Contexto e historía del Caribe Occidental

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1. CONTEXTUALIZACION ESPACIAL E HISTORICA DEL CARIBE OCCIDENTAL Y DEL ARCHIPIELAGO DE SAN ANDRES, PROVIDENCIA Y SANTA CATALINA Mapa1: región Caribe Uno de los más grandes inconvenientes con los que un investigador se encuentra cuando trata de trabajar en la región Caribe como espacio objeto de estudio, es que a pesar de que se cuenta con varios consensos sobre la definición de Caribe, la mayoría de las veces toca aclarar y definir conceptualmente de que Caribe se está hablando. En este documento no se pretende hacer una disertación sobre las múltiples visiones y definiciones de Caribe, solo se aclara que para los efectos de la investigación se trabajara el Caribe, con el concepto que algunos autores denominan “Gran Caribe” (Gaztambide, 11:2003), conformada por las Islas Antillas mayores, menores, las Guayanas y los bordes continentales de sur América y Centroamérica, hasta México. En esta misma línea de definición de Gran Caribe, Girvan (2007:4), menciona que existían dos visiones de la región Caribe, una dominada por los angloparlantes y otra por los hispanoparlantes, que con la creación de la Asociación de Estados del Caribe (AEC) se logro unificar criterios de definición de la región, la cual este autor expresa de la siguiente manera; “El matrimonio entre las dos produjo como resultado un híbrido conocido como El Gran Caribe en Español, "The Greater Caribbean” en inglés. Por lo tanto, en adelante utilizaremos estos términos indistintamente para referirnos a toda la Cuenca: todas las islas, incluyendo Las Bahamas y todo el litoral, incluyendo a México, toda Centroamérica, Panamá, Colombia, Venezuela, Guyana, Suriname y la Guyana Francesa(Girvan, 2007:4).

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1. CONTEXTUALIZACION ESPACIAL E HISTORICA DEL CARIBE OCCIDENTAL Y DEL ARCHIPIELAGO DE SAN ANDRES, PROVIDENCIA Y SANTA

CATALINA

Mapa1: región Caribe

Uno de los más grandes inconvenientes con los que un investigador se encuentra cuando trata de trabajar en la región Caribe como espacio objeto de estudio, es que a pesar de que se cuenta con varios consensos sobre la definición de Caribe, la mayoría de las veces toca aclarar y definir conceptualmente de que Caribe se está hablando. En este documento no se pretende hacer una disertación sobre las múltiples visiones y definiciones de Caribe, solo se aclara que para los efectos de la investigación se trabajara el Caribe, con el concepto que algunos autores denominan “Gran Caribe” (Gaztambide, 11:2003), conformada por las Islas Antillas mayores, menores, las Guayanas y los bordes continentales de sur América y Centroamérica, hasta México. En esta misma línea de definición de Gran Caribe, Girvan (2007:4), menciona que existían dos visiones de la región Caribe, una dominada por los angloparlantes y otra por los hispanoparlantes, que con la creación de la Asociación de Estados del Caribe (AEC) se logro unificar criterios de definición de la región, la cual este autor expresa de la siguiente manera; “…El matrimonio entre las dos produjo como resultado un híbrido conocido como El Gran Caribe en Español, "The Greater Caribbean” en inglés. Por lo tanto, en adelante utilizaremos estos términos indistintamente para referirnos a toda la Cuenca: todas las islas, incluyendo Las Bahamas y todo el litoral, incluyendo a México, toda Centroamérica, Panamá, Colombia, Venezuela, Guyana, Suriname y la Guyana Francesa…” (Girvan, 2007:4).

En otro aparte de la misma lectura Girvan (2007: 6) señala como uno de los rasgos característicos de Gran Caribe como región es su diversidad étnica y cultural, que tal vez no se diera en las mismas proporciones en ninguna otra parte del mundo. Lo particular de la diversidad poblacional en el Gran Caribe, es que adicional a los grupos culturales o étnicos tradicionalmente conocidos, en el Caribe existen categorías culturales que son el resultado de las mezclas entre varios de estos grupos o como el misma señala “existen personas que no entrarían en ninguna de las categorías previamente establecida”, y anota en este mismo a parte que existe un término trinitario “nowherians” para aquel tipo de personas que en su identidad cultural no entraría en las comúnmente aceptadas por esa comunidad (Girvan, 2007: 6). Para finalizar sus apreciaciones sobre identidad cultural y étnica del Caribe Girvan señala que: “…Estuvo de moda hablar de la existencia de algo llamado “Identidad Caribeña” subrayando esta diversidad o trayéndola a colación. Actualmente, nos inclinamos más a aceptar la realidad de la existencia de muchas identidades culturales coexistiendo en una sociedad o, aún más en una región, o incluso en un individuo...”. Este autor considera que la diversidad cultural más que un problema en las sociedades caribeñas, es un valor de la región que es importante preservar debido que: “Sólo hay que echar un vistazo en este momento a lo que está sucediendo en otras partes del mundo, para darse cuenta de cuán afortunados somos en tener una coexistencia étnica y cultural relativamente pacífica. Sin embargo, es una preciada condición que necesita ser alimentada cuidadosa y constantemente, porque una vez que se pierde, no puede restaurarse fácilmente y las consecuencias pueden ser devastadoras”. A pesar, de que existe una conciencia de región y de identidad regional que ha tomado fuerza con los últimos años, tanto a nivel político, como geográfico y académico, existe la tendencia a dividir en subregiones la macro Caribeña, un ejemplo de esto es la existencia de la CARICOM, el G3, entre otro tipo de organizaciones políticas. A nivel lingüístico se habla del Caribe hispano, ingles, francófono y holandés. Sin embargo, y para efectos metodológicos de la investigación, se trabajara con la división subregional realizada por Sandner, en la cual este autor señala una diferenciación entre lo que él denomina el Caribe Oriental y el Occidental. Teniendo en cuenta esta subdivisión y la ubicación geográfica de la isla de San Andrés, objeto de estudio, la investigación se centra en el espacio regional del Caribe Occidental.

1.1. Ubicación espacial del Caribe occidental y del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina. Según Sadner, “el Caribe tiene unas asimetrías entre oriente y occidente, tanto por razones climáticas y de corrientes marinas, como en la amarga historia de su conquista” (2002:1). Este autor en sus estudios hace una diferenciación a nivel espacial entre el Caribe Oriental, esta subregión de la macro región no es reconocida oficialmente de esta manera, la cual comprendería básicamente a las Antillas y los bordes continentales suramericanos de Guyana y Venezuela. Por su lado el Caribe Occidental, estaría integrado por los bordes continentales centroamericanos hasta el golfo de México y los bordes continentales suramericanos del noreste colombiano y las islas de Caimán, Jamaica, Navassa, Islas de la bahía, Santillanas, del Maíz o del Mangle, los archipiélagos de Bocas del Toro, de las Mulatas y San Andrés, Providencia y Santa Catalina, que incluyen islotes e islas subyacentes donde se destaca el banco de serrana (Sandner, 2003: 27-38). La denominación de Caribe Occidental o Caribe centroamericano y occidental que Sandner aplica, responde a una perspectiva de integración geográfica, histórica y política e incluso marítima entre Centroamérica y el Caribe, que ayudan a comprender las dinámicas de la región y porque muchas características de la misma obedecen mas a conflictos e intereses históricos que a dinámicas netamente geográficas, como es el caso de la pertenencia del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina a Colombia y no a Nicaragua obedeciendo al concepto de prolongación natural (Sandner:2000).

Mapa 2: Ubicación del Archipiélago de san Andrés, Providencia y Santa Catalina

(Tomado de la página web de la Universidad Nacional de Colombia, Sede Caribe: www.unalsedecaribe.edu.co

El archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, está ubicado en el suroccidente del mar Caribe, sobre la dorsal de Jamaica, una cordillera submarina, a solo 180 km de la costa de Mosquita en Nicaragua y a más de 480 km del borde continental colombiano, país al que pertenecen. Está conformado por tres islas mayores habitadas (San Andrés, Providencia y Santa Catalina) y numerosos islotes, cayos, bancos y bajos, la mayoría de origen coralino. Este Archipiélago cuenta con varios ecosistemas marinos y costeros: arrecifes coralinos, praderas de pastos marinos, manglares, bosque tropical de transición, playas y dunas costeras y áreas oceánicas (Universidad Nacional de Colombia: 2009).

1.2. Los procesos históricos y las dinámicas socioculturales en el espacio regional del Caribe Occidental La historia del Caribe occidental, al igual que el resto del Caribe, inicia con los asentamientos prehispánicos que existían en esta región. Para el caso de las islas o las Antillas mayores como Jamaica para el caso del Caribe y de territorios que actualmente pertenecen a Centroamérica, Colombia y Venezuela y de la isla de Bahamas , estos estaban habitados en su mayoría por grupos indígenas pertenecientes a la familia Arawak, que posteriormente se tainos (Britto, 2006:3). Por otro lado, el borde continental centroamericano, sobre todo la costa de Misquita y el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina (aunque no hay datos de asentamientos permanentes de los misquitos en el archipiélago) se conoce como la tierra del pueblo misquito1 del cual esta recibe su nombre. En términos generales, se considera que estos pueblos aborígenes vivían a base de la agricultura y la pesca, sobre todo se dedicaban al cultivo de la yuca el maíz (Sanoja, 1995: 195). Con respecto a la organización social de los tainos, esta se basaba en los cacicazgos, de descendencia matrilineal, en segundo lugar de la estratificación se encontraban los “nitaínos” o nobles, seguido por los individuos comunes y en la escala más baja se encontraban los siervos denominados “naboría”, (Sanoja, 1995: 198). Esta jerarquización de los grupos aborígenes de la región, se mantuvo hasta la llegada de los europeos, quienes con la conquista de las islas y de los bordes continentales, implantaron un nuevo orden social y transformaron significativamente los ecosistemas naturales y la población de los territorios que dominaron. Las relaciones entre Europa y el Caribe comienzan con el descubrimiento de América. Con la llegada de Colon a la isla Guanahani2 el 12 de octubre de 1492, la cual el bautiza con el nombre de San Salvador, e islas adyacentes se inicia un

1 Los Indígenas Misquitos son un grupo indígena originario de la costa que lleva este mismo nombre, la cual

está ubicada en el istmo centroamericano, la cual empieza en el rio Chagres (panamá) y termina en el Cabo

Gracias a Dios en los límites entre Honduras y Nicaragua (Sandner, 2003:136). 2 Esta isla está ubicada en alguna parte del archipiélago de los Lucayas en Bahamas, sin embargo hoy día se

cuestiona cual es la ubicación especifica de la primera isla a la que llego Colon. (Bosch, 1976: 36)

proceso de exploración y conocimiento del territorio, el cual tenía como único fin la búsqueda de oro (Arciniega, 1993: 38-39). Las primeras exploraciones llevadas a cabo por Colon y sus hombres, tenían como principal objetivo identificar y explotar los hacimientos de oros, metales y piedras preciosas (Vidal, 2003:26). A pesar de este temprano descubrimiento, al igual que el de la isla de Cuba en noviembre de ese mismo año, el primer asentamiento Hispánico en el Caribe fue La Española, donde Colon construyo el fuerte de natividad con el apoyo de los indios tainos que allí habitaban y con los restos de la destrozada nave Santa María (Bosch, 1976: 40). Este mismo autor señala que “las islas de antillanas, y la tierra continental que da al Caribe, fueron descubiertas y exploradas por los españoles entre 1492 y 1518” (Bosch, 1976: 37). Estos descubrimientos fueron hechos en su mayoría por Colon, sin embargo, este no intento conquistar estos territorios y no duro mucho tiempo en ellos, con la única excepción de los trece meses que pasó en Jamaica, tras su descubrimiento en el año de 1503 (Bosch, 1976: 37). Es en este sentido que “Todos los establecimientos y actividades entre 1499 y 1517 se convirtieron en colonias de explotación rígidamente especializadas en la producción de oro” (Céspedes, 1972). Por lo que se presume que cada sitio que no era rico en esta actividad extractiva era rápidamente abandonada por los exploradores españoles. Por la falta de oro, pronto se dejo a un lado las Islas del Caribe, eso sumado al poderío de los indígenas Caribe en algunas Antillas menores que hacían de estas poco accesibles al imperio español, y comenzó las exploraciones del continente americano. Es en esta dinámica que la función del Caribe se convierte en lo que se denomina “punta de lanza” que sirvió de trampolín para la conquista de México y los Andes, por parte del Imperio Español” (Mintz, 1971:17). La principal consecuencia de esta maniobra política y económica fue que el Caribe quedo convertido en los puertos de entrada y salida de las embarcaciones españolas, con pocos asentamientos humanos (Márquez: 2006). Las islas eran importantes debido a que su posición estratégica en el Caribe, que en conexión con el istmo centroamericano, hicieron que los españoles descubrieran y se conectaran con el océano pacifico (1513), a través del fundación de Santa María Antigua del Darién en 1510 (Sandner 2003:79). Esta función de trampolín con el continente hizo que se comenzará a dar las primeras pautas para la conexión transatlántica. Con la conquista del istmo, las ambiciones del Imperio español se concentraran en la conquista del Pacifico (Sandner 2003). En este período las Islas del Caribe poco se nombran en la literatura, salvo para hacer referencia al naciente comercio esclavista con indígenas, que se hacia necesario para cubrir las cada vez más urgente necesidad de mano de obra. Esta situación se mantuvo y aumento con el descubrimiento del Perú en 1531 y la conquista de centro América durante 1520- 1525 (Sandner 2003).

La estrategia para explotar oro y plata a gran escala fue el fortalecimiento militar a través de las fundaciones de nuevos asentamientos, ciudades y puertos, en 1524 se fundó León y Granada en Centroamérica y en 1533 se fundó Cartagena de Indias (Sandner 2003). Con las grandes cantidades de oro y plata que sacaban los españoles del continente, los saqueos y la piratería no se hicieron esperar. Y es precisamente desde el Istmo donde se empiezan a concentrar piratas y fibulistero, holandeses, franceses e ingleses, desde la costa del Darién, a través de alianzas con los cimarrones de esta zona (Sandner 2003). Desde ese momento el istmo deja de tener tanta importancia para el Imperio Español, y comienza a establecerse a Cartagena de Indias como puerto principal para el nuevo sistema de flotas (Vidal, 2003:32). El imperio de la sal

“La pesca del arenque y el arte de salarlo no parecen un asunto

de mucha importancia en la historia del mundo; fue, sin embargo, lo que de un país despreciado y estéril

hizo una potencia respetable” Voltaire, En (Britto, 2006: 263)

Una de los imperios que logro arrancarle dominio a los españoles durante el siglo XVI fue el Holandés. Este imperio que surge de la sublevación de los países bajos del Norte contra la campaña católica española, que ya se había establecido en los países bajos del sur, logro en 1579 agrupar a varias provincias protestante reunidas en un Estado Federal, donde asumieron el nombre de Holanda, en poco tiempo este estado se conoció como el imperio de la sal (Britto, 2006:262). El poderío Holandés se dio y se mantuvo debido a que mientras los corsarios se dedicaban a los saqueos y el comercio transatlántico de la sal, en Holanda se dio un despliegue importante de actividad política, económica y cultural, convirtiéndose este territorio en un centro intelectual importante de la época (Britto, 2006:263). A los corsarios holandeses se les conoció como los mendigos de mar y fueron enemigos mortales de la reina Isabel I de Inglaterra y sus intereses de catolizar la zona de los países bajos (Britto, 2006:263). Esta guerra de resistencia entre los protestantes con la corona española, hizo que se unieran esfuerzos en distintos sectores del imperio holandés, “que incluyen perseguidos religiosos y nacionalistas, pero también destructores de imágenes, saqueadores y asesinos. Llevan en el mástil una escoba, que emblematiza su propósito de barrer el océano; juran ser “antes turcos que papistas” (Britto, 2006:264). Este deseo de resistencia religiosa y actividades ilícitas compartidos con otras naciones, trajo consigo que al poco tiempo se conformara en “la Rochela” un grupo de piratas holandeses, ingleses, bretones, santoñeses y normandos, los cuales con se dedicaban a capturar naves, fortaleciendo su poderío naval, la cual fue utilizada contra España en la guerra y concediéndoles a estos, la patente de

corso, que tenía como único fin el hostigamiento a los españoles (Britto, 2006:264). Las guerras entre España y Holanda, sumada a la coalición de esta última con Francia, Suiza y Saboya, hizo que el imperio español entrara en quiebra por el excesivo gasto militar. Los neerlandeses comprenden que el éxito sobre el imperio español y el logro de su independencia solo se podrían conseguir si cortaban el comercio entre los españoles y sus colonias, quienes le proveían a estos de los fondos que se requerían para continuar la guerra. (Britto, 2006:265). Si bien en un comienzo la incursión en el Caribe del imperio holandés fue como parte de estrategia militar, pronto se convirtió también en una importante fuente de ingresos que fortaleció la campaña independentista y los ingresos económicos de los mismos. Es así que en 1602 en Ámsterdam se constituyo la compañía de las indias orientales, pacifico, y en 1621 se constituye la compañía de las indias occidentales, cuyo objetivo era la conquista de territorios neerlandeses en el Caribe (Britto, 2006:266, 267). Estos territorios fueron, las islas de, Eustaquio, Saba, una parte de la isla San Martin, Aruba, Bonaire y Curazao y la zona continental perteneciente a Surinam. Estas posesiones se mantuvieron, incluso después de las guerras de independencias y conformación de estados nacionales en el Caribe, incorporándose algunas como estados de ultramar de estos, otras, como Surinam y Saba, se independizaron. Aunque los territorios holandeses en el Caribe, se dieron en la zona del Caribe oriental, la ocupación neerlandesa es importante para comprender las excursiones y poderío Ingles en el Caribe Occidental en el siglo XVII, pero también sirvió de antecedente de la presencia francesa, quienes fueron uno de los imperios coloniales importantes del Caribe. Las incursiones inglesas en el Caribe Por otro lado, Newton (1985: 21) menciona que las excursiones inglesas en el Caribe se iniciaron desde 1567, con las actividades de pellejería que corsarios y piratas de este imperio practicaban a los barcos y ciudades españolas de las indias occidentales, financiadas por mercaderes, quienes recibían grandes beneficios económicos de esta actividad ilícita. Otro negocio que iniciaron de manera muy hábil los ingleses en el Caribe fue el contrabando, sobre todo el forzado. El contrabando forzado, era aquel que amenazaba a los habitantes de la región con saqueos y ataques si ellos no accedían a comprar y vender los que estos querían, de este tipo de actividades, se destacan las incursiones realizadas por sir John Hawkins (Bosch, 1970:184). Los dividendos de la piratería e incursiones Inglesas eran tan importantes, que según estudiosos en la materia consideran que gran parte de las inversiones extranjeras de Inglaterra, provenían de los ingresos

generados por las excursiones al istmo de Drake, lo que dieron origen a la fundación de la compañía inglesa para las Indias Orientales y Occidentales (Britto, 2006: 115). Desde esta época, esta situación de piratería genero guerras y fuertes enfrentamientos entre estos imperios y se mantuvo de esta manera, hasta 1604 cuando se firma el tratado de paz entre España e Inglaterra, donde a partir de este se regulan las actividades comerciales entre los dos imperios, ya que estos últimos (los ingleses) renunciaban a su derecho de comerciar en las indias (Newton, 1985:23). A pesar de esta situación, la coyuntura política sirvió para que muchas de estas empresas que antes financiaban la piratería, se interesaran en invertir en otras actividades comerciales, como la colonización de tierras (Newton, 1985:24). Adicional al ambiente de tregua en el Caribe entre españoles e ingleses, las condiciones adversas y de agitación política para el partido puritano en Inglaterra, trajo como consecuencia que, muchos miembros de este partido buscaron refugio en América y el Caribe, dando inicio a la fundación de compañías colonizadoras de América. En esta nueva estrategia de colonización, en 1598, el conde de Cumberland trato de conquistar y colonizar Puerto Rico, pero una peste hizo que este se fuera de la isla en menos de doce días. Los ingleses también intentaron colonizar Guayana, Santa Lucia, Barbada y San Cristóbal, desde 1605 hasta 1624, esta última en unión con los franceses que ayudaron al exterminio de tribus Caribes asentadas en esta isla. Sin embargo este asentamiento solo duro hasta 1629, cuando los españoles toman posesión de este territorio (Bosch, 1970:189-192). Debido al fracaso de la conquista en el Caribe, se materializo la conquista de Norte América por la zona de Virginia, a través de la fundación de las compañías Plymouth, liderada por Raleigh, y London, bajo el mando de Smythe, estos recibieron sus patentes por parte de la reina en 1606 (Newton, 1985:25). Los ingleses se decidieron por este sitio, ya que era el último punto que se divisaba en el continente americano, y lo consideraban ideal para sus intereses coloniales y comerciales. Con la colonización de Virginia, la cual al poco tiempo pasó completamente a la compañía de London, esta compañía se apodera también de las islas de Bahamas, que hasta ese momento habían despertado poco interés entre los distintos colonizadores y así comienza el periodo expansionista Ingles en el continente y las islas. El CARIBE INGLES En 1615, la compañía Somers Islands se apodera y toma posesión oficial de Bermudas (Newton, 1985:26), punto importante para la que posteriormente sería

la conquista del Istmo y del archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, por parte de los ingleses (Newton, 1985:34), También en esta época estaba en poder ingles las colonias de Barbados, Santa Cruz (Bosch, 1970: 215) y una parte de San Cristóbal (Britto, 2006: 348). Otro punto clave para la expansión inglesa fue la ocupación por parte de piratas, filibusteros y bucaneros de Jamaica y la isla Tortuga, cuya ocupación se mantuvo desde 1629 hasta 1670 bajo la gobernación de una cofradía denominada los “Hermanos de la Costa” (Britto, 2006: 346). Los puritanos de Plymouth y la compañía de Providencia

En agosto de 1620 partió la compañía de Plymouth para New Inglaterra a bordo del Mayflower, la cual estaba compuesta por un grupo de puritanos perseguidos por la corona Inglesa conocidos como “los peregrinos” que tenían como destino poblar el norte de Virginia, para lo cual habían obtenido licencia de la compañía de Londres, sin embargo, esto no resulta como se había esperado y estos terminan desembarcando en Massachusetts. Gracias a las gestiones de Warwick logran permiso para el establecimiento de la congregación (Newton, 1985:37). Si bien este grupo era conocido por su devoción y radicalismo religioso, algunos de sus miembros habían sido acusados de trata de población africana y de comercio ilegal en las posesiones españolas, como fue el caso de Warwick (Newton, 1985:45), (Arciniega, 1993: 214). De este primer grupo salieron muchos de iniciadores de la compañía de la ciudad de Westminster para el establecimiento de una plantación para en las Islas de Providencia y Henrrieta y en las islas adyacentes situadas en las costas de las Américas (Newton, 1985:56). Pero a diferencia de la primera que en su mayoría eran pequeños comerciantes y clase media, a esta compañía se le unieron como financistas los dirigentes más importantes del partido puritano, que incluso habían estado en el parlamento ingles entre 1628 y 1629 (Newton, 1985:57). Desde 1629 se comenzaron los preparativos para el arribo de la compañía para la fundación de providencia, ya habían arribado algunos ingleses en las islas a cargo de Camock. Sin embargo, la expedición de 90 hombres, mas las mujeres y los niños con destino a Providencia salió hacia 1631 del Támesis a bordo del barco “seaflower” (Arciniega, 1993: 214). La Compañía tenía como objetivo principal la fundación de una colonia de plantación, inicialmente de tabaco y maíz, y de una sociedad regida bajos los principios del puritanismo más radical y puro. A pesar de lo anterior, algunos autores mencionan que la elección de Henrrieta y Providencia para el establecimiento de la primera colonia en el Caribe, se debió en gran medida a su posición estratégica en la ruta de los españoles y porque era de fácil protección militar (Arciniega, 1993: 215). De esta manera, entre intereses puritanos y comerciales y con la creación del fuerte de Warwick en Santa Catalina, se inicia los establecimientos de los ingleses en el Caribe (Newton, 1985:53).

Las primeras relaciones que estableció la compañía de providencia, fue con los pobladores de isla tortuga, o isla de los puercos, aunque oficialmente se le llamo la “isla de la Asociación”. En esta isla los puritanos y piratas inician una estrecha relación que terminaría con el ataque de estos a las flotas de los españoles que entraban a la bahía de Cartagena y salían del istmo centroamericano (Arciniega, 1993: 218). Con esta asociación, pronto la isla de providencia deja a un lado su función de sociedad puritana y si bien no se dejan las plantaciones, esta se convierte en una actividad secundaria. Las actividades principales que desde aquí se realizan son de piratería, comercio de población esclavizada y el contrabando (Arciniega, 1993: 219). La Compañía de Providencia, también se utilizo como punta de lanza para la conquista del Caribe centroamericano. Los ingleses querían comerciar con el golfo del Darien, pero los holandeses habían incursionado antes que ellos y se habían enfrentado brutalmente a los indios mosquitos (Newton, 1985:116). Debido al fracaso en la región del Darien, los ingleses concentraron sus esfuerzos en el comercio con los indígenas del Cabo Gracias a Dios, pero además del comercio también se inicio un proceso de colonización de la zona, “ya que muchos residentes de la isla empezaban a interesarse en el continente como fuente de futuros beneficios” (Newton, 1985:117) Es así como al capitán Camock, se le autoriza para establecer colonia en el Cabo Gracias a Dios. Hasta el momento ningún imperio, a excepción del pirata Drake, había podido establecerse en la zona del istmo, ya que esta zona era fuertemente defendida por sus habitantes los indígenas mosquitos. Este establecimiento inglés, se dio en gran medida porque Bell y Camock hicieron un pacto con los mosquitos, quienes les permitieron a los ingleses el comercio a cambio de protección y colaboración con los indígenas. Este pacto fue clave para la posterior conquista de las Antillas menores, dominadas en ese entonces por los Caribes (Newton, 1985: 120). Estas osadas campañas de los colonos ingleses, trajo como consecuencia que más de una vez se pusiera a prueba las fortalezas de las islas, que resistieron varios ataques de unos españoles enfurecidos por las actividades ilícitas que desde allí se realizan. Hasta que en 1641 el almirante Pimienta con 2000 hombres, logra atacar a la isla, desalojo por completo a los ingleses de este territorio. En este momento los ingleses pierden el dominio no solo en providencia, también en isla tortuga. La única intención de los españoles era expulsar a los ingleses y acabar con sus ataques, después de logrado este cometido poco a poco se retira la presencia española en ellas. Por esta razón, estas islas quedan a merced de los filibusteros y bucaneros de la época, quienes eran los que habían adoptado las islas del Caribe como una nación propia, mas allá de aquellas que los vio nacer (Arciniega, 1993: 221-224).

La conquista de Jamaica Después de perdida las islas de Providencia y Tortuga, los ingleses se concentran en asegurar sus colonias en Norteamérica y en el istmo centroamericano, ambos con apoyo de los indígenas nativos de estos territorios. Sin embargo, este imperio mantiene su lucha por la conquista de nuevos territorios en el Caribe y es allí donde enfrenta grandes retos, no solo le toca luchar con la corona española, sino también con franceses y Caribes que se están disputando la gobernación de isla tortuga y las Antillas menores. Ya Barbados y parte de Saint Kitts y Nevis, están bajo su dominio, pero no es suficiente para los intereses ingleses que en ese momento se enfrentan a una de sus mas fuertes crisis política, conocida como la revolución Burguesa, liderada por Oliver Cromwell (Britto, 2006:354- 372). La revolución burguesa trajo consigo el derrocamiento de la monarquía y la instauración del parlamento como principal ente administrativo, siendo Cromwell nombrado Lord protector de Inglaterra (Arciniega, 1993: 221-224). Otro logro importante del lord protector es que elevo a la marina inglesa hasta convertirla en la fuerza naval más importante de todos los mares, después de haber derrotado a Holanda 1654 (Bosch, 1976: 224). Dentro de esa política expansionista en todos los mares de los ingleses, estos se creían con la capacidad de arrebatar todas las posesiones de España en el Caribe, de allí que en 1655 por iniciativa de Cromwell, estos iniciaron una campaña conquistadora con 57 buques y más de 2800 soldados, cuyo único objetivo era tomar la Española, Cuba y Puerto Rico, para partir de allí hacia Cartagena la cual seria “la capital del imperio ingles en el Caribe” (Bosch, 1976: 226). El primer ataque de los ingleses fue a la española, y a pesar de que Inglaterra contaba con todas las posibilidades marinas para ganar, los problemas internos entre los expedicionarios género la inconformidad de muchos, quienes se retiraron antes del combate, más la oportuna respuesta de los españoles, los ingleses no pudieron tomarse la española (Arciniega, 1993: 229-230). Estos últimos al verse derrotados y sin la posibilidad de volver a Inglaterra con el peso de esa derrota, se toman a Jamaica (Bosch, 1976: 228). La toma de Jamaica fue significativa para los Ingleses, ya que si bien encontraron resistencia por algunos cimarrones y españoles que vivían en la isla, estos no fueron lo suficientemente fuertes frente al poderío ingles y después de violentos ataques lograron entrar en la isla y asentarse en ella. La resistencia española para retener a Jamaica duro hasta 1660, a pesar de esto, la lucha por Jamaica entre ingleses y cimarrones duro hasta 1739 cuando estos firmaron un tratado de regla (Bosch, 1976: 230-231).

En poco tiempo los ingleses se dieron cuenta del enorme potencial de tierras fértiles de Jamaica3 y empezaron un proceso de población intenso promovido desde Inglaterra hasta las islas. Cromwell ordena el envió de hombres y mujeres que habitan en Irlanda y Escocia para poblar Jamaica, estas personas en su mayoría llamadas vagabundas o de mala vida, eran quienes practicaban el catolicismo en esta parte del reino unido (Britto, 2006:378). La estrategia de traer gente del reino unido hizo que ha siete años de conquistada Jamaica, su población llegara a 15000 habitantes. Este mismo crecimiento acelerado ocurre en Barbados, convirtiéndose estas dos islas en los primeros centros comerciales de los ingleses en el Caribe, que desarrollaban un sistema de plantación de intensiva en estas islas (Arciniega, 1993: 229-231-232). A pesar del gran poblamiento de las islas con personas del reino, las demandas de las plantaciones hicieron necesario recurrir a los ingleses a la trata de población africana. Hasta ese momento Inglaterra se había abstenido de ingresar al comercio de esclavizados de una manera formal, debido a que este estaba manejado por los holandeses, sin embargo se necesitaba esta mano de obra, por lo que fundan “The Company of Royal Adventures Trading of África” la cual se encarga de vender como esclavizados de las plantaciones a población africana, haciendo que dentro de poco tiempo en estas hubiera más gente de origen africano que europea (Arciniega, 1993: 229-233). Se estima que “entre 1680 y 1786 a través de Jamaica cerca de 2 000 000 de esclavos” (Mota, 1984-330). Mientras que por un lado se consolidaba la economía de la plantación inglesa, por el otro seguían las excursiones de pillaje de piratas, corsarios, filibusteros y bucaneros contra los naves y territorios del imperio español en el Caribe. Siendo una de las mas atacadas las costas del litoral central (Britto, 2006:388). En medio de estas aventuras, surge el nombre de quien sería uno de los más renombrados piratas de esta época “Henry Morgan”, quien a pesar de ser considerado uno de los más temibles piratas del Caribe, contaba con el apoyo de las autoridades de Jamaica, e incluso llego a hacer gobernador de esta isla (Arciniega, 1993: 234-235). Entre las aventuras de Morgan las que más se nombran son la toma de Granada, la destrucción de Portobelo y Panamá, y los asaltos a Maracaibo y Gibraltar (Arciniega, 1993: 234-241), (Britto, 2006:399- 411). De esta manera, entre plantaciones y excursiones piratas, que con el apoyo de los indígenas Mosquitos y en algunas ocasiones con el apoyo y reparticiones con el imperio francés, queda conformado lo que se conoció por varios siglos como el Caribe Ingles, el cual comprendía a Jamaica (como punto principal), pero que incluía a Barbados, Bermuda, Anguila, San Cristóbal (Saint Kitts), Tortuga, Antigua, Nevis, Montserrat, Barbuda, la laguna de términos, Belice, las islas de la

3 Cuando los ingleses toman Jamaica, también lo hacen con islas Cayman y desde entonces este conjunto de

islas se administraron bajo una misma colonia, que duro hasta 1962 cuando Jamaica logra la independencia

del Reino Unido (Sandner, 2003:346).

Bahía, Maíz y Mosquitos, Providencia y San Andrés (a pesar de su despoblamiento, esta seguía siendo usadas como base de operaciones piratas) y las costas de Guayana (Britto, 2006:381). A pesar de que estos territorios no se comparaban en tamaño con los que poseía el imperio español, se considera que estos fueron la base del control que tuvo el imperio ingles sobre el Caribe a finales del siglo XVII y gran parte del XVIII, al respecto Britto señala que: “Aunque son territorios de una extensión relativamente modesta, permiten el dominio comercial y estratégico del Caribe” (Britto, 2006:381). EL IMPERIO DEL REY SOL4 Aunque hubo presencia muy temprana de los franceses en el Caribe, hacia 1528 piratas explotaban yacimientos de perlas en las costas venezolanas, esta solo se consolida como presencia imperial con la ascensión del rey Luis XIV al trono de Francia (Britto, 2006:414). Después de realizar un proceso de organización y modernización administrativa y financiera en Francia, el Rey Luis XIV se dedico a fortalecer la presencia de este reinado en Europa y el Caribe, es de esa forma que se fomenta la creación de “la compañía francesa para las indias occidentales” (Britto, 2006:418). Para lograr una relevante presencia francesa en el Caribe Luis XIV inicia el fortalecimiento naval francés que entre otras cosas “servían para proteger el comercio” Las colonias de Martinica, de Santo Domingo, del Canadá, antes languidecientes, florecieron, pero con una ventaja que no se había esperado hasta entonces, porque desde 1635 hasta 1665, estos establecimientos habían estado “á charger” ” (Britto, 2006:420). Como todos los imperios, el francés se va consolidando a través de estrategias que incluyen dos campos de batalla, el europeo y el Caribe. En Europa Luis XIV con un matrimonio muy ventaja logra recuperar tierras para Francia, en territorios que estaban dominados por los holandeses y los españoles, en una fuerte contienda armada que se conoció como “la guerra de las devoluciones” (Britto, 2006:3421-423). Por su parte en el Caribe, apoyado en su fuerza naval y con algunas alianzas con los ingleses y con los caribes, los franceses continúan su expansión colonial y los ataques a las colonias y naves españolas y holandesas (Bosch, 1970:290). De la alianza con los caribes, Francia queda con el dominio de Dominica y San Vicente, debido a que Francia le había reconocido a los indígenas la propiedad sobre estas islas, con lo cual se consolido un dominio sobre esta zona entre estos dos (Bosch, 1970: 292). Sin embargo, el Caribe francés se consolida hacia 1690

4 De esta manera era que se conocía al rey Luis XIV de Francia.

con la conquista de Haití (parte occidental de la Española) y la isla de Guadalupe. Haití se convertiría para los franceses su colonia más importante, que con el uso de mano de obra africana esclavizada establecen “una de las colonias más productivas y mas inhumanas del Caribe” (Britto, 2006: 447). Cuando Guillermo de Orange se convierte en rey de Inglaterra, la alianza entre ingleses y franceses se rompe y comienza entre ellos una pugna por algunas posesiones en las Antillas menores, entre las que se encontraba la compartida isla de San Cristóbal, Nevis, Antigua, Barbuda y Montserrat (Bosch, 1970: 293). Esta pugna por territorios revive las guerras en el Caribe, donde ingleses y franceses colocan lo mejor de su artillería y fuerza naval al servicio de uno contra el otro para destruir y apoderarse de las colonias que tenia ambos en el Caribe. En esta guerra Franco- Inglesa fue fundamental las alianzas que estos imperios habían establecido con los indios mosquitos (ingleses) y los caribes (franceses), los cuales fueron determinantes en la división territorial (Bosch, 1970: 292). Los Mosquitos y los Caribes: La presencia indígena en las guerras imperiales Cuando los españoles llegaron al Caribe, las Antillas mayores estaban ocupadas por los indígenas tainos que fácilmente fueron diezmados por estos. Esto le permitió al imperio español un domino temprano de la Española y Cuba (Britto, 2006: 16-18). Sin embargo, cuando quisieron entrar en las Antillas menores, se encontraron con los indios Caribes, los cuales opusieron una intensa resistencia a la ocupación de sus territorios, logrando mantener sus territorios por casi dos siglos después de la llegada de los europeos (Britto, 2006: 16-18). Los caribes se dedicaban a la caza, la recolección y la agricultura, en especial de yuca y maíz. Su estructura social era patrilineal, con tendencias a la exogámica y mas que una estructura jerarquiza imperial se consideraban una “comunidad cultural. Sus poblados son con conjuntos de familias extendidas que no tienen una autoridad permanente” (Britto, 2006: 11). Uno de los grandes aportes de esta cultura al mundo fue la hamaca, quien hasta nuestro días es uno de los artefactos más empleados para dormir, sobre todo en algunas comunidades indígenas. De los caribes de las islas, se consideran que estos provenían de San Vicente, se transportaban en piraguas a lo largo del mar Caribe y se dedicaban al trueque de frutas, animales, entre otros artículos que ellos elaboraban. Como vestuario tanto hombres como mujeres, solo llevaban un pedazo alrededor de la cintura que les cubría la parte delantera (Bosch, 1970: 294). Estos eran considerados indígenas belicosos que incluso antes de la llegada de europeos asaltaban a los tainos, matando en los lugares que llegaban a todos los indígenas de sexo masculino, incluso a los niños y se quedaban con las mujeres (Britto, 2006: 4). De esta fortaleza para la guerra y la ferocidad con la enfrentan a sus enemigos, entre

otros acontecimientos, nace la leyenda de los indígenas caníbales, que tenían conductas antropófagas (Britto, 2006: 21). Las armas de los caribes se componen de arcos, fechas y lanzas, preferían atacar antes del amanecer y de forma sorpresiva (Britto, 2006: 20). Cuando llegaron los europeos a sus territorios, los recibieron de forma amistosa, incluso establecían alianzas con algunos de ellos por largos periodos de tiempo. Sin embargo, cuando se sentían amenazas de ser esclavizados o exterminados, desataban la guerra (Britto, 2006: 20). Durante varios siglos los caribes resistieron la presencia de españoles, holandeses, ingleses y franceses en sus territorios, por lo que algunos de estos imperios desistieron colonizar sus tierras. Sin embargo, era tal la aversión que estos sentían por los españoles que la primera alianza la hicieron con los ingleses encabezados por Raleigh (Britto, 2006: 182). Más adelante también establecerían alianzas con los franceses, aunque estas alianzas dependían en ocasiones del grupo Caribe con el que se establecía y muchas veces no eran respetadas por todos los demás grupos. Después de fracasar al tratar de exterminar a los caribes y como una forma de evitar la alianzas de estos con los esclavizados fugados, hacia 1660 los imperios franceses e ingleses reconocen la propiedad de los caribes sobre las islas de San Vicente y Dominica y se comprometen a no atacar a los que habitan en Martinica y Granada. Sin embargo, esta alianza se rompe cuando los caribes de Dominica se unen con los ingleses para atacar a los franceses y arrebatarles Santa Lucia. Los caribes de Dominica y San Vicente se someten al imperio inglés, pero en 1683 estos retoman sus alianzas con los franceses, ya que los ingleses solo tenían como objetivo exterminarlos. De esta forma, los territorios que antes eran de dominio caribes, pasan a manos de los franceses y estos a su vez protegían y reconocían las propiedades de estas tierras a los indígenas que habitan en ellas (Britto, 2006: 384). Por su lado, los mosquitos formaban varias tribus de indios (posiblemente de origen caribes) que ocupaban la costa de mosquita en el borde centroamericano. Se presume que hacia 1635, estos indígenas se mezclaron con esclavizados africanos que venían en un navío que naufrago por esas aguas, desde entonces se les conoce como los zambos mosquitos (Sandner, 2003: 105-106), (Bosch, 1976: 216). Las relaciones entre los mosquitos y los ingleses inician desde muy tempranas épocas con las excursiones de Drake al istmo centroamericano, desde el reinado de Isabel I (Arciniega, 1993: 162). Las relaciones entre los mosquitos y los indígenas se consolidan cuando Bell y Camock hicieron un pacto con los mosquitos hacia 1632, quienes les permitieron a los ingleses el comercio en el istmo a cambio de protección y colaboración con los indígenas (Newton, 1985: 120). Estas alianzas se fortalecieron hacia 1655 con la

conquista de Jamaica y alcanzaron su punto más alto entre 1675 y 1690, con la expansión británica en el borde centroamericano y las alianzas establecidas de estos con franceses para la conquista del pacifico por esta zona dominada por los mosquitos (Sandner, 2003: 124-125). Sin embargo el dominio inglés en el eje centroamericano culmino hacia 1779 con el ataque español a Belice y expulsan a la población inglesa de este territorio. Sumado a lo anterior, la independencia de Estados Unidos logro que en 1786, en una convención adicional al de Versalles firmado en 1783, los ingleses se comprometieran a la desocupación de la costa de mosquita y la fijación de límites en Belices para los asentamientos de leñadores ingleses. Esta desocupación de la costa de mosquita trae como consecuencia el re poblamiento de las islas de San Andrés y Providencia por parte de los ingleses que después de desocupar la costa obtienen permiso de la corona española para asentarse en estas islas (Sandner, 2003: 127-128). A pesar de la desocupación de la mosquita, las relaciones entre ingleses y los zambos de esta zona del istmo centroamericano se mantienen por mucho más tiempo. Al respecto se considera que: “Los ingleses nunca llegaron a establecer en ningún momento, de manera formal, una colonia en la mosquita, sin embargo estuvo bajo su protectorado alrededor de 230 años, hasta 1860 y todavía en 1894 los mosquitos se consideraban independientes de la costas de Nicaragua y pretendían que este país les reconociera moneda propia. Como protegidos de Inglaterra, los mosquitos dieron mucho que hacer en toda la costa, desde panamá hasta lo que hoy es Belice. Donde quiera que actuó un pirata o un capitán inglés en esa región, allí estuvieron los mosquitos combatiendo a su lado; como era un pueblo belicoso su alianza fue de gran utilidad para Inglaterra en el Caribe” (Bosch, 1976: 216). LAS INDEPENDENCIA Y LOS ESTADOS NACIONALES EN EL CARIBE OCCIDENTAL La dominación de los imperios en el Caribe comenzó a disminuir con las guerras de independencias de sus territorios. El primer antecedente que se tiene, se dio cuando las 13 colonias inglesas de Norteamérica proclaman su independencia del imperio ingles el 4 de julio 1776, pero esta solo es reconocida por los ingleses en 1783 en el tratado de Versalles. La independencia de los Estados Unidos de Norteamérica, solo se logra con el apoyo económico, político y militar de Francia y España, que ha cambio de esto esperaban debilitar la presencia inglesa en el Caribe y los bordes del centro (costa de Mosquita) y Norteamérica (Florida y New Orleans) y así poder recuperar sus territorios en los mismos (Sandner, 2003: 127-128), (Bosch, 1976:345- 369). El borde continental centroamericano, se vio afectado con la independencia de Norteamérica, debido a que dentro del tratado de Versalles, el imperio ingles se

comprometió a desocupar la mosquita, poner límites a fronterizos en Belice y reconoció la propiedad de España sobre el sur de Florida y San Andrés y Providencia, mientras que ratificaba la propia en Jamaica, islas Caimán y New Providence en Bahamas (Sandner, 2003: 128-132). Por su parte los Franceses se quedaron con San Bartolomé (antes propiedad holandesa, esta fue cedida a Suecia), Martinica, Guadalupe (cerca a esta los islotes de María Galante, Desidare y los Santos), el norte de San Martin, Santa Lucia, Tobago, el Norte Canadá y el estado de Luisiana (New Orleans, la cual es cedida a los españoles y recuperada después por Napoleón y vendida a los nacientes Estados Unidos de Norteamérica) (Bosch, 1976:370- 371), (Arciniega, 1976:289- 338). Otros efectos de la independencia de Estados Unidos se dieron en Europa, más específicamente en Francia, la cual había quedado sumida en una profunda crisis política y económica a raíz del apoyo brindado a estos. En este imperio la naciente y rica burguesía le exigía igualdad de condiciones a la clase noble, para poder tener mayor participación política y expansión económica en el mismo. Estas demandas terminaron en la revolución francesa de 1789, que basada en las ideas de la ilustración de razón, libertad e igualdad se tomaron el poder en Francia, instauraron el tercer estado y acabaron con el sistema monárquico(Bosch, 1976:370- 371), (Arciniega, 1976:289- 338). Mientras en Europa se daban las discusiones sobre el nuevo estado en Francia, las colonias de esta en el Caribe entraron a hacer parte de la discusión. Los colonos de Haití y Martinica inicialmente estaban en el dilema de si aceptar o no el nuevo estado y el derrocamiento de la corona, teniendo en cuenta que muchos de los que gobernaban en estas colonias eran representantes de la corona. Sin embargo la gran mayoría de los colonos aceptaban la revolución, siempre y cuando esta les permitiera a ellos poder comerciar con cualquier imperio y con el uso de barcos de cualquier corona (Bosch, 1976:373). Otro punto importante de la discusión en las colonias, se centraba en que los grandes blancos (colonos con mayor extensión de tierras y capital) no aceptaban que los pequeños blancos y los mulatos con tierras tuvieran los mismos derechos ciudadanos que ellos (Bosch, 1976:382). Como consecuencia de la postura de los grandes blancos de no aceptar los derechos ciudadanos de los pequeños blancos, pero sobre todo de los mulatos, se dieron importantes revueltas en las colonias francesas de Haití, Guadalupe, Santa Lucia, Tobago y Martinica. Sobre todo porque en Francia había una sociedad denominada “Amigos de los negros” que apoyaba la incursión de mulatos y negros libres en el discurso nacional y el reconocimiento de su ciudadanía (Bosch, 1976:382). A pesar del apoyo recibido por ciertos sectores a la gente de color, la asamblea constituyente deja en mano de los colonos la situación de las Antillas, por considerar que habían muchos intereses de por medio tanto de ellos como de

grandes inversionistas en Francia (Bosch, 1976:383). Esta postura desato una guerra interna entre los colonos blancos grandes con los colonos pequeños, mulatos y negros libres, hasta este momento la población esclavizada no había entrado en el conflicto, que dejaría sumida en una profunda crisis las colonias y que traerían como consecuencia (debido a que los esclavizados entran en el conflicto) la abolición de la esclavitud (1792) y la independencia de Haití del imperio Francés (1804) (Bosch, 1976:384). La guerra de independencia de Haití fue importante en el Caribe, debido a que con ella se despierta el sentido de independencia en la región, pero más a un se ve como una posibilidad la libertad de la población esclavizada de origen africano. Haití se convierte en la inspiración de la población africana (en Jamaica, Martinica, Guadalupe, entre otras se presentaron revueltas de los esclavizados y cimarrones) y el refugio de varios independentistas latinoamericanos, un ejemplo de esto, es que cuando Bolívar se encontraba en Jamaica hacia 1815, el presidente Petion de Haití lo apoya militarmente en su gesta independentista a cambio de la abolición de la esclavitud en Venezuela (Arciniega, 1976:383- 384). Las Luchas por la Independencia en el Bordes continentales del Caribe Occidental Con la independencia de los Estados Unidos (Inglaterra) y de Haití (Francia), se abre la puerta para la independencia de las colonias españolas. Según Sandner para referirse al borde centroamericano y al Caribe occidental, los movimientos independentistas se dieron en tres bloques, uno hacia México, con la inclusión de Yucatán a su territorio, el otro suramericano que incluía a Colombia, Venezuela y Ecuador y un tercer grupo en el istmo centroamericano con gran influencia en Panamá, aunque esta última se termino asociando al bloque suramericano (Sandner, 2003:133). Si bien las gestas independentistas tienen sus antecedentes en las ideas de la ilustración que se había permeado con fuerza en la gran mayoría de la población criolla blanca y educada, fue el movimiento realista en la guerra franco-española quienes precipitarían la instauración de las juntas locales defensoras de Fernando VII como una solución alterna de gobernabilidad y resistencia a los franceses (Bosch, 1976:470-473). La primera manifestación de apoyo al rey Fernando VII a través de las juntas locales en el Caribe se dio en Caracas, que rápidamente se propago por Santo Domingo y Puerto Rico estos se alzaron en armas para luchar contra los franceses, y con el apoyo de Inglaterra, Francia perdió importantes territorios en el Caribe (Bosch, 1976:471-473). Sin embargo, el conflicto en Caracas iba a tomar dimensiones de guerra civil, cuando los criollos de clase alta llamados “mantuanos” fueron asaltados por el pueblo “los pardos” para impedir que los primeros se quedaran como únicos dirigentes de la junta local de Caracas, ente que se encargaría de la

administración de la colonia. Mientras en caracas la discusión estaba entre quienes gobernaban las juntas locales en Quito, Cartagena, Santa Fe, pamplona, entre otros, comenzaban a mostrarse desacuerdos entre el virreinato y los criollos, sobre la forma en que se conformarían estas juntas. Estas disputas terminaron en el alzamiento del 20 de julio y con la reclusión del virrey y altos funcionarios de la Nueva Granada en Cartagena (Bosch, 1976:474-481). Similar a lo acontecido en Haití, la guerra de independencia de las colonias españolas de sur América las iniciaron los grandes terratenientes esclavistas, los cuales, con poco poder militar, no lograron mantenerla por mucho tiempo. Debido entre otras cosas, porque había colonias dentro de Suramérica que apoyaban la continuidad realista en sus territorios y que servían de fuente de abastecimiento y control de las autoridades que representaban al rey en estas colonias, un ejemplo de esto fue el caso de Santa Marta en la costa Caribe de lo que es hoy Colombia (Bosch, 1976:483-485). De esta manera, que hacia 1815 los españoles recuperaron el control de las colonias de sur América, bajo el mando de Morillo que inicio con la toma de Venezuela y el estado de sitio de Cartagena, donde muchos de los iniciadores de la independencia fueron ejecutados, este periodo se conoció como el régimen del terror (Bosch, 1976:511-521). Estas colonias, solo logran la independencia definitiva del imperio español con la inclusión de las masas populares que iban desde los criollos pobres, pardos, mulatos, negros libres y esclavizados. Esta gesta independentista se consolida años después por el ejercito de Simón Bolívar, que tuvo una de sus victorias más representativas en la batalla contra las tropas realistas el 7 de agosto de 1819 en Boyacá5 (Bosch, 1976:522-521). Si por un lado, las colonias suramericanas no acudieron al llamado de la Junta de Sevilla y comenzaron sus procesos de independencias del imperio español, las colonias del istmo centroamericano en esa misma época, si mandaron sus representantes a Cádiz. En esta junta, las distintas cortes conformadas redacto un texto constituyente entre 1811 y 1814, pretendiendo redefinir la organización política y administrativa de España y a su vez de esta con sus colonias en América y el Caribe. A pesar de los avances logrados con la proclamación de esta constitución, cuando Fernando VII recupero el trono, este abolió tanto la junta como la constitución de la misma, volviendo al absolutismo real (Pérez, 1999:33). Con el regreso al poder de Fernando VII, las provincias pertenecientes a la Capitanía General de Guatemala, continuaron con su lealtad realista. Por lo que la

5 A pesar de que se le atribuye a Bolívar la independencia de estas naciones, su campaña conto con

importante apoyo del general José Prudencio Padilla y del corsario Luis Aury en el Caribe. Padilla comando

la liberación de Cartagena y Santa Marta y Aury fue el gestor de la independencia del Archipiélago de San

Andrés, Providencia y Santa Catalina, aunque este último nunca hizo parte oficial del ejército libertador

(Bosch, 1970:538), (Uribe, 1981:19-20).

declaración de independencia de las provincias centroamericanas estuvo muy ligada a los acontecimientos ocurridos en México y con la revolución liberal española (Pérez, 1999:34). Las provincias de Nueva España ubicadas en la zona de lo hoy conocido como México, inician su proceso de independencia hacia 1808 como protesta a la ocupación francesa de sus territorio. Estas protestas terminaron en una guerra armada que se inicia el 16 de septiembre de 1810 con el “Grito de Dolores” iniciado por el cura Hidalgo. A pesar de esto, México solo logra la consolidación de esta independencia hacia 1821 cuando se instaura el “plan de iguala” y el sistema monárquico que llevo hacia 1822 a nombrar a Iturbide como el emperador Agustín 1 de México (Bosch, 1976:536-537), (Sandner: 2003, 134). La separación definitiva de México del imperio Español y la adhesión de Chiapas al naciente imperio mexicano, hizo que se precipitara ese mismo año (1821) la declaratoria de independencia de las provincias de Centroamérica pertenecientes a la Capitanía de Guatemala. La principal característica de esta declaratoria, es que fue pactada entre los notables de estas provincias, que en algún momento representaron los intereses de las monarquía, y se hizo de esta manera para evitar cualquier participación del popular y por temor a lo que pudiera ocurrir después de que Chiapas, la provincia más grande de esta capitanía, dejara de hacer parte de estas provincias (González: 2004, 200). Unos meses más tarde, y de una manera similar a lo acontecido en las provincias de Centroamérica, las provincias de Panamá y Veraguas (25 de noviembre) y la parte española de Santo Domingo (28 de noviembre), declaran su independencia de la corona española y se anexan a la naciente Colombia (Bosch, 1976:536-537). Con la consolidación de independencia de los territorios españoles, la presencia colonial española en el Caribe, quedo reducida a las islas de Puerto Rico y Cuba. Por otro lado, los ingleses se quedaron con el territorio de la en Belice, también tenía influencia en la costa de mosquita aunque no de manera directa, y con el asentamiento establecido en el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina de acuerdo a lo estipulado en el anexo al tratado de Versalles. También conservaron sus territorios coloniales en Islas Caimán y Jamaica, así como en las otras islas de las Antillas menores, de los cuales algunos territorios lograron su independencia en otro movimiento iniciado en la segunda mitad del siglo XX. Los nuevos Estados nacionales después de las independencias Con la independencia de los territorios españoles en los bordes occidentales de sur y centro América, quedo constituidos dos centros importantes para la formación de estados, el de México y el de la Gran Colombia. Mientras el primero se consolidaba como un estado imperio, el segundo pretendía ser una república con un gobierno central. México buscaba su expansión hacia Centroamérica, Colombia se consolidaba en los bordes continentales hacia el Caribe y las islas

mismas con la anexión del archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina y de Haití Española (Santo Domingo). A pesar de que las anexiones se dieron de manera voluntaria ambos estados tuvieron grandes fracturas en su interior que llevaron a su rápida disolución y a la conformación de nuevos estados nacionales. En Centroamérica, por ejemplo, el tema de la anexión al imperio mexicano tenía posiciones encontradas. Por un lado había una fuerte resistencia en San Salvador quien promovía una república anti anexionista, y por otro lado, se encontraba una postura Indiferente en Costa Rica, la cual ya había organizado gobierno propio con la firma del “pacto de la Concordancia” (1821) en la cual se proclamo el derecho de esta provincia para constituirse como una forma de gobierno (González: 2004, 202). Después de muchas diferencias y con un ataque armado de las fuerzas de Guatemala a San Salvador, se declara la anexión a México de las provincias de Centroamérica (Guatemala, Honduras, San Salvador, Nicaragua y Costa Rica), sin embargo esta anexión nunca logro consolidarse porque el emperador había sido derrocado en un levantamiento el 19 de marzo de 1823 (Pérez, 1999:35- 36). Después del fracaso de la anexión centroamericana al fallido imperio mexicano se crea en 1823, como una forma de gobierno independiente de cualquier potencia, “Las provincias Unidas del Centro de América” conformado por Guatemala, Honduras, San Salvador, Nicaragua y Costa Rica (González: 2004, 203). El nuevo estado que se propuso era un gobierno federal basado en los principios de La vida del estado Federal de Centroamérica fue corta, aunque fue en el marco de esta que se abolió la esclavitud en Centroamérica hacia 1824, ya hacia 1839 se había disuelto por las diferencias existentes entre liberales y conservadores (Pérez, 1999:39- 40). Por lo anterior, el istmo centroamericano desde 1840 queda conformado por cuatro estados (Honduras, Guatemala, Costa Rica y Nicaragua) independientes en el Caribe y uno en el pacifico (San Salvador), una colonia y un protectorado Británico (Belice y la costa de mosquita6) y un estado asociado a la república de Colombia (las provincias de Panamá y Veraguas) y un Estado asociado a la nación mexicana en el Caribe (Yucatán7) y uno en el pacifico (Chiapas) (Bosch, 1976:536-537).

6 La costa de Misquita desde la conformación de los estados independientes fue disputada por Nicaragua y

Colombia, la primera la reclama por extensión natural de su territorio y la segunda alegaba que en el momento

de las independencias la administración de la costa estaba en jurisdicción del virreinato de Santa Fe al cual

pertenecía Colombia, según lo estipula la orden real de 1803 (Gaviria, 1984:68). 7 Yucatán nunca acepto hacer parte de un estado mexicano centralizado y en 1840 se separa de México sin

romper vínculos definitivos, entre 1843 y 1844 hay una guerra entre México y Yucatán y esta ultima logra

vencer con ayuda de los mayas, hacia 1847 se da una sublevación de los mayas en Yucatán porque no le

cumplen los beneficios prometidos por las autoridades de esta en la guerra contra México y hacia 1848 se da

la anexión definitiva de Yucatán a México (Sandner, 2003:136).

Por su parte, el borde suroccidental del Caribe hacia 1819 en el congreso de Angustura quedo configurado como la república de “Colombia”8, la cual incluía las provincias de Nueva Granada, Caracas y Quito. Hacia 1822 se anexan a esta república las provincias de Panamá y Veraguas y la parte española de la isla de Haití9. “Colombia” se organizo como un estado centralista con separación de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial, su primer presidente fue Simón Bolívar, sin embargo por conflictos internos, esta se disolvió hacia 1830. Con la disolución de “Colombia”, hacia 1832 se instaura la República de Nueva Granada, a la cual pertenencias las provincias que conforman la actual Colombia, las provincias de Panamá y Veraguas10, la costa de mosquita y el archipiélago de San Andrés providencia y Santa Catalina11 (Sandner, 2003: 134). LA PRESENCIA NORTEAMERICANA EN EL CARIBE OCCIDENTAL A pesar de la consolidación de los estados independientes en el Caribe Occidental, la presencia inglesa representado en sus colonias, (Belice y Jamaica) en el protectorado de la costa de mosquita y en el asentamiento en el Archipiélago de San Andrés Providencia y Santa Catalina, genero en algunos de estos estados conflictos internos y entre varios de estos estados, como fue el caso de Nicaragua y la Nueva Granada y en otros se dio un significativo desarrollo económico, como ocurrió en Costa Rica. Esta situación de conflicto y nuevos escenarios de desarrollo económico, mas la explotación de oro en las costas pacificas mexicanas, fue importante para el inicio de las excursiones norteamericanas en el Caribe Occidental. Autores como Sandner (2003) señalan que uno de los factores que influencio en la expansión de los Estados Unidos de Norteamérica en el Caribe occidental, a parte de la doctrina Monroe, fue el fracaso12 de las ideas integracionistas, entre los estados Latinoamericanos, el encabezadas por Simón Bolívar. Al respecto este autor señala que; “El fracaso de la concepción Bolivariana afecto a las tres escalas de medición: en la dimensión global y continental se abrieron paso a los patrones de pensamientos y las formas de dominio imperialistas, en Inglaterra, en Europa continental, así como en Norteamérica y Rusia, marcaron desde entonces el orden mundial del siglo XIX. En el

8 El término “Colombia” en este sentido hace referencia a la Gran Colombia, como estado nacional que

integra a otras provincias adicionales a la Nueva Granada (Bosch, 1970:530- 531). 9 Antes de que Bolívar se diera cuenta de la anexión voluntaria de la Haití Española a la República de

Colombia esta fue tomada por la República Haitiana y fue ocupada por 22 años (Bosch, 1970:541). 10

A pesar de la anexión de Panamá y Veraguas a la Nueva Granada, entre 1840 y 1841 estas se separan de

esta república y se conforma lo que se conoció como “El estado del Istmo” (Sandner, 2003: 134). 11

En lo jurídico la costa de mosquita y el Archipiélago pertenecían a la República de la Nueva Granada, sin

embargo estas estaban ocupadas por los Ingleses y estos últimos nunca reconocieron la pertenencia de la costa

de Mosquita a esta República, por el contrario instauraron en esta zona el reino de mosquita, un reino de los

zambos mosquitos bajo el protectorado de los ingleses asentados en Belice, y fundaron una capital

denominada Greytown (Lemaitre, 1972: 63), (Bosch, 1970:551). 12

En este aparte el autor señala como fracaso a los hechos ocurridos en el Congreso de Panamá realizado en

esa ciudad en 1826 y que pretendía ser el escenario de la integración latinoamericana (Sandner, 2003:137-

138)

nivel interestatal intralatinoamericano, los egoísmos y antagonismos “nacionales“, la desintegración y los conflictos fronterizos determinaron el desarrollo; fracaso la agrupación de unidades territoriales tan pequeñas como las provincias centroamericanas. En la dimensión intraestatal, los campos de conflicto económico y de la sociedad continuaron siendo dirigidos “desde arriba” y al mismo tiempo, a través de las influencias economías “desde afuera”, a costa de aspectos tan importantes para los jóvenes estados como cultura, identidad y comunidad” (Sandner, 2003:38)

De la postura de Sandner se puede entrever como no solo el expansionismo territorial y el crecimiento comercial y económico fue la causa de su incursión en el Caribe occidental. Adicional a esto, las débiles relaciones interlatinoamericanas y la poca cohesion social al interior de los nacientes estados nacionales fortaleció el éxito de los intereses norteamericanos en la región. Sumado a lo anterior, están presentes los cambios en los sistemas de producción en Gran Bretaña que se ven reflejados en las colonias británicas y sus territorios de influencia en el Caribe. Uno de los cambios que más afecto al Caribe de la revolución industrial fue la necesidad de cambio de mano de obra. Con el uso de la maquinas se requería que las factorías adquirirán mas herramientas técnicas y personas con capacidad de manejarla que grandes masas de trabajadores, por lo que tener mano de obra esclavizada era ya innecesario y costoso para estos. Esta necesidad de innovación tecnológica y cambios en la mano de obra trajo como consecuencias que hacia 1831 comenzaran los conflictos internos en la isla de Jamaica, entre quienes apoyaban la abolición de la esclavitud y quienes no lo hacían (Bosch, 1970: 549). Como resultado de estas presiones tanto económicas como sociales el 29 de agosto de 1833 bajo el reinado de William IV en Inglaterra se promulgo la abolición de la esclavitud a partir del 1 de agosto de 1834. Para evitar dificultades con los terratenientes de las colonias del Caribe el gobierno Ingles los indemnizo con grandes sumas de dinero, pero además obligo a los antiguos esclavizados seguir trabajando bajo otra modalidad en las tierras de los que en tiempos de esclavitud fueron sus amos (Bosch, 1970: 549). Aunque la libertad no fue completa para los ex esclavizados de las colonias Británicas, los hechos ocurridos con la abolición comienzan a mostrar una nueva relaciones laborales, una retirada de la fuerza laboral africana y el establecimiento de nuevos y pequeños campesinados en las tierras que antes estaban sin dueño o improductivas tanto dentro como fuera de la colonia a la que antes pertenecían los ex esclavizados. Es de esta manera que comienza desde 1844 una fuerte migración de estos hacia Centroamérica la cual fue aumentando en el transcurso de los años siguientes (Sandner, 2003:141). A parte de la ola migratoria de mano ex esclavizada al istmo centroamericano, los efectos de la revolución industrial también se sintieron de manera directa en el Caribe occidental con el aumento de las pretensiones Inglesas de lograr la comunicación interoceánica para los buques de vapor (Sandner, 2003:141). Este

interés por el rio San Juan y el Desaguadero que formaban un canal natural en las cercanías de Nicaragua, sumado a las malas relaciones que tenían ese momento los ingleses con el gobierno de Colombia13, hizo que 1841 los Ingleses se tomaran la costa de mosquitia a través del reino de mosquitia el cual era protectorado británico (Bosch, 1970: 551-553). Por lo anterior, la costa de mosquitia se convirtió en el centro del dominio ingles en el istmo centroamericano a lo largo del siglo XIX y poco valieron las reclamaciones de la Nueva Granada en un inicio, y de la Confederación después, para impedir esto (Gaviria, 1984:67, 74, 104). Mientras en el Caribe occidental se consolidaba el modernismo ingles, la presencia Española en Cuba sumado a las alianzas comerciales con Norteamérica esta isla se consolidad como el punto más importante de exportación azucarera en el Caribe. Según Benítez, desde principios del siglo XIX Estados Unidos expreso su interés por Cuba, dada su posición estratégica, cuando en 1805 “hizo la primera oferta formal por adquirir la isla” (1976:226). De esta manera se podría considerar a Cuba como uno de los objetivos principales de la expansión Norteamericana. Sin embargo, no solo estos estaban interesados en Cuba, los ingleses por su parte presionaban al los españoles para que decretara la abolición de la esclavitud en sus posiciones en el Caribe y así llevar el proyecto de la revolución industrial a las islas (Bosch, 1970: 554). Fueron tantas las presiones inglesas, que en el año de 1835 se firma el tratado entre España e Inglaterra para la abolición de la esclavitud, tratado constante mente violado por los cubanos, quienes a la falta de mano de obra africana para traficar, se iban hasta las costas centroamericanas a conseguir indígenas mayas para llevarlos como esclavizados a los ingenios hacia principios de la segunda mitad del siglo XIX. El uso de mano de obra indígena se dio en gran manera por las guerras internas vividas en la península de Yucatán, donde los criollos piden la intervención norteamericana para poder controlar la avanzada maya. Sumado a lo anterior, el conflicto velico que había en el Estado de Texas, quienes buscaban la independencia de México trajo consigo que los Estados Unidos aprovechando estos conflictos invade México en 1847 (Bosch, 1970: 557-558). La invasión norteamericana en México más que para servir de mediador en los conflictos internos de esa nación, se dio por los intereses norteamericanos de apropiarse de los territorios mexicanos de Tejas, Nuevo Méjico, Arizona y California, en este último se estaba dando el boom de oro que traía miles de aventureros de todas partes del mundo. Mientras en 1848 se desembraba el Estado Mexicano con la firma del tratado Guadalupe Hidalgo firmado entre el gobierno de México y el Norteamericano, en el cual el primero renunciaba a sus

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En 1822 Santander había expedido un decreto que prohibía el comercio entre la costa de mosquita y

Jamaica. Los ingleses desconocieron ese decreto alegando que Colombia no poseía establecimiento en la

mosquitia (Gaviria, 1984:66).

intereses en Texas y cedía los derechos sobre los demás estados en disputa, a cambio de una compensación económica (Bosch, 1970: 567). Con el logro de la expansión territorial norteamericana hacia el sur que le permitía dominar el pacifico y el oro de California, comienzan las presiones de este país para controlar las rutas interoceánicas en el istmo centroamericano, rutas que hasta el momento solo controlaba en parte los ingleses. En el marco de esta política, los Estados Unidos en 1848 abre dos rutas usando el istmo centroamericano para llegar a california, una era New Orleans, pasando por el rio Chagres, la otra era vía panamá. Estas rutas serian el inicio de para la creación (1849) de la “Atlatic and pacific Ship Canal Company” la cual obtuvo concesión para la comunicación interoceánica por el gobierno de Nicaragua en 1851 (Bosch, 1970: 568). Por otro lado, por la ruta Panamá, la Nueva granada da concesión en 1848 a una compañía Norteamericana para construir la línea de ferrocarril que comunicaría Colon con Panamá (Sandner, 2003: 159). Las inversiones por parte de capital norteamericano en Nicaragua atrajo a varios aventureros que querían sacar fortuna y gloria en la zona comprendida entre el istmo y la ruta del oro californiano. De estos aventureros, hacia 1855 apareció uno llamado William Walker quien inicia una campaña de apropiación territorial en la frontera Costa Rica y Nicaragua la cual era la ruta de la compañía (Bosch, 1970: 569). Las incursiones de Walker en el istmo sirvieron para defender los intereses de las compañías cuando inicia la guerra civil en Nicaragua por diferencias entre el gobierno de este país y los representantes de estas. En esa guerra Walker se hace nombrar coronel y toma por la fuerza territorio dominado por los opositores de la compañía, también nombra ministros norteamericanos y hace que el presidente de turno redacte leyes de adjudicación de tierras a los extranjeros que decidieran radicarse en Nicaragua (Bosch, 1970: 576). Los ingleses preocupados por el creciente poder de Walker y la Compañía en Nicaragua, a través de Costa Rica, Estado con el que tenían importantes intercambios comerciales, organizan una ofensiva que incluía a Honduras, el Salvador y Guatemala. De esta manera se da de manera indirecta lo que sería una lucha entre Inglaterra y Norteamérica por el dominio de la ruta interoceánica (Bosch, 1970: 578-580). Esta ofensiva fortaleció a Walker que en su poderío militar se hace elegir presidente y en 1856 restaura la esclavitud en Nicaragua, apoyado por los estados esclavistas del sur de los Estados Unidos que estaban de acuerdo en la anexión de este país al suyo como estado esclavista. Sin embargo, la alianza en contra de Walker tiene éxito y este es situado en León del cual logra escapar. A pesar de la derrota, Walker trata de entrar dos veces más al istmo centroamericano, una en 1857 donde se toma a San Juan del Norte y es nuevamente atrapado y otra en 1860 cuando intenta ingresar por Honduras donde por fin logran ejecutarlo (Bosch, 1970: 581-587).

También hacia 1860 Inglaterra reconoce los derechos de Nicaragua sobre la costa de mosquita pero de manera limitada, ya que estos pasaron a hacer reserva con privilegios que Inglaterra se aseguraba de garantizar mediante la firma de un tratado. Sin embargo, en 1894 se dan disputas armadas entre Nicaragua y Honduras, donde Nicaragua toma Bluefields y desconoce la autoridad de los mosquitos. En esta confrontación participaron Jamaiquinos, Norteamericanos, Ingleses y Mosquitos. Como consecuencia en 1894 los Nicaragüense toman posesión de Bluefields, incorporando la mosquita a Nicaragua de hecho. A partir de ese momento el poder Inglés en el istmo queda reducido a su territorio en Belice (Bosch, 1970: 611 y 612). Asegurado sus intereses en Centroamérica con el control total de Nicaragua y sus partes adyacentes, Estados Unidos concentro sus esfuerzos en lograr la independencia de las colonias españolas de Puerto Rico y Cuba. Por lo que hacía 1897 se inicia la ofensiva marina Norteamericana en Cuba, la cual es la respaldada en 1898 por el congreso de ese país, ese mismo año se da la toma de Puerto Rico, la cual es comprada después, y en 1899 España entrega a Cuba a los Estados Unidos. Antes de conseguir la libertad de Cuba y ponerla bajo su protectorado, ya en 1866 los norteamericanos habían comprado la bahía de Samaná a República Dominicana, en 1867 compro las Islas de Saint Thomas y Saint John a Dinamarca y en 1870 intento la anexión de República Dominicana a su territorio (Bosch, 1970: 622-635). Fracasado los intentos norteamericanos de construir el canal interoceánico por la ruta de Nicaragua en 1988 se formo en Estados Unidos la Compañía “cuyo único fin era comprar las acciones de la compañía francesa del canal de Panamá” (Bosch, 1970: 637). Esta compañía fracaso y se había declarado en quiebra desde 1889 debido a problemas financieros y a que muchos de los que en ella trabajaban sufrieron de paludismo, fiebre amarrilla y cólera en la zona del canal. Cuando Roosevelt es elegido presidente en 1900 se convierte en política de Estado la construcción del canal interoceánico por Panamá, por lo que en 1901 este gobierno compra las acciones de la Compañía del Canal de Panamá a la casa Morgan. En esta dinámica, el gobierno colombiano comienza a negociar pero el congreso de este país considero anticonstitucional que Estados Unidos tuviera soberanía sobre alguna parte de su territorio (Bosch, 1970: 640-642). Como consecuencia de la negativa del congreso colombiano a aceptar el tratado con Estados Unidos para la construcción del canal de Panamá, estos comienzan a negociar directamente con las autoridades locales de la zona y los apoyaron para la declaratoria de la separación de este territorio a la nación colombiana. Es así como el 3 de noviembre de 1903 se declara la independencia de la República de Panamá y pocos días después se firma el tratado en el que este le cedía a los estados unidos la zona del istmo para que se hiciera el canal y renunciaba a su soberanía sobre el mismo (Bosch, 1970: 643-644).

No conforme con apoderarse del canal de panamá, Estados Unidos comienza una época de intervención militar directa e indirecta en el Caribe y el istmo centroamericano, para garantizar los intereses de sus compañías en estos territorios, las cuales incluían compañías bananeras. Estas ocupaciones incluyen las pretensiones de extensión del área de influencia del canal de Panamá, el dominio económico y político en Cuba y la toma de Nicaragua desde 1909 hasta 1925. Adicional a lo anterior, también está la ocupación americana de República dominicana en 1916 hasta 1924, posterior a esto se da la invasión a Haití desde 1915 hasta 1934. Esta toma militar por parte de Estados Unidos trajo consigo violencia, que incluían masacres de la población civil, y pobreza en los estados, debido a que sus gobiernos eran quienes financiaban la presencia de tropas norteamericanas en sus territorios (Bosch, 1970: 650-664). Hacia 1926 vuelve la intervención norteamericana a Nicaragua por temores que la revolución mexicana afectara a esa nación. Es en el marco de esa nueva invasión que aparece la figura de Sandino, quien inicia una guerra civil en Nicaragua contra los Estados Unidos y los líderes políticos conservadores. La revolución de Sandino lora un éxito sin precedentes en ese país que incluso lograron derribar un avión norteamericano que los atacaban.ban Según Bosch “Las actividades de Sandino estaban desprestigiando a los Estados Unidos, y como la crisis económica se agudizaba cada vez más en el imperio, aumentaba la presión de los norteamericanos que pedían que se abandonara Nicaragua” (Bosch, 1970: 672). Sin embargo, en 1933 Sandino muere asesinado por orden del primer ministro de Estados Unidos June después de salir de la casa presidencial (Bosch, 1970: 673-674). Para el caso del Caribe Colombiano, las intervenciones norteamericanas estaban orientadas a la apropiación territorial del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina y sus cayos e islotes adyacentes. Los norteamericanos al no lograr la anexión a su territorio de estas islas, querían apoderarse de la zona de pesca en los cayos de serrana, quitasueño y roncador (Sandner, 2003: 210). Otro incidente significativo fue la famosa masacre de las bananeras en el municipio de Ciénaga en 1928, la cual se atribuye a la United Fruit Company y que autores como Gaitán y García Márquez (1967) relatan en sus libros debido a que nunca se ha sabido exactamente cuántas muertes se dieron en esa masacre. Debido a todos los acontecimientos anteriores, las intervenciones norteamericana se volvieron intolerables para los países de habla hispana en el Caribe y en el continente Americano que en una reunión de estos estados en Montevideo del 3 al 26 de diciembre de 1933 se firmo un pacto que promulgaba el principio de “no intervencionismo”. Uno de los efectos de esto fue la salida en 1934 de la infantería marina de Estados Unidos en Nicaragua y en Haití. Sin embargo, en 1952 se da en Guatemala una reforma en la ley de tierras que afecta los intereses de “la frutera” a la cual el gobierno le estaba expropiando tierras en desuso para dársela a los campesinos sin tierras, por lo que el gobierno norteamericano ordena

el derrocamiento del presidente de ese país. El ataque se hizo en colaboración con los gobiernos de Honduras, Nicaragua y República Dominicana, por lo que el presidente renuncia para evitar una invasión a este país. En 1960 se quiere repetir este ataque en la isla de Cuba con un fracaso rotundo para los Estados Unidos (Bosch, 1970: 677-681). Con la revolución cubana de finales de los años cincuenta y el fracaso de la intervención norteamericana en la isla, se inicia una nueva etapa en las relaciones entre esta potencia y las demás naciones del Caribe Occidental y Latinoamérica. Debido a que en un primer momento hubo interés de otras naciones de trasladar la revolución Cubana a sus territorios y se inicia la conformación de los ejércitos revolucionarios o guerrillas en países del Caribe occidental como Guatemala, Nicaragua, Honduras y Colombia. Para contrarrestar esta tendencia los norteamericanos preferían la intervención indirecta enfocada mas al fortalecimiento de los gobierno de esos países para contrarrestar la insurgencia (Sandner, 2003: 216). Este modelo de intervención indirecta se mantendría como política norteamericana hasta nuestros días con pocas excepciones, como son las operaciones conjuntas, entre otras cosas porque los intereses de los Estados Unidos con la guerra fría inicialmente y con la guerra de oriente después, lo que hace que estos extiendan sus intereses a otras latitudes del mundo, llevando su poder militar a estas zonas como fue el caso de Vietnam en los años 60 e Irak en la fecha actual. SITUACIÓN ACTUAL DE LOS ESTADOS O ISLAS QUE CONFORMAN EL CARIBE OCCIDENTAL Desde la separación de panamá de Colombia a principios del siglo XIX (1903) y de Belice de Inglaterra a finales del mismo siglo (1981), inicia y termina el ciclo de los estados nacionales y retirada de potencias ajenas en el istmo centroamericano. De esta manera que en estos momentos en la zona hayan siete países con costas en el Caribe (Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Guatemala, Belice y la península Mexicana de Yucatán). Para el caso de las islas ex territorios británicos, Jamaica logro su independencia de Inglaterra hacia 1962 y las Islas Cayman que antes estaban bajo la gobernación de Jamaica, todavía se mantienen como protectorado británico. Por su parte, el Caribe colombiano está compuesto por nueve departamentos continentales con costas en el mar Caribe y un departamento insular, aunque solo se denomina región Caribe al departamento insular y a siete de los nueve departamentos que tienen costas en este mar14.

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La región Caribe colombiana está conformada por los departamentos de Guajira, Bolívar, Magdalena,

Cesar, Córdoba, Sucre, Atlántico y el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina. La zona del

Uraba de los Departamentos de Antioquia y Choco quedan en los bordes del mar Caribe hasta el golfo del

México (Península de Yucatán) México es el país con costas en el Caribe que tiene el mayor tamaño y la más alta población. Su administración político administrativa es de un Estado Federal compuesto por 32 entidades federales. Las principales actividades económicas están representadas en la minería, la agricultura, ganadería y distintas clases de industrias, siendo fuerte en este ultimo a nivel regional. La composición étnica mexicana es en un 90% indígena y mestiza, con una minoría criolla blanca y otra afro mexicana que se ubica principalmente en la zona del pacifico en el Estado de Guerrero y en la zona Caribe en Yucatán (Pérez, 2004: 79). Belice Desde 1891 cuando obtuvo su independencia definitiva este país busca consolidarse económicamente a través de actividades como la agricultura, siendo la azúcar su principal fuente de exportación, la pesca y recientemente la industria del turismo. Antes de la llegada de los colonos europeos Belice era territorio de los indígenas maya, de los cuales todavía conservan en su cultura algunos nombres de sitios y costumbres. A nivel poblacional, desde la época de la colonia fue territorio británico con fuerte presencia de los “baymen”, mas adelante llegaron los Garífunas, después ha recibo migrantes de Guatemala, Salvador, Orientales y de Alemania. Guatemala Honduras, Nicaragua Costa Rica, Panamá, Jamaica Islas Caimán Colombia

Darién pero por administración político administrativa de Colombia no hacen parte de lo que en ese país se

considera región Caribe.

1.3. Historia y dinámicas de poblamiento en San Andrés Islas.

Mapa 3. Isla de San Andrés, vista desde el espacio, foto tomada de la página web:

La isla de San Andrés tiene 27 Km2 y es la capital del Departamento Archipiélago de San Andres, Providencia y Santa Catalina. Es una isla de origen coralino, compuesta por caliza coralina blanca, depositada en una base volcánica (Ratter, 2001: 78). Tiene según los datos arrojados en el censo de 2005 aproximadamente 55.426 habitantes, dentro de los cuales se cuentan los raizales y migrantes continentales y extranjeros y sus descendientes, con una proyección de crecimiento para el año 2010 de 68.331, de los cuales el 50.99% son mujeres y el 49.01% son hombres. También en ella se concentra el mayor porcentaje de las actividades económicas del archipiélago, la mayoría basadas en el turismo y el comercio. Las islas en la actualidad, pertenecen al Estado Colombiano, a pesar de su ubicación geográfica cerca a las costas de Nicaragua. Y si bien su población nativo raizal se consideran colombianos, debido a sus condiciones geográficas, históricas y culturales hacen parte de los grupos considerados minorías étnicas en el país y cuentan con una normatividad especial tanto para la población como para su territorio. Sin embargo, para entender un poco las particulares socioculturales del Archipiélago en general y de San Andrés en Específico, es necesario revisar los procesos históricos y las dinámicas de poblamiento a lo largo de más de trescientos años, hasta la situación actual. Descubrimiento de la isla Si bien antes de la llegada de los colonizadores, el archipiélago no está habitado por poblaciones indígenas de manera permanente, se consideraban a las islas

como despensa natural para los indígenas Misquitos, cuyo territorio comprendía la costa de mosquitia y sus zonas aledañas. Se presume que el territorio era compartido con los Arawaks, que se desplazaban libremente desde las costas continentales de Centroamérica y se habían establecido en Xaymaca (hoy Jamaica). Mientras duraba el seco verano septentrional, estos navegaban hasta las húmedas playas coralinas de San Andrés, cuyo nombre original era Abacoa con el fin de recolectar alimentos y pesca, así como materiales para la artesanía funcional (Gaviria, 1984: 81). De este periodo precolombino, queda poca referencia en los textos y documentos oficiales y académicos. La primera referencia oficial que se conoce de las islas es en la época de las colonias europeas, aparecieron en la cartografía universal en 1527 con el nombre de Santandes (Parson, 1985: 24). De lo anterior se presume que tuvieron un descubrimiento temprano, algunas versiones atribuyen su descubrimiento a los viajes de exploración en 1492 de Cristóbal Colon. Otro por su lado, consideran que las islas fueron descubiertas por Nicuesa a finales de noviembre de 1510 (Gaviria, 1984: 81). Esta última fecha es la que se toma como referencia para las celebraciones de las fiestas locales, conmemorativas de la fundación de la isla. Colonización inglesa Debido a la no presencia de asentamientos indígenas prehispánicos y del desinterés de los descubridores españoles en colonizar el archipiélago, se atribuye a un grupo de puritanos ingleses, el ser los primeros habitantes europeos en el territorio insular. Se presume que llegaron a Providencia en 1631 a bordo del ‘Seaflower’, con la intención de convertir a las islas en la base de los asentamientos británicas en el Caribe y hacer de estas un importante centro de plantaciones de tabaco y maíz (Newton, 1985:85). Si bien Henrrieta (nombre que los ingleses le dieron a San Andrés) fue colonizada primero, rápidamente la abandonaron (1632) y se establecieron Old Providence. Este periodo inicial de poblamiento duro muy poco hasta 1641 oficialmente, alguna literatura señala actividad de piratería y contrabando aproximadamente hasta 1680, cuando una expedición comandada por Francisco Díaz Pimienta se tomo la Isla de Providencia, logrando la rendición de los colonos, a quienes expulso casi en su totalidad del Archipiélago. Caribe Hispano con presencia Inglesa Las islas iniciaron una colonización duradera en las últimas décadas del siglo XVIII, cuando en 1783 los españoles expulsan a los ingleses ubicados en la Mosquitia y en Belice, por lo cual algunos colonos allí asentados se trasladaron al Archipiélago (Sadner: 2003) y en el año 1787 el virreinato de Santa Fe / Nueva

Granada otorga licencia al capitán y comerciante de esclavos escocés Francis Archbold para instalarse en Providencia. Por otro parte en 1790 el interprete Inglés Tomás O’Neill, presenta una solicitud de permanencia en las islas de los colonos ingleses, esta petición es contestada positivamente por la corona en 1792 y en este mismo año, San Andrés es declarada puerto menor, con exención de impuestos. Según Sadner (2003) para 1793 había en la Isla de San Andrés 37 familias blancas con 110 miembros y 182 esclavos, la mayoría de ellos traídos directamente desde África por el capitán Archbold. Más adelante hacia comienzos del XIX llegaron colonos de Jamaica, Curazao, Escocia, Irlanda y Francia, quedando configurada lo que se denominaría la población isleña. Periodo Republicano En junio del año 1822 los miembros de los cabildos de Providencia y de San Andrés, además de los habitantes de San Luis de Mangle, firmaron la adhesión a la Constitución de Cúcuta, reconociendo así su incorporación a la gran Colombia. A pesar de esto había poca presencia institucional colombiana en el territorio, por lo que las islas tuvieron en este primer momento una dinámica social al margen de la realidad nacional (Sandner, 2003:329-330). La evangelización protestante e influencias norteamericanas en la isla A pesar de la independencia y la adhesión a la Gran Colombia, las estructuras sociales de colonos y esclavizados, permanece hasta que se da el cumplimiento de la abolición de la esclavitud en el territorio insular en 1853 cuando en San Andrés, los antiguos esclavizados recibieron parcelas y a cambio de estas tenían que trabajar cuatro días a la semana para sus antiguos amos, esta situación no duro mucho y la sociedad isleña se constituyo de pequeños campesinos y pescadores (Sandner, 2003:329-330). Paralelamente a este suceso, comienza en las islas la conformación de la comunidad eclesiástica, cuando en 1845, Philip Beeckman Livingston funda la comunidad Bautista en el sector de la Loma en San Andrés (Vollmar: 1997). La base económica de esta sociedad de pequeños agricultores durante el periodo de 1855 hasta las primeras décadas del siglo XIX, fue la plantación cocotera y su comercialización con los EEUU. Fue tan importante este periodo que hacia 1873 San Andrés exportaba 250.000 nueces de coco mensuales a Estados Unidos y para 1905 se exportaban entre un millón y millón y medio (Sandner, 2003: 330), este comercio trajo una nueva configuración de la sociedad isleña, donde desaparecieron los privilegios para la población blanca, la mayoría de ella quedo en ingresos y prestigios por debajo de la población afro Caribe, lo que ocasiono que muchos de ellos emigraran, quedando en la Isla pocas familias de esta

población, sin embargo los antiguos esclavizados se quedaron con los nombres heredados de sus antiguos amos Ratter (2001). El monopolio comercial entre EEUU y las islas no solo genero una gran dependencia económica, sino también trajo consigo grandes influencias en lo cultural, como lo fueron la difusión de noticias de Norteamérica, las prácticas deportivas, el uso de la moneda y del lenguaje coloquial (Sandner, 2003: 331). En esta época de prosperidad, siguiendo con lo planteado por Vollmar (1997:62), llegaron a las islas nuevos pobladores, migrantes ex esclavizados provenientes de otras islas del Caribe, Norte América, (principalmente pastores y comerciantes), Islas Caimán, alguna población del continente colombiano y chinos, que fácilmente fueron asimilados como parte de la población nativa. Separación de Panamá e inicios de la colonización colombiana En 1903, después de lograr la separación de Panamá del territorio colombiano, el gobierno de los Estados Unidos, por medio de un plebiscito, buscó la anexión de los isleños a su territorio pero, en contra de sus expectativas, los isleños, representados por un Comité de Notables convocado, votaron por la permanencia en Colombia. El interés internacional y estratégico en el Archipiélago llamó la atención del gobierno colombiano, que no estaba dispuesto a renunciar a su territorio, por lo que creó en 1912 la Intendencia Nacional de San Andrés y Providencia (Sandner, 2003: 331-332). Luego envió una misión capuchina con la tarea de evangelizar y civilizar a la población. Durante 49 años desde 1926, la misión católica fue responsable de la educación en las islas. El discurso escolar, como es de suponer, incorporó los valores de esta religión, impartiendo de paso varios conceptos morales y sociales de la nación colombiana (Vollmer, 1997: 64). A fines de la década de 1920 se hablaba de que los límites de la expansión exportadora de nueces de coco se estaban alcanzando y los rendimientos empezaban a decrecer. En este momento de crisis se habló de sobrepoblación y de la necesidad de promover la emigración. Los principales receptores de población isleña que emigro fueron Bluefields, la isla del Maíz, La laguna de Chiriquí/ Bocas del Toro y Colon, en esta última existió una colonia importante de pobladores provenientes de las islas que trabajaron en la construcción del canal de panamá. En los otros sitios los isleños se dedicaron en gran porcentaje a trabajos relacionados con el pilotaje de barcos, en los puertos y el comercio (Sandner, 2003: 332). En 1928 Colombia firma con Nicaragua el tratado limítrofe Esguerra-Bárcenas, por medio del cual reconoce la posesión del país Centroamericano de la Costa de Mosquitia y las Islas del Maíz, a si mismo, Colombia ratifica la tenencia de San Andrés, Providencia y Santa Catalina y sus cayos adyacentes (Vollmer, 1997: 65).

Declaratoria del Puerto libre y la continentalizacion del territorio insular En noviembre de 1953, tras una visita del presidente Rojas Pinilla a las Islas se declara el territorio como una zona libre de aduanas y se ordeno la construcción del aeropuerto local. Esta iniciativa promovía el turismo aduanero, ya que las personas podían llevar mercancías libres de impuestos después de pasar tres días en las islas, la mayoría de estos productos provenían de Panamá. Para asegurar el éxito del nuevo sistema económico se requirió desarrollar infraestructura aeroportuaria, comercial, hotelera e institucional (Sandner, 2003: 333), que en pocos años hicieron cambios profundos en las tradiciones y estilo de vida de la sociedad Sanadresana, a este periodo de la historia de las islas se llama “La colombianización” (Meisel: 2003). La consecuencia más notable del boom del turismo aduanero y de balneario fue las migraciones de continentales colombianos y extranjeros. Ya en 1964 el 42% de la población de la Isla venían del continente y un número significativo de los establecimientos comerciales y hoteles pertenecían a una minoría de estos inmigrantes, los cuales provenían en gran porcentaje de Antioquia o los denominados turcos, quienes habían llegado de ciudades de la costa Caribe colombiana (Sandner, 2003: 337). Esta minoría a su vez traía más migrantes la mayoría de ellos de la costa Caribe colombiana para que se dedicaran a la construcción y los oficios varios (Sandner, 2003: 337), es así como se comenzó a configurarse una nueva población isleña, que incluía la presencia de distintos grupos culturales distintos al nativo angloparlante. Los beneficios del puerto libro poco se vieron reflejados en la población local, los cuales fueron desalojados de la zona norte de la isla y para quienes los costos de vida en la isla se les hicieron insostenibles, la mayoría de ellos dejaron la agricultura y la pesca y se dedicaron a la prestación de servicios de taxis y lanchas, otros ocupaban cargos públicos y algunos emigraron (Sandner, 2003: 337). Los isleños nativos comenzaron a hacer una minoría marginada en su territorio.

Nuevas reglas de juego, nueva constitución Las protestas por la marginalización de la población nativa de las actividades comerciales y administrativas no se hicieron esperar y en 1980 viajó una delegación a Bogotá para exigir al presidente de turno mayor participación de la población insular en la administración, con el señalamiento de que solo 7 de los 39 altos cargos administrativos estaban en manos de isleños (Sandner, 2003: 337- 338). La fuerte presión por la presencia de pobladores de otros lugares y la necesidad de conservar la identidad cultural propia, condujo a los nativos a una toma de conciencia del “ser isleño”, produciéndose una afirmación de unos contenidos que constituirían al grupo como etnia, entre estos contenidos se destacan el reconocimiento del idioma criollo como lengua materna, la

permanencia del puritanismo ya sea en la práctica católica o protestante, la estructura de las viviendas, las relaciones de parentesco y la estratificación por prestigio, entre otras (Valencia,2002:24-25). Debido al descontento de los isleños se crearon movimientos reivindicatorios donde se destacan el movimiento político S.O.S (Sons of the Soil), quienes promulgaron entre otras cosas la preservación de la cultura y del pueblo, a través del fortalecimiento de la conciencia anglo afro caribeña de la población Sanandresana y de la protección y conservación del territorio insular (Ratter, 2001: 135-136). Como una respuesta a estas manifestaciones, en 1986 se expide la ley 473 del 11 de Febrero que promueve la protección y la preservación del Patrimonio Nacional de San Andrés, como parte independiente del territorio nacional con historia, idioma y cultura propia (Ratter, 2001:137). Sin embargo la migración descontrolada de migrantes colombianos de todas partes del continente agudiza la problemática de poblamiento, desempleo y desplazamiento de la población nativa y amenaza la sostenibilidad ambiental de la isla. Como una forma de contrarrestar esta situación y la de otras minorías étnicas en el país, en la constitución de 1991 se expiden artículos como el 7 que reconoce y protege la diversidad étnica en Colombia, en el artículo 10 se promueve el multilingüismo y en el articulo 310 menciona que el Departamento Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina se regirá, además de las normas previstas en la Constitución y las leyes para los otros departamentos, por las normas especiales que en materia administrativa, de inmigración, fiscal, de comercio exterior, da cambios, financiera y de fomento económico establezca el legislador (Ratter, 2001:137). Adicional a esto se expiden las leyes 47 de 1993 que crea la OCCRE (oficina de control de circulación y residencia) y la ley 70 de 1993 la cual tiene entre otros objetivos la promulgación de territorios colectivos y la protección de la lengua y cultura del grupo raizal en las islas y promueve la participación política nacional de estos en defensa de sus derechos e intereses. A pesar de las acciones afirmativas que el gobierno central ha realizado a favor de la población nativa de las islas, en el censo de 2005 se registrada que de las 55.426 habitantes de la isla, solo 19.751 se auto reconocía como raizales, correspondientes al 35.63% de la población total. Lo anterior sumado a las problemáticas ambientales de sostenibilidad del territorio, mas el alto crecimiento de la natalidad en la isla, han generado en la población en general, pero sobre todo en el grupo raizal un descontento con las políticas nacionales frente a la situación de las islas. Es así como desde 1998 se han venido presentando marchas de la población raizal, agrupados en el movimiento AMEN- SD, como protesta por la situación de detrimento de su cultura y de las condiciones de la isla en general y del grupo raizal en particular.

Dentro de las reclamaciones del grupo AMEN- SD, esta la promulgación del estatuto raizal, que propone entre otras cosas, la participación del grupo étnico en las decisiones sobre el Archipiélago mediante consulta previa y la representación raizal en otras corporaciones públicas. Y por último pide la reorganización territorial y poblacional de las Islas, para acabar con la sobrepoblación y la definición del territorio ancestral de los raizales, incluyendo sus áreas marítimas (Ortiz: 2009) Dinámicas actuales de poblamiento y tendencias futuras A comienzos del siglo XX, el patrón de asentamiento en la isla se dio en forma lineal de viviendas dispersas por las vías públicas y zonas de cultivo. Existían tres centros poblados: North End, San Luis y The Hill. San luis era el centro administrativo y comercial, porque allí desembarcaban y se distribuía el coco, por otro lado The Hill, era el centro de las actividades económicas y culturales a orientadas por la iglesia Bautista y en Nort End había algunos establecimientos comerciales (Vollmer, 1997:62). Pero estos patrones cambiaron con los distintos procesos migratorios de los que ha sido objeto en la isla a lo largo de los últimos 50 años. Como consecuencia de estos y de las actividades económicas, se han originado transformaciones importantes en la composición social de la isla, que van desde la existencia de nuevos pobladores, distintos al grupo nativo de base y con expresiones culturales distintas, hasta cambios significativos en la formas tradicionales de modo de vida. Con relación a la distribución espacial se observa una desproporción en la población entre la cabecera y la zona rural. En la primera se sitúan la mayoría de la población de la isla, sobre todo los migrantes y sus descendientes y un gran porcentaje de las actividades económicas dedicadas al comercio y al turismo. Mientras que en el resto de la isla y la zona rural, se ubican un alto porcentaje de la población raizal, la cual todavía mantiene en sus actividades económicas la agricultura, que se da en pequeñas huertas familiares y algunos productos para la comercialización y a la pesca artesanal. Dentro de las problemáticas sociales que afecta a la población isleña en general y a la raizal en especifico son las actividades ilícitas relacionadas con el narcotráfico, en la cual muchos nativos se encuentran presos en cárceles extranjeras, en su mayoría de EEUU o se han desparecido en las aguas de mar Caribe (Rodríguez, 2007). Otra situación que también en los últimos años se ha incrementado es la tendencia de migraciones de la población raizal a otras partes del Caribe en busca de mejores oportunidades laborales, destacándose entre los sitios receptores Gran Caimán y los cruceros, donde se desempeñan en oficios varios, muchas veces distintos a la profesión que eligieron o estudiaron.

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