Psicología del desarrollo humano Semana 6

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Psicología del desarrollo humano Semana 6 Módulo de estudio: Propuestas ministeriales (niñez, adolescencia y juventud)

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Psicología del desarrollo humano

Semana 6

Módulo de estudio: Propuestas ministeriales (niñez, adolescencia y juventud)

Etapas del desarrollo humano y propuestas ministeriales: Niñez, adolescencia y juventud. “Instruye al niño en su camino y aún cuando fuere viejo no se apartará de él” (Proverbios 22: 6).

Las etapas de desarrollo principales, como hemos visto son: Gestación, nacimiento, primer año de vida, niñez, adolescencia, juventud y adultez. Para cada una de ellas, la iglesia debe ofrecer ministerios que ayuden el mejor crecimiento del individuo, desde antes de conocer a Cristo como su Salvador, hasta una vida cristiana en santidad y madurez óptima.

Por cuestiones de ofrecer una mejor orientación a la iglesia en su proyección ministerial hacia las personas en sus diferentes etapas de vida, hemos estructurado esta unidad en los ministerios que se pueden desarrollar con niños, adolescentes, jóvenes, adultos, ancianos y con la familia como un todo.

Ministerios entre niños Los ministerios que la iglesia puede desarrollar con los niños, no debería involucrar solamente el trabajo con ellos en un estado de conciencia (dos o tres años en adelante), sino también su gestación, nacimiento y primer año de vida, además del cuidado que se podría dar a la misma madre.

Ministerios hacia la futura mamá La iglesia puede prestar un gran servicio a las madres gestantes. El nuevo ser en formación necesita de todos los estímulos externos para un buen desarrollo, eso está comprobado por los estudios realizados sobre el desarrollo prenatal.

Asistencia a madres gestantes de la iglesia y de la comunidad Es posible ayudar a las madres gestantes de nuestra iglesia así como a las de la comunidad, brindando, por ejemplo, sesiones de una hora, de dos a tres veces por semana. Para estas reuniones es aconsejable que los esposos también estén presentes.

Se pueden realizar las siguientes actividades:

1. Sesiones de psicoprofilaxis.

2. Busqueda de ideas creativas para tener ayuda médica prenatal, asegurando que las madres embarazadas sean atendidas por especialistas en maternidades, centros médicos y hospitales.

3. Consejería para madres gestantes. El pastor, su esposa o un grupo de consejeros espirituales pueden ayudar a los padres a aceptar sus sentimientos con respecto al embarazo (cualquier número que sea éste) y cualquier situación que pasen, ya sea de felicidad, de tensión, situación económica que preocupe, culpa, entre otras.

4. Dirección a los hogares para que cultiven los medios de gracia, previo al nacimiento del bebé. El guía espiritual puede asesorar a los padres para que juntos oren por el hijo que nacerá, para que asistan a la iglesia y se rodeen de un ambiente espiritual, para que lean la Biblia juntos, o simplemente para que lean un buen libro sobre ser buenos padres, mientras el bebé está en el vientre.

Asistencia a madres gestantes solteras de la iglesia y de la comunidad Una realidad cruda y triste de las mujeres en Latinoamérica y en el mundo es que, por varias razones, llegan a un embarazo sin estar casadas. En algunos casos sucede porque no midieron las consecuencias de sus actos, o porque no razonaron en el hecho de que las relaciones sexuales pre-matrimoniales no son buenas ante Dios ni ante la familia. En otras oportunidades, la maldad del hombre hace que las señoritas sean presa de violaciones.

Esta situación no solamente sucede con chicas de fuera de la iglesia, sino con las de las mismas iglesias. Es doloroso, pero a la vez es un imperativo para nosotros como cristianos atender esta problemática.

La iglesia puede implementar algunas de estas actividades:

1. Si el caso lo permite, ayudar al padre del futuro bebé a asumir su responsabilidad, ya sea casándose o acompañando y sosteniendo a la madre en todo el proceso de gestación, alumbra-miento y crianza del niño.

2. Motivar a los padres, hermanos, cristianos de la iglesia, amigos de la madre soltera, para que suplan, de alguna forma, la ausencia del padre de familia. Deberán acompañar a la futura mamá en toda su vida, para que el niño o niña se desarrolle en un ambiente cristiano, donde reciba todo el estímulo posible para ser un hombre o una mujer de bien.

3. Ayudar a la madre soltera a dar una buena educación cristiana a su hijo o hija.

4. La iglesia puede crear un departamento exclusivamente para atender a madres solteras (si el índice de estos casos es alto en la congregación y en la comunidad).

5. La iglesia puede ayudar a los padres de la madre soltera en su papel paterno (Gálatas 6:1).

6. Fomentar un programa cristiano de prevención de embarazo para señoritas o mujeres que no están casadas, dentro y fuera de la iglesia.

Ministerios hacia los niños Para desempeñar un ministerio con niños debemos fijarnos en las necesidades que estos presenten. Los niños como en cualquier otra etapa de desarrollo presentan necesidades emocionales, intelectuales y espirituales. Por más pequeños que sean, ellos identificarán que personas los aman y en qué lugar son aceptados o queridos.

El ministerio que se desarrolle puede involucrar a los niños de la iglesia como a los de otras iglesias e incluso a los niños de la comunidad; manifestándose así nuestro papel evangelizador.

No hay que olvidar que los niños tal y como lo muestran las Escrituras poseen un lugar privilegiado dentro del plan de salvación de Dios. “Dejad a los niños venir a mí y no se lo impidáis, porque de los tales es el Reino de los cielos” (Marcos 10:14).

La niñez es la etapa en donde debemos invertir para garantizar una buena cosecha de la iglesia en el mañana, de lo contrario, si esperamos, puede llegar a ser demasiado tarde.

Siendo el ambiente familiar muy importante para el desarrollo, se debe alentar las buenas relaciones personales entre miembros de la familia mediante sermones, paneles, lectura de libros.

Las ceremonias de dedicación, pueden incluir obligaciones espirituales de los padres como para la congregación.

La escuela dominical mediante su clase de cuna presta un servicio importante para la familia y sus infantes.

Los padres y maestros de escuela dominical siempre deben prestar atención al nivel de comprensión del niño: La repetición de lecciones bíblicas, la música, los cantos, los juegos, dibujos, representaciones, serán los medios adecuados para el aprendizaje de las lecciones.

Tomar conciencia de la importancia de la formación paternal (“Escuela para padres”), permite que los padres continúen teniendo la responsabilidad más grande en el desarrollo social, emocional, intelectual y espiritual del niño. No se puede encargar esta tarea de manera plena a la iglesia o a la escuela.

Se necesita incentivar a los padres para que sean cariñosos, considerados, responsables de la disciplina y de cultivar normas amables, pero firmes en el hogar.

La iglesia debe cuidar que la enseñanza religiosa sea impartida al nivel normal de comprensión del niño.

El pastor o consejero cristiano puede trabajar junto con los padres para resolver algunos de los problemas especiales que afrontan los niños en edad escolar como: adaptación social, el desarrollo de amor propio y la educación sexual.

Enfatizar en la escuela dominical, sermones u otros medios en temas respecto a la importancia de la obediencia a Dios y los beneficios de evitar el pecado, son temas muy necesarios. La enseñanza sobre ética y santidad también es de vital importancia.

Las ideas generales que hemos acabado de señalar líneas arriba, respecto de las pautas que debemos tomar en cuenta en la tarea de desarrollar ministerios con los niños (3-12 años aproximadamente), son importantes. Sin embargo, creemos que es necesario puntualizar algunas propuestas ministeriales, que tomen en cuenta ciertas edades de los niños, como también a los mismos en su totalidad.

Ministerios con los niños preescolares Los especialistas afirman que los primeros cinco o seis años de vida son los más sensibles y receptivos. Es el período de máximo aprendizaje de toda la vida del niño. Estos son los años más importantes en el desarrollo de la voluntad de aprender y la habilidad de actuar. “Los primeros cinco años determinan toda la vida”.1

Esta consideración del rápido desarrollo mental de los niños pequeños, ciertamente debe estimular a los padres, educadores cristianos y a la misma iglesia a que redoblen sus esfuerzos para enseñar verdades bíblicas a los preescolares, a dedicarles más tiempo y atención, y a proveerles más estímulos para su aprendizaje (Proverbios 22:6).

Escuela para padres: Los padres son los primeros responsables de educar a los hijos. Después, la escuela y la iglesia tienen su lugar en la confirmación y refuerzo de esa enseñanza. Si somos honestos, como padres no lo sabemos todo y durante el proceso de ser padres, por desconocer los roles del matrimonio, constantemente tropezamos, nos desesperamos, nos frustramos y equivocamos, al mismo tiempo que preguntamos: ¿Qué puedo hacer?

La “Escuela para Padres” es una herramienta que pretende coadyuvar en la preparación y mejoramiento de las relaciones familiares, ofreciendo guía y dirección basada en la infalible Palabra de Dios. No ofrece fórmulas mágicas, ni respuestas fáciles, sino compromiso y resultados tan gratificantes, que pueden cambiar la manera de pensar, de actuar y la visión de la gran aventura de la vida: ¡Ser padres por la gracia de Dios!

Este ministerio, aunque es dirigida a padres de hijos de todas las edades, lo sugerimos para que la iglesia lo realice con padres de niños preescolares, porque esta edad es clave. En fin, todos los padres de familia están interesados en construir familias fuertes, sanas y armoniosas.

1 Hendrick, Howard.et.al. Tips para pastores. Mexico: Ediciones las Américas, 2000., p. 16

Este ministerio puede desarrollarse por medio de: Conferencias, talleres, pláticas, dinámicas grupales, películas motivacionales, juegos, mesas redondas, etc.

Algunos temas que se pueden desarrollar en la Escuela para Padres son:

1. La misión de la madre y del padre. 2. Carácter y personalidad. 3. La educación y práctica de los valores. 4. Las actitudes. 5. La educación para el amor. 6. Sexualidad. 7. La televisión. 8. Influencias del medio ambiente.

Sala Cuna (cero a tres años). Este es un ministerio que tiene la responsabilidad del cuidado de los niños de cero a tres años, aproximadamente. Puede funcionar, ya sea como una clase más de Escuela Dominical, o un departamento especial que trabaja durante el culto del día domingo u otros servicios importantes. Debe ser atendido por hermanas especializadas, las cuales se encarguen de cuidar a los niños, mientras sus padres están adorando y escuchando el mensaje de la Palabra de Dios. No es un tiempo para solamente entretener o jugar con los niños, sino que las maestras especializadas, deben impartir enseñanzas cristianas de acuerdo a la edad. De esta manera se complementa el trabajo que hacen los padres en casa.

Escuela Dominical (Párvulos cuatro a seis años). Las cualidades de los niños de esta edad, explicadas en la unidad anterior en términos generales, se complementan con las siguientes, que se deben tomar en cuenta al formar un ministerio de escuela dominical con ellos:

1. Se cansa facilmente. 2. Piensan en Jesús como su mejor amigo. 3. Tienen vocabulario muy limitado. 4. Pueden atender de tres a cinco minutos. 5. Son sensibles a cosas impresionantes y al amor. 6. Son curiosos, quieren saber el por qué y el para qué. 7. Tiene gran imaginación. 8. Se inclina a jugar con otros en grupos de tres a cinco minutos. 9. Es egoísta, se siente el centro del mundo.

Este conocimiento de las características de los párvulos permite pensar en la forma de abordarlos cuando se tiene una clase de escuela dominical para ellos.

Algunas pautas que los maestros de párvulos deben tomar en cuenta al momento de enseñar, son:

1. Enseñarles a respetar y cuidar la Biblia.

2. Enseñarles que vean la Biblia como la “Palabra de Dios”. 3. Tener una Biblia para que la vean. 4. Compartirles historias bíblicas breves de dos a tres minutos. 5. Las historias deben ser narradas usando el arte dramático. 6. Usar objetos que puedan tocar y ver. 7. Usar cuadros (con colorido, con niños de su edad y que expresen experiencias simples). 8. No usar nada que los atemorice (como títeres con forma de diablo). Aunque si se

recomienda el uso de títeres. 9. Se puede ir dibujando en el pizarrón mientras se narra la historia. 10. Enseñarles a orar en una sola idea o una sola frase. 11. Los cantos que se les enseña deben ser muy cortos y que tengan música fácil (hay que

cantarlos muchas veces). 12. Una alcancía para la ofrenda, es mejor si es transparente e irrompible. Se sugiere un frasco

de plástico decorado con una ranura en la tapa. 13. Es importante enseñarles conceptos como: Dios hizo todo; Dios siempre me ve; Dios me

cuida y me ama; yo debo ser bueno.

Culto infantil. A diferencia de la clase “Sala Cuna” que atiende solamente a niños de cero a tres años, el culto infantil los incluye pero también participan de él los niños hasta seis años y en algunos casos hasta siete. En el tiempo de la predicación en los cultos mayores, la iglesia puede desarrollar un culto para niños, tomando en cuenta las características señaladas cuando se habló de los párvulos.

Guardería cristiana. Otro ministerio que la iglesia puede implementar para niños preescolares es la guardería, siempre y cuando las posibilidades lo permitan, y la necesidad sea real.

Jardín. Las iglesias cuya estructura lo permita, pueden formar un jardín de infantes para ofrecer educación secular, pero con principios cristianos. Es fundamental que la comunidad tenga la oportunidad de educar a los niños en un lugar donde reciban instrucción de alto nivel, pero a la vez con valores bíblicos.

Ministerios con niños en etapa escolar Los niños en etapa escolar se dividen, por lo menos, en dos grupos (aunque pueden haber otras clasificaciones): Principiantes (7-9 años) y Primarios (10-12 años). Abajo ofrecemos ideas para algunos ministerios que se pueden desarrollar con niños de estas edades.

Escuela Dominical para Principiantes (siete a nueve años) Como dijimos antes, este ministerio es clave en la vida de la iglesia. Toda congregación debe tener Escuela Dominical para esta edad. Para poder enseñar a los niños principiantes es fundamental conocer sus características; éstas son:

1. Está en la escuela y eso favorece su aprendizaje. 2. Piensa concretamente pero le gusta lo imaginario.

3. Distingue entre lo real y lo imaginario y memoriza muy bien. 4. Vive en el presente no le interesa el pasado ni mucho menos el porvenir. 5. Le gusta el juego de palabras y números. 6. Quiere participar en vez de mirar. 7. Busca aprobación de los adultos. 8. Es enérgico pero se cansa fácilmente. 9. Le gusta las actividades sin competencia. 10. Desea amistades pero ama más al adulto. 11. Es todavía egoísta. 12. Le gusta hablar. 13. Quiere portarse como adulto. 14. Trata emocionalmente a personas y cosas. 15. Es impaciente y tiene temores. 16. Simpatiza con otros y se identifica con ellos. 17. Puede resistir a demandas personales y desobedecer. 18. Le gusta mucho la escuela dominical , la gente, la iglesia. 19. Tiene fe sencilla en Dios. 20. Ora extensamente sobre todas las cosas de su vida. 21. Debe ya entender la historia de Cristo y la salvación en su 1. sentido sencillo. 22. Tiene curiosidad acerca de la muerte y del cielo. 23. Desea ser bueno y ora para comportarse bien.

Escuela Dominical para Primarios (10-12 años) También se puede desarrollar un ministerio de escuela dominical para los niños de esta edad. Para ello, también es necesario conocer sus características. Esto permitirá a los profesores cumplir bien su rol.

1. El niño a esta edad ya lee bastante bien, piensa y razona más. 2. Tiene buena memoria, es preguntón y desea aprender. 3. Puede pensar con sentido cronológico. 4. Le gusta leer y buscar textos bíblicos. 5. Es exageradamente fuerte y enérgico, tiene muy buena salud, es ruidoso y le gusta pelear. 6. Ama la naturaleza, las plantas y animales. 7. Quiere descubrir aventuras por su cuenta. 8. Es muy competitivo en juego de habilidad. 9. Es leal a sus amigos y les obedece más a ellos que a sus maestros o padres. 10. No le gusta la autoridad, la resiste. 11. Tiende a admirar a ciertos líderes o héroes de la televisión o el cine. 12. No le gusta el sexo opuesto. 13. Tiene pocos temores y no expresa ninguno. 14. Puede ser de mal genio y enojoso.

15. No le gustan demostraciones de afecto caricias y besos. 16. Le gustan los chistes y el humor. 17. Puede cubrir sus problemas con actitudes exageradas. 18. Reconoce el pecado y pone normas altas para si. 19. Tiene preguntas sobre el evangelio y puede hacer una entrega a Cristo, pero quizás esconda

su deseo de hacerlo. 20. Necesita ayuda y ánimo en su crecimiento espiritual. 21. Son los años cuando se forman hábitos importantes de su vida personal y vida espiritual. 22. Hay que animarlo a través de competencias con puntos por asistir, leer su Biblia, memorizar

su texto, traer a los amigos, etc. Es admirable lo que un niño de esta edad hará para ganarse un premio o unos cuantos puntos.

Club de niños. Este ministerio puede servir para evangelizar y discipular niños y niñas tanto dentro como fuera de la iglesia. Los clubes para niños en esta etapa de vida es un gran complemento para el programa de Escuela Dominical. A los niños se les inspira a memorizar textos bíblicos, a estudiar sus Biblias y a asistir a la iglesia regularmente. Un club de niños será un programa único, porque apoya y mantiene a los padres como la fuente principal de sustento espiritual, involucrándolos directamente en el proceso enseñanza-aprendizaje del niño.

En esta etapa crítica del desarrollo espiritual del niño normalmente se le presenta el evangelio y se le enseña fielmente la doctrina bíblica básica. También se puede hacer un fuerte enfoque en la apli-cación de las Escrituras, la presentación consistente del evangelio, un énfasis en las misiones, personajes divertidos y mucho más.

Durante el tiempo de actividades del club de niños, se puede aprovechar para que ellos reciten versículos bíblicos de memoria al momento que desarrollan su comprensión de las Escrituras y de cómo éstas se aplican a sus vidas. Los muchachos también interactúan con sus líderes adultos al trabajar en las secciones de sus manuales y ganar premios.

El “tiempo de reunión conjunta” puede ser la parte más provechosa de la reunión del club. Los niños se reúnen para entonar cantos de adoración, participar en una lección bíblica y aprender más del servicio a Dios. Se les presenta el evangelio fielmente. En el curso de los años un número incontable de niños han creído en Jesús como su Salvador durante este segmento valioso.

Boy Scouts. Los Boy Scouts desde sus inicios han ayudado a formar y moldear los valores y el carácter de la niñez y juventud. La iglesia podría iniciar un ministerio de ese tipo, aprovechando las características que poseen los niños en etapa escolar. Los niños pueden ser ministrados en varias direcciones, tomando como referencia lo que los scouts han hecho desde siempre, pero con principios cristianos:

1. Valores personales: se les enseña a los niños a hacer lo correcto, sin importar las circunstancias. El núcleo de los valores de los Boy Scouts es la fe en Dios, la integridad

personal, y el patriotismo, que son impartidos a los miembros. La oportunidad para practicar el tomar decisiones éticas, surge cuando el grupo enfrenta decisiones sobre lo correcto y lo incorrecto. Los proyectos en los que se pueden involucrar los niños scouts son valiosos:

a. Ayudar a cubrir importantes necesidades fisicas y emocionales; b. Comunicar el valor y la importancia que tienen otras personas; y c. Permitir que los niños desarrollen compasión por las personas necesitadas.

Los proyectos de servicio comúnmente incluyen limpieza de propiedades, repartición de comida, donación de sangre, y trabajos con personas de edad avanzada.

2. Sentido positivo de autovalorización y de ser útil: boy scouts proporciona a los niños seguridad al confirmarles que son valiosos, permitirles desempeñar papeles importantes y de provecho en sus comunidades, y alentarles a servir a otros. La confianza y seguridad en sí mismos es el resultado de su experiencia como Boy Scouts. Los Scouts forjan su autoestima estableciendo metas y lográndolas exitosamente.

3. Tener interés y cultivar las relaciones con sus padres, otros adultos y sus compañeros: Se fomenta la unión familiar. También se les da a los niños la oportunidad de formar relacio-nes estables con otras personas, además de sus padres. Los Boy Scouts son alentados y halagados por poner su mejor esfuerzo, lo que les inculca un sentido de valor y de ser parte de algo

4. El deseo de aprender: Aprender nuevas habilidades es una de las razones más importantes por las que los padres quieren que sus hijos pertenezcan a los Boy Scouts. A niños y padres les atrae, porque les ofrece la oportunidad de aprender y explorer cosas nuevas. En una típica junta de tropa, más de la mitad de los niños aprenden cosas nuevas.

5. Usar el tiempo en forma productiva y creativa: Boy Scouts permite que los niños usen su tiempo constructivamente en actividades de aprendizaje adecuadas para ellos. Se les da oportunidades en arte, música, teatro, y religión. Los paseos especiales y actividades en casa, junto con una amplia variedad de otras actividades enriquecedoras, atraen a los niños. Esos elementos les proporcionan un sentido de estructura y consistencia que les permite enfocar su energía en proyectos y actividades que son importantes para ellos. Cada mes, uno de cada cinco Boy Scouts puede participar en reuniones en las cuales un profesional o experto hace una presentación especial. Esas presentaciones enseñan a los niños habilidades y conocimientos que amplían sus actitudes hacia las oportunidades que les ofrece la vida.

6. Adaptación Social: Boy Scouts ayuda a los niños a desarrollar sus habilidades sociales y capacidades, proporcionándoles la oportunidad de planear y conducir actividades, trabajo en grupo, y la interacción con otros niños de diferentes razas y raíces étnicas. Boy Scouts promueve el desarrollo de las habilidades sociales necesarias para tener éxito en la vida.

Escuela Primaria. Si la iglesia está en las posibilidades de abrir una escuela primaria con principios cristianos, podría hacerlo, porque es un ministerio que permitiría llegar a más niños y sus

respectivas familias con el evangelio de Jesucristo. En los años de establecimiento de la iglesia evangélica en América Latina, la evangelización siempre estuvo de la mano con la fundación y desarrollo de escuelas primarias.

Ministerios con niños en general Las propuestas ministeriales con los niños en etapa preescolar y escolar (0-12 años aproximadamente), que se han hecho líneas arriba, son importantes en la vida de la iglesia. Tomando en cuenta la totalidad de estas dos etapas en la vida de los niños, a continuación ofrecemos otras propuestas para ministerios que se pueden realizar con niños.

Hora feliz. Este ministerio se desarrolla en los barrios donde la pobreza es la mayor característica, se trata de llevar alegría para los niños, llevando consigo el mensaje evangelizador. La hora feliz se puede realizar una vez por semana y se puede involucrar a los adolescentes y jóvenes de la iglesia para poder disfrazarse, llevar una obra teatral, etc.

El Ministerio de “Hora Feliz” puede estar integrado por niños y jóvenes. El trabajo evangelizador puede ser realizado de diversas formas: payasos, mimos y representaciones teatrales. Los integrantes del ministerio pueden realizar viajes al interior o exterior del país cada año, con el fin de que los niños y jóvenes puedan tener su propia experiencia misionera. Además de compartir el evangelio de Jesucristo, se puede ayudar con ropa y juguetes a los pueblos pobres, gracias a donaciones que hacen los hermanos de distintas iglesias y amigos.

Pastoral para niños: Todo niño o niña desde su gestación en el seno de la madre, va asimilando todos los procesos de cambios que experimenta (huevo, embrión y feto) y también la madre (alegría, tristeza, dolor, cambios físicos y psicológicos). Cuando nace ya tiene internalizado en su ser una serie de factores positivos y negativos que van a formar parte de su personalidad. El niño y la niña son el fiel reflejo de lo que su hogar y la sociedad son. Los valores que se le inculca a un niño o niña han de ser el tesoro más precioso que los padres pueden dejar como herencia a sus hijos e hijas.2

Desde pequeños, el niño y la niña, necesitan experimentar el amor de la madre y del padre; ser educados con el ejemplo; tener un ambiente positivo; motivarles hacia cosas positivas y trascendentes; enseñarles los caminos de Dios y practicar siempre lo bueno. Sólo así los niños tendrán un carácter positivo y un alto valor de la vida. Pero la realidad es otra, la mayoría de niños y niñas no viven esta experiencia y sus conductas, por lo tanto, son negativas. Muchos de ellos no tienen familia completa (falta mamá o papá, en otros casos los dos); viven en un ambiente hostil, familiarizados con el lenguaje soez, asimilan actitudes negativas por medio de la TV; sufren agresión verbal, psíquica y física; abandono a temprana edad; son obligados a trabajar desde muy temprana edad. Los resultados están a la vista todos los días.

2 Bravo, Jorge. http://www.selah.com.ar/new/verrecurso.asp?CodigoDeltem=1718

La Pastoral tiene una tarea muy importante con los padres y la familia del niño. Debe procurar generar espacios de amor y de alegría, es decir, un ambiente positivo. Es urgente y necesario orientar a la familia y a la sociedad sobre el rol que les toca en la educación del niño y de la niña. La iglesia no puede estar ajena a esta problemática; es en este campo que puede ejercer una pastoral infantil a través de diversos programas: kindergarten, educación inicial, escuela dominical, colegios, escuela para padres, etc. El futuro de un país y de la humanidad entera está en la buena formación moral y espiritual de los niños y niñas. Ellos y ellas necesitan desde muy pequeños ser orientados y educados en la Palabra de Dios. La Biblia tiene muchos testimonios de niños al servicio de Dios.

Situación actual de los niños en la familia. Generalmente los niños y niñas al nacer adquieren su desarrollo en el hogar y ahí van recibiendo la enseñanza previa a su formación integral. Esta ense-ñanza en muchos casos está a cargo de la madre, quien trasmite al niño o niña valores y costumbres de acuerdo al tipo de educación que haya recibido en el transcurso de la vida. En muchos casos el padre está ausente en la educación de los hijos e hijas por diversos motivos coyunturales, como por ejemplo, la excesiva hora de trabajo en la oficina, en la empresa u otra forma de trabajo; viaje; separación, etc. Raros son los casos en que la situación es contraria.

En otros casos los padres están ausentes del hogar por diversos motivos y no están preparados para educar a sus hijos e hijas en esas situaciones; recurren para ello a un familiar que los puedan tener o de lo contrario a alguna persona que realiza el servicio de cuidar niños y entonces se da que para la formación del niño se apela a la tradición familiar, a costumbres populares o a criterios personales de quien cría a los niños. En casos extremos se abusa de ellos, hasta el punto de dañar su físico, su moral, su espiritualidad, y hasta su sexualidad. Se violan todos sus derechos

Como consecuencia, el accionar de un niño depende mucho de la formación que se le imparte en el hogar. De ahí que podríamos decir que existen niños y niñas con “buenas costumbres”, así como niños y niñas con “malas costumbres”.

Esto nos permite apreciar el tipo de formación familiar que recibe el niño desde muy temprana edad y que a medida que va creciendo, va internalizando en lo profundo de su ser y se reflejará en su conducta.

Situación actual de los niños en el barrio. El barrio es otro lugar donde el niño aprende una serie de cosas y costumbres. Ahí aprende a convivir con los demás, es el medio de escape con su familia, no se encuentra con la rigidez de la autoridad de los padres, casi diríamos que se encuentra liberado de su ambiente familiar.

Si analizamos el ambiente del barrio, éste es muy heterogéneo. El niño recibe la influencia de diversos tipos de costumbres de valores morales y espirituales, los cuales son diferentes a lo que se le enseña en el hogar. Es ahí donde el grupo influye grandemente en la personalidad del niño. Generalmente los padres ni se enteran de lo que su hijo habla, piensa o hace en el barrio. Hay un descuido por saber quiénes son los amigos de sus hijos y qué es lo piensan y hacen.

Situación actual de los niños en la escuela. En la escuela o colegio se establece una relación: maestro(a)-alumno(a)-alumno(a). La misión de toda entidad educativa es educar al niño en el aspecto cognoscitivo, afectivo, social, y espiritual. Un estudio ha determinado que las tres cuartas partes de lo que un niño refleja en su personalidad, se debe a las diversas influencias recibidas tanto del maestro como de sus compañeros de aula. De ahí que se afirme que la escuela o colegio es el segundo hogar del niño.

Hay muchos factores negativos que pueden darse en la formación de la personalidad del niño, tales como: adquirir posturas o manías de otros, rebeldía, desadaptación distracción al estudiar, etc. La escuela o colegio es el encuentro de niños y maestros que permite establecer una verdadera relación de diálogo, no sólo sobre la base del conocimiento sino sobre la base de las inquietudes y necesidades que expresa el niño. El maestro debe ser el mejor amigo del niño en toda su vida escolar.

Situación actual de los niños en la iglesia. Una de las tareas de la iglesia es la de alimentar la fe los niños y niñas, darles las herramientas para el crecimiento y desarrollo de sus vidas en lo espiritual, los cuales han de ser parte constitutiva de su personalidad (Cf. Mateo 19:13-15). En cada actividad litúrgica el niño participa con su propia comprensión y adoración a Dios. Pero muchas veces se les descuida y no se les tiene en cuenta. El niño no comprende lo que realiza el adulto en el templo y de las formas de adoración que expresa. Una de las fallas que encontramos en la iglesia es que muchos de los adultos no están debidamente capacitados para formar niños. Demos un vistazo a dos espacios en la que confluyen muchos niños y niñas:

1. El Culto de Adoración: casi la mayoría de los niños y niñas en el Culto no participan activamente y cuando hacen su participación ésta es repitiendo canciones o textos de memoria. Aquí podemos ver que falta una dinámica propia para ellos, que pueda permitir expresar el nivel de su fe a Dios, que les permita gozar del encuentro con su Dios y su comunidad. Lamentablemente cuando molestan o hacen ruido, lo primero que se hace es retirarlos del culto, llevándolos a lugares especiales para ellos o de lo contrario no se les atiende. El Culto debe ser una experiencia agradable para todo niño que se acerca para adorar a Dios.

2. La Escuela Dominical: la Escuela Dominical debe ser un espacio donde el niño y la niña aprenden todo lo referente a su fe en Dios, conocen y practican los valores cristianos, comparten la amistad con los demás. Muchas de nuestras Escuelas Dominicales carecen de maestros preparados y que cuenten con materiales propios para niños(as). La atención para con el niño debe ser especial, se les debe brindar calor de hogar, materiales para su edad, enseñanza actualizada, oportunidades para su creatividad, canciones que refuercen su fe, etc. La Escuela Dominical debe ser un espacio donde el niño pueda dialogar acerca de su fe con su maestro y sus amigos. El maestro es el pastor del niño.

Los niños olvidados. Estos niños son aquellos que no entran fácilmente a la categoría de niños excelentes, generalmente son olvidados por la condición social en que viven. Son los que están totalmente desamparados por la sociedad.

Abandonados. Son aquellos que caminan por las calles mendigando un pan o deambulando sin saber a donde ir. Han sido abandonados por sus padres o tutores. En ellos la personalidad a desarrollar ha de ser el resultado de la influencia del medio ambiente y del tipo de relación que tenga con las personas de su edad o mayores. En un contexto social así, éstos niños adquieren costumbres y hábitos negativos, que difícilmente se podrán cambiar a corto plazo. Sus modelos de vida no son los grandes personajes de la sociedad que se caracterizan por la practica de altos valores morales y espirituales, sino los de la calle.

Enfermos. Generalmente el ambiente del niño enfermo es su lecho o algún lugar donde permanece largo tiempo para su recuperación y se desarrolla. Unos tienen enfermedades físicas y otros padecen enfermedades psicológicas. En estos casos la atención toma dos caminos: uno es la atención simple, casi descuidada, se realiza en el hogar o en algún lugar asistencial no muy adecuado, sin posibilidades de contar con las medicinas necesarias. El otro es la atención adecuada, pero donde no tienen la posibilidad de compartir muy a menudo con sus familiares, ya sea porque estos lugares se encuentran muy distantes o por el abandono de los padres.

Es lamentable encontrar muchos niños en situación de abandono, ya sea por la irresponsabilidad de sus padres o por insensibilidad social.

Pobres. Muchos niños y niñas se encuentran en una situación de extrema pobreza, desde ya esta situación les impide tener una buena alimentación, una buena educación, es decir, un bienestar adecuado; lo que implica que no tienen las condiciones básicas para ser felices. El panorama es bastante desolador, ya que muchos de esos niños mueren al nacer o en edad temprana; otros caen en desgracia, son abandonados por sus padres, y no tienen donde ir. En la mayoría de casos son llamados por la sociedad: “niños de la calle”, “pirañitas” o en el último de los casos “peligrosos”. La personalidad y situación de cada uno de estos niños es muy crítica y su futuro no es nada extraordinario, a pesar de los esfuerzos que realizan algunas personas e instituciones por ayudarles a superar esta situación. Una pastoral para niños. Análisis de su entorno social. Como se habrá visto anteriormente, para realizar una pastoral con los niños es necesario hacer un análisis previo de su entorno social (familia, barrio, escuela, sociedad), para lo cual nos ayuda las siguientes preguntas: ¿Qué está sucediendo con los niños y niñas?, ¿Cómo es el medio donde viven?, ¿Cómo se están desarrollando?, ¿Tienen problemas de orden social, económico, cultural, familiar y espiritual?. Estas preguntas nos ayudarán a realizar un cuidadoso análisis de la realidad infantil, el cual nos permitirá bosquejar un plan para nuestra tarea pastoral.

Establecer el diálogo: una vez obtenida la información necesaria, se necesita establecer un diálogo con los niños y niñas, hacerse amigos de ellos, estar con ellos en todas sus actividades. Es un diálogo restaurador en el cual no sólo se obtiene datos sino un mayor conocimiento existencial de su persona, de su familia y de su situación social.

Visita a sus hogares: toda información necesita ser verificada; para ello es aconsejable visitar el hogar del niño para establecer un diálogo con los padres y poder comprometerlos en la tarea pastoral. Esta es una gran oportunidad para compartir nuestro interés por sus hijos, invitarles a

reuniones de orientación familiar, escuela de padres, reuniones de la iglesia. A la vez nos permite conocer sus necesidades básicas.

Identificación con su visión de las cosas: los niños desde ya por todas las informaciones que reciben van adquiriendo una visión de las cosas, por lo tanto, es necesario que los que van a hacer una pastoral con los niños se identifiquen plenamente con sus ideales, su realidad, las inquietudes e interrogantes que tienen. Esta actitud no significa salir del paso ante sus preguntas ni dar falsas ilusiones, sino es tomar la actitud de sentarse con ellos, estar en plena relación íntima, ayudarles a forjar su propio destino.

Formación de un equipo idóneo: la pastoral no puede estar en manos de una sola persona, es necesario contar con un equipo idóneo que apoye la tarea pastoral. El trabajo tiene que darse en equipo y para ello debe tenerse en cuenta lo siguiente:

• No se puede atender al niño simplemente con relatos o cuentos bíblicos, sino que se le debe complementar con temas de la vida cotidiana, para poder interpretar mejor la realidad desde una perspectiva cristiana.

• Las formas verbales casi no deben usarse, es conveniente usar la forma de la expresión en forma creativa (arte), como medio para posibilitar la expresión del niño, sus conflictos, ideas, etc.

• Las dificultades que experimentan los niños requieren en su proceso de ajuste a la sociedad una atención pastoral y ésta debe estar al alcance del niño.

• La Iglesia como centro de encuentro. La iglesia tiene que convertirse en un centro de encuentro cristiano de los niños y niñas, donde ellos puedan sentirse como si fuese su casa, su escuela, su barrio, la casa de Dios. Para lograr ello es necesario que toda la comunidad haga suyo este propósito.

• La Escuela Dominical es un buen espacio que permite una buena formación cristiana para sus vidas. En lo posible debe haber cultos para niños, una vez al mes, utilizando para ello liturgias apropiadas para su nivel y dinámicas posibles para su celebración, incluyendo desde la creatividad hasta su plena participación. Permitir una separación transitoria con las personas mayores para poder vivenciar a su edad una experiencia con Dios. Luego pueden participar en el Culto con sus expresiones propias y talentos.

• Las actividades que realice la iglesia con niños y niñas debe tener en cuenta todo lo expresado hasta aquí. Si hubiera niños y niñas de la comunidad que no son parte de la congregación, no se les debe forzar a asistir a los cultos, sino invitar a asistir juntos con sus padres. Nuestra misión principal es formarlos con valores cristianos y que puedan expresar su fe en la comunidad cristiana a la que pertenecen.

• La tarea pastoral de la Iglesia en cualquier comunidad es compartir el amor de Dios con todos los niños y niñas.

Escuela bíblica de vacaciones. La Escuela Bíblica de Vacaciones (EBV) es un ministerio que las iglesias realizan mientras que los niños están en vacaciones de su escuela. En muchas iglesias la EBV dura una semana pero puede durar más (dos semanas o más). La Escuela Bíblica de Vacaciones es una gran oportunidad para alcanzar muchos niños para Cristo. También comprende un día de clausura que puede ser el domingo siguiente a ésta.

La EBV debe ser planeada y organizada cuidadosamente, invitando a niños de la iglesia y del barrio. Diremos cuáles son las necesidades que demandan tal esfuerzo y todos los beneficios recibidos al realizar una obra tan digna en la iglesia.

1. La EBV evangeliza a los niños fuera de la iglesia (Deuteronomio 31:13). 2. La EBV evangeliza a los padres fuera de la iglesia. A todos los padres que, por una u otra causa,

no han tenido mucho interés en la iglesia, se les ofrece la oportunidad de enviar a sus hijos a la escuela bíblica de vacaciones, y a la vez, se prepara un programa para clausura de la escuela, al cual se invita a los padres para que asistan y vean participar a sus hijos en dicho programa. Por este medio, muchos padres de alumnos quedan interesados en que sus niños asistan a la escuela dominical semanalmente. Aun algunos de estos padres se interesan a tal punto, que ellos mismos asisten a la escuela dominical o a los servicios semanales de la iglesia local.

3. La EBV ofrece enseñanza adicional para los niños que ya asisten a la escuela dominical. 4. La EBV ofrece la oportunidad para el evangelismo. 5. La EBV provee mayor preparación para los maestros de escuela dominical. 6. La EBV aumenta la membrecía de la iglesia.

Campamentos infantiles. Este ministerio se puede desarrollar también en el tiempo de vacaciones de los niños en etapa escolar. Puede ser por edades y sexos. Las iglesias encuentran un recurso valioso de crecimiento espiritual y evangelismo en los campamentos de verano.

Las actividades que se pueden realizar son variadas, tomando como referencia las características de cada edad. Otros ministerios de la iglesia pueden aportar con su contingente para que los cam-pamentos infantiles cumplan su función y propósito. Las competencias, cultos infantiles, payasos, manualidades, etc., son prácticas necesarias en este tipo de eventos.

Ministerios entre adolescentes La iglesia encuentra en los adolescentes un gran desafío para poder ministrarlos. Es una de las etapas más difíciles para conservarlos en el camino del Señor y ayudarles a superar tantos cambios que les acontece en cada área de su vida. El pastor y los líderes de jóvenes deben esforzarse por saber lo que los adolescentes piensan, saber escucharlos y colocarse en su lugar.

Los ministerios que se puedan desarrollar hacia los adolescentes son claves en la vida de la iglesia y de las familias que tienen hijos en esta edad.

Escuela Dominical para adolescentes Muchos adolescentes están estudiando en la escuela básica y la palabra clave es “transición”. Ni son adultos ni son niños. A veces se portan como adultos y a veces como niños. Para poder desarrollar el ministerio de Escuela Dominical con ellos, es necesario señalar una vez más sus características fundamentales, para poder aprovechar al máximo sus potencialidades:

1. Son conscientes de la ropa, su arreglo personal, su apariencia. 2. Son conscientes del sexo opuesto y buscan relacionarse con éste. 3. Son conscientes del dinero, lo que vale, lo que cuestan las cosas. Algunos trabajan. 4. Tiene altos ideales (creen que van a cambiar el mundo), admiran ciertos personajes y

desean ser como ellos. 5. Tiene buena memoria para aprender textos y guardan muchas enseñanzas espirituales. 6. Desean ser independientes, pero muchas veces son fácilmente influenciados. 7. Tiene un sentido social despierto. Se resienten con la injusticia. 8. Dudan de lo que los adultos dicen, dudan de la Biblia y preguntan ¿por qué? 9. Están evaluando todos los principios que les han sido enseñados. Es tiempo de formar

convicciones en ellos. 10. Tienen más conocimiento que experiencias, piensan que lo saben todo pero... 11. Su crecimiento físico está en su mejor época y están madurando como adultos. Hay

problemas de ajustes hasta que se acostumbren a su nuevo cuerpo. 12. Crece físicamente muy rápido. 13. Tienen días de más energía y días de desgano. 14. Se preocupan mucho de su apariencia física. (Hay que enseñarles la importancia de la

belleza interior). 15. Son criticones. 16. Dudan de todo y quieren razonar todas las cosas. 17. Son curiosos, leen y buscan en libros. 18. Tienen buen sentido del humor (no todos). 19. Pueden ser tímidos (no han desarrollado toda su iniciativa). 20. Les encanta el compañerismo, lo necesitan aunque no lo digan. 21. Desean ser tratados como adultos. 22. Desean tener sentido de pertenencia al grupo y son muy leales a él. 23. Muchas veces tienen amor al dinero. 24. Se enamoran del amor. 25. Se sienten incomprendidos de sus padres. 26. Son fluctuantes. 27. Toman sus decisiones de forma romántica sin razonar mucho. 28. Edad de decidir que quieren ser.

Es importante poner los mejores maestros en la edad adolescente. Es a esta edad en que un 85% deja la escuela dominical y la iglesia. Debe haber enseñanza bíblica a su nivel de interés y problemas para que en lugar de dejar la iglesia se afirmen en ella. El maestro debe comprenderlos, amarlos, interesarse en ellos y escucharlos. El maestro debe probar con su ejemplo y la Palabra que Jesús es el Hijo de Dios y que podemos confiar en la Biblia como libro inspirado por Dios.

El maestro debe hacer interesante su clase, nunca aburrida y monótona.

Escuela para padres de hijos adolescentes Este puede ser un ministerio novedoso, pero importante en la vida de una iglesia si quiere conservar a los adolescentes y ayudar a los padres en la formación de ellos. Queremos desde estas líneas dar algunas sugerencias a las familias acerca de su contribución en esta época tan crucial de la vida de sus hijos.

1. Las familias han de entender y asumir su protagonismo bíblico en la educación espiritual de sus hijos, incluso cuando estos llegan a la adolescencia. De forma continuada, aunque en ocasiones sea necesario amoldarla a las nuevas circunstancias, las familias han de continuar proveyendo instrucción -es decir comunicando los principios de la Palabra de Dios- y un ejemplo consistente de lo que significa la aplicación en la vida cotidiana de esos principios bíblicos.

2. Los padres han de asumir la responsabilidad de cuidar y cultivar su vida espiritual como individuos y como matrimonio.

3. Todos los hijos del mundo tienen el derecho a pedir que sus padres sean íntegros, honestos y coherentes en su caminar espiritual. No creemos que los hijos se vuelvan hacia sus padres en busca de perfección pero si se vuelven en busca de honestidad y coherencia, y ésto último en ocasiones no lo encuentran.

4. Los padres han de asumir su responsabilidad de contribuir al clima general de la comunidad cristiana.

5. Las iglesias han de asumir la responsabilidad de ministrar a los padres para que entiendan y además asuman su responsabilidad bíblica de educar a sus hijos. De forma práctica la iglesia puede llevar a cabo esta tarea proveyendo a los padres de tres aspectos claves: Visión: Es decir una comprensión de la importancia del ministerio de los padres en la vida de los hijos, del papel irrepetible, vital y fundamental que juegan en el desarrollo espiritual de sus hijos. Adiestramiento: La iglesia local no ha de detenerse en el primer punto. Recordar a los padres su responsabilidad bíblica no es suficiente. Los padres necesitan saber cómo llevar a cabo la tarea encomendada. Muchos padres no saben, porque nunca han recibido la instrucción necesaria para ello. Otros no han tenido en sus propios hogares modelos que puedan servirles de puntos referencia. Recursos: Finalmente, la iglesia debe proveer a los padres con los recursos necesarios para llevar a cabo su papel en el desarrollo espiritual de los hijos. La comunidad local debe hacer

un esfuerzo de investigación para localizar y proveer a los padres con aquellos recursos que les ayuden a ellos a crecer espiritualmente y ayudar a sus hijos en esta aventura.

6. La iglesia debe desarrollar trabajos creativos con los padres de los adolescentes. Actividades lúdicas, más énfasis en el trabajo pastoral personalizado, grupos pequeños, actividades especiales, una clara y abierta colaboración con entidades denominacionales e interdenominacionales serían algunas sugerencias al respecto.

7. Las personas que estén al frente de la escuela para padres de adolescentes deben ser adultos con buena disponibilidad y buena voluntad. Estamos hablando de personas maduras, con una fe claramente integrada en personalidad y vida cotidiana, personas, en definitiva, que puedan ser ese marco de referencia que se está buscando.

8. La iglesia debe ofrecer cultos para todos los miembros de la familia. Si el culto es una experiencia de adoración y alabanza a Dios de la familia de la fe, hemos pues de ser sensibles al hecho de que la familia de la fe no sólo está compuesta por adultos, sino también por niños, adolescentes y jóvenes. Hemos de encontrar vías que permitan a estos sectores expresar su alabanza y adoración no en formas o expresiones adultas sino en las propias de su edad y en el marco de toda la comunidad religiosa.

Evangelismo y discipulado a adolescentes Un ministerio eneludible que se debe desarrollar con los adolescentes es el evangelismo y discipulado. Para ellos, es necesario tener muy en cuenta los siguientes criterios:

1. El criterio de la creatividad: Los adolescentes viven en un ambiente de increíble creatividad. Las artes, los medios de comunicación, las empresas y otros grupos ideológicos y de presión son conscientes de la importancia de la creatividad para captar y ganar las mentes de los adolescentes. No existe justificación de ningún tipo para que nuestros materiales, recursos, presentaciones y mensajes sean carentes de creatividad y calidad.

2. El criterio de la relevancia: Hemos de comunicar el Evangelio de forma que sea comprensible y relevante a los jóvenes de nuestro tiempo. Un esfuerzo debe ser hecho para que las buenas noticias puedan romper la barrera que hace que miles y miles de adolescentes rechacen y no se paren a considerar un mensaje que desconocen pero que desgraciadamente creen tener superado y por tanto innecesario para sus vidas. Se ha de evitar el uso de argumentos espiritualistas para justificar nuestra falta de relevancia cultural a la hora de presentar el Evangelio. Haríamos bien en volvernos al ejemplo de Pablo tal y como lo encontramos en 1 Corintios 9:19-23.

3. El criterio de la adecuidad a la cultura juvenil: No es un secreto para nosotros que los adolescentes oyen y ven pero no leen con la misma intensidad. Walkmans, vídeos, televisión, consolas, radios, ordenadores, discos compactos y toda esa parafernalia acompaña la vida cotidiana de nuestros adolescentes. Nuestros recursos han de tener muy en cuenta esta realidad a la hora de ser diseñados.

4. El criterio de la economía: Si queremos alcanzar a todos han de producirse recursos que por su coste sean fácilmente adsequibles por nuestras comunidades y puedan ser distribuidos de forma gratuita entre la población adolescente.

Algunos temas de discipulado que se podrían desarrollar con los adolescentes son:

a. Relación con Jesús b. Tiempo devocional (oración y lectura de la Biblia) c. Relacionando a Jesús con nuestro estilo de vida cotidiano d. Cómo comunicar nuestra fe e. Cómo impactar nuestra comunidad

Atención a madres adolescentes Frente a la realidad cada vez más alarmante de madres adolescentes, la iglesia puede desarrollar un ministerio en beneficio de la población adolescente gestante, respetando siempre sus derechos de individuo y/o pareja dentro de un marco social y constitucional vigente.

Se les debe brindar un espacio de atención integral a las adolescentes, sus parejas y familias que se encuentran ante una gestación prematura y no planeada, interviniendo a nivel médico, psicológico, socio-familiar y educativo, para facilitar los procesos de adaptación, habilitación y prevenir una segunda e inmediata gestación. Entre algunas actividades que se podrían realizar con las madres adolescentes, tenemos:

1. Apoyo emocional a las madres gestantes, su pareja y su familia. 2. Desarrollar talleres sobre:

a. Aceptación y adaptación a la gestación. b. La lactancia como vínculo afectivo. c. Parejas y familias gestantes en la sociedad. d. Parto – Post Parto y métodos de planificación.

3. Realizar actividades de educación–formación, como: a. Apoyo a la vivencia de la maternidad. b. Cuidados del bebé. c. Nutrición de la madre y el bebé. d. Estimulación temprana en recién nacidos.

Orientación vocacional a los adolescentes Probablemente un ministerio como éste, se podría decir que lo debe desarrollar el pastor u otro profesional. Sin embargo, la iglesia, puede crear un departamento con personas capaces de orientar a los adolescentes sobre su vocación. A más de ser un instrumento de Dios para proclamar su evangelio, la iglesia puede ayudar a las personas en esta etapa crucial a decidir su futuro profesional.

Los adolescentes sienten que están a un paso de dejar “el nido” -la casa, la escuela. Y en este momento tan “revuelto”, no ven un futuro previsible. De todos modos, más allá del escenario de incertidumbre que se les ofrece, los chicos que están terminando el secundario, ya están viviendo el tiempo de descuento.

La orientación vocacional es un proceso de ayuda al orientado para que, al conocerse a sí mismo y al mundo del trabajo, se prepare y acceda a la profesión adecuada a sus aptitudes, intereses y rasgos de personalidad, teniendo en cuenta las posibilidades de estudio y de trabajo existentes. Todo ello debe realizarse mediante un equipo orientador interdisciplinario (pastor, mentor, tutor, profesores, psicólogos, pedagogos).

La labor del equipo cristiano que trabaje en esta área será de guiar al adolescente en la toma de decisiones. La elección de una carrera es una decisión estrictamente personal y nadie podrá tomarla por la persona. La función de la iglesia debe ser ayudar al adolescente a aclarar sus opciones y a tomar una desición inteligente, considerando los diferentes factores.

La atención vocacional es personal y varía según la persona. Siempre habrá muchachos que tienen más claro lo que quieren y otros que necesitan mayor orientación. Si está al alcance un test voca-cional, puede aplicársele al muchacho. También se puede ayudar al muchacho a aclarar ideas haciendo preguntas sencillas como:

1. ¿Qué actividades prefieres hacer? 2. ¿Cuáles actividades haces bien y cuáles no? 3. ¿Cuál es tu forma de ser? 4. ¿Qué cosas podrías hacer que te harían sentir bien? 5. ¿Cuál es la razón que tienes para seguir una carrera en la uni versidad? 6. ¿A quiénes consideras importantes para tomar en cuenta a la hora de elegir la carrera? 7. ¿Te sientes presionado por tus padres, amigos o familiares? 8. ¿En cuáles universidades se ofrecen las carreras de tu interés? 9. ¿Cuáles son los requisitos de ingreso y los costos? 10. ¿Qué servicios estudiantiles te pueden ayudar en los estudios?

Hay que guiarlo a aclarar sus intereses, aptitudes y condiciones. Guiarlo en el proceso de investigación. Pedirle que investigue sobre las distintas carreras que son de su interés y las que no. También hay que recomendarle que hable con profesionales que ya estén involucrados en el ambiente; que le cuenten lo positivo y negativo de la profesión, los pros y los contras. Se le puede pedir que confeccione una lista con todas las carreras que ofrecen, y empezar a tachar las que cree que definitivamente no le interesa seguir y escribir porqué no las estudiaría.

Hay que ayudarle a ampliar la información sobre estas carreras que sí le interesan, en especial sus requisitos y valorar si los cumple. Se debe orar con el adolescente para que tome la decisión

correcta. Puede tomarse su tiempo para reflexionar en su futuro. Por último, sugiérale al muchacho que elabore un proyecto vocacional conformado por, al menos, tres opciones.

Los ministerios anotados, más algunos que se mencionaron en el trabajo con niños, se pueden desarrollar con los adolescentes.

Ministerios entre jóvenes Según la clasificación que hicimos en la unidad anterior, la juventud comienza a los 20 y termina, aproximadamente, a los 40 años. En esta época acontecen varias situaciones en los jóvenes. Unos están estudiando. Otros ya están desempeñando su profesión. Hay quienes se han casado y tienen hijos.

La juventud es una etapa importante en la vida del ser humano. La iglesia debe aprovechar, con toda intención, este período en las personas para desarrollar ministerios significativos para el bienestar de la misma y de la comunidad en general.

Escuela Dominical para Jóvenes Bien se puede dividir la Escuela Dominical de jóvenes en diferentes grupos, si la situación amerita: Jóvenes solteros, jóvenes casados, jóvenes profesionales, etc. Para ello, cabe recordar y ampliar las características que tienen los jóvenes, para tomarlas en cuenta al momento de desarrollar la clase de escuela dominical:

1. Son físicamente maduros, ya pueden reproducirse. 2. Tienen un gran apetito. 3. Por curiosidad tratan de probar el alcohol y el tabaco. 4. Tienden a adoptar malos hábitos que toman de otros. 5. Quieren entender las razones para cada cosa. 6. Recuerdan ideas mejor que palabras. 7. Les gusta argumentar y debatir. 8. Son idealistas y creativos. 9. Tienen conciencia del deber. 10. Tienen curiosidad por el futuro. 11. Les gusta pertenecer a un grupo exclusivo, si no les gusta se va a otro. 12. Les gusta la organización y la responsabilidad. 13. Se sienten atraidos al sexo opuesto, se enamoran y olvidan muy rápido. 14. Les gusta mucho las actividades recreativas. (En la vida cristiana debe haber juego, sino se

frustran grandemente). 15. Buscan un lugar en la sociedad para ellos. 16. Tienen emociones fuertes y fluctuantes. 17. Necesitan desenvolverse anímicamente como son. 18. Responden al desafío del servicio.

19. Esta es una buena edad para la consagración. 20. Si son llamados, pueden enrolarse en el ministerio (no sólo debemos entusiasmarlos, sino

orientarlos).

Pastoral Juvenil Hemos de entender que además de un oficio administrativo o de programas, el término “pastoral juvenil” habla principalmente de relaciones. En otras palabras, de cuál será aquel contacto o trato que el pastor establecerá con sus jóvenes, con la siguiente configuración:3

• Un objetivo: La madurez humano-cristiana del joven. No es algo externo, sino algo interno que va formando su personalidad.

• Un modelo pastoral: El principio de la encarnación. Entrar en su realidad y solidarizarnos con todos sus sufrimientos y anhelos.

• Un método: El hermenéutico o circular. Promover un diálogo continuo entre el joven y sus situaciones y el mensaje del evangelio.

• Un punto de partida: La condición juvenil. Un análisis serio de la realidad juvenil nos ayudará a definir nuestra pastoral juvenil.

• Una propuesta: El anuncio del evangelio en el poder del Espíritu Santo. Un Cristo Vivo, que sale al encuentro de la juventud para producir una experiencia genuina.

• Un lugar: La comunidad cristiana. La comunidad cristiana es el lugar de encuentros, donde se desarrolla la experiencia con Cristo.

• Un estilo: La capacidad de sintonía y diálogo. Confianza, sinceridad, entrega, tolerancia y comunicación, promueven apertura al mundo de la juventud.

• El tipo de líder: El pastor -maestro de la fe. No un gran teólogo, sino alguien que posea un conocimiento sólido y fundamentado del mensaje cristiano.

• Un protagonista: El joven. Los jóvenes deben sentirse protagonistas. • Un tiempo: El proceso de la vida. Hay que lanzarse a la búsqueda de la

madurez cristiana. Se requerirá de tiempo y reflexión. • Una meta: La orientación vocacional. Jóvenes que puedan explotar al

máximo sus posibilidades humanas como hijos de Dios.

La Pastoral Juvenil verá la realidad espiritual del joven, buscando integrarlo balanceadamente a su entorno social, a sus relaciones familiares y a la iglesia.

Reuniones juveniles semanales Las iglesias deben realizar reuniones para jóvenes de diferentes edades, como una alternativa clave para su crecimiento espiritual. Aparte de la Escuela Dominical, los fines de semana (viernes, sábado 3 http://www.atrevete.com/faxjuvenil/edicion/v25-3.shtm.

y domingo), los jóvenes necesitan realizar actividades cristianas que los alejen de las atracciones del mundo.

Para que este ministerio sea efectivo, se necesita líderes de jóvenes con visión y pasión que trabajen con ellos con estrategias pertinentes a su necesidad y realidad.

Recordemos que los jóvenes son diferentes de los adultos y quizá en muchos sectores hasta criticados por ellos. Nuestra monotonía y rutina, nuestras costumbres eclesiásticas han hecho que muchos jóvenes no encuentren lo atractivo que es vivir la vida con Cristo. Más que presentarles el evangelio que los hace libres, les hemos presentado camisas de fuerza que los esclavizan, moldes no contextualizados a su realidad que los aburren y terminan ahuyentándolos del Señor.

Los jóvenes son las personas que por su propia naturaleza demandan mayor preocupación y tiempo de nuestra parte. No nos estamos dando cuenta que la falta de un trabajo más serio con los jóvenes nos está llevando a un descuido de ellos, y lógicamente, sus conflictos y decisiones sin una clara orientación los puede llevar a desvíos que más adelante pueden lamentarse.

Necesitamos realizar un trabajo personificado al joven. Los jóvenes son personas y no meramente objetos de experimentos nuevos. Ellos necesitan líderes con cualidades indispensables, propias del trabajo que se está realizando; no personas neófitas y sin pasión; sino personas que sepan comprender las características de los jóvenes y partiendo de allí, poder guiarles y orientarles con paciencia y amor hacia la voluntad de Dios para sus vidas. La despersonalización y el descuido del joven es un pecado delante de Dios.

En el pasado las reuniones juveniles eran vistas como buenos programas: juegos, charlas, paseos, lugar para hacer amigos, estudio de la Palabra de Dios, etc. Sin embargo hoy nos damos cuenta que la influencia a largo plazo con resultados duraderos, viene de una significativa relación y de buenos modelos. Por cierto que la programación tiene su lugar, pero la influencia positiva a largo plazo en la vida de los jóvenes viene de vidas y no de programas.

El primer requisito para trabajar con los jóvenes es amarlos. Después vienen todas las otras actividades creativas que requieren los jóvenes.

Club de jóvenes La iglesia, a través de su grupo de jóvenes, puede desarrollar estrategias de alcance que rindan más y mejores frutos que en la actualidad. Una de estas estrategias es la formación de Clubes de Jóvenes. El club no es una reunión juvenil tipo iglesia, tampoco busca competir con el ministerio juvenil local, sino, al contrario, debe ser parte esencial de él, o a su vez, puede ser un ministerio que se complemente bien con otros, para jóvenes.

Por lo menos, hay tres objetivos claves para el correcto funcionamiento de un club de jóvenes que desean crecer y alcanzar a otros.

1. Alcanzar madurez (Colosenses 2:9, 10). Necesariamente tenemos que empezar con los jóvenes de nuestro ministerio juvenil tal y como están espiritualmente, y llevarlos por el camino del desarrollo espiritual. La meta es que sean personas balanceadas, que testifiquen con efectividad y que se conviertan en ganadores de almas. La madurez es un proceso de toda la vida. Filipenses 1:6 así lo afirma. El proceso de maduración empieza cuando aceptamos a Cristo y sigue hasta que lleguemos a estar en Su presencia.

2. Establecer comunicación (1 Corintios 9:22). Los líderes del club (que son todos los miembros de la sociedad de jóvenes local) deben ser enseñados a ganar el derecho de ser oídos apropiadamente. El nivel de comunicación a desarrollar debe permitir comprender el problema, las necesidades y la forma de actuar de los jóvenes no creyentes. Como resultado, nuestra juventud logrará comunicar su fe en Cristo en forma práctica y positiva.

3. Evangelizar (Salmo 126:2). La razón principal de la iglesia es ganar almas para Cristo y si logramos los objetivos antes mencionados, el resultado obvio será el conseguir el objetivo tres; porque ya podemos decir que está en condiciones de presentar a Cristo a los no creyentes.

Algunas características de las reuniones del club de jóvenes son:

La reunión es informal. En una casa antes que en un templo o auditorio. Si el templo tiene facilidades físicas, como por ejemplo un salón multiusos entonces sugerimos que se reúnan allí.

La reunión es al atardecer. (usualmente) el viernes porque, las reuniones juveniles tienen lugar el sábado por la noche. El atardecer se asocia con reuniones sociales. Los jóvenes quieren disfrutar de un ambiente de libertad después de la semana escolar.

La reunión gira alrededor del líder del club. quien es capaz de comunicarse con jóvenes no creyentes con facilidad y ganar su atención; quien es capaz de poner en alto el nombre de lo que representa, y puede dirigir una reunión de esa naturaleza; quien toma participación directa del programa y lo anima.

La reunión significa participación. Los rompehielos son el medio para lograr la participación. No olvidemos que el joven tiene mucha energía disponible.4

CAUSE CAUSE son las siglas de: Cristianos Actuando Unidos Sembrando Esperanza. Este es un ministerio desarrollado por jóvenes de la Iglesia del Nazareno en diferentes partes del mundo. Es una alterna-tiva para involucrar a jóvenes en tareas productivas, a la vez que se desarrollan integralmente como cristianos.

4 Reyes, Samuel. http://www.paralideres.org/pages/page_941.asp

CAUSE es una forma de mostrar integralmente el amor de Dios, por medio de jóvenes dispuestos a ayudar a otros sin intereses políticos ni económicos. El único interés está en reflejar con las acciones lo que Cristo ha hecho en sus vidas.

Las actividades que realizan los jóvenes de CAUSE en lugares necesitados son: Trabajo (reparaciones y pintura de edificios), evangelismo, títeres, recitales, mimos, horita feliz, grafiti, teatro, tiempo devocional, tiempo de adoración, charlas, entre otras.

Discipulado a jóvenes5

El discipulado es un ministerio esencial que se debe desarrollar entre los jóvenes. El ministerio juvenil en general, que se encuentre comprometido con la transformación y el desarrollo integral del joven, de seguro hará del discipulado una de sus herramientas más vitales y fundamentales. Para desarrollar un buen discipulado, debe haber un sentido de “pastoral juvenil”.

Esta breve, pero sustanciosa expresión ministerial, posee la virtud de otorgar en sí misma el contenido de su accionar: Guía, cuidado, atención, acompañamiento, inspiración, restauración, seguimiento, formación/educación, reconstrucción, consolación, corrección, motivación.

Es en este marco ministerial donde el discipulado asume un rol de significativa importancia. El discipulado de jóvenes debe perseguir propósitos bíblicos claros:

• Gálatas 4.19: “Hasta que Cristo sea formado en vosotros”. • Colosenses 2.18: “A fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo

hombre”. • Efesios 4.13: “Hasta que todos lleguemos... al hombre perfecto, a la

medida de la estatura de la plenitud de Cristo”.

El discipulado del joven es el proceso mediante el cual un joven cristiano más maduro asume la responsabilidad de ayudar a otro a que Cristo sea formado en su vida, en una relación de padre-hijo, discipulador-aprendiz.

- El discipulado no se da en forma natural. Sólo sucede cuando el líder de manera voluntaria e intencional toma la decisión de llevarlo a cabo.

- Se asume la responsabilidad por el crecimiento “total” del joven. Ello implica ayudarle a crecer en todos los campos de su vida: espiritual, social, intelectual, emocional y fisiológico.

- Es un proceso, no un curso. No es asunto de enseñar algo, sino asunto de pasar el estilo de vida de Cristo al joven. Es un proceso que dura toda la vida. Por lo tanto, el líder debe ocuparse del joven siquiera hasta que alcance la madurez espiritual que le permita convertirse en un seguidor de Cristo por sus propios medios, capaz de repetir el proceso en otro.

5 Massacesi, Hernán.http://jnionline.com/comunidad/modules/news/article.php?storyid=12

- Es formación más que información. Es formar carácter más que comunicar conceptos (el carácter de Cristo). No se evalúa a base de cantidad de contenido cubierto, sino a base de calidad de vida formada en los jóvenes discípulos.

- Es transferencia de vida. Es pasarle a otro la calidad y estilo de vida que uno tiene. “Transforma compartiendo vida”.

Ministerio para matrimonios jóvenes Parte del desarrollo vital del ser humano es llegar al matrimonio. La época en que las personas se casan oscila entre los 18 y 35 años de edad. A ellos se los denomina matrimonios jóvenes. Tienen característica comunes como: Están aprendiendo a ser cónyuges y padres, trabajan, algunos siguen estudiando, se enfrentan a los desafíos de la vida y de lo que depare el futuro. La iglesia debe atenderlos como parte de su programa de desarrollo cristiano integral.

El ministerio para matrimonios jóvenes debe ministrar a parejas en cualquier nivel de desarrollo matrimonial, desde aquellos cuya relación pende sólo de un hilo, hasta los que han estado felizmente casados por años y tienen una base sólida sobre la cual edificar. Los matrimonios débiles deben ser sanados, los mediocres deben nacer a una nueva vida y los ya sólidos deben ser lanzados hacia la excelencia.

El liderazgo de este ministerio debe producir parejas que saben cómo caminar en el poder y la unidad que Dios desea para sus matrimonios. De esa manera podrán fortalecer sus iglesias locales y alcanzar nuevos niveles en su vida cristiana y matrimonial.

PROPUESTAS MINISTERIALES EN LAS ETAPAS DEL ADULTO, ANCIANOS Y LA FAMILIA

Ministerios entre adultos La adultez, como tal, comienza aproximadamente a los 40 años y alcanza hasta los 65. Gran porcentaje de las personas en las iglesias y en la sociedad están en este período de vida, el cual es propicio para producir, dar, servir como facilitador, ser parte de grandes proyecto, etc. Se pueden desarrollar varios ministerios entre adultos, tomando en cuenta la etapa de vida que les ha tocado vivir.

Escuela Dominical para adultos Para desarrollar una clase de Escuela Dominical con personas en la etapa de adultez media, es importante conocer sus características:

1. Son individuos independientes y auto dirigidos. 2. Pueden pensar por sí mismos, formular sus propios conceptos, tomar decisiones

sabias. 3. Han logrado la estabilidad en asuntos emocionales. 4. Les gusta estar con gente. Saben comportarse en todos los contextos. 5. Tienen necesidades espirituales y psicológicas básicas en común:

a. Salvación – Estar bien relacionados con Dios; b. Seguridad Libres de ansiedad y preocupación; c. Desean sentirse útiles, tener propósito en la vida, pertenecer a un grupo, ser

amados, estar en constante crecimiento y tener nuevas experiencias. 6. Desean mantener su nivel y estilo de vida. 7. Necesitan adaptarse a cambios fisiológicos. Se dan cuenta que “van para viejos”. 8. Necesitan aprender a vivir en el hogar, con hijos problemáticos, con hijos que se

casan y salen del hogar, con los nietos. 9. Pueden relacionarse con padres de su misma edad. 10. Necesitan que se les oriente a fijar prioridades en el uso del tiempo, cómo usar el

tiempo libre y prepararse para la jubilación.

Para tener una clase de Escuela Dominical con los adultos, es necesario reconocer que ellos necesitan saber: Estudiar la Biblia, evangelizar, descubrir y usar su don espiritual, ser buen mayordomo.

El maestro de adultos debe ser un guía, motivador, recurso, facilitador, porque el alumno es descubridor, contribuidor y maestro. Se pueden usar varias actividades para enseñar a los adultos: Charlas, diálogos, debates, invitación a un experto, dramas, entrevistas, paneles, entre otras.

Alfabetización de adultos En sectores donde amerite, la iglesia puede desarrollar un ministerio para alfabetizar adultos. Es una herramienta para contribuir a la erradicación del analfabetismo y para el desarrollo de acciones intensivas de educación básica de adultos e iniciación en una capa-citación profesional que les permita su incorporación efectiva al mundo laboral.

A la vez que se soluciona un problema real en varios contextos latinoamericanos, éste puede ser un medio para alcanzar a otras personas para Cristo hasta que lleguen a ser miembros activos en la iglesia.

Ministerio de orientación matrimonial y familiar En la actualidad habida cuenta los grandes cambios sociales a que nos vemos sometidos, el matrimonio y la familia no quedan al margen de los mismos. Lo que hace tanto o más interesante y necesario que desarrollemos un ministerio de orientación matrimonial y familiar.

La fe de los cristianos en la santidad del matrimonio y de la familia es la mejor garantía para que su vida de matrimonio y de familia responda en la práctica al modelo cristiano de matrimonio y de familia deseado y bendecido por Dios.

Al margen de las costumbres y de los criterios sobre el comportamiento humano, sexual y social de la pareja y de la familia, que dependen en gran medida del ambiente cultural y social en el que el hombre vive, es importante contar con unas referencias básicas que sirvan de pauta para determinar la normalidad y coherencia de los sentimientos y de las relaciones que existen entre los esposos. Teniendo en cuenta el modelo cristiano de matrimonio y lo que dicho modelo comporta en el orden moral, un primer punto de refe-rencia para la conducta de la pareja es el de la fidelidad conyugal, entendida fundamentalmente como conducta que no es ni pretende ser engañosa para la pareja. Bajo esta condición, los problemas que normalmente surgen en el entendimiento y la convivencia de la pareja no debería considerarse como datos que pongan en crisis o en

duda la estabilidad de la unión conyugal, sino como situaciones que forman parte de las dificultades habituales de toda convivencia

y que los esposos pueden superar apelando a los múltiples resortes del amor conyugal.

La preocupación de la iglesia por los problemas matrimoniales y familiares se funda en la idea que la iglesia tiene acerca de la dignidad del matrimonio y de la familia. El matrimonio y la familia son instituciones naturales de las que dependen las primeras y más necesarias funciones de la existencia y de la convivencia humana.

La orientación o pastoral matrimonial y familiar no puede reducirse a la solución de problemas particulares, a la preparación de los novios al matrimonio o a atender las necesidades inmediatas de determinados grupos de matrimonios y de familias cristianas una solidaridad espiritual y social que ayude a los esposos cristianos y a sus hijos a descubrir la gracia que Dios deposita en el hogar y a de-sarrollar las virtudes teológicas y morales a través del amor conyugal y de las relaciones entre padres e hijos; sino a mucho más. Varios matrimonios han sentido en los últimos años la necesidad de formar parte de grupos matrimoniales con quienes poder compartir la gracia del matrimonio, profundizar en la espiritualidad matrimonial, compartir ideas, problemas y soluciones, ayudarse recíprocamente y colaborar en el bien de otros matrimonios.

Ministerios varios Debido a que los ministerios entre adultos pueden ser en distintos órdenes, a continuación solamente enumeramos algunas ideas generales de lo que se podría hacer con y entre ellos. La iglesia no debe desaprovechar este recurso valioso, ya que es la etapa de vida más productiva.

1. Ministerio de diaconía 2. Ministerio de mayordomía 3. Liderazgo eclesiástico en diferentes órdenes 4. Ministerios de compasión 5. Ministerios de Trabajo y Testimonio 6. Ministerios en la iglesia (maestros de Escuela Dominical, miembros del grupo de

alabanza, visitadores, misiones, etc.)

Ministerios entre ancianos La ancianidad va desde los 65 años de edad en adelante. Los ministerios que se puedan desarrollar con los adultos deben tomar en cuenta ciertas pautas:

• Los cambios en el estado físico, situación familiar y en el trabajo se inician en la edad madura, pero se proyectan hasta la ancianidad.

• Se debe involucrar a las familias y comunidades, quienes se convierten en redes de apoyo fundamentales para lograr que los adultos mayores tengan una vida plena y satisfactoria.

• Hay que realizar actividades formativas y recreativas que fortalezcan la autoestima y la vida emocional y espiritual de la población adulta mayor y, en especial, de aquellos que, por su situación económica, aún más se le ven restringidas sus oportunidades y sus sueños. Llevar a cabo actividades con las familias de estos adultos mayores con el propósito de sensibilizarlos y hacerlos participes de su vida y sus proyectos.

• Brindar a los adultos mayores la oportunidad de tener una mejor calidad de vida. • Informar a los adultos mayores sobre aspectos médicos que puedan beneficiar su

salud. • Generar actividades diversas que deriven en un beneficio emocional, espiritual y

físico para los adultos mayores. • La iglesia puede proveer a los miembros de las familias de los adultos mayores,

información adecuada sobre diversos temas que conduzcan a su incorporación y bienestar.

• Realizar convenios con instituciones de atención al adulto mayor para unir esfuerzos y mejorar su calidad de vida.

Entre algunos ministerios que se pueden realizar con los ancianos, tenemos:

Cuidado de ancianos Un grupo de jóvenes o de adultos, bien puede desarrollar un ministerio de cuidado de ancianos, tanto de la iglesia como de la comunidad, ya sea en la iglesia (si tiene espacio físico), o en sus propios hogares. Este ministerio se desarrollaría con voluntariado, para ahorrar costos a los familiares.

Si se realiza este ministerio en la iglesia, no solamente se debería dar cuidado a los ancianos, sino darles una atención integral, que tome en cuenta las áreas: física (alimentación), emocional, afectiva, espiritual, psicológica y social.

Ministerio de voluntariado El trabajo voluntario rejuvenece a los ancianos. La iglesia puede proveer espacios para que los ancianos desarrollen trabajos de voluntario dentro y fuera de la misma.

El trabajo voluntario puede dar brillo a los años dorados. Un estudio encontró que adultos mayores quienes trabajaron como voluntarios hasta 100 horas al año, eso es solo dos o tres horas semanales, viven más felices y saludables.

La iglesia debe apoyar la perspectiva de que hacer trabajo voluntario es importante en el contexto amplio de envejecimiento exitoso. Comprometerse es la clave. Es sabido que los

adultos ancianos que rindieron servicio voluntario fueron más propensos a donar su tiempo a programas patrocinados por instituciones religiosas. El estudio citado, encontró que los adultos ancianos quienes fueron voluntarios tenían mejores puntuaciones en tres medidas de bienestar: estado funcional, autoevaluación de su salud y depresión.

El trabajo voluntario tiene un efecto más allá del número de amigos. Desde aumentar la perspectiva, el voluntario incrementa poder, prestigio y recursos, puede aumentar su sentido de identidad.

Atención de emergencias para ancianos Los adultos mayores necesitan consultar a los doctores con mayor frecuencia. Sin embargo, a medida que envejecen, se les dificulta el traslado del hogar a las citas, el recordar todas sus citas, el atender una clínica u hospital muy ocupados, o el entender cómo funciona el programa de seguro médico. Al principio, esto puede parecer no relacionado a aspectos “médicos” y espirituales, pero cuando se convierten en barreras para obtener servicios, afectan directamente el estado anímico y de salud de los ancianos. Por esta razón la iglesia puede crear un ministerio de emergencias para los ancianos dentro y fuera de ella. Por supuesto, este nivel de atención agrega un toque personal que les hace sentirse siempre atentidos.

El ministerio puede comenzar su acción aún antes de la llegada del paciente al hospital o a la clínica. Desde el momento en que hace su cita, se puede coordinar su transporte en una camioneta, que se la puede llamar “sólo para ancianos”, sin costo alguno. El día anterior a su cita, recibe una llamada para recordarle el horario de llegada del transporte. Al día siguiente, el conductor con otros miembros del ministerio lo recoge en su hogar y le conduce directamente al centro médico. Lo espera hasta que es antendido y posteriormente lo transporta de vuelta a su hogar. Una vez ofrecido este servicio, también se le puede ofrecer una atención similar para que vaya a la iglesia y sea atendido espiritualmente.

Ministerio“adopte un abuelo” Las personas de edad avanzada pueden estar muy enfermas y solas como para abandonar sus hogares y acudir a la iglesia.

Se puede implementar un ministerio donde niños y jóvenes de la misma, puedan adoptar un “abuelo”. De esa manera se involucran las dos partes: los que adoptan y los abuelos. Mutuamente se pueden ministrar. Pueden tener encuentros para compartir y formar una “relación abuelo-nieto”, donde se perciba el amor, la atención, la consideración, la motivación, la búsqueda de Dios.

Ministerio de Interseción Sabiendo que la oración es crucial en la vida de toda congregación, los ancianos, pueden desarrollar un ministerio importante a través de la intercesión. Pueden reunirse en la iglesia

o en las casas para interceder por necesidades comunitarias y personales. El impacto de este ministerio, ha sido tremendo en comunidades eclesiásticas importantes.

Un grupo auxiliar puede ayudar en el ministerio de intercesión que realizan los ancianos. Este grupo se encarga de recolectar las peticiones de oración de la gente y ponerlas a disposición de los ancianos intercesores. Pueden hacerlo por teléfono, fax o correo electrónico.

Ministerio de Consejería Los líderes cristianos sabios deberán involucrar a los ancianos en el ministerio de consejería. Ellos han acumulado una vasta gama de conocimientos y experiencias, que sabrán orientar acertadamente a los más jóvenes. Por supuesto, deben ser ancianos cristianos con vidas ejemplares y que dispongan de tiempo para trabajar en este ministerio. Pueden servir como consejeros prematrimoniales, matrimoniales, de familia, orientadores vocacionales, entre otras áreas.

Ministerios para la familia Los ministerios que se han propuesto en los grupos anteriores, sin duda involucran a la familia. Varios de ellos se los puede llevar a cabo desde esta óptica. Sin embargo, hemos creído conveniente anotar otros ministerios que se pueden realizar tomando como punto de referencia a toda la familia.

Pero antes de proponer nuevos ministerios, cabe recordar algunos principios importantes de la familia desde la perspectiva cristiana.

Dios ha diseñado la familia como la institución principal para llevar adelante las funciones más importantes de la gente en esta vida.

El hogar es el centro de la adoración cuando los padres reúnen a sus familias diariamente para orar, cantar alabanzas y leer la Palabra de Dios.

El hogar es la principal institución para la educación cuando los padres y sus esposas-ayudantes entrenan a sus hijos para una vida de servicio a Dios a través de la preparación en las habilidades espirituales, académicas y de la vida en general.

El hogar es la base de la economía (o se tenía la intención de que así fuese) a medida que las familias trabajan juntas para producir lo indispensable para la vida y negociar sus excedentes por aquello que no pueden producir.

El hogar es el centro del cuidado de la salud y la beneficencia cuando las familias cuidan a los enfermos y a los que son económicamente dependientes de entre sus miembros.

Ministerio unos a otros La familia es también el centro del ministerio. No estamos acostumbrados a pensar en estos términos debido a nuestras ideas falsas sobre el ministerio, pero es verdad. Si el ministerio es simplemente cubrir las necesidades de las personas, entonces, más ministerio, y más ministerio efectivo, ocurre en el hogar más que en cualquier otra parte en la vida – al menos ése es el diseño de Dios cuando el hogar es saludable.

Los niños tienen necesidad de instrucción y los padres responden con el ministerio de la enseñanza. Los platos necesitan ser lavados y uno de los miembros de la familia responde con el ministerio de lavar los platos. La hermana pequeña necesita que su cabello sea cepillado y arreglado en la mañana y la hermana mayor responde con el ministerio de arreglar el cabello. La abuela es incapaz de vivir por sí sola y la familia responde con un ministerio amplio de hospitalidad, cuidado de la salud, preparación de alimentos y toques amorosos (¡y recibe lo mismo a su vez!). Y la lista sigue, sigue y sigue.

La buena vida hogareña se define por la calidad del ministerio que allí ocurre. Este ministerio basado en el hogar es constante, impulsado por la necesidad, personal, enfocado, y por lo tanto, muy efectivo. No hay nada burocrático respecto a esto, aunque bien puede ser regulado por alguna estructura por causa de la eficiencia (la “lista de tareas” de los niños viene a la mente). Nada se hace solo con el propósito de mantenerse ocupado. No hay comités o reuniones. No hay profesionales en un staff para que laven los platos, cepillen el cabello, lean las historias o den los abrazos

Evangelismo en la familia ¿Puede el evangelismo hacerse en el hogar? La mayoría de los cristianos pasan un tiempo difícil imaginándose eso porque para ellos el evangelismo es una actividad que, por definición, está programada: reunirse las noches de los martes para el evangelismo por medio de la visitación, o tener una venta de pasteles para levantar fondos para el misionero evangelista.

Pero el evangelismo más fructífero y efectivo es el que tiene como base el hogar. Ciertamente que el campo de misión más fértil de cualquier hogar son los niños que lo habitan, y sin embargo cuán a menudo estos niños son pasados por alto por padres que están ocupados con el “ministerio” de la iglesia o incluso en actividades evangelísticas fuera del hogar. Ningún padre debiese pensar en otros ministerios a menos que esté evangelizando y entrenando adecuadamente a sus propios hijos.

Pero el potencial evangelístico del hogar no termina con los niños. En cualquier familia (extendida) hay algunos seres amados no salvos que debiesen ser objeto de oración y de una actividad evangelística consciente. Ésto no significa sólo compartir las palabras del

evangelio; también incluye todos aquellos breves testimonios sobre la bondad de Dios, todos aquellos actos de servicio que pueden abrir el corazón de otro.

El mismo tipo de atención debiese ser dirigido hacia los vecinos, los amigos, los compañeros de trabajo, y cualquier otra persona en el círculo de conocidos de la familia que necesitan conocer al Salvador.

Cada individuo, cada familia, tiene una red única de relaciones que constituye el “campo misionero” de esa persona o familia. La manera más efectiva y natural de ganar a estas personas es amándoles, sirviéndoles, orando por ellos y compartiendo testimonios y palabras de verdad con ellos.

Ningún “programa de evangelismo eclesiástico” programado puede ser tan efectivo puesto que generalmente implica contactos y relaciones arregladas. Dios opera normalmente a través de vínculos humanos naturales.

Discipulado en la familia El discipulado es una actividad que, por su misma naturaleza, se lleva a cabo por medio de una relación a lo largo del tiempo. Los discípulos de Jesús fueron escogidos para “que estuviesen con él” (Marcos 3:14). Pasaron tres años y medio “con Él, ”comiendo, durmiendo, observando, escuchando. El discipulado es vivir con otro hasta que aprendes su forma de vida. Incluye la enseñanza, el modelado, el entrenamiento en la marcha, pero la esencia del discipulado es una relación. El discipulado y la enseñanza más efectiva es aquella que se hace por las familias con aquellos en su círculo natural de relaciones. Puede ser una conversación uno-a-uno con un creyente más joven recientemente ganado para Cristo. Puede ser un pequeño grupo de estudio bíblico para vecinos o compañeros de trabajo. Puede ser un proyecto de trabajo hecho con un “discípulo” como una oportunidad para observar sus rasgos de carácter y para modelar una conducta piadosa ante él.

El error más grande de la iglesia moderna es el error de no discipular verdaderamente a aquellos que conforman la iglesia. Esto no es de sorprenderse porque el modelo burocrático de iglesia es contraproducente del tipo de relaciones que se requieren para que suceda el discipulado.

Las familias deben, una vez más, abrazar su obligación de proveer cuidado para sus miembros en necesidad. Es una vergüenza para los cristianos que tantos de sus ancianos languidezcan en instituciones debido a que la generación más joven no quiera molestarse con su cuidado. Cuando las familias estén ministrando veremos a la iglesia ministrando.

Ministerio de la hospitalidad Ningún ministerio familiar recibe más énfasis en el Nuevo Testamento que el ministerio de la hospitalidad. Es ordenado explícitamente más de una vez: “Hospedaos los unos a los otros sin

murmuraciones” (cf. Romanos 12:13; Hebreos 13:21; 1 Pedro 4:9). Su importancia se recalca por el hecho que la hospitalidad es mencionada en ambos pasajes que enumeran las calificaciones para aquellos que vayan a ser ancianos/supervisores en la iglesia (1 Timoteo 3:2; Tito 1:8). Además, los ejemplos de hospitalidad están por todas partes en las Escrituras: considere a Martha y María (Lucas 10:38), Lidia (Hechos 16:15), el carcelero de Filipos (Hechos 16:34), Publio (Hechos 28:7), Onesíforo (2 Timoteo 1:16; 4:19), y otros.

La hospitalidad es el contexto donde pueden ocurrir los ministerios efectivos del evangelismo, el discipulado y el cuidado de los necesitados. Es simplemente la apertura del hogar para incluir a los de afuera. El tener una reunión de la iglesia en el hogar es una manera de ejercitar el ministerio. También lo es al hospedar a cristianos viajeros, especialmente a aquellos involucrados en los ministerios de enseñanza y pastoreo de la iglesia.

A medida que se abre el hogar y los de afuera son alimentados, vestidos, y se les ofrece descanso, la familia está compartiéndose a sí misma con otros y ministrando en una de las maneras más personales y fructíferas posible. La iglesia como institución no puede practicar la hospitalidad (¿mantendrá un sofá-cama en uno de los salones de la Escuela Dominical?). Es aquí donde se hace obvia la superioridad del ministerio basado en la familia.

El ministerio real persona-a-persona, cara-a-cara, alma con alma, debe ser hecho en el contexto informal de la vida normal cotidiana – y eso significa la vida del hogar y las actividades y relaciones que constituyen la vida de la familia.

Consejería cristiana para la familia La iglesia puede desarrollar un ministerio efectivo de consejería familiar cristiana, involucrando a profesionales evangélicos. Los consejeros, pastores o psicólogos cristianos pueden donar horas de trabajo para dar consejería familiar. La iglesia debe proveer de un espacio físico destinado exclusivamente para este ministerio.

La situación de la familia en nuestro contexto es tan diverso en su problemática, que hace urgente una orientación cristiana con principios bíblicos. Por eso un ministerio como éste, será de gran ayuda para las familias creyentes y para las de la comunidad.

Se dará atención a los cónyuges, a los hijos en sus diferentes estapas de vida, a la familia como un todo, a los demás miembros familiares que son parte de esa red, como tíos, abuelos, primos, etc. La iglesia será beneficiada con un ministerio como éste.