Nina, R. (2013). El estudio del matrimonio desde la psicología social. Revista de Psicología...

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REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD

Editor General Isabel Reyes-Lagunes Universidad Nacional Autónoma de México Editor Ejecutivo Rozzana Sánchez Aragón Universidad Nacional Autónoma de México Editor Asociado Sofía Rivera Aragón Universidad Nacional Autónoma de México Diseño Editorial Pedro Wolfgang Velasco Matus Gerardo Benjamín Tonatiuh Villanueva Orozco Claudia Ivethe Jaen Cortés Consejo Editorial

Alejandra Domínguez Espinosa

Universidad Iberoamericana, México

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Universidad Autónoma de Madrid,

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Centro de Investigación, Alimentación

y Desarrollo, México

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University of Pennsylvania, Estados

Unidos

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Universidad Nacional Autónoma de

México, México

Judith López Peñaloza

Universidad de Nicolás de Hidalgo,

Michoacán, México

Luis Zayas

Universidad de Texas en Austin,

Estados Unidos

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Universidad Autónoma de Yucatán,

México

Patricia Andrade Palos

Universidad Nacional Autónoma de

México, México

Héctor Betancourt M.

Loma Linda University en California,

Estados Unidos

Rolando Díaz Loving

Universidad Nacional Autónoma de

México, México

Roque Méndez

Universidad Estatal de Texas, Estados

Unidos

Rubén Ardila

Universidad Nacional de Colombia

Ruth Nina Estrella

Universidad de Puerto Rico, San Juan,

Puerto Rico

José Peiró

Universidad de Valencia, España

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Universidad de la Frontera, Chile

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Universidad de Manitoba, Canadá

Sofía Rivera Aragón

Universidad Nacional Autónoma de

México, México

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Universidad de Bonn, Alemania

© AMEPSO, 2013

Revista de Psicología Social y Personalidad, Volumen XXIX, N° 2, (julio - diciembre 2013) es una publicación semestral,

editada por la Asociación Mexicana de Psicología Social (AMEPSO), Nápoles, Benito Juárez, C.P. 03810, México, D.F., a

través de la AMEPSO, Pensylvania 173, Col. Nápoles ampliación, Delegación Benito Juárez, CP. 03810, México, D.F.,

Tel/Fax. 56222259 / 56222326, www.amepso.org, [email protected], Editor responsable: Dra. Isabel Reyes Lagunes,

Certificado de Reserva de Derechos al uso Exclusivo N° 04-2013-061811011900-203, ISSN 2007-6843, Responsable de la

última actualización -de este número: AMEPSO, Lic. Luz María Cruz Martínez, Pensylvania 173, Col. Nápoles ampliación,

Delegación Benito Juárez, CP. 03810, México, D.F., fecha de última modificación, 3 de diciembre de 2013.

Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación.

Se autoriza la reproducción total o parcial de los textos e imágenes aquí publicados siempre y cuando se cite la fuente

completa y la dirección electrónica de la publicación.

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REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD

Volumen XXIX, Número 2, Diciembre, 2013

CONTENIDO

Páginas

Validación de la Escala de Creencias de la Conexión

Entre los Tipos de Infidelidad

Almeida Quintero, M., Armenta Hurtarte, C. y Díaz Loving, R.

1

Factores que Intervienen en el Potencial Resiliente

García Cortés, J.M., García Méndez, M. y Rojas Ramírez, T.

17

Diseño y Validez de Constructo de la Escala de Enfrentamiento en

Cuidadores Familiares de Adultos Mayores

Domínguez-Guedea, M y Ocejo García A.

30

Tengo Celos: Percepción de las Características del Rival en

Dos Contextos Mexicanos

González Rivera I., Armenta Hurtarte, C., Díaz Rivera, P. y

Bravo Doddoli A.

50

El Estudio del Matrimonio Desde la Psicología Social

Nina Estrella, R.

59

Almeida, M., Hurtarte, C. y Díaz Loving, R.

1

Validación de la Escala de Creencias

de la Conexión entre los

Tipos de Infidelidad

Validation of the Scale of Beliefs

on the Linking Between the Types

of Infidelity

MIRIAM ALMEIDA QUINTERO1, CAROLINA ARMENTA HURTARTE,

ROLANDO DÍAZ LOVING

Universidad Nacional Autónoma de México

Resumen

Los estudios referentes a la infidelidad indican que las mujeres perciben mayor malestar ante la

infidelidad emocional en comparación con los hombres, quienes presentan mayor malestar ante la

infidelidad sexual. Esta diferencia entre los sexos se explica desde la evolución, la cual, indica que la

infidelidad emocional causa mayor malestar en las mujeres por la posible pérdida del cuidado y

protección de su pareja, mientras que la infidelidad sexual causa mayor malestar en los hombres porque

se pierde la certeza de la paternidad. Sin embargo, existe una propuesta que señala que ambos tipos de

infidelidad tienen una conexión entre sí, es decir, cuando se lleva a cabo cualquier tipo de infidelidad

posteriormente se realizará el otro tipo de infidelidad. Para analizar esta propuesta, DeStefano y Salovey

(1996) construyeron un instrumento que evalúa estas creencias, sin embargo, no se indican las

características psicométricas, por lo tanto el objetivo de este estudio es analizar sus propiedades

psicométricas para la población mexicana. Para cumplir con este objetivo, se realizó el procedimiento

indicado por Reyes-Lagunes y García y Barragán (2008). Los resultados obtenidos indican que el

instrumento tiene buenas propiedades psicométricas para evaluar la conexión de la infidelidad sexual con

la emocional y viceversa.

Palabras Clave:Psicometría, evolución, monogamia, creencias, pareja.

1Correspondencia: Unidad de Investigaciones Psicosociales, Facultad de Psicología, Av. Universidad 3004 Col.

Copilco Universidad, México, D.F., 04510. Email: [email protected]

REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD,VOLUMEN XXX, NÚMERO 2, 2013

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Abstract

The studies on the field of infidelity indicate that women perceive more discomfort with emotional

infidelity than men do, on the other hand men have a greater discomfort with sexual infidelity than

women do (Buss, Larsen, Westen & Semmelroth, 1992). This difference between the sexes can be

explained from the perspective of evolution, which indicates that emotional infidelity causes more

discomfort in women because of the possible loss of care and protection by their partner, meanwhile

sexual infidelity causes more discomfort in men because they loses the certainty of the paternity.

Nonetheless, there is a proposal that indicates that both types of infidelity have a connection to each other

because when the people perform any kind of infidelity (sexual or emotional), subsequently they will

execute the other type of infidelity. To analyze this proposal, DeStefano and Salovey (1996) constructed a

psychometric scale that assesses these beliefs, however they do not provide the psychometric

characteristics therefore, the aim of this study is to analyze the psychometric properties of this scale for

the Mexican population. In order to accomplish the purpose of this study, a psychometric validation

procedure was carried out on the scale modified by Buss, Larsen, Westen & Semmelroth (1992), this

procedure was proposed by Reyes-Lagunes and Garcia and Barragan (2008). The scale was applied to a

sample of 351 residents of Mexico City. The results obtained indicate that the scale has good

psychometric properties to assess the linking between sexual infidelity with emotional infidelity and

emotional infidelity with sexual infidelity, The scale is constitute by two factors according to the factor

analysis and it has a reliability of .88. This scale can be used to compare in further research the linkage

between the two kinds of infidelity (emotional and sexual infidelity) in romantic couples and the possible

differences between sexes in Mexican population.

Keywords:Psychometrics, evolution, monogamy, beliefs, couple.

El significado de celos corresponde al

cuidado e interés que alguien pone en

cumplir una tarea o en cuidar a una

persona que se estime. Partiendo de lo

anterior y de acuerdo con Echeburúa y

Fernández-Montalvo (2001), los celos

permiten cuidar aquello que se estima

para que nadie se lo arrebate. Por lo

tanto, la palabra celos alude a la emoción

que surge como consecuencia ante la

sospecha real o imaginaria de amenaza a

la relación que se considera importante,

tratándose de un mecanismo psicológico

tanto para hombres como para mujeres la

cual, tiene como finalidad proteger la

relación de pareja (García, Gómez &

Canto, 2001).

La presentación de celos en los

individuos es a partir de una respuesta de

malestar y angustia (emociones

displacenteras) que surge ante la

amenaza y miedo real o imaginario ante

la pérdida de la pareja por consecuencia

de que esta haya tenido o mantiene una

relación con una tercera persona

(Clanton & Smith, 1981). Es así que los

Almeida, M., Hurtarte, C. y Díaz Loving, R.

3

celos se describen como un triángulo en

el que se representa la relación entre

estas personas: la persona celosa y la

pareja; la relación entre la pareja y el

rival; y las actitudes de la persona celosa

hacia el rival (Reidl, Guillén, Sierra &

Joya, 2002).

Por otro lado, se ha indicado que los

celos son el resultado de la socialización,

dado que promueve las reglas de

exclusividad y la posesividad en la

relación de pareja. Por lo tanto, Hupka

(1984) plantea que los celos son una

construcción social que es resultado de la

cultura la cual, conforma y determina la

conducta humana. No obstante, existen

otras explicaciones de los celos en las

que se considera que estos son resultado

de los rasgos de personalidad (e. g.

Dijkstra & Buunk, 2002; Gibbons &

Buunk, 1999).

Finalmente, desde la psicología

evolutiva los celos son una señal de

alarma que se activa ante una posible

pérdida de la pareja, con la finalidad de

mantener la unión, lo que permitiría que

se produjera descendencia y que ésta

fuera cuidada y protegida, de manera que

se entienden a los celos como una forma

de reaccionar frente a las amenazas de la

reproducción de la especie humana

(Buss, Larsen, Westen & Semmelroth,

1992).

A pesar de las diferentes propuestas

sobre el origen de los celos, estos

desempeñan un papel adaptativo que

busca asegurar la estabilidad del hogar y

crear un ambiente propicio para el

cuidado y protección de los hijos

(Echeburúa & Fernandez-Montalvo,

2001). De acuerdo con Keltner y Buswell

(1997), los celos permiten que las

personas mantengan e incluso restauren

lazos sociales frente a amenazas que

atentan contra la pareja o la relación, al

mismo tiempo funcionan como un

termómetro para indicar la importancia

que pueda tener la relación intima

(Salovey, 1991).

Estas conductas que favorecen a la

relación de pareja tienen como objetivo

consolidar el compromiso en la relación

y prevenir que la pareja sea infiel o que

se rompa el acuerdo de exclusividad en

la relación. Por lo tanto, Afifi, Falato y

Weiner (2001) describen a la infidelidad

como una conducta sexual y/o romántica

que se presenta fuera la relación

convenida entre miembros de la pareja

ya sea, que se encuentren en una relación

de noviazgo, matrimonio o que cohabitan

o no es decir, cuando se tiene la

expectativa de exclusividad sexual y

mantenimiento de una relación formal.

Se ha indicado en la literatura que la

probabilidad de una infidelidad en la

relación de pareja es mayor conforme

aumenta el tiempo de mantenimiento,

dado que incrementa la posibilidad real o

imaginaria de esta amenza (Pick, Díaz-

Loving & Andrade, 1988). Asimismo,

tanto hombres como mujeres han

manifestado que recurren a las relaciones

extramaritales debido a la insatisfacción

REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD,VOLUMEN XXX, NÚMERO 2, 2013

4

que perciben en la relación primaria sin

embargo, esta insatisfacción es

diferencial entre hombre y mujeres ya

que, en el caso de los hombres se debe

por problemas de índole sexual mientras

que, en el caso de las mujeres se debe a

la falta de amor y armonía (Rivera,

1992). Por otro lado, Echeburúa y

Fernández-Montalvo (2001), mencionan

que las razones por las cuales los

hombres han sido infieles son la

búsqueda de nuevas emociones, tener

mayor variedad de estímulos así como la

experimentación de situaciones diversas;

mientras que las mujeres son infieles

cuando existe conflicto en la relación,

perciben soledad, aburrimiento, falta de

comunicación y se perciben

menospreciadas por su pareja. En un

estudio más reciente (Barrera, 2003), se

indica que las mujeres cometen un acto

de infidelidad a partir de una

comunicación deficiente en la relación,

falta de comprensión, percepción de

celos e inseguridad por la pareja.

Esta diferencia que surege a partir de

las razones por las cuales los hombres y

las mujeres son infieles se puede explicar

desde la psicología evolutiva ya que,

ambos sexos buscan la preservación de la

especie desde la perspectiva de cada

sexo. En primera instancia, las mujeres

están interesadas en conseguir una pareja

que pueda brindarles lo necesario para

preservar su descendencia, mediante el

cuidado y protección que la pareja pueda

proporcionar; mientras que los hombres

están interesados en buscar una pareja

que les ofrezca mayores probabilidades

de tener descendencia por lo que, se

interesarían en las características físicas

de las mujeres dado que estas se

consideran señales de la fertilidad de la

mujer (Dijkstra & Buunk, 2002).

A partir de esta perspectiva evolutiva,

se plantean dos tipos de infidelidad: la

infidelidad sexual y la infidelidad

emocional. La infidelidad sexual da

cuenta de la actividad sexual con alguien

más que sea externo a la relación

principal, mientras que la infidelidad

emocional refiere a cuando uno de los

miembros de la relación romántica centra

tanto la atención y tiempo en alguien más

(Shakelford, LeBlanc & Drass, 2000).

Respecto a las diferencias sexuales, se ha

encontrado que los hombres reaccionan

en mayor medida ante la infidelidad

sexual, mientras que las mujeres

responden mayormente ante la

posibilidad de perder atención y recursos

emocionales es decir, infidelidad

emocional (e. g. Buss et al., 1992; Retana

& Sánchez, 2008). Asimismo, García,

Gómez y Canto (2001) indican que los

hombres soportan mejor una infidelidad

emocional en contraposición a las

mujeres quienes prefieren vivir una

infidelidad sexual que una emocional.

Existen diversos estudios que

corroboran esta diferencia sexual a partir

del malestar percibido ante la infidelidad

sexual y emocional la cual, se ha

indicado que tiene una explicación

Almeida, M., Hurtarte, C. y Díaz Loving, R.

5

evolutiva a partir de la búsqueda de la

preservación de la especie (e.g. Buss et

al., 1992). Esta perspectiva ha sido poco

cuestionada no obstante, DeStefano y

Salovey (1996) proponen que la

percepción de la infidelidad sexual o

emocional no es independiente, como

muestran los estudios, dado que

generalmente con los instrumentos

utilizados se les solicita a los

participantes seleccionar aquel tipo de

infidelidad que les causa mayor malestar

(e.g. Buss et al., 1992). Por lo tanto,

DeStefano y Salovey (1996) indican que

este tipo de respuesta no permite

identificar si las personas perciben un

vínculo entre la infidelidad sexual con la

infidelidad emocional y la infidelidad

emocional con la infidelidad sexual.

Desde de esta propuesta teórica,

DeStefano y Salovey (1996) conforman

un instrumento que evalúe esta

perspectiva con las creencias que tienen

las personas sobre las probabilidades

condicionales de una infidelidad sexual y

emocional a partir del vínculo que puede

tener la infidelidad sexual con la

infidelidad emocional y viceversa.

La propuesta de DeStefano y Salovey

(1996) es de gran interés por lo que el

instrumento conformado ha sufrido

modificaciones para utilizarlo en otros

estudios (Buss et al., 1999) sin embargo,

en ninguna de sus versiones el

instrumento no cuenta con un reporte de

los indicadores psicométricos por lo que

el objetivo de este estudio es analizar las

propiedades psicométricas del

instrumento para la población mexicana.

Método

Participantes

Se conformó una muestra no

probabilística de 351 personas residentes

de la Ciudad de México. Esta muestra se

conforma por 42.2% hombres y 57.8%

mujeres de los cuales el promedio de

edad es de 25.82 años (DE 6.76) con un

rango de 18 a 50 años. El nivel educativo

de los participantes de en un 1.4%

primaria, 10.3% secundaria, 8.8% carrera

técnica, 57.8% bachillerato, 19.4%

licenciatura, 1.4% maestría y .6%

doctorado sin embargo, el .3% de los

participantes no indico el grado escolar.

Con respecto a la relación de pareja el

64.2% de los participantes reportan tener

una relación mientras que el 35.8% no

tiene relación de pareja. El tiempo

promedio de la relación es de 5.8 años

(DE 2.67) en un rango de un mes hasta

35 años de relación. Respecto a la

cohabitación el 31.9% de los

participantes reportan cohabitar con su

pareja.

Instrumento

Para cumplir con el objetivo de este

estudio se utilizó la versión modificada

por Buss et al. (1999) del instrumento de

creencias sobre las probabilidades

condicionales de una infidelidad sexual y

emocional de DeStefano y Salovey

REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD,VOLUMEN XXX, NÚMERO 2, 2013

6

(1996). El propósito de esta escala es

conocer las creencias que tienen las

personas sobre el vínculo que puede

tener la infidelidad sexual con la

infidelidad emocional y viceversa. Esta

escala consta de 14 reactivos con

respuesta tipo Likert de nueve puntos

(poco probable a muy probable); un

ejemplo de los reactivos es:

Las siguientes preguntas refieren a la

probabilidad en la cual usted cree que un

hombre típico actúe en una relación de

pareja seria o formal. Asuma que las

iniciales H.P. refieren a un hombre

promedio. Por favor tache el número que

mejor refleje su respuesta.

Si H.P. desarrolla un lazo emocional

con una mujer fuera de su relación

romántica principal o formal ¿Qué tan

probable es que esta mujer y este hombre

tengan ahora o en un futuro cercano

relaciones sexuales?

1 2 3 4 5 6 7 8 9

Nad

a

pro

bab

le

Muy

pro

bab

le

Los reactivos de esta escala están

redactadas en tres vertientes: 1) lo que

creen de la posibilidad de que un hombre

típico y una mujer típica pueden pasar de

la infidelidad sexual a la infidelidad

emocional y viceversa; 2) lo creen que

uno mismo pueda pasar de la infidelidad

sexual a la infidelidad emocional y

viceversa cuando se encuentra en una

relación formal y cuando no se encuentra

en una relación formal; y 3) lo creen que

su pareja pueda pasar a través de la

infidelidad sexual a la infidelidad

emocional y viceversa.

A esta escala se les aplicó el

procedimiento de traducción-re

traducción y adaptación con la finalidad

de que estuviera acorde al contexto de la

cultura mexicana.

Procedimiento

Se llevó a cabo la aplicación del

cuestionario de forma individual en

diferentes puntos públicos de la Ciudad

de México (e.g. parque, plazas y

escuelas). A los participantes se les

indicó el propósito de la investigación, y

se les aseguró que la información que

proporcionaron era confidencial y

anónima, asimismo, a los participantes, a

lo largo de la aplicación se les

solucionaron las dudas que surgieron

sobre los reactivos.

A partir de los datos obtenidos y con

la finalidad de cumplir con el objetivo de

estudio, se llevó a cabo el procedimiento

de validación de instrumentos propuesto

por Reyes-Lagunes y García y Barragán

(2008), por lo que se ejecutaron los

siguientes análisis:

1. Se realizó un análisis de

frecuencia para cada reactivo,

solicitando la media y el sesgo.

2. Se obtuvo el puntaje total de la

escala y se determinaron los

Almeida, M., Hurtarte, C. y Díaz Loving, R.

7

cuartiles para dividir en dos

grupos: puntajes altos y bajos.

3. Con la conformación de estos

grupos se aplicó la prueba t de

Student para identificar los

reactivos que discriminan. En este

paso se eliminan aquellos

reactivos que no cumplen con los

criterios.

4. Posteriormente, se llevó a cabo un

análisis de confiablidad mediante

el Alfa de Cronbach.

5. Se realizó un análisis de

correlación entre los reactivos con

la finalidad de identificar el tipo

de rotación que se llevaría a cabo

en el Análisis Factorial por

componentes principales.

6. Finalmente, se obtuvo el índice de

confiablidad alfa de Cronbach

para el total de la escala y para

cada factor que surgió.

Resultados

Con la finalidad de cumplir con el

objetivo de este estudio y obtener las

características psicométricas de la escala

en la población mexicana, se calcularon

en primera instancia los estadísticos

descriptivos para cada uno de los 14

reactivos como se observa en la tabla 1.

Tabla 1

Media, desviación estándar y sesgo para los reactivos del instrumento.

REACTIVOS MEDIA D.E. SESGO

Si H.P. desarrolla un lazo emocional con una mujer ¿qué tan probable es que este

hombre y esta mujer tengan ahora o en un futuro cercano relaciones sexuales? 6.82 2.00 -.918

Si H.P. tiene relaciones sexuales con una mujer ¿qué tan probable es que esté

formando o se vaya a formar un lazo emocional con esta mujer? 4.89 1.95 -.066

Si H.P. desarrolla un lazo emocional con una mujer fuera de su relación

romántica principal o formal ¿qué tan probable es que este hombre y esta mujer

tengan ahora o en futuro cercano relaciones sexuales?

6.41 2.26 -.690

Si H.P. ha tenido relaciones sexuales con una mujer fuera de su relación

romántica principal o formal ¿qué tan probable es que esté formando o vaya a

formar un lazo emocional con esta otra mujer?

4.45 2.14 .281

Si M.P. desarrolla un lazo emocional con un hombre fuera de su relación

romántica principal o formal ¿qué tan probable es que esta mujer y este hombre

tenga ahora o en un futuro cercano relaciones sexuales?

5.93 2.15 -.472

Si M.P. ha tenido relaciones sexuales con un hombre fuera de su relación

romántica principal o formal ¿qué tan probable es que ella haya formado o vaya a

formar un lazo emocional con ese otro hombre?

5.49 2.29 -.304

Si usted desarrolla un lazo emocional con alguien del sexo opuesto fuera de su

relación seria o formal ¿qué tan probable es que usted y esa persona tengan o

vayan a tener relaciones sexuales?

4.95 2.25 -.122

REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD,VOLUMEN XXX, NÚMERO 2, 2013

8

(sigue)

Tabla 1. Media, desviación estándar y sesgo para los reactivos del instrumento (continua)

REACTIVOS MEDIA D.E. SESGO

Si usted ha tenido una relación sexual con alguien del sexo opuesto fuera de

su relación seria o formal ¿qué tan probable es que forme o vaya a formar un

lazo emocional con esa persona?

4.30 2.38 .273

Si M.P. desarrolla un lazo emocional con un hombre ¿qué tan probable es que

ella y este hombre tengan o pronto vayan a tener una relación sexual? 6.12 2.19 -.624

Si M.P. tiene una relación sexual con un hombre ¿qué tan probable es que ella

forme o vaya a formar un lazo emocional con este hombre? 5.60 2.24 -.426

Si su pareja desarrolla una lazo emocional con alguien del sexo opuesto fuera

de su relación principal o formal ¿qué tan probable es que su pareja y esta

otra persona tengan o vayan a tener relaciones sexuales?

5.53 2.47 -.332

Si su pareja ha tenido relaciones sexuales con alguien del sexo opuesta fuera

de su relación principal o formal ¿qué tan probable es que su pareja desarrolle

o vaya a desarrollar un lazo emocional con esta otra persona?

4.94 2.29 -.186

Si usted desarrolla un lazo emocional con alguien del sexo opuesto ¿qué tan

probable es que usted y esa otra persona tengan o vayan a tener relaciones

sexuales?

5.47 2.51 -.385

Si usted tiene una relación sexual con otra persona del sexo opuesto ¿qué tan

probable es que usted forme o vaya a formar un lazo afectivo con esa

persona?

4.94 2.47 -.062

Almeida, M., Hurtarte, C. y Díaz Loving, R.

9

Posteriormente, se llevó a cabo un

análisis de discriminación de reactivo

mediante la prueba t de Student,

encontrando que todos los reactivos

discriminan por lo que no fue

necesario eliminar ningún reactivo.

Como un siguiente paso, se realizó un

análisis de confiablidad Alfa de

Cronbach para el total de la escala en

la que se obtuvo α=.878, como se

puede observar en la tabla 2.

Tabla 2

Confiablidad mediante Alfa de Cronbach

REACTIVOS r TOTAL r2

ALFA

Si H.P. tiene relaciones sexuales con una mujer ¿qué tan probable es

que esté formando o se vaya a formar un lazo emocional con esta

mujer?

.311 .237 .879

Si M.P. ha tenido relaciones sexuales con un hombre fuera de su

relación romántica principal o formal ¿qué tan probable es que ella

haya formado o vaya a formar un lazo emocional con ese otro

hombre?

.541 .432 .870

Si H.P. ha tenido relaciones sexuales con una mujer fuera de su

relación romántica principal o formal ¿qué tan probable es que esté

formando o vaya a formar un lazo emocional con esta otra mujer?

.427 .286 .875

Si H.P. desarrolla un lazo emocional con una mujer ¿qué tan probable

es que este hombre y esta mujer tengan ahora o en un futuro cercano

relaciones sexuales?

.492 .413 .872

Si H.P. desarrolla un lazo emocional con una mujer fuera de su

relación romántica principal o formal ¿qué tan probable es que este

hombre y esta mujer tengan ahora o en futuro cercano relaciones

sexuales?

.548 .458 .869

Si M.P. desarrolla un lazo emocional con un hombre fuera de su

relación romántica principal o formal ¿qué tan probable es que esta

mujer y este hombre tenga ahora o en un futuro cercano relaciones

sexuales?

.616 .591 .866

Si usted desarrolla un lazo emocional con alguien del sexo opuesto

fuera de su relación seria o formal ¿qué tan probable es que usted y

esa persona tengan o vayan a tener relaciones sexuales?

.550 .489 .870

Si usted ha tenido una relación sexual con alguien del sexo opuesto

fuera de su relación seria o formal ¿qué tan probable es que forme o

vaya a formar un lazo emocional con esa persona?

.546 .448 .870

Si M.P. desarrolla un lazo emocional con un hombre ¿qué tan

probable es que ella y este hombre tengan o pronto vayan a tener una

relación sexual?

.649 .576 .865

(sigue)

REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD,VOLUMEN XXX, NÚMERO 2, 2013

10

Tabla 2. Confiablidad mediante Alfa de Cronbach (Continua)

REACTIVOS r TOTAL r2

ALFA

Si M.P. tiene una relación sexual con un hombre ¿qué tan probable es

que ella forme o vaya a formar un lazo emocional con este hombre? .607 .509 .867

Si su pareja desarrolla una lazo emocional con alguien del sexo

opuesto fuera de su relación principal o formal ¿qué tan probable es

que su pareja y esta otra persona tengan o vayan a tener relaciones

sexuales?

.612 .482 .866

Si su pareja ha tenido relaciones sexuales con alguien del sexo

opuesta fuera de su relación principal o formal ¿qué tan probable es

que su pareja desarrolle o vaya a desarrollar un lazo emocional con

esta otra persona?

.595 .471 .866

Si usted desarrolla un lazo emocional con alguien del sexo opuesto

¿qué tan probable es que usted y esa otra persona tengan o vayan a

tener relaciones sexuales?

.609 .509 .866

Si usted tiene una relación sexual con otra persona del sexo opuesto

¿qué tan probable es que usted forme o vaya a formar un lazo

afectivo con esa persona?

.495 .382 .872

Se realizó un análisis de correlación

entre los reactivos para identificar el

tipo de rotación necesaria para los

datos obtenidos, encontrando una

correlación media entre los reactivos

ya que, son menores de r=.60 por lo

que se decidió llevar a cabo una

rotación ortogonal con el método de

componentes principales. Los

primeros resultados indican que el

análisis factorial obtenido es útil para

los datos con los que se está

trabajando ya que, se identificó que el

valor de adecuación de la muestra

KMO fue de .875 y la prueba de

esfericidad de Barlett tiene una

significancia de .000.

Los resultados del análisis factorial

se muestran en la tabla 3, los cuales

indican que la escala se compone por

dos factores con valores propios

mayores a 1 y que explican el 48.92%

de la varianza con 13 reactivos. La

disminución en el número de reactivos

se debe a que se eliminó un reactivo

porque no se integró a ninguno de los

dos factores. Finalmente, se obtuvo un

análisis de confiablidad alfa de

Cronbach de .880 para el total de la

escala.

Almeida, M., Hurtarte, C. y Díaz Loving, R.

11

Tabla 3.

Cargas factoriales de la Matriz de componentes rotados.

REACTIVOS

CARGAS FACTORIALES

INFIDELIDAD

EMOCIONAL A

SEXUAL

INFIDELIDAD

SEXUAL A

EMOCIONAL

Media 5.728

DE .291

26.06%, α= .861

Media 4.950

DE .265

22.86%, α=.818

Si M.P. desarrolla un lazo emocional con un hombre

fuera de su relación romántica principal o formal

¿qué tan probable es que esta mujer y este hombre

tenga ahora o en un futuro cercano relaciones

sexuales?

.765

Si usted desarrolla un lazo emocional con alguien

del sexo opuesto fuera de su relación seria o formal

¿qué tan probable es que usted y esa persona tengan

o vayan a tener relaciones sexuales?

.760

Si M.P. desarrolla un lazo emocional con un hombre

¿qué tan probable es que ella y este hombre tengan

o pronto vayan a tener una relación sexual?

.756

Si su pareja desarrolla una lazo emocional con

alguien del sexo opuesto fuera de su relación

principal o formal ¿qué tan probable es que su

pareja y esta otra persona tengan o vayan a tener

relaciones sexuales?

.745

Si usted desarrolla un lazo emocional con alguien

del sexo opuesto ¿qué tan probable es que usted y

esa otra persona tengan o vayan a tener relaciones

sexuales?

.740

Si H.P. desarrolla un lazo emocional con una mujer

fuera de su relación romántica principal o formal

¿qué tan probable es que este hombre y esta mujer

tengan ahora o en futuro cercano relaciones

sexuales?

.578

Si H.P. desarrolla un lazo emocional con una mujer

¿qué tan probable es que este hombre y esta mujer

tengan ahora o en un futuro cercano relaciones

sexuales?

.499

Si usted ha tenido una relación sexual con alguien

del sexo opuesto fuera de su relación seria o formal

¿qué tan probable es que forme o vaya a formar un

lazo emocional con esa persona?

.791

(sigue)

REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD,VOLUMEN XXX, NÚMERO 2, 2013

12

Tabla 3.Cargas factoriales de la Matriz de componentes rotados (continua)

CARGAS FACTORIALES

REACTIVOS

INFIDELIDAD

EMOCIONAL A

SEXUAL

INFIDELIDAD

SEXUAL A

EMOCIONAL

Si su pareja ha tenido relaciones sexuales con

alguien del sexo opuesta fuera de su relación

principal o formal ¿qué tan probable es que su

pareja desarrolle o vaya a desarrollar un lazo

emocional con esta otra persona?

.712

Si usted tiene una relación sexual con otra persona

del sexo opuesto ¿qué tan probable es que usted

forme o vaya a formar un lazo afectivo con esa

persona?

.695

Si M.P. ha tenido relaciones sexuales con un

hombre fuera de su relación romántica principal o

formal ¿qué tan probable es que ella haya formado o

vaya a formar un lazo emocional con ese otro

hombre?

.673

Si M.P. tiene una relación sexual con un hombre

¿qué tan probable es que ella forme o vaya a formar

un lazo emocional con este hombre?

.670

Si H.P. ha tenido relaciones sexuales con una mujer

fuera de su relación romántica principal o formal

¿qué tan probable es que esté formando o vaya a

formar un lazo emocional con esta otra mujer?

.553

Con los factores obtenidos en la

escala se llevó a cabo una prueba t de

Student para conocer si existen

diferencias entre hombres y mujeres

con respecto a la percepción del

vínculo que guardan la infidelidad

sexual con la infidelidad emocional y

viceversa. Los resultados de este

análisis indican que no existen

diferencias significativas en la

percepción del vínculo de la

infidelidad emocional con la

infidelidad sexual y de la infidelidad

sexual con la infidelidad emocional,

como se muestran en la tabla 3.

.

Almeida, M., Hurtarte, C. y Díaz Loving, R.

13

Tabla 4.

Diferencias en las creencias sobre la vinculación de los tipos de infidelidades entre

hombres y mujeres

VÍNCULO ENTRE LOS TIPOS DE

INFIDELIDAD

Hombres Mujeres

gl t Sig. M DE M DE

Vínculo de la infidelidad emocional

a la infidelidad sexual 40.81 12.29 41.48 11.74 343 -.507 .612

Vínculo de la infidelidad emocional

a la infidelidad sexual 29.90 10.02 29.55 10.03 339 -.323 .747

Discusión

El objetivo de este estudio fue adaptar

y validar la escala de creencias del

vínculo de la infidelidad para su uso

en población Mexicana; como se

puede observar en los resultados

obtenidos que la escala tiene

propiedades de validez y confiabilidad

adecuados para la población

Mexicana. Las características de la

escala responden a la propuesta teórica

de DeStefano y Salovey (1996) que

refiere a que las personas tienen la

creencia de que la infidelidad sexual

tiene un vínculo con la infidelidad

emocional así como la infidelidad

emocional esta vinculada con la

infidelidad sexual. La importancia de

tener este instrumento subyace en la

información que proporciona dado que

es una herramienta adecuada para

evaluar las creencias que tienen las

personas sobre la conexión entre los

dos tipos de infidelidad.

Los hallazgos de este estudio

proporcionan las primeras

características psicométricas de la

escala, dado que no se han reportado

estas propiedades en estudios previos

ya sea, por los autores de la escala ni

por los autores de los estudios

posteriores en los que se ha

modificado la escala de creencias

sobre la vinculación entre los tipos de

infidelidad. De igual manera, este

estudio proporciona una herramienta

adecuada para la población mexicana

lo cual, permite futuros estudios en los

que se lleve a cabo una comparación

entre las diferentes contextos sobre la

percepción del vínculo entre los tipos

de infidelidad, como se ha realizado en

estudios anteriores (Buss et al., 1999).

En este estudio, además de obtener

las propiedades psicométricas de la

escala, se realizó una comparación

REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD,VOLUMEN XXX, NÚMERO 2, 2013

14

general sobre las posibles diferencias

entre hombres y mujeres en la

percepción del vínculo entre los tipos

de infidelidad. Los resultados de este

análisis indican que tanto hombres

como mujeres reportan la misma

percepción sobre el vínculo que se

tiene entre los tipos de infidelidad es

decir, cuando se lleva a cabo un tipo

de infidelidad ya sea, infidelidad

sexual o infidelidad emocional,

posteriormente se llevara a cabo el

otro tipo de infidelidad. Estos

resultados proporcionan sustento a la

propuesta teórica dada por DeStefano

y Salovey (1996), en la que se indica

que ambos sexos tienen la creencia de

que no es posible tener sólo un tipo de

infidelidad, sino que una esta aunada o

es consecuencia del otro tipo de

infidelidad. De acuerdo a DeStefano y

Salovey (1996), este tipo de resultado

es un indicador que permite cuestionar

la explicación evolutiva sobre las

diferencias sexuales en torno al

malestar percibido ante la infidelidad

sexual y la infidelidad emocional

(Buss et al., 1992) sin embargo, es

necesario llevar a cabo un estudio en

el que se profundice esta perspectiva

teórica.

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García Cortés, J., García, M. y Rojas, A.

17

Factores que Intervienen en el Potencial Resiliente

Factors Involved in the Resilient Potential

JOSÉ MANUEL GARCÍA CORTÉS, MIRNA GARCÍA MÉNDEZ, ANA TERESA

ROJAS RAMÍREZ

Universidad Nacional Autónoma de México

Resumen

La resiliencia se describe como la adaptación exitosa del individuo ante la adversidad. La investigación de la

resiliencia cobra importancia en la evaluación, intervención y prevención de adversidades sociales y de la

salud, entre otras. El objetivo de esta investigación fue identificar las diferencias entre los factores que

promueven la resiliencia en hombres y mujeres y el nivel de estudios. Participaron 884 adultos voluntarios

(45.7% hombres y 54.2% mujeres, Medad=35.4 años, DE 10.82) del D.F., se les aplicó la Escala de Potencial

Resiliente (E-PoRe, García, J. & García, M., en prensa) que evalúa los factores de evasión,

autodeterminación, aflicción, control, afiliación, sobregeneralización y bienestar. Los resultados indican

diferencias por sexo en los factores de Aflicción y Sobregeneralización. , yEn el nivel de estudios, se

encontraron diferencias en todos los factores a excepción de la autodeterminación.

Palabras Clave:Resiliencia, potencial resiliente, autodeterminación.

Abstract

The Resilience is described as the individual's successful adaptation to adversity. Resilience research has

become important in the assessment, intervention and prevention of social adversities and health, among

others. The objective of this research was to identify the differences between the factors that promote

resilience in men and women and educational level. Participants 884 adult volunteers (45.7 % male and 54.2

% female, Mage = 35.4 years, SD 10.82 ) of D.F. was applied Resilient Potential Scale (E -Pore, Garcia, J. &

Garcia, M., in press) that evaluates evasion factors, self-determination, grief, control, affiliation,

overgeneralization and wellness. The results indicate gender differences in factors and Overgeneralization

and Affliction. In the level of studies, differences were found in all factors except for self-determination.

Keywords:Resilience, Resilient Potential, Self-determination.

Componentes con relación a lo que marca

la diferencia entre aquellas personas que a

pesar de la adversidad imperante de su

medio, logran una adaptación positiva, son

catalogadas como el eje rector para la

investigación de la resiliencia (Mrazek, P.

& Mrazek, D., 1987). La resiliencia es una

característica de la personalidad que

modera los efectos negativos del estrés y

promueve la adaptación positiva (Portzky,

REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD,VOLUMEN XXX, NÚMERO 2, 2013

18

Wagnild, Bacquer, & Audenaert, 2010).

Este concepto, a través del tiempo, ha

sido ampliamente reconocido en diversas

ramas de la psicología, sociología,

antropología, neurología, biología,

medicina, entre otras, por su carácter

preventivo y de intervención tanto en

adversidades individuales como en el

ámbito social, de la salud, económico y

político.

Aunque el interés por la investigación

de la resiliencia en las últimas tres décadas

es notable (Connor, & Davidson, 2003;

Hystad, Eid, Johnsen, Laberg, & Bartone,

2010) aún existe cierta incertidumbre

respecto a si la resiliencia es un rasgo fijo

de la personalidad, con una fuerte

influencia genética, o un proceso dinámico

que puede comenzar en cualquier

momento de la vida, o incluso una mezcla

de los dos. Esta ambivalencia influye en la

carencia de un consenso solido respecto a

las diversas cualidades que pueden

identificarse en el estudio del fenómeno.

Sin embargo, de acuerdo a Wagnild y

Young (1993) la investigación sobre los

factores que interactúan en la resiliencia

debenacotarse de manera paulatina con los

años de madurez del campo, a modo de

poder delimitar una serie de cualidades

consensuadas que permitan además de una

clasificación de personas resilientes, una

identificación de las fortalezas y

debilidades de los individuos, con el

propósito de generar programas de

intervención. Bajo esta línea, Portzky et al.

(2010) delimitan que el camino idóneo

para llegar a un consenso sobre las

cualidades representativas del resiliente,

refieren,es a través de la posible

variabilidad, producto de categorías de

análisis que permitan la comparación de

dichas cualidades.

Otra problemática que conlleva el

estudio de la resiliencia, subyace en su

evaluación y medición. Esto es, debido a

su concepción como proceso, resultado o

combinación de ambos, de acuerdo a

Windle, Bennett y Noyes (2011) no puede

ser medida, debido a que se trata de un

fenómeno dinámico.Sin embargo, lo que sí

se puede medir es la capacidad de llegar a

ser resiliente con base a características

específicas y eventos mediadores, que en

conjunción dinámica, pueden proporcionar

una estimación acerca del potencial que

presenta el individuo frente a la

adversidad. Por ello, se acuña el término

Potencial Resiliente (Luthar, 2006) para

describir la capacidad que tiene la persona

de lograr una adaptación positiva-exitosa,

es decir, un resultado resiliente.

García, García y Rojas (2013) definen

el potencial resiliente como un resultado

producto de la interacción de factores

positivos y negativos tanto en lo individual

como en lo social de la persona. Con ello

identificaron a la evasión,

autodeterminación, aflicción, control,

afiliación, sobregeneralización y bienestar

como los componentes del potencial

resiliente. Bajo esta tónica, Luthar (2006)

señala que la investigación sobre

García Cortés, J., García, M. y Rojas, A.

19

resiliencia se ha ramificado, lo que genera

diversas líneas de estudio, donde el común

denominador, supera el resultado

resiliente, en beneficio del estudio del

proceso mediante el cual factores de riesgo

y protección, positivos y negativos,

permiten a las personas en adversidad,

superarla.

Cabe destacar que la tendencia inicial

en la investigación de la resiliencia, de

acuerdo a Bernard (2004) se sustentó en la

búsqueda de diferencias por edad,

coeficiente intelectual (CI), género y raza,

entre otros. Por ejemplo Werner y Smith

(1982) en un estudio longitudinal de más

de 30 años con niños en alto riesgo como

consecuencia de la guerra, reportaron que

con la edad se incrementa la capacidad de

recuperarse al trauma. El CI se identificó

como un factor de protección y las mujeres

a diferencia de los hombres mostraron

mayor amortiguamiento al estrés.

Macgowan (2004) en un estudio con

jóvenes de 19 a 23 años en riesgo de

cometer suicidio, identificó que el factor

de riesgo más significativo para las

mujeres era la presencia de depresión y

para los varones, fueron los intentos

previos de suicidio.Además de estos

resultados, se reportan diversos estudios

que apoyan las diferencias individuales y

grupales, respecto a los diversos factores

involucrados en la resiliencia (Beasley,

Thompson & Davidson, 2003).

A través de los años, la investigación ha

confirmado y ampliado la investigación

original de resiliencia en varios grupos,

entre ellos oficiales del ejército y policía,

enfermeras, maestros, personal de

emergencia y atletas profesionales(Chan,

2003; Golby y Sheard, 2004). Las áreas de

estudio también han incluido la relación

entre la resiliencia y el funcionamiento

cardiovascular (Hallas, Thornton, Fabri,

Fox & Jackson, 2003), índices de

titulación en universitarios (Lifton, Seay,

McCarly, Olive-Taylor, Seeger & Bigbee ,

2006), y discriminación y abuso infantil

(Foster & Dion, 2003).

En el contexto de México, Palomar y

Gómez (2010) adaptaron y aplicaron las

escalas: CD-RISC (Connor & Davidson,

1999) y la Resilience Scale for Adults

(RSA) de Friborg, Hjemdal, Rosenvinge &

Martinussen (2001), quienes reportaron

que las mujeres tienen una mejor

competencia social y al apoyo familiar en

contraste con los hombres. El objetivo de

esta investigación fue identificar las

posibles diferencias en los factores que

promueven la resiliencia en hombres y

mujeres y diferencias con el nivel de

estudios.

Método

Participantes

Se trabajó con 884 personas voluntarias de

la Ciudad de México y área metropolitana,

404 hombres (45.7%) y 480 mujeres

(54.2%), con un rango de edad de 18 a 60

REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD,VOLUMEN XXX, NÚMERO 2, 2013

20

años (M edad = 35.4 años, DE = 10.82).

Al momento del estudio 499 participantes

estaban solteros (57 %), de los cuales 168

tenían una relación de pareja; 305 (35 %)

vivían en pareja (238 casados y 67 en

unión libre), 68 (6.56%) se habían

divorciado o separado de su pareja y 12

(1.3%) eran viudos.

En la tabla 1 se presentan las

características de los participantes de

acuerdo al nivel de estudios.

Tabla 1

Características de los participantes

Variable Clasificación N Porcentaje Total

Escolaridad Sin Estudios

Primaria

Secundaria

Preparatoria

Técnico

Licenciatura

Posgrado

23

104

183

204

108

247

15

2.6%

11.76%

20.7%

23.07%

12.21%

27.94%

1.69%

884

La muestra fue no probabilística. Se

empleó como criterio de inclusión que al

momento de la investigación, los

participantes supieran leer y escribir. Los

criterios de exclusión fueron: estar en

tratamiento psicológico o psiquiátrico.

Como criterios de eliminación se tomó en

cuenta: patrones de respuesta

incongruentes y contestar menos del 20%

de los reactivos del instrumento.

Instrumentos

Se utilizó la Escala de Potencial Resiliente

(E-PoRE) de García, y García (en Prensa).

Es un instrumento de autorreporte tipo

Likert de 33 reactivos con seis niveles de

respuesta que van de totalmente en

desacuerdo a totalmente de acuerdo. La

escala evalúa la capacidad que posee el

individuo para poder hacer frente a la

adversidad, producto de la interacción de

factores positivos y negativos de su

personalidad e interacción social.

Los factores del E-PoRE, son siete:

evasión (6 reactivos, α = .750),

autodeterminación (5 reactivos, α = .732),

aflicción (6 reactivos, α = .770), control (5

reactivos, α = .758), afiliación (4 reactivos,

α = .632), sobregeneralización (4

reactivos, α = .533) y bienestar (3

reactivos, α = .642). La escala total explica

el 52.06% de la varianza y cuenta con un

Alpha de Cronbach global de .681.

Procedimiento

Los participantes fueron localizados en

diferentes partes de la ciudad de México y

área metropolitana: centros de trabajo,

escuelas, áreas libres como parques, plazas

García Cortés, J., García, M. y Rojas, A.

21

y en domicilios. Se les pidió su

participación voluntaria para responder el

cuestionario, se hizo énfasis en que los

datos proporcionados eran confidenciales,

anónimos y únicamente con fines de

divulgación científica. La aplicación del

instrumento duró aproximadamente 10

minutos. Al inicio de la aplicación se les

pidió que leyeran y firmaran el acuerdo de

consentimiento para su participación. Los

datos obtenidos fueron capturados y

procesados estadísticamente en el

programa SPSS versión 21.

Resultados

En la tabla 2 se muestra que en los factores

negativos (evasión, aflicción y

sobregeneralización) los valores de las

medias están por debajo de los 3.23

puntos, mientras que los valores de los

factores positivos (autodeterminación,

afiliación, control y bienestar) obtuvieron

valores por encima de los cuatro puntos.

.

Tabla 2

Estadísticos descriptivos.

Variable M (N=884) D.E.

Evasión 2.44 0.956

Autodeterminación 4.90 0.894

Aflicción 2.92 1.86

Control 4.83 0.914

Afiliación 4.65 0.985

Sobregeneralización 3.23 0.967

Bienestar 4.74 1.01

Diferencias por sexo

Para conocer si existen diferencias entre

hombres y mujeres respecto a los factores

que componen el Potencial Resiliente, se

realizó un análisis de diferencia de medias

para muestras independientes t de Student.

El resultado (ver tabla 3) indica

diferencias estadísticamente significativas

en el factor de aflicción, t(882) = -5.4333, p.

= .0001, siendo las mujeres (M = 3.10)

quienes más se afligen respecto a los

hombres (M = 2.71); y en el factor de

sobregeneralización, t(882) = -3.506, p. =

.0001, donde lo hombres (M = 2.07)

tienden a sobregeneralizar más que las

mujeres (M = 2.22).

REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD,VOLUMEN XXX, NÚMERO 2, 2013

22

.

Tabla 3

Diferencias entre hombres y mujeres respecto a los factores del E-PoRE

Factor Hombres Mujeres

T P M DE M DE

Aflicción

2.71 1.05 3.10 1.07 -5.4333 .001***

Sobregeneralización 2.07 0.62 2.22 0.65 -3.506 .001***

*p < .05, **p < .01, ***p < .001

Diferencias por Nivel de Estudios

Para conocer si existen diferencias entre

los factores del Potencial Resiliente de

acuerdo al nivel de estudios, se realizó un

análisis de varianza de un factor ANOVA,

los resultados de la tabla 4 muestran las

diferencias estadísticamente significativas

en los factores de evasión, aflicción,

control, afiliación, sobregeneralización y

bienestar.

Tabla 4

Diferencias entre los factores del E-PoRe de acuerdo al nivel de estudios

Variable

Independiente Variable Dependiente Gl F p

Nivel de

Estudios

Evasión

(entre grupos)

(intra grupos)

Total

6

877

883

10.137 .001***

Aflicción

(entre grupos)

(intra grupos)

Total

6

877

883

12.807 .001***

Control

(entre grupos)

(intra grupos)

Total

6

877

883

5.644 .001***

Afiliación

(entre grupos)

(intra grupos)

Total

6

877

883

4.358 .001***

(sigue)

García Cortés, J., García, M. y Rojas, A.

23

Tabla 4. Diferencias entre los factores del E-PoRe de acuerdo al nivel de estudios

(continua) Variable

Independiente Variable Dependiente Gl F p

Nivel de

Estudios

Sobregeneralización

(entre grupos)

(intra grupos)

Total

6

877

883

3.224 .004**

Bienestar

(entre grupos)

(intra grupos)

Total

6

877

883

3.625 .001***

*p < .05, **p < .01, ***p < .001

En la tabla 5 se muestran las diferencias

de acuerdo a la prueba Post Hoc de Tukey,

demostrando que en el factor de evasión

las diferencias se encuentran entre todos

los niveles de estudios, son las personas

sin estudios quienes tienden a evadir, a

diferencia de quienes cuentan con

estudios de primaria, de secundaria, de

preparatoria, técnicos, licenciatura y de

posgrado. En el factor de aflicción, las

diferencias se encuentran entre aquellos

que no tienen estudios respecto a los que

tienen preparatoria, estudios técnicos,

licenciatura y estudios de posgrado. De

igual forma en aquellos que tienen

primaria en comparación con los de

preparatoria, estudios técnicos, estudios de

licenciatura y posgrado.

Para el factor de control, las diferencias

se hallan entre los que no tienen estudios y

quienes tienen una licenciatura o

posgrado, así como diferencias entre los

que únicamente cuentan con primaria en

relación con los que tienen licenciatura y

posgrado. En la afiliación las diferencias

están en quienes tienen estudios de

licenciatura y estudios técnicos respecto a

los que tienen un posgrado. De acuerdo al

factor de sobregeneralización las

diferencias están entre los que no tienen

estudios y los que tienen preparatoria,

educación técnica, licenciatura y posgrado.

Finalmente en el factor de bienestar,

quienes cuentan con una licenciatura

reportan diferencias en relación a aquellos

que tienen únicamente la primaria y los

que no cuentan con estudio alguno.

REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD,VOLUMEN XXX, NÚMERO 2, 2013

24

Tabla 5

Diferencias de acuerdo al valor de la Media por nivel de estudios

Factor Sin

estudios Primaria Secundaria Técnico Preparatoria Licenciatura Posgrado

Medias

Evasión 2.99 2.88 2.59 2.38 2.12 2.34 1.78

Aflicción 4.06 4.25 3.80 3.38 3.21 3.22 2.78

Control 4.40 4.53 4.73 4.81 4.96 5.01 5.18

Afiliación 4.42 4.35 4.57 4.69 4.89 4.76 4.20

Sobregeneralización 3.56 3.47 3.30 3.23 3.05 3.14 2.81

Bienestar 4.17 4.51 4.63 4.77 4.83 4.89 4.93

Discusión

Como se observa en los resultados, se

obtuvieron diferencias en hombres y

mujeres en las dimensiones de aflicción y

sobregeneralización. En primera instancia,

las mujeres tienden a responder con una

mayor emoción negativa a los eventos

estresantes, que los hombres, es decir, ante

la adversidad, las respuestas de molestia,

sufrimiento, tristeza, angustia o

preocupación son reacciones cotidianas

para ellas. Esto tiene relación con lo

mencionado por Fernández-Berrocal y

Extremera (2003); Sánchez, Fernández-

Berrocal, Montañés y Latorre (2008)

quienes indican patrones negativos para

las mujeres en la forma de enfrentar

situaciones estresantes en el ámbito de lo

emocional o con cierto grado de

vinculación afectiva, así como en el uso de

estrategias personales para gestionar las

emociones negativas.

Al respecto, Valdez-Santiago, Juárez-

Ramírez, Salgado-de Snyder, Agoff,

Avila-Burgos y Híjar (2006) señalan que

para las mujeres mexicanas, existe una

relación entre el malestar emocional que

viven, producto de diversas adversidades

sociales (violencia en el hogar, en el sector

salud y discriminación de género), lo que

se relaciona con las estrategias utilizadas

para enfrentar el estrés. García-Méndez,

Rivera-Aragón, & Díaz-Loving (2011)

mencionan que lo que mayor estrés

ocasiona en las mujeres (en el ámbito de la

infidelidad) es lo que pertenece al campo

de la emoción ya que se amenaza el

vínculo existente entre ellas y el objeto.

Por otro lado, las diferencias

encontradas en la sobregeneralización,

indican que los varones tienden a

reaccionar más frecuentemente con enojo,

apatía e impulsividad que las mujeres. Esta

tendencia a sobregeneralizar las respuestas

al momento de enfrentarse al estrés, es

producto de la creencia de no poder

controlar ni determinar los resultados en la

vida, sin importar si realmente se tiene el

poder de hacerlo. Esto concuerda con lo

García Cortés, J., García, M. y Rojas, A.

25

descrito por Benjet et al. (2009) quienes

investigaron sobre la prevalencia de

trastornos mentales en adultos de la ciudad

de México. Reportaron que en los varones

a pesar de haber sido diagnosticados sin

enfermedad mental, presentaron rasgos de

personalidad negativista desafiante,

trastorno disocial, tendencia al abuso de

alcohol y otras sustancias. Las

características de los varones en ambos

estudios pueden ser un indicador de un

patrón cultural de rasgos de personalidad

que permiten la interacción y expresividad

de un rol designado.

En lo que respecta a las diferencias

encontradas de acuerdo al nivel de

estudios, se puede afirmar que la

escolaridad es un factor determinante en

cuanto a la manera en que se enfrenta una

situación estresante. Para los factores de

evasión, aflicción y sobregeneralización,

se identificó una tendencia inversamente

proporcional, con relación al nivel de

estudios, es decir, a mayor grado de

estudios, menor será la puntuación en

estos factores, por lo que las respuestas de

evitación del conflicto por medio de

factores externos, reacciones de enojo,

molestia, sufrimiento, tristeza, angustia o

preocupación, así como apatía e

impulsividad ante la adversidad,

disminuyen conforme se avanza en la

formación académica. En contraste, para

los factores de control y bienestar, la

relación es directamente proporcional, con

lo que a mayor nivel de estudios, las

personas tenderán a percibir mayores

capacidades y cualidades para determinar

los resultados de sus acciones cuando se

encuentren en una situación adversa, y con

ello, la sensación de satisfacción,

tranquilidad consigo mismo y con el

porvenir se tornará mayormente positiva.

Para el factor de afiliación se observa

una tendencia a incrementar la capacidad

de relacionarse con los otros con fines de

apoyo para la solución de problemas de

acuerdo a los años de estudio, sin

embargo, este patrón decrementa cuando

se supera el nivel de licenciatura, por lo

que los resultados sugieren que las

personas que cuentan con un posgrado

tienden a resolver sus conflictos con

mayor individualidad.

Dahan y Gaviria (2001) señalan que las

personas con mayor grado de escolaridad

tienden a poseer mayores recursos para

enfrentar situaciones adversas, lo que les

permite acceder a nuevos enfoques y

contextos a través de los cuales las

perspectivas de cambio se tornan posibles.

En contraste, Encinas-Herrera (2003)

señala que el menor grado de escolaridad

está asociado al aumento del estrés y al

pobre repertorio de estrategias de

enfrentamiento, por lo que a menor grado

de estudios, las estrategias para amortiguar

la adversidad tienden a ser más pasivas y

menos efectivas.

La repercusión que este tipo de recursos

tiene sobre el bienestar de las personas, es

de suma importancia, de acuerdo con

Figueroa, Contini, Lacunza, Levin y

REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD,VOLUMEN XXX, NÚMERO 2, 2013

26

Estevéz (2005) el contar con diversas

habilidades para hacer frente al estrés tiene

un papel protector frente a la adversidad y

sus consecuencias psicosociales.

Finalmente, hay que señalar que uno de

los elementos más comúnmente estudiados

en la investigación de la resiliencia es el

apoyo social (Butler & Goldstein, 2010;

Theis, 2004), en lo que respecta a la

afiliación en este estudio, se puede

observar que la búsqueda de apoyo se

incrementa conforme se avanza en el

campo académico, sin embargo, esta

tendencia cambia de dirección y

decrementa en las personas que reportan

tener estudios de posgrado. Una hipótesis

al respecto es que aquellas personas que se

encuentran en el nivel máximo de estudios

se perciben con mayores recursos

individuales para enfrentar la adversidad, a

modo de que la búsqueda de ayuda en los

demás pasa a segundo plano.

Como conclusión se pone de relieve la

importancia de indagar, identificar y

analizar la relación existente entre aquellos

factores participes en la resiliencia y en la

determinación de las variantes que pueden

existir y que determinarían la manera de

abordar el fenómeno tanto en su estudio

como en su aplicación al campo de la

prevención e intervención.

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30

Diseño y Validez de Constructo de la Escala

de Enfrentamiento en Cuidadores

Familiares de Adultos Mayores

Design and Construct Validity of the Coping

in Family Caregivers of Older Adults Scale

MIRIAM DOMÍNGUEZ-GUEDEA, ABRAHAM OCEJO GARCÍA

Universidad de Sonora

Resumen

Mediante análisis factoriales exploratorios se validó la Escala de Enfrentamiento de Problemas Familiares

en Cuidadores Familiares de Adultos Mayores (EEPF/CFAM), en muestras de población general y

cuidadores brasileños y en cuidadores mexicanos. Los resultados de población general brasileña señalaron

la pertinencia de cinco factores, a saber: Religiosidad, Apoyo social, Evitación, Alteración emocional y

Directo/revalorativo, cuyos valores de consistencia interna oscilaron entre .60 a .89. Los análisis en

cuidadores brasileños indicaron que los factores Búsqueda de apoyo social (α=0.85), Religiosidad

(α=0.87) y Alteración emocional (α=0.68) explican 46% de la varianza del constructo. En cuidadores

mexicanos se encontró que los factores Resolutivo social (α=0.89), Religiosidad (α=0.94) y Alteración

emocional (α=0.81) explican 54% de la varianza del constructo. En términos psicométricos y culturales,

la EEPF/CFAM ofrece ventajas para su uso en contextos latinoamericanos frente a medidas diseñadas y

validadas en el medio anglosajón.

Palabras Clave:Enfrentamiento, Cuidadores Familiares, Adultos Mayores, Validación Psicométrica,

Latinoamérica.

Abstract

Through exploratory factorial analyses, it was validated in Brazilian and Mexican samples the Family

Problems in Family Caregivers of Older Adults' Coping Scale (EEPF/CFAM). Brazilian outcomes

showed that the factors of Seeking Social Support (α=0.85), Religiosity (α=0.87) and Emotional

Alteration (α=0.68) explain 46% of the construct's variance. In Mexican caregivers, the factors of Social

Resolution (α=0.89), Religiosity (α=0.94) and Emotional Alteration (α=0.81) explain 54% of the

construct's variance. In psychometric and cultural terms, the EEPF/CFAM offers advantages for its use in

Latin-American contexts facing designed and validated measures in the English-speaking environment.

Keywords:Coping, Family Caregivers, Elderly, Psychometric Validity, Latin-American.

Domínguez Guedea, M. y Ocejo García, A.

31

La figura del cuidador familiar ha

tomado cada vez más importancia en los

estudios gerontológicos, dado su papel

protagónico en el cuidado y asistencia

cotidiana para el adulto mayor en

situación de dependencia funcional. Una

parte importante de las tendencias

actuales de investigación internacional

sobre el tema se basa en el paradigma

estrés-bienestar pues se ha documentado

de manera reiterada que las demandas y

dificultades relacionadas con el cuidado

representan una fuente de estrés para

quien cuida, de forma que resulta de

especial interés analizar las

consecuencias del cuidado para el

familiar que asume dicha responsabilidad

(Chapell & Dujela, 2009).

La aportación pionera de esa línea de

estudios la hicieron Haley, Levine,

Brown y Bartolucci (1987) al adaptar la

teoría de estrés de Lazarus y Folkman

(1984) a la situación vivida por los

cuidadores; los autores propusieron que

los estresores y el bienestar de los

familiares que cuidan, están

intermediados por las estrategias de

enfrentamiento que poseen. Definidos

como “los esfuerzos cognitivos y el

comportamiento que se alternan

constantemente para administrar las

demandas internas o externas específicas

que se evalúan como excedentes recursos

de la persona” (Lazarus & Folkman,

1984, p. 141), los recursos de

enfrentamiento reflejan cambios

continuos de la persona al relacionarse

con estresores específicos y constituyen

un repertorio diferente de lo que sería un

comportamiento adaptativo

automatizado.

Dado el papel central que el

enfrentamiento tiene en la respuesta a

situaciones de estrés, se han realizado

numerosos estudios para analizar la

diversidad de comportamientos,

pensamientos y sentimientos que las

personas utilizan para abordar los

problemas. En una revisión de las

investigaciones en el área, Skinner,

Edge, Altman y Sherwood (2003)

identificaron 100 instrumentos de

medición y 400 diferentes formas de

enfrentamiento; en virtud de lo anterior

¿Cuál debería ser entonces la medida

más apropiada de las estrategias de

enfrentamiento utilizadas por los

cuidadores de adultos mayores?

La medida que aquí se presenta fue

diseñada para responderse de acuerdo a

un problema específico relativo a las

tareas de cuidado, sin embargo, ante la

posibilidad de que no todos los

cuidadores perciban las circunstancias de

cuidado como problemáticas o

generadoras de estrés, se solicitó al

cuidador que responda la escala

considerando algún problema familiar,

ya que la experiencia de la asistencia

ocurre en el marco de las relaciones

dentro de la familia que, a su vez,

influyen en el bienestar del cuidador

(Mitrani et al., 2006).

REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD,VOLUMEN XXX, NÚMERO 2, 2013

32

Con el objetivo de diseñar y validar

una escala de enfrentamiento de

cuidadores familiares de adultos

mayores, en la presente investigación se

desarrolló un instrumento contemplando

las estrategias indicadas por Haley et al.

(1987) en su estudio precursor sobre

estrés en cuidadores, así como otras que

la literatura ha incluido para

complementar las formas básicas de

enfrentar entre cuidadores (e.g.

McIlvane, Popa, Robinson, Houseweart

& Haley, 2008).

La importancia de diseñar y validar

una escala de enfrentamiento responde a

la necesidad de producir medidas

culturalmente válidas para el entorno

social de referencia (Byrne & van de

Vijver, 2010), de manera que el presente

propone una escala que atiende a las

características de dos contextos

latinoamericanos en los que el fenómeno

del cuidado familiar ha alcanzado

dimensiones importantes: Brasil y

México. En este sentido, la secuencia de

elaboración y validación fue la siguiente:

1) se diseñó una primera versión de la

escala con base en otras ya validadas en

Brasil (Seidl, Tróccoli & Zannon, 2001;

Vera, Batista, Laborín & Pimentel, 2003)

y se analizaron las propiedades

psicométricas del instrumento en

población general, especificando

problemas familiares como estresores,

como una estrategia práctica para superar

la dificultad de reunir una muestra

grande de cuidadores para validar una

escala extensa como la resultante en la

primera versión; 2) con base en los

resultados anteriores se produjo una

versión reducida de la escala con el fin

de validarla en una muestra de

cuidadores de Brasilia, Brasil; 3) la

anterior versión fue traducida, ajustada y

aplicada en una muestra de cuidadores

mexicanos hermosillenses. Enseguida se

presentan los detalles metodológicos y

resultados obtenidos en cada fase.

Método

Fase 1. Diseño y validez de constructo

de la escala en población general -Brasil

Participantes

Con un muestreo no probabilístico, por

conveniencia, se reunieron datos de 334

personas cuyas edades variaron de los 18

a los 98 años (M=40.9; DE=16.6). El

tamaño de la muestra obedeció al criterio

de contar con al menos cinco

participantes por cada reactivo a ser

sometido al análisis factorial

(Treiblmaier & Filzmoser, 2010).

Se establecieron cuotas para equilibrar

las características de sexo y edad de los

participantes, tendiendo como únicos

criterios de inclusión en la muestra

residir en el Distrito Federal (DF) de

Brasil y tener una edad mínima de 18

años; se excluyeron los casos en los que

se registró un porcentaje de omisión de

respuestas ≥90%. Del total de

participantes, 50.9% fueron mujeres; más

Domínguez Guedea, M. y Ocejo García, A.

33

de la mitad de la muestra trabajaba

(52.5%), el resto se distribuía entre

estudiantes (21.9%), amas de casa

(19.4%) pensionados (14.5%), siendo

que parte de esas personas desempeñaba

más de una actividad al mismo tiempo;

en cuanto a escolaridad, la muestra

mostró una media de 11.24 años de

estudio (DE= 5.31).

Instrumentos

La Escala de Enfrentamiento de

Problemas Familiares (EEPF) fue

elaborada considerando reactivos de dos

instrumentos validados en un contexto

brasileño: (a) Escala de Enfrentamiento

de Problemas (Vera et al. 2003), aplicada

en una población general de la Ciudad de

João Pessoa, Paraíba; y (b) la Escala de

Enfrentamiento de Problemas, de Seidl,

Tróccoli y Zannon (2001) validada en

Brasília con muestras de adultos de

población general y portadores de

enfermedades crónicas. También se

elaboraron reactivos de acuerdo con

definiciones conceptuales sobre

estrategias de enfrentamiento señaladas

en la literatura especializada (Haley et al.

1987; McIlvane et al. 2008). Cabe

destacar que en todos los referentes

consultados compartían la propuesta

teórica de Lazarus y Folkman (1984)

sobre la teoría transaccional del estrés.

De esta forma, la escala se estructuró con

las siguientes estrategias de

enfrentamiento: foco en el problema,

expresión emocional, evasión,

revaloración positiva, religiosidad y

búsqueda de apoyo social.

El análisis teórico del instrumento de

las estrategias de enfrentamiento

consistió en el análisis de los jueces y el

análisis semántico. El análisis teórico del

instrumento de estrategias de

enfrentamiento consistió en jueceo y

análisis semántico. En el primer análisis

participaron seis investigadores que

estudian el tema de las estrategias de

enfrentamiento o que tienen una amplia

experiencia en elaboración de

instrumentos. De acuerdo con las

definiciones que constituyen cada

dimensión, los jueces evaluaron los

elementos, expresando el acuerdo entre

ellos acerca de la relación entre los

elementos y sus dimensiones; se hicieron

los cambios sugeridos por los jueces para

mejorar la claridad de los artículos. En el

análisis semántico, 30 personas de la

población general participaron

respondiendo la escala e indicaron todas

las palabras, frases e instrucciones

confusas. Nuevos cambios se realizaron

de acuerdo a las indicaciones de estas

personas.

La EEPF quedó conformada por 60

reactivos, siendo 10 para evaluar cada

una de las siguientes estrategias de

enfrentamiento: directo-activo, alteración

emocional, religiosidad, evasión,

búsqueda de apoyo social, re-valoración

positiva. Las opciones de respuesta se

dispusieron en una escala tipo Likert de

cinco puntos (1 = nunca a 5 = siempre) y

REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD,VOLUMEN XXX, NÚMERO 2, 2013

34

estuvieron referidas a la frecuencia con

que el respondiente se comporta de la

manera que lo especifica el reactivo.

Pero antes de responder a estos

elementos, se colocó una pregunta

abierta pidiendo al participante que

respondiera acerca de un problema

familiar que actualmente le generara

estrés. Posteriormente se solicitó que

cada reactivo se respondiera teniendo en

cuenta el problema descrito

anteriormente por el participante. En este

procedimiento se adoptó el que utilizaron

Seidl, Tróccoli y Zannon (2001).

Para controlar el sesgo debido a la

fatiga de responder de manera continua

las 60 reactivos del instrumento, se

crearon dos versiones del mismo

instrumento, cambiando el orden de los

elementos; ambas versiones se aplicaron

a la muestra total en partes iguales.

Procedimiento

Se solicitó a los participantes responder

los instrumentos de forma voluntaria en

instituciones o lugares públicos. Los

entrevistadores abordaron personas que

estaban atendiendo diversos asuntos (e.g.

oficina de atención ciudadana) o

sentados sin ningún tipo de actividad

específica en lugares como plazas y otros

lugares públicos del Distrito Federal de

Brasil. Los investigadores abordaron a

posibles participantes invitándoles a

responder de acuerdo a lo establecido en

una Carta de Consentimiento Informado.

La escala podía ser podía ser auto-

administrada o bien, respondida con la

ayuda de un entrevistador que hacía

lectura de las preguntas para las personas

con dificultades para hacerlo por sí

mismas; a pesar de que la recomendación

común para la aplicación de instrumentos

psicométricos indica generar situaciones

estandarizadas para todos los casos de

aplicación, se optó por generar las dos

posibilidades de colecta, prospectando

incluir datos de personas adultas

mayores, quienes comúnmente son sub-

representadas en las muestras de

población general.

Fase 2. Validez de constructo de la

escala en cuidadores brasileños

Participantes

Participaron 187 personas responsables

del cuidado de familiares adultos

mayores dependientes funcionales (83%

eran mujeres). El promedio de edad de

los cuidadores fue de 46 años (DE =

14.8) y tenían un promedio de cinco años

cuidando de los mayores (DE = 10.23).

El promedio de edad de los receptores de

cuidados fue de 79 años (DE = 9.6) y

entre ellos, 89% eran padres de los

cuidadores. La mayoría de los

participantes habían completado la

escuela secundaria/preparatoria (34.2%),

seguido de los cuidadores con estudios

de licenciatura (28.3%). Además de las

responsabilidades de cuidar, 46.5% de

los participantes tenían un trabajo

remunerado. En cuanto a los ingresos

mensuales de la familia se encontró que:

Domínguez Guedea, M. y Ocejo García, A.

35

50.1% de los encuestados tiene un

ingreso familiar de hasta $ 1,000.00

reales brasileños, 35.8% informó de un

ingreso familiar en el rango de $

1,000.00 a $ 3,000.00 reales, 10.7% tuvo

un ingreso de más de $ 3,000.00 reales

(2.7% de los cuidadores no reportaron el

ingreso).

Para ser incluidos en el estudio, los

participantes deberían ser los cuidadores

primarios de un familiar adultos mayor

que necesitara ayuda para ejecutar al

menos una de las actividades o

instrumentales de la vida diaria, de

acuerdo con dos índices de valoración

geriátrica que se describen en el apartado

de instrumentos. Además, la díada

cuidador - adulto mayor debía residir en

el Distrito Federal de Brasil y el cuidador

debe vivir con el adulto mayo o visitarlo

por lo menos tres veces a la semana.

Instrumentos

Se utilizó la Escala de Enfrentamiento de

Problemas Familiares (EEPF) reducida,

descrita en la fase anterior de este

reporte. Para la aplicación de EEPF en la

muestra de cuidadores se redujo el

número de opciones de respuesta, con

cuatro puntos de la escala de Likert (1 =

nunca a 4 = siempre), en lugar de cinco,

como en la escala original.

Las actividades en las que el adulto

mayor depende del cuidador fueron

identificadas aplicando un formulario

que integra dos índices de validación

geriátrica, cuyas versiones originales

fueron modificadas por Domínguez-

Guedea (2005) con base en la propuesta

de Shah, Vanclay y Cooper (1989); los

índices son el Barthel Index (Mahoney &

Barthel, 1965) y el InstrumentalActivities

of Daily Living Scale (Lawton & Brody,

1969). El formulario consta de 18

reactivos sobre el nivel de ayuda que

requiere el adulto mayor para

desempeñar actividades básicas e

instrumentale; el instrumento es

respondido por el cuidador utilizando las

opciones de respuesta: 1) no consigue

hacerlo solo/a; 2) necesita mucha ayuda;

3) necesita de una ayuda regular; 4)

necesita de poca ayuda y; 5) lo hace sólo

sin ayuda. Se aplicó también una ficha

socio-demográfica de respondiente y del

receptor de cuidados.

Procedimiento

Los participantes fueron identificados en

hospitales públicos que ofrecen servicios

a adultos mayores en el D.F. de Brasil y

a través de indicaciones realizadas de los

propios cuidadores, líderes comunitarios

y por personas familiarizadas con la

investigación. Para ambas formas se

explicaron los objetivos de la

investigación y se solicitó su

participación voluntaria. Se leyó Carta de

Consentimiento Informado y se aclaró

cualquier duda. En caso de aceptar, los

cuidadores firmaban la Carta de

Consentimiento Informado y se

acordaban encuentros con los

entrevistadores.

REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD,VOLUMEN XXX, NÚMERO 2, 2013

36

Fase 3. Validez de constructo de la

escala en cuidadores mexicanos

Participantes

Se colectaron datos de 244 cuidadores

familiares de adultos mayores,

identificados a través de un muestreo no

probabilístico, por conveniencia. La

caracterización de la muestra es la

siguiente: a) la mayoría de los

participantes eran mujeres (73.5%); b)

62.9% reportó tener pareja; c) 30.8%

completó hasta la secundaria, 32.3%

contaba con preparatoria o carrera

técnica y 36.9% tenía estudios de

licenciatura o más; d) el ingreso familiar

mensual del 52.7% de la muestra alcanzó

hasta los $9,000 mil pesos y 47.3%

indicó un ingreso de $9,000 hasta

$40,000 mil pesos; e) la mayoría de los

participantes eran hijas/os del adulto

mayor (79.2%); f) las edades de los

participantes variaron de los 21 a 87 años

(M=49.6; D.E.= 12.1).

Se consideraron como criterios de

inclusión a la muestra, el ser familiar del

receptor de cuidados, apoyarlo en al

menos una actividad indicada en el

índice de valoración geriátrica descrito

en el apartado de instrumentos y vivir

con él (ella) o visitarlo al menos una vez

a la semana.

Instrumentos

Fue utilizada la EEPF/CFAM, validada

en la fase anterior de este reporte. Para su

aplicación en el contexto mexicano se

hizo la traducción (al portugués) y re-

traducción (al español) y después fue

sometida a un análisis de jueces y

pilotaje para constatar la pertinencia

teórica del conjunto de reactivos, así

como la comprensión semántica de la

escala en el nuevo contexto cultural,

realizándose los ajustes necesarios. En

este proceso se incluyeron reactivos que

fueron trabajados en una muestra de

cuidadores familiares de adultos mayores

con diabetes mellitus, prospectando

robustecer la dimensión de alteración

emocional que en la validación en

cuidadores brasileños obtuvo una

consistencia interna baja (α = 0,68); se

integraron también reactivos de re-

valoración positiva, evasión y

enfrentamiento directo-activo ante la

posibilidad de su eventual manifestación

en el nuevo contexto cultural. De esta

manera, el instrumento aplicado a

cuidadores mexicanos constó de 24

reactivos dispuestos en escalas tipo

Likert de cuatro puntos (1=nunca a 4=

siempre).

Las actividades en las que el adulto

mayor depende del cuidador fueron

identificadas con el mismo formulario

que se aplicó en la muestra brasileña, el

cual pasó también por el proceso de

traducción-retraducción. Éste, junto con

una ficha de datos demográficos

elaborada exprofeso, fue aplicado en

forma de entrevista.

Domínguez Guedea, M. y Ocejo García, A.

37

Procedimiento

El estudio se desarrolló en la ciudad de

Hermosillo, Sonora en México. La forma

de colecta de datos fue similar a la del

procedimiento en la muestra brasileña,

haciendo contacto con organizaciones

que prestan servicios (sociales, salud y

religiosos) a adultos mayores y otros con

base en la indicación personal. A los

participantes se les informó el propósito

del estudio y se pidió su colaboración de

acuerdo con la Carta de Consentimiento

Informado. En caso de aceptar colaborar,

se indicaron las sesiones para la colecta

de datos.

Resultados

Fase 1. Diseño y validez de constructo

de la escala en población general –

Brasil

Se hizo un conjunto de análisis para

verificar los presupuestos multivariados

del banco de datos y en principio la

normalidad de las distribuciones,

identificando diez reactivos con valores

de asimetría ≥1, mismos que fueron

retirados de los análisis siguientes. Con

base al criterio Mahalanobis de χ² [(50)

= 86.66; p ≤ .001] fueron encontrados 10

casos discrepantes multivariados que

fueron retirados. Como una estrategia

práctica para verificar la linealidad entre

pares de entre variables, se hicieron

scatterplots entre los 18 reactivos con

valor de asimetría ≥0.6, resultando en

324 gráficos, en lugar de analizar los 50

ítems, que resultaría en 2,500 gráficos;

los gráficos mostraron formas más o

menos ovaladas, por lo que se descartó

una franca violación al criterio de

linealidad de las variables. Finalmente se

determinó la ausencia de

multicolinealidad dado el mínimo valor

de tolerancia de 0.28. Se asumió la

factorabilidad de la matriz de

correlaciones entre reactivos dados los

siguientes indicadores: (a) valor Kaiser-

Meyer-Olkin (KMO) igual a .814 y (b)

determinante de la matriz igual a .001.

Para identificar el número de factores a

retener, se llevó a cabo un análisis

paralelo, en donde la comparación con

valores propios empíricos y los de una

muestra aleatoria indicó la pertinencia de

extraer como máximo seis factores.

Análisis factoriales con el método de

ejes principales mostraron que la

estructura de cinco factores se revelaba

teóricamente más clara. Fue utilizada

rotación varimax pues la mayoría de las

correlaciones entre los factores fue

inferior a .30. Se retiraron reactivos con

cargas factoriales <.30. La escala quedó

conformada con 41 reactivos de

saturaciones factoriales >.31, divididos

en cinco factores que en conjunto

explican 33% de la varianza del

constructo enfrentamiento. El primer

factor agrupó los reactivos relativos a la

estrategia de enfrentamiento sobre el uso

de las creencias y prácticas religiosas o

espirituales. El segundo factor reunió los

REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD,VOLUMEN XXX, NÚMERO 2, 2013

38

reactivos sobre la búsqueda de apoyo

social para hacer frente a los problemas

familiares. El tercer factor combinó

reactivos de enfrentamiento directo-

activo y de enfrentamiento revalorativo,

siendo denominado estrategia directa-

revalorativa. El cuarto factor es la

evitación y, por último, el quinto factor

se refiere a la estrategia de alteración

emocional.

Se decidió evaluar las propiedades

psicométricas de la escala disminuyendo

el número de elementos para aplicar una

versión reducida de la muestra de

cuidadores. Por lo tanto, sólo seis

reactivos se mantuvieron en cada factor,

eliminando dos reactivos con cargas

factoriales bajas en los factores de

evasión y emocional y los siete ítems con

la menor carga factorial en

enfrentamiento activo/revalorativo. Esta

decisión representó eliminar 27% de los

ítems de la escala original, por lo que

repitió la secuencia de análisis para el

nuevo conjunto de reactivos, retirando

cuatro casos discrepantes multivariados

identificados con la distancia de

Mahalanobis, de acuerdo al criterio de χ²

[(30) = 59.703, p ≤ .001]; además se

observó que ninguno de los 30 reactivos

tenían una desviación significativa de la

distribución normal (valores de asimetría

<1) y no se registraron violaciones de los

requisitos de la linealidad y

multicolinealidad; por otro lado, el valor

de KMO fue .822 y el determinante de

matriz igual a .001. Teniendo en cuenta

los resultados del análisis en paralelo y el

sentido teórico apropiado, con análisis

factoriales de ejes principales se

extrajeron cinco factores que explican

38,3% de la varianza del constructo de

enfrentamiento; se utilizó la rotación

varimax porque la mayoría de las

correlaciones entre los factores fue ≤.30.

Todos los reactivos en esta versión

abreviada mostraron cargas factoriales ≥

.39. Los resultados de la versión extensa

y reducida de la escala se resumen en la

Tabla 1.

Domínguez Guedea, M. y Ocejo García, A.

39

Tabla 1

Comparación de características de EEPF/CFAM validada en población general brasileña –

versión extensa y versión reducida Características Versión extensa Alfa Versión reducida Alfa Ejemplos de reactivos

en cada factor

-Reactivos /

casos

51 reactivos/324

casos

30 reactivos/320

casos

Religiosidad: Eu me

tranqüilizo

rezando/orando;

Entrego a Deus os

meus problemas; Eu

me apego à minha fé

para saber o que

fazer.

Apoyo social:

Desabafo com meus

amigos ou familiares;

Busco alguém que me

aconselhe ou ajude a

decidir o que fazer.

Directo/revalorativo:

Tento diferentes

formas de resolver o

problema; Penso que

esse problema me faz

amadurecer.

Evitación:Tento

esquecer o problema;

Acho que só o tempo

vai resolver o

problema; Evito

envolver-me no

problema.

Alteración

emocional: Entro em

desespero sem saber

o que fazer;

Demonstro minha

angústia.

-Varianza

Explicada

33% 38.5%

-Reactivos

retenidos

41 reactivos

30 reactivos

-Cargas

factoriales

de .31 a .80 de .39 a .81

-Factor 1 Religiosidad .89 Religiosidad .89

-Factor 2 Apoyo social .85 Apoyo social .85

-Factor 3 Directo/revalorat

ivo

.75 Evitación .69

-Factor 4 Evitación .70 Alteración

Emocional

.65

-Factor 5 Alteración

emocional

.66 Directo/revalorativo .60

Fase 2. Validez de constructo de la

escala en cuidadores brasileños

En análisis preliminares se identificó un

reactivo con porcentaje de datos faltantes

mayor que 5%, mismo que fue eliminado

de los siguientes procedimientos. En

cuanto a los presupuestos multivariados

se encontró que: (a) no existían

relaciones multicolineales ni problemas

REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD,VOLUMEN XXX, NÚMERO 2, 2013

40

de singularidad en el conjunto de

reactivos, dados los valores de tolerancia

≤.38 y (b) once reactivos mostraron

valores de asimetría ≥1 pero, a pesar de

que la falta de normalidad y linealidad de

estos elementos no es deseable en el

análisis multivariado, se decidió

mantenerlos para no dañar la estructura

de la constructo, observando en todo

caso con atención su desempeño en los

análisis posteriores.

Fue determinada la factoralidad de la

matriz de correlaciones dados los

resultados de los siguientes indicadores:

(1) el valor Kaiser-Meyer-Olkin (KMO)

fue de .79 y (2) determinante de la matriz

fue igual a .000. Esos análisis indicaron

la conveniencia del análisis factorial en

el conjunto de reactivos. Un análisis

paralelo indicó la extracción hasta de

cinco factores como máximo. Se

aplicaron análisis factoriales (por ejes

principales) con rotación varimax

teniendo en cuenta las correlaciones

entre los factores ≤ 30. Se encontró que

la estructura de tres factores ofrecía la

mejor interpretación teórica y

propiedades métricas (ver Tabla 2). De

los elementos inicialmente sometidos a

análisis, trece ítems tuvieron que ser

excluidos porque tenían cargas

factoriales ≤.30 o bien, al retirarlos del

conjunto de reactivos, mejoraban de

manera importante la consistencia

interna de los factores resultantes. La

solución con 17 reactivos, explicó el

46% de la varianza del constructo de

enfrentamiento. El primer factor reunió

los elementos de la Búsqueda de apoyo

social, el segundo factor implicó la

estrategia de Enfrentamiento

religioso/espiritual y el tercer factor se

refiere al Enfrentamiento de alteración

emocional como estrategia para enfrentar

los problemas. A partir de los resultados

de esta fase, la EEPF en adelante será

referida como Escala de Enfrentamiento

de Problemas Familiares para

Cuidadores Familiares de Adultos

Mayores (EEPF/CFAM).

Domínguez Guedea, M. y Ocejo García, A.

41

Tabla 2

Análisis factorial de la EEPF/CFAM en cuidadores brasileños

Reactivos F1 F2 F3

Busco alguém que me aconselhe ou ajude a decidir o que fazer .784

Converso com alguém sobre como estou me sentindo .781

Desabafo com amigos e outros familiares .753

Converso com pessoas da minha confiança .714

Compartilho minhas preocupações com amigos ou familiares .598

Peço a outras pessoas que me ajudem a lidar com o problema .470

Pratico com maior fé meus costumes religiosos .818

Eu me tranquilizo rezando ou orando .767

Eu me apego a minha fé para saber o que fazer .722

A companhia das pessoas da minha religião....me faz sentir melhor .709

Procuro paz e calma na minha religião .676

Entrego a deus os meus problemas .528

Demostro minha angústia .715

Demostro minha tristeza .618

Entro em desespero sem saber o que fazer .521

Fico tenso que alguns dos meus hábitos mudam .494

Penso que esse problema tem trazido atrasos na minha vida .385

Alfa de Cronbach .85 .87 .68

Fase 3. Validez de constructo de la

escala en cuidadores mexicanos

En análisis preliminares se identificó

que: (a) ningún reactivo tuvo un

porcentaje de datos faltantes ≥ 5%; (b)

cinco reactivos tuvieron asimetría ≥1

mismos que fueron retirados de los

análisis posteriores; (c) no existían

relaciones multicolineares ni problemas

de singularidad en el conjunto de

reactivos, ya que el valor de tolerancia

inferior fue 0,30 y (d) se detectaron y

eliminaron 40 casos discrepantes

multivariados con el criterio de χ² [(24)

= 36.42, p ≤ 0,05]. Fue determinada la

factoralidad de la matriz de correlaciones

a través de dos indicadores: (1) el valor

KMO fue de .848 y (2) la determinante

de la matriz fue igual a .000. El análisis

paralelo indicó la extracción de cinco

factores como máximo.

Se corrieron análisis factoriales con

ejes principales encontrando que la

solución con tres factores ofrecía la

mejor interpretación; se utilizó la

rotación varimax pues las correlaciones

entre los factores fueron ≤.30. Tres

reactivos tuvieron que ser excluidos

porque tenían cargas factoriales ≤.30. La

solución con 21 reactivos, explicó el

54% de la varianza del constructo de

enfrentamiento. Al primer factor se

REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD,VOLUMEN XXX, NÚMERO 2, 2013

42

denominó Enfrentamiento Resolutivo-

social, al segundo Enfrentamiento

religioso/espiritual y al tercer factor se le

identificó Enfrentamiento de alteración

emocional (ver Tabla 3).

Tabla 3

Análisis factorial de la EEPF/CFAM en cuidadores mexicanos

Reactivos F1 F2 F3

Platico con gente de confianza para saber qué hacer .821

Platico con alguien sobre cómo me estoy sintiendo .776

Me pongo de acuerdo con los demás para arreglar las

cosas

.731

Pido ayuda a otras personas .719

Busco consejo para decidir qué hacer .693

Escucho experiencias de otros para saber qué hacer .612

Comparto mis preocupaciones con amigos o familiares .593

Hablo con mis familiares para buscar una solución .590

Propongo cambios para que el problema se resuelva .538

Hago diferentes cosas para resolver el problema .529

Me apego a mi fe para saber qué hacer .904

Me ayuda rezar/orar .901

Busco paz en mis costumbres religiosas/espirituales .883

Practico con fé mis costumbres religiosas/espirituales .868

Encomiendo a Dios mi problema .820

Me desespero .868

El problema me cansa emocionalmente .772

Siento que situación es injusta conmigo o con mi familia .641

El problema me pone triste .639

Siento que ese problema ha sido un atraso en mi vida .528

Me mortifico .475

Alfa de Cronbach .89 .94 .81

Discusión

Como mediadoras del proceso estrés y

bienestar, las estrategias de

enfrentamiento implican complejidades

para su operacionalización en cuidadores

familiares de adultos mayores, de las

cuales, en este estudio se abordó el

desarrollo de una medida válida y

confiable en el contexto latinoamericano.

Propiedades psicométricas robustas en

un instrumento no es producto que se

logre con una primera aplicación, tal y

como aquí fue relatado, se requirieron

tres fases que tomaron casi diez años

Domínguez Guedea, M. y Ocejo García, A.

43

para poder definir un resultado

satisfactorio, se aplicaron en este proceso

procedimientos rigurosos para el análisis

de reactivos, partiendo de un conjunto de

60 reactivos hasta concretar 21

totalmente procedentes bajo la lógica de

los análisis factoriales exploratorios.

En efecto, la dimensión cultural obliga

la validación de las medidas. Al respecto

Díaz-Loving (2011) indica que toda

investigación psicológicadebe considerar

los ecosistemas particulares y

participantes específicos de manera que

se pueda reconocer tanto la base

biológica universal como la

idiosincráticasocio-cultural en la

manifestación del fenómeno estudiado.

De hecho, Hilgeman et. al (2009) han

destacado la pertinencia de evaluar el

modelo de estrés entre cuidadores

familiares tomando en cuenta las

diferencias que los cuidadores

latinoamericanos tienen para enfrentar el

rol del cuidado versus caucásicos y afro-

descendientes, pues se ha demostrado

que los primeros recurren más a

estrategias de apoyo social y a la

religiosidad para enfrentar las demandas

del cuidado que otros grupos étnicos.

Es por eso que, a pesar de que en la

literatura anglosajona sobre cuidadores

familiares de adultos mayores estén

consolidadas escalas para medir

enfrentamiento, su empleo en muestras

latinas no debe ser automático. Como un

caso de esa práctica que aquí se aconseja

está del uso de la escala COPE original

de Carver, Sheier y Weintraub (1989)

que ha sido aplicada a muestras de

cuidadores españoles (e.g. Crespo &

López 2007; Losada, Montorio,

Fernández & Márquez, 2006) pero sin el

reporte psicométrico que se esperaría de

una medida que, no sólo fue diseñada

para población general, si no que

también implica cambios de lenguaje,

cuanto más de cultura; tal vez esos

autores, que de hecho han desarrollado

un trabajo muy valioso sobre cuidadores

en España, se confrontaron con el mismo

dilema de costo-beneficio con el que nos

deparamos investigadores

latinoamericanos: usar medidas de uso ya

utilizadas en la plaza internacional o

bien, desarrollar las propias.

En este estudio se mostraron datos de

Brasil y México como dos contextos

culturales latinos, colectivistas, cuyas

economías están en vías de desarrollo y

que comparten el problema de un sistema

público de salud y de seguridad social

insuficiente y precario para atender la

demanda de la población senescente;

ante todas esas circunstancias, los

familiares absorben prácticamente todas

las implicaciones del cuidado. Los

resultados arrojaron en ambos países

soluciones factoriales que identificaron

de manera consistente la importancia del

enfrentamiento religioso y del que

involucra redes de apoyo social para

responder ante los problemas familiares;

en los dos países quedaron diseminadas

también las estrategias de enfrentamiento

REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD,VOLUMEN XXX, NÚMERO 2, 2013

44

de re-valoración positiva y evasión como

factores específicos que en la población

general brasileña se habían encontrado.

Aún con sus similitudes, ambos países

tienen importantes diferencias culturales,

siendo el idioma la más obvia de todas.

En este estudio se identificó que el factor

de alteración emocional quedó mejor

representado en México que en Brasil, de

manera que se hace necesario continuar

indagando formas de la expresión

emocional como respuesta ante los

estresores en la familia brasileña. En esta

muestra de cuidadores además se

disiparon totalmente los ítems que tratan

del enfrentamiento directo/activo,

obligándose el desarrollo de ítems que

capturen ese atributo, caso que realmente

demuestre ser representativa del proceder

en esta población específica.

Las medidas anglosajonas refieren

diversas estrategias de enfrentamiento,

que si bien son importantes en la

conceptualización original del

constructo, en las dos muestras de

cuidadores latinoamericanos se

manifestaron de manera integrada.

Particularmente, las estrategias de

enfrentamiento directo, re-valoración

positiva y búsqueda de apoyo social que

comúnmente se identifican en la

literatura de forma independiente

(Gibson, 2003), pero en cuidadores

mexicanos se integraron bajo el factor

Resolutivo social. Subsidiando la

interpretación de este factor está el

caudal de conocimientos derivados de la

investigación etnospicológica mexicana

que plantea que en una cultura

colectivista como la de este país, la

mayoría de las personas concibe al

nosotros, antes que el yo, a las relaciones

sociales y familiares, antes que a las

individualidades que la integran (Díaz-

Guerrero, 1996; 2007) de forma que los

vínculos afiliativos y de

interdependencia son una plataforma que

permiten ganar control y predicción

sobre su medio (Díaz-Loving, 2008), de

manera que el uso de las relaciones

sociales para resolver problemas es una

estrategia que bien define al cuidador

mexicano.

En el caso de la muestra brasileña, el

factor Búsqueda de apoyo social

incorporó reactivos que inicialmente

estaban identificados como

pertenecientes a la dimensión emocional

(e.g. “me desahogo con amigos y

familiares”). La expresividad emocional

es muy valorada en culturas colectivistas

(Sotomayor, Campa & Pérez, 2010) -

como también lo es la brasileña – pues

potencialmente puede facilitar procesos

de comunicación y re-significación que

amortigüen conflictos personales e

interpersonales que, de manera que en la

muestra de cuidadores, la fusión de

elementos de expresividad emocional

con el uso de redes de apoyo social

puede estar actuando como un elemento

compensatorio ante los estresores

derivados de las demandas del cuidado,

así como de otras circunstancias

Domínguez Guedea, M. y Ocejo García, A.

45

familiares que desafíen los recursos de

enfrentamiento y el soporte social

percibido por el cuidador

El factor que en ambos países alcanzó

la mayores cargas factoriales así como

mejor consistencia interna fue el

Enfrentamiento religioso, que involucra

estrategias cognitivas y comportamientos

basados en creencias religiosas o

espirituales y que son utilizadas para

ganar control sobre la situación

amenazadora mediante la regulación

emocional, la re-significación del

problema y apoyo de otras personas

(Abraído-Lanza, Vásquez & Echeverría,

2004). La religiosidad en el estudio de

cuidadores es muy importante, pues se ha

demostrado su importancia para

disminuir reacciones emocionales

adversas tales como la ira y para re-

interpretar las dificultades como algo

menos estresante (Máquez-González,

López, Romero-Moreno & Losada,

2012) y, tal como se indicó

anteriormente, éste recurso es

característico en cuidadores

latinoamericanos (Hilgeman et. al, 2009).

Por otro lado, también se dimensionó

claramente en ambos países la estrategia

de alteración emocional, que fue definida

por Carver, Sheier y Weintraub (1989)

como la manifestación de tensiones y

afecciones que la persona está sintiendo

para regular sus respuestas emocionales

derivadas de la percepción de amenaza

estresante; tales manifestaciones pueden

ser observadas a través de expresiones de

estado emocional en forma directa

(llorar, ser triste) o indirecta (alteraciones

de hábitos, involucrar a otras personas en

el problema).

Dos estrategias de enfrentamiento que

no se manifestaron ni en cuidadores

brasileños y ni mexicanos fue la

evitación y re-valoración positiva, pues

las cargas factoriales en ambos casos no

alcanzaron valores suficientes como para

formar parte de un factor.

Específicamente la estrategia de

enfrentamiento de evitación se refiere a

los esfuerzos cognitivos o

comportamentales para evitar o escapar

del problema y de reacciones

emocionales negativas concomitantes

(Góngora, 1998); al menos en Brasil y en

México, en donde la falta de apoyo

institucional implica que forzosamente es

la familia quien protagoniza la asistencia

al mayor, se entiende que la estrategias

de evitación sean poco aplicables en la

cotidianidad de un cuidador. Por su

parte, la re-valoración positiva trata de

los intentos por dar un sentido positivo a

las dificultades generando un cambio

cognitivo para disminuir la percepción de

amenaza relacionada al problema

(Folkman & Moskowitz, 2000); este

recurso parece haber quedado plasmado

más bien en el enfrentamiento religioso,

implicando la creencia de una fuerza

mayor que puede atenuar las dificultades

o bien, dar un sentido de trascendencia a

las mismas, más que un raciocinio lógico

REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD,VOLUMEN XXX, NÚMERO 2, 2013

46

y optimista independiente de la

valoración social/moral.

Por otro lado, en términos

estrictamente métricos, la EEPF/CFAM

superó en varias dimensiones las

propiedades de otras escalas de frecuente

uso en la investigación con familiares

cuidadores. Por ejemplo, la Brief Ways

of Coping (Folkman & Lazarus, 1987)

citada por Chappell y Dujela (2009) y

por Huang, Musil, Zauszniewski y

Wykle (2006) alcanzó índices de

consistencia interna en valores en Alfa

de Cronbach de .64 a .85 y la Carer´s

Assessment of Manging Index (Nolan,

Grant & Keady, 1996) en Barbosa,

Figueiredo, Sousa y Demain (2011) y

Ducharme et al. (2011) quienes

reportaron valores de Alfa de Cronbach

de .80 para el factor general de

enfrentamiento y de .74 para solución de

problemas, .77 para re-estructuración

emocional y .61 para el factor manejo del

estrés. Los valores de consistencia

interna de la EEP/CFAM, tanto en

brasileños como en mexicanos son de .80

a .94, con una excepción de.68.

Asimismo, la escala aquí validada

ofrece porcentajes de explicación de

varianza más parsimoniosos en relación

al número de factores involucrados pues

explica 46% y 54% en cuidadores

brasileños y mexicanos

correspondientemente, con sólo tres

factores. Por su parte, la escala de

Folkman, Lazarus, Dunkel-Schetter,

DeLongis y Guen (1986) contabiliza el

46% pero con ocho factores

(confrontación, autocontrol,

distanciamiento, apoyo social, aceptación

de responsabilidad, escape, planificación

de solución de problemas y re-valoración

positiva) y la escala COPE en su versión

reducida (Carver, 1997) abarca el 72.4%

de la varianza con catorce

dimensiones/subdimensiones (uso de

sustancias, religiosidad, humor,

descompromiso, búsqueda de apoyo

instrumental y emocional, activo-

planeación, restructuración positiva,

ventilación/autodistracción y

negación/auto-blasfemar).

Así, en términos psicométricos y

culturales la EEPF/CFAM ofrece

ventajas para su uso en contextos

latinoamericanos frente a medidas

diseñadas y validadas en el medio

anglosajón. Futuras publicaciones

reportarán la aplicación de

procedimientos de modelamiento Rash y

análisis factoriales confirmatorios en los

reactivos de la EEPF/CFAM en Brasil y

en México. En suma, los datos que aquí

se presentan contribuyen a enriquecer el

conocimiento que en la literatura

gerontológica internacional se tiene

sobre cuidadores familiares de adultos

mayores, llamando la atención en

relación a la influencia cultural que

pueden derivar en manifestaciones

distintivas en los recursos de

enfrentamiento del estrés.

Domínguez Guedea, M. y Ocejo García, A.

47

Referencias

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REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD,VOLUMEN XXX, NÚMERO 2, 2013

50

Tengo Celos: Percepción de las Características

del Rival en Dos Contextos Mexicanos

I´m Jealous: Perception of the Features of the

Rival in Two Mexican Concepts

ILSE GONZÁLEZ RIVERA2, CAROLINA ARMENTA HURTARTE, PAOLA EUNICE

DÍAZ RIVERA, ANDREA BRAVO DODDOLI

Universidad Nacional Autónoma de México

Resumen

Los celos se definen como sentimientos y emociones que se presentan ante la transgresión real o imaginada de la

norma de exclusividad. Desde una perspectiva cultural, los celos pueden ser explicados desde las diferentes

normas y roles que refieren al género que se desempeñan dentro de un contexto ideológico determinado. La cultura

determina las condiciones generadoras de celos así como las respuestas que se esperan ante tales situaciones. Al

estudiar las condiciones generadoras de celos es necesario conocer aquellas características en los que se enfocan

las personas ya que, es relevante identificar si éstas las poseen los rivales dado que pueden ser aspectos atractivos

para su pareja y por lo tanto, generar celos. A partir de esta premisa, este estudio busca identificar la importancia

que las personas otorgan a las características del rival, tanto hombres como mujeres en dos contextos mexicanos:

Ciudad de México y Cancún, Quintana Roo. Para cumplir con este objetivo se conformó una muestra de 687

participantes a quienes se les aplicó la Escala de Características del Rival. Con los datos obtenidos se llevo a cabo

un ANOVA, los resultados muestra que existe diferencias entre los sexos sin embargo, no se encuentran

diferencias entre los contextos.

Palabras clave:Comparación Social, Emociones, Cogniciones, Psicología Evolutiva, Pareja.

Abstract

Jealousy has two important components, which are feelings and emotions that the people feel when they have a

real or imagined violation of the rule of exclusivity within a close relationship. From a cultural perspective,

jealousy can be explained by the different rules and roles that are related to the gender inside of a particular

ideological context. The culture determines the conditions which lead to jealousy and behavior expected in such

situations. It is necessary to analyze all the conditions which lead to jealousy because this allows knowing the most

relevant features which people focus in order to identify if a potential rival has those characteristics that might be

attractive to the couple. From this premise, the aim of this study is to identify the importance that people give to

the features of the rival in both men and women in two Mexican contexts: Cancun y Mexico City. In order to

accomplish the purpose of this study, a sample of 687 people was ensemble to which was applied the Features of

the Rival Scale. It was carried out an ANOVA using the data obtained; the results show that there are differences

between the groups particularly, between women and men. On the other hand, there were no differences between

the Mexican contexts.

Key Words:Couple, Social Comparison, Emotions, Cognition, Jealousy.

2Correspondencia Unidad de Investigaciones Psicosociales. Facultad de Psicología, UNAM. Av. Universidad, 3004,

Col. Copilco Universidad Edif. D, Piso Mezanine, Cub. 12. México, D.F. C.P. 04510. Teléfono: 5622-2326. Email:

[email protected]

González, I., Armenta, C., Díaz, P. y Bravo, A.

51

Los celos se han definido como

sentimientos y emociones que se presentan

ante la transgresión real o imaginada de la

norma de exclusividad por parte de la

pareja (Díaz-Loving, Rivera & Flores,

1989). La persona celosa puede

experimentar reacciones emocionales tales

como: el temor a perderla, el enojo por

pensar que está con otra persona, hasta

llegar a percibir dolor por la posible

pérdida de esta. Asimismo, no sólo existen

reacciones emocionales sino también se

muestran reacciones de tipo cognoscitivo y

conductual (Florez & Díaz-Loving, 2010).

La psicología evolutiva ha entendido a

los celos como una señal de alarma que se

activa ante una posible pérdida de la

pareja, esta percepción tiene la finalidad

de mantener la unión (Buss, 2000). Se ha

escrito que los celos tienen su base en la

necesidad de conservar todos los objetos

así como a las personas con quienes se

tiene contacto y que no quiere perder es

decir, es una necesidad de proteger lo que

se considera como propio: mío, mí

posesión, mi propiedad, aquello que se

encuentra o que forma parte relevante de

mi territorio, de ese espacio y su contenido

que no quiero que sea compartido o en su

defecto, es una necesidad de protegerlo

para evitar que sea usurpado por alguien

más (Valdez, Díaz-Loving & Pérez, 2005).

Desde la psicología evolutiva, se ha

identificado que esta percepción de

pérdida de la pareja es diferencial entre los

sexos ya que, se busca mantener a la

pareja con la finalidad de preservar la

especie.

Se considera que los hombres valoran

más el atractivo físico, porque en tiempos

ancestrales, éste era una señal sobre la

fertilidad de la mujer; mientras que las

mujeres valoran más el estatus y dominio

social, porque éste reflejaba la capacidad

del hombre de proveer los suficientes

recursos y protección para los hijos

(Dijkstra & Buunk, 2002). De esta

manera, las características que se valoran

más en el otro se verán reflejadas en la

experiencia de los celos. Partiendo de esto,

las personas no sentirán celos ante

cualquier persona, sino que presentarán

más celos cuando el posible rival tenga

aquellas cualidades que su pareja valora.

De acuerdo con lo anterior, los hombres

presentan más celos cuando se encuentran

frente a un rival con mayor estatus social,

mientras que las mujeres experimentan

más celos cuando se enfrentan a una rival

más atractiva físicamente (Basset, 2005;

Dijkstra & Buunk, 2002; Canto, García &

Gómez, 2009).

Aunado a lo anterior, se ha detectado

que los hombres son más celosos cuando

se trata de las intrusiones sexuales con su

pareja, en comparación con las mujeres,

quienes se han mostrado más celosas

cuando se presenta la posibilidad de perder

el apoyo y la atención de su pareja.

Particularmente en México, las mujeres

pueden ser castigadas con mayor severidad

en comparación con los hombres ante una

situación en la cual han sido sorprendidos

en un acto de infidelidad (Díaz-Loving,

Rivera & Flores, 1989). Asimismo, se ha

propuesto que los hombres tienen una

REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD,VOLUMEN XXX, NÚMERO 2, 2013

52

tendencia más activa de expresar sus celos,

atacado a la mujer antes que al rival

(Dijkstra & Buunk, 2002). Siguiendo con

esta línea, se considera que los hombres

reaccionan con mayor enojo (Díaz-Loving,

Rivera & Flores, 1989) dado que, ellos

necesitan estar seguros de la certeza sobre

la paternidad de sus hijos por lo que los

hombres cuando perciben celos tienen una

sensación de estar mutilado, abandonado,

humillado, privado, enfadado, restringido,

herido en la autoestima y es probable que

se muestre agresivo contra quien considera

que es responsable de su estado de ánimo

(Valdez, Díaz-Loving & Pérez, 2005).

Mientras que las mujeres reaccionan con

mayor dolor y tristreza ya que, esto es una

señal a la comunidad de que ella y sus

hijos son vulnerables, provocando que su

grupo haga recapacitar al hombre en

cuanto a su responsabilidad (Buss, 2000).

Asimismo, se ha identificado que existen

factores que amenazan a los individuos,

cuando su pareja se involucra con otra

persona, los cuales son: auto-concepto de

la persona, autoimagen y otras auto

representaciones, de igual manera, dicho

involucramiento disminuye la calidad de la

relación primaria (Rivera & Díaz-Loving,

1990).

Por otra parte, se ha estudiado que la

cultura es la encargada de determinar qué

situación es amenazadora, cuándo la

situación es realmente un peligro y en qué

condiciones se requiere la manifestación

de la emoción de los celos (Hupka, 1981).

Desde una perspectiva cultural, los celos

pueden ser explicados desde las diferentes

normas y roles que se desempeñan según

el género en un contexto ideológico

determinado. La cultura determina las

condiciones generadoras de celos y las

respuestas que se esperan en tales

situaciones. Es así que en la reacción de

celos intervienen diversos factores ya

sean, combinados o de manera

independiente, éstos son sociales,

demográficos o socioeconómicos que

tienen que ver con la sociopsicología de

grupos (Díaz-Guerrero, 1972). Díaz-

Guerrero (1972) establece que cuando un

individuo nace, lo hace en un contexto

histórico sobre el cual no tiene control, de

manera que se adapta a él. Este contexto

está determinado por el lugar geográfico

en donde se encuentre, muchas veces por

el país en el que nació, pero también por el

estado o el lugar en donde se haya criado,

puesto que sería diferente una persona que

nace en un área rural a una que lo hace en

una urbana o alguien que nace cerca de la

costa donde las principales actividades

económicas son diferentes a quien lo hace

en la ciudad, ya que los grupos y los

patrones de conducta que siga la gente de

determinado lugar varían, lo que impacta

los valores tradicionales, la filosofía de

vida y las características estructurales,

como son: el gobierno, las instituciones, la

familia y variables de tipo económico

(Montaño, 2008). De manera que es

importante considerar la interacción de los

fenómenos psicológicos en el contexto

social y cultural en el que se encuentran.

A partir de estas diferencias

contextuales en la percepción de celos, el

objetivo de este estudio es conocer si

existen diferencias en la percepción de las

González, I., Armenta, C., Díaz, P. y Bravo, A.

53

características del rival en dos contextos

de México: la Ciudad de México y

Cancún, Quintana Roo. De acuerdo a los

datos del Instituto Nacional de Estadística,

Geografía e Informática, INEGI (2010) el

promedio de escolaridad en la Ciudad de

México equivale al primer año de

educación media superior; el 69 % de las

familias tiene jefatura masculina; la

mayoría de las casas disponen de agua

entubada dentro o fuera de la vivienda así

como drenaje y luz eléctrica; el 99.5% de

las viviendas son urbana mientras que el

5% rural; y las principales actividades que

se realizan en el DF son los servicios

inmobiliarios, los transportes y servicios

profesionales, científicos y técnicos.

Mientras que en Cancún el 88 % de la

población es urbana y el 12 % es rural; la

mayoría de la población tiene escolaridad

secundaria terminada; el 77 % de los

hogares tiene jefatura masculina; y la

principal actividad a la que se dedican es

el comercio, restaurantes, hoteles,

preparación de alimentos y bebidas.

Tomando en cuenta estas diferencias así

como las disposiciones psicológicas del

individuo y de los grupos en los cuales

están influenciadas por el ecosistema

humano (cultura) en donde viven, se

espera encontrar diferencias entre estas

ciudades (Carrillo, Castillo, Cortés,

Echeverría & Góngora, 2004).

Método

Participantes

Para cumplir con el objetivo de este

estudio se conformó una muestra no

probabilística en cada contexto con las

siguientes características:

La muestra de la Ciudad de México se

conformó de 287 participantes de los

cuales el 42.7% son hombres y el 57.3%

mujeres. Estos participantes tenían un

rango de edad de 14 a 50 años

(Media=20.06, D.E. 4.44). Referente a la

escolaridad, el 48% tenía primaria, el

38.7% secundaria, 1.9% técnico, 2.6%

preparatoria, y el 8.9% licenciatura. Del

total de la muestra, el 69.5% indicó tener

una relación de pareja mientras que el

30.5% indicó no tener una relación de

pareja.

La muestra de Cancún se conformó por

401 participantes de los cuales el 49.8%

son hombres y el 50.2% mujeres. Estos

participantes tenían un rango de edad de

13 a 63 años (Media=23.41, D.E. 8.32).

Referente a su escolaridad el 0.5% tenía

primaria, el 4.8% secundaria, 7.9%

técnico, 29.1% preparatoria, 56.1%

licenciatura, y el 1.6% maestria. En torno

a la relación de pareja, el 71.2% indicó

tener una relación de pareja, mientras que

el 28.8% reportó no tenerla.

Instrumentos

Se utilizó la Escala de las Características

de Rival (Dijkstra & Buunk, 2002) la cual,

consta de 34 características para evaluar la

percepción de celos a partir de las

REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD,VOLUMEN XXX, NÚMERO 2, 2013

54

características que posee el supuesto rival,

las respuesta de esta escala son de tipo

Likert de 5 puntos (nada a mucho). Para

los fines de esta investigación, esta escala

fue adaptada mediante traducción-

retraducción para la población mexicana

asimismo, se llevaron a cabo los análisis

estadísticos pertinentes para identificar su

confiabilidad y validez; de estos analisis se

obtuvieron cinco factores: 1) dominio

social: está compuesto por 10 reactivos

con α=.90, 2) atractivo físico: compuesto

por 10 reactivos con un α=0.90, 3)

dominio físico: se compone por 4

reactivos con un α=0.81, 4) estatus: está

constituido por 6 reactivos con una

α=0.82, y 5) conducta del rival: se

compone por 4 reactivos con un α=0.81.

La escala total tiene un alfa de Cronbach

de 0.94.

Procedimiento

Se llevó a cabo la aplicación del

cuestionario en forma individual en

diferentes lugares públicos de la Ciudad de

México y Cancún. La participación fue de

forma voluntaria y se les aseguró a todos

los participantes la confidencialidad y

anonimato de la información

proporcionada, de igual manera, se les

explico el objetivo general de la

investigación, así como la forma de

responder a las preguntas y

posteriormente, se resolvieron las dudas

que surgieron durante el proceso de

aplicación. Con la información obtenida se

llevó a cabo un Análisis de Varianza entre

los factores de la escala de percepción del

rival para cada uno de los grupos (hombres

y mujeres de la Ciudad de México y

Cancún). Asimismo, se llevó a cabo el

análisis post-hoc de Scheffe para

identificar las diferencias entre los grupos.

Resultados

Para cumplir con el objetivo de este

estudio, se llevaron a cabo cuatro Análisis

de Varianza con los datos obtenidos para

identificar las posibles diferencias entre

los contextos (Ciudad de México y

Cancún) y el sexo de los participantes

(hombres y mujeres) en cada una de las

dimensiones de las características

percibidas del rival: Dominio Social,

Atractivo Físico, Dominio Físico, Estatus

y Conducta.

Los resultados indican que en el factor

dominio social no se encontraron

diferencias entre los grupos F (3,615)

=.07, p = 0.97, tampoco se encontraron

diferencias significativas entre los grupos

en el factor de conductas del rival F

(3,658) = 0.83, p = 0.47. Por otro lado, se

encontraron diferencias significativas entre

los grupos en los factores de atractivo

físico F (3,633) = 13.60, p =.00; dominio

físico F (3,656) = 9.38, p=.00 y estatus del

rival F (3,650) = 13.57, p =.00.

Posteriormente, se llevaron a cabo análisis

post-hoc de Scheffé, los cuales, mostraron

que las diferencias se encuentran en el

sexo de los participantes y no en el

contexto en el que se encuentren, como se

observa en la tabla 1.

González, I., Armenta, C., Díaz, P. y Bravo, A.

55

Tabla 1

Puntuaciones medias en las dimensiones de las Características del Rival en función del

grupo de participantes

Características

del Rival

Grupo de participantes

Mujeres de

Cancún

Hombres de

Cancún

Mujeres de la

Ciudad de México

Hombres de la

Ciudad de México

M D.E. M D.E. M D.E. M D.E.

Dominio Social 25.55 9.93 25.14 10.31 25.46 9.19 25.57 9.48

Atractivo Físico 22.03 9.23 17.97 8.10 20.18 8.82 16.40 6.40

Dominio Físico 6.05 3.01 7.41 3.80 5.94 2.68 7.43 3.85

Estatus 11.32 4.98 14.06 6.06 10.84 4.44 13.07 5.58

Conductas 7.72 3.85 8.30 4.25 7.79 3.34 8.11 3.74

Posteriormente, se realizó una correlación

entre los factores de las características del

rival por lugar de residencia (Ciudad de

México y Cancún) para cada sexo. En la

tabla 2, se presentan las correlaciones de

los hombres y en la tabla 3 las

correlaciones de las mujeres.

Tabla 2

Correlación producto momento de Pearson entre las dimensiones de las características del

rival en el caso de los hombres Características del

Rival HOMBRES

1 2 3 4 5

1. Dominio Social - .546** .633** .659** .593**

2. Atractivo Físico .626** - .569** .535** .589**

3. Dominio Físico .507** .600** - .687** .592**

4. Estatus .691** .659** .658** - .650**

5. Conductas .724** .706** .574** .692** -

Nota: los datos arriba de la diagonal son los hombres de la Ciudad de México mientras que los datos

debajo de la diagonal son de Cancún.

*p<.05. **p<.01.

REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD,VOLUMEN XXX, NÚMERO 2, 2013

56

Tabla 3

Correlación producto momento de Pearson entre las dimensiones de las características del

rival en el caso de las mujeres Características del

Rival MUJERES

1 2 3 4 5

1. Dominio Social - .671** .416** .691** .641**

2. Atractivo Físico .579** - .406** .539** .515**

3. Dominio Físico .326** .264** - .537** .427**

4. Estatus .579** .606** .526** - .602**

5. Conductas .670** .436** .555** .629** -

Nota: los datos arriba de la diagonal son las mujeres de la Ciudad de México mientras que los datos

debajo de la diagonal son de Cancún.

*p<.05. **p<.01.

Discusión

A partir del objetivo planteado en este

estudio, que fue identificar las diferencias

en la percepción del rival en dos

contextos, se encontró que existen

diferencias entre los grupos, sin embargo,

estas diferencias se deben al sexo más que

al contexto geográfico en el que se

encuentran los participantes. Estos

resultados refieren a las diferencias de

género que se encuentran en torno a la

percepción y aspectos que producen la

reacción de celos. Desde la psicología

evolutiva (Buss, 2000) señala que las

mujeres perciben más celos cuando la

posible rival tiene mayor atractivo físico

en comparación con los hombres, ya que,

esto representa una amenaza para su

relación de pareja. Esto se debe a que los

hombres valoran caracterísiticas físicas

que estan asociadas a una mayor fertilidad

y salud, tales como: caderas anchas, senos

más grandes y cara limpia (Dijkstra &

Buunk, 2002). Como se muestra en los

resultados, las mujeres de la Ciudad de

México y las de Cancún, reportaron mayor

malestar cuando la posible rival presenta

estas características en comparación con

los hombres.

Por otro lado, los resultados de este

estudio indican que los hombres, en ambos

contextos, muestran mayor malestar en

comparación con las mujeres cuando el

rival presenta mayor dominio físico, es

decir, espalda ancha y mayor altura debido

que estas características hacen referencia

a los aspectos de protección, los cuales,

buscan las mujeres en su pareja (Buss,

2000). Actualmente, estas características

se refieren a brindar apoyo a la mujer en

el momento de sostener a su descendencia

y que en la antigüedad era conseguir

alimento para la mujer y los hijos a través

de la fuerza física, situación que

actualmente se traduce en el soporte

González, I., Armenta, C., Díaz, P. y Bravo, A.

57

económico que les pueden brindar (Basset,

2005). Aunado a lo anterior, los hombres

en ambos contextos perciben mayor

malestar en comparación con las mujeres

cuando el posible rival posee mayores

características de estatus. Esta diferencia

se debe a que en la sociedad actual, tener

estatus es un referente de que la persona

tendrá éxito en la vida profesional y

laboral por lo cual, contarán con mayores

probabilidades de dar sustento a la familia

(Hupka, 1981).

Por otra parte, contrario a lo que se

esperaba, no se encontraron diferencias

entre los contextos geográficos en el

malestar percibido ante las características

del rival. Estos resultados pueden deberse

a que comparten las mismas premisas y

creencias culturales respecto a los celos

dentro del contexto mexicano (Díaz

Guerrero, 1972).

Como se observa en los resultados, la

propuesta de la psicología evolutiva sigue

marcando las diferencias en la percepción

de celos, ya que los participantes

reportaron diferencias por sexo, sobre el

malestar que ocasionan las características

del rival debido a que éstas tienden a

amenazar la relación de pareja; es decir,

las mujeres ponen mayor atención a los

aspectos del atractivo físico mientras que

los hombres se centran en el estatus y el

dominio físico (Buss, 2000). Desde la

perspectiva cultural, estos resultados

muestran que no persisten algunos

estereotipos de género estalecidos en años

anteriores, tal es el caso, donde el hombre

trabaja y la mujer se queda en casa. Aún

prevalecen vestigios de ello que se

traducen y se modifican de acuerdo a las

necesidades de nuestra época y aunque se

ve modificado por la cultura en la que nos

desarrollamos, aún existe una fuerte

influencia de lo que describe la psicología

evolutiva en el fenómeno de los celos

(Hupka, 1981).

Respecto a los factores de comparación

con el rival en hombres y mujeres, se

encontró que éstos se relacionan entre si

por lugar de residencia, es decir, los

hombres muestran mayor relación entre

los factores, a diferencia de las mujeres, ya

que los varones tienden a compararse con

alguna de las características del rival,

como son dominio físico y estatus, en

cambio, las mujeres, se comparan sobre el

dominio social, atractivo físico y las

conductas. Estos resultados nos indican

que hombres como mujeres, cuando llevan

a cabo el proceso de comparación con las

características del rival lo hacen a través

de las diferentes dimensiones, sin

embargo, tanto hombres como mujeres

otorgan diferencialmente mayor

importancia a algunas de las dimensiones

ya mencionadas.

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59

El Estudio del Matrimonio Desde la

Psicología Social

The Study of Marriage From

Social Psychology

RUTH NINA

ESTRELLA

Universidad de Puerto Rico

Resumen

En la actualidad, el matrimonio resulta ser la relación interpersonal con mayor nivel de intimidad

(Simpson & Campbell, 2013). La relación matrimonial ha sido uno de los temas de mayor interés de

estudio, en particular para la psicología social. A través de su estudio se ha tratado de encontrar respuestas

a las siguientes preguntas: ¿Qué hace feliz a un matrimonio?, ¿Cuáles elementos contribuyen a que un

matrimonio se mantenga estable? entre otras. Lo que ha motivado a un grupo de investigadores e

académicos a desarrollar importantes avances científicos conceptuales, metodológicos y empíricos sobre

el estudio de la relación matrimonial. Reconociendo la poca literatura que existe sobre el matrimonio en

América Latina y en el Caribe, se realizo el presente trabajo. Con el objeto de presentar una revisión sobre

los diversos aspectos que se han abordado en la psicología social sobre el matrimonio, se analizaron la

conceptualización de matrimonio, tipologías de matrimonio, el desarrollo de las investigaciones sobre este

tema, y los modelos teóricos explicativos sobre el fenómeno. Además de ello, se aborda las

transformaciones sociodemográficas actuales que influyen en las relaciones maritales. Como también, se

presenta una nueva propuesta para el estudio del matrimonio, y proponen nuevas líneas de investigación.

Palabras Clave: Psicología Social, Matrimonio, Revisión de Literatura.

Abstract

Nowadays, marriage is the interpersonal relationship with higher intimacy levels (Simpson & Campbell,

2013). It has also been one of the most interesting topics for research, particularly in social psychology.

Some of the questions that research has tried to answer are: What makes a happy marriage? What

elements help marriage keep stable?, among many others. All this has motivated a group of researchers

and academics to develop important conceptual, methodological and empirical about marriage.

Acknowledging the scarce literature about marriage in Latin America and the Caribbean, this article was

developed. The purpose of this article was to present a meta-analysis about the different aspects that

social psychology has used on marriage. Several concepts were analyzed, such as marriage, types of

marriage, research developments about such topics, and theoretical models about the phenomenon. Also,

the demographical transformations and their impact on marriage were addressed. A proposal about the

study of marriage is presented in this paper, as well as new research paths.

Keywords: Social Psychology, Marriage, Literature Review.

REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD,VOLUMEN XXX, NÚMERO 2, 2013

60

Al enmarcarnos en el mundo del

matrimonio, nuestros pensamientos giran

alrededor de una historia de pareja, en

donde los cónyuges son los actores y

protagonista de su propia historia, y

nosotros los espectadores de su razón de

ser. Cada historia es diferente, el

comienzo es único, el argumento es

original y el final impredecible (Rojas,

1997).

En la cultura occidental, se parte de la

premisa que el amor existe en toda

relación marital, y que con el paso del

tiempo la relación de pareja puede

adoptar formas diferentes. Por lo que, se

presupone que entre el matrimonio y el

amor existe una interdependencia

significativa. De esta manera, la relación

se mantiene transformándose en lazos

más estables de afecto y mayor

intimidad. En cambio, en otras parejas la

relación se debilita, el amor se

desvanece, prevaleciendo diferentes

elementos negativos que conducen a la

indiferencia, los malos entendidos y el

resentimiento. En dicha etapa es cuando

posiblemente sea inevitable la ruptura, la

separación o el divorcio; reconociendo

que si se mantienen la relación pueden

tener consecuencia negativas sobre la

salud física y mental de ambos cónyuges

(Gottman, 1999).

La historia social de las relaciones

conyugales demuestra que no siempre las

dinámicas maritales fueron el resultado

de un amor en la pareja. Por ejemplo, en

la época colonial la gran mayoría de los

vínculos conyugales entre las familias

acomodadas eran por intereses

económicos (Lavrin, 1989). En aquel

momento histórico, la institución

responsable de dictar las normas morales

conyugales era la iglesia católica, y junto

con ella las instituciones estatales

reglamentaban al matrimonio con dos

metas diferentes. Para el estado, su

principal interés era establecer un

carácter legal a la unión marital, para

asegurar la herencia y la división de

bienes entre los cónyuges e hijos.

Mientras que, para la iglesia su meta era

enmarcar todas las manifestaciones de la

sexualidad en un objetivo teológico: la

salvación del alma. Como consecuencia

de ello, existía un control de la vida

íntima de la pareja, teniendo el encargo

social de definir los rituales propios de la

unión y los tabúes sobre la afinidad y el

parentesco.

En la actualidad, el matrimonio resulta

ser la relación interpersonal con mayor

nivel de intimidad (Knapp & Vangelisti,

2005). Para la psicología, la relación

matrimonial ha sido uno de los temas de

mayor interés de estudio, en particular

para la psicología social. A través de su

estudio se ha tratado de encontrar

respuestas a las siguientes preguntas:

¿Qué hace feliz a un matrimonio?,

¿Cuáles son los causas para que los

cónyuges se sientan satisfechos?, y

¿Qué factores provocan conflictos

maritales?, entre otras.

Nina Estrella, R.

61

Pero ciertamente la principal pregunta

de estudio ha sido: ¿Cuáles elementos

contribuyen a que un matrimonio se

mantenga estable? Lo que ha motivado a

un grupo de investigadores e académicos

a desarrollar importantes avances

científicos conceptuales, metodológicos

y empíricos sobre el estudio de la

relación matrimonial (Karney &

Bradbury, 1995).

El presente trabajo tiene como

propósito reflexionar sobre el estudio del

matrimonio en la psicología social,

revisando la noción de matrimonio, el

desarrollo histórico sobre sus

investigaciones, las tipologías de

matrimonio y los principales modelos

psicosociales desarrollados para su

comprensión. El trabajo termina con una

propuesta conceptual al estudiar las

relaciones de pareja desde el contexto

marital.

Panorama sobre el matrimonio y la

familia

En las últimas décadas se han producido

cambios significativos en las estructuras

familiares en América Latina y el Caribe,

lo que tiene un impacto social en las

relaciones de pareja (Arriaga 2005).

Entre los principales cambios necesarios

considerar en el estudio del matrimonio

se encuentran:

En los países de América Latina, las

parejas se unen a una edad

relativamente temprana, en cambio

en el Caribe las uniones ocurren a

una mayor edad.

Comparada con el resto de las

regiones del mundo, en el Caribe se

le brinda mayor importancia a las

uniones consensuales, siendo en

algunos países de la región más

significativos que las legales.

Las mujeres son las que mayormente

solicitan el divorcio, y son más

renuentes que los hombres para

volverse a casarse, por lo que existe

un alto porcentaje de mujeres con

jefaturas de familia

Nacimientos de los hijos llegan

antes de establecerse la unión

conyugal.

Disminución de la fecundidad,

aunque los hijos se siguen teniendo a

edades más tempranas.

Incremento de embarazo en

adolescentes.

EI tamaño de la familia ha

disminuido.

Reconocimiento de las familias

homoparentales

Transformación a sociedades

envejecidas (e.g. Cuba, Puerto Rico

y Barbados)

Por la crisis económica, la

reconfiguración de las dinámicas de

convivencia: (“commutter, long-

distance, alone living together”)

Ante estos datos resulta significativo

asumir mayor consciencia sobre estas

nuevas realidades, y las repercusiones de

REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD,VOLUMEN XXX, NÚMERO 2, 2013

62

estas transformaciones sociales en las

relaciones de pareja, que habitan en el

país.

Noción de matrimonio

En el campo de la psicología se obtienen

diversas conceptualizaciones sobre el

matrimonio, lo que demuestra la

diversidad de perspectivas sobre su

construcción. Estas nociones responden a

la propia transformación de la psicología,

como también a los marcos teóricos de

trasfondo sociológico que destacan a

través de la historia de cada uno de estos

campos.

Conceptualización del matrimonio

El matrimonio es una situación de grupo,

por lo que va a demostrar características

generales de vida. (Lewin, 1948).

Es un sistema que tiende a la

estabilidad, ajuste y armonía. (Sprey,

1969).

Es una institución creada para llevar a

cabo las tareas asignadas a la familia, es

decir a la procreación, educación

de los hijos y la transmisión de la cultura

(Harris, 1983).

Unión entre un hombre y una mujer

que combina en su relación una

interdependencia económica y sexual

(Levinger & Huston, 1990).

Noller & Fizpatrick, 1993 establecen

que las parejas tienen patrones de

interacciones a través del espacio, tiempo

y las energías para realizar las metas del

matrimonio, afecto, poder y el

significado.

Un contrato matrimonial como lo que

cada uno de los miembros de la pareja

piensa acerca de sus obligaciones y

deberes dentro del matrimonio, así como

los bienes y beneficios que espera recibir

del mismo (Rager, 1996).

Se refiere al significado que cada

individuo tiene sobre el matrimonio, el

cual está sustentado en creencias y

supuestos sobre esta relación en

particular. Principalmente los

significados están centrados en dos

elementos: funcionalidad y estabilidad

(Hall, 2006).

En estas definiciones resaltan aspectos

psicosociales que están presentes en una

díada, pero cabe mencionar que en las

publicaciones dedicadas al tema del

matrimonio, pocos artículos expresan

abiertamente su construcción sobre el

matrimonio.

Otra dificultad que se puede

identificar en su conceptualización es

que las definiciones no reflejan la

diversidad de construcciones de

relaciones de pareja, como en el caso del

matrimonio homosexual, siendo un

elemento totalmente ausente en la

literatura. Como tampoco, se hace

referencias a las nuevas modalidades de

relaciones de pareja, por ejemplo los

matrimonios a distancia, “alone together”

o “commutter”.

Por otra parte, la literatura presenta

diversas creencias sociales con que

Nina Estrella, R.

63

identifican al matrimonio: (1) las

personas se casan voluntariamente, (2)

personas buscan casarse a una edad

madura, (3) un cónyuge tiene el rol de

ser responsable del hogar o bien ambos,

(4) el matrimonio es monógamo, (5) la

paternidad es parte del matrimonio, (6)

es un medio de expresar amor, satisfacer

necesidades y experimentar compañía

(Chung, 1990; Coontz, 2000; Hall,

2006). Como también, se argumenta que

el matrimonio tiene la propiedad de ser

una relación única comparada con otro

tipo de relación, que asume una

permanencia dentro de un escenario de

dinámicas propias de la pareja (Waite &

Gallagher, 2000).

Tipologías de matrimonio

Dentro de este trabajo cabe mencionar

otra forma con la que se definen a los

matrimonios es mediante el uso de

tipologías. Este acercamiento se distancia

del argumento sustentado por las escalas

multidimensionales, es decir, en vez de

establecer una serie de dimensiones con

las que se puede describir un constructo,

se establecen categorías nominales sobre

un conjunto de características para su

definición ((Van Lear, Koerner & Allen,

2006:, Fiztpatrick, 2008).

Las tipologías definen algún tipo de

relación interpersonal dentro de un

contexto dado (por ejemplo: familia,

matrimonio, divorcio). En el caso de los

matrimonios, existe una gran variedad de

trabajos sobre tipologías maritales, que

se enfocan en diferentes variables de la

relación como es el conflicto, la

comunicación, la funcionalidad, entre

otros (Bell, 1975; Cuber & Harroff, 1965

Fitzpatrick, 1988; Haslam, 1994;

Margolin & McIntyre-Kingsolver, 1988;

Olson & Flowers, 1993; Rosenfeld,

Bowen & Richman, 1995).

Los investigadores adoptan este

acercamiento de clasificaciones para

explicar cambios en esta estructura

interpesonales a través del tiempo,

enfocándose en dimensiones cualitativas.

Las dimensiones que son identificadas

como centrales no son consideradas por

todos los teóricos (Weiss, 1998). De esta

forma, la mayoría de las tipologías

maritales están dedicadas a patrones

conductuales, y de cómo estos pueden

afectar la relación.

Entre estas tipologías maritales, se

destaca el trabajo de Adams (1971), con

sus categorías de matrimonios

equitativos y matrimonios

institucionales. Los matrimonios

institucionales enfatizan el valor de la

ley, moralidad, convencionalidad y

estructuras de autoridad. Mientras que,

los equitativos subrayan el valor del

afecto mutuo, intereses comunes y

consensos. Con este modelo de tipología

de matrimonio, fundamentalmente se

pueden entender las relaciones de poder

y control social en la interacción de los

cónyuges en su relación.

REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD,VOLUMEN XXX, NÚMERO 2, 2013

64

También, se encuentra la clasificación

establecida por Levinger (1965), quien

considera que la estabilidad marital y la

satisfacción son dos dimensiones

significativas para el desarrollo de

categorías. Determinando cuatro

tipologías de matrimonios las cuales se

conforman según la relación entre

estabilidad marital (alta-baja) y el nivel

de satisfacción (alto-bajo). Este modelo

de tipología, reconoce que la estabilidad

y satisfacción puede ser independiente de

un cónyuge a otro. Con base a ello, se

determinó que los matrimonios con un

bajo nivel de estabilidad y satisfacción

son pareja quienes tienen dificultades

para mantenerse juntos, no son

matrimonio felices y terminan la relación

en un divorcio. Igualmente, los que

tienen un alto nivel de satisfacción, pero

un bajo nivel de estabilidad en la relación

pueden terminar en una ruptura.

Otro modelo que destaca la literatura

es la tipología de Fiztpatrick (1987;

1988) con el que se trata de explicar la

interacción marital mediante la

comunicación. La autora establece que

existen tres tipologías de matrimonio:

tradicionales, independientes y

separados, en los cuales los procesos de

comunicación se desarrolla en forma

diferente. Los tradicionales son los

matrimonios que divulgan más sobre sus

sentimientos, emociones y opiniones.

Para los independientes, en la mayor

parte de sus divulgaciones los cónyuges

dan consejos y son abiertos para hablar

con sus parejas de sus sentimientos. Por

otro lado, los matrimonios separados,

son los que no les gustan expresar sus

sentimientos, dar opiniones o consejos a

sus parejas, más bien tienden a limitar la

cantidad de divulgaciones que existe

entre ambos.

Además de estas tipologías, se

encuentra las tipologías definidas por

Gottman (1994), en las que se establecen

categorías sobre el manejo del conflicto

marital. Se reconoce que con esta

conceptualización de tipología se puede

predecir la estabilidad de un matrimonio,

en cuanto a que si la pareja se divorcia o

se mantiene.. De esta manera, mediante

la observación de parejas en

conversaciones conflictivas, se

determinó que los matrimonios se

pueden clasificar en cinco categorías. De

estas tipologías, los matrimonios

volátiles, evasivos y válidos, tratan de

mantenerse estables y prefieren no

divorciarse. En cambio, las otras dos

formas de tipologías (hostiles-

comprometidos y hostiles- separables)

son inestables y terminan en divorcio.

Además se reconoce que los matrimonios

serán inestables cuando los conflictos

son resueltos de manera negativa, y

existe un sentimiento de insatisfacción.

Ciertamente, las tipologías maritales

en la literatura son reconocidas por su

utilidad (Fitzpatrick, 1988), no obstante,

se puede decir que sus principales

limitaciones son: (1) establecer

categorías sin reconocer el paso del

Nina Estrella, R.

65

tiempo, o la transformación de los

integrantes y la relación de pareja, y (2)

que estas clasificaciones se sustentan

sobre una cultura, en particular la

sociedad norteamericana. Se tendrán

otras configuraciones según la cultura

que procedan los matrimonios que se

estudien.

La historia olvidada

Al hablar del estudio del matrimonio en

el campo de la psicología, resulta

interesante remitirnos a Ibáñez (1990)

con su comentario que “existen varias

formas de escribir la historia de una

realidad. La forma en que se relata el

pasado va influir necesariamente en el

futuro” (p.11).

Ciertamente ninguna historiografía es

inocente, en todo trabajo se pueden

encontrar "olvidos". No obstante, al

rescatar la historia sobre el matrimonio

se puede realizar un análisis crítico del

pasado, reflexionar sobre el presente y

entender lo que falta por escribirse aún,

para su mejor comprensión.

A partir de la década de los veinte

inician las investigaciones sobre la díada

marital en la psicología, según Gottman,

(1999) este hecho histórico demuestra

que fue una temática adoptada de manera

tardía, puesto que los sociólogos

llevaban estudiando el tema hacia treinta

y cinco años.

En esta década, el propósito principal

de las investigaciones era comprender el

comportamiento sexual de los cónyuges,

así como la identificación de los

elementos que contribuían a que un

matrimonio se considerara feliz o un

matrimonio exitoso (Davis, 1929;

Gallichan, 1918; Hamilton, 1948). En la

mayoría de estos trabajos se pueden

observar ciertos elementos comunes

como son: muestras constituidas por

personas jóvenes, de origen caucásico, y

de clase media. En particular, muchos de

los estudios se dedicaron a determinar el

grado de satisfacción sexual de la pareja,

la frecuencia de las relaciones sexuales,

las causas de las infidelidades, el ajuste

sexual de la pareja y las prácticas

sexuales, entre otros aspectos (Levinger

& Huston, 1990).

Entre los primeros libros escritos bajo

la temática del matrimonio se encuentra

el libro titulado Psychological Factors in

Marital Happiness (Terman,

Buttenweiser, Ferguson, Johnson &

Wilson, 1938), en el que se estudiaron

los aspectos fundamentales para que un

matrimonio sea feliz ó infeliz. Para este

autor al hablar sobre qué produce la

felicidad matrimonial indica que es una

pregunta tan vieja como la pregunta

socrática de qué es la justicia. En su

estudio, se aplicó un cuestionario con

preguntas cerradas a 1,133 parejas para

determinar el grado de satisfacción

marital de los cónyuges con su relación

marital. Además de ello, se analizaron

las características de un matrimonio

exitoso (successful), y los factores de

REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD,VOLUMEN XXX, NÚMERO 2, 2013

66

personalidad que están asociados con la

felicidad de una relación conyugal.

Entre los resultados principales

obtenidos destacan los siguientes: (1) no

existe evidencia que sustente una

relación significativa entre la

personalidad del cónyuge y un

matrimonio feliz, (2) un matrimonio feliz

implica un ajuste positivo de los

cónyuges en la relación de pareja, (3)

entre los factores positivos que pueden

contribuir a la felicidad conyugal se

encuentran la vida sexual y las prácticas

sexuales, y (4) entre los factores

negativos que afectan la felicidad se

identifica que las mujeres trabajen y la

falta de tiempo para compartir con la

pareja.

Es a partir de este trabajo que nace un

campo de investigaciones psicológicas

con el propósito de comprender el

matrimonio, en particular los motivos

para seleccionar pareja, la mejor edad

para casarse y los patrones de interacción

marital que producen felicidad a los

cónyuges (Peterson, & Bush, 2012).

También, es importante señalar que estas

investigaciones responden a la cultura

occidental, en donde las personas

determinan con quién se casa, el tipo de

relación que quieren mantener y cómo

expresar el amor según sus entendidos.

Cabe mencionar que en la revisión de

literatura se encontró previo a esta

publicación otro libro titulado, The

Psychology of Marriage de Walter

Gallichan (1918). Interesantemente este

trabajo es escasamente mencionado en la

trayectoria histórica del estudio del

matrimonio en la psicología, quizás por

problemas metodológicos o

conceptuales. Sin embargo, este autor

señala que la vida sexual en el

matrimonio es vital, estableciendo que

los problemas maritales se deben al

conflicto entre el amor (definido como

una respuesta sexual) y las numerosas

inhibiciones de la sociedad. Por lo que,

entendía que era necesario educar

sexualmente a los cónyuges para una

mejor vida conyugal.

Luego de este inicio, hasta la década

de los setenta es que se produce un

incremento y desarrollo sistemático de

investigaciones que emergen enfocadas

en la calidad de vida conyugal. De esta

manera, en las décadas de los 60’ y 70’

predominó el estudio sobre el ajuste

marital en las revistas de sociología y

psicología. El término de ajuste marital

se utilizó como un referente para la

adaptación de los cónyuges en la relación

marital, pero también se utiliza como

sinónimo otros conceptos cómo:

felicidad, éxito marital, satisfacción y

estabilidad (Vangelesti, 2004). Y

recientemente se le identifica con la

calidad marital (Adams, 1988). En esta

etapa las investigaciones se dedicaron

analizar la relación entre las variables

sociodemográficas y el ajuste o éxito

marital, por considerar que era un

indicador de la estabilidad y felicidad de

un matrimonio (Bernard, 1964; Blood &

Nina Estrella, R.

67

wolf, 1960; Hawkins, 1966; Luckey,

1966; Luckey & Bain, 1970, Navran,

1964; Nye, 1961; Pineo, 1961; Knox &

Sporakowski, 1968; Rollins & Feldman,

1970; Udry, 1966; Wallin & Clark,

1964).

Según Hicks y Platt (1970), fue una

época en la que se reconoció que el

matrimonio feliz equivale a una relación

estable. Es decir, se reproducía la

creencia de que el amor producía

felicidad, y el matrimonio significaba

felicidad y una estabilidad emocional.

Además de ello, se determinó que entre

las variables que más podían influir en la

felicidad matrimonial se encontraban: un

alto nivel socioeconómico, el nivel

educativo del esposo, el número de hijos

y el tiempo que compartían las parejas

juntos.

Entre las críticas que se puede señalar

en esta década destacan las siguientes:

(1) las parejas estudiadas eran

exclusivamente de nacionalidad

norteamericana, (2) de raza blanca en su

gran mayoría, y (3) tan sólo se estudiaba

tres etapas del ciclo de vida marital:

recién casados, a los tres o cuatro años de

casados o después de los veinte años de

casados (Burr, 1970).

En los setentas, los estudios realizados

tuvieron como objetivos principales

determinar: 1) la satisfacción marital,

como un proceso individual o de pareja;

2) desarrollar instrumentos de medición,

principalmente escalas o autoreporte; 3)

determinar la felicidad marital, en cuanto

que si existe una felicidad global, o si

está relacionada con actividades

especificas, roles, conductas y

situaciones; 4) estudiar a la pareja a

través del tiempo para poder reconocer si

la satisfacción marital es peor en los

primeros años y luego mejora; 5)

clarificar el sesgo en el estudio de la

satisfacción marital, debido a que

siempre se reportaba que las esposas

mayormente ajustaban; y 6) la

percepción del matrimonio como algo

absoluto.

También, se puede decir que estas

investigaciones reconocían dos aspectos

necesarios para la comprensión del

matrimonio: el ajuste marital como un

proceso que toma tiempo, en el que los

cónyuges buscan adaptarse uno a otro, y

que estas adaptaciones se producen de

forma continua a través del ciclo de vida

matrimonial (Burguess, 1926; Waller,

1938, Bernard, 1964, Huston, 2000).

Entre los instrumentos que fueron

diseñados en la literatura en esta década,

se destacan las siguientes escalas:

Marital Satisfaction Inventory (MSI,

Snyder, 1979), Dyadic Adjustment Scale

(DAS, Spanier, 1976), Marital

Satisfaction Scale (MSS, Roach, Frazier

& Bowden, 1981). Al igual que, se

continuó utilizando la escala Marital

Adjustment Test de Locke & Wallace

(1959), la cual evaluaba la relación de

pareja en los distintos ámbitos de la

convivencia.

REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD,VOLUMEN XXX, NÚMERO 2, 2013

68

Asimismo, es la época en que se

comienzan a desarrollar estudios sobre

las relaciones maritales en el laboratorio,

improvisando conflictos maritales para el

análisis de la conducta conyugal

(Rausch, Barry, Hertel & Swain, 1974).

Desarrollándose, la terapia marital desde

un acercamiento conductista, en donde se

le brindaba un mayor énfasis al método

de observación sistemática, y en la

codificación de las interacciones de la

pareja. Más adelante, Gottman (1979) y

Gottman & Bakeman, 1979 continúan

con este método de investigación

desarrollando el concepto que se conoce

como “Talk Table”, en el que se filmaba

a las parejas conversando alrededor de

una mesa sobre temáticas cotidianas,

para poder analizar sus intercambios

verbales positivos y negativos entre otros

aspectos. En el análisis de la

conversación, se utiliza el sistema de

codificación de conducta, en donde se

coteja la conducta, dándole una

puntuación global a los indicadores

conductuales previamente establecidos

para su análisis. Estos indicadores

pueden girar en torno aspectos afectivos,

conductuales o cognitivos. Entre las

medidas las más utilizada se encuentra

la: Lista de cotejo conductual

observables en el cónyuge (Spouse

Observacion checklist, SOC)

También, se produce un auge en

modelos explicativos sobre la

satisfacción marital en general o para

cada conyuge. Según algunos autores

(McNamara & Bahr, 1980; Nina, 1985),

estos modelos pueden ser clasificados en

tres categorías: (1) bipolar, el cual

establece que la satisfacción en el

matrimonio es un balance entre aspectos

positivos y negativos del matrimonio, (2)

el modelo separado que plantea que la

satisfacción o insatisfacción son

dimensiones independientes y (3) el

modelo unipolar, es el menos utilizado,

está en función de la frecuencia de

aspectos satisfactorios en el matrimonio.

Según los resultados principales de

estos trabajos, los factores que pueden

contribuir a la satisfacción marital son

diversos entre los cuales señalan: una

comunicación efectiva, interacción entre

los cónyuges, los roles de género,

manejo del conflicto, solución de

problemas, la vida íntima de la pareja,

número de hijos, años de casados,

frecuencia y duración de la convivencia,

nivel socioeconómico (Spanier & Lewis,

1980; Stenberg & Hojjat, 1997). Sin

embargo, el resultado más consistente

que se obtiene en la revisión es que la

satisfacción marital declina con la

llegada, el número y el desarrollo de los

hijos (Hendrick 2004; Vangelisti, 2004).

Asimismo, se observa un mayor

incremento en publicaciones sobre el

tema del matrimonio en las revistas

principales de psicología como: Family

Process y Journal of Marriage and

Family, creándose un espacio de

divulgación e información tan necesario

para el desarrollo y crecimiento de

Nina Estrella, R.

69

académicos, investigadores y

practicantes.

En la década de los ochentas, como

una consecuencia del paradigma

cognitivo que predominaba en la ciencia

psicológica, los estudios se dedicaron al

entendimiento de los procesos básicos de

la relación marital. Entre los que se

pueden mencionar: amor, celos,

conflicto, comunicación, satisfacción y

estrategias de mantenimiento. Además,

se incrementan las investigaciones

dedicadas a las realidades de la relación

marital destacando: divorcio, poder y

control, violencia de domestica,

diversidad familiar, parejas en las que

ambos trabajan, educación marital,

política pública familiar, familias

reconstituidas, entre otros aspectos.

Otro elemento que contribuyó al auge

de las investigaciones sobre el

matrimonio fue el desarrollo del campo

sobre las relaciones cercanas (Close

Relationships), y el surgimiento de

asociaciones en la psicología social

dedicadas a estos temas: International

Society for the Study of Personal

Relationships & Network of Personal

Relationships. Por lo que, se comienza a

ofrecer en los programas graduados de

psicología, sobre todo en área clínica y

social, cursos sobre el tema, como

comunicación interpersonal o de

relaciones interpersonales.

En los noventa, se pueden reconocer

el desarrollo y evolución del campo de

estudio sobre el matrimonio en la

psicología social, siendo una época en

donde el foco de interés era identificar,

comprender y analizar los factores que

contribuyen a que un matrimonio se

disuelva o se mantenga estable.

Determinándose de manera consistente

algunos factores que brindan estabilidad

en la relación marital como son:

expresión de conducta afectiva y de

amor, tiempo de duración del

matrimonio, número de hijos, la edad de

los hijos, toma de decisiones, intimidad,

religión, tiempo que comparte la pareja, ,

manejo del conflicto, satisfacción

marital, la calidad marital y el

compromiso de los cónyuges (Baxter &

Montgomery, 1996; Cahn, 1992, Canary

& Stafford, 1994;). No obstante, el que

se mantenga estable el matrimonio, no

quiere decir que la persona casada este

satisfecha con la relación.

En la última década, emerge un

interés de estudiar factores determinantes

del bienestar psicológico y físico de la

relación marital, encontrando un enlace

significativo entre la calidad marital y la

salud de los cónyuges (Burman &

Margolin, 1992). De igual forma, entre el

matrimonio, buena salud y longevidad

(Berkman & Breslow, 1983), y entre los

problemas de salud y el estrés que existe

en la relación marital (Gottman, 2000).

Por otra parte, se desarrollaron estudios

con el objeto de comprender los

problemas de salud que enfrentan los

cónyuges ante una posible separación

matrimonial o un divorcio.

REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD,VOLUMEN XXX, NÚMERO 2, 2013

70

Considerando, el aumento

significativo de los divorcios que se

reflejan en las estadísticas demográficas,

se observa que esta línea de

investigación que ha continuado

evolucionado hasta el presente.

Gottman, Schwartz & DeClaire, 2007

presenta algunos datos que justifican el

estudio de esta temática, por ejemplo,

señala que el 90% de las personas se

casan aunque sea una vez en su vida, y

de éstos la mitad terminan en rupturas. Y

de éstos, el 75% se vuelven a casar,

terminando nuevamente en ruptura la

mitad de estos matrimonios. En cambio,

para Gottman (2000) un primer

matrimonio puede terminar en divorcio,

en un 67% de probabilidad. Por otra

parte, establece que la mitad de los

divorcios se producen durante los

primeros siete años del ciclo de vida de

la relación, mientras que para los

segundos matrimonios el índice de

divorcio es un diez por ciento más alto

que en los primeros matrimonios.

Con este panorama, para muchos

investigadores, el auge de los divorcios y

los estudios de investigaciones sobre las

consecuencias psicológicas del divorcio,

son determinantes para tener un

matrimonio saludable. Esta situación

contribuyo a que se desarrollaran

políticas públicas (Healthy Marriage

Project) con el propósito de educar a los

cónyuges para poder mejorar su relación

de pareja y su dinámica familiar. Es

importante señalar que este programa

consideraba que las rupturas

matrimoniales tenían consecuencias

negativas, mayormente para los hijos,

porque lo que era necesario educar a los

cónyuges para que se mantuvieran

casados. Sin embargo, estos programas

educativos estuvieron enfocados en las

familias de bajos recursos, las familias

hispanas o afroamericanas y el bienestar

psicológico del niño.

Recientemente, se puede decir que

ante las transformaciones

socioeconómicas, el estudio del

matrimonio se ha centrado

principalmente en analizar el impacto de

la crisis económica en la relación de

pareja, ejemplo de ello son los estudios

sobre el desempleo (Noller & Karantzas,

2012). Las investigaciones se mantienen

trabajando sobre la violencia en el hogar,

la salud mental de los cónyuges, la

sexualidad, la educación marital, el

conflicto marital, la relación con los

hijos, y los procesos psicosociales que se

dan en la relación (comunicación,

satisfacción, compromiso, intimidad,

poder, etc.) También, han surgido

nuevas líneas de trabajo que han ido

evolucionado según las transformaciones

que se presentan en nuestra sociedad

entre las que se encuentra el estudio de la

relación de pareja en la tercera edad, la

diversidad familiar, paternidad

responsable, la diversidad cultural, y las

nuevas construcciones de la pareja.

Sin embargo, aunque ha evolucionado

el estudio del matrimonio, en general se

puede decir que se mantienen ciertas

limitaciones entre las que se encuentran:

Nina Estrella, R.

71

(1) ambigüedad en la definición, (2) falta

de fundamentos teóricos, (3) poca

claridad sobre cuál es la unidad de

análisis (la pareja o los cónyuges), (4) los

estudios parten de una ideología

conservadora, (5) problemas

metodológicos (mayormente los trabajos

utilizan escalas o auto reportes), y (6) los

estudios se limitan a ciertas variables

independientes (Chung, 1990). También,

cabe señalar que predominan en la

literatura estudios desde el contexto de la

sociedad norteamericana, en los que se

hace invisibles los estudios sobre

matrimonios en otras culturas.

En América Latina, al revisar la

literatura se obtiene que los primeros

estudios sobre el matrimonio según los

bancos de información de la APA (por

ejemplo en PsycINFO) fueron escritos

por Rojas & Loudet (1930), en la

Revista de Criminología, Psiquiatría y

Medicina legal (Perú). Este trabajo

estaba dedicado a la anulación del

matrimonio por impotencia sexual, lo

cual refleja las preocupaciones del

campo médico-legal en problemas de

salud física en dicho momento histórico.

Sin embargo, es a partir de la década

de los ochenta que se desarrollan grupos

de investigadores dedicados el estudio de

las relaciones de pareja, formados en la

facultad de psicología de la UNAM, bajo

la asesoría de Rolando Diaz Loving.

Entre los que destacan los temas de

trabajo como comunicación, poder,

intimidad, modelos conceptuales, con

una vasta publicación en libros y

artículos. Paralelamente a ello, se

conforma la Asociación Mexicana de

Psicología Social, la cual promueve el

Congreso de Relaciones Personales en

América latina. Siendo uno de sus ejes

centrales las investigaciones sobre las

relaciones maritales.

Modelos psicosociales sobre el

matrimonio

Entre los modelos psicosociales sobre el

matrimonio, se encuentra el trabajo de

Kurt Lewin (1948) quien aplicó su teoría

de campo en el estudio de la familia y el

matrimonio. Principalmente su interés

giraba en torno a tratar de comprender el

conflicto en el matrimonio, focalizando

su trabajo en cómo el conflicto afectaba a

la pareja, las regiones centrales del

espacio vital de la persona y los

diferentes significados que los esposos

pueden atribuir a los sucesos. Desde su

perspectiva el matrimonio era

comparable con una situación de grupo,

por lo que los problemas de una pareja

respondían a situaciones grupales.

En su trabajo titulado Resolving Social

Conflicts de 1948, determinó que al

analizar el conflicto en el matrimonio se

debe brindar atención a tres aspectos: (1)

Lo pequeño de este grupo: contiene dos

miembros adultos (esposo/esposa) y uno

o más hijos. El número tan pequeño de

los integrantes de este grupo, hace que

cada movimiento de un integrante afecta

REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD,VOLUMEN XXX, NÚMERO 2, 2013

72

al otro miembro, así como al estado del

grupo en general. En el matrimonio, la

relación entre los cónyuges es

interdependiente, (2) El grupo tiene

referentes en regiones centrales de la

persona: el matrimonio está muy

cercanamente relacionado a los

problemas vitales y culturales de las

personas, sus valores, fantasías y clase

social, y (3) Existe entre los miembros

un nivel íntimo de relación: En la que

expresan su deseo de estar juntos y de

atracción entre los cónyuges, aspectos

que son necesarios para el desarrollo de

un compromiso que pueda perdurar.

Para Lewin (1948) el conflicto marital

dependerá del nivel de tensión que exista

dentro del matrimonio. Reconociendo

que el nivel de conflicto se produce por

la tensión entre la atracción y el

compromiso de los cónyuges, las

acciones conductuales (valencia), y los

refuerzos sociales producidos por las

estructuras familiares (barreras).

En la literatura, otro modelo que se

obtiene es el modelo de compatibilidades

(Levinger & Houston, 1990) desarrollado

con base en la teoría de campo de Lewin

sobre la relación marital desde un

contexto psicosociológico de la

atracción. Desde esta perspectiva una

pareja es compatible cuando en ambos

cónyuges la valencia y las barreras

sirven para construir y mantener estable

su relación.

En este modelo, la compatibilidad es

un elemento crucial en la relación,

debido a que si los cónyuges son

similares, entonces podrán convivir en

armonía. También, los autores reconocen

que la compatibilidad es un fenómeno

multidimensional, y que en el

matrimonio las áreas de que son

incompatibles responden a variables

sobre conflictos maritales, aunque son

conflictos que son solubles.

Además de ello, la compatibilidad no

necesariamente es un factor positivo,

debido a que los cónyuges pueden ser

compatibles, pero no tener una relación

saludable como pareja, o bien no tener

una cercanía psicológica (por ejemplo

convivir con una persona dependiente a

las drogas).

Según este modelo, para que una

pareja sea estable, los aspectos positivos

en la relación deben ser superiores a los

negativos. El compromiso se desarrolla

en la relación de manera gradual, es

decir, en la medida en que pasen tiempo

juntos estarán haciendo inversiones en la

relación, lo cual incrementará de

gradualmente el valor de la misma

(Levinger, 1976).

Luego de ello, Ted Houston (1991)

con base en sus investigaciones en el

proyecto (PAIR: Processes of Adaptation

in Intimate Relationships Project),

desarrolla el modelo de ecología social

del matrimonio, para poder tener una

mejor comprensión de la calidad marital.

Para este autor, es importante estudiar la

cotidianidad del matrimonio, en cuanto

Nina Estrella, R.

73

al tiempo que comparten juntos y como

los cónyuges se siente en la relación.

Houston (2000) en su modelo

distingue tres niveles de análisis al

estudiar el matrimonio: (1) contexto de la

sociedad, que se caracteriza en términos

de elementos macro sociales y

ecológicos a través de las cuales se

insertan los cónyuges; (2) contexto

Individual, los atributos psicológicos y

de juicio que tiene cada uno de la pareja

en su relación; y (3) contexto de la

pareja, el matrimonio es visto como un

sistema con grandes necesidades

emocionales de relaciones cercanas. En

donde, existe un enlace entre el

individuo, el matrimonio y la sociedad,

reconociendo que cada uno de ello

influye en el contexto del otro, y las

decisiones que afectan al individuo,

afectan por igual a la pareja.

En su modelo teórico, desarrolla

diversos axiomas, entre los que se

consideran: 1) el ajuste marital

dependerá de la estabilidad en el

matrimonio, 2) este ajuste marital estará

sustentado en las actividades que realicen

ambos cónyuges entre si, 3) existe una

interdependencia entre los esposos, en

cuanto a lo que se dice o hace influye en

el otro, 4) su vivencia sobre el

matrimonio influye su percepción sobre

en la relación, 5) influye en la relación

sus creencias y actitudes hacia el

matrimonio, 6) en la calidad de la

estabilidad marital afecta como responde

uno al otro, 7) las acciones conductuales

conyugales tiene diferentes niveles, 8) la

percepción cambia con el tiempo, y 9) la

relación continuamente cambia.

También, reconoce que los

cónyuges son los arquitectos de su

matrimonio (Huston, 1991). Las

características sociales, psicológicas y

físicas son factores que contribuyen a la

estabilidad matrimonial, por lo que

mediante su análisis se podrá establecer

la naturaleza de la relación.

Luego de la revisión de literatura

presentada, se pueden identificar ciertas

características comunes, que reflejan una

mirada limitada sobre la realidad de las

relaciones maritales: (1) visión

reduccionista, son modelos centrados en

el individuo, (2) planteamientos

casualistas, (3) modelos

unidimensionales, (4) no existe un

consenso sobre el concepto de calidad

marital y su medición, (5) predominan

los estudios en el laboratorio, (6) no se

pueden generalizar al contexto de la

relación marital, (7) la unidad de análisis

es el individuo, ya que son escasos los

estudios donde la unidad de análisis es la

pareja, y (8) definiciones ambiguas sobre

el matrimonio.

Consideraciones finales para el

estudio del matrimonio

Finalmente propongo una nueva lectura

al estudio del matrimonio desde la

psicología social con el que se pueda

tener una visión más cercana a su

REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD,VOLUMEN XXX, NÚMERO 2, 2013

74

realidad social. Estableciendo que en el

matrimonio se componente de dos

individuos existe una interdependencia

entre los miembros de la pareja, de

manera que la relación se produce en un

contexto dialéctico, es decir que la

relación se transforma al igual que los

individuos. En donde, los procesos en la

relación marital se dan a nivel individual

como a nivel de una díada.

Se reconoce que en un matrimonio su

realidad se construye en su cotidianidad,

con las acciones de los cónyuges y sus

intercambios verbales. De esta manera,

en la construcción de la pareja se pueden

obtener objetividades y subjetividades,

por lo que es necesario utilizar

metodologías cuantitativas, cualitativas o

mixtas, identificando como unidad de

análisis, en primera instancia la pareja,

no solamente uno de los cónyuges.

Además de que, para tener una mejor

comprensión se debe reconocer el

carácter histórico social del matrimonio y

el velo cultural que lo rodea.

Por ello, se sugiere analizar diversos

factores que son fundamentales para su

entendimiento a los cuales se identifican

como factores: externos, internos,

intimidad psicológica y de riesgo. Entre

estos cuatro factores existe una

interdependencia, esto quiere decir de

una manera u otra contribuye en el

mantenimiento de la relación, al igual

que en la forma que se estructure su

funcionalidad.

Los factores externos serán aquellos

elementos sociales que están presentes en

la relación marital. En primera instancia

se considera el momento socio histórico

en que viven las parejas, al igual que las

creencias socioculturales sobre el

matrimonio que influyen directamente en

la relación de pareja. Como también, se

considera el papel de los medios de

comunicación en este proceso, en cuanto

a cómo representan a una pareja o

matrimonio en el cine, o bien, qué

elementos se promueven en la pantalla,

cuáles imágenes se proyectan, y cuáles

aspectos se desean cambiar.

Otro elemento que se incluye es la

violencia en el contexto conyugal,

debido a que las creencias

socioculturales sobre el matrimonio están

enmarcadas en relaciones de poder y

controles siendo la violencia de género

un medio de manifestar estas relaciones.

En cuanto a los factores internos, éstos

se refieren a los componentes

psicosociales que a nivel individual

pueden aportar los cónyuges, al iniciar

una relación íntima de manera estable.

Interesantemente, estos aspectos se van

transformando con el desarrollo de la

relación y en esa interdependencia de la

pareja según experimenten sus vivencias.

Al iniciar un matrimonio, los

cónyuges integran en la relación aspectos

que son personales y únicos en su

persona (costumbres, tradiciones,

secretos, vivencia familiares), debido a

que cada persona tiene una historia de

Nina Estrella, R.

75

familia, la que comparte con su pareja.

Al mismo tiempo, se espera que se

acepte la historia de familia de la pareja.

Otro elemento dentro de los factores

internos, es el tiempo que lleva la pareja

con relación a los años de convivencia,

así como la etapa que está viviendo la

pareja. Como también, es necesario

considerar las variables demográficas de

la pareja (edad, primer etc. Construcción

genero, hijos, trabajo, factores religiosos,

etc.).

El tercer factor de intimidad

psicológica se refiere a los procesos

psicosociales que se dan en la pareja, y

se circunscribe a los aspectos afectivos y

emocionales que expresan las personas

en la relación. Estos elementos producen

un sentido de un nosotros, creando una

identidad de pareja que considerado

como único y exclusivo. Son elementos

que están presentes porque existe el otro,

y se producen mediante un efecto de

reciprocidad, aunque no necesariamente

todo el tiempo será balanceado. Entre

estos elementos se puede considerar el

compromiso, las estrategias de

mantenimiento, la sexualidad,

comunicación marital, satisfacción

marital, el conflicto y las expresiones de

amor que existe entre la pareja.

La intimidad psicológica es entendida

como la empatía, de seguridad,

protección, comprensión y afecto que

debe existir entre los miembros de una

pareja. Algunos expresarán esta

intimidad mediante el contacto físico, en

otras ocasiones será compartir un estado

afectivo, logrando sentir junto esta

intimidad de encuentro. En cambio, para

otras parejas el estado de intimidad se

produce mediante la realización

actividades comunes, como parte de su

vida cotidiana. Como también, existen

otras parejas que consideran la

comunicación como un elemento vital en

su relación, el propio acto de conversar

le da validez a su matrimonio. Mientras

que para otros matrimonios, será el acto

sexual donde mayor intimidad

psicológica se produce. Lo que

ciertamente, el estar en pareja, y

compartir en el diario vivir, reflejará la

calidad de vida del matrimonio.

Los factores de riesgo serán aquellos

que pueden están presentes en una

relación y afectan la estabilidad del

matrimonio y su funcionalidad. Entre los

que se encuentran: infidelidad,

drogadicción, alcoholismo, problemas

económicos, y problemas de salud física

o mental. Además de situaciones de

tensiones, desacuerdos y conflictos entre

los integrantes de la pareja, y en algunos

casos puede provocar depresión. Por lo

que, se puede afectar el bienestar

psicológico de los integrantes de la

relación o uno en uno de los cónyuges.

Finalmente, se espera que esta

propuesta pueda motivar a futuras

investigaciones sobre el matrimonio para

mejorar la calidad de la relación marital,

reconociendo que tiene sus limitaciones,

pero es una manera de poder iniciar el

REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD,VOLUMEN XXX, NÚMERO 2, 2013

76

estudio sobre elementos que no se han

abordado anteriormente. Se sugiere

dedicarle mayor atención al matrimonio

de largo tiempo de duración o de adultos

mayores, debido al envejecimiento de

nuestras sociedades. Así como a

desarrollar estudios dedicados a

comprender la calidad de la relación

marital para poder contestar las diversas

preguntas que se han hecho los

psicólogos a través de la historia de

nuestra ciencia.

MAPA CONCEPTUAL PARA EL ESTUDIO DEL MATRIMONIO

Factores de Riesgo

Drogadicción

Alcoholismo

Problemas Económicos

Pocas destrezas comunicación, solución de conflicto

Factores Internos

• Historia Familiar

• V. Sociodemográficas

• Rasgos de personalidad

• Ciclo vida (tiempo)

• Factores Externos •

• Creencias socioculturales • Concepto de violencia • Contexto socio-histórico • Medios de comunicación

Intimidad Psicológica

• Procesos psicosociales

básicos: confianza, estrategias

de mantenimiento,

comunicación, sexualidad,

satisfacción, etc.

• Manejo del control/poder

• conducta afectiva y sus

expresiones (Amor)

Factores de Riesgo

-Conducta adictiva (drogadicción,

alcoholismo, jugadores

compulsivos, etc.)

-Problemas de salud mental -Problemas Económicos

-Pocas destrezas comunicación,

Nina Estrella, R.

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