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La Distinción entre las Categorías Ciencia y Doctrina/Ideología en la Obra de Errico Malatesta
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LA DISTINCIÓN ENTRE LAS CATEGORÍAS CIENCIA Y
DOCTRINA/IDEOLOGÍA EN LA OBRA DE ERRICO MALATESTA*
Felipe Correa** Resumen:
Este artículo discute la relación entre las categorías ciencia ydoctrina/ideología en la obra del anarquista italiano ErricoMalatesta, una de sus contribuciones más significativas a laFilosofía y las Ciencias Sociales, particularmente al campoepistemológico y teórico-metodológico. Establecido en base a lacrítica de las nociones de socialismo/anarquismo científico, yrelacionándose, más o menos críticamente, con la contribución deteóricos notables como Max Weber o Karl Marx, esa distinción tienepor objetivos proporcionar una herramienta conceptual para que lateoría y práctica puedan ser conciliadas adecuadamente. La cienciaes definida por Malatesta, en su sentido social, como una forma deproducción y sistematización de conocimientos pasados y/o presentes,históricos y/o teóricos, estructurales y/o coyunturales, queexplican realidades sociales en las que se respaldan. Ella poseecondiciones para explicar la ocurrencia y la repetición de uno ovarios hechos sociales y puede realizar predicciones futuras sobreaquello que obligatoriamente ocurrirá como consecuencia de los actospasados y presentes. La doctrina/ideología es un conjunto deprincipios que poseen como fundamento posiciones ético-valorativas yque establecen objetivos normativos pautados en la aspiración de unconjunto de agentes sociales. Ella puede interactuar con la cienciaen lo que dice respecto a las herramientas utilizadas para explicarla realidad social, más aún, principalmente, proporciona un cuadrode referencia capaz de orientar la evaluación de esa realidad,ofrece elementos para que se piense como ella debería ser y seconciben posiciones políticas, ideales y acciones para mantenerla omodificarla. Distinguir ciencia y doctrina/ideología constituye unpaso fundamental para: 1) la búsqueda antidogmática de métodos deanálisis y teorías sociales que puedan explicar de manera másadecuada la sociedad; 2) pensar el lugar de las doctrinas/ideologíaspolíticas en los procesos de cambio y transformación social; 3)mejorar las prácticas políticas que apuntan hacia los objetivosestablecidos bajo presupuestos ideológico-doctrinarios y que pormedio de un conocimiento científico de la realidad, buscan lasmejores estrategias y tácticas para llegar de un punto a otro.
Palabras clave: Errico Malatesta, epistemología, ciencia,doctrina/ideología, anarquismo.
Introducción
Errico Malatesta (1853-1932) fue un importante anarquista
italiano, que contribuyó, en teoría y en práctica, con el
desarrollo del anarquismo en muchos países; militó en
distintas localidades de Europa, de las Américas, del África y
de Asia. Hijo de una familia de comerciantes con algunos
recursos, estudió en el Liceo de Santa Maria Capua Vetere,
localidad de su nacimiento, ingresando posteriormente a la
facultad de medicina, de la universidad de Nápoles. Los
contratiempos, en parte del orden político, lo hicieron
abandonar el curso, viviendo a partir de entonces, haciendo
pequeños trabajos, entre ellos el oficio de mecánico y
electricista. Aún joven, se afilió por algún tiempo al
republicanismo de Giuseppe Mazzini, aunque luego lo
abandonaría, convirtiéndose al anarquismo entre el 1871 y el
1872 – en cuyo proceso Mikhail Bakunin fue determinante -,
doctrina que defendió hasta su muerte en Roma. De los casi 80
años de vida, más de 60 Malatesta fue anarquista. Acompañó,
por eso, un período amplio del anarquismo en distintas
localidades, los flujos y reflujos de los movimientos
populares y del propio anarquismo, así como diferentes ideas y
prácticas hegemónicas que se impregnaron en ese período. Creó
y participó de organizaciones anarquistas, organizaciones y
movimientos de masas, insurrecciones e iniciativas que
incluyeron a la propaganda escrita y oral. Muchas veces
llevado a prisión, pasó prácticamente 10 años de su vida en
las prisiones. (Fabbri, 2010; Nettlau, 2008, 2012; Richard,
2007b)
Cualquier investigación teórica y/o histórica de la obra
de Malatesta debe ser realizada cuidadosamente, sin aportar
conclusiones demasiado definitivas. Eso es debido a que sus
obras completas no están aún disponibles al público; los
escritos a los cuales se puede acceder, por lo tanto, apenas
parte de su producción. Si ni en italiano las obras completas
están disponibles[1], en los otros idiomas el acceso es aún
más limitado. Otro factor relevante es que Malatesta nunca
fue, y no pretendió ser, un gran teórico. Sus escritos tenían
como función, principalmente la propaganda anarquista;
artículos de periódicos y material de
divulgación/vulgarización de las propuestas anarquistas
constituyen la mayor parte de su producción.
Entre tanto un análisis más detallado de la obra
malatestiana disponible, evidencia que el autor, el cuál no
tenía la erudición de un Bakunin o un Piotr Kropotin, posee
contribuciones relevantes, no solamente sobre el anarquismo y
sus estrategias[2], sino también al campo de la Filosofía y de
las Ciencias Sociales, en especial sus reflexiones sobre
epistemología, método de análisis y teoría social.[3]
Su discípulo Luigi Fabbri afirma, en este sentido, que
Malatesta
Dedicó mucho de su tiempo en acompañar lascorrientes intelectuales, no solo de los individuosde ideología y práctica anarquista en diferentespaíses, sino también de los desarrollos del
pensamiento filosófico y científico contemporáneo,al cual dedicó atención y gran interés. (Fabbri,2010)
Tal vez, justamente, por conocer de los debates
filosóficos y científicos de su tiempo, por no estar
directamente vinculado a las discusiones académicas y por
teorizar muchas veces sobre sus propias observaciones,
Malatesta estaba desarrollando posiciones relativamente
innovadoras. Desde una perspectiva filosófica y científica,
Malatesta puede ser considerado como un hombre del siglo XX,
en alguna medida “al frente de su tiempo”, distinguiéndose,
por ejemplo, de Kropotkin, apenas 10 años mayor y cuya
producción en esos campos se vincula, en gran medida, a las
posiciones mayoritarias del siglo XIX.
El presente artículo tiene como propósito, a partir de la
limitada obra disponible del autor y de sus propias
complicaciones[4], elaborar un análisis fundamentado de una de
sus contribuciones más importantes en el campo epistemológico
y teórico-metodológico: la distinción entre las categorías
ciencia y doctrina/ideología. De este modo, no se pretende
profundizar en la discusión sobre el anarquismo y sus
estrategias, sino más bien abordar una cuestión que ofrece
elementos para que se establezcan los límites de una
conceptuación adecuada del anarquismo y para que se reflexione
acerca de su relación con el campo científico.
La contribución de Malatesta aquí discutida parece ser no
solamente la más adecuada entre sus contemporáneos, algo que
como parte de un instrumental analítico más amplio, puede
auxiliar la comprensión del mundo contemporáneo y subsidiar
reflexiones acerca de las maneras más adecuadas de intervenir
en él.
La distinción entre las categorías ciencia y
doctrina/ideología
Para la distinción de las categorías ahora abordadas, el
punto de partida de Malatesta es la noción de
“socialismo/anarquismo científico” que, originada durante el
siglo XIX, avanzó por el siglo XX, tanto en el campo del
marxismo[5] como del anarquismo[6]. Aunque la concepción
marxista de “socialismo científico” y la noción kropotkiana de
“anarquismo científico” tenían diferencias sustantivas,
apoyándose en elementos teórico-metodológicos distintos, ellas
poseen una similitud: pretender dar a la doctrina
político/ideológica del socialismo, aunque en diferentes
corrientes, un carácter científico.
Al paso, que en gran medida, desde Marx y Engels, el
marxismo viene insistiendo en mantener ese vínculo socialismo-
ciencia, el debate epistemológico, metodológico y teórico del
anarquismo, tomando en cuenta producciones anteriores y
posteriores a las de Kropotkin, varió significativamente.[7]
El hecho es que, siendo Kropotkin, sin duda el clásico más
difundido entre los anarquistas del siglo XX, sus posiciones,
entre las cuales se encuentra la anteriormente mencionada,
tuvieron un impacto considerable. Fue con los continuadores de
esas posiciones, así como los marxistas, que Malatesta
debatió, buscando demostrar que ese vínculo socialismo-ciencia
estaría errado. Según el,
el cientificismo (no dijo la ciencia) queprevaleció en la segunda mitad del siglo XIXproduce la tendencia a considerar verdadescientíficas, o sea, leyes naturales, y por tanto,necesarias y fatales, lo que era solamenteconcepto, correspondiente a los diversos interesesy a las diversas aspiraciones, que cada uno teníade justicia, progreso, etc., de la cual nace “elsocialismo científico” y también el “anarquismocientífico” que, era profesado por igual pornuestros grandes representantes, siempre meparecieron concepciones barrocas, que confundíancosas y conceptos distintos por su propianaturaleza. (Malatesta, 2007a, pp. 39-40)
Para Malatesta este vínculo base de las nociones de
socialismo y anarquismo científico, constituye una confusión
de categorías que en realidad son distintas y no pueden ser
tratadas como si fuesen una sola. En muchos casos, argumenta
Malatesta (2007a, p. 39), la noción científica unida al
socialismo/anarquismo, sería solamente “el revestimiento
científico con el cual algunos gustan de encubrir sus deseos y
voluntades”; la utilización del adjetivo “científico”
constituiría, en la mayor parte de los casos, tan solamente
una base para las tentativas de autolegitimación.
Partiendo de esa crítica Malatesta defiende la necesidad
de definir y distinguir dos categorías fundamentales, que
aunque se relacionan no pueden ser reducidas a una
sola: ciencia y doctrina/ideología.
La ciencia es la compilación y la sistematizaciónde lo que se sabe y de lo que se afirma saber;enuncia el hecho y trata de descubrir su ley, osea, las condiciones en las cuales el hecho ocurrey necesariamente se repite […] La misión de laciencia es descubrir y formular las condiciones en
las cuales el hecho necesariamente se produce y serepite: o sea, es decir el qué es y lo quenecesariamente debe ser.
El anarquismo es, indistintamente, una aspiraciónhumana, que no se funda en ninguna necesidadnatural verdadera o supuestamente verdadera, sinoque se podrá realizar según la voluntad humana.Aprovecha los medios que la ciencia proporciona alhombre en la lucha contra la naturaleza y contralas voluntades contrastantes; puede sacar provechode los progresos del pensamiento filosófico, cuandoestos sirven para enseñar a los hombres a razonarmejor y distinguir con mayor precisión lo real delo fantástico; más no se puede confundirlo, sincaer en el absurdo, ni con la ciencia, ni concualquier sistema filosófico. (Malatesta, 2007a,pp.41-43)
Partiendo de estos extractos se puede afirmar que en la
concepción de Malatesta, ciencia y anarquismo son cosas
distintas.
La concepción malatestiana de la ciencia implica una
noción en la que el objeto está en el pasado y no en el
presente; de lo que fue y/o de lo que es. Toma como base los
fenómenos que se desarrollan en la vida natural y social,
desde un puno de vista teórico y/o histórico, estructural y/o
coyuntural, y establece los marcos para una explicación de
esos fenómenos. La capacidad de generalización, o sea, de la
explicación del fenómeno o conjunto de fenómenos, constituye
uno de sus aspectos centrales. La ciencia nunca tiene por
objeto el futuro; ella puede, a lo máximo, realizar
predicciones sobre aquello que, basado en el análisis de lo
que fue y de lo que es, necesariamente será, como consecuencia
de esa interpretación pasada y presente.
Cuando reflexiona sobre el anarquismo, Malatesta, en
realidad aborda un elemento que está incluido en una categoría
más amplia, que puede ser definida por las categorías doctrina
y/o ideología, que es aquí abordada por medio de una
categoría-síntesis: doctrina/ideología.[8]
La doctrina/ideología ofrece un cuadro de referencia
pautado en un conjunto de valores y en una noción ética que
proporciona una herramienta para el análisis de la realidad
pasada y presente, estructural y coyuntural, además permite
juzgar esa realidad, ofreciendo elementos para que se piense,
a partir de aquello lo que fue y lo que es, lo que debería
ser. O sea, la doctrina/ideología ofrece una base valorativa
que permite juzgar y orientar posiciones políticas, ideales y
acciones en el sentido de mantener o modificar el status-quo, en
un sentido normativo.[9]
Malatesta considera el anarquismo como una
doctrina/ideología pautada que, en aspiraciones humanas,
afirma aquello que la sociedad debería de ser, posición ético-
valorativa de un devenir que está más allá del campo
científico. Capitalismo y Estado deben de ser destruidos,
dando lugar a una sociedad sin clases, explotación y
dominación, no debido a que, por medio de un análisis
científico del sistema actual de dominación se constata que
este es el fin natural de la evolución de la sociedad, hacia
un telos conocido, sino porque según valores y nociones éticas y
a partir de una posición normativa se considera podría ser
mejor y más justas de lo que actualmente es, y que la acción
humana, situada dentro de los límites estructurales, debería
ser utilizada para impulsar una transformación revolucionaria
de la sociedad.
Ese objetivo, que se podría llamar “finalista”, no es
consecuencia de una predicción necesaria de aquello que
obligatoriamente debe ser, y no constituye una necesidad
verdadera de una consecuencia normal del desarrollo del actual
sistema de dominación; se trata de una posibilidad deseada, de
algo que se considera mejor, más justo en comparación con
aquello que está dado.
Malatesta, Weber y Marx: teoría y práctica
Esta distinción realizada por Malatesta entre ciencia y
doctrina/ideología parece anticipar, en alguna medida, la
conocida distinción entre los conceptos de ciencia y política.
Para Max Weber (2010, pp. 17; 96; 19), la ciencia “no
tiene como enseñar a nadie sobre lo que debe, solamente sobre
lo que puede y – eventualmente – sobre lo que quiere”; la
ciencia esclarece aquello que existe. La función de la ciencia
es, por tanto, conocer, y su propia historia constituye “una
alternancia constante entre la tentativa de ordenar
teóricamente los hechos mediante una construcción de conceptos
[…] y la construcción de nuevos conceptos sobre la base así
modificada”. Para ello la ciencia afirma que es, y no lo que
debería ser.
La política, en Weber (2010, pp. 25; 22; 20), posee como
fundamento la “exposición de ideales”; o sea, ella se apoya,
necesariamente en un porvenir, que se encuentra en el futuro,
el cual orientaría mediaciones valorativas y tomadas de
posiciones en relación a distintas cuestiones prácticas: el
agente político puede “actuar como mediador entre opiniones
opuestas dadas” o “tomar partido por una de ellas. Pero eso
nada tiene que ver con la “objetividad” científica.” La política
incluye un posicionamiento no solo valorativo, sino también
volitivo y normativo de agentes sociales con intereses
futuros, formulados bajo “criterios de valor reguladores [que]
pueden y deben de ser objeto de controversia”; ella no puede,
por tanto, ser resuelta “con base en consideraciones meramente
técnicas”.
Al paso de la ciencia permite conocer teóricamente una
realidad como ella es, la política incluye un posicionamiento
concreto que dice respecto a las relaciones de poder sobre
como esa realidad debería ser.
La distinción conceptual de Malatesta entre las categorías
ciencia y doctrina/ideología podría subsidiar críticas que él
defendería una escisión entre teoría y práctica, la
neutralidad de la ciencia y/o del científico, entre otras
críticas que son frecuentemente dirigidas a Weber, en general
por marxistas y muchas veces sin fundamento.[10]
En la propia obra de Marx, se pueden distinguir, de manera
bastante clara, sus contribuciones teórico-metodológicas y sus
posiciones político-doctrinarias. Aunque muchas veces
interpretadas o reivindicadas como parte de un mismo proyecto,
ellas son cosas distintas y así deben ser consideradas.
Utilizando las categorías malatestianas, parece claro que, en
los escritos de Marx, hay diferencias marcadas entre el
análisis histórico – y por tanto, perteneciente al campo
científico – de la Comuna de París, en La Guerra Civil en
Francia (2008), y su análisis teórico-histórico – también
perteneciente al campo científico -, de los fundamentos del
capitalismo en El Capital (1985) y sus propuestas político-
ideológicas – pertenecientes al campo doctrinario/ideológico –
presentes en Manifiesto Comunista (2010).
Si diversos intérpretes atribuirían, por ejemplo, a La
Guerra Civil en Francia una contribución político-ideológica, de cómo
se debería procesar la transformación revolucionaria
encabezada por la clase trabajadora[11], ellos no hicieron más
de lo que, aun utilizando las categorías malatestianas,
transformar la ciencia, un análisis de lo que fue, en
doctrina/ideológica, una posición de aquello que debería ser.
Y las propias posiciones de Marx en el seno de la Primera
Internacional en 1872, un año después de la Comuna y de
la Guerra Civil, confirman esa afirmación.[12] Al igual que al
análisis de aquello que fue y/o es, se hace imprescindible
para proponer aquello que debería de ser, no se trata de la
misma cosa, inclusive en la obra marxiana.
Si la crítica marxista a Weber es facilitada por sus
propias posiciones políticas conservadoras y por su prioridad
en la producción teórico-científica en relación a la práctica
política[13], la condición de Malatesta es bien diferente.
Malatesta fue un hombre mucho más dedicado a la práctica
política que a la producción teórico-científica. Él participó
con Bakunin, de la Alianza de la Democracia Socialista, en
1872, y de una tentativa de rearticulación de esa organización
política en 1877, encabezada por Kropotkin, creó y animó el
Partido Revolucionario Socialista Anarquista, de 1891, el
Partido Anarquista de Ancona, de 1913 y la Unión Comunista
Anarquista Italiana / Unión Anarquista Italiana de 1919/1920.
Fue miembro de la sección italiana de la Primera
Internacional, a partir de 1871; fundó los primeros sindicatos
revolucionarios en la Argentina, a fines de los años 1880;
participó de huelgas en Bélgica, en 1893, de protestas contra
el aumento del precio del pan en Italia, en 1898; contribuyó
con la Unión Sindical Italiana (USI); participó de la huelga
general y de la Semana Roja de 1914, en Italia; articuló a la
izquierda antifascista en la Alianza del Trabajo, en los
inicios de los años 1920. Participó, de armas en mano, de las
insurrecciones de Apulia, en 1874, de Benevento, en 1877, y
fue arrestado más de una decena de veces. (Fabbri, 2010;
Nettlau, 2008, 2012; Richards, 2007b)
No se puede decir que, al defender esa distinción entre
las categorías ciencia y doctrina/ideología, Malatesta
estuviese planteando cualquier tipo de “escisión entre teoría
y práctica”; sus posiciones fueron elaboradas exactamente en
el sentido de proporcionar una comprensión más adecuada de la
realidad para, a partir de ella, concebir las mejores maneras
de intervenir, promoviendo el avance del programa anarquista,
en base a los objetivos por ellos establecidos. Se debe, aun,
adicionar que Malatesta tampoco sustentó la neutralidad de la
ciencia o cualquier posición que permita aproximarlo al
positivismo.[14]
Malatesta posee una noción clara de la relación entre
ciencia y doctrina/ideología, y la demuestra en sus
reflexiones acerca del conocimiento científico de la realidad
social y del anarquismo. Para él, métodos de análisis y
teorías sociales pertenecen al campo científico: buscan
subsidiar un conocimiento de la realidad así como ella es; el
anarquismo, partiendo de esas consideraciones, establece sus
objetivos finalistas, que Malatesta llama “anarquía”,
preconizando como la realidad debería ser, y concibiendo
estrategias y tácticas para transformar la realidad en ese
sentido.
En la búsqueda de conocer científicamente la realidad
social, Malatesta (2007a, pp. 39-41) enfatiza que “la duda
debe ser la posición mental de aquellos que aspiran
aproximarse cada vez más de verdad o, por lo menos, de esa
porción de verdad que es posible alcanzar”. Tal apertura para
la comprensión de la realidad social sería fundamental, visto
que en particular en las ciencias sociales, las verdades
absolutas, de certeza predictiva, son prácticamente
inexistentes. Para él, “en la ciencia, las teorías [son]
siempre hipotéticas y provisionales” y “las pruebas son algo
relativo”; la ciencia se contenta “con acercarse [a la verdad
absoluta] fatigosamente, descubriendo verdades parciales, que
[son consideradas] siempre provisionales y revisables”. Al
resaltar esa “porción de verdad que es posible alcanzar”,
Malatesta reconoce que la complejidad de la vida, de la
realidad social, es mucho mayor de la capacidad de aquellos
que quieren aprenderla; debido a la distinción entre
naturaleza y pensamiento, al analizar la realidad, una
persona, al igual que un grupo, nunca posee condiciones de
comprenderla en su totalidad y por eso el conocimiento es
siempre parcial, fragmentario.[15]
Son, por tanto, los métodos y las teorías las que deben
ser adaptadas a la realidad y no al contrario. Deben ser
utilizados en la medida en que ayuden a comprender esa
realidad y, mostrándose ineficaces, tienen que ser mejorados
y/o sustituidos. Se debe, según sustenta Malatesta, buscar una
postura antidogmática delante de los hechos y un instrumental
teórico-metodológico que no se confunda con doctrina/ideología
y que pueda ser utilizado, mejorado o sustituido, en la medida
de su capacidad explicativa.
Al caracterizar el anarquismo como una doctrina/ideología,
Malatesta reconoce que no hay método de análisis o una teoría
social anarquista; en términos históricos, los anarquistas
utilizan diferentes herramientas teórico-metodológicas para la
comprensión de la realidad sin, con eso, dejar de ser
anarquistas. Lo que caracteriza al anarquismo es un conjunto
de principios político-ideológicos y hay diferentes posiciones
estratégicas bajo las cuales se constituyen, históricamente,
sus diferentes corrientes.[16]
En líneas generales, las posiciones doctrinarias y
estratégicas que caracterizan al anarquismo malatestiano son
las siguientes. Malatesta realiza críticas a la explotación
del trabajo, la propiedad privada, la dominación estatista, la
educación, la religión y el patriotismo de su tiempo; la
violencia y la lucha de clases son, para él, rasgos
fundamentales de este sistema de dominación. Él realiza esas
críticas con elementos teórico-metodológicos para aproximarse,
tanto como es posible, desde las ciencias sociales. Propone
como objetivos finalistas la socialización de la propiedad,
del poder, el fin de las clases sociales, la libertad y la
igualdad para todos. Esos objetivos, conforme él los concibe,
no son consecuencia obligatoria de reflexiones científicas. Su
estrategia es la dialéctica organizacional, que preconiza la
organización simultáneamente política (específicamente
anarquista) y de masas (movimientos populares), impulsando el
trabajo de base, la propaganda, la educación entre los
trabajadores y conformando una fuerza social capaz, por medio
de las luchas por reformas, de promover una revolución social.
Esta estrategia, por más que contenga rasgos científicos que
la guían (subordinación de las tácticas a las estrategia y de
esta al objetivo[17]), no puede ser considera completamente
científica.
En fin, se puede afirmar que la distinción teórico-
conceptual propuesta por Malatesta es hecha, en realidad, para
potenciar la práctica política anarquista; tal es la manera
encontrada por él para conciliar teoría y práctica.
Ciencia y doctrina/ideología
Para propósitos didácticos, se propone sistematizar las
definiciones de las categorías malatestianas anteriormente
discutidas.
Ciencia. En su sentido social, constituye una forma de
producción y sistematización de conocimientos pasados y/o
presentes, históricos y/o teóricos, estructurales y/o
coyunturales, que explican realidades sociales y en las que
poseen respaldo. Posee condiciones para explicar la ocurrencia
y la repetición de uno o varios hechos sociales y puede
realizar predicciones futuras sobre aquello que
obligatoriamente ocurrirá como consecuencia de los hechos
pasados y presentes.
Doctrina/ideología. Conjunto de principios que poseen como
fundamento posiciones ético-valorativas y que establecen
objetivos normativos pautados en la aspiración de un conjunto
de agentes sociales. Puede interactuar con la ciencia en lo
que dice respecto al instrumental utilizado para explicar la
realidad social, además, principalmente, proporciona un cuadro
de referencia capaz de orientar el juicio de esa realidad,
ofrece elementos para que se piense como ella debería ser y
que se conciban posiciones políticas, ideales y acciones para
mantenerla o modificarla.
Algunas conclusiones
Las distinciones entre las categorías ciencia y
doctrina/ideología en la obra de Malatesta constituye una
contribución relevante al campo epistemológico y teórico-
metodológico de la Filosofía y de las Ciencias Sociales.
Establecida con base en la crítica de las nociones de
socialismo/anarquismo científico, y relacionándose, más o
menos críticamente, a la contribución de teóricos notables
como Weber o Marx, esa distinción forma parte de un
instrumental conceptual para que la teoría y práctica puedan
ser conciliadas adecuadamente.
Distinguir ciencia y doctrina/ideología, al igual que
ciencia y anarquismo, constituye un paso fundamental para la
búsqueda antidogmática de métodos de análisis y teorías
sociales que puedan explicar de manera más adecuada la
sociedad. Contribuye, también, para pensar el lugar de las
doctrinas/ideologías políticas, dentro de las cuales se
encuentra el anarquismo, en los procesos de cambio y
transformación social. Finalmente, esa distinción, permite
aproximar las prácticas políticas que apunten hacia los
objetivos establecidos bajo supuestos ideológico-doctrinarios
y que, por medio de un conocimiento científico de la realidad,
busquen las mejores estrategias y tácticas para llegar de un
punto a otro. Realizando un análisis adecuado de la realidad
social y con sus objetivos finalistas bien delineados el
anarquismo puede concebir medios adecuados para una
transformación social revolucionaria que sustituya el
capitalismo/estatismo por el socialismo libertario y
autogestionario.
* Artículo elaborado como contribución al “ColoquioInternacional Ciencia y Anarquismo” (del 11 al 14 de noviembreen São Paolo) [https://cienciaeanarquismo.milharal.org/],promovido por la Biblioteca Terra Livre[http://bibliotecaterralivre.noblogs.org/]. Eje: Concepcionesanarquistas de la ciencia. Texto traducido del portugués porJesús Jiménez Javeliano: anarquista y bachiller en Psicología,UNMSM. ** Editor pos-graduado por la Escuela de Sociología y Políticade São Paulo y magíster por la Universidad de São Paulo(EACH), en el programa de Cambio Social e ParticipaciónPolítica. Miembro de la Comisión Editorial da Faísca
Publicaciones y del Instituto de Teoría e Historia Anarquista(ITHA). E-mail: [email protected].
Notas:
[1] Está en curso un proyecto coordinado por Davide Turcato dela publicación de las obras completas de Malatesta enitaliano. De los diez volúmenes previstos, apenas los primerosestán disponibles.Cf. http://www.zeroincondotta.org/em_operecomplete.html. [2] Para breves exposiciones de las contribuciones deMalatesta al campo del anarquismo y sus estrategias, cf.Correa, 2009, 2013a. [3] Para una discusión más pormenorizada sobre epistemología,método de análisis y teoría social en Malatesta, cf. Correa,2013b. Este texto constituye una versión ampliada del presenteartículo y discute no solamente las categorías ciencia ydoctrina/ideología, sino también otras cuestionesepistemológicas y contribuciones teórico-metodológicas para elanálisis social elaboradas por Malatesta. [4] Obras de divulgación del pensamiento del autor, comoRichards (2007a) y Malatesta (2008) – que compilan diferentesescritos, producidos en diversos momentos históricos,presentándolos por tema -, si por un lado permiten unacomprensión temática de sus ideas, por otro lado complican elanálisis histórico más pormenorizado, que abarque el contexto.Otro aspecto a ser destacado son los problemas de ordenlógico, que atraviesan parte de la producción del autor, enespecial en lo que se refiere a sus reflexiones teórico-metodológicas sobre la relación entre las esferas: económica,política/jurídica/militar y cultural/ideológica y sobre elpoder. [5] Friedrich Engels, en Del Socialismo Utópico al SocialismoCientífico, de 1880, considerado por Karl Marx (1880) “unaintroducción al socialismo científico”, afirma: “Larealización de este acto [la revolución proletaria], queredimirá el mundo, es la misión histórica del proletariado
moderno. Y el socialismo científico, expresión teórica delmovimiento proletario moderno, se destina a investigar lascondiciones históricas y, a partir de eso, la naturaleza mismade este acto, inspirando así a la clase llamada a hacer esarevolución, la clase hoy oprimida, la conciencia de lascondiciones y de la naturaleza de su propia acción.” (Engels,2008, p. 126) [6] Piotr Kropotkin, en “Modern Science and Anarchism”, en laedición de 1913, así conceptúa lo que ha sido llamado como“anarquismo científico”: “El anarquismo es un conceptouniversal basado en una explicación mecánica de todos losfenómenos, comprendiendo la totalidad de la naturaleza – estoes, abarcando la vida de las sociedades humanas y susproblemas económicos, políticos y morales. Su método deinvestigación es el de las ciencias naturales exactas y, si sepretende ser científico, todas sus conclusiones debennecesariamente ser verificadas por el método por el cual todaconclusión científica debe ser comprobada. Su objetivo esconstruir una filosofía sintética comprendiendo, en unageneralización, todos los fenómenos de la naturaleza – y portanto, también la vida de las sociedades.” (Kropotkin, 1970,p. 150) [7] Para una reflexión más profunda, que presenta y discutelas distintas posiciones entre los anarquistas respecto a laepistemología, métodos de análisis y teoría social, cf.Correa, 2012, pp. 83-92. [8] Se propone la adopción de esa categoría-síntesis(doctrina/ideología), priorizando la elección terminológicadel propio Malatesta. Él utiliza muy poco el término de“ideología”, tal vez para evitar la confusión con laconcepción marxista. Es más común, no obstante, la utilizacióndel término “doctrina”. Malatesta habla en “doctrinasocialista” (2007b, p.91), en “sindicalismo como doctrina ypráctica” (1995a, p. 32) y que “bajo el nombre de anarquía seexponen doctrinas tan divergentes y contradictorias” (2000a,p. 45). Habla del “individualismo anárquico” como “doctrinadistinta” (2007c, p. 34), considera el “tolstoismo” y el“antimilitarismo” doctrinas (2004, p. 53), refiriéndose a laPlataforma Organizacional.
[9] La categoría doctrina/ideología, en la concepciónmalatestiana, se relaciona a lo que Stoppino (2004, pp. 585-587) conceptúa como ideología en “sentido franco”; se trata de“un conjunto de ideales y de valores respectos al ordenpúblico y tienen como función orientar comportamientospolíticos colectivos”, o también, “un sistema de idealesconectados a la acción”, que comprende “un programa y unaestrategia para su actuación”. Este concepto se distingue delconcepto de ideología en “sentido fuerte” que en basesmarxistas la concibe como una “creencia falsa”, un “conceptonegativo que denota precisamente el carácter mistificante defalsa consciencia de una creencia política”. [10] Weber (2010, pp. 31; 24) reconoce que el conocimiento“está condicionado por la orientación de nuestros intereses deconocimiento”. Hay un interés del investigador que, en últimainstancia, orientará toda la producción científica. Así, laciencia no es neutra, es mediada por intereses que soninherentes a aquellos que la realizan. Al mismo tiempo, losinvestigadores, cuando realizan producciones científicas, nodeben buscar desprenderse de sus ideales políticos, sino“trazar claramente en la consciencia del lector y en lapropia quais son los criterios según los cuales la realidad esmedida y el juicio de valor es derivado”. Se trata, conformeWeber (2001) discute de manera más detallada en su noción de“neutralidad axiológica”, de distinguir ciencia y juicio devalor. Weber (2010, p. 24) enfatiza que, se hizo por hecho,“asumir una posición evaluadora práctica puede ser no sóloinofensivo para el interés puramente científico comodirectamente útil, incluso debido”. O sea, él no sustenta queel conocimiento científico es neutro y tampoco que loscientíficos no puedan tener posiciones políticas; coloca,solamente, la necesidad de diferenciar la produccióncientífica de los juicios de valor y de distinguir lascategorías ciencia y política. No está en cuestión, en estemomento, discutir en qué medida la neutralidad axiológica esposible o deseable. [11] Cf., por ejemplo: Rubel y Janover, 2010; Guérin, 1979;Guillerm e Bourdet, 1976.
[12] La escisión de la Internacional, ocurrida en 1872, tuvocomo motivo principal las diferentes concepciones acerca delpapel del Estado en la revolución. Marx defendió e hizoaprobar un texto que consideraba la “unificación delproletariado en partido político” y “la conquista del poderpolítico”, una “gran obligación del proletariado”. (AIT, 2012,pp. 81-82) Posición en evidente contradicción con la Comuna deParís, conforme apunta Samis (2011), y que se remitedirectamente a la estrategia del Manifiesto Comunista. [13] Prioridad que parece también haber sido la de Marx si setoma en cuenta todo el conjunto de su producción, los análisisteóricos e históricos constituyen la inmensa mayoría de suproducción y temas esencialmente políticos, como lasestrategias de movilización y lucha, aparecen muymarginalmente. Elementos biográficos de Marx (cf. Mehring,1973), como, por ejemplo, su prioridad en escribir El Capital envez de participar en los congresos de la Internacional,parecen también reforzar esta hipótesis. [14] Para Malatesta (2007a, pp. 42; 45), “la ciencia satisfaceciertas necesidades intelectuales y es, al mismo tiempo, uninstrumento mucho más eficaz de poder”. La estructuracióndominadora y jerárquica de la sociedad cuenta, en la esferacultural/ideológica, con ese poderoso instrumento de poder,que puede ser utilizado para la dominación; no conocer implicaque se acepte el conocimiento de otros y, en el caso de esosotros estarán comprometidos con los interés dominantes, comofrecuentemente ocurre, significa aceptar una lectura dominantedel mundo. Así como la economía y la política, para Malatesta,en una futura sociedad, la ciencia debería ser socializada.“En nuestro programa está escrito no solamente pan para todos,sino también ciencia para todos.” Esa socialización de laciencia sería importante debido a que su producción estáligada, en la mayoría de los casos, a los interesesdominantes; la propia producción del conocimiento separada dela sociedad en general y de os trabajadores en particularfortalecería las diferencias de clase. Según la nociónmalatestiana, los trabajadores deberían tener condiciones, porsí mismos, colocando fin entre la división de trabajo manual eintelectual, dedicarse a la producción científica ydesarrollarla en su propio favor.
[15] Hay, en esta posición, similitudes con Bakunin (2011, p.91), que afirmó: “la ciencia comprende el pensamiento de larealidad, no la realidad en sí misma; el pensamiento de lavida, no la vida” [16] Sobre los principios anarquistas, sus debatesestratégicos más relevantes y sus corrientes, cf.: Corrêa,2012. [17] Cf. Clausewitz, 2010, p. 71.
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