Cortapisas al ejercicio de la profesión periodística. Análisis de la situación en España (2007...

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Actas III Congreso Internacional Latina de Comunicación Social III CILCS Universidad de La Laguna, diciembre 2011 ISBN: 978-84-939337-6-0 / D.L.: TF: 1.111-2011 Página 1 Cortapisas al ejercicio de la profesión periodística. Análisis de la situación en España (2007-2011) Bernardo J. Gómez Calderón Francisco Javier Paniagua Rojano Universidad de Málaga Introducción El periodista, como cualquier otro profesional, no desarrolla su trabajo al margen de las instancias y los condicionantes que lo rodean. Muy al contrario, se encuentra sometido al influjo de numerosos actores que, por motivos más o menos espurios, tratan de mediatizar su labor: instituciones, políticos, anunciantes, las propias empresas informativas… Todos aspiran a intervenir en el proceso de elaboración de las noticias, de modo que éstas no resulten lesivas para sus intereses. Con frecuencia, tratan de que su punto de vista aparezca convenientemente reflejado en el discurso periodístico, y si esto no es posible, de cercenar dicho discurso, hurtando a la opinión pública el conocimiento de asuntos de relevancia social. Esto, que por desgracia vale para casi cualquier sistema de medios del mundo, parece acentuarse en el caso de España. Nuestro país dispone de una estructura informativa de tipo pluralista polarizado, en la que las fronteras entre la noticia y el comentario se difuminan y la prensa, escrita y audiovisual, mantiene una orientación ideológico-partidista muy marcada, que fundamenta buena parte de su éxito de audiencia 1 . El sesgo pronunciado de los contenidos, animado desde las instancias empresariales, favorece la distorsión de la actualidad informativa. En esta comunicación se presentan datos procedentes de cuestionarios respondidos por periodistas españoles en activo durante los últimos cinco años, que revelan la existencia de cortapisas a su labor desde el punto de vista de la independencia informativa. 1 Vid. Hallin y Mancini, 2008. Se trata de un sistema propio de países del entorno mediterráneo, identificado también en los casos de Francia, Grecia y Portugal.

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Cortapisas al ejercicio de la profesión periodística. Análisis de

la situación en España (2007-2011)

Bernardo J. Gómez Calderón

Francisco Javier Paniagua Rojano

Universidad de Málaga

Introducción

El periodista, como cualquier otro profesional, no desarrolla su trabajo al

margen de las instancias y los condicionantes que lo rodean. Muy al contrario,

se encuentra sometido al influjo de numerosos actores que, por motivos más o

menos espurios, tratan de mediatizar su labor: instituciones, políticos,

anunciantes, las propias empresas informativas… Todos aspiran a intervenir en

el proceso de elaboración de las noticias, de modo que éstas no resulten

lesivas para sus intereses. Con frecuencia, tratan de que su punto de vista

aparezca convenientemente reflejado en el discurso periodístico, y si esto no

es posible, de cercenar dicho discurso, hurtando a la opinión pública el

conocimiento de asuntos de relevancia social.

Esto, que por desgracia vale para casi cualquier sistema de medios del mundo,

parece acentuarse en el caso de España. Nuestro país dispone de una

estructura informativa de tipo pluralista polarizado, en la que las fronteras entre

la noticia y el comentario se difuminan y la prensa, escrita y audiovisual,

mantiene una orientación ideológico-partidista muy marcada, que fundamenta

buena parte de su éxito de audiencia1. El sesgo pronunciado de los contenidos,

animado desde las instancias empresariales, favorece la distorsión de la

actualidad informativa.

En esta comunicación se presentan datos procedentes de cuestionarios

respondidos por periodistas españoles en activo durante los últimos cinco años,

que revelan la existencia de cortapisas a su labor desde el punto de vista de la

independencia informativa.

1 Vid. Hallin y Mancini, 2008. Se trata de un sistema propio de países del entorno mediterráneo,

identificado también en los casos de Francia, Grecia y Portugal.

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Se trata de una vertiente del ejercicio profesional atendida hasta ahora sólo de

modo tangencial por la investigación académica. El primer trabajo que se

ocupa de ella es el de Diezhandino, Bezunartea y Coca (1994), en el que los

periodistas valoran con 7,19 puntos sobre 10 el nivel de independencia con el

que realizan sus tareas. Un poco más adelante, García de Cortázar y García de

León (2000) plasman ya, a partir de 660 entrevistas a profesionales, la idea de

que la relación existente entre los periodistas y el poder es demasiado

estrecha, con los condicionamientos que ello acarrea; y Canel, Rodríguez y

Sánchez (2000) ponen de manifiesto cómo las presiones desde diversas

instancias se dejan sentir cada vez con más fuerza en el trabajo diario de los

informadores2. El problema, a medida que avanzaba la década, se ha

agudizado.

Metodología

Los autores vienen colaborando, desde el año 2005, en la elaboración de una

encuesta de identidad entre los periodistas en activo integrados en la

Federación Española de Asociaciones de la Prensa (FAPE), que traza un

panorama esclarecedor sobre las condiciones en que éstos ejercen su

profesión3.

Entre otras cuestiones, se abordan las características sociodemográficas de los

sujetos, su situación laboral (medio en el que trabajan, antigüedad, tipo de

contrato, categoría, modalidad de empresa), su nivel de satisfacción

(retribuciones, precariedad, expectativas de cambio), la evolución del entorno

(disfunciones, programas o contenidos que perjudican la imagen de los

periodistas, ética por áreas informativas) y una valoración general de los

medios españoles y de la formación recibida en las Facultades de Ciencias de

la Comunicación o la Información. Además, el cuestionario se ocupa de la

percepción que los entrevistados tienen de su grado de independencia, así

2 En una escala del 1 al 6, los periodistas puntúan con un 4,3 las presiones de la propia

empresa, con un 3,7 las de los jefes, con un 3,3 las de los anunciantes, con un 3,1 las de los políticos, con un 3 las de los gobiernos y con un 1,8 las de los sindicatos. 3 Vid. FARIAS, P. (dir.) (2005-2011): Informe anual de la profesión periodística. Madrid:

Asociación de la Prensa de Madrid.

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como del tipo de instancias que con mayor frecuencia interfieren en ellas, que

son las variables que nos interesan aquí.

A continuación se especifican las poblaciones de referencia de cada estudio y

las muestras seleccionadas4:

T1 Fecha

Universo (número de individuos)

Muestra (número de individuos)

Encuesta 2007 7.732 1.000

Encuesta 2008 12.412 1.000

Encuesta 2009 12.412 1.000

Encuesta 2010 12.412 1.000

Encuesta 2011 15.073 1.001

Resultados

Sobre la autonomía profesional

El nivel de autonomía con que ejercen su labor es uno de los aspectos a los

que los periodistas españoles conceden mayor importancia. Por autonomía se

entiende la facultad para decidir sobre qué temas se informa, las fuentes a que

se recurre, el punto de vista que se adopta a la hora de presentar los datos e,

incluso, el emplazamiento de las informaciones, en el caso de medios

impresos, o su ubicación en la agenda, en el caso de los audiovisuales.

De acuerdo con los datos de la encuesta de 2011, dicha capacidad obtiene una

valoración de 4,3 puntos en una escala del 1 al 5, por delante de cuestiones

como el salario, las posibilidades de promoción dentro de la empresa o la

capacidad para influir en los asuntos públicos:

T2 Importancia de aspectos vinculados a la vida laboral (2011)

Muy poco importante

Poco importante

Indife-rente

Importante Muy importante

Ns/nc Valor medio

% % % % % %

Conciliación vida laboral y familiar 0,9 3,1 6,2 29,2 60,6 0 4,5

Capacidad para desarrollar todas las habilidades y los conocimientos

0,1 1,5 4,4 35,3 58,7 0 4,5

Seguridad laboral 0,5 3,3 6,8 34,1 55,2 0,1 4,4

Posibilidad de ayudar a las personas 0,3 1,9 6,8 41,4 49,3 0,4 4,4

Grado de autonomía 0,5 2,2 6,6 44,2 46,5 0,1 4,3

Salario 0,2 1,9 7,8 59,1 31,0 0 4,2

4 Todas las tablas y gráficos incluidos en esta comunicación proceden de las sucesivas

encuestas elaboradas para el Informe anual, y son de elaboración propia.

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Beneficios complementarios 2,3 7,3 14,9 47,3 26,5 1,8 3,9

Posibilidad de desarrollar una especialidad

1,3 8,4 17,7 48,9 23,5 0,3 3,9

Posibilidad de ascender en su carrera 2,3 7,1 17,9 43,3 29,5 0 3,9

Política editorial de la organización 3,3 9,3 17,4 42,6 26,1 1,4 3,8

Posibilidad de influir en asuntos públicos

4,6 14,9 23,4 39,3 17,2 0,7 3,5

Cuestión diferente es la conformidad con el grado de independencia del que,

en la práctica, se dispone. En este caso, la marca desciende casi un punto

(3,7). Aun así, parece el aspecto que menos insatisfacción genera entre los

encuestados, frente a la estabilidad laboral, las condiciones salariales o las

opciones de ascenso, entre otros:

T3 Conformidad con los aspectos vinculados a la vida laboral (2011)

Muy disconforme

Discon-forme

Indife-rente

Conforme Muy conforme

Ns/nc Valor medio

% % % % % %

Grado de autonomía 4,5 13,2 14,4 44,8 22,9 0,3 3,7

Posibilidad de ayudar a las personas 4,0 14,3 16,9 46,6 17,5 0,8 3,6

Capacidad para desarrollar todas las habilidades y los conocimientos

4,8 19,6 13,4 44,2 17,9 0,2 3,5

Seguridad laboral 8,8 15,4 12,1 41,3 21,5 1,0 3,5

Política editorial de la organización 7,3 15,9 22,0 38,7 13,7 2,5 3,4

Conciliación vida laboral y familiar 8,1 16,9 14,7 43,0 17,1 0,3 3,4

Posibilidad de desarrollar una especialidad

6,6 17,4 20,2 41,6 13,5 0,8 3,4

Salario 8,2 23,9 16,7 42,6 8,4 0,3 3,2

Beneficios complementarios 7,8 20,6 19,2 41,2 9,0 2,3 3,2

Posibilidad de influir en asuntos públicos

9,5 16,6 28,4 35,2 8,8 1,6 3,2

Posibilidad de ascender en su carrera 11,5 24,4 20,6 33,5 9,4 0,7 3,0

En consonancia con lo anterior, y profundizando en los aspectos en los que se

materializa la autonomía profesional, la libertad de la que aseguran gozar los

periodistas españoles en cuanto a la selección de noticias y enfoques obtiene

promedios discretos, que, además, decrecen con el paso del tiempo5:

5 En el Informe anual de la profesión periodística 2010, los valores medios eran superiores en

una décima.

T4 Grado de libertad del que disfruta en su medio para… (2011)

No tengo libertad

Poca Ni mucha ni poca

Bastante Completa libertad

Ns/nc Media

% % % % % %

Decidir qué aspectos enfatizar de una noticia

4,0 8,3 18,8 37,8 29,3 1,9 3,8

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No debe extrañar, por tanto, que la falta de independencia figure como la

principal disfunción del periodismo en nuestro país, tal y como señala el 43,6

por ciento de los entrevistados (datos de 2011), frente a la precariedad o el

intrusismo, tradicionales bestias negras de la profesión que, pese al momento

de inestabilidad económica por el que atravesamos, parece preocupar hoy a

los asociados a la FAPE menos que hace unos años:

T5 Principales problemas de la profesión periodística (2011) –respuesta múltiple–

%

Falta de independencia/ libertad/servilismo/presiones 43,6

Precariedad laboral 41,8

Intrusismo 26,7

Salarios 22,1

Paro e inestabilidad laboral 21,8

Sobre las presiones

Uno de los aspectos más perturbadores para los profesionales del periodismo

es el de las presiones, que tratan de mediatizar la elaboración de la agenda,

hurtando al periodista su condición de intérprete de la realidad. No obstante, el

propio sistema de medios ya cercena, a priori, la iniciativa de los redactores6.

En este sentido, el análisis diacrónico de los datos que proporcionan las

sucesivas encuestas analizadas aquí ofrece un panorama, cuando menos,

preocupante. El intervencionismo en las tareas informativas no sólo no decrece

según los asociados a la FAPE, sino que aumenta paulatinamente, adquiriendo

en la actualidad dimensiones casi generalizadas:

6 La prensa dispone de escaso control sobre el repertorio de asuntos sobre los que informa,

como pone de manifiesto Diezhandino (2005: 60). De acuerdo con un análisis pormenorizado de trece diarios nacionales, regionales y provinciales, el 90,1 por ciento de las noticias publicadas se generan por iniciativa de las fuentes.

Elegir el tema en el que trabajar

7,6 10,0

19,6 29,7 31,4 1,8 3,7

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De este modo, el 65,1 por ciento de los periodistas españoles asegura haber

sufrido injerencias externas al menos en una ocasión durante el último año, en

relación con los contenidos que pretendía abordar o, sobre todo, con la óptica

desde la que consideraba oportuno presentarlos. Lo grave es que en 2010, al

igual que en ejercicios anteriores, dicha proporción resultaba

considerablemente menor:

T6 ¿Ha recibido presiones en su ejercicio profesional? (2007-2011) (%)

2011 2010 2009 2008 2007

Sí, en múltiples ocasiones 8,1 7,7 10,9 13,1 8,1

Sí, varias veces 29,8 24,5 24,4 24,0 23,4

Sí, en pocas ocasiones 27,1 22,8 22,1 20,1 24,3

No, nunca 34,9 44,8 42,4 42,8 43,9

Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0

Estamos asistiendo, por tanto, a un recrudecimiento del intervencionismo

informativo cuyos primeros damnificados, como es lógico, son los periodistas,

pero que tiene una repercusión mucho mayor, en la medida en que todo

condicionamiento de la labor de los medios afecta a la configuración de la

opinión pública, y por tanto, al conjunto de la sociedad, que de este modo

adquiere una percepción distorsionada de la realidad.

Por desgracia, el número de actores que tratan de intervenir en los procesos de

gatekeeping y framing, esto es, en la selección y el enfoque de las noticias, es

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elevado. La propia empresa es la instancia que ejerce presión sobre los

profesionales de manera más habitual (32,7 por ciento de respuestas en 2011).

También resulta notable el promedio cosechado por la clase política (24,7), así

como el de los anunciantes (12,7), el de corporaciones ajenas al medio (11,9) y

el de representantes de instituciones (10,7 por ciento).

Con respecto al año anterior, han crecido los porcentajes correspondientes a

los políticos, los anunciantes, las empresas externas y los organismos públicos,

como puede comprobarse en la tabla siguiente:

T7 Procedencia de las presiones (2010-2011) –respuesta múltiple–

% %

2011 2010

De su empresa o jefe 32,7 37,7

De instancias políticas 24,7 23,3

De los anunciantes 12,7 10,9

De instancias empresariales externas 11,9 8,3

De representantes de las instituciones públicas 10,7 4,4

De otros grupos de presión 7,1 1,8

Ns/nc 0,3 0,4

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Llama la atención que, en época de crisis, no sean los anunciantes, principal

sostén económico de los medios de comunicación, quienes pongan mayor

empeño en mediatizar la labor de los periodistas, sino aquellos que administran

dichos medios. Cabe imaginar, no obstante, que buena parte de las directrices

que emanan de los órganos rectores están relacionadas con los deseos y

necesidades de las compañías que utilizan la cadena, la publicación o el canal

en cuestión como vehículo publicitario, y así se deduce de las respuestas

dadas por muchos de los entrevistados. Del mismo modo, las injerencias de los

propietarios tienen un inevitable sesgo económico en la medida en que muchas

de las empresas de comunicación forman parte de grupos multimedia, con

intereses comerciales diversificados que se tratan de satisfacer a través del

suministro de noticias interesadas.

Y por otro lado, es comprensible el grado de intervencionismo detectado en el

caso de la clase política, toda vez que el sistema informativo español adolece

de una imbricación muy acusada entre los medios, los partidos y determinadas

instituciones de la sociedad civil, del tipo sindicatos o grupos religiosos7. Como

advierte Casero (2009), “entre la profesión periodística y los actores políticos se

producen, constantemente, numerosas y diversas relaciones basadas en el

intercambio y la negociación, buena parte de ellas orientadas hacia la

búsqueda de la influencia social”. El resultado de esto es que “la independencia

del profesional (…) desaparece y se sustituye por la [actuación] de un

informador que muestra su adhesión, a veces descarada, al partido de turno”

(Labio, 2002).

Finalmente, y como corolario de todo lo anterior, se constata que las

condiciones en que los periodistas españoles tienen que ejercer su profesión,

por lo que a la independencia se refiere, son deficientes y no progresan con el

paso del tiempo. En una escala del 1 al 10, siendo 10 la referencia más alta, no

se alcanza el aprobado: la media oscila entre 4,6 y 4,3 entre el estudio de 2008

y el de 2011.

T8 Valoración del grado de independencia de los periodistas españoles (2008-2011)

% % % %

7 Se trata del fenómeno denominado “paralelismo político” (vid. Hallin y Mancini: 2008, 20).

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2011 2011 2010 2010 2009 2009 2008 2008

1 36 3,6 75 7,5 70 7,0 69 6,9

2 84 8,4 78 7,8 71 7,1 82 8,2

3 151 15,1 155 15,5 137 13,7 135 13,5

4 181 18,1 177 17,7 170 17,0 142 14,2

5 228 22,8 234 23,4 230 23,0 223 22,3

6 178 17,8 161 16,1 155 15,5 182 18,2

7 83 8,3 65 6,5 92 9,2 103 10,3

8 32 3,2 24 2,4 41 4,1 41 4,1

9 6 0,6 3 0,3 4 0,4 10 1,0

10 1 0,1 1 0,1 6 0,6 5 0,5

No sabe 21 2,1 27 2,7 24 2,4 8 0,8

Puntuación media sobre 10 4,6 4,3 4,6 4,6

Conclusiones

El periodismo exige, para su correcta materialización, un entorno respetuoso

con los criterios de noticiabilidad y servicio público. ¿Se encuentra nuestro país

en condiciones de procurar dicho entorno a los profesionales de la

información? Su propia percepción parece delatar que no, si bien con matices.

Aunque para determinadas tareas, el grado de autonomía se antoja suficiente

(vid. T4), la impresión general transmitida por los periodistas es que existe una

excesiva mediatización por parte de las instancias empresariales y políticas,

que además se incrementa con el paso del tiempo. Y el nivel de satisfacción

con las cotas de independencia en que los informadores se ven obligados a

desarrollar su trabajo es pobre.

Nos encontramos próximos a ese escenario de “desprofesionalización” del

oficio apuntado por Diezhandino (2005: 54), en el que la función de intérprete y

verificador de la actualidad que en teoría tiene asignada el periodista deja paso

a la de mera correa de transmisión de los poderes fácticos, que se sirven de los

medios para trasladar a la opinión púbica su discurso sesgado. Su papel de

instancia crítica, de “contrapoder”, se habría difuminado (Labio, 2002).

Urge, por tanto, plantearse de qué manera se puede garantizar un respeto

generalizado a su labor, y en ello están implicados los propios profesionales,

las empresas y todas aquellas instituciones que funcionan en contacto con el

sistema informativo.

Fuentes

Actas – III Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – III CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2011

ISBN: 978-84-939337-6-0 / D.L.: TF: 1.111-2011 Página 10

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