.44.102 . 09.05 . 19.09.2011Altitud : 147m. Micrófono orientado al oeste

Algo más cerca de la cascada

No llegaremos a la cascada. Hay una graznadora que lleva rato sonando por ahí. Desde que hemos empezado. Pero calla por fin y así puedo escuchar el canto de otras aves en un plano más lejano. Cantan los grillos y una de la misma especie que esa primera ha cantado hace un momento mucho mas lejos. Muy lejanos se oyen la megáfonos de San Miguel. ¡Pues estamos ya muy distanciados! Eso da una idea del nivel al que se ponen los megáfonos. En Matías Romero eran muy llamativos. Montados en sus triciclos, los vendedores llevaban un altavoz de corneta con un sistema de amplificación alimentado por una batería de coche. La mayor parte distribuían prensa amarilla y por los megáfonos se emitían las historias más truculentas de la jornada. Que si la mató así o asá... Se acerca algo que suena un elefante, pero sólo es un señor con su perro. El caer de una hoja queda registrado y parece que ya no hay más megáfonos sonando.

Ayer a la hora de comer, a través del sistema de megafonía se escuchaba una voz filtrada por un extraño eco. Nunca sabré si estaba decidido que así fuera o si el eco se debía a un fallo del sistema. De todas maneras, nadie entendía nada de lo que decía. Bueno, eso me parece a mí. Yo, desde luego, no era capaz de entender nada con toda esa transformación. A veces, lo único que importa es la presencia. Lo que importa es que hablen de Ud. aunque sea bien.

De este lado no parece haber cigarras, por cierto. Saltamontes, sí, pero no demasiado potentes. Las aves quedan ahora en planos muy lejanos.

Otra vez la megafonía, pero el pájaro repetitivo no parece que vaya afectarse por ella en lo más mínimo.

11. N16.43.024-O094.44.616 . 10.07 . 19.09.2011Altitud : 152m. Micrófono orientado al norte

Perspectiva de San Miguel

Ya al subir me he dado cuenta de que desde esta curva se tenía una buena perspectiva sonora de San Miguel. En ese momento sonaba una megafonía que anunciaba comida. Ahora se escucha música. Músicas, porque hay dos tipos de música. Una es de esa machacona moderna con elementos electrónicos y otra más popular, propia de aquí, de tipo corrido con trompetas e instrumentos de viento. Ni una ni otra hacen mella en el gallo, que horas después del amanecer continúa con lo suyo como si estuviera condenado a cantar constantemente. De hecho, lo está. Su biología le lleva a eso.

Alguien corta madera por ahí y, mientras, la música parece dar a entender que hay alguien de fiesta. Como estamos en época de lluvia, se pone a llover. A ver si aguantamos. El viento amenaza y la pantalla del iPhone se llena de gotitas que voy limpiando cada tanto. Los graves de la música se me antojan cada vez mas agresivos. Encima, están totalmente desafinados con respecto de todo lo demás. Un golpe de viento y un perro que contesta. La lluvia es un poco más fuerte y más allá del pueblo parece sonar otra megafonía. Sí. Eso es. ¿Donde será? Hay varias comunas por aquí. Vaya follón se escucha ahí abajo. En Latinoamérica siempre hay más ganas de juerga que en otro sitio.

La lluvia, muy fina, pero constante ya, es un gran estimulante de la piel y el enemigo número uno de los aparatos electrónicos.

San Antonio Chimalapa

Localizaciones en las proximidades de San Antonio Chimalapa

20.09.2011

12. N16.27.478-O094.14.493 . 15.32.14 . 20.09.2011Altitud : 137m. Micrófono orientado al oeste

El Jícaro

Ya en el camino de ripio que nos lleva a la comuna de San Antonio, tras una curva hay un arroyo por el que pasa poquita agua. Suficiente como para atraer a las aves que desde el coche hemos visto por aquí. He puesto el micrófono en el tronco de una mimosácea espléndida. Aunque ahora sólo escucho moscas y agua. Bueno, además hay saltamontes. Creo que truena. Si no, es un coche. No. Está claro que es un avión. Qué manera de cambiar de opinión. Eso es que estoy atento al más mínimo sonido y trato de identificarlos cuando aún no tengo información suficiente. Hace días que me pregunto qué pasa con los aviones. El de ahora es el primero que oigo por aquí. En San Miguel no escuchamos ninguno. Va pasando y creo que algo pía. Me resulta curioso que, tras un accidente sonoro importante, como aviones, truenos y otras cosas ocasionales, a veces escucho cantos de aves o de animales que podrían ser reactivos a esos fenómenos.

Compruebo que hay bastantes especies distintas de ave en esta zona. Las reivindicaciones basadas en la biodiversidad deben tener su base, pues. Ahora mismo creo escuchar un pato. Muy leve, pero pato. Goteos ocasionales. Ha llovido y de vez en cuando las hojas dejan caer su carga. A veces se confunden con el gorgoteo, pero lo normal es que se diferencien. Las gotas caen y se aplastan contra la superficie sobre la que impactan. Los gorgoteos, por el contrario, no impactan con nada. Solo resultan de turbulencias del flujo del agua. Hubiera podido decir que son turbulencias, pero no es cierto. El lenguaje nos engaña y por su uso poco consciente, muchas veces confundimos la cosa con los signos de la cosa. Sumido en la meditación acerca de la distancia entre el objeto y la cosa en sí, un gaznido contundente me deja anonadado. Es fortuito. Luego, nada. Silencio y, al cabo de poco, un gorjeo interesante. Es rítmico y va retardando. Alguno de su especie le contesta, pero con poca convicción. Mientras, la mimosácea va dejando caer agua sobre mi cabeza y los aparatos. Esta tierra se protege. La leve ráfaga de viento, me rocía otra vez y las moscas, que se habían ido ya, visitan nuevamente el micrófono. Parece que les gusta, pero ya se han ido otra vez.

13. N16.28.522-O094.13.402 . 16.11 . 20.09.2011Altitud : 423m. Micrófono orientado al norte

En el camino de San Antonio

Lejos ya de El Jícaro, nos hemos detenido en otra curva de la carretera. Es un barranco por el que debe caer bastante agua cuando llueve mucho. Como en el caso anterior, se escuchan aves de especies muy diversas. Hay saltamontes de 3 ó 4 ciclos por segundo de periodicidad y un grillo que vuelve sobre sí mismo a 1/5 de ciclo por segundo. Hace un momento algo gorjeaba de una manera muy acuática. Muy líquida. Súbitamente, después de que el grillo se dispare, un grito ascendente que luego decae. Se para y el grillo también, pero retoma estimulado su actividad preferida. Se le suman como ronquidos. Mejor diría que son jadeos rítmicos y pausados. Y el grillo se anima y se desanima inalterado por un grito complejo que por segunda vez vuelve a herir el silencio. Es verdaderamente rico en articulaciones y muy poco previsible. No sé si buitres o rapaces, nos vigilan desde su vuelo silencioso.

Igual que el trueno, que más que vigilar, advierte. Pero no nos inquieta mucho, porque suena muy distante. Lo inquietante es lo que no se oye. Lo que no se ve. Cantan muchas cosas por ahí. Poco, pero muchas. Los sonidos constantes pero suficientemente débiles como para que cueste identificarlos son también muy inquietantes.

14. N16.29.212-O094.11.795 . 17.03 . 20.09.2011Altitud : 972m. Micrófono orientado al norte

Aproximación a San Antonio

A ver si aguantamos sin que llueva. Chispea, ahora. Al parar, bajaba una camioneta grande 4x4 nueva llena de gente. Roja, como nosotros. Un señor muy amable nos ha preguntado desde la ventanilla. Descansamos, le digo. Ah, para que no se caliente el motor. Eso es, pero también por nosotros. Llevamos mucho rato subiendo por esta carretera tan mala. Me pregunto qué pasaría si lloviera demasiado. ¿Podríamos volver? Eso también es inquietante, especialmente, si tu vehículo es de alquiler y no tienes permiso para meterte según dónde.

Un pájaro cantaba muy bello al empezar a grabar. Estaba cerca. Luego han sido los repetitivos que quedaban más distantes. Ahora mismo, algo como una tórtola nos ataca con su ritmo cansino. Por suerte, va sonando algo más divertido que las que me agobian tanto, como las de Salinas Grandes. Pero cuando se ponía interesante, se ha ido para dejar paso a una especie de moscardón que ronca junto al micro. Espero que sólo sea eso y no un bicho más peligroso.

La verdadera causa de nuestra parada es que había algo en el camino que nos parecía una rana. Puede haber, porque esto está lleno de mosquitos. Tengo que quitármelos de las manos a cada palabra que escribo. Puede que no sean mosquitos. Son muy pequeños y no veo su anatomía. ¿Moscas? ¿Drosophila? Por fin termina la tórtola o lo que sea. Con los mosquitos atacando de letra en letra, me tenía un poco harto. Su silencio me permite escuchar chispeos muy leves que estaban en segundo plano; lo contrario que el moscardón, que debe estar apenas a un milímetro del micrófono. Casi todo se oye en la distancia. ¡Pero se

oye! Los chispeos son melódicamente descendentes. El moscardón, errático. Una gran calma impera por aquí. El chispeo se acerca y el zumbido del moscardón se transforma en aleteo. De pájaro, diría yo y desaparece. Cosas de la frecuencia : demostración de natural de cómo la percepción de la frecuencia se lleva a cabo en dominios sensoriales distintos : el ritmo y la altura. La lluvia empieza y vamos tener que marcharnos.

15. N16.39.45-O094.11.575 . 17.35 . 20.09.2011Altitud : cerca de 900 m.No se tomó sonido

Poblado de San Antonio

Es un lugar agradable. Rural y de montaña. Hacía tiempo que no me encontraba en un sitio así. La Libertad era aún más rural, pero era pampa y muy seca. Polvorienta. Esto es montaña muy boscosa y húmeda. Además, a pesar de los evidentes problemas de soberanía, son más ricos. Allí se vivía con una austeridad que en pocos lugares del mundo he encontrado. Tampoco tienen luz ni teléfono. Los lujosos vehículos 4x4 contrastan con las casas de madera. Sin un bicho de esos, la vida debe ser bastante más dura aquí. El que vemos en el patio de la casa de los padres de Benjamín, lo trajo su hermano desde Estados Unidos para Santiago, que, por cierto, es un señor muy simpático que no tiene carnet de conducir. Ni falta que le hace para ir por aquí. Es una esplendorosa camioneta blanca que hace dos como nuestro Dodge rojo.

La casa de Benjamín García, el Secretario, de madera como las otras, se halla frente al complejo en el que se encuentra el Centro de Salud. De hecho es la casa de sus padres, Santiago y María. Será donde hagamos las comidas, junto con la familia. Dormiremos en la casa de enfrente, en la misma parcela de terreno, que es de Rey, el cuñado de Benjamín, nuestro guía de mañana. Algo mas allá está la tienda comunitaria y ya totalmente destacada, la escuela primaria, con su campo de deportes.

16. N16.39.366-O094.11.558 . 21.10 . 20.09.2011Altitud : cerca de 900m. Micrófono orientado al cieloGrabación en ausencia

Casita de Benjamín García

Al llegar, Benjamín nos ha puesto en manos de su sobrina Sheila, con quien hemos ido a dar un paseo por el pueblo. Al volver, después de un rato de cháchara en la casa, Benjamín, que venía de una una reunión nos ha acompañado a una pequeña casa que tiene sobre una loma. Allí hemos dejado la WildLife atada con su hilo de nylon a una de sus columnas de madera. Desde la Maloca de Moruy hasta ahora, la de kilómetros que ha hecho ese hilo de nylon verde que nos diera Cayetano, el supuesto sabedor que hablaba con la boca llena de mambe. Si era oscuro cuando salimos, ahora no se ve ni torta. Esta noche amenaza lluvia. A ver qué graba. Esto es como pescar. ¿Pican?

21.09.2011

17. N16.39.023-O094.12.327 . 10.30 . 21.09.2011Altitud : 1208m. Micrófono orientado al sur

Riachuelo en el camino del Pocito

Rey es guía diplomado. Los chimas, cuyo deseo es mantener sus dominios alejados de los ataques medioambientales, se están preparando para el turismo rural y ecológico. Rey es protestante y por eso, viajó a Holanda en un viaje de estudios religiosos. Es una persona discreta y amable con un gran conocimiento de su hábitat. Parece que ha entendido bien que no nos interesa primordialmente llegar muy lejos ni visitar los atractivos turísticos de la zona. Nos conformamos con escuchar.

En la primera parada predomina el agua. Este es un riachuelo pequeño. Para vadearlo, Pilar y Susana se han quitado las botas. El río más importante queda más abajo, pero se oye fuerte. Si quisiera vadearlo, también me tendría que quitar las botas. Mejor pasar por el puente.

Las aves están, pero a una buena distancia. Suficiente como para que la presión acústica con la que su llamada nos llega sea bastante baja.

18. N16.39.023-O094.12.327 . 10.50 . 21.09.2011Altitud : 1029m. Micrófono orientado al sur

Repetición de la grabación porque se terminó la tarjeta.

Básicamente, lo mismo que antes. Los pájaros cantan ahora algo más cerca, pero el fluir del agua los enmascara. Todos están ahí. Muy ocasionalmente, alguno se acerca y canta. Hasta los mosquitos y las moscas, que parecen tener predilección especial por el micrófono.

19. N16.38.945-O094.12.755 . 11.48 . 21.09.2011Altitud : 1356m. Micrófono orientado al norte

Divisoria

Ascendiendo por un camino no demasiado marcado, llegamos a lo que en Catalán recibe el nombre de carena y en Español, no he terminado de saber. Se trata de la linea divisoria entre las dos pendientes

Nos dice Rey que estamos en el umbral de la selva virgen. Bosque primario, pues. El lugar es bello y estamos lejísimos de las comodidades. Pero esto no es más que la entrada. El corazón de esta selva queda

mucho más allá. Hay muchísimo más, dice Rey. Lo damos por supuesto. Pero desde el punto de vista del sonido, aquí el paisaje ya es rico. Flojo, pero rico. Muy rico. Es la hora. Los pájaros andan por ahí buscando qué comer y poco preocupados por relacionarse. Se les oye con el agua de fondo. Si en San Miguel lo constante era el viento, aquí es el agua. Especialmente, en época de lluvias, como ahora. Una rama debe estar rozando el micro. Me levanto y la separo. Qué difícil es obtener una buena grabación. Los mosquitos se me comen. Me noto la cara picada, por debajo de la barbilla y también los muslos. Son voracísimos y no se terminan nunca.

En cambio, los pájaros no se acercan demasiado. Se les oye en planos muy distanciados. No tanto como el sonido de un motor, que se destaca del fondo constante de agua. Podría ser un avión, pero no lo distingo bien. ¿Está dando vueltas? No parece alejarse. También podría ser una máquina o un generador de corriente, porque parece que no se mueve. Susana agita los brazos. Estamos rodeados de mosquitos, justo ahora que se han acercado unos que graznan.

20. N16.38.865-O094.13.157 . 12.59 . 21.09.2011Altitud : 1530m. Micrófono orientado al oeste

Selva virgen

Ahora sí. Rey nos decía mientras subíamos que del otro lado del valle, a donde nos dirigíamos, era selva virgen. De arces, mayormente. Su hoja es más pequeña que la de los arces más comunes en España y tres o cuatro veces mayores que las del arce de Montpellier. Por el suelo hay hojarasca de todo tipo. Mimosáceas y helechos nos siguen desde el poblado. Rey también agita los brazos para espantarse los mosquitos. A él le pican igual.

El espacio acústico es muy distinto del anterior. Es cuestión de reverberaciones. Hasta ahora, no dejábamos de estar en espacio abierto. Ahora es mucho más recogido. Los mosquitos no lo distinguen, así que esto está tan lleno como antes y hay que quitárselos de encima. Como en otras selvas, aunque no llueva, continuamente está lloviendo agua.

Tras diez minutos de espera, un ave bastante cercana deja escuchar su canto junto a los tímidos chisporroteos de aves y uno que otro saltamontes. Piares muy agudos, chasquidos. Un saltamontes en particular genera un sonido leve de temporalidad caótica. Un cuic, seguido de un chic. Se va. No. Otro cuic y aún otro. Un insecto volador pasa zumbando.

Se corta la grabación por falta de espacio. Estoy de pega hoy.

21. N16.38.866-O094.13.155 . 13.20 . 21.09.2011Altitud : 1534m. Micrófono orientado al oeste.

Más de selva

De fondo, siempre el agua, pero amortiguada. Un ave silba entre esos arces enormes que deben tener cientos de años. Otra grazna. Las gotas se vierten desde las hojas altas. Un avión, éste sí es un avión, pasa. El ave graznadora continúa a su ritmo lento y la silbadora se deja escuchar cada tanto. Es un silbido tímido que no espera. Sorprende siempre por la gran longitud de su período, si es que tiene periodicidad. Podría ser que fuera totalmente ocasional. Un pájaro emite chisporroteos y un piador aún mas lejano que el graznador, llama durante un rato. Otro respira y uno muy cercano, también pía. Al escucharse algunos lejanos de su misma especie, calla. Sus congéneres se quedan piando en la distancia.

El comportamiento sonoro de las aves es similar al de la primera toma. Presentes, van haciendo. Hay muchas especies, es decir, cantos distintos, pero nunca se acercan demasiado. En cualquier caso, no paran. La actividad es importante en esta selva y bien diferente de la del bosque de ocotes que hemos atravesado para llegar aquí. Uno que hace cak cak es lo que más cerca se nos ha puesto. Debía estar cerca de unos frutos rojos que diviso a diez metros de aquí. Pero no lo he visto. Creo que escucho el ronquido de un colibrí, como el de ayer, pero la mosca se acerca y eso es lo que se hace más evidente. No creo que su zumbido pueda confundirse con el de un colibrí.

Por suerte, el sol, que se adivina entre las hojas mas altas, no aprieta demasiado. Después de todo, estamos en época de lluvias.

22. N16.39.354-O094.12.691 . 14.57 . 21.09.2011Altitud : 1328m. Micrófono orientado al este

El otro valle

Después de llevarnos a la entrada de la selva virgen, Rey nos guía de vuelta por un camino que durante largo rato la bordeándola hasta la entrada de un bosque de ocotes. Ahí nos hemos parado a descansar y a grabar, aunque ya no me queda casi memoria en ninguna tarjeta.

Manifiestamente, el espacio suena muy distinto aquí. Como pensaba antes, esto es muchísimo más abierto y los pájaros, siempre esquivos, aquí se oyen muchísimo más flojo. Las mariposas, desde la perspectiva humana, por supuesto, vuelan en el más absoluto silencio. Lo más constantemente presente, el agua y el viento. Lo más inquietante, los mosquitos, que si pudieran te chuparían la sangre hasta dejarte seco.

Me he herido muy levemente al descender tras Rey, que con el machete iba abriendo camino. Tengo dos heridas por las que sale un poquito de sangre. Los mosquitos van directos ahí, como no. Igual que las hormigas. No podría estar mucho rato por la noche aquí.

Ahí va un pájaro que silba melodías. Son todas parecidas pero no iguales. Esta mañana ya lo escuchaba durante la primera toma. Ahora no está lejos.

23. N16.39.188-O094.11.573 . 19.00 . 21.09.2011Altitud : alrededor de 900 m. Micrófono orientado al cieloGrabación en ausencia

Aguacatito

Mañana nos vamos. Tenemos mucho miedo de que las lluvias deterioren el camino y no podamos salir de aquí en muchos días. Nuestro coche no es un todoterreno y he firmado un documento en el que rechazo expresamente meterme en caminos no asfaltados. Como emita señal por GPS, me van a cobrar un sentido. Con Rey a la cabeza, hemos salido del pueblo montados no sé cuántos en el coche para ir a un lugar donde hay un aguacatito. Es una entrada escondida a la derecha del camino. La verdad es que casi no he visto nada. Está todo a oscuras. Aún no sé cómo hemos hecho para atar la WildLife al aguacatito de marras. Pero ahí se ha quedado. Mañana la recogeremos camino de Chiapas.

22.09.2011

24. N16.32.555-O09410.028 . 09.58 . 22.09.2011Altitud : 1496m. Micrófono orientado al oeste

Hacia Chiapas

Desde el punto de vista de Chiapas estamos en Chiapas. Desde el punto de vista de los Chimas, estamos en Oaxaca, porque éste es su territorio. Como dicen en Argentina y también algo por aquí, recién pasamos por Rodulfo Figueroa, el primer ejido que encontramos saliendo de San Antonio y pretendiendo llegar a San Cristóbal de las Casas. En el muro de la escuela que da a la carretera lo ponía bien claro : Chiapas. Alcanzamos este punto siguiendo los postes de electricidad, que terminan en el camino que une El Jícaro y San Antonio. Con la electricidad que les lleva, el estado de Chiapas favorece claramente a ejidos de gente recién llegada que aceptan su soberanía, como Rodulfo Figueroa. En cambio, a San Antonio, una comunidad de Zoques que llevan aquí toda la vida, no llega.

No está nada clara su economía. ¿De vuelta, nos preguntamos de dónde sacarán el dinero para comprar esos coches tan potentes? ¿Y la ropa tan moderna? Los chicos y las chicas van apuestísimos. Todo eso choca con la escasez de servicios. especialmente, con la falta a de electricidad.

Contaba Rey que sus padres vinieron a la región huyendo de la violencia que reinaba en el istmo. ¿Vendrían aquí los demás por lo mismo? Presumo que eso contribuiría. La fundación de San Antonio tuvo lugar en los años 80. Rey nació en los 70 y nació por aquí. Sus padres y, quizá, sus coetáneos se establecieron en el Oriente de los Chimalapas en esa época. Serían el embrión del actual poblado de San Antonio

Sopla el viento y zumban de las moscas; tanto, que a veces se asemeja al paso de vehículos rápidos por una carretera. Tan constantes zumban unas como sopla el otro. Los pájaros suenan aún más dispersos que en San Antonio. La razón es que el bosque aquí es mucho más abierto. Pero la naturaleza suena. Además de viento y moscas, otro sonido constante es el de los saltamontes. Pero hay más. Uno es un canto de ave modulado en amplitud con periodicidad de 5 hercios. Da 5 ó 6 modulaciones y calla. Otro, modulado en amplitud a la misma frecuencia, pero sólo dos. Es más agudo. Y otro grazna. Es una modulación en frecuencia a 40 hercios y de amplitud a una frecuencia de 5. Da algunas ocurrencias y luego calla. Casi simultáneamente, se produce un silbido que termina pronto. Las pausas, larguísimas si lo que al oyente le interesa son los pájaros, parecían hechas de zumbidos, viento y saltamontes. Pero todo es mucho más sutil. En la naturaleza, nunca hay pausas globales. Hay periodos de predominio de una señal sobre otra y eso, siempre, dependiendo de las características del dispositivo de captura : el oído humano.

El canto rugoso y repetido de un ave, los batidos de alas de algún colibrí y la tranquilidad de haber superado los obstáculos de la carretera, contribuyen en que esta toma sea un poco más larga que las otras. También hay cuenta mucho que casi no haya mosquitos.

25. N16.31.256-O094.09.774 . 10.45 . 22.09.2011Altitud : 1326m. Micrófono orientado al sudeste

Chiapas

Vamos bajando hacia el mar, que se divisa ya a lo lejos desde algunos puntos del camino. No está muy bien, pero terminaremos pasando. Creíamos que al pertenecer a Chiapas, estaría mejor, pero no. Este camino se haría sólo para traer la luz a los ejidos. Pasa gente, porque hay roderas. De subida debe ser bastante difícil con un coche así. De bajada, como no hay que acelerar, se puede ir trampeando. ¡No lo habré hecho veces ni nada! Y con vehículos aún más delicados.

Hace viento y llovizna. Ni saltamontes. Sólo algún zumbido de insecto, como la avispa que la ha tomado con el cable de los cascos. Puede que algún ave también se escuche, pero muy enmascarado por el viento. Muy ocasional, también. ¿Por qué le gustará tanto mi cable a esa avispa? No es de las que yo conozco. Su cintura es menos fina y es capaz de estabilizarse en un punto cualquiera del aire, pese al viento, que impredeciblemente viene a ráfagas cada vez más fuertes. Una especialmente fuerte me dice que ya está bien; que llevamos ya 21 minutos grabando aquí.

26. N16.28.644-O094.08.580 . 11.50 . 22.09.2011Altitud : 1093m. Micrófono orientado al sudeste

A 8km. de Rizo de Oro

Eso decía la señal. Estamos en zona fronteriza. Oaxaca va quedando ya atrás, pero aún se nota su influjo. No dejamos de preguntarnos acerca del interés que pueda tener Chiapas en no respetar los límites con Oaxaca. El territorio Chimalapa hace como una vacuola en Chiapas. Quizá radiquen en ello las argumentaciones Chiapatecas. Los chimas dicen que no desean echar a nadie de su territorio. Únicamente piden que se respete la demarcación política. Es decir, que quienes habiten en los ejidos admitan hallarse en territorio Chimalapa y, por tanto, estar sujetos a sus leyes. Todo parece muy normal. El problema real debe estar en que el acatamiento de esas leyes supone dejar de cortar madera, porque la ley de los Chimalapas lo prohíbe. Pero incluso así, no se entiende bien la razón del apoyo del estado de Chiapas a quienes invaden territorio Chimalapa y lo merman. Debe haber algún interés económico importante. Es claro que quienes se benefician del corte de madera, no son los indígenas, que, con muchísimo esfuerzo cortan la madera y la venden a peso a las empresas madereras de quienes no deben ser ni empleados. Esas, a saber si son chiapatecas. Ni mexicanas, deben ser. Hay que estudiar más el problema, pero el estado de Chiapas debería dar razones claras por su actitud con respecto de esta cuestión territorial. Si no las da, queda en entredicho, porque da pábulo a todo tipo de cavilaciones como las que acabo de exponer.

Nada de eso importa a las aves que cantan por aquí. Van de un lugar a otro sin distinguir entre uno y otro territorio. Al fondo, un pequeño curso de agua justifica la presencia de tantas aves en este lugar ya habitado. En otros lugares lo he escrito : tiendo a escuchar más aves en contextos habitados que en entornos semisalvajes. Tienen más alimento. Pero no todas las aves son iguales. Otras más esquivas sólo se encuentran bien lejos de las economías humanas. Son más esquivas y también, más discretas. El canto debe cumplir su cometido, pero debe ser eficaz y no proporcionar información a posibles depredadores. Una cosa es la diversidad y otra muy otra, la cantidad o la intensidad.

27. N16.44.112-O092.38.1276 . 19.00. 23.09.2011Altitud : 2200 m. Micrófono orientado al cieloGrabación en ausencia

Hotel Palacio de Moctezuma

En San Cristóbal de las casas no hicimos grabaciones aparte de ésta. Le pedí a Pilar que me dejara ponerla en su ventana, ya que ahí estaba más inaccesible. La nuestra estaba demasiado expuesta. Hay mucho silencio en la grabación, pero las campanas de las 7 de la mañana son espléndidas. Si se normaliza la señal se puede llegar a escuchar muy bien el tráfico de la ciudad.

Los Tuxtlas

Localizaciones de Los Tuxtlas

24.09.2011

28. N18.25.067-O095.06.678 . 17.00 . 24.09.2011Altitud : 332m. Micrófono orientado al cieloGrabación en ausencia

Hotel Los Arcos

Nada más llegar al hotel, sujetamos la WildLife a la reja de nuestra habitación y la dejamos allí. Esperamos que recoja el paisaje sonoro de esta pequeña ciudad. Seguro que será movidito, porque tenemos una cancha de basquet al otro lado de la calle.

29. N18.24.838-O095.05.692. 07.19 . 25.09.2011Altitud : 328m. Micrófono orientado al sur

Isla Agaltepec norte

La isla Agaltepec, está a unos 400 metros del borde del lago de Catemaco, rodeado de montañas. Esto debió ser un volcán enorme. Hace muy buen tiempo y no parece que haya demasiadas corrientes, porque no nos movemos casi, a pesar de que Gelasio, el barquero, ha dejado a su pesar el motor a la deriva. Se ven garzas de cuello largo y grácilmente curvado que sobrevuelan silenciosamente la superficie del agua. Se escuchan muchas aves. Silbadoras, graznadoras... De todo tipo. Hay una que produce un trompeteo muy llamativo. Contrasta con los silbidos y los graznidos, como el aullido de un mono. Ya nos han avisado de que no podemos bajar de la barca, que los monos tienen muy mala gaita. Además de graznidos,

silbidos, y aullidos, se identifican con facilidad piares, pero, sobre todo, chasquidos insistentes a un ritmo bastante estable que se detiene cada tanto como para tomar aliento.

Se suma a todo ello un sonido continuo como de paso de agua por algún canal muy estrecho. Se mantiene así al menos desde que hemos empezado esta toma. Ni aumenta ni se va y se oye con los dos micrófonos. Yo lo atribuyo al lago; pero, ¿a qué del lago? Mis cavilaciones, todas acerca del fondo complejo, mayormente dominado por cantos de ave, no logran sustraerme al sonido del motor de una barca que se nos acerca. Oigo el motor, pero también la gente que habla. Sólo el motor, luego, y esa trompeta quejosa. La respiración del casco de la barca, que casi ronca, se encadena con el paso de un avión que vuela muy alto sobre nuestras cabezas. Es la cadencia perfecta.

30. N18.26.475-O095.04.100 . 07.59 . 25.09.2011Altitud : 331m. Micrófono orientado al noreste

Isla de los Changos

El agua choca contra el casco de fibra de la barca. No sé si va a estar todo el rato así. Esta vez hemos tocado tierra. En esta isla hay menos aves, pero se escuchan saltamontes. Un ave me ha pegado un susto tremendo. Ha sonado fortísimo. No hay nada a hacer. El casco es atacado por las olitas y los gallos cantan a lo lejos. Las vacas mugen. Tampoco hay manera de que Gelasio, el barquero, se esté quieto. Ahora ha ido a recoger las gafas a Susana. Quiere ser atento. Los ronquidos de antes no eran del casco del barco. Eran suyos. Se había quedado dormido y no había manera de despertarlo. Debe haber estado bebiendo toda la noche. Susana dice que se ha gastado toda la paga de este viaje antes de empezar. Es bien posible.

Aquí no se oye a los monos. Ni casi a nada. Sólo el chapoteo rítmico ése. Hay unas frutas muy gordas colgando de un árbol bastante retorcido. Recuerda a los baobabs. Una de sus ramas nos mantiene más o menos en la misma posición. Es evidente que se nos acerca una barca. Pasa de largo y para el motor. Son dos paisanos en una barca pequeña. Deben ir de pesca.

Ahora se ha sumado otro sonido de agua rítmico al otro chapoteo y como para acompañar y corroborar aquello de que las desgracias nunca vienen solas, el barquero intenta poner el motor en marcha. ¡Vaya! Vaya pedal ha pillado este hombre esta noche. Ayer estaba mucho más formalito. Nos engañó.

31. N18.26.239-O095.04.400 . 08.29 . 25.09.2011Altitud : 334m. Micrófono orientado a la deriva

Isla Chachalacas

En la isla hay una casa. Es un lugar paradisíaco de una gran frondosidad. No puede decirse que esto esté totalmente deshabitado, pero el caso es que se escucha mucho. Del gran y complejo sonido de fondo, me quedo con los sonidos de esas aves de canto repetitivo. Son muchas y se sincronizan. Son chachalacas. A veces paran, pero cuando alguna vuelve a empezar, las demás le siguen. En un plano lejano, también hay mugidos y voces. Un grito. Alguien llama. Antes, un silbido de ave ha contrastado mucho con el graznido repetitivo más característico del lugar. La barca ha ido cambiando de lugar y, con ella, el micro; así que la perspectiva va cambiando muy claramente en esta toma. Un ave negra nos regala al pasar su canto escueto. Neto. Nada que ver con los perros esos que, por los rebotes del sonido parecen estar ladrando en el interior de una casa.

¿Qué es ese chasquido? Como un golpe sobre madera. Como si alguien la cortara. Se acerca una barca y un pájaro pía especialmente fuerte. La barca es la misma de antes, con sus dos ocupantes. ¿Habrán pescado algo ya?

Nos hemos ido alejando del lugar donde empezamos. Los graznidos repetitivos han quedado distanciados, en beneficio de los perros, que ahora se escuchan más cerca. Las garzas blancas nos sobrevuelan y una nueva barca se acerca. Creo que la veo. Sí, venía directa a nosotros, pero se ha parado en la isla de los monos. Otra sale de la isla donde nos paramos nosotros en dirección a no se sabe dónde.

32. N18.26.006-O095.03.316 . 08.59 . 25.09.2011Altitud : 335m. Micrófono a la deriva

Grandes graves y demasiado ritmo

Aquí predominan los silbidos. Cada lugar donde paramos se diferencia de los otros por algo. No es el gallo ni los mugidos, que parecen estar en todas partes. Aquí hay un grave atronador de un tocadiscos nos llega. Como un latido descomunal. Imposible saber de dónde viene. En realidad, con los cascos puestos no puedo saber de dónde viene ningún sonido. Las garzas blancas se mantienen inmóviles en la orilla. Ajenas a nosotros. No oyen nuestro chapoteo o no les importa. La música debe estar en un punto fijo, porque la oigo constantemente, aunque sus graves me recuerdan los de un tocata de coche. Pero también podría ser una gran sonorización al aire libre.

Por el sonido, la imagino sobre el agua, a unos cincuenta metros de la orilla. No la veo. Por aquí, ademas de las garzas, hay patos buzos y urracas, nos cuenta Gelasio, que debería estar durmiendo la mona. Y una oropéndola, al menos, que ha estado cantando hace un poco. Vuelve por un momento la banda de agudos de paso de agua que no identifico. Gelasio, que debe aún estar borracho, dice ahora que si se acerca más. Le hago gesto de callar. ¡Me tiene frito el pavo!

Más mugidos. Hay que ver la de animales domésticos que se oyen por aquí. La oropéndola vuelve a cantar y por un momento escucho saltamontes. Nos estamos acercando a la orilla y, nuevamente, la perspectiva cambia. Pero Gelasio no se está quieto. Ayer me pareció que entendía perfectamente todo lo que que decía. Hoy parece medio atontado. Lo que es la cultura del alcohol. Entiendo perfectamente que mamá viera en ello tantos males y peligros sociales. Las gaviotas anuncian a la oropéndola y ésta, a su vez, a otro avión. Parece como que las gaviotas se excitan mientras se acerca, pero no es por él. Gelasio está imposible. No para de moverse. El avión ya ha pasado por nuestra vertical y se aleja. En cuanto deje de oírlo, terminaré la grabación. Tarda. El grave se confunde con otro grave y una especie de uhú rítmico, lento, pero sobretodo, como todos, se significa.

33. N18.24.799-O095.05.490 . 09.41 . 25.09.2011Altitud : 338m. Micrófono a la deriva

Isla Agaltepec sur

Entre el pescado de por aquí, nos dice Gelasio en un destello de lucidez, hay la mojarra y los amares. Que ¿qué árboles son de aquí? Pues los ajobos, cuenta, mientras las garzas vuelan a ras del agua y un pato grazna.

El grave de antes es ahora mucho más fuerte. Además, se oye ahora claramente la música que lo produce. Es una cosa machacona de ésas que gustan al personal. O alguien se emperra en que le gustan, porque yo, sinceramente, tengo dudas de que según que cosas puedan gustar a alguien de verdad. No es reguetón, pero es primo hermano. En la orilla, junto a las garzas, hay buitres. Toman la sombra del manglar muy quietos. La mañana avanza y los cantos pierden densidad, aunque no paran. Con la proximidad de la orilla, se aprecia una base continua de insectos. Crece su nivel paulatinamente y los graves de Catemaco nos atacan de nuevo. Parecen pruebas. A ver si esta noche hay fiesta o algo así. El nivel de sonido de las aves también crece, pero la musiquita esa es lo más fuerte. Las garzas doblan el cuello para volar. Son de geometría variable. Así, volando, apenas se ve que tienen un cuello tan largo. Casi sorprende cuando lo estiran. ¡Moscas! Nos atacan ya casi en la orilla y me pregunto si habré oído un mono protestar por ahí. Las ramas de un árbol de la orilla se rozan con el toldo de la barca. Los sonidos humanos figuran entre los más persistentes. De todo lo que he escuchado hasta ahora, la música es lo que más ha durado. Cuando para, un pájaro, nos regala su gorjeo descansado.

Los buitres permanecen inmóviles a pesar de nuestra proximidad. Les importamos un carajo. Otro gorjeo. Este es potente. Le acompaña un piar insistente e inquieto, como el del principio del canto de la pía chillona. Un aleteo y, ¡vaya!, un pip pip como si fuera de un ordenador. Nuevo aleteo y bip. Silbatos en glissando descendente. La barca se está dando la vuelta. Más silbidos en glissando ascendente, descendente y más moscas. La música vuelve a la carga. Son las fiestas de la virgen de las Mercedes. Hasta aquí nos ha venido a buscar la Mercé. Ya se entiende tanta contaminación acústica. Cuando estamos contentos, la pulsión es meter cuanto más ruido mejor. Está reñida la felicidad con la serenidad. Cualquiera lo diría.

34. N18.33.671-O095.02.341 . 19.59 . 25.09.2011Altitud : 5m. Micrófono al cielo

Lengua Sontecomapan

Veníamos de vuelta desde el final de la lengua de Sontecomapan y, pese a los mosquitos y el calor, no hemos podido evitar el ponernos a grabar. Las camionetas pasan y nos ensordecen. Se impone bajar el nivel de la grabación cuando lo hacen. Hay bastante tráfico, a pesar de lo rural del entorno. Ahí fuera hay una fiesta de insectos y batracios. No se trata de cantos muy especiales, pero sí puede decirse que el nivel es inusitadamente fuerte.

Es casi imposible saber exactamente cómo es el entorno, porque estamos completamente a oscuras. Además, como no sabemos si hay que salir disparados, porque no sabemos dónde estamos, grabamos con el micrófono en la capota del coche. Básicamente se trata de lo que aquí y en casi toda Latinoamérica se llama potrero, una zona de pasto, donde el ganado campa por sus respetos.

En la gran complejidad de señal que envuelve nuestros oídos, se distinguen señales algo más simples, como no. Las señales, aisladas del entorno, tienden a simplificarse. Las hay que siguen ciclos rítmicos casi constantes. Otras, menos constantes pero que siguen claramente un ritmo estable, son los croares de las

ranas. Hay además un insecto bastante imprevisible que genera rugosidades inconstantes muy interesantes. Las vacas mugen en la distancia y las luciérnagas centellean en el árbol bajo el que nos hemos parado. El insecto de canto imprevisible es lo más llamativo del lugar. Da al traste con mis teorías acerca del paralelismo entre la complejidad del canto y la del sistema nervioso que lo genera. Pero, ¿no dicen que la excepción confirma la regla? Lo cierto es nunca he entendido esa máxima. Volviendo a esa señal, puede que sea un pájaro, también, pero lo dudo mucho a esta hora y con esta oscuridad. Me tiene fascinado. ¿Será una especie de cigarra? Sea lo que sea, este paisaje sonoro es un homenaje a las diferencias de fase : la complejidad montada en un mar de diferencias de fase.

Pasa otra camioneta y se oyen la voces de sus ocupantes. También, las de unos ciclistas. Una nueva camioneta que se acerca. Voy a tener que bajar el nivel otra vez. Si no lo hago, la grabación se me satura y es peor. Aún se escucha el motor a lo lejos. Lo bueno de los insectos y los batracios es que no se cortan por el ruido de los motores. Cuando deje de escuchar el traqueteo pararé la grabación. Bueno. Aún hay un grave que se resiste a desaparecer, pero ya tenemos que volver.

35. N18.25.13-O095.06.575 . 17.00 . 25.09.2011Altitud : 340m. Microfono orientado al cieloGrabación en ausencia

Hotel Catemaco

Nos hemos cambiado de hotel, porque la cancha de basquet era insoportable. Aquí estamos algo más tranquilos, pero no deja de haber ruidos. En especial, la climatización. Es un dolor.

26.09.2011

36. N18.25.031-O095.06.742 . 07.41 . 26.09.2011Altitud : 339m. Micrófono orientado al norte

Malecón de Catemaco

El día se ha despertado tapado. Son casi las 8 de la mañana y el sol está ya a un tercio de su camino hacia el zenit. En el malecón de Catemalco, entre los embarcaderos, hay zonas llenas de bancos. Me he instalado en una completamente solitaria. Al principio de la grabación, las garzas se peleaban o tal vez jugaban a pelearse. Simultáneamente, los pájaros de los encinos hacían intercambios sociales. En el suelo había una especie de mirlo. Es lo que Gelasio llamaba urracas ayer. Vaya joya, el tal Gelasio. Merodean igual que las palomas a la búsqueda de algo que picotear. El suelo debe estar lleno de restos, porque hay muchos restaurantes. Entre los habitantes de los árboles, algunos deben ser patos buzo, porque se escucha su graznido característico. Las grullas se suben a la baranda y ahí se quedan, a distancias muy parecidas. Un poco más abajo, a nivel del agua, en el embarcadero, barqueros y mariscadores bromean antes de ponerse a trabajar. Como es algo pronto, aún no hay mucho tráfico. Un mariscador bucea en mi vecindad. Ha producido un chapoteo. En la palmera que se halla enfrente de mí, un pájaro gris me regala su graznido mientras otro negro casi produce una señal de alarma de juguete. El negro se marcha pronto y yo también, porque tengo que llegar al hotel antes de las ocho y diez.

37. N18.34.978-O095.04.380 . 11.24 . 26.09.2011Altitud : 157m. Micrófono orientado al cieloGrabación en ausencia

Estación de Biología Tropical de Los Tuxtlas de la UNAM

El guarda se ha sorprendido un poco al aparcar nuestro coche en el parking de la estación. No nos esperaban. Nosotros creíamos que era un parque público, porque figuraba anunciado en un mapa turístico entre los atractivos de la zona, pero no. El hombre nos ha dicho que teníamos que hablar con la jefa de la estación, Rosamond Coates. Nos ha atendido enseguida. Le hemos explicado nuestras pretensiones y como quiera que no le ha parecido una tontería, nos ha dicho que esperásemos un momento, que pondría enseguida en contacto con alguien que nos atendería. Así es como Francisco José Gómez, biólogo de la estación, ha aparecido. Paco es español pero vive aquí y está totalmente aclimatado. Su aspecto es el de alguien que se siente feliz de vivir lo que está viviendo. Amabilísimo, primero nos ha hecho un recorrido por las instalaciones de la estación, para luego acompañarnos por la reserva hasta encontrar un lugar apropiado para una grabación en ausencia. Nos cuenta que hemos colgado la WildLife de una Guarea Labra y que los frutos que vemos por el suelo son de Nectandra Ambigens. Tan bien dispuesto se ha mostrado, que se ha ofrecido a venir a buscarnos esta tarde al hotel para visitar unos terrenos suyos al otro extremo del lago Catemaco, donde acondiciona una casa para actividades ecoturísticas. De hecho, nos ha dicho que si lo deseamos, podemos pasar la noche ahí tomando sonido.

38. N18.21.813-O095.03.648 . 19.15 . 26.09.2011Altitud : 347m. Micrófono orientado al cielo

El Porvenir

No es fácil llegar. Hemos venido en el todoterreno de Paco. Desde luego que con el Dodge rojo no llegamos aquí. Esa es la razón por la que no nos quedaremos esta noche. No queremos forzar a Paco a venir a buscarnos por la mañana hasta aquí. Hay petroglifos al borde del lago, donde las garzas pescan topotes y en cuyas rocas ponen sus huevos. El Porvenir es el nombre que Paco da a la estancia donde esta tratando de recuperar selva. Está también construyendo un refugio que desea ofrecer como base para la organización de actividades ecoturísticas. Cerca hay una Ceiba Mamey. En realidad, no sé si lo he apuntado bien, porque a Paco le pasa lo que a muchos de los que saben muchísimo de algo. Hablan a toda velocidad, porque de otra manera no tendrían tiempo de compartir todo su conocimiento. En ese efecto también contribuye la pasión que invierten en el objeto de sus intereses. Eso les hace difíciles de seguir. A toda velocidad, pues, nos cuenta que en esa selva, cuya antigüedad no va más allá de 10000 años atrás, hay tigrillos de cinco especies distintas y que los chotacabras, unas aves nocturnas de boca muy ancha para comer insectos, quizá suenen pronto por aquí.

Me he situado para grabar al borde de la selva donde cantaba hace un momento un Saltatus Máximus o saltador de garganta canela, un pájaro de un palmo de altura y canto muy llamativo, pero ya no. Se ha ido. El canto de los pájaros está siendo substituido en este momento por el de los insectos. Cosas de la luz y de la temperatura, presumo. El nivel es fuerte. Hay unas cigarras, o como quiera que se llamen, parecidas a unas que encontramos en Costa Rica, de canto muy complejo y fuerte, cambiante y de altura sorprendentemente modulante. Aquí no se produce aquel efecto de diferencia de fase porque hay muy pocas.

El curso de agua no parece demasiado lejano al oído, pero no puedo saber cuanto, porque no lo veo. Está todo muy oscuro ya. Debe ser el que hemos atravesado hace un rato, uno que un par de cientos de metros más allá muere en el lago. Las cigarras se van animando. Con el fresco, supongo. Tengo una bastante cerca. Aún no ha modulado ninguna, pero estoy seguro de que se trata del mismo tipo de sonido que escuchamos por toda la costa norte de Costa Rica, incluso en la Tirimbina, que está en el centro. Los aviones pasan igual que ayer por la mañana y también, los coches, a pesar de lo comprometido del camino que nos ha traído hasta aquí.

Ya escucho las ranitas. Decía hace un rato Paco que son Paillanti, muy parecidas a la rana española. Sus sonidos son percusivos y se dan en grupos de dos o tres, con una periodicidad de algo más de un segundo. Los insectos de la noche ya bien enzarzados en su sinfonía, las últimas aves diurnas y las primeras nocturnas informan acerca de su posición en el bosque. Son miles de ritmos superpuestos. Timbres y colores brillantes, oscuros, densos, planos, abruptos, todos en el mismo lienzo dispuestos a modo de collage.