Post on 07-Mar-2023
Hipertensión arterial
La presión arterial es una medición de la fuerza ejercida
contra las paredes de las arterias, a medida que el corazón
bombea sangre a través del cuerpo. Hipertensión es otro
término empleado para describir la presión arterial alta. Es
también una enfermedad crónica caracterizada por un
incremento continuo de las cifras de la presión sanguínea en
las arterias.
Las lecturas de la presión arterial generalmente se dan como
dos números. El número superior se denomina presión arterial
sistólica y el número inferior, presión arterial
diastólica. Por ejemplo, 120 sobre 80 (escrito como 120/80
mmHg).
Uno de estos números o ambos pueden estar demasiado altos.
Una presión arterial normal es cuando la presión
arterial es menor a 120/80 mmHg la mayoría de las veces.
Una presión arterial alta (hipertensión) es cuando la
presión arterial es de 140/90 mmHg o mayor la mayoría de
las veces.
Si los valores de su presión arterial son de 120/80 o
más, pero por debajo de 140/90, esto se denomina
prehipertensión.
Si tiene problemas cardíacos o renales, o si tuvo un
accidente cerebrovascular, es posible que el médico le
recomiende que su presión arterial esté incluso más baja que
la de las personas que no padecen estas afecciones.
La hipertensión arterial se asocia a tasas de morbilidad y
mortalidad considerablemente elevadas, por lo que se
considera uno de los problemas más importantes de salud
pública, especialmente en los países desarrollados, afectando
a cerca de mil millones de personas a nivel mundial. La
hipertensión es una enfermedad asintomática y fácil de
detectar; sin embargo, cursa con complicaciones graves y
letales si no se trata a tiempo. La hipertensión crónica es
el factor de riesgo modificable más importante para
desarrollar enfermedades cardiovasculares, así como para la
enfermedad cerebrovascular y renal. Se sabe también que los
hombres tienen más predisposición a desarrollar hipertensión
arterial que las mujeres, situación que se modifica cuando la
mujer llega a la menopausia, ya que antes de esta posee
hormonas protectoras que desaparecen en este periodo, a
partir de ese momento la frecuencia se iguala, por lo tanto
la mujer debe ser más vigilada para esta enfermedad en los
años posteriores de la menopausia.
La hipertensión arterial, de manera silente, produce cambios
en el flujo sanguíneo, a nivel macro y microvascular,
causados a su vez por disfunción de la capa interna de los
vasos sanguíneos y el remodelado de la pared de las
arteriolas de resistencia, que son las responsables de
mantener el tono vascular periférico. Muchos de estos cambios
anteceden en el tiempo a la elevación de la presión arterial
y producen lesiones orgánicas específicas.
En el 90 % de los casos la causa de la HTA es desconocida,
por lo cual se denomina «hipertensión arterial esencial», con
una fuerte influencia hereditaria. Entre el 5 y 10% de los
casos existe una causa directamente responsable de la
elevación de las cifras tensionales. A esta forma de
hipertensión se la denomina «hipertensión arterial
secundaria» que no sólo puede en ocasiones ser tratada y
desaparecer para siempre sin requerir tratamiento a largo
plazo, sino que además, puede ser la alerta para localizar
enfermedades aún más graves, de las que la HTA es únicamente
una manifestación clínica.
Causas
Muchos factores pueden afectar la presión arterial, entre
ellos:
La cantidad de agua y de sal que usted tiene en el
cuerpo.
El estado de los riñones, el sistema nervioso o los
vasos sanguíneos.
Sus niveles hormonales.
A usted muy probablemente le digan que su presión arterial
está demasiado alta a medida que vaya envejeciendo. Esto se
debe a que los vasos sanguíneos se vuelven más rígidos con la
edad. Cuando esto sucede, la presión arterial se eleva. La
hipertensión arterial aumenta la probabilidad de sufrir un
accidente cerebrovascular, un ataque cardíaco, insuficiencia
cardíaca, enfermedad renal o muerte prematura.
Usted tiene un riesgo más alto de sufrir hipertensión
arterial si:
Es obeso.
Con frecuencia está estresado o ansioso.
Toma demasiado alcohol (más de un trago al día para las
mujeres y más de dos para los hombres).
Consume demasiada sal.
Tiene un antecedente familiar de hipertensión arterial.
Tiene diabetes. Fuma.
La mayoría de las veces no se identifica ninguna causa de
presión arterial alta, lo cual se denomina hipertensión
esencial.
La hipertensión causada por otra afección o por un
medicamento que esté tomando se denomina hipertensión
secundaria y puede deberse a:
Enfermedad renal crónica.
Trastornos de las glándulas suprarrenales (como
feocromocitoma o síndrome de Cushing).
Hiperparatiroidismo.
Embarazo o preeclampsia.
Medicamentos como las píldoras anticonceptivas,
pastillas para adelgazar y algunos medicamentos para el
resfriado y para la migraña.
Estrechamiento de la arteria que irriga sangre al riñón
(estenosis de la arteria renal).
Algunos de los factores ambientales que contribuyen al
desarrollo de la hipertensión arterial incluyen la obesidad,
el consumo de alcohol, el tamaño de la familia,
circunstancias de nacimiento y las profesiones estresantes.
Se ha notado que en sociedades económicamente prósperas,
estos factores aumentan la incidencia de hipertensión con la
edad.
Sodio
El consumo de sal induce y mantiene la hipertensión arterial.
La hipertensión sensible a la sal es el tipo más frecuente de
hipertensión primaria. La hipertensión sensible a la sal
consiste en un incremento exagerado en la presión inducido
por el consumo de sal.
Aproximadamente un tercio de la población normotensa y dos
tercios de la hipertensa son sensibles a la sal. En esa parte
de la población, al aumentar la ingesta de sal se aumenta la
presión osmótica sanguínea al retenerse agua, aumentando la
presión sanguínea.
Renina
Se ha observado que la renina, secretada por el riñón y
asociada a la aldosterona, tiende a tener un rango de
actividades más amplio en los pacientes hipertensos. Sin
embargo, la hipertensión arterial asociada a un bajo nivel de
renina es frecuente en personas con ascendencia negra, lo
cual probablemente explique la razón por la que los
medicamentos que inhiben el sistema renina-angiotensina son
menos eficaces en ese grupo de población.
Resistencia a la insulina
En individuos normotensos, la insulina estimula la actividad
del sistema nervioso simpático sin elevar la presión
arterial. Sin embargo, en pacientes con condiciones
patológicas de base, como el síndrome metabólico, la
aumentada actividad simpática puede sobreponerse a los
efectos vasodilatadores de la insulina. Esta resistencia a la
insulina ha sido propuesta como uno de los causantes del
aumento en la presión arterial en ciertos pacientes con
enfermedades metabólicas.
Diabetes
Los pacientes diabéticos tienen, en promedio, una presión
arterial más elevada que el resto de la población.
Peso
Existe una fuerte correlación entre el índice de masa
corporal y la presión.
Apnea durante el sueño
La apnea del sueño es un trastorno común y una posible causa
de hipertensión arterial. El tratamiento de este trastorno
por medio de presión aérea positiva continua u otros manejos,
mejora la hipertensión esencial.
Genética
La hipertensión arterial es uno de los trastornos más
complejos con un componente genético asociado a la aparición
de la enfermedad. Se han estudiado a más de 50 genes que
podrían estar involucrados con la hipertensión.
Edad
Al transcurrir los años y según los aspectos de la
enfermedad, el número de fibras de colágeno en las paredes
arteriales aumenta, haciendo que los vasos sanguíneos se
vuelvan más rígidos. Al reducirse así la elasticidad, el área
seccional del vaso se reduce, creando resistencia al flujo
sanguíneo y como consecuencia compensadora, se aumenta la
presión arterial.
Síntomas
La mayor parte del tiempo, no hay síntomas. En la mayoría de
los pacientes, la hipertensión arterial se detecta cuando van
al médico o se la hacen medir en otra parte.
Debido a que no hay ningún síntoma,
las personas pueden sufrir cardiopatía
y problemas renales sin saber que
tienen hipertensión arterial.
La hipertensión maligna es una forma
peligrosa de presión arterial muy alta. Los síntomas abarcan:
Dolor de cabeza fuerte
Náuseas o vómitos
Confusión
Cambios en la visión
Sangrado nasal
Pruebas y exámenes
El médico medirá la presión arterial muchas veces antes de
diagnosticarle hipertensión arterial. Es normal que su
presión arterial sea distinta según la hora del día.
Todos los adultos deben hacerse revisar la presión
arterial cada 1 o 2 años si ésta fue menor de 120/80
mmHg en la lectura más reciente.
Si tiene presión arterial alta, diabetes, cardiopatía,
problemas renales o algunas otras afecciones, hágase
revisar la presión arterial con mayor frecuencia, por lo
menos una vez al año.
Las lecturas de la presión arterial que usted se toma en su
casa pueden ser una mejor medida de su presión arterial
habitual que las que se toman en el consultorio médico.
Cerciórese de conseguir un tensiómetro casero de buen
ajuste y de buena calidad. Debe tener el manguito del
tamaño apropiado y un lector digital.
Practique con el médico o con el personal de enfermería
para verificar que esté tomando su presión arterial
correctamente.
Lleve el tensiómetro casero a sus citas médicas para que
el médico pueda verificar si está funcionando
correctamente.
El médico llevará a cabo un examen
físico para buscar signos de
cardiopatía, daño en los ojos y otros
cambios en el cuerpo.
También se pueden hacer exámenes para
buscar:
Niveles altos de colesterol.
Cardiopatía, mediante exámenes como ecocardiografía o
electrocardiografía.
Nefropatía, mediante exámenes como pruebas metabólicas
básicas y análisis de orina o ecografía de los riñones.
Tratamiento
El objetivo del tratamiento es reducir la presión arterial,
de tal manera que tenga un menor riesgo de complicaciones.
Usted y su médico deben establecer una meta de presión
arterial.
Si usted tiene prehipertensión, el médico le recomendará
cambios en el estilo de vida para bajar la presión arterial a
un rango normal. Rara vez se utilizan medicamentos para la
prehipertensión.
Usted puede tomar muchas medidas para ayudar a controlar su
presión arterial en casa, como:
Consumir una alimentación cardiosaludable, que incluya
potasio y fibra.
Tomar mucha agua.
Hacer ejercicio con regularidad, al menos 30 minutos de
ejercicio aeróbico por día.
Si fuma, dejar de hacerlo.
Reducir la cantidad de alcohol que toma a 1 trago al día
para las mujeres y 2 para los hombres.
Reducir la cantidad de sodio (sal) que consume; procure
consumir menos de 1,500 mg por día.
Reducir el estrés. Trate de evitar factores que le
causen estrés y pruebe con meditación o yoga para
desestresarse.
Mantener un peso corporal saludable.
Su médico puede ayudarle a encontrar programas para bajar de
peso, dejar de fumar y hacer ejercicio.
Usted también puede pedirle al médico que lo remita a un
nutricionista que pueda ayudarle a planear una dieta
saludable para su caso.
Cuán baja debe estar su presión arterial y a qué nivel
necesita comenzar el tratamiento es algo individual, con base
en la edad y cualquier problema médico que tenga.
Hay muchos diferentes medicamentos para tratar la
hipertensión arterial.
A menudo un solo fármaco para la presión arterial no es
suficiente para controlarla, y es posible que usted
necesite tomar dos o más.
Es muy importante que usted tome los medicamentos que le
recetaron.
Si presenta efectos secundarios, el médico puede
sustituirlos por un medicamento diferente.
Expectativas o posibles complicaciones.
La mayoría de las veces, la presión arterial alta se puede
controlar con medicamentos y cambios en el estilo de vida.
Cuando la presión arterial no está bien controlada, usted
está en riesgo de:
Sangrado de la aorta, el vaso sanguíneo grande que
irriga el abdomen, la pelvis y las piernas
Enfermedad renal crónica
Ataque al corazón e insuficiencia cardíaca
Riego sanguíneo deficiente a las piernas
Problemas con la visión
Accidente cerebrovascular
Prevención
La mayoría de las personas puede evitar que se desarrolle
presión arterial alta, haciendo cambios en el estilo de vida
diseñados para bajarla.
Si bien no es posible eliminar por completo la hipertensión,
varias acciones son muy útiles y necesarias para prevenir su
aparición y para evitar el empeoramiento de los síntomas:
Incrementar la actividad física aeróbica;
Mantener un peso corporal dentro de los estándares
correspondientes a la edad y la estatura, según el sexo,
lo que debe estar acorde con el IMC correspondiente;
Reducir al mínimo el consumo de alcohol: al día no deben
consumirse más de 30 ml de etanol, que equivale a 720 ml
(2 latas) de cerveza; 300 ml de vino (dos copas; un vaso
lleno contiene 250 ml); 60 ml de whisky (un quinto de
vaso), en los varones; en las mujeres, la mitad;
Reducir el consumo de sodio.
Consumir una dieta rica en frutas y vegetales; lácteos
bajos en grasa con reducido contenido de grasa saturada
y total;
Privarse de todo tipo de tabaco (cigarro, pipa, habano,
etc.).
Controlar la glucemia (sobre todo si la persona padece
diabetes).