PÍoXII y los Hebreos en la Segunda Guerra Mundial. Una contribución a la reflexión

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Serie: Historia MARÍA DE,L MAR LARRAZA (Ed.) HISTORIA DE ISRAEL Y DEL PUEBLO JUDÍO: GUERRAYPAZ EN LATIERRAPROMETIDA ffiKffitr4ffi& EDICIONES UNIVERSIDAD DE NAVARRA, S.A. PAMPLONA

Transcript of PÍoXII y los Hebreos en la Segunda Guerra Mundial. Una contribución a la reflexión

Serie: Historia MARÍA DE,L MAR LARRAZA (Ed.)

HISTORIA DE ISRAELY DEL PUEBLO JUDÍO:

GUERRAYPAZEN LATIERRAPROMETIDA

ffiKffitr4ffi&EDICIONES UNIVERSIDAD DE NAVARRA, S.A.

PAMPLONA

Primera edición: Mayo 2010

O 2010. María del Mar Larraza (Ed.)Ediciones Universidad de Navarra, S.A. (EUNSA)

Plaza de los Sauces. I y 2.31010 Baranjin (Nararra). EspanaTèléfono: r34 q48 25 68 50 - Fa-x: +i4 948 )i 68 54

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Índice

IntroducciónMaría del Mar Larraza

Pnrnaena PenrsEL PUEBLO JUDÍO EN PERSPECTIVA HISTÓRICA

Del asentamiento de Israel en Canaan a- la caída de Jerusalén:historia y relato bíblicoFrancisco Varo

Biblia y Arqueología

Juan Anto ni o Fernrindez- Tresgterres

Un pueblo sin Estado. Dos mil afios de historia entre la Tierrade Israel y la Diíspora .................Iosé Ramón Ayaso

Los judíos ante la modernidad: de Ia ilusión de Ia emancipacióna la creación del Estado de Israel I53Alu/lro Íerrara

I1

35

o/

r1t

La tierra mís disputada: Israel y el conflicto de PalestinaAlfonso lglesias

Pío XII y los hebreosen la Segunda Guerra Mundial.Una contribución a la reflexión

Marteo Luigi NapolitanoUniversidad de Molise (Italia)(Tiaducción de Mikel Berraondò)

El debate sobre la relación entre Pío XIi y los hebreos desl-rrollado durante los últimos cuarenta aios, sea por la intensiclerlcon la qlle se ha manifestado, sea por las investigaciones a que h;r

.lado lugar, nos crea unos interrogantes que no pueden ser eltrrli-

.los y, sobre todo, nos trae a colación los temas mós dispares, c1rr,.

('rì esta sede sería imposible tratar completamente.

;Fue verdaderamente Pío XII indiferente a la suerre de los h..'

lrreos durante la Segunda Guerra Mundial? ;Estuvo verdaclcr.,

rììente guiado por la indiferencia en los enfrentamientos? lPes:rn,r,tcrdaderamente en la actitud de la Santa Sede el anti-judaísnro v

, l prejuicio?

Debemos indicar, en primer lugar, que incluso en las crítitrrs{lue los mis serios investigadores hacen a Pío XII, las pregtrrrt.rtrìunca son realizadas en estos térn'rinos. En segundo lugar, :r pr'r.u,lel hecho de que hoy en día los documentos permitan rcL()ns

' r rrcciones mucho mís exactas del pasado, sólo los polemistas tr.,

n r itos reclaman la antigua herencia de la Iglesia -el tradicional ,r r r

r rscrnitismo católico- para demostrar su actitud durante la gucrr...En su prolijo volumen sobre La distruzione degli ebrei d'|,.rrn,

i,,r, Raúl Hilberg, que no puede ser conrado entre los uapolosis

',.,,, de Pío XII, cita una serie de decretos, acciones y procr.rirl

3',r9

mientos adoptados por la Iglesia en tiempos pasados que cierta-

mente no deberían tomarse como un modelo de discriminación

anti-hebraica en el siglo )C( Estas medidas' Por un lado' se.refie-

ren a períodos histór1cos relacionados principalmente con la,lla--^

d^'n rpublica sub Deo, o con el ejercicio del poder temporal de

la lglesia, finalmente desaparecido en 1870; por otro lado' el pro-

pio"Hilb.rg sugiere qttt i"' medidas an^ti-hebraicas eclesiisticas

'"aop,"a", !n,r.".1 Concilio de Elvira (306 d'C') y el fin del po-

a.rì.-poral de los papas (1870) son sólo mero objeto de estu-

dio, es iecir, explic",t hi'tó'it"mente las raíces del anti-judaísmo

.atóli.o y r.r, d.plo,ables efectos' Pero tal discriminación no pue-

de ser comparada ni en una mínima Parte con lo que Hitler fuc

capaz de hacer. Según escribe Hilberg:

Éstos fueron algwnos rÌe los precedentes .que

h,yO'u'fo "':':!";

canazi ieredó. En 1933 no tudas las lecciones del pasado' mucnas a(

las cuales habían sitlo oscurecitlas por el tietnpo' se mdntenían uiua.s en

el recuerdo. El oluido había golpàclo particularmente algunas lecciorn's

-por ejemplo, las que ort/en"aban cle cuidarse de los disturbios 7 los po

;";*;, f.'.1- Sl íi" h''o' renido que descubrir uiejas uerd'adu' dr

'br*o, ,rbloryor el hecho rle que' por el contrario' mucbos de los nueu"'

descubrimientos se siturtrÚn en un terreno que los preclecesores no ht

bíanintentacloexplorar.Losprecetlentesadministratiuoscreadosporl,t'Igluia

1t el Estaclo estaban fo'zo'amente incompletos; la lí1tea cle la r'li:

cusión, tal 1t como habia sido trazada en los siglos precedentes' se itttt

rrampía a'mitatl tle camino; Las poLíticas anti-hebreas de conuersiórt v

expu'lsiónnopodíanllegarmàslejos.Estableciéndoseaquelloso.bjetit,tl'

l.onversión de los hJb"o' y su e*pulsión] sr atibuían al misttr"

tiempo límites ins;uperables pard la aición de la burocrarzz fpontifìci'r

y d. lo, reyes del catolicismo' en su época' y alemana en el sigl"

XXI gl, la supresión de aquellos obstticulos lproponiéndose corìì(]

úldmo programa l" sup'esiún del hebreo' y no su conversión,o cr

p.tlrioni pírho pr,-iti' alcanzar el màxirno potencia.l a aque.lla ''tt''puro

,1, ia ,|,,t'u"ión' Por tanto' la eliminación de las pro/tibiuott"

[es decir, Ia ausencia de aquellas medidas que la Iglesia había aclt'1'

,".1o .,-t el pasado] con'luji n /os adminisffatlores a/emanes a impntrt

sar e innouar; por esto, la burocracia alemana, en doce aíios, se manchó

de un crimen infinitamente mós grande del que la lglesia Católica

había podido perpetrar en doce sig/os'.

Queriendo ofrecer las primeras ideas para la reflexión y el de-bate sobre el tema en cuestión, hacemos nuestra la lección de Hil-berg, que podemos sintetizar del modo siguiente:

1) Gran parte del antisemitismo católico del pasado ha desa-

parecido con el dempo; 2) Aquello era practicado en la doctrinay en los principios de la Iglesia Católica, pero se concentraba (conindeseables desviaciones, por cierto) en la conversión o expulsiónde judíos; 3) Et el fondo estas prócticas, aunque pueden ser vis-tas como Ia antesala a la destrucción de los judíos, no son sufi-cientes por sí solas, puesto que dichas medidas tenían límites yobsticulos infranqueables, y si lo deseado era dar un usalto cuan-titativo, (en términos de los verdugos, por supuesro), se requeri-ría la eliminación Íìsica (lo que Hitler hizo); 4) En tan sólo doce,rtlos, Hitler fue capaz de hacer a los judíos lo que la Iglesia Cató-lica nunca había podido hacer en mil doscientos aios.

l. Antisemitismo, doctrina y diplomacia vaticana

En la historia de la Iglesia Católica del siglo XX hay un pre-i eclente importante en la lucha contra el antisemitismo, si bien ra-r.ì vez es mencionado. Se trata del decreto de condena del Sanrot )fìcio de 25 de maÍzo de 1928, muy anterior a la puesta en mar-, lra de las posteriores leyes raciales en Alemania e Italia. F.n e\ De-, tch.tm De Consociatione Vwlgo Amici [srael Abolenda,lalglesia Ca-r,llica se expresaba en estos términos:

t...1 Q"a caritate permota Apostolica Sedes eumdem populum con-

tra iniustas uexationes protexit, et quemadmodum omnes inuidias ac

1. Hrr-srtc, 1995, pp. l0-12.

320321

simuhates inter populus reprobat' ita uel maxime damnat odium ad-

,r,ìrw populu-'oli* d D)o 'b't'*' odiwm nempe illud' quod uulgo

dntisemitismi nomtne nunc signifcari solet ["'] ''

La Sede Apostólica, a nivel oficial e indiscutible' condenaba es-

pecialmente ,.el odio contra el pueblo una vez elegido por Dios''

.rr-r odio que ahora era conocido como antisemitismo' Si del as-

f..,o p,rà-ente doctrinal pasamos al diplomótico' yendo hacia

"d.l"rli" en el tiempo descubrimos comportamientos muy intere-

santes, tal y como reflejan los testimonios de varios diplomd'ticos'

Así escribía en l" ,egunda mitad de julio' por ejemplo' el em-

bajador americano en ltalia:

El órgano rJe/ VaticanoLOsservatore Romano ha publicado fel 2

rle .lulio it, lgSSl t'tnas obseruaciones del Papa l'rch,trs " 'F '*'-l:.*"cle Directores deL mouimiento por la Juuentud Católica' etL las cua/es lt'r

decldrarJoqtleelusorleldpa'lahraCatólicosigntJìcdbaLlniuersalynoet'a ni racial, ni nacionalìlta ni sepdrdtisttt' Thmbién dijrt que (es nec(

sario decir que hay dlgo partiutlirwrcnte repugwtnte en este espíritu ltseporatismo 7 nacionalismo exageraclo>''

Es revelaclor que el aPoyo inicial de los católicos que vivían etr cl

extranjero, .rp..iztl-",ttà de los norteamericanos' en contra dc MLrs

solini, clisminuya seguidamente de la actitud que la Santa Sede tení'r

Contraelracismonazi,cosaquelaltaliafascistaestabaapulltotlt.in-ritar. [,os católicos estaclounidenses' en Prìrticulal no tardarou t'lr

siruar a tocl.as las clictaduras bajo un mismo paraguas' considerantlt'

a Mussolini, Hitler y Stalin en un mismo plano' ['o denuestra el si

guiente relato clel representante de Italia en \Tashiugtou:

). Acttt Aposntlicae '\edis' Oorrtntentrtriutu Officiale' Anno XX' vol' XX' 2 rl'"1

lg2B, 'úrn. a, pp. r0:r_r0i.'Eri",i..r.,n.1"l Sarìi., (Jfìci., conro clice cl texto liìtrrì,'

f* ;;r.;;J. p.i,: I'in XI cn la aucliencia clel 22 dc marzo cle 1928 y publicaclo el clí:r '' '-' j. tr L.Àb"j".lul. americano cn ltalia Phillips.rl Sccrctario de Estaclo:ìnìe[r(irrì('

24 de julio cle 1g3g, lor.igi n"r.,.l,,n ,of tlrc Urit..l Statcs, 1938, vol. Il: 'l hr lìt rrt'l'

Oornm,onucd/t1,, Europe, NLnr L'rst' ''tttd AJut't' yt' \x+'

La palabra papal, la cuestión racial, nuestras relaciones politicascon Berlín, la ausencia de reacciones ita/ianas a /as persecuciones nazisde católicos en A/emania 1 Austria, han sido elementos disoluentes de lasya existentes simpatías a nuestro fauor, )r determindntes de una actitudcada uez mds aguda de tlisidencia hacia los regímenes dictatoria/es sindiscriminación entre ltalia, Alemania y Rusia que estuuieron A iluestro

fduor poco tiempo atrtlsa.

Importante para definir la actitud general del Vaticano en re-lación con el racismo y en parricular con el antisemitismo, es unmemoríndum de 5 de noviembre de 1938, de una conversaciónentre el Secretario de Estado americano \il/elles y el embajador ita-liano en \lashington; Welles considera, inequívocamenre, que elVaticano había declarado públicamenre que los seres humanos nodeben ser discriminados (a causa de sus creencias religiosas y desu origen racialrt.

La actitud de la Santa Sede en relación con las leyes racialesitalianas es también testimoniada por una advertencia que posre-riormente el embajador italiano en el Vaticano dirigió en un des-pacho a su gobierno:

Como ya he dicho, es posib/e que el Papa haga enuiar al VE. unanotd de protestrt en cultnto sea publicado e/ esquema del decreto-/ey parala defensa cle la raza. Es igualmente probable que, a pesdr de los pasos

que di bacia el Cardenal Seuetario de Estado, el Pontífce formule una

Prztestlt oral durante la recepción que concede diariamente. Por tantoeuitaré, de momento, cualquier conuersación sobre e/ temd6.

,1. El encargado de negocios en rùTashington Closmelli al Ministro de Relaciones| \rcriores Ciano, el 20 de octuble de 1938, DL)I, Seric Ocava, vol. X, doc. 298.

5. Mernoríndum de conversación clel Secretario de Estado,5 de noviembre de')J8, FRUS, 1938, vol. Il, cit., p. 598.

6. El Embajador ante la Santa Sede Pignatti Morano di Custoza al Ministro de Re-,, i()nes Exteriores Ciano, el 12 de noviembre de 1938, DDl, Serie C)ctava, vol. X, cir.,

,1,,, . :190.

322323

La confirmación de esta protesta del Vaticano se encuentra en

un documento especialment; preparado por las oficinas de la San-

ta Sede:

Tras la publicación del Demeto-Ley aprobado^el pasado 10 rÌe

nouiembre por el Consejo de Minisnos -se lee-' el Cardenal Seretario

de Estado, ejecutand'o la' ó'd''n" d'el Santo Padre' ha dirigido a S'E' el

senor Embàjador de ltalia unrt nota de protestaT '

Seialó el entonces cardenal Eugenio Pacelli (posterior Pío

XII), en una nota personal, tras una conversación con el Papa:

Miennas tanlo' agradec(mls /1 Dios 7 al Padrc Tacchi ,Venturi

respond.a a Bffirini [u' 'l Santo.Padr1 apem la rcspuesm,de[ Relt' Y

iipir, q", Muí,ohni d'b' p'n'o' bien-lo que hace: tJebe saber que szn

muchos los italianos d"'ont"to' con Mussolini' Es un punto débil del

Concord.ato' El Santo Pad're no se Prestaruí dz ningun modo''

No deben, sin embargo, maravillarnos las palabras del emba-

jador italiano en el Vaticairo, que hacia la mitad de diciembre eva-

luaba la cuestión racial y lo' tfttto' que ésta había tenido sobre el

Papa y sobre la Iglesia Católica:

Nuestra dctitud en t0rn0 a la cuestión de la raza, y especialmentt

hacia los hebreos, ha tenido una fuerte repercusión en el Sacro Colegirt

qu, drb, consid'erarse " 'u ma1'o'ía poco benéuolo para el Fascismo'

'Po'ru, qu, en el ambiente carclenalicio se di.ce que e.l *0",*",{:,í,tL1

trldesupolíticacondescendientehacialtaliaTsediscutelac1nctllacrq|lque él quiso cvnna el Parecer de muc,hos' El Cardenal Pizzardo es uno

tle aqiellos Purpu,odo' que ba hecho fuertes reproches .al.P1pa'. per"

también ha obtenticlo algo de '' 'o'f'ai"a' Thmbién a él el Pontffice l'

hta informado d'e su dolor 7 sus Preocupaciones' Ha dicho que ha sirlt'

7. Nota <le la Secretaría de Estado' 14 de noviembre de 1938' Actes et Documort'

du Saint-Siège relat$ à k-;;;";;;g""" mondiale(ADss)' vol' 6' apéndice 3' p' 536'

B. Apuntes d.l Sd;;;;i"St"to' t"ttl' Pacelli' sobre una conversación con s \

Pío Xl, Ai)SS, nota 13 a P' 536'

mal recompensado por todo lo que ba hecho por lta/ia y le ha manifes-tado su turbación, al margen de la uida (sic), de no haber cumplidocompletamente su propio deber por habersc dejado lleuar t/elfuerre afec-to por su patria italiana. E/ Ponttfce habría amenazado con hacer, an-tes. de morir, algo por lo cual ltalia sería recordada por mucho tiempo.El cardenal no ha sabido o querido decirme mós.-Es probable que elPapa haya tratado los mismos propósitos con otros. procuraré olrrn*datos mtis precisos. Entre las posibi/idades se encuentra una encic/icacontra el Fascismo o inc/uso una condena del Fascismo,,.

Creemos que ya sólo estos registros permitirían unas premisasun poco mis amplias al discurso sobre la relación entre elvatica-no y los judíos duranre la shoah. Se ha dicho"' que la regisraciónracial nno viene contrastada como principior, una vez fracasado elintento de conferirle un fundamento confesional y no racista. Novemos todavía por qué la Santa sede habría debido rimitar sus

l)rotesras al importanre compromiso adquirido en el concordatocn tema de matrimonios mixtos. Manteniendo el tono racista de,rquella ley, en nuestra opinión, permanece la actitud crítica sobrecl carócter, en general, racial y antisemita de la ley.

l. Pío XII diplomítico. ;Un doble agente?

ul-os diplomóticos no son capaces de hacer nada, pero son ca_

l)irces de todor. Así bromeaba, tiempo atrós, un embajador italia-rro recordando el trascurso de su carrera. Cuando el término udi_

1'l.macia, viene unido al vaticano, irremediablemenre se arriesgarrì() a un juicio moral de signo negarivo. Sin embargo,,"nioi rrgenio Pacelli como Juan )COII, el <papa buenor, o pablo VI,lucron diplomiticos de larga carrera. para algunos aspectos liga_

9. El Embajador en la santa sede Pignatti al Ministro de Exteriores ciano, r 2 de1 , icrnbre de 1938, DDI, Serie Ocava, vol. X, doc. 539.

10. Mrccol.r, 2000, p. 303.

324325

dos a la actividad internacional de la Santa Sede entre estos PaPas

no hay solución de continuidad pero' bajo nuestro Punto de vis-

ta, hubo una evolución, que posteriormente marcari el desarrollo

de la Iglesia.

Si ftendemos a la relación entre el papado y el hebraísmo' en-

contramos en el siglo )C( una evolución en el pensamiento' del

anti-judaísmo de matriz exquisitamente teológica a una nu-eva

.on..p.iAn, alentada por la Shooh' Decir' Por tanto' que.Pío XII

fue d.masiaclo ndiplomótico'' como a menudo se lee' es decir po-

co. Centrarse en la udiplomaciau y sobre el antisemitismo como

única referencia moral ie Pacelli es (1o ha hecho Rolf Hochhuth

ensudramaElVicttrio)unadistorsióndelarealidadhistórica.Thmbién el director Costa Gavras' que ha interpretado El Vi

cariohacien<lounapelícula'Cometeincreíbleserroreshistóricos.Por limitarnos a un solo e.lemplo' hay una secuencia en la cual el

Secretario de Estado, C"ri.'r"iMaglione, encuentra al embajador

alemàn en el Vaticano' conYocado a causa dela razzia de los he-

breos romanos el 16 de octub re de 1943' Costa Gavras retrata al

diplomótico alemin en una actitud de desafío; los documentos

qt. lo describen, sin embargo, nos muestran un caràcter mucht'

Ài, ,rr-iro, hasta el punto de que él pide a Maglione que no re'

fiera a Hitler que ha àtido "" Jtt'o coloquio en el Vaticano' Ma-

ftion. ,.rpo,là. al emba.iador que él es.libre de hacer lo que crclr

3por,.rno, con la.ondicíón de inducir inmediatamente a Kapplcr

"'rtrp".td., la deportación de los hebreos; de lo contrario' el Prr'

pa protestaría, confióndose a Dios por las consecuenclas'

Costa Gavras no ha tenido en cuenta estos documentos' ulìrl

fuente importantísima' mientras que su fuente es únicamente t'l

historiador Friedlander, quien tan sólo consultó archivos alemanct'

en los cuales no se ..t.,r.t,r" el coloquio entre von \feizsàcker y t'l

cardenal Maglione ya que el primero no escribió a Berlín sobre cli

cho asunto. Es mís, ,"tit"dà muy bien mentir' el embajador alt'

mín refirió que con el Vaticano todo marchaba correctamentc' \

Friedlanderh"d"doerróneamentecréditoaestareconstrucciótltlt

los hechos. Pero lo peor de todo es que siendo conocidos todos es-

tos documentos sobre el caso, como asesor de Gavras para el filmAmen, Fiedlander no sintió la necesidad de informar al direcroramericano de cómo se desarrollaron verdaderamente los hechos deaquel trígico 16 de octubre de 1943.

Que Friedlander se hubiera fiado únicamenre de los archivosalemanes consultados entre 1959 y 1964 pudo ser, sin embargo,comprensible para un estudio hecho en los aios sesenra, que noencontrara otra documentación referible si no era mis que la quesalía de los archivos americanos. Menos comprensible, e inclusomenos correcro, es el hecho de no haber informado de sus inves-tigaciones a Cosra Gavras en el 2001, durante el rodaje de la pe-licula Amen". Y esro no es mós que un mero ejemplo de cómo al-gunos mitos son rransmitidos.

.l 1 Desde 1965, el tipo de relacio.es entre la lglesia católica y los nazis puede sercstudiado sobre la base de una ingente cantidacl de documento.. E"ìst..r las A)tes et Do-r umcnts du.salnt-siège rilatif à la seconde guerre mondia/e, aparecidas entre 1965 y 19g1.l;l padre Blet, uno de los editores de esta colección, nos ha dicho que ésta fìre oublicada1r.r decisión de Pablo M, no po_r la_polémica provocada por El vìcario. sino tra" Ia pu-lrlicaciór-r del libro de saul Friedlander, primera obra verdaderanìenre clocumenral, Dero( orì documcnración de fuente sospechosa, dado quc, como sc ha dicho. de l.r enrbajacla.rlcnrana en el vaticano se clescriben cosas de rnaner:r:rproximativa y tenicnclo prar.,',.,rrnicamenre consideraciones cie oportunidad, sin dar cucnta dc la verdadera situación del.rs rclaciones con el vaticano. F,xiste también la colccción delos Foreign Rektions of the( lnìted states o la c.lección ame'icana dc docurnentos diplomóticos. imbién poden,r,,,,rlrllrr de I

.Doc,urtenti Dip/omatici hallazzz (excepción heil-ra de la décima ...ie, .1,-r. tra.

I ll dc septicmbre quedó constituida por documentos del gobierno legitimista y no de la,,lrLibfica de Sa1ò). valiosa es también la colección al.r'r"r" delos ikten zur'Deuty:henIrr.;ttràrtigen Po/ìtik, editada en dos versiones, alemana e inglesa (Documents on Gewnart

t,',t'ign Poliqt)' pero, como se imaginarí, la colección t.ptoJu.. también todos los falsos, rPachos de \Teizsacker, el cual tendía a dar un:r visi(n edulcorada de la situación. Esro

' , ' l,;1sg a la colección menos cierra desdc el pu'to de vista histórico, pero sí nos dice có-,,(, ciertos diplomíticos tendían rnís a complacer a su gobierno clue a decirle la verdacl,, t lto éstc que no result:r ralo, por otro lado). l)eber.r considerarse tarnbién las coleccio-

', , lrritiínicas (Documents on British Foreign Po/iry) y fi.ancesas delos Dot'uments Diplo-rtiques Fransais, cluc no resultan de menor interés. Esto para los documer-rtos eclitaàos.

\,1( r'iís, debemos rnencionar Ia gradual apeftura de archivos, que ha perrnitido a los in-'tiqaclores acccder a muchísimos documentos inéditos. F-n loi Err".los Unitlos la etrcs-

',,r ,lc la relación enrre la Santa sede y el nazismo se p'ede esrudiar :rhora gracias a nue,

', rics desclasificaclas, como la de los servicios secretos del olficc of Straèsic Sewices.

326

I

327

3. El mito de Hochhuth disipado' La razzia del gueto

de Roma

El 16 de octubre àe 1943,como decíamos' nada mós tuvo no-

ticia de la redada de Kappler en el barrio hebreo de Roma' el em-

il;d", alemón "r,

.l v"ti."no fue convocado por el Secretario de

Ert"do, el cardenal Maglione' 2Sobre qué hablaron Maglione y

von \feizsàcker la maóana de aquel 16 de octubre?

Sabiendo de la redada, Maglione pidió a von \fleizsàcker que

interviniese a favor de los hebreos romanos nen nombre de la hu-

manidad, de la caridad cristianar. nYo espero siempre^que-se me

pregunte: lpor qué nunca permanecéis en vuestra oficina?' res-

p.ía. \Lirsack.r. Maglio"e dice que todavía no le había dirigi-

do ninguna Pregunta similar'

Le digo simplemente: Excelencia' que tiene un ticrno y buen

corazón, ffate d'e sa/uar a tantos inocentes' Es cloloroso Pard el Santo

Paclre que incluso en Roma, bajo los ojos d'el Padre común' haya per-

sowts A las que se estti haciend'o sufrir-por pertenecer a una estirpe de-

rcrminada.

";Qué sería de la Santa Sede si las cosas continlrasen?' res-

poni.ìt embajador alemin' nla Santa Sede no querría verse erì

i" ,t...rid^d de dar su palabra de desaprobacióno' fue la res-

puesta del Secretario de E'stado' Fue en este instante cuandrr

\feizsàcker expresó toda su admiración por la obra llevad^ a c''t'

bo por el Vaticano a lo largo de la guerra' Visiblemente preocrr.

p"jo, ,. vio en la necesidad de examinar las graves consecuerì

ii", q.r. tendría alguna reacción de la.santa Sede' Maglione' trrts

h"b..l. "r"g*r",lo"que simplemente le estaba pidiendo que irt

terviniera úni.amente por humanidad' dóndole libertad de ttt'

revelar a Berlín el contenido de su conversación' aóadió que lrr

Santa Sede habría intentado no hacer nada contra el pueblo gcr

mínico.

Debo decirle que la santa sede no debe ser puesta en la necesidadde protestar: Si la Santa Sede se uiese obligada a hacerlo, se confiaría,por las consecuencias, a la Diuina Prouidenciatr.

Como es nororio, ni la conversación Maglione-Weizsacker nisus significativos detalles fueron referidos a Berlín por parte delembajador alemón en el Vaticano. El 17 de octubre, von Weizsàc-ker informó a su gobierno sobre los conractos habidos con la San-ta Sede:

Puedo confirmar k reacción del Vaticano en contra de la deporta,ción de los hebreos de Roma, como le ha referido mons. Hudal. La Cu-ria estó especialmente afectada, porque la acción se ha desa*ol/ado, porasí decirlo, bajo las uentanas del Papa. La reacción sería quizrís )re-nuada si los hebreosJiresen utilizados para trabajos en Ita/ia. Los hosti-les ambientes romdnos aprouechan la ocasión para forzar al vaticano aabandonar su reserua.. se afrma que, en las ciudades Jiancesas d,ortdehan ocurrido sucesos similares, los obispos han tomado posición abier-tamente. Y el Papa, como jefe supremo de k lglesia y Oltispo de Roma,no podría hacer menos. Se ha empezado a comparar al actual papa conel mtís enérgico Pio xJ. La propaganda de nuestros enemigos en er exte,rior aprouecharri seguramente esta ocasión para prouocdr una tensiónentre la lglesia y nosotros,3.

Algunos días después, el 28 de octubre de 1943, von \leizsàc-l<er volvió sobre el argumento:

A pesar de las presiones ejercidas sobre é/ desde diuersas pítrtes, e/Papa no se ha dejado inducir a ninguna declaración de protesta contrrtla deportación de los hebreos de Roma. Aunque se da cuenta de que porestlt ltctitud ua d ser criticado por nuestros enemigos y por los círt'u/os

12. Appunto riseruato del Cardinal Magliorte, l6 de octubre de 1943, ADSS, vol.t. rloc. 368.

13. \bn \7eizsàcker a von Ribbentrop, 17 de ocubre de 1943, cit. en Fnrnor.i\,,-' tr, I964, p. 186.

irn

328 329

?

Drotestantes d'e países anglosajones cln un intento de propaganda anu'

'católica, ,, ,ri, delicadi probLema ha hecho fu todo por no, emPeorar

las relaciones con el Gobi)rno y la autoridad en Roma' Dado que aquí

en Roma no se debería' 'o*o'

màs medidas contw lls hebreos' pode-

mos considerar liquidad'o este d'esagradable asunto para las relaciones

germano-uatictlnas t o'

Von V/eizsàcker no informó a Berlín no sólo del coloquio del

16 de octubre con el Secretario de Estado' sino incluso de Ia po-

sibilidad de que la Santa Sede protestase contra la deportación de

hebreos romanos. Sus despachos' sin embargo' eran cuando me-

nos enrevesados o falsos. Lo ha revelado el jesuita y gràn hrstorla-

dor americano Robert Graham:

[Von Weizsricker] no había referido nunca' por razznes .que

juzga'

bo ,dtidor, que el Vaticano había protestado el 16 d'e octubre' usando

i, trrguol;ndirecto, destinado i ser malinterpretado tras .la

guerra'

nn oqírtiU*po élse limitó a decir que ola Curia estti particularmen'

te preocupacla rt caus(l d'e tod'o to qú ha oc.urrido' por así decirlo' bajo

Itt uentuna d.el Papa', sin hacer mención d'e una explícita conuocatoria

d.el Cardenal Su'lto'io de Estado' El oblicuo I dParenteme7tl cayal

retornr sobre este o'igu*"'o' d'os d'ías tlespués' es reaelador d'el método

de Weizsàcket qu')"o'i'ntó màs turd'e a los historiadores" '

Albert von Kessel, en aquella época un joven diplomótico de

la embaiada alemana en el Vaticano' declaró lo siguiente a L'Osser-

uatore Romano:

El embajador uon Weizsricker debía luchar en dos Jrentes: plr un

lado, ,rcom)ndar a la Santa Sede' al Papa' que no .'::ot',acciones

d.esconsid'erad'as, acciones cle las cuales' quizàs' no percibía ndas .sus

úl'-rrnor

y catastóficas consecuencias; Plr ltro lado' el ernbdiador uort

weizsricker debía intentar persuadir a los nazis, a traués c/e las rela-ciones diplomàticas, de que el vaticano demostraba una nbuena uc,-luntaclrt".

No menos severo en contra de \weizsàcker es otro gran histo-riador, el francés Jacques Nobécourt, que no puede ,., pr..rr"_mente considerado como un defensor del vaticano. En la voz usi-lenzio di Pio XlIo, redactada por él mismo en eI Dizionario Storicodel Papato, ha escrito:

El hecho es que /a formulación der dipromtítico escondía compreta-mente la uerdad, /a cual era la siguiente: pío xII, acluertitlo rlesr/e elprimer momento por la Princesa pignate/li, /tabia actuado inmediata-mente, mediante dos religiosos alemanes, uno de eilos perteneciente a sucírculo cercano' el padre Pfrtffir el otro rector der seminario aremrin,monsefior Hudal. Dos boras despues el ataque fue suspendido y cuatromil hebreos amenazados encontrdr,n asilo en conuentos y colegios ecle-siristicos, )/ otr,s con italianos. pero de |os mires t/e depoitado,) Aurrh,ruitz, dos tercios de ellos mujeres y nifios, sólo quince ioruieron. |La ope-ración habría sido interrumpida si el cardena/ Maglione no ,i hubirrodec/arado de acuerdo con la dis*eción del embajadoa contanr/o con e/hecbo rle que éste /tabría interuenido personarmente, cosa qlue uerosí-milmente bizo? Extraframente, tras la guerra weizsricÈer se aturo sirm-pre a la uersión de la no interuención de pío xrl, incluso enfìentónt/osea sus directos co/aboradores Ntgó su reunión ,0, ,/ srcrrtirio c/e Esta-do, probablemente por no afiadir la acusación der propio silencio a lasotrds que le uenían dadasrr.

Todos estos elementos son infravalorados, incluso en nuestrosclías' Sergio Minerbi, en su arrículo uPio xII, il vaticano e il "sa-bato nero". Le responsabilità nell'arresro e nella deportazione de-

i6. ufQ5ssrv21ore della Domenicau, 28 de junio de 1964, p.33.17. NoeÉcouRl-, 199(>, p. t 186; cfr. también la p. 1lBB, en l" c.,"1 hay un juicro

rrr./rlogo del padre Graharn.14. FRtEI)l.ANDun, 1964, P' 187'

11. GnqFiA,N4, S.I., 1936, vol' 11, p' 242

330

.t

331

gli ebrei romanir", se refiere al testimonio de von Kesselt' que he-

mos citado un Poco mós arriba' del cual omite un hecho decisivo'

aventuràndose en una inexplicable defensa a ultranza de la credi-

bilidad y el trabajo d. t'ot' \íeizsàcker' Nos parece que ha sido

igualmente infravalorada en el debate contemporàneo sobre^Pío

XII una carta importante del rePresentante britónico ante la San-

ta Sede, Osborne:

Apenas tuao noticia d'el arresto de hebreos en Rorna' el Cardenal

Secretario de Estado formuló al embajador alemàn una serie de protes-

tas. El embajad'or se mouió rópidamente' con el resubado de que gran

ptarte d'e ,llo, fr,,on liberados' La interuención del Vaticano parece

haber siclo rtcaz por tanto en saluar un cierto número de estas desafor'

tunad.as personas' He intentado saber si yo podría refertr esto' 7 me fue

d'icho que habría podido, pero sólo pard nuestro conocimiento ! n0 Pdra

,tark prbtico coiocimiento, Purque nueuAs publicaciones tle ^informa'

ción iond.ucirían irremecliablemente a nueuas Persecucionesto '

Sobre la base de los documentos disponibles de la historia del

16 de octub re de l943,fuente de muchos debates y polémicas (la

redada de los hebreos romanos y la reacción vaticana son el argu-

mento de muchos libros, como ElVicario)' la síntesis que se pue-

de hacer es la siguiente: el Secretario de Estado del Vaticano' Ma-

;i";;, ,. ..fi.rJd juicio de von \leizsacker nde hacer o no hacer

mención de su conversación, que se mantuvo en tono amigable''

Se deduce por lo tanto que l" ^S""t"

Sede no temió la posibilidad

de que el emb"jador alemàn relatase completamente la co.nY€rsa-

ción que tuvo con Maglione, el cual había dicho que si hubiese

decidido protestar, l" SJnta Sede se hubiera confiado npor las con-

secuencias a la Divina Providencia''

18. MtNtlnet, 2002, esP' P' 42'

19. MtNsnet, 2002, P' 38'20. El Ministrt g'ití"itt'tt el Vaticano Osborne al Foreign O.t:t:j1 de octu

bre de 1943, tel. 400, pt'Ulit ntco'a Olfice' Kew' UK' FO 371137255' citado en

ADSS, vol. 9, nota 3 a P. 106'

Para la Santa Sede, en suma, lo que contaba era que la razziacesase inmediatamente. Así lo indican tanto los documentos vati-canos como los ingleses, pero no los alemanes, como se ha visto,sesgados por la circunsrancia de que el embajador de Hitler que-ría causar siempre una buena impresión a su superior y ffató dehacerle creer que las relaciones con el vaticano se caracterizabanpor la mdxima serenidad.

Debe aiadirse alguna cosa mís. Como hemos consrarado enlos documentos ingleses, para no empeorar las condiciones de lasvíctimas la Santa Sede pidió a osborne que no fuesen divulgadasnoticias sobre su intervención ante los alemanes a favor de los he-breos romanos. Es decir, que no se dijese nada sobre las buenasobras que estaban haciendo por las víctimas de la guerra.

4. ;Nosotros recordamos?

Tiatemos ahora otro rema comúnmenre debatido: la peticiónde perdón por la culpa de la iglesia duranre Ia Shoah.

Uno de los textos que mís suele ser aludido al tratar esre remaes la carta Noi ricordiamo, pÍeparada por la comisión pontificiapara el Diólogo con el hebraísmo. No es infrecuente el uso de es-ta petición de perdón de l7ojtyla para referirse a las nculpas, dePío XII, como si el escrito fuese admitido como fondo de las acu-saciones contra el Pontífice. Se omite decil sin embargo, que entrquel documento el Papa Pacelli resulta implicado, pero en los si-guientes términos:

Pío XII, desde su primera encíclica, Summi pontificatus, det 20de octubre de 1939, aduirtió contra las teorías que negaban la unidadde la raza humana y contra /a deifcación del Estado, todas elks cosas

que él preueía que babrían conducido a una uerdadera nhora de /astinieblas>". En las tierras donde el nazismo rea/izó deDortaciones en

21. Noi ricordidmo: rtflessioni sulla Shoah, par.III, cpv 7.

332 333

masa -Prosigue la carta-, la brutalidad que acompaúó a estos mou.r-

*ir*tr |rrírd's d.e gente ind'efensa, hab'la d'e.b,ido suscitar la sospecha

,1, lo pror. lLos crisiano' of"i"on tldy los;fle asistencia a los perse-

guid.or, y ei particular a los hebreos? Muchos lo hicieron' pero o*os n0'

i:,;"rít;t qu) oyud'oro, a saluar tod'os los hebreos que fuera posolb'lt

gordo o porri ru, propias uid'as en peligro' no dehen ser oluidados' Du-

"*ir, tigurrro y ioirtto, comunidades y personalidadrs hebreas expre-

io,ron ,rf gr*l*d po, lo que habia sidi hecho por ellos' entendiéndose'iu"

*-îla, no nt habta contribuido personalmente o a ffaués d'e sus

;;;;;;;;r"-^ a saluar la uid'a de cientis de miles de hebreos' Muchos

,íu-ioi, ,otruattes, religiosos 7 laicos han sid'o honrados por tal razón

por el Estado de Israel".

Y la larga nota al Pie número 16 dice:

Representatiuas organizaciones 7 personalidades bebreas reconocie-

,0, ,orio, ueces la ,aíidu'ía de la diplomacia del Papa Pío XlI Por

eiernplo, el iueues 7 d'e septiembre de 1945 Giuseppe Nathan' .Comisa''i;;";;L

ú"ión de las'comunid.ad's Israelíes ltalianas, drclaró: nEn

prl*r, lugar realicemos un reuerente homenaje de reconoclr;tt':::^'l^'Sumo

Poittfice, a los religiosos y a l'ts religiosls que ltctuando bdJl M

dirección dit Sarto Padre-no ban uisto perseguidos sino bermanos) ! cln

impulso y abnegación han prestad'o su inteligente y eficaz trabajo para

socorrernos, no preocupónio" d' los grauísimos peligros a los 4ue s^1 ex;

ooníanr(LOsservatore Romano, 8*de septiembre de 1945' p' 2)' El

5í"1, ttit,r*Ore del mismo afro, Pío XII recibió al Doctor Leo Kubo-

w itzk i, S e cre tario General de l World' Jeuis h C o ngress.' q,,,',' p,:: :|ó, ?

aud.iencia para presentar oal Santo Padre' en nombre de la unton ae

las Comunid.ades Israelitas, los mtís sentid'os agradecimientos Por la obra

tirad'a a cabo por la lglesia Católica a fauor de la población hebrea en

toda Europa irror,,To gu"'o' (IJOsservatore Romano' 23 de sep-

tiembre ó'r' n45, p. ll il i"eues 29 de nouiembre de 1945 el Papa

recibió d cerctl de 8T'detegid'os de prófugos hebreos' prouenientus de

carnPos d.e concentración eiAlemania' que acudieron a manifestarle oel

22. Ibtd., Par. IV cPv. 7 Y B'

334335

sumo honor de podrr agradecer personalmente al santo padre por la ge-nerosidad que demostró bacia ellos, perseguidos durante el tirrible pe-riodo del 'hazifascismo"r, (LOsservarore Romano, 30 de noviembrede 1945, p. I) . En I 958, tras la muerte del papa pío XII, Golda Meirenuió un elocuente mensaje: nCompartimos el dolor de la humanidad...cuando el terrib/e martirio se abatió sobre nuestro puebro, la uoz delPapa se eleuó por sus uíctimas. La uida de nuestro tiempo fue enrique-cida por un/1 uoz que claramente habtó sobre las grandes uerdades'mo-rales mtis a/ltí del conflicto cotidiano. L/oramos a un {ftjn seruiclor de laPazr.

Siguiendo pues la carta Noi ricordiamo no es posible decir quela Iglesia reconozca la culpa de Pío XII. Esto no significa que pa-celli no pudiera haberlo hecho mejor (él mismo se preguntaba se-guramente cuól podía ser el mejor camino para ello); significa úni-camente que las acusaciones con él relacionadas, aquellas quealimentan la polémica en torno a su figura, son ciertamenre muyFràgiles.

Es mós, si obseryamos la reacción alemana ala Summi pontt_

ficatus,la primera encíclica de Pío Xll, publica da el20 de octubrede 7939' o a la recepción ofrecida por los alemanes a varios ra-diomensajes navideios del Pontífice, se evidencia claramenre queI.s destinatarios de dichos mensajes comprendían plenamente,1ue el Papa se estaba dirigiendo primeramente a los nazis y a suss,cios, y que se refería a los hebreos sin nominarlos, usando el tér-rnino teológico uestirper.

Mós aún, si atendemos a la operación uOrquesta Negra>, des-i rrbierta por el padre Graham tiempo arrís en los archivos ingle-',cs, y si se navega por las píginas del homónimo libro de Ettorelìcrnabei':r, se descubren todos los detalles de un plan para abatir, l régimen hitleriano, para la eliminación ffsica de Hitler, del cual, I vaticano fue consranremenre informado. Habiendo pío XII sal-

].]. BERNABEI, 199I.

vado comPletamente a la Secretaría de Estado' e involucrando

creemos que únicamente a su (maestro de címara' (esto es' Mon-

sefior Alberto Arborio Mella de Sant'Elia), de tal cuesdón no se

encuentran pistas en los archivos vaticanos' Pero' como hemos

visto,aquéllaseacl"ramediantelosarchivosbritànicos'Estonossugiere qr'r" to basta con levantar quejas en torno al cierre de los

archivos vaticanos; es posible documentarse por otros medios Para

encontrar un interesantísimo material documental'

5. Pío XII: 2Amigo o enemigo de la democracia?

Otrotemarecurrenteeseldelarelaciónentrelasinstitucio.nes eclesiósticas y los sistemas democriticos' Este tema' como bien

puede imaginarse, va a referirse también a Pío XII' en un mo-

,n.rl,o .r, .1 qrr. la segunda guerra mundial' siendo una guerra en-

tre sistemas ìdeológicos contrapuestos' obligaba a preguntarse

cuól de los dos ,irt.í", contrarios constituía el punto de referen-

cia obligado Para la Santa Sede'

Una respuesta a estas preguntas nos viene de la colección de

documentos vaticanos publicados enue 1965 y 1981' Y cierta

ayuda adicional, confirmando lo inferido por los documentos va-

ticanos, nos la ofrece el trabajo de otros estudiosos' como Por

ejemplo Richard Breitman, autor de Il silenzio degli alleati' quien

ha trabajado mucho en torno al papel del servicio secreto ame-

ricano.

En una entrevista concedida en relación a varias investigacio-

nes aparecidas después de que su libro hubiese sido publicado'

Breitman reiteró la tesis de su obra, pero agregó que se encontra-

ba muy sorprendido al constatar, trabajando sobre el papel del

Offìce of Sirategic Services (OSS, la agencia anterior a la CIA)'

qué grande er" li arrersión del régimen nazihaciael Vaticano y Pío

Xff. p" este sentido, resulta igu"l-t"tt interesante ver cuil es el

iuicio de Breitman sobre dicho Papa:

33ó 337

En general -ha declarado Breitman-, los alemanes consideraban alPapa un enemigo. En un telegrama alguien sugería centrnrse en la lu-cha contra el comunismo para inducirlo a ser màs ncomprensiuo, con elnazismo, y de l/euarlo fuera de Roma hacia el norte. El Vaticano y Ale-mania habrían formado un fente común contra la URSS, y el Vatica-no habría caido bajo el control de Berlín. Pero la propuesta fue recha-zada porque la mayoría sabía que Pío XII no dejaría nunca Roma yque el Vaticano estaba de parte de los Aliados. Los nazis tenían espías

en el Vaticano. Entre sus despachos, descifados por nuestro contraespio-naje, uno de ellos habkba de un plan aliado para desembarcar en Cer-defra, otro de la partida de un conuoy diplomàtico con hebreos a bordo,lleuado de Roma hacia Espafia. Sólo el Vaticano estaba al corriente, re-

ferían los espías nazis al general KarlWoffi jefe de ks SS en ltalia. Ber-lín desconfaba del Papa y del Vaticano, porque sabía que escondía a los

hebreosto.

Por muy raro que paÍezca, Richard Breitman, eminente estu-dioso hebreo de la American Universiry de \Washingron D.C., con-sultor en historia del grupo de trabajo que en los National Archivesse ha ocupado de la restitución de los bienes sustraídos a los hebreos

durante la Shoah, (con un impresionanre invenrario que supera las

dos mil densas póginas)'5, considera que la historia de Pío XII se en-cuentra en un plano muy similar a la de los documentos conteni-dos en la Positio de la causa de beatificación del mismo Pío XII.

6. .El Vaticano no cree en la Shoah?

Para poder tener un cuadro exacro del papel del Vaticano du-rante la Shoah deberíamos insistir en las noticias que llegaban so-bre la existencia de campos de exterminio, sobre todo en territo-rio polaco.

24. Cft. uCorriere della Sera,, 29 de junio de 2000.25. BREITMAN, 1999,

Antes que nada debe hacerse una puntualtzación' por el ries-

go de .q.rívocos. Las noticias que llegaban a la Santa Sede' tal y

como nosotros conocemos los hechos, eran desgraciadamente

muy ciertas. Pero deberíamos ponernos en la piel de aquéllos que

la, .n,ri"b"n y de aquéllos que las recibían' Y de este modo la si-

tuación podría resultar muy diferente'

A los muchos use dice', a los muchos (se Piensa que'' locucio-

nes dubitativas pero en cierto sentido cautelosas, a menudo se atri-

buyó en los af,os cuarenta un valor bien superior al que les otorga-

-o, Itoy en día. Podemos tratar de indagar en las razones y podemos

también discutir su funclamento; Pero es un dato objetivo el hecho

de que había dificultad en la circulación de noticias en tiempo de

g,-r.rr", pasando por alto la propaganda de guerra y distinguiéndose

ae .11", ,in .orlt"-inar las noticias que se podían transmitir'

Por poner un solo ejemplo que nos parece representativo de la

situación de la cual hablamos, podernos citar el caso de la Polonia

ocupa<la.El2lclenoviembreclelg4lelCapellinmilitarpadrePirro Scavizzi, encargado de una misión dedicada a recoger noti-

cias descle el inter ior clel círculo cle fuego de la ocupación del nue-

vo orden hitleriano, envió al Secretario de Estado' el cardenal Ma-

glionr', cl sigtrierrte nl('nsaie:

ElArzollisptltJeCracouitt[CarclenalsteflrnSapieha)esttibiendcsalud, pero esirí proJunddmertte afligtdo Porque no pucde.-cotnur:icarsr

con el Sartto Pa'r/ri cort pLena seg'triddl [csto es' entre Cracovia y cl

Vaticirnol , ni con eL Nincio Apostólico' [Se entiende quc con eì dc

Berlín, compererìre tcrritorialmenre tras la dcbellatio de Polonial. l'7

tiene t'ierta t/escory'ìanza tle ntí, bien explicable por el seuero régimctt

br{o el qtte se encuentrcr, I Plr tllnto rto LtcoKe con beney'Licito /a pnt

purrro i, hacerme portador de un metnorial reseruadot" '

Esta carta llegó al Vaticano como un extracto' Y también crr

esta recfrcida forma debió recorrer Llna gran vttelta antes c1e llcgrrr

2(r. l-l Patlre l)irro Sc:rviz.zi al Clertlinal Maslione' 2l ile novienrbre cle l9'i l

ÀDSS, voì. U, cloc. 206.

para que no fuese interceptada por los alemanes, amos del terri-torio en el que Scavizzi trabajaba. No ftre el propio Scavizzi a en-tregar esta misiva a la Santa Sede, sino el Padre General de laCompaóía de Jesús, el polaco padre Ledochowki. La colección dedocumentos del Vaticano no nos dice quién la recibió, ni si en elr''omento de recibirla el Padre General se enconrraba en la curiaCeneral o en orro lugar; ni siquiera sabemos si la misiva fue en-tregada por el propio Scavizzi.

Existía, por tanto, un problema informativo: comunicarse en-tre cracovia y Berlín (sede de la nunciatura competen te ratione lo-ci para la Polonia ocupada por los alemanes, aunque ellos negabantal extensión de comperencias), y enrre Cracovia y el Vaticano.Fue incluso problemórico llevar a Cracovia, por el trímite de Sca-vizzi,los folletos informativos sobre la actividad de la santa Sedea favor de PoloniatT.

Puede resultar extraílo que se insista por nuestra parte en el te-rna de la calidad de la información. Pero se trata de un oroblemanuevo para la historiograffa; surgió, por un lado, al complemen-t:rr la serie de Actas y Documentos vaticanos; y por otro lado, lo hi-zo (en 1997 en América y casi contemporíneamente en el ReinoUnido) en el momenro en el cual fue iniciada la sistemítica des-.lasificación de las cartas del servicio secreto en tiempo de guerra.

27. ADSS, vol. B, doc. 308. otro caso similar es el de la carra de Sapiel-ra del 28,l, fèbrero de 1942, clue el remitente decide enrregar a Scavizzì el siguiente l4 de abril,,,,.. presencia_de dos testigos: el auxiliar de cracovia Stanislas Rospond y el profesor, rrtlrito de la ur-riversiciad de cracovia, Michel Godlewski. A Scaviizi se lL pidì entrc-",.rr la carra personalrnente al santo Padre. Pero cl r 6 de abriÌ, esto es, dos dias desnués,l, habérsele fiado la misiva a scavizzi, el padre do'rinico voroniewski, Rector de la Ù'r-', rsidad de Lubina, acucle a scavizzi: sapieha ha carnbiado de idea y quierc que la carta, .r quemada por tcmof a que caiga en [ìanos alemanas, con las imaginr,Élar .orrr._

'(.cias. Scavizzi obedece, pero antes de destruir el manLrscrito h".. ui" roDia meca-

',,,qrafì:rda y l:r enrrega al vaticano. Los editores dcl ADSS comcrìrarì el cpiso.iio di-

::ti:Hil'"'"H3::lT::,:*:#:iffi::t':*T.','".'à:;"i:i:'.x,f ;:::I' sus secretarios" (ADSS, vol. 3, tomo ll, nota 1 a p. 539, ya citada. Se ve también en\ | )SS, vol. 3, tomo I, nota 2 al doc. 294).

JJó 339

El libro de Breitman, del cual ya hemos hablado'u' ha abierto ca-

minos de investigación en torno a hechos que ya se conocían (o

;;) .." relación a la Shoah'Thmbién la obra de José Persico'e re-

fr"r""r" un ideal de continuidad' De la consulta de los archivos

comentados emerge que en muchos casos la frase ttse dice' resul-

ta un impor,"n.. p,oiltma para las investigaciones ttbt: t1l:^tÎ'

mación recibida, io .,r"1significaba activar una red exacta para las

oportunas comparacrott',-y t'p"'ar así algún retardo operativo en

iar crédito a las noticias recibidas'

Este proceso de determinación de hechos es por tanto una co-

sa muy iir,inr" del simple binomio (<creer-no creeru las informa-

ciones recibidas en torno a|a Shoah. En algunos casos Se,Crela, en

otros menos' pero se debía tener en cuenta instancias (como la

"fr-U" públiia y la comunidad hebrea americana) que empuja-

ban a hacer algo lo mis rópido posible' En algunos casos se deci-

dió actuar de todos modos, trabajar como si todas las noticias fue-

ran fundadas, pero ello no redimensiona el problema informativo

ni las consiguientes demoras'

En el caso de Ia Santa Sede' debemos partir de un dato. geopo-

lítico y aiadirlo en el juicio historiogrófico' Había una doble des-

"""o;"' a la dificultad informativa que todos' beligerantes y neutros

en diversa medida, experimentaban' se aiadía el hecho de ser el Va-

ticano un encrave circundado por ra Italia fascista, posre'ormente

ocupada por los nazis' Todo esto implicaba un férreo control nazi

de las comunicaciones, también desÀe el exterior' del clero y fut-

cionarios ,r",i.".rort ìambién de aquellos que tenían pasaporte di-

plomótico; ademis de un conffol 'ob" tl correo' e incluso de Ia va-

[i" aipf""tótica de la Santa Sede' Todo ello se traducía en la

nclausura, de casi todos los rePresentantes extranjeros acreditad<ls

en el Vaticano (diplomàticos' pero también' por ejemplo' periodis-

28. La versión britínica' que tenemos presenle junto a la italiana' es la de Bnt't I

ven, 1998.

29. PFR\lco. 2001 '

tas), tanto de países en guerra con el Eje como de países neutrales.L-Ina excepción era el representante de Rooseveh, Myron C. Tàylor(pero no para su vice Tittmann, que en la prd.ctica se refugió en el

Vaticano, dejando la embajada americana junto al Qurinal, dondeprestaba servicio): se inventó para él una nueva figura diplomótica,no habiendo como es notorio una embajada americana en el Vati-cano, sino sólo un represenranre del presidenre ante el Papa, MyronThyìor. Toda esta situación comportaba un handicap informativopara el Vaticano. Por lo ranto, resulraba muy complicado trabaprpara aliviar la suerte de las víctimas de la guerra, viendo el cuadrogeneral de la situación y teniendo presente la imposibilidad de ve-rificar los miles de indicios recibidos. El Vaticano, en el fondo, nopodía separar el plano operativo humanitario de la concepción teo-lógica de Pío XII, de su magisterio, y de la pastoral de un hombreque (por usar la feliz expresión de un esrrecho colaborador, el futu-ro cardenal Domenico Thrdini), pasó a ser uhombre de paz y Papa

de guerrar. No tomó, por tanto, decisiones meramente diplomóti-cas, sino dosificadas con sentido próctico (con realismo, esro sí), pe-ro teniendo en cuenta lo que era el magisterio de la Iglesia. Y sobretodo, opciones dosificadas teniendo en cuenra también que el finúrltimo de la Iglesia Católica era la salvación de todos los hombresy, en aquel trigico momento, no agravar la suerte de las víctimas dela guerra. Nos parece significativo que Raffaele Cantoni (organiza-.lor de las operaciones de socorro para los hebreos italianos y miem-lrro del Ejecutivo Mundial Hebreo), \K4adimir D'Ormesson (em-bajador francés ante la Santa Sede), Moens de Fernig (ex ministrolrelga), Albert Einstein, Shalom Freiberger (Rabino Jefe de Zagreb),Arturo Carlo Jemolo (historiador y jurista), G.A. Gripenberg (em-bajador finlandés ante la Santa Sede), Pinchas E. Lapide (alto fun-.. ionario del Ministerio de Exteriores israelí y ex cónsul de Israel enMilín), Marcus Melchior (Rabino Jefe de Dinamarca), Luigi Sal-vltorelli (historiador), Amiel Shomrony (Secretario particular delliabino Jefe de Zagreb), Paul Struye (presidente del Senado belga yl\4inistro de Estado), Elio Toaff (ex Rabino Jefe de Roma), Mario

340341

Toscano (historiador y diplomítico' embaiador de Italia en las Na-

cionesUnidas),PaulvanZee|and(MinistrodeEstadobelga),Israeliolli (etRabino Jefe de Roma); qlre' en suma' nombres eminentes

hayan ofrecido testimonio non di 'elato

sino directamente en todas

estas cuestiones y acerca de 1o que la Sede Apostólica fue capaz de

hacer por los Judíos y otras víctimas de la guerra

Otro caso de estudio Para conocer la entidad del exterminio

nazi es el conocido utlespacho Riegnern' Se trata del documento

0", , cual Gerhart zutg"t'' dirigente de la sede ginebrina-de la

i-.ri."n Jewish Congé"' po' o"to' de los rescatadores de he-

breos vía suiza, inforÀó " do' eminentes rabinos en Londres y

Nueva York para darles a conocer y para que difundiesen noticias

sobre los camPos de exterminio de Polonia'

Dicho ,l.rp".ho fue enviado en la segunda mitad de agosto de

1942. Consta d,e 125 palabras (tantas contiene en la versión in-

gLr", .r,o es, la dirigià" " do' eminentes hebreos anglosajones)'

[Jna mirada mós cercana nos muestra un alto porcentaje de ine-

xactitud en la información contenida' Riegner escribe que ua plan

has been discussed, and is under consideration) Para extermlnar a

los hebreos. -bs exacta la primera parte de la frase' Pero no así la se-

gunda. Si, como es lícità ptt'"'' Riegner se refiere al plan salidcr

de la conferencia berlint'" -""tt"ida en el número 56-58 de la

Gro8en Wannseestra8e el 20 cle enero de 1942 (y no' tal y como

cree Browning, un intercambio de puntos de vista sobre el plan

entre Himml.t y r., comitiva, de julio de 1942)' el plan de exter-

minio estaba ya activo, y no simplemente uunder consideration"

en vista de una eventual futura actuación' E'n el despacho se lee:

Action rs reporrer'l to be planned f'tr the 4utumn' Ways of executiott

tlre still brirg,\i"u""t ln'tu't;'g th) use of a p.russic acid' We tansmir

this irfòrmalion with alL the necessaryt reserudtions as exactitude cdnnot

be conJìrmed bY us'

Se preveía el inicio del exterminio para el otoio de 1942' pc

ro dicho exterminio estaba ya activo' Todavía existe el debate so'

bre cómo se pensaba implementar este horrendo plan, pero losmedios estaban ya operativos. ;Y el uso de gas? ;No era ya unaprórctica experimentada? Debemos convenir en esre punto que laconferencia de \Tannsee era una tapadera del exterminio ,.rpe.toa aquél ya iniciado por los Einsatzgruppen. Deducimos pues quelas noticias de Riegner llegaban con un rerraso medio de doce me-ses respecro a las acciones de dichos Einsatzgruppen.

Hay en el despacho una frase que ha sido largamente debati_da por los estudiosos: aquélla sobre la no certeza de las fuentes. In-cluso si tomamos en cuenra lo que se dice en el cierre, la fuenteugeneralmente fiable, o, por decirlo con la Enciclopaedia of tbeHolocaust,la fuente uhablando, en general, fiabler, l" canticl"d d.datos incierros en el despacho de fuegner equivale a 42 palabrassol';re 252, un porcenraje del 33,60/o: un rercio de todo el despa-cho. si se considera que el resto del documento'o es mós qr. ur"parte descriptiva (el previsto exterminio de hebreos en Europa, sini'dicaciones temporales precisas, hecho que hace dudar inclusotle la fiabilidad del informador de Riegner) , tal vez nos demosc'enta de la problemitica de depender de estas informaciones.

La Enciclopaedia of the Holocaust nos informa de que la fuen_rc de Riegner no fue directamente el empresario de Leipzig, Ecl-rvard Schulte' como se había creído comúnmenre, sino un perio-,lista hebreo, Benjamin sagalowitz, que había obtenido la noticia,le un empresario suizo no precisado, al cual Schulte, que trabaja-ln en Suiza, le había pasado la información.u.

Las fuentes en las cuales schulte se basaba no estàn anotadas -se /eeen la Encyclopaedia*. La inJòrmación era inexacta: rtsesinos en mt$ade /tebreos estaban en dctiuo desde junio de i94r, y el uso de /os gases(primero en udgones con monóxido de carbono, y después ,n criàaro,de gas) habídn tenirlo lugar desd.e septiembre de r-9+ l .- El rclegrama [c/eRiegnerl hablaba de un fururo .,golpc" al .,esrudin.. dontle il extcrmi_

.10. Bnulltvr,rN, 199tì, p. I39.

342 343

nio ertt yll un Proceso en curst' Màs aún' el mismo despacho indica'ba

aue la intòrmaciln poclría no haber sido uerdadtra' La última fase ha'

î;";;'";;,;;:;;;;' con insistencia por el doctor Paut Gusenheim'

miembro de largo recorrid'o tlelWorldJewish Congres' qu.e uiu'ia en.Gi-

nebra. Sin embargo, el telegrama fue un importante descubrimiento

(u breakthrough'),- en cuanto confirmaba informaciones aP arentemente

'-,rrlr),rnrn'robrc lo' exterminios en masa que habían alcanzado a

Occidente.

La historiografía estó de acuerdo sobre la cuestión: la relación

de Riegner deri'raba de informaciones de Schulte que' siendo ine-

"".."rl.presentaban uthe first rePort fro-m a well-placed German

source of the intent and plan ,o d."'oy the Jewish people-entirely'

Previous conclusions *t" d"d"ttions' Even if Schulte's report

contained some inaccuracy, the fact remains that' because of ot-

h", .ir..r-rtances' his mtssagt had a greater impact on \flestern

governments than earlier information"''.- El despacho de Riegner, Por cuanto inexacto' puede ser cier-

tamente considerado tti pt"'io de desarrollo en la reconstrucción

de noticias sobre la Shoaiy sobre el exterminio de los hebreos; Pe-

ro esto llegó un po.o t"'dt, cuando no se podía gesdonar desde la

p".- "fi"i" ,rr-t p1"" de operaciones de socorro para las víctimas

del Holocausto. El ""o' 'i se recuerda' el mismo Breitman escri-

be que no fue tanto el despacho de Riegner' sino la presión de los

hebreos americanos (q*t, "'

verdad' creían en aquel despacho).pa-

,ii,.rp,-,tr", a l" administración Roosevelt a instituir' al final dc

1942, wared de asistencia a favor de los hebreos europeos' F''l

despacho Riegner da un impulso emocional' desde nuestro Pun-

,o i.,rir.", pàvidencial perà t"'dío; también porque.las informr

ciones en él contenid"' tt"''t viejas' Interceptado por los aliados trl

inicio de agosto de l94\,hubiera quedado en sus archivos (comt'

aún queda mucha información 'ot" l" Shoah' cosa que dice t'l

mismo Breitman al final de su libro) si Riegner no lo hubiera en-viado asimismo por otras vías (con el concurso también de algúnsensible diplomitico inglé$ a sus correligionarios hebreos de Ltn-dres, \flashingron y Nueva York.

Pero, mis imporranre aún, en septiembre de 1942 (esro es,dos meses después del envío) el mismo presidente de la AmericanJewish Congress dudaba de la veracidad de aquel despacho, porno hablar de otros menos familiarizados con la información encuestión32. El propio Secretario de Estado americano, durante elmismo período, dudaba de la existencia de las cómaras de gas. Sepuede por tanto decir que, hasta el momenro en que esta infor_mación no fue de dominio público (e125 de noviembre de 1942),sobre el despacho de Riegner existían dudas tanto desde el punrode vista hebreo como de los aliados. También fueron p,r.ri", ",cuestión otras informaciones (por ejemplo, las conrenidas en laurelación Karskiu del 17 de noviemb re de 1942) y las presioneshebraicas empujaron a los aliados a la acción, concrerada en ra de-claración tripartita del 17 de diciembre de 1942. por sí solo, eldespacho de Riegner no destacó por aporrar detalles. Hasta su pu-blicación (setenta y seis días después), seguía siendo .,n" fu.r-rt. d"cludas para los que realmente tenían que actuar, esto es, los esta-distas responsables del destino de los aliados.

7. Conclusiones

En el anílisis de todos estos problemas, y a pesar de la necesa-ria economía de tratamiento, se tiene la impresión de que la cues-ri<in de la relación entre el Papa Pacelli y los eventos históricos queIt' tocarofl no se refieren realmente a la cuestión uPío XII y la gue-r'er. Del desarrollo de las discusiones en el tiempo, se obtiene larrnpresión de que el verdadero rema es el papel de la Iglesia Cató_

32. BnurtvmN, 1998, p. 144.31. BnE|rr,lars, 1998' P. 138'

344 345

lica en el mundo contemporíneo' de las posiciones asumidas so-

bre algunos temas i*po't""tt', de -su Postura internacional que'

"" p.fri."ao eludir la cuestión c1e los lugares santos y de la rela-

.iót co.t otras religiones' el Islam en particular' evidentemente

también pone en entredicho su relación con los judíos y' sobre to-

do, con llra.l. No se comprenden' en cambio' las muchas inter-

venciones en que se han tànve'tido en protagonistas los embaia-

dores de Israel, especialmente alguno de los acreditados ante la

Santa Se<le, en torno al ncaso Pío XII'' mientras quedaban abier-

tas cuestiones objeto de contacto bilateral Israel-Vaticano' Tal es-

tado de las cosas se ha manifestado claramente en los rnass-media

durante los últimos diez aios' Si los planteamientos siguen en es-

tos términos, es claro que aspectos políticos (como, por ejemplo'

.i "..r.rao

general dr l'ò%,con el cual Israel y el Vaticano han da-

do un desairollo histórico a sus relaciones) deben finalizar para Po-

der establecer Llna interpretación historiogrófica mís serena'

Que tales incidentes ocurren con frecuencia' y que segulran

ocurriendo, incluso en el mundo católico' queda demostrado por

un caso reciente, que contó con la participación invol-untaria del

Custodio de Tierra Santa' Algunas palabras sobre Pío XII' manteni-

dasenunaconferenciaenlaUniversidaddeTel-Aviv'fuerontnter-pretadas de manera inexacta por un periódico israelí' según el cual

el,eligio,ohabríacriticadoanloslídereseclesiósticos,tambiénlosp.r,.í..i"rlres al rndximo nivel, que no adoptaron una oosición va-

liente de resistencia en el espíritu evangélico frente al régimen naziu'

Este pasaje, que reproducía de manera inexacta las palabras del Cus-

todio, h" g"rr"r"do un equívoco en cadena' siendo interpretada por'

el Doctor Simcha Epstein, del Clentro Vidal Sasoon de la Universi-

dad de Tel Avirr .o,-t-to ntt velado referimiento al Papa Pío XII''

El rabino David Rosen, director de los Negocios Religiosos

del American Jewish Comitee y miembro de la comisión mixta Is-

rael-Vaticano nacida tras el acuerdo cle 1993' ha aiadido que cl

Custodio de'l'ierra Santa con aquellas palabras "h"!íi adoptaclt'

laactituddeunhonrbreconscientedelasensibilidadhebreaeis

raelí, y que por ranto es mucho mós gradienre respecro a la posi-ción oficial, de defensa de Pío XII: aunque éste uno refleje uncambio, de la posición varicana. El usilencio papal sobre el Horo-caustorrr, esto es, el de Pío XII, ha sido nuevamente traído a co_lación. Fue necesario un desmenrido por parre del propio intere-sado para aclarar una historia errónea. El texto dice:

Mnguna referencia -directd o indirecta- se ha hecbo a pío XJI o ala autoridad de /a santa sede. No era mi intención expresltr algún jut-cio histórico sobre /o que he entendido durante /a guerrd. Las afirma-ciones de la información deHìaretz 1t atribuidas a mí son, en c,nse-cuencia, incorrectas I Jàkas|r.

Analizando el texto integral de la conferencia del padre pizza-

balla (la versión hebrea y la inglesa coinciden plenamente) se aclarala gravedad de la falsa interpretación que fue lanzada como portadamundial. Que fuera o no oporruna la intervención del custodio de'fierra Santa en una conferencia sobre historia es otro rema.

'lodo lo dicho demuesrra qlre el debate sobre pío XII tiene ca-racterísticas muy diferentes a orros debates historiogróficos. Ha-biendo muchos documentos con los que rrazar las directrices del,<caso Pío XII', no es raro que con este tema se puedan abordarotros temas contingentes, incluso haciendo de la histori ografia ar-grmento de diplomacia inter-religiosa. Muy típico ha resultado ellraber transmitido al vaticano, por parre de algunos ambientes di-Plomíticos, la posibilidad de cerrar la cuestión de pío XII com<r.. tema de larga controversia cultural, a cambio del reconoci-rrriento por parte de la Santa Sede de la posición fundamental delsrael sobre el estatuto de Jerusalén y los lugares sanros. posiciónIt'gítima, si se quiere, esta del do wt deft, pero que resulta exrerna

33. Amiram B,tnrcq'1, uGov't: Criticism of papal silence on Holocalst ,,unprece-

l, nrc-d">, en Haaretz Daìly Newspaper Israel,27 de abril de 2006.34. http://www.catholicnews.comidata/stories/cns/0602505.htnr.J5. Cfr. Corriere della Sera,6 de enero de 1998, p. 1.

346 347

a la cuestión histórica en sí, y que sobre todo corta toda preten-

sión de considerar objetivas y libres de controversia algunas de las

críticas a Pío XII, que simplemente no pueden soportar el impac-

to de la documentación existente'

El caso Pío XII, en nuestra opinión, debe volver a las vías que

le son propias: aquellas del sereno enfrentamiento historiogrófico

q,r. p"r," únicamente de la documentación existente; prescin-

ii.,rào de prioridades ideológicas y sobre todo de elementos es-

f.rrior, " -.nr'rdo de naturaleza meramente política' que sin du-

à" t.rr.tin"r, por contaminar cualquier tipo de diílogo'

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