Funciones del HIGADO

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Hígado: El Gran General Acupuntura Natural 293 La ciencia natural del hígado El hígado es la glándula más grande del cuerpo, llegando a pesar hasta 1,400 kilogramos. Y se exende desde el hipocondrio derecho del ab- domen, por el epigastrio y hasta una porción del hipocondrio izquierdo, llenando el espacio de la cúpula diafragmáca, donde puede alcanzar hasta la quinta coslla. Tiene numerosas impresiones o engan- ches directos. Los más importantes pertenecen al sistema digesvo. Las estructuras del lado izquierdo del abdomen dejan su impresión en la cara inferior del lóbulo derecho del hígado. Y tenemos de atrás a delante la impresión cólica, la impresión duodenal, pegada a la fosa císca, y la impresión renal. Además en la cara inferior del lóbulo izquierdo están la impresión gástrica y la escotadura del esófago. Por debajo entra el hilio hepáco y la gran vena porta, así como la arteria hepáca. Pero también por ahí sale el conducto hepáco hacia la bilis y el duodeno. Por la cara inferior está el omento menor (epiplón) recubierto por el famoso peritoneo quien conecta al hígado anatómicamente con el diafragma. Luego por la pared posterior encontramos en enganche con el sistema renal, lo que llamamos ligamento hepa- torrenal, por donde además establecería contacto con los riñones. En la cara diafragmáca se encuentra el ligamento falciforme, el cual se exende hasta alcan- zar la zona del ombligo. Es curioso ver como por su borde libre corren los restos de la vena umbilical embrionaria, la cual se une a la vena ilíaca externa. Este ligamento falciforme es además parte del mesogastrio ventral, y al llegar a la parte posterior de la cara diafragmáca del hígado, se divide en dos hojas, dando lugar al ligamento coronario el cual se divide en dos formando los ligamentos triangulares derecho e izquierdo y que se unen también con el diafragma. Pero además del sistema digesvo y el diafragma, el hígado se conecta anatómicamente con el corazón. El llamado centro frénico, (quien conecta también con el diafragma) a la izquierda de la cava inferior, es su conexión directa con el corazón. Además es importante ver como el hígado recibe inervaciones nerviosas del plexo celíaco (plexo solar). También por medio del plexo diafragmáco y los nervios neumogástrico izquierdo y 13 Hígado El Gran General Figura 11.1

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La ciencia natural del hígado

El hígado es la glándula más grande del cuerpo, llegando a pesar hasta 1,400 kilogramos. Y se extiende desde el hipocondrio derecho del ab-domen, por el epigastrio y hasta una porción del hipocondrio izquierdo, llenando el espacio de la cúpula diafragmática, donde puede alcanzar hasta la quinta costilla.

Tiene numerosas impresiones o engan-ches directos. Los más importantes pertenecen al sistema digestivo. Las estructuras del lado izquierdo del abdomen dejan su impresión en la cara inferior del lóbulo derecho del hígado. Y tenemos de atrás a delante la impresión cólica, la impresión duodenal, pegada a la fosa cística, y la impresión renal. Además en la cara inferior del lóbulo izquierdo están la impresión gástrica y la escotadura del esófago. Por debajo entra el hilio hepático y la gran vena porta, así como la arteria hepática. Pero también por ahí sale el conducto hepático hacia la bilis y el duodeno. Por la cara inferior está el omento menor (epiplón) recubierto por el famoso peritoneo quien conecta al hígado anatómicamente con el diafragma. Luego por la pared posterior encontramos en enganche con el sistema renal, lo que llamamos ligamento hepa-torrenal, por donde además establecería contacto con los riñones.

En la cara diafragmática se encuentra el ligamento falciforme, el cual se extiende hasta alcan-zar la zona del ombligo. Es curioso ver como por su borde libre corren los restos de la vena umbilical embrionaria, la cual se une a la vena ilíaca externa. Este ligamento falciforme es además parte del mesogastrio ventral, y al llegar a la parte posterior de la cara diafragmática del hígado, se divide en dos hojas, dando lugar al ligamento coronario el cual se divide en dos formando los ligamentos triangulares derecho e izquierdo y que se unen también con el diafragma.

Pero además del sistema digestivo y el diafragma, el hígado se conecta anatómicamente con el corazón. El llamado centro frénico, (quien conecta también con el diafragma) a la izquierda de la cava inferior, es su conexión directa con el corazón.

Además es importante ver como el hígado recibe inervaciones nerviosas del plexo celíaco (plexo solar). También por medio del plexo diafragmático y los nervios neumogástrico izquierdo y

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El Gran General

Figura 11.1

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derecho. Y otro dato importante para nosotros es

que en el hígado se mezclan las fibras simpáticas y parasimpáticas. Estos nervios llegan al hígado junto a la arteria hepática, donde se segrega la bilis que queda almacenada en la vesícula biliar. Y la vena porta que es la que recorre todo el hí-gado es compartida con el páncreas.

vena porta

En resumen: Toda esta explicación nos sir-ve para entender como el hígado está bien co-nectado con el sistema digestivo, con el diafrag-ma que a su vez lleva las resonancias de todo el organismo, y con el corazón a quien envía su información concreta.

Funciones del hígado: Lo cierto es que cada vez se descubren más y más funciones dis-tintas del hígado. Actualmente hay más de 500 funciones complejas atribuidas a este órgano; y en realidad son pocas en relación a lo que real-mente desempeña. Sin duda es el órgano más complejo de todos, incluyendo el cerebro.

Sabemos que el hígado se encarga de la síntesis de proteínas plasmáticas (del plasma sanguíneo) y esto es decir mucho porque la san-gre va por todas partes, y las proteínas son ca-paces de desempeñar muy distintas funciones, muchas de las cuales aún no se han identificado. Pero para nosotros esto es lo que hemos deno-minado, en capítulos anteriores, los receptores que el hígado envía a la sangre, para luego enviar información a modo de resonancia y producir la reacción deseada. Las proteínas se transforman dentro del cuerpo, siendo el hígado el que rea-liza la mayor parte de este trabajo, pero incluso

en la sangre también observamos sus muta-ciones. Y es posible que estos cambios sean en función de la resonancia que reciban del hígado. Así una proteína puede ser una enzima (todas las enzimas son proteínas) y también puede ser una hormona, o formar parte de los receptores hormonales. Algunas son segundos mensajeros para la acción hormonal. Y una proteína si está bien informada puede participar en la defensa inmunológica (por ejemplo la inmunoglobulina). Y además las proteínas son las responsables de la contracción muscular. Una información que también se la envía el hígado, y así podemos movernos y accionar nuestros músculos de ma-nera autónoma como lo hacemos al caminar por ejemplo.

Como vemos también la ciencia confirma nuestra idea de receptores producidos por el hí-gado que se transforman y reaccionan a las se-ñales resonantes del hígado.

El hígado es tal vez más famoso por su fun-ción de limpieza de tóxicos. En realidad no se sabe que algo es tóxico hasta que no entra en el hígado. Ya venimos diciendo que en el hígado se guarda la memoria, en este caso de lo que alguna vez hizo daño al cuerpo. El hígado con-serva la resonancia de aquel que nos hizo mal, y si algo similar pasa por allí entonces ya sí se le da la etiqueta de tóxico. Por eso hay cosas que son tóxicas para uno y para otros no. Depende del registro histórico hepático. Luego tenemos una memoria colectiva de tóxicos que por evolución hemos aprendido como especie. Pero aunque esta información reside igualmente en el hígado son los riñones quienes le pasan este mensaje.

¿Qué sucede entonces cuando algo es re-conocido como tóxico? El hígado que como de-cimos sintetiza proteínas, hace lo mismo con el tóxico, sólo que esta vez su síntesis es destructi-va. Rompe la estructura del tóxico y lo convierte en un desecho. Y al mismo tiempo guarda regis-tros de esta acción para futuras prácticas. Pero, ¿qué hace con ese desecho? La idea es muy buena y ya la explicamos en su momento. El hí-gado no elimina ese desecho sino que produce una pasta ácido muy corrosiva llamada bilis, de gran valor porque contiene toda la información

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de lo que mi cuerpo no quiere. Echar esta pasta encima del alimento ingerido es garantizar una destrucción de todo lo potencialmente peligro-so. La bilis ayuda a disolver los alimentos, es-pecialmente los más resistentes como la carne. Luego esas sustancias de desecho seguirán su camino hasta ser eliminadas en las heces.

Pero además ahora sabemos que el hígado transforma el amonio en urea, lo que significa que también produce otro desecho. Y en este desecho van las resonancias negativas que no se han logrado destruir. Dicho de otra forma por la orina no salen sustancias tóxicas, como antes se pensaba, pero si información tóxica. Es por esto que la práctica de la urinoterapia (beberte tu propia orina) muestra beneficios porque sin intoxicar al organismo le repite la información tóxica; ayudando al hígado a afianzar sus deci-siones.

Como vemos, y aunque el sistema inmu-nológico se encuentra por todo el cuerpo, es el hígado quien realiza el trabajo más fino e inteli-gente. Además el hígado controla gran parte de las glándulas del cuerpo. Entre ellas por ejemplo el timo donde maduran los linfocitos T, encar-gados de coordinar la respuesta inmunológica. Luego los linfocitos viajan por el flujo sanguíneo, y están diseñados para responder a resonancias elegidas por el hígado como negativas. Y esta acción enseña y de nuevo pasa al hígado para formar parte de su almacén.

En el laboratorio hemos observado como el hígado almacena sangre y la devuelve cam-biada. Entre otras cosas sabemos que guarda proteínas, vitaminas y azúcares (glucógeno). Y lo hace para elaborar con ellos distintos compues-tos según lo considere necesario, e incluso crear proteínas utilizando vitaminas y azúcares. Es como un arquitecto que descompone estructu-ras y las vuelve a armar a su gusto. Las vitaminas son sustancias vitales pero ajenas al organismo (sólo producimos la vitamina D, el resto se ob-tiene a través de los alimentos). Y al ser algo ajeno hay que respetarlo sin muchos cambios, hasta que llega a las células, las cuales se infor-man de los alimentos del exterior en su estado actual, y a partir de esa información producen

las coenzimas. Estas coenzimas deberán pasar por la acción del hígado para, por fin, conver-tirse en enzimas. Y las enzimas son las que lue-go reciben e identifican a los nutrientes de los alimentos. Pero no es siempre necesario que la coenzimas pasen por el hígado, basta con que reciban su resonancia en la sangre para unirse a las proteínas y formas las enzimas. Como vemos el cuerpo aprende del exterior para formar su recepción. Somos lo que comemos.

¿Y los azúcares? Estos se preparan en el hígado, y no todos nos llegan de los alimentos, algunos se inventan nuevos a partir de ciertos aminoácidos, lactato y glicerol (glucogeogéne-sis). Todos los aminoácidos, excepto la leucina y la lisina, pueden suministrar carbono para la síntesis de glucosa. Así que casi de todo lo que comemos, el hígado puede sacar azúcares. In-cluso en ayunos prolongados seguirá producien-do glucógeno. Y esta transformación tiene lugar casi exclusivamente en el hígado (10% en los riñones). ¿Y para quien va dirigido todos estás azúcares? Para el gran glotón del cuerpo que es el cerebro, quien consume casi el 60%. Quien sino el caprichoso emperador quería tanto dul-ce al día. Pero el emperador no solamente ne-cesita grandes cantidades de glucosa, sino que debe obtener ésta de forma regular y controla-da. Además debe obtener la cantidad justa, ni más ni menos. Y de esta regulación se encarga el hígado.

Esta preparación, una vez más se hace a través de resonancias. Pero ¿por qué el híga-do guardar la información destinada al cerebro en cápsulas de azúcares? La idea de nuevo es genial, porque los azúcares son de combustión fuerte y rápida, se queman con facilidad y al hacerlo en el cerebro amplifican la información enviada. Al consumir el cerebro los azúcares, ex-plotan y salta la información de dentro. Y esa es la que interesa, la que guía al cerebro en sus ac-tos. Esto permite gastar menos energía, y perder menos información. Es como enviar una cinta envuelta en un altavoz gigante.

Como vemos, y como hemos estado apun-tando, el hígado es el verdadero cerebro, junto

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con el corazón. Siendo el cerebro responsable sólo de la conciencia.

Además de todas estas funciones, desta-camos del hígado su responsabilidad a la hora de elegir qué hacer con los carbohidratos (de los cuales también puede sacar azúcares) y los lípidos (su forma más conocida son las grasas). Y estos lípidos los usa el hígado para guardar su información como si fueran discos duros exter-nos donde proteger la información. Así no tiene que retenerla toda dentro, y puede actualizar sus “olvidos” quemando estos lípidos. Además de esta forma todas las células del organismo quedan bien informadas de la situación actual del hígado como cuartel central.

Normalmente se dice que las células usan los lípidos como combustible, pero además lle-van información y cada célula captura la que ne-cesite según resuene, y es por esto que se pone en marcha. Así no es costoso quemar una grasa más o menos reciente, pero sí es complicado ha-cerlo con una antigua pues la información inter-na que se guardó ya no es útil para la mayoría de las células. Y se queda ahí guardada. Y se guarda en espera de que esa información sí llegue a ser útil. O en caso de supervivencia donde el orga-nismo vuelve para atrás.

Es fácil ver en un ayuno como nuestro cuerpo realiza una especie de regresión, y esto

se debe a que está quemando lípidos antiguos. En este caso la obesidad está relacionada con un deseo por parte del individuo de no escuchar un pasado doloroso. Toda obesidad camufla por eso una depresión histórica. Quemar lípidos an-tiguos es un trabajo psicológico duro, por eso es tan complicado llevar una dieta. Comer relaja esto porque obliga al cuerpo a quemar lo actual sin tener que repasar el pasado doloroso.

Pero ya hemos dicho que el hígado, como promotor de la Dinámica Madera, se encarga de la energía reflexiva, de analizar para poder llegar a conclusiones. Y es por esto que almacena en mini discos duros todo lo que puede. Volver una y otra vez al pasado es su función para aprender y poder gobernar con sabiduría.

Otros lípidos que el hígado sintetiza son el famoso colesterol y los triglicéridos. Ambos son igualmente una forma de conservar ener-gía información. Además de los alimentos que comemos, el hígado también produce triglicéri-dos, puede cambiar cualquier fuente de exceso de calorías en triglicéridos, y estos a su vez en colesterol. Y todos pueden terminar convertidos en grasas. Todo depende del formato en que desee guardarlo. Los triglicéridos y el colesterol son más de uso actual, mientras que las grasas son información más caduca. Todo lo que no ha encontrado una vía es convertido en grasas por el hígado.

Y por último el hígado está reconocido por sistentizar factores de coagulación (como el fi-brinógeno (I), la protrombina (II), la globulina aceleradora (V), proconvertina (VII), el factor antihemofílico B (IX) y el factor Stuart-Prower (X)). Estas moléculas de carga fuerte se sueltan a la sangre para regular la densidad, eliminado lo que ya no es útil, o guardando con más es-mero lo que sí lo es y se está perdiendo. Así el hígado controla en todo momento lo que hay y no hay en la sangre. Los receptores activos, los latentes pero necesarios y los caducos que hay que remplazar.

Resumiendo: No nos quedamos cortos al lla-mar al hígado el Gran General. Dirige desde su cuartel a todo el cuerpo poblando a la sangre de

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receptores o radios sobre los cuales emitir men-sajes y órdenes. Y para llevar a cabo este control archiva toda la información que puede, no sólo en su interior sino que suelta discos duros para no perder nada y revisarlo todo mil veces.

Los desechos o tóxicos los ficha, guarda su información, y la parte física la recicla formando la bilis. Y la parte tóxica de la resonancia la envía a la vejiga para que salga en forma de orina.

Su principal informador, aparte claro está de la sangre, es el diafragma, por donde pasan todas las resonancias del cuerpo movilizadas por el Pulmón. Pero tampoco se pierde detalle del proceso digestivo, para supervisarlo y apren-der en cada momento.

Es responsable de la comunicación con dos grandes personalidades dentro del cuerpo. El corazón, a quien envía sus sabidurías para que éste produzca la sangre correcta. Además la in-forma si realmente funcionó su trabajo, es decir si el Qi Nutritivo logró hacer pasar los nutrientes necesarios al organismo. Este asesoramiento es vital porque enseña al corazón a corregir sus errores a la hora de elaborar la descarga eléctri-ca, con quien no tiene un trato directo pero sí indirecto y crucial, pues le envía el alimentos y las noticias que considera necesarias.

El hígado en el oriente tradicional

En todas las culturas clásicas o tradicionales el hígado es reconocido como una figura de con-trol y dominación para con todo el organismo.

Nosotros aquí le hemos dado el mérito de dis-poner de la Dinámica Madera responsable de la reflexión de la energía y por lo tanto la posibili-dad de la vida.

Vemos en la Figura 13.4 a la primavera aso-ciada con el hígado. En el capítulo 2 vimos que es este momento la tierra se encuentra en un gran estado de equilibrio porque frena el correr del tiempo, algo que sabemos que hace dentro de nuestro cuerpo al almacenar información. En la primavera salen los colores, las flores y los insec-tos y animales. Es un momento de complejidad

y coordinación máxima. Y estos colores de la na-turaleza están ahí como forma de coordinación a través de resonancias, de ondas o frecuencias de la luz. Así son y representan las emociones, a través de las cuales el hígado comanda a sus emisarios por todo el cuerpo.

El Hígado en la tradición oriental

Dinámica: ........... MaderaEstación: .......... PrimaveraDirección espacial: EsteColor: .......... VerdeFase del día: ......... NacimientoOficio: .......... DiseminaciónElaboración: ......... EmbellecimientoClima: .......... TempladoEvolución: .......... ClaridadSentido: .......... VistaTejidos: .......... Músculos y tendonesSector: .......... UñasFactor patógeno: .. VientoTrastornos: .......... EspasmosSíntoma: .......... AgitaciónExpresión: .......... AltercadoEmoción: .......... IraSonido: .......... GritoSecreción: .......... LágrimaOrificio: .......... OjoSabor: .......... ÁcidoOlor: ......... RancioAlimento: .......... ArrozMetal: .......... EstañoPlaneta: .......... JúpiterAnimal: .......... Dragón, Gallo

Entraña: .......... Vesícula Biliar Figura 11.2

Las emociones son una forma de informa-ción refinada e inteligente en el sentido de ser energía revisada, reflexionada, y producida en función de dichas reflexiones (ver capítulo 8). Sabemos además que el hígado usa el segundo corazón, allá en el plexo solar, para hacer correr

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su información emocional a todo el organismo. Además en la primavera hay un alto grado de cooperación o simbiosis, donde por ejemplo las abejas polinizan las flores, y el viento lleva las semillas. Esto es lo que hace el hígado como he-mos visto. Usa la sangre y los electrolitos para hacer mover su mensaje simbiótico.

Vemos también que los animales asocia-dos por los antiguos chinos son el dragón y el gallo. En el caso del dragón es para referirse a ese gran dominador de múltiples funciones. Los emperadores chinos frecuentemente se hacían asociar con la imagen del dragón. Y aquí se deja claro que para ellos el cerebro, el verdadero em-perador del cuerpo, es el hígado.

Pero además el dragón es un animal mi-tológico, que no ha existido nunca, y los chinos la sabían. Con esto dejaban entender que las funciones del hígado son tantas y tan comple-jas que sólo un animal idílico las puede igualar. Incluso es posible que algún antiguo chamán taoísta creara este mito del dragón para intentar explicar a sus discípulos la grandeza del hígado en el cuerpo. El dragón también se asocia con el trueno, y por eso lo representa soltando fue-go por la boca. Pero este trueno se representa con un Yang encima y dos Yin debajo. Lo que nos deja ver la inteligencia dominando a la acción. Sólo si está desequilibrado puede salir el Yang y causar gritos, ira y aspavientos. Pero este trueno también simboliza el viento que como sabemos es el encargado de movilizar la información del hígado a todo el cuerpo. Pero también si hay que dar una orden severa y cruel, el trueno indi-ca más fuerza y mandato; hay que obedecer al hígado y punto.

Y es por esto que también se habla del gallo, aludiendo a su capacidad de comunica-ción a través del viento, anunciando además el despertar, el nacimiento, aurora, el amanecer. Y este despertar de nuevo nos remite a la Diná-mica Madera responsable de la vida. Del mismo modo cuando un receptor, por ejemplo una pro-teína o una hormona, que se encuentra laten-te (“dormido”) recibe la resonancia del hígado, despierta y comienza su actividad. El gallo des-pierta para que todos se pongan a trabajar.

Vemos en la Figura 13.4 que su oficio es la diseminación, esparcir de manera ordenada las cosas por distintos lugares, para darle vida, belleza (embellecimiento). Y de este árbol de la vida que llevamos dentro, sus ramas son los tendones, fuertes y rígidos, que sostienen a los músculos. Y las hojas, son las uñas, siendo la flor más hermosa los ojos. La relación con los ojos es fácil ver porque un hígado afectado cambia el color y forma de los ojos. Incluso una borrachera donde el hígado se llena de tóxicos y calor, los ojos se enrojecen y la visión se altera rompiendo sus límites espaciales.

La secreción es la lágrima porque repre-senta el exceso de emociones. Un hígado carga-do. El sabor ácido por la bilis y su pasión por los tóxicos. Y el olor rancio como la patología de un pasado que no se recicla, como pueden ser las grasas acumuladas.

Su alimento es el arroz por ser ésta el cen-tro de la dieta asiática. Además el arroz ha de-mostrado ser un alimento mágico en muchos sentidos. Primero es el único cereal para el cual nuestro cuerpo tiene enzimas antiguas. Luego que es el único alimento que no se puede ha-cer transgénicos. Si lo intentamos a la segunda o tercera generación cambia y vuelve a su estado normal. Y esta capacidad es típica del hígado, cuando sabemos que incluso puede crecer si lo cortamos.

El planeta es Júpiter, por su grandeza y por gozar de un lugar céntrico en nuestra galaxia. Incluso no hace mucho que hemos descubier-to que los anillos de Júpiter y su peculiar movi-miento estabilizan a toda la galaxia. Tal vez hasta informen o guíen.

El Gran General

Como subconsciente le hemos dado el nombre del Gran General, y sin duda se merece este re-conocimiento y más. Es el que lleva el gran peso del orden, la inteligencia y la red de información de todo el cuerpo.

El nombre tradicional chino para el espíritu del hígado es Hun, que normalmente se traduce

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como alma no-corpórea, haciendo referencia a que sus esfuerzos se extienden más allá del pro-pio individuo. Es el deseo de un gran general por perdurar en la historia, incluso cuando él ya no esté, deja una huella, cambiar el rumbo sutil de tu gente.

En oriente llamaban el “buen nombre” precisamente a aquel con el que te recordarán después de tu muerte, y aquel para el cual vas sumando actos y actitudes que impactan a los demás. Por ejemplo, puede que yo me llame Pedro, pero si salvo a unos niños del fuego to-dos me recordarán como Pedro el salvador de niños. En la tradición india, cuando nace un niño se le pone un nombre que eligen los padres. Y el “buen nombre” se lo ha de poner la abuela, nor-malmente paterna. Y la abuela espera unos años hasta que logra ver en el niño una vocación, un desarrollo diferencial (la ambición de su Hun). En ocasiones la abuela le da el “buen nombre” a la edad de 7 o 9 años. En algunos caso lo ha-cen ya en la edad adulta. Y entonces se hace una gran fiesta. El “buen nombre” hace referencia a una habilidad concreta del niño para con los de-más, como Gran General, y esa es su misión de ayuda a los demás. El niño deberá durante toda la vida respetar ese “buen nombre” y realizar actos para engrandecerlo. A su muerte quedará su recuerdo en los demás, y este recuerdo vivo es su “buen nombre” definitivo.

Pero nuestro hígado no sólo realiza hazañas visibles para ser recordado (alma no-corpórea) más allá de la muerte. Esto de la muerte, sin lle-varlo tan lejos, también se refiere al impulso que todos tenemos en un acto social, los actos que hacemos, que buscan dejar una impronta en los demás para que hablen de mi cuando yo ya no esté. Esto es la muerte, pero no literal, sólo el alma no-corpórea. Es decir Hun tiene tanta ca-pacidad que ve las consecuencias que los actos dejarán a posteriori cuando ya los comensales se hayan separado. En casa de cada uno so-brevivirá el recuerdo, y este será más objetivo y justo. El subconsciente que lucha sin darnos cuenta cuidando nuestra imagen personal para el recuerdo y el juicio a posteriori de los demás, ese es Hun, el Gran General, el Hígado.

Y es cierto que todo Gran General buscan en cada batalla,no sólo la victoria sino el reco-nocimiento, impactar en los demás para que lo recuerden como grande. La historia está llena de personajes así, que nos dejaron una ense-ñanza, o incluso una nación. Para los orientales estos personajes históricos son tradicionalmen-te llamados los inmortales porque perviven en la memoria colectiva de todos. Pero aunque los llamamos generales no sólo son guerreros, los escritores y sabios también luchan a su manera para dejar huella.

Esto nos puede parecer una labor de unos pocos, pero se trata de un subconsciente que todos tenemos, y a menor o mayor escala lo ha-cemos siempre, constantemente, con nuestra familia, nuestro amigos. Siempre que estamos en presencia de alguien hay una batalla sub-consciente por ganarnos un “buen nombre”. Pero también se puede buscar cuando no tengo a nadie pero sé que luego van a ver mi traba-jo. Un escritor por ejemplo, siente con fuerza su Hun y está sólo en su escritorio. Pero piensa en el día que leerán sus frases y como eso dejará una huella.

Por estas razones el Gran General es de en-tre todos los subconscientes el más cercano al EGO, al orgullo, e incluso al concepto del honor; pues sus actos persiguen ensalzar su imagen personal frente a los demás. Si luchas con de-masiada fuerza pierdes la empatía, y no te das cuenta que los demás también desean dejar, su huella, esta falta de respeto es un Hun acelera-do: EGO.

Por otro lado, pongamos en una reunión social, si alguno ataca o daña tu “buen nombre”, aquel que has estado intentando alzar y defen-der, entonces saltará el orgullo. El orgullo es una fuerza de defensa de tu “buen nombre”, y por su culpa verás en ti actos fuertes e incluso agresivos aunque puede que educados, para re-cuperar la posición de “prestigio” que te habías ganado o que estabas por ganarte. Por orgullo podemos hacer mil cosas, tiene una gran fuerza el Gran General.

Y luego el concepto del honor, pero aquí nos vemos obligados a posponer una explica-

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ción porque se mezcla necesariamente con el subconsciente del Riñón. El honor es un acto pseudo-subconsciente porque es compuesto.

Vamos ahora a diferencia entre sus dos ca-racteres Yin/Yang para entender más en profun-didad al Gran General.

Yang El Gran General de espada en mano

El Gran General estratega

Yin

Figura 13.5

Yin: el Gran General estratega

Lo llamamos así porque se trata del Gran Ge-neral en reposo, profundizando en la estrategia a llevar a cabo para la batalla de mañana. Es el general que pretende vencer desde los despa-chos, con inteligencia, cálculo y control, adelan-tando la estrategia perfecta. No es visiblemente activo, y no desempeña actos espontáneos, sino que defiende su “buen nombre” con alevosía, calculo premeditado que anticipa las posibles acciones de los demás y contempla una defensa o ataque antes ellos.

Sabemos que el hígado desempeña en el cuerpo funciones de fragmentación, división y colocación, para lograr un orden estructurado en todas partes. Así la cara Yin del hígado (el es-tratega) es el encargado de este control sutil y profundamente complejo. Tiene paciencia y es

minucioso en sus medidas. Supone la energía re-flexiva en estado puro, capaz de revisar las cosas mil veces en pos de encontrar el orden perfecto para el entramado global de la situación.

Nos dicen los antiguos maestros taoístas que durante el sueño todos los demás subcons-cientes van a dormir al hígado. El sueño es gran momento Yin del cuerpo. Y ciertamente todos los estudios modernos indican que es durante el sueño cuando sucede la reestructuración más importante de la memoria. Ante la privación pro-longada del sueño nuestro cuerpo y conciencia se vuelven caóticos, torpes y desordenados. En el famoso sueño de ondas cortas llamado REM (Rapid Eye Movement) los ojos se mueven muy rápido indican la profusa actividad del hígado. Y todos bajan sus frecuencias menos en hígado. Y señal de ello son los registros de actividad cere-bral durante el sueño, cuando el cerebro a pesar de no disponer de la conciencia, y estar “desac-tivado”, pasivo, muestra una alta acción eléctri-ca. Tal y como si estuviera siendo modulado y dirigido por alguien. Ese alguien no es otro que el Gran General estratega, que recibe las reso-nancias del organismo, y aprovechando que to-dos descansan y no hay defensas, envía sus se-ñales de unos a otros, poniendo la situación en perspectiva para todos. A la mañana siguientes todos se despiertan y se encuentran regalos en su cama que antes no tenían. Todos se compren-den mejor entre sí, su casa está limpia y todo sin esfuerzo, gracias sólo al Gran General estratega que en lugar de dormir aprovecha para trabajar por el bien comunal.

Aún seguimos preguntándonos por la fun-ción del sueño, pero parece viable que se trate de una desconexión colectiva para dejar todo en manos del Estratega, quien es responsable de reordenar el sentido común. Es cierto que resulta más cómodo y práctico ordenar a todos si estos están desactivados y no ofrecen resis-tencia. Confían en el Estratega, quien se mue-ve fácilmente hasta lograr la resonancia que les una a todos.

En la Figura 13.6 vemos una lista amplia del carácter de este Estratega, tanto en su estado de equilibrio como en el desequilibrio o enfer-

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medad. Cuando el Estratega está activado por encima del resto de subconscientes, actuamos y percibimos, aún sin darnos cuenta, conforme a sus virtudes o defectos.

El Gran General estratega - YinCarácter, actos y comentarios

Equilibrio Desequilibrio

Carisma sin intención No convenceEstrategia colectiva Estrategia personalEstrategia cooperativa Estrategia individualistaSin EGO EGO reflexivoEmpático cuidadoso Empático competitivoRespetuoso tolerante Intolerante, sin respetoAceptación Intolerancia

Solidaridad Altivez y crueldadFacilitador Competitivo destructorAuxiliador Preocupado de sí mismoSerenidad Inquietud complejaConformismo InconformismoTono pausado Tono pausado irónico

Bondad Maldad rebuscadaNo persigue impactar Persigue impactarCarisma silencioso PedanteríaInfluencia sin intención Busca influenciarSin rabia Rabia silenciosa

Sin tensión Tensión reprimidaPalabras ordenadas Palabras doble intenciónAmabilidad SarcasmoAltruismo Envidia, rencor, celosConceptos flexibles Conceptos rígidos Estima estable Baja estima, oculta

Figura 13.6

Una persona dominada por su Yin de Híga-do será de apariencia tranquila, de hablar pau-sado pero contundente en sus argumentos bien elaborados y en cierto modo agresivos aunque sin apariencia. En presencia no parece tener mucho EGO ni buscar la victoria, pero cuando te alejas de él y repasas, te das cuenta que es el jefe, que ha dominado toda la reunión y ha di-rigido y vencido en cada batalla. Si hay desequi-

librio podemos pensar en un individuo irónico, sarcástico, muy inteligente en el sentido de sa-ber encontrar la vuelta de todo para terminar a su favor. Es el jugador de ajedrez que mueve su ficha teniendo en cuenta 50 posibles movimien-tos de su rival. Y para todos tiene guardada una defensa o ataque.

Se trata de un individuo que en equilibro muestra un fuerte carisma no evidente. Consi-gue la admiración del resto porque demuestra un gran orden y capacidad de ordenación, pero a la vez se muestra preocupado porque todo be-neficie a todos, y que nadie se quede sin aten-der. No es necesariamente justo con todos por igual, sino más bien el proyecto conjunto de to-dos. Es por esta visión que se gana confianza. Si hay un desequilibrio y se ve poseído por su Yin de Hígado será tiránico en el sentido que utiliza-rá a otros sutilmente para un proyecto que no es compartido sino suyo propio. Pero siendo así suele perderle el EGO, su necesidad de presumir de su capacidad, y esto le llevará a una compe-titividad que desvalora a los demás. Al hacer-lo, perderá el carisma y la confianza del grupo; hecho que le llenará de ira o rabia interna que expresarán competitivamente con ironía, sar-casmo y críticas que desvaloran a otros para de-fender su imagen.

Sufre y su sufrir le hace perder el carisma que ansía frente a los demás. Se siente superior en estrategias y orden, y no entiende porque no le hacen caso a él si lo hace mejor que nadie. Es por esto que siente que las cosas no están bien, y desearía que fueran de otra forma, para recuperar él su mando y control. Y esto le lle-va a críticas constantes. Muy bien ordenadas e inteligentes, con aparente tranquilidad aunque intolerantes, todo lo que no sea como él lo ve le molesta, le agrede y le ataca. Aunque todos re-conocen que tiene razón, le encuentran agrio y amargado, intolerante, no escuchan como “de-berían” sus razones.

Todo esto le va mermando su estima y le aumenta la rabia, la dominación de su Yin de hígado. Y aumenta la incomprensión porque él profundamente siente la razón y la lógica de sus críticas. Termina siendo un jugador de pocas

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fichas, inteligente pero limitado en sí mismo; con conceptos rígidos no actualizados. Para re-cuperar su baja estima buscan por tendencia a un grupo de personas o a una persona que do-minar, alguien que sí le considere lo que él cree que se merece. Comienza a necesitar la admi-ración aunque sea de unos pocos. Pero su do-minación es casi sectaria, cruel con los suyos a pesar de necesitarlos. Agresivo con otras ideas y muestra una gran energía para convencer a los suyos, para que no se le escapen. Le molesta las virtudes o aciertos de los demás, y los rebate irónicamente de manera destructiva y luciendo su ingenio. Le da la vuelta al rival para humillarlo sutilmente.

El Gran General estratega - Yin

Percepción del Tiempo

Equilibrio Desequilibrio

Visión amplia Visión egocéntricaDivisión y orden Desconcierto, desordenAnticipación Sobre-anticipaciónLímites abiertos Límites cerradosLímites flexibles Límites rígidos Inteligencia flexible Inteligencia densaTolerante PorfiadoEmpático ObcecadoPosibilidades Posibilidades cerradas

YoEllos

AhoraLuego

AquíAllí

YoEllos

AhoraLuego

AquíAllí

Figura 13.7

En la Figura 13.7 vemos una lista de definicio-nes de cómo percibimos el tiempo cuando el Yin de Hígado está activado por encima del resto de subconscientes. Su forma de percibir el tiempo

es de manera fragmentada, son las nociones de pasado, presente y futuro puestas en orden. Ya mencionamos que el tiempo se ríe de la energía forzándola a seguir un tiempo lineal, cuando el tiempo por sí mismo no tiene tiempo.

La energía se las arregló para no correr tan rápido y perderse. Esto lo logró dando circula-ridad a su dirección hasta alcanzar la reflexión total. Es el hígado el órgano más capaz para esta función, por lo que es gracias a él que somos ca-paces de diferenciar entre el pasado, presente y futuro y ordenarlos para alzarnos con nuestras batallas cotidianas.

Es el Estratega quien tiene en cuenta el ma-nejo sutil del tiempo, pudiendo posponer para el futuro una victoria, o recordando como fue vencido antes. Este juego complejo es único del hígado. Vemos como los animales que poseen hígados mucho más pequeños en relación a su volumen total, no son tan capaces de jugar con las nociones temporales. Y los animales sin hí-gado como algunos insectos viven como en un eterno presente sin aparecer independientes de su entorno. Virtud que nos concede nuestro gran hígado, sin duda la inteligencia humana. Por eso somos los más competitivos, los más es-trategas y complejos.

Si hay equilibro sentimos que manejamos bien las nociones temporales pero de una ma-nera reducida en tanto en cuanto a una herra-mienta de trabajo. A través del Yin de Hígado ordenamos los tiempos a corto plazo, pero no en la acción sino en la estrategia, pudiendo al-canzar la visión de unos días, semanas o puede que meses. Todo dentro de un plan conjunto que busca una victoria manejando fichas en la “máquina del tiempo”.

Al ser el hígado quien marca los límites y las parcelas con las que percibo el tiempo y mi realidad, se encarga de hacernos diferen-ciar conceptos abstractos como el yo y el ellos, el ahora y el luego, el aquí y el allí. Si estamos dominados por un Yin de Hígado excesivo, estos conceptos abstractos se endurecen y se encie-rran en sí mismos. Para retenerlos en su cárcel es el riñón quien ayuda, y aparecen miedos a lo extraño y desconocido; propios de alguien que

Hígado: El Gran General Acupuntura Natural 303

no ve al otro lado. Este cegarse hace que la per-sona sea obcecada y porfiada, sin entender a los demás. Estructura su tiempo de manera muy rígida y ordenada, y se irrita si las cosas no le salen a tiempo como planeó. Se pone nervioso si el reloj pisa su agenda. También aparece el egocentrismo porque el ahora y el yo es lo más importante, así como mi tiempo y mi agenda. No vemos el luego y el ellos, así que todo es un egoísmo físico, de placeres momentáneos don-de los otros son los enemigos.

Yang: el Gran General de espada en mano

Y lo llamamos así porque se trata del Gran Ge-neral en acción, en el momento de la batalla, en el acto de la pelea. Es el general que vence porque sabe moverse en el presente de la ac-ción, tomando las oportunidades que le ofrece la situación en cada momento. Su carisma es de acción, muy visible y evidente, sin necesidad de discursos o buenas maneras logra que todos le sigan. Se gana la confianza demostrando.

La defensa de su “buen nombre” lo hace a través de sus logros de acción, visibles a todos y espectaculares. Desea que lo recuerden como un héroe activo. Si el Yin era más como escri-tor que busca ganarse a la humanidad, el Yang es como un deportista que busca ganarse a los presente.

Sabemos que el hígado desempeña en el cuerpo funciones de fragmentación, división y colocación, para lograr un orden estructurado en todas partes. Así la cara Yang del hígado es el encargado de este control pero en la acción, con una gran velocidad para apreciar las divisiones y ordenarlas en movimiento. Su inteligencia es ágil, espontánea y directa. Supone la energía re-flexiva en estado dinámico, capaz de revisar las cosas mil veces en cuestión de segundos.

En la Figura 13.8 vemos una lista amplia del carácter del Gran General de espada en mano. Cuando está activado por encima del resto de subconscientes, actuamos y percibimos, aún sin

darnos cuenta, conforme a sus virtudes o defec-tos.

Una persona dominada por su Yang de Hígado será visiblemente dominador y compe

El Gran General de espada en mano - YangCarácter, actos y comentarios

Equilibrio Desequilibrio

Carisma de acción Sin carisma para moverObjetivo colectivo Objetivo personalObjetivo cooperativo Objetivo individualistaSin EGO en la acción EGO radiante, visibleEmpático inmediato Sin vista en el momentoRespetuoso tolerante Sin respeto evidenteCapacidad de resolución Sin eficacia

Solidaridad en la acción Intolerancia en la acciónFacilitador en la acción Destructor sin causaAuxiliador en la acción Preocupado de sí mismoSerenidad en la acción Inquietud complejaConformismo presente Inconformismo presenteTono carismático, fuerza Tono irritado

Competidor leal Competidor desmesuradoImpacto benévolo Impacto egocéntricoCarisma y fuerza Arrogancia y vanidadInfluencia sin intención Busca influenciarSin rabia Rabia evidente

Acción sin tensión Acción tensa, incómodaPalabras: pocas, Palabras: muchas y y contundentes enrabietadasGestos amables IraAltruismo en la acción Envidia, rencor, celos y

avaricia de logros de acción.

Estima estable Baja estima, evidente

Figura 13.8titivo pero sólo en la acción. En reposo no será tan intolerante ni manipulador. Si no hay acción espera tranquilo como un león a la sombra. Está deseando que llegue la acción pero no se mete en competencias estratégicas o desgastes, él es-pera su momento donde sabe se lucirá y callará con la acción todas las bocas.

En reposo no hay EGO pero cuando co-mienza la acción el EGO es visible y radiante,

304 Acupuntura Natural Hígado: El Gran General

casi lo muestra presumido y sin complejos. No es irónico ni sarcástico, pero si le gus-

ta incitar a otros para que comience la acción. Sabe que es su momento y lo busca con mañas no muy ordenadas, casi infantiles. Se atribuye los logros conseguidos de manera muy viva y evidente, pero pronto se le olvidan y busca más. No reitera con lo conseguido sino es para picar a un rival es busca de más acción.

En la acción es justo y medido siempre que vaya ganando, pero si está perdiendo puede ser muy astuto y veloz ideando trampas y artima-ñas. Todo vale si con ello consigue la victoria.

Si hay un desequilibrio y se nos vemos po-seídos por nuestro Yang de hígado habrá rabia e ira visible. Daremos golpes, gritos y movimien-tos desordenados (Viento). Y toda ira en el híga-do viene por un “buen nombre” o imagen social que está siendo dañada. Gritamos para recupe-rar esa posición de prestigio que necesitamos como generales frente a los demás.

Esta rabia nos hace perder el carisma, e in-cluso comenzar a fallar en la acción donde antes no fallábamos. Y este sufrir baja la autoestima, porque el hígado proyecta una expectativa que no se cumple una y otra vez. Entonces incre-mentamos nuestra actividad y revolvemos el en-torno, causando conflictos sin sentido pero muy evidentes y visibles, casi como niños. Sólo para buscar momentos de acción donde lucir nues-tras capacidades. En este estado será cruel en la acción, sin piedad con su rival al que aplasta-rá si puede para desquitarse de esa tensión. La celebración de la victoria será exagerada. Y no descuidaremos el momento de seguir provocan-do más acción.

En la Figura 13.9 vemos una lista de defi-niciones de cómo percibimos el tiempo cuando el Yang de hígado está activado por encima del resto de subconscientes. Su forma de percibir el tiempo es de manera fragmentada pero solo lo dinámico. Son las nociones de pasado, presente y futuro puestas en orden en un corto espacio de tiempo porque se trata de la acción, del mo-mento mismo de la ejecución. Hay una capaci-dad reflexiva de gran velocidad y precisión en cuanto al control de las nociones temporales. Es

el deportista llevando el tiempo del partido. Si el hígado Yin ordena el tiempo a corto

plazo, de días o semanas, el hígado Yang lo hace sólo en la acción, lo que dure. Es más corto en su

El Gran General de espada en mano - Yang

Percepción del Tiempo

Equilibrio Desequilibrio

Visión amplia de acción Visión estrechaVisión rápida, reflejos Sin reflejos de acciónVelocidad de decisión Decisiones lentasDivisión, orden de acción Desconcierto, desordenAnticipación en la acción Sobre-anticipación

Apertura inmediata Límites rígidos,cerradosLímites flexibles Sobrepasa limites en la acción en la acción Inteligencia flexible DesmesuraTolerante en la acción Porfiado en la acciónEmpático en la acción Obcecado en la acción

Visión de posibilidades Egocéntrico en la visión en la acción de posibilidades Visión del final y No ve el final, y sigueaceptación luchando sin aceptar

YoEllos

AhoraLuego

AquíAllí

YoEllos

AhoraLuego

AquíAllí

Figura 13.9

visión, menos meticuloso pero si rápido y curio-samente eficaz a pesar de la velocidad. En este estado todo va tan rápido que ni nosotros mis-mo tenemos muy presente la estrategia a desa-rrollar, pero desde lejos sí se aprecia control en los tiempos.

Sabemos que es el hígado quien marca los

Hígado: El Gran General Acupuntura Natural 305

límites y las parcelas con las que percibo el tiempo y mi realidad; se encarga de hacernos diferenciar conceptos abstractos como el yo y el ellos, el ahora y el luego, el aquí y el allí. Si esta-mos dominados por un Yang de hígado excesivo estos conceptos abstractos se quieren, se vuel-ven permeables y nos podemos confundir con las cosas, el tiempo, el aquí y el allí. Todo queda enredado.

Algunas drogas que afectan al hígado y lo inactivan por momentos, dejan nuestra percep-ción rota y puedes confundirte con un árbol, o con una mesa u otra persona. Con esto juegan los chamanes para internarse en el descubri-miento de la realidad. Sin ir tan lejos un Yang alto de hígado nos hará perdernos en el tiempo y el espacio, haciendo muy complicado el mane-jo de la acción.

En este estado perdemos la empatía y pen-samos que los demás quieren los mismo, que todos desean el mismo objetivo, aunque este sea mío propio y a todas luces personal. Se trata de un egocentrismo no por miedo como el Yin sino por confusión.

El hígado en la teoría circular de la Mente Activa

Recordemos como en esta teoría el hígado era el generador de las expectativas. Guarda, refina, pule los conceptos, aprende, suelta al corazón el concepto. Una vez allí el corazón lo envía al cerebro quien lanza dicha expectativa sobre la realidad.

Si estamos en un desequilibro de Yin, es-tos conceptos saldrán rígidos, y si es Yang sal-drán confusas. Ambos intolerantes pero uno por miedo y el otro por desorientación. Es por esto que el hígado es fácil de ver en nuestro día a día, siendo él quien genera lo que esperamos de la realidad.

El hígado en Rueda de la Salud Aquí sabemos que se relaciona con el Dar al In-terior, el concepto de nutrición. Nuevamente

se trata de conceptos que se guardan y refinan. Produce el aprendizaje del individuo. Su mo-mento es el nacimiento, precisamente por esto de generar conceptos, y lograr con la reflexión producir siempre combinaciones nuevas. Su energía es brotante y nutritiva como el agua que hace crecer una planta.

El hígado en la Torre

Él se encarga de ordenar el presente, y anticipar todos los posibles devenires de su avance. Se refleja en la parte alta de la Planta 2ª. Además es ahí donde traduce las energía más abstrac-tas procedentes del Dan-Tien bajo para hacerlas emociones. Y estas emociones son ya capaces de interactuar con el exterior concreto de la es-pecie humana.

El hígado y el corazón

Sabemos que es el hígado quien realiza todo or-den e integra las resonancias de todo el cuerpo, ya analizadas, filtradas y refinadas. Se las pasa al corazón para que éste las bombee por todo el cuerpo. Y esta información en el corazón lo-gra un chispazo preciso que producen literal-mente los receptores en sangre que necesita el hígado. El corazón además ofrece preferencias a las señales del hígado, especialmente para aquellas que ha de enviar al cerebro. Tanto en forma de receptores en sangre como también resonancias en forma de ondas. En términos de subconscientes del Gran General y el Comer-ciante. El primero dirige y vence las batallas, y el segundo se dedica a vender al exterior lo que se conquistó.

El hígado y el bazo/páncreas

Sabemos que es el hígado el responsable de coordinar y supervisar el trabajo del bazo/pán-creas. En términos de subconscientes se trata del Gran General y el Pueblo. Su relación es muy estrecha porque es el Pueblo quien trabaja y el Gran General debe su gloría a este trabajo. El

306 Acupuntura Natural Hígado: El Gran General

bazo/páncreas produce receptores y luego el hígado los refina y les da una estructura que les hace sensibles a un tipo de resonancias. Pero sin esta materia prima el hígado tendría que traba-jar demasiado, o incluso no podría hacer nada. Por eso se ocupa en persona de que todo resulte bien. Pero si el hígado se desequilibra, volvién-dose tiránico, ya sea Yin o Yang, el primer afec-tado es el Pueblo que en algunas ocasiones ha de trabajar más y en otras desordenadamente. O incluso puede que se desconcierte y deje algo de lado sus funciones como si de una revuelta se tratara.

El hígado y el pulmón

Su relación no es tan estrecha porque el Pulmón no es un productor sino un movilizador. Por esto el hígado depende de él para hacer llegar sus resonancias. Es en el segundo corazón, allá en el Plexo Solar, donde se bombean parte de las resonancias del hígado destinadas a informar y alterar los receptores. En términos de subcons-cientes se trata del Gran General y el Abastece-dor, por lo que el pulmón es otro de los inte-grantes del servicio del Gran General.

El hígado y los riñones

Sabemos que hígado envía a los riñones sustan-cias de desechos. Espacialmente las resonan-cias negativas que no logra eliminar o integrar. Llegan a los riñones que reciben la información para ellos filtrar con su sabiduría metabólica (Cielo Anterior). Luego los desechos de ambos terminarán en la orina. En términos de subcons-cientes se trata del Gran General y la Gran Ma-dre. Si el Gran General nunca se rinde y siempre está activo pierda o gane, sólo un vacío espiri-tual en su interior le puede dejar sin ganas de seguir luchando. Pierde entonces sus objetivos y los encuentra huecos e innecesarios. La Gran Madre sostiene y ayuda en silencio al Gran Ge-neral, el guerrero que puede con todo menos contra la magia.

El hígado y el sexo

Tenemos dos tipos de sexualidad subconsciente. Una es la del goce y la otra la de la reproduc-ción. Esta última obviamente pertenece a los riñones. Y la del goce es del Gran General junto con el Emperador. Para la del Gran General es la sexualidad del premio, el triunfo de una con-quista, y por eso depende más del morbo y los estatus que rodean la situación. Por ejemplo la atracción hacia tu jefe/a, o el deseo sexual para con una estrella de la tele, o la excitación de un uniforme.

La sexualidad del Gran General de espada en mano -Yang, al tener las barreras abstractas permeables, siente posible y se excita con impo-sibles como tener un o una estrella de la tele, o el chico/a de un poster o una revista. Es la mas-turbación. Más propenso a estar siempre exci-tado, y su acto sexual es fuerte, rápido, violento y poco duradero. En desequilibrio puede haber eyaculación precoz. Y como Gran General, si está muy elevado su Yang, su EGO, siente excitación con la violación o actos de posesión agresivos. Es el Gran General que toma el sexo como una conquista merecida dada su “grandeza”.

La sexualidad del Gran General estratega -Yin, al tener las barreras más rígidas no siente atracción por ideales. Es más realista, y no se ex-cita fácilmente, necesita una historia elaborada, un morbo de estatus, una conquista merecida y larga. Es el seductor inteligente. En el acto se-xual se recrea, y dura. Si hay un desequilibrio en Yin será un ególatra que disfruta más hacien-do disfrutar. Puede ser alto tiránico y domina-dor. Pero quiere dejar su recuerdo en la persona (“buen nombre”) y se esfuerza mucho. Necesita sentirse el mejor.

La ciencia natural de la vesícula biliar

La vesícula biliar es una víscera hueca, con for-ma de ovoide o pera, muy pequeña, aproxi-madamente de entre 5 y 7 cm de diámetro. Se encuentra justo por debajo del hígado, y está

Hígado: El Gran General Acupuntura Natural 307

conectada a él, pues este le envía la bilis. Luego suelta la bilis al intestino delgado (duodeno) por la vía biliar (el conducto cístico y luego por el colédoco).

La bilis es un líquido de color pardo verduzco que tiene la función de emulsionar las grasas, produciendo microesferas y facilitando así su digestión y absorción, además de favorecer los movi-mientos intestinales, evitando así la putrefacción.

La vesícula biliar en la tradición oriental

Dado que su meridiano es el que más puntos acupunturales tiene en la cabeza, recorriendo de ma-nera muy completa, se le atribuye una relación directa con el cerebro.

Carta del frente al Emperador

Aquí le hemos dado el nombre de “carta del frente al Emperador” porque es el Yang del Gran Ge-neral y pasa por palacio. El Gran General (hígado) no informa directamente al Emperador, esto evita conflictos porque su personalidad es dominante y fuerte, puede ofender fácilmente al Emperador y eso no interesa a nadie. La forma de control del imperio es la del general recibiendo órdenes del emperador (el Yang desciende) pero no de manera presencial, sino a través de un intermediario. Y por parte del Gran General lo mismo, informa a palacio enviando un emisario. Con esto podemos entender como al Emperador le llega la información de alguna forma manipulada, suavizada, para no escandalizarlo y que esté tranquilo sin tomar medidas. Si el emperador tomara conciencia de la situación de la batalla se pondría nervioso con facilidad y estropearía la sutil inteligencia del gene-ral.

Los dolores de cabeza que muestra un Yang de hígado alto, se tratan muy bien sedando el me-ridiano de la vesícula biliar. El genio irascible del general está alterando la inocencia del emperador, quien sabe demasiado.

308 Acupuntura Natural Hígado: El Gran General