0 III. Núm. XXVIII. Espana Moderna - Forgotten Books

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0 III . N ÚM . XXVIII .

ESPA N A M O D ER NA

(REVISTA IBEROA MERICANA)

D I R E C T O R P R O P I E T A R I O : J . L Á Z A R O

A BR I L—1 89 1

MA DRID

IMPRENTA DE ANTON IO PEREZ DUBRULL

Flor Baja , 22

Para la reproducción d e los articulos

comprend id os en el presente tomo es

ind ispensable elperm iso d el D irector d eL A ESPANA MODER NA .

Seowon Española.

CA RTA S A L SR . D . JU A N VA L ER A

SOBRE A SUNTOS A MER ICA NOS .

L A C IV IL I Z AC IÓN EN EL E C U AD OR .

resp etado señor mío En mi carta de 20 de

'N Diciembre ofrecí á V . hablarle del estado de lacivilización en esta República

,y del movimiento

literario que en ella se viene observando de 1868 para acá .

Voy,pues

,ahacerlo , siquiera sea brevemente , animado

por la esperanza de que , dirigiéndome apersona tan conspicua como lo es V . , quizá mis cartas sean le ídas en Europa , y contribuyan acorregir algo el errado conceptoque al lá se tiene de los ecuatorianos .

No crea V . que , forzado por el amor patrio ,voy a

bañar a mi pueblo en agua de rosas y á ceñirle la s sienesde corona de oro ; no , señor ¡no faltaría más para quetodos se riesen de mi ! Muy atrasados andamos por aquí ,l o confieso pero por mucho que lo estemos , no es a talpunto que seamos dignos del vituperio con que suelen tratam os los que no nos hallan a la altura aque han llegado

6 LA ESPANA MODERNA .

otros pueblos más viejos o más fel ices . Relativamente,no

es poco lo que hemos adelantado .Hemos hechoy continuamos haciendo lo que es posible , dadas las condiciones dela naturaleza del país y otras que nos dej aron nuestrosabuelos o que pertenecen a nuestra propia naturalezamoral . En fm hoy reshalando

,mañana cayendo

,y luchan

do siempre Conmil obstáculos , graves losmás ,es lo cierto

que vamos adelantando .

La naturaleza del país,he dicho y

,en efecto

,es pre

ciso conocer el Ecuador para penetrar lo que es ella yapreciar cuánto vale cada triunfo sobre ella . Tan variada

,

tan rica y exuberante,tan hermosa y poética

,en muchas

cosas que constituyen su belleza misma nos presenta lasdiñcultades que a veces nos desesperan . Necesitamos

,

por ej emplo,caminos para ponernos en fácil contacto con

el mundo,y mire V . si en estas deliciosas altiplanicies

andinas,será cosa que tengamos en un dos por tres ferro

carriles que salven abismos es tupendos , y trepen montañas junto a las cuales los A lpes y los A peninos son juguetes. En la costa no hay estos inconvenientes pero el

clima ! En las serranías,la naturaleza nos tiene aprisiona

dos entre montañas y volcanes , ríos precipitados y abismos de p rofundidad hiperbólica ,

con l os cuales nos impide aprovechar las riquezas que nos brinda ; en la costanos dej a expeditos los caminos terrestres y fluviales

,mas

en cambio de perseguim os amuerte con sus fiebres y sustisis . Con todo

,como el deseo de las r iquezas es más po

deroso que la muerte,y el trabaj o inteligente y honrado

halla gran remuneración en esas tierras fértiles y vecinasal mar

,Guayaquil es la parte de la República que más

ha progresado .

O tras de las causas que nos han impedido adelantar,

son las revoluciones y los malos Gobiernos —esas revo

CARTAS A D . juA N VALERA . 7

luciones hij as de las ambiciones personales ; esos Gohiernos que ha sido preciso derrocar por medio de revoluciones. Esto quiere decir que no todas ellas han sido injustiñcables. Hemos tenido trastornos políticos que han puestola N ación en agonía , y Gobiernos que le han traído gravesmales iguales , s i no peores , que los producidos por aquellos . El día que pudiéramos decir c L as revoluciones sonimposibles en nuestra patria

,y nuestros Gobiernos son

siempre patri ó ticos y justos » tendríamos puesta una

pica en Flandes en materia de progreso y civil ización ysi al propósit o de dej ar de ser revol tosos , añadiéramos e lde ser cuer dos en la política , sin meternos en novelerías

peligrosas,O cuando menos estériles para el b ien ,

deseguro que entraríamos con pie firme en el cainino de lasluces y la prosperidad . Tal cual vez la revolución ha sidonecesaria para salvar la República : por ej emplo

,en 1 85 9

fué indispensable oponerla á los militares que tratabande entregar al enemigo ext ranj ero gran par te del territorio nacional y en 1 88 ¿ que otro remedio quedabas ino el levantamiento de los pueblo s contra otro m ilitarque con su bárb ara dictadura los arrast rab a a la ruinay al descrédito ? Pero por justa que sea una revolución

,

mientras ell a domina no se progresa, y luego dej a conse

cuencias nada buenas que duran largo tiempo . Sucedelo que con el cáusti co que se aplica al enfermo ; le salva ,

pero le debili ta e impide por muchos días el l ibre movimiento de sus miembros . No se hace sino cambiar la enfermedad que debió rematar en muerte con la que deberematar en s alud .

Cerrada la época gloriosa pero sangrienta,de la lucha

por la emancipación ,nuestros pueblos quedaron anémi

Cos, debil i tados ,

en postración lamentable,y cuando la

paz y el orden eran absolutamente necesarios para que

8 LA ESPANA MODERNA .

convalecieran, y , robustecidos , trabajaran en la realiza

ción de los propósitos de quienes movieron y consumaron la gigante revolución

,el demonio de la ambición

,las

rencillas y la venganza abrió la era de l as guerras intestinas , que tantos y tan crueles daños han causado a laA mérica española .

Con todo , el progreso es Visible y en algunas republicas sorprendente ; y cuanto el Ecuador mismo ha ade

lantado , apesar de los obstáculos antedichos , esmuy notable

,y hace comprender al observador lo mucho más

que sin ellos habría alcanzado en civil iz ación . Hasta losindi os

,si bien la mayor parte es todavía víctima de in

fausta suerte , según dij e aV . en otra carta,cuentan con

no pocas familias que han mejorado de condición ya hayindios propietarios consagrados a la agricultura porcuenta propia ; otros se dedican al comercio de productos del país , llevándolos de provincia a provincia , o biense emplean en el porteo de mercaderías extranj eras delos pueblos li torales a los serraniegos muchos trabaj anlibremente en oficios mecánicos , para los cual es suelentenerbuenas aptitudes todo lo cual va sacándolos de suantigua miseria y abyección . D ifundese también entreellos la lectura y escritura

,y la repugnancia de que sus

hij o s concurran a las escuelas ya no existe sino en losindios que habitan los campos distantes de los centros depoblación

,y puntos de la cordillera desiertos y frígidos

por extremo . Eso sí , estos indios por desgracia , son engran número .

Los mestizos abundan en esta República llámaselos

cholos , si moran en las ciudades , y chag ras , si en las aldeas 6 campos . Los pr imeros se dan de preferencia a lasartes mecánicas

,y los segundos ala agricultura , sin que

falten entre unos y otros quienes se añcionen al comer

CARTAS A o . juA N VALERA . 9

cio . En unos y otros también hay empeño en que sus hl]0$aprendan a l eer , escribir y contar . N o es difíci l hallarentre esta gente individuos que a fuerza de trabaj o yhonradez han acumulado regulares bienes de fortuna , yhasta se han enriquecido . Sus hij os concurren a los colegios y universidades y optan grados académicos . Unavez ilustrados

,son acogidos en la buena sociedad

,y aca

ban por mezclar su sangre con la de la aristocracia . D e

este modo,nuestra sociedad va acostumbrándose aapre

ciar el mérito fundado en la acertada dir ección de la inteligencia , en e l trabaj o y las prendas morales , más queel mérito mal arraigado tan sólo en la pureza de la sangre ó en antiguos blasones .

La parte de los ecuatorianos de origen español más ómenos puro

,que es sin duda la parte menor , j unto con

otra porción de la clase social anterior , s e ha apresuradoa acoger las luces

,y el orden y pulcri tud de l as costum

bres de los europeos . Si los extranj eros que nos visi tanse fij an sólo en los indios y mestizos , ó en aquella agrupación de éstos que fluctúa entre las sombras de ayer ylas luces de hoy , han de hallar naturalmente ancha telaen que emplear las tij eras de la crítica pero si detienenlos oj os en el grupo que ha entrado de ll eno en el caminode nuevos y serios estudios

,de la reforma de las costum

bres , de la cortesanía en el trato social , del buen gustoen las habitaciones

,el vestido y la mesa

,etc .

,a fe que

habrán de convenir en que no estamos a muchas leguasde distancia de la cultura europea . Y en este grupo deberian fij arse de preferencia

,puesto que en él están los

que estudian y leen,l os li t eratos

,los poetas , l os periodis

tas , l os artistas , los que componen e lpersonal del Gohi erno

,la legislatura y los tribunales

,los que explotan las

riquezas del país,los que dan vida al comercio , etc .

, etc .

IO LA ESPANA MODERNA .

De este grupo descienden las luces,siquier a sea lenta

mente , sobre los demás él les comunica el movimientoregenerador que va sacándolos de la prostración del semisalvaj ismo ala civil ización . Injustos por extremo se muestran los que nos juzgan mal . No queremos que se echevelo ninguno sobre nuestros defectos y faltas pero tampoco gustamos de que , por ignorancia ó por mala voluntad , se nos niegue lo bueno que tenemos . Sería conveniente , además , que nuestros censores extranj erosechasen una mirada al fondo de su casa ; quizá dirían ,aunque sea a regañadientes : “ ¡A h ! si penetrasen enella los americanos

,a quienes nada queremos disimular ,

¡cuanto trapo sucio encontrarían ! Y ellos son niños deayer

,en tanto que nosotros somos viej os seculares .

Cuando estábamos en su edad, ¿ qué éramos nosotros ? .

Voy a permitirme hacer algunos recuerdos y comp araciones de tiempo a tiempo , para que en vista de ellosse pueda apreciar con más acierto los adelantos del Ecuador . En pie todavía los usos y costumbres de la colonia ,

y aun muchas de sus leyes, a pesar de la emancipación ,

el ministro general de Estado,D . j osé Félix Valdivieso

presentaba la Exóosicio' rz de los diversos ramos quec orrían asu cargo al primer Congreso consti tucional en1 83 1 y en ella habla poquísimo sobre instrucción pública

,y eso para dejar traslucir la postración casi abso

luta en que se hallaba . No determina el número de escuelas y alumnos sin embargo

,se sabe que eran bien

pocos,y que las primeras eran todas privadas

,por cuanto

se sostenían con un miserable estipendio que pagabacada padre de familia por el hij o 6 hij os que enviaba aellas . Las escuelas des tinadas exclusivamente a las niñaseran desconocidas

,y si éstas aprendían a leer

,escribir

y rezar , lo único que se les enseñaba ,lo hacían en los

CARTAS A 0 . JUAN VALERA . 1 1

establecimientos del o tro sexo . Las personas pudientespagaban maestros o maest ras que les enseñasen a dom icil io . ¡Y qué manera de enseñanza para niños y niñas , asíen l a escuela como en la casa ! N o había más textos quel a Carti lla y el Catón la pizarra era desconocida y elpapel carísimo

,y se los suplía

,a l o menos para las pri

meras lecciones de escri tura,con pencas de maguey

bien con tablas,en que se espolvoreaba arena para trazar

en ella letras y números con un palito ; el método empleado por el maestro corría parej as con esos utens il iosno se conocía estímulo ninguno para el discípulo ,

no serl o que llamaban palco , y era la nota que e lmaestro apuntaba por cada buena lección para perdonar los látigosó disminuir su número la máxima suprema que sinteti

zaba el régimen pedagógico era l a de la letra con san

g re entra .

D . Vicente Rocafuerte , que fué uno de los mejoresPresidentes que ha tenido el Ecuador , tomó vivo empeñoen favor de la Instrucción públ ica , y dio el primer R eg la

mento para organizarla y me todizarla . A beneficio delimpulso dado por él , D . Francisco M arcos

,ministro de

Estado en el segundo período presidencial del generalD . Juan José Flores , pudo ya , a principios de 1 84 1 ,

darun informe algo circunstanciado

,aunque nada halagueño

todavía , de nuestas escuelas y nues tros co legios . Había,

pues , ¡ 3 9 de las primeras ( las más privadas ) paraalumnos , y 3 1 para 546 educandas . D e estas escuelaseran públicas sólo 5 . ¡Qué triste exigíiidad de cifras !¡y qué lamentable desigualdad contra las niñas ! Contodo

,busquemos algún consuelo en la idea de que en

esas sumas no entraban los niños y niñas que tenían en

señanza en sus propias casas .

Hasta 184 5 la instrucción pública se mantuvo poco

12 LA ESPANA MODERNA .

más o menos en el mismo pie . La revolución de este año,

una de l as más recias y trascendentales que han sacudidola República , traj o un orden de cosas en que l a afición ala pol ítica dominó de preferencia en todos los ánimos

,y

el Gobierno y las l egislaturas se acordaron bien pocode la educación li teraria y científica de nuestra sociedad .

El resultado se echa de ver en l a M emoria del minister io presentada al Congreso de 1 85 3 hallamos diminución en vez de aumento en el número de niños y niñasque concurrían a las escuelas , pues los primeros no pas aban de y las segundas de 4 2 2 .

Tres años después,al cesar el gobierno del genera l

U rbina , no obstante los graves defectos de que adoleCió y merced a la paz que disfrutó la República ,

el ministro del ramo pudo ufanarse del incremento que habíantomado las escuelas contábanse entonces niños y

niñas que concurr ían a ellas .

En los dos años que Huró el gobierno del general R obles

,hubo también aumento en el número de alumnos

,

pues ascendió amás de diez mil ; pero baj ó el de las educandas

,que no llegó a dos mil .

A quel General no term inó su período estallaron re e

voluc iones,y l a situación se complicó horriblemente con

la guerra que nos traj o el Perú . Pocas veces se ha vistoel Ecuador en más graves conflictos . Entonces nadie se

acordó de la instrucciónpública,sino de pelear . Los con

tendientes eran,por una parte , U rbina , Robles y Franco ,

r epresentantes del militarismo , y al fin sólo Franco , rudoy semisalvaje soldado de quien se sirvió el peruano Castilla para hacer surgir sus pretensiones contra el Ecuador ; por otra parte , las revoluciones del interior , queestablecieron su Gobierno provisional en Quito , y puededecirse que eran la encarnación del patriotismo , y l ucha

CARTAS A o . juA N VALERA . 13

ban desesperadamente por salvar los intereses y la honra de la Nación . García M oreno era e l alma de este partido . A l cabo de dos años de intrigas , discordias , caídasy levantadas

,y numerosos combates y el famoso paso

del Estero Salado , triunfó la causa nacional , y GarcíaMoreno fué elegido presidente de l a República en Enerode 186 1 . El nuevo magistrado arrimó valerosamente elhombro ala ardua empresa de reconstituirla y regene

rarla empresa tanto más ardua , cuanto , no sólo cousist ía en remover escombros para edificar de nuevo

,sino

en continuar luchando al mismo tiempo contra otras yotras revoluciones

,promovidas por U rb ina y sus parti

darios,y en sostener dos guerras internacionales que , por

añadidura,nos fueron adversas . Las fuerzas del coloso

se extendían por todas partes y alcanzaban para todo .

Su actividad era vertiginosa y su brazo de hierro ; nadale acobardaba , y si era preciso regar sangr e para llevaradelante su obra patriótica ,

regábala sin vacilar . Cayóel mil itarismo que tantos daños causara en los años anteriores ; se acentuó la política de los partidos , que tomaronpor base ideas y principios , y ya no los nombres de loscaudil los se emprendió una multi tud de reformas útiles ,y en general la sociedad ecuatoriana toda recibió tan poderoso impulso hacia el progreso ,

que las per turbacionesque han venido después—el asesinato mismo del grandehombre /

y la dictadura de Veintemilla no han sidop arte aque el Ecuador retroceda se ha visto al as vecesen la necesidad de acortar el paso

,aun se ha detenido ;

p ero ha conservado sus conquis tas .

Uno de los anhelos de García M oreno era levantar lainstrucción pública hasta donde fuese posible : pero enlos cuatro años que duró su primera presidencia ,

lasconmociones intes tinas y las guerras con enemigos de

14 LA ESPANA MODERNA .

fuera absorbieron la mayor parte de las rentas que pudieron haberse empleado en proporcionar luces al pueblo ; además , una ley inconsul ta coartaba la acción delPoder ejecutivo en materia de escuelas y colegios . A sí,

pues,al cerrarse aquel período , el estado de dichos es

tablecimientos no fué muy satisfactorio . Dos años después

, a l a caída del gobierno del Sr . Carrión,apenas se

contaban alumnos de ambos sexos en toda la República en 1 87 1 había cerca de En este año llévaha la Nación dos de venir sintiendo el nuevo impulsobenéñco de García M oreno , cuya segunda presidenciahabía comenzado en 1869. En 1 87 3 el ministerio informaba a las Cámaras legislativas que se habían multiplicado las escuelas y se contaban en ellas niños yniñas . En 1 87 5 sub ía este número a La M emoria

del ministerio presentada al Congreso de 1 880 no dabastante luz para juzgar el estado de las escuelas baj o l adominación

,que no gobierno del general Veintemilla ;

pero,en verdad

,no decayeron tanto como era de te

merse . En los diez y seis meses de guerra cruda y sangrienta emprendida para derrocar aquel odioso poder ,apenas se sostuvo la instrucción pública . R establecido elorden y organizado el nuevo Gobierno , volvió a tomarimpulso tan importante ramo , y siempre avanzando yavanzando

,en 1 888 los niños de ambos sexos que tenían

maestros y maestras en numerosas escuelas,eran

El empeño de ilustrar á los niños y j óvenes crece cadadía de parte del Gobierno ,

lasmummpalidades y los padres de familia ,

y es de esperarse que el Congreso , muypróximo ya areunirse , sea informado del mayor adelantode los establecimientos de enseñanza en los dos últimosaños

,que han sido de paz y orden s i bien nada favorables

al Erario .

CARTAS A 0 . J UAN VALERA . 1 5

Los “ coleg ios y l as universidades han pasado por lasmismas vicisitudes que las escuelas quizá han sufri dopruebas más rudas . La libertad de es tudios en los gobiernos de los generales U rbina y Veintemil la fué desastrosapara la j uventud . Veintemilla , además , como gus taba deponer la mano en todo

,quiso hacer de la U niversidad cen

tral un elemento de su política , y re cabó del Congreso unaley que conculcaba los de rechos de los profesores ; éstosdejaron sus cátedras en cuanto el gobierno ,

de propietarios de ellas los pasó a l a calidad de interinos ; los estudiantes protestaron aunque moderadamente ; persiguiólos el d ictador

,hizo prender amuchos aquienes encerró

en la Penitenciaría ,y so pretexto de hacerles enseñar

ej erc1Cws militares , los suj etó aun tratamiento duro yhum il l ante .Veintemilla había sembrado en terreno fecundo los j óvenes , de luego a luego ,

contribuyeron de manera efi caz a derribarlo .

En resumen : de 1 83 0 para acá se han multipli cado lasescuelas y colegios y ha m ejorado mucho la enseñanzaprimaria

,secundaria y superior . Casi no hay aldea en

que no se enseñen las primeras letras . Entrando en cuentael número de habitantes de la República , que pasa deI . 200

,000

,e l de los niños y niñas que concurren a las es

cuelas ( casi todas gratuitas ) dej a todavía mucho quedesear pero es seguro que irá en aumento . Hay tres causas , á mi juicio , que se oponen al incremento de la instrucción pública , siquiera sea la indispensable para elpueblo : la población diseminada en los campos agrandesdi stancias de las ciudades y aldeas

,l o cual dificulta la

concurrencia de los niños a las escuelas la gran repug

nancia que , por lo general , tienen todavía los indios habitantes de las serranías de enviar sus hij os a ellas ; y la ideadominante en la plebe de que es innecesario que sus niñas

16 LA ESPANA MODERNA .

aprendan a leer y escribir . Este error va desapareciendopaulatinamente ; mas ¡cuándifícil es persuadir a los indios , sobre todo a los del campo , de la necesidad de quesus hijos se eduquen l Se contentan con que aprendan atrabaj ar para que les ayuden en las labores agrícolas .

A demás , l os indios son los que comúnmente viven máslej os de los centros de población . Debe también no olvidarse la circunstancia del despego y recelo con que mirana los blancos , y la de que ,

por lo mismo, no gustan mucho

de ver a sus hij os en contacto con los de ellos . GarcíaM oreno tuvo el feliz pensamiento ,

que se' empeñaba en

realizar,de educar indios en la escuela de los Hermanos

Cristianos para que S irviesen de maestros a los desu raza .

El segundo per íodo presidencial de este hombre célebre , que comenzó en 1 869 (dos

. años después de escritami Oj eaa' a) , fué harto fecundo en beneficios para el Ecuador ), digan lo que dij esen en contrario sus enemigos apasionados. Si no lo hubiesen matado los liberales ( lo sabetodo el mundo por confesión ufana de ellos mismos ) ensu tercer per íodo de mando

,el Ecuador se habría colo

cado en primera línea entre … las Repúblicas sudamericanas . En el lapso de 1 869a 1 87 5 nos Vimos los ecuatorianoscomo asediados por los elementos que necesitan los pueblos para educarse e i lustrarse . M ultiplicáronse las es

cuelas primarias ; se aumentó el número de colegios , óa l o menos se pusieron en buen pie los ya existentes s ecrearon varios para señoritas , cuando antes no los había ;se mejoraron lOs textos y se me todizó la enseñanza ; se establecieron escuelas hasta en los cuarteles y las cárceles ;se fundó el Protectorado Católico para que aprendiesenartes mecánicas loshijos del pueblo ; vimos nacer y organizarse y aun comenzar a producir buenos frutos la Es

CARTAS A D . JUAN VALERA . 17

cuela Politécnica l a Escuela d e B ellas A rtes , el Conser

vatorio d e M úsica , el Coleg io d e Cad etes , el Observatolorio A stronóm i co , etc . A briéronse

,pues , a la juventud ,

nuevas vías para la vida intelectual y la de la industri a yla riqueza . Ya no podía quejarse nadie

,como me quejaba

yo en mi Oj eada en 1867 ,de que nuestros j óvenes no te

nían sino tres caminos para asegurar su porvenir nihabía pretexto para la vagancia .

Si no fuera un si es no es aj eno a la índole de estasCartas presentaría á V . otras muestras del adelantamiento del Ecuador , v . gr . : el gradual aumento de susrentas

,sin nuevas contribuciones ni recargo de las anti

guas,y el desarrollo de las empresas . agrícol as comer

ciales e indus triales . La agricultura es la que menos haprogresado

,y

,con todo

,es digno de l lamar la atención

e l aum ento del valor de la propiedad territorial , que es

cuatro tantos más que el de ahora cincuenta años estosin tomar en cuenta las grandes extensiones de terr enoque se han arrancado a la naturaleza silvestre e incultapara entregarlo s a la labor inteligente y productiva . Otracosa que llamará la atenci ón deV . especialmente Si compara el Ecuador con varias naciones de Europa , ,

es verlo poco gravada que está nues tra agricultura . A quí muchos

,en verdad

,han puesto el grito en e l cielo contra la

contr ibución del diezmo hasta hacer que se sustituyacon otra ; pero ni antes ni después hemos pagado , sumando todos los gravámenes , más del once ó doce por cientosobre el producto neto ,

en tan to que en España e Ital ia ,

por ejemplo si no estoy equivocado , sube hasta el setentay cinco . Esto hacía decir , no hace mucho tiempo ,

a unescritor español

, que allá en su tierra los hacendados noeran sino arrendatarios del Gobierno y tenían que contentarse con una ganancia bien mezqu ina . B astante caras

18 LA ESPANA MODERNA .

cuestan,pues , en Europa , la grandeza y pompa de la

civil ización de que alardea .

A ntes de pasar adelante , no será malo que diga dospalabras acerca de otro progreso de mi patria . La caridad

, que se la quiere disfrazar con el nombre de filantropía , que para ciertos oídos progresistas suena mej or queeso tro , anticuado ya , y , sobre todo , con su dej illo frailesco

,es uno de los distintivos de la verdadera civiliza

ción . Donde se ve con indiferencia la miseria y el dolorajenos

,no hay civilización completa ; al contrario , entre la

riqueza,el luj o

,las comodidades de la vida

,los prodi

gios del saber y todo el bril lo de las sociedades que hanll egado al más alto grado de cul tura , si no se destaca laangelical figura de la Caridad , claro está que anda ocultoe l demonio de la barbarie . Pues bien si antes no faltabaen el Ecuador esa virtud , parece que estab a en relacióncon nuestro atraso en todo lo demás . D e alguno s añospara acá se ha propagado y hecho más activa y ostensible . Tenemos por todas partes hospitales , h05 picios y lazare tos ; no nos faltan manicomios y casas de huérfanos,y abundan las sociedades de señoras y caballeros consagrados al alivio de l as miserias humanas .

Pasemos á otras cosas . H e dicho a V . que la partee 5 pañola de la sociedad ecuatoriana , y aun buena partede la mezclada con la sangre americana , se han apresu

rado á acoger las luces , el orden y la pulcritud europeas ,y que ,

siquiera sea poco á poco,vamos siempre adelante .

En el lenguaj e,especialmente en el familiar , andábamos

antes tan mal, que nuestros abuelos , no sólo cometían las

faltas comunes en quienes no conocen la gramática y laortografía

,sino que chapurraban el español con e l qui

chua,formando á veces frases que hoy el diablo que las

entendiera . En algunas coplas populares que han llegado

20 LA ESPANA MODERNA .

lón . Yo habría querido , pues , que la c ivi lización no llegase á desterrar la sencillez medio patriarcal de las costumbres coloniales , y que les hubiese quitado sólo laaspereza y el desorden casi salvaj es de que se hallabancontaminadas .

Entre las muestras de nuestro progreso material espreciso recordar algunos edificios públicos

,en los que

luce una arquitectura,si no severa y magnífica sí de

buen gusto y notable elegancia como los teatros deQuito y Guayaquil , la Penitenciaría ,

el Observatorio A stronómico , la Escuela de A rtes y Oficios los templos deSan A lfonso Ligor io y del Corazón de Jesús en R iobamba y muchos puentes de la carretera central . Y no hablaréá V . de las varias fábricas industriales de las muchísimas bellas y lujosas quintas de que están poblados losvalles y las márgenes de los ríos

,de la afición al cultivo

de las flores y árboles y de otras cosas que manifiestanla cultura de los ecuatorianos , pues esta carta va exce

diendo de los l ímites prudentes y terminaré diciendo á

V ., que si se viniera por acá , nos haría justicia ; pero

echaría menos,de seguro ,

en todas partes y con razónla cultura europea y de los Es tados Unidos de A merica ,que ha alcanzado tan sorprendente perfección ( aunque ,según se me ha dicho ,

en algunos lugares y en varias COsas

,España se anda también atrasadilla y el entusias

mo con que le recibiríamos los ecuatorianos , y los agasajos que le haríamos , y todo nuestro fraternal cariño ,no bastarían para que le tuviéramos contento .

M e repito de V . muy atento seguro servidor y amigo ,L EóN M ER A .

UN POCO DE TODO

o me tendrá á mal mi respetable amigo el doctorD . Raimundo Cabrera que de su excelente y patriótico l ibro Cuba y sus j ueces copie ,

extractán

dolo,el cap ítulo en que pulverizó el cargo de es terilidad

de ingenio con que nos obsequió otro peninsular ,un se

nor F . M oreno . El Sr . B arrantes no se refir ió sino á lapoes ía

,y aqui se habla de otras muchas cosas ; por lo

tanto,no todo el cap ítulo va enderezado al adusto aca

démico ,pero siempre conviene reproducirl o

,ya que al

gunos < hermanos » peninsulares están incur riendo conahínco en el mal caso de negar á los naturales de Cubatodo valor intelectual , sin caer en la cuenta de que ,

situvieran razón , el descubrimiento sería un arma de dosfi los que herir ía también á España

,exhibiéndola como

cultivadora inhábil de aptitudes nativas que otros españoles han ponderado y ponderam tanto . Nuestra insuficiencia sería en nosotros un defecto

,en e llauna falta .

D . Ramón López de A yala,otro ibero

,l l evó la indi

ferencia por el qué dirán ,hasta afirmar el 2 3 de A bri l de

LA ESPANA MODERNA .

1 87 6 ,en la inauguración del Círculo Científico

,A rt ístico

y Literario de la Habana,que la A mérica

,toda en masa

,

no ha producido en los campos del pensamiento y delarte absolutamente nada de nota .

A lgunos datos sobre Cuba agrupé yo en mis apuntestitulados L a H abana intelectual ; mas en vez de citarmeá mí mismo

,prefi ero copiar á un compatriota célebre que

ha tratado mej or el asunto .

Y será oportuno arreglar pri mero unas cuentas conel Sr . B arrantes .

No he sostenido que España carezca de poesía sonlos Sres . García ,

Campoamor y A las los que barren concasi todos los poetas . Por mi parte

,advert í que reser

vaba mi opinión,6

,mej or dicho , que ratificaba la que en

otro lugar hab ía emitido .

¿Por qué apoyarme entonces en argumentos de l os .

que piensan de otro modo ?Es muy sencillo porque si los españoles son m iopes

para con la poesía casera , no hay que esperar que tengan buenos ojos para la que ha nacido y Vive lejos ,

y esoconvenía patentizarlo .

Porque á iconoclasta,iconoclasta y medio .

Y si se me objeta que eso es usar el argumento demás eres tú

,como lo han hecho el Sr . B arrantes y la

Unión Const itucional de la Habana ,y que la falta de

modelos españoles no disculpa la estirilidad del ingeniocubano »

,replicaré que s í la disculpa

,porque el hij o de

la gata ratones mata ; que á los extranj eros , irresponsables de la degeneración intelectual de la raza en Cuba

,

no estaría bien contestarles más eres tú ; pero a los queá cada triquitraque nos hablan del abolengo , s í se lesdebe recordar que los defectos y los V IC I OS se heredan ,lo mismo que las virtudes , y que si somos un pueblo de

UN POCO DE TODO . 23

fatuos y de poco entendimiento,será debido á la ac

ción de l a ley del atavismo .

He aquí el capítulo de Cabrera :c Tratemos ahora de la literatura cubana , que ,

aunque nacientetodavía , no ocupa puesto oscurecido y desdeñado en nuestroParnaso .

» Si hubieras de juzgarla por las no tic ias de tu oficioso comuni

cante ,y por los modelos que pone ante tu vista ,

de seguro que ha

brias de creer y sostener que España ha fundado y gobierna aquíun pueb lo tan inepto , que ni siquiera ha conservado el id ioma de

sus progenitores.

»Por fortuna no es así sobra á los hijos de este suelo ardienteimaginac ión y talentos , y á e stos dones naturales deben sobretodo sus progresos cientiñcos.

» ¡Qué mengua fuera para la nación española si en e l último

cuarto del siglo XIX las le tras de su principal colonia en A méricasólo o fre cieran como tro zos se lectos la fraseología pedantesca ymal zurcida de un anuncio—programa de un baile de negros , y alguno que o tro sone to ó romance de los que diariamente para dar

gracias y fe licitac iones , publican todos los periódicos de l mundoen su sección de in teréspersonal

» Probablement e F . Moreno , entre tenido en sus o cupaciones Oñ

c inescas , no tuvo ocasión de estudiar nuestro movimiento literario ,

ni voluntad de exam inar nuestra bibliografía ,ni o casión de tratar

y conocer á nuestros literatos. Ó si le sobró tiempo , que siendo em

pleado vaya si le sobraría le faltó buena fe y vo luntad para enterarse de to do e llo , como también le sobró la m a la intención paradescribir en Madrid á Cuba tal como había de concebirla ó conocerla en e l c írculo limitado , estre cho y mefitico en que él—ave de

paso encerrada en el comedero de la burocrac ia—supo únicamenteagitarse y respirar.

» Estás ya enterado de que hasta 1790 los cubanos no cono c íamos

la imprenta . Pues sabe ahora que hasta 1800 no hubo imprenta depropiedad particular en Cuba .

N uestros primeros trovadores pudieron sólo reproducir enma

nuscritos sus inspiraciones y de e llos , pocos se conservan . L os

que han descubierto como recuerdos históricos algunos de nuestros

( I ) LA ESPANA MODERNA Septiembre de 1890 , páginas 193 y 194 .

24 LA ESPANA MODERNA .

entusiastas y conocidos biblióñlos (Saco , B achiller y Morales , M en

dive y o tros), revelan el estado de un país donde las escuelas no sehabían estable cido sino lenta y difícilmente ,

y en escaso número .

»Todos los pueblos han tenido esta época oscura en Su historia ,donde los primeros pasos son tan vacilantes como los del niño que ,

al salir de la lactancia , hace esfuerzos para caminar. L O no table ysensible es que fuera una colonia española fundada en 1492 la que

estuviese en la oscuridad , en la lactancia inte le ctual , al comenzar

este siglo .

> N uestro Juan de M ena ( en e l orden crono lógico ) fué e l po e tade R ubalcaba—El y D . Manue l de Zequeira son los iniciadores de

una literatura que en menos de noventa años ofrece serie numerosa

de hombres ilustres,algunos contadosya entre los grandes españo

les de la presente centuria. El primero , que estudió los clásicos,

espe cialmente á Virgilio , y pudo seguir con brillo sus huellas , no

tuvo ocasión de publicar sus composiciones , ni e l estímulo que lapublicidad despier ta para pulirlas , en una patria donde la imprentaera fruta rara ó prohib ida.

»El segundo , que pose ía sólida instrucción , y que supera á R u .

balcaba en el estro y en la corrección , tampo co llegó á publicar suspro ducciones. L a primera edición de sus obras se imprimió por sus

amigos en N ueva Yorck cinco años después de la muerteinte lec tual de l po e ta. En su país no alcanzó esa gloria siemprecara para los que cultivan las le tras.

»H omeros de un pueblo sin tradiciones y sin historia casi sm

cultura , ¿ qué más pudie ron dar aque llos trovadores , que las primicias contenidas en un reduc ido número de composic iones líricas?

»Pero después de e llos , y como parto feliz e laborado por las

nuevas escue las estable cidas en la H abana , condensando las ideas

ñlosóñcasmodernas , que en las cátedras re c ientemente establecídas estudiaban y enseñaban varones eminentes , y resumiendo en

sus obras todo el adelanto alcanzado en pocos años por la juventudcubana de aque lla épo ca , surgió el genio y el escritor clásico en

José María H eredia ,poe ta desde los diez años le trado y lingtiista

á los q uince , abogado y periodista á los veinte ,magistrado en

México a los ve inticinco , historiador , maestro , publicista y proscrito de la cara tierra patria á los tre inta y cinco .… época de su

temprana muerte .

»El también tuvo que publicar sus obras en el extranj ero , y su

primera co lecc ión de poesías ,impresa en N ueva Yorck y

re impresa en Toluca ( 1832) le ganó en Europa y A mérica el títulomerecido de gran poe ta.

UN POCO DE TODO . 5

»Publicó también una H istoria Universal 1832) El Sila de ] ouy ,

El A baf ar de D u cis , A treo y Tiestes , la tragedia Tiberio y diversas memorias , traducciones y trabajos. D ejó inéditas algunas tragedias é impresiones de viaje .

» N o he de ser yo , Paco , quien ha de encomiarte la grandeza de

aque l genio fecundo que rivaliza con Quintana. Podrías cre er con

M oreno que e l sentimiento provincial cubano insp ira mi palabra.

» L ee lo que sobre él escribió D . A lberto L ista , que le llama

c gran poe ta » á Gallego y aMart ínez de la R osa lee ,si sabes idio

mas,e l Conversa tion L exicon , á Kennedi , á A mpere , á M azade y

V illemain , que , re5 pectivamente ,le hicieron conocer en A lemania ,

Inglaterra y Francia.

»Yo sólo puedo decirte que los venerandos restos de aque l cubano ilustre y desgraciado ,

expulsado de l sue lo patrio , se han perdidoen tierra extranjera.

D espués de H eredia , astro reSplandeciente , brillan como poe tasde grandes méritos D . R amón V élez H errera , el primero que tuvo—y pudo tener—la gloria de publicar en Cuba una co lección de

po esías y de quien Salas y Quiroga habla con encomio . D on

D omingo de l Monte , ilustradísimo literato que intentó formar en susbellos R omances cubanos una literatura propia , mentor de los jóvenes literatos de la época crí tico de quien D . A ntonio Cánovas delCastillo hace mere cidos elogios ; D . Félix Tanco , que consagró

breve tiempo sus be llas insp iraciones á asuntos graves y austeros, ysobre to dos , Plácido , e l hum ilde mestizo Gabrie l de la ConcepciónValdés , que comenzó su vida torm entosa en la cuna del expósito yla term inó en e l cadalso . H ubiera igualado á H eredia, si en vez de

pasar su niñez y juventud en e l taller de un pe ine tero , se le hubieranabierto las aulas, y un Gobierno pro tec tor , ó una sociedad menos

viciada por las preocupaciones , le hubiesen amparado y conducido

por la senda de gloria y de laureles reservada en todas partes al

genio . Pobre, descendiente de una raza esclava y abye c ta ,humilde

jorn'

alero , sin educación , sin est ímulo , poseyó , sin embargo ,en la

magnificencia de su estro po ético , reconocido por críticosnacionalesy extranjeros, títulos bastantes para alcanzar la inmortalidad ,ya que en la tierra natal sólo ganó la miseria , e l baldón y lamuerte .

»Varios de sus sone tos , romances y o tras composiciones, no lasdesdeñarían los clásicos españoles.

» N o te fatigues , Paco si, empeñado en esta tarea , continúo ci

26 LA ESPANA MODERNA .

tándote como literatos y poe tas cubanos, cuyas obrasmerecenleerse y re comendarse , aD . R amón de Palma

,no table por su esmerada

dicción y buen gusto , y por sus trabajos periodístico s ; á Orgaz,Foxa, B lanchie ,

B riñas , R oldán , L eopoldo Turia ,Tolón Quinte

ro,A ndrés D íaz , N . Fajardo , D . R amón Piña , Santacilia , V . A gui

rre , el e sclavo Manzano , cuya prosa sencilla y fácil excede en

mérito a sus versos : la señora L uisa Pérez , A nse lmo Suárez , L .

V . B e tancourt , Villaverde ,los Carrillos , Torroe lla , D e l Monte ,

la

Condesa de Merlín , Zambrana ,N . A zcárate , D . José I . A rmas , N a

varre te y R omay,Fornaris y muchos o tros que omite , ó que no

recuerdo , que en el período comprendido desde 1830 hasta 1868 , en

sus obras literarias diversas , en sus trabajos periodíst ico s incesantes , manifestaron el ce lo y entusiasmo con que entre noso trosse han cultivado las be llas le tras.

» Entre e llos , astros espléndidos de primera m agnitud , descue

Ilan José Jac into Milanés , e l más popular , dulce ,tierno y sencillo

de nuestros poe tas , como culto y correcto en e l lenguaj e , que así

en la poesía lírica como en la dramática (E l Cond e A larcos) esca

16 e l templo vedado de las musas ; á Gertrudis Gómez de A ve llaneda , adm irac ión y asombro de Quintana , no tab ilidad recono cida

por L ista y Gallego , que cultivó así el arte lírico como la nove lay e l periodismo , que en M unio A lf onso inició el renacim iento de latragedia clásica á R afae l María de Mendive , e l castizo , suave ,tierno é inspirado poe ta , juzgado y enaltecido por Cañete á Joa

quín L orenzo L uaces , nuestro Tirteo , autor de A ristod em o, que en

la oda mostró e l vue lo yda e levación épica de los prime ros clási

y por último , á Juan Clemente Zenea , el dulcísimo cantor deFid elia el autor de l D iario d e un má rt ir , úl timos y sublime s

acentos de un trovador cubano , est ritos con sangre de sus venas ene l oscuro calabozo d e una fo rtaleza ; suspiros exhalados duranteocho meses de martirio ,

y adiós ternísim o de un padre y de un pa

trio ta á su familia y á su patria , cuando se disponía á hallar en e l

último suplic io e l térm ino de sus indecibles amarguras.

*

» Pero no creas , Paco , que la mayoría de l pueb lo cubano viveescribiendo ve rsos , llorando sus penas , que sonmuchas , y ce le

brando sus alegrías que son muy po cas.

» L OS literatos que te he citado no fueron sólo trovad ores , ó poe

tas líricos ó dramaturgos , que cultivaron la tragedia , la novela ylos demás géneros literarios. Fueron al par , muchos de e llos , 6 ¿[DC :

gados distinguidos , 6 médicos , o químicos , ó publicistas , ó profesoresno tables ú hombres de ciencia o posición social re conocida ,

28 LA ESPANA MODERNA .

acaba de obtener la vicepresidencia de un Congreso médico e

Washington , gloriosa corona con que en e l extranjero se recom

peusan los servicios preclaros de un sabio cubano los D res. D o

Joaquín G. L ebredo , premiado por la A cademia de Medicina dMadrid ; D : A ntonio Mestre , fundador y presidente de la Sociedade Estudios C línicos D . Carlos D evernine , que en el último Con

greso médico celebrado en la cap ital de los Estados Unidos ( 1887alcanzó e l aplauso de las primeras reputaciones alli congregadas

ganando , no obstante su juventud , con los propi_

os laureles , renom

bre para su patria,y tantos o tros que en las R evistas científicas

en los laboratorios y en la cátedra han enaltec ido y enalteceactualmente entre nosotros la ciencia vastísima de H ipócrates.

» Como re tóricos profesores y gramáticos se distinguiero

Vidal , A ndrés D ueñas ,D . A ntonio y D . Euseb io Guite ras D . L ui

F . M antilla ,ilustrado profesor de lenguas ; D . José María Zayas

autor de una Gramá tica castellana y o tros trabajos , y hoy se distinguen _

D . N éstor Ponce de L eón , autor de un no table D icciona rict ecnológ ico ing lésy español , y D . Enrique Varona , que es a la

vez pro fundo pensador y fi lólogo , no obstante que no ha llegado aún

a los cuarenta años de su vida,ni ha visitado los institutos de ense

ñanza oficial.

En matemá ticas descollaron M enéndez ,So to longo y Trevej os,

como se distingue hoy e l joven cubano D . A nice to Menocal , ingeniero naval de los Estados Unidos , D . I . M . de Varona , autor de un

no table proye cto para acueducto de B rooklyn , aceptado última

mente , y D . Francisco A lbear y L ara , cuyos proyec tos y obras de lCanal de Vento son admiración de los extranj eros , y fueron pre

miados con medalla de oro en la Exposición de París.

»En jurisprudencia , los Urrutia , González , A rmas , Govantes,

Escobedo y B ermúdez , y actualmente D . A ntonio Govin , autor devarias obras de dere cho y administración ; D . Pedro G. L lorente ,D . José B ruzón y D . L e opo ldo B errie l , cuyos mere c imientos hansanc ionado los sufragios de l ilustre Colegio de A bogados , conti

riéndo les sucesivamente su decanato .

»Eu filoso fía , e l'

virtuoso prelado , profundo pensador , D . FélixJ . Vare la , autor de varias obras no tables de lógica , me tafísica ypolítica , desterrado un día de su patria , á la que ,

como educador,

consagró sus servicios , y cuyos restos sagradosconservan y rei

v indican con re ligioso respe to los diocesanos de San A gustín de laFlorida ; D . Zacarías y D . Manue l González de l Valle ,

célebre pórsu polémica sobre materias fi losóficas con D . José de la L uz Caballero , e l sabio mentor, cuya profunda erudición admiró á Walter

UN POCO DE TODO . 29

Sco tt y a o tros sabios de Europa , que inició a sus jóvenes educan

dos en e l estudio de la filoso fíamoderna carácter lleno de virilidady mansedumbre , venerado y consagrado por sus compatrio tascomo e l Mesías de las nuevas ideas , y atodas horascalumniado .

Como estadistas y filántro pos te citará aD . Francisco A rango ,

O' R e illy ,

Peñalver y Cárdenas , y aD . Gaspar B e tancourt Cisneros,

cono cido por El L ug areño.

>En las ciencias naturales , D . Tranquilino Sandalio de N oda ,

varón modesto que adquirió su vasta erudición en e l re tiro de l

campo y en la soledad de su gabine te .

» D . A lvaro R e inoso , químico eminente , á quien los miembrosdel Instituto de Francia atestiguaron la estimación en que se tienensus m erecimientos en Europa , agrónomo de reputación universa lB arne t , vence dor en Madrid en la oposición a una cátedra de Quimica , y que fué pronto víctima de su amor a la c ienc ia de L avoisier .

» Y , por último , D . Felipe Poey , e l o ctogenario naturalista ,

gloria indiscutible de nuestra patria , cuya obra sobre Ictio logíacubana , prem iada en la Exposición de A msterdam , yace en los

anaque les del m inisterio de U ltramar , que la adquirió por tresmilpesos y será mengua de la nación si no la publica dignamente .

» Como oradores forenses , á Escobedo , I . Carbonell , Cintra ,

Como oradores sagrados, á Cernada , Tristán Medinaadmirado en Europa ) , M . D . Santos , A rteaga.

» En las artes puedo citarte a B áez , grabador : á Escobar , pintor Chartrand (D . Esteban) , no table paisaj ista ; en la música á

White ,Cervantes D íaz A lbert ini , Jiménez ,

alumnos laureados,

primeros premios del Conservatorio de París ; artistas cuyo genioha sido admirado en V iena , L ondres y París , y los más grandescentros americanos y europeos ; algunos de e llos , como e l mulatoWhite ,

—expulsado de l suelo patrio ,—director del Conservatorio

de Música del B rasil , y como D íaz A lbert ini , vocal no obstante suspocos años de l Tribunal de exámenes del Conserv atorio de París.

Como compositores no tabilísimos contamos también aGasparV illate , autor de Z ilia ; aE5 padero , autor del Can to d el Esclavo,y amigo predilecto de Gotschalk.…

» Como oradores , profesores ó escritores 6 artistas ; como ami

gos apasionados de las ciencias, podría citar a toda una falange de

contemporáneos ,ancianos y jóvenes , abogados , médicos , artistas,

cuya modestia no quiero herir timbres preclaros del país, en el queac tualmente estudian , trabajan ceso en esta la

bor , porque adivino que sientes tu corazón latir , henchido de entu

30 LA ESPANA MODERNA .

siasmo

.

y de profunda satisfacción patriótica , al persuadirte , des

pués de cuanto en esta carta te he referido , de que Cuba es una

co lonia civilizada que honra á su Me trópoli

N o constan aquí ciertos nombres,como el brillante de

Enrique Piñeyro , por estar citados en ot ros lugares dela obra . A lgunos otros se mencionan en un viej o artículoreproducido en el periódico titulado Cristóbal Colón , de

París , número de 1 5 de Enero último ; el autor es espa—t

nol. Para terminar,recordaré al Dr . D . Joaquín A lba

rrán que ahora mismo ocupa con muy notable luc imientopuesto distinguido en el cuerpo médico de Par ís .

Celebro que al Sr . B arrantes le gusten L a palmera

solitaria y El ave de las tempestades , de Francisco Sellén y aunque yo no fuera de su sentir , que sí lo soy engran parte

,me guardaría de dirigirle á tal respecto ob

servaciones ,que ser íanmal medio de destruir su inquina

contra los poetas cubanos . Lo cual tampoco.me impedirádecir que M ed itación , Panteisrno , y sobre todo Transformación , me agradan más que todas las composicio

nes de la primera época y que muchas de la segunda; yprefiero los versos en que Sellén traza cuadros apacibl es ,como M ed iodía en Cuba , N oche trop ical , El L abrador,

Ca lma,y algunas pinceladas maestras inspiradas por lo

infinito,á las descripciones de cuadros tétricos

,excepto

cuando los presenta en vividas baladas,como L os dos

h ermanos y L osfug itivos . Lo sombrío en Sellén me parece resul tado de sus lecturas y de sus desgracias , másbien que de su temperamento .

Es lástima que él haya mantenido en su versiñcación'

,

UN POCO DE TODO . 3 1

desde que empezó á rimar ciertos defectos de estructura

,y que ahora no tuviera tiempo de corregirlos ; pues

imprimió su libro con celeridad por complacer el deseode su esposa ,

gravemente enferma pero al lado de ell ostambién presenta muchos rasgos primorosos y todoesto atañe

,en resumen

,á la forma no á los id eales : En

tiendo aquí por ideales los as untos .

Los asuntos s í me parece que tienen mayores proporciones en la segunda época que en la primera .

Respecto a las poes ías patrió ticas , diré únicamente ,en términos generales

, que un poeta de cualquier lugardel mundo , que desee la independencia del país en quenació , y que no pueda hacerla obj eto de sus cantos mientras viva en él , tendrá en el Extranj ero un grandiosoideal más para su musa el desempeño será lo que fuere ,pero el poeta tendrá ese ideal . Y no agr ego otras cosas ,en razón de ser este un punto delicado que p or consideración al Sr . B arrantes no debo dilucidar con él

,6 no

debo hacerlo en su periódico . Cuanto á que yo aplaudaliteralmente todo verso contra España

,aunque no sea

bueno,y sólo porque se dirija contra España ,

me refi eroá lo que dij e diez años ha en el estudio sobre Zenea .

El Sr . B arrantes vislumbra en Sellen una tendenciac á comulgar en la R elig ión d e la humanidad Sea que

ésta consi sta en vivir para el prój imo , según el señorPuelma Tupper , citado por el Sr . B arrantes ó sea queadoptemos la defmición dada por M . Frederic Harrisonen su polémica de ahora seis años con M . H eabert Spen

cer c ] ntellig ent love and resp ect for our human bro

therhood w ecognising your duty to yourfellow-man

on human g rounds », decl aro mi incompetencia para

encontrar R elig ión de la humanidad en l os versos deSellén . Si se exceptúa l a generosa poesía D elirio y tal 6

3 2 LA ESPANA MODERNA .

cual frase de dos 6 tres composiciones más, Sellén apa

rece tan embargado con su sufrimiento íntimo,que no se

acuerda del de los otros hombres, á lo menos considera

dos colectivamente .

De un libro de versos no hay que pretender sacar unsistema filosófi co cabal pero el tono dominante de lafilosofía de Sellén es uno como pesimismo

, que tiene delgermánico y más del griego , tal como lo canta el coro deSófocles en Ed ipo en Colona . B ullía latente en las primeras poesías ; y en las segundas resuenan con l iber tad lamaldición á la existencia y las preo cupaciones por el misterio de la creación , la fatalidad del dolor y la incomprensibilidad de lo infini to . A ntes—de 1 868 no se hubieranpodido publicar en Cuba estas cosas

, yhoymismo , ¿ quiénsabe ? Uno puede aceptar esos puntos de vista o rechazarlos ,

y,por m1 parte , mi amigo Sellén sabe hace tiempo

que no son los míos pero en todo caso el ideal es grandioso ,

filosófico y poético , porque es una audaz y rebeldeconcepción de l a vida y del destino humano . En su exposición

,Sellén tiene con frecuencia versos felices

,ricos

por el pensamiento y bellos por la expresión .

Pregunta el Sr . B arrantes <<Desagraviar, ¿ de qué ? »

De nada,señor lo que sigue serán prendas de afecto

maternal y t ítulos á nuestra gratitud .

El Código político de Cuba , á contar desde el primer .

tercio de este siglo ,fué el famoso decreto llamado d e

lasfacultades omnímodas,fechado el 28 de M ayo de

1 82 5 , y por el cual se daban á los capitanes generales ,para tiempos de paz , los poderes de los gobernadores dep laza sitiada

,con autorización , para extrañar de la Isla ,

UN POCO DE TODO . 3 3

á toda su voluntad ytalante ,Sin formación de juicio

, a

cualquiera persona que por su conducta privada 6 pú

blica les inspirase recelos . Si ha habido capitanes generales que han visto con benévola solic itud nuestras necesidades y aspiraciones , se han esforzado por atenderlasy nos han dejado recuerdo grato pero han sido excepciones rarísimas , debidas al caráct er personal de esosj efes

,y no al régimen de gobierno absoluto en que hemos

vivido,exceptuados los dos breves períodos constitucio

nales de 1 820 á 1 82 3 y de 1 83 4 a 1 83 7 . Hoy mismo los gobernadores ,

obligados en teoría á suj etarse á l a Constitución y á las leyes

,frecuentemente no practican otra

ley que la del encaj e .

En 1 83 7 se negaron las Cortes á recibir anuestros diputados. En la Constitución de ese año se ofrecieron leyes especiales para las posesiones ultramarinas

,y en la

de 1 84 5 se repitió esa solemne promesa , que por no haber sido cumplida

,originó los trastornos de los años sub

siguientes .

No teníamos ni el derecho de petici ón<U n capitán general de Cuba suspendió á varios regidores de l

A yuntamiento de Puerto Príncipe , sólo porque se atrevieron a d i

t igir á la R e ina la inofensiva pe tición de que se restableciera allíla A udiencia que se había trasladado á la H abana ( n).

<st 1843 elevó e l (A yuntamiento )de Matanzasuna exposición al

gobernador general , quejándose de l escándalo con que se dcsem

barcaban dentro de su propio circuito negros bozales de Á frica ;pero no sólo fué aquella corporación duramente re convenida sino

que los promovedores de la solicitud fueron expulsados de la

Isla y murieron en el destierro

(1

) Vindicaczon .—Cuestión de Cuba , por D . Calixto Bernal

, pág . 80 .

-Madrid imprenta de N icanor Pérez Zuloaga ,187 1 .

(

º) Españay Cuba , por D . josé Silverio j orrin (Opúsculo llamado ge

neralmente folleto de Ginebra) .—R eímp reso en la H abana en 1886 .

Página 6 .

3 4 LA ESPANA MODERNA .

En 1 866 y 1 867 se reunió en M adrid la célebre Juntade Información . En ella propusieron los comisionados unsistema rentístico basado en el establecimiento de unacontribución directa , única , de poco más de c inco porciento sobre la renta l íquida , y la abolición de todos losimpuestos indirectos , incluso el de aduanas . El Gobierno

,

por decreto de 1 2 de Febrero de 1867 ,conservó las adua

nas y casi todos los impuestos indirectos,y ordenó

, ade

más,una contribución directa

,no de cinco , sino de d iez

por ciento . En el preámbulo del decreto insinuóque laJunta había pedido este nuevo sistema tributario . A larmados los miembros de la comisión

,protestaron verbal

mente y por escrito . El Sr . D . José M orales L emus presentó el 1 9 de Febrero una moción en la que predijo queaquella providencia causaría en Cuba a gran descontemto acaloradas discusiones y quizá alguna perturbación pidió que se suspendiera el Real decreto hasta quese plantearan definitivamente las reformas que se estaban estudiando

,y que , en todo caso , se publicaran los ln

formes de los comisionados para que no se les atribu

yese en lafij aci0'

n del impuesto una parte que d e seg uro

no habían tenido , y que más bien pued e d ecirse que

d eclinaron d e antemano como si lo hubiesen previsto

( fueron sus palabras ) El Gobierno se negó á accederá las solici tudes de los comisionados ; insistió en el decreto

,y además prohibió que se publicaran los infor

mes . Veinte meses después de este juego al morro estalló en Cuba la guerra , que no estuvo relacionada con laRevolución española de -

1 868 ,conperdón del Sr . B a

rrantes.

La población de Cuba pasa de habitantes y1 ) Información sobre reformas de Cubay Puerto R ico , 3 25 .

—N ewYork .—Imprenta de H allet y Breen ,

1867 .

36 LA ESPANA MODERNA .

Por propiedad terrritorial. .

5 ¡

Por subsidio industrial y de comercio .

O l o que es lo mismoPor prop iedad territorialPor subsidio industrial y de comercio .

creen que siendo así las cosas,la riqueza raíz debería

como sucede en todo el mundo— tener en el Parlamentomayor representación que los int ereses industriales ycomerciales , y más bien puede decirse que está excluida ,

como lo demuestra D . Raimundo Cabrera en su popularl ibro Cuba y sus j ueces .

Lejos está de nuestro ánimo el sostener que todo elpor 1 00 de contribuyentes por p ropiedad territorial

se componga de cubano s liberales,pues sabemos que en

en él figuran conservadores , no sólo peninsulares , sinotambién hij os de la Isla y al mismo tiempo la industriay el comercio no están exclusivamente en manos de peninsulares y entre éstos hay no pocos autonomistas . N 0

hay estadística que determine con rigurosa exactitudhasta dónde se efectúa la compensación . Según el señorCabrera ,

el guarismo de peninsulares y canarios residentes en l a Isla es supongámoslos á todos antiautonomistas ,

lo cual no es cierto ; agréguese algo por razónde los cubanos conservadores , golondrinas que no hacenverano siempre resultará que el elemento liberal está enmayoría abrumadora ; y entonces , ¿cómo en las Cortesse halla en minoría ? ¿Por qué no son iguales siquiera,

.las

fuerzas parlamentarias de los dos grupos desiguales ?

UN POCO DE TODO . 3 7

Un < chino ó turco tendría explicación para estascosas ; si ocurrieran en sus Estados , les bastaría decir :es la voluntad de nuestros mandarines , de nuestro amadosultán pero un cubano dirá que en manos reaccionariasse ha consentido el paño de tumba del Zanj ón

,y que lo

remiendan con toscas hebras coloradas , como si quisieran ellas mismas convertirlo en bandera roja .

En materia de c ontribuciones siempre ha pagado laIsla lo que se le ha señalado ,

sin intervenir en la formación ni en la adopción de sus presupuestos á lo que sehan de agregar otras exacciones de que e l Gobiernosupremo no ha tenido ni noticia , como la que refi ere elSr . Jorrin en su citado folleto

N o hay , pues , que extrañar que un gobernador de Matanzas,descontento en 185 3 con la residencia que el A yuntamiento teníadestinada á los de su clase , impusiera por si y ante sí una contribu

ción extraordinaria a los hab itantes de su j urisdicc ión , y que por

este medio levantara una cantidad tan cre cida, que con ella edificó

el palacio donde se alojan desde aquella épo ca sus felices suceso

res. D e manera que lo que en Españ a no podría hacer el rey , lo

hace en Cuba cualquier brigadier de ej ército .

Hoy sí se votan los presupuestos de la Isla en las Cortes , pero poco se ha adelantado ,

porque,dadas las con

diciones del sufragi o ,la representación liberal es redu

cida , y por lo mismo impotente . Los salones de lasCámaras quedan casi desiertos cuando se discuten nuestros asuntos , y si no lo quedan más , es porque se necesita un mínimum de votos para decirnosque no .

Porno haber recibido todavía el úl timo presupuesto,

me referiré al anterior .

Gastos , 2 5 1000 pesos , 6 sea pesos por cabeza,

sin contar las contribuciones locales . Hay en Europa yA mérica naciones que con población mayor , tienen me

3 8 LA ESPANA MODERNA .

nor gravamen pero no es eso lo más notable,sino que

84 por 1 00 de aquel total se 1nvierte en atenciones decarácter nacional

,y que por lo m ismo no deberían figurar

en el presupuesto de la colonia , sino en el general de laM onarquía . Los gastos de guarnición de la provmma deM adrid no los paga esa provmma , 5 1110 España los delos buques de guerra que recorren las costas del M editerráneo ,

no los cubren las provincias del M editerráneo,

sino España ; los ocasionados por las guerras de los carlistas

,no pesan sobre las provmmas del Norte , sino sobre

España pero el tesoro de Cuba tiene que atender á losservicios de Guerra y M arina ,

Deuda , clases pasivas ,orden público y otros que no son locales

,sino de sobera

nía ; en ellos se invierten p esos fuertes 2 1 6 7 2000 , y noqueda casi nada para las Obras públicas

,especialmente

cam inos de que se carece sobre todo en Oriente y elCamaguey ; para la Instrucción pública ,

en la que faltapor hacer tantísimo para la inmigración para dar vidaá los A yuntam ientos , que languidecen de marasmo todolo cual debería absorber el grueso de l as rentas , sin perjuicio de concurrir en equitativa proporción á los gastosnacionalesM ucho se ha hablado s1empre de inmoralidad admi

nistrativa ,en la cual los cubanos no tienenmás parte que

pagar el pato , pues ni ellos desempeñan los destinos tentadores

,ni nombran ni pueden destituir á los cul tivadores

del peculado . N o quiero hablar del reciente escándalo deOteiza ; no quiero transcribir palabras de ninguno de losque combaten el orden de cosas existente en la Isla ; m Sl

qu1era las vehementísimas que hace pocos años vertió elgeneral Salamanca

,ni la carta que elmismo dejó inconclu

sa al morir y que leyó el Sr . Romero Robledo en el Parlamento español

,según el D iario de lasSesiones d eCortes

UN POCO DE TODO . 9

de 28 delpasado Junio ni lo que dij o el general Pando en e l

mismo Parlamento el 2 2 de M arzo ni el candente artículode L a Epoca de M adrid , de 2 3 de A gosto . M e limito á reproducir un moderado párrafo del señor conde de Tejadade Valdosera ,

pronunciado en el Senado el 30 de M ayoúltimo . El Conde ha sido ministro de U ltramar , y siempre ha figurado en el partido opuesto al de los l iberalescubanos :

a C0m0 me he propuesto tratar , aunque con la posible brevedad ,de este asunto en sus diversas fases seame permitido que haga unacorta excursión al terreno de la inmoralidad administrativa ,

en re

lación con la organización de l gobierno de U ltramar . N o he de de

c ir que la inmoralidad es mal antiguo en nuestros países de U ltramar. En o tros tiempos se ejerc itaba sobre la trata de negros. H uboalgún oficial de negociado que , despachando e l de em ancipados,

levantó casas. Em ancipados eran , como saben los señores senadores ,

aque llos infe licesque , aprehendidos en las expediciones negreras, se entregaban por e l Estado , bajo cuyo patronato quedaban

los particulares , para e l fomento de la agricultura y de la industria .

En e l ramo de aduanas siempre se han he cho fortunas. Este mal ha

reconocido diversas causas una de e llas consistía en las tentacio

nes del país. Con fre cuenc ia se corrompe , se vence y se explo ta alempleado débil ; después ( ¿ por qué negarlo ? )la intervención d e loshombres polí t icos en los nombram iento s , por med io de recomen

daciones indiscre tas ; y , por último hay o tra causa que es de estostiempos , y es que , habiéndose modiñcado hondamente la legisla

ción de los empleados de U ltramar , y hab iendo por una razón de

igualdad que yo no censuro , perdido los funcionarios que allí vanlas ventajas que pod ían en o tro tiempo esperar , y á que aspiraban,no solamente para elíprogreso de su carrera ,

sino para los derechospasivos , aque lla aristocracia de empleados a que antesme re feríaha degenerado ( ¿ y por qué no también nuestras revoluciones han enviado allí un sedimento que ha corrompido aquellaadministración en diferentes épo cas.

» ( Gaceta d e M ad rid número

1 5 3 , número de 2 de Junio de 1890 , pág .

Poco antes,en la sesión“ del 28 de M ayo

,había dicho

el Sr . Fahie,actual min15 tro de U ltramar , hablando de

la Deuda de Cuba :

40 LA ESPANA MODERNA .

Parece evidente que se han emitido , no se sabe en qué cantidad , por lo menos según los datos que existen parece que no se

puede de terminar , títulos que no son verdaderos, queno son legí

timos y que se han llegado a convertir ,y por lo tanto que en estos

momentos no tenemos la seguridad del importe to tal de esas deudasen ( Id . , núm . 1 5 1 , de 3 1 de Mayo , pág .

A confesión deEn asuntos de comercio están ahora mismo pasan

do cosas inverosímiles . Se van á reformar las tarifasaduaneras de la Isla y las de la Unión americana , yentre ambas reformas se halla Cuba como entre dosfuegos .

El azúcar y el tabaco son los dos principales elementosde nuestra exportación . Los Estados U nidos consumen 92por 1 00 del primero

,las mieles inclusive

,y 85 por 100 del“

segundo , lo que representa en metálico obra de 5 0 m illones de duros ; mas , debido á nuestros altos aranceles , noenv ían directamente al Cuba sino por valor de 1 0 y medio millones .

El Gobierno americano deseoso de ensanchar su co

mercio,ha ofrecido á las otras naciones del Nuevo

M undo tratados de reciprocidad que se acercan bastanteal libre cambio es dea r : rebajará sus derechos deaduana hasta donde lo comporten las franqui c1as queotorguen las otras repúblicas

,pero aplicará el talión á

los países que hagan pagar mucho á los art ículos norteamericanos . Las A ntillas no están excluidas de los b 'eneñcios posibles de esta reciprocidad .

¿ Qué hace el Gobierno español en tal emergenci a ?A umenta los derechos de exportación .

Y los Estados Unidos nos amenazan con hacer de lossuyos una muralla

,de modo que nuestros frutos no po

drán entrar en sus puertos .

UN POCO DE TODO . 4 1

Y el B ras il propone á los Estados Unidos un tratadode reciprocidad que le permitirá colocar bien sus azúcares

,

'

en reemplazo de los nuestros .

¿ Quién comprará los productos cubanos cuando se lescierren los mercados de la A mérica del Nor te ºNo España que no podría establecer el libre cambio

con nosotros sin arruinar á los propietarios de l os ingenios de A ndalucía

,ni sin renunciar á la renta del Estan

co . Y puesto caso que no ocurrieran estos óbices, ella noes capaz de consum ir todo lo que Cuba vende . De nuestroazúcar apenas toma 5 ó 6 por 1 00

,y de nuestro tabaco

también muy poco . Remite caldos,áridos

,etc .

,por valor

de de pesos fuer tes á la Isla ,y no recibe de

ésta sino cosa deN O produce lo indispensable para abastecerse á sí

misma,y mucho menos para abastecer á Cuba . En hari

nas, por ej emplo ,

su oferta es muy inferior al pedido peninsular t iene que comprar á países extranj eros porvalor de de pesos fuertes

,y á la Isla no envía

más de ¿Se podrá , pues , acosar de nuestrospuertos el comercio norte- americano

,como 10 pretende

el Gobierno español ?Leo en un periódico de la Habana( L O que sucede con las harinas proporciona un ej emplo fácil y

una segura medida para apre ciar lo que puede hacerse , merced á

los enormes derechos impuestos a los produtos extranjeros ,á su

importación en la isla de Cuba . Satisface aquí la harina americana

la cantidad de pesos fuertes cada saco de 92 kilogramos, derecho superior á su costo pero como en la Peninsula solamente abo

nan los 100 kilogramos, re sulta ventajoso para e l especuladorel remitirlosa Santander para desde allí enviarlos como nacionales

aesta Isla . El fle te de conducción deja siempre margen a una positiva ganancia… .

Se comprenderá fácilmente a quiénes viene a aprovechar el

enorme derecho que grava la harina americana conmanifiesto per

42 LA ESPANA MODERNA .

juicio de nuestro Tesoro y de l país perjuic io que no redunda cier

tamente en ventaja del agricultor castellano .»

El que se expresa as í no es ningún periódico de cubanos , sino el D iario d e la M arina ,

aministerial de todoslos m inisterios » , como en la Isla 10 apodan ,

y pont íficede la integridad nacional porque conviene saber que insulares y peninsulares navegan todos en conserva baj oesta borrasca

,que

,con amenazas de ruina

,sopla desde

la M etrópoli . Lo mismo que el D iario se expresan otrosperiódicos españoles de la Península

, N ew York y Cuba ,

y las Cámaras de comercio de la grande A ntilla y estoes más grave que una nueva rebel ión : es e l pronunciam iento de los bolsillos . A cuya causa se prueba que desdela capi tal de la M onarquía no se puede gobernar bien ácolonias situadas a distancia de 1 600 leguas

,y menos

con m inis tros de U ltramar tan incongruentes como losque describe el Sr . B arrantes ; y se prueba también lanecesidad de que se dé á la Isla una intervención eficazen l a dirección de sus intereses

,ya que las Cortes no tie

nen tiempo de estudiarlos bien , como no lo tienen tampoco para votar todas las leyes reclamadas por las necesidades de la Península . Proponer á Cuba charadas desd eM adrid será un entretenimiento como cualquiera otro ,mientras las inteligencias que han de acertarlas no se

pongan de acuerdo ; pero ya empieza á haber unanimidad en la solución . ¿Si serán los peninsulares los que alfin se aboquen para las resoluciones extremas ? El 10 deA bril dij o el Sr . Villanueva en el Congreso de los diputados

,y el 3 1 de M ayo 10 repitió en el Senado el Sr . Vaz

quez Queipo, que entre los pen1nsulares residentes en

Cuba está tomando incremento la idea de la anexión álos Estados U nidos .

Suspendo este cap ítulo ,porque ya está muy extenso

44 LA ESPANA MODERNA .

Es absurdo odiar a pueblos en masa ,y más aún tra

tándose del de l os mayores y aun hay entre los hij os dela Península muchos cuyo nombre y cuya memoria venero

, por estar ligados á alegrías y tristezas de mi hogarpaterno y de mi vida pero que agradezcamos los cubanos el régime n arbitrario y ruinoso á que está sometidaCuba ,

ese régimen que el Sr . B arrantes mismo desea vertransformado , eso ,

cien mil veces no,Sr . Barrantes ; eso

no lo podemos agradecer .

R AFA EL M . M ER CHAN .

BOGOTA , Novuembre 22 de 1890.

LA FILOSOFIA AL EMAN A

Y LA CULTURA FILOSÓFICA MODERN A

OTR AS SOL UC I ON ES DEL PR OB L EM A KAN TIAN O .

o sigue el pensamiento (ni tampoco la vida) siempre su curso , predeterm inado inñexiblemente pordirecciones simples , matemáticas y en forma de

cuadrícula sino que se produce según procesos bien complejos y á través de términos en apariencia incoherentesy endefinitiva concertados . N o intentaron só lo los ideal istas la solución del problema kantiano

,ni l os que fuera

del cauce general de su pensamiento ,y aun en abierta

oposic ión á él,como Schopenhauer lo hicieron asunto

de sus meditaciones , entendían haberse agotado el temasiempre fecundo de la obje tividad del conocimiento .

Quizá la única nota en apariencia disonante de es teconcier to general

,en que se produce el dogmatismo

idealis ta (pues los demás que le combatieron le encontraron ya en decadencia ), es la concepción filosófica deHerbart que cuida sin embargo , de referir el abolengode su pensamiento al de Kant .Según dice D robisch ,

t H erbart ti ene el méri to de

46 LA ESPANA MODERNA .

» haberse opuesto á la corriente idealista de la filosofíaposterior á Kant

,y haber desenvuelto los elementos del

» realismo contenidos en el sistema del gran maestro de» Koenisberg »

. Sefneja , en efecto , dentro de la exuberancia del idealismo , Herbart con su concepción realis ta ,planta exótica que crece fuera de la atmósfera intelectual que le circunda ,

y , sin embargo , su obra no resultaestéril

,pues la recoge en parte Schopenhauer

,y es des

pués aplicada,en sus elementos positivos , por el rena

cimiento de l os neo—kantianos .

Cuando Herbart , que se declara él mismo discípulode Kant

,concibe

,de manera distinta—de Kant , el ser en

Sí como una posición absoluta en 'el entendimiento humano

,independiente de nosotros

,da á la ciencia y á la M e

tafísica una base real , que sirve de cortapis a con la experiencia á todo idealismo . Este mismo sentido del realismo late en la afirmación de Herbart , contraria á la deKant

,de que las categorías del entendimiento no son im

puestas á las cosas por nosotros , 5 1n0 que nos son dadasy resultan de las relaciones absolutas de los ser es entresí y con nosotrosA sí logra Herbart establecer lazo estrecho entre la '

M etafísica y las ciencias naturales , oponiéndose al divorcio de la especulación idealis ta y del saber positivo,asignando á la fi losofía como fin principal la crítica delas ideas conquistadas por la experiencia . Herbart es elpensador ( en este respecto el único ) que á com ienzo sdel siglo actual , y antes de que Fichte , Schelling y Hegelhubieran pronunciado su última palabra , suj eta a críti cala doctrina de Kant , en el fondo la misma , á que debensu origen las premisas de sus sistemas , y , poniendo de re( 1 ) Discípulo de H erbart , aunque con visos de originalidad es

Lo tze (V . Métapbysiquc que pone lo absoluto en lo entre las cosas.

LA FILOSO F ÍA ALEMANA . 47

lieve lo deleznable de sus bases hipotéticas , señala á lafi losofía un camino menos peligroso .

Si Kant se hab ía propuesto , sin conseguirlo , conciliarla filosofía especulativa con la ciencia , Herbart acometede nuevo la empresa

,y á ella consagra sus esfuerzos

,

apoyándose en los mismos fundamentos del maestro .

Para ello,y á fin de que concierte la especulación aprio

ri con la experiencia , define la fi losofía u n raciocinio quedescansa á la vez en ideas y en hechos

,opinión hoy mis

mo sostenida por Wundt .

Se explica que entonces el pensam iento de Herbar tquedará relegado al olvido por la exaltación idealista quele rodeaba

,y que en la actualidad muchos de los princi

p ios por él sentados ob tengan confirmación completa,

porque el desideratum del pensamiento contemporáneo,

enriquecido con el caudal del saber positivo , se refiereen primer término á consti tuir la filosofía científi ca .

La importancia de la reforma introducida por Herbar ten los estudios psicológicos

,con la distinción de la Está

tica y Dinámica espirituales y con la reducción de losdistintos fenómenos psíquicos á un principio común

,el

de la representación , sirve de base á la uniñcación de l opsíquico con lo fisiológico enlos reflej os , según los valiosostrabaj os de Psico—física y de Psicología fisiológica deWundt , D elboeuf Ribot y tantos otros .

El talento vigoroso de Herbart ha procurado poner demanifi es to semillas fruct íferas

,que

,en estado latente den

tro del kantismo,quedaron olvidadas por l a especulación

idealista y dogmática . Zimmermann D robisch (

º) y

Straszewski (i) , reconocen unánimemente que el real ismo1 Estudios sobre H erbart .

( 2 ) Filosof ia de H erbart : Leipzig , 1876 .

3 ) R evue Pbylosopbique ,tomo V I I .

48 LA ESPANA MODERNA .

de Herbart es un factor impor tante , cuando se trata dedeterminar el carácter de la filosofía contemporánea .

M ás indeterm inada y vaga que la de Herbart , porqueprocede sólo de la especulación

,es

,sin embargo , per

c eptible la tendencia crítica y realista en Krause , queensaya una sintesis tal vez prematura de la evoluciónidealista

,debida al pensamiento de Fichte , Schelling y

Hegel . M érito innegable de Krause es toda la que denomina primera parte del sistema de la Filosofía 6 A nalítica , en la cual , con más ó menos éxito pero con un sentido completamente certero

,dej a implícito el valor insus

tituible de la percepción empírica,tan menospreciada por

el idealismo dogmático , y pone á la vez coto á los errores inherentes á la identidad panteista de Schelling yHegel . Heredero Krause de las gloriosas tradiciones delidealismo alemán

, que estudió directamente en sus máspreclaros maestros

,dotado de una percepción vastísima

y con marcadas tendencias á reproducir en su Filosofíaanalítica el problema crítico tal como lo dej ara formuladoKant

,anhela mostrar la obj etividad del conocimiento ,

merced á la consideración del conocer como una relacióninterior al ser

,para 10 cual se exige que la conciencia

racional vea la unidad (no la identidad) del ser y del conocer como el principio evidente , en virtud del cual elque conoce puede atestiguar la realidad de su conocimiento .

Vulgarizadas todas las consecuencias prácticas delpensamiento de Krause

,y aplicadas ( casi convertidas al

hecho) á las ciencias jurídicas y sociales por Roeder yL eonhardi en A lemania

,por A hrens

,Tiberghien y Da

miron en Francia y por Gioberti en Italia ,ha obtenido

de este modo la filosofía especulativa del discípul o deSchell ing una consagración superior á todo encomio .

LA F ILOSOF ÍA ALEMANA . 49

La parte metafísica sinte'

tica del krausismo revelaun nuevo esfuerzo intelectual , una síntesis prematura dela especulación - ideal

,invertida por la Filosofía analítica

y traída al fondo de l a conciencia personal como base yantecedente de la construcción metafísica . Carece devalor científi co ,

al menos en su segunda parte , la Filosofía sintética porque es una generalización injustiñcadade datos y resul tados de un análisis no comprobado su

ficientemente .

Pero lo que hace para nosotros digno de consideración el pensamiento de Krause , á pesar del aparentedesvío de que fué víctima en A lemania , es que ,

nutridode él aunque sin ser discípulo s iervo

,Sanz del Río de

terminó en nuestra patria una renovación completa delos estudios filosóficos , que ha sido controvertida por losintereses bastardos de partidos y banderías , que el apasionamiento congénito con nuestra raza mezcla con l osasuntos de alcance super ior . No parece aún l legada lahora de hacer la historia cr ítica é imparcial de los beneficios positivos que el krausismo haya producido en lacul tura de nuestra patria . M ientras Hegel infiuyó con susdoctrinas en España , teniendo por órganos de propaganda publicistas y oradores insignes se extendió el

krausismo , ganando la opinión de las gentes estudiosasy las cátedras ofic iales

,que dormían el sueño del j usto

con un tradicionalismo,cuyos moldes estrechos apenas

si se han abierto al renacim iento del Tomismo,impuesto

por bulas del Pontífice León XIII .

Ll egó el krausismo en aquel primer período de su máspura ortodoxia á desper tar iras y susceptibilidades de( I V . VIDA R T La Filosof ía españo la SANZ DEL R ÍO , A nalitica . Ideal

de la H umanidad. A nálisis delpensamiento racional ; CASTRO : Filosof ía analitica GINER : Estudios fílosó/ícos , y SALM ERON D iscursos.

50 LA ESPAN A MODERNA .

los elementos,más que conservadores , reaccionarios , re

produciendo consecutivamente ( 1866 y 1 874 ) persecucio

nes contra catedráticos oficiales que nos ponían en evidencia ante Europa y que hacían creer alas gentes cultasque España era una excepción de la ley de la heteronomiade H mckel

,según la cual los adelantos llevados á cabo

por un pueblo,á costa de grandes luchas , son fácilmente

as imilables y asimilados por los demás . España,en las

dos épocas citadas,parecía viviendo

,en orden a la cul

tura intelec tual,dentro del siglo XVI y debatiendo acerca

de la l ibertad del pensam iento con la saña ,anterior á la

Reforma,y propia de las guerras religiosas .

Cuando se cree que los síntomas de muerte en el pensamiento son la intolerancia religiosa y la no menos gravede escuela ; cuando se proclama como condición ingénitaen todo sentido científico la reflexión l ibre y se c imentala educación en el esfuerzo individual , y cuando se tratade enseñar á pensar más que de imponer pensam ientoshechos

,tendencias que se descubren en

_

todos los trabaj os de Sanz del Río , podrá estimarse l a obra por él emprendida más ó menos favorablemente , pero no habrájamás derecho para atribuir á tan respetable maestroresultados y conclusiones que

,lej os de constituir el nú

cleo de sus propósitos , son aspiraciones contrarias a lasque constantemente le animaban .

a Lo que yo propiamenteenseño

,dec ía es el método y ley de indagar laverdad

» filosófica,la Orientación en este M as la inda

gación,y mej or su resultado

,toca á todos y á cada uno

» l ibremente como la cosa en la cual pueden y deben , encuanto filósofos

,ser jueces—conjueces— de lo que digo .

» No se trata,como se dice

,de hacer doctrina o escuela ,

( 1 ) V. A nálisis delpensamiento racional.

5 2 LA ESPANA MODERNA .

asienta Schopenhauer es el de que toda l a realidad ,ve

lada por las apariencias para el hombre en la esfera científica

,existe y se revela en la voluntad , afirmación que

concuerda con la conclusión de Kant en la R azón prác

tica y en su distinción de la pura .

Para Schopenhauer no es posible una M etafísica,sino

en el dominio de la experiencia y á condición de abrazarla toda entera . La M etafísica es la interpretación dela totalidad de la experiencia . Como tal nada tiene quever con el teismo ni con el ateísmo puede y debe limitarse sólo al mundo

,y ser , por tanto , una Cosmolog ía .

: La Filosofía dice es esencialmente la ciencia d el

mundo su problema es' el mundo , y de él tiene que ocuparse únicamente dej a en paz á los dioses

,pero espera

á su vez que los dioses la dej en en paz Los fenómenos variados y complej os del mundo se reducen paraSchopenhauer á un elemento único , la voluntad , que esl a explicación última , l a cosa en sí » , el ansiado noume

nos Kantiano . Pero ,añade Schopenhauer (después de un

estudio crítico del principio de causalidad), no podemossaber si l a voluntad tiene o dej a de tener una causa

, d e

dónde viene (porque lo pasado es un caput mortuum) , niadónde va por qué es , ni s i tiene por qué sabemosúnicamente que es y que todo se refiere á ella . Recoger

,

pues,observaciones y experiencias cada vez más nume

rosas de sus apariencias fenomenales , é interpretarlas enel todo del mundo ,

dentro del cual se manifiestan,tal es

e l problema de la M etafísica empírica (º).

( 1 ) A unque Fouillé en su última obra ( L'

A oém'

r de la M etapbisique)es partidario con Schopenhauer de la ínmanencía del problema me tafísico ,

protesta contra esta conclusión , que identifica la M etafísica con la Cos

mología .

( 2 ) V. SC H OPEN H AUER D e la Quadruple R acine du Principe de laR aison suff sante . Le M onde comme volonte

'

et comme representaiíon , y TH . R I

BOT La Filosof ía de Schopenhauer .

LA F ILOSOFIA ALEMANA . 5 3

El pensamiento fi losófico , á partir de Kant , termina.

de un lado en el idealismo absoluto de Hegel y del opuestoen el empirismo absoluto de Schopenhauer , y ,

sin em

bargo,el problema queda en pie y reproduce de nuevo

la eterna cuestión,ya surgida entre la Escuela jónica y

la itál ica en Grecia , entre los intérpretes de Plat ón yA ristóteles , entre nominalistas y reali stas en la EdadM edia ,

y entre Descartes y B acon en la Fil osofía moderna . Pero aun sin solución definitiva que concierte tantos y tan opuestos pareceres

, ¡cuán enriquecido y ampliado resulta el problema ! Si los datos primordiales sonlos mismos

,la eterna oposición de los hechos y de las

ideas y la incesante aspiración de subsumir uno de lostérm inos en el otro , los datos complementarios , los puntos de vista son cada vez más numerosos y más complej os

,y el pensami ento progresa

,en verdaderas líneas es

pirales,si acercándose en la apar iencia ,

alejando denuevo soluciones definitivas

,pues cada verdad conquis

tada ofrece con fecundidad inagotable nuevos aspectos ála investigación .

N i el que se malogren empeños tan seria y desinteresadamente perseguidos debe infundir desaliento al ánimo ,ni al emprender de nuevo , por más amplios derroteros ,caminos que se presienten , debe un pueril deseo ,

semej ante al del niño que corre tras su propia sombra ,

pretender que al primer paso ha dado ya conlac lave del enigm a .

M editar hondo y recio acerca del estado actual y del carácter que revi ste el pensam iento fi losófico contemporá

neo observar en medio de su aparente incoherencia lasinobia que conexiona sus múltiples y encontradas direcciones ; r econocer la obligada exigencia de una reconstrucción que sistemáticamente organ ice el disperso caudal de la cul tura llevar el grano de arena ó el cimiento

LA ESPANA MODERNA .

en roca que cada cual halle,dados sus medios y la cons

tante labor á que les dedica,parece la lección d e cosa ,

la enseñanza de obra,el precepto que

, traducido …en ejem

plo , debe recoger todo espíritu amante sincero de la verdad . L eg e et labora .

CA RÁCTER DE LA . FILOSOFIA CONTEMPOR AN EA

N o es posible clasificar en escuelas ya consti tuidas laFilosofía contemporánea

,por la índole personal que re

viste la obra del pensamiento reflexivo,y porque los

nombres (á veces motes y denuestos ) cambian por comple to de significación y alcance ,merced al progreso de lacul tura .

A unque obra más difíci l , es más meritoria ,por lo me

nos en su intento,la de evitar e l mote del sistema y

recoger , en el eco que en el desarrollo de la cultura producen , las aspiraciones generales y más concretas detodos los espíritus que sinceramente se interesan por laverdad .

M uchos profesores explican,dice L achellier (

º), doc

trinas propias , y los que se declaran discípulos de tal ocuál escuela muestran la más grande libertad frente álas ideas de sus maestros . Un hegeliano se parece muypoco á o tro , y muchos neo—kantianos podr ían ser considerados como enemigos del kantismo . En A lemania hoy ,

y casi pudiéramos decir que en todos los pueblos cultos ,la curiosidad se apasiona de modo creciente en todas lasdirecciones en que la solicitan los pensadores . La ense

1 ) Véase Preocupacionec sociales.

( 2 ) Véase L'

enseignement de la Pbilosopbie dans la Universités alle

mandes.

LA F ILOSO F ÍA ALEMANA . 5 5

ñanza filosófica ha rebasado el estrecho molde de las escuelas

,y se esparce por periódicos , revistas , libros y todo

género de publicaciones .

,Igual interés general despierta

la ciencia,tanto por los descubrimi entos posit ivos , cuanto

por las conclusiones filosó ficas que prepara .

N inguna teoría ha logrado , sin embargo ,imponerse á

los espíritus del modo general que en su tiempo lo consiguiera el idealismo dogmático . A nte tal atomismo de op iniones, pudiera concluirse precipitadamente con los es

cépticos . Pero contra esa conclusión opondremos elhechode que el genio del tiempo se muestra rebelde á toda autoridad , y que el imperio de las escuelas se derrumba ,valiendo el pensamiento , ante todo , por lo que tiene depersonal y propio . Contra el exclusivismo del crit erio

,la

amplitud y flexibilidad del j uicio ; contra lo dogmático ycerrado

,10 l ibre y progresivo del pensamiento ,

y frenteal sentido estrecho de las escuelas

,el amplio de la ver

dad ; tales son las condiciones que al presente requiere laelaboración del pensamiento filosófico .

L a_complexión de lo real y lo limitado de nuestra in

teligencia se oponen por igual al dogmatismo cerrado delespíritu de sistema

,sin que sea lícito dar por definitiva y

para siempre concluida la discreción indefinida del análisis, pues aun la verdad , evidentemente sabida , es susceptible de nuevas investigaciones , ya que toda verdadpuedeestar preñada de otras .

xL a nota más saliente de la cultura novísima

,el descubrimiento por excelencia del es

piritu filosófico moderno dice Siciliani consiste,sir

viéndonos de una frase feliz de St . M i ll contra la t endencia cerrada y sis temática de Comte en d ej ar abiertas

» todas las cuestiones para adelantar con pies de plomoen el camino de la indagación . El espíritu fil osófico mo( 1 ) Prolégoménes á la P.9

»cbogénie moderna.

5 6 LA ESPANA MODERNA .

» derno no es escéptico , ni dogmático ; es ante todo cri

» tico ; con una neutralidad armada , implica indagación ,

» estudio y crítica .» De igual modo estima Guyan la

cualidad más acentuada del pensamient o actual,cuando

dice <<El carácter principal del esp íri tu científico y fi losófico moderno consiste en no cerrarse exclusivamenteen una doctrina ,

en abrirse completamente a'

todas , Sin

temor ni vacilación,dispuesto á rehacer todo su trabaj o

» anterior y á romper con su pasado,poseído de tranqui

» lidad semejante á la que la naturaleza sigue en sus transformacionesComo efecto de la enemiga que despertaron las espe

culaciones ideales , llevadas al delirio de la exageraciónpor Hegel

,comienza un período de anarquía metafísica

que señala el divorcio de la especulación a priori y delsaber positivo . Se desarrolla entonces en A lemania elpositivismo de Comte, y aun ll ega á estimarse aceptablela dist inción

,ya corriente en la filosofía francesa , entre

sabio y metafísico . M ás libre , sin embargo , el positivismoalemán que el francés del tinte exclusivamente empírico ,aspira el primero ,

protestando contra la Filosofía de l aReligión de Hegel

,á fundar un teismo independiente de

la teología cristiana y al m ismo tiempo respetuoso con lapersonalidad divina

,con la libertad y con la inmortali

dad del alma,principios que pretendió Kant dej ar asalvo

de la ruina de l o dogmático,que provocó con sus cr íticas .

Weise ,Fichte (hij o ), U lric i , y Carriere entre otros ,

son los principales representantes de esta tendencia,enca

minada á poner los dogmas religiosos del espiritualismoal abrigo de la crítica negativa .

Con el fin de hacer que cesara el desacuerdo de laFilosofía de la historia de Hegel y de la verdad histórica ,

I ) La M orale anglaise . A vant—Propos.

LA F ILOSOF ÍA ALEMANA . 5 7

Trendelenbourg dirige su crítica á los estudios bistoricos . Los- consagrados á la fi losofía , haciendo la críticaimparcial de los sistemas , indagando las causas de sudesarrol lo y desaparición , contribuyen á esparcir en losánimos crecientes desconfianzas del dogmatismo me tafí

s ico . Todo ello engendra de consuno un escepticismoprudente respecto á las conclusiones del idealismo hegeliano . A esta obra contribuyen Zeller , históriador de l afi losofía griega ; Schwegler , que lo es de l a moderna ;Waitz ,

B onnitz , Ritter y Kuno Fischer con sus estudiossobre Kant . Partidarios más que de la M etafísica

,muy

en decadencia toda ella por este tiempo , del impulso queHerbart diera á los estudios psicológicos

, Son Steinthal

,D robisch

,Hartenstein y Zimmermann . Hacen más

perceptible la necesidad de concertar la especulacióncon la ciencia Lotze y Fechner , el primero inspiradoen l a doctrina de Herbart y el segundo con resabios delEspinosismo . A parte la M etafísica suti l de Lotze ,

Fechnerno presta asentimiento á las revelaciones de la dialécticahegeliana

,ni á la autoridad exclusiva de los hechos.Prc

fiere un método intermediario,el de l a analogía

,que con

siste en hacer que contribuyan ala formación de sus hipótesis por partes iguales la imaginación y la experiencia .

D e este método son resultado los ya vulgares aunquevaliosos Estudios de Fechner dePsico - física . Como intento

,es laudable el deFechner ; pero el razonamiento analó

gico es muy susceptible de error , y las correcciones (algunas aceptadas por él mismo ) impuestas por pensadorescontemporáneos á sus pretendidas leyes psico - físicasconstituyen prueba concluyente de lo que dec imos.L otze

laM onadologia de L e ibnizy dirige sus esfuerzos (único punto en e l cual coincide con Fechner) á pre( 1) V . Introducción al M icrocosmos y M etaf isica .

5 8 LA ESPANA MODERNA .

parar una concepción monista (de un solo principio) dela realidad para que cese la oposición de espiritualistas ymaterialistas , l legando á veces á definir la unidad real yviva de lo absoluto

,diciendo que es lo entre las cosas .

<No puede exis tir,dice Lotze

,pluralidad de cosas inde

» pendientes unas de o traS; es necesar io que los elementos

,entre los cuales haya de ser posible una acción mu

» tua,sean considerados como partes de un solo ser

» verdaderamente existente : elpluralismo original de nues» tra manera de concebir el mundo debe preparar la idea» de un monismo ,

mediante el cual la incomprensible» acción transitiva venga á ser una acción inmanente .

»

Es el procedimiento de Lotze efecto de ramoc1mo por analogía , y lo por él obtenido implica un postulado , cuyaverificación no se alcanza

,pues llega aconfesar el ilustre

médico - fi lósofo,arrastrado

'

por una abstracción sin límites, que sólo anhela medio con qué llenar el completo vacío que existe entre las cosas reales y concretas.

Tienden Fechner yL o tze aconstituir unafilosofía de loabsoluto

, que no concibe en el mundo de los espíritus nien el de l os cuerpos sino dos manifestaciones correlativas

,dos aspectos distintos, inseparables de un solo y mis

mo principio . Representan una tentativa de conciliaciónal idealismo metafísico , que ya pertenece á l a historia ,con el mecani smo científico actual , por medio del princip io de l a finalidad ó teleología . En cuanto el principioaparece como concepción especulativa ( finalidad generica y típica) no satisface á los científicos y cuando sele reviste de carácter empírico , no logra ganar la adhesiónde los fi lósofos

,ante los cuales despierta una nueva cues

tión escolástica la de l a inmanencia ó trascendencia dedicha finalidad .

En medio de estos ensayos , que ninguno se malogra

60 LA ESPANA MODERNA .

la necesidad de la interpretación ideal de la percepciónsensible .

Coincide con la renovación del kantismo de parte delos científicos la de los m ismos fil ósofos . El gran historiador Zeller se colocó resueltamente bajo la bandera deKant , con la publicación de su opúsculo ( 1862) <<acercade la importancia de l a teoría del conocimiento » . A l a vezKuno Fischer profesó varios cursos sobre la doctrina deKant , que consti tuyen con los de B . Erdmann los estudiosmás serios y profundos que se han hecho en A lemania delgran maestro .

Pero cuando toma cuerpo la aspiración general defilósofos y científicos , señalando “como punto de posiblecoincidencia para ambos la doctrina kantiana ; cuando , enmedio de la anarquía que sucede á la desaparición delhegelianismo se significa tendencia de conexión en lacul tura alemana

,has ta el punto de que todos todos

,cada

cual desde su punto de vista exclaman : aV01vamos á

Kant finalmente,cuando el neo -kantismo se constituye ,

más que como escuela ,como sinobia intelectual que une

y concierta el común pensar de científicos y pensadores ,es al publicar 1 866) Lange su célebre H istoria d el M a

teria lismo

<<L a H istoria d el M ater i a lismo,dice Pommero l , su

» traductor al francés,es la obra de un espíritu eminente ,

admirablemente preparado por profundos estudios para» unir

,en una vasta síntesis ,

todos los materiales suministradospor la ciencia y la fi losofía de su época .

» Lange ,que cuida de pagar el tributo debido al gusto del ti empo ,presentando sus ideas en la forma de crítica histórica ,procura á la vez comunicar el impulso hacia la laborfi losófica

,disimulando en su valiosa obra sus preferencias

F. A . LANGE : H istoire du M aterialisme , dos tomos.

LA F ILOSOF ÍA ALEMANA . 1

escépticas . Opta por hacer pensar á los demás , dejandoen lo que dice impl ícito su propio pensam i ento .

Si á través de tanta ruina y de tanto esfuerzo malogrado se ej erci ta

,en medio de este enj ambre de teorías

y conj eturas,aquella selección intelectual que reco

mienda Spencer cuando habla del a lma de verdad que

exis te en los pensamientos falsos , se podrá recoger ele

mentos positivos,que la conciencia cul ta ha conquistado

en esta su larga,por lo ya recorr ido , y por lo que le resta ,

infinita senda que sigue para investigar la verdad . Estosresultados (punto de partida para ulteriores evolucionesdel pensamiento), igualmente adm itidos por científicos yfilósofos

,cual verdades impuestas por la lógica á la par

que por la realidad ,anuncian que se inicia el com ienzo

fecundo de un nuevo período para la historia del pensamiento filosófico .

Se va adquiriendo gradualmente conciencia de los requisitos indispensables para una construcción sis temáticade la fi losofía científica , tierra de promisión hacia la cualse encam inan

,en una concordia real á pesar de sus lu

chas aparentes,científi cos y filósofos . A leccionados por

numerososprecedentes algunos de los cuales , no todos ,dejamos bosquejados , sabemos , por ej emplo que sonigualmente defi cientes el dogmatismo materialista y edogmatismo idealista ; que la experienciano lo estodo en elconocimiento

,pero

,á la vez , que nada sólido se edifi ca sin

ella , y menos aún contra ella que no se puede menospreciar los hechos

,ni prescindir de las hipó tesis (instrumento

el más adecuado para el progreso de la ciencia) y finalmente , que es preciso ponderar y concertar la curiosidadespeculativa con el rigor científi co . Para llegar á esteanhelado concierto

,parece excusado decir que de uno y

( I ) V . N A VILLE : La Logique de Z'

Hypotbese .

62 LA ESPANA MODERNA .

de otro lado,de los cient íficos y de l os fi lósofos

,sigue

prestándose culto casi religioso á Kant .Pocos son los pensadores que aparecen protestando de

l a rel igión de Kant . Entre ellos figuran Hartmann y D iihring

,cuyo éxito ha sido popular más que reflexivo y

científico . Es el primero eco y renovación ,con vestidu

ras científicas,del hegelianismo , y representa el segundo

un materialismo en la apariencia menos crudo que el dogmatico . Contra ambos se formula obj eciones difíciles decontestar

,puesto que tan pronto se confunden con el ma

terialismo,queriendo explicar la conciencia por su con

trario lo inconsciente ,como—se acercan al antiguo dog

matismo profesando con formas diversas la identidad de lser y del conocer .

A parte estas protestas,sea el que quiera el resultado

de estos ensayos,y aun el de algunos otros que se inician

como síntesis prematuras,es lo cierto que todo anuncia

,

en este hervor de cultura,que ñlósofos y científicos se

acercan , y que se ofrecen recíprocamente sus materialespreparando para su día una reconstrucción metafís icaEl s ímil de Hartmann

,Comparando especulación y expe

riencia á dos m ineros que trabajan ,en dirección opuesta

,

galerías subterráneas,que oyen el uno los golpes del

otro,que perciben

,cuánto y cuánto Se acercan ,

aunquede momento ignoren el punto de cruce de ambos

,expresa

gráfi camente la aspiración común de todos á la constitución de la filosofía científica .

Todo augura que,á través de tantas teorías desecha

das , continúa la renovación del pensamiento y de laciencia . Nunca ha tendido la ciencia de modo más vehemente hacia las explicaciones sintéticas

,ni la filosofía ha

( 1) V. GUYA U 1 L'

1rreligion de l'

A venir .—FOU ILLEE : L '

A venir de la M e

taphiszque .

LA F ILOSOFIA ALEMANA . 63

indagado con más tesón las condiciones de la certeza . D e

aquí procede el carácter general de la fil osofía moderna ,principalmente critica , según declaran hoy todos los pensadores ,

lo mismo los que esperan de ella la resolución detodo enigma que los que sólo la creen útil para organizare l saber positivo .

No equivale sin más el carácter crítico de la filosofíaá negaciones ab irato ó á eliminaciones prudentes

,sino

á un estudio concienzudo del camino recorrido por e l pensamiento reflexivo (histórico) con la mira de señalar losprob lemas , que quedan implícitos , y que ,

s i á. primeravista parecen reproducción de otros más antiguos

,son

desde luego diferentes (en medio de ser los mismos en elfondo) en cuanto vienen enriquecidos por nuevos datosy por más amplias aclaraciones .

El entronque histórico del carácter crítico en el pensamiento contemporáneo se refi ere

,en primer término

,al

gran pensador de los t iempos modernos,al que los ale

manes llaman con cierta veneración rayana en idolatría ,d er Va ter Kant (el P . Kant), que planteó el problema ensu obra imperecedera L a Crít ica d e la R azón pura .

Que el problema ofrece dificul tades gravísimas ; que elpensamiento muestra obstáculos al parecer insuperablespara dar valor obj etivo á nuestras representaciones , loprueban de modo evidente los ensayos malogrados delidealismo ; pero ni el problema es de suyo insoluble , nisupone que se adelante nada con darle por tal pues elcírculo de hierro en que de consuno cierran las exigenciascientíficas y los postulados de la razón

,es de suyo infie

xible . Trabajar en él es la obra encomendada á los contemporáneos .

Dando p or insoluble la cuestión , como pretende elpositivismo

,para atenerse al realismo ( lleno de aluci

64 LA ESPANA MODERNA .

naciones) de la sana razón y para tomar el pensamientocomo el auxiliar que adquiere verdades “ particulares

,

con preferente atención á la cantidad de los conocimientos y con señalado menosprecio de su cualidad ,

equivaleá pedir un retroceso del problema fi losófico según haceno tar acertadamente B . Erdmann .

Salvo raras excepciones tal es la posición del positivismo frente al verdadero problema fi losófico ; y comoes ley indeclinable del pensamiento que surj a del fondode toda negación el principio mismo de la afi rmación

, se

observa que ,al hacer el positivismo todo conocimiento

suje tivo ; al negar que l as verdades particulares tenganningún principio real para su enlace

,tienen que encomen

dar su engrane á las ideas del sujeto cayendo así á pesar de su protesta contra el idealismo , en una exaltaciónidealista

,en lo que pudiéramos llamar idealismo al re

vés , pues se formula especialmente para cada caso , segúnlas exigencias del momento .

Surje y renace en efecto el problema del fondomismode las verdades particulares . Los progresos que se cumplen en las ciencias obligan á simplifi car todas sus verdades

( y á ordenarlas bajo un principio . Convertir esta y lasdemás exigencias que dejamos indicadas en verdadesevidentes llevar la intención á estab l ecer el acuerdo de '

la especulación filosófica con el saber positivo , es la únicay superior condición para que

,primero la ciencia y

después la vida,salgan de esta crisis laboriosa , cuya fe

cundidad en resultados para la verdad y para el bienpuede apenas presentir el esp íri tu limitado del hombre .

No hay necesidad de ocultar el peligro que corre el( i ) En positivistas de alto vuelo de pensamiento a quienes se les

escapan declaraciones de exigencias idealistas bien expresas ; ej emploSpencer R ibo t y otros varios.

LA F ILOSOF ÍA ALEMANA . 6 5

criticismo presente,cuya existencia se debe al renaci

m iento del neo -kantismo , ganoso más bien de aceptarsolución negativa que de indagarla positiva , según se

observa en Lange , Fischer y otros . Es por el momentorémora que se opone á la constitución de la Filosofíacientífi ca

,empírico - ideal que concibe lo cognosc ible

según un idealismo realista , j ustificado por las exigencias 0puestas , pero concurrentes al mismo fin , del posit ivismo empírico y del idealismo apriori .

De todas suertes , nunca será trabaj o perdido el quese consagra al estudio histórico - crítico de las manifestaciones del pensamiento filosófico porque en medio de lcarácter personal (propio de cada uno) inherente á lasobras del espíritu humano , señaladamente de las llevadasá cabo por el pensamiento no se puede ni se debeprescindir de la cont inuid ad

, que rige racionalmente lavida

,y como sinobia moral conexiona lo que ha sido con

lo que es en previsión de lo que será .

Consecuencia de tal continuidad es la afirmación,

exacta en sus j ustos lím ites , de que a la fi losofía está ensu historia » y que la ciencia consis te toda ella en < lahistor ia de sus cambios y transformaciones »

,porque es

indudab le que saber l o que se ha pensado de un asuntosirve de base para precisar lo que se puede y debe pensar del mismo en un momento dado .

También el tiempo tiene sus exigencias ing,laa iiblespor 10 que toca á toda obra humana . Sin duda el trabaj ointelectual requiere medios y condiciones exteriores quetodo el mundo puede señalar ; pero exige además que elpensador cuente con el factor del tiempo y dentro de élfij e su posición y punto de m ira . Lo extemporáneo es lomuerto

,y lo prematuro lo que no es aún viable . Para es

1 ) Y más expresam ente aún en las obras de arte .

66 LA ESPANA MODERNA .

tablecer el ritmo obligado en lo que se refiere á las exigencias del tiempo , ya decía Schopenhauer que de sus tresdimensiones , el presente es resultado necesario del pasado

,y que ambos constituyen caput mortuum , de los cuales

únicamente se puede sacar enseñanza para lo por venir .

A sí pueden y deben el pasado y el presente servir deenseñanza y guía á la fi losofía y á la ciencia

,determi

nando el carácter general , que por ley del ti empo se impone a la labor del pensamiento . Viene

,según dejamos in

dicado ,la información sistemática de la ciencia (quizá no

se exagera Si se añade que la ordenación consiguientede conducta y vida), oscilando indeñnidamente entre extremos contrarios , la afirmación escueta de los hechosque se observan ó la especulación abstracta sobre lasideas

,posiciones ambas cerradas dogmáticas y que no

se dan á partido .

Los dos dogmatismos son por igual censurables : el empírico ,

que acumula hechos y no puede construir la cién

cia,ni preparar concepción general del mundo y de la

real idad,olvidando que el experimentador que no sabe

lo que busca no comprende lo que encuentra ,y el dog

matismo idealista que construye apr iori y concibe abstractamente fórmulas y simbolismos , sin penetrar en loinstable de la realidad y de la vida , son baluartes acribillados recíprocamente el uno por los disparos del otro

,

que presuntuosamente aspiran á cerrar las cien puer tasde Tebas ; que tal es y debe ser la realidad para el conocimiento .

En medio de la lucha viva y despiadada entre ambosdogmatismos

,queda cantidad excesiva de energías en

una indiferencia cómoda , ateniéndose al resultado práctico

,al razonar de bajo vuelo , y encerrándose en un

escepticismo,que es señal de muerte del pensamiento ,

68 LA ESPANA MODERNA .

» inter ior si trabajan según el verdadero método,deb

» encontrarse,ó al menos acercarse indefinidamente »

.

No son vagos present im ientos las esperanzas indiedas ; antes bien , fuera empresa relativamente fácil señalcoincidencias parciales , anuncio seguro de la más copleta que se ha de efectuar entre ambas direccionesl o cual se infiere necesariamente , sin recurrir á eclect

cismos ni componendas , que la labor del pensamienrequiere hoy

,principalmente , huir de todo dogmatis

cerrado,dejar abierta la indagación á los resultad

siempre nuevos que aporta la inagotable riqueza deexperiencia y ahondar en la crítica del pensam iento ysu ej ercicio

,s i se ha de consegu ir en su día legitimar 1

éxitos que obtenga .

Empeño en su fondo y en su punto de m ira bien tudesto el del crit icismo

,es sin embargo el que se ofre

impuesto por ley del tiempo y el que se presenta comoúnico camino fecundo

,que huye de las luchas de gííelf

y gibelinos para consagrar la impersonalidad de la vedad científica y lo perdurable de sus intereses .

El dogmatismo es el orgullo científico en obra¡q

debe ser ante todo impersonal , el escepticismo es la falhumildad que se coloca en posición que él mismo meg

mientras que el criticismo es l a ley de los tiempos ycarácter fundamental de toda labor científi ca .

M ucha o poca la utilidad de este es tudio(juicio qcorresponde formular á cada cuál ), la intención al menes la de poner de relieve que el pensamiento filosofiesi no ha de ser producto atáv ico , se ha de determinsegún las exigencias del tiempo y en vista de los termnos

,dentro los cuales viene formulado su problema fu

damental .

U . GON ZA L E Z SER R AN O .

LAS COR R IDAS DE TOR OS

D . JosE N AVA RR E T E TE N IEN T E C OR ON EL D E CAB AL L ER IA ,

Ex D LPUTA D O A CORTES,ETC . ,

ETC .

1 querido Pepe Desconocía hasta hace muy pocotiempo el opúsculo que has consagrado á combatir la afición—cada día más grande— que mues

tran nuestros compatr iotas á las corridas de toros y meapresuro á escrib ir te estas líneas

,para felici tarte since

rameute por la buena obra que has llevado á cabo ,levan

tando tu voz contra un espectáculo que de consuno réprueban la religión de los verdaderos creyentes y la cienciade los librepensadores . No estoy de acuerdo contigo en

que e l i lustre autor de la H istoria g eneral d e España ,el P . Juan de M ariana , defendiese ,

ni siquiera disculpaseen su Tratado d e los j ueg os públicos las corridas detoros ; no ,

en verdad . El P . M ariana condena la lidia taurina

,y

,traduciendo al cas tellano l aBula del Papa SixtoV

,

en que se dice que esta diversión es másprop ia d e demo

nios que d e hombres ,desde su punto de vista católico

apostó lico romano,hace todo lo que puede para destruir

en los fieles sus aficiones taurinas .

Como es natural,todos los grandes escri tores que se

han ocupado de los toros, ya considerando esta diversiónen el terreno de la moral

,6 ya en el de la economía polí

tica,l a han condenado severamente . A caso se podría

70 LA ESPANA MODERNA .

presumir que los poetas cantarán las alabanzas de la lidiataurina , que , según los aficionados , es un espectáculo quesupera en hermosura á todas las bellezas que realiza elarte en los escenarios de los teatros dramáticos y l íricos ;pero quien tal pensara

,se equivocar ía de medio amedio

,

según vulgarmente se dice ; porque los poetas españoles ,aun los másgenuinamente españoles

,como el ilustre autor

del D on Á lvaro , han condenado con viril energía lo quealgunos quieren llamar el espectáculo nacional . Tú biensabes que es cierto lo que acabo de escribir, pero comoesta es una carta destinada á la publicidad

,presentar—é

aquí algunas citas que comprueban mi aserto .

En el siglo XVI I,el ilustre D . Francisco B ances y Can

damo,aquel galante caballero que , cruzando su espada

en un lance de amor o de honra con un más feliz o más

diestro adversario , caía en tierra gravemente herido enel pecho

,recibiendo con este motivo pruebas del afecto

que le profesaban los nobles personaj es de la corte deCarlos II , y hasta el mismo M onarca , que diariamente enviaba á preguntar por su estado m ientras estuvo en peligrode muerte aquel linajudo poeta que decía que los reyesmandaban en las tierras que sus antepasados habían conquistado , y que el Rey podía hacer nobles , pero no Candamos aquel legítimo descendiente de los que alancea

ban toros en la Edad M edia ; aquel cortesano que frecuentaba el trato de los grandes de España y t ítulos deCast illa que salían á la plaza á quebrar rejoncillos , sobreponiéndose á las preocupaciones de la clase social a quepertenecía

,escribió lo siguiente al ocuparse de las fiestas

taurinas<<A sí los españo les con romano

Pecho aplaudiendo bárbaros arrojos ,Tienen por regocijo cortesano

LAS CORRIDAS DE TOROS . 7 1

D e sangre humana y bruta har tar los ojos.

¡Oh L actancio ! ¡Oh Crisóstomo ! ¡Oh C ipriano !¡Qué d ijerais al v e r cuán sin enojosEn estas fiestas

,de homicidios feo s

,

El aplauso y la vista se hac en re os !

¿Qué dijerais al ver que tan infandoEspec táculo todos aplaudiendo ,

D el bruto están la saña deseando ,

Y e l riesgo de su prój imo riendo ,

A l ver lo po co que se alteran cuando

Come te e l bruto e l homic idio horrendoY que prosiguen , ¡ah do lor pro lijoCon ánim o sereno e l regoc ijo ?

A la condenación de las corridas de toros , formuladapor un caballero de antiguo abolengo cuando estas fiestas tenían un carácter aristocrático , aún aventaja en

vigor la que se halla en las Poesias del duque de Rivaspero antes de transcribir aquí los versos del insigne D uque ,

es necesari o expl icar la causa que le movió a escri

birlos .

El célebre marino D . j osé de Vargas y Ponce , poetaingenioso y notable historiador , creyó equivocadamenteque D . A ngel Saavedra que después fué duque de Rivas ,era lo que se llama un afi cionado á los toros

,y haciendo

un juego de palabras con su nombre de pila,l e escribió

una epístola en verso que comenzaba de esta forma :c B árbaro que así desluces

L os presentes de natura ,

Y en d emonio , siendo A ng e l

Tu torpe sandez te muda.»

A l leer estas frases , D . A ngel tomó l a p lum a y eseribió otra epístola contestando á la de su amigo VargasPonce , en que , después de negar que fuesen exactas lasaficiones tauromáquicas que se le atribuían , escribió loque á continuación c0pio

72 LA ESPANA MODERNA .

Si hubiese yo siguiendo la corrienteD e una costumbre bárbara que aún dura

Y que introdujo la africana gente ,

Gozádome , enemigo de natura ,

En verter sangre y en ajeno daño ,

Con llanto de la triste agricultura ,

Tu enojo y tu rigor no fuera extraño ,

Y el orbe entero abominar debieraTan gran barbaridad , crimen tamaño .

Si á tus no ticias por ventura hubieraL legado que yo estaba confundido

Entre la turba v il,baja y torera ,

Cual sue le tanto noble envilecidoQue , perdiendo e l respe to a susmayores ,

D esmiente su linaj e esclarecidoSi yo que al son de trompas y atambores

Cabe e l Tajo , mi patria defendiendo ,

D esprecié de B e lona los horroresY e l fulminante brazo sacudiendo ,

Por lo menos , mostré no ser cobardeA jena y propia sangre allí vertiendo ,

A hora degradado hiciera alarde

D e empuñar v il estoque contra un toroFuera justo e l enojo que en ti arde .

»

N ota bene , como dicen los que gustan de usar fraseslatinas , los poetas que por su profesión de m il itares parecia que hab ían de ser los que más debían aplaudir lasaficiones taurinas

,Si estas aficiones fuesen signo de ani

mosa virilidad,son precisamente los que no perdonan

ocasión de mostrar su desagrado al torerismo , valga lapalabreja ,

y á todas sus lógicas consecuencias . A sí es

que,hace poco más de un año ,

el coronel de Estado M a

yor, D . Leopoldo Cano , al visi tar por vez primera el

morisco palacio de los reyes granadinos,escribió los si

guientes versos<<D esterramos á los moros

Que hicieron estos palacios ,

Para aumentar los espacios

LA S CORR IDAS DE TOROS . 73

D onde hacer Plazas d e Toros.

Tras de gloriosas conquistasCe losos inquisidoresTostaron agricultoresY desterraron art istas ;Y hoy a triste emigrac ión

Corre un pueblo peregrino ,

Pensando por e l caminoEn la Santa Inquisic ión ,

Que dejó , a lo que se v e

U n mendigo en cada esquina ,

Una cruz en cada ru ina ,

Mucho y poca fe .»

Es decir , querido Pepe , que un tan cumplido y valeroso caballero como D . Francisco B ances y Candamo ,un oficial de la armada tan pundonoroso y distinguidocomo D . José de Vargas y Ponce ,

un grande de Españade tan probado valor en los combates como el duque deRivas

,y ' un coronel de un cuerpo especial

,que acredi ta

por su hoja de servicios su honroso comportam iento en lasacciones de guerra en que se ha hallado ,

D . LeopoldoCano

,motej an de cruel la lidia de las reses bravas por el

peligro que corren los toreros , y por los dolores que en

ella padecen los caballos y los toros . Y cuando así sienten y así piensan varones esforzados que no vacilan enexponer su vida , y si es preciso en morir defendiendo supropia honra ó la de su patria

,tal colegial imberbe

,algu

nos sacristanes de monjas,y no pocos sacerdotes asisten

á las corridas de toros,creyendo que prueban la for

taleza de su ánimo,porque ven sin inmutarse el peligro

aj eno , y hasta las heridas y aun la muerte de algún infortunado diestro , y no se conmueve su varonil corazónal contemplar el tormento de los caballos y el mar tiriodel toro , que márt ires son los toros de su barbarie y desu arrojo .

74 LA ESPANA MODERNA .

Se me había olvidado mi promesa de recordar aquílos nombres y versos de los poetas españoles que hancondenado las aficiones tauromáquicas ; promesa ,

porotra parte

,que só lo puedo cumplir en el límite que me

consiente mi escasa erudición ymimemoria ,ya debilitada

por mi edad madura , y tan madura que casi está pasada ;y dentro de tan estrechos lím ites , además de los cuatropoetas que de mencionar acabo , recuerdo al insigne JoveLlanos

,que bien demostró su avers ión al toreo en su

sátira contra ia degradación de la nobleza castellana,y al

gran poeta D . j osé M . Heredia , que , como tú ya sabes ,describió la M uerte d el toro , en la forma siguiente

Suena e l clarín , y de l sangriento drama

Se abre e l acto final cuando á la arena

D esciende el matador y al fiero brutoOsado llama y su furor provo ca.

El , arrojando e 5 puma por la bo ca ,

Con la vista devórale , y e l suelo

H iere con duro p ie , su ardiente cola

A zo ta los ijares , y bramando

Se precip ita… El matador sereno ,

Á gil le esquiva ,y e l agudo estoque

L e esconde hasta la cruz dentro de l seno .

Parase e l bruto , y su bramido expresaD olor pro fundo , rab ia y agonía :En vano lucha con la muerte impía ,

Quiere vengarse aún pero la fuerza

Con la caliente sangre que derrama

En gruesos borbo tones , le abandona ,

Y entre e l dolor frenético y la iraVacila , cae y rebramando exp ira.

Sin honor e l cadáver insultadoEs en bárbaro triunfo , yertos , flojos ,Yacen los fuertes pies , turbios los ojosEn que ha un instante centellar se vía

Tal ardimiento , y fuego , y energía ,

Y por e l po lvo vil huye arrastradoEl cue llo que tal v ez bajo el arado

76 LA ESPANA MODERNA .

Y para que los lectores no conserven como últ imo recuerdo poético , ó antipoético ,

mis endecasílabos asonantados , copiaré ahora el soneto que sirve de lema á tuopúsculo titulado Las j i estas d e toros . Dice así nuestroamigo M anuel del Palacio :

( Suena e l clarín ; la multitud se agitaYa está en e l circo la asombrada fieraImpávido el jine te que la esperaSu atenc ión y su enojo solicita.

¡Menos vara , morral ! —nu chusco gritac ¿Se ha enamorado usted de la barrera ?El hombre avanza y rápida y certeraA su encuentro la res se pre cipita.

» Como roca del monte desgajadaR ueda e l j ine te , y ebria de furoresCébase en él la fiera ensangrentada ;

»Mientras ahogando e l ¡ay ! de sus dolores

L a imbéc il muchedumbre , entusiasmada ,

R epite Picadores picadores !

Llega el momento de terminar,y aún no he citado

entre los enemigos de las corridas de toros al discretopintor de las costumbres madrileñas

,D . Ramón de Me

sonero Romanos , al inspirado poeta D . José Selgas,ni á

otros muchos escritores que recordaré Cuando ya no tengaocasión de remediar mi olvido . ¿Y callaré ahora que

dos de los reyes de España más j ustamente alabados porlos historiadores

,Isabel la Cató lica y Carlos III eran de

cididos adversarios de las fiestas de toros ?Ilustres pensadores , inspirados poetas , reyes de glo

t iosa memoria , condenan unánimemente las corridas detoros ; pero sus palabras se pierden en el espacio ,

y cre

cen y crecen las aficiones tauromáquicas en la Españadel siglo XIX . Se arruinan ó se incendian nuestros monumentos art ísticos por falta de cuidado y sobra de ignorancia

,pero se levantan plazas de toros en todas las

LA S CORR IDAS DE TOROS . 77

ciudades y villas y hasta en lugarej os de mala muerte serinde cul to al torerismo . N o quiero continuar escribiendo

,

mi querido Pepe , porque temo decir que nuestros comTu concluirás la frase en laforma que creas

conveniente ; porque lo harás con la discreción que admira en todo lo que escribes tu amigo y antiguo companero en letras y armas

L U IS VID A R T.

M A DR ID ,1 1 de Octubre de 1890 .

LA GEOGRAFIA A PR IN CIPIOS DEL S IGLO XV

N 14 1 5 , cuando los portugueses conquistaron áCeuta , inaugurando , á partir de ahí , el gran movimiento de las navegaciones y descubrimientos

,

dos leyendas geográficas preocupaban señaladamente laimaginación de los nuevos argonautas . Eran estas leyendas la del Pres te Juan de las Indias

,emperador á quien

se suponía dominando en todo el Oriente desconocido yla del M ar tenebroso , donde , según las tradiciones árabes

,se extinguían hacia el Sur la tierra y el mundo en

l atitudes superiores a las Canarias .

Casi al tiempo mismo en que los portugueses tomabanaCeuta ,

Jacobo A ngelo presentaba ( 14 1 6) al Papa A lej andro V la traducción de Ptolomeo . Esta geografía eraentonces cosa corriente en el mundo de los sabios . A l

despertar del agitado sueño de la Edad M edia ,Europa

reanudaba el hilo del saber clás ico en el punto donde lodej ó la antigiíedad .

Conocidas eran Europa y A frica ,esta última desde

el M editerráneo hasta el Ecuador , aun cuando las costas de Etiopía hubiesen dej ado de ser visitadas por eu

LA GEOGRAF I' A A PR INC IP IOS DEL SlGLO xv . 79

ropeos , y se perdiesen con los vastos desiertos australesen la oscuridad de un mar ignoto . Tradiciones anterioresde Eratóstenes , que precedió en más de tres siglos alalej andrino

,afirmaban que el continente etiópico ,

terminando hacia el Sur , dejaba libre paso marít imo hacia e l

Oriente . A demás no se había olvidado del todo el viaj ede circunnavegación africana de los fenicios contratados por el hij o de Psamético en el año 607 antes de Jesucristo , ni el del cartaginés H annón hasta las alturas delSenegal treinta años después . H ablábase también delviaj e del sobrino de Darío en 480 , y de la fantástica expedición de Eudoxio de CíciCo hacia fines del siglo II . Yconfundiendo de esta suerte la extravagancia con la realidad

,y la fábula con la historia , bogaba incier to el es

piritu en esos albores de la geografía moderna,oscilando

entre la iluminación de una fe ,más vaporosa que posi

tiva,y las terminantes negaciones en que envolvía la

imaginación todo lo desconocidoA sí mientras el geógrafo alej andrino dejaba inde ter

minado el Sur de A frica , las doctrinas climatológicas ,aceptadas por la teor ía geocentrica , reputaban inhabitables las regiones australes , y los árabes entendían queelÁfrica terminaba en l odos l íquidos en una continuaebullición , de donde surgían nieblas que tendían sobr elos mares impenetrable velo de sombras .

Si tal era la idea que se tenía de la t ierra por e l Sur,

en cuanto al Este sabíase g rosso modo que la masacont inental de A sia se prolongaba hasta Catay ,

Sericay Cipango

, que son la China y el Japón , conociéndoseel diseño austral de los continentes , penínsulas é islasde los mares de esas regiones á que se daba el nombregenér ico de Indias . Y se conocía , ya por la geografíaptolemaica ,

ya por el viaj e de M arco Polo , cuyo libro , do»

80 LA ESPANA MODERNA .

nado por la Señoría de Veneci a , trajo á Portugal de susviaj es

,en 1 428 ,

el infante D . Pedro .

Creíase ,pues

,que hacia el Oriente el mundo acababa

con las Indias,fo rm ando Cipango en los lími tes extre

mos,l a frontera insular ó A ntil ia y suponíase que el

África,perdiéndose en remotas regiones abrasadas ,

llenas de sombra y de m is terio completamente inaccesibles

,interponía por e l Sur una invencibl e barrera para el

paso marítimo hacia el tesoro de los árabes : las Indiasmaravillosas

,que excitaban la curiosidad y la codicia de

la gente portuguesa en el siglo xv .

D ec íase además que todo ese Oriente maravilloso formaba el Imperio de un príncipe cristiano en guerra constante con los sarracenos , y que había , por consiguiente ,en la tierra dos mundos de Cristo , desconocido el uno delo tro . D e ese modo venía á aunarse el proselitismo con laambición de poder , con la sed de riquezas y la avidez dela curiosidad

,para provocar la explosión del movimiento

de los descubrimientos marítimos . A sí,con la leyenda del

Preste Juan ,señor de Etiopía y de las Indias

,enlazábase

directamente la otra leyenda del M ar Tenebroso ,puesto

que para ir en busca del Preste,era indispensab le trans

poner y vencer los m isterios y tormentas de mares reputados inaccesibles .

La idea de que el mundo habitado concluía circundadopor el mar misterioso se hallaba en perfec tá armonía conla teor ía geocentrica de los climas . Encuéntrase ya en

Teopompo ; y , al inaugurarse la Edad M edia ,así como se

restringen los lím ites de la l ibertad del espíritu , estré

chanse también las fronteras del mundo conocido . M a

crobio ,Osorio y L actancio , autores de los siglos v y VI ,

hacen subir los l ím ites del Océano hasta los m º de latitudNorte , dejando en sombras la mitad de A frica . Prisciano

LA GEOGRAF ÍA A PR INC IP IOS DEL S IGLO xv . 81

coloca en Etiopía el término del mundo ,y lo mismo hace

San Isidoro de Sevilla . Para B eda , en el siglo VII , l a tierra es como un huevo rodeado de agua ; y el A nónimo deRavena

,en el siglo siguiente , pone en esas aguas , allende

el estrecho gaditano,el paraíso t errenal que Rabano

M auro describe circunstanciadamente .

A l propio tiempo que avanzaban las ondas del M ar

Tenebroso,abismando tierras , en otro tiempo conocidas ,

flotaban sobre esas ondas portentos de l a imaginaciónalucinada por las visiones de la fe y del temor religioso .

La [mag o mund i , de Honorato de A utum ,es el compen

dio de esas fábulas del siglo XI , repetidas dos siglos después por Sacro B osco en su Sphera mund i .

A lberto M agno , que ocupa lugar preem inente en lahistoria del saber humano , supone que el África se hallalimitada por un mar vastísimo é inaccesibl e

,no sólo á

causa de sus densas tinieblas , sino por vir tud de un poderOcul to ,

imán que atrae á los navíos,y no los dej a pasar

adelante . Ya en el siglo XI se encuentra la misma fábulaen Edris i ; y éste y todos los geógrafos árabes describencon rasgos maravillosos de un carácter terrible los misterios del mar de las tinieblas , señalando l ím ites diversosá l a exploración de las costas africanas . Ibn—Khaldun

, en

el siglo XII I , considera el cabo Non como el término fatalde las navegaciones . Ibn-Said , sin embargo , menciona lal legada casual de algunos árabes al cabo B oj ador

,do s

siglos antes .

Y no es sorprendente , sino antes bien veros ími l , quehubiesen acertado á baj ar por la costa barcoS árabes

,

pues otro tanto sucedió á embarcaciones cris tianas delM editerráneo , apareciendo el famoso cabo en el A tlas catalán de 1 3 7 5 con el nombre de B ugeder. A sí resulta delviaj e del mallorquín Jaime Ferrer , que bajó l a costa en

6

82 LA ESPANA MODERNA .

demanda del Río de Lor ó del Oro,aunque

,no pudiendo

llegar á su destino,se volvió sin doblar el cabo .

Con efecto no se perdió del todo en las escuelas deItalia la tradición de la forma peninsular de A frica . A d

mitían algunos , aunque sin prueba auténtica ,la posibi

l idad de la circunnavegación del continente y de la llegadaá la India por ese camino . A fortunadamente

,vivía en la

memoria el lejano recuerdo de los viaj es de los egipciosy fenicios y la expedición malograda de 1 291 en que losVivaldis parten de Génova con dos galeras

,camino de

l a India,recuerda el viaj e de H annón . Los navíos fueron

á perderse,uno en las costas de M arruecos

,y otro , á lo

que parece , en la desembocadura del Senegal .Pero estas expediciones esporádicas é infructuosas

confirmaban más y más l a opinión corriente sobre lo inaccesible de los mares del Sur , y , por lo mismo en vez de

dism inuir el méri to de los navegantes portugueses que,

con su audaz tenacidad , disiparon la leyenda y patentizarou la verdad

,contribuyen , por el contrario ,

á aumentarlo . Los mares australes eran

,á princip ios del siglo xv

,

un vasto Océano poblado de terrores y envuelto en sombras los mares occidentales eran el campo abierto á lafantasía céltica excit ada por la remota y nebulosa tradición de la A tlántida .

Nadie ignora la mención que hizo Platón de esa isla,

reñriendo cómo se sumergió , ni tampoco las referenciasde Toopompo á la isl a occidental . N o cabe ,

dentro del os l ímites de este ensayo , inquirir los orígenes de… esastradiciones helénicas , ni aquilatar su grado de verosi

militud ante lo mucho que hoy se sabe , .no sólo de laorografía submarina y de las relaciones de los tres archipiélagos atlánticos

,Canarias , M adera y A zores

,

6, cuando menos , de dos de ellos , sino también de la

84 LA ESPANA MODERNA .

tee , H esperida relacionado con la cos ta de M auritaniay con los iberos . Sin embargo el célebre mapa de M arinoSanuto ( 1 3 20) transporta ese archipiélago al poniente deIrlanda ,

declarando que anltra Gades per reg na Ispa

niw , Portug alim etGalitiz , non inveniuntur insulw ali

cu¡'

us valoris . M ás allá de Gales el mar está desiertoEra lo consecuente con las ideas geocéntricasde la época .

Pero ya en tiempo de A lfonso IV de Portugal,cuando

el Papa dió las Canarias al príncipe de la Fortuna , fué

á visitarlas una expedición naval que partió de Lisboa .

A sí volvía á notici a de los europeos ese archipiélago,

conservándose definitivamente su conocimiento,cuando

el normando Juan de B etencourt estableció en él un reinoefímero , precursor del domin io castellano en que vino áquedar hasta nuestros días .

D e las A zores y M adera puede afirmarse con certidumbre que no había noticias . ¿Se habían descubiertoya

,antes de ocuparlas de un modo permanente los por

tugueses del siglo xv ? Tal vez pero si eso puede teneralgún valor

,dudoso en todo caso

,para la curiosidad

científica ,históricamente no lo tiene , porque e lverdadero

descubridor es el que,apoderándose de la tierra

,con

serva en el dominio de los hombres el conocimiento delhecho por lo menos .

Pretenden algunos que los navíos portugueses del tiempo del rey A lfonso IV , al ir á Canarias , arribaron tambiéná M adera , explicándose así que el Portulano laurentinode 1 3 5 1 , publicado por el conde R andelli B oni , figure unaisla con el nombre de L egname

, traducción italiana de lapalabra M adeira . M as , por otro lado ,

aparte de ser discutible este modo de traducción onomástica

,hay una

identificación verosímil entre la palabra leg nam e y lade al-agham con que , en la leyenda antes c itada

,

'

se

LA GEOGRAF ÍA A PR INC IP IOS DEL S IGLO xv . 5

designa una de l as is las de los maghurinos de Edrisi .El hecho es que

,tanto en el Portulano l aurentino

de 1 3 5 1 , como en el atlas catalán de 1 3 7 5 , como , finalmente

, á l o que se dice , en el mapa que en 14 28 traj o deVenecia á Portugal el infante D . Pedro ,

figura un grup ode islas atlanticas , en oposición al terminante aser to deSamuto más allá de Gades el mar está desierto . Perocontra la afi rmación de que los portugueses fuesen endemanda de esas islas

,conociendo ya su existencia ,

de

pone el texto de la Crónica del descubrimiento de PortoSanto ,

cuando nos dice cómo fué hij o del acaso que arroj óá esa playa desierta á los navegantes que fueron á reconocer por el Sur la costa africana .

Tal era el estado de los conocimientos geográficos enla época en que Portugal inició el movimiento de las navegaciones y descubrimientos .

Hacia el Oeste prolongábanse las llanuras de un mar ,misteriosamente poblado de leyendas quiméricas

,que

,

confundiendo la imaginación,no estimaban la codicia .

A unque los cálculos,á fuer de erróneos

,colocasen la

costa opuesta de A sia,en Cipango

,unamitad más próxi

ma de lo que está realmente A mérica,á pesar de eso

,la

extensión era tan grande, que nadi e se atrevi ó á transpo

nerla hasta que Colón ,guiado po r una iluminación mis

tica , real izó su grande viaj e .

Hacia e l Sur surgía el terror horrible de un mar abrasado en fuego y envuelto en t inieblas . A llende él encontrábanse las venturosas Indias . Y fué menester un siglocasi de cont inuas y persistentes tentativas

,fué menester

la paci ente fuerza del geni o portugués , para que al fin ,

Vasco de Gama,part iendo de Lisboa

,fondease en Cá

licut , abriendo el camino marítimo de Oriente .

OLIVE IR A MAR TIN S.

LA AN TIGUA CIVIL IZA CION

D E L A S

I S L A S FI L IPI N A S

L GUN OS escritores nacionales y extranj eros consagran sus vigilias á lo que bien puede llamarse antropología prehistórica del continente americano ;

y regis trando archivos , y desenterrando monumentos ,y

examinando ruinas , van poco á poco dando a conocer lacivi lización que habían alcanzado algunos pueblos ame

ricanos antes de haber sido incorporados a la monarquíaespañola . Esta labor ímproba y difícil es digna de, aplausoy merecedora de estímulo , que no le escatimarán cuantos se interesan en los progresos de la etnografía

,de la

antropología y de l a historia ; pero el ejemplo es tentador,y natural es que se haya aplicado á otras regiones

que fueron en el mismo siglo descubiertas y dominadaspor las armas de Europa ,

6 simplemente reducidas á l aobediencia de poderosos monarcas . Por eso hemos vistosm extrañeza que algunos escritores procedentes del archipiélago fi lipino hayan intentado vindicar la cultura y

LA ANT IGUA CIV ILIZAC IÓN DE FIL1P1N A S. 87

civilización á que habían llegado los habitantes de aquellas islas

,antes que el adelantado Legaspi hubiera im

plantado y organizado en ellas las leyes y el gobierno deEspaña

,baj o cuya hermosa bandera han permanecido

hasta la fecha .

Esta nueva tendencia de los hij os de aquel hermosopaís nos impele a comunicar á los lectores de L A ESPAN AMOD E R N A algunas noticias interesantes y de autoridadindiscut ible que nosotros poseemos , y que se refi erendirectamente al problema que hoy se plantea . No di remosque le resuelvan pronunciando sobre él l a última palabra ,pero Si esperamos que le ilustren

,y que señalen algunos

l ímites , dentro de los cuales será preciso que encerremosla civilización de los antiguos filip inos . Dos observacionesson indispensables antes de pasar adelante .

Sea la primera,que

,no teniendo noso tros otras noti

cias de las tendencias de los escritores filip inos y de sudesarrollo que las ligerísimas comunicadas por la prensa

,

ni nos ha venido á las mientes ni nadie está autor izadopara imputarnos el propósito de corroborar ó de impugnar sus asertos y segunda ,

que habiendo vivido en elarchipiélago de Filipinas desde la edad de veinti cuatroaños hasta la de treinta y seis

,es decir

,el período de l a

vida más á propósito para encariñarse con personas y concosas , sentimos amor intenso por todo lo que á él se re

fiere , y tendencia marcada a juzgar benévolamente desus cosas , de sus personas y de las acciones de sus habitantes de hoy y de sus habi tantes de antaño .

La fuente de las noticias que nos proponemos dar áconocer es un Códice en fol io , en papel de arroz , acabadode escribir en el año de 1 6 1 0

,con datos que abrazan el

período de la pacificación y reducción de las Fi lipinasse extienden hasta 1 606 y detallan el estado de cul tura

88 LA ESPANA MODERNA .

y de industria de sus habitantes antesde la llegada de losespañoles . El Códice es tá dividido en cinco libros

,y éstos

en 1 83 capítulos , prólogo y dedicatoria aparte ; comienza :» La provincia de Filipinas »

,etc .

,y acaba : c Pid0 perdón

de las faltas , y por premio si merezco alguno,las ora

ciones de todos El autor , versado en toda clase de conocimientos y muy empapado en los historiadores de lospueblos antiguos , llevaba de residencia en Filipinas alterminar su obra veinte y nueve años

,es decir

, que había arribado al archipiélago en 1 5 81 y recorrido despuéssus islas principales . Finalmente , el mencionado Códicefué depositado en 1 6 3 6 en un archivo particular , del cualpasó á otro archivo también particular , siglo y medio mástarde

,donde nosotros hemos podido consultarle de teni

damente,sin creernos autorizados para otra clase de

revelaciones . Está escrito en letra bastarda de principiosdel siglo XV I I

,tan hermosa en algunos capítulos

,como

la de Torío,y autorizado con firmas auténticas de .per

sonas conocidas .

Hechas estas declaraciones , necesarias para inve stirde autoridad á e'

sté artículo ,réstanos tranquil izar á los

habituales lectores de L A ESPAN A MOD ER N A ,asegurándo

l es que ni nuestras ocupaciones,ni nuestra falta de apti

tud para esta clase de escritos , nos tentarán fácilmenteá abusar de su benevolencia .

ID E AS GEN ER AL ES .

Trataremos de la civilización , no de los aborígenesfilipinos

,sino de los indios malayos que constituían en

tiempo de Legaspi , y constituyen hoy , la inmensa mayo

LA ANT IGUA C IVI L IZAC IÓN DE F I L IP INAS . 89

ría de los habitantes del archipiélago . D e los primitivoshabitantes , llamados negritos , aetas ó itas, el autógrafoque nos sirve de guía , á pesar de juzgarlos superiores ásus semejantes de Nueva Zelandia y de otros puntos

,

dice que no llevan ropa , ni tienen casas , ni forman pueblo

,ni cultivan los campos . Poseen un arco y una flecha

,

s e dedican al a caza del j abalí y del ciervo , l o comen dondelo cazan ,

y emprenden luego otra correría en buscade otra pieza . Su lengua se diferencia de las otras lenguasde las islas , tanto como el vascuence se diferencia delas lenguas que se hablan en la Península .

—Y, cierta

mente,si esas pobres razas no han dado un solo paso

en las vías del progreso en los trescientos años que hancorrido desde que algunas de ellas ven desde sus guaridas la ciudad de M anila ,

y dominan desde el montede M arivel es la inmensa bahía cruzada por vapores detodas las naciones cultas del mundo , no es de creer , sindatos que lo prueben

,que antes hayan alcanzado mayor

cultura .

Los indi os de Filipinas se creían procedentes de lascostas de M alabar y de Malaca

,y habían llegado á l as

islas en pequeñas embarcaciones llamadas barang aya' n,á las órdenes y bajo la dirección de un j efe Ó cabeza

, que

conservaba su jefatura después del desambarque ,como

base de una organización social á manera de tribus yaque cada barang ay ó cabecería so lía componerse de unascincuenta familias . Los individuos de un barang ay nopodían pasarse á otro , sino mediante una indemnización ,

y si tomaban esposa de distinto barangay era á condición de que los hij os se dividiesen entre las dos tribus . A l

frente de algunas cabecerías había un d ato Ó mag uino'

o,

suprema autoridad all í conocida,cuyo poder

,a parte . de

estar reducido á muy limitado territorio, era asaz débil , é

LA ESPANA MODERNA .

incapaz de mantener el orden y de afi anzar—la paz . L lc

gábase á esa autoridad por la destreza ,por la riqueza

,

por la astucia , á consecuencia de una guerra ,y por otros

medios aún menos equitativos . Eran todos gent iles é idólatras

,sin que el mahometismo hubiera p asado de la isla

de M indanao,y durante algunos años permenecieron en

extremo refractarios á la religión cris tiana,unos por no

tomarse el trabaj o de aprender el catecismo,otros por

no dejar sus mancebas , sus esclavos , sus logros y susbienes mal adquiridos ; y algunos por su obstinación ensus idolatrías . … hasta que fueron desapareciendo los ancianos

, que eran el escándalo de los demás .

No hab ía,como hemos dicho

,ningún estado consi

derable en el archipiélago,ni se conocían reyes 6 empe

radores. En M anila , que contaba cuatro mil casas 6 chozas al ocuparl a Legaspi

,había ¿un dato , y la ribera

opuesta del r ío,Ó sea la derecha

,pertenecía al dato de

Tondo .

Las naciones principales distinguidas por el autógrafoeran : ] ag alas , los principales y más nombrados , dotados de todo el valor y policía que puede esperarse debárbaros distinguíanse entre ellos los pampangos porsu generosidad á los camarines también los englobaentre los tagalos . Cag ayanes , muy bravos y muy valientes ,accesibles

,no obstante , si se les trataba con generosi

dad . Zambales, corrupción de la palabra zambali, que

suena corta—cabezas . Caribes feroces , fieros , sanguinarios

,enemigos de los españoles y de los amigos de éstos

,

no dejaban a nadie vivir en paz ,y no conocían otras

proezas que las de cortar cabezas , ni mayor delectaciónque la de beber los sesos de sus víctimas

,horadando

para ello el cráneo , que luego conservaban como un trofeo . Castigaban al incestuoso con pena capital , y á la mu

92 LA ESPANA MODERNA .

camisita corta de anchas mangas,y un pañuelo en cier

tos casos . La cabeza con el pelo recogido en forma derollo sobre la nuca

,y sin tocado

,porque usaban mucho

la sombrilla . Iban además muy perfumadas y aderezadas con j oyas

,y se permit ían el luj o de ser conducidas

á hombros por los esclavos . A las niñas ,especialment e

en la tierra de los comintas ¡ entre Cavite y B atangas ,l es colgaban de las orejas j oyas pesadas

,con el fin de

alargarles la membrana .

Entre los ilocanos,vestían igualmente las mujeres y

l os hombres , l levando unas cabayas semejantes á las delos chinos .

Los hombres de Visayas conservaban el pelo largo,

p erfumado , y recogido en la nuca ,como hacen hoy los

habitantes de Java . El tapis de l as muj eres era cerradoÓ cosido

,y lo suj etaban metiendo por la cintura la parte

que sobraba,después de haberle ceñido al cuerpo . En la

cabeza,sobre l a toca blanca

,se ponían un bonetillo ó

sombrerillo de palma,especie de quitasol , que era su in

separable al salir de casa . Tanto los hombres como lasmuj eres eran muy dados a ponerse

¿pendientes de oro ,brazaletes de marfi l , yá teñirse y limarse los dientes ,que además guarnec ían de oro con habilidad consumada ;delicadezas tanto más extrañas

,cuanto que los visayas

varones llevabanpor ordinario indumento sólo elturbantey el mandilillo que cubría sus partes vergonzosas . Lastelas de todos estos vestidos eran de algodón ó de seda .

Casas y aj uar . Los filipinos vivían en lo que pudiéramos llamar palafitos

,ó sean barracas de caña y hoj as

de palma,levantadas sobre pilotes

,sin más puertas ni

c ierres que mamparas de l a misma materia . El piso alto ,donde dormían y comían

,estaba formado de listones de

cañas separados unos de otros ; el todo muy mal afianzado

LA ANT IGUA C IV IL IZAC IÓN DE FILlPIN A S. 93

y sujeto con bejucos y cuerdas formadas con la estopade las palmeras , por carecer de clavos . Subíase á esascasas por una escalerita portát il , que se apartaba encuanto sal ían los amos

,en señal de que nadie deb ía acer

carse á la vivienda, que j amás se trancaba .

—Habla el autógrafo de platos y de vasos , sin especificar su clase , ytambién es de suponer que tendrían cacerolas de cobre ,aunque no lo exprese , pues poseían una fábrica de cañones de artillería de ese metal y otras de pólvora , industria que habían recibido de B orneo . En L ugbán encontraron nuestras tropas , por vez primera ,

do s fuertesartillados ,

desde los cuales se defendieron los indios .

Había además en las casas algunas mesitas baj as,tabu

retes y unas cajas bastante bien hechas de hojas de palma

,con tapa enchufada de la misma materia ; estas cajas

ó arquetas , llamadas tampipi , servían para la custodiade ropas y alhaj as .

Comercio ,instrucción y ag ricultura .

—El comercioexterior era generalmente con la China , de cuya naciónhabía en M anila algunas embarcaciones á la llegada delos españoles . La conducta de los fi lipinos con los chinosdejaba bastante que desear , pues los saqueaban y reducían á cautividad cuantas veces podían ,

con lo que paralizaban las transacciones á una y otra parte beneficiosas .

El acto generoso del Gobierno español,que en 1 5 7 1 di ó

libertad á todos los chinos cautivos,y les facili tó medios

de regresar á su país , inspiró confianza en los hij os delCeleste Imperio ,

é impulsó el comercio entre él y Filip inas . Tanto el comercio interior como el exterior se reducía á los frutos de la t ierra

,al pescado

,á las telas y á

obj etos de orfebrería . No tenían monedas acuñadas , váliéndose

,para la facilidad del tráfico

,de oro en lingotes

ó en pepitas , que se apreciaba al peso .

94 LA ESPANA MODERNA .

A unque no se encontraron libros en el país , y asegu

ran los contemporáneos de la reducción que no los tenian , poseían alfabeto ,

bien conocido ya hoy,para excu

sarnos de reproducirlo . Lo hemos publicado hace quinceaños en la R evista de Filipinas , para satisfacer á lasdudas que sobre su existencia había present ado M r . B OW

ring , antiguo gobernador de ' Hong-Kong . De ese alfabeto se val ían los indios para sus asientos mercantiles ypara su correspondencia

,á la que se mostraban y mués

tran muy aficionados . La instrucciónelemental se hallabarelativamente extendida

,pues nuestro autógrafo afirma

que casi todas las mujeres sabían leer y escribir ; aseveración que ni por un momento ponemos en duda ,

testigoscomo somos de la propensión que tienen los fi lip inos haciacierto grado de cultura

,y de la facilidad con que la ad

quieren .

Como carecían de libros , carecían de legislación es

crita ,aunque , como veremos en su lugar ,

regíanse portradici ones y costumbres dignas de ser conocidas

,y que

colocan á l os antiguos fi lipinos en un nivel superior al deciertos pueblos antiguos , que gozan de más ilustre fama .

Elprincipal de cada agrupación social , llamado mag uinao

entre los tagalos y dato en las provincias de Visayas,

era la única autoridad política,m ili tar

,adminis trativa y

judicial . A nte él acudían los libres (j imanas) en querellacontra sus semej antes . El juez intentaba ante todo unareconciliación

,pero si ésta fracasaba

,lo que por desgra

cia no era raro , ya podían los clientes armarse de paciencia

, pues elmag u inoo sentenciaba ,ej ecutaba

,cobra

ba sus derechos , y se lanzaba como ave de rapiña , no solamente sobre los bienes del vencido

,sino también sobre

los de sus testigos . En asuntos criminal es era corrienteexigir amano armada una indemnización en oro , que se

LA ANT IGUA C IV IL IZAC IÓN DE F IL IP INAS . 95

repartía entre la parte agraviada 6 sus herederos , y losprinc ipales que hab ían tomado la defensa del ofendido .

No había lugar á esta acción contra el culpable vulgar ypobre

,en cuyo caso

,si era asesino , se le ataba á un palo ,

y le ej ecutaban a golpes de lanza .

El procedimiento era distinto tratándose de hurto .

Precedía el registro del pequeño ajuar de los vecinos 6sospechosos

,y si esto no daba resultado , s e acudía á la

purgación canónica que practicaban de tres maneraszabulléndolos en el agua , obligándoles á sacar una piedra del fondo de una vasij a llena de agua hirviendo

dándoles velas encendidas .

Respecto á ocupaciones ordinarias cul tivaban elarroz

,la caña dulce , las palmeras , las musáceas y las

hortalizas se dedicaban á la pesca , y aunque en estamateria no desciende el autógrafo que nos sirve de guíaá detall es particulares , como habla incidentalmente deredes y otros aparej os , es probable que l a practicaríancomo hoy

,armando corrales , util izando el salambao y

acaso cerrando estanques de piscicultura , como los tienen actualmente los fi l ip inos y los tunquinos. En Ilocosy Camarines beneficiaban minas de cobre y de oro

,con

el cual hac ían j oyas afilagranadas de exquisita labor loshabitantes de esta última provincia . La ocupación especial de la muj er era el hilado y tej ido de sus telas de seday de algodón . En otro lugar trataremos de o tras industr1as , hij as de la agricultura y de l a miner ía .

En las provincias Visayas,más relaj adas indudable

mente por su contacto con los habitantes mahometanosde M indanao y de B orneo ,

era frecuente el bandolerismoen las regiones interiores , mediterráneas que dice el Códice

,y en las costas el ej ercicio de corsario . Sus armas

,

en esas y otras provincias eran flechas y lanzas con pun

96 LA ESPANA MODERNA .

tas de hierro,de hueso Ó de madera tostada ; cerbatanas

para disparar saetas envenenadas ; puñales grandes ybastante bien trabaj ados ; corazas de bejuco y de conchas , que los embarazaban en sus movim ientos y no lospreservaban de las balas de fusilería paveses de madera fortificaciones de setos vivos de bambú

,rodeadas

de pantanos y en algunas provincias arcabuces concañón de hierro mal hecho versos y otros cañones debronce .

M oral . Veremos más abajo que los antiguos fi lipinos estaban constituidos en famil ias regulares

,y que la

religión sancionaba sus matrimonios . En su trato socialeran muy cortesanos , especialmente los tagalos , comintas y borneyanos. Jamás hablaban á un superior sinquisarse el turbante potong que colocaban graciosamente sobre el hombro izquierdo

,como hacen los mozos

de café con la servilleta doblaban luego las rodillas,ó

doblaban una sola , levantando el p ie levantaban las manos en al to y las pegaban á los carrillos , y , hechas todasestas ceremonias , esperaban aún la autorización parahablar . Hacían esto último tratando a todo superior entercera persona , y añadiendo á cada frase la palabra po ,

que equivale á señor . Eran aficionadísimos á dirigirsemisivas llenas de cumplidos , y á obsequiarse con lamúsicade su cud vihuela de _ dos cuerdas de alambre que tañíanCon suma vivacidad y destreza ,

dando á conocer susafectos mediante ese lenguaje artístico .

En las provincias de Visayas la virginidad era afren

tosa,y no hay para qué recordar una práctica a que

daba lugar esa preocupación ,y que desapareció sin de

j ar rastro de sí , á los pocos años de la dominación española . La mancebia era tenida por semivirtud ,

sin quepor eso fuese gratuito su ej ercicio , que las hembras co

LA ANTIGUA CIV ILIZACIÓN DE FIL IPINAS .braban siempre . Los niños al nacer sufrían una especiede circuncisión

,no como la de los hebreos , sino prepa

ratoria de ulteriores obscenidades .

Tenían los filip inos dos clases de juramentos el j uramento de fi delidad en los tra tados de ami stad y de paz ,que se practicaba abriendo la vena del brazo y dando abeber la sangre a l a otra parte , en señal de parentescosandug o y los juramentos particulares , que eran casisiempre imprecatorios ó execratorios. Que me mueramatay que sea comido del cocodrilo eag in nang bua

ya) ; que me convierta en macaco mag u in amoc) ; par

tame el sol , pártame un rayo , no me den favor las muj eres ; sea Dios testigo ( sacsi ang batha lan me icapal

Tanta execración y maldición ,de cuya costumbre no se

han curado completamente ,se componía muy bien con

la mentira , el fraude y la trai ción .

Quisquillosos y nimios en sus relaciones social es,

armaban un pleito y promovían un embrollo por cualquier bagatela

,y tomando parte en la querella todos los

parientes y amigos de cada una de las partes , eran frecuentes las discordias y las guerras civiles

,de que con

grandísimo contento se vieron libres baj o el Gobiernopaternal de España . Grande era también su propensióná hacer votos

,y extremada su fidelidad en cump lirlos

,

aunque hubieran sido condicionados y l a condición no sehubiera verificado .

A plícanse l as anteriores cualidades casi exclusivamente á los fil ip inos de l a isla de Luzón y sus inmediatas .

L osd e Visayas,ya hemos visto que eran más rudos y

más relajados . El autógrafo que nos suministra estas noticias dice de ellos que eran muy dados á comilonas ; másaún , á embriagarse y á la promiscuidad de sexos nousaban en el lenguaj e palabras de cortesam

'

a ni de res

98 LA ESPANA MODERNA .

peto desconoc ían los actos de buena crianza no sab íansaludarse . En una palabra concluye el autor

,cuadran

les muy bien cuantas censuras , reproches y acusaciones contiene el capítulo VI de la carta de San Pablo á losRomanos .

F . R . MAR TIN E Z VIGIL ,

de la Orden de Predicadores

O B I S P O D E O V I E D O .

100 LA ESPANA MODERNA .

perpetuos combates y encuentros he ahí el papel deTaaffe desempeñado con tino

, que suelen llamar sumo ycertero

,cuando las gentes olvidan que tiene un Empe

rador á la espalda , cuya voluntad personal concluye ,como en el Imperio romano

,por elevarse á voluntad

pública . Mas no desconozcamos con cuál mayor facilidadse cae uno marchando sobre la cuerda floja que marchando sobre un suelo sólido y ñrme . A fuerza de habilidades el tropezón sobreviene , y la caída resulta mortal .Tropezón grandísimo del sistema de Taaffe l as eleccionesúl timas en A ustria . Todas las exageraciones han pululado en los empeños del combate y casi todas han ven

cido . Entre las muchas contradicc iones con que lucha elA ustria ,

la de croatas y transylvarios con magyaresenHungría la de servios con búlgaros en sus fronteras delEste ; la de turcos con cristianos en B osnia y H erzego

Vina la de fieles é irredentistas en el Tyrol y en la Istria ;ninguna tan grave como la del pueblo eslavo con el pueblo al emán en B ohem ia . Siempre un reino

,como éste ,

que se cree unido al resto del A ustria por la persona delmonarca y su dinast ía

, juzgóse independiente y aunquevencido

,no se conformó j amás con su derrota . Pero esta

independencia supone un predominio de los naturales quese llamaná sí m ismos indígenas sobre los naturales de procedencia germánica . El eslavo de B ohemia

,si bien irrup

tor como el alemán de B ohemia,proclama su irrupción

muyanterior á la irrupción de estos últimos , y funda en ellaprescripciones , las cuales cree le dan derecho á j uzgarsecomo el factor predominante yprimero en su nacionalidad .

Esta idea empollaron esp íritus altísimos , como el cé

lebre Rieger,y su ilustre suegro

,el inmortal historiador

clásico de B ohemia . La idea corrió tanto , que descon

certo la política germano-meridional del conde B eust ;

CRÓN ICA INTERNAC IONAL . 10 1

la politica magyar del conde A ndrassy hasta llegar á lapolíti ca conci liadora y transigente del ministro Taaffe ,sumo equi librista ,

en quien vieron los que tanto lucharan en otro tiempo con los gobiernos antieslavos , unprincipio de concesión é intentaron ayudarle . A quellosmismos

, que al expresar la idea ,expresáronla en com

ple to y radical absolutismo abstracto ,el estadista R ie

ger y el hi storiador su padre , comprendieron cómo lasideas no se cumplen si no se limitan y pac taron en transacciones muy circunspectas de suyo y muy consideradascon la irreductible realidad . Pero una par te considerablede la raza quiso quedarse allá en la primera intransigencia ,y trató como una traición á la patr ia el rec onocimi entode la real idad por sus predecesores y por sus maestros .

L lamáronse j óvenes de B ohemia los intransigentes , paradar savia de j uventud á su intransigencia

,y designaron á

l os transigentes con el nombre de viej os par a qui tarlestod a esperanza . En efec to los jóvenes intransigentes sehan sobrepuesto á l os viej os transigentes

,y les han ga

nado las elecciones . Rieger acaba de ser derrotado . A suvez

,en los distr i tos alemanes que mandan diputados á

l as Dietas , donde van ahora los bohemios también ,han

sa lido representantes muy resueltos á mantener su propio predominio sobre todas las familias del Imperio y ácombatir las concesiones . A sí , de un lado , habrá jóvenes bohemios

,imitadores en A ustria del proceder de

Parnell en Inglaterra y partidarios de un Parlamentoprop io en Praga , mientras que ,

de otro lado,habrá ln

transigentes resueltos á que pese A ustria con el peso depotencia y metrópoli conquistadora sobre los conquistados y vencidos . D e ambas intransigenc ias pueden resultar formidables combates

,en cuyos choques per ezca la

políti ca de Taaffe , odiado de lo s alemanes intransigentes

102 LA ESPANA MODERNA .

por demasiado conciliador con los bohemios,y odiado

de los bohemios intransigentes por demasiado respetuosocon el viej o é histórico predominio alemán .

El asunto de los asuntos , pues , boy se compendia enel reino de B ohemia

,poco satisfecho de la suer te que le

han deparado los siglos,como véis

,y decidido por ende »

á reivindicar su autonomía . Grave , grav ísima la cuestiónde esta singular nacionalidad ,

opresa por los alemanestantos siglos y enamorada

,baj o su secular servidumbre ,

de la propia independencia . Centro geográfi co de Europa ; fortaleza formidable acausa de sus montañas , erigidasentre llanuras inmensas cual muros y ciudades fuertesen espaciosos campamentos ; con selvas que recuerdanlas virgíneas y primi tivas de A mérica ; con razas de unavoluntad indomable y de una complexión valerosísima ;

B ohem i a , en el mundo germánico disuelta , y

'

unida tansólo por estrecha lengua de tierra con sus hermanos de '

historia y de sangre,conserva el concepto de su perso

nalidad superior,y está resuelta

,con resolución de todo

punto incontrastable,á hacer predominar este concepto

en las A sambleas de A ustria y a hacerlo valer en losConsej os de Europa . M ucho han hecho los alemanes paraasimilarse á los bohemios ó tcheques, pero no han podidoconseguirlo . Y parece cosa fácil su asimilación cuando seconvierten los oj os á un mapa y se observa que B ohemia“

está metida en tierras alemanas,como el corazón en las

costillas,y que la rodean ,

de un lado los austriacos , ósea la A lemania del M ediodía ,

-y de otro lado la Saj onia , Ó sea la A lemania del Norte , y cuando se recapacitasu historia , y se observa que ,

así en la guerra '

de lo s

IO4 LA ESPANA MODERNA .

hacia los rusos y los pueblos todos de pura sangre esclavona . Estos afectos promueven al cabo dificul tades pol íticassin cuento , superadas unas veces , y otras insuperables .

El húngaro , parte de la misma nación qué el tcheque ,viviendo baj o la misma bandera

,suj eto al mismo Em

perador ,número necesario de la enorme suma llamada

Imperio austriaco , el húngaro pertenece á la raza mongolica , y odia de muerte al ruso y se interesa con vivísimo

interés por l a conservación del Imperio turco . Y estaoposición de sentimientos origina larga serie de oposicio

nes políticas entre uno y otro reino,y entre es tos reinos

y el Imperio . Los hijos de B ohemia quieren á toda costala independencia propia

,como los hij os de Hungr ía . El .

recuerdo de Juan Ziska y aquel general exterminador lessostiene en tales pretensiones . Creen que va hoy mismoá levantarse en la mística montaña delTabor y presididopor el cáliz colgado de las banderas antiguas va ciego ydesgraciado

,pero implacable al redoble del tambor fo

rrado con las pieles de sus enemigos , á despertar laslegiones de héroes y de mártires

,cuyos sacrificios nue

vos reproducirían los antiguos esfuerzos,consiguiendo

levantar de su postración la libertad y la patria . Y a es

tos sentimientos históricos,de los cuales no pueden pres

cindir en Europa los hombres políticos , suscitanse odiosy enemistades

,as í contra húngaros como contra alema

nes . Cuando visitéis á Praga ,reconocida por Humboldt

como la cuarta ciudad de Europa , pues para él son lastres primeras Constantinopla

,Li sboa y Nápoles ; lo que

primeramente os enseñarán será el sitio donde se hallaban los estercoleros ,

en cuyo cieno ahogaron y enterraron á los emisarios del Imperio que dieran , allá por e l

año 1 6 18 , l a extraña orden de tapiar todas las ventanasde la ciudad

,comienzo terrible á la más espantosa y más

CRÓN ICA INTERNACIONAL .

desoladora de las guerras . Hoy el alemán consti tuye unaparte principal de l a sociedad de B ohemia , l a clase media generalmente . Pero

,en cambio , la nobleza y el pue

blo,

.el extr emo social que manda y el extremo social queobedece , quien tiene los afectos y quien tiene la riqueza ,

lo más al to y lo más bajo ,hablan la misma lengua , re

cuerdan la misma histori a , entonan la misma música , suarte favorito , acarician el mismo ideal y piden con grande empeño á su Emperador la histórica independencia .

Podrán negarla hoy ,pero tendrán que concederla más

tarde,porque sentimientos tan arraigados no se ahogan

,

é ideas tan vivas no se apagan fácilm ente . Lo que hanhecho los austriacos con los húngaros y lo' s húngaros conlos croatas tendrán que hacerlo todos , aus tr iacos hún

garos,croatas

,quieran ó no

,con la tenaz y decidida

B ohemia . Estas grandes causas que abraza un pueb lo , yque unas á otras se transmiten cien generaciones , vencensiempre .

Noso tros hemos todos visto dos potencias poderosasapo derándose de dos ideas modernas , y blandiéndolascomo si fueran cetros de autoridad

,cuando en realidad

eran rayos de fulminante revolución . Estas dos potencias,

que dieron su bas e más firme a l a Santa A l ianza ,llamá

banse Prusia y Rusia . Engendros sus dos tronos de l asedades históricas

,fundados en la tradición monárquica

,

revestidos de potestad absoluta , fomentadores de réacciones , seméjanse á dos inmensas barreras levantadaspor los instintos de la conservación social para que á suspies fueran á estrellarse con rabia y á convertirse comoen vana espuma las henchidas olas del espíritu moderno .

106 LA ESPANA MODERNA .

M as como quiera que las ideas progresivas empujan álas sociedades humanas , cual las fuerzas cósmicas á loscuerpos celestes

,penetró en la conciencia de Prusia la

idea de la raza germánica,y en l a conciencia de Rusia la

idea de la raza eslava,como dos gérmenes de inespera

dos progresos . Y Rusia aspiró apresidir la unidad eslava

,y Prusia , por su parte , aspiró a presidir la unidad

germánica . Y la unidad germánica ,como la unidad es

lava,eran dos ideas revolucionarias . Y las ideas revolu

cionarias no pueden prevalecer , sino combatiendo l osintereses creados por ideas anteriores

, que tienen todala fuerza de los poderes históricos . Y Prusia

,en su eni

presa , había de humillar al A ustria y Rusia , en su em

presa,había de humillar á Turquía . Y para hum illar al

A ustria,necesitaba Prusia servir ala revolución , sirvien

do á los enemigos de A ustria,como Italia y Hungr ía . Y

para humillar a Turquía,necesitaba Rusia servir á l a

revolución sirviendo á los enemigos de Turquía ,como

Rumania , Servia y M ontenegro . De suerte que l as dospotencias más reaccionarias de Europa se convirtieron ,por virtud de la libertad

,en dos potencias cooperado

ras de la revolución universal . M as toda revolución se

frustra,ó por lo menos se para en sus comienzos . La

conservación social tiene por sí misma tanto poder , ylos intereses creados tanta trabazón , que aun servidaslas ideas progresivas por poderes tan fuertes como Ru5 1ay Prusia

, se malogran en sus primeros esfuerzos y retroceden á sus primeros pasos . Prusia , después de haberostentado todas sus ambiciones en 1 848 , se humilló en

.

Oltmuz y Rusia,después de haber ostentado todas sus

ambiciones en 1 85 4 ,se humilló en Sebastopol . Si está en

las leyes de la Historia que toda iniciación revolucionariatropiece con obstáculos

,t ambién está que no puede ini

108 LA ESPANA MODERNA .

sus l ímites naturales , con grave daño de toda EuropaRusia , que oprime á pueblos civilizados de antiguo ,

comoPolonia y las regiones alemanas del B áltico Rusia

, que

disputaba á Grecia en el B ósforo de Tracia el pedazo decielo y el pedazo de tierra concedidos á Grecia“ por laHis toria y la Naturaleza ; Rusia , que ha devorado veintenaciones para formar verdadera ergástula de esclavos ;Rusia representa , no la armonía de su raza en unasola .

nacionalidad , como representa Prusia , sino la fuerza , yla guerra

,y la dominación

,y la conquista . D e aquí un

deber para todo el mundo civilizado,el deber de emanci

par el Oriente sin caer en complicidad ninguna con lasmaniobras y las tendencias del Imperio ruso . Que lá raza

eslava sea l ibre en buen hora ; mas que no sea de ninguna suerte una raza rusificada . Lo primero es una necesidad de nuestro tiempo lo segundo sería un grave peligro para todos .

En Rusia y en A lemania denótanse hoy fenómenos ,o tras veces no denotados

,á causade los dos príncipes

que gobiernan estos dos vastos Imperios . No he visto antinomia más irreductible que la compuesta por sus sendaspolíticas tan cercanas en el espacio

,tan distantes en el

obj eto y en la ñnalidad . Guillermo II me recuerda Federico Guillermo IV por progresista y romántico al mismotiempo ; especie deWagner , pues lo mismo se prenda confervor de la epopeya cató lica y feudal , sobre cuyos“

ele

mentos la sociedad germánica en los siglos medios re

posa, que del idealismo comunista por los hegel ianos de

la extrema izquierda divulgado desde cátedras … revolu

CRÓN ICA INTERNACIONAL . ¡09

cionarias en U niversidades removidas por todos los huracanes del libre pensamiento . La idea de Guillermo debecompararse con una veleta

,ya que recibe todas las elec

tricidades por el aire desparramadas , y gira con la mayorfacilidad á cuantos soplos varios envía sobre su móvileje la rosa de los vientos . No así A l ejandro III . Eslavopor naturaleza y eslavófilod e doctrina ,

reduce todas susambiciones á eslavizar l os pueblos varios

,componentes de

su Imperio y a ir acercándose poco á poco por las arenastártaras y mongólicas á las dos prestigiosísimas regionesque se llaman India y China ; proyectos colosales , propios de un reflexivo conquistador

,cuya tenacidad jamás

se fatiga , ni un minuto siquiera ,y fía el deseado logro

,no

al es truendo escandaloso de las armas , al trabajo de cantela y porfía , mezcladas en proporciones admirables dentro de aquella su complexión misteriosa . El silencio y lafirmeza de una parte ; la garrulidad y el mariposeo deotra . Sin embargo

,un obj eto

,análogo en su contradic

ción,requieren los dos : el uno -germanizar los eslavos

,y

el otro eslavizar los germanos . D e aquí la necesidad inevitable del choque titánico entre ambos . Ya sabemos quepor leyes ineluctables de la mecánica celeste no puedenj amás dos planetas chocar en el espacio ; pues si pudierany chocaran

,seguramente no habrían de armar el fragor

armado por un encuentro tan terrible como el que habránde tener tarde 6 temprano en Europa Rusia y A l emania . M ientras por la pol ítica de M eternich estuvo aRusiael Imperio germánico suj eto

,no hubo miedo alguno al

choque ; pero desde que por la política de B ismarck elImperio germánico se quiso consti tuir en tutor del Imperio ruso , hasta ll evarle de la mano para que firmasela humillación propia en el Congreso de B erlín

,Rusia y

A l emania están destinadas á luchar y á luchar pronto .

I 10 LA ESPANA MODERNA .

No se alcanza cómo , sabiendo esto el príncipe de B ismarck

,hirió á Francia

,su natural aliada

,contra R u

sia,enemiga perdurable suya y la hirió , alzándose con

A lsacia y Lorena . Por eso ahora e l j oven Emperador,en

los indistinto s sueños que le sugieren sus arrebatos nerviosos ,

adivina el terrible combate y sabe que nada puedecontra Francia , si Rusia le acomete por la espalda ,

ynada puede á su vez contra Rusia

,si por la espalda le

acomete Francia . ¿ Qué hacer ? H e ahí sus dobles viaj es .

U nas veces corre a Gatchina para mostrarle al tercerA lej andro cómo crece Francia y cómo á su alrededorestán ya formadas las Repúblicas occidentales

,pues ha

brá de ser ciego el que no las vea próximas en Lisboa yRoma y en M adrid mientras otras veces envía su madreá Par ís , no pudiendo él ir en persona , para que muestretodos los temores suyos por los peligros que corren lastierras occidentales

,amenazadas de convertirse por una

irrupción de mongoles y eslavos en colonia de A sia . Peroel czar moscovi ta únicamente piensa en sus proyectos ,que le alientan las enemistades irreductibles entre Francia y A lemania , como el pueblo francés únicamente piensaen sus desquites que le alientan las enemistades irreductibles entre A lemania y Rusia . Existe

,sin embargo

,una

diferencia el emperador de Rusia sabe dónde va y en

quién libra sus esperanzas , mientras el emperador deA lemania no sabe dónde va y en quién libra sus e 5 peranzas . Cuando tenga que luchar con Rusia , ¿podrá fiarsede los eslavos del A ustria , pertenecientes á la mismaraza que su poderosa enemiga ? Y cuando tenga que lnchar con Francia

, ¿podrá fiarse de I talia ,en cuyas ven 'as

arderá siempre noble sangre latina ? La derrota de losviejos cheques en Praga por sus inclinaciones á Germana

,y la derrota del germanófilo Crispi en Roma por su

I 12 LA ESPANA MODERNA .

formarse con la política de aventuras , de sediciones ,de

complots , de motines en que había caído la familia deOrleans por probar fortuna tras el ejército de Catilinasy A utomos y Clodios que sustentaban las torpes aSpira

ciones comuneras , demagógicas , pre tor1anescas del malogrado Cesarismo ,

frustrado ahora con la definitivaderrota del general B oulanger . Y no pudiendo conformarse con estas aventuras

,pasado e l peligro ,

conjuradala tormenta , y en período largo de calma la nación

,

B ocher dimite con toda lealtad la dirección política encasa de los príncipes

,y se reserva exclusivamente la

escrupulosa intendencia . Difíciles de dirigir las dinastías ,cuando el mar de la democracia estaba en bajo

,ser

vían sus eminencias de guías enlos derroteros y de pedestales para los faros ; mas , asi que los mares de lademocracia en su ascensión han ido envolviéndolas y,

ta

pándolas ,se han trocado en escollos

,sobre los cuales

hay necesidad imprescindible de poner alguna boya paraque los designe y nos recuerde cómo debemos evitarlos .

A fortunadamente ,M . B ocher

, á quien he tenido la satisfacción de tratar en los salones de Par ís , no ha visto victoriosa la causa de sus Príncipes en la conjunción últimacon la causa de Boulanger ; pues de haberlo visto encontraríase ahora en el caso de optar á la vejez entre su fidel idad y su honor . A sí van los partidarios de las viej asdinastías desfilando de su duelo , y dej ándolas , después dehaberlas llorado mucho

,en triste soledad y abandono .

La M onarquía plebiscitaria francesa expiró en una posadade Roma . Su postrer personificación se llamó el príncipeJerónimo B onaparte . Imprudencias propias de su naturaleza ,

y severísimas pero necesarias leyes de la R epública

,le condenaron á morir lej os de la ciudad predilecta ,

donde,baj o brillante rotonda

,y en cripta ciclópea , dentro

CRÓN ICA INTERNAC IONAL . I I 3

de un sacórfago egipcio , duerme hoy el eterno sueño lacabeza ti tánica que produj o el Imperio francés , y que sealza

,en una especie de antigua deificación

,sobre los

hombros de toda su familia , quien , por ella y en ella ,se

coronó cien veces entre terremo tosy tormentos. Enningúnsitio pudo morir Jerónimo B onaparte con tanta intranquil idad como en la maravillosa capital del mundo antiguo . Siacabara en el naufragio último , que le sorprendió , fueramás bonancible y propicio á su agonía el océano embravecido . A gnado de la familia real , por su matrimonio conla princesa Clotilde Saboya , hermana del rey Humberto semejante agnación le ha traído una triste últimahora

,perturbada é inquieta . Sus hermanos y su mujer

no podían tolerar que muriera en pugna escandalosa consu hij o el príncipe Víctor ; y sus primos , l os magnatesdel Vaticano

,los Cardenales de su nombre y sangre

,no

podian tolerar que muriera en deserción escandalosísimá '

de la Iglesia Católica . Pero él , asaltado por la muertepróxima ; en las terribles sacudidas de una perdurableagonía ; turbada ya la razón por los negros crepúsculosde la eterna noche vecina entre la historia y la eternidad cuando convertía los oj os atr ás , no perdonaba deningún modo a su hij o rebelde , ni desistía de sus ideasfilosóficas , mostrando una entereza

,la cual

,usada en

vida,hubiera indudablemente prolongado el poder de su

dinastía y la fortuna de su Imperio . Pero imaginaos elPapa

,viendo morir en impenitencia incontrastable al ui

timo Carlovingio la princesa Cl o tilde ,… la devota entre

las devotas , constreñida por sus obligaciones de madrey esposa juntamente á personarse atribulada en Roma

,

de la cual hu ía por escrúpulos piadosos el cardenal B onaparte , á los pies del mortuorio lecho ,

en que agonizael j efe de su dinast ía , pidi endo inútilmente á Dios que le

8

I 14 LA ESPANA MODERNA .

toque á las puertas del corazón y lo lleve al supremoarrepentimiento el rey de Italia

,perplej o entre sus de

beres de cercano deudo y su representación de M onarcareligioso una parte del pueblo romano escandalizada

,la

más conservadora,y otra parte

,la más radical

,herida

por este combate de pasiones encontradas sobre los instantes últimos de un regio moribundo el cual ostentauna corona heredada en las sienes y el sentimiento revolucionario en las entrañas y decidme si j amás inventóel sombrío genio del inmortal Esquilo una tamaña tragedia . Y mientras B onaparte agonizaba , el Carlovingiorevolucionario ,

moría Windthorst,el alemán católico

por excelencia . Pocos hombres han alcanzado triunfosmayores con medios humildísimos

,como palabra y voto

,

por haber liado en la virtud creadora propia del pensamiento humano y en la fuerza vital del humano derecho .

H ablando con toda claridad en los debates ; insistiendocon porfía en los obj etos de sus campañas

,el ilustre ora

dor deshizo como espuma contra la Sede pontificia unocéano tan invasor y encrespado como la cólera horribledel germano Imperio . A l reclinar su frente

,cargada por

grandes proyectos,sobre la losa fría del sepulcro eter

no,este hombre de palabra seguramente ha sentido in

contrastable confianza en la existencia del Eterno y enla inmortalidad del alma ,

pues ha dom inado los poderesmaterial es de fuerza y de conquista con el poder espiritual de su Verbo creador . En paz descanse . Y en paztambién dos hombres que acaban de morir últimamentePoujer Quartier el uno ,

y el otro Granville . A quel contr ihuyó mucho con sus medidas financieras y con su intervención en el tratado célebre de Francfort á rescatarpresidido por Thiers

,Francia de la ocupación prusiana

tras su desastrosa guerra,y : est e orné con su autori

LA ESPANA MODERNA .

M ontenegro,mil accidentes y circunstancias demues tran

lo precario de una pol ítica liberal,cuando no arraiga en

hábitos liberales también . Si la reina de Servia Nataliay su esposo M ilano tuviesen la menor idea de sus responsabilidades respectivas

,con seguridad no armarían

,por

amor á la madre patria y por amor al hij o R ey ,los

e scándalos que arman . El dado por las dos maj estades servias

,francamente sobrepuj a en magnitud a todo

cuanto ha visto y oído este nuestro tiempo . H emos visto ámuchos niños y grandes herirse á si propios jugando conarmas de corte o fuego pero al rey M ilano le toca el

privilegio de a sí mismo herirse con el corte y el hlo de lacalumnia . Se necesita carecer de todo juicio para imputar crimen como la muerte violenta de dos mujeres acusadas de regicidio á un ministro , el cual no tenía necesidad ciertamente de morderse

,ya la pluma

,ya la len

gua,para devolverle con creces la imputación al M onar

ca , que representaba poderes más altos y ej ercía p orende

,autoridad más extensa . Como hubiera sospechado

cualquiera otro que no adolec iese de ceguera moral , enla disputa escandalosísima entre la regia persona y elm inistro agredido

,aquélla quedó tan maltrecha , que

nunca jamás podrá levantarse con autoridad en el públic oj uicio . Por intentar todo lo inveros ím i l , como indicasecon visos de razón el acusado que había intervenido enla muerte de una regicida , cuyo cuerpo apareció colgadod el techo en horrible calabozo , l a guardia de aquellacárcel

,M ilano tomó esto por grave acusación al ej ército ,

y procuró echar sobre su enemigo toda la oficialidad militante de las guarniciones servias . Pero el ministro res

p ondió que tenía un revólver muy cargado y muy—requer ido

,á fin de tender él á sus pies , antes de morir , á

los primeros que intentaran matarlo… ¿N o comprende

CRÓN ICA IN TERNAC IONA L . 1 17

Milano de Servia , que monarca él , y por lo mismo sumoimperante y supremo director de todo , aun resultando cl acusado reo verdadero ,

le toca la responsabilidad moral

,única en tales casos temible

, á él mismoen persona

,por haber nombrado semejante ministro ?

Lo espantoso en todo esto es que , habiendo tanta perturbación moral arriba ,

debe corresponder con ella unaperturbación material abaj o ; y de toda esta perturbaciónmaterial abaj o

,debe , tarde o temprano , provenir una

guerra de Oriente,l a cual se complique por necesidad

con todos los problemas , como la peste con todos lo sm ales 6 enfermedades , y nos traiga por fin y postre unaguerra europea .Y á quien del peligr o dude

,bástele recor

dar lo sucedido en B ulgaria . La dominación de FernandoCoburgo parecía poco á poco arraigarse . Si no la defeudía ,

ta'

mpoco la contrariaba el Sultán . A poyada visiblemente

,aunque no de manera oficial

,por A ustria

,con

taba con el asentimiento de Italia é Inglaterra . Pero B ulga1ia es el cam ino de Rusia para Constantinopla y e l

camino de A ustria para Salónica , obj etos preferentes desendas desapoderadas codicias . Y hay dentro de lareciente nacionalidad una guerra crónica entre los representantes de dos contrarios apetitos tan generales quesignifican el hambre de dos razas por un solo bocado

,

pues quien tenga Constantinopla un día,concluirá por

tener Salónica ; y quien tenga Salónica ,concluirá por

tener Constantinopla . Estado puesto en la encrucijadadonde convergen tantas ambiciones

,ha de verse por

necesidad muy duramente combatido y ha de pasar porcrisis que l o traigan muy menguado y maltrecho . Lafuerza de res istencia reside hoy en el estadista Stamboulo ff á quien podrá disputarse con más ó m enos fundamento el saber político pero á quien es imposibl e negar

1 18 LA ESPANA MODERNA .

la facultad que debe dist inguir á losencargados de senorearlasnaciones y gobernarlas unavoluntad tan resueltaé intensísima como

'

firme y perseverante . A sí, atacándoloá él

,creen los interesados en atacar aquella si tuación

,qui

t arse de encima un grave peso y de delante un obstáculoinsuperable . Inútil decir que ninguna potencia tiene tantointerés en perturbar á Bulgaria comoRusia

,su libertadora

en la guerra deOriente , y su enemigadesde la postrer trascendental revolución que unió por un pronunciam ientolas dos porciones del territor io separadas por un tratado .

A sí atribuye todo el mundo á manej os rusos las perturbaciones búlgaras . Y con mayor motivo cuando esta perturbación tiene caracteres tan alarmantes como el asesinato de un m inistro en medio de una plaza . Con efecto ,sal ían del Palacio Real á hora no muy avanzada de lanoche Stambouloff , Presidente del Consejo ,

con su companero el ministro de Hacienda , y entraron en cercanaconfi tería con ánimo de holgar un poco y refrigerarse .

Concluido este rato de vagar , atravesaron ,en compa

nia de dos gendarmes , la plaza para dirigirse á sus res

pectivos domicilios , cuando una descarga de revólvershecha en las sombras y dirigida certeramente hiere conlevedad á Stambouloff y mata

,como de un rayo

,al

ministro de Hacienda . Hechos así no pueden menos quealarmar la opinión pública , y esta grande alarma nopuede menos que traer consigo presagios universales deuna próxima guerra .

En verdad se reponía B ulgaria poco a poco , aunqueno le dejase gran espacio á ello la manifiesta lucha dec ontrarias influencias . Sin embargo , una decisión diplo

120 LA ESPANA MODERNA .

todavía de romper en guerra contra el ministerio,hus

mea la brecha por donde podrá con fruto arreme terle,y

amaga los lados abiertos á sus asedios para el día de lospróximos combates . Y guiado pór tal instinto certero ,en cumplimiento de una finalidad que se le impone pordecreto providencial casi

,amenaza con suscitar las pa

siones contra la nueva pol ítica religiosa . Perdónemenlo

estadistas de suyo tan eminentes como Crispi,siempre

amigo mío . El período luminosísimo de la historia contemporánea en Italia fué aquel durante cuyo trascurso la imitaban los alemanes y no tendrá igual esplendor este período de ahora ,

en que los italianos imitan áGermania . Y para en todo seguirla ¡oh ! l e han remedadosus procedimientos coloniales . Y en ellos ambos á dos ,el Gobierno italiano y el Gobierno alemán ,

salen á unacon las manos á la cabeza . Considerad los engaños delrey M enelik , sus mentiras para cobrar subvenciones ,las promesas mentirosas para captarse auxilios

,la doblez

en l os tratados , l os retrocesos en el cumplimiento de lapalabra , el arte casi florentino en firmar ciertas cláusulascon ánimo de romperlas ó desautorizarlas ,

las hum illaciones múltiples al fin y al cabo seguidas por unos erguimientos que tocane n soberbia ; y veréis cuáles instintoscartagineses aparecen y qué conciencia púnica en esostraidores tigres del desierto . Pero considerad las fechoríasperpetradas por los civilizados europeos en aquellas tierras

,cuya extensión pueblan tribus

, que , Ó por jóvenes Ó por viej as

,adolecen hoy de perpetua infanma bár

bara,como esos imperfectos seres , l os cuales j amás con

siguen la necesaria madurez . Talarlas , ponerlas a saco ,matar más de ochocientos indígenas con malas artes ysolamente para robarlos

,estas y otras muchas cruelda

des,por las que ya se halla en estado de acusación el

CRÓN ICA INTERNAC IONAL . 12 1

capitán L ivraghi digno émulo de los crueles compañerosdel explorador Stanl ey

,muestran como no hay en estas

colonizaciones artifi ciosas del A frica más aguijón quela codicia de todos , ni más obj eto que un fáci l enriquecim iento de algunos . Itali a se salva si renuncia con rapidez y decisión así á sus armamentos como á sus colonias .

Y sin embargo ,parece que un genio adverso l a em

puj a hoy a confl ictos sin medida ni cuento . Tras las dificultades con el rey abisinio M enelik en A frica

,sobrevie

nen las dificultades con el Presidente de la Repúblicasaj ona en A mérica . Una serie de públicos disturbios

,en

este suelo movedizo frecuentes,acaba de producir ene

mistades entre A mérica é Italia ,con tal intensidad y en

tanto número,que por algunos días hemos tem ido todos

los que amamos la paz el desastre horrible de una intercontinental guerra entre ambas potencias . La coloniaitaliana

,muy numerosa en los Estados U nidos no cuenta

entre los que solemos llamar americanos por autonomasia

,el favor que cuenta en otras regiones del Nuevo

M undo , en M éj ico y en B uenos A ires , por ejemplo . M uy

desavenida , y de antiguo ,con las muchedumbres de los

Es tados meridionales , necesita ocurrir á su defensa pormedio de organizaciones más ó menos misteriosas

,y en

tal defensa recurrir a medidas más Ó menos extremas .

L O cierto es que , sin encomendarse á Dios ni al diablo ,los de A mérica , practicando aquellos hábitos , designados con el nombre de l inchamento

,han ahorcado

,como

Si fueran perros hidrófobos,á var ios j efes de los moti

nes italianos ; y la M agistratura de Nueva Orleans noha procedido con los homicidas como demandaban lasmás sencillas nociones de la más rudimentaria justicia

.

El pueblo de Nueva Orleans cree á macha y martilloque la M affia , sociedad secreta , proviniente de Sicilia ,

122 LA ESPANA MODERNA .

mató a un comisario de su policía , y compulso por talcreencia

,se ha levantado á inmolar , en vísperas nuevas

sic ilianas,no tan célebres como las contenidas en nues

tros anales europeos,todos aquellos con quienes toparam

en su furia y tuvieran ámano . Pedida por Italia una satisfacción judicial, c omo no ha resultado cual Italia desearaque resultase

,ha pedido el m inist ro italiano los pasapor

tes violenta medida,con la cual se han alarmado los

ánimos , aunque todo el mundo reconoce entre nosotrosque l a gran República ,

no obstante sus egoísmos mer

cantiles,habrá de aparecer siempre como un factor en

el progreso europeo,y de rechazar y condenar l a gue

rra . La decisión tomada en los días últimos respecto delarbitraj e perpetuo entre los Estados Unidos y los Estados helvenios nos inspira una grande confianza enque los principios del derecho de gentes quedarán incólumes y salvos , sin que haya necesidad ninguna deapelar á recursos que los invalidan y que los vejan .

Como gradualmente las naciones van persuadiéndose ácreer que la revolución

,en otro tiempo tan fecunda , no

crea hoy cosa ninguna gradualmente van persuadiéndose á creer que la guerra no conduce á resultado bueno .

Y sin embargo,estamos nerviosos y tememos , al menor

asomo de ligera nubecilla ,cercana catástrofe . No han

hecho en las fronteras austriacas más que moverse unpoco

,al rayar el buen tiempo ,

las guarniciones rusas , inmovilizadas por el invierno

,para que los pesimistas há

yan columbrado un ataque áGalitzia ,y por Galitzia la ho

rrible conflagración universal . Cosa tan corr iente comoel envío de l a condecoración moscovita de San A ndrés áun Presidente de República cual Carnot ha bastado paraque se haya creído en una común inteligencia y en un desafío inmediato a los reyes componentes de la triple alian

D ISON AN CIAS Y A R MON IA S

DE LA MOR A L Y DE LA ESTETICA

A l Sr . D . Salvador R ueda .

querido amigo : La cariñosa carta de V . me

mueve á escribirle de nuevo,y no poco .

Si V . no hubiese escrito ya en verso y en prosamuchas cosas buenas

,y si V. no diese esperanzas funda

dísimas de escribir otras mi] infinitamente mejores que loscatorce sonetos

,tendría V . razón en decir que yo le ma

taba . Pero si V . escribe bien , y si ha de escribir mej or ,y si ha de ser

,pues no creo que me engañe la simpat ía

,

uno de nuestros más fecundos y amenos ingenios, ¿ qué

importa que yo hable mal de los catorce sonetos compuestos por V . en algunas horas de extravío ?Yo

,aunque sea repetirlo por tercera Ó cuarta vez, no

voy contra loscatorce sonetos , sino contra la mala teo

ría estética que,nublando el claro entendimiento de V . ,

se los ha inspirado .

Yo reparo,t al vez por demás

,en el pro y en el con

tra de cuanto digo y nada afirmo con aquella decisiónque se impone . D e aquí que me acusen de escéptico .

Fácil me sería pasar por dogmáti co , si prescindiese yo

D ISONANCIAS Y ARMON ÍAS DE LA MORAL Y DE LA ESTET ICA .

de lo que me dicta la conciencia pero , como no prescindo

,soy 6 paso por escéptico , á fuerza de ser con

c ienzudo .

Digo esto,porque al censurar los catorce sonetos de

V . ,me han asaltado en tropel no pocas dudas y dificulta

des que deseo exponer aquí , aunque no logre resolverlasy todas se queden en pie .

Necesito,además

,escribir esta segunda carta para

disculparme de no rasgar la primera porque , despuésde l a longánima docilidad con que se somete V . á micensura tal vez acerba

,y me la paga en alabanzas

,

parece ruindad en m i el que mi censura se haga pública ,y el que

,siendo yo

,por lo común , indulgente y hasta

lisonjero con los extraños é indiferentes,me extreme por

la severidad con V . á quien cuento entre mis mejoresam igos .

Válgame para explicación de mi conducta que la indulgencia debe recaer sobre el non plus ultra de lo queproduce cada uno . No hay que podar el quej igo

,porque

,

a pesar de lapoda,siempre dará bel lotas ásperas y no

dulces almendras . De mal árbol no se espere fruto sazonado y sabroso . Y así siguiendo esta comparación de losfrutos y convirtiendo imaginariamente cada sonetode V .

,pongo por caso , en un melocotón , yo entiendo

que V . debe darlos mej ores , y que aun los catorce , de quetratamos aquí , serían exquisitos , si el moscardón Ó avechucho del natura lismo , que vaga por el aire , no hub iera clavado en ellos el aguij ón y depositado allí venenosos huevecillos que se convierten en gusanos y podredumbre . Lo que hago

,pues

,es osear el avechucho para

que no inficione otros nuevos frutos .

Dada ya aV . l a satisfacción que le debo , voy á deciralgo acerca de las dudas y dificultades .

LA ESPANA MODERNAY es la primera duda la de si seré yo tan crudo censor

de los sonetos porque la vej ez me infunde aborrecimientoal A mor pero! la duda se disipa pronto

,y creo que mi

profundo respeto y mi ardiente devoción al A mor sonlos que me inspiran .

Los catorce sonetos rebajan las obras de esta deidadá mera función fi siológica

,y el brío de las descripciones

no las eleva , sino que les presta Ciertos visos de patología

, que ,á más de hacerlas bajas

,las hace insanas .

Es cierto que lo contrario debe de ser peligroso y se

ductor ; pero consuela y no deprime . Trae B yron , en elD on j uan , una j ocosa diatrib a contra Platón ,

echándol ela culpa de las pecam inosas relaciones de su héroe condoña Julia . Yo m ismo

,aunque disto mucho de ir tan lej os

como Byron en la malicia anti—platónica,me pasmo y veo

con más incr edulidad que fe los anchos límites que pone ,v . gr .

,el conde B al tasar Castiglione al platonismo puro .

El beso en la boca , según él , es todo espiri tual esayuntamien to de almas , en prueba de l o cual se aleganmuy sutiles razones que no me convencen . N i vale paraello la grave autoridad del mismo Platón

,de quien nos

cuenta el Conde que ,divinamente enamorado y besando

á su amiga,sintió una vez que el alma se le vino á los

dien tes para salir se del cuerpo .

A tales accidentes confi eso que debemos dar exp licación menos metafísica ; mas no por eso debemos quitardel amor todo lo metafísico

,trascendente y divrno . El

amor nuestro se iguala entonces al de los animales . Losrefinamientos , l as elegancias ,

los materiales primores deque le rodeamos, le quitan naturalidad y no le añadenbelleza . Y la exageración y violencia del sentir

,en vez

de magnificarle y corroborarle , le ponen enfermo y ledan un aspecto diabólico , delirante y lúgubre . Se dir ía

128 LA ESPANA MODERNA .

toda señora Ó señorita bien criada no puede, oír sm eno

jarse y ruborizarse , y que , sin embargo , nos gustan mucho á los profanos ? Sírvanme de ej emplo no pocas canciones de B éranger .Yo presumo que esto consiste en el torio .

El refrán lo dice C'

est le ton quifa it la chanson . Laalegría

,la ligereza

,el aire improvisado é irreflexivo lo

disculpa todo .S e dir ía que estos poetas , alegres y desenfadados , dejan tranquilo en su cielo al A mor primordial y unigénito , y , si toman de él varias prendas , es paraadornar á los A morcillos terrestres

,hij os de las ninfas

,

con los cuales no disuenan las libertades yla carencia de.

misterios .

De esta suerte,y no con tono—heroico y pomposo la

Estética no repugna , aunque la M oral frunza las cej as ,que e l poeta ,

velando un poco , no parándose en porme

nores,y dejando entender mucho por medio de rodeos y

dobles sentidos,nos cuente Ó nos cante algunas travesu

ras . Harto sé que la entropelia del P . B oneta no permitetanto pero yo confieso ' que l o perm ite la mía . Entién

dase,con todo

,que para que estéticamente gustemos de

versos así losmismos profanos es menester que un dej o delverdadero amor

,de ternura y de otros bellos sentimien

tos,difunda en el cuadro que el poeta nos trace algunos

resplandores de la luz del cielo . Catulo amaba á Lesbiacon el alma

, plus quam se atque suos amavit omnes , ylo recuerda y lo confiesa hasta cuando ya Lesbia le esinfiel y lo mismo acontece á B eranger con L ise ta hastacuando le dice , al verla cOn tantas

|galas , que ya no es

L ise ta y que no debe llevar aquel nombre . A pesar de laregocijada liviandad de ambos poetas , no es la carne sólolo que los enamora .

Inf1ero yo de cuanto va dicho la necesidad ,moral y

estética,de que en toda poesía! de amores intervengan

D ISONANC IAS Y ARMON ÍAS DE LA MORAL Y DE LA ESTET ICA .

cielo y tierra y concurran lo espiritual y corpóreo estoúltimo velado por el pudor

,sobre todo cuando se qui ere

que sean grave el tono y elevado el estilo .

Se cita mucho la definición que del orador da Quintiliano . Dice que ha de ser vir bonus d icend i peritus ; perose ignora ó no se recuerda que los griegos exigieronantes para el poeta como requisito indispensable

,la mis

ma calidad de ser varón excelente . A caso Quintiliano nohizo más que ampliar la exigencia de los griegos y comprender en' ella á los oradores . Como quiera que sea eslo cierto que la poesía aun para los que seguimos lado ctrina del arte por el arte

,no es ,

en el más lato sentido

,independiente de la moral . No se pone á su servicio

ni la toma como fin,porque su fin está en ella pero la

poesía,siguiendo desembarazada y libre por su camino ,

si es de buena ley y de alto vuelo ,al llegar á su término

,

tiene que parar en la moral más perfecta y pura que se

concibe en la época en que el poeta vive , á no ser queéste lleno de aliento profético

,suba más alto y columbre

y revele más bellos ideales . Esto significa la excelenciamoral que los griegos requerían en el poeta

,aunque care

ciese de aquella voluntad perpetua y constante que constituye la virtud práctica en todos los actos de la vida , 6

aunque no fuese ni héroe ni santo .

Infiero yo de lo expuesto que el amor entre hombrey mujer

,cuando no es sólo material , no va contra la mo

ral,sino que ésta le sanciona . La poesía ha hecho de él

su principal asunto,así en cantos líricos como en narra

ciones,desde las edades más remotas hasta nuestros días .

Es más : l a poes ía erótica es tan bella , entendida yrealizada así

, que ,lej os de condenarla

,la religión , por

severa y espiritual que sea,ha solido valerse de sus fra

ses vehementes y de sus acentos apasionados , para expre9

13 0 LA ESPANA MODERNA .

s ar los éxtasis y arrobos m ísticos,y los más sublimes

misterios,asp iraciones y raptos del alma hacia lo infi

nito y lo eterno . Testimonio de esto da en la antiguaIndia

,aquella egloga bellísima en que Yayadeva pinta

los amores de la gentil pastora Radha y del Dios Crishna ,

que toma la figura del pastor Govinda para enamorarla

y no menos brillante testimonioda entre nosotros E l Cantar d e los cantares , donde los terrenales amores de Salomón y de la Sulamita vienen á sublimarse y á couver atirse en los de Cristo con la Iglesia

,y en los del alma con

su Hacedor .

Tenemos,pues

,la poes ía erótica

,siempre que se

guarde en ella el debido decoro y no se la prive del elemento espiritual

,no só lo tolerada , no sólo permitida ,

sino hasta canonizada . No ya con significaci ón místicacomo San Juan de la Cruz

,sino dirigiéndose a muj eres

,

que fueron ó que se supone que fueron de carne , varones piadosos

,como Fr . Luis de León y Fr . Diego Gon

zález ,han compuesto versos amorosos .

Lo mejor es seguir tan buenos ej emplos . Sólo se

oponen á que los sigamos la últ ima moda de París , elafán de singularizarmos y el temor de ser como cualquiera otro

,tomando la senda trillada y empleándonos

en asuntos que se 1magman agotados ya , y sobre loscuales nada puede decirse si no repetimos lo que otrosdñeron .

Crea V . que este temor esvano . No busque V . la originalidad ,

y ella vendrá á buscarle . Sea V. natural y espontáneo ,

y pondrá V . en cuanto escriba el sello de supersona

,y será sana y limpiamente original

,sin darse a

todos los diablos y sin caer en las demencias fúnebres queen Francia se usan .

Inagotable fábrica y rico emporio de ideas es París.

13 2 LA ESPANA MODERNA .

peta . Cada uno de ellos parece un energúmeno . Susv ersos son pesadillas de un ascetismo bastardo y sinesperanza . Obse sos por el demonio del remordimiento ypor otros demonios más feos y tiznados

,rompen en mal

diciones y blasfemias inauditas . Ya nos aseguran que nohay crimen que no sean capaces de perpetrar , ya se encomiendan devotamente á Lucifer

,ya aseguran que

quieren imitar a Cristo , si bien suponiendo que lo queCristo prescribe y recom ienda con el ej emplo es que nosmatemos . La muerte es la única redención posible . A de

más ,ellos entienden que deben matarse en castigo de sus

c ulpas .

Va , que la m ort soit ton refug e !

A l'

exemp le du R éd empteur ,

Ose la fois etre le j ug e ,L a victim e et l

'

éxécuteur.

La situación es tremenda , y empezando por versos deam or materialista puro

,como los catorce sonetos

, se

viene á caer en ella,más tarde Ó más temprano

,á no des

viarse pronto del mal camino .

Las visiones de B audelaire y de R ollinat espeluznan ydescomponen el estómago dan horror y asco es menester ser valientes y robustos para resistirlas sin vomi tar6 sin caer desmayado . Los suplicios más feroces que ve

Dante en su Infierno , las abominaciones y espantos delos más ascéticos libros cristianos , como Gritos del inj i erno ,

Estrag os de la luj uria , y otros así son niñeríasy amenidades , si se comparan con lo que B audelaire re

fiere cuando él mismo se ve ahorcado ,podrido y hedion

do,entre una nube de murciélagos y de grajos que le

sacan los oj os á mordiscos y picotazos y se le comen pordo más pecado había , y con lo que cuenta R ollinat de

D ISONANCIAS Y ARMON ÍAS DE LA MORAL Y DE LA ESTETICA . I 3 3

aquel gato celoso,que yo sospecho que era un demonio

familiar ,el cual araña y destroza á su amiga en sitios

tan sensibles y ocultos .

Si tamañas desventuras se tomasen por lo serio , seríacosa de deshacerse en un mar de lágr imas , de morirs ede pena y de terror entre Convulsiones horribles y deaborrecer toda vida

,y más que ninguna la sardanapales

ca,á que se entregaron estos vates ilustres , y cuyos fu

nestos resultados estamos tocando .

Por dicha,yo me consuelo y tranquil izo con sospe

Char que,tanto en el sardanapaleo como en el lloriqueo ,

tanto en las culpas como en los castigos,hay abundancia

de fllfa y camelo . Ni se divierte uno tanto como dice , ni

suele exclamar de corazón ¡que tétrica es la vida ! des

pués de haberse divertido . En ambos extremos hay ponderación j actanciosa pose y blag ue . Lo p eor es el pesimismo . Si se adopta para hacer efecto y darse charol

,

no tiene perdón de D ios . ¿Por qué en odas , en elegías ,en coplas , en dramas , en novelas y aun en gruesos librotes de fil osofía , hemos de angustiar á los mortales yquedarnos tan frescos ?Todos , aunque seamos optimistas tenemos ratos , y

días y semanas de mal humor,de tristeza y de aba ti

miento . A sí estaba yo , poco ha ,cuando escribía á un

amigo , diplomático extranj ero ,á quien quiero mucho

,

una m elancólica carta . El me contestó ,consolándome

con discretísimos razonami entos,algunos de los cual es

vienen tan á pelo aquí , que voy á citarlos en el propioidioma en que están escritos , abusando quizá de la confianza y rompiendo el sigilo de la correspondencia .

A quoi vous sert votre optimisme ? (me dice ). Notremaitre l e Docteur Pangloss restait ferme dans la doctrine apres des accidents bien autrement facheux e t malgré

I 3 4 LA ESPANA MODERNA .

le cadeau dont l ' avait gratifi é Paquette et dont vous connaissez la généalogie . L

'

optimisme ne servirait - il a rien ?On serait tenté de le croire en voyant que les pessimistessont en général de fort bons vivants

,qui s' arrangent

une existence tres agréable et qui sont tres peu pressésde sortir de cette création manquée . Leur chagrin es ttout en rimes ou en livres de philosophie qui n '

ont pasd'

influence sur leur conduite journaliére . Schopenhauern'

avait pas l ' air de s' ennuyer , s i j ' en crois ceux qui l ' ontconnu . B oudha lui meme est mort d '

indigestion ,ce qui

peut faire douter de son ascétisime et de son mépris deschoses créées . Si nous faisions comme eux et Si nous prenions le monde comm '

il est,réunísant ainsi les avantages

des deux systémes?

Estas palabras de mi docto am igo me sugieren unaidea luminosa y salutifera . Seamos optim is tas y pesimistas al ternativamente . Las cosas , aunque no crea uno ene l determ inismo feroz que nos arrastra al vicio y hastaal crimen

,y aunque no vea uno siempre desolació n ydo

lor en torno suyo,no están por eso todo lo bien que sería

de desear . Confesémoslo, pero no nos aflij amos dema

siado ni menos aflij amos á los demás hombre s con nuestros quej idos y aú ll os . Conviene , pues , para esto quenuestro pesimismo

,en vez de ser trág ico , sea chistoso y

cómico como el pesim ismo de Voltaire , que en el Cánd ido hace que nos desternillemos de r isa , O , mejor aún,com o el de Cervantes , más gracioso todavía en el Quij ote , y lleno de dulzura y de cristiana resignación , sinchispa de hiel ni de impiedad ni de odio .

Y si,en el día de hoy

,sin salir de España , quiere V .

hallar un modelo acabado de este pesimismo para reir ,búsquele en l os escritos , en prosa y verso , de M iguelde los Santos Álvarez , y singularmente en algunas octa

REVISTA ECONOM ICA

Los proyectos de H acienda .—Prórmga de l privilegio del Banco de

España.—R ecaudación del presupuesto vigente .

—La Bolsa .

OCO á poco se van conociendo los detalles de losplanes financieros del Gobierno conservador ypoco á poco también van perdiendo las ilusiónes

l os que esperaban que había llegado la hora de ponertérmino y fin á la angustiosa situación de nuestra H ác ienda.

A j uzgar por lo que hoy se conoce en orden á dichosplanes

,todo continuará poco más ó menos lo mismo que

hasta aquí . Ninguna reforma en el presupuesto de ingresos . Poquísimas en el de gastos , y éstos no produciráneconomías . El déficit como remate .

»Vivir al día »,

<=salir por e l momento de apuros » he

aquí dos frases que sintetizan toda la obra del señor ministro de Hacienda . No importa sacrificar lo por venir .

Y que lo por venir se sacrifica ,poco tendremos que

decir para ponerlo de manifies to .

Hay hoy en circulación,Ó dicho más propiamente en ”

la cartera del B anco , 3 0 3 millones de pesetas de deudaflotante se adeudan á l as Compañías de ferrocarriles 1 00m illones

,y son precisos para el presupuesto extraordina

REVISTA ECONÓMICA .

rio de construcci ón de la escuadra 1 7 1 millones . En junto :debe el Tesoro 6 deberá muy pronto 600 mill ones depesetas .

El cam ino más recto , y el procedimiento más naturalde extinguir estas obligaciones , ser ía la emisión de unempréstito que las liquidara y consolidara por un períodorelativamente breve , buscando una compensación enotras reducciones de gastos , que ni s on imposibles , ni

difíc il es siquiera cuando con buena voluntad quierenreali zarse .

Pero es más sencillo y más fácil,sin embargo

,y me

nos expuesto á sinsabores y disgustos del momento em »

penar un privilegio ,vender su derecho para lo por venir

,

y_

el Sr . Cos-Gayón ha empeñado el privilegio y vendidoel derecho al B anco de España

,facul tándole para que

ampl íe su emi sión hasta el límite que estime conveniente,

y prorrogando su vida legal,que term inaba en 1 904 , hasta

el año de 192 1 .

Vale al Est ado esta venta el servicio gratuito,por

espacio de treinta años, de un anticipo de 1 5 0 millones de

pesetas , que al tipo que el B anco descuenta son 6 millones anuales .

Insignificante es la suma “relativamente á la concesiónque se otorga ; pero el hecho de aprovecharse de un recurso que pertenece ,

en todo caso,á otros ej ercicios y á

otros tiempos todavía lej anos,arguye notoria inmorali

dad que es preciso combatir .

Faltan trece años aún para que el privilegi o del B ancode España termine . Dadas l as transformaciones y los cambios que viene sufriendo la economía bancaria , nadie podrá asegurar que á_

la terminación de dicho período se

ajuste la organización del B anco de España á las nec esidades sociales . La opinión se va pronunciando fuert e

13 8 LA ESPANA MODERNA .

mente en contra de estos privil egios . ¿A qué sabia me

dida de prudencia puede responder el » comprometer e lporvenir de la nación con un sistema cuyas ventaj as sonactualmente ya puestas en duda por los más ilustres economistas?

La dura ley de la necesidad obligó al Sr . Echegarayá prescindir de sus particulares op iniones y á crear unB anco único nacional y privil egiado . L a his toria le haabsuelto de su inconsecuencia ,

y hasta le ha aplaudido .

A rd ía la guerra en el Norte y M ediodía . El Gobierno nit enía ni podía encontrar recursos á un tipo inferior al 20por 1 00 . El B anco nacional reconcentró en sus arcas todas las fuerzas vivas del crédito ,

y pudo hacer un anticipo de 5 00 millones de pesetas a l a cuarta parte del valor del dinero en el mercado . Este solo hecho justificaaquella medida , y es un t ítulo de gloria que no debe régatearse al B anco .

Por fortuna ,los tiempos son muy distintos de aqué

llos . La paz es completa . La nación vive vida normal,y

en épocas normales,los Estados deben nutrirse de recur

sos propios con los productos de sus contribuciones éimpuestos .

Los déficits de los presupuestos de hoy,no pueden

j ustificarse como se justifican los de 1 870 á 1 87 6 . Procedenexclusivamente de la mala administración

,del desbara

juste reinante y del nepotismo de los partidos políticos .

Y como de esto proceden , esto es lo que debe combatirse

,esto es lo que es preciso extirpar de raíz

,y esto ha

de ser la obra de un m inistro de Hacienda que quierajustiñcar su elevación al puesto que ocupa .

140 LA ESPANA MODERNA .

s er necesariamente la producción . En Francia, en Ingla

terra y en A lemania el interés del dinero oscila entre 2

y 3 por 1 00 con buenas garant ías y á breve plazo . Eniguales condiciones vale en España el doble . ¿ Es posiblela competencia industrial en condiciones tan desiguales ?Inútil será que l os derechos de aduanas se suban . Ten

dremos siempre una industria -raquítica y un comercioempobrecido

,en tanto que el dinero no reduzca su al

quñer .

A este fin debieran encaminarse todas las aspiracio

nes y todo el empeño de nuestros gobernantes,y el único

medio de conseguirlo es el de la concurrencia ,el de l a

competencia en el crédito . La libertad mercantil y el monopolio del crédito son dos sistemas que braman de versejuntos .

Y el monopolio del crédito es en España absoluto y losería más todavía en los proyectos del Sr . Cos—Gayón .

Tiene el B anco de España un capital desembolsado de1 5 0 millones de pesetas , y por virtud de un privilegiotrabaj a con 7 5 0 m illones . Si cobra un interés por los préstamos y descuentos de 4 por 1 00 ,

á sus accionistas leproducen el 2 0 por 1 00 . ¿Pueden vivir á su lado otrasinstituciones y otras sociedades que no disfruten de igualprivilegio ? D e ninguna manera . La banca en España desaparece

,y los B ancos y banqueros que tienen el valor

de continuar sus operaciones arrastran una v ida miserable ó se ven obligados a nutrir su cuenta d!

e- ganancias y

pérdidas liquidando diferencias en B ols a ,o buscando en

los títulos Ó valores del Estado el r endimiento de su

cartera .

Justificaríase el monopolio del crédito para lo por venir cuando por virtud de él se l ograra una de estas doscosas 6 dinero para la agricultura y para la industria á

REV ISTA ECONÓM ICA . 14 1

un tipo sumamente reducido,ó ingresos para el Tesoro

de tal consideración ,que pudieran ser parte á reducir los

impuestos en cantidad apreciable .

Nos explicaremos con mayor claridad . El B anco deEspaña l iquida todos los años beneficios por valor de 3 4

millones poco más Ó menos . Su capital de 1 5 0 m illonesal 6 por 1 00 (y no es baj o el cálculo ) , produciría 9 mill ones. La diferencia entre 3 4 y 9 , Ó sean 2 5 millones , esproducto del privilegio nace y deriva de la facultad ódel derecho exclusivo que el Gobierno le ha concedido deemitir b illetes al portador y á la vista . ¿ Sería mucho pedir que esta cifra de 2 5 millones se distribuyese por igualentre el Tesoro y el B anco ó en otro caso se aplicara áreducir el alquiler del dinero de l os descuentos y préstamos ?Por el nuevo proyecto de ley los bil letes no se reduci

rán ya a 7 5 0 millones , sino que llegarán bien pronto ámillones sin aumento del capi tal . En este caso las

utilidades líquidas pasarán de 40 m illones , y á la vueltade diez años llegarán á 5 0 mi llones y entonces el valorde l privilegio será de 4 1 mil lones . Por junto de estos 4 1

millones obtendrá 6 millones el Tesoro . ¿Puede darse contrato más leonino ?La B olsa ha manifestado bien pronto lo que esta ! am

pliación del privilegio signifi ca . Ocho enteros han ganadolas acciones del B anco en cuatro días ; cuando el proyecto pase á ser ley ganarán más de o tro tanto

,y mucho

nos equivocamos , Ó ll egarán á cotizarse a 5 00 por 1 00 enbreve plazo .

LA ESPANA MODERNA .

El presupuesto en curso no ofrece resultados muy l isonjeros. La recaudación de los ocho primeros mesesrevelan poca mej ora .

En 1 889—90 se recaudaron pese tas

,y en

1890-

91

L a contribución territorial , base y fundamento d enuestro sistema tributario

,acusa una decadenma alar

mante . Cuatro millones de pesetas ha descendido en el

período que exam inamos , en relación con el ej ercicio pasado . Si se compara con igual período de 1 886 - 87 , todavíala decadencia es más sensible , aunten iendo en cuenta lapequeña reducción en el tipo contribut ivo . En baja figuratambién la contribución industrial y de comercio

, que en

los últimos ej ercicios marcaba tendencia á mej orar .

La de aduanas y el impuesto de derechos reales sonlas únicas contribuciones de primera magnitud que hanconseguido ventajas . B ueno será no olvidar que de los4 2/3 m illones en que ha aumentado la rentade aduanas ,más de la m itad proceden de derechos de importación detrigos y demás cereales

,lo cual no estimamos beneficioso

en un país como el nuestro,más agrícola que industrial

El resultado final de la comparación de los ingresoslíquidos en los ocho primeros meses de l os dos último sejercicios acusa un aumento de recaudación de 5 millones de pesetas ; pero en 1 887

—88 se recaudaron en idénticos meses cerca de 1 2 millones más

,y en 1 886 - 87 24

millones .

Y aún la primera comparación distamucho ser exacta .

Los estados oficiales de recaudación no incluyen los productos del monopolio de los tabacos

, que es ya precisoincluir , porque el canon del trienio segundo no puede '

ser

ni mucho menos igual al del primero .

Fué el de éste 90 millones anuales , ó sean 60 m illones

144 LA ESPANA MODERNA .

La liquidación de fin de mes se hizo en todos los mer

cados bursátiles mej or de lo que se esperaba . No ha habido falta de dinero , y relativamente barato ,

lo m ismoen París que en B erl ín , en Londres que en N ew—York .

Dista mucho,sin embargo , de ser buenaysólida la po

sición de las plazas mercanti les . A poco que se escarbé seencuentran todavía restos del fuego de la crisis financ1eraque dista mucho de estar por completo conjurada . M er

ced á la intervención de los grandes B ancos nacionales,

se liquidan paulatinamente y sin tan grande s quebrantosla Caj a de depósitos y Cuentas corrientes de París

,y la

casa B aring de Londres pero si de la República A rgentina

,de Chile y del B rasil continúan soplando los malos

vientos,fácil es que las quiebras y suspensiones de pa

gos no terminen .

La casa M urrieta se ha transformado en sociedadanónima . Ignoramos las pérdidas que habrá sufrido . Elcapital de 2 1/2 millones de l ibras lo han suscri to casi porentero los m iembros en la misma casa

,y esto indica que

no deben haber sido tan grandes los quebrantos sufridoscomo se hab ía anunciado .

Los mercados apenas dan señales de vida . Se ocupanen liquidar y nada más. Por todas partes hay la mismadesanimación y la m i sma floj edad de operaciones .

En M adrid parece que el verano se ha anticipado tresmeses . M uchos días apenas se registran cambios . Todoel mundo Vive á la expectativa y espera á que la s i tuaciónse despej e algún tanto . A lcistas y bajistas muestran grandes vacilaciones .

Los valores del Estado quedan a los mismos t ipos queen nuestra' anterior Revista (descontado el cupón). L Opropio acontece con los títulos del B anco Hipotecario yde la Tabacalera .

REV ISTA ECONÓM ICA . 145

Solamente las acciones delB anco suben y crecen comola espuma : de 1 08 han pasado á 1 1 8 y aun no se detemdráná quí si la ampliación del privil egio se otorga .

Los valores industriales muy animados en las B olsasde B arcelona y de París. Los coloniales y A lmansas sonmuy solicitados y alcanzan cada día mej ores cambios .

U N Ex MIN ISTR O .

Seocmn Extranj era.

EL PAPA H A M UER TO !

CU EN TO .

E pasado mi infancia en una gran ciudad de provincia

,cortada en dos por un río caudaloso y

embravecido,donde tomé el gusto por los viaj es

y la pasión por la vida marítima . Hay ahí sobre todo unpuentecillo en el cual nunca pienso sin emocionarme . A ún

me parece ver el carte lón clavado en un poste Cornet,

botes de alquiler ,

º la pequeña escalera que se sumerje enel agua , resbaladiza y ennegrec ida por la humedad laflotilla de barcas pintadas recientemente con coloresvivos

, alinéándose baj o la escalera , balanceándose suavemente y como aligeradas por sus bonitos nombres ésc ritos en letras blancas , el Pdiaro M osca

,la Golond rina .

Y luego , el tío Cornet , con su tarro de pintura ,sus

grandes pinceles , su cara curtida , arrugada y con mi]pequeños hoyuelos,como el río en una tarde de viento

fresco … . ¡Oh ,este tío Cornet ! Ha sido el Satanás de mi

infancia , mi pasión dolorosa ,mi pecado

,mi remordi

miento . ¡M e ha hecho cometer tantos crímenes por susbarcas ! No iba á la escuela vendía mis libros . ¡Qué nohubiera vendido por remar todo un medio día !A llá en el fondo de mi bote mis cuadernos de clase ,

el sombrero echado atrás y sintiendo en las sienes el

148 LA ESPANA MODERNA .

nariz , horas enteras en muda contemplación . Nunca misviaj es tuvieron otro desenlace . Pero

, ¿ qué queréis ? Yoencontraba esto delicioso .

Lo terrible , sí , era la vuelta , la entrada á mi casa .

Por más que hacía,siempre llegaba tarde

,mucho des

pués de pasadas las clases . ¡Y cómo aumentaba mi re

mordimiento la caída de la tarde melancólica,las lám

paras de gas ya encendidas,el toque de retreta

,la ora

ción ! ¡Y cómo me causaba envidia el ver a las gentes quepasaban,entrando á sus casas con aquella tranquilidad

,después de haber cumplido con sus deberes ! Y corr íacon la cabeza p esada

,brumosa , l lena de sol y de agua ,con el zumbido del río aún en los oídos , y con el ruborde la mentira impreso ya en el r os tro .

Porque era necesaria una cada vez para hacer frenteá aquel terrible ¿ de dónde vienes ? conque me recib ían ála puerta . Este interrogatorio á la llegada era lo que másme atormentaba . Debía r e5 ponder inmediatamente

,sin

cortarme y con firmeza : contar una historia pronto,al

guna cosa asombrosa y extraña para que la sorpresasuspendiera todo recelo . Y para esto tenía necesidad depensar y tomar aliento . Inventaba S iniestros , revolucio

nes,cosas terribles : una parte de la ciudad en las l lamas :

e l puente del ferrocarril roto .

Pero nada encontré tan fuerte como éstoUn día llegué más tarde que de costumbre . M imadre

,que me esperaba desde hacía rato , estaba acechándome

en la escalera con el terrible ¿de dónde vienes ?No tuve tiempo de prepararme ; hab ía llegado demasiado Esta vez , pensé , me pillaron . De repente

se me pasó una idea loca . Sab ía que mi madre era muypiadosa y católica ¡y mucho ! y le respondí con toda lapena de una gran emoción

Oh,mamá ; si supieras

—¿Qué ,

pues,qué hay ?

—¡El Papa ha muerto !¡El Papa ha muerto ! ( exclamó la pobre ) y_

se apoyé contra la pared . Pasé inmediatamente á mi cuarto ,

¡EL PAPA HA MUERTO ! 149

un poco espantado de mi sal ida ,y de l a. enorm idad de la

mentira . Lo recuerdo,una noche silenciosa y fúnebre ;el padre grave y la madre aterrada . Se hablaba quedi to .

Yo¡bajaba los ojos ; nadie se acordaba ya de mi esca

patoria ,con la desolación de l a noticia .

Cada uno citaba ,á porfía , algún rasgo de l a vida delpobre Papa Pío IX después

,poco á poco

,l a conversa

ción se extendió sobre l a historia de l os Papas . Tía Rosahabló de Pío VII a quien recordaba haber vis to pasar enel fondo de una silla de posta

,entre gendarmes

,allá en

el M ediodía . Y luego la famosa escena con el Emperador ¡CÓMI CO … . TRÁ JICO I. … Era la centésima vez que l aoía

,esa terrible escena , siempre con la misma entonación,los mismos gestos y aquel estereotipodo en las tradiciones de fam ilia que se van legando como historias de

convento . Y nunca m e hab ía parecido tan interesante .

Escuchaba con suspiros hipócritas,con un aire de in

terés, y á cada instante me decíaM añana por la mañana , cuando sepan que el Papa noha muerto , será tanta su alegría ,

que ni me regañarán .

Y pensando en esto,mis oj os se cerraban á pesar mío

,y tenía visiones de pequeñas barcas pintadas de azul, en

un rinconcito del Saone,y los remos chorreando gotas

diamantinas .

AL FON SO D A UD E T .

LA LEYEN DA DE SA N JUL IAN EL H OSPITALAR IO

os padres de Julián habitaban un castillo,situado

en la ladera de una colina enmedio de los bosques .

Las cuatro torres de los ángulos tenían techospuntiagudos cubiertos de planchas de plomo

,y la base

de los muros descansaba en la peña viva que baj abaabruptamente hasta el fondo de los fosos .

Las losas del patio parecían por lo pulcras las de unaiglesia . Largas canales , figurando dragones con la bocahacia abajo , escup ían en la cisterna el agua de las lluvias ;y en todos los pisos veíanse en el alfe izar de las ventanasmacetas de barro pintado , con albahaca ó heliotropo .

Dentro de una segunda cerca de estacas había,en

primer térm ino , una huerta de frutales después , un j ardín con dibujos de cifras formados por las flores finalmente

,un emparrado con cenadores para tomar el fresco

,y un mallo para esparcimiento de los paj es . A l otro ladose encontraban la perrera , las cuadras , la panadería ,e l lagar y los troj es . Cercada también por un soberbio seto de espino

,extendíase una verde pradera de

pasto .

Reinaba la paz hacía tanto tiempo , que ya no se bajabael rastrillo los fosos estaban ll enos de agua las golondrinas anidaban en los huecos de las almenas y el arquero que se paseaba por la cortina durante todo el díaen cuanto el sol calentaba demasiado ,

se met ía en la atalaya

,y se dormía como un santo varón .

1 5 2 LA ESPANA MODERNA .

llas , porque no cesaba de aumentar la muchedumbre ,hubo que beber en las bocinas y en los cascos .

La puérpera no asistió á estas fi estas . Estaba tranquilamente en su lecho . Una noche se despertó

,y

,á la luz

de un rayo de luna que entraba por la ventana,divisó

una sombra móvil . Era un viej o con tosco sayal,un rosa

rio á la cintura y una mochila á la espalda todo el aspec_to , en suma , de un erm itaño . Se acercó asu cabecera

,y,sin despegar los labios

,le dij o :

¡R egocíjate ,buena madre ! ¡Tu hijo será un santo !

Iba ella á gritar ,mas la sombra , deslizándose por elrayo de luna

,se elevó suavemente y desapareció . A rre

ciaron los cantos del festín . La madre oyó voces angel i—ºcas , y volvió á dejar caer la cabeza en la almohada ,

sobrela cual pendía un marco de carbunclos que encerraba unhueso de un mártir .

Interrogada al día siguiente , toda la servidumbre declaró que no había visto ningún erm itaño . Sueño 6 realidad

,aquello debía ser un mensaj e del cielo pero la ma

dre se guardó bien de decir una palabra,por temor de

que s e achacase á orgullo suyo la profecía .

A l apuntar el alba se fueron los convidados ; y hallandose el padre de Julián fuera de la po terna ,adonde aca

baba de acompañar al último ,de repente surgió ante sus

ojos un mendigo en medio de la ni ebla . Era un bohemiode trenzada barba

,con brazaletes de plata en ambos bra

zos y refulgentes pupilas . M urmuró con acento inspiradoestas palabras incoherentes :

—¡A h ! ¡A h ! ¡Tu ¡M ucha ¡M uchagloria ¡Siempre La fam ilia de un emperador .

Y,baj ándose para recoger la limosna , se eclipsó en

tre la hierba .

El buen castellano miró á una y otra parte , y estuvollamando hasta que se cansó .

¡Nadie ! Silbaba el vient o ,arrastrando las nieblas de la mañana .

A tribuyó esa visión á la debilidad de su cabeza pon lafalta de sueño .

5 5 1hablo de ella (pensó) , se burlarán demí . » Con todo ,los esplendores reservados a su desceu

SA N JUL IAN EL HOSP ITALAR IO .

diente lo deslumbraban ,á pesar de lo vago de la pr omesa ,

y aun dudando de haberla oído .

Los esposos se ocultaron su secreto . Pero ambos idolatraban al niño con amor igual ; y , respetándolo comoun elegido de Dios

,tuvieron para él infinitas atenciones .

Su camita estaba rellena de finísimo plumón ; encima deella ardía constantemente una lámpara en forma depaloma ; tres nodrizas lo mecían ,

y , envuelto en las mantillas,con su cari ta sonrosada y sus oj os azules , con sucapa de brocado y su capillo recargado de perlas

,pare

cía un niño Jesús . Echó los dientes sin llorar una sola vez .

A l cumplir los siete años , le enseñó á cantar su madre . El padre,para que se criase valiente , l e hizo montaren un caballo alto . El niño sonreía de contento ,

y no tardóen saber todo lo tocante á la equitación .

Un monj e anciano y sapientísimo le enseñó la SagradaEscritura

,l a numeración arábiga ,

las letras latinas ytambién á pintar en vitela viñetas primorosas . Juntos trabaj ab an en lo alto de un torreón

,lej os del ruido .

Term inadas las lecciones,bajaban al j ard ín

,donde

,al tiempo que paseaban,estudiaban las flores .

A veces se veía por el fondo del valle una recua decaballerías , guiadas por un trajinero ataviado á la oriental . El castellano

,sabedor de que era un mercader ,

le

enviaba un criado . El forastero,confiándose

,s e desviaba

de su cam ino , é , introducido en el recibim iento sacab ade sus cofres piezas de terciopelo y de seda

,obj etos de

orfebrería,aromas y cosas raras de un uso desconocí

do luego el hombre se iba con sus ganancias,sin haber

sufrido ninguna violencia.0 tras veces llamaba á la puertaun grupo de peregrinos . Sus ropas mojadas humeabandelante del hogar ; y cuando el alimento había restau

rado sus fuerzas , contaban sus viaj es , describiendo elvagar de las naves por el mar espumoso ,las marchas á

pie por abrasados arenales,la ferocidad de los paganos ,las Cavernas de Sir ia

,el Establo y el Sepulcro . Después

daban al señorito conchas de su manto .

El castellano convidaba amenudo asus antiguos com

1 5 4 LA ESPANA MODERNA .

pañeros de armas y,conforme bebía n

,recordaban sus

guerras , los asaltos de las fortalezas con las batientesmáquinas y las heridas prodigiosas . Julián

,al oírlos ,prorrump ía en exclamaciones

,y entonces el padre nodudaba un momento que sería más tarde un conquista

dor . Pero'

al anochecer , al salir de las oraciones y pasarpor entre los pobres inclinados , echaba mano asu escarcela con tanta modestia y con tan noble continente,que

la madre confiaba verlo algún día arzobispo .

Tenía su sitio en la capilla al lado de sus padres y,por largos que fuesen loso ficios

,permanecía de rodillas

en su reclinatorio con la gorra en el suelo y las manosj untas .

Un día , alzando la cabeza , durante lo misa ,divisó un

ratoncillo blanco que salía de un agujero de la pared . Elratoncillo corrió á la primera grada del altar , y ,

después de dar dos Ó tres vueltas á uno y otro lado

,huyó

por la m isma parte . A l domingo siguiente , el niño se sintió alterado ante la idea de volverlo á ver . Tornó

,en

efecto,el ratoncillo ; y todos los domingos lo esperaba

Julián su imagen lo perseguía,l legó á inspirarle odio

,y

reso lwó deshacerse de él .Habiendo

,pues

,cerrado la puerta y desmigajado unatorta sobre las gradas

,se apostó delante del aguj ero ,armado de una varita .

A l cabo de mucho tiempo aparec i ó un hociquillo sonrosado,y

,tras él

,todo el ratón . El niño dió un golpe

suave,y se quedó suspenso delante de aquel cuerpecito

que ya no se movía . M anchaba el suelo una gota de sangre . La limpió precipitadamente con la manga , tiró fuerael ratón ,

y no dij o una palabra á nadie .

A l j ardín bajaban enj ambres de p aj arillos á picotearla fruta . Ideó introducir guisantes en una caña hueca .

Cuando oía gorgeos en un árbol , se acercaba con precaución

,l evantaba su tubo ,

inflaba los c arrillos,y le llo

vian pajarines sobre los hombros tan cop iosamente , queno podía menos de reírse por el éxito de su treta .

Una mañana , volviendo al castillo por la cortina , vió

1 5 6 LA ESPANA MODERNA .

perros de muestra relucía como la seda ; el ladrido de lostalbots competía con el de los cantores beag les . En unpatio aparte gruñían

,sacudiendo la cadena y moviendo

inquietamente las pupilas , ocho alanos , animales formidahles que saltan al vientre de los j inetes y no tienenmiedo á los leones .

Todos comían pan de trigo,bebían en pilas de piedra

,y llevaban un nombre sonoro .

La halconera superaba quizá á la j aur ía . El buen senor

, á fuerza de dinero ,hab ía adquirido halcones terzue

los del Cáucaso,sacres de B abilonia

, jerifaltes de A lemania y halcones peregrinos

,cogidos , á orillas de los

mares fríos,en acantilados de lej anos países . Ocupaban

un cobertizo cubierto de bálago , y estaban suj etos en laalcándara por orden de tamaño ; tenían delante un trozode césped

,donde los ponían de vez en cuando para des

entumecerlos .

Se construyeron morrales , anzuelos , trampas y todaclase de accesorios .

Frecuentemente llevaban al campo perros de muestraque no tardaban en llamar de parada . Entonces sus conductores

,adelantándose poco á poco

,tendían sobre sus

cuerpos impasibles una inmensa red . A una orden ladraban ; volaban codornices ; y las señoras de las inmedia

ciones,invitadas con sus esposos , l os niños , l as camareras

,todos

,en fin

,caían sobre las aves , y las cogían

fácilmente .

O tras veces,para desemboscar las l iebres , se tocabael tambor ; se hacía caer a los zorros en hoyos , ó se co

gían' l obos por medio de un muel le que , al soltarse , los

enganchaba de una pata.

Pero Julián desdeñó esos cómodos artifici os preferíacazar lejos de la gente con su caballo y su halcón . Eraéste casi siempre un hermoso ej emplar de Scitía , blancocomo la nieve . Su capirote de cuero remataba en un penacho en sus azules piesagitábanse cascabeles de l oroy m ientras el caballo galopaba al través de los campos ,manteníase él firme en el brazo de su señor . Julián , des

SA N J UL IAN EL HOSP ITALAR IO . 1 5 7

atando las pihuelas , lo soltaba de repente el ave audazsubía por los aires , recta como una flecha , y se ve íangirar dos manchas desiguales , que luego se juntaban yconcluían por desaparecer en las alturas del espacio cerule o . El halcón no tardaba en bajar , desgarrando algúnave

,y en volver á posarse en la manopla con las alastrémulas .

De esa suerte cazó Jul ián la garza real,el m ilano

,l a

corneja y el buitre .

Gozaba en seguir á los perros , cuando ,al clamor de

la trompa ,corrían por la pendiente de las colinas

,sal ta

ban los arroyos y subían hacia los bosques y en el instante eu que el ciervo empezaba á gem ir desgarrado porlas mordeduras

,se apresuraba á derribarlo

,deleitan

dose después en ver la furia con que devoraban los mastines sus cuartos humeantes .

Los días de niebla se met ía en los pantanos para acechar los gansos

,las nutrias y los albranes.

Desde el amanecer lo esperaban al pie de la escali

nata tres escuderos y , por más que el anciano monje ,asomado á su tronera , l e hacía señas para que se volvicse,Julián no se volvía . Desafi aba los ardores del sol

,la

l luvia y la tempestad bebía en la mano el agua de losmanantiales ; comía ,

marchando al trote,manzanas sil

vestres ; cuando se cansaba , reposaba un momento debaj o de una encina , y regresaba en plena noche ,

cubiertode sangre y de lodo

,con el pelo lleno de pinchos

,y trans

cendiendo al olor de los animalesmonteses . Sevolvió comoellos . Cuando su madre lo abrazaba , r ecib ía fríamente

e l abrazo ,pareciendo abstraído en cosas profundas .

M ató osos á cuchill adas , toros á hachazos , j abalíescon el venablo y hasta una vez , a falta de otra cosa , sedefendió con un palo contra varios lobos que estabanroyendo unos cadáveres al pie de una horca .

Un día de invierno salió de madrugada bien equipado,con una ballesta al hombro y un manoj o de flechas en e l

arzon de la silla .

El suelo resonaba baj o los cascos de su caballo danés

1 58 LA ESPANA MODERNA .

que marchaba acompasadamente , seguido de dos zarceros . El capote del j inete se cubría de escarcha Soplabauna brisa violenta . El horizonte se despejaba por un lado ,y á la claridad blanquecina del alba vio Julián unos conejos que andaban retozando á la orilla de sus madrigueras . Inmediatamente se precipitaron sobre ellos los doszarceros ,

y á este quiero , á este no quiero les tronchaban el espinazo .

A poco entró en un bosque . En el extremo de unarama dormía un gallo silvestre , aterido de fr ío ,

con lacabeza debaj o del ala . Julián sacó la espada le cor tó lasdos patas de un solo taj o , y continuó su cam ino sin re

cogerlo .

Tres horas después se encontró en la cumbre de unamontaña tan alta que el cielo parecía casi negro . Por delante de él había una roca que , á modo de enorme muro ,se abismaba en un precipicio dos revezos m iraban á lasima desde el borde . Hallándose sin flechas , porque había dejado atrás el caballo

,decidió baj ar adonde los ani

males se encontraban medio encorvado y con los piesdescalzos ,

consiguió acercarse al primero de los revezos,y le hundió un puñal entre las costillas.El segundo , sobre

cogido de terror,dió un bote en el vacío . Julián se aba

lanzó para herirlo ,pero

,resbalándosele un pie , cayó

sobre el cadáver del otro con los brazos abiertos y la carapor cima del abismo .

Nuevamente en el llano,siguió la margen de un río

bordada de sauces . Por Cima de su cabeza pasaban devez en cuando algunas grullas , volando muy baj as . Julián l as zurraba con el látigo ,

sin fallar un solo golpe .

Entretanto,un aire más tibio había derretido la és

carcha,flotaban largos vapores yaparec ió el sol . El j ovenvió bril lar á lo lej os un lago helado que parecía de plomo .

En medio del lago había un animal desconocido para él,un castor de negro hocico . Lo tumbó de un flechazo

pesar de la distancia,y sintió no poder llevarse la piel .

Luego se internó por una calle de árboles corpulentos , cuyas ramas formaban como un arco de triunfo á la

160 LA ESPANA MODERNA .

La noche se echaba encima , y por detrás de los bosques al través d e los intersticíos de las ramas,aparecía

el cielo encendido como un mar de sangre .

Julián se re costó en un árbol . Con los ojos désmesu

radamente abiertos contemplaba la enormidad de lamatanza , sin comprender cómo hab ía podido consumaria .

En la parte opuesta del valle , á l a orilla del bosque ,divisó un ciervo y una cierva con su cervatillo .

El ciervo,que era negro y de un tamaño monstruoso

,tenía diez y seis ramas y barba blanca . La C ierva,rubia

como las hojas secas , pacia el césp ed ; y el pintad ocervat i llo,sin interrumpir la marcha de la madre

,ma

mab a la ubre .

Zumbó otra vez la ballesta . Instantáneamente quedómuerto el cervatillo . La madre , mirando al cielo , bramócon una voz profunda , desgarradora , humana . Julián ,exasperado

,l a tendió en e l suelo de un flechazo en el

pecho .

El enorme ciervo , que lo vió , dió un salto . Julián ledisparó la última flecha . Le alcanzó en la frente

,y all í

quedó clavada .

El ciervo monstruoso no parecía sentirla . Saltandopor encima de los muertos , avanzaba sin detenerse uninstante

,iba aprecipitarse sobre el matador , iba a des

triparlo y Julián,con un espanto indecible

,retrocedía .

Paróse el prodigioso animal , y con los oj os llameantes,con la solemnidad de un p atr iarca y un justiciero

,al

t iempo que tañía á lo lej os una campana , repitió por tresveces—¡M aldito ! ¡M aldito ! ¡M aldito ! ¡Corazón feroz ; díallegará en que asesines á tus padres !

Dobló las corvas,cerró los párpa dos suavemente , y

murió .

Jul ián se quedó atónito luego se sintió abrumadopor una fatiga repentina , y se apoderó de él un malestar ,una tristeza inmensa . Lloró durante mucho tiempo conla frente oculta entre las manos .

SA N j ULIÁN EL HOSP ITALAR IO . 16 1

El caballo se había perdido los perros lo habíanabandonado la soledad en que se veía le pareció prenada de infinitos peligros . A guijado entonces por el terror

,se dió á correr al través del campo , tomó un sen

dero al azar , y casi inmediatamente se encontró a l apuerta del castil lo .

No durmió durante la noche . A la luz vacilante de l alámpara colgada volvía á ver el enorme ciervo negro . Supredicción lo obsediaba , y se revolvía contra ella .

a ¡No !¡no ! ¡no ! ¡no puedo matarlos ! » Pero luego pensaba e ¿Ysi me diese la y temía no fuese á sugerírsela el diablo .

Durante tres meses rezó la madre angustiada á la cabecera del lecho

,y el padre andaba gimiendo continua

mente por los pasillos . Llamaron á los maestros más fámosos en el arte de curar , los cuales rece taron infinidadde drogas . Decían que la causa del mal de Julián era unviento funesto ó un deseo amoroso . Pero el j oven

,á to

das las preguntas , movía negativamente la cabeza .

Recobró las fuerzas,y el anciano monj e y el buen se

nor lo sacaban a pasear al patio ,sosteniéndolo de un

brazo cada uno .

Cuando estuvo restablecido por completo, se encerróobstinadamente en no cazar .

El padre , queriendo darle una alegr ía ,le hizo el re

galo de un espadón sarraceno .

El espadón se hallaba en una panoplia en lo alto de unpilar , y ,

para alcanzarlo , s e necesitó una escalera . Su

bió Julián . La espada , asaz pesada , se l e fué de las manos

,y

,al caer

,rozó t an de cerca al buen señor

, que lerasgó la hopalanda Julián , creyendo que había matadoá su padre , se desmayó .

Desde entonces cobró tal miedo á las armas, que lavista de una hoj a desnuda le hacía palidecer . Semejante

debil idad era un desconsuelo para su familia,y fué pre

ciso que el anciano monj e le íntimase ,en nombre de

Dios , del honor y de los antepasados , a reanudar losejercicios propios de su clase .

162 LA ESPANA MODERNA .

Los escuderos se entretenían diariamente en el manejo de la j avalina . Pronto sobresalió en él Julián . Dabacon la suya en el gollete de las botellas

,rompía las vele

tas,y acertaba a cien pasos los clavos de las puertas .

Una tarde de verano ,a la hora en que todo aparece

indeciso entre la bruma , hallándose baj o el emparradodel j ardín ,

columbróa llá en el fondo dos alas blancas quese agitaban á la altura de la espaldera . Convencido deque no podía ser sino una cigiieña , lanzó la j abalina .

Sonó un grito desgarradorEra su madre , cuyo amplio tocado estaba clavado enel muro .

Julián huyó del castillo , y no volvió á aparecer .

Se incorporó á una cuadrilla de aventureros que ibande paso .

Sufrió el hambre , la sed , las fi ebres y la m iseria . Seacostumbró al estruendo de las refriegas y á la vista delos moribundos . El viento curtió su piel . Se endurecieronsus miembros al contacto de las armaduras ; y como eramuy fuerte , animoso ,

sobrio é inteligente , obtuvo confacilidad el mando de una compañía .

A l empezar las batallas , arrastraba á los soldados conun brioso movimiento de la espada . Sirviéndose de unacuerda de nudos trepaba por la noche a las murallas delas ciudade las , balanceado por el huracán ,

desafiandolas encendidas pavesas del greguisco ,

que se pegaban ásu coraza

,y la pez hirviente y el plomo derretido que

chorreaban de las almenas . Frecuentemente le rompióel escudo una pedrada . H undiéronse baj o sus pies puentes sobrecargados de hombres . Haciendo girar su maza

,s e desembarazó de catorce j inetes . Derrotó en el palenque a cuantos se prestaron á entrar en liza con él . M ásde veinte veces se le creyó muerto .

LA ESPANA MODERNA .

bozo,donde le hacía sufrir los más duros tratamiento

á fin de arrancarle sus tesoros .

Julián acudió en su auxili o ; destruyó el ej ército dlos infieles ; sitió l a ciudad ; mató al Califa , le cortó la cbeza y la tiró , como si fuera una bola , por cima de lamurallas . Luego saco al Emperador de la prisión , y lrestableció en el trono á presencia de toda la corte .

El Emperador , por premio de tal servicio , le ofrecímucho dinero en unas canastillas . Julián no lo quisCreyendo que deseaba más , le prometió las tres cuartapartes de su riquezas ; nueva negativa . L e propuso e

tonces partir su reino ; Julián le dió las gracias , y el Eperador lloraba de despecho , sin saber cómo atestigusu gratitud

,cuando

,dándose una palmada en la fremt

pronunció algunas palabras al '

oído de un cortesano .

alzaron unas cortinas,y apareció una j oven .

Sus grandes ojos negros brillaban como dos suavísmos lum inares . Una sonrisa encantadora entreabría slabios . Los rizos de su cabellera se enganchaban enpedrerías de la túnica transparente

, a cuyo travésadivinaba la juventud del cuerpo . Toda ella era lindísiml lena de carnes y de delgado talle .

Julián se quedó deslumbrado y ciego de amor , tanmás cuanto que había hecho hasta entonces una vimuy casta .

Recibió,pues

,en matrimonio la t a del emperadocon un castil lo que poseía por parte de su madre ; y , u

vez term inadas las bodas , se separaron todos , despude mutuas é infinitas atenci ones .

El castillo era un palacio de mármol blanco,construi

á la morisca sobre un promontorio ,en medio de un n

ranj al . Desde lo al to bajaban terrazas de flores hastaorilla de un golfo

,donde cruj ían baj o los pies son'

ros

das conchas . Detrás del palacio se extendía un bosqen forma de abanico . El cielo se presentaba continumente azul

,y los árboles se inclinaban á impulsos de

brisa del mar o del viento de las montañas, que cerrah

á lo lej os el horizonte .

SA N JULIÁN EL HOSP ITALARIO . 165

L as habitaciones , envueltas en una p enumbra ,se

veían alumbradas por las incrustaciones de l as paredes .

A l tas co lumnillas , que parecían delgadas cañas , sustentaban la bóveda de las cúpulas , decoradas con relievesimitando las estalacti tas de las grutas .

Hab ía surtidores de agua en las salas,mosaicos en los

patios,tabiques fes toneados , mil primores de arquitectura

,y tal silencio por doquiera , que se o ía el roce de unagasa ó el eco de un suspiro .

Julián no hacía ya la guerra . Descansaba rodeado deun pueblo tranquilo

,y todos los días pasaba ante sus

ojos ingente mult itud con mil genuflexiones y besamanosá la oriental .Vestido de púrpura

,permanecía de codos en el alfei

zar de una ventana,recordando las cacerías de otros

t iempos ; y hubiese querido correr por el desierto tras lasgacelas y los avestruces,hallarse apostado entre bam

búes en acecho de los leopardos,atravesar bosques lle

nos de rinocerontes,escalar la cima de los montes más

inaccesibles para apuntar mej or a las águilas,y lidiar

con los osos blancos sobre los hielos del mar .

A veces se veía en sueños,como nuestro padre A dán

en medi o del Para íso ,entre todos los animales ; dábalesmuerte con sólo alargar el brazo ; ó bien desfi laban dedos en dos por orden de tamaño

,desde los elefantes y los

leones hasta los armiños y los patos , como el d ía en queentraron en el arca de Noé . A l a sombra de una cavernalanzaba sobre ellos certeras j abalinas ; otros ocupaban alpunto su puesto ; era cuento de no acabar ; y se despertaba revolviendo ferozmente los oj os .

Lo invitaron acazar príncipes amigos suyos . Siemprerehusó , creyendo conjurar su desgracia con esta especi ede penitencia ; porque le parecía que de la muert e de losanimales dependía la suerte de sus padres . Pero sufríapor no verlos , y su otro deseo se hacía insoportable .

Su muj er para distraerlo,mandó llamar j uglares

_ybailarinas .

Paseábase con él por el campo en li tera abierta ; otras

I 66 LA ESPANA MODERN A .

veces , echados al borde de un esquife ,miraban vagar

los peces por el agua , l ímpida como el cielo . Ella sol íatirarle flores á la cara sentada á sus pies

,tocaba melo

días en una mandolina de tres cuerdas por fi n, poniéndole las dos manos unidas sobre un hombro

,le decía con

t ímido acento—¿Qué tenéis , querido señor ?E l no respondía , ó prorrumpía en sollozos . Finalmen

te,un día confesó su horrible pensam iento .

Ella lo combatió , razonando muy bien sus padreshabrían muerto probablemente ; y si alguna vez volvieseá verlos , ¿por qué azar ni con qué fin ll egaría á seméj ante abom inación ? A sí pues

,sus temores eran infunda

dos,y debía reanudar la caza .

Julián sonreía oyéndola,pero no se decidía á satisfa

cer su deseo .

Una noche del mes de A gosto estaban en su cuarto .

Ella acababa de acostarse,y él se arrodillaba para rezar

,cuando oyó el gañido de un zorro,luego pisadas leves

debajo de la ventana,y entrevió en la sombra como apa

riencias de animales . La tentación era demasiado fuerte .

Descolgó el carcaj .

La joven pareció sorprendida .

—JES por obedecerte ! (dij o Julián . A la salida del

sol estaré de vuelta .

La mujer,sin embargo , t emía una desgracia .

E l la tranquilizó,saliendo luego asombrado de su in

c onsecuencia .

Poco tiempo después entró un paj e anunciando quedos desconocidos necesitaban ver inmediatamente á l aseñora , á fal ta del señor .

Y acto continuo entraron en la estancia un viej o yuna vieja ,

encorvados,l lenos de polvo

,vestidos de lien

zo,y apoyándose cada uno en un báculo.

Después de rehacerse,dij eron que l levaban á Julián

noticias de sus padres .

La mujer se incl inó para oírlos .

Pero los ancianos,dirigiéndose una mirada de inteli

168 LA ESPANA MODERNA .

manecían absortos á l a luz del candelabroque iluminabala mesa .

Los Viej os debieron ser muy guapos en su juventud .

'

La madre conservaba aún todo el pelo cuyos finos rizos,semejantes á copos de nieve , le caían hasta la parte inferior de las mejillas ; y el padre , con su alta estatura ysu luenga barba , parec ía una estatua de iglesia .

La muj er de Julián les instó p ara que no lo espera '

sen . Los 'acostó ella misma en su cama , cerró la ventana ,y se durmieron . Rayaba el día , y los paj arillos empezaban á cantar detrás de las vidrieras .

Julián había atravesado el parque y andaba por elbosque con paso nervioso,gozando de la blandura del

césped y de la suavidad de la atmósfera .

Las sombras de los árboles se extendían sobre el

musgo . A veces la luna producía blancas manchas en losclaros del bosque

,y Julián vacilaba en seguir , creyendover un charco de agua ; otras veces la superficie de lostranquilos pantanos se confundía con el color de la hierba :

Por doquier reinaba un gran silencio , y el cazador nodescubría ninguna de las alimañas que pocos m inutosantes rondaban alrededor del Castillo .

El bosque se espesaba ; l a obscuridad se hacía profunda . Cruzaban bocanadas de aire cálido ,

impregnadasde aromas embriagadores. Julián se hundía en hacinam ientos de hoj as secas . Se recostó en una encina paratomar aliento un instante .

D e pronto saltó á su espalda una masa más negra , unjabal í. No tuvo tiempo de coger el arco , y se apesadumbrócomo si le hubiese ocurrido una desgracia .

Luego,saliendo del bosque , divisó un lobo que corr ía

á lo largo de un seto .

Le disparó una flecha . Paróse el lobo , volvió la cabezapara m irarlo,y tornó á emprender la fuga . Corría guar

dando siempre la misma distancia de cuando en cuandose detenía

,y no bien lo apuntaba e l arco , reanudaba su

carrera .

Julián recorrió de esa suerte una llanura interminable ,

SA N j ULIÁN EL HOSP ITALAR IO . 169

después montículos de arena,y úl timamente se encontró

en una meseta que dominaba un dilatado espacio . Vió

algunas piedras planas diseminadas entre bóvedas ruinosas . Tropezaba con huesos de muertos de trecho en trecho se inclinaba con aspecto lastimoso una cruz carcomida . En la sombra de las tumbas se rebulleron formasvagas : eran hienas que sal ían espantadas y j ad eantes .

Haciendo rechinar las uñas sobre las losas , se llegaron áé l y lo husmearon , desencajándose las quij adas con unbostezo que puso al descubierto sus encías . Julián desenvaino el sable . Las hienas partieron á la vez en todasdirecciones y siguiendo su galope cogitranco y pre cipitado , se perdieron á lo lej os en una nube de polvo .

Una hora después encontr ó en un barranco un torofurioso en actitud de acometer y escarbando la arena .

Julián le asestó una lanzada en el pecho , p ero la lanzase hizo astillas , como si el animal hubiese sido de bronce .

Entonces cerró los oj os,aguardando la muerte . Cuando

los volvió á abrir ,el toro hab ía desaparecido ,

L e flaqueó el ánimo de vergiienza . Un poder superiordes truía su energía y

,resuel to á volverse , entró en el

bosque .

El bosque estaba obstruido de plantas trepadoras éiba cortándolas con el sable , cuando de repent e se deslizo por entre sus piernas una garduña ; una pantera dióun brinco por encima de su hombro

,y una serpiente su

bió en espiral alrededor de un fresno .

Había en el follaj e una chova monstruosa que mirabaá Julián , y por doqui era aparecieron entre las ramasinnumerables chispas como si el firmamento hubiese derramado en el bosque todas sus estrellas . Eran oj os deanimales— de gatos monteses

,de ardil las , de buhos de

loros , de monos .

Julián disparó contra ellos sus flechas ; las flechas , consus plumas , se posaban en las hojas como mariposasblancas . Les tiró piedras ; las p iedras volv ían á caer sintocar á ninguno . Se maldij o ; hubiera querido pegarse ; ¡aulló imprecaciones ; se ahogaba de ira .

170 LA ESPANA MODERNA .

Y todos los animales que había perseguido se leaparecieron de nuevo , formando un estrecho círculo entorno suyo . Unos estaban sentados sobre las ancas

,otros muy erguidos . E l permanecía en medio,helado

de terror , incapaz del más mínimo movimiento . Con

un esfuerzo supremo de voluntad dió un paso ; los queestaban posados en los árboles abrieron las alas,los quehollaban el suelo alzaron sus extremidades

,y todos lo

seguían .

Las hienas iban delante de él ; el lobo y el j abalí detrás . El toro balanceaba la cabeza á su derecha

,y la *

serpiente ondulaba por la hierba á su izquierda,al paso

que la pantera,combando el lomo y escondiendo las uñas ,ib a dando zancadas . El avanzaba con la mayor lenti tud

posible para no irritarlos,y veía salir de las profundidades de la espesura puercoespines ,

zorros,víboras

,cha

cales y osos .

Julián apretó a correr ; ellos corrieron . La serpientesilbaba ; las alimañas hediondas babeaban . El jabalí lerozaba los talones con los colmillos , y el lobo la palmade la mano con los pelos del hocico . Los monos lo pe llizcaban haciendo gestos ; la garduña se enroscaba á suspies . Un oso le quitó el sombrero de una manotada

,y la

pantera dej ó caer desdeñosamente una flecha que llevabaen la boca .

El proceder ladino de aquellos animales respirabaironía . Espiándolo con el rabillo del oj o , parecían meditar un plan de venganza ; y él , aturdido por el zumbidode los insectos

, fustigado por las colas de las aves , sofocado por los alientos, marchaba con los brazos caídos ylos párpados cerrados como un ciego , sin tener fuerzassiquiera para pedir merced .

Vibró en los aires el canto de un gallo ; otros respondieron . Llegaba el día ,y Julián distinguió más allá de

los naranj os la techumbre de su castillo .

Después vió a orillas de un campo ,á tres pasos de

distancia,roj as perdices que andaban por los rastroj os .

Se desabrochó el capote , y lo tendió sobre ellas como

172 LA ESPANA MODERNA .

lo comprendió todo , y , huyendo despavorida dej ó caerla luz .

E l l a recogió .

Tenía delante á sus padres , tendidos boca arriba ,con

un agujero en el pecho sus semblantes, de una dulzuramajestuosa

,parecían como guardar un secreto eterno .

En su blanco cutis , sobre las sábanas de la cama , por elsuelo y á lo largo de un Cristo de marfi l colgado. en laalcoba

,se veían salpicaduras y charcos de sangre . El

reflej o purpúreo de la vidriera,herida entonces por el

sol,iluminaba esas manchas rojas

,y las multiplicaba por

toda la estancia . Julián avanzó hacia los dos muertos ,diciéndose y queriendo creer que no era posible , que se

había engañado , que á veces se encontraban semejanzasinexplicables . Finalmente,se baj ó un poco para ver de

cerca al anciano , y por entre los párpados mal cerradosdistinguió una pupila apagada que lo quemó como fuego .

Luego se fué á la parte opuesta de la cama,ocupada por

el otro cadáver,cuyos blancos cabellos ocultaban una

parte del rostro .Julián le pasó los dedos por debaj o de losrizos , levantó la y la m iraba ,al extremo de su

rígido brazo,alumbrándose con la luz que en la otra

mano sostenía . El colchón empapado rezumaba,y,una a

una , iban cayendo gotas en el suelo .

A l final del día Julián se presentó delante de su mujer ,y , con una voz que no parecía la suya ,l e mandó que no

le respondiese,que no se l e acercase , que no lo m irasesiquiera , y que , so pena de condenación ,

siguiese todassus Órdenes , que eran irrevócables.

Los funerales se harían según instrucciones que dej abapor escrito sobre un reclinatorio en la cámara mortuoria .

Legaba á su muj er el palacio,los vasal los

,todos los bie

nes,sin conservar siquiera la r opa puesta ni las sanda

l ias , que se encontrarían en lo alto de l a escalera .

Ella había obedecido la voluntad de Dios ocasionandosu crimen , y deb ía rezar por el alma de él , puesto queen adelante ya no existíaEnterróse á los muertos con magnificencia en la igle

SA N JUL IAN EL HOSP ITALAR IO .

sia de un monasterio que había á tres j ornadas del castil lo . Un monj e , con la capucha echada , siguió el cortej o

,lej os de todos los demás , sin que nadie se atreviese

á hablarlo .

Durante la misa permaneció de bruces en medio d elportal

,con los brazos en cruz y restregando el polvo con

la frente .

Después del en tierro se le vió tomar el camino quel levaba á las mon tañas . Se volvió varias veces , y acabópor desaparecer .

Se fué por esos mundos mendigando su subsistencia .

A largaba la mano á los j inetes que encontraba en loscaminos ; se aproximaba á los segadores haciendo genuflexiones

,ó se quedaba inmóvil á l a entrada de los pa

tios ; y su cara revelaba tanta tristeza ,que jamás se le

negaba la limosna .

Por espíritu de humildad contaba su historia,y eu

tonces todos huían,haciendo la señal de la cruz . En las

aldeas por donde ya había pasado,no bien lo reconocían

,cerraban las puertas , proferían amenazas y lo apedreaban . Los más cari tativos ponían una escudilla en el reborde de su ventana

,y luego cerraban las maderas para

no verlo .

Rechazado de todas partes , evitó la gente y se alimen

tó de raíces , de plantas , de frutos desperdiciados y demariscos que á lo largo de las playas cogía .

A veces,al volver de una cuesta , veía á sus pies unaconfusión de tejados apiñados , con chapiteles de piedra ,puentes , torres y calles sombrías entrecruzadas , desdedonde subía hasta él un continuo zumbido .

La necesidad de confundirse con sus semej antes l oimpulsaba á bajar a la ciudad : pero la expresión bestialde las caras , el estrepito de los talleres y la indiferencia

174 LA ESPANA MODERNA .

de las conversaciones le helaban el corazón . Los días defi esta ,

cuando el bordón de las catedrales l levaba la alegria desde la aurora al pueblo entero , m iraba a los habitantes salir de sus casas

,veía los bailes de las plazas ,las fuentes de cerveza de las encrucuadas ,

las colgadurasde demasco delante de la morada de los Príncipes y,lle

gada la noche , al través de las vidrieras de los pisos bajos

,las largas mesas de fam ilia , donde había abuelos quetenían nie tecillos en las rodillas ; l o ahogaban los sollozos ,y se volvía hacia el campo .

Contemplaba con transportes de cariño los po t ros delas praderas

,los pájaros en sus nidos y los insectos posados en las fl ores ; pero todos , á su aproximación ,

co

rrían más lej os , se ocultaban asustados , huían veloces .

B uscó las soledades . Pero el viento ll evaba a su oídocomo estertores de agonía ; las lágrimas de rocío quecaían al suelo recordábanle o tras gotas más densas y pcsadas ; e l sol derramaba sangre en las nubes todas lastardes y todas las noches se renova ba en sueños su parricidio .

Se hizo un c ilícío con pinchos de hierro . Subió arrodillado todas las colinas en cuya cumbre se alzaba unacapilla . Pero el cruel pensamiento oscurecía e l esplendorde los tabernáculos , y lo torturaba en medio de las maceraciones de la penitencia .

No se rebelaba contra Dios que le había impuestoaquel crimen ,

y,sin embargo , lo desesperaba haber po

dido cometerlo .

Su propia persona le daba tal horror , que la exponíaá mi ! peligros , con la esperanza de verse libre de ella .

Sacó paralíticos de incendios , salvó niños del fondo delos abismos ; pero el abismo lo despedía , y las llamas lorespetaban .

El tiempo no calmó sus sufrimientos . Se hacían intolerables. Resolvió morir .

Y un día que se encontraba al borde de una fuente ,como se inclinase por encima para juzgar de la profundidad del agua ,

vió aparecer enfrente de él un Viej o des

176 LA ESPANA MODERNA .

un lado se extendían , hasta perderse de vista , áridas llauuras , sembradas á trechos de pálidos estanques frenteá él corrían las ondas verdosas del caudaloso r ío . En primavera la t ierra húmeda ol ía á podredumbre . Despuésse desencadenaba un furioso viento que levantaba remolinos de polvo ,

y el polvo se colaba por todas partes,en

cenagaba el agua y se mascaba en la boca . Un poco mástarde tocaba la vez á nubes de mosqui tos , cuyo zumbidoy cuyas picaduras no cesaban ni de día ni de noche .

Luego venían heladas atroces que daban á todas las cosas la rigidez de las peñas , y á los estómagos un ansialoca de carne .

Transcurrían meses sin que Julián viese un alma .

'

A

veces sol ía cerrar los oj os , esforzándose en volver á losdías de su j uventud en alas de la memori a y surgía en

su imaginación el patio de uncastillo , con lebreles en unaescalinata,servidumbre en la sala de armas

,y

,bajo

.l a

bóveda de una parra,un adolescente de blonda cabellera

entre un anc iano envuel to en pieles y una dama de ampliotocado de pronto aparec ían los dos cadáveres . Entoncesse tiraba boca abaj o en el lecho de hoj as , y repetía llorando :

—¡A h ,

pobre padre ! ¡Pobre madre ! Pobre madremía !Y caía en un sopor , durante el cual proseguían las fú

nebres visiones .

Una noche ,estando durmiendo

,creyó que lo llama

ban . Se puso á escuchar , y no oyó más que el mugido del a corriente .

Pero la m isma voz volvió á repetir—¡Juhán !

Llegaba de la otra orilla,cosa que le pareció extraor

dimaria ,atendida la anchura del río .

Por tercera vez llamaron—¡JulíánY esa voz alta tenía el metal de una campana de

iglesia .

Encendió el farol , y salió de l a choza . Un huracán

SA N J UL IAN EL HOSP ITALARIO . 177

furibundo se ense ñoreaba de la noche . Las tinieblas eranprofundas , y aparecían desgarradas acá y allá por lablancura de las olas que saltaban del río .

Después de un minuto de vacilación , Julián sol tó laamarra . Inmediatamente las agua s '

se sosegaron ,desli

Zóse la barda sobre su superficie , y llegó al ribazo opuesto,donde aguardaba un hombre .

Estaba cubierto con un lienzo hecho j irones ; su caraparecía una mascarilla de yeso y tenía los_oj os más em

cendidos que un ascua . A cercando el farol notó Juli ánque estaba lleno de una asquerosa l epra y , á pesar detodo

,había en su actitud algo como la maj estad de un rey .

En cuanto entró el leproso , hundióse la barca de unamanera increíble , aplastada por su peso ; una sacudidala puso á flote , y Julián empezó a remar .

A cada remada , la resaca del oleaj e levantaba laproa . El agua , más negra que la t int a , corría con furi ap or los dos costados del bordaje . A bría abismos,alzaba

montañas,y la chalupa tan pronto sal taba por lo alto

como se hundía en lo hondo dando vu eltas , bazuqueadapor el viento .

Jul ián inclinaba el cuerpo , abría los brazos y afian

zando los pies se echaba hacia atrás , doblando la cintu

ra,para hacer más fuerza . El granizo le acribillaba las

manos la lluvia le corr ía por la espalda ; l o ahogaba laviolencia del viento ; se detuvo . La barca derivó entoncesá merced de la corriente . Pero , comprendiendo que setrataba de una cosa de entidad ,

de una orden que eraimposible desobedecer , volvió á empuñar los remos , y e lcrugiente ludir de los escálamos cortaba el clamor de latempestad .

Delante de él lucía el farolillo . A veces lo ocultaban“aves que pasaban revoloteando pero Julián veía siempre las pupilas del leproso ,

que,en pie sobre la p0pa ,permanecía inmóvil como una columna .

¡Y así cont inuaron durante mucho , muchísimo tiempo !Llegados que fueron á la choza , Julián cerró la puer

ta,y vió á su huésped sentado en el escabel . La especi e

12

178 LA ESPANA MODERNA .

de sudario que l o cubría se le había baj ad o hasta las caderas y los hombros ,e l pecho

,los descarnados brazos

desaparec ían baj o placas de pústulas escamosas . Enormes arrugas surcaban su frente . En el si tio de la narizt en ía una caverna , no de otra suer te que si hubiese sidoun esqueleto y la boca de azulados labios exhalaba unaliento nauseabundo tan denso como una niebla .

Tengo hambre —dij o .

Julián le dió lo que tenía : un trozo de tocino .añejo yunos mendrugos de pan negro .

Cuando acabó de_

devorarlos,la mesa

,la escudilla y

el mango del cuchillo ostentaban las mismas manchasque se veían en su cuerpo .

A poco dij o :—¡Tengo sed !Julián fué por el cántaro

,y , al tiempo de cogerlo ,salió de su interior un aroma que dilataba el corazón y lanariz . Era vino : ¡qué hallazgo ! Pero el l eproso alargó elbrazo , y de un trago vació el cántaro entero .

Luego añadió :Tengo frío !

Julián prendió fuego á un haz de helechos en mediode la choza .

El leproso se acercó á calentarse,y

, acurrucado en

cuclillas , temblaba de pies á cabeza ; no podía tenerse ;sus oj os perdían el brillo ; l as úlceras supuraban ,y

,con

voz apenas perceptible,murmuró :

Tu cama !Julián lo ayudó sol ícitamente á arrastrarse hacia el

lecho de hoj as,y le echó encima

,para abrigarlo , la velade la barca .

El leproso gemía . Las comisuras de los labios dej abanal descubierto los dientes

,un estertor precipitado agi

taba Su pecho ,y el vientre se hundía hasta las vértebras

á cada aspiración .

Cerró los párpados .

—¡Parece que me echan hielo en los huesos ! ¡A cercate á mí

A LEJA N DR O DUM A S (H IJO )

o me entusiasma mucho el talento de A lejandroDumas . Es un escritor

,demasiado encumbrado

,

de m ediano estilo , y cuya concepción estrechan lasteorías más extrañas . Opino que la posteridad ha de serdura con él . Se le ha erigido un pedestal demasiado alto ,cosa á que no pueden avenirse los espíritus rectos y todavia se le podría conceder un puesto honrosísimo

,si sus

furibundos admiradores no os quitasen las ganas de serj ustos con él . Hay que prevenirse , sin embargo ,

contratoda parcialidad de crítica . A l fin y á la postre

,Dumas

es el autor que habría trasladado mayor suma de realidada la escena ,

á no empeñarse en violentar la verdad paraamoldarla á los sistem-as más caprichosos .

Procuraré ser absolutamente justo en la crítica que sigue ,

dej ando á un lado mis antipatías literarias . Tratasede la Condesa R omani , obra de Gustavo Fould , queDumas rehízo completamente , y de la cual s e hallaba tancontento en los ensayos , según me dicen , que hubo un instante en que estuvo á punto de firmarla con su verdaderonombre . Se decidió por el pseudónimo transparente deGustavo de Jalin . M e creo , pues , autorizado para nohablar en esta ocasión sino de A lej andro Dumas .

ALEJANDRO DUMAS ( H lj0 ). 181

H e aquí el asunto expuesto lo más brevemente posible . Una trágica de Florencia , Cecil ia , se casa con el

j oven conde Romani, que la adora . Pero , después de cásada

,sigue siendo la muj er de teatro , una aventurera del

arte y del corazón . Engaña á su marido , y adm ite las fortunas que le ofrecen ,

sin el menor escrúpulo . Luego ,en

contrándose arruinado el conde lo convence para que l adeje volver á las tablas . Y el día de un ensayo general ,al disponerse a entrar en escena , estalla el drama en sum ismo cuarto : el marido se entera de su traición . Lopeor de todo es que al día siguiente de la falta , el maridomismo fué á pedir cincuenta mil pesetas al hombre áquien se había entregado su mujer ; de modo que todaaquella verg '

úenza recae sobre su persona . Entonces,no

pudiendo resolverse á matarla,s e da una puñalada á su

vista en el momento en que la culpable atraviesa el umbral del cuarto que él le había prohibido franquear . Naturalmente ,

cura de esa herida ; se va con su madre la condesa ; y Cecilia,una vez sola

, _ después de querer envenenarse ,

se siente poseída de nuevo por la pasión de lastablas . Representará al día Siguiente la tragedia que hubode aplazarse por el conato de suicidio de su marido .

A hora , conocida la acción general , me será más fácildiscutir la obra acto por acto . Como se ve

,no hay más

que dos papeles . El del marido ha podido salvarse graciasá l a interpretación apasionada y sobria deWorms ; pero ,á pesar de eso

,no dej a de s er espinoso ,

y hasta algo ridículo . Sólo el papel de Cecil ia podía adquirir asombrosorelieve y extraordinaria vitalidad ; allí había materia sinduda para una gran creación . A hora bien : precisamentelo que á m í me duele es que esté mal dibuj ada esa figura ,con tal sobra de crudeza por una parte

,y tal indecisión

de contornos por otra que el espectador no sabe nuncaá qué atenerse .

Estamos en el primer acto, en casa de la condesa Romani . A ! alzarse el telón se ofrece un golpe de vista ori

gina] : un salón lleno de espectadores,sentadas las seno

ras,los hombres de pie , todos vueltos hacia una galería

LA ESPANA MODERNA .

lateral , y escuchando una tragedia ,— la Fornarina ,cuyo principal papel desempeña la misma Condesa . Contribuyen al desarrollo de la exposición las noticias quesuministra un cómico

,Toffolo

,el maestro de Cecilia

,y

especialmente las murmuraciones de las señoras , que ,asistiendo á una función de beneficio y habiendo pagadosus asientos , se creen autorizadas para morder de lolindo á la dueña de la casa . A sí nos enteramos de que laFornarina debe representarse de allí á poco enun teatrode Florencia

,pero que es muy dudoso el éxito , si la Condesa no consiente en reaparecer en las tablas . Nos ente

ramos también de que circulan rumores de la peor especie sobre la antigua actriz ; sólo que ,

como la defiendeuna baronesa , la muj er m isma del B arón que pasa poramante de Ce cilia

,no sabemos á ciencia cierta qué pen

sar . De toda esa primera exposición lo único que se sacaen limpio es que la gente es muy maldiciente .

M ás adelante , cuando llega al fin la Condesa y recibelas felici taciones de las señoras que no ha mucho la despe llejaban , media una breve escena entre ella y el B arón ,un cuchicheo rápido por el cual se adivina que hay , enefecto

,inteligencias

,y no só lo eso , sino que toman uncariz alarmante . Pero todo aquello es tan brusco , tanpoco explícito

,tan enigmático

,que no para uno mientes

todo lo que sería menester . La última escena del acto ,en la cual supl ica la Condesa á su marido que le permitarepresentar la Fornarina ,

dejándole entrever la posibilidad de recobrar de ese modo la fortuna que ella leha comido

,adquiere entonces una importancia extraor

dinaria . A quella muj er parece adorar á su marido tantocomo él la adora . Verdad es que le dice que hubiese debido tomarla por concubina mejor que por mujer peroen eso no se ve otra cosa que un exceso de pasión . Cuando cae el telón

,seguimos sin conocerla

,inclinándonos a

pensar que es una criatura buenís ima .

Estimo , pues , el primer acto pesado y confuso , porque todo él se pierde en medio de un chismorro teo , que

o scurece la acción . A un dando de barato que el autor

184 LA ESPANA MODERNA .

chos y de promiscuidades que llevaba . Todo eso ha conducido al suicidio deun hombre honrado ,

á quien nadiecompadece

,porque no lucha en medio de su deshonor .

Pues,á pesar de las explicaciones

,á pesar de la cruda

luz que cae de l leno sobre Cecilia ,en el tercer acto re

aparece el enigma,desorientando de nuevo á los espec

tadores. El Conde está restablecido , y su madre quierellevárselo . Tiene una explicación con su mujer,en la

cual se nos presenta como un ente originalísimo,como

un razonador empecatado , que es tablece distincionesen tre el hombre , el cristiano y el marido . A la postre ses eparan

,cambiando un adiós eterno . A dviértase que la

Condesa ha demostrado la adhesión de un perro lealdurante la enfermedad de su marido , que solloza y searrastra á sus pies como muj er transformada por ' elremordim iento así que no se sorprende uno cuandohabla de envenenarse después de la partida del Conde .

Hace sus preparativos le escribe una carta de despedida se cree apies juntillas que va á matarse . Pero anteuna simple argumentación de Toffolo

,comprende que

acaba de forjarse un drama para su uso,y exclama

a ¡M añana trabaj o !No es un desenlace vulgar ciertamente , como yo melo temía

,porque“ temblaba á la idea de que la carta fuese

una indigna triquiñuela . El desenlace lógico,á no dudar

,

e l único verdadero ,es ése Cecilia debe volver á las ta

blas.L a comedia m isma del suicidio no me disgusta ; hubiese podido ser de una gran originalidad . El mal está enque no se ve bien que se trata de un <<embalaje » de artista—pcrmítaseme la palabra , por ser la única que traduce bien mi pensamiento .

—Sería preciso que Cecilia .

estuviese muy convencida , y que el público pudiese comprender,sin embargo

,de qué manera pasan las cosas en

su alma . D e otro modo , la ñgura se desvanece ,

' la sorpresa es demasiado viva , y toda la lógica de aquella historia es paradój ica . La primera noche hubo evidentemente espectadores que se quedaron pe rplej os y mal im

presionados .

ALEJANDRO DUMAS ( H IJO). 185

Tan cierto es eso que á mi me chocó mucho un monólogo de Cecilia después de la marcha de su marido .

Permanece un instante con la cabeza entre las manos , yde repente se pone á hablar de Otelo , de Shakespeare ,del corazón humano . Todo lo cual me parecía singularísimo en aquel instante . Luego eché de ver que A lejandroDumas hab ía querido indicar de ese modo que el dramade la separación pasaba en la cabeza más que en el corazón de la Condesa . Tengo el convencimiento absoluto deque eso no basta . Habría hecho falta otra cosa . Se oyenmuchos discursos , pero no se ven hechos . A existir hechos que hubiesen traído el desenlace

,el desenlace há

bría adquirido grandes proporciones . Tal como aparece ,el tercer acto aburre y asombra , ni más ni menos .

A h ora puedo concluir . Sé perfectam ente qué clase detemperamento femenino ha querido presentar en escenaA l ejandro Dumas una artista entregada por entero alpúblico , una artista cuyos sentimientos ha pervertido elmedio en que vive

,que representa el amor

,la felicidad ,l a honradez , hasta la muerte ,

pero sin dejar de ser nuncala niña vagabunda de los cam inos reales.Esa muj er causala desgracia de un hombre caballeroso

,cuyo único pecado es haberla tomado en serio , y á eso se reduce eldrama . Cecil ia aparece poseída de todos los papeles quese representa á s í propia lo cual la eleva á mis oj os sobre

el vulgaridad común : es una actriz de genio . Tanto peorpara los locos que quieran convertirla en una muj er honesta . Pero si acepto ese temperamento

,creo que resulta fallido en la Cond esa R omani , que está mal presentado y mal concluido

,toda vez que sale de la sombra

para volver a ella , después del golpe de luz del acto se

gundo . A lej andro Dumas,á quien se proclama tan hábil

,no ha sabido sacar todo el partido posible de semej antecreación .

' Y ved el lado flaco del observador cuya perspicaciatanto se encomia . No puede inventar una ñgura sin transformarla al punto en un tipo general . Para él

,Cecilia no

es una muj er de cierto temperamento,sino la muj er de “

186 LA ESPANA MODERNA .

teatro,y el autor deja entrever que todas las que pisanlas tablas son como ella . Eso hace sonreir . Hay actrices

de la honradez más acrisolada . De fij o se entablarán polemicas . Habrá quien se amostace , y

_

con razón . Pero esono hay que atribuirlo á malos sentim ientos de A lejandroDumas

,sino a los ojos singulares con que mira e lmundo

,oj os de lo más falso ,que le dej an vislumbrar á veces una

punta de verdad,y luego deforman los objetosy abultan

sus proporciones sin tasa ni medida .

H e de insistir también sobre el lenguaj e que empleaA lej andro Dumas . Procede por réplicas interminablesque fatigan sumamente la atención . Nada menos vivoque ese diálogo , donde rara vez se e ncuentran los girosde la conversación corriente . Luego , ¡qué cosa tan deplorable esas frases continuas que prestan á todos los personajes el ingenio del autor ! B astarían por s í solas parac aracterizar el talento de A lej andro Dumas . ¿Por ventura Corneille , por ventura M oliere hacían frases ? Losmaestros proceden con más desenvoltura . Y nótese quecasi todas las frases de la Cond esa R omani han erradola puntería . A penas si círcularán por los periodiquillosdos ó tres . Para acabar , ¿ á qué santo viene esa manía defabricar un personaj e ruso , añadiendo al fin de todas lasfrases la conjunción pues? Jamás han abusado as í losrusos de semejante pues . Eso recuerda la manera . quetienen los folle tinístas de vigésimo orden de aderezar ospañoles con mucho caramba/ é italianos con mucho¡poveroEn resumen : A l ejandro Dumas es un autor de energía y de talento

,que estropea muy á menudo con defe c

tos enormes asuntos que sabe plantear con mucha valentía . Obedece á obsesiones , se ahoga en la nube de incienso que sus admiradores levantan en torno de él . Laal tura exagerada del puesto que ocupa

,débese á circuns

tancias múltiples,entre las cuales figura en primer tér

mino esa mezcla de verdad y de paradoj a ,que convierte

cada una de sus obras en un terreno donde cabe batirseindefinidamente .

LA ESPANA MODERNA .

ese dom inio las teor ías más extrañas quedándose”

siem

pre á m itad de camino de la verdad escribiendo en

'

unestilo que no choca á nadie

,y no siendo en sustancia más

que un hombre de teatro,es decir

,un autor ' dramático

,hábil y conocedor de su oficio,Dumas debía convertirse

á la fuerza en ídolo de nuestro públ ico parisiense,que ha

encontrado en él el escritor de genio á quien puede Comprender y discutir .

Por eso, ¡qué emociones , cuando se anuncia una obradel Dios ! Todo el mundo aguza la curiosidad . Los perio

dicos entran en campaña,y dejan escapar indiscrecíones

seis meses de antemano . A sí con respecto á la Extranj era sabíase que A lej andro Dumas había ido á escribirlael verano último a un chalet que posee á orillas del mar ,cerca de D ieppe . Nos informaban de su tarea acto p oracto . Después de term inada la obra , se refería de quémanera traj o el autor el manuscrito á Par ís , cómo se fuéá ver á M . Perrin , director del Teatro Francés , y con quéentusiasmo

,en fin

,fué recibido por todo el personal del

teatro . El día de la lectura de la obra al comité no parecía sino que acababa de oficiar un pontífice ; un periódicodaba extensa cuenta de la solemnidad , consignaba losincidentes

,presentaba á los actores de ambos sexos fas

cinados de admiración y prosterna dos á los pies de D umas . Y durante los ensayos no cesaban de circular cuchicheos entusiastas y respetuosos . A cercábase la nochedel estreno como una noche memorable en que la tierraembelesada iba a dej ar de girar para oir mej or la obramaestra .

Comprenderéis qué efecto debe producir en el públicouna labor tan fina y prolongada . Dumas tiene en la prensaamigos devotos que cuidan de su renombre con celo diligente . A ntes de abrirse las puertas del teatro , se ha lnllamado de curiosidad á la multitud , inspirándole talconfianza en el éxito de la obra ,

que los espectadoresprivilegiados que pueden entrar la primera noche , setragan los actos como tragarían hostias .

Debo hacer constar,sin embargo

, que ,

—en punto á la

ALEJANDRO DUMAS ( H IJO).

Extranj era , corrieron algunos rumores desagradables .

D ecíase al oído que el relato l írico impreso en cierto periódico era totalmente falso,puesto que los miembros del

comité hab ían tenido el mal gusto de mostrarse muy fríos .

Por otra parte , trascendían de los bastidores rumoresde disgustos los actores no estaban contentos con suspapeles , y anunciaban el

fracaso de la obra . Ll ega unmomento en que los ídolos más respetados se bamboleany amenazan ruina . Los adoradores reparan de pronto enlos piesde barro de la estatua , y se precipitan sobre ella ,y la derriban con tanto mayor furi a cuanto más tiempola creyeron de oro macizo . No es mucho

,pues

, que loscríticos sagaces se pregunten si ha llegado para Dumasla hora del hundimiento,si sus fieles iban á comprender

al fin el error en que han vivido sobre el genio de su Dios .

Es muy interesante estudiar l a Extranj era baj o estepunto de vista , y consignar la crisis que parece ha desufrir la larga popularidad del autor . M aterialmente lacomedia ha tenido éxito sin duda

,y hasta son soberbios

los ingresos . Pero el ídolo ha vacilado un instante,y quizá

bastaría un capirotazo para que cayera y se aplastase enel suelo .

Dumas arriesgaba una gran jugada . No había vueltoá producir nada desde su ingreso en laA cademia

,y existe

la superstición de que la A cadem i a hace mal de ojo á susnuevos miembros . Por otra parte,era la primera vez que

se presentaba en la escena del Teatro Francés . El D emi

.Mond e se estrenó en el Gimnasio . Pero antes de pronunciarme sobre la manera desastrosa cómo el autor haganado la partida , necesi to hacer un anális is de la obra ,l o más claro posible , para que luego se me comprenda bien .

Primer acto . La duquesa de Septmonts celebra unafiesta benéfica en los jardines de su hotel . Mientras el público que paga se agolpa en los j ardines

,el sal ón par

ticular de l a Duquesa está abierto para los íntimos . En élesdonde se desenvuelve la exposición de la obra . Tenémos

ante todo una larga plática entre M . M oriceau,anti guo

comerciante de novedades inmensamente enriquecido,y

190 LA ESPANA MODERNA .

un amigo suyo,el Dr . R émonin

,sabio distinguido

,miem

bro del Instituto y hombre muy original . M . M oriceau ,

que no ha visto hace mucho tiempo á M . R émonin,

le da cuenta del matrimonio de su hij a . Catalina quería áun j oven

,el ingeniero Gérard

,hij o de su aya pero _

el

padre separó á los novios soñaba en un marido contítulo para Catalina

,y ha encontrado ese marido en casa

de una extranjera mistress C larkson una mujer ex

traña sobre la cual circulan los rumores más escandalosos . Desde que M . M oriceau perdió á su muj er

,hace una

vida alegre, se ha lanzado al mundo de los placeres lo

cual explica su elección singular del duque de Septmonts,noble arruinado y supuesto amante de mistress Clarkson ,

de una honradez y de una moralidad sospechosa —La extranjera ha percibido una prima de quinientos mil francospor haber mediado en la conclusión de ese matrimonio .

Como se ve,pues

,nos encontramos en un medio donde

anda bastante avanzada la podredumbre social . En el ínterin

,la Duquesa

,algo cansada de la fiesta , entra en el

salón con varias amigas , mujeres de lo más encopetado,acompañadas de sus maridos , y ,

entre otras,ma

dame de R umiéres , prima del duque de Septmonts . Eu

táblase una Conversación , que recae sobre la susodichamistress Clarkson,cuya original figura preocupa á todo

París . Esa extranjera no recibe más que hombres ; se leatribuye una mul titud de amantes refiérense acerca deella las aventuras más extraordinarias hay varios hombres que se han levantado la tapa de los sesos , príncipesque se han arruinado ,

diplomáticos que han tenido quedesaparecer de la escena políti ca después de haberleentregado los secretos de sus gobiernos . Por otra parte ,esa mujer

,de que se habla como de una cortesana , tieneun marido verdadero que le envía sumas fabulosas desde

A mérica en donde posee minas de oro . La murmuración ,en fm,está en su punto

,cuando se produce un golpe tea

tral . M istress Clarkson se encuentra precisamente en losj ardines del hotel entre el público de pago y acaba deenviar a l a Duquesa una tarj eta con unas cuantas líneas

192' LA ESPANA MODERNA .

la Duquesa,y todos sus amigos le supl ican que haga ámistress Clarkson la visita solicitada . Pero ella resiste á

su padre á Mme . de R umiéres , al Dr . R émonin ,y á un

joven,M . Guy des Haltes

, que la ama apasionadamente ,y de “quien el Duque está celoso . D e repente se presentaGérard , su antiguo compañero de infancia ,

su primeramor vuelve

,creo

,de Egipto . Y la Duquesa

, que jamáslo ha olvidado, que siempre lo adora , se echa en brazos

de él . Después de las efusiones del primer momento,hablan de la extranjera . Gérard cuenta que ella le salvóla vida en Roma pero no la ama , y aconsej a a Catalina

que l a visite . Catalina cede al punto si no iba a ver á

mistress Clarkson , era únicamente por creerla su r ival enel corazón de Gérard . La Duquesa y el j oven ingeniero sejuran un cariño eterno , puro y leal . A l caer el telón ,Catalina sale con su padre para dirigirse al hotel demistress Clarkson .

A cto tercero . M ister Clarkson acaba de llegar deA mérica ,

y ventila cuentas con su mujer,como si no

fuese más que un asociado suyo . La escena tiene porobj eto presentar al personaj e , al americano clásico quemata el tedio á tiros , al americano rudo , despreocupado

,activo é inteligente . Cuando llega el duque de

Septmonts,Clarkson apenas lo saluda ; y como el Duqueestá á punto de amostazarse ,

mistress Clarkson le aconsej a ir ónicamente que no se sulfure ,

porque su maridolo mataría ni más ni menos que á un a gazapín Llega

,

en fin,la Duquesa del brazo de su padr e

,y se queda sola

con la extranj era,que se da á conocer en un largo re

lato . Hasta aquí venía siendo una figura muy enigmática ;veamos ahora lo que nos dice de sí misma . Nació de unaesclava

,con quien se había encaprichado su amo

,un plan

tador . El amo vendió después madre é híja ,y esta última

juró un odio implacable á los hombres . Cuando se viómujer hecha y hermosa , no pudo vengarse de su padre ,porque hab ía muerto , pero procuró ser amada de susdos hermanos ; uno de ellos mató al otro ,

y á él lo ahorcaron después . Luego la hija de la esclava vino á Europa ,

ALEJANDRO DUMA S ( H IJO ). 193

y continuó su obra de sangre ,sin dejar á su paso más

que ruinas y muertes . Y lo maravil loso ,10 estupendo es

que jamás se ha entregado á un hombre , que permanecevirgen , á pesar de todas las historias escandalosas quecirculan . Es la virgen del mal . Clarkson no tiene más queel título de marido ; la mujer exigió el divorcio al día sigu iente del matrimonio para quedar en libertad ; él no esl iteralmente más que su asociado . A pesar de todo,esa

terrible doncella ha acabado por sentir latir su corazón .

A ma á Gérard ,y exige que l a Duquesa renuncie a él .Pero la Duquesa rehusa la paz , y se retira desdeñosa .

Mistress Clarkson rompe las hostilidades inmediatam ente aconsejando alduque que trate de entenderse consu mujer

,y llevando las cosas hasta el extremo de indi

carle el amor de la últ ima hacia Gérard .

A cto cuarto . Naturalmente , todo el mundo conspiracontra el duque de Septmonts . El Dr . R émonin,y hasta

el enamorado Guy des Haltes hacen el singular papel defacili tar á la Duquesa citas con Gérard . La j oven escribeá éste una carta muy apasionada , que el marido intercepta . Cuando los dos amantes se hallan muy engolfados , prodigándose los más tiernos juramentos , llega elmarido , y se muestra muy desdeñoso con Gérard

, quese retira sin responder . Entonces estalla la gran escenadel drama entre el Duque y la Duquesa . El primero contiesa haber intercep tado la carta

,pero promete devol

vérsela , si el la consiente en olvidarlo todo ,en perdonarlo

todo , y en reanudar la vida conyugal para tratar de serfelices . Y la Duquesa es quien se subleva poseída deaversión y de cólera , quien le arroja á la faz todas susinfamias , quien le denuesta por haber entrado en sucuarto la noche de bodas ebrio como el hombre más soez .

La ruptura es completa é inevitable . El m ismo M oriceau .

que sobreviene entonces , anonada á su yerno . Y cuandovuelve á presentarse Gérard para pedir una reparaciónal Duque , se concierta en seguida un duelo á muerte .

A cto quinto . Pasa también en el salón de la Duquesa .

M oriceau ha querido ser padrino de Gérard . El Duque,

13

194 LA ESPANA MODERNA .

por su parte , ha elegido á Clarkson , deseoso de llevar lascosas á raj a tabla , a la americana . Los preparativos delduelo l lenan la primera parte del acto . Mme . de R umiéres

pregunta al Dr . R émonin si espera como siempre,una intervención de los dioses , Si cree que será exterminado el vibrión en el momento oportuno ; y el Doctor , ápesar de los hechos

,permanece tranquilo y lleno de espe

ranzas. Es que , en efecto , la Providencia , Ó , para hablarcon más exactitud,A lej andro Dumas

,va á manifestarse

en la persona del americano Clarkson . El Duque se encuentra solo con su padrino , y le participa su úl timavoluntad para el caso de que muera . Desea que despuésde su muerte se haga pública la carta de Catalina á Gérard , á fin de que no puedan casarse los dos amantes .

Hace además plena confesión declara haber recibido enotro tiempo demistress Clarkson ciento cincuentamilfrancos para pagar una deuda de juego

,y haberse casado

después para devolver ese dinero .En resumen, que causanauseas á Clarkson hasta el punto de que éste acaba portratarlo de tunante . El americano no quiere que el Duque

mate á Gérard ,un muchacho que se ocupa de sus minas

de oro ,y cuyos estudios deben procurarle un veinticinco

por ciento de beneficio sobre los gastos de extracción . A sí

que ,cuando el Duque le pide explicaciones quiere batirse

inmediatamente ; y en un terreno baldío que hay junto alhotel acaba con el vibrion de una estocada de la maneramás tranquila del mundo . Queda demostrada la tesis .

Todos están contentos,salvomistressClarkson , que reaparece un instante para confesar que ha perdido la partida ,y anunciar que se vuelve á A mérica una vez que Europaes decididamente demasiado pequeña . Cuando acude la

policía á la noticia del duelo,e l comisario ruega al doc

tor R émonin que se sirva ir á certificar la muerte .<<Con

mucho gusto » responde el D octor .Son las últimas palabras de la obra .

La he anal izado imparcialmente evitando indicar unosolo de mis . juicios , á fin de exponer ante todo pura ysimplemente los hechos . A hora empezaré por alabar las

196 LA ESPANA MODERNA .

cia! del Duque , mientras que yo veo ante todo la comediatrágica del hombre . Por otra parte , yo hubiese deseadoun estudio más franco y profundo .

Pero,después de declarar en conciencia lo que ad

miro, ¡qué obra tan mal construida y tan ridícula esa

Extranj era ! Se ve que está hecha de retazos trabajosamente unidos . No cabe duda de que el autor anduvo dándole vueltas y más vueltas , concibiendo sucesivamentedos Ó tres planes distintos que han dej ado huellas de suinfluj o ; de modo que las intenciones no resultan ,y los

personaj es van y vienen sin ningún lazo entre sí . A quellopasa no se sabe dónde , en un supuesto gran mundo , queno pertenece á ningún mundo . Hasta la habilidad tan conocida de Dumas se echa de menos ; sus creaciones no sesostienen ; ha tenido que recurrir á los expedientes másburdos para motivar las entradas y salidas de los personajes en el quinto acto . No hablemos de la lengua ; carecede todo acento literario . A buen seguro que no escribenpeor nuestros dramaturgos del boulevard , de que se ha .

hecho tanta burla ; y tienen el mérito de armar sus obrascon una perfecta solidez . Para explicarme completamente

,voy á analizar uno por uno los principales perso

najes.

Y ante todo la extranj era,esa prodigiosa virgen del

mal, que el teatro entero debió recibir con una carcajada . La figura ha debido escaparse de algún melodrama

sombrío y lo peor es que el autor la lanza,ó,por lo me

nos pretende lanzarla en pleno mundo real . M ientras ellano se revela á sí m isma , podemos figurarnos que es unacriatura viva y racional pero

,á partir de su intermina

ble relato,aparece como una muñeca grande

,que pone

unos ojazos terribles y agita unos brazos muy largos para .

asustar á los niños . En primer término,tiene tanto de

muj er como el Osip de los D anichej7”de ruso . En segundo

térm ino,parece entender la venganza de un modo singu

lar . Que haya hecho que se maten sus dos hermanos paravengarse del abandono del padre,ya es un poco fuerte ;pero

,en fin

,pasar ía . Lo que le dej a á uno estupefacto es

ALEJANDRO DUMAS H IJO ). 197

que á renglón seguido se haya venido á Europa para continuar su papel de virgen del mal . ¿A Europa ,

por qué ?¿Pues qué le ha hecho Europa ? Su presencia en A mé ricahubiese parecido más natural porque allí podía dar buenacuenta de los amos demasiado duros con sus esclavos .

Dumas contesta que esa muchacha satánica se la tieneguardada á todos los hombres , así eur0peos como americanos . A fortunadamente , tales engendros no existen másque en las cabezas destornilladas de los dramaturgos ;pertenecen á la familia de los traidores que p ersiguen ála inocencia

,y son castigados en el quinto acto . Todavía

,si Dumas,después de sacar su extranj era del repertori o

de los arrabales,l a hubiese utilizado siquiera como figur acentral

,y convertido en ej e de una gran acción … . Pero ,no

,l a extranj era se queda fuera de la acción desaparece

apenas se revela,y no se presenta por úl tima vez sino

para declararse vencida . Por si era poco,ella

,tan temi

ble, comete faltas que evitaría un niño de diez años . Se

enamora de Gérard como una chicuela , después de habersido un corazón de bronce para ambos mundos

,A mé

ri ca y Europa y,á fin de conquistar á Gérard

,tiene la

peregrina ocurrencia de contar al Duque los amores dela Duquesay del j oven

,para que el Duque , naturalmen

t e,provoque al jovenº, y se proponga matarlo . No cabe

mayor tontería . No se me alcanza de veras qué ha podidoseducir á Dum as en esa grotesca creación no es poderosa ni original

,ni útil s iqui era á l a obra . Y , no obstante ,

¡qué tipo tan afortunado , qué t ítulo tan henchido de promesas el que encierra esta sola palabra L a Extranj era !Yo pensaba al leer los carteles , en una de esas mujer esque reinaron en París durante el segundo imperio una

gran dama española una austriaca medio condesa,me

dio cortesana ; una americana millonaria una inglesacompartiendo su lecho con hij os de príncipes . Ignorabacuál de el las habría el egido Dumas pero ya asis tía á l ahistoria de una de esas fortunas de que se habla en vozbaja , y creía ver desarrollarse la vida de una de esasmuj eres que embriagan á París con su fuerte perfume de

198 LA ESPANA MODERNA.

flores exóticas , determinando en nuestra sociedad casosextraños de tan interesante estudio para el artista observador . Y no hay nada de lo dicho me he encontrado conese diablazo vestido de roj o , que hace en la comedia exactamente e l efecto de un maniquí en la punta de un palo .

Pasaré más de prisa por los otros personaj es . La duquesa de Septmonts es una de tantas mujeres que noquieren á sus maridos

,y acabanpor decírs elo ningún

rasgo original,ningún es tudio de carác ter . El duque de

Septmonts,con todos sus peros , es el personaj e más in

teresante,á despecho de Dumas , que evidentemente haquerido hacerlo bastante antipático para que el mismopúblico desease su muerte está francamente dibujado

como un hombre roído de vicios,aunque demasiado Ci

nico quizá pero,en fin , guarda su puesto , y no se desmiente de un minuto á otro . Clarkson es también una

figura afortunada y bien presentada desde el punto devis ta de la Óptica escénica la primera noche , él fué quiendecidió el éxi to de la obra en el quinto acto , por la brutal alegría con que quita de en medio al Duque . En realidad

,Clarkson es una creación de fantasía ,

un americano según el cl isé francés , encargado simplemente dedesatar el nudo de la acción ; si el autor lo introduce enel tercer acto

,es sólo para acostumbram os á verlo , porque él no lo necesitaba hasta el quinto y podía esperar

hasta entonces . Excuso insistir en el desparpajo con queDumas despacha el desenlace cierto que aún habría podido simplifi car más las cosas , contentándose , por ejemplo

,con dejar caer una chimenea sobre la cabeza del

Duque,toda vez que el problema consist ía en hacerlo

v íctima de un accidente cualquiera . He ahí una recetaexcelente para los autores que no saben cómo terminaruna obra . Quedan Gérard ,

el ingeniero clásico , que unea esta ridiculez la de ser un ángel de pureza , un amantepredicador y casto

,Como sabe inventarlos Dumas M o

riceau ,un padre imbécil

,que no tiene conciencia de su

absoluta falta de sentido moral , y que acaba por servirde padrino al amante contra el marido de su hij a , con la

200' LA ESPANA MODERNA .

tiene el don de la vida ; las dos criaturas que acabo denombrar andan ya pálidas y ajadas como si tuviesen cienaños . Pueden leerse sus obras , pueden verse en escena ,todas ofrecen un desfi le de personajes incoloros , r ígidoscomo argumentos,que se borran del espíri tu

,no bien se

cierra el l ibro ó cae el telón . En eso estriba su radicalimpotencia , su carácter de escritor y de dramaturgo desegundo orden . Sabe su oficio mej or que cualquier otro;tiene á veces hallazgos que lo elevan casí á la al tura deun genio ; pero permanece irremediablemente hundido enla medianía por la absoluta falta de ese Soplo que forma !

los creadores . Todo lo que toca , en vez de animarse , seentorpece,y degenera en disertación . Las más de las

veces se pierde en medio de problemas sociales,en lugar

de irse derecho á la humanidad . No quiero aplastarlocon la comparación de Moliére ; nombro á_

M o liére sólopara recordar aquel arte dramático francés tan franco y “

potente , cuya preocupación continua era presentar elpersonaj e vivo y verdadero delante del espectador

, dej ando á éste el cuidado de sacar la moralej a de la obra ;si la había . El autor de D em i -monde , al contrario ,no

quiere pintar ni analizar ; quiere probar . De ahí su inferioridad

,de ahí esa Extranj era , cuyo único personaj e

de rel ieve es una invención estrafalaria ,capaz por s í sola

.

de hacer que se le niegue todo buen sentido y todo sentimiento de la realidad .

H e aquí ahora B alsamo,el drama en cinco actos queha sacado Dumas de la gran novela de aventuras de su

padre . El Odeón puso en escena la obra con la solemni

dad reservada á los maestros . Desde hace más de unaño se nos anunciaba el prodigio con toda clase de incen=tivos tentadores . Quince días antes los periódicos devotos del autor y del director cometían hábiles indiscrecio

ALEJANDRO DUMAS ( H IJO ). 1

nes,celebraban las bel lezas del diál ogo y las maravil las

del aparato escénico . Jamás se habría visto en Par ís espec táculo semejante . Era el triunfo del teatro moderno .

Y lo que pasó el d ía del estreno fué que el drama parecióuno de los más aburridos y peor hechos de la tempo rada .

Era ya una decepción muy desagradable para el público ,excitado por los reclamos . Pero todo el mundo puedeequivocarse todavía se disculparía á Dumas si sus amigos no se empeñaran en hacernos confesar á la fuerzaque B alsamo es una obra sobresaliente . Contra eso sesubleva la cr ítica más sufrida .

Yo me hago cargo de las . circunstancias . Dumas hatenido que aceptar las situaciones que le ofrecía la novela pero a él le tocaba comprender que esa novela nopo día dar de si más que un drama híbrido á él

,como

adaptador,incumbía ingeniarse para sacar del l ibro una

obra escénica interesante . Tanto peor,Si se ha sal ido de

su molde dramático habitual . Se ha encontrado fuera desu centro

,eso salta á los oj os ; pero él es el único responsable de semej ante tentativa . Nadie le obligaba aprobar

fortuna con M . D uquesnel , y á convertir nues tro segundoTeatro Francés en una sucursal del Chatelet , durante '

los

meses de l a Exposición universal . Puesto que se ha metido voluntariamente en ese tráfico puesto que ha dadoprosa á un empresario que sólo mira a llenar su caj a nohay para qué compadecerlo en lo más mínimo si ha escritouna mala obra . La crítica no tiene que guardar ningúngénero de consideraciones . Sería moral que la obra nodiese dinero .

Dudo en analizar el drama,tan complicado como per

fectamente vacío . Se recordará la novela , cuyo éxito fuétan grande cuando estaban de moda los cuentistas . D u

mas , padre , con su tranquil o desenfado ,desnaturalizaba

audazmente la his toria . Interesado por el partido quepodría sacar del charlatán Cagliostro aquél hombreenigmático cuyo verdadero papel ignoramos todavía ,dióle por convertirlo en un rebelde

,en un justiciero

,y

por ver en él al obrero de la Revolución francesa . Inven

202 LA ESPANA MODERNA .

ción enorme , embuste colosal , con que lo fustigaba supasmosa fantasía . Cagliostro se trocaba en el conde deB alsamo era el j efe de las sociedades secretas de queestaba plagada Francia atacaba a la monarquía ,

favoreciendo los vicios de Luis XV apoyaba á Mme . Dubarry ; hasta echaba en brazos del vi ej o “rey una bella j oven

,

A ndrea de Taverney ,cuyo padre

,compañero del maris

cal de Richelieu,noble arruinado

,soñaba en rehacer su .

fortuna con el deshonor de su hija . En fin,para comple

tar la fábula , un j oven aldeano , Gilberto ,con la cabeza

trastornada por la lec tura de Rousseau , adora á A ndrea

,y

,herido por sus desdenes altaneros

,la viola una

noche durante la cual la narcotiza su doncella para entregarla al rey . B alsamo

,interesado por Gilberto

,lo dota

y quiere casarlo con A ndrea .—Pero ésta despide con

indignación al miserable que se atrevió á deshonrarladurante su sueño . Tal era la novela

,y tal es el drama ,

porque Dumas,hij o

,ha seguido escrupulosamente los

grandes lineamientos de la obra .

¿Quién no adivina en seguida la extraña traza quesemejante asunto debe tomar á la cruda luz de la batería?En la novela

,el numen del cuentis ta hace pasar por todo ;se escamotean las enormidades se acepta fácilmente l a

ficción . B alsamo,viniendo á contarnos que prepara laRevolución francesa

,no es más que una figura de capricho

,por la cual se interesa uno como por un personaj e

de las M il y una noches . Pero plantad esa misma figuradelante de la concha del apuntador en presencia de dosmil personas

,haced decir seriamente á B alsamo que tra

baja por derrocar á la monarquía , y todos los espectadores se m irarán atónitos . La verdad eso pasa de la raya .

A l público no le gusta que se burlen de él hasta ese punto .

Hay más . El novelista ,muy hábilmente

,dej ó á B al

samo entre nieblas, en un continuo misterio que aumentael interés de los episodios . ¿Eshombre convencido ? ¿es enrealidad un vidente ? ¿ ó no hace más que representar unpapel

,empleando medios ingeniosos para embaucar al

público ? En suma ¿ qué clase de hombre es? El lectorno

204 LA ESPANA MODERNA .

Pero lo increible es la torpezacon que '

está fabricadoel drama . ¡Que vengan á hablarme todavía de la “

expe”

riencia del teatro ! He aquí un autor que,sin duda alguna

,tiene mano hábil y enérgica por lo Común . Pues bien : unprincipiante no hubiese escrito una obra más obscura nimás mal perj eñada . Los ocho cuadros pasan á la deshandada como si fuesen a ganar una apuesta . Surgen comopretextos para exhibir decoraciones y aparat o teatral ;sirvan de ej emplos el cuadro de la presentación de l a D ubarry en la corte

,y el de la catástrofe de la plazaLuis XV ,donde la acción se paraliza por completo . Hay que

aguardar al séptimo cuadro para que se reanude el drama,y para que el espectador

,después de cinco horas largas

de paciencia se indemnice con la úl tima escena delcuadro final , que es de un buen movimiento dramático ,aunque estropeado todavía por declamaciones inútil es.

Dumas había contado seguramente con las escenas demagnetismo . Hay dos , que repiten el mismo efecto . Laprimera no es más que pintoresca ; l a segunda provocaun hermoso grito de A ndrea . que ,

dormida é interrogadapor B alsamo

,cuenta la violación de que ha sido víctima ;y en el momento en que Gilberto pone las manos sobre

ell a,exclama sublevada : D espertadme ¡No quiero Vermás La desgracia es que todo eso es más sorprendenteque dramático . No surge el drama francamente ; la magiade B alsamo sólo

_

sirve para escamotear las situaciones .

Os quedáis suspensos al saber así de golpe,por un pro

digio,cosas que no preveíais ,

y que ,á mostrároslas,quizá os hubiesen interesado .

M í reseña se resiente un poco de la confusión de laobra . Lo que queda flotando sobre todas mis impresioneses un aburrimiento mortal . No recuerdo haberme aburrido nunca de esa manera en el teatro . Sucédense loscuadros sin ton ni son

,en medio de tal vacío que se pregunta uno por qué habrá tantos . ¡Cuando se piensa queDumas hab ía escrito también un prólogo

, que seYo he leído ese prólogo , que presentaba una reunión delas sociedades secretas de que es j efe Balsamo . ¡Otra

ALEJANDRO DUMAS ( H IJO 20 5

perla,la más asombrosa de todas ! Dicen que se cortabapor aligerar la obra . Quiero creer que se ha suprimidopor caer en la cuenta de que era demasiado cómico . Si

hubiese habido empeño en conservarlo ,fácil era cortar

por cualquier otra parte : sobraba donde elegir .

A pesar de todo ,hay una cosa que puede salvar á

B a lsamo de una muerte inmediata , y es : l a algarada quehan movido ciertas escenas que al público l e parecendemasiado crudas . Hubo silbas es el principio del éxito .

Si toman cartas en el asunto la moral y la pol ítica,no

sabemos adónde irán á parar las cosas . ¿Lo confesaré ? YO alabo precisamente lo que se censura á Dumas .

Su marqués de Tavernay ,que no tendría inconveniente

en vender al rey su hija,me ha parecido una silueta de

gran verdad relativa su M arat , cuidando á los heridosde l a p laza Luis XV , es de un buen efecto dramáti co ,aunque algo declamatorio en fin

,su corte de Luis XV

sería una pintu ra bastante de ],s i hubiese renunciado á

ir á buscar una Mme . Dubarry á las Folies—B ergere .

La obra no m erece más que un bostezo ; ¿por qué silbarla ? Es darle una importancia que no tiene .

¡Y qué pena ,cuando se asiste á semejante espec táculo ! Dícese que M . D uquesnel ha gastado francos

,creo,en montar ese vasto artificio . ¡H e ahí l o que sellama un dinero bien empleado ! A sí y todo

, amí me párece que la tremol ina de la plaza Lui s XV—aquella mu

chedumbre que se atropella y estruj a ,espantada por las

de tonaciones— no está presentada con todo el aparatonecesari o . M ás se puede hacer . En cuanto a la galería delos espejos donde se verifi ca la presentación

,es muy

rica , pero no se aproxima aún á las apo teosis de los éspec táculos maravil losos . En esta lucha de traj es suntuosos y de decoraciones recargadas de dorados siemprellevan la ventaj a los espectáculos maravillosos

,porque

emplean francamente el oropel y la luz eléctrica . Una decoración rica no es una decoración verdadera . Es unavergúenza que se aplaudan en el Odeón los diamantes deuna actriz , los traj es de las comparsas y los telones de

206 LA ESPANA MODERNA .

fondo de los decoradores . H e ahí cuándo censuro en ahsoluto la importancia concedida á las decoraciones y álos accesorios : cuando la obra desaparece para cederlessu puesto , y no es sino un pretexto de exhibiciones másÓ menos apropiadas .

Justamente acabo de volver á ver en el Gimnasio unarepresentación de M onsieur A lphonse . El teatro me haparecido un poco frío . Yo desconocía la obra

,y me dicen

que l a interpretación explicaba la acogida . ¡Pero quéobra tan magistral al lado de B alsamo ! Hay allí un segundo acto

,que es verdaderamente hermoso por su

franqueza y desenvoltura . M enos me gustael final : aquellos reconocimientos de la hij a

,aquellos discursos mo

r ales que suenan á hueco . Los tipos de Octavio y de

Mme . Guichard son los más vivos y más anal izados que elautor ha presentado j amás en escena . A drianita ,esa niña

precoz,t iene la contra de poseer el espíritu de Dumas .

La madre , Mme . de M ontaiglin , es de una invención muydiscutible . En cuanto á M . de M ontaiglin ,es un santo

de palo,cuando hubiese sido tan fácil infundirle vida

,hacerlo verosímil , suprimiendo algunas réplicas , que songrotescas , y trayéndolo al terreno de la humanidad común con dos Ó tres movimientos de alma que la si tuaciónindica . Cuando reaparece en escena una obra

,saltan a

la vista los defectos . ¡No importa ! La obra es quizá lamej or de Dumas . Todo su talento está all í

,en aquella

fórmula dramática nerviosa y rígida,que no siempre

respeta la verdad , pero saca de ella sus más grandesefectos .

Resumo . Dumas ha cometido la mayor de las torpezasencargándose de un trabaj o que no cuadraba á su talento .

No está hecho él para sacar dramas de novelas de aventuras ; por lo menos , parece probarlo la experiencia .…En

segundo lugar , ha cometido la torpeza de pres tarse á loscálculos de M . D uquesnel , de reducirse á un papel subalterno,cediendo e l primero á los sastres y pintores esce

nógrafos ,en vez de condensar el drama

,sacando del

libro una acción interesante y desembarazada de episo

208 LA ESPANA MODERNA .

hábil y muy lógica sólo que no es más que una armazón .

En resumen B alzac quiere pintar,y Dumas quiere .

probar . A eso se reduce todo . Nuestro autor es de laescuela idealista de Jorge Sand . El mundo , según lo ve ,le parece mal construido , y su empeño constante es reconstruirl o . En el prefacio del H ij o natural declara muypaladinamente que aspira á representar el papel de unmoralis ta y de un legislador . Yo profeso otras ideascreo que ,

en este siglo de experiencia cient ífica,no de

bemos querer marchar más de prisa que la ciencia .

Cuando nuestros sab ios se convierten al simple estudi ode los fenómenos , al análisis exacto delmundo ,

nosotros,observadores de los hechos humanos , no podemos hacersino un trabaj o paralelo

,ateniéndonos al análisis exacto

del hombre . Conozcamos ante todo el hombre realaportemos el maximum posible de documentos humanos ;después los legisladores proveerán

,si son gente cuerda .

Tal es mi literatura . Todas las grandes obras plantean las tesis sociales , pero no las discuten ni resuelven .

Ved las comedias de M oliere . El autor pinta la verdad , yos impres iona profundamente con el cuadro de los héchos á vosotros os toca reflexionar y obrar . En cuantoun escritor quiere dárselas de legislador

,se empeque

nece inde fec tiblemente , porque entra en el terreno de lasdiscusiones,con los modos de ver de su época

,con sus

preocupaciones de educación,con sus errores de argu

mentación y desde ese momento escribe para una edad ,en vez de escribir para los siglos , sobre hacer una obraperfectamente inútil .En eso se compendia todo el caso literario de A lej an

dro Dumas . He aquí una obra—el H ij o natural —que serepresentó hará,creo

,unos quince años . Tiene la pretens ión de abogar por la causa de los h ij os naturales .

Pues bien poseo el convencimiento de que no se habráreconocido un sólo hij o más por su virtud . Luchaba contra molinos de viento ,

y la batalla no podía producir ningún resul tado práctico . Pero más grave que su inutilidad es la falsedad en que se agita . En vez de aportar

ALEJANDRO DUMAS ( H IJO ). 209

documentos verdaderos , que pudieran utilizarse algúndía,no ofrece más que una seri e de razonamientos para

dójicos de todo punto inadm isibles .

A quello es una cosa forj ada por el cerebro del autores una pura construcción de fantas ía , demasiado singular y demasiado aj ena á la vida c otidiana para quepuedan parar mientes en ella los legisladores . Resultaasí que Dumas

,pretendiendo erigirse en legislador

,no

sólo no encuentra ninguna solución práctica , sino queestropea los materiales hasta el punto de que los especialistas no pueden ya sacar de allí nada de provecho .

Una investigaciónmal hecha no sirve más que para embrollar las cuestiones .

Vamos a tocar con el dedo el procedimiento de D u

mas. Como siempre , ha tomado por base un hecho verdadero . D'

A lembert , en_

el apogeo de su gloria,s e negó

á—dejarse reconocer por su madre , Mme . de Tencin,que

lo había abandonado,y que sólo pensaba en él cuando

podía vanagloriarse de tal hij o . Indudablemente era unasituación tentadora para un autor dramático reun ía todas las condiciones lo imprevisto , el triunfo de la víc tima

,el castigo del culpable , la originalidad del desenlace .

Veremos dentro de poco lo que podía valer todo eso comoargumento en la cuestión del hij o natural .Tenemos , pues , un hecho histórico que es preciso admitir . Dumas parte de esta historia . Pero

,no bien añade

algo de su cosecha , nos transporta de golpe á una fábulainadmisible . Empieza por transformar ala madre egoistaen un padre sin corazón ; la madre hubiese repugnadoal teatro valía más convertirla en una figura simpática

,en el ángel bueno de su hij o abandonado . Hasta aquí vamos bien . Clara Vignot

,educando á su hij o Jaime como

hombre honrado , mientras Sternay los rechaza á los dos ,es todavía perfectamente aceptable . La desgracia es queen seguida se ponen de por medio las exigencias de lastablas , y entramos en la más novelesca de las novelas .

Sternay se ha casado . A demás es tutor de una sobrinasuya , Herminia , cuyos padres han muerto . La madre de

14

2 10 LA ESPANA MODERNA .

Sternay , la marquesa de Orgebac ,es una muj er severa

,infatuada con su nobleza . A ñadid un hermano de la Mar

quesa , hombre encantador , y el marqués de Orgebac ,y

tendréis á toda la familia . Una vez hombre,Jaime ha de

enamorarse irremisiblemente de Herminia,y con ese

amor se anudará el drama . Pero ¡cuántas inverosímilitudes,santo Dios ! La primera es suponer que Jaime no

conoce el secreto de su nacimiento . Lleva el nombre deM . de B oisceny ,

y cree que ese nombre es el suyo . Esradicalmente imposible ; un mancebo de su edad ha tenidoque ver veinte veces su partida de nacimiento . Lo quesucede es que , si Dumas hubiese permanecido hel á laverdad

,se hubiese perdido la escena patética en que

Jaime sabe de improviso que es un bastardo,y tiene una

explicación conmovedora con su madre . Por otra parte,el autor quería un joven leal

,generoso

,altivo y en posi

ción independiente,merced á veinticinco mil francos de

renta , para poder pedir sin encogimiento la mano deHerminia . En el teatro , según lo entiende Dumas , no esla verdad la que produce las escenas , sino las escenaslas que amoldan á sus exigencias la verdad .

Otra invención más extraña todavía es el origen novelesco de la fortuna de Clara Vignot

,de los veinticinco

mil francos que da á su hij o . Un l ibertino extenuado, queera casero suyo en el momento de abandonarla Sternay ,

le ha legado todo lo que poseía , porque lo asistió con lasoli citud de una hermana,cuando moría enfermo del

pecho . Es una novela sentimental que hace sonreir . ¡Quémundo tan extraño : hombres entregados al placer queen su lecho de muerte recompensan á muchachas seducidas ! Lo que hay es que eso deparaba otra escena deefecto ,

cuando Jaime,al saber la verdad

,interroga a su

madre sobre aquella fortuna ,y cree un instante que su

madre se vendió . Pero Clara es inocente el hij o cae ensus brazos enternecimiento y lágrimas . ¡Cuadro !En fin

,lo que me irri ta más aún quizá es el desenlace .

Jaime y su padre tienen una entrevista,en que todo es

lógica,como dice Dumas . Sternay es una máquina per

2 12 LA ESPANA MODERNA .

seguiros hasta el fin,aun cuando lo llevéis al terreno de“

la fantasía y de la paradoj a , ¡mej or que mejor ! Vuestr avictoria es completa . No tenéis para qué preocuparos delas reflexiones que hagan los espectadores , cuando vuelvan á su casa . O s han aplaudido

,y no tenéis más que pe o

dir . Sois un soberano .

A cabo de leer el curioso é interesantísimo prefacioque ha publicado Dumas al frente de la Extranj era . M e

rece conocerse,porque me parece una confesión

,un

análisis,quizá involuntario , de la crisis psicológica porque pasa el escritor en el momento doloroso de despe

dirse del público .

Dumas ,con una complacencia de las más legítimas

,dirige una mirada asu larga ygloriosa carrera . Se r ecreadeteniéndose un instante en el terreno de sus victorias .

E l fué el primero que se atrevió á presentar en el teatroá la muj er de vida libre con sus amantes , sus tráficos ysus desórdenes y saluda a la D ama de las Cam elias . E lfué el primero que se atrevió á presentar en el teatro albastardo en su realidad contemporánea y saluda al H ij onatura l . El fué el primero que se atrevió á presentar ene l teatro un desenlace tan revolucionario como el decasarse un j oven honrado con una muchacha que tieneun hij o

,y cuyo primer amante vive aún y saluda á las

Id eas d e M ad am e A ubray . El fué el primero que se atrevió á presentar en el teatro el inmundo tipo del guapetónque vive aexpensas de las muj eres y saluda á M onsieur

A lphonse . Tales son las etapas triunfales que ha recorrido ,

librando cada vez una batalla contra las convenciones de la escena , y contra las preocupaciones timora

tas del público , ensanchando incesantemente los dom inios del autor dramático .

No es esto todo . Recuerda con justo orgullo la situa

ALEJANDRO DUMAS H IJO). 2 13

ció n en que él encontró el teatro . En 1 85 2 , cuando entregaba al Vaudeville la D ama d e las Cam elias, tenía queintroducir coplas en su obra . Por otra parte , un reflej ode maj estad clásica que rodeaba aún á la comedia francesa

,le obligaba á llevar D em i—M ond e al Gimnasio y

han debido de pasar veinte años antes de representars eesa comedia en la escena para la cual se escribi ó . D e

forma que le cerraban el cam ino toda clase de obstácu

los leyes,usos

,prejuicios

,terrores

,malas voluntades

y todo 10 ha salvado,ha impuesto sus audacias merced á

su gran talento,y hoy reposa con la conciencia de haber

hecho dar un gran paso á nuestro teatro , gracias á su

t enacidad . Sí,ciertamente : aparte sus obras

,que pueden discutirse

,dej ará una huell a profunda de su paso

tendrá el e terno honor de haber combatido por la verdadhumana

,y de haber salido á menudo del empeño como

gran capitán .

Pues bien , á la hora que corre , Dumas , ese combati ente cubierto de laureles

,parece querer retirarse á su

tienda . Pero , antes de abandonar el campo de batalla ,siente la necesidad de abrir su corazón á la generaciónque viene . No hay duda que es hombre lleno de experiencia , de talento y de lógica . He aquí evidentemente laspalabras que va a dirigir a la juventud

»Ved mi ej emplo . Yo he crecido en medio de luchas .

He consagrado mis d ías al amor de la verdad y,si soy

una gloria , es porque a veces he osado levantarme hastaella . Cada una de mis obras ha sido un combate empenado contra la ignorancia y la estolidez. Hoy tengo laalegría de haber hecho retroceder un paso al convencionalismo . Imitadme

, pues ; proseguid la obra donde la edadme obliga á abandonarla ahondad más el surco,si po

déis ; caminad hacia todas esas verdades que yo he presentido y no he podido decir . A sí continuaréis l a laborhumana , la labor de los siglos , que es marchar hacia l aluz . Sólo á ese precio seréis grandes un día¿Habla as í Dumas ? Nada de eso . Es mucha pena . En

la trama lógica de esa inteligencia se ha soltado un punto .

2 14 LA ESPANA MODERNA .

Ese guerrero combate la guerra . Dice á la juventud : “¿A '

qué luchar ? El convencionalismo puede más que nosotros .

Reinará siempre es la esencia misma del teatro . Jamásdiremos allí las verdades que el público rechaza . Cruzaos

de brazos en pos de míya nada queda que hacer,porque

yo he l levado las cosas todo lo lej os á que puede llegarse,y aun más allá . Se ha acabado el mundo . Reniego de mis

obras . Todo se reduce á nada ».

He ahí los consej os de Dumas al térm ino de su ca

rrera . A mí se me oprim ía el corazón al leer su prefacio .

A la verdad ,él era el único que debiese lanzam os esa

desanimación suprema . No tenía el derecho de sostenerel convencionalismo

,de vedar la verdad

,de limitar el

ar te , el hombre cuyo continuo esfuerzo ha tendido áensancharlo . A venturaré todo,

mi pensamiento su prefacio es una mala acción en el orden elevado del valor delos espíritus . ¿Qué ha pasado ,

pues ? ¿ Cómo ese audazpuede volverse atrás bruscamente

,y desmentir toda su

gloria ? ¿Qué interés tiene en desertar asi ' de la lógica elque ha pretendido hacer de la lógica el instrumento desu talento ? ¡Oh ! la expl icación es sencilla Dumas» havisto simplemente retoñar detrás de s í una generación ,

de que es padre en cierta medida ,pero que hoy le faltaal respeto

,estimando que no ha tenido quizá bastante

audacia,y en todo caso que ella puedey debe tener más.

Dumas se ve cam inando hacia el pasado , y duda ante elporvenir .

La historia es eterna . En política,los revolucionarios

de la víspera pasan á ser los conservadores del día ,en

'

cuanto suben al poder,y combaten á los hombres del

mañana , que deben reemplazarlos fatalmente . No hayej emplo de un escritor que comprenda y declare que nodesaparece la literatura con él

,y reconozca á sus herma

nos menores el derecho de ' continuar su obra y de—llevarla más adelante . Por eso ha lanzado Dumas una palabra de desaliento en medio del movimiento naturalista“

contemporáneo . Ha escrito su prefacio contra lo que élllama la nueva escuela , que no es ,

en suma , sino la mar

2 16 LA ESPANA MODERNA .

titución particular que no var ía . Lo que yo creo ,por mi

parte , es que no hay público ,sino públicos . Nótese queDumas es severísimo con el suyo lo tacha de niñote ,

de

chiquillo ; lo acusa de futileza ,de ñoñería . En todo caso ,el público que silbó el H ernani , no es ya el que á estashoras lo aclama el público que se escandalizaba con el

D em i—M ond e, no es ya el que lo mira ahora como una

obra clásica . La misión del autor dramático es precisamente transformar al público

,hacer su educación litera

ria y social,no violentamente

,sino con toda la calma y

espera que reclamen las largas evoluciones de un pueblo .

No baséis,pues

,nada de definitivo sobre el público , porque el que rechazaba un amante indecoroso en las tablas ,aceptó al día siguiente á M onsieur A lphonse .

Llego ahora á lo que me concierne personalmente .

Dumas me dispensa el honor de ocuparse de mí en suprefacio . Seré muy franco estaba prevenido y me esperaba un estudio más reflexivo de su parte . El no es unnoticiero

,ni un revistero ,

ni un crítico a quien apremienlas exigencias del periódico . Ha podido consagrar mesesa su prefacio tenía tiempo de informarse , de leer ,

de

comprobar . Pues bien me parece que él , como otros ,se contenta con aceptar la opinión corriente sobre mí ,con verme al través de las c aricaturas y las bromas dela prensa . De ahí resulta una base falsa que echa portierra todo su estudio .

¿Dónde ha leído , ¡Dios poderoso ! , que yo reclamola introducción de las palabrotas soeces de la lengua enel teatro ? Que me cite una frase , que apoye al menos suafirmación en una prueba . Y ved las consecuenciascomo todo su prefacio descansa en eso , pretende que hayuna nueva escuela

,la escuela naturalista , que quiere

imponer al público las inmundicias del idioma . Y actocontinuo llena veinte páginas

,s e sulfura , cita a Shakes

peare y á M oliere,llama en su ayuda á B oileau , invoca

a Juan Jacobo Rousseau ,utiliza de pasada á Federico

Lemaitre,pone en conmoción á nuestra literatura y á

las literaturas del mundo entero y todo ¿para qué ? Para

ALEJANDRO DUMAS ( HIJO ).

probar que ,en nuestros días

,con nuestras costumbres ,con nuestro públic o actual , es absolutamente imposiblearrojar á la faz de todo un teatro una palabra soez .

¡Pues , Sí señor ! Tiene V . razón . Yo he sido siempre del a misma opinión de V . ; j amás he dicho lo contrario .

Pero ahora convenga V . en que ha gastado mucho papelen balde .

¡Eh ! ¡Claro que son imposibles las palabrotas ! Nopodemos usar siquiera las de M oliere ¡para que vayamos á tomar las de Shakespeare y de B en Johnson ! Elautor que cifrase su audacia en querer hacer tragar ánuestro público de buenas á primeras el catecismo de lasrabaneras

,sería simplemente un imbécil . Por cousi

guiente,basta de palabrotas nadi e las ha pedido nunca .

No es que yo las condene desde un punto de vista abso

lu to . No parece sino que no se conoce nuestra lit eratura .

El siglo xv y el XVI no se morían de empacho , y el XVIItampoco . Sería un curioso estudio el de las audacias delenguaj e de nuestros grandes escritores . Hay en Cornei lle una palabra terrible que yo arriesgué últimamente ,y que escandalízó . Pero la gente ignora estas cosas yparece creer que yo he inventado la nota cruda . Puestoque viene á cuento , seame lícito decir que yo j amás heaventurado una de esas palabras abominables sino después de haberla pesado durante meses en mi concienciade escritor y moralista ; la palabra acudía á mi p lumacomo una necesidad atroz

,y

, Si la dejaba , era como unhierro candente aplicado á una llaga , con el grito de terror y de sufrimiento que arrancaba .

Eso en cuanto al libro . Dumas tiene razón al decir queesa condenación de un vicio por su mismo nombre no esh oy posible en el teatro . Pero ¿por qué me atribuye á mila opinión contraria

,cuando nada le autoriza á el lo ? Lo

que yo he dicho repetidas veces es que,á mi juicio la

lengua debe ser en el teatro la expresión misma de losp ersonaj es . D e aqu í que haya combatido á Dum as , condemasiada severidad sin duda

,por el ingenio que pres ta

indistintamente á hombres muj eres y niños; siempre es él

2 18 LA ESPANA MODERNA .

el que habla ,y eso tiene el inmenso inconveniente de ma

tar la individualidad de sus creaciones , haciéndolas degenerar en reproduciones continuas de un mismo tipo .

Según yo su Mme . Guichard es una de sus raras figurasvivas

,precisamente porque ha querido que fuese verdadera hasta en sus palabras . A brigo

,pues , la convicción

de que cada personaj e llevado á la escena debe tener suexpresión propia,como tiene su modo de ser

,sin lo cual

no se ofrecen más que figuras borrosas , argumentosmontados sobre piernas,piezas de aj edrez puesta s en

movimiento por la mano . M as para nada de esto se necesitan las palabras crudas .

¿A qué viene entonces el prefacio de Dumas ? Luchacontra molinos de viento es de mi opinión , sin quererserlo . Según él,yo pido la verdad absoluta ,

la reproducción exacta de la naturaleza . ¿Dónde ha encontrado esotampoco ? Sabe también como yo lo que desearía decir,por mi parte

,si me dejase llevar lej os por las palabras

,y si me propusiese ese programa . Nuestra creación humana no es nunca más que relativa lo he dicho milveces . Lo que hay es que existen grados en los esfuerzosde nuestra aspiración hacia la verdad , y yo quiero el

mayor esfuerzo posibl e,aceptando por la fuerza las im

perfecciones del ofi cio y las impotencias del obrero . R e

pito que Dumas, que es un pensador , me entiende per

fectamente . Ha pasado por donde paso yo , conoce es teterreno,conoce ese anhelo de verlo y decirlo todo . En

cuanto á los razonamientos que pueden hacerse sobrenuestra flaqueza

, ¡ay ! esos hechos están por todos lo sescritores,y no es una tarea generosa querer anonadar

con ellos á los hombres animosos .

H e sido muy duro frecuentemente con Dumas ; perotengo la conciencia de no haberlo atacado nunca sinocuando se apartaba demasiado de la verdad . Ha sido unode los obreros más potentes del naturalismo contemporáneo . Luego se declaró en él una especie de acceso fi l osófic0 que ha envenenado y desquiciado sus obras . Entonces fué cuando deploré verlo abandonar el terreno

LA ESPANA MODERNA .

literaria que tiene que haber visto formarse en su derredor muchas leyendas . ¿Qué har ía ,en mi lugar

,si no fuese

orgulloso ni por soñación , y lo acusaran de serlo Si notuviese la pretensión de traer una fórmula nueva

,y se la

impusiesen ; si viviese como un hombre .a la buena deDios , reputando una imbecilidad toda jefatura de escuela ,y se empeñasen á viva fuerza en que hab ía de ser j efe deuna escuela literaria ? A pelo á su sinceridad . ¿Debo sacar .

á plaza las pocas amistades que me rodean ; demostrarque en ese pequeño círculo cada cual piensa á su modo ;repetir una vez más que no hay escuela ni j efe ? ¿O deboesperar más bien á que se haga la verdad ? Evidente

mente,este último es el mejor partido . Pero

,si me cal lo

,

¿ comprenderá al menos M . Dumas 10 que ha de suhlevarmeel auxil io inconsiderado que _

preSta al error , aceptando á propósito de mí , sin documentos , sin comprobación personal,todas las maj aderías y calumnias quecorren por los periódicos ? Eso no es digno de él

,no es

digno de su carácter,ni de su situación . Es otra mala

acci ónEntre M . Dumas y yo debe bastar una palabra . Se ha

dej ado engañar ; todo lo que insinúa es falso lo afirmoyo . N0 salgo de mi asombro al ver que sea tan difícil leery comprender lo que ha escrito un hombre . Si no existiese ningún documento ,

si yo estuviese muerto desdehace quinientos años , me explicaría esos errores materiales,esas afirmaciones aventuradas . Pero ahí es tá todo

lo que he publicado ; bastan algunas horas para formarsecabal ideal de ello . ¿Qué extraño fenómeno se produce ,pues ? ¿Cómo llegan á atribuírseme opiniones puramenteinventadas

,cómo se llega á hacerme decir todo lo con

trario de la que he dicho en realidad ? L o que me tranquil iza es que pienso reunir en un volumen todos esos artículos dispersos y

,cuando alguien se decida á consultar

nos,me dará la razón . Con eso s e me prepara un triunfo

fácil que yo no he buscado . El día en que un espíri tu justo

,asombrado de ese asalto furioso de todos contra uno

solo,quiera convertir su atención á los el ementos de la

ALEJANDRO DUMAS ( HIJO). 22 1

contienda,se sorprenderá hasta el infinito al ver que ese

hombre ha sido un simple trabajador , que buscaba laverdad, que renegaba de las escuelas , que no afirmabamás que la indi v idualidad , que estudiaba la época comohis toriador

,y que hacía su propia tarea con el senti

miento de su impotencia y el temor perpetuo de no serdigno del ruido desencadenado torp emente alrededor desu persona .

Y,al concluir

,vuelvo á ese tono de melancol ía querespira el prefacio de Dumas . A l término del cam ino , de

lante de su obra,parece desmayar por no haberlo hecho

más grande . Entonces , como he dicho , prefiere dudar dela verdad antes que de sí propio . A l lí donde no ha podidopasar él

,pretende obstruir el cam ino . Pero la juventud

no debe escucharlo . ¿O ís , todos vosotros , l os que trabajais , l os que lucháis , los que soñáis con el triunfo ? No esDumas el que os habla ; no es más que su sombra . Escuchadlo ,

cuando os habla de su experiencia ; escuchadlotambién,cuando os recomienda que déis á vuestra fuerza

por sostén l a discreción . Pero cuando os afirma de planola eternidad de todos los convencionalismos , cuando declara imposible la verdad , cuando presenta al públicocomo un elemento inmutable , no lo escuchéis , porque osinduce á error

,os arrebata vuestros alientos , os impulsaá la fabricación,á la rutina

,al éxito á cualquier costa .

CQueréis saber lo que os dice por mi boca el autor dela D ama d e las Camelias , de D em i—lli0nd e , de M onsieur

A lphonse ? Oíd l o que dice : a So is j óvenes ; pensad ,pues

,en conquistar el mundo . Extremad vuestra audacia ; considerad que debéis superar á vuestros antecesores paralegar a vuestra vez grandes obras . El oficio os marchitará con harta rapidez . Cada conquista obtenida sobreel convencionalismo lleva aparejada una gloria no esgrande el que no trae una verdad en sus manos ensan

grentadas. El campo es inmenso , infinito . Todas las generacione s pueden cosechar en él . Yo he terminado mitarea pero la vuestra principia . Continuadme id másal lá ; haced más luz . Yo os cedo el puesto p or una ley fa

222 LA ESPANA MODERNA .

tal creo en la marcha de la humanidad hacia todas lascertidumbres científicas . Por eso os grito que reanudéisel combate , que seáis valerosos , que no temáis los convencionalismos contra los cuales inicié la lucha

,y quehabrán de ceder ante vosotros , as í debieseis hacer undía palidecer mis obras con otras más verdade ras

Tal es el único lenguaj e que A lej andro Dumas puedeemplear con la juventud .

EM IL I O ZOL A .

IN D ICE

SECC IÓN ESPANOLA .

Cartas al Sr . D . ] uan Valera sobre asuntos americanos, por León

Un poco de todo , por R afaelM . MerchánLaf losofza alemanay la cultura j ílosój íca moderna , por U . GonzálezSerrano

Las corridas de toros , por Luis Vidart

La geografía á principios del siglo XV, por O liveira Martins…La antigua czvilzración de las islasFilipinas, porF. R . Martínez Vigil.Crónica internaczonal , por Em ilio CastelarD isonanciasy armonías de la moraly de la estética , por Juan ValeraR evista económica , por Un exMinistro

SECC IÓN EXTRANJERA .

¡El Papa ha muerto ! ( cuento ) , por A lfonso DaudetLa leyenda de San j ulian el H ospitalario , por Gustavo Flaubert.A lejandro D umas hijo) , ppi

! Emilio Zo laEl buey (poesia) , porJosé

!

C_z_1_rducciR una (p0e5 1a) , por Enrique I

_igne

Páginas.

Para la reproducción d e los articulos

comprend idos en el presente tomo es

ind ispensable elperm iso d el D irector d eL A ESPANA MODER N A .

Seoomn E spanola.

LA AN TIGUA CIVIL IZA CION

DE LA S ISLA S FIL IPIN A S

R EL IG IÓN, SACER D OC I O Y SA CR IF IC I OS .

UN QU E los fil ipinos ten ían conocim iento confuso deun primer Ser hacedor de todas las cosas

,á quien

designaban con el nombre de B athalang me ted

pal , puede decirse que en las prácticas , sea por excesode respeto ó por otras causas que no hemos podido averiguar ,

no se dirigían al Supremo Hacedor,sino á los

genios tutelares,á quienes atribuían la divinidad y ofre

cían sus sacrificios ; profesaban el sabeismo y el fetichismo

,tributando adoración al sol

,ala luna ,

al arco iris , ál os animales

,á las aves

, á las plantas y has ta a los peñascos. D el cul to tributado á las aves es prueba el nombre de bathala , que daban á un pájaro azulado del tamaño del abejaruco

,y el que rendían á una especie de

cuervo , al cual llamaban maylupa ,considerandole señor

de la tierra , como los antiguos hicieron con Ceres y Pan ;á las dos aves tributaban honores divinos . Por terror ymiedo veneraban y regalaban al cocodrilo

,llamado vul

garmente caimán ,aunque no lo sea ; l e t itulaban abuelo

mono ; partían con él la com ida en los frecuentes é inevi

6 LA ESPANA MODERNA .

tables encuentros que tenían en sus navegaciones con esetemible reptil y se cuenta de una sacerdotisa que l legóá domesti car uno de esos saurios,

al que alimentaba yungía . L os árboles añosos y copudos ,

las puntas y péñascos que , avanzando por las aguas , eran causa de corríentes más Ó menos peligrosas para sus ligeras canoas

,

todo sitio de peligro,era obj eto de veneración

,y

,á su

paso por junto á él , dej aban depositadas ofrendas deviandas , ó disparaban contra él sus flechas , como hac iéndole salvas .

A demás,tenían muchos idolos , que labraban de oro ,

marfi l,hueso

, madera y ópalo . L lamábanlos en tagaloanito , y en visaya d inata . Su número era excesivo , áconsecuencia del poder tutelar y limitado que les atrihuían . Había anito de los campos y de los sembrados ,de las lluvias y de la mar

,de los cocoteros

,de los niños

recién nacidos,de los niños durante el período de la lac

tancia,y había otros anitos ,

especie de dioses lares , protec tores de las famil ias

,que procedían de sus antepasa

dos eran santos canonizados .

A parte de los que canonizaban á la hora de la muertepara hacerles menos duro el paso fatal , y de los cualesalgo se dirá en su lugar

,concedían los honores de la apo

teosis á cuantos morían á cuchillo Ó eran devorados por ,l os cocodrilos en su honor se inmolaban algunos esclavos al dedicarles las exequias fúnebres , y se creía quesubían al paraíso por el arco iris al cual llamanbalang ao .

A ntes de declarar cuál era el paraíso Ó cielo , en el

cual creían los antiguos fi lipinos , ya que es indudable quetenían la creencia de otra vida

, parécenos oportuno deciralguna cosa de su cosmog onía , infantil á todas luces ,pero que conviene conocer para formar concepto completo de la civilización antigua de ese pueblo que es hoy

LA ESPANA MODLRN A .

doblar la constancia de aquella Eva . A cudióse ,por fin,

á Dios , quien manifestó , por medio de un terremoto , que

debían casarse , y se casaron,y tuvieron muchos hij os .

D e esos hij os desciende todo el l inaj e humano,cuya

dispersión por el mundo y su división 6 Clasificación en

razas tuvo lugar a consecuencia de una pequeña discordia de familia . H abíanse

,como se ha dicho

,multiplicado

los hij os , quienes vivían ociosos é indolentes en la casapaterna , cosa que no agradaba á su común padre . A fin

de dispersarlos y de obligarlos á consagrarse al trabaj o ,Simuló un día , de acuerdo con su esposa ,

hallarse muyirritado con las travesuras de los mozuelos y tomandoun palo , l os aventó de su presencia . Para comprender lagrandeza del enoj o

,siquiera fuera éste simulado ,

es preciso tener en cuenta que los indios no atacan ni castigande esa manera á sus hij os . El caso fué que aquellos jovenes que tan alegres vivían en el paraíso primi tivo de l acasa de sus padres

,aterrorizados por el enoj o del autor

de sus días , y no pudiendo soportar su ira ,corrieron á

esconderse de su presencia ; y lo hicieron , unos en la recámara de la casa

,y de éstos descienden los maguinoos,

6 principales o tros se salieron sencillamente de casa,y

son los padres de los hombres libres , j imaua ; refugiáronse otros en la cocina y en los bajos del hogar , de ellosdescienden los esclavos ; y finalmente los que se ahuyentaron de la casa paterna sin regresar jamás á ella

,son

los ascendientes de l os pueblos lej anos .

Establecida tan extraña hipótesis , no ofrece dificultadel génems de los demás animales . Los monos procedende otro bombón de caña bambú ,

contiguo al que produj oal hombre

,y por eso tienen con nosotros ciertas seme

janzas exteriores ; lo s demás animales salieron de bombones 6 tubos más separados lo único que no se expresa

LA ANT IGUA C IV IL IZAC IÓN EN F IL IP INAS . 9

es si algún milano rompió esas cañas,ó por el co ntra

rio,si los mismos fetos se abrieron paso ,

como hacen lospollos al través del cascarón

,dentro del cual se incu

barón .

M etempsicosis . A l paraíso ó felicidad de ultra tumbaprecedía una serie de encarnaciones que depuraba lasalmas

,aligerándolas cada vez más de la materia

,hasta

el punto de quedar e l cuerpo reducido al tamaño de unapequeñís ima hormiga . Teatro de esas em igraciones yencarnaciones sucesivas eran ci ento cincuenta islas

, á

las cuales aportaban las almas de los finados . En ellas losmuertos re ían y cantaban en perpetua juventud

,pues los

viejos dejaban los años en este val le de expiación de suvida primera . Había en tan famosas islas árboles hermosos siempre cargadoSde s azonados frutos , y suj etos á latierra por cadenas de oro

, que hacían las veces de raí

ces . D e oro eran también las j oyas,las telas isines

las campanas,los pendientes 6 zarc illo s panicas y

demás enseres y útiles necesarios á la vida . D e arrozlimpio estaban formadas las playas de sus mares ; y hastahabía un mar de leche para alimento de niños otro delinog ao , ó sea de arroz cocido con leche Ó con grasa ,

para las personas mayores y,por fin

,otro mar de san

gre ,en cuyas orillas se criaban las plantas cuyas flores

t ienen pétalos encarnados,como las alteas ,

malvavi scos(j acorong as) , etc . Nada de cuanto podía contribuir á l asatisfacción de los rudimentarios gus tos de aquello s isleños fal taba en tan original paraíso

,porque exist ían islas

cubiertas de huesos p ara alimentar el fuego del hogar , ypara suministrar cráneos

,en los cuales se cocía la moris

queta .

En consonancia con estas ideas,6 en desacuerdo con

ellas,ya que no es de esperar que se e ncuentre lógi ca

10 LA ESPANA MODERNA .

ni trabazón racional entre los dispersos restos de unaprimera revelación que ha sufrido tantos naufragios ,conservaban los antiguos fi lipinos alguna rem iniscenciadel pecado original , y de las penas y de la felic idad futuras que eran la sanción de la vida presente . Los hombres

,decían

,mueren , porqué allá en el principio des

obedecieron y ofendieron á L aón , que es el primero delos dioses tenía este dios un hermosísimo pez

,que com »

tituía sus delicias , y los hombres lomataron . Había,ade

más,un árbol de fruto sabroso ; los hombres sacudieron

ese árbol,haciendo caer sus frutos grandes y pequeños

por eso mueren los hombres en todas las edades .

Cu lto . Semejantes los antiguos ñlipinos á otros pueblo s idólatras

,á los partos y á los persas , carecían de

templos capaces de albergar en su recinto al común ' deun pueblo ó á los individuos de un barang ay ; tampocotenían días festivos señalados , en los cuales se consagrasen en común á las prácticas religiosas . Sol ían

,sin

embargo,t ener á la entrada de sus pueblos

,y aun cori

tiguos á las casas , pequeños hum illaderos ó aposentosconsagrados al anito ,

y d estinados á ofrecerle sacrifi

cios . En estos mismos oratorios deposi taban Ofrendas deViandas para que descansasen y se refocilasen las almasde los finados en el viaje de tres días que separaba lamuerte de la reencarnación que la seguía . Los sacrifi ciosmás solemnes y más c oncurridos tenían lugar en los b osques

,y eran debidos á la iniciativa y á la devoción par

ticular,que

,á consecuencia de un beneficio o en vista de

un peligro,convidaba á los parientes y á los amigos y

llevaba un Sacerdote de su elección . En unas andas decaña se co locaba el anitoó ídolo , formado generalmentede madera blanda y de fácil talla ,

y ante él se poníanunos braserillos con sahumerios

,algunos platos con

12 LA ESPANA MODERNA .

aquí un ej emplo que , como todo cuanto venimos exponiendo

,tomamos fi elmente del códice que nos sirve de

guía . Si una enfermedad se prolongaba , era llegado elcaso de consultar á los anitos y de ofrecerles sacrificios .

A l efecto se comenzaba por levantar una casa nueva ,relativamente espaciosa , y capaz para la ceremonia sagrada . La empresa no era costosa ni larga

,pues recor

darán nuestros lectores que todas las casas de losindios

,ba

'

j ay , estaban formadas de cañas de bambú ,atadas con bej ucos

,y techadas con hojas de palma

,ma

teriales que aún hoy abundan en aquella lujuriosa vegetación . Hecha la casa

,á ella era trasladado el enfermo ;

se llamaba á la catolona , y se preparaba la víctima , que

estaba en relación con la fortuna de los oferentes algu

nas veces se inmolaban hasta tres esclavos otras vecessólo se sacrificaba una tortuga de mar . D isponíase ,

además

,el mej or cerdo de la piara , y todo ello se colocaba

junto al lecho del enfermo,reducido á una esterita Ó

petate extendido sobre el suelo . La misma estancia sellenaba de mesitas cubiertas de viandas

,en relación unas

y otras con el número de convidados . La catolona bailando

,sacrificaba la víctima

,fuese ésta un hombre 6 un

animal,y con la sangre caliente rociab a al enfermo y á

los más distinguidos de los circunstantes , todo al son deun no interrump ido tañer de campanillas de cobre , bastantes para matar con su ruido al paciente . Limpiabaluego la víc tima

,ó la pelaba

,según los casos

,y ocu

pando el primer puesto entre los convidados á aquel ri

dículo aque larre ,y mascullando sus ensalmos á presen

cia de todos,examinaba las entrañas Ó asaduras de la

víctima,ni más ni menos que como los arúspices roma

nos entraba en convulsión,real Ó fingida haciendo

grotescas contorsiones y arrojando por la boca espuma

LA ANT IGUA C IV IL IZAC IÓN EN F I L IP INAS . 13

raj os,para anunciar segu idamente la sentencia de muer

te ó . la próxima mej oría del pobre enfermo .

Si el presagio era de s alud ,se armaba una orgía de

todos los diablos,arrojándose los presentes sobre l as

viandas y sobre las bebidas , y entregándose al baile , ycelebrando con cánticos las proezas de los antepasadosdel enfermo y de su familia ,

hasta que caían al sueloebrios y fatigados .

No cambiaba mucho el fondo de la orgía,aunque el

presagio fuese de muerte ; los cánticos eran entonces en

loor del enfermo , á quien fascinaban y emborrachaban áfuerza de alabanzas y de adulac10nes intentando persuadir le de que los dioses le sacaban de est e mundo para elevarle á la dignidad de anito . Se encomendaban á su intercesión ,

hacíanle olvidarse del trance que le amenazabaá fuerza de lisonjas ; y hasta los m ismos parientes , satisfechos ante la perspectiva de contar entre los anitos á unmiembro de la familia ,

o lvidábanse del luto que les ame

nazaba,é invitaban á los asistentes á comer beber

,can

tar y bailar . Para fin de fiesta la ca tolona,a parte de la

víctima , que era suya de derecho ,recib ía ofrendas de

oro ó de alim entos de mano de cuantos habían tomadopar te en el sacrificio y en la fiesta .

Los sacrifi cios que se ofrecían antes de emprender laguerra 6 acometer o tra acción cualquiera que ofrecierariesgo , se cumplían con un rito semejante .

A lgo diferentes eran los que por vanidad ,ostentación

ó agradecimiento disponían los principales 6 m ag u inoos,

y consagraban á la divinidad que llamaban el gran Dios,

sin darle nombre especial , ni hallarse más instruidos so

bre sus atributos y perfecciones. L e vantábase para ese fin

una tienda j unto a la casa del principal ; j unto á la tiendaempavesada de telas de bril lantes colores y cubierta de

14 LA ESPANA MODERNA .

frondosos ramos ,reuníanse á la hora convenida los con

vidados á la ñesta . La moza más fachendosa,mej or pa

recida y más bailarina era invitada p0r 1a catolona á daral puerco la lanzada mortal . En seguida se repart ía lacarne de la víctima , y aunque se comían otros puercosmás y otras viandas y sobre todo se bebía y se bailabaal son de su primitiva música

,la carne sacrifi cada era

la más apetecida y como el bocado de ceremonia .

A g ueros . Si bien existían en menor número de losque conocemos en otros pueblos tenidos por más cultos ,no deben pasarse en silencio

,ya que son como el reverso

de las ideas religiosas , aunque tratándose de pueblosbárbaros é idólatras

,bien puede decirse que todo anda

al revés . H e aquí los principales agueros Ó supers ticionesde aquellos isleños , de los cuales nos legaron noticias loshistoriadores de la paciñcación y reducción de las IslasFilipinas .

En las casas de los pescadores no se hablaba de lasredes nuevas hasta haberlas probado en la pesca y expe

rimentado que hacían lanc e ni en la casa del cazador sehacía mérito de los perros recién comprados hasta que

hubieran hecho presa en las piezas de caza . La muj er queestaba en cinta no podía cortarse el cabello

,pues se tenía

por cosa averiguada que,s i lo hacía

,la criatura venía

calva al mundo . Daban much ísima importancia á los sueños ; los creían avisos del cielo , y se inquietaban por conocer su significación . Para navegar con felicidad no erapermitido llevar en la embarcación animales ni aves detierra

,ni aun nombrarlos , as í como viajando por tierra

no habían de mentarse las cosas que pertenec ían á la mar .

Ya se apuntó más arriba la curiosidad de esas pobresgentes por rasgar el velo que nos oculta lo por venir . Con

este obj eto,antes de emprender una navegación

,impri

POETAS COLOMB IAN OS

D on M ig uel A ntonio Caro .

( Cont inuac16n.

UD O que haya habido para las M usas apellido máspredilecto que el de Caro . Dej o á un lado á TitoLucrecio Caro

,el gran cantor latino de la natura

leza de las cosas,y también al italiano A níbal Caro

, el

más eximio traductor italiano de la Eneida,para fijarme

sólo en los Caros españoles que han alcanzado renombrede poetas , y todavía tropiezo con una lucida pléyade , en

la cual sobresalen el famoso anticuario Rodrigo Caro,

autor de una de las más valiosas j oyas de nuestro Parnaso

,D . José Eusebio Caro , padre de nuestro poeta ,

'

y

el que es obj eto de este estudio , D . M iguel A ntonio,de

cuyos méritos poéticos he de tratar en él largamente .

De más humilde fama como escritores son FranciscoCaro de Torres

,de la misma familia sevillana á que per

teneció el cantor de las R uinas d e l td lica ,el cual diser tó

sobre las colonias españolas d e A mérica , que habían depoblar también sus descendientes ; M aría Caro ,

poetisamuy alabada en su tiempo ; otra poetisa sevillana llamada

( 1 ) Véase LA ESPANA MODERNA de Octubre de 1889.

POETAS COLOMB IANOS . 17

doña A na Caro M allén de Soto ,ci tada por el Sr . La Ba

rrera en su Catá log o d el teatro español , yluego D . JoséLuís Caro

,que casó en Cádiz con doña Franmsca García

de Lara que era asimismo poetisa . De este Caro,y en

l a propia ciudad de Cádiz,naci ó D . Francisco Javier

Caro ( 19 de A gosto de el cual,al dec ir de D . José

M aría Vergara y Vergara en su H istor ia d e la L iteratura en N ueva Granada ,

se trasladó á Santafé de B ogota y ha sido el tronco de los Caros en Nueva Granada ,hoy República de Colombia .

No term ina aquí este i lustre linaj e , antes retona en elsuelo americano con nueva fuerza . De Francisco JavierCaro y A ntonio su hermano hay varias composicionesen el Pa rnaso Granad ino ( B ogotá .

— Imprenta de A ncízar— i y el primero fué bisabuelo de nuestro D .

_

M i

guel A ntonio . Poetas fueron asim ismo A ntonio José,hijo

de Francisco Javier,y José Eusebio Caro

,abuelo y padre

respectivamente del ac tual representante de tan dilatadadinast ía poética , que sólo en Colombia cuenta cuatro generaciones.

Quizá no haya otro país donde la vocación literariase transmita por herencia de un modo tan constante comoen el antiguo virreinato neo - granadino . Hay all í familiasenteras que prestan culto a las letras . En España el casode los dos M oratines , padre é hij o ,

de los hermanos A r

gensolas , de la egregia fam ilia de Rivas , en la cual portradición se hereda , ya que no siempre el genio poético ,el amor y el trato de las M usas , suele ser una excepción ,ó por lo menos es necesario considerar á la literatura ensu conjunto para encontrar muchos . En Colombia no esas í ; el hij o de literato suele s erlo también ,

como en otraspartes siguen los hij os las carreras de médico

,abogado

o cualquier otra que hayan abrazado los padres . Y es2

18 LA ESPANA MODERN A .

este un fenómeno tan notable y tan repetido, que hasta

él solo para acreditar la justa fama de culta que B ogotátiene adquirida .

Una cortísima digresión por la li teratura contemporánea colombiana probará lo que decimos . A demás del a lucida prosapia de los Caros colombianos , que siguió ál a de los peninsulares

,y conste que no voy á juzgar ahora

el valor de todos los escritores que citaré , sino únicamente á consignar un hecho curioso ,

no me dej arán mentir D . Ruperto S . Gómez

,premiado en varios certame

nes , y autor de muy diversas obras , y su hij o D . A ntonioM aría Gómez R estiepo , que pulsa también la lira , peroque se señala más como crítico …y por su precoz erudición adquirida en muy tempranos años ; el malogradoRicardo Carrasquilla

,de cuyas obras poéticas se .hicie

ron tres ediciones en poco tiempo,y su hij o D . Rafael

,

distinguido crítico y orador sagrado ; D . José M aría Vergara y Vergara

,autor de la celebrada H istoria d e la

literatura en N ueva Granada , y D . Francisco , poetacomo su padre

,honra también del sacerdocio colom

biano ; M edardo Rivas , poeta , novelista , dramático , etc .,y

su hij o D . José Rivas Groot , uno de los j óvenes más aprovechados de B ogotá ,

de nervioso y original est ilo , críticoprofundo , á quien han dado en España merecida nombradía las Cartas americanas que le dirigió Valera : RicardoSilva

,cuyos cuadros de costumbres recuerdan con gusto

todos los colombianos,y José A sunción Silva ,j oven aún ,

que se proponía no ha muchos años publicar en Europa un tomo de sus poesías el anterior m inistro deInstrucción Pública ,

D . Jesús Casas Rojas , y José Joaquin Casas ,

que,como su padre se distingue en la

l írica religiosa ; y luego ,por último

,toda una familia

entera de l iteratos , la de A costa -Samper , formada por el

20 LA ESPANA MODERNA .

Y para que esto sea verdad , es ocasión ya de que volvamos á él . Habiendo hablado en m i artículo anterior,muy ligeramente , de D . M iguel A ntonioCaro baj o otrosconceptos

, me l im itaré ahora á dar una idea de él comopoeta original y traductor de obras poéticas

,cosa no del

todo exenta de dificultades,pues de su inmensa labor

poética sólo una mínima parte anda publicada .

Sus disposic iones l iterarias se manifestaron desde muytemprana edad

,cultivadas por su abuelo D . A ntonio José

Caro ,el cual le infundió la pasión por los estudios clási

cos . Las lecciones de este ilustrado escritor , aventajadocomentador del A rte Poét ica de Horacio y las de los Jesuifas , formaron su gusto , haciendo del j oven Caro unaespecie de '

M enéndez y Pelayo,portento

,en edad tem

prana,de precocidad , de erudición y de saber latino . A

los quince años había traducido ya á la lengua del Lacioun soneto de su padre á la muerte de Héctor .

En la bien aprovechada y ya larga vida poética delSr . Caro ,

pues,como digo , comenzó en edad precoz , el

crítico bogotano Sr . Zuleta distingue tres épocas . En laprimera colecciona las composiciones de su juventuddesde los quince años

,y quizá antes

,y las publica con el

título de Versos d e M ig uel A . Caro ; B ogotá ,imprenta

de Poción M antilla , 1 866 . En esta colección figuran comotreinta y cinco composiciones , queno son sino una muestra

,según se manifiesta en la A dvertencia prelim inar

,

de las que llevaba escritas el poeta hasta esa época de

e llas,once traducciones de poetas latinos y griegos

,de

la B iblia y de algún poeta inglésNo la conozco , tal vez por excesiva modestia del( 1 Miguel A . Caro , poeta , por D . Juan A . Zuleta. H omenaj e de ; <La

N acion al Sr. D . M iguel A . Caro el 10 de N oviembre de 1888.—Bogotá :

imprenta de La N ación 1889.

POETAS COLOMB IANOS . 2 I

autor,y sólo la he visto mencionada entre los críticos

españoles por el Sr . M enéndez y Pelayo en el segundotomo de su H oracio en España ( pág . El Sr . Zuletada de ella en su estudio larga noticia y recomienda comomás notables las poesías E l A lma p risionera el H ue

'

r

fano pereg rino ,delicada elegía que resp ira toda ella

profundo amor filial , la oda á M aximiliano , la dedicadaá Polonia y á Eug enia B ellini . Los fragmentos que citaes cuanto de ellas '

he podido saborear , mas son sufic ientes para declarar las felices disposic iones de su autor ,exento en edad juvenil de defectos que suelen afear ámuchos otros de más fama poética . Su fil iación clásicase ve en ellos manifiesta y nó porque los asuntos lo seanó se haga intempestivo alarde de alusiones mitológicas ,sino por la corr ección , la tersura ,

y ya que no siemprepor la sobriedad

,por la templanza en las imágenes y en

la expresión . Hay ,con todo

,espontaneidad juvenil

,versi

ficación fluida,frase gallarda y apasionada

,en mayor

grado quizá que en las poes ías de épocas sucesivas,aun

que el e stilo sea menos limado y la construcción menosestudiada .

El fuego , la vehemencia enérgica de la oda dedicada áM aximiliano , es difícil volver á hallarlas en c omposicio

nes posteriores . Véase , en prueba de lo que decimos lassiguientes estrofas , llenas de viril y solemne indignación :

e R ompa mi voz el afrentoso encantoCon que la maga L ibertad me ciñePara llorar Emperador tu muerteY en rostro e charla a tus verdugos viles.

Tú mere ces e l canto del poe ta ,

Pues generoso te mostraste y firme

Tú de todos las lágrimasmereces ,

Pues desgraciado fuiste .

22 LA ESPANA MODERNA .

Cual héroe sucumbiste : heroico amigo

Te sigue hasta e l cadalso , hasta la tumbaY entre el silencio funeral entonaH imno de amor y gratitud profunda .

Tú le respondes estrechando e l lazo

Que ya santificó la desventuraL as balas lo dividen , y al instante

L a e ternidad lo anula.

¡M aximiliano ! Con serena frenteY libre corazón cantarte puedoN ada á los reyes ni a los pueblos pidoN ada á los pueblos ni a

_ los reyes debo .

¡Sombra ofendida ! ¡Venerab le sombra !¡Tú , de quien nada espero

, nada temo !

A cepta mi dolor y simpat ía¡A céptalos Sin ceño !

Cinco años después de estas primicias de su ingenio ,daba á luz D . M iguel A ntonio Caro

,nuevos frutos de él

con el significativo t ítulo de H oras d e amor . Era esto en1 87 1 y en la imprenta de Echevarría , de la ciudad de Bogotá . Para mi desgracia tampoco puedo hablar de lasH oras d e A mor con perfecto conocim iento de causa .

Los ej emplares que habrán llegado a España son muycontados y ninguno de ellos ha venido á parar á mis ma ,nos . M as en distintas colecciones poéticas y en revistas6 periódicos colombianos que á menudo recibo ,

he vistopublicadas algunas de las composiciones deesta segundacolección , y sobre ellas se han ej ercitado , que yo sepa ;ilustres críticos amer icanos como los Sres . M erchán ,

Zuleta y D . José Ángel Porras . Este último les consagróun estudio especial el año pasado ,

para el H omenaj e d e

la N ación al Sr .,D . Miguel A ntonio Caro ,

y en él declara

24 LA ESPANA MODERNA .

fe cciones de Dios pintadas en cielos y océanos . Por eso

el tipo del amor que canta Caro no es: L a aura sutil que en trémulas congojas

Va robando á los árbo les sus floresY a las flores sus hojas ;

Que agrade ce con t ím ido murmullo

Tiernas primicias del fe cundo sue lo ,

N i las aves de V enus , que en su c ie lo

Gozosas giran con amante arrullo

sino que dice al noble corazónaM as al ímpe tu ven de raudas alas,

A nimado de exce lsos pensamientos.

A l campo de los grande s el ementos,D onde ostenta natura augustas galas

Y so lemnes acentosTu vuelo el aire h ienda

,

Y viendo aquí morir onda tras onda

Cuando la no che sobre e l mar descienda,

Ven un genio a esperar que te comprendaY una voz digna que atu amo r responda

Todos los críticos que han hablado de las H oras d e

amor están conformes en señalar como las más notables las poesías

,A las A ves

,L as A lmas buenas

,D es

eng años , el A silo , los Sueñ os , etc . y D . José A ngelPorras declara Sin ambajes que para él las mej ores sonlos Sueños , el A silo , las octavas de la H ora X1Vy lasquintil las de la XXI V.

De todas esas,la que más conozco es Sueños, que por

ser una de las mejores vibraciones de la lira de Caro,ha

sido muchas veces reproducida . Sueños no parece unapoesía escrita por un vate de raza meridional

,ni es tam

poco una meditación romántica en el más vulgar sentidode esta palabra ; el metro sí lo es , y también el sentido de

POETAS COLOMB IANOS . 2 5

honda melancolía que la inspira . En España tenemos muypocas de este género , y en A mérica , donde abunda la buena poesía inspirada por el poderoso sentimiento de unanaturaleza más rica que la nuestra , no son comunes . Esuna especie de contemplación sosegada y embebecida deun pensamiento adormecido por las ondas del r ío y el brillode una luz tropical , que quiere interpretar los rumores yecos de la naturaleza que hasta él llegan ,

como vagosmurmullos y percepciones de lo infinit o

,y que se asusta

si el aire suspende estos rumores , como si sintiera unvacío y la nostalgia de bienes perdidos .

M as vuelven los rumores y e l pensamiento vagoSe aduerme de tus ondas al amoroso ruido .

»

El metro traduce admirablemente la indolencia del

espíritu que se dej a l levar amerced de sus impresiones ,y que en su ensimismamiento recoge religi osamente atomos de ideas dispersas é intuiciones luminosas . La vá

guedad de la úl tima alegoría y de la frase responde muybien á la de las voces lej anas que en sueños oye el alma ,y la monotonía de los tres versos m enores y la repeticiónde algunos finales , á la del acompasado ritmo de los murmullos de la naturaleza y á la insistencia también monó

tona del que medita .

( R eclinado sobre hojas macilentasQue el tronco cercan de l anciano aliso ,

En tu verde ribera solitaria,

¡Oh claro t io ! ,M iro losmontesL os cielosmiro ;

D oy suelta al pensamiento y e l pensamiento vagoSe aduerme de tus ondas al amoroso ruido .

»

Si he de creer á D . J . A . Porras , el celebrado críticoRivas Groo t atribuye á esta inspirada composición cierta

26 LA ESPANA MODERNA .

influencia literaria sobre la generación que compuso L aL ira N ueva .

Ya para concluir este l igero bosquej o de las H oras de

amor, no me toca sino reproducir algunas de las preciosas quintillas de la XXI V, en que el poeta ,

como dice elmismo Porras

, _vuelve á la melancolía de los S ueños

mas no con la indolencia propia de aquella sombría soledad que arrullan las aguas corrientes y embalsaman lasflores '

de la orill a . Es una nueva y sentidísima nota delhimno de Excelsior que entona Caro en todas sus obraspoéticas

( Oigo que de amor patrio se gloriaL a humana vanidad . Saber querríaSi es la patria este m ísero re cintoD o nacimos acaso . H ay un instintoQue de o tra patria le habla al alma mía.

Y esta patria es país no circunscritoÁ linde injusto , á humano c ircuitoEs aéreo país , región serena ,

Cuyo ambiente el Contagio no envenena ;Gozase en un rincón y es infinito .

Esta patria , empezando en lo pasado ,

Se extiende al porvenir , país sagrado ,

Que adornan bosque ameno y mustia ruina ;

Es la patria de una alma peregrina¡Sue ño de oro que tanto yo he soñado !

Llegamos a la última época de Caro , y con ella al

poeta ya conocido en España . A las escasas edi ciones delos primeros versos y de las H oras d e amor , hechas parael reducido c írculo de Bogotá , y quizá para el aún másreducido de sus amigos , suceden otras poesías de mayoraliento

, que reproducidas en revistas tan notables como el

28 LA ESPANA MODERNA .

Entretanto no llegue este día, que todos sus admira

dores deseamos,hemos de contentarnos , los que trata

mos de dar á conocer cada vez más á Caro en España ,con espigar en papeles suel tos y colecciones diversas ,que no andan aqu í en manos de todos

,lo mej or que ha

escr ito en estos últimos veinte años .M enéndez y Pe layo yValera me han precedido en esta grata tarea

,pero no con

sagrando al poeta un estudio detenido,y el primero fijan

dose só lo en un particular aspecto de su fisonomía literaria . Quedaríame

,pues

,ancho campo que recorrer , si

no tem iera abusar de mis lectores y del Director de L AESPAN A MOD ER N A .

Procuraré ser lo más breve posible ,y no insistir en loque o tros hayan dicho . Pasan por las mej ores composiciones de esta tercer época

,L a Gloria , que tanto gusta

á Rivas Groot ; Flecha d e oro ,delicado reflej o del Ex

celsior de Longfellow ,sin el menor asomo de imitación ;

la oda al Tequendama , el prodigioso salto de Colombia ,rival del N iágara

, que ha inspirado también á D . …José

Joaquín Ortiz,á doña A gripina M ontes

,al doctor Rafael

Núñez,y á tantos poetas colombianos ; L a Vuelta a la

Patria , obra maestra de inspiración y sentimiento ; elH imno d las estrellas

,que encuentro un tanto frío y

difuso,pero que tiene sentidos detalles dignos de Leo

pardi la Eleg ia a la muerte d e Sebastián Osp ina , de lacual dice Zule ta que no tiene rival en la lira española , juicio exagerado y que sólo cito para que se vea el aprecio en que en Colombia se la tiene

,y por último

,la fá

mosa oda Á la estatua d el L ibertador , timbre y lustredel moderno parnaso neo—granadino , y que merece capítulo aparte .

Valera,con citar y comentar con la amenidad que

suele,las preciosas poesías L a Vuelta d la patria ,

L a

POETAS COLOMB IANOS . 9

f lecha d e oro , que transcribe íntegra , y A la g loria , de

la cual copia algún fragmento,me ahorra en esta ocasión

el trabaj o de analizarlas de nuevo . Á haberme hallado ensu lugar , hubiera preferido trasladar la pr imera en vezde la segunda . Siento por L a Vuelta a

'

la patria el mismo entusiasmo que el discretísimo Rivas Groot , aunqueno me resuelva a decir como él , que es la mej or poesíade Caro . Tengo , Sí, por indudable , que esa poes ía íntima ,trascendental , pero no personal , ni llorona , esas reverl' espoéticas

,son la cuerda de su lira que mej or hace vibrar el

escritor bogotano . L a Vuelta a la pa trza deja en el espiri tu el perfume de una esenc ia exquisita y delicada quese aspira pero que no se deñne . Iba a citar alguna estrofa , pero no supe cuál elegir porque de hacerlo conuna , seria preciso seguir con las demás . Hay en ella ,como dice muy bien Valera ,

más ideas que palabras ytodas tan íntimamente enlazadas

,que es evaporar su

esencia ó convertirlas en enigma,arrancarlas de la

linda urna en que están encerradas . El peregrino,como

el héroe de Longfellow ,que trepa á la cumbre del A lpe ,

no halla su patria ya en el valle umbrío que la paternacasa g uarece . La voz del celeste coro

,en la poes ía del

vate norte—americano,dice al j oven que yace inerte en

la cima del nevado monte,Excelsior ; así también la

visión de la patria ideal que sólo columbraba en su menteel peregrino , se hace real en las estrofas de Caro , cuando

amv isible le tocaY sus párpados cierraÁ nge l piadoso y la ilusión destierraY e l dulce sonre ir vuelve á su boca»

.

De la oda A la estatua d el L ibertador dij e anteriormente que merecía capítulo aparte ,

y será ya el últ imoque dedique a las poesías original es de Caro . La moder

3 0 LA ESPANA MODERNA .

na l írica hispano - americana se muestra orgullosa de

haber producido esta composición clásica y el Canto a

la batalla d e Junín , de Olmedo pero sin disputa esmássimpática ,

más correcta y menos pedantesca l a primera .

Es también menos larga ( yo quisiera aún que sus ex

tensión no fuera tanta ), y por eso su lectura se sostienesin esfuerzo , mientras la quilométrica oda del pindaricovate americano le requiere

,y no ligero .

La oda de Caro está consagrada a la magnífica estatua de B ol ívar ,

obra del escultor italiano Teneranni,

que se alza en la espaciosa Plaza M ayor de B ogotá . Losque la han visto dicen ser obra admirable , y el distinguido filólogo y crítico colombiano M arco Fidel Suárez

,

para ponderar el valor de l a oda y de la estatua,afirma

que aquella es a la estatua , como la estatua al héroe ;triple grandeza en que B ol ívar aparece como semidiós ,Teneranni como rival de Fidias . y e l autor de l a odacomo emulo de M anzoni . Teneranni no presentó al Libertador de cinco naciones en la transñguración sublimede su gloria

,como el vigoroso poeta Ortiz cuando nos le

hace subir a la cumbre del Chimborazo ,y derramar la

vista abaj o y ver salir del ab ismo los pueblos por él levantados ,

clamando ebrio de gozoc ¡Gloria al Señor ! ¡H e libertado un mundo !

Teneranni le representó como nuevo Napoleón ,aban

donado en el destierro , sin más patria que una playasolitaria

,ni más rumor del mundo que el de las olas ,

agobiado por el peso de la más negra ingratitud y hastaquizá arrepentido de su obra . Y Caro

,interpretando la

subl ime elocuencia de aquella imagen muda , le dió la vozsolemne del dolor de un héroe inmortal , y la de la me

lancólica y colectiva compasión de otras generaciones ,

3 2 LA ESPANA MODERNA .

B ajo lluvia de floresY al estruendo de músicas marc iales.

N o en rasgos de hero ísmo ,

N o en vértigo de triunfos y esplendoresA dmiró tu grandeza. El a ti mismo

Te buscó en e l abismo

D e re cónditas luchas y dolores

Véase en otro lugar cómo describe la estatuac Inclinando la espada

,

Tu brazo triunfador pare ce inerme

Terciado e l grave manto , la mirada

En e l sue lo clavada ,

Muda en tus labios la e lo cuencia duerme .

Mág ico a par'

de D ante ,

Teneranni tu vasto pensamientoR enovó , concentró ,

y atu semblanteD ió maj estad camb iante ,

Y a tu austero callar mú ltiple acento

Nos es imposible continuar citando más fragmentos deesta composición , que es el verdadero Cinque magg io

de la poesía castellana,y que hasta le recuerda en aquél

que com ienzaaEn tan solemnes d ías ,

Por la orilla de l mar , losp asos lentos ,

Y cruzados los brazos cual

y en el que acaba diciendocR ecibes cultoSublime en tu dolor sin amargura ;D e lisonja perjuraL ibre por siempre , y de cobarde insulto

POETAS COLOMB IANOS . 3 3

Comprendo que ante esa oda , publicada con ocasióndel Centenario de B olívar , enmudeciera avergonzada lacríti ca malévola

, que t iene ojos de lince para ver ripios,

y corazón de bronce para sentir b ellezas . Se le pedía aCaro un milagro para creer en su inspiración poética

,

Caro lo hizo .

A . RUB IO Y L LUCH .

A DÚLTERA

¡Oh vértigo fatal , delirio infausto ,

A bominable acción ,locura horrenda !

¡N adie pod ía concebir t al crimen ;N adie , al menos por ti , lo concibiera l

Cual las flores que e l murice matiza,

Tierna , gentil y pudorosa y be lla ,

En la apacible juventud del alma ,

D e hechizosm il y de virtudes llena ,

D el santo hogar que te acogió en su seno

¡L a religión , e l ángel , el dios eras !

A lmás digno mortal de ser amado ,

Todo tu amor, toda tu fe primera

A l pie del ara le juraste un día ,

A caso con rubor, más con firme za,

Y él te estrechó en sus brazos con cariñoSu libertad ,

su orgullo , sus creencias ,

D el amor en los éxtasismás grandes ,

¡Te o freció en oblación sublime yY aquel nido de amor de los esposos ;Y aque l le cho nupcial que la purezaCon sus alas de armino pro tegíaMientras dormía la fe liz pareja ;A que llos dulces ósculos , aquellosMurmullos de las gratas confidencias ;L os deliquios suaves , las caricias ,

L os ruegos , los temores ,las promesas

LA ESPANA MODERNA .

Por instinto sabía que al ser madre

Iba a ceñirse la sin par diadema

D el ser másdigno de respe to santoD e la mujer más digna de ser re ina ;

Y que , o lvidando su sagrada estirpe ,

Su alta misión , su dignidad suprema ,

Se transformó en demonio siendo un ánge l ,

Y siendo virgen , se trocó en ramera .…

¡Tal fuiste tú ! Y hoy llevas en la frenteEste estigma fatal a ¡M aldita seas ! »

Cuanto es penoso come ter un crimen

Yendo amerced de voluntad ajena,

M ás lo es llevado por impulsos propiosA su grado último á su faz más negra.

A nte tal espectáculo e l abismo

L anza un rugido que doquier resuena

Y al que responden los abismos todosD el corazón honrado y laInundados de lágrimas tus ojos ,D e tén un so lo instante tu carrera ,

Y e l tálamo que ingrata abandonaste ,

Á rido , triste y sin calor, contempla.

¡A h ! , pre ferible fuera que a tus hijos,D e aquel infausto enlace pobres prendas ,Con crueldad inaudita en sus entrañas ,D espuésde la deshonra ,

el hierro hundieras,Y que luego exclamaras , de tus ñerosY desviados instintos satisfecha¡Oh , venganza ! ¡En tus aras execrablesN ada que darte en sacrificio queda !Y no que al mundo , con tu horrendo crimen

D ejes expuestos a los seres que eran

Tu orgullo en o tro tiempo , cuando nada

Faltaba a tu virtud y a tu grandeza ,

E infund ían respe to tus acciones ,A dmiración tu castidad perfe c ta ,Y eras esposa y doblemente madre ;Y siendo madre , doblemente buena !

ADÚLTERA .

L os besosmaternales , las caricias

D e aquel tiempo de glorias verdaderas¡Todo lo e chas de menos y desciendesM ás y más a los goces que no dejanM ás que constante torcedor perenneQue arde como ascua , y que como ascua quema !L os más sagrados lazos destrozasteY , al gozo más brutal de la materia ,

L e han sucedido , en tu afrentosa vida,

El obsceno re ir y la blasfemia ;Y e l mundo que admirara tus encantosY tu virtud de entonces aplaudieraA dmiración y aplausos ha cambiadoPor e l sarcasmo que corroe y tuesta

,

Por el insulto que abomina y mancha ,

Por el desprec io que hunde y avergííenza

N o ha de borrar tu crimen miserableEl torrente de lágrimas que aun quedaEstancado en el fondo de tu alma

A callando la voz de tu conciencia

N o habrá quien te redima en este sigloQue analiza e l honor como la idea ;

N i habrá quien diga : El que se crea impecable ,Tire entre todos la primera piedra !Que aunque vo lviera D ios a humanizarseY poner co to a tu baldón quisieraTodos , con una lluvia '

de guijarrosD irigidos a ti le respondieran—El torbellino del amor culpableL a ha llevado S eñor á la impureza ;Y , al conservar adúltero e l sentido ,

H eraldo de deshonra, de ira ciega ,

Va gritando doquier sin de tenerse—c ¡M aldita la virtud , maldita sea

LA ESPANA MODERNA .

El virus ponzoñoso de la infanciaH a de correr por tus convulsas venasH asta que e l hie lo de l intenso hastío ,

A l coagularse , rompa tus arterias.

Y la aridez de la nostalgia horribleD e tu impúdíco amor amarillenta ;Con lasmanos crispadas por e l tósigoD e la impo tencia vil y la soberbiaEn demencias de goces delirando

Cactus lleno de hidrófobas culebrasGritarás, al morir abandonada :—c ¡M aldición en la d icha que averg uenza

¡Y ese será tu postrimer lamento¡Esa tu tu elegía esa !

M IGUEL P LÁC I DO PENA .

40 LA ESPANA MODERNA .

de su vida , que contribuyen a dar realce asu curios a personalidad .

Una impresión infantil inspiró esta obra al Sr . Lavall e,

impresión desde luego relacionada con el aspecto melodramático del héroe . H e aquí cómo la describe en su prólogo :

< Un ejemplar del Evang elio en triunfo , adornado de» preciosas láminas

,que cayó en mis manos siendo aún

muy niño,fué el origen del l ibro que con no poco temor

y desconfianza,someto hoy al j uicio público . Esas lámi

» nas, que representaban aun hombre en diversas esce

» nas de su vida , que pare cíanme muy graves,aunque no

alcanzaba a comprender toda su importancia,tenían

» para mi un especial atractivo , proveniente quizá del» misterio que las envolvía , que se traducía en un vivo» interés por el personaj e cuyo retrato que encabezabala obra , y que antojábaseme fuese el mismo que aparecía después en un singular combate , luego llamando a

» la puerta de un convento , más allá estrechando a do s» niños en sus brazos , y , por último , expirando entr e las» demostraciones de dolor de las personas que rodeabansu lecho .

Si por ventura se refiriese el Sr . Lavall e á una edicióndel famoso libro , probablemente francesa , que también …

nos trae a nosotros recuerdosvagos de nuestra infancia ,juraríamos que ha olvidado una de l as estampas más curiosas que tenía

,aquella que representa el famoso auti

llo de la Inquisición de M adrid de 24 de Noviembre de17 78 ,

donde apareció O lavide con la famosa túnica negray la vela verde apagada de los reos de fe , a oir la tremenda sentencia que le declaraba herej e positivo y formal , m iembro podrido d e la relig ión .

Por su misma juventud empiezan las aclaraciones de l

EL FILÓ5 0FO OLAVIDE. 4 1

biógrafo peruano ; y no son ,por cierto , las menos intere

santes,si bien da excesiva importancia a l as biografías

francesas que suelen llamarle *0lavidés, y a otros escritores que le han supuesto , ya educado en A lcalá , ya enM adrid . Fnelo verdaderamente en L ima por la U niversidad de San M arcos

, que erigió Carlos V en x5 5 1 U ni

versidad cuya organización,frutos y progresos desmien

t en á los historiadores americanos,cuando en las escue

las que para ellos establecimos fundan una de sus diatribas más insolentes contra España .

Ni aun en el siglo pasado,época de transición y de mal

gusto en literatura y en todas las disciplinas, fue el genio

español tan estéril que no produj ese en A mérica y aquíexcelentes educadores que conservaban la tradición denuestros grandes humanistas . Todos los biógrafos americanos se hacen lenguas

,por regla general

,de la edu

cación recibida por los primeros héroes de su independencia alguno de éstos como A ndrés B ello ,

hastaditirambos ha dedicado a sus maestros españoles

,y pasa

por ende los t érminos de lo absurdo acusar a Españade abandono en una materia en que sus pecados han sidode otra índole que no debemos consignar aquí pero quese viene desde luego a los lab ios recordando que ningunanación del mundo ha empezado sus obras de colonizaciónpor ofr ecer a sus colonos abundante pasto esp iritual .Sistema generoso y cristiano sin duda alguna ; pero contraproducente en el orden político ,

y,por decirlo mej or

,

suicida .

Sobre profunda y sólida,l a instrucción que O lavide

recibiera ,fué parte en aquilatar la j usticia del claustro

universitario de San M arcos pues como hubiese ganadoa los veinte años , en pública oposición , una cátedra de

teología , frente a frente , entre otros , con un anciano y

42 LA ESPANA MODERNA .

sabio canónigo , la Universidad acordó otorgar la plaza aéste y pedir al Virrey para el j oven O lavide otra de Oidorque estaba en la A udiencia vacante . H ízose la demandaen pública manifestación , como hoy diríamos , yendo encuerpo la Universidad a Palacio

,precedida de maceros ,

entre un lucido concurso de lo más principal de Lima .

Transm itió el Virrey,conde de B arrantes

,la súplica

M adrid y en aquel mismo año, apesar de su edad ,

quehoy le inhabilitaría para los altos cargos

,obtuvo O lavide

los de Oidor del Perú y A uditor general del virreinatoSemej ante ej emplo de protección a los hij os sobresalientes de las colonias es un timbre que en vano regatearánaEspaña sus detractores . Tampoco se lo regatea ,

porcierto , el Sr . Lavalle

,cuyo españolismo y religiosidad

nos enamoran,antes aprovecha tan oportuna ocasión

para encarecer la magnanimidad d e nuestros antiguosSoberanos »

, que niegan c aliadas la malicia y la ignorancia »

.

A l terremoto que padeció Lima en 1 74 6 atribuye Ferrer del Río elprincipio de la reputación de O lavide en España ; mas no sería ciertamente por las relaciones oficiales del Virrey

,pues nosotros poseemos una que sólo pon

dera las hazañas de éste y de sus paniaguados , en aquellatremenda noche , reducidas ,

en verdad , a térm inos bienexiguos que en vano la adulación agiganta ; pero es cosafrecuente en Indias anticiparse l a autoridad aprevenirel juicio público en aquellos casos en que la conciencia sel o pinta adverso . No andaban

,por lo visto , muy amistados

el Sr . M anso de Velasco ,futuro conde de Superunda , re

cientemente posesionado del virreinato , y el j efe de escuadra

,marqués de Ovando

,de quien se conserva otra inte

resantísima y detallada relación del terremoto , inser ta enel tomo xvn del Semanario erud ito de Valladares , y a

44 LA ESPANA MODERNA .

nera había penetrado en nuestra sociedad culta, que

Ensenada puede considerarse el último ministro españolque tuvimos , como Gerardo Lobo (y ese no siempre), e lúltimo poeta . A unque no en tanto grado

,baj o ciertos

aspectos ocurría en A mérica algo semej ante,y O lavide

,

muy estudioso y muy versado en lenguas vivas y clási

cas , sentíase atraído por aquella fil osofía que se preparabaaformar la Enciclopedia . Ligero por temperamento

,

no poco aturdido de carác ter,innovador por su posición

,

y mimado,en fin , de la fortuna ,

quiso adelantarse a sutiempo y tropezó desde los primeros pasos

,como era de

esperar .

Con sumas considerables que ,entre los escombros de

L ima hab ían aparecido sin dueño,resolvió la autoridad

construir una iglesia votiva aNuestra Señora del Socorro pero obstinándose Olavide en construir también unteatro

,dióse tales trazas , que al cabo de siglo y medio

está la iglesia todavía sin concluir en la calle de M alambo

,hoy de Piura ,

mientras e l teatro se inauguró a losdos años y ha subsistido hasta el incendio de 1883 . No seneces itaba tanto en aquella época para acusar a un hombre de herej ía ,

y en verdad que Olavide la desconociócon obcecación temeraria

,eligiendo el teatro para hacer

alarde de sus ideas, pues todavía cuarenta años después ,en plena Revolución francesa , el fiscal más ilustre queha tenido l a A udiencia de Sevilla , D . Juan PabloForner

,

pasaba no pocas desazones y trabaj os por haber hecho ala ciudad quebrantar su voto de no tener comedia y haber escrito una L oa para la apertura del teatro en Se

villa .

A cusado ,pues

,de impiedad y malversación de cau

dales públicos por sus mismos paisanos , vino Olavide aEspaña entre ¡ 7 5 0 y 1 7 5 2 , con tan malos papeles , valién

EL FILÓSOFO OLA VIDE. 45

domos de esta frase vulgar , que otro biógrafo peruano ,el general M endiburu citado por Laval le , confiesa queno pudo justiñcarse plenamente ; perdió el pleito y con él

»su empleo y bienes » . Larga prisión ,aunque teniendo su

casa por cárcel,y las penas y consiguientes sinsabores

,

minaron su salud en términos que los médicos certificaron serle perentorio sal ir de M adr id . L l

'

evóle a Leganéssu buena estrella , donde la opulenta viuda doña Isabel de los Ríos , prendada de los encantos personales delpreso y quizá también de sus novelescas aventuras le

dió su mano y con ella los medios de rehabilitarse en elconcepto público . Desgraciadamente no hay datos paracontradecir a los biógrafos franceses

, que ,al llegar a

este episodio , exclaman < Compró su libertad y su inocencia »

. Hasta la devolución de su empleo le fué ofrecída aOlavide . M ás optimista acaso que nosotros el escritor peruano

,como para hacer dudosas tales especies

,

halla natural que se le hubiera devuelto en caso de absolución su plaza en la A udiencia de Lima pero ¿ no pudorenunciar a ella ? ¿No es verosímil que tan ventajoso matrimonio le perm it iera poner l a mira más alta ? Su estadode salud deb ía de ser también harto mísero cuando locontraj o ,

pues representaba cincuenta años aunque sólotenía treinta , y entre las chismerías de M adrid que envíaban aL ima cartas , hoy curiosísimas , citadas por el señorLavall e

,la que sigue podría justificar su es caso deseo de

viaj es ultramarinos y nuevas aventuras oficiales ( Para> recibir por la mañana le sirven j untos

, a ella la pelucapor ser calva , y a él los dientes ambos muebles se col

» garon a la cabecera de la cama la noche de novios,

diciéndose uno al otro que así no se llamarían aengaño ».

Corroboran nuestra sospecha de que el matrimoni ole permitió alzar el vuelo de sus ambiciones por cima de

46 LA ESPANA MODERNA .

la A udiencia del Perú , otras cartas en que se habla degrandes empresas que acometió ,

sin especificar cuáles

fueran,del tren y boato que desplegaba ,

y de los frecuentes viajes que a Francia hacía ,

donde llamó la atención de aquella sociedad novelera y pudo relacionarsecon los l iteratos de moda

,principalmente con el conde

de B uffon y los filósofos Diderot , d '

A lembert y el barónde Holbach . El viento de la soñstería entró ,

pues abocanadas en aquella cabeza no muy só l ida . Una mujer

,fran

cesa por añadidura,y un corresponsal oscuro é i literato

de un personaj e del Perú , vieron claramente adónde llegaría Olavide por semejante camino . La marquesa deCrequy ,

en las memorias de su tiempo,que nos ha de

jado con el título de Souvenirs , nos pinta el efecto que e lmatrimonio de Leganés producía en París y cómoy cuánto lo desdeñaban las gentes graves por sus relac iones con los filó sofos , a la peor sociedad posible paralos españoles » ; y el conde de Villaseñor

,escribiendo al

oidor de Lima , D . Pedro B ravo de Laguna,le decía

<<Olavide se halla en M arsella pasando por sobrino del»virrey del Perú y marqués de Olavide

,distinguiéndose

» por el excesivo gasto,y conocido ya por un embustero .

»H e visto cartas originales en que se pide a una casa» francesa aviso de los fondos y nacimiento de este hom»bre . Temo tenga unfin trág ico En este medio tiempo

,

siguiendo la moda de los filósofos hizo un viaj e a Suizaavisitar aVoltaire , en cuya ocasión le dirigió el arrogante patriarca del filosofismo aquellas palabras tan celebradas , que prueban su desconocimiento de nuestroverdadero estado social : hubiera en España» cuarenta hombres como vos ! » “Desgraciadamente , exclama el Sr . Lavalle , repitiendo una observación de M e

sonero Romanos,Voltaire andaba equivocado pues en

48 LA ESPANA MODERNA .

de A mérica nos ha venido la aclaración de otros semejantes relacionados con las sociedades secretas . R ecuér

dese lo que dij imos en esta misma Revista ,con ocasión

de un folleto del general argentino Pueyrredon .

M uerto entretanto Fernando VI , y venido de ItaliaCar los III , los italianos de su primer gabinete , Grimaldiy Esquilache

,provocaban el motín aque dió nombre este

último,y que produj o con su caída la elevación del conde

de A randa . A quí empieza el período exclusivamente político del aventurero peruano . Por si la cuesti ón de subsistencias hab ía sido una de las causas del motín ,

se

creyó conveniente que el pueblo eligiera un Personeroque fuese como un centinela económico cerca de lasautoridades . Novedad peregrinay que ningún historiador nos revela . Y

,sin embargo , en carta autógrafa

de O lavide á su t ío D . Domingo A ntonio de Jáuregui ,residente en Lima , carta que posee su actual biógrafo ,

se dan curiosos pormenores de esta elección popular . Elduque de Frías tuvo 7 6 votos , y D . Pablo 7 2 . Sin dudafué sufragio de segundo grado 6 por compromisarios , amenos que en vez de l os consumidores , como parecenatural

,se concediera el voto a los abastecedores de las

plazuelas y,aun así , ¡48 parece escaso número para el

mercado madrileño . Excusóse el duque de Frías por susachaques , y c el Rey ( dice Olavide ) , a instancias del>pueblo y los electores, me mandó que aceptase » . Triunfoextraño de l a influencia francesa en los mismos momentos en que Carlos III l a rechazaba más enérgicamente ,creyendo obra suya el motín de Esquilache , mientras elgobierno de París , 6 sea el duque de Choisseul , echabael muerto a los jesuitas , que j ustamente habían apaci

guado el tumulto á ruegos del mismo R ey . A quí tiene elSr . Lavalle

,para la investigación que le hemos reco

EL FILÓSOFO OLAVIDE. 49

mendado más arriba ,un hilo que , si no es el de A riadna ,

le quitará todo temor de extraviarse en el Dédalo . El díad el motín estaban los jesuitas en Palacio al lado del R ey ,

y una semana después resuelta su expulsión .

Esto ocurría en la primavera de 1 7 67 . En 2 5 de Juniode aquel año confiesa Olavide en otra car ta a su mismot ío andar tan apoderado en la influencia y el gobierno

,

q ue A randa ,Campomanes y él er an llamados por el pue

blo de M adrid la trinca , que por cierto se desbarató muyp ronto , por haberle nombrado el rey A sistente de Sevil la

,Superintendente de las nuevas poblaciones de Sierra

M orena,Intendente de los cuatro reinos de An dalucía

,y

Superintendente de todos los bienes de l os jesuitas en

A ndalucía,Extremadura y la M ancha . Con razón escribe

a su tío,ebrio de gozo : <M e hal lo un personaje tan gran

de , que después del conde de A randa y los minis tr os» soy el mayor de España »

. En efecto : acababa de publicarse con toda solemnidad en once hoj as de a folio laR eal cédula de S . M . y señores del Consej o , que contie

n e la instrucción y fuero d e población que se d ebe obser

var eu las que se form en de nuevo en la Sierra-M orena

c on naturales y extranj eros católicos,firmada por Car

l os III en 5 de Julio de 1 7 67 , y dirigida principalmente aD . Pablo deOl avide , caballero del Orden de Santiago , contodos los demás títulos que su carta familiar expresa .

Igualmente expresa la cédula que la instrucción que laacompaña es obra de D . Pedro Rodr íguez Campomanes .

El bávaro D . Gaspar Turrieghel había contratadoc on la corona , en A bril de aquel año ,

la introducción ennuestr o país de colonos católi cos alemanes y ñamencos , baj o cond iciones que no son de este lugar ni desc onocidas a nadie . Lo que sí por curioso debe ahora cons ignarse , aunque ya lo hizo Ferrer del Río , es que el

5 0 LA ESPANA MODERNA .

mismo 2 de A bril de 1 7 67 decretó Carlos III , juntamentecon el extrañamient o de unos cuatro mil Jesuitas españoles , la adm isión de colonos extranjeros . Si fuéeste plan fraguado en los filosóficos deParís , tenían a la fortuna encadenada debaj o de la mesa ,porque necesitaron tomar por auxil iares atres elemento stan raros é inveros ímiles como la muerte

,para la del

buen rey Fernando VI , el pueblo de M adrid , para elmotín de Esquilache y la docilidad de Carlos III , que

pocos días antes se disputaba a testarudo con el condede A randa , y veía clara como la luz en el motín la manode los franceses . Fortuna

,estrella

,casualidad o malicia

humana,eres hembra

,y como hembra incomprensible .

Fácil es concebir que en los actos de Olavide en lascolonias de Sierra—M orena se ocupe ligeramente su biógrafo peruano ,

por ser harto sabidos,consagrando ma

yor atención a su tertulia de Sevilla , donde comenzaba abrillar un joven alcalde de la Cuadra

,llamado Jovella

nos . D . Cándido Nocedal , que publicó la vida de éste en1 86 5 , no concuerda con las noticias que un su amigo comunica al Sr . Lavalle de haberse escrito entonces E l d elincuente honrado para el teatro que en su propia casahabía hecho el A sistente

,ni menos con el propósito de los

tertuliantes ,de hacer representar en el coliseo público

las obras que agradaban en el casero . Coadyuvan adesmentir todas estas especies , no sólo el estado de la ciudad en aquella época ,

dom inada por el m isticismo , sinolos furiosos anatemas fulminados contra Forner muchosaños adelante en aquella plaga de folletos que le asestaron el cura d e M a irenilla la Taconera , el sacrista' n d eA rm enc illa , j uan Perote , y otros tales . A mayor abundamiento

,hasta las danzas que salían en la procesión del

Corpus acababa de prohibirlas el mismo Carlos III .

5 2 LA ESPANA MODERNA .

blo,no sólo por su manej o administrativo en las obras

de Sierra M orena , sino por el abandono en que tenía losasuntos religiosos , y aun por la mala semilla que entrelos colonos sembraba personalmente con sus discurso s .

Tampoco era ejemplar su conducta privada .

” El diligente escritor francés M . M orel Fatio ,

en la segundaserie de sus Etudes sur ltEspagne ( 1 tej ida con unacuriosa correspondencia familiar entre el conde de Fernán Núñez y el príncipe Salm—Salm

, que arr01a vivísima

luz sobre las costumbres y el estado social del siglo XVIII ,censura , con razón , al biógrafo peruano Sr . Lavalle , porhaber descuidado ensus investigaciones este punto interesante .

5 A unque su muj er se había sacrificado por_él ,

dice e l ilustre profesor de la Escuela de Diplomática» francesa

,la trataba con el mayor desprecio , obligan

dola a vivir con cierta doña Gracia, que era su queri

» da,cosa hasta entonces nunca vista en M adrid , gas

» tando con ella los caudales de su pobre esposa abandonada .

» A presurémonosa decir que el Sr . M enéndez yPelayo concede a Olavide una hij a del mismo nombre ,fundado en aquella oda sanca de j ovellanos que l leva portítulo A la muerte d e doña Eng racia Olavide .

Pudiera parecer sospechosa la noticia de M . M orelFatio por la fuente alemana donde la ha bebido

,si Fernán

Núñez,testimonio tan desapasionado , como vulgar noti

ciero ,al regresar un viaj e ala Carolina en 1 7 68, no escri

b iese a Salm—Salm en 1 .

ºde Diciembre desde Córdoba

a N O tengo otra cosa que decirte , sólo haber malparido la» Gracia Olavide en la Parril la

,y quedar su marido bien

malo de tabardillo , y aliviado O lavide que estuvo antes» apretado .

»

A hora bien ,el matrimonio de D . Pablo con la v iuda

R íos se verificó en 17 5 5 , y doña Engracia no podía por

EL FI LÓSOFO OLAVIDE. 5 3

ende ser hij a legítima del fi lósofo peruano . Todos l os datos que contiene la composición de Jovellanos dan a estehecho color de certidumbre cas i absoluta .

Va,en primer lugar , dirigida al Capitán D . José de

A l ava ,marido de doña Engracia coincidiendo con la

carta de Fernán Núñez , que nos la pintacasada , para locual hab ía de tener lo menos quince años , si otros datosde la misma oda no le atribuyesen mayor edad todavía ,como en efecto sucede . Filis , que así la llama ,

era muj ermuy hecha

,de notable instrucción

,y dejaba un hij o (Fa

bio) , circunstancia que implica dos partos por lo menos ,aun suponiendo su muerte consecuencia del mismo abortode que habla Fernán Núñez . Comienza el poeta p intandoal suelo beaciense envuelto en luto por la pérdida de Filis

: D e la más bella y adorable ninfa »,

consumada cantadora , por lo visto , puesto que poblaban los amenos carolíneos val les

.Sus peregrinosmelodiosos ecos

D ulcisonantes.

Había asistido con Olavide a la inauguración de lostrabaj os de las colonias , porque pregunta Jovellanos á suviudo

( D i , ¿no te acuerdas cuando señalabaSu blanca mano con devotos signosSobre la arena del futuro pueblo

Todo el recinto ?¿ Cuando miraba del cimiento humildeSalir erguido el majestuoso templo ,

El ancho foro , y del facundo ElpinoL a insigne casa ;

Cuando al anciano documentos gravesD aba , y al joven prevenciones blandas,Y a lasmatronas y á las pastorcillas

Tantos ejemplos?»

5 4 LA ESPANA MODERNA .

E lpino es indudablemente O lavide,pues otra estrofa

concluye as í '

aCuando ayudaba en la civil faenaA l sabio Elp i

'

no ? »

Podría,en fi n

,ponerse en duda la existencia del niño

llamado Fabio,por los términos mismos de l a estrofa si

guiente,que casi nos lo pinta hombre , si se justifi cara

que doña Engracia Olavide tenía algún hermano ó deudomuy próximo y querido

<<H uye , y contigo de l le tal recintoSúbito arranca al dolorido Fab ioQue aun la sombra y las cenizas frías

D e Fili adora.»

Hace mucha fuerza al espíritu desapasionado e l considerar que varón tan probo y grave como el A lcalde delcrimen de laA udiencia deSevilla ,

votado ya entonces porla fama a tan altos destinos

,por mucha am istad que al

A sistente profesara,cerrase los oj os a l a bastarda con

dición de aquella mujer , hasta el extremo de apellidarfunesto el clima

<<Que á. la d ivina , á la inocente FilisCausó la muerte »

,

y considerar sus cenizas afrenta de aquel suelo ingratode las colonias

, sobre el cual lanza todo linaje de imprecaciones

<<Otra vez sea hórrido desiertoD e incultas fieras solamente hollado ,

D onde de Filis vague so lamenteL a ñébil sombra.

»

Pero,por desgracia

,aunque se amengue l a alta respe

tabilidad del autor de Pan y toros , hay que inclinarse alo peor mientras no aparezcan datos que presenten adoñaEngracia como hij a bastarda de Olavide , que sería lo

5 6 LA ESPANA MODERNA .

pesado el anatemaque pesó sobre su fundador en suma ;» convir tió en rico , próspero , civilizado y poblado con»más de diez mil familias

,un país antes yermo é insalu

» bre , asilo de fieras y bandidos y terror de los viajeros .»

Los fondos de que dispuso ,no menos considerables

,

pues consistían en las rentas provinciales y las salinas deJaén , la renta de tabacos de Jaén y Granada y las temporalidades de los Jesuitas ,

en manos de un hombre es

pléndido , y á la verdad poco escrupuloso también podíanconvertirse fácilmente en arma de dos fi lo s manej ada porla murmuración

,incontrastable

,omnipotente . A gréguese

aesto alguna pueril idad de Olavide de las que menos IOShombres perdonan cuando excitan su envidia de unaparte

,y descubren de otra el flaco del enemigo

,como

pretender que Santa Elena trocase su nombre por el deA randa del Presidente , Guarroman por M uzquía en

honor al ministro de Hacienda , M uzquiz ), Carbonero porCampomanes

,y se formará una idea de la anchísima

brecha que ofreció a sus émulos para atacar su reputación y destruir su poderío .

Ni tan pomposas adulaciones , ni la decidida protección de Campomanes

,bastaron a. impedir que el Consejo

de Castilla nombrara un visitador para las colonias deSierra—M orena

,lo que equivalía aabrir el expediente ad

ministrativo que en nuestros tiempos exige el buen régimen para aquilatar si los actos de un funcionario merecen ser sometidos alos tribunales de justicia . A sí l o comprendió O lavide

,y algo de contraproducente hubo de

hallarse entre sus repetido s memoriales al ministro de H acienda ,

cuando apar que en reales órdenes se le tranquilizaba , se triplicaron los inspectores , previniéndolos queexaminaran las colonias privadamente sin saber el uno

del otro . Siendo uno de ellos el obispo de Jaén , se daba

EL FILÓSOl-O OLAVIDE. 5 7

al negocio el peor de los gi ros posibles pues en el terrenoreligioso y filosófi co D . Pablo no tenía defensa en puridad . A sí fué que en vano se pusieron pun tal es a su prestigio ,

ratificándole el nombramiento y aun dándo le graciasde real orden ,

y en vano él mismo propuso traer Capuchinos al emanes a las parroquias de Sierra -M orena conmayor congrua que l a de los escasos curas españoles quehab ía estos fra il es fueron a l a postre su perdición pues< con la ligereza natural del carácter limeño , de que era» en t odo un tipo » según su biógrafo introduj o en su intimidad al vicario D . Romualdo

,suizo de Friburgo que

descompuesto muy pronto con él,acabó por denun ciarle

a la Inquisición ,única cosa que no hab ían osado sus in

numerables enemigos de otra ropa .

Conocidos son los trám ites del proceso , los trabaj osdel P . Ele ta ,

confesor de Carlos III , a quien pusieron desu part e los conjurados contra Olavide , y las debil idadesñlosóficas que éste demostró , haciendo prot estas de religiosidad justamente donde perdía su causa con ellas , puesel ministro Roda , según los peregrinos documentos queel Sr . M enéndez y Pelayo ha publ icado en el tomo III de laH istoria d e los heterodoxos

,era el mej or servidor que

en España tenía aquella secta que con Voltaire por j efese propuso aplastar a la infame (la Iglesia católica). Sucesos posteriores demostraron que O lavide fué quizá en

esta ocasión sincero , y sus errores en todas más hij os dela cabeza que del corazón , cosa frecuente pero no cabedudar tampoco que desconoció elmedio que le rodeaba ,

yque , descontentando a l os sectarios , no acertó a convencer , ni siquiera aganarse las simpat ías de los hombresreligiosos . Espectáculo también harto frecuente , y quecon su repetic ión atestigua la ceguedad que el error poneen los espíri tus más perspicaces . Un gran rebelde halla

5 8 LA ESPANA MODERNA .

siempre disculpa a los Oj os de la filosofía,mientras un

disidente meticuloso le inspira desprecio . El fil ósofo queno se sienta con bríos para fundar escuela

,vayase por

los caminos tril lados pues sin romper los antiguos moldes ,

ni a los sabios ni a la sociedad misma es posible darles gusto . La comezón de innovaciones que de suyoengendra la filosofía , disputa eterna de los hombres aqueDios entregó el mundo es el mayor pel igro de esa cienciainmensa

,nunca sondeada con profundidad por el enten

dimiento sin padecer vacilaciones , cuando no caídas mortales . N i un gran teólogo ni menos un gran literato fué

Lutero y su audacia y su tenacidad le han hecho grandehombre .

aYO ser ía el primero que lo detestara ,si se me hiciera

conocer el error », escribía Olavide al ministro Roda ex

abundantia cord is , según los sucesos demostraron ; perodemostrando también a los filósofos el erróneo conceptoen que habían tenido al peruano , antes aventurero quereformista

,y más especulador que especulativo . Por eso

el desenlace de aquel drama a nadie puede sorprender .

Tibiamente defendido por sus amigos,la Inquisición le

castigó con toda la dureza que ya le era posible usar , teniéndole en sus calabozos desde e l día 1 4 de Noviembrede 1 77 6 hasta el 24 de Noviembre de 1 778 , que se celebróel famoso autillo para leerle la sentencia

,adonde salió

con el cabello suelto , la famosa vela verde en la mano , sinsambenito ni soga al cuello por respeto a su dignidad decaballero de Santiago . A llí dió señales inequívocas de resignación y arrepentimiento , según el embajador francés ,M . B ourgoing , que en su conocido Tableau d e l 'Espag nemoderne , escribió un juicio bastante imparcial de estossucesos , añadiendo que 5 10 5 ciudadanos de principios» austeros hallaron justo el castigo de las imprudencias

60 LA ESPANA MODERNA .

suerte su curación física y moral . También el Sr . Lavalle explica los trances de esta lucha interior con palabrasmuy hermosas . La delicada salud de D . Pablo y la tolerancia de las autoridades complicaron de un modo fatalaquella situación psicológica . No restableciéndose bien enlos Capuchinos de M urcia , se le autorizó a t omar” losbaños de B usot en Valencia , y después los de Caldas enCataluña

,sin más garantía que su palabra de honor ,

lacual quebrantó al fin en el otoño de 1 780 ,

no sin suponeruna licencia que el Inquisidor general había estado muylej os de concederle . Salto atrás del hombre nuevo a lasmañas del hombre viej o . Volvieron los fi lósofos en París ,antes que arodearle y enaltecerle , a servirse de < aquélmártir de la int olerancia » para colmar de injurias aEspaña y al gobierno español . Hasta en la A cademia francesa recitó M armontel versos en honor suyo el día queDucis ocupaba el sillón vacante por la muerte deVoltaire .

Pero hay afor tunadamente motivos para pensar que Olavide no era ya el mismo aunque la Inquisición le reclamaba y Carlos III hacía grandes esfuerzos diplomáticospara conseguir su extradición . Viera y Clavij o , que le vióen París en 1 781 , cuenta que vivia muy retraído de lasociedad

,en las interesantes Cartas póstumas que cita

el Sr . M orel Fatio,y que no son indignas por cierto del

diligente historiador de Canarias . Tras esta persecuciónque le obligó a refugiarse en Tolosa , y más tarde en Ginebra

,l legaron al fin para O lavide dias de tranquilidad ,

consiguiendo,juntamente con el permiso para residir '

en

Francia,l a devolución de sus bienes confiscados . En el

tomo VI de sus Souvenirs atribuye esta buena obra lamarquesa de Crequy a la influencia del cardenal deB rienne

,dato que robustece la sospecha de ser ya el

emigrado menos sospechoso ala lglesia , pues otro obispo ,

EL FlLÓSOFO OLAVIDE.6 1

el de R hodez M ons . Colbert , le había dado antes análogaprueba de protección , facil itando su fuga de Tolosa el

mismo día que ib a á prenderle el Santo Oficio .

Los relámpagos precursores de la Revolución acabaron de iluminar también el alma de Olavide , como habíaniluminado la de A lñeri y tantos hombres eminentes deaquel tiempo

, que de buena fe habían creído posible lanzar á la sociedad por nuevos derroteros fi losóficos , sinmengua de sus dogmas tradicionales . A l ver que l a l ibe rtad que tanto amaban se convertía en las furias dominadoras de París , y que M arat y Pelletier destronaban enlas iglesias á San Pedro y á San Pablo , según dice e l

Evang elio en triunfo con frase naturalista ,hicieron lo

que el náufrago que , por salvar su existencia ,arroj a al

mar sus caudales y sus j oyas . Para apreciar mej or en el

sacrificio de Olavide lo grande , y en el arrepent imientolo sincero

,tómese en cuenta que l a Convención le había

decretado un triunfo , dedi cándole en ridícula fiesta pagana una corona cívica ,

y declarándole hij o adoptivo dela República francesa . A caso aquella grotesca ceremo

nia fué la última aldabada con que Dios llamó á su corazón . En las 1We'moires ecclesiastiques du XVIII …e sie

cle ha hal lado su biógrafo peruano la agradable noticiade que D . Pablo por aquel ti empo no se contentaba yacon vivir soli tario sino que ejercía una piedad ilustrada ,

y acusaba públicamente á los filósofos de los horroresde la Revolución . D e aqui á la guillotina sólo hab ía unpaso , y en efecto , el 1 6 de A bril de 1 794 por la noche fuésacado de su retiro de M eung—sur-Loire á esperar en

la cárcel del Departamento el castigo que daba el Terrorá todas las vir tudes

,sus natural es adversarios . A fortuna

damente para él,también estaba A bril cerca de Julio ,

mes famoso llamado entonces Thermidor , en cuyo día 9

62 LA ESPANA MODERNA .

aquella orgía de insensatos los ahogó en su propia sangre . Plugo á la Providencia que no quedase incompletoel Evang elio en triunfo , principal trabaj o que á la sazónle ocupaba , y que concluyó bajo amistoso techo en Chaverny

,cerca de B lois . Publicada esta obra por primera

vez en Valencia en 1 797 , aunque se le dió—d esde luegomucha importancia fi losófica y literaria , parécenos queno se ha estudiado bien el al to puesto que le correspondecomo iniciadora de l a reacción espiri tualista y cristianaque en las letras y en la sociedad europea habían de impulsar más tarde con tanta gallardía los de M aistre

,los

Chateaubriand ,los N icolás , los B almes y los Donosos .

Combatir á la Revolución en pleno Directorio, que toda

vía se proclamaba con orgullo su hij o legitimo ,fué em

presa más valiente que combatirla baj o el Consulado o

baj o el Imperio , que vivian y medraban á costa de losexcesos revolucionarios , pues si parece fácil hasta ciertopunto poner diques al desaguado torrente , suj etarlocuando corre desbordado con su mayor furia

,es empre

sa que al ingeniero acredita de atrevido y valeroso .

Vamos a concluir . Como siempre acontece en lavida pública

,el resto de la de Olavide corrió ya menos

brillante y aparatosa desde que pudo pasarla tranquilo ysatisfecho . La amistad de U rquij o , que había cultivadoen Francia

,l e ganó la del príncipe de la Paz

, a la sazónomnipotente en l a desdichada corte de Carlos IV ,

y conella los medios de vencer la resistencia de la Inquisicióná su indulto , por considerarlo reo prófugo de sus carceles . No fué poca parte la opinión pública movida por losliteratos en facilitar su vuelta á España ; pues El Evang elio en triunfo , según B ourgoing , había producido entrenosotros <más entusiasmo que indignación hab ían causado las anteriores aventuras del autor » . Un año después

LA ESPANA CONTEMPORÁ N EA

SEGUN UN RECIEN TE L IBRO R USO

l. Preliminares. ll . Costumbres y caracteres del pais.

—III. El teatro moderno .

N TR E las muchas obras escritas por extranjerossobre asuntos de España

,conozco muy pocas que

hayan comprendido del país otra cosa que el espiritu exterior , porque quizá ninguna nación europea es táen l a actualidad tan íntimamente unida con su pasadocomo la española

,y justamente este pasado de España

está cubierto por un velo espeso de preocupaciones detoda clase . Parece que á sabiendas se ha abandonadopor completo el estudio de la historia ; y la página másbrillante , la época hispano—árabe apenas es conocida poralgunos datos y fechas sin verdadera importancia mientras que esta hermosísima civilización morisca tiene hoyaún en las costumbres y el carácter de los españoleshuellas tan profundas , que han llegado á ser lo verdaderamente característico y distintivo del país. El sello del .( I ) Este artículo

,y el que acerca del mismo asunto publicaremos

en el próximo número,han sido escritos por el Sr. Bark en lengua cas

tellana.

LA ESPANA CONTEMPORÁNEA . 6 5

espiritu soñador del árabe adorando á su Dios en la sublime soledad del desierto está grabado en las manifestaciones intelectuales y artís ticas de la España de hoy .

La austera figura de Salmerón recuerda aquell os grandesprofetas del monoteismo severo que acabaron la obra deM ahoma ; la riqueza fantástica de la elocuencia de Castelar nos recuerda al Orien te

,y la dulce canción que se

desprende de los labios de los enamorados es un eco fielde aquellos cantares que sonaron en la B ética fel iz de l osA lmohades . España se acuerda de aquella felicidad y po esia como nosotros nos acordamos siempre de nuestro primer amor

,aunque hayamos olvidado todo lo demás de

aquellos dichosos tiempos de la juventud .

Para los his toriadores españoles de hoy no existe aquelglorioso y poético pasado

,y sólo viviendo muchos años

en el país es posible reconstruirlo poco á poco , y le ocurr

'

e entonces á uno que las ruinas reciben animac ión,las

cal les y las plazas se llenan de una muchedumbre alegrey festiva

,y el pasado se transforma en presente . Sin

embargo la adivinación del vate percibe pronto es taraíz de l a España contemporánea ,

y asi se explica quepoetas como Washington Irving y otros hayan com

prendido admirablemente este pais , de tal modo , quela mej or recomendación que podemos hacer de l a obrarúsa recientemente publicada sobre España consista enasegurar que su autor es también poeta notable— poetaen prosa , en el género que mej or se presta para profumdizar los sentimientos y presentar grandes y compl icadoscuadros sociales , la novela . D . Isaac Paulovsky , que

como publicista firma con el pseudónimo Jacowler ,ha

recogi do con adivinación poética los rasgos característicos del país á pesar de haberlo estudiado sólo durantedos años , y es verdaderamente curioso ver la impresión

66 LA ESPANA MODERNA .

que España le ha producido . ¿Quién no tendría interésen ver su retrato fisico y moral hecho por un retratistade oficio ? Y Paulovsky l o es de ofi cio y ha estudiadolas principales naciones de Europa para desarroll ar sutal ento extraordinario de observación .

Los pueblos de l a viej a Europa buscan nuevos ideales ,

y la olvidada España ha llegado a ser en los últimósaños el campo de exploración de alemanes y rusos , paraencontrar en el pueblo latino más viril el sentimiento delarte propio á los latinos . A los últimos les atrae en Españaal mismo tiempo el carácter real ista de su arte . Hablando de la pintura española

,exclama Paulovski : a Cosa

extraña los españoles han realizado el ideal de los artistas rusos . El arte ruso es ante todo realista

,inspirado

por la vida . Como en la l iteratura Pushkin,Gogol

,Tur

guenef Tolstoy y Goncharof así son nuestros pintoresIvanof Peref y la pléyade de los j óvenes contemporáneos

,con su j efe Verechaguin ,

todos realistas . Poreso la escuela que más puntos de contacto tiene con elcarácter ruso

,es la flamenca pero los españoles les su

peran aún . Estudiando á los españoles Greco ,Pantoja ,

Ribera,y principalmente Velázquez y M urillo

,nuestros

artistas aprendieron lo mejor , la realidad , el modo de reproducir la verdad en el arte La admiración por la( i ) El libro de Paulovsky se compone , como la célebre obra de

H enrique Taine sobre Italia ,de numerosos capitulos escritos durante el

viaje,y las observaciones de carácter general están de este modo reparti

das por toda la obra . El objeto de estos artículos es reunirmetódicamen

te los párrafosmás significativos , para que el lector reciba una síntesisgeneral , ya que le es imposible leer el voluminoso libro

, que forma trestomos de tamaño ordinario de más de 3 00 páginas.

68 LA ESPANA MODERNA .

Respecto á la pintura contemporánea,tiene de ella

el autor concepto muy favorable la compara con lafrancesa y la pone más alta , hablando detalladamentesobre varios cuadros de la Exposición de 1 884 ,

LOS

amantes de Teruel » y < El Spoliarium » en particular,

defendi endo á la vez el paisaj e español que ,según él

,

t iene el encanto de lo que los alemanes llaman Stimmung , ó sea la poes ía en la naturaleza ,

c osa que falta enel paisaj e de los franceses .

» Una comparación rápidaentre los pintores españoles y franceses demuestra enseguida el abismo que hay entre ambas artes . Los franceses han sido y son aún artistas de decoración ; l a formaes para ellos todo Su arte queda reducido á laparte técnica . Del medio han hecho el fin y el arte sufrecon ello . N i la crítica , ni el público exigen otra cosa sino laforma hermosa , y no les importa el lascomposiciones francesas son falsas y teatrales del principio al fin ; sólo son buenos los de talles y la ejecución , yesto precisamente aprecia ante todo la crítica y el publico . Que c

'

est ¡oli ! Que c'

est bien A l contrario ,los pintores españoles á pesar de que los españolesgustan de ver los monos de los franceses siguen fieles asu escuela pictórica . A unque no lo consigan siempre , almenos hacen esfuerzos para que la forma S irva de expresión á la idea como el vestido para dar realce al cuerpode una mujer hermosa . Los resultados de esta tendenciason muy favorables

,los cuadros son sinceros ; pintado s

con pasión , producen un efecto sólido y demuestran quetienen un fin y una ideadominantes .

»

Sin entrar en el arduo problema de resolver si España tiene costumbres más democráticas que los demáspaíses ,

reconozcó c on el Sr . Paulovsky que en ningunaparte hay tan poca diferencia entre las varias clases de

LA ESPANA CONTEMPORÁNEA . 69

la sociedad . En ningún país pudiera ocurrir lo que mecontaba un ex presidente del Consej o de ministros

,cuyo

sastre le dij o con toda ingenuidad D om… . estáishaciendo muy mal vuestro papel ! » Figuraos el respetomudo que en Francia tiene un sastre ante una excelenciasemej ante y la superioridad de semi—dios que ésta mostraria al sastre

,aunque éste hubiera sido su buen amigo

en los días de oscuridad . .A si le encanta el cuadro animado de nuestros hermosos paseos

,y nuestro autor ex

clama : < Una fila sin interrupción de carruaj es aristocráticos llena el centro de la Castellana , y elegantes j inetes sobre nobles caballos andaluces se mezclan con losaris tocráticos carruaj es . En M adrid se pasean el pueblo yla gente elegante en la misma espléndida alameda : Cánovas del Castillo con el cigarro entre los labios junto á Castelar

,y al lado suyo una muchedumbre de aldeanos con

los originales traj es de Cast illa ,escuchando atentamente

el canto de un ciego que c 'on voz ronca,y acompañan

dose en la gui tarra,cuenta romances históricos llenos

de color y poes ía . Todo esto es muy hermoso y ori ginal » .

Si M adrid,centro oficial relativamente fr ío y cere

monioso supo cautivar al ext ranj ero Sevill a ,Cádiz

,M á

laga y Granada le entusiasman .<En Sevilla todo recuer

da el amor y las aventuras amorosas . Esta e s la patr ia deD . Juan Tenorio

,el cual no “

fué una ñgura poética y demera fantasía

,s ino hij o de una familia que aún hoy con

serva los documentos donde se demuestra que el célebreenamorado era cabal lero de la corte de Isabel l a Catolica .

» Paulovsky sabe que es te capítul o interesa muchoen Rusia , y le dedica largo espacio ,

acabándolo con unasconsideraciones muy atinadas , y por ci erto entusiastas ,del celebérrimo < Conservatorio de cante y bail e flamenco el café Silverio de Sevilla .

70 LA ESPANA MODERNA .

D as ewig Weibliche stenit uns h inan , y ,en efecto

,les

canta a sus compatriotas una de aquellas coplas que,en

tonadas con est ilo , no se olvidan nunca,y de las cuales

se acordaba dolorosamente aquel caballero de B ohemiaque Jorge Sand pintaba tan magistralmente en la novelaConsuelo

A LOS ojos de mi morena

Son lo mismo que mis males

N egros como mis fatigas ,

Grandes como mis pesares.

A noche soñaba yoQue dos negrosme matabanY eran tus hermosos ojosQue enojados me miraban.

»

Casi me extraña que el h1] 0 de l Norte haya sabidoescapar al encanto de aquel incomparable país

,porque

numerosisimos son lo s bárbaros septentrionales que quedan cautivos para siempre

,como les ocurrió a los godos

y normandos de la Edad M edia . Sin embargo , cuando levi en París

,l o primero que hicimos fué meternos en un

café y hablar larga y casi amorosamente de aquella hermosa tierra , y por el acento de la voz reconocí el cariñoíntimo que consagra aEspaña y á la nación española .

Respecto al teatro,l es ocurre á los españoles como á

aquel marido que se enamoraba de las muj eres más feas ,teniendo en su casa una muj er más guapa que todas lasde la calle . No digo nada de los siglos pasados , donde losfranceses recibieron todo su arte dramático de España ,,hay que Observar el efecto que aún hoy producen las

72 LA ESPANA MODERNA .

tiene bastante energia intelectual para seguir con atención un drama de Schiller ó Shakespeare , cuyos cincoactos absorben toda una noche y exigen por parte de losespectadores mucha atención . Que estas piezas se quedenpara los pocos que no tienen que pasar el día trabajando ;el teatro por excelencia para las democracias modernas

,

donde todo el mundo trabaja,debe ser , ante todo lu

gar de distracción para inspirar á las masas las noblesarmonías del arte

,y explicarles el mundo bajo el con

cepto artístico que encierra en Si la filosofía de la vidamás sublime .

Llevar el arte á la vida pesada y ordinaria es una delas grandes m is iones del teatro

,y las piececitas tan injus

tamente criticadas por los admiradores de todo lo exóticollenan maravillosamente esta m isión . Paulovsky hablacon entusiasmo de aquellas piececitas de nuestros teatrospopulares , donde las alusiones políticas de actualidadaumentan el interés del asunto , y donde reina un talentocómico incomparable por lo natural por lo decente

,

comparándolo con análogas producciones teatrales deotros países. En el teatro es donde se manifiesta la libertad verdaderamente democrática de las costumb res espanolas . En ningún país del mundo— excepto en l a antiguaGrecia— se consentiría que las primeras autoridades seencuentren ridiculizadas en la escena

,como sucede dia

riamente en España : todos hemos visto al Sr . Sagastareirse en el palco

,de su a lter eg o escénico , y Cáno

vas no se disgusta cuando en escena exclaman : ¡Canó—vas !Entre los autores dramáticos contemporáneos , admi

ra nuestro autor,ante todo , á Echegaray , Tamayo y

A yala .» Tanto Tamayo como Echegaray ,

dice , tienenun defecto son románticos . Tamayo tiene , sobre los

LA ESPANA CONTEMPORÁNEA . 73

demás autores españoles,l a ventaj a de ser , además de

fino conocedor de los efectos escénicos como sus companeros observador de mucha penetración de la vidareal

,cualidad muy rara en los escritores españoles . Los

héroes de A yala son si empre caracteres cortados deuna pieza ll enos de vida y las situaciones en que

A yala les coloca suelen ser , aunque efectistas siemprenaturales y bien p reparadas . Su lenguaj e es fácil y gracioso

,y hasta sus obras menos perfectas satisfacen al

M uy interesante es la manera cómo losactores representan las obras del teatro español

,y al

observar la manera exagerada y el carácter teatral del os españoles en la vida ordinaria

,se extraña uno del arte

inteligente y fino de los actores . No hay ni la menor afectación tan común á los mej ores actores franceses ; todoes sencillo , natural y extraordinariamente bel lo . La obraes en verso , como casi todas las españolas , pero no sesiente monotonía alguna , y sólo se percibe por lo agradable que suena al o ído . Para ver á l os actores delTeatro Español en toda su fuerza

,hay que ir cuando

se da L a Esposa d el Veng ad or ,de Echegaray . Este

Echegaray es una personalidad bastante curiosa . Ingeniero y matemático de profesión

,ha conseguido invencio

nes , construido ferrocarriles y hasta ha sido m inistro deHacienda baj o la República . B aj o la Restauración

,te

niendo ya cincuenta años , se puso á escribir dramas , y lohizo con tanto éxito

, que tuvo que dedicarse por completo al teatro . A hora Echegaray ha inundado l iteralmente la escena española con sus obras

,entre las cuales

son las más interesantes E l Gran Galeoto y L a Esposad el Veng ador .

»

El autor ruso acaba su curioso estudio sobre el teatroespañol , llevando á sus lectores boreales al teatro mad ri

74 LA ESPANA MODERNA .

leño »Variedades »,y les explica lo que es c el célebre

canto ñamenco »,cuya fama se ha extendido hasta M os

cou,hasta San Francisco , y afirma que el conocido com

positor y ej ecutante Rubinstein estuvo entusiasmado deesta música popular , anotando las palabras y el ritmo , yno tardaremos mucho en oir en la Gran Ó pera Nacionalde San Petersburgo cantar la incomparable estrofa quevale más que lo mej or de Goethe , Heine ,

Longfellow óM usset

KD OS besos tengo en el alma

Que no se apartan de miEl último de mi madre

Y el primero que te di» .

ER N ESTO B AR K .

76 LA ESPANA MODERNA .

No es del caso describir aGibraltar Ciudad,ni á Gi

braltar Estrecho ni M onte si tuación,clima

,vecindario

,

castil lo,baluartes , murallas nada de las antiguas ni

modernas magniñcencias de la ciudad inexpugnable precisa detallar . No los nombres ni medidas del Estrecho

,ni

su anchura progresiva ni sus corrientes é irregularidades ni el i stmo

,ni la cumbre del monte ni sus cuevas y

cisterna no vamos á dirimir tampoco si las columnas deB riares ó de B aco ,

conocidas después con el famosonombre de » Columnas de Hércules »

,eran las Gades ó

islas Simplegadas ,movibles y ambulantes

,que

,situadas

en el Estrecho,á impulso de l as olas y de la fuerza de los

vientos chocaban entre si . B asta consignar en este punto,

tras múltiples y controvertidas Opiniones , la más verosímil que á Calpe y Ávila se refirieron las Columnas deHércules con su famoso <Non plus ultra como términoy límite del mar conocido de los antiguos navegantes .

Luengos siglos fué mirado el peñón con punible indiferencia por los naturales del país . Fenicios , car tagineses ,

romanos ni godos le poblaron , y así como haynoticia cier ta que se establecieron en los paises convecinos

,con fundamento sólido no puede asegurarse habi

tado el recinto del monte ; pues los historiadores másdignos de crédito niegan en absoluto que existiese Calpeni Gibraltar antes de la venida de los moros .

B en—Hazil ( i lustre historiador granadino ) afirma queM uza ,

general de Walid ,gobernaba el África habitada

en las inmediaciones del Estrecho por los años de 708 , ybien que su belicoso esp íritu le hiciera concebir el ambicioso designio de conquistar á España , bien que loshij os de Witiza ó el conde D . Julián , injuriado gr avemente eu su honra (como es general creencia ), le invitasen á la conquista de un país tan rico , abundante y deli

CONQU ISTA DE G IBRALTAR . 7 7

cioso no es menos cierto que Tarik , general subordinadode M uza , pasó el Estrecho y aportó á A lgeciras el año 90de la Egira según Raj es ( 7 10 ) de Jesucristo ,

pasando seguidamente a Gibral tar , al que fortiñcó y di ó sunombre .

Perdida por los godos la batalla de Guadalete,y

arruinado su imperio en España , pudo fijarse definitivamente la población de Gibraltar

,tanto con el desembarco

de los numerosos ejércitos que ,pasando del África

,pro

siguieron la conquista , cuanto con los colonos que de todos los dom inios mahometanos vinieron a establecerse

,

adquiriendo entonces los montes los nombres de Transduc tiva Promontoria ó Promontorios del Pasaj e .

Engrandecido Gibraltar por su situación,al par que

famoso por las pugnas de l os reyes moros que aspir abaná poseerle , pocos pueblos presentan una história másaccidentada , pues variando de dueño á proporción quelos costas l imítrofes mudaron de soberano

,pasaba de

unos_

á otros , con muertes casi siempr e , estragos y desolaciones.

Seis siglos después,y en poder de los Reyes de Gra

nada,ll egaban al pie de sus muros las Haces cristia

nas,mandando el primer sitio de Gibraltar el capitán

más insigne entonces , más aguerrido ,más avisado y

prudente de las armas de Castilla .

Erase aquel , que j oven un dia y llamado por sus malos hermanos (que en todas edades los hubo perversos vdesconocidos) , hermano de Gananci a

,viéndose maitre

cho y honrado entre los suyos y peor galardonado en supatria , desnaturalizándose del Reino , dej ó lares ingratos y marchó á tierra extraña

,por honra

,por fama y

por riquezas . Era el vencedor de los R ehalies y de l os reyes africanos , B udebús y A lmorzada ; el conquistador de

78 LA ESPANA MODERNA .

Guadafú , Sojulmenza y el reino de M arruecos ; el que recibió en Fez la carta y la Corona de su enemigo A lfonso elSabio , y vino en su socorro , el egregio defensor de Tar ifá , en cuyos muros adquirió loor eter no , y un r enombr eante todo renombre ; el que en el lecho de muerte deSancho el B ravo recibió el encargo de defender la A ndalucía contra las invasiones de Portuga l y de Granada

,

y consiguió mantenerla obediente como su A d elantadomayor y capitán general , durante la minoridad de Fernando el Emplazado ,

y asegurar su quietud con la prudencia de su gobierno .El que tomó j uramento é hizo juraren Sevilla al infante tutor D . Enrique , que no daría ,

ni

sería en consej o,de dar Tarifa á los moros el patr icio ,

por último,caballeroso

,y honrado que de haber existido

en el siglo XVIII (perdido Gibraltar y la esperanza de recobrarle) antes que ostentar la mej illa desgarr ada porel Leopardo Inglés llevando escrita en ella el m on plusultra » de las injurias , hubiera gastado sus inmensostesoros y su indomable esfuerzo en abrir otro Estrechopor tierra española que aislase el Calpino Peñón de sus

costas y consumido e l resto de sus d ías en inc esantesoraciones al cielo para que lo borrara de los mares .

A ños atrás,D . A lfonso Pérez de Guzmán el B ueno

( héroe á qu ien se encomendó la empresa) , cono cedormás que otro alguno de las cosas de África ,

y familiarizado con las costas y la peligrosa navegación del Estrecho

,hab ia sido e l primero en apreciar su importancia

y en denunciar el riesgo que corría el solio castellano ypueblos colindantes

,mientras los moros españ oles fue

sen reforzados fácilmente por considerables masas africanas

,cuyo constante pasaj e dificultaba y hacía inter

minable la reconquista .

A dunábase al interés indicado el no menor en Guz

80 LA ESPANA MODERNA .

España , y D . Fernando Ponce de León,y sus hermanos

D . Pedro Núñez de Guzmán , adelantado mayor de Castilla

,y D . A lvar Pérez de Guzmán con las huestes

de sus respectivos Estados . A compañábanle tambiénotros grandes personaj es , entre ello s D . Juan Núñez deLara

,y el arzobispo de Sevilla con el concejo y tropas

de la ciudad .

Determinó D . A lonso Pérez asediar la plaza por todoslados y dejando al A rzobispo y D . Juan Núñez en losA renales y Puerta de Tierra , pasó en barcos a la Isla ysubióse al monte que está sobre el castillo y colocandoconvenientemente las tropas en las alturas dominantes

,

comenzó á combatirlo .

Para mejor lograr su propósú o , dispuso ! l a construcción de una torre llamada hasta hoy Torre de Don A lonmatrimonio con doñaMaría A lonso Coronel é Iñiguez de A guilar ( nietade los señores de Aguilar y Montilla por su linea materna) tuvo e l primerseñor de Sanlúcar de Barrameda : él más de D . Pedro que mataron los

moros aD . j uan A lonso de Guzmán el Bueno ( el Batallador), cuyo se

pulcro aún se conserva en el monasterio de San Isidoro ( hoy parroquiade Santi

¡Ponce ) , que fué segundo señor de Sanlúcar y casó con doña

Urraca A lvarez de Osorio y N úñez de Lara hija única del primer conde

de Trastamara , Lemos y Sarriá y fueron padres de D . Juan A lonso deGuzmán el Bueno primer conde de N iebla regente de Castilla ytutor de Enrique III de quien descienden todos los Guzmanes Buenosque fué hija mayor del citado D . A lonso Pérez de Guzmán doña Isabelde Guzmán el Bueno que llevó en do te las villas de Marchena Aya

monte , R o ta y Chipiona , las casas y las aceñas de j erez y las v1ñas

que allí tuvo su padre , mas las villas de Oliva y Valencia en Extremadura ; y casada con D . Fernando Ponce de León ,

fueron fundadores d e

la casa de los duques de Cádiz , y de A rcos en A ndalucia que fué hijasegunda de D . A lonso doña Leonor de Guzmán el Bueno y Coronel

, q…llevó en dote elPuerto de Santa Maria y H uelva

,la dehesa de Villarrasa

y Ventosilla en j erez , y R obaina con sus o livares en Sevilla ,quien casó

con D . Luis de España , 6 de la Cerda ( Zurita dice que hasta los h ijos deéste no se usó en España el apellido de la Cerda ) , príncipe de las Fortunadas , conde de Clermont y de Telamont , en Francia biznieto que era

de A lonso el Sabio ; y fueron sus hijos D . Luis de la Cerda y Guzmán el

Bueno ,Condestable de Francia ; D . j uan de la Cerda y Guzmán el Bueno ,

señor delPuerto de SantaMaría y doña Isabel de la Cerda y Guzmán e l

Bueno , señora del Puerto de Santa María y H uelva , primera condesa de

Medinaceli , por quien se conservó en España el apellido de la Cerda .

CONQ JISTA DE GlBRA LTA R . Si

SO,por este D . A lonso de Guzmán ( no como equivo

cadamente creen algunos por el Onceno de Castil la),donde

,no sólo se defendiera de los moros ayudando a la

natural aspereza del paraj e , sino que hizo poner en ellosdos ingenios

,con los cuales lanzaba gruesos peñascos

contra la Calahorra y contra el cas tillo y la B arcina que

es l a part e principal de la población , destruyendo casasy torres en términos que los moros no se atrevieron ápresentarse

,porque por esta p arte todo lo asolaban los

ingenios .

Opusieron,no obstante

,algunos reparos al esfuerzo

de los cristianos por la part e de tierra pero fué tanto eldenuedo con que combatieron D . A lons o y los suyos

,

que los sitiados no pudieron sufrir más , y entr egaron lavi lla y castillo poco después de un mes de comenzar e l

cerco,á c ondición

,como se ej ecutó

,de salir libremente

y ser transportados al Áfri ca .

D . A lonso despachó aviso seguidamente al rey DonFernando para que viniese á recibir la plaza , que hacíaseiscientos años que estaba en poder de los moros , yll egado el R ey ,

dió gracias á Dios por la merced de haberreducido a su dominio tan importante ciudad y mandó labrar una torre encima del recuesto de la vill a y unaatarazana desde la vi lla hasta el mar ( dice e l cronista),porque estuviesen las galeras en salvo y dejándola bienabastecida y pertrechada ,

se vino con D . A lonso y lo so tros Ricos -Homes para Algeciras .

( I ) En 7 de Julio de 1469 el rey D . Enrique IV expidio en Córdobael privilegio de donación de Gibraltar en favor del duque de M edinasido

nia conde de N iebla y dice así

H abiendo respecto á los grandes y señalados servicios que vos Don

Enrique de Guzmán el Bueno , duque de M edinasidonia conde de N ie» bla

,mi primo

,del mi Consejo é vuestros antecesores avedes fecho é

» iicieron á los R eyes de gloriosa memoria mis projenitores é a

» e'

ansi mismo aviendo memoria cómo D . Enrique de Guzmán ,mi tio

,

6

82 LA ESPANA MODERNA.

Con obj eto de favorecer el asedio, y que Gibraltar

fuese más poblada y tuviese más mantenimientos y sembrar y coger en sus términos se hacía preciso ahuyentary arredrar los moros vecinos , esencialmente los de Gausin y B enarrabá , cuyos habitantes , grandes tiradoresde ballesta , hacían mucho daño en los caminantes queiban del Real de A lgec iras , por lo que se dispuso que

D . A lonso Pérez de Guzmán saliese á dar una batida.

Verificólo el 1 5 de Setiembre con la gente que creyónecesaria , y habiéndose internado en aquellas sierras ,que son ásperas y se andan mal a caballo

,los moros ba

llesteros molestaban bastante desde los puertos,y jun

tándose mayor número, para dificultar un paso , cerró

con ellos D . A lonso y los derrotó , persiguiéndolos largotrecho ; y tanto se internó y adelantó de los suyos , quelos moros le dieron dos 6 tres sae tazos y le hirieron mortalmente

,cesando entonces el a lcance .

Tal fué el glorioso ñn del primer conquistador de Gibraltar D . A lonso Pérez de Guzmán el B ueno

,primer

señor y poblador de San Lúcar de B arrameda y de lasciudades de Huelva , M edinasidonia , Puerto de SantaM aría y M archena .

Si verdaderamente descansa la vida donde con honrafenece , y es honra de las armas morir en ellas , y grandeza y fama perdurable del hombre , correspondió lamuerte del egregio fundador de la gran casa de M edina» conde de N iebla ,

vuestro abuelo siguiendo la fidelidad propósito,

» de sus projeni tores é descend ientes de la Estirpe R eal , donde él venia ,

né fué con todas sus gentes é caballeros á cercar a Gibraltar , la cual

» entonces poseían los moros , por la ganar é reducir al servicio de

» Dios nuestro Señor, la cercó é combatió é fué muerto en el combate ,»él e

'

muchos caballeros é criados suyos e de la casa suya . …

Después los R eyes Católicos , D . Fernando y Doña Isabel , crearon

marqués de Gibraltar á dicho duque D . Enrique de Guzmán el Bueno,

en Sevilla al 3 0 de Septiembre de 1477 la ciudad no se incorporó a laCorona hasta 1 50 5 .

84 LA ESPANA MODERNA .

» en esta cerca fue a ganar a Gibraltar , e despues que la» gano entró en cabalgada con los moros , e mataronlo en» ella viernes 19 de Setiembre era de 1 347 » (que fué elaño del Señor de con lo que queda definitivamentefij ado el año , y que D . A lonso Pérez de Guzmán fué elconquistador de la plaza .

JOSE D E GUZMAN EL BUEN O Y PAD ILL A .

PUN TUA CIÓ N

CON TESTA C ION A U N A C A R T A .

Señora : perdone ustéM i ruda descortesía ,

Como yo le perdonéL as faltas de ortografíaQue en su epístola encontré .

¡Señora , usted me ha o fendido !

¿Por qué conmigo se enfada

Y me insulta de corrido ,

Todo seguido , seguido ,

Sin pun to , coma,ni nada ?

Su falta de puntuaciónY o no me atrevo a tachar ;Que en justa compensación ,

Tiene usted una intenciónD e un toro de Colmenar.

D ice usté que yo p equéD e a trebido y m e encooora

Tamaño insulto , ¿ está usté ?¡Soy atrebido con b !

¡Eso esmuy g rabe , señora¿ Cuál ha sido mi pe cado ?

¡N o turbe usted mi reposo¿Es quizás que he asegurado

( I ) De ! precioso libro Todo en broma, que con Prólogo de Picón,

in

termedio de Estremera y Epílogo de R am os Carrión , acaba de publicarVital A za .

86 LA ESPANA MODERNA .

Que su marido es dichosoD esde que se ha divorciado ?Pues si esa la causa fué ,

Y eso , señora , es lo grave ,

D ebo asegurar austéQue todo el mundo lo sabeL O m ismo que yo lo sé.

¡Sólo un mes vivieron juntos!Y ya que con malas artesM e habla usted de otros asuntos ,Señora , vamos por partes.

Primeramente : (D os puntos).

D igo que , primeramente ,

—N o me ando con paliativosSu marido es muy decente ,

Y , en cambio ,dice la gente

Que (Puntos suspensivos

N o dudo de que se encuentreSin su esposo en un edén .

¿ Quién ha de dudarlo ? ¿Quién ?Pero él al dejarla ( entreparéntesis) , ¡hizo bien !D icen que es rico , y no quieroPensar en que por dineroSe casó usted. ¡Quiá ! ¡N i en broma !Fué e l amor ; pero .… ( este peroD ebe llevar punto y coma ) .

M as , ya que atrevido he sido ,

Contésteme usté al instante .

Sólo franqueza le pido .

U sted nunca le ha querido ,

¿ N o es verdad ? l nterrogante

¿ Qué es infame mi opinión ?¿Que usté ha querido á ese hombreCon todo su corazón?

Permita usted que me asombre ,

¡Oh , señora ! A dm iración).Tráteme usted bien 6 mal ,

M e consta que en este asuntoEs usted la

Pero en fin , hagamos punto ,

Es decir puntofinal

88 LA ESPANA MODERNA .

cA l morir de fiebre agudaH alló e l banquero CernudaD escanso á sus agonías.

»

(Su desconsolada viudaSe casó á los pocos d ías.)

<D escansa aqui después de mil cogidas ,Y casi todas ellas con fortuna ,El torero Pascual (alias) Cienvidas.

¡Siempre le acompañó la media luna !

¡Jamás la gloria le importó un ardite !¡Era muy viejo y se murió en la cuna .…

D e un toro de L affite

c ¡A dió5 , único bien que e l alma adora !

¡A diós , mi dulce amor ! ¡Esposa mía !¡A y ! ¡L a parea traidoraM e roba para siempre la( N ota : El esposo , autor de esta e legía ,

M ató de una paliza á su señora .

¡Fiese usted

VITAL A ZA .

CRÓN ICA INTERNACIONAL

Los problemas sociales.—Sus relaciones con los problemas teológicos.

—Orígenes del mal.—El L º de Mayo .—R elación de los principales

sucesos acaecidos en Europa este día.—Esperanzas de que habrá de

transformarse el trabaj o moderno como se transformó el trabajo anti

guo .—R espeto indispensable á la propiedad .

—Estado de A lemania.

Discursos cabalísticos delEmperadorGuillermo .—Sentido trascen

dental de sus fechas.—Lutero y la Dieta de Worms.

—lmportunidadcompleta de tal evocación .

—Estado precario de la paz europea .

Confl ictos. Conclusión.

L problema social nos ha traído inqui etos durantelos últimos días de A bril y los primeros de M ayo .

La semana en que renacen las flores al beso delprimer calor prM averal , resurgen también las llagas alháli to del dolor humano .Este problema de las desgraciasy deficiencias sociales asemej ase mucho al problema delos or ígenes del mal . N inguna teogonía , ninguna concordará j amás la existencia de un Dios todo amor con laexistencia de un mal inextirpable y eterno . Por eso lasmayores y más acerbas reconvenciones al Criador de l ascriaturas contenidas en los escritos bíblicos , provi enendel choque trágico entre las virtudes múltiples de Job yel asqueroso estercolero donde se pudre devorado por

LA ESPANA MODERNA .

todas las larvas de parásitos que genera el mal naturalmente . Del mal

,y sólo del mal

,dogmas tan trascen

dentales como la humana re 5 ponsabilidad , como el l ibrealbedrío , como la vida perdurable , como la culpa original y primera . Por el mal solamente

,la Encarnación del

Hij o en las entrañas de una Virgen,y su muerte sobre

los maderos de una Cruz . Del mal,y únicamente del mal

,

se origina la redención cristiana . Y así no puede maravillarnos que un tan excelso escritor como San A gustin ,de africano estro

,creyendo imposible la redención traída

por Cristo sin e l pecado cometido por A dán,alabe á éste

y le bendiga en palabras ardientes , a causa del e 5 p1endor readquirido en las cumbres del Calvario p or la hu—ºmanidad caída y deslustrada en las puertas del Paraíso .

La contradicción entre los horrores del mal humano y laprovidencia del bien supremo explica la perennidad deldualismo pérsico hasta en el seno de nuestra Edad M edia .

Por esta coexistencia,el que Satanás iguale muchas ve

ces aDios en las tradiciones y leyendas pias de nuestrosmonasterios . Por esta coexistencia , la comunicación del os vivos con los muertos y el culto a la muerte . Perotodos estos dogmas consoladores y todas estas creenciaspiadosas

,el humo que sube de los altares y la oración

que se irradia de los espír itus , las oblaciones y los holocaustos expiatorios ,

cuanto han ideado las religiones yhasta las ciencias todas para explicar cómo y por qué_

t

í

Dios y el mal coinciden , j amás resolverá esta perdurable antinomia comprensible tan sólo allá en l os m is teriosde una fe sobrenatural y revelada . Pues lo que dicen las !

ciencias teológicas de los orígenes del mal dic enlo á suvez las ciencias sociológicas del problema social . Puedensus térm inos dulcificarse por los adelantos del trabajotodo pero no pueden eludirse ni eliminarse en manera

92 LA ESPANA MODERNA .

realidad en vuestras pretensiones , y olvidéis la diferencia de horas en los meridianos y la diferencia de climasen los espacios terrestres , la variedad y diversidad múltiple de aptitudes á l as cuales debemos la total armoníade conjuntos

,lo que del Estado puede aguardarse y lo

que puede aguardarse del derecho personal y propiomientras prescindáis de la realidad , no aguardéis redención alguna en tan atroz é insensato Suicidi o . Dirán locontrario muchos escritores , mas creed ; á un viej o amigo vuestro

, que ha consumido su vida en serviros con supalabra y ha cien veces arriesgado su cabeza en el podery fuera del poder por rescataros de la servidumbre ; osengañan

,y en tal engaño sólo tienen á mis oj os la dis

culpa de que también yerran y Se engañan ellos . Erroresde buena fe los suyos mas errores

,no ya estériles

, per

j udiciales y nocivos .

¿Cómo hemos pasado la j ornada de M ayo en Europa ?L e preguntan al Histori ador las gentes , y se pregunta elHistoriador a si mismo . Pues no tan mal como presagiaban los agoreros pesimistas . Cuatro métodos se han establecido respecto de las manifestaciones obreras

, que son ,a saber el método de la prohibición absoluta en Rusia ;el método de la represión fortítima en A lemania y A ustria ; el método de la libertad absoluta en Inglaterra ySuiza el método de la libertad absoluta dentro de lugares cerrados y de la absoluta prohibición por las callesen España y Francia . Por tales sistemas se han determinado , poco más ó menos , el resto de los gobiernos Europeos. Pues bien , hay que decirlo ,

así la represión aper

CRÓN ICA INTERNAC IONAL . 93

c ibida por A lemania ,como la libertad absoluta de Suiza

é Inglaterra ,indudablemente han sostenido la paz públi

ca.Pero

, ¡cual diferencia entre la paz precaria , que se

funda sobre las amenazas de arriba , y la paz muy sólida ,que se funda sobre la cooperación y el concurso de todosabaj o ! A quella resulta una paz mecánica , como la quepuedan tener los cuerpos inorgánicos en su centro degravedad esta es la paz moral y fecundísima de los animos . Perm itidme aconsejaros , lectores míos , que os fij é iscada día más en los frutos de una larga educación l iberal . Yo no reconozco la superioridad psicológica y fisiológica del j ornalero inglés sobre los demás jornaleros delviej o continente . Pero creo en la superioridad políticaengendrada por el ej ercicio continuo de la libertad . A sí

ellos disuadieron en el último Congreso de París a suscamaradas del vano intento de una huelga universal , ylos industriaron en el género de males que podría traerá sus mezquinos salarios . Ellos dan de mano al repososuicida del primero de M ayo

,reposo conseguido á costa

del provecho abandonado,y han puesto su manifestación

oficial en domingo . Ellos han dicho la verdad,triste para

los manifestantes , pero verdad suma , de que no puede pedirse por causa de l as leyes de concurrencia mercantil yvital esa designación de las ocho horas a un gobiernoúnicamente : hay que pedírsela en realidad á todos los gobiernos. A sí han merecido bien de la Humanidad con lamayor parte de sus asertos

,cuyo brillo resalta entre las

negras escorias de tantos errores como sus camaradas yaun ellos mismos predican . Y han hecho más han aconsej ado con perfecto acuerdo divertir el ánimo general de lospuntos donde las reivindicaciones obreras tienen un carácter económ i co puramente

,poco definido y concreto de

por si,poco maduro en la opinión general

,para concen

94 LA ESPANA MODERNA .

trarlo allí donde,cual sucede ahora en B élgica , se j unta y

une á la cuestión jornaléra l a conquista del sufragio universa] .

Pocas naciones tan encarecidas por los doctr inariosnuestros como la nación belga . En vano les ponéis antelos oj os Holanda . No la mencionan por protes tante ó calvmista . En vano Suiza . No la quieren ver por su caracter republicano . Para ellos B élgica , dividida por su fervorcató lico de Holanda ; B élgica ,

personifi cada por una monarquía de carácter ecléctico ; B élgica , puesta por su constitución sobre las bases de comicios re strictos ; B élgicase aparece como la cris tal ización de u n ideal supremo .

En vano les mostráis cómo las dos opuest as sangres lat entes en sus venas guerrean alli cómo el combatemáximo empeñado de antiguo entre holandeses y flamencos se traslada

,y agravadísimo

,á los mismos l iberales

y católicos belgas , fanáticos y supersticiosos ,hasta el

punto de perseguirse y odiarse hasta en el seno de lamuerte

,y turbar la paz mutua en l os s ilenciosos sepul

cros ; cómo entre cada maestro de escuela y cada vicariode parroquia existe alli l a viej a guerra de l as investiduras : es una monarquía doctrinaria , y la creen dotada detodas las perfecciones posibles . Sin embargo , para que

todo all í s e agrave,su prosperidad material indudable se

funda sobre muchos establecimientos fabriles y sobremuchas minas carboníferas . Por tanto , mezclada la cuestion económ ica

,tan grave

,con las reivindicaciones del

sufragio universal,imposible de recabar Sa por una re

forma en el Código político los negocios de B élgica sufrenun máximo encono ,

y atraviesan un período terrible . A sí

las huelgas,generalmente conjuradas y disueltas á l os

tres ó cuatro dias de pasar el 1 .

ºde M ayo

,comienzan all í

ahora,y amenazan por horrible modo , pues ningún espec

96 LA ESPANA MODERNA .

nales,decidió consumir el 1 .

º de M ayo en una huelgaruidosa . Presente alli el subprefecto de A vesnes recordó “

la prohibición de manifestaciones públicas,y conm inó

con una violenta reprensión de los desacatos y un durocastigo á las desobediencias . Los tribunales s e consti tuyerou en husmeo de las gentes culpables . Lo s gendarmesrequirieron sus armas . La tropa de l ínea se puso en actitud franca de resistencia y combate . No hizo caso e lpueblo

.En formidable legión cerrada , cantando la M ar

sellesa ,con banderas tricolores y árboles de M ayo en

las manos,rompieron por la plaza del pueblo y amena

zaron la casa del Concej o . Insultos , pedradas , palos subsiguieron á esta irrupción sobre el ej ército . Un soldadocayó al suelo herido de pesada tej a . Un oficial se vió

insultado y hasta golpeado entre las violencias de numerosisimo grupo . A tal aquelarre siguió una orden de fuegoPero a la orden de fuego debieron preceder tres redoblesde tambor y tres toques de corneta . Los oficiales dicenque los ordenaron y los dieron . El pueblo sostiene que nollegó a sus o ídos tal aviso é intimación . Se mandó hacerfuego y á las balas cayeron unos nuevemuertos y más decien heridos . Los sesos de pobre muchacha , que llevabaun árbol de M ayo al brazo

, tan lozanoybello como su propia juventud

,quedaron pegados á la pared ,

formandoun circulo infernal . Sobre las piedras yacían exánimes j0venes que ninguna contaba veinte años . Los heridos

, á suvez

,teñían las piedras de sangre

,y llenaban los aires de

alaridos . No puede calcularse lo que hubiera pasado,si

,

al oír los tiros , el cura , movido por su caridad católica ,no sale del presbiterio y no se interpone con hermsmo de

mártir entre la tropa y el pueblo . La sesión del Parl amento , que siguiera el último lunes a este infortunio ,tomó todos los caracteres de una tragedia . El partido

CRÓN ICA INTERNAC IONAL . 97

socialis ta y el partido reaccionar io se juntaron contra el

gobierno republicano . Con aire y gestos teatrales , un diputado tendió sobre su banco la camisa de pobre jornalero toda ell a en sangre t inta , y atravesada por sietebalas del sist ema Lebel . Cuando , tras los ataques másviolentos que recuerda la violentísima tribuna francesa ,

el ministroConstansha descendido de defender á las autoridades y á los soldados , le han escupido á la cara losdictados de ladrón y asesino . Inutilmente ha dicho el ministro de la Guerra que no podrán j amás las armas franceras recobrar su prestigio como las maltraten

,al cum

plir sus deberes , l as Cámaras legislativas y la opiniónnacional . En la orden del día votada se ha vi sto un re

troceso manifi esto del sentido mostrado en otras .ocasiones . ¡Terrib le y lamentable desgracia la sucedida !Pero no hay en lo humano medios de guardar sus fuerzas coercitivas á las leyes , si quedan ociosas las armasadscritas á su defensa frente á los criminal es atentados . A hora lo grave del caso estriba en que la tropa nodió los avisos y no ade lantó las intimaciones indispensablemente anteriores a todo mandato de romper el fuego .

Por esta razón el Gobierno se ha visto quebrantado,y la

Cámara en precisi ón de votar socorros legales á los parientes de las victimas . Pero este caso enseña la necesidadimprescindible de enseñar las leyes asi a los de arribacomo á los de abaj o , así á los milites necesitados dedefenderlas como a los trabaj adores necesitados de cump lirlas. Tales han sido los principales accidentes de lajornada de M ayo . En España no hemos tenido necesidadalguna de lamentar casos graves . Todo ha pasado en unapaz tanto más sólida cuanto más fundada en el ej ercício de todos los derechos y en el universal cul to á la l ibertad .

98 LA ESPANA MODERNA .

Yo nunca me cansaré de repetirlo . El trabajo colabora con Dios mismo en la creación diaria y continua . E l ha sumado las fuerzas humanas á las fuerzasdel universo . Con el fuego robado á los cielos anima las piedras , ablanda los hierros , teje las fibras delvegetal

,saca zumos y aromas á las flores ,

recoge alláen las estrellas el éter

,tiende las cuerdas en el arco

,

empapa en los reflej os de l as ideas el planeta que subeá templo del hombre y ara

'

del Eterno . Parécese alfuego creador el fuego del trabaj o . Y no solamenteilumina

,no solamente transfigura la naturaleza ma

terial , sino que hasta el fondo de nuestro ser mismollega el esp íritu , y lo dora y lo bruñe y le prestamatices de luz interior y genera con amor alma nuevapor medio de las ideas en el alma nativa . Sin embargo

,el mundo , á quien debemos nuestra cultura ,

creyócondenado á servidumbre perpetua el trabajador y eltrabaj o . Grecia puso la nota del ar te

,con su insp ira

ción,en el sentimiento universal humano ; ¡ la eterna le

vadura ,con su fi losofía ,

de la idea en la humana vida .

Y,sin embargo , durante los ásperos tiempos de sus

guerras civiles primitivas quedaba elgriego vencido comoesclavo del griego vencedor . Los olintios fueron vendidos * en pública subasta . La Hecuba triste pasó del1tronoal sepulcro entre tinieblas de dolores extendidas por laesclavitud sobre su alma elegiaca . La fiel A ndrómaca eutró en propiedad y posesión de los sacrificadores .de l

valeroso Héctor . Platón, el mayor entre todos los penSa

100 LA ESPANA MODERNA .

ríanse del otro cos tado para que los asasen por entero . Yse decían todos estos sofismas , porque ni los esp íritus superioresalcanzabanque se pudiera ej ercer el trabajo libremente por individuos poseedores de si mismos y do tadoscon sus naturales derechos . Entonces

,como ahora

,el

trabaj o ablandaba el hierro , descubr ía el oro , i luminabalos abismos del pensamiento hacía de l a tierra otranueva tierra por el cultivo y de los hombres otros nuevos hombres por la cultura ; ensanchando y acaudalandocomo un Dios el torrente de la vida universal . Entonces ,como ahora , el trabajo domeñaba las olas con una frágiltabla y encadenaba los vientos con blancas velas . Eltrabajador , entonces como ahora , forj aba huevos artefactos en las fraguas mantenidas por el fuego creador .

Entonces de cañas unidas con cera extraía melodiososacentos para endulzar los dolores humanos . A su cincelse trocaban en dioses del cielo aquellas duras moles demármol frío amontonadas en las canteras del Penthélico . Y , sin embargo ,

porque hacia todo esto,lo ciñe

ron al Cáucaso y lo cruc iñcaron en el Calvario . Porquehacia todo esto

,lo declararon perdurable siervo . Porque

hacía todo esto,marcaron sus carnes con hierro canden

te,y en sus tobillos pusieron esposas pesadísimas. Por

que hacia todo esto declararon imposible todo trabaj osin la esclavitud consiguiente . Y

,no obstante todo ello ,

esta esclavitud , sostenida por los más altos pensadoresy los más fuertes pueblos

,concluyó al impulso de la idea

y por esfuerzo del tiempo . Los trabajadores trabajamosya todos en libertad

,revestidos de nuestros naturales

derechos . Pues bien asi como el trabajo antiguo perdióla terrible condici ón de trabajo siervo

,el trabajo moder

no perderá la condición de trabaj o asalariado . El aíslamiento entre las fuerzas del capital y las fuerzas del

CRON ICA INTERNAC IONAL . ¡O Ibracero se reemplazará por la cooperación y por l acoparticipación . Pero esto no sucederá en tanto que l o strabaj adores quieran destruir leyes como la l ibre concnrrencia superior á ellos , y cegar las fuentes de dondemana y se alimenta el trabajo , la propiedad y el capital .

Pero han pasado en este problema del trabaj o cosasdañosísimas

,no diré á su resolución

,que j amás podrá

obtenerse por fórmula de ningún género diré á su mejoramiento y progres o . Y la mayor ha sido la intervenciónde los poderes imperiales y cesaristas en el arreglo artificial , por sus respectivos Estados , de un asunto que pidetodo el éter posible de ideas progresivas y todo el dominio de leyes naturales , a cuyo poder se verifican siempre con graduada lentitud , pero con matemática seguridad , estos metamorfoseos de l as humanas sociedades .

Cuando no hacía más que despuntar , anunciaba yo todoslos males contenidos en el social ismo de la cátedra , tanacariciado por el canciller B ismarck . A quella media cond enación de la propiedad individual y aquellas propensiones medias á la propiedad colectiva no lograban , á losojos menos previsores

,otro resultado que romper las

más firmes bases sociales,sin procurar ningún alivio ni

ofrecer ninguna esperanza en sus apo tegmas ni en susprácticas

,á los acerbos dolores populares . El único pro

cedimiento de adelantar por medio del ofi cial profesoradolas creencias comunistas para luego ahogarlas en sangrepor medio del ejército

,no encontrará en lengua ninguna ,

por expresiva y copiosa,el duro calificativo que merece .

La Germania imperial está organizada para el combate

102 LA ESPANA MODERNA .

no está organizada para el trabajo . Con menos ej ércitoy más economía

, que cediese á la industr ia y al camponuevos brazos ó quitase del presupuesto antiguas cargas

,

haríase por el trabaj ador y por el trabajo mucho más quecon todos los rescriptos imperiales . Da grimaVer cómose ha perturbado el entendimiento alemán en cuestionessociales al impulso de los inmóviles motores cesaristas .

¿Pues no acaba de suprimir en el Código industrial , conescándalo unánime y con menosprecio de toda justicia

,el

castigo a los trabajadores incursos en el delito patent ede cohibir con violencias á sus camaradas para que adopten ó dej en las huelgas ? ¿En qué legislación se registraun precepto así tan opuesto al humano albedrío y tanenemigo de la sana moral ? Y es el caso que hace medioaño apenas , la legislación industrial se alteró ,

so colorde mejorarla , y todas aquellas alteraciones han resultado tan inaplicables como las mismas que tratabande corregir . A estas horas empieza el destej e consiguiente al tej ido de una urdimbre tan burda . Y

,sin em

bargo , esta neurosis germánica pasará , y ,pasará pronto .

Las conexiones entre los j ornaleros del mundo j amásadquirirán la universalidad soñada por los utopistas yrecelada por los conservadores ; a causa de que todos losexcesos de la unidad tiránica y absorbente se contrastanpor el desarrollo de la variedad natural humana . Creíase

que la Internacional de trabajadores debía consti tuir Estado con ejércitos formidables ; y súbita pugna entre unmoscovita como el revolucionario B akounine y un alemáncomo el soñador M arx

,dió en tierra con todo aquel ma

talo taj e aparecido á los ojos de la reacción como caballode Troya . El movimiento sideral no puede contrariar elCódigo de la mecánica celeste ; y los movimientos sociales á su vez no pueden contrariar el Código de la lógica

IO4 LA ESPANA MODERNA .

El emperador Guillermo resulta , por su parte un verdadero místico . Y en el misticismo suyo entran á una conlas ideas cristianas y las idealidades schelignistas laS

incomprensibles Kabalas del A sia . Los números han entrado por mucho en todas las combinaciones de los sistemas theúrgicos y aun de los si stemas científicos . La Trinidad alej andrina proviene de la Trinidad india , comola Trinidadcristiana proviene de la Trinidad alej andrina

,

y de la Trinidad cristiana proviene por su parte la Trilogía de Hegel . Sirven los números en el sistema pitagórico algo así como los arquetipos en las ciencias te ológicas

,de donde dimanan viej as propensiones a poner en

música,y en anotación por ende numérica ,

el conciertode las esferas celestes . A sí el número siete ha tenido unverdadero culto en la Europa cristiana , como lo pruebael que un sabio entre los sabios , como D . A lonso X de

Casti lla,escribió las Siete Partidas en conmemoración de

los siete dones del Espíritu Santo y de los siete doloresde M aría Sant ísima y de los siete sacramentos de la Iglesia católica . Por números hanse ordenado en Caldea yen Israel

,desde los planetas del cielo hasta los candela

bros del altar .

! Pero cualesquiera que hayan sido susderivaciones

,la Kábala resulta siempre mágica y la Ma

gia resulta siempre oriental . Si nos hubieran dicho que unEmperador alemán estaba destinado á caer en tal desvario , tomáramos á quien lo dij era por un verdadero demente . Sin embargo

,hablando el 1 8 de A bri l último en una

fiesta,el Emperador ha evocado

,como pudiera un sacer

CRÓN ICA INTERNAC IONAL . ¡05

dote de Zoroastro y de B rahma ó un combinador deloterías

,dos diez y ochos de igual mes en las centurias

XV y XVI, favorables y propicios á su patria . Era uno

el 1 8 de A bril en que se aumentó el poder de los B randeburgos sobre su M arca

,y era otro e l 1 8 de A bril en que

Lutero separó Germania del mundo catól ico y const ituyó su independencia religiosa y moral en la Dieta deWorms . D etengámonos ante tal recuerdo histórico , porque su narración ha de servirnos mucho al estudi o dealma tan interesante de suyo en pol ítica , pero tan enigmatica y oscura para todos

,como el alma de Guil ler

mo II . El método histórico mío , consistente de antiguo enrelacionar los hechos diarios de nuestra Europa contemporánea con los antiguos hechos de importancia y trascendencia secular

,en parte alguna y en ningún momento

pueden tener aplicación propia como en este caso . Evoquémoslo . H abíase reunido la D ietad e A l emania en Wormscon presencia del Emperador

,quien había dado á Lutero

un salvoconducto para presentarse allí en persona y retractarse de sus ideas y de sus predicaciones . ¡Grandiosoespectáculo ! B aj o el trono Carlos V , de veintiún añosescasos vestido á usanza española , con su ropilla festoneada de armiño ,

su gorra “cubierta de plumas , su collarde perlas , al cual unía el toisón de oro pendiente , su calzón acuchillado

,su manto de muchos pli egues y de lar

guísima rozaga ; al pie del trono ,en sendos sillones de

terciopelo ri camente bordados,los dos Nuncios

,el uno

con su traj e de roja púrpura,y el otro con su traj e de

color violeta , par'ecidos ambos á dos estatuas por 10 lnmóvil de su actitud lo fij o de su mirar , lo puntiagudrde sus barbas li túrgicas al modo y manera del Papa

_

I'

lio 11 ; á la derecha del Emperador , los príncipes eº “

siásticos , verdaderos monarcas , que ceñían una 0mai

106 LA ESPANA MODERNA .

espiritual y otra temporal en sus sienes,como personifica

ciones gigantescas del esp íritu religioso en los siglos me

dios á la izquierda , los cuatro electores laicos , resplandecientes de luj o , con todas las insigniasde su soberaníay envueltos en capas verdaderamente regias ; aqui ungrupo de doctores con sus hopalandas universitarias registrando antiguos pergaminos y volúmenes recién impresos en folio all í otro grupo de frailes ,

con sus hábito s de múltiples cortes y matices

,observando desde vá

rios puntos de vista el asombroso espectáculo ; por un ladolos heraldos

,de los cuales el uno llevaba la corona impe

rial,y el otro los báculos y cetros cuaj adosde pedrería

,

éste la espada cesárea , y aquél los antiguos gl obos carlovingios áureos rematados por cruces latinas ; en talparte los caballeros feudales de A lemania sobre cuyospetos nielados rebo taba l a luz en tal otra parte

,los es

pañoles con sus traj es de sedería negra realzados por elcontraste con los adornos de tisú y en tropel chambelanes

,paj es , alabarderos , guardias walonas ,

guardiasnobles

,cada cual

,según su categoría

,con su respectivo

pintoresco uniforme,prestando al grandioso espectáculo

con tantos colores , matices ,reverberaciones ,

reflej os,

una deslumbradora entonación,capaz de cegar los ojos

más acostumbrados á tantas maravillosas riquezas . Lomás extraño de todo aquello ,

en verdad,era la gran

de A samblea en si misma . ¿Cómo ? N egábase Luteroá presentarse ante los Cardenales y el Papa de Romaúnicos jueces en materias dogmáticas y un Congreso ,

convocado para deliberar sobre materias exclusivaA samblea puramente civil y laica , se

on arrogancias temerarias al verdadero juez ,la presencia en su seno de quien había re

debido acatamiento á sus soberanos y seno

108 LA ESPANA MODERNA .

razón de Lutero , golpe ando en las cavidades de su p echoy acelerando los latidos de sus sienes como una fiebre .

A l verlo , todo el mundo se levantó ,sin acordarse del res

peto debido al M onarca , ni de los antiguos rituales en el

ceremonial de tan excelsa corte . Lutero,al sentir el inte

rés que despertaba ,sintió también la responsabilidad que

contraía en aquel minuto supremo ante la humanidad yante la historia . Espesa nube de tristeza cubría su frenteyagudísimasmordeduras de dolor atenaceaban sus entra .

ñas. Sin embargo , cuántos motivos de satisfacción ¡El! ,j oven , que apenas llegaba en tal año á la edad madura ; pobre ,que apenas tenía la propiedad de su breviario y de suhábito sin más bienes que sus ideas , sin más fuerza quesu elocuencia

,eclipsaba con su renombre al Emperador ;

sobreponíase con su prestigio al Pontífice conmovíacon profunda conmoción á todos los potentados y á todoslos pueblos derribaba por tierra las más seculares instituciones en virtud de representar un elemento incoerci»ble

,impalpable misterioso

,etéreo

,el nuevo espíritu y el

nuevo pensamiento . La confusión producida por su entrada permitió que muchos caballeros se acercasen á sostenerle y á hablarle . Unos le decían que tuviese valor ;otros que no medi tara nada en absoluto de lo que debíadecir

,encomendándose y rem it iéndose al Espíritu Santo ;

éstos que no temiese á quien sólo podía matar su cuerpo ;aquéllos que no temblase pues

,en el caso de necesidad ,

auxiliarianle ,no solamente sus lenguas , sino también sus

espadas . Lutero,muy dispuesto a encerrarse dentro de

Simismo siempre , por dado al ej ercicio de la meditacióndesde su infancia

,respondía con prontitud á todas estas

insinuaciones por medio de cabezadas y gestos, en los cualesve íase bien clara lanaturalaserción de que todo cuantopudieran decirle pasaba en aquellos minutos supremos

CRÓN ICA INTERNAC IONAL . I O9

por su mente . Calmada esta primer agi taci ón , uno de l osjuristas oficiales encaróse con el monj e y comenzó el interrogatorio . La primera part e se redujo á decirle si réconoc ía por propias sus obras . Iba el monj e á responder ,cuando se interpuso su abogado y pidió la inmediata lectura de sus t ítulos respectivos . L eyólos ,

con efecto,el

oficial teólogo ,y á cada uno de ellas bajaba el monj e l a

cabeza en signo de asentimiento . A sí que se acabó sulectura levantóse Lutero y paseó su mirada por todo elconcurso . M ientras estuvo sentado

,perdía de vez en

cuando la luz de los oj os á impulsos de naturales vértigos pero

,en cuanto se puso de pie

,dominó con su mi

rada de águila toda la Dieta ,y al verla entregada y

sometida,sintióse dueño de su propio espíritu . Y con

esta dominación y soberan ía dirigióse á la Sacra Imperial M aj estad

,y resumió , con el claro método de sencilla

explicación adquirido en su cátedra los puntos capitalesdel religioso li tigio , compendiado entonces en la demandaurgente de una retractación presurosa . La cuestión tornaba de nuevo á su punto de part ida asi envaneciase

con la esperanza el César de lograr del monj e lo que j ámás logró el Pontífice . M as Lutero burló esta esperanza

,

negándose con rotundas negaciones á toda retractación ,

baj o el imperio de est a fundamental idea, que si él mismo

desconocía sus propias doctrinas en la ti erra,descono

ceria su persona Dios en el cielo . El 2 5 de M ayo en 1 5 2 1

publicó Carlos V el decreto , que ,lanzando á Lutero de

la Iglesi a y del Imperio , separaba en dos la Europa occidental , reunida en una misma comunión antes y anM ada

por una misma fe . Todo el poder de Un Emperador serompía y estrellaba en l a creencia de un hombre transmitida por sus palabras a todo un pueblo pero si la Iglesiaperdía esta grande Al emania de lo pasado , pocas horas

l 10 LA ESPANA MODERNA .

después de promulgarse con toda solemnidad el rescriptocondenatorio

,hallándose de rodillas el Emperador en la

catedral de Worms,iluminada

,no solamente por los ci

rios,por la esplendorosa luz que atravesaba sus roseto

nes y vidrios rota en matices de iris un heraldo , acompañado por las campanas , los clarines , los salterios y elórgano

,anunciaba en al ta voz al mundo haber surgido

en la inmensidad de los mares , para la M onarquía española y su M onarca ,

un Imperio nuevo,el Imperio mexi

cano,compensación al viej o territorio perdido en aquel

mismo día por la Iglesia , y consuelo , si queréis , lenitivoá sus dolores acerbos .

H e descrito con espacio toda la grandiosa escena paraque puedan mis lectores entender y alcanzar el sentido áella dado por el emperador Guillermo . Indudablementeha querido decir con esta evocación meditadísima del

hecho que más apar ta el mundo germánico y el mundoromano , su enemiga implacable y eternal á este último .

Parece imposible pero su j uventud y su inexperienciano le dej an comprender á Guillermo que la cabeza de unImperio tan poderoso como el Imperio germánico

, es un

sitio de acción y no es un sitio de palabras y de diseursos . ¿Qué ha querido el Emperador decir ? ¿ Cuál cábalapol ítica se oculta en esa cábala numérica ? Dentro de supropio ej ército hay huestes católicas como la gente hávara , y entre sus primeros generales hay católicos también como el rey de Saj onia . Las tierras austriacas y e l

reino italiano , los dos factores que con Prusia forman latriple alianza , pertenecen al catolicismo , y no se debía

l 12 LA ESPANA MODERNA .

rivalidad con Francia , cada día más fuerte , ni el aspectode la cuestión social cada día más agravada , pruebancuánta prudencia necesita quien está por su ej érci to ypor sus conquistas á la cabeza de todos

,y tendrá

,tarde

ó temprano que responder por todos . Esa movilidadcuando necesitamos el recogimiento

,esa inquietud tan

opuesta de suyo á la indispensable calma pedida por loproceloso del ti empo y por lo cerrado del celaj e , la garrulidad reemplazando al antiguo silencio ,

la incertidumbre y la duda en boga , escándalos como el producido porla repartición del tesoro de Hannover

,cambios como los

que á diario vemos en los ministros y en los ministerios ,revelan haber A lemania perdido su natural estabilidad ynecesi tar su recobro rápido á Cualquier precio . La presencia de B ismarck en el R eischtag ,

lej os de calmar losespíritus , habrá de servir para exacerbarlos. Y ,

a decirverdad

,esta cerrazón por el importantísimo lado de A le

mania , oscurece todos los horizontes de nuestra Europa .

Invoquemos sin embargo nuestros númenes paz ylibertad .

EM IL IO CASTEL AR .

Madrid 7 de Mayo de 1891 .

REVISTA ECONÓMICA

Manifestaciones socialistas del L ºde Mayo .

—El presupuesto de Españapara 1891

—92 .—E1 comercio de España en el primer trimestre de 1891 .

—Mercados bursátiles.

N España pasó el 1 .

ºde M ayo con relativa tr an

quilidad y sin tener que lamentar efusiones desangre .

Los obreros han estado contenidos dentro del meeting

y las huelgas parciales ; y á la hora en que escribimosestacrónica , todo ha vuelto á recobrar su estado normal .

En los muchos m eetings que se han celebrado, se

han expuesto de nuevo , como es consigui ente ,los pro

gramas y las aspiraciones de las clases trabajadoras . Elpr ogr ama es el del colectivi smo en toda su crudeza talcual salió del Congreso de Gotha ( Sustitución del capital privado por el capital colectivo » ; organización uni taria del trabaj o nacional sobre el fundamento de la participación común de todos los individuos de l a soc iedad enla propiedad de todos los medios de producción » < repar

timiento del producto colectivo de todos entre todos se

gún la medida del trabajo productivo de cada uno y elvalor útil que éste tenga para la sociedad »

.

I 14 LA ESPANA MODERNA .

Las aspiraciones de los obreros en estos momentos ,que estiman como preparación necesaria para el reinadodel colectivismo están compendiadas en la famosa fórmula de los tres ochos

,ó sea la distribución de las horas

del día en tres partes perfectamente iguales ocho horasdedicadas al trabaj o

,ocho al descansomaterial del cuerpo

y otras tantas al recreo y á la instrucción . A esta pretensión añaden otras tales como el descanso dominical

,la

protección del trabajo de los niños y de las mujeres,y

la responsabilidad patronal en los accidentes , que vienená completar el programa oportunista ó de transacción .

En orden a los procedimientos para implantar estosprogramas—aspiraciones

,no hay unanimidad entre los

obreros ; y en los meeting s que han celebrado se hanmostrado muy desacordes . Los anarquistas

,fieles á la

tradición de B akounine , esperan el remedio de la fuerza ,de la—imposición por el miedo , del empleo de todos losesfuerzos destructores . Los socialistas que se llaman disc ípulos de M arx ,

han mostrado mayor moderación,y es

peran que la huelg a neg ra , la organización política delpartido obrero y el descrédito de l a sociedad burguesahan de ser partes bastantes á transformar el modo deser individualista en colectivista .

Sin duda alguna este partido relativamente moderadoes el que está llamado á ej ercer mayor influencia

,y el

que es preciso temer y vigilar con más cuidado . Por lafuerza y por el terror no es posible alcanzar grandes resultados contra la actual organización social ; por la persuasión poniendo de manifiesto los vicios que corroen ála sociedad la triste situación de los trabajadores

,la des

igualdad de fortunas y de goces en la vida ,es seguro qué

habrá de conseguirse algo más . El corazón es socialista,

por mucho que á la cabeza repugne esta forma de orga

1 16 LA ESPANA MODERNA .

de vida . El Estado ,según su sentir , debe tutelarlo todo ,

cuando no regularlo lo mismo la producción materialde la riqueza que el arte literario , la distribución de l ariqueza que l as ideas religiosas , las relaciones de l os ciudadanos que las relaciones de l a familia . El Estado no espara ellos un organismo de derecho , limitado en sus funciones á imponer la justicia y a restablecer la ley : es unorganismo total , ético y económico que abraza todos losórdenes de vida y en todos obra ó debe obrar con autoridad discrecional .Esto expli ca las simpatías con que le miran los parti

dos conservadores , desconociendo que los intereses másy en primer término comprometidos por el socialismo sonprecisamente los de aquellas clases que los conservadores se glorían de representar . El aspecto pol ítico no lesdej a ver el aspecto social . Cuando comiencen á verlo ,retrocederá n espantados como ha retrocedido ya el emperador Guillermo .

Cuando el Estado traspasa la esfera de sus funciones ,que no son otras que las de garantir el derecho y la justicia en todas las manifestaciones del orden social , cometeuna verdadera iniquidad ,

y estorba el desarrollo progresivo de las sociedades .

Impuso en algunas naciones el seguro obligatorio contra los accidentes , y ha podido convencerse ya que noha conseguido otro resultado que dar ocupaciones burocráticas á unos cuantos empleados . El 60 por 100 de l osfondos recaudados para este fin se han consumido en suadministración ,

y , como es consiguiente , las reservas

para los salarios se han visto disminuir , y el obrero hasido el más perjudicado .

Con el descanso dominical y la protección del trabaj ode las mujeres y niños ha sucedido—lo propio . El obrero

REV ISTA ECONÓM ICA . I 17

descansa,pero se priva de un j ornal que aumenta su

situación aflictiva . La muj er y el niño no trabaj an , perotampoco producen

,y no produciendo no comen , y la

fatiga y el dolor de que '

se les qui ere privar , antes se

multip lica que disminuye .

Si los dolores y las aflicciones que hoy sufren las clases trabajadoras han de tener algún al ivio —que de sigloen siglo lo van teniendo bien manifiesto

,—no es del Estado

de donde pueden esperarlo sino de si m ismas , y en la sociedad es donde pueden encontrar la redención .

El señor ministro de Hacienda ha presentado ya á lasCortes los presupuestos del Estado para el año económico de 1 891

-

92 .

Pocas modificaciones y pocas novedades presenta .

Continúan la historia de España, que en materia de H a

cienda pública es la historia de los déficits .

El 2 2 de A bril de 1 87 6 , al leer el Sr . Salaverria—primerministro de Hacienda de la Restauración— sus proyectosde leyes financieras

,se hizo eco de las halagiíeñas espe

rauzas que abrigaba,de que , paciñcada l a Península ,

reorganizada l a adm inis tración,funcionando regular y

ordenadamente todos los organismos de la M onarqu ía ,l a Hacienda pública recobraría bien pronto su normalidad , la deuda disminuiría y los gastos se acomodarían álos ingresos .

De qué modo se han realizado aspiraciones tan legi timas , dan idea los siguientes datos que compendian

*

á

maravil la la historia financiera de la restauración .

i I 8 LA ESPANA MODERNA .

Presupuestos. Sobrante ó déficit

Ejercic ios. Pesetas

Prim er semestrei'

881 - 82Segundo 1d

Promedio anual 64 .489,877i 76

Quieren decir estas cifras que en el espacio de treceaños se han consum ido m il m illones de pesetas más quelo que las rentas han producido , y quieren decir tambiénque el problema financiero es en España gravísimo .

Poco hacen los conservadores por resolverle ó mejorarle siquiera . Los presupuestos del Sr . Cos—Gayon no sedistinguen en nada de los anteriores .

Los ingresos ordinarios se calculan en 7 3 pe

setas que ,comparados con los del ej ercicio corriente ,

presentan las diferencias siguientes

12 .880,95 2 ,8o

78 o3 i ,o78,83

75—73 8I 5 13 ,45

6

2 1

62 . 2 12 ,896 ,9s

LA ESPANA MODERNA .

Aumentos.

Deuda pública ( para 1891-

92)Cargas de justiciaClases pasivasGracia y JusticiaMarinaGobernaciónPresidencia del ConsejoMinisterio de EstadoGuerra

FomentoH acienda

Contribucionesy rentaspúblicas

Pesetas,O I I

Pero además de este presupuesto ordinario hay otroextraordinario de ingresos y de gastos .

Sumándolos ambos resulta que contra un ingresocalculado por contribuciones y rentas de 7 3 pe

setas , van á gastarse ó consumirse pesetas,

lo que arroj a un déficit inic ial de 69millones de pesetas .Para atender á los déficits pasados , el Gobierno acude

a la emisión de 2 50 millones de deuda amortizable al 4por 1 00

, 7 para enjugar los de dos ó tres presupuestos futuros á la prórroga

,como decíamos en nuestra anterior

Revista , el privilegio del B anco de España ,obligándose

este establecimiento á entregar 1 5 0 millones de pesetassin interés alguno por el per íodo de 3 0 años , que durarála vida legal del B anco .

Tal es la obra del Sr . Cos -Gayón , que no añadirá deseguro mucha gloria á su nombre .

REV ISTA ECONÓM ICA . I 2 1

H a mejorado bastante nuestro comercio exteri or enel primer trimestre del año .

El valor de las importaciones asciende ápeseta s sei s millones más que en igual período del añoanterior . El alza afecta al grupo de tierras

,piedras y mi

nerales , á los algodones y sus manufacturas y á los animales y sus despojos . El grupo de sustancias alimenticiasfigura en baj a

,y esta baj a procede principalmente de los

azúcares cubanos,que han tenido un descenso de tres

millones de pese tas.!L a importación de trigo aumenta . Enel citado periodo se ha introducido en Españakilogramos

,contra en el mismo del año ante

rior su valor y distribución por paises de procedencias ,son lo s siguientes

1 8 8 9 1 8 90 1 8 9 1

Pese t a s . Pe se tas . Pe se t as .

Estados Unidos

R usia

Otros países .

que representa un aumento de valores de pes etas . Es notable el aumento de las procedencias de Rusiay aun el de Turquía .

Esta alza en las importaciones de trigo no queda compensada con la baj a en las harinas del mismo cereal . Elvalor de las importadas en los tres primeros m eses delaño

corriente importa pesetas,é importó en igua

les meses del año anterior ; baja , el

pr inc ipal descenso afecta á las procedencias de Francia .

El re sumen de las importaciones por clases en Enero,

122 LA ESPANA MODERNA .

Febrero y M arzo de los tres últimos años,alcanzó los

valores siguientes

CLA SESEN LOS TR ES PR IM EROS M ESES DE

1 8 8 9 1 8 9 0 1 8 9 1

DEL AR AN CEL D E IMPO RTACIÓN .

Pe se ta s . Pese tas Pes e ta s

l .—Tierras , p ie dras ,

minerales , etc . 20 . 183 ,6 I 1

II.—Metales y sus ma

nufacturas.

III.—Drogas y productosquimicos

IV.—A lgodón y sus ma

nufacturas.

V.—Las demás fibras

vegetales y sus

manufacturasVI.—Lana pelos y sus

manufacturas.

VII.—Seda y sus manu

facturasVIII .—Papel y sus aplica

ciones.

IX.—Madera y sus ma

nufacturas.

X.—A nimalesy susdes

pojos.

XI.—Maquinaria, correajesy embarcacio

nes.

XII.—Sustancias alimen

ticias 43

XIII.—Varios

173—374 .2 5 0 l 79

En la exportación hay que señalar , en p rimer termino , una sensible baja en el grupo de m inerales por valor

124

CLA SESDE LA TABLA [DE VALORES.

I.—Minerales cerámi

ca ,

II.—Metales y sus ma

nufacturas .

III.—Drogasy productosquímicos

IV.—Manufacturas de al

godón

V.—Ídem de o tras fibras

vegetales. .

VI.—Lana y sus manu

facturasVll.—Seda y sus idem .

VIII.—Papel y sus aplicaciones

IX.—Madera y otras

X.—A nimales y susdes

XI.—MaquinariaXII.—Sustancias alimen

ticias

XIII.—Varios

LA ESPANA MODERNA .

EN LOS TR ES PRIMEROS M ESES DE1 8 8 9

Pe se tas .

591 5 23

l 8 9 0

Pe se tas .

6

1 8 9 1

Pe se ta s.

23

Los mercados bursátiles con grandes alteraciones . Lamala situación de los mercados monetarios , es la causaprincipal . El oro escasea cada dia más. Todas las naciones lo piden

,y la producción , lej os de aumentar , dis

núnuye .

REV ISTA ECONÓMICA . 12 5

Inglaterra , como centro y mercado universal , es laque sufre los mayores apuros . En la semana pasada haelevado al 4 por 1 00 su tipo de descuento

,y es dificil que

pueda detenerse en él , sobre todo Si Rusia persiste en

ret irar sus reservas .

En Portugal la crisis del oro ha tomado grandes proporciones . El B anco nacional no puede cambiar sus bill etes por metal amarillo .

Todo esto ha producido una gran reacción en nuestra B olsa ,

quedando los úl timos precios el día 8 del corriente á los tipos siguientes

Interior, 4 por 100

Exterior 4 por 100AmortizableBilletes de CubaCédulas H ipo tecarias , 5 po r 100

A cciones Banco de EspañaCompañia de tabacos

CAMB IOS .

Paris á la vista

Londres

UN ExM IN ISTRO .

Seccion Extranj era.

GU STAVO FLAU B ERT

EL ESCRITOR

ON la publicación de M adama B ovary se realizóuna verdadera evolución literaria . Pareció entonces como si la fórmula de la novela moderna

,es

parcida en la obra gigantesca de B alzac , hubiese sidoresumida y con toda claridad expuesta en las cuatrocientas páginas de un libro . Estaba ya escrito el código delarte nuevo . Solamente quedaba á los demás novelistas latarea de seguir el camino trazado

,afirmando en él su

temperamento particular y procurando l levar á cabodescubrimientos individuales . Es cierto que los narradores de segunda fila prosiguieron buscándose la vida consus historias soporíferas ; es también cierto que los escritores que se habían labrado cierta notoriedad entreteniendo á las señoras , no abandonaron sus cuentos perfumados pero los principiantes de algún porvenir experimentaron violenta sacudida

,y no existe hoy uno solo

entre los que se han logrado , que no haya de aceptar ,cuando menos un iniciador en Gustavo Flaubert .

El primer carácter de la novela naturalista,cuyo

modelo es .Mad ama B ovary ,es la reproducción exacta

de la vida,con ausencia absoluta de todo elemento ro

128 LA ESPANA MODERNA .

Señalaré , por último , un tercer carácter . El noveladornaturalista desaparece por completo en la acción quenarra . Es únicamente el que , oculto , pone en escena el

drama . N unca se exhibe al ñnal de una frase .N adie le oyereir,ni le ve llorar con sus personaj es ni él se permite

nunca juzgar los actos de esos personaj es mismos . Ese

desinterés aparente es e l rasgo más característi co . Seriainútil buscar una conclusión

,una moralej a

,una lección

cualquiera obtenida de los hechos . No hay en tales obrasefectismos ni relumbrones , hay solamente hechos laudables ó punibles . El autor no es un moralis ta

,sino un ana

tómico que se concreta á manifestar lo que él hal la en elcadáver humano . Los lectores , si quieren , sacarán conclusiones buscarán la verdadera moralidad

,procurarán

obtener una lección en el libro . Por lo que al novelistarespecta,sólo puede decirse que ha de permanecer alej ado

,principalmente por respeto al arte

,pues así deja

á la obra su unidad impersonal y su carácter de proceso verbal grabado indeleblemente en mármoles .

Gustavo Flaubert nació en Rouen . Era un normando ,ancho de hombros . Había en él algo de niño y algo degigante . Vivía en una soledad casi completa ; pasaba al

gunos meses del invierno en París , y trabaj aba durante elresto del año en una propiedad suya próxima á Rouen,

á orillas del Sena . Casi tengo remordimientos por estospormenores intimos qué doy sobre Gustavo . Flaubertestá en cuerpo y en alma en sus libros ; es inúti l buscarleen otra parte . No tiene monomanias ; no es coleccionista ,ni cazador

,ni dado á l a pesca . Hace sus libros ; nada

más. Entró en la literatura como antiguamente se entrabaen una orden religiosa , para gustar en ella todos sus goces y morir en ella . D e esa manera se j uzgó enclaus

trado ; empleando diez años en escribir un tomo ; viviendo

GU STAVO FLAUBERT . l 29

en él á todas horas ; refiriéndolo todo á ese lib ro respirando

,comiendo y bebiendo para e se libro . No conozco

un hombre que merezca más j ustame nte el nombre de escritor ; éste consagró al arte toda su existencia .

Gustavo Flaubert tiene el trabaj o de un fraile benedictino . Nunca adelanta sino sobre conocim ient o s exactosy precisos

,cuya exactitud haya podido comprobar per

sonalmente . Si se trata de una investigación en obras especiales ,

se impondrá el trabajo ineludibl e de fr ecuentardurante muchas semanas las b ibliotecas

,hasta que logrehallar los antecedentes deseados . Hasta cuando escoge ,para colocar una escena

,un horizonte imaginar io , dedicase á buscar ese horizonte

,tal cual él s e le ha imaginado , y no se da por satisfecho hasta que logra descubrirun rincón del mundo que produzca en su esp íri tu una

impresión parecida a l a que él ha soñado . Consulta losgrabados los periódicos de la época

,l os libros , los hombres las cosas . En M adama B ovary ha puesto Flauber tlas observaciones de su j uventud

,el rincón de Norman

día y los hombres que vió durante los treinta primerosaños de su vida . Cuando escrib ió L a Educación sent i

m ental hubo de estudiar hondamente veint e años denuestra histori a política y moral

,y condensar numeroso s

materiales proporcionado s por toda una generación dehombres . Finalmente : para Sa lammboy L a Tentacio' n d eSan A ntonio, la tarea ha sido más considerable todav ía ;ha viaj ado por Á frica y por el Orient e

,y se ha impuesto el

trabajo de es tudiar con detenim iento y minuciosamentela antigiiedad para sacudir el polvo de muchos siglos .

Comprénde se bien la inevitable lenti tud de semej anteprocedimiento . A sí se explica la razón de que ,siendo

Flaubert extraordinariamente laborioso , sólo haya producido cuatro obras , las cuales han aparecido con grandes intervalos : A[adama B ovary , en 1 85 6 ; Salammbo

,en

1 86 5 : L a Educación sent imental , en 1 869 ; L a Tentacio'

n

d e San A ntonio , en 1 874 . Flaubert trabajó en esta últimaobra por espacio de veinte años abandonandola unasveces

,reanudándola otras , sin quedar nunca satisfecho ,

13 0 LA ESPANA MODERNA .

extremando sus escrúpulos de conciencia literaria hastarehacer por cuatro ó cinco veces capítulos enteros

.

El trabaj o de su estilo es asimismo perseverante ycuidadoso . No soy afi cionado á m irar por encima de loshombros de un escri tor para sorprender los secretos desus producciones . H ay , no obstante ,

revelaciones instructivas que son del dominio de la historia literaria

.

Gustavo Flaubert , antes de escribir la primera palabrade un libro

,tenía en notas clasifi cadas y ordenadas mate

ria para cinco ó seis tomos . Era muy frecuente que unapágina de noticias y de acotaciones le sirviera solo paraescribir una linea . Flaubert trabaj a siempre sobre un

plan estudiado con madurez y arreglado en todas suspartes de una manera circunstanciada . En cuanto a lamanera de redactar , parece tener el m ismo método ; creoque escribe de un tirón , y relativamente de prisa ,

determ inado número de páginas , un trozo completo tornadespués á repasar las palabras que dej ó en blanco

,las

frases que no le parecieron muy felices entonces escuando se detiene y se fija en la más insignificante negligencia entonces es cuando se obstina en buscar ciertosgiros ó en hallar la expresión adecuada que huye . Loprimeramente escrito no es sino una especie de borrador

,sobre el cual trabaj a después semanas enteras . QuiereFlaubert que la página escrita salga de sus manos comouna página de mármol , grabada para siempre ,

con pureza absoluta ,

que viva,por su propio valor

,durante

siglos .

Llego con esto al estilo de Gustavo Flaubert,uno de

los esti los más castigados que conozco ; y no es que esteautor tenga,ni por asomo , tendencia clásica ,

traducidapor una corrección gramaticalmente estrecha sino que

,según he dicho ya,cuida hasta de las comas

,y emplea

días,si es necesario

,en una página para obtenerla tal

cual la ha soñado . Persigue las palabras repetidas hastaá treinta ó cuarenta l íneas de distancia . Pone gran cuidado en evitar sonsone tes duros y cacofonias . Proscribemuy especialmente la rima , las terminaciones aconsonan

1 3 2 LA ESPANA MODERNA .

sia ardiente y de observación fria , ha brillado el talentooriginal de Gustavo Flaubert . Yo le caracterizaría diciendo es un poeta que tiene la sangre bastante fr ía paraver bien .

Convendrá profundizar más aún en el mecanismo deeste temperamento . Gustavo Flaubert sólo abriga unodio el odio á la tonteria es uno solo , pero está sólidam ente arraigado . Si escribe novelas , es seguramente porsatisfacerle . Los imbéciles son para Gustavo Flaubertenemigos personales á quienes trata de aniquilar . Cadauno de sus libros viene á terminar en un aborto humano .

Cuando el autor escribe M adama B ovary ó L a Educación sent im ental , deplora el poeta lírico la pequeñez delos personajes

,l a dificul tad invencible de hacer algo

grande con aquellos pobres hombres tan ridículos y selimita á desl izar

,de vez en cuando , alguna palabra de

fuego,alguna frase que vuela y va á perderse en las al

turas . En otras ocasiones,en ciertas horas funestas

,el

novelador naturalista accede á colocarse en segundo término entonces es cuando aparecen en el libro esasespléndidas excursiones al país de la luz y de la poesía .

El autor escribe Sa lammbó o L a Tentación d e San A ntonio hallase en medio de la antiguedad , cercado por laarqueología del arte , lej os del mundo moderno ,

denuestras vestiduras estrechas

,de nuestros caminos de

hierro y de nuestro cielo gris que Flaubert abomina . Susmanos tocan y mueven telas de púrpura y collaresde oro .

Compréndese á primera vista la originalidad del estilode Gustavo Flaubert

,sobrio y brillante al mismo tiempo .

Fórmanlo de consuno imágenes exactas y grandiosasimágenes . Viene a ser la verdad vestida por el poeta .

Con él se anda siempre sobre un terreno sólido,y se echa

de ver la fi rmeza del piso pero se camina también conperfecto desahogo , y con un ritmo de hermosura perfec ta .

GUSTAVO FLAUBERT

Pasando ahora á las obras de Gustavo Flaubert , l asagrupo en dos parejas Áfadama B ovary ,L a Educación

sent imental , la una ; Salam ¡nbó y L a Tentación d e San

A ntonio , la otra , sin cuidarme del orden cronológico del a publicación .

Lo he dicho ya , la aparición de M adama B ovary fuéun acontecim iento de importancia . Sin embargo,el asun

to del libro,l a intriga es de las menos novelescas . Puede

resum irse fácilmente en treinta líne as . Carlos B ovary,un médico rural muy mediano , casa en segundas nupcias con la hij a de un arrendatario

,Emma

, que ha recibido una instrucción superior a su clase ; la hij a del campesino es una verdadera señorita,toca e l p iano y leenovelas . El matrimonio se establece en Yonville , pueblo

pocos kilómetros distante de Rouen . A l l í se apodera deMad . B ovary el terrible hast ío de las mujeres que vivenfuera de su clase . M uy luego comprende cuán pobre hombre es su marido aquella vida triste y monótona de provincia la mata Emma siente aspiraciones vagas y extraordinarias . Como es natural , en el l ímite de todo es to sehalla el adulterio . Sin embargo

, M ad . B ovary lucha se

enamora primeramente de un joven,León Dupuis

,el

pasante del notario de Yonville ; pero se enamora inocentemente , sin pensar siquiera en cometer una falta .

M ucho tiempo después , cuando ya León Dupuis hapartido , Emma se entrega bruscamente á otro hombre,Rodolfo B oulanger , un propietario de la comarca . Enton

ces aquella pobre muj er se trastorna considerase ya ene l apogeo de la gloria y se j uzga vengada tan exigentese hace , tan molesta , soñando siempre en hui r con suamante , pensando en aventuras descabelladas

, en amores eternos , que R odolfo , asustado en su egoismo , la dej aplantada . La caída deEmma es terrible ; la infel iz se ator

i 3 4 LA ESPANA MODERNA .

menta,martiriza su ternura , busca inútilmente consuelo

en la religión , hasta que llega el dia en que se encuentrande nuevo en Rouen Emma y León . Este ocupa natural ynecesariamente el puesto de Rodolfo , y torna á comenzarel adulterio pero más vehemente , avivado esta vez pornueva sensualidad . A sí continúan las cosas hasta que lel lega á León el turno de hallarse satisfecho y asustado .

Emma ha contraído deudas cuando se ve abandonadapor su amante y por todos

,toma del bote de una farma

cia un puñado de arsénico y lo traga . Su marido, ¡pobrehombre ! la llora . A lgún tiempo después , B ovary se entera de los extravíos y desórdenes de su difunta esposa

,y continúa llorándola . Una mañana , elviudo se encuentraá Rodolfo

,va á beber con él una botella de cerveza y le

dice No le aborrezco áA es to se reduce todo . Esto

,en un periódico de noti

cias,hubiese dado materia para diez lineas de a sucesos

del día Pero es necesario leer aquella obra , en toda lacual se sienten las palpitaciones de la vida . Hay en el l ibro algunos trozos realmente preciosos

,muchos de los

cuales se han hecho ya clásicos : el matrimonio de Emmay Carlos la escena de los comi cios agrícolas

,durante

los cuales Rodolfo corteja á la joven la muerte y el entierro de M adama B ovary

,que tiene tan terrible verdad .

Es una manera de presentar la acción constantemente talcual debe aparecer ; sin extravíos de la imaginación ,

sininvención de ninguna clase . El movimiento

,el color llegan,

para producir la ilusión . El escritor realiza este prodigio : desaparecer por completo

,y hacer , sin embargo ,que se sienta por todas partes la habilidad del gran ar

t ista.

El personaj e deM adamaB ovary ,ese tipo visto sin duda

y copiado por Gustavo Flaubert,ha pasado ya á esa re

gión especial en que se mueven las grandes figuras de lacreación humana . Se dice enes una B ovary »

, como debióde empezar la gente a decir en el siglo XVII c<es un Tar ;tufo Consiste esto en que M adama B ovary , aunque individual,aunque viviendo vida personal y propia es un

I 3 6 LA ESPANA MODERNA .

tratada como una acción pecaminosa ; el ministeri o fiscall a critica de una manera tan injuriosa como deplorable,atacando las páginas más bellas del l ibro

,patullando en

el terreno de l arte á fuer de juez desconcertado,expo

niendo en l i teratura ideas violentas que habr ía debidoreservar para casos de robo ó de ases inato . Nada másdesastroso que un hombre grave cuando s e consideraobligado á defender las buenas costumbres que nadie ame

naza ni con el pensamiento .

Toda nuestra generación de escritores ha ido bastantel ej os , gracias á Dios . Cada vez se ha adelantado más enla investigación de lo verdadero

,en el análisis del hom

bre ,en la pintura de sus pasiones las sentencias de un

tribunal no detienen la marcha del pensam iento .

M e he detenido demasiado en M adam a B ovary ; habréde consagrar menos líneas á L a Educación sent imenta l .

En esta segunda novela , Gustavo Flaubert ensanchabasu cuadro . La obra no era solamente la vida de una muj er

,ni se desarrollaba esta vez en un rincón de Norman

d ía . El novelista pintaba toda una generación , y abarcabaun período histórico de doce años , de 1 840 á 1 85 2 . Tomaba por marco la agonía lenta e intranquila de la m onarquia de Julio

,la existencia febril de la república de 1 84 8 ,cortada por las descargas de fusilería de Febrero ,

de

Junio y de Diciembre . En esa decoración colocaba personajes con quienes él m ismo se había codeado en sujuventud

,los personajes reales de aquel tiempo , toda una

muchedumbre de yentes y vinientes que viven la vidade l a época . La obra de Flaubert es la única novela verd aderamente his tórica de que tengo conocimiento laúnica verídica

,exacta

,comp leta ,

en la que la resurrección de las horas ya idas se verifi ca sin dejar huellade los recursos del ofi cio .

Hay más la diñcultad mayor que L a Educación

sentimenta l presentaba era la elección de los personajes. Gustavo Flauber t se ha propuesto pintar en sulibro lo que él

,con sus propios ojos

,ha visto en los años

de que habla ,el incesante aborto humano , la constante

GUSTAVO FLAUBERT . 3 7

renovación de la tonter ía . El verdadero título del libroera < L osfrutos secos »

. Todos sus personaj es se agitanen el vacío

,giran como veletas , abandonan la presa porla sombra

,se empequeñecenmásymás á cada nueva aventura , van hacia la nada ,

sátira sangrienta en el fondo,pintura terrible de una sociedad trastornada extraviada

y que vive al día l ibro form idable en el cual la imbec ilidad es épica

,el género humano adqui ere la importancia

de horm iguero,lo feo

,lo oscuro

,10 ruin arraiga y se

en troniza . Es un magnífico templo de mármol levantadoá la impotencia . Entre todas las

_

obras de Gustavo Flaubert , esta es seguramente la más personal , la concebidacon más grandeza

,la que le ha costado más trabajo y la

que ha de ser durante mucho tiempo menos comprendida .

En L a Educac ión sent im ental es adonde GustavoFlaubert afi rmó por primera vez

, más resuelta y másconscientemente , l a fórmula li teraria que práctica . Lanegación de lo romántico en la intriga

,l a reducción de

los seres al tamaño y dimensiones humanos,las propor

ciones justas observadas en l os pormenores más insignificantes , toda su originalidad , en fin ,adquieren en esa obraextraordinaria energía . Seguro estoy de que esta obra es

la que ha costado á Flaubertmayor esfuerzo,porque nun

c a há profundizado más en el es tudio de la humanidad fea,y nunca el poeta lírico que hay en él ha debido lamentarse

y l lorar tan amargamente . En esta obra extensa,l a más

extensa que Gustavo Flaubert ha escrito,no hay una

sola negligencia . El autor sigue imperturbablemente sucamino , sin pararse en lo enojoso de la tarea ,ni procediendo , como B alzac , por medio de trozos de análisisrazonado , en los cual es aún puede consolarse el escritor

,sino por narraci ones siempre dramáticas,puestas en

acción siempre . Flaubert ha sido,puede presumirse

,t an

implacable consigo mismo como con la sociedad estúpidaque ha retratado .

1 38 LA ESPANA MODERNA .

Entro ahora en el examen de Salammbó y L a Tentación d e San A ntonio , esos dos vuelos de Gustavo Flaubert por encima de l a fealdad del mundo de la burguesíaesa excursión espléndida del poeta l írico

,del ardiente

colorista,feliz al cabo por hallarse en su verdadero pais

de luz,de perfumes y de telas resp landecientes . Gus

tavo Flaubert es un oriental expatriado . Echase de vercómo se solaza

,respirando con libertad

,cuando puede há

blar de libertad y de vigor sin mentir . Las obras queridaspor él

,las que ha debido de escribir sin fatigarse , á pesar

de las innumerables investigaciones qu e le han costado ,son,indudablemente , Salammbó y L a Tentación d e San

A ntonio .

No hay en nuestra literatura un comienzo que puedaser comparado con el primer capítulo de Sa lammbó es

una maravilla . Los M ercenarios celebran con un festín,

en los j ardines de Hamilcar , el aniversario de la batallade Grix . La rudeza y la glotonería de los soldados , elbrillo de la mesa , los extraños manjares , la decoracióndel jardín,con el palacio de mármol en el fondo ; palacioque levanta sus cuatro pisos de azoteas

,adquieren en ese

estilo vigoroso y lleno de color (eada una de cuyas palabrastiene la exactitud de tono necesaria ) un resplandor extraordinario . A ll í aparece Salammbo, baj ando la escalerade palacio

,para l lorar por los peces sagrados que los M er

cená rios han matado en los viveros . A ll í es también dondecomienza la r ivalidad y los celos entre M atho,

de Libia , yel j efe num ida Narr—Havas , locamente enamorados am

bos de la hija de Hamilcar .

Cartago ,muy debilitada , teme á los M ercenarios quela han ayudado en las últimas guerras la ciudad no

puede pagarlos, y no sabe cómo desembarazarse de talesacreedores. H amílcar

,su j efe

,ha desaparecido . Después

LA ESPANA MODERNA .

las carnes destrozadas,á dar su último suspiro ante Sá

lammbo ésta , cuando Narr- Havas triunfador le t iendela copa de esponsales

,cae fr ía , rígida con la boca entreabierta . A simurió la hij a de Hamilcar por haber tocado

el velo de Tanit .

Esta figura de Salammboes lo verdaderamente extraño del libro . En una carta que Gustavo Flaubert escribeá SainteB euve

,el cual reprochaba al novelista por haber

reproducido una M ad . B ovary ,cartaginesa ,

dice el autor :5 ¡Eso no ! M ad . B ovary está agitada por pasiones mult iples Salammbo

,por el contrario

,está constantemente

pose ida por una idea fija . Es una monomaníaca una especie de Santa Teresa . Esta creación viene á ser

,por

lo t anto,como el tipo del misticismo pagano

,de la fata

lidad y de la eternidad en la idea del amor . Es de quienla ha poseído . Salammbo no dej a la adoración de Tanit

,sino para quedar marcada con el primer beso que harecibido la hij a de Hamilcar no quería ese beso ; per ohabrá sido el primero y el último,y por él morirá »

.

¡Y qué de escenas magníficas ! ¡Qué de descripcionesprodigiosas ! He mencionado el festín ; puedo agregar áés te las ' invocaciones de Salammbo á la luz blanca de l aluna la visita hecha al templo de Tanit por M átho ypor Spendio cuando van á robar el velo sagrado la baj ada de Ham ilcar á los subterráneos donde guarda sustesoros la batalla de M acar

,en que hay una carga de

elefantes que se ha hecho célebre la escena de la tienda ,cuando Salammbo cae en brazos del de Libia ; el sacrificioá M oloch la agonía de los M ercenarios en el desfi laderode L a H ache

,y por último

,la carrera insensata de Matho ,golpeado por todos los habitantes de la ciudad , sin vermás que á Salammbo ,

á cuyos pies llega para dar alli e lúltimo suspiro .

Estos cuadros no están trazados con la embriaguez delirismo que Víctor-Hugo habria puesto seguramente enellos . L O repito Gustavo Flaubert es siempre el hombreexacto , dueño en todas l as ocasiones de cada color queemplea . De este modo da brillantez sólida , sin igual , -á

GUSTAVO FLAUBERT . 14 1

todo lo que pinta . El oro , las j oyas , los mantos de púrpura,los mármoles resplandecientes , s in que se adviertaconfusión ,

ni amontonamiento ; los hechos extraordinarios,calles de leones cruciñcados , el sufeta H annón mojando sus manos en la sangre de los enem igos degollados

para curarse la lepra la serpiente enroscándose enrededor de los m iembros desnudos y adorables de Salammbotodo un ej ército muriendo de hambre ,

colócanse por Simismos en su s itio y no desentonan . La obra es de untej ido sólido

,de un arte inñnito y de una corrección

adm irable . A divinase en aquellas pinturas un terrenoperfectamente Conocido por el autor .

L a Tentación d e San A ntonio es el último libro publicado por Gustavo Flaubert . Es la más extraña y lamás br illante de sus obras . En -ella ha empleado veinteaños de investigación de retoque , y mucho talento ytoda su conciencia . Procuraré dar , en pocas palabras ,idea de esta obra .

San A ntonio se halla en el umbral de su choza,sobre el

p ico de una montaña de Thebaida . Cae la tarde el erm itaño está fatigado de un dia de privaciones de contineucia y de trabaj o . Entonces

,en medio de las sombras que

adelantan,A ntonio siente que se debilita . El diablo

,que

le acecha logra dormirle y le lanza á sueños cobardes . Elsolitario pasa una noche de horribles pesadillas y detentaciones ardientes . San A ntonio com ienza por recordar

,echándola de menos

,su infancia , á su novia A mmonaria

,muy amada por él en tiempos ya lejan os ; poco ápoco

,el erm itaño se desliza por aquella pendiente

,y

llega hasta la queja celebrar ía ser gramático ó fi lósofo,soldado

,obrero

,comerciante rico y casado . Voces queproceden de las tinieblas le ofrecen muj eres montes de

oro , mesas cargadas de exquisitos manjares . Tal es elprincipio de la tentación los ape titos vulgares ,

las sá

t isfacciones del bruto . Sueña después el erm itaño que esconfidente del emperador que posee el poder por comple to . Encuéntrase después en un palacio resplandeciente

,en medio de un festín de Nabucodonosor y

,ahito de

142 LA ESPANA MODERNA .

excesos , siente la necesidad de convertirse en bestia se

pone a cuatro pies , y muge como un toro . Después dehaberse azotado para castigar aquella visión surgeotra : la reina de Saba llega a ofrecérse le , j untamentecon sus tesoros , y le presenta su preciosa garganta ,

ciéndole estremecerse de deseos . D esvanécese todo : eldiablo toma la figura de H ilarión ,

antiguo discípulo deA ntonio ,

para atacar a éste en su fe religiosa . H ilarión

l e prueba la oscuridad,l as contradicciones del A ntiguo

y delNuevo Testamento . Guíale en un viaj e inaudito a través de las religiones y de las teogonías : primeramentelas religiones luego las cien herej ías a cual más monstruosás ,

todas las formas de la locura y del furor delhombre en segundo lugar

,los dioses un desfi le de dio

ses abominables y grotescos,que van todos

,uno por uno

,á hundirse en la nada ; desde los dioses de sangre de lost iempos remotos , hasta los dioses poéticos y hermosos deGrecia . A quel viaje termina en el espacio infinito

,entre

el polvo de los mundos,en medio de ese cielo de la ciencia

moderna,que Satanás hace recorrer al ermi taño

,lleván

dolo montado en la espalda ,y que A ntonio contempla

aterrado ante lo infi nito . El demonio se ha engrandecidoextraordinari amente , se ha transformado en la ciencia .

San A ntonio torna acaer en la tierra oye las espantosasdisputas de la L uj uria y de laM uerte de la Esying e yde la Quimera . A b ismase , en fin , en la bandada deanimales fabulosos , de los monstruos de la tierra siguebaj ando se halla en la tierra m isma

,en los vegetales

,que son s eres vivos,en las piedras

,que son vegetales .

H e aquí ahora su último grito A nhelo volar y nadar ;quiero ladrar y mugir y relinchar ; deseo poseer alas ,tener una concha,llevar una corteza

,lanzar humo

,tener

trompa,retorcer mi cuerpo , repartirme por todas partes

,estar en todo lo que existe,convertirme en emanación con

los perfumes , desarrollarme lo m ismo que las plantas ,deslizarme como e l agua,vibrar como el sonido

,brillar

como la luz , encerrarme baj o todas lasformas , penetraren cada átomo , bajar hasta el fondo de la materia ,ser l a

LA ESPANA MODERNA .

solamente de la popularidad,sino de la gloria . Poniasele

en primera fi la,al frente de los novelis tas c ontemporáneos . Transcurridos veinte años

,Flaubert conserva to

davia enrededor de su frente la aureola de aque l triunfo .

Pero el público le ha hecho pagar muy pr onto estagloria . No parece sino que se ha querido tomar e l desquite de aquella admiración franca

,irresistible

, pró

ducida por M adama B ovary . No ha vuelto á pub licar unlibro sin que haya sido discutido violentamente y hastanegado y este rencor y esta hostilidad de la cr ítica haido en aumento a cada l ibro nuevo . Salammbó pro dujoaún ruido enorme

,ruido en el cual ya tomaron mucha

parte las burlas . L a Educación sent imental , esa obratan complej a y tan profunda , caída en las últimas convulsiones del imperio pasó casi inadvertida en medio de unaindiferencia desconcertada . Por último : L a Tentación d eSan A nton io recientemente , ha sido at acada con extre

ma violencia , sin que haya habido un solo crítico que se

atreviese á examinar la obra con seriedad y á señalarsus bellezas prodigiosas . Esta es la verdad , la triste verdad consiste esto en que los l ibros de Gustavo Flaubertson demasiado sinceros y demasiado originales p ara elpúblico parisiense . Los lectores frívolos de perió dicoscallej eros no ven en ellos más que asuntos para su s bromas necias la prosa se apodera de las situaciones ; lacaricatura de los personaj es , y pronto se produce unacarcajada universal con ocasión de las cosas m enos risibles del mundo . Hay que conocer ese público extraño( algunos m illares de personas á lo más ,

pero que producen ruido de cien mil), para formarse idea de los extravagantes j uicios que formula . Un escritor ha trabaj adoveinte años en una—obra ; un caballero part icular cualquiera la hojea en veinte m inutos , y la tira diciendo 5 ES

fastidiosa » ; se ha concluido , el l ibro está condena do .

Debo agregar que el libro,desenvolvimiento de la

in teligencia de Flaubert , no estaba hecho para conquistarle el favor de la muchedumbre . Se le exigía que dieseuna segunda M adama B ovary ,

sin comprender que un

GUSTAVO FLAUBERT . 145

escritor,al retroceder

,se empequeñece . Flaubert

,obe

deciendo los impulsos de su temperamento , ha ensan

chado cada vez más su análisis . Cada una de sus obrasofrece una tentativa nueva , razonada y llevada á cabocon firmeza admirable . Digo más : cada una de ellas hasido un gran paso hacia adelante , una fase de ese talento tan claro y de tanta conciencia . Ya se volverá sobrelas cr íticas lanzadas contra L a Educación sent imental

y L a Tentación d e San A ntonio . Es necesario que esosl ibros se maduren .

Gustavo Flaubert será siempre una de las figurasmás em inentes de nuestra l iteratura contemporánea .

Todos se inclinan respetuosamente ante él . Toda la generación nueva reconoce en él un maestro . Y

, ¡cosa extrana en esta ocasión t0camos con el dedo la enfermedadfrancesa Gustavo Flaubert vive retra ído , rodeado apenas por algunos am igos

,sinbull icio y sin arrastrar en pos

el rebaño de sus admiradores. 5 in embargo , el genio francés ,

en estos momentos , la lengua francesa en su purezay en su brillo se hallan en ese escritor solitario, abandonado

,cuyo nombre aparece en los periódicos

,cuando mu

cho una vez al mes,siendo as í que las trompas de l a famay del entusiasmo deberian sonar sin descanso con el nom

bre de ese autor,porque Flaubert es realmente honra y

gloria de Francia .

EL HOMBRE

Si alguna vez escribiera yo mis memorias ,esta sería

una de las páginas más sentidas . M e propongo reunir misrecuerdos de Gustavo Flaubert , el ilustre y queridisimo

amigo , perdido , poco ha , para siempre . A caso resultaríanalgo desordenados estos recuerdos aspiro solamente aser exacto y completo . M e parece que tenemos la obligación de alzar con toda exactitud la figura de un gran esc ritor

,nosotros

,los que hemos vivido de su vida m isma

10

146 LA ESPANA MODERNA .

durante los últimos diez años de su existencia . Tanto máshan de amarle , cuanto mej or le conozcan ,

y siempre hasido una tarea noble la tarea de destruir preocupaciones .

¡Pensemos todos en el tesoro que ahora poseeríamos sidesde el día siguiente de haber muerto Corneille ó M o

liere algún amigo nos hubiera pintado al hombre o explicado al escritor en un análisis escrupuloso tomado de lasmej ores fuentes de la observación propia !

La muerte de Gustavo Flaubert ha sido para todosnosotros como un rayo . Seis semanas antes del domingode Pascua realizamos un propósito que hacía tiempoteníamos , Goncour t , Daudet , Charpentier y yo habíamos ido á pasar veinticuatro horas en casa de Flaubert ,en Croisset habíamosle dejado muy satisfechos denuestra escapatoria , conmovidos por su hospitalidad páternal

,y citándonos todos en Paris hacia los pr imeros

dias de M ayo época en la cual se proponía Gustavo trasladarse á esa población para pasar en ella dos meses . Elsábado 8 de M ayo ,

estaba yo en Medan donde me habíainstalado tres dias antes , y me sentaba á la mesa muycontento porque me veía por fin l ibre del polvo de la mudanza

,pensando ya para el día siguiente en una mañana“

de trabajo serio , y me llegó un telegrama . Cuando enel campo recibo un telegrama , s iento que el corazónse me encoge

,temeroso siempre de una mala noticia .

Empecé abromear , sin embargo ; toda mi familia estabaallí,y dij e riendo que el telegrama no nos impedía cenar .

Una vez abierto , le í estas dos palabras < Flaubert muerto »

. M aupassant era quien me telegrafiaba esas dos palabras sin más explicac iones . Un mazazo en e l cráneo .

¡L e habíamos dejado tan bueno , tan alegre , con elgozo de haber concluido un libro ! N inguna otra muertepodía causarme más emoción ni mayor sorpresa . Hasta

148 LA ESPANA MODERNA .

adelantaba hac ia nosotros como para darnos la bienvenida . Cuando vi el coche mortuorio con sus colgaduras,sus caballos marchando al paso

,su balanceo fúnebre

,desembocar por detrás de la arboleda en el cam ino,y

venir derecho hacia donde yo estaba,sentí frío

,y princi

pié á temblar . A derecha y á izquierda hay prados extensísimos ; los cercados interrumpen los pastos ; los álamos ocultan e l cielo ; aquello es un rincón frondoso de lafértil Normandía que verdea en una sábana de sol . 'Elcarruaj e funerario adelantaba siempre , en medio de verdura .

_y baj o el cielo infinito . En una pradera una vaca

asomaba con asombro su hocico por encima del cercado ;cuando el cuerpo pasó , la vaca se puso á mugir , y susmugidos dulces y prolongados,en aquel momento con

fundiéndose con el ruido de los caballos y del cortejo , pá

rec ían como la voz lej ana,como el 5 011020 de aquella

campiña que tanto hab ía querido el muerto . Siempre oiréaquella lamentación de la bestia .

Entretanto , Daudet y yo nos hab íamos colocado á laorilla del cam ino , muy pálidos y sin pronunciar una pálabra . N O? necesitábamos hablar ,nuestro pensam iento

fué el m ismo ; cuando las ruedas del coche mortuorio nosrozaron,

d e l viej o pasa dij imos á la vez y pusimos enesa palabra toda nuestra ternura hacia él,todo lo quedeb íamo

__s al amigo , al maestro . Los diez últimos años de

nuestra vida literaria se levantaban ante nosotros . Entretauto , ! .el coche fúnebre adelantaba siempre , con subalanceo triste

,á lo largo de las praderas y de los cer

cados ; detrás estrechamos las manos á Goncourt y á

Charpentier ,cambiando con ellos algunas palabras inSig

nificantes , ymirándonos con el aire de sorpresa y aturdimiento de .

las grandes catástrofes . Lancé una miradahacia el cortej o apenas llegábamos adoscientos . Desdeluego comencé á caminar perdido ,

con paso desigual derebaño .

El cortej o,al llegar al camino de Canteleu , había torciclo y comenzaba á subir la cuesta . Croisset es sencil la

mente umgrupo de casas edificadas á orillas del Sena , y

GUSTAVO FLAUBERT .

que dependen de la iglesia de Canteleu , y cuya iglesia ,

viej ísima ,se halla emplazada en lo más alto

,entre arbo

les. El camino es soberbio una ancha carretera queserpenteá entre praderas y campos de trigo ; á medidaque el cam inante sube ,

la llanura se ahonda , ensanchandose

,hasta perderse de vista el inmenso horizonte con

la corriente enorme del Sena á través de bosques y pueblec illos. A la izquierda ,

Rouen presenta el mar obscurode sus cubiertas

,en tanto que las humaredas azuladas de

la derecha confunden con el c ielo las lontananzas. A lolargo de aquella cuesta tan áspera , la com it iva se hab íadesordenado bastante . A cada vuelta del cam ino el cochemortuorio desaparecía entre el follaj e ; después vo lv iá

mos á verle más lej os ,próximo á un campo de avena ,del que las colgaduras flotantes hacian volar espantadosuna bandada de gorriones . A lgunas nubecillas atrave

saban el puro cielo de la mañana . De vez en cuando pasaban ráfagas de viento que levantaban polvaredas blancas , volando entre los rayos del sol . Todos estábamos yablancos

,y la subida no acababa el horizonte c ontinuaba

ensanchándose . Este cortejo ,á través de aquella camp i

ña ,en frente de aquel valle

,adquir ía grandeza . Detrás

,unos treinta carruaj es , casi todos vacíos , sub ían trabajosamente .

Entonces fué cuando M aupassant me contó algunospormenores de los últimos momentos de Flaubert . M au

passant había acudido la noche misma del fall ecim ientohabía encontrado aún á Flauber t en el s ill ón de su gabinete , donde le había atacado la apop lej ía . El autor de M a

dama B ovary vivió como soltero , servido solamente poruna criada . La víspera,cediendo á la necesidad de ex

pansión , había dicho á la sirviente que estaba muy contento su libro B ouvard y Pe' cuchet estaba terminado , yél se proponía trasladarse el dom ingo á París . El sábadopor la mañana tomó el baño : después volvió á subir asugabinete , donde no tardó en sentir cier to malestar .Comosolía padecer de crisis nerviosas

, después de las cualesacababa por desvanecerse y permanecía sumido en sueños

1 5 0 LA ESPANA MODERNA .

pesados ,creyó que seria aquello un ataque de esa índole ,y no se alarmó . Pero llamó a la criada para que avisase

al doctor Fortier , que habitaba en las inmediaciones .

Después mudó de parecer , y dij o á la criada que permaneciese á su lado , mandando además que le hablase ensus crisis necesi taba oir á alguien vivo á su lado . No es

taba inquieto hablaba para manifestar que le habr íamolestado mucho más el acceso sobreviniendo al día siguiente en el ferrocarril se quejaba de verlo todo amarillo en rededor suyo se adm iraba de t ener todavía fuerzas para destapar un frasco de éter que él m ismo hab íaido á tomar en su habitación . Después

,y ya de vuelta en

su desp acho , lanzó un suspiro !y dij o que se sentía mej orSin embargo , l as piernas parec ían como rotas habíase

sentado en un diván turco,colocado en un rincón de l a

estancia . Y de pronto,sin pronunciar una palabra

,se

echó hacia atrás estaba muerto . Es seguro que él no seveía morir . Durante muchas horas s e creyó que aquelloera un letargo . Pero la sangre le había subido al cuell o ;la apoplej ía estaba allí en un collar negro , como si lehubiese ahogado . Hermosa muerte ,

golpe envidiable yque me ha hecho desear para mi y para todos aquellos áquienes amo , ese aniquilamiento de insecto aplastado pordedos gigantes .

Llegamos á 1a iglesia ; una torre romana ,en la cual

una campana tocaba amuerto . En el atrio ,cuatro aldea

nos se colgaban de la cuerda obstruyendo la puerta principal con su vaivén . Ya habían bajado el féretro ; era tanenorme

, que los enterradores andaban como doblegadosbajo su peso . Siempre me acordaré de los funerales delcorpulento y buen Flaubert en esta iglesia de una aldea .

YO estaba en el coro en frente de los cantantes . Habiacinco colocados en fil a delante de un facistol desvencijado

,y subidos sobre taburetes que los levantaban del sue

lo como á muñecas j aponesas al ineadas en palos cincocampesinos zafi os

,vestidos con sobrepellices sucias , ycuyos toscos zapatos se veían por debaj o de l a sotana

cinco cabezas de bastón,color de ladrillo , contrahechos ,

I 5 2 LA ESPANA MODERNA .

se estrechó amigos particulares de Flaubert se relevaban para llevar las cintas del féretro . Entonces ibamos

lo más , trescientos .

No quiero citar nombres ; pero faltaban muchos dequienes todos habíamos cre ído que asistir ían . De loscontemporáneos de Flaubert

,sólo Edmundo de Goncourt

había acudido á la triste llamada . Fuera de éste,única

mente habia alli hermanos menores,amigos de los ult i

mos años . Puede explicarse que algunos hayan temido irdesde París treinta y tantas leguas son bastante paraasustar á los que no gozan de perfecta salud . Pero lo queno se explica

,lo que no tiene perdón es que Rouen

,Rouen

en masa no haya acompañado á uno de sus más ilustreshijos . Se nos dij o que los R ouennenses , comerciantes ensu inmensa mayoría

,desprecian soberanamente la l itera

tura . Esto no obs tante,debe de haber en esa gran ciu

dad abogados,profesores , médicos ; en fin ,

una parte depoblación liberal

, que lea libros , que conozca , por lomenos,M adama B ovary debe de haber colegios

,mu

chachos,enamorados , mujeres inteligentes , en una palabra

,espíritus cultivados que habrían sabido por lo speriódicos la gran pérdida que acababa de experimentar

la l iteratura francesa . ¡Pues bien , nadie se movió acasono habrían podido contarse doscientos vecinos de Rouenen el reducido cortej o , en vez de la muchedumbre degentes que noso tros esperábamos . Hasta las puertas dela ciudad seguimos creyendo que Rouen esperaba allípara agregarse á la comitiva . Pero en las puertas solamente hallamos un p iquete de soldados el piquete reglamentario que debe acompañar á todo caballero de laLegión de Honor difunto homenaj e ruin

,pompa insig

nificante y hasta irrisoria , que nos pareció humilde paramuerto tan ilustre . A lo largo de los muelles , y despuésen toda la longitud del paseo que habíamos seguido , al

gunos burgueses nos contemplaban con curiosidad . Mu

chos de ellos ni sabian siquiera quién era aquel muertoque pasaba aunque se les hubiese nombrado á Flaubert ,habrian recordado solamente al padre ó al hermano del

GUSTAVO FLAUBERT . 5 3

gran novel ista,ambos médicos cuyos nombres han con

servado popularidad en la población . Los mejor informados

,los que habían leído los periódicos , fueron para ver

pasar a los periodistas de París . N i la más m ínima señalde dolor en aquellas fisonomías de majaderos . Una

_

ciudad consagrada '

al céntimo , embrutecida , de una ignorancia abrumadora . Pensé entonces en nuestras ciudadesdel M ediodía : en M arsella , por ej emplo en M arsella ,

quetambién está metida hasta la cabeza en el comercioM arsella entera se habría agrupado al paso del cortej ofúnebre si hubiese perdido un hij o de la talla de Flaubert .

La verdad debe de ser que el autor de M adama B ovaryen la víspera de su muerte era desconocido por las cuatro quintas partes de Rouen y detestado por la o tra quintaparte . He ahí la gloria .

Calle espaciosa de mucha pendiente ,cuestas muy pinas conducen al cementerio M onumental que domina laciudad . El coche fúnebre adelantaba lentamente con su

balanceo,que se acentuaba cada vez más. Desbandados

,

j adeando de fatiga , cubiertos materialmente de polvo ycon la garganta seca,llegamos

,por último

,al término de

aquel viaje de duelo . A baj o,desde las puerta mismas

,enor

mes macizos de lilas embalsaman el cementerio ; después ,los paseos serpenteau y se pierden en el follaj e,en tanto

que las tumbas blanquean á los rayos del sol . A rriba,un

espectáculo grandioso nos detuvo la ciudad se extendíaá nuestros pies baj o una extensa nube cobriza ,

cuyos bordes iluminados por el sol , parecian una lluvia de estrellasrojas ; era aquello , baj o una iluminación teatral , la bruscaaparición de una ciudad de l a Edad M edia con sus aguj as

,sus paredes estriadas , su carácter gótico esplendoroso,sus calles ahogadas

,interrumpiendo con diminutos

huecos negruzcos el encaje de los techos . Un m ismopensamiento nos ocurrió á todos : ¿ cómo Flauber t , quedeliraba por el romanticismo de 1 83 0 ,

no ha pues to enparte alguna esa ciudad que se nos presentaba como el horizonte de una balada de Victor Hugo ? Si hay en M ad a

ma B ovary una descripción del panorama de Rouen ; pero

i 54 LA ESPANA MODERNA .

esa descripción es de una sobriedad exagerada,y la anti

gua ciudad gó tica no aparece en ella de modo alguno .

Esto se relaciona con una de las contradicciones del temperamento literario de Flaubert

,contradicciones que pro

curaré explicar más adelante .

La tumba de Luis B ouílhet se halla situada al lado delsarcófago de la familia de Gustavo Flaubert , y los restosdel novelistahubieron de pasar por delante del poeta , Suamigo de la infancia

, que descansa allí hace algunos años .

A mbos monumentos m iran á la ciudad desde lo alto de lacolina verde algunos curiosos

,casi todos gente del pue

blo , h abíanse apresurado ,invadiendo los estrechos sen

deros alrededor de la tumba,en tales términos

, que lacom itiva logró con suma dificultad aproximarse . A demás,para proceder de acuerdo cou . las ideas expuestas varias

veces por Flaubert,no hubo discursos . Unicamente un

amigo antiguo,M . Carlos Lapierre

,director de El N o

ticiero d e R ouen,pronunció algunas palabras“. Entonces

ocurrió un hecho que á todos nos causó impresión dolorosa . Cuando se quiso baj ar el féretro á la fosa , aquelféretro exces ivamente grande

,féretro de gigante , nopudo entrar . Durante muchos minutos , los sepultureros ,dirigidos por un hombre flaco

,de amplio sombrero ne

gro,una figura arrancada de H an d e Island ia , tr abajaron con rudos esfuerzos ; pero el féretro ,

con la cab ezahacia abaj o

,no podía ni subir ni bajar

,y ya se oía cruj ir

las cuerdas y rechinar los tablones . A quello era horrible ;la sobrina á quien Flaubert tanto había querido , sollozaba al borde de la tumba .Por último , algunas voces murmuraron : e B asta , basta ; esperad ,

dejadlo para luego ».

Partimos abandonando allí á nuestro viej o que había pene trado al sesgo en la tierra . Mi corazón estaba próximoá estallar .

A baj o ,en el puerto

,cuando

,aturdidos por la fatiga y

la tristeza ,Goncourt nos conduj o a Daudet y á mi á la

fonda en que él había parado , una música militar tocabaun paso doble cerca de la estatua de B oildieu . Los cafésestaban llenos

,los burgueses paseaban , un aire de fiesta

i 5 6 LA ESPANA MODERNA .

tuviese j amás el propósi to de ej ercer una profesión cualquiera á lo menos nunca habló de eso . A l salir del c olegio había perdido de vista aLuis B ouílhe t

,á quien no vol

vió á encontrar hasta el invierno de 1 846 ; desde luegonació entre ellos la am istad sólida que no cesó ya . Siempre he pensado que L a Educación sent imental era enmuchas de sus páginas una confesión

,una especie de

autobiografía muy ordenada ,compuesta de recuerdos

tomados de acá y de acullá ; en que podría s er que laamistad íntima de Federico y de Deslauriers fuese unarem iniscencia ,

un eco de la amistad de Flaubert y deB ouílhet . Lo mismo que Federico

,Flaubert fué á París

p ara seguir la carrera de Derecho , y en París le encontró B ouílhe t . Pero antes de esa fecha de 1 846 ,

teniendoap enas diez y nueve años

,hab ía viajado

,por primera

vez ,el futuro novelis ta . No puedo decir si l legó á l talia ,pero Si recuerdo que me refirió muchas veces su paso

por M arsella ,donde tuvo una verdadera aventura amo

rosa .

En París llevó vida de estudio,interrumpido por algunos placeres borrascosos . Sin ser muy dado al mundo ,

vivía alegremente . Desde esa época tuvo siempre un pieen París y otro en Rouen su padre había comprado lacasa de campo de Croisset por los años 1 84 2 ,

y allí ibamuy amenudo a pasar estaciones enteras . Repasandorecientemente la vida de Corneille , no he podido m enosde sorprenderme de lo mucho que se asemeja a la deFlaubert . Dos hechos importantes marcan , si asi puede decirse

,su existencia el viaj e aOriente que l levó a cabo

desde 1 849 á 1 8 5 1 ,y el viaj e emprendido después á las

ruinas de Cartago para su libro Salammbó . Si se exceptúan estas dos excursiones , la vida de Flaubert ha sidosiempre la que todos le hemos conocido en sus úl timostiempos

,esa vida de estudio de que he hablado ; ya se encerraba en Croisset durante meses enteros , ya se trasladaba a París , en busca de distracciones , aceptandoconvites,recibiendo á sus amigos los domingos pero

pasando á pesar de todo,las noches sentado á la mesa

GUSTAVO FLAUBERT . 1 5 7

del trabajo . Toda su biografía se contiene en esto . Podránprecisarse las fechas ,

podrán reunirse más pormenores ;no podrá salirse de esas líneas princ ipales .

La casa de Croisset es una construcción muy antigua ,reparada y aumentada á fines del siglo próximo pasado .

La fachada blanca se halla , a lo sumo , a veinte metrosdel Sena , del cual solamente le separan una verja y el cám ino . A la izquierda hay una casa del jardinero

,una

granja muy reducida á la derecha se extiende un parqueestrecho

,al que dan sombra árboles corpulentos luego

,por detrás de la casa , la colina sube bruscamente ,el fo

llaje verde forma una cortina , al otro lado de la cual yen la parte más alta hay un poco de huerta y algunosprados con plantíos de árboles frutales . Flaubert jurabaque no iba

,ni una vez al año , al término de la posesión .

Después de la muerte de su madre ,había abandonado

también y casi por completo la casa ,para encerrarse en

las dos únicas habitaciones en que él vivia : su despachoy su

'

alcoba . No salía de ellas s ino para comer en la salabaja

,porque había acabado por renegar del movim iento

hasta punto tal, que no podía ver moverse á los otros sinexperimentar contracciones nerviosas . Cuando pasamos

una noche enCroisset , encontramos la casa desmantelada ,con sólo el antiguo mobiliario burgués de la familia . Flaubert estimaba poco los cuadros y las baratij as

,todas sus

conces iones en esta materia habían sido dos Quimeras jáponesas que tenía en el vestib ulo y reproducciones enyeso de bajos relieves antiguos colgadas en las paredes dela escalera . En su despacho , una habitación espaciosaque ocupaba todo un ángulo del edificio , no había más quelibros colocados en anaqueles de encina . A llí faltaban delm ismo modo los objetos de arte ; no se ve ían ,

como curiosidades traídas del Oriente , más que el pie de una momia ; un plato persa de cobre repuj ado en el cual sol íatener sus plumas y algunos otros restos sin valor alguno

.

Entre las dos ventanas había un busto en mármol de unahermana á quien Gustavo había querido mucho y quemurió j oven . A esto , á varios grabados , á retratos de

1 5 8 LA ESPANA MODERNA .

camaradas de su niñez y de antiguos amigos,se reducía

todo . Pero la habitación , en su desordenmismo ,con su

alfombra usada , sus sillones viej os , su ancho diván ,su

piel de oso blanco que iba tirando á amarillo,olía á tra

baj o , á luchas encarnizadas contra frases rebeldes . Paranosotros todo Flaubert estaba allí. Evocábamos su exis

tencia entera que se habia deslizado en aquella estancia,

en medio de librotes tan á menudo consultados,de car

teras en que guardaba sus apuntes , de los obj etos familiares que le disgustaba ver separar de su sitio acostumbrado por una manía de hombre sedentario .

Yo no le conocí en París en su habitación del B oule »

vard del Temple . La casa estaba contigua al teatr o delPet it—Lazari . Todavía existe

,en una rinconada que han

formado los ediñcios nuevos . Flaubert la habitó durantequince años próximamente . Enella fué donde nació sujustifi cada gloria y donde saboreó él sus grandes alegrias . A l l í publicó sus tres primeras obras : M adama B o

vary , Salammbó y L a Educación sentimental . En rededor suyo hab ía verdadero movimiento ; sus admiradores.

iban á saludarle . Sus íntimos de entonces eran Edmundoy Jul io de Goncourt

,Teófilo Gautier

,Taine

,Feydeau yotros . Flaubert los reunía todos los domingos por la tar

de aquello era un desenfreno de charla ingeniosa,de

anécdotas picantes y de discusiones literarias . El Imperio

,que deseaba tener sus escritores , había hecho á Gustavo Flaubert afectuosas indicaciones : el novelista ibacon

frecuencia á Compiegne , y había concluido por ser unode los huéspedes habituales de Palais—Royal , donde laprincesa M atilde había logrado reunir algunos talentosextraordinarios .

Después de la guerra se trasladó á la calle de M urillo su aloj amiento se componía de tres habitacioncitasen un quinto piso ,

cuyas ventanas daban al“ parque ' deM onceau unas vistas magníficas que la hab ían decidido .

Hizo poner en las ventanas piezas de cretona muy rameada pero á esto se reducía todo su luj o ,

y,lo mismo

que en Croisset , las baratijas brillaban por su ausencia ;

160 LA ESPANA MODERNA .

notaba algo de desnudez ; era aquella una instalaciónprovisional , una especie de campamento . Es de advertirque

,precisamente por entonces , una contrariedad de intereses anonadó á Flaubert . Había dado todo cuanto

conservaba á su sobrina , cuyo esposo se hallaba comprometido en negocios difíciles en aquello demostró lagrandeza de su alma ; pero acaso el donativo fué un sacrificio superior á sus fuerzas Flaubert temblaba antelos amagos de la m iseria ; él , que nunca hab ía necesi

tado ganarse la vida .Hubo un instante en que temió que nopodría volver á Par ís y

,efectivamente durante los dos

últ imos inviernos no había vuelto . Sin embargo , en sucasam isma del Faubourg de Saint—Honoré volví á verle,

reapareciendo con sus acti tudes magn íficas y sus vocesatronadoras . Poco á poco hab ía ido acostumbrándose ála nueva si tuación de las cosas ; '

fustigaba á todos los partidos con sus dudas de poeta . A demás , los Tres Cuentos,en que á la sazón trabaj aba

,le divertían bastante . Su .

círculo se había ensanchado ; muchos j óvenes iban áverle ; algunos domingos llegaron á reunirse más deveinte . Cuand o el recuerdo de Flaubert surge en nuestramemoria , en la memoria de sus íntimos de los últimosaños

,le vemos siempre en su salón blanco y dorado ; ga

llardeándose ante nosotros con un movimiento de talonesque le era pecu liar ; enorme silencioso ,

con sus grandesoj os azules

,ó bien profiriendo paradoj as t erribles y le

vantando hacia el techo sus puños amenazadores .

Celebraria yo pintar aqui la fisonomía de aquellasreuniones domingueras. La cosa es , sin embargo , muydifícil

,porque se hablaba alli un lenguaj e bastante libre ,condenado en Francia desde el siglo XVI . Flaubert , quel levaba durante el invierno casquete y balandran de clé

r igo,se había mandado hacer para el verano un amplio

pantalón de rayas blancas y roj as,y una especie de tú

nica que le prestaba cierto aire de turco falsificado entraj e de confianza me inclino acreer que también habíaen esto algún residuo de las antiguas modas románticas ,porque le conocí dos pantalones de cuadros grandes ,

GUSTAVO FLAUBERT . 16 1

abrigos entallados y un sombrero de alas anchas atrevidadamente ladeado hacia la orej a . Cuando algunas señorasse presentaban en casa de Flaubert en dom ingo , lo cualsucedía muy rara vez

,y lo encontraban transformado

en turco,se quedaban asustadas . En Croisset

,cuando p áseaba por su jardín con tales vestiduras , los transeuntesse detenían en el camino para contemplarle á través dela verja hasta existe una leyenda

,según la cual los

burgueses de Rouen,cuando iban á la B ouille embarca

dos,llevaban á sus hij os y les ofrecían enseñarles al se

ñor Flaubert,si eran buenos . En París , cuando sonabala campanilla de su casa

,iba muchas veces él mismo

para abrir la puerta y si el que llegaba era persona desu car iño y no le hab ía visitado en algún tiempo , le besaba y penetraba con él en el salón ll eno de humo . En aquelcuarto se fumaba horriblemente . H aciase fabricar parasu uso pipas pequeñas que culotaba con sumo cuidado

,colocándolas muy ordenadamente en una especi e de aparatillo ad hoc . Cuando queria mucho á un amigo

,p onia

aquellas pipas á su disposición , y hasta llegaba á regalarle alguna . A quello era desde las tres hasta las seis dela tarde un galopar desenfrenado á través de mil asuntos siempre se venía á parar á la li teratura , el l ibro ól a comedia del día

,los problemas generales , las teoriasmás arriesgadas ; pero se sacaba punta á todo sin perdo

nar cosas ni personas . Flauber t tronaba Turgueneftenía siempre historias de una originalidad y de un gustoexquisitos ; Goncourt emit ía juicios con la agudeza y laenergía de frase que le eran características Daudet narraba sus anécdotas con ese encanto inimitable que hacede él uno de los compañeros más apetecibles que conozco .Por lo que respecta á mi, yo no brillaba en nada ,

porquesoy un interlocutor menos que mediano . No sé hablars ino cuando tengo una convicción y me enoj o .

Flaubert fué quien tuvo la idea de nuestras comidasde autores silbados. Esto fué después de la representación de Cand idato . Nuestros t ítulos eran : el de Goncourt

,

Enriqueta M aróchal ; el de Daudet , L isa Tavernier ; el

162 LA ESPANA MODERNA .

mío,todos mis dramas . En cuanto á Turguenef, nos juró

que había sido silbado en Rusia . Los cinco nos reuníamos,por lo tanto

,en un “

restaurant una vez al mes ; pero laelección de ese restaurant era asunto importante ; l osrecorrimos todos , desde los más aristocráticos hasta losmás plebeyos . A l servirnos la sopa , ya comenzaban lasdiscusiones y las anécdotas . Recuerdo una empeñada con…troversia acerca de Chateaubriand ; la disputa duró desdelas siete de la tarde hasta la una de la madrugada ; Flaubert y Daudet le defendían

,Turguenef y yo le atacabamos

,Goncourt permanecía neutral . Otras veces nos en

golfábamos en el capítulo de l as pasiones ; se hablaba deamor y de mujeres,y en tales noches los mozos nos mira

ban como espantados . Luego , como á Flauber t le disgustaba mucho volver solo á casa,l e acompañaba yo a tra

vés de las calles completamente oscuras,y me acostaba

á las tres de la madrugada,después de haber filosofado

un poco en cada bocacalle y en todas las encrucij adas .

Las mujeres habían tenido poca parte en la ex istenciade Flaubert . A los veinte años las había amado como untrovador . M e contaba que en algún tiempo andaba dosl eguas para dar un beso en la cabeza de un perro de Terranova ,

al que cierta dama acariciaba . Sus ideas acercadel amor se hallan en L a Educación sentim ental unapasión que llena la existencia ,

y que nunca se satisface .

Indudablemente tenía sus horas de deseo ; era , en su j uv entud

,un mozo robusto

,que presentaba en esta materia

sus puntas y ribetes de marino . Pero sus travesuras nopasaban de eso

,y en seguida tornaba tranquilamente al

trabaj o . Sentía hacia las rameras cariño verdaderamentepaternal ; en una ocasión ,

en los boulevares exteriores,al entrar con nosotros vió Flaubert á una muchacha bas

tante fea que le inspiró lástima ; quiso darle cien sueldos ;la muchacha nos llenó de inj urias ,diciéndonos que no

pedía limosna,y que estaba allí ganándose el pan . El vi

cio candoroso le parecía cómico y le hac ía reir á lo R abe lais ; admiraba á los j óvenes hermosos ; gustaba de oirsus historias

,y decia que le refrescaban . M uchas veces

164 LA ESPANA MODERNA .

ticas parecíale la agonía de las letras .

. En!

una palabra,Flaubert no era am ante de su tiempo

,y ya volveré a tra

tar de esa malquerencia que inflúiá bastante en su teml

peramento l i terario . A demás , muy pronto el espectáculode nuestras luchas pol íticas acabó de disgustarle ; susantiguos amigos los bonapartistas le parecieron tan bestias y tan ineptos como los republicanos . Insisto en esto

,porque es menester dejar sentado que ningún partido politico puede , con razón , reclamar á Flaubert como suyo .

Fuera de sus instintos autor itarios y de su fe en los poderes,aun en sus más ínfimas representaciones

, sentía porel linaj e humano el más absoluto desprecio . EncuentroenFlaubert un ej emplar— bastante generalizado entre losgrandes escritores del revolucionario demoledor detodo

, que no tiene conciencia clara de su terrible tarea , yque es demoledor a pesar de su bondad y de su candidez

,

que le hacen creer en las convenciones sociales y en lasmentiras de que está rodeado .

Es de notar aquí otro rasgo característico Flaubertera un provinciano . Uno de sus antiguos amigos dec íacon un poquito de mala intención : Este demonio de Flaubert cuanto más viene aParis tanto más provinciano párece Quiero decir con esto que conservaba candideces

,ignorancias,preocupaciones , terquedades de hombre dequien

,á pesar de que conocía perfectamente á Paris , podía decirse

,como suele decir el vulgo , que ni París habíaentrado

,en él

,ni é l había entrado en París

,pues nunca

se había identifi cado con el espíritu de broma y de ligereza ingeniosas .

Sin ser afi cionado á frecuentar la sociedad , padec iendo mucho en el calor de los salones , creíase en la obligación de hacer visitas y lucir con cierta solemnidad sufrac negro , aunque sol ía bromear sobre esto ; cuandoestaba vestido de gala

,con su frac , su corbata y “sus

guantes blancos,solia plantarse delante del am igo que

tenía cerca,y le decía invariablemente : » Heme aquí

,compañero »,frase en que se adivinaba algo de la alegría

infantil de un pobre novelista que va á casa de grandes

GUSTAVO FLAUBERT .

señores . Todo esto rebosaba candor ,y nos enternecia

pe ro en el fondo veiamos siempre la burguesía provinciana .

Si está lanzada la palabra terrib le : Flaub er t eraburgués , el más digno ,

el más escrupuloso y el más cálificado que pueda existir . El m ismo lo decía á menudo

,mos trándose orgull oso de la consideración de que gozaba,de su vida entera consagrada al trabaj o lo cual no

le impedía aplastar á los burgueses , aniquilarlos, cuandot enia ocasión,en sus arranques de lirismo Esta contra

dicción se explica con facilidad . Prim eramente ,Flaubert

había crecido en la época del romanticismo,en medio de

las paradojas terribles de Teófilo Gautier ,que ej erció

Sobre él una influencia de que todos estábamos asombrados además

,la inj uria de burgués era en sus labios un

anatema general que lanzaba al rostro de la humanidadestúpida ; por burgueses entendia Flaubert l os tontos ,l os ineptos , l os que niegan la luz del sol , no las gentesbuenas que v iven sin ruido en el apartado rincón de suhogar . M e atrevo a decir que sus iras gigantescas solíancaer como nube de verano . Era un corazón buenísi

mo,lleno de puerilidades y de inocencia ; un corazónardiente , que estallaba de indignación por la herida más

insignifican te . Su poderoso atractivo estaba en eso yporeso le queríamos todos como á un padre .

Mis primeras visitas á Flaubert fueron un desencanto,casi un disgusto . Llegaba yo con un Flaubert labrado

por mi dentro de la cabeza . En una palabra que iba enbusca del hombre de sus libros

,y me encontraba con un

hombron terrible , talento paradój ico ,romántico impenitente , que nos atolondraba durante horas enteras baj o

un diluvio de estupendas teorías . Por la noche volvia yoá mi casa molido , quebrantado y diciéndome á mi mismo

166 LA ESPANA MODERNA .

que en Flauber t el hombre valia menos que el escritor .

Después he modificado esas opiniones,y por nada en el

mundo hubiese consentido en que me cambiasen miFlaubert . A sí y todo , la primera impresión fué , en efecto , de des encanto ; desencanto que he visto después reproducido en todos 105 jóvenes que a Gustavo Flauber tse han aproximado .

¿ Cómo no pretender que le escuchásemos sin sorpresa,por ej emplo

,lo que decía de M adama B ovary? Juraba y perjuraba que solamente había escrito aquel libropara fast id iar á los realis tas Champfleuri y sus amigos ; para demostrar que era posibl e ser

,á un tiempo

mismo,buen pintor del mundo moderno y gran estil ista .

Y decía esto con tal aplomo y tan rotundamente, quel l egaba uno a preguntarse si Flaubert habría tenido con

ciencia exacta de lo que era su obra si habr ía previstola evolución que su libro debia produc ir en la li teratura . En realidad , yo ,

aun hoy mismo l o dudo á mu

chos genios creadores les sucede otro tanto : desconocenla edad nueva que l levan consigo . Todas las teorías deGustavo Flaubert terminaban en contra de la fórmulaque nosotros , sus hermanos menores , habíamos aprendido en M ad ama B ovary . Flaubert , por ej emplo ,

sostenía con su voz atronadora que el modernismo no existe

,que no hay asunto moderno ; y cuando algunos , aturdidos por tal afirmación,le contrariaban para comprender

su pensam iento,afirmaba Flaubert que Homero era tan

moderno como B alzac ; si en vez de moderno hubieradicho humano

,nos hubiéramos entendido ; pero lo demoderno no podía aceptarse .

Si en este punto no me explico muy claramente , esporque,en realidad

,nunca he logrado abarcar del todo

el conjunto de las ideas de Flaubert sobre li teratura .

Si empre me parecieron muy desordenadas ; part ían bruscamente de su conversación con todo el aire de paradojas y con estampido de truenos , casi siempre llena de contradicciones y de cosas imprevistas . Quizá consistía todoen mi empeño de armonizar demasiado lógicamente en

168 LA ESPANA MODERNA .

detestables con unción casi religiosa,siempre que esosmanjares tuvies en sabor y . apariencias exóticos . Era

un manantial inagotable de diatribas contra todas nuestras invenciones solamente la vista de una máquina leponía fuera de si en una crisis de antipatía nerviosa .Esto

,no obstante,utilizaba el ferrocarril para ir á Rouen ,

pero afirmaba que solamente lo hacia para ahorrar tiempo , y no dejaba de gruñir en todo el viaj e . B urlábase delmismo modo de las costumbres y de las artes nuevas ;era aquello un duelo continuo según él decía

,por la

Francia viej a,una especie de ceguera voluntaria y de sor

do temor ante lo por venir a creer sus predicciones,el

dia de mañana iba á faltarnos,cam inábamos derechos á

un oscuro abismo,y cuando sosten ía yo mi fe y mis esperauzas en el siglo vigésimo

,cuando yo decia que nuestro

gran movimiento cient ífico y social deb ía concluir en unflorecim iento de la humanidad

,me m iraba muy fij amente

con aquellos ojazos azules , y después se encogía de hombros . Fuera de todo esto,casi nunca entraba en discusio

nes sobre temas generales prefería permanecer s iempreen el tecnicismo literario . Reservaba

,sin embargo

,todas

sus iras para la prensa ; el estruendo de los periódicos , laimportancia que se dan,las tonterías que imprimen inevi

tablemente ,dada la precipitación con que se hacen

,le

enfurecían . Hablaba de suprimirlos todos de una vez . Loque más particularmente le molestaba eran los porme

nores que algunas veces daban acerca de su persona . Pá

recíale esto irrespetuoso ; decia que solamente el escritorpertenecía al públ ico . M alísimamente recibido fui una vezen que osé decirle que

,en último resultado

,el crítico

que hablaba de su traj e y de su alimentación,hacía en él

idéntico trabajo de análisis que el hecho por él m ismo,como novelista ,

en los personaj es cuyas figuras observaba en la vida . Esta lógica le incomodó ; j amás quiso reconocer que en el mundo todo marcha simultáneamente ,y que la prensa que da noticias es la hermana menor ,muy mal cuidada ,

si se quiere , de M adama B ovary .

Pero,por otra parte

,aquel hombre feroz , que hablaba

GUSTAVO FLAUBERT . 169

de ahorcar á todos los periodistas , se conmovía hasta derramar lágrimas cuando el último de los gacetilleros escribía acerca de

_él un articulillo . R e conocíale talento ypaseaba con el periódico en el bols il lo . Después de dosaños aún repetía de memoria frases escri tas acerca desus libros

,conmovido todavía por los elogios y encoleri

zándose por las censuras . Siempre fué un principiante poresta frescura de impresión . Rico trabaj ando á sus horas ,sin haber pasado por el periodismo ,

lo desconocía porcompleto

,despreciándolo á veces demasiado y creyendo

en él otras veces también demasiado . A unque sol ía eu

fadarse con todo lo que fuese dar publicidad á sus cosas ,en muchas ocasiones un reclamo ,un sencillo anuncio le

encantaban . Tenía Flaubert , c omo tenemos todos , ¡ay ! ,esta malhadada necesidad de llenar el mundo con su persona . Só lo que él ponía en eso un candor de niño grande .

A lgunas semanas antes de mor ir , como L a Vida M o

d erna hubiese publicado el trabajo de Flaubert,L e Chá

teau d es cceurs , se alegró extraordinariamente , porque elperiódico se hallaba colocado en los escaparates de lasl ibrerías de Rouen

,donde su antigua criada de Croisse t

lo había visto .<Voy siendo hombre famoso »

,escrib ía

Flaubert con ese motivo . ¿No es este un rasgo digno derecordarse ?He ahí rasgos de la fi sonom ía de Gustavo Flaubert

,

que pueden ayudar á reconstruirla . Por lo que á m i respecta , resum ir é , diciendo : que él no había querido nuncala evolución aportada por M adama B ovary ,

y que rehusó siempre ver y medir las consecuencias de su obra .

A quel libro fué pura y simplemente un producto de sutemperamento , que se encontró en la confluencia de B alzac y de Víctor Hugo . Cifró toda su gloria en ser un rétórico , habiendo sido , sobre todo y ante todo ,

un granobservador y un experimentador . Estudiando en él alescritor , se ve fácilmente cómo sus facultades diversas ,las contradicciones aparentes que consigo llevaba

,han

hecho de él un novelista tal cual ha sido,sin que hayapretendido serlo .

170 LA ESPANA MODERNA .

Paso ahora á los libros de Gustavo Flaubert .La aparición de M adama B ovary fué una sorpresa .

Ese l ibro , escri to después del viaj e de Flaubert á Oriente,hab ia sido inspirado

,según dicen , por la lectura deuna noticia el suicidio de la muj er de un médico á

quien el autor conocia . Por otra parte,M . Maxime D u

camp me ha escrito <<M adama B ovary es un libro quehan impuesto á Flaubert,que él m ismo se ha impuesto ,y que ha surgido de circunstancias muy especiales y muy

dolorosas para él » : me parece saber que M . D ucamp se

reserva la expl icación de esas palabras m isteriosas paraun estudio que se propone escribir acerca de Flaubert .

En realidad,poco importa el autor desconocido

,traba

j ando en su departamento,llegaba con esa nota originali

sima que había de transformar la novela eso es lo interesante

,el principal dato . No creo que los am igos de

Flaubert hayan comprendido entonces el alcance de se

mejante obra . El se la le ía a trozos , y se asegura que lehicieron introducir muchas correcciones , lo cual me permito dudar,porque el Flaubert de los últimos años no

era hombre para cambiar una sola coma . De todas maneras , lanzados todos en el movimi ento romántico , debieron de m irar , l o m ismo que el autor , M adama B ovarycomo un bromazo lírico jugado á los realistas de laépoca . Ya se conocía el ridículo proceso intentado contrael autor y el éxito ruidoso que tuvo la novela . Y

,á pro

pósito de esto , advierto que Flaubert , á pesar de su bondad excesiva , no pon ía fácilmente en olvido las injuriasconservó siempre rencor á M . Pinard , que l anzó contraél la acusación famosa,convertida hoy en documento de

esto lidez . El libro produj o muy poco al novelista ochocientos francos , si no me equivoco ; convendría contar

172 LA ESPANA MODERNA .

Cuanto más adelantaba , tanto más necesitaba la sobriedad . La sobriedad es l a p erfección .

En realidad , el libro con el cual más ha padecido esL a Educación sentimenta l .Flaubert había puesto en esaobra todo su esfuerzo , visitando bibliotecas , consultandolos periódicos y los grabados

,tomándose enorme trabaj o

para reconstituir los lugares que han cambiado extraordinariamente en cerca de medio siglo . Cuando un escritorconsume seis ó siete años en una obra ; cuando emplea enella tal suma de trabajo y de voluntad

,concede natural

mente á esa obra una importancia considerable . Flaubertestaba

,por lo tanto

,convencidísimo de que publicaba

una obra muy superior á M adama B ovary , y cuya aparic ión había deproducir extraordinario efecto en el público .

Verdad es que nunca ha publicado un libro sin creer firmemente en el buen éxito con una confianza infantil

,y una

ignorancia de las condiciones de la venta en asuntos editoriales , que recordaban los hermosos ensueños de B alzac . M ucho se le ridiculizó

,por aquel entonces

,con mo

tivo de la supuesta caja de maderas finas en que hab íallevado desde Croisset á Paris el manuscrito de L aEducación sentimenta l ; la tal caj a era sencillamente demadera blanca

,y explicaba Flaubert que se la había en

cargado al ebanista de su pueblo para transportar másfácilmente y con seguridad completa el manuscrito , queera enorme ; agréguese á esto , que debía leer algunospasaj es del libro a la princesa M atilde , y que no habríasabido cóm o p resentarse con tal paquete de papeles debaj o de] brazo . La novela apareció á fines de 1 869. Elresultado de la venta no pasó de mediano ; los periódicosatacaron la obra con violencia , y Flaubert cayó bruscamente de lo más elevado de sus sueños . La caída fué tandolorosa

,que se resintió de ella toda su vida . Lo más

sensib le para él fué el silencio, que enterró muy luego , L a

Educación sentim enta l se la declaró terriblemente fastidiosa ,

y nadie volvió á decir de ella una palabra . Flaubert corrió a encerrarse en Croisset era su refugio enlos grandes dolores . Cuando fuimos á visitarle última

GUSTAVO FLAUBERT. 173

mente , 1103 decía , señalando hacia su despacho ( A hí tenei s una habitación en que he trabaj ado mucho y he padecido más .

» A quello me había conmovido hondamenteporque conozco esos padecimientos del cerebro que sedevoran en la soledad . A ll í ocultaba Flaubert sus heridas sollozaba en aquel diván mismo en que murió , agonizaba en esa mesa en que ha borrado y vuelto á borrar tantas frases rebeldes . Hay que saber lo que le costaba una hermosa página , á él , que se había esteril izadovoluntariamente con el deseo , nunca satisfecho , de la perfección. Era un comenzar eterno ,

partos dolorosos quele arrancaban gritos , dudas incesantemente renovadas ,hasta el punto de tratarse á si m ismo de bruto y creerseidiota ; esto lo ha repetido muchas veces < Todas las noches me dan ganas de abrirm e el vientre » . ¡Imagínesecuál debería ser la tortura de ese hombre cuando se en

contró sólo , con el fracaso de su obra detrás de él !Contemplaba por tierra siete años de trabajo estabaquebrantado en todas sus convicciones . Los grandesproductores se consuelan pronto pero él necesi taba ésperar muchos años para tornar á creer . A demás

,l os

tiempos se presentaban sombríos ; l legó la invasión yacabó de trastornarlo . Ese novelista,cuyo escepticismo

y cuya indiferenci a tanto se han censurado , que no ha escrito j amás las palabras bandera ylpatria , padeció horrorosamente por la ocupación extranj era . Cuando volví averle

,estaba absorto pálido , temblón . A quellos fueron

sus años peores los años de que antes hablé y que Flaubert pasó en la calle de M urillo .

L a Tentación d e San A ntonio le ocupó más de veinteaños . En 1 874 , cua ndo hubo al fin terminado la obra ,

sintió gran alivio , no porque estuvi ese absolutamente satisfecho , sino porque , según su expresión misma ,

no ve íaya claro en la obra

,y temía verse en el caso de princi

p iarla toda de nuevo si no se decidía á publicarla . Eléxito fué todavía inferior al de L a Educación sent imen

ta l . Flaubert se asombró de esto , porque se había figurado que un trabaj o semej ante , de ar te y de ciencia , po

174 LA ESPANA MODERNA .

dia perfectamente adquirir popularidad ; pero no lo sintiótanto como temíamos . L a Tentación d e San A ntonio

continuó siendo , hasta que murió Flaubert , su obra predilecta . De Tres Cuentos hablaré poco ; Flaubert los consideraba como una dis tracción . Había comenzado B ouvard y Pócuchet , el l ibro póstumo que dej ó

,cuando

,asustado del trabajo , abrumado por la pérdida de sufortuna ,

abandonó esas tareas grandes,y se entretuvo

en escribir las tres novelitas L a leyenda d e San ] ulidnel H osp italario ,

Un corazón sencillo y H erod ias. Cadauna le costó próximamente seis meses . Esto era lo queFlaubert l lamaba descanso . B ouvard y Pócuchet , segúnel pensam i ento del autor , debía ser para el mundo moderno lo que L a Tentación d e San A ntonio es para el

mundo antiguo una negación de todo, o ,mejor aún

,una

afirmación de la estupidez universal . Sólo que L a Tentación d e San A ntonio es una epopeya llevada al lirismo

,en tanto que B ouvard y Pócuchet es una comedia extre

mada casi hasta la caricatura . Flaubert ha tomado dospobres hombres , buenazos ellos ; dos antiguos empleadosen la administración pública

,que el poeta supone retira

dos ya en el campo,donde

,ora por vía de distracción

,ora con el propósito más noble de ser útiles,abordan

todos los conocimientos humanos como es natural sustentativas fracasan ; los infelices se hallan en perpetuoaborto

,y cuando han pasado estérilmente desde la agri

cultura a la historia , y desde la literatura a la religión ,no encuentran más que una tarea interesante la decopiar todos los papeles impresos que caen en sus manos .

Estas copias de los dos pobres hombres hab ían de formarel segundo tomo

,en el cual Flaubert habr ía publicado

las asnerías escapadas á las plumas menos val iosas y álas más i lustres empezando por la suya misma .

No puedo prescindir de consagrar aquí algunas “palabras á Cand idato

,esta obra desgraciada

,que tuvo des

dichado éxito en el Vaudeville . La pasión del teatro háb ía atormentado siempre a Flaubert , Si bien nunca leapartó mucho de sus novelas . El ejemplo de B ouílhe t

i 76 LA ESPANA MODERNA .

Egipto,en Nubia

,en Grecia , y algunas de esas notasson curiosísimas ; l os apuntes que han debido de encon

trarse entre sus papeles sobre Palestina,Siria

,Lidia

,Turquía Europea,habían sido copiados de los '

de M . M á

ximo Du Camp,después de su regreso á París . Habrá

alli además trozos de L a Tentación d e San A ntonio , condenados por el autor

,y que tendrían vivo interés .No hablo

de su correspondencia, que indudablemente se cole ccio

nara algún día,lo cual no dejará de ofrecer dificultades

,pues precisamente para evitar que se le publicasen suscartas

,Flaubert deslizaba en ellas sistemáticamente pa

labrotas escandalosas , de esas que no se pueden imprimir ; me refiero ,por de contado

,á las cartas dirigidas á

sus íntimos , las más interesantes .

Es seguro que Flaubert esperaba vivir todavía muchotiempo . Hablaba de la muerte , pensaba en ella y la temía pero esto no le quitaba de formar á menudo,y

delante de nosotros,proyectos literarios que , para serrealizados

,habr ían exigido una existencia nueva de un

autor que empleaba , por término medio , siete años enun tomo . Una de sus ideas , la que le preocupó durantesus dos últimos años,era una novelita sobre Leónidas

en las Termópilas. Un día le hallé muy sobreexcitado ,como con calentura . No había pod ido dormir en toda lanoche

,trastornado por este asunto que una lectura 10había inspirado la vísp era .

» Estoy en ascuas » , me decía .

Flaubert veia ya aLeónidas partir para las Termópilascon sus trescientos compañeros hablaba de ellos comode guardias nacionales á quienes hubiese conocido ; eranburgueses bonachones que se habían ido allá con lasmanos metidas en los bolsillos . Después los seguía á lolargo del camino camino que Flaubert había recorrido también cuando viaj ó por Oriente ; 10 que le deteníaun poco era su deseo de visitar porsegundavezlaGrecia ;pero

,en último resul tado , habr ía tenido lo suficiente consus antiguos apuntes . Estoy seguro de que , si hubiesevivido,después de B ouvard y Pe' cuehet, se habr ía puestocon su Leónidas habría escri to , además , otras dos no

GUSTAVO FLAUBERT . 177

velitas,y asi hubiera dado parejas para sus Tres Cuentos .

Para esas novelitas había ya encontrado asuntos , uno del os cuales era una fi siología amorosa bastante atrevida .

R éstame decir cómo trabaj aba Gustavo Flaubert , ycuál era ,

en su concepto,l a perfección que constituyó

la alegr ía y el tormento de su existencia .

Tomo uno de sus libros en el comienzo ; cuando el

asunto se halla casi contenido en su cabeza y el autorha trazado un plan muy ligero sobre las cuartil lasformaba entonces su casillero

,y principiaba la caza de

documentos con el mayor orden posible . Leía principalmente un número considerable de obras ; aunque es preciso adver tir que solía l imitarse á hojearlas

,acudiendo

con una finura de olfato , de que él se vanagloriaba , á lapágina,á la frase que podían serle útiles . Era muy fre

cuente que una obra de quinientas páginas no le diesemás que una nota que Flaubert escrib ía con sumo cuidado y ocurría á veces que una obra no le daba abso

lutamente nada . Esto explica perfectamente que ,por

término medio,emplease siete años para escribir un libro ;como que so lía pasar cuatro en lecturas preparatorias .

Por último,el montón de notas se desbordaba ; Flaubert tenía ya todos sus documentos , ó si no los tenía todos cesaba de buscarlos , vencido por el cansancio ó porla impaciencia pues , dados sus escrúpulos , las investi

gaciones podrían haber durado siempre llegaba un momento

,decía él , en que experimentaba la necesidad deescribir . Entonces ponía manos á la obra . Entonces prin

cipiaba su tormento .

Recuerdo ahora que cuando hab ía reunido todas susno tas y todos sus apuntes Flaubert fingía hacia ellas undesdén soberano . Las notas de B ouvard y Pe' cuchet porej emplo

,forman un paquete enorme una montaña de

178 LA ESPANA MODERNA .

papeles que hemos visto encima de la mesa en los últimosaños . Había alli material , por lo menos ,

para diez tomosen octavo . Cada página de apuntaciones debía muy á menudo resumirse en una frase . A quell o era sencillamentela materia bruta

,cuya quinta esencia había de sacar

para su libro . Compréndese ,pues

,qué terrible labor

,qué esfuerzo tan grande necesitaba realizar para obtenerese resumen , tanto más dificul toso ,

cuanto más correctolenguaj e apetecia . El lenguaj e

,el estilo eran todo los

apuntes,las notas

,ya no eran nada . M enospreciaba igual

mente la humanidad de sus personaj es sólo pensaba enla cruel retórica que él mismo se había impuesto . Comoél repetía muy frecuentemente : ser exacto

,no dejar que

se deslice un error , es sencillamente ser honrado para ,con

el público . Esto es innegable . Solamente los desvergonzados hablan de lo que desconocen .Después,si le pinchabanun poco

,sol ía gritar que se le importaba tres cominos

de la verdad que era necesario ser un mentecato como…él para tener la estúpida manía de la exactitud

,y que lo

único importante y eterno baj o el sol es una frase bienhecha .

Cuando empezaba resueltamente á redactar principiaba por escribir muy rápidament e un trozo un episodio .

entero,cinco ó seis páginas á lo más . A veces , cuandono le ocurría una palabra

,á fin de no distraerse , l a der

jaba en blanco . Después volvía sobre el trozo escrito de

esa manera,y entonces dedicaba dos ó tres semanas , á

veces más , á trabaj ar apasionadamente en esas cinco ,

6 seis páginas . Quería que fuesen perfectas y puedo asegurar que el conseguir esa perfección era muy incómo

do . Flaubert pesaba cada vocablo ; no solamente exami

naba el significado de la voz,sino también su forma .

Evitar las repeticiones,las asonancias

,las durezas ,

era,si así puede decirse , l o menos delicado de su tarea . L le

gaba hasta no adm itir que en sus frases se encontraranlas m ismas sílabas

,muy á menudo le molestaba algunaletra , y buscaba dicciones en que esa letra no entrase , ó

necesitaba un cierto número de erres para_

dar rotundi

180 LA ESPANA MODERNA .

enciende la bup a ,y vuelve en cam i sa á su despacho á

escribir la nueva frase . Inmediatamente torna tiritandoá la cama y se arropa .Tres veces volvió á echarse alsuelo y á encender la buj ia para reemplazar una palabrapor otra

,ó para variar de sitio una voz

,ó pará poneruna coma . Por último no pudiendo más

,poseído siem

pre del demonio de la perfección , se l levó la página á lacama se tapó lo mejor que pudo ,y hasta que llegó el

día estuvo espurgando la página,acribillándola con ta

chones y correcciones hechas con lapicero .

M encionaré una frase que Flaubert escribía últimamente á un su amigo : < H e querido mucho á B alzac ; peroel deseo de la perfección me ha separado de él poco apoco »

. He ahí á Flaubert de cuerpo entero . Estoy re

uniendo noticias,no discutiendo una teoría l i teraria .

Quiero , sin embargo , añadir que este deseo de la perfección ha sido en el novelis ta una verdadera enfermedadque l e agotaba y le inmovilizaba . Sigámosle atentamen

te,desde ese punto de vista ,

partiendo de M adama

B ovary ,llegando hasta B ouvard y Pe' cuchet le veremos

paulatinamente absorberse en la forma,reducir su vo

cabulario ,entregarse cada vez más al procedimiento

,restringir lo humano en sus personaj es . Es verdad que

eso ha dotado á la li teratura francesa de obras maestrasperfectas . Pero se experimenta gran impresión de tristeza al ver á un talento tan poderoso renovar la antiguafábula de las ninfas convertidas en piedra . Lentamente

,desde la pierna al tronco , y , por último , a la cabeza ,Flaubert se convert ía en mármol .Naturalmente

,después de tan penoso trabaj o

,el ma

nuscrito term inado adquiría á sus oj os una importanciagrandísima . No era vanidad , era respeto y fe para untrabaj o que tanto esfuerzo le habia costado , y en que se

habia puesto todo él , en cuerpo y en alma . M andabasacar una copia , que revisaba por última vez con sumocuidado

,y esta copia era la que Flaubert enviaba á la

imprenta . De seguro,entre sus papeles

,se hallarán todos

sus manuscritos originales,de su puño y letra ; él mismo

GUSTAVO FLAUBERT . 181

escogía el papel ; un papel sólido y duradero . Siempre cone l pensamiento de dejar un texto exacto á la posteridad .

Por lo que respecta á la copia la divorciaba , según deciaél en absoluto de su obra la le ía como cosa aj ena sulibro ya no le parecía suyo

,y se separaba de él sin pena ;

en tanto que si hubiese dado su manuscrito , aquel manuscrito ,

sobre el cual se hab ía apasionado durante tantotiempo

,le habría parecido que se arrancaba un pedazo

del corazón . A ntes de llevar el texto á la imprenta ,gus

taba de leer algunos trozos en casas amigas . Eran esaslecturas verdaderas sol emn idades . Flauber t leía perfectamente

,con voz sonora y rítm ica , lanzando las frasescomo en un recitado haciendo valer admirablemente la

música de las palabras,pero no declamándo las

,ni dán

doles intención , ni matices ; yo llamaría a esto una declamación l írica ; Flaubert profesaba sobre este punto unateoría completa . En los pasaj es de fuerza

,cuando llegaba

á un efecto fi nal, ahuecaba la voz ,

y producía hasta elruido del trueno ; los techos trepidaban. A sí le he oidoterminar L a leyenda d e San ] ulicín el H osp italario, conun verdadero estampido del mayor efecto . Después detodo esto , la impresión del libro era un asunto de sumaimpor tancia . M ostrábase sumamente descontentadizo enla elección de imprenta

,sosteniendo que ningún impresor

de Paris tenía buena tinta . El problema del papel le preocupaba también muchisimo ; exigí a que se le exhibi esenmuestras ; suscitaba todo género de dificultades ;—inquietabase igualmente del color de la cubierta

,y hasta en

ocasiones soñaba con dar al tomo tamaños caprichososé inusitados . Después escogía él m ismo el tipo de letra .

Para L a Tentación d e SanA ntonio impuso una tipografíamuy complicada , tres clases distintas de caracteres , yle costó mucho trabaj o contentarse .

Todos estos cuidados meticulosos procedían , l o re

pito , del respeto que profesaba á la literatur a y á supropio trabaj o . M i entras la obra estaba imprimiéndose,Flaubert permanecía constantemente agi tado , no porquecorrigiese mucho las pruebas —eso no ; se l imitaba senci

182 LA ESPANA MODERNA .

llamente á revisarlas , desde el punto de vista tipográfico ,y á subsanar cualquiera error de caja,pues no h abria

cambiado del texto ni una sola palabra ; la obra era paraél sólida como el bronce , y llevada á la mayor perfecciónposible . Estaba inquieto solamente por la parte materialdel trabaj o ; escribía en ocasiones dos cartas diar ias alimpresor y al editor temía que se escapase alguna correcc ión sobrecogíale á veces una duda que le obligabaa tornar un coche para cerciorarse de que tal ó cual comaestaba en su sitio . Por último , el l ibro aparecia ,

y Flaubert le enviaba á sus amigos , según listas que se l levaban con toda exacti tud , y de las cuales él m ismo borrabaá los que no le daban las gracias . La literatura

,á los

oj os de Flaubert,era una función superior la sola fun

ción importante del mundo . Por esto m ismo quería quetodos fuesen respetuosos con ella . Su gran rencor contralos hombres tenía por principal causa la indiferencia dela mayoria de éstos en asuntos de arte

,la sorda descon

fi anza , el temor vago del vulgo ante un estilo trabaj adoy brillante . Tenia Flaubert una frase que repetía muy amenudo con voz terrible : » ¡El odio á la literatura ! ¡Elodio á la l iteratura ! y encontraba ese odio en todaspartes en los hombres políticos más todavía que en losburgueses .

Tal es el GustavoFlauber t que hallo en mis recuerdos ,el escritor prodigioso ,

el lógico tan lleno de contradic

ciones . H abíase entregado á la lit eratura por completo ,del todo

,hasta tal puntó que l legaba á. la injusticia .

con

las demás artes , la pintura ,la música , por ejemplo , á lascuales llamaba en ' son de menosprecio » las artes inferio

res». Cuando se le hablaba de si convendría ilustrar al

guno de sus libros,se encolerizaba extraordinariamente ,diciendo que era menester no respetar su prosa para po

ner en ella muñecos que manchasen y destruyesen eltexto . Tampoco permitió nunca que se le re tratase , y sobre este punto no cedió en su vida ; sin embargo , aunqueno existe ningún retrato suyo al óleo algunos poseen várias fotografías , que el novelista había mandado hacer

H ER O D ÍA S

A ciudadela de M acha rus se alzaba al Orien te delmar M uerto sobre un pico de basal to de formacónica . R odeábanla cuatro valles profundos dos

hacia los lados , uno en frente , y el cuarto á la parteopuesta . A l pie se apiñaban las casas dentro del c írculode un muro que seguía ondulando las desigualdades delterreno y un cam ino de zigzag , tajado en la roca , , uníala población con la fortaleza,cuyas murallas almenadas

tenian ciento veinte codos de altura ,infinidad de ángulos

,y de trecho en trecho , torres , que eran como llorones de aquella corona de piedra

,suspendida por cima

del abismo .

Dentro había un palacio adornado de pórticos,sobre

el cual se extendía una terraza con balaustrada de madera de sicomoro

,y con mástiles para tender un vela

r iam .

Una mañana ,antes de lucir el día

,el Tetrarca Hero

des A ntipas se acercó á esa balaustrada , y , apoyandolos codos

,se puso amirar .

H EROD ÍA S. 185

Las montañas inferiores próximas á él empezaban aldescubrir sus crestas

,en tanto que su masa permanecía

sumida aún en la sombra hasta el fondo de l os abismos .

Una niebla que flotaba,se desgarró y aparecieron los

contornos del mar M uerto . La aurora , naciente á espaldas de ¿llachmrus , difundía un tinte roj izo un momentodespués ilum inó las arenas de la playa ,

las colinas,el

desierto,y

,más allá

,todos los montes de Judea alzando

sus escabrosas y grises superfi cies . Engaddí trazaba en

medio una raya negra Hebrón se elevaba como una cú

pula en el fondo Escuol ostentaba granados Sorekviñas ; Carmelo campos de sésamo y la torre A ntoniadominaba Jerusalén con sumonstruoso cubo . El Tetrarcadesvió de allí la vista para contemplar á la derecha laspalmeras de Jericó ,

y pensó en las otras ciudades de suGalilea Cafarnaum Endor , Nazareth y Tiberiades

,adonde acaso no volver ía más. Corría en tanto el Jordánpor la árida llanura

,tan blanca , que deslumbraba comoun manto de nieve . El lago á la sazón parecía de lap islá

zuli y en su punta meridional , á la parte del Yemen ,distinguió A ntipas lo que tem ía Ver . Hab ia disem inadastiendas oscuras

,hombres que , armados de lanzas , cir

culaban entre los caballos , y hogueras moribundas quebrillaban como chispas al ras del suelo .

Eran las tropas del rey de los árabes,cuya hij a había

repudiado él para tomar á Herodias , casada con unode sus hermanos que vivia en Italia sin pretensiones alpoder .

A ntipas esperaba socorros de los romanos,y se con

sumia de inquietud , viendo que tardaba en aparecer Viteli o , gobernador de la Siria .

¿Lo habría hecho decaer A gripa de la gracia del Emperador

? Su tercer hermano , Felipe soberano de laB atanea , se armaba clandestinamente . Los j udíos llev aban á mal sus costumbres idólatras

,y todos los restantes

su dominación así que dudaba entr e dos proyectos :aplacar á los árabes ó concluir una alianza con los parthos ; y , so pretexto de celebrar su cumpleaños , había

186 LA ESPANA MODERNA .

convidado á un gran festín para aquel m ismo día á losjefes de sus tropas , a los administradores de sus haciendas y á los principales de Galilea .

Escudriñó todos los cam inos con mirada penetrante .

Estaban desiertos . Por cima de su cabeza volab an laságuilas á lo largo de la muralla dorm ían los soldadosrecostados en los muros en el palacio todo permanecíainmóvil .De pronto hizo palidecer al Tetrarca una voz lejana

que parecía salir de las profundidades de la tierra . Se

inclinó para escuchar hab ía cesado . Pero a poco volvióá oírse , y entonces , dando palmadas , gritó “¡M annaei !

¡M annaei !

A pareció un hombre , desnudo de medio cuerpo arriba,como los amasadores de los baños . Era muy alto ,viej o y seco .Sobre elmuslo llevaba un cuchillo con vaina

de bronce . El pelo,levantado por una peina , dej aba libre

y despejada una frente espaciosa . Tenía baj os de colorlos soñolientos oj os ; en cambio ,

l a dentadura relucía .

A penas posaba los dedos de los pies sobre las losas todosu cuerpo poseía la flexibilidad del mono , y su cara laimpasibilidad de una momia .

—¿Dónde está ?— preguntó el Tetrarca .

M annaei respondió,señalando un sitio detrás de si con

el dedo pulgarA llá siempre !—¡Se me ñguraba haberlo oido !Y después de respirar con desahogo , A ntipas se in

formó de Iaokanann ,el mismo que los latinos llaman San

Juan B autista . ¿Se había vuelto á ver á aquellos dos hombres, que entraron por condescendencia en su calabozoel mes anterior , y se sabía desde entonces lo que fueron

ahacer all í?M annaei contestó—Cruzaron con él palabras misteriosas , c omo los ladrones por la noche en las encrucij adas de los caminos .

Luego se fueron hacia la A l ta Galilea,anunciando quetraerían una gran noticia .

188 LA ESPANA MODERNA .

figura en la confusión de sus terrenos anñteatros y palacios derruidos . El viento llevaba con el olor del azufrecomo la exhalación de las ciudades malditas

,sepultadas

más abaj o de la ribera que aprisiona las dormidas aguas .

Esos signos de una cólera inmortal aterraban su pensamiento , y permanecía de codos sobre la balaustrada ,con los oj os fij os y las sienes entre las manos . A lguien lotocaba . Se volvió ,

y se encontró delante de Herodias .

Iba envuelta en una túni ca de púrpura que le baj abahasta las sandalias . A cabando de salir de su aposentoprecipitadamente no llevaba p endientes ni collarespor un hombro le caía una de las negras trenzas , cuyoremate iba á perderse entre ambos senos ; l as narices ,demasiado remangadas ,

palpitaban ; iluminaba su semblante la alegría de un triunfo y con voz enérgica ,sacudiendo al Tetrarca

,dij o

—¡César nos quiere ! ¡A gripa está preso !—¿Quién te lo hadicho ?

—¡L O sé !

A ñadió-

¡Es por haber hecho votos á favor de la sucesiónde Cayo !Viviendo de sus limosnas

,había mendigado el t ítulo

de rey,que ellos también ambicionaban . ¡Pero en el porvenir ya no habrá temores ¡Los calabozos de Tiberiose abren difícilmente

,y no siempre está allí s egura la

vida ! »A ntipas la comprendió y

,aunque era hermana de

A gripa ,le parecieron justificadas sus atroces intencio

nes. Esos asesinatos eran una consecuencia del estadode cosas

,una fatalidad de las casas reales . En la ' de H e

rodes se p erdían de cuenta ya .

Pasando á exponer sus proyectos,habló Herodias de

clientes comprados,de cartas sorprendidas , de espíasdistribuidos por todas partes y añadió

,además , cómohabía conseguido seducir al delator Eutiques. ¡No mecostaba nada ! ¿No he hecho más por ¡A bandoné ámi hij a !

H ERODÍA S. 189

Después de su divorcio , dej ó en Roma á esa niña,consolándose con la esperanza de t ener otros hij os del

Tetrarca . Jamás hablaba de ella . A ntipas se preg untó áqué vendría aquel acceso de cariño .

Tendióse el velarium , y se traj eron ampli os almoha

dones . Herodias se dejó caer , y _lloraba

,vuelta de espal

das . Luego s e pasó la mano por los párpados , dic iendoque no quería pensar en aquellas cosas , que se sentiafeliz y le recordó sus conversaciones allá en el atrio

,sus encuentros en los baños sus paseos por la vía Sacra,y las tardes pasadas en las quintas entre el murmull o de

l os surtidores y baj o los arcos de follaj e,delante de la

campiña romana . M irábalo entonces como en aquellashoras

,rozándose con su pecho y deshaciéndose en cari

cias . A ntipas la rechazó . ¡Estaba tan lej os al presente elamor que e l la se esforzaba en reanimar ! Y de ah í dimamaban todas sus desgracias , porque pronto se cumpliriandoce años sin que cesase la guerra . Esa guerra habíaenvej ecido al Tetrarca . Sus hombros se encorvaban baj ola oscura toga de ribete morado ; los blancos cabellosse l e juntaban con la barba ,

y el sol,al través del l ienzo

,bañaba de luz su frente sombría . También la de Herodiastenía pli egues ; y uno frente á otro , se contemplaban consemblante huraño .

Los cam inos de la montaña empezaban á poblarse :aqui boyeros aguijando bueyes all í niños tirando deasnos en otra parte , palafraneros gui ando cabal los . Losque bajaban por las alturas de más allá de M acha rus

desaparec ían detrás del castillo otros subían por laquebrada de enfrente , y ,

una vez en l a ciudad,desear

gabán en los patios . Eran los proveedores del Tetrarcay la servidumbre que precedía á l os convidados .

A sí las cosas , en el fondo de la terraza ,hacia la iz

quierda , apareció un esenio,con túnica blanca

,los pies

descalzos y estoico continente . M annaei se precipit abapor la derecha blandiendo su cuchillo .

Herodias le gritó—¡M átal o l

190 LA ESPANA MODERNA .

Detente —d ij o el Tetrarca .

M annaei se quedó inmóvil el otro lo mismo .

Después se retiraron , retrocediendo cada uno por unaescalera diferente,sin perderse de vis ta .

—Lo conozco (dij o Herodias ). Se llama Fanuel , ytrata de ver á Iaokanann,pue sto que tú tienes la locura

de conservarlo .

A ntipas obj etó que podía ser úti l un dia . Sus at aquesá Jeru salén les ganaban el resto de los j udíos .

—¡No ! ( repli có ella ) . ¡A ceptan todos los amos sin

ser capac es de crear una patria !Y por lo tocante al que soliviantaba al pueblo con es

peranzas acariciadas desde Nehemías , la politica mej orera quitarlo de en medio .

No corría prisa , según el Tetrarca . ¡Iaokanann pel igroso ! ¡Vaya en gracia ! A parentaba reir .

Cállate — exclamó H erodías .

Y volvió á repetir su humillación un día que iba hac iaGalaad á la recolección del bálsamo . A orillas del río háb ía gentes vistiéndose

,y en un montículo de al lado

hablaba un hombre . Llevaba una piel de camello alrededor de los riñones y su cabeza parecía la de un león .

<En

cuanto me vió ,escupió sobre m i todas las maldiciones

.

de los profetas . Sus pupilas llameaban ; su voz rugía ; alzaba los brazos como para arrancar e l trueno . ¡Imposible huir ! Las ruedas de mi carro estaban llenas de arenahasta los ej es , y yo me alejaba poco á poco ,

abrigándomecon el manto , helada por aquellas inj urias que caían comol luvia tempestuosa .

»

Iaokanann no le dejaba vivir . Cuando lo cogieron yataron con cuerdas

,los soldados tenían orden de traspasarlo

,si resistía ; pero él se mostró sum iso . Sé echaron

serpientes en su pris ión ; las serpientes murieron .

La inefi cacia de esas asechanzas exasperaba á Herodías . Y,en resumen

, ¿por qué su guerra contra ella ?¿Qué interés lo movía ? Sus vociferac iones ante la muchedumbre s e habían difundido

,circulaban

,las o ía ella por

doquier llenaban el aire . No le hubiese faltado valo r

192 LA ESPANA MODERNA .

porque de vez en cuando se l levab a la mano á él . Elquitasol , balanceándose por cima de ella ,

medio la ocultaba á ratos . A ntipas vislumbró dos ó tres veces su delicado cuel lo el rabill o de uno

,

de los oj os y el remate deuna boca chiquita . Pero v eia ' todo el tronco

,desde las

caderas hasta la nuca , inclinándose un instante para volver á erguirse con un movimiento elástico . Espiaba la !reaparición de aquel movimiento,respirando intensa

mente,y despidiendo llamaradas por los oj os . Herodias

lo observaba .

Quién es?— le preguntó A ntipas .

Respondió que no sabia,y se marchó

,calmada de

repente .

B ajo los pórticos esperaban al Tetrarca gal ileo ,el

maestro de las escrituras,el jefe _

de l os pas tos,el admi

nistrador de las salinas y un judío de B abilonia que man

daba su caballer ía … Todos lo saludaron con una aclamación

,y á poco desapareció A ntipas ,

dirigiéndose á lashabitaciones interiores .

En la esquina de un pasadizo surgió Fanuel .—¿Otra vez ? ¿Vienes por Iaokanann sin duda ?—¡Y por ti ! Tengo que participarte una cosa de importancia .

Y,sin separarse de A ntipas

,penetró tras él en un o s

curo aposento .

B ajaba la luz por un enrejado que se extendía longitudinalmente debaj o de la cornisa . Las paredes estabanpintadas de un color granate casi negro . En el fondo había un l echo de ébano con correas de cuero de buey.

Encima relumbraba como el sol un escudo de oro .

A ntipas atravesó toda la estancia,y se tendió en el

lecho .

Fanuel estaba de pie . A lzó un brazo ,y en acti tud ins

pirada , habló asíEl A ltísimo envía á veces uno de sus h1]05 . Iaoka

nann es uno de ellos . Si lo oprimes , serás castigado .

—¡El es el que me persigue ! ( exclamó A ntipas . ) Haquerido de mi una cosa imposible . Desde entonces me

H ERODÍA S. 193

desgarra . ¡Y no era yo duro al principio ! Ha llegado ámandar salir de M achmrus hombres que trastornan misprovincias . ¡Desgraciado de él ! ¡Puesto que me ataca ,me defiendo—Sus cóleras son demasiado violentas ( replicó» Fanuel). Pero no importa . Hay que ponerlo en libertad .

—No se suelta á las fieras rabiosas —dij o e lTre tarca .

El esenio respondió—¡No tengas cuidado ! Irá á visitar á los árabes , á losgalos , á los esci tas . Su obra debe extenderse hasta el fin

de la ti erra .

A ntipas parecía absorto en una visión .

—¡Grande es su ¡A mi pesar , 10 quiero !

—¡Entonces , que sea libre !El Tetrarca movió la cabeza . Tenia miedo á Hero

días,á M annaei y á lo desconocido .

Fanu£l t,rató de convencerlo , alegando ,como garan

tia de suSplanes ,la sum isión de los esenios á los reyes .

Se respetaba á esos hombres pobres , indomables por lostormentos,vestidos de l ino , y que leían el porvenir en

las estrellas .

A ntipas se acordó de l o que l e había dicho poco antes .

Qué cosa importante es la que me anunciabas ?Sobrevino un negro con el cuerpo blanco de polvo .

Jadeaba,y sólo pudo decir :

—¡Vitello !

—¡Cómo ! ¿Viene ?

—Lo he visto . Estará aquí antes de tres horas :Los cortinajes de los corredores se agi taron como aimpulsos del viento . El palacio se pobló de rumores

,de

un alboroto de gentes que corrían ,de muebles arrastra

dos,de vaji llas de plata que rodaban ; y desde lo alto delas torres clamoreaban las bocmas avisando á los escla

vos dispersos .

194 LA ESPANA MODERNA .

Las murallas estaban cubiertas de inmenso gentíocuando Vitelio entró en el patio , apoyándose en el brazode su intérprete . Iba seguido de una gran litera roj aadornada de penachos y espej os , con la toga ,

la laticlavia y los borceguíes de cónsul , y rodeado de lictores.

Los lictores arrimaron á la puerta los doce haces devaras atadas por una correa ,

cOn su hacha en medio .

En aquel punto todos se estremecieron ante la maj estaddel pueblo romano .

Paróse le litera que conducían ocho hombres , y saliódel interior un adolescente panzudo ,

con la cara cuaj adade granos , y los dedos de per las . L e ofrecieron una copallena de vino y aromas . Se la bebió , y pidió una segunda .

El Tetrarca se echó á los pies del Proconsul, Sintiendo

,decía

,no haber sabido antes el honor que le reser

vaha con su presencia . D e otra suerte hubiese dispuestoen los caminos cuanto era obligado para recibir á los Vitelios. Descendían éstos de la diosa Vitelia , y aun llevabasu nombre una vía que conducía desde elJaniculo al mar .

Eran innumerables en la familia las cuesturas y los consulados ; y en cuanto á Lucio , su huésped entonces , habíaque tributarle gracias como vencedor de los clitos y pádre de aquel j oven A ulo , que parecía volver á sus dominios

,puesto que el Oriente era la patria de los dioses .

Esas hipérboles fueron expresadas en lat ín . Vitelio lasaCeptó impasiblemente .

Respondió que el gran Herodes bastaba para enalte

cer á una nación . Los atenienses le habían dado la su

perintendencia de los juegos O límpicos . Había construido

196 LA ESPANA MODERNA .

guardia . Hab ían metido los escudos dentro de sacos paraprecaverlos _

del polvo y detrás de ellos iba M arcelo,

lugarteniente del Procónsul , con publicanos , que llevaban baj o los sobacos tablillas de madera .

A ntipas nombró á l os principales de su cortejo Tolmai , Kanthera ,

Sehón, A mmonio de A lej andría ,

que lecompraba asfal to , Naamann , capitán de sus veli tes , yIasim el babilonio .

Vitelio se había fij ado en M annaei.—Y ese

, ¿ quién es ?El Tetrarca dió á entender con un ademán que era Elverdugo .

Después presentó á los saduceos.

Jonatás ,un hombrecillo de maneras desenvuel tas

,que hablaba griego,suplicó al Señor que los honrase con

una visita á Jerusalén . Probablemente ir ía .

Eleazar,con su nariz corva y su luenga barba

,recla

mó para los fariseos el manto del gran sacerdote de tentado en la torre A ntonia por la autoridad civ il .Luego los galileos denunciaron á Poncio Pi latos . Por

culpa de un loco que buscaba en una caverna próxima áSamaria los vasos de oro de David ,

había matado á varios habitantes y todos hablaban á un tiempo

,y M an

naei con más vehemencia que ninguno . Vitelio declaróque se castigaria á los crim inales .

Frente á un pórtico donde los soldados colgaron susescudos

,estalló una tempestad de vociferaciones. H abién

dose desatado las fundas , se veía en el umbo la efigie deCésar . Era una idolatría para los j udios . A ntipas losarengó ,

y Vitelio ,instalado en elevado sitial sobre la co »

lumnata,se asombraba de sus furores . Razón habíatenido

Tiberio al desterrar cuatrocientos á Cerdeña . Pero ensu país eran fuertes ; así que mandó retirar los escudos .

Entonces rodearon al Pr oconsul , implorando reparaciones de injusticias , privilegios limosnas . Se estrujabanunos á otros

,desgarrándose los vestidos ; y los esclavos ,para despej ar,repartían palos á roso y velloso . Los más

próximos a la puerta baj aron al sendero ; otros , que Sii

H ERODÍA S. 97

bian en tanto ,tuvieron que refluir ; cruzábanse dos

corrientes en aquella masa de hombres , que oscilaba comprimida dentro del recinto de lo s muros .

Preguntó Vitelio por qué tanta gente . A ntipas dij o lacausa : el festín de su cumpleaños ; y señaló a varios desus servidores que ,

inclinados en las almenas tiraban deinmensas canastas de viandas ,

frutas y legumbres de

antílopes y cigúeñas , de grandes peces de color azulado

,de uvas

,sandías y pirámides de granadas . A ulo no

pudo contenerse . Se precip itó hacia las cocinas , arrastrado por aquella glotonería que debia asombrar al universo .

A l pasar j unto á un sótano , divisó unas marmitas semejantes á corazas . Vitelio se acercó á verlas y exigióque se le abriesen los cuartos subterráneos de la fortaleza .

Eran altas bóvedas abiertas en la peña viva,con pi

lares de trecho en trecho . El primer departamento contenía armaduras viej as ; p ero el segundo se hallaba atestado de picas , cuyas puntas surgían de un penacho deplumas . El tercero parecía tapizado de un enrej ado decañas : tal era la profusión de flechas colocadas perpendi cularmente las unas á las otras . Cubrían las paredesdel cuarto hoj as de cimi tarras . En medio del quinto seextendían fi las de cascos que semejaban con sus cimerasun batallón de serpient es rojas . En el sexto no se veíanmás que aljabas ,

ni en el sétimo más que cnémides ni

en el octavo más que brazales ; en los siguientes habiahorquillas , garfi os , escalas , cordaj es , hasta mástiles paralas catapul tas , ¡hasta cascabeles para el pre tal de losdromedarios ! Y conforme la montaña iba ensanchándosehacia su base , como toda ella estaba dividida interiormente á modo de colmena

,por debaj o de aquellos com

partimientos venían o tros más numerosos ; todavía loshabía más profundos .

Vitelio, su intérprete Fineas y Sissena ,

el jefe de lospublicanos , los recorrían á l a luz de las antorchas quellevaban tres eunucos .

LA ESPANA MODERNA .

Entre sombras se columbraban cosas horribles invent adas por los bárbaros cachiporras guarnecidas de clavos , j abalinas que envenenaban las heridas , tenazas semejantes á mandíbulas de cocodrilos ; en fin el Tetrarcaposeía en M achaerus municiones de guerra para cuarenta mil hombres .

Las hab ía ac opiado en previsión de una alianza desus enem igos . Pero el Procónsul podía creer o decir queera para comb atir á los romanos , y trataba de dar exp licaciones.

No eran de él muchas serv ían para defenderse de l ossalteadores éstas hacían falta contra los árabes ; . aquél las habían pertenecido á su padre . Y , en vez de seguirdetrás del Procónsul , iba delante rápidamente . A l pasarpor cierto s i tio ,

se arrimó al muro y se abrió de codospara ocultarlo con la toga ; pero por encima de su cá

beza asomaba una puerta . Vitelió la vió , y quiso saberl o que encerraba .

N o podía abri rla nadie más que el babilonio .

Llama al babilonio !Lo esperaron .

Su padre había ido desde las orillas del Eufrates áofrecerse al gran Herodes con quinientos jinetes para defender las fronteras orientales . Después del reparto del

reino,Iasim hab ía quedado en casa de Filipo

,y ahora

servía á A ntipas .

Se presentó con un arco al hombro y un látigo en lamano . Tenía torcidas las piernas

,y las llevaba apre ta

damente ceñidas por cordones multicolores . La túnicasin mangas dejaba totalmente al descubierto los reciosbrazos un gorro de pieles sombreaba su semblante poblado de ensor tij ada barba .

A l pronto hizo como que no comprendía al intérprete pero Vite lio lanzó una mirada a A ntipas , y el Tetrarca repitió inmediatamente la orden . Entonces Iasimaplicó las dos manos á la puerta que resbaló por el

muro .

Salió de las tinieblas una tufarada de aire caliente , y

200 LA ESPANA MODERNA .

Por fm, subieron al patio .

En medio de las losas veíanse aquí y alli discos debronce que tapaban las cisternas . Reparó en uno mayorque l os o tros y que no producía la misma sonoridad alpisarse . Fué golpeándolos todos alternativamente

,y,pasado un instante empezó a aullar , dando con el pie

—¡Lo tengo ! ¡lo tengo ! ¡A quí está el tesoro de—H erodes !

B uscar esos tesoros era una locura de los romanos .

Juró el Tetrarca que no exist ían .

Pues ¿ qué había allá abaj o ?—¡Nada ! Un hombre ,

un preso .

Enséñalo —dij o VitelioEl Tetrarca no obedeció descubrirían su secreto losjudíos . Su resistencia á abrir la tapa impac ientaba al ProcónsuL

H undidla —gritó á los lictores.

M annae i adivinó de qué se ocupaban . A l ver unhacha , creyó que iban á decapitar á Iaokanann y al primer hachazo detuvo al lictor , metió una especie de gancho entre la tapa y las losas , y , contrayendo sus brazosflacos y larguiruchos

,la levantó suavemente hasta quedió vuelta sobre si . Todos admiraron las fuerzas de aquel

viej o . B aj o esa tapa de madera ,chapeada de bronce

,se

extendía una trampa del mismo tamaño . D e una puñadase dobló en dos mitades . Entonces se descubrió un agujero

,un enorme foso circuido por una escalera sin pasa

mano,y los que se asomaban al borde divisaron una

silueta vaga y espantosa .

Tendido en el suelo había un ser humano entre unamaraña de pelos

,confundidos con los de la piel que le

cubría la espalda . Se levantó . Tocaba con la frent e unareja horizontal

,y desaparecía por momentos en las pro

fundidades de su antro .

A la luz del sol, que caldeaba mtesamente las losas ,brillaban las puntas de las tiaras y los puños de las espa

das sobre el patio se veían girar palomas que volabande los frisos . Era la hora en que M annaei les echaba la

H ERODÍAS . 20 1

comida . A hora estaba agachado delante del Tetrarca ,que permanecía de pie junto á Vitello . Por detrás formaban circulos los galileos , los sacerdotes y los soldadostodos callaban , aguardando ansiosamente lo que iba ásuceder .

Subió del fondo un gran suspiro exhalado por una vozcavernosa .

Herodias l o oyó desde el extremo opuesto del patio .

Subyugada por una especie de fascinación,atravesó la

multi tud,y se paró á escuchar , inclinando el cuerpo yapoyando una mano sobre el hombro de Mannaei .

Se el evó la voz—¡A y de vosotros , fariseos y saduceos, raz a de VÍDOras

,odres hinchados , címbalos retumbantes !

a ¡A y de ti , pueblo ! ¡Y ay de l os traidores de Judá ,de los borrachos de Efraim ,

de los que habitan el vall epingiie y se bambolean con los vapores del vino !Que se disipen como el agua que corre ,

como la hábosa que se derrite al andar

,como el aborto de una mu

j er, que no ve el sol .M oab

,t endrás que refugiart e en los C ipreses como

los pajaril los,y en las cavernas como los gervos. Las

puertas de las fortalezas se r omperán más pronto quecáscaras de nueces se derrumbarán l os muros arderan las ciudades , y no se detendrá el azote del Eterno .

¡Revolverá vuestros m iembros en vuestra sangre ,como

lana en tina de tintorero os desgarrará como el rastrill oflamante , y desparramará las tajadas de vuestra carnepor medio de los montes !

¿De qué conquist ador hablaba ? ¿De Vitelio ? Sólo losromanos podian consumar ese exterminio . Se oía lamentos : ¡basta ! ; ¡que acabe ! »Prosiguió más alto

a ¡Los niños se arrastrarán sobre ceniza s al lado delcadáver de sus madres ! ¡La gente irá de noche á buscarse el pan á través de los escombros , expuesta á tropezarcon las espadas ! ¡Los chacales se disputarán huesos enlas plazas públicas,donde los viej os conversaban por las

202 LA ESPANA MODERNA .

tardes ! ¡Tus virgenes , tragándose las lágrimas , tocaránla citara en los festines del extranj ero,y tus más bravos

hijos doblarán el espinazo desollado por cargas demasiado pesadasEl pueblo volvía á ver l os d ías de su destierro y todas

las catástrofes de su historia . Eran las palabras de losantiguos profetas . Iaokanann las disparaba unas trasotras , como porrazos .

Pero la voz se tem e dulce,armoniosa melódica .

A nunciaba una emancipación ,resplandores celestes

,el

recién nacido con un brazo en la caverna del dragón,el

oro en vez del barro,el desierto abriéndose como una

rosa : ¡Lo que ahora vale sesenta kiccares no costaráun óbolo la gente se dorm irá en los lagares con el vientre atiborrado ! ¿Cuando vendrás , ¡oh tú ! á quien yo espero ? ¡Todos los pueblos se arrodillan de antemano ,

y tudom inación será eterna , Hij o de David !El Tetrarca se hizo atrás , ultrajado como por una amenaza

,al anuncio de un Hijo de David .

Iaokanann l o denostó por su reinado ¡No hay másrey que el Eterno y por sus jardines , por sus estatuas ,por sus muebles de marfil , como el impío A cab .

A ntipas rompió el cordoncillo del sello colgado á supecho

,y lo tiró al foso

,mandándole callarse .

La voz respondiócomo un oso

,como un asno salvaj e

,como

una mujer de parto»Ya llevas el castigo en tu incesto . ¡Dios te aflige conla esterilidad del muloSe alzaron risas

,semejantes al hervor de las olas

Vite lio se empeñaba en permanecer . El intérprete ,con tono impasible,repetía en la lengua de los romanos

todas las injurias que en la suya rugía Iaokanann . El Tetrarca y Herodias tenían que soportarlas dos veces . E lestaba anhelante

,y ella observaba atónita el fondo del

pozo .

El hombre horrendo echó atrás la cabeza , y , agarrando los barrotes

,pegó á ellos la cara , que parecía un

204 LA ESPANA MODERNA .

( decía A ntipas), porque ,en fin

,A bsalón se acostó co

las muj er es de su padre,Judá con su nuera

, A mmón cosu hermana , y Lot con sus hijas .

En aquel momento reapareció A ulo , que acababa ddormir . Cuando se enteró del caso , se declaró á favodel Tetrarca . No había que pararse en semej antes touterías y se reia mucho de las censuras de los sacerdotey de la cólera de Iaokanann .

H erodías, que estaba en medio de la escalinata ,

svolvió hacia él .

¡N0 haces bi en , señor mío ! Ese hombre manda apueblo que niegue el impuesto .

¿Es verdad ? (preguntó inmediatamente el publicano )Las respuestas fueron generalmente afirmativas . E

Tetrarca las reforzaba .

Vite lio pensó que el preso podia escaparse y,come

la conduc ta de A ntipas le parecía dudosa ,puso centine

las en l as puer tas , a lo largo de los muros y en el patioDespués se fué á su aposento , acompañado por ladiputaciones de los sacerdotes.

Todos exponían sus quej as , sin abordar l a cuestió

del privilegio de los sacrificios todos lo asediaban . L os

desp idió .

A l abandonarlo Jonatás , vió á A ntipas en una almenahablando con un hombre de cabellera l arga y blanco ropaj e

,un esenio y sintió haberlo defendido .

'

Una reflexión consolaba al Tetrarca . Iaokanann no

dependía ya de él se encargaban de su persona los . romanos . ¡Qué alivio ! Fanuel se paseaba entonces por e lcamino de ronda .

Lo llamó y,señalando á l os soldados

—¡Son los más fuertes ! (dij o .) ¡No puedo libertarlo !

¡no es culpa mía !El patio estaba vacío. Los esclavos reposaban . Sobreel fondo encendido del cielo que inflamaba el horizontedestacábanse sombríamente los menores obj etos perpendiculares . A ntipas distinguió l as salinas al otro extremo

H ERODÍA S. 20 5

del mar M uerto ,y no veía ya las tiendas de los árabes .

¿ Se hab ían marchado ,según eso ? Subia la luna , y se

serenaba su corazón .

Fanuel,abrumado ,

permanec ía con la barba inclinada sobre el pecho . A l cabo de un instante reveló loque tenía que decir .

Desde el principio del mes estudiaba el cielo antes deapuntar el alba ,

encontrándose en el cenit la constelación de Perseo . A galah apenas se descubría A lgol brillaba menos M ira Coeti

_

había desaparecido por todo locual auguraba la muerte de un hombre importante enM achaerus aquella misma noche .

¿ Quién ? Vitelio tenia sobrada custodia . No se ejecutaria á Iaokanann .5 ¡Entonces soy yo ! »—pensó el Te

trarca .

¿ A caso volverían los árabes ? ¡El Procónsul descubríría sus relaciones con los parthos Los sacerdotes ibanescoltados por sicarios de Jerusalén , que ocultaban puñales baj o sus vestiduras y el Tetrarca no dudaba de laciencia de Fannel .Lo asalt ó la idea de r ecurrir á Herodias . La odia

ba ; pero ella le infundiría aliento ; y aún no estabanrotos todos los lazos del hechizo que en otro tiemposufrió .

A l entrar en su Cámara , se desprendía humo de c iº

namomo de una cuenca de pórfido ,y se veían dispersos

por la habitación polvos, ungú entos , telas que parecíannubes y bordado s más ligeros que plumas .

No habló de la predicción de Fanuel , ni de su miedo á los judíos y á los árabes ; Herodias lo hubiera tachado de cobarde . Sólo habló de los romanos ; Vitellono le había confiado nada de sus proyectos mi litares .

En su sentir , era amigo de Cayo , con quien estaba enrelaciones A gripa ; y lo desterrarían , ó quizá lo degoH arían .

Herodias procuró tranquil izarlo con desdeñosa in

dulgencia , y acabó por sacar de su cofrecillo una medalla rara con la efigie de Tiberi o . A quello bastaba

206 LA ESPANA MODERNA .

para hacer palidecer á los lictores y disipar las acusaciones .

A ntipas , conmovido de gratitud ,le preguntó cómo lapose ía .

—M e la han dado —respondió .

Por debaj o de una cortina frontera salió un brazo desnudo , un brazo juvenil encantador , y como modelado enmarfi l por Policle tes. Con graciosa torpeza tanteaba en

el aire para alcanzar una túnica olvidada en un escabelarrimado á la pared .

Una viej a , levantando la cortina , introduj o la túnicasilenciosamente .

El Tetrarca tuvo un recuerdo que no acertaba á precisar .

—¿Es tuya esa esclava ?

—¿Qué te importa ?—respondióHerodias .

Los convidados llenaban la sala del festín .

Era una sala de tres naves,como una basílica ,

separadas por columnas de madera de algumim con capitelesde bronce cubiertos de escul turas . Encima había dosgalerías caladas

,y en el fondo se destacaba una terce

ra de fi ligrana de oro , proyectándose en comba frentepor frente de un arco enorme abierto en el extremoopuesto .

Sobre las mesas alineadas en toda la longitud de lanave ardían candelabros

, que eran como arbustos encendidos entre las copas de barro pintado , los platos debronce , los cubos de nieve y los racimos de uvas , peroesas luces roj izas iban desvaneciéndose progresivamente ,á causa de la altura del -t echo,y brillaban en el espacio

208 LA ESPANA MODERNA .

galo,dos germanos

,cazadores de gacelas

,pastores de

Idumea,el sultán de Palmira

,y marinos de A siongaber .

Todos tenían delante una pasta blanda para limpiarselos dedos , y alargando los brazos á manera de cuellosde buitre , tomaban aceitunas , alfónsigos y almendras .

Los semblantes coronados de flores irradiaban dea legría .

Los fariseos habían rechazado las coronas como adorno indecoroso de los romanos , y se estremecieron cuandolos rociaron de galbano é incienso

,composición reser

vada para los usos del Templo .

A ulo se restregó el sobaco , y A ntipas le prometiótodo un cargamento , con tres banastas de ese verdadero bálsamo , que hizo á Cleópatra codiciar la Palestina .

Un capitán de su guarnición de Tiberiades,que aca

baba de llegar,se colocó detrás de él para comunicarle

sucesos extraordinarios pero el Tetrarca tenía divididatoda su atención entre el Procónsul y lo que se decia enlas m esas inmediatas .

H ablábase en ellas de Iaokanann y de los hombres desu especie Simón de Gittoi lavaba los pecados confuego . Ci erto—El peor de todos ( exclamó Eleazar ). ¡Un charlatáninfame !Detrás del Tetrarca se levantó un hombre

,pálido

como el ribete de su clámide . B aj ando del estrado,inter

pe l ó á los fariseos—¡M entira ! ¡Jesús hace milagros !

A ntipas deseaba verlos .

—Debías haberlo traído . ¡R efiérenos alguno !Entonces contó el hombre que,teniendo él

,Jacob

,una

hij a enferma,hab ía ido á Cafarnaum para supl icar al

M aestro que tuviese á bien curarla . El M aestro respondió : »Vuélve te á tu casa . ¡Está curada ! » Y la encontróen el umbral . Se había levantado del lecho cuando el gnomon del palacio señalaba la tercera hora

,el momento

mismo en que él se avistaba con Jesús .

H ERODÍ AS. 209

Indudablemente objetaron los fariseos existíanprácticas y hierbas poderosas . A ll í mismo , en M acha

rus ,se encontraba á veces el baaras que hacía invulne

rable á la gente pero curar á uno sin verlo ni tocarloera una cosa imposible á menos que Jesús no se sirviesede lo s demonios .

Y los amigos de A ntipas , los principales de Galilea ,repiti eron,moviendo la cabeza

— Los demonios , evidentemente .

Jacob,de pie entre su m esa y la de los sacerdotes

,callaba en actitud digna y serena .

Se le excitaba á hablar ¡Justifi ca su poder ! »Encorvóse de espaldas ,

é insinuó en voz baja , lentament e , como asustado de si mismo :—Pero ¿ no sabéis que es el M esías ?Todos los sacerdotes s e miraron , y Vitelio pidió laexplicación de la palabra . Su intérprete tardó un minuto

antes de responder .

Llamaban así á un libertador que les traería el gocede todos los bienes y la dom inación de todos los pueblos .

A lgunos sostenían que habia que esperar dos . El primerosería vencido por Gog y M agog ,

demonios del Norte ;pero el otro exterm inaría al pr íncipe del Mal y lo esperaban á todas horas desde hacía siglos .

Puestos de acuerdo los sacerdotes,tomó la palabra

Eleazar .

Por el pronto,el M es ías sería hij o de David

,no de un

carpintero . A demás , confirmaría la L ey ; aquel nazarenola atacaba . Y otra razón más poderosa : debía precederlola venida de Elías .

Jacob replicó—¡Pero si Elías ha venido !

—¡Elías ! ¡Elías l—repitió la mul titud hasta el últimoextremo de la sala .

Todos veían en imaginación un viej o baj o una nube decuervos

,un altar encendido por el r ayo , pont ífices idólatras arrojados á los torrentes y las mujeres de las tr i

bunas pensaban en la viuda de Sarepta .

2 10 LA ESPANA MODERNA .

Jacob se desgañitaba repitiendo que lo conocía . ¡Lohabía visto ! ¡Y el pueblo también !Su nombre ?

Entonces gritó con todas sus fuerzasIaokanann

A ntipas cayó como herido en pleno pecho . Los saduceos se abalanzaron á Jacob . Eleazar peroraba , pugnando por hacerse oir .

Cuando se restableció el silencio,se terció el manto

,y empezó á interrogar como un juez .

—Puesto que el profeta murióFué interrumpido por murmullos . Cre íase que Elías

hab ía desaparecido simplemente .

A irado contra la multitud,prosiguió su interroga

torio :Piensas tú que ha resuci tado ?—¿Por qué no ?—dij o Jacob .

Los saduceos se encogieron de hombros ; Jonatásarqueando los ojuelos,se esforzaba en reir como un

bufón . Nada más sandio que la pretensión del cuerpo ála vida eterna ; y diriéndose al Procónsul , declamo esteverso de un poeta contemporáneo

N ec crescit , necpost mortem durare videtur

Pero en este punto hallábase A ulo medio caído alborde del triclinio con la frente bañada en sudor , con lacara verdinegra ,

y clavándose los puños en el estómago .

Los saduceos fingieron afectarse extraordinariamente( al siguiente día les fué concedida la dignidad de sacrificadores ) ; A ntipas aparentaba desesperarse ; Viteliopermanecía impasible ; á pesar de sus mortales congojas ,

p orque la pérdida del hij o era la pérdida de sufortuna .

A ulo,apenas había acabado de vomitar

,quiso empe

zar á comer de nuevo .

Que me den raspaduras de mármol,exquisito de

2 12 LA ESPANA MODERNA .

quebrada hormigueaba una masa negra,que de vez en

cuando aul labaIaokanann ! ¡Iaokanann !

—¡Todo lo descompone ! ( dij o Jonatas . )—¡No habrá más dinero , si cont inúa ! (añadieron los

fariseos . )Y todo se volvían recriminac ionesProtégenos

¡A cábese con él !¡Desamparas la religión !¡Impío como los Herodes !¡M ás sois voso tros ! (respondió A ntipas) ¡M i padre

fué el que edificó vuestro templo !Entonces los fariseos , los hij os de los proscritos ,

l ospartidarios de los M atathias , acusaron al Tetrarca del os cr ímenes de su familia .

Tenían cráneos puntiagudos,barbas de erizo

,manos

floj as y perversas,0 caras chatas

,ojazos redondos , trazas de mastines . Como una docena , escribas y criados del os sacerdotes

,mantenidos con el desecho de los holo

caustos,se precipitaron hasta el pie del estrado y ame

nazaban con cuchillos á A ntipas , que los arengaba , alpar que los saduceos procuraban defenderlo ,aunque dé

bilmente . Vió á M annaei y le hizo señas de que se retir ase

,toda v ez que Vite lio daba á entender con su acti

tud que no quería mezclarse en aquellas cosas .

Los fariseos , que seguían en sus triclinios , se pusieron furiosos como demonios , y rompieron los platos quetenían delante . Se les hab ía servido el manj ar favorito deM ecenas , onagro ,

una carne inmunda .

A ulo gastó bromas con ellos á propósito de la cabezade burro

,que

,según se decía , honraban , y proñrióotros sarcasmos sobre su antipatía por el cerdo . D ebiaser

porque ese animalucho les mató su B aco,y á ellos les

gustaba desmedidamente el vino por haberse descubiertoen el templo una viña de oro .

Los sacerdotes no comprendían sus palabras . Fineas,galileo de nacim iento , se negó atraducirlas . Entonces no

HERODIAS . 2 13

tuvo l ímites la cólera del adolescente , máxime al notarque c el asiático » sobrecogido de miedo , había desaparecido y hasta de la comida hubo de maldecir le disgustaba lo vulgar de los manj ares , porque no se p resentaban con e l suficiente disfraz y aderezo . Se calmó al vercolas de ovej as sirias que son como rol los de grasa .

A Vitelio le parecía odioso el carácter de los judíos .

Su dios podía ser perfectamente M olok , algunas de cuyos altares hab ía encontrado en el trayecto y acudierona su memoria l os sacrificios de niños con la histor ia delhombre á quien m isteriosamente engordaban . Su corazón de latino se revolvía contra aquella intolerancia , contra aquel furor iconoclasta , contra aquellos aspavientoscerr iles

.El Procónsul queria marcharse . A ulo se opuso .

Con la ropa caída hasta las caderas estaba tumbadodetrás de un montón de vi tuallas , demasiado ahíto paraarramblar con ellas , pero resuelto á no abandonarlas unminuto .

La exal tación del pueblo crecía se abandonaba 21

proyectos de independenc ia recordaba la gloria de

Israel . Todos los conquistadores habían sido castigadosAn tigono ,

Craso , Varo .

—¡M iserables !—gritó el Proconsul , porque entendía elsiriaco ,y si usaba de intérprete ,

era só lo á fin de tomarse tiempo para responder .

A ntipas sacó presuroso la medalla del Emperador , y ,

m irándolo trémulo , la presentaba por la faz de la imagen .

A briéronse de repente las hojas de la tribuna de oroy al resplandor de los cirios , entre esclavas y guirnaldasde anémona ,

apareció Herodias , tocada con mitra asiriasuj eta por una bahera sus cabellos caian en esp iralessobre un piplo escarlata part ido a l o largo de las mangas . Su figura , entre los dos monstruos de p iedra erguidos en la puerta semej antes á los del tesoro de los A tridas

,recordaba a C ibeles con sus leones . Con una patera

en la mano , exclamó desde la balaustrada que se elevabasobre A ntipas :Larga vida á César !

2 14 LA ESPANA MODERNA .

Vitelio,A ntipas y los sacerdotes repitieron ese ho

menaj e .

Pero en el mismo momento llegó del fondo de l a estancia un murmullo de sorpresa y admiración . A cababa deentrar una joven .

B ajo el velo azulado que le tapaba el pecho y la cabeza , se distinguían los arcos de sus ojos, las calcedonias desus orejas y la blancura de su cutis . Cubriale los hombros una prenda de seda tornasolada suj eta al talle porun cinturón de orfebrería . Llevaba calzones negros sembrados de mandrágoras

,y unas chiñelitas de plumón de

colibrí que al compás de sus movimientos indolenteschocleaban en el suelo .

Una vez en el estrado,apartó el velo . Era Herodias

como en los dias de su j uventud . Después empezó ábailar .

Cruzaba los pies alternativamente al compás de l aflauta y de un par de crótalos . Los brazos alzados llamaban á alguien que siempre huía . Ella lo perseguía másl igera que una mariposa , como unaPsiquis curiosa , comoun alma vagabunda

,que parecía pronta á volar .

A los cró talos reemplazaron los fúnebres sonidos dela guingras. A la esperanza había seguido el abatimiento . Las acti tudes de la bailarina expresaban suspiros , ytoda su persona tal languidez

, que no se sabía si llorabaá algún dios 6 si desfallecía al halago de sus caricias .

Doblaba la cintura,entorn

_

ando los párpados el vientreondulaba á imagen de las olas temblaban los senos , y lacara permanecía inmóvil

,mientras los pies no se daban

punto de reposo .

Vitelio l a comparó, á M nester , el mimico . A ulo vol

v ía á vomitar . El Tetrarca se embebía en un sueño , y yano pensaba en Herodias . Creyó verla cerca de lo s saduceos . La visión se alej ó .

No era una visión . Herodias había cuidado de aleccionar á su hij a Salomé lej os de M achcerus , en espera deque un día la amase el Tetrarca . Y era una buena idea¡los hechos lo patentizaban ahora !

2 16 LA ESPANA MODERNA .

acordaba del nombre,pero acabó sonriendo —l a cabeza

de laokanann .

El Tetrarca se dej ó caer anonadado .

Tenia empeñada su palabra,y aguardaba el pueblo .

¿ Pero la muerte que se le había predicho ,evitaría quizá

la suya al recaer sobre otro ? Si Iaokanann era realmenteElías

,podría substraerse aella si no , esa muerte dej aba

de revestir importancia .

M annaei es taba á su lado , y comprendió su intención .

Vitelio lo llamó para confiarle la consigna , puestoque había centinelas en el foso .

Fué un alivio . ¡De all í a un minuto todo habría conc luído !

Pero M annaei no se daba grandes trazas á despacharsu faena .

Volvió trastornado .

Cuarenta años hac ia que ej ercía la función de verdugo . El era el que habia ahogado á A ristóbulo

,estran

gulado á A lej andro , quemado vivo á M atathias ,decapi

tado á Zósimo,á Pappo

,á José y á A ntipater y ¡no seatrevía á matar a Iaokanann ! R echinaba l os dientes , y - le

temblaba todo el cuerpo .

Había visto delante del foso al A ngel de los samarita

nos , cubierto de oj os , y blandiendo una espada inmensa ,roja y ondulante como una llama . Podían decirlo los soldados que llevaba de testigos .

Los soldados no hab ían visto nada , salvo un capitán judío que se precipitó sobre ellos , y que no exist ía ya .

El furor de Herodias se desbordó en un torrente deinj urias canallescas y sangrientas . Se destrozó las uñasen la rej illa de la tribuna

,y los dos leones esculp idos p a

rec ían morderse las espaldillas,y rugir como ella .

A ntipas la im itó ; los sacerdotes , los soldados , los fariseos

,todos clamaban venganza

,y los demás estaban po

se idos de indignación viendo que se les retrasaba elespectáculo .

M annaei salió al fin,tapándose la cara .

H ERODÍA S. 2 17

A los convidados se les hacía el tiempo más largo todavia que la primera vez . Se aburr ían .

D e pronto repercuti ó en las galerías un ruido de pisadas . La impaciencia era intolerable .

Entró la cabeza . Mannae i la tenia de los pelos , y estiraba el brazo orgu lloso de l os aplausos de la muchedumbre .

Después de colocarla en un plato , l a ofreció á Salomé .

La joven la subió presurosa á la tribuna ; minutos después volvió á baj arla aquella viej a que A ntipas divisó porla mañana en el terrado de una casa , y no hacia mucho ,en el aposento de Herodias .

El Tetrarca retr ocedia para no verla . Vitelio dirigióuna mirada indiferente .

M annae i baj ó de l estrado , y la enseñó á los capitanesromanos y á todos los que com ían en aquella parte .

La examinaron .

La aguda hoja del instrumento,incidiendo de arriba

á abajo había cogido la mand ib ula . Una c“onvulsión estiraba la boca . La barba es taba salpicada de sangre , coagulada ya . La palidez de los párpados cerrados se ase

mejaba á l a blancura de la cáscara del huevo . Los candelabros contiguos teñían el semblante con su reverbe

ración .

Pasó la cabeza á la mesa de los sacerdotes . Un far iseo le dio vuelta , mirándola con curiosidad . M annaei

volvió á colocarla derecha y la puso delante de A ul o,

que despert ó entonces . Las pupilas apagadas del mozo ylas pupilas muertas que tenía delante

,parecían decirse

algo al través de las pes tañas .

A cto continuo M annaei presentó la cabeza á A ntipas .

Corrieron lágrimas por las mej illas de Herodes .

Las luces se apagaban,sal ieron los convidados

,y en

el salón no quedó ya nadie más que A ntipas , que ,opri

miéndose las s ienes,seguía mirando la cabeza cortada

,mientras Fanuel , de pie y con los brazos abiertos , murmuraba oraciones en medio de la espaciosa nave .

En e l momento de sal ir el sol,dos hombres

, comisio

2 18 LA ESPANA MODERNA .

nados de fecha atrás por Iaokanann , volvieron con larespuesta tanto tiempo esperada .

Fanuel , á quien la confiaron ,la oyó con arroba

miento .

Después lesseñaló el lúgubre obj eto que yacía en labandej a entre los restos del festín . Uno de los hombres—¡Consuélate l ¡Ha baj ado á anunciar el Cristo á losmuertos !

A hora comprendía el esenio estas palabras < Paraque él suba ,

es preciso que baj e yoY los tres,cogiendo la cabeza de Iaokanann , se marcharon hacia la parte de Galilea .

Como eramuy pesada ,la llevaban alternando .

GUSTAvO FL AUB ER T .

L I BROS

D e Currita A lbornoz a l P. L uis Coloma .

—Este precioso folleto crítico—satírico que la opinión pública y laprensa atribuyen unánimes á nuestro ilustre redactorD . Juan Valera

, es obj eto de l as conversaciones de loscírculos aristocráticos y literarios . Todo el mundo lo lee ,se ríe y lo comenta discutiendo el fondo á veces

,y po

niendo eu las nubes siempre el estilo castizo y el gracej ode su autor . Se vende á una peseta en las principaleslibrerias .

El P. L uis Coloma — B iografia y estudio cr ítico , porEmilia Pardo B azán . Este libro

,primero de la Colección

de Españoles I lustres,ha llamado mucho la atención por

los datos verdaderamente curiosos que la parte biográfica contiene

,y que eran hasta ahora generalmente des

conocidos . Es interesante saber lOs pasos dados en elcam ino de l a vida por quien antes de llegar á Jesuitaej emplar y novelista i lustre ha sido alumno de la EscuelaNaval

,abogado

,conspirador

,asiduo concurrente á IOS

salones aristocráticos,etc .

,etc . ; y ha tenido , además , l a

desgracia de ser herido por una bala que le atravesó departe á parte .

Lleva el libro de que hablamos retrato y autógrafo

del Padre ,y otros grabados que ilustran varios pasaj es

de su vida .

—Precio ,d os pesetas .

En las riberas d el Plata .

—Descripción de los usosy costumbres de la República A rgentina ,

hecha con mu

cho color y gracia por el viaj er o italiano F . R esasco ytraducida con gran destreza en lengua castell ana porA ntonio Sánchez Pérez . Dos tomos luj osamente impresos y de instructiva y amena lectura tan interesante paralos españoles como pá ra losmismos americanos , á quienesretrata el imi tador de A micis .

El pobre Villamuriel .

—Interesante novela de nuestro compañero en la prensa y famoso autor de ¡PobreEspaña ! Volveremos á ocuparnos de ese libro con laextensión que merece .

Conquista d elPerú , porFrancisco de Xerez , y N uevo

d escubrimiento d el g ran R io d e las A mazonas,por Cris

tobal deA cuña .

—Primeros tomos de la colección de librosque tratan de A mérica raros ó curiosos . Es de gran oportunidad la publicación de esta B ib lioteca que tanto ha decontribuir á propagar los conocimi entos históricos referentes al mundo que descubrió Colón .

L aN ena .

—El distinguido publicista Sr .GarcíaRamón,que tan amenas crónicas de París publica en la Revista

portorriqueña ha dado á luz á esta interesante cria tura,que es l a mej or de sus obras

,no só lo por lo correcto del

est ilo , cosa rara en quien reside fuera de la patria tantosaños

,sino por lo bien tramado de la intriga , que hace que

se lean con verdadero placer las 4 5 0 páginas de apre ta

dos renglones de que el libro consta .

L a anatom ia artistica por M athias Duval .—L a España Ed itorial ha puesto á la venta este important ísimo

222 LA ESPANA MODERNA .

libro indispensable á los artistas . Correctamente traducido

,bien impreso é ilustrado con profusión

, ¡es una de

l as obras que con más placer recomendamos á nuestroslectores .

Caracteres contemporáneos , por M anuel Ossorio yB ernard —Curioso librito

,cuya lectura trae á la memo

ria el recuerdo de muchas personas de todos conocidas .

No diremos que el autor haga retratos , ya que él coninsistencia lo niega ,

pero,la verdad

,lo parecen .

A lmanaque histórico arg ent ino .—El Sr . M onner y

Sans,compilador de este A lmanaque , es uno de los es

pañoles que con más entusiasmo defi enden en la prensaamericana las glorias de la madre

_patria . En art ículos y

folletos recientes se ha ocupado con gran acierto de l anovela y de la ciencia española

,mereciendo los aplausos

de cuantos seguimos el movim iento intelectual del o trolado del A tlántico .

De D . Enrique José Varona hemos recibido un volumen de A rticulos y D iscursos

, que aún no hemos tenido tiempo de leer . Estudiaremos con detención el libroy le consagraremos mayor espacio .

Frailes y Cle'

rig os .

—Folleto de D . Wenceslao E . R e

tama,dest inado á estudiar las cuestiones religiosas

,po

l íticas y sociales de nuestras posesiones del extremoOriente .

Tartarin d e Tarascón .

—Versión castellana de estarenombrada novela de A lfonso Daudet . Edición Jubera ,profusa y lujosamente ilustrada .

Juan L anas.—Por José N akens libro escrito con el

gracej o proverbial de su terrible autor .

Para la reproducción d e los articulos

comprend idos en el presente tomo es

ind ispensable elperm iso d el D irector deL A ESPANA MODER NA .

Seccion Eepanola.

LA A NTIGUA CIVIL IZA CION

DE LA S ISLA S FILIPIN A S

Conc lusion

M A TRIM ON IO S , REPÚD IO S HER EN CIA S Y EN TIER R O S .

L matrimonio era concertado por los padr es pre

via estipulación de las dotes,y de otras condicio

nes que se expresarán muy pronto ; y para efec

tuarlo se reunían los convidados con la sacerdotisa 6 catolona ,

y se preparaba un puerco que debia sacrificarseen la ceremonia . Sentábanse los novios en el regazo dedos viej as que funcionaban de doncellas , dando á los prometidos de comer en un mismo plato y de beber en unamisma vasij a

,como se hacia entre los gálatas . A cto con

tinuo declaraba el galán que tomaba por muj er á la doncella dalag a que tenía delant e , y asentía ella aceptandole . La catolona pronunciaba unas cuantas bendiciones ,no en todo desemejantes á las que se estilan entre cristianos estéis bien casados tengáis muchos hij os seanéstos val ientes y ricos . Se inmolaba el cerdo , y se entregaban todos á la comida á l a bebida y al baile hasta quecaían rendidos y ebrios .

Si por desgracia la nube de la discordia oscurec ía el

6 LA ESPANA MODERNA .

cielo de l a nueva familia , se disponía otro sacrificio , en elcual ej ercía de sacrificador el mismo esposo quien,bai

lando y dirigiendo súplicas y haciendo votos al anitapara que derramase sobre el matrimonio la paz que faltaba , alanceaba la bestia cuyas carnes se repartían entrelos asistentes . A l sacrifi cio seguía

,como siempre

,la co

mida,la bebida y el baile .

A la celebración del matrimonio hemos dicho que precedía la estipulación de la dote , lo que t enía lugar en laceremonia de l os esponsales . A demás

, se señalaba unapena pecuniaria , que debían pagar los padres de l os novios , si éstos no cumplían el contrato esponsalicio ; pormanera que la parte desairada encontraba algún consuelo en esta indemnización metálica

,l a que ,

según lanaturaleza del mismo contrato

,sólo tenía lugar en el su

puesto de vivir los padres . La dote estipulada en el contrato ó estipulaciones matrimoniales se entregaba

,no á

l a novia , sino á sus padres , y muertos éstos , pasaba álos hij os todos

,ó sea a l a novia y á sus hermanos

,como

herencia definitiva si tenían descendencia , ó solamente encalidad de usufructo si carecían de ella . Los novios recibían regalos de bodas de todos sus parientes y hasta desus esclavos .

No necesitamos ponderar el grado de cultura moralque revelan estos matrimonios de los antiguos fi lipinos , áquienes algunos consideran olvidados completamente de …

las leyes que la recta razón dicta al hombre,como pre

gonera que es de la ley natural y hasta de l a ley divinapositiva

, que rara vez desaparece en absoluto de las trad iciones de los pueblos .Nosotros nada ocultamos , y comoen los párrafos anteriores

,reseñaremos en éste y en e l

que le sucede , cuanto hayamos averiguado , favorable ócontrario á l a civilizac ión alcanzada por los antiguos fili

8 LA ESPANA MODERNA .

setas ). Los medió hermanos entraban solamente á la herencia respecto del padre común los bastardos h abidosde mujer no esclava recibían la mitad de la partij a quec orrespondía á l os hijos legítimos los naturales la parte »

c ompleta,si no hab ía hij os legítimos á los hij os habidos

de esclava sólo se les debían alimentos . Otras prescripciones tradicionales regulaban las sucesiones en casosmás complicados los hij os adulterinos

,por ej emplo , sólo

entraban a la parte de la herencia que se debía á los bastardos

,si el marido de la adúltera había recibido indem

nización por el agravio los hij os adoptivos estaban tamb ién suj etos á prácticas especiales , ya que el adoptantepagaba la adopción al padre del adoptado . Finalmente ,los herederos se creían obligados á ofrecer algún presente á cuantos lo hubieran hecho á quien dejaba la her encia ,

si éste no había correspondido antes de su fallecímiento .

Entierros . El filip ino ,dice nuestro autógrafo

,moria

con grande serenidad , casi sin agonía por lo común se

echaba á morir y lo hacía . A lgo de esto se observa aúnde spués de tres siglos de mayor instrucción religiosa .

Desde que la catolona había pronunciado la sentencia , ó el pronóstico de muerte , del cual hemos habladoal tratar de los sacrificios , ya no se pensaba ni por asomosen que el enfermo pudiera vivir . Convencido en primerlugar el mismo paciente

,se echaba á morir , y ,

como dijimos poco ha

,moría . Los parientes se ocupaban mien

tras tanto en fabricar el ataúd , que se hacía de dos p iezasahuecadas de madera incorruptible , tan perfectamenteajustadas

, que no penetraba el aire , y era , por lo mismo ,imposible la corrupción del cadáver y la exhalaciónd e miasmas de mal olor . Hanse descubierto últimament ealgunos de estos ataúdes , y preciso es confesar que l os

LA ANT IGUA GIVILIZACION DE FIL IPINAS. 9

fabricaban con la perfección que describe nues tro autó

grafo . La primera operación que se hacía en cuanto elenfermo hab ía expirado era convocar para la casa mortuoria á los plañideros y plañideras , llamados por losindios ilas, º qui enes henchían el aire con sus lamentos ,sus aullidos y sus loas al finado , mientras que los párientes lavaban el cadáver , lo ungían con estoraque y loamortajaban decentemente ,

envolviéndole en telas blancas . No había cementerios ,

por cuya razón los enterramientos se hacían junto a las casas o en las m ismas casas ; y si se practicaban en el suelo aunque se hacíafosa

,no se echaba tierra encima del ataúd si el muerto

era persona muy principal , se conservaban sus despojosmortal es en la parte superior de la casa . Dentro delataúd se colocaban las armas del difunto sobre la se

pultura algunas viandas para el conocido viaj e de tresdias que debía de hacer antes de llegar á l a isla de sunueva encarnación y si las facul tades y fortuna delmuerto 10 permitía , se inmolaban algunos esclavos quele acompañasen , preparándoles para el viaj e á la eternidad con un abundante banquete . Indio hubo que manifesto su últ ima voluntad de que le acompañasen los cincuenta escl avos que equipaban su barang ayán , los cuales debian ir armados y provistos de comida como cuandos al ían con él á sus acostumbradas correrías .

Callaban las plañideras después del enti erro ; bañábanse los asistentes

,y en seguida comenzaba una serie

de comidas que duraba más ó menos tiempo ,según la

fortuna que hubiera dejado el muerto . Los parientes inmediatos no t omaban parte en esos banquetes fumerarios ; antes esos días ayunaban abs teniéndose de carnesy comiendo muy parcamente de los demás manjares .

10 LA ESPANA MODERNA .

USUR A ,ESCL A VITUD

,CON VITES '

,CAZA , MED ICIN A ,

IN DUSTR IA S , E TC .

Hospitalarios y generosos los antiguos habitantes delarchipiélago de M agallanes cuando se trataba solamentede sentar á su mesa o de dar posada en sus chozas á parientes

,amigos y hasta desconocidos

,eran

,por el con

trario,duros y tiranos en materia de préstamos , los que

se hacian al ciento por ciento , sin consideración al padre

,al hermano ,

al amigo ni á nadie . Y como los préstamos eran casi siempre causa de esclavitud , no extranaran los lectores que no separemos estos conceptos . Elpréstamo se hacía por tiempo determinado

,ó se hacía

sin señalar vencimiento . En e l primer caso,si , transcu

rrido el plazo no se satisfacía la deuda,el deudor que

daba ipsofacto esclavo de su acreedor en el segundo .

caso lo era desde que contraía la deuda hasta que la sá

tisfacía . El cautivo redimido de la esclavitud de cualquier tribu ó nación extraña quedaba hecho esclavo desu redentor el marido que no pagaba la dote señal adaen las capitulaciones matrimoniales era esclavo de supropia muj er

,y

,por fin

,cualquier individuo libre podía

enajenar su libertad y hacerse esclavo por una cantidadconvenida . La muj er casada disfrutaba de alguna independencia administrativa y económica , y en su cousecuencia los hij os impares en el orden de nacimiento pertenecían al padre

, y los hij os pares á la madre , siendolibres ó esclavos

,según la condición del progenitor cuya

12 LA ESPANA MODERNA .

ellos y como ellos podían los esclavos casarse y constituir familia , y redimirse en todo tiempo ,

entregando á suamo diez taeles de oro ( 62 , 5 0 pesetas ), y la mitad de lasalhajas que tuvieran en propiedad .

Si el amo tenía hij o de su esclava , ésta quedaba libre .

Si lo tenía con esclava aj ena,el fruto de este ayunta

miento quedaba esclavo del amo de la madre,á no ser

que el padre lo reconociese y pagase al referido señormedio tae] de oro

,como indemnización del t iempo que la

madre no hubiera podido trabajar . B ien se dej a comprender que

,al lado de estas prescripciones y leyes tra

dicionales, prevalecer ía en muchos casos la fuerza y el

capricho . El número de esclavos no era grande,si lo

comparamos con el de Roma y Grecia , pues se afirmaque e l más rico fi lipino no poseía más d e tr escientos .

Convites . Son también dignos de notarse,ya que ré

velan una de las fases de l a civilización de un pueblo .

A parte de los convites que se celebraban con motivo delos contratos de matrimonio

,de las bodas y de los fume

rales , habia otros que tenían por objeto la reconcili aciónde las familias , la celebración de un tratado de paz , el

festej ar á un huésped distinguido y el so lemnizar lossacrificios que ofrecían á sus dioses .

Cualquiera que fuese e l objeto ó el motivo del convite ,éste se celebraba á puertas abiertas

,sin negar á nadie ,

estuviese ó no convidado,el derecho de participar del

fest ín,y más que todo de las libaciones , que eran siem

pre la parte sobresaliente . Si el convite era con ocasiónde ofrecer un sacrificio

,

'

se colocaba un p lato con manjares delante del ídolo

,y cuantos participaban del banquete

ponían en él algún manjar, que ofrecían al anito . En los

convites que se daban para obsequiar á un huésped distinguido ,

era de rúbrica que el huésped fuese acompañado

LA ANT IGUA C IV IL IZAC IÓN DE FIL IPINAS. 1 3

de un esclavo ,el cual probaba los manjares antes que

los gustase su amo , haciendo una especie de salva , comola introducida en la corte de España desde el tiempo delrey D . S ancho .

El convit e se preparaba en mesas pequeñas y baj as ,y los convidados tomaban asiento en taburetes .No usabanmanteles ni cubiertos comían , y comen con las manos

,

que l avaban , no solamente antes y después de l a comida ,sino también durante la misma sin hacer asco de meterla mano en el m ismo plato ni de beber por el mismo vaso .

Labase de su alimentación era la morisque ta , que es arrozcocido solamente con agua , á la cual añadían ordinariamente pescado

,y en los convites , frutas legumbres

,

sagu,y sobre todo carnes , entre las cuales daban la pre

ferencia á las de cerdo y de perro . B ebian mucho ,como

ya se ha notado repetidas veces , y al convite , si no erade luto ,

seguía indefectiblemente el canto el bail e,la

conversación y la algazara .

'

L os vinos más usados eranel dulang , que extraían de la caña—m iel hervida ; la tuba ,

jugo de palmera que se obtiene sangrándola por el pezóndel racimo antes que se forme el fruto y el pang a li , quese obtenía mediante la fermentación del arroz .

Caza . Habia , y aún hay en, Filipinas

,extensos cam

pos cubiertos de una gramínea alta, que alli l laman co

g on . En los meses de sequ ía , que son desde Octubre áM ayo

,sécase esa planta

,circunstancia que aprovecha

ban l os indígenas para quemar los campos y apoderarsede l a caza

,causando con semej ante procedim i ento per

juicios considerables , no solamente en las selvas cercanas , sino hasta en las tierras de labor y en las casas .

No se cono cen en Filipin as , ni se conocieron en el siglo xv1 , las fi eras que abundan en muchos puntos delcontinente asiático

,de manera que la caza mayor estaba

14 LA ESPANA MODERNA .

y está reducida á búfalos cimarrones,j abal íes y ciervos .

Cazaban los búfalos carabaos valiéndose de trampas yde pozos , como se hacía en España para apresar los lobos . Los jabaliesy ciervos los cazaban unas veces conperros

, que los tenían muy bueno s para el obj eto yotros tendiendo redes y ojeando las piezas hasta que cayesen en ellas

,donde las mataban con lanzas ó las toma

ban vivas : Sol ían también , como se acaba de expresar ,incendiar el per ímetro de un monte

,y esperar en la

parte de afuera armados de lanzas y provistos de perros,

á que los animales , acosados por el fuego saltasen el cerco

,y medio quemados cayesen en sus manos . Era eSta

caza de monter ía y de algazara ,en l a cual se cobraban

muchísimas p iezas , aunque no exenta de peligros , á causade l a falta de previsión del indio , que se veía frecuentemente envuelto por el fuego

,sin salvación posible .

M ed icina . A consecuencia de la vida frugal y relativamente morigerada que llevaban los ñlipinos ,

y debido también á sus cotidianas abluciones y al constanteej ercicio de la agricultura , de la pesca y de la navegación

,gozaban de buena salud y su naturaleza era dócil

á l a acción de l a medicina . Poco se sabe de sus antiguasenfermedades , aunque de algunas se haya creido haberencontrado señales en los huesos extraidos de sus enterramientos. M as como nuestro obj eto sea el de extractarúnicamente y ordenar las desparramadas noticias quehemos encontrado en el códice del cual hemos hechomérito

,nos abstenemos de hacer ninguna clase de de

ducciones , l imitándonos á consignar que a fines del siglo XVI , hubo en muchas provincias del archipiélago unadevastadora peste de viruelas . Si ésta era enfermedaddel pais ó la l levaron allí los españoles , no estamos en

el caso de definirlo , aunque podemos asegurar , porque

16 LA ESPANA MODERNA .

ponzoñoso que los dientes del olopong ». Contra estas

mordeduras de serpientes usaban de l a raíz del tambaly del fruto de l a moringa .

Contra las úlceras y heridas practicaban un pro cedimiento que no carece de originalidad . Tendian al enfermo en una hamaca , no d e tela , sino de redes ó de otramalla clara . Debajo de la hamaca encend ían una pequeñahoguera

,y en ella echaban , como desinfec tante , los pa

nales de arcilla que se encuentran en los nidos de esasformidables hormigas blancas que tantos destrozos causan en muchos países tropicales , á las cuales llaman te' rm ites los naturalistas , y anay los tag alos filip inos .

Industria . Complemento de l as noticias apuntadashasta aqui serán algunas otras que hemos podido averiguar sobre el estado de l a industria filipina

,á la llegada

de los españoles á aquellas hermosas islas . Con5 1gne1ñ os

ante todo que no se conocía la moneda acuñ ada ,y que

el medio común de efectuar sus transacciones mercantiles era el oro , no acuñado ,

sino tomado al peso,práctica

que habían recibido indudablemente de China ,según se

infiere de los nombres y valor de sus pesas l a unidadmercanti l mone taria era el tael , cuyas fracciones ó divisiones son b ien conocidas .

El clima más que templado del archipiélago filipinofacili ta la vida de hombres y de animales

,emancipando

los de un cúmulo de precauciones,de las cuales no es

posible prescindir en nuestros climas fr íos y húmedos .

A sí las abej as no encierran sus panales en colmenas nien oquedades de troncos ó de peñas

,antes los suspenden

de las ramas de los árboles,pudiendo decirse de losbos

ques del archipiélago,como de los de H ircania y Tracia

,

que llevan miel aunque no la produzcan . Los indios apreciaban y beneficiaban estos presentes de la natur aleza ,

LA ANTIGUA C IVIL IZACIÓN DE FIL IP INAS . 17

ahuyentando con humo á las abej as y apoderándose desus panales

,cuya cera vendían á los chinos y j aponeses .

D e l a caña dulce extraían bebidas alcohólicas y co

mían la caña ,pero no hac ían azúcar .

La industria más beneficiosa era sin duda la que se

refería a las variedades de palmas que tan gallardamen

te hermosean los campos y las laderas de aquel fértilterritorio

. D el cocotero, abundante en todas partes , y queen algunas provincias forma grandes rodales , extraían ,como ya se ha dicho , el vino llamado tuba , comían l acarne blanca de su colosal fruto ,

bebían el líquido quecontiene

,util izaban el cascarón ó mesocarpo para hacer

vasijas,y la estopa exterior para cuerdas y obras de

calafate .

Extraían la fécula contenida en el astil de l a palmera llamada landán ,

y macerándola y lavándola confec

cionaban sobrosos panes , que el comercio designa conel nombre de sagu. D e otra palmera llamada buri obten ían vinagre , una miel que ellos denominan lasao ,

y undulce espeso , especie de conserva algo correosa

, que

colocaban en bombones de caña y recibía y recibe el

nombre de calamay . La areca catechu, ó bonga les suministraba la almendra para preparar sus masticatorios.

Entonces , como hoy , se envolvía un pedazo de esa almendra en una sección de hoj a de bete] , untada con cal viva.

amasada , y se tenia ya dispuesto el tan generalizadobuyo . No les era menos út il la palmera de cabo neg ro

para hacer la cordelería , y la llamada ana'

j ao, cuyosconsistentes asti l es aprovechaban como madera de construcción para levantar sus chozas . Con las hoj as de diferentes palmeras tejian petates , esteras , y las velas parasus embarcaciones .

Los j ueg os principales con que entretenían sus ocios

18 LA ESPANA MODERNA .

aparte de los bailes , eran la lucha corporal, las regatasej ecutadas con las canoas hechas de un tronco de árb01,y muy especialmente las riñas de gallos

, á las cualesc onservan afición grandisima .

CON CL US IÓN .

Resumiendo las noticias recogidas no será dificilformar una idea aproximada de la civilización en que viv ian los habitantes de l as islas Filipinas en la época deldescubrimiento de su férti l y hermoso archipiélago pore l intrépido M agallanes .Formaban pequeños estados , baj oe l gobierno de un principal , que asum ía , aunque débilmente , l a dirección de todas las limitadas funciones de aquel las sociedades . Vivían en pueblos agrupados , aloj adose n construcciones ligeras y endebles , formadas de cañad e bambú ,

bej uco y palmas,provis tas de muy escaso

ajuar . Su lengua , derivada de la malaya , cuenta variosd ialectos

, de entre los cuales es el más notable el tagalo ,por su dulzura

,riqueza y comedimiento . Tenían una es

critura compuesta de trece consonantes y tres vocales ,aunque éstas sol ían suplirlas en la escritura ó indicarlaspor puntos colocados encima ó debaj o de la consonante .

Escribían , como los mej icanos , de abajo para arriba ,colocando á la izquierda el prifner renglón ; y ,

al parecer,

e sta primera instrucción se hallaba bastante difundida , yera general hasta entre las muj eres . No había edificios defábrica ni se conoc ían establecim ientos públicos de mu

guna clase ni siquiera templos , ya que los pequeñoshumil laderos que exist ían en algunos pueblos no merecenel nombre de tales .

Celebraban los matrimonios y entierros con bastanter egularidad . Trabajaban la tierra ,

cultivaban el arbo

20 LA ESPANA MODERNA .

pondió el fi lipino .) A ntes de tomar oro , ¿ no procura V .

aquilatarlo para conocer su valor? Pues nosotros , antesde entregarnos

,hemos querido experimentar los quila

tes del valor español ; lo hemos hecho , y quedamos satisfechos. Sed nuestros señores , y gobernadnos comosabéis hacerlo .

Desde entonces , ni España engañó á los habitantes deFilipinas , ni los hij os del archipiélago de M agallanes defraudaron las esperanzas de España

,ni faltaron á su ju

ramento de fidelidad . Han emparentado con la madrepatria

,y el honor les dice que no deben renegar de la

sangre . Sandugo .

F R . M A RTÍ N EZ VIGIL ,

de la Orden de Predicadores,O B I SPO D E O VI E D O .

POETAS COLOMB IANOS

D on M iguel A ntonio Caro .

( C onc lusi on .)

N estudio de las poes ías de Caro en que no entr asen sus traducciones

,sería deficiente . Cabalmen

te en es te difícil ej ercicio se ha distinguido tanto ,que le ha merecido el al to titulo de Príncipe de l os traduc tores castellanos . Por otra parte , l e da gr andísimaimportancia

, yha dedi cado á este arte ,por muchos mi

rado con menosprecio,como solaz caprichoso ú opera

ración mecáni ca Ó infeliz remedo de lo que no puedehacerse con fuerzas propias los veinti cinco mej oresaños de su vida ,

y tiene formado de él tan elevadísimo

concepto , que hace suya aquella frase del B rocense ,

puesta como ep ígrafe y justificación al frente de sus traducciones M aioris esse semper cred id i d ilig ent iaz

aliena scrip ta retexere quam nova proprio M arte com

ponere ».

Con tan ferviente vocación guiada por principios tanseveros , que ennoblecen lo que otros t ienen por humildeoficio ha alcanzado la meta de la perfección en muestras

22 LA ESPANA MODERNA .

soberanas,como la traducción de las Obras de Virg ilio

en tres tomos , de los cuales vió el primero la luz en B o

gotaen 1 87 3 y como el l indo volumen de Traducciones poéticas, publicado ,

en l a misma ciudad á principiosdel año pasado . Llevo demasiado adelantado el presenteestudio

,de suyo excesivamente largo , para poder con

sagrar á la primera algún espacio . Lo han hecho,ade

más,con mucha mayor competencia

,en España el nunca

bastante ponderado M enéndez y Pelayo,y en A mérica ,

críticos y ñlólogos tan eximios como el escritor argentino D . Juan M . Gutiérrez en la R evista del R io de la

Plata (año de y D . R . J . Cuervo (º). Todos coin

eiden en considerar estas versión como la mejor que deVirgilio tenemos en castellano , digna de figurar al ladode la de A níbal Caro

,y M enéndez y Pelayo saluda ade

más al autor como uno de los más eminentes humanistasque la raza española ha producido durante el siglo xix.

El modesto ensayo que trazo sobre Caro poeta ,como

ya lo indiqué en mi primer artículo , lo es sólo de y ulgarización y de propaganda de li teratura americana ,

paracoadyuvar á la empresa patrió tica del Director de L AESPAN A MOD ER N A : no es un comentario estético—filológicode tan insigne escritor . No cabe en él

,pues , una diserta

ción crítica minuciosa como el análisis de l a magna obrade Caro requeriría . Por todo ello me l imitaré á dar unaligera idea de las Traducciones poéticas ( i ) del génerolírico

,y aun he de añadir que su publicación y el deseo

de que los lectores españoles las admiren conmigo , ha( 1 ) Obras de Virgilio traducidas en versos castellanos, con una introdue

cio'

n y notas , porM . A . Caro .—Bogo tá Echeverria H ermanos , 1873 .

( 2 ) Una nueva traducción de Virgilio . Estudio extenso y competent1simo que puede leerse en el H omenaj e al Sr. Caro , ya citado , pág. 69 ysiguientes.

3 ) Traducciones poéticas, por D . Miguel A ntonio Caro .—Bogota

Librería americana , 1889 un vol. en 8.

º de 2 5 6 páginas.

24 LA ESPANA MODERNA . .

damental de su trabaj o , adivinando ó escudriñando lomás íntimo de sus facultades poéticas , de que trata deapoderarse

,más que por la interpretación literal de l a

palabra,por la asimilación de su modo de componer y de

ver las cosas en general . A veces va á sorprender estaíndole genuina de cada autor

,en composiciones distintas

á las que vierte , cuando no le es dable traducir el mismogiro , la misma frase que tiene á la vista . Según él eut iende , el traducir es dificilisima labor , mixta de imitación y adaptación

,de refundición y de correspondencia .

Entre la fidelidad conceptual y la r ítmica,prefiere siem

pre la primera , aunque su obj etivo es conseguir la uniónde entrambas . Respetando el valor de la palabra gráficay el danzado de la estrofa rítmica, según feliz expresiónsuya , busca sobre todo sorprender el punto de l a conjunción íntima entre el pensam iento y el lenguaj e .

Ese excesivo baño de reflexión hace que algunas veceslas poesías traducidas se sumerj an demasiado en el espiritu de Caro

,y salgan más parecidas á él que á los auto

res originales . Pero esto no sucede siempre , y generalmente sorprende su ductilidad para trasladar las poes íasde más opuesto carácter

,y la fidelidad con que realiza

esta operación,de manera que está tan admirable tradu

ciendo,por ej emplo

,á Virgilio Como aLamartine á Pro

percio como á Longfellow . ¿Conseguiriase esto , sin unapaciente educación literaria y un ej ercicio Científico yconsciente del arte de traducir ? Ha observado ya el j ovencritico colombiano Sr . Gómez Restrepo , que , entre lostraductores castellanos modernos

,es tal vez Caro e l

que mejor posee esta facultad de adaptación . A sí,M enén

dez,que acierta al traducir los clásicos , no es tan feliz

cuando se trata de poetas románticos ; y asi Llorente ,que tan bien roba su alma á Schiller , Goethe , Víctor

POETAS COLOMB IANOS . 2 5

Hugo,e tc . ,

no se ha ej ercitado , que sepamos , en versiones clásicas .

No se crea que Caro desprecie ciertas nimiedades queen la traducción no l o son , pongo por caso el metro , el

uso de esdrújulos ó de agudos , la consonancia ó el versolibre , e tc . M uy al contrario ; siempre que puede se adaptaal metro y al ritmo del original ; cuando no puede le reemplaza por el más equivalente , y hasta se toma la libertadde inventar lo s i no le hay en castellano no retrocediendodelante de combinaciones inarmónicas , ni de versos denueve silabas , de pareados , ó de rimas demasiado cercanas como las del D ies ira , v . gr . , con tal de conservarla intención ritm ica . En una palabra ,

respeta el ep ítetográfi co , no el ripio ; el air e rítmico

,no la sonoridad vá

c ia ; la intención de la frase más que la frase misma .

Siguiendo el procedimiento en este trabaj o adoptadode presentar á los lectores lo mejor de cada nueva coleeción poética de Caro

,procedimiento que puedo elegi r

con más derecho que el que invocan los que no conocenmás crítica que la de andar á caza de ripios y lunares ,me fij aré ahora en una traducción , que , en mi sentir , esl a j oya del úl timo tomito del escri tor bogotano . Ella muestra haSta qué perfección extrema puede llevar e l racionalsistema empleado por éste , si con constancia y fe se em

plea , pues es la obra más reciente del flori legio . Nos referimos á las M emorias d e los muertos de Lamartineconocida en el origina l con el t ítul o de Pense' e d es M orts.

D e ésta al Sueño del soldado de Campbell, que es la

26 LA EsPAñA MODERN A .

primera,van veinticinco años de distancia

,y muchísimos

grados de progreso .

M i veneración por la más perfecta traducción de Carose sale de los límites de lo ordinario

,y llega hasta “

el

asombro .

¡Para mi la literatura castellana no tiene queenvidiar a la francesa esta j oya

,pues la posee por afor

tunada conquista del genio . Cuando por vez primera leíen la N ación de B ogotá las M emorias d e losmuertos, nopude menos de comunicar mi admiración al dichoso intérpre te de Lamartine que tan bien había sentido la majestad , la ternura ,

la honda melancolía y las bellezas sincuento de tan soberbia inspiración ,

menos conocida de 16que merece serlo .

No creo que nadie ponga reparos ami afirmación deque el original sale aveces muy mejorado en la copia ,y siempre en perfectas condiciones de igualdad . Caroataja las ampliñcaciones y corrige los descuidos del poeta francés , y los convierte en frasesacabadas y de intachable correccion . Véase cuán inferior es Lamartine ,cuando dice del sol

Il je tte par intervalleUne lueur de clarté paleQu

'on apelle encore un j our ,

a la versión castellana que da a la idea mayor energía ,menos prosaísmo y más sentimiento de lo real

A nochecida neblinaL e emboza , y de cuando en cuando

A nunciase , despertandoCon luz enferma y mezquina.

Sin atarse al original expresa el mismo pensamientocon novedad y felices rasgos que otro que se ciñera ala letra no hallaría

, en el siguiente pasaj e

28 LA EsPAñA MODERNA .

Como ej emplo de dulzura lamartiniana,vayan

gui entes estrofasD e o lvido no os quejéis, ¡oh manes caros !Oh dulces prendas de entrañable amorQuien se olvide de si , podrá olvidarosPara quien tenga lágrimas , lloraro s

Es la dichamayor.

Si los que en vida nos amaron tantoTambién hermanos en la ausencia son ,

Por ellos ¡oh Señor ,tres veces santo !

¡D ios suyo y de sus padres va con llantoÁ ti nuestra oración.

Véase ahora el original de la última estrofa , paraque se haga cargo por s í propio el lector del modo cómoCaro traduce , 6 mejor dicho ,

refunde el modelo¡D ieu de pardon ! ¡L eur D ieu ! ¡D ieu de leurs peresl

Toi que leur bouche a si souvent nomméEntends pour eux les larmes de leurs fréresl

Prions pour eux , nous qu' ils ont tant aime l

Iguales bellezas sorprendernos en el L ago y en el Oe

cz'

dente de Lamartine y hasta en algunos deVíctor Hugo ,pongo por caso aFrancia , que vale mucho , truncado ytodo , por sus valientes redondillas . La índole de VíctorHugo no se aviene

,sin embargo

,tanto con la soñadora

y reñexiva de Caro como la de Lamartine .

La de la poes ía inglesa,en cambio

,más sobria , íntima

y concisa,merece todas sus preferencias . No podía me

nos de' cautivar a un poeta que huye como de t emiblecontagio de la redundancia y afán de oropel , que ha invadido tantas Veces el Parnaso castellano . Longfellow ,

B ryant y M ontgomery son sus poetas favoritos D el

( 1) Los poetas ingleses preferidos por Caro no son Young ,Dryden ,

ni el falso Ossian , niPope , ni Byron , es decir , los que pasan por primerasfiguras de aquella literatura sino o tros que no destellan tan vivos

'

fulgº

res , á quienes él llama estrellas fij as, como los arriba citados, y además

POETAS COLOMBIA NOS 29

primero hay que citar la sencilla y sentida poesía El herrero de aldea (The village blacksmith) y el conocidoExcelsior de M ontgomery L a oración y L a separación y aunque sea de l as primeras , me gusta mucho Elentierro de Sir j ohn M oore (B urial of Sir j ohn M oore) ;

que me recuerda una reciente aplicada a un asunto semejante

,del poeta Ortiz . Por últ imo entre composiciones

clásicas , francesas inglesas , i talianas , bri lla una de nuestro catalán Mosen Verdaguer ; de las de éste , la más adecuada qu izá al genio de Caro . Se titula A orillas d el mar

Vora la mar y de buena gana copiaría de ella un fragmento ,

si el tiempo y el espacio de que puedo disponerme l o consintieran .

Un crítico moderno a lo Hermosilla , de esos que andanbuscando ripios y gazapos y que se distingue más porsu ingenio que por su cultura , echa en rostro a Caro suamor por la paleontolog ía literaria , y le pide que en adel ante nos dé menos ñambres y menos temas propios deun alumno de retórica . A dviert o que por fiambre entiendela magnífica traducción de Virgilio y tema de r etóricael Tratado del particip io , del cual dice el sesudo críticoCampbell , Wolfe N ewman y Schelley , por ningún escritor quizá ver

tidos antes al castellano . A Schelley ,del cual sólo ha dado á conocer la

A londra , que es de las más esmeradas le apellida Taine uno de los pri

meros poetas de este siglo .

( 1) El Excelsior de Caro es muy superior al de Llorente y al del ame

ricano ] . A . Sorna . Este último tuvo el capricho de traducir la famosa

obra de Longfellow en endecasílabos esdrújulos y no hay que decir que

le salió tan lleno de ripios , cuanto son los esdrújulos. Caro siguiendo la

concisiónextrema del modelo lo vertió en octosílabos pareados con grandísimo acierto y rápido movimiento lírico .

3 0 LA ESPA NA MODERNA .

cubano Sr . M erchán que es una pirámide levantada en

el campo de l a fi lología . Supongo que no diría ó no dirálo propio el citado escritor después de conocidas las Traducciones poéticas . D e seguro que se asombrará si e staslineas lee , al saber que de las 88 composiciones vertidaspor Caro , só lo 8 pertenecen al géneroj iambre , que diríaél

,ó al clásico que decimos los demás mortales .

No significa esto que no sea mucho mayor el númerode clásicos interpretados en castellano . A parte de la versión de Virgilio nos advierte el mismo traductor , que laspoesías de Ovidio

,Propercio yTibulo que figuran en este

volumen,son sólo muestra de una colección titulada Flos

poetarurn que permanece inédita .M enéndez y Pelayo nostiene también dicho lo que ha hecho como poeta horaciano .

Otra cosa se observa en e l citado volumen,y es la

gran inñuencia inglesa en la educación literaria de Caro ,

poeta y escritor de verdadera cul tura ,que ni despre

cia lo antiguo por ser tal,ni lo moderno por moderno

,

sino que de todo admíra lo mej or y vive en comunicaciónintelectual con los géneros de todas las épocas . Y esa

observación sobre la infiuencia de la poesía inglesa nosólo se aplica al hij o ilustre de B ogotá . El parnaso colombiano , el más español de todos , es el que más gusto hatomado por aquélla

,que tan desconocida esgeneralmente

en España,y principalmente en nuestros días . Cabal

mente a nuestro lirismo que ha pecado siempre , comodij e ya

,de palabrería y redundancia

,le sentaría tan bien

como al colombiano,una infusión de la concisión y sen

cillez de los poetas de A lbión .

En las traducciones de Caro he notado unas cuarentay dos de poetas ingleses casi se llevan la mitad del tomo .

Entre ellasfiguran una delicada del Puente de los sus

3 2 LA ESPANA MODERNA .

se han distinguido por el vigor de su pensamiento y lostesoros de su erudición , se le ha negado el título de poeta . Con dificultad se concede el laurel de A polo al quese presenta con el vestido cubierto por el polvo de loslibros . El hombre es avaro en conceder universalidad defacultades a sus semej antes .

En Caro el exceso de reflexión , 6 , más bien ,el per

fecto equilibrio de la razón y de la fantasía ,ha alej ado de

sus versos amuchos que no juzgan poeta sino al que se

presenta adornado con las galas de una imaginación desordenada y brillante . D e las dotes que principalmentecaracterizan al discípulo de A polo

,no negaré que lo que

parece algunas veces faltarle es l a espontaneidad,y que

su misma corrección le hace aparecer fr ío , y su ensimismamiento ,

nebuloso .

M as a pesar de esa frialdad serena unas veces,y de

cierta monotonía otras , tengo a Caro por gran poeta ,y

no soy el primero en afirmarlo , porque todos los críti cosque de él han hablado han roto lanzas en pro de estaconclusión . No es el poeta de esos delicados sentimientosdel hogar que todos comprenden ,

ni de esas pasmnes defuego que todos sienten , sino de aspiraciones ideales ynobles que muy pocos gustan de la vida del espíritu másrica y quintaesenciada aque contados elegidos se elevan .

Para los que buscan en la poesía no más que imágenes ,color

,lava ardiente , vida externa tumultuosa ,

y huyende todo concentrado subj etivismo , no es ni será nuncapoeta . ¿M as esto qué importa ? El que sabe sentir , ya queno siempre pintar la naturaleza

,y recoger en su corazón

sus más recónditos y m isteriosos murmullos , aunque notraslade a su paleta sus ricos y espléndidos colores elque sabe interpretar y hacer suya el alma de otro poeta ,como si fuera su hermana ,

es poeta . El que expresa con

POETAS COLOMB IANOS. 3 3

brío lo que los demás hombres sienten de un modo confuso ,

y da voz humana a los ecos más lej anos de los emsueños del e 5 píritu ,

es poe ta . Caro lo es , pues , y con variedad de tonos y ñsonomía originalísima .

El otro defecto que se le echa en cara,amás de la

falta de espontaneidad ,es su lenguaje arcaico y rebus

cado . En efecto , lo es aveces con exceso , y no todos emtienden sus giros , muchos de los cuales son hoydesusados.

Destruyen con frecuencia una estrofa sentida,voces

como el g enitor amante ,la d iva mano

,el combo cielo

,

el cang lor de una trompeta , el g arzo' n , etc . Son esosligeros reparos y el corazón se alegra

,cuando con tan

corto tributo se desagravia a la crítica imparcial . El empleo de latinismos no es tan excusable como el arcaismoen e lmodo de cincelar las estrofas . Obras maestras

,cual

la oda al Libertador , no se escriben sólo para los contemporáneos

,sino para muchos siglos y generaciones . El

moderno naturalismo tiende a destruir esos moldes hlológicos ideales

, que se mantienen incólumes al través-

de

las renovaciones dialectales y de las imposiciones de l amoda

,y en verdad que no tiene razón . Hay ciertos gé

neros elevados que ,como la escultura griega

,necesita

rán siempre de amplias clámides y túni cas severas .

A . R UB IÓ Y L LUCH .

Á L A M ART INE

EN SU CENTEN A R IO

Es falso que el torrente me lodioso

Que al golpe de tu ple ctro de diamanteB ro tar h iciste del Olimpo e stérilEmpobrecido por los viejos vates

Se haya se cado en las ingratas dunas,Como inútil C ebón de o tras edades

,

Sin dejar una flor de sus riberasSin que recuerde sus rumores nadie .

Falso que tu arpa augusta y redentora ,

Que oyeron con ternura nuestras madres

Y enseñó apalpitar al siglo enfermo ,

D olorido y sin voz mientras callaste ,

R uede perdida entre los nuevos hombres,Como el proscrito en extranjeros lares ;Como del golfo en las calladas sirtesB aj o e l desierto azul flota un cadáver.

Yo sé que de tu lag o , y en tu góndolaSurcan las quie tas linfas losamantes ,

Y sus vo tos e ternos les confíanPidiendo a tus estrofas su lenguaje

Postrado en el oscuro presbiterio ,

A l crepúsculo umbroso de la tarde ,

H e visto a] ocely n ahogar en himnosTodo el dolor de una existencia errante ;

3 6 LA ESPANA MODERNA .

¡N o ! L a flor inodora de l olvidoN o secará en tu huesa sus estambresMientras la tierra se enguirnalde en rosas

Te cubrirán sus aromosos nácares.

R ompe los muros del abismo e terno ,

Ven oh rey d e los can tos inmortales !

Y escucha los clamores de tu siglo

D e M acon a los polos dilatarse .

Es que e l siglo en su o caso te saluda

Y colora en tu sien su último esmalte ,

Como su último nimbo el so l ponienteEn la más alta cresta de los A ndes.

Es que no toda fe con él sucumbeN i el amor

,lazo que une e l hombre al ángel ;

N i la inquie tud e terna por lo igno toN i e l ide al Tarpeya de los mártires.

Que después que te fuiste más cruentaEs la lid de lo noble con lo infame ;

Y vuelven anacer los g irond inosY amorir por las patrias libertades.

Y te invocan a ti , porque tú enseñasQue en el cadalso m ismo lauros nacen ;

Que se puede cual tú , morir vencidoY llevarse del mundo un alma grande .

RA FA EL M . MER CHAN .

BOGOTÁ 1890 .

1 Roi des cbants zmmortels. Apóstrofe de Lamart ine Byron en la meditaciónL '

H ommc'

.

L A ESPANA CON TEMPORANEA

SEGÚN UN RE C IEN TE L IB R O R U SO

Los part idos políticos y sus prohombres.—La novela española .

ESGR A CIA D A MEN TE vivimos en una época de odiospolíticos que nos hace injustos con lo grande ybello en nuestros adversarios ; y só lo cuando lar

gos sufrimientos inmerecidos vierten en nuestra alma elbálsamo de la tolerancia é indulgencia

,nos infunden la es

timación de todas las convicciones sinceras,apercibimos

en toda su variedad artística los encantos de aquellas lnchas

, que , al ñu y al cabo , resultan beneficiosas al progreso y la felicidad humana . Cuatro años de sufrimi entosen los calabozos del despotismo moscovita han real izadoen el alma de Paulowski aquella transformación que lehace justo 6 indulgente con las opiniones más encontradas.

No ha sido fácil al extranjero formarse una idea cabalde nuestros numerosos partidos pol íticos ; para lograrloha tenido la valentía de visitar á todos los j efes y subje

( I ) A l entrar en máquina este articulo llega á nosotros la noticiade que la Casa R am1rez

,de Barcelona, se dispone á publicar en castellano

e l hb de Paulowski á que se refiere el presente escrito .

3 8 LA ESPANA MODERNA .

fes de nuestro Olimpo , encontrando por doquier c unaamabilidad y sinceridad extraordinarias » . Sin embargo

,

también aprendió en estas visitas q ue los literatos y políticos hablan muy mal los unos de los otros

,sin p arar

mientes en adjetivos y calificativos » . Su impresión general es muy lisonjera para los republicanos , pero me parece que exagera bastante a l afirmar q ue entre los partidos republicanos están incluidos todos los talentos y lasinteligencias de España , y que la proximidad del triunfode la República es tal

,que ya les preocupa arreglar el

porvenir . Castelar , continúa el autor , aconsej aba á unembaj ador que diera á su Gobierno respecto á España

,

l a noticia de que dentro de dos años tendremos la Republica ; a porque de otro modo engáñaría á su país » .

Ya sabemos la suerte de las profec ías en general,y

de esta suerte no pueden ex1m1rse las de D . Emilio hanpasado cinco años , y el embajador— por más señas , deuna de las grandes potencias—se encuentra esperandola realización del vaticinio de su amigo .

'En cuanto á lostalentos y las inteligencias , no hay que olvidar que el sabio más celebrado

, M enéndez y Pelayo , es muy católi coque los novelistas más ilustres

,Doña Emilia Pardo B a

zán ,Pérez Galdós

,Valera y A larcón son muy monár

quicos,y que entre nuestros grandes dramaturgos está

e l conservador Tamayo y B aus al lado del eminenteEchegaray cuyos entusiasmos republicanos nunca habránpreocupado seriamente á los sostenedores del régimenmonárquico . Sin embargo

,más todavía que el extran

j ero Paulowski exageraba el Sr . Pi y M argall al decirleq ue si Sagasta no se une con los republicanos inmediatamente

,es porque teme al federalismo »

. El sagaz donFrancisco se habrá sonreído maliciosamente al p ensarque cien millones de rusos creerán aquella doble hiper

40 LA ESPANA MODERNA .

cuán fácil es ob tener en el extranj ero la reputación de uncanciller de h ierro aún siendo persona de natural tansuave y pacífico como el apóstol federal , á quien ademáscaracteriza muy bien el autor al decir que produce elefecto de un catedrático de universidad . Un catedrático;l a nota más característica de es te conspicuo personaj enonny soit qui mal y pense .

Si el mencionado senador izquierdista exageraba algoel liberalismo de D . A lfonso Pi y M argall también exageró mucho respecto al credo de los conservadores

,

cuando dij o á su interwiewer que ninguno de los conservadores era verdaderamente monárquico , sino sólo paraconservar el poder , porque comprenden que dentro dela República no signiñcarían nada Dada la extraordi

naria formalidad del Sr . Paulowskiy su larga práctica depublicista y representante de l os diarios más importantes de Rusia

,ha debido ñjarse en los términos exactos

de las afirmaciones de esta clase : y yo supongo que donFrancisco desarrollaría trop d e zele en este caso

,aun

que parezca contradictorio á su carácter de <<hombre dehielo »

. D e otra parte demuestra modestia afirmandoque le parece probable en principio una república cen

tralizada como en Francia ,que después se transforma

ría poco á poco en una federal y esto inevitablemente .

Como buen patriota, que quisiera ver planteado e l

consti tucionalismo en Rusia,el autor explica á sus con

ciudadanos e l mecanismo ingenioso de las elecciones en

España , sin duda con el loable propósito de quitarle elmiedo al <<pueblo soberano » á los tchinovnihs rusos . A l

obj eto cita pasaj es de discursos del Sr . Romero Robledoque bien merecen ser traducidos á todos los idiomas deluniverso la muestrecita siguiente es de cierta actualidad

LA ESPANA CONTEMPORÁNEA . 41

a Si señores ; hemos encarcelado á varios electores ;pero esto

, ¿ qué signifi ca ? Vosotros habéis hecho más. H e

mos prohibido vuestros periódicos , como vosotros habéisprohibido los nuestros cuando estuvisteis en e l poderhemos desti tuido alcaldes que no son de nuestro partido ,y vosotros habéis hecho lo mismo con ”nuestros alcaldes » etc . El amable publicista afirma que c el j oven ministro Romero Robledo representa e l t ipo del político aldía de l a España contemporánea alegre elegante

,ama

ble , deñende con habilidad en pocos años unas tras otraslas ideas republicanas liberales , monárquicas , monárqmco—conservadoras , y por úl timo , completamente reaccionarias

,con marcada tendencia ultramontana . M a

nana defenderá otra vez ideas liberales y republicanas ,según de donde sople el viento »

. Quizá es ta profecía tenga mejor éxito que la anterior del Sr . Castelar referenteá la República .

Hablando mucho de este gran filósofo y orador, el es

critor ruso merece una censura severa por la fal ta deentusiasmo con que presenta á sus compatr io tas las grandes ñguras de la España contemporánea . Para apreciarjustamente los extraordinarios méritos de un Cánovascomo orador , dialéctico y gran carácter , quizá es precisoconocer á fondo las dificul tades con que tienen que lucharlas empresas políticas en España

,y por la misma razón

no es extraño que Paulowski sólo hallase en Ruiz Zorrillaa la poderosa personalidad de un rico propietario acostumbrado á dominar y á dar órdenes » sin admirar suconstancia , sus condiciones morales y sus extraordina

rias cualidades de j efe de partido . Tratándose ,s in em

bargo ,de Castelar que no puede menos de provocar

admiración ilimitada has ta en sus adversarios pol íticosmás encarnizados , como lo es el autor de estas l íneas ,

42 LA ESPANA MODERNA .

hay que reconocer la exuberancia casi oriental de su es

tilo,pero á la vez confesar que en hermosura de frase

no conoce igual en ningún país que ningún autor reunefantasía tan brillante con tanta profundidad filosófica , quenos sorprende con s íntesis sublimes , acreditándose depensador de primer orden . No hablo de sus célebres

discursos , donde Paulowski ha encontrado fácilmentepárrafos grandilocuentes que ofrecer á sus lectores á finde que formen idea de la poderosisima personalidad deCastelar . Si admira hablando

,escrib iendo encanta . Hace

algunos años traduj e para mi revista Spania la novelaR icardo , y á cada página me quedaba embelesado elcapítulo sobre l a <Noche de San Juan »

,por ej emplo

,es

un tesoro de poes ía y de ideas sublimes .

Tanto más me extraña esta fal ta de entusiasmo en

Paulowski,cuanto que el autor no puede sentir contra

el gran publicista rencores de ninguna clase,porque Cas

telar há tratado siempre á los eslavos con suma indulgencia

, al revés de los germanos , á quienes profesa tanpoco cariño

, que nada germánico encuentra benevolencia eu él . A sí me explico que nos dij ese , al preguntarlePaulowski en mi presencia su opinión sobre el problemasocial < L e socialisme c

*

est une bet ise allemande Disrae li tenía mucha razón al afirmar que el principio máspoderoso en la historia de l a humanidad son los odios ylas afinidades de raza : al apreciar á Castelar no puedeolvidarse esta profunda verdad . La sangre greco - latinadel hij o de Cádiz impu lsa al célebre tribuno contra losdescendientes de aquellos bárbaros del Norte que inundaron la hermosa civilización romana sepultando á Italia yEspaña baj o escombros y ruinas , para que resucitarandespués al sentir la inñuencia de los árabes . Sin embargo

,el Renacimiento encontró fuerte apoyo en el idealis

44 LA ESPANA MODERNA .

mano M erci ! merci ! » —Como todos los halagados porel éxito ,

Castelar no quiere atribuir valor á la opiniónaj ena . En realidad : posee Castelar un estilo brillante ,gran verbosidad , y su modo de manejar la prosa es muyanálogo al de Víctor Hugo

,sin que Castelar dej e de te

ner a veces la expresión sublime y las hermosas antítesis de este último .

La obra reciente de Castelar sobre Rusia contienealgunos párrafos que sublevaron mi patrio tismo . Comohombre verdaderamente liberal , no odia ,

en efecto, á

ninguna nación ; pero su amor por una frase bonita , le

lleva á menudo muy xSu talento de orador (asíterminaPaulowski su detenido estudio sobre este personaj e), el timbre de su voz es enérgico y apasionado ,

Su

erudición grande,su fantasía poderosa ; pero al reflexio

nar eu el discurso se percibe que sacrifica al arte y á lapoes ía la serenidad del juicio .

»

El corresponsal parisiense del N owie Uremia de

Petersburgo hubiera debido comparar la oratoria española con la de Francia

,lo cual ser ía de verdadero inte

rés así se formarían sus lectores exac ta idea de la importancia de los tribunos de España ,

y su j uicio comoruso daría á esta comparación mayor valor de imparcial idad aún . No dudo que hubiera recono cido la supremacía indiscutible de la oratoria española

,que puede enor

gullecerse de varios oradores superiores á los Gambetta ,Jules Simon y otros ; y yo por mi parte los prefierotambién á l os celebrados oradores ingleses y alemanes .

Por eso encuentro severo el juicio de Paulowski sobreCastelar , aunque reconozca algunos de sus méritos , ypor eso siento que no rinda merecido homenaj e á Cáno

vas , Silvela ,M oret y otros muchos .

LA ESPANA CONTEMPORÁNEA . 45

La tendencia general de nuestra época es esencialmente materialista y poco adicta á los generosos idealesde las generaciones pasadas . Los problemas económ i cosociales que nos agitan extienden su influencia hasta elarte

,tan refractario al cálculo egoísta y á la pesadez de

las cifras estadísticas y los talentos más universales entodos los países

,los Zola

,Verga , Kretzer , D osto ievs

ky ,Tolstoy y otros

,declaran en sus obras que existe

una relación íntima entre la materia y el esp íritu entrela economía y la moral , entre la ñsiología y la psicología ; y la buena nueva del naturalismo moderno consisteen demostrar en todas las manifestaciones de l a vida esteprincipio eterno señalando á la vez el cam ino por dondedebieran dirigirse los esfuerzos de los reformistas sociales . La novela realis ta y naturalista cumple de este modouna elevadísima misión en la sociedad moderna

,y no es

mera coincidencia casual la que empuj a á los esp íritusfuertes con irresistible movimiento hacia el naturalismomás resueltamente cuanto más penetran el eterno misterio humano . Por algo en España el talento más virilentre los grandes novelis tas aclamados hoy es la apasionada propagandista del naturalismo ,

Emilia Pardo,y bien

dice el crítico ruso que a la obra L a Cuestiónpalp itantehonraría á cualquier sabio especialista »

.

Paulowski habla con detención de la gran obra pátriótica de Galdós pero siento mucho que no haya paralelo entre esta obra y la novela semejante de su compatriotaTolstoy , Guerra y paz , también cuadro históricograndioso que representa la misma guerra nacional contra las hordas de Napoleón I comparación que casi seimpone á todo l iterato ruso al leer los magnífi cos cuadros del novelista español . Qu izá el crítico hubiese enc ontrado entre estas dos obras maestras una diferencia

46 LA ESPANA MODERNA .

parecida á la de la impresión que ,por ej emplo

,recibe

una señora y un hombre político al asistir á una de las

sesiones agitadísimas de l as Cortes españolas,el Parla

mento más dramático y artístico del universo . La señoraestará encantada de los efectos de luz y de la animaciónde aquellos debates pero como Galdós

,verá más la

parte puramente humana y artística , mientras un Tolstoy no puede menos de ver en los oradores á los representantes de corrientes seculares un Pidal le pareceráe l defensor moderno de aquella sublime idea de la unidadcatólica que tantas lágrimas y tanta sangre ha costado ,y que ha sido durante muchos siglos el pedestal de l a t étrica grandeza de España la terrible defensora del catolicismo y adversario temido de l a Reforma un Salmerón le parecería el descendiente de la civilización árabey judía con su aspecto austero y conservando aún en

su físico los rasgos caracter ísticos del oriental , y en

su espír itu algo de aquel sublime concepto del dios Jehovah

,que flotaba en la fantasía del hij o del desierto M a

homa . …

La novela española está quizá demasiado alejada delcontacto con las corrientes de l a actualidad , y por estofal tan al cuadro de Galdós aquellas sublimes perspectivasque provocan la admiración en la obra de Tolstoy . Lasgrandes luchas desencadenan las pasiones gigantescas ;y la amorosa no es suficiente para llenar por completonuestra alma ; he aquí uno de los defectos del extraordinario talento de Doña Emilia Pardo B azán ; Si este artistainspiradísimo se dejara inspirar por los sublimes idealesmodernos

,si un aliento humanitario conmoviese su grande

alma de poeta,no dudo que formaría parte de los vates

inmortales de la humanidad .

También el autor ruso parece ver en la Pardo B azán

48 LA ESPANA MODERNA .

enseñanza de sus h1]08 , arregla su casa ,y se presenta

siempre alegre,sencilla é ingeniosa .

Respecto á Galdós , dice Paulowski después de estudiar detenidamente las principales obras suyas , analizándolas

,y exponiendo la trama á sus lectores : <Tiene

actualmente unos cuarenta años ; es alto delgado , y deaspecto fino y modesto . Por su modo de vivir y su concepto del mundo es un solitario , un observador retraído ;persona afable

,pero enem iga de apar1enmas que pro

fesa un desprecio soberano al ruido y á los engaños de lavida de M adrid . Como escritor

,si su estilo no es de los

más elegantes , su observación es de las más profundas »

ER N Ee B A R K .

UN A LQU IM ISTA DEL SIGLO XIX

ON STA N CIO luchaba en vano contra la pobreza que ,encontrándole déb il y perezoso , le iba tomandotodas las posiciones de la vida . A legría

,entereza

,

fuerzas del espíritu y hasta fuerza s de l a carne , fiaquea

ban ya y se rendían al empuj e de aquel enemigo victorioso .

Empobrecido por los vicios y cr iado en ellos , se obstino en pedir á los vicios lo que le habían quitado su fortuna . Jugó á la B olsa el resto de ella ,

j ugó á los naipesel importe de sus j oyas , á la lo tería su última esperanza ,y

,finalmente , jugó su decoro al azar más peligroso del

mundo al azar de un casamiento de conveniencia . Peros i no tenía suerte para los primeros j uegos

,para el ul

timo no tenía cara . Sobre no ser agraciada la suya,

afeábala más la cicatriz de una herida que le partió lo slab ios en cierto lance de honor á que l e condujo una mujer sin honra . A sí es que concurr ió sin resul tado a l aferia cortesana de herederas ricas que compran maridos

5 0 LA ESPANA MODERNA .

pobres,6 mejor dicho , que se cambian p or la vanidad

de un t ítulo nob iliario por el ruido de una posición so

nora ó cuando menos por la gentileza de un buen mozo .

Rendido,pues

,á la pobreza y desesperanzado de re

mediarla estaba Constancio , cuando recibió proposiciones para la venta de la última propiedad que le quedabael hogar solariego de la familia olvidado en unvillorrio delas A lpujarras . Cómo fué á aquella casa y lo que le pasóen su viej a torre , es ya sabido . D ió casualmente con eltestamento de su tartarabuelo ,

y con el famoso codicilod e las recetas . Cuando , entre otras no menos extravagantes encontró la fórmula para hacer oro

,se burló de

la credulidad de los siglos pasados : pero después de l e ídase burló del descre imiento del siglo presente . Y dij o

,con

la satisfacción intensa del que descubre un tesoro ignorado aEfectivamente

,esta es la única fórmula posible

para hacer oro ». Entonces , en lugar de vender á su tío

la casa, se encerró en ella , y nadie supo de él durante

dos años .

Pasados éstos,los vecinos observaron que aquel hom

bre,vuelto á l a villa casi en calidad de mendigo

,vivía

,

si no con el boato de siempre , con un bienestar que nuncatuvo . D ejábase ver en su rostro y en su proceder esaalegría serena producida solamente por la certidumbrede lo por venir , como si Constancio contara con un caudalmanado perennemente de sus propios bolsillos y no expuesto á contingencias de la fortuna .

Comodidades en su vivienda , abundancia y hasta golosinas en su mesa , y en su vida y persona todo lo necesario

,mucho de lo superñuo y algo de lo vicioso , pues

también se regalaba con el luj o de mantener á algunamuchacha pobre

,pero bonita .

Las gentes se dieron pronto á murmurar de tal mu

5 2 LA ESPANA MODERNA .

cierto que Constancio vivía sobre las costil las de aquellaseñora .

—Calumnia doble para la tía y para e l sobrino—agregó otro que parecía hombre formal .—Tengo para mí lasospecha de que lo mantiene la moza de marras .

—¿La que suena como mantenida por él ? Pero , ¿ cómo?

¡Si ella es más pobre que l as ratas !—Porque á su vez la moza recibe dinero de un viej o

enamorado .

—D esengáñese V . , las buenas mozas no dan ya sinodisgustos .

—M enos cuando les conviene tapar reputaciones agujereadas con la cabeza de algún perdido sin escrúpulos .

El viej o quiere casar á la muchacha con Constancio .

¡Ya !¡Ya !

A poco de esto ,la tal moza se fugó con la compañía

de unos cóm icos que estuvieron ocho días en el pueblo .

Y Constancio continuó viviendo ,no como antes , sino

mejor,porque faltándole un vicio que sostener , aplicaba

los ahorros de Venus á los gastos de Ceres y B aco .

—¡Vamos lEstá descubierta la mina ,— siguió diciendo

la murmuración , que nunca se da por vencida .

—Constancio ha vuelto á las andadas : j uega .

—Efectivamente : j uega muchas tardes en casa deD . A ntonio .

—Y juega con fullerías,porque siempre gana .

—Sabe de esas cosas más que todos nosotros . Comoque no ha hecho otra cosa en su vida .

—¡Y yo que le he admitido en mi partida de brisca !—¡Y yo que me he dejado ganar por él cuatro pesetas !

Lo cier to es que Constancio jugaba á veces , por noolvidar el vicio , á las siete y media ,

y aun al golfo en

UN A LQJIMISTA DEL S IGLO XIX. 5 3

casa del alcalde , donde sol ían atravesarse en toda la se

mana unas cuantas pesetas muy reñidas y disputadasPero como entre los contertulios corriera la voz de

aquella estafa monstruosa , el juego fué suprimido .

Y la fortuna de Constancio en vez de bajar prospe

raba,porque la malicia se había empeñado ahora en lim

piarlo de los vicios con que le manchó en otro tiempo lalisonj a .

—Pues esta abundancia no trae buen origen , digan loquieran

,—repetía la insaciable lengua de lamurmuración .

—¿Y quién dice que trae buen origen ?—M al ísimo . Pues qué , ¿ acaso no está ya el señor juez

del partido tras los hilos de este fi lón ?Cómo ! ¿Constancio ? .

—Ladrón de caminos .

—Tal vez secuestrador . …

—Jefe de una partida de bandidos .

—¡Pero si nadie entra en su casa !—Pero él sale con frecuencia del pueblo

,y tarda á ve

ces cinco y seis días en volver .

—Es cier to .

—Y se ha advertido que sal e sin dinero y vuelve con él .En efecto : la ciencia popular

, que cree ó quiere explicarse todo á tuertas ó á derechas

,llegó á vocear tanto

é inventó tan peregrinas conjeturas , que Cons tancio se

vió un día complicado en un proceso criminal sobre roboshechos por entonces en los caminos y en las iglesias delpaís .

La justicia , inducida por la voz pública , 6 tal vez pordenuncias concretas , se consideró en el deber de interrogar á Constancio y registrar su domicilio .

El hallazgo en él de importante cantidad de piedraspreciosas , de las cuales no hab ía notícia ni antecedente

,

5 4 LA ESPANA MODERNA .

y de ciertas j oyas de uso femenino y aun sagrado,dió

malísimo sesgo al asunto .

j ustificar la procedencia de las pi edras y alhaj as ,el

obj eto de sus viajes frecuentes y probar su inocencia,

fueron trabajos que pusieron en aprieto á Constancio .

La gente suspicaz quedó convencida,no de la honra

dez de Constancio , sino de que la justicia había erradoen la pista . NO era ladrón ni secuestrador . Pero era algomalo .

¡Falsifi cador de moneda ¿ Qué recurso queda alhombre que ni la tiene , ni la gana , ni la recibe , ni laroba ? ¡H acerla l ¿Cuando y dónde ? D e noche

,y en su

casa . Observen Vds . sus costumbres . Vive y duerme ene l piso alto de su torre

,lej os de lá vista y del trato de

su única criada, que habita en el cuarto baj o de la casa .

Que pasa en claro todas las noches lo sabemos , porque se despierta á la una de la tarde .

—Dígamelo á mi ( intervenía el cura), que al levantarme para la misa del alba , veo constantemente iluminadala torre . Por las rendij as de sus maderas salen á lo exter ior filtraciones de luz artificial , compañera de l a vigilia .

Estudiará l

—Nunca estudió . N i el estudio labra moneda . Ni elruido leve pero continuo que se escapa de l cuarto corresponde con las meditaciones silenciosas del es tudio .

—¿Ruido ?

—Seco y picado como de martil lo unas veces,otras

sordo y ligado como de lima .

—¿Y sale hasta afuera ?—No pero se oye desde abajo . Su criada me l o ha

participado pidiéndome por Dios que exorcice la casa .

¡Como que todo el pueblo sabe que fué casa de miedo !—Evidentemente . M onedero falso .

5 6 LA ESPANA MODERNA .

tercera lo trasm itió á la cuarta,y pasando de boca en

boca , el secreto quedó tan voceado , que no hubo chiconi grande que no lo supiera .

En efecto,—dij o el boticar io cuando llegó hasta él ;

antiguamente hubo una ci encia que de e so trataba . Laalquim ia

,madre de la quím ica

,dió fórmulas para hacer

oro artificial pero ya nadie cree en ellas y gracias quese dé crédito a nuestras fórmulas para hacer los medicamentos específicos .

No obstante,el vulgo aquél que nunca creyó que el

hierro cría sangre creyó que la alqu imia criaba oro ,y

se atuvo á las sospechas de la saludadora antes que aldictamen facultativo del farmacéutico . La imaginaciónfué más allá que la ciencia , y aquellas gentes supersticiosas tomaron por artículo de fe lo de l a alquimia .

¡Las supersticiones ! El sol las incuba con su capaabrasador' a tan invariablemente

, que baj o todo cielo demucha luz hay un país de mucha superstición . Se explicapor razones climatológicas , como la producción de losnaranjales '

y las p almeras . Quien sufre los rigores delcalor , busca naturalmente el consuelo de la sombra .

Véase el ej emplo de los pueblos orientales y los deor igen oriental . Poblaciones apretadas , calles estrechasy tortuosas para encontrar en sus lobregueces y recodosamparo contra el sol casas sin ventanaje ,

puertas ena

nas, corredores angulosos , cámaras abier tas á patios

interiores,alcobas empotradas en las paredes , todo en

ellas cerrado,todo oscuridad y misterio . A ll í se huye de

la luz como del enemigo que azota las carnes . La arqui

tec tura defensiva ha trazado las Ciudades y vivi endasandaluzas de origen moro

,como la ingen iería militar

dispone las defensas de una plaza asediada por el fuegode cien bater ías . Y este orden de vida material rige tam

UN A LQJ IMISTA DEL S IGLO XIX. 5 7

bién por naturaleza 6 ya por hábito en la vida moral .En ella

,lo misterioso domina á lo claro . Esas razas ven

más en las tinieblas que á l a luz . Creen lo oculto mejorque lo visible . Su fantasía sabe más que sus oj os , y esmayor su fe en las c osas no explicadas que en las queaclara la razón . Entre esas castas visionarias

,lo que se

supone supera á lo que s e demuestra , y el arte , todo misterios no enseñados , preval ece sobre l a ciencia exacta ,toda claridad suj eta á reglas inmutables.

Se explican la aparición de un cometa ó de un eclipsepor la amenaza de una catástrofe más bien que por laevolución necesaria indeclinabe de los astros en las órbitas s iderales .

Cautívales l a devoción de lo sobrenatural , y temen áburlas del duende y á las llamas del diablo y no á la mofade l as malas lenguas y al fuego de los propios vicios .

Ffan sus venturas y t emen sus peligros de la quietudde los muertos y no de la actividad de los vivos . Ponentoda su fe en el vat ic inio de una gitana

,y no les queda

ninguna para las previsiones de un sabio así estánaguardando siempre de las rayas de la mano la fortunaque no encomiendan al trabajo de los dedos .

Creen en los agiíeros de los pájaros que van por lasnubes , y no mira n á los precipicios de l a tierra : en labuena dicha de quien palpa á un j orobado y no en l a delque endereza por derecho sus acciones . Evitan las palabras sin iestras que l levan aparej ado el infor tunio y danvuelo á las injurias que traen consigo deshonra y desolación .

Recogen y ' guardan , como amuleto bienhechor , laherradura encontrada en la call e

,y descuidan á la mula

que les labra la heredad .

Si enferman , prefieren el remedio de hierbas descono

58 LA ESPANA MODERNA .

cidas que aplica la comadre al medicamento que elaborael boticario , y llaman á la saludadora que desde lej ossantigua con frases inin teligibles

,antes que al médico

que , con el termómetro y el auscultador siente y ve clarameute el progreso de la dolencia y la consunción de lavida , como se ve la consunción del aceite en el depósi tocristalino de una lámpara .

¿ Cómo , pues ,en ti erra tan abonada no hab ía de

arraigar la consej a de la alquimia ? Propagóse de tal

suerte , que entre los vecinos del pueblo eran pocos lo sque no graduaban á Constancio d e doctor en alquimia ,muchos los que se santiguaban con miedo al pasar juntoá la torre , varios los que olían el azufre de l as retortasinfernadas

,y todos los que le ehvidiaban la fortuna de

haber dado por caminos buenos 6 malos con el secretode la riqueza cuyos aumentos crec ían con los años ,tanto como su fama de alquimista .

Y la envidia maniobró un día,acudiendo al juez para

que perseguiera á Constancio por milagrero .

—¿Enseña su secreto á alguno de Vds. mediante pre

cio ?—preguntó el j uez .

Qué ha de enseñar ! ¡Si lo malo es que no vende e lsecreto por todo el oro .

de ! mundo —contes taron .

—¿Expende moneda falsa ?—La suya es intachable .—Pues en ese caso nada puedo hacer . El Código sola

mente castiga los milagros hechos en perjuicio y fraudedel prój imo los l lamamos estafas . Si no la hay aquí , l oúnico que siento es ignorar el secreto porque —sabiéndolo ,

dejar ía mi juzgado,donde oigo tantas sandeces .

La conducta de Constancio era ,en real idad , sospe

chosa,aun para gentes menos crédulas que sus conve

cmos .

60 LA ESPANA MODERNA .

el bo ticario que con él estaba , y tras el boticario Vinieronlos tertulianos á aquella hora reunidos en el laboratorio ;acudieron unos porque Constancio era querido en el pueblo á pesar de sus bruj erías

,y otros por curiosear

,apro

vechando las franquezas desordenadas de la muerte parasorprender los secretos de la vida .

El cuadro era extraño . La negrura de la noche lamole parduzca del t orreón ,

l a estrechez de su escaleril lade caracol , s emej ante á cañón de chimenea por donde lafantasía popular descuelga sus duendesybrujas el aspecto de la habitación que co n sus libro tes forrados de pergamino , su mesa roída de los años , sus paredes atroneradas , pudiera tomarse por estudio de sabio ó de astrólogo ;la figura de Constancio

,medio sentado y medio caído

entre los brazos del secular sillón de cuero , desencaj adaslas facciones y quebrado e l color del rostro el poco es

pacio,la luz mortecina

,todo daba al acto apariencias de

un cuadro de viej os siglos que adquiriera por artes mágicas

,vida

,movimiento y resurrección perfecta en me

dio de seres y cosas de nuestra edad . Y lo que másmaravilló entre aquellas maravillas fué la vestimenta estrambótica de Constancio . A mplio mandil de estezado , cuyaantiguedad respetable declaraban su hechura , su colory su delgadez

, le cubría el cuerpo desde los hombros álas canillas á manera de ropón , y gorro puntiagudo letapaba la cabeza . Era evidentemente un gorro común dedormir pero acompañado de aquel traj e y en tal ocasiónpareció á todos caperuza de nigromante que no otra cosasemej aba Constancio en aquel momento .

Y por nigromante le confirmaron ya los crédulos quelo sospechaban antes

,y los más avisados le dieron desde

entonces,á causa del mandil , por maestro en la sociedad

masónica,punto menos que sociedad con los diablos . La

UN ALQU IM ISTA DEL SIGLO XIX . 6 I

enfermedad apretó tanto, que hubo de pensarse en pre

parar el alma del paciente para el úl timo dolor de la exist encia . N egóse a ello el anciano cura párroco por el malej emplo que daría á los fi eles la absolución de un endiablado masón

,y solamente se atrevió con él el teniente

cura,hombre arriscado , que no creía del todo en los dia

blos,tal vez para tranquilizar su conciencia moza . El

padre oyó los pecados generales de la ley humana conbenevolencia

,y sin ponerles mala cara , reservando de

intento sus escrúpulos y admoniciones para el gran pecado de la masonería , cuya confesión esperaba . Perocomo el penitente diera por hecha su confesión

,omitiendo

lo esperado,l e dij o con severidad :

—Está haciendo hij o mío , una confesión inútily hastasacrílega ; quien engaña al tribunal de Dios se engaña ás í mismo ; porque puedo absolver los pecados que V . confi esa , pero no los que calla .

—Padre (respondió Cons tancio) , ¿ cree V . también enl a alquimia ?—No ; mas creo en la existencia de sociedades imp ías

que condena nuestra religión ; esas sociedades socorrená sus miembros .

—No pertenezco a ellas .

—Entonces , ¿ cómo y de qué vive ?—¿D e qué vivo ? Pues bien ,

padre mío ; me acuso deun pecado que es verdaderamente grande herej ia en estatierra católica de España . He dado

,en efecto

,con la

p iedra fi losofal , cuyo secreto hallé un día en el testam ento de mi tatarabuelo . ¿Quiere V . conocerlo ? Tráigame acá ese escrito amaril lento que está sobre la mesa ;s iempre lo tengo delante de mis oj os para no o lvidar lafórmula .

El cura acercó el papel,y leído y recibidas otras ex

62 LA ESPANA MODERNA .

plicac iones, absolvió al penitente , y en saliendo del cuartodij o á los am igos maravillados :—A cabo de absolverlo : si muere

,muere el hombre

más cristiano y más purificado del pueblo; porque es

quien ha sufrido más el castigo que Dios impuso á los pecados de la humanidad .

¿Qué había visto y leído el cura en el tes tamento dePedro Pérez

,cuarto abuelo de Constancio ?

La famosa receta para hacer oro la fórmula infal ible ,

no incluída en el A rs mag na de Raimundo L ulio .

Un renglón toscamente escrito que decía : a Trabaj a

siempre con las dos manos y g asta con una , y sacarás

oro d el t iempo .

Y eso hab ía hecho Constancio desde aquella noche enque ,

desesperado y al borde del abismo , descubrió eltestamento y las recetas que ,

por vía de codicilo,dejó

su antepasado . A prendió como él el oficio de diamantista y platero en el cual l legó á ser tan consumado artífice ,

que se le compraban obras á precio de preferemcia en Córdoba y M adrid , adonde iba frecuentementepara venderlas y comprar oro y pedrería

, que trabaj abaen el sigilo de su torre .

Pero bien ¿ por qué ocultaba como si fuera delito loque era honroso y meritorio ?Y ¿por qué aquel misterio con que comprometió á ve l

ces su reputación y tranquilidad ? Porqué á él,rico de

origen , señorón por costumbres y holgazán desde niño ,le avergonzaba ,

como á casi todos los españoles,el tra

baj o manual . En este clima el trabaj o duele más que elhambre

,y mucho más que la mala reputación . Con tal

de pasar por caballeros , pasamos hasta por falsificadores .

Como la revelación fué hecha baj o el sigilo confesio

EN EL A RROYO

U na tarde estiva,en que era

L a atmósfera alie nto de hornoS obre e l le cho de una acera

Se desp ertó Prim av era ,

Tras las horas de l bo chorno .

A l par que él de l aura al beso ,

Que ya se alzaba aanunciarD e l crepúsculo e l regreso ,

Templando un tanto e l excesoD e l ardor canicular,

L a c iudad , también repuestaD el le targo de la sie sta ,

Vo lver en Sí parec ía ,

Y al despe rtar, se movíaCon e l rumor de una ñesta .

M ientras sus párpados flojosEl rapaz abrió , confuso ,

Se irguió ha sta h allarse de hinojos ,Y ,

restregando sus ojosB ostezó ,

y en pie se puso .

M iró en torno v ió la hirvienteMarejada de l ge ntío ,

Y de un salto , alegreme nte

I ) El ilustre poeta Sr. Ferrari ha pub l icado un precioso l ibro , Poemas oulgara ,del cual

cntre sacamos estos hermosos fragmentos , que e l Ateneo de Madrid ha aplaudido con frenét icoentusiasmo a! oírlos de labios de su autor en la ve lada l iteraria de l 24 de Mayo .

EN EL ARROYOFué a lanzarse en la corriente ,

Como un ánade en el río .

A llá va huérfano oscuro

B ien hallado con su cruz

Y su destino inseguro ,

Saciándose de aire puroY embriagándose de luz .

Y en aquel triunfal paseoEn que él trueca su camino ,

Cada risa es un gorjeoCada brinco un ale teoCada vuelta un torbellino .

Y a en tal punto la amplia víaCon e l tropel desbordabaQue creciente la invadia ,

Y el muchacho , en compañíaD e o tros varios, avanzaba.

c ¿ V eis—diciendo iba al pasarCon aque l encantadorY atropellado charlar ,

S emejante al borbo tarD el agua de un surtidor ;

¿ Ve is esas grandes señorasEn sus coches , arrogantes ,Vestidas a todas horasCon galas deslumbradoras ,

Y llenas de oro y brill antes ;» Esas que tienen ujieres ,Y cuadras con tantos potros ,

Que viven entre placeresY que no pare cen seres

D e carne , como noso tros?» Una así era… . ¡más hermosa

todavía y principalSeria , si , y algo llorosa

Como aquella D olorosa

Que hay puesta en la catedral.

66 LA ESPANA MODERNA .

»M e llevaban… la ve íaA turdido , unos momentos ;D espués á hallarme volviaEn la sucedíaTodo como en los cuentos.

¡Si vierais qué horas aquellasL as que á su lado pasaba !¡Tenía cosas tan be llas !¡Y yo jugaba con e llas !

¡Y eran de oro ! ¡Y las tocabaSentándome en sus rodillas ,

M e contaba alguna historiaD e guerras y maravillasA lguna v ez , á hurtadillasM e besaba… ¡era la gloria !

L uego ,no la he vuelto á ver.

Y o no pude comprenderA quella felicidad.

Pero así debe de serTener madre

, ¿no es verdad ? »Y quedóse mudo un rato ,

Como absorto en algo grato ,

H asta que por fin , de pronto ,

Prorrumpió con arrebatoa ¡Ea , al diablo ; es que soy tonto !Con vivo caracoleo

Pasan , mientras , los carruajesEntre e l po lvo del paseoY el cruj iente traque teoD e varillas y de herrajes.

D el látigo á los chasquido s ,

Y á las sordas vibracionesCon que ruedan , confundidos

R e tiemblan , estreme cidos

L os vidrios de los balcones.

Y las yeguas , engalladas ,

Sacan chispas de los sue los ,

A gitando , alboro tadas ,

L as cabezas ,coronadas

Con movibles espejuelos.

Y en la nieb la de l ocasoSe v en flo tar ,

á su paso ,

68 LA ESPANA MODERNA .

Parec ía despertarA un destino superior ,

Y con ansia adivinarEl abrigo del hogar ,

L as caricias del amor.

El ángel que en él dormíaL as luminosas escalas

Entre sus sueños ve íaY , esperanzado , batlaPor vez po strera , las alas.

N o bien , ro to y polvoriento ,

Se halló en pie con paso lentoJunto á la dama se puso ,

Y descubrióse un momento ,

Embarazado y confuso .

Tendiéndole e lla una manoD el fino guante ceñida ,

Corrió á estrechárse la ufano ,

Y fue á darle un sobrehumano ,

Un primer beso en su vida.

Pero al asirla sintióCon el roce de la seda ,

A lgo frío , e l beso ahogó ,

Y en las suyas oprimióL a vil paga : una moneda.

A ún v ió ala dama , anhelante ,

volver temblando , la adusta ,

Pálida faz un instanteOyó en seguida , vibrante ,

El restallar de la fusta ;Fué con ira y desconsue loPerdiendo de vista e l coche ,

A lzó los puños al cielo ,

Tiró el oro contra el

Y tuvo hambre aquella noche .

EM I L IO FER RARI .

EL L IBRO DE LA DUQU ESA DE A LBA

L título no puede tener más atractivo . D ocumen

tos del A rchivo de una Casa que figura en tantaspáginas de nuestra historia , son ya grata pro

mesapara los que la estudian . Si luego se nos ofrecenescogidos por una dama que goza justísima fama de avisada , y que inspira tan generales simpatías , entoncesverdaderamente es ya miel sobre hojuelas.

Estudiante era yo ( larga va la fecha) , cuando ya oíaafirmar que la Historia de España no podr ía escribirsehasta que los archivos estuvieran bien estudiados pero ,añadían : ¿ cómo estudiarlos , si los encargados ofi cialesno los catal ogan

,si los cabildos dej an que se destruyan ,

y si los Grandes no permiten que se copien ? Esta vez es

una Señora de esa aristocracia la que no sólo los entregaal públ ico , sino que se toma el trabaj o de escogerloscopia por sí misma muchos de ellos los presenta modestamente al público en la Introducción , yhasta l os imprimeá su costa . M ás aún hace la promesa de continuar publi( I ) Se titula Documentos escogidos del A rcbivo de la casa de A lba , y

forma un elegante volumen de 6 10 páginas en 4 .

º

LA ESPANA MODERNA .

cando,si el voto del público le es favorable . Pero ya ve

rán Vds . cómo nos las arreglamos para reparar ahoraen si las damas deben ó no deben es cribir , como antescensurábamos el que no publicasen ni dejasen publicar .

Somos así . Yo mismo voy á permitirme señalar ciertasdeficiencias . … Pero procedamos con método .

Precede al libro una Introducc ión discreta é interesante. Porque lo es la história de un A rchivo quesufre tres 6 cuatro incendios y no pocas sustracciones

,

y que después de suministrar originales á muchos librosy colecciones

,conserva todavía tanto inédito

, que unainteligente elección puede publicar con ello un tomo de6 I O páginas como el que examinamos , quedando aún materia par a otros muchos . B aste decir que las cartas or iginales de Felipe II que guarda aquella Casa pasan de

de las de personas que figuraron en la historia del sigl o XVI ; de 60 , los Privilegios rodados e tc . , e tc .

Con los autógrafos de Suero de Quiñones CristóbalColón

,Tiziano ,

M aría Estuardo y otros cien personaj es ,entre los que alternan preciosos sellos de placa y de plomo

,miniaturas y obj etos de gran valor histórico y artis

tico,ha formado la inteligente dama colección tan rica

,

en amplias vitrinas que pueden competir con muchasdel extranj ero . No digo de nuestra B iblioteca Nacional ,porque allí no las he visto ni buenas ni malas . Pero estode las vitrinas capítulo aparte merece , y queda , portanto

,para otra ocasión .

Cómo se acumuló allí tanta riqueza , no lo preguntaránadie medianamente versado en nuestra h istoria . Lemosy M onterrey

,A lmirantes de Castilla , M ódica , L erín, 01i

vares y muchos más títulos , como otros tantos abundantes arroyos

,vinieron á engrosar el rico caudal formado

desde los antiguos Señores de Valdecorneja , tronco de la

72 LA ESPANA MODERNA .

B onobarg o de Caldelas por D . Fernando II de León y sumujer Doña U rraca , y el mismo Fuero , en gallego , otorgado por A lfonso IX de León en A l lariz á 28 de A brilde 1 2 28.

Con esta fecha , pero en latín ,publicó el Fuero don

M iguel de M anuel en el A pénd ice a las M emorias para

la v ida d e San Fernando ; mas con texto tan incorrecto ,que hay oraciones sin sujeto ,

y alguna violentamente dividida en dos por un punto final . Tampoco tuvo á la vistaestos originales el concienzudo D . Tomás M uñoz

,pues al

citarlos en la Col . de Fueros y Cartas p i wblas , señalacon vaguedad su fecha hacia I 1 69. Ni debió ser conocidodel P . Flórez ,

quien no hubiera dejado de alegarle' entre

los que aduce para corroborar su opinión de que en est eaño I I 7 2 todavía no se había divorciado Doña U rracaA lfonso de D . Fernando II , su primo .

Como sería ofensivo para el lector encarecer la importancia de la publicación con texto correcto de estosFueros

,só lo cabe dar alguna muestra de cuán curiosos

son . Por ej emplo : l a p ena que se impone al forastero ,soldado ó clérigo

, que ,debiendo algún dinero á hombre

de la villa, quisiere entrar en ella sin antes pagar , con

sistía en c atar los pies del caballo y ponerle humo á lasnarices » ; y resistiéndose aún al pago ( soberbia pruebade eximio j inete y de pertinaz deudor ) coger la cabalgadura por las riendas , y pasarla por el postigo del lugarhasta el completo pago de la deuda .

Con firma autógrafa de D . Pedro el Cruel se publicatambién interesante carta en que comunica instruccionesapremiantes para la recaudación de tributos

,

'

á fmde pagar á las famosas compañ ias y enviarlas cuanto antes ásus tierras , señal evidente de lo á gusto que con ellas sehahaba.

EL L IBRO DE LA DUQUESA DE ALBA . 73

En los documentos del siglo xv , el arrojado RodrigoM anrique fecha interesante cart a en Huesca , la c iudadconquistada por su esfuerzo un sobrino del infortunadoConstantino

,último emperador de Constantinopla , A n

dres Paleólogo ,expide desde la reducida población de

I talia adonde le ll evó su suerte , pomposo Privilegi o en

que concede al conde de Osorno tan estupendas y fantásticas prerrogativas como las de armar caballeros y legitimar hij os espúrios y la protesta del pueblo de Valladolid contra los Reyes cuando dieron al Almirante Simancas , y Cabezón aD . j uan de Vibero ,

enaj enándolas dela Corona , ofrece curiosa muestra de l as costumbres populares en aquellos lutos y pendones negros

,alaridos y

rotura de cántaros , signos exteriores de un dolor tan intenso , que les hace prometer que repetirán la protestacuantas veces visitaremlos Reyes aquella vi lla

,hasta que

siquiera por importunidad ayan misericord ia d ellos .

Por último , merced á o tro precioso documento ,po

demos reconstituir la formación de batal las del ej ércitoque entró con los Reyes Cató licos en Granada .

Los documentos del siglo XVI empiezan por los referentes á l a persona y á la Casa del Gran Duque de A lba

,

D . Fernando , y de su hijo D . Fadrique . D e los ascen

dientes sólo se publica una carta del duque D.Fadri

que ( I Y aqui es donde yo echo de menos algo quenos hable de D . García

,muerto gloriosamente en los

Gelves y hasta de los antiguos Señores de Valdecorneja .

¿Es que el A rchivo no posee ya papeles concernientes áestos personaj es ? ¿Es que se reservan para planes ulter iores ? El tiempo ha de decir lo pero yo no puedo menosaquí de lamentarlo .

Difíci l es ofrecer cosa nueva e interesante en la correspondencia del Gran Duque , después de tanto y tanto

74 LA ESPANA MODERNA .

como publicaron la Colección de documentos inéd itos,

Ga0hard,e tc . , etc .Nome extraña , por tanto , que un noble

afán en quien formaba el libro de enaltecer la persona desu ilustre ascendiente

,la haya hecho publicar , acaso á

sabiendas , alguna que otra carta ya conocida Todavía , sin embargo ,

hallamos nuevos datos en las publicadas para conocer más exactamente las relaciones deint imidad del Duque con Carlos V y con su hij o Felipe II ,aun á pesar de los recelos que el primero abrigaba respecto á su carácter . En las cartas que escribió á su hij oD . Felipe dándole consej os para gobernarse (4 y 6 de

M ayo de I 5 4 3 y que publicó Guillermo M aurenbrecher

en las Forschung en zur d eutschen Geschichte 86 3 ,

' há

blaba así de lDuque : <El duque de A lba quis iera entrar enell os , y creo no fuera de bando ,

sino del que le convinie

» ra, y por ser cosa del gobierno del reino donde no esbien

que entren Grandes , no lo quise admitir de que noquedó no poco agraviado . YO he conocido en él despuésque le he allegado á mí , que é l pretende grandes cosas y

» crecer todo lo que él pudiere,aunque entr.ó santiguan

dose muy humilde y recogido . M irad , hij o qué hará» cabe vos que sois más mozo . De ponerle á él ni á otros» Grandes muy adentro de l a gobernación os habéis deguardar

,p orque por todas vías que él y ellos pudieren ;

os ganarán la voluntad , que después os costará caro ; ' y» aunque sea por v ía de muj eres , creo que no lo dejarán» de tentar de lo cual os ruego guardaros mucho .

» Eu lo demás que le empleo ,en lo de Estado y de

» la guerra , servios dé ! y honralde y favorecelde ,pues

» que es e l mej or que agora tenemos en estos reinos .»

('

I ) Por ejemplo , la de Felipe II al Granvela ,I O de Julio de 15 81 ,

publicada por Cabrera de Córdoba , y la de Cristóbal Pacheco que copióCeán Bermúdez.

76 LA ESPANA MODERNA .

» en poco . A hora ,con la prision que se ha hecho destos

» señores,parece que vuelven á lo primero . En todas

» partes corre este trato .»

M ucho se ha hablado de su rigor extremado , suponiéndole hij o de dureza de sentimientos . Véase , sin embargo

,lo que escribe al Rey en I 5 68 , refiriéndose al conde

de Egmont» Es por cierto una gran lástima ver á su muger , que

» l a desventurada debaj o del cielo no tiene un pan , y su

» dote fué florines , y ni creo se le aseguraron , ni» tiene y ocho h ij os tamaños como yo y la» madre es gran cristiana al tiempo . V . M ag .

“l será muyjusto mire qué será servido se haga de tanta gente tandesamparada .

Como contraste al brillante desfile de más de veinteSoberanos que ante la gran figura del Duque nos hacenpresenciar estos documentos

,el curioso anónimo contra

él,contra su hijo y contra el astuto secretario A lbornoz ,

revela en quien no ha vacilado en publicarle ,culto fer

viente á la verdad é imparcialidad,garantías principales

de la historia .

Cristóbal Colón figura en el l ibro firmando en I 5 04 , yen la isla de Santo Domingo

,libramientos para gastos de

sus carabelas D . Hernando Colón, en I 5 27 , habla de

bienes entregados á la Virreina : el Obispo de Sant0D o

mingo escribe á la Emperatriz en 1 5 3 3 extensa carta coninteresantes noticias de M éj ico Rodr igo Niño refiere alduque de A lba

,desde el Perú

,curiosos detalles de los

ingenios por él es tablecidos y el j udío David Ebrón , conla característica habla castellana de l os de su estirpe , expone servicios

,ofrece riquezas

,propone al R ey planes , y

aboga ingeniosamente por la vuelta de sus hermanos áestos reinos .

EL L IBRO DE LA DUQUESA DE ALBA . 77

Si de A mérica pasamos á Roma , viaj e rapidísimo ycómodo para la imaginación

,nos interesarán las noticias

de la hermosa y g entil dama Vitt oria A ccoramboni ; delacruel muerte de su marido ; y de la pasión hacia ella dePaulo Giordano los rasgos en que se p inta el carácterde algunos Papas y Cardenales las persecuciones sufrídas por Garcilaso , y tantos otros detal les de la corte Pontificia .

En unas cuarenta cartas de Don Juan de A ustria,mu

chas de e llas,según nos aseguran testigos de mayor ex

c epción , copiadas de las autógrafas por la misma editoradel libro , puede verse perfectamente el desarrollo de l amemorable victoria de Lepanto en el ánimo del alentado guerrero , l leno de alegre esperanza al principio ,gozando luego sin arrogancia de su triunfo

,y profunda

mente abati do cuando tropezando al f in en enredadamaraña ,

ve desvanecerse todos sus sueños de conquistasen África .

El afi cionado á las bellas artes observa al recorrerlas páginas del libro cómo acuden los ar tistas á la protección del Gran Duque , que se la pres ta siempre hastadonde alcanza . El gran Tiziano le recuerda la promesade enviarle cien amas de tapicería

,en agradecimiento de

dos cuadros que para él pintó ; M iguel Coxcie y Cofreman , Vanden B roche y Gast , con el escultor Paludano ,el tapicero Panemaker , que cobró pensión por el Duquehasta su muerte , los músicos P ierre du Hotz , Diego Ortiz y el famoso maestro Francisco de Salinas

,todos le

dedican sus talentos , y muchos figuran largos años enlas nóminas de su Casa .

Los dos pliegos de música del siglo XVI que el librocontiene , puesta en notación moderna por Scarlatti

,de

claran el homenaj e de un maestro de capil la flamenco á

78 LA ESPANA MODERNA .

la fama del Duque , puesto que la dedicó á cantar suselogios durante la ceremonia de recibirse en SantaGúdula de B ruselas el es toque y el galero enviado porPío V .

A l l ado de dos cartas del desdichado príncipe DonCarlos , que no ofrecen de particular sino los autógrafosde las firmas , llama poderosamente la atención la relación de su muerte , escrita de mano de Zurita . No resistoal deseo de copiar uno de sus discre tí5 1mosxD ieron sobrada ocasión (alpadre )para lo que hizo , una» disforme mocedad , l lena de muchas torpezas muy pú» blicas y generales , que son notorias á las gentes una» vida muy contaminada , si no de vicios , á lo menos de» una muy deshonesta libertad de cumplir sus apetitos,

» y para emprender , si no le fueran á la mano ,siniestros

movimientos,y tales , que elmenor dellos fuera muy p'

er

j udicial al beneficio de la Christiandad : gastos derra»mados exceswamente con gran denuesto y vergúenza

» una despeñada osadía llena de desesperación,y final

mente,una temeridad tan grande

, que estaba muy cercade furor y locura . Juntábase con esto el aborrecimiento

» que tenía a su padre , y el temor de su reprehensión

» y castigo ; alguno o algunosmalos criados y conseje

» ros, y los tiempos tan aparej ados para grandes nove

» dades» El mismo día , añade , falleció el Téngale

» Nuestro Señor en su gloria, que grandes señales dejó ,

» si alcanzara á reinar, que fuera muy áspero Príncipe,

» y aun cruel .Y renunciando

,aunque con pena

,á citar algunos do

cumentos referentes á los Países B aj os y á Portugal , porno alargar demasiado este resumen

,terminaré lo relativo

al siglo XVI con la mención de aquel curioso privilegio

80 LA ESPANA MODERNA .

l ipe IV y para quien en car ta de Sevilla , á 1 7 de A gostode 1 688 ,

pedía,también al duque de A lba , una Visita de

la ciudad,D . José Solís Valderrabano Dávila Pacheco y

Girón,c onde de M ontellano , A delantado de la provinc ia

de Yucatán .

Interesántísima es la correspondencia que en el últimotercio del S iguiente siglo sostiene Rousseau con el

duque de A lba , entusiasta admirador del filósofo y delhombre . En el la observo este curioso espectáculo . En

viale el magnate un presente de telas ; y el orgulloso solitario le rechaza . A quél , en lugar de ofenderse , le pidehumildes excusas , insiste en el obsequio , y para que leacepte

,trueca los ricos paños por escogidas simientes de

frutas y de plantas , que Rousseau recibe agradecido paraaumentar sus colecciones

,y por una partida de vino de

la M ancha que el frugal ciudadano encuentra tres—bon,mais unpeu violent .

Después hace una minuciosa descripción de su dolencia

,y abomina de los médicos , diciendo : puisqu '

enfin il

faut bien mourir d e quelque chose [j e m'

arrang ea i ],

pour mourir de mon mal sansmourir encore d es reme

d es . … L es me'

decins g uerissent quelquesfo i s , ¡ e n'

en

dante point; ma is ils tuent souvent , et tourmentent tou

j ours .

Tal es el l ibro ,suponiendo que este desaliñado resu

men pueda servir para dar á conocer su contenido y suimportancia .

En cuanto á la ilustre dama que le ha formado , ¿ quéhe de decir ? Desde el viej o que esto escribe

,y para quien

la vida es hace tiempo,como dice Shakespeare tan in

sipida como un cuento dos veces referido , hasta l a juventud entusiasta é inteligente ,

de todos los labios parte elogio unánime

, que no es el mentido incienso de la adula

EL L IBRO DE LA DUQUESA DE ALBA . 81

ción,sino el homenaj e digno que las almas nobles y

exentas de envidia rinden al mérito , á la modestia y aléxito de una empresa en que á la nación—toca tanta partede gloria como la verdad de la his toria encuentra fundamentos

,y apoyo sus justicias .

Dicen los que tienen la dicha de conocer personalmente á la distinguida dama , que sobre la vivacidad del ingenio

,sobre l a gracia española ,

encarnada en una figuragriega

,ha recibido del cielo don singular con que cauti

va á cuantos la tratan que donde ellá está , reina sanaalegría

,elegante ll aneza y actividad prodigiosa

,con que

todo lo rej uvenece y todo lo llena de vida . Desgraciadamente no puedo

,aunque convencido , atestiguar por ex

periencia de lo primero ; pero lo último, ¿ cómo negarlo

después de presenciar estos días cómo ha hecho revivirpersonajes …y hechos por largos siglos silenciosos en laoscuridad de l os archivos ?A lpar de ella ,

el noble caballero que sostiene á sulado 'con varonil entereza y decidido empeño el cuidadode conservar para sus hijos y aumentar , si cabe , el lustre de su Casa , quiere en la actualidad que se cumpla laúl tima voluntad del Gran Duque , y manda erigir á grancosta en San Esteban de Salamanca magnífica sepul

tura donde descansen los huesos de aquel m'agnate que ,sea el que quiera el juicio de la his toria , consagró al servicio de su patria , desde los quince años , todos los demásde su vida .

Todo esto , así la publicacion reciente del libro de queme ocupo como su anterior iniciativa para disponer la impresión de la Embaj ada d e R usia del duque de B erw i ck ,

(tomo xcm de la Colección de documentos inéd itos) y laCampaña de I talia y R elación de R usia del mismo D uque ( tomo LXXXVII de la Colección de autores castella

6

82 LA ESPANA MODERNA .

nos) , ha valido ya seguramente á la hermosa y arroganteDuquesa dobladas simpatías entre los que no la tratanentusiasta cariño entre los que la conocen ; fama legítima dentro y fuera de España

,y la imprenta con sus ca

racteres ha librado para siempre su nombre de las ingr atitudes del olvido .

TODTR EISER .

CRÓN ICA INTERNACIONAL

Inquietud moral de nuestra Europa.—Gravedad del movimiento socia

lista .—Encíclica del Papa.

—Diferencia del problema social,según

que se ofrece aun Emperador ó al un Papa .—Crisis económica de

Portugal.—Intolerancia religiosa de R usia . Un Gran Duque ruso en

elj apón.—La banca israelita y la intolerancia religiosa.

—El príncipede Bismarck y su campaña oposicionista .

—H istoria de la politica delCanciller.

—Conflictos permanentes entre Bismarck y Guillermo .

Crisis política lusitana y unión liberal allí establecida.—Convenio

anglo portugués.—La muerte de Braziano en R umanía .

—El desfierro de N atalia de Servia.

—Conclusión.

o hay quietud moral ninguna en Europa . Los mismos

,encargados por su ministerio de iluminar la

conciencia pública, parecenvenidosá oscurecerla ;

y los mismos encargados de guardar el orden público,

parecen puestos en las eminencias sociales para perturbarlo . En el año último la huelga universal no tomara las .

proporciones, que tomó enM ayo , sin su coincidencia con

el Concil io internacional socialista , citado á su palaciopor el Emperador de A lemania , para deliberar sobrelas cuestiones sociales , á guisa de aquellos otros Concili os ecuménicos por los Emperadores de Constantinoplaen Efeso y Ni cea congregados para deliberar sobre lascuestiones dogmáticas .Pues bien hoy el problema social ,s in acercarse á género ninguno de soluciones , recib e

CRON ICA INTERN AC IONAL . 85

por la Encíclica del Papa una verdadera exacerbaciónpel igrosa . Nada más fácil para un Pont ífice como nadamás difícil p ara un Emperador

,que la cuestión social .

A este se le piden obras , y habrá , por tanto , de tropezarcon dificultades invencibles ; únicamente palabras puedenesperarse de aquél

,quien predi cando la caridad á l os

ricos y la resignación á los pobres , hubiera cumplid osu deber y acredi tado su ministerio . El que dirige y gobierna y legisla como un César

,necesita mirarse mucho

antes de proceder y obrar en materias tan complicadasy complexas como las relaciones entre capital y trabaj o ;el que dogmatiza

,y aconseja

,y formula , y prapaga ideas ,

solamente al ideal puro debe convertir los oj os , y solamente deb e apelar al divino Verbo ,

á l a elocuencia humana , en que las ideas se revelan y difunden . Transfor

mar la realidad , como necesita un Emperador , ¡cuándifícil ! Transformar las ideas para que transforme la realidad éstas ¡cuán fácil ! A sí , hame causado pena hondísima el extracto de la Encícli ca sobre cuestiones sociales

,transmitido ayer por el telégrafo internacional . Con

fundiendo el Papa su ministerio de hoy con el ej ercidopor sus antecesores , cuando juntaban al poder temporalel poder espiritual , entra en teorías impropias de su autoridad religiosa y en reglamentaciones baldias para susfines evangélicos y evangelizantes . Por añadir una piedramás á la fortaleza de los deseos socialistas , despoja deuna ideal idad teológica su corona espiritual . En esto noaguarde nuestro aplauso . Como no podr ía San Juan de laCruz o Fr . Lui s de Granada con provecho y competencia desempeñar una teneduría de libros en e l comercio

,

tampoco el Pontífice Romano puede resolver los problemas de nuestra economía social á causa de su ministeriopuramente religi oso . En provecho mayor de nues tr a so

86 LA ' ESPANA MODERNA .

ciedad,cedería cualquier palabra dicha desde tan alto

puesto como la Sede Romana , conjurando las superstiiciones patentes todavía hoy abaj o . A pena el ánimo y colora el rostro la intolerancia religiosa

,capaz de l legar en

este siglo de lo s derechos humanos,hasta decretos de

bárbara expulsión,como los apenas cre 1b les en edades

caracterizadas por la esclavi tud en todas partes , y porla guerra sistemática e interminable á cada momento .

El czar de Rusia ,l levado por su intolerancia

,expulsó

los j udíos de M oscou,desarraigándolos con sus ukases y

sus knoust homicidas . Y al mismo tiempo,como si la

Providencia quisiese dar una lección de lógica y derechoal czar en su propia cabeza , ciego y criminal fanáticoj aponés

,viendo en el heredero de tanto Imperio y de sus

patriarcados helenos verdadero infiel,cree servir á sus

dioses partiéndole con sable litúrgico la coronada frente .

Si el pr íncipe Jorge de Grecia no se interpone conprontitud entre su primo y el homicida , remata éste al otro ,creyendo cumplir deberes con su religión , parecidos álos q ue cree cumplir el czar cuando expulsa los j udíoscon rescriptos de odio y exterminio . Lo peor del caso esque los pueblos mismos llegan á contagiarse con la epidemia de intolerancia dilu ida por los czares e n los airesde sus cercados palacios . A caba de poner el pueblo en

Corfú asedio al ghetto de los judíos , bombardeándolo ápedradas

,después de cortarles víveres y aguas cual s i

de un sitio '

en regla se tratase . Han querido los gobernantes mandar contra tales crímenes tropa regular ; IOSsoldados

,dispuestos para defender los derechos inscritos

en las Constituciones de l os pueblos cultos en salvaguardia de todos los intereses legítimos y escudo de todos losciudadanos libres

,vuelven sus armas contra los mismos á

quienes debían defender , y fomentan las perturbaciones

88 LA ESPANA MODERNA .

fes irreparables descienden las cotizaciones en París y »

Londres . A sí , estos excesivos armamentos estos enormes presupuestos el extravío social is ta que merma losbrazos por medio de las huelgas aumentando la miseriacon las agravaciones debidas al ocio forzoso el proteccionismo sistemático que perturba los cambios y trastorna las leyes económicas , nos llevan por despeñaderos , ácuyo borde sólo se descubren pavorosos é insondablesabismos . A travesamos hoy una espantosa crisis ,

y “ nohay otro medio de conj urarla que recurrir pronto aldesarme y confiar en la libertad .

No puedo perdonar á historiador tan querido y admirable como B ancroft

, que comparase un día , cegado porlos resplandores del astro en su oriente institución comoel Imperio nuevo alemán con institución como la R epública secular americana . Lo impersonal en ésta , y lo ,

personal en aquél , sus dos primordiales caracteres ,ha

cen los dos Gobiernos de sendas radicales contraposi

ciones. En A mérica lo es todo el pueblo en A lemania loes todo el Emperador . A llí puede morir el Cristo de losnegros

,redentor y mártir al comienzo casi de su obra

la muerte suya no detuvo un segundo aquel la emancipación del esclavo decretada por los poderes nacionales

,

inmóvi les en sus fundamentos , á causa de lo que se mueven y se remueven en sus formas y en sus personificaciones . A llí puede hallarse procesado en pleno ej ercicio de suautoridad un Presidente ; le obedecen todos , no por supersona , y menos por su pres tigio personal , por su impersonal autoridad , emanada de la Constitución y de las

CRÓN ICA INTERNACIONAL . 89

leyes .Poco import a queClaveland desde su Gobierno ampare la reacción económica ,

si el pueblo , desde sus comicios

,ampara la estabilidad . Esa máquina de los Estados

Unidos,como la máquina del Universo , se a lza en leyes

indefectibles y en fuerzas incontrastables . A l emania es

todo l o contrario ; A lemania rinde culto a los poderespersonales . Puesto el núcleo de su organización en Prusia

,y siendo este núcleo militar de necesidad , así para

preservarse de los eslavos y daneses al Norte como delos católicos alemanes al M ediodía ,

constituyóse de modoque su territorio resul ta un campo atrincherado cual unpueblo su ej ército en armas . A sí que las sociedades , aunaquellasmás republicanas , han menester organizarse al

modo militar,pierden las instituciones parlamentarias y

toman el carácter y aspecto cesarista . Grecia,conqui s

tadora de Oriente con A lej andro ; Roma ,extendida fuera

del mundo europeo con César ; Francia tras las victoriassobre lo s reyes coligados y la expedi ción á Egipto conB onaparte , perdieron el Parlamento y la República paraentregarse á l os Emperadores y al Imperio . A sí, Emperador y Generalísimo aparecen como dos palabras sinóni

mas en todas l as lenguas . Y por esta sinonimia de losvocablos , el Emperador ejercita en A lemani a sobre susvasallos un poder muy análogo al que suele todo Generalej ercitar sobre sus soldados .

'

B ismarck debía saber esto .

Y sabiendo esto , asequible á las inteligencias menos . pe

netrantes ,B ismarck debió en su obra colosal rebajar al

Emperador y levantar á Germania . Pues bien hizo precisamente lo contrario . Esta dinas tía de Hohenzollern seha distinguido entre todas las dinast ías alemanas por sucomplexión moral y su temperamento material de puro yfranco absolutismo . A parece más absoluta la dinast íaprusiana que las dinastías católicas imperiales en A le

90 LA ESPANA MODERNA .

mania . Un rey católico halla s iempre á su autoridad limites en la Iglesia

, que depende por completo del Papamientras un rey prusiano se alza

,con dos poderes enor

mísimos ,con la j efatura del Estado y con la j efatura del

Clero . Las dinast ías imperiales de A ustria tenían muchoslímites , á pesar de su nativo carácter absolutista ,

en laelección un tiempo y luego en la diferencia de nacionesá su corona sometidas

,

!y en la indispensable congregación de Dietas germánicas alrededor de su cesárea majestad . Pero un rey de Prusia

,siempre á caballo ; cabeza

de orden caballeresca y militar defensor de M arca ,muy combatida por formidables ' razas

,cuyo terreno se

parece á laguna desecada,en que fué preciso agotar la

viej a esclavona sangre,quiere dirigir á los suyos como

un General á su ejército . La magnitud intelectual , política , guerrera de Federico el Grande aumentó este podery lo vinculó en su familia por mucho tiempo . A sí , á

cada rey de Prusia se le ocurrieron desde aquel entoncesobras enormes fundadas en irréductibles antinomias . Fe

derico Guillermo III quiso unir el Calvinismo y el Luteranismo

,separados hasta cuando se ve ían , como en la

guerra de los Treinta A ños , sostenidos por el heroísmode Gustavo A dolfo y azotados por la exterminadora es

pada de Wallenstein . Federico Guil lermo IV quiso unirel Cristianismo y el Panteismo en sus lucubraciones fi losóñcas

,las Iglesias protestantes , desceñidas de los cua

dros y despoj adas de las estatuas,con aquella Catedral

cató lica de Colonia , rehecha en su esplendor litúrgico ymás brillante hoy que al contratar e l importe de las indulgencias pontificias por virtud y obra de regios luteranosrescriptos. B ismarck convivió á su guisa con el imperiomientras imperara Guillermo I y no precavió lo que pudiera suceder al fin irremisible y natural de quien le pres

92 LA ESPANA MODERNA .

ciertas privi legiadas familias . Y no hay para qué pedirles a las gentes aquello imposible á su alcance y vedadopor su honor . No había necesidad ninguna

,como pudiera

imaginarse un revolucionario cualquiera, de arrojar la

dinast ía . Con mayor sencillez pudo resolverse todo,con

tomar contra los desvaríos hereditarios probables de losFedericos y Guillermos en Prusia las mismas precauciones tomadas contra los Jorges de Hannover en Inglate

rra . También éstos adolecían de mentales dolencias . Y,

amen de sus dolencias , aquejábales una propensión grave

,l a de preferir el nativo , aunque pequeño trono here

dado en la Germania de sus padres al muy alto cedido áellos por la voluntad parlamentaria de Inglaterra . Perolos ingleses recurrieron á esto , haciendo poderosa la Nación y honoraria la dinastía . B ismarck quiso que fuera elrey superior á Prusia , y que fuera el César superior áGermania y ahora uno y otro se hallan reunidos en unj óven , que prescinde por completo del v iej o Canciller , ycree recibir del cielo con su derecho á representante deDios sobre esta tierra , la omnipotencia y la omniscenciamismas de Dios . ¿Dudáis ahora de que hay en la historiauna j ustica providencial

,é inmanente ? A hí la veis des

arrollarse como si tuviera tras de si los lej os y las perspectivas del tiempo en lo pasado viva -

eu lo presente , ytrascendiendo á todo lo por venir .

B ismarck se precavió contra Federico el Humano , dequien aguardaba

,por las ideas fi losóficas

,una política

de progreso,y por las influencias famil iares , un régimen

de l ibertad y parlamento . Conociendo las propensiones

CRÓN ICA IN TERNA C IONAL . 93

humanitarias que centelleaban en aquel malogrado cerebro y el ascendiente sobre aquel descompuesto corazónej ercido por la emperatri z Victoria muy amada , se aprovechó de la enfermedad terrible ,

con que afligi era e l destino implacable al segundo Emperador luterano de A lemania ,

y detentó el poder en su persona propia,cual s i

Guil lermo I no hubiese muerto . El cadáver enormísimo

de éste , semejante al de Federico B arbarroja ,rodeado

de leyendas análogas por la tradición germánica , fué

reemplazado por o tro cadáver , pues en la descomposición consiguiente á su enfermedad espantosa

,parecía

realizado en el infel iz Federico III el título de un dramacél ebre nuestro R einar d espués de morir . Lo único quepudo hacer

,comido ya por su cáncer , cuando los micro

b ios de un mal tan espantoso , parecidos á los gusanosdel sepulcro ,

l o salteaban y lo destruían fué abrir algunos celaj es de tímida esperanza en el tiempo

,y derra

mar algunas palabras de alta humanidad en el ánimo, á

despecho y á escondidas del Canciller , no consultado enescritos

,los cuales diríai s baj ados de lo e terno en alas

del ángel de la muerte . B ismarck se revolvía contra losdoctores

, que no calificaban de mortal , por necesidad , l aenfermedad horrible , y lo apercibía todo contra la moribunda voluntad de Federico , y contra las ideas bri tanicas de su próxima viuda , temiendo que con los últimosalientos de la vida imperial se cambiara toda la pol íticade A lemania como se cambia en el teatro una decoracióná un silbido . Cierto hab ía tanta dis tancia entre las ideasdel emperador Guillermo I y las ideas de Federico III

,

en espacio tan breve , como entre las ideas del emperador B arbarroj a ó del emperador Federico II , que se sucedían después de haber cambiado e l espíritu de la EdadM edia sus fases capitalísim% en el período larguísimo de

94 LA ESPANA MODERNA .

doscientos años católico puro e l primero , á pesar desus disidencias con las ciudades gúelfas y con el Papamismo

,César férreo , parecido á los buenos Cesares ro

manos de guerra y defensa , cruzado verdaderamenteortodoxos

,á quien la piedad sepultara en una montaña

colosal para que aguarde all í la reconquista por los cristianos de Jerusalén ultrajada ; mientras el segundo poeta ;y fi lósofo casi panteista , con ideas católicas mezcladas áideas orientales , tan dado á departir en diálogos teológicos cual en diálogos científicos , y que , siguiendo las Cruzadas en cumplimiento de una tradición hereditaria

,entra

por la B asñica del Santo Sepulcro mediante pactos conlos infieles tan extravagantes y con creencias tan cosmopolitas que atrae sobre su persona la excomunión y sobresus reinos el entredicho . A l papa Inocencio III le parecíael Emperador católico de la Edad M edia

,Federico II ,

poco más ó menos lo mismo que le parecía el Emperador luterano de nuestro tiempo al príncipe B ismarck . A sí

tomó todo género de precauciones contra el humanismo ,y el parlamentarismo de és te , mientras prosperaba contodo género de impulsos y consej os en el hij o mayor , heredero próximo de la corona ,

losprincipios absolutistasy laspropensiones reaccionarias . Ningún alma generosa olvidará nunca el terrib le desacato cometido , cuando pocosdías antes de morir su padre , hablaba ya el j oven Guiller '

mo,como de cosas propias de su Imperio

,en cuya pose

sión hubiera entrado , y decernía el t ítulo de brazo y cá

beza,connaturales á l a institución cesárea

,el brazo y la

cabeza de su férreo Canciller . No conozco en la historiaestadista ninguno

, que haya dado en asunto análogo laspruebas de imprevis ión dadas por B ismarck

,comprensi

bles tan sólo por señorearle ,como le señorean los ner

vlos , y oscurecerle como le oscurecen la inteligenma , los

96 LA ESPANA MODERNA .

relaciones de su propia personal experi encia como al espíritude nuestra progresiv a edad . En B ismarck late siempre y queda siempre la fibra rural del campesino pomerano presa del demonio de las supersticiones feudales yde la intolerancia pietista . En religión en política nace

,

como ciertos condenados del dantesco infierno , con sucabeza vuelta por el destin o atrás . Estudiante pendenciero

,noble orgulloso , propietario pagadísimo de su te

rruño y de los privil egios al terruño adscritos,incapaz

de comprender el ideal de los derechos naturales y lacontextura de los Gob iernos parlamentarios , cristianode rutina externa y de l iturgia formalista , sugiere consus primeros consej os y su primer influencia al cuitadoFederico Guillermo en la crisis de cuarenta y ocho el hof ror á los principios democráticos y á las escuelas progresistas

, que le conduj eron hasta saludar los cadáveresde sus propias víctimas ten didos en las camas de su Palacio Real y postrarse de h inoj os á los pies del A ustriaen l a tremenda humill ació n de Olmutz , ese Jena políticoy moral de la guerra civil interior entre los pueb los alemanes . M uy persp icuo para columbrar la más tenue nubeadversa que pudiese oscurecer los privi legios monár

quicos y nobiliarios estaba ciego de ceguera incurablepara descubrir el vap or de vida contenido en las agitaciones febriles de la Germania nueva , que desped ía desdesu tr ípode revolucio n ari a magnet ismo y electricidad suficientes á encender un alma superior en otra sociedad másprogresiva entre los fragores de tempestades , como lasque relampaguean y truenan y fulminan por los picos detodos los Sinaís en todas las historias . El mundo no comprenderá que se aturdiese al estruendo exterior de l arevolución

,cuando la idea de unidad germánica se con

densaba en el espíritu de la nación , revelándose por vol

CRÓN ICA INTERNAC IONAL . 97

cánicas erupciones como una estrella incipiente ó radiante

,y no alcanzara

,cómo el Congreso de Francfort ,

maldecido por él,profetizaba inspiradísimo baj o lenguas

de fuego lo por venir ,y no aprovechase todo aquel éter ,

cuyas ráfagas come tarias , enfriándose al transcurso delt iempo

,debían componer la nueva nacionalidad alemana ,

y debían darle una mayor patria donde lucir y extender su propia naturaleza genial . En la imprevisión , enla falta de progresivo espíritu , en l a carenci a del donprofético imaginaba tan perdido el principio de unidadgermánica de Olmutz como el principio de uni dad ital iana en Novara , y se revolvía contra los que se fi aron desu inmortalidad y anunciaban para uno y para otro l aPascua de Resurrección . Jamás comprendió la esenciaíntima y la sustancia intrínseca del principio á que

debió su fuerza y su gloria ,muy tarde por él adopta

do,después de haberlo combatido , cuando lo vió cum

plido y real izado en aquella Italia denostada por su palabra en los primeros tempestuosos relampagueos delnuevo común ideal . Por eso yo me indigno cuando veoemparejar á B ismarck y Cavour

,como me indigno cuan

do veo emparejar á NVashington y á B onaparte . A sí

el padre de la patri a saj ona en A mérica como el padre de la patria itáli ca en Europa rindieron culto alb ien y no dudaron un punto del derecho m ientras losfundadores de la prepotencia imperial francesa y de l aprepotencia imperial germánica

,muy apasionados por la

violencia y muy envanecidos de sus conquistas , dejaronalgo así tan grandioso

,pero tan frágil y siniestro como

las obras producidas por los genios del mal y sus tinieblasen todas las teogonías.D iscutíase all á en los úl timos añosdel Cuerpo Legislativo francés , baj o Napoleón H l , un

M ensaj e y como alabase R ouher las condiciones públi

98 LA ESPANA MODERNA .

cas y privadas del César,mi llorado amigo Julio Favre le

respondió con una frase digna de Demóstenes : conten

taos con que OS l lamen m inistro de cualquier M arco A urelio yo prefiero á esas dignidades palatinas la superiorde llamarme cuidadano en un pueblo libre . B ismarckprefirió que sus r eyes lo sostuviesen á él

,b ien al contrario

de lo que hace Gladstone , quien sostiene á sus reyes .

¿D e qué puede quej arse si no de sí propio ? Los Emperadores ¡Oh ! , suelen ser feroces con sus favoritos cuando se fatigan de prestarles su favor . Como Tiberioexpulsó á Sejamo ,

como Nerón mató á Séneca,como

Juan II ahorcó á D . Álvaro de Luna,como Felipe II per

s iguió hasta la muerte á su A ntonio Pérez , como Fel ipe III decapitó á D . Rodrigo Calderón

,Guillermo Il ha

descabezado moralmente á B ismarck sin más razón ques u imperial capricho . Sic p olo ; sic j ubeo . ¿Cómo ahorase atreve á presentarse ante los comicios el Canciller yá fi ar en los Parlamentos porque lo han despedido delPalacio Real

,como se despide á un lacayo ? Quae te d e

m entia coepit . Cuando Napoleón se vió vencido trasWaterlóo ,

tomando aquellos aires teatrales de artistai taliano

, que tanto cuadraban á su natural trágico ,y di

ciendo aquellas frases plutarquescasmal aprendidas , quetanto cuadraban á la educación clásica de su tiempo , demandó asilo á los ingleses , sus enemigos , como antes lo '

había demandado Temístocles á sus enemigos los persas .

¡A h ! Los ingleses le dieron Santa Elena . B ismarck , en eldisfavor y en la desgracia ,

pide un refugio á enemigos queno ha visto nunca

,pero que ha desdeñado siempre en los

c omicios . Y así como los ingleses condenaron su lucomodo huésped á Santa Elena ,

loscomicios condenan suincómodo requeridor á unas segundas elecciones . Perodesengáñese por completo el Canciller no tiene idonei

100 LA ESPANA MODERNA .

tura superior á la estatura de cualquier grande idea .

Opuesto á la unidad alemana desde los comienzos de superíodo creador

,desde la revolución de 1 848 , aceptóla

mucho más tarde,no tanto por las sugestiones de su

propio espíritu,cuanto por las enseñanzas de aj enas ex

periencias. Desde sus discursos anti—unitarios y casi feudales

, que abocaron al desastre de O lmutz,hasta su

conversión , hab ían pasado más de catorce años , todo elespacio de tiempo extendido entre los albores de la revolución y los triunfos de Italia . A hí está la verdaderagloria de su vida

,en lo reflexivo de una conversión

, que

verificada por graduaciones muy sucesivas y tardas pudoasirse de su ánimo con tenacidad y conducirlo á preparar é l triunfo de lo recientemente creído y amado conarte maravilloso . La política desarrollada contra el A ustria en Francfort , por sus trampas , y por sus redes , ypor sus atisbos , y por sus husmeos

,y por sus lazos

,

álzase de suyo en la Historia como un portento de astucia y previsión , en que al entusiasmo de un vivo s entimiento se une y suma el cálculo de una consumada destreza . Su embajada de París y su embaj ada en Petersburgo

,donde se allega contra el A ustria concursos tan

difíciles de allegar como el de Napoleón y el de A lejandro

,interesadísimos , cada cual por su lado , en que no

pueda nunca robustecerse A lemania , esas embajadaseclipsan cuanto de hábil hayan hecho , en sus combinaciones

,diplomáticos tales como Talleyrand y M eternich ,

los dos ilustres modelos de estrategia política . La inclusión de A ustria en las aventuras de los ducados del RíoElba y los escamo teos del territorio adquirido por sudirecto asentimiento , así como la preparación del golpemortal á su presidencia en los Congresos germánico

_

spor medio de una guerra con sabia lentitud apercibida y

CRON ICA IN TERNAC IONAL . I O I

á rápido triunfo llevada ,causarán el estro de las apo

logias y de las apoteosis cuando se las quiera poner ensu punto y alabar con arreglo á su mérito . No puedeolvi darse cómo á su esfuerzo debemos la ruina del despotismo austriaco y del cesarismo napoleónida ,

el restablecimiento de l a independencia húngara ,

l a vuelta delos venetos al seno de su Ital ia , el fin de la potestad temporal pont ificia ,

la ocasión feliz de proclamarse la repú

blica en Francia . M ientras obedeció á una idea superiorde progreso B ismarck y , consciente ó inconsciente , l osintereses universales de la democracia s irvió ; nadie taninspirado en los motivos y tan feliz en las resul tas . Peroestas mismas victorias indecibles halas al canzado pormedios y por procedimientos que no le autor izan al ministerio con cuyo ej ercicio ahora sueña , que no le autorizan al mini sterio de diputado alemán y no le prestanfuerza

,ni material , ni moral , para su nuevo destino y

cargo . Todo su magno edificio se asienta sobre un olvidocompleto de las tradiciones parlamentarias

,hoy requeri

das de amores con extraordinaria veleidad por un tantaimado enemigo . El s ilencio , el disimulo ,

efsecreto , el

engaño , el doble sent ido en las palabras,aquello que ,

por analogía con la anterior , llamamos duplic idad en el

carácter,los tratos hechos a hurtadillas , las consp ira

ciones entre tinieblas,la imposición de tr ibutos no vo ta

dos por las Cámaras las levas arbitrari amente decretadas por el ejecutivo sin autor ización y hasta sin consultas

,como en A sia ,

las anexiones violentas que arrancansus órganos á un pueblo para ingerírse lo á otro : talsuma de antecedentes fatales riñe con todo cuanto pretende hacer ahora B ismarck

,por medio de la libre dis

cusión y en el seno de amplios Parlamentos Palmerston y Gortchakoff no cabrán jamás en el mismo saco . Los

102 LA ESPANA MODERNA .

privados de un Czar y los representant es de un pueblono se juntarán en la misma persona . ¿Cuál programaofrecerá B ismarck á sus colegas que tenga los caracte

res morales en esta cl ase de obras necesarias ? A demás,

el Verbo divino llamado elocuencia humana únicamentedesc iende á los labios del apostolado

, que redime de l a esc lavitud al pueblo y lo impele hacia adelante . No se comprendería Daniel defendiendo á los reyes de B abilonia

,

Demóstenes á Filipo ,Cicerón á M arco A ntonio

,O ;con

nell á los bandoleros de Irlanda,á los reyes absolutos de

Francia Vergniaud y M irabeau . Si B ismarck acusa de

l iberal y tolerante la política de hoy, ¿ cuál fuerza no le

presta el c u itado á ese mismo Emperador que lo ha es

carnecido,y á ese mismo Caprivique se ha puesto audaz

en aquel alto sitio,de donde no creía su antecesor caer

sino al sepulcro ? Poco apreciador de las ideas el grandehombre , aceptándolas desde cualquier cuadrante que sople

, Si le hinchan sus velas y le impelen su nave ,j amás

comprenderá todo el daño que á sus enem igos haría oponiendo un programa de reformas democráticas muy progresivo al programa imperial de una estabil idad parecida en su estancam i ento á l a rigidez de los muertos .

Pero, ¿ qué libertad podrá invocar quien las ha descono

cido y vulnerado todas ? No la libertad personal atropellada por sus estados de siti o permanentes no la libertadmercantil vendida por tr eint a dineros después de há

ber granj eado tantos bienes á Prusia en el Zolverein germánico no la libertad religiosa puesta en grave trancepor complacencias con los predicadores anti—semistasno la libertad científica después de haber con saña perseguido hasta la Historia no la libertad científica despuésde haber querido revestir al Estado con la facultad omnimoda de profesar doctrinas oficiales en todo y para todo

104 LA ESPANA MODERNA .

Francia contraRusia , necesitaba restituir á l a primerasu A lsacia y Lorena ; para entenderse con Rusia contraFrancia

,necesitaba permitir á los rusos la entrada en

Constantinopla . Con sus perplej idades, que cerraron á

Francia toda esperanza de reivindicación, excitándole su

hambre colonial , y que abri eron á Rusia las vías del B ósforo en la última contienda oriental , para luego detenerla en San Estefano , y sublevarle so el amparo de A ustria las dos B ulgarias ; hase B ismarck desasido así deRusia como de Francia , y ha irritado las dos contraGermania

,mientras se afloj aban los lazos de la triple

alianza ; en Roma ,por la desgracia de Crispi ; en Viena ,

por el tratado de comercio . Y no hablemos del Cancill ercomo argonauta ; del Canciller Como colonizador . Todocuanto podrá presentar , después de haber suscitadoenormes dificultades con A ustralia é Inglaterra

,con los

Estados Unidos y España , poniéndose y poniéndonos entrance de guerra todo se ha reducido á romper la espinadorsal del desdichadísimo Emim B ajá y á trocar e l prote ctorado sobre Zanzíbar por la esponj a que se llamaHeligoland . Y gracias dan Guillermo y Caprivi de habersalido á tan cortas expensas en su política interior de lasleyes social istas y en su pol ítica exterior de los enredoscoloniales . Crea B ismarck en un viejo admirador de supersona y de su genio ,

—aunque adversario de su política ,y del régimen á esta pol ítica consiguiente . La sociedad ,como la naturaleza

,devora todo aquello que no ha me

nester . La muerte de Guillermo I , la muerte de Roon , l amuerte de M olke ,

le dicen que la especie de hombres á

la cual ha per tenecido,se borra y extingue . La nueva

ciencia enseña cómo no reaparecen las especies desaparecidas. El Eterno ha roto , cual diría B ossuet , el instrumento de su obra providencial , porque ya es inútil . Qué

CRON ICA INTERNAC IONAL . 10 5

dese,pues , B ismarck en su reti ro , y aguarde sin impa

ciencias neuróticas , all í el juicio final de Dios y de l ahist oria .

Embebido en el es tudio de tan extraño ej emplar,como

el M inistro de hierro , trastocado en parlamentario deocasión , habíame divertido de las demás cuestiones europeas ,

á pesar del interés vivísimo que desp iertan y delas enseñanzas profundas que contienen . Portugal

,por

ej emplo,ha consumido ya otro m inisterio . Los enfermos

graves,aquejados de nerviosos desarreglos cambian las

posturas en su lecho de aflicción y dolor á cada uno delos varios sacudimientos que les comunican las descargas eléctricas de sus neurosis constitucionales . Los ministerios lusi tanos , subsiguientes al infel iz , baj o cuyadominación acaeció el brutal atentado de Inglaterra ysus compañías mercantiles á la integridad completa delt erritorio portugués , creyeron la inquietud general desu nación proviniente del excesivo lenguaj e de los periódicos , y echaron tras las públicas libertades , sin encontrar en las restricciones externas de la general Opinión

,

más fragorosas que graves , alivio ninguno al mal internodel país , arraigado en lo escondido de las entrañas sociales . Hase formado nuevamente baj o la presidenciade A ndreu Souza , un gobierno ,

compuesto del partidoconservador y del partido progresista

,unión l iberal

intermedia , muy apar tada ,tanto de la República como

de las r eacciones . A este minister io le tocan dos cuestiones abrumadoras p rimera , el arreglo dipl omático delas diferencias con Inglaterra

,y segunda

,el arreglo eco

106 LA ESPANA MODERNA .

nómico de la crisis monetaria .El sentimiento universal des ignaba un candidato á la cartera de Hacienda

,Carvalho ;

y este candidato ha prevalecido en los consej os de la corona , como prevalecerá en las combinaciones delParlamento .

La propuesta de tratado entre las dos potencias está presentada ya , y su doble aceptación ,

por una y otra parte,

no parece dudosa . Portugal se halla sobradamente amenazado por discordias civiles para que Inglaterra no lastenga en consideración

, é Inglaterra sobradamente influida por su Rey vasallo presidente de la Colonia del Cabo ,para que no ceda un poco Portugal en sus quej as . Porconsiguiente un periodo corto , si queréis, pero s eguro , detranqui lidad relativa

,transcurrirá por ahora enPortugal .

Carvalho ha ido á París en busca de soluciones económicas cual fué antes á M ozambique en busca de solucionescoloniales. H abrá poco aprendido en este duplicado ejercício , pero ha muy ñrme voluntad mostrado , yprecisa teneren cuenta las buenas intenciones . A veces no bastan , sinembargo . M uy buenas las tuvo mi amigo B raziano , pre

sidente largo tiempo del Consej o en Rumanía ,muerto

hace pocos días que acertó á granj earse así el sentimiento nacional , como el sentimiento europeo , por susideas amplias animadas en su espíritu progresivo . Y noha concluido sus días en la deshonra por un milagro manifiesto del cielo . M inistro de un país diminuto , la importancia del sitio por este país ocupado en Europa le prestauna grandeza desmedida

,y presta

,con razón

,á sus evo

luciones,un excepcional interés.A sí como el Egipto debe

su importancia en el mundo á la desembocadura del Niloy al canal del Istmo , Rumanía debe la suya por su parte ásu proxim idad alM arN egro .y á suposición sobre las bocasdel Danubio . Por su origen y por su desagúe créese alNilo el primero entre los ríos africanos , cuando tiene por

108 LA ESPANA MODERNA .

y A lemania . Compensación tan miserable como la Dobroutzca no podía disuadirle de un plan impuesto á su conciencia y á su pensamiento por la fatalidad de los hechos .

Como el que mucho habla , mucho yerra ,el que mucho

hace , mucho peca . Pero no puede negársele á B razianocondiciones máximas de consumado es tadista y amorferviente á su pobre patria . Ya quisiéramos decir lo propio de la gente que domina en Serbia , dej ada por completo de la mano de Dios , cual sol emos decir en el hablavulgar española . Un rey y un esposo empeñado en perderel reino

,cuya corona por tanto tiempo se ha ceñido ; y

una reina madre á su vez empeñada en perturbar losánimos y des truir el trono de su hij o ,

presentan y ofrecen umespectáculo tal

, que subleva la conc1enma y elestómago . M alo parece á cualquier imparcial personaque haya el rey padre vendido su tutela natural sobreA lej andro , á quien diera vida por holgarse unos años enPar ís

,donde tantas privaciones sufriera de simple y mo

desto escolar ; mas no parece cosa mej or el emperramiento de una madre , que debía sentir celestes inspiraciones al tratarse del hij o de sus entrañas , en resis tirhasta la rebeld ía mandatos imperiosos de las supremaspotestades

,y provocar inútiles resistencias generadoras

de combates y matanzas . Todo el mundo sabe cuán cobarde anduvo

,cobardía rayana en crimen

,el me tropo

l itano de Sofía,concediendo por imposiciones parecidas

á las que todo un Enrique VIII ej erció s obre los clérigosingleses de su tiempo

,un divorcio imposible ante las le

yes eternas de l a moral y del derecho pero no justificaesta desgracia el propósito de inferir otras al reino yal hij o por culpas del hombre á quien se ha entregado un día el corazón y la vida . Ese t eatral tránsito delos dominios serbios á los dominios rusos entre suble

CRON ICA INTERNAC IONAL . 109

vados estudiantes que parecían crueles gladiadores,

y esa resistencia de melodrama romántico á una policíaencargada de cumplir un mandamiento legal

,no pue

den cohonestarse ,ni siqui era con invocaciones al divino

amor de madre . ¡Infeliz asunto aquel en que nadie tienerazón !

EMIL IO CA STEL A R .

REVISTA ECONOMICA

El Banco de España en el Parlamento . Los presupuestos de Cubay Puerto R ico . La Bolsa.

UA N D O se anunció el proyecto de ley sobre am

pliaciones de billetes y prórroga del privil egiodel Banco de España ,

fuimos los primeros encombatirlo . Por espacio de un mes no se oyó más voz quel a nuestra

,lo cual no dejaba de sorprendernos , en aten

ción á la influencia que dicho proyecto ha de ej ercer , deconvertirse en ley

,sobre toda la economía de est e país .

A aquel silencio de los primeros días ha sucedido unclamoreo general . Rompió e l fuego el Circulo d e la

Unión M ercant il le secundó la prensa independiente,y

tras de la prensa las Cámaras d e Comercio . E l Impar

cial abrió una sección para recoger las opiniones del público

,y en pocos días recibió millares de cartas protes

tando del proyecto y poniendo de manifiesto los malesque podía acarrear . Con todo esto , la industria y el comercio están alarmados

,y lo propio de M adrid que de

provincias , llueven expos iciones y protestas contra laobra de los conservadores .

1 12 LA ESPANA MODERNA .

sión , como todos los monopol ios , está ll amado á desaparecer más pronto ó más tarde .

Esta doctrina , que defendimos aquí hace dos meses,ha sido mantenida con energía por el partido liberal

,y

de el la ha sacado los principales argumentos para combatir la prórroga del privilegio del B anco de España

,con tanta inoportunidad solici tada .

Si la l ibertad de los B ancos es un sistema más racional y justo que el del monopolio

,si dentro de algunos

años ha de imponerse en Europa como se han impuestolas demás libert ades sociales , ¿ á qué fin precipitarse ácomprometer lo por venir y á ligarnos con contrato ál argo plazo ?Otro aspecto de la cuestión han examinado las mino

r ías l iberales que , como se recordará ,fuimos también

los primeros en llamar sobre él la atención el relativo álas utilidades que el Estado va á obtener de esta concesión .

Decíamos antes que el monopolio bancario lo ha impuesto la necesidad , y que ésta era su única razón y fundamento . El Estado busca ó debe buscar en este monopolio

,lo m ismo que en el monopolio de los tabacos y

antes en el monopolio de la sal , ingresos para el Tesoroy recursos para la Hacienda . Partiendo

,pues , del mono

pol io,precisa exam inar si aquellos ingresos y estos re

cursos se obtienen en la medida conveniente, 6 ,

lo quees igual

,si la utilidad del Estado

, que concede el privilegio

,está en buena proporción con los beneficios que ob

t iene el B anco privilegiado .

En estos últimos años,el sistema que más defensores

tiene es el alemán y el belga,que consiste en la coparti

cipación de benefi cios ó división de utilidades entre elB anco y el Estado . Cuando los intereses o benefi cios no

REV ISTA ECONÓM ICA . 1 13

pasan de un 4 ó 5 por 100 , que es e l interés corriente deldinero en Europa los beneficios corresponden por enteroá los accion istas cuando pasan de es ta suma

,el exceso

se divide entre el Tesoro y los accionis tas .

Tiene muchosº

partidarios este sistema , porque , además de l ógico , es j usto . Los beneficios de los B ancos deemisión proceden del capital de fundación y de la facultad emisora que el Estado les adjudica de ésta la mayorparte . Casi s iempre los bill etes en circulación superancuatro ó seis veces al capital . ¿Qué menos puede exigirse á un B anco que la división por igual de utilidades conel Tesoro ?Limitándonos aEspaña ,

es bien sab ido que el capitalsocial del B anco es de 1 5 0 millones de pesetas , y los billetes en circulación oscilan ahora entre 740 y 7 5 0 millonesde pesetas . Si los benefi cios 'anuales son de 3 0 millones depesetas

,24 millones son producto del monopolio , del pri

vilegio ó del derecho concedido por el Estado de emitirbilletes . ¿ Estimaría nadie absurdo é injusto que la H ácienda se lucrase todos los años con la mitad siquiera deestos 24 millones que únicamente de la pro tección delEstado proceden ? Creemos que no .

Por el proyecto de ley que ahora se discute , el B ancopodrá emitir hasta mil lones en billetes los beneficios

,si no se duplican también ,

se elevaránpor l o cortoá 40 ó 4 5 millones de pesetas anuales , y el capital delB anco vendrá á sacar un interés de 2 5 á 3 0 por 1 00 todoslos años .

La minoría liberal ha soli citado la copartm pacrón enlas utilidades por mitad , después de separar un 6 por 1 00

de interés fij o para los accionistas . El Gobierno y el B anco se han negado á ceder , y el proyecto se aprobará sinotra compensación que el servicio gratui to del emprésti

8

1 14 LA ESPANA MODERNA .

to de 1 5 0 millones por un per íodo de treinta años . Puedecalcularse que la precipitación en que l a prórroga se

concede y la debilidad de que el Gobierno está dandotantas pruebas , costará á la Hacienda de 10 á 1 2 millonesde pesetas en cada año

,ó sean más de 170 millones en

los 1 7 porque el contrato s e prorrogaLa minoría republicana ha apoyado todas las conclu

siones de l a minoría liberal , sosteniendo , como era de esperar , un criterio más radical en las soluciones que haofrecido . El aumento de emisión hasta el límit e demillones lo encuentra peligrosísimo , de acuerdo con losdiputados fusionistas Sres . Vincenti y Calvetón.

En España,el acrecentamiento de la circulación de

billetes no responde á las necesidades y al desarrollo dela industria y el comercio . De una parte trae su origende los déficits de los presupuestos

,de lo s anticipos del

B anco á la Hacienda, de l a cartera del B anco repleta de

valores del Estado,y singularmente de l a carencia de

oro . La plata es un metal incómodo para las transacciones

,y además de ser incómodo está depreciado —y no

sirve para los pagos en el exterior que en tanta cuant íaprecisan aquí hacerse todos los años . Entre l a monedade papel y l a moneda de plata ,

ambas inútiles para saldar las deudas internacionales

,el público ha preferido '

hasta ahora la primera , y se da el caso , pocas veces visto , de que hasta las reservas de las fortunas privadas y .

la acumulación de los capitales se establezcan en papelen lugar de metal . Los bill etes han susti tuido al oro en e l

fondo de l as cajas . Existen sumas de importancia que nosalen á la circulación .

Pero el billete es un signo de crédito ,una representa

ción de la moneda, que conserva el valor que representa

siempre que puede cambiarse ó realizarse á todas horas

1 16 LA ESPANA MODERNA .

Banco Nacional de_B élgica y el Imperial de Rusia . Sin

embargo ,el primero tiene constantemente disponibles

de 70 á 80 millones de l etras oro que son verdaderasreservas

,y que para que desempeñen este ofi cio las

guarda , y sumándolos al efectivo metálico ,como es

justo , elevan la proporción á 4 5 por 1 00 . El B anco deRusia es un B anco del Estado

,y el Estado tiene en el

extranj ero 7 50 mill ones de pesetas en oro reembolsableá l a vista … Sumando esta partida á las reservas del B anco ,la proporción pasa constantemente del 40 por 1 00 .

A ustria—Hungría figura con la proporción depero como esta nación sigue también el sistema belga dereservas en letras pagaderas en oro

,la relación se

aumenta algún tanto .

España es,pues , la nación más pobre en reservas ,

y este mal es tanto más grave,cuanto que aquí el poco

oro que existe está en poder del B anco en el país no hayapenas nada por el premio elevadísimo que ha tenidoen los últimos años .

D e la cartera del B anco de España poco hemos dedecir

,porque bien sabido es que casi en su totalidad

se compone de valores del Estado y del Tesoro , los cuales son

,por ahora,muy sólidos y seguros , pero de rea

lización difícil en momentos de perturbación y ahogos .

De lo dicho se deduce que , si por una causa cualquiera( ¡y son tantas las que pueden perturbar un mercado ! ) laestimación del billete se quebranta y los cambios se precipitan sobre las cajas del B anco , puede producirse unacrisis espantosa de la cual Dios sabe como libraremos .

Sensible sería que el aumento de emisión fuera la señal del pánico , y toda prudencia en estos momentos porparte de la administración del B anco nos parecerá poca .

Tales son , en resumen ,las ideas y opiniones expues

REVISTA ECONÓM ICA . 1 17

t as hasta ahora en el Parlamento , y que como se recordará

,concuerdan con las expuestas por nosotros en est e

mismo lugar .

Pasará el proyecto p orque la disciplina de l a mayoríalo impone pero el país entero lo recibe con disgusto yhasta con repugnancia

,y mucho tememos que no sea

nefasto para los intereses de la economía nacional .

El señor ministro de Ultramar ha leído en el Congreso los proyectos de presupuestos de las islas de Cuba yPuerto Rico para 1 891

-

92 .

El pr imero difi ere poco del anterior en cuanto á suscifras : las obligaciones se calculan en 2 5 . 5 pesos ,y los ingresos en pesos , quedando un remanente ó exceso de ingresos deLa M emoria que precede explica detenidamente las

operaciones á que ha dado lugar la emisión de los billetes hipotecarios , y las razones por qué no se ha hechoaún la conversión

,así como la forma en que ha de ha

cerse el canj e de los b ille tes de guerra .

Mientras no se ult ime el tratado ó convers ión con losEstados Unidos , no se hace alteración alguna en los derechos arancelarios si bien se conservan los actualesderechos para la producción peninsular .

Se hacen en las obligaciones reformas que no es posible de ta llar en estos momentos .

Entre ell as hemos visto que se amplía la enseñ anzauniversi taria en Cuba , con la creación de doce cá tedrasmás sobre el número que hay en la actualidad

, que es

I 18 LA ESPANA MODERNA .

de 6 3 ; y que se consignan pesos para faros ó alumbrado de las costas , y ,

por último , que se dota en algomás el presupuesto de guerra .

En materia de impuestos se suprimen los derechos deexportación sobre el tabaco , cuyo ingreso ascendía á unmillón de pesos .

En compensación se establece un tipo algo mayor de .

contribución sobre las t ierras productoras de caña deazúcar y tabaco

,y se fijan cupos ó encabezamientos de

alguna cuant ía sobre la fabricación de azúcar , la de tabacos , y sobre la elaboración local de bebidas espirituosas.

Se reformarán las ordenanzas de aduanas , suprimiendo por de pronto la participación directa de los funcionarios en las multas

,haciendo más equitativa la

remuneración que por su celo é intehgenma demuestrenen la averiguación y persecución del fraude . Esta determinación merece aplausos . No así la obra total .Veintiséis millones de pesos es suma demasiado cre

cida para la riqueza de Cuba , hoy que t anto los azúcares como los tabacos están atravesando funestísima cris is . Una reducción de gastos , por lo menos de tres ocuatro millones de pesos

,es la mej or obra que podría

acometer un ministro de U l tramar , y la única de seguroque habría de ejercer provechosa influencia en la grandeA ntilla.

El presupuesto de Puerto Rico presentado también alCongreso

,consigna para los gastos pesos , y

para los ingresos 3 .78i , 89o . Fuera de l a reforma arance

120 LA ESPANA MODERNA .

4 por 100 perpetuo interior4 por 100 exterior4 por 100 amortizableBilletes hipotecarios de CubaBilletes hipotecarios de Cuba al 5 por 100

A cciones del Banco de EspañaA cciones de la Compañia de Tabacos

Los cambios sobre Par ís y Londres muy altos : Parísá la vista , Londres

,

UN EX M IN ISTRO .

Sección Extranj era.

LAS RELIQUIAS VIVAS

C U E N T O .

ESCA D OR seco y cazador moj ado mal anda su

año dice un proverbio francés . Comoyo nuncahe tenido afición á l a pesca ,

no puedo juzgar de lasimpresiones que experimentan los pescadores en un hermoso día de sol , ni apreciar hasta qué punto podrá consolarse

'

en ti empo lluvioso , el que se siente caladohasta los huesos , con la perspectiva de una abundantecosecha . Pero , por lo que toca al cazador , es evidentela ll uvia es una verdadera calamidad .

Esa calamida d nos cupo en suerte á miy á mi fiel amigoErmolay un día q ue fuimos á caza de gal los silvestres aldistrit o de Belef. No paraba de caer agua desde que amaneció . ¡Lo que hi cimos nosotros para librarnos de ella !Nos pusimos los i mpermeables encima de la cabeza , ynos metíamos debaj o de los árboles p ara estar menos

No h abía más s ino que nuestros pretendidos impermeables , sobre estorbarnos mucho para tirar ,( 1 ) Literalmente : umala facha ó triste papel hacen N . del T.)

122 LA ESPANA MODERNA .

se dej aban traspasar por el agua sin pizca de verguenza ;y en cuanto al abrigo de los árboles , al princip io ,

sí,nos

guarecía,y estábamos casi en seco pero después la re

serva de agua acumulada en el follaj e precipitábase derepente , y cada rama , transformada en canal

,nos ro

ciaba con una ducha helada , que , deslizándose p or el

cuello nos caía á chorros por la espina dorsal¡A quello era el fin de los ñnes ! , para usar la expresiónfavorita de Ermolay .

¡No , Pedro Petrovich ! ( exclamó más que amoscado . ) Esto no puede seguir ; no hay manera de cazarhoy . Ya no tienen vientos los perros ; no dan fuego lasescopetas . ¡Es lo que se llama tener mala sombra !—¿Qué hacer ? —le pregunté .

—Vamos á A lexe ievka . Es—V . no sabrá quizá—es

una aldehuela que pertenece á su madre de V . D e aqu íall í no hay más que ocho verstas. Pernoctaremos en esesitio y

¿Volveremos aquíNo

,aquí no . Conozco yo sitios detrás de A lexeievka

mucho mej ores que estos para la caza del gallo silvestre .

N0 pregunté á mi ñel compañero por qué no me habíallevado desde un principio á esos lugares , y aquel mismodía llegamos á l a aldehuela , cuya existencia , si he ser

franco,no había sospechado hasta entonces , á pesar de

pertenecer á mi madre . Ese lugarej o tenía por mansiónseñorial una casita sumamente viej a , pero deshabitada ,y , p or consiguiente , disponible , donde pasé una noche bastante aceptable .

A l día siguiente me desperté muy temprano . A cababade salir el sol no se veía una nube en el cielo , y todoresplandecía con el doble brillo de los rayos matinales yde l a copiosa lluvia de l a víspera . M ientras enganchaban

124 LA ESPANA MODERNA .

¡qué extraña criatura ! La cara , completamente cousumida , tenía el tinte uniforme del bronce , y recordaba '

las

antiguas imágenes bizantinas la nariz estaba tan afiladacomo la hoj a de un cuchil lo los labios eran invisibles ;no había nada que se destacase del fondo sombrío de l apiel fuera del blanco de los oj os y de los dientes . M al

suj etos por un pañuelo,caíanle sobre la frente algunos

mechones de pelo amarillo . Por debaj o de la barba , yentre un pliegue del cobertor , asomaban dos manecillas ,totalmente apergaminadas y delmismo color del bronce ,cuyos dedos á duras penas podían moverse .

M e fij é más l a cara no tenía nada de fea más bienera agraciada , pero extraña , y tanto másespantosa cuanto que aquella máscara de metal hacíavanos esfuerzos por dibuj ar una sonrisa .

—V . no me reconoce,señor (murmuró de nuevo la

voz apagada que exhalaban como un vapor aquelloslabios inmóviles ). Pero ¿ cómo había V . de reconocerme ?Soy yo

,L ukeria . … ¿ no se La que dirig ía los

cantos de las mozas en la aldea de Spassk en casa desu mamá de V . ; ¿se acuerda ? Yo era la que llevabala voz .

—¡L ukeria l ( exclamé . ) ¿Tú ? ¿Es pos ible ?—Yo , s í señor L ukeria .

Estupefacto y sin saber qué decir , miraba aquellacara sombría y rígida como la de una muerta , que cla

vaba en mí sus grandes oj os clarísimos . ¿Era realmenteposible ? A quella momia ¿ podía ser Lukeria ,

la más

guapa de nuestras doorooies una muchacha alta ,robusta

,blanca

,sonrosada y risueña , que cantaba y

bailaba tan bien ? Lukeria, la rozagante L ukeria á quien

( I ) Criadas. ( N . del A .)

LAS RELIQJIAS V IVAS . 12 5

hacían la corte todos nuestros mozos , y por quien yomismo había suspirado en secreto cuando era un chiquillo de diez y seis años !—¡Pobre Lukeria ! (dij e al fin . )Pero ¿ qué es lo que te

ha pasado ?—M e cogi ó la desgracia pero no tenga V . reparo en

acercarse á esta miseria . Siéntese en ese cube tito ; másaquí

,porque s i no

,no podrá oírme . Ya ve V . qué voz

tan bonita ahora . ¡Estoy muy contenta de verlo ! Pero¿ cómo ha venido V . á parar á A l exeievka ?L ukeria hablaba despacio y con voz sumamente dé

bil aunque s in interrupción .

—A quí me ha traído mi cazador Ermolay . Pero cuéntame … .

—¿Quiere que le cuente mi desgracia ? Como V . gus

te . Pues esto viene ya de hace mucho tiempo— seis osiete años .

—A cababan de desposarme con Vassil i Polia¿Se acuerdaV Un chico guapo , buen mozo ,

que tenía rizado el pelo que era despensero de su mamáde V. Pero entonces V . no estaba ya en el pueblo se

había ido á estudiar á M oscou . Vassili y yo nos queríamos mucho no se me quitaba nunca de la imaginación .

Estábamos en primavera,y una no faltaba mu

cho para amanecer , yo no podía pegar los oj os el ruiseñor cantaba en el jardín con tanta dulzura

, que erauna maravilla no pude contenerme

,me levanté

,y me

fuí á escuchar á la escalinata . ¡Vaya una manera de triD e pronto se me figura que me l lama una voz

como la de Vassia , y que dice así muy quedito : ¡Lucha !Vuelvo la cabeza , pero debía estar medio dorm ida aún ;caí de l a escalera , y ¡paf ! al suelo . M e pareció que no me

había hecho mucho daño,porque me levanté muy lista ,

y me volví á mi cuarto . L O que si se hubiera creído es

126 LA ESPANA MODERNA .

que se me había ro to algo dentro del Déjeme V.

tomar ali ento un momentito .

L ukeria se detuvo . Lo que me asombraba más quenada era la manera casi alegre que tenía de hacer su re

lato sin quej arse lo más mínimo , sin exhalar suspiros niayes sin tratar de excitar la

Desde ese accidente (prosiguió L ukeria) empecé áenflaquecer á consumirme me puse muy negra '

; me

costaba trabajo andar,y á poco se me quedaron inútiles

las piernas no podía sostenerme ni de !pie ni sentada ;t enía que estar echada siempre . Ya no '

sentía el hambreni la sed

,e iba de mal en peor … . Su mamá de V . tuvo la

bondad de hacer que me viesen los médicos , y me mandóal hospital pero no sentí ningún alivio . No hubo siquieraun médico que pudiese decirme el nombre de mi enfermedad . Dios sabe todo lo que me hicieron sufrir me

quemaron la espalda con un hierro ardiendo me pusie

ron hielo machacado pero no sirvió de nada . En fin,

me quedé tiesa como un palo . Entonces los señores convinieron en que no se adelantaba nada en seguir cuidándome

,y como , por otra parte , no era muy agradable un

inválido en l a casa,me enviaron aquí donde tengo pá

rientes . Y aquí vivo como V . ve .

Calló L ukeria,y de nuevo trató de sonreir .

—¡Pero esta si tuación es horrible ! ( exclamó ; y ,

noocurriéndome cosa mejor

,añadí) ¿ Y Vassil i Pol la

kof l o cual era una pregunta bastante necia . )L ukeria desvió un poco los oj os .

—¿Poliakof Estuvo triste algún tiempo ,

y después secasó con otra

,con una muchacha de Glinno ie .… Glin

noie— ¿ sabe V .

?—no lej os de su casa . Se llama A grafena . El me quería mucho ; pero ,

'

,hágase V . cargo 'era

j oven,y no se iba á quedar soltero . ¡Y vaya una compa

128 LA ESPANA MODERNA .

ó sordos mientras que yo , á Dios gracias , veo perfectamente y lo oigo todo

, ¡todo ! Si escarba un topo debaj ode l a tierra , lo oigo yo . ¡Y percibo todos los olores

,

hasta los más l igeros ! Cuando florece en los campos elalforfón

, ó los tilos en el jardín,nadie t iene que venir á

decírmelo lo noto yo antes , con sólo que venga de esaparte una ráfaga de viento . ¡No ; no debemos ser ingratoscon Dios M ás desgraciadas que yo son muchas gentes .

A unque no fuese más que esto una persona de buenasalud puede caer en el pecado con la mayor facilidad

,

mientras que yo estoy libre de pecados . El otro día medió la comunión el P . A lexis ,—el sacerdote

,—y me

dij o : » Tú no necesitas confesarte ; º en el estado en quete encuentras , ¿ qué pecado podrías cometer ? » Y yo lerespondí » Pero

,Padre

, ¿y los pecad os de pensamiento ,los que cometemos en intención ? » (me contestóriéndose . ) Esos no son muy gordos .

»—Pero yo no creoque he cometido muchos de ésos tampoco (continuó L ukeria ) , porque me he acostumbrado á no pensar en nada ,y,lo que vale más , á no acordarme de nada . A sí se pasa

el tiempo más de prisa .

Conñeso que me quedé sorprendido .

—Pero estando siempre sola,L ukeria , ¿ cómo es po

sible que no te crucen ideas por las mientes ? ¿Es que es

tás durm iendo á todas horas ?—¡Oh l ¡No , señor ! No puedo estar durmiendo siem

pre . A unque no sufro mucho , me duele aquí dentro , ytambién me duelen los huesos así que no duermo comodesear ía . pero me estoy echada ,

tendida , y nopienso en nada . Siento que vivo , respiro , y nada más.

M iro,escucho . En la colmena zumban las abej as á veces

viene á posarse en el techo una paloma ,y arrulla ; o entra

una gallina con sus polluelos para picotear las migaj as ;

LA S RELIQJIA S V IVAS 129

otras veces entra volando un gorrión ó una mariposa , ytodo eso me da mucha alegría . El año antepasado teníatambién golondr inas que vinieron á hacer su nido en elrincón

,y criaron pajaritos . ¡Eso sí que era interesante !

Llega de fuera una golondrina , se posa en el nido ,da el

cebo á sus pequeñuelos , y sale volando . M omentos después —yo me estaba mirándolas ,— tocaba el turno áotra . A veces , en lugar de entrar , pasaba por delante del a puerta abier ta , y los pajarines se desgañitaban á piarabriendo sus piquitos . … A l otro año las esperé pero me

dij eron que un cazador de esta tierra las había t irado consu escopeta . ¿Qué habrá sacado con eso ? Una golondrinano pesa más que un abejorro . ¡A h ! ¡Qué malos sonVds.

,

señores cazadores !¡Es que yo no tiro nunca a las golondrinas —le dij e

con v iveza .

—Una vez ( siguió L ukeria) pasó una cosa muy curiosa . Vino á esconderse aquí una li ebre ¡s í , lo que V . oye :

una liebre ! Supongo que la perseguir ían los perros peroella se metió por la puerta como una saeta ,

y se sentócerquita de mi ; se estuvo un buen rato , frunciendo el

hocico ymeneando los bigotes como unVerdadero oñcial .

Y l a inclina me miraba . N0 hay que decir que ya comprendía que yo no era un enemigo . A l fin , se levantó , sefue hacia la puerta dando saltitos ; se paró en el umbralpara volver la cabeza á derecha é izquierda

, ¡hastaotro día ! ¡Cosa más chusca !L ukeria me mir ó—¿No era para reirse ?

Hice como que reía por darle gusto . Ella se mordiól os labios secos para humedecerlos .

—No tengo que decirle que en invierno no lo paso tanbien ( continuó ). ¡Se pone tan oscuro ! Encender una vela

9

13 0 LA ESPANA MODERNA .

sería costoso,y luego

, ¿para Yo sé leer y escri

bir , y no son ganas de leer lo que me falta ; pero ¿ el qué ?A quí no hay libros , y ,

aunque los hubiese, ¿ cómo me las

arreglaría para sostener uno ? El P. A lexis,por distraer

me , me tr aj o un almanaque pero vió que no me servíade nada

,y se l o volvió á llevar . Lo único que nadie me

quita,porque eso , aunque esté oscuro

,como si no

,es

escuchar y oigo cantar á losgrillos,y arañar á los ra

tones . Entonces es cuando es un gusto no pensar en nada .

Suspirando un poco continuó—A demás , rezo mis oraciones . Lo malo es que no sé

muchas ; pero ,por otra parte , ¿ á qué he de molestar á

Dios ? ¿Qué voy á pedirle ? E l sabe mej or que yo lo quenecesito . M e ha enviado esta cruz eso s ignifi ca que me

quiere bien : así nos mandan comprender estas cosas .

Recito el Padre nuestro , l a Sa lve , el A cathiste laoración de los afl igidos ; y después sigo tendida , sin pensar en nada ,

y el tiempo va pasando .

Se deslizaron dos minutos , durante los cuales permaueci inmóvil , sin romper el si lencio ,

en la estrecha cubetaque me servía de asiento . A quella criatura , en quien aúnno se hab ía extinguido la llama de la vida , y que veíayacente ante mi , me comunicaba su espantosa inmovili

dad de estatua : también yo estaba petrifi cado .

—Escucha ,L ukeria (dij e al fin) ; escucha la proposi

ción que voy á hacerte . ¿Quieres que dé los pasos necesarios para que te trasladen á un buen ¿Quiénsabe ? Quizá pueden curarte todavía . En todo caso noestar ías solaL ukeria movió las cej as imperceptiblemente . …

—¡Oh ,

no,señor ! ( respondió con inquietud .) No me

( 1) Canto al la gloria de N uestro Señor y de la Virgen. (N . del A .)

13 2 LA ESPANA MODERNA .

—¿Y en qué meditas entonces , L ukeria?

Guardó silencio un instante .

señor ; eso no es cosa que se puede decir niexplicar '

ui tampoco me acuerdo de ello al minuto . Escomo una nube que viene y se deshace en lluvia , algofresco y agradable pero no sé lo que es. L O único quehago es decirme a Si hubiese habido gente conmigo

,no

me habría pasado esto,y no habría sentido nada nada

,

excepto mi miseria » .

L ukeria volvió á respirar penosamente ; los pulmones no se prestaban á obedecerla con más docilidad queel res to del cuerpo . Continuó—L e conozco á V . en la cara que le doy mucha com

pasión pero no me tenga V. demasiada lástima . Se en

gañaría V .,se lo juro . Sin ir más lej os

,para que vea ,

aun ¿V . se acuerda , no es verdad , de lo alegreque era yo en mi Pues bien ¡ahora todavíacanto canciones !—¿Canciones , tú ?—Sí

,canciones ; canciones antiguas , rondallas , vi

llancicos ,cantos de iglesia ,

en fin ,de todo . Sab ía mu

chas,y no las he olvidado . Lo único que no canto nunca

son aires de baile no conviene eso en mi situación .

¿Y cómo cantas ? ¿En tus adentros ?En mis adentros,y también con la voz . No puedo

cantar muy fuerte ,como V . comprende pero se me

puede oir.Verá V . L e he dicho que hay una muchacha

que viene á verme . Es huérfana , y eso hace que tengadespierta la intel igencia . Pues le he enseñado cuatrocanciones que sabe ya de memoria … . ¿Puede que no me

crea V. ? A guarde , que voy á cantar una .

L ukeria tomó La idea de que se preparabaá cantar aquella criatura apenas viva despertó en mí un

LAS RELIQU IAS V IVAS . 13 3

espanto involuntario pero , antes de que pudiese deciruna palabra

,oí vibrar en mis o ídos una nota prolongada ,

casi imperceptible,pura y afinadísima Siguió otra ,

ytras ell a una tercera . … L ukeria cantaba < En las praderas » . Cantaba sin que hiciesen un solo movimiento laslíneas petrificadas de su semblan te los oj os mismos permanecían Pero ¡qué expresión tan conmovedoraen aquella vocecita que salía con esfuerzo ,

vacilantecomo un tenue hilillo de humo ! ¡Y qué bien se comprendía que la cantante ponía toda su alma en el canto ! Ya noera el terror 10 que me oprimía el cor azón ,

s ino una compasión indecible .

—¡A h ,

no puedo más ! ( dij o de repente . ) No tengoM e las ha quitado el placer de ver á V . …

Cerró los oj os .

Yo p use la mano en los dedi tos helados . M e miró , yv o lvió á baj ar al punto sus negros párpados guarnecidosd e pest añas doradas como las de las estatuas antiguas .

A l cabo de un ins tante bri llaron en la semioscuridad

los moj aba una lágrima .

Seguí inmóvil .—¿Qué es lo que me da ? (dij o de pronto Lukeria,

conuna energía inesperada ; abrió completamente los ojos ,y se esforzó en expulsar aquella lágr ima entornando lospárpados . ) ¿No es una verguenza ? ¿A qué viene esto ? Nome hab ía sucedido hace desde el día en que

Poliakof—Vassia—vino averme en la última p…avera.

M ientras estuvo hablando conmigo,todo fué bien pero

,

en cuanto se marchó empecé á ll orar aquí soli ta . ¡Vayauna ocurrencia llorar así ! ¡B ien se conoce que las lágrimas no cuestan .Señor ( añadió ), V . tendráun pañuelo , ¿verdad ? No sienta repugnancia ; límpiemel os ojos , haga el favor .

13 4 LA ESPANA MODERNA .

M e apresuré á satisfacer su deseo,y le dej é el pa

ñuelo . A l pronto rehusó ¿á qué tal regalo ? El pañuelovalía poco no tenía más que su limpieza y su blancura .

Luego lo cogió entre sus débiles dedos,y no volvió á

abrir la mano .

M is oj os , acos tumbrados á la oscuridad en que estábamos sumidos , podían discernir ahora todas las facciones de su cara , y hasta reparar en un ligero tinte encar

nado que atravesaba la capa de bronce de las mejillasdescubría aún en aquel rostro—as í me parecía

,por lo

menos — los vestigios de su antigua belleza .

—Señor ( continuó L ukeria ) , ¿me preguntaba V . siEnrealidad no duermo á menudo ; pero siem

pre que duermo ,sueño

,y tengo unos sueños muy her

mosos. Nunca me veo enferma soñando , sino siempresanísima y La pena es cuando despierto : quieroestirarme á mi gus to , y me siento como cargada toda decadenas . Una vez tuve un sueño muy extraordinario .

¿Quiere V . que se lo cuente ? Pues escuche . M e parec íaque estaba en el campo ,

y alrededor de mí había unsembrado de trigo con las espigas maduras

,y ¡tan al

tas ! y amarillas como el oro . Llevaba en mi compañía unperro roj o , que era malo , mal ísimo ; siempre quería morderme . YO tenía en la mano una hoz

,pero no una hoz

como cualquiera,sino la luna ,

tal y como está cuando separece á una hoz ; y con esa luna había de cortar todasaquellas espigas de trigo hasta la úl tima . Lo malo era

que con el calor estaba sumamente cansada , y me ce

gaba la luna , y no podía con la pereza . A lr ededor de mibrotaban acianos por todas partes , y ¡qué acianos ! Volvían hacia mí las cabezas . Y me dij e yo voy á cogeresos acianos,—Vassia me ha prometido volver ,—y haréante todo una corona para mi que ,

en cuanto al—trigo ,

13 6 LA ESPANA MODERNA .

— » Porque,como has sido tan probada en este mundo

(me dij eron ), no sólo libras de pecados á tu alma ,sino

que también nos has quitado á nosotros un gran peso ,y

eso nos sirve de mucho en el otro mundo . Ya has redimido todos tus pecados y ahora redimes los nuestros .

»

Después de hablar así volvieron á saludarme,y des

aparecieron : no vi ya delante de mí nada más que lapared .

M e encontré muy apurada para saber lo que me habíapasado

,y,al confesarme , se lo conté al sacerdote ; pero

é l p iensa que no era una aparición ,porque lo regular es

que las apariciones no las tengan más que las personasde iglesia .

Vea V . ahora otro sueño que he tenido ( continuóL ukeria). M e vi sentada ,

como si dij ésemos,en un cami

no real,debaj o de un sauce ; l levaba un báculo en la

mano,una mochila á l a espalda , y la cabeza envuelta en

un pañuelo,lo mismo enteramente que una peregrina .

Viaj aba para ir en peregrinación á un sitio que estabamuy lej os

,sumamente lej os . Los peregrinos pasaban por

delante de mi andaban despacio ,como de mala gana , y

todos iban en la misma dir ección tenían cara de tris teza

,y se parecían los unos á los otros . En medio de ellos

veía yo ir y venir á una muj er ágil y alta , cuya cabezasobresalía por encima de la multitud ; l levaba un traj eespecial que no era un traj e ruso , tampoco era rusa lacara

,una cara flaca y severa . Todo el mundo se apar

taba de su lado de repente se volvió , y se vino flechadaá mi . Se paró á mirarme los oj os eran como los de unhalcón amarillos grandes y muy relucientes . Yo le pregunté : “ ¿Quién eres ? » Y me respondió : ¡Soy tu muerte ! »Había para asustarse pero yo , al contrar io , me puse

tan contenta,é hice la s eñal de la cruz . Y esa muj er , l a

LAS REL IQU IAS V IVAS. 13 7

que era mi muerte ,me dij o aSiento mucho , pobre L u

keria,no poder llevarte conmigo . ¡A diósl» ¡A h ! ¡Qué

afligida me sentí en aquel momento ! c ¡L lévame l (le dij e .)

¡Llévame , mi buena amiga , palomita mía ! »Mi muerte se volvió ,

y empezó á darme explicacio

nes. … Comprendí que me señalaba mi hora , pero de una

manera confusa que no se podía » Despuésde l a cuaresma de San Pedro »

,decía . A esto me des

perte. Y ahí tiene V . mis sorprendentes sueños .

L ukeria l evantó los ojos al techo , y se quedó pensativa un instante .

—¿Sabe V . l o que me atormenta ? A veces se va toda

una semana sin cerrar los ojos . El año último pasó poraquí una señora que iba de viaj e . Vino á verme , y me

dió un frasquito con un remedio para dormir , diciéndomeque tomase dos gotas cada vez . Eso me hacía muchobien

,y dormía pero ya ha mucho que quedó vac ío el

frasco . ¿No podr ía V . deci rme qué remedio era ése , yqué hay que hacer para tenerlo ?Evidentemente l a viaj era había dado á L ukeria opio .

Prometí á la pobre enferma proporcionar le un frasco semejante pero aquí otra vez

,no pude menos de expre

sarle mi admiración por su paciencia .

¡Pero , señor no diga V . eso ! ( replicó . ) ¿Dóndeve V . mi paciencia ? Si fuese Simeón Estilita ,

vamos ; esesí que tuvo la gran paciencia ¡permaneció treinta añossubido en una columna ! Y otro Santo hubo que se hizoenterrar hasta el cuello , y las hormigas le comían lacara … . Y oiga V . además lo que ha contado una personaque lee l ibros . Había cierto país

,y en ese país hacían la

guerra los agarenos ,y atormentaban á todos los habi

tantes,y los mataban y los habitantes , por más que

hacían , no encontraban manera de librarse . Y apareció

13 8 LA ESPANA MODERNA .

entre los habitantes una doncella santa, que cogió un

espadón , se puso en el pecho una coraza que pesabaochenta libras , marchó contra los agarenos , y los re

chazó á todos al otr o lado del mar . Y,ya que los echó ,

les dijo » A hora quemadme ,porque he prometido que

moriría en el fuego por mi país Y los agarenos la cogieron , y la quemaron ; y desde entonces esa naciónquedó libre para siempre . Eso es lo que se llarha unaacción meritoria ! Pero ¡yo ! ¿ qué es lo que he hecho ?M e sorprendió no poco ver cómo y baj o qué forma

hab ía penetrado hasta all í la leyenda de Juana de A rco .

Después de un rato de silencio pregunté á L ukeria laedad que tenía .

Veintiocho ó veintinueve años . … D e todos modos ,los treinta no los tengo aún . Pero ¿ á qué viene echar lacuenta de mis años ? Lo que ha de hacer V . es oir esto . …

L ukeria sufrió bruscamente un acceso de tos r onca,

y exhaló un gemido .

—Hablas mucho (me apresuré á decirle) , y podríahacerte daño .

—Sí , señor (murmuró con una voz que no era más

que un soplo ) se ha acabado nuestra conversación .

A hora,cuando V . se marche , me estaré calladita . Si

quiera,he aliviado un poco el corazón .

M e despedí,reiterándole la promesa de mandarle e l

remedio,y rogándole que viese bien otra vez si necesi

taba alguna cosa .

—No necesito nada,á Dios gracias no tengo nada

que desear (dij o ,haciendo un violento esfuerzo , pero

con una voz conmovida). Que Dios conceda salud á todos . Y V .

,señor

, ¿ sabe lo que debería hacer ? Las gentes de est e lugar son pobres bueno sería que dij ese V .

á su mamá que rebaj ase un poquit ín el arrendamiento .

EL TEA TRO DE IBSEN

(D E ( TH E QUA TER L I

A curiosidad que despiertan los dramas de EnriqueIbsen en Londres y en París es un fenómeno dignode estudio . Esa curiosidad se deb e á diversas

causas . Si es cierto que en Noruega se miran con algúnescepticismo las pretensiones de Ibsen , mientras que en

Ingl aterra se forma una escuela .de ibsenistas,tan fer

vientes y ciegos admiradores como lo fueron en su díalos partidarios de B rowning ,

habrá que creer que en literatura

,como en otras muchas cosas , el gusto se dej a

l levar de los contrastes tanto como de la afinidad .

-A l

público le agradan las cosas que comprende y que le * sonfamiliares

,pero despiertan mucho más su curiosidad las

que no comprende y le parecen extrañas . En Noruega ,que es un país nuevo y que no tiene aún literatura , losespíritus vuelven los oj os instintivamente haci a las literaturas viej as de Inglaterra

,Francia y A lemania ,

en l ascuales reconocen una madurez que todavía distan de alcanzar sus propios esfuerzos . En una civil ización de más

EL TEATRO DE IBSEN . I4 I

edad domina el sentimiento contrario ; el públ ico encuentra cierto sabor en las l iteraturas nacidas ayer

,y no

es raro ver críticos que prefieren las novelas de Tolstoyy de D ostmevsky á las de Thackeray y de B alzac , y queestiman en más de lo que valen obras sin desbastar apenas . Quizá hay algo de este sentimiento en el fondo de laadmiración inspirada por Ibsen . Pueden mediar tambiénotras causas relacionadas c on las condiciones del artedramático . El convencionalismo , se dice , ahoga len tamente la producción escénica ; y cuando aparece un es

piritu superior extrañ o á las fórmulas corrientes dandoá luz dramas de un vigor enteramente desconocido ,

señal , se añade , de que ha pasado la época del antiguogénero , y de que surge en el horizonte una nueva era .

La afirmación puede ó no ser exacta ; pero el sólohecho de que se pronuncie , explica el ardor con que se

buscan los dramas de Ibsen , á títu l o de precursores deuna revolución teatral .A gréguese á esto la añej a controversia ,

reproducidabaj o tantas formas en la histori a literaria

,y que se l lama

en nuestros días el duelo entre el idealismo y el realismo .

¿Ha de remontars e el arte a glorias excelsas , 6 debenser más humildes sus funciones , ciñéndose á presentarnos la pura realidad ? ¿Son sus elementos activos 10 quese llama fuerza imaginativa poder creador del genio

,

visión intuitiva de la inteligencia ? ¿Se reducirán á cosamás prosaica , al resul tado de una experienci a r eal , áuna colección de notas tomadas en vivo por una curiosidad ana l ítica y sin escrúpulos ? No hay que decir de quéparte están lo s pretendidos r epresentantes del espíritumoderno . Browning dió á conocer el temperamento real is ta bajo su mej or aspecto , adornándolo con los atractivos de una fantasía idealis ta ; no hay que ir muy lej os

142 LA ESPANA MODERNA .

para verlo baj o un cariz peor se encontrará en l a 5 0nata d e Kreutzer de Tolstoy , ó en L a Tierra , de Zola .

Ibsen nos lo exhibe en sus Aparecidos ó en su H edda

Gabler . Hablar del » esp íritu moderno e s usar una ex

presión vaga y no siempre propia . Con todo no estare

mos lej os de la verdad si incluimos en su significacióncorriente los elementos que siguen : un naturalismo sinrestricciones , ausencia de convencionali smo en el estil oy en la factura literaria , y ,

en fin,el cul to de la demo

craciay de la ciencia ,todo ello combinado con la creencia

absoluta en la necesidad de l a emancipación de la muj er .

A lgunas de estas cosas se encuentran en Ibsen juntascon ciertas particularidades privativas . Si se examina laobra titulada L a lig a d e los j óvenes , se verá que , á vuel

tas de reconocer la necesidad inevi table de la democracia ,adopta la actitud de un crítico severo

,y que v e con cla

ridad qué clase de j efe ha de surgir de esa democracia .

En L os aparecidos acepta de plano las enseñanzas dela ciencia

,y aplica abiertamente la doctr ina de la beren

cia al círculo de la familia . En cuanto á la emancipaciónde la muj er , los que han visto representar U na casa de

muñ eca , saben que la sostiene en ese drama , donde Nora ,la mujer convencida de que su primer deber es el cultivode su individualidad , abandona á su marido y á sus hij os ,y sale dando un portazo en el momento de caer el telón .

En estos diversos sentidos puede decirse que Ibsen se

halla verdaderamente animado del espíritu modern o á

l o cual se junta otra nota que l leva esa misma marca ,cierta especie de escepticismo sobre las ideas que pre

( 1) Esta no tabilísima novela ha sido publicada en LA ESPANAMODER N Ade D iciembre de 1890 . Enero y Febrero de 1891 y en tomo aparte po rlos señores Sáenz de Jubera hermanos un tomo de 3 00 páginas , 3 pe

setas eh las principales librerías.

144 LA ESPANA MODERNA .

mal gusto delata un hombre de talento sin experienciaes la nota exacta del esp íritu juvenil . En medio de todosesos flacos

,destacase un vigor maravilloso

,un verda

dero dominio de los el ementos esenciales el conjuntorecuerda esas bruscas alternativas de oscuridad y de luz ,

tan frecuentes en las latitudes del Norte,donde nuestro

autor ha nacido y vivido mucho tiempo,y donde la media

luz es cosa desconocida . Ibsen nos lleva sin transición dela plena claridad á las tinieblas no hay en él ni suavepenumbra , ni claro—oscuro misterioso ,

ni gradación dematices .

La crudeza de la forma literaria es más fácilmenteperceptible en una gran escala como la del drama . No esuna simple cuestión de pormerior y de lenguaj e

,puesto

que afecta una extensión considerable á toda la construcción dramática . ¿ Qué elemento hay , si no ,

más esencialen la obra escénica que la evolución del carácter al través de l a acción ? Cuando apareció en las tablas el Strafford , de B rowning ,

se notó que el ministro del rey Carlos no resultaba mej or conocido en el último acto queen el primero . A lgo igual se advier te en los dramas deIbsen . El papel principal de L a lig a d e los j óvenes es

un abogado llamado Stensgard , que se presenta desde elprincipio como un demócrata vulgar , y que conserva esamisma etiqueta á la caída del telón pero no puede decirse que se revela su carácter en el curso de la obra . Elespectador no lo conoce , como conoce los caracteres deShakespeare . Es un personaj e del género de los de Dickens

,creado para manifestar ciertas tendencias

,no una

persona real no cabe figurárselo viviendo y obrando enotras circunstancias que aquellas en que el autor lo colocó . Huelga multiplicar los ej emplos , porque esa falta dedesarrollo de los caracteres es consecuencia natural del

EL TEATRO DE IBSEN . 145

sistema que preside por lo común á la construcción dramática de Ibsen . Nuestro autor , como Eurípides en algunas de sus obras

,propende á un método analítico . Los

actos sucesivos del drama se consagran á analizar todolo que deriva de una situación previa , antecedente á lasubida del telón . Nora Helmer , en Una casa d e muñ eca ,

ha falsiñcado ya la firma de su padre antes de empezarla acción . EnEl enem ig o de la sociedad el doctor Stockmann ha descubierto también

,antes de dar princip io el

drama, que los baños de su ciudad natal , muy renombra

dos por su virtud curativa,ocultan un germen de enfer

medad muy peligroso . De donde se sigue que todas lasescenas siguen necesariamente sobre una catástrofe inevitable , y deben servir para hacer expl íci to lo que estáya impl ícito en la situación inicial presupues ta . Nadiet iene e l derecho de censurar el método analítico

,por más

que evidentemente cuadre mej or á un estudio fi losóficoque á un drama . H amlet

,en cierto sentido

,es un drama

analítico . Pero hace falta no perder de vista una cosa :cuando no hay desarrollo verdadero mediante la acción

,

debe haber un desarrollo emocional . Ibsen da á veceseste úl timo , y entonces resaltan sus caracteres de unmodo satisfactorio . Cuando no l o hace

,sus obras produ

cen la misma impresión que algunas de Eur ípides . Sin

embargo , puede dispensarse al dramaturgo griego ,por

que no siempre tenía que pintar carne y sangre , y suspersonaj es son figuras realzadas y vestidas artificialmente . Los personaj es de Ibsen quisieran ser de carne yde sangre ; pero el método del dramaturgo cierra el pasomás de una vez á sus legítimas aspiraciones

. A sí , es casofrecuente que la heroína de la obra vaya acompañada deuna figura convencional , de un amigo de edad madura ,entre censor y enamorado , y ,

por lo general,hombre de10

146 LA ESPANA MODERNA .

mundo,como el doctor B ank al lado de Nora en Una

casa d e muñ eca , el pastor M anders al lado de la señoraA lving en L os aparecidos , y el juez B rack al lado de laseñora de Tesman en H edda Gabler . A un dando de barato que esos personaj es no estén dibuj ados de una manera convencional , su aspecto acusa ,

al parecer,cierta

propensión á tipos más ó menos convencionales .

Pero ya es hora de salir de estas consideraciones generales para mirar más de cerca el hombre mismo y susobras características . Digamos desde luego que Ibsentiene otros títulos á l a estima de sus contemporáneos quelos que aquí se invocan . Inauguró su vida literaria comopoeta

,aunque no es del caso examinar si los tributos que

ha ofrecido al Parnaso noruego se hallan á la altura desus obras dramáticas . ¿Cómo ha abandonado la poes íapor la prosa ? Quizá porque la prosa penetra más fácilmente eu todas las clases sociales ; quizá también porquele ha parecido mej or vehículo para sus planes de refor;

ma,puesto que se ha presentado deliberadamente como

reformador de las instituciones que , en su sentir , aprisiouan las ideas modernas y quizá

,finalmente

,porque

la prosa se adapta mucho mej or que la poesía al realismo

, que es su bandera literaria .

Ibsen nació en Noruega el 20 de M arzo de 1 828 , y allívivió hasta 1 864 . Esta última fecha coincide con la agresión alemana contra Dinamarca . Indignado de ver que

Suecia y Noruega no sostenían la causa dinamarquesa , yquizá impulsado por otros motivos

,sacudióse el polvo de

los zapatos,y abandonó el país natal . Después ha resi

dido principalmente eu Roma,en M unich y en Dresde ,

148 LA ESPANA MODERNA .

Viene luego otra categoría de obras L a comed ia d el

amor, y los célebres poemas B rand y Peer Gynt, quedatan de 1 866- 1 867 . Pero lo que importa examinar son lasobras conocidas con el nombre de D ramas sociales, ter

cera serie , que empieza con L a lig a d e los j óvenes ,en

1869 , y continúa con L os p ilares d e la sociedad

Una casa de muñeca L os aparecidos ( 1 881 Un

enem ig o d e la , sociedad El laoanco R o

mersholm L a d ama d el mar , dos años más tarde

,y , finalmente , l a obra publicada no ha mucho en

Copenhague , H edda Gabler, el regalo de A ño Nuevo deIbsen á sus admiradores .

Como sería demasiado largo examinar todos esosdramas , nos limitaremos á dirigir una oj eada generalsobre los más característicos con relación á las trescosas que el autor parece haber tomado como obj etivosprincipales , á saber 1

º la reforma somal por el tr iunfode la democracia 2 .

º

, el influj o de las ideas cient íficas ,especialmente la de la herencia ; 3 .

º

, la condición socialde la muj er . A la primera de estas divisiones pertenecenL a lig a d e los j óvenes , Un enem ig o d e la sociedad yL osp ilares d e la sociedad L os aparecidos se clasificanen la segunda la tercera comprende Una casa d e mu

ñ eca, R om ersholm,L a dama d el mar y H edda Gabler .

Un enemn d e la sociedad es un ej emplar a proposi to para el examen , porque la figura céntrica , el doctorStockmann

,representa bastante bien ciertas fases par

ticulares del au tor mismo . EldoctorStockmann es médicomuy apreciado de una ciudad de Noruega que poseeaguas minerales renombradas . Tiene un hermano

,Pedro

Stockmann, que es burgomaestre , j efe de policía y pre

s idente del Consej o de administración de las susodichasaguas

,es decir

,un personaj e oficial en toda la fuerza del

EL TEATRO DE IBSEN . 149

vocablo . A hora bien el Doctor acaba de descubrir quelas aguas de que es inspector se hallan inficionadas deuna sustancia insalubre

,y que los forasteros que acudan

á ellas en busca de salud corren riesgo inminente de volverse envenenados . Desde ese instante está resuelto ácumplir con la sociedad ,

haciendo público su descubrímiento . ¿Se creerá que su primer y principal enemigo essu hermano

,el burgomaestre ? Es éste tipo de esa pasiva

aquiescencia á todo lo establecido ,característica de la

autoridad,y reforzada en el presente caso por el temor

de perjudicar á su puebl o,ahuyentando á la clientela de

l as aguas . A l l ado de esos dos personaj es—e l sabio radical y el conservador rutinario de B umbledom— ñgura unperiodista influyente . El periodi sta no se pronuncia porningún partido

,sino que observa una actitud expectante .

Cuando cree que su interés le aconseja sostener al doctor Stockmann

,se muestra amigo del Doctor ; cuando

descubre lo contrario,se pasa al obstruccionismo , es

decir,apoya al burgomaestre .

La lucha del hombre honrado é ilustrado que conocey quiere cumplir su deber con la mayoría de sus convecinos

,toma el sesgo que deb ía esperarse . El doctor

Stockmann es mirado como un enemigo social el periódico rechaza sus comunicados no sabe cómo salir deaquel trance , y , á no ser por la intervención oficiosa deun amigo que le presta su casa

,no tendría manera de

dirigirse púb licamente á sus conterráneos. Cuando,por

último , logra reunir una gran concurrencia , se apresuraá abrir su corazón sin vacilaciones ni reservas . Es elhombre justo y firme en sus convicciones

,en presencia

de l a multi tud . A quí viene un monólogo enérgico y característico

, que encierra de seguro algunas de las opinionesdel mismo Ibsen . No citaremos sino la conclusión final .

LA ESPANA MODERNA .

que innegablemente se parece mucho á una paradoja» El hombre más fuerte en la tierra es el que vive mássolo »

. Esa máxima se repite en la última escena,en un

medio diferente ; pero allí mismo encuentra en seguidasu refutación . El Doctor está acompañado de su muj er yde sus hij os .

A Ya véis ( dice) que el hombre más fuerteen la tierra es el que vive más solo . Dos veces se levantan á contradecirlo l a primera su muj er que lo l lamapor su nombre ; la segunda su hij a , que le coge la mano ,diciendo simplemente : » ¡Padre ! El doctor Stockmannpuede considerarse solo pero , si tiene algún medio demantener la rectitud de su conducta , l o deberá á ese

paraíso de la familia, que es el más inestimable de l os

benefi cios .

L a lig a d e los j óvenes es el estudio de un mancebo,

ardiente demócrata,Stensgard

, que despliega al principio un gran fervor revolucionario

,y acaba con un desas

tre personal , porque ,como á otros muchos del mismo

tipo , lo echan a perder los aduladores . Otra causa motiva también su fracaso es un simple retórico , un oradorverboso que conmueve á sus oyentes , sin saber dirigirlos .

Pero aquí no hay nada nuevo viene á ser casi l a historiadel R abag as de Sardou . B atir en brecha el edificio viej odel mundo puede probar un gran celo reformador pero

,

¿ de qué sirve ese celo ,si no va acompañado de la des

treza práctica ?Se hace precipitadamente una revolución ,se barre el pasado

,y resul ta que ,

en vez de renovar latierra y crear otro cielo

,todo se ha reducido á mover

las aguj as de un reloj cuya máquina anda descompuesta .

El drama titulado L os p ilares de la sociedad es otroestudio sobre las falsas ideas sociales . El cónsul B ernickdisfruta de l a mayor consideración '

: no hay nada que noestén dispuestos á hacer por él sus compatrio tas no hay

1 5 2 LA ESPANA MODERNA .

no se puede p edir madurez es el desbordamiento espontáneo de fuerzas inconscientes , que no han recibido laslecciones de la experiencia.

L os aparecidos consti tuyen una producción de estegénero , un drama horrible , que pinta los resultados del a herencia baj o su aspecto más repulsivo . La señora deA lving ha conservado intacta durante mucho tiempo lareputación de su difunto esposo

,sabiendo que fué un des

preciable l ibertino . A fin de preservar á su hijo de ese

contacto pel igroso,lo había tenido alej ado ya ; y después

de la muerte de su marido ,funda un asilo de huérfanos

para salvar de algún modo la reputación del indigno difunto . Vuelve el hij o pero

, ¡ay ! , resulta que ha heredado , no Sólo l os vicios de su padre , sino también la malaconstitución física consiguiente á taleS excesos . Todoslos esfuerzos de la desgraciada madre se vuelven contraella no logra disimular la verdad ve desfilar ante sí lasapariciones más lúgubres , evocándole las flaquezas delculpable Oswald un incendio devora el a silo

,y , por re

mate de tantos infortunios,el hij o se vuelve loco .

Vienen,por último , los dramas que versan sobre la

condición de la mujer en la sociedad actual . No siemprees afortunada la parte dogmática de las composicionesde Ibsen ; por lo mismo ,

vale más estudiarlas desde el

punto de vista escénico que desde el punto de vista doctrinal . Parece que este úl timo grupo de obras es el quemás ha atraído la atención sobre el autor noruego , principalmente en Inglaterra donde desde hace un año vieneexcitando la curiosidad vivamente . No ha mucho se pusoen escena en R omersholm ; Una casa d e muñeca ha aparecido en dos ocasiones ante el público inglés , y es casiseguro que una actriz inglesa representará tarde ó temprano H edda Gabler . Todavía hay otras dos obrasen el

EL TEATRO DE IBSEN . 1 5 3

mencionado grupo L a dama d el mar y El laoanco ;pero esta última no debe entrar en cuenta , porque estáescri ta en un tono demasiado pesimista , y además susentido es tan oscuro , que ha desafiado la penetraciónde las personas mej or prevenidas .

La situación de l a mujer en la sociedad moderna suscita cuestiones que inspiran á Ibsen evidentemente uninterés profundo . La muj er tiene un alma que perder 6salvar tal es el problema que se presenta en Una casa

d e muñ eca . La conservación de una individualidad res

petable ,gracias a la sensatez de un marido ilustrado , es

la carga que pesa sobre L a dama d elmar . Los desastresque puede producir la muj er emancipada en una familiaá la antigua , forman el asunto de R omersholm ; y el estudio de la muj er fin d e siecle , esa nueva y terrible amazona , imbuída en todas las teorías modernas , pareceservir de tema á la úl tima producción de Ibsen ,

á H edda

Gabler . Pero ,aunque la escuela de Ibsen dé esas inter

pretaciones al drama indicado aquí , no ha de creerseque el dramaturgo se haga órgano de ninguno de suspersonaj es ; tiene en rigor varias voces , habla alternativamente diversas l enguas , incluso la del abogado deldiablo . Una casa d e muñeca nos presenta una muj er

, á

quien consideran como una verdadera muñeca su padrey su marido . Con ese carácter tan infantil sería absurdopedir á semejante criatura los más rudirnentarios ele

mentos de moralidad . Nora obra como quien es . Falsifi cala fi rma de su padr e para dar el dinero á su marido ,

sinprever las consecuencias posibles de tal acto . Cuandosobreviene el conflicto inevitable

,nota que su marido se

preocupa más de l a respetabilidad aparente que de la rectitud interior . En el primer momento de sorpresa NoraHelmer toma el partido de abandonar el domicili o con

1 54 LA ESPANA MODERNA .

yugal . Vive en una completa ignorancia ( se dice), y noabriga esperanza de recibir lecciones saludables

,mien

tras permanezca baj o la tutela de su marido .

Puede acertar y engañarse juntamente pero el dramaturgo no tiene para qué preocuparse de la moral ;mira la situación como natural é inevitable , dado unmarido como Towald y una muj er como Nora . Si un hombreno ve más que un juguete en la compañera de su Vida ,esta última , apenas la iluminen los primeros vislumbresde educación y de libertad

,hará de ellos un uso insen

sato necesariamente,llevada de su ignorancia . El desen

lace de L a dama del mar ofrece un completo contrastecon la escena ú ltima de Una casa d e muñ eca . A quí laprotagonista , en vez de abandonar á su esposo ,

permanece con .él por motivos que no resaltan claramente , peroque quizá no son muy morales .

R omersholm presenta una situación análoga al parecer , pero que se desenlaza de otro modo . Rebeca Westlleva la perturbación al hogar de Juan Rosmer . La prudencia aconseja no echar vino nuevo en odres viej os yel descendiente de un rancio linaj e

, que es á la vez unsoñador idealis ta , lo experimenta á sus expensas . sumujer se suicida al ver '

que el marido prefiere á Rebeca .

Juan descubre , por su parte , que el afecto que le inspiraRebeca no es absolutamente platónico . Los dos culpables

,no pudiendo luchar contra pasiones demasiado vio

lentas para su flaca consti tución ,buscan la muerte en el

mismo río que ya había sepultado á l a esposa abandonada .

Difícil es saber qué moral ha querido predicar el autoren esos estudios más ó menos lúgubres . A caso ej ercitasimplemente el derecho indiscutible de mirar con oj osneutrales las complicaciones sociales inherentes a los

CH A TEA UBR IA N D

L A TUMB A Y LA ESTA TUA .

N l a tregua brevísima que para descansar de lasagitaciones políticas se ha tomado , Francia enteraacaba de consagrar toda su atención á una solem

nidad literaria . Saint -M alo,el pueblo natal de Chateau

briand ha levantado una estatua,en honra y gloriade

su ilus tre hij o , en una plazoleta , frente por frente de lacasa en que nació el escritor el 4 de Septiembre de 1768.

Esta ceremonia ha hecho que surgiese , en todos los recuerdos

,la figura grandiosa del autor de El Genio d el

Cristianismo; una figura que comenzaba ya á desvanecerse cuando tiene aún bien pocos años de posteridad .

Han sido menester las vacaciones de la A samblea,el si

leucio de la tribuna , un armisticio de los partidos políticos

,para que las fiestas realizadas en Saint-M alo encon

trasen eco en los más apartados rincones de la patria .

Dicha ciudad ha esperado tantos años para pagarsu deuda . Verdad es ,

y bien será que esto no se echeen olvido

,—verdad esque Chateaubriand en su lecho de

CHATEAUBRIAND . 1 5 7

muerte , sólo pidió á sus compatrio tas una tumba , la tumba soñada por su soberbia : una piedra y una cruz degrani to en el pico más alto del peñasco del Grand—D e' , enfrente del Océano . A l lí duerme su sueño eterno Chateaubriand

,en ese solitario has t ío que arrastró constante

mente como un traj e hecho á su medida . Ha llevado suorgullo hasta el extremo de prohibir que sobre aquellalosa se grabase un nombre . Chateaubriand quiere ser elpeñasco mismo

,l a roca gigantesca plantada al l í para

desafiar á las tempestades , y permanecer e ternamentemudo

,vencedor de las tormentas . Todo esto es de un

efecto prodigioso para un esp íritu que poseía el sentimiento de la grandeza ; tengo para mí , por eso mismo precisamente , que el poeta habría rehusado el homenaj e de l aesta tu a si hubiera sido posible consul tarle . CiertamenteSaint -M alo ha procedido impulsada por un sentimientopiadoso y respetable pero

, ¡qué pequeño aparece aqueltrabaj o en bronce , si se le compara con la masa enormedel Grand -B e

' próximo, que le aplasta ! ¡Cuán mezquina

resul ta la invención de la estatua relativamente á la héroica actitud del muerto , que había pensado en la inmor

talidad enfrente de l o infinito ! Chateaubriand lo habíadispuesto maravillosamente . A caso hubiera sido l o mej orno poner mano profana en la apoteosis que él se habíapreparado á s í mismo poco antes de su fallecimiento .

Lo peor del caso es que Saint—Malo no tenía siti oá propósito para aquella estatua . Hay que haber visto laciudad tosca y ruda que parece tal lada en la roca mismaentre dos peñascales. A llí está encerrada , como en elfondo de una quebradura larga y estrecha ,

suspendidasobre el Océano

, que la combate eternamente con su fluj o ,sin que empiece nunca á desgastarla . Pequeñísima ,

encerrada dentro de sus fuertes murall as , cortada por callejué

1 5 8 LA ESPANA MODERNA .

las que van a juntarse á la salida , tiene Saint—M alo tresdistintos contornos de rocas , sin un pedazo de paseo , sincampo próximo ; oscura y cerrada como un castillo ó unaciudadela . Es un pueblo de valor y de combate , que en loque

'

á bronces respecta , no tiene sitio sino para los cañones .

Claro es ,por consiguiente

, que Saint-M alo se ha visto ensituación muy apurada cuando se pensó en elegir un sitioadecuado para levantar la estatua de Chateaubriand . Hasido necesario colocarla en la única plazoleta de la ciudad ;y lo que acabó de resolver á los concejales fué la circunstancia de que la habitación en que el escritor habíanacido

,— habitación convertida hoy en fonda ,

—se hallasituada en aquella placita . Siete plátanos ruines y desme

drados ahogan el monumento ; las casas contiguas laabsorben de tal manera , que l a estatua parece hallarseen el fondo de un pozo . A demás de esto se tuvo la desdichada idea de flanquear la escultura á derecha e izquierda

,con dos estanques dos estanques de esos grotescos

y ridículos que los horteras retirados hacen abrir en susposesiones de Vincenne ó de A snieres . Con tal compañía ,el buen Chateaubriand tiene todo el aire de una figurade reloj , entre dos candeleros de cristal labrado . ¡Y quéChateaubriand más infeliz ! M . A imé M illet

,autor de la

escul tura ,se ha visto naturalmente obligado á ceñirse á

las proporciones del marco . Ha fabricado,por consi

guiente , un Chateaubriand muy pequeñito ; una figuramuy mediana que mueve á risa . A parece el poeta sentado en un pedrusco uno de sus codos se apoya sobre unej emplar de El Genio d el Cristianismo ,

la cabeza de scansa reclinada en la mano la otra mano sostiene unlapicero ó punzón como si se dispusiera á escribir . Elrostro está un poco vuelto hacia el cielo . Es Chateaubriand contemplativo y esperando la inspiración . Por lo

160 LA ESPANA MODERNA .

un novelista , Paul Feval , fueron los encargados de representar la literatura francesa en Saint—M alo . Los señoresDoucet y Caro forman parte actualmente de la Juntadirectiva de la A cademia ; el Sr . de Noailles es el académico á quien correspondió ocupar el sillón que Chateaubriand dej ó vacante ; en cuanto á Paul Feval , es

bretón como el autor de René y preside ahora la A sociación d e Escritores tales son los únicos t ítulos que handeterminado la elección de esos señores , y no los de otros .

Dicho se está , por consiguiente , que no han sido elegidos , sino aceptados l a comisión ejecutiva no se hatomado el trabaj o de escogerlos

,no ha hechomás que tole

rarlos y es bien advertir que l a literatura no ha entradopara nada en esto . M . Camilo Doucet ha fama de hombre muy amable y tiene como:bagaj e literario algunascomedias.de poeta aficionado , que el público ha recibidocon aprecio . M . Caro es un filósofo que no piensa mal ,una especie de Cousin algo disminuido

,un escritor soso

y dulzón , cuyos triunfos se reducen a los que le ha proporcionado la corrección de su continente . M . de Noailles é s un duque

,y no es nada más. Por último

,Paul Fe

val , el único l iterato de verdad entre los cuatro ,ha es

crito,por espacio de treinta años , novelas para folletines ,

al día,sin condiciones serias de estilo . Muy de verdad me

disgustaría que alguien pudiese creer en el extranj ero queesos cuatro señores forman el batallón sagrado de nuestras glorias contemporáneas . Tenemos hoy , lo afirmo ,gigantes si se les compara con esos enanos . B ueno es saber que en Francia los grandes hombres inspiran recelos .

Para una solemnidad pública á l a cual las autoridadestienen que asistir de uniforme , nunca se concederá la pál abra a uno de esos grandes talentos que son honra de supaís y gloria de su t iempo . B astan para esto los mani

CH ATEA UBR ! A N D . 16 1

quíes oñciales que forman ac tualment e la parte accesoriade la fiesta con sus títulos y con sus traj es .

Las funciones de Saint -M alo han ofrecido , por consiguiente

, nu carácter de pobreza que debe de haber disgustado mucho á l a gigantesca sombra de Chauteaubriand . Y no obstante

,el programa era muy complicado ;

á las doce de la mañana todos los invitados , de uniformeo de frac negro

,se dirigían en proc esión á las casas con

sistoriales,para encaminarse desde allí á la catedral

,

donde se celebró una misa de requiem . Desde la catedralse encaminaba la comitiva á la plaza de Chateaubriand

,

que una muchedumbre compacta hab ía ya invadido . Enel campo redoblaban los tambores ; los cañones retumbaban en el puerto

,y de pronto el velo que ocultaba la es

tatua cayó entre los aplausos de la concurrencia . Es elceremonial eterno de est e linaj e de solemnidades . A estosiguieron los discursos ; oradores de todas clases hicieronuso de la palabra ; funcionarios públicos , representantes ,simples invitados inclusos los tres académicos y el presidente de l a A sociación d e Escritores . Discursos pobres

,

frases hechas , una lluvia de palabras que ,al aire l ibre

,

se perdían produciendo un ruido monótono . Nada quemerezca mención . Se repiten acerca de Chateaubriand

,

con mal estilo todas las insustancialidades que corren deboca en boca , sin que se agregue algún punto de vistanuevo

,sin que se oiga un grito de emoción verdadera

.

Los discursos , l o mismo que los oradores , resultaron oficiales ; no acierto á criticarlos más cruelmente . Solamente Paul Feval se ha distinguido un tanto ; ha leído untrozo muy trabaj ado que semejaba el comienzo de unanovela de sensación . Y no acabó aquí la faena ; la p obr eestatua tuvo que soportar aún la l ectura de una oda premiada en un concurso que la ciudad de Saint—Malo há

1 1

162 LA ESPANA MODERNA .

bía abier to adrede en la primavera anterior . Por último,

la muchedumbre comenzó á retirarse , en tanto que losinvitados dirigieron sus pasos á la casa de villa

,donde

se les había dispuesto un banquete . A llí , al llegar los postres , volvieron á empezar los discursos . El gran éxito dela tarde fué para las obras de pastelería y de confi teríaque adornaban la mesa ; representaba la una el castillo deCombourg

,en que Chateaubriand había pasado su infan

cia ; l a otra ,más sorprendente aún , era la reproducción

exacta del islote del Grand -B a en cuyo pico más elevadose halla la tumba del escritor . ¡Qué portentosa imaginación ! ¡El Grand -D e

' en hoj aldre , y la tumba de Chateaubriand en caramelo ! H e ahí el colmo de lo almibarado yde lo adulador . Pero , ¡qué espantosa caída ! ¡El salvaj ey melancólico René en manos de conñteros entusiastas !A más de esto y para esparcim iento y diversión

del pueblo,habíase organizado una fiesta *

en el exterior .

D e l os cinco departamentos de B retaña acudieron másde veinte mil forasteros, muchos de los cuales , campesinos y trabaj adores , vestían el traj e característico delpaís

,con lo cual se coloreaba la multi tud de una manera

muy pintoresca . Toda aquella multitud pasó la tardeviendo hinchar dos globos que se elevaron al anochecer .

Hubo también cucañas y juegos muy variados , que tuvieron éxito envidiable . No importa ; Chateaubriandme atrevería á jurarlo no sospechó nunca que llegaríaocasión en que honrasen y festej asen su memoria conglobos

,cucañas y billares al aire l ibre . Por último , ya

entrada la noche,se quemaron los fuegos artificiales

consab idos.En este punto debo confesar que el espec

táculo fué soberbio . Un buque del Estado ,El Faon , se

hall aba profusamente iluminado ,y disparaba sm cesar

salvas con todas sus bocas de fuego_

eu tanto , unas

164 LA ESPANA MODERNA .noche que tornaba á envolverle . Iba , por último á poderde nuevo recobrar su eterno recogimiento

,su t ranquili

dad feroz , interrumpida solamente por los gri tos roncosde las aves de rapiña . Nomás discursos oficiales , no máshombres pequeños enredándose en frases grandes ; nomás cucañas , sobre todo , y no más manoj os de cohetesvoladores elevándose hasta las estrellas . Solamente som ;

bra en derredor,sombra interrumpida á l o lej os por las

luces soli tarias de los faros solamente la paz misma detodas las noches

,el mismo sueño que ha de prolongarse

en los siglos . Si esto ha deb ido de ser grato para la rocay para el difunto

, que desdeñando el homenaje de loshombres , solamente ha querido á sus plantas la aclamacion eterna del Océano .

B IOGR A FIA .

Chateaubriand tuvo una de las existencias más complej as de su tiempo . Es necesario , para juzgarle conacierto

,resumir rápidamente los numerosos sucesos de

su vida .Conocidos todos sus actos, se enti enden mej or losresortes de su voluntad y de su inteligencia .

Fué el último de diez hermanos . Su padre casó en 1 7 3 3 ,

con una señorita de Bedee , con la cual se estableció enSaint—M alo . A lo que parece , la fortuna de aquel matrimonio no pasaba de regular . Chateaubriand estuvo criándose hasta la edad de tres años en la aldea de Plancoel.Cuando volvió á Saint—M alo quedó casi por completoabandonado á s í mismo , y naturalmente se sintió atraído

CHATEAUBRIAND . 16 5

á la playa ,donde todos los muchachos de la c iudad van

á destrozar los pantalones . La suerte del niño estaba yadecidida : su padre le destinaba á la marina real . Segúnel mismo Chateaubriand dice en sus M emorias de Ultra

tumba , de donde tomo estos pormenores , algunos conocimientos de dibuj o , de idioma inglés , de hidrografía yde matemáticas

,parecieron bastantes para un mucha

chue lo destinado previamente a la vida áspera del marmo . Pasó pues

,su infancia en Saint—M alo

,y en el cas

tillo de Combourg ,donde cobró car iño extraordinario á

su hermana Lucila ; sus recuerdos más dulces parten deaquella mansión negra y triste que los viaj eros van ávisitar todavía . Transcurrido algún tiempo

,fué enviado

p or su familia al colegio de D OI. M uy indolente ,conside

r ado por su famili a como de entendimiento muy mediano,

Chateaubriand sintió que se despertaban en él grandea pti tud para el trabajo y una memoria prodigiosa . Sutemperamento apasionado , su amor á la belleza , y susent imiento cató lico del deber , le fueron revelados depronto por la lectura de un H oracio , no expurgado , yun ej emplar de la H istoria d e las confesiones mal he

chas , que por casualidad cayeron en sus manos . PeroChateaubriand no comenzó a escribir hasta mucho después , cuando ya hab ía pasado dos años en el colegi o deRennes y había ido

,aunque inútilmente

,á B rest para

esperar su nombramiento de aspirante . D e regreso enCombourg

,por un capr icho , reanudó su existencia de

meditación y de p aseos tornó á sus precoces hastíos , á

l o que él mismo ha llamado después < sus desali entosinexplicables » . El j oven había encontrado de nuevo á suhermana Lucila , romántica y soñadora como él ; ambosse querían entrañablemente

,y juntos paseaban contem

plando l a naturaleza en una de esas excursiones,l a mu

166 LA ESPANA MODERNA .

cha cha , como oyese á su hermano hablar entusiasmados obre los encantos de l a soledad ,

le dij o » debías describir eso » ; aquí r eproduzco frases del mismo Chateaubr i and » Estas palabras me revelaron la M usa : unsoplodiv ino pasó sobre mi cabeza . Comencé á balbucear versos , como si aquello hubiera sido mi lengua nativa . H e

esc rito mucho tiempo en verso , antes de escr ibir prosa.

M . de Fontanes aseguraba que yo había recibido los dosinstrumentosSin embargo

,Chateaubriand había manifestado de

seos de consagrarse á la Iglesia . Hubo de renunciar á estos propósitos

,cuando descubrió en s í una invencible ne

cesidad de la mujer,una sangre hirviente , un corazón

presto á entregarse á todas las queridas que hallaba alpaso . Vésele entonces entregado á las más extravagan

tes imaginaciones un día,piensa en partir para el Ca

nadá á cultivar terrenos ; otro ,habla de trasladarse á

las Indias con el propósito de alistarse en los ejércitos delos príncipes de aquel país . En una ocasión ya se le eu

vió á Saint-M alo y se disponía su viaj e á Pondichery .

Pero habiendo conseguido su padre por aquel entoncesel empleo de subteniente en e l regimiento de Navarrapara el j oven

,Chateaubriand se dirigió , por último

, á Pa

rís. Desde ese punto mismo comienza su vida , por decirlo as í

,activa

,militante

,pública. Fué presentado al

rey ; logró la honra de subir á las carrozas de la corte , '

conoció en casa de una de sus hermanas á los ingeniosmás esclarecidos de aquel tiempo Farny , Guinguené ,

Lebrun,La Harpe . Después de haber presenciado la me

morable toma de laB astilla ,impulsado nuevamente por

su espíritu aventurero, que ya en varias ocasiones le

había hecho soñar en largos viaj es , partió para A mérica , l isonj eado por la esperanza de hallar el famoso

168 LA ESPANA MODERNA .

Las muj eres debían ocupar en su existencia mucho sitio .

No fué , por cierto , modelo de fidelidad para con su esposa ,la cual no se quejó nunca por esto

,y cuya influencia

sobre Chateaubriand fué siempre nula . Por el contrario,

su madre , desde el l echo de muerte , ejerció acción decis iva para que tornase al realismo y al catolicismo , de loscuales iba alej ándose un poco . Supo él los deseos que sumadre había manifestado al morir

,y quiso obedecerla .

He aquí lo que él mismo escribió acerca de esto »M is

convicciones han salido de mi corazón he llorado y hecreído »

. De aquí nació El Genio d el Cristianismo, ese

poema de las pompas y las grandezas de la religión crist iana ese llamamiento á la fe por la poes ía . El éxito fuéinmenso . El libro llegaba á su hora como una reacción inevitable que respondía á una necesidad pública.Chateau

briand pudo tornar á Francia,donde Napoleón

,entonces

primer cónsul,lo recibió perfectamente , enviándolo poco

después á Roma de primer secretario de la embajada .

Pero la carrera diplomática de Chateaubriand duró muypoco . A percibíase á dirigirse á Valais , en cal idad de ministro ,

cuando la noticia de haber sido ej ecutado el duque de Enghien le_

hizo enviar al Gobierno su dim isión .

Ese acto de entereza y de fidelidad á sus reyes legítimosproduj o un escándalo espantoso . Conservó desde entonc es , frente á Napoleón victorioso , una actitud de protestaaltiva la de Chateaubriand fué la cabeza más alta de lasque se atrevieron á permanecer levantadas ante el conquistador . M ientras vivió el imperio , Chateaubriand permane ció retraído de la pol ítica trabajando siempre ypublicando ,

uno en pos de otro ,los libros que l e dieron su

gloria . A cababa de desglosar de E l Genio d el Cristianismo el episodio de A tala , que el público había acogidocon entusiasmo . Ya por entonces meditaba acerca de su

CHATEAUBRIAND . 169

libro L os M árt ires , y á fin de recoger datos en el campomismo de los sucesos , l levó á cabo su peregrinación áJerusalén aquel viaj e hecho antes por el artista que pore l devoto ,

y del cual ha escrito una rel ación tan llena devida y de color en su I t inerario . A l regresar á Francia ,se retiró al Valle de los lobos , Cerca de A ulnay . Habitaba allí en una casita de campo , una soledad preciosa ,donde terminó L os M ártires yprincipió sus M emor ias d e

Ultratumba . Su lucha con Napoleón continuaba . Uno de

los art ículos de Chateaubriand produj o la supresión deE l M ercurio , que él había comprado . Por otr a parte

,en

la A cademia,donde acababa el escritor insigne de Obte

ner e l s illón vacante por la muerte de José M aría Chenier ,se permitió , en el discurso de recepción ,

alusiones tanclaras contra el tirano

, que fué llamado al despacho delPrefecto de policía y desterrado á Dieppe . Preciso es confesar

,sin embargo

,que las persecuciones que padeció

no fueron excesivamente crueles . Fuera de que le prestaron el servicio de señalarle para el importante papelque , por algún tiempo , esperó él representar baj o la Restauración .

L legamos ahoraalperíodomás característico de la vidadeChateaubriand . Cuando losB orbones volvieron , pudo élmismo pensar que iba á ser el hombre indispensable . Sufortuna política parecía asegurada ; una fortuna políticapreparada con mucha anticipación y sin precedente . Suestreno logró inmensa resonancia . Lanzó su famoso folleto D e B onaparte y d e los B orbones; para vencer las vacilaciones de los reyes aliados . Luis XVIII declaró al autor que aquel trabaj o hab ía valido más para la causa delmismo Luis que un ej ército de cien mil hombres . Pero sufavor duró poco ; no tardó Chateaubriand en parecersospechoso . Su segundo opúsculo

, R eflexionespoliticas,

170 LA ESPANA MODERNA .

divulgó sus doctrinas constituc ionales ese amor á lalibertad que él hab ía bebido en “

A mérica y en Inglaterra .

Desde entonces se le toleró hasta que fué posible desembarazarse de él con una brutalidad repugnante . La segunda Restauración le nombró Par de Francia ; pero elescr itor dió motivo para que la polic ía recogiese la ObraD e la M onarquía seg ún la Carta , y una Real Orden leborró de la l ista de los ministros de Estado . El , Chateaubriand

,el héroe crist iano y realista , se vió en l a necesidad

de vender sus libros y su hacienda del Valle de los lobos .

A ndando el tiempo , á la caída del ministerio D ecazes,volvió al poder ; primeramente fué embajador en B erl ín ,después en Londres ; asistió al Congreso de Verona , y porúltimo regresó á París como ministro de Estado . Enestecargo le esperaba una nueva desgracia . A l llegar en una

ocasión á las Tullerías , recibió una carta de M . de Villéle

,presidente del Consej o , su adversario más encar

nizado ,y en esta carta se le indicaba

,a nombre del R ey ,

y en términos casi groseros, que presentase su dimisión .

Chateaubriand pasó,por segunda vez

,á la oposición

liberal . Prosigió en el D iario de los D ebates su campañacasi desde el advenimiento de Carlos X hasta que Villélecayó para dej ar el puesto á M artignac . Volvemos á verotra vez de embajador en Roma á Chateaubriand . Perose aproximaba 1 83 0 ; la carrera pol ítica del autor de L osM árt ires había terminado . Esa carrera hab ía sido constantemente obstruida por obstáculos imprevistos . N i unsólo acto de verdadera grandeza la caracteriza ; exam i

nada de lej os , parece mezquina , estrecha , indigna de él .Procuraré explicar las causas de este fracaso .

Desde 1 83 0 ,Chateaubriand permaneció en la vida pri

vada . La fatalidad de su situación le condenaba á no servir al Gobierno en cuyo favor tanto había trabaj ado .

—Se

172 LA ESPANA MODERNA .

han leído en el colegio , en días de l luvia , cuando no eraposible salir á paseo y se permitía á los alumnos la lectura de algunos libros buenos tomados de l a biblioteca deldirector. Y yo me pregunto : ¿ D e dónde proviene tal lndiferencia después de tal entusiasmo ? Esto es l o que mepropongo decir . Hay en el asunto una página interesantede nuestra pol ítica y de nuestra literatura . L O pasadoexplica lo presente .

OPIN ION ES REL IGIOSA S Y POL Í TICA S .

M e dicen que las fi estas—de Saint—M alo fueron organizadas por los realistas , que habían pretendido ' l levar ácabo una manifestación política y religiosa . A ser ciertoeso ,habrían tomado á Chateaubriand sencillamente comoun argumento victorioso contra la República y contra el

l ibre pensamiento . El argumento puede ser bueno parala muchedumbre pero resulta medianillo para los queconocen al ilustre escri tor. De tal manera han comprendido los realistas la parte flaca de su manifestación , que

han prescindido de las M emorias d e Ultratumba ; inútilmente se buscaría el título de esa obra en los discursosoficiales , ni en el pedestal de la estatua . Lo cierto es queChateaubriand ha sido el enterrador de la monarquía yel último cantor del catolicismo .

A mi juicio,—y sea cual fuere el clamoreo que esta

o pinión mía pueda producir,— l a vida de este hombre

ha sido deficiente . Ha nacido demasiado temprano , 6demasiado tarde . Ll egó cuando una sociedad se desmo

CHATEAUBRIAND . 173

ronaba y cuando la sociedad futura se esbozaba apenas .

Esto no obstante,Chateaubriand hubiera podido desen

volver sus peregrinas dotes si hubiese crecido entre loscombatientes rudos que trabaj aban para el porvenirpero la fatalidad del nacimiento le colocaba en el campodel pasado

,le adhería para siempre á una fidelidad tan

inút il como gloriosa . Era lo peor del caso que el espíritude su siglo le había herido que él á pesar suyo , abríalos oj os que su inteligencia no podía resist ir á losgrandes resplandores que en el horizonte se elevaban .

De aquí las vacilaciones y las inconsecuencias de su vida ;parece como si llevase cortadas sus alas y las extendieraantes de volar a la luz . A traíale la libertad pero estabaen su puesto de mantenedor del poder absoluto . Estudiando á Chateaubriand desde el punto de vista de ladualidad que en él existía , se ve una confesión en cadauno de sus actos .

Se estrena en esa obra intitulada Ensayo sobre las

revoluciones por un grito de libertad , y termina publicando el l ibro M emorias d e Ultratumba , que es un testamento de duda universal todo lo que el escritor ilustreha publicado entre estas dos obras , El Genio d el Crist ian ismo y L os M árt ires y E l I tinerario

, se halla desquiciado , desmentido , anulado . A lgo peor aún sucede ensu carrera de hombre político este legitimis ta es e l másfervoroso de los liberales ; y este liberal tiene que rechazar la libertad , no bien la ha conquistado . Herido tresveces por los B orbones

,habiendo sobrellevado por esa

causa persecuciones y destierro , no puede servirlos al

gunos meses sin hacérseles sospechoso , y es tratado poresos pr íncipes más cruelmente que lo había sido por B onapart e . Sólo mucho tiempo después

,cuando se retiró

d efinitivamente a la vida privada, pudo adoptar esa fij eza

174 LA ESPANA MODERNA .

de actitud,ese continente caballeresco , esa altivez de

adhesión que conservó hasta la muerte sin que por esodejara de l levar la herida en el pecho .Compréndese , portanto cómo estaría suj eto aquel esp íritu esencialmentelibre por las cadenas que arrastraba con orgullo . A gi

tóse siempre miserablemente en la prisión estrecha en

que se había encerrado él mismo . El fracaso fué completo,

y era irremediable . Sin fe en el porvenir , repelido continuamente desde sus instintos l iberales á su papel desúbdito leal nunca pudo dar cima á hechos grandes

,y se

anegó en el fango de los chismes y las disputas de menorcuantía y del momento . Se mostró

,por decirlo de una

vez,una medianía como hombre político .

Y no se obstinen los realistas'

de hoy en hacer quemienta la historia Chateaubriand no les pertenece porcompleto . El hombre que ha escrito las l íneas que voy ácopiar

,podr ía luchar aún en pro de los principios monar

quicos pero no creía ya en su victoria» Europa corre á la democracia . ¿Por ventura Francia

es otra cosa que una asamblea embarazada por un rey ?

Los pueblos,grandes ya ,

se han emancipado los principes tuvieron e l usufructo de los bienes del pueblo ; hoylas naciones que han llegado á su mayor edad pretendenno tener necesidad de tutores . Desde David hasta nuestros días

,los monarcas han sido necesarios ahora pare

ce que les l lega á las naciones su»A bundan los síntomas de una transformación social .

Inútilmente se realizan esfuerzos para reconstituir ese

partido en que exista y se sostenga el Gobierno absolutode uno solo : los principios fundamentales de ese Gobier

no se han perdido , y ya no parecen . Los hombres estánacabando

,lo mismo que los

»Pero,al fin y al cabo , preciso será irse allí . ¿Qué

176 LA … ESPANA MODERNA .

te se produj o en derredor del real ista decidido . Se le harelegado al desván de los muebles viej os

,como un arma

de doble fi lo de las que nadie se atreve á servirse en las

grandes batallas de nuestros tiempos .

Pero además de esta causa de olvido completamentepráctica existe otra más profunda

,debida á la persona

lidad misma de Chateaubriand,tal cual yo he procurado

pintarla exactamente . Los hombres de transic ión estánfatalmente condenados al aborto si logran llenar deruido su época ; son arrebatados por completo con sugeneración

,y no dejan en pos de si huella alguna del vano

ir y venir de su existencia . Chateaubriand ,no destru

yendo nada,no edificando nada , resignándose á desem

peñar su papel de melancólico , puede parecernos de hermosa actitud en el umbral de este siglo ; pero nada diceá nuestras almas enardecidas por la batalla pol ítica enque luchamos desde hace más de diez y seis lustros . Paraque un hombre político dej e recuerdo suyo

,es indispen

sable que sus actos respondan á l a pasión de su siglo .

Chateaubriand se nos aparece demasiado lej os de nosotros es casi un extraño ,

. nada ha dej ado que sirva paraque le veamos siempre animado , vivo , al lado nuestro . Enuna palabra : Chateaubriand no tenía el alma moderna .

Como he dicho ya , equivocó la época en el día de su nacimiento . En el derrumbamiento de la sociedad antigua

,

resulta él la ruina más gloriosa,una de esas ruinas com

ple tamente j óvenes , que todos lamentan . A ún habría podido ser grande ,

mostrándose campeón del pasado,sin

compromiso de ninguna clase,haciendo frente á las ideas

nuevas , negándolas , demostrando el fanatismo de su fe ;pero las condiciones de su naturaleza le colo c aron siempre eu este equil ibrio

,en el justo medio de la duda

, en elcual los espíritus más admirables se empequeñecen . Se

CHATEAUBRIA ND . 177

agitó en vano,y se ha desvanecido á esto se reduce su

historia . Hoy sus actos,sus escritos

,son fr íos como ca

dáveres.

B ueno es advertir,aparte de esto

, que Chateaubriandno ten ía temperamento político . Es creencia muy ge

neralizada en Francia , la de que un poeta ,un escri tor

de fantas ía y de hermoso est il o no puede ser buen gobernante , y hasta hoy los escritores que han subido alGobierno , exceptuando á Thiers parece que se hanpropuesto justiñcar esa creencia . Esto consiste indudablemente en el carácter francés . Censurábase principalmente á Chateaubriand su esquivez altiva y desdenosa ; el desabrimiento con que acogía á los que se leaproximaban . Casi siempre aparecía lleno de soberbiahumillante . Todo esto

,sin embargo habr ía sido de poca

importancia , si no le hubiesen faltado por completo lagran fortal eza de los hombres de Estado , la paciencia laperseverancia en los propósitos , el esfuerzo dirigidosiempre hacia un mismo fin . Chateaubriand se apasio

nabade pronto,soñaba cosas grandes , y luego ,

á la primera contrariedad , se desanimaba ,

encolerizábase Cómo

un niño acababa por refugiarse en el fondo de una especie de melancol ía egoista , disgustado de los hombres ,profet izando los cataclismos más espantosos . René despuntaba siempre con su desesperación , baj o la gravedad del diplomático y del ministro . Ventilaba un negociocomo si escribiese un libro , cuidando , sobre todo ,

laforma ,

pensando únicamente,fuera de esto , en ponerse

delante . Claro es que sus errores fueron innumerables .

Después de haber señalado las inconsecuencias de la vidapolítica de Chateaubriand

,Sainte—B euve dice con razón :

» Tiene en su vida tres hechos de gravedad , que no pasarán nunca : hizo todo lo posible para sostener la Cámara

12

178 LA ESPANA MODERNA .

más detestable de la Restauración ,la Cámara frenética

de 1 81 5 hizo cuanto pudo para derribar al mej or ministerio , al m inisterio más sinceramente liberal de la Restauración , al ministerio Dessoles ; por últ imo ,

del peorGobierno , del más odioso y el más funest o de todos , elministerio Villele , sólo habló mal cuando dejó de formarparte del ministerio . M . de Chateaubriand no ha princip iado á desesperar de la Restauración

,hasta que com

prendió que no desempeñaría en ella el papel de primerm inis tro » . Tal opinión

, de verdadera y absoluta justicia ,completa el retrato del hombre político en Chateaubriand .

En resumidas cuentas,el escritor sólo prestó malos ser

vicios á la M onarquía,y la M onarquía nada hizo para la

gloria del escritor . Los realistas falsifican la historiacuando le aclaman .

D e la m isma manera entiendo que dan prueba de muyequivocado criterio y de excesiva complacencia los quehablan de pretendidos servicios prestados por Chateaubriand á la religión . Privadamente

,Chateaubriand no

tenía espíritu religi oso ; tenía ,s í sobre todo

,lo que lla

maría yo esp íritu poético . En este punto debo decir algode la desesperación de René ; de esa melancol ía soñadora ,y de ese hast ío incurable que llevó por dondequiera ,como la llaga viva de un mal desconocido . Hay que darindudablemente en esto una parte á la actitud por éladoptada : al manto que juzgó conveniente colgar de sushombros . Pero esa desesperación tuvo su hora de realidad . En determinados asuntos llevó su soplo á todos losesp íritus menos elevados . B yron se vió invadido por ellahasta la medula de los huesos . Goethe , más solido sobresus m iembros vigorosos

,escribió su Werther , inspirado

también por ella . En Francia,M usset se consideró he

rido,viciado

,prematuramente envej ecido por ese viento

180 LA ESPANA MODERNA .

do . Su vida contemplativa , sus miradas fij as en un mundo nuevamente revelado , le sumían en una enervación

extraordinaria , en una gran tr isteza inconsciente , formada por la nostalgia de los pasados días y por la descomfianza eu los venideros . H allábase el alma como saliendode la paz en que había dormido durante muchos siglos .

Si René sollozaba en su roca , era porque René ya nocreía

,y para creer se esforzaba

No quiero profundizar mucho en la vida de Chateaubriand . N0 era de espíritu religioso lo repito . Cediósiempre á todas sus pasiones no supo nunca mortiñcar

la carne . Sus confesiones bastan para mostrarlo apasio

nado,en busca siempre de un amor grande . Cuando par

tió en peregrinación á Jerusalén , él mismo declara queno llevó un fin piadoso iba en busca de la pasión

,de la

bell eza,de la glor ia . Esto es caracter ístico .

» ¿ Iba yo ,dice en sus M emorias , á la tumba de Cristo , en las disposiciones del arrepentimiento ? A bsorbíame una solaidea contaba yo con impaciencia los minutos desde elborde del buque clavaba mis oj os en Venus

,la estrella

de la tarde ; pediale yo viento para caminar más aprisa ,gloria para hacerme amar . Yo esperaba hallarla en Esparta

,eu Sión , en M enfis

,en Cartago

,y llevarla á la

A lhambra . ¡Cómo me palpitaba el corazón al abordar lascostas de España ! ¿Habría conservado mis recuerdos ,como había yo superadomis pruebas Todo esto quieredecir que en España le aguardaba una querida

,y que

Chateaubriand,en su largo viaj e , había ardido constante

mente eu deseos de poseerla . Este cristiano que lleva consigo su amor

,que lo pasea por los Santos Lugares

,es se

guramente un poeta ; pero sostengo que no es un creyente .

Poco importarían,en realidad , esos sentimientos per

sonales del escritor , si su obra se mantuviese elevada ,

CHATEAUBRIAND . I 81

firme , en pie siempre , como una torre , una ciudadela fortiñcada para defender la religión . Pero El Genio d el Crist ianismo ,

para no hablar más que de esa obra , se hal lamuy lej os de estar construida con esta solidez inexpugnable . Recuérdese que el autor , llamado bruscamente álos recuerdos de su piadosa infancia por la muer te de sumadre

,y queriendo obedecer l a última voluntad de la

que le dió el ser , renunció á sus extravíos de librepensador y comenzó a escribir El Genio d el Cristianismo .

ESto es lo que Chateaubriand cuenta . Quiero creer quela obra

,de todas maneras

,habrá sido escrita . Existe en

esto una leyenda . Chateaubriand ha cedido más todavíaá la necesidad de reacción que flotaba en la atmósfera .

Después de la gran tormenta revolucionaria,después de

la des trucción de los templos , la proscripción de lo ss acerdotes

,la ridícula invención de una religión nueva

,

era necesario , inevitable que se levantase una voz paracelebrar las excelencias del catolicismo . Esta ley de lasreacciones es constante en la historia . Tanto es verdadesto , tan cierto es que la única razón de ser del libro fuéla necesidad de protestar contra los espectáculos de horror por todos presenciados , queChateaubriand no piensani por un instante en discutir sobre el dogma

,en refutar

los ataques de los filósofos del siglo décimo octavo,en

escribir una obra de cr ítica y de combate . Se contenta'

con pintar ; opone á los espectáculos sangrientos espectáculos de luz y de encanto . En el cristianismo sólo veChateaubriand asuntos para un poema una serie deepisodios ya conmovedores , ya sublimes . Lo que l e conmueve , lo que le hace anegarse en l lanto ,

es la pompade la religión , son las catedrales alzando hasta el cieloazul las cruces de sus torres

,ll enando sus espaciosas

bóvedas de perfumes de incienso y de resplandores de

182 LA ESPANA MODERNA .

cirios,rebosando todas de muchedumbre de fi eles de hi

moj os baj o la bendición de los prelados vestido s de púrpura y de oro . O bien , como en A tala , mezcla el amorhumano con la religión

,de la cual labra un consuelo de

amantes desdichados en medio de bosques vírgenesO tras veces saca también del drama de la Pasión toda

la emoción trágica que contiene,y despierta el interés de

las almas sensibles,como también de una historia triste

,

cuyos episodios,demasiado crueles , el autor poetiza .

Toda la obra resulta así la efusión de un alma conmovída

,la paráfrasis r ítmica de la belleza del culto ,

una especie de cántico de amor . En la religión hay belleza quierodecir

,bel leza plástica y belleza moral ; á eso se reduce el

l ibro . El poeta es tá siempre allí, con su lira ; el pensador ,el combatiente

,no se presenta en una vez so la . Una obra

como El Genio d el Cristianismo deb ía estar escrita en

verso . Indudablemente el éxito fué grande en la época desu publicación

,porque respondía á una necesidad

,satis

facia el deseo que experimentaban todos de apartar lavista de realidades ingratas y dormitar meciéndose enuna poesía piadosa . Después de tanta sangre

,una ola de

l eche pareció de una dulzura infinita . El libro llegó en suhora ; á eso debió su resonancia . Pero pasada esa hora

,

estaba condenado al olvido . La obra no tenía en sí mismaninguno de los vigores necesarios para servir á la religión , si se exceptúa el encanto inmediato que su lecturaproducía . Si ha podido consolar á una generación

, ser

por algún tiempo una música sagrada,agradable á los

oídos , l lenos todavía de los dicharachos feroces de l osdescamisados , hoy es completamente inúti l

,sin fuerza

contra los ataques del librepensamiento ,y abandonando

la religión á las terribles investigac iones de la cr íticamoderna . La obra de Chateaubriand no defiende el cr is

184 LA ESPANA MODERNA .

que Chateaubriand llevó á cabo ese sacrificio con sencil lez sublime poseía muy íntimamente el sentimiento delo bello para no realizar una hermosa salida . El día 7 deA gosto , después de las j ornadas de Julio , habló muy noblemente en la Cámara de los Pares . Renunció en seguida á los títulos

,á los honores y á las pensiones que no

quería deber sino á l a monarquía legítima,y desde en

tonces , libre de sus errores , superior a sus obras ,domi

nó su época .

C HA TEA UB R IA N D ESCR ITOR .

R éstame ahora estudiar al escritor .Chateaubriand es,

siempre y en todo,él m ismo , uno sólo . Las causas que pu

sieron al hombre político en primera fi la para arrojarlodespués á un rápido olvido

,explican también , y de igual

manera,el éxito ruidoso de sus obras y la indiferencia en

que hoy han caído . Existe realmente en toda personalidad un resorte dominante que mueve la máquina entera .

B asta buscar y separar ese resorte para conocer el mecanismo completo de los actos y de los escritos . H e dichoque Chateaubriand

,hombre de Estado

,era un hombre

de transición ,y que el fracaso de su fortuna procedía de

su equilibrio entre dos siglos y dos sociedades ; un pie en

el pasado,otro en el porvenir . Como escritor , se ha en

contrado igualmente á horcajadas sobre dos épocas ysobre dos escuelas literarias : esto es l o que impide quesus obras vivan .

Con frecuencia se ha repetido que el autor de ElGenio

CHATEA UBR IA N D . 85

del Crist ianismo era el pri mer romántico . Con igual justicia puede afirmarse que h a sido también el último de losclásicos

,de tal manera aparecen mezclados en sus obras

el agonizar de los períodos hermosos y de las nobles perífrasis con el balbucir de las audacias del color y delmovimiento apasionado de l a frase . Su estilo es una peregrina mezcla de toda la habil i dad clásica vestida y adornada á l a nueva moda romántica . Terminan el génerodescriptivo de Deli lle para comenzar el género elevadoy esplendoroso de Lamartin e y de Víctor Hugo . Existe ,por otra parte

,verdadero error en c reer que hay en li te

ratura reveladores que aportan de repente , en sus es

critos , una escuela nueva . Sucede todo lo contrario lastransformaciones de una literatura caminan con lentitudprudente la cadena es larga y sin soluciones de continuidad aparecen siempr e mul ti tud de escritores de transición ; si andando el ti empo se presentan lagunas , si ciertos autores se nos antojan escritores independientes consiste eso en que sus predecesores han caído en el olvido ,en que nadie piensa en recomponer todos los hilos queconducen necesariamente desde l a antigua producción ála producción nueva .

Es verdad,por ej emplo

,que Chateaubriand es conti

nuador de Rousseau y de B ernardino de Saint -Pierre ;es un puente echado entre éstos y los escritores revolucionarios de 1 83 0 , que sirvió , sin percatarse de ello , á unmovimiento contra el cual ha protes tado tiempo adelante .

Es la ley necesaria . Y lo peor es vuelvo á decir lo , que

Chateaubriand llegó en esa hora indecisa,en esa albo

rada de una lengua joven en que las letras conservan todas las trab as de que procuran desembarazarse

,sm que

les resulten benefic iosos aquellos sus primeros esfuerzos .

Tomemos hoy una de las más hermosas páginas de Cha

186 LA ESPANA MODERNA .

teaubriand, nos parecerá de seguro afectada ,

falsa ,llena

de una música fastidiosa ; los atrevimientos que poníanmiedo y llevaban entusiasmos á los esp íritus de sus contemporáneos pasan para nosotros completamente inadvertidos , porque han sido sobrepujados por audacias másbulliciosas.Esmenester

,para hallar al innovador , reconS

truir la época en que él vivió, _y sobre todo compararle

con sus contemporáneos aun así,puesto caso de que se

logre comprender el asombro de los lectores d e antaño ,no será posible nunca participar de su entusiasmo . A quellenguaj e no es ya más que un dato en nues tra historial iteraria . Ya no es aquello el agotamiento de lenguaj e áque había llegado la escuela de Voltaire ; pero no es

todavía el renacimiento ,brillante y extraño ,

el soplo devida que había de perturbar nuestra lit eratura , comopara fertilizarla y conducirla á la verdad . Chateaubriandocupa entre nosotros tan singular si tio , que no es posibleincluirle ni en el siglo dé cimo—octavo , ni en el décimonoveno permanece en el hueco de sombra que separalas dos épocas . Ningún genio , por extraordinarias quefuesen sus dotes , habría resistido á ese dualismo delpasado y del porvenir , combatiendo y anulándose mutuamente .

Se oye en sus frases la respiración prolongada de unvigoroso obrero . Hay allí la madurez del escritor de raza .

Pero el conjunto es tá compuesto y pintado como un cuadro de Lebrun

,con pincel magistral é imponente que se

olvida de poner cuerpos vivos baj o sus magníficas vestiduras . Nos encontramos de l leno en el estilo noble

,con

santo horror al vocablo propio,con la frase trabaj ada

y rotunda,la mono tonía del balanceo de los períodos , el

fastidio insoportable de la belleza continua y rebuscada .

En todas y cada una de sus páginas se encuentra el mismo

188 LA ESPANA MODERNA .

pronto,después de haber encarnado en el más grande

poeta lírico que posee nuestra literatura . H oy .hace reir ;sus caballeros están más pasados de moda que los griegos y los romanos de la escuela clásica . Pero el impulsoestaba dado ,

el triunfo de la revolución literaria habíaabierto innumerables caminos los escritores naturalistas podían moverse libremente , y usar , por fin ,

la pintura de los hombres y de los horizontes en toda su verdad . Ese es el eterno honor del movimiento romántico enFrancia apresuró el advenimiento de la escuela realista

,

y facili tó su tarea entregándole el terreno ya desembarazado y á propósito para edificar . No he de citar aquínombre alguno ; examino la evolución de l as letras francesas en los últimos cincuenta años . M e propongo solamente mostrar cuán lej os está hoy Chateaubriand de nosotros más allá de la revolución realizada , del lado del romanticismo

,cuyo atrevimiento balbuceaba apenas el

autor de El Genio d el Cristianismo .

Desde B alzac y los novelistas que le han sucedidotodo se ha consumado el útil del siglo es el escalpelo delanatómico . Nuestra literatura es una literatura de observación y de experimento . Somos lo mismo que losquímicos

,los cuales

,comprendiendo que la ciencia se

halla en la infancia todavía ,se guardan muy bien de

aventurar la menor s íntesis,y se l imitan á llevar á cabo

análisis particulares de los cuerpos . Nuestros novelistasnada quieren deber á la fantasía , á una grandiosidadmentida de los personajes , al arreglo hábil de l a fábula.

Pintan la vida tal cual es procuran reunir el mayor número posible de documentos humanos ; son á modo devastos almacenes en que se acumulan los hechos sociales los novelistas de hoy nada deducen por miedo deengañarse , dej ando á los siglos venideros la tarea de

CHATEAUBRIAND . 189

formular leyes generales , cuando el número de documentos sea decisivo y permita pronunciar fallo acercadel hombre . Desde luego se expli ca esta indiferencia quenos merece Chateaubriad en medio de nuestras informa .

ciones universales . Chateaubriand no tuvo nuestra pasión ; su instrumento de trabajo no es el nuestro , susobras están ayunas de todo lo que nosotros buscamos .

Elogiábase el color de su estilo , las imágenes brillantescon que enriqueció el idioma ; pero en la mayor partede los casos esas imágenes son para nosotros completamente falsas , pegadas á los objetos como colorines puramente convencionales . Contamos entre nuestros contemporáneos hasta cinco ó seis escritores que han dado á lasimágenes un br illo incomparable , sin sali rse para ello dela verdad estricta en el colorido .

Frente á frente de las páginas maravil losas que yopodría citar

,las páginas más esplendorosas de Chateau

briand parecerían aleluyas solemnemente ilum inadas . Lomismo digo de los personaj es los que Chateaubriand hapuesto en acción son sombras

,creaciones p oéticas

,pero

que cometen el error de hablar en prosa . Solamente A talaha salido á flote y eso se ha debido al cuadro de Girode t .

René m ismo es un enigma que los comentadores procuran descifrar ; en aquel cuerpo pálido y fantástico no circula la sangre ; á pesar de su amor permanece siempreflotante como un poco de humo en un rayo de luna .

¿ Cómo interesarnos por esas muñecas soñadoras , poresos maniquíes con ínfulas

,cuando el mundo de nues

tra creación l iteraria está poblado por multitud de personajes de carne y hueso en pie vivos

,á quienes se cree

haber encontr ado á l a vuel ta de una esquina , según lopresentes que se hallan en todos los recuerdos? _

A hora

nos agitamos en la vida real y desdeñamos , por con

190 LA ESPANA MODERNA .

siguiente,l os medios facticios en que se movían los es

critores de las escuelas pasadas . Y este desdén nuestrocon relación á las obras de Chateaubriand es inconsciente ; todos los lectores lo sienten , aun los mismos que todavía niegan el movimiento realista . Esos mismos vivenen nuestra atmósfera y de ellos se ha enseñoreado , á

pesar de t odo , la necesidad universal de lo verdadero .

Por eso Chateaubriand se desvanece con asombrosa rapidez ,

y parece más alej ado de nosotros de lo que en real idad se halla , porque le separa de la época presente unaevolución considerable

,y porque no tiene en si nada de

lo que hoy nos apasiona .

B ien será decir , para que nadie se equivoque sobreesto

,que si las obras de Chateaubriand mueren , es por

que llevan en ellas mismas la muerte . Si hubiesen tenidoel don de la vida

,vivirían y vivirían eternamente á pesar

de su retórica pasada de moda , á pesar de la época detransición en que han nacido

,á pesar de todo . El don de

la vida para el escritor es la inmortalidad de sus obras,

sean cuales fueren las condiciones en que se hayan producido . Y el don en la vida no es otro que el don de laverdad . Cuando un personaje es verdadero , es eternopoco importa que esté mal vestido , que presente líneasdefectuosas basta que por los aguj eros de su traje pueda verse la carne desnuda y viviente . Ya está levantadopara muchos siglos . En esto ha de tener , y tiene efecti

vamente mucha parte el temperamento del escritor,

temperamento que es quien decide de la vitalidad de lascreaciones literarias . Hay entre los artistas manos creadoras

,como hay también manos que no pueden animar

nunca la materia que tocan ,por preciosa que esa mate

ria sea .

Depende eso de la inspiración,del quid d ivznum , de …

192 LA ESPANA MODERNA .

corresponde á l a afectación del carácter á pesar delempeño en buscar una falsa sencillez

,á pesar de l abuso

de neologismos , á pesar de todo lo que en esa obr a me

desagrada , encuentro en ella á cada paso admirables bellezas de forma

,en que hay sencillez y frescura ; ante pá

ginas que son del maestro más grande de nuest ro siglo,

y que ninguno de nosotros,presumidos

,formados en su

escuela , podríamos escribir , aun haciendo todo lo mej orque podemos » . No voy tan lej os como Jorge Sand conozco páginas que son tan hermosas como las más hermosas de Chateaubriand pero s í es cierto que Chateaubriand vive solamente por su lenguaje . La forma y laactitud han sido en Chateaubriand el hombre completo .

JUICIO D EFIN IT IVO .

A penas si han transcurrido días desde que en lasfiestas de Saint - M alo dispararon el último cohete enhonra y gloria de Chateaubriand

,y ya el ruido que se

produjo en torno del escritor , el incienso pródigamente tr ibutado en—los discursos oficiales , los entusiástico s aplausos de la muchedumbre

,l as salvas de artillería las deto

naciones de l os fuegos artifi ciales se han desvanecido enel murmullo grande y monótono del Océano . Parececomo si el silencio del o lvido cayese con más pes adezsobre la memoria del que tan ruidosamente ha sido glorificado . La parte más enojosa de estas solemnidade s esque sólo por un día despiertan la pasión de los vi vos enrededor de un muerto

,y que hacen sentir con más honda

CH ATEA UBR ! A N D . 193

pena al d ía siguiente lo invencible del sueño que tiene almuerto cl avado en su sepulcro . Hoy todos pasan conindiferencia por delante de la estatua completamentenueva

,ni aun se baj an á recoger del suelo las varitas de

aquellos cohetes,hasta se han o lvidado los manj ares ser

vidos en el almuerzo ,y la música de los rigodones del

baile . Sólo queda siempre , en lo más alt o del Grand—D e'

,

la tumba solitaria de Chateaubriand .

Deseo,ante todo

,ser justo . No quiero , movido por

mis simpat ías l iterarias, que están todas del lado de la

escuela moderna de anál is is exacto , mostrarme parcialcon respecto á un escritor

,cuyo papel

,después de todo

,

resulta gigantesco . Yo siento únicamente Sed de verdad,

y la crítica es , en mi concepto , una especie de novelahistórica ; la anatomía de un personaj e que ha existido yque ha dejado documentos para que podamos fácilmenteestudiarle . Sólo por eso me interesa la crítica . Existe eneste caso particular un hecho innegable Chateaubriandha envej ecido muy pronto , nuestra generación ya no lelee . Pero nosotros no somos todavía la posteridad paraél puede apelar de nuestra sentencia andando el tiempo

,hallará quizá jueces libres de l as pasiones del siglo y

que sepan colocarlo en el siti o que le corresponda . M . de

Lomenie ha escrito unas líneas,acerca de cuyo conteni

do es necesario reflexionar son las siguientes( Ha sucedido á Chateaubriand lo que sucede al cas i

todos los hombres que se han impuesto a l a admiraciónde su siglo durante muchos años la época que sigue ásu muerte es la que los juzga con más severidad ; diríaseque experimentamos la necesidad de desquitarnos de unal arga adulación con un rigor exagerado . A sí hemosvisto á escritores que habían agotado para Chateaubriand vivo todas las formas del entusiasmo y de l res

¡3

194 LA ESPANA MODERNA .

peto,cambiar repentinamente de actitud

,y , sin cuidarse

de la contradicción,medir á Chateaubriand muerto con

una familiaridad tan ruda cuanto inesperada . Hay enesto un sentimiento ruin , al cual yo deploraria haber cedido . Si bien nosotros no nos encontramos en el día siguiente á la muerte del escritor , y los años transcurrídos dan cierto peso al juicio público puede suceder ,efectivamente , que estemos todavía demasiado cerca deChateaubriand para verle en su verdadera altura . Celebraría yo que me fuese dable ,

en virtud de un esfuerzode mi esp íritu retroceder más para ver cuál será el fallodefinitivo que sobre él dicte el siglo próximo venidero .

H e aquí mi j uicio,l ibre completamente de toda pasión .

El Genio d el Crist ianismo ,El I tinerario L os M árti

res sobre todo ; las obras poéticas en general no tienenmás remedio que envejecer . Se señala con el dedo en L osM ártires , cuya insustancialidad pomposa se echó de verdesde su aparición

,el vicio capital de esa literatura de

una magnificencia hueca poco resistente al polvo del t iempo , que la estropea muy pronto . Creo

,por el contrario ,

que L asM emorias d e Ultratumba,recibidas en medio de

tempestades de protestas,ganarán á medida que sean leí

das . Si no me equivoco en este particular,Chateaubriand

ha de vivir por la única de sus obras que no tuvo aceptación . Y consiste esto en que dentro de ese libro hay unhombre en L as M emorias d e Ultratumba existe unhombre

,vivo

,animado

,que siente y obra ; es hasta inte

resante ,por poco simpático que pueda parecer . En vano

el escritor confiesa en aquellas páginas su egoísmo , suvanidad

,su desdén á todo lo que no sea su gloria propia ;

no deja por todo eso de haber puesto allí lo mejor de élmismo

,la sangre de que sus otros libros carecen . Esta

obra se separa tal cual vez de la eterna actitud adoptada

196 LA ESPANA MODERNA .

disfraz del que se ríe uno la herencia piadosa de queChateaubriand se encargó le ha abrumado y le ha em

pequeñecido . A l lado suyo , un escritor que hubiese dej adodiez páginas vivas y verdaderas

,crecería de año en año

y sería hoy gigante que le aplastaría . Elocuente lecciónpara todos nosotros los que t enemos el útil moderno laanálisis exacta con que escudriñar en la realidad . Lainmortalidad es para los creadores de hombres , paraaquellos cuyas manos utilizan la vida y crean la vida .

E . ZOL A .

EL CABECILLA DESTUCH ES…

Á MI PA DR E

H AN TA S razones ,padre , para dedicar aV . esta

novela que le recordará tantas cosas cuyo cultoha guardado en el corazón ! V . ha conocido á uno

de sus héroes , y probablemente hubiese parti cipado desu heroísmo y del de sus once compañeros de armas sihubiese V . contado algunos años más en el momento decumplirse este drama de la guerra civil . Pero entoncesno era V . más que un niño— é l niño cuyo retrato encantador adornaba el gabinete azul de mi abuela

,y que ella

nos señalaba amis hermanos y á mi,en nuestra infancia

,

con el índice de su bell a mano invitándonos á parecernos á V .

¡A h ! Sin duda es lo mej or que yo podía haber hecho ,

padre mío . V . ha pasado su noble vida como el Pater

fam ilias antiguo , soberano en su casa ; en medio de un

sosiego lleno de dignidad ,fiel á opiniones que no triun

faban ,con el gatillo del fusil descansando en la cazoleta ,

porque la guerra de los Chuanes se había extinguido en( 1) Esperamos que esta novela ha de inspirar á nuestros lectores

tanto interés como la famosa Sonata de Kreut¡vcr .

198 LA ESPANA MODERNA .

tre los esplendores m i litares del Imperio y bajo la gloriade Napoleón . Yo no he tenido ese enérgico y sereno destino . En vez de permanecer

,como V .

,arraigado en la

t ierra natal cual sólida encina he marchado lejos,

con la cabeza corriendo locamente tras ese

viento de que habla la Escritura ,y que por doquiera ¡ay !

pasa lo mismo al través de los dedos de la mano del hombre . Y de lej os aún envío á V . este libro que le recordarácuando lo lea

,contemporáneos y compatriotas infortu

nados á quienes la novela restituye hoy ,por mano mía

, .

su página de historia .

Su respetuoso y afect ísimo h ij o

JUL I O B A R B EY D '

A UR EVIL LY .

N ons n'

zronspas au bois.

Las laurirs sont roupe'

s l

(N o iremos más al bosque .

¡Están cortados los laure les ! )( Antigua canc¡ón.)

TRE S SIGL OS EN UN R IN CÓN A PA RTA D O .

Era hacia los últimos años de la Restauración . Lasocho y media acababan de dar en la torre

,puntiaguda

como una aguja y acristalada como una linterna,de la

pequeña y aristocrática ciudad de Valognes .

El ruido de dos zuecos,cuya marcha insegura pare

200 LA ESPANA MODERNA .

todos estos pormenores eran para impresionar al transeunte de l os zuecos , el cual iba inclinando contra el

viento su paraguas , cuya tirante seda golpeaban ,como

si fuesen cuentas de cristal , las sonoras gotas que caían .

Supone d,en efecto , que el transeunte fuese una per

sona de piadosa y sencilla imaginación,ó una conciencia

atormentada,ó un alma dolorida ,

ó simplemente unode esos seres nerviosos que se encuentran en todas lasgradas del anfiteatro social , y convendréis en que l ascircunstancias apuntadas

,y , sobre todo ,

la imagendeaquel Dios ensangrentado , espantoso de ver de día , porlo grosero de l a pintura

,á los alegres rayos del sol , y

que , sin verlo , se sabía que estaba all í , de noche ,con

los brazos extendidos en las tinieblas,era bastante para

penetrar de frío los huesos y redoblar los latidos del corazón . M as ,

por si algo faltaba ,de pronto sobrevino un

hecho extraño,un hecho extraordinario en aquella reco

gida ciudad donde á semejante hora dormían los mendigos á pierna suel ta

,bien acurrucados en su cama de

paj a,y en donde eran poco menos que desconocidos los

ladrones callej eros,prez de los salteadores de caminos

reales . ¡Sí ! Sobrevino un hecho extraordinario . En el

trayecto desde la call e Sique t al centro de la plaza de l osCapuchinos apagóse l a linterna que proyectaba un réguero de luz por debaj o de! paraguas inclinado ; se apagócabalmente enfrente del Cristo . ¡Y no era el viento e l quela había apagado

,sino un soplo ! Los músculos de acero

que sostenían la linterna la habían levantado á la alturade una aparición horrible que hablaba . ¡Oh ! Fué cosadel momento . ¡Un instante ! ¡un relámpago ! ¡Pero hayinstantes que valen por siglos ! Entonces precisamenteaullaron los perros . Todavía aullaban cuando sonó uncampanillazo en la primera puerta de la cal le de las Car

EL CABECILLA DESTUCH ES. 20 1

melitas , que está al extremo de l a plaza , y la personad e los zuecos entró , pero sin zuecos , en la sala de lasseñoritas de Touffedelys que le esperaban para sutertulia nocturna .

Iba calzada,ó

,mejor , iba calzado (porque era un

hombre ) con la elegancia de un abate del antiguo régimen , como se decía mucho entonces . ¿Y qué de extraño ,después de todo

,si lo era?

—H e o ído su coche de V . , A bate —dij o la menor delas hermanas Touffedelys la señorita Santa

, que ,abso

lutamente incapaz de inventar la más mínima expresión ,repetía una broma del A bate cuando hablaba de sus

zuecos .

El A bate,pues

, que se había despoj ado á la puertadel vestíbulo de un cumplido redingote de bucarán verdeque llevaba encima del frac negro ,

entró en el saloncito ,

erguido,imponente sosteniendo la cabeza como un re

Iicario , y haciendo re chinar los zapatos de tafi lete , preservados del agua por los zuecos . D escalzado el guantede la mano derecha , ofreció a la redonda dos dedos á lascuatro personas agrupadas en torno de la chimenea .

Pero , cuando los dió á la úl tima :—¡A lgo sucede , hermano ! ( exclamó ésta estreme

ciéndose . ) ¡Tú no te encuentras esta noche en tu estadonormal !—Sucede dij o el interpel ado con voz fi rme

,pero gra

ve ), que hace un m inuto ha estado á punto de tener miedo la antigua sangre de Hotspur .

Su hermana lo oyó con aire incrédulo ; _ pero la seño

rita de Touffede lys , que hubiese creído que los bueyes( 1 ) A unque se trata de unasseñoras de edad respetable dejamos el

diminutivo señoritas ajustándonos al modo de hablar francés,para Sig

nif1car que eran solteras. ( N .del T.)

202 LA ESPANA MODERNA .

volaban , si se lo decían ,y hasta se habría asomado a

verl osVirgen M aría ! ¿ qué hay ? (preguntó . ) ¿Habrán vis

to , al venir , el alma del P . Guardián de l os Capuchinosrondando por la plaza ?—¿Por qué dices esas cosas al A bate , hermana ? (dij o

Úrsula de Touffedelys. ) B ien sabes que el A bate , que haestado en Inglaterra

,no cree en aparecidos .

— Y,sin embargo

, ¡por mi alma , que es un aparecidolo que he visto ! (afi rmó el A bate seriamente . ) ¡Sí seño

ri ta ! ¡si hermana ! ¡sí , Fierdrap ! ¡s í ! Pueden Vds . mirarme con asombro

,pueden abrir los oj os hasta que les

dé una jaqueca es como tengo el honor de decírselo áVds . ¡acabo de ver un inesperado ,

ho

rrendo,pero real ! ¡demasiado real ! Lo he visto como

veo á todos Vds . como veo este sillón y este quinqué . …

—Eres demasiado bromista para que yo te crea,A ba

te,—dij o el barón de Fierdrap ,

cuando su amigo se pusode espaldas al fuego de la chimenea delante del sillón quele tendía los brazos .

—¿Pero era de veras el P . Guardián ?—insistió la se

nori ta Santa,helada de espanto .

¡No !—respondió el A bate , quedándose parado , conla mirada fij a en las tablas lustrosas del pavimento , comose para el que medita lo que va á decir , y vacila antesde aventurarse .

Las dos señoritas de Touffedelys ,á ambos lados de

una chimenea de mármol,estriada y coronada por un

ramo en relieve,hubieran podido pasar muy bien por

adornos esculpidos de esa chimenea , si no hubiesen movido los oj os

,y si lo que acababa de decir el A bate no

hubiese alterado terrib lemente la severa armonía de susemblante y de su porte .

204 LA ESPANA MODERNA .

no aumentaba gran cosa el efecto . Cubierta de ordinari ocon una especie de barri l de .

Seda anaranj ada y morada,

que hubiera desafi ado por su forma á l a fantasía másaudaz

,y que fabricaba ella misma con sus prop ias ma

nos , parecíase á la reina de Saba ,interpretada por un

Callot chino,sobreexcitado por el opio . Hab ía consegui

do disminuir la fealdad de su hermano , y hacer pasar l acara del A bate por una cara como cualquiera otra

,aun

que ¡de veras ! no lo era . Esa mujer tenía una facha tansuperlativamente estrambótica , que hubiera l lamado laatención hasta en Inglaterra

,el país de l os entes estrafa

larios , en que el spleen la excentricidad , la r iqueza y elginebra trabajan de consuno perpetuamente para crearun carnaval de ñgurones á Cuyo lado las caretas del carnaval de Venecia no ser ían más que car tón vulgarmenteembadurnado .

A sí como hay colores con tal des tell o de luz que apagan cuanfos se ponen á su lado , as í también la amiga delas señoritas de Touffedelys , engalanada como un navíoberberisco con los trapos más chillones desenterradosdel guardarropa de su abuela

,eclipsaba y borraba todas

l as demás fisonomías .

El barón de Fierdrap ,colocado entre las dos senori

tas de Touffedelys ,y más particularmente al lado de l a

hermana del A bate , estaba sentado con las piernas cruzadas y con una mano debaj o del muslo , como el granlord Clive

,presentando al fuego la planta del pie calzado

con polaina de cas imir negro . Era un hombre de medianaestatura

,pero vigoroso y fornido como lobo viej o y

pelo de l obo ten ía, á j uzgar por la bruaa erizada , cor ta

y leonada que sal ía de la peluca . La cara ,de facciones

acentuadas,presentaba un perfi l enérgico . Representaba

á las mil maravillas el tipo sin mezcla de esos antiguos

EL CABEC ILLA DESTUCH ES. 20 5

hidalguchos imposibles de domesticar ni descortezar , yque , á no ser por la Revolución , que hizo rodar esa razade granito del uno al otro confín de Europa sin lograrpulimentarla

,habrían permanecido en los barrancos de

su provincia,y jamás les hubiera cruzado por las mien

tes el pensamiento de ir una vez S iqu1era á Versalles .

Cazador como todos los hidalgos rurales,cazador furi

bundo,cualquiera que fuese el pelaj e ó la pluma del ani

mal , fué menester aquel fin del mundo llamado la Revolución para arrancar á Hylas de Fierdrap de sus bosquesy pantanos . Noble ante todo

,desde que se inició el levan

tamiento,ofreció al ejército de Condé un voluntario que

,

durante treinta leguas de camino,sab ía llevar gallarda

mente al hombro una escopeta de dos tiros,y que con

las balas de sus dos cañones,así hubiese roto el pico á

una chocha,como tumbado un jabalí hiri éndole entre

los oj os . Cuando fué l icenciado el ej ér cit o de Condé elbarón de Fierdrap marchó á Inglaterra ,

al país de losexcéntricos

,y allí fué donde contraj o aquellas '

manerasde ser

,por las cuales pasaba como un ente original a los

ojos de los que lo habían conocido en su j uventud pareciéndose d todo el mundo .

El hecho es que,como el gato del viej o M íser1as

,ya

no se parecía á nadie . Habiendo perdido toda ó casi todasu fortuna patrimonial , vivía como podía de algunos restos y con la pensión mezquina que otorgó la Restauración á los pobres caballeros de San Luis que hab ían seguido heroicamente al extranj ero á la Casa de B orbón yparticipado de su triste suerte . En esa vida de privaciones sufrió menos que otros muchos . Sus necesidades noeran numerosas . Tenía una salud de hierro

, á que el

ejercicio y el aire l ibre parecían haber dado una indestructible solidez . Habitaba una casita

,en las afueras de

206 LA ESPANA MODERNA .

la vecina villa de Saint- Sauveur - le -Vicomte,sin más ser

vidumbre que una viej a , que ib a algunas veces á barrerel cuarto

,no se puede añadir que á » hacerle la cama »

,

porque no la tenía,sino que se acostaba en una hamaca

traída de Inglaterra . Sobrio como un anacoreta y casiic tiófago ,

se alimentaba de su pesca,habiéndose hecho

á la postre un pescador tan infatigable como indomablecazador había sido en la primera mitad de su vida . Conocíanlo todos los r íos del país , é incesantemente recorríasus orillas en diez leguas á la redonda .

A quella noche , como casi todas , cuando se encontraba en Valognes , iba á pasar la velada á casa de las señoritas de Touffedelys . Llevaba su caja de té y su tetera ,y allí hacía el té en presencia de aquellas pobres muj eresprimitivas

,á quienes la emigración no había dado gus

tos tan asombrosos como » la afición á esas hoj itas arrolladas puestas en agua caliente » .

El A bate , que acaba de sobrevenir como un acontecimiento

,y cuyas palabras espiaban las damas , palabras

asaz calmosas en salir de sus labios , como si hubiesenquerido exasperar la curiosidad excitada —el A bate erael único que se atrevía á tocar al brevaje herético del

barón de Fiedrap . También é l hab ía estado en Inglaterra ,según advirtió Úrsula de Touffedelys. Para esas criaturas sedentarias metidas en su rincón , para esas inválidas del destino

,aquello hubiese sido como ir á la M eca ,

si ellas hubieran oído hablar alguna vez de la M eca—“

IO

cual era más que dudoso —El A bate , por lo demás , notenía para nadie la originalidad caricaturesca del bar ónde Fierdrap .

El amigo y compañero de em igración del barón deFierdrap y á quien éste miraba entonces como M orellet

hub iese mirado á Vol taire , si se hubiesen encontrado

208 LA ESPANA MODERNA .

como el pecando j ovial . ¿Se creerá ? Nuestro A bate asociaba al gracej o más peregrino maneras cas i majestuosas . Era la nota queadmiraba y atraía siempre porquela alegr ía

, que posee gracia , rara vez posee la dignidad ,y hasta parece excluirla .

Víctima de la Revolución , no menos que su amigo deFierdrap víctima de una tesis griega que hab ía sostenido en la Sorbona mej or que otro amigo suyo , M . d

'

H er

mopolis ,el cual se acordó de la derr ota cuando fué mi

nistro (porque ,para odios , los de clérigo á clérigo )

víctima,en fin ,

de la agudeza de su ingenio,demasiado

animado y demasiado delicioso para ser sacerdotal,el

abate de Percy vió nublarse su estrella en la carreraeclesiástica

,como en todo , y á p esar del crédito de su

primo , el duque de Northumberland , que representabaá Inglaterra en la consagración del rey CarlosX ,

no pudoconseguir para su vej ez otra cosa que una canonj ía desegundo grado en Saint -Denis , con dispensa de residiren el cabildo . A ! bajar la pendiente de la vida sonrióle

el recuerdo de l a ti erra natal , realzada por el encanto delos días desvanecidos ; y el hombre que había frecuentado las más al tas sociedades de Francia y de Inglaterra

,y se hab ía medido en los torneos del ingenio con los

más grandes y brillantes espíritus lanzados á esas lidesen Europa desde hacía cuarenta años , tornóse á vivir enmedio de las almas sencillas del Cotentin , encerrado eutre las cuatro paredes de una casita adornada con gusto

,

que él llamaba su ermita . No salía de ell a sino para ir ápasar una semana á casa de cualquiera de los señores del os alrededores .

Era gran aficionado á la mesa ; pero sunacimiento,

sus maneras y su talento pasmoso excluían toda idea deparasitismo en el modesto viandante , á quien se encon

EL CAB EC ILLA DESTUCH ES. 209

traba,como al barón de Fierdrap no a orillas de todos

los ríos,pero si en todos los caminos , yendo de peregri

nación á las cocinas de los castil los más renombradospor su hospitalidad y su buena mesa .

Tales comidas,de que siempre hab ía sido adorador ,

acentuaron el tinte de cangr ej o cocido de su cara ,y jus

tificaba lo que él dec ía de ese brillante color roj o ,encen

dido por el Porto de l a emigración y el B orgoña de lapatria recuperada a Probablemente es la única púrpuraque tendré que llevar en mi vidaLa frente

,la nariz

,las mej illas , l a barba , todo tenía

ese magnífico tinte cardenal , sin más contraste ,en aque

lla cara modelada á puñetazos,pero de asombrosa ex

presión , que el azul de los ojos , azul fantástico , aljofa

rado , acerado ,centelleante un azul que no se había

visto brillar nunca baj o humanas cejas , y en que ,sin

verlo,sólo un pintor de genio hubiese creído .

Los oj os del abate de Percy no eran oj os eran dosagujerillos redondos s in cej as ni párpados y las pupilas

,

de aquel azul que her ía y desazonaba ,en fuerza de lo

vivo,eran tan desproporcionadamente grandes , que no se

veía girar su círculo dentro de la córnea ; l o único queacusaba su movimiento era la perpetua y rápida rotación de la luz . Sobre las facetas de zafiro de aquellos oj osde l ince . … A quella noche parecían relumbrar más aún

que habitualmente , mirando á las cabezas curiosas , quelos espiaban ,

enl oquecidas por l a afectación de su s il encio . En vez de responder a las preguntas ansiosas de lasseñoritas de Touffedelys el glotón se relamía , según costumbre , los labiazos pulposos , como á la husma de sabores perdidos . A cababa de comer fuera de su casa

,é iba

puesto de etiqueta con la solemnidad de todas las noches .

Llevaba frac negro y corbata blanca , sin alzacúello ,ni

14

2 10 LA ESPANA MODERNA .

manteo , ni solideo . Los largos cabellos,finos y blancos

como el plumón del cisne , retorcidos y ahuecados con .

una coqueter ía que r ecordaba la de Talleyrand ,—de

Talleyrand , á quien aborrecía , entre paréntesis , más quepor todas sus otras apostasias , por haber firmado laConstitución civil del clero

,— esos cabellos empolvados

y algodonosos caíanle copiosamente sobre el cuello negro :

del frac , y teñían con sus polvos perfumados la anchacinta morada bordada de blanco con que llevaba pendiente al cuello la cruz esmaltada de canónigo real . Plantado en su sitio luciendo medias de seda en las piernasbastante bien torneadas , aunque de galbos diferentes , áuna de las cuales llamaba A polo , y á la otra H ércules,fiel á l a mitología , que había sidouno de los cultos de sujuventud , sorbía l entamente su toma de rapé .

—Pero veamos,A bate , ¿ te has propuesto que se con

denen estas damas ? ( le dij o e l B arón ,esperándose una

broma . ) ¿A cabarás de decir qué aparecido es ese quehas visto al pasar hace poco por la plaza ?

Ríete todo lo que quieras , Fierdrap ( contestó elabate imper turbable ) pero el caso es serio . El aparecidoque he visto era de carne y como tú y como yo ,y tanto más espantoso cuanto más real . … Era . … ¡el cabecilla

ELEN A Y PA R IS

¡El cabecil la D estuches —exclamaron las dos senoritas d e Touffedelys con una entonación tan acorde , quese hubiera dicho que no tenían más que una sola voz .

—¡El cabecilla D estuches ! ( exclamó á su vez el señor

2 12 LA ESPANA MODERNA .

su amigo) ; pero hasta tanto que él mismo te la cuente ,hazme el favor

,querido

,de oir la mía .

Las señoritas de Touffede lys hallábanse cada vezmássuspensas de los labios del A bate ,

y la de Percy habíadejado caer el bordado en las rodillas y seguía mirandoá su hermano con una atención concentrada .

—Hoy (dij o el A bate , siempre en pie ) he comido en

casa de nuestro antiguo amigo de Vaucelles , con Sortóvill e y el caballero del R im

,los cuales

,según su cos

tumbre de los viernes , se han engolfado en el whist después de la comida

,y hasta han querido que yo me que

dara,en parte por evitar á del R ifus la molestia de hacer

el muerto , que hace muy mal con sus continuas distracciones , y en parte por mí , á causa de la lluvia . Pero comoá mi bucarán le tiene el agua tan sin cuidado como alplumaj e de una cerceta

,ellos dij eron cuanto les vino en

gana , y yo me marché á pesar de la noche de perros quehacía . Pues bien : desde la calle de Poterie hasta la call eSique t no he encontrado alma viviente , como no sea alpeluquero Chélus ,

que iba borracho por variar , haciendoeses en medio del aguacero , y que me ha mascullado , depasada

,un » buenas noches » , con voz estropaj osa . Pero

al salir de la calle Siquet y volver la esquina de la plaza ,encogido debaj o del paraguas para evitar el viento , queme sacudía el agua en las narices , sent í de pronto queme agarraban del brazo con violencia (y puedo asegu

rarte , Fierdrap , que la mano que me asia era bastantepesada para ser inmaterial ), y á la luz de la linterna , porque

' casi todos los faroles de la plaza estaban apagados

,vi

, á dos pulgadas de mi cara , otra cara . … ¿ l ocreeréis ? ¡más fea que la mía ! , lo juro ; una cara consu

mida,barbuda

,blanqueada

, de oj os r elucientes y extraviados , que me gritó con voz amarga y ronca : Yo soy

EL CABEC ILLA DESTUCH ES. 2 13

el cabecilla D estuches . Verdad que son ing ra tas?

—¡Virgen de los Dolores ! ( exclamó palideciendo la

señorita Santa .) ¿Está V . bien seguro de que se hal laba

¡Tan seguro como de que V . está viva ! Pero mej ores que vean Vds . (dij o el A bate , sub iéndose la manga delfrac); todavía conservo en la muñeca la señal de esa manofrenética y abrasadora , que no me soltó sino después deestrujarme . ¡Si ¡Era nuestra B ella Elena

, Fierdrap ;

pero hasta qué extremo de demudado , viej o y demente !¡Era el cabecilla D estuches , como él decía ! ¡Lo he reconocido perfectamente al través de los j irones del tiempoy de la miseria ! Iba á hablarlo , á cuandoapagó de un soplo la l interna , á cuyo resplandor lo miraba

,oprimido por un doloroso asombro

,y desapareció

como desvaneciéndose en la lluvia , el viento y la obscuridad .

—¿Y preguntó pensat ivo M . de Fierdrap .

—¡Eso es todo ! (respondió el A bate , sentándose en el

s illón, que le tendía los brazos .)No he visto ni o ído nada

más , y he venido hasta aquí sobrecogido de una especiede horror por esa aparición tan extraña . No recuerdohaber experimentado nada semejante desde el día en queaposté en la Sorbona ir tranquilamente á la media nocheá clavar un clavo en la tumba de uno de nuestros compañeros , enterrado la víspera ; y cuando al levantarmede esa tumba , donde me había arrodil lado para clavarmej or , sentí que me cogían de l a sotana . …

Jesús —prorrumpieron las dos Touffedelys con vozy emoción gemelas como siempre .

—¡Eras tú que la habías clavado ! (dijo el barón de

Fierdrap .) ¡Conozco la historia ! Si el aparecido de est anoche !

es como el otro . …

2 14 LA ESPANA MODERNA .

—Fierdrap ahora la broma es ya pesada —respondióe l majestuoso canónigo con un tono que hacía imposibletoda broma .

A h ! Quiere decir que , si lo tomas de esa manera ,me pondré serio

,con cara de ¡y vinagre de

rramado por ti ! Pero vengamos á cuentas ; razonemos ,y tratemos de ver claro , á pesar de la oscuridad en quet e dejó aquel soplo … . ¿Por qué hab ía de estar D estuches

en Valognes esta noche con esa apariencia m iserable? .

—Debe estar loco … . (dij o fr íamente el abate de Percy ,

expresando alto su pensamiento,como si se hallase solo).

La verdad es que me ha hecho el efecto de un insensatoescapado de una casa de orates . … ¡Estaba horrible !—Tal manera tienen ellos de recompensar los servi

cios (dij o gravemente é l barón de Fierdrap), que no seríaextraño que se volviesen locos sus servidores .

—¡Sí ! (asintió el A bate ,

siguiendo el pensamiento desu amigo .) Están entre nosotros , y los queremos bastante para poder quej arnos . ¡Se parecen á los Estuardos,y acabarán como ellos ! Tienen la misma ligereza de sentimientos y la misma ingrati tud . Cuando el infeliz queacabo de ver me habló de ing ratas , no tenía necesidadde nombrarlos . YO acababa de verlo á él

,y lo comprendía .

A quí hubo un momento de silencio . Las señoritas deTouffedelys no abrían la boca ,

dominadas por la emocióny la estupefacción

,O quizá exhaustas de pensamiento .

Pero el realismo de la señorita de Percy ,l a cual profe

saba , s egún su dicho ,el culto d e la maj estad real , lanzó

un grito , que fué como una protesta contra las duras palabras del A bate :

A h , hermano —exclamó con acento de reconven

—¡Realista por cima de todo

,heroína por cima de

2 16 LA ESPANA MODERNA .

ciencias de su alma desde que no clavaba ya las garzasy los buitr es que mataba en sus cacerías en el portalónde las casas solariegas , y ,

levantándose con estrépi to desu poltrona

, se puso á andar por la sala , á despecho dela gota

,con los oj os inflamados y con las manos detrás

de la espalda,como un hombre .

—¡El cabecilla D estuches en Valognes ! ( dij o como

hablándose a s í misma , más bien que á los presentes .)¡Y¿ por qué no ? , ira del cielo !Es de advertir que de las antiguas guerras había

traído el resabio de juramentos y palabrotas que no pronunciaba habitualmente , pero que volvían á sus labiosen cuanto se apasionaba ,

como vuelven ciertos avechuchos salvajes y descarados á un sitio abandonado de larga fecha

,donde solían posarse en otrotiempo .

—Después de todo ( añadió ), no es un imposible . Un

hombre que ha hecho la guerra de los chuanes,y no se

ha quedado por allá,tiene duro el pellej o . En vez de des

embarcar en Granville,habrá tomado tierra en Portbai l

ó en el puerto de Carteret,y habrá pasado por Valo

gnes para volver á su país , porque creo que es de la parte de A vranches . Pero

,hermano ( continuó ,

parándosedelante de él

,como si hubiese tenido aún puestas las bo

tazas de que el A bate acababa de hablar , y como si llevase en la cabeza ,

en vez de aquel barril de seda anaranjado y morado , el tricornio que se encasquetaba

,

cuando j oven , sobre el pelo recogido ); pero , hermano ;si estabas seguro de que era él , el cabecilla D estuches,¿ por c81é dejar que se fuese tan deprisa ,

y no obligarlo áque hablase siquiera ?

Seguirlo ¡hablarlo ! ( respondió el A bate remedando el tono grave y vehemente de la señorita de Percy . )

Pero ¿ es que se sigue á un torbellino cuando pasa ? ¿ es

EL CABECI LLA DESTUCH ES. 2 17

que se habla á un h ombre que se escabulle como unduende

,poni endo tierra por delante no bien empezáis á

reconoc erlo,y todo esto con la noche que hace , señora

hermana ?Oh

,V . ha sido siempre un poco señori to , señor

A bate ! ( replicó aquel sargentón con faldas , que , por suparte

,j amás fué una señorita .) ¡Si hubiese sido yo , ha

bria seguido al cabecil la ! ¡Pobre cabecilla ! (prosiguiósin dejar de andar . ) ¡Quién le ha de decir a él que Vds.

,

l as Touffedelys ,no - poseen ya su castil l o de Touffedelys,

nuestro antiguo cuart el general , y que ahora no sonVds . más que unas señoras de Valognes , á cuya casa seve reducido á venir á bordar todas las noches uno de

sus salvadores !—Pero ¿ qué está V . diciendo

,señorita de

—dij o el barón de Fierdrap ,sacando las narices , que te

nía sepultadas l iteralmente en el fondo de la caja de hojalata donde guardaba su Tea—Poclzet , como él dec ía , yvolviendo aquellas narices palpi tantes y curiosas haciala señorita de Percy , que seguía recorriendo la sala deextremo á extremo con el movimiento de vaivén de unapéndola form idable .

—¡A h ,

sí Es que tú no sabes eso , Fierdrap ( respondió el A bate ) pero ,

ahí donde la ves,con todos sus pe

rifollos , mi hermana es uno de los salvadores de Destuches si

, hij o , ni más , ni menos . M i entras nosotrosandábamos á caza del zorro en Inglaterra , ella tomabapar te en la famosa expedición de los D oce , que nos páreció tan increiblemente lieroica ,

cuando nos la contóuna noche Sainte—Suzanne en casa de mi primo el duquede Northumberland . ¿Te Sainte—Suzanneno nos dij o que mi hermana fuese uno de aquellos bravos . No lo sabía , ni yo tampoco lo he sabido hasta des

2 18 LA ESPANA MODERNA .

pués de m i regreso de laemigración . Tan bien disimulóella su sexo , ó tan discretos fueron aquellos señores , quepasó por uno de tantos verdad es que no todos los susodichos se conocían unos á otros

,dándose entre sí la de

nominación común de » Escarapela blanca ». ¿Hubieras

tú creído nunca ”que uno de los Paris de nuestra B ellaElena fuese . … mi hermana ?—¿D e veras ? (dij o el barón de Fierdrap ,

sin haceraprecio del ademán teatral y cómico con que pronuncióel abate de Percy las últimas palabras . Los oj os entrepardos y roj izos del B arón despedían chispas como el pédernal cuyo matiz imitaban

,al caer en la cazoleta de la

escopeta .) ¿De veras formaba V . parte,señorita

,de la

famosa expedición de los D oce ? ( repitió )Entonces permítame besar esa valerosa mano

,porque juro que lo

ignoraba , á fuer de caballero .

Y,levantándose

,se fué al encuentro de la señorita de

Percy al centro de la sala le tomó la mano ,—mano un

poco recia y tan virginal, que no la había blanqueado la

vej ez —y la besó con un sentimiento tan caballeresco ,que

, á los oj os de un poeta ,habría idealizado á aquel

estantigua ,pescador de caña , con su vestimenta heteró

clit a y su j aspeada nariz .

La señorita le dió la mano como una reina,y luego

que resonó el homenaj e del B arón ,—nu homenaj e mili tar ,porque el beso del viej o entusias ta hizo casi el ruido deun pistole tazo,—ambos se hicieron una de aquellas so

lemnes reverencias , que ,s egún cuenta la fama , estaban

en uso antes de empezar á bailar e l minué—Hermana ( dij o el A bate ), puesto que la aparición

de D estuches,de quien segurament e tendremos noticias

mañana , nos trae á vueltas con su historia esta noche alamor de la lumbre

, ¿por qué no habías de contársela á

220 LA ESPANA MODERNA .

nel , cuyo fondo era la esfera donde se veían las horas,

mientras que la péndola figuraba un racimo de uvaspicado de abejas . Sobre el pedestal , guarnecido de pámpanos y de hiedra

,y á tres pasos del dios de corta y ri

zada cabell era,hab ía un tirso caído

,un ánfora y una

copa … . ¡Reloj original para unas viej as que apenas bebían más que leche y agua ,

y no se preocupaban de lamitología tanto como el A bate !Sucedió

,pues

, que casi á un ti empo mismo la campanilla de la puerta respondió al tac del reloj

,repicando

con su timbre agrio en e l fondo del pasillo que conducíaá la calle .

¡A hí está ! No hemos tenido que esperarla mucho ,añadió elBarón .

Y la Señorita A mada , que iba a decidir de la veladade aquella noche , abrió la puerta s in que l a anunciasen ,y entró .

UN A JOVEN EN VEJECID A EN TRE VERDA D ERO S VIEJO S .

Es V ., A mada ! ( chillaron agudamente las . dos

Touffedelys , que ,hundidas en sus mullidas poltronas ,

parecían dos reloj es acordes de r epetic ión , de los quese ponían antiguamente sobre almohadillas de seda acolchada á los dos lados del espej o de la chimenea . ) ¡Diosmío ! ¿ no está V . calada

,querida ?—añadieron de un solo

al iento,confundiendo siempre sus timbres

,y girando al

rededor de A mada , sin desprenderse de sus abanicos dechimenea

,con su esp íritu solicito de amas de casa, que ,

a j uzgar por sus agitaciones ,parecía soplar sobre ellas

como un A quilón.

EL CABEC ILLA DESTUCH ES. 22 1

Todo aquel reducido círculo, a imi tación suya se le

vantó con movimiento unánime , como si hubiese cedidoá l a presión del mismo resorte . Era el enérgico y dulceresor te de la simpat ía un acero finísimo no enmohecidoen aquellos viej os corazones .

—¡Pero no se molesten Vds . ! ( dij o una voz fresca

que salía de las profundidades de la capucha de una manteleta , porque la recién llegada pasó al salón tal y comoentraba de fuera , s in dej ar en el pasillo más que l os chanclos . Respondía á los movimientos más bien que á laspalabras de sus amigas . )No estoy mojada ( añadi ó ) ¡hevenido tan deprisa

,y el convento está tan cerca !

Y para probar lo que decía , inclinó hacia la luz ambarina del quinqué uno de los hombros , donde brillab an algunas gotas de agua sobre la seda de la mantele ta . Lamantele ta era de color morado oscuro ,

e l hombro redondeado ,

y las gotas de agua temblaban al resplandor de laluz en aquel la sedosa redondez , bien as í como gotas derocío en una tupida masa de escabios as .

—No son más que las gotas escurridas de los aleros ,añrmó sentenciosamente la gran observadora

,señorita

Santa .

—¡A mada querida D elicada y R ubia , es V . una im

prudente ! ( rugi ó l a señori ta de Percy , gri tándole con suvoz de baj o al oído . Era un ensayo ¿ la oiría ? La hermana del A bate no pod ía prescindir de contar la historiaal barón de Fierdrap y la creía comprometida .) Se haexpuesto V . á enfermar ( continuó ), porque , si no ha cogi do agua al venir , ha cogido aire ,

cariño mío .

M as , por toda respuesta á esa abservación atronador a , maquiavélicamente benévola , l a D elicada y R ubia

se limitó a desprender la amatist a con que suj etaba alcuello la manteleta , y de los pliegues de ese abrigo sur

222 LA ESPANA MODERNA .

gió realmente una rubia alta ,pero más robusta que deli

cada . A ! volverse , después de soltar lánguidamente l amantele ta sobre el respaldo de l a silla , viendo á la senorita de Percy más colorada que un cangrej o , y con lamano dispuesta á guisa de bocina—Perdón (dij o ); creo que me hablaba V . ,

pero estanoche estoy .

Su pudor conmovedor de paciente no le permitió decir la palabra que expresaba su achaque pero

,seña

lando con triste ademán el oído y la frente,añadió son

riendo—¡L a señora está en la torre , en lo más alto de la

torre , y mucho me temo que esta noche no pueda baj ar !Frase poética é infantil que hab ía ideado y que repe

t ía siempre que era completa su sordera . Tenía tal manera de pronunciar esas palabras

,la señora está en la

torre , que eran todo un poema de melancolía .

Lo cual quiere decir que está sorda como una tapia( aventuró el A bate , con tono sarcástico y cínico ). ¡Tendras his toria , Fierdrap , y mi hermana no se verá en elcaso de tragarse la lengua ,

como los cosaque debe ser un terribl e suplicio aun para heroínas de tufuste ,

señorita de Percy !A l tiempo que él hablaba , l a menor de l as Touffede

lys cogió á l a señorita A mada de los codos , descubiertosá partir del extremo de los largos mitones , y la empuj ósuavemente hacia su poltrona

, en tanto que Úrsula , acercando un almohadón

,puso encima solícitamente los p ies

de aquella amiga,á quien tan bien parec ía convenir el

nombre de A mada que le daban todos .

—Pero , ¿ es que Vds . quieren que me vuelva , amabilísimas amigas ? ¡Todos levantados ! ¡Todos en vilo porque entro yo ! ¿Es eso tratarme como vecina y como ami

IND ICE

SECC IÓN ESPANOLA .

Páginas.

La antigua civilización de las islasFilipinas, porF. R . MartínezVigil.Poetas colombianos , po r A R ubió y Lluch .

A Lamartine en su centenario , poesia por R afael M . MerchánLa España contemporánea según un reciente libro ruso , por Ernesto

Un alquimista del siglo XIX , por Eugenio SellésEn el arroyo , poema , por Emilio FerrariEl hbro de la duquesa de A lba , po rTodtreiser

Lo que hacen pensar las cunas , do lo re por Camp ºamorCrónica internacional , por Emilio CastelarRevista económica , por Un exMinistro

SECC IÓN ExTR A N j ER A .

R eliquiasm'

vas , cuento ruso , po r Turguenef

El teatro de Ibsen , po r A . VChateaubriand , porEm ilio ZolaEl cabecida Destucbee , novela por Barbey D '

A urevilly