La experiencia interior

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Pérez Morales Dulce María Teoría de la imagen Bataille, Georges, La experiencia interior. 20 de mayo de 2014 Es imposible lo posible. No hay que buscar en sus obras un lenguaje simbólico, hay que aceptarlas como visiones concretas de la realidad Juan García Ponce El ser humano está lleno de distracciones, de utilitarismos, de metáforas, raciocinios y materialidad. Está abatido de él mismo, pero se niega abandonarse de sí mismo, en su forma de dar sentido a la vida, ello no reditúa nada. No lo hace por el horror de darse cuenta de lo que es, no se atreve a ponerse a sí mismo en cuestión y no recibir respuesta alguna. Por ello recurre a las metáforas para mitigar el dolor que conllevaría, el individuo tiene una necesidad infinita de saber para obtener un conocimiento claro y seguro al servicio él. El texto: La experiencia interior, es el primer volumen de la Suma ateológica de Georges Bataille, fue escrita en 1943. Bataille, advierte en su prefacio que su libro es el relato de una desesperación. Varias partes del escrito corresponden a su vida, son la segunda, el Suplicio, y la última, Post.scriptum 1953. Asimismo, afirma que existe un sufrimiento disimulado en el ser humano por el asombro que siente de no poder serlo todo y, por ello, lo conduce a la “hipocresía interior, exigencias lejanas y solemnes”. 1

Transcript of La experiencia interior

Pérez Morales Dulce María

Teoría de la imagen

Bataille, Georges, La experiencia interior.

20 de mayo de 2014

Es imposible lo posible.

No hay que buscar en sus obras un lenguaje simbólico, hay que aceptarlas como visiones

concretas de la realidad

Juan García Ponce

El ser humano está lleno de distracciones, de utilitarismos, de

metáforas, raciocinios y materialidad. Está abatido de él mismo,

pero se niega abandonarse de sí mismo, en su forma de dar sentido

a la vida, ello no reditúa nada. No lo hace por el horror de darse

cuenta de lo que es, no se atreve a ponerse a sí mismo en cuestión

y no recibir respuesta alguna. Por ello recurre a las metáforas

para mitigar el dolor que conllevaría, el individuo tiene una

necesidad infinita de saber para obtener un conocimiento claro y

seguro al servicio él.

El texto: La experiencia interior, es el primer volumen de la Suma

ateológica de Georges Bataille, fue escrita en 1943. Bataille,

advierte en su prefacio que su libro es el relato de una

desesperación. Varias partes del escrito corresponden a su vida,

son la segunda, el Suplicio, y la última, Post.scriptum 1953.

Asimismo, afirma que existe un sufrimiento disimulado en el ser

humano por el asombro que siente de no poder serlo todo y, por

ello, lo conduce a la “hipocresía interior, exigencias lejanas y

solemnes”.

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El autor Georges Bataille nació en Billion del año de 1882, se

distingue por ser un escritor y pensador francés. Estudió la

filosofía de Hegel por medio de los cursos que impartía A. Kojéve,

fue miembro del Colegio de Sociología de Francia, trabajó en la

Biblioteca Nacional de París y perteneció al grupo surrealista.

Fue influido por autores como: Hegel, Freud, el Marqués de Sade,

Marcel Mauss y Friederich Nietzche. Dirigió las revistas Documents

(1929-1930), Acéphale (1936-1937) y Critique (1936-1962).

Bataille se cuestiona: “¿por qué medio apacigua en sí mismo el

deseo de serlo todo?”, la respuesta es a través del sufrimiento

disimulado en el que se reciben “ilusiones nubosas” como narcótico

necesario para soportar la vida y el no poder serlo todo. Dicho en

otras palabras, el humano vive intoxicado con ilusiones nubosas

para evitar la experiencia interior.

Respecto a la experiencia interior, en un primer momento, sucede

cuando al no querer, el humano, serlo todo por antonomasia es

ponerlo todo en cuestión. Además, se pregunta qué es de los

individuos que desintoxicados se enteran de lo que son, pues si se

carece del narcótico se revela un vacío irrespirable donde su

espíritu se traslada a un mundo desconocido en el que coexisten la

angustia y el éxtasis.

Para abundar en el tema, Bataille trata de explicar la experiencia

interior como la puesta en

cuestión radical sin

reposo admisible. No

quiere caer en

presuposiciones

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dogmáticas, pues la experiencia interior no puede tener su

principio en un dogma, ni en la ciencia, ni en lo experimental, su

única preocupación es ella misma. No conduce a ninguna parte, mas

que a un lugar de perdición y sinsentido.

Por ende, es provechoso tratar de representar la experiencia

interior con la obra: The carriage, es un óleo sobre tabla realizada

por Steven Kenny en el 2014, en ella se observa a una niña

deteniendo una carriola, del vehículo se emana una mezcla de

objetos en forma humosa. 

Diversas interpretaciones argumentan que las imágenes de Steven a

menudo combinan la figura humana con elementos de la naturaleza

para comentar las interacciones del ser humano con el medio

ambiente. Su relación con la experiencia interior es en cuanto a

la evasión que tiene el humano por caer en ella. La mezcla de

objetos en forma humosa es el no saber, la carriola es el

narcótico que difumina la existencia de la experiencia, y la forma

en cómo se aferra la niña a la carriola pero no la mira, es

similar al humano intoxicado que evita caer en lo desconocido.

El no saber es el principio de la puesta en cuestión, pero ello

ocasiona en los individuos una inquietud hostil por el sentimiento

de lo desconocido y la idea del “deber ser”, de la perfección. De

igual modo la experiencia interior niega las autoridades y los

valores tradicionales existentes, plantea la existencia de una

comunidad, rechaza la idea de un dominio del espíritu por una

autoridad científica o la iglesia.

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Así, Maurice Blanchot le enuncia a Bataille que la autoridad de la

experiencia interior es ella misma,

empero, la autoridad se expía. En la

experiencia se fusiona el objeto (lo

desconocido) con el sujeto (el no

saber), un lugar de comunicación que

escapa del aislamiento por medio de la

dramatización.

La dramatización es una especie de

ruptura, el humano se pierde y se olvida

de sí mismo para tocar el punto extremo

de lo posible, se llega a un intolerable

no saber, donde la única salida es el

éxtasis.

Para ilustrar lo descrito hasta este momento se recurrirá a la

fotografía: “Daniel Kaluuya”, tomada por Nadav Kander, quien

participó en la exposición World Press Photo 2013. Se retrata al

actor Daniel Kaluuya quien está de perfil y tiene algo de polvo de

gis sobre el cuerpo, el fondo es una pizarra, su cabeza está

extendida hacia atrás, y de una forma sutil pero sagaz su ojo

izquierdo mira de frente.

La postura que tiene Daniel Kaluuya alude al éxtasis y la

dramatización, el humano pudo haber tocado el punto extremo de lo

posible, pero el hecho de que mantenga abierto el ojo, es el

miedo, horror u angustia de no poder salir de la experiencia para

regresar a lo conocido. De esta forma, el polvo de gis

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representaría que el sujeto y el objeto no logran fusionarse,

permanecen aislados.

“(…) el hombre no es contemplación (sólo tiene paz huyendo), es suplica, guerra, angustia,

locura”

Por otra parte, Bataille en el Suplicio, aborda diversas

reflexiones sobre cómo ha vivido la experiencia interior ante la

llegada del intolerable no saber: angustia sin tregua que genera

la duda. Para el autor, el suplicio es análogo a una experiencia

de lo divino, esto es, estar en frente de lo imposible, ya nada es

posible y abarca una desesperación hasta el horror.

Es menester introducir la

obra: The Lady of Shalott. Fue

pintada en 1888 por John

William Waterhouse, el

pintor se inspiró en un

poema con el mismo título

de Tennyson,

resumidamente, trata sobre

la historia de Elena, la

dama de Shalott, quien fue

encerrada en una torre donde tejía noche y día, su único contacto

con el mundo era a través de un espejo, en él veía lo que sucedía

al exterior, y en las telas tejía lo que veía en el espejo.

Un día, por el espejo, vio a Lancelot y se enamoró de él, pero un

susurro le advirtió que le caería una maldición si lo veía

directamente. Elena no lo pudo resistir y lo miró, en ese momento,

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el espejo se quebró, las telas salieron volando por la ventana y

la maldición cayó sobre ella. Bajó de la torre y cogió una barca.

En la escena que pinta Waterhouse se ve a Elena en una barca,

fluyendo en dirección a Camelot, se muestra una muchacha, su

aspecto es el de una mujer agotada y caída a su destino, a su

muerte. Su mirada está ausente, y sus brazos abandonados en señal

de rendición. Si se observan los detalles, se ven las telas en la

barca que ella misma había tejido las aventuras de los Caballeros

de la Mesa Redonda, así como el amor que siente por Lancelot.

“El colmo de la alegría no es la alegría, pues, en la alegría, siento venir el momento que

acabará, mientras que, en la desesperación, no siento venir más que la muerte: sólo tengo

de ella un deseo angustiado, pero un deseo y ningún deseo más. La desesperación es

sencilla: es la ausencia de esperanza, de toda engañifa”.

El fragmento anterior, muestra claramente la sensación de Elena en

la barca, primero tenía alegría de ver a Lancelot por el espejo,

pero sentía venir que esa dicha terminaría, ante esa desesperación

decidió voltear, y no vino más que la muerte, la maldición junto

con la angustia de estar naufragando en una barca sin esperanza

alguna.

Ahora bien, Bataille arguye que hay dos certezas en la vida, una

que es esa misma, y la otra es que la muerte es inevitable e

inaccesible. La caída en la

muerte es la unión del yo que

muere con la desnudez de la

ausencia. Sigue presente la

angustia porque el hombre tiene

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la necesidad de la angustia, porque sin ella, le parecería fácil

la muerte.

Una imagen que captura la esencia de la muerte tal como la

entiende Bataille es la fotografía: “Muerte en el cementerio”,

tomada por Graciela Iturbide en 1978, se trata de un hombre que

yace atravesado en la entrada de un cementerio, como si hubiese

caído después de una noche de borrachera, cuyo rostro ha sido

comido por los pájaros, dejando al descubierto su cráneo.

Se recurre a esta imagen porque se muestra una desnudez diferente

o no habitual del ser humano, el rostro comido por pájaros que

dejan al descubierto el cráneo en contraste con sus piernas

cubiertas por un pantalón y zapatos, ello puede vincularse con la

unión del yo que muere con la desnudez de la ausencia.

Al llegar a este punto, es preciso mencionar el papel del éxtasis

en la experiencia interior, Bataille escribe algunas experiencias

que tuvo a las que llamó estados de comunicación y a ello les está

unida la angustia, pues dichos estados fueron una forma de escape,

un movimiento, para “verse liberado de la importunidad estrepitosa

del discurso”, puesto que sí esa sensación permite llegar a lo

desconocido del ser, pero es efímero, el sujeto y el objeto (lo

desconocido) todavía es.

En otras palabras, en el éxtasis el discurso sólo es rechazado por

un momento pero en el fondo permanece, para Bataille el espíritu

puede llegar a una interioridad no discursiva, pero se regresa al

discurso, pues dicha experiencia se conceptualiza, se adquiere un

conocimiento y se intenta comunicar. Existe una necesidad de

salirse de sí mismo, el sujeto se pierde en el éxtasis, pero este

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mismo puede traerse de nuevo a sí mismo, el sujeto busca algo

semejante a él, evita el no saber.

El éxtasis como un estado de

comunicación engañoso para el

sujeto sobre la experiencia

interior, se escapa hacia lo

desconocido, pero no hay un

desgaste y no es continuo. En

resumidas palabras se cree

haber dicho suficiente sobre

el éxtasis, para incluir la

obra: Olympia.

Es un lienzo creado por Edouard Manet en 1863. El pintor presenta

la figura de una mujer desnuda, tumbada sobre un diván, acompañada

de su dama y de un gato negro. Las obras del Manet fueron un punto

de referencia para el grupo de los impresionistas. Algunas

interpretaciones sobre la obra afirman que se trata de una escena

contemporánea, inspirada en una poesía de Baudelaire dedicada a

una cortesana.

El éxtasis puede verse reflejada en la pintura por la desnudez de

la mujer recostada en el diván, pero los accesorios que porta como

los zapatos, el collar, la pulsera y la flor, son el sujeto que se

trae de nuevo a sí mismo, hacia una individualidad familiar. El

diván sería la fractura, porque

podría representar el descanso,

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algo que no sucede en la experiencia interior, donde hay un

desgaste continuo.

Por último, se hará referencia de la fotografía: “Monje en

llamas”, capturada por el reportero de guerra y periodista

científico: Malcolm Browne, en ella se retrata a  Thích Quảng Đức,

un monje budista mahāyāna vietnamita, quien se quemó hasta

morir en una calle muy transitada de Saigón el 11 de junio de

1963. Lo hizo en señal de protesta contra las persecuciones que

sufrían los budistas por parte del gobierno de Ngô Đình Diệm.

Después de su funeral, en el que sus restos fueron finalmente

reducidos a cenizas, el corazón de Quang Duc no se quemó; fue

recuperado y atesorado como una reliquia. Este hecho fue tomado

como un símbolo de su compasión y llevó a los budistas vietnamitas

a honrarlo como bodhisattva, término propio del budismo, hace

referencia a un ser embarcado en búsqueda de la suprema

iluminación.

En la fotografía se puede apreciar el perderse a sí mismo,

característico de la experiencia interior, se fusiona el objeto

con el sujeto, la ausencia con el yo que muere. Sólo es un

instante, el monje representa al humano desintoxicado que se da

cuenta de lo que es y se abandona a sí mismo ante el no saber. De

tal forma, la experiencia interior es un movimiento que destruye,

de morir y agonía, de socavamiento. Ya no se es, por lo tanto se

pierde lo individual.

Bibliografía:

-Bataille, Georges. La experiencia interior. Taurus, México.

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-“Olimpia”, ArteHistoria, [en línea] Disponible en la web: <http://www.artehistoria.jcyl.es/v2/obras/1530.htm> (18 de mayo de2014).

-“Botero lidera en las subastas de arte latinoamaericano NY”, invertir en arte, [en línea] Disponible en la web: < http://www.invertirenarte.es/index.php/mercado-de-arte/1-mercado-de-arte/249-botero-lidera-las-subastas-de-arte-latinoamericano-en-ny> (18 de mayo de 2014).

-“Malcolm Browne, captor de una imagen histórica”, El País, 28 de agosto de 2012, [en línea] Disponible en la web: <http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/08/28/actualidad/1346182449_337164.html> (18 de mayo de 2014).

Imágenes:

-Olympia Óleo sobre lienzo 130´2 x 189´9 cm. 1863 Edouard Manet

-The lady os Shalott Óleo sobre lienzo153 cm × 200 cm 1888 John William Waterhouse

-Jugadores de cartas Óleo sobre lienzo66 cm × 66 cm 1989Fernando Botero

-The CarriageÓleo sobre tabla16 x 20 pulgadas2014Steven Kenny

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-Foto: Muerte en el cementerio1878Autora: Graciela Iturbide

-Foto: Monje en llamas1963Autor: Malcolm Browne.

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