Hallazgos de sepulturas de época romana en Mérida / DE LA BARRERA ANTÓN, J.L.

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Anas - 2t3 (1989 - 1990) pp.229 - 248 229 HALLAZGO DE SEPULTURAS DE EPOCA ROMANA BN MERIDA J.L. DE LA BARRERA ANTON Lafaja de terreno que corre entre la denominada "Casa del Mitreo" y el I.B. "Santa Eulalia" es, desde el punto de vista arqueológico, una de las más importantes de Mérida. Allí se enclava la necrópolis sudoriental, lugar de enterramiento de los primeros augusta- nos y sus descendientes. A pesar de que las intervenciones arqueológicas han sido hasta la fecha contadas, lariqueza del subsuelo es manifiesta. Consciente de ello, el Estado pro- cedió en su día a la adquisición de los terrenos con el propósito de ctear, llegado el mo- mento, un parque arqueológico que supusiera la continuación de la visita de la parcial- mente excavada domus suburbana "del Mitreo't. ' La aparÍción de los enterramientos aquí reseñados se produjo como consecuencia de los trabajos previos a la creación de un vial que habría de unir la actual calle de Vía En- sanche con la Carretera Nacional V (Madrid - Lisboa). Fue necesario, entonces, actuat con urgenciapàraparalizar los continuos destrozos que se estaban produciendo. En una primera inspección ocular se identificó como pefleneciente a una sepultura una losa de mármol y una barra de hierro rectangular que había servido, junto con otras, de soporte de aquélla. Por informes verbales de los obreros que llevaban a cabo las tareas de explanación, supimos que la citada losa constituyó la cubrición de una tumba de ladri- llos, destruida con anterioridad a nuestra llegada y de la que no se pudo extraer ningún dato de interés. Al tratarse de una obra emprendida bajo los auspicios de la Ciudad y ante la negativa del operario que manejaba la máquina excavadora de facilitar nuestra labor, el Servicio de Excavaciones de Mérida, del cual formábamos entonces parte, se puso en contacto con el Concejal-Delegado de Urbanismo del Ayuntamiento de Mérida quien, a instancias nuestras, ordenó el cese inmediato de toda actividad, en tanto no se sondeasen debida- mente los terrenos. De esta manera se documentaron una serie de enterramientos que se incorporan al catálogo de los ya conocidos. El otro conjunto de enterramientos aquí estudiado fue descubierto con motivo de las obras de explanación tendentes a la supresión del paso a nivel existente en la antigua ca- rretera de Madrid, hoy Avenida del Rey Juan Carlos I. La implicación de diversos orga

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Anas - 2t3 (1989 - 1990) pp.229 - 248 229

HALLAZGO DE SEPULTURAS

DE EPOCA ROMANA BN MERIDA

J.L. DE LA BARRERA ANTON

Lafaja de terreno que corre entre la denominada "Casa del Mitreo" y el I.B. "SantaEulalia" es, desde el punto de vista arqueológico, una de las más importantes de Mérida.Allí se enclava la necrópolis sudoriental, lugar de enterramiento de los primeros augusta-nos y sus descendientes. A pesar de que las intervenciones arqueológicas han sido hastala fecha contadas, lariqueza del subsuelo es manifiesta. Consciente de ello, el Estado pro-cedió en su día a la adquisición de los terrenos con el propósito de ctear, llegado el mo-mento, un parque arqueológico que supusiera la continuación de la visita de la parcial-mente excavada domus suburbana "del Mitreo't. '

La aparÍción de los enterramientos aquí reseñados se produjo como consecuencia delos trabajos previos a la creación de un vial que habría de unir la actual calle de Vía En-sanche con la Carretera Nacional V (Madrid - Lisboa). Fue necesario, entonces, actuatcon urgenciapàraparalizar los continuos destrozos que se estaban produciendo.

En una primera inspección ocular se identificó como pefleneciente a una sepulturauna losa de mármol y una barra de hierro rectangular que había servido, junto con otras,de soporte de aquélla. Por informes verbales de los obreros que llevaban a cabo las tareasde explanación, supimos que la citada losa constituyó la cubrición de una tumba de ladri-llos, destruida con anterioridad a nuestra llegada y de la que no se pudo extraer ningúndato de interés.

Al tratarse de una obra emprendida bajo los auspicios de la Ciudad y ante la negativadel operario que manejaba la máquina excavadora de facilitar nuestra labor, el Serviciode Excavaciones de Mérida, del cual formábamos entonces parte, se puso en contacto conel Concejal-Delegado de Urbanismo del Ayuntamiento de Mérida quien, a instanciasnuestras, ordenó el cese inmediato de toda actividad, en tanto no se sondeasen debida-mente los terrenos. De esta manera se documentaron una serie de enterramientos que seincorporan al catálogo de los ya conocidos.

El otro conjunto de enterramientos aquí estudiado fue descubierto con motivo de lasobras de explanación tendentes a la supresión del paso a nivel existente en la antigua ca-rretera de Madrid, hoy Avenida del Rey Juan Carlos I. La implicación de diversos orga

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Fig, 1. Necrópolis oriental (Bodegones). 1.. Mausoleo þlanta) Elt:50. 2. Planta y sección de latumba en forma de pirámide escalonada. E/i:100

Hallazgo de sepulturas de época romana en Mérida-231.

nismos oficiales posibilitó el desvío del primitivo trazado de la citada carretera y, conello, la recuperación de la cabece¡a del circo romano, durante siglos cercenada.

Es ésta importante zona de necrópolis, con tumbas y mausoleos alineados ala calza-da en que en[azaba Emeríta con Cøesaraugusta por Toletum (ølio itinere ab EmeritaCaesaraugustam), iter que constituía la prolongación del decumanus maximus de la colo'nia y por consecuencia de las más impo¡tantes de toda la red de calzadas.

Damos noticia aquí, por gentileza. de D.J.M. AVarez, de los referidos hallazgos, agru-pados según los segmentos de necrópolis a que pertenecen. Agradezco también la colabo-iación prestada por A. Yelâzquez, A. Yízquez y, de manera especial, por P, Caldera porsus orientacionei bibliográficas para el estudio de los vidrios. Todos los materiales a Quese alude en las líneas qu-e siguen están depositados en el Museo Nacional de Arte Roma-no de Mérida.

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Fig. 2. Necrópolis oriental (Bodegones). Clavos del ataúd del mausoleo . El1:2

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ENTERRAMIENTOS EN LA NECRÓPOLIS ORIENTAL At SITIO DE

LOS BODEGONES.

1.- Mausoleo.-

Estructura y dimensiones.

Las paredes del mausoleo (Fig. 1,1) estaban fabricadas en opus incertum de buenafactura constructiva. Junto a piedras de pequeño y mediano tamaño trabadas con aÍgama-sa, se introdujeron algunas de granito, aunque en mucha menor proporción. El paramentoexterior se enlució con una capa de estuco de 0.03 mts. de espesor que se conservaba des-igualmente en diferentes zonas del mismo.

La alfura de los muros no era uniforme, con una media de 0.40 mts., apareciendo sucrestería a 0.52 mts. del nivel actual del terreno. Delimitaban una estructura rectangularde 6.10 mts. de longitud por 0.92 mts. de anchura.

En la pared E del mausoleo, en su cara intema y eje simétrico de la misma, se apoya-ba un muro de mampostería, que incluía en su fábrica algunos ladrillos, que corría en unalongitud de 1.10 mts. y tenía una anchura de0.94 mts. El piso del mausoleo era entera-mente de baldosas de barro cocido.

En el ángulo NW del mausoleo, protegiendo su parte inferior con el muro antes refe-rido, se documentó una inhumación en decúbito supino alrededor de la cual había un grannúmero de clavos de hierro (Fig. 2) así como algunas plaquitas del mismo metal atravesa-das por tachuelas pertenecientes al ataúd en que se depositó el cadáver (1) (Fig. 3,1).

Ajuar y datación.-

El ajuar lo constituían los siguientes materiales:

l.- Acus crinalis. Hueso. Long. máx.: 0.087 mts. (Fi9.3,2).

2.- Cotícala. Piedra. Long. máx.: 0.105 mts. Anch. máx.: 0.06 mts. (Fig. 3,3).

3.- Punzón. Hierro. Long. máx.: 0.17 mts. ( Fig. 3,4).

4.- Aes IIL

(1) L. CaballeroZoreda. La necrópolis tardorromana de Fuentes Preadas (Zamora). Un asentamiento enel Yalfe del Duero. EAE-80 (197Ð, p. 154; Cl. Raynaud. "La nécropole tardo-romaine de Lunel-Viel", Ar-cheologie en Languedoc, 1985,2, p. 29. Las plaquitas de hierro atravesadas por tachuelas son las abrazade-ras que servían para asegurar las tablas de la caja: F. Fernández Gómez, D. Oliva Alonso y M. Puya GarcíadeLeániz. "La necrópolis tardorromana-visigoda de "Las Huertas", en Pedrera (Sevilla)", NAH-19 (1984), p.365. Vid. asimismo un ejemplo en F. Fülep. Sopianae. The History of Pécs during the roman Era and theprobfem of the continuity of the late roman population. Budapest 1984,p. 123,lâm. LIV (tumba L/87).

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Fig.3. Necrópolis oriental (Bodegones). 1, Abrazaderas del ataúd, 2.Acus crinalis.3, Cotícula,4.Punzón.

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I.L. DE LA BARRERA ANTÓN

A) Cabeza diademada a derecha. Leyenda ilegible.

R) Frustra.

5.- Nummus. Juliano (Lâm.25,1).

A) Busto concabezadesnuda y drapeado a derecha.

FL CL NLIANVS NOB C

R) Juliano en traje militar, de pie, aizq.oierda y sosteniendo un globo y un estandarte.

SPES REI - PUBLICE

Exergo:MPLG

Ceca: Lyon

Año: 355-360 d.C.

Referencia: C - VIII, ne 41; LRBC Ê263.

Peso: 2,57 gr,

Diámetro: 15 mm.

Conservación: Buena

Ejes:12h.

El acus crinalis (2), en buen estado de conservación presenta únicamente fracturadasu punta. Ligeramente aplastada en su conjunto posee un leve abombamiento por debajode la zonamedia del vástago.

Se enmarca esÍe acus dentro del grupo más simplificado de los alfileres de tocado,aquéllos en los que la funcionalidad sobrepasa con creces la estética que muchas de ellasencierran. Dado lo reducido de las proporciones, la zona,que se presta a una mayor profu-sión omamental es, en la rnayoría de los ejemplares, Ia cabeza. Lo más usual es hallar ca-

bezas redondeadas o cónicas, las más sencillas de fabricar, si bien existen ejemplos de

gran belleza, decorados con manos que sostienen piñas de la inmortalidad o figuras de

Venus, como las que se pueden contemplar en el Museo emeritense cuya importante co-lección de huesos trabajados está siendo objeto de un estudio de conjunto por parte de laConservadora del mismo Dña. P. Caldera. También existen cabezas formadas por la sim-

(2) Daremberg-Saglio s.v. acus (E. Saglio) p. 62 ss.

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Hallazgo de sepulturas de época romana en Mérida 235

ple contraposición de dos triángulos, como en el caso que nos ocupa, modelo que es, porlo demás, bastante frecuente (3).

La fabricación de estas piezas se realiza por lo general a partir de huesos largos de bó-vidos (4) y más concretamente de los metacarpianos, lo que no empece para que otro tipode huesos de animales diferentes sean utilizados para la fabricación de este tipo de obje-tos, destinados a abastecer un extenso mercado (5).

En lo que a la pequeña placa de piedra de color gris se refiere, presenta facetados loscuatro laterales de su anverso. Originariamente se le dio -como a las de su género- oficiode morteruelo, de ahí el desgaste que en una de sus caras se aprecia. Esta cotícula era fre-cuentemente tfilizada para, sobre su pulida superficie, batir pomadas y preparar colirios(6).

No es ia primera vez que se documenta en Mérida este tipo de objetos. Con motivo de

las obras de cimentación para la construcción de los pabellones de Suboficiales del Cuar-tel de Artillería, formando parte del ajuar funerario de la sepultura de un médico, aparecióuna cotícula en pizarra verde, fechiándose todo el conjunto en el siglo II d.C. (7). Añosantes, en la misma zona, fue hallada una cotícula de pasta vítrea con cuatro apéndices en

sus esquinas a modo de soportes (8).

Aparte de en medicina, estas plaquitas eran utilizadas con idéntica finalidad en cos-

mética (9).

El índice cronológico más preciso parala datación de la tumba lo constituye el peque-

(3) Vgr. en Conimbriga, hallada en los niveles de destrucción de la "insula del vaso fálico", cf¡. J. Alarcao -R. Etienne-A Moutinho de Alarcao y S. Da Ponte. Fouilles de Conimbriga. VlL Trouvailles diverses. Con-clusions Générales. París 1979,p. 129,tâm. XXX, na 120.(4) Cfr. A. Viana. "O fabrico de "acus crinalis" de osso ",Broteria - XXXVil Q944), pp. 3 ss. cit. por Alar-cao et alii, op. cit. p. 126 n. 139.(5) Véase al respecto J.C, Béal. "Les ateliers gallo-romaines de tabletterie à Lyon et à Viénne". Latomus -

XLII, 3 (1983), pp. 607-608. Los estadios a recor¡er hasta la obtención del acabado final del producto se con-templan en A. Bourgeois y M. Truffeau - Libre. "Un atelier gallo-romain de taille de I'os à Aras (Pas de Ca-laisj". Latomus - XL, t (íSAf ), pp. 112-120. Vid. también ¡."C. neat. Catalogue des objets de tabletterie duMusée de la civilisation gallo-romaine de Lyon. Lyon 1983, pp. 183 ss.(6) Plin. Nat. Hist. XXXI, 9, 100 y 22,157; XXXVI 10, 140; Isid. Orig. I){,11,7.(7) J. Alvarez Sáenz de Buruaga y J. García de Soto. "Nuevas aportaciones al estudio de la necrópolis orientalde Mérida". AEspA - 62 (1946), p. 7 5.(8) A. Floriano. "Aportaciones arqueológicas a la historia de la medicina tomana". AEspA - 44 (1941), p.

426; Paralelos a estos ejemplares pueden verse en E. Kunzl. "Medizinische Inst¡umente der Römerzelt ausTrier und Ungabung". TZ - 47 (1984), fig. 6A4b y lám. 18,I,3 á I,11; M. Estacio da Veiga. Arqueología ro-mana do Algarve. Vol I. Porto 1971,p.254 A. Viana - J. Formosinho y O. da Veiga Ferreira. "De 1o prerro-mano a lo árabe en el Museo Regional de Lagos". AEspA - XXVI (1953), p. 136, lám. III, 34.(9) Así, por ejemplo, en el conjunto de Munigua, asociada a espátulas de bronce, hueso y vidrio, un espejode broncè y un tubo del mismo metal con restos de colorante. Cfr, W. Grünhagen. "Cronología de la murallade Munigua". Homenaje a Sáenz de Buruaga. Madrid 1982, p. 317 ,lám. 2,8.

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ño bronce de Juliano. Nombrado César el 6 de Noviembre del 355 d.C. (10), se estimóconveniente introducir en su imagen un sustancial cambio (11) para hacerla concordarcon el nuevo estatus que habría de disfrutar. La nueva imagen, por razones políticas, es

descrita por el propio Juliano y de ella dan fe las emisiones monetarias (12). Desde queJuliano es nombrado César hasta que usurpa el trono para proclamarse Augusto mediancinco años, por 1o que nuestra moneda se encuadra cronológicamente entre los años 355-360 d.c.

La tumba debe fecharse, por lo tanto, en la segunda mitad del siglo IV d.C.

2. Tumba en forma de pirámide escalonada.-

Estructura y dimensiones.

Dos metros al W del mausoleo arriba descrito se constató Ia existencia de una sepul-tura en forma de pirámide escalonada (Fig. 1,2 y lám. 25,2). Una laja de mármol consti-tuía el piso de la misma y sobre ella se disponía el cadáver, de decúbito supino, en mal es-tado de conservación y con una orientación W-E. Cuatro muretes de ladrillos apoyabansobre los laterales de la laja. En la última hilada de éstos se vertió una lechada de cal quesirvió para adherir una segundaplaca de mármol, del mismo grosor que la anterior (0.40mts.), por encima de la cual se levantaba la falsa bóveda de ladrillos por aproximación dehiladas. Tanto ésta como la cubrición propiamente dicha al enterramiento presentaban ro-tura antigua, lo que hizo concebir fundadas sospechas de que la tumba ya había sido vio-lada.

Las dimensiones eran: Exterior: Long. máx.: 3.10 mts.

Anch. máx.: 2.10 mts.

Alt. máx.:0.83 mts.

Interior: Long. máx.: 2.10 mts.

Anch. máx.: 0.62 mts.

Desde el piso de la tumba al arranque de la bóveda mediaba una altura de 1.16 mts.Los ladrillos medían 0.44 mts. de largo, 0.295 de ancho y 0.05 mts. de grosor.

Carecía de ajuar

De la excavación de la tumba se recuperaron los siguientes materiales:

Fragmento de fondo de una vasija de cerámica común. Long. máx.: 0.051 mts.; Anch.máx.: 0.025 mts.

(10) J. Bidez. La vie de I'empereur Julien. París 1965,p.129.(11) La fisonomía de Juliano es descrita por Amm. Marc. XXV, 4,22. cfr. Juliano. Contra los Galileos.Cartas y Fragmentos. Testimonios. Leyes. Madrid 1982,p.333.(12) F.D. Guilliard. "Notes on the Coinage of Julian the Apostate". JRS - 54 (1964), p. 135. EI cambio deimagen por razones políticas nar¡ado por el propio Juliano en Epist. Athen 274 C. Cfr. Juliano. Discursos I-IV. Madrid 1979, p. 321. El numerario acuñado por este emperador en Hispania es escaso: J. Arce. "Algunosproblemas de la numismática del Emperador Fl. Cl. Iulianus". AEspA - 45147 (197211974),p.477 ss.

Hallazgo de sepulturas de época.romana en Mérida 237

ESCALA. l:200O5

ESCALA GRAFICA

OETALLE-SECCION A.A

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Fig. 4. Necrópolis del Albarregas, Planta y sección del mausoleo.

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J,L. DELA BARRERA ANTÓN

Fragmento de un cuenco de T.S.H. Drag. 37. Labio de forma almendrada y bordeliso. La pared está decorada con un friso de medias ovas en la unión de ésta con eIborde. El resto de los motivos decorativos conservados en la pared son dobles círcu-los concéntricos; el círculo exterior es segmentado y el interior nace del ondulamientode'una línea. La pasta es de color marrón rosácea y elbamiz rojo oscuro, mate y muysaltado. Alt. máx.: 0.065 mts.

Fragmento de borde vuelto de una vasija de T.S.H. Dado lo exiguo de las proporcio-nes no ofrece forma concreta. Pasta rosáceay bamiz rojo que sólo se conserva en unapequeña zona del exterior de la pared.

)

Vástago de hierro muy fino, de sección cuadrangular, fracturado. en su zona superior,faltándole lacabeza; doblado. Posible clavo. Long.máx.: 0.63 mts.

Estos materiales vendrían mezclados en las tierras que se introdujeron en la tumbapor la fractura de la cubierta, no pudiéndose hablar, como quedó dicho de ajuar.

La ausencia de material arqueológico preciso impide la formulación de una propuestade datación. El tipo de tumba tampoco es determinante, aunque sì conviene señalar que seda predominantemente en época bajo - imperial (13).

ENTERRAMIENTOS EN LA NECRÓPOLIS DBL ALBARREGAS

1.- Mausoleo.-

Estructura y dimensiones.-

Realizado en opus caementicium, lo descubierto se reducía al basamento del mauso-leo (Fig. 4 y Lám.26), que se había hecho descansar sobre la roca base. De estructura cua-drangular, en el plano superior, marcadas en el mortero, se hallan las huellas de los silla-res que en su día formaron parte del podio y que, a juzgar por sus proporciones, debió serde envergadura. De acuerdo con estas huellas dejadas en el hormigón conocemos las di-mensiones de los sillares que oscilaban, en cuanto a su longitud, entre el 1.10 mts. y el1.35 mts. y, en lo referente a su anchura, entre los 0.42 mts. y los 0.55 mts. La anchura delamayoría se cifraba en tomo a los 0.50 mts. El basamento tenía unas dimensiones tota-les de 5.50 mz.

Los sillares que partían de los laterales no llegaban a alcanzar una caja rectangularabierta en el seno del macizo, ya que se detenían a 0.20 mts. unos, y a 0.45 mts, otros,según los extremos. La caja, de forma rectangular, fue reaprovechada para acondicionarun enteffamiento posterior que, dado lo precario de los materiales constructivos, llegó anosotros en pésimo estado de conservación. Tanto es así que de éste sólo se hallaba incó-lume una de las esquinas. La sepultura estaba fabricada con ladrillos de cocción deficien-te, fragmentando con facilidad. Los restos óseos se reducían a parte de la bóveda cranea-na y de las extremidades superiores habiendo, por 1o demás, desaparecido el resto. A lamala conservación contribuyó el temporal de lluvia caído en Mérida en los días en que se

(13) Se pueden citar, a título de ejemplo, dos sepulturas de Imola (Bologna): A. Romualdi, en Acc. Naz. deiLincei (Atti), NSc - XXXV (1981), 1982,p. 16, y en Ia misma Mérida: A. Flo¡iano. "Excavaciones en Méri-da (Campañas de1934y 1936)". AEspA - XVII (1944), pp. 168-169, fig. 6.

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Hallazgo de sepulturas de época romana en Mérida 239

procedio a la excavación, haciendo sumamente dificultosa la misma.

Ee la excavación de la cavidad del mausoleo se recogieron una serie de restos de cro-nologías dispares que oscilaban desde el siglo I d.C. al siglo IV d.C. Pensamos que losmateiiales más tempranos pertenecen al momento de la primera ocupación del mausoleo,correspondiendo el resto a la reutilización del mismo en período tardorromano, en que ha-bría de encuadrarse cronológicamente la tumba de ladrillos.

Ajuar del mausoleo.-

1,- Cuenco de T.S.S. Drag.29, en 1L fragmentos de los cuáles unen 6, reconstruyen-do la forma completa excepto el pie (Fig.5 y lám.26,3)Borde de labio redondeadodecorado con ruedecilla. Lá pared está ornada con un friso de guirnaldas seguido demoldura. Dos líneas de perlitas sirven para individtalizar este motivo del que decorala carena, a base de hojat imbricadas; todo ello está festoneado con motivos animales(liebres y perros),

Fig,5. Necrópolis del Albarregas, Cuenco perteneciente al ajuar. El I:7.4

240 J.L, DE LA BARRERA ANTÓN

2.- Cuenco de T.S.S. Drag.29 en 5 fragmentos (Fig. 6,2). Borde con labio aplastadodecorado con trazos poco marcados de ruedecilla y que sólo ocupan la zona inferiordel mismo. La pared está, decorada con dos frisos, individualizadbs por un baquetónde perlitas, uno superior de guimaldas y otro decorado igualmente con motivos fito-morfos.

3.- Plato de T.S.S. Drag. l5ll7. Tres fragmentos de los cuales unen dos (Fig. 6,1).Borde de un plato ligeramente curvado con labio marcado por una acanaladura en elinterior. Una moldura en cuarto de círculo asegura la transición entre la pared y elfondo.

4.- Plato de T.S.L (Fig. 6,4). Fondo de un plato con decoración de ruedecilla de trazoslargos y poco marcados.

5.- Plato de T.S.S. (Fig. 6,3). Fondo de un plato con un círculo enlazona más al exte-rior, decorado con ruedecilla. En el interior, cartela rectangular con extremos redon-deados con marca de alfarero: [P] RIMVS F(ecit). Segundo cuarto del siglo I d.ç.(entre Claudio y Vespasiano).

Ajuar de la reutilización (Tumba de ladrillos).-

l.- Aes II. Valentiniano II.

A) Busto diademado y con manto a derecha.

DNVALENTINIANVSPFAVG

R) Emperador ayuda a levantarse a mujer torreada

REPARATIO REIPVB

Exergo: SMAQ

Ceca: Aquileya

Año: 378-383 d.C.

Referencia: LRBC - 1060

Peso: 4,20 gr.

Diámetro: 20mm.

Conservación: Mala

Ejes: 6 h.

2.- Antoniniano.

A) Busto radiado y con coraza a derecha.

IMP AVRE ILIANVS] AVG

R) El Sol, radiado, medio desnudo, de pie, mirando a izquierda, levantando la

Hallazgo de sepulturas de época romana en Mérida 247

4

Fíg. 6. Necrópolis de1 Albaregas. Ajuar funerario del mausoleo. El t: L4

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J.L. DE LA BARRERA ANTÓN

mano derecha y sosteniendo un globo en la izquierda; a sus pies, a cada lado, sen-dos cautivos sentados en tierra con las manos atadas a la espalda.

ORTENS IAVGI

Ceca: Roma (oficina VII ?).

Año:257 - 264 d.C.

Referencia: C-VI, nq 145; RIC-V, nq 63.

Peso: 2.69 grs.

Diámetro: 20 mm.

Conservación: Mala

Ejes: 4 h.

2.- Tumba ne 1.-

En las tareas de seguimiento de las obras que la Empresa Cubiertas y MZOY efectuóenla zona pudimos valorar, aunque deficitariamente, eso sí, debido a los destrozos cau-sados por la maquinaria pesada en la zona, un enterramiento de cuya fábrica fue imposi-ble extraer dato alguno de interés;ya que quedó totalmente arrasada por la violencia de ladestrucción. Sin embargo, suspendido en el corte del terreno que habían realizado los po-derosos dientes de la pala excavadora, quedó un unguentario de vidrio que pudimos res-catar. Después de paralizadas las obras aparecieron unas pequeñas pinza; de bronce-dobladas pero completas- que casi con seguridad formaron parte del ajuar de la sepultu-ra, al igual que dos agujas de bronce y una de hueso.

Ajuar y datación.-

1.- Ungüentario. Vidrio verdoso-azulado de pared muy delgada; burbujas, agujas decocción y capa interna de irisaciones nacaradas. Solero aplanado, cuetpo bulboso conestrangulamiento en el tercio superior; cuello con el mismo grosor que el cuerpo y bocacon vuelo sin rematar y de perfil irregular. Alt. máx.: 0.11 mts. (Fig. 7, I y Lâm.27).

2.- Pinzas. Bronce. En su zona media posee una abrazadera de sección cuadrangular.Long. Máx.: 0.07 mts. (Fig.7,2).

3.- Aguja. Bronce. Long. máx.: 0.04 mts. (Fig. 7,4).

4.- Aguja. Bronce. Long. máx.: 0.048 mts. (Fig.7,5).

5.- Aguja. Hueso. Long. máx.: 0.04 mts. (Fig. 7,3).

La cronología de la tumba no plantea problema. El ungüentario se enmarca en la

242

Hallazgo de sepulturas de época romana en Mé¡ida 243

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Fig.7. Necrópolis del Albarregas. 1-5. Ajuar de la tumba nq 1,6-8, Material descontextuahzado,El L:1",4

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J.L. DE LA BARRERA ANTÓN

forma 8 de Isings (14), presente de forma mayoritaria en yacimientos tanto orientalescomo occidentales (15). La forma alcanzó indudable éxito, como lo prueba su perpetua-ción a lo largo de tres siglos. Por el estrangulamiento del cuello se puede fechar -y con élla tumba- en tomo al tercer cuarto del siglo I d.C.

3.- Tumba nq 2.-

Estructura y dimensiones.

La tumba presentaba laterales de ladrillos de gran tamaño, algunos aproximándose abaldosas propiamente dichas, que se disponían en siete hiladas cogidas con cal, con unaanchura máxima de 0.27 mts. Algunos ladrillos presentaban líneas incisas que de formalongitudinal los surcaban de extremo a extremo, realizadas con los dedos del alfarerocuando aún no habían fraguado por completo (16). La cubrición se realizó mediante unalaja de mármol (0.63 x 0.55 x 0.04 mts). En el interior (lâm.27) se disponían los restos delinhumado, agrupados en la cabecera de la tumba.

Las dimensiones eran: Exterior: Long. má'x.:2.57 mls.

Anch. máx.: 1.20 mts.

Alt. máx.: 0.40 mts.

Interior: Anch. má.x.:0.52 mts. (cabecera y centro)

0.47 mts. (pies).

Ajuar y datación.-

1.- Vaso de vidrio verdoso-azulado claro. Pasta fina con algunas burbujas y fuerte-mente irisado; soplado. Base circular breve y con rehundimiento central apenas insi-nuado; depósito de pared que dibuja una modulada curvatura cóncavo-convexa. Re-partidas sobre el depósito de forma regular, una serie de bolitas de vidrio azulderretido de lo que resulta un tono más oscuro. Alt. máx.: 0.12 mts. Diámetro de labase: 0.04 mts. Diámetro de la boca: 0.075 mts. (Lâm.27).

2.- Botella de vidrio verdoso-azulado, soplado y fino. Burbujas, irisaciones y filamen-tos en la pasta. La irisación afecta, tanto interior como exteriormente, a ambas capas.Base. circular ligeramente cóncava, depósito cilíndrico, hombros marcados y cuello

(14) C. Isings. Roman Glass from dated fTnds. Gröningen-Djakarfa 7957, p. 24. Se corresponde con laforna20-21 de Morin-Jean. La verrerie en Gaule sous I'Empire romain. Paris 1913 (ed. de 1977), p. 73 ss.(15) Según pertenezcan a unos u otros hay ligeras diferencias morfológicas. Ungüentarios con borde trabaja-do son propios de oficinas sirias: E.M. Stem. Ancient Glass at the Foundation Custodia. Gröningen 1977,pp. 73 ss. El ungüentario emeritense se fabricaría casi con seguridad en la propia Emerita, donde se han do-cumentado talleres de vidrio, en pleno funcionamiento desde el siglo I d.C.: M.P. Caldera de Castro. "Algu-nos aspectos sobre el vidrio romano emeritense". Homenaje a Sáenz de Buruaga. Madrid 1982,pp. 141 y144. Sobre los paralelos y dispersión de la forma véase, en última instancia, el artículo de la propia Caldera"Vidrios romanos del Museo Arqueológico Provincial de Cáceres". Anas - 1 (1988), pp. 174-176.(16) Cfr. J. Alvarez Sáenz de Buruaga. MMAP - XI (1950), p.1, con numerosos ejemplos emeritenses. En loque al tipo de tumba se refiere, señalaremos que es generalizado en época Tardía. vgr. en la necrópolis tardo-ffomana de "La O¡den", en Huelva: M. del Amo. Restos materiales de la población romana de Onuba. Huel-va Ärqueológica - II (1976); p. 98 ss.

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Hallazgo de sepulturas de época romana en Mérida 245

circular sin estrangulamiento que se abre con vuelo en la parte superior. Boca redon-deada y doblada hacia arriba, hacia dentro y hacia fuera con doble moldura. Asa verti-cal de sección trapezoidal lisa. Alt. máx.: 0.145 mts. Diám. de la base: 0.075 mts.;Diám. de la boca: 0.07 mts. (Lám.27).

3.- Botella de vidrio con ligero tinte amarillento, exfoliado, con burbujas e irisacionesen ambas caras; soplado. Base circular con ligero rehundimiento central e inicio de lapared del depósito cilíndrico: Alt. conservada:0.I2 mts.; diám. de la base: 0.07 mts.

El vaso de vidrio que ahora presentamos tiene la particularidad de ser el primero deestas características aparecido en Mérida y el más meridional de los aparecidos en la Pe-nínsula Ibérica (17). En lo que a su forma se refiere (18) es altamente usual en vidrios tar-dorromanos y jalona todo el siglo IV d.C., aunque su orígen haya que buscarlo con ante-rioridad (I9). La extremada delgadez de sus paredes descarta, casi con certeza, ùnadedicación del mismo para fines cotidianos, utilizándose preferentemente como ajuar enlas sepulturas (20).

Quizás el hecho que conviene resaltar con más ahínco es la decoración que introducea base de pequeñas gotas de vidrio aplicadas al exterior del vaso, cuando aún estaba ca-liente (21), conocida como técnica de cabujones o Nuppengldser (22). Se pretendía conello crear la sensación de productos incrustados de piedras preciosas (23).

Con independencia de la cronología que aportan las diferentes formas, los cabujonespueden disponerse a lo ancho de la superficie del recipiente bien de forma ordenada,como en nuestro caso (24), bien sin determinar líneas preconcebidas.

(17) El ejemplar de Munigua, fechado en la segunda mitad del siglo II d.C. (K. Raddatz. Mulva L Die Gra-bungen in der Nekropole in den Jahren 1.957 und 1958 (Madr. Beitrage - 2) Mainz / Rheim 1973, p.3l)no puede ser considerado como un Nuppengläser, sobre los que hablaremos líneas abajo, ya que los cabujo-nes no son tales sino una suerte de crestas o protuberancias a semejanza de los que decoran ciertos productosespecíficos de la región renana. Sobre ello, vid. O Doppelfeld. Römisches und fränkisches GIas in Köln.Colonia 1966, lám. 94-95. Debo esta interesante apreciación a P. Caldera, a quien agradezco su amable co-municación.(18) La 52 b ("Becher mit gewölber Wandung und generaden Rand") de la Goether-Polaschek: Katalog derrömischen Glässer des Rheinischen Landesmuseums Trier (Trierer Grabungen und Forschungen - IX).Mainz / Rheim 1977, p. 68, ne 269.(19) Cfr. C. Isings, op. cit. pp. 126-121 . Una variante con ligero exvasamiento del labio se observa en vidriosaparecidos en los límites del Mar Negro: N. Sorokina. "Der Nuppengläser der Nord-kuste der Schwarzen Me-eres":. Annales du 5e Congrès de I'Association Internationale pour I'Histoire du Verre (Praga 1970),Lieja 1912, p. 77 . Es el tipo II, fechable en la primera mitad del siglo IV d.C. La forma, con variantes lógicas,se perpetúa en el siglo V d.C,: M. Vande¡hoeven. Verres tardorromains et merovingies du Musée Cur-tius. Lieja 1958. lám. XXIII, 8.(20) Cfr. V. Arveiller - Dulong y J. Arveiller.Strasbourg. Paris 1985, pp.145 y 149.

La verre d'èpoque romaine du Musée Archeologique de

(21) M. Vigil. El vidrio en el mundo antiguo. Mad¡id 1969, p.Roma 1968 (ed. anastática de 1909), pp. 479 ss.(22) F. Fremersdorf. Die römischen Glaser mit aufgelegten

157; A. Kissa Das Glass in Altertume. Il

Nuppen. Die Denkmaler der römischenKoln. Colonia 1962, passim.(23) Morin - Jean, op. cit., p. 218, establece dos categorías de cabujones: los lisos, simples pastillas lenticula-res, y los umbilicados, de mayor relieve.(24) A semejanza de otros en que los cabujones siempre se disponen perladamente a lo largo de la cintura delvaso: Vgr. V. Liepmann. Glas der Antike (Kertner-Museum Hannover Sammlungskatalog - 2), Hannover1982, pp. 107-108 y P. La Baume. Glas de Antike Welt. Colonia 1973,1âm.37,3 y 4.

J.L. DE LA BARRERA ANTÓN

Serán las oficinas de Colonia las que a finales de la tercera centuria fabriquen y popu-laricen la forma y la decoración. Dos líneas maestras parecen informar las primeras pro-ducciones salidas de los homos de fundición dela Colonia lulia Agrippinensis: la elegan-cia de líneas y, sobre todo, la sobriedad de la decoración. Es en este momento cuando seproducirá la primera gran expansión de los Nuppengläser, en los que la monocromía yuna adusta y discreta ornamentación serán las tónicas dominantes. Muy pronto se caeráen la tentación de imprimir a las obras decoraciones exhuberantes, pero antes de que elloocuffa la receptabilidad de las ciudades norditálicas, con Aquileya como polo de atrac-ción,harâ que se comercialicen las primeras producciones como propias, invadiendo mer-cado que no les correspondía abnr. Tanto es así que resulta difícil pronunciarse sobre lapatemidad colonense o aquilesina parala pieza de Mérida. Si para ello tomamos la pautaque ofrecen los porcentajes que proporcionan el resto de las piezas aparecidas en las ex-cavaciones en la ciudad, la duda se disipa rápidamente en favor de la urbe italiana. Así sededuce al menos de los vidrios fechados en los dos primeros siglos de la Era y que coin-cide con el momento más álgido de las oficinas de Aquileya. Estas oficinas exportaránsus productos a lugares tan distantes como la Panonia, haciendo coincidir el destino delos mismos con ciudades en las que el componente itálico es el predominante, ya que noen vano era el sector de la población que disponía del suficiente potencial económicocomo para distraer partidas parala adquisición de artículos de lujo.

Sólo después, en los comedios del siglo II d.c., es cuando debemos situar la inflexióny la consiguiente inversión en la tendencia alcista en favor de las industrias renana yoriental (25). Es más que plausible la hipótesis de DeMarie según la cual este bascula-miento se produjo como consecuencia de la movilización y desplazamiento de tropasacantonadas en Panonia y el Noricum hacia el Danubio, potenciales compradores y, másaún, por la fuerte competencia de los mercaderes renanos quienes, atraídos por la proxi-midad geogrâfica, instalan numerosos asentamientos (26). A partir de este momento, conla primera mitad del siglo IV d.C. como fecha punta y después de dos siglos de dura com-petencia comercial, se producirá la inundación absoluta del mercado, saturándose elmisrno de productos galo-renanos.

En lo que alos Nuppengkiser se refiere, el sello característico que dará carta de natu-raleza a los vidrios del Rhin vendrá de la mano de una lujuriosa decoración y de un nota-ble acrecentamiento en el tamaño de los cabujones (27).

Si hasta entonces los Nuppengldser aparecidos en la Península lbérica (28) no sonsolo más que piezas aisladas de la cadena de producción, ahora se abren generosamentelas puertas a un tráfico fluido y homogéneo. En este sentido es necesario señalar las aso-ciaciones de artículos dç lujo y las manufacturas metálicas de marcado cariz germano en

(21) M. Vigil. El vidrio en el mundó antiguo. Madrid 1969,p. L57; A. Kissa Das Glass in Altertume. IIRoma 1968 (ed. anastática de 1909), pp. 479 ss.(22) F. Fremersdorf. Die römischên Glaser mit aufgelegten Nuppen. Die Denkmaler der römischenKoln. Colonia 1962, passim.(23) Morin - Jean, op. cit., p. 218, establece dos categorías de'cabujones: los lisos, simples pastillas lenticula-res, y los umbilicados, de mayor relieve.(24) A semejanza de otros en que los cabujones siempre se disponen perladamente a lo largo de la cintura delvaso: Vgr. V. Liepmann. Glas der Antike (Kertner-Museum Hannover Sammlungskatalog - 2), Hannover1982,pp. 107-108 y P. La Baume. Glas de Antike Welt. Colonia l9'13,1âm.31 ,3 y 4.

(25) K. Sz. Pocky. "La importation de verreries d'Aquilée dans les vilies pannonies aux Ie et IIe siècles". An-

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Haliazgo de sepulturas de época romana en Mérida

ajuares de las necrópolis tardorromanos del Duero (29).

La producción, más vigorosa que la anterior, estaba servida, Con aquélla se habíansentado las bases para la introducción en Hispania de piezas tan señeras como el Diatre-ton de Tiermes o el importante conjunto de vidrios con cabujones aparecidos en las ne-crópolis tardoromanas de la Meseta septentrional (30), alejados en el tiempo y en el es-pacio del vidrio emeritense.

Las botellas del ajuar de la tumba emeritense se engloban en la forma 126 de Isings(31), para quien el origen del modelo se origina a fines del siglo III d,C. La génesis delmismo hay que buscarlo en ejemplares de la segunda mitad del siglo I d.C. y primeramitad del siglo II d.C. como una derivación de Isings 51. Charlesworth las encuadra entreel70 y el 150 d.C. (32), circunscribiéndose los ejemplares más tempranos a oficinas occi-dentales (33). Sin embargo, aprovechando la importante base de transacciones comercia-les entre el Oeste y el Este que constituía la Isla de Chipre (34), se difundirán rápidamen-te por todo el área oriental del Imperio, polarizítndose su fabricación en oficinas egipcias.Es aquí donde, a juicio de Hardem (35), se generan dos tipos -en botellas tanto de unacomo de dos asas-: uno, producción netamente egipcia, caracterizada por la existencia delíneas gravadas que surcan los productos y otra, con ejemplares lisos que se fabricantanto en lazona oriental como occidental por lo que el conocimiento de la procedencia delapreza emeritense resulta problemática. De cualquier manera la cronología resta invaria-ble, esto es, siglo IV d.C. (36).

En la Península lbérica, sin pretensión de agotar los paralelos, se pueden citar algunosejemplos, aunque la escasez parece ser una de las notas dominantes. En Conimbriga supresencia es frecuente sobre todo en el siglo IV d.C. (37). La misma forma, aunque convariantes en lo que al tipo de asas se refiere, la encontramos en la necrópolis tardorroma-na de Fuentespreadas (3B). Finalmente, en la misma Mérida han aparecido algunos ejem-plares en enterramientos, lo que confirma el uso funerario de este tipo de piezas (39).

Por todo lo expuesto con anterioridad nos inclinamos por otorgff una cronolo gía demediados del siglo IV d.C. para la tumba emeritense.

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nales du 5e Congrés lnternationale pour I'Histoire du Verre (Pragà 1970). Lieja 1972, p. 57.

(25) K. Sz. Pocky. "La importation de ver¡eries d'Aquilée dans les villes pannonies aux Ie et IIe siècles". An-nales du 5e Congrés lnternationale pour I'Histoire du Yerre (Praga 1970). Líeja 1972, p. 57.(26) M.R. DeMarie. "Ancient Glass Distribution in Illyricum". JGS - 25 (1983), p 81.(27)M.C. Calvi. I vetri romani del Museo di Aquileia. Padova 1968, p. 170; H. Schlunk. Kunst der Spä-tantike in Mittelmeerraum. Spätantike und byzantinische Kleikunst aus Berliner Besitz. Berlín 1939,pp.13-7 4.(28) En lo que conocemos, aparte del vidrio de Mérida, los hallazgos se circunscriben, para este período, a

cuencos conimbricenses (J. Alarçao. Vidros romanos de Conimbriga. Coimb¡a 1965, pp. 106-107) y deBalsa (tomado de J. Alarçao et alii. Fouilles de Conimbriga - Vi. Ceramiques diverses et verres. Paris1976 p.200).(29) Cfr. P. de Palol. "Las excavaciones de San Miguel de Arroyo. Un conjunto de necrópolis tardorromanasen el Valle del Duero". BSAA - 24 (1958), p. 209 ss. e Id. "Romanos en la Meseta: el Bajo Imperio y la aris-tocracia indígena". Symposio de Arqueolo!ía. Segovia y la Arqueología romana. Barcelona 1979, p. 229,en donde se expresaba la idea de una fusión del elemento romano con pueblos germánicos.(30) Ver los ejemplos aportados por P. de Palol en "Un vidrio tallado con temas cristianos de Clunia". Mosai-que. Recueil d'hommages a Henri Stern. Paris 1983, pp. 285 - 286.(31) C. Isings. Op. cit. pp. 156-157.(32) D. Charlesworth. ' The Dating and Distribution of Roman Cilindrical Bottles". Studies in Glass Historyand Desing. Londres 1968, p. 6 ss. También, ead. "Roman square Bottles". JGS - VIII (1966), pp. 26 ss.