La Primavera Árabe: el largo camino de un proceso de transición democrática
Jinn en la cultura árabe y la reinterpretación occidental
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La figura del jinn en la literatura y la culturaárabe y su reinterpretación en la literatura
occidental.
Nombre: Laura Ivette Salas Montes de Oca
ID: 410081268
Carrera: Literatura y Letras Modernas Inglesas
Semestre: 2014-1
Seminario: Literatura y Arte I
Profesora: Dra. Ana María Cortés Nava
Tema: La Cultura del Islam y la literatura musulmana
1
ي� ن� ال�ج�La figura del jinn en la literatura y la cultura
árabe y su reinterpretación en la literaturaoccidental.
2
Índice Introducción: Presentación del objetivo
1. Contexto: Islam en los siglos VI al XV1.1 El Corán
2. ¿Qué son los jinn?
2.1Tipos de jinn
2.2 Jinn en el Corán
3. Las mil y una noches
3.1 Naturaleza del jinn en Las mil y una noches
3.2 “El pescador y el efrit”
3.3 “La historia de Aladino y la lámpara mágica”
4. Interpretación occidental del jinn: influencia del occidental, catolicismo y las percepciones orientalistas de los siglos XVI al XIX
4.1 El jinn en The History of the Caliph Vathek
Conclusiones
Bibliografía
Glosario
3
Introducción
El mundo árabe siempre ha resultado fascinante para occidente
desde principios de la Edad Media. Tanto su cultura como su
literatura nos han parecido misteriosas y atractivas, e incluso
hoy en día no dejan de sorprendernos y de poner en marcha nuestra
imaginación. Desde el siglo XVIII, en Francia, con la primera
traducción de Galland de Las mil y una noches en 1704, los países
occidentales desarrollaron una curiosidad especial por la cultura
árabe y sus historias llenas de magia y personajes enigmáticos.
La pasión por estos cuentos llevó a los orientalistas no sólo a
realizar más traducciones de ellos, sino también a imitarlos en
busca de un aire literario distinto que se separara lo más
posible de la realidad en la que se vivía, como es el caso del
escritor William Beckford. En su obra gótica más conocida, Vathek
(1786), el escritor retrata un mundo lleno de exceso y esplendor
en el cual creaturas mágicas deciden el destino de un ambicioso
califa que está dispuesto a sacrificar a su pueblo entero con tal
de obtener todo el conocimiento del universo. Entre estas
creaturas el escritor incluye a un monstruo al que nombró “el
Giaouri” y a los clásicos “genios” cuya presencia es de notarse
dentro de las Las mil y una noches y en uno de sus cuentos más
famosos: “La historia de Aladino y la lámpara mágica”.
Gracias a Las mil y una noches conocemos hoy en día a los
“genios” —llamados en lengua árabe jinn ( ن ) o djinn (ال�ج� ي� ن� como — (ال�ج�seres ocultos en objetos mágicos y que son capaces de cumplir
4
deseos o raptar damiselas; no obstante, lo cierto es que estos
seres encierran un significado mucho más amplio para la religión
y la cultura musulmana, e incluso hoy en día su existencia se
encuentra muy presente en la mente y en la vida diaria de los
practicantes del Islam.
Los misteriosos orígenes de estas creaturas enigmáticas, que
fueron representadas como seres fantásticos por algunos
traductores y como demonios, o incluso ángeles, por escritores
como William Beckford, son el campo de exploración de este
trabajo. El objetivo principal es desglosar la figura del jinn
desde sus orígenes y explorar su presencia en las dos obras
musulmanas antiguas más conocidas en el mundo occidental: el
sagrado Corán y Las mil y una noches. De la misma manera, procederé a
analizar brevemente la manera en la cual los jinn fueron
comprendidos por la civilización occidental y cómo aparecen
dentro de Vathek de William Beckford, una de las primeras obras
literarias occidentales que trató de mimetizar el estilo de los
cuentos árabes. De esta forma podremos hacer un estudio
comparativo entre ambas culturas y las literaturas inspiradas por
estas creaturas arcanas.
1. Contexto: Islam en los siglos VI al XV
Antes de que Mahoma comenzara a predicar una nueva religión en el
año 610, los pueblos pre-islámicos estaban divididos en tribus,
la mayor parte de ellas nómadas, que se dedicaban principalmente
al pastoreo y al comercio. Estas tribus localizadas en la
5
península arábiga, entre el Imperio bizantino y el Imperio persa,
eran comandadas por un gobierno que solía presentar un sistema
dinástico. Era común que las tribus se enfrentaran entre ellas,
por lo que podía percibirse un aire de decadencia y separatismo
que eventualmente inspiraría a Mahoma a tratar de unificar a
todos los pueblos pre-islámicos para crear un nuevo imperio.
Respecto a las creencias religiosas, las tribus pre-islámicas
solían venerar a un dios superior al que ya conocían en el nombre
de Allah, a tres diosas (Manat, al-Lat y al-Uzzah)ii y a 360
deidades menores de género masculino; sin embargo, en las tribus
árabes también había miembros que habían sido influidos por
religiones distintas, como puede observarse en el caso del primo
de Mahoma, Waraqa ibn Nawfal, quien era cristiano (Armstrong, 4).
Mahoma solía ser un mercader de la tribu Quraysh y estaba al
tanto de la religión cristiana y la hebrea, las cuales se
practicaban en el Imperio bizantino. Fue una noche del 610 en la
que Mahoma dijo haberse despertado al sentir una presencia
omnipotente que le reveló una nueva escritura para el pueblo
árabe (ibid). Tuvieron que pasar dos años antes de que comenzara a
predicar una nueva fe en la que debían renunciar al politeísmo
para seguir sólo a Allah. Después de ello, sus predicaciones
atrajeron a varios adeptos hasta que aquellos mercaderes que se
servían de las peregrinaciones politeístas a la Meca se vieron en
peligro de perder ganancias por la nueva fe de Mahoma.
Fue en el año 622, cuando Mahoma huyó de la Meca debido a
los atentados realizados contra su vida, que se creó un nuevo
6
calendario para los árabes y se marcó el principio del fin de
aquella sociedad tribal que aún luchaba por mantenerse en pie.
Mahoma falleció el año 632, dos años después de que los
habitantes de la Meca, tras haber peleado en contra de los
seguidores de Mahoma por más de una década, aceptaran su derrota
y abrieran las puertas de su ciudad al Islam y a su profeta.
Tras esta victoria religiosa se conformó el califato de Abu
Barkr (632-4), quien terminó de unificar a todas las tribus de
Arabia para después ceder el califato a Umar ibn al-Khatab, quien
iniciaría una serie de invasiones y conquistas en Iraq,
Palestina, Siria y Egipto, obteniendo también la ciudad de
Jerusalén para convertirla en la tercera ciudad más sagrada para
los musulmanes.
Durante los siglos VII y VIII, conquistarían Ciprus,
Trípoli, el Norte de África, Irán, Afganistán, Sind y parte de la
península ibérica, hasta que tres guerras civiles conocidas como
la primera (656-60), la segunda (680-92) y la tercera (744-49)
fitnaiii dividieran la dinastía del primer califato y dieran paso
a una serie de conflictos en contra de la dinastía Omeya, la cual
sería sucedida en el 750 por la dinastía Abasida. Con los
abasidas en el poder, el desarrollo de Arabia llegó a su punto
más álgido, como puede verse con el reinado de Harun al-Rashid
(786-809), donde hubo un renacimiento cultural que culminó con la
creación de escuelas y un sistema de leyes. Sin embargo, para
finales del siglo X, el poder de los califas abasíes terminaría
siendo meramente simbólico debido al crecimiento de los
7
gobernantes locales que establecieron pequeñas dinastías en
varias partes del imperio (Armstrong, xix). Los musulmanes
también perderían su poder sobre España, pero ganarían el norte
de la India (999) gracias a las dinastías Gaznávida y Selyúcida,
y lograrían convertir a los mongoles que gobernaban las tierras
al norte del Mar Negro y el Mar Caspio. Pasarían cinco siglos
antes de que la dinastía Selyúcida conquistara también el Imperio
bizantino en 1453 para convertirlo en el gran Imperio otomano.
Esta es la breve historia de los primeros siglos del Islam,
donde podemos ver cómo creció y se consolidó como la religión
oficial de Medio Oriente. En el mundo actual su imagen no tiene
una relevancia menor, según una publicación que hizo en su página
de Internet el Pew Research Center en 2013: “There are about 1.6billion Muslims or 23% of the world’s population, making Islam the
second-largest religión” (Desilver). Conociendo ahora las magnitudes
del Islam y el desarrollo que tuvo a principios de la Edad Media,
parece pertinente el analizar sus cimientos, sus creencias y su arte
comenzando por su obra literaria más sagrada.
1.2 El Corán
Durante los siguientes veintiún años a su epifanía, Mahoma
continuó teniendo revelaciones sagradas que pasarían a
convertirse en el principal libro de la religión musulmana: el
Corán. Sin embargo, tratándose Mahoma de un hombre analfabeto,
sus enseñanzas no fueron escritas por su puño y letra, sino que
fueron memorizadas por él y la mayoría de sus seguidores. Fue el
8
primer califa Abu Bakr quien ordenó a Zaid bin Thabit, uno de los
primeros que transcribió las palabras del Profeta, que realizara
la compilación de todo el trabajo de Mahoma en un solo volumen
(Mahmud, 362), lo cual explicaría el por qué existen
inconsistencias dentro del libro sagrado, pues muchos pasajes
fueron recitados no sólo por el escriba, sino por aquellos
seguidores de Mahoma que se basaron en su memoria para realizar
el Corán.
Se trata de un libro compuesto por 114 suras (capítulos) y
de 6237 aleyas (versos). Las suras están ordenadas de mayor a
menor según el número de versos que contengan. Comienza con una
sura para abrir el libro llamada “la Fatiha”; y ésta, a su vez,
inicia con una expresión conocida como básmala, la cual aparece
al principio de todas las suras del Corán, a excepción de la
novena (Melara, 1): “En el nombre de Allah, el misericordioso, el
compasivo” (ibid). El libro se centra en la naturaleza divina y
única de Dios, además de su intervención en la historia de la
humanidad como puede observarse con el hecho de que Mahoma
incluyó una versión del Génesis y también la mención de profetas
o personajes del Viejo y del Nuevo Testamento como Moisés, David,
Salomón, e incluso Jesús (Armstrong, 8). De la misma manera, el
Corán también incluye cuestiones de fe, códigos de comportamiento
para la vida diaria e incluso reglas para la aplicación de la
justicia, así como lecciones sobre el conocimiento que se pude
obtiener a través de la observación de la vida y de la
naturaleza. Podría decirse que el Corán es una guía en gran parte
9
para enseñar al ser humano a vivir según el plan que Dios preparó
para él al crear el universo (Mahmud, 379).
Por lo tanto, para una mejor comprensión de este análisis,
es necesario tomar en cuenta el hecho de que los elementos y
pasajes del Corán son vistos como una realidad en la vida diaria
porque contribuyen a comprender mejor ese plan que Dios diseñó
para el ser humano. “Quran has a negative view of theological
speculation […]. It seemed pointless to argue about such abtruse
dogmas; far more crucial was the effort (jihad) to live in the
way God had intended for human beings” (6), esta cita de Karen
Armstrong revela que el cuestionamiento sobre la religión resulta
innecesario desde el punto de vista del Islam debido a que, según
su perspectiva, es mucho más productivo para el hombre esforzarse
en llevar una vida según las enseñanzas de una divinidad cuya
existencia se comprueba todo el tiempo a través de señales
extraordinarias y de la existencia de los profetas —que siempre
existirán para cuidar de la fe de los creyentes y evitar que se
suman por la duda y la incertidumbre— a cuestionar esas mismas
enseñanzas (Mahmud, 380).
Pude parecer un principio sencillo, si nos centramos en la
naturaleza práctica del Corán como un libro que contiene códigos
y leyes para mejorar la vida del creyente musulmán; sin embargo,
en el universo que creó Allah, aunque el hombre tiene un papel
que se asemeja a aquél que posee en el Viejo testamento, existe
un mundo espiritual que los musulmanes perciben de forma distinta
a como lo entendemos los occidentales ya que éste ejerce cierto
10
poder sobre el mundo físico. El Corán nos habla, al igual que la
religión Católica, de un cielo en el que habitan los ángeles que
se ocupan de admirar la grandeza de Dios y de un infierno en el
cual se condena a aquellos que han actuado mal. No obstante, la
religión musulmana incluye entre sus creencias un mundo
intermediario entre la tierra de los hombres y el cielo. En este
mundo que permanece la mayor parte del tiempo invisible al hombre
habitan los jinn.
2. ¿Qué son los jinn?
Los jinn son seres espirituales que habitan en un mundo
intermedio que se encuentra entre los hombres y los ángeles, y
que posee un sistema político y social muy parecido al de los
humanos. Su nombre significa “seres invisibles u ocultos” (El-
Zein, ps. 121), y es así como se mantienen al ojo humano la mayor
parte del tiempo. En la religión musulmana se dice que los
humanos y los jinn son las únicas dos especies inteligentes en la
tierra (ps. 43), pues ambas son los únicas que tienen el libre
albedrío y la consciencia de elegir sus creencias y sus acciones;
en cambio, el resto de las creaturas actúa y cree en Allah por
instinto. También se los ha definido como seres elementales y se
los relaciona sobre todo con el fuego y el viento, como podremos
ver más adelante.
El folklore de los jinn no comenzó con el Corán, ya que
desde antes de la llegada de Mahoma, la sociedad pre-islámica ya
conocía su concepto y solía creer que estos seres vivían en
11
tribus de la misma forma que ellos. Incluso se sabe que nombraron
algunas de las tribus de los jinn, por ejemplo: Dahrash, Banu
Ghazwan y Asr (ibid, ps. 418). De la misma forma, en algunas
tribus se tenía la costumbre de venerarlos debido a que tenían la
teoría de que eran familiares de Allah (ibid, ps. 75).
Estos seres continuaron teniendo gran importancia en el
imaginario árabe una vez que surgió el Islam como religión. Tanto
en Las mil y una noches, como en textos de los filósofos sufíesiv, e
incluso en el Corán, es posible encontrarlos, por lo que es
evidente que los musulmanes siempre han tenido en cuenta este
mundo intermedio a lo largo de su evolución como civilización. Y,
como ya dijimos antes, incluso hoy en día los jinn continúan
estando muy presentes en la vida diaria de los musulmanes. Cabe
mencionar que en un libro teológico musulmán llamado The World of the
Jinn and the Devils escrito por el Dr. Umar Sulaiman, las
especulaciones recientes de los teólogos acerca de las
manifestaciones de los jinn podrían ser difíciles de creer o
comprender por parte de los occidentales: los jinn son culpados
por problemas médicos y se les conoce por ser causantes de la
locura; también se les atribuyen los pensamientos “sucios” que
pueden tenerse al entrar al baño, e incluso las apariciones de
los OVNIS: “Hence, the jinn are appearing in the form of UFOs and
space creatures in order to mislead and deceive mankind” (167).
El enfoque del libro no es meramente informativo, sino que hace
aseveraciones de forma bastante seria e incluye citas de teólogos
que el autor acepta o refuta basándose en el Corán y otros textos
12
para aconsejar a las personas cómo lidiar con los jinn y los
demonios. Por ejemplo, hay una sección en la que recomienda a las
personas no matar a una serpiente inmediatamente si aparece
dentro de sus hogares, pues podría tratarse de un jinn fiel a
Allah en forma de serpiente, para lo cual sólo haría falta
pedirle tres veces que se marche (ibid. 206).
2.1Tipos de jinn
Los los jinn son seres conscientes, por lo cual pueden cometer
acciones malas y buenas de la misma forma que un humano. Por esa
razón también es posible encontrar jinns musulmanes, heréticos,
seguidores de Shaitán, o incluso judíos como sucede en la sura 46
en el Corán: “Y cuando te enviamos a un pequeño grupo de genios
para que escucharan el Corán y al llegar ante él se dijeron
¡Callad! […] Hemos oído un Libro que ha descendido después de
Musav, que confirma lo que había antes de él y guía a la verdad y
a un camino recto” (Corán, 46:29).
También es posible clasificar a los jinn por especies según
sus características. En el Corán, por ejemplo, sólo se mencionan
tres: el clásico jinn, el marid y el ifrit. La palabra ifrit, o efrit,
parece ser un adjetivo especial para describir a aquellos jinn
que son muy poderosos (El-Zein, ps. 2094), como aquellos que
conceden deseos en Las mil y una noches o aquél que en el Corán se
ofrece a traer el trono de la reina de Saba para Salmón en la
sura 27:40. De la misma forma, marid también es un adjetivo
13
especial para los jinn que tienen un carácter indómito y rebelde,
además de un interés en las artes adivinatorias.
Otras especies de jinn son los famosos ghoul, un tipo de jinn
que cambia de forma y mata a los humanos, muchas veces para
comérselos; los hinn, los cuales toman la forma de perros y
disfrutan haciendo malicias; los nasnas, un tipo débil de jinn
mitad hombre y mitad animal que siente gran temor por los
humanos; los shiqq, un ser que parece un hombre cortado a la mitad;
y la si’lat, una creatura que seduce a los hombres para
devorarlos (El-Zein, ps. 2116).
2.2 Jinn en el Corán
Como hemos mencionado anteriormente, suele relacionarse a los
jinn sobre todo con el fuego y el viento, la principal razón es
porque en el Corán se menciona que Allah creó a estos seres con
estos materiales en especial: “Hemos creado al hombre de barro
seco sacado de un barro negro moldeable. Y a los genios los
habíamos creado con anterioridad a partir del fuego del samúnvi
(un tipo de viento)” (15:26-7).
Este origen probablemente fue lo que llevó a considerar
posteriormente la posibilidad de que los jinn hubieran sido
creados por el mismo fuego del infierno (El-Zein, ps. 651).
Curiosamente, uno de los nombres con el que se conoce a los jinn
cuando son malvados es “shaitán”, el mismo nombre con el que los
musulmanes conocen a Satanás en su religión (Sulaiman, 7). Y aún
más interesante es la aseveración: “Satan, which Allah mentions
to us many times in the Quoran, is from the world of the jinn”
14
(ibid, 13), lo cual puede deducirse por un pasaje en el Corán en el
que Iblis, aquél que habría de convertirse en Shaitán, discute
con Allah sobre sus razones para negarse a postrarse ante el
hombre y le dice “Yo soy mejor que él; a mí me creaste de fuego,
mientras que a él lo has creado de barro” (7:11). En este último
pasaje Iblis revela ser un jinn debido a su composición; además,
teniendo en cuenta el libre albedrío de los jinn y su capacidad
de hacer acciones buenas y malas aleatoriamente, la teoría
islámica de que Shaitán fuera un jinn tiene mucho sentido.
Por otro lado, el Corán mismo defiende el hecho de que no
todos los jinn son infieles o seres que buscan el mal para la
humanidad. La sura 72 es “La sura de los genios (jinn)”, en la
que los jinn hablan acerca sus costumbres religiosas y de cómo
varios adoptaron el Islam mientras que otros siguieron otras
religiones: “Entre nosotros los hay musulmanes y los hay
injustos. El que se somete… esos están en buena dirección”
(72:14). Esta sura resulta de gran importancia dentro de la
religión islámica porque revela a los creyentes que incluso los
seres intermediarios reconocen a Allah.
Sin embargo, también es el sura que menciona otra falta de
los jinn contra el cielo, además de la rebelión de Iblis y de sus
seguidores. Hay una parte donde se cuenta que los jinn solían
tratar de escuchar a Allah y a los ángeles en el cielo y que un
día éste los castigó por tratar de robarse los mensajes sagrados
mandándoles meteoros “Quisimos acceder al cielo pero lo
encontramos lleno de una fuerte vigilancia y de estrellas
15
fugaces. Solíamos tomar posiciones en él para escuchar, pero
ahora quien intenta escuchar encuentra una estrella fugaz que lo
persigue” (72:8-9).
Los jinn aparecen en el Corán como otros discípulos de las
enseñanzas de Allah que pueden servirle o ser castigados.
Posteriormente, será posible ver a estos jinns siendo moldeados
en la literatura folklórica árabe no sólo según los conocimientos
que se tiene de ellos en el Corán, sino también con un nuevo
enfoque en el que su influencia en el mundo humano es motivo de
maravillas y aventuras.
3. Las mil y una noches
Es durante el periodo del siglo VIII al XV, conocido como la
Edad de oro del Islam, que se piensa que se compilaron una serie
de cuentos folklóricos para formar la obra que conocemos hoy como
Las mil y una noches, llamadas en árabe Quitab alif laila ua laila. Su trama es
famosa y mundialmente conocida: la historia de la joven
Scherezada que se casa con el rey Schariar, un hombre que asesina
a cada una de las vírgenes que desposa tras la noche de bodas
para vengarse de la infidelidad cometida por su primer esposa.
Scherezada, para sobrevivir, entretiene al rey contándole
historias que lo hagan esperar a la siguiente noche para saber la
continuación. Es así como pasan, supuestamente, 1001 noches antes
de que Schariar decida que no puede matarla. Otros detalles
valiosos de esta obra son su estrategia narrativa de “historias
dentro de otras historias”, la aparición de algunos personajes
16
provenientes de diversas culturas (incluida la occidental) y la
intención didáctica que tienen muchos de los cuentos incluidos.
Se han tenido varias teorías acerca de su origen, entre
ellas están la indianista, la arabista y la judaísta. La primera
teoriza que Las mil y una noches fueron inspiradas en algún libro en
sánscrito que llegó a Persia, lugar en dónde se lo enriqueció y
se escribieron obras similares antes de que fuera conocido por
los árabes. Una sub-teoría surgida de la indianista es la
paleoirania, que acepta que el folklore de la India y de Persia
tuvo influencia en Las mil y una noches, pero que eso no descarta la
presencia de la literatura oral árabe dentro de la obra y que no
se trata de un texto puramente indianista. En cuanto a la teoría
arabista, tal y como lo expresa el nombre, sólo defiende que los
cuentos principales que componen la obra fueron escritos
originalmente en Arabia.
Por otro lado, la teoría judaísta tiene un punto de vista
muy diferente, opina que existen ciertas afinidades entre esta
obra y pasajes del Antiguo Testamento, “como el de Ester y el de
Judit” (Rohde, xi), por lo que se piensa que el escritor debió
de haber sido un judío arabizado. Sin embargo, “parece ser que
el trabajo en cuestión es una mezcla de todo esto y de más cosas
todavía que tal vez nunca lleguemos a conocer del todo” (ibid), lo
cual tiene sentido si tomamos en cuenta que Las mil y una noches es
una obra conformada por historias orales y que fue creciendo y
expandiéndose a lo largo de los siglos gracias a la contribución
de más de una cultura. Incluso, gracias a los traductores
17
occidentales, se llegaron a agregar cuentos que inicialmente no
estaban en la versión en árabe. Podemos concluir que se trata de
una obra casi universal, debido a que ha sido enriquecida por más
de una civilización.
3.1 Naturaleza del jinn en Las mil y una noches
En cuanto al folklore árabe que enriquece estos cuentos no
podríamos dejar de mencionar a las creaturas fantásticas que
hicieron a los occidentales relacionar a Las mil y una noches con
muchos de sus “cuentos de hadas” en los que la presencia de estas
creaturas implicaba una serie de cambios en la realidad cotidiana
del hombre. Muchos de estos seres que comparten el mundo con los
humanos en estos cuentos son especies alternativas de jinns, de
las cuales ya hemos mencionado algunas en este trabajo.
En esta obra de arte podemos destacar que la caracterización
de los jinn fue indudablemente influida por el Corán. Hay cuentos
como “El mercader y el efrit” en donde los jinn se mantienen en
su forma invisible, tal y como se los considera en la realidad.
Entre los musulmanes se cree que, como los humanos no pueden ver
a estos seres, es posible entrar en conflictos graves con ellos
sin saberlo (El-Zein, ps. 530). Es exactamente eso lo que pasa en
esta historia que narra cómo un mercader mata por accidente al
hijo de un efrit al hacer sus actividades diarias y éste lo busca
para vengarse.
Sin embargo, es cierto que también en estos cuentos se nos
presenta más constantemente al jinn como un ser de magnitudes
18
espectaculares y monstruosas que suele intervenir en la vida
humana o ser un esclavo del hombre. Hay historias en las que los
jinn roban doncellas humanas que sean de su agrado, tal y como en
el prólogo de la historia, en donde el rey Schariar y su hermano
Schazaman presencian como un enorme jinn venido del mar mantiene
como esclava a una mujer que guarda en un cofre. Hay incluso
cuentos en los que los jinn llegan a casarse con humanos, como
sucede en “La historia de Seif Almuluk y la hija del rey de los
Genios del aire”, en donde una jinniyahvii se vuelve la amante de
un humano y terminan contrayendo matrimonio. Estas historias
donde los jinn tienen un papel más activo pueden haber sido
inspiradas por las leyendas pre-Islámicas en las que los genios
siguen a los humanos de los que se prendan adquiriendo una forma
animal o en su forma invisible (El-Zein, ps.1612).
Los jinn, indudablemente, poseen una caracterización más
compleja y rica en estas historias y resultaría interesante
observar un poco más de cerca dos de los cuentos más conocidos en
occidente en los que aparecen estos seres: “El pescador y el
efrit” y “Aladino y la lámpara mágica”. La principal razón por la
cual escogí estos cuentos es porque contribuyeron a crear la
clásica imagen del “genio” que conocemos hoy en occidente. El
objetivo será identificar qué características de estos jinn se
relacionan con las descripciones del Corán y con el folklore
árabe para desglosar al lector la imagen del jinn en la
literatura que inspiró a occidente en los años posteriores.
19
3.2 “El pescador y el efrit”
Es la historia de un pescador que, tras dos intentos fallidos de
sacar peces con su red, atrae a la superficie un jarrón dorado
cuya “boca estaba cerrada con un plomo que ostentaba el sello de
nuestro señor Soleimánviii hijo de Daudix” (Vol I., 10). Cuando
logra abrir el sello se revela ante él un efrit que cuenta ser un
rebelde al que Salomón mandó a encerrar en ese jarrón por negarse
tomar la religión musulmana. El efrit sorprende al pescador
diciéndole que por haberlo liberado del jarrón después de mil
ochocientos años de encierro va a asesinarlo. La razón del efrit
llama la atención: a pesar de que cada cien años que pasaban
juraba ofrecerle a quién lo sacara del jarrón más y más riquezas
y deseos, nadie lo había liberado. Fue entonces que se cansó de
esperar y decidió concentrar su furia en quien fuera a
encontrarlo y darle muerte.
El pescador hace nulos esfuerzos de aleccionar al efrit
sobre la gratitud para salvar su vida hasta que se le ocurre
engañar al efrit retándolo a volver a entrar en el jarrón del que
ha salido. El efrit, ofendido por la incredulidad del pescador,
acepta el reto, y, una vez que vuelve a convertirse en humo y a
entrar en el jarrón, el pescador lo encierra. Es entonces que el
efrit le suplica y le jura al pescador ser más agradecido y darle
riquezas inimaginables. El pescador accede al trato y lo libera
de nuevo temiendo por un momento haber sido engañado; sin
embargo, el efrit le aconseja que vaya a pescar en un estanque
encantado donde nadan misteriosos peces de colores y que se los
20
lleve al sultán. El pescador sigue las instrucciones del efrit,
aún con desconfianza, pero las cosas terminan bien para él, ya
que los peces mágicos llevan al sultán a una tierra maldecida por
una hechicera, a la cual logra derrotar, para después premiar al
pescador con riquezas y pedir a sus hijas en matrimonio para los
príncipes del palacio.
Lo que llama la atención de la caracterización de este efrit
es que es un ser que basa sus acciones y decisiones en sus
pasiones. Son la cólera y la soledad lo que lo hacen decidir
asesinar a quien lo libere sin importar que esa persona le haya
brindado un beneficio. Es claro que el asesinato es considerado
el peor de los crímenes, e incluso el pescador le recuerda al
efrit ya convertido al Islam que Allah no aprobaría su
comportamiento: “Indúltame, efrit, que Alah te recompensará! En
cambio, si me matas, buscará quien te haga perecer” (Vol I., 10).
Tal y como lo mencionamos anteriormente, los jinn y los humanos
son seres con voluntad, inteligencia y emociones, por lo que
entre ellos es posible encontrar a jinns pecadores e infieles a
Allah. Aquí en Las mil y una noches es posible ver aplicada esta
concepción de la figura del jinn que aparece en el Corán.
El castigo de los jinn a estar encerrados en objetos como
cofres, jarrones y lámparas parece venir de la creencia de que el
nombre de Allah o de sus profetas podría impedir la entrada o
salida de fuerzas consideradas como malignas, “They are not able
to open the closed doors that have had the name of Allah
mentiones over them” (Sulaiman, 51). Si a los jinn rebeldes son a
21
los que se les considera malvados e incapaces de pasar por donde
esté el nombre de Dios, cabe la posibilidad de que los jinn que
se encuentren encarcelados en objetos hayan sido rebeldes que
terminaron reconociendo el poder de Allah al ser castigados, como
es el caso de este jinn que, al salir del jarrón, acepta su
conversión arrepentido y temeroso de Allah y Salomón: “¡No hay
más Dios que Alah, y Soleimán es el profeta de Alah! […]"¡Oh tú,
gran Soleimán, profeta de Alah, no me mates; te obedeceré
siempre, y nunca me rebelaré contra tus mandatos!” (Vol I., 10).
3.3 “La historia de Aladino y la lámpara mágica”
Aunada al encierro de los jinn y a la mención de Salomón en el
cuento anterior se encuentra la creencia de que los jinn solían
servir específicamente a este rey. La razón es aquel pasaje del
Corán que mencionamos previamente en el que Salomón da órdenes a
un grupo de jinns y un efrit se ofrece a llevarle el trono de la
reina de Saba, “Dijo un genio Ifrit: yo te lo traeré antes de
que te levantes de tu asiento, yo tengo fuerza para ello y soy
digno de confianza” (27:40). Además de ello, “God made jinn
subservient to him [Salomón]. It is said a huge number of evil
jinn in animal appearances were brought in front of him by order
of God” (Al-Zein, ps.1481), lo cual no sólo apoya la hipótesis de
que los jinns que cumplen deseos y que se encuentran encerrados
en objetos solían ser rebeldes o malvados, sino que también
indica que los jinns pueden ser condenados a servir a los humanos
y que éstos se encuentran en cierta posición de superioridad
22
frente a ellos: “In all Muslim sources, humans are depicted as
superior to jinn” (ibid, ps. 540).
De cierta forma, aquel que sea servido por los jinn tiene el
poder de subyugar fuerzas malignas y espirituales como un
profeta. Resulta interesante que Aladino, un joven haragán que no
está interesado en trabajar y cuyo padre termina muriendo por la
desdicha de no poder educarlo, sea el que obtenga este poder en
este famoso cuento. Todo inicia con la llegada de un malvado mago
que se hace pasar por un tío de Aladino para convencerlo de que
lo acompañe al desierto y descienda a una cámara subterránea para
traerle una lámpara mágica. Antes de que Aladino baje a conseguir
el objeto, el mago le da un anillo mágico para que lo proteja sin
decirle que dentro de él se oculta un efrit. Sin embargo, cuando
Aladino le dice que tiene problemas para salir, el impaciente
mago piensa que Aladino desea quedarse con la lámpara y lo
encierra bajo tierra con un hechizo olvidando que le dio el
anillo mágico. Aladino frota ese anillo accidentalmente mientras
se lamenta y el efrit aparece para concederle el deseo de salir
del subterráneo.
Es entonces que Aladino va a casa y descubre que dentro de
la lámpara hay otro efrit, aún más poderoso, al que comienza a
pedirle deseos. Gran parte de la historia Aladino usa al efrit
para lograr casarse con la hija del sultán: le manda regalos
monumentales para complacerlo y evita que la princesa consume su
matrimonio con el hijo de uno de los visires raptándola a ella y
a su esposo cada noche después de la boda. Al final consigue que
23
la princesa de divorcie y se casa con ella. Luego le pide al
genio que les construya un palacio; sin embargo, el mago malvado
reaparece y engaña a la princesa para robar la lámpara mágica y
al palacio entero junto con la joven. El sultán manda a matar a
Aladino, creyéndolo el culpable de la desaparición de su hija,
pero como el pueblo entero se rebela ante él, ya que Aladino se
había vuelto un conocido filántropo de la gente pobre, decide
darle un tiempo para encontrar a la princesa.
Aladino, acongojado por no saber a dónde ir, frota
accidentalmente su anillo mágico una vez más y gracias al efrit
logra encontrar el palacio robado y a la princesa, a la cual
convence de seducir al mago para darle una bebida envenenada.
Tras este triunfo, es capaz de volver con su esposa a su antigua
ciudad. Sin embargo, el hermano del malvado mago intenta cobrar
venganza disfrazándose de una anciana vidente que va al palacio a
dar consejo a la princesa, quién se encuentra muy triste porque
es infértil y desea un hijo. La supuesta anciana le dice que debe
obtener un huevo del ave Rokhx para tener un heredero y la
princesa le pide a Aladino que le consiga uno. Sin embargo,
Aladino casi es asesinado por el efrit de la lámpara cuando le
pide el huevo de Rokh debido a que “todos los genni servidores de
la lámpara somos esclavos del gran rokh, padre de los huevos”
(Vol. 5, 738). Afortunadamente, logra calmar la ira del efrit al
decirle que fue una anciana la que le dio ese consejo a su
esposa. Es entonces que el efrit le revela la identidad verdadera
de la supuesta vidente a Aladino, quien pide a su esposa que haga
24
llamar nuevamente a la anciana para tenderle una trampa al
hermano del mago y asesinarlo. Es así como la historia de Aladino
termina con él viviendo en paz como sucesor del trono hasta su
muerte.
En esta historia Aladino ya había sido elegido para poseer
la lámpara y controlar a los jinn. A pesar de que cualquiera
podía frotar la lámpara y ser servido por el efrit, él era el
único que podía bajar a conseguirla a ese subterráneo, razón por
la cual el malvado mago dependía de él para sacarla, “en el fondo
del agujero con un anillo de bronce se halla un tesoro que está
inscrito a tu nombre y no puede abrirse más que con tu presencia”
(Vol. 4, 704). Desde ese punto de vista, Aladino es un personaje
con las cualidades de un profeta como Salomón. Después de todo,
está destinado a ser servido por dos efrits que completan para él
tareas de una magnitud similar a traer el trono de la princesa de
Saba. Para el final de la historia, Aladino deja de ser un
haragán para volverse en un gobernante digno y amado por su
pueblo. Es posible que quede implícito que Allah le otorgó ese
privilegio para transformarlo moralmente y que terminara
convirtiéndose en una figura más similar al rey profeta Salomón.
Por otro lado, es posible que lo que más llame la atención de
esta historia sea la parte del ave Rokh como el amo de los
genios, ya que no se conoce ninguna otra fuente literaria que
explique esto con más detalle o lo mencione.
25
4. Interpretación occidental del jinn: influencia del occidental, catolicismo y las percepciones orientalistas de los siglos XVI al XIX
Hemos mencionado datos que no conocíamos sobre los jinn y que nos
dan una perspectiva más amplia sobre lo que son y el papel que
tienen en la cultura islámica. Sin embargo, es claro que, una vez
que se supo de ellos en occidente, la forma en la que los
comprendimos se vio influida por otros elementos pertenecientes a
nuestra cultura. Para empezar, la traducción de jinn como “genio”
ya hace eco a una cultura distinta. “Genius” o “Genii” es una
palabra que solían utilizar los romanos y los etruscos para
referirse a unos espíritus guardianes que cuidaban de personas o
se encontraban detrás de ciertos fenómenos naturales (Al-Zein,
107). Es posible, dada la similitud entre los conceptos, que
estas palabras contribuyeran a la concepción de jinn en occidente
como “genio”. De la misma manera, los “daimones” de la mitología
griega eran considerados agentes sobrenaturales o seres que
vivían en una especie de mundo intermedio entre los humanos y los
dioses (ibíd., 99). Puede que estas correspondencias entre los
jinns y los daimones influyeran a la representación de los jinn
como demonios desde una perspectiva católica. Además de que la
relación entre Satán y los jinn que existe en la religión
musulmana también debió de haber jugado un papel preponderante
para que se desarrollara esa representación.
Otra cuestión que también hay que tomar en cuenta cuando
leemos las traducciones de Las mil y una noches, las cuales fueron la
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principal fuente que dio fama a la figura del jinn en occidente,
son las perspectivas orientalistas que pudieron haber moldeado
hasta cierta medida la perspectiva que tenemos hoy en día.
Básicamente, “Arabic stories became European cultural referents”
(Dobi, 36), por lo que los traductores orientalistas llegaban a
forzar o modificar los textos de forma que se apegaran al gusto
occidental o para resaltar aún más las características “árabes” o
“exóticas” del texto para que correspondiesen a la imagen que se
tenía de estos países. La traducción hecha por Mardrus es una de
las más famosas debido a que agregó descripciones inexistentes en
el original para introducir elementos más “árabes”; Borges opina
que “Mardrus no deja nunca de maravillarse de la pobreza de
‘color oriental’ de las 1001 Noches. Con una persistencia no
indigna de Cecil B. de Mille, prodiga los visires, los besos, las
palmeras y las lunas” (408). Fueron trabajos como este los que
popularizaron a principios del siglo XIX el exotismo oriental e
influyeron en la reinterpretación del jinn en occidente.
4.1 El jinn en The History of the Caliph Vathek
The History of the Caliph Vathek de William Beckford es una obra que
procura imitar el estilo de Las mil y una noches e incluyó a los
jinns dentro de su trama. Lo interesante de esta historia gótica
es que el ambicioso califa Vathek, que desea tener todo el
conocimiento existente, es vigilado por Mahoma desde el cielo,
quien decide no sólo dejar que Vathek peque de curiosidad y
ambición “para ver hasta dónde es capaz de llegar”, sino que
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además lo asiste en su camino al infierno sin que éste lo sepa.
Al final, Vathek termina condenado por Iblis en el lugar en el
que supuestamente iba a cumplir sus ambiciones.
Lo primero que llama la atención es que Beckford llama
“geniis” a los jinns dentro de su historia, lo que resalta la
influencia del concepto romano que mencionamos anteriormente. Lo
segundo es que los jinns sirven a Mahoma de forma similar a la
que sirven a Salomón, pero no lo hacen desde un plano intermedio
entre la tierra de los hombres y el cielo, sino desde éste
último, como si fueran ángeles:“the great prophet Mahomet, whose vicars the caliphs are, beheldwith indignation from his abode in the seventh heaven […] “Le tusleave him to himself,” said he to the genii, who are always ready toreceive his commands; “let us see to what lengths his folly andimpiety will carry him […]. Assist him, therefore, to complete thetower which, in imitation of Nimrod, he had begun, not, lie thatgreat warrior, to escape being drowned, but from the insolentcuriosity of penetrating the secrets of heaven” (Beckford, 5)
En este fragmento los jinns también ayudan a edificar a Vathek
una torre gigante, bajo órdenes de Mahoma. En la tradición
musulmana es bien sabido que los jinns son capaces de llevar a
cabo empresas monumentales, sobre todo relacionadas con mover o
construir edificios como sucede en la historia de Aladino o en el
pasaje de Salomón en el Corán. Por otro lado, resulta irónico que
los jinns ayuden a condenar a Vathek por tratar de espiar “los
secretos del cielo”, cuando en la sura de los jinns se habla de
cómo ellos mismos fueron castigados por espiar los mensajes de
Allah y los ángeles.
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De la misma forma, Beckford demostró el haber caracterizado
a los jinns como ángeles cuando uno le pide permiso a Mahoma para
presentarse ante Vathek convertido en pastor (símbolo católico de
humildad) para tratar de convencerlo de detener sus crímenes.
Este mismo jinn salva de la muerte a todos los jóvenes inocentes
que Vathek intenta matar para lograr su cometido y se los lleva
al cielo, a una especie de paraíso donde siempre serán jóvenes,
“[…] a good old Genius, whose fondness for the company of
children had made it his sole occupation to protect them […]
these the Genius brought up in nests still higher than the
clouds, and himself fixed his abode in a nest more capacious tan
the rest” (ibíd., 76).
Por otro lado, Beckford no se limita a darles esta imagen
angelical, también habla de unos jinns que viven bajo tierra y
que se encuentran en el infierno. Hay un pasaje en el que Vathek
trata de ofrecerles 50 jóvenes como sacrificio para obtener
conocimiento, “Is nos a sacrifice to the subterranean Genii
required?” (ibíd., 25), y otro en el que Vathek, su malvada madre
y su enamorada llegan a un lugar infernal donde jinns bailan para
ellos de forma seductora y les ofrecen diversos manjares, “A
throng of Genii and other fantastic spirits of each sex danced in
tropos, at the sound of music ehich issued from beneath” (ibíd.,
86). En este lugar es donde finalmente Iblis los condena para
siempre. Resulta muy interesante que Beckford, en lugar de
caracterizar a los jinns como seres independientes, los asociara
ya sea a una naturaleza divina o una demoniaca, lo cual revela
29
que en el siglo XIX el jinn fue reinterpretado según la religión
preponderante, la católica. En general podría decirse que la
lectura que se le dio a Las mil y una noches tuvo un papel especial
en la creación de esta obra.
Conclusiones
Aunque si hoy en día escuchamos la palabra “genio” difícilmente
consideramos a los ángeles y a los demonios, es cierto que la
mayoría solemos pensar exclusivamente en seres del folklore
islámico que conceden deseos y en Disney, e ignoramos muchas de
las otras cualidades que poseen estas creaturas. A pesar de que
en occidente existe un folklore en el cual es posible enumerar
variadas especies de seres sobrenaturales, difícilmente estos
ocupan un lugar en nuestra realidad de ahora. En el pasado
dejaron de ser parte de la vida de la gente que vivía en
secciones urbanas y se convirtieron en meras supersticiones que
poco a poco fueron rechazadas por la iglesia cristiana. Por esa
misma razón, que estos seres continúen recibiendo atención por
parte de los teólogos y siendo parte de las creencias musulmanas
nos es difícil de concebir.
Los musulmanes poseen una religión que da crédito a lo que
no ven y reconoce que tiene una consciencia propia. A diferencia
del cielo o el infierno que se llenan con seres que son premiados
o castigados por sus acciones, el mundo de los jinn resulta mucho
más intrincado y lleno de posibilidades, ya que sus habitantes
poseen una voluntad y una propensión a las mismas pasiones que el
hombre. Resulta muy interesante que en el Islam se coexista con
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otro universo, al cual, en lugar de percibírsele como inferior en
términos de raciocinio, como suele suceder en la relación que
lleva el ser humano con la naturaleza en occidente, se lo
considera inferior respecto a su relación con Dios, ya que al
jinn se le castiga por tratar de acercarse al cielo y se le
nombra esclavo de la humanidad si obra mal y no viceversa.
Tanto la literatura como la cultura islámica han sido hasta
cierto grado reinterpretadas o poco comprendidas en occidente;
sin embargo, como pudimos ver previamente, ha habido una
comunicación entre ambos hemisferios terrestres que ha ido
alimentando al imaginario que nació de obras como Las mil y una
noches y que se ha vuelto, de cierta forma, universal. Este tipo
de investigaciones comparativas nos ayudan a ampliar ese panorama
y a enriquecer nuestras concepciones y puntos de vista respecto a
culturas que se encuentran tan alejadas, no sólo de forma
geográfica sino también filosófica, de nuestra civilización
occidental.
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Glosario
33
i Giaour: se trata de un término despectivo turco que se utilizaba parareferirse a los no practicantes de la religión musulmana, sobre todo si eran cristianos. (Keymer, 102). William Beckford llamó de esta forma a un monstruo que tienta a un califa a cometer crímenes horrendos con tal de obtener todo el conocimiento del universo dentrode su novela Vathek.
ii Manat, al-Lat y al-Uzzah: Manat (la que corta los hilos del destino), al-Lat (diosa) y al-Uzzah (la poderosísima). Al-Lat solía ser venerada en la ciudad de Taif, al-Uzzah en la ciudad de Nakhlah cerca de la Meca y Manat principalmente en la ciudad de Medina (El-Zein, ps. 695). A esta triada de diosas se las solía adorar como si se tratara de ángeles (ibíd., ps. 701)
iii Fitna: significa tiempo de tentación y conflicto (Armstrong, 33), esun término en árabe que da nombre a las guerras civiles que comenzaron a mediados del siglo VII con los problemas de sucesión tras el asesinato del califa Utman y al principio del reinado de la dinastía Omeya.
iv Sufíes: El sufismo es una corriente mística del Islam sunni que no secentra en una filosofía política o histórica, sino que busca a Dios en el interior del individuo y no en eventos externos. Tenía un puntode vista ascético y buscaba la vida en igualdad. Probablemente fue una reacción en contra de la visión del Islam como un simple sistema de leyes. Los sufís anhelaban llegar al estado en el que Mahoma habíalogrado recibir las revelaciones de Dios (Armstrong, 73-4). Los jinnssolían aparecer mucho en la literatura de los sufíes, que creían que podían percibir a los jinns “a través del ojo del corazón y no con los sentidos” (El-Zein, ps. 519).
v Musa: nombre arabizado de Moisés.
vi Samún: viento ardiente que destruye y que no produce humo (Melara, 416).
vii Jinniyah: Un jinn de sexo femenino.
viii Soleimán: nombre arabizado de Salomón.
ix Daud: nombre arabizado de David.