Hacia una mentalidad de Formación en responsabilidad y etica en las universidades latinoamericanas

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UNIVERSIDAD DE NAVARRA INSTITUTO DE EMPRESA Y HUMANISMO MÁSTER EN GOBIERNO Y CULTURA DE LAS ORGANIZACIONES TRABAJO DE INVESTIGACIÓN HACIA UNA MENTALIDAD TRANSVERSAL DE LA FORMACIÓN MORAL Y ÉTICA EN LAS UNIVERSIDADES IBEROAMERICANAS. Una propuesta Pamplona 2012

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UNIVERSIDAD DE NAVARRA

INSTITUTO DE EMPRESA Y HUMANISMO

MÁSTER EN GOBIERNO Y CULTURA DE LAS ORGANIZACIONES

TRABAJO DE INVESTIGACIÓN

HACIA UNA MENTALIDAD TRANSVERSAL DE LA FORMACIÓN MORAL

Y ÉTICA EN LAS UNIVERSIDADES IBEROAMERICANAS.

Una propuesta

Pamplona

2012

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HACIA UNA MENTALIDAD TRANSVERSAL DE LA FORMACIÓN MORAL

Y ÉTICA EN LAS UNIVERSIDADES IBEROAMERICANAS.

Una propuesta

Silvia Martino

Dr. José Antonio Ibañez-Martín

Pamplona

2012

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Resumen

El panorama del mundo parece impotente y sin recursos morales para resolver las

situaciones por las que atraviesa. Sin embargo, la inquietud, interés y necesidad que

manifiesta por lo ético es un buen signo. La formación ética se presenta necesaria para

llegar a la raíz de la crisis que estamos viviendo. La actual es una crisis de la persona, de

valores, de sentido, no sólo económica. El hombre sigue interpelándose y, aunque se

presentan mezclados reconocimientos de derechos humanos con graves atropellos a la

vida humana en sus orígenes, o cuando es más vulnerable por estar enferma o mayor,

enormes imperios capitalistas con pueblos y naciones enteras bajo los efectos del

subdesarrollo y la corrupción política, se siguen buscando caminos para enfrentar la

crisis moral. Son muchos los que están trabajando seriamente sobre estos temas.

Instituciones de Educación Superior y docentes han entendido el rol decisivo que tiene

la universidad como instrumento de humanización. ¿Cómo lograr una mentalidad de

formación ética transversal que pueda incorporarse en las universidades?

Buscando la respuesta se indaga –en este trabajo– sobre qué es la universidad y

qué implica que sea una comunidad de buscadores de la verdad. La universidad –como

institución humanizadoras, además es un ámbito propicio para facilitar un trabajo

cooperativo con sus pares. El desafío es introducir en la malla curricular de las carreras

la formación moral y ética.

Se analizan algunas acciones y proyectos que se han llevado a cabo en

universidades de diversos lugares. Aunque estas instituciones no han trabajado

asociativamente, los logros son interesantes. La propuesta que se plantea para conseguir

esta mentalidad se basa en el trabajo asociativo de las universidades a través del uso de

las redes como elemento dinamizador. Las redes serían como la palanca para promover

esa mentalidad en la que la formación ética sea relevante. La realidad de las

universidades iberoamericanas será el ámbito para desarrollar este trabajo en red.

Es una propuesta introductoria que intenta abordar la cuestión. Se necesitarán

ulteriores investigaciones para que adquiera hondura, dimensión e impacto. Se pretende

brindar un marco conceptual y de posible aplicación como alternativa desde lo

Iberoamericano.

Palabras claves: Sociedad, crisis, universidad, ética y moral, valores, mentalidad

de transversalidad, Sociedad Red, Redes Universitarias, Iberoamérica.

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ABSTRACT

The world’s panorama seems powerless and without any moral resources to

solve the situations it faces. Nevertheless, the concern, interest and need for ethics are a

good symptom. Ethics training becomes necessary in order to get into the roots of the

crisis we are going through. The current, is not just economic, but a crisis of the person

itself, of values and of ultimate meaning. Man keeps urging himself and, although they

present as mixed the human rights recognitions with severe abuses to human life in its

origins or when it is vulnerable due to sickness or aged, huge capitalist empires with

entire people and nations under the effects of underdevelopment and public corruption,

keeps finding ways to face the moral crisis. Many are those who are working on these

topics. Higher Education Institutions and professors have understood the decisive role

the University has as a humanization instrument. How it is possible to achieve a

transversal ethics training mentality that may be incorporated to Universities?

Looking for the answer we inquire – in this paper – about what the University is

and what implies to be a “Truth Finders” community. The University – as a humanizing

institution – is, as well, an enabling environment to facilitate a cooperative work with its

peers. The challenge is to introduce in the career’s curriculums the Moral and Ethics

Training.

Some actions and projects which have been undertaken in Universities from

diverse places are being analyzed hereby. Despite these institutions, have not worked

associatively, their achievements are interesting. The proposal which is presented in

order to achieve this mentality is based on the universities’ associative work by means

of the usage of networks as a dynamic element. Networks would be as the lever to

promote this mentality in which ethics training would be relevant. The reality of the

iberoamerican universities will be the environment to develop this networking job.

This is an introductory proposal trying to approach this matter. Ulterior research

will be needed for it to gain deepness, dimension and impact. It is pretended to provide

a conceptual framework and of feasible application as an alternative from the

iberoamerican perspective.

Key Words: Society, crisis, University, Ethics and Moral, values, transversality

mentality, Society Network, University Networks, Iberoamerica.

8 Hacia una mentalidad de Formación Transversal Ética y Moral en las Universidades Iberoamericanas.

Una propuesta

Índice

Introducción .................................................................................................................... 9

I. La universidad ....................................................................................................... 13

1 Comunidad de buscadores de la Verdad .......................................................... 13

2 Contribución a una sociedad civil abierta ........................................................ 19

3 La educación universitaria como instrumento de humanización ..................... 21

II. Redes y Sociedad Red: una visión Global ........................................................... 27

1 Redes universitarias. Integración y cooperación Académica .......................... 29

2 Redes Universitarias en Iberoamérica ............................................................. 30

3 El caso del Proyecto UniRSE .......................................................................... 35

III. Hacia una mentalidad de formación transversal de la ética y la

Responsabilidad Social ................................................................................................. 39

1 Distinciones y vinculación entre conceptos de RS y ética ............................... 40

1.1 Ética y Moral ............................................................................................ 40

1.2 Conceptos de Responsabilidad Social ...................................................... 43

1.3 Vinculación entre los conceptos de ética, moral y RS………………...………45

2 La Enseñanza de la ética en las universidades Iberoamericanas ..................... 49

3. La formación ética transversal en la universidad………………………..….…51

3.1 Pedagogía Humanística……………………………………………………..52

3.2 Transversalidad……………………………………………………………54

4. Propuesta de diseño curricular transversal en la universidad .................................... 55

4.1 Fundamento de la propuesta…………………………………………………56

4.2 Actores relevantes de la Universidad………………………………………59

4.3 Propuesta curricular transversal……………………………………………..59

5. Ampliar el impacto de una propuesta curricular a través de Redes ....................... 62

6. La tarea de los docentes sobre contenidos y estrategias educativas. Formación

continua ...................................................................................................................... 64

Conclusión ..................................................................................................................... 69

Bibliografía .................................................................................................................... 73

Anexos………………………………………………………………………………...79

9

Introducción

El mundo actual manifiesta inquietud, interés y necesidad de lo ético. La vida cotidiana

interpela al hombre, marca desafíos: cooperar al bien –común y personal– y evitar el

mal. Observamos, mezclados, grandes avances científicos y tecnológicos con graves

formas de injusticia socio-económicas. Asimetrías inaceptables, desarrollos

insostenibles. No estamos frente a una crisis económica sino moral, de valores. No sólo

deben cambiar regulaciones y controles, sino personas. Revertir una crisis de valores

implica un trabajo de tiempo sostenido y cualitativo. Afirmar que nos hallamos

inmersos en una profunda crisis de la humanidad, no es exagerado. Con este término,

nos referimos a esa encrucijada de esperanzas y temores con todas las posibilidades de

grandeza o de envilecimiento. La ciencia y la técnica lograron un despliegue

insospechado. Consiguieron que el hombre tenga niveles de poder sobre sí mismo, el

mundo, y el futuro de la humanidad. Es un poder que -para ser utilizado- a favor de las

actuales y futuras generaciones, necesita de una respuesta o responsabilidad moral que

se corresponda con ese nivel de poder. Si el planteo de las acciones de los hombres no

fuera responsable nos hallaríamos ante un panorama inquietante, pero hay indicios

claros de que hay una búsqueda en este sentido. Por todo esto, encontramos relevante y

necesario pensar nuevamente la ética y respetar, en estas condiciones nuevas, los

principios morales que se asientan en la condición humana: ese sustrato común a la

humanidad. Es una tarea fundamental en la que todos debemos estar trabajando

solidariamente. La universidad, cada docente, tiene un rol decisivo en la formación de

profesionales éticos y responsables socialmente. En la universidad se enseña a ser

médico, contador o abogado, pero ¿no se debería también enseñar a ser un ciudadano

comprometido con el medio ambiente, un consumidor responsable o un empresario o

directivo prudente?

La inquietud, interés y necesidad que se manifiesta de lo ético es un buen signo. El

hombre sigue interpelándose y buscando caminos para enfrentar la crisis moral. Los

vientos parecen favorables. Los docentes manifiestan interés y apasionamiento para

formarse y estar a tono con lo que exigen estos tiempos. Las crisis representan un reto y

habitualmente son un punto de inflexión, dependerá cómo nos planteamos los

problemas y cómo procuramos superarlos por elevación. Sin duda, hay obstáculos

objetivos –desde lo teórico y desde lo práctico. Pero también es cierto que es necesario

promover una educación para la virtud y generar instancias de formación en todos los

niveles. Hay mucha gente que está trabajando en estos temas, el panorama es alentador,

pero el avance hasta ahora conseguido ha sido más por iniciativa institucional que por

esfuerzos coordinados. Hay una decisión más clara para encarar, con seriedad y

conciencia de responsabilidad, los aspectos que refieren a las acciones humanas y de las

organizaciones todas.

La educación debe ser útil al desarrollo económico, pero como instrumento de la

humanización, no como horizonte último y razón determinante de la sociedad. “Ser

Universitario es un privilegio, una oportunidad que implica un compromiso. Estudiar

seriamente significa estudiar con pasión, con preguntas, con inquietudes. Significa

también formarse humanamente y conocer el país real el cual se va a servir” (Berríos,

2006, p. 8). La universidad –en la actual sociedad del conocimiento– se muestra aún

capaz de realizar las tareas que incumben a la demanda de generación y transmisión del

conocimiento. Sin embargo, estamos presenciando todos cierto empobrecimiento y

10 Hacia una mentalidad de Formación Transversal Ética y Moral en las Universidades Iberoamericanas.

Una propuesta

vaciamiento de la misión de esta institución que hace imprescindible y urgente

“Repensar la universidad” (Llano, 2003, p. 9).

Es insustituible el papel de las universidades para lograr una mentalidad en la que la

formación ética sea relevante. Hace a la misión de la universidad formar hombres éticos

que influyan cada uno en su lugar de trabajo y, por tanto, en la sociedad toda. El camino

de cada universidad hacia esta mentalidad implica un trabajo que si se realiza

cooperativamente podrá lograr introducir en la malla curricular de las carreras la

formación Moral y Ética y el Desarrollo Sostenible. Para conseguir este trabajo

asociativo y generar una mentalidad que promueva la formación moral y ética se

propone como elemento dinamizador el uso de las redes de universidades. Las redes de

universidades podrían ser como una palanca para promover esa mentalidad de

formación ética. La universidad debe habilitar a los futuros profesionales para que haya,

en cada uno, una proyección social. Es necesaria, pues, la inserción de esta formación y

será el desafío para un verdadero cambio en los países iberoamericanos.

En el primer capítulo se trata de abordar el sentido de la Universidad, su dimensión

como ámbito de buscadores de la Verdad, que contribuye a la formación de una

sociedad civil abierta y es un instrumento de humanización. Resulta interesante destacar

que la Universidad es necesariamente multidisciplinaria, no pluridiversa. Un ámbito en

el que se aprende a reflexionar, a pensar y, por ello, a articular y armonizar las diversas

perspectivas desde las que se estudia la realidad. Esto sólo es posible lograrlo cuando en

ella se fomentan las humanidades. No en vano, es en esta línea en la que se evidencia

que hay una crisis en la Universidad. Siendo ella la cúspide del saber y de su

transmisión, sería sorprendente que la Universidad no estuviera en crisis en una

sociedad aquejada de esto. Pero la crisis de la universidad es –en buena medida– la raíz

del declive social, como plantea Selles. (Selles, 2010, pp. 9 y 10)

En el segundo capítulo se explica lo que se ha convenido en llamar la Sociedad Red, las

redes como elemento vital en nuestra sociedad. Se analizan las Redes de Cooperación y,

en particular, se desarrollan algunas redes de universidades que están vinculadas con el

objetivo de fortalecer a las Universidades en su empeño para ser formadores en temas

éticos y de responsabilidad social.

En el tercer capítulo se intentan abordar los conceptos de ética, moral y responsabilidad

y se busca su vinculación. La formación en ética –en ese sustrato común a la

humanidad– se considera como el único vínculo posible de cohesión de la sociedad, y la

clave de la ética es la virtud (Selles, 2010, pp. 41 y 45). Luego de exponer las diferentes

visiones de la ética y sus limitaciones, nos referiremos, especialmente, a “una ética

subordinada a la antropología de la intimidad, y que será más válida en la medida en

que respete al ser personal humano” (Sellés, 2010, p. 41).

Se propone una posible inserción de la ética a través de las redes de universidades. Se

plantea un caso que sirve como ejemplo de la búsqueda real que existe en las

universidades iberoamericanas, las asimetrías entre las instituciones de educación

superior en esta región tan amplia y variada y la falta de formación adecuada de sus

docentes. Sin embargo, se destaca que la misma actitud de las instituciones en

adscribirse a las redes de universidades, buscar soluciones, solicitar ayuda para armar

sus curriculas o sobre los modos de encarar colaborativamente esta cuestión, plantea un

panorama por demás positivo.

En la conclusión se expresa que lograr esta mentalidad de formación transversal en

moral y ética es un camino con obstáculos, largo, pero con enormes y alentadoras

11

perspectivas de impacto. El trabajo que se presenta, por sus características, necesita de

posteriores investigaciones exploratorias y descriptivas. Sin embargo, lo abordado nos

conduce a pensar que parece posible llegar una mentalidad de formación ética y moral

transversal, y que cualquier esfuerzo aunado en este sentido es de enorme valor.

13

I. La Universidad

1. Comunidad de buscadores de la verdad

La universidad se encuentra sobrecargada de miles de datos, de exigencias

pragmáticas que se vinculan con rankings y competitividad, demandas del mercado

laboral, presupuestos que no cierran, masificación en las aulas, certificaciones

internacionales, etc. que parecen asfixiarla. La universidad se aleja paulatinamente del

esfuerzo por crecer en saberes.

Se plantea entonces la cuestión y las preguntas surgen: ¿qué es lo que puede

lograr superar el mero avance tecno-científico que convierte a los profesores en

tecnócratas de una estructura? ¿Qué logra que los alumnos no sean meros agentes

receptivos, como si fueran un vaso para llenar? ¿Cuál es la cuestión central que

convierte toda contribución al progreso en auténtica reafirmación de la persona

humana? (Ibáñez-Martín, 2010, pp. 15 y 18).

Sin duda, no parece que las respuestas provengan de un aumento en la llegada de

mayores recursos económicos públicos o privados, ni de una regulación legislativa,

porque ésas son propuestas de corto plazo, claves sujetas –en muchos casos– a las

arbitrariedades del momento o al gobierno de turno. Por eso las preguntas buscan otras

respuestas, en un horizonte más largo y profundo.

Es así como se vislumbra que cada uno necesita redescubrir –o quizás para

muchos será un hallazgo auténtico– lo inédito del amor y la búsqueda de la verdad

como pasión central de la universidad. Cuando esto no es lo que orienta la universidad,

se produce en ella un desplazamiento de su misión. Lo medular ya no es lo que la

enriquece. La urgencia de repensar la institución se vuelve importante, pues si esto no se

diera, la universidad se convertiría en una institución vulnerable, sin norte.

Todos experimentamos la realidad –que en los años 70 anticipó Mc Luhan– de la

“aldea global”. El avance y la investigación en las ciencias experimentales, en

tecnología, en las ciencias sociales, los canales nuevos de información y comunicación,

han traspasado las fronteras y hoy es prácticamente imposible permanecer ignorante de

los conflictos y sufrimientos ajenos, por muy lejanos que estén.

Sin embargo, todos sus usos serán fecundos y justos si con ellos se logra reforzar

la preparación intelectual y la formación ética. Es imperioso –dice Llano– encontrar “lo

nuevo” en esa vinculación entre el conocimiento y lo profundamente humano.

En esta mirada humana, humanística, es donde se juega su destino la universidad.

Y no podemos olvidar que con la universidad también se juega su destino la sociedad

misma.

La universidad parece carecer, en muchos casos, de la capacidad para acertar en la

gestión de lo nuevo. Como se encuentra interpelada por distintos actores sociales

reacciona –mejor o peor– a los requerimientos externos, pero habitualmente sin una

mirada de largo alcance, sin una mirada sostenible en su propia gestión.

Especialización, preparación de profesionales aptos para los requerimientos laborales,

etc., parecerían llegar a niveles de exigencia y saturación tales que le dificultan

detenerse y reflexionar sobre su propio camino. Comenta Quintana que, en el

Manifiesto de Profesores e Investigadores Universitarios (2005) contra las propuestas

de la Comisión Europea de Educación Superior (EEES), ellos plantean la preocupación

14 Hacia una mentalidad de Formación Transversal Ética y Moral en las Universidades Iberoamericanas.

Una propuesta

de que con el argumento de que la formación ha de atender a las demandas sociales que

venimos comentando, se haga una interpretación reduccionista de la sociedad, y la

universidad quede como un mero intermediario que provee a las empresas, al mercado

laboral. Más aún, plantean la preocupación de que “termine gestionándose la

universidad a modo de una empresa, lo que de hecho implica concebirla como un

negocio del sector de servicios, al tiempo que el conocimiento se convierte en una

mercancía y, los alumnos, en clientes” (Quintana, 2009, p. 3). Resulta interesante esta

mirada porque, efectivamente, la percepción es que la degradación de la universidad se

da porque se ha convertido en una pieza más del sistema económico y productivo, en un

elemento dinamizador del mercado. Por eso es importante resaltar que la universidad ha

de estar –sin lugar a dudas– al servicio de la sociedad, siempre que la sociedad no se

entienda sólo en términos de mercado.

Encontrarse consigo significa para la universidad encontrarse con esa comunidad

de buscadores de la Verdad. Pero podríamos preguntarnos de qué verdad: de la verdad

sobre el hombre. En definitiva, la respuesta a los grandes interrogantes del hombre de

siempre, que transita a lo largo de la historia y en cada momento sigue buscando esa

verdad que lo hace trascender, anhelar, esperar, creer en los demás, amar su principio y

su Destino. Sigue siendo –una y otra vez– “el hombre en busca de sentido”, como lo

expresaría Víctor Frankl. Y la universidad se sigue presentando como ese ámbito

propicio para que el hombre busque las respuestas a los grandes interrogantes. Por eso

resulta interesante la descripción que hace Bloom cuando plantea la desorientación que

tiene la universidad, que parece buscar egresados especializados y exitosos, y no

egresados sabios (Bloom, 1989, p. 126).

Parece relevante destacar un hecho que está marcando y condicionando la

situación actual del hombre. El hombre ha experimentado que es el mismo hombre

quien se ha vuelto contra él. Y por eso nos enfrentamos a un hombre que teme al propio

hombre, la humanidad que teme a cada uno de los que la integra. ¿Qué fenómeno ha

marcado así al ser humano? El fenómeno lo encontramos en el inminente peligro que

experimenta el hombre en relación a la posibilidad de la autodestrucción nuclear y la

bomba atómica. El avance científico nos ha conducido al borde de la autodestrucción.

¿Cómo rehacernos como miembros de una sociedad? ¿Cómo recuperar la confianza?

¿Cómo lograr que toda contribución al progreso científico-tecnológico se convierta en

un punto de apoyo para la reafirmación y el desarrollo de la persona humana?

A este respecto es interesante lo que Marina expresa: “La técnica no puede

resolver ningún problema, sino las personas que dirigen la técnica. (…) voy en contra de

la sumisión a la técnica. (…) hay una idea extendida de que la técnica tiene una vida

propia y es imparable, y que iremos donde la técnica quiera. Hay que advertir a la gente

que no es verdad, la técnica viene de investigadores, de grandes empresas, (…) está

muy decidida por personas, que si (…) desconfiamos de nuestra capacidad para dirigir

la técnica, (…) acabará dirigiéndonos a nosotros. Una cosa es la técnica y otra el uso

que se hace de ella. Ahí está la ética” (Marina, 1999, p. 22). Marina acierta en la

descripción de la situación, pero desde una posición que parece algo superficial y

evidente. El planteo comienza a desbaratarse en la cuestión de fondo. Por un lado, la

ética no está simplemente en el “uso” de la técnica sino también antes en la decisión

misma de avanzar o no por distintas líneas de investigación, y obviamente en su

posterior uso. Por otra parte, no parece que los hombres podamos reaccionar éticamente

de manera automática, poner freno al avance o a la ambición de poder científico,

económico, etc. Justamente esta no automaticidad es lo que exige que el hombre,

La Universidad 15

siempre y en cada circunstancia, busque la verdad y decida con prudencia, busque el

bien, actúe éticamente. La ética no es una autorregulación natural, sino que necesita del

juicio prudencial, es decir, del empeño constante por entender, en cada situación, cuál es

el bien y elegirlo libremente. Esto requiere de esa constante búsqueda de la Verdad y

esa búsqueda ha de realizarse en comunidad, en “unidad común” con otros.

En este sentido, Alasdair MacIntyre afirma: “El primer aspecto educativo (más

aún en la Educación Superior) de importancia se refiere a la Ética y al desarrollo de la

moralidad (…). Por tanto, la moral no es nunca espontánea, necesita de un aprendizaje,

y esto quiere decir que se alumbra siempre en una relación. Se sitúa el argumento en un

contexto. Y para esta formación moral es necesaria una comunidad “educada”

(MacIntyre, 1981, p. 176). Es destacable el énfasis que este autor hace al respecto de la

importancia de entender que estamos frente a un proceso de formación y de

investigación de la moralidad que se manifiesta ligado a los contextos sociales en los

que cada persona nace, crece, se desarrolla y se hace inteligible. Así pues, comunidad,

contexto, verdad, moral y ética no son espontáneas, sino resultado de un aprendizaje y

una relación.

Pero hoy en día, la confianza –lo “natural y esperable”– se ha trocado en miedo,

como pone de relieve acertadamente Marina. El punto está en que el ser humano

encuentra importantes dificultades para rehacerse sólo o espontáneamente. Frente a este

panorama, el objetivo de la existencia deja de ser el “vivir bien”, la vida lograda, la

eudaimonía aristotélica. Ahora, el objetivo se centra en “sobrevivir”. Más problemático

aún será ese “sobrevivir” para quienes entienden que habitan este universo sólo desde la

perspectiva de múltiples realidades materiales. Un universo así busca certezas pero no

verdad.

En ese sentido, es inquietante la descripción de Nubiola: estamos frente a un

“escepticismo generalizado acerca de los valores y un supuesto fundamentalismo

cientista acerca de los hechos” (Nubiola, 2002, p. 23). Los tres pilares de la certeza, son

hoy, –y no de la Verdad– el mecanicismo, el individualismo y el escepticismo

cognoscitivo. En ese planteamiento confluyen la visión mecanicista de la naturaleza y la

cuna del individualismo ético, político, jurídico y económico, coronado y causado por el

escepticismo cognitivo subyacente de la nueva ética.

Cuando decimos que la universidad es una comunidad nos referimos a la

universidad como comunidad educada en la que cada uno busca un saber superior en

unidad con otros, tal y como MacIntyre sostiene. La universidad, como afirma Polo,

tiene un compromiso con la sociedad, y es el de otorgar un saber superior. Este saber es

lo que llega de una larga y fecunda acumulación de saber logrado en la historia y en las

instituciones. Se trata de un saber heredado que nunca está terminado, un saber que

necesita incrementarse y extenderse. En este sentido, la universidad se presentaría como

la institución que preste a la sociedad como fin primario algo que no es productivo ni

útil, sino un fin que busca, a lo sumo, incrementar el bien común virtuoso de los

ciudadanos y, de forma inmediata, aumentar la virtud personal de los estudiantes. Esa es

la razón por la que se entiende que Polo explique “el saber superior es lo que da el

carácter universitario a la universidad. Esto es su docencia, su investigación y su

extensión (…) La universidad necesita recuperar su carácter de comunidad de

investigación. (…) La universidad, antes que nada, es una comunidad de investigación

que no busca almacenar datos o repetir hechos sino algo más vital: crecer en el saber”.

(Polo, 1997, p. 37). Lo que se aprecia es que para recuperar este carácter de comunidad

16 Hacia una mentalidad de Formación Transversal Ética y Moral en las Universidades Iberoamericanas.

Una propuesta

de investigación, la universidad, que no está pensada para reemplazar las falencias de

los otros niveles educativos, necesita volcar toda su atención y capacidad para mejorar

sus modos de hacer lo que le es propio: investigación, comunicación y la discusión de

los temas relevantes en cada momento histórico. Estos reacomodamientos son

necesarios en un contexto actual de vertiginosos cambios, en los que hombre sigue

siendo el mismo hombre que en contextos diferentes y manifiesta las mismas

inquietudes profundas. Si la Universidad no se repiensa no podrá sobrevivir en esta

época de cambios. Y lo peculiar es que los planteos de la universidad se han de dar en

los modos de hacer y en profundizar aún más en su modo de ser, no abdicar de su

esencia sino mantenerse como la institución que busca crecer en el saber.

Nos referimos a un saber en orden a la verdad. Efectivamente, la inteligencia

humana tiene la necesidad de penetrar “hasta la verdad del mundo y del hombre”

(Ortega y Gasset, 1983, p. 186), y es aquello que buscamos y anhelamos

primordialmente. Y esa verdad que se busca es “la verdad objetiva, es decir, la verdad

objeto de los afanes compartidos en el espacio y en el tiempo de cuantos dedican su vida

y su trabajo a saber y a generar nuevos conocimientos: esto (…) se refiere (…) sobre

todo a las más profundas aspiraciones de los hombres por comprender el misterio que

envuelve sus vidas” (Nubiola, 2002, p. 24).

En un ámbito así se puede dar un encuentro del hombre consigo y con los demás.

Cuando el hombre descubre o redescubre que la búsqueda de la verdad le conduce a

estar unido a otros en algo común se reencuentra con la confianza. Escudriñar en esa

verdad que trasciende a quienes la buscan, en una comunidad que trabaja

interdisciplinarmente, que busca algo que le sobrepasa, que está más allá de sí, que

procura unir a otros en este empeño, torna el temor en anhelo compartido y en

confianza.

Comenta Llano que para que la inteligencia logre encaminar –a través del uso de

su libertad y su capacidad de acceder a la verdad– el curso de los acontecimientos, “es

preciso que las instituciones académicas, culturales y científicas, sean capaces de

asimilar lo nuevo, captar su radical dimensión antropológica y ética, integrarla en el

modo de pensar propio de un humanismo que no es meramente añorante o restaurativo”.

(Llano, 2003, p. 17). Aquí entronca el verdadero hallazgo: es el hombre quien debe

definir los fines a los que esos medios tecnológicos o científicos pueden adjudicarse; no

es la técnica o la ciencia las que lo definen a él. El hombre que se descubre como ser

libre, buscador de la Verdad, del Bien, lo Bueno y lo Bello. Por eso, la universidad, al

reencontrarse con su alma, podrá reencontrarse con la novedad del hombre mismo y con

el sentido más profundo del ser del hombre, sus inquietudes, sus temores y sus

esperanzas. Cuando el hombre se reencuentra consigo en un ámbito o comunidad se

convierte en buscador de la verdad, redescubre el alma de esa institución –la

universidad– en la que es posible que aquello suceda.

Profundizar en la enseñanza sobre el sentido de las acciones humanas, el uso de la

libertad y su correspondiente responsabilidad: la bondad o maldad de las acciones, es

decir la moral o ética, sea en la disciplina que sea, es –por todas estas razones– una tarea

específica de la universidad.

Si planteamos que la universidad ha de ser un ámbito en el que se busca la verdad,

¿cómo lograr ese ámbito de crecimiento frente al relativismo moral y al individualismo

que invaden la actualidad? Tal vez sea bueno repreguntarse si hay un nuevo hombre o

hay una nueva ética.

La Universidad 17

Así, Wojciech sostiene que en los últimos 20 años ha aparecido en muchos países

del mundo occidental una nueva serie de conceptos éticos que demuestran la existencia

de una conciencia moral y una cierta percepción de dilemas morales. Pero todos esos

conceptos adolecen de un defecto epistemológico fundamental porque sus bases no son

filosóficas, sino políticas e ideológicas. El autor explica que presenciamos la aparición

de nuevos conceptos morales anclados en un escepticismo cognitivo que subyace en

esta nueva ética. (Wojciech, 2007, p. 11)

Todos estos nuevos conceptos deconstruidos, como explica Wojciech,

aparentemente inconexos, se aglutinan en una nueva ética individualista y mundial,

opuesta a la ética personalista o universal. Esta nueva ética podríamos decir que es

como la coronación del individualismo. Tiene una raíz moderna pero carece de los

límites artificiales que le había puesto el Estado moderno racionalista, que está

actualmente en crisis debido al proceso de mundialización que ha traspasado a los

estados nacionales y sus soberanías. Lo que se observa es que esta nueva ética responde

a un nuevo sistema de matriz ideológica y de pensamiento único que se nos pretende

imponer.

Este panorama plantea el extremo opuesto a una ética personalista, que distingue

en el hombre su ser individuo de su ser social, como dos aspectos o dimensiones

distintas pero indisolublemente unidas en la misma persona humana. Y además, cuando

se habla de universalidad se busca reflejar la esencia del ser humano como fundamento

de su normatividad ética y de la posibilidad de alcanzar la verdad en materia práctica.

Efectivamente. frente a esta situación, como afirma Llano, no podemos caer en

añoranzas estériles sino que es necesario buscar la salida, los nuevos modos de hacer, a

este escepticismo que, por estar unido al individualismo, al mecanicismo materialista y

a la mundialización, cierra las perspectivas de la persona más allá de lo meramente

inmediato. Este escepticismo no conduce al hombre a proyectarse, a trascender, a

reconstruir su confianza y, por lo tanto, el hombre pierde el sentido de su existencia,

pierde humanidad. Por eso se insiste en la necesidad de encontrar “lo nuevo” de cada

época, de cada contexto, en esa vinculación entre el conocimiento y lo profundamente

humano. Adoptar o no esta perspectiva es jugarse el destino de la universidad, de la

persona y de la sociedad misma.

Parece interesante actualizar aquí la recomendación de la UNESCO sobre respetar

“la obligación del investigador de basar su labor en una búsqueda honrada de la verdad”

(UNESCO, 1997, p. 33). En ese mismo sentido, Ibáñez-Martín afirma que “Sólo si se

admite que hay una verdad que puede ser descubierta, con todas las limitaciones que se

quiera, tiene sentido pensar en que hay un bien común que nos une socialmente, por

encima de todas las presiones interesadas que puedan darse” (Ibáñez-Martín, 2001, p.

15). Se entiende que esto no implicará nunca la habilitación de las personas a eliminar a

otras en nombre de esta verdad. Por el contrario, se trata de llegar al auténtico diálogo

universitario, en el cual hay una libre comunicación unida al deseo y la conciencia de

que el otro es importante y quiero oír sus razonamientos, y deseo ofrecerle ayuda para

reflexionar juntos.

Es necesario que la Universidad sea un espacio, una común unidad de buscadores,

en la que el hombre vuelva a reencontrarse con el hombre y recupere el afán de vivir, de

llegar a una vida lograda. La búsqueda acompañada por otros hacia la verdad, hacia lo

bueno, hacia lo bello, hacia la unidad consigo y con la sociedad. Una búsqueda que

conduce a un cambio profundo que se reclama con angustiosa necesidad. Porque, como

18 Hacia una mentalidad de Formación Transversal Ética y Moral en las Universidades Iberoamericanas.

Una propuesta

afirma Nubiola, “los seres humanos anhelamos una razonable integración de las

diversas facetas de las cosas y quizá sobre todo de los diversos aspectos de nuestro

vivir, mientras que la contradicción flagrante desquicia nuestra razón, hace saltar las

bisagras de nuestros razonamientos y, finalmente, bloquea el diálogo y la

comunicación” (Nubiola, 2002, p. 23).

Nubiola cita a Platón, “La verdad se busca en comunidad, que no hay verdad fuera

de la búsqueda, aunque no es la búsqueda la que cause la verdad” (Nubiola, 2002, p.

24). Esa comunidad tiene determinados actores relevantes y cada uno tiene su propia

dinámica relacional, de trabajo y de aportación a la universidad. Así Ibañez-Martín

comenta sobre cada uno de ellos y explica que las autoridades académicas, los

profesores, los alumnos y el personal de apoyo, todos y cada uno juegan un papel

fundamental en esta comunidad que es la universidad. Hay tareas diferentes, pero cada

uno depende y se apoya en lo que el otro hace u omite.

Sin duda es relevante lo que los directivos hacen en relación a su compromiso por

liderar esta comunidad de buscadores de la verdad, que no sólo ha de ser autorizar

iniciativas –como plantea Ibáñez-Martín–, sino también evitar el doble lenguaje y

fomentar la convivencia pacífica.

Los docentes tendrán un trabajo de reflexión sobre la interpretación de la realidad

como medio y sobre los valores dominantes, “para ampliar el horizonte intelectual de

una época, haciendo posible el crecimiento del bienestar social” e “identificar los

valores que más adecuadamente expresan la mejor manera de ser hombre” (Ibáñez-

Martín, 2005, p. 129). La tarea del docente es, en primer lugar, buscar la verdad en la

actividad universitaria y alimentar la pasión por vivir una vida buena, de modo tal que

no haya quiebres entre lo que dice y lo que intenta vivir. Esto significa que es necesario

que estos dos puntos estén unidos, pues se fecundan. Así tendremos el escenario en el

que se produce la búsqueda de la verdad y el modo de ser –sus virtudes– de los que

buscan la verdad en la acción docente.

Los estudiantes tienen, sin duda, una importante tarea. La educación no puede

nunca ser “unidireccional” (Ibáñez-Martín, 2005, p. 136), pues efectivamente los

docentes aprendemos de los alumnos. Por eso los alumnos tienen una insoslayable tarea

personal en la comunidad educativa, y es la de empeñarse seriamente en sus estudios y

emplear los propios talentos para adquirir una formación que los habilite a futuro para

ser las personas que puedan dirigir a otras personas.

Sin embargo, hay muchas opiniones sobre si afrontar o no esta cuestión de la

esencia de la universidad como comunidad buscadora de la verdad y formadora en

moral y en ética. Además –la evidencia salta a nuestros ojos– la realidad es que no ha

sido así desde hace bastantes años. Pero encontramos muy claro lo que Ibáñez-Martín,

observando el fenómeno que se analiza, plantea: “precisamente por la edad que tienen

sus alumnos, la Universidad se configura como uno de los lugares más aptos para la

educación moral” (Ibáñez-Martín, 2005, p. 118). Queda expuesto y se comprende lo

conveniente que es que los alumnos puedan disponer de espacios en los que logren

profundizar y reflexionar sobre los aspectos morales, y que puedan lograr una estructura

interior moral madurada en estos ámbitos. Además, en esta época de sus vidas los

estudiantes se enfrentan con dilemas morales, y cuando se les introduce en esos “nuevos

ámbitos de problemas, (se verifica) que casi ningún estudiante viene dotado con el

equipamiento intelectual necesario que le permita encontrar la respuesta moral que

necesita” (Ibañez-Martín, 2001, p. 13).

La Universidad 19

2. Contribución a una sociedad civil abierta

La educación cívica de la juventud es hoy una preocupación mundial.

Frecuentemente se adscribe tal educación a la enseñanza secundaria, sin reparar en que

la enseñanza superior –cuando los estudiantes son mayores de edad– es también un

momento decisivo para enseñarles a reflexionar, a comprometerse, a tomar posiciones

ponderadas en diálogos maduros.

La enseñanza superior ha de profundizar en el sentido y alcance de los derechos

propios de la ciudadanía y ayudar a los estudiantes a que crezcan y se planteen un

compromiso con los deberes sociales y políticos. Es posible tener claridad sobre estos

deberes y sobre cuáles son las estrategias que los profesores pueden seguir en la

enseñanza superior para promoverlas. (Ibáñez-Martín, 2001, pp.9 y ss.).

El sentido y el aspecto esencial de la misión de la universidad se refiere, sin duda,

a la responsabilidad de iluminar las mentes y los corazones de los jóvenes. Esto es

posible con una educación que no consista en la mera acumulación de conocimientos y

habilidades, sino en una formación humana que se nutre de las riquezas de una tradición

intelectual orientada a una vida virtuosa. Una vida virtuosa que les haga capaces de

contribuir realmente a la vida en una sociedad abierta. “Sin duda es necesario en primer

lugar ayudar a reconstruir a la persona humana para empezar a reconstruir la sociedad y

liberarla del dominio del mercado global y el consumo que actualmente rigen y

condenan las vidas de los pueblos en América Latina” (Mifsud, 2000, p. 8).

Si debemos asignar un fin práctico a la Universidad –tal como plantea Newman–

ese fin es el de educar y formar buenos miembros para la sociedad: “La educación

universitaria (...) aspira a elevar el tono intelectual de la sociedad, a cultivar la

inteligencia, a purificar el gusto nacional, a proporcionar principios verdaderos, al

entusiasmo popular y a fijar metas a las aspiraciones nacionales, a ampliar el campo de

las ideas de la época, a facilitar el ejercicio de la facultades políticas y a refinar el

intercambio en la vida privada” (Newman, 1956, pp. 256-257). Sean cuales fueren las

características de las instituciones universitarias esto no es sólo aplicable a ciertos

modelos de universidad, sino a cualquier institución universitaria que, en esa búsqueda

de la verdad, contribuya a una sociedad civil abierta.

Ballesteros comenta que “de las tres tareas asignadas (…) a la Universidad: la

investigación, la docencia y la formación integral de sus miembros, esta última parece la

más olvidada en la actualidad. (…) La tarea universitaria de búsqueda de la verdad

universal, una verdad que debe orientar el sentido y el fin de la existencia, aparece hoy

dificultada (…)” (Ballesteros, 2002, p. 5). La dificultad puede identificarse en dos

aspectos fuertes: la mentalidad que Ballesteros denomina como tecnocrática, y que

niega cualquier verdad que trascienda los meros datos empíricos, por un lado. Por otro

lado, el relativismo cultural que entiende que la disparidad de planteamientos éticos es

insuperable en virtud de las diferentes culturas. Es interesante destacar esas

apreciaciones, pues sin un real ajuste del tema no abordaremos a ninguna conclusión

que pueda ayudarnos a superar la coyuntura y proyectarnos. La formación integral de

los estudiantes universitarios puede darse sólo en un ámbito en el que se busque la

verdad desinteresadamente, sin reduccionismos ni parcelaciones.

Frente a la realidad, que nos interpela constantemente, la Conferencia Mundial de

Educación Superior, convocada por la UNESCO en 1998, en su Declaración final

expone las misiones y funciones de la educación superior del siglo XXI. Así, en el

artículo 1 señala la importancia de: “a) formar diplomados altamente cualificados,

20 Hacia una mentalidad de Formación Transversal Ética y Moral en las Universidades Iberoamericanas.

Una propuesta

ciudadanos responsables, capaces de atender a las necesidades de todos los aspectos de

la actividad humana (...) y b) constituir un espacio para la formación superior con el fin

de formar ciudadanos que participen activamente en la sociedad” (UNESCO, 1998).

Quien tiene una formación superior no puede dejarse llevar ni por las modas ni por el

egoísmo, sino que debe estar en condiciones de mantener una postura que reflexione y

pondere todos los datos de un contexto actual complejo, dinámico, multicultural, plural.

Será una reflexión que implique un marco personal de virtudes y de capacidades para

entender que somos personas que estamos analizando y considerando situaciones de

otras muchas personas, y en muchos casos seremos los que juzgan y deciden sobre sus

acciones.

Pero, como señala la UNESCO, todos esos datos “no pueden llevarnos –porque no

es humano– a mirar a otro lado cuando, desde una posición de bienestar, contemplamos

la pobreza en la que se mueven tantas naciones hoy día (…). No habrá una solución

única a estos problemas, pero las instituciones de enseñanza superior deben sensibilizar

a los estudiantes para que se los planteen y para que propongan soluciones razonables e

imaginativas, (…).

Las instituciones de enseñanza superior, por tanto, tienen ante sí la gran

responsabilidad de proporcionar a los estudiantes una visión profunda del conjunto de

argumentaciones en las que se basa la concreta organización jurídica de la convivencia

en el propio país y de la estructuración de las relaciones internacionales –especialmente

en lo referente a la solidaridad mundial–, de animarles a que se formen su propio

criterio y de incitarles –también con el ejemplo de los profesores– a que se

comprometan en el esfuerzo por hacer socialmente operativas sus ideas, conscientes,

como dice la citada Declaración Mundial sobre la Educación Superior, “que están

provistos de una especie de autoridad intelectual que la sociedad necesita para ayudarla

a reflexionar, comprender y actuar” (UNESCO, 1998, art. 2. b).

En estos aspectos es mucho lo que puede hacer la Universidad para la enseñanza,

desarrollo y promoción de esta ciudadanía vivida por los estudiantes. La ciudadanía está

anclada en el bien común y se abre a las diferencias propias de cada contexto histórico,

social, geográfico, cultural, etc. Y así le permite al universitario entender lo común y lo

diverso sin temores, como parte de la rica realidad que le rodea.

En este sentido tienen particular relevancia los puntos que desarrolla Ibáñez-

Martín en su trabajo sobre “La formación social y cívica en la Universidad” del año

2002. Así, sintetiza en seis ejes en relación con los deberes de un ciudadano que

describimos:

Por una parte habla de tres ejes de deberes esenciales del ser humano como

miembro de una comunidad, y luego de hablar de los deberes que hacen a la asunción

de las responsabilidades personales, señala los dos ejes vinculados con la sociedad

política. En este sentido es interesante que se articule el ejercicio de la ciudadanía con la

estructura lógica del ser humano animal, político y social.

Los ejes son:

1) Desarrollo de la convivencia con todos y la promoción de una conversación

social confiada;

2) Fomentar la solidaridad natural y la amistad;

La Universidad 21

3) Cultivar lo particular en el amor a los orígenes étnicos, regionales, y la debida

atención a lo universal o global;

4) Asumir las responsabilidades personales;

5) Desarrollar la capacidad para evaluar en la verdad las Políticas Públicas

6) Comprometerse en la participación de la vida pública.

En estos aspectos es mucho lo que puede hacer la Universidad para la enseñanza,

desarrollo y promoción de esta ciudadanía vivida por los estudiantes.

La universidad tiene la posibilidad de educar en ciudadanía, pero esa formación

sólo es posible cuando la perspectiva humanística está presente en la institución. En

concreto, el respeto y la consideración de cada alumno, profesor y cada miembro de la

comunidad universitaria como persona.

Alma Herrera, en una disertación como miembro de la Cátedra UNESCO,

Universidad e Integración Regional, México, que tuvo lugar el 19 de enero de 2011,

afirmaba que la ética de la responsabilidad implica diálogo, y a la vez decisión, para

llevar a cabo acciones que nos conduzcan a involucrarnos en aspectos cívicos y articular

políticas que puedan dar respuestas a las demandas sociales más urgentes. Lo personal

ha de conciliarse con proyectos sociales que busquen el bien común.

En ese mismo sentido, Nubiola explica: “Hace falta aprender a vivir en una

comunidad plural, en la que no sólo el mutuo respeto sea la conducta básica habitual,

sino en la que además se favorezca la realización personal de cada uno. Una comunidad

universitaria requiere comunión y comunicación, poner lo personal al servicio del Fin

Común y un mutuo conocimiento de lo que hacen unos y otros. (…) Es posible

transformar la realidad universitaria si los profesores se empeñan decididamente en

ello” (Nubiola, 2009, p. 159).

3. La educación universitaria como instrumento de humanización

La universidad es, pues, una poderosa ayuda para abordar las cuestiones de la

formación humana. La universidad ha sido históricamente formadora en humanismo. En

este sentido, no podemos obviar el tema, pero tampoco nos extenderemos. Nos

encontramos nuevamente con un escollo que presenta la crisis existente en relación con

el humanismo. Para avanzar debemos aclarar sobre qué seguiremos hablando.

Particularmente, interesa puntualizar que para avanzar con el trabajo nos

referimos al humanismo clásico y su difusión de la paideia como educación útil para la

vida, basada en criterios de moralidad.

“La paideia –comenta Quintana Cabanas– es la forma nacional de la educación

griega clásica en las escuelas y en la polis. Tenía un carácter a la vez intelectual, moral

y cívico. Sus ideales eran los siguientes: 1. La moralidad (areté, virtud). 2. La belleza

(tò kalón), a través de las artes. 3. La phrónesis (sabiduría), o reflexión sobre el

verdadero camino. 4. La formación del individuo bello y bueno (kalós kai agathós). 5.

La formación completa y armónica (virtudes morales y educación músical)” (Quintana,

2009, p. 213).

Podemos encontrar entre los autores una síntesis del humanismo que se ha hecho

presente a lo largo de la historia de la humanidad con distintos matices. Comienza con

el humanismo clásico o greco-romano, el renacentista, el ilustrado, el neoclasicismo y el

contemporáneo.

22 Hacia una mentalidad de Formación Transversal Ética y Moral en las Universidades Iberoamericanas.

Una propuesta

Se podría decir que habrá tantos humanismos como sean los modos de entender el

hombre y sus fines, siempre que prevalezcan estos fines sobre otras cuestiones.

Los humanismos contemporáneos recogen las ideas y actitudes que tienden a

hacer a los individuos más humanos, acentuando:

a) los valores humanos fundamentales: democracia, derechos humanos, tolerancia;

b) el sentido universal de humanidad, sobre el sentido de nación y de grupo;

consecuencia: el interculturalismo; c) la eliminación de las formas humanas de

explotación, y de tabúes y dependencias y d) la eliminación de las consecuencias

negativas del desarrollo industrial (masificación, consumismo, globalismo).

Siempre habrá humanismos. Así pues, si nos planteamos formar universitarios

humanistas, expertos en humanidad, interesa destacar la necesidad del humanismo para

las personas o seres humanos. Y no podremos, pues, quedarnos con un humanismo

cuyas respuestas no busquen en lo más hondo de la persona y su dignificación. Por esta

razón se considera adecuado apoyarnos en el humanismo de los greco-romanos y los

renacentistas, con los aportes que lo enriquecen del humanismo ilustrado, el

neoclasicismo de Alemania, y cualquiera de las formas de humanismo contemporáneo

que completen “una concepción del hombre integral, digna y enaltecedora del ser

humano” (Quintana, 2009, p. 216). En este sentido, es necesario destacar la primacía

intelectual de la razón en el conocimiento humano. Comenta Quintana que sin razón no

podrá haber ni esencia humana ni un humanismo consistente. Para afirmar esto nos

limitaremos a la experiencia inmediata y cotidiana que todos tenemos, y al hecho de

que, hasta para negarlo, tenemos que usar de la razón.

La universidad es una institución performativa. La palabra “performativa” tiene

como significado que “por el mismo hecho de ser nombrada se convierte en acción”. El

filósofo del lenguaje J.L. Austin definía las palabras performativas como “realizativas”,

en su obra póstuma “Como hacer cosas con palabras” (Austin, 1962, p. 145), lo define

textualmente como “el acto de expresar la oración es realizar una acción, o parte de ella,

acción que a su vez no sería normalmente descrita como consistente en decir algo”. Se

entiende como “performativa” la acción de “transformar”. En este contexto se

comprende que la Universidad se describa como institución performativa.

García Hoz plantea las tres notas de la persona humana y nos esclarece sobre la

perspectiva humanista-personalista que vamos a elegir (García Hoz, 1988, pp. 20, 26 a

37). Estas notas son:

a) Singularidad: irremplazable, insustituible, con una creatividad que le hace

poderoso y que es necesario descubrir y desarrollar;

b) Autonomía: capacidad para tomar decisiones personales hasta el final y dar

cuenta de sí y

c) Apertura a la trascendencia: significa que la persona está abierta a las cosas que

le rodean, a las personas (los demás) y a Dios.

Desde una visión en la que estas tres notas son las que iluminan nuestra mirada

sobre el hombre, tenerlas en cuenta u omitir alguna de ellas, nos aclara sobre el declive

social. Un declive que sería consecuencia de una mirada reductiva de la persona y que

agosta la formación intelectual, moral y cívica que planteamos con el humanismo

clásico y la paideia.

La Universidad 23

La universidad es transmisora de cultura. “La cultura debe servir a la ética, y una

cultura será mejor si la sirve mejor” (Sellés, 2010, p. 41). Y aquí, a pesar de tener una

definición de la R.A.E., nuevamente no podemos dejar de hacer una inclusión

relacionada con lo que entendemos por cultura y por la crisis actual de la cultura.

Considero que Fazio ha logrado realizar una descripción sobre lo que podemos

denominar crisis cultural. Afirmación sobre la que –aclara– hay casi unanimidad de

todos los intelectuales. Sin embargo, el autor comenta que si bien existen diagnósticos

diversos, “importante es subrayar esta conciencia generalizada de la crisis”. Hay

“unanimidad en el constatar la crisis y, diversidad en el interpretar sus causas” (Fazio,

2008, p. 19). Sobre las causas de la crisis hay varias respuestas que podrían agruparse

en tres grupos: la primera respuesta a la causa de esta crisis cultural proviene de lo que

llaman constatación de una existencia humana sinsentido, que adopta una cómoda

postura relativista que abdica de la búsqueda de la verdad y que este grupo considera

que ha sido la razón de tantas guerras. La segunda es la que proviene del pensamiento

ideológico y que llevado éste a su aplicación extrema conduce inevitablemente a los

totalitarismos. Y la tercera respuesta a la crisis cultural es la que lo explica en la

ausencia de un pensamiento abierto a la trascendencia.

En relación a la primera y segunda respuesta hay una misma génesis que conduce

a dos situaciones. Ambas están ancladas en el nihilismo que asimila el radical sinsentido

del hombre y de la historia. Pero ese nihilismo puede desembocar en el totalitarismo: la

voluntad humana debe proporcionar arbitrariamente un sentido a la vida y a la historia,

porque la vida del hombre no tiene sentido. Hay que crear una moral subjetiva fuerte,

que con una fuerte voluntad de poder llegue a llenar de sentido un mundo que carece de

significado y de un orden moral objetivo. Observamos así cómo puede explicarse la

planificación estatista de Stalin, el poder del fascismo y los valores inhumanos del

nacional-socialismo. Pero con otra mirada hacia ese sinsentido se podría arribar al

máximo relativismo: ya que no podemos afirmar ninguna verdad como absoluta, hemos

de tolerar, tratar de vivir buscando sobrevivir con la poca felicidad que pueda

alcanzarse. Surge un pensamiento débil y –aún más– un nihilismo que han dado en

llamar débil también. El énfasis está en la necesaria aceptación de la falta de sentido de

la historia, de la propia limitación o finitud, lo irrelevante y absurdo de lo cotidiano.

Este planteo ha tenido su máxima expresión en manifestaciones culturales –filosóficas,

artísticas, literarias. Nada tiene sentido y por eso es inútil que se busque establecer con

objetividad el bien del mal, prohibir, permitir, alentar, impedir. Como señala Fazio, “un

pensador clave para entender las dos derivaciones del nihilismo es Federico Nietzsche”

(Fazio, 2008, p. 23).

Sin embargo, son muchos los que frente a estas conclusiones se dieron cuenta que

la crisis cultural tiene su causa en una crisis de valores. Esto originó un movimiento que

se acercó a lo trascendente, a lo espiritual y religioso. Fue entonces cuando hubo

conversiones de algunos intelectuales occidentales al catolicismo o a otras confesiones

cristianas (T.S. Eliot, G.K. Chesterton, J. Maritain, G. Marcel, etc.). Comenta Fazio que

muchas de estas conversiones fueron causadas en parte por el rechazo de la esencia de

las ideologías modernas. Principalmente, en lo que respecta a la afirmación de la

autonomía absoluta del hombre. Surgieron algunas corrientes filosóficas que trataron de

abrir las puertas de un ambiente intelectual cerrado y enviciado hacia perspectivas

diferentes. Autores como Bergson, con su corriente espiritualista, o Mounier, Guardini,

o Wojtyla con el planteo de la visión personalista, Blondel y la filosofía de la acción,

Maritain, Gilson y Fabro, quienes plantearon una corriente neo-tomista, y otros autores

24 Hacia una mentalidad de Formación Transversal Ética y Moral en las Universidades Iberoamericanas.

Una propuesta

como Scheler y Hartmann, que propusieron una filosofía de los valores; más cercanos a

nuestro tiempo autores como Jaeger, Huizinga o Dawson –historiadores– buscaron en el

pasado los puntos que pudieran servir de referencia para construir sobre la masacre que

resultó de la Segunda Guerra Mundial.

Cuál ha sido la clave de la búsqueda de estos y otros autores desde una

perspectiva tan diferente: entender que la causa última de la crisis era una concepción

equivocada de la naturaleza humana. Fundamentalmente ellos concluyen que si la

consideración de la absoluta autonomía del hombre puesta en acción nos ha conducido a

enfrentamientos fratricidas, o entre pueblos o naciones, esta afirmación no encarna los

valores más nobles y propios de la naturaleza humana.

Apoyados en esta síntesis de la crisis cultural concluimos que puede pensarse en

la real posibilidad de la Universidad como trasmisora de la cultura, una cultura en crisis

pero de una crisis que le ha conducido a repensarse, a repensar sobre la humanidad y

sobre cada hombre como persona. Así la universidad proporcionará a los alumnos un

sustrato común, una lógica, un afán de saber y una apertura de inteligencia que

configuren esa personalidad para la que nada humano es ajeno. Los alumnos pueden

disponer de resortes intelectuales y afectivos desarrollados y arraigados que les

permitan hacerse idea de las cuestiones ajenas e involucrarse en la solución de los

problemas.

Cuando el ambiente de las universidades está identificado como comunidad de

buscadores de la verdad se hace posible esta educación y despliegue de virtudes.

La universidad es un lugar privilegiado para desarrollar la solidaridad natural y la

amistad, la confianza, el diálogo, la participación y la escucha. De este modo, las

cuestiones más importantes de la ciencia, de la vida y del mundo puedan afrontarse

desde una perspectiva interdisciplinar, porque se ha aprendido a dialogar, a escuchar, a

acordar, etc. Así, Barnett –y en esta línea están trabajando otros autores

norteamericanos, como Elizabeth Kiss, Walter Redmon, Peter Euben y otros– señala

que “en medio de la actual supercomplejidad de la sociedad, el problema educativo

fundamental no es de conocimiento sino de ser, debiendo así la Universidad esforzarse

en proporcionar a los estudiantes un sentido para su vida.” (Barnett, 2000, p. 6).

Estos aspectos resaltan la necesidad de un cambio de perspectiva docente en la

universidad. Podría darse que algunas universidades y su profesorado estén abiertos a la

innovación, al pensamiento crítico, al progreso y a la búsqueda de rigor y de verdad,

pero a la vez no arriesguen en sus estilos de hacer y de ejercer la docencia. Podemos

encontrar buenos estímulos para que las universidades y los universitarios orienten el

cambio, pero es necesario asumir el riesgo de buscar lo nuevo. Probablemente esa

actitud genere temores, pues no siempre redundará en apoyos mayores o ayudas o

recursos para la promoción de la investigación o de la calidad en la docencia.

Los cambios a los que nos conduce un proceso de incorporación de acciones

orientadas a la formación en valores o de aprendizaje ético en el mundo universitario

son justamente cambios cualitativos, pero que no impactan en el corto plazo. Si bien es

cierto que cada vez se insiste con mayor frecuencia en la importancia de incorporar

elementos éticos en la formación de profesionales y en el ámbito de la investigación,

aún queda mucho por andar si, de verdad, el objetivo no se limita a la formación

deontológica del futuro profesional, sino a contribuir en la mejora de su formación

personal en sus dimensiones ética y moral.

La Universidad 25

La incorporación de cuestiones éticas y la modificación o creación de condiciones

que hagan posible que el escenario de aprendizaje universitario también lo sea de

aprendizaje ético, requerirá sin duda algún establecimiento de pautas o marco

normativo. Avanzar hacia un modelo de universidad que comparta la conveniencia de

incorporar en sus programas de formación contenidos de aprendizaje relacionados con

valores y actitudes, requiere que en los programas de las carreras, en cada una de las

materias que conforman la malla curricular, se establezcan objetivos terminales

referentes a lo ético y lo moral en sus diferentes etapas.

Por eso volvemos a enfatizar que en este aspecto es necesario que se logren con

creatividad y sin dilaciones planteos innovadores, que la universidad no se estanque,

pues la dinámica de la sociedad requiere de acciones concretas. Lograr el surgimiento

de lo nuevo. Pero, ¿desde qué perspectiva? Desde la única que parece obvia, pero tal

vez olvidada. Si la Universidad es una Institución humana, la única perspectiva será la

del hombre. Es el hombre quien únicamente puede descubrir lo nuevo o reencontrarse

con lo esencial dentro de lo cambiante. Es interesante, pues, repensar la universidad

desde el alma de la universidad, desde su pasión central: “Una pasión que me llevó a

pensar (…) que toda experiencia de educación es un acto de amor por el mundo, al que

introducimos a los recién llegados para que aprendan a decidir, por sí mismos en qué

consiste el arduo arte de vivir sus propias vidas” (Bárcena, 2006, p. 285). Esa pasión

nos ilumina sobre la tarea educativa, que consiste en dar a luz, en encender el fuego, tan

distinto de llenar un vaso, como quedó dicho por Aristófanes.

Resulta de interés un estudio realizado por Larry Braskamp en el que comenta lo

que está ocurriendo en Estados Unidos, un país muy diverso y complejo. Muchos de los

aspectos que él trata pueden tenerse en cuenta para promover y aplicar en las

Universidades Iberoamericanas. Braskamp explica, en primer término, que los Colleges

y Universidades siempre han tenido un particular interés en el desarrollo integral

(humanístico) del estudiante, aunque durante las últimas décadas se han centrado más

en la preparación de estudiantes para el ejercicio profesional desde una perspectiva

técnica. Esto –sigue comentando– ha hecho que se prestara menos atención a lo que el

autor denomina “preparación para la vida”. Sin embargo, comenta que en este último

tiempo ha crecido el interés por el desarrollo integral de los estudiantes, sobre todo en

los aspectos vinculados con la formación moral, ética y religiosa. También expone que

los alumnos manifiestan una significativa ignorancia sobre aspectos básicos vinculados

con esto, y reclaman formación en este sentido. Las universidades están encarando este

desarrollo integral, que se ve reforzado por el interés del alumnado. Esto ha concluido

en la implementación de cursos que apuntan y abordan de manera integral las cuestiones

en las carreras. Esto significa que los alumnos desarrollan sus habilidades cognitivas y

aprenden a pensar con mayor complejidad. Al mismo tiempo se va dando en ellos una

madurez emocional, una profundización en el sentido de uno mismo y de su identidad,

de cómo plantearse y aprender a relacionarse con los demás. Algunos estudios expresan

todo esto como la hora en la que la universidad se aplique a que sus alumnos se centren

en el movimiento de “auto-autoría”. Braskamp afirma que le gusta pensar en el

desarrollo del estudiante en términos de inversión: los estudiantes invierten su tiempo,

talento y energía en actividades que les resultan significativas para sus vidas.

Profesores y directivos de asuntos estudiantiles están trabajando en colaboración

como profesores de estos cursos. Se integran convocatorias que en algunas instituciones

son extra-curriculares y en otros casos curriculares. A los estudiantes se les anima a

hacer una contribución a la sociedad para que cumplan no sólo con un sentido personal

26 Hacia una mentalidad de Formación Transversal Ética y Moral en las Universidades Iberoamericanas.

Una propuesta

y espiritual de sí, sino para que logren con su actividad tener una perspectiva de

contribución a un mundo mejor. En resumen, muchas universidades no son

confesionales pero han incorporado materias vinculadas a la moral, la ética, e incluso a

la religión, en su oferta curricular, porque reconocen que ayudan a capacitar a los

alumnos a vivir una vida con propósito de significado; hacen que los alumnos puedan

confiar en sus valores personales, tengan una visión del mundo, se comprometan a ser

profesionales con una dimensión de servicio. El autor comenta también que en las

Universidades confesionales, la mayoría de los profesores desean que se afiance este

desarrollo moral y ético. Pero no todos se manifiestan preparados para esta tarea.

Cualquier universidad se enfrenta al reto de convertirse en un ámbito de ayuda y

desafío a sus alumnos. Se debe llegar a armonizar la formación académica y la

formación integral. Braskamp define a la escuela eficaz como aquella en la que todos

sus actores apoyan y desafían a los alumnos en ese desarrollo integral. En la práctica,

esto significa que los profesores y todo el personal han de ser verdaderos modelos y

mentores en todos los frentes; todos han de alentar a los alumnos en este modo de

plantearse los temas, de manera tal que se logre construir sobre cimientos sólidos,

observando comportamientos coherentes entre lo que se dice y se alienta, y cómo se

vive.

Los líderes de las Instituciones Educativas deben ser especialmente conscientes de

la importancia de crear y mantener una comunidad universitaria que elimine la falsa

impresión de que lo que se dice creer no es algo objetivo, emocional o privado, sino que

la búsqueda y comprensión de la verdad es una empresa posible de lograrse. En general,

el autor comenta que en casi la totalidad de los casos estudiados se han encontrado con

materias en las que se desarrollan los temas, pero también esto se refuerza con un

Asesoramiento o sistema de tutoría que aborda entre el profesor y el alumno

dimensiones afectivas, espirituales, así como su desarrollo cognitivo y sus capacidades

intelectuales. Se han dado cuenta de que no es suficiente con plantear los temas en las

clases, sino que es necesario –para que los alumnos logren incorporar y madurar– una

instancia más cercana de diálogo y apertura para la mente de los estudiantes.

También es interesante cómo otros autores americanos analizan la necesidad de

formar en la Universidades desde una perspectiva transcendente. Así, Perry Glanzer

comenta que uno de los componentes clave de cualquier enfoque para la formación

moral consistirá en la formación de la identidad de los estudiantes. El autor explica que

las personas actuamos moralmente, pues no deseamos traicionar nuestro ser. Estos

autores afirman que en las universidades confesionales, la comprensión de la propia

identidad cristiana –por ejemplo– y la formación de la propia identidad de cada persona

son verdaderos anclajes de la formación moral de sus alumnos. También argumentan

que los esfuerzos para lograr una educación integral favorece que los alumnos se

interesen en desarrollar esa identidad moral.

La universidad es, por todo lo expuesto, una significativa escuela de humanidad y

responsabilidad. “Al universitario se le pide que sea dueño de sus propios actos y que

tome conciencia de que se le exigirán resultados de calidad, precisamente porque se

pretende formar personas capaces de comprometerse en la solución de los problemas

humanos de mayor entidad, basándose en una preparación profesional cuidadosa” e

integral. (Ibáñez-Martín, 2001, p. 14).

27

II. Redes y Sociedad Red: una visión global

Las redes son organizaciones formales, o grupos de instituciones y actores que se

reúnen alrededor de objetivos y problemas específicos. Como asociaciones

institucionales tienen distintos y variados niveles o ámbitos de acción, y constituyen

espacios adecuados para la interacción y la colaboración. Existen organizaciones cuyo

campo de acción puede ser local, regional, nacional o de nivel internacional, tanto de

carácter bilateral como multilateral.

Una red solo tiene sentido si define con claridad sus propósitos y si estos son

compartidos por quienes la conforman. Por consiguiente, una red debe responder a una

serie de características que le son propias, entre las que cabe destacar la horizontalidad

de la relación entre las instituciones, las tareas comunes a desarrollar a pesar de las

diferencias y de la autonomía propia de las instituciones participantes, la comunicación

permanente y las acciones claras definidas por todos sus participantes.

Castells nos dice que “una sociedad en red es aquella cuya estructura social está

compuesta de redes potenciadas por tecnologías de la información y de la comunicación

basadas en la microelectrónica. (…) no posee ningún centro, sólo nodos. Los nodos

pueden tener mayor o menor relevancia para el conjunto de la red y esta importancia

dependerá de su capacidad para contribuir a los efectos de la red. (…) La red es la

unidad, no el nodo” (Castells, 2006, p. 27).

El término sociedad red fue acuñado en 1991 por Jan van Dijk en su obra De

Netwerkmaatschappij (La Sociedad Red) - aunque sin duda quien ha contribuido a su

mayor desarrollo y popularización ha sido Manuel Castells en La Sociedad Red, el

primer volumen de su trilogía La Era de la Información. De wiki

Parece interesante entender que las redes no son una forma específica de las

sociedades del siglo XXI ni de la organización humana, sino que constituyen la

estructura fundamental de la vida, de toda clase de vida. Así, Capra comenta “la red es

una estructura común, a cualquier vida; dondequiera que vemos vida, vemos redes”

(Capra, 2002, p. 9). Parece curioso comprobar que incluso se podría hablar de un

mundo enREDdado. Por eso los temas a resolver que están en el mundo no son “del

mundo” sino de las personas, que hemos de entender cómo debemos interactuar.

Sin embargo, la evolución de la sociedad se ha centrado en un tipo diferente de

organización –que se podría calificar como superestructura: las burocracias jerárquicas,

que se basan en la integración vertical de los recursos y las personas como una

expresión del poder organizado con intencionalidad y racionalidad (Mintzberg, 1991, p.

48). Las estructuras burocráticas se distribuyen mediante flujos unidireccionales de

información y recursos, sin tener en cuenta la complejidad de un mundo relacional y

multicultural. Estas estructuras organizativas han simplificado –a través de la

modelización– la interrelación de las personas. Por otra parte, sus limitaciones cada vez

son más notorias, pues no pueden adaptarse fácilmente a los ambientes cambiantes y

complejos del contexto.

Una de las limitaciones materiales que ha demorado el uso de las redes en la

organización y resolución de las cuestiones de las personas ha sido, evidentemente, la

tecnología disponible. Tecnología entendida como modo de hacer las cosas y como

accesibilidad a los medios electrónicos. La fuerza de las redes radica en su flexibilidad,

adaptabilidad y capacidad de auto-reconfiguración. La capacidad de las redes para

28 Hacia una mentalidad de Formación Transversal Ética y Moral en las Universidades Iberoamericanas.

Una propuesta

introducir nuevos actores y nuevos contenidos en el proceso de organización social se

incrementó a lo largo del tiempo con el cambio tecnológico, y –más en concreto– con la

evolución de las tecnologías de la comunicación. Esto significa que la tecnología

adecuada y disponible es condición necesaria –aunque no suficiente– para la

transformación de la estructura social en redes organizativas.

Castells comenta que las redes se han convertido en la forma organizativa más

eficiente como resultado de sus tres rasgos diferenciadores. En primer lugar la

flexibilidad: pueden reconfigurarse en función de los cambios del entorno, manteniendo

su objetivo aunque varíen sus componentes. En segundo lugar la adaptabilidad: pueden

expandirse o reducir su tamaño sin sufrir alteraciones importantes. Por último está la

capacidad de supervivencia: al no poseer un centro y ser capaces de actuar dentro de

una gama amplia de configuraciones, las redes pueden resistir ataques de alguno de sus

integrantes o a sus propios códigos, y encontrar nuevas formas de actuar.

Las redes permiten que las unidades sociales (personas u organizaciones)

interactúen en cualquier lugar y momento, y se confía en la infraestructura de apoyo que

administra recursos materiales distribuidos a lo largo y ancho del sistema de

información que se adopta. Se suele explicar que esto ha sido posible porque estamos

transitando la era de la información, pero acertadamente Castells argumenta que “lo

realmente novedoso, tanto tecnológica como socialmente, es una sociedad construida

alrededor de tecnología de la información” (Castells, 2006, p. 32). Casi podríamos decir

que la extensión del cuerpo y de la mente de las personas que interactúan en red es algo

específico del mundo actual. “Estamos frente a un nuevo paradigma tecnológico que

organiza una serie de descubrimientos tecnológicos alrededor de un núcleo y un sistema

de relaciones que mejoran la actuación de cada tecnología específica” (Castells, 2006, p.

33).

Es interesante comentar que se pueden mencionar tres procesos que, si bien son

independientes entre sí en su origen, al interaccionar juntos han hecho emerger una

nueva forma de organización social, la sociedad en red. Los tres procesos son: a) la

crisis del industrialismo y la necesidad de la industria para innovar en forma constante y

adaptarse continuamente al contexto, b) los movimientos sociales orientados a la

libertad, con una cultura de la libertad que fue decisiva para la producción de

tecnologías red, la infraestructura esencial para que las organizaciones realizaran una

reestructuración en términos de globalización, descentralización y redes; y por último c)

la revolución en las tecnologías de la información y la comunicación.

A pesar de que pudiese parecer que una sociedad en red tiende a la pérdida de las

características de cada integrante, en la dinámica se observa que lo que caracteriza a la

sociedad red global –en contraposición a lo podría parecer previsible por la red global–

es la reafirmación de las identidades locales. Más que aparecer una cultura homogénea

global, lo que se observa como tendencia más común es la diversidad histórica y

cultural: cierta fragmentación más que convergencia. La cuestión clave será que estas

identidades culturales singulares posean la capacidad de comunicarse unas con otras,

compartan una estructura social y sean capaces de hablar un lenguaje común de valores

y creencias. Por eso los protocolos de comunicación entre las diferentes culturas son la

pieza fundamental de una sociedad en red.

En definitiva, es factible concluir que la sociedad en red es un formato

sociocultural de la modernidad tecnológica. Pero las sociedades –y cada uno de sus

integrantes– no tendrían que limitarse a copiar modelos –sin más– como si aplicaran un

Redes y Sociedad Red: una visión global 29

implante, pues esto tiende a ser rechazado por la imposición y la no contextualización

que implica. Las sociedades podrían ampliar su capacidad para experimentar ellas

mismas el paradigma socio-técnico que les permita desarrollar modelos de sociedad en

red a su medida, arraigados en su propia identidad y abiertos a las formas de otras

culturas. Este proceso sí permitiría el intercambio fructífero de la experiencia humana,

de manera tal que la sociedad global red sea el resultado de formas específicas de

sociedad red, cada una con su propia identidad, en comunicación con otras.

1. Redes universitarias. Integración y cooperación académica

Las redes universitarias se definen como un conjunto integrado por diversas

instituciones relacionadas entre sí de manera horizontal (no de dependencia ni

piramidal), que persiguen un objetivo y propósito específico y común: es un entramado

de mecanismos de comunicación entre instituciones relacionadas entre sí de manera

permanente y multidireccional. En consecuencia, ser parte de una red solo trae

beneficios no solo para los que hacen parte vital de la misma, sino para las instituciones

allí representadas, pues fortalecen el desarrollo de la educación superior al favorecer el

espíritu integrador.

En la última década, la sociedad y la Universidad han recibido el impacto de las

nuevas tecnologías de la informática, que asociadas al avance de los medios de

comunicación, han producido cambios fundamentales en la manera de escribir la

información, de almacenarla, de comunicarla, en definitiva, de usarla. Dijo George

Landow ya en 1995 que este cambio influenció en nuestra cultura, tanto como lo

hicieron en su momento la invención de la escritura o la creación de la imprenta: una

revolución copernicana del universo de Gutenberg. Los especialistas en educación y en

las nuevas tecnologías de la información están de acuerdo en un punto, no estamos más

que en el comienzo de una revolución en la educación, que en el largo plazo debería

transformar las nociones mismas de enseñanza y aprendizaje. Este fenómeno ha

impactado en forma positiva en la Universidad. Profesores y alumnos pueden extender

su mano en ese espacio virtual y acceder al contenido de un libro en una biblioteca de

un país lejano. También nos da la posibilidad ilimitada de la libertad de intercambio y la

red representa para los investigadores y estudiosos una enorme biblioteca, la más grande

jamás imaginada. La universidad participa de un nuevo escenario potencializado por la

oferta de las redes: correo electrónico, transferencia de archivos, búsqueda de

información, comunidades electrónicas, foros de discusión, teleconferencias, cursos

virtuales. Oferta cualitativa, ya que permite el acceso a nuevos dominios. Toda la

educación superior universitaria internacional tiende a transformar estos espacios

virtuales, de informales en “formales”, dándoles un fuerte reconocimiento, y a su vez,

un “status” académico jerarquizado. Es en este nuevo medio, en que los vínculos

formales interuniversitarios se han transformado en indispensables, bajo la forma de

convenios de intercambio, acuerdos de información recíproca, de establecimiento de

alianzas, coaliciones entre asociaciones afines, federaciones interuniversitarias, de redes

con fines determinados, de espacios de discusión científica o simplemente de

instituciones proveedoras de recursos y conocimientos. Valgan como ejemplo las dos

grandes alianzas europeas, la Red Sócrates-Erasmus y el Grupo Compostela de

Universidades. La Red Sócrates-Erasmus es un programa europeo que funciona desde

1987 con la modalidad de créditos de transferencia. Esto hace que el alumnado

considere que toda Europa es una sola y gran Universidad. A 15 años de su creación, la

evaluación es que el programa ha diseminado el conocimiento por toda Europa, se han

ampliado las competencias de las Instituciones más pequeñas, se ha mejorado la

30 Hacia una mentalidad de Formación Transversal Ética y Moral en las Universidades Iberoamericanas.

Una propuesta

educación continua, y fundamentalmente, se ha producido una nivelación entre el

conocimiento de los países menos industrializados con los más fuertes. Otros ejemplos

importantes son la beca intereuropea Séneca y el Programa Leonardo da Vinci para la

formación de alumnos en la “dimensión europea”, que está sostenido financieramente

por la Comunidad Económica Europea. Estas son las nuevas tendencias, a las que la

educación superior argentina, y americana toda, debe propender. Redes

interuniversitarias. Doldan, José María.

El siglo XXI presenta grandes retos para la humanidad. Los efectos de la

globalización, entendida como la integración de capital, tecnología e información entre

países, no es un fenómeno reciente; por el contrario, es un proceso que ha estado

presente en la sociedad desde el momento mismo en que las comunidades se

esparcieron y produjeron relaciones más amplias y complejas. Sin embargo, hoy

presenta características diferentes que suscitan nuevas y diversas interdependencias lo

que ha incrementado la integración del mercado global. Por lo tanto, se entiende por

globalización a la prolongación, más allá de las fronteras nacionales, de las mismas

fuerzas del mercado que durante siglos han operado en todos los niveles de la actividad

económica humana.

El premio Nobel de Economía, Joseph E. Stiglitz, refiriéndose a la globalización,

la define como “…la integración más estrecha de los países y los pueblos del mundo,

producida por la enorme reducción de los costes de transporte y comunicación, y el

desmantelamiento de las barreras artificiales a los flujos de bienes, capitales, servicios y

conocimientos y en menor grado, a personas a través de las fronteras” (Stiglitz, 2002, p.

152).

La integración y cooperación académica se ha dado en los países de América

Latina y el Caribe –y en general en Iberoamérica – como expresión de lo que suele

llamarse internacionalización solidaria en la Educación Superior .

En la Conferencia Regional de Educación Superior en Cartagena de Indias,

Colombia, en el 2008 (CRES-2008), surgió como uno de los principales lineamientos, la

importancia de promover la internacionalización solidaria de la Educación Superior de

América Latina y el Caribe. El modo de articular este lineamiento es por medio del

fortalecimiento de programas para la cooperación y la integración regional, y a través

del establecimiento de alianzas interinstitucionales. En este sentido, como mecanismo

de profundización de la cooperación e implementación de políticas y acciones que

contribuyan a ello, se han construido distintas Redes de Cooperación entre

Universidades en Iberoamérica y en el resto del mundo.

La importancia fundamental de la cooperación internacional solidaria como vía

para mejorar la calidad de la Educación Superior fue destacada por La Conferencia

Mundial de Educación Superior, realizada en París en el año 2009 (CMES-2009).

También se ha analizado la importancia de su contribución a la reducción de la brecha

en materia de desarrollo, mediante el aumento de la transferencia de conocimientos. En

este proceso se destaca el papel de las redes internacionales de universidades, sus

iniciativas conjuntas de investigación, y los intercambios de alumnos y personal

docente.

La cooperación académica internacional, como ámbito específico de la

cooperación internacional, ha sido definida como un conjunto de actividades realizadas

entre instituciones universitarias utilizando modalidades diferentes, pero siempre por

medio de la colaboración y la asociación en “temas de política y gestión institucional; la

Redes y Sociedad Red: una visión global 31

formación, la investigación, la extensión y la vinculación para el mutuo fortalecimiento

y la proyección institucional; la mejora de la calidad de la docencia; el aumento y la

transferencia del conocimiento científico tecnológico; y la contribución a la cooperación

para el desarrollo” (Sebastián, 2004, p. 167).

Cuando hablamos de cooperación académica es importante no dejar de reconocer

que este tipo de cooperación es la que permite una mayor interacción entre las

instituciones y sus comunidades académicas. Se produce un aprovechamiento de las

capacidades y se logran sinergias, se potencian las fortalezas de cada uno. Además

surgen nuevas formas de integración y articulación, y se promueve el trabajo en Redes.

No en vano, aunque parezca algo extremo, ha trascendido la frase de Virginia Burden,

“La cooperación es la convicción plena de que nadie puede llegar a la meta si no llegan

todos”.

La cooperación académica entre universidades de distintos países se apoya

principalmente en la complementariedad de las instituciones que, por estar en diferentes

regiones, culturas, situaciones, etc., siempre tienen una mirada multidimensional.

El aspecto de la solidaridad en este ámbito de cooperación hace mención a una

serie de acciones cooperativas con las instituciones de otros lugares en las que se da un

beneficio mutuo. Claramente se da un incremento en el conocimiento y el desarrollo, y

también se generan muchos acuerdos para programas conjuntos. En algunos casos estos

programas contemplan el intercambio de alumnos y de profesores e investigadores en el

marco de esta integración Iberoamericana.

Se considera que es un punto interesante que esta cooperación solidaria académica

sea una actividad de pares, pues de este modo se puede dar una cooperación activa y

también integrada. Esto suele impactar en las políticas públicas y de las instituciones.

También se definen instancias de formación docente conjunta y se gestionan actividades

de pregrado, grado, posgrado y educación permanente, en general en modalidades

virtuales, aunque podría preverse la modalidad presencial. Los profesores e

investigadores suelen encontrar –por medio de estas redes– una mayor vinculación con

la sociedad y la proyección social de sus investigaciones.

2. Las redes universitarias en Iberoamérica

A principios del 2010 se desarrolló el II Encuentro Internacional de Rectores

UNIVERSIA en Guadalajara. El tema fue la “Internacionalización y Cooperación

universitaria”. El diagnóstico que las máximas autoridades académicas de Iberoamérica

lograron delinear allí parece de interés para entender el estado de la situación de las

universidades iberoamericanas y de las redes universitarias. El diagnóstico plantea que

en Iberoamérica, como en otras regiones de nuestro planeta, la gran mayoría de las

Instituciones de Educación Superior han enfatizado la importancia del proceso de

internacionalización en sus Universidades y están de acuerdo en que se enfrentan a un

nuevo paradigma mundial que les obliga a contar con nuevas estrategias que les ayuden

a posicionarse nacional e internacionalmente en el mundo globalizado. La

internacionalización se presenta como la posible estrategia que logre compensar o

complementar tendencias globalizadoras negativas.

También es interesante cómo en este diagnóstico recuerdan que el conocimiento

es universal. Sin embargo, plantean que en las universidades iberoamericanas se

necesitan herramientas que les faciliten ser proactivas y predictivas del futuro,

especialmente por la capacidad que poseen para analizar distintos escenarios,

32 Hacia una mentalidad de Formación Transversal Ética y Moral en las Universidades Iberoamericanas.

Una propuesta

proyectarse y tener un agudo sentido crítico de las situaciones, etc. Se destaca que en

este punto es importante entender que la Universidad debe lograr esos espacios de

formación y desarrollo integral y de análisis de la realidad y disponer de las

herramientas que le permitan compartirlo, enriquecerlo y comunicarlo a otros y con

otros. También interesa –en este sentido– la capacidad que se logre desarrollar en los

estudiantes para entender el mundo real que vivimos. Todos estos son aspectos que

hemos comentado en los puntos anteriores referidos a la Universidad y su esencia, y a la

universidad como formadora de ciudadanos comprometidos. Resulta de particular

interés cómo destacan en las conclusiones de este encuentro que hay un rol de la

universidad en el espacio iberoamericano del conocimiento. Aquí, concretamente, se

refieren a los aspectos multiculturales, en la investigación que se da al acceder y

compartir los avances científicos y las acciones propias de la colaboración.

Hay distintas formas de cooperación que han sido superadores de las formas

Norte-Sur. Ya se habla de cooperación Sur-Sur, Sur-Norte, Este-Oeste. Todo esto

favorece y alienta la apertura; compartir con un sentido interesante de pares y

corresponsabilidad.

Para cualquier cooperación se suelen considerar relevantes aspectos vinculados

con la homogeneización de criterios de calidad y de acreditación: de esa manera el

intercambio se dará realmente de igual a igual. Sin embargo, en París en el 2009, se

destacó en La Conferencia Mundial sobre la Educación Superior (CMES) de la

UNESCO que la cooperación internacional en Educación Superior debería basarse en la

solidaridad y el respeto mutuo. Se menciona allí que hay una responsabilidad social de

las universidades para contribuir a reducir las asimetrías, lográndose una verdadera

transferencia de conocimientos particularmente hacia los países emergentes.

En general, la internacionalización en el espacio Iberoamericano se ha ido

realizando de diversas maneras. Las acciones, en ocasiones aisladas, no han dado los

resultados esperados por las Instituciones de Estudios Superiores de la región, que se

han subido al tren de la “modernidad” impulsando de forma aislada programas que

permitan responder a los desafíos de la globalización, de la sociedad del conocimiento y

de los cambiantes ambientes culturales. En general, se han hecho sin una directriz

gubernamental clara y el apoyo financiero ha sido cada vez menor. El avance hasta

ahora conseguido ha sido más por iniciativa institucional que por esfuerzos

coordinados. Por eso al describir en el próximo punto la tarea que está desarrollando

una Red de Universidades –RedUniRSE– se considera importante observar el impacto

concreto y expansivo que están logrando sus actividades.

La mayoría de las instituciones universitarias muestra un alto grado de motivación

y de interés en la cooperación iberoamericana. Generalmente este interés se

fundamenta, comenta Sebastián, en la multitud de experiencias previas, en las

identidades culturales e idiomáticas existentes, en el creciente reconocimiento

institucional mutuo y en compartir valores sobre la relevancia de la educación superior

y sobre su función social (Sebastián 2002).

El ámbito iberoamericano se reconoce como un espacio propicio para la

cooperación interuniversitaria. Sin embargo, es preciso considerar algunos

condicionantes: las asimetrías en cuanto a la fragilidad de los sistemas universitarios; la

desigual consideración del papel de la cooperación y el grado de compromiso

institucional por parte de las universidades; una notable heterogeneidad en el grado de

calidad e impacto de la cooperación.

Redes y Sociedad Red: una visión global 33

El número de universidades de Iberoamérica realmente desarrolladas y

competitivas a nivel internacional es bastante bajo. Es importante detectar

oportunidades y programar actividades de cooperación y acciones que permitan lograr

las metas del desarrollo.

Entre las deficiencias que presentan muchas de las universidades iberoamericanas,

el diagnóstico menciona las siguientes:

a) bajo porcentaje de profesores o doctores (menos del 20% en la región).

b) baja producción en ciencia y tecnología e innovación.

c) bajo porcentaje de investigadores.

d) bajo número de programas doctorales.

e) bajo porcentaje de movilidad académica y estudiantil (menos del 1% de la

matrícula).

La cooperación universitaria es, sin duda, un factor para acciones coordinadas con

recursos compartidos y beneficios recíprocos. Se trata de realizar actividades conjuntas

entre instituciones de educación superior, en las que se compartan recursos con el

objetivo de contribuir al fortalecimiento institucional, el progreso científico y

tecnológico y el desarrollo socio-económico.

La cooperación universitaria se presenta en una amplia gama de modalidades y

niveles: intercambio académico de profesores y estudiantes, proyectos de

investigaciones conjuntas, acuerdos bilaterales, multilaterales o regionales, programas

educativos conjuntos, dobles grados, intercambio de expertos, reuniones científicas,

cootutelas, entre otros.

La diversidad universitaria iberoamericana a nivel internacional presenta grandes

oportunidades. En un contexto tan amplio toda universidad puede aprender y

beneficiarse de otras. Los intercambios docentes, los programas conjuntos y la

colaboración generan caminos de aprendizaje bidireccional. Algunas instituciones han

alcanzado desarrollos de excelencia en la enseñanza y la investigación, otras tienen un

gran dinamismo y están ávidas por crecer.

Cooperar con instituciones nacionales e internacionales nos fortalece en la

generación y aplicación del conocimiento, nos permite alentar la formación de

profesionales con mentalidad multicultural, más críticos y sensibles al entorno, más

competitivos en diferentes ambientes.

Sin embargo la heterogeneidad que existe en la calidad educativa, entre las

Instituciones de Estudios Superiores, e incluso entre programas de una misma

Institución de educación Superior (infraestructura, recursos humanos y materiales), es

uno de los puntos medulares que no permiten avanzar en la internacionalización de la

educación.

Sin duda, en la actualidad las universidades afrontan nuevos desafíos que exigen

un replanteamiento de los modelos educativos, al mismo tiempo que deben realizarse

cambios para lograr una mejora en el desempeño institucional que permitan evaluar la

calidad de sus programas educativos y responder al entorno que les rodea. Ahora más

que nunca es necesario que la Universidad, trabajando en red con otras, sea ese espacio

en el que se despierte en los estudiantes el fuego que enciende el afán por ser personas

integralmente formadas, capaces de llegar a tener calidad, excelencia, especialización-

34 Hacia una mentalidad de Formación Transversal Ética y Moral en las Universidades Iberoamericanas.

Una propuesta

diversidad, capacidad de cooperación e intercambio para el desarrollo de toda la

sociedad. Todos estos aspectos apuntan a lo cualitativo, a la calidad de las

universidades. Como señala Nubiola, “la calidad no es nunca el resultado de la

aplicación mecánica de unos procedimientos administrativos, sino que tiene más bien

que ver con la creatividad inteligente proseguida con tenacidad y flexibilidad” (Nubiola,

2009, p. 151).

La Declaración Mundial de París sobre la Educación Superior (1998) enfatizó que

las instituciones de educación superior han de enfocar los esfuerzos de desarrollo a las

siguientes prioridades.

a) Calidad, evaluación y acreditación de los procesos

b) Mejoramiento de la planta docente

c) Calidad y difusión de la investigación

d) Formación integral de los estudiantes

e) Transparencia y rendición de cuentas

Los tres primeros aspectos –a), b) y c)– apuntan a que vuelva a ser la universidad

esa comunidad de buscadores de la verdad, en cooperación, buscando la calidad, a

través del mejoramiento continuo de los docentes, investigando, etc. Todo esto

impactará sin lugar a dudas en el punto d) una formación que abarca la vida entera de

cada alumno. Así, efectivamente, de una conducta recta de toda la comunidad, basada

en la transparencia, la cohesión, etc., se dará la consecuencia que se prevé en e).

Llama la atención la insistencia en que para lograr calidad en una institución

universitaria es necesario la colaboración entre profesores, el trabajo en equipo, el

aprendizaje cooperativo. Esto debe dar paso a una Universidad abierta y plural. El

trabajo en equipo, la efectiva colaboración interdepartamental e interdisciplinar, trabajar

colaborativamente “no conduce a la uniformidad, sino que supone un decidido amor a la

libertad y un profundo respeto por el pluralismo” (Nubiola, 2009, p. 156).

El objetivo clave es precisamente que a través de esta cooperación, el intercambio

entre las Instituciones de Educación Superior sea un efecto positivo que contribuya a un

mejor desempeño y desarrollo de las mismas. En este sentido coincidimos en que “el

fundamento actual de la cooperación internacional de las universidades, se basa en la

complementariedad de sus capacidades para la realización de actividades conjuntas y en

la asociación para el beneficio mutuo (…) que permite la existencia de sinergias y de

valores añadidos, y constituye la base de la cooperación y revaloriza su calidad”

(Sebastián, 2004, p. 19).

Pero para ser viable y exitosa, en el sentido de contribuir al mejoramiento de la

calidad y pertinencia, así como en la transformación de los sistemas de educación

superior en función de las exigencias de la sociedad global, la internacionalización

necesita ciertas condiciones básicas. Varios estudios de la OCDE (Knigth y De Wit,

1995, p. 89) han demostrado que para poner en práctica un proceso de

internacionalización en el nivel institucional se requiere establecer y consolidar un

conjunto de estructuras y funciones, es decir, de políticas y estrategias institucionales.

En primer término, el proceso de internacionalización debe concebirse dentro de un

modelo de internacionalización comprehensiva (Gacel-Ávila, 2006, p. 225). Este último

va más allá del concepto tradicional de cooperación internacional y de movilidad física

de estudiantes y académicos, porque propone que las estrategias de internacionalización

Redes y Sociedad Red: una visión global 35

deben ser comprehensivas y transversales a todo el proceso educativo, es decir, se

enfatiza que deben incluir a toda la institución, permear y ser implementadas en los tres

niveles del procesos educativo: en el macro (toma de decisión y diseño de políticas

institucionales); en el meso (en el currículo); y en el micro (las actividades de enseñanza

aprendizaje en los salones de clases). Esto nos presenta una de las pistas claras a través

de las cuales introducir, plantear e integrar, en planes concretos, la transversalidad de la

educación moral y ética.

Es necesario analizar acciones que hagan accesibles los programas de movilidad

estudiantil a la mayoría de los alumnos universitarios, es decir, que estén al alcance de

una mayoría. Se puede lograr que más estudiantes tengan la oportunidad de trascender

su propio ámbito, tanto geográfico como cultural, para adquirir competencias globales y

generar un mayor respeto por las particularidades culturales y de organización social de

otros países.

Se puede afirmar que, si bien el proceso de internacionalización ha logrado

avances innegables e importantes en Iberoamérica en la última década, las estrategias

han sido hasta ahora demasiado marginales a las políticas de desarrollo institucional. Su

deficiencia principal consiste en que se han enfocado principalmente a los individuos, es

decir, a la movilidad de estudiantes y académicos, sin ser orientadas a realizar cambios

profundos en el sistema universitario, por ejemplo, en la estructura curricular, en el

modelo pedagógico y educativo o en el modo de producir conocimiento.

El proceso de internacionalización puede ser descrito en términos de promover la

cooperación y la solidaridad entre las naciones, elevando la calidad y relevancia de la

educación superior, o contribuyendo al progreso de la investigación de problemas

internacionales.

Al trabajar en esa verdadera búsqueda de las respuestas más profundas del

hombre, las universidades contribuyen eficazmente a reducir la brecha entre los

distintos países, especialmente porque cuando los estudiantes y docentes reconocen ese

sustrato común universal a la humanidad es posible encontrar puntos comunes para

alcanzar la paz y el entendimiento. Esta posibilidad puede promoverse por medio de la

formación internacional de los estudiantes, ya que el entendimiento internacional

implica un entendimiento entre diferentes religiones, culturas y naciones.

Las universidades iberoamericanas deben alinear sus estrategias de búsqueda de

elevación de la calidad, de actualización de contenidos, de apertura al compartir; con la

misión última que les está encomendada: la formación de personas que verdaderamente

puedan ser agentes de transformación de nuestras sociedades. Por eso entendemos que

la propuesta de incorporar la formación moral y ética dentro de los objetivos hace a la

estrategia central de estas propuestas, porque apunta a dar vida a las universidades, a

cada uno de sus actores. Justamente dirige este empeño esencial de la universidad de ser

una Comunidad Internacionalizada de buscadores de la Verdad, que realice una

contribución real a una Sociedad Civil abierta, y a una educación universitaria

internacionalizada que sea auténtico instrumento de humanización.

Finalmente, queda destacar que debemos trabajar en pro de una

internacionalización solidaria, entendida como el conjunto de acciones cooperativas

universitarias para el mutuo beneficio; para ampliar las posibilidades de incrementar el

conocimiento y el desarrollo en otras culturas; posibilidades de acuerdos para el

establecimiento de programas conjuntos de intercambio y movilidad que incrementen el

sentimiento de pertenencia a la región y enriquezcan la formación de los estudiantes,

36 Hacia una mentalidad de Formación Transversal Ética y Moral en las Universidades Iberoamericanas.

Una propuesta

docentes e investigadores en el marco de un Espacio Iberoamericano del Conocimiento,

Socialmente Responsable.

En Anexo I se describen las experiencias de 13 redes o asociaciones universitarias

que tienen diferente cobertura, tanto de países como de universidades miembros y su

acción es de nivel regional y dentro de estas, tanto de cobertura intrarregional o

subregional, como las de nivel hemisférico o intercontinental, también llamado de

cobertura interregional.

Cada una de estas organizaciones presenta grados de desarrollo institucional

distinto, así como distintas modalidades e intensidad en la cooperación universitaria

aplicada. También se diferencian en la manera en la que cada una de ellas impacta en el

fortalecimiento de la Educación Superior y de las universidades que las integran.

Aunque se reconocen las posibilidades de ampliación de esa cooperación, en

virtud de la proporción de universidades existentes y el interés mostrado por intensificar

esta cooperación, existen muchas asimetrías en los sistemas universitarios, así como una

gran heterogeneidad en el grado de calidad e impacto de la cooperación que se está

llevando a cabo en la actualidad. Por eso, es importante advertir que “hace falta una

mayor cooperación solidaria para desarrollar una base científica regional con apoyo de

los países que están más avanzados en postgrados e investigación. (…)…mayor

eficiencia, fluidez, innovación en la gestión y (…) sana competencia para que las

instituciones (…) puedan responder con efectividad a las demandas crecientes de esta

dimensión (…) estratégica para las universidades” (García Guadilla, 2010, p. 47).

3. El caso del Proyecto UNIRSE

Aunque se han incluido en el Anexo I las Redes de Universidades que

consideramos más relevantes, se pondrá el foco en una de ellas, la red del Proyecto

UNIRSE.

Los motivos que han originado la selección de esta Red están basados en: a) la

temática que aborda, b) que su objetivo es introducir contenidos éticos y de RS en la

currícula, c) el número significativo de universidades que se han sumado a la Red, d) el

énfasis que la red otorga a la formación de docentes, e) el número de profesores

Egresados de los programas de formación, f) el número de profesores que están

participando activamente de los Programas y Foros, etc. g) que quien escribe este

trabajo pertenece a la Red de Egresados del Programa de Formación para Profesores

formadores en RSE y h) que además –actualmente– se desempeña como Miembro

enlace del Capítulo Argentina entre la secretaría General en Washington (PNUD) y las

Universidades de Argentina.

REDUNIRSE se ha creado con el apoyo de la Dirección Regional del Programa

de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), y la Agencia Española de

Cooperación Internacional para el Desarrollo a través del Fondo España-PNUD.

Tiene por finalidad impulsar la formación y la investigación en América Latina y

España en el campo de la Ética y Responsabilidad Social Empresarial, como temática

fundamental para el futuro de la región. Frente a los importantes retos de formar

integralmente a los estudiantes para lograr un desarrollo integrado e inclusivo, enfrentar

la pobreza, mejorar la equidad, potenciar el progreso tecnológico y la competitividad, y

fortalecer la cohesión social, la ética y la responsabilidad social empresarial (RSE). Se

considera que son el instrumento clave para el desarrollo social. La Red además, puede

Redes y Sociedad Red: una visión global 37

asistir a las políticas públicas y la participación de la sociedad civil, y constituir junto

con ellas “triángulos virtuosos” para el progreso, la inclusión y la equidad.

Integran hoy REDUNIRSE 221 universidades de 22 países de América Latina,

España y Portugal.

La Red busca contribuir a la preparación de las nuevas generaciones de

economistas, contadores, ingenieros, abogados y otras profesiones claves del desarrollo,

en los aspectos vinculados con la Ética y la RSE, como un aporte estratégico de la

Universidad a la ciudadanía de la región.

El proyecto UniRSE consiste en la creación de una Red que congregue a

universidades privadas, públicas y semipúblicas de Iberoamérica en función de la

promoción, animación y sensibilización sobre la necesidad de la formación en ética y

Responsabilidad Social; constituyendo un ámbito propicio para la cooperación regional

e interregional en torno a esta temática.

En el marco de dicha red, se ha conformado un espacio virtual con la capacidad de

brindar una Oferta Formativa en Ética y Responsabilidad Social Empresarial destinada

–en una primera instancia– a docentes de universidades iberoamericanas. Además se ha

generado una infraestructura técnica, operativa y pedagógica con posibilidades futuras

de expandir a otros actores y ámbitos los espacios curriculares de formación.

Se han iniciado las actividades de esta Red con un Programa Iberoamericano de

Formación de Profesores Formadores en RSE (PPFRSE). Las 5 ediciones han sido

altamente exitosas, por el número de participantes, por las diversas universidades de

distintos países que se inscribieron y por el interés suscitado entre los participantes. El

programa tiene una modalidad Virtual y podemos observar entre sus principales

objetivos:

- Formar a docentes e investigadores en marcos conceptuales y teóricos,

instrumentos y análisis de experiencias en Ética y RSE.

- Fomentar el desarrollo de la enseñanza de la ética y la RSE en las universidades

de la región.

- Generar un intercambio fluido de conceptos, instrumentos, experiencias,

investigaciones e innovaciones en RSE entre académicos y a nivel de profesionales y

organizaciones.

Hay un largo camino por delante en América Latina para avanzar en la formación

integral ética y en RSE. Progresivamente se están generando consensos y sinergias

acerca de su importancia y de la necesidad de involucrar a las universidades en el

ejercicio de un liderazgo en el tema. Este Programa apunta a fortalecer a las

Universidades en el cumplimiento de un rol decisivo en el campo de la formación en

ética y RSE, desarrollando sus capacidades para enseñar y abordar estos temas a los más

altos estándares internacionales. El programa abarca lo conceptual, instrumental y

análisis y redacción de casos. Los tres módulos están secuenciados temáticamente y

permiten avanzar desde el conocimiento y debate sobre las distintas perspectivas y las

recientes contribuciones al tema de la ética y RSE, hasta las pautas para la construcción

y el análisis de casos y prácticas de ética y RSE, pasando por el análisis del modelo de

gestión de la ética y RSE en las organizaciones y en sus principales actores, estrategias e

instrumentos. La metodología de trabajo está sustentada en la experiencia académica

internacional en este campo. Las estrategias pedagógicas cuentan con el apoyo del

38 Hacia una mentalidad de Formación Transversal Ética y Moral en las Universidades Iberoamericanas.

Una propuesta

Portal de las Américas de la OEA, con una extensa y pionera tarea en e-learning. El

Programa está diseñado sobre la lógica del aprendizaje interactivo, participativo y

colaborativo, con un énfasis puesto en las relaciones entre tutores y participantes y entre

los propios participantes. Ello supone que tanto la lectura y análisis de los materiales de

aprendizaje como la activa participación en los foros de debate son indispensables para

asegurar los objetivos de aprendizaje del programa. El Programa se ofrece a través de la

plataforma virtual de RedUNIRSE. Está dirigido a profesores e investigadores

universitarios activos, provenientes de distintas disciplinas (ciencias aplicadas, ciencias

sociales y humanísticas principalmente), ligados al desarrollo del tema de la Formación

Integral ética y en Responsabilidad Social. Los directores del Programa son Bernardo

Kliksberg, Asesor Principal de la Dirección del PNUD para América Latina y Caribe, y

Director del Fondo España-PNUD “Hacia un desarrollo integrado e inclusivo en

América Latina y el Caribe”, e Isabel Licha, Asesora y especialista en Política Social

del Fondo España-PNUD.

Las universidades pueden cumplir un rol decisivo al respecto integrando esta

formación a sus planes de estudio, e incorporando y fortaleciendo la investigación y

extensión en este tema.

La gran receptividad en la región: 221 Universidades de 22 países de la Región,

de las más destacadas universidades iberoamericanas, hace que sea de interés estudiar

su funcionamiento y analizarla. Es llamativo detectar que las universidades que se han

afiliado a la iniciativa manifiestan que buscan incorporar en el diseño curricular de cada

carrera de sus Facultades la formación en ética y responsabilidad social.

Tal actitud e incorporación a la red viene a confirmar la creciente demanda

existente en América Latina por la formación en ética y responsabilidad social. Han

participado un total de 882 docentes de universidades de toda Iberoamérica. Y han

finalizado y aprobado el Programa 596 Profesores.

REDUNIRSE se propone sumar los esfuerzos de las Universidades participantes

con el apoyo del PNUD, la AECID y el Fondo España–PNUD, con los fines siguientes:

Formar catedráticos de las Universidades en la Enseñanza de la Ética y la

Responsabilidad Social Empresarial. Asistir a las Universidades en la integración de la

RSE a sus planes de estudio e investigación. Intercambiar experiencias de modo

sistemático. Realizar Foros virtuales de discusión sobre aspectos claves de la formación

e investigación en RSE. Difundir experiencias exitosas a nivel internacional. Conformar

una biblioteca digital con los trabajos más significativos. Producir resúmenes de los

artículos más relevantes publicados a nivel mundial en torno a la temática. Organizar

Congresos, Foros, Seminarios, de profundización e intercambio sobre la temática.

Apoyar otras iniciativas surgidas de la misma Red que aporten a la finalidad común.

El Programa de Profesores Formadores surge con el propósito de contribuir a la

creación de una masa crítica de docentes capacitados en temas de ética y

Responsabilidad Social Empresarial. Los Egresados del Programa han conformado una

Red que los aglutina y que cuenta con un Foro Permanente dentro de la plataforma de

REDUNIRSE (www.redunirse.org). Se han organizado en cinco Regiones o Capítulos

con una organización interna que les ayuda a generar iniciativas y sinergias por

regiones, y luego compartirlas con todos en la Red. Cada capítulo de Egresados tiene su

propia estructura vinculada con la estructura general, que depende de la Dra Licha, en

Washington.

Redes y Sociedad Red: una visión global 39

Actualmente, en la línea de este proceso de colaboración, transferencia e

intercambio entre Universidades se ha creado la Cátedra Iberoamericana en Enseñanza

de la Ética y Responsabilidad Social Empresaria. Su objetivo es contribuir al desarrollo

y consolidación de capacidades propias en el ámbito de la Docencia e Investigación en

Ética y RSE, de estas 221 Universidades Iberoamericanas de los 22 países. Esta

iniciativa reforzará el Programa Iberoamericano de Formación de Formadores en

Responsabilidad Social Empresarial de la Red. La Cátedra Iberoamericana en

Enseñanza de la Ética y RSE dará, además, asistencia técnica a las universidades que

han preparado a sus docentes en el Programa de Formación de Formadores de

REDUNIRSE para generar programas de formación en contenidos curriculares

pertinentes y relevantes en ética y RSE. El resultado de esta cooperación ad hoc será el

establecimiento de programas de formación académica, tanto a nivel de pregrado como

de posgrado, en las universidades adscritas a Red.

Esta cátedra también contribuirá a la preparación de docentes en ética y RSE y al

intercambio de ideas, perspectivas y buenas prácticas entre la comunidad académica y

los líderes empresariales, en relación a los contenidos de las propuestas de formación e

investigación en cada país.

En la página web se encuentra el programa de actividades de las áreas

fundamentales que desarrolla REDUNIRSE: Programa Iberoamericano de Formación

de Formadores en RSE; Foro Permanente de Egresados; investigación; foros de debate;

biblioteca digital especializada en el tema de RSE; documentación e información.

¿Qué temas son tratados por la Red?

- El Desarrollo Latinoamericano: Tendencias y Perspectivas

- Desafíos Éticos en el Desarrollo de América Latina

- El Papel de la Ética en las Ciencias Organizacionales

- Ética y Administración

- Ética y Responsabilidad Social de la Empresa en la Universidad

- Ética y Globalización

- ¿Cómo Enseñar Ética y Capital Social en la Universidad?

41

III. Hacia una mentalidad de formación transversal de la ética y la responsabilidad

social

Con lo desarrollado en los puntos anteriores nos hemos limitado a mostrar un

horizonte. Pero ese horizonte nunca se alcanzará si no hay propuestas que se planteen

desde una perspectiva pedagógica que integre lo que es la Universidad, la introducción

de la formación transversal de la ética, con las realidades de cada región –en nuestro

caso Iberoamerica– y las nuevas herramientas tecnológicas.

Como se ha dicho desde el inicio, afirmar que nos hallamos inmersos en una

profunda crisis de la humanidad, no es exagerado. Con este término, nos referimos a esa

encrucijada de esperanzas y temores con todas las posibilidades y tentaciones. La

ciencia –como hemos dicho- y la técnica lograron un despliegue insospechado.

Consiguieron que el hombre tenga niveles de poder sobre sí mismo, el mundo, y el

derrotero de la humanidad, que -para ser utilizado- a favor de las actuales y futuras

generaciones, necesita de una respuesta o responsabilidad moral que se corresponda con

ese nivel de poder. Si el planteo de las acciones de los hombres no es responsable nos

hallaríamos ante un panorama inquietante. Por todo esto encontramos relevante y

necesario pensar nuevamente la ética y respetar, en estas condiciones nuevas, los

principios morales que se asientan en la condición humana: ese sustrato común a la

humanidad. Es una tarea fundamental en la que todos debemos estar trabajando

solidariamente.

Es necesario conseguir –con creatividad y sin dilaciones– que la universidad no se

estanque y que desde ella surjan los planteos innovadores. La dinámica de la sociedad

requiere de acciones concretas.

En este punto trataremos de explicar de qué hablamos cuando hablamos de ética y

moral. De la misma forma haremos una breve descripción de los conceptos diversos y

opuestos de responsabilidad social y cuál es el que consideramos integral. También

explicaremos la vinculación que encontramos entre esta perspectiva de la RS y la

formación ética y moral. Luego se expondrá la formación ética y en RS en las

universidades y se concretará en qué consiste esa formación dada en forma transversal.

A continuación se presenta una experiencia de incorporación en la currícula de estos

contenidos. Acabamos el capítulo tratando sobre la formación que deben recibir y

desarrollar los docentes para poder trabajar con esta dinámica de formación transversal

de la ética utilizando redes de universidades.

Es un desafío hablar de ética y responsabilidad social cuando los conceptos que se

encuentran en la bibliografía pueden ser tan antagónicos, y cada uno está anclado en

posturas filosóficas que –en muchos casos– no ponen a la persona en el centro. Y en

segundo lugar se considera aún más complejo explicitar el modo en que las

universidades podrían incorporar la enseñanza de la ética, si una gran parte de sus

profesores se consideran, de hecho, completamente ajenos a esta labor, y otra parte

importante manifiesta no estar capacitada para esta tarea.

Resulta muy alentador leer a autores como, por ejemplo, Amartya Sen, Nobel de

Economía, que en su libro escrito con Bernardo Kliskberg, Primero. Las personas hace

un sincero intento de llegar al fondo del asunto. El autor abre puertas. Convoca a toda la

sociedad, y en particular a los académicos, a repensar la tarea educativa superior y la

42 Hacia una mentalidad de Formación Transversal Ética y Moral en las Universidades Iberoamericanas.

Una propuesta

formación de los universitarios frente a la realidad de una sociedad que se desgaja y

acepta en silencio situaciones deshumanizantes y niveles de exclusión graves.

El intento del presente trabajo –que desearía profundizar en ulteriores

investigaciones sobre la situación de cada uno de los países iberoamericanos para

realizar un diagnóstico lo más contextualizado posible– se encuadra en la línea de

trabajo y análisis que estos autores y –muchos otros– están alentando.

Los cambios a los que nos conduce un proceso de incorporación de acciones

orientadas a la formación en valores o de aprendizaje ético en el mundo universitario

son justamente cambios cualitativos, pero que no impactan en el corto plazo. Si bien es

cierto que cada vez se insiste con mayor frecuencia en la importancia de incorporar

elementos éticos en la formación de profesionales y en el ámbito de la investigación,

aún queda mucho por andar si de verdad el objetivo no se limita a la formación

deontológica del futuro profesional, sino a contribuir en la mejora de su formación

personal en sus dimensiones ética y moral.

Sin duda, la tarea vale la pena y es importante no esquivar el planteo de los

grandes temas: perspectiva de la persona, líneas de formación de docentes e inclusión de

estas cuestiones en las currículas con un grado muy alto de compromiso. Comenta y nos

da ejemplos, el Prof. Ibáñez-Martín, que hay una “floración de programas de educación

moral (especialmente en las Universidades de los Estados Unidos) que no se ha dado en

un desierto especulativo, ya que existe una amplísima bibliografía sobre esta cuestión”

(Ibáñez-Martín, 2005, p.118). Pero también hay ejemplos en Iberoamérica de que el

proceso se ha iniciado1. Ahora toca a cada uno trabajar los aspectos diversos e

investigar y proponer alternativas superadoras para nuestros países en Iberoamérica. El

objetivo es claro: llegar a una mentalidad en la que se considere relevante la inserción

de la moral y la ética en la formación universitaria.

1. Ética, Moral y Responsabilidad Social. Conceptos y vinculación

1.1 Ética y Moral

Sorprende lo que Spaemann afirma sobre la moral. El autor explica que es algo

evidente y, por lo tanto, al ser evidente, no necesitamos decir algo sobre ella. Más aún,

dice que lo evidente se puede solamente mostrar, pero propiamente no se puede hablar

de ello. Sin embargo, estas realidades suelen ser objeto de continua discusión porque

“en realidad lo evidente no aparece en estado puro” (Spaemann, 1987, p. 15).

Todos los hombres se han sentido interpelados frente a la presencia del bien y del

mal en el mundo. “La cultura contemporánea parece haber perdido el sentido del bien y

1 a) Modelo de Gestión Etica. VINCULAR. Pontificia Universidad Católica de Valparaiso, Chile.

b) Programa de Formación de Profesores en RSE (PPFRSE) 5 ediciones, on line, organizado por PNUD,

Fondo Fiduciario Espana y Banco Santander Río (2009/2011). c)Formación de Redunirse: Red de

Universidades para la formación en ética y RSE y otras iniciativas vinculadas al Bernardo Kliksberg –

director de la Iniciativa Interamericana de Capital Social, Ética y Desarrollo– quien preside la cátedra de

honor de Gerencia Social para el Desarrollo Humano en la Universidad de Buenos Aires, Argentina. d)

Sen, Amartya y Kliskberg, Bernardo (2007), “Primero, la gente”, Temas, Buenos Aires. e) Kliskberg,

Bernardo (2004), “Más ética, más desarrollo”, Temas, Buenos Aires. Guedez, Víctor, (2002) “Ser

confiables, Etica, RSE y reputación empresarial”. Edit. Planeta. Varias propuestas en Iberoamérica que se

han implementado y se detallan en la p. 50 de este trabajo.

Hacia una mentalidad de formación transversal de la ética y la responsabilidad social 43

del mal, por lo que es necesario reafirmar con fuerza que el bien existe y vence (…)”

(Benedicto XVI, 2012, p. 2). Lo habitual ha sido siempre cuestionarse y analizar las

acciones humanas. No es raro que en las diferentes dimensiones de nuestras vidas

reflexionemos sobre el modo bueno de comportarse, o sobre las acciones que nos

deshumanizan o degradan, son deshonestas o un vicio. Se puede ser buen o mal padre,

hermano, amigo. Realizar bien o mal la redacción de un escrito, un pastel, cualquier

trabajo, etc.; se puede firmar un contrato o manejar un automóvil con o sin prudencia.

En cada época histórica la ética ha estado “de moda” y –aun en nuestros días–

puede decirse que sigue en alza. Esto es así porque el hombre no ha dejado de

preguntarse por el sentido moral de sus acciones. La vida cotidiana presenta al hombre

un desafío lleno de interrogantes para llegar a conocer el bien común y personal y evitar

el mal. Los contrastes que se agudizan cada vez más reclaman e indican la necesidad de

una radical renovación personal y social, capaz de asegurar justicia, solidaridad,

honestidad, transparencia y sinceridad. Sin duda, es posible lograr una vida cada vez

más humana que esté anclada en valores éticos. Lo que se necesita es tener la fuerza

moral para comenzar a recorrer y seguir el camino, el temple para superar los obstáculos

que –sin duda– se encontrarán en el camino, y la prudencia para saber buscar los

consejos adecuados y aplicarlos en la vida práctica.

Como primer paso para sentar puntos comunes de diálogo, se considera necesario

avanzar y explicitar que hay diferencia entre lo mejor y lo peor, entre lo bueno y lo

malo, “una diferencia que hace relación no solo a las necesidades de un individuo, de

una persona determinada, sino que expresa una valoración absoluta, totalmente

independiente de su correspondiente referencia. Y espontáneamente sabemos que esta

diferencia tiene un valor general, a pesar de todas las diferencias históricas y culturales

que se dan en un individuo” (Spaemann, 1987, p. 15). Esta lógica clara y obvia es la que

nos anima a insistir sobre la necesidad de formar en un sustrato común a la humanidad

de cualquier lugar, tiempo y condición.

Lo que estamos haciendo constantemente es valorar la realidad desde la

perspectiva de la bondad o maldad de los actos, es decir, su moralidad. Los juicios

éticos que realizamos surgen de ponderar lo que es bueno que suceda y lo que ha

sucedido. El bien y el mal están intrínsecamente relacionados con el obrar humano. Se

podría decir que “una persona es lo que es su conducta moral” (Debelhuj, 2003, p. 108).

Esto es lo que hace que la ética no sea sólo un tema a considerar, sino que sea tan

importante porque no deja indiferente a las personas.

La persona comienza a plantearse estas cuestiones cuando toma conciencia de que

el ejercicio de su acción libre no significa simplemente una elección sobre cosas

externas a ella. Ésta es la más inmediata y evidente dimensión de la libertad, pero no la

única. Su libertad tiene un alcance más profundo y decisivo: al optar sobre esta o

aquella cosa, sabe que está decidiendo sobre sí mismo, está eligiendo el tipo de persona

que quiere ser. Más bien la pregunta estaría no tanto en lo que debe hacer sino en si esa

acción le conduce a ser feliz, a la vida lograda, eudamonia. Es el propio sujeto el que,

como consecuencia de sus decisiones, alcanzará la felicidad o la frustración. Por eso, al

tomar conciencia de su libertad y ejercerla, el hombre se enfrenta con la cuestión de su

responsabilidad.

Cada persona es protagonista de su propia vida y, por lo tanto, de su existencia

moral. Teniendo en cuenta un conjunto de ideas, valores y criterios, toma determinadas

decisiones y enjuicia el comportamiento de los demás. Partiendo de este conocimiento

44 Hacia una mentalidad de Formación Transversal Ética y Moral en las Universidades Iberoamericanas.

Una propuesta

moral espontáneo, tal como lo expresa Spaemann, el hombre es capaz de investigar

racionalmente los fundamentos de la moralidad de sus acciones. La ética pretende

esclarecer filosóficamente la esencia de la vida moral. El propósito es lograr la

formulación de normas y criterios de juicio que puedan contribuir a una válida

orientación en el ejercicio responsable de la libertad personal.

La ética es la parte de la filosofía que estudia la vida moral del hombre. Se centra

en una dimensión particular dentro de la realidad de la vida humana: El comportamiento

libre de la persona y, por ende, su conducta responsable. La ética reflexiona sobre el

significado último y profundo de la vida moral, y se pregunta por el fin que persigue el

hombre en su vida, para determinar, a partir de esa meta, aquellos comportamientos

mediante los cuales podrá alcanzar la felicidad. De estas consideraciones se deduce

fácilmente que la ética está al servicio del hombre para ayudarlo a vivir mejor, en un

sentido más humano, en la sociedad. Como ya dejo expresado Aristóteles y citado por

Gómez Pérez, “(…) el hombre es un animal político, es decir, social por naturaleza”

(Gómez Pérez, 1998, p. 21)

El origen etimológico del término “ética” puede aclarar la naturaleza de esta

ciencia. Ética es un término muy antiguo, usado con frecuencia ya en el mundo griego.

Procede del vocablo éthos y se traduce por ciencia de las costumbres. Lo mismo se

aplica al término “moral”, que deriva del latín mos, es decir, costumbre. Sin embargo, si

se quiere precisar aún más la significación de la palabra ética hay que remontarse a dos

interpretaciones. En su origen, se encuentran dos términos griegos que tienen la misma

raíz semántica: éthos y êthos. El origen parece ser éthos, que significa costumbres, y se

refiere a los usos y principios que rigen en una comunidad y guían la vida de la polis.

El término êthos, tal como lo usa Aristóteles, se refiere al carácter, o modo

habitual de ser, “deduce sus principios éticos de la razón y tiende a que el hombre

mediante una conducta adecuada, se mejore a sí mismo y consiga la felicidad natural”

(Fernández, Aurelio; 2010, p. 22). Esta significación tiene más connotaciones

individuales que sociales, pues hace referencia a la personalidad. Remite al conjunto de

cualidades que distinguen a una persona en su obrar. Cuando se habla de carácter o

modo de ser no se alude al temperamento o a la constitución psicobiológica innata de

una persona, sino a la forma de ser que ella adquiere para sí misma a lo largo de su vida,

emparentada con el hábito que es bueno, si la perfecciona (virtud), o malo si la pervierte

(vicio). De aquí se desprende que, muchas veces, la ética se identifica con el ejercicio de

las virtudes o hábitos que el hombre se esfuerza por adquirir.

En latín, un solo término expresa esa doble acepción indicada más arriba. Mos, del

que deriva “moral”, significa “costumbres”, y de ahí que se considere la moral como la

ciencia de las costumbres.

“Estos dos términos, (ética y moral), proceden uno del griego y otro del latín,

pero como vemos tienen la misma significación original. (…) Ambos tienen, la misma

raíz semántica. Por ello, ética y moral, etimológicamente, se identifican y se definen

como la ciencia de las costumbres” (Fernández Aurelio, 2010, p. 21). Si bien es cierto

que ética y moral se identifican en su significado, en el curso de la historia recibieron

contenidos diversos. Ética se utiliza para la ciencia filosófica, y moral se ha utilizado

más en el ámbito de la teología, que estudia las acciones que tienden a alcanzar el fin

sobrenatural del hombre. Moral, a su vez, podría tener un significado sociológico

referido a las valoraciones morales de una sociedad, o bien un sentido meramente

psicológico, como un estado de ánimo que indica una experiencia habitual de todas las

Hacia una mentalidad de formación transversal de la ética y la responsabilidad social 45

personas. Así, por ejemplo, se dice que una persona tiene “una moral alta”, o bien que

está “desmoralizada”. En sentido estricto, “moral” se aplica al acto humano con relación

al bien y por eso actualmente se presenta una tendencia a usar ambos términos –ética y

moral– indistintamente.

Lo ético comprende las disposiciones del hombre, su carácter y sus costumbres,

que constituyen un modo propio de ser, una forma de vida que se va adquiriendo día a

día a lo largo de la existencia. “En resumen, la ética hace referencia etimológica a las

costumbres y al carácter o modo de ser. Y, si bien la etimología –al menos la latina–

alude como más cercano al tratado sobre las costumbres –y de ellas se ocupan

extensamente los manuales–, la ciencia ética no ha de limitarse a este estudio. Sin

menoscabo de que deba enjuiciar y ayudar a la creación de costumbres, tanto

individuales como sociales, no obstante, en la línea de Tomas de Aquino, la moral ha de

preocuparse, preferentemente, de la personalidad o modo de ser, o de lo que denomina

virtud moral” (Debelhju, 2003, p. 52). La ética o moral, con idéntica significación,

estudiará los principios que orientan la conciencia en la búsqueda de la elección y de la

ejecución del bien. Sin duda “los complejos resortes de la conducta humana: el placer,

el deber, la libertad inteligente, los sentimientos y el amor” hacen valioso “el esfuerzo

por optimizar nuestra conducta, y esa optimización la logramos o malogramos en los

campos del equilibrio personal y del equilibrio social” (Ayllón, 2005, pp. 11 y14).

A modo de conclusión, se puede definir la ética como aquella parte de la filosofía

que estudia las acciones humanas consideradas en relación con su fin último, tratando

de obtener, mediante un método adecuado y apoyada en unos principios de validez

universal, un conocimiento cierto y sistemático de la debida ordenación de la conducta

humana. “La ética es una ciencia (…) pero una ciencia teórica y práctica. (…) se hacen

afirmaciones teóricas, pero no para quedarse en ellas sino para ordenar de ese modo la

vida humana. (…) El ámbito de esta ciencia teórica y práctica es la sociedad” (Gómez

Pérez, 1998, p.19, 20 y 21).

1.2 Conceptos de Responsabilidad Social

En general, todo lo que se ha escrito hasta el momento desde lo académico y lo

teórico sobre responsabilidad social empresarial (RSE) se ha apoyado principalmente en

lo que hacen las empresas o corporaciones multinacionales de países desarrollados, y

desde este marco se difunde y se busca replicar (Martino, 2011, p. 14).

La RSE se viene estudiando desde perspectivas conceptuales distintas. Por eso nos

encontramos que se proponen definiciones y prácticas muy diversas (Carroll, 1999;

Donaldson y Preston, 1995; Friedman, 1970; Wood, 1991). Algunos siguen opinando

que es una moda (ya no tan pasajera) desde la cual la ética de los negocios se interpreta

como medio para alcanzar los fines económicos de las empresas; como una palanca del

marketing o un instrumento para exhibir. Obviamente, como si fuera algo sin fondo y

mostrando una moral en la acción empresarial que no es tal, pues sólo busca el

incremento de los beneficios.

Por esta razón vamos a encontrar que el concepto de RSE tendrá un contenido

según el poder dominante que impregne la perspectiva desde la que propone el concepto

y sus buenas prácticas. Se observará que en muchos casos son patentes las teorías de

competitividad estratégica desde la que se aborda y analiza la cuestión. Por eso decir

46 Hacia una mentalidad de Formación Transversal Ética y Moral en las Universidades Iberoamericanas.

Una propuesta

qué es la RSE se ha convertido en algo complejo, diverso y múltiple. No existe aún

consenso académico sobre esto. Es innegable que el anclaje está en las visiones de la

economía. La racionalidad instrumental y la maximización de los beneficios tiñen y

tergiversan el real sentido de la valoración de las acciones de las personas en las

organizaciones. La teoría de la Agencia podría ser el claro ejemplo de la

despersonalización o deshumanización de algo tan humano como las organizaciones. Se

cambia el verdadero sentido de las organizaciones como comunidades de personas. Así

el panorama teórico subyacente en las diversas concepciones de la RSE estará atado a:

Teoría de la Agencia (Friedman, 1970) o

Teoría de los Stakeholders (Donaldson y Preston, 1995; Freeman, 1984;

Jackson y Nelson, 2004) o,

Perspectiva del ciudadano corporativo (Waddock, 2005; Wood y

Lodgson, 2002) o,

The corporate social performance (Wood, 1991) o,

Perspectiva estratégica (Porter y Kramer, 2002; Porter y Kramer, 2006) o,

Teoría de convenciones con énfasis en la “cooperación cívica” (Ponte y

Gibbon, 2003) y, finalmente,

Perspectiva del Bien Común (Argandoña, 1998; Sulmassy, 2001; Yamaji,

1997; Alford y Naughton, 2002; Melé, 2009).

En un buen intento de clasificar las teorías sobre la Responsabilidad Social

Empresaria que han realizado Garriga y Melé, presentan lo siguiente: a) las teorías

instrumentales desde las cuales la RSE se entiende como un medio para lograr

beneficios económicos; en ellas la relación entre la empresa y la sociedad se reduce al

ámbito puramente económico, es decir, a la creación de valor para el accionista; b) las

teorías políticas desde las cuales se saca a la luz el poder político de las grandes

corporaciones y se señala su responsabilidad frente al uso de ese poder; c) las teorías

integradoras, desde las cuales la empresa se interpreta como una entidad que satisface

necesidades sociales y en la que confluyen múltiples intereses, y d) las teorías éticas,

que se aproximan al fenómeno desde las responsabilidades éticas en la sociedad y

postulan la importancia de los valores y principios universales en la interacción

empresa-sociedad (la empresa “en” la sociedad), poniendo de relieve ciertas

responsabilidades como obligaciones éticas.

Adaptación Cione/Martino

En Anexo II se detalla cada teoría sintéticamente para ampliar lo que se expresa

en este punto.

Hacia una mentalidad de formación transversal de la ética y la responsabilidad social 47

1.3. Vinculación de la ética, moral y responsabilidad social

Es interesante entender que las organizaciones que no tienen una mirada que

contemple estas dimensiones: creación de valor social, creación de valor económico y

creación de valor ambiental; carecerían de sostén per se al no considerar el bien común.

En el momento actual podemos decir que la perspectiva de una organización que

no se vincule con la ética como parte de su identidad (transparencia, respeto a las

personas, a la diferencia, etc.) no podría considerarse legítima, o social. La crisis actual

lo demuestra sin necesidad de ulteriores explicaciones. Es necesario encontrar y trabajar

sobre ese sustrato común de la sociedad y sobre los valores que han de constituir el

meollo de las organizaciones para lograr sus objetivos. El punto de partida ha de ser

claro, pues sino cualquier otro análisis no merece ser hecho. Desde esta perspectiva

ética o moral de los actos humanos el trabajo no está encuadrado en una doctrina

religiosa, sino en la realidad de lo que es el hombre en su interacción en sociedad, más

allá de sus creencias. La decencia no es patrimonio de las personas religiosas sino de

personas honestas, que actúan y deciden con veracidad, justicia, medida y prudencia.

Si bien es cierto que en muchas o casi todas las posturas descritas la

responsabilidad se traduce reductivamente a la maximización de los beneficios, a

estrategias de negocio, y en un plus al accionar de la empresa, la mayoría, tanto por

reducción como por agregado, adolecen de una misma e idéntica cuestión: la

concepción de organización y de ser humano que sostiene estas posturas, temas que

Smith ha dejado planteados desde el self-interest.

Como puede apreciarse parten coincidentemente de un paradigma individualista y

subjetivista, enraizado ya culturalmente en la teoría neoclásica de la economía

capitalista, que sugiere una libertad y una independencia individuales entendidas como

pura espontaneidad incondicionada. Esta libertad y esta independencia se proponen

como un valor supremo. Se coloca esa individualidad libre que busca satisfacción en el

lugar del bien natural y objetivo de la naturaleza humana. La individualidad se convierte

así en árbitro supremo de todo bien. Se concibe al individuo como sujeto de una

racionalidad o lógica puramente instrumental, que se concentra en los medios sin

discutir la bondad de los fines, ya que está empujado por fines subjetivos y cambiantes

(Debeljuh, Paladino y del Bosco, 2009, pp. 23 y 24).

El hombre actuando con un único interés, el self interest. Con este hombre se

construye la organización, más específicamente la empresa, que no es más que un

instrumento ordenado a la obtención de beneficios: teoría de la Agencia. Considerada la

empresa con menor grado de “personalidad”, será una función del mercado; y con

mayor grado, será un ente jurídico prácticamente separado de los individuos o que, en

su defecto, usará de estos individuos para aquel fin.

En ese camino, algunos supondrán suficiente para la vida en sociedad asumir la

responsabilidad de generar riqueza, generándose el “bienestar para todos”, incluso

utilizando estrategias como las que ya mencionáramos, de inversión social o marketing

con causa. Otros, frente al reclamo social de insuficiencia del contrato económico, verán

en ese clamor una nueva fuerza exógena a la que hay que dar respuesta para evitar la

ruptura del “equilibrio”. Por lo tanto, un modo de hacerlo puede ser negociando un

contrato que paute nuevas obligaciones, aunque no sean del todo adecuadas para la

empresa, que debe tener su foco en las ganancias, o asumiendo de forma voluntaria un

48 Hacia una mentalidad de Formación Transversal Ética y Moral en las Universidades Iberoamericanas.

Una propuesta

rol que en principio no le es propio a la empresa conforme a la definición de su

naturaleza. Esto implica un nuevo modo de adaptación a las circunstancias que los

rodea, pensando siempre en términos de subsistencia y acumulación. Esta visión de

formalidad instrumental de ciencias naturales exactas, es parte del paradigma

subyacente.

Ahora bien, todo lo que se pretende no es la argumentación de condena de

ninguna postura, sino que al observarse un intento de trabajar sobre la ética y la

responsabilidad social, al advertirse que está en el candelero, bajo distintos tipos de

versiones e intenciones siguen sin modificarse los supuestos que sustentan las posturas,

y por lo tanto los resultados no pueden ser alentadores.

Se percibe que se ha concentrado la discusión en preguntarse cuál es la

responsabilidad de la empresa, cuál es su alcance, si suple o no al Estado, cuál es el

nuevo equilibrio a alcanzar etc. Se sigue discutiendo en la superficie sin evaluar ni

cuestionar las bases: qué es una organización y qué son las personas (y no individuos)

que las componen, cuáles son sus fines, cuál es el valor del “tejido social”, cuál es la

concepción antropológica que subyace, qué concepto de economía es el que estamos

tomando y, por la tanto, cuál es la racionalidad que ha de considerarse en la valoración

de las acciones humanas, es decir la moralidad o ética en las organizaciones, su

responsabilidad.

En general, lo que se pretende es tan solo buscar equilibrar los intereses

individuales. Comenta Lázaro que hay presupuestos antropológicos sobre la propiedad,

el bien común y la condición familiar del hombre que es necesario considerar y que se

hace muy difícil lograr una armonía social que se equilibre solamente desde los

intereses individuales. El planteo de Lázaro llega al meollo de la cuestión, pues

responde a esto con la búsqueda de la auténtica paz social, que se alcanza desde el bien

común (Lázaro Cantero, 2001, pp. 5 y ss.).

Bien común entendido como una tarea moral que corresponde a todos y que

implica que cada persona pueda hacerse cargo de la sociedad de modo activo y directo:

cada uno con el servicio que presta a los otros desde su función social. Claramente esto

es Responsabilidad Social, responder cada uno a la sociedad. Por lo menos la

Responsabilidad social que consideramos como la válida en términos de ética,

honestidad, trabajo serio, competencia y servicio con lo que cada uno es, etc. Es una

responsabilidad social empresaria (RSE) que realmente no es apariencia sino un modo

de ser y hacer.

Por lo que se acaba de expresar, ética, moral y RSE son conceptos distintos. Pero,

a la vez, cuando los analizamos, concluimos en que la formación en moral y ética no

puede dejar de apelar a la responsabilidad social y viceversa. Esto es lo que alienta y

justifica este trabajo.

Se encuentra una oportunidad única que se presenta en la actualidad con los

múltiples planteos sobre la RS. Si bien la mayoría transitan los senderos de lo

instrumental, o político o integrador, es posible llegar a contenidos más sólidos que

encuentren asidero en una posición abarcativa e inclusiva de las cuatro teorías.

Se desea destacar que –en este sentido– tampoco podremos omitir hablar y formar

en moral y ética, si queremos hablar y formar a los universitarios en Responsabilidad

Social.

Hacia una mentalidad de formación transversal de la ética y la responsabilidad social 49

Frente al panorama de tanta variedad de interpretaciones de un mismo término ¿es

posible plantear alguna propuesta que pueda alinear la relación de las acciones humanas

en las organizaciones con la moralidad de las decisiones y con la responsabilidad social

interna y externa? Entendemos que hay propuestas posibles que requieren de una dosis

importante de idoneidad, creatividad e integridad. Sin duda se afirma que es posible

encontrar alternativas.

La propuesta que hacemos es la de articular integralmente las cuatro teorías, y

podría plantearse en los siguientes términos:

Trabajar más con el fin de integrar los aspectos de las teorías de RS que es

necesario relacionar en las organizaciones para dar vigor y respuestas desde una

perspectiva de racionalidad práctica prudencial. Las herramientas son necesarias, pero

han de tener fundamento, una cosa no desautoriza la otra. Lo herramental sin sustento,

en definitiva, no logrará sostenibilidad, ni ética, ni responsabilidad. Las teorías de RSE

que proponen beneficios a largo plazo son descriptivas y utilizan un método empírico.

Las teorías éticas, por el contrario, son preceptivas y utilizan una metodología

normativa. Integrar aspectos normativos y empíricos es el desafío. Quebrar la lógica de

la maximización con la lógica de la vida real de las personas, con la lógica de la

cercanía a los acontecimientos. En este sentido considero que desde la universidad se

puede trabajar mucho. El alumno no está en el ejercicio de la profesión, ni está

decidiendo sobre situaciones complejas con altas dosis de incertidumbre de personas y

circunstancias. Por esto es imperioso que se trabaje con casos, con argumentos, con una

fuerte relación a lo antropológico y una apelación constante a observar la complejidad y

no escondernos en la simplificación de la cuantificación probabilística.

Se estaría trabajando en las cuatro dimensiones pero sin desarticularlas: 1.

Alcanzar objetivos que generan beneficios a largo plazo. 2. Utilizar el poder empresarial

responsablemente. 3. Integrar las demandas sociales. 4. Contribuir al bien común de la

sociedad haciendo lo que es ética o moralmente bueno.

Aunque las hemos clasificado en cuatro grupos, instrumentales, políticas,

integradoras y éticas, se presenta como un desafío claro lograr una nueva

conceptualización que derribe las limitaciones de las cuatro dimensiones. Se requiere un

muy buen conocimiento de la realidad y una base ética sólida. Un sustrato común a la

sociedad desde donde todas las teorías puedan dialogar.

Es imprescindible que se incluyan estos ejes en la nueva mirada de la

Responsabilidad Social:

- Personas involucradas: son las personas que vivimos en esta sociedad quienes

debemos entender que esto es responsabilidad de cada uno. En cada decisión, en cada

momento, en cada lugar en el que nos toque estar y actuar es necesario que la respuesta

sea responsable y libre. Personas que buscan el bien común, entendido como una tarea

moral que corresponde a todos y que implica que cada persona pueda hacerse cargo de

la sociedad de modo activo y directo: cada uno con el servicio que presta a los otros

desde su función social.

- Creatividad: es propio del hombre del siglo XXI la proactividad, el espíritu

emprendedor y creativo para superar problemas complejos, cambiantes e imprevisibles.

Para esto es necesario comprender con profundidad la necesidad de la racionalidad

práctica y prudencial. No parece conveniente atarnos obsesivamente a códigos y

estándares de RSE que fomenten un enfoque en el que lo importante parece ser sólo

50 Hacia una mentalidad de Formación Transversal Ética y Moral en las Universidades Iberoamericanas.

Una propuesta

cumplir con una lista de tareas. Lo virtuoso no se construye cumpliendo elencos, sino

orientando la mente y el corazón hacia el bien. Se necesitan soluciones vitales y

creativas. Benedicto XVI lo planteaba así a industriales y empresarios de Roma en

2010: “Me permito recordar que las vías más seguras para contrastar el declive del

sistema empresarial del propio territorio consisten en establecer una red con otras

realidades sociales, invertir en investigación e innovación, no practicar una competencia

injusta entre empresas, no olvidar los propios deberes sociales e incentivar una

productividad de calidad para responder a las necesidades reales de la gente” (Benedicto

XVI, 2010, p. 3).

- Reacción: hacen falta más alianzas entre sectores y enfoques motorizados por los

stakeholders en los distintos niveles, así como más reacciones transformadoras desde lo

educativo, en particular desde la Educación Superior, desde las políticas públicas, desde

las empresas y desde la sociedad civil toda. Se hace muy necesario cuestionar, sin

ambages, si determinadas organizaciones, industrias o modelos de negocio específicos

son parte de la solución o parte del problema.

- Glocality: pensar de manera global y actuar en forma local. Se debe encontrar en

cada caso la fórmula que combine las normas internacionales con los contextos locales,

de manera que se encuentren soluciones apropiadas y superadoras en cada contexto. Lo

universal y lo contextual se hacen presentes en la Sociedad Red con toda su fuerza y

complejidad.

Personas que adolecen de una conducta firme se tornan incapaces de enfrentar

estas nuevas realidades sin acabar desorientados o absorbidos por una Red anónima de

poder.

- Sostenibilidad: pensar en forma sostenible en el mediano y largo plazo y actuar

en el corto plazo: podríamos decir que el sistema económico y comercial actual tiene un

diseño que está fallado en la concepción de la propiedad, del bien común y de la

dimensión familiar y social del hombre. Se actúa como si los actores principales no

fueran personas sino simplemente “agentes”, como si los recursos fueran ilimitados,

como si la verdad y la mentira fueran relativas o simples opiniones. Así la degradación

social, ambiental y ética es cada vez más grave. Lograr una contribución positiva a la

sociedad es la esencia de la RSE, no como añadido, sino como una manera de vivir en

esta sociedad y de trabajar en distintas disciplinas y –entre éstas– de hacer negocios.

Las organizaciones y las empresas son vitales y producirán “riqueza social” si sus

líderes o directivos son previsores y prefieren la inversión a largo plazo al provecho

especulativo, promoviendo la innovación en vez de pensar en acumular riquezas solo

para sí mismos.

La realidad del mundo está reclamando con inquietante urgencia una actitud

distinta de los académicos y de las Universidades. Como afirma Yanguas en el prólogo

al libro Ética: cuestiones fundamentales: “La historia mundial y la vida diaria, nos

exigen solucionar interrogantes morales básicos en un intento de evitar errores pasados:

ceder a las pretensiones de una ética que juzga de modo utilitarista la bondad o malicia

de los actos humanos atendiendo únicamente a los resultados de la acción” (Spaemann,

1987, p. 13). Los hombres de negocio parecería que aún no quieren tomar sobre sí la

responsabilidad que les compete por ser actores sociales relevantes, de la misma forma

que los políticos y el Estado a veces parece que esquivan esto. Para mantener en el

“mercado a la propia empresa, como ‘comunidad de personas’ que produce bienes y

servicios y que, por tanto, no tiene como único fin el provecho, necesario pero no

Hacia una mentalidad de formación transversal de la ética y la responsabilidad social 51

suficiente, hay que afrontar muchos sacrificios” (Benedicto XVI, 2010, p. 2). En este

contexto, el Pontífice señaló también, en el discurso a industriales y empresarios, que

“es importante vencer la mentalidad individualista y materialista que sugiere eliminar

las inversiones de la economía real para privilegiar el empleo de los propios capitales en

los mercados financieros y obtener rendimientos más fáciles y más rápidos”. La

sociedad Civil organizada y las Universidades en sus claustros y desde sus claustros con

proyectos Educativos y Sociales integradores y con la incorporación a su malla

curricular en forma transversal la formación ética, pueden lograr un cambio en la

formación de las futuras generaciones y seguir interpelando a todos los actores sociales

para que se logre este cambio.

El desafío académico está planteado para lograr una transmisión clara y abarcante

de estas cuestiones y dar los argumentos válidos para entender qué es la economía, qué

son los negocios, qué son las organizaciones y qué es el hombre actuando en las

organizaciones y en la sociedad.

Formando profesionales con este anclaje, atentos al bien común, la propia

actividad se dará siempre en el marco de un todo plural. Esta actitud generará –sin duda,

mediante la dedicación personal y la fraternidad vivida concretamente en las decisiones

económicas y financieras, un mercado más competitivo y más civil, animado por el

espíritu de servicio.

2. La enseñanza de la Ética en las universidades Iberoamericanas

Hemos de tener claro qué papel juegan las Instituciones universitarias y de

educación superior para favorecer la promoción y la formación moral y ética, cuál es la

situación de la región y cuál es el impacto que puede producir el uso de Redes

asociativas y colaborativas de Universidades. Como ya hemos desarrollado en el primer

capítulo de este trabajo, la universidad proporcionará a los alumnos un sustrato común,

una lógica, un afán de saber y una apertura de inteligencia que configuren esa

personalidad para la que nada humano es ajeno. Es inminente que los alumnos puedan

disponer de resortes intelectuales y afectivos desarrollados y arraigados que les

permitan hacerse idea de las cuestiones ajenas e involucrarse en la solución de los

problemas.

Si el ambiente de las universidades está identificado como comunidad de

buscadores de la verdad se hace posible esta educación y despliegue de virtudes. La

universidad pasa a ser, nuevamente, ese lugar privilegiado para desarrollar la

solidaridad natural y la amistad, la confianza, el diálogo, la participación y la escucha.

Así, las cuestiones más importantes de la ciencia, de la vida y del mundo podrán

afrontarse desde una perspectiva interdisciplinar, porque se ha aprendido a dialogar, a

escuchar, a acordar, etc.

La universidad es, por lo expuesto, una significativa escuela de humanidad y

responsabilidad. Repetimos de nuevo con Ibáñez-Martín: “Al universitario se le pide

que sea dueño de sus propios actos y que tome conciencia de que se le exigirán

resultados de calidad, precisamente porque se pretende formar personas capaces de

comprometerse en la solución de los problemas humanos de mayor entidad, basándose

en una preparación profesional cuidadosa” (Ibáñez-Martín, 2001, p. 14).

La cultura ética integrada por conocimientos éticos, habilidades éticas y valores o

modos de actuación éticos, como objeto de estudio en las carreras profesionales, está

52 Hacia una mentalidad de Formación Transversal Ética y Moral en las Universidades Iberoamericanas.

Una propuesta

tomando una fuerza cada vez mayor en las facultades de las universidades de más

prestigio a nivel mundial. Las razones para este crecimiento se resumen en dos factores:

primero, la ética está presente en todos los aspectos de la vida humana –como

mencionamos más arriba– pues es una forma de asegurar la confianza entre las personas

y de contribuir a la armonía social; y segundo, la ética empresarial puede ayudar a las

empresas a cumplir sus compromisos con la sociedad y contribuir a que éstas se

constituyan en un modelo de valores para la comunidad en general.

Son muy interesantes las propuestas que ha hecho el Dr. Kliskberg y el análisis

sobre la realidad Iberoamericana (Kliksberg, 2009, pp.1 a 4) Se plantea cómo la

educación en ética empresarial en Iberoamérica es un desafío impostergable, lleno de

oportunidades, de luces y sombras.

El profesor Carlos Llano Cifuentes, en su libro El nuevo empresario en México,

(1994) reseña diferentes propuestas de la enseñanza de la cultura ética: “La propuesta

Matsushita en Japón, la Treviño en México, la Bemowski en EUA, la Brolkstra en

Holanda”.... Luego de desarrollarlas concluye en una propuesta que considera inclusiva

y que describe –a su parecer- las características relevantes. Su propuesta abarca cinco

características de la enseñanza de la cultura ética: polivalencia cultural, mayor

profundidad en la dimensión ética de la enseñanza, interdisciplinariedad, incremento en

la aplicación de los avances cibernéticos y multivalencia idiomática.

Como universidades pioneras en la enseñanza de la cultura ética empresarial se

podrían señalar: en EE.UU. el Instituto de Tecnología de Illinois, la Universidad de

Harvard, la Universidad de Columbia, la Universidad de Maryland, la Universidad de

Pensilvania. En España, la Universidad de Barcelona, la Universidad Pontificia de

Comillas en Madrid y la Universidad de Valencia llevan la delantera en este empeño.

En América Latina la Universidad Alberto Hurtado de Chile, la Universidad del Rosario

en Colombia, el Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa en México;

dentro de Argentina la Universidad Austral en Buenos Aires y Rosario, la Universidad

FASTA en Mar del Plata y la Universidad de Córdoba en Argentina. Todas ellas son

ejemplos de la inclusión de los temas éticos en distintas carreras. Estas son algunas de

las Universidades que podemos nombrar pero está claro que la lista es mucho más

extensa, como indican con claridad las numerosas universidades que se adscriben a la

enseñanza de la ética y RSE, en algunos casos con currículas preparadas y en otros

casos buscando formación en estos aspectos.

Qué limitaciones se han podido detectar en relación con la enseñanza de la ética,

en las universidades de América Latina:

1. La fragmentación de los saberes, basada en una organización

universitaria por carreras y especialidades, que dificultan mucho la práctica de la inter y

transdisciplinariedad, que necesita el enfoque de capital social, ética y desarrollo.

2. La presión mercantilista de la sociedad actual, que sólo vende a los

jóvenes el éxito personal de competidor contra los demás como modelo de vida.

3. La colaboración de la mayoría de las universidades con este modelo

mercantilista, que termina dirigiendo los esfuerzos académicos y de investigación hacia

la colocación de la mayoría de sus estudiantes en los mejores puestos de trabajo, siendo

el mercado el que fija el prestigio de la universidad.

Hay un consenso creciente sobre la conveniencia y lo bueno para todos de lo ético

y la RSE. Como explicábamos más arriba, el nudo está, más que en si hacer o no RSE o

Hacia una mentalidad de formación transversal de la ética y la responsabilidad social 53

ser o no ético, en ¿cómo serlo y hacerlo? Allí aparece como una cuestión central la de la

educación. ¿Cómo educar nuevas generaciones de líderes para que, naturalmente y con

plena eficiencia, construyan entornos laborales éticos y responsables con sus empleados,

respetuosas de sus consumidores, promuevan la preservación del medio ambiente, se

involucren en los grandes problemas de interés colectivo? Recientes experiencias en

uno de los MBA líderes en el mundo, el de Harvard, sugieren que el tema es complejo

(Harvard Business Review, octubre 2006). Se deben enfrentar las profundas resistencias

que surgen de la tradicional visión de la empresa como una organización cuya única

responsabilidad es generar beneficios a sus propietarios, y que sólo debería rendir

cuenta a ellos. Bill George es uno de los líderes de la renovación ética del currículo de

Harvard, dice en el artículo citado de HBR, que un 20% de los estudiantes ven sus

estudios “como un camino rápido para trabajo muy bien remunerados” y consideran

estos temas “como una obligación en la ruta de un MBA más que como una

oportunidad”. También este autor (George, 2008, p.2) y otros en Harvard University

(Rosenberg, 2006, pp.1 a 4) hablan de cómo en los currículos de MBAs el énfasis está

en “cuantificación, modelos formales, y fórmulas y se minimiza la aplicación de juicios

y el debate sobre valores”. Los vacíos éticos pueden dejar libre el terreno para

incentivos perversos. Ante estas insuficiencias éticas, Etzioni (Profesor Emérito de la

George Washington University) después del caso Enron, en una aguda nota en el

Washington Post afirmaba que “cuando se trata de ética las escuelas de negocios

reprueban”(4/8/02) y sugería que el Congreso de Estados Unidos “debe impulsar la

realización de una audiencia pública en donde los decanos de las principales escuelas de

negocios expliquen al público como la ética es enseñada en sus Universidades, y cuáles

son las modificaciones que planean implementar en el futuro”.

Algunas sugieren que no basta con que los MBA enseñen casos con dilemas

éticos, sino que convendría sumarle experiencias prolongadas de trabajo en ONG. La

educación ética y en RS –superando concepciones estrechas de la empresa y de la

misma RSE– es un exigente desafío hoy planteado ante las sociedades y la Universidad.

En América Latina, un continente donde, a pesar de sus inmensas potencialidades, un

40% de la población es pobre y los niveles de desigualdad son los mayores del orbe, es

imprescindible la educación en ética y en RS. Nos encontramos frente a la “necesidad

de una revolución ética, principalmente a través de fuertes referencias a la necesidad de

combatir la corrupción y la pobreza y promover la ética y la educación” (Kliskberg,

2010, p. 3). Encontramos demandas legítimas de la sociedad y un interés creciente de

las empresas, que conducen a que se busque fortalecer fuertemente en la región la

educación en ética y RSE, hoy objeto de esfuerzos sólo acotados. Hace falta mucho

más. Por lo que se expresa, entendemos que urge profundizar a través de todos los

medios posibles para incorporar la ética en las currículas y utilizar las Redes

universitarias para que el efecto sea expansivo y multiplicador. Que llegue a cuantos

más mejor.

Sin embargo, se considera necesario hacer una investigación en cada país de

Iberoamérica, para diagnosticar el estado de la educación en este aspecto y la necesidad

de formación de los docentes en cada país. Evidentemente esto amerita otro trabajo de

investigación, que podría ser pertinente para una Tesis Doctoral.

3. La Formación Moral y Ética en la Universidad. Transversalidad

54 Hacia una mentalidad de Formación Transversal Ética y Moral en las Universidades Iberoamericanas.

Una propuesta

La incorporación de cuestiones éticas y la modificación o creación de condiciones

que hagan posible que el escenario de aprendizaje universitario también lo sea de

aprendizaje ético, requerirá sin duda el establecimiento de pautas o marco normativo.

Avanzar hacia un modelo de universidad que comparta la conveniencia de incorporar en

sus programas de formación contenidos de aprendizaje relacionados con valores y

actitudes, requiere que en los programas de las carreras, en cada una de las materias que

conforman la malla curricular, se establezcan objetivos terminales referentes a lo ético y

lo moral en sus diferentes etapas.

Para desarrollar la formación moral y ética primero recordaremos qué se entiende

por formación en la universidad. Llamamos formación al proceso de sacar al hombre de

su encierro, en sí mismo, típicamente del animal, a la objetivación y a la diferenciación

de sus intereses, y, con ello, el aumento de su capacidad de dolor y de gozo. “Hoy se

escucha (…) que la educación tiene como tarea el que los jóvenes aprendan a defender

sus intereses. Pero hay una tarea mucho más fundamental: la de ensenar a los hombres a

tener intereses, a interesarse por alguien, pues quien ha aprendido a defender sus

intereses, pero en realidad no se interesa nada más que por él, no puede ser ya, nunca

más feliz. Por eso la formación, la creación de intereses objetivos, el conocimiento de

los valores de la realidad, es un elemento esencial para una vida lograda” (Spaemann,

1987, p. 48).

En este sentido, no podemos obviar el tema, pero tampoco nos extenderemos. Nos

encontramos nuevamente con un escollo por la crisis existente en relación con las

distintas propuestas pedagógicas. Para avanzar debemos aclarar sobre qué seguiremos

hablando.

3.1. Pedagogía humanística

Particularmente, interesa puntualizar que para avanzar con el trabajo y plantear la

formación universitaria nos referimos a la propuesta que hace la Pedagogía Humanista

expuesta por Quintana (Quintana, 2009). Como tal, esta Pedagogía trata de recuperar –

por considerar que es esencial– una buena educación humana. Especificamos este punto

brevemente: a) La cultura postmoderna funda la ética en el mero consenso humano,

pues señala que la ética es la única función de asegurar la buena convivencia social. Es

una ética de mínimos, y tiene en cuenta sólo la justicia y, en el fondo, se basa

únicamente en el egoísmo humano. Si pensamos en una formación ética de calidad, no

parece que esto sea un buen fundamento que –por otro lado– nos recuerda con toda su

fuerza al self-interest de Adam Smith, tal como lo desarrolla Lázaro en su tesis.

Estaríamos hablando de lo que se puede calificar como la ética democrática, y nada

más. Pero si consideramos que la ética proviene de la razón humana práctica, entonces

podremos encontrar esos principios absolutos, universales, comunes a toda la

humanidad sobre los que es posible entablar un diálogo y entendimiento que posibilitan

y garantizan la práctica de lo bueno y obligan sin condiciones a la búsqueda del bien. A

partir de este planteo, la tarea educativa moral será algo más que un aprendizaje para

consensuar las normas que van a regular la vida y el comportamiento en sociedad.

Quintana nos recuerda que Platón describía como una parte importante de la educación

ese saber distinguir lo bueno de lo malo “basándose en razones”, es decir, en los

principios racionales prácticos. De este modo, estas normas morales adquieren un

carácter de obligación objetiva (universal y necesaria).

Desde la perspectiva que plantea la pedagogía humanista, la educación moral

adquiere solidez y necesidad. Pero además busca llegar más allá de la moral de mínimos

Hacia una mentalidad de formación transversal de la ética y la responsabilidad social 55

y lograr una moral más elevada. No sería la moral del self-interest o del egoísmo sino

una moral en la que los otros (altruismo) son protagonistas y hacen que mis acciones

sean mejores, y actúe con generosidad y amor. Es evidente que para actuar para los

demás con generosidad, amando, es imprescindible que se dé paso a la moral del

sacrificio, de la virtud, del perfeccionamiento personal y de los ideales espirituales.

b) De la misma manera que se plantean los aspectos éticos surge la cuestión sobre

los valores. Lógicamente los valores no son todos objetivos y absolutos, pero algunos sí.

Quintana los denomina valores ideales. Esto significa que cuando hablamos de

educación en valores no estaré logrando esta educación si lo que hago es proponer que

cada uno manifieste sus valores sin más y se puedan aprobar, o avalar valores que

podrían ser subjetivos de cada estudiante, pero no sin referencia a un cuerpo o sustrato

común necesario para ser reconocido como tal por todos. Al ser reconocidos y

practicados por todos, lo que logran los valores que tienen objetividad y validez

universal es una buena educación.

Los valores en los que se basa la Pedagogía Humanista son un punto de partida y

su objetivo indeclinable.

En primer lugar tendremos los valores que podríamos vincular con el Humanismo

clásico: cultura, estudio, formación, belleza, crítica, nobleza de alma, equilibrio,

personalismo, esfuerzo. Luego el conjunto de valores que hacen a los hombres más

humanos: justicia, virtud, libertad, adaptación, creatividad, bondad, amor, auto

superación, apertura, diálogo, actividad, comprensión, energía, esperanza, tolerancia y

colaboración.

“El humanismo es un ideal humano muy serio y difícil, pero vale la pena luchar

por él, pues su logro –en la medida que fuere– es, para el hombre, una garantía de su

calidad humana.” (Quintana, 2009, p. 23). Fundamentalmente el humanismo apunta a

una educación integral que hace que lleguemos a madurar como personas, a través de

aquello que estudiamos. El tiempo en el que se transita por la Universidad es un período

de la vida en el que se está abierto a una formación abarcante, por eso afirma Basave

que “el estudiante de medicina no espera que la Universidad le haga solamente médico,

sino que, haciéndolo y precisamente al cumplirse a sí mismo como médico, desde esta

vocación parcial, espera que le facilite encontrar el sentido del todo” (Basave, 1983, p.

89) y lo mismo se podría decir de cualquiera de las disciplinas de la educación superior.

La formación ha de ser profunda, unitaria y total. En este sentido, la Enseñanza

Superior actual se ve expuesta al peligro de una especialización prematura, posibilitada

por la excesiva optatividad en los currículos.

La “expresión (…) formación integral (unitaria, total) se ha confundido con la

suma de distintos tipos de educación (…) cuando todos los sumandos se han reunido

resulta la educación integral (intelectual+ moral+ física+ religiosa+ estética+ n =

educación integral) (…) Lo integral no consiste en una construcción del hombre

acumulando distintos elementos, sino más bien en una construcción que arranca de la

raíz misma de la unidad del hombre, es decir, de la personalidad. El hombre íntegro,

entero, no es un conglomerado de actividades diversas sino un ser capaz de poner su

propio sello personal en las diferentes manifestaciones de su vida. Educación integral es

aquella educación capaz de poner unidad en todos los posibles aspectos de la vida del

hombre” (García Hoz, 1968, pp. 248-249)

56 Hacia una mentalidad de Formación Transversal Ética y Moral en las Universidades Iberoamericanas.

Una propuesta

López Quintás pone como objeto de la educación personal el descubrimiento

decisivo, es decir el hallazgo del ideal humano. El autor lo plantea como un

descubrimiento que tiene facetas y como algo que es importante que se logre abordar.

Así plantea el conocimiento de siete cuestiones: 1. en qué consiste nuestra verdadera

libertad, la libertad interior o creativa, 2. cómo podemos colmar nuestra vida de sentido,

3. de qué forma podemos todos ser eminentemente creativos y ganar la necesaria

autoestima, 4. la importancia de las relaciones y del pensamiento relacional, 5. la

función de vehículos del encuentro que tienen el lenguaje y el silencio, 6. el carácter

destructivo del vértigo y la condición constructiva del éxtasis, 7. la función positiva de

la afectividad en nuestra vida.

En el s. XIX, J. H. Newman (1996) reivindicó y justificó el carácter humanista de

la Universidad, diciendo que lo propio de ésta es conferir un saber liberal, entendido

como un conocimiento que es un fin en sí mismo, siendo digno de poseerse por lo que

es y no por sus posibles aplicaciones técnicas y profesionales.

FORMACION HUMANA COMPLETA

Formación Profesional

Tecnología

Ciencias

Humanidades

Cuadro de Quintana Cabanas

Si realmente queremos hacer un aporte a la resolución de los temas cruciales del

mundo, de la humanidad es necesario que desde la universidad se vuelvan a incorporar

los aspectos formativos relacionados con las Humanidades, la moral y la ética.

3.2 Transversalidad

Con este aspecto definido, se entiende que la formación ética y la responsabilidad

social se planteen en forma transversal. No es un conocimiento específico de algunos

sino que busca configurar la base de toda formación humana completa, sobre la cual

cada estudiante podrá proyectar –según sus tendencias y afinidades– su futuro

profesional específico.

Entendemos la Universidad como un sistema que consta de cuatro procesos

básicos: gestión, formación, investigación y extensión. Sin duda que al plantear una

formación ética en la Universidad estos procesos buscarán estar alineados en este

sentido. Un proceso refuerza al otro. Y así los distintos actores de la Universidad

tendrán mayor incidencia en uno u otro proceso, pero el trabajo ético de cada uno forja

esa comunidad de buscadores de la verdad.

Sin embargo, y sin perjuicio de romper la unidad que se busca recomponer con la

propuesta, nos centraremos en los temas que conciernen a la formación, más en

concreto, a través de lo curricular.

La educación puede obviamente plantearse en forma de asignaturas y de modo

“transversal”. Cuando expreso transversal me refiero a una dimensión educativa que los

profesores de cualquier materia han de tener presente. La perspectiva ética es necesaria

que sea planteada como una dimensión de cualquier materia.

Hacia una mentalidad de formación transversal de la ética y la responsabilidad social 57

Esto requiere que los docentes estén capacitados. Exige una constante mirada de

la formación universitaria integral, no solamente como ámbito de transmisión de

saberes sino como ámbito de búsqueda de la verdad.

En este marco, la iniciativa de la Red Iberoamericana de Universidades que se

dedica a impulsar la integración sólida del tema a los sistemas universitarios sumando

esfuerzos para formar docentes especializados, generar material de apoyo, realizar

investigaciones y renovar los currículos, resulta muy atractiva. Encarar sin

ambigüedades la necesidad de preparar éticamente a las futuras generaciones de

profesionales, trabajar de forma sistemática al respecto mancomunadamente entre

América Latina y España, puede ser una contribución clave para superar los altos

niveles de pobreza, exclusión social y desigualdad hoy propios de América Latina, y

una palanca poderosa para la construcción de un desarrollo sostenido y equitativo en

Iberoamérica. Se podría afirmar que no hay tiempo que perder.

La implementación transversal de los temas éticos y sociales de las currículas de

las materias pretende que los jóvenes puedan proyectar y diseñar en las aulas distintas

propuestas de solución a los complejos temas de nuestro entorno y se preparen para

hacerlo luego en el ejercicio de su profesión como ciudadanos responsables.

La idea es que se organicen Comunidades de aprendizaje (CA) y se logren armar

Proyectos Sociales Integrados. A través de las Redes de Universidades, las

Comunidades de aprendizaje podrán enriquecerse con el resultado de lo que se va

trabajando en cada Institución y además al plantear Proyectos Sociales Integrados, estos

proyectos pueden sumar a otras instituciones de otros lugares y lograr verdaderas

sinergias y desarrollos colaborativos de enriquecimiento.

4. Propuesta curricular transversal en ética y RS

Bernardo Kliksberg –director de la Iniciativa Interamericana de Capital Social,

Ética y Desarrollo– preside la cátedra de honor de Gerencia Social para el Desarrollo

Humano. Desde ésta, manifiesta que la enseñanza de la ética ha de ser tratada de la

siguiente forma: “No se trata de dictar una materia más que se llame ética para calmar la

conciencia. La enseñanza de la ética debe transversalizarse. En cada área temática deben

examinarse dilemas e implicancias éticas”... (Kliskberg, 2004).

Además, parece necesario completar la educación moral y en responsabilidad

social a través de la reflexión. La formación del juicio moral de los alumnos y el

desarrollo de su autonomía moral han de estar presentes en las diferentes materias que

se imparten en las Universidades, y además parecería importante que exista un tiempo o

una materia en la currícula específica para ello. La idea sería que esta materia, unida al

trabajo que se realiza en cada materia de la carrera, sea una especie de cierre o

integración conceptual y práctica sobre estos aspectos. Es necesario que se dé la

reflexión y la deliberación moral, pues son elementos imprescindibles de la educación

ética y ciudadana. Pero el conocimiento de los principios morales y de su adecuación a

los contextos en los que se desarrolla la conducta humana no puede estar desligado de la

educación de los sentimientos y de las emociones morales. La culpa y la vergüenza, la

empatía y el altruismo son algunos de los sentimientos que contribuyen a que las

personas controlen sus comportamientos, para evitar hacer daño a los otros o para

solidarizarse con ellos y ayudarles.

58 Hacia una mentalidad de Formación Transversal Ética y Moral en las Universidades Iberoamericanas.

Una propuesta

La Universidad tiene un papel importante en el desarrollo de la autonomía moral

de sus alumnos, en el cuidado de sus emociones y en la apertura de posibilidades para el

ejercicio de un comportamiento moral consecuente. La integración social de todos los

alumnos, el fortalecimiento de vínculos de amistad, el respeto a las diferencias y a los

alumnos débiles, el cuidado de la alfabetización emocional, la participación de los

alumnos en las actividades escolares, el aprendizaje a través de formas de cooperación

entre iguales, el apoyo de los alumnos más capaces a los que tienen dificultades de

aprendizaje, la defensa de la paz, del medio ambiente y de la igualdad de las personas

sea cual sea su religión, raza, etnia, cultura, origen, sexo, etc. También en este sentido

cobran importancia determinadas actividades de trabajo comunitario, como elementos

necesarios para construir comunidades escolares basadas en la responsabilidad y en el

comportamiento solidario.

4.1 Fundamento de la propuesta

Se propondrá una currícula desde la perspectiva de la Pedagogía Humanista, por

lo tanto se tendrán en cuenta los tres aspectos significativos que plantea Quintana:

1) La ayuda al educando guiándolo, estimulándolo y corrigiéndolo.

Las normas de educación se formulan a partir de una determinada concepción de

hombre. Proponiendo un plan efectivo de educación basado en las verdaderas

características, posibilidades y necesidades del ser humano, sin caer en utopías. Supone

el ejercicio de la autoridad educativa y de una coacción que estimule. Las frustraciones

que esto puede producir en el niño se consideran psicológicamente inofensivas y

pedagógicamente necesarias para templar al educando ante las exigencias de la vida.

2) La progresiva introducción de un trabajo intelectual sistemático y

completo.

La Pedagogía actual incurre en el error de mitificar los métodos didácticos activos

y globales, proclamando su valor pedagógico absoluto. Su valor es sólo relativo, pues

valen únicamente para niños pequeños. La ley psicológica de los niños pequeños es el

juego, y la de los adultos, el trabajo. El activismo y el globalismo didácticos tienen que

ver con el juego; el conocimiento que proporcionan es ocasional y, por consiguiente,

incompleto, superficial y desordenado. Un conocimiento de calidad ha de ser, por el

contrario, completo, profundo y ordenado. Y esto puede ser resultado únicamente de

una enseñanza sistemática, un estudio sostenido y una atención concentrada. Pero esto

ya no es fruto de una pedagogía lúdica, sino del trabajo intelectual. Y en este trabajo, o

estudio, han de ser introducidos progresivamente los estudiantes, a medida que dejan

paso a una actitud intelectual.

3) La superación del relativismo en el conocimiento, en la ética y en los

valores.

El humanismo afirma la razón humana, con todas sus posibilidades de

conocimiento trascendente (o metafísico). La consecuencia es que, para el hombre, se

iluminan toda una serie de principios ideales, tanto de tipo cognitivo (posibilidad de la

verdad) como ético y axiológico. Y, como es lógico, todo esto se proyecta, luego, en el

terreno de la educación, dando un carácter especial a los fines de la misma; un carácter

que se ha perdido en la actual educación postmoderna y que la Pedagogía Humanista

trata de recuperar, por considerar que es esencial a una buena educación humana

(Quintana, 2009, pp. 17-18).

Hacia una mentalidad de formación transversal de la ética y la responsabilidad social 59

4.2 Los actores relevantes de la universidad

Cada uno de los actores relevantes en la universidad tiene importancia en este

compromiso de la Universidad en la formación ética y moral

Las autoridades de la Universidad tienen un rol importante en las iniciativas que

han de plantear para desarrollar este compromiso con la educación moral, ética y de RS.

Trataré de centrarme en tres que considero de especial importancia y que describe

Ibáñez-Martín.

El compromiso de las autoridades universitarias implica que ellos lideren las

iniciativas y no sólo las autoricen de manera que las iniciativas puedan tener vida.

En primer lugar deben estar atentas las autoridades para que efectivamente se den

los espacios para una educación moral y ética. Nos referimos a espacios físicos que se

dedican a la reflexión o al cultivo espiritual religioso de los miembros de la comunidad

universitaria. “Pero, sobre todo, espacios curriculares, co-curriculares y

extracurriculares que, con los distintos formatos propuestos por las autoridades o

sugeridos por los profesores o alumnos, proporcionen instrumentos de educación moral”

(Ibáñez-Martín, 2005, p. 9). El autor enumera cuatro tipos de espacios posibles en este

primer lugar, se sumarán otros dos espacios posibles que entendemos van en la misma

línea:

a) incluir en la currícula una asignatura obligatoria. Se puede llamar de distintos

modos pero lo relevante es que allí se anime a reflexionar sobre las grandes cuestiones

que hacen a la existencia humana: libertad, acciones morales, virtudes, la trascendencia

y el alma, la muerte, etc. No planteadas sólo como reflexiones filosóficas sino como

reflexiones que hacen al saber ser del hombre que vive en un contexto y en una cultura

concreta,

b) ofrecer esta materia no como obligatoria sino electiva,

c) alentar a la inclusión de una materia de ética profesional específica para cada

una de las carreras. No nos referimos a la mera deontología, sino a la profundización de

los principales problemas que surgen en el desarrollo de la vida profesional y aquellos

dilemas morales que derivan de la investigación en cada saber;

d) que cada docente en cada materia tenga una unidad que se corresponda con los

temas éticas específicos de sus contenidos, y también, mantener una materia final que

otorgue la posibilidad de analizar los diferentes dilemas éticas en forma integral,

e) cada año promover seminarios interdisciplinarios sobre cuestiones de

actualidad, en los que la perspectiva ética encuentre su lugar y

f) que las universidades se comprometan, otorgando créditos académicos, para

actividades de promoción social o proyectos sociales que pueden plantearse de varias

formas: Aprendizaje Servicio: El Aprendizaje Servicio es una metodología de

enseñanza que promueve el trabajo solidario de los estudiantes como medio para

optimizar su formación académica e integral (Tapia, 2001), o Aprendizaje Basado en

Proyectos Sociales: El Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) es una metodología de

interdisciplinariedad para garantizar resultados favorables, esta metodología requiere de

un manejo básico de diseño de proyectos así como una clara definición de roles al

interior del equipo (Galeana, 2008). Se fomenta en los estudiantes el desarrollo de

habilidades como la coordinación, el trabajo en equipo, la búsqueda de información, la

60 Hacia una mentalidad de Formación Transversal Ética y Moral en las Universidades Iberoamericanas.

Una propuesta

planificación y la organización (Labra, 2006). En este se contempla también el aspecto

de la Extensión.

En segundo lugar es importante destacar la integridad que han de tener las

Autoridades, evitando cualquier impresión de doble lenguaje o hipocresía o conducta

éticamente reprobable. Parece interesante observar si aquellos docentes que se vinculan

con estas materias o contenidos reciben un sueldo menor o tienen menos oportunidades

de desarrollo profesional o menos medios materiales para sus actividades. También aquí

se mencionan otros ejemplos que hacen a la Gestión de la Universidad pero que

impactan en la coherencia interna organizacional, trato con personas de diferentes

nacionalidades, o razas, o mujeres embarazadas o sueldos injustos o evaluación de

alumnos que fomenta una competitividad malsana, condiciones laborales y ambientes

de trabajos hostiles, etc.

Esto último entronca con el tercer punto que refiere a la atención de la defensa y

promoción de una convivencia académica pacífica. De este modo la universidad tendrá

un ambiente de serenidad que facilite el estudio y el intercambio de ideas. Todo esto

hace a un ambiente propio que potencia las voluntades de toda la comunidad. Por eso se

ha dicho ya que cuando el ambiente de una Universidad está identificado con ese ser

una comunidad de buscadores de la verdad, se promueve una sociedad civil abierta, esta

educación universitaria como instrumento de humanización se hace posible y también el

despliegue de virtudes. La universidad es el lugar privilegiado para desarrollar las

virtudes y valores que hemos mencionado como valores ideales de la pedagogía

humanística, solidaridad, amistad, confianza, diálogo, escucha, comprensión, etc.

En relación con el profesorado, es claro que hay variados temas que abordar pues

la realidad de la educación universitaria en el siglo XXI exige de los docentes

universitarios nuevas capacidades y un compromiso mucho más sólido con la sociedad,

con la verdad, etc. Se suma a esto que encontramos un alumnado que llega con falencias

importantes. Estos aspectos resaltan la necesidad de un cambio de perspectiva docente

en la universidad. Y como decíamos, presenciar la coexistencia de universidades y

profesores abiertos a estos desafíos, a buscar alternativas, a la innovación, al

pensamiento crítico, al progreso y a la búsqueda de rigor y de verdad y que a la vez no

lleguen a arriesgar en sus estilos de hacer y de ejercer la docencia. Es necesario

encontrar buenos estímulos para orientar el cambio, pero es necesario asumir el riesgo

de buscar lo nuevo. Esto suele generar temores pues no siempre redundará en mayores

apoyos o ayudas o en recursos para la promoción de la investigación o de la calidad en

la docencia. Sin embargo parece imperioso romper la contraposición, es mucho lo que

está en juego.

Es importante, pues, que las instituciones académicas de Educación Superior

asuman la “necesidad de ayudar al profesorado a reflexionar sobre los objetivos

genéricos y específicos de su materia, dentro de lo que realmente es posible enseñar, a

individuar los temas y las argumentaciones centrales de su materia, que constituyen el

núcleo básico de los conocimientos que deben retenerse y que facilitan o bloquean la

capacidad para comprender otros saberes, a desarrollar estrategias metodológicas y

motivacionales atractivas, que faciliten el compromiso de los estudiantes en un estudio

reflexivo, crítico y creativo, a diseñar sistemas de evaluación que expresen

correctamente los objetivos buscados, según criterios conocidos por los estudiantes,

etc.” (Ibáñez-Martín, 2001, p. 21). Siempre se ha considerado esto pero ahora necesita

una especial dedicación. En lo que respecta al compromiso de los docentes con la

Hacia una mentalidad de formación transversal de la ética y la responsabilidad social 61

formación ética, queremos vincular este compromiso con el párrafo anterior que sugiere

la conveniencia de incorporar los dilemas morales propias de la materia en la misma

materia, en este sentido es crucial la tarea de los docentes en el armado de los

contenidos de los programas de las materias y que se verifique lo que se expresa en la

cita que se pone a continuación. “Los profesores están llamados a buscar la verdad en

un escenario en el que la investigación está presidida por el respeto a la dignidad

humana de todos (…), en el que las teorías científicas deben ser juzgadas también por

criterios éticos, y en el que toda la actuación profesional del profesor, incluidos los

temas que se estudian en la currícula, debe facilitar descubrir el significado profundo de

la vida buena, también con sus exigencias en la dimensión social humana” (Ibáñez-

Martín, 2005, p. 15). Los docentes también conviene que animen y fomenten a los

alumnos en la participación en la vida pública para la búsqueda del bien común, el

interés y esfuerzo por ocuparse de las necesidades de los demás y ser promotores de la

justicia social. Ibáñez-Martín en el artículo “La Universidad y su compromiso con la

educación moral” recomienda un Decálogo que podría resultar interesante para utilizar

en distintas instituciones universitarias y que apunta a recomendar a cualquier profesor

de Universidad que cumpla con un conjunto de responsabilidades educativas que lo

conduzcan a promover la educación moral de los estudiantes. La tarea del docente es, en

primer lugar, buscar la verdad en la actividad universitaria y alimentar la pasión por

vivir una vida buena, de modo tal que no haya quiebres entre lo que dice– ámbito en el

que se procura la búsqueda de la verdad– y lo intenta vivir –modo de comportarse en su

acción docente–. Ambos puntos es necesario que estén unidos pues se fecundan. En el

n.6 de este capítulo se profundiza sobre la formación docente continua.

En tercer lugar, los estudiantes. Ellos tienen, sin duda una importante tarea. Hay

entre docente y alumno un enriquecimiento mutuo. Sin embargo, los alumnos tienen

una insoslayable tarea personal en la comunidad educativa, “su primera obligación

moral es empeñarse en un estudio en el que se intente llegar al máximo de las propias

posibilidades. Es importante que los estudiantes puedan darse cuenta de la necesidad

moral de emplear los propios talentos en adquirir la formación superior que cada uno

pueda, (…) y esté en condiciones de responder a los retos del desarrollo de la propia

sociedad, mejorando la calidad de vida de todos sus miembros” (Ibáñez-Martín, 2005,

pp. 14 y 15).

Cuando los directivos, los docentes y los alumnos trabajan en esta línea los

resultados son fáciles de pronosticar.

4.3 Una propuesta curricular

En la Facultad de ciencias empresariales de la Universidad Austral, Argentina se

ha intentado hacer e implementar un curriculum en el que se contemple lo que arriba se

enuncia. Se elaboró la propuesta curricular y las distintas fases por las que se vio

necesario transitar para introducir estas cuestiones en los diferentes niveles de las

carreras. El resultado obtenido es parcial, pues es un proceso en curso y que demandará

tiempo y esfuerzo. Se ha generado un clima institucional favorable al planteo de las

cuestiones y abierto a distintos compromisos de los docentes y del alumnado. Se está

trabajando en forma colaborativa, con un alto nivel de participación,

interdisciplinarmente, con el reconocimiento del potencial educativo y de investigación

de diferentes temas, la Integración académica, los fines éticos y de desarrollo y la

retroalimentación y comunicación.

62 Hacia una mentalidad de Formación Transversal Ética y Moral en las Universidades Iberoamericanas.

Una propuesta

Esto ha significado un proceso de cambio sobre la mirada de las materias

humanísticas y sobre la necesidad de incorporar temas en las materias específicas a lo

largo de toda la malla curricular con un objetivo de transversalizar la formación en

ética, moral y RS.

Nuestro objetivo tuvo dos partes: a) introducir algo que veíamos esencial e

íntimamente alineado con el Ideario y b) brindar a otros algo armado, que estuviera en

proceso de implementación y prueba. Lo primero lo llevamos a cabo con el Proceso de

cambio propuesto y lo segundo, con la presentación de esta Propuesta en un Congreso

Iberoamericano sobre Formación en Ética y RS. Proponerlo en ámbitos académicos nos

ayuda para la discusión, adaptaciones, cambios, mejora y apertura a las sugerencias y al

enriquecimiento que puedan aportar colegas de otras Universidades.

En la Universidad se dicta la materia Ética General (dentro de Antropología, en

1er año) y Deontología (en el último año). Sin embargo la percepción común de los

Decanos, Directores Académicos, profesores y alumnos es que no lograba “calar” en

ellos el sentido de responsabilidad que excede los muros de sus acciones personales

inmediatas. Debíamos ir por más.

El cambio se planteó en tres ETAPAS con distintas fases. Todo se ha armado

desde la Facultad de Ciencias Empresariales, con la colaboración de docentes de otras

Facultades. Trabajamos 6 profesores.

Plan general:

ETAPA I. Fase 1:

a) Constitución de un Centro de Ética y Desarrollo Sostenible desde donde

se pudiera comenzar a trabajar estos temas, investigar, implementar, formar docentes,

etc. En el Centro se contextualizó la materia existente, se incluyeron algunos temas o

autores que consideramos que eran necesarios y también el tratamiento de algunos

temas sociales de envergadura a nivel internacional y nacional, y se armó un plan de

formación a profesores.

b) Comenzamos a dictar la materia “Ética, Empresa y Sociedad”, en

Ciencias Empresariales –sedes Rosario y Buenos Aires–.

Fase 2

a) Plan de formación a los docentes.

b) Introducción de unidades de ética en cada materia dictadas –en esta fase-

estas unidades por los docentes de Ética, Empresa y Sociedad.

c) Armado y dictado de una materia Final “Ética, Empresa y Sociedad” Integral.

Centrada con énfasis en decisiones estratégicas y en el conocimiento más profundo de

las herramientas y la aplicación en la práctica de alguna de ellas en una empresa.

Fase 3

Los profesores de cada materia comenzarían a dar los temas previstos. Se seguirá

el plan de formación continua a través del Centro y el Programa de Estudios

Humanísticos que proponer anualmente la Universidad.

ETAPA II

Trabajar de la misma forma con las Facultades de Comunicación, Ingeniería

Informática e Industrial, Derecho, Ciencias Biomédicas y Enfermería. Posgrados.

Hacia una mentalidad de formación transversal de la ética y la responsabilidad social 63

ETAPA III

Lograr llevar a cabo “Proyectos integrados o Aprendizaje basado en Proyectos

Sociales”.

La idea en todas las fases es plantear un dilema por clase o bien plantear algún caso

exitoso o en ejecución “real”. Luego se realiza un debate en pequeños grupos,

realizando posteriormente una puesta en común en un marco de respeto y diálogo

intergrupal.

Se enfocó cada módulo a través de la metodología del caso, acompañada del

marco teórico correspondiente.

El objetivo es lograr profesionales preparados para afrontar dilemas morales

organizacionales y ser líderes conscientes de sus responsabilidades. Por esta razón se

entiende que estos conceptos de ética, RSE, Sociedad, Empresa y Desarrollo Sostenible

deben atravesar toda la currícula de la carrera y debían trascender una materia Final. No

son un tema más, sino la mirada con la que debo encarar las Estrategias, las políticas,

cada una de las decisiones en una organización.

Principalmente, se busca que el contenido y práctica de la asignatura pueda ser un

cauce para que los futuros graduados de nuestra Universidad adquieran competencias

profesionales en relación con la ética prudencial en la organizaciones, a fin de que

adopten una nueva visión del ambiente corporativo o de las Pymes en las que participen.

Este propósito, entendemos que se logrará mediante la debida formación

adquirida por los medios desarrollados a efectos de crear y optimizar ventajas

competitivas de los futuros graduados universitarios en el mercado laboral actual.

El compromiso: lograr que futuros egresados estén a la altura de los tiempos. Esto

exige formar graduados que en un futuro mediato o inmediato puedan ser directivos con

un perfil humanista y un sustrato ético sólido y que posean herramientas y formación

para resolver dilemas éticos empresarios que hayan podido adquirir a lo largo de toda la

formación universitaria.

Se busca, con este cambio, mostrar la íntima relación que existe entre el ejercicio

profesional y las cuestiones morales ya que la ética no es una reflexión abstracta,

alejada de la realidad, sino un ejercicio libre y vital que parte, precisamente, de todo lo

que nos rodea: racionalidad práctica.

Las decisiones de un profesional no son neutrales. Conllevan un compromiso con

cada realidad sobre la que decidimos. Es por eso necesario conformar nuestra actitud y

nuestra conducta en la búsqueda del bien, aún en los problemas vitales más inmediatos.

En este sentido, el método del caso que refuerza el desarrollo y reflexión, permite hacer

más accesibles las verdades éticas a la luz de las situaciones y problemas cotidianos en

los que se ponen a prueba. Los docentes desde su experiencia y formación deben estar

habilitados para abrir horizontes desde la práctica personal y el contraste con lo que

realmente genera desarrollo sostenible o simplemente “negocios oportunistas” sin

proyección.

La propuesta se presenta en varias etapas por las que se entiende que conviene

transitar en todo proceso de cambio organizacional. El proceso de formación de

universitarios responsables socialmente es un proceso que implica continuos ajustes

pero principalmente un alineamiento claro desde La Dirección de la

Universidad/Facultad, contemplando la formación continua y actualización de cada uno

64 Hacia una mentalidad de Formación Transversal Ética y Moral en las Universidades Iberoamericanas.

Una propuesta

de los docentes de cada materia para que realmente estén a la altura de la formación que

se pretende dar para que cale en los alumnos.

Para quienes dictamos estas materias es un reto constante lograr despertar interés

por el tema y sembrar en los alumnos la inquietud de ser protagonistas de este desafío

que nos presenta el mundo profesional de hoy, de los negocios, de la salud, de la

justicia, de la política, etc. Parece importante no sólo brindarles los argumentos sino

también que conozcan las principales herramientas para implementar RSE y su

adecuada y oportuna utilización.

La descripción de lo hecho está desarrollada en los Anexo III, IV y V.

5. Ampliar la propuesta curricular a través de las Redes de

Universidades

Las sociedades postindustriales democráticas, inmersas en procesos de

globalización económica, confiadas en las nuevas tecnologías de la información y la

comunicación y con nuevos retos presentes y futuros como son la acogida de personas

de otros países y la consecuente convivencia de diferentes culturas, religiones y

costumbres, necesitan más que nunca ciudadanos con rasgos éticos.

Como ya hemos dicho, la universidad ha sido, desde sus orígenes, la encargada de

formar profesionales y especialistas en diversas áreas del conocimiento, y hoy debería

ser también la encargada de la formación de auténticos ciudadanos, responsables y

comprometidos éticamente con la realidad social que les rodea.

Cuál es el sentido y el significado que tiene la formación del siglo XXI.

En lo que se refiere al sentido que adquiere la formación, consideramos que es

necesario que haya una estrecha relación con dos grandes realidades sociales.

1. Por un lado, tenemos un nuevo paradigma social en una sociedad de la

comunicación y de la información (Castells, 1997-1998). La nueva sociedad en Red ya

no demanda el mismo profesional de antes. La figura profesional ya no corresponde con

la de una persona llena de conocimientos, que desempeñaba en su trabajo una serie de

funciones y/o actuaciones profesionales en buena medida cerradas y repetitivas.

Incluirse en un modelo profesional en continuo movimiento, sin espacio y sin tiempo

asegurado, con continuas y aceleradas incorporaciones de nuevos conocimientos y

técnicas de trabajo, demanda un profesional con la cabeza bien armada. Es necesario

que conozca su disciplina, que tenga capacidad de aprehender unos contenidos y

también de desaprender los obsoletos y adquirir otros nuevos.

2. Por otro lado, en este siglo XXI, el sentido de la formación integral de la

persona. Ésta debe incorporar la formación moral y ética. Todo lo que tiene que ver con

la persona: ética, moral, valores y sentimientos, etc., lo que justifica su existencia, debe

ser objeto y objetivo de enseñanza y de aprendizaje. Esto ya se ha desarrollado en

puntos anteriores. El ciudadano del siglo XXI, quizás más que el de otras épocas, va a

enfrentarse a retos personales cuyas decisiones influirán en las personas que están a su

lado y en las que no están tan cerca.

Se trata de atender a las dos caras de la misma moneda: la formación de

profesionales que dominen sus disciplinas de una forma autónoma y estratégica, y la

Hacia una mentalidad de formación transversal de la ética y la responsabilidad social 65

formación de futuros profesionales que actúen de forma responsable, libre y

comprometida.

Y de nuevo la pregunta: ¿cómo es posible lograr que la necesidad de incorporar

estar formación logre una sinergia por medio del uso de las redes de universidades?

Como ya hemos comentado, cuando hablamos de cooperación académica en Red

es importante no dejar de reconocer que este tipo de cooperación es la que permite una

mayor interacción entre las instituciones y sus comunidades académicas. Se produce un

aprovechamiento de las capacidades y se logran sinergias, se potencian las fortalezas de

cada uno. Además surgen nuevas formas de integración y articulación, y se promueve,

más aún, el trabajo en Redes.

La respuesta la daremos en base a la experiencia que se logrado en el trabajo

asociativo y de colaboración en la RedUniRse.

La experiencia con esta propuesta ha sido interesante por el resultado obtenido

luego de ser presentada y seleccionada la propuesta curricular antes comentada para el I

Congreso Iberoamericano de Profesores Egresados como Formadores en Ética y RSE.

El trabajo fue publicada en la web de Redunirse y luego en un libro editado por PNUD,

2011. Los participantes al Congreso eran egresados del Programa de Profesores

Formadores, todos de universidades iberoamericanas. Como el evento se realizó en

Buenos Aires, Argentina, el número de participantes de este país fue muy superior al

resto, aun así, fue significativo el número de universidades (156) y países participantes

(18).

La propuesta curricular logró tal divulgación que fue solicitada por más de 18 docentes

con interés para incorporar ese Programa a la malla curricular de las facultades de las

que proceden. Fue redactado como un producto semi-acabado y por eso se les envió en

Word. La idea ha sido que cada Institución pudiese contextualizar los casos, ampliar

bibliografía con autores de sus países, etc. La sociedad constituye el marco general de la

educación y por lo tanto del currículum. Los cambios son reales en la vertiginosa

velocidad en que nos hallamos inmersos y afectan a todos los ámbitos de la vida

humana en su dimensión individual y social. Por eso el curriculum que se realiza y que

luego se brinda para que otros puedan utilizarlo, al ser para una sociedad plural ha de

ser abierto. Pero no en un sentido estricto, que dejaría en manos de los docentes la

selección total del mismo, sino desde una perspectiva de adaptación de un marco

curricular general al caso de cada Institución que lo quiera utilizar.

66 Hacia una mentalidad de Formación Transversal Ética y Moral en las Universidades Iberoamericanas.

Una propuesta

Evidentemente, es cierto que al trabajar en Redes estos aspectos corren riesgos

pero, a pesar de esto, se considera importante poder difundir fundamentos, contenidos y

buenas prácticas. Cuando se comparten y contrastan suelen ganar riqueza y amplitud los

resultados. De este modo es posible lograr sinergias y repensar las universidades

iberoamericanas desde su identidad y desde su pasión central. Redescubrir ese Norte,

para que no sean ya vulnerables. Y como explica MacIntyre que sean comunidades

educadas en la que cada una busca en y desde su contexto, en unidad con otros un saber

superior.

Evidentemente el impacto de la propuesta curricular se ha ampliado a través de la

Red y efectivamente podríamos hablar de un posible inicio del camino hacia la

mentalidad de la “formación ética transversal en la currícula de las universidades

iberoamericanas”. Las redes son el instrumento que facilita un impacto mayor, pero en

todos los casos es necesario que se dé un proceso de elaboración o adaptación a cada

institución que lo aplique.

6. La formación continua de los docentes

La Universidad se enfrenta hoy ante unas nuevas circunstancias sociales, que

obligan a replantearse el marco teórico básico de las funciones de su profesorado.

La situación actual de los docentes universitarios en relación con su capacidad

para ser formadores en los aspectos éticos, morales y de responsabilidad social, necesita

del aliento y del incentivo de los directivos y un plan de Formación permanente y de un

intercambio fluido que entendemos puede darse a través de la Redes de Universidades

pero que además exigen un trabajo dentro de cada Institución universitaria dentro, del

claustro en interrelación con otros docentes. Sobre el docente recaen responsabilidades

de compromiso, de investigación, de integración y de enseñanza, que deben promoverse

en los que deseen ejercer su profesión estando a la altura de las enormes exigencias de

fondo que tiene nuestro mundo.

Hay cambios que plantean al docente una reflexión acerca de su papel y del

sentido del docente y del pedagogo en el ámbito educativo. Hay diferentes

competencias que le han sido asignadas al nuevo docente del siglo XXI, competencias

que aspiran a la excelencia profesional. Interesa entender que la importancia social y

moral del ejercicio de una profesión reside en el bien específico que aporta a la sociedad

en general o a los miembros de la misma.

La tarea docente se enfrenta a diversos y apasionantes retos, dilemas y problemas.

Un mundo plural –con una realidad intercultural– una sociedad con graves desajustes

socio-económicos-culturales y una universidad masiva, que pretende ser inclusiva.

Frente a este panorama los docentes necesitan elaborar una ética profesional

docente que resuma el papel que se le asigna socialmente al docente como transmisor de

conocimientos y cultura, así como de formador de personas críticas, con curiosidad

intelectual, honestidad… Y he aquí donde nos surgen muchas dudas, dudas que deben

responderse desde planteamientos éticos: ¿qué contenidos deben transmitirse?; ¿son

todos igual de valiosos?; ¿cómo se forman realmente personas críticas?…

De acuerdo a lo descrito en las páginas anteriores podría decir que la elaboración

de los contenidos éticos que trabajan los docentes debe responder a una serie de

principios básicos:

Hacia una mentalidad de formación transversal de la ética y la responsabilidad social 67

El respeto a la dignidad personal de todos los miembros de la comunidad,

fundamentalmente, a su conciencia, intimidad y características diferenciales de cada

persona. La promoción de los derechos humanos y la defensa de los valores de la ética

de cada persona. Éstos no sólo deben ser enseñados, sino vividos. El proceder siempre

conforme a la justicia, con autonomía profesional y con responsabilidad profesional.

Situar sus competencias profesionales al servicio del bien de los usuarios. Ser imparcial,

veraz y respetar la confidencialidad. Junto a esto que mencionamos hemos enumerado

los aspectos éticos y los valores que se entienden como objetivos.

La Universidad y los profesores universitarios, para lograr vivir esta profesión tal

y como lo exigen estos tiempos necesitan recibir capacitación constante para el

desempeño profesional; para transmitir una educación en virtudes y valores y para

formar éticamente a sus alumnos.

La educación en los valores de la ética de las personas debe ser asumida como

responsabilidad de la institución universitaria y de los profesores que están directamente

involucrados con el alumnado.

Hay necesidad no sólo de contenidos para la formación ética, sino de enseñar y

aprender lo ético en la acción, ya que es un saber prudencial –como se ha dicho– que ha

de integrarse en la misma realización profesional. Además de la inclusión de la

reflexión ética en los estudios universitarios como un conocimiento y como una

competencia, es decir, que exista un espacio docente concreto para la explicación, el

conocimiento y la reflexión ética, sin ser limitado a la reflexión deontológica y que

exista un «entrenamiento» ético que compete, a su juicio, a toda la comunidad docente,

es crucial el trabajo constante de los docentes y su capacitación continua.

Esto implica, sin duda, que se actúe de manera comprometida y vocacional y que

las instituciones de Educación Superior trabajen en una misma dirección.

De acuerdo con lo que venimos proponiendo, es de suponer que las tareas y

funciones del docente en la formación del siglo XXI adquieran un nuevo significado.

Así, el docente se convierte en algo más que en un mero transmisor de conocimiento

científico. Son los conocimientos científicos los que en el nuevo paradigma social ya no

están en la boca del docente, del experto en el tema, sino que se hallan presentados y

representados de múltiples formas, como en la red de redes Internet y son de acceso

fácil y autónomo. Sin embargo, y sin dejar de ser el transmisor del conocimiento,

creemos que, por un lado, el nuevo docente es el profesional encargado de enseñar a

aprender la ciencia, de enseñar a gestionar el conocimiento de una forma significativa y

con sentido personal para el estudiante, de crear auténticos escenarios de enseñanza y de

aprendizaje, y, por otro, es el encargado de imprimir a los contenidos que enseña el

carácter ético que hará que el estudiante sea un experto profesional y un buen

ciudadano. Se trata de que el docente se comprometa moralmente con su tarea

formadora, es decir, no se trata tanto de ser un experto competente, sino de querer serlo

y comprometerse a serlo de forma que la acción docente no se limite al hecho de

producir ciencia y de transmitirla, sino que sea una acción responsable y con

compromiso ético hacia dicho conocimiento. Así la Universidad logra su objetivo de

comunidad de buscadores de verdad, contribuyendo a una sociedad abierta y como

instrumento de humanización.

Con todo lo dicho, la figura del docente del siglo XXI, sobre todo en niveles

superiores de educación, adquiere mayor profundidad en referencia a su rol de calidad

personal, prudencial y de pedagogía. Destacamos, por un lado, el papel de gestor de

68 Hacia una mentalidad de Formación Transversal Ética y Moral en las Universidades Iberoamericanas.

Una propuesta

auténticos procesos de enseñanza y de aprendizaje que se centren en enseñar a aprender

ciencia, y, por otro, el papel de modelo de actuación y de guía en el tratamiento de

dilemas éticos propios de su área de conocimiento o relativos a temas socialmente

controvertidos vinculados con la ciudadanía.

Las consideraciones sobre la organización social del escenario en el que tienen

lugar los procesos de enseñanza y aprendizaje se postulan en función de una mejor

preparación del nuevo profesional demandado por la sociedad de la información. Se

plantea que hay formas de planificación, desarrollo y puesta en marcha de actividades

que son claramente más sensibles y adecuadas a la incorporación de contenidos y de

formas de hacer de naturaleza ética y moral. No todas las formas de organización social

del aula y del trabajo individual o cooperativo que procuran generar aprendizaje en el

estudiante son igualmente válidas para aprender a apreciar como valiosas condiciones

en nuestra propuesta de aprendizaje ético. Se aprende a estimar el respeto y la

promoción de la autonomía, el valor del diálogo y de la diferencia, y la consideración

hacia la diferencia como factor de progreso individual y colectivo, cuando esas

cualidades están presentes de forma natural en los escenarios de enseñanza y

aprendizaje, en los espacios de participación y en el clima institucional de nuestras

universidades.

Entre esos escenarios, y de forma cada vez más frecuente, es interesante sumarle

prácticas y estancias mediante convenios en empresas e instituciones. Son lugares

óptimos para identificar valores y contravalores, para aprender a diagnosticar

situaciones en clave ética, para aprender a comprender mejor y más críticamente la

realidad que nos rodea tanto laboral como socialmente, y para entrenarnos en formular

propuestas y en implicarnos en proyectos personales y colectivos capaces de

transformar y mejorar las condiciones de nuestro mundo. Estos escenarios también

pueden ser lugares en los que no se aprenda nada de todo esto o se aprenda lo contrario,

son el canal, lo que conducen es lo que tiene valor. Pero queda claro que no podemos

tener un excelente contenido pero carecer del canal. También otro canal óptimo es el

aprendizaje basado en proyectos en los que el docente tiene un rol fundamental y para el

que debe estar también, preparado. Son todas tareas sobre las que el profesorado

universitario no puede estar ajeno.

Sin embargo, y a pesar de lo expresado hasta aquí, nos parece de particular

importancia el espacio del aula universitaria. La clase, el seminario, el gabinete de

lectura o el estudio de caso son espacios de interacción privilegiados, en los que quizás

por la progresiva integración de tecnologías de la comunicación y la documentación, el

encuentro entre estudiantes y entre éstos y el profesorado permite diseñar el tratamiento

de los contenidos curriculares de formas muy diversas. Sin perder rigor ni disminuir el

nivel del aprendizaje, podemos dedicar más o menos tiempo a plantear problemas o a

responder preguntas, a discutir resultados o a repasar operaciones, a exponer posiciones

o a buscar más perspectivas sobre un objeto de análisis, etc. Es evidente que no es lo

mismo hacer una cosa u otra, como también lo es que, según cuál sea el enfoque, el

profesorado podrá utilizar estrategias diferentes de la expositiva o interrogativa en la

forma en que aborde el conocimiento.

Nos interesa destacar que la incorporación de tales estrategias para el desarrollo

de las dimensiones que planteamos en el análisis sobre la formación moral, ética y en

RS, supone añadir calidad ética al proceso de enseñanza-aprendizaje. Éste es quizás el

reto más discreto y a la vez más profundo que proponemos desde el enfoque del

Hacia una mentalidad de formación transversal de la ética y la responsabilidad social 69

aprendizaje ético. No se trata de hacer grandes cambios curriculares ni nuevas reformas

en los planes de estudio, sino de incorporar en los planes de cada asignatura contenidos

y objetivos terminales de naturaleza ética, sobre todo de carácter procedimental y

actitudinal. Es necesario cambiar la perspectiva de un amplio sector del profesorado;

aprovechar e intercambiar las buenas prácticas que existen en relación con el tema que

nos ocupa, y poner a disposición del mismo, recursos y estrategias adecuados.

Lógicamente, todo esto requiere de un constante trabajo de actualización y

reflexión y búsqueda del profesorado, por esto encontramos adecuado que la Institución

brinde espacios y tiempo para esto individualmente, en grupos dentro de la institución,

con otros docentes pares de otras facultades o de otras universidades. Participar en

Foros, congresos, Coloquios etc. sobre estas cuestiones, refuerza el empeño de cada uno

y logra un docente más preparado para estos desafíos.

Vale la pena señalar que, si no hacemos el esfuerzo de dar un sentido transversal a

la propuesta descrita, corremos el riesgo de tender a la creación de tantas situaciones de

enseñanza y de aprendizaje estratégicas y con rasgos éticos y morales como asignaturas

por las que transite el estudiante en su período de formación. En este sentido conviene

que el profesorado asuma que un enfoque como el del aprendizaje ético en la

universidad propone atender el desarrollo integral del estudiante, no sólo en su manera

personal de aprender y abordar el ejercicio de su profesión, sino en su forma de pensar y

de comportarse como ciudadano.

71

Conclusión

El trabajo se ha iniciado mostrando, quizá, un sombrío panorama del mundo. Un

mundo que se encuentra tambaleante y con pocos ejemplos y recursos morales. Sin

embargo, la inquietud, interés y necesidad que manifiesta de lo ético es un buen signo.

El hombre sigue interpelándose sobre el sentido de su vida, el dolor, su origen y su fin,

se siguen buscando caminos para enfrentar la crisis moral. Se escucha con claridad que

hay muchas voces que indican que no es esto una simple crisis económica que se

resuelva con regulaciones o controles.

A lo largo del trabajo se ha buscado explicar de modos diferentes que son las

personas las que debemos cambiar. Cómo encarar el cambio va mostrando la mayor o

menor profundidad con que se analiza la situación. Gran número de universidades, y

muchos docentes hemos entendido que tenemos un rol decisivo en este cambio que haga

de nosotros personas y profesionales éticos y responsables socialmente. Queremos

superar la miopía de enseñar sólo la ciencia, la tecnología o más pobre aún la destreza

laboral sin base humanística. Enseñar para que reciban un título de médico, contador o

abogado siendo cada uno comprometidos con el medio ambiente, con los entornos

laborales, con las personas con las que interactúan, con todo su entorno más o menos

inmediato. Profesionales conscientes de que sus decisiones deben ser prudentes y justas.

Con esto se vuelve a recalcar que la educación, sin duda, es útil al desarrollo

económico de los países, regiones, etc. Pero la educación es principalmente un

instrumento de humanización, porque no es el horizonte último de las vidas de los

estudiantes sino un medio para servir mejor.

La Universidad –en la actual sociedad del conocimiento– es capaz de realizar las

tareas que incumben a la demanda de generación y transmisión del conocimiento. Sin

embargo, frente al debilitamiento que presenta en la formación moral, ética y

humanística en general, encontrándose en una situación delicada quiere y necesita

repensarse. Pero repensar la Universidad – por lo expuesto– está vinculado con la

reincorporación de materias humanísticas que sean la base de la formación científica,

técnica y profesional.

Como hemos desarrollado, hace a la misión de la Universidad formar hombres

éticos que influyan cada uno en su lugar de trabajo y por tanto en la sociedad toda. Esto

pues, debe tener – en lo que podríamos llamar el nivel “organizativo”– su correlato en

los procesos propios de una Universidad, a saber: Gestión, Formación, Investigación y

Extensión. En el trabajo se ha puesto énfasis en el resultado de un proyecto de

incorporación de la ética y la moral en la currícula pero al destacar su transversalidad

todos los procesos están indudablemente implicados y han de buscar ser congruentes.

El interés por la incorporación de la ética en las currículas es real y progresivo y

muchos comparten la tesis de su transversalidad en Iberoamerica, al igual que se

verifica en los países anglosajones, etc.

En el trabajo se ha tenido que profundizar en lo que es la Universidad, qué son las

Redes de cooperación universitaria, qué es la formación en ética y moral y RS y cómo

trabajar con este instrumento para lograr esta mentalidad de formación ética transversal.

Hay numerosos autores que explican qué es una Universidad, se habla de una

institución que está perdiendo su esencia, se habla del declive y corrimiento de su

72 Hacia una mentalidad de Formación Transversal Ética y Moral en las Universidades Iberoamericanas.

Una propuesta

misión hacia fines utilitarios. Fue necesario definir de qué hablamos cuando hablamos

de universidad, de persona, de comunidad, de cultura, de humanismo, de formación y si

es o no necesario formar a las personas para que puedan ser profesionales agentes de

cambio, etc.

También ha sido necesario explicar el impacto de la irrupción de las tecnologías y

el surgimiento de lo que se conviene en llamar la Sociedad Red, luego definir qué son

las redes de cooperación universitaria y de universidades y su conveniencia e influjo y,

seleccionar las redes de universidades más significativas en Iberoamérica.

Por último se han tratado de explicar los conceptos de la ética, la moral y las

diferentes maneras de abordar la responsabilidad según visiones más o menos

reduccionistas de la persona y la organización. Luego se ha tratado sobre los temas

vinculados con las teorías pedagógicas– en concreto la humanista. Sus modos de

plantear los temas parecen los apropiados para lo que estamos buscando generar como

mentalidad abierta, responsable, contextualizada pero que contempla un sustrato común

y universal que permita y ponga a las personas primero. Es necesario que la comunidad

universitaria toda, participe en estos empeños de largo alcance que se están planteando

las instituciones universitarias y vuelque su trabajo interdisciplinario para llegar a

programas que realmente estén enriquecidos con las múltiples miradas de las diversas

realidades complejas de la realidad. Como hemos visto, en ocasiones son decisiones que

provienen de los Directivos y en otros casos encontramos profesores motivados que

impulsan, junto a otros, estas temáticas y logran instalar el tema. Los directivos y los

docentes tienen una responsabilidad insoslayable y a la vez, la formación y el trabajo

continuo, unido al intercambio que se logra por medio de las Redes de Universidades

logran que se vaya formando una masa crítica de profesores expertos en el tratamiento

de estos temas. Así es como se pretende lograr el impulso y compromiso para dar

cuerpo a centros de investigación y capacitación, programas online, armados de las

materias, Proyectos Sociales inter-facultades o universidades, etc. Generar una

mentalidad no es una tarea de corto plazo, sin embargo al utilizar como instrumento las

redes de universidades, hay resultados que podrían lograrse en plazos más breves.

Se ha podido mostrar cómo algunos conceptos fundamentales tienen acepciones

totalmente diversas. De este modo podría parecer que cada asunto es un auténtico

desafío, pero es importante plantearse estas cuestiones sin ambages, esquivar no mejora

nada la cuestión.

Hay un universo amplio de autores, posturas, opiniones, estudios sobre partes de

este asunto, etc. Se ha tratado de incluir e interrelacionar una serie de temas

considerados de relevancia para que quienes trabajan sobre estas cuestiones encuentren

una mirada sobre todos estos ellos en forma integrada.

Se ha hecho una breve exposición sobre el modo de accionar en las universidades

Iberoamericanas, que como ya lo hemos indicado amerita una futura investigación

descriptiva exploratoria. Lo que sí está claro es que las Universidades Iberoamericanas

no están en las mismas condiciones aunque esto no impide sacar algunas conclusiones

generales. Existen cuestiones comunes en lo que respecta a lo educativo, social, cultural,

económico, histórico que favorecen estas posibles conclusiones y a la vez, hay

diferencias que justifican estudiar más a fondo cada contexto. El ámbito iberoamericano

se reconoce como un espacio propicio para la cooperación interuniversitaria. Sin

embargo, es preciso considerar algunos condicionantes: –las asimetrías en cuanto a la

fragilidad de los sistemas universitarios, – la desigual consideración del papel de la

Conclusión 73

cooperación y el grado de compromiso institucional por parte de las universidades, –una

notable heterogeneidad en el grado de calidad e impacto de la cooperación. Cooperar

con instituciones nacionales e internacionales nos fortalece en la generación y

aplicación del conocimiento, nos permite alentar la formación de profesionales con

mentalidad multicultural, más críticos y sensibles al entorno, más competitivos en

diferentes ambientes.

Sin duda en la actualidad las universidades afrontan nuevos desafíos los cuales

exigen un replanteamiento de los modelos educativos y al mismo tiempo deben realizar

cambios para lograr una mejora en el desempeño institucional que permitan evaluar la

calidad de sus programas educativos y responder al entorno que los rodea. Ahora más

que nunca es necesario que la Universidad trabajando en red con otras sea ese espacio

en el que se despierte en los estudiantes ese fuego que enciende el afán por ser personas

integralmente formadas, sean capaces de llegar a tener Calidad, Excelencia,

Especialización-Diversidad, capacidad de Cooperación e intercambio para el desarrollo

de toda la sociedad. Todos estos aspectos apuntan a lo cualitativo, a la calidad de las

universidades y lógicamente a la calidad de la educación que brindan a los estudiantes.

El camino de cada universidad hacia esta mentalidad implica un trabajo que si se

realiza cooperativamente podrá lograr introducir en la malla curricular de las carreras la

formación Moral y Ética y el Desarrollo Sostenible. Para conseguir este trabajo

asociativo y generar una mentalidad que promueva la formación moral y ética se

propone como elemento dinamizador el uso de las redes de universidades. Las redes

podrían ser, como una palanca para promover una mentalidad en la que la formación

ética sea relevante. Hay mucha gente que está trabajando en estos temas, el panorama es

alentador pero el avance hasta ahora conseguido ha sido más por iniciativa institucional

que por esfuerzos coordinados. Por eso se considera conveniente que no quede

circunscripto a proyectos aislados sino que con mayor o menor impacto se divulgue,

contraste y enriquezca en la interrelación que ofrecen las Redes. Es necesario, pues,

trabajar cooperativamente entre las universidades para lograr la inserción de esta

formación.

Debemos abrirnos a la reflexión sobre este tema: si nuestras universidades –cada

uno de quienes las formamos– no incluyen cursos para fomentar la ética de los

estudiantes, o ni lo piensan, ni lo investigan, deben ser consideradas ellas también como

socialmente irresponsables, y éticamente condenables porque han permitido que una

institución haya perdido su esencia y de que sus egresados nunca hayan comprendido la

responsabilidad o respuesta que la sociedad espera y necesita de ellos.

Cada alumno tiene que lograr descubrir que ser universitario, es un privilegio, una

oportunidad que implica un compromiso fascinante y transformador. La capacitación

constante del docente y su actitud frente a estas cuestiones es crucial.

El camino es largo y fatigoso. Sin embargo, la llave que abre hacia una vida más

humana, lograda, cimentada en auténticos valores éticos, está al alcance de quienes

quieran esforzarse para conseguirla.

Hay múltiples posibilidades y caminos para generar una mentalidad de inserción

de la moral y la ética en las universidades. En este trabajo se ha intentado presentar una

propuesta que se considera viable para Iberoamérica.

Lo expuesto, permite concluir que la educación moral y ética en las universidades

es un empeño en el que están comprometidos muchas instituciones y centenares de

74 Hacia una mentalidad de Formación Transversal Ética y Moral en las Universidades Iberoamericanas.

Una propuesta

profesores. Si bien es cierto que hay mucho camino por andar y el trabajo urge, los

vientos parecen favorables y los docentes manifiestan interés y apasionamiento para

formarse y estar a tono con lo que exigen estos tiempos. Sin duda hay obstáculos

objetivos desde lo teórico y desde lo práctico pero también es absolutamente cierto que

es necesario promover una educación para la virtud. Una educación que haga de los

alumnos, buscadores de la verdad, expertos en humanidad y ciudadanos abiertos y

apasionados por la sociedad. Una sociedad, que los necesita comprometidos,

magnánimos y generosos con el mundo en el que viven.

Por lo que se ha podido experimentar, con el impacto obtenido con la presentación

del Programa de la materia y la propuesta de trabajar en Fases en la Universidad

Austral, se puede aseverar que cuando hay firme decisión de toda la comunidad

universitaria para trabajar en colaboración y apertura y utilizar como herramienta las

Redes Universitarias, se pueden lograr resultados asombrosos. Estas redes serán las que

hagan posible potenciar la tarea y suscitar en otras instituciones educativas

universitarias ese fuego que da vida a toda tarea educativa, más aún cuando se trabaja

colaborativamente.

El trabajo es acotado, por las características del mismo y por el tiempo disponible.

Se han intentado justificar las elecciones de las posturas y de los contenidos de los

conceptos elegidos. Parece importante y necesario realizar, a futuro, una investigación

de las universidades de Iberoamérica con la cual lograr un diagnóstico que permita

trabajar con pertinencia la propuesta.

Sólo se pretende hacer un aporte, que –tal vez– pueda ser compartido por otros.

No se intenta dar la receta única, más aún estamos convencidos que no hay un solo

camino.

El trabajo es una introducción a una perspectiva que busca generar una

mentalidad. Los caminos pueden ser variados y por esto se considera que resultaría

arrogante pretender que todo el mundo acuerde con la perspectiva de este aporte para su

solución. Actualmente son muchas las Instituciones que están estudiando aspectos

diversos de la Universidad: Unesco, Consejo de Europa, Rectores o la Conferencia de

Rectores de las Universidades Europeas, iberoamericanas, los ministros de educación de

los países centrales y los emergentes, la Unión Europea, etc. Están haciendo un gran

esfuerzo para lograr unanimidad sobre esta cuestión y aún no lo logran. Sin embargo, el

intento de profundización y ampliación del análisis y el esfuerzo y diálogo para trabajar

en positivo merecen la pena.

Trabajar sobre este tema y aportar algo nos parece que es haber tomado un

sendero correcto. Además, implica seguir trabajando con otros en algo relevante. En

este caso, a través de Redunirse se pueden formar equipos y avanzar en esta propuesta

con otros docentes e investigadores de Universidades de Iberoamérica.

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Educación Superior, Cartagena de Indias, Colombia, 4 al 6 de junio de 2008. On line

20/07/2010. http://www.iesalc.unesco.org.ve/docs/wrt/declaracioncres_espanol.pdf

UNESCO-IESALC. Declaración de Buenos Aires-2011. IV Encuentro de Redes

Universitarias y Consejo de Rectores de América Latina y el Caribe. Online:

www.iesalc.unesco.org.ve/.../declaracion_buenos_aires_2011.pdf

Wojciech, Giertych O.P. (2007), New Prospects for the Application of the Natural

Moral Law, in Convengo Internationale “Legge Naturale Morale e prospettive”,

Università Pontificie Lateranense, Roma.

Zarur, Xiomara (2008), “Integración regional e internacionalización de la educación

superior en América Latina y el Caribe”, en Tendencias de la Educación Superior en

América Latina y el Caribe, Instituto Internacional de la UNESCO para la Educación en

América Latina y el Caribe (UNESCO-IESALC), Caracas.

Bibliografía y Anexos 81

ANEXOS

ANEXO I

Asociaciones y Redes Universitarias:

1. ANUIES-Asociación Nacional de Universidades (México)

La ANUIES se creó en 1950. Inicialmente reunió a once universidades públicas y

quince instituciones educativas de diversas entidades federativas del país. En la

actualidad, agrupa a ciento trece instituciones, y es la organización más representativa

de los intereses y expectativas del sector de la educación superior.

Desde su fundación, la ANUIES ha sido un organismo promotor de la concertación y

colaboración entre las instituciones de educación superior (IES). Asimismo, ha sido un

factor clave en el diálogo permanente de las IES con entidades y dependencias oficiales.

De este modo, la ANUIES ha contribuido positivamente a instaurar una especie de

régimen de responsabilidad compartida de la educación superior, esquema utilizado en

pocos países.

2. Asociación de Universidades Grupo Montevideo

Integran el Grupo Montevideo doce Universidades con carácter de miembros plenos –

cinco argentinas, cinco brasileñas, una paraguaya y una uruguaya-, que no distan en

general más de dos horas, por avión, una de otra, y no más de tres entre los puntos más

lejanos, lo que facilita traslados e iniciativas conjuntas, bilaterales o multilaterales.

3. AUFOP-Asociación Universitaria de Formación del Profesorado

Es una asociación de personas interesadas en la formación del profesorado vinculadas a

la Universidad. También pueden pertenecer a la misma quienes deseen contribuir con su

experiencia o estén de alguna manera relacionadas con la formación del profesorado.

Viene realizando desde su fundación innumerables actos relacionados con los objetivos

recogidos en los estatutos de su fundación. Entre estas actividades cabe destacar las

relacionadas con los congresos y reuniones que periódicamente se mantienen en

diferentes ciudades españolas, así como la publicación de la Revista Interuniversitaria

de Formación del Profesorado. Sobre las actividades de la asociación se mantiene

puntualmente informado a todos los socios y personas relacionadas con este campo de

trabajo. Los diferentes congresos y reuniones científicas celebradas en estos años son

difundidos a través de la revista, así como por los medios de comunicación.

4. Consorcio Surandino CEIDIS

El Consorcio es una base institucional para lograr aprendizajes mutuos y la valoración y

difusión de conocimientos y experiencias que favorezcan el desarrollo sustentable y la

integración regional surandina, desde una perspectiva intercultural y de género. El

Consorcio busca asegurar un recurso humano capacitado para enfrentar los desafíos de

un desarrollo regional descentralizado, optimizando la experiencia acumulada por

diversas instituciones que trabajan en el ámbito andino en programas de desarrollo con

sectores que históricamente han quedado al margen de los beneficios del desarrollo.

El horizonte del Consorcio es la Región Surandina, comprendida entre Arequipa, Peru;

Cochabamba, Bolivia; Arica, Chile, y Jujuy, Argentina, ciudades en las que se localizan

los cuatro nodos de la institución

82 Hacia una mentalidad de Formación Transversal Ética y Moral en las Universidades Iberoamericanas.

Una propuesta

El nodo argentino se localiza en la ciudad de San Salvador de Jujuy y lo integran la

Universidad Nacional de Jujuy y la Fundación para el Ambiente Natural y el Desarrollo,

FUNDANDES.

El nodo chileno está constituido por la Corporación de Estudios y Desarrollo Norte

Grande y la Universidad de Tarapacá, de la ciudad de San Marcos de Arica.

Cochabamba es la sede del nodo boliviano, el que esta constituido por la Universidad de

San Simón, a través de su Centro de Estudios Superiores Universitarios, CESU, que se

creó en 1992, y la organización no gubernamental Centro de Comunicación y

Desarrollo Andino, CENDA, fundado en 1985.

El nodo peruano se localiza en la ciudad de Arequipa y lo constituyen la Universidad

Católica de Santa María y el Centro de Estudios y Promoción del Desarrollo, DESCO.

5. CRISCOS-Consejo de Rectores por la Integración de la Subregión Centro Oeste de

Sudamérica

Es un organismo subregional; sin fines de lucro; dedicado a la integración y

colaboración interuniversitaria, estando constituido por universidades del noroeste de

Argentina (Jujuy, Salta, Santiago del Estero, Tucumán, Catamarca y la Rioja), de toda

Bolivia, del norte de Chile y sur del Perú, representadas por sus rectores.

Es finalidad fundamental del Consejo profundizar el camino de la integración de los

pueblos de Sudamérica y en particular, de la subregión centro oeste, con el propósito de

ampliar las bases de la cooperación académica, científico-tecnológica y cultural entre

las universidades ubicadas en la referida zona geográfica.

6. CSUCA-Consejo Superior Universitario de Centroamérica

La Confederación Universitaria Centroamericana y su organismo rector el Consejo

Superior Universitario Centroamericano –CSUCA-, se crearon –hace ya más de 50

años- para canalizar la vocación integracionista de las universidades públicas de

Centroamérica y llevar a cabo sus iniciativas, políticas y planes para mejorar la

educación superior a nivel regional.

La Confederación como organismo promotor del cambio e innovaciones de las

universidades públicas de la región, es la entidad llamada a facilitar el acercamiento de

los distintos sectores de la sociedad y la academia universitaria buscando el desarrollo

económico, político, social y cultural de la región.

7. Grupo Coimbra

Es una Red de universidades europeas situadas fuera de las ciudades capitales. Son

miembros de España y Portugal las siguientes: Universidade de Coimbra, Universitat de

Barcelona, Universidad de Granada y Universidad de Salamanca.

8. Grupo Compostela

En 1993, Año Santo Compostelano, la Universidade de Santiago de Compostela

comenzó los contactos con otras instituciones de enseñanza superior ubicadas en el

entorno del secular Camino de Santiago, con la intención de establecer una red

universitaria que permitiese la estrecha colaboración de las universidades para la

preservación del patrimonio histórico y cultural nacido al amparo de ese camino de

peregrinación a Compostela que recorrió Europa desde el siglo IX.

Bibliografía y Anexos 83

El Camino de Santiago fue siempre, y continúa siéndolo hoy en día, un lugar de

encuentro para gentes procedentes de distintas regiones, constituyéndose en un

privilegiado marco para la creación de una identidad y una conciencia europea a través

del intercambio de ideas, conocimientos y experiencias. Por esta razón, la Comisión

Europea ha designado al Camino de Santiago Primer Itinerario Cultural Europeo, y la

UNESCO otorgó a la ciudad compostelana el rango de Patrimonio de la Humanidad.

9. OUI-Organización Universitaria Interamericana

La Organización Universitaria Interamericana (OUI), fundada en 1980, es una

asociación internacional dedicada a la cooperación entre las instituciones universitarias

y al desarrollo de la educación superior en las Américas.

La OUI cuenta con la utilización conjunta de los recursos para mejorar la calidad de la

educación superior. Sus 380 instituciones miembros constituyen una red única de

aliados al servicio de la cooperación universitaria interamericana.

Dentro de su diversidad, los miembros de la OUI comparten valores comunes: una

visión de las Américas fundamentada en la solidaridad y la ayuda mutua, la búsqueda

del diálogo dentro del respeto de las diferencias y la libertad de pensamiento. La

convicción de que la educación superior puede contribuir a la construcción de

sociedades más justas y prósperas. Consideran que la cooperación reviste una gran

importancia en un mundo cada vez más interdependiente.

10. UDUAL-Unión de Universidades de América Latina

Fundada en 1949, la Unión de Universidades de América Latina es una de las

organizaciones universitarias más antiguas de nuestro continente. Agrupa a 165

universidades del área y desde sus inicios se ha destacado por defender la autonomía

universitaria. La UDUAL ha sido elemento fundamental en la integración

latinoamericana al propiciar el intercambio del conocimiento por medio de reuniones de

profesionales, seminarios, encuentros y asambleas. Se ha caracterizado por ser un foro

abierto a la reflexión de los problemas universitarios latinoamericanos y a las ideas en

torno a la universidad, divulgándolas en una serie de libros que plasman el devenir de la

educación superior en América Latina.

11. Red Universitaria de Ética y Desarrollo Social (RED) Inciativa interamericana de

Capital Social, Ética y Desarrollo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID)

La Red Universitaria de Ética y Desarrollo Social del BID ofrece una plataforma que

permite el intercambio de ideas y la discusión de experiencias relevantes y replicables

sobre la responsabilidad social universitaria entre instituciones educativas.

Su objetivo es lograr incrementar una conciencia cívica y ética a través del desarrollo de

programas curriculares y la realización de diversas actividades en las universidades de

América Latina. Para ello, ha desarrollado un portal que ofrece diversos servicios y

herramientas que facilitan el acceso a material dedicado exclusivamente a esta temática.

Una de estas herramientas es una biblioteca digital que contiene ejercicios para la

enseñanza de la ética, casos ejemplares y documentos de expertos en la materia.

Otros servicios ofrecidos por la RED incluyen boletines informativos, foros

electrónicos, calendario, avisos comunitarios, lista de contactos e instituciones enlaces

de interés. La RED también ofrece cursos de capacitación para docentes sobre cómo

enseñar ética y capital social en la universidad.

84 Hacia una mentalidad de Formación Transversal Ética y Moral en las Universidades Iberoamericanas.

Una propuesta

12. REDUNIRSE ha sido establecida como una iniciativa conjunta del Centro Nacional

de RSE de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Bue-nos Aires

(CENARSECS), la Escuela de Administración de la Fundación Getulio Vargas, la

Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la ESADE de Barcelona, el

Instituto Tecnológico de Monterrey, la Universidad Rey Juan Carlos de España, la

Unión de Universidades de América Latina (UDUAL), la Universidad Inca Garcilaso de

la Vega del Perú, la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), la Fundación

Carolina de España, el Observatorio para la Investigación y el Estudio de las Ciencias

Aplicadas al Desarrollo y Gestión de Empresas y Organizaciones de Iberoamérica

(OICAD), la Asociación Europea de Dirección y Economía de la Empresa.

REDUNIRSE se ha creado con el apoyo de la Dirección Regional del Programa de las

Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), y la Agencia Española de Cooperación

Internacional para el Desarrollo a través del Fondo España-PNUD “Hacia un Desarrollo

Integrado e Inclusivo en América Latina y el Caribe”. Integran hoy REDUNIRSE 221

universidades de 22 países de América Latina, España y Portugal.

13. UNAMAZ-Associação de Universidades Amazônicas

A UNAMAZ é definida como “uma sociedade civil, não governamental, sem fins

lucrativos, que visa objetivos educativos e culturais, através da cooperação científica,

tecnológica e cultural como meio de integração das universidades e instituições dos oito

países (Bolívia, Brasil, Colômbia, Equador, Guiana, Peru, Suriname e Venezuela), para

o aprofundamento da solidariedade e como instrumento de promoção para o

desenvolvimento em benefício das populações humanas e da, sem discriminação de

nenhuma índole”.

A UNAMAZ foi criada em 18 de setembro de 1987, fruto de recomendações de

cientistas, e pesquisadores dos oito países do Tratado de Cooperação Amazônica,

reunidos durante o Seminário Internacional “Alternativas de Cooperação Científica,

Tecnológica e Cultural entre Instituições de Ensino Superior dos Países Amazônicos –

CITAM”. A idéia fundamental era a de criar um organismo dos esforços para promover

a produção do conhecimento necessário ao desenvolvimento sustentável da Região,

implementar as instituições de educação superior e de pesquisa e fomentar a melhoria

da qualidade dos recursos humanos da Região.

Bibliografía y Anexos 85

ANEXO II

Síntesis sobre las cuatro Teorías de Responsabilidad Social

Adaptación Cione/Martino

1) Entre las teorías instrumentales se encuentran las siguientes:

1.1) la teoría de la agencia, en la cual la responsabilidad social de la empresa es la

maximización de los beneficios y la creación de valor para el accionista dentro del

marco legal (Friedman, 1970), y

1.2) las perspectivas estratégicas en sus cuatro variantes:

1.2.1) la integración social corporativa, que entiende la RSE como la creación de

ventajas competitivas, cuya fuente está en el impacto de la cadena de valor en el entorno

social y en su propio contexto competitivo, estructurando una dimensión social para la

propuesta de valor, pero buscando la competitividad del cluster al que pertenece la

empresa (Porter y Kramer, 2006);

1.2.2) la resource-based theory, que propone invertir estratégicamente en la

competitividad de la empresa a través de la creación, adquisición y desarrollo de sus

recursos y capacidades (Barney, 1991; Castelo y Lima, 2006; Hart, 1995; Wernerfelt,

1984);

1.2.3) la bottom of the pyramid (BOP) (Christensen et al., 2006; Hart y Christensen,

2002; Prahalad y Allen, 2002; Prahalad, 2005; Prahalad y Brugmann, 2007) con alto

impacto en el mundo de los negocios, donde se considera que aprovechar las

oportunidades rentables en los mercados de bajos ingresos es una forma para el ejercicio

de la responsabilidad social, y

1.2.4) la caused-related marketing que propone incorporar atributos sociales a los

productos con el objetivo de diferenciarse y obtener de los consumidores un

reconocimiento de los vínculos de la empresa con las causas sociales, llegando incluso a

cobrar precios más altos por esta reputación y diferenciación.

86 Hacia una mentalidad de Formación Transversal Ética y Moral en las Universidades Iberoamericanas.

Una propuesta

Adaptación Cione/Martino

2) Las teorías políticas hacen referencia al poder político de las empresas en la sociedad

y su consecuente responsabilidad.

2.1) la ciudadanía corporativa (Waddock, 2005; Lodgson et al., 2006; Puppim de

Oliveira, 2006; Wood y Lodgson, 2002), en la que se reconoce una fractura del contrato

social entre las empresas y la sociedad (Waddock, 2005). Se hace una referencia a los

efectos negativos de la crisis del Estado de bienestar y también a las asimetrías de poder

en las organizaciones económicas de carácter internacional y multilateral, así como a los

efectos negativos de la globalización económica. Estos elementos de influencia política

han aumentado el poder de las grandes corporaciones multinacionales, forzándolas a

interactuar adecuadamente con las comunidades locales y con el medio ambiente,

introduciendo así, en su actuación y estrategia, un componente ético (Wood y Lodgson,

2002), y

2.2) el constitucionalismo corporativo, que postula la responsabilidad social como un

proceso de acuerdos entre los actores sociales para limitar el poder de las grandes

empresas y las corporaciones multinacionales. En esta corriente se incluye la teoría de

convenciones en la cual los diferentes actores de las cadenas sectoriales de valor

justifican sus acciones por la referencia a un marco conceptual común y consensuado,

construido a partir de formas de cooperación cívica (Ponte y Gibbon, 2003).

Bibliografía y Anexos 87

Adaptación Cione/Martino

3) Las teorías integradoras son aquellas que buscan, identifican y responden a las

demandas y necesidades sociales para que la empresa adquiera una legitimidad social.

3.1) la Stakeholders Management, orientada a entender la influencia recíproca entre la

empresa y sus grupos de interés, para gestionar estas interacciones de acuerdo con unos

determinados objetivos, clasificaciones y tipologías (Mitchell et al., 1997);

3.2) la social issues in management con énfasis en los procesos de respuestas

(responsiveness) adaptativas de la empresa frente a su entorno;

3.3) la del principio de la responsabilidad pública, que incluye el principio económico

(proveer bienes y servicios útiles a la sociedad) y la influencia legal, es decir, la

participación activa en la elaboración de las políticas públicas bajo un marco cívico de

actuación (Zadek, 2004), y

3.4) la corporate social performance (CSP), con énfasis en la adquisición de

legitimidad social por la vía de las respuestas empresariales a los problemas sociales a

partir de los principios económicos, legales, éticos y discrecionales (Carroll, 1994 y

1999; Wood, 1991).

88 Hacia una mentalidad de Formación Transversal Ética y Moral en las Universidades Iberoamericanas.

Una propuesta

Adaptación Cione/Martino

4) Las teorías éticas están basadas en la “acción correcta” y en la obligación de la

empresa de aportar activamente en la construcción de una “buena sociedad”.

4.1) las teorías normativas, como la normative stakeholders theory, con énfasis en los

principios éticos que deben regir las relaciones de la empresa con los grupos de interés

(Donaldson y Preston, 1995; Freeman, 1984; Orts y Strudler, 2002);

4.2) Marcos basados en Declaración de los derechos humanos, derechos de trabajo y

respeto por el medio ambiente. (The Global Sullivan Principles; UN Global Compact,

Objetivos del Milenio);

4.3) la del desarrollo sostenible basada fundamentalmente en la siguiente frase:

“Satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la habilidad de las futuras

generaciones para satisfacer las suyas”, y

4.4) El bienestar común, common good, orientado en función del bien común de la

sociedad (Alford y Naughton 2004 y 2006; Melé 2002; Sulmasy, 2001, Carey 2001;

Argandoña 1998, Kaku 1997; Yamaji 1997). Tiene una fuerte influencia de la tradición

aristotélica y en algunos autores está influida por la Doctrina Social de la Iglesia

Católica y ligada a las perspectivas vinculadas con la ética de los negocios. Pero

también hay autores japoneses que hablan de estos conceptos de Bien Común apoyados

en una base común de la humanidad. Según esta teoría, los negocios deben contribuir al

bienestar de la sociedad: su responsabilidad social consiste en actuar correctamente de

acuerdo con unos valores y principios universales para proveer bienes y servicios a la

sociedad de una manera eficiente y justa, creando riqueza pero respetando, ante todo, la

dignidad del ser humano.

Bibliografía y Anexos 89

Adaptación Cione/Martino

90 Hacia una mentalidad de Formación Transversal Ética y Moral en las Universidades Iberoamericanas.

Una propuesta

ANEXO III

Descripción del Proceso de Cambio

FASE 1: Etapa 1:

a) Se constituye el Centro Austral de Ética y Desarrollo Sostenible y se convoca a

los docentes con mejor preparación en las cuestiones de RSE y Desarrollo Sostenible.

Por un lado se preparó la materia – que ya existía pero con un contenido poco

customizado. En segundo lugar con el CAEDS hemos buscado generar un espacio de

investigación y discusión propicia para profundizar en los proyectos de aplicación e

incidencia en la Sociedad. Además desde el CAEDS se planteó la formación de los

docentes de las materias de la carrera, pues detectamos que los docentes manifestaban

no estar capacitados para dar estas unidades en sus materias específicas, p.ej Economía,

Marketing, Recursos Humanos, Finanzas, etc.

CAEDS:

Realizó investigaciones y publicaciones de la temática

Ha logrado aglutinar a alumnos y profesionales y se están trabajando sobre tres

proyectos de implementación de RSE y RSed y DS en Región pampeana

Se ha implementado un mecanismo interno de RS, concretamente en un Convenio con

Municipio para tratamiento de residuos, por iniciativa de un grupo de alumnos.

Se ha realizado un relevamiento de las múltiples actividades que ya se venían realizando

en la Universidad pero que no estaban ni registradas ni se comunicaban a la comunidad

interna ni externa, dificultando la sinergia y particularmente centradas en acciones

sociales, no programáticas.

b) 2009. Se incorpora a la materia de Ética, Sociedad y Empresa (3 horas reloj

semanales durante 15 semanas), contenidos nuevos con casos y buenas prácticas. En la

materia Managment I se viene dando una Introducción de las cuestiones sobre RSE y

Ética, esto era simplemente introductorio. La materia con estos contenidos específicos

se introduce con el objetivo de tratar los diversos temas a través de la metodología del

Caso en el último año. En Anexo IV se puede observar la materia completa y sus

contenidos conceptuales, procedimentales y actitudinales. Los casos –que están

disponibles para quien los requiera- y artículos de actualidad.

El resultado ha sido muy positivo.

Se logró que los docentes:

• Desarrollasen un espacio de análisis y diálogo responsable para que los alumnos en el

ejercicio de su libertad y profesionalidad, pudiesen legitimar tomas de decisiones y

encontrar soluciones a los dilemas morales que se presentan en el mundo de los

negocios.

• Generasen la toma de conciencia de la dimensión ética en cada decisión humana.

Y que los alumnos lograsen:

• Analizar las implicancias éticas del comportamiento humano en las decisiones de la

empresa.

• Tomar conciencia del rol que les compete como futuros dirigentes de la sociedad.

Bibliografía y Anexos 91

• Aplicar la teoría de los “stakeholders” para resolver dilemas éticos empresarios.

• Reconocer los indicadores de Responsabilidad Social Empresaria.

• Extraer conclusiones personales a la luz de la teoría estudiada y casos analizados.

No se ha llegado aún a que los alumnos diseñen un plan de trabajo de investigación en

RSE aplicable a una empresa a elección del alumno. Es una meta sobre la que se debe

aún trabajar.

FASE 1: Etapa 2:

Consistió en un avance más sobre la transversalidad, luego de haber sido introducida la

materia con estas características.

El procedimiento fue incluir una unidad de ética en cada materia que tuviera su

correlato con las unidades de la materia planteada. La dificultad inicial fue la resistencia

de los docentes a dar esa unidad porque no se consideraban aún capacitados. Se decidió

entonces que los docentes de la materia ética y negocios dieran esta unidad, hasta que

los docentes, luego de un programa de formación pudieran capacitarse. La lógica de

incluir el aspecto ética en la misma materia es mucho más coherente y alineada con los

objetivos buscados. Además desde las mismas materias la mirada puede ser integrada

totalmente y no como algo más que se estudia “al final de la carrera”. Se aplicaron las

unidades especifícas de las asignaturas y quedaron en Ética, sociedad y Empresa

aquellos que refieren más específicamente al encuadre de Política integral, Desarrollo

Sostenible y los Cinco Capitales. También lógicamente al conocimiento e

implementación de las Herramientas que pueden utilizarse.

En lo específico los temas deberían abordarse en las materias y en fundamental y en las

herramientas se pueden trabajar muy bien en esta asignatura.

Ética, empresa y Sociedad se dicta desde la perspectiva Integral, estrategica, inclusiva y

sostenible. En Anexo V, se detalle todo el contenido.

FASE 1: Etapa 3: a implementarse en 2012/13

Los docentes de cada materia comenzarán a dar la unidad específica de ética. En

algunos casos, hay docentes que plantearon no dar la unidad por separado sino a lo

largo de todo lo que van explicando sobre los contenidos de la materia.

Siempre el CAEDS y los docentes de la Materia Ética, Sociedad y Empresa siguen

siendo los referentes para ellos. Además, en el CAEDS se sigue investigando e

implementando herramientas de RSE en empresas. Se proveerá a las materias de nuevos

casos y actualización de las cuestiones.

FASE 2:

Se buscará en 2012/2013, incorporar en la materia deontología que ya se viene dictando,

las adaptaciones pertinentes en cada carrera de Grado y postgrado. Siguiendo un camino

similar a lo que se está llevando a cabo en Empresariales.

En Ingeniería Industrial ya hay una materia que está muy vinculada con la temática de

medio ambiente y Cadena de Valor. Residuos Urbanos, etc.

92 Hacia una mentalidad de Formación Transversal Ética y Moral en las Universidades Iberoamericanas.

Una propuesta

En Comunicación las cuestiones de Comunicación responsable, comunicación de crisis,

etc. son también temas muy sensibles actualmente y que se vienen trabajando. También

cuestiones referidas a la verdad, hasta dónde llega el periodista en su afán de lograr

ratings o temas de privacidad, etc.

En la carrera de Biomédicas y Enfermería hay infinidad de temas vinculados con la

Defensa de la Vida, Cuidados Paliativos, Dolor, Acceso a la salud, etc. Y en Derecho

también encontramos muchas cuestiones vinculadas con Persona, garantías del Niño y

adolescentes, legislación sobre Familia, Justicia distributiva, conmutativa, Cuestiones

preventivas, carcelarias, etc.

Lógicamente las discusiones que pueden generarse en los distintos postgrados, al

plantearse estos temas, son mucho más abarcativos desde las perspectivas del Desarrollo

Económico-social y humano Integral, Inclusión Social, oportunidades, asimetrías,

Conciliación Familia y Empresa, etc.

FASE 3:

Desde el Centro Austral de Ética y Desarrollo Sostenible se fomenta desde su inicio que

además de dictarse las materias y generarse casos para plantar en clase, los alumnos

puedan en las materias ser capaces de articular Proyectos Sociales desde las materias

interactuando todas la UNIDADES ACADEMICAS. Este es el objetivo de la FASE 3.

Intensificar y concretar esta tarea. Lograr que estas fases puedan ir llevándose a cabo

para que poco a poco esto sea un tema absolutamente integrado a cada materia. Un

Modelo de Aprendizaje basado en Proyectos Sociales interdisciplinarios.

Hasta el momento las etapas 1 y 2 encaradas están logrando muy buenos resultados.

El CAEDS en esto juega un rol de investigación, actualización y referencia constante.

Bastantes alumnos se han involucrado en los Proyectos que se están llevando a cabo. No

son sólo proyectos de acción social sino de implementación de temas de Desarrollo

Sostenible en localidades o regiones o de RSE.

Como decíamos al inicio, el camino se ha iniciado. La necesidad es clara y la

actualización y formación permanente es la clave para que todos los docentes

incorporen esta mirada de RS y de ética para transmitirla con la máxima profesionalidad

y coherencia.

El constante apoyo y alineamiento con el Ideario de la Institución facilita muchos

aspectos y también la decisión clara de hacer de esto una realidad.

ANEXO IV

MATERIA ÉTICA DE LOS NEGOCIOS

I. ENCUADRE GENERAL/ Fundamentación de la materia:

El panorama actual del mundo de los negocios pone de manifiesto que las cuestiones

éticas poseen un indiscutible interés, más aún diría imperiosa necesidad. Sin embargo

puede decirse que en cada época histórica la ética ha estado “de moda”. Esto es así

Bibliografía y Anexos 93

porque el hombre no ha dejado de preguntarse por el sentido moral de sus acciones. La

vida cotidiana, con sus males y bienes, interpela al hombre y le marca un desafío: el

desafío de cooperar al bien -común y personal- y evitar el mal. Encontramos grandes

avances científicos y tecnológicos con graves formas de injusticia social y económica;

enormes imperios capitalistas con pueblos y naciones enteras que sucumben bajo los

efectos del subdesarrollo y la corrupción política. Asimetrías inaceptables.

La crisis global actual se ha verificado como una crisis de valores, no económica, esto

quiere decir que quienes deberán cambiar no son las regulaciones, solamente, ni los

controles, sino las PERSONAS, su calidad. De una crisis económica podríamos decir

que se sale en un tiempo más o menos largo, pero una crisis de valores implica un

trabajo de tiempo sostenido y cualitativo. Los contrastes están agudizando cada vez más

la necesidad de una radical renovación personal y social, capaz de asegurar justicia,

solidaridad, honestidad, transparencia y sinceridad. El camino es largo y fatigoso. Sin

embargo, la llave que abre hacia una vida más humana, cimentada en auténticos valores

éticos, está al alcance de quienes quieran esforzarse para conseguirla.

Éste es, precisamente, el desafío que me deseo plantear. Y concretamente qué

herramienta puedo aportar para la formación de los alumnos de nuestras carreras de

ciencias empresariales y económicas. Es necesario estudiar y analizar a la luz de la

teoría de los stakeholders, de una visión integral, la RSE y el Desarrollo Sostenible con

el objeto de extraer conclusiones y posibles soluciones a dilemas éticos empresarios.

La idea es plantear un dilema por clase o bien plantear algún caso exitoso o en ejecución

“real”, para luego realizar un debate en pequeños grupos, realizando posteriormente una

puesta en común en un marco de respeto y diálogo intergrupal. He enfocado cada

módulo a través de la metodología del caso acompañada del marco teórico

correspondiente.

El objetivo es lograr profesionales preparados para afrontar dilemas morales

empresariales y ser líderes conscientes de sus responsabilidades. Por esta razón entiendo

que estos conceptos de ética, RSE, Sociedad, Empresa y Desarrollo Sostenible deben

atravesar toda la currícula de la carrera. No son “un tema más” sino la mirada con la que

debo encarar las Estrategias, las políticas, cada una de las decisiones en una

organización. Busco , principalmente, que el contenido y práctica de la asignatura pueda

ser un cauce para que los futuros graduados de nuestra Universidad adquieran

competencias profesionales en relación con la ética empresaria a fin de que adopten una

nueva visión del ambiente corporativo o de las Pymes en las que participen. Este

propósito se logrará mediante la debida formación adquirida por los medios

desarrollados a efectos de crear y optimizar ventajas competitivas de nuestros graduados

en el mercado laboral actual.

El compromiso: lograr que futuros egresados estén a la altura de los tiempos. Esto exige

formar graduados que en un futuro mediato o inmediato puedan ser directivos con un

perfil humanista y un sustrato ético sólido y que posean herramientas y formación para

resolver dilemas éticos empresarios que hayan podido adquirir a lo largo de toda la

formación universitaria.

Es importante mostrar la íntima relación que existe entre el ejercicio profesional y las

cuestiones morales ya que la ética no es una reflexión abstracta, alejada de la realidad,

sino un ejercicio libre y vital que parte, precisamente, de todo lo que nos rodea,

racionalidad práctica. Las decisiones de un Directivo no son neutrales, sino que

conllevan un compromiso con cada realidad sobre la que decidimos. Es por eso

94 Hacia una mentalidad de Formación Transversal Ética y Moral en las Universidades Iberoamericanas.

Una propuesta

necesario conformar nuestra actitud y nuestra conducta en la búsqueda del bien, aún en

los problemas vitales más inmediatos. Entiendo que el método del caso que se seguirá

en esta asignatura permitirá hacer más accesibles las verdades éticas a la luz de las

situaciones y problemas cotidianos en los que se ponen a prueba y abrir horizontes

desde la práctica personal y el contraste con lo que realmente genera desarrollo

sostenible o simplemente “negocios oportunistas” sin proyección.

La propuesta que presento tiene varias etapas por las que entiendo que conviene

transitar. El proceso de formación de universitarios responsables socialmente es un

proceso que implica continuos ajustes pero principalmente un alineamiento claro desde

La Dirección de la Universidad/Facultad, transitando por cada uno de los docentes de

cada materia para que realmente la formación cale en los alumnos.

El reto es lograr despertar interés por el tema y sembrar en los alumnos la inquietud de

ser protagonistas de este desafío que nos presenta el mundo de de los negocios de hoy.

Me parece importante no sólo brindarles los argumentos sino también que conozcan

algunas herramientas para implementar RSE.

Estimo que una materia de 24 horas, 3 horas reloj semanales durante 15 semanas, me

parece que podrían cerrar ser el cierre de una formación que ha debido de estar alineada

en este sentido a lo largo de las materias específicas. En lo específico los temas deberían

abordarse en las materias y en fundamental y en las herramientas se pueden trabajar

muy bien en esta asignatura. En esta materia se hará desde la perspectiva Integral,

estratégica, inclusiva y sostenible.

II. Objetivos generales de la materia:

a) Se espera que los alumnos logren:

Analizar las implicancias éticas del comportamiento humano en las decisiones de la

empresa.

Tomar conciencia del rol que les compete como futuros dirigentes de la sociedad.

Aplicar la teoría de los “stakeholders” para resolver dilemas éticos empresarios.

Reconocer los indicadores de Responsabilidad Social Empresaria.

Extraer conclusiones personales a la luz de la teoría estudiada y casos analizados.

Diseñar un plan de trabajo de investigación en RSE aplicable a una empresa a

elección del alumno.

b) Se espera que el docente del curso:

Desarrolle un espacio de análisis y diálogo responsable para que los alumnos en el ejercicio de su libertad y profesionalidad, puedan legitimar tomas de decisiones y

encontrar soluciones a los dilemas morales que se presentan en el mundo de los

negocios.

Genere la toma de conciencia de la dimensión ética en cada decisión humana.

III. Destinatarios:

Bibliografía y Anexos 95

Alumnos de las Carreras de Ciencias Empresariales: Licenciatura y Contador Público e

Ingeniería Industrial. Cuarto AÑO.

IV. TEMARIO

Unidad I: Introducción a la ética en los negocios

Objetivo general de la unidad:

Ética y comportamiento humano: la persona y su acción

Estudio de la persona y su dimensión ética

Estudio de la acción humana y la ética

El comportamiento humano y sus efectos: la responsabilidad ética

Reconocer y dar valor a la ética tanto en el ámbito personal, profesional como

empresarial.

Objetivos específicos

- Relacionar valores y virtudes personales.

- Establecer variables para medir los índices de corrupción.

- Aplicar el método del caso a la ética empresarial.

- Apreciar el alcance del fenómeno de la ética empresaria.

- Valorar la necesidad de intercambiar opiniones en un marco de libertad y

responsabilidad personal para aprender a tomar decisiones empresariales guiados por la

ética.

Contenidos conceptuales

Noción, objeto, teorías y breve historia de la ética. La relación entre la ética y los

negocios. Primacía de la ética sobre la eficiencia. El trasfondo ético de toda deontología

profesional.

Contenidos procedimentales

- Medición de los índices de corrupción empresaria.

- Aplicación del método del caso a la ética empresarial.

- Elaborar un proyecto de investigación en RSE

Contenidos actitudinales

96 Hacia una mentalidad de Formación Transversal Ética y Moral en las Universidades Iberoamericanas.

Una propuesta

Respeto por la diversidad y contraposición de ideas que surgen de un diálogo

responsable.

Cumplimiento de los trabajos prácticos en tiempo y forma.

Dar juicios de valor a las distintas corrientes éticas.

IV- Estrategias de enseñanza

Caso: Filtración de datos de un concurso

Artículos:

PEREZ LOPEZ, Juan Antonio: La plusvalía ética en el mundo empresarial, Aceprensa

nº 165/91.

LLANO CIFUENTES, Carlos: El postmodernismo en la empresa, Mc Graw Hill,

México, 1994.

de SENDAGORTA, Enrique: La Responsabilidad social del Empresario. Cuaderno

Empresa y Humanismo, nº 3. Universidad de Navarra. 1998

PORTER, Michael, KRAMER, Mark: Estrategia y sociedad: el vínculo entre ventaja

competitiva y responsabilidad social corporativa. www.hbr.org

Bibliografía:

Debeljuh, Patricia: Ética empresarial: En el núcleo de la estrategia corporativa,

Cengage, Buenos Aires, 2009.

Guillén Parra, Manuel: Ética en las organizaciones, Cap. 1.

Unidad II: Cuestiones éticas en torno a la dirección de la empresa

Ética en la toma de decisiones

La ética en las organizaciones

Toma de decisiones y normas éticas de conducta

Toma de decisiones y virtudes éticas

Ética, motivación y liderazgo

La dimensión ética de la motivación

Las raíces éticas del liderazgo

La calidad ética personal como raíz del liderazgo y fuente de confianza

Capital moral y liderazgo

Bibliografía y Anexos 97

Acciones, la moneda básica del capital moral

Los hábitos, el interés compuesto del capital moral

El carácter, los bonos de inversión del capital moral

Los estilos de vida y los patrimonios de capital moral

Objetivo general de la unidad:

Construir un plan de RSE según la teoría de los “stakeholders” valorando la necesidad

de adoptar decisiones jerárquicas en el marco de la responsabilidad social empresaria

Objetivos específicos :

Abordar y solucionar dilemas éticos a partir de la teoría de la ética directiva.

Aplicar los conocimientos y procedimientos de la teoría de los “stakeholders” a los

dilemas morales que se presenten a nivel directivo.

Reconocer los estándares de la eficiencia empresaria.

Apreciar la ética en el mundo de los negocios como un valor más allá del mero fin

económico de las empresas.

Contenidos conceptuales

Contenido y alcance de la responsabilidad social empresaria en el nivel directivo. Teoría

de los stakeholders. Estándares éticos y eficacia empresarial. Las responsabilidades

sociales de la empresa y su relación con la ética.

Contenidos procedimentales

Aplicación del método científico en la resolución de un dilema moral empresario.

Dramatización de casos que afecten la RSE.

Diseño de estrategias directivas para poner en marcha un proyecto de RSE.

Contenidos actitudinales

Considerar la factibilidad de ejercer acciones concretas de RSE

Tomar conciencia de pautas de conducta orientadas al bien común.

Ejercer las virtudes directivas dentro y fuera de la empresa.

IV- Estrategias de enseñanza

98 Hacia una mentalidad de Formación Transversal Ética y Moral en las Universidades Iberoamericanas.

Una propuesta

Video: Caso basado en la película “Enron: los tipos que estafaron a América”. 2006: los

tArtículos: Benbeniste, Sandra: El alcance del concepto de la RSC de acuerdo con los

organismos internacionales promotores del tema.

Guillén, Manuel: La ética empresarial. Cuadernos Empresa y Humanismo. Instituto

n.59 www.unav.es/empresa y humanismo/03 public/publiframes.htlm

Bibliografía:

Debeljuh, Patricia: Ética empresarial: En el núcleo de la estrategia corporativa,

Cencage, Buenos Aires, 2009

Guillén Parra, Manuel: Ética en las organizaciones, Cap. 7.

Paladino, Marcelo; del Bosco, Paola; Debeljuh, Patricia: Integridad: un nuevo

liderazgo, Emecé, 2007

Unidad III: Cuestiones éticas en torno a los empleados

Objetivo general de la unidad:

Ética en el trabajo

Ética y trabajo en la organización

Ética y trabajo en la alta dirección

Ética y trabajo en los niveles intermedios de la organización

Resolver situaciones problemáticas en una empresa relativas a selección, remuneración,

seguridad, despidos de los empleados aplicando criterios éticos.

Objetivos específicos:

Valorar la necesidad de tomar decisiones en relación con los empleados sobre la base de

la lealtad y la confianza.

Aplicar estrategias de comunicación y actitudes positivas para prevenir y resolver

conflictos con los empleados en una empresa.

Contenidos conceptuales

Acciones éticas entre el Depto. de RRHH de una empresa y sus empleados. Planes de

desarrollo profesional. Aspectos éticos en la labor de los empleados. Desvinculaciones socialmente responsables. Códigos de ética empresarial

Contenidos procedimentales

Intercambio de ideas en base a la metodología para la solución de casos reales que

presentan dilemas éticos entre los empleados y los superiores.

Bibliografía y Anexos 99

Planificar un proyecto de capacitación que permita el desarrollo de la carrera dentro de

la empresa.

Contenidos actitudinales

Necesidad de apreciar la dignidad del trabajo y su aporte al bien social.

Comprender normas de conducta que motiven la libertad individual.

IV- Estrategias de enseñanza

Casos:

Caso FEDEX. Desarrollar habilidades.

Caso Manpower y Erradicación del trabajo infantil. Conaeti.

Caso Bodegas Chandon.

Caso Repsol-YPF: personas con capacidades diferentes.

Artículos:

Kliskberg, Bernardo. Una agenda de RSE, renovada para América Latina

Bibliografía:

SEN Amartya y KLISKBERG, Bernardo: Primero, las personas, Temas, 2009

DEBELJUH, Patricia: Ética empresarial, en el núcleo de la estrategia corporativa,

Cengage, Buenos Aires, 2009

Unidad IV: Cuestiones éticas en torno al mercado

Objetivo general de la unidad:

Reconocer el valor de la RSE dentro y fuera del mercado

Objetivo específico:

Analizar acciones socialmente responsables en ámbitos empresariales competitivos.

Contenidos conceptuales

- Conocer las pautas éticas que rigen los mercados.

- Determinar el alcance de la ética empresaria en entornos competitivos.

Formas de competencia desleal. Monopolios y acaparamientos. Fraude y falsificación

de productos.

100 Hacia una mentalidad de Formación Transversal Ética y Moral en las Universidades

Iberoamericanas. Una propuesta

Contenidos procedimentales

- Analizar los diversos valores que se presentan en las relaciones comerciales.

- Identificar dilemas y resolver situaciones en forma ética en el contexto del mercado

económico.

Contenidos actitudinales

- Lograr que los alumnos aprendan a valorar la lealtad a los compromisos asumidos.

- Lograr que los alumnos aprecien el valor de la verdad, la honestidad y la justicia a la

hora de relacionarse con el mercado y sus competidores.

IV- Estrategias de enseñanza

Casos:

Gas Natural BAN- Cuartel V.

CONIN Argentina. Red de Centros para la prevención de la desnutrición en

ARGENTINA. Fundación Renault y Universidad Nacional de Córdoba.

PILAR Solidario. “Posta Sanitaria”: Hospital Universitario Austral. Kimberly Clark

Argentina.

Artículo:

Artavia, Roberto: Responsabilidad Social: alianzas estrategicas para el desarrollo

sostenible. INCAE. Business Scholl. Liderazgo para el desarrollo sostenible.

ZAVALÍA Lagos, Raúl: FPVS: “los Microcréditos Solidarios”.

ALBINO, Abel: “Recuperemos ese país que fue el asombro del mundo”. La Nación.

27/12/09.

Márquez, Patricia; Reficco, Ezequiel; Berger, Gabriel: “Negocios inclusivos en América

Latina”, Harvard Business Review, (español), Vol. 87, nº 5, 2009, pp. 28-38.

Bibliografía:

Prahalad, C.K.: La oportunidad de negocios en la base de la pirámide. Un modelo de

negocio rentable que sirve a las comunidades más pobres, Norma, 2008.

Unidad V: Cuestiones éticas en torno al manejo de dinero

Objetivo general de la unidad:

Incorporar y aplicar los principios de la RSE en el manejo del dinero

Bibliografía y Anexos 101

Objetivo específico:

Analizar la RSE como valor agregado en el mundo de los negocios.

Contenidos conceptuales

- Formular juicios éticos ante conductas y casos de corrupción en el manejo del dinero.

- Fundamentar alternativas para luchar frente a entornos corruptos.

- Diferenciar los casos de la cooperación al mal y su valoración ética

Sobornos y extorsiones. Actuación en entornos corruptos. Principios de ética fiscal. El

reparto de beneficios. El interés justo.

Contenidos procedimentales

- Analizar distintos indicadores que manifiestan el grado de corrupción en el ámbito

empresarial.

- Describir los efectos negativos de los entornos corruptos.

Contenidos actitudinales

- Lograr que los alumnos valoren la elección de conductas éticas sobre las presiones de

un entorno corrupto.

- Lograr que los alumnos reflexionen sobre los mecanismos para mejorar estas

situaciones corruptas y asuman el compromiso de cambiar a partir de su empeño por

difundir los valores y actuar responsablemente a través de su profesión.

IV- Estrategias de enseñanza

Casos: Trámites Aduaneros. TP exposición 1era parte

Bibliografía:

Abadía, Leopoldo: La crisis NINJA y otros misterios de la economía actual, ESPASA,

2009

Fracchia, Eduardo; Amorós, Martín López: “La corrupción en la Argentina, un

diagnóstico de la actual situación”. 2009

http://mba.americaeconomia.com/system/files/corrupcion-en-argentina.pdf

Unidad VI: Cuestiones éticas en torno a la Publicidad y el Marketing

102 Hacia una mentalidad de Formación Transversal Ética y Moral en las Universidades

Iberoamericanas. Una propuesta

Objetivo general de la unidad:

Reconocer el valor de las herramientas del marketing para servir al Cliente y no para

servirse del cliente. La veracidad y legitimidad de aquello que se ofrece, cuidando que

no atente contra el bien común; debe respetar el derecho universal primario que todos

los hombres tienen que conocer la verdad, evitando caer en métodos o técnicas

manipuladoras. Incorporar los valores éticos a las estrategias de marketing.

Objetivo específico:

Analizar acciones socialmente responsables en ámbitos empresariales competitivos en

relación al MK. y el proceso de comunicación de carácter impersonal que a través de

medios masivos, pretende dar a conocer un producto, servicio, idea o institución,

informando e influyendo en su compra o aceptación.

Aplicar los principios de la RSE a las técnicas de marketing.

Contenidos conceptuales

- Conocer las pautas éticas que rigen los temas vinculados con comunicación de

producto, publicidad, promociones, etc.

- Mercadeo responsable.

- Determinar el alcance de la ética empresaria en entornos competitivos. Formas de

competencia desleal. Manipulación publicitaria.

- Uso de las acciones sociales que lleva a cabo la empresa como palanca del MK.

- Aprender el rol responsable de las campañas de marketing y de publicidad y su

relación con los consumidores.

- Diferenciar y caracterizar el valor agregado de los productos y servicios socialmente

responsables.

-Publicidad engañosa, subliminal y comparada. El valor de la veracidad. Estrategias de

marketing con causa.

Contenidos procedimentales

- Analizar las implicancias éticas de la publicidad y su impacto en el consumidor.

- Seleccionar campañas publicitarias que reflejen los conceptos desarrollados.

- Analizar los diversos valores que se presentan en las relaciones comerciales.

- Identificar dilemas y resolver situaciones en forma ética en el contexto del mercado

económico con un marketing agresivo, invasivo, etc.

Contenidos actitudinales

Bibliografía y Anexos 103

- Lograr que los alumnos adquieran un sentido más crítico ante la publicidad y aprecien

los valores éticos que encierra un mensaje publicitario.

- Despertar en los alumnos el interés por demandar como consumidores un compromiso

con la RSE por parte de las empresas.

- Lograr que los alumnos descubran la influencia de la publicidad en la conformación de

los valores de una sociedad.

Lograr que los alumnos aprendan a valorar la lealtad a los compromisos asumidos.

- Lograr que los alumnos aprecien el valor de la verdad, la honestidad y la justicia a la

hora de comunicar a los clientes el producto, recordarlo y promocionarlo. La

competencia leal y la carrera de los ratings.

IV- Estrategias de enseñanza

Casos: Publicidad engañosa- ISenbeck-Quilmes/Coca Cola-Pepsi

Artículos:

Alberto Borrini: “La responsabilidad comercial y social de los anunciantes”, El

Cronista, Buenos Aires

Video: Presentación de distintas publicidades. Premios Lápiz de Oro.

Bibliografía:

- Debeljuh, Patricia: Ética empresarial, en el núcleo de la estrategia corporativa,

Cengage, Buenos Aires, 2009, capítulo 6

- Responsabilidad Social Empresarial desde la perspectiva de los consumidores. José

Vargas Niello. Publicación de las Naciones Unidas. Diciembre, 2006. Santiago de Chile

- Guillén Parra, Manuel: Ética en las organizaciones, Prentice Hall.

Unidad VII: HERRAMIENTAS y SISTEMAS DE INFORMACION Y

RENDICION DE RSE

La calidad ética en las organizaciones

Los fines de las organizaciones con calidad ética

Algunos medios para lograr una organización de calidad ética

El compromiso en las organizaciones con calidad ética

104 Hacia una mentalidad de Formación Transversal Ética y Moral en las Universidades

Iberoamericanas. Una propuesta

Ética y responsabilidad social

¿De qué es responsable la organización? La legitimidad ética

¿Ante quien es responsable la organización?

¿Cómo actuar con responsabilidad social? La actuación social ética

Objetivo general:

Incorporar el valor de la ética en el desarrollo personal y empresarial.

Objetivo específico:

Conocer los principios básicos de todo código deontológico profesional.

Contenidos conceptuales

- Analizar los principales dilemas éticos que se presentan en el ejercicio de la profesión.

- Reflexionar sobre los parámetros éticos de la actividad empresarial aplicando valores y

normas morales como medio de crecimiento laboral y personal.

- Distinguir los códigos de ética empresa y profesionales.

Contenidos procedimentales

- Analizar distintos principales códigos de ética aplicados a la profesión.

- Adquirir las aptitudes y habilidades necesarias para una adecuado equilibrio entre las

exigencias del trabajo y las demandas de la familia.

Contenidos actitudinales

- Lograr que los alumnos valoren y aprecien los códigos de ética de su entorno

profesional y empresarial y los fomenten en su quehacer diario.

- Lograr que los alumnos adopten una postura responsable ante los dilemas éticos de su

vida profesional.

- Lograr que los alumnos sean capaces de articular algunas herramientas que logren

mostrar un modelo organizacional integral, estratégico y sostenible

IV- Estrategias de enseñanza

Casos: Exposición TP, parte 2da

Artículo: Pérez Domínguez, Fernando. Instrumentos de la RSE. Criterios de

Clasificación.

Bibliografía: Ogalla Segura, Francisco.” La integración de la RSE en el sistema de

Gestión de la empresa”, FORÉTICA, 2006

V. Evaluación

- Asistencia: 75% de las horas de clases,

Bibliografía y Anexos 105

- Trabajo práctico: Análisis e implementación posible algún aspecto de RSE utilizando

alguna de las herramientas aprendidas a una organización real. (Anexo con la Consigna)

- Examen de la materia.

- Posible recuperatorio de la materia se presentarán los alumnos que hayan sacado

menos de 4 (cuatro) en el examen o hubiesen estado ausente en el examen.

VI. Bibliografía

Básica

Debeljuh, Patricia: Ética empresarial, en el núcleo de la estrategia corporativa,

Cengage, 2009

Guillén Parra, Manuel: Ética en las organizaciones, Prentice Hall.

Complementaria

Sen, Amartya y Kliskberg, Bernardo: Primero, la gente, Temas, 2009

Bernardo Kliksberg: “Más ética, más desarrollo”. Edit.Temas. Octubre 2005

PRAHALAD, C.K.: “La oportunidad de negocios en la base de la pirámide”. Modelo de

negocio rentable para las comunidades más pobres. Edit.Norma 2008

ABADIA, Leopoldo. “La crisis NINJA y otros misterios de la economía actual” Edit.

ESPASA. Sept, 2009

Paladino, Marcelo; del Bosco, Paola; Debeljuh, Patricia: “Integridad: un nuevo

liderazgo” Edit. EMECE. Dic, 2007

CONSIGNA:Trabajo de Campo SOBRE ÉTICA DE LAS ORGANIZACIONES

Diseñar un plan de trabajo de investigación en RSE aplicable a una empresa a elección

del alumno.

Evidentemente trabajar sobre temas de ética, moral, responsabilidad social de las

organizaciones nos interpela a un cambio en nuestros modos de plantearnos los

negocios.

Se busca que Uds. como futuros profesionales adquieran las argumentaciones que

necesitan para lograr razonamientos y decisiones estratégicas integrales (eficaces,

eficientes y éticas) con una visión a largo plazo o sostenibles. Se intenta trabajar en esta

materia buscando que logren considerar la importancia que tiene el dinamismo de la

generación o destrucción de la CONFIANZA en la Organización. Este factor hace que

la organización perdure o no en el tiempo, que sus miembros mejoren o se degraden.

Es ésta una “dimensión” a la que hemos prestado muy poca atención hasta el momento

en nuestras organizaciones, tal vez por eso a veces nos parece que es algo utópico. La

realidad nos está mostrando que este componente ético hace a la “identidad de las

organizaciones”, a la calidad organizacional, y su ausencia –como el aire- se percibe

cuando falta. Quizá sería interesante pensar si nuestro entorno organizacional nacional

no se encuentra en una situación grave de corrupción justamente por esta abstención en

las decisiones y una omisión grave también en un compromiso de quienes acceden a

una educación universitaria.

106 Hacia una mentalidad de Formación Transversal Ética y Moral en las Universidades

Iberoamericanas. Una propuesta

Consideramos IMPORTANTE que logren dar en la clave de la Realidad y la

importancia de una toma de conciencia por parte de todos para comenzar a tomar

decisiones individuales éticas en los niveles directivos, administrativos y operativos:

aplicando herramientas adecuadas.

EL TRABAJO:

En concreto en el trabajo práctico tendrán que buscar una noticia que encuentren en

diarios, revistas, de alguna situación conocida o por Internet que les sirva como “Caso”

de la realidad en el que hay algún tema de ética y negocios que no se contempla”.

Podrán utilizar el material que se ha trabajado en clase y los conceptos y

fundamentaciones que han surgido de la lectura y análisis de artículos y los libros

sugeridos. Cada entrega deberá ser aprox. de dos pág., arial 12.

PRIMERA entrega. 9 na semana de clase:

Tendrán que analizar la situación, los datos, los dilemas morales que se plantean a nivel

organizacional, las alternativas posibles.

Anexarán la noticia o situación que sirve de base para el análisis.

Se expondrán los trabajos seleccionados.

SEGUNDA entrega, 13 semana de clase de noviembre:

Considerando la organización que han analizado, deberán buscar la articulación de

alguna de las Herramientas para incorporar RSE en la gestión Estratégica Integral de

una organización.

Se evaluará la creatividad para buscar una solución, el alineamiento de los objetivos

propuestos y la solidez y congruencia del planteo.

Se expondrán los trabajos seleccionados.

Bibliografía y Anexos 107

ANEXO V

MATERIA: ÉTICA EMPRESA Y SOCIEDAD

1) ENCUADRE GENERAL/ Fundamentación de la materia:

Se propone a continuación la justificación de la incorporación de una materia curricular

en las carreras de Ciencias Empresariales (Licenciatura y Contador).

La propuesta de la nueva materia va acompañada de la presencia de las nociones

particulares de la ética en cada una de las materias troncales que cada carrera incluye.

Esto significa que en cada materia (por ejemplo Marketing, Contabilidad Superior, etc)

incluirá una unidad en la que se desarrolle la ética en ese ámbito concreto. De esta

manera, se despejan contenidos que son particulares de cada materia para poder abordar

específicamente y con mayor profundidad y alcance cuestiones propias de la RSE y su

implementación.

Con esta estrategia será más fácil mostrar a los alumnos de las distintas carreras la

transversalidad de la RSE en las organizaciones.

La crisis global actual se ha verificado como una crisis de valores, no económica, esto

quiere decir que quienes deberán cambiar no son las regulaciones, solamente, ni los

controles, sino las personas. De una crisis económica podríamos decir que se sale en un

tiempo más o menos largo, pero una crisis de valores implica un trabajo de tiempo

sostenido y cualitativo; supone ir a las causas profundas. Los contrastes están

agudizando cada vez más la necesidad de una radical renovación personal y social,

capaz de asegurar justicia, solidaridad, honestidad, transparencia y sinceridad. El

camino es largo y fatigoso. Sin embargo, la llave que abre hacia una vida más humana,

cimentada en auténticos valores éticos, está al alcance de quienes quieran esforzarse

para conseguirla.

Éste es, precisamente, el desafío que me gustaría plantear para una posible materia a los

alumnos de las carreras, en particular de ciencias empresariales y económicas: Estudiar

y analizar a la luz de la teoría de los stakeholders, de una visión integral: la

responsabilidad social empresaria, con el objeto de extraer conclusiones y posibles

soluciones a dilemas éticos empresarios. Junto con esto se incorporan los indicadores,

como herramienta que permita ver en la realidad el funcionamiento de la RSE.

El objetivo es lograr profesionales preparados para afrontar dilemas morales

empresariales y ser líderes conscientes de sus responsabilidades. Busco que el contenido

y práctica de la asignatura pueda ser un cauce para que los futuros graduados de nuestra

Universidad adquieran competencias profesionales en relación con la ética empresaria a

fin de que adopten una nueva visión del ambiente corporativo o de las Pymes en las que

participen. Este propósito se logrará mediante la debida formación adquirida por los

medios desarrollados a efectos de crear y optimizar ventajas competitivas de nuestros

graduados en el mercado laboral actual.

El compromiso: lograr que futuros egresados estén a la altura de los tiempos. Esto exige

formar graduados que en un futuro mediato o inmediato puedan ser directivos con un

perfil humanista y un sustrato ético sólido y que posean herramientas y formación para

108 Hacia una mentalidad de Formación Transversal Ética y Moral en las Universidades

Iberoamericanas. Una propuesta

resolver dilemas éticos empresarios que hayan podido adquirir en la materia que

propongo.

Considero lo fundamental que es mostrar la íntima relación que existe entre el ejercicio

profesional y las cuestiones morales ya que la ética no es una reflexión abstracta,

alejada de la realidad, sino un ejercicio libre y vital que parte, precisamente, de todo lo

que nos rodea. Si el pensamiento filosófico no es una actividad teórica neutral, sino un

compromiso con la realidad, se intentará en esta materia presentar los conocimientos

básicos aplicables que constituyan un aporte a ese desafío que nos presenta la ética:

conformar nuestra actitud y nuestra conducta en la búsqueda del bien, aún en los

problemas vitales más inmediatos. Entiendo que el método del caso que se seguirá en

esta asignatura permitirá hacer más accesibles las verdades éticas a la luz de las

situaciones y problemas cotidianos en los que se ponen a prueba.

Por lo dicho, esta nueva materia que se propone, busca en primer lugar, concientizar a

los alumnos en la importancia y el alcance de la RSE en la sociedad actual. Esto implica

enseñarles que la responsabilidad es trisectorial (gobierno, sociedad y empresa), que

cada uno tiene un papel que cumplir y la importancia de cumplirlo. Junto con esto, se

deberá explicar que la RSE funciona en la medida en que se ejerza con voluntad propia,

no por cumplir con una ley o por coerción.

Además de enseñar el marco de la RSE, se debe dar a los alumnos la noción de las

herramientas existentes de evaluación de la RSE. De esta manera, se dan a conocer los

ámbitos de aplicación de los instrumentos y, tal vez lo más relevante para ellos, se les

enseña cómo utilizarlos. Aquí se incluirían tanto los principios declarativos y códigos de

conducta, como las guías de estándares de certificación social, como las guías de

información y de balances y por último, los índices de posición y clasificación para

fondos de inversión.

2) Destinatarios:

Alumnos de las Carreras de Ciencias Empresariales: Licenciatura y Contador Público.

Cuarto AÑO.

3) Objetivos generales de la materia:

Conseguir que los alumnos incorporen la relevancia y alcance de la RSE

Lograr que los alumnos tengan noción y sepan utilizar los sistemas de evaluación e

indicadores de RSE.

4) Temario

INTRODUCCIÓN

Unidad I: Introducción a la RSE

Objetivo general de la unidad:

Ética y comportamiento humano: la persona y su acción

Concepto de RSE y Gestión de RSE

Objetivos específicos

- Relacionar valores y virtudes personales.

- Conocer el origen y finalidades del concepto de RSE

Bibliografía y Anexos 109

- Analizar los fundamentos éticos de la RSE

- Alcance RSE: gobierno, empresa y sociedad

- Dar a conocer el modelo de gestión de RSE

SEGUNDA PARTE: SISTEMA DE EVALUACIÓN E INDICADORES DE RSE

Unidad II: PRINCIPIOS DECLARATIVOS Y CÓDIGOS DE CONDUCTA

Objetivo general:

Conocer los instrumentos y saber aplicarlos. Ellos son:

- Declaración tripartita de la OIT

- Líneas Directrices de la OCDE para las empresas

- Pacto global

- Declaración de la cumbre mundial de la ONU

Objetivo específico:

Tener los conocimientos específicos necesarios para poder aplicar estos instrumentos en

las organizaciones.

Unidad lII: GUÍAS DE ESTÁNDARES DE CERTIFICACIÓN SOCIAL

Objetivo general:

Conocer los instrumentos y saber aplicarlos. Ellos son:

- SA 8000

- ISO 14001

- SGE 21

Objetivo específico:

Tener los conocimientos específicos necesarios para poder aplicar estos instrumentos en

las organizaciones.

Unidad IV: GUÍAS DE INFORMACIÓN Y DE BALANCES

Objetivo general:

Conocer los instrumentos y saber aplicarlos. Ellos son:

- AA 100

- GRI

- SGE 21

- Indicadores Ethos

- ISO 26000

Objetivo específico:

Tener los conocimientos específicos necesarios para poder aplicar estos instrumentos en

las organizaciones.

Esta unidad nos parece la más relevante y por ello se le debe asignar mayor tiempo y

mayor presencia en la evaluación.

110 Hacia una mentalidad de Formación Transversal Ética y Moral en las Universidades

Iberoamericanas. Una propuesta

En esta unidad se incluyen indicadores muy propios de las carreras del público

propuesto y tienen mucho peso en los indicadores globales. En especial nos referimos al

GRI y a la ISO 26000.

Unidad V: ÍNDICES DE POSICIÓN Y CLASIFICACIÓN PARA FONDOS DE

INVERSIÓN

Objetivo general:

Conocer los instrumentos y saber aplicarlos. Ellos son:

- Dow Standard Index

- FRSE Good

Objetivo específico:

Tener los conocimientos específicos necesarios para poder aplicar estos instrumentos en

las organizaciones.

1) Bibliografía:

Básica

Debeljuh, Patricia: Ética empresarial, en el núcleo de la estrategia corporativa,

Cengage, 2009

Guillén Parra, Manuel: Ética en las organizaciones, Prentice Hall.

Michael Porter y Mark Kramer: “Estrategia y sociedad”

Bernardo Kliksberg: “Agenda RSE para América Latina”

Sandra Benbeniste: “El alcance del concepto de la Responsabilidad Social Corporativa

de acuerdo a los organismos internacionales promotores del tema”

Víctor Guedez: Ser Confiable. Responsabilidad Social y reputación empresarial,

Planeta.

Norma ISO 26.000: Guía sobre Responsabilidad Social

Fernando Pérez Domínguez: “Instrumentos de la RSE: Criterios de clasificación”

Francisco Ogalla Segura: “La integración de la Responsabilidad Social en el sistema de

gestión de la empresa”

Modelo de Gestión de RSE: Modelo Vincular

Antonio Vázquez-Barquero: “Desarrollo local, una estrategia para tiempos de crisis”

Complementaria

Sen, Amartya y Kliskberg, Bernardo: Primero, la gente, Temas, 2009.

Bernardo Kliksberg: Más ética, más desarrollo, Temas, 2005.

Bernardo Kliksberg: Escándalos éticos, Temas, 2011.

Bernardo Kliksberg: “Ética empresarial: Moda o demanda imparable”.

Bernardo Kliksberg: “Presente y futuro de la RSE en América Latina”.

C.K. Prahalad: La oportunidad de negocios en la base de la pirámide. Un modelo de

negocio rentable que sirve a las comunidades más pobres, Norma, 2008.

Bibliografía y Anexos 111

Abadía, Leopoldo: La crisis NINJA y otros misterios de la economía actual, ESPASA,

2009.

Paladino, Marcelo; del Bosco, Paola; Debeljuh, Patricia: Integridad: un nuevo

liderazgo, EMECE, 2007.

Cora Bertachini: “El voluntariado corporativo una acción basada en valores destinados a

la inclusión social”.

Franco Di Biase: “Responsabilidad Social Empresarial”.

Bruni Calvo: “El precio de la gratuidad” Editorial Ciudad Nueva.

2) Metodología de trabajo:

Esta materia sólo se dictará con el sistema presencial, es decir, no se contempla, por el

momento, instancias de trabajo a distancia.

La primera parte de la materia (Introducción a la RSE) se dictará con la metodología de

la exposición dialogada, junto con el estudio individual de la bibliografía señalada. Se

propone esta metodología porque esta primera parte es más teórica y general. Una vez

aprendidos los conceptos básicos se podrá abarcar la segunda parte sobre los

indicadores.

En la segunda parte, que consta de 4 unidades sobre los sistemas de evaluación e

indicadores de RSE, se aplicarán distintas metodologías.

Por un lado habrá también exposiciones dialogadas, pero en este caso, las exposiciones

estarán a cargo de los alumnos, que deberán trabajar en equipo previamente para

estudiar cada sistema de evaluación de que se trate para poder exponerlo en el aula.

A su vez, se desarrollarán casos de estudio y trabajos de campo. Lo que se busca con

esta doble metodología es que los alumnos tengan un conocimiento más real de la

existencia y aplicación de los sistemas de evaluación e indicadores de RSE.

Entre los trabajos de campo se deberá desarrollar un proyecto real para la aplicación de

alguna de las herramientas.

3) Evaluación de los aprendizajes:

Para aprobar la materia, se requerirá:

75% de asistencia a las clases

Trabajo de campo: consistirá en hacer un trabajo de medición en alguna empresa

Exposición en clase sobre algún sistema de evaluación o indicador

Examen parcial y final de la materia

Un recuperatorio del parcial

4) Duración

La materia tendrá una duración de un cuatrimestre.

La carga horaria será de dos horas cátedras por semana, es decir, tres horas de reloj por

semana.

CONSIGNA:Trabajo de Campo SOBRE ÉTICA DE LAS ORGANIZACIONES

112 Hacia una mentalidad de Formación Transversal Ética y Moral en las Universidades

Iberoamericanas. Una propuesta

Diseñar un plan de trabajo de investigación en RSE aplicable a una empresa a elección.

Evidentemente trabajar sobre temas de ética, moral, responsabilidad social de las

organizaciones nos interpela a un cambio en nuestros modos de plantearnos los

negocios.

Se busca que Uds. como futuros profesionales adquieran las argumentaciones que

necesitan para lograr razonamientos y decisiones estratégicas integrales (eficaces,

eficientes y éticas) con una visión a largo plazo o sostenibles. Se intenta trabajar en esta

materia buscando que logren considerar la importancia que tiene el dinamismo de la

generación o destrucción de la CONFIANZA en la Organización. Este factor hace que

la organización perdure o no en el tiempo, que sus miembros mejoren o se degraden.

Es ésta una “dimensión” a la que hemos prestado muy poca atención hasta el momento

en nuestras organizaciones, tal vez por eso a veces nos parece que es algo utópico. La

realidad nos está mostrando que este componente ético hace a la “identidad de las

organizaciones”, a la calidad organizacional, y su ausencia –como el aire- se percibe

cuando falta. Quizá sería interesante pensar si nuestro entorno organizacional nacional

no se encuentra en una situación grave de corrupción justamente por esta abstención en

las decisiones y una omisión grave también en un compromiso de quienes acceden a

una educación universitaria.

Consideramos IMPORTANTE que logren dar en la clave de la Realidad y la

importancia de una toma de conciencia por parte de todos para comenzar a tomar

decisiones individuales éticas en los niveles directivos, administrativos y operativos:

aplicando herramientas adecuadas.

EL TRABAJO:

En concreto en el trabajo práctico tendrán que buscar una noticia que encuentren en

diarios, revistas, de alguna situación conocida o por Internet que les sirva como “Caso”

de la realidad en el que hay algún tema de ética y negocios que no se contempla”.

Podrán utilizar el material que se ha trabajado en clase y los conceptos y

fundamentaciones que han surgido de la lectura y análisis de artículos y los libros

sugeridos. Cada entrega deberá ser aprox. de dos páginas, escritas en arial 12.

PRIMERA entrega. 9 na semana de clase:

Tendrán que analizar la situación, los datos, los dilemas morales que se plantean a nivel

organizacional, las alternativas posibles.

Anexarán la noticia o situación que sirve de base para el análisis.

Se expondrán los trabajos seleccionados.

SEGUNDA entrega, 13 semana de clase de noviembre:

Considerando la organización que han analizado, deberán buscar la articulación de

alguna de las Herramientas para incorporar RSE en la gestión Estratégica Integral de

una organización.

Bibliografía y Anexos 113

Se evaluará la creatividad para buscar una solución, el alineamiento de los objetivos

propuestos y la solidez y congruencia del planteo. Se expondrán los trabajos

seleccionados.