U1 PRINCIPIOS

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INSTITUTO TECNOLOGICO DE CD. GUZMAN. ING. INDUSTRIAL JOSE CARLOS VALDOVINOS ROMERO

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INSTITUTO TECNOLOGICO DE CD. GUZMAN. ING. INDUSTRIAL

JOSE CARLOS VALDOVINOS ROMERO

OBJETIVO GENERAL DEL CURSO

Fomentar con una visión de futuro, el manejo adecuado y la conservación de los recursos naturales y transformados; participar en acciones para valorar y disminuir el impacto de la sociedad sobre el entorno; y ejercer profesionalmente la justicia social y económica, la democracia y la paz.

1.1 Concepto de sustentabilidad

1.2 Principios de la sustentabilidad

1.3 Dimensiones de la sustentabilidad

1.4 Visión sistémica de la sustentabilidad

CONTENIDO U1

Actividades de Aprendizaje

1.1 Buscar información sobre la historia y evolución del concepto de desarrollo sustentable.

Identifica las diferencias entre sustentable y sostenible mediante el análisis de los

conceptos investigados anteriormente.

1.2 Entiende el concepto de desarrollo a través del análisis de conceptos, utilizando técnicas escritas como el ensayo.

Integra los conceptos de desarrollo y sustentabilidad

mediante la realización de un mapa conceptual.

Actividades de Aprendizaje 1.3 Discutir los conceptos de economía, sociedad y naturaleza mediante análisis grupales y presentar los resultados en afiches, u otro medio de información.

Integración de los conceptos de las tres dimensiones en una definición de sustentabilidad mediante el análisis del documento: “Informe Brundtland”.

1.4 Identificar en su comunidad los escenarios de la sustentabilidad, mediante un estudio de campo. Analiza sí estos escenarios están presentes de manera Sistémica.

El Desarrollo Sustentable es un concepto que comenzó a configurarse a fines de la década de 1960 cuando el Club de Roma convocó, en 1968, a diferentes personalidades entre científicos, académicos, sociólogos y políticos para que analizaran las grandes modificaciones que estaba sufriendo el Medio Ambiente. Transformaciones que, a su vez, repercutían de manera significativa en la sociedad mundial. El objetivo de aquella convocatoria consistió no solo en descubrir métodos para estudiar las distintas expresiones de los cambios ambientales, sino también sensibilizar a los políticos de los países predominantes de aquella época de la magnitud de la crisis ambiental global.

Tres años después, en 1971, un grupo de expertos en desarrollo y medio ambiente se reunió en Founex, Suiza, para redactar un documento marco que serviría de base para la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano que se llevó a cabo en Estocolmo en junio de 1972. El tema especial fue la pobreza y alrededor de éste se discutieron seis ejes muy sensibles: vivienda, agua, salud, higiene, nutrición y catástrofes naturales. Ese año se publicó Los Límites del Crecimiento, informe del Club de Roma en el que se explicaban cinco grandes tendencias: la industrialización acelerada, el rápido crecimiento de la población, el agotamiento de los recursos naturales, la expansió de la desnutrición y el deterioro del medio ambiente.

Las dos obras fueron el sustento de la Declaración de Estocolmo, la cual tiene siete programas y 24 principios. El principio número 1 expresa la convicción de que el “hombre tiene el derecho fundamental a la libertad, la igualdad y el disfrute de condiciones de vida adecuadas en un medio de calidad tal que le permita llevar una vida digna y gozar de bienestar, y tiene la solemne obligación de proteger y mejorar el medio para las generaciones presentes y futuras”. Sin la menor duda, tales fundamentos fueron incuestionables y definitivos.

En 1983, la ONU estableció la Comisión Mundial

sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, la cual quedó

a cargo de la señora Gro Harlem Brundtland, quien

para ese momento fungía como primera ministra

ambiental de Suecia. El grupo de trabajo, conocido

como Comisión Brundtland, inició diversos estudios,

debates y audiencias públicas en los cinco continentes

durante casi tres años. Las tareas culminaron en abril

de 1987 con la publicación del documento llamado

Nuestro Futuro Común o Reporte Brundtland.

1.1 Concepto de Sustentabilidad

Tres categorías

generales

constituyen los

principales núcleos

de la definición:

Declaración del Manifiesto por la Vida 4. El concepto de sustentabilidad se funda en el reconocimiento de los límites y potenciales de la Naturaleza, así como la complejidad ambiental, inspirando una nueva comprensión del mundo para enfrentar los desafíos de la humanidad en el tercer milenio. El concepto de sustentabilidad promueve una nueva alianza naturaleza - cultura, fundando una nueva economía, reorientando los potenciales de la ciencia y la tecnología, y construyendo una nueva cultura política fundada en una ética de la sustentabilidad –en valores, creencias, sentimientos y saberes– que renuevan los sentidos existenciales, los mundos de vida y las formas de habitar el planeta Tierra.Sombra suave

“la reserva de recursos que le permita a las futuras generaciones tener una calidad de vida (al menos) similar a la actual generación”

(WCED, 1987)

Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo

“ES LA CONDICIÓN O ESTADO QUE PERMITIRÍA LA CONTINUACIÓN INDEFINIDA DE LA EXISTENCIA DE LA ESPECIE HUMANA EN LA TIERRA, A TRAVÉS DE UNA VIDA SANA, SEGURA, PRODUCTIVA Y EN ARMONÍA CON LA NATURALEZA Y CON LOS VALORES ESPIRITUALES” (Du Plessis, 2002)

Los principios de la sustentabilidad están inspirados en una diversidad de propuestas y declaratorias que datan desde la Primavera Silenciosa (1962) de Rachel Carson, The Population Bomb (1968) de Paul Ehrlich, Resource and Man (1969) de la Academia de Ciencias de Estados Unidos, The Closing Circle (1971) de Barry Commoner, Only One Earth (1972 ) de Donella H. Meadows, Dennis L. Meadow, Jorgen Randers, y William W. Behrens III, y otros estudios científicos.

De una u otra manera, estos documentos sirvieron de marco para la definición de las temáticas que se han abordado desde la Conferencia de naciones Unidas sobre Medio Ambiente Humano (Estocolmo, 1972), hasta la agenda que comprende la Cumbre de Johannesburgo (Sudáfrica, del 26 de agosto al 4 de septiembre de 2002)

El programa Estrategia Nacional de Educación Ambiental de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de Argentina (García y Priotto, 2008) declara los siguientes principios de la sustentabilidad para orientar políticas.

Principios para la Sustentabilidad: La Carta de la Tierra Agustín López Colmano

Sin duda estamos viviendo una época de grandes retos. Así como en otros momentos de la Historia, somos observadores y protagonistas, con una gran responsabilidad, de las consecuencias de nuestras acciones como seres humanos, ante nuestros pares – los que estamos ahora en el planeta y los que vendrán en las próximas generaciones – y con los demás seres vivos y el planeta entero, quien nos provee la casa y el sustento para continuar el camino.

Los valores y principios con los que muchos de nosotros nos hemos criado se basan en nuestra responsabilidad y relación con otros seres humanos, y también en el cuidado del medio que nos rodea, incluyendo todos los seres vivos. Pero suelen carecer del sentido de unidad e interdependencia entre todos estos factores, es decir, la necesidad de reconocer que todos formamos parte de lo mismo, que dependemos de ese ambiente y que somos responsables de su conservación o degradación, con sus consecuencias.

Una declaración de principios fundamentales que abarca estos factores pensando en la necesidad de crear una sociedad más justa, sustentable y pacífica en armonía con el medio ambiente, es la Carta de la Tierra. En el artículo de hoy haré una pequeña introducción a este documento elaborado a nivel global, que sirve como esa base de principios éticos que remarca nuestra unión indivisible con nuestro planeta.

Como se forma la Carta de la Tierra En 1987 la Comisión Mundial para Medio Ambiente y

Desarrollo llama a la creación de una carta que tuviera los principios fundamentales para el Desarrollo Sustentable. A partir de allí, la iniciativa va tomando fuerza, principalmente después de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo celebrada en Río de Janeiro, Brasil, en 1992.

En 1994 se lanza la iniciativa, y comienza un proceso de consulta a nivel mundial sin precedentes para la creación de la Carta, en donde participaron cientos de organizaciones y miles de personas. Se establecieron numerosos comités nacionales, se dictaron conferencias y se utilizó y aprovechó un nuevo recurso que aparecía en aquella época: internet. En el 2000 se aprobó el texto final de documento en la sede de UNESCO en París, y desde ese momento a la fecha ha evolucionado a nivel mundial, expandiéndose en todos los continentes y en distintos idiomas,

pero con un mismo significado: sentar las bases para un desarrollo sustentable. A partir del 2002, México apoya a la Carta creando el Secretariado de la Carta de la Tierra, con sede en Michoacán, y en el 2007 las Secretarías de Educación y de Medio Ambiente adquirieron públicamente un compromiso para utilizar la Carta como instrumento educativo en el sistema escolar mexicano, con su versión en castellano y en lenguas indígenas.

En el 2010, al cumplirse los primeros diez años del lanzamiento de la Carta, México refrendó su compromiso. En la actualidad, numerosas organizaciones, empresas, instituciones educativas, gobiernos y personas apoyan y adhieren a la Carta firmando el compromiso de utilizarla como base de conducta y promoción de valores para la sustentabilidad. El documento tiene diversos usos, desde ser una base para el establecimiento de políticas o códigos éticos de empresas, como herramienta educativa tanto en su versión universal, especial para jóvenes o su versión para niños, como instrumento de “ley blanda” (no son obligatorias pero ayudan a crear otras leyes que sí lo son), o como una simple guía y compromiso personal, entre otros.

El Contenido de la Carta A continuación, les presento un resumen de la Carta de la Tierra. Su versión completa es muy fácil de encontrar en internet. México tiene su propia página sobre la Carta, y allí está la historia y su texto completo (www.cartadelatierra.org.mx).

El preámbulo, al inicio del documento, define la finalidad del mismo y nuestra responsabilidad común: “Estamos en un momento crítico de la historia de la Tierra, en el cual la humanidad debe elegir su futuro. A medida que el mundo se vuelve cada vez más interdependiente y frágil, el futuro depara, a la vez, grandes riesgos y grandes promesas. Para seguir adelante, debemos reconocer que en medio de la magnífica diversidad de culturas y formas de vida, somos una sola familia humana y una sola comunidad terrestre con un destino común. Debemos unirnos para crear una sociedad global sostenible fundada en el respeto hacia la naturaleza, los derechos humanos universales, la justicia económica y una cultura de paz.

En torno a este fin, es imperativo que nosotros, los pueblos de la Tierra, declaremos nuestra responsabilidad unos hacia otros, hacia la gran comunidad de la vida y hacia las generaciones futuras”. La Carta está formada por 16 principios divididos en 4 partes principales, en donde la primera de ellas (I) es la base de todos los demás. Estos 16 principios que vemos aquí, tienen a su vez 61 principios de apoyo, que profundizan en cada tema, y que por cuestiones de espacio no están aquí incluidos, pero sí los encontrarán en su versión completa.

Los principios I. RESPETO Y CUIDADO DE LA COMUNIDAD DE LA VIDA

1. Respetar la Tierra y la vida en toda su diversidad

2. Cuidar la comunidad de la vida con entendimiento, compasión y amor.

3. Construir sociedades democráticas que sean justas,

participativas, sostenibles y pacíficas

4. Asegurar que los frutos y la belleza de la Tierra se preserven para las generaciones presentes y futuras. Para poder realizar estos cuatro compromisos generales, es necesario:

II. INTEGRIDAD ECOLÓGICA 5. Proteger y restaurar la integridad de los sistemas ecológicos de la Tierra, con especial preocupación por la diversidad biológica y los procesos naturales que sustentan la vida. 6. Evitar dañar como el mejor método de protección ambiental y cuando el conocimiento sea limitado, proceder con precaución. 7. Adoptar patrones de producción, consumo y reproducción que salvaguarden las capacidades regenerativas de la Tierra, los derechos humanos y el bienestar comunitario. 8. Impulsar el estudio de la sostenibilidad ecológica y promover el intercambio abierto y la extensa aplicación del conocimiento adquirido

III. JUSTICIA SOCIAL Y ECONÓMICA 9. Erradicar la pobreza como un imperativo ético, social y ambiental 10. Asegurar que las actividades e instituciones económicas, a todo nivel, promuevan el desarrollo humano de forma equitativa y sostenible. 11. Afirmar la igualdad y equidad de género como prerrequisitos para el desarrollo sostenible y asegurar el acceso universal a la educación, el cuidado de la salud y la oportunidad económica. 12. Defender el derecho de todos, sin discriminación, a un entorno natural y social que apoye la dignidad humana, la salud física y el bienestar espiritual, con especial atención a los derechos de los pueblos indígenas y las minorías.

IV. DEMOCRACIA, NO VIOLENCIA Y PAZ 13. Fortalecer las instituciones democráticas en todos los niveles y brindar transparencia y rendimiento de cuentas en la gobernabilidad, participación inclusiva en la toma de decisiones y acceso a la justicia. 14. Integrar en la educación formal y en el aprendizaje a lo largo de la vida, las habilidades, el conocimiento y los valores necesarios para un modo de vida sostenible. 15. Tratar a todos los seres vivientes con respeto y consideración. 16. Promover una cultura de tolerancia, no violencia y paz.

La conclusión del documento es un llamado al compromiso y a la acción. Como una alarma para despertar y comenzar ya mismo, paso a paso, a construir un mundo en donde todas y todos tengamos lugar, podamos compartir y disfrutar del regalo de la vida, y garantizarlo también a nuestros hijos, nietos y futuras generaciones. El último párrafo de la Carta es una reflexión a cómo queremos ser recordados por aquellos que nos sigan en el futuro…

“Que el nuestro sea un tiempo que se recuerde por el

despertar de una nueva reverencia ante la vida; por la

firme resolución de alcanzar la sostenibilidad; por el

aceleramiento en la lucha por la justicia y la paz y

por la alegre celebración de la vida”.

El Diccionario Enciclopédico Grijalbo define dimensión como “cada una de las tres direcciones en que se sitúa un volumen: planta, alzado y perfil. Cada una de las magnitudes fundamentales con que se expresa una magnitud derivada. Aspecto, relieve que alcanza una cosa”.

Para fines de este texto, la dimensión se entiende como aspecto, del que resulta posible definir una medida física; asimismo, permite describir el concepto de escenario, el cual se asume como “el lugar en el que se desarrolla una acción o suceso” o como el “conjunto de circunstancias o ambiente que rodean a una persona o situación”. El escenario comprende, al menos tres elementos centrales: la gente, el territorio en su dimensión geomorfológica y el tiempo.

Configurar el Escenario Económico desde la perspectiva de la sustentabilidad no es una tarea fácil. La dificultad radica entre los intereses medulares que persiguen el régimen de producción actual –el capitalismo contemporáneo- y los objetivos que proyecta la sustentabilidad. Ambos son conceptos antagónicos.

Sin embargo, poco más allá de esta contradicción irreconciliable existe la posibilidad de desdoblar una descripción precisa de cómo podría constituirse aquel escenario. La unidad que converge en todo escenario de la sustentabilidad se forma con la gente y su comunidad, le sigue el territorio en tanto unidad geomorfológica y como construcción social.

En el territorio se descubren las formas diversas en que las comunidades y su gente (rural o urbana) manejan los recursos de los que disponen para la producción de bienes y servicios; asimismo, esto da confianza para la reproducción social. El escenario económico se nutre de los criterios de identidad de la comunidad para estimular cambios productivos.

Se pretende que éstos se rijan como una visión de los límites ecológicos en su relación con las economías locales.

http://alianzaeconomiaverdefuturonegro.files.wordpress.com/2012/06/erikgomez.pdf

Se trata pues, de mantener el inventario de capital natural del que se obtenga un flujo de renta que no ponga en riesgo las posibilidades de las generaciones futuras para “satisfacer sus necesidades”. En resumen, para diseñar el escenario económico de la sustentabilidad se sugiere tener en mente que los territorios “son el resultado de la manera como las sociedades se organizan para usar los sistemas naturales en los que se apoya su reproducción”.

(Abramovay, 2006)

La configuración de escenario sociocultural de la sustentabilidad se entiende como un proceso de diálogo que implica “aprendizaje y construcción colectiva de ideas y propuestas”. Se trata de cimentar la democracia y de tender puentes para la inclusión de toda la gente y trascender hacia le equidad social, previo análisis de la realidad socioeconómica de la comunidad. Es decir, significa ejercer el principio indivisible de la libertad como Sen y Dreze (1995) lo sugieren.

Comprender el escenario natural es evitar el colapso de la sociedad. Además, significa percibir las formas diversas que adopta el flujo de energía. Las perturbaciones ambientales, más que la estabilidad, son el objeto de interés. De forma especial, el estado de complejidad y las unidades y factores que lo propician determinan el entorno ambiental. Por ejemplo, el calentamiento global es un estado de complejidad que a todo el mundo interesa, dado que los cambios que genera a todos les afecta, pero muy pocos pueden explicarlo.

Sin duda, estos cambios perturbarán los ciclos geobioquímicos que mantienen las condiciones naturales planetarias estables. En tanto que los servicios que proporciona la naturaleza –alimentos, abrigo, aire, agua, reciclaje de residuos, etc.- podrían no sólo ser desestabilizados, sino también verse interrumpidos ante un eventual cambio de estos grandes ciclos.

La visión es un sentido (de la vista), pero sobre todo se concibe como una estructura descriptiva, la cual se sustenta en una lógica imaginativa de la que se diseña una senda que conduce a objetivos futuros. La visión es una forma particular de interpretar el mundo que nos rodea que, de suyo, es una fuente inagotable de información, mientras que sistémica es un adjetivo; sin embargo, para los propósitos nuestros se retoma el enfoque de la biología, donde sistemática es el estudio de la clasificación de las especies. Esta clasificación tiene dos planos: uno descriptivo y otro explicativo.

La visión sistémica de la sustentabilidad se ocuparía de observar las estructuras que subyacen en un problema de interés; así también, tomando el sistema de una forma general, describir y explicar las interrelaciones que se desarrollan entre las variables debidamente clasificadas que representan el citado problema. Problema que, según Gallopin (2003), reúne un conjunto de factores determinantes de la sostenibilidad, los cuales comprenden la disponibilidad de recursos, la adaptabilidad/flexibilidad, la homeostasis, la capacidad de respuesta, la autodependencia y el empoderamiento. En este sentido, se asume que el problema es la contradicción que se acumula en una amplia complejidad que se desprende de la relación de tres grandes sistemas: económico, social y natural.

http://es.scribd.com/doc/82647005/Vision-sistemica-de-la-sustentabilidad