Más Saber en América Latina: Potenciando el Vínculo entre Universidades y Think Tanks

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EDITORES José Joaquín Brunner Ried Orazio J. Bellettini Cedeño Adriana M. Arellano Albuja

Transcript of Más Saber en América Latina: Potenciando el Vínculo entre Universidades y Think Tanks

e d i t o r e s José Joaquín Brunner Ried Orazio J. Bellettini Cedeño Adriana M. Arellano Albuja

e d i t o r e s José Joaquín Brunner Ried Orazio J. Bellettini Cedeño Adriana M. Arellano Albuja

3+ SABER AMÉRICA LATINA

“Este libro trae una importante contribución para entender el lugar y la relevancia del mundo de los think tanks en América Latina, institucio-nes pequeñas, ágiles y flexibles que han surgido en toda la región como alternativa o complemento a la investigación universitaria en economia y las ciencias sociales, vocacionadas hacia una fuerte conexión entre la investigación y sus aplicaciones e impactos en la vida de cada país”.

Simon Schwartzman Investigador Senior del Instituto de Estudos do Trabalho

e Sociedade en Rio de Janeiro, Brasil

“Este es un impresionante estudio acerca de las formas de conocimiento científico y aquel aplicado a las políticas públicas que se generan en las universidades y los think tanks en América Latina. Sus recomendaciones para integrar ambas fuentes de conocimiento en el diseño de políticas son altamente relevantes hoy día”.

alejandro Foxley Fundador y Presidente de la Corporación de

Estudios para Latinoamérica (CIEPLAN), Chile

“Decía un campesino panameño: el problema no es pintar palomas, sino ponerles pico y que coman. El libro trata de esto: cómo lograr la combinación de hacer investigación académica rigurosa con orientación a la aplicación en la sociedad, e influencia en las políticas públicas. La confluencia de rasgos entre centros de pensamiento y universidades tiene un amplio potencial que se muestra en una decena de casos de diversos países de América Latina, aunque con grados diversos de logro y heterogeneidad”.

miguel gutierrez-Saxe Coordinador de la Comisión Económica del Plan Nacional de la Educación

Superior del Consejo Nacional de Rectores CONARE, Fundador e Investigador del Programa Estado de la Nación, Costa Rica

4+ SABER AMÉRICA LATINA

“Este libro aborda un tema fundamental de nuestro tiempo, la importancia de la construcción de conocimientos que sean a la vez amplios y profundos con el fin de responder adecuadamente a los

desafíos que enfrentan las sociedades y gobiernos de todo el mundo. Las metodologías utilizadas en el libro son innovadoras y revelan tendencias importantes en la creación de conocimiento; los casos

estudiados ofrecen claves para comparar la dinámica de la universidad y think tanks y las recomendaciones son realmente útiles para resaltar

la relevancia de estas instituciones para la toma de decisiones y la acción. “Más Saber América Latina” es un importante paso hacia la

apreciación del trabajo de las universidades y think tanks y cómo ese trabajo debe fomentar una mayor conectividad entre los investigadores

y entre investigadores y tomadores de decisiones. Este libro perspicaz demostrará ser una importante fuente de ideas para los que conducen

dichas instituciones”.

merilee grindle

Directora del Centro David Rockefeller para Estudios Latinoamericanos, Universidad de Harvard, 2006-2014, Estados Unidos

“Cualquier intento de comprender el futuro de América Latina debe tener en cuenta la relación entre los think tanks y universidades,

instituciones de referencia en la sociedad en cuanto a la investigación social y la influencia en la toma de decisiones del gobierno.

Este libro es un excelente ejemplo de este esfuerzo. Teniendo como marco conceptual el conocimiento generado en las políticas públicas

en la región, el libro revela, con maestría, el panorama político y económico que da lugar a la oferta para la generación de conocimiento en la investigación social en los países latinoamericanos. Más que eso, en base a la investigación esmerada, presenta propuestas innovadoras

para fortalecer la capacidad de generar conocimiento en las políticas públicas a través de la colaboración entre think tanks y universidades”.

marloS lima

Director Ejecutivo del Centro Latino-Americano de Políticas Públicas de la Fundação Getulio Vargas, Brasil

5+ SABER AMÉRICA LATINA

Este trabajo ha sido desarrollado con el apoyo de una subvención

del International Development Research Centre, Ottawa, Canadá

bajo la Iniciativa Think Tank e implementado en consorcio en-

tre Grupo FARO, Ecuador, y el Centro de Política Comparada de

Educación – CPCE, de la Universidad Diego Portales de Chile.

This work was carried out with the aid of a grant from the International Development Research Centre, Ottawa, Canada under the Think Tank Initiative and implemented in a consor-tium between Grupo FARO, Ecuador, and the Centro de Política Comparada de Educación – CPCE, from Universidad Diego Portales in Chile.

José Joaquín Brunner (1), Orazio Bellettini (2)

y Adriana Arellano (2)1

www.massaber.org / [email protected]

Contacto: Gregorio Bobadilla N38-88 y Granda Centeno, Quito - Ecuador Teléfono: 593-2-2456367 / 593-2-2264719

1 Equipo responsable del proyecto de investigación que laboran en el (1) Centro de Políticas Comparadas de Educación (CPCE) , Universidad Diego Portales (Chile) y en (2) Grupo FARO (Ecuador).

6+ SABER AMÉRICA LATINA

América Latina tiene el desafío de incrementar su capaci-dad de producir conocimiento. Pese a representar 10% de la población mundial, nuestra región produce sólo el 2.3% del conocimiento científico que se genera globalmente. Las universidades y los centros de investigación aplicada a las políticas públicas o think tanks de la región tienen un rol clave para superar este desafío.

Este libro compila los resultados de la investigación realiza-da bajo el proyecto “Más Saber América Latina: Potenciando el vínculo entre think tanks y universidades” cuyo objetivo fue explorar las relaciones entre ambos actores y compren-der los factores que afectan la colaboración.

Tradicionalmente estos actores mantienen enfoques distintos frente a la producción de conocimiento. Las universidades, aquellas que sí han dedicado esfuerzos a la investigación, se han concentrado sobre todo en la producción de conocimien-to bajo el llamado Modo 1 de producción de conocimiento (modos definidos por Gibbons), un modo jerárquico, dis-ciplinar, enfocado en lo académico-científico; mientras los think tanks, muestran mayor vocación por la producción de conocimiento bajo el modo 2, un modo horizontal, trans-disciplinar, producido en red y enfocado en la aplicabilidad y pertinencia de los resultados en la sociedad.

A pesar de estas diferencias, universidades y think tanks en América Latina confluyen en el mismo espacio y colaboran en una variedad de aspectos. El vínculo entre universidades

7+ SABER AMÉRICA LATINA

y think tanks contribuye a la creación de un ecosistema en el cual interactúan diversidad de personas e instituciones posee-doras de una diversidad de conocimientos que evidencian la importancia de construir redes encargadas de conectarlo, re-combinarlo y aplicarlo de formas más efectivas e innovadoras.

Los hallazgos del estudio permiten sugerir que para lograr que América Latina se convierta en una región de cono-cimiento, es importante promover la colaboración entre diferentes actores y complementar el modo tradicional de producción de conocimiento, que ha estado centrado en los expertos, con otros modos que incorporan a una diversidad de actores de la sociedad en la producción de conocimiento.

Este estudio fue en sí mismo un esfuerzo de colaboración entre Grupo FARO, un think tank ecuatoriano, y el Centro de Políticas Comparadas de Educación – CPCE de la Universidad Diego Portales de Chile, un centro de investigación afiliado a una universidad, y comprendió adicionalmente el trabajo colaborativo con 11 equipos de investigadores en distintos países. Esta experiencia confirma que colaborar no es fácil, requiere compromiso, flexibilidad y la existencia de objetivos compartidos. Aunque los think tanks y las universidades son claves, incrementar la capacidad de producción de conoci-miento requiere también la incorporación de otros actores de la sociedad entre los que destacan las instituciones pú-blicas encargadas de promover la investigación, la ciencia y la tecnología, la cooperación internacional, el sector privado y las organizaciones de la sociedad civil.

8+ SABER AMÉRICA LATINA

Queremos agradecer a la Iniciativa Think Tank del Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo (International Development Research Centre, IDRC) de Canadá por el apoyo financiero al proyecto, a Soledad González, investigadora del CPCE quien participó en el equi-po coordinador de “Más Saber América Latina”, a Norma Correa Aste, Enrique Fernández Darraz y Mario Albornoz, miembros del Comité Asesor, a los equipos investigadores de los nueve países, del estudio regional y de los estudios webométrico y bibliométrico, a los integrantes de la Red de Investigación del Banco Interamericano de Desarrollo por el acceso a la base de datos de think tanks en América Latina y a los/las faristas que colaboraron en la implementa-ción del proyecto, particularmente a Wendy Espín, Heleana Zambonino y Marcela Morales.

Los hallazgos, conclusiones y recomendaciones del libro su-gieren que el fortalecimiento de los vínculos entre think tanks y universidades así como la transformación de América Latina en una región reconocida por su capacidad de producción de conocimiento no pueden ser vistos como un proyecto tecno-crático o elitista sino, sobre todo, como un proyecto social que requiere la generación de confianza, el cambio de la ética que rige las relaciones sociales y del establecimiento de nuevas instituciones que promuevan la colaboración, el aprendizaje y la innovación. Sólo así parece posible establecer en América Latina una sociedad donde el conocimiento sea un factor di-námico del desarrollo social, económico y político.

Los editores

índice

Introducción.........................................................................10

Estudios por país

Argentina..............................................................................53

Bolivia ..................................................................................111

Brasil .................................................................................174

Colombia.............................................................................233

Chile....................................................................................291

Guatemala...........................................................................370

Paraguay..............................................................................418

Perú....................................................................................462

Uruguay..............................................................................541

Estudio regional................................................................618

Conclusiones y Recomendaciones...................................777

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Introducción

Mario AlbornozNorma Correa

Enrique Fernández Darraz

Introduccion

11+ SABER AMÉRICA LATINA | Introduccción

Introducción

1. Presentación

El presente trabajo aborda uno de los temas más relevantes en el ámbito de la producción de conocimiento: la relación que existe, en América Latina, entre dos instituciones que generan conocimiento aplicado a las políticas públicas.

Uno de los principales retos que enfrenta el sector de crea-ción de conocimiento en el continente es aumentar sus niveles de producción científica. Pese a representar el 10% de la población mundial, en el 2009, la región sólo aportó el 2,3% del conocimiento científico que se generó globalmente (Bellettini, 2012). En 2011 la inversión latinoamericana en I+D fue el 3,2% del total de la inversión mundial en ese ru-bro (RICYT, 2014).

Responder a esta situación requiere un enfoque integral que considere las transformaciones globales en la geopolítica de la ciencia, así como los factores estructurales y coyunturales que influyen en el desempeño de las instituciones de investi-gación (Hernández, 2014). Elevar los niveles de producción de investigación en todos los ámbitos, no sólo tendría benefi-cios para el fortalecimiento de las comunidades académicas regionales y en los procesos de innovación tecnológica, sino que también podría contribuir a la elaboración de mejores políticas públicas en beneficio de la ciudadanía. Para esto último se requiere de investigación rigurosa que responda a los desafíos enfrentados por las sociedades latinoameri-

12+ SABER AMÉRICA LATINA | Introduccción

canas, pero sobre todo de una sólida comprensión sobre los factores, actores e intereses que influyen en el uso de la investigación en el ciclo de políticas públicas (Correa y Mendizabal, 2011).

Esta publicación busca aportar a este debate, ampliando la comprensión sobre la naturaleza y las dinámicas del sector de generación de conocimiento vinculado a las políticas públicas en América Latina. Para ello se analizan las relaciones entre dos de los principales productores de investigación aplicada: las universidades y los think tanks1 o centros de investigación.

A través de una investigación comparada de nueve estudios de caso nacionales, y un estudio regional, se explora críticamen-te las relaciones de colaboración y competencia entre ambas instituciones, los factores que posibilitan o limitan una ma-yor cooperación interinstitucional, así como los aprendizajes derivados de intervenciones públicas o privadas orientadas a incrementar sus capacidades de investigación aplicada. Asimismo, se brindan recomendaciones para una colabora-ción más eficaz entre centros de pensamiento y universidades.

Los resultados presentados en este libro han sido generados en el marco del proyecto regional “Más Saber América Latina: Potenciando los vínculos entre think tanks y universidades”, el cual ha sido liderado por un consorcio conformado por Grupo FARO (Ecuador) y el Centro de Políticas Comparadas de Educación de la Universidad Diego Portales (Chile). El proyecto fue financiado por el Centro Internacional de Investigaciones

1 A lo largo de este estudio utilizaremos de manera intercambiable los términos think

tank, centro de investigación y centro de pensamiento.

13+ SABER AMÉRICA LATINA | Introduccción

para el Desarrollo (International Development Research Centre, IDRC) de Canadá, a través de la Iniciativa Think Tank. Los au-tores que hicieron posible este libro fueron seleccionados a través de un concurso público a nivel regional.

De esta manera, el proyecto “Más Saber América Latina” busca contribuir con el desarrollo de una agenda de investi-gación sobre el campo de producción de conocimiento en la región, así como promover un mayor uso de la investigación en la formulación de políticas públicas.

2. Vínculos entre conocimiento y política

a) Formas de Producción de Conocimiento y su Relevancia en la Sociedad Actual: la Perspectiva Científica

Desde hace ya más de una década, la manera de comprender las formas y dinámicas de producción de conocimiento ha cam-biado. El creciente interés por la influencia de éste sobre los procesos de naturaleza política y social, tiene su correlato en propuestas que tienden a señalar que se habría invertido la di-námica tradicional de su producción y difusión. Esto, además, impactaría con fuerza sobre las instituciones que lo generan: principalmente las universidades y los centros de investigación.

El consenso disciplinario – se sostiene – ya no sería el único factor de estructuración de la actividad científica y, por lo tanto, no sería tampoco el único marco en el que se construye el cono-cimiento. Esta ruptura con la visión tradicional proviene tanto de una óptica más vinculada con el conocimiento tecnológico,

14+ SABER AMÉRICA LATINA | Introduccción

como de una visión no lineal y más interactiva de la ciencia, así como de la teoría neo Schumpeteriana de la innovación.

Una de las propuestas más articuladas en torno a este giro está formulada en The New Production of Knowledge, el libro publicado por Michael Gibbons y otros autores en 1997 y que pronto alcanzó gran notoriedad. Saludado por muchos como el texto liminar de una “segunda revolución académi-ca”, cosechó rápidamente grandes y entusiastas adhesiones por parte de diversos ambientes universitarios y también po-líticos, aunque recibió también objeciones que dieron lugar a encendidos debates.

Los autores señalan que en los últimos años se ha ido consoli-dando un nuevo modo de producción de conocimiento (al que denominaron como modo 2, en razón de que consideraban prematuro darle una denominación más precisa), cuyos rasgos principales son los de estar orientado a priori por el contexto de aplicación y emerger no sólo de relaciones internas a la pro-pia ciencia (o a las distintas disciplinas) sino, en gran medida, externas a ella. El nuevo modo de producción de conocimiento está constituido por redes en las que intervienen actores hete-rogéneos y se basa en la multidisciplinariedad.

En este nuevo modelo, en el que el objeto de investigación es ad hoc y está referido a cuestiones aplicadas y a la compren-sión de sistemas complejos (como los sistemas ecológicos), la producción del conocimiento deriva de su orientación práctica y no de la constitución de un nuevo campo dis-ciplinario. El problema del consenso disciplinario no está completamente ausente; sin embargo, queda relativizado

15+ SABER AMÉRICA LATINA | Introduccción

por nuevas necesidades de validación y legitimación del co-nocimiento en el plano social y también político.

Como es obvio, una transformación de este tipo plantea desafíos significativos al sistema institucional, en varias di-mensiones. Por una parte, distintos autores señalan que los cambios en muchos casos afectan las reglas fundamentales de la ciencia y hasta los criterios de verdad. Un ejemplo es la tensión entre los enfoques analíticos y las nuevas corrientes integradoras propias de los estudios ambientales. La dife-rencia entre uno y otro enfoque impacta en los supuestos básicos acerca de la causalidad, la aceptabilidad epistemoló-gica, la idea misma de la verdad y los criterios de evaluación.

Por otra, los sistemas de investigación académica se ven for-zados a abrirse para responder pronta y eficientemente a las necesidades de la industria (y de la sociedad en general). La globalización de la investigación, por ejemplo, ha conduci-do a un nuevo concepto de transferencia tecnológica de las universidades a las empresas. El propósito de estos nuevos mecanismos de transferencia es acortar el tiempo transcu-rrido entre la investigación básica y la aplicada. A través de ellos se intenta reestructurar el sistema de investigación aca-démica de modo tal que las capacidades de investigación se orienten al logro de mayores niveles de competitividad de la economía.

Finalmente, estas nuevas formas y dinámicas de producción de conocimiento desbordan las fronteras institucionales tradicionales, constituyendo en muchas ocasiones redes o comunidades epistémicas que producen y transfieren co-nocimientos entre distintas organizaciones. También esta

16+ SABER AMÉRICA LATINA | Introduccción

dinámica ejerce presión sobre las instituciones científicas, empujándolas a nuevos campos de conocimientos, nuevas prácticas y nuevas relaciones con la sociedad. Todo esto ha conllevado a la reformulación de un concepto de comple-jidad que implica multiplicidad de perspectivas legítimas, no-linealidad, emergencia de los problemas, organización, multiplicidad de escalas e incertidumbre.

En Re-Thinking Science, Helga Nowotny, con la colaboración de Peter Scott y Michael Gibbons (2002) puso el tema en perspectiva histórica, al señalar: “La ciencia ha venido ha-blando a la sociedad con creciente urgencia y convicción, por más de quinientos años. No solamente ha determinado los procesos técnicos, los sistemas económicos y las estruc-turas sociales, sino que también ha dado forma a nuestra experiencia cotidiana del mundo, a nuestros pensamientos conscientes y aún a nuestros sentimientos inconscientes”. En el último medio siglo, en cambio, las autores creen per-cibir que la sociedad ha comenzado a hablarle a la ciencia con similar urgencia y convicción.

En síntesis, el involucramiento de nuevos actores en los procesos de investigación científica ofrece oportunidades para la demo-cratización del conocimiento, pero también supone nuevos retos para los centros de pensamiento. Por ejemplo, promover proce-sos creativos más abiertos, participativos e inclusivos.

17+ SABER AMÉRICA LATINA | Introduccción

b) Formas de Producción de Conocimiento y su Relevancia en la Sociedad Actual: los Impactos no Académicos de la Investigación y sus Nexos con el Policymaking

Dado que las nuevas formas de producción de conocimiento escapan a las lógicas académicas tradicionales, la evaluación de sus reales alcances e implicancias plantean importantes desafíos teóricos y metodológicos.

Los indicadores tradicionales para evaluar el impacto aca-démico de la investigación como, por ejemplo, los índices de citación o las revisiones de pares, no siempre capturan el quehacer de los centros de pensamiento y de las uni-versidades que producen conocimiento aplicado a políticas públicas. Esto debido principalmente a que dichas institu-ciones ejecutan proyectos de investigación aplicada, cuyos resultados no se difunden por los cauces académicos tradi-cionales, sino a través de documentos de política, informes, capacitaciones, desarrollo de redes, entre otros. Asimismo, la implementación de sus procesos de investigación requie-re que se interactúe con diversos actores, como hacedores de políticas, donantes, prensa, empresas, organizaciones no gubernamentales y la opinión pública (Hovland, 2007).

Para aproximarse al impacto no académico de la investiga-ción se requiere identificar la influencia del conocimiento producido en el ciclo de políticas públicas, el quehacer pro-fesional, la opinión pública y el comportamiento social (Davies, Nutley & Walter, 2005). Siguiendo con dichos au-tores, el impacto puede ser “instrumental, influenciando cambios en políticas, prácticas y comportamientos o con-ceptual, cambiando el conocimiento público, comprensión

18+ SABER AMÉRICA LATINA | Introduccción

y actitudes hacia asuntos sociales” (Davies, Nutley & Walter, 2005:11).

Explorar los impactos de la investigación en las políticas públi-cas presenta, entonces, desafíos conceptuales y metodológicos diversos. Primero, dichos impactos suelen ser de naturaleza indirecta, en la medida que la evidencia basada en investiga-ción juega un rol menor frente al peso del contexto político, las características de las redes epistémicas y los ciclos de polí-ticas públicas (Court, 2005). Esto supone desafíos vinculados a la identificación, medición y atribución del impacto.

Segundo, los retornos de la investigación pueden variar según el sector de política pública en el que se trabaje. Por ejemplo, Sen (2010) argumenta que los proxy para identificar los retor-nos de la investigación son más específicos cuando se trabaja en políticas agrarias o políticas de salud, a diferencia de lo que sucede en temas como cambio climático y gobernabili-dad donde resulta más complejo estimar impactos concretos.

Finalmente, es preciso ampliar la comprensión sobre los fac-tores que influencian los usos de la investigación en el ciclo de políticas públicas, como, por ejemplo, las características del sistema político, los grados apertura del debate público, las capacidades de los hacedores de políticas y de los medios de comunicación para procesar evidencia, entre otros (Garcé y Uña, 2006; Botto, 2007; Correa & Mendizabal, 2011).

Más allá de los desafíos mencionados, que buscan una ma-yor precisión en las mediciones de su alcance, es un hecho que las nuevas formas y dinámicas de producción de cono-cimiento han tenido un impacto relevante en la formulación

19+ SABER AMÉRICA LATINA | Introduccción

de políticas públicas. Esto, en la medida que la investigación se ha aproximado a la sociedad y a los problemas que ésta plantea, a la ciencia y a la política.

Las relaciones interinstitucionales entre universidades, cen-tros de pensamiento y Estado, es un ejemplo concreto. Éstas han dado lugar a campos de producción de conocimiento, desarrollados por comunidades epistémicas, que – como se dijo – desbordan las fronteras organizacionales tradiciona-les. El punto de cruce de estas redes está dado por el intento de combinar adecuadamente las ideas (científicas) con los intereses de la política.

Cuando se intenta buscar el origen de las políticas públicas, se debe recurrir precisamente a un modelo explicativo que combine las ideas, los intereses y las instituciones (Sanz Menéndez, 1997). Crecientemente se reconoce a las ideas como un factor de capital importancia para las políticas pú-blicas. En un sentido amplio, éstas pueden ser definidas como “creencias causales”, siguiendo en esto a Béland y Cox (2010). Dichos autores afirman que las ideas constitu-yen la fuente principal de las conductas políticas. Señalan también que ellas moldean la compresión de los problemas políticos y ayudan a definir objetivos y estrategias. Las ideas mediatizan los intereses de los actores, por lo cual es funda-mental comprender la forma en que las ideas y los intereses se relacionan.

Desde esta perspectiva se llama la atención acerca de que las políticas no necesariamente son el resultado de la confron-tación entre personas que tienen intereses claros y estables, siendo por ello capaces de desarrollar estrategias para lo-grarlos. Por el contrario, la política puede ser vista como

20+ SABER AMÉRICA LATINA | Introduccción

una lucha por el poder y el control entre sujetos, que está motivada por ideas diferentes, en la medida que éstas refle-jan la percepción compartida de sus propios intereses, sus ideales, su orgullo y sus temores, entre otras posibilidades (Béland y Cox, 2010).

La exploración de la relación entre las ideas y las institu-ciones en la creación de políticas también es central. El concepto de “regímenes de conocimiento” útil a lo largo del análisis, hace referencia a un conjuntos de actores, orga-nizaciones e instituciones que producen y diseminan ideas políticas, que afectan la forma en la que los procesos de toma de decisión y los regímenes de producción están or-ganizados y la forma en que operan.

Al analizar la influencia de las ideas en los procesos de ges-tación de las políticas públicas es posible identificar que ejercen mayor influencia aquellas que tienen carácter in-ternacional. Éstas consisten en interpretaciones preceptivas cuyo alcance se pretende general y a las que se asigna a prio-ri algún grado de certidumbre. Algunas de estas ideas son “de época”, en el sentido de que caracterizan el pensamien-to predominante en determinados momentos históricos (como, por ejemplo, el “pensamiento de la CEPAL”); otras, más circunscritas, forman parte de la agenda de las organi-zaciones internacionales y son difundidas por ellas.

No es, sin embargo, uniforme el modo en que estas ideas se encarnan en las políticas concretas de cada país. Los factores locales son preponderantes y determinan que lo internacional se limite a un contexto o que, por el contrario,

21+ SABER AMÉRICA LATINA | Introduccción

en ocasiones se reproduzca miméticamente. En resumen, para explicar la adopción de una política pública es necesario considerar factores tales como la presencia de fundamen-tos articulados en torno a ideas, la existencia de intereses, grupos o coaliciones sociales que promueven o que apoyan las políticas y la existencia en el Estado de capacidades or-ganizativas y burocráticas de intervención sobre la realidad (Sanz Menéndez, 1997).

Es precisamente en este punto en el que la interacción entre universidad, centros de pensamiento y Estado se ha hecho decisiva, especialmente a partir del surgimiento de nuevos modos de producción de conocimiento vinculados a la for-mación de comunidades epistémicas, cuyas fronteras han desbordado con mucho los límites académicos clásicos.

3. Universidades y producción de conocimiento en América Latina

a) Antecedentes: la Investigación en la Universidad Latinoamericana

Una de las principales instituciones productoras de co-nocimiento en la historia occidental ha sido, sin duda, la universidad. Su creación se remonta al siglo XII europeo, con antecedentes cercanos en las escuelas de derecho de Bolonia y de medicina en Colonia y Montpellier en el siglo XI. Su nombre proviene del concepto medieval universitas, que significaba gremio o corporación. Así, estos estableci-mientos, creados para orientar las actividades educativas hacia demandas profesionales, eclesiásticas y gubernamen-

22+ SABER AMÉRICA LATINA | Introduccción

tales de la sociedad, representaban la organización de los miembros de un oficio para defender sus intereses gremia-les y otorgar la licencia para enseñar (Brunner, 1990).

Es preciso hacer notar que la vinculación de las universida-des con la ciencia, ni es unívoca ni se remonta a los orígenes. Cabe recordar que el origen de la ciencia moderna debe ser rastreado históricamente en otras instituciones, tales como las academias científicas europeas, en las que floreció el nuevo método experimental durante la revolución científica del si-glo XVI. Por entonces, las universidades eran instituciones de origen medieval que seguían impartiendo enseñanza en disci-plinas humanísticas como la teología, jurisprudencia y artes, al margen de las principales innovaciones que ocurrían en el proceso de desarrollo del pensamiento científico. Más aún, las academias representaron una forma de reacción contra el monopolio intelectual de las universidades, poco inclinadas a la observación y la experimentación (Albornoz y Estébanez, 2002). Las universidades, por su parte, fueron adoptando dis-tintos perfiles, en cada uno de los cuales la investigación ha ido adquiriendo un peso relativo diferente.

En América Latina la creación de las universidades ante-cedió por varios siglos a la conformación de los Estados nacionales independientes, en un proceso que comenzó en forma temprana, poco después de la conquista y fue propi-ciado por la corona española. Portugal, en tanto, impuso a quienes quisieran acceder a los estudios superiores y hubie-ran nacido en las colonias, la obligación de estudiar en la metrópolis. La primera universidad creada en el continente americano fue la de Santo Domingo en 1538. Las de México y Lima fueron fundadas en 1553. De 1620 es la Universidad

23+ SABER AMÉRICA LATINA | Introduccción

de Quito, llamada San Gregorio Magno, y en Argentina el proceso fundacional se inició en 1622 cuando se inaugu-ró la Universidad de Córdoba sobre la base de un Colegio Máximo fundado por los jesuitas.

Con frecuencia se ha hecho ver la escasa difusión del pen-samiento científico en las colonias españolas, por lo mismo resulta importante detenerse en las características del mo-delo de universidad que fue adoptado. Si en un primer momento el modelo de la Universidad de Salamanca, más abierto al pensamiento científico, había influido en la crea-ción de las universidades de México y Lima, luego sería hegemónico el modelo de Alcalá, universidad centralmente preocupada por la teología (Arocena y Sutz, 2000).

En Europa, en tanto, las primeras universidades que pueden ser consideradas propiamente de investigación fueron la de Halle (en Prusia), fundada en 1694 y luego la de Göttingen, en 1734. Paradójicamente para esa fecha sus similares fran-cesas habían descendido a los niveles de las escuelas latinas (Lateinschulen) y los colleges ingleses de Oxford y Cambridge aún no la consideraban entre sus actividades (Lenhardt, 2001:2).

Fue, sin embargo, el siglo XIX quien puso a la universidad en el centro de la producción de conocimiento. La nueva fe en la razón heredada del Iluminismo, la confianza en la ciencia y, particularmente, en el positivismo científico, dieron a las universidades un lugar preeminente en las dis-tintas sociedades europeas. Pronto pasaron a la tutela estatal y se transformaron en centros de producción de saber, en los que la investigación tenía un rol central. Pero, por sobre todo, se consolidaron como la instancia formativa última de

24+ SABER AMÉRICA LATINA | Introduccción

las élites dirigentes y sus cuadros administrativos (algo que reyes y papas del medioevo ya habían practicado). Fue ese el momento en que la Universidad, como institución edu-cativa, consolidó en su interior la función de investigación y se transformó en el principal núcleo productor de saber.

En Latinoamérica se inicia, en la segunda mitad del siglo XIX, la creación de universidades nuevas o sobre la base de las fundadas en la época colonial. Este proceso estuvo ínti-mamente ligado a los proyectos liberales de establecimiento de las nuevas repúblicas. La construcción del Estado y la modernización requerían de las universidades para la for-mación de la nueva elite política y económica local.

Sería, entonces, el modelo de universidad napoleónica, de tipo profesionalista, el que marcaría la identidad de gran parte de las universidades creadas durante ese período. El modelo napoleónico de universidad conjugaba, por una parte, la concepción ilustrada emanada de la revolución francesa, con la voluntad política del Estado de tomar a su cargo, en forma absoluta y exclusiva, la responsabilidad por la educación superior y por la regulación de las profesiones. Asimismo, supone a la cátedra como núcleo básico de la es-tructura organizacional y como unidad mínima de docencia, a la vez que separa a la investigación de la enseñanza.

Hacia fines del siglo XIX la tendencia empezaría a inclinar-se hacia un nuevo modo de conocimiento orientado hacia la investigación, donde la enseñanza y la experimentación estaban unidas. Pero fue recién con la llegada del siglo XX que la investigación fue incorporada institucionalmente al

25+ SABER AMÉRICA LATINA | Introduccción

quehacer universitario: “Orientadas para la formación de las profesiones liberales, las universidades latinoamericanas demoraron en incluir la investigación científica y la organi-zación sistemática de la educación de postgrado entre sus actividades principales. Tradicionalmente, la investigación universitaria se limitaba prácticamente a las Facultades de Medicina, en las áreas asociadas a la enseñanza de la me-dicina y a los hospitales universitarios, y a algunas pocas instituciones en el área de la agronomía o ingeniería, de orientación aplicada” (Schwartzman, 1996:1, c. IV).

Será, entonces, durante el siglo XX que la actividad de investigación se instalará de manera generalizada en la uni-versidad latinoamericana, si no como práctica efectiva, al menos como objetivo institucional.

b) Contextos Políticos Específicos y Desarrollo Universitario Latinoamericano

i. La Reforma de Córdoba y su Impacto Institucional y Social

Un acontecimiento decisivo en la conformación de la iden-tidad de las universidades latinoamericanas fue la reforma de 1918, cuya significación excedió con creces los aconteci-mientos de la Universidad de Córdoba, tanto por su impacto a lo largo de las universidades de la región, como por su impronta en los movimientos políticos y sociales de de-mocratización que se suceden en la época. El movimiento reformista supuso la crítica moderna, ilustrada, y raciona-lista a estructuras sociales y políticas arcaicas, en sociedades que experimentaban profundos procesos de modernización que hacían tambalear sus viejas estructuras (Brunner, 1990).

26+ SABER AMÉRICA LATINA | Introduccción

La Reforma marcó la concepción de la universidad en muchos países de América Latina, forjando su identidad en torno a tres misiones: docencia, investigación y extensión. Además de otros reclamos relativos a la propia vida universitaria, tales como los principios de la autonomía universitaria y del autogobierno con representación de estudiantes, graduados y profesores, la libertad de cátedra, el acceso a los cargos docentes por concur-so y el vínculo entre la docencia y la investigación. La Reforma, además, estableció un fuerte compromiso universitario con la cuestión política y social. Este compromiso caracterizaría al desarrollo posterior del movimiento estudiantil en toda la región, con excepción de Brasil.

La excepcionalidad brasileña se explica por la particular rela-ción que este país estableció con la metrópolis portuguesa, que derivó en la tardía creación de universidades, y bajo un modelo universitario diferente. Desde su creación en 1931, la Universidad de San Pablo (USP) se caracterizó por su vínculo con la investigación científica y por contar con profesores de jornada completa. Este rasgo la diferenció del resto del sistema universitario brasileño por muchas décadas. Incluso actual-mente, a pesar de las enormes transformaciones que ha sufrido el sistema y del surgimiento de otras universidades de inves-tigación de punta, la USP sigue siendo el buque insignia del sistema de educación superior brasileño (Schwartzman, 2007).

ii. Del Período de Postguerra a las Dictaduras Militares Latinoamericanas

El período de posguerra se había caracterizado por un marcado optimismo de los gobiernos y organismos inter-nacionales en las posibilidades que ofrecían la ciencia y la

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tecnología para el desarrollo de las naciones. La visión de un “contrato” entre la ciencia y el Estado para lograr el bien-estar de las sociedades tenía como contracara el diseño y puesta en práctica de políticas específicas para el desarrollo de las capacidades científicas. Se dio paso, así, al proceso de institucionalización de las políticas científicas. Los países periféricos acompañaron a esta corriente de pensamiento y acción importando modelos institucionales para la promo-ción de sus incipientes comunidades científicas.

Con posterioridad, entre 1968 y 1969, se produjo en diver-sas partes del mundo una ola de rebeliones estudiantiles, acompañadas en muchos lugares por rebeliones obreras. Este fenómeno, originado en Francia en mayo de 1968, se difundió rápidamente por numerosos países y su influen-cia estuvo presente, entre muchos otros, en los sangrientos sucesos ocurridos en México en 1968 y en el denomina-do “otoño caliente” de Italia en 1969 (Hobsbawm, 1995). También Argentina, Chile y otros países recibieron su im-pacto, y a lo largo de 1968 comenzaron a perfilarse síntomas de futuros conflictos sociales que culminaron en mayo de 1969 con el Cordobazo.

Algunos años más tarde, durante largos períodos, en mu-chos países hubo gobiernos dictatoriales que miraron a las universidades con gran recelo. En tales condiciones, la dinámica de aportar ideas y conocimientos técnicos a los procesos de toma de decisión no era posible y además ca-recía de sentido. Por lo mismo se produjo una separación entre las universidades y la política pública. En algunos países, en los que la represión sobre las universidades fue intensa, ella se tradujo en cierres masivos de carreras vincu-

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ladas con las Ciencias Sociales y Humanidades, reducción de la matrícula general y procesos migratorios de sus elites intelectuales (Fernández et al. 2013). Pero también dio lu-gar a la creación de centros privados, que en muchos casos sobrevivieron gracias al financiamiento internacional, gene-rando así auténticos centros de pensamiento por fuera de las estructuras universitarias. Y es precisamente ésta una de las razones por las que el análisis de las relaciones de estos centros con las universidades resulta muy pertinente.

iii. La Reciente Privatización y Segmentación de los Sistemas

Una de las características históricas de las universidades en América Latina ha sido la amplia preponderancia de las universidades públicas. No obstante, esta tendencia ha ido cambiando en tiempos más recientes, hasta el punto de que, si bien las universidades públicas siguen teniendo una participación mayoritaria sobre el total de la matrícu-la universitaria a nivel regional, las universidades privadas han llegado a ser preponderantes, en cuanto al número de alumnos, en ciertos países.

La creciente privatización de la educación terciaria que ha tenido lugar en América Latina, comprende en general tres procesos simultáneos y complementarios: creación de ins-tituciones privadas, mayor participación del financiamiento privado en el funcionamiento del sistema e implementación de lógicas de la empresa privada en la asignación de los re-cursos públicos. Sirve a modo de ejemplo señalar que en el siglo XIX sólo dos países tenían educación superior privada: Chile y Colombia. En la década del 1950-60, ya la habían

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incorporado otros seis y al terminar la década de 1980, 18, restando sólo Uruguay y Cuba (Levy 1986: 40-41).

De este modo, se ha pasado de un sistema universitario que estaba hegemonizado por las grandes universidades públicas tradicionales a un sistema de educación superior complejo, heterogéneo, y segmentado socialmente. La conformación de un sistema de tales características ha sido causada princi-palmente por la expansión y los bajos niveles de regulación de la educación superior no universitaria. En la actualidad coexisten universidades e instituciones no universitarias de educación superior, unas públicas y otras privadas; unas de excelencia, orientadas a la investigación y al postgrado, en tanto que otras se orientan fundamentalmente a la docencia y a la educación de grado.

Las asimetrías que caracterizan a la región también se ma-nifiestan en sus sistemas universitarios. Es por esto que incluso dentro de los países que concentran la mayor pro-ducción científica regional, la situación no es homogénea. En el año 2013, solamente 20 de nuestras universidades figuraban en el “top 500”. Mientras tanto, lo hacían 173 de las de América del Norte y 204 de las de Europa (Garcé y López, 2014). Sin embargo, en todos los países hay un gran número de universidades y otras instituciones de educación superior que distan de tener el nivel necesario como para formar profesionales aptos para desempeñarse con creativi-dad y eficiencia en la moderna sociedad del conocimiento.

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iv. Las Nuevas Demandas del Contexto Político y Social

En las últimas décadas hemos sido testigos, además, de otro cambio fundamental en el ámbito de la educación, en general, y de la superior, en particular. Éste tiene relación con la centralidad que la educación ha adquirido en la vida social – cada vez más dependiente del conocimiento para su desarrollo –, transformándose en un requisito indis-pensable de integración social. Esta nueva relevancia de la educación se expresa no sólo en las exigencias crecientes de rendición de cuentas, sino muy especialmente en las de-mandas de pertinencia que las sociedades están haciendo a las universidades, tanto en lo que respecta a la formación de profesionales como a la investigación.

De este modo, en las últimas décadas, las universidades se han visto confrontadas con la necesidad de redefinir su lugar en el contexto del cambio tecnológico acelerado. La formación de graduados para una sociedad en proceso de transformación requiere nuevos diseños curriculares, nue-vos métodos pedagógicos y nuevas habilidades a adquirir por parte de los estudiantes. Al mismo tiempo, el auge de los procesos de innovación ha dado a las universidades un papel destacado como productoras de conocimiento valioso para la economía y la vida social. Para dar respuesta a ello han desarrollado nuevas formas estructuradas y no estruc-turadas de vinculación con el entorno.

Si bien es cierto que muchas iniciativas tienen el propósi-to de estimular la reflexión acerca de las implicancias de la revolución científica y tecnológica sobre las instituciones de educación superior el ideal de una universidad identificada

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con la ciencia, a través de la investigación y la docencia, abier-ta a la sociedad y sus demandas, así como a sus expresiones culturales, es todavía una tarea pendiente en América Latina.

4. Centros de pensamiento y producción de conocimiento en América Latina

a) Antecedentes Generales a Nivel Global y Regional

El término think tank se refiere a organizaciones que produ-cen distintos tipos de conocimiento orientado a políticas y, de acuerdo a Stone (2007), son actores políticos que vinculan el mundo de las ideas con el mundo de las políticas públi-cas. Estos surgen en Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial como usinas de ideas que colaboran con el gobierno en asuntos de política exterior y estrategia militar, como por ejemplo RAND Corporation, Brookings Institution y Council of Foreign Relations (Smith, 1991).

Stone (2000) analiza las etapas de expansión del modelo think tank a nivel global. La primera se dio entre el período de la posguerra y la década del setenta en los países anglosa-jones, donde se empezó a utilizar el término think tank para refererirse a centros de investigación independientes de los aparatos estatales que buscaban colaborar con los gobiernos en la generación de políticas, en respuesta a los desafíos derivados de la Guerra Fría y de la expansión del Estado de Bienestar. La segunda etapa se dio durante la década de los 90, cuando el concepto think tank se expandió hacia las nuevas democracias del mundo en desarrollo. Las reformas estructurales vinculadas a la crisis de la deuda generaron

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ventanas de oportunidad para la aparición de think tanks y redes de expertos que apoyaron en su implementación.

Lo que Stone (2000) denomina la “transnacionalización” de los think tanks coincide con un cambio de paradigma en las formas de producción y validación del conocimiento cientí-fico, bajo el cual la investigación ya no es sólo evaluada en términos de su excelencia académica y consenso discipli-nario (modo 1), sino también en función de su aplicación práctica, eficacia y relevancia pública (modo 2). En este con-texto de cambio, los think tanks o centros de investigación se habrían posicionado como “el principal locus de producción y de difusión de nuevas metodologías de producción del co-nocimiento” (Botto, 2011:3).

Ricci (1993) analizó la evolución de los centros de investiga-ción y sus relaciones con el sistema político en los Estados Unidos. El autor discute las narrativas desde las cuales se ha pensando la vinculación de los centros de investigación con la política y el ciclo de políticas.

La primera es la “Casa de Salomón”, conformada por una élite encargada de aconsejar al rey filósofo. Con esta metáfo-ra, basada en el relato de Francis Bacon “La Nueva Atlántida” que describe una sociedad perfecta en la que la toma de decisión por parte del monarca se basa en el consejo de un conjunto de sabios, se alude al papel de los expertos como consejeros de los mandatarios, pero también a una visión de la política pública como resultado de las decisiones de grupos de poder cerrados (Bacon, 1991).

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La segunda narrativa es el “mercado de las ideas”, la cual considera a las políticas públicas como resultado de las ne-gociaciones entre diversos actores – entre los cuales están los centros de investigación y las redes de expertos - y el Estado, el cual asumiría un rol de árbitro entre las distintas posicio-nes. Esta visión habría promovido la adopción de prácticas de marketing para posicionar propuestas de política, así como una separación ficticia entre la investigación y la práctica po-lítica (Rich, 2006). Finalmente, se explica la narrativa de la “gran conversación” donde el conocimiento sería una suerte de herramienta para promover debates públicos que amplíen la participación ciudadana. Bajo esta visión, los centros de investigación contribuyen a elevar el nivel de los debates pú-blicos brindando evidencia y argumentos.

Hoy los centros de investigación se encuentran ampliamen-te extendidos por todo el mundo y, evidentemente también en América Latina. Su arribo al continente tuvo lugar en la década del 60 del siglo pasado, y su creación y auge se dieron en un contexto complejo para la producción de cono-cimiento. Principalmente cuando en los países del cono sur comenzaron a establecerse dictaduras militares y los acadé-micos universitarios fueron perseguidos y expulsados de sus instituciones. Así, los centros de pensamiento se transfor-maron en un refugio para el cultivo de determinadas ideas.

La producción académica sobre think tanks o centros de investigación ha prestado especial atención al análisis de sus contextos de surgimiento, perfiles y funciones en los países anglosajones. No obstante estas organizaciones co-rresponden, sin duda, a una de las instituciones productoras de conocimiento menos estudiadas. No existen sobre ellas

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investigaciones internacionales exhaustivas, ni tampoco in-vestigación internacional comparada (Plehwe, 2010:9). Los estudios existentes han determinado que su número ha au-mentado en los últimos años y que ello sería un reflejo de la mejor y mayor integración que se está dando entre la pro-ducción de saber y la sociedad. En otras palabras, con el auge que está teniendo el modo 2 de producción de conocimiento.

Su crecimiento ha ido también acompañado de un creciente interés en dimensionar su expansión y en conocer las áreas en que se han desarrollado. Investigadores norteamericanos estimaron en 5.500 su número en 2008 (Plehwe, 2010:15). El informe anual “2013 Global Go To Think Tank. Index and Abridged Report”, elaborado por el programa “The Think Tanks and Civil Societies”, de la Universidad de Pennsylvania, registraba en su base de datos un total de 6.826 institu-ciones. De estas, 662 se ubicaban en América Central y Sudamérica (Mc Gann, 2014).

Más allá de la enorme diversidad organizacional y de ob-jetivos que en general tienen, los centros de pensamiento presentan importantes rasgos comunes: son en general or-ganizaciones sin fines de lucro, independientes del Estado que buscan transformar problemas políticos y sociales en políticas públicas (Plehwe, 2010:16). A juicio de otros auto-res dos elementos que han influido de manera importante en el auge de los centros de pensamiento, en lo que respecta a la producción de saber son, por una parte, el hecho de que los Estados han renunciado a producir determinados conoci-mientos y lo han delegado en otras instituciones, y por otra parte, al ser los centros de pensamiento en general organi-zaciones con altos grados de autonomía e independencia,

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el saber que producen tiene una importante legitimidad, la que a su vez es avalada por el Estado. Ese es también, a jui-cio del mismo autor Plehwe (2010), el origen de su poder.

b) Vínculos con el Sistema Político y el Ciclo de Políticas

El contexto institucional y cultural, las tradiciones intelectua-les, así como la marca de origen de los centros de pensamiento, explica diferencias significativas en su perfil, desempeño y re-lación con el sistema político. Por ejemplo, el modelo del think tank estadounidense está basado en organizaciones privadas sin fines de lucro, independientes de gobiernos y universi-dades, las cuales producen investigación aplicada con el fin explícito de influir en la agenda política y movilizar a la opi-nión pública. En contraste, los think tanks ingleses y europeos funcionarían más como grupos de asesoramiento político y aparecen por demanda de las administraciones públicas o son parte de los partidos políticos (Botto, 2011).

En América Latina existe una diversidad de instituciones que cumplen funciones de investigación y de incidencia en políticas públicas que no necesariamente se autodefinen como think tanks, siendo frecuente el uso de otros referentes identitarios: centro de pensamiento, centro de investiga-ción, consultora, asociación civil u ONG. Sin embargo, esta situación ha empezado a cambiar en la última década mo-tivada por iniciativas de la cooperación internacional que han buscado fortalecer los vínculos entre la producción de conocimiento y la elaboración de políticas públicas, como por ejemplo la Think Tank Initiative (IDRC), el Think Tank Fund (OSI), entre otras.

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Los orígenes, roles y desempeños de los centros de pensa-miento en América Latina han sido menos investigados en la literatura especializada. Entre los estudios disponibles, destaca el trabajo de Botto (2011) basado en un estudio com-parado en nueve países de la región (Argentina, Bolivia, Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Paraguay y Perú) que analiza el contexto de surgimiento, perfiles y desempeños de los centros de pensamiento, así como su relación con el entorno y estrategias de incidencia política. La autora identifica dos oleadas de surgimiento de los centros de pensamiento marcadas por los ciclos políti-cos de la región. La primera se dio en contextos autoritarios, donde los centros de pensamiento aparecieron como espa-cios de oposición a dictaduras y de defensa de los derechos humanos, contando con el apoyo financiero de fundaciones extranjeras. En el caso del cono sur, este periodo ocurrió en-tre las décadas del 70 y 80; mientras que para los países de América Central se inició en la década de los 90s. La segun-da oleada sucedió durante la década de los 90s en contextos democráticos, cuando aparecen think tanks o centros de in-vestigación con perfil empresarial o asociados a partidos políticos. Dichas organizaciones apoyaron la implementa-ción de las reformas estructurales brindando evidencia o asistencia técnica, usualmente en colaboración con organis-mos multilaterales.

En el trabajo de Botto (2011) también se destacan las características distintivas de los centros de pensamiento la-tinoamericanos frente a sus pares, los think tanks en Europa o Estados Unidos. Por ejemplo, en América Latina existe una mayor presencia de centros vinculados al mundo acadé-mico y a organizaciones no gubernamentales, siendo menos

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frecuentes aquellos asociados a partidos políticos. Por otro lado, los centros de pensamiento latinoamericanos habrían concentrado sus esfuerzos de incidencia en la etapa de es-tablecimiento de agendas públicas, siendo menos frecuente su involucramiento en las etapas de diseño o implementa-ción de políticas. Sin embargo, los nexos entre los centros de pensamiento y los gobiernos de turno no han sido soste-nibles en el tiempo y habrían estado más bien concentrados en contextos de crisis o excepción.

Para comprender el porqué de esta situación es preciso considerar los factores estructurales y coyunturales que in-fluencian los usos de la investigación en el ciclo de políticas. En este sentido, Tanaka, Morel y Barrenecha (2011) argu-mentan que altos niveles de desarrollo institucional y bajos niveles de polarización política son factores claves para faci-litar el intercambio regular entre investigadores y tomadores de decisiones. En este contexto, los sistemas de partidos consolidados tendrían un rol clave en sostener dichos víncu-los, argumento que también fue planteado por Mendizabal y Sample (2009) en su estudio sobre la relación entre los think tanks y los partidos políticos en América Latina. Sin embargo, dichos autores también explican que los aprendi-zajes nacionales derivados de las crisis económicas, políticas y sociales han generado ventanas de oportunidad para pro-fesionalizar la toma de decisiones de política, para lo cual el uso de evidencia rigurosa resulta clave.

Finalmente, los centros de investigación latinoamericanos muestran mayor dependencia al financiamiento externo – generalmente proveniente de la cooperación internacional – para solventar su desarrollo institucional, especialmente sus

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actividades de investigación. Esta situación tiene una serie de implicancias para la sostenibilidad y la autonomía de los cen-tros de investigación en la región porque no existe una fuerte tradición de financiamiento público para la investigación aplicada. En un estudio realizado en doce países de América Latina sobre las modalidades existentes de financiamiento público para la investigación aplicada, Lardone y Roggero (2011) concluyen que la oferta de financiamiento disponible es inestable y fragmentada, siendo la consultoría el modo de transferencia de recursos más frecuente entre el Estado y los centros de investigación. Si bien es cierto que existen algu-nos esquemas de financiamiento público vinculados a los sistemas nacionales de ciencia, tecnología e innovación, es-tos priorizan el desarrollo de investigación en ciencias básicas y brindan escasas oportunidades para las ciencias sociales.

En síntesis, los centros de investigación se encuentran ampliamente difundidos en América Latina. Estos, sin em-bargo, presentan importantes diferencias con sus pares de países del hemisferio norte. Coinciden, eso sí, en su capa-cidad de producir conocimiento y de interactuar con los ámbitos vinculados a la formulación de políticas públicas.

c) Nexos Entre las Universidades, los Centros de Investigación y el Ciclo de Políticas Públicas

Las universidades y los centros de investigación enfrentan crecientes demandas para demostrar los retornos de la in-versión en conocimiento, ya sea a través de la demostración del impacto de sus investigaciones en el ciclo de políticas públicas o el costo-beneficio de los programas académi-cos. La narrativa de la formulación de políticas basadas en

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evidencia – promovida por los principales donantes de in-vestigación a nivel global – y los procesos de acreditación universitaria han motivado cambios en los desempeños de los centros de investigación. Entre ellos destaca la impor-tancia otorgada al desarrollo de capacidades de incidencia política y de comunicación. Por ende, los resultados de un centro de investigación ya no sólo se miden por la calidad de la investigación producida, sino también por su capacidad para influir en los procesos de deliberación sobre asun-tos públicos. Esto último implica utilizar poder, recursos y relaciones para cambiar políticas específicas, opiniones o comportamientos de individuos, organizaciones o gobiernos (Mendizabal & Clarke, 2010).

Los centros de investigación y universidades se distinguen de otros actores que también buscan influir en los asuntos públicos (como los gremios, redes activistas, etc.) por reali-zar acciones de incidencia basadas en evidencia proveniente de investigaciones académicas. Asimismo, sus objetivos de incidencia no sólo se focalizan en el logro de cambios es-pecíficos (legislativos, presupuestales, programáticos), sino que también incluyen contribuciones diversas para mejorar la calidad y la pluralidad del debate público o fortalecer las capacidades de los usuarios de comprender y hacer uso de sus resultados de investigación (medios de comunicación, hacedores de política, partidos políticos, sociedad civil, etc.).

Los nexos con el sistema político en general y con el ci-clo de políticas en específico suponen claras oportunidades para los centros de pensamiento y universidades: contribuir con la elaboración de políticas claves para mejorar la cali-dad de vida de la ciudadanía, fortalecer a la sociedad civil,

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renovar las agendas de investigación académica, entre otros. Sin embargo, también suponen algunos desafíos, como por ejemplo evitar que las mayores demandas por incrementar sus niveles de incidencia política impacten negativamente en la calidad de sus investigaciones o que comprometan su independencia institucional.

Es en este contexto que el presente estudio se inserta. A dife-rencia de lo que sucede con la relación entre los centros de pensamiento y los Estados, partidos políticos y política pública en América Latina, el vínculo entre éstos y las universidades permanece sin estudios relevantes. Por lo mismo, esta inves-tigación es una tarea no sólo pendiente, sino fundamental para comenzar a construir una cartografía de la nueva forma de producción y uso del conocimiento en el continente.

5. Descripción del Estudio

El objetivo de este estudio es el de mejorar la comprensión de las relaciones entre centros de investigación y universi-dades en América Latina, producir evidencia para informar el pensamiento relacionado al fortalecimiento de capacida-des de la investigación de política pública y proveer lecciones para la colaboración efectiva entre centros de pensamientos y universidades en la región. Para efectos de este estudio, se entienden como think tanks a centros de investigación aplica-da o institutos de investigación de políticas públicas (Correa & Mendizabal, 2011), para el estudio no se incluyeron centros académicos o think tanks, ubicados dentro de universidades.

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Como punto de partida se planteó un marco conceptual bajo un enfoque sistémico en el que el “campo de produc-ción de conocimiento de políticas públicas” es analizado como un ecosistema en el que coexisten e interactúan dis-tintos actores. Bajo este enfoque este campo o sector tiene: i) proveedores de conocimiento de políticas públicas: uni-versidades, centros de investigación, institutos públicos, cuerpos estatales, organizaciones internacionales, entre otros; ii) intermediarios: actores que fungen como vínculo entre los diseñadores de política pública y los generadores de conocimiento, serían intermediarios: los propios centros de investigación, generadores de opinión, y los medios; y iii) demandantes de conocimiento de políticas públicas: di-señadores de política pública en instituciones públicas a nivel central y local (Australian Aid, 2012). Adicionalmente se consideró también el concepto de knowledge regimes de Campbell y Pedersen (2010) mismo que es útil para enten-der el lado de la oferta de la investigación social. Con este, se trata de entender los factores principales que determinan el tipo de unidades de investigación que hay en cada país, el tipo de investigación social que se realiza y la dinámica que esta tiene. Y así se mezclan dos variables: apertura (con-siderando un policy regime abierto o cerrado) y la variable capitalismo (de mercados más o menos liberales). En base a esto se dice existen distintos tipos de unidades de investi-gación: unidades más grandes, más pequeñas, orientadas a la academia, sector público, etc.

El estudio comprende el análisis cualitativo y cuantitativo de los vínculos entre centros de pensamiento y universidades en la región. El análisis cualitativo se enfoca en nueve paí-ses: Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Guatemala,

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Paraguay, Perú y Uruguay, cada uno abordando al menos tres estudios de caso sobre la relación entre centros de pensamiento y universidades. El estudio también abarcó un análisis cualitativo y cuantitativo regional sobre la pro-ducción de conocimiento en la región y los vínculos entre centros de pensamiento y universidades. El análisis cuanti-tativo se abordó en dos aspectos:

• Un análisis webométrico que analizó la visibilidad de las páginas web de los centros de pensamiento– 325 centros y 3.745 universidades en la región – a través de indicadores cuantitativos en relación a las páginas web, cantidad de documentos ricos en ellas, y vincula-ciones a las páginas de otras instituciones entre estas universidades.

• Un análisis bibliométrico que cuantificó, a través de la búsqueda en SCOPUS, la colaboración entre los centros de pensamiento seleccionados para los estudios por país, investigadores en estos centros y las universidades, en términos de publicaciones conjuntas. Y mapeó los con-tenidos de las publicaciones para identificar clústeres temáticos.

Los estudios por país abarcaron estudios de caso de los si-guientes centros:

• Argentina: la Universidad del Centro de Estudios Macroeconómicos de Argentina (UCEMA) y la Escuela Superior en Economía y Administración de Empresas (ESEADE) con centros de pensamiento pertenecientes a la Red “ATLAS” (Fundación Atlas 1853, Fundación

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Libertad, Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas - FIEL), la Universidad de San Andrés (UdeSA) y el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC) y la Universidad de Buenos Aires (UBA, Facultad de Ciencias Económicas – “Plan Fénix”) y el Centro de Economía y Finanzas para el Desarrollo de la Argentina (CEFID-AR).

• Bolivia: UPB - Centro de Generación de Información y Estadísticas (CEGIE) UCB - Instituto de Investigaciones Socio-económicas (IISEC), UMSA - Instituto de Investigaciones Económicas (IIE), UMSA - Postgrado en Ciencias del Desarrollo (CIDES), Instituto de Estudios Avanzados en Desarrollo (INESAD), Fundación ARU, Fundación Milenio, Fundación Jubileo, Instituto PRISMA.

• Brasil: Centro Brasileiro de Relações Internacionais (CEBRI), Instituto Fernando Henrique Carodoso, Instituto de Pesquisa Econômica Aplicada (IPEA).

• Colombia: Fedesarrollo, CINEP, DeJusticia y CorpoVisionarios.

• Chile: Centro de Estudios Públicos, (CEP Chile), Libertad y Desarrollo, (LyD), Fundación Chile 21 (CH21) y Corporación de Estudios Para Latinoamérica (CIEPLAN).

• Guatemala: Asociación de Investigación y Estudios Sociales (ASIES), el Centro de Investigaciones

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Económicas Nacionales (CIEN), el Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI).

• Paraguay: Centro Para El Desarrollo De La Investigación Científica (CEDIC), Centro Paraguayo De Estudios Sociológicos (CPES), Instituto De Estudios Comparados En Ciencias Penales Y Sociales De Paraguay (INECIP), Centro De Análisis Y Difusión De La Economía Paraguaya (CADEP).

• Perú: Seminario Permanente de Investigación Agraria (SEPIA), Centro Bartolomé de las Casas (CBC), Instituto de Estudios Peruanos (IEP).

• Uruguay: CERES (Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social) El Abrojo (Instituto de Educación Popular), Centro de Investigaciones Económicas (CINDE), Centro Latinoamericano de Economía Humana (CLAEH).

d) Limitaciones

Este proyecto de investigación hace un esfuerzo por presentar la situación de las relaciones entre los think tanks y las uni-versidades de pensamiento en América Latina sin embargo:

• El estudio se centra en nueve países de la región, en la selección de los países hicimos un esfuerzo por incluir a los países de las tres subregiones (Centroamérica, paí-ses andinos y el Cono Sur), países grandes y pequeños, y países con mayor y menor tradición de investigación. Los nueve estudios de país nos pueden dar una idea

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preliminar de cómo los think tanks y universidades se relacionan entre sí en América Latina, pero no son una base para generalizar respecto a estas interacciones en todos los países de la región pues el contexto nacional y las circunstancias específicas de cada uno tendrían un efecto diferente sobre las relaciones entre estos actores.

• Cada estudio por país presenta al menos tres casos de estudio de las relaciones entre los centros de investi-gación y universidades del país (casos exitosos y no exitosos de colaboración). Los investigadores eligieron los casos más relevantes en cada país; sin embargo, los hallazgos de estos casos no son representativos de todas las experiencias de vínculos y colaboración entre centros de investigación y universidades de los países analizados.

• Los estudios webmétricos y bibliométricos se realizaron en un esfuerzo por generar información cuantitativa sobre las relaciones entre los think tanks y las univer-sidades y su colaboración en la región; sin embargo, la medición cuantitativa de la colaboración no es algo sencillo.

• El análisis webométrico se basó en una lista de cen-tros a partir de una red de centros de investigación en América Latina y el Caribe, coordinada por el Banco Interamericano de Desarrollo. A pesar de que realizamos un trabajo de actualización de esta lista, es probable que algunos think tanks o centros de in-vestigación se quedaran fuera. Además, el análisis webometrico utilizó indicadores de vinculación entre

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los sitios web de los think tanks y universidades como evidencia de colaboración, estos indicadores son cla-ramente proxies que revelan información útil, pero no son indicadores de colaboración por sí solos.

• En relación con el análisis bibliométrico, se utilizó el indicador de publicaciones conjuntas en revistas indexadas para cuantificar la colaboración entre los centros de investigación incluidos en los estudios de caso y las universidades de la región. Este indicador es también un proxy para revelar la colaboración en-tre estas instituciones; sin embargo, su limitación está en que se centra sólo en la colaboración en torno a una publicación que se incluye en revistas indexadas. Sin embargo, la publicación en revistas indexadas, en Inglés (más del 90% de los artículos en SCOPUS, la base de datos utilizada) no es común a todos los tipos de grupos de expertos de la región, incluso las uni-versidades de América Latina, en general, no tienen una tradición de publicación de artículos en revistas indexadas.

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51+ SABER AMÉRICA LATINA | Introduccción

6. Acerca de los Autores

Mario Albornoz es coordinador de la Red de Indicadores de Ciencia y Tecnología -Iberoamericana e Interamericana- (RICYT), de la que participan todos los paí-ses de América, junto con España y Portugal. Investigador Principal del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) en el área de las políticas de ciencia y tecnología. Es docente de grado y posgrado en diversas uni-versidades, en temas de ciencia, tecnología y sociedad, así como en metodologías de gestión de la actividad científica y tecnológica. Desde 1969 ha desarrollado actividad académi-ca y se ha desempeñado como investigador en universidades e instituciones de ciencia y tecnología. Su experiencia pro-fesional incluye la consultoría especializada en política y gestión de la ciencia, la tecnología y la educación superior para organismos nacionales e internacionales. Ha creado y gestionado centros de investigación, programas internacio-nales, revistas especializadas y unidades de transferencia de conocimientos al sector productivo.

Norma Correa Aste es docente e investigadora del Departamento Académico de Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). Magíster en Política Social y Desarrollo por London School of Economics y Licenciada en Antropología por la PUCP. Especialista en protección social, desarrollo socio-económico, intercul-turalidad y metodologías de investigación cualitativa. Sus intereses de investigación incluyen: antropología del desa-rrollo, estrategias de superación de pobreza, innovación, tecnología y sector del conocimiento.

52+ SABER AMÉRICA LATINA | Introduccción

Entre sus investigaciones destaca el libro “Vínculos entre conocimiento y política: el rol de la investigación en el de-bate público en América Latina”, co-editado con Enrique Mendizabal (Overseas Development Institute, Universidad del Pacífico y CIES, 2010), así como la elaboración del caso peruano para el estudio regional “Think tanks en América Latina: investigación, estrategias, gobernanza. Patrones nacionales y tendencias regionales” (FLACSO Argentina, IDRC).

Enrique Fernández Darraz es académico de la Universidad de Tarapacá, Chile, Doctor en Sociología por la Universidad Libre de Berlín, especializado en temas de educación su-perior. Investigador responsable y co-investigador de proyectos nacionales e internacionales. Sus áreas de traba-jo son políticas públicas de educación superior, desarrollo organizacional de universidades, gestión universitaria y educación superior privada comparada internacionalmen-te. Ha sido profesor y ocupado cargos directivos en varias universidades. Desde marzo de 2008 se desempeña como Director de Aprendizaje Institucional de la Universidad Alberto Hurtado. Actualmente es investigador responsa-ble del proyecto FONDECYT (1085320): “Los límites de la diversidad: el Estado, el mercado y el “prestigio” como fuentes de isomorfismo organizacional en las universida-des chilenas. El caso de las carreras de medicina”. También es co-investigador del proyecto: Universidades Privadas en un análisis internacional histórico comparativo, 1950-2004” realizado en conjunto con investigadores del Instituto de Investigación en Educación Superior de la Universidad de Halle-Wittenberg.

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José Francisco Puello-Socarrás

Argentina

54+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Argentina

Estudio país: Argentina

1. Introducción

a)Tendencias del Contexto Universitario (2000-2013)

La evolución reciente del sector universitario argentino puede ser ilustrada a partir de una muestra de indicadores claves en relación al desempeño de la ciencia y la tecnolo-gía (CyT) y la investigación y el desarrollo (I+D) del país (ver Anexo 1). Podríamos entonces destacar algunas tendencias observables durante el período 2000-2010:

• El gasto realizado tanto en actividades en ciencia y tec-nología (CyT) como en investigación y desarrollo (I+D) se ha incrementado en proporciones, del 55% y el 54% entre 2000-2010. Lo anterior se ha visto reflejado en las proporciones crecientes que significa este rubro respec-to al PIB que para los casos de CyT y de I+D los cuales muestran cifras del 0,5% y 0,44% al principio de la dé-cada escalando a 0,7% y 0,62% respectivamente hacia 20101.

1 “En 2011 la I+D como porcentaje del PIB ascendió a 0,65% y mantiene a la Argenti-na en el segundo lugar de América Latina en cuanto a este rubro, después de Brasil. En este sentido, la composición por sector de ejecución de la inversión en I+D du-rante el periodo bajo estudio, se observa una acentuación de la participación pública explicada, en primera instancia, por el desempeño de los organismos de ciencia y tecnología (nacionales y provinciales) y, en segundo término, por las universidades públicas. Este último grupo de instituciones incrementó su ejecución durante 2011 en 142% en relación a 2008, mientras que los organismos lo hicieron en un 123%” (Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, 2013, p. 19).

55+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Argentina

• Igual sucede con el gasto en CyT por habitante que desde 2000 muestra un crecimiento cercano al 60% tanto en CyT como en I+D (59,9% y 59,5%). Vale re-saltar que según el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (2013, pág. 19) entre 2008 y 2011 la participación del sector público en la inversión en I+D aumentó de 69% al 72% y correlativamente disminuyó la del sector privado de 31% al 28%.

• A pesar de la recuperación de varios indicadores y com-parando el inicio y el final de la década respecto al gasto en I+D por Investigador y por tipo de investiga-dor, los registros muestran que, en algunas categorías, los rangos vistos en 2010 son apenas similares al año 2000; en otros casos, las proporciones aún se encuen-tran por debajo del inicio del nuevo milenio. Lo mismo podría decirse en términos del gasto en CyT y I+D por “sector de financiamiento” donde el gobierno y las em-presas observan números similares tomando el inicio y el final del período. Vale notar que la excepción en la tendencia mencionada está en el sector de la educación superior el cual pasa de 2,05% al 3,37% en CyT y 2,5% a 3,35% en I+D entre 2000-2010 ello sin subestimar el eventual impacto negativo de la crisis económica sobre el mismo pues este rubro el gasto en CyT e I+D durante 2003 exhibieron rangos del 1,30% circa en am-bos casos.

• En cuanto al gasto “por sector de ejecución” el gobier-no revela un aumento importante durante los últimos diez años en tanto las CyT pasaron de 40,7% a 45,6% y en I+D de 38,2% a 44,3% mostrando los mayores

56+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Argentina

incrementos históricos del período en el año 2010. En este aspecto el sector educación superior muestra una recuperación aunque sin embargo los datos hacia 2010 son claramente inferiores comparados con 2000. El gasto en CyT en el país según sector de ejecución es liderado (2011) por el sector de universidades públicas (3.699.649 ARG: 27,4%), seguidos por las empre-sas (3.483.690 ARG: 25,8%) y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICET) (1.792.393 ARG: 13,3%). La participación de las uni-versidades privadas se ubica en 1,5% (Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, 2013, p. 38). Observando ahora el gasto en I+D por objetivo socioeconómico, puntualmente: “estructura y relacio-nes sociales” y la inversión realizada “por disciplina científica” vemos un incremento en este ítem desde el 2000. Mientras que el gasto referido casi se dupli-ca de 5,68% (2000) a 9,98% (2010), la inversión en Ciencias Sociales pasa de 8,82% a 11,56%, disciplina que con Ciencias Naturales y Exactas son las de mayor evolución durante el período comentado.

• Desde el punto de vista del número del personal en CyT e Investigadores (incluyendo a becarios), los in-crementos han sido sostenidos durante la primera década del siglo. Los investigadores (jornada comple-ta) aumentaron más del 61% pasando de 21.602 en 2000 a 34.879 en 2010 sin incluir becarios los cuales alcanzaron los 12.701 al final de la década, exhibien-do un aumento del 37,9% (en el año 2000, 4.818). Tomando los investigadores por cada 1.000 habitantes de la población económicamente activa, los registros

57+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Argentina

proponen que mientras en el 2000, los investigado-res, discriminados según “personas físicas” y “jornadas completas” aumentaron desde 2,88 y 1,82 respectiva-mente, hacia el 2010 los niveles se ubicaban en 4,49 y 2,88, alcanzando los mayores números históricos en la década. Mientras que los investigadores (jornada com-pleta) aumentaron su participación en el empleo del sector gubernamental (36,14% en 2000 – 45,09% en el año 2010), en el sector educación superior, se nota una caída sostenida, en particular entre 2004-2008 (en promedio 44%) que marca la tendencia poste-rior aunque con una leve recuperación hacia final del período (49,96% en 2000 y 44,54% en 2010). Se ob-serva igualmente que la composición de investigadores por disciplina científica prácticamente se mantuvo a lo largo de la década, es apreciable el incremento de los investigadores en Ciencias Sociales que transita-ron desde una participación de 15% hasta 21,3%, única disciplina con oscilaciones finales importantes. Ello también se ve reflejado en el número de doctorados los cuales ascendieron a 356 en 2010, desde los registros vistos en 2000 del orden de 64 y nivel de formación que también exhiben un aumento de su participación (personas físicas) desde 23,4% hacia 25,1% entre 2000-2010.

• El seguimiento a las publicaciones revela que las mis-mas, considerando el Science Citation Index (SCI), se elevaron en más del 60% (de 5.121 a 8.469), lo cual – de seguro – tuvo un impacto positivo en la evolución de las publicaciones SCI por habitante del mismo or-den porcentual pasando de 13,9 a 21,2 considerando

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los diez años. No obstante, si se revisa este ítem en relación con el gasto en I+D se prueba que mientras en el año 2000 por cada millón de dólares el producto resultante era 4,11, en el año 2010 la cifra desciende a 3,71. En el mismo sentido, la tendencia respecto a las publicaciones SCI por cada 100 investigadores tanto en personas físicas como considerando su equivalen-cia en jornadas completas revela que mientras al final del período considerado las cifras se ubicaban en 12,2 y 19,3 respectivamente, el final de la década muestra números del orden de 11,4 y 17,8. En todo caso, la va-riación de la participación del país en el total del SCI se ha ubicado en promedio en 0,57% entre 2008-2011. De otra parte, manteniendo como referencia el criterio SCOPUS entre 1990 y 2011 el aumento de publicacio-nes pasó de 1.572 a 10.811 (mayor en 588%) (Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, 2013, p. 131)2.

Complementariamente al panorama descrito es importante destacar el desempeño más reciente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Esta entidad estatal fue creada en 1958 (Decreto Ley 1291) como parte de las políticas de promoción científica y tecnológi-ca de la época y más puntualmente con la pretensión de fomentar la carrera de investigador y del personal de apo-yo en este terreno; igualmente, el otorgamiento de becas post-graduales (maestrías y doctorados), el financiamiento de proyectos y unidades ejecutoras de investigación, y el impulso para generar vínculos con otros sistemas y organis-

2 Hay que subrayar que el índice compila principalmente publicaciones en “Ciencias Básicas”. En todo caso, puede ser un indicador demostrativo de aproximación.

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mos internacionales. El protagonismo que ha adquirido el CONICET le permite no sólo figurar actualmente como el principal organismo dedicado a la promoción de la ciencia y la tecnología en Argentina sino también ser un actor influ-yente en la recomposición del sector universitario durante la última década3. De las actividades del CONICET en cuatro áreas principales: i) Ciencias Agrarias, Ingeniería y de materia-les; ii) Ciencias Biológicas y de la salud; iii) Ciencias Exactas y Naturales, destacamos el área relativa a iv) las Ciencias Sociales y Humanidades, la cual participa aproximadamente del 20% de los recursos humanos, investigadores y becarios del CONICET con el 11% de las unidades ejecutoras dedicadas a la investigación de temas relacionados con los “principales intereses de la sociedad” (CONICET, 2012).

Una síntesis sobre algunos ítems claves en la evolución del CONICET durante las últimas décadas permiten ilustrar el gran dinamismo que ha adquirido esta entidad recientemen-te (CONICET, 2013):

• Recursos humanos: entre 2003-2013 es notable el in-cremento relativo y absoluto en la incorporación de investigadores y el otorgamiento de becas por parte del CONICET aunque se mantiene la tendencia histórica desde 1983 desde el punto de vista del profesional téc-nico y de apoyo perteneciente a la entidad. Solamente en el año 2012, por acercar un dato ilustrativo, el CONICET incorporó 606 investigadores y otorgó casi 4.000 becas doctorales y posdoctorales (ver Figura 1).

3 “El Conicet es el principal organismo de ciencia y tecnología en la Argentina, el se-gundo en América latina y figura 85 en cuanto a producción de conocimiento básico entre las 3230 instituciones más prestigiosas del mundo. Contribuye así a sostener el puesto 31 que tiene nuestro país en el ranking mundial en esta actividad…” (Sal-varezza, 2013).

60+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Argentina

• Formación de doctores: especialmente desde 2005 el número de doctores en el país se ha incrementa-do sustancialmente hasta alcanzar la cifra de 900 por año. Este comportamiento se encuentra directamente relacionado con el progresivo otorgamiento de be-cas post graduales, especialmente al nivel doctoral y que contrasta - repercutiendo positivamente - con la media histórica registrada en el período anterior (1983-2002) donde la formación de doctores alcanzaba, en promedio, 200 por año (ver Figura 2). En 2012 la en-tidad financió 16.561 científicos (7.485 investigadores y 9.076 becarios).

9000

8000

7000

6000

5000

4000

3000

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1000

01983 1987 1993 2002 2013

Figura 1CONICET, Recursos humanos y becas (1983-2013)

Nota. Fuente: (CONICET, 2013)

Investigadores de la Carrera del Investigador Científico

Becas Profesional y Técnico de Apoyo

61+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Argentina

Creación de institutos y centros de investigación: entre 2002 y 2013 CONICET impulsó 112 unidades ejecutoras (institu-tos y centros de investigación), 30 en Buenos Aires (Capital y Provincia) y 82 en el interior del país. Sólo en el 2013, por ejemplo, se crearon siete centros de investigación y trans-ferencia (CIT) en conjunto con universidades nacionales y gobiernos provinciales en 2013. Lo anterior contrasta con el período 1983-2002 donde “el número de investigadores se incrementó de 2.000 a 3.600, mientras que el número de becarios se mantuvo entre 1.800 y 2.400. En dicho período se produjo una marcada reducción del número de técnicos (de 3.000 a 2.000) y de centros de investigación (de 100 a 80)” (Salvarezza, 2013).

2012

900

800

700

600

500

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300

200

1002003 2004 2005 2006

Figura 2CONICET, Formación de doctores/año (2003-2013)

Nota. Fuente: (CONICET, 2013)

Cantidad de Doctores

2007 2008 2009 2010 2011

62+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Argentina

El dinamismo que registra recientemente este ítem permite destacar también que: “el 90% de los 192 centros e institutos del organismo son de doble dependencia con universidades nacionales. De los 7.600 investigadores 5.700 son docen-tes universitarios, lo cual demuestra la relación indisoluble entre el CONICET y la universidad” (CONICET, 2013, p. 3) (ver Figura 3).

• Inversión en infraestructura: los esfuerzos en infraes-tructura también registran un desempeño importante. Desde 2008 aunque más especialmente desde el año 2010 los incrementos de este rubro han sido sosteni-dos, alcanzando niveles de AR$90 millones hacia el 2013.

Figura 3Institutos y Centros de Investigación CONICET (1981-2013)

190

140130120110100908070

1981 1987 2002

Nota. Fuente: (CONICET, 2013)

Cantidad de Unidades Ejecutoras

180170160150

63+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Argentina

En resumen, el sector universitario superior durante la última década muestra en promedio una recuperación pro-gresiva de sus principales indicadores, especialmente, en términos de la CyT e I+D. Lo anterior sin eximir que varios registros alcanzan niveles previos a la crisis del 2001 en Argentina. No obstante, otros indicadores en términos ab-solutos y relativos superan los niveles históricos y pocos se encuentran aún rezagados aunque, en todo caso, en már-genes cercanos a las referencias vistas a principios de la década. El dinamismo del sector universitario argentino – en particular, el vinculado al dominio público estatal – no es un dato menor para tener en cuenta dentro de la historia universitaria más reciente en el país, sobre todo, en la últi-ma década. En este marco, la consolidación del CONICET,

2012

900

800

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600

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Figura 2CONICET, Formación de doctores/año (2003-2013)

Nota. Fuente: (CONICET, 2013)

Cantidad de Doctores

2007 2008 2009 2010 2011

64+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Argentina

como agencia estatal, resultaría un factor clave de explica-ción (parcial) en relación con varias tendencias observadas.

b) Tendencias en el Campo de los Centros de Pensamiento Dedicados a las Ciencias Sociales en Argentina (2000-2010)

Un conjunto de estudios recientes han caracterizado en deta-lle los rasgos diferenciales y convergentes, de órdenes interno y externo y en perspectiva histórica, de los centros de pensa-miento en Argentina (Uña et al. 2010a y 2010b; Uña 2007 y 2010b, Camou 2010)4. Advirtiendo sobre la variedad espe-cífica que este tipo de entidades han asumido en diferentes etapas, fases y coyunturas en el país, estos abordajes enfatizan sobre los aspectos y las tendencias más sobresalientes de los centros de pensamiento y su pretensión por servir como nexo entre la generación de conocimiento y las políticas públicas. No obstante, y más allá que los estudios mencionados defi-nitivamente cubren el déficit prevaleciente en los análisis de este tipo hasta el momento para el caso argentino, insistimos sobre varios aspectos claves para complementar y/o actuali-zar respecto de la relación entre centros de pensamiento y universidades desde el año 2000 y hasta el presente (2010).

• Durante una primera etapa (segunda mitad del siglo XX aunque más específicamente entre las décadas de 1960-1990) los cambios sociopolíticos en Argentina, la inestabilidad política en general y democrática en par-ticular, redujeron espacios ocupados tradicionalmente

4 El conjunto de estudios citados se ha desarrollado como una muestra ilustrativa del campo en Argentina. En nuestro caso, sólo se trata de una aproximación explorato-ria con pretensiones más analíticas que para llenar los déficits empíricos que faltan por resarcir en la literatura.

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por las universidades, propiciando el surgimiento de diferentes modalidades de centros de pensamiento dedicados a las Ciencias Sociales: centros de investi-gación privada, centros académicos y advocacy groups. Originalmente los centros de pensamiento ocuparon di-ferencialmente el vacío provocado en la producción de investigación y conocimientos, y en otros casos constru-yeron nuevos espacios. Esta tendencia más adelante se vería reforzada progresivamente con la recuperación e institucionalización del régimen democrático a partir de mediados de la década de 1980s y durante la siguiente década. Ciertamente, este último período (1990-1999), se caracteriza por una fase expansiva de los centros de pensamiento entre los que se resalta la proliferación de un cuarto tipo: las fundaciones políticas (Uña, y otros, 2010 págs. 10-12)5. A partir del año 2001, las trayecto-rias antes existentes se consolidan hasta el punto que –como lo registra recientemente McGann (2013, p. 34-35)– Argentina cuenta al día de hoy (año 2013) con 137 centros de pensamiento, ubicándose séptimo entre los países con mayor número de entidades de este tipo (2% a nivel mundial), después de los Estados Unidos, China, Reino Unido, India, Alemania y Francia. Igualmente es

5 Cada tipo de centro de pensamiento se distingue –al menos y a grandes rasgos– por objetivos y actuaciones particulares: los centros de investigación privada por la generación de conocimiento sobre temas de problematización en las agendas públicas buscando maximizar su incidencia; los centros académicos por producir información y conocimiento académico en temas estructurales, resignando sus “oportunidades de incidencia” en pos de reconocimiento y prestigio; los “advocacy

groups” se concentran en la diseminación de temáticas y políticas públicas específi-cas privilegiando un rol de “fiscalización” de actores públicos (especialmente gobi-ernos y partidos políticos); y las fundaciones políticas por su proximidad con actores políticos (sobre todo, funcionarios de gobierno y referentes partidarios) a los cuales les proveen información y conocimiento (Uña, 2007) (Uña, et al., 2010, p. 11)

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la primera nación de la subregión (América Latina y el Caribe participa con 721 centros de pensamiento, 11% del total mundial) con un peso de 19% después de Brasil y México; y –un dato que a menudo no se subraya lo su-ficiente–, el primer país entre los países del Sur Global respecto a este ítem.

• En la lista de los 100 centros de pensamiento (exclu-yendo a los EE.UU.) y los 150 centros de pensamiento (incluyendo los Estados Unidos) más influyentes alre-dedor del mundo en el año 2012, Argentina cuenta con dos centros de pensamiento: el Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI) y la Fundación Libertad. Entre los 45 centros de pensamiento de ma-yor relevancia para Sur y Centro América, el país se anota con ocho centros de pensamiento, el Centro de Implementación de Políticas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC), el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), el Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI), la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), Fundación Pensar, el Centro de Estudios de Estado y Sociedad (CEDES) - nombrado como el centro de pensamiento más importante en 2009 -, el Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (CEDLAS) y la Fundación Libertad; dos centros de pensamien-to dentro de los 80 más relevantes en el tema de Desarrollo (CIPPEC y CARI); un centro de pensamien-to entre los más influyentes en el terreno del medio ambiente: Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN); un centro de pensamiento entre los 80 más destacados en políticas nacionales; un centro de pen-

67+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Argentina

samiento (CARI) dentro de los 50 más relevantes en política económica internacional; dos centros de pen-samiento en políticas sociales (CIPPEC y CEDLAS). El CIPPEC y el CARI ocupan el lugar número 24 y 30 entre los 50 centros de pensamiento con mejor nivel de involucramiento y relaciones públicas mientras que la Fundación Pensar está entre las mejores 20 entidades con afiliación política partidaria. Y el último informe sobre centros de pensamiento en el mundo ha selec-cionado al CARI y CIPPEC como mejores centros de pensamiento respecto al manejo presupuestal y mejor campaña de defensa de intereses (advocacy), respecti-vamente (McGann, 2013).

Debe resaltarse que aunque la literatura teórica en general y los estudios de casos en Argentina en particular demuestran grandes avances en el campo de los centros de pensamiento, especialmente en relación con el surgimiento, la evolución y las trayectorias de las políticas públicas - subsidiariamente los nexos con partidos políticos (Mendizabal & Sample, 2009) -, existen déficits en torno a la relación existente con el campo universitario. Esta situación que se acentúa aún más cuando se trata de profundizar los vínculos entre centros de pensa-miento y campos de conocimientos científicos sociales, lo cual hoy por hoy se constituye como uno de los grandes acertijos y desafíos para la temática.

68+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Argentina

Recuadro 1Instituciones estudiadas

Nombre: Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el

Crecimiento (CIPPEC)

Año de fundación: 2000

Afiliación: apartidaria e independiente

Temas principales de investigación: desarrollo social, desarrollo económico e instituciones y gestión

pública

Cantidad de investigadores: 35 (nueve Principales, 26 Asociados)

Presupuesto anual: ARG$15.640.1111 (CIPPEC, 2013)

Página web: htpp://www.cippec.org/

Nombre: Grupo Plan Fénix (GPF)

Año de fundación: 2000

Afiliación: no se explicita

Temas principales de investigación: política macroeconómica y problemáticas sobre el desarrollo

Cantidad de investigadores: 50

Presupuesto anual: no disponible

Página web: http://www.econ.uba.ar/planfenix/

Nombre: Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas (FISyP)

Año de fundación: 1987

Afiliación: sin fines de lucro dedicada a la investigación, docencia y difusión.

Temas principales de investigación: temas sociales, políticos y culturales

Cantidad de investigadores: 15 (promedio inestable)

Presupuesto anual: ARG$300.0002 (2013)

Página web: htpp://www.fisyp.org/

Recuadro 2Datos claves

Cantidad de universidades: 1003

Número investigadores / 1.000 habitantes: 0,864

Número de PhD: 18.3175

Número de publicaciones indexadas: 8.820 (según SCI, 2011)6

% PIB usado en investigación: 0,65% (2011)

69+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Argentina

2. Centros de Pensamiento y Universidades en Argentina

a) La Relación entre Centros de Pensamiento y Universidades en el Campo de las Ciencias Sociales en Argentina

Uno de los grandes acertijos que se plantean actualmente en distintos análisis acerca de los centros de pensamiento es la relación que éstos establecen con las universidades y el sector universitario. De hecho, una de las definiciones más difundidas sobre los centros de pensamiento es su ca-racterización como “universidades sin estudiantes”. Para el caso argentino resulta importante realizar unas breves observaciones en torno a la relación centros de pensamien-to-universidades ya que contribuyen a contextualizar las indagaciones considerando algunos antecedentes históricos de largo plazo así como trayectorias más actuales y recientes que vinculan a los centros de pensamiento y universida-des. A primera vista, se podría observar una inclinación en particular, la cual – desde luego – debe ser objeto de una reflexión más profunda y sistemática hacia el futuro.

• La segunda mitad del siglo XX, período de gestación y emergencia de los primeros centros de pensamiento en Argentina y marcada por la inestabilidad política y democrática – como antes proponíamos – afectó la esta-bilidad de la propia política universitaria en el país. Esta impronta sella un tipo de relación inicial entre centros de pensamiento y universidad que podríamos calificar de “exclusión sustitutiva” y que resulta crucial para in-terpretar la evolución en las relaciones cambiantes del caso argentino. Así lo expresa un entrevistado respecto

70+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Argentina

al origen de los centros de pensamiento y la relación con la universidad del momento:

(…) la relación de centros de pensamiento con universidades por lo

menos en el caso de Argentina es bastante peculiar. Tenemos una

historia en la cual, sobre todo por la larga experiencia de gobiernos

democráticos y autoritarios en la Argentina, no hubo por muchos

años una relación demasiado fluida de instituciones que podríamos

llamar centros de pensamiento y universidades… En períodos au-

toritarios (…) la relación era muy escasa… (Oszlak, 2013).

Este relato también es corrobarado, más ampliamente y con mayores detalles, por otro entrevistado:

(…) el origen de ciertos centros de estudio es muy anterior a estos

últimos años. Tiene que ver con una cierta tradición histórica en

Argentina de la inestabilidad de la política universitaria. Esto arran-

ca por lo menos en los años 1930s, 1940s… el primer Peronismo

dejó afuera un conjunto de académicos e intelectuales que por

ejemplo formaron una estructura separada que se llamó el Colegio

Libre de Estudios Superiores que venía de antes pero que se agluti-

naron allí; en los años 1960s la dictadura de Onganía dejó afuera a

varios académicos que se empezaron a nuclear en pequeños centros

que vivían de hacer trabajos, de consultorías o de investigaciones

cada uno hacia un aporte a esa estructura y se mantenía así, por

ejemplo el caso de un centro que se llamaba CICSO [Centro de

Investigaciones en Ciencias Sociales]. Esto se repitió en el caso

del Instituto Di Tella que empieza con una razón diferente, es una

especie de fundación [de] algunas personas que se habían ido de

la universidad o que consideraban que la politización y la radica-

lización de la universidad no era el mejor ámbito para desarrollar

71+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Argentina

ciertas investigaciones en ciencias sociales… engrosaron el centro

de investigaciones sociales del Instituto Di Tella y así sucesivamen-

te; esto se reforzó sobre todo en la dictadura (…) los profesores o

investigadores que habían sido echados o perseguidos o que no

tenían una inserción adecuada en la universidad comenzaron a ge-

nerar lo que se llamó en su momento las Catacumbas6… centros

como el CEDES, fundado por Guillermo O’Donnell, el Centro de

Investigaciones de Administración y Sociedad (CISEA)… yo diría

que ninguno de ellos son estrictamente centros de pensamiento

sino centros de investigación que realizan una función sustituta de

lo que no podían hacer en la universidad por los vaivenes políticos

y por la persecución en el caso de las dictaduras, etc. Me parece

que esa historia en la Argentina es importante tenerla en cuenta

porque si no, no se entiende bien el funcionamiento de algunos

centros. Por ejemplo, en el caso del CEMA, nace claramente como

un centro de investigación económica, se involucra parcialmente en

la elaboración de políticas y después pasa a tener una gran impor-

tancia en los años 90s porque algunos de sus principales referentes

ingresan al gobierno, por supuesto que había una cierta orientación

hacia colaborar o incidir en la agenda pública pero creo tenía un

fuerte componente de investigación sustituta de lo que no hacia la

universidad. Es distinto a la historia de creación de los centros de

investigación siguiendo el modelo anglosajón donde claramente

no está en discusión la universidad sino que es una cosa diferente

para hacer un enlace, pero no es porque en la universidad los ha-

yan echado o los vayan a perseguir; acá sí, salen a lugares que en la

universidad no pueden entrar porque o los militares o con la radi-

calización del Peronismo te perseguía la izquierda o te perseguía la

derecha del Peronismo. Esa historia está inscripta en la tradición de

6 Sobre el significado de “Catatumbas”, cfr. El artículo de Oscar Oszlak: “Hacer Cien-cia Política en las Catacumbas: Argentina (1975-1979)” (disponible en línea en: www.oscaroszlak.org.ar).

72+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Argentina

creación algunos centros que no se proponían ser centros de pensa-

miento, insisto yo tengo una definición más restringida (de centros

de pensamiento o tanques de pensamiento) que otros colegas que

tienen una definición más amplia y que, por supuesto, respeto, no

la cuestiono, pero no es la mía en todo caso; lo digo para no perder

de vista la especificidad de la relación entre intelectuales o acadé-

micos y universidad y política que tiene Argentina (Camou, 2013).

• Una tendencia identificable dentro de este contexto es que varios centros de pensamiento (acudiendo a nuestra definición básica) devienen en nacientes universidades. Los ejemplos más sobresalientes son el Instituto Torcuato Di Tella (fundado en 1958) en Buenos Aires el cual se transformó en la Universidad Torcuato Di Tella (1991); el Instituto de Ciencias de la Administración (ICDA) que surgió dentro de la Universidad Católica de Córdoba en 1967; y, el Centro de Estudios Macroeconómicos de Argentina (fundado en 1978) el cual se convirtió también en una universidad (1995) y, actualmente, lleva su mis-mo nombre7. Sin embargo, los ejemplos no se limitan a la historia. Transformaciones de este tipo, desde luego con variantes, se vendrían reproduciendo actual-mente. Diferentes entidades consideradas centros de pensamiento han tenido como antecedentes espacios universitarios: el Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (CEDLAS) fue creado en 2002 dentro de la maestría en Economía de la Universidad Nacional de La Plata; el Centro para el Estudio de la Gobernancia del Sector Público y Privado (CEGOPP) fue creado bajo la tutela de la Universidad del CEMA

7 “El 25 julio de 2007, el Poder Ejecutivo de la Nación otorgó a la Universidad del CEMA, por Decreto Nº 980/07 su autorización definitiva para funcionar como institución universitaria privada dentro del régimen de la Ley 24.521 y sus normas reglamentarias” (http://bit.ly/HygytU).

73+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Argentina

en 2004; el Centro de Estudios sobre Población, Empleo y Desarrollo (CEPED) fue creado en 1993 en la órbita de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires; el Centro de Evaluación y Estudios en Economía Social para el Alivio de la Pobreza (CESyP) fue creado por la Universidad Torcuato Di Tella en 2001; el centro de pensamiento Gobiernos, Empresa, Sociedad y Economía (GESE) se encuentra en el marco de la Escuela de Negocios de la Universidad Austral; el Instituto de Altos Estudios Sociales (IDAES) igualmente en el espacio de la Universidad Nacional de General San Martín y la Fundación de Altos Estudios Sociales desde 1992; el Instituto de Estudios Laborales y del Desarrollo Económico (IELDE) nace en la Universidad Nacional de Salta (2008).

• Otro rasgo de importancia dentro del caso argenti-no es que, en su abrumadora mayoría, los centros de pensamiento se encuentran constituídos, deman-dan y reclutan personal altamente calificado que proviene principalmente del sector universitario. Así se evidencia que universitarios y magísters (73% de representación) e investigadores doctorales (57% de representación), de una muestra representativa de centros de pensamiento en el país (con un mayor por-centaje en el caso de los centros académicos, como sería lógico) y en donde las profesiones más frecuen-tes son precisamente las ciencias sociales (economía, ciencia política y sociología), plantean un tipo de dependencia entre centros de pensamiento y univer-sidades en este aspecto (Uña, et al., 2010, p. 24 y 54).

74+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Argentina

Las líneas anteriores sugieren no subestimar estos vínculos característicos entre centros de pensamiento y universi-dades en Argentina. Desde cierta perspectiva, estos nexos podrían suponer invertir la definición de centros de pensa-miento como “universidades sin estudiantes” hacia “centros de pensamiento con estudiantes” como una tendencia que si bien no podríamos confirmarla definitiva o estructural, sí es imposible de soslayar en el análisis del contexto argen-tino. Aunque los diferentes casos deben explorarse en su singularidad, puede conjeturarse que estas relaciones pue-den abarcar eventualmente un amplio arco de diferentes tipos de relacionamiento entre centros de pensamiento y universidades dentro de un arco de complementariedad y de competencia en tanto que las actividades desarrolladas y ofrecidas y las demandas de universidades y centros de pensamiento en su conjunto, especialmente en el sentido de producción de conocimiento, definitivamente se yuxtapo-nen en varios espacios liminares en función de modalidades de alianzas, consorcios o redes aunque también a partir de vinculaciones que por lo general operan a nivel personal.

3. Casos de Estudio

Abordamos tres casos de estudio en Argentina. Cada uno de ellos corresponden, a su vez, a tres tipos de centros de pen-samiento: a) Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC) en la modalidad de centro de investigación privada (CIP); b) el Grupo Plan FÉNIX (GPF) un centro de pensamiento considerado en la modalidad de centro académico (Uña, 2007, p. 9); c) la

75+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Argentina

Fundación de Investigaciones Sociales y Política (FISyP), la cual sería un centro de pensamiento en la versión de fundación política (FP). En este sentido, realizamos una car-acterización de los tipos de involucramiento/relacionamiento con universidades a partir de sus a) alianzas, b) consorcios o c) vinculaciones e igualmente valorando i) niveles de formal-ización / informalización y ii) grados de institucionalización / desintitucionalización de las relaciones8. Como corolario, incluimos información sobre la actividad de los centros de pensamiento (o sus principales “líderes”) en medios virtuales y redes sociales (blogs, twitter, etc.). El objetivo de incluir esta referencia adicional está en considerar (preliminarmente) este aspecto dentro del desempeño de estas instituciones respecto a la diseminación de ideas y la divulgación del conocimiento (ver 2.1.5. de este informe) y la potencialidad que podrían ten-er hacia el futuro estos espacios para conformar redes centros de pensamiento-universidades.

a) Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC)

El Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC) es una “organización independiente, apartidaria y sin fines de lucro que trabaja por un Estado justo, democrático y eficiente que mejore la vida de las personas”. Según se autodefine, el CIPPEC ana-liza y promueve la equidad y el crecimiento, traduciendo en

8 Se realizaron 15 contactos directos con integrantes de los centros de pensamiento que constituyen: entrevistas personales en profundidad, cuestionarios virtuales e in-tercambios de información, además de la recopilación de material y documentación necesaria y suficiente (hasta evidenciar “saturación”) para el análisis de los casos y comparativo.

76+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Argentina

acciones concretas (políticas públicas) las mejores ideas en áreas como el desarrollo social, el desarrollo económico y las instituciones y en la gestión pública. Cuenta actualmente con diferentes programas en educación, salud, protección social, política fiscal, integración global, justicia, transparen-cia, política y gestión de gobierno, incidencia, monitoreo y evaluación, y desarrollo local.

Se trata del centro de pensamiento por antonomasia de Argentina (Camou, 2013) y uno de los más reconocidos a nivel internacional. En varias oportunidades ha sido pre-miado como una entidad de excelencia en América Latina y el Caribe y dentro del país: en 2007 fue distinguido como uno de los mejores lugares para trabajar en la Argentina, reconocimiento del Great Place to Work Index. En 2008 fue premiado por la Fundación Konex, con el diploma al mérito en la categoría instituciones - comunidad – empre-sa - entidades de desarrollo social. Para 2009-2013 obtuvo el Global Development Network; en 2011 ganó el concurso MIRA que otorga el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), para financiar la implementación de metodologías de evaluación de impacto en fortalecimiento institucio-nal en América Latina y el Caribe. Igualmente el Global Go To Think Tanks Index, elaborado anualmente por la Universidad de Pennsylvania, en las ediciones 2009, 2010, 2011, 2012 y 2013 ha declarado al CIPPEC como el me-jor centro de pensamiento en Argentina y como uno de los cinco más destacados de América Latina y el Caribe (6ª posición en 2013). La tabla ilustra algunos aspectos en la evolución del centro desde el punto de vista de su visibili-dad e incidencia públicas.

77+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Argentina

CIPPEC desde su fundación ha mantenido vínculos implí-citos con ámbitos universitarios: 66% de sus fundadores poseen formación básica (licenciatura) de la Universidad de San Andrés (UdeSA)9 mientras que, al nivel de maestría, 72% provienen de la universidad de Harvard (EE.UU.), en-tidad de la cual también hacen parte un 60% de aquellos que contaban con un doctorado (Ph.D.).

9 Percepciones de entrevistados vinculan directamente al CIPECC con la Universidad de San Andrés (UdeSA).

Tabla 1Visibilidad e incidencia en la esfera pública CIPPEC (2011-2008)

Nota. Fuente: Autor con base en información disponible consistente en Memorias 2011-2002 CIPPEC

Categoría / Año 2013 2011 2009 2008

Menciones prensa 1300 1545 1416 988

Menciones blogs n.d. 1270 n.d. n.d.

Columnas de opinión 120 121 171 81

Proyectos 70 101 70 n.d.

Notas de tapa n.d. 10 21 20

Citaciones en artículos n.d. 175 194 101

78+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Argentina

Esta perspectiva, desde los investigadores principales del CIPPEC, revela que, los vínculos implícitos con la UdeSA son menos sólidos y, en este nivel los profesionales licencia-dos provienen sobre todo de la Universidad de Buenos Aires, UBA. Sin embargo, describiendo los ámbitos de desempeño profesional resulta claro que, en su gran mayoría, los inves-tigadores ejercen funciones en algún ámbito universitario (88%), y en donde la UdeSA es una referencia modal.

Fundadores Pregrado Magíster Ph.D.

1 Miguel Braun UdeSA Harvard Harvard

2 Antonio Cicioni UdeSA Harvard -

3 Nicolás Ducoté UdeSA Harvard -

4 Fernando Straface Usalvador Harvard -

5 Paolo Bendetti UBA London School Economics -

6 Florencia Bianco Georgetown Harvard / UdeSA -

7 Sonia Cavallo UdeSA Harvard -

8 Mauricio Drelichman UdeSA Northwestern Northwestern

9 Leandro Popik UdeSA Harvard -

10 Tomás Serebrisky UdeSA Chicago

11 Silvana Tenreyro Tucuman Harvard Harvard

12 Andrés Vinelli UdeSA Harvard

Tabla 2Fundadores CIPPEC según procedencia en la formación universitaria

Nota. Fuente: Autor con base en información de CIPPEC.

79+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Argentina

Esta situación que propone una relación de vínculo implícito entre la constitución del CIPPEC y los ámbitos académicos universitarios, sin embargo, contrasta con el tipo de invo-lucramiento del centro de pensamiento y la universidad. Aunque constantemente las actividades del CIPPEC reite-ran la importancia de incorporar el conocimiento académico y, de hecho, diferentes espacios auspiciados por el centro de pensamiento convocan académicos (individualidades), el trabajo efectivo del CIPPEC muestra una debilidad re-lativa en la relación de este centro de pensamiento con las universidades y, en contraste, registra una fuerte vincula-ción con entidades gubernamentales (ministerios) en sus

Tabla 3Investigadores principales CIPPEC según procedencia en la formación universitaria y desempeño profesional

Investigadores Principales

Pregrado Magíster Doctorado (Ph.D.)

Desempeño

1 Axel Rivas UBA FLACSO-AR UBA UdeSA / UBA / FLACSO-AR

2 Federico Tobar UBA Fundación Getulio Vargas

USAL -

3 Fernando Filgueira n.d. - Northwestern UCatólica (Uruguay)

4 Damián Bonari UBA Torcuato Di Tella

- UCES

5 José Barbero UBA Toronto - UNSAM

6 Martín Böhmer UBA Yale Yale UdeSA y UPalermo-AR

7 Antonio Cicioni UdeSA Harvard - UdeSA

8 Marcelo Leiras UBA - Notre Dame UdeSA

9 Fabio Quetglas UBA Barcelona / Bologna

- UTN / UBA / Torcuato Di Tella

Nota. Fuente: Autor con base en información de CIPPEC.

80+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Argentina

proyectos. Analizando la última década, la articulación con las universidades en términos de consorcios ha sido excep-cional y alianzas menos frecuente pero sostenida. Aunque se ha anticipado formular vínculos explícitos y potenciales con universidades, éstos no se han materializado tangible-mente. Ahora bien, la presencia de la UdeSA a lo largo de la descripción es de resaltar:

• Consorcios: con la Universidad de San Andrés (UdeSA) (Programa de Gobierno Electrónico), la publicación del Índice Nacional de Páginas Web Municipales, un ins-trumento que evalúa los portales oficiales (2011-2012).

• Alianzas: Facultad de Económicas de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN); Universidad de San Andrés y Fundación Antorchas, Proyecto: “Filantropía en la Argentina” (2003-2004).

• Vínculos (explícitos potenciales) y redes: anuncia es-tablecer vínculos con universidades como Torcuato Di Tella (UTdT), Nacional de San Martín (UNSAM), Católica de Argentina (UCA), Instituto Nacional de Planeamiento de la Educación (IIPE), UNESCO y la Universidad de San Andrés (2006) y universidades foráneas. (CIPPEC, 2011, 2009, 2008, 2007, 2006, 2005, 2004, 2002). Sin embargo, formalmente tales vinculaciones no llegan a traducirse en algún tipo de tangibilidad concreta.

Actualmente no existe ningún programa en curso que vin-cule espacios universitarios. Mientras tanto, la vinculación del CIPPEC con universidades se plantea bajo un forma-

81+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Argentina

to desinstitucionalizado, implícito y personalizado con la convocatoria de miembros individuales académicos pro-venientes de las universidades que convergen en distintas modalidades de foros (seminarios, conferencias, coloquios, etc.) y espacios de difusión y debate promovidos por este centro de pensamiento. Respecto al uso de redes sociales, el CIPPEC posee una cuenta twitter con 7.597 seguidores (octubre de 2013). Ninguno de sus referentes mantiene una proactividad significativa en este terreno. Por ejemplo, su di-rector Fernando Straface tan solo llega a 64 seguidores en twitter (octubre de 2013) y no posee blog personal.

b) Grupo Plan FÉNIX (GPF)

El Grupo Plan Fénix (GPF) es otro ejemplo de centro de pensamiento en Argentina (Camou, 2013) aunque bajo la modalidad de centro académico (CA) (Uña, 2007, p. 9), car-acterística que le imprimirá una singularidad llamativa no sólo al perfil que desarrolla este Grupo en tanto centro de pensamiento sino también en cuanto a su funcionamiento y organización10. El Grupo Plan Fénix se encuentra conformado por una convocatoria de intelectuales y académicos quienes desde el año 2000 convergen en el ámbito de la Universidad de Buenos Aires y, posteriormente, alrededor de la Facultad de Ciencias Económicas de la misma universidad desde fi-nales del 2011.

10 Existen controversias respecto al perfil de centro de pensamiento del Grupo Plan Fénix. Sin embargo, aun siguiendo definiciones “restrictivas” de centro de pensam-iento: “Me parece que el Plan Fénix sí es más claramente un centro de pensamiento, yo aceptaría esto que dice Gerardo [se refiere a Gerardo Uña]… no pondría a Di Tella allí, no pondría al CEDES allí…” (Camou, 2013). No obstante, otro entrevistado [quien pidió no ser revelada su identidad], desestima al GPF como centro de pensa-miento, anotando: “yo tengo más oficinas que el Plan Fénix… el Plan Fénix es una persona con cuatro colaboradores…”.

82+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Argentina

El objetivo del GPF es analizar “los problemas centrales de la economía argentina, formulando propuestas de políti-cas en el corto, mediano y largo plazo”. Según uno de los documentos fundacionales del GPF se anota: “en cumpli-miento de esa responsabilidad ineludible, en el ámbito de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires, docentes e investigadores convocan a la reflexión común para aportar a un diagnóstico acerca de la naturaleza de los problemas centrales de la economía ar-gentina y comenzar a formular propuestas que permitan resolver la crisis y movilizar el formidable potencial con que cuenta el país” (Grupo Plan Fénix, 2001). Respecto a su conformación, la mayoría de integrantes el GPF son eco-nomistas de profesión provenientes casi en su totalidad de la Universidad de Buenos Aires (UBA), con un alto por-centaje de estudios postgraduales, especialmente, maestría y doctorado. La actividad profesional predominantemente se desarrolla en el marco de sectores universitarios, espe-cialmente, Universidades Nacionales con supremacía de los espacios que convoca la UBA. El GPF se identifica además por el continuo tránsito de varios miembros hacia la admi-nistración y el sector públicos, y por la doble membrecía y pertenencia institucional que mantienen algunos de sus referentes con influyentes centros de investigación priva-dos (CIP) como el Centro de Economía y Finanzas para el Desarrollo de la Argentina (CEFID-AR), la Fundación de Investigaciones para el Desarrollo (FIDE) y – excepcional-mente – el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC).

83+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Argentina

Tabla 4Miembros principales GPF según procedencia en la formación universitaria y desempeño profesional

Miembros Pregrado Magíster Doctorado (Ph.D)Desempeño ProfesionalUniversitario / Sector Público

1 José Miguel Amiune UNL Tufts University, EE.UU

UNR - Universidad Nacional 3 de FebreroEx-Embajador y Secretario de Obras y Servicios Públicos de la Nación. Consultor OIT, OEA, Banco Mundial, FAO y UNDP

2 Enrique Arceo UBA Universidad de París

UBA - FLACSOMiembro del Instituto de Estudios y Formación de la CTA - Director del Banco Ciudad de Buenos Aires

3 Ricardo Aronskind UBA FLACSO UBA - UNGSCISEA - CESPA

4 Alberto Barbeito UBA Institute of Social Studies, Holanda

Universidad de RíoIVCIEPP - Basic Income European Network (BIEN)

5 Eduardo Basualdo UBA FLACSOCONICET

6 Luis Beccaria UBA UBA - UNGS7 Víctor Beker UBA – Ubelgrano8 Marta Bekerman UBA Universidad de

Londres, Birkbeck College

UBA

9 José Alberto Bekinschtein

UBA ACTIM-París UBA – Uquilmes – USALMinEconomía

10 Alberto D. Cimadamore

UCatólica (Santa Fé)URosario

FLACSO University of Southern California (USC)

UBACONICET – CLACSO

11 Jorge Román Elustondo

UBA Secretaría de Agricultura y Ganadería de la Nación, Subsecretario de Desarrollo Regional del Ministerio de Economía de la Nación, Subsecretario de Planificación de la Presidencia de la Nación y Vicepresidente del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA)

12 Aldo Ferrer UBA UBAEX EMBAJADOR

13 Natalia Fridman UBA UBAMINEconomía

14 Jorge Gaggero UBA ULaPlata, Córdoba, Cuyo, COMAHUE, FLACSO, USALCentro de Economía y Finanzas para el Desarrollo de la Argentina (CEFID-AR)

15 Alfredo T. García UBA UBA16 Carlos García Tudero UBA UBA17 Ricardo Eugenio

GerardiUBA Universidad

Católica de Lovaina (Bégica)

UBA - ULa Plata, Católica de Cuyo, Belgrano, El Salvador, Universidad Católica Andrés Bello (Caracas), Universidad de Ciencias Empresariales y UNGSSecretario de la Comisión de Economías Regionales y Pequeña y Mediana Empresa

18 Norberto González UBA Posgrado London School Economics

UBA

19 Graciela Gutman UBA Universidad Central de Venezuela

UBACONICET

20 Eduardo Hecker UBA Universidad Nacional de la Matanza (UNLAM)Comisión Nacional de Valores - Banco de la Ciudad de Buenos Aires. Ex secretario de Desarrollo Económico del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Centro de Estudios para la Producción (CEP).

21 Benjamín Hopenhayn UBA UBA22 Jorge Katz UBA CEPAL23 Saúl Keifman UBA Universidad de

California, BerkeleyUBA

24 Daniel Kostzer UTucumán

La Haya, Holanda UBAPNUD-Argentina - Ministerio de Trabajo de la Nación - Secretaria de Empleo, MTEySS- CEDENOA - Consultor de CEPAL, OIT, PNUD, Banco Mundial

84+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Argentina

25 Roberto Kozulj UBA Comahue - U Boston - IDEE/FB26 Javier Lindenboim UBA UBA

CONICET27 Bernardo Lischinsky UBA La Haya, Holanda La Haya, Holanda UBA

Ministerio de Economía - Instituto de Desarrollo Económico Social del Municipio de La Matanza. Coordinador del Programa de Desarrollo Estratégico Municipal de la provincia de Buenos Aires

28 Lucia Longo UBA UBA UBAAsociación Argentina de Economía Agraria

29 Gustavo Lugones UNQ - UBA, UNGS, UNLP, Di Tella, FLACSO, la Complutense de Madrid, la de ValladolidPNUD - UNCTAD, PNUD, CEPAL, ONUDI, OECD, BID, OEA, Banco Mundial, OEI, IDRC) y CFI, MINCYT, Ministerio de Economía y Secretaría de Industria

30 Mercedes Marcó del Pont

UBA Yale University Fundación de Investigaciones para el Desarrollo (FIDE)Diputada Nacional - Banco Nación Argentina - Banco Central de la República Argentina

31 Haroldo Montagu UBA FLACSO UBASecretaría de Política Económica del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas

32 Alberto Müller UBA Universidad de Sao Paulo, Brasil

Universidad de Sao Paulo, Brasil

UBA

33 Julio César Neffa UBA IEDES, (Paris I) IEDES, (Paris I) UBA – UlaPlata – UNLZCONICET

34 Hugo Nochteff UBA FLACSO UBACONICET

35 Arturo O’Connell UBA King´s College, Cambridge, Gran Bretaña

King´s College, Cambridge, Gran Bretaña

UBA - Instituto Torcuato Di Tella – FLACSOBanco Central de la República Argentina - Consultor de la UNCTAD, la CEPAL y la OEA

36 Oscar Oszlak UBA Universidad de California, Berkeley

Universidad de California, Berkeley

UBA - San Andrés, FLACSO, Tres de Febrero, San Martín, Buenos Aires, PatagoniaCEDES - CONICET

37 Fernando Peirano UBA Universidad Complutense Madrid

UBA UBA – UNQ – UNGSAsociación de Economía para el Desarrollo de Argentina (AEDA)

38 Fernando Porta UBA Universidad de Sussex, Inglaterra

UBA – UNQ - FLACSO y la Universidad Di TellaConsultor CEPAL, el BID, el PNUD y la UNCTAD

39 Mario Rapoport UBA París I-Sorbona UBACONICET - Instituto de Estudios Históricos, Económicos, Sociales e Internacionales (IDEHESI)

40 Alejandro Rofman UNCatamarca

Universidad de Pennsylvania, Filadelfia, EUA

UBACONICET

41 Julio Ruiz Universidad Nacional del Comahue

UBA UBA

42 José Sbattella ULaPlata UBA UNLPInstituto de Estudios Fiscales y Económicos (IEFE)

43 Jorge Schvarzer UBA UBA44 Roberto Tomasini UBA UBA – Ulanús45 Salvador Treber UN

Catamarca46 Héctor Valle UBA Instituto

Latinoamericano de Planificación Económica y Social

Universidad de Grenoble

UBA – UndeLomasZamoraFundación de Investigaciones para el Desarrollo (FIDE)

47 Alejandro Vanoli UBA UBABanco Central de la República Argentina - Ministerio de Economía - Comisión Nacional de Valores - Oficina Nacional de Crédito Público y Coordinador de Negociaciones Crediticias Externas

48 Mariana Vázquez UBA UBA Institut d´Etudes Politiques de Grenoble

UBA - Universidades Nacional de Tres de Febrero y de Lanús

49 Guillermo Wierzba UBA UBACentro de Economía y Finanzas para el Desarrollo de la Argentina (CEFID-AR)

85+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Argentina

Considerando la relación de este centro de pensamiento res-pecto a las universidades se estableció:

• Consorcios: Establecimiento de la Red de Encuentros de Economías Regionales Encuentros de Economías Regionales (2003-2010) con Universidades Pública Nacionales11;

• Alianzas: con el Centro Interdisciplinario para el Estudio de Políticas Públicas (CIEPP) (2003); con la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD), Seminario “Tendencias para el desarrollo en la Argentina y América Latina” (2003); con la Confederación Nacional de Trabajadores de la Educación (CONTEDUC); con el Instituto de Estudos Políticos e Sociais (IEPES); con la Fundación Friedrich Ebert (2009); Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), el Comparative Research Programme on Poverty (CROP) del Consejo Internacional de Ciencias Sociales (ISSC) (2009).

11 Participaron en los primeros encuentros las Universidades Nacionales de Río Cu-arto, San Juan, Cuyo, Entre Ríos, Jujuy, Misiones, Córdoba, Mar del Plata, Formosa, Tucumán, del Sur (Bahía Blanca), La Pampa, Catamarca, Patagonia Austral, San Luis (Villa Mercedes), Rosario, Comahue, Lomas de Zamora, Litoral, Nordeste, Cen-tro, Lanús, Salta, Tres de Febrero, Villa María, la Universidad Académica de la Es-cuela de Oficiales de la Armada y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria. Hacia el final de la década la Red se conformaba por 26 Universidades Nacionales: Buenos Aires, Centro de la Provincia de Buenos Aires, Noroeste de la Provincia de Buenos Aires, del Sur, Entre Ríos, Luján, Santiago del Estero, Mar del Plata, Misiones, La Pampa, Cuyo, Quilmes, San Martín, Tres de Febrero, Nordeste, Coma-hue, San Luís, Litoral, Tucumán, Salta, General Sarmiento, Formosa, Jujuy, Rosario, Río Cuarto y La Matanza. A los encuentros asistieron autoridades e integrantes del Proyecto Estratégico de la UBA Plan Fénix, del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, del Centro de Estudios Urbanos y Regionales, del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, de la Universidad de Concepción del Uruguay, del Frente Nacional Campesino, etc.

86+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Argentina

• Vínculos (explícitos potenciales) y redes: convocatoria constante hacia universidades, y efectiva hacia académi-cos que convergen en espacios del GPF, especialmente, alrededor de las presentaciones de la publicación Voces en el Fénix. Desde su creación el GPF ha sido convoca-do a diferentes espacios internacionales, en particular, de la región y con un énfasis marcado en el marco de entidades del MercoSur con los cuales se han forjado vínculos, en su mayoría, de carácter informal y personal.

Por su naturaleza las relaciones principales del GPF se realizan al nivel interno de la universidad, es decir, interu-niversitarias y dentro de la UBA. También debe destacarse que, a diferencia de los otros casos de centros de pensa-miento, el GPF revelaría una paradoja desde el punto de vista organizacional: mientras que el Grupo cuenta con una relación relativamente privilegiada respecto a diferentes ám-bitos de la Universidad Nacional y un respaldo institucional relativamente considerable proyectado desde la Universidad de Buenos Aires, al mismo tiempo, muestra un déficit de infraestructura el cual no le permitiría consolidar un espa-cio autónomo para el despliegue de la actividad investigativa (más puntualmente, en relación con investigadores que care-cen de sitios de trabajo, financiamiento, propios). Lo anterior se explicaría debido a la pertenencia de diferentes miembros a la carrera profesional financiada por el CONICET. Así, ambiguamente, esta situación permitiría, por un lado, una suerte de flexibilidad en las pertenencias y adscripciones del Grupo tanto como en los espacios y en las infraestructuras (físicas, en particular); pero, por otro lado, obstáculos y res-tricciones en cuanto a la consolidación e institucionalización de las pertenencias y, de allí, el despliegue de las dinámicas y desempeños en cuanto a centros de pensamiento.

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En el caso de las alianzas externas a la UBA éstas pueden ser descritas con las Universidades Nacionales, a través de los vínculos sostenidos en el marco de la Red de Economía Regional desde 2003 y la evolución que ésta propone con la coordinación en conjunto de los encuentros mencionados. El formato de alianzas que más se destaca es la de organización de foros en la modalidad de mesas redondas de debate y, en menor medida, de seminarios. Los últimos años, el formato ha transitado hacia la modalidad de paneles, en especial, con motivo de la difusión de la publicación del GPF, “Voces en el Fénix” que se ha convertido en un espacio regular de convo-catoria de distintos académicos de diferentes universidades nacionales y extranjeras, y centros de investigación privados pero dentro de un formato personalizado y relativamente des-institucionalizado.

A pesar de los múltiples y plurales vínculos que cada miem-bro del GPF posee, la capacidad para establecer consorcios y/o alianzas con las instituciones a las que se encuentran asociadas resulta prácticamente nula. Casos en los cuales el GPF mantiene conexiones personales privilegiadas con miembros de prestigiosos centros de pensamiento (CEFID-AR, CEDES, CIPPEC, FIDE), sobre todo advirtiendo la doble adscripción de algunos integrantes, no resultan en ninguna clase de convergencia o articulación, más allá de las convo-catorias “a título personal” que se han hecho por parte del GPF en el marco de sus actividades, principalmente, de di-fusión y debate (Oszlak, 2013; Wierzba, 2013).

La actividad en redes sociales resulta limitada. El GPF no po-see cuenta twitter aunque sí la Revista “Voces en el Fénix” la cual arrastra solo 273 seguidores (noviembre 2013). Esta ten-

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dencia se confirma al registrar la actividad en redes sociales de varios de sus referentes más renombrados, con algunas excepciones que registran blogs personales dinámicos (v.gr. Oscar Oszlak).

c) Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas (FISyP)

La Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas (FISYP) es un centro de pensamiento en la modalidad de fundación política. La FISYP se define como una “entidad sin fines de lucro dedicada a la actividad de la investigación, docencia y difusión en diversas áreas de Ciencias Sociales” y se propo-ne además como “una convocatoria intelectual y militante en el campo de las Ciencias Sociales, con la pretensión de articularse con el movimiento popular. Reivindicamos al marxismo, que asumimos en la diversidad como nuestra referencia teórica”. En este sentido, la FISyP plantea guiar-se por una perspectiva crítica y de izquierda. Esta fundación nace a mediados de la década de 1980s y realiza investi-gaciones de orden teórico y análisis coyuntural que son publicados regularmente a través de cuadernos de investiga-ción y libros. Adicionalmente, organiza seminarios, talleres y cursos de diversa índole participando “orgánicamente en iniciativas académicas y político-sociales”. Su principal me-dio de difusión es la revista “Periferias” que desde 1996 refleja los trabajos de sus investigadores (incluyendo invita-ciones dirigidas hacia académicos nacionales y del exterior), con especial dedicación en las ciencias sociales. Cuenta tam-bién con el programa de radio Puente Uno, difundido por FM La Tribu en Buenos Aires.

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Desde el punto de su constitución la FISyP está integrada por un grupo de investigadores, los cuales poseen, en un alto porcentaje, título profesional que en su formación bási-ca proviene de las ciencias sociales (85%) y también cuentan con estudios postgraduales de maestría y doctorado (41% res-pectivamente). La gran mayoría de los investigadores están vinculados profesionalmente como docentes e investigadores de universidades públicas nacionales, en donde se destaca la referencia a la Universidad de Buenos Aires (UBA) tanto desde el punto de vista de la procedencia (reclutamiento de personal) como en el desempeño profesional (Gambina, 2013; Rajland, 2013). Vale destacar también que varios de sus inte-grantes investigadores muestran vínculos con el CONICET (como becarios o como investigadores asociados a la entidad) pero no tienen como lugar de trabajo la fundación sino, pre-cisamente, espacios en las universidades nacionales.

Tabla 7Fundadores FISyP según procedencia en la formación universitaria y desempeño profesional

Fundadores Pregrado Magíster Doctorado DesempeñoUniversitario

1 Julio Gambina (Presidente)

Contaduría Pública (Universidad Nacional del Litoral – UNLit)

Ciencias Sociales (UBA)

Economía Política(Universidad Nacional de Rosario – UNR) / (UBA) (UMarPlata)Comité Directivo (CLACSO)

2 Beatriz Rajland (Vicepresidenta)

Abogada (UBA)

Derecho (UBA) Facultad de Derecho (UBA)

3 Daniel Campione(Secretario)

Abogado(UBA)

Ciencia Política(Universidad Nacional de San Martín – UNSAM)

Ciencias Sociales (UBA)

ULaPlata y UBA

Nota. Fuente: Autor con base entrevistas FISyP.

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Investigadores Principales

Pregrado Magíster Doctorado DesempeñoUniversitario

1 Rodolfo Gómez Ciencia política (UBA) Investigación en Ciencias Sociales (UBA)

Ciencias de la Comunicación y de Ciencia Política(FSOC-UBA) y FECS-USAL

2 Cinthia Wanschelbaum

Ciencias de la Educación(UBA)

Educación(UBA)vinculación CONICET

Universidad Nacional de Luján(UNLu)

3 Gabriela Roffinelli Sociología Ciencias Sociales Facultad de Ciencias Sociales e Investigadora del Instituto Gino Germani (UBA)

4 Germán Pinazo Ciencia Política (UBA) Economía Política(FLACSO)

Ciencias Sociales (UBA) Economía Política (Universidad Nacional de General Sarmiento - UNGS)

5 Adrián Pulleiro Comunicación y Cultura (UBA)

Ciencias Sociales (UBA)vinculación CONICET

Ciencias de la Comunicación (FCS-UBA)

6 Vanesa Ciolli Ciencia Política (UBA) Ciencias Sociales (UBA)vinculación CONICET

Facultad de CienciasSociales (UBA)

7 Juan Fal Economista (UBA) Finanzas(Torcuato Di Tella)

Estudios Latinoamericanos (UNAM)

Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS)

8 Eduardo Shmidt Ingeniero electrónico UBA MAAdministración de Empresas (UCEMA)Especialista en Gestión de Telecomunicaciones(UdeSA)

Universidad Tecnológica Nacional (UTN)

9 Marcelo Barrera Sociología (UBA) Sociología (École des Hautes Études en Sciences Sociales, EHESS) +Investigación en Ciencias Sociales (UBA)

Docente Sociología (UBA)

10 Sergio Papi Economista (Universidad Nacional de Cuyo)

n.a.

11 Lucas Castiglioni Relaciones Internacionales (Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires - UNCPBA)

Ciencias Sociales (UNCPBA) [en curso]

n.a.

12 Gastón Varesi Sociología (ULaPlata) Ciencias Sociales, (Universidad Nacional de La Plata)

Doctor Ciencias Sociales(UBA)vinculación

Facultad de Trabajo Social(ULaPlata)

Tabla 8Investigadores principales FISyP según procedencia en formación universitaria y desempeño profesional (desde 2008 circa)

Nota. Fuente: Autor con base entrevistas FISyP.

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Entre las principales asociaciones con las que cuenta la FISyP se encuentran redes en las que se destacan: a) “so-cio del Cono Sur” de la Fundación Rosa Luxemburgo (RLS, Alemania), desde 2007; b) con el Encuentro Sindical Nuestra América (ESNA), agrupación de organizaciones sindica-les del subcontinente; c) la Sociedad de Economía Política Latinoamericana (SEPLA); d) la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), con los cuales conjunta y diferencialmente (según el caso) se realizan investigaciones, publicaciones y cursos de formación, así como eventos públicos de difusión, divulgación y debates en diferentes modalidades de foros.

• Consorcios: En su mayoría extra-universitarios y con fundaciones internacionales. La FISyP se encuen-tra adscrita al Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), centro de pensamiento reconoci-do por el Go To Think Tanks Report (McGann, 2013), y participa específicamente como miembro de un gru-po de trabajo (2013-2015) dedicado a la producción de conocimiento, publicación de resultados de in-vestigación, realización de foros y cursos virtuales de difusión, etc., en el cual confluyen no sólo otros cen-tros de pensamiento: centros de investigación privados (CIP) y centros académicos sino también universidades (facultades), los cuales - no obstante - pertenecen al exterior. Más recientemente las alianzas con la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Río IV (UNRIV) (2009-2013) consistente en la or-ganización de foros de debate y discusión académica y política (seminarios, jornadas, cursos) parecen tran-sitar hacia una relación sostenida durante el tiempo y progresivamente institucionalizada.

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• Alianzas: Con menor frecuencia e intermitentes exis-ten alianzas esporádicas de la FISyP, en particular, con la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA) para la realización de seminarios y cursos de postgrado por lo general a cargo de responsables de la FISyP que están vinculados como docentes en la UBA.

• Vínculos (explícitos potenciales): Se manifiesta la ne-cesidad de establecer diferentes tipos de vínculos con otras universidades del país; no obstante, la informa-ción que ratificaría vínculos formales tangibles no se encuentra disponible12.

El nexo coordinado y progresivamente institucionalizado en relación con proyectos en curso vincula la FISyP con espa-cios universitarios, en los últimos años, prioritariamente, con la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Río IV (UNRIV). Más allá de este caso, las vin-culaciones de la FISyP con el escenario universitario se sugieren bajo un formato relativamente institucionalizado a través de la adscripción de la FISyP en el marco de las re-des universitarias y con centros de investigación aglutinados en la plataforma apoyada por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO); y, de otra parte, las rela-ciones con la universidad pueden ser caracterizadas como: desinstitucionalizadas, implícitas y personalizadas median-te la convocatoria de miembros individuales académicos que pertenecen a la fundación política y paralelamente a las universidades nacionales (privilegiando, las de carácter

12 Entrevista con Julio Gambina (presidente) y Beatriz Rajland (vicepresidente), FISyP.

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nacional y, más específicamente, la Universidad de Buenos Aires) lo cual motiva espacios de “actuación” (Shmidt, 2013) y convergencia para la realización de distintas actividades, en especial, espacios de divulgación, de difusión y debate en las modalidades de foros (seminarios, conferencias, coloquios, etc.) promovidos por este centro de pensamiento. Los nexos establecidos con el CONICET podrían ser interpretados pos-itivamente. Aun cuando – mencionábamos anteriormente – la mayoría de investigadores de la FISyP no tienen como “lugar de trabajo” a esta fundación, la flexibilidad que supone la pertenencia al CONICET permitiría una inserción rela-tivamente más estable con FISyP, sobre todo, en términos de financiación (alternativa) que sugiere incentivar la par-ticipación activa dentro y fuera de la fundación y potenciar bajo este formato sui generis el vínculo con las universidades de origen, más allá de los vínculos desintitucionalizados y personalizados que aún prevalecen.

Vale la pena destacar que si bien la FISyP no cuenta con twitter, uno de sus principales referentes, Julio Gambina (presidente) tiene 1.108 seguidores (octubre 2013) y su blog personal registra a la misma fecha 79.768 entradas, nú-meros importantes que indicarían una proactividad alta en términos del uso de las redes sociales y, al mismo tiempo, de la personalización de vinculaciones potenciales que re-gistra esta dimensión.

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4. Conclusiones y Recomendaciones

a) Conclusiones

Teniendo en cuenta que se trata de una muestra no repre-sentativa de los centros de pensamiento en Argentina, sin embargo, proponemos algunas conclusiones resultantes de la exploración de la relación entre centros de pensamiento y universidades en el país.

La relación entre los tres casos de centros y las universi-dades pueden sintetizarse en tres tendencias generales:

• Déficit de consorcios y alianzas: aunque los consorcios entre los centros de pensamiento y las universidades son existentes y en las situaciones que se plantean trascienden en el tiempo, igualmente son escasos y esporádicos, teniendo en cuenta las trayectorias espe-cíficas y los tipos de centros de pensamiento en cada uno de los casos abordados.

• Desinstitucionalización de articulaciones: la ma-yoría de articulaciones en los casos de estudio se caracterizan por estar inarticulados o articulados sin intervención institucionalizada ni personificación (persona que actúa en nombre de la institución ya sea centro de pensamiento o universidad). Las articu-laciones en las funciones que comparten centros de pensamiento y universidades (investigación, genera-ción de conocimiento) se limitan a la diseminación de ideas y la difusión de información con preponde-rancia de los foros como mecanismo de colaboración.

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• Personalización de los vínculos: a pesar de la referen-cia constante y la convocatoria desde los centros de pensamiento por involucrarse con la academia, y la virtual densidad de vinculaciones entre miembros de centros de pensamiento y universidades (por proceden-cia, desempeño profesional, lugar de actuación, etc.), el relacionamiento está mediado directamente por ne-xos personales. Se convocan académicos universitarios pero no universidades. La construcción de redes in-formales virtuales es un déficit que aún no se explora como alternativa para generar nexos por los centros de pensamiento bajo exploración.

Observaciones previas sobre el campo que fortalecen el co-nocimiento de los centros de pensamiento en Argentina:

• Datta et al. (2010) y Uña (2010a, p. 26; 2010b) han subrayado que la colaboración entre centros de pen-samiento, para el caso latinoamericano en general y

Nota. Fuente: Autor.

Tabla 9 Relacionamiento de centros de pensamiento con universidades. Estimativo comparativo en Argentina

Entidad Consorcios Predominantes

Alianzas Predominantes

Vínculos Predominantes Tendencia de Formato Foros

CIPPEC (CIP) SíUdeSA

SíUdeSA

DesinstitucionalizadaPersonalizadaMedio

DifusiónSeminario

Uso Redes sociales Tendencia de Formato Foros

SíDispersa pero constante

DesinstitucionalizadaPersonalizadaBajo

DifusiónMesa Redonda y Panel

FISyP (FP) SíUNRIVCLACSO

SíEsporádica

DesinstitucionalizadaPersonalizadaAlta

DifusiónInvestigación

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argentino en particular, no es habitual y, además, los centros de pensamiento “construyen alianzas para de-sarrollar actividades puntuales, tales como: organizar congresos, desarrollar asistencias técnicas o actividades de formación”. Por el contrario, son muy escasas las experiencias conjuntas en proyectos de investigación, lo que resulta más frecuente entre investigadores in-dividuales, y que en algunos casos acarrea posteriores acuerdos institucionales más amplios. Así, en reitera-das ocasiones la múltiple pertenencia institucional de los investigadores suele actuar como disparador de la cooperación entre los centros de pensamiento”. Esta particularidad definitivamente se confirma en el pano-rama no representativo de casos aquí abordados frente al relacionamiento entre centros de pensamiento y uni-versidades. Vale la pena preguntarse si la imputación mencionada hace parte de un obstáculo específico del campo susceptible de profundizar en posteriores aná-lisis hacia el futuro.

• Una hipótesis preliminar al respecto plantearía la existencia de “cuellos de botella” institucionales que incentivan la competencia entre centros de pensamien-to y universidades a este nivel y que se minimizan y relajan cuando el involucramiento entre las entidades evoluciona a título personal desvinculando compromi-sos institucionales.

• Dentro de este aspecto, finalmente, habría que evaluar con mayor profundidad los impactos (positivos y nega-tivos) de la consolidación de agencia como CONICET en el campo universitario y la modificación que ello

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supone frente a los centros de pensamiento. Dadas las exigencias (en muchos aspectos “exclusivas” exigi-das al personal científico e investigativo), y la relativa estabilidad profesional que brindaría el CONICET deben reconsiderarse las relaciones históricas mante-nidas entre universidades y centros de pensamiento en Argentina y sopesarse más ampliamente (nos re-ferimos a aumentar el número de la muestra hacia el futuro) los efectos de todo tipo que ello supone. Aquí, preliminarmente, podríamos decir que el CONICET tiene efectos ambiguos respecto a factores como infraestructura para la investigación (espacios de tra-bajo), financiación de investigaciones y personal, etc. pero que, dada la muestra por el momento abordada, no permiten llegar a conclusiones parciales concluyen-tes sólidamente establecidas. Citando una situación paradigmática, la influencia de CONICET podría des-incentivar la doble membresía de investigadores que se desempeñan en universidades y centros de pensa-miento pero, al mismo tiempo, y mientras subsistan vínculos desinstitucionalizados entre ambos, esto pue-de debilitar los vínculos existentes entre centros de pensamientos y universidades, aislando ambos cam-pos. Preguntas de este tipo deben ser abordadas más sistemáticamente ya que son cruciales para develar las relaciones entre centros de pensamiento y uni-versidades, no sólo en el caso argentino sino en otros casos regionales en los que se presenta la emergencia y protagonismo reciente de este tipo de organismos estatales en el sector.

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b) Recomendaciones de Política Pública

- ¿Trampas en la competencia, la coordinación y la complementariedad entre centros de pensamiento y uni-versidades?: De la personalización hacia la personificación.

Dada la brecha actualmente existente y las vinculaciones inestables y esporádicas entre centros de pensamiento y uni-versidades deben promoverse incentivos para la coordinación y complementariedad entre estas entidades en el sentido de potenciar la producción de conocimiento, y la difusión y de-bate como forma de incidencia. La evolución de centros de pensamiento hacia universidades suponen un vínculo carac-terístico entre centros de pensamiento y universidades que podrían llamar la atención sobre diferentes dinámicas que, si bien, pueden plantearse dentro de las especificidades his-tóricas del caso argentino, valdrían la pena ser abordadas con otros casos comparativamente. En este sentido, la relación en-tre centros de pensamiento y universidades debería transitar de la personalización (subordinada a lo estrictamente perso-nal) de los vínculos hacia la personificación (abiertamente representativa de las universidades y centros de pensamiento, más allá de las personalidades individuales). Este giro tiene como presupuesto el desarrollo de espacios estables y com-plementarios y un campo progresivamente institucionalizado entre centros de pensamiento y universidades.

Una Alternativa: Construir Foros Públicos Integrados (FPI)

Teniendo en cuenta que los espacios de convergencia entre centros de pensamiento y las universidades, en los casos abordados, proponen a los foros (en diferentes modalida-

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des) como un locus potencial para fortalecer las formas de articulación “en” y “entre” estos espacios académicos uni-versitarios y los centros de pensamiento – incluso, más allá con espacios gubernamentales y comunicacionales – pensar desde este forma resulta fundamental.

Los foros en donde convergen centros de pensamiento y uni-versidades pueden superar varios desafíos que el ambiente institucional eventualmente mantiene. Institucionalmente hablando, los académicos de las universidades aún se man-tienen en una “torre de marfil”; los expertos y los tomadores de decisión actuando como deus ex machina (bajo la ilusión de su “extra-socialidad”); y, los responsables de los dispo-sitivos comunicacionales, mass-media, constructores de la opinión pública, superficialmente indiferentes al campo in-telectual. Esta situación más que una evolución natural es, por el contrario, bastante consistente con una manera de mantener el status quo.

Este aislacionismo es uno de los obstáculos más reiterados en los acercamientos, empezando por los lenguajes (¡un aparato para la “construcción del mundo”!), en las compren-siones y los entendimientos públicos sobre las problemáticas sociales. En parte porque sostiene una lógica exclusiva y una dinámica excluyente de los procesos sociales de la política y de las políticas los cuales, como se ha visto últimamente, resultan inconvenientemente autorreferentes, si de lo que se trata es enfrentar los desafíos sociales contemporáneos.

Este círculo vicioso paraliza una interacción más fluida y sólida, duradera y consistente que aproxime a los agentes/actores/agentes sociales, una producción de políticas públi-

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cas de convocatorias más amplias y una construcción de las realidades sociales cada vez menos excluyente. ¿Podríamos pensar en algún espacio que propicie una nueva dinámica?

La centralidad evidenciada por los foros debe potenciarse motivando una intersección rigurosamente pública. Una interacción que garantice foros públicos realmente integra-dos (well-integrated public forums) que inciten la articulación creciente entre diferentes esferas: decisional, intelectual y comunicacional en centros de pensamiento y universidades, al mismo tiempo, y de sus respectivos agentes/actores/agen-tes sociales puede eventualmente superar los obstáculos y el déficit de personificación e institucionalización de los víncu-los. La figura 1 intenta graficar esta observación.

Aquí se indica que si bien existen relaciones de proximidad inter-esferas - por ejemplo, entre las esferas decisional y la intelectual -, sólo podría darse una interacción integrada en una zona liminar (intersección de las tres) que activaría di-námicas complejas en torno a la producción de las políticas, en los términos en que ya lo hemos explicado.

Dos implicaciones adicionales pueden subrayarse respecto a la integración pública de los foros (FPI), especialmente, para encarar el desafío de promoción de foros emergentes, es decir, aquellos que pretenderían “ocupar” y transformar los espacios ya institucionalizados, estratos y niveles en relación con el modelo de acción estatal y en el modo de producción social vigentes.

En primer lugar, validaría la existencia de un lugar de enun-ciación social (colectivo) en el cual se “juegan” y “conjugan”

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no solamente la enunciación de simples y abstractas teorías sociales (por parte de los científicos) ni ubicando flujos de informaciones (por parte de los medios de comunicación) ni mucho menos anunciando unilateralmente informes o ase-sorías técnicas (por parte de los formuladores y decisores).

Así se fomentaría una interacción activa entre esferas y agentes. Lo que en últimas significa la conjugación de valo-res sociales (formas de ver el mundo, intereses cognoscitivos y valorativos, políticos de alto impacto) y sus personificacio-nes (agentes, actores, etc.) que, desde el punto de vista de los procesos de la acción estatal en general y de las políticas pú-blicas en particular, insistimos, erigen imaginarios sociales tanto como materializan institucionalmente la vida pública.

En segundo lugar, este tipo de foros motivaría la emergencia inicial y alternativa de algún tipo de esfera pública diferente a la institucionalizada, evitando - tal y como ha mostrado la experiencia histórica en este campo - que las definiciones fundamentales del Estado y de las políticas públicas tengan lugar en ciertos cónclaves (espacios limitados, privativos y excluyentes, social y profesionalmente) “políticos” y tecno-cráticos, como plataformas de referencia para el lanzamiento ab origine de las decisiones públicas.

Una esfera pública integrada emergente, liderada por cen-tros de pensamiento y universidades, aceptando el hecho que “lo público” no es un espacio monolítico ni mucho me-nos libre de diversas lógicas y controversias en permanente confrontación, contribuye a que la complejidad presente en estos procesos sociales pueda ser consecuentemente “absor-bida”, sintetizada, (nunca “eliminada” ni obviada) y que la

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construcción y el devenir mismo de – valga la redundancia – una escena pública auténticamente pública y no, como ha sucedido, de espacios decisionales “públicos” pero en reali-dad cada vez más privatizados, si se quiere: colonizados por poderosas minorías (élites de intelectuales, técnicos, gesto-res simbólicos de los medios masivos de comunicación), continúen operando bajo el monopolio de posiciones socia-les y disposiciones políticas exclusivas.

Figura 1Foros Públicos Integrados. Propuesta para esquemas emergentes.

FPIEsfera

COMUNICACIONALMedios de

comunicación

Esfera INFLUENCIAL

Centros de Investigación PrivadosFundaciones Políticas

Grupos Advocacy

Esfera ACADéMICAIntelectualesAcadémicos

UNIVERSIDADES

Esfera DECISIONAL

Formuladores de Política

Tomadores de Decisión

FOROS PÚBLICOSINTEGRADOS

(Zona de Intersección o Liminar)

Nota. Fuente: Autor.

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En los términos de las ciencias sociales específicamente, esta propuesta favorecería la tesis según el conocimiento existe socialmente como un verdadero bien público y no como una mercancía más, en el mercado (parafraseando al pensamien-to económico convencional: ¡de competencia imperfecta y monopolista!) de las ideas.

Recapitulando los foros públicos integrados: algunas pro-puestas prácticas:

• Institucionalizar foros públicos integrados, de carácter global, regional y local, como escenarios preliminares de debate(s) público(s) (discusiones que aún no im-plican decisiones socialmente vinculantes) de manera que puedan constituirse en espacios periódicos y/o permanentes sobre las políticas públicas en general (aspectos teóricos, por ejemplo y en los cuales muchos actores tienen algo que decir - no sólo los especialistas -) y en particular (sectoriales y de temas específicos). Así promover la construcción de referentes públicos y la constitución de perspectivas colectivas para la acción del Estado. La visibilidad pública y social de los mismos resulta un elemento sustancial.

• Improvisar positivamente la interacción e interrelación de los agentes, actores y agentes sociales, en particular centros de pensamiento y Universidades, a través de los FPI, empezando, por la innovación y pedagogías en tor-no a los lenguajes, las comprensiones y, en general, las comunicaciones entre académicos, expertos y formula-dores de política y forjadores de la opinión pública.

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• Los foros como espacios concretos en el corto plazo, y las redes permanentes que se puedan derivar de ellos como procesos en el mediano plazo pueden tener efectos favorables en la construcción de comunidades social-políticas y epistémicas frente a las políticas e, in-clusive, con una integración informal a los centros de decisiones públicas y las comunidades existentes en las políticas públicas, incluyendo, la incentivación de los espacios virtuales que aún permanecen subutilizados.

• Innovar permanentemente los mecanismos y pedago-gías que convoquen progresivamente la convergencia efectiva de los FPI al interior de los escenarios de de-liberación pública (debates que implican decisiones socialmente vinculantes).

• Garantizar la presencia sostenida de “actores media-dores claves”, entre las diferentes esferas decisional, comunicacional e intelectual-experta, resulta básica para la promoción de relaciones sólidas y duraderas con los diferentes sectores sociales. La proactividad en este punto es fundamental.

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5. Referencias Bibliográficas

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6. Acerca del Autor

José Francisco Puello-Socarrás es actualmente profesor asis-tente en la Escuela de Política y Gobierno de la Universidad Nacional de San Martín (Buenos Aires, Argentina). También es miembro investigador de la Corporación para el Desarrollo de la Investigación Social y la Formación Política, ConCiencia Política (Colombia); el Grupo Interdisciplinario de Estudios Políticos y Sociales, Theseus (Universidad Nacional de Colombia); el Grupo de Estudios sobre Colombia y América Latina, GESCAL (Argentina/Colombia).

7. Anexos

a) Definiciones provisionales y nociones contextuales para el análisis

• Convocando la definición genérica de Rich (2006, 11) los centros de pensamiento son organizaciones sin ánimo de lucro, formalmente independientes y apar-tidarias que “producen y principalmente se basan en la experticia y las ideas para obtener apoyo e influenciar los procesos de políticas públicas”. Más puntualmente, para efectos de este estudio, los centros de pensamien-to comprenden “centros de investigación aplicada o institutos de investigación de políticas públicas”, ex-cluyendo aquellos “centros académicos, think tanks, ubicados dentro de universidades” (Grupo FARO, 2013, 2). En esta definición básica la producción de influencia directa de los centros de pensamiento podría

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referirse a las diferentes etapas convencionales dentro de los procesos de políticas públicas (diseño, imple-mentación, evaluación)13.

• A pesar que con frecuencia la gran mayoría de los es-tudios sobre el particular destacan que el ámbito de actividad de los centros de pensamiento se encuentra en el marco de los procesos de políticas públicas (po-licymaking process) (Abelson 2010; Uña & Garcé 2010) encontramos la necesidad de ampliar el marco de de-finición de los centros de pensamiento valorando el contexto singular y cambiante aplicable al caso de es-tudio en el sentido de convocar la (posible) influencia y distintas modalidades de los centros de pensamien-to en los procesos más amplios y complejos de debate público y deliberación política. Esto último, no sólo desde sus articulaciones inmediatas con gobiernos y administraciones de turno (Gallardo et al. 2009) sino también complementariamente desde los impactos de los centros de pensamiento como dispositivos de ideas, saberes y conocimiento que intervienen dentro de los procesos políticos (politics) amplios (Puello-Socarrás 2010).

• Igualmente, relativizamos la definición de centros de pensamiento en su sentido de organizaciones formal-

13 A pesar de basarnos en una definición amplia de centros de pensamiento, tenemos en cuenta elementos de lo que se podría denominar una definición “restrictiva” de los centros de pensamiento como la que propone Antonio Camou: “Yo tomaría

una definición más restrictiva de think tanks… pienso básicamente en organizaciones no

gubernamentales orientadas a producir conocimiento situado para la resolución de prob-

lemas de la agenda pública y que hayan tenido cierto tipo de estabilidad en su gestión” (Camou, 2013)

109+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Argentina

mente “apartidarias e independientes” en tanto las capacidades e incapacidades de involucramiento recí-proco y simultáneo entre centros de pensamiento con universidades - entendidas como: la comunidad de pro-fesores y académicos pertenecientes a las instituciones públicas o privadas de educación superior - en gran medida parecerían explicarse a partir de esta variable. La relativa “ideologización” del campo académico du-rante la última década en el caso de Argentina debe ser un elemento a considerar dentro de las dinámicas históricas y más recientes, respecto a la articulación entre universidades y centros de pensamiento (Oszlak 2013; Camou 2013; Gambina 2013).

• Con el fin de considerar la relación entre centros de pensamiento y universidades mantenemos la distin-ción que realiza Mendizábal en torno a la noción de “vínculo” (links) retomada, entre otros, por Uña et al (2010a, pág. 46) respecto a los nexos y vinculacio-nes (informales, formales), el rol de intermediarios o mediadores, las redes y campañas estratégicas. Más puntualmente, parafraseando aspectos de Datta, y otros (2010 pág. 49) apuntamos a describir las rela-ciones en tanto: a) consorcios: asociaciones complejas que involucran un conjunto de intereses comunes alrededor de un programa colectivo entre centros de pensamiento y universidades; b) alianzas: a diferencia de los consorcios, se trata de una colaboración centros de pensamiento-universidades que se concentraría en proyectos puntuales o en objetivos y actividades es-pecíficas en la producción conjunta de investigación, difusión, incidencia, etc.; c) vínculos y/o redes: asocia-

110+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Argentina

ciones simples e informales (incluyendo los diferentes ámbitos de “actuación” de miembros) entre centros de pensamiento y universidades que pueden abarcar desde potenciales acercamientos y la interacción no institucional personalizada hasta el uso de las nuevas tecnologías de la comunicación e información.

En conexión con esto último, y tal y como han llamado la atención recientemente varios estudiosos sobre las salientes transformaciones en el campo de los centros de pensamien-to, habría que registrar el uso de medios de comunicación en línea y la complementariedad que hoy significan las re-des sociales. Buena parte de la efectividad de las campañas de diseminación de ideas y la divulgación del conocimiento proponen en este terreno diferentes desafíos al mundo de los centros de pnesamiento y, por qué no, al mundo académico y universitario en la captura de audiencias. Dos de ellos, tie-nen que ver, primero, con el desarrollo de las relaciones de los centros de pensamiento y los emprendedores intelectuales virtuales (v. gr. editores en línea) y, segundo, la capitalización del tráfico web a través de sus “referentes” (Chaufen, 2013). Dos ejemplos en este sentido tienen que ver con el uso del twitter y del fenómeno en ascenso de los blogs. La sugeren-te indicación según: los blogs pueden ser “los think tanks del siglo XXI” (Silva, 2005) no debería entonces minimizarse ya que la evolución de estos espacios, en otras latitudes, está ad-quiriendo un peso cada vez mayor como forma de articular el trabajo de los centros de pensamiento facilitando las capa-cidades operativas más tradicionales14.

14 Agustin Etchebarne – anota Chaufen (2013) -, líder del centro de pensamiento “Lib-ertad y Progreso” en Argentina tiene alrededor de 33.000 seguidores en Twitter

mientras que su think tank no alcanza los 8.000 seguidores. Juan Carlos Hidalgo del Instituto CATO posee alrededor de 9.500 seguidores, cifra que supera varias unidades de tal entidad y también el número de asociados de varios centros de pensamiento que cuentan con presupuestos millonarios

volver al índice

Werner L Hernani-LimarinoKaterine SaraviaMiguel Vera conNatalia PeresFundación ARU1

1 Es importante mencionar que todos los autores de esta investigación están vinculados con Fundación ARU, uno de los centros de pensamiento analizados. Si bien esta situ-ación genera conflictos de interés -que intentamos superar haciendo nuestro mayor esfuerzo por conservar nuestra objetividad; también permite diseñar la investigación con algún conocimiento y experiencia práctica del contexto en el que se realizan ac-tividades de gestión de la investigación e intervención en políticas públicas

Bolivia

112+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Bolivia

Estudio país: Bolivia

1. Introducción

Al igual que en la mayoría de los países, en Bolivia los datos sirven para validar decisiones políticas y definir agendas de cambio. Por ejemplo, recientemente el gobierno boliviano anunció la substancial reducción de la pobreza (de 63% en 2005 a 41% en 2012) y de la pobreza extrema (de 38% a 21% en el mismo periodo) justificando de esa manera las ventajas del giro político ocurrido en el país desde 2005. Aún insatis-fecho con esta evolución favorable, el Presidente anunció la necesidad de erradicar la pobreza extrema, desafío plantea-do como primer punto del plan de largo plazo denominado “Agenda Patriótica 2025” (Cfr. Morales, 2013: 3-4).

Sin embargo, la relación entre los resultados de las investiga-ciones basadas en datos y la definición de políticas públicas resulta menos evidente. Siguiendo el mismo ejemplo, a pesar de la cantidad de información disponible sobre el tema (di-versos estudios explican el comportamiento de la pobreza y revelan grandes variaciones entre grupos de población), aún es muy reducido el uso que se le da para dar sustento técnico a las agendas estratégicas del gobierno. Esta situación se evi-dencia en el carácter general de las propuestas de política (la mayoría expresadas en normas y no necesariamente en planes de trabajo) que no condice con la cantidad de datos disponi-bles en diversos centros de investigación públicos y privados.

Esta desconexión cuestiona la forma en que las instancias que definen las políticas públicas (en particular, las instituciones

113+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Bolivia

del nivel central) utilizan la información incluyendo no solo los resultados de las investigaciones sino también aquella disponible entre diversos “productores de evidencia”. Los encargados “naturales” de producir información son las ofi-cinas nacionales de estadística (el caso del Instituto Nacional de Estadísticas) las cuales, en varios casos, trabajan con ins-tancias encargadas de la planificación y análisis al interior del aparato público estatal. Dado que existen datos e inves-tigaciones también en el sector privado, resulta interesante determinar hasta qué punto se utiliza o no esta evidencia.

Determinar cómo se utilizan los datos y la investigación provenientes de “productores” privados para fines públicos implica reconocer, por lo menos, dos elementos de contex-to. El primero se relaciona con la estructura institucional del sector público y su capacidad o resistencia para procesar y, eventualmente, utilizar información “nueva”. Por ejemplo, existen estudios que señalan que, en contextos instituciona-les más estables y con baja fragmentación política, existiría mayor “apertura” a escuchar ideas de centros de investi-gación privados (Tanaka, Barrenechea y Morel, 2009). El segundo elemento tiene que ver con los incentivos que en-frentan los investigadores y sus capacidades para influir en el debate público. Existen menos antecedentes al respecto pero, seguramente, la capacidad de influir para mejorar las políticas públicas dependerá del tipo de institución que la esté generando (Repetto, 2001) y también de los interme-diarios que vinculan a “proveedores” con “demandantes” de conocimiento (Australian Aid, 2012).

Existe un amplio conjunto de instituciones no gubernamen-tales que cumplen el rol de “productores” o “intermediarios”

114+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Bolivia

de conocimiento y que tienen posibilidad de influir so-bre las políticas públicas. La mayoría son instituciones ligadas a proyectos de desarrollo (ONG´s, fundaciones o institutos) que no necesariamente basan su conocimiento en investigaciones. Por otro lado, existen centros especiali-zados, generalmente basados en universidades, que priorizan la investigación sin tener, necesariamente, un vínculo con las políticas. Lo que es menos frecuente es encontrar instituciones que, priorizando la investigación, incluyan deliberadamente el objetivo de influenciar las políticas.

Aunque el debate sobre el carácter de los think tanks o cen-tros de pensamiento aún es reciente, diversas publicaciones coinciden en señalar que son instituciones que apoyan sus argumentos en investigaciones – sea que las generen o las difundan – y que buscan relacionarse con alguna dimensión de las políticas públicas – sea directamente a través de una comunicación directa con actores políticos o bien indirecta-mente influyendo en el ciclo de formación de políticas. Los estudios sobre el rol de estas instituciones y su evolución en el tiempo son incipientes en Bolivia aunque existen estudios específicos ligados a la formación e influencia de “centros de pensamiento” públicos (Contreras, 1997 y Loayza, 2009).

Los estudios sobre la forma en que dichas organizaciones interactúan entre sí para generar conocimiento y, eventual-mente, influir sobre políticas resultan aún más reducidos. La escasa institucionalidad pública – necesaria para asimilar diversos tipos de información - y la reducida capacidad de investigación en Bolivia determinan que sean pocas las ins-tituciones que realizan investigación rigurosa y aún menos las que tienen posibilidad de influir en las políticas. Aunque

115+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Bolivia

es de suponer que, dadas estas características, este “merca-do” aún no se encuentre suficientemente desarrollado, es importante decir que no existen estudios sobre la relación entre dichas organizaciones: ¿Qué tipos de centros de pen-samiento existen? ¿Cuándo compiten o colaboran? ¿En qué ámbitos? ¿Bajo qué circunstancias?

Este documento describe el contexto boliviano en cuanto a actividades de investigación e intervención en los procesos de política pública, y explora las formas de interacción entre centros de pensamiento y universidades en este ámbito, con especial énfasis en los desafíos y las oportunidades de las ac-tuales y prospectivas formas de interacción. En particular, el documento busca: 1) describir las características básicas del contexto boliviano en cuanto a gestión de la investigación y su rol dentro de los procesos de políticas públicas, 2) des-cribir las principales formas de interacción entre centros de pensamiento y universidades; y 3) entender los incentivos (costos y beneficios actuales) de la (falta de) interacción y cooperación entre centros de investigación y universidades así como los desafíos y oportunidades futuras.

2. La Investigación para las Políticas Públicas

Esta sección describe el estado actual de la investigación y el conocimiento en Bolivia aproximado por indicadores con-vencionales. Dentro de este contexto, presenta una breve evolución de los centros de investigación en el país resaltando su relación con las políticas públicas. De esa manera, intro-duce el debate sobre los centros de pensamiento en el país. Al final, se reflexiona sobre la posibilidad real de que estas instituciones influyan en procesos de formación de políticas.

116+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Bolivia

a) Inversión en Investigación y Producción de Conocimiento

De acuerdo con los indicadores comúnmente utilizados, Bolivia presenta un rezago significativo en inversión en, in-sumos para, y resultados de la producción del conocimiento; cuando se lo compara con otros países de la región y aun cuando se lo compara con otros países de nivel de desarro-llo semejante. Más aún, el análisis de la evolución de estos indicadores en el tiempo muestra que el rezago se ha am-pliado durante los últimos años.

Las Figuras 1 y 2 analizan el nivel y la composición de la inversión en investigación y desarrollo (I&D) de acuerdo con las estimaciones de la Red de Indicadores de Ciencia y Tecnología (RICYT). La Figura 1 presenta la inversión en I&D como porcentaje del PIB, indicador que comúnmente se conoce como intensidad de la investigación y desarrollo evidencia que Bolivia, no sólo tiene una inversión baja en relación a otros países de la región, sino que la intensidad de la investigación y desarrollo ha disminuido durante la última década. La inversión del I&D en Bolivia alcanza ape-nas 0,26% del PIB; por debajo de la inversión en I&D de Brasil, Chile, Argentina, México y Uruguay que alcanzan alrededor de 0,50% del PIB, y por debajo de la inversión en I&D de Bolivia en 1997 que llegaba a 0,32% del PIB. Por su parte, la Figura 2 presenta la composición de la inver-sión en I&D por sector de ejecución. Claramente, una gran parte de la inversión en I&D, 41%, se ejecuta en educación terciaria. La inversión en I&D del sector privado alcanza a 25%, la del sector público a 21%, y la de organizaciones no gubernamentales y fundaciones a 13% de la inversión total.

117+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Bolivia

En cuanto a la disponibilidad de insumos necesarios para las actividades de investigación en Bolivia, resulta informativo el hecho de que Bolivia no esté incluida en los principales indicadores de esta área. Por ejemplo, ninguna universidad boliviana está incluida dentro del ranking de las Top 500 uni-versidades del mundo, no existen estadísticas disponibles para Bolivia sobre el número de profesionales con grados doctorales o el alcance de y facilidad de acceso al sistema na-cional de estadísticas. Las Figuras 3, 4 y 5 presentan una de las pocas estadísticas de éstos investigadores y el área cientí-fica en la que se desempeñan. Los primeros dos indicadores provienen de las estimaciones de la RICYT, mientras que el tercer indicador proviene de las estadísticas de la UNESCO.

De acuerdo a estos datos, el porcentaje de empleo de investiga-dores en Bolivia es similar al de Colombia y Ecuador - aunque por debajo de Argentina, Chile, Brasil, México y Uruguay; 95% de estos empleos se generan fuera del sector privado; y sólo 13% dentro del área de las ciencias sociales y humanas.

Un insumo que se cita con menos frecuencia y que, sin em-bargo, resulta fundamental para asegurar la frecuencia y la calidad de las investigaciones se refiere a la disponibilidad de datos confiables. Para importantes sectores y temáticas del ámbito social y económico no existe información pública ni privada de registros o encuestas. En los contados casos en los que la información existe, no es pública; y en los esca-sos casos en los que la información es pública tiene fuertes cuestionamientos a su calidad. En una escala que va de 0 hasta 100, la calidad de la información y de las estadísticas en general en Bolivia habría bajado de 0,42 en 2007 hasta 0,32 en 2009, una reducción sustancial si se compara con

118+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Bolivia

la evolución del promedio regional cuyo índice se mantuvo prácticamente constante alrededor de 0,331. Dos ejemplos ilustrativos de esta situación son los datos del producto in-terno bruto nacional2 y los datos del número de personas de

acuerdo al último Censo de Población y Vivienda, los que incluso

han derivado en paros en algunas regiones del país3.

1 Este índice se basa en una encuesta de percepción a usuarios y expertos del país que valoran: la capacidad de las instituciones para generar estadísticas precisas; el grado de desagregación de la información presupuestaria; el grado de agregación de la información presupuestaria para análisis globales; y la capacidad del presupuesto para obtener un panorama completo de las finanzas nacionales (ver: http://www.iadb.org/datagob/index.html).

2 En el caso del PIB, es preocupante que la matriz insumo-producto, sobre la que se basa la construcción del PIB y las cuentas nacionales, utilice coeficientes técnicos del año 1989 en vista de los significativos cambios tecnológicos ocurridos durante las últimas dos décadas. En el caso del nivel y la distribución de la población del Censo 2012, son de dominio público los fuertes cuestionamientos a la calidad del proceso y de los datos del censo, los que incluso han derivado en paros en algunas regiones del país.

3 En los departamentos de La Paz, Santa Cruz y Cochabamba se organizaron paros cívi-cos y protestas por la disminución de habitantes (la población indicada en la present-ación preliminar de los datos en el Censo de Población y Vivienda en 2012 fue mayor a los datos finales presentados por el Instituto Nacional de Estadística). La variación de datos originó descontento por las posibles implicaciones: menor presupuesto asig-nado y cambio en el número de representantes en la Asamblea Legislativa Nacional. Posteriormente el ex presidente del INE admitió la presencia de errores en el censo. Existe mayor información disponible en la siguiente dirección electrónica: http://www.ultimasnoticiasbolivia.com/2013/09/16/tres-regiones-proyectan-la-protesta-por- fallas-del-censo-2012/

Recuadro 1Acerca de la Red Boliviana de Microdatos y Encuestas

Red Boliviana de Micro datos y Encuestas – Fundación ARU

Está red busca promover la investigación a través de la recolección de información

inédita y de calidad en temas relevantes de la realidad nacional. Es una asociación

comprende: algunas carreras e institutos de investigación de universidades públi-

cas, universidades privadas y Fundación ARU, con la participación de sus estudiantes,

docentes e investigadores. Se organizaron tres cursos en los que un promedio

de 20 estudiantes fueron capacitados en cada uno, y vivieron la experiencia de las

encuestas en todas sus fases. Las capacitaciones estuvieron a cargo de investi-

gadores pertenecientes a Fundación ARU, que a su vez se encargaba de definir los

contenidos y financiar los cursos. Como resultado de esta experiencia se realizaron

varios estudios con distintos actores y temáticas.

119+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Bolivia

Las Figuras 6, 7, 8, 9, 10 y 11 presentan indicadores relacio-nados con la producción de conocimiento científico del país. Las Figuras 8 y 9 presentan, respectivamente, el número de publicaciones por habitante y el número de citas por publi-cación. Ambos indicadores normalizados en relación con el estándar de los países de la OECD. En el primer indicador, que es utilizado como una medida gruesa de la “producti-vidad científica relativa”, Bolivia - junto con Ecuador y Perú, muestra un rezago significativo, con niveles cercanos a 2% del número de publicaciones por habitante en la OECD, mientras que Chile, Uruguay, Argentina, Brasil y México superan o están cerca del 10% del nivel de la OECD. En el segundo indicador, que es utilizado como una medida gruesa de “calidad de la producción científica relativa”, exis-te una distribución mucho más homogénea entre los países de América Latina incluidos en la muestra.

Finalmente la Figura 10 presenta el número de patentes y la Figura 11 las aplicaciones para el registro de una mar-ca normalizado en una escala de 0 a 10. En el primer caso, Bolivia sólo está por encima de Guyana, Haití y Surinam, con un indicador alrededor de tres veces más bajo que los registrados en Chile, Argentina, Uruguay, México y Brasil. En el segundo caso, Bolivia sólo está por encima de Haití y Surinam, con un indicador dos veces más bajo que lo de los países antes mencionados. Si bien, estos indicadores presen-tan algunas dificultades, nos permiten ilustrar el rezago de Bolivia en inversión, insumos, y resultados de la producción del conocimiento. En resumen, tanto las escasas estadísticas disponibles como la falta de estadísticas relevantes en el área de I&D revelan que Bolivia enfrenta fuertes restricciones en el acceso a recursos financieros, recursos humanos y datos

120+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Bolivia

de calidad que le permitan responder a los desafíos de los procesos de política pública informada. Como se explica en la siguiente sección, los centros de investigación, operan-do como think tanks, podrían abordar estos desafíos en la medida en que se resuelvan problemas estructurales como el “círculo vicioso” de baja demanda por investigación local de los actores de política pública, importantes restricciones de acceso a recursos humanos y financieros para la investigación, baja cantidad y calidad del flujo de investigación local, y poca di-fusión y utilidad práctica del stock de evidencia.

Figura 1Gasto en Investigación y Desarrollo como Porcentaje del PIB en 1997 y 2007

Nota. Fuente: RICyT (2009)

2007 1997

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Japó

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121+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Bolivia

Figura 2Gasto en Investigación y Desarrollo por Sector

Japó

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Nota. Fuente: RICyT (2009)

Sector de Negocio

100

80

60

40

20

0

Gobierno Educación Superior

ONGs

Figura 3Investigadores por cada 1000 en la Fuerza Laboral en 1997 y 2007

Nota. Fuente: RICyT (2009)

2007 1997

16,00

14,00

12,00

10,00

8,00

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LAC

122+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Bolivia

Figura 4Investigadores por Sector de Empleo (2007)

Nota. Fuente: RICyT (2009)

Sector de Negocio

100

80

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40

20

0

Otros sectores

Figura 5Investigadores por Área de Ciencias

Nota. Fuente: RICyT (2009)

Cs. Agrícola

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80

60

40

20

0

Tecnologíae Ingeniería

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Cs. de la Salud yMedicina

Cs. Naturales

Cs. SocialesHumanidadesy otros

123+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Bolivia

Figura 6Rango normalizado por país (0-10) en Publicaciones por cada 1000 pobladores

Nota. Fuente: RICyT (2009)

2008

10,0

8,0

6,0

4,0

2,0

0

1998

Figura 7Diferencia entre la Productividad Científica Observada y Esperada, como porcentaje de la Productividad Científica esperada en 2004-2008 (como se predijo por los gastos públicos en investigación)

Japó

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Nota. Fuente: RICyT (2009)

124+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Bolivia

Figura 8Productividad relativa (Publicación por Población relativa para el OCDE)

Nota. Fuente: RICyT (2009)

1995-1998

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2005-2008

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Figura 9Calidad relativa (Citaciones por Publicación Relativa para el OCDE)

Nota. Fuente: RICyT (2009)

1995-1998

180

160

100

40

0

2005-2008

Japó

n

Méx

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125+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Bolivia

Figura 10Rango normalizado por país (0-10) en Patentes por cada 100.000 habitantes

Nota. Fuente: RICyT (2009)

1995-1998

10,00

8,00

6,00

0

2005-2008

Japó

n

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Figura 11Rango Normalizado por país (0-10) en Solicitudes de Marcas por cada 100.000 habitantes

Nota. Fuente: RICyT (2009)

1995-1998

10,00

8,00

4,00

0

2005-2008

Japó

n

Méx

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Chi

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126+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Bolivia

b) Centros de Investigación para las Políticas Públicas: los Think Tanks

A diferencia de los países europeos y, en particular, anglo-sajones, los think tanks en América Latina nacen como reacción (o, directamente, oposición) al Estado antes que como instituciones dirigidas a mejorar la gestión pública (Botto, 2009). En Bolivia, el surgimiento de los centros de investigación puede asociarse con la lucha en contra de los regímenes militares en la década del 70 donde muchos profesionales de izquierda exiliados y/o perseguidos se dedi-caron a defender los derechos humanos y socioeconómicos poniendo énfasis en temas como la educación popular y la organización.

Con la llegada de la democracia en 1982 surgieron nuevos centros de investigación en busca de alternativas de desa-rrollo económico para superar la pobreza. En esta segunda “oleada”, primó la creación de centros de investigación al interior del sector público y otras organizaciones que ope-raban desde la sociedad civil. En el primer caso, destacan los esfuerzos de organismos multilaterales por apoyar las re-formas estructurales que inició el país en los años noventa, fortaleciendo los aparatos públicos, fundamentalmente, en las áreas económicas (Tanaka et al, 2009 y Contreras, 1997).

El apoyo a organismos no gubernamentales, incluyen-do a instituciones que jugaron un rol en la generación de ideas y argumentos para las políticas públicas, se benefi-ció fundamentalmente del financiamiento de organismos de cooperación internacional que apoyaron abiertamente la conformación de este tipo de centros (Toranzo, 2009).

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Tres eventos, favorecieron este tipo de financiamiento: 1) la sequía e inundaciones de 1982 y de los años siguientes, y las consiguientes necesidades de planificación e imple-mentación de programas de emergencia y reconstrucción; 2) la implementación de la política de ajuste estructural de 1985; y 3) la necesidad de pensar y ejecutar políticas de compensación, especialmente a mineros relocalizados y sus familias. A mediados de los noventa, la promulgación de la Ley de Participación Popular en 1994, que creo gobiernos municipales aumentó los requerimientos de planificación participativa a nivel local y con ellos la necesidad de institu-ciones especiales en el tema (JICA, 2007).

Aunque la orientación de los centros de investigación que podrían clasificarse como centros de investigación varía grandemente, aquellos con una vinculación directa hacia las políticas públicas y con fundamento tecnocrático se crearon durante este período. Uno de los casos comúnmente cita-dos en los estudios sobre el tema se refiere a la Unidad de Análisis de Políticas Económicas (UDAPE), citado como un caso exitoso de fortalecimiento institucional (Contreras, 1997), como un espacio tecnocrático (“islas de eficiencia”) dentro de contextos políticos altamente polarizados (Tanaka et al, 2009) y como un centro de investigación capaz de in-fluir directamente en las políticas públicas (Loayza, 2009). Esta institución fue establecida durante un gobierno de iz-quierda en 1984 con el apoyo financiero de USAID (Godoy y Contreras, 1997). Un caso menos exitoso está referido al de la Unidad de Análisis de Políticas Sociales (UDAPSO), establecido en 1992 también con el soporte de USAID pero que desapareció antes de los cinco años de su nacimiento.

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También figuran importantes centros de investigación creados y/o asociados a partidos políticos: el Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA), establecido en 1985 por militantes de partidos de izquier-da; Fundemos, establecido en 1986 por líderes del partido Acción Democrática Nacionalista (ADN) con el apoyo de la Fundación Hanns Seidel; Milenio, establecido en 1990 por líderes del partido Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) con el apoyo de la Fundación Konrad Adenauer (Toranzo, 2009).

No ha sido posible encontrar referencias sistemáticas sobre los centros de investigación afiliados o que son parte de las universidades públicas o privadas, más allá de referencias anecdóticas, producto de las entrevistas sostenidas como parte de este estudio. Sobre esta base, se puede identificar al Instituto de Investigaciones Socioeconómicas (IISEC) de la Universidad Católica Boliviana (UCB) como un centro conectado al debate público de mediados de los ochenta y noventa, sobre todo, por relaciones informales y por la afini-dad teórica de las reformas económicas en curso con el tipo de investigaciones realizadas desde este Instituto.

En el área social, resulta menos frecuente encontrar centros de investigación con una dirección clara hacia las políticas públicas. Una excepción importante la constituye el colec-tivo de Post-Graduación en Ciencias del Desarrollo (CIDES) que también recibe financiamiento de la Universidad Mayor de San Andrés pero que mantiene una estructura orgáni-ca y una línea de investigación independiente. A pesar de la pluralidad ideológica que caracteriza esta instancia, debe remarcarse que este espacio permitió catalizar un conjunto

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solido de argumentos en contra del modelo socioeconómico de los años noventa (aquél de las reformas estructurales) y contar con cuadros técnicos para el nuevo gobierno (en el 2005) que impulsaba profundos cambios políticos, econó-micos y sociales.

Como parte de los esfuerzos por acercar la investigación en áreas sociales y las políticas públicas, en 1994 fue crea-do el Programa de Investigación Estratégica en Bolivia (PIEB). Esta iniciativa combina la producción de conoci-miento, la formación de recursos humanos especializados en investigación, el fortalecimiento de capacidades locales en investigación, la promoción del debate para el diseño y la discusión de políticas públicas y la coordinación in-terinstitucional. A pesar de la producción significativa de documentos, la sostenibilidad de la investigación bajo este enfoque no está garantizada ni por los recursos financieros – el programa depende principalmente de financiamiento de la embajada de Holanda – ni por la continuidad de los recursos humanos para la investigación – no se conoce de ningún sistema que facilite la reinserción de los investiga-dores formados bajo este programa dentro del mercado local – (G. Montaño anterior Oficial de Programas de la Embajada de los Países Bajos en Bolivia, 2013).

Por otro lado, el incremento de las universidades privadas vino acompañado de un mayor número de centros asociados con intereses en la investigación que, según se desprende de las entrevistas realizadas para este estudio, también se habría incrementado aunque en menor proporción. Si bien no están claros los incentivos que las universidades priva-das enfrentan al momento de valorar incursionar o no en

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actividades de investigación (más adelante se abunda sobre este tema), el hecho es que aún son una referencia de la cantidad y calidad de investigación en el país.

Recuadro 1Sistemas de Investigación en América Latina

MéxicoEn el caso de México cuentan con un Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología bien establecido. El mismo administra un Sistema Nacional de Investigadores que busca promover y fortalecer, a través de la evaluación, la calidad de la investigación científica y tecnológica, y la innovación que se produce en este país. Los investigadores reconocidos en este sistemas son evaluados por una comisión; en caso de ser seleccio-nados por la calidad y el prestigio de sus contribuciones, son acreedores a incentivos económicos cuyo monto varía con el nivel asignado (variando entre seis salarios mínimos mensuales para un investiga-dor nivel I y 14 salarios mínimos para un investigador nivel III o emérito durante un año). Para realizar su labor, el Sistema Nacional de Investigadores establece criterios fiables y válidos para designar un nivel (los mismos varían entre las distintas áreas de estudio), entre ellos se encuentran los aportes realizados últimamente, la calificación otorgada por la comisión a sus trabajos, haber contribuido a la formación de recursos humanos (los investigadores pueden incorporar asistentes de investigación a sus trabajos con remuneración del CONACYT), trayectoria, etc.Fuente: http://www.conacyt.gob.mx/SNI/Paginas/default.aspx

ParaguayEn Paraguay cuentan con el Programa Nacional de Incentivo a los Investigadores (PRONII), creado con el fin de fortalecer y expandir su comunidad científica del país mediante su categorización, evaluación de su producción científica (por su relevancia internacional y su impacto en la formación de otros investigadores) y otorgamiento de incentivos económicos. De acuerdo al Reglamento, el Gobierno de Paraguay estableció que los elementos a tomar en cuenta en la evaluación de los investigadores serían: la producción científica en los 15 años anteriores al año de ingreso, la producción científica entre períodos de evaluación, la calidad de la investigación (considerada en función de trabajos publicados en revistas arbitradas o revistas con in-dexación internacional, el valor de las patentes y las producciones tecnológicas originales, la contribución al desarrollo de líneas de investigación o nuevas áreas de dominio, el liderazgo y reconocimiento internacional, regional y/o nacional). A partir de la decisión de una comisión los investigadores son diferenciados entre sí como investigadores activos, asociados o eméritos, y a su vez clasificados en tres niveles en el caso de las dos primeras opciones. En cuanto a los incentivos económicos, estos varían en promedio entre 3’126.995 y 9’380.982 de guaraníes mensuales para el primer y tercer nivel respectivamente.Fuente: http://secit.conacyt.gov.py/pronii

Argentina:En la República Argentina cuentan con el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, que se encuentra a cargo de las evaluaciones académicas periódicas de sus miembros y de los proyectos que subsidia. Para la evaluación de los proyectos se basa en la opinión de pares de reconocida trayectoria. En el caso de la evaluación para el Ingreso y las Promociones de la Carrera del Investigador Científico y Tecnológico cuenta con las siguientes instancias evaluadoras: Comisiones Asesoras Disciplinarias y la Junta de Calificación y Promoción, en las cuales se hace partícipe a un par consultor como asesor especializado. Entre los requisitos solicitados para ingresar a la carrera de Investigador se encuentran: haber obtenido un PhD y contar con el apoyo de una institución que desarrolle actividades científicas para el desempeño de sus labores. Complementariamente cuentan con un incentivo académico, de acuerdo a las categorías esta-blecidas; las mismas que distinguen: asistente, adjunto, independiente, principal y superior.Fuente: http://web.conicet.gov.ar/web/conicet.trabajar.investigador

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c) El Rol de la Evidencia y el Conocimiento en el Proceso de Políticas Públicas

Si la anterior revisión deja en evidencia las escasas oportuni-dades en que la investigación se vincula institucionalmente con las políticas públicas, el actual contexto político redu-ce aún más la posibilidad de lograr esta conexión. Por un lado, en varios centros de investigación tradicionalmente articulados los criterios en favor de los procesos de ajuste estructural (asociados a los partidos políticos tradicionales) se encuentran desacreditados o en franca oposición al go-bierno. Por otro lado, los programas impulsados por el gobierno se basan generalmente en postulados ideológicos lo que reduce la posibilidad de cuestionamientos teóricos o empíricos provenientes de la investigación. Al respecto, Deviss (2013) analiza el rol del conjunto de ONGs y fun-daciones en Bolivia durante este periodo y resalta “la poca sistematización de experiencias y el escaso desarrollo de in-vestigación” que estas vienen realizando4.

Perez (2012) analiza el rol de la investigación, la evidencia y el conocimiento dentro del proceso de políticas públi-cas en Bolivia a partir de entrevistas a actores clave. Como podría esperarse, ni la investigación, ni la evidencia, ni el conocimiento juegan un rol importante dentro del proce-so de gestión de políticas públicas, el que es mejor descrito por los actores entrevistados como caótico y complejo, tanto

4 Devis (2013) identifica siete principales roles bajo los cuales las ONGs se han regido: lucha contra la pobreza; ejecución de programas y proyectos gubernamentales; in-novación social y tecnológica; articulación de actores; fomento del debate público e incidencia en políticas públicas; interpelación al cumplimiento de derechos, normas legales y compromisos gubernamentales; e incidencia en la transformación cultural en las relaciones de poder.

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entre actores gubernamentales como entre ellos y actores de la sociedad civil. A decir de los entrevistados, es el con-texto económico, político y social el que determina no sólo el diseño sino también la implementación, y a veces hasta la evaluación de las políticas públicas. Dicho estudio atribuye la falta de incidencia de la evidencia sobre la toma de deci-siones a dos factores: primero, la falta de capacidades en una gran mayoría de los tomadores de decisión (de la coyuntura actual); segundo, la baja cantidad y escasa calidad (tanto en términos académicos como en términos de su relevancia y utilidad de sus implicaciones de política) de la evidencia que se produce en el país.

La credibilidad no sólo de las investigaciones que se produ-cen sino también de datos y estadísticas primarias dificultan ostensiblemente la posibilidad de toma de decisiones basada en información o en evidencia. Finalmente, Perez (2012) rescata dos puntos importantes que podrían ser de utilidad prospectiva para mejorar el rol de la información, investiga-ción, evidencia y conocimiento en los procesos de política pública. Primero, el interés de los actores políticos de tener acceso a más y mejor información, y fundamentalmente a sistemas de control de calidad de la investigación que les permitan juzgar adecuadamente la pertinencia o no de la evidencia. Segundo, el rol de la cooperación internacional que, ya sea por las mejores capacidades de su tecnocracia o por su rol dentro del financiamiento de los proyectos de desarrollo, tienen una mayor demanda por información e investigación y podrían jugar un rol fundamental tanto en la mejor gestión de la investigación como en la posibilidad de políticas públicas basadas en evidencia.

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Loayza (2009), analiza en qué medida la investigación ha po-dido informar la política pública en Bolivia. Aunque el autor concluye que “los think tanks han tenido verdadera influen-cia en Bolivia desde 1985, (...) gracias a sus conexiones con los partidos políticos, movimientos sociales y gobierno, (...) y que están subordinados al interés político”, es claro que las intervenciones consideradas como exitosas en procesos de política pública casi nunca han estado asociadas con productos de investigación y mucho menos con agendas de investigación bien planificadas.

Por un lado, la acostumbrada toma de decisiones en base a ideología, política e intuición ocasionada por la ausencia o escasez de sistemas de control de calidad de la “eviden-cia” y/o por la falta de interés de los actores de política hacen casi imposible hallar formas eficaces y eficientes de intervención en políticas públicas que permitan informar e influenciar el debate, diseño o implementación en base a evidencia lo que reduce aún más el retorno social de estas actividades y por tanto sus oportunidades de financiamien-to. Por otro lado, restricciones de acceso a recursos físicos, humanos (reclutamiento, promoción y retención de investi-gadores) y financieros (especialmente para la generación de una agenda de investigación propia), y falta de demanda por conocimiento local por parte de los actores de política públi-ca dificultan la producción de conocimiento relevante y útil para la política pública. La acostumbrada toma de decisio-nes en base a ideología, política e intuición ocasionada por la ausencia o escasez de sistemas de control de calidad de la “evidencia” y/o por la falta de interés de los actores de política reducen las posibilidades de lograr formas eficaces y eficientes de intervención en políticas públicas.

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3. El Rol de la Evidencia y el Conocimiento en el Proceso de Políticas Públicas

a)Principales Hallazgos

El objetivo principal de la investigación es explorar en que dimensiones, en el caso Boliviano, existe interacción y co-laboración entre centros de investigación y universidades, y cuáles son los incentivos (o restricciones) que generan (o impiden) dicha relación. Para una mejor descripción de los tipos y cualidades de la relación entre universidades, se clasificaron las relaciones en tres diferentes ámbitos de in-teracción y colaboración:

• Procesos de formación y acreditación de profesionales• Procesos de gestión de la investigación• Procesos de intervención en la política pública

b) Colaboración en Procesos de Formación y Acreditación de Profesionales

El tipo de relación más frecuente entre centros de investi-gación y universidades ocurre en el proceso de formación y acreditación de profesionales. Las acciones más frecuen-tes son: por un lado, la contratación de investigadores de los centros de investigación como profesores universitarios “por hora”, y, por otro lado, la contratación de estudiantes de las universidades dentro de los centros de investigación en pasantías o prácticas profesionales. No es difícil imaginar los incentivos de los involucrados en este tipo de relación. En ambos casos, la relación es casi siempre contractual y de carácter personal. Una determinada universidad contrata

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determinado tiempo de un investigador (entre 3 a 6 ho-ras a la semana) sin mediación del centro de investigación al que el profesional está afiliado, o bien un determinado centro de investigación contrata a un estudiante, egresado o recién graduado de una universidad sin mediación de la universidad a la que pertenece. Bajo esta situación, no es difícil imaginar investigadores o asistentes de investigación, con dobles y hasta triples afiliaciones.

Si bien las acciones antes descritas pueden y deben con-siderarse como un tipo de interacción entre centros de investigación y universidades, una forma de colabora-ción más ambiciosa llevaría a los centros de investigación a colaborar con las universidades en la planificación e implementación de iniciativas de educación superior apro-vechando en conocimiento generado por los primeros y el mercado, la infraestructura, y la capacidad de acreditación de los segundos. El Recuadro 4 presenta dos iniciativas en éste sentido. La “Plataforma de Formación Integral” elabo-rada por la Fundación Jubileo y la Universidad Salesiana, y el diplomado en “Evaluación de Políticas Sociales” elaborado por la Fundación ARU y la Universidad Católica Boliviana.

Claramente, este tipo de iniciativas tienen importante re-tornos para ambos participantes, y externalidades positivas sobre la oferta de y la demanda por investigación y cono-cimiento. Por un lado, los centros de investigación pueden difundir el conocimiento generado aprovechando la infraes-tructura y capacidad de acreditación que no poseen. Por otro lado, las universidades pueden ampliar su mercado y mejorar sus contenidos utilizando el conocimiento gene-rado dentro de los centros de investigación. Finalmente,

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existe un potencial retorno sobre el mercado de investi-gación, tanto a través de la transmisión de conocimiento a potenciales investigadores y actores de política pública. En algún caso, los estudiantes llegaron a formar parte del equi-po de investigación de los centros de investigación, o bien a ocupar posiciones dentro del gobierno con capacidad de demandar y contratar estudios de investigación.

A pesar del retorno individual y social de este tipo de acti-vidades, su implementación suele verse comprometida por temas de sostenibilidad financiera. El mercado de la ense-ñanza superior suele estar orientado a una competencia por precio más que por calidad, lo que lleva a salarios extrema-damente bajos en los profesores en enseñanza superior (en media 20 dólares por hora) y, por tanto, disminuye los in-centivos de los centros de investigación que generalmente tienen que subvencionar explícita o implícitamente estas iniciativas. Financiar algunos de los costos de estas inicia-tivas es, desde la perspectiva de los autores, un muy buen incentivo para fomentar la cooperación entre centros de in-vestigación y universidades en estas actividades.

Recuadro 3Colaboración básica: Investigadores de Centros como Docentes en las Universidades.

Carlos Machicado (INESAD): “Trabajamos muy estrechamente con la UPB, porque...bueno...la mayoría de los que trabajamos aquí somos profesores de la UPB”.

Cecilia Salazar (CIDES –UMSA):

“Eventualmente invitamos a un investigador del PIEB para que participe en un taller”.

José Luis Evia (Fundación Milenio):

“El director es profesor de la Universidad Mayor de San Andrés, entonces conoce muchos alumnos y trae gente, que son profesores también y puede recomendar”.

Tirza Aguilar (UCB-IISEC): “Con el Instituto Alternativo más a nivel de docencia, las personas que participan ahí en algún momento han dado cátedra en la universidad”.

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Recuadro 4Iniciativas de Colaboración para la Educación Profesional

Iniciativas de EducaciónFundación Aru-UCB: Diplomado en Métodos de Evaluación de Impacto de Políticas Sociales:Este curso surgió a partir de la iniciativa de la Fundación ofreciendo el Grado Académico de Diplomado, contando con un total de 240 horas académicas. En 2013 se realizó la primera versión y actualmente se está preparando la segunda, a realizarse el segundo semestre de este año. La realización fue apoyada por la Universidad Católica Boliviana “San Pablo”, mediante la provisión de la infraestructura, los medios logísticos y administrativos. El contenido fue definido por el centro de investigación, quien contactó a diez de los doce docentes que impartieron cátedra (cuatro investigadores del centro de investigación, dos investigadores asociados y cuatro en vínculo indirecto); y el contenido académico y realizaba el seguimiento a la oferta formativa. En cuanto al plantel docente, ambas instituciones decidían por partes iguales la conformación del mismo.

Potenciales oportunidades de colaboraciónFundación Jubileo-Universidad Salesiana: Plataforma de Formación Integral:Fundación Jubileo llevó a cabo un curso de “Jóvenes Líderes en Democracia y Desarrollo” en modalidad semi-presencial, contando con 64 horas académicas en su curso básico y 120 horas en los módulos de especialización. Los docentes-tutores fueron personas relacionadas con la Fundación, quienes también definieron el pensum y contenidos. En su primera versión contó con la participación de 80 jóvenes en cuatro ciudades de Bolivia. Complementariamente cuentan con una programación trianual para su Escuela de Formación para la Democracia y el Desarrollo, bajo la cual se ampara este curso. Esta iniciativa fue financiada por una agencia de cooperación alemana y la misma organización. Actualmente buscan el reconocimiento del curso como perito y/o diplomado a partir del convenio con la Universidad.

INESAD-Universidad Privada Boliviana: Curso de Economía Ambiental:El Instituto de Estudios Avanzados en Desarrollo tiene la posibilidad de relacionarse académicamente con la Universidad Privada Boliviana gracias a experiencias iniciales. Una de ellas es la materia de “Tópicos Avanzados en Economía: Economía Ambiental”, definida en contenido y dictada por una investigadora senior perteneciente al centro de investigación para el Doctorado en Economía y Administración de Empresas de la Universidad. El financiamiento estuvo a cargo de la Universidad y contó con 20 participantes en su primera versión.

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c) Colaboración en Procesos de Gestión de la Investigación

Como se discutió en el marco conceptual. La gestión de la investigación incluye todas aquellas acciones que permiten la producción de conocimiento científico, i.e. la definición de la agenda de investigación; la búsqueda de financiamiento; el reclutamiento, entrenamiento y retención de investigado-res; la recolección y/o producción de datos; la producción de investigación; y la difusión de la investigación. De estos seis ámbitos de acción, las entrevistas evidencian que no existe in-teracción entre centros de investigación y universidades ni en la definición de la agenda de investigación, ni en la búsque-da de financiamiento, ni en la producción de investigación; y que existe escasa o incipiente colaboración en los ámbitos de reclutamiento, entrenamiento y retención de investigado-res y de recolección de datos. Por el contrario, las entrevistas evidencian que existen diversas experiencias de colaboración en el ámbito de discusión y/o difusión de la investigación.

Todos y cada uno de los centros de investigación analizados han tenido alguna experiencia de colaboración con diferen-tes universidades en distintas actividades de difusión de la investigación, i.e. conferencias, simposios, paneles, talleres, presentaciones y otras formas de difusión de la investiga-ción. La motivación de ambos en estas actividades es clara: los centros de investigación pueden no sólo ahorrar en el alquiler de espacios físicos para la realización de estas acti-vidades –pocos sino ninguno de los centros de investigación tienen la infraestructura como para organizar estos even-tos–, sino también ganar visibilidad y poder de convocatoria; para las universidades el beneficio parece estar directamente relacionado con las ganancias en visibilidad.

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Recuadro 5Iniciativas Conjuntas de Discusión y/o Difusión de los Resultados

Horacio Villegas UCB-IISEC: “Básicamente lo que hemos hecho son talleres sobre varios temas”.

Cecilia Salazar (CIDES –UMSA): “Con el PIEB (...) a nivel institucional nuestra vinculación tiene que ver con que organizamos eventos juntos organizamos, seminarios, talleres y los llegamos a desarrollar acompañados de otras instituciones”.

Horst Grebe (Instituto PRISMA): “...hubo una serie de encuentros entre centros de investigación de instituciones de educación superior de las universidades (públicas). El resultado de estos talleres se tradujo en la publicación dentro de la revista del CESU de Cochabamba (...). La orientación era establecer una red de intercambio para crear una comunidad académica (...). Hemos podido armar una plataforma temática durante un cierto tiempo de resultados de investigación”.

José Luis Evia (Fundación Milenio): “Muchas de las cosas que hace la fundación trata de difundir a las universidades (...) La institución hace un informe económico semestral, que es presentado en diversas universidades en La Paz y el interior de Bolivia”.

Tirza Aguilar (UCB-IISEC): “Con la Fundación ARU hacemos el Taller de Investigación Aplicada, bueno por lo menos tienen que ser 10 durante el año.(...) En estos talleres Fundación ARU presenta las investigaciones que han ido desarrollando sus investigadores en instalaciones de la universidad con respecto a temas que sean pertinentes a la coyuntura que esté atravesando el país, que puedan ser considerados importantes por los hacedores de políticas públicas o que puedan contribuir en la toma de decisiones”.

Recuadro 6IIniciativas de Colaboración en Reclutamiento de Prospectivos Investigadores

Carlos Machicado (INESAD): “Es muy importante para las investigaciones contar con asistentes de investigación, entonces son importantes dentro del proceso de la investigación y al no estar vinculados con una universidad tenemos ciertos costos para identificar a los buenos alumnos...y poderlos promover para que hagan algún curso, como una maestría...o algo así. Para mí el principal beneficio es que tenemos acceso a los alumnos. O sea podemos identificar cuáles son los buenos alumnos y reclutarlos para que vengan a trabajar aquí con nosotros”.

José Luis Evia (Fundación Milenio): “Generalmente la Fundación requiere de ayudantes de investigación, gente que haga el procesamiento de los datos, cuadros estadísticos. Para eso recurre a los estudiantes en las universidades. En la Fundación se habló también de generar capacidades en los más jóvenes, y se ha reclutado varios ayudantes de investigación. La idea es que varios de los ayudantes vayan adquiriendo competencias, y eventualmente vayan haciendo documentos”.

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Una forma de colaboración más escasa e incipiente, que va más allá de las pasantías y prácticas profesionales, es aquella en la que las universidades colaboran con los centros de in-vestigación en los procesos de reclutamiento de asistentes de investigación y potenciales investigadores seleccionando per-files adecuados para cada institución. Si bien, en algunos casos estos mecanismos existen en la práctica, en general no están institucionalizados ni en los centros de investiga-ción, ni en las universidades, y dependen sobremanera de relaciones personales. El Recuadro 6 recoge la percepción de la importancia de este tipo de iniciativas para centros de investigación como para universidades.

La interacción y/o colaboración en el ámbito de gestión de la investigación e intervención en políticas públicas - en el mejor escenario - aún están en desarrollo. Si bien se han venido desarrollando algunas actividades de gestión de la investigación en conjunto - elaboración de propuestas, es-tudios de investigación, y actividades de difusión - en casi todos los casos el vínculo ha surgido y permanecido res-tringido al ámbito personal sin posibilidades de establecer relaciones formales que delimiten actividades y compromi-sos adecuados para lograr objetivos comunes en la mayoría de los casos. Esta falta de relacionamiento se explica por: competencia entre el escaso número de investigadores con experiencia y calificaciones suficientes por lograr asegurar una de las aún más escasas oportunidades de recursos fi-nancieros para investigación vía contratos de consultoría con el gobierno, ya sea directamente o a través de la coope-ración internacional.

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d) Colaboración en Procesos de Intervención en Política Pública

e) Desafíos y Oportunidades en la Gestión Conjunta de Investigación

La información presentada hasta ahora muestra que, si bien existe colaboración entre centros de investigación y universi-dades en actividades de formación y acreditación profesional y en el ámbito de discusión y/o difusión de la investigación y alguna interacción en los ámbitos de reclutamiento, entre-namiento y retención de investigadores y de recolección de datos, no existe interacción entre centros de investigación y universidades ni en la definición de la agenda de investiga-ción, ni en la búsqueda de financiamiento, ni en la producción de investigación. ¿Por qué centros de investigación y universi-dades no trabajan de forma conjunta en estas áreas?

Una explicación plausible de esta falta de cooperación podría estar relacionada con la falta de un mercado de investigación local, i.e. de demanda por investigación, evidencia y cono-cimiento local sobre políticas públicas, y de incentivos para que existan oferta de investigación local. Ante la ausencia de un mercado, no existen incentivos personales e instituciona-les para desarrollar una carrera profesional o institucional en investigación; y por tanto, investigadores e institucio-nes terminan compitiendo por las escasas oportunidades de

Recuadro 7Iniciativas Conjuntas de Intervención en Política Pública

Juan Carlos Nuñez (Fundación Jubileo): La Paz Avanza“Es una iniciativa de varias instituciones, donde están los empresarios, la Universidad, nosotros. Ahí, por ejemplo, hemos trabajo en acciones conjuntas por incidencia ante la Gobernación de La Paz. Lo hemos hecho, en este caso, con el concurso de la universidad estatal”.

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consultoría a nivel local, o por mantenerse en nichos de in-vestigación en el mercado internacional. Aunque la falta de mercado de investigación podría desincentivar la gestión con-junta de procesos de investigación en Bolivia, también existen otros factores de segundo orden que podrían explicar la falta de cooperación. Entre ellos destacan: percepciones de “auto-suficiencia” por parte de las universidades, percepciones de “riesgos de ser absorbido” por parte de los centros de inves-tigación, dificultades en generar modelos de administración conjunta de proyectos, y diferencias de orientación académica e intensidad del perfil público entre las instituciones.

f) Falla del “Mercado” de Investigación Local

La mayoría de las entrevistas realizadas a directores e in-vestigadores de centros de investigación y universidades coinciden en que la actividad de investigación en Bolivia no es de las más rentables. En otras palabras, no existirían incenti-vos monetarios para realizar actividades de investigación - al menos en el mercado local -.

Recuadro 8El Mercado Local

Carlos Machicado (INESAD): “Hacer investigación en Bolivia es primero mal pagado y después es un sacrificio que hacen los investigadores”.

Tirza Aguilar ((UCB-IISEC): “(La investigación) no es algo que reditué beneficios económicos, por ende no es llamativo y no hay ningún incentivo por ese lado”.

Mauricio Chumacero (CEGIE): “El problema es que como (los investigadores) no tienen mucha posibilidad de tener trabajos que les permitan hacer cosas a futuro se meten a hacer todo lo que puedan en el camino. Cuando se les presenta la oportunidad le sacan el jugo. Por muy buen investigador que seas no puedes hacer todo por amor al arte lastimosamente. Tienes que vivir, tienes que comer, tienes que dar a los tuyos. No puedes hacerlo ad honoren por siempre. Muchos investigadores, lastimosamente tienen que hacer otras cosas porque no pueden vivir de esto normalmente. Te contratan instancias gubernamentales, privadas, BID, etc. pero que te pagan tan mal que tienes que hacer que los recursos alcancen”.

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Las entrevistas también muestran que las universidades tampoco tienen incentivos para realizar actividades de in-vestigación, al menos en el ámbito de análisis. En el caso de las universidades privadas es claro que la prioridad son las actividades de formación y acreditación profesional, de las que estas instituciones derivan gran parte de sus ingresos. Aunque actividades de gestión de la investigación suelen ser un complemento natural a la formación y acreditación profe-sional en la mayoría de los países desarrollados y en algunos países en desarrollo, en el caso Boliviano, una gran parte de los profesores universitarios tienen contratos por hora, y los escasos profesores universitarios con contratos a tiempo completo no incluyen actividades de investigación dentro de sus términos de referencia. En el caso de las universidades públicas - las que reciben fuertes subvenciones del Estado (cerca de 300 millones de dólares anuales), no quedan cla-ras las razones que justifican su inacción en actividades de gestión de la investigación en el área de políticas públicas5. No sólo la proporción de universidades que realizan algún tipo de investigación en el área económica y social es baja - respecto del total de universidades que participan de los procesos de formación - sino que, aún en aquellas que rea-lizan algún tipo de gestión de la investigación, el número de profesores (a tiempo parcial o completo) es minoritario res-pecto del número de profesores “invitados”, y la dedicación de tiempo a la producción de investigación de los primeros es casi nula. En palabras de alguno de los entrevistados: “la investigación está reservada para pocos afortunados que pueden comprar tiempo para desarrollar agendas y proyec-tos generalmente personales”.

5 Es importante aclarar que ninguna de las entrevistas recoge información sobre las actividades de investigación en otras áreas no relacionadas directamente con las áreas económica, social y política, por lo general más vinculadas con el ámbito de la política pública.

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De alguna manera, el insuficiente apoyo a las actividades de investigación se refleja en el presupuesto designado al área de investigación en universidades públicas las cuales contarían con suficientes recursos, sobre todo, si se consi-deran aquellos que provienen del Impuesto Directo a los Hidrocarburos. A pesar de esta situación, la disponibili-dad de recursos es reducida considerando, por ejemplo al Instituto de Investigaciones Económicas perteneciente a la carrera de Economía de la universidad pública analizada.

Recuadro 9El Mercado Local

Carlos Machicado (INESAD): “Existen obviamente centros de investigación en las universidades públicas (...), pero son cualquier cosa”.

Horst Grebe (Instituto PRISMA):“Vivimos en una época donde existen muy escasos incentivos para llevar a cabo investigación seria, que pueda ser presentada y comparada con los países vecinos. Al no existir los incentivos hay un facilismo bastante grande (...) Bastaría ver las tesis de grado, para ver que muchas de esas tesis no calificarían en ninguna universidades del exterior. Por tanto, no hay el esfuerzo, la actitud, ni la demanda. En las universidades públicas, existen publicaciones, de algunos institutos, de algunas facultades, que dan la apariencia de que se están llevando a cabo procesos de investigación. Esa falencia que tiene la universidad en materia de investigación como tal, en alguna medida ha sido compensada con la actividad en los centros. Hoy en día las universidades son un incinerador de recursos con mucho ruido, con mucha estridencia pero sin ningún resultado en ningún campo. (...) universidades públicas y privadas no están interesadas en hacer investigación, siempre hay excepciones, pero que no se hace una masa crítica”.

Roberto Ticona (IIE- UMSA): “En las mismas universidades hay un proceso de estancamiento para desarrollar proyectos de investigación importantes para el país”.

Tirza Aguilar ((UCB-IISEC): “Las mismas instituciones académicas, que son las que deben promover este ámbito en sus aulas a través de sus institutos, como que no le brindan mucha atención al área de investigación. Las políticas de las universidades son las que deben generar los incentivos para que la gente se prepare y vuelva al país con niveles de maestría, doctorado, pero que quiera volver al país por los incentivos que se le ha dado para hacer lo que ha salido a aprender”.

Horacio Villegas (UCB-IISEC):“Nosotros no tenemos ninguna ayuda del gobierno. En realidad ninguna ayuda de nadie. Ni siquiera de las mismas universidades o de alguna institución que promueva el captar fondos (...). No hay apoyo de nadie”.

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Tabla 1Presupuesto Universidad Mayor de San Andrés

PRESUPUESTO POR OBJETO DEL GASTO Y POR TIPO DE GASTO

Con relación a la Univer-

sidad

Universidad Mayor de San Andrés

1.160.471.185 100%

Fac. Cs. Económicas y Financieras (Programas)

59.280.922 5,108%

FCEF (Proyectos y actividades)

32.227.828 2,777%

FCEF (Prefacultativo)

2.021.500 0,174%

FCEF (Mantenimiento)

268.248 0,023%Con la

Facultad

TOTAL FCEF 93.798.498 8,083% 100%

Economía (Proyectos y actividades)

88.975 0,008% 0,095%

Economía (Biblioteca)

70.698 0,006% 0,075%

Economía (Centro de Informática)

80.746 0,007% 0,086%

Economía (Programa excepcional de titulados)

1.200.000 0,103% 1,279%

Economía (Curso de temporada)

89.732 0,008% 0,096%Con la carrera

TOTAL ECONOMÍA 1.558.819 0,134% 1,662% 100%

Instituto InvestigacionesEconómicas (Proy.-Act.)

42.682 0,004% 0,046% 2,738%

Nota. Fuente: http://www.sigma.gob.bo/pgn/pgn2013/ppto2013/3_detinst0139.htm#

146+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Bolivia

En 2013 la cantidad designada a la Universidad Mayor de San Andrés por esta fuente fue de Bs. 1.235’529.205. Para el uso de estos recursos se siguen los lineamientos estableci-dos en la normativa interna de la universidad, la cual indica que el 73% debe ser para infraestructura; y un 27% para in-vestigación e interacción social, de los cuales sólo el 15,2% son para proyectos de investigación científica e interacción social que concursen por los fondos.

En este contexto, los centros de investigación intentan compensar la inacción de las universidades. A pesar de la intención de los centros de investigación y de sus investiga-dores, no es muy optimista pensar que estos logren tener éxito ante las fuertes restricciones en el acceso a insumos básicos para realizar estas actividades, i.e. recursos financie-ros, recursos humanos y datos; y sobre todo ante la escasa demanda. De hecho, gran parte de la cantidad y calidad de la investigación de los centros de investigación en Bolivia, e in-cluso de su visibilidad y potencial de informar e influenciar la política pública, está relacionada a su capacidad de gestionar financiamiento externo o bien a su capacidad de participar de mercados de investigación internacional. La variabilidad del financiamiento externo y el mercado de investigación inter-nacional ocasionan también gran variabilidad no sólo en la cantidad de investigación en políticas públicas, sino también en su calidad académica y, frecuentemente, su pertinencia.

Dentro de este contexto, la nueva coyuntura ha sido acompaña-da del surgimiento de nuevos centros de investigación, como el Instituto de Estudios Avanzados en Desarrollo (INESAD) y la Fundación ARU, que hasta la fecha han recibido el apoyo de la Iniciativa Think Tank (TTI por sus siglas en inglés).

147+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Bolivia

Ante esta situación, no es incorrecto afirmar que - como opina uno de los entrevistados - si bien existe “la apariencia de que se están llevando a cabo procesos de investigación”, los productos suelen caer muy por debajo de estándares académicos internacionales - incluso regionales; y/o, no es-tar alineados con la discusión nacional. Si bien la falta de cantidad y calidad de la investigación está asociada con una falta de inversión en recursos financieros, recursos huma-nos y datos, la falta de inversión en insumos básicos para la producción de investigación está asociada con la falta de incentivos para que el Estado o el sector privado inviertan en esta área.

¿Cuáles son las razones para que no existan - sin interven-ción de la cooperación externa - incentivos para la inversión en investigación aplicada a los problemas de política pública del país? El problema podría estar relacionado con la varia-bilidad de la calidad de los “productos de investigación” y la forma en que los mercados logran (o no) identificar los “productos de calidad” (lo que se conoce con el término de mercado de “limones”). Akerlof (1970), predice que en los mercados en los que la calidad de los productos no puede ser identificada correctamente por los compradores, existe un mayor incentivo para los vendedores de “limones” - pro-ductos de baja calidad, para participar del mercado - bajando los retornos y la oferta de productos de alta calidad, y por tanto, el tamaño del mercado. En otras palabras, la falta de de-manda por investigación, y la consiguiente falta de inversión, está asociada con la falta de capacidad de los demandantes (por lo general funcionarios públicos) para evaluar la cali-dad de las investigaciones, y de forma más determinante, la falta de capacidad de los propios investigadores de crear me-

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canismos que les permitan distinguir y señalizar la calidad. Mientras estos mecanismos no existan es muy probable que todos los intentos por hacer gestión de la investigación, de universidades y de centros de investigación, caigan en un círculo vicioso de baja demanda por investigación local de los actores de política pública, importantes restricciones de acceso a recursos humanos y financieros para la investiga-ción, baja cantidad y calidad del flujo de investigación local, y poca difusión y utilidad práctica del stock de evidencia.

Figura12Resultados Policy Community Survey Latinoamérica, Sudasia y África

Las figuras reflejan los resultados obtenidos en la “Policy Community Survey”, realizada por la Iniciativa Think Tank a actores de política pública. Uno de los aspectos evaluados en la encuesta fue su percepción de la calidad de los productos realizados por los think tanks o centros de investigación y la frecuencia de uso de los productos, realizándose en varios países pertenecientes a Latinoamérica, Sudasia y África. En las siguientes figuras se refleja el porcentaje de encuestados que seleccionaron “excelente” (4 y 5) en relación a “fuente primaria” (4 y 5) en esas preguntas. El eje horizontal cuantifica la percepción de la calidad, mientras que en el eje vertical la frecuencia de uso de las investigaciones.

Frecuencia de uso de los think tanks

Calid

ad d

e la

inve

stig

ació

n pr

ovis

ta p

or t

hink

tan

ks

Baja calidad, frecuenteBaja calidad, infrecuente

Alta calidad, frecuenteAlta calidad, infrecuente

Honduras

El Salvador

Peru

Ecuador

BoliviaGuatemala

Paraguay

32 80

Resultados Latinoamérica

149+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Bolivia

Baja calidad, frecuenteBaja calidad, infrecuente

Alta calidad, frecuenteAlta calidad, infrecuente

India

Sri Lanka

Bangladesh

Pakistan

Nepal

Frecuencia de uso de los think tanks

Cal

idad

de

la in

vest

igac

iónp

rovi

sta

por

thin

k ta

nks

Resultados Sudasia

Baja calidad, frecuenteBaja calidad, infrecuente

Alta calidad, frecuenteAlta calidad, infrecuente

Ghana

Burkina Faso

Frecuencia de uso de los think tanks

Calid

ad d

e la

inve

stig

ació

n pr

ovis

ta p

or t

hink

tan

ks

Nigeria Tanzania

Ethiopia

Kenya

MaliBenin

SenegalUganda

Rwanda

Resultados África

Nota. Fuente: Policy Community Survey, Report Latinoamérica, Think Tank Initiative - IDRC, Abril de 2011, GlobeScan; Policy Community Survey, Report South Asia, Think Tank Initiative - IDRC, Julio de 2012, GlobeScan; Policy Community Survey, Report Africa, Think Tank Initiative - IDRC, Junio de 2010, GlobeScan.

150+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Bolivia

El círculo vicioso de escasa demanda por recursos para y calidad de la investigación local, i.e. la falta de un merca-do de investigación local, no ha permitido que se generen incentivos, tanto institucionales como personales, para la cooperación en la gestión de la investigación local entre centros de investigación y universidades. Por el contra-rio, investigadores e instituciones aún se perciben como competencia por las escasas oportunidades para realizar in-vestigación local, y sobre todo por la existencia de “nichos” de investigación en el mercado internacional. A priori, sería de esperar que los mejores productos de investigación hayan surgido dentro del mercado de investigación internacional.

g) Restricciones de Segundo Grado

Recuadro 10Correlación entre Percepción de la Calidad de Investigación y Frecuencia de Uso

Percepción de AutosuficienciaOsvaldo Nina (INESAD): “Todo el mundo cree que en Bolivia hay un contexto desfavorable para investigación, yo no creo. Yo me veo como exitoso en esto. Tenemos un programa en Medio Ambiente, tenemos una doctora, está incidiendo, hemos hecho un programa para la cooperación (...) que ha significado 44 millones de dólares para los siguientes cuatro años, y ha sido precisamente nuestra gestión que ha ayudado a la cooperación en su programa, y hemos logrado que Bolivia acceda a esos recursos”.

Dificultades en Generar Modelos de Administración Conjunta de ProyectosMauricio Chumacero (CEGIE):“El tema de investigación siempre requiere de recursos y fondos, y los recursos que generalmente destinan las universidades son bastante reducidos (...), porque obviamente el fin de la universidad es otro”.

Werner Hernani (Fundación ARU): “La grandeza en el tamaño de las universidades las hace también burocráticas, especialmente en el caso de la UMSA, que recibe una cantidad de recursos absurda pero que a la vez para ejecutar un boliviano de esos recursos necesita conseguir aprobaciones...y necesita no sólo satisfacer la burocracia universitaria, sino también la estatal porque son transferencias del Estado”.

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Javier Aliaga (UCB-IISEC):“Uno de los desafíos de IISEC para adelante es recomponer la proporción de sus gastos, aunque no es tan fácil para una institución que tiene camisas de fuerza burocráticas internas más allá de la lógica de la gestión de la investigación. Una cosa es ‘Yo tengo la billetera y tengo la gestión de investigación’ como tiene ARU, y otra cosa es ‘Tengo una lógica de investigación, pero la universidad me tiene cortito en ciertos procedimientos’. Entonces ahí se genera un desacoplo en estos temas”.

Roberto Ticona (IIE- UMSA):“Las mismas normas son restrictivas y no permite desarrollar con cierta amplitud proyectos de investigación. Se deberían generar instrumentos normativos, que se les obligue a las universidades a promover investigaciones en ciencia y tecnología. Existen, pero no se las aplica con rigurosidad”.

Diferencias de Orientación Académica e Intensidad del Perfil Público entre las InstitucionesOsvaldo Nina (INESAD):“Nosotros no tenemos una posición, la universidad tiene su posición. O sea, la relación que nosotros tenemos con ellos es en cuanto a colaboración en la expertise que tenemos. (...) En cuanto a políticas públicas, nosotros no tenemos ninguna intención de intervenir. Cada institución respeta su tarea, su razón. Yo creo que la razón de la universidad privada no es hacer gestión pública, intervenir en política pública, entonces nosotros no hablamos con ellos de eso. Sólo hablamos de intercambio de capacidades y conocimiento, a un nivel más académico, es decir: participar en un Programa de Postgrado, participar en un Programa de Doctorado, participar en un evento académico. No va a haber ninguna oportunidad en gestión de la investigación (porque) nuestra naturaleza es diferente”.

Mauricio Chumacero (CEGIE): “En el término en el que no se compartiera la visión, probablemente la posición política, porque nosotros no podemos tomar partido (...), tenemos que ser totalmente neutros siempre. Entonces, si nosotros tuviéramos la necesidad de trabajar con un determinado think tank que tuviera cierta línea política probablemente sería dificultoso (...). Nosotros no podemos, por prestigio de la universidad, sobre todo sus principios, y los principios de nuestro centro no podemos arriesgarnos a que nos tilden que estamos siguiendo una línea o la otra”.

Werner Hernani (Fundación ARU): “Otro costo, es yo creo (...) las diferentes preferencias en investigación, su calidad y su potencial beneficio. No creo que pensemos igual en muchos aspectos”.

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4. Conclusiones y Reflexiones Finales

Centros de investigación y universidades podrían jugar un rol preponderante en la producción de conocimiento relevante y útil para el diseño e implementación de políticas públicas eficaces y eficientes siempre que se relajen las restricciones es-tructurales que impiden mejorar la calidad de la investigación para las políticas públicas. Sin embargo, en Bolivia - como en otros países en desarrollo - existen problemas estructura-les que dificultan no sólo la colaboración entre ellos sino sus propias actividades en esta área. La falta de inversión, pública y privada, en actividades de investigación y desarrollo, en ge-neral, y de investigación en políticas públicas, en particular; la falta de insumos básicos para el éxito de cualquier proceso de investigación; la baja cantidad y calidad de los productos de investigación y los consecuentes bajos retornos privados y sociales; y la escasa demanda por investigación, i.e. la predis-posición a pagar por investigación, son las características que mejor describen el incipiente mercado por investigación local y que alimentan un círculo vicioso que impide su desarrollo.

Por un lado, la falta de inversión en investigación no sólo tiene importantes consecuencias en la cantidad y calidad de los productos de investigación, sino también sobre la canti-dad y calidad de los insumos básicos para cualquier proceso de investigación científica: datos y recursos humanos califi-cados. En Bolivia, no sólo no existe suficiente investigación, sino que la escasa investigación que existe no tiene la su-ficiente calidad, y tampoco existen los insumos necesarios como para revertir esta situación.

Por otro lado, los problemas de baja cantidad y calidad de la investigación en Bolivia son no sólo la consecuencia sino

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también la causa de la baja inversión. La percepción de baja calidad y utilidad práctica de los productos de investigación en políticas públicas en Bolivia, disminuyen no sólo el retorno privado esperado de las actividades de investigación, sino tam-bién su retorno privado, lo que inevitablemente repercute en una menor y cada vez más baja demanda real por investiga-ción, ayudando a crear un círculo vicioso de escasa demanda por, inversión en, recursos para, y calidad de la investigación local. La ironía de esta situación es que, aun cuando la de-manda real por investigación local es casi nula, existe una importante demanda latente por información e investigación en actores de política pública, i.e. los actores de política públi-ca desearían que existan más y mejores datos, más y mejores investigaciones, más y mejor evidencia, y más y mejor cono-cimiento en temáticas relacionadas con la política pública.

En este contexto, la colaboración entre centros de investi-gación y universidades se ha restringido hacia actividades de formación y acreditación profesional, actividades de discusión y/o difusión de la investigación, e incipientes y recientes, intentos de colaboración en el reclutamiento, entrenamiento y retención de investigadores y en la reco-lección de datos. Claramente la interacción entre centros de investigación y universidades en actividades relacionadas con la definición de agendas de investigación, la búsqueda de financiamiento, y la producción de investigaciones con-juntas resulta prácticamente inexistente. La ausencia de un mercado de investigación local, y la consiguiente falta de incentivos, personales e institucionales, para desarrollar investigación en políticas públicas podría estar en la base para explicar por qué tanto investigadores como institucio-nes, terminan compitiendo por las escasas oportunidades de

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consultoría a nivel local, o por mantenerse en nichos de in-vestigación en el mercado internacional. Las universidades han enfocado sus actividades y recursos hacia la formación y acreditación profesional. Mientras que los centros de investi-gación han funcionado, en su mayoría, de forma mucho más oportunista, aprovechando ocasiones de consultoría local para realizar algunos productos de investigación sin lograr articular agendas de investigación claras y, desde nuestra perspectiva, sin intención real de intervenir en la discusión de políticas públicas en base a evidencia.

Las características del mercado de investigación local inclu-yendo los reducidos (o nulos) incentivos a investigar que se derivan del mismo constituyen un tema central a ser investi-gado con mayor profundidad y con mayor evidencia. De hecho es razonable suponer que la “falta de mercado” constituya el principal desincentivo para las actividades, individuales o con-juntas, de gestión de la investigación en Bolivia. Sin embargo, también existen factores de segundo orden que explican la falta de cooperación entre centros de investigación y universi-dades. Entre ellos destacan: percepciones de “autosuficiencia” - por parte de las universidades, percepciones de “riesgos de ser absorbido” - por parte de los centros de investigación, di-ficultades en generar modelos de administración conjunta de proyectos ágiles y eficientes, y diferencias de orientación aca-démica e intensidad del perfil público entre las instituciones.

Los casos más exitosos de colaboración entre centros de in-vestigación y universidades han estado restringidos al diseño e implementación de actividades de formación profesional, desde cursos esporádicos sin certificación hasta cursos conti-nuos con acreditación a nivel doctoral. Los incentivos para este

155+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Bolivia

tipo de iniciativas son claros: las universidades recurren a los centros de investigación para utilizar el conocimiento de sus investigadores, mientras que los centros de investigación recu-rren a las universidades para obtener apoyo con infraestructura y acreditación. En prospectiva, este tipo de interacción podría contribuir no solo a mejorar la calidad de la educación - hacién-dola más relevante a la realidad local -, sino también a mejorar el entrenamiento de futuros investigadores y la capacidad de comprensión y utilización de la investigación de futuros actores de política en el gobierno u otros sectores.

Finalmente, respecto a cómo superar la restricción más im-portante para la gestión de investigación y la generación de conocimiento en Bolivia, i.e. la falta de incentivos para generar investigación relevante y útil al diseño, la imple-mentación y la evaluación de las políticas públicas; desde nuestra perspectiva lo más importante es diseñar mecanis-mos que permitan diferenciar la calidad de la investigación y de los investigadores, y que también permitan gestionar y asignar recursos a personas e instituciones en forma “meri-tocrática” y eficiente. El rol del Estado en señalar los criterios de pertinencia y calidad de la investigación resulta esencial así como la participación de una variedad de actores públi-cos y privados involucrados directa o indirectamente en la producción y el uso de la evidencia. Al respecto, el rol de la cooperación internacional podría ser clave para direccio-nar de manera más eficiente los recursos de fortalecimiento de capacidades y/o cooperación técnica. Idealmente, este conjunto de actores debería orientar sus esfuerzos a siste-matizar y difundir el conocimiento generado, orientar más recursos a investigaciones que a consultorías específicas, y priorizar la generación de conocimiento local a cargo de in-vestigadores locales en instituciones locales.

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6. Acerca de los Autores

Werner Hernani-Limarino es investigador del área de Economía Política y cofundador de Fundación ARU. Realiza investigaciones sobre temas relacionados con po-líticas sociales, economía laboral, desarrollo económico, entre otros. Anteriormente, trabajó en los Departamentos de Investigación del Banco Mundial y del Banco Inter-americano de Desarrollo en Washington, DC; el Instituto de Pesquiza Económica Aplicada en Río de Janeiro, Brasil y en la Unidad de Análisis de Política Económica y Social. También ha trabajado como consultor para diversas organi-zaciones internacionales y gobiernos de Latinoamérica, el Caribe, Asia Central y del Sur. Es economista con estudios de doctorado en la Universidad de Pennsylvania.

Miguel Vera Laguna es investigador y cofundador de Fundación ARU. Dentro de ARU ha realizado investigacio-nes en temas relacionados con migración, pobreza, empleo, monitoreo y evaluación de programas sociales. Consultor internacional en Bolivia, Guatemala, Honduras y Guinea Ecuatorial en temas relacionados con el diseño de políticas para el desarrollo. Previamente se desenvolvió como ase-sor técnico para la Cooperación Técnica Alemana (GTZ) y responsable del Sistema de Monitoreo y Evaluación del Programa de Capacitación Laboral de la Cooperación Suiza al Desarrollo. Es economista de la Universidad Católica Boliviana y tiene un Master en Economía en la Universidad de Georgetown.

Katerine Saravia Olivarez es investigadora asistente de Fundación ARU. Forma parte de las investigaciones de-

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sarrolladas por el área de Economía Política, en temas relacionados con los Objetivos del Milenio y procesos de política pública. Asistente de la materia de Negociación y Conciliación de Conflictos Se encuentra finalizando sus es-tudios en Ciencias Políticas y Economía en la Universidad Católica Boliviana “San Pablo” y la Universidad Mayor de San Andrés respectivamente.

Natalia Peres Martins es investigadora del área de Economía Política de Fundación ARU. Como miembro de esta área realiza sus investigaciones sobre temas relacionados con cambios institucionales, fundamentos del proceso de policy making en Bolivia y el comportamiento electoral. Previamente trabajó en Fundación UNIR en el área de Coordinación Académica, el Ministerio de Medio Ambiente y Agua como asesora de Despacho en la alerta y gestión de conflictos sociales y la Escuela de Gestión Pública Plurinacional. Es Licenciada en Ciencias Políticas por la Universidad Católica Boliviana, y tiene un Máster en Democracia y Gobierno por la Universidad Autónoma de Madrid

7. Anexos

a) Sobre este Estudio

Marco Conceptual y Analítico

Antes de analizar los ámbitos y las cualidades de la inte-racción y colaboración entre centros de investigación y universidades en las diferentes etapas de los procesos de gestión de la investigación y de intervención en política pú-

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blica es útil definir a los sujetos y delimitar y distinguir sus acciones.

Se definieron a las universidades como las organizacio-nes, legalmente establecidas, que tienen como objetivo fundamental la formación profesional y su acreditación. Adicionalmente a su misión principal, las universidades suelen, de forma complementaria, participar de los procesos de gestión de la investigación y/o intervención en política pública. Cuando dicha participación involucra una reparti-ción específica de la universidad (instituto o centro) no es incorrecto hablar de centros de investigación con afiliación a universidades.

Los think tanks o centros de investigación se definieron como las organizaciones, legalmente establecidas, que participan de los procesos de gestión de la investigación e intervención (de forma activa o pasiva) en política pública. De acuerdo a su nivel de autonomía o dependencia los centros de inves-tigación se clasifican en:

• Independientes, aquellos con autonomía de gobernan-za y financiamiento. Suele ser útil distinguir dentro de este grupo dos sub-categorías: centros de investigación independientes con adscripción partidaria y centros de investigación sin adscripción partidaria.

• Dependientes del gobierno, aquellos cuya gobernanza o financiamiento involucra a alguna instancia estatal.

• Con afiliación a universidades, aquellos que gobernanza o financiamiento involucra a alguna instancia universi-taria.

162+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Bolivia

De acuerdo al énfasis de su “modelo de negocio”, los centros de investigación pueden clasificarse en:

• Research think tanks, aquellos orientados principalmen-te a la generación de conocimiento. Dentro de este grupo a veces es útil distinguir entre: centros de in-vestigación que generan conocimiento por iniciativa propia, i.e. actúan como “oferentes” de investigación; y centros de investigación que generan conocimiento por encargo, i.e. reaccionan a una “demanda” de in-vestigación. La distinción entre ambos es sutil, pero puede ser útil para distinguir entre centros de inves-tigación con prioridades más académicas y centros de investigación con prioridades más de consultoría.

• Advocacy think tanks, aquellos orientados principal-mente hacia la intervención en los procesos de políticas públicas. Los procesos de intervención pueden ser: pasivos, cuando se busca únicamente informar a deter-minados actores de política pública; o activos, cuando se busca influenciar sobre actores y acciones de polí-tica pública.

En la práctica la mayoría de los centros de investigación en Bolivia y la región combinan diferentes modelos de negocio donde no sólo producen conocimiento (por iniciativa propia y por encargo), sino también intentan informar e influenciar en los procesos de política pública.

A su vez, se definió el proceso de investigación como aquél que contribuye a la producción de conocimiento científico. Involucra no sólo a las actividades de investigación per se,

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sino también a la producción de los insumos necesarios para la realización de investigación, i.e. la recolección de datos (cuantitativos o cualitativos); el reclutamiento, entrenamiento y/o formación de investigadores; la búsqueda de financia-miento para la investigación; la discusión y contrastación de los resultados de una investigación; la transformación de la investigación en evidencia; y la difusión de la evidencia al público en general - la transformación de la evidencia en co-nocimiento -. Es importante notar que, dados los objetivos del estudio, interesa única y exclusivamente en la investiga-ción para la intervención en políticas públicas, lo que limita significativamente el ámbito de análisis.

Por su parte, la acción de intervención en política pública se definió como el proceso por el cual un determinado actor, e.g. un centro de investigación, busca participar de forma pasiva o activa del diseño, implementación o evaluación de una determinada política pública. La intervención en política pública puede tomar varias formas, entre ellas: la difusión de la investigación y/o evidencia generada a partir de ella, la relación e interacción con actores de política pública - desde autoridades de gobierno (a nivel central o descentralizado) hasta la sociedad civil y el público en general (de forma di-recta o vía medios) -.

Ambos actores, universidades y centros de investigación, pueden interactuar en diferentes etapas del proceso de in-vestigación y en diversas formas de intervención en la política pública. Es útil para el análisis definir cuidadosamente e intentar entender no sólo los ámbitos donde ocurre dicha interacción sino también las cualidades de dicha relación,

164+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Bolivia

y de ser posible, sus motivaciones. La primera cualidad im-portante en el análisis del tipo de relación es el marco en el que ocurre la relación. Existe una relación formal cuando está mediada por algún convenio interinstitucional, general-mente escrito, que identifica y delimita al menos ámbitos de cooperación, objetivos comunes y acciones de cada una de las partes para el logro de dichos objetivos. A su vez, existe una relación informal cuando los ámbitos, objetivos no están claramente convenidos. Por lo general, las acciones de coope-ración dentro de este último tipo de relación es más de tipo personal que institucional. También es posible clasificar el tipo de relación de acuerdo con su temporalidad o frecuencia, la que puede ser de largo plazo, cuando se comparten visio-nes y objetivos de largo plazo y se realizan acciones conjuntas continuas en busca de ellos (por ejemplo, los consorcios o asociaciones de investigación que buscan mejorar la cantidad y la calidad de la evidencia en determinados temas y reali-zar actividades para ello); temporales cuando se persiguen objetivos inmediatos y la relación culmina apenas éstos se consiguen (por ejemplo, la organización de eventos de di-fusión de investigaciones); o circunstanciales cuando existe colaboración a pesar de que el(los) objetivos sean unilaterales (e.g. la cesión de instalaciones u otros recursos físicos de un actor para la actividad de otro actor).

Selección y Representatividad de la Muestra

Para evitar una selección arbitraria y poco representativa de actores y sus acciones, la investigación utilizó el siguiente procedimiento de selección de informantes:

165+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Bolivia

• Se optó por delimitar el estudio a las universidades de la ciudad de La Paz para mantener un balance entre el número potencial de centros de investigación y el nú-mero de universidades. A nivel nacional, el número de ONGs y fundaciones (604 en toda Bolivia para 2006) excede considerablemente al número de universidades (59 en toda Bolivia).

• El estudio se limitó a seis universidades lo cual, sin embargo, no constituye una restricción a universidades de la ciudad de La Paz, en la opinión de los autores, no constituye una seria limitación en la representativi-dad del análisis para Bolivia puesto que: primero, sólo existen dos universidades más en Bolivia que ofertan educación superior en Economía; segundo, la situación de estas dos universidades no está muy alejada de la de las universidades que se incluyeron en el análisis.

• En las seis universidades seleccionadas se realizó un breve cuestionario a la dirección de carrera o decana-tura de facultad para determinar su interés y capacidad de gestión tanto en la investigación como en interven-ción en políticas públicas. Sólo tres universidades mostraron algún interés o capacidad para la gestión de la investigación y/o la intervención en políticas públicas. Coincidentemente, estas tres universidades contaban con centros de investigación o institutos de investigación asociados a la universidad tanto en go-bernanza como en financiamiento.

• Con los directores de los centros de investigación aso-ciados a las universidades se realizaron dos procesos.

166+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Bolivia

Primero, una entrevista individual donde se indagó so-bre las características específicas de sus centros y las relaciones y tipo de relación que mantuvieran (ya sean formales o informales) con otros centros de investi-gación (independientes, asociados a universidades o asociados al gobierno). Cuatro diferentes instituciones fueron mencionadas durante este proceso cinco cen-tros de investigación independientes y uno asociado al gobierno. Segundo, se realizó un grupo focal con los tres directores para explorar más a profundidad los costos y beneficios de sus relaciones actuales así como los desafíos y oportunidades de sus relaciones futuras.

• Para abordar la perspectiva de los centros de investi-gación mencionados por los directores de sus pares asociados con universidades se intentó entrevistar a sus directores. Lamentablemente, en el caso del cen-tro de investigación asociado al gobierno la entrevista no pudo ser concretada. Para abordar la perspectiva de centros de investigación sin ningún tipo de rela-ción con las universidades, se seleccionó a tres centros de investigación que, aunque no fueron mencionados anteriormente, tienen reputación y capacidad de gestio-nar investigación y/o intervenir en la política pública (a juzgar por sus publicaciones y apariciones en prensa). En cada uno de estos centros se entrevistó al director.

• Para complementar la perspectiva del director de los cen-tros de investigación (asociados a las universidades, con alguna relación con las universidades y sin ninguna re-lación con las universidades), se entrevistó también al investigador senior con mayor antigüedad en la institu-ción.

167+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Bolivia

La Tabla 2 presenta los nombres de los centro de investi-gación e informantes utilizados para el análisis.

Tabla 2.

Nota. Fuente: Autores

Tabla 2Centros de Investigación e Informantes Seleccionados

TT Tipo Sitio web Cargo Nombre Correo

UPB- CEGIE

asociado con la UPB

http://www.upb.edu/node/856

DirectorCarlos Foronda

[email protected]

Director de Proyectos

Mauricio Chumacero

[email protected]

UCB-IISEC

asociado con la UCB

http://www.iisec.ucb.edu.bo/

Director Javier Aliaga [email protected]

Investigador Senior

Horacio Villegas

[email protected]

Investigador Senior

Tirza Aguilar [email protected]

IIE- UMSAasociado con la UMSA

http://www.iie.fcef.umsa.bo/ DirectorRoberto Ticona

[email protected]

CIDES –UMSA

asociado con la UMSA

www.cides.edu.bo/ DirectorCecilia Salazar

[email protected]

INESAD

independiente

http://www.inesad.edu.bo/

Director Ejecutivo

Osvaldo Nina

[email protected]

Investigador Senior

Carlos Gustavo Machicado

[email protected]

Fundación ARU

independiente

http://aru.org.bo/

Director Ejecutivo

Werner Hernani

[email protected]

Investigador Líder

Paul Villarroel

[email protected]

Fundación Milenio

independientehttp://www.fundacion-milenio.org/

InvestigadorJosé Luis Evia

[email protected]

Fundación Jubileo

independiente

http://www.jubileobolivia.org.bo/

Director Ejecutivo

Juan Carlos Núñez

[email protected]

Investigador Jaime Pérez [email protected]

Instituto PRISMA

independiente

http://www.institutoprisma.org/

Presidente del Directorio

Horst Grebe [email protected]

InvestigadorRodrigo Fernández

[email protected]

168+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Bolivia

Recolección de Información

Se utilizaron dos tipos de técnicas de recolección de infor-mación: entrevistas semi-estructuradas y grupos focales.

b) Reseñas de los Centros de Investigación Incluidos

B.1 UPB - Centro de Generación de Información y Estadísticas (CEGIE)

Fundado en 2012, a partir de la Universidad Privada Boliviana, está dirigido por el economista Carlos Foronda. Su princi-pal objetivo es generar información continua, que permita realizar investigaciones económicas y sociales. Sus áreas de interés están en torno a temas sobre economía, salud, edu-cación, empleo, vivienda, servicios básicos y bienestar. En este centro trabajan 7 investigadores asociados y cuenta con el apoyo financiero de la Universidad de la que es parte. Actualmente se encuentra diseñando un seguro agrícola ba-sado en índices climáticosLa información fue obtenida de su página oficial http://www.upb.edu/node/856

B.2 UCB - Instituto de Investigaciones Socio-económicas (IISEC)

El IISEC de la Universidad Católica Boliviana fue creado en mayo de 1974. Esta institución se creó con el fin de res-ponder a de necesidades académicas gestadas en la UCB y en algunos casos de nuestro país. Entre sus principales iniciativas están sus Documentos de Trabajo, divulgados

169+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Bolivia

en seminarios y reuniones de la especialidad y la Revista Latinoamericana de Investigaciones Socio Económicas. El instituto se encuentra actualmente a cargo del economista Javier Aliaga Lordemann. A su vez cuenta con 5 inves-tigadores a tiempo completo, 8 investigadores a tiempo parcial y 3 asistentes de investigación. Cuentan con el apoyo financiero de instituciones como: BID, PIEB, CAF, International Development Research Centre, entre otros para la realización de sus investigaciones. Las áreas de interés que desarrolla son: Crecimiento económico, macroecono-mía, reducción de la pobreza, cambio climático, economía de los recursos naturales, economía energética, entre otros.La información fue obtenida de su página oficial http://www.iisec.ucb.edu.bo/

B.3 UMSA - Instituto de Investigaciones Económicas (IIE)

El IIE fue creado como parte de la Carrera de Economía de la Universidad Mayor de San Andrés. Desarrollan sus acti-vidades a partir del trabajo de 1 investigador titular y otros interinos y estudiantes de esta casa superior se estudios. Su agenda de investigación está definida de acuerdo a los con-venios suscritos entre el instituto y la Universidad Mayor de San Andrés con diferentes entidades. Desarrolla sus funciones a partir del presupuesto designado por la Carrera de Economía o las Instituciones con las que tiene conve-nios. Una de sus iniciativas es la publicación de la revista “El Economista”. Actualmente se encuentra dirigido por el economista Roberto Ticona García.La información fue obtenida a partir de la entrevista a su director

170+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Bolivia

B.4 UMSA - Postgrado en Ciencias del Desarrollo (CIDES)

El Postgrado en Ciencias del Desarrollo de la Universidad Mayor de San Andrés se creó en 1984. Nació como la primera institución del sistema universitario boliviano espe-cializada en temas de desarrollo desde una perspectiva social, económica y política a partir de sus programas académicos, de investigación e interacción social. Buscan desarrollar in-vestigaciones estratégicas que permitan la reflexión y el desarrollo de conocimientos con enfoques y metodologías interdisciplinarias adecuadas para analizar la realidad bolivia-na. Las áreas de interés en las que trabajan son: Desarrollo Social, Desarrollo Rural Sostenible, Política y Desarrollo economía política. Este centro lleva a cabo sus labores gracias al trabajo de 5 investigadores asociados y 10 docen-tes investigadores. Una de sus principales iniciativas es la publicación de la revista Umbrales, libros con diferentes te-máticas y la realización de seminarios internacionales. En el presente se encuentra bajo la dirección de la socióloga Cecilia Salazar De la Torre.La información fue obtenida de su página oficial: www.ci-des.edu.bo

B.5 Instituto de Estudios Avanzados en Desarrollo (INESAD)

Esta institución fue fundada el año 2006 como funda-ción privada sin fines de lucro. Promueve la investigación socio-económica, para la formulación de soluciones que estén basadas en teoría, datos y experiencia. Es una ins-titución que desarrolla su labor en las áreas de: Economía ambiental, Economía Regional, Macroeconomía y Economía del Bienestar. Cuentan con una planta de 7 investigadores se-

171+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Bolivia

niors, 10 investigadores junior, 7 investigadores asociados y 11 investigadores invitados. Una de sus principales iniciati-vas son las conferencias anuales de Desarrollo Económico y los Simposios Económicos. Hoy en día cuenta con el apoyo del International Development Research Centre. Este centro de investigaciones se encuentra bajo la dirección de Osvaldo Nina y están llevando a cabo investigaciones sobre temas ambientalesLa información fue obtenida de su página oficial www.inesad.edu.bo

B.6 Fundación ARU

Fundada el 31 de agosto de 2007, como una fundación sin fines de lucro, busca consolidar en nuestro país la investi-gación aplicada de alta calidad y promocionar la formación encaminada a la investigación. Actualmente las áreas de investigación en las que se enfoca son: Economía Política, Monitoreo y Evaluación, Modelación Macroeconómica y fi-nalmente Energía y Desarrollo. Trabaja con una planta de 7 investigadores (dos de ellos senior), 7 asistentes de investigación y 4 investigadores asociados. Al presente los principales proyectos de investigación que se están desarro-llando son: el Panel Electoral, a partir de sus respectivas áreas. Las principales iniciativas en su haber son: los Talleres de Investigación Aplicada, el Concurso Anual de Investigación Aplicada, los Encuentros Basados en Evidencia, y finalmen-te la Red Boliviana de Microdatos y Encuestas. Actualmente cuenta con la ayuda financiera del International Development Research Centre. Actualmente está bajo la gestión del econo-mista Werner Hernani-Limarino.La información fue obtenida de su página oficial http://aru.org.bo

172+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Bolivia

B.7 Fundación Milenio

Esta institución fue fundada en abril de 1990 como una organización privada sin fines de lucro. Busca constituirse en un espacio de análisis y generación de propuestas que ayuden en la solución de problemas que causan el retraso de nuestro país. Sus principales iniciativas son los “Informes de Milenio sobre la Economía”, realizados semestralmente y los “Informes de Milenio sobre el acontecer político en Bolivia”. Cuenta con varios investigadores asociados. Sus áreas de investigación son el ámbito económico, el político y el de desarrollo económico. Actualmente cuenta con el apoyo financiero de instituciones como: Fundación Konrad Adenauer, National Endowment for Democracy, Fundación para el Desarrollo FUNDES, Georgetown University, CAF, Organización Panamericana de la Salud, World Resources Institute, entre otros. En el presente, está dirigida por el eco-nomista Napoleón Pacheco T.La información fue obtenida a partir de su página oficial www.fundacion-milenio.org

B.8 Fundación Jubileo

La Fundación Jubileo fue fundada en noviembre de 2003 por la Conferencia Episcopal Boliviana y las diócesis ale-manas de Hildesheim y Tréveris. Desarrolla procesos de investigación, información y formación socio-política, para la construcción de capacidades en líderes que puedan tener incidencia política. Esta fundación es dirigida por Juan Carlos Nuñez. Sus principales líneas de investigación son: desarro-llo humano, deuda pública, hidrocarburos y minería, pacto fiscal, presupuesto, ética social cristiana y por último parti-

173+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Bolivia

cipación y control social. Sus principales iniciativas son sus revistas bimensuales de análisis, revistas especializadas y el sistema de búsqueda de datos de población de los Censos 2001 y 2012. Cuentan con 12 investigadores. En el presente están desarrollando actividades de coordinación para el Pacto Fiscal en Bolivia.La información fue obtenida a partir de su página oficial www.jubileobolivia.org.bo

B.9 Instituto PRISMA

Fue fundado en 1998 como una fundación privada sin fi-nes de lucro. Esta institución busca formular propuestas de políticas públicas a través de sus instrumentos comu-nicacionales y la participación en redes de organizaciones nacionales e internacionales con intereses similares. Algunas de sus áreas de interés son: desarrollo, democracia, relaciones internacionales, comunicación y política. Entre sus princi-pales iniciativas se encuentra la propuesta elaborada para la Asamblea Constituyente y los regímenes económico, social y territorial del Estado con autonomías. Así mismo, el insti-tuto logró la emisión del programa radial “De Acuerdo” y la publicación quincenal “Nueva Crónica y Buen Gobierno”. La labor que realizan cuenta con el apoyo financiero de agencias de cooperación y sus propios constituyentes. Al presente está dirigido por el economista Horst Grebe.Información obtenida de su página oficial http://www.ins-titutoprisma.org/

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Leonardo SecchiLetícia Elena Ito

Brasil

175+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Brasil

Estudio país: Brasil

1. Introducción

La producción de conocimiento es una actividad humana que existe desde siempre en las sociedades. Hay cuatro tipos de conocimiento: popular, filosófico, teológico y cien-tífico. El conocimiento popular o empírico es un tipo de conocimiento que se produce por vía accidental y sin una preocupación de sistematización, y se va reproduciendo de generación en generación. El conocimiento filosófico es el resultado de la razón, tiene sus orígenes en la antigua Grecia, y es más prescriptivo que descriptivo. El conoci-miento religioso o teológico tiene estilo normativo y estable, producido a partir de dogmas.

Por su parte, el conocimiento científico, que es lo que im-porta en este estudio, se produce de una forma sistemática, tiene validez precaria y su propósito es describir y explicar la realidad empírica. A partir de la Ilustración del siglo XVII, el conocimiento científico comenzó a generar valor teórico y aplicado a la sociedad, que sirve de base para el desarrollo tecnológico, económico, político y social. Algunos tipos de organizaciones fueron creadas o adaptadas para producir este tipo de conocimiento. La principal es la universidad, que antes de la Ilustración tenía la función principal de di-fusión del conocimiento teológico y filosófico para las élites.

En los últimos siglos, la universidad comenzó a jugar el papel de productora y difusora del conocimiento científico a través de su investigación y la docencia. No obstante, el conocimien-

176+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Brasil

to científico se produce también, aunque secundariamente, por los gobiernos, empresas privadas, organismos multilate-rales y organizaciones no gubernamentales.

Entre las diversas áreas del conocimiento científico se pue-den distinguir las Ciencias Básicas (Matemáticas, Física, Química, Astronomía, etc.) de las Ciencias Aplicadas (la Economía, la Administración, Derecho, Ingeniería, etc.). Desde finales del siglo XIX, surge un nuevo tipo de organi-zación dedicada a la producción de conocimiento científico aplicado al desarrollo de políticas públicas: los think tanks (Smith, 1991).

También conocidas como institutos de políticas públicas, centros de pensamiento o centros de investigación, los think tanks son organizaciones que producen y difunden conoci-mientos científico-aplicados, y ayudan a los gobiernos y a la sociedad civil con instrumentación técnica para las decisio-nes de política en las áreas de educación, salud, seguridad, gestión, medio ambiente, relaciones internacionales, etc.

Aunque se originaron en los Estados Unidos, hoy en día los think tanks están presentes en prácticamente todos los países del mundo (McGann, 2013). En América Latina se evidencia un aumento reciente en el número de centros de investigación, a un total de 721 (América Latina y Caribe), que representa el 11% del total de centros de investigación en el mundo (McGann, 2013).

Universidades y centros de investigación comparten la función de producción de conocimiento. Especialmente en las áreas de Economía, Ciencias Políticas, Relaciones

177+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Brasil

Internacionales, Sociología y Administración Pública, los departamentos y grupos de investigación de las universi-dades producen conocimiento en las mismas áreas que los centros de investigación: el campo multidisciplinario de la política pública.

Nota. Elaboración del autor. *Publicaciones en periódicos brasileños y extranjeros, ** Publicaciones en periódicos indexados por el Thomson Reuter’s Science Citation Index

Tabla 1Datos Claves

Indicador Datos Año Fuente

Número de centros de investigación en Brasil

82 2012 McGann, 2013

Número de universidades en Brasil

2.416 2012Ministério da Educação, 2013

Número de investigadores por 1,000 habitantes

0,6656 2008 Unesco, 2010

número de artículos científicos por 1,000 habitantes*

0,2290 2008 Unesco, 2010

Número de Ph.D. en Brasil 188.000 2011 CGEE, 2012

Número de publicaciones indexadas**

26.482 2008 Unesco, 2010

Porcentaje del PIB utilizado en investigación

1,16% 2012 Senado, 2012

178+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Brasil

a) Sobre este Estudio

En Brasil existen 82 centros de investigación (McGann, 2013), y aproximadamente 2.500 universidades y centros de educación superior (Ministerio de Educación, 2013). Para este estudio se analizaron casos para tres grandes centros de investigación brasileños:

Centro Brasileiro de Relações Internacionais (CEBRI) (http://www.cebri.org/)Centro de investigación independiente ubicado en Rio de Janeiro – Brasil - que trabaja temas dentro del ámbito de las Relaciones Internacionales de Brasil en América Latina, y en el mundo. Fue clasificado en la 8ª posición como centro de investigación más influyente de América Latina en el 2012 Global Think Tank Report.

Instituto Fernando Henrique Carodoso (www.ifhc.org.br)Centro de investigación independiente fundado por el ex Presidente de Brasil – Fernando Henrique Cardoso, que trabaja temas variados: democracia, economía, desarrollo, estudios sociales, y relaciones internacionales de Brasil. Tiene sede en São Paulo, y fue clasificado en la 10ª posición como centro de investigación más influyente de América Latina en el 2012 Global Think Tank Report.

Instituto de Pesquisa Econômica Aplicada (IPEA) (www.ipea.gov.br)Centro de investigación gubernamental, vinculado a la Secretaria de Assuntos Estratégicos da Presidência da República, que produce conocimiento relevante para la

179+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Brasil

elaboración de las políticas públicas del Gobierno Federal de Brasil. Cuenta con más de 200 investigadores residen-tes de nivel superior que trabajan en su sede en Brasilia (DF), en las áreas de planificación económica, planifi-cación regional, urbana y ambiental, políticas sociales, políticas de gestión pública, y otras áreas sectoriales como salud, ciencia y tecnología, y relaciones internacionales. Está clasificado en la 11ª posición como centro de in-vestigación más influyente de América Latina en el 2012 Global Think Tank Report.

El criterio de selección de los centros de investigación para el estudio fueron el tamaño y la expresión. Según McGann (2013), CEBRI, IFHC e IPEA son, respectivamente, el se-gundo, tercero y cuarto centro de investigación en Brasil. La Fundação Getúlio Vargas (FGV), que se encuentra en el 1 º lugar en Brasil y América Latina, y en el 24 lugar en el mundo, fue excluida del análisis pues además de ser un centro de investigación también desarrolla funciones de universidad. Por lo tanto, no tiene sentido estudiar las relaciones entre universidad y centro de investigación en el caso de la FGV.

Las fuentes documentales de datos fueron: disertaciones, tesis y libros sobre centros de investigación y universida-des brasileñas, informes estadísticos gubernamentales y sitios en internet sobre el tema. Las fuentes personales de recolección de datos fueron:

180+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Brasil

Tabla 2Entrevistas con Miembros de Centros de Investigación y Expertos en Políticas Públicas.

Persona / función Afiliación Método Entrevista

Director de Estudios y Políticas Sociales IPEA Entrevista

Director Adjunto de Estudios Sectoriales y Políticas para la Innovación, Regulación e Infraestructura

IPEA Entrevista

Asesor de Planificación y Articulación Institucional

IPEA Entrevista

Técnico de Planificación e investigación IPEA Entrevista

Técnico de Planificación e investigación IPEA Entrevista telefónica

Coordinador de Estudios y Debates CEBRI Entrevista telefónica

Ayudante de Investigación CEBRI Entrevista por Skype

Coordinadora Ejecutiva CEBRI Entrevista por Skype

Director Ejecutivo CEBRI Entrevista por Skype

Director Ejecutivo IFHC Entrevista por Skype

Secretaria Ejecutiva IFHC Entrevista por Skype

Francisco G. Heidemann: Profesor voluntario de Administración Pública (Universidade do Estado de Santa Catarina), y experto en políticas públicas.

UDESC Entrevista

Junia da Rosa Soares: MSc. en Administración Pública, y experta en centros de investigación en Brasil.

ENABRASIL

Entrevista

Bernardo Sorj: Profesor titular de la Universidad Federal de Río de Janeiro y Director del Centro Edelstein de Investigaciones Sociales.

C e n t r o Edelstein

Entrevista por Skype

Ricardo de Oliveira Santos: MSc. En Relaciones Internacionales (PUC - Rio), y experto en centros de investigación en Brasil.

PUC-Rio Entrevista por Skype

Francisco J. Salm: Doctor en Administración Pública (University of Southern California), y experto en Administración Pública brasileña.

Sin filiación Entrevista telefónica

181+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Brasil

El análisis cualitativo de datos fue realizado por triangu-lación (Triviños, 1987)1. Para el análisis se plantearon las siguientes variables y categorías de la relación entre los cen-tros de investiga.

La variable dual “tipo de relación” se lee en el contexto de la competencia o la cooperación. Una relación de competencia entre las universidades y centros de investigación es aquella en la que existe una competencia por recursos financieros, recursos humanos, exposición a los medios. Una relación de cooperación es aquella en que los centros de investigación y universidades llevan a cabo un trabajo conjunto, compar-tiendo proyectos y personas, y no competiendo en términos concretos o simbólicos en el mercado de producción de co-nocimiento aplicado a la política pública.

La variable “intensidad de relación”, también dual, tiene las categorías “relación esencial” o “relación superficial.” Las re-

1 La técnica de triangulación es hacer comparaciones sucesivas de la información de di-versas fuentes para llegar a una visión más exacta de la realidad. Con la triangulación es posible comparar información contradictoria, y dilucidar agujeros informativos.

Tabla 3Variables y Categorías de Análisis.

Variable Tipo Categorías

Tipo de relación Dual Competencia o cooperación

Intensidad de relación Dual Esencial o superficial

Enfoque de la relación Descriptivo Tipos de actividades

Frecuencia de relación Dual Permanente o intermitente

Nota. Elaboración del autor.

182+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Brasil

laciones entre los centros de investigación y las universidades son consideradas “esenciales” si hay una dependencia mutua para la ejecución de las actividades de producción de conoci-miento. La relación se considera superficial si las interacciones son puramente formales, sin tener una preocupación con la profundidad de contenido. Por su parte, la variable “enfoque de relación “ es descriptiva. Por lo tanto, la relación entre centros de investigación y universidades puede abarcar se-minarios, cursos, proyectos de investigación, intercambio de recursos humanos y financieros.

La “frecuencia de relación” posee las categorías “perma-nentes” e “intermitentes”. Una frecuencia permanente es aquella en la que centros de investigación y universidades mantienen relaciones, independientemente del contexto po-lítico o administrativo de las organizaciones. Finalmente, la frecuencia se clasifica como intermitente si la relación varía por proyecto, así como con cambios en el contexto político y administrativo de las entidades objeto de estudio.

2. Producción de Conocimiento de Políticas Públicas en Brasil

Para conocer el sector de producción de conocimiento apli-cado a la política pública en Brasil es necesario identificar a los actores y el contexto político-institucional de las últi-mas décadas. El sector de la producción de conocimiento aplicado a la política pública está formado por los siguien-tes actores: 1) los profesores universitarios que estudian los campos de la economía, la sociología, la ciencia política, la administración pública, 2) investigadores afiliados a centros de investigación, y 3) los técnicos gubernamentales que tra-bajan con investigación aplicada.

183+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Brasil

Los usuarios de este conocimiento son organizaciones públicas de nivel federal, estatal y municipal, y de las or-ganizaciones de la sociedad civil, como los sindicatos, los partidos políticos, y las asociaciones industriales, comer-ciales y agrícolas. Los atores intermedios, que llevan la información al público, son los centros de investigación y los medios de comunicación, todos jugando el papel de la traducción de lenguaje, y evidenciando los argumentos po-líticos de los informes de investigación.

El contexto político e institucional de Brasil a partir de 1960 está formado básicamente por dos períodos: 1) régimen mi-litar (1964-1985), y 2) democracia (1985 - presente).

A continuación se presenta la evolución histórica de la pro-ducción de conocimiento aplicada al sector de las políticas públicas en Brasil.

a) Producción de Conocimiento en el Régimen Militar

En el Brasil democrático postguerra ya prefiguraba un golpe de Estado. A principios de la década de 1960, Brasil pasó por una crisis política y económica, la deuda externa y la inflación estaban altas, y el déficit presupuestario preocu-paba a todos (Toledo, 2004). Esta crisis se reflejó en toda la sociedad, incluso en el mundo universitario. Aunque las universidades habían comenzado a surgir en Brasil a prin-cipios del siglo XX, ellas no estaban todavía consolidadas en los años 1960 (Saviani, 2010).

Según Bittar (2001), 13 universidades públicas se crean a partir de la década de 1920 hasta los años 1950. Por lo tanto,

184+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Brasil

la producción de conocimiento aplicado a la política pública era todavía poco desarrollada y formada por una élite eco-nómica e intelectual que tenía acceso a la educación y a la investigación universitaria.

En 1961, João Goulart, popularmente conocido como Jango, asumió la presidencia de la República. Durante este período hubo una gran demanda de renovación y expansión del sistema universitario nacional. El Presidente Jango vivía una delicada situación política, ya que se había alineado con los sindicatos y la izquierda socialista, creando antipatía en las clases militares e industriales. Luego, el golpe militar de 1964 activó la dictadura que duró más de veinte años (Toledo, 2004).

Este golpe, según Saviani (2010), agudizó aún más la exigencia de reforma universitaria. En 1968, se promulgó la ley 5.540/68, que trataba de la reestructuración de la enseñanza superior en Brasil. Se dio la implantación de la enseñanza para el mercado, de acuerdo con la lógica del capitalismo de postguerra. Con el sentimiento nacionalista de los militares, la reforma había es-timulado la expansión de las universidades federales, además de la creación de universidades en los estados, universidades confesionales, comunitarias y privadas (Martins, 2009). Según Bittar (2001), en los años 1960 fueron creadas 22 universida-des públicas: 19 universidades federales y tres universidades estatales y también hubo la creación de ocho universidades privadas: siete comunitarias y una privada comercial.

El sector de producción de conocimiento aplicado a la política pública estuvo conformado básicamente por los burócratas en la planificación pública relacionados con el régimen mi-litar. Con algunas excepciones como el IPEA, el DIEESE, y

185+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Brasil

el CEBRAP no existían centros de investigación en Brasil. La difusión del conocimiento aplicado a la política pública era asumida por los medios de comunicación, muchos de ellos editorialmente alineados con el régimen militar. En 1968, el decreto del Acto Institucional 05 cesó derechos políticos, sindicales, y de organización de la sociedad civil. Desde en-tonces, el régimen dictatorial entró en su etapa más severa, y los medios de comunicación de masas, que difundían el conocimiento aplicado a la política pública, tuvieron sus edi-toriales y noticias censuradas.

Durante la década de 1970 el sector universitario creció aún más (Martins, 2009). Según Bittar (2001), hubo la creación de 10 universidades públicas más: cuatro en el nivel federal, cinco a nivel estatal y una a nivel municipal. Además, fueron creadas cuatro universidades privadas, siendo dos universi-dades comunitarias y dos universidades privadas.

b) Producción de Conocimiento en la Redemocratización

La década de 1980 fue caracterizada por una gran crisis eco-nómica, con alta inflación y desempleo. Esta fue una de las razones para la “distención democrática, deslegitimación “ del gobierno militar, y el surgimiento de un gobierno civil en 1985 con nueva estructura institucional para el Estado. En el mundo de la educación superior, Bittar (2001) señala que en 1985 el gobierno federal estaba dispuesto a apoyar financie-ramente a las universidades comunitarias que demostrasen calidad. De acuerdo con Bittar (2001) fueron creadas 11 uni-versidades públicas, tres federales, cinco estatales y tres municipales, además de seis universidades comunitarias y 13 universidades privadas comerciales.

186+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Brasil

A partir de la redemocratización, los productores de conoci-miento (centros de investigación, universidades y gobierno) ganan mayor libertad para elegir su agenda de investigación, y la autonomía para la difusión de los resultados de los estudios. En el ámbito universitario, departamentos de economía, socio-logía y de ciencia política lanzan una agenda de investigación de rasgo teórico socialista-marxista, que por 20 años fue mal vista por el régimen militar.

Los medios de comunicación también ganaron mayor libertad de expresión y difusión del conocimiento útil para la formula-ción de políticas públicas. En este periodo hubo la legalización de los sindicatos y de los partidos políticos de izquierdas, y se ampliaron los usuarios de conocimiento de políticas pú-blicas. El Departamento Intersindical de Estatísticas e Estudos Sócio-Econômicos (DIEESE), centros de investigación ligado a la Central Única dos Trabalhadores (CUT), que había sido fun-dada en 1955, ganó impulso a nivel nacional, principalmente en la difusión de las estadísticas de desempleo, que en general presentaba resultados más pesimistas que los datos divulgados por el instituto oficial de estadísticas IBGE.

De acuerdo con Pereira (1997) y Melo (2001), en la década de 1990 el tema de la reforma del Estado se elevó en la agenda gubernamental. La reforma tocaba cuatro problemas: econó-micos (inflación in primis), políticos (legitimidad del gobierno), administrativos (tamaño del Estado), e institucional (recuperar la gobernabilidad). Para Melo (2001), fue en este período que hubo la inserción del framework de análisis de las políticas pú-blicas en la práctica del gobierno federal, y la expansión de las carreras de especialistas en políticas públicas y gestión guber-namental (EPPGG).

187+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Brasil

El gobierno de Fernando Henrique Cardoso (1995 – 2002) introdujo un sistema de evaluación de desempeño de las univer-sidades, para distinguir las universidades en términos de calidad, con el fin de racionalizar los recursos e incentivar la búsqueda de fondos externos. Faria (2005), afirma que la atención se centró en la función “evaluación” como herramienta para la reforma del Estado. La intención de privatizar las universidades públicas no se llevó a cabo, dada la fuerza del movimiento estudiantil, y de los profesores y burócratas de las universidades, además de la antipatía popular a este tipo de iniciativa.

En este período también nacen algunos centros de investiga-ción. Siendo el partido político de Fernando Henrique Cardoso de orientación centrista y con el apoyo de partidos políticos de la derecha, la agenda neoliberal tomó fuerza. Los esfuer-zos de racionalización de las políticas públicas se vieron más aceptados en el gobierno federal. Un ejemplo de centro de investigación es el CEBRI, que fue fundado en el 1998 para producir conocimiento en el área de la política exterior y para apoyar al Ministerio de Asuntos Exteriores.

Desde 2003, con el gobierno del presidente Lula da Silva, las políticas de educación superior sufrieron una inflexión de rum-bo muy sustantiva. Fue durante el gobierno de Lula que se crea el programa de Reestruturação e Expansão das Universidades Federais (REUNI). El siguiente cuadro refleja la expansión de la academia en los últimos años:

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El REUNI también abarcó otras iniciativas, como la educación a distancia con la Universidade Aberta do Brasil (UAB), la creación del Instituto Técnico Federal (ITF), y la promoción de la educación superior privada a través de las becas concedidas por el gobierno (PROUNI), y financiación subvencionada de estudios en universidades privadas (FIES).

3. Estudio de Caso

a) El CEBRI

El Centro Brasileiro de Relações Internacionais (CEBRI) es un centro de investigación independiente con sede en Río de Janeiro, que produce conocimiento y promueve debates so-bre políticas públicas, especialmente en el ámbito de las relaciones internacionales. El CEBRI se ocupa del análisis de Brasil como un actor estratégico en el ámbito internacio-nal, su política de defensa, la política exterior, sus relaciones comerciales y diplomáticas. Fue clasificado en la 8ª posi-ción como centro de investigación más influyente de América Latina en el 2012 Global Think Tank Report (McGann, 2013).

Tabla 4Evolución del Sector Universitario en Brasil.

Nota. Fuente: Brasil (2013b), *estimada

Indicador 1808 – 2002 2003 – 2010 2011-2014*

Total de universidades públicas federales 148 274 321

Expansión en el período: 148 126 47

Total de ciudades atendidas por universidades públicas federales

114 230 275

Expansión en el período: 114 116 45

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En los últimos años de la década de 1990, Brasil tenía una escasez de organizaciones dedicadas a realizar investigacio-nes, discusiones y debates sobre política exterior. En 1998, el entonces ministro de Relaciones Exteriores, Luiz Filipe Lamprea recibió el apoyo del presidente Fernando Henrique Cardoso (FHC) y de Daniel Klabin, un importante industrial brasileño, para crear un centro de investigación y discutir la política exterior de Brasil. La idea inicial era que el CEBRI fuera una entidad de asesoramiento al gobierno en el ámbito de las relaciones exteriores (Santos, 2009).

En sus primeros años CEBRI firmó convenios con el Ministerio de Asuntos Exteriores (MRE) de Brasil, y pasó a recibir ayudas a la estructuración y adquisición de bibliografía, soporte técnico y también recursos financieros relacionados con los proyec-tos del MRE con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) (CEBRI, 2006). Sin embargo, esta estrecha relación tuvo un corto período de tiempo, ya que en el 2001 el Ministro Lamprea deja su función, y Fernando Henrique Cardoso termi-na su mandato en diciembre de 2002, pasando la presidencia a Luiz Inácio Lula da Silva, del partido de oposición.

Desde 2003, los acuerdos con el MRE fueron interrumpidos, y el apoyo del Gobierno Federal dejó de existir. El CEBRI tuvo que reformular sus estrategias de recaudación de fon-dos y actuar fuera de la esfera gubernamental. El CEBRI luego buscó socios-donantes, nacionales y empresas inter-nacionales establecidas en Brasil, además de recomponer su Consejo Superior en la búsqueda de pluralismo de ac-tores. En este período CEBRI adoptó el papel de advocacy think tank, es decir, el centro comenzó a defender argu-

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mentos para el cambio en las políticas públicas a través de investigaciones, debates y contenidos para los medios de co-municación ya influir en la toma de decisiones del gobierno en el ámbito de relaciones internacionales.

En 2009 el CEBRI se convirtió en Organización de la Sociedad Civil sin Interés Público (OSCIP), título otorga-do por el Ministerio de Justicia para organizaciones civiles que han logrado reputación. En la legislación brasileña, una OSCIP puede establecer alianzas y acuerdos con el gobierno, y recibir la asignación presupuestaria, pero sus finanzas pa-san a ser sujetas a examen del Tribunal de Contas da União (TCU). Como OSCIP, CEBRI pasó también a tener el derecho de recibir recursos del impuesto sobre la renta de las empre-sas a cambio de la deducción fiscal (exención de impuestos).

Actualmente CEBRI es un centro de investigación que tiene 12 miembros residentes, cinco de ellos se encuentran en la Secretaría Ejecutiva, seis son asistentes de investigación, y uno trabaja en los servicios generales. Para ayudar en el es-tablecimiento de directrices y supervisión de las actividades de la Secretaría Ejecutiva, CEBRI tiene un consejo guardián, un consejo asesor y un consejo fiscal.

Como se ve, en su breve historia CEBRI cambió su per-fil de financiación. Comenzó con los acuerdos firmados con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Ministerio de Relaciones Exteriores (MRE), y en la actua-lidad el origen de los recursos está basado en donaciones, recursos de proyectos, y recursos derivados de inversiones

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financieras. El siguiente gráfico da una visión general de las fuentes de ingresos del CEBRI:

En la actualidad, el presupuesto anual de CEBRI es de aproximadamente US$ 450,000.00. Entre los contratos de proyectos están los de la Fundación Konrad Adenauer, del Department for International Development (DFID-UK), del SEBRAE, de la Confederação Nacional da Indústria (CNI), de la European Comission, y de la Embajada de Holanda.

El CEBRI trabaja principalmente alrededor de los temas de relaciones internacionales, la política de defensa, el comer-cio exterior y asuntos transnacionales como el terrorismo, el tráfico de personas, drogas y animales. Un ejemplo de proyecto es la asociación con el CARI (Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales) para el estudio “Brasil

Figura 1Fuentes de ingresos de CEBRI

Nota. Fuente: datos primarios.

Donaciones

Recursos de proyectos

Recursos derivados de inversiones financieras

35%

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y Argentina en 2015: La construcción de una visión compar-tida.” Tuvo el objetivo de dar directrices políticas, tanto para Brasil como para Argentina, en las temáticas de negociacio-nes internacionales, energía, seguridad regional y seguridad alimentaria (CEBRI, 2006). Otro ejemplo es el proyecto Desenvolvimento Sustentável da Amazônia, que consiste en in-vestigar la cooperación regional entre los países de la región Amazónica. (CEBRI, 2012). Recientemente el CEBRI trabaja con debates sobre cambios climáticos, gobernanza global, y derechos humanos.

El CEBRI es prolífico en la organización de eventos en colabo-ración con las universidades. Siendo un centro que se ocupa de cuestiones relacionadas con las relaciones internacionales, cuenta con una serie de iniciativas, seminarios, debates y talle-res con las facultades de Relaciones Internacionales ubicadas en Río de Janeiro. En otras ocasiones, son los grupos de in-vestigación de la universidad y de las sociedades científicas nacionales que organizan eventos, y los miembros de CEBRI son llamados cuando los temas son de comercio exterior, políti-ca exterior, política de defensa y asuntos transnacionales como los cambios climáticos, y el tráfico de drogas, armas y personas.

Los proyectos de investigación llevados a cabo por CEBRI son el principal medio de relación con las universidades, y más precisamente con profesores universitarios. Los profesores e investigadores que tienen vínculos formales con universida-des son llamados a componer la plantilla de investigadores de las investigaciones captadas por CEBRI. El CEBRI tiene poco personal permanente (12 personas), y, por ello, buscar inves-tigadores ad hoc en las universidades es necesario.

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La tercera forma de relación son las publicaciones. El CEBRI organiza libros y colecciones en los campos de las relaciones internacionales, y los profesores de las universidades son invitados a escribir capítulos o participar como co-autores. Adicionalmente, durante el verano en el hemisferio norte el CEBRI recibe estudiantes de intercambio, especialmente de los Estados Unidos (summer internships). También el CEBRI ofrece un espacio para un investigador visitante de alto nivel.

Las principales universidades con las cuales el CEBRI man-tiene relación son la Universidade Federal do Rio de Janeiro (UFRJ), la Universidade do Estado do Rio de Janeiro (UERJ), la Universidade de Brasília (UnB) la Universidade de São Paulo (USP), la Escola Superior de Propaganda e Marketing (ESPM), IBMEC, Fundação Getúlio Vargas (FGV), FAAP, y SENAC. De estas la ESPM, FAAP y SENAC son patrocinadoras del CEBRI, colaborando con donaciones anuales. Con la ESPM hay también una relación de reparto de la estructura para eventos, pues las dos organizaciones están ubicadas cerca.

Con otras universidades la relación es más bien técnico-cien-tífica, de manera informal con los profesores e investigadores, sin mantener necesariamente acuerdos formales. De los 12 miembros fijos de CEBRI, todos tienen algún tipo de rela-ción universitaria. Todos tienen grado o postgrado, y algunos tienen relación como profesores o doctorandos en las univer-sidades de Río de Janeiro.

En cuanto a la relación de competencia o cooperación, to-dos los entrevistados son unánimes al decir que no perciben ningún tipo de competencia entre CEBRI y Universidades. Algunas explicaciones para esta interacción simbiótica es que,

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en Brasil, los centros de investigación tienen poco acceso a los fondos que financian la investigación en las universidades. Las organizaciones de financiamiento, tales como la FAPESP, FINEP y CNPq realizan convocatorias específicas para proyec-tos académicos universitarios. Por otro lado, las empresas y las fundaciones que financian investigaciones aplicadas en el área de políticas públicas realizan sus pedidos directamente a los centros de investigación. Como CEBRI es un centro top of mind en el ámbito de las Relaciones Internacionales, es natu-ral que el financiador busque directamente el CEBRI cuando se trata del tema de investigación aplicada en este área.

Otro factor que promueve la cooperación es simbólico. Tanto para las universidades como para los centros de investigación la asociación en proyectos produce credibilidad, aumento de exposición en los medios, e incremento en la red de rela-ciones. Una especie de competencia puede surgir con otros centros de investigación, como la Fundação Getúlio Vargas, que funciona como universidad y centro de investigación al mismo tiempo.

Los generadores de conocimiento en el campo de las Relaciones Internacionales en Brasil son pocos, y el campo de la investigación aplicada en RI es aún menor. Como Brasil es un actor estratégico en el tablero internacional hay sufi-ciente espacio para proyectos de CEBRI y de la universidad en una dinámica colaborativa. Si hay algún tipo de cuello de botella institucional para la profundización de las relaciones esto ocurre con las universidades públicas, que son más rí-gidamente reguladas en la gestión financiera y de personal. En Brasil, las universidades federales requieren dedicación exclusiva de la mayoría de sus profesores, denegando a ellos

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la posibilidad de participar en otro trabajo o de involucrarse en actividades de consultoría. Con las universidades privadas el reglamento es más blando.

El CEBRI mantiene relaciones con varios tipos de organiza-ciones. Desde el 1998 tenía relación especial con el Ministerio de Relaciones Exteriores, que cedía recursos humanos y fi-nancieros, y con el PNUD, financiador inicial. Desde 2003, con el gobierno del Presidente Lula, CEBRI tuvo que reinven-tar sus relaciones, especialmente con el gobierno federal y el Ministerio de Relaciones Exteriores. Hoy en día las relacio-nes fuertes son con empresas patrocinadoras, como Petrobras (energía), Itaú (banco), ESPM (universidad), Johnson (multi-nacional), Klabin (industria de papel) y Globo (comunicación). De los entes gubernamentales quedan las relaciones como BNDES (banco de desarrollo público) y Eletrobras (energía). Actualmente, hay 30 empresas patrocinadoras del CEBRI.

El CEBRI se declara una organización plural, con libertad para criticar de forma independiente al gobierno y al Ministerio de Relaciones Exteriores. No obstante, por su fundación por el grupo político de Fernando Henrique Cardoso, es natural que las relaciones con el Partido da Social Democracia Brasileira (PSDB) ocurran con mayor espontaneidad. Sin embargo, los dirigentes de CEBRI entrevistados subrayan que expertos po-líticos vinculados a otros partidos políticos son invitados a eventos y proyectos de investigación en el CEBRI.

La fuente de financiación internacional más importante es la Fundación Konrad Adenauer, que suele financiar proyec-tos de CEBRI. El CEBRI también nutre relaciones especiales con los medios de comunicación más influyentes de Brasil,

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como Folha de São Paulo, Estado de São Paulo y O Globo, pro-porcionando contenido para el análisis de la política exterior. Y, además, tiene relaciones con otros centros de investiga-ción brasileños y extranjeros. Un ejemplo es la participación de CEBRI en el GIBSA, una red de think tanks de Alemania, India, Brasil y Sudáfrica para el intercambio de información, eventos y proyectos conjuntos.

b) El IFHC

La Fundación IFHC es un centro de investigación, creado por el ex-Presidente de Brasil Fernando Henrique Cardoso, que trabaja con temas variados de defensa de la democra-cia, desarrollo de la economía, estudios sociales y relaciones internacionales de Brasil. Tiene su sede en São Paulo y fue clasificada en la 10º posición como centros de investigación más influyente de América Latina en el Global Think Tank Report de 2012 (McGann, 2013).

Fernando Henrique Cardoso (FHC) fue presidente de Brasil de 1995 hasta el 2002. Bajo la intención de crear una “biblio-teca presidencial” el ex presidente creó el Instituto Fernando Henrique Cardoso. En mayo de 2004, Fernando Henrique Cardoso creó el Instituto para ofrecer su variada colección de 350 mil obras, compuesto por libros, cartas, notas, foto-grafías, objetos, videos, etc. Además de Fernando Henrique Cardoso, el IFHC fue fundado por Aloysio Meirelles de Miranda Filho (abogado), Boris Fausto (asesor jurídico), Danielle Ardaillon (sociólogo), Eduardo Graeff Piragibe (ex Secretario de la Secretaría de Comunicación Social), José de Oliveira Costa (economista), Jovelino Carvalho Minero Filho (empresario), y Juárez Rubens Brandão Lopes (sociólogo).

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El IFHC nació con el objetivo principal de hacer disponible a la población las colecciones y obras de Fernando Henrique Cardoso y Ruth Cardoso, su mujer antropóloga, intelectual y profesora universitaria. Otro objetivo declarado de IFHC es la defensa y promoción de la democracia en Brasil y América Latina (IFHC, 2013b). A pesar de estar fuertemente ligado a la figura del ex presidente y al PSDB, el IFHC se declara una organización no partidista.

Entre los años 2004 y 2007, el Instituto estaba muy concen-trado en hacer disponible y conservar la biblioteca. A partir de entonces, el IFHC comenzó a promover más eventos, y hacer investigación en diversas áreas de la política pública. En 2010, el Instituto Fernando Henrique Cardoso se convirtió en una Fundación denominada Fundación IFHC. De acuerdo con la ley brasileña, una fundación es una organización con patri-monio fundacional alto (endowment), con fines inmutables, sujeto a la fiscalización del Ministerio Público, y que tiene sus cuentas y la gestión abierta al escrutinio público.

La estructura de manejo de la Fundación IFHC se compo-ne de: Consejo Guardián, Consejo Fiscal, Dirección y Equipo Ejecutivo. Actualmente la Fundación IFHC tiene 22 funciona-rios en el equipo ejecutivo. De éstos, cuatro son responsables de las colecciones de la biblioteca, cuatro trabajan con el mar-keting y relaciones con los medios, tres son responsables de los asuntos financieros y administrativos, y uno en el área de Tecnología de la Información. Otros tres trabajan con servi-cios generales y hay dos recepcionistas. El director ejecutivo tiene el apoyo de un asistente y tres personas en la oficina administrativa.

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Las fuentes de ingresos de la Fundación IFHC están cambiando con el tiempo. Desde 2010, los ingresos financieros generados por los recursos de la fundación (endowment) se convirtieron en la principal fuente de ingresos. En 2012 representaban apro-ximadamente el 65% de los ingresos. A partir del 2013, los ingresos de las donaciones y la recaudación de fondos para los proyectos crecieron, alcanzando el 45% de los ingresos, y hubo la disminución de los ingresos financieros a 55%.

Las donaciones provienen de organizaciones privadas con sede en Brasil, como Votorantim (cemento) Grupo, el Grupo Santander (banco español), BMF Bovespa (Bolsa de Valores), Kroton (educación). También son fuentes de ingre-sos los eventos privados y proyectos financiados, como los con el International Development Research Center (Canadá), la Fundação Konrad Adenauer, y el Open Society Institute. El

Figura 2Fuentes de ingresos de IFHC

35%55%

Donaciones y recursos de proyectos

Recursos derivados de inversiones financieras

Nota. Fuente: datos primarios.

199+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Brasil

presupuesto anual de la fundación IFHC es de aproximada-mente $ 1,3 millones.

Se puede decir que el principal rasgo normativo de la ac-tuación de la Fundación IFHC es el fortalecimiento de la democracia. A partir de este elemento básico, la Fundación desarrolla proyectos, eventos y publicaciones en diversas áreas de la política pública, como la educación, la justicia, las relaciones internacionales, y la economía. Se trata de un grupo de expertos multidisciplinario, pero con un fuerte componente sociológico y politológico.

Además de la función de “biblioteca presidencial”, el IFHC lleva a cabo estudios, promueve debates, y organiza publica-ciones policy relevant. Entre los estudios, destacamos la Coesão Social em Democracia na América Latina, escrito en colabora-ción con el Centro Edelstein de Investigaciones Sociales, que estudió la transformación de las sociedades latinoamerica-nas después de la redemocratización, en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Guatemala, México y Perú.

Otro estudio con enfoque latinoamericano fue Uma Nova Agenda Social e Econômica para a América Latina que hace un balance sobre el desarrollo económico, social, la gober-nanza y la innovación en América Latina. Este estudio se realizó en colaboración con la Corporación de Estudios para Latinoamérica (CIEPLAN).

Un importante frente de trabajo, en colaboración con el Centro Edelstein de Investigaciones Sociales, es la Plataforma Democrática, una plataforma virtual para el debate sobre la democracia en América Latina con un repositorio de do-

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cumentos sobre el tema, para la producción y difusión del conocimiento y la promoción de un debate pluralista.

La Fundación IFHC también es prolífica en eventos y deba-tes. El Informe Anual de la Fundación en 2012 lista más de cien seminarios realizados en los últimos ocho años. A tra-vés de eventos educativos, exposiciones, y publicaciones, el IFHC ofrece intercambio de información entre intelectuales, siempre con el tema de fondo de la democracia.

Los lazos del IFHC con las universidades son más informa-les que formales. En el campo formal, sólo en 2012 y 2013 el IFHC se asoció con la Universidad de São Paulo (USP) para proyectos específicos con el Instituto de Relaciones Internacionales. También en estos años se creó el Projeto Lideranças innovadoras na gestão pública”, con participación de la Fundação Brava, Fundação Getúlio Vargas (FGV), el INSPER, y Faculdade de Curitiba, ofreciendo cursos en lí-nea de gestión pública.

La gran mayoría de las relaciones con las universidades se produce de manera informal, directamente con los profe-sores universitarios e investigadores que son invitados a trabajar en proyectos de investigación captados por IFHC. En la red de colaboradores que participan como investiga-dores ad hoc en proyectos, casi el 100% vienen del ámbito académico universitario, y otros pocos son policymakers.

Los directores entrevistados no perciben competencia entre el IFHC y las universidades. El enfoque de investigación es diferente. Las universidades tienen enfoque de investigación descriptiva para construcción teórica, mientras que el IFHC

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produce investigación aplicada y para instrumentalización decisional. IFHC y universidades tampoco compiten en las métricas de éxito, pues para los universitarios lo que cuen-ta es el número de publicaciones y las revistas con factor de impacto, mientras que al IFHC la métrica es la reper-cusión política y divulgación de hallazgos en los medios de comunicación. Las fuentes de recursos son diferentes, las universidades buscan bolsas en agencias financiadoras pú-blicas (FINEP, CNPq, FAPESP), mientras que al IFHC las fuentes de financiación son los donantes, las peak organiza-tions (confederaciones industriales, comerciales y agrícolas), y los organismos multilaterales.

El cuello de botella más citado para profundizar las relacio-nes con las universidades es la burocracia (red tape). Como relatado en el caso del CEBRI, las universidades públicas brasileñas están sometidas a un marco regulador muy es-tricto para adquisiciones, asociaciones, sección de personal, y financiación, el cual aleja a los centros de investigación y otras organizaciones sociales del sector privado.

Otras organizaciones que mantienen vínculos con el IFHC son el grupo Votorantim, Santander, BMF Bovespa, grupo Kroton, que son donantes habituales del instituto. Deutsche Bank está asociado al IFHC financiando la traducción al por-tugués de una de las revistas líderes en el tema democracia: el Journal of Democracy.

Como ya subrayado, otra importante alianza fue estableci-da con el Centro Edelstein de Investigaciones Sociales, la creación de la Plataforma Democrática (http://www.platafor-mademocratica.org/). Por último, el IFHC mantiene buenas

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relaciones con los medios de comunicación, entre ellos la BAND News, el periódico O Estado de São Paulo, y Folha de São Paulo.

Por su vínculo con la figura de Fernando Henrique Cardoso, seguramente el IFHC tiene mayor relación con grupos po-líticos del PSDB. Sin embargo, el IFHC busca promover el debate plural, invitando miembros de todos los partidos po-líticos a sus seminarios y eventos.

c) El IPEA

El Instituto de Pesquisa Econômica Aplicada (IPEA) es un think tank gubernamental, vinculado a la Secretaría de Asuntos Estratégicos de la Presidencia, que producen investigación policy relevant para las decisiones políticas del Gobierno Federal de Brasil.

El Instituto fue fundado en 1964, siendo sus creadores y fundadores Roberto de Oliveira Campos y João Paulo dos Reis Velloso, ambos formados en economía. Campos fue un diplomático y Senador de la República, mientras Velloso fue presidente del IPEA entre 1964 y 1968, permaneciendo como Secretario General del Ministerio de Planificación has-ta el 1968 y después Ministro de Planificación entre 1969 - 1979 (D ‘Araujo, De Farias y Hipólito, 2005).

Actualmente el IPEA se clasifica en la 11ª posición como think tank más influyente de América Latina en el 2012 Global Think Tank Report (McGann, 2013). Según Barbosa (2012), el Instituto de Investigación Económica Aplicada (IPEA) se originó en el año 1964 al final del gobierno de-

203+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Brasil

mocráticamente electo de Joao Goulart. Su primer nombre fue Escritório de Pesquisa Econômica Aplicada (EPEA), creado en Río de Janeiro, vinculado a los órganos de gobierno, entre ellos el Conselho Consultivo de Planejamento, que asesoraba a los ministerios del gobierno federal. Campos y Velloso formaron el EPEA como una entidad gubernamental para proveer herramientas de investigación aplicada que podrían ayudar al gobierno a llevar a cabo la planificación de media-no y largo plazo, que hasta entonces poco existía en el país (D ‘Araujo, De Farias y Hipólito, 2005).

Después del golpe militar de 1964, el EPEA se convirtió en una fundación pública por el Decreto-Ley 200/1967, y su nombre fue cambiado por el Instituto de Pesquisa Econômico-Social Aplicada. A lo largo de su historia, el instituto ha sido renombrado más veces, y en 1990 recibió el nombre que prevalece hasta hoy en día.

Entre los años 1970 y 1990 el IPEA creó especializaciones de in-vestigación, incluyendo el Instituto de Planificación Económica y Social (INPES), el Instituto de Planificación (IPLAN), el Centro de Capacitación para el Desarrollo Económico y Social (CENDEC), y la Oficina de Presupuesto del IPEA (INOR).

De la redacción de la nueva Constitución Federal de 1988, la presupuestación a mediano plazo de todos los entes públicos pasaron a demandar el Plan Plurianual (PPA), fortaleciendo el papel de planificación y, desde luego, la función del IPEA en la estructura federal de gobierno (D ‘Araujo, De Farias y Hipólito, 2005).

204+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Brasil

En el gobierno de Fernando Henrique Cardoso, en 1995, la Secretaria de Planejamento (SEPLAN) se transformó en Ministério do Planejamento, Orçamento e Gestão (MPOG) y el IPEA pasó a responder administrativamente a este órgano. Posteriormente, en el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, el IPEA fue vinculado a la Secretaría de Asuntos Estratégicos de la Presidencia de la República (SAE), con funciones de aseso-ramiento al Presidente en la planificación a largo plazo del país para la construcción de políticas públicas de desarrollo.

A lo largo de su historia, el IPEA asumió dos tipos de ac-tividades: asesoramiento para la planificación del gobierno federal, y producción de investigación aplicada a políticas públicas. La importancia de cada actividad sufrió variacio-nes a través del tiempo, así como la afiliación del IPEA en la estructura de gobierno federal cambió de acuerdo con los objetivos políticos de los diferentes presidentes de la República. Hoy en día, el IPEA está vinculado a la Secretaría de Asuntos Estratégicos de la Presidencia. La estructura ad-ministrativa actual se divide en siete direcciones:

• Diretoria de Estudos e Políticas Setoriais de Inovação, Regulação e Infraestrutura (DISET);

• Diretoria de Estudos e Políticas Regionais, Urbanas e Ambientais (DIRUR);

• Diretoria de Desenvolvimento Institucional (DIDES);

• Diretoria de Estudos e Políticas Sociais (DISOC);

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• Diretoria de Estudos e Políticas Macroeconômicas (DIMAC);

• Diretoria de Estudos e Relações Econômicas e Políticas Internacionais (DINTE);

• Diretoria de Estudos e Políticas do Estado, das Instituições e da Democracia (DIEST).

El presidente del IPEA y sus directivos son nombrados políti-camente por el Presidente. Sin embargo, los puestos directivos suelen estar ocupados por personal técnico estable que ya está vinculado al Instituto. El presidente del IPEA suele ser ocupado por un académico de gran expresión académica nacional en el área de la economía.

De acuerdo con el informe anual correspondiente al año 2012 (IPEA, 2013), el Instituto cuenta con 765 funciona-rios activos, siendo 435 en el cuerpo técnico-administrativo, 287 tercerizados, y 43 temporales (interns). Siendo agencia del gobierno federal, el IPEA recibe fondos directamente de la Tesorería Nacional. El presupuesto transferido por el Gobierno Federal para el año de 2012 fue de US$ 130 mi-llones (IPEA, 2013). Otras fuentes secundarias de fondos vienen de la cooperación técnica y convenios.

Como vimos anteriormente, el IPEA está dividido en Direcciones, cada una de ellas tiene un enfoque. La DIDES se centra más en los asuntos internos del Instituto, planificación de la gestión. La DISET actúa en el análisis de los sectores productivos, como agricultura, servicios e industria, y también realizando investigación en temas de ciencia, tecnología e in-

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novación, mercado de trabajo y tributación. La DIRUR, analiza las relaciones entre municipios, estados y el nivel federal, como cuestiones implementación de políticas públicas de nivel fede-ral en los ámbitos estatal y municipal, y sobre las transferencias de recursos públicos entre los entes federativos.

La DISOC se concentra en de protección social y generación de oportunidades de estudio y trabajo. Tiene especial aten-ción sobre los elementos que influyen en las condiciones de vida de la población. La DIMAC realiza estudios de temas macroeconómicos como las finanzas públicas, el comercio exterior, la política monetaria, y la influencia del contexto po-lítico sobre la economía nacional. La DINTE se centra en los aspectos internacionales como las actividades económicas entre las naciones, los procesos políticos en la comunidad internacional, la política exterior brasileña. Por último, la DIEST está relacionada con el diálogo entre el gobierno y los ciudadanos. Tiene el objetivo de ampliar la relación entre el Estado y la sociedad, mejorar el sistema político de Brasil, y garantizar los derechos de la ciudadanía.

De acuerdo con el informe anual correspondiente al año 2011 (IPEA, 2012) el IPEA publicó 23 libros técnicos, tales como, A reinvenção do Planejamento Governamental no Brasil, A China na Nova Configuração Global- Impactos políticos e econômicos, Sistemas de Indicadores de Percepção Social entre otros.

El IPEA también es prolífico en la organización de conferen-cias, seminarios, cursos y talleres, tanto en las estructuras de la IPEA como externamente. En 2012, por ejemplo, pro-movió 47 conferencias, 135 seminarios, 145 cursos y 114 talleres (IPEA, 2013). Otra iniciativa es la Rede IPEA, con

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el fin de promover investigaciones con la colaboración de otras organizaciones que celebran acuerdos de cooperación técnica. En la Rede IPEA están asociadas 54 organizacio-nes como la Universidade Federal do Rio de Janeiro, Fundação João Pinheiro, e o Instituto de Apoio e Desenvolvimento da Universidade Federal de Mato Grosso (IPEA, 2013).

Por último, y quizás una de las más importantes actividades, es la asistencia técnica a los ministerios, como el Ministerio de Trabajo, Ministerio de Planificación y otras agencias gu-bernamentales como la Unión del Defensor del Pueblo (IPEA, 2013), a través de realización de informes direccio-nados a las necesidades de estos entes gubernamentales.

El IPEA tiene vínculos con universidades desde su fun-dación. En la década de 1960 ya tenía una alianza con la Universidad de California en Berkeley. Un grupo de profeso-res de esta universidad americana vino a Brasil para asesorar en la estructuración de IPEA, y compartir metodologías de investigación social aplicada.

Desde entonces el IPEA mantiene relaciones permanentes con universidades brasileñas y extranjeras. La forma más usual de relacionamiento es la contratación de académicos para participar como cuerpo técnico en proyectos. En este sentido, el IPEA capta recursos humanos para cubrir más especialidades del conocimiento científico que no son cu-biertos en suficiencia por el personal técnico del IPEA.

El IPEA también mantiene vínculos con las universidades como fuente de capacitación para sus empleados. Hay in-centivos organizacionales para que los técnicos de IPEA

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busquen formación de postgrado, tanto en Brasil como en el extranjero (D ‘Araujo, De Farias y Hipólito, 2005). De acuerdo con las entrevistas, en 2013 nueve funcionarios del IPEA fueron liberados para cursar el Doctorado.

El IPEA invita a los profesores universitarios de todo el país para participar de seminarios, conferencias, y también para componer libros, como el caso de la publicación Programa Bolsa Família uma Década de Inclusão e Cidadania. El IPEA abre convocatorias especiales para atraer investigadores a par-ticipar en proyectos de investigación, y la mayoría del personal es universitario con nivel de maestría o doctorado. Según in-forme de actividades (IPEA, 2013) en 2012 el IPEA ofreció 459 bolsas de estudios a investigadores externos al IPEA.

Lo contrario también ocurre. Gente del IPEA a menudo es invitada a dar ponencias en las universidades. Hay muchos servidores del IPEA que mantienen un vínculo adicional de profesores universitarios. El personal de IPEA recibe salario alto, en comparación con el salario promedio de los emplea-dos públicos brasileños. Las actividades que los técnicos de IPEA desempeñan en universidades son más por razones de expresión y autorrealización que por razones de renta adicional. Además, los profesionales de IPEA suelen ser lla-mados a participar de bancas de calificación de maestría y doctorado en las universidades.

Algunas universidades con las cuales el IPEA mantiene relaciones próximas son Universidade de São Paulo (USP), Universidade Estadual de Campinas (UNICAMP), Universidade Federal do Rio de Janeiro (UFRJ), Universidade de Brasília (UnB), Universidade Federal do Paraná (UFPR), Universidade

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Federal de Minas Gerais (UFMG). En todas las entrevistas y documentación analizada queda clara la dinámica de co-laboración entre IPEA y universidades. Las relaciones con algunas universidades son permanentes, especialmente las que tienen acuerdos de cooperación técnica. Desde el pun-to de vista de la intensidad, la relación es clasificada como esencial, pues sin la cooperación con las universidades el IPEA no alcanzaría la importancia y repercusión de muchos proyectos, cursos, y seminarios.

Una de las barreras para la relación entre las universidades y el IPEA, que se informaron en las entrevistas, es el foco de los estudios. En general, la investigación llevada a cabo por el IPEA es demandada por la administración federal, y con enfoque aplicado a la política pública. Los investigadores de la Universidad, en general, están acostumbrados a llevar a cabo la investigación con libertad de elección de temas y va-riables de análisis, y el producto principal es el refinamiento teórico. Estas dos diferencias entre la búsqueda libre frente a comisionada, y la investigación teórica frente a la investi-gación aplicada divide tradiciones de investigación, dando lugar a dificultades culturales en la ejecución de proyectos con grupos mixtos.

Aunque la participación de profesores y estudiantes uni-versitarios sea recurrente, el papeleo (red tape) influye negativamente la relación entre instituciones. Para cualquier acuerdo inter-institucional es necesario pasar por el aseso-ramiento jurídico de la universidad y del IPEA. Según las entrevistas, el proceso puede tardar de un año a un año y medio, aunque no implique transacciones financieras.

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El IPEA por ser una agencia del gobierno tiene muchas demandas de otros organismos públicos. Los principales organismos con los cuales el IPEA tiene actividades son el Conselho Nacional de Justiça, o Ministério do Desenvolvimento, Indústria e Comércio Exterior, o Ministério da Integração Nacional, Ministério do Planejamento, Orçamento e Gestão, Ministério da Justiça (IPEA, 2013).

El IPEA también tiene relaciones con sociedades científicas, como la Sociedad Brasileña de Sociología, y asociaciones profe-sionales como el Conselho Federal de Economia. También existen convenios con organismos internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Internacional de Reconstrucción y Desarrollo (BIRD), y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Los usuarios del co-nocimiento producido por el IPEA, además del gobierno federal, son los gobiernos estatales y locales, partidos políticos, sindicatos, asociaciones empresariales y medios de comunicación.

4. Relaciones entre Centros y Universidades

En esta sección, se analizan las relaciones de los tres cen-tros de investigación con las universidades brasileñas, de acuerdo con las variables y categorías establecidas en la me-todología: tipo de relación, intensidad, enfoque y frecuencia de las relaciones. Se discuten también otros aspectos gene-rales de la relación de los centros de investigación con las universidades brasileñas: la dependencia, la formalidad y los cuellos de botella contra la profundización de las relaciones. Al final se presentan recomendaciones de políticas públicas considerando estos hallazgos.

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La siguiente tabla resume la relación entre los centros de inves-tigación y universidades en los tres estudios de caso de Brasil:

El tipo de relación entre los centros de investigación y las universidades es prevalentemente de cooperación. Ningún miembro de los centros de investigación entrevistados se-ñaló algún tipo de relación de competencia. El campo de producción de conocimiento policy relevant es tan inmaduro en Brasil, las oportunidades son tantas, que no hay escasez de proyectos o recursos para justificar una relación de com-petencia. En pocas palabras, hay espacio para todos.

La falta de competencia es también un reflejo de muy di-ferentes fuentes de financiación entre los que el centro de investigación accede y aquellos de las universidades. En general, los grupos de investigación universitarios tienen recursos internos para investigación (presupuesto de la pro-

Tabla 5Síntesis de los hallazgos de los estudios de casos

Nota. Fuente: datos primarios.

Variable CEBRI IFHC IPEA

Tipo de relación cooperación cooperación cooperación

Intensidad de relación

Esencial Superficial Esencial

Enfoque de la relación

Eventos, cursos, proyectos, publicaciones, financiación

Eventos, cursos, proyectos, publicaciones

Proyectos, eventos, cursos, capacitación de recursos humanos

Frecuencia de relación

Intermitente Intermitente Permanente

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pia universidad), o buscan en agencias de fomento de los gobiernos federal y estatal. Los centros de investigación, por otro lado, buscan recursos en las peak organizations, grandes empresas, y en organismos internacionales como Fundação Konrad Adenauer (CEBRI e IFHC), Deustche Bank (IFHC), entre otras. El caso del IPEA es atípico, pues funciona como centro de investigación gubernamental y tiene presupuesto público exclusivo de las arcas de la Unión, sin competir con otras organizaciones.

Si hay algún tipo de competencia, son por fuentes de caracte-rísticas especiales, accesibles tanto a centros de investigación como a las universidades, como los ofrecidos por la FINEP. Otro tipo de competencia es la de asignación de tiempo de algunos investigadores que desempeñan doble rol, univer-sitario y de policy analyst. Pero estas situaciones son raras, y menos relevantes, según los testimonios recogidos.

La intensidad de relación varía en función de cada centro. El IFHC, por ejemplo, es un centro con menos de 10 años de existencia. Solo comenzó a establecer asociaciones más consistentes con las universidades en 2012 y 2013, para la realización de los cursos. Las relaciones del IPEA y del CEBRI con las universidades son consideradas esenciales para el desarrollo de sus actividades. Ambos son depen-dientes de cuerpo de profesores y estudiantes de posgrado para realizar sus investigaciones, eventos y publicaciones. El CEBRI cuenta con algunas universidades como patrocina-doras de sus actividades. El IPEA tiene más de 50 acuerdos de cooperación técnica formalizados, que se traducen en proyectos con la participación constante de los profesores universitarios.

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Además de los tres casos estudiados, otros expertos entre-vistados se mostraron convencidos de retratar a los centros de investigación con relación umbilical con las universida-des. Muchos provienen de las universidades, o surgieron por iniciativa de profesores universitarios o investigadores que han decidido actuar de aplicarse fuera de las murallas de la investigación universitaria. Estos casos son los casos de los centros CEBRAP, Instituto Libertad, y PVBLICA.

El enfoque de la relación es estándar:

• Proyectos de investigación realizados por los centros de investigación que cuentan la participación de investiga-dores de las universidades;

• Cursos de corta duración ofrecidos por los centros de investigación, usando docentes de las universidades;

• Publicaciones conjuntas;

• Seminarios en los cuales expertos de ambas institucio-nes son invitados a participar.

Otras formas de cooperación son la financiación, que en el caso de CEBRI recibe donaciones de universidades pri-vadas, la capacitación del personal de los centros en cursos de postgrado en las universidades, y la colaboración de los miembros de los centros de investigación en bancas de cali-ficación/evaluación de tesis de pregrado, master, y doctorado en las universidades.

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La frecuencia de la relación en los tres centros investiga-dos se caracteriza por ser intermitente en CEBRI y IFHC y permanente en el IPEA. Para actividades tales como even-tos, proyectos, publicaciones, cursos, la relación suele ser intermitente. Acabado el proyecto o evento, se pone fin a aquella relación funcional. El IPEA tiene una relación más estable, ya que es una institución con 50 años de existencia, y ha construido alianzas y cooperación técnica con muchas universidades, independientemente de los períodos políti-cos. Ello también es reflejo de un corpus burocrático estable de funcionarios de IPEA. A lo largo de sus carreras, los servidores y los departamentos de IPEA lograron estrechar relaciones con los profesores de las universidades, que tam-bién son estables.

En los centros de investigación no gubernamentales, la ro-tación de personal es mucho más pronunciada. El centro de investigación se parece a un puerto, donde los académicos y los políticos van y vienen. Esta rotación de personal, carac-terístico de los centros de investigación privados, también se refleja en el abanico de relaciones, que son llevadas con los policy analysts cuando dejan sus centros para trabajar en el gobierno, en la universidad o en otras organizaciones de la sociedad civil.

a) Dependencia, Formalidad y Cuellos de Botella

Los think tanks o centros de investigación son todavía actores invisibles en Brasil. La gente ni siquiera conoce el término think tank, con excepción de los académicos y periodistas que circulan en la comunidad epistémica de política pública. No obstante existen hace 60 años en Brasil, el término gené-

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rico “instituto de investigación de política pública” tampoco es comprendido por el ciudadano mediano.

Por supuesto la gente conoce a la Fundação Gestúlio Vargas, el IPEA, el DIEESE, pero no logran identificar un rasgo común de think tank entre ellos. Estas organizaciones son percibidas, respectivamente, como una universidad, una agencia guber-namental, y un ente vinculado al sindicato. El CEBRI y el IFHC son conocidos por una pequeña élite intelectual, eco-nómica y política.

Por otra parte, las universidades son socialmente recono-cidas como productoras de conocimiento científico, con estructura y credibilidad. Las universidades públicas y pri-vadas existen desde más de 100 años en Brasil, y proveen la enseñanza de nivel superior, la investigación científica y las actividades de extensión, que son ampliamente percibi-das en la sociedad.

Los datos cuantitativos ya presentados muestran que el universo de los centros de investigación, con 82 organiza-ciones, es incomparable al universo de las Instituciones de Educación Superior en Brasil (con más de 2.000 organiza-ciones). La comprensión de este contexto es fundamental para entender cómo funciona la relación entre los centros de investigación y universidades.

Los centros de investigación son mucho más dependientes de las universidades que lo contrario. En el estudio de los tres casos es evidente la necesidad de que los centros de in-vestigación recluten a investigadores en las universidades para sus proyectos de investigación, para la realización de

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cursos de capacitación y eventos. Aparte del IPEA, y segura-mente también la Fundação Getúlio Vargas (FGV), los centros de investigación tienen un número significativo de analistas de políticas públicas permanentes (resident scholars).

En cuanto a la formalidad, la esencia de la relación entre las universidades y los centros es de carácter técnico y cien-tífico no formal. La relación es más bien construida entre centros de investigación e investigadores universitarios, y no con la institución universitaria. Universidades y centros de investigación establecen relaciones formales, pero lo que realmente cuenta son las relaciones individuales e informa-les, de cooperación técnica.

Los dos cuellos de botella que más dificultan la relación entre los centros de investigación y universidades son: 1) el perfil de las investigaciones, 2) burocracia (papeleo). Los tres estudios de caso mostraron, y fueron reforzados por el testimonio de los expertos, el perfil de la investigación llevada a cabo por las universidades es más bien teórico, mientras que los grupos de reflexión prefieren la investigación más aplicada.

Los programas de postgrado y departamentos universitarios que trabajan en áreas como economía, ciencias políticas, relaciones internacionales y administración pública tien-den a una sobrevaloración de la construcción teórica, y la subvaloración de la investigación policy relevant. Otro aspec-to es que para las universidades no es importante tanto la efectividad o los resultados sociales de las investigaciones realizadas. El organismo regulador del postrado en Brasil, CAPES, valora la cantidad de artículos publicados en revistas indexadas, ya conocido popularmente como “productivis-

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mo” (Magro, Secchi, Laus, 2013). El mundo de los centros de investigación es totalmente diferente. Menos importante es la publicación en revistas científicas, y lo que cuenta son las repercusiones sociales y políticas de los resultados de las investigaciones realizadas.

Poco a poco, este escenario está cambiando con la creación de Máster Profesionales, que son cursos de postgrado reali-zados en la universidad que se centran en la formación del investigador práctico, y la disertación resulta en un desarro-llo de soluciones concretas para la realidad organizacional o una política pública. La investigación académica realizada en las universidades se gesta en un ambiente muy diferente a los que enfrentan los centros de investigación. En las univer-sidades el investigador tiene completa libertad de elección del tema de investigación y el método de investigación. Los plazos para la finalización de un proyecto de investigación rara vez son inferiores a un año, lo que resulta en investiga-ciones más profundizadas, pero lentas. Los resultados de la investigación se publican generalmente en revistas y even-tos científicos, en los que otros profesores-investigadores hacen críticas y sugerencias con el foco en la mejora teórica y metodológica de los conocimientos producidos. Por últi-mo, los resultados de la investigación son accesibles a una élite intelectual, capaz de descifrar el lenguaje formal, téc-nico y científico.

El proceso de investigación en centros de investigación es muy diverso: poca libertad de elección del tema (investiga-ciones a contrato), plazo corto para finalización del estudio, publicaciones en formato de informes ejecutivos, así como notas publicadas en periódicos de circulación nacional o en

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revistas de clases profesionales. Los resultados se miden por el impacto práctico de los conocimientos producidos, y la repercusión en los medios.

Esta diferencia de contexto frena las relaciones entre los cen-tros de investigación y las universidades. La segunda barrera es la burocracia, es decir, las disfunciones causadas por el exceso de burocracia en las universidades. Universidades brasileñas, y en particular las universidades públicas, se ri-gen por estatutos estrictos para el manejo de los recursos financieros y de personal. En las universidades federales rei-na el régimen de dedicación exclusiva, es decir, el profesor universitario es contratado para trabajar 40 horas/semana y queda impedido de acumular otra actividad extra-universi-taria, sea de consultoría, asesoramiento o de enseñanza en otras instituciones.

Las principales universidades brasileñas como USP, UNICAMP, UNB, UFRJ, UFMG, UFBA, UFPE, UFRGS, UFSC, UFPR son públicas, vinculadas al gobierno federal o estatal. El modelo de organización predominante es el modelo burocrático weberiano, basado en formalismo, im-personalidad y profesionalismo.

Según las entrevistas con miembros de los centros de inves-tigación brasileños, es más fácil buscar relaciones con las universidades privadas donde los requisitos formales son menos restrictivos. Un ejemplo es la recepción de donacio-nes de universidades privadas del CEBRI, y la asociación del IFHC con FGV (universidad/centro privado), Insper y la Fundación Brava, o la Faculdade de Curitiba para ofrecer cursos online de gestión pública.

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Los entrevistados del IPEA, que también son de organiza-ción pública del gobierno federal, denuncian la burocracia de las universidades públicas como un cuello de botella. Ellos señalan los retrasos y tiempo necesario para aprobar y firmar un convenio. Hay que pasar por un sinnúmero de revisiones jurídicas tanto en el IPEA cuanto en la universi-dad. A veces este proceso tarda más de un año, perdiéndose plazos para la presentación de los proyectos, o incluso las personas que participaban en los proyectos inicialmente aca-ban cambiando el rol dentro de sus organizaciones.

5. Recomendaciones de Política Pública

En esta parte se sintetizan las recomendaciones para el fortalecimiento de las relaciones entre los centros de inves-tigación y universidades en Brasil. Estas recomendaciones son dirigidas al gobierno federal brasileño, gestores y profe-sores universitarios, medios de comunicación y a los centros de investigación.

a) Proporcionar Visibilidad a los Centros de Investigación

Los centros de investigación permanecen como actores in-visibles en la sociedad brasileña. No hay un término en que pueda revelar el sentido semántico de think tank. Los inten-tos de traducirlo al portugués son imprecisas como usinas de ideias, desconocido y poco intuitivo, o genéricas como “Instituto de Políticas Públicas”, siendo incapaz de relacio-narse conceptualmente a la peculiaridad del trabajo y las actividades de los centros. Soares (2009) en su tesis les lla-ma Organizaciones de pesquisa e aconselhamento em políticas

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públicas (OPAPP). La solución es mantener el término en inglés, pero difundir su sentido.

La visibilidad de estos actores depende de:

• Definición de un término que identifique los think tanks, y diseminación de dicho término;

• La difusión de las acciones de los think tanks o centros de investigación en los medios de comunicación de masas.

b) Fomentar Financieramente los Centros de Investigación

La rotación de personal en los centros de pensamiento refle-ja la inestabilidad financiera de los mismos. Pocos centros de investigación logran mantener un cuerpo permanente de funcionarios con remuneración. Para que los centros comiencen a tener mayor relevancia en la producción de conocimiento es necesario que las fuentes de financiación pública sean ampliadas. Existe legislación en Brasil para fo-mentar la cultura que permite a las empresas privadas tax breaks de impuestos para donaciones a manifestaciones cul-turales, artísticas y deportivas. Los centros de investigación también podrían ser beneficiarios de estos recursos, pero la “investigación aplicada a las políticas públicas” no es visible a la mayoría de los donantes.

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• Creación de una política gubernamental de renuncia fiscal para empresas que hagan donaciones a proyectos de investigación en políticas públicas.

Ello ayudará a los centros de investigación a tener previsibili-dad de ingresos, y mantener sus investigadores con salarios fijos. Por consecuencia las relaciones con las universidades serán más estables.

c) Reducir la Burocracia en las Universidades

El modelo de organización de las universidades públicas brasileñas es marcadamente burocrático. La libertad de ges-tión financiera y de personal es muy pequeña. Los intentos de construcción de relaciones académicas entre universi-dad y centros de investigación se ven desalentados por una maraña regulatoria. El principio de la total desconfianza (Bresser-Pereira, 1996), hace que el profesor universitario quede intimidado a realizar actividades extra-universitarias, especialmente en las universidades públicas federales.

• Permitir a las universidades públicas federales brasi-leñas de contratar personal sin dedicación exclusiva;

• Creación de un marco normativo para facilitar la prestación de asesoramiento y consultoría de las universidades públicas, en conjunto a los centros de in-vestigación y otras organizaciones públicas y privadas.

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d) Promover la Investigación Aplicada de Política Pública

El campo disciplinar de las políticas públicas en Brasil está aún mal estructurado, con visible fragmentación metodoló-gica teórica. La cantidad de investigaciones llevadas a cabo no es suficiente para afirmar su consolidación. Hay también una gran fragmentación temática y organizativa, es decir, hay una proliferación horizontal de estudios de casos que conducen a un déficit de institucionalización (Melo, 2001; Faria, 2005). Arretche (2003), indica que las tesis, los artí-culos de investigación se orientan a “colección de hechos” que poco ayudan al desarrollo de teorías.

Por otro lado, la investigación teórica no se preocupa en dar recomendaciones prácticas a los decision-makers. Hay inves-tigadores de la ciencia política, sociología y economía con afición hacia los estudios teóricos, al mismo tiempo que el conocimiento aplicado queda poco valorizado.

También no hay revistas serias centradas en el conocimien-to científico aplicado al ámbito de las políticas públicas en Brasil. Una publicación similar al Journal of Public Analysis and Management, publicado por la americana APPAM, ciertamente despierta el interés de los académicos (por es-tímulos de publicación en revistas científicas) y de los policy analysts (por difundir las buenas prácticas).

• Fomento a la creación de revistas científicas para la publicación de trabajos policy relevant;

• Cambios en el marco regulatorio de la CAPES (orga-nismo regulador del Ministerio de Educación), dando

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estímulo a la investigación aplicada, asesoría y consul-toría por académicos vinculados a los programas de posgrado de las universidades.

6. Conclusiones

Brasil nunca ha pasado por una época tan propicia para el sector de producción de conocimiento aplicado a la política pública como actualmente. Existe un ambiente democrático, en que los partidos políticos se alternan en el poder en los ni-veles federal, estatal y municipal. Existe una demanda popular por políticas públicas más eficaces y equitativas, por un go-bierno y una clase política más sensible a las aspiraciones de la población. Hay libertad de prensa. La libertad de creencia y la ideología está garantizada en la Constitución, y ello está legitimado en todas las esferas de la sociedad brasileña. Hay un cuerpo académico en expansión en el ámbito de estudios de política pública, con el fortalecimiento de las agendas de investigación en esta área, con proliferación de la literatura de referencia, el surgimiento de congresos científicos y socie-dades profesionales que trabajan con las políticas públicas.

Sin embargo, los centros de investigación son todavía un poco invisibles. Según McGann (2013), en Brasil hay un centro de investigación o think tank para cada 2,47 millo-nes de habitantes, por debajo de México (un think tank para cada 1,88 millones de habitantes), y mucho menos que en Argentina (un think tank para cada 304.000 habitantes). Como se demostró, los 82 think tanks brasileños existentes en la actualidad no se identifican como una categoría rele-vante en el subsistema de la política pública.

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Las universidades, a su vez, son numéricamente muy su-periores, e incluso más relevantes en términos de recursos financieros, cantidad de personal y productividad de conoci-miento. La relación entre los pocos centros de investigación brasileños y las universidades es de tipo cooperativo. Los centros de investigación dependen de las universidades prin-cipalmente en material humano, capital intelectual. Cómo no tienen ingresos constantes y voluminosos, los centros de investigación no logran mantener un cuerpo de investigado-res permanente. Consecuentemente, los think tanks buscan los intelectuales de las universidades para colaborar en sus proyectos, seminarios y publicaciones.

Cómo se demostró, no se identifica competencia entre los centros de investigación y las universidades pues las fuen-tes de recursos son diferentes, y hay un espacio creciente para investigadores de políticas públicas en ambos ámbitos: universitario (investigación teórica) y de centros de investi-gación (investigación aplicada).

La intensidad de las relaciones entre centros de investiga-ción y universidades es variable, de acuerdo con la edad del centro de investigación. El IPEA tiene 40 años de exis-tencia, su origen es vinculado a universidades brasileñas y extranjeras, y mantienen actualmente un abanico de coo-peraciones con universidades públicas y privadas en Brasil. El CEBRI también tiene una intensidad de relación clasi-ficada como “esencial”, ya que tiene universidades como aportantes financieras, y comparten espacio para eventos y cursos. El IFHC está construyendo relaciones con las univer-sidades, pero esta relación aún puede ser clasificada como superficial. Una conclusión general sobre la intensidad de

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relaciones entre centros de investigación y universidades brasileñas demanda investigación con más organizaciones investigadas.

En cuanto al enfoque de las relaciones, se puede decir que incluyen proyectos de investigación, cursos de corta dura-ción, publicaciones, seminarios y debates. En pocas palabras, el enfoque está concentrado en la producción y divulgación de conocimiento aplicado a políticas públicas. Finalmente, la frecuencia de la relación fue clasificada como intermitente para CEBRI y IFHC, y permanente para el IPEA.

Cómo conclusión adicional, se puede decir que hay una de-pendencia de los centros de investigación brasileños con relación a las universidades. Sin la sección de intelectuales de las universidades, los centros de investigación tendrían di-ficultades para realizar sus investigaciones con su personal. Las universidades, concreta y simbólicamente, representan el estoque de cerebros en Brasil. Cuando un medio de co-municación necesita de opinión imparcial y técnicamente cualificada para el análisis de una noticia, busca prioritaria-mente un profesor universitario. La credibilidad que ofrece un profesor universitario es, de manera general, más sólida que un miembro de instituto privado de investigación. Eso también es reflejo de la falta de identidad de los centros de investigación, y la poca madurez de la investigación aplicada a política pública en Brasil.

Este estudio presentó una fotografía de la relación de estas dos organizaciones productoras de conocimiento aplicado a la política pública. Existe una relación desigual, pero coope-rativa. Una relación de dependencia, sobre todo por la parte

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de los centros de investigación. A menudo una relación de tipo intermitente, que depende del contacto personal infor-mal de los líderes de centros de investigación con sus colegas profesores e investigadores universitarios. Una relación que desencadena seminarios, cursos, informes y muchos otros medios disponibles para producir y divulgar conocimiento práctico de política pública.

Para que esta relación pueda ampliarse y ayudar a los gober-nantes y a la sociedad civil a mejorar sus políticas públicas son necesarios: el fortalecimiento de los centros de inves-tigación, la desburocratización de las universidades, y el reconocimiento de la esencia del área multi-disciplinaria de la política pública. Según, Lasswell (1951), la esencia de esta área es la multidisciplinariedad, la investigación normativa, y el compromiso con la solución de los problemas públicos concretos de la actualidad.

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232+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Brasil

8. Acerca de los Autores

Leonardo Secchi tiene un doctorado en Estudios Políticos - Università degli Studi di Milano, Italia 2008. Se ha des-empeñado como Investigador visitante en la J. F. Kennedy School of Government en la Universidad de Harvard, Estados Unidos en 2007. Fue Investigador visitante en el Instituto de Gobierno y Políticas Públicas de la Universidad Autónoma de Barcelona, España en 2006, además de haberse des-empeñado como asistente de investigación en el Boston Municipal Research Bureau en 2007 en Estados Unidos. Fue Presidente de PVBLICA – Instituto de Políticas Públicas, Florianópolis – Brasil y en la actualidad hace post doctora-do en Análisis de Políticas Públicas en la Universidad de Wisconsin – Madison, Estados Unidos.

Letícia Elena Ito es investigadora del Grupo Callipolis – Políticas Públicas y Desarrollo, de la Universidade do Estado de Santa Catarina (UDESC), y del think tank PVBLICA, Florianópolis, Brasil.

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Andrés Felipe Gómez

Colombia

234+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Colombia

Estudio país: Colombia

1. Introducción

En la sociedad del conocimiento cualquier esfuerzo por elevar el nivel de vida de las personas pasa por preguntarse cómo y para qué generamos conocimiento. En América Latina, al menos desde la segunda mitad del siglo veinte, estas pregun-tas suponen el escrutinio de dos actores clave: los centros de investigación o centros de pensamiento y las universidades.

Se entiende por centros de investigación a las organiza-ciones no gubernamentales dedicadas a la investigación aplicada en políticas públicas (Grupo FARO, 2013). El uni-verso de casos que cabe dentro de esta definición es muy variado, lo que permite dar cuenta de la heterogeneidad de funciones que caracterizan a estas organizaciones.

Este trabajo intenta resolver la pregunta ¿cómo y por qué se relacionan centros de pensamiento y universidades en Colombia? Resolver esta pregunta es un esfuerzo por aportar a la comprensión de los procesos de formación de conocimiento desde la sociedad civil, específicamente aquel conocimiento que intenta informar y mejorar el impacto de las políticas públicas. En esta medida, el presente estudio hace parte de una tradición académica prolífica: el análisis de las relaciones Estado-sociedad.

En adelante, esta sección introduce los centros de investi-gación analizados, rastrea el contexto en que se relacionan

235+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Colombia

con las universidades, y describe el estado actual de los principales indicadores de la producción de conocimien-to en Colombia. Se intentará demostrar que los centros de pensamiento en Colombia no surgen de una reacción al decaimiento del aparato estatal, como sugiere la literatura respecto a otros países de la región.

2. Casos de Estudio

Este estudio se basa en el análisis de cuatro centros de in-vestigación en Colombia y se presenta como un estudio de caso con varias observaciones de máxima similitud. Esta similitud esta dada por tres convergencias: la preparación académica de los investigadores, la influencia aparente (per-cibida) de su trabajo en las políticas públicas y su énfasis en la producción de conocimiento.

De acuerdo con su definición más minimalista los estudios de caso son observaciones extensas para identificar la cova-rianza de una unidad de análisis y a través de ello elucidar las características de una muestra más amplia de fenómenos similares (Gerring, 2004: 342)1. Regularmente, la selección de

casos no pretende ser una muestra representativa. Luego, este es-

tudio da pistas sobre el universo de centros de pensamiento en

Colombia pero no apunta a proveer generalizaciones al respecto.

Para llevar a cabo el estudio se realizaron 18 entrevistas a profun-

didad a través de las cuales se rastrea la historia de la organización,

sus intereses, ideales, productos, relaciones con otros actores y

sus proyecciones a futuro. De un universo creciente de centros de

1 Traducción libre del autor.

236+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Colombia

investigación se eligió al Centro de Estudios de Derecho, Justicia

y Sociedad (Dejusticia), al Centro de Investigación y Educación

Popular - Programa por la Paz (CINEP), a la Corporación

Visionarios por Colombia (Corpovisionarios), y a la Fundación

para la Educación Superior y el Desarrollo (Fedesarrollo)2.

Existen otros centros de investigación que también formarían parte

de este conjunto; se destaca el Centro de Recursos para el Análisis

de Conflictos (CERAC), Ideas para la Paz y FESCOL, los cuales

cuentan con excelentes equipos de trabajo y una vocación clara por

informar la política pública. Sin embargo las restricciones del estu-

dio redundaron en la delimitación de casos propuesta. En el mismo

sentido, dada la pregunta de investigación, se descartaron los cen-

tros de investigación directamente asociados a las universidades,

como el Centro de Estudios sobre Desarrollo Económico (CEDE)

de la Universidad de los Andes o el Instituto de Estudios Sociales

y Culturales (PENSAR) de la Universidad Javeriana.

No todos los centros de investigación aludidos en este trabajo hacen parte del popular ranking de think tanks que realiza James McGann a través del Think Tank and Civil Society Program de la Universidad de Pennsylvania3. Algunas observaciones a este ranking incluyen: el listado incluye a organizaciones como el Open Society Foundations, Amnistía Internacional y Transparencia Internacional, que no se definen a sí mismos como centros de investigación o think tanks, pero que ade-más tienen funciones claramente distintas (Mendizabal, 2011; Buldioski, 2010); segundo, la mencionada lista incluye orga-nizaciones como el Centro de Pensamiento Primero Colombia, del ex-presidente Uribe Vélez, que se dedica exclusivamente a la difusión de ideas políticas y al análisis de la realidad nacio-

2 Ver: Recuadro 1 Centros de investigación y Anexo A Lista de entrevistados3 Ver: http://gotothinktank.com/

237+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Colombia

nal, mas no a traducir estudios científicos en clave de política pública, que es el requisito básico establecido por MacGann (2009); y tercero, el listado se compone de las organizaciones que expertos postulan. En la práctica esto implica que los cen-tros incluidos no son necesariamente los mejores sino los más conocidos. Para el caso de Colombia, organizaciones tan im-portantes como Cinep y Dejusticia están excluidas del ranking.

3. Presentación General de Centros de Investigación

Antes de analizar las relaciones entre centros de inves-tigación y universidades vale la pena explorar algunas características que definen el accionar de los primeros. En adelante miraremos la inclinación disciplinar de cada cen-tro, su nacimiento como organización social, los tipos de actores con los que interactúan, y las formas de financiación a las que apelan. Es este el primer paso para una posible ti-pología de centros de investigación en Colombia.

a) Enfoques

Los centros de investigación seleccionados tienen un enfo-que disciplinar muy definido. En otras palabras, analizan la realidad desde una disciplina académica bien delimitada, con un aparato conceptual establecido, metodologías de in-vestigación específicas, inquietudes y sesgos particulares. Esto representa una ventaja, pues denota la rigurosidad en el análisis y la posibilidad de entrar en diálogo con la academia.

En Dejusticia se trabaja predominantemente desde el dere-cho o las ciencias jurídicas. En esa medida se privilegia el

238+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Colombia

análisis de instituciones formales para abordar problemas tan variados como la libertad de genero, la economía mine-ra y la distribución de la tierra. Este tipo de análisis permite que sus recomendaciones de política sean inteligibles para los formuladores de política, pues se hacen en un lenguaje jurídico-institucional familiar a los funcionarios públicos.

En Corpovisionarios predomina un análisis arraigado en la ciencia política y la filosofía analítica. Partiendo, entre otros, de los aportes epistemológicos de Jon Elster sobre las motivaciones de la acción individual, Corpovisionarios se ha especializado en la medición de cultura ciudadana. Adicionalmente, la ex-periencia de Antanas Mockus y su equipo en la Alcaldía de Bogotá le permite tener un conocimiento privilegiado del com-portamiento del aparato estatal al nivel de las grandes ciudades capitales. Esto redunda en recomendaciones de política “reali-zables” y con antecedentes en la administración pública.

Fedesarrollo está fuertemente arraigado en las ciencias económicas. Esto se refleja tanto en los métodos de investi-gación cuantitativos (específicamente econométricos), como en las preguntas de investigación, que privilegian el análisis costo-beneficio, de sostenibilidad del gasto, y de eficiencia administrativa, entre otros. Este acercamiento les ha permi-tido entrar en un diálogo privilegiado con ciertos sectores del Estado que comparten los mismos métodos de trabajo, como el Ministerio de Hacienda, el Banco de la República y el Departamento Nacional de Planeación. Consecuentemente, sus recomendaciones de política son especialmente sensi-bles al lenguaje, los recursos y la estructura del Estado.

239+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Colombia

Finalmente, Cinep es una excepción interesante. En este cen-tro no predomina ningún enfoque disciplinario. Se pueden encontrar trabajos típicamente antropológicos, sociológicos, politológicos e historiográficos. Hay un énfasis importante en la metodología de investigación-acción, por lo que buena parte de sus proyectos de investigación suponen un grado significativo de intervención con comunidades para promover el desarrollo local. Este énfasis participativo es quizás el gran logro del Cinep pero también lo que más los aleja a la hora de informar la política, pues los hacedores de política gene-ralmente no apelan al enfoque participativo y por lo tanto su lenguaje les resulta extraño y costoso (en tiempo y recursos). A pesar de esto, el Cinep tiene una larga experiencia apoyan-do la única política de paz del Estado colombiano que se ha mantenido por al menos cuatro gobiernos: los programas de desarrollo y paz.

b) Historia

La evidencia sobre el surgimiento de los centros de investigación

en Colombia contrasta con la literatura consultada. Algunos auto-

res clásicos en la literatura sobre think tanks han propuesto que el

nacimiento de los centros de pensamiento en América Latina está

directamente relacionado con: a) fallas estatales, concretamente la

desintegración burocrática y la subsecuente incapacidad para pro-

veer soluciones de política; b) la crisis universitaria, expresada en la

aplicación de los valores neoliberales a la administración del sector;

y c) la represión estatal, que se refleja en la cooptación de espacios

universitarios por los militares, especialmente en el cono sur (Levy,

1995; Arocena & Sutz, 2001). Partiendo de esta literatura otros au-

tores han intentando incluir el caso colombiano en el conjunto de

experiencias donde el surgimiento de los centros de pensamiento

240+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Colombia

es producto de la “ola democratizadora” y las reformas neoliberales

de los años 80 (Botto, 2011: 3)4.

Sin embargo, la evidencia empírica obtenida en las entrevistas no

parece revalidar estas proposiciones. La trayectoria del surgimiento

de centros de investigación en Colombia no coincide con las tipo-

logías propuestas para el resto de la región. De hecho, los centros

consultados nacen en periodos institucionalmente muy distintos.

El CINEP es la evolución del Centro de Investigación y Acción Social,

una iniciativa de los Jesuitas durante los años sesenta que se im-

plementó a lo largo y ancho de América Latina y que aún sigue

vigente5. Esta fue la época del Frente Nacional, una coalición de los

partidos liberal y conservador que reemplaza al régimen militar y

acaba parcialmente con la violencia partidista de los años previos,

pero que también cierra el sistema político, creando lo que Liphart

(1969) llamó una democracia “consorciacional” o pacto entre élites

políticas. Por su parte, Fedesarrollo es una iniciativa que nace en

los años setenta, una vez terminado el Frente Nacional y cuando

explotó la crisis del Estado interventor y surgió el nuevo liberalismo

económico. Al nacimiento de ambos centros lo preside una larga

tradición de Misiones de Expertos que desde 1923 harían presencia

en el país para formular recomendaciones de política fiscal, mo-

netaria, agraria, para modernizar la administración pública y para

disminuir la pobreza6. Esta tradición sugiere (a manera de hipóte-

4 Botto hace una periodización bastante cuestionable del conflicto armado colom-biano. Para ver periodizaciones generalmente aceptadas ver: Oquist (1978), Pecaut (2001) o Gutierrez (2007).

5 Ver: Fundación Centro Gumilla, http://www.gumilla.org/?p=page&id=12269488829927 6 Entre otras: La primera Misión Kemmerer en 1923 creó el Banco de la República

y la Contraloría. La segunda Misión Kemmerer en 1930 modifica la administración de impuestos, en especial el impuesto predial. La Misión Currie, que es la primera Misión del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (actual Banco Mundial) propone reformas tributarias para incentivar el uso productivo de la tierra. La Misión de la CEPAL en 1954 se enfoca exclusivamente en el tema agrario. Y la Misión Lebret provee un panorama bastante desolador del estado de la pobreza en el país en 1955.

241+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Colombia

sis de trabajo) la existencia de una disposición estatal por oír a los

expertos y diseñar políticas públicas bien informadas.

En contraste, Dejusticia y Corpovisionarios son fenómenos más

recientes que están embebidos en el sistema garantista que ins-

taura la Constitución del 91. Por un lado, Dejusticia nace en 2003

como un intento por trascender la reflexión pasiva que transcurre

en la academia. De esta manera, sin dejar la investigación, incor-

pora al repertorio de actividades la transmisión de conocimiento

y la acción legal focalizada. Por su parte, Corpovisionarios pasa de

ser la plataforma política de Antanas Mockus para convertirse en

2006 en un centro de investigación volcado al análisis y la difusión

de la cultura ciudadana. Este último se nutre de las experiencias

de Mockus como alcalde de Bogotá para difundir mecanismos no

tradicionales que promueven comportamientos pro-sociales (i.e.

cooperación, altruismo, cumplimiento de reglas, etc.).

Algunos comentaristas sugieren que existe alguna relación en-

tre la “tradición democrática, civilista y jurídica colombiana” y

el surgimiento de los centros de investigación. Dicha tradición

alude exclusivamente a cuestiones procedimentales, o sea, da

cuenta de la existencia de política competitiva (elecciones) y un

aparato judicial medianamente independiente a lo largo de los úl-

timos 60 años. Cosa que no ocurrió en el resto del sub-continente

(con excepción de Costa Rica). Mas no alude a otros componen-

tes intrínsecos a la democracia liberal, como son el respecto por

los derechos sociales, civiles y políticos7. En otras palabras, la

7 El PNUD describe la democracia liberal de la siguiente manera: “Sostenemos que la demo-

cracia es más que un conjunto de condiciones para elegir y ser electo, al que llamamos democra-

cia electoral. También es, como lo hemos señalado, una manera de organizar la sociedad con

el objetivo de asegurar y expandir los derechos, de los cuales son portadores los individuos. Este

segundo aspecto es lo que define la democracia de ciudadanía.” (PNUD 2004: 56). Incluso utilizando la definición minimalista de democracia que proponen MacAdam, Tarrow y Tilly (2001), según la cual la democracia es aquel orden donde el gobierno escucha las preferencias ciudadanas y protege la expresión de preferencias impopulares (protected

consultation), difícilmente se podría hablar de la “tradición democrática colombiana”.

242+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Colombia

excepcionalidad política colombiana es una realidad bien documentada, pero la existencia paralela de clientelismo y violencia política han impedido que ella se traduzca en una democracia ejemplar8.

A pesar de sus problemas de consistencia, el índice de dere-chos políticos y civiles de Freedom House refleja la compleja trayectoria reciente de la democracia colombiana. Entre 1972 y 1987 Colombia tiene mejor desempeño democrático que el promedio suramericano, lo cual se entiende dado que hace 30 años solo Colombia, Costa Rica y Venezuela eran demo-cracias (PNUD, 2004). Sin embargo, cuando la democracia se volvió la regla al finalizar los 80s, los índices de derechos civiles y políticos en Colombia se ubican por debajo de la media regional (ver Figuras 1 y 2) (DNP, 2010). De esta ma-nera, hace más de 20 años que Colombia tiene indicadores de democracia rezagados con respecto a la región.

Si a lo anterior le sumamos que ningún entrevistado se refirió a las bondades institucionales en relación con su ac-tividad investigativa, no es posible sugerir un vínculo causal (negativo o positivo) entre democracia y centros de pensa-miento en el caso colombiano.

8 Robinson (2005; 2013) aborda la paradójica coexistencia de excepcionalidades y con-tinuidades en Colombia, concluyendo que parte de la respuesta está en el tipo de dominio indirecto que ha ejercido el Estado central.

243+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Colombia

Figura 1Índice de derechos civiles en Colombia en relación a Sur América

Fuente: Freedom House, 2009

1,5

2,5

3,0

3,5

4,0

4,5

1977

1976

1975

1974

1973

1972

2,019

7919

78

1980

1981

/198

219

82/1

983

1983

/198

419

84/1

985

1985

/198

619

86/1

987

1987

/198

819

88/1

989

1995

1994

1993

1992

1991

1990

1997

1996

1999

1998

2005

2004

2003

2002

2001

2000

2007

2006

2011

2009

2010

2008

2013

2012

Colombia Promedio Sur América

Figura 2Índice de derechos políticos en Colombia en relación a Sur América

Fuente: Freedom House, 2009

1,5

2,5

3,0

3,5

4,0

5,0

1977

1976

1975

1974

1973

1972

2,0

1979

1978

1980

1981

/198

219

82/1

983

1983

/198

419

84/1

985

1985

/198

619

86/1

987

1987

/198

819

88/1

989

1995

1994

1993

1992

1991

1990

1997

1996

1999

1998

2005

2004

2003

2002

2001

2000

2007

2006

2011

2009

2010

2008

2013

2012

Colombia Promedio Sur América

4,5

244+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Colombia

c) Interacción con Otros Actores

Los centros de investigación interactúan con una gran va-riedad de actores sociales. Solamente en el área de estudios para la paz, el Cinep se relaciona con agencias del Estado como el Departamento Nacional de Planeación, con agen-cias de cooperación internacional como la alemana GIZ, y con empresas mixtas como Ecopetrol e Isagen. Todas las anteriores contribuyen con Cinep a fortalecer los progra-mas de desarrollo y paz que surgen a mediados de los años noventa9. Por su parte Fedesarrollo realiza investigaciones para gremios económicos como la Federación Nacional de Cafeteros, organizaciones multilaterales como el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial, empre-sas privadas como la cementera Argos y contratistas de los cooperantes internacionales como AECOM. La cantidad de interlocutores que tienen Cinep y Fedesarrollo da cuenta de la magnitud de su operación como centros de pensamiento.

Por su parte, Dejusticia ha forjado una estrecha relación con la Fundación Ford y el Centro Internacional para la Justicia Transicional (ICTJ, por sus siglas en inglés), y también ha trabajado con el Open Society Foundation. Finalmente, Corpovisionarios realiza investigaciones y encuestas perió-dicas con las Alcaldías de Bogotá, Medellín y Barranquilla; también ha trabajado en las estrategias de responsabilidad corporativa de empresas locales como Alpina y Ecopetrol, y ha extendido su radio de acción hasta Ecuador, México, Brasil y Uruguay, desarrollando mediciones de capital social y cultura ciudadana. Alrededor de estos temas también han trabajado recientemente con el Banco Interamericano de Desarrollo.

9 Ver: Red Prodepaz, http://www.redprodepaz.org.co/programas-de-desarrollo-y-paz

245+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Colombia

Los distintos actores con los que se relacionan los cen-tros de investigación, especialmente Fedesarrollo, Cinep y Corpovisionarios, dan cuenta de una importante tradición filantrópica en el país. Esta tradición se refleja al menos en dos componentes. Primero, una agencia estatal ex-clusivamente dedicada a la coordinación y promoción de estas organizaciones: la Unidad Administrativa Especial de Organizaciones Solidarias. Y segundo, el hecho de que la larga trayectoria filantrópica haya contribuido a la crea-ción de importantes instituciones sociales como el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, el Servicio Nacional de Aprendizaje y las Cajas de Compensación (Gutiérrez, Avella & Villar, 2006: 16). En términos comparados, Colombia es reconocido en la región como uno de los países con mayor músculo filantrópico, reflejado en el número total de funda-ciones dedicadas al tema (Gutiérrez, Avella & Villar, 2006).

A pesar de lo anterior, hoy por hoy existe cierto escepticismo respecto al verdadero impacto de la filantropía y uno de sus principales correlatos, la responsabilidad social empresarial (RSE). En un libro reciente, Toca, Grueso & Carrillo (2013) sostienen que no encontraron ninguna empresa nacional o extranjera que aplique correctamente los principios de la RSE. Por el contrario, se encuentran con empresarios que asocian la RSE al cumplimiento de la legislación laboral o a la creación de empleo (La República, 2013).

En todo caso, la investigación permite corroborar que en Colombia existen empresas como Ecopetrol, OXY y Asocaña, que han acudido a Corpovisionarios y Fedesarrollo para que estos diseñen sus políticas de RSE y asesoren en su implementación.

246+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Colombia

d) Formas de Financiación

Lo dicho hasta ahora sobre las disciplinas, los orígenes y los actores que se relacionan con cada centro de investigación refleja una característica típica de estas organizaciones en América Latina: la hibridez (Mendizabal, 2009). La hibri-dez alude a la multiplicidad de funciones y mecanismos de operación que tienen organizaciones aparentemente simila-res. En Colombia esta hibridez tiene un doble componente. Por un lado, se expresa en los distintos equilibrios entre investigación-acción a los que llega cada centro. Definir este lugar es una tensión permanente para cada organización y presumiblemente depende de las percepciones dinámicas que cada una tiene sobre su rol en Colombia. Como era de esperarse, ningún centro está plenamente volcado sobre uno u otro extremo. En distintos grados y formas cada uno combina actividades de reflexión y acción.

Por otro lado, y a pesar de que todos los centros se constitu-yen legalmente como organizaciones sin ánimo de lucro, la hibridez se expresa en la diversidad de formas de financia-ción. Unos dependen altamente de la comisión de estudios individuales por parte de organizaciones externas, otros han logrado financiación “institucional” o permanente de parte de donantes internacionales, mientras que otros apelan más regularmente al apoyo que provee el Estado. De cualquier forma, no hay una única fuente de financiación.

Respecto a la financiación con recursos del Estado, y como se verá más adelante, las universidades han sido las grandes beneficiarias. Y esto ocurre porque los términos de referen-cia de las convocatorias tienden a beneficiar a candidatos que

247+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Colombia

puedan respaldar con sus activos los montos de las licita-ciones. Cuando estos montos son muy grandes, los centros de investigación están en inferioridad de condiciones fren-te a las universidades. Esto por su parte ha generado más procesos de cooperación que se competencia, pues centros de investigación y universidades han creado vínculos para aplicar conjuntamente a estas licitaciones. Aún así, esto re-presenta una dificultad para el acceso a recursos estatales por parte de los centros.

Finalmente, y aunque no es un tema crítico, la financiación es una preocupación creciente. Al posicionarse Colombia como un país de ingreso medio-alto, incluso al punto de convertirse en cooperante sur-sur, los donantes internacio-nales se han visto forzados a redirigir sus recursos a otros países. Como resultado de esta diáspora los centros de inves-tigación encuentran una creciente dificultad para mantener o ampliar recursos que financien su operación (Brodzinsky, 2013). Responder a este nuevo contexto económico sin per-der la independencia constituye uno de los principales retos de los centros de investigación en Colombia.

248+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Colombia

Recuadro 1Centros de investigación

Centro de Estudios de Derecho, Justicia y Sociedad – Dejusticia:Fundado en 2003 (en 2005 empieza a operar)Temas principales de investigación: antidiscriminación, derechos sociales, sistema judicial, estado de derecho, justicia transicional y justicia ambiental. Cantidad de investigadores: 26Página web: http://www.Dejusticia.org/

Centro de Investigación y Educación Popular, Programa por la Paz – CINEP-PPP Fundado en 1972Temas principales de investigación: conflicto y paz, desarrollo, movimientos sociales, derechos humanos, construcción de estado, educación para la paz, estudios para la paz, memoria y reconciliación. Cantidad de investigadores: 15Página web: http://www.cinep.org.co/

Corporación Visionarios por Colombia – CorpovisionariosFundado en 2000 (en 2006 adquiere carácter de centro de pensamiento) Temas principales de investigación: cultura ciudadanaCantidad de Investigadores: 26Página web: http://Corpovisionarios.org/

Fundación para la Educación Superior y el Desarrollo – Fedesarrollo Fundado en 1970Temas principales de investigación: Transporte urbano, descentralización, salud, política fiscal, desarrollo productivo, crecimiento económico, sector minero-energético y pobreza. Cantidad de investigadores: 57Página web: http://www.fedesarrollo.org.co/

249+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Colombia

4. Contexto

a) Evolución Institucional

¿Cuál es el contexto institucional en el que surgen los cen-tros de investigación y se relacionan con las universidades? De manera interesante, la literatura historiográfica que abor-da el problema de la formación de la ciencia en Colombia puede proveer algunas pistas al respecto.

La historia de la ciencia en Colombia registra los hechos ocu-rridos después del descubrimiento de América. La literatura consultada da cuenta de la manera en que la “Expedición Botánica” representa el hito fundacional de la ciencia en Colombia, y de cómo a partir de ella surge la primera cama-da de criollos ilustrados que se vuelcan sobre el estudio de la botánica y la geografía (Melo, 1986; Obregón, 1994). De estos ilustres, Francisco José de Caldas crea el “Semanario del Nuevo Reino de Granada” y le atribuye las mismas fun-ciones que tendría hoy un centro de investigación:

“una publicación que debería servir, mejor que la cátedra, para la

tarea de difundir las ‘luces’ y propiciar estudios sobre las materias

relacionadas con la correcta administración de los asuntos del vi-

rreinato” (Becerra & Restrepo, 1993: 3).

Con propósitos similares, a mediados de siglo XIX el go-bierno de la Nueva Granada financia su primer proyecto de investigación social: la “Comisión Coreográfica”. Esta em-presa supone una travesía por el territorio nacional con el fin

250+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Colombia

de describir sus aspectos geográficos y sociales. Este intento por acceder al territorio y comprender sus órdenes internos es una práctica que hoy mismo se refleja en la actividad de algunos centros de investigación en Colombia.

La práctica de la ciencia (o la generación de conocimiento) en Colombia entre el siglo XVIII y hasta bien entrado el siglo XX se juzga esencialmente descriptiva o taxonómica, parroquial (por desconocer la vanguardia internacional) y legitimadora (de presuntos pasados gloriosos y de oficios elitistas) (Becerra & Restrepo, 1993; Melo, 1986). Y es solo a partir de la segunda mitad del siglo XX, con el fortalecimien-to de las universidades, la consolidación de comunidades académicas y la creación de nuevas agencias del Estado, que la producción de conocimiento en Colombia entra a la mo-dernidad.

El hito definitivo de este periodo es la creación de Colciencias (hoy Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnología e Innovación). Paralelamente nacen programas de maestría en las universidades y surgen los primeros esfuerzos por finan-ciar estudios doctorales de colombianos en el exterior (DNP, 2006: 7). En la década de los 80 la Universidad Nacional vuelca su sistema de investigación hacia las ciencias natu-rales con el apoyo financiero del Banco Interamericano de Desarrollo (DNP, 2006: 7). Los años 90 vieron el surgimien-to del Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología (SNCyT). Y a partir de esta institucionalidad los grupos de investigación han venido creciendo exponencialmente.

Según el Departamento Nacional de Planeación (2006), en la primera década del siglo XXI el SNCyT promueve la in-

251+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Colombia

vestigación trans e interdisciplinaria con el fin de fortalecer la apropiación social de la ciencia, o sea, el uso de la ciencia por parte del aparato productivo. Este enfoque parece dar en el clavo pues los historiadores de la ciencia en Colombia afirman que el flujo tecnológico y los desarrollos en el sis-tema educativo han dependido exclusivamente del exterior:

“La demanda directa de innovación tecnológica o de conocimiento

científico hecha por el sector productivo a los científicos nacionales

ha sido ínfima, pues ha podido satisfacerse en forma más rápida

y menos costosa mediante la adquisición de esas tecnologías en el

exterior” (Melo, 1986: 4).

En este contexto los centros de pensamiento como Cinep y Fedesarrollo han venido creciendo con el fortalecimiento mismo del Estado. Por su parte, Dejusticia y Corpovisionarios nacen en un contexto privilegiado donde los recursos para la investigación en ciencias sociales venían en pleno creci-miento. Se destaca de este proceso el creciente interés de Colciencias por financiar evaluaciones a profundidad de la capacidad real del Estado en todos sus sectores. Como producto de esta iniciativa se han evaluado las políticas de restitución de tierras, de uso de tecnología para desconges-tionar la justicia y de la penetración institucional del Estado en todo el territorio. En todas estas iniciativas han sido par-tícipes los centros de investigación en cuestión.

252+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Colombia

b) El Presente de la Generación de Conocimiento en Colombia

En la sociedad del conocimiento, donde el progreso tecno-lógico se tiene como condición del desarrollo económico, y por ende del mejoramiento de la calidad de vida, Colombia es un jugador rezagado. En adelante se presentan algunos datos con especial resonancia en este sentido.

De esta exposición no se desprende que América Latina, y Colombia en particular, deba acoger la idea de desarro-llo económico que subyace a algunos de los indicadores presentados. Si bien la ciencia y la tecnología han dado gran-des alivios a la humanidad, la implementación que le han dado los países recientemente desarrollados (China, India, Sudeste de Asia, BRICS) no es alentadora desde el prisma ambiental, y por tanto desde el punto de vista del largo plazo. De esta manera, el mensaje que transmiten los indicadores de ciencia y tecnología es todavía materia de discusión.

La inversión en actividades de ciencia y tecnología es muy pobre en Colombia. Mientras que el promedio latinoame-ricano a 2010 estaba en 1,06%, el de Colombia rondaba el 0,46% del PIB (OBCyT, 2012: 28). En el mismo sentido, el índice de competitividad global establece que Colombia ocu-pa el puesto 84 en la inversión de empresas en la formación de personal, mientras que Chile y Brasil ocupan el puesto 37 y 33 respectivamente (OCDE & Banco Mundial, 2013: 158).

El rezago en la inversión en ciencia y tecnología repercute en los indicadores de producto. Los investigadores por mi-llón de habitantes en Colombia rondan los 115, mientras

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que el promedio de la región es de 225 (UNESCO, 2014). En el mismo sentido, los artículos científicos publicados por cada 100 mil habitantes no llega a siete, mientras que Chile supera los 30, y Argentina y Brasil alcanzan el promedio Iberoamericano superando los 20 (Red de Indicadores de Ciencia y Tecnología, 2014). Finalmente, el número de pa-tentes solicitadas y aprobadas con propiedad intelectual de ciudadanos Colombianos es insignificante, siendo menos de la mitad del promedio regional (OBCyT, 2012: 99).

Todo lo anterior se agrava cuando los gobiernos diseñan una estructura industrial basada en la depredación de recursos naturales, cada vez menos dependiente de la mano de obra y la difusión de conocimiento. De acuerdo con Steiner (2011), en la Colombia de 1970 el 51% de la estructura productiva dependía de la extracción de recursos naturales. Tristemente (por todo lo que ello sugiere en términos de capacidad de coordinación del Estado, superación de la pobreza, distri-bución de la riqueza, desarrollo económico, degradación ambiental, etc.) el porcentaje en el 2000 se eleva a 60%.

El recientemente publicado incide de complejidad econó-mica10, desarrollado por Hausmann & Hidalgo (2014) en la escuela de gobierno de Harvard, confirma la trayectoria rentista de la economía colombiana. Esto por demás refle-ja el desinterés por promover los efectos democratizadores que conlleva el acceso al conocimiento. En la Figura 1 se muestra que en 1962, año en que inicia la segunda pre-sidencia del Frente Nacional, el 89% de las exportaciones colombianas eran de recursos naturales no procesados.

10 El índice intenta medir el “conocimiento productivo” que está presente en la estruc-tura exportadora de un país.

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Principalmente café y crudo. La Figura 2 muestra la misma relación para 1991. En este caso el peso del café y el cru-do baja a 55%, pero crece la proporción de otros productos igualmente primarios como las flores y las piedras preciosas. Finalmente, la Figura 3 refleja que en 2010 la composición de exportaciones mantiene su dependencia en los productos primarios no procesados, representando cerca del 68%. En pocas palabras, hay una ausencia de crecimiento industrial en Colombia a lo largo de los últimos 60 años.

Figura 3¿Qué exportaba Colombia en 1962?

71%14%

4%

11%De café verde y tostado y sucedáneos del café

El petróleo crudo

Algodón bruto

Otros

Nota. Fuente: Hausmann & Hidalgo, 2014.

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De café verde y tostado y sucedáneos del café

El petróleo crudo

Plátanos frescos o secos y plátanos

Las demás hullas

Flora

Los aceites lubricantes derivados del petróleo N.E.S.

Piedras preciosas sin montar

Las mujeres otras prendas exteriores (1%)

Crustácesos y moluscos (1%)

Cloruro de Polivinilo (0,92%)

Libros impresos y mapas (0,79%)

Remolacha azucarera y caña en bruto (0,77%)

Maletas y bolsos (0,6%)

Otros

Figura 4¿Qué exportaba Colombia en 1991?

Nota. Fuente: Hausmann & Hidalgo, 2014.

17%

8%

23%26%

7%6%

5%3%

Figura 5¿Qué exportaba Colombia en 2010?

32%

5%

33%

15%

Nota. Fuente: Hausmann & Hidalgo, 2014.

El petróleo crudo

Las demás hullas

De café verde y tostado y sucedáneos del café

Plátanos frescos o secos y plátanos

Oro monetario

Flora (2%)

Ferroaleaciones (2%)

Cloruro de Polivinilo (0,92%)

Azúcar refinado (0,86%)

Extracto de café o escencias (0,68%)

Otros4%4%

256+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Colombia

Y las perspectivas para cambiar el modelo de desarrollo no parecen promisorias. En la lógica de la tecnología como mo-tor del desarrollo, resulta preocupante que el 63% de los graduados en programas nacionales de maestría se espe-cialice en ciencias sociales, que son menos estratégicas al momento de generar innovación y desarrollo tecnológico. En comparación, las ciencias de la agricultura y las ingenie-rías suman apenas el 20% de los graduados con maestría (OBCyT, 2012: 34).

Así, el pasado y el presente de la producción de conocimien-to ligado al sistema productivo y encaminado a mejorar los niveles de vida de los colombianos presentan un panorama desalentador. De hecho las promesas del actual gobierno por incrementar sustancialmente los recursos en este sen-tido terminaron en un diseño institucional que favorece la mayor dispersión de los recursos en beneficio de clientelas políticas regionales (Revista Semana, 2013; La Silla Vacía, 2012). En este contexto, los centros de investigación apelan a un análisis juicioso y sistemático de la realidad social e ins-titucional que los rodea, pero no pueden hacer más que eso.

Recuadro 2En datos: la investigación en Colombia

Cantidad de centros de pensamiento: n.d. Cantidad de Universidades: 282 en 20111 Número de investigadores por 100 mil habitantes: 0,72 en 20102 Número de doctorados: 7.129 a corte 20123

Numero de publicaciones indexadas: 467 a corte 20124 Porcentaje del PIB en investigación: 0,18% en 20115

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5. Centros de Investigación y Universidades: ¿Cómo se Relacionan?

En adelante se hace un barrido por los cuatro centros de investigación seleccionados. Se profundiza en el análisis de su nacimiento, su estructura organizacional, el tipo de pro-fesionales que los integran, las formas de financiación, su relación con las universidades y los retos que enfrentan en el futuro inmediato.

El Recuadro 3 a continuación resume el tipo de relacio-namientos encontrados entre universidades y centros de investigación. Se estima que existen seis formas distintas de relacionamiento entre ambas organizaciones y que pre-dominan las asociaciones cooperativas. Se destaca el interés del Cinep por resolver problemas de información a través de la asociación con universidades regionales. Esto contri-buye a mejorar los procesos de formación de conocimiento con miras a informar y cualificar las políticas públicas. Se destaca también la disposición de Dejusticia y Fedesarrollo para ayudar en el proceso de formación profesional de sus investigadores. Por su parte, Corpovisionarios mantiene re-laciones con algunas universidades y ha sido sistemático en su trabajo con las universidades a la hora de realizar encues-tas de cultura ciudadana.

258+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Colombia

Recuadro 3Tipos de relación entre centros de investigación y universidades

Tipo Vínculo Descripción

contratación de capacidad para entender el entorno

C ßUR

Los centros de investigación se valen de las universidades regionales para entender el entorno socio-político donde aquellos quieren intervenir. Generalmente se hace con financiación de terceras partes, como cooperantes internacionales o agencias del Estado, y aborda temas relacionados con el conflicto armado.

complementariedad Có U Se reúnen universidades y centros de investigación para producir conocimiento. Esto ocurre porque a) hay convocatorias que requieren la presencia de universidades, y/o b) cada organización tiene conocimientos diferenciados que se complementan.

semillero U è C La relación más estable y determinante ha sido el papel que cumplen las universidades como formadoras de investigadores y plataformas para proyectar a los mismos investigadores en el mercado laboral del sector público y privado. Y aunque la tendencia es decreciente, las facultades de algunas universidades forman vínculos muy estrechos con centros de investigación específicos. Esto impone una identidad académica y disciplinaria muy clara en cada centro de investigación.

promoción de posgrados

C è Upost

Los centros de investigación son plataformas que promueven que sus jóvenes investigadores continúen sus estudios de posgrado en el exterior.

puerta giratoria C ∞ U Los investigadores de algunos centros de investigación también tienen funciones como docentes en las principales universidades de la capital.

competencia C vs. U Centros de investigación y universidades compiten por contratos. Esto ocurre primordialmente en aquellos contratos que apelan a un espectro variado de organizaciones, incluyendo consultorías, individuos, grupos o centros de investigación, etc. Y que son ofrecidos mayoritariamente por cooperantes internacionales.

Nota. * C = Centros de investigación; U = Universidades centrales; UR =

Universidades regionales; Upost

= Posgrados

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a) Dejusticia

Dejusticia empieza su operación en 2005. Todos los miem-bros activos que fundaron Dejusticia son abogados con estudios doctorales en áreas afines al derecho, la política y la economía. Rodrigo Uprimny, su Director, es doctor en economía política y profesor de derecho constitucional en la Universidad Nacional. Helena Alviar es doctora en derecho económico y género, y decana de la facultad de Derecho de la Universidad de los Andes. Mauricio García es doctor en ciencia política y profesor de la Universidad Nacional. Y así sucesivamente. Adicionalmente, algunos de los miembros fundadores han servido como magistrados auxiliares en la rama judicial.

La estructura organizacional de Dejusticia está dividida en seis áreas de trabajo: antidiscriminación, derechos sociales, sistema judicial, estado de derecho, justicia transicional y justicia ambiental. En cada una de estas áreas se cuenta con expertos que desarrollan una o varias de las siguientes actividades: i) columnas de opinión en medios impresos y en línea, ii) libros, informes y otras publicaciones, iii) inter-venciones públicas, iv) litigios estratégicos y v) formación.

Sus publicaciones son ampliamente difundidas y discuti-das en el país. Entre otras se destaca su colaboración en el libro “Y refundaron la patria… De cómo los mafiosos y po-líticos reconfiguraron el Estado colombiano” (2010) y los libros “Justicia transicional sin transición? verdad, justicia y reparación para Colombia” (2006) y “¿Justicia para to-dos? sistema judicial, derechos sociales y democracia en Colombia” (2009). Por otro lado, sus litigios estratégicos

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defienden concepciones liberales del derecho y el cumpli-miento de la constitución. Sobresalen las demandas contra las restricciones al matrimonio civil de las parejas homo-sexuales11 y contra la elección de funcionarios públicos cuando quiera que los procesos de selección no cumplan con los requisitos establecidos12.

Dejustica es el segundo centro de Investigación en términos de cantidad de investigadores. Sin embargo, por el esquema de financiación por proyectos que opera en estos centros, y por el cual un mismo investigador no está permanentemen-te activo, este dato es dinámico.

Dejusticia nace en 2006 para constituirse en un puente en-tre la sociedad civil y la academia. Su objetivo es basarse en la producción de conocimiento para intervenir activamente en la sociedad a través de mecanismos pasivos, como son los espacios de opinión en los medios de comunicación, y activos, como son los litigios y la oferta de talleres y diploma-dos. Esta organización se ve a sí misma como “la ONG con más tendencia a la academia, y el centro de investigación con más tendencia al activismo propio de las ONGs”. Otra manera en que se definen es como un centro de investiga-ción-acción (think-and-do tank). Esta percepción es común a tres de los cuatro centros de pensamiento estudiados.

La financiación de un centro de investigación es una labor compleja. Implica un balance delicado entre los intereses de

11 Ver: http://www.Dejusticia.org/index.php?modo=interna&tema=antidiscriminacion&litigio=44.

12 Ver: http://www.Dejusticia.org/index.php?modo=interna&tema=estado_de_derecho&litigio=92.

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los donantes y los intereses de los donatarios. En Dejusticia se definen periodos entre seis meses y tres años para adelan-tar estudios específicos. Una vez elegidos los temas se buscan donantes que pudieran estar interesados en financiar la in-vestigación. Por otro lado, cuando llegan ofertas o se abren convocatorias para estudiar ciertos temas, Dejusticia debe en-contrar un balance entre sus intereses y los intereses de los financiadores. Este representa un típico proceso de construc-ción de agenda en el mundo de los centros de investigación.

El buen desempeño de Dejusticia le ha permitido pasar de la financiación por proyectos a la financiación institucional por parte de la Fundación Ford. Esto es un salto cualitativo enor-me pues garantiza la operación regular de la organización e incrementa la participación de los investigadores principales en las actividades del centro. Respecto a la financiación con fuentes del Estado, especialmente las convocatorias que hace Colciencias, Dejusticia ha expresado que existe una desigual-dad creada por los requisitos para concursar. Aunque no es enteramente claro cómo opera el mecanismo, lo cierto es que existen unos indicadores que los centros no pue-den cumplir. Al medir la contabilidad de las organizaciones, estos indicadores tienden a beneficiar a las universidades grandes, que siempre van a disponer de mayores índices de liquidez y patrimonio. Es probable que el diseño institucio-nal de estas convocatorias no privilegie a las universidades por razones estratégicas, sino por pura casualidad o simple-mente por falta de reflexión en este sentido.

La relación entre Dejusticia y las universidades adquiere al menos tres formas distintas. Las primeras dos formas aluden a una relación indirecta como receptor de capital

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humano y formador de capital humano. Primero, las uni-versidades son los semilleros de donde surgen los futuros investigadores de Dejusticia. Esto no es obvio, pues los centros bien podrían contratar menos personas con más experiencia. Sin embargo, hay una apuesta clara por reclutar y formar nuevos talentos. Esta primera forma de relacionar-se tiene una particularidad que se repite en todos los centros estudiados: existe una afiliación disciplinaria y una afiliación universitaria muy clara. De esta forma, los investigadores no solo tienden a ser abogados y economistas, sino que tam-bién tienden a ser egresados de la Universidad Nacional y la Universidad de los Andes.

La segunda forma que adquiere la relación ocurre cuando Dejusticia se convierte en plataforma para que sus investi-gadores comiencen estudios de posgrado en universidades extranjeras, especialmente en Estados Unidos. Esto ocu-rre precisamente porque los investigadores principales de Dejusticia mantienen conexiones estrechas con la academia internacional. Finalmente, la tercera forma de relacionarse se puede expresar como una “puerta giratoria”, en el sen-tido de que los investigadores principales y asistentes son paralelamente profesores universitarios en Bogotá. Esto contribuye a identificar los buenos estudiantes que podrían pasar a las filas de Dejusticia, pero también provee a los in-vestigadores de un espacio ideal para confrontar y mejorar sus propias ideas antes de llevarlas de vuelta a Dejusticia.

El reto más visible de Dejusticia es quizás mantener su nivel de producción intelectual y sus intervenciones en la socie-dad al tiempo que los recursos de cooperación escasean. Sin embargo, también existen otros retos que demandan cierto

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compromiso con el país. Por ejemplo, es importante que los asistentes de investigación, a quienes los investigadores principales ayudan a ubicar en universidades extranjeras, no se conviertan en cerebros fugados. No es claro cómo resolver este problema, pero soluciones como las que pro-pone Colciencias13 y Open Society Foundation14 podrían ser exploradas. Dichas instituciones han montado programas para financiar los costos laborales de los investigadores que vuelvan a su país de origen y se empleen en institutos de investigación como centros de investigación y universida-des. Esto representa un alivio financiero para los institutos, pero también una oportunidad para que los investigadores aporten sus conocimientos en el contexto local.

Por otro lado, uno de los problemas identificados en centros de investigación en otras latitudes es que los investigado-res venden un mismo producto varias veces: a un privado, al Estado y a una universidad. Por la posibilidad misma de hacer presencia laboral en todos estos escenarios simultá-neamente. Es difícil pensar que Dejusticia entre en este régimen de depredación, sin embargo, reflexionar sobre la práctica ya crea “puntos de decisión” para evitar la tenta-ción. Finalmente, sería interesante que el área educativa o de transmisión de conocimiento de Dejusticia se fortalecie-ra15. La oferta de diplomados en justicia transicional, género y violencia, y derechos de propiedad sobre la tierra, entre otros, resultan estratégicos para Colombia.

13 Ver: http://estiempodevolver.com/es/index.asp. 14 Ver: http://www.opensocietyfoundations.org/grants/think-tank-young-professio-

nal-development-program. 15 Ver: http://www.Dejusticia.org/index.php?modo=seccion&tema=justicia_

transicional&tipo=formacion.

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b) CINEP

Junto con Fedesarrollo, el Cinep es el centro con más experiencia en el sector. Es de rescatar que varios de sus in-vestigadores llevan más de un cuarto de siglo trabajando allí, gracias a lo cual cuenta con recursos invaluables tales como grandes y detalladas bases de datos sobre movimientos so-ciales y violencia, un historial envidiable de publicaciones en múltiples formatos y enorme experiencia en el traba-jo de campo. Entre otros, se destacan investigadores como Fernán González, politólogo con estudios doctorales en la universidad de Berkeley; Ingrid Bolívar, politóloga; Martha Cecilia García, socióloga con estudios doctorales en curso; y Luis Guillermo Guerrero, teólogo con estudios doctorales en educación.

El Cinep divide su estructura en dos grandes programas y tres estrategias de trabajo. Un programa se llama “Luchas sociales y derechos, y el otro se denomina Estado y desarro-llo”. En cada programa hay varios proyectos que se movilizan a través de tres estrategias de trabajo: i) acompañamiento y educación, ii) investigación, e iii) incidencia y comunicación. El conjunto de proyectos incluye temáticas sobre conflicto y paz, desarrollo, luchas sociales, derechos humanos, cons-trucción de Estado, atención y reconciliación a las víctimas del conflicto, educación para la paz y memoria histórica. En cada uno de estos temas hay un ejercicio colaborativo en el que varios investigadores aportan simultáneamente.

Las publicaciones del Cinep son numerosas e influyentes, por lo que es difícil rescatar una en particular. El libro “De la na-ción fragmentada a la construcción de Estado” (2003) introduce

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la idea de la presencia diferencial del Estado en Colombia; la revista “Cien Días” presenta artículos de investigación sobre te-mas de coyuntura nacional; y la revista “Controversia”, publica ensayos de corte esencialmente académico.

Cinep es quizás el centro de investigación con mayores con-tactos con organizaciones nacionales e internacionales. A nivel doméstico el Cinep hace parte de la junta directiva de varias corporaciones de desarrollo y paz, que son orga-nizaciones de la sociedad civil que surgieron por todo el país a mediados de los años 90 con el propósito de generar un proceso de resistencia pacífica y desarrollo alternativo frente a los actores del conflicto armado y las dinámicas de depredación económica y social que imponen. Estas or-ganizaciones, que surgieron espontáneamente y después se potenciaron con la ayuda de la comunidad jesuita en el Magdalena Medio, han recibido el apoyo económico y logístico de la Unión Europea. Algunas de estas organiza-ciones son la Corporación del Magdalena Medio, Prodepaz y Cordepaz. A nivel internacional el Cinep tiene redes de apoyo en el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, la Asociación Latinoamericana de Organizaciones de Promoción al Desarrollo y el International Land Coalition, entre otros.

Junto con el Servicio Jesuita para los Refugiados y el Instituto Mayor Campesino, el Cinep hace trabajo académico aplicado. Todas estas organizaciones tienen origen en la comunidad jesuita en Colombia, inspirada por el activismo religioso de San Ignacio de Loyola. Esta influencia se ha expresado en el análisis, seguimiento y fortalecimiento de los procesos no-violentos de resistencia y desarrollo social, así como en el

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apoyo a varias causas sociales y políticas asociadas a la de-fensa de los ciudadanos más vulnerables del país. El Cinep es el centro con menor afiliación universitaria y académica. Así, mientras los otros centros de pensamiento estudiados tienen fuertes vínculos con la Universidad Nacional y/o de los Andes, y además tienden a reclutar investigadores de ciertas disciplinas, el Cinep es mucho más heterogéneo en el espectro de disciplinas desde las cuales trabaja y en el tipo de universidades con que entabla relaciones.

Existen al menos dos formas a través de las cuales el Cinep se relaciona con las universidades en Colombia. La primera y más novedosa es la relación que sostiene con las uni-versidades regionales. Gracias a la financiación del Banco Mundial y Ecopetrol, entre otros, el Cinep ha contratado el servicio de universidades regionales para que provean un diagnóstico sobre el contexto sociopolítico en que operan los programas de desarrollo y paz. Lo más interesante de esta relación es que supone el reconocimiento de que espacios de producción de conocimiento como las universidades re-gionales (menos vanguardistas, pero más heurísticos), son los únicos capaces de proveer un entendimiento profundo de un territorio dado. Las entrevistas sugieren que la mirada de las universidades bogotanas sobre lo regional es esencial-mente teórica, y por tanto aporta mucho menos contenido para reflexionar y diseñar intervenciones de política.

¿Por qué son tan importantes las universidades regionales para entender la realidad social de la periferia colombiana? El proceso de construcción de Estado en Colombia está de-terminado trágicamente por su fragmentación territorial. Dinámicas históricas y sociales han impedido que el Estado

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supere las dificultades geográficas y consolide su presencia en todo el territorio. Los efectos de este problema han sido relativamente bien estudiados en términos de la capacidad coercitiva del Estado, incluyendo la recaudación de impues-tos y el ejercicio de la ley, pero resulta interesante revelar cómo esta fragmentación territorial también se representa en el ámbito de la producción de conocimiento: las univer-sidades en Bogotá, en ausencia de sistemas de información, burocracias profesionalizadas, rutinas administrativas pre-decibles, o simplemente por los enormes costos que implica llegar a un territorio apartado, carecen de la capacidad para desentrañar muchísimas dinámicas sociales que ocurren afuera de la capital.

Conscientes de esta situación, el Cinep ha establecido re-laciones con la Universidad Francisco de Paula Santander y la Universidad de Pamplona, al nororiente del país en la frontera con Venezuela; con el Observatorio del Territorio de la Universidad de los Llanos, en el suroriente; y con la Universidad de Córdoba, en la región del Magdalena Medio. En algunos casos el vínculo es de carácter informal y res-ponde a lo que alguno de los entrevistados denominó una “colaboración solidaria”.

De manera interesante el surgimiento de iniciativas locales de construcción de paz a mediados de los años 90 pare-ce influenciar el auge de centros de investigación en las universidades regionales. Algunos ejemplos son el Centro de Estudios Sociales y Políticos de la Universidad del Sinú (Cespo), el Observatorio para el Desplazamiento de la Universidad de Cartagena y el Programa de Desarrollo Integral para el Darién de la Universidad de Antioquia. Por

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otro lado, y este es un fenómeno que merece más desarro-llo, el surgimiento de consorcios de centros de investigación parece estar asociado al creciente interés del Estado por avanzar en la comprensión de las dinámicas regionales. El Observatorio colombiano para el Desarrollo Integral, la Convivencia Ciudadana y el Fortalecimiento Institucional en regiones fuertemente afectadas por el conflicto arma-do (Odecofi) y el recientemente creado Observatorio de Restitución y Regulación de Derechos de Propiedad Agraria, son ejemplos sobresalientes.

Otra forma de relacionamiento tiene que ver con el recluta-miento de jóvenes investigadores. A diferencia de Dejusticia, esta relación no depende de la actividad docente de los investi-gadores principales, ya que Cinep ha logrado que buena parte de sus investigadores tengan una dedicación de tiempo com-pleto. En cambio, el reclutamiento se da a través de convenios formales para que los estudiantes adelanten sus pasantías.

El desplazamiento de los recursos de cooperación hacia afuera de Colombia representa uno de los principales retos del Cinep. ¿Cómo mantener el ritmo de producción académica y activis-mo sin el apoyo financiero de los donantes internacionales? Cinep tiene buena experiencia en la formulación de proyec-tos que terminan siendo generosamente financiados por el Estado, por ejemplo Odecofi. Sin embargo, esto puede no ser suficiente, pues no es realista creer que el Estado será un gran financiador de centros de investigación en el futuro inmediato.

Finalmente, sería interesante que el Cinep estreche las rela-ciones con las universidades regionales al tiempo que pone más énfasis en presentar sus resultados de investigación en

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clave de políticas públicas. Este lenguaje supone la producción de documentos de política que sean accesibles y generen un diálogo más dinámico y reactivo con los sectores del Estado encargados del diseño de políticas. De igual forma, sería muy interesante que el Estado y las universidades aprendieran de los principios de investigación-acción que aplica Cinep. En pocas palabras, el uso de estos principios promueve un proce-so de producción de ciencia mucho más participativo, dando cuenta de subjetividades y realidades complejas.

c) Corpovisionarios

Corpovisionarios se construye alrededor de una persona: la figura de Antanas Mockus. Mockus es matemático y filóso-fo, fue alcalde de Bogotá en dos ocasiones y precandidato a la presidencia en dos ocasiones. Ello no impide que otros miembros del centro jueguen un papel fundamental. Se des-tacan Henry Murraín, filósofo y candidato a PhD; Alejandra Ariza, sicóloga con maestría en Ciencias Sociales; y María Isabel Patiño, abogada con estudios de maestría y directo-ra ejecutiva de Corpovisionarios. La combinación entre la pulsión reflexiva de Mockus y el pragmatismo de Murraín y Patiño parece ser una fórmula exitosa para la operación de Corpovisionarios.

De la misma manera que Cinep, en Corpovisionarios existe una división del trabajo muy flexible en la que una perso-na contribuye simultáneamente en varios proyectos. Existen tres líneas de proyectos: i) familia y ciudad, ii) ONGs y em-presas, y iii) gestión y relaciones internacionales. Cada una de estas líneas se compone de siete u ocho investigadores, pero la distribución de tareas es transversal. Adicionalmente,

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Corpovisionarios cuenta con una Sala General a la que todo el mundo puede acceder presentando su hoja de vida y pa-gando una cuota mensual. Esta Sala se reúne al menos una vez al año para aprobar el presupuesto y los lineamientos generales. Por su parte, un Consejo Directivo compuesto por los miembros fundadores e invitados especiales se reú-ne mensualmente para debatir el portafolio de actividades.

Corpovisionarios produce menos estudios que los otros centros de investigación, enfocándose mucho más en la rea-lización de encuestas y consultorías16. En general, todas sus

actividades están íntimamente relacionadas con temas de cultura

ciudadana. En línea con esto, recientemente publicaron el estudio

“Antípodas de la Violencia” (2013), evaluando el papel de la cul-tura en los niveles de seguridad ciudadana de ocho ciudades latinoamericanas; y también realizaron un balance de diez años de encuestas de cultura ciudadana en Bogotá (2013). El equipo de trabajo fue inicialmente muy denso en filóso-fos y antropólogos, pero ha evolucionado hacia estadísticos, politólogos y otros científicos sociales. Corpovisionarios ac-túa en muchos casos como el primer empleador de jóvenes promesa de la investigación en Colombia, y así como en Dejusticia y Fedesarrollo, la mayoría de sus investigadores son egresados de la Universidad Nacional y de los Andes.

Corpovisionarios nace en 2000 como la plataforma política a través de la cual Antanas Mockus se proyecta como un po-lítico independiente. Después de un segundo período en la

16 En la tipología de centros de investigación que realiza el Think Tank Fund del Open

Society Foundation se tiene que, entre muchos otros tipos, un centro de investi-gación puede ser una organización de la sociedad civil donde predominan las actividades de consultoría. Ver: https://dl.dropboxusercontent.com/u/22600089/Questionform_TTF%20Core%20Grant%20Surevy.pdf.

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alcaldía de Bogotá y tras un año como académico invitado en las Universidad de Harvard y Oxford, Mockus y su equipo se juntan en 2006 para reinventar Corpovisionarios a la ima-gen de un centro de investigación. Motivados por la buena gestión de Mockus en la alcaldía de Bogotá, se adoptó la me-todología de la cultura ciudadana para promover cambios en la ciudadanía. Desde ese entonces el centro se ha dedicado al tema de la agencia cultural desde el ángulo de la “academia contaminada de activismo, y del activismo contaminado de academia”. El enfoque práctico de Corpovisionarios se refle-ja en el tipo de organizaciones con que ha trabajado. Para la medición de cultura ciudadana ha establecidos lazos con las alcaldías de Bogotá, Medellín y Barranquilla, así como con sus correspondientes Cámaras de Comercio y universidades. También ha hecho mediciones de capital social con distin-tos gobiernos locales en México, Brasil, Ecuador y Uruguay.

Corpovisionarios es contratado por diferentes empresas para desarrollar propuestas de cultura ciudadana. Los logros de la alcaldía de Mockus en temas de seguridad ciudadana, cul-tura tributaria y consumo de agua se perciben como los saberes que el centro puede transferir a otras organizacio-nes sociales. Por la especificidad del tema y la operación tipo consultoría, algunas organizaciones son renuentes a denominar a Corpovisionarios como un centro de investiga-ción, pues insisten en verla como la plataforma política de Mockus y porque no consideran que los temas y/o la meto-dología de trabajo sea estrictamente académica. Aunque es cierto que Corpovisionarios tiene una dedicación menos in-tensiva en actividades estrictamente investigativas y de corte académico, sus productos son quizás los más dirigidos a informar y mejorar los contenidos de la política pública. Tal

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disposición se refleja en el lenguaje de sus publicaciones (más accesible para los formuladores de política) y en su cercanía con gobiernos locales y nacionales.

Así, siendo una entidad sin ánimo de lucro, Corpovisionarios ha pasado de ser una organización de cuatro personas en 2006, a una de 33 en 2013; y a lo largo de este período ha realizado más de 70 encuestas de cultura ciudadana y de cultura empresarial.

Corpovisionarios se relaciona con las universidades de tres for-mas muy claras. Primero, y gracias a la trayectoria de Mockus en la Universidad Nacional, así como la de sus colaboradores cercanos, se ha creado un vínculo formal volcado a la reali-zación de un seminario internacional llamado “Ley, Moral y Normas Sociales”. En este seminario se invitan a profesores internacionales reconocidos y relevantes para entender la rea-lidad colombiana desde un prisma comparado. Se destacan Jon Elster, Elizabeth Wood, Diego Gambetta y Herbert Gintis, entre otros. En este seminario algunos profesores nacionales entran en diálogo con los profesores invitados alrededor de varios temas de interés para Colombia.

Segundo, los estudios de cultura ciudadana han contado en “el 95%” de las veces con la participación de las universi-dades. Esta relación es estrictamente formal, contrario a lo que ocurre algunas veces en Cinep. Se desarrollan contra-tos legales con pólizas y cláusulas de cumplimiento. Esto garantiza la rigurosidad y vigencia de las premisas (“cum-plimiento de la ley”) sobre las que se diseñan las encuestas, pero también garantiza que los gobiernos locales no tengan

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la tentación de politizar las encuestas haciendo lecturas im-precisas de los resultados.

Finalmente, así como en el resto de centros estudiados, Corpovisionarios tiende a ser el primer empleador de sus in-vestigadores. Esto tiene un componente especial en el caso de Corpovisionarios ya que los jóvenes investigadores entran en contacto con la obra de académicos como Jon Elster y Diego Gambetta, que están en la base del programa de cultura ciu-dadana. Consecuentemente, Corpovisionarios se reinventa como promotor de una escuela de pensamiento social mar-cadamente interesada en reflexionar sobre la acción colectiva.

Este centro de investigación tiene planeado el desarrollo de un diplomado sobre cultura ciudadana. Esto crearía un nue-vo tipo de relacionamiento con las universidades, en caso de que el diplomado se gestione a través de estas. Además permitiría diseminar la investigación-acción en cultura ciu-dadana, que desde el 2000 ha sido una marca registrada de Antanas Mockus y Corpovisionarios. Ahora, no es claro el impacto que ha tenido Corpovisionarios en los gobiernos locales con los que trabaja. Aun si lo hubiera, es preciso potenciar dicho impacto. ¿Hasta qué punto se utilizan sus diagnósticos para poder perfeccionar el diseño de las políti-cas públicas? Por lo tanto, es imperioso empezar la reflexión sobre los resultados que su trabajo ha producido en el con-texto de la agencia cultural. Los centros de investigación están por definición supliendo la capacidad tecnocrática del Estado al emplear su energía en el mejoramiento de las po-líticas públicas. Si los centros se olvidan de esto, es decir, se olvidan de medir su impacto, su futuro tenderá a ser estéril.

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Por otro lado, el centro debe empezar a pensar en cómo crear una independencia institucional respecto a su funda-dor. Y este reto surge precisamente de la importancia y el éxito que ha tenido Mockus y su equipo en el desarrollo de un programa de estudios concreto y de intervenciones re-flexivas y sanas para el país. Sin embargo, parecería deseable que el eventual retorno de Mockus a la política competitiva no afecte la continuidad del centro.

d) Fedesarrollo

Fedesarrollo es el cuarto centro de investigación que se analiza en este estudio. Sus investigadores vienen, mayo-ritariamente, de estudiar y dictar clases de economía en la Universidad de los Andes y de ocupar posiciones como tec-nócratas en el sector público. El director, Leonardo Villa, tiene estudios de postgrado en el London School of Economics, fue Viceministro de hacienda y parte del consejo directivo del Banco de la República. El subdirector, Juan Mauricio Ramírez, es economista y fue subdirector del Departamento Nacional de Planeación. Juan José Perfetti es economista con estudios de posgrado en la Universidad de Boston; y Jairo Núñez es candidato a PhD y ha trabajado en el Ministerio de Protección Social, el Banco Mundial y el Departamento Nacional de Planeación, entre otros.

Fedesarrollo ofrece tres tipos de productos: investigaciones, publicaciones y encuestas. Las investigaciones son con-tratadas por privados o son el resultado de convocatorias externas. La publicación consisten en una revista mensual llamada “Tendencias” y que trata asuntos económicos de actualidad. Y las encuestas miden la opinión de los consu-

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midores, y la opinión financiera y empresarial de ciertos sectores económicos. Paralelamente, y gracias a las donacio-nes del sector privado, existe un concurso anual denominado “German Botero de los Ríos” a partir del cual los investiga-dores compiten por la financiación de un estudio cuyo tema es previamente definido por el Consejo Directivo.

Fedesarrollo y Cinep son los centros con más producción investigativa. Fedesarrollo pone especial énfasis en hacer públicos todos sus estudios y elaborarlos en formato de “documentos de política” o policy brief, lo que supone diag-nósticos concretos sobre diseños institucionales, conclusiones y recomendaciones de política accesibles a los tomadores de decisión. De sus investigaciones en curso se rescata el estudio sobre educación superior y movilidad social en la región del Pacífico colombiano, el análisis costo-beneficio de energías renovables no convencionales en Colombia y la propuesta para el diseño técnico y operativo del esquema de atención del programa Jóvenes en Acción para zonas rurales. Estos han sido financiados por la Fundación Ford, el World Wild Fund y el Banco Interamericano de Desarrollo, respectivamente.

Fedesarrollo es el primer centro de investigación en térmi-nos de cantidad de investigadores, en el que las entrevistas sugieren que su relación histórica con instituciones como la Universidad de los Andes y la Universidad Nacional es cada vez menos importante a la hora de reclutar nuevos investigadores. Sin embargo, en sus filas persiste la pree-minencia de economistas de la Universidad de los Andes. Fedesarrollo surge de la iniciativa de Rodrigo Botero, ex-Ministro de Economía, de crear un centro de investigación independiente, volcado hacia el mejoramiento de las políticas

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públicas en sus niveles de formulación, ejecución, segui-miento y evaluación. Junto con Botero, los otros fundadores eran egresados de la Universidad de los Andes y habían trabajado en el Departamento Nacional de Planeación. El tránsito laboral entre la Facultad de Economía de los Andes y el Departamento Nacional de Planeación es una trayectoria laboral clásica entre los tecnócratas colombianos.

Fedesarrollo recibe algunas donaciones de privados. Estos recursos constituyen ayudas marginales para la operación general del centro. Adicionalmente, las encuestas se venden a universidades y gremios económicos. Por su parte, el com-ponente de proyectos es el que aporta los mayores ingresos. En este sistema Fedesarrollo compite por proyectos o realiza los proyectos que los financiadores le piden dada su exper-ticia en temas económicos y de política pública en general.

Todos los investigadores consultados hicieron referencia a la ventaja financiera de las universidades. Esta ventaja radica en la posibilidad de cobrar una matrícula, que luego se usa para proveer un pago fijo por los servicios de docencia. La ausencia de esta base salarial implica que los investigado-res de Fedesarrollo trabajan por demanda de proyectos. Por tal motivo los investigadores asociados tienen una relación activa con Fedesarrollo al tiempo que realizan otras activi-dades de forma paralela.

Fedesarrollo se relaciona con las universidades de distin-tas maneras. Por un lado hay una competencia clara por la obtención de fondos de origen privado y/o de donantes inter-nacionales. Se nombraron como competidores por recursos a la Facultad de Economía y al Centro de Estudios sobre

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Desarrollo Económico de la Universidad de los Andes, a la Universidad Javeriana y al Centro de Investigaciones para el Desarrollo de la Universidad Nacional. Respecto a los fondos de origen estatal, los entrevistados sugieren que su princi-pal competidor, la Facultad de Economía de la Universidad de los Andes, ha estado tradicionalmente orientada hacia lo teórico, mientras que Fedesarrollo está volcado hacia las discusiones de política pública, por lo tanto, es infrecuente que ambos compitan por estos recursos.

Para ciertas convocatorias se han creado relaciones de complementariedad entre Fedesarrollo y algunos profesores-investigadores de la Facultad de Economía de la Universidad de los Andes. En estos casos se hace una suerte de convenio para aplicar y desarrollar una investigación conjuntamen-te. Aparte de esta modalidad, Fedesarrollo no contrata ni es contratado por las universidades. Igual que en el caso de Dejusticia, existen tres tipos básicos de complementarie-dad entre Fedesarrollo y las universidades de los Andes y Nacional. Primero, el capital humano de Fedesarrollo viene directamente de las universidades. Y este fue el primer punto que resaltaron sus investigadores. Segundo, Fedesarrollo es una plataforma que fomenta la continuación de la vida aca-démica de sus investigadores. Esto se hace a través de cartas de recomendación, que se convierten en puertas de entrada para que los investigadores asistentes entren a universidades de primera línea para iniciar estudios de posgrado. Y tercero, los investigadores de Fedesarrollo se desempeñan como cate-dráticos regulares de la Universidad Nacional y de los Andes.

Fedesarrollo enfrenta al menos dos de los retos previamente mencionados. Primero, resolver el problema de la finan-

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ciación, que crecerá en la medida en que la diáspora de cooperantes continúe. Y segundo, generar buenos incenti-vos para que los investigadores que continúan sus estudios de posgrado en el exterior no se conviertan en cerebros fugados.

Por otro lado, se ha planteado la idea de ampliar el espectro de actividades, siguiendo el ejemplo de la Fundación Getulio Vargas en Brasil, para montar un proyecto educativo. Sería in-teresante que Fedesarrollo asuma este nuevo rol, si de ello se deriva una creciente comunidad académica volcada a analizar y mejorar las políticas públicas. El reto está entonces en diseñar un proyecto educativo que responda a las necesidades tecno-cráticas del Estado colombiano, y que por ende propenda por la educación de nuevos profesionales bien dotados de métodos de investigación para formular y evaluar políticas públicas.

6. Conclusiones

El estudio tiene tres resultados importantes. Primero, la relación entre universidades y centros de investigación es esencialmente complementaria. Esa complementariedad se expresa de distintas maneras: cuando unas y otras se juntan para estudiar un fenómeno común, cuando unos se valen de las otras para entender contextos regionales, cuando unas educan a los futuros investigadores y las otras los perfilan para hacer estudios de posgrado, y finalmente, cuando los profesores - investigadores se constituyen en membranas por donde transitan las ideas y se reclutan nuevos talentos.

La relación que se forja entre universidades regionales o pe-riféricas y los centros de investigación de la capital resulta

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novedosa. Por un lado, la complementariedad radica en la capacidad de los unos (centros de investigación) por aportar marcos conceptuales, herramientas analíticas y poder de di-fusión; y de los otros (universidades regionales) por contar con una serie de herramientas heurísticas que les permiten realizar un diagnóstico más preciso de los órdenes sociales que operan en las “regiones apartadas” del país. Por otro lado, la complementariedad simula el proceso de penetra-ción del territorio que hacen los Estados modernos.

En este sentido, el interés por establecer relaciones con uni-versidades regionales es una novedad en la historia de la producción de conocimiento en Colombia. De acuerdo con Obregón (1994), la “Comisión Coreográfica” de mediados de siglo diecinueve ha sido muy impopular como objeto historiográfico. Y esto lo atribuye al menosprecio por “lo regional” que existía hasta hace poco en el país. Por ello, los crecientes vínculos entre centros de pensamiento y univer-sidades en la periferia también revelan una superación del centralismo clerical de otros tiempos.

Parafraseando a Scott (1998, 77) “si imaginamos un Estado que carece de los medios para enumerar y ubicar a su po-blación, calcular su riqueza y mapear la tierra, nos estamos imaginando un Estado cuyas intervenciones en la sociedad son necesariamente crudas. […] Su accionar dependerá nece-sariamente de intermediarios que conocen la sociedad desde adentro y que tienden a privilegiar sus intereses particulares sobre los colectivos”. Edificando sobre esta idea, parece que este tipo de relación entre centros de investigación y univer-sidades regionales no es simplemente bueno para ampliar las fronteras del conocimiento, sino que contribuye al tan necesitado proceso de construcción del Estado colombiano.

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Segundo, y por todo lo anterior, se debe empezar a conside-rar a las universidades y los centros de investigación como parte constitutiva de un ecosistema profesional muy claro. Un ecosistema con su propio lenguaje, mecanismos de mo-vilidad, competencias, capacidades, etc. ¿Qué se desprende de ello? Que los unos y los otro se complementan en el pro-ceso de mejorar las políticas públicas, y que solo mirándolos a los dos como un todo es que se puede proponer mane-ras para que profundicen su impacto en la sociedad. No se pueden pensar a las universidades sin los centros de investi-gación y no se pueden pensar a los centros de investigación sin las universidades. Tercero, la relación de competencia hasta ahora se está construyendo pero parecería que tiende a ampliarse en el futuro, especialmente con el auge de nue-vos científicos sociales, la creciente aparición de centros de pensamiento/investigación/ONG, etc., y la creciente dismi-nución de los recursos de cooperación.

El estudio también arroja algunas pistas sobre otras relaciones. Primero, el origen de los centros de investigación en Colombia parecería un fenómeno mucho más coyuntural que estructural. En ese sentido, las causas estructurales que algunos atribuyen para el surgimiento de centros de investigación en América Latina no se aplican para el caso colombiano. Al contrario, detrás de cada uno de los centros hay figuras académicas-ca-rismáticas que movilizan las iniciativas de reflexión y acción, y que llegaron a esa posición por caminos bien distintos.

Segundo, cada centro de investigación está claramente afiliado a una disciplina. Así algunos trabajan desde la filosofía analíti-ca, otros desde la economía neoclásica, otros desde el derecho y, aunque en menor grado, otros privilegian la sociología. Esto tiene consecuencias muy importantes para la producción de

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conocimiento. En todos los casos hay rigurosidad, y a veces hay miradas distintas de la realidad, por ejemplo sobre el papel que debe jugar el Estado en el desarrollo de procesos sociales. Pero también, se producen redes de investigadores y redes profesio-nales que dominan ciertas metodologías de trabajo y ciertas técnicas investigativas como la estadística, la filosofía analítica, la agencia cultural y la investigación en terreno. Eso de por sí es muy importante para reforzar la existencia de comunidades académicas que generen procesos de retroalimentación positi-va en distintas áreas del conocimiento.

Tercero, la percepción que hay del rol que cumplen las uni-versidades parece explicar parcialmente el surgimiento de los centros de investigación. Por un lado, las entrevistas sugieren que los centros buscan cumplir el papel de inter-vención en la sociedad que las universidades no cumplen. Por otro lado, se sugiere, aunque en menor medida, que las universidades no ejercen investigación aplicada. No es muy claro a que se refiere esta percepción, pero una de las insinuaciones es que los centros de investigación producen conocimiento útil para las políticas públicas, mientras que las universidades no. Esta percepción, controversial por de-más, se debería explorar mucho más en un trabajo futuro.

7. Recomendaciones

a) Para fortalecer las relaciones entre centros de investigación y universidades

- El creciente interés de los centros de investigación por ofrecer diplomados y cursos cortos en general se podría

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canalizar a través de las universidades, por ser estas las que cuentan con la experiencia y por tener la infraes-tructura ideal para ofrecer los cursos.

- El creciente problema de la financiación debe tratarse con imaginación. El gran reto es que no se sacrifique independencia por nuevos recursos. ¿Existen bases de datos robustas que se puedan vender en el futu-ro? ¿Existen potenciales temas que puedan ser objeto de financiación en el futuro? Por ejemplo: desarrollo sostenible, construcción no-violenta del Estado, temas propios de un escenario de post conflicto.

- Los centros de investigación deben generar estrategias más claras para consolidar su rol como plataforma edu-cativa. En otras palabras, se deben preguntar: “¿cómo contribuyo a que mis jóvenes investigadores continúen su entrenamiento académico en las mejores universidades del mundo?” Esquemas de financiación como los que maneja el Departamento Nacional de Planeación, el Ministerio de Minas y el Banco de la República pueden funcionar.

- Por consiguiente, también se debe reflexionar sobre las es-trategias para recapturar a los cerebros fugados y permitir que la investigación social se consolide como alternativa profesional. Eso implica reflexionar sobre la competitividad de los salarios y sobre el alcance de los proyectos de inves-tigación, entre otros. ¿Es posible hacer carrera profesional trabajando para uno de estos centros de investigación?

- De igual forma, debe haber una reflexión sobre la con-centración de investigadores de la Universidad Nacional

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y de los Andes. ¿Se está creando una élite? ¿Se está repro-duciendo una élite? ¿Qué implica esto para el desarrollo de las ciencias sociales en el futuro cercano? ¿Será que las otras universidades no producen buenos investiga-dores o es que no existen maneras de identificarlos? Parecería que la simple reflexión en este sentido po-dría promover un cambio en los patrones mencionados, pues no es esta una política consciente de reclutamiento, sino una suerte de inercia respecto a la tradicional con-fianza que generan dichas universidades.

b) Para donantes internacionales

- Sería interesante empezar a poner más énfasis en la evaluación de impacto de los proyectos que finan-cian los cooperantes. Es importante dejar de producir diagnósticos que queden “engavetados” y pasar a pro-veer verdaderos insumos de política para el Estado. Preguntarse si un proyecto de cooperación realmente impacta la calidad de vida de las personas probable-mente reduzca el número de proyectos financiados pero definitivamente los cualifica.

- Potenciar una red de conocimiento donde los centros de investigación y las universidades entren en un diálogo di-recto con las distintas agencias del Estado. Esta red haría accesible al Estado los principales estudios sobre un tema en particular (por ejemplo los programas de asistencia ali-mentaria) y les permitiría a los tecnócratas discutir estos estudios con los académicos a la luz de la realidad colombia-na. Vale la pena mirar el ejemplo del Global Development Network y el Research Alliance for Development.

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9. Acerca del Autor

Andrés F. Gómez cursó estudios de pregrado en ciencia política y posgrado en administración pública. Trabajó en se-guimiento y evaluación de políticas y se desempeñó como investigador en temas de sociología fiscal. Su agenda de inves-tigación se concentra en la economía política de los impuestos, la construcción de Estado y el desarrollo tardío y sostenible.

10. Anexos

A. a) Lista de entrevistados

FedesarrolloLeonardo Villar Gómez, Director Juan Mauricio Ramirez, Subdirector Juan José Perfetti del Corral, Investigador asociado Mauricio Reina, Investigador asociado Marcela Pombo, Secretaria General

CorpovisionariosAntanas Mockus ivickas, PresidenteMaría Isabel Patiño Osorio, Directora ejecutiva Henry Murraín Knudson, Director de proyectos Alejandra Ariza, Directora de proyectos Giancarlo Chiappe Ferroni, Coordinador de Proyectos Ana Cristina Lesmes. Administrativa

CinepMartha Cecilia García, Coordinadora del Programa Realización de Derechos para la Democracia

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María del Carmen Muños, Formación Ciudadana para la Paz y el Desarrollo Marco Fidel Vargas, Ciudadanías para la Convivencia y Construccion de Alternativas de Paz y Desarrollo Liliana Múnera, Gestión Cultural y Territoria de los Pueblos Indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta

Dejusticia Vivian Newman Pont, SubdirectoraTatiana Andia, Investigadora principal Carolina Reyes, Asistente

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Ángel FlisfischMaximiliano PrietoAlejandro SiebertFLACSO Chile

Chile

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Estudio país: Chile

1. Introducción1

Este estudio caracteriza el estado actual y el desarrollo his-tórico del sistema de relacionamiento de universidades y centros de investigación en Chile. Para realizarlo se utiliza-ron complementariamente tres estrategias metodológicas.

Primero, se realizó una exhaustiva revisión y análisis del estado de la materia en lo referente a las dinámicas pro-pias del sector de generación de conocimiento en Chile. Considerando esta revisión bibliográfica, se determinaron cuatro centros de investigación nacionales a estudiar: la Corporación de Estudios para Latinoamérica (CIEPLAN), el Centro de Estudios Públicos (CEP), Libertad y Desarrollo (LyD) y la Fundación Chile 21 (CH21). Los criterios con-siderados para esta selección fueron tres: buscar analizar organizaciones que representen a los actores más relevantes del espectro político nacional; cuyos desarrollos históricos hagan relación con los momentos políticos más relevan-tes de las últimas décadas; y que sean por sí mismos actores mediáticamente relevantes en la discusión de horizontes de política pública nacional.

En un segundo momento, se entrevistó a 16 informantes claves familiarizados con la problemática a estudiar, ya sea

1 Los autores agradecen sentidamente la disposición y los sustantivos aportes teóri-cos compartidos por los entrevistados, que ciertamente fueron aportes clave para el desarrollo de esta investigación.

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como miembros de los centros de investigación aborda-dos en los estudios de caso o desde sus posiciones en la academia chilena. Se buscó llevar a cabo entrevistas semi-estructuradas en las cuales se indagó sobre las percepciones habidas en lo referido a los vínculos generados entre centros de investigación y universidades, sobre el desarrollo histórico de los centros de investigación y universidades, y también sobre el sector de generación de conocimiento en general.

En tercera instancia, se llevó a cabo una revisión de los re-cursos puestos a disposición pública por los mismos centros de investigación a través de sus páginas web. Así, se recogió la imagen “autobiográfica” que los centros de investigación ponen a disponibilidad públicamente por un medio de alta visibilidad y de vinculación directa con el sistema social y político.

En términos generales, y adelantando algunas de las con-clusiones, se constató gracias a los datos rescatados en la bibliografía y en las entrevistas realizadas, que la relación entre centros de investigación y universidades es notoria-mente baja, limitándose en la mayor parte a colaboraciones particulares poco institucionalizadas y en donde el víncu-lo personal de investigadores notables parece ser el factor decisivo. Las causas de esta situación hacen relación prin-cipalmente a las historias paralelas que estas instituciones han seguido en correspondencia con la evolución del de-sarrollo histórico de los sistemas universitarios y políticos nacionales. Como se pudo constatar a lo largo de las entre-vistas que guiaron este estudio, centros de investigación y universidades han dibujado campos y lógicas distintas que

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no necesariamente dialogan fluidamente, y que, faltando incentivos para su vinculación, prefieren relacionarse entre sí tangencial e instrumentalmente.

a) El Campo de las Universidades

En el sector de generación de conocimientos se nota la clara hegemonía de las universidades como principales ge-neradores de nuevo material científico, produciendo entre 2006 y 2011 el 91,2% de las publicaciones a nivel nacional (CONICYT y SCImago Lab, 2013); en 2012 se publica-ron 7.707 documentos citables según la metodología de SCImago (2013).

Como señala Bernasconi (2007), el sistema universitario chileno se caracteriza por una tradición en la que la investi-gación ha estado en un segundo plano detrás de la función docente de las universidades, lo que lleva al autor a señalar categóricamente de que en Chile no existen universidades de investigación como tales. Se constata un escenario don-de la mayor parte de los recursos humanos y materiales por parte de las universidades son destinados a la función docente y sólo se observa un reciente fenómeno de promo-ción de las publicaciones por un subgrupo de universidades nacionales que ha iniciado un alza sostenida en la cantidad de publicaciones científicas a nivel nacional.

El primer momento que se puede caracterizar en el desarro-llo del sistema universitario moderno es aquel que empieza en el gobierno militar iniciado en 1973, y que se circunscribe dentro del proyecto autoritario mayor de refundación nacio-

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nal que dicha dictadura buscó llevar a cabo. En lo referente al sistema universitario, intervino las universidades chile-nas, que hasta el quiebre de la democracia en 1973 habían dibujado un escenario en el cual las universidades estatales, junto con la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC) concentraban la mayor cantidad de producción científica y de matrícula a nivel nacional.

Como relatan Constable y Valenzuela (1991), hasta antes del quiebre de la democracia, las universidades jugaban un importante papel como escenario de debate y formación política, existiendo sólidos vasos comunicacionales con el sistema político. La visión autoritaria para las universidades se tiñó fuertemente por el gremialismo, un movimiento po-lítico que abogó por la despolitización de las universidades (y del resto de las esferas de debate público) y cuyo ori-gen principal puede ser trazado a la PUC y al pensamiento político de Jaime Guzmán, profesor de derecho constitucio-nal de dicha universidad, y que sería uno de los asesores y defensores más férreos del régimen militar. Dicho gobier-no intervino las universidades en múltiples dimensiones: nombrando rectores partidarios del régimen (la mayoría de estos fueron miembros activos o en retiro de las Fuerzas Armadas), reduciendo la oferta docente a carreras autori-zadas por el régimen, cerrando universidades consideradas problemáticas, prohibiendo la actividad política dentro de las universidades y expulsando a docentes e investigadores sospechosos de llevar a cabo dicha actividad o simplemente contrarios a la dictadura.

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Hacia la década de 1980, buscando reducir el gasto pú-blico e intentando promover la auto sustentabilidad bajo lógicas de mercado el régimen militar buscó aumentar la oferta universitaria permitiendo y promoviendo la iniciati-va privada en este campo al mismo tiempo que la carga del financiamiento de la educación fue progresivamente des-viada hacia los estudiantes mismos. La década de los 90s, ahora en democracia, vio la consolidación del modelo de educación universitaria fijado previamente. Así, de las 60 universidades actualmente reconocidas por el Ministerio de Educación, 27 de ellas tuvieron su origen entre 1980 y 1989, mientras que 22 de ellas lo hace entre 1990 y 1999.

Un segundo momento que se encuentra en el desarrollo histórico del sistema universitario chileno se dibuja luego de la promulgación de la Ley Nº 20.027 que crea el Crédito con Aval del Estado (CAE), permitiendo el acceso al siste-ma de educación superior a importantes segmentos de la población anteriormente marginados por las condiciones y requisitos de la oferta crediticia existente en la banca privada hasta entonces, así contribuyendo especialmente a la expan-sión de la matrícula de pregrado. Un factor condicionante de esta actividad ha sido la falta de regulación en el campo educacional, cuestión que ha permitido la práctica extendi-da de triangulación a través de inmobiliarias y/o sociedades anónimas que habilita la extracción de utilidades por parte de las universidades, pese a que legalmente el lucro en la educación se encuentra prohibido.

Así, se hace evidente el hecho de que existen incentivos fuertes para una política de expansión agresiva de la matrí-

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cula por parte de las universidades, lo que fue ciertamente funcional a los objetivos de mayor cobertura del sistema educacional que los sucesivos gobiernos desde el retorno a la democracia promovieron como parte de sus propues-tas de política educacional. Este proceso, sin embargo, no ha generado homogeneidad en el funcionamiento de las universidades chilenas. En efecto, Muñoz y Blanco (2013) diferencian cinco categorías de universidad en Chile según las funciones y proyectos que desempeñan, destacándose dentro del grupo de universidades de investigación, en or-den de producción anual de investigaciones científicas, la Universidad de Chile, la Pontificia Universidad Católica y la Universidad de Concepción, cuya producción anual combinada representa el 69% del total nacional, además de concentrar la adjudicación del 57% de los proyectos FONDECYT, el principal instrumento de financiamiento público otorgado por el Estado de Chile para la promoción de la investigación científica en el país.

La Tabla 6 en el anexo resume el panorama universitario completo según la taxonomía de Muñoz y Blanco, mientras que la Tabla 1 a continuación muestra en forma resumida los datos presentados en la Tabla 7 de los anexos, y eviden-cia que las tres universidades mencionadas anteriormente representan, a grandes rasgos, la mitad de la producción intelectual nacional y por consiguiente, una magnitud simi-lar a la producción del resto de las más de 50 universidades del sistema.

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Aunque la producción intelectual chilena muestra una tendencia sostenida al alza, como demuestra la Tabla 8, la totalidad de la producción nacional no alcanza a represen-tar el 0,5% de la producción mundial. Del mismo modo, y probablemente como causa de esto, según las últimas cifras proporcionadas por Chile a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE/OECD), la inversión en investigación no alcanza el 0,5% del producto interno bruto nacional. Así, el escenario que han dibuja-do las universidades es complejo. Si bien existe un grupo reducido de universidades que efectivamente generan cono-cimiento a través de su función investigativa, para la gran mayoría de las universidades (y donde existe mayor con-centración de matrícula docente) la investigación es algo

SCImago IR

ISI⁞ SCIELO†

Universidad de Chile 8354 1081 493

Pontificia Universidad Católica 6184 971 388

Universidad de Concepción 3718 506 183

Suma U. de Chile + PUC + U. de Concepción 18256 2558 1064

Resto del sistema universitario (51 universidades) 16161 2581 1334

Nota. Elaboración propia. Fuente: Producción de documentos (output) entre 2007 y 2011, SCImago IR (www.scimagoir.com); ⁞ Documentos publicados el año 2012 en revistas de indexación ISI, Consejo Nacional de Educación (www.cned.cl); †Documentos publicados el año 2012 en revistas de indexación SCIELO, Consejo Nacional de Educación (www.cned.cl)

Tabla 1Generación de Investigación en Universidades de Chile

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lejano y valorizado en una segunda prioridad después de la docencia de pregrado.

b) El Campo de los Centros de Investigación

El principal antecedente histórico de los centros de investi-gación en Chile fueron los llamados “Centros Académicos Privados” (CAP) (Brunner, 1985), siendo FLACSO-Chile un primer referente de éstos. Naciendo en 1957 al amparo de la UNESCO, el Gobierno de Chile y la Universidad de Chile, FLACSO se convirtió en un espacio de generación de conocimiento científico al mismo tiempo que inició la do-cencia en áreas de las ciencias sociales como la sociología y la ciencia política. Posteriormente emergen otros centros de estudios, y como señala Brunner, los CAP buscaron conver-tirse en espacios de análisis y debate de aspectos relevantes de la realidad chilena.

Como señalan Cociña y Toro (2009: 99), los centros de investigación chilenos han tenido un ciclo de vida relaciona-do directamente con el contexto histórico del que han sido parte, identificando tres grandes etapas: régimen militar y transición (1973-1990), retorno de la democracia y proceso de consolidación (1990-2000), y consolidación democrática (2000 en adelante).

El contexto del régimen autoritario y de la transición marcó fuertemente el desarrollo de los CAP o centros de investigación como ya comienzan a denominarse (Gárate, 2008), probablemente en parte por la influencia vivida en universidades estadounidenses por buena parte de la éli-te universitaria chilena. Los centros de investigación que

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emergen en esta época son los que se ocupan de recibir a académicos marginados de las esferas universitarias al mismo tiempo que buscaron generar espacios de diálogo político en un contexto adverso tanto por la represión que el régimen ejercía como también por la pérdida de confianza entre los actores del sistema político y el shock que significó el fracaso del proyecto allendista para la izquierda chilena.

Los temas que ocuparon a los centros de investigación en este momento fueron aquellos orientados hacia el análisis de políticas de gobierno, discusión de otras posibles polí-ticas, debates sobre el curso de acción para el término del régimen militar, y otros temas cuyo propósito también fue -deliberada o accidentalmente- la recomposición de espacios de confianza y rearticulación de las fuerzas democráticas, cuya labor puede vincularse directamente con el proceso de reactivación de la actividad política desarrollado especial-mente desde las primeras protestas en dictadura en 1983 hasta la coyuntura que lleva al plebiscito de 1989 (Puryear, 1994; Mella, 2008; Gárate, 2008; Cociña y Toro, 2009). Es a lo largo de este periodo que son creados dos de los centros de investigación que se examina posteriormente: CIEPLAN, fundado por Alejandro Foxley en 1976 y CEP, fundado por Jorge Cauas en 1982.

Un segundo momento es el del proceso de consolidación de-mocrática, contexto que cambia radicalmente las estructuras de funcionamiento que venían trayendo los centros de inves-tigación hasta entonces. Dos fenómenos fueron observables: por un lado los investigadores de centros de investigación que habían basado su legitimidad en dar propuestas de po-líticas públicas desde la izquierda se vieron ahora llamados

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al gobierno, y por otra parte, el término de la dictadura dis-minuyó el atractivo de los centros de investigación chilenos como destinos para la cooperación internacional, creando un contexto notoriamente distinto para el funcionamiento de los centros de investigación en el país.

En este periodo son creados los otros dos centros de in-vestigación considerados en el estudio: LyD, en 1990 por Hernán Büchi y Cristián Larroulet; y Chile 21, en 1992 por Ricardo Lagos y Carlos Ominami. Ambos centros de in-vestigación nacen bajo la figura de fundaciones, y se han dedicado principalmente a la función de abogacía y análisis de políticas públicas y debate programático intra coaliciones.

Un tercer momento, siguiendo la categorización de Cociña y Toro (2009), es el estado de consolidación democrática, y este introdujo nuevos desafíos para los centros de inves-tigación chilenos: por un lado, los centros de investigación oficialistas durante los gobiernos de la Concertación de Partidos por la Democracia (1990-2010) enfrentaron la pro-blemática de mantenerse relevantes a pesar de que buena parte de su plantel de investigadores fue siendo integrado en el aparato estatal, cuestión que hasta cierto punto lograron al abocarse a la discusión programática principalmente en coyunturas electorales; por otra parte, los centros de inves-tigación de la oposición a los gobiernos de la Concertación buscaron apoyar a sus parlamentarios al mismo tiempo que llevaban a cabo funciones de formación política y análisis in-dependiente de las políticas implementadas por el gobierno.

Este ciclo se acaba al llegar a la presidencia Sebastián Piñera, primer representante de la centroderecha democrática-

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mente electo desde el triunfo de Jorge Alessandri en 1958. Nuevamente, el panorama de los centros de investigación chilenos se vio tensionado por dos procesos: primero, el reacomodo de las estructuras de influencia del gobierno, que naturalmente favorecieron a los centros de investiga-ción ideológicamente cercanos a las visiones políticas de la centroderecha; y en segundo lugar, los centros de investi-gación asociados a la ahora oposición de centro izquierda volcaron su atención a comprender la derrota después de 20 años de gobierno, por lo que también recibieron a una variada población de operadores y funcionarios políticos que dejaron el gobierno. Para los centros de investigación de oposición al gobierno de Piñera este escenario también los obligó a enfrentar difíciles condiciones presupuestarias en comparación con como venían funcionando desde el retor-no a la democracia.

Figura 1Centros de Investigación Analizados

Fundación Chile 21 La Corporación de Estudios para Latinoamérica (CIEPLAN)

Centro de Estudios Públicos

Libertad y Desarrollo

Izquierda - Libertad, Igualdad, Participación, Solidaridad, Justicia Social, ProgresismoCalidad de la democracia, Desarrollo inclusivo, Derechos sociales, Protección del medio ambiente, Derechos indígenas, Igualdad de género, Política internacional12 Investigadores

Centro-Izquierda Estrategias de desarrollo y economía,Estrategias de desarrollo y economía,Fortalecimiento de la democracia, Cohesión social en América LatinaAsesorías legislativas11 Investigadores

1980Centro Derecha Liberalismo, Libertades personales,Derecho de propiedad, DemocraciaOpinión pública, debate político contingente, asuntos públicos9 investigadores

Derecha -Sociedad libre, Libre mercado,Progreso, Igualdad de oportunidades, Desarrollo EconómicoPolíticas Públicas, Política Económica, Política Legislativa, Políticas de seguridad y justicia21 Investigadores

Nota. Fuente: Autor.

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2. Centros de Investigación en Chile

El debate académico y semántico sobre los centros de inves-tigación o think tanks no es menor. Existe, grosso modo, la percepción de que el concepto mismo de think tank es uno “ubicuo” o “resbaloso” (Stone y Denham, 2004; McGann y Sabatini, 2011), ya que el estiramiento conceptual, como también el uso estratégico del término ha hecho que las de-finiciones ideales frecuentemente sean cuestionadas por la realidad del desarrollo de los centros de investigación como actores insertos en sistemas políticos dinámicos y en cons-tante evolución. Igualmente, como Medvetz (2008; 2012) ha señalado, las definiciones tradicionales del concepto de think tank han tendido a favorecer visiones anglosajonas a-histó-ricas que estrictamente excluyen a una importante parte de instituciones que evidentemente buscan hacerse un espa-cio en el campo de acción tradicional de estas instituciones.

El debate sobre este “dilema de definición”, sin embargo, ha entregado una primera aproximación que nos sirve para aclarar el panorama: es posible identificar ciertas “tradi-ciones” de centros de investigación en distintos contextos regionales y nacionales (Stone y Denham, 2004). Si bien un aspecto clave de la definición de un think tank anglosajón podría encontrarse en su autonomía e independencia fun-cional del sistema político, esta característica haría que el término fuese inaplicable para los contextos europeo-conti-nental y latinoamericano, por ejemplo.

Por otra parte, se recoge el valioso aporte de Medvetz (2008; 2012) al introducir la lógica de campo en el análisis de los think tanks, buscando un puente entre el análisis organi-

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zacional y el estructural de los centros de investigación. Medvetz (2008: 9-10) elabora una concepción de think tank como un “aparato organizacional” que “reúne y en-sambla formas de autoridad otorgadas por instituciones más establecidas de académicos, políticos, negocios y de los medios de comunicación”. En la medida que este proceso ha ido institucionalizándose y sosteniéndose en el tiempo, esta condición de supeditación al sistema social y político existente se complejiza, y se puede observar la emergen-cia de “un nicho institucional con una historia y estructura propias. Lo que emerge es un campo intersticial propio” Medvetz (2008: 10). La Figura 2, rescatada en los anexos y elaborada por Medvetz (2008) representa gráficamente el espacio social en donde se sitúa el campo de los think tanks, resultando de la superposición de los campos políticos, eco-nómicos, mediáticos y de producción de conocimiento.

Sin embargo, y como es de esperar, el campo en el cual se desenvuelven los centros de investigación chilenos dista considerablemente del analizado por Medvetz al estudiar el contexto estadounidense. Siguiendo la lógica de Medvetz, se puede aseverar que los centros de investigación chilenos siguen lógicas y reglas propias y funcionales al desarrollo del campo político nacional, particularmente aquel experi-mentado desde el quiebre de la democracia en 1973 hasta la fecha, cuyas características históricas le son propias.

Como señalan Campbell y Pedersen (2011), dentro de cada sistema social existen “regímenes de conocimiento”, que básicamente pueden ser entendidos como los conjuntos de actores e instituciones que producen y diseminan ideas para el diseño y evaluación de las políticas públicas, en los que

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ciertamente se puede ubicar a los centros de investigación y al campo que su interacción proyecta. Para aterrizar este concepto, Campbell y Pedersen analizan cuatro casos parti-culares (Alemania, Estados Unidos, Francia y Reino Unido) considerando dos dimensiones: la variedad de capitalismo (liberal/coordinado) y el régimen de producción de política pública (centralizado y cerrado/descentralizado y abierto), y de cuya interacción son construidas cuatro categorías analí-ticas de tipos ideales de regímenes de conocimiento.

Aplicando dicho marco teórico, Chile podría ubicarse en el cruce entre una economía liberal de mercado y un régimen de producción de política pública centralizado y cerrado, ya que la unitariedad del Estado chileno claramente dibu-ja un panorama jerarquizado en el que el gobierno central juega un papel casi único en el diseño de alternativas de política pública. Sin embargo, estas categorías se aplican parcialmente, ya que al menos en la última década ha exis-tido demanda y oferta de empoderamiento de los niveles sub nacionales al mismo tiempo que el Estado ha llevado a cabo iniciativas destinadas a reducir las desigualdades que un mercado liberal puro no admitiría.

Como señala Garcé (2013), el cruce de estas dos variables (mercado y régimen de producción de política) no explica la totalidad del fenómeno efectivo del régimen de conocimien-to, particularmente al aplicarlo al contexto latinoamericano. Reemplazando la variable relativa a la variedad de capitalis-mo por la valoración social existente del rol del conocimiento científico en la producción de política pública (racionalismo/anti-intelectualismo), Garcé señala que el caso chileno es producto de la alta valoración social dada a la racionalidad

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científica con la combinación de la alta centralización de la producción de política pública, generando así un régimen político de conocimiento tecnocrático.

Si bien se comparte la conclusión de que en Chile la elabo-ración de política pública es altamente centralizada y sigue, a grandes rasgos, criterios en los cuales la racionalidad juega un papel cada vez más central, y que las credenciales acadé-micas efectivamente si son un criterio clave en el ascenso dentro de la administración pública, se debe señalar que es bastante más difícil aseverar que la valoración “iluminada” o racionalista es una característica profunda y compartida de la sociedad chilena. Esta valoración puede constatarse con mayor certeza en la élite política nacional, y es natural que esta busque hacer referencia a la sociedad en su conjunto, pero medir el grado de valoración racionalista de la sociedad requiere mayor profundidad analítica que la que este trabajo o el de Garcé (2013) fijan como su objetivo.

De cualquier modo, las características del caso chileno cier-tamente favorecen la generación de centros de investigación orientados a influenciar al gobierno central, y como no exis-te financiamiento público para los centros de investigación, estos viven o mueren según la suerte del financiamiento que logran captar, por lo que al menos conjeturalmente se puede señalar que a aquellos centros de investigación con mayor afinidad a los actores económicos predominantes les es bastante más fácil captar financiamiento y por lo tanto cuentan al menos con una ventaja competitiva contra aque-llos enfocados a perturbar el status quo.

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Como la intención de este estudio es analizar a los centros de investigación chilenos, se optó por una definición apro-piada y funcional para este contexto considerándolos como organizaciones de la sociedad civil diferenciadas del siste-ma de partidos y especializadas en el análisis, priorización, formulación y diseminación de políticas y de instrumentos de apoyo a la construcción de dichas políticas. Un centro de investigación busca presentarse como una organización po-sicionada entre el mundo académico y el político, sirviendo de vaso comunicador o “correa transportadora” entre ambos entornos al mismo tiempo que introduce o refuerza conteni-dos de interés propio. Siguiendo el relato de la modernidad, división social del trabajo y en general la idea de la conso-lidación de la racionalidad y de la ciencia como verdades autorizadas y comprobadas, los centros de investigación ge-neran productos que el sistema político recibe como inputs para la producción de sus propios outputs, sean políticas públicas en el sentido tradicional o también posiciones en torno a debates políticos contingentes.

Como señalan Cociña y Toro (2009), y siguiendo los traba-jos fundacionales elaborados por Siavelis, y Mainwaring y Scully, el sistema político chileno es característico dentro de la región por el alto nivel de institucionalización de su siste-ma de partidos, exhibiendo a su vez alta estabilidad desde la reinauguración de la democracia en 1990. Esta característi-ca estructural del sistema político repercute directamente en el funcionamiento y desarrollo de los centros de investiga-ción chilenos. Los centros de investigación chilenos, aunque diferenciados del sistema de partidos, dado que fijan como objetivo influir en el debate público y en la agenda política,

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buscan mantener vínculos formales e informales con par-tidos posicionados en lugares centrales del debate público y que gozan de un alto nivel de estabilidad en el tiempo. Marginarse del campo generado por las relaciones del siste-ma de partidos supondría en gran parte dejar de participar en instancias decisivas del debate político nacional. Del mis-mo modo, como señala Gárate (2008), crecientemente para los partidos políticos se ha vuelto igualmente atractivo con-tar con la plataforma analítica y comunicacional que puede significar un centro de investigación asociado al pensamien-to y metas propias.

Como se señala anteriormente, buscando entregar un pa-norama medianamente representativo del espectro político al cual se orientan los centros de investigación chilenos, se escogieron dos organizaciones a cada lado del eje iz-quierda-derecha, pensando principalmente en cómo se han posicionado con respecto a las coaliciones de gobierno exis-tentes desde el proceso de apertura del régimen militar y el subsiguiente retorno y consolidación democrática, como también considerando el aporte analítico de Gárate (2008), quien posiciona a los centros de investigación chilenos en torno a ejes ideológicos.

Como señala Gárate (2008), el panorama de centros de in-vestigación chilenos replica los clivajes del sistema político nacional, lo que en gran medida explica que mientras que el sector de centros de investigación afines a la Concertación exista un amplio rango de centros de estudios, el caso de los centros de investigación con mayor afinidad a la Alianza demuestra una mayor homogeneidad ideológica, concen-

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trándose todos los casos (siete) salvo uno (la Fundación Futuro) en el cuadrante “librecambista/conservador”.

Considerando estas particularidades, se buscó tomar como casos de estudio centros de investigación que reflejen la diversidad existente a cada lado del clivaje Concertación/Alianza, aun cuando se reconoce que la distancia ideoló-gica entre Chile 21 y Cieplan claramente es mayor que la existente entre el Centro de Estudios Públicos y Libertad y Desarrollo. Esta primera división nos permite ubicar a los centros de investigación estudiados de la siguiente manera:

Tanto LyD como CIEPLAN son vistos por Cociña y Toro (2009) como centros de investigación “suprapartidarios”, ya que han servido como puntos de encuentro de las, en ocasiones disímiles, tendencias agrupadas bajo las dos tradicionales coaliciones electorales y de gobierno que ca-racterizan al sistema político y partidario desde el retorno a la democracia. CH21, como se mencionará posteriormente, tuvo un vínculo más directo y exclusivo con el sector aso-ciado a la campaña presidencial y luego el gobierno mismo de Ricardo Lagos. El CEP merece consideración especial,

Recuadro 1Tendencia político-ideológica de los centros de investigación analizados

Izquierda Centro-Izquierda Centro-Derecha Derecha

CH21 CIEPLAN CEP LyD

Concertación de Partidos por la Democracia – Nueva Mayoría

Alianza por Chile – Coalición por el Cambio

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pues si bien el vínculo existente con la centroderecha na-cional se ha manifestado más en la coherencia ideológica existente entre este centro y el ideario de dichas coaliciones, como señalan Cociña y Toro (2009) y como se pudo cons-tatar en el levantamiento de datos, han existido importantes esfuerzos por mantener su independencia, pluralidad y ri-gurosidad metodológica, a pesar de los costos que esto ha significado cuando, por ejemplo, la tradicional encuesta del CEP ha evidenciado la debilidad electoral de candidatos de la centroderecha.

3. Estudios de Caso

Como se señala anteriormente, la metodología de reco-lección de datos para el análisis de los cuatro centros de investigación se basó en tres criterios principales: entrevis-tas con informantes clave (dentro del campo de los centros de investigación y en el campo general de la generación de conocimiento), revisión de bibliografía especializada y un barrido por la información de libre acceso disponible en las páginas web de cada institución. Por motivos de privacidad, no fue posible obtener información detallada sobre los pre-supuestos de funcionamiento en los cuatro casos.

Para facilitar la comprensión de los centros de investigación estudiados, para cada caso se presenta un breve recuento de su desarrollo histórico para luego constatar su actual estruc-tura de vínculos con el sistema universitario y el sector de generación de conocimiento.

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a) La Corporación de Estudios para Latinoamérica (CIEPLAN)

Como señalan entre otros, Silva (1991), Constable y Valenzuela (1991), el nivel de persecución de los intelec-tuales en Chile, particularmente de aquellos contrarios al régimen militar hizo extremadamente difícil la producción de conocimiento aplicado en el país. El contexto de universi-dades intervenidas directamente por el régimen, en especial universidades tradicionales como la Universidad de Chile y la Pontificia Universidad Católica (PUC) generó una rea-lidad ante la cual la tecnocracia opositora debió ajustar sus estrategias para mantenerse relevantes en el rarificado am-biente político nacional.

Estas estrategias fueron básicamente dos: Por un lado, una buena parte de los intelectuales escogieron o se vieron obli-gados a seguir la ruta del exilio. Los que pudieron siguieron carreras como profesores universitarios, otros realizaron in-vestigación independiente o auspiciada en Ciencias Sociales y otros más continuaron su formación siguiendo estudios de postgrado. Como señala Silva (1991), muchos políticos chilenos se vieron obligados a seguir carreras académicas cuando anteriormente veían su trayectoria principalmente dentro de los tradicionales círculos partidistas nacionales.

Por otra parte, una segunda estrategia, siendo esta la llevada a cabo por CIEPLAN, fue la de seguir produciendo conoci-miento científico-social en Chile a pesar de la persecución a la que se encontraban sujetos. Mientras en el mainstream de la academia económica nacional desde la creciente po-larización política característica de comienzos de los 70s y

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con mayor fuerza y notoriedad bajo el régimen militar, to-maron mayor preeminencia los llamados Chicago Boys, así conocidos por su formación de postgrado en la Universidad de Chicago en el apogeo de la revolución monetarista impul-sada con mayor visibilidad por Milton Friedman, quienes se oponían a la visión particular del régimen fueron siendo progresivamente marginados de la academia “oficial”.

Paralelamente, en 1970 se funda en la facultad de economía de la PUC el Centro de Estudios y Planificación Nacional (CEPLAN), pensado como una alternativa a la visión econó-mica de Chicago que entonces ya se perfilaba como la visión predominante de la derecha chilena, no en menor medida apoyada por su vínculo con el gremialismo propugnado por Jaime Guzmán desde su influyente posición en la misma universidad. Ya después del golpe de Estado de 1973, y lue-go de que el Partido Democratacristiano retirara todo apoyo a la gestión de la dictadura, los académicos de CEPLAN, liderados por Alejandro Foxley, ingeniero civil químico y luego doctor en Economía por la Universidad de Wisconsin-Madison deciden emigrar de la PUC para fundar en 1976 la similarmente llamada CIEPLAN (Silva, 1991).

CIEPLAN, como señala Silva (1991), fijó inicialmente su análisis en el monitoreo de las políticas implementadas por los Chicago Boys en el gobierno de Pinochet. Estas fueron las primeras actividades opositoras al régimen que fueron toleradas en el contexto de dura represión y persecución llevada a cabo por el régimen. Los llamados “monjes de CIEPLAN” se convirtieron en el principal y único núcleo de economistas que buscaron aplicar un tono académico

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para contestar el pensamiento único que el régimen militar buscaba promover.

La labor de CIEPLAN se vio posibilitada por los aportes internacionales que esta recibía, principalmente por insti-tuciones estadounidenses (National Democratic Institute, Fundación Ford, National Endowment for Democracy, entre otros) y canadienses (International Development Research Centre) que buscaban apoyar el trabajo de cientistas socia-les en las difíciles condiciones explicadas anteriormente (Cociña y Toro, 2009).

Posteriormente, economistas de CIEPLAN comienzan a ocupar los pocos espacios disponibles para la crítica políti-ca publicando columnas en medios independientes como la revista “Mensaje” (de la Iglesia Católica y vinculada a la Compañía de Jesús) y la revista “Hoy”, como también lle-van a cabo seminarios y documentos de trabajo enfocados a pensar en alternativas políticas y económicas para el perio-do posterior al régimen militar. Hacia fines de la dictadura militar, Alejandro Foxley, que también había incursionado hacia la ciencia política estudiando la formación de con-sensos políticos, se había posicionado como un importante referente de la oposición al régimen (Silva, 1991).

CIEPLAN, junto a otros centros de investigación nacio-nales como FLACSO-Chile, el Centro de Estudios para el Desarrollo (CED), la Corporación de Estudios Humanistas (SUR) y el Centro de Estudios Sociales y Económicos (VECTOR) contribuyeron al acercamiento de las élites polí-ticas de la centroizquierda y de la izquierda propiamente tal,

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pasando de subculturas altamente antagónicas (Silva, 1991) a espacios de generación de alternativas conjuntas en opo-sición al régimen militar y en el pensamiento de un futuro gobierno democrático de la centroizquierda (Mella, 2008).

CIEPLAN jugó un papel clave en el gobierno del Presidente Patricio Aylwin, quien debió llevar a cabo la difícil tarea de volver a consolidar la democracia chilena en adversas circunstancias considerando la naturaleza pactada de la transición. El temor ante una regresión autoritaria fue una amenaza permanente y bastante posible considerando que, en términos generales, las Fuerzas Armadas continuaban bajo control de Augusto Pinochet como Comandante en Jefe del Ejército, cargo que desempeñó hasta 1998. Como señala Silva (1991), la experiencia de transición fallida de Raúl Alfonsín en Argentina hizo aún más evidente que el efecto desestabilizador para la gobernabilidad del des-equilibrio económico no podía arriesgarse, por lo que el manejo económico sería un punto clave en el proyecto po-lítico concertacionista. La legitimidad obtenida por los años de análisis cuidadoso y bajo parámetros académicos desde CIEPLAN llevó a que este centro de investigación tuviese una privilegiada participación en este gabinete de transición, del mismo modo que el gabinete ministerial se caracterizó por su fuerte tenor tecnocrático, como demuestra la Tabla 11, elaborada por Silva (1991).

Como se constata en entrevista con el investigador y Director Ejecutivo de CIEPLAN, Patricio Meller, la instalación del primer gobierno de la Concertación sentó una tónica im-portante en el desarrollo de la organización:

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“Una vez que se acaba la dictadura éramos como 20 y 15 se van al

gobierno. O sea el equipo económico del primer gobierno democrá-

tico sale fundamentalmente de acá y varios Ministros de Hacienda

son de acá de la época de la Concertación y directores de presu-

puesto son de acá. Entonces la línea económica es una prioridad

al menos los primeros diez años de gente que sale de acá (Meller

P., comunicación personal, 7 de noviembre de 2013) ”

El reto de CIEPLAN, por lo tanto, fue evidenciado en esta primera instancia y sería la tónica permanente de su fun-cionamiento: mantenerse vigentes a pesar de la fuga de cerebros causada porque sus líderes de alto perfil (Foxley y Cortázar, en particular) ahora estaban en la primera línea del círculo de gobierno, y por lo mismo, la dificultad de realizar una crítica pertinente cuando lo que se estaba implemen-tando era básicamente lo que se había pensado intramuros en el periodo anterior.

Esta circunstancia, como señala en entrevista Patricio Meller obligó a repensar estructuralmente el funcionamiento de CIEPLAN:

“A los que nos quedamos nos obligó a redefinir qué es lo que hace-

mos, antes éramos oposición a las políticas económicas que estaban

siendo aplicadas y cuestionando las políticas aplicadas dentro del

gobierno, y ahora estaban nuestros amigos en el gobierno entonces

era complejo ver que es lo que hacíamos. Entonces reconvertimos

CIEPLAN, en la mirada hacia América Latina, o sea de los 90 hacia

adelante pasamos a tener Latinoamérica como nuestra área central

de investigación”.

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Este enfoque temático complementario ha dado frutos para CIEPLAN, ya que ha logrado mantenerse vigente en el deba-te nacional y regional. Recientemente el Global Go To Think Tanks Index Report preparado por James McGann (2013) en la Universidad de Pennsylvania posicionó a CIEPLAN como uno de los centros de investigación líder del país y el sépti-mo en la región sudamericana.

CIEPLAN también ha participado a través de sus investi-gadores en instancias de diálogo sociedad civil-gobierno como las comisiones presidenciales. Como señala Aguilera (2009), durante el (primer) gobierno de Michelle Bachelet CIEPLAN estuvo presente en tres comisiones asesoras, y Mario Marcel y Patricio Meller, miembros de alto perfil den-tro de CIEPLAN presidieron las comisiones de previsión y trabajo y equidad, respectivamente. La Tabla 17, producida por Aguilera (2009) y reproducida en los anexos, demuestra la participación de CIEPLAN en el contexto de la participa-ción de los centros de investigación en seis de las comisiones asesoras presidenciales del gobierno de Michelle Bachelet.

Actualmente CIEPLAN enfoca su análisis y estudios en cuatro áreas temáticas: estrategias de desarrollo y econo-mía, fortalecimiento de la democracia, cohesión social en América Latina y asesorías legislativas en Chile. Para lle-var a cabo esta agenda temática, CIEPLAN cuenta con una planta de investigadores (actualmente 11) que llevan a cabo investigaciones en áreas fijadas previamente por su direc-torio. Igualmente, estas actividades reciben la colaboración de personas externas contactadas por los mismos investi-

317+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Chile

gadores según las redes políticas y profesionales en las que estos se muevan.

CIEPLAN cuenta actualmente con dos fuentes principales de financiamiento: Por un lado, la adjudicación de concur-sos de investigación por parte de los investigadores con el respaldo institucional del centro, que a su vez gestiona los recursos y realiza el seguimiento del correcto desarrollo de la investigación. Por otro lado, CIEPLAN organiza semina-rios y eventos pagados destinados al público empresarial, que sin embargo, como expresó Alejandro Foxley, no entre-ga recursos suficientes como para, por sí mismos, alcanzar la sustentabilidad de la institución.

Como señaló en entrevista Alejandro Foxley, la plataforma web de CIEPLAN resulta clave dentro de su estrategia co-municacional y de vinculación académica:

“(las publicaciones de CIEPLAN) están puestas en las páginas web

y están al acceso de todos los académicos… esa es la forma en como

actualmente se conectan los intelectuales y los investigadores en

cualquier lugar del mundo… hoy lo principal es asegurarse de que

las publicaciones estén lo más rápidamente posible en internet, en

la página web o en alguno de los sitios donde se tiene acceso a tra-

bajos académicos (Foxley A., comunicación personal, 14 de octubre

de 2013)”.

Para el año 2013, CIEPLAN produjo 17 documentos de los cuales cuatro fueron libros y los restantes 13 fueron pu-blicaciones enmarcadas dentro de la categoría “Estudios y Propuestas”. Las temáticas preferentes de estas publica-

318+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Chile

ciones fueron aquellas relacionadas a la economía, política nacional, balances ministeriales y de gobierno.

El enfoque hacia América Latina, como también la histo-ria difícil del panorama universitario nacional ha llevado a que, paradojalmente, actualmente tenga más relaciones con universidades extranjeras, como pudimos constatar entre-vistando a su Presidente e Investigador, Alejandro Foxley, quien señaló categóricamente que no cuentan con vínculos con universidades chilenas. Actualmente CIEPLAN tiene vínculos de intercambio académico con la Universidad de Harvard y la American University, teniendo con el Center for Latin American and Latino Studies (CLALS) de esta última universidad un proyecto particular sobre temas lati-noamericanos.

Los vínculos con universidades chilenas, como señala en entrevista Patricio Meller, se dan más por la “doble militan-

Tabla 2Corporación de Estudios para Latinoamérica (CIEPLAN)

Año de Fundación 1976

AfiliaciónCentro Izquierda -Democracia, Libertad,Solidaridad

Temas de investigaciónPolíticas públicas, Política económica, Política social, Democracia, Desarrollo

Número de Investigadores 11

Página Web www.cieplan.cl

Nota. Fuente: Elaboración propia en base a entrevistas e información disponible en www.cieplan.cl.

319+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Chile

cia” de los investigadores de CIEPLAN que también realizan clases en universidades:

“(la doble miltancia) ha ayudado a juntar ciertas actividades, por

ejemplo nosotros sacamos un libro aquí en CIEPLAN y yo empujo

para lanzarlo en la universidad con los estudiantes para llegar a la

universidad. Aquí no tenemos muchos jóvenes entonces allá tiene

mucho más impacto, llega directo a los estudiantes, a los profes y

a los investigadores entonces entra a la universidad. Llega a gente

además de distintos lados.”

Como muestra la Tabla 16, el 54,5% de los investigadores de CIEPLAN sostiene un vínculo con alguna universidad o lo mantuvo a través de su actividad profesional, y si bien la mayoría son con universidades chilenas, también existen algunos vínculos de docencia en universidades estadouni-denses. Como constataremos también en los otros casos, este vínculo es el principal que podemos observar en el relacionamiento de CIEPLAN y el sistema universitario. Llegar a públicos más amplios de los que cuenta orgáni-camente CIEPLAN como centro de investigación se vuelve el atractivo principal del relacionamiento del centro con su ambiente. Este vínculo es propio de una “lógica del evento”, como mencionó en entrevista Pedro Güell:

“Si yo tengo que hacer un evento, lo primero que hago es ver quien

me puede apoyar con algo que me traiga marca, porque el gran

punto es convocatoria, prestigio… (Güel P., comunicación personal,

24 de octubre de 2013)”

320+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Chile

En la misma línea, cuando hablamos de interrelación o vínculo entre centros de investigación y universidades en Chile es importante destacar que como nos señala Alfredo Joignant:

“Existe interacción entre universidades y think tanks pero yo te diría

que son interacciones instrumentales… Un think tank tiene un interés

por amplificar su público por eso se interrelaciona con las universi-

dades y por su parte las universidades intentan llegar a públicos más

políticos (Joignant A., comunicación personal, 28 de octubre de 2013)”

Un panorama distinto existe al analizar los vínculos encon-trados con otros centros de investigación, como evidencia la participación de CIEPLAN en la iniciativa “Auditoría a la Democracia”, apoyada por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA), que logró re-unir además de CIEPLAN al CEP, LyD y a ProyectAmérica. Este proyecto ha sido sostenido en el tiempo y ha organi-zado publicaciones, seminarios y encuestas relacionadas a la calidad de la democracia chilena, y evidencia un nivel de integración mayor que la simple “lógica del evento”. Destaca el papel que han jugado instituciones internacionales como el PNUD e IDEA en la creación de un espacio común y transversal. De cualquier modo, en este proyecto no parti-cipa ninguna universidad.

b) El Centro de Estudios Públicos (CEP)

El CEP tiene su origen, como constatamos entrevistando a su director interino, Lucas Sierra, al alero del plan educati-vo inicial de la Universidad Finis Terrae. Esta universidad

321+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Chile

buscaba crear un proyecto inspirado en las escuelas de artes liberales características del sistema universitario estadou-nidense, y el CEP se perfilaba como parte íntegra de esta universidad, llegando incluso a tener sus primeras oficinas dentro de esta universidad.

En la medida que este proyecto no prospera, el CEP es fun-dado propiamente tal en 1980 por, entre otros, Jorge Cauas, ex militante del Partido Democratacristiano, Ingeniero Civil de la Universidad de Chile y luego Máster en Economía por la Universidad de Columbia y que durante el gobierno mili-tar había ejercido como Ministro de Economía (1974-1976) y como embajador chileno en Estados Unidos (1977-1978); y Sergio de Castro, ingeniero comercial de la PUC y uno de los primeros egresados de dicha universidad en obtener un Máster en Economía por la Universidad de Chicago, luego profesor y decano de dicha Escuela de Economía, para poste-riormente ejercer como Ministro de Economía (1975-1976) y Ministro de Hacienda (1976-82). Como explica su presi-dente, el empresario Eliodoro Matte Larraín:

“El CEP es un instituto de estudios privado, sin fines de lucro e in-

dependiente de los partidos políticos, conocido como el Centro de

Estudios Públicos. Fue fundado en 1980 como un lugar de encuen-

tro para investigar y discutir en profundidad y con creatividad, y sin

las presiones que tienen las instituciones gubernamentales, cues-

tiones de índole política, sociológica y económica” (Matte, 2008)

322+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Chile

La visión del CEP se encuentra fuertemente influenciada por corrientes filosóficas y económicas liberales, como se-ñala en entrevista su director interino Lucas Sierra:

“Es un centro de estudios de un carácter liberal en un sentido bas-

tante conceptual o más teórico de la palabra, que cree básicamente

en la autonomía de los individuos, en la autonomía de la transac-

ción de bienes y servicios y en la autonomía cultural, o si tú quieres

teniendo a la cultura como otro bien que se transa digamos o cir-

cula (Sierra L., comunicación personal, 21 de octubre de 2013)”.

Durante la segunda mitad de la dictadura, el CEP se de-dicó a la realización de conversatorios y simposios en los que participaron importantes actores que luego serían clave para la transición y consolidación de la democracia. Desde su fundación, el CEP ha publicado ininterrumpidamente la revista “Estudios Públicos”, revista que en su primeras ediciones podemos destacar la publicación de textos de au-toría de importantes economistas liberales o monetaristas como Milton Friedman y Friedrich von Hayek, siendo este último el “presidente honorario” del CEP (Peña, 2013). El catálogo completo está disponible para su descarga gratuita en la página web del CEP.

El CEP ha publicado desde 1986 la serie “Puntos de Referencia”, que recoge documentos de trabajo de investi-gadores del CEP, presentaciones hechas en el mismo centro por investigadores o invitados externos, columnas de opi-nión de sus personeros y en general documentos breves sobre debates políticos y económicos contingentes. Del mismo modo, otro producto emblemático del CEP es su

323+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Chile

encuesta de opinión pública, realizada regularmente desde 1987, y que ha medido percepciones ciudadanas sobre temas de debate público, entre ellas la aprobación del gobierno, del Presidente y de su gabinete, evaluación de personalidades del mundo político y otros datos relevantes del debate polí-tico contingente. Un aspecto destacable de esta encuesta es que el CEP publica más que solamente los resultados, ya que poco tiempo después del lanzamiento de cada encuesta son liberadas gratuitamente sus bases de datos, siendo estas usa-dos ampliamente en las escuelas de Ciencias Sociales y por investigadores nacionales. Igualmente, el CEP publica regu-larmente libros originales y reediciones enfocadas a cubrir temas de interés público. Estos libros son frecuentemente publicaciones de los mismos investigadores del centro, pero también existe “subcontratación” de ellos por figuras de alto perfil público. Como mencionamos anteriormente, el CEP define su producción intelectual bajo parámetros basados en la tradición académica liberal, pero esto no se trata de neutralidad, sino que como señala Lucas Sierra:

“¿somos absolutamente neutrales? No, nadie es neutral, lo que sí

es académico en el sentido de que hemos ido desarrollando prác-

ticas en las que la neutralidad está en el diálogo, en la exposición

pública... la neutralidad se traduce en una cierta manera de actuar,

que es una manera bastante académica, aquí todo lo que se pu-

blica lleva firma, o sea no hay tal cosa como la opinión del CEP,

lo que tú ves son los investigadores que son del CEP. No hay una

política editorial publicada, todo lo que publicamos lleva la firma

de alguien, de alguna persona natural o más de una. En general

todo lo que publicamos ha pasado por alguna forma de seminario,

público por lo general. Las cuestiones que tienen que ver con polí-

324+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Chile

ticas públicas donde se juega la neutralidad por así decirlo, siempre

son seminarios y hay juicios de pares y se discute, entonces hay un

proceso, tratamos de que este en el procedimiento.”

A pesar de este esfuerzo intelectual de encausar el debate político en la rigurosidad académica, o quizás por ese mo-tivo, existe considerable coherencia ideológica del CEP con un sector de la centroderecha liberal chilena, que no necesa-riamente se asocia a un partido en particular sino más bien al sentimiento transversal de la derecha que hacia finales de los 80s veía con buenos ojos el retorno a la democracia como un retorno al orden constitucional que garantizaba derechos y libertades personales. Como muestra la Tabla 17, produci-da por Aguilera (2009) y reproducida en los anexos, el CEP participó en cinco de las seis comisiones presidenciales de Michelle Bachelet, lo que representa la más alta participación de un centro de investigación en estas comisiones.

Tabla 3Centro de Estudios Públicos (CEP)

Año de Fundación 1980

AfiliaciónCentro Derecha – Liberalismo, Libertades personales,Derecho de propiedad, Democacia

Temas de investigaciónOpinión pública, debate político contingente, asuntos públicos

Número de Investigadores 9

Página Web www.cepchile.cl

325+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Chile

Actualmente el CEP se encuentra en pleno proceso de re-estructuración de aspectos relevantes a su financiamiento y de su orgánica institucional. En mayo de 2013, Arturo Fontaine Talavera, quien ejercía como director ejecutivo el centro desde sus inicios dejó el cargo para pasar a ser in-vestigador asociado. Lucas Sierra, coordinador académico del CEP asumió como director interino a la espera del abor-daje en 2014 de Harald Beyer, ex investigador del centro y miembro del equipo programático de Sebastián Piñera, que llegaría al escenario público ejerciendo el cargo de Ministro de Educación en el gobierno de Piñera, viendo terminada su gestión abruptamente luego de ser destituido por el Congreso.

Arturo Fontaine Talavera ciertamente marcó la historia del CEP, dirigiéndolo en una etapa en la cual se consolida como uno de los centros de pensamiento más relevantes del es-cenario nacional y regional. El más reciente Global Go To Think Tanks Index Report en McGann (2013), posicionó al CEP como el líder del país, el tercero en la región sudame-ricana y en el lugar 91 del ranking mundial de centros de investigación.

El actual financiamiento del CEP, como señaló Lucas Sierra en entrevista, proviene principalmente de cerca de cien donaciones regulares de personas naturales y jurídicas pri-vadas, buena parte de ellas ligadas al mundo empresarial, buscando “atomizar” las donaciones lo más posible. Estas donaciones entran a un fondo común administrado por el CEP que luego fija agendas de investigación. Sierra fue enfá-

326+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Chile

tico en señalar que las donaciones en ningún caso se dirigen a proyectos específicos.

El CEP cuenta con nueve investigadores destinados a la ge-neración de conocimiento según las agendas investigativas propias y que el centro busca promover. Es en la planta de investigadores que podemos apreciar los únicos vínculos observables que el CEP sostiene con las universidades chi-lenas. Estos investigadores, como señaló Sierra, son quienes sostienen vínculos con universidades gracias a que buena parte de ellos dicta clases en estas universidades o cuenta con redes profesionales que los acercan a ellas. Este vín-culo, por lo tanto, es informal y no pretende comprometer institucionalmente al CEP. Como muestra la Tabla 16, el 44,4% de los investigadores del CEP sostiene vínculos con universidades.

Igualmente, constatamos que existe una notable valoración del vínculo generado a través de la plataforma web y de las redes sociales con el medio, pues este permite llegar directamente a los estudiantes de las universidades, así am-plificando la producción intelectual y el debate generado dentro del centro. Realizando una revisión de esta plata-forma constatamos que durante 2013 el CEP produjo 37 documentos, entre los que se encuentran informes bimen-suales sobre la economía nacional e internacional elaborados por Vittorio Corbo y documentos vinculados a la revista “Estudios Públicos” y a la serie “Puntos de Referencia”, en ambos casos sobre temas de política y cultura nacional.

327+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Chile

Estos vínculos centrados en los individuos, sin embargo, en ocasiones son aprovechados para extender invitaciones a los eventos organizados por el CEP, ya sea para el público en general como también para participantes de los mismos paneles o conferencias. Un caso distinto es observable en el relacionamiento del CEP con otros centros de investigación nacionales, pues como señalamos anteriormente, el CEP participa en proyecto Auditoría a la Democracia, instancia en la cual han colaborado con otros centros de investigación nacionales en la elaboración de documentos que analizan alternativas de cursos de acción en torno a temas del siste-ma político nacional.

c) Libertad y Desarrollo (LyD)

A diferencia de CIEPLAN y el CEP, cuya trayectoria puede ser trazada directamente al contexto político del régimen militar, Libertad y Desarrollo emerge en el contexto de la crisis política que significó para la derecha chilena la doble derrota en el plebiscito de 1988 y la elección presidencial de 1989, hitos que marcan el fin de la dictadura y el inicio del proceso de transición política hacia la democracia que inicia Patricio Aylwin en 1990.

LyD es fundado en 1990 por Hernán Büchi, Carlos Cáceres, Cristián Larroulet y un grupo de profesionales (principal-mente economistas, ingenieros y abogados) cercanos a los equipos técnicos y políticos del gobierno militar saliente, como también por personas que desde la independencia po-lítica se encontraron en la vereda opuesta al proyecto político de la flamante Concertación. Büchi, su principal referente,

328+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Chile

entró al mundo político como asesor económico del gobier-no militar y luego ejerció los cargos (entre otros) de Ministro de Planificación (1983-1984) y Ministro de Hacienda (1985-1989), puestos desde donde logra posicionarse en el espacio público como un referente del núcleo de economistas cer-canos al pensamiento de la escuela económica de Chicago, que finalmente lo lleva a asumir la candidatura a la pre-sidencia con el apoyo de los partidos de la derecha en la elección presidencial de 1989.

Como señala en entrevista Francisco Javier García, coordi-nador de políticas públicas de LyD:

“(LyD) Es un centro de estudio que promueve las ideas de la libertad

y que es independiente a todo grupo religioso, político y económico.

Con un fuerte énfasis en políticas públicas principalmente en las áreas

económicas, social y diseño político institucional… nace para tratar de

seguir promoviendo e investigando… los principios de una economía

y de políticas sociales vinculadas a la economía de mercado. Un poco

a la ‘economía a la Chicago’. Este no es un centro de estudio que bus-

que promover el legado de la dictadura, ni la herencia política de la

dictadura sino más bien lo que trata de hacer es… promover y preser-

var este modelo económico y social tratando de profundizarlo (García

F., comunicación personal, 11 de noviembre de 2013)”.

Esta independencia, sin embargo, en ningún sentido ha significado la aislación de LyD del escenario político nacio-nal, sino que todo lo contrario: LyD ha jugado un papel clave en el desarrollo de la transición y posterior conso-lidación democrática en Chile. En vez de reemplazar o competir directamente con los actores tradicionales de la

329+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Chile

derecha chilena, los partidos políticos, han jugado un papel complementario en el que, sacando provecho de la mayor flexibilidad comparativa que supone su condición de centro de estudio con respecto a la rigidez y distinta carga de traba-jo que los partidos políticos tradicionalmente tienen en su día a día, ha reforzado el funcionamiento de los principales actores políticos de la centroderecha en sus diversos esce-narios (legislativo, presidencial o de opinión pública en un sentido amplio) al mismo tiempo que ha buscado facilitar el entendimiento de las fracciones internas de este sector o del mismo sector con otros actores del sistema político.

En la primera fase de la transición democrática LyD emerge como un actor clave en la puesta en práctica de la llamada “política de los acuerdos” caracterizada por el acercamien-to de representantes moderados de la centroderecha hacia una agenda política común con el nuevo gobierno de la Concertación. Básicamente, como señala Francisco Javier García, gracias a elementos compartidos en torno al futuro desarrollo en democracia del “modelo chileno”, LyD fun-cionó como facilitador entre la oposición y los tecnócratas concertacionistas que buscaban profundizar el modelo eco-nómico al mismo tiempo que se buscó avanzar en entregar contenido social a la acción estatal en un contexto en el cual dichas reformas habrían sido imposibles sin al menos la anuencia de un sector de la centroderecha parlamentaria.

Posteriormente, LyD continuó y consolidó su función de apoyo a la centroderecha parlamentaria, abriendo la única oficina de un centro de investigación chileno en el Congreso. Del mismo modo, personeros de LyD fueron activos partici-

330+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Chile

pantes de las diversas comisiones presidenciales formadas durante los gobiernos de Eduardo Frei (1994-2000), Ricardo Lagos (2000-2006) y Michelle Bachelet (2006-2010), aun-que siempre buscando trabajar en coordinación con los representantes de la centroderecha parlamentaria nacional, ya sean los partidos de la coalición (Renovación Nacional y la Unión Demócrata Independiente) como también los otros centros de investigación de este conglomerado (Fundación Jaime Guzmán e Instituto Libertad).

Como señala Aguilera (2009), LyD participó activamente de las comisiones presidenciales del (primer) gobierno de Michelle Bachelet, estando en cuatro de ellas. El detalle de esta participación, como también la de los otros centros de investigación se reproduce en la Tabla 17 del anexo. Altos funcionarios de LyD participaron en aspectos claves de la discusión programática de la centroderecha con miras a la elección de 2009, como fue la creación de los llamados “Grupos Tantauco” que en torno a 36 comisiones temáti-cas elaborarían y difundirían el programa de gobierno que llevaría a La Moneda a Sebastián Piñera. Entre estos funcio-narios, destacamos la participación de Cristián Larroulet, miembro fundador y Director Ejecutivo de LyD, llegando a formar parte de la coordinación general de estos grupos, como también la participación de Juan Andrés Fontaine, Felipe Kast y Ena von Baer, todos luego Ministros del pri-mer gabinete de Piñera. Mención aparte merece Rosanna Costa, también personera de LyD y miembro de los Grupos Tantauco, que posteriormente llegaría a ejercer el influyente cargo de Directora de Presupuesto durante la totalidad del gobierno de Piñera.

331+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Chile

En la actualidad, LyD se posiciona como un punto clave en el funcionamiento diario de la centroderecha chilena, funcionando de nexo entre las distintas tendencias políti-cas pertenecientes a este sector, ya sea desde los partidos políticos que componen la Alianza por Chile como tam-bién desde los otros centros de investigación derechistas: la Fundación Jaime Guzmán, cercano a la UDI, y el Instituto Libertad, cercano a RN. Como pudimos constatar en en-trevista con Francisco Javier García, a diferencia de los centros de investigación de la centroizquierda, LyD cuen-ta con alta seguridad presupuestaria, ya que ha llevado a cabo una exitosa estrategia de financiamiento que combina donaciones particulares de privados con un sistema de sus-cripción a los productos que LyD elabora, principalmente la “Revista LyD”, de publicación mensual, y los diversos informes que los programas de investigación publican regu-larmente. Complementariamente, y en función de proyectos específicos, LyD recibe financiamiento externo por parte de instituciones extranjeras. Francisco Javier García fue enfá-tico en señalar que LyD no recibe aportes monetarios del gobierno, de partidos políticos o de parlamentarios, lo que en la práctica le lleva a señalar que “nosotros no competi-mos por fondos pero si competimos por influencia”.

332+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Chile

LyD organiza su producción intelectual en torno a cuatro programas temáticos de investigación (económico y social; seguridad pública y justicia; sociedad y política; legislativo) en los cuales trabajan sus 21 actuales investigadores. Cada programa produce documentos de análisis sobre sus temas particulares, los que luego son rescatados en las diversas series de publicaciones con las que cuenta LyD (“Temas Públicos”, “Fallos Públicos”, “Estudios LyD”, “Informes Económicos”, “Reseña Legislativa” y la misma “Revista LyD”). Como pudimos constatar a lo largo de las entrevis-tas que realizamos, el programa legislativo es sin duda un aspecto destacable, ya que ha logrado un alto nivel de re-conocimiento por sus contrapartes en el Congreso, desde donde se han vuelto un referente obligado para el debate legislativo por parte de la centroderecha.

Como fue constatado luego de la revisión del sitio web de LyD, sólo en 2013, LyD publicó 231 documentos, de los cua-

Tabla 4Libertad y Desarrollo (LyD)

Año de Fundación 1990

Afiliación

Derecha -Sociedad libre, Libre mercado,Progreso, Igualdad de oportunidades, Desarrollo Económico

Temas de investigaciónPolíticas Públicas, Política Económica, Política Legislativa, Políticas de seguridad y justicia

Número de Investigadores 21

Página Web www.lyd.com

Nota. Fuente: Elaboración propia en base a entrevistas e información disponible en www.lyd.com

333+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Chile

les 95 de ellos fueron en la serie “Temas Públicos”, 91 en la serie de “Informes Económicos”, 24 en la de “Estudios LyD”, 11 “Revistas LyD” y 10 “Fallos Públicos”. La produc-ción de documentos, al menos nominalmente, eclipsa la publicación acumulada de los otros tres centros de investi-gación abordados en este estudio.

LyD ha optado por un alto nivel de especialización de su pla-taforma comunicacional, contando con un centro de prensa a cargo de un equipo de periodistas dedicados a preparar comunicados de prensa que presentan hallazgos y puntos centrales de las investigaciones realizadas por LyD; como también reúnen y difunden columnas de opinión y noti-cias relacionadas a los investigadores del centro. Del mismo modo, y de una manera menos centralizada, LyD promue-ve la utilización frecuente por parte de sus investigadores de redes sociales como Twitter y Facebook. Otro aspecto relevante es que LyD cuenta con un app gratuito propio, que permite acceder a noticias e informes de LyD desde smartphones y tablets.

Complementariamente, LyD cumple funciones de for-mación de militantes o adherentes al pensamiento de la centroderecha chilena. Esto se lleva a cabo a través de distintas iniciativas que incluyen la realización de una “uni-versidad de verano” en diciembre de cada año, ciclos de discusión de políticas públicas, seminarios regulares, y en-cuentros de actualidad. Del mismo modo, LyD cuenta con un programa de prácticas y pasantías destinadas a estudian-tes nacionales e internacionales.

334+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Chile

Los vínculos encontrados entre LyD y el sistema universita-rio son bastante similares a los encontrados en otros centros de investigación nacionales. El principal vínculo de LyD y las universidades chilenas proviene de la “doble militancia” de sus investigadores, que a su vez son profesores en diver-sas carreras y universidades chilenas. Esta doble militancia permite la elaboración conjunta de publicaciones como tam-bién sirve para habilitar canales de comunicación entre LyD y audiencias universitarias. El 61,9% de los investigadores de LyD mantiene vínculos con universidades, tanto en do-cencia como en investigación. A diferencia de los otros casos estudiados, los investigadores de LyD sostienen vínculos con la Universidad del Desarrollo, ya sea a través de la docencia o en la administración de la misma.

Interesantemente, este vínculo ha llevado a que dentro de LyD exista una cierta “cultura académica” que permea la producción intelectual del centro y que es aprovechada den-tro de las actividades regulares realizadas por LyD, como señaló Francisco Javier García:

“Nosotros que somos profesores a su vez estamos inmersos en am-

bientes académicos, eso tiene un montón de efectos, por ejemplo

aumenta el nivel de exigencia del tipo de publicación o declaración

que se hace… todo esto hace que uno aumente mucho los estánda-

res y básicamente que uno no esté hablando solo en términos de

divulgación sino que el nivel de estándar de exigencia académico de

rigor es muy alto… No es que nosotros publiquemos papers “ISI”

o “SCIELO” o que esa sea la principal preocupación de los inves-

tigadores de acá. Pero como también hay académicos que están

preocupados de publicar se genera ese efecto virtuoso y nosotros

335+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Chile

eso lo promovemos. Lo mismo que la discusión en debates de so-

ciedades científicas, de economía, de ciencias políticas y derecho.

Entonces son profesionales muy respetados en sus ámbitos (García

F., comunicación personal, 11 de noviembre de 2013)”.

Los vínculos con universidades chilenas por parte de LyD siguen en general “la lógica del evento” mencionada ante-riormente y facilitada por los vínculos de doble militancia, dando origen a publicaciones conjuntas que a su vez son difundidas por todos los participantes. Estas actividades son frecuentemente canalizadas a través de órganos especiali-zados dentro de las universidades: escuelas de gobierno, de economía y de derecho, principalmente. Como señalamos anteriormente, los vínculos encontrados entre LyD y otros centros de investigación nacionales son más densos que los encontrados con el sistema universitario, participando del proyecto “Auditoría a la Democracia”, como también se constatan vínculos en base de eventos con centros de inves-tigación como CEP y CIEPLAN. Destacamos también un aspecto no observado en los otros centros de investigación estudiados, este es que además de sus funciones y proyec-tos propios, LyD cumple una función de coordinación de una agenda conjunta con los otros dos centros de investiga-ción de la derecha chilena: la Fundación Jaime Guzmán y el Instituto Libertad, lo que ciertamente amplifica y hace más eficiente y coherente la acción de estos centros en función de sus visiones y proyectos políticos.

336+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Chile

d) La Fundación Chile 21 (CH21)

La Fundación Chile 21 (CH21) emerge en la coyuntura po-lítica del proceso de transición democrática en el año 1992, con la idea de instalar y desarrollar un pensamiento pro-gresista que convocaba a diversas personas e instituciones de la izquierda chilena dentro de la Concertación, inicial-mente con la misión puntual de apoyar al socialista Ricardo Lagos Escobar en el proceso de primarias de 1992. Carlos Ominami, su presidente honorario, señaló en entrevista:

“(CH21) se creó más bien en el marco de un dispositivo de campaña

de un candidato a la presidencia que fue el caso de Ricardo Lagos.

Nosotros el 92 cuando perdimos la elección primaria, en todo caso

sabíamos que íbamos a perder esa elección primaria y que estába-

mos comenzando un camino que iba a ser largo pero que había

que recorrerlo. Para recorrerlo y constituir una opción presidencial

sólida, clara y nítida se requería un conjunto de ideas. Chile 21 en

consecuencia se formó muy en torno a esa necesidad de proveer de

ideas a una opción presidencial y siempre se planteó de esa forma

(Ominami C. comunicación personal, 29 de octubre de 2013”.

Hasta el año 2000 CH21 estuvo encabezado por Ricardo Lagos, quien deja la institución para asumir la presidencia por el periodo 2000-2006. La trayectoria política de CH21 permite incluirlo ciertamente en el grupo de centros de investigación asociados al bloque “concertacionista”, y ha intentado desde sus inicios pensarse como un espacio de difusión y debate de las ideas progresistas de izquierda en un diálogo permanente con todos los sectores políticos, aun-que preferentemente aquellos intracoalición.

337+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Chile

Precisamente la administración de Lagos se presenta como el primer desafío del desarrollo organizacional de CH21. Es en esta fase, como señaló en entrevista Carlos Ominami, que CH21 deja su función de dispositivo de campaña para convertirse en uno de asesoría para el gobierno. De este modo, CH21 logra posicionar a Eugenio Lahera y Ernesto Ottone, entre otros de sus personeros, en importantes pun-tos del cuerpo de asesores de la presidencia, en el llamado “segundo piso” del palacio presidencial de La Moneda, al mismo tiempo que Ominami, siendo entonces senador, continuó consolidándose como un referente obligado del escenario político nacional al mismo tiempo que le otorgaba mayor visibilidad a CH21.

El siguiente reto se dio en la campaña presidencial y el posterior (primer) gobierno de Michelle Bachelet. Bachelet, militante socialista y previamente Ministra de Salud y de Defensa en el gobierno de Lagos, llega a la presidencia con-formando un equipo de campaña que integró, entre otros, a CH21. En juicio de Carlos Ominami, CH21 y Expansiva fue-ron los principales referentes de la campaña y gobierno de Bachelet. CH21 contribuyó en posicionar temas de protec-ción social, que posteriormente serían importantes puntos programáticos del gobierno de Bachelet. Expansiva, por su parte, se preocupó de sostener temas de equilibrio macro-económico, políticas comerciales y de desarrollo.

338+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Chile

Posteriormente, Bachelet integró en su gabinete a Clarisa Hardy, militante del Partido Por la Democracia (PPD) y en-tonces directora ejecutiva de CH21, quien asumiría como Ministra de Planificación y Cooperación entre 2006 y 2008, mientras que Andrés Velasco, economista independiente y principal figura de Expansiva (anteriormente de CIEPLAN), tomaría el crucial cargo de Ministro de Hacienda por la to-talidad del mandato de Bachelet.

Del mismo modo, los investigadores de CH21 participaron de tres de las comisiones asesoras presidenciales forma-das durante el gobierno de Bachelet (previsión, educación y equidad), llegando Juan Eduardo García-Huidobro a pre-sidir la comisión de educación. Hacia fines del gobierno de Bachelet, CH21 se enfrentó a aún otro reto, ya que en el contexto de las primarias de la Concertación en 2009 emergió como contendor Marco Enríquez-Ominami, dipu-tado socialista e hijo de Carlos Ominami. Este proceso de primarias se caracterizó por el enfrentamiento entre las cú-pulas partidarias que apoyaron a Eduardo Frei Ruiz-Tagle, senador Democratacristiano y ex presidente en desmedro de sus propias alternativas internas. Enríquez-Ominami expre-só su interés de participar en el proceso de primarias de la Concertación, pero su propio partido le negó esta opción, llevándole a cortar relaciones con dicha coalición y con el Partido Socialista para formar candidatura independiente para la primera vuelta de la elección presidencial, en don-de obtuvo alrededor del 20% de las preferencias contra el 29% de Frei.

La elección presidencial de 2009 y 2010 se presentaría en-tonces como un punto de inflexión en el desarrollo de CH21,

339+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Chile

puesto que, como señala Carlos Ominami, CH21 se con-virtió en un punto de encuentro entre distintas posiciones dentro de la izquierda chilena:

“nosotros somos una fundación política y dentro de la compleji-

dad hemos tenido que navegar por diversas corrientes y opiniones.

Navegamos el 2009 en un cuadro bien tumultuoso porque en el

fondo habían tres opciones, aquí había gente que estaba con Frei,

estaba con Marco y gente que estaba con el propio Arrate2. Pero

logramos manejar nuestras discrepancias y nuestras opciones, po-

niendo por delante un común denominador, que es esta idea de

contribuir al pensamiento progresista. Nosotros tenemos una defi-

nición, si a nosotros nos dicen que somos un centro de izquierda,

nosotros decimos “sí, somos un centro de izquierda, pero funda-

mentalmente somos un centro progresista”.

2 Jorge Arrate, candidato presidencial en 2009 con el apoyo del Partido Comunista, ex ministro de Patricio Aylwin, ex presidente del Partido Socialista, también renun-cia a su militancia socialista en 2009. Obtuvo cerca del 6% de las preferencias en 2009.

Tabla 5 Fundación Chile 21 (CH21)

Año de Fundación 1992

AfiliaciónIzquierda - Libertad, Igualdad, Participación, Solidaridad, Justicia Social, Progresismo

Temas de investigación

Calidad de la democracia, Desarrollo inclusivo, Derechos sociales, Protección del medio ambiente, Derechos indígenas, Igualdad de género, Política internacional

Número de Investigadores 12

Página Web www.chile21.cl

Nota. Fuente: Elaboración propia en base a entrevistas e información disponible en www.chile21.cl

340+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Chile

El contexto electoral de 2009-2010, sin embargo, no sig-nificó en ningún sentido la disolución de CH21, sino que ciertamente sirvió como una prueba de fuego de su insti-tucionalización y autonomía. Más allá de la derrota de la Concertación y de la izquierda en un sentido amplio en 2010, CH21 consolidó su posición como un referente serio del progresismo y dispuesto a dialogar con diversos acto-res del sistema político. En esa línea, CH21 participa de la iniciativa “Auditoría a la Democracia” como también lo ha hecho al alero de la iniciativa de discusión y debate sobre el próximo fallo de La Haya con respecto al diferendo marítimo entre Perú y Chile que organizó el gobierno de Sebastián Piñera.

Como señala su declaración de misión, CH21 se autodefine como “un centro de estudios que genera contenido, reflexión y propuestas en materia de políticas públicas, inspirados por los ideales de libertad, igualdad, participación, solidaridad y justicia social”. CH21 organiza su producción intelectual en torno a ocho programas de investigación, cada uno dirigi-do por un investigador responsable que a su vez se encarga de realizar eventos destinados a la difusión de hallazgos o generación de debate contingente. Estos programas a su vez desarrollan proyectos que frecuentemente cuentan con financiamiento específico, y hacen uso de la planta de in-vestigadores permanentes de CH21, pero a su vez, como pudimos constatar entrevistando a Carlos Ominami y a Gloria de la Fuente, gran parte del conocimiento generado se nutre de la participación de colaboradores externos que forman parte de las redes en las cuales los personeros de CH21 se desenvuelven. El año 2013, CH21 produjo 24 publi-

341+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Chile

caciones, de las cuales ocho se lanzaron bajo la “Colección Ideas”, nueve fueron documentos de trabajo y siete fueron informes de coyuntura política.

Al igual que LyD, para CH21 resulta importante tener un contacto directo con los medios de comunicación tradicio-nales y sociales. Sus analistas frecuentemente publican columnas en los diarios más importantes de circulación nacional, como también cuentan con activas cuentas de Twitter y Facebook. Aquí podemos constatar la importancia dada a la generación de debate en la esfera social que CH21 intenta promover. Paralelamente, CH21 cuenta con redes internacionales con otros centros de investigación afines al pensamiento progresista, tanto en Europa como en América Latina, que sirven para amplificar las iniciativas propias al mismo tiempo que sirven como fuente de financiamiento. En particular, como señaló en entrevista Carlos Ominami, una parte importante del financiamiento corriente de CH21 viene de la Fundación Friedrich Ebert, asociada al Partido Socialdemócrata alemán.

Al igual que los otros centros de investigación estudiados, el vínculo de CH21 con el sistema universitario tiene un bajo nivel de institucionalización y se centra principalmente en los vínculos que sus investigadores generan como parte de sus carreras paralelas de investigador-académico. El 75% de los investigadores de CH21 sostiene vínculos de docencia o investigación con universidades chilenas. Como señala en entrevista Gloria de la Fuente, coordinadora del programa calidad de la política en CH21:

342+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Chile

“somos un centro de pensamiento progresista, tenemos entre 15 y

20 años de trabajo fundamentalmente, con un vínculo no directo

con los partidos políticos pero si con actores del mundo político en

general… Lo que nosotros hacemos en general es más bien ser la

intermediación entre el mundo académico y el mundo más políti-

co…, como una plataforma de encuentro entre estos dos espacios

más que nosotros mismos producir investigaciones… nosotros en

general somos un centro transversal y nosotros nos definimos así.

(De la Fyente G., comunicación personal, 23 de octubre de 2013)”

Así, los vínculos que pudimos encontrar con el sistema universitario se enfocan eminentemente en la “lógica del evento” y la de las publicaciones conjuntas. CH21, haciendo uso de las redes académicas, ha buscado rescatar las inercias propias de este sector de generación de conocimientos al mismo tiempo que busca promover su agenda progresista.

4. Conclusiones y Recomendaciones

La opinión general que se tiene de los centros de investiga-ción es que en Chile, al menos desde el inicio del fenómeno hace cuatro décadas, éstos se “han dedicado a sobrevivir”. Los expertos entrevistados coinciden en que en el contexto político-institucional del régimen autoritario claramente las condiciones para investigar no eran las óptimas, y es una paradoja que la investigación en Chile haya tenido un efec-to performativo, teniendo una gran capacidad para poder construir realidades y generar impacto en el proceso políti-co que se vivió.

Chile contó con importantes personajes que lograron hacer ciencias sociales e investigación fuera de las aulas universi-

343+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Chile

tarias intervenidas, desde la sociedad civil y refugiados en los centros de investigación que si bien tenían altas restric-ciones, contaban con un notable apoyo internacional. Con el retorno a la democracia los centros en gran medida pier-den su raison de vivre, y aquellos que no superan este reto, y siguiendo el relato de la “selección natural” a la que Cociña y Toro (2009) hacen referencia, comienzan a despoblarse e incluso a desaparecer. Como nos señala Marcelo Mella:

“Paradojalmente un momento difícil política e institucionalmente

se transforma en una oportunidad para conseguir fondos e incluso

poder vivir haciendo investigación fuera de las universidades en la

oposición pero con financiamiento internacional… En democracia,

claro, los centros de estudio comienzan a verse despoblados por-

que el contingente intelectual sale al gobierno, ocupan posiciones

relevantes dentro de los primeros gobiernos de la Concertación y

tenemos una red de centros de estudio que fueron debilitándose

o muriendo lentamente, algunos incluso mantuvieron el nombre

siguieron existiendo formalmente pero en base al trabajo de puros

ayudantes con mucha menor capacidad de influir en la política pú-

blica. Es una paradoja esto de que la democracia de alguna manera

signifique el otoño de la ciencia política o de las ciencias sociales

en su capacidad de influir sobre los procesos y en dictadura sin

embargo la influencia había sido mucho mayor”.

La mirada “experta” y la propia visión que tienen los cen-tros de estudio analizados nos indican que los centros de investigación o think tanks propiamente tales en Chile son pocos, más allá de los indicadores formales que señalan su proliferación reciente. Entendiendo la definición original y más utilizada como aquellos organismos que buscan influir

344+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Chile

en el sistema político y en la sociedad en general tanto polí-tica como mediáticamente nuestros centros de investigación aún están en un proceso de construcción y consolidación.

El centro de investigación chileno que más se acercaría a una definición formal de think tank sería Libertad y Desarrollo, por su capacidad de influir “desde el conocimiento a la po-lítica”, además de tener oficinas en el Congreso mediante las cuales asesoran a los parlamentarios de la centroderecha, una gran cantidad de publicaciones, un número importante de expertos y académicos de planta y una visibilidad mediá-tica relevante. Como el mismo Lucas Sierra nos lo plantea:

“Los think tanks están más vinculados a la política más contingen-

te, están vinculados de alguna manera al sistema político. En ese

sentido a Libertad y Desarrollo me parece que se le aplica a la voz

‘think tank’ con más precisión que yo creo que se le podría aplicar

al CEP (Sierra L., comunicación personal, 21 de octubre de 2013)”.

Otro aspecto destacable de los centros de investigación chi-lenos es su baja capacidad de acción en tanto entidades que generalmente cuentan con un limitado cuerpo “profesiona-les de planta” que dediquen su tiempo 100% a investigar o generar conocimiento para la institución en la cual trabajan. Si bien muchos centros tienen publicaciones contundentes, reconocidas y buenos expositores, muchas veces estos son contratados por el centro para que escriban bajo la “firma” de la institución o se comprometan bajo algún proyecto es-pecífico y acotado en el tiempo, que regularmente cuenta con financiamiento específico para dichos fines, lo que hace

345+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Chile

que una vez que este termine, la continuidad del investiga-dor quede en suspenso.

Si bien los centros de investigación se vinculan con otros centros de investigación y con universidades para proyectos en específicos, estos son vínculos no institucionales y por lo general son acotados. Una de las experiencias positivas que todos los centros estudiados rescatan y que convocó a un amplio espectro de centros de investigación ha sido el “Consorcio de Centros de Pensamiento” que al alero del PNUD y en torno a la iniciativa “Auditoría a la Democracia” posibilitó la convergencia y discusión de temas relevantes para el acontecer nacional, acercando y poniendo en contac-to a los diversos centros estudiados al mismo tiempo que elevó su visibilidad en el espacio público.

De esta manera, podemos decir que en el caso chileno exis-te mayor colaboración que competencia entre los centros. Esta colaboración se da orgánicamente entre otras cosas por el tránsito de personas que se mueven de los centros de pensamiento a las universidades o viceversa. Como nos plantea Carolina Segovia que ha tenido la oportunidad de estar vinculada a ambos espacios: “Yo creo que los dos tipos de instituciones están llamados a hacer su trabajo y si existe colaboración mejor. Pero en Chile existe. En Chile hay traba-jo conjunto y permanente diría yo entre estas instituciones, no es tan raro”.

346+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Chile

Los centros de investigación chilenos realizan un traba-jo serio y sincero, pero no son imparciales, y esto es una virtud y no una preocupación porque los actores entrevis-tados comprenden que sus ideas son para gatillar o influir en los procesos de toma de decisión. En Chile además en-contramos una particularidad importante: los centros de investigación tienen fuertes vínculos a ideales partidistas, y la gran gama de centros orienta su acción a influir directa-mente a los dos bloques políticos más relevantes del país al mismo tiempo que, con la misma finalidad, se intenta llegar a la opinión pública. Si bien la mayoría de los entrevistados nos aclaran que no tienen vínculos institucionales con los partidos, todos reconocen que existe un claro componente ideológico y un compromiso que se ve reflejado en el actuar del centro y sus lógicas de producción de conocimiento. Como señala Pedro Güell:

“En Chile los think tanks en general han sido los espacios de re-

flexión y advocacy de los grupos políticos, sean partidos o de otro

tipo. El escenario en donde han trabajado es el escenario político

y yo creo que eso los marca en el caso chileno. Los marca con el

tipo de personal con que ellos trabajan y los marca con el tipo de

relaciones que les interesa establecer. En general los think tanks

han trabajado mucho más con el debate hacia el interior del espacio

político, por ejemplo buena parte de ellos hacen asesoría parlamen-

taria como su espacio de trabajo…, todos son menos académicos

que antes. Son más bien espacios donde se nuclean grupos de in-

fluencia pertenecientes al espacio político… no están en el gobierno

pero quieren sostener su identidad e influencia perteneciente a ese

espacio (Güel P., comunicación personal, 24 de octubre de 2013)”.

347+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Chile

Por otro lado es importante destacar que los centros de investigación sienten que cumplen una función de cataliza-dores entre el mundo académico y el espacio político, siendo mediadores o espacios en los cuales estos mundos pueden dialogar. En ese sentido, y considerando que en general las universidades chilenas han buscado elevar sus estándares académicos en desmedro de su función de generación de in-sumos para el debate público (profesionalización a través de la despolitización), los centros de investigación no compiten directamente con la labor que hacen las universidades, sino que, en cierta medida podemos señalar que llegan a llenar el nicho abandonado por éstas.

Si bien existen débiles vínculos institucionales de centros de investigación y universidades en Chile, sí existen enla-ces de colaboración para proyectos específicos, siendo los casos típicos charlas donde especialistas de uno y otro lado comparten visiones, y publicaciones conjuntas, siempre considerando la particularidad que en Chile los académi-cos y profesionales, tanto de las universidades como de los centros de investigación, se ven parte de un proceso de trán-sito interinstitucional fluido y dinámico. Ellos mismos están en uno y otro lado pudiendo ser docente e investigador de la universidad en la mañana y académico e investigador de un centro de investigación en la tarde. Así nos lo plantea Francisco Javier García:

“Los centros de estudio son vistos como una correa transportado-

ra entre la academia y los policy makers y la política. Por eso es

raro que un centro de estudio le trate de competir directamente a

348+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Chile

la academia, ahí tal vez se desperfila como centro de estudio. En

algún sentido es como una correa transportadora del conocimiento

que está en las fronteras con aquello que quiere llegar a un público

mucho más amplio”

Del mismo modo, otro vínculo observable entre centros de investigación y universidades radica en que estas últimas han servido, naturalmente, de espacio de formación de los profesionales que son luego reclutados por los centros de investigación para su planta (permanente o transitoria) de investigadores. Como constatamos a lo largo de las entre-vistas, la doble militancia de los investigadores responsables de los centros de investigación permite que estos seleccio-nen jóvenes en proceso de titulación para su integración en el centro o para la realización de prácticas profesionales. Ambos canales sirven para la captación de nuevos investiga-dores que a su vez posteriormente continúan con el proceso de captación.

Sin embargo, como ha sido evidente, universidades y cen-tros de investigación no siempre comparten los mismos lenguajes y obviamente sus fines son distintos. Mientras que para la gran mayoría de las universidades lo importante es no descuidar su proyecto docente y en un segundo plano fomentar la investigación aplicada, dirigiéndose así a temáti-cas de largo plazo, en los centros de investigación existe una pretensión por incidir en la sociedad a corto plazo, con un lenguaje mucho más simple que sea capaz de ser altamente mediatizado y difundido. Si bien existen puentes por donde transitan los académicos de una parte a otra, estos “puen-tes académicos” no necesariamente generan competencia o colaboración en la medida en que la funciones como los

349+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Chile

lenguajes de ambas esferas no persiguen los mismos pro-pósitos. Como nos señala Eugenio Guzmán:

“Uno ha visto que los think tanks se han situado en un área del

conocimiento que podríamos llamarlo “A2 de La Tercera”3, en ese

sentido sus lenguajes y sus formas de aterrizar son ideas que vie-

nen de algunos casos de la academia, no en todos, y que tienen un

sustento. Lo que están haciendo los think tanks es bajar eso. En

otros casos los think tanks producen ideas y muchas ideas intere-

santes que la academia no ha tomado y está lejos de tomar porque

no ha tenido la creatividad. En ese sentido la fuerza que tienen los

think tanks a veces pone a prueba la investigación universitaria o

la investigación científica (Guzman E., comunicación personal, 19

de noviembre de 2013)”.

Por otro lado el vínculo centro de investigación-universidades ha debido superar los desincentivos generados por el hecho de que las universidades deben autofinanciarse y, en ese sentido, puede ser visto como poco conveniente el compar-tir recursos con instituciones externas a ellas. Igualmente, centralismo capitalino tampoco entrega ventajas para que puedan vincularse entre sí centros de investigación que en su enorme mayoría están en la capital con universidades prestigiosas en las distintas regiones del país. Es impor-tante señalar que pareciera ser que los vínculos existentes por diversos motivos son más susceptibles entre centros de investigación y universidades privadas, ya sea porque es-tas últimas necesitan alcanzar un prestigio que no tienen (a diferencia de las universidades tradicionales) o porque simplemente están más abiertas a participar de instancias

3 Sección de opinión de uno de los diarios más importantes a nivel nacional.

350+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Chile

investigativas y de participación con los centros de pensa-miento. Como señala Carlos Ominami:

“Tenemos ahí una cierta frustración porque es complejo armar cosas

con las universidades públicas. Lo decimos también con cierta pena

porque muchos somos hijos de la universidad pública pero son a ve-

ces más complejas, más burocráticas, más ineficientes, nos cuesta.”

Podemos concluir que los centros de investigación en Chile están inmersos en un proceso constante de redefinición de su campo de acción generado justamente por las acciones que llevan a cabo. Nada está escrito en piedra, y si un centro de investigación encuentra un nuevo nicho de acción, y si este nicho le entrega una ventaja competitiva en la búsque-da de influencia en la esfera pública, es esperable que éste funcione como “abridor de caminos” y más que competen-cia genere emulación por los otros actores del sistema. Por otro lado, las universidades cuentan comparativamente con estructuras más rígidas en gran parte producidas por su mi-sión docente y sus objetivos de investigación centrados en parámetros metodológicos fijados por la tendencias actual de la academia: la búsqueda de revistas de indexación de alto impacto (ISI, SCIELO, SCOPUS).

Considerando el bajo gasto en investigación y desarrollo, ciertamente el sistema de generación de conocimiento en su conjunto podría verse favorecido de un mayor impulso por parte del Estado y del sector privado, y en este panora-ma señalamos que los centros de investigación debiesen ser considerados como actores emergentes y merecedores de mayor apoyo para la labor que realizan. Una democracia

351+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Chile

sustantiva y moderna requiere pluralidad de actores intelec-tuales pensando tanto en el largo como en el corto plazo, como también de espacios de diálogo y debate sobre es-tos mismos temas. Tanto universidades como centros de investigación enriquecerían los aportes que entregan a la sociedad si este escenario de relaciones se consolida como un campo con vínculos densos y dinámicos.

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6. Acerca de los Autores.

Ángel Flisfisch Fernández realizó sus estudios superio-res en la Universidad de Chile, egresando de Derecho y cuenta con estudios de posgrado en Ciencia Política en Flacso-Chile y en la Universidad de Michigan, y ha ocupa-do diferentes cargos relevantes en el área gubernamental. Dentro de sus publicaciones se encuentran “Estudios sobre el sistema de partidos en Chile” (1985), escrito con Adolfo Aldunate y Tomás Moulian y publicado por Flacso-Chile, “La política como compromiso democrático” y “Partidos y Democracia”. Actualmente es Director de Flacso-Chile.

Maximiliano Prieto Morales es cientista político, licencia-do en ciencia política y relaciones internacionales por la Universidad Alberto Hurtado. Actualmente se desempeña como investigador de Flacso-Chile y estudiante del magís-ter en estudios internacionales del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de [email protected]

Alejandro Siebert Maldonado es sociólogo, Licenciado en sociología de la Universidad Diego Portales. Actualmente se desempeña como estudiante del diplomado “Cultura, Política y Sociedad en Latinoamérica en el siglo XX” de la facultad de filosofía y humanidades de la Universidad de Chile.

356+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Chile

7. Anexos

a) Tablas y Figuras

Tabla 6Resumen del Sistema Universitario Chileno según Taxonomía de Muñoz y Blanco (2013).

Tipo de Universidad (número) Universidad

Universidades de investigación (3)

Universidad de Chile

Pontificia Universidad Católica de Chile

Universidad de Concepción

Universidades masivas (9)

Masividad alta (+8000 matriculados nuevos) (2)Universidad Nacional Andrés BelloUniversidad Tecnológica de Chile (INACAP)

Masividad media (entre 5000 y 8000 matriculados nuevos) (5)

Universidad Santo Tomás Universidad de las AméricasUniversidad San Sebastián

Universidad del Mar

Universidad Autónoma de Chile

Masividad baja (menos de 500 matriculados nuevos) (2)Universidad Central

Universidad Arturo Prat

Universidades de acreditación (19)

Acreditación alta (6 años y más) (5)

Pontificia Universidad Católica de Valparaíso

Universidad Católica del Norte

Universidad de Santiago de Chile

Universidad Austral de Chile

Universidad Técnica Federico Santa María

Acreditación media (entre 4 a 5 años) (11)

Universidad de la Frontera

Universidad Alberto Hurtado

Universidad Católica del Maule

Universidad Católica de Temuco

Universidad de Tarapacá

Universidad de Talca

Universidad de Antofagasta

Universidad Católica de la Santísima Concepción

Universidad de la Serena

Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación

Universidad Católica Silva Henríquez

Acreditación moderada (entre 2 y 3 años) (3)

Universidad de Playa Ancha de Ciencias de la Educación

Universidad de Valparaíso

Universidad Tecnológica Metropolitana

Universidades elitistas (5)

Altamente elitistas (+ del 70% de los matriculados provenientes de colegios particulares pagados) (3)

Universidad de los Andes

Universidad Adolfo Ibáñez

Universidad del Desarrollo

Elitistas (entre un 45 y 70% de matriculados provenientes de colegios particulares pagados) (2)

Universidad Finis Terrae

Universidad Diego Portales

Universidades no elitistas (15)

No selectivas (8)

Universidad Miguel de Cervantes

Universidad de Ciencias de la Informática

Universidad Bolivariana

Universidad Internacional SEK

Universidad de Los LagosUniversidad Iberoamericana de Ciencias y Tecnología

Universidad Bernardo O’Higgins

Universidad de Artes y Ciencias Sociales (ARCIS)

Baja selectividad (4)

Universidad Pedro de Valdivia

Universidad Chileno Británica de Cultura

Universidad Academia de Humanismo CristianoUniversidad de Artes, Ciencias y Comunicación (UNIACC)

Moderada selectividad (3)

Universidad de MagallanesUniversidad del Pacífico

Universidad de Atacama

357+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Chile

Tabla 7Generación de Investigación en Universidades de Chile.

Universidades SCImago IR1 ISI2 SCIELO3

Universidad de Chile 8.354 1.081 493Pontificia Universidad Católica de Chile 6.184 971 388Universidad de Concepción 3.718 506 183Universidad Nacional Andrés Bello 765 176 40Universidad Tecnológica de Chile (INACAP) 10 1 0Universidad Santo Tomás 117 19 4Universidad de las Américas 21 1 1Universidad San Sebastián 73 9 10Universidad del Mar 30 2 6Universidad Autónoma de Chile 73 16 25Universidad Central 29 9 7Universidad Arturo Prat 176 20 15Pontificia Universidad Católica de Valparaíso 1.182 173 89Universidad Católica del Norte 1.014 155 61Universidad de Santiago de Chile 1.672 238 48Universidad Austral de Chile 1.618 232 124Universidad Técnica Federico Santa María 1.449 285 13Universidad de la Frontera 999 161 159Universidad Alberto Hurtado 134 17 27Universidad Católica del Maule 198 32 26Universidad Católica de Temuco 264 40 39Universidad de Tarapacá 472 81 59

Universidad de Talca 883 109 95

Universidad de Antofagasta 434 63 19Universidad Católica de la Santísima Concepción 237 29 23Universidad de la Serena 355 78 17Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación 106 13 11Universidad Católica Silva Henríquez 37 4 15Universidad de Playa Ancha de Ciencias de la Educación 50 9 11Universidad de Valparaíso 842 140 59Universidad Tecnológica Metropolitana 107 6 1Universidad de los Andes 305 58 43Universidad Adolfo Ibáñez 259 55 8Universidad del Desarrollo 420 62 55Universidad Finis Terrae 28 6 6Universidad Diego Portales 583 125 75Universidad Miguel de Cervantes 1 0 0Universidad de Ciencias de la Informática 1 Sin datos 0Universidad Bolivariana 7 0 3Universidad Internacional SEK 3 0 0Universidad de Los Lagos 218 25 29Universidad Iberoamericana de Ciencias y Tecnología 6 1 1Universidad Bernardo O’Higgins 5 Sin datos 3Universidad de Artes y Ciencias Sociales (ARCIS) 7 2 2Universidad Pedro de Valdivia 12 1 2Universidad Chileno Británica de Cultura Sin datos Sin datos Sin datosUniversidad Academia de Humanismo Cristiano 26 4 4Universidad de Artes, Ciencias y Comunicación (UNIACC) Sin datos Sin datos Sin datosUniversidad de Magallanes 231 36 38Universidad del Pacífico 2 0 0Universidad de Atacama 68 6 8 Universidad Adventista de Chile 1 1Universidad de Viña del Mar 25 2 7Universidad del Bio-Bio 485 62 20Universidad Gabriela Mistral 3 0 0Universidad Mayor 117 17 25Universidad de Aconcagua Sin datos Sin datos 0Universidad La República 2 Sin datos 0

Nota. Elaboración propia sobre datos (1): Producción de documentos (output) entre 2007 y 2011, SCImago IR (www.scimagoir.com); (2): Documentos publicados el año 2012 en revistas de indexación ISI, Consejo Nacional de Educación (www.cned.cl); (3): Documentos publicados el año 2012 en revistas de indexación SCIELO, Consejo Nacional de Educación (www.cned.cl).

358+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Chile

Tabla 8Producción de documentos en Chile.

AñoDocumentos producidos

Tasa de crecimiento (%)

Producción como % de la producción

mundial

2002 2.706 22,9 0,2

2003 3.115 15,1 0,22

2004 3.439 10,4 0,22

2005 3.855 12,1 0,22

2006 4.782 24,0 0,26

2007 5.100 6,6 0,26

2008 5.701 11,8 0,28

2009 6.357 11,5 0,3

2010 6.716 5,6 0,3

2011 7.362 9,6 0,31

2012 8.111 10,2 0,33

Nota. Fuente: SCImago Journal and Country Rank (2013), (www.scimagojr.com)

Cantidad de centros de investigación (think tanks) del país (2011)1 41

Cantidad de universidades del país (2013)2 60

Número de investigadores/1000 habitantes (2008)3 0,9

Número de PhD en el país4 6500-7000

Número de publicaciones indexadas (2012)5 7707

Porcentaje del PIB destinado a investigación (2012)6 0,42

Tabla 9Producción de documentos en Chile.

Nota. Fuentes: (1) McGann (2013); (2) Consejo Nacional de Educación Superior (2013); (3): Ministerio de Economía (2010); (4): Santelices (2011) (estimación); (5): SCImago (2007); (6): OCDE/OECD (2012)

359+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Chile

Tabla 10Periodo de Surgimiento de los Centros de Investigación en Chile.

Régimen militar y transición(1973-1990)

Retorno de la democracia y proceso de consolidación (1990-2000)

Consolidación democrática(2000)

Corporación de Estudios para Latinoamérica (CIEPLAN)

Libertad y Desarrollo (LyD)

Expansiva

Centro de Estudios para el Desarrollo (CED)

Instituto Libertad (IL) ProyectAmérica

Centro de Estudios Públicos (CEP)

Chile 21 Instituto Igualdad

Corporación de Estudios Sociales y Educación (SUR)

Fundación Jaime Guzmán

Aire Libre

Instituto Chileno de Estudios Humanistas (ICHEH)

Justicia y DemocraciaFundación por la Democracia

Centro de Promoción Universitaria (CPU)

Tiempo 2000Instituto Jorge Ahumada

Programa de Economía del Trabajo (PET)

Fundación FuturoCorporación de Investigaciones Sociales (CISO)

Fundación Eduardo Frei (FEF) AvanceFundación Democracia y Desarrollo

Centro de Estudios de la Realidad Contemporánea (CERC)

Instituto de Ciencias Alejandro Lipshutz (ICAL)

Grupo de Investigaciones Agrarias (GIA)

360+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Chile

Tabla 11Miembros del Equipo Económico del Gobierno de Aylwin: Afiliación a Universidades Extranjeras.

Nombre Posición Universidad

Ministerio de Hacienda

Alejandro Foxleya Ministro de Hacienda Universidad de Wisconsin

Pablo Piñeraa Subsecretario de Hacienda Universidad de Boston

Andrés Velascoa Jefe de Gabinete Universidad de Columbia

José Pablo Arellanoa Director de Presupuesto Universidad de Harvard

Javier Etcheverrya Director de impuestos Universidad de Michigan

Manuel Farfána Coordinador de políticas Universidad de Yale

Ministerio de Economía

Carlos Ominami Ministro de Economía Universidad de París

Jorge Marshall Subsecretario de Economía Universidad de Harvard

Alejandro Jadresic Coordinador de políticas sectoriales Universidad de Harvard

Juan Rusque Servicio Nacional de Pesca Universidad de Gales

Fernán Ibáñez Subsecretario de Inversión ExtranjeraInstituto Tecnológico de Massachusetts

Otras instituciones

Andrés Sanfuentes Presidente del Banco del Estado Universidad de Chicago

Eduardo Aninat Coordinador de deuda externa Universidad de Harvard

Ernesto Tironia Gerente general de CORFO (Corporación de Fomento de la Producción)

Instituto Tecnológico de Massachusetts

Hugo Lavados Superintendente de Valores y Seguros Universidad de Boston

Roberto Zahler Asesor del Banco Central Universidad de Chicago

Ricardo Ffrench-Davis Director de estudios del Banco Central Universidad de Chicago

Álvaro Briones Gerente de operaciones de CORFO Universidad Autónoma de México

Ernesto Edwards Vicepresidente del Banco del Estado Universidad de Boston

Álvaro GarcíaSubdirector de ODEPLAN (Oficina de Planificación Nacional)

Universidad de California

Fernando Ordóñez Subdirector de ODEPLAN Universidad de Edimburgo

Nicolás Flañoa Director del Fondo de Solidaridad e Inversión Social (FOSIS)

Universidad de Yale

Alex Guardia Instituto de Estadísticas (INE) Universidad de París

361+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Chile

Tabla 15Fundación Chile 21 (CH21).

Tabla 12Corporación de Estudios para Latinoamérica (CIEPLAN).

Año de Fundación 1976

AfiliaciónCentro Izquierda -Democracia, Libertad,Solidaridad

Temas de investigación Políticas públicas, Política económica, Política social, Democracia, Desarrollo

Número de Investigadores 11

Página Web http://www.cieplan.cl

Nota. Fuente: Elaboración propia en base a entrevistas e información disponible en www.cieplan.cl.

Tabla 13Centro de Estudios Públicos (CEP).

Año de Fundación 1980

AfiliaciónCentro Derecha – Liberalismo, Libertades personales,Derecho de propiedad, Democacia

Temas de investigación Opinión pública, debate político contingente, asuntos públicos

Número de Investigadores 19

Página Web http://www.cepchile.cl

Nota. Fuente: Elaboración propia en base a entrevistas e información disponible en www.cepchile.cl

Tabla 14Libertad y Desarrollo (LyD).

Año de Fundación 1990

AfiliaciónDerecha -Sociedad libre, Libre mercado,Progreso, Igualdad de oportunidades, Desarrollo Económico

Temas de investigaciónPolíticas Públicas, Política Económica, Política Legislativa, Políticas de seguridad y justicia

Número de Investigadores 21

Página Web http://www.lyd.com

Nota. Fuente: Elaboración propia en base a entrevistas e información disponible en www.lyd.cl

Año de Fundación 1992

AfiliaciónIzquierda -Libertad, Igualdad, Participación,Solidaridad, Justcia Social, Progresismo

Temas de investigaciónCalidad de la democracia, Desarrollo inclusivo, Derechos sociales, Protección del medio ambiente, Derechos indígenas, Igualdad de género, Política internacional

Número de Investigadores 12

Página Web http://www.chile21.cl

Nota. Fuente: Elaboración propia en base a entrevistas e información disponible en www.chile21.cl

362+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Chile

Tabla 16Vínculos de Doble Militancia Institucional de Investigadores de Centros de Investigación y Universidades.

Centro de investigación Investigadores con vínculo universitario

% de investigadores con vinculo Total

CIEPLAN 6 54,55 11

CEP 4 44,44 9

LyD 13 61,90 21

CH21 9 75,00 12

Nota. Fuente: Elaboración propia en base a revisión de contenido web de cada centro de investigación.

Tabla 17Participación de centros de pensamiento con afinidad política en comisiones

Comisión

Afines a la izquierda

extraparla-mentaria

Afines a la Concertación Afines a la derecha

Centro CENDA Chile 21 CIEPLAN Expansiva Proyectamérica LyD CEP

Previsión 0 1 1 2 1 1 1

Infancia 0 0 0 0 0 2 2

Educación 1 1 0 3 1 3 2

Probidad 0 0 0 1 1 0 2

Educación Superior

0 0 0 0 0 0 0

Equidad 0 2 2 4 1 3 4

Nota. Fuente: Aguilera (2009)

363+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Chile

Figura 2Matriculados Pregrado en Universidades Chilenas (1983-2012)

Nota. Fuente: Servicio de Información de Educación Superior (SIES) (Ministerio de Educación de Chile) (2013), Compendio Histórico de Educación Superior.

1.200.000

1.000.000

800.000

600.000

400.000

0

200.000

2011

2009

2007

2005

2003

2001

1999

1997

1995

1993

1991

1989

1987

1985

1983

Figura 3Matriculados Posgrado en Universidades Chilenas (1983-2012)

Nota. Fuente: Servicio de Información de Educación Superior (SIES) (Ministerio de Educación de Chile) (2013), Compendio Histórico de Educación Superior.

45.000

40.000

35.000

30.000

25.000

0

20.000

2011

2009

2007

2005

2003

2001

1999

1997

1995

1993

1991

1989

1987

1985

1983

5.000

10.000

15.000

364+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Chile

Tabla18Evolución de la matrícula total de educación superior por nivel global de formación (1983-2012)

Postgrado Postítulo Pregrado Total general

1983 1.933 322 172.995 175.250

1984 1.963 2.719 184.469 189.151

1985 2.299 2.232 196.609 201.140

1986 2.542 4.464 207.368 214.374

1987 2.571 3.272 218.669 224.512

1988 2.319 4.225 226.651 233.195

1989 1.300 2.105 226.703 230.108

1990 2.143 1.778 245.561 249.482

1991 1.475 1.597 247.037 250.109

1992 1.940 2.751 281.008 285.699

1993 3.283 2.605 310.132 316.020

1994 3.660 2.069 321.345 327.074

1995 4.498 2.739 337.705 344.942

1996 4.100 4.855 358.233 367.188

1997 4.242 5.514 370.847 380.603

1998 6.449 6.576 393.528 406.553

1999 6.586 6.438 411.650 424.674

2000 7.685 8.756 435.884 452.325

2001 10.639 7.365 465.278 483.282

2002 11.025 9.515 501.342 521.882

2003 14.978 9.620 542.516 567.114

2004 15.175 8.997 560.606 584.778

2005 14.920 9.055 595.027 619.002

2006 19.101 7.090 634.951 661.142

2007 19.987 7.151 735.392 762.530

2008 25.348 10.071 769.562 804.981

2009 27.475 13.521 835.247 876.243

2010 33.426 14.053 940.164 987.643

2011 33.466 19.647 1.015.150 1.068.263

2012 41.103 20.920 1.065.158 1.127.181

365+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Chile

Nota. Fuente: Adaptado de T. Medvetz (2012:37).

Figura 4Centros de Investigación en el Espacio Social

Corporación de Negocios

Partidopolítico

Organización demovimiento social

SiondicatosDiario Revistas

Asociaciónde Comercio

Universidad deInvestigación

Escuela dePolíticaPublica

Instituto Universitariode Policy

Journal de Políticas

Escuela de Periodismo CAMPO DE MEDIOS

Agencia Estatal

Biogosferapolítica

CAMPO DE PRODUCCIÓNCULTURAL

CAMPO POLÍTICO BUROCRÁTICO

CAMPO ECONÓMICO

ESPACIO DE THINK TANKS

366+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Chile

b) Lista y perfil de entrevistados

1. Alejandro Foxley, ingeniero, economista, académi-co e investigador, Ministro de Hacienda (1990-94), Presidente del Partido Democracia Cristiana (1994-97), Senador (1998-2006), Ministro de Relaciones Exteriores (2006-2009). Fundador y presidente en ejer-cicio de la Corporación de Estudios Para Latinoamérica (CIEPLAN).

2. Patricio Meller, ingeniero civil, economista, académico e investigador. Profesor titular del departamento de inge-niería industrial de la Universidad de Chile y ex director del mismo (1996-98). Ex director de la Corporación Nacional del Cobre de Chile (CODELCO). Director eje-cutivo de CIEPLAN.

3. Alfredo Joignant, sociólogo, cientista político, académico e investigador. Profesor titular de la escuela de ciencia política de la Universidad Diego Portales. Ex presidente de la Asociación Chilena de Ciencia Política (ACCP).

4. Carlos Ominami, economista. Ministro de Economía, Fomento y Reconstrucción (1990-92), Senador (1994-2010). Fundador y presidente honorario de la Fundación Chile 21 (CH21).

5. Carolina Segovia, socióloga y Máster en Ciencia Política de la P. Universidad Católica de Chile, y Ph.D. en Ciencia Política de la Universidad de Michigan (Ann

367+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Chile

Arbor, USA). Actualmente se encuentra trabajando como profesora de la Escuela de Ciencia Política de la Universidad Diego Portales. Sus principales áreas de investigación son opinión pública chilena y comparada, calidad de la democracia y participación política.

6. Eduardo Saffirio, abogado y magister en ciencias po-líticas, candidato a Doctor en filosofía. Es presidente del Centro de estudios del desarrollo (CED). Académico e investigador. Fue diputado por el Partido Demócrata Cristiano entre 2002 y 2010.

7. Eugenio Guzmán, sociólogo y académico. Actualmente se desempeña como Decano de la Facultad de Gobierno de la Universidad del Desarrollo. Se desempeñó como Director del Programa Político Institucional de Libertad y Desarrollo, también fue Director de la Escuela de Gobierno y Decano de Pregrado de la Universidad Adolfo Ibáñez. Actualmente es miembro del consejo asesor de Libertad y Desarrollo.

8. Gloria de la Fuente, cientista política, asesora y jefa de gabinete en el ministerio secretaria general de la presi-dencia. Académica de la universidad USACH, ARCIS y Academia de Humanismo Cristiano. Directora del pro-grama político de la fundación Chile21.

9. José Francisco García, abogado, Licenciado en Derecho y Magíster en Derecho Público. Máster y Doctor en Derecho de la U. de Chicago (EE.UU.). Realizó estu-dios postdoctorales en la Facultad de Derecho de la U.

368+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Chile

de Oxford (U.K.). Es Coordinador de Políticas Públicas de LyD. Académico e investigador.

10.Lucas Sierra, abogado y Ph.D de la universidad de Cambridge. Profesor y académico chileno. Director e investigador del Centro de Estudio Públicos (CEP).

11. Marcelo Mella, Dr. en Estudios Americanos. cientista político, profesor a tiempo completo en la Universidad de Santiago de Chile. Desarrolla investigaciones en los temas de políticas públicas y estructuras de producción de conocimiento, clientelismo político en perspectiva comparada y políticas de educación superior.

12. Pedro Güell, sociólogo, doctor en Sociología Universidad Erlangen-Nürnberg, Alemania, y trabaja en el PNUD en Santiago. Sus áreas de interés son Sociología de los cam-bios culturales en Chile y Sociología del Desarrollo en América Latina.

13.Claudia Heiss, cientista política de la New School for Social Research de Nueva York, Magister de la Universidad de Columbia y periodista de la Universidad de Chile. Presidenta de la asociación Chilena de Ciencia política. Profesora y académica del instituto de asuntos públicos de la Universidad de Chile.

14.Claudio Ramos, sociólogo, Doctor en Sociología de la University of Texas at Austin. Master of Arts en Sociología de la University of Texas at Austin y Magíster en Sociología Universidad Católica de Chile. Sus áreas

369+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Chile

de interés son la sociología de la ciencia, organizaciones y trabajo, gestión del conocimiento y cambio cultural.

15.Carlos Hunneeus, abogado, cientista político y di-rector ejecutivo del Centro de Estudios de la Realidad Contemporánea, CERC, profesor titular del Instituto de Estudios Internacionales, embajador de Chile en Alemania entre 1990 y 1994.

16. Marcela Ríos, doctora en ciencia política, funcionaria de Naciones Unidas. Académica y encargada del programa de gobernabilidad en el PNUD.

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Ana Lucía BlasVioleta Hernández

Guatemala

371+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Guatemala

Estudio país: Guatemala

1. Introducción

Guatemala está inmersa en la tarea de generar conocimiento acompañado por el desafío de impulsar las áreas de inves-tigación aplicada1 que sean pertinentes para su desarrollo, potenciar las capacidades investigativas y acelerar el desarro-llo del sistema de investigación que históricamente resultó perjudicado. Respecto a este último desafío apuntado, se consideró importante explorar el grado de vinculación entre las universidades y algunos think tanks o centros de investi-gación guatemaltecos. Estas instituciones tienen un rol clave para superar el reto de contribuir al diseño, elaboración y difusión de investigación aplicada para mejorar las políticas públicas.

Con este fin se recurrió a una investigación explorativa, ba-sada en entrevistas. Se realizaron 16 entrevistas a miembros de estos centros de investigación, universidades, medios de comunicación y actores clave en el sistema de investigación guatemalteco.

En la primera parte del estudio se describe brevemente el contexto histórico del desarrollo del sector de investigación y se evidencia que el establecimiento de la mayoría de centros

1 La investigación aplicada se refiere a los “trabajos originales realizados para ad-quirir nuevos conocimientos; sin embargo, está dirigida fundamentalmente hacia un objetivo práctico específico”. Las otras dos clasificaciones se refieren a la inves-tigación básica y al desarrollo experimental (“Frascati Manual”, 2002).

372+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Guatemala

de investigación y universidades privadas es relativamente reciente. En la segunda parte, se hace referencia al desem-peño del sistema de investigación, medido por la formación académica y disponibilidad de investigadores, su enfoque disciplinario, productos generados y los sectores que finan-cian y ejecutan recursos para la investigación y desarrollo. La tercera parte presenta los casos de tres organizaciones reconocidas en el ámbito nacional guatemalteco, cuyas ac-tividades se enfocan en la investigación en ciencias sociales y que tienen relaciones formales e informales con entidades universitarias. Este informe presenta los estudios de caso de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (ASIES), el Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN) y el Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI).

2. Contexto de país

Guatemala cuenta con más de 14 millones de habitantes que se encuentran cerca de 28 mil lugares poblados, 45% de estos en áreas consideradas rurales (PNUD, 2010). Es un país de desarrollo humano medio debido a que ocu-pa el puesto 133 de 187 del Índice de Desarrollo Humano (PNUD, 2013). A pesar de que la economía es la más grande de Centroamérica, la población convive en un am-biente de pobreza e inequidad económica: el 54% vive en situación de pobreza y el coeficiente de Gini es de 0,57. Consecuentemente, la educación refleja también esa des-igualdad: el 80% de la población no llega a graduarse de secundaria y, por tanto, no tiene oportunidad de demandar servicios de educación superior (Tobar, 2011).

373+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Guatemala

En relación a su sistema político, este se ha caracterizado históricamente por su rigidez, fragilidad e inestabilidad. El alcance del Estado como coordinador, concertador y pro-motor del desarrollo integral es limitado, principalmente debido a la fuerte influencia de poderes económicos: sector empresarial2 y, en los últimos años, también el crimen orga-nizado y el “narcopoder”, que se ha infiltrado en el Estado. Esto se traduce en una debilidad institucional, que limi-ta la capacidad para poner en marcha de políticas públicas (Erbsen y Barahona, 2010).

Además, cabe recordar que luego de tres décadas de go-biernos militares, Guatemala transitó a la democracia a mediados de la década de 1980. Durante el conflicto ar-mado interno, Guatemala vivió un escenario de represión sangrienta; el enfrentamiento armado llevó a una extrema polarización de la sociedad, y se dieron limitaciones a la li-bertad académica. Para finales de los años 60, la academia era vista con sospecha por parte de los gobiernos autorita-rios y los grupos conservadores del país, que enarbolaban la bandera del anticomunismo. Esta realidad impuso res-tricciones al desarrollo de la investigación y el debate sobre temas sociales y políticos en las aulas universitarias.

La universidad estatal fue objeto de asaltos armados y re-quisas, y su función fue reducida a expedir diplomas, sin capacidad de emitir pensamiento (Álvarez, 2008). Aun así, en ese contexto se desarrollaron, en dos universidades del

2 Como afirma Olascoaga (2003), el sector empresarial ha mantenido un tradicional peso político a lo largo de la historia del país, y ha encontrado formas de incidir en el poder político sin que esto implique un compromiso explícito con organizaciones partidistas.

374+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Guatemala

país, –la Universidad de San Carlos de Guatemala, y la je-suita Universidad Rafael Landívar–, programas de estudio en el campo de la ciencia política (Azpuru, 2005).

Con el proceso de democratización y la nueva Constitución Política, en 1985, surgieron oportunidades políticas favo-rables para la emergencia, desarrollo y activación de la sociedad civil organizada, como citan Alcántara (2005), Azpuru (2005) y Funes (2001). Esta coyuntura política y social abrió nuevas posibilidades de investigación y de-bate relacionadas con la construcción del nuevo régimen democrático y se facilitó una mayor participación de las uni-versidades en el proceso socioeconómico del país.

Palencia y Holiday (1996), coinciden en que el retorno a la democracia brindó una mayor apertura a la participación política de los ciudadanos en general, por medio de mayor seguridad para la expresión del pensamiento y la opinión pública, lo que ofreció nuevas oportunidades de organi-zación social. Debido a ello, el número de organizaciones sociales y de opiniones dirigidas a demandar del Estado una efectiva responsabilidad en la promoción de formas demo-cráticas de participación y organización social y política. Entre las actividades desarrolladas por las organizaciones sociales se cuentan:

• Educación e incidencia cívico-política

• Promoción de intereses colectivos

• Prestación de servicios sociales y de asistencia técnico-productiva

375+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Guatemala

• Investigación y análisis de la realidad social (Palencia y Holiday, 1996)

En ese último campo pueden enmarcarse los centros de pensamiento de Guatemala, que, además, buscan incidir en la formulación de políticas públicas, sociales o econó-micas. Durante la década de los 80, antes de que iniciaran el proceso de democratización, las escuelas o facultades de ciencias política de las universidades Francisco Marroquín, Rafael Landívar y San Carlos se identificaron cada una con una ideología política determinada: liberalismo económico, social-cristianismo, y social-democracia, respectivamente. Paralelamente, surgieron o se fortalecieron en el país centros de investigación académica que en una u otra forma se iden-tificaban con determinadas universidades y captaban a sus egresados, como el Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN), la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (ASIES), el Instituto Centroamericano de Estudios Políticos (INCEP), y la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) (Azpuru, 2005).

Con el avance de la democracia, se han creado centros de investigación especializados en diferentes temas, como el Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI), la Fundación para el Desarrollo de Guatemala (FUNDESA), la Asociación para el Avance de las Ciencias Sociales en Guatemala (AVANCSO), el Centro de Investigaciones Regionales de Mesoamérica (CIRMA), el Centro de Estudios Económico-Sociales (CEES) y el Instituto Centroamericano de Estudios Sociales y Desarrollo (INCEDES). Asimismo, han surgido centros de investigación asociados a universi-dades, como el Centro de Estudios Urbanos y Regionales

376+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Guatemala

(CEUR), el Instituto de Problemas Nacionales (IPNUSAC) y el Instituto de Estudios Interétnicos, de la Universidad de San Carlos (USAC); el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales (IDIES), el Instituto de Investigaciones y Gerencia Política (INGEP), el Instituto de Lingüística e Interculturalidad (ILI), y el Instituto para la Transformación de Conflictos para la Construcción de la Paz en Guatemala (INTRAPAZ), de la Universidad Rafael Landívar.

Actualmente, existen en el país al menos 19 centros de investigación privados. Además, existen alrededor de 61 cen-tros, institutos o unidades de investigación establecidos en cinco de las 13 universidades oficialmente reconocidas por el Consejo de la Enseñanza Privada Superior3. Esto apunta una situación preocupante: no todas las universidades tienen un enfoque de investigación definido puesto que la mayoría de ellas no han creado institutos de investigación y tampoco se han vinculado con los centros de investigación del país.

a) El Sistema de Investigación y su Desempeño

La formación de recurso humano para la investigación está limitada por el acceso de la educación. En 2011 apenas el 3,9% de la población guatemalteca había completado algún nivel de educación superior (cálculos propios con datos de la Encuesta de Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadística, 2011). Consecuentemente, el número de per-sonas que concluyen estudios de posgrado es reducido (ver

3 La mayoría de universidades son de reciente creación. De hecho, nueve de ellas fueron creadas entre 1995 y el 2009.

377+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Guatemala

Anexo 1). Esta situación refleja que sólo una pequeña parte de la población tiene el potencial para vincularse a la inves-tigación académica.

De los países de Iberoamérica para los cuales se disponía información a 2011, Guatemala resalta por tener el núme-ro de investigadores más bajo de la región: en 2011 había menos de un investigador por cada mil integrantes de la población económicamente activa (PEA). Esta escasez de recurso humano condiciona el desarrollo de un sistema de investigación robusto.

Además, resulta interesante analizar la oferta educativa por-que incide en la orientación disciplinaria de los graduados y sus temáticas de investigación. A 2013, la oferta académica

Figura 1Países seleccionados de Iberoamérica: número de Investigadores por cada Mil Integrantes de la PEA. Año 2011

Nota. Fuente: elaboración propia con información de Red de Indicadores de Ciencia y Tecnología, 2011.

20

18

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4,21 4,68

18,26

9,53

378+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Guatemala

de las universidades continuaba altamente concentrada en disciplinas tradicionales como administración de empresas y derecho; ingeniería, industria y construcción; y, ciencias sociales y periodismo (ver Anexo 2). Sin embargo, al relacio-nar el número de publicaciones indexadas con el número de investigadores en cada disciplina, se infiere que estas áreas no reflejan una fuerte vocación investigativa (ver Anexo 3).

En general, también es preciso apuntar que las publicacio-nes indexadas no son ampliamente utilizadas en los centros de investigación en Guatemala. Esto denota la poca produc-ción científica conforme los estándares internacionales. De hecho, Rodas (2001) menciona que:

“los centros no tienden a tener producción bibliográfica “seria” o

más permanente... Al contrario, se da mucha publicación de inves-

tigaciones cuasi periodísticas (e.g., boletines mensuales, semanales

o equivalentes). Esto, que no pasaría de ser parte de la labor de

divulgación de prensa en centros de otros países, se convierte, en

algunos casos, en el eje central de la investigación de algunos cen-

tros del área”.

b) ¿Qué Sectores Financian y Realizan la Investigación?

De acuerdo con la información disponible a 2011, Guatemala invirtió 0,05% del PIB en actividades de investigación y de-sarrollo (I+D). Al comparar dicho gasto con el ejecutado en otros países de Iberoamérica, resulta que es el tercer país con la inversión más baja.

379+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Guatemala

Con base en la información de la Red de Indicadores de Ciencia y Tecnología (RICYT), en la Tabla 1 se observan los distintos sectores que ejecutan y financian los proyectos de I+D en Guatemala.

c) Sectores que Ejecutan el Gasto en I+D

Se observa que el sector gubernamental ha disminuido su rol como ejecutor de los recursos a lo largo del tiempo. El bajo número de unidades investigación en las entidades gu-bernamentales se explica por el hecho de que al sistema universitario se le atribuyó la tarea de liderar los procesos de investigación y por ello se ha perfilado como el princi-

Figura 2Países seleccionados de Iberoamérica: Gasto en I+D como Porcentaje del PIB. Año 2011.

Nota. Fuente: elaboración propia con información de RICYT, 2011.

1,8%

1,6%

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1,52

380+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Guatemala

pal ejecutor de actividades investigativas en el país. En este aspecto, la Universidad de San Carlos de Guatemala en su carácter de única universidad estatal, tiene la responsabili-dad de promover la investigación en todas las esferas del saber humano y cooperar con el estudio y la solución de los problemas nacionales. De manera que en 1981 conformó su propio sistema de investigación y en la actualidad aglomera a 20 centros de investigación de facultades y escuelas, cuatro unidades de investigación no facultativas y 11 centros regio-nales de investigación.

A las universidades privadas también les corresponde, según el artículo 85 de la Constitución guatemalteca, orga-nizar y desarrollar la educación superior privada del país con el fin de contribuir a la formación profesional, a la inves-tigación científica, a la difusión de la cultura y al estudio y solución de los problemas nacionales. Para ello, se identificó el establecimiento de al menos 26 centros de investigación concentrados en cuatro de las 12 universidades privadas au-torizadas en el país. La falta de institucionalización motiva a pensar que no todas las universidades privadas tienen una fuerte dedicación a dichas tareas.

Por su parte, las instituciones privadas sin fines de lucro constituyen el tercer sector que ejecuta el gasto de I+D. Dentro de este grupo, se incluyen los tres centros de in-vestigación que se analizan en este estudio. Por último, el sector empresarial no juega un papel tan activo en la ejecu-ción de dicho gasto, en comparación con el resto de países de América Latina.

381+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Guatemala

d) Sectores que Financian el Gasto en I+D

En general, el sector extranjero siempre se ha perfilado como el principal financiador del gasto en I+D. Sin embargo, su relevancia es notablemente mayor en 2011 en comparación con 2006 (ver Tabla 2). Es usual que el financiador priori-ce los temas de investigación a apoyar y esto implicaría que en el caso guatemalteco, el sector extranjero tiene una alta influencia en la vocación disciplinaria de la investigación4.

4 Además del apoyo financiero, la colaboración extranjera en materia de diseño e implementación de una investigación siempre ha sido relevante y mantiene una tendencia creciente. Por ejemplo, de 2001 a 2006, el 77% de las publicaciones in-dexadas se realizaron en conjunto con alguna entidad extranjera y para el período de 2007-2013, dicho promedio había aumentado a 83%. Es decir, que la partici-pación de investigadores afiliados a instituciones foráneas se está reforzando. Esta colaboración hacia Guatemala también se extiende a otros tipos de colaboración que no tienen como resultado publicaciones indexadas (i.e. otro tipo de publicacio-nes, actividades de debate, etc.).

Tabla 1Guatemala: Gasto en Investigación y Desarrollo por Sector de Ejecución. Años 2006 y 2011.

Nota. Fuente: elaboración propia con información de RICYT, 2011.

SectorPor sector de ejecución

(demanda de los recursos)

Gobierno 26,9% 12,4%

Empresas 0,7% 0,3%

Educación Superior 70,1% 86,1%

Instituciones privadas sin fines de lucro 2,3% 1,2%

Extranjero -- --

382+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Guatemala

El sector de educación superior constituye la segunda fuente de financiamiento de actividades investigativas. Por último, el sector público ha reducido su importancia como fuente de financiamiento y se ubica como tercer sector de mayor relevancia para el financiamiento de la investigación. Esto denota que la investigación no es una prioridad del gasto gubernamental.

Tabla 2Guatemala: Gasto en Investigación y Desarrollo por Sector de Financiamiento. Años 2006 y 2011.

Nota. Fuente: elaboración propia con información de RICYT, 2011.

SectorPor sector de financiamiento

(oferta de los recursos)

Gobierno 36,5% 19,9%

Empresas - -

Educación Superior 23,7% 27,7%

Instituciones privadas sin fines de lucro - -

Extranjero 39,8% 52,4%

383+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Guatemala

Cantidad de centros de investigación del país: al menos 19 centros de investigación privados y alrededor de 61 centros, institutos o unidades de investigación establecidos en cinco universidades del país.Cantidad de universidades del país: 13 universidades reconocidas por el Consejo de la Enseñanza Privada Superior.Número de investigadores por cada mil habitantes de la población económicamente activa: 0,11* (RYCIT, 2011).Número de PhD en el país: en el período 1997-2012, 109 guatemaltecos han obtenido un doctorado (estimación de RICYT, 2011).Número de publicaciones indexadas: tomando como referencia la base de datos SCOPUS, en el período 1996-2012, en Guatemala se han publicado 1,928 documentos indexados (SCImago, 2007). Porcentaje de PIB usado en investigación: 0,06% en 2009 (Banco Mundial, 2012).

Nota. * Incluye únicamente personas físicas en instituciones públicas e instituciones de educación superior. Fuente: recopilación propia de las investigadoras, a menos que se indique la fuente, 2013.

Recuadro 1En datos: la Investigación en Guatemala

384+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Guatemala

3. Estudios de Caso

A continuación se presentan tres estudios de caso. Los cri-terios de selección se basaron en la visibilidad, relevancia e influencia de las instituciones y dado el conocimiento previo de que estos centros se han relacionado en diferentes ocasio-nes con algunas universidades del país. El recuadro siguiente presenta algunas de sus características.

Nota: información sobre número de investigadores a agosto de 2013. Fuente: elaboración propia con información obtenida en entrevistas o páginas Web.

Recuadro 2Información Básica de las Instituciones Estudiadas

Asosiación de Investigación y Estudios Sociales (ASIES)

Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI)

Centro de Investigación Económicas Nacionales (CIEN)

Año de fundación 1982 2005 1982

Afiliación Es una entidad privada con fines lucrativos. No está vinculada con ninguna tendencia política que respeta las distintas concepciones y actividades políticas, sociales, económicas y profesionales de sus asociados.

Independiente Es una institución política, no partidista. Nació vinculada a la Universidad Francisco Marroquín, de ideología liberal, pero se ha desligado de ella, aunque varios de sus investigadores son catedráticos de esta

Fuentes de financiamiento

Fundación Konrad Adenauer (12%de su presupuesto); IDRC (23%); UNICEF (7%); y Unión Europea (6%)

Agencia Sueca de Cooperación Internacional para el Desarrollo (25% de su presupuesto); convenios suscritos con UNICEF, SAve the Children, FAO, entre otras (65%) y, consultorías (10%)

Temas principales de investigación

Son variados y se refieren a las áreas de análisis político, económico, jurídico y educación

Específico. Se enfoca en el tema fiscal en cinco áreas: 1) ingresos públicos, 2)gestión pública para el desarrollo, 3)presupuestos públicos y Derechos Humanos, 4) política fiscal, ambiente natural y desarrollo; y, 5) incidencia y análisis de coyuntura

Abarca cuatro áreas principales como libertad económica (referida al análisis micro y macroeconómico), desarrollo social, seguridad ciudadana y legislación referida al desarrollo macroeconómico

Investigadores 20 14 18

Página web www.asies.org.gt www.icefi.org www.cien.org.gt

385+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Guatemala

a) Asociación de Investigación y Estudios Sociales (ASIES)

De las instituciones analizadas, la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (ASIES) cuenta con la trayectoria más extensa. Desde 1979, ASIES ha realizado análisis de coyuntura e investigaciones para incidir en el di-seño, creación e implementación de políticas públicas. Para ello, ha dispuesto de líneas de investigación en temas po-líticos, económicos, educativos, legales y sociales del país. Una de sus principales actividades se refiere a fomentar la creación y fortalecimiento de espacios de diálogo y debate. De hecho, este fue el motivo de su concepción inicial: era necesario proponer soluciones democráticas para ponerle fin a la época de represión y enfrentamiento armado inter-no. Se considera que este motivo de surgimiento influyó en la decisión posterior de adoptar varias líneas de investi-gación que permitieran plantear soluciones integrales; en contraposición al enfoque específico que han asumido otras instituciones de más reciente creación.

De acuerdo con los integrantes de esta institución que fueron consultados, ASIES también adopta la función de auditoría a los actores y desempeño público para alcanzar a cimentar la transparencia y la participación de la sociedad organizada, e impulsa propuestas basadas en la investiga-ción y experiencia debido a que varios de sus integrantes han ocupado puestos gubernamentales. Para cumplir con sus funciones, ASIES cuenta con:

• La Asamblea General constituida por los miembros activos de ASIES y es la máxima autoridad de la

386+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Guatemala

Asociación. Algunos de ellos desempeñan cargos en la Junta Directiva de manera que exista un vínculo en-tre estos niveles de la organización.

• La Secretaría Ejecutiva que es el órgano técnico y ad-ministrativo de la Asociación.

• Los Consejos y las Comisiones económica, política y social. Los Consejos brindan asesoría y responden a consultas de la Junta Directiva y Secretaría Ejecutiva. Por su parte, las Comisiones tienen carácter ejecutivo.

Entre sus fortalezas, cabe señalar:

• Tiene un enfoque global y no específico de investiga-ción. Es decir, aborda varias líneas de investigación para las cuales conforma equipos de investigadores especializados en cada tema. Esta conformación tam-bién constituye un potencial para realizar trabajos interdisciplinarios. De acuerdo con McGann (2012), el enfoque global permite dar respuestas multidisciplina-rias a problemas complejos y favorece la colaboración y creatividad de los investigadores para realizar pro-puestas.

• Su labor investigativa e incidencia le ha permitido ganar y mantener un espacio de atención por más de treinta años. Según Reynolds (2008), es uno de los centros de investigación más influyentes en Guatemala: va-rios de sus integrantes se han involucrado en puestos de la administración gubernamental, y las propuestas

387+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Guatemala

y opiniones de sus integrantes –fundadores e in-vestigadores– son escuchadas. Eso ha favorecido su fortalecimiento como institución.

• La Asociación forma y lidera una serie de alianzas con otras instituciones que comparten principios y obje-tivos en diversos campos del desarrollo. Esto le ha permitido identificar cuáles son los elementos que ga-rantizan la consecución de objetivos puntuales a través de la conformación de relaciones estratégicas. ASIES es selectiva con las alianzas que genera pero promue-ve una amplia y plural convocatoria y asume el rol de facilitador y de líder para conservarlas. Esta acción es clave para garantizar el éxito de las alianzas. De hecho, Mendizabal (2013) afirma que “los buenos facilitado-res crean las oportunidades para que los miembros se encuentren, trabajen juntos, y avancen de acuerdo con el propósito y los objetivos de la red”.

Entre los desafíos, se mencionan:

• Contar con recursos para investigaciones conjuntas.

• Generar espacios de coordinación con las universida-des para desarrollar investigaciones conjuntas, o para vincular a los centros de investigación de las universi-dades con ASIES.

Han existido varias experiencias de trabajo conjunto en-tre ASIES y universidades del país, especialmente la Universidad Rafael Landívar (URL) –de tradición jesuita,

388+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Guatemala

con la que se asegura que hay mayor afinidad ideológica— y la estatal Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC). Todas estas son calificadas de exitosas, y se han enmarcado, por lo general, en acciones de incidencia, más que en inves-tigación conjunta.

ASIES también recibe estudiantes de la URL para realizar pasantías como auxiliares en investigaciones. Aunque las plazas para pasantes están abiertas a estudiantes de todas las universidades del país, es la URL, a través del Departamento de Responsabilidad Social Académica, el que responde a las convocatorias. Este es uno de los mecanismos que favorecen la contratación de personal de dicha universidad.

Además existen experiencias concretas de trabajo de ASIES con universidades. Entre estas destacan:

• Proyecto de Análisis Electoral (PAE) | Universidad Rafael Landívar: Este proyecto fue ejecutado por el Grupo Especializado de Instituciones de Investigación y Formación Política, entre mayo 2003 y febrero 2004. En este grupo participaron ASIES, la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la URL, el Instituto de Investigación y Autoformación Política de la Escuela de Ciencia Política de la USAC, el Instituto Centroamericano de Estudios Políticos (INCEP), y la Fundación para la Democracia Manuel Coloma Argueta. El objetivo del proyecto fue coadyuvar a un proceso electoral de mayor calidad en cuanto a acti-tudes cívicas y de comunicación entre candidatos y electores, así como insistir en que se desarrollara un

389+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Guatemala

evento justo, equitativo, transparente y con pluralidad de opciones. Para ello, realizó un estudio sistemático sobre la evolución del proceso, concentrándose en el análisis de actores políticos, hechos políticos y en es-pecial, en las percepciones de la opinión pública sobre las campañas electorales.

• Consorcio ASIES-URL-USAC: Es una alianza institu-cional, por medio de la cual se ha buscado incidir en reformas legales que fortalezcan la institucionalidad democrática del país. Para esta, se firmó un convenio entre las tres instituciones, a fin de dotar de mayor legitimidad el trabajo realizado y para fortalecer el compromiso institucional.

En tal sentido, en el 2011 se elaboró una propuesta de re-forma a la Constitución Política de la República, acotada a materia de seguridad y justicia. Diez diputados del Congreso de la República acogieron esa propuesta y la llevaron al Pleno del Congreso, para su trámite como iniciativa de ley. Representantes del Consorcio participaron en una serie de audiencias públicas realizadas entre el 24 de octubre de 2011 y el 7 de marzo de 2012, por la Comisión de Legislación y Puntos Constitucionales del Congreso, encargada de anali-zar la citada iniciativa. Aunque la iniciativa no se concretó y derivó en cambios a la Constitución, se considera que la contribución del consorcio favoreció la discusión en torno a la necesidad de actualizar la Carta Magna y colocó el tema en la agenda de debate. Asimismo, el Consorcio presentó a la Comisión Específica de Asuntos Electorales del Congreso, propuestas de reforma a la Ley Electoral y de Partidos

390+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Guatemala

Políticos, cuyo fin es el fortalecimiento e institucionalización del sistema electoral y de partidos políticos guatemaltecos. También en este marco, integrantes de ASIES y de las dos universidades parte del Consorcio han presentado ponen-cias en audiencias públicas organizadas por esa comisión, para someter a debate en la sociedad civil, diversos plantea-mientos en torno a la reforma a la normativa en cuestión.

Dentro del Consorcio, la participación de la USAC ha sido por medio de su Instituto de Problemas Nacionales (IPNUSAC), centro académico de carácter multidiscipli-nario, que asesora al Consejo Superior Universitario y al Rector. Su misión es contribuir a que esa universidad cum-pla con el mandato constitucional de cooperar en el estudio y la solución de los problemas nacionales, a través de inves-tigaciones científicas, propuestas institucionales y debates públicos.

La URL, por su parte, se define como una institución con vo-cación pública, por lo que busca tener mayor incidencia en la vida política del país, fundamentándose en investigaciones, e ir más allá de su papel en la formación de profesiona-les. Para ello, ha creado una Vicerrectoría de Investigación y Proyección, dentro de la cual se estableció la Dirección de Incidencia Pública. En ese sentido, considera que las alianzas con centros de pensamiento le permiten ampliar su núcleo de incidencia y financiamiento. En general, esta experiencia permite apuntar una de los beneficios de las alianzas: se puede motivar a que se introduzcan y manten-gan ciertos temas dentro de la agenda de debate.

391+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Guatemala

• Red Nacional de Formación e Investigación Ambiental: ASIES forma parte de REDFIA, un mecanismo de cooperación y coordinación interinstitucional volun-taria, entre universidades, centros de investigación y el Ministerio de Ambiente para impulsar la formación y la investigación en materia ambiental. De acuerdo con Mendizábal (2013), las alianzas son más fuertes cuan-do las instituciones se integran de manera voluntaria.

• Tiene por objetivos formar recurso humano, desa-rrollar investigación e influir en espacios de toma de decisiones en materia de medio ambiente, recursos naturales y desarrollo sostenible. La red está integra-da por las universidades Rafael Landívar, San Carlos, del Valle, Mariano Gálvez, Rural y Galileo, la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), ASIES y el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales.

A pesar de que ASIES está retomando una línea de inves-tigación en materia ambiental, esta alianza es un ejemplo de un trabajo multidisciplinario porque cada entidad apor-ta sus conocimientos en el tema para realizar propuestas conjuntas que favorezcan el medio ambiente. En general, se observa que ASIES ha logrado mantener varias alianzas a través del tiempo y efectivamente, algunas de ellas, han derivado en acciones de incidencia concretas. Además, cabe mencionar que a diferencia de los otros centros de investiga-ción, ASIES establece vínculos con más de una universidad nacional al mismo tiempo. Eso refleja el interés de aliarse con dicha institución para incidir en la agenda pública.

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b) Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN)

El Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN) fue fundado en 1981, como iniciativa de Fritz Thomas, Lucy Martínez-Mont, Federico Polá y Juan Fernando Bendfeldt (UFM, 2012), miembros de la Universidad Francisco Marroquín —de ideología liberal—, que buscaban tener un espacio de incidencia política Sin embargo, a lo largo de sus 30 años de existencia, se ha desligado de esa universidad y adquirido independencia. Se define como una entidad pri-vada, no lucrativa, política pero no partidista, cuya misión es impulsar el desarrollo económico mediante el estudio técnico de los problemas económicos y sociales del país, el

Recuadro 3Vínculos de ASIES con Universidades

ASIES desde su concepción ha tratado de motivar el diálogo y promoción de aquellos temas que considera relevantes para el desarrollo del país. Se intuye que su visión global le ha favorecido para mantener líneas de investigación adecuadas a las necesidades del país en distintas etapas que datan desde la época del enfrentamiento armado interno y el proceso de democratización.

La relación de ASIES con universidades guatemaltecas, en especial la Universidad Rafael Landívar y la Universidad de San Carlos están bastante más institucionalizadas y tienen un carácter más permanente. Se trata de relaciones de colaboración y complementariedad de cara a incidir en políticas públicas y reforma del Estado.

Los resultados de estas relaciones han favorecido a la colocación de ciertos temas en la agenda de debate. Se posicionan aquellos temas que, a criterio de sus integrantes, requieren de un mayor espacio de discusión, conocimiento e investigación. Asimismo, estas alianzas también han servido para proponer iniciativas concretas.

Algunos de los factores que han favorecido el surgimiento y mantenimiento de varias de estas alianzas se refieren al rol activo que ASIES ha tomado para promoverlas y la convergencia no forzada de sus miembros.

393+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Guatemala

análisis y conocimiento de los mismos, y el planteamien-to de soluciones concretas, congruentes con la realidad guatemalteca. Busca, además, marcar el rumbo de las polí-ticas públicas, orientando a los tomadores de decisiones en Guatemala, por medio de propuestas técnicas y efectivas.

El CIEN surgió en un contexto de transformaciones en Guatemala, de tránsito a la democracia. Por ello, en sus inicios, se enfocó en el análisis económico, tratando los campos fiscal, monetario, financiero y gasto público. De tal cuenta, apoyó la liberación del tipo de cambio, la estabilidad macroeconómica del país y la apertura comercial que inició a finales de los años ochenta (Aceña, 2013).

Con el tiempo, ha ampliado sus estudios a las siguientes áreas:

• Libertad económica. Se estudia el campo de la macro y microeconomía, en el que se enmarcan temas como comercio exterior, infraestructura, empleo e inversión, fiscal, monetario y financiero. Asimismo, se analiza la economía informal, emprendimiento empresarial y competitividad.

• Desarrollo social. Enfatiza propuestas para mejorar las condiciones de vida de los guatemaltecos. Abarca campos como educación, salud, nutrición, descen-tralización, previsión social, vivienda, pobreza, gasto público, transferencias condicionadas y propuestas de sistemas de monitoreo y evaluación a las políticas del área social.

394+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Guatemala

• Seguridad ciudadana. Incluye subtemas como preven-ción, resolución de conflictos, sistema penitenciario, Policía Nacional Civil y defensa nacional.

• Programa de Apoyo al Organismo Legislativo. Analiza leyes existentes y proyectos de ley relacionados con el desarrollo socioeconómico de Guatemala.

De acuerdo con las entrevistas realizadas, publicaciones en medios de comunicación y con la página de internet del CIEN, entre sus fortalezas están:

• Reconocimiento. El centro goza de reconocimiento en-tre la sociedad civil y centros de pensamiento, debido a su trayectoria de 30 años.

• Capacidad de incidencia. Sus recomendaciones en materia económica han sido tomadas en cuenta por diferentes gobiernos y contribuyeron, a finales de los ochenta, a estabilizar la economía del país. Asimismo, asesoró y puso en marcha nuevas instituciones para el desarrollo social, como un plan piloto de educa-ción descentralizada y el fondo de inversión social. En Guatemala, la participación política de integrantes de centros de pensamiento es una característica común a la noción de generar incidencia (Barreto, 2013). A me-diados de los años 90, en un ejercicio de proyección, el CIEN se propuso tener tres ministros en posiciones clave del gobierno en una década, y lo logró (Ídem). Actualmente, entre sus investigadores se cuenta con

395+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Guatemala

una exministra de Educación, y un exministro de la Defensa Nacional.

• Investigadores con experiencia, que comparten la mística de la institución. Asimismo, ha habido una renovación de liderazgos, que permite contar con in-vestigadores jóvenes. Muchos de los miembros del CIEN son docentes, lo que facilita el reclutamiento.

• El centro forma parte de redes regionales e internacio-nales como RELIAL y PREAL, entre otras.

En cuanto a los desafíos, resaltan los siguientes:

• Contar con estabilidad financiera para hacer inves-tigaciones de largo plazo. Actualmente, la ejecución de proyectos depende de la capacidad para conseguir financiamiento (fundraising), lo que limita la tempora-lidad de los mismos.

• Atraer y mantener investigadores con posgrados aca-démicos, que compartan la mística y los principios del CIEN. Esto se relaciona también con la capacidad fi-nanciera del centro, para poder presentar una oferta salarial competitiva.

Al ser entrevistados, investigadores del CIEN coinciden que las experiencias de trabajo con universidades han sido siempre exitosas. Sin embargo, los resultados no siempre se han sistematizado. Cabe señalar, por otro lado, que esas experiencias se han dado sobre todo en el marco de la ense-

396+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Guatemala

ñanza, y no en el de investigación conjunta. Al considerar aliarse con universidades para realizar talleres, foros, ca-pacitaciones, u otras actividades, los integrantes del CIEN toman en cuenta la disponibilidad de instalaciones, tanto en la capital del país como en la provincia, y el apoyo logístico que puedan brindar, así como la coincidencia de enfoques y la capacidad de incidencia de la universidad.

Sin embargo, las alianzas para desarrollar proyectos aca-démicos son menos frecuentes, pues se percibe que las universidades “no hacen tanta investigación”, sino que su acción está principalmente enfocada a la formación de profesionales. En general, las universidades privadas han invertido más en el área de la docencia con el ofrecimiento de carreras, dejando de lado la investigación y la extensión (Tobar, 2011). Aunque algunas han comenzado a fortalecer a sus institutos de investigación, el sistema universitario guatemalteco sigue teniendo el reto de convertirse en centro promotor de la solución de los problemas nacionales (idem).

Otra diferencia que perciben los investigadores del CIEN es que las universidades no siempre buscan incidir, en tanto que los centros de pensamiento, sí. Por esto, se prefieren las alianzas con otros centros de pensamiento u organiza-ciones de sociedad civil. No obstante, se reconoce que las universidades no pueden estar ajenas a la realidad nacional, por lo que es importante propiciar oportunidades de traba-jo conjunto. En ese sentido, se propone crear un espacio en el que centros de pensamiento y universidades puedan reunirse, por lo menos una vez al año, para intercambiar información y coordinar proyectos.

397+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Guatemala

En general, los investigadores del CIEN resaltan, como su principal actividad en conjunto con una universidad, la si-guiente:

• Taller de actualización económica para periodistas | Universidad Francisco Marroquín: El objetivo del mis-mo es, por un lado, formar a los periodistas en materia económica desde la visión del CIEN, y por otro, que los periodistas identifiquen a los investigadores de ese centro como fuente de información. Además de este, existe una estrecha relación entre el CIEN y la Universidad Francisco Marroquín, aunque esta es más personal que institucional. Muchos de los investiga-dores del CIEN son egresados de esa casa de estudios –aunque no exclusivamente—, y laboran como do-centes en la misma. Esto facilita el reclutamiento de nuevos investigadores y asistentes de investigación.

Recuadro 4Vínculos del CIEN con Universidades

Desde su nacimiento, hace 30 años, el Centro de Investigaciones Nacionales (CIEN) ha tenido una estrecha relación con la Universidad Francisco Marroquín. Esta es una relación institucional de cooperación, especialmente enfocada en la formación académica.

El CIEN aporta docentes para formar a periodistas en los talleres de actualización económica, mientras la Universidad Francisco Marroquín aporta respaldo académico e instalaciones, de forma que ambas instituciones se complementan.

En lo personal, investigadores del CIEN se desempeñan como docentes en diversas universidades. Esto, además, facilita el reclutamiento de nuevos investigadores. De esta forma, se da aquí una relación de complementariedad, dado que el CIEN tiene impacto en la enseñanza, mientras las universidades desarrollan las capacidades de futuros investigadores.

Sin embargo, falta una mejor coordinación entre el CIEN y las universidades del país, para poder potenciar su relación. Durante las entrevistas se constató que hay disposición a la colaboración y al trabajo conjunto, cuando se percibe que este puede producir beneficios.

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c) Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI)

De las instituciones analizadas, ICEFI es de más reciente creación (septiembre 2005). Su director enfatiza que la la-bor de investigación está enfocada en el área fiscal porque la política fiscal guarda estrecha relación con las posibilida-des de desarrollo de un país e incluso de una región. De esa cuenta, desde su surgimiento, adoptaron una visión centroa-mericana al reconocer que los países sumamente pequeños, como los centroamericanos, deben asumir una visión regio-nal para enfrentar desafíos más grandes.

ICEFI cuenta con cinco sub-áreas de investigación en-marcadas dentro del tema fiscal: 1) ingresos públicos; 2) gestión pública para el desarrollo; 3) presupuestos públicos y Derechos Humanos; 4) política fiscal, ambiente natural y desarrollo; y, 5) incidencia y análisis de coyuntura. De es-tas, el área referida a la política fiscal, ambiente natural y desarrollo se estableció como respuesta a la demanda de investigaciones dentro de la temática ambiental, mientras que las otras se han establecido deliberadamente.

Cabe destacar que, en 2011, ICEFI creó la unidad de in-cidencia para impulsar su influencia política. A través de esta unidad buscan acercarse a los dirigentes de partidos políticos, representantes de los organismos parlamentarios y demás actores clave en el área político-fiscal. Además de su equipo de investigación, el ICEFI cuenta con un Consejo Asesor que orienta y evalúa su labor. Sus miembros son personas que han trabajado o estudiado la realidad fiscal de la región y pertenecen a cada país de Centro América, España, Estados Unidos y Argentina. Adicionalmente, tie-

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ne una Junta Directiva integrada por guatemaltecos. La institución es también uno de los principales centros de “reclutamiento” de funcionarios públicos en Guatemala. Desde su fundación, varios de sus investigadores, consul-tores externos e integrantes de su junta directiva y consejo asesor han asumido roles en la administración pública, en especial en el área fiscal:

Tabla 3Integrantes de ICEFI en Puestos de la Administración Pública desde la Fundación del Instituto en 2005

Nombre y puesto que en algún momento ha ocupado en ICEFI

Puesto en la Administración Pública

Período en el puesto

Alma QuiñónesEs presidenta de la Junta Directiva

Asesora del Ministerio de Finanzas Públicas (MINFIN)

2008-2010

Juan Alberto Fuentes KnightEs fundador y fue Director de ICEFI

Ministro de Finanzas Públicas

Enero de 2008 a junio de 2010

Edgar BalsellsFue Secretario de la Junta Directiva

Ministro de Finanzas Públicas

Junio de 2010 a noviembre de 2010

Ricardo BarrientosActual economista senior

Viceministro de transparencia y evaluación fiscal en el MINFIN

Junio de 2009 a junio de 2010

María CastroFue economista senior

Viceministra de Administración FinancieraMinistra de Finanzas Públicas en Funciones (MINFIN)

Enero de 2012 a octubre de 2013Octubre 2013 a la fecha

Dorval CaríasFue consultor externo

Viceministro de Ingresos y Evaluación Fiscal, Ministerio de Finanzas Públicas (MINFIN)

Enero de 2012 a la fecha

Fernando CarreraFue director

Titular de la Secretaría de Planificación y Programación de la Presidencia

Enero de 2012 a enero de 2013Enero de 2013 a la fecha

Nota. Fuente: recopilación propia, 2013.

400+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Guatemala

De acuerdo con las entrevistas realizadas y percepciones en los medios de comunicación, ICEFI logró posicionarse rápi-damente en los debates sobre el área fiscal. Se intuyen tres factores que favorecieron dicho posicionamiento:

• Realizan investigación y advocacy (incidencia política) sobre el área fiscal. La especialización permite profun-dizar y darle seguimiento a un tema. Esto favorece su labor de incidencia porque el público y las institucio-nes que potencialmente podrían vincularse reconoce su especialidad y enfoque del tema. Asimismo, esto les puede beneficiar financieramente ante los otros centros con agendas de investigación más amplias. A ese respecto, McGann (2012) indica que los donantes encuentran atractivas a aquellas instituciones, como estas, que buscan resolver problemas concretos.

• Aunque la institución es nueva, los fundadores y di-rectores tienen un amplio conocimiento y experiencia en el tema. De hecho, tradicionalmente los integrantes de su Junta Directiva y Consejo Asesor han ocupado puestos en la administración pública u organizacio-nes internacionales. De manera que esto pudo haber facilitado el acercamiento y construcción de relaciones con actores claves.

• De lo anterior, deriva que la institución ha generado un perfil institucional distintivo, que no depende una o pocas personas sino que está fortalecido por el po-sicionamiento que este centro ha ganado en el medio en el que se desenvuelve. Este es un paso positivo, aunque no suficiente para establecer vínculos intra-

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organizacionales. A ese respecto, Bachmann & Van Witteloostuijn (2006), enfatizan la importancia de que los vínculos evolucionen a una forma institucio-nal para que sean sostenibles en el tiempo. Aunque eso no resta importancia de las relaciones o redes que han creado sus investigadores y colaboradores.

En cuanto a los desafíos, se distinguen tres:

• Deben impulsar una presencia más activa en toda la región centroamericana. Es decir, sus actividades toda-vía tienen una influencia concentrada en Guatemala. Por lo tanto, el desafío consiste en consolidar su vi-sión regional. No obstante, Goodman (2005) apunta una oportunidad, para las nuevas instituciones como ICEFI, de alejarse del modelo one-roof que se refiere a la necesidad de tener equipos en un mismo espacio y utilizar herramientas tecnológicas. Otra de las es-trategias para afrontar este reto consiste en generar alianzas con instituciones regionales.

• La influencia e incidencia política puede ser desgas-tante. La influencia de ICEFI podría ser alta dado el hecho de que varios de sus integrantes han incursio-nado en la administración pública. No obstante, existe el riesgo de que la percepción pública vincule estas decisiones con la imagen institucional de ICEFI (i.e. ver Barreto, 2013).

ICEFI es un centro de investigación de reciente creación. Este se caracteriza por tener un tema de investigación específico referido al área fiscal y su visión es regional.Este centro de investigación ha tenido una relación más estrecha con algunos cen-tros de investigación de la Universidad Rafael Landívar. Estos vínculos se caracterizan por ser de colaboración y no de competencia. Sin embargo, es necesario enfatizar que varios de los proyectos y actividades que realizan son de carácter definido por lo que se convierten en colaboraciones puntuales. Por ejemplo, la vinculación de ICEFI con el INGEP tuvo como resultado la publicación del reporte: De las promesas electorales de 2011 a la realidad: Costos y desafíos para la implementación de los planes de Gobierno, 2012-2015. No obstante, este análisis ha tenido un seguimiento unilateral a pesar de que pudo haberse prolongado y ampliado esta colaboración. Asimismo, ICEFI ha generado una relación estrecha con IARNA. Estas instituciones han complementado sus actividades para realizar proyectos concretos pero resalta la creación de una unidad de análisis ambiental en ICEFI no generó competencia por

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• El tema de investigación es controversial. Los avances en materia fiscal tienden a ser lentos y generan posicio-nes extremas difíciles de conciliar. Incluso, cuando en 2012 se logró una reforma fiscal, el Fondo Monetario Internacional indicó que los intentos de una transfor-mación estructural ha sufrido reveses y retrasos. En dicha arena, ICEFI ha posicionado sus ideas y parale-lamente ha determinado sus aliados y antagonistas en el debate fiscal.

En la mayoría de los casos, los vínculos han sido ocasionales y la mayoría se basan en un principio de complementa-riedad de capacidades. De manera que los vínculos le han permitido a ICEFI realizar proyectos multidisciplinarios. Este hecho se considera positivo en cuanto que toda reco-mendación, decisión u acción en el ámbito público requiere de un análisis de su viabilidad financiera.

Sin embargo, cabe resaltar que los vínculos se han gene-rado principalmente con los centros de investigación de la Universidad Rafael Landívar. Al consultar por qué no se han relacionado con otras universidades guatemaltecas existen tres elementos:

• Se percibe que la universidad pública es burocrática para realizar proyectos conjuntos lo que desalienta la búsqueda de estas relaciones. Además, de acuerdo con uno de los investigadores que ha trabajado tanto en las universidades como en centros de investigación resaltó la incompatibilidad de los plazos para realizar investigaciones. Se adujó que los tiempos de investi-gación en las universidades son más extensos porque

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no buscan incidir en un corto plazo como los centros de investigación.

• Las universidades se alejan de la labor de incidencia y se han apegado a su función educativa. De hecho, Álvarez (2005) detectó esta característica y afirma que la mayoría de universidades no tienen una visión y vocación investigativa. Este autor recomienda a las uni-versidades guatemaltecas que dejen ser únicamente “profesionalizantes” y se conviertan en entes genera-dores de conocimiento. A este se agrega que algunas universidades son cautas o conservadoras con su ex-posición política.

• No se buscan vínculos con algunas universidades por incompatibilidad de objetivos o ideologías.

Sin embargo, los entrevistados reconocen que en algunos casos la diferencia de objetivos ha favorecido la colaboración. Es decir que las universidades no tienen tantos problemas de sostenibilidad financiera como los centros de investiga-ción, hecho que desincentiva la competencia por recursos financieros. A continuación, se enlistan algunas actividades de enlace con universidades:

• Vínculo con el Instituto de Investigaciones y Gerencia Política (INGEP) | Universidad Rafael Landívar: dicha vinculación tenía como objetivo analizar la viabili-dad de los ofrecimientos de los partidos políticos en la época electoral. Como resultado se contemplaba la presentación de los hallazgos del estudio para alimen-

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tar y fomentar el debate sobre la factibilidad de las ofertas partidarias. En este proyecto se delimitaron las competencias de cada institución y únicamente se ge-neró una carta de entendimiento. Esta investigación no generó el espacio de debate esperado que tendría como resultado un espacio para concretar una alian-za más amplia y únicamente ha existido continuidad unilateral de dicho tema, de parte de ICEFI: en cada presupuesto se analiza cómo se incluyen acciones para cumplir con las ofertas realizadas por el partido electo. Se considera que el proyecto no tuvo una fuerte inci-dencia y los resultados tuvieron eco en algunos medios escritos de comunicación.

• Vínculo con el Instituto de Agricultura, Recursos Naturales y Ambiente (IARNA) | Universidad Rafael Landívar: ICEFI colaboró con el IARNA en materia de presupuestos públicos y medio ambiente. Los apoyos fueron concretos y no derivaron en trabajos de largo alcance. Más bien fue un trabajo más puntual, de ca-rácter contractual, para actualizar la Cuenta Integrada de Gastos y Transacciones Ambientales.Resalta que dicho vínculo el proyecto fue impulsado por un inves-tigador que trabajó en ambas instituciones pero que permitió reconocer oportunidades de complementarie-dad y colaboración multidisciplinaria.

Llama la atención que posteriormente ICEFI se involucró de manera independiente, en el análisis de desarrollo rural y minería, situación que motivó la conformación de una unidad de análisis ambiental. De manera que se conformó

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un equipo con investigadores provenientes de IARNA. Este hecho podría derivar de la escasez de recurso humano espe-cializado en la materia pero tiene un fuerte potencial para reforzar espacios de colaboración entre ambas instituciones.

• Vínculo con diversas universidades centroamericanas: ICEFI trabaja en la Red Centroamericana de Justicia Fiscal; no obstante, esta no incluye a ninguna univer-sidad pero denota que el instituto inició a involucrarse en trabajo regional como alternativa a establecer ofici-nas en los países centroamericanos.

Por su labor regional, ICEFI se vincula ocasionalmen-te con algunas universidades centroamericanas como la Universidad Nacional Autónoma (Honduras); Universidad Tecnológica Centroamericana (Honduras); Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” (El Salvador); Universidad Nacional de Heredia (Costa Rica) y Universidad Centroamericana (Nicaragua). Sin embargo, el acercamiento es para presentación y difusión de las investigaciones que ICEFI realiza.

Existen expectativas positivas en cuanto a la creación de dos redes. El director de ICEFI comentó que estarán integrando la Red Centroamericana de Investigadores y Profesores de Política Fiscal; y, la Red Centroamericana de Estudiantes de Política Fiscal. De manera de generar espacios de trabajo a estos niveles.

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• En general, se observa que ICEFI ha tenido encuentros de corta duración que no se han institucionalizado. De manera que las relaciones no son sostenibles en el largo plazo y por ende, no son utilizadas para la inci-dencia. Aunque los investigadores están conscientes de las oportunidades que se puedan generar a nivel centroamericano con la creación de las redes mencio-nadas, existen elementos para decir que la tarea de incidencia es ejecutada de manera independiente por este centro de investigación.

Recuadro 5Vínculos del ICEFI con Universidades

ICEFI es un centro de investigación de reciente creación. Este se caracteriza por tener un tema de investigación específico referido al área fiscal y su visión es regional.

Este centro de investigación ha tenido una relación más estrecha con algunos centros de investigación de la Universidad Rafael Landívar. Estos vínculos se caracterizan por ser de colaboración y no de competencia. Sin embargo, es necesario enfatizar que varios de los proyectos y actividades que realizan son de carácter definido por lo que se convierten en colaboraciones puntuales. Por ejemplo, la vinculación de ICEFI con el INGEP tuvo como resultado la publicación del reporte: De las promesas electorales de 2011 a la realidad: Costos y desafíos para la implementación de los planes de Gobierno, 2012-2015. No obstante, este análisis ha tenido un seguimiento unilateral a pesar de que pudo haberse prolongado y ampliado esta colaboración.

Asimismo, ICEFI ha generado una relación estrecha con IARNA. Estas instituciones han complementado sus actividades para realizar proyectos concretos pero resalta de que la creación de una unidad de análisis ambiental en ICEFI no generó competencia por recursos humanos y financieros sino que más bien ha fortalecido la relación entre esos dos centros.

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4. Conclusiones y Recomendaciones

Guatemala enfrenta desafíos diversos para impulsar las áreas de investigación aplicada que sean pertinentes para su desarrollo. La formación académica, aunque está enfo-cada principalmente en el área social, no se acompaña de una fuerte motivación a la investigación. Además, es preciso indicar que la población que accede a niveles de educación de posgrado y doctorado es reducida. Esto denota una pri-mera dificultad de contar con el capital humano suficiente y capacitado para involucrarse en las tareas de investigación aplicada.

El país también se enfrenta el reto de acelerar el desarro-llo del sistema de investigación que históricamente resultó perjudicado. Recién se ha generado una mayor apertura a la participación política de los ciudadanos en general. Paralelamente, esto permite mayor seguridad para la ex-presión del pensamiento y la opinión pública, ofreciendo nuevas oportunidades de organización académica. De he-cho, se ha observado un crecimiento del número de centros de investigación y de universidades. Sin embargo, a juzgar por su producción científica, el sistema de investigación se debe robustecer.

Aunque algunas universidades cuentan con institutos de in-vestigación propios, los entrevistados perciben que su papel es pasivo en investigación e incidencia, ubicándolas exclu-sivamente como formadoras de profesionales. Un desafío, entonces, es generar espacios en que tanto universidades como centros de pensamiento puedan dar a conocer sus

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actividades y proyectos de investigación, para potenciar la coordinación entre ambos.

La universidad estatal cuenta con la mayor cantidad de recursos para la investigación mientras que, en el sector privado universitario, las experiencias de investigación son heterogéneas. Eso indica un desarrollo desigual de las acti-vidades de investigación que viabiliza únicamente a algunas universidades a integrarse a las alianzas con centros de in-vestigación nacionales. Por lo tanto, los esfuerzos podrían enfocarse en fortalecer los sistemas investigativos de las universidades que no los han constituido para generar un sistema integral de investigación.

Las entrevistas mostraron que las relaciones entre centros de pensamiento y universidades, cuando han existido, han sido siempre exitosas y satisfactorias para las partes. Se trata de experiencias de colaboración y complementariedad, es-pecialmente en áreas de formación académica y proyectos concretos de investigación o incidencia.

Sin embargo, las vinculaciones son incipientes y no en to-dos los casos son colaboraciones permanentes. Resalta que las experiencias más exitosas, en materia de incidencia, son las que se basan en relaciones institucionalizadas y no per-sonalizadas (caracterizadas como la forma 1 en el anexo 5). Además, falta presupuesto para poder desarrollar investi-gaciones de largo plazo, con mayor independencia de los cooperantes, tanto en universidades como en centros de pensamiento. Desarrollar investigaciones conjuntas entre

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centros de investigación y universidades requiere contar con recursos financieros para ello.

Las alianzas analizadas no se circunscriben al ámbito na-cional sino que también se extienden al nivel regional. Sin embargo, estas relaciones aún están débiles. De manera que si se refuerzan podrían favorecer una visión regional para enfrentar retos socioeconómicos comunes y las partes vinculantes podrían intercambiar visiones, habilidades y en-foques metodológicos para la investigación.

Las alianzas pueden ayudar a conciliar o complementar los objetivos de las universidades y los centros de investiga-ción. En este aspecto, cabe mencionar que los centros de investigación tienden a tener intención de incidir en la agen-da pública para garantizar que las políticas cumplan con su cometido y por esta razón tienden a concentrarse en la coyuntura. De esta manera, se pueden beneficiar de las ac-tividades de las universidades que disponen de un tiempo mayor para la investigación y que, en la mayoría de casos, no emplean sus resultados en actividades de incidencia.

Las investigaciones y propuestas de políticas públicas o le-gislación, efectuadas por centros de pensamiento, proveen a los medios de comunicación de un marco teórico que les permite mayor comprensión de las dinámicas sobre las que hacen reportajes. Se les percibe como actores activos en la búsqueda de incidencia, a los que separa una delgada línea de las organizaciones sociales dedicadas al activismo. En cambio, se ve a las universidades alejadas de esa búsqueda de incidencia. Se percibe que guardan silencio, que no son

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actores en la toma de posiciones para influir las decisiones públicas.

Fortalecer las relaciones entre centros de investigación y universidades en Guatemala pasa por un amplio espectro de acciones, que van desde ampliar la cobertura de educa-ción, capacitar potenciales investigadores, hasta promover espacios de comunicación e intercambio de información. Deben tomarse medidas que permitan ampliar el acceso de los guatemaltecos a la educación superior, así como para el desarrollo y fomento de los programas de postgrado, a fin de consolidar comunidades académico-científicas.

Debe proveerse apoyo financiero para estudiantes que de-sean realizar estudios superiores y para la investigación. De acuerdo con el artículo 8 de la Ley de Promoción del Desarrollo Científico y Tecnológico (Decreto 63-91), el Estado, como promotor de la ciencia y la tecnología, debe establecer los recursos e incentivos necesarios para estimu-lar la vinculación entre los sectores productivo, académico y la sociedad en su conjunto. Asimismo, el artículo 18 estable-ce que el Estado apoyará el establecimiento de mecanismos de coordinación que permitan canalizar en forma oportuna la cooperación técnica y financiera internacional en ciencia y tecnología.

Por otro lado, las universidades deben ir más allá de su pa-pel como “profesionalizantes” y reforzar esfuerzos para la generación de conocimiento. También los centros de inves-tigación enfrentan el desafío de mejorar su investigación y desarrollar investigaciones de largo plazo, o dar continui-

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dad a las que realizan durante períodos más cortos. Para esto, deben contar con financiamiento continuado. En este sentido, también la cooperación internacional debe prestar atención a proyectos de más largo alcance y mayor calidad.

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6. Acerca de las Autoras

Ana Lucía Blas es investigadora, cuenta con estudios de licenciatura en Ciencias Políticas y estudios de maes-tría en Relaciones Internacionales Universidad Rafael Landívar, Guatemala. Actualmente, es investigadora en el Departamento de Investigaciones Sociopolíticas y cuenta con experiencia como editora y reportera en uno de los prin-cipales medios de comunicación.

Violeta Hernández es investigadora, máster en Economía del Desarrollo y Política, de la Universidad de Manchester, Inglaterra 2011. Actualmente es Investigadora en temas económicos de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales. Se desempeñó como Asistente de Investigación en dicha asociación de 2008 a 2011. Fue Catedrática de la Universidad del Istmo en la Facultad de Comunicación y han asistido cátedras en la Universidad Rafael Landívar.

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7. Anexos

b) Número de personas graduadas por nivel y materia.

b) Oferta académica de las Universidades en Guatemala.

Titulados de grado

Titulados de maestría

Doctorados

Ciencias naturales y ex. 1,362 91 96 9 0 --

Ingeniería y tecnología 17,402 1,160 1,376 92 2 2

Ciencias médicas 9,912 661 2,456 175 5 2

Ciencias agrícolas 4,064 271 319 40 0 --

Ciencias sociales 55,781 3,719 8,187 546 134 10

Humanidades 3,925 262 509 36 5 2

Total 92,446 6,163 12,943 863 146 10

Tabla 4Guatemala: Titulados de Grado, Maestría y Doctorado, por Materia. Período de 1997-2011.

Nota. Fuente: elaboración propia con información de RICYT, 2011.

Doctorados

Ciencias sociales,periodismo e información

Administración deempresas y

derecho

Servicios

ufm

unis

mesoamericana

rural

internacional

de occidente

san pabloda vinci

Nota. El grosor de la línea aumenta de acuerdo al número de programas universitarios con las características expresadas en los nodos. La clasificación disciplinaria se realizó según la revisión de la Clasificación Internacional Normalizada de la Educación CINEF-2013. Fuente: elaboración propia con información del Consejo de la Enseñanza Privada Superior y USAC.

Figura 3Guatemala: Oferta Académica de las Universidades.

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c) Productividad investigativa por materia.

D. Caracterización de las Relaciones interorganizacionales.

Bachmann & van Witteloostuijn (2006) apuntan dos dimen-siones de las relaciones inter-organizacionales: la confianza y el poder que motivan dichos vínculos. Estas característi-cas pueden recaer sobre la institución o las personas que integran dichas organizaciones. Aunque estos autores em-plean esta caracterización en un contexto de relaciones entre empresas, se considera que esta también resulta útil para analizar las alianzas entre universidades y centros de inves-tigación.

Tabla 5Guatemala: Productividad Investigativa, por Materia. Año 2011.

Investigadores (personas

físicas)

Publicaciones indexadas en

SCI

Productividadinvestigativa

Ciencias Naturales y Exactas 141 20 0.14

Ingeniería y Tecnología 79 15 0.19

Ciencias Médicas 74 93 1.26

Ciencias Agrícolas 125 18 0.14

Ciencias Sociales 139 16 0.12

Humanidades 43 2 0.05

Total 601 164 0.27

Nota: para calcular la productividad investigativa, se convirtió la clasificación por materia de SCImago a la clasificación propuesta por el Manual de Frascati. Fuente: elaboración propia con información de RICYT, 2011 y SCImago, 2007.

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De acuerdo con este autor, la forma 1, referida al predomi-nio institucional, aseguraría que ambas partes cumplan sus obligaciones, se comporten de manera previsible y se reduz-ca la posibilidad de que alguna de las partes se comporte de forma oportunista. Eso resulta favorable para las activida-des de incidencia que podrían ejecutar las universidades y los think tanks. En contraste, la forma 4, no garantizaría el cumplimiento de estas condiciones.

Tabla 5Guatemala: Productividad Investigativa, por Materia. Año 2011.

Predominio del poder institucional

Predominio del poder personal

Predominio de la confianza institucional

Forma 1Forma totalmente institucionalizada

Forma 2Confianza institucional/poder personal

Predominio de la confianza personal

Forma 3Confianza personal/poder institucional

Forma 4Forma totalmente personalizada

Nota. Fuente: Bachmann & van Witteloostuijn (2006).

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Luis A. GaleanoDiana GarcíaIgnacio GonzálezMarcelo MancuelloCADEP - Paraguay

Paraguay

419+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Paraguay

Estudio país: Paraguay

1. Introducción

El presente estudio tiene como objetivo desarrollar un estu-dio de caso de cuatros centros de investigación del Paraguay, asumiendo como foco de análisis la relación establecida por los mismos con las universidades. Por sus productos y trayec-torias, así como por la incidencia que los mismos lograron en el ámbito de las políticas públicas del país, los centros seleccionados pueden ser caracterizados como tanques de pensamiento (think tanks). Todos ellos, como protagonistas del ámbito científico paraguayo, desarrollaron significativos aportes en la producción de conocimientos, en las respecti-vas áreas científicas en las que se han desempeñado.

Un análisis de la producción del conocimiento en la socie-dad paraguaya nos remite, como primer abordaje, a una caracterización del tipo de economía y del Estado del país. En el Paraguay, a diferencia de otros países del subconti-nente, que han llevado adelante estrategias de sustitución de importaciones durante gran parte del siglo XX, se ha mantenido una economía primaria abierta. “Este tipo de economía permitió sortear la necesidad de crear una oferta nacional de bienes manufacturados, pero no favoreció per se la aparición de un sistema productivo que agregase valor a la oferta de bienes del país” (Masi, 2012:121).

El modelo económico con el cual el Paraguay se ha insertado en el Mercosur y en el mundo, desde hace tres décadas, se

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basa en la exportación de commodities y triangulación comer-cial, acompañado de un estancamiento en el crecimiento económico, proceso que ha creado disparidades territoriales significativas, al concentrar los beneficios del mismo en de-terminadas zonas del país. “Como resultado de este modelo, se desarrolló una agricultura empresarial de alta produc-tividad, coexistiendo con otra de subsistencia campesina, actividades comerciales y de servicios con localización es concentrada y un bajo nivel de industrialización del país” (Masi, 2012:143).

El impacto de la nueva agricultura empresarial y sin un proceso de industrialización, configuran un escenario socioeconómico, con una significativa migración de la po-blación campesina a las ciudades y la precarización laboral. “La crisis de los modelos productivos tradicionales agrope-cuarios, particularmente los referidos a la unidad productiva campesina, y de los intensos procesos migratorios que la acompañan, no se están verificando en un contexto histórico en el que las transformaciones se sustentan en un vigoroso desarrollo industrial. Así aconteció en los países del primer mundo y, en gran medida, en los más avanzados de América Latina. Sin embargo, en el Paraguay contemporáneo, el pro-ceso de cambio se apoya en la expansión de una economía terciaria urbana, en la que predomina el empleo o el trabajo informal” (Galeano, 2002:77).

En lo que respecta a la urbanización, que creció de un 35,8% al 59,0% entre los años 1962 y el 2010, cabe mencionar que, la misma, fue el resultado, predominantemente, de la mi-gración rural. “Esto tuvo como resultado el incremento de

421+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Paraguay

la informalidad y la precariedad laboral, con un subempleo del 22,9% en 2010, con bajos niveles de capacitación y de salarios reales” (Borda, 2012:90).

En cuanto a la caracterización del Estado, podemos seña-lar que, en el Paraguay, el esfuerzo resultó complejo. Esto se debió a los condicionamientos históricos especiales que marcaron su desenvolvimiento político, considerando el he-cho de que en pleno siglo XX el país ha soportado alrededor de medio siglo de un régimen dictatorial hostil a las insti-tuciones democráticas y a la universidad autónoma. Como afirma Rivarola: “La sociedad paraguaya cuenta con apenas una década y media de recorrido por lo que podría definirse como sociedad abierta” (Rivarola, 2010:117).

Es en este contexto general en que debe ser ubicado el estu-dio de la producción de conocimiento en el país, el papel de los centros de investigación y la relación de éstos con las uni-versidades. En el caso paraguayo, las universidades jugaron un rol restrictivo, acotándose a tareas casi exclusivamente formativas y relegando, en gran medida, la investigación.

La señalada característica provendría, en gran medida, de las fuertes restricciones que existieron en el ámbito universita-rio a lo largo del régimen autoritario, vigente en el Paraguay entre los años 1954 -1989, de la mano del General Alfredo Stroessner. En el posterior periodo de apertura democrá-tica, la situación cambió, pero alcanzando el extremo de tornar las creaciones de nuevas universidades en procesos muy abiertos, faltos de normativas reguladoras, tendientes a orientar el tipo de instituciones, sus funciones y objetivos

422+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Paraguay

pretendidos, por parte de las instancias estatales correspon-dientes (Rivarola, 2002).

La baja productividad en el ámbito de la investigación dentro de las universidades, luego de pasada más de una década de la caída del régimen autoritario y el inicio de la transición democrática, llevó a referentes intelectuales de gran rele-vancia local a emitir fuertes y tajantes afirmaciones, como la que se cita a continuación:

“[…] lo concreto es que la investigación científica o la formación

de investigadores nunca cobró la mínima relevancia como activi-

dad académica institucionalizada en la universidad paraguaya […]

Tal realidad resulta fácil de constatar con la sola observación del

precario margen de producción científica (investigaciones, libros,

producción de conocimientos, etc.) de la Universidad Nacional, por

un lado, y del resto del sistema universitario tanto público como

privado. Incluso, recién en las últimas dos décadas, fue impues-

ta la exigencia de tesis como un requisito de la licenciatura y del

doctorado. Otra medida comparativa de esta tremenda debilidad,

de la producción de la universidad en el área de la investigación,

está dada por la fuerte primacía que ha tenido un grupo de orga-

nizaciones no gubernamentales dedicados a la investigación, tal

como ha sido el caso del Centro Paraguayo de Estudios Sociológicos

(CPES), el Centro Paraguayo de Estudios Antropológicos, el Centro

de Documentación y Estudios (CDE) y otros” (Rivarola, 2002:55).

La situación descrita colocó en un papel relevante a los cen-tros de investigación, que, en muchos casos, suplieron la escasa producción científica desarrollada en el seno de las universidades. Esta situación se manifestó de manera más extrema en lo que respecta al ámbito de las ciencias sociales.

423+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Paraguay

Siendo los centros de investigación, en su mayoría, espa-cios conformados por fuera de los ámbitos institucionales universitarios, la financiación pública asignada a las univer-sidades no estuvo al alcance de los centros, instituciones, que, generalmente, recurrieron a fondos proveídos por la cooperación internacional.

2. El Contexto Institucional

Como podrá observarse, en el análisis de los casos selec-cionados, tendrá una muy importante presencia, en los relatos de los investigadores entrevistados, el papel y des-empeñado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT). Creado en el año 1997, a través de la Ley 1028, el CONACYT fue establecido como una institución autárquica dependiente de la Presidencia de la República, de composición mixta, integrado por representantes de ministerios del Poder Ejecutivo, gremios industriales, uni-versidades estatales y privadas, centrales sindicales y la Sociedad Científica.

Muy a destiempo, en comparación con otros países de la región, el desarrollo científico y tecnológico comenzó a dar verdaderos, aunque incipientes, avances después de una dé-cada y media de haberse iniciada la transición democrática, a través de la reforma institucional con ella promovida. Tal como advierten analistas del proceso de consolidación de las políticas de ciencias y tecnología en el país:

424+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Paraguay

“En Paraguay recién desde el año 2003 se menciona textualmente

la frase Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología. La ley 2279-

03 ‘Que modifica y amplia los artículos de la Ley 1028/97’ es la

que, por primera vez, incluye esa noción. Un poco antes de la pro-

mulgación de dicha ley, en el año 2002, el CONACYT (Consejo

Nacional de Ciencia y Tecnología) había publicado un documen-

to estableciendo las políticas nacionales de CyT. El documento es

un texto oficial de la institución y no fue publicado editorialmen-

te. El CONACYT es el principal órgano del SNCT de Paraguay”

(Caballero, 2013:45).

Desde 2011, por primera vez en su historia, el Presupuesto General de Gastos de la Nación viene otorgando al CONACYT recursos genuinos para inversión en ciencia y tecnolo-gía. Con esto fondos se financió el Programa Nacional de Incentivo a los Investigadores (PRONII), que desarrolló un catastro nacional de investigadores, categorizándolos y otor-gándole aportes financieros. En la actualidad, PRONII se encuentra comprendido dentro de un plan mucho más am-plio, bajo la denominación de Programa Paraguayo para el Desarrollo de la Ciencia y Tecnología (PROCIENCIA). Con PROCIENCIA el CONACYT pretende fomentar el desarro-llo de la ciencia y tecnología en el país, abarcando diversos proyectos de acuerdo a la obtención y procedencia de los fondos para la producción científica. Aunque esta institu-ción se encuentra en la actualidad con dificultades para dar cumplimiento a los compromisos asumidos con investiga-dores en los últimos dos años, para el 2014 se proyecta, en el marco de este programa, habilitar líneas de financiación a la producción científica en cinco modalidades detalladas en el cuadro consignado a continuación:

425+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Paraguay

Tabla 1Líneas de Financiación a la Producción Científica.

Modalidades1 Beneficiarios Monto2 Duración

Convocatoria a Proyectos Institucionales

Universidades, centros académicos, institutos o centros de investigación, organismos gubernamentales o no gubernamentales, público o privado.

100.000 Mínimo de 1 año de ejecución y máximo de 2 años.

Convocatoria a Proyectos Asociativos3

Universidades, centros académicos, institutos o centros de investigación, organismos gubernamentales o no gubernamentales, público o privado.

200.000 Mínimo de 1 año de ejecución y máximo de 2 años.

Convocatoria a Proyecto de Ciencia, Tecnología y Sociedad

Universidades, centros académicos, institutos o centros de investigación, organismos gubernamentales o no gubernamentales, público o privado.

80.000 Mínimo de 1 año de ejecución y máximo de 2 años.

Convocatoria a Proyectos de Iniciación de Investigadores

Universidades, centros académicos, institutos o centros de investigación, organismos gubernamentales o no gubernamentales, público o privado.

20.000 Mínimo de 1 año de ejecución y máximo de 2 años.

Programa de Vinculación de Científicos y Tecnólogos

Esta convocatoria tiene como objetivo el fortalecimiento de capacidades del capital humano calificado con que cuenta el país. Este objetivo se logrará a través de estancias de investigación científica o transferencia tecnológica que permita la interacción entre científicos y tecnólogos de probada experiencia y que contribuya a la generación de nuevos conocimientos.

S/d S/d

Nota. Elaboración propia del autor. (1) Las áreas de la Ciencia de esta convocatoria son: Naturales y Exactas, Médicas y dela Salud, Agrícolas, Ingenierías y Tecnologías, Sociales y Humanidades. (2) Monto en dólares americanos por proyecto. (3) Así también, el programa contempla una línea de intervención futura basada enapoyo a la realización de maestrías y doctorados con el objetivo de formar docentesinvestigadores y categorizarlos.

426+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Paraguay

3. Casos de Estudio

El estudio elaborado se centra en el análisis de cuatro ca-sos específicos de centros de investigación de importante trayectoria en el Paraguay: el Centro para el Desarrollo de la Investigación Científica (CEDIC), el Centro Paraguayo de Estudios Sociológicos (CPES), el Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales de Paraguay (INECIP), y el Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (CADEP).

Nombre: Centro para el Desarrollo de la Investigación Científica (CEDIC)

Año de fundación: 2006 Afiliación: Sin datosTemas principales de investigación: Ciencias biológicasCantidad de investigadores: 8Presupuesto anual: Sin datosPágina web: www.cedic.org.py

Nombre: Centro Paraguayo de Estudios Sociológicos (CPES)

Año de fundación: 1964Afiliación: Consejo Latinoamericano de Ciencias SocialesTemas principales de investigación: Ciencias socialesCantidad de investigadores: 6Presupuesto anual: Sin datosPágina web: Sin página

Nombre: Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales de Paraguay (INECIP)

Año de fundación: 1994Afiliación: Sin datosTemas principales de investigación: Ciencias jurídicasCantidad de investigadores: 6Presupuesto anual: Sin datosPágina web: Sin página

Nombre: Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (CADEP)

Año de fundación: 1990 Afiliación: Iniciativa Latinoamericana de Investigación para las Políticas Públicas (ILAIPP)Red Mercosur de Investigaciones EconómicasTemas principales de investigación: Ciencias económicasCantidad de investigadores: 29Presupuesto anual: Sin datosPágina web: www.cadep.org.py

Tabla 2Centros Estudiados.

Nota. Elaboración propia del autor.

427+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Paraguay

El CEDIC surgió a raíz de un acuerdo firmado, en agos-to del 2006, entre la Fundación Moisés Bertoni, Díaz Gill Medicina Laboratorial S.A. y un grupo de investigadores independientes del área de las ciencias biológicas. Es un centro de investigación focalizado en las ciencias biológicas, sin fines de lucro, que establece como misión prioritaria emprender investigaciones que permitan determinar y me-dir los efectos que las actividades humanas ocasionan en los sistemas biológicos, y cómo los cambios producidos en éstos repercuten sobre las poblaciones humanas. Entre sus objetivos están: a) fortalecer las capacidades locales en la gestión y generación del conocimiento de la biodiversidad y su interrelación con las actividades antropogénicas, a fin de hacerlas ecológicamente amigables; y b) establecer vínculos con instituciones nacionales e internacionales que fortalez-can la gestión y generación de conocimientos en el binomio ambiente-salud, que impulsen la innovación y generación de tecnologías y que permitan desarrollar una mejor calidad de vida de las poblaciones y sus ambientes.

El CPES fue fundado el 12 de marzo de 1964 como una organización dedicada a la investigación, docencia, do-cumentación, difusión y capacitación en el campo de las ciencias sociales. Como espacio de investigación social logró constituirse en uno de los principales referentes a nivel local y regional, desarrollando estudios en varios ámbitos, tales como la sociología rural y urbana, la demografía, la econo-mía, el desarrollo social, las ciencias políticas y la educación. Posee publicaciones especializadas, entre las que se destaca la “Revista Paraguaya de Sociología”, que es, hasta la fecha, la publicación con mayor continuidad de edición y difusión

428+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Paraguay

en las ciencias sociales paraguayas, teniendo en cuenta que ha sido publicada desde el mismo año de la fundación del CPES (1964) hasta el presente (2013) y difundida no solo en el ámbito nacional, sino también en el internacional.

El INECIP es una asociación sin fines de lucro, fundada en 1994, con el objeto de incidir en la construcción y consoli-dación de un modelo de Política Criminal propio del Estado Social y Democrático de Derecho. Agrupa en su interior a prestigiosos investigadores en el ámbito de la criminología y el derecho penal, y es impulsor de la creación del Ministerio de la Defensa Pública y otros mecanismos vinculados al en-torno de la justicia. Es una de las instituciones con mayor incidencia en el ámbito de la administración de la justicia.

El CADEP es una institución sin fines de lucro dedicada a la investigación y la capacitación en temas económicos y socia-les, tanto en el ámbito nacional como regional. Fue creada, en junio de 1990, por un grupo de profesionales paraguayos con formación en universidades extranjeras que retornaron al país para contribuir con las reformas y modernización del estado, y de la economía y la sociedad. El Centro tiene, en la actualidad, acuerdos celebrados con gobiernos subre-gionales y universidades del interior el país para desarrollar actividades de investigación, capacitación y difusión de co-nocimientos científicos. Los investigadores del Centro son referentes nacionales en sus áreas de investigación y parti-cipan activamente en la formación de opinión.

429+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Paraguay

El estudio realizado se basa en el análisis documental ade-más del desarrollo de 16 entrevistas de estudio de caso.

Recuadro 1Datos clave

Cantidad de centros de investigación del país: 231

Cantidad de universidades del país: 53 (8 públicas y 45 privadas)2

Número de investigadores por cada mil habitantes: 0,163

Número de PhD en el país: 1454

Número de publicaciones indexadas: 2565

Porcentaje de PBI usado en investigación: 0,0606

1 No existen datos oficiales, provenientes del Consejo Nacional de Ciencia y Tec-nología (CONACYT). El dato aquí previsto es resultado de un relevamiento he-cho por los investigadores y muchos de los centros de investigación relevados mantienen una vida institucional poco activa.

2 Datos oficiales obtenidos de: http://www.mec.gov.py/educacionsuperior/entra-das/291613

3 Datos obtenidos cruzando información de DGEEC (2012) y CONACYT (2012).4 Datos oficiales (CONACYT, 2012). La cifra corresponde a los PhD comprendidos

entre los 1039 investigadores relvados por el CONACYT.5 Datos oficiales (CONACYT, 2012). Son utilizados los indicadores bibliométricos

del 2010 sobre publicaciones paraguayas en revistas indexadas.6 Datos oficiales (CONACYT, 2012).

430+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Paraguay

4. Dimensiones Abordadas

a) Experiencias Exitosas

Esta dimensión se refiere a los emprendimientos impulsados por los Centros en el ámbito del desarrollo del conocimiento e incidencia de políticas públicas, así como también en el de la consolidación institucional de los mismos.

b) Relación con las Universidades

Se plantea un énfasis analítico en la relación de los cen-tros con las universidades durante las últimas décadas, en el ámbito de producción del conocimiento científico y de las políticas públicas. Dicha relación puede comprenderse a partir de cuatro características, cada una con sus respec-tivas variantes:

• Dinámica de la relación: Entendida desde de los tér-minos de colaboración y competencia.

• Intensidad de la relación: Alta, media, baja. Pondera el grado de articulación institucional en el régimen de producción del conocimiento y en la agenda de la po-lítica pública.

• Enfoque de la relación: Relación directa e indirecta. La relación es considerada directa en tanto que existe una relación formal, basada en un acuerdo entre las insti-tuciones, para el desarrollo de actividades científicas y académicas. En cambio, nos referimos a indirecta, o

431+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Paraguay

no oficial, cuando no se presenta de manera formal y explicita las pautas de la relación. No obstante, pueden desarrollarse incidencias implícitas entre los diferentes ámbitos del conocimiento. Por ejemplo, a través del intercambio de experiencias de los docentes e investi-gadores de los centros y universidades.

• Temporalidad de la relación: Permanente o temporal.

3. Hallazgos

a) El Centro Paraguayo de Estudios de Sociológicos (CPES)

El Centro Paraguayo de Estudios Sociológicos (CPES) es una de las más importante instituciones especializadas en ciencias sociales en el Paraguay. Desde hace más de cuatro décadas viene realizando, de manera ininterrumpida, in-vestigaciones y publicaciones en el campo de las ciencias sociales, proceso que constituye una experiencia válida y exitosa para el medio académico del país.

Las líneas iníciales de investigación del CPES correspondían a los abordajes establecidos en los centros de pensamiento de la región y representaban para el país una experiencia inédita e innovadora. Es relevante destacar que la experien-cia se desarrolló, durante un período histórico significativo (1964-1989), en la sombra de un régimen dictatorial, si-tuación política que hacía que los datos, las informaciones y los estudios hayan estado expuestos a un clima reacio al pensamiento científico independiente y crítico.

432+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Paraguay

Los primeros estudios temáticos se centraron en el análisis la cuestión agraria vigente en el Paraguay, condicionada por el proceso de modernización agraria, desde las teorías de la dependencia y del desarrollo socio-ecónomico vigentes en América Latina:

“Estoy hablando de la última parte de los 70’s, los 80’s, pensando

que lo que prevalecían eran las investigaciones de procesos macro,

referidos por ejemplo la educación y el desarrollo rural, los estudios

rurales y en las investigaciones en la CEPAL, sobre el desarrollo en

América Latina” (García, 2013 f).

Por lo tanto, jugó un papel muy importante la articulación en redes con centros académicos de la región, que ha sido uno de los principales éxitos del CPES, y posibilitó su parti-cipación tanto en el debate como en la producción y difusión de las ciencias sociales en el Paraguay. Podría también des-tacarse que una de las principales incidencias del CPES, en la primera fase de su existencia, fue el haber interme-diado y colaborado en la apertura de la primera carrera de Ciencias Sociales del país, en la Facultad de Humanidades de la Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción, en el año 1971.

En los años 70 y 80, un significativo número de profesiona-les de las ciencias sociales, residentes en el país, investigaron y publicaron en el CPES. Este proceso de incremento en la producción científica se dio, paradójicamente, en un mo-mento en el que el país imperaba un régimen dictatorial. Así, pese a la limitación de libertades, la institución cola-

433+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Paraguay

boró en el auge y desarrollo de las ciencias sociales en el Paraguay.

El apoyo institucional durante esas décadas (60, 70 y 80) provino de fundaciones y centros académicos extranjeros. Las líneas de investigación del CPES, al ser integrales, im-pulsaron la realización de una serie de actividades que permitían crear capacidades en el campo de la investigación científica. Según lo expresado por los investigadores, dicha experiencia fue distinta a la actual, en la que las investigacio-nes sociales se orientan, con frecuencia, a producir informes para la fundamentación y aplicación de la política pública.

En los inicios de la década de los 90, comenzó a desarro-llarse, en el país y la región, una lógica de mercado en la producción de investigaciones, expresadas por medio de los regímenes de consultoría. Al respecto de dicho cambio, los investigadores del CPES consultados manifestaron que el prestigio institucional del proponente, la rigurosidad para calidad de los estudios, empezaron a ser tenidos menos en cuenta frente a la propuesta técnica y económica más barata. Este factor, afectó negativamente a centros de investigación como el CPES, que poseen importantes capacidades y ex-periencias científicas.

En lo que se refiere a la incidencia en política públicas, una de las principales iniciativas promovidas por el CPES ha sido la gestión del apoyo y de la colaboración del grupo de educa-ción de la Universidad de Harvard (un grupo académico que había realizado estudios sobre el país y América Latina) al Consejo Asesor de la Reforma Educativa de Paraguay, para

434+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Paraguay

la reflexión y construcción de los delineamientos estratégi-cos de la reforma educativa, durante los años 1991 y 1992.

En cuanto a la relación con otras universidades locales, se constata que los emprendimientos fueron escasos. Los investigadores consultados mencionan, al respecto, la inexis-tencia de centros de investigación, sobre todo en ciencias sociales, como uno de los condicionamientos de la falta de articulación o desarrollo conjunto de programas de coope-ración, en el ámbito investigativo. Debido a dicha situación los centros de investigación privados asumen la iniciativa de producir conocimiento y generar espacios para la interac-ción, tanto de académicos como de estudiantes y docentes, en las diferentes disciplinas de las ciencias sociales.

Cabe señalar también que dichos espacios fueron y son li-derados por investigadores formados en el extranjero, con experiencia de producción científica en ámbitos universita-rios mucho más desarrollados que los del Paraguay. Según lo expresado en las entrevistas, es el propio modelo de universidad el que restringe e impide la producción de co-nocimiento científico en el área de ciencias sociales:

“Para empezar, el modelo de universidad que tenemos nosotros es

un modelo muy enciclopedista, de escuelas profesionales. No tene-

mos una universidad basada en la investigación, al privilegiar las

disciplinas profesionales. Claro que eso no debería ser una traba

para el desarrollo de la investigación. Pero esto se llevó a un extre-

mo de que la vida universitaria se reduce a cursos, y el estudiante

tiene muy poca oportunidad de trabajar en proyectos de investiga-

ción, porque los docentes no pueden insertarse institucionalmente

como investigadores” (García, 2013f).

435+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Paraguay

En las universidades, principalmente en lo que se refiere al campo de las ciencias sociales, no se observa una polí-tica institucional de otorgar fondos para la investigación y la producción del conocimiento científico. En los últimos años se ha creado en la Universidad Nacional la figura del docente investigador; pero esta categoría cuenta con esca-sos cupos y con bajo respaldo institucional para la gestión. Además de lo mencionado, las designaciones discreciona-les, en base a las afinidades políticas, son más frecuentes que las fundadas en méritos científicos y académicos. Esta situación explica el por qué dichas plazas no son ocupadas por aquellos investigadores locales con mayor producción y solidez investigativa.

Actualmente, con la creación y lenta consolidación del CONACYT1, se percibe que dicha instancia podría cons-tituirse en una oportunidad para delinear una política científica y tecnológica nacional, que posibilitaría organizar, adecuadamente, la asignación de fondos públicos destinados a la investigación científica e innovación tecnológica. Sin embargo, según lo manifestado, el incentivo a las investiga-ciones, hasta el presente, estaría orientado preferentemente a determinadas áreas de estudios con enfoques científicos

1 En el año 1997, la Ley 1028 -General de Ciencia y Tecnología- instituye formalmente dicho sistema y crea el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), como órgano rector de sus políticas y como una institución autárquica dependiente de la Presidencia de la República, aunque de composición mixta, integrado por rep-resentantes de ministerios del Poder Ejecutivo, gremios industriales, universidades estatales y privadas, centrales sindicales y la Sociedad Científica. Desde 2011, por primera vez en su historia, el Presupuesto General de Gastos de la Nación ha otor-gado al CONACYT recursos genuinos para inversión en ciencia y tecnología. Con estos fondos se financió el Programa Nacional de Incentivo a los Investigadores (PRONII), que desarrolló un catastro nacional de investigadores, categorizándolos y otorgándole aportes financieros.

436+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Paraguay

más próximos a las ciencias duras, en detrimento de las ciencias sociales y humanidades.

b) Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (CADEP)

El Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (CADEP) surgió a partir de la iniciativa de investigadores y académicos paraguayos formados en el exterior, que, al regresar al país, empezaron a realizar algunas investigacio-nes en centros privados de investigación, como el CPES. Los gestores a su vez, motivados por la inexistencia de centros especializados en la investigación de la economía, fundaron

Tabla 3Centro Paraguayo de Estudios Sociológicos - CPES

Relación Centro/Universidad CPES con Universidad pública y privada4.

Dinámica de la relación De colaboración en sus inicios y de competencia en los últimos años: competencia en términos de producción de conocimiento, formación de investigadores e incidencia en la política pública.

Intensidad de la relación Media: cierta incidencia en los inicios de la carrera de ciencias sociales de la UC.

Enfoque de la relación Indirecto: profesores e investigadores desarrollan investigaciones en el CPES e imparten cátedras en las universidades públicas y privadas. Los materiales y publicaciones CPES, son utilizados en las cátedras de ciencias sociales de las universidades.

Temporalidad de la relación Relaciones puntuales: para el desarrollo de investigaciones o actividades concretas en un lapso de tiempo determinado.

Nota. Elaboración propia del autor sobre datos obtenidos el centro.(4) La caracterización corresponde a experiencias concretas de relacionamientos conlas instituciones universitarias nacionales, señaladas en los relatos. Por lo tanto, no

se realiza una apreciación abstracta de la universidad como actor o sujeto social.

437+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Paraguay

el CADEP, con el fin de realizar estudios sistemáticos sobre la economía paraguaya.

En los primeros años del Centro, la financiación de los tra-bajos de investigación provenía de fondos externos, al no existir recursos públicos o privados nacionales que apoyen investigaciones en el campo de las ciencias económicas.

“A inicios de los 90’s, tanto con esos fondos como con los que uno

podía recurrir fuera del país, era más como una cuestión de oferta

que de demanda; por ejemplo, los centros veían las áreas de traba-

jo de las ONG’s y se acercaban con propuestas de investigación”

(González, 2013g).

A partir de los años 2000 en adelante, las fundaciones co-menzaron a realizar demandas de investigaciones y estudios económicos puntuales, centrándose en temáticas poco abor-dadas en el país a través de estudios científicos.

Entre las primeras acciones y experiencias exitosas desarro-lladas por el CADEP, dirigidas a la incidencia en política pública y la producción de conocimiento científico, puede mencionarse la formulación de análisis, a partir de estu-dios comparados y de la aplicación de políticas económicas. Dichos estudios que apuntalaron el debate público, desarro-llado a partir de foros y publicaciones, que contribuyeron a generar una agenda pública, con la participación de diferen-tes actores sociales y políticos (funcionarios de gobiernos, empresarios, académicos). Al respecto menciona uno de los entrevistados:

438+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Paraguay

“Lo que nosotros hicimos en el CADEP fue elegir temáticas que

son nacionales y que al mismo tiempo son regionales y hacer estu-

dios comparados, para lo cual invitábamos a expertos para elaborar

monografías sobre temas que eran comunes entre el Paraguay y

la región, temas de la integración, de reforma del Estado, de com-

petitividad, de pobreza y desigualdad, de empleo, de economías

regionales, de descentralización. Esas monografías eran presenta-

das en foros regionales a los hacedores de proyectos de políticas

públicas, a los académicos, a los empresarios y luego publicábamos

todas las monografías” (García, 2013e).

Así también, con la realización de estudios específicos para la orientación de las políticas públicas, a partir de las de-mandas de varias instancias del Gobierno y con el apoyo de la cooperación internacional, el CADEP logró acceder a experiencias exitosas, en la producción de conocimientos sistemáticos, que llegaron a incidir en la formulación y apli-cación de políticas públicas.

En el marco del plan de competitividad del Paraguay en 1999 – 2000, con el apoyo de la cooperación japonesa, el CADEP realizó un estudio para determinar las cadenas productivas que serían más competitivas en el país. Dicha experiencia, luego de diez años de su implementación, ha sido incorporada, en la actualidad, como una estrategia exi-tosa por parte de la Secretaria Técnica de Planificación del Gobierno.

Otro caso de incidencia positiva, importante de ser mencio-nado, tiene que ver con la solicitud realizada por el Ministerio de Relaciones Exteriores de formular un documento que permita incorporar el concepto de asimetrías en el Mercado

439+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Paraguay

Común de Sur (MERCOSUR). El mismo, a la vez, debía se-ñalar las líneas estratégicas para las economías pequeñas y menos desarrolladas, como la del Paraguay, tanto desde el punto de vista del mercado, como de la cooperación para el desarrollo requerido. En el año 2003, se asumieron de-cisiones que ya estaban contenidas en la propuesta, sobre todo las referidas al comercio, para favorecer las economías pequeñas, y se decidió la realización de un estudio para la creación del fondo estructural. En el año 2005, después de una propuesta paraguaya, se aprobó la creación del Fondo para la Convergencia Estructural del Mercosur (FOCEM)2.

“El punto es que el documento inicial que presentaron era el do-

cumento que llevó la delegación paraguaya para meter el concepto

de asimetrías en el MERCOSUR, o sea esa fue una proactividad

muy importante del Paraguay, porque el Paraguay venía siendo un

actor muy pasivo dentro del MERCOSUR. Son dos ejemplos de

incidencias en políticas públicas” (García, 2013e).

El vínculo del centro con la universidad se estableció des-de los inicios de los años 90, a partir de la postulación y concurso del CADEP a fondos que otorgaba la Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción para la investiga-ción. En la universidad Nacional de Asunción la creación de núcleos de investigación resultaba difícil, debido a que la estructura institucional respondía a esquemas de acción

2 Fondo destinado a financiar proyectos en beneficios de las economías menores del MERCOSUR. Operativo desde el 2006, constituye el primer instrumento finan-ciero del bloque con el objetivo de contribuir a la reducción de las asimetrías. Los fondos esta integrados por contribuciones financieros de los Estados Partes (no reembolsable) con un monto total de USB 100 millones. Ver: www.mercosur.int

440+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Paraguay

aún provenientes del régimen dictatorial, indiferentes a la posibilidad de producción de conocimiento científico.

A diferencia de la Universidad Católica, el relacionamiento con las demás universidades privadas fue casi inexisten-te. Las mismas se encuentran principalmente enfocadas en la realización de negocios, a partir de la oferta de ciertas carreras; en otras palabras, dichas instituciones se limitan únicamente al campo de la formación profesional.

Es probable que a raíz de un proceso académico impul-sado desde fuera, esta situación comience a cambiar. La convalidación y certificación profesional en el ámbito del MERCOSUR exigen a las universidades y sus carreras cum-plir con requisititos básicos, asumidos por los sistemas educativos superiores existentes en los países de la región. Por consiguiente, cabe esperar que en los próximos años se comience a instalar núcleos de investigación, así como la creación de algunas revistas especializadas en el campo de las humanidades.

Por el contrario, la relación entre el CADEP y la Universidad Católica tuvo importantes avances posteriores a los ya mencionados. Cabe señalar como una de las experiencias exitosas, de este intercambio y colaboración, la realización conjunta de una Maestría en Gestión Pública. Este curso de posgrado asume, como modelo, una experiencia similar rea-lizada en Bolivia, la cual contó con el apoyo de la Escuela de Gobierno de Harvard, John F. Kennedy School. La experiencia significó para el país disponer de una propuesta académica de calidad, con exigencias similares a las de la región y la

441+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Paraguay

elaboración de tesis aplicadas a problemáticas –económicas, sociales y políticas– del país, como aporte del curso.

En lo que respecta al régimen de conocimiento, se perci-be que, en los años 90, se dio un periodo de auge, en la producción de estudios sociales en el país. Esto se debió a la combinación de dos factores: el hecho de que los datos oficiales comenzaron a tener mayor rigurosidad y el mayor interés y apoyo de la cooperación internacional.

A inicios de la década de los 90 se realizó la reforma de la Dirección General de Estadísticas y Censo (DGEEC) del Paraguay, que posibilitó la realización de las prime-ras Encuestas de Hogares en todo el país. Sin embargo, dicho empuje dado a la investigación en los años 90 se mantuvo hasta el año 2000, disminuyendo en los años si-guientes. Esta variación en las intensidades de producción de conocimiento se debió, según lo manifestado por los in-vestigadores entrevistados, a la falta de interés por parte de la clase dirigencial –tanto la clase política como los agentes económicos–, en incentivar la producción de conocimien-to científico.

No obstante, los investigadores consultados coinciden tam-bién en que se avizora una oportunidad, con la creación del Programa Nacional de Incentivo al Investigador (PRONII), por parte del CONACYT. Esta institución planea incre-mentar apoyos financieros directos para el fomento de la investigación científica. Ello significaría un cambio muy importante en este organismo, ya que anteriormente dicha instancia se orientaba, preferentemente, a generar tecno-logía para la producción o fomento de las ciencias duras,

442+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Paraguay

apoyando someramente la producción del conocimiento científico en las áreas de ciencias sociales.

c) Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales de Paraguay (INECIP).

El Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales de Paraguay (INECIP) es una organización no gubernamental sin fines de lucro, con casi 20 años de exis-tencia. De manera sistemática, ha realizado investigaciones vinculadas a las reformas y ajustes en los siguientes ámbi-tos normativos: código procesal penal y funcionamiento del ministerio público y de la defensa pública. Además de la in-vestigación, el Centro ha apoyado procesos institucionales

Tabla 4CADEP Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (CADEP)

Relación Centro/Universidad CADEP con Universidad pública y privada5.

Dinámica de la relación De colaboración: para la formación y cualificación de funcionarios públicos en el conocimiento de la economía paraguaya; la creación de capacidades para la gestión pública.

Intensidad de la relación Media: a partir de la creación de la Maestría en Gestión Pública. Cierta incidencia en los inicios de la carrera de ciencias sociales.

Enfoque de la relación Directo: a partir de convenios institucionales.

Temporalidad de la relación Relación puntual: acorde con el marco del establecido en el convenio.

Nota. Elaboración propia del autor sobre datos obtenidos el centro.(5) La caracterización corresponde a experiencias concretas de relacionamientos conlas instituciones universitarias nacionales, señaladas en los relatos, por lo tanto no

se realiza una apreciación abstracta de la universidad como actor o sujeto social.

443+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Paraguay

internos para una mejor organización del Poder Judicial en el Paraguay.

Entre las acciones exitosas realizadas por esta institución se encuentran las investigaciones en el campo de la reforma normativa vinculadas a: la trata de personas y los ajustes normativos de tipo penal, y el apoyo técnico para su imple-mentación de tales reformas legales. Además, realizó apoyos para el establecimiento de la ley que crea el Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura, así como el desarrollo frecuente de estudios de criminología aplicada, constitutivos de un diagnóstico de la situación delictual del país. Otra ini-ciativa de relevancia, impulsada por el INECIP, constituyó la alianza con miembros del Ministerio de la Defensa Pública y organismos de la sociedad civil, con el fin de apoyar inves-tigaciones que contribuyan a mejorar el sistema de acceso a la Justicia.

En cuanto al desarrollo y ejecución de políticas públicas, la incidencia de este Centro no se redujo al debate de una agenda y propuesta de reformas. La institución también jugó un papel muy importante en la formación de promotores jurídicos comunitarios (líderes o lideresas del movimiento social campesino y urbano de las zonas periféricas) forma-dos en el conocimiento del derecho, para que puedan poner sus conocimientos y capacidades específicos al servicio de las organizaciones comunitarias, campesinas o inclusive eclesiales.

Otra de las experiencias relevantes se desarrolló el en mar-co de la Coordinadora de Derechos Humanos de Paraguay

444+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Paraguay

(CODEHUPY), que comprende una red de organizaciones de la sociedad civil paraguaya, articulada en torno a la defen-sa de los derechos humanos. Como integrante de la misma, el INECIP tuvo un importante protagonismo en el trabajo de relevar datos e informaciones sobre el funcionamiento del sistema penal (especialmente en temáticas referidas al debido proceso y las garantías de personas contempladas en el mismo). El espacio de la red le permitió al Centro parti-cipar de un abordaje interdisciplinario en las mencionadas acciones, experiencia que es valorada hasta la actualidad.

En lo que hace al impulso de la investigación en el país, los investigadores entrevistados coinciden que con el fortaleci-miento del CONACYT y el surgimiento de departamentos de investigación en algunas universidades públicas se abren importantes oportunidades para el fortalecimiento de los conocimientos y de las prácticas de la investigación.

“La creación del CONACYT es un signo alentador, desde un punto

de vista de financiamiento y recursos humanos, y la categorización

de investigadores podría de aquí a cinco años tener frutos, porque

se empezó por un proceso de jerarquizar a las investigaciones y a

los investigadores y podría llevar a la profesionalización de gente

que se dedicaría exclusivamente a investigar” (Entrevista número

2, INECIP).

Los investigadores de este Centro consideran estratégico al CONACYT, en el ámbito de la creación de una política efectiva de ciencia y tecnología para el País. Sin embargo, advierten que la misma podría enmarcarse en una visión muy reduccionista hacia las ciencias duras.

445+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Paraguay

En general, la demanda de producción de estudios en el campo de las ciencias jurídicas proviene de los organismos no gubernamentales, que hoy día tienen una percepción más abierta y pertinente sobre la importancia del conoci-miento científico en la generación de propuestas de política pública.

El INECIP surgió ante la necesidad de adecuación del siste-ma penal al código penal nuevo (derivado de la Constitución de 1992), que implicaba una reorganización del sistema penal, así como la formación de actores en un nuevo para-digma. Al respecto señala uno de sus investigadores:

“El Instituto realizó varias acciones de incidencia desde las mo-

dificaciones del código procesal penal, o sea todo ese código fue

producto de una investigación del instituto, de gente que escribió.

La ley de transición, la ley orgánica del Ministerio Público, la ley

de defensa pública, la visibilización del mal de los delitos de trata

de personas” (González, 2013e).

Otra incidencia importante, en términos de implementación de la reforma, fue la creación de los “Tribunales Modelos”, donde jueces y fiscales se instruían en litigios orales. Dicha experiencia tuvo la colaboración del INECIP de la Argentina y de Bolivia.

El relacionamiento de este Centro con las universidades abarca varias actividades, todas ellas realizadas a partir de convenios. También es amplio el espectro de universidades con las que realizó emprendimientos asociativos, abarcando

446+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Paraguay

desde universidades públicas hasta varias las universidades privadas del país.

Específicamente puede mencionarse el trabajo realizado con la Universidad Americana (UA), universidad privada en la que se realizan, hasta la actualidad cursos, debates y ciclos de capacitaciones a partir de las temáticas abordadas por el INCECIP. También, en conjunto con la Universidad de las Américas (UNIDA), otra universidad privada del país, se lle-vó a cabo una investigación acerca del funcionamiento del sistema penal, a partir de la cual se elaboró un diagnóstico institucional a nivel nacional.

En el ámbito de las universidades públicas, con la Universidad Nacional del Pilar, se creó una Maestría, además de diver-sos cursos de actualización profesional en el campo de la defensa pública e investigaciones, con la participación de estudiantes de la institución. Todos los emprendimientos con las universidades se desarrollaron en el marco del ga-rantismo penal:

“Es un modelo interesante de realizar investigaciones, por el in-

volucramiento de gente joven y aprenden, aparte de conocer su

realidad con el análisis científico, qué tipo de gente está encerrada,

el porqué; hasta qué punto sirve el sistema normativo y cuestionar

el modelo de Estado existente. Instrumento por el cual aprenden

investigación y toman nota sobre ésta realidad, genera conocimien-

tos útiles para nuevos ciudadanos comprometidos con su realidad”

(García, 2013g).

447+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Paraguay

d) Centro para el Desarrollo de la Investigación Científica (CEDIC)

El Centro de Desarrollo para la Investigación Científica (CEDIC) es una asociación sin fines de lucro, que surgió en el año 2005. Está constituido por profesionales e investiga-dores de ciencias de la salud y ciencias biológicas, formados en el exterior del país. Estos investigadores, al retornar al país luego de realizar sus estudios de postgrados, encon-traban grandes dificultades para desarrollar actividades de investigación, por lo que decidieron conformar el CEDIC.

Y si bien muchos de los investigadores, impulsores de la creación del Centro, tenían experiencia de investigación dentro de la Universidad Nacional de Asunción, la misma no poseía las condiciones para el desarrollo de las líneas de investigación que eran de interés de los mismos.

Nota. Elaboración propia del autor sobre datos obtenidos el centro.(6) La caracterización corresponde a experiencias concretas de relacionamientos conlas instituciones universitarias nacionales, señaladas en los relatos, por lo tanto nose realiza una apreciación abstracta de la universidad como actor o sujeto social.

Tabla 5Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales de Paraguay (INECIP)

Relación Centro/Universidad INECIP con Universidad pública y privada6.

Dinámica de la relación Colaboración: en el producción de investigaciones, formación de funcionarios públicos e de incidencia en la política pública.

Intensidad de la relación Alta: realización de varias actividades académicas y de incidencia.

Enfoque de la relación Directo: a partir de Convenios institucionales.

Temporalidad de la relación Permanente.

448+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Paraguay

Podría mencionarse como una de las principales gestiones exitosas del CEDIC la vinculación y alianza con un labora-torio privado, en el marco del programa de responsabilidad social de éste. A partir de esta vinculación surgieron poste-riores convenios de cooperación, con fundaciones locales e internacionales con el propósito de gestionar fondos desti-nados a proyectos de investigación.

Los primeros proyectos financiados por la cooperación per-mitieron montar un laboratorio, cuya finalidad era la de desarrollar investigaciones en el campo de la salud y del medio ambiente. Se consiguió así promover una línea de investigación innovadora, a partir del estudio de enferme-dades humanas afectadas por cambios ambientales.

El principal objetivo del centro es el de identificar, median-te estudios científicos, el uso sostenible de la biodiversidad, con el fin de obtener fármacos que tengan actividad contra los parásitos, que generan las enfermedades prevalentes en el país.

El centro incorpora investigadores a sus líneas de in-vestigación, brindando cooperación y adiestramiento a profesionales y estudiantes vinculados a universidades pú-blicas y privadas. De esta manera, tanto investigadores y académicos, como estudiantes pasantes participan activa-mente en la producción del conocimiento científico. Los resultados obtenidos son publicados en revistas científicas internacionales y, a la vez aplicados en proyectos de inci-dencia local o comunitaria. Al respecto, comenta una de sus investigadoras:

449+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Paraguay

“Contamos con un grupo de pasantes o investigadores jóvenes que

se gradúan durante su estadía acá, en la universidad, y se quedan

trabajando en todos los proyectos. Ese proceso de pasantía que ha-

cen es un proceso de adiestramiento, como un mentorazgo que se

hace, para que se vayan especializando en técnicas dentro del la-

boratorio y que vayan preparándose para técnicas más sofisticadas,

que se realizan dentro de los proyectos” (González, 2013h).

Uno de los principales éxitos institucionales constituye la apuesta a la innovación tecnológica, a partir del trabajo con-junto con universidades y empresas privadas. La innovación tecnológica implica la realización de dos tipos de investiga-ción: la básica y una investigación–acción, basada la noción del living lab.

La investigación básica se orienta a obtener compuestos quí-micos, que pueden ser efectivos para combatir los parásitos causantes del mal de Chagas y leishmaniasis, y generar, even-tualmente, algún tratamiento.

El otro tipo son las investigaciones aplicadas a en comuni-dades, donde existen problemas críticos relacionados con la salubridad y el medio ambiente, destinadas a la elaboración conjunta de soluciones, articulando los resultados de labora-torios con la dinámica comunitaria. Sobre esto señala uno de sus directivos:

“En este momento, estamos montando un programa dentro del

propio Centro, de lo que llamamos laboratorios vivientes, o living

lab. Está, fácilmente, se encuentra, lo que es el living lab, a través

de internet, que es el laboratorio donde la comunidad o el clien-

te es copropietario o co-creador de la innovación tecnológica, que

450+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Paraguay

se puede propiciar para resolver el problema de una comunidad”

(González, 2013h).

Con las universidades nacionales y privadas se establecen convenios, para participar de las investigaciones, y, sobre todo, contribuir, desde un enfoque interdisciplinario, a in-novar, a partir de la identificación de problemáticas.

“Nosotros llevamos un problema, una limitación en los estudios

biológicos, a ingenieros electrónicos que se iban a graduar, que

estaban haciendo una maestría en ingeniería electrónica. Y ellos

hicieron un software, que nos permite, a nosotros, hacer un con-

taje por imágenes, sin necesidad de estar contando visualmente”

(González, 2013h).

En el mismo sentido, con una experiencia semejante, la línea de la investigación-acción del CEDIC se amplía, a me-diante un convenio con la carrera de Diseño Gráfico, de una universidad privada. En este caso, el objetivo fue el de inno-var en las formas de difusión de las informaciones sobre la salud y el medio ambiente. Al respecto se menciona:

“Los estudiantes de diseño gráfico elaboraron un juego lúdico para

las escuelas, para niños entre 7 y 12 años, sobre el problema del

cambio climático, el problema de la enfermedad de chagas, y cómo

se transmite” (González, 2013h).

Uno de los objetivos señalados es que las experiencias exitosas de investigación y de intervención social sean in-corporadas en el marco de las políticas públicas, del sistema nacional de salud.

451+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Paraguay

Los investigadores entrevistados, al igual que en todos los casos anteriores, valoran los avances producidos, en los últimos años, por parte del CONACYT, a través de los incen-tivos para investigadores. A partir de los mismos, se logrará la sostenibilidad de las líneas de investigación de los centros y, a la vez, se contribuirá fortalecer las redes de cooperación y articulación entre universidades, centros de investigacio-nes y organizaciones de la sociedad civil.

Nota. Elaboración propia del autor sobre datos obtenidos el centro.(7) La caracterización corresponde a experiencias concretas de relacionamientos conlas instituciones universitarias nacionales, señaladas en los relatos, por lo tanto nose realiza una apreciación abstracta de la universidad como actor o sujeto social.

Tabla 6Centro para el Desarrollo de la Investigación Científica (CEDIC).

Relación Centro/Universidad CEDIC con universidad pública privada7.

Dinámica de la relaciónColaboración: en la producción de investigaciones, formación de investigadores y de abordaje multidisciplinaria.

Intensidad de la relaciónAlta: realización de varias actividades académicas y de incidencia.

Enfoque de la relación Directo: a partir de convenios institucionales.

Temporalidad de la relación Permanente.

452+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Paraguay

5. Conclusiones y Recomendaciones

A partir de los estudios de casos analizados a lo largo del trabajo, son propuestas las siguientes conclusiones, a modo de ofrecer una primera aproximación a la realidad de los centros de investigación en Paraguay:

Los centros de investigación estudiados, en el Paraguay, se constituyen como centros privados. Los mismos, iniciaron y sostuvieron líneas de investigación que, inéditas o no, fueron pioneras en sus respectivas áreas de estudios, en lo que respecta al ámbito científico del Paraguay. Para tales emprendimientos, los centros de investigación realizaron alianzas específicas con universidades locales e internacio-nales.

En tal sentido, la especificidad de las alianzas se explica en función del hecho que en el Paraguay las universidades centraban su rol principal en la formación y capacitación profesional, relegando, en la mayoría de los casos, a un rol limitado la labor de la investigación.

En los últimos años del régimen autoritario de Alfredo Stroessner (1954-1989) y el inicio de la democratización iniciada en los años 90, los Centros de Investigación orien-taron sus acciones al análisis del proceso histórico por el que estaba atravesando el país, así como en la implementación de políticas públicas, poniendo énfasis en las consecuen-cias socio-económicas, culturales y políticas del proceso de modernización de la estructura agraria tradicional. Esta reo-rientación coincidió con los inicios de importantes reformas

453+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Paraguay

políticas e institucionales, resultado de la democratización y la promulgación de una nueva Constitución Nacional (1992).

A partir de lo señalado cabe plantear que, en lo que res-pecta al ámbito de las ciencias sociales, en la última parte del periodo dictatorial, se experimentó un auge en materia de investigación, sustentada, en gran medida, en el apoyo brindado por agencias y fundaciones internacionales. Por el contrario, con el retorno a la democracia (segundo quinque-nio de los 90) se desarrolló un marco mucho más limitado para la labor de los centros de investigación. En él primó un régimen de consultorías, promovido, preferentemente, por instituciones financieras internacionales, tales como el Banco Mundial (BM), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en contraposición al precedente financiamiento de líneas de investigación.

Esta estrategia restrictiva ha tornado incierta, en más de una ocasión, la continuidad misma de ciertos centros de estudios, así como de las líneas de trabajo e investigación desarrolladas históricamente por ellos. Con relación a las políticas públicas que promueven la producción del conoci-miento científico en el país, la mayoría de los entrevistados manifestaron expectativas positivas. En ese sentido, los mis-mos valorando la creación y fortalecimiento del CONACYT, como instancia que profesionaliza y fomenta la investiga-ción. En especial, fue destacado el Programa de Incentivo a Investigadoras, que, por vez primera en la historia del país,

454+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Paraguay

articuló una iniciativa pública de financiación de investiga-dores y proyectos de investigación.

Dicho programa genera expectativas hacia la posibilidad de acceder, por parte de los centros de investigación, a fuentes de apoyo pertinente a la investigación, y, de esa forma, lograr la no dependencia de la cooperación internacional, que con-tinúa volcada al financiamiento de estudios instrumentales, de los programas de políticas públicas impulsados por las instituciones que la integran.

Asimismo, se ha señalado que los recursos de los que dis-pone el CONACYT son aún insuficientes de cara al fomento a la investigación científica, en la escala que es debida y necesaria para el país. Algunos de los investigadores consul-tados también han cuestionado la exagerada preeminencia de las ciencias duras en la elegibilidad de la financiación en el CONACYT, en detrimento de otras disciplinas, per-tenecientes a las ciencias sociales o las humanidades. Esto se explicaría en función a la presencia de ciertos intereses corporativos en la estructura directiva de dicha institución.

En lo que respecta a las actividades de cooperación con las universidades, se aprecia una mayor vinculación institucio-nal para la producción de conocimiento con universidades extranjeras. En la mayoría de los casos, dicho vínculo ha sido producto de la mediación de directores o investigadores de los Centros, que realizaron estudios en las mismas.

Un aspecto que cabe destacar radica en que, entre los consul-tados, existieron investigadores que formularon críticas a la

455+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Paraguay

exagerada tendencia al burocratismo, a la hora de establecer regímenes de colaboración por parte de universidades pú-blicas (por ejemplo, pueden citarse casos de trabas excesivas para la aceptación de convenios, lentitud en la asignación y liberación de recursos financieros, entre otros factores, que demuestran una inadecuada coordinación entre los tiempos institucionales y los tiempos requeridos en los diferentes proyectos de investigación). Por tal motivo, en muchas oca-siones, los Centros de Investigación prefirieron establecer el vínculo con universidades privadas o del exterior, con el fin de plasmar convenios de cooperación académica e in-vestigativa.

Finalmente, puede observarse, en los casos analizados, una ampliación de los campos de incidencia en la política pú-blica por parte de los centros de investigación, aunque no gracias a su relación y/o vinculación con las universidades. Dicha ampliación habría sido el fruto de una transformación en las actividades de los centros, en el sentido de pasar de un enfoque basado primordialmente en la investigación, el análisis técnico y la difusión de los trabajos, para instalar problemáticas en la agenda académica y púbica, a otro enfo-que centrado más en la incidencia de la negociación, gestión e implementación de las políticas de desarrollo, apelando a un rol de colaboración efectivo, con las instituciones encar-gadas de la promoción de dichas políticas.

En base a de las conclusiones señaladas, pueden acotarse como recomendaciones generales el desarrollo de acciones en los siguientes sentidos:

456+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Paraguay

• Asociación de los centros de investigación para su for-talecimiento y mayor incidencia en la sociedad: Los Centros de Investigación independientes del Paraguay tendrían que encarar, como uno de sus principales de-safíos, el logro de una articulación entre los mismos, tanto en espacios formales como informales. De esta forma, a través de foros, plataformas, redes y consor-cios, que fomenten el intercambio de experiencias y la articulación de esfuerzos, se podrá conseguir una mayor incidencia en el campo del conocimiento cien-tífico del país.

• Reforzar lazos con universidades, a través de la realiza-ción de programas de cooperación y la combinación de recursos disponibles: Si bien las universidades paragua-yas, en su gran generalidad, se encuentran centradas en la formación profesional, resulta imprescindible, por un lado, que ellas comiencen a abocarse a la pro-ducción científica, tarea para la cual la experiencia y el aporte de conocimientos que poseen los Centros de Investigación independientes podrían ser sumamen-te valiosos. Por otro lado, las normas de regulación y convalidación profesional, existentes a nivel regional (MERCOSUR), exigen a las mismas introducir impor-tantes componentes de investigación en currículums y módulos académicos de las carreras y los niveles de la educación superior (tesis de grados y posgrados, es-pacios de investigación, docentes investigadores de tiempo completo, publicaciones científicas indexa-das, entre otros requisitos). Estos procesos abrirían la posibilidad de realizar asociaciones en base a los recur-

457+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Paraguay

sos con que cuentan, ya sean las Universidades o los Centros de Investigación. Las primeras, poseen, en la actualidad, una cada vez mayor población estudiantil, infraestructuras básicas y espacios académicos poten-ciales. Los segundos, cuentan con la experiencia y la capacidad propicias para la investigación.

• Incidir y ganar representatividad en los espacios esta-tales relacionados con la producción de conocimiento: Las instancias estatales que promueven la producción de conocimiento científico en el país, en especial el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, se consti-tuyen a partir de espacios colegiados, en los que se encuentran representados instituciones universitarias públicas y privadas, autoridades públicas y empresa-rios. En estos ámbitos, carecen de representación los Centros de Investigación independientes, hecho que afecta de manera directa la definición de las políticas públicas de investigación científica. Por consiguiente, deviene necesario que a dichos Centros se les conceda la representatividad en la gestión directiva de las men-cionadas instancias estatales.

• Generar espacios de debates sobre cuestiones na-cionales gravitantes, sociales y políticas, y proponer estrategias acerca del modelo de desarrollo: Los Centros de Investigación, en alianza con las Universidades, tendrían que crear, y desarrollar, espacios de deba-tes académicos sobre los más importantes problemas sociales y políticos del país, a partir de las investiga-ciones científicas realizadas. En tales debates, a su vez,

458+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Paraguay

deberían intervenir los principales actores sociales y políticos. A su vez, los Centros de Investigación y las Universidades, en base a los resultados de los estudios y debates realizados, deberían proponer los criterios de fundamentación y las principales estrategias de im-plementación de un modelo de desarrollo inclusivo y equitativo.

6. Referencias Bibliográficas

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González, I. (2013c, setiembre). [Entrevista con Investigadora 1 del CPES]. Grabación en audio.

González, I. (2013d, setiembre). [Entrevista con Investigadora 2 del CPES]. Grabación en audio.

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7. Acerca de los Autores

Luis A. Galeano es doctor en derecho por la universidad central de Madrid y Master en Ciencias Políticas por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales -FLACSO- de Chile. Investigador y coordinador de proyectos del Centro Paraguayo de Estudios Sociológicos (CPES). Ex Decano de la Facultad de Filosofía y Ciencias Humanas de la Universidad Católica Ntra. Sra. de la Asunción y ex Director General de Postgrado e Investigación de la mis-ma universidad. Docente de la Universidad Católica y la Universidad Nacional de Asunción. Investigador con más de 40 trabajos de producción científica y gran cantidad de publicaciones.

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Diana García es licenciada en Sociología por la Universidad Católica Ntra. Sra. de la Asunción y cursando la Maestría en Ciencias Sociales por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO). Docente e investigadora en el ámbito de la juventud y educación. Posee experiencia en coordinación de investigaciones multidisciplinarias, coordinación de equipos de trabajo y es especialista en análisis del discurso e interpretación de datos cualitati-vos. Se desempeñó como Viceministra de la Juventud del Paraguay (2009-2011) y Directora de la Coordinación Socio-ambiental de la Entidad Binacional Itapú (2011-2012).

Ignacio González es licenciado en Sociología por la Universidad Católica Ntra. Sra. de la Asunción. Especialista en Ciencias Sociales por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO). Magíster en Historia por la Universidad Nacional de Asunción (UNA) y candidato a Magíster en Ciencias Sociales (FLACSO). En la actualidad cursa el Doctorado en Ciencias Sociales en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Docente universitario e investigador en las áreas de historia social y sociología política. Ha publicado dos libros y más de una decena de artículos científicos.

Marcelo Mancuello es licenciado en Sociología por la Universidad Católica Ntra. Sra. de la Asunción y Magíster en Política y Gestión Pública UCA-CADEP. Docente universitario y consultor en materia de sistemas de moni-toreo y evaluación de políticas públicas. Posee experiencia en gestión social e investigación social y sociopolítica, sis-temas de indicadores y dominio de técnicas cuantitativas y cualitativas para la investigación y la evaluación.

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Raúl H. Asensio

Perú

463+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Perú

Estudio de caso: Perú

1. Introducción

El debate sobre el papel de los centros de investigación en la formulación y gestión de políticas públicas en el Perú ha tenido en los últimos años un importante auge (Tanaka et al 2009, Bay et al 2007, Bautista et al 2010, Uceda 2011 y Conaghan 1998 para un trabajo pionero). Este interés se debe a la relativa consolidación de estos centros, a similitud de lo ocurrido en otros países de la región. Son ahora institu-ciones más profesionales y con mayor proyección pública, lo que genera un mayor interés por parte de los investigadores respecto a sus orígenes, su naturaleza actual, vínculos y ob-jetivos, así como el sentido de su participación en el debate de ideas en el país.

Este estudio se inserta en esta corriente de revisión críti-ca del papel de los centros de investigación. En concreto queremos indagar sobre la potencialidad y los retos de las relaciones entre centros de investigación y universidades. Hay que tener en cuenta, en este sentido, que tanto los cen-tros de investigación autónomos como las universidades se encuentran en un momento de transición en nuestro país. En el caso de las universidades públicas sus recursos se han incrementado de manera notable en los últimos años, gra-cias sobre todo a las transferencias por concepto de canon y sobrecanon.

464+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Perú

Esto ha llevado a que la tradicional “gestión de la penu-ria” se haya convertido en algunos casos en “gestión de abundancia”, con los retos que esto implica. También se han producido cambios internos, relacionados con la con-solidación de una nueva generación de profesionales universitarios, con referentes y proyectos profesionales di-ferentes de sus antecesores. Estos cambios repercuten a su vez en los centros de investigación, que ya de por sí se en-cuentran en una fase de redefinición, debido a los cambios de orientación de la cooperación internacional y la evolución de la dinámica de los mercados de conocimiento en el país.

Estos procesos son muy complejos y no necesariamente se producen en simultáneo, pero tomados en su conjun-to configuran un escenario sumamente interesante para la colaboración entre ambos tipos de instituciones. El reto con-siste en analizar cómo estos procesos se engarzan entre sí y cómo ambas instituciones se posicionan en la formula-ción de políticas públicas. Para ello partimos de un enfoque dinámico de la relación entre universidades y centros de in-vestigación que considera que existen, tanto relaciones de colaboración como relaciones de competencia.

La formulación y gestión de políticas públicas en los paí-ses latinoamericanos (con partidos políticos débiles y escaso capital humano capital humano capacitado para la formu-lación y gestión de políticas públicas) hace que existan incentivos para la colaboración. Sin embargo en el contexto actual de cambio de prioridades de la cooperación existen también incentivos contrarios. Los centros de investigación deben posicionarse y destacarse para asegurarse el flujo de recursos, mientras las universidades cuentan con los sufi-

465+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Perú

cientes recursos propios para que esta colaboración no sea una prioridad. El resultado es que centros de investigación y universidades puede colaborar, y a menudo lo hacen, pero también compiten por posicionamiento, prestigio y, en últi-ma instancia, recursos.

Esta competencia implica disputas por el capital simbólico y por el capital humano. Los especialistas en la generación de conocimiento especializado siguen siendo escasos en Perú, por lo que ambos tipos de instituciones tienen políticas de reclutamiento y estrategias laborales que muchas veces cho-can entre sí. El resultado es un panorama complejo en que se entrecruzan la necesidad de sumar esfuerzos, la descon-fianza y los recelos entre unas instituciones y otras.

Para analizar en destalle esta dinámica de colaboración y competencia el estudio se centró en tres estudios de caso de relaciones entre centros de investigación y universidades. Estas tres historias cuentan tanto historias de éxito como de fracaso. Incluyen ejemplos de Lima y también del interior del país. Esto último es especialmente importante porque hasta el momento la mayoría los estudios referidos a centros de investigación peruanos se han centrado casi exclusiva-mente en las dinámicas de la capital, dejando de lado la rica experiencia de los centros de investigación de otras regiones, y sus complicadas relaciones con otros actores. Recuperar esta dimensión nacional, es por lo tanto otro de los objeti-vos de este estudio.

En concreto, este estudio se plantea las siguientes preguntas: ¿Qué mecanismos de colaboración se han desarrollado en el caso peruano entre centros de investigación y universidades

466+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Perú

para la generación de conocimiento especializado sobre e incidencia en políticas públicas? ¿Cómo esta colaboración se inserta en las estrategias a medio y largo plazo de los cen-tros de investigación? ¿Qué papel juega en el actual contexto de reconfiguración de las prioridades de financiamiento de la cooperación internacional? ¿Qué factores externos (del contexto nacional) e internos (de la instituciones implica-das) condicionan estas estrategias y los mecanismos de colaboración? ¿Cuáles son los trade off que deben enfrentar universidades y centros de investigación en sus esfuerzos de interacción y colaboración? ¿Cómo y hasta qué punto pueden gestionarse estos trade off por parte de los centros de investigación?

2. Contexto

El contexto de las relaciones entre centros de investigación y universidades está marcado en el Perú por un conjun-to de cambios recientes que afectan tanto a la sociedad en conjunto como al estilo de producción científica en cien-cias sociales. En algunos casos estos cambios responden a tendencias de fondo, que se perciben también en otros paí-ses de la región, o incluso en el conjunto de los países en desarrollo. Tienen que ver con la profesionalización y la mo-dernización de las instituciones dedicadas a la producción científica, con el aumento de la competencia en el campo científico y con el nuevo tipo de demandas de formación y conocimiento especializados tanto por parte de la sociedad como por parte del Estado.

467+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Perú

El caso peruano, sin embargo, presenta algunos matices que lo hacen diferente de otros países. Estos matices se vinculan con el nivel de atraso de las instituciones educativas del país, con el rápido crecimiento económico de los últimos años y con la importancia de las fuentes externas de financiamien-to para la investigación en ciencias sociales. La conjunción de estos elementos habría hecho que los cambios ocurridos en los últimos años hayan sido más profundos y más rápi-dos que en otras regiones de nuestro continente.

En concreto, son cinco los elementos que habría que con-siderar para analizar el contexto actual de relaciones entre centros de investigación y universidades.

Un País Tradicionalmente Poco Productivo en Investigación

Perú es un país tradicionalmente poco productivo en cuanto a producción científica. De manera consistente los indicadores muestran que el país produce menos documentos científicos de lo que debería, tanto en función de su peso demográfico como en términos de producto bruto interno. La Figura 1 evidencia esta realidad, al mostrar el número de artículos in-dizados publicados en 2012 por cada cien mil habitantes, en comparación con otros países de la región. Se puede observar que Perú se encuentra por debajo de los principales países de América Latina e incluso por debajo del promedio regio-nal. Lo mismos ocurre cuando se considera la producción de documentos indexados por cada mil millones de dólares de PBI, tal como se señala en la Figura 2.

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Figura 1Documentos Indexados por cada 100.000 Habitantes en 2012

Nota. Elaboración propia del autor. Fuente: para documentos: SCOPUS - Scimago Journal & Country Index1Fuente para población: CEPAL

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Figura 2Documentos Indexados por cada USD 1.000 millones de PBI en 2012

Nota. Elaboración propia. Fuente para documentos: SCOPUS - Scimago Journal & Country Index, fuente para PBI: CEPAL (datos en millones de dólares corrientes).Fuente para población: CEPAL

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Sin embargo, a pesar de estos datos negativos en los últimos años encontramos una tendencia positiva. Los datos consig-nados en la Figura 3 muestran que Perú es uno de los países de la región con mayor incremento de la producción cien-tífica entre 1997 y 2012. En números totales nuestro país pasa de producir 164 artículos indexados en 1996 a produ-cir más de 1.200 en 2012. Esto significa un coeficiente de incremento de 7,3 veces la producción original, el tercero más alto de la región tras Colombia y Haití.

Figura 3Crecimiento de la Producción Científica en los Países de América Latina y El Caribe entre 1997 Y 2012 (1997 = 1)

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Nota. Elaboración propia, fuente: SCOPUS - Scimago Journal & Country Index

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La Figura 4 muestra que estos datos se traducen en un incremento de la importancia de la producción nacional respecto a los diferentes ámbitos geopolíticos donde el país se encuentra inserto. Perú pasa de significar el 0,7 de la producción científica total de la América Latina y el Caribe al 1,1 por ciento en 2012. Esta cifra supone el 1,4 por cien-to de la producción de Sudamérica, el 4,0 por ciento de la producción de los países castellano hablantes de esta parte de continente y el 12,7 por ciento de la producción científica indexada procedente de los países andinos.

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Figura 4Evolución del Porcentaje de la Producción de Artículos Indexados de Perú sobre el Total de los Diferentes Ámbitos de Referencia (%)

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Esta situación se repite también en el caso concreto de las ciencias sociales. La Figura 5 muestra las mismas tendencias reseñadas: una producción que se incrementa de manera notable en los últimos quince años, pero que aún sigue por debajo de lo que le correspondería al país en relación a su población y al tamaño de su economía.

Estos datos marcan unas tendencias generales que nos ayudan a percibir la situación actual de la investigación científica en el Perú. Hay que tener en cuenta sin embargo, que no toda la investigación que se realiza en universida-des y centros de investigación autónomos termina como una publicación indexada. Existen también otras formas de

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Figura 5Evolución del Número de Artículos Indexados de Perú en Ciencias Sociales y Materias Afines

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Nota. Elaboración propia, Fuente: SCOPUS - Scimago Journal & Country Index.

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Ciencias Sociales Economía Humanidades

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circulación de conocimiento, que pueden ser incluso más apropiadas para determinados aspecto del trabajo de estas instituciones: informes de consultorías o notas breves, si se pretende incidir en los tomadores de decisiones, libros y po-nencias si se pretende influir en el mundo académico, etc. Estos canales paralelos de difusión son muchas veces más directos e inmediatos, ya que no requieren todo el complejo proceso de validación asociado a la publicación en revistas indexadas. Por esta razón pueden incluso ser más importan-tes para las actividades cotidianas de algunas instituciones, aunque no contenemos con indicadores para medir la evo-lución de su producción.

Comunidades Académicas Fragmentadas

El segundo punto a considerar es la fragmentación de las comunidades académicas peruanas. Este es un problema que se repite en buena medida en todo el continente, pero en el caso peruano probablemente sea extremo, debido a la propia dinámica social y política del país, condicionada por la desigualdad entre la capital y el resto de provincias del interior. Tanto las universidades como los centros de inves-tigación más importantes se encuentran en Lima.

En muchos casos, se trata de instituciones consolidadas y bien conectadas con redes académicas internacionales, pero suelen tener poco contacto con otras comunidades acadé-micas del interior del país. Los intentos de superar esta situación no son sencillos. Algunos de ellos vamos a verlos con más detalle más adelante en este documento. Las dife-rencias no se refieren solo a culturas académicas distintas,

473+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Perú

sino que también están cruzadas por elementos sociales, políticos y étnicos, que hacen que la “conversación” entre las comunidades académicas de Lima y el interior del país sea extremadamente complicada y esté repleta de descon-fianza mutua.

Para un científico social limeño, asociado a una universi-dad o un centro de investigación de prestigio, resulta más sencillo y confortable dialogar con un experto equivalente chileno, colombiano, argentino o incluso norteamericano o europeo, que con un colega del interior del país.

Estas particularidades del estilo de producción científi-ca peruano se evidencian en la Figura 7, que muestra que en la actualidad la mayor parte de la producción científi-ca universitaria indexada procede de Lima, mientras que las universidades del interior del país tienen mucha menor presencia en el total de documentos indexados producidos en el país en los últimos años. Esta proporción permanece estable, por encima del ochenta por ciento, en los dos pe-riodos de tiempo considerados.

474+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Perú

Figura 6Distribución de la Producción de Documentos Indexados Elaborados por Universidades Peruanas, según Categoría de Universidad (%)

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Perìodo2003-2007

Nota. Elaboración propia Fuente: SCImago Institutions Rankings – Perú 20131

(1) Como en el caso antes señalado los SCImago Institutions Rankings, se basan en lss publicaciones recogidas en labase de datos SCOPUS. En el caso de América Latina los informes anuales suelen incluir también España y Portugal, que en nuestro caso hemos excluido del analisis comparativo que se presenta más adelante. Lamentablemente, este índice solo desagrega universidades y excepcionalmente alguna institución pública no universitaria, pero no centros de investigación autónomos, por lo que no contamos con datos desagregados de estas instituciones.

Perìodo2007-2011

Pùblicas Privadas

475+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Perú

Un factor adicional que refuerza esta tendencia a la fragmen-tación es el hecho de que la producción científica peruana en ciencias sociales depende en gran medida de fondos ex-ternos para su financiamiento (Bay et al 2007). Sobre la base de un análisis de la producción editorial de mediados dela década pasada, Bautista et al (2010) señalan que el predo-minio del financiamiento externo diferenciaría a Perú de otros países del entorno, como Argentina y Colombia, en los que los que existe mayor financiamiento interno para la producción en estas disciplinas.

El resultado de esta dependencia sería un estilo de pro-ducción científica, determinado por tres elementos: (i) una

Figura 7Distribución de la Producción de Documentos Indexados Elaborados por Universidades Peruanas, Según Lugar de Origen de la Univesidad (%)

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Nota. Elaboración propia, fuente: SCImago Institutions Rankings – Perú 2013

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fuerte escisión entre quienes tienen acceso a las fuentes de financiamiento externo y quienes no tienen estos contactos, (ii) la concentración de la producción en torno a unas pocas instituciones bien posicionadas en las redes internaciona-les académicas y de cooperación y (iii) una relativa apertura metodológica y temática, ya que términos comparativos la comunidad académica peruana estaría más expuesta a la influencia externa que otras comunidades académicas lati-noamericanas.

Obviamente esto último se refiere a esa parte de la comu-nidad académica peruana, fundamentalmente limeña y concentrada en centros de investigación y universidades de élite, que se vincula con las redes y fuentes de financiamien-to externo. Por el contrario, las comunidades académicas de interior del país son bastante cerradas en aspectos me-todológicos y en enfoques teóricos. Esta dependencia del financiamiento externo se relaciona en gran medida con la debilidad de las fuentes de financiamiento interno para la investigación.

No existe un sistema nacional de investigación, al estilo de otros países de América Latina. El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONCYTEC), que sería el equivalente más cercano, tiene un papel muy limitado y concentra sus esfuerzos en las ciencias duras, dejando de lado las cien-cias sociales y otras materias afines. Tampoco existe una tradición de filantropía empresarial o privada que ayude a subsanar estas deficiencias, ni un mercado editorial los suficientemente grande para que los especialistas comple-menten sus ingresos.

477+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Perú

Como se presenta más adelante, solo recientemente y de manera muy incipiente esto comienza a cambiar con la asig-nación de mayores fondos a las universidades. El resultado es que, además de fragmentadas, las comunidades acadé-micas son muy vulnerables a los cambios de orientación de la cooperación internacional.

Relación Fluida entre Academia y Políticas Públicas

El tercer factor a considerar para entender la dinámica de los centros de investigación peruanos es la existencia de un sistema político que, incluso en términos comparativos latinoamericanos, está sumamente fragmentado y desins-titucionalizado. Las razones de esta particularidad son de sobra conocidas y se relacionan, tanto con el periodo de vio-lencia política interna que sufrió el país hasta mediados de los noventa, como con el éxito posterior del discurso “anti-político” y anti institucional desarrollado por el gobierno de Alberto Fujimori. Este discurso penetra profundamente en la sociedad y hasta la actualidad condiciona los discursos y las prácticas de los actores políticos.

Perú sigue estando entre los países de la región con mayor desconfianza en las instituciones de gobierno. Es también uno de los países que menor importancia otorga a los par-tidos políticos y que menos apego muestra a la democracia como régimen del gobierno (Carrión & Zárate 2012). Los par-tidos políticos peruanos son instituciones muy frágiles, con muy poca vida institucional fuera del periodo electoral. Las fidelidades partidarias son mínimas y lo más común es que un político pase por cinco o seis partidos en el curso de

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su carrera. Las fronteras institucionales e ideológicas son extremadamente porosas, por lo que tampoco es que un mismos partido presente perfiles diferentes según las re-giones o dependiendo de los candidatos seleccionados en cada contienda.

Como resultado de todos estos los partidos son un actor muy secundario en el debate intelectual y tampoco partici-pan generación de ideas. No existen intelectuales orgánicos, en el sentido duro de la palabra, y los escasos cuadros par-tidarios tienen una producción intelectual extremadamente reducida y por lo general de muy baja calidad. Incluso los partidos tradicionales han sufrido en los últimos años un vaciamiento de sentido ideológico que los sitúa al borde de la irrelevancia, más allá de su papel de vehículos electorales.

Esta fragilidad de los actores políticos ha sido analizada tra-dicionalmente como un elemento negativo, que perjudicaría la relación entre centros de investigación y gestores de polí-ticas públicas. Tanaka et al (2009), señalan en este sentido que Perú se encuentra muy lejos del modelo ideal de rela-ción entre partidos y centros de investigación. Según estos autores se trataría de un problema de falta de sintonía entre la oferta y la demanda.

Los partidos tienen consideraciones pragmáticas, están poco interesados en formar a sus cuadros y desconfían de la so-ciedad civil y, al mismo tiempo, los centros de investigación desestiman los partidos como interlocutores y vehículo para la transmisión de sus ideas. El resultado sería una especie de tormenta perfecta de desinterés mutuo, que haría muy

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difícil la interlocución política de los centros de investiga-ción.

Esta situación tiene indudablemente muchos elementos negativos, pero sin embargo tienen también la ventaja de generar un contexto de oportunidad relativamente abierto para el debate sobre el diseño, implementación y evaluación de políticas públicas. La incapacidad de los partidos políti-cos abre un amplio campo para la incidencia política, en el que participan centros de investigación y, en menor medida, también las universidades.

Estas instituciones proveen a los gobernantes de ideas, dis-cursos legitimadores e incluso de cuadros técnicos Se trata, por supuesto de una relación azarosa, sujeta a los giros polí-ticos y a las conveniencias coyunturales de los gobernantes. Pero aun así el margen de acción para los académicos es mayor que en otros países de la región, en los que la estruc-tura de partidos es más sólida y canaliza el debate político de manera más estricta (Asensio 2012a).

El resultado es un flujo constante de personas e ideas entre los ámbitos intelectual y político. No es infrecuente en-contrar a profesionales “independientes”, provenientes de universidades, centros de investigación e incluso organis-mos multilaterales asumiendo cargos políticos de primer

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nivel, incluyendo ministerios1. En este sentido, de acuerdo a Tanaka et al (2009), el vacío dejado por los partidos políti-cos en el campo teórico y prácticas de las políticas públicas habría sido ocupado por dos redes de expertos técnico-pro-fesionales: una vinculada a ideas liberales y otra vinculada a ideas de izquierda.

Estas dos redes se alternarían en influencia sobre los gober-nantes, llegando a veces a convivir en un mismo gobierno, ocupando cada una de ellas determinados sectores. Los cen-tros de investigación y las universidades forman parte de estas redes. Esto les permite un cierto nivel de llegada de sus propuestas y en algunos casos incluso una fuerte influencia en el diseño de determinados ámbitos de política pública, de para los que se han consolidado ciertos sentidos comunes sobre la importancia de tomar decisiones “técnicas”.

Una contrapartida negativa, sin embargo, es que este flujo se produce un contexto en que la dotación de profesionales es limitada a nivel nacional. La cooptación de estos pro-fesionales por el estado puede llegar a desequilibrar a los centros de investigación, produciendo crisis muy pronun-ciadas por falta de personal de recambio de similar nivel. Este problema se ha hecho especialmente intenso en los últimos años, a medida que aumentan las remuneraciones

1 Sería muy interesante realizar un rastreo de los antecedentes de las personas que en los últimos años han ocupado los niveles más altos de la administración pública peruana: ministros, viceministros, directores generales y directores de programas de línea. Este rastreo seguramente nos mostraría que un porcentaje bastante alto tiene antecedentes en universidades y centros de investigación, más que en parti-dos políticos, en la administración pública o en el ejercicio de profesiones liberales. Sin embargo, este objetivo queda más allá de los límites y las posibilidades de este trabajo.

481+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Perú

en el sector público, que ahora puede competir con los cen-tros de investigación privados y con las universidades por el reclutamiento de profesionales emergentes, sobre todo quienes se encuentran al inicio de su carrera profesional. Obviamente esto es bueno para el estado, que mejora de manera notable el nivel de su personal respecto a lo que era común años atrás, pero supone un reto para los centros de investigación, especialmente para los de tamaño interme-dio, cuya vida institucional depende de un grupo reducido de profesionales2.

Universidades en Crecimiento

Un cuarto elemento de contexto que condiciona el caso peruano son los cambios recientes ocurridos en las univer-sidades del país. Hay que considerar que tradicionalmente se ha tratado de universidades mal dotadas y, salvo algunos casos concretos de universidades de Lima, con muy bajo nivel académico. La investigación que se realizaba en su interior solía ser de baja calidad y casi nunca trascendía en las redes académicas internacionales. En los últimos años esta situación comienza a cambiar. Son varios los temas a considerar en este sentido.

2 Un aspecto interesante en este sentido es lo que podríamos llamar el “efecto reflu-jo”: profesionales que tras haber trabajado unos años en el sector público regresan las universidades o los centros de investigación con mayor experiencia y contactos, por lo que se convierte en un activo de mayor valor para sus instituciones. Habría que considerar, sin embargo, que este efecto reflujo es interesante sobre todo para las instituciones bien consolidadas, para las que la ausencia temporal de estos pro-fesionales no supone una crisis. En todo caso, los beneficios y perjuicios de esta circulación de profesionales entre estado, universidades y centros de investigación es un tema sobre el que queda mucho por conocer.

482+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Perú

Por un lado, la demanda de educación superior ha creci-do de manera exponencial desde mediados de los noventa: Esto se debe a factores estructurales, relacionados con la extensión de las expectativas educativas de la población y el incremento de la cohorte de población en edad de estudiar. La revolución de acceso masivo de la clase media-baja a la universidad, que en otros países de la región tiene lugar en los setenta y ochenta, ocurre en Perú en este momento. También influyen factores políticos, como la liberalización del mercado educativo y el propio crecimiento económico del país, que demanda mayor número de profesionales.

El resultado es la multiplicación de centros universitarios, con la más variadas dotación docente y con niveles muy desiguales de calidad. En muchos casos existe un eviden-te problema de calidad en la educación, ya que las nuevas universidades están mal dotadas de equipos y profesionales. Pero también existen intentos serios de crear universidades modernas o de modernizar la ya existentes, aprovechando la nuevas oportunidades.

Este proceso se observa tanto en Lima como en provincias y afecta a los estudios de pregrados y en los últimos años también a los estudios de posgrado. Cada vez son más las universidades que ofrecen estos posgrados, especialmente en ciencias sociales, ya que estas titulaciones se han con-vertido en un activo importante para hacer carrera en la administración pública o para posicionarse en un mercado de producción de conocimientos que de manera incipiente comienza a especializarse. Esta demanda coincide en mu-chos casos con las propias estrategias de las universidades.

483+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Perú

Desde el punto de vista estrictamente económico, los pos-grados casi siempre son poco rentables, pero tienen la ventaja de que aportan capital simbólico, prestigio y visibi-lidad pública, elementos que pueden ser clave para atraer nuevos alumnos a los pregrados, donde realmente se con-centra la viabilidad del negocio. Esta necesidad de proyectar una imagen de seriedad científica hace que cada vez más las universidades se esfuercen por atraer profesionales de alta capitación, que se hagan cargo de estos posgrados.

En algunos casos, también se ponen en marcha centros de investigación propios, asociados a las universidades, casi siempre enfocados en temas de alta visibilidad pública. Estos centros compiten con los centros de investigación autónomos, ya no solo por el personal sino también por posicionamiento en el mercado de la cooperación interna-cional y por los escasos recursos nacionales destinados a investigación

Encontramos, por lo tanto, un mercado de formación espe-cializada muy competitivo, en que cada vez más jugadores pugnan por obtener beneficios. Podemos hablar en este sen-tido de varios perfiles de universidades, de acuerdo al tipo de investigación que se realiza en su interior y a su proyección en el debate público. En primer lugar están las universi-dades públicas o privadas que tiene una larga tradición en investigación y formación de calidad. Suelen ser casi exclu-sivamente universidades limeñas.

En esta etapa consolidan su orientación, ya que la nuevas condiciones el mercado les permiten contratar más profe-

484+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Perú

sionales o bien consolidar orientación a la investigación de sus profesores. Suelen ser diversas desde el punto de vista de su orientación ideológica y combinan tanto la investiga-ción pura como la investigación aplicada. Muchos de sus integrantes tienen buenas conexiones con los centros de investigación independientes y suelen participar en proyec-tos conjuntos, como veremos más adelantes. En este grupo podemos situar, entre otras, a la Pontificia Universidad Católica del Perú, la Universidad Privada Cayetano Heredia y la Universidad Nacional Agraria de La Molina. La produc-ción científica de la primera es especialmente importante en ciencias sociales, mientras que la segunda se orienta hacia temas médicos y la tercera, como su nombre indica, a temas agrícolas y biológicos.

La Tabla 1 muestra que estas tres universidades se encuen-tran entre las que tiene mayor producción científica a nivel nacional en las últimas décadas. Lo mismo ocurre con la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, la universidad pública más importante del país. En ese caso, sin embargo, hay que resaltar que se trata de un centro con una gran he-terogeneidad interna, en el que conviven facultades con muy diferente orientación y calidad de la investigación. Mientras el nivel es muy alto en la facultad de medicina, ocurre lo contrario en las facultades de ciencias sociales, economía y humanidades.

Estos centros son muy conflictivos desde el punto de vista político y están atravesados por numerosas políticas inter-nas, lo que en los últimos años provoca un incipiente éxodo de profesionales jóvenes hacia universidades emergentes,

485+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Perú

donde encuentran mejores oportunidades para el desem-peño de su carrera profesional.

Un segundo grupo de universidades está compuesto por los centros que, si bien tiene una tradición consolidada en for-mación, recién en los últimos años comienzan a entrar con fuerza al mercado de producción de conocimiento. Los inte-grantes de este grupo suelen ser casi siempre universidades privadas, que logran dar a salto a la investigación de calidad mediante la contratación de profesionales de prestigio, con trayectoria previa en otras universidades o en centros de investigación o bien profesionales jóvenes que regresan de realizan posgrados en el extranjero y buscan una ubicación profesional.

A diferencia del grupo anterior, por lo general su trabajo suele tener un enfoque aplicado y en muchos casos direc-tamente orientado a políticas públicas. Esto hace que no suelan parecer en los primeros puestos de las clasificaciones basadas en publicaciones indexadas, aunque cuando tengan un alto grado de protagonismo en los debates públicos y políticos. Esta mayor proyección se debe a su deseo de con-solidarse y también al hecho de ser más homogéneas en el plano ideológico, lo que les permite construir una imagen más nítida para los tomadores de decisiones y los medios de comunicación.

Tres ejemplos al respecto son la Universidad del Pacífico, la Universidad San Martín de Porres y la Universidad Ruiz de Montoya. La primera de ellas, de manera general, se suele identificar con posiciones liberales de derecha y es especial-

486+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Perú

mente fuerte en temas que tiene que ver con economía. A la segunda se la considera cercana al Partido Aprista Peruano y la tercera se alimenta sobre todo de profesionales prove-nientes de la izquierda católica.

El tercer grupo de universidades en cuanto a orientación de investigación son las universidades públicas del interior del país. Tradicionalmente estas universidades son espacios muy conflictivos y por lo general con presupuesto escaso. En los últimos años esta situación comienza a cambiar, gracias a las transferencias por conceptos como canon y sobreca-non, ligados a la actividad minera3. Esto supone que en la actualidad las universidades públicas de provincias, se en-cuentra ante un reto inédito: de administrar la escasez pasan a tener que administrar una relativa abundancia.

Como veremos más adelante esta nueva situación supone varios desafíos: implica nuevas demandas de personal, pero también retos para la cultura institucional y los discursos tradicionalmente manejados ene estas universidades. Por un lado puede hacerlas más atractivas para las universida-des y los centros de investigación autónomos, que tienen mayores incentivos potenciales para buscar alianzas con ellas gracias a su mayor presupuesto. Por otro, sin embar-

3 Según la Ley n° 27506 (y su modificatoria, Ley n° 28077) la mitad del Impuesto a la Renta por actividades mineras conforma el canon minero. De este total, el diez por ciento va al distrito productor, 25 por ciento a todos los distritos de la provin-cia productora (incluyendo nuevamente al distrito productor), y un cuarenta por ciento a todas las provincias de la región productora. El 25 por ciento restante va directamente a los Gobiernos Regionales, que deben destinar un veinte por ciento al financiamiento de obras públicas de impacto regional y local. El cinco por ciento restante va directamente a las universidades públicas e institutos “con la condición que se destine a inversión en investigación científica y tecnológica que potencien el desarrollo regional”

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go, puede contribuir a afirmar una tendencia defensiva en estas universidades, recelosas ante los que podría percibirse como intentos limeños de apoderarse de sus recursos. Más adelante se presentan algunos ejemplos concretos respecto a estos dilemas.

Todos estos cambios se reflejan positivamente en la mayor parte de los indicadores de investigación, que han mejorado en los últimos años. Sin embargo, se trata de mejoras muy incipientes. Por el momento, las universidades peruanos siguen estando bastante mal ubicadas a nivel internacional, tanto en términos generales como en lo que se refiere espe-cíficamente a investigación.

La Figura 8 muestra que son pocas las universidades perua-nas incluidas entre las prolíficas del continente en cuanto a producción científica indexada. Únicamente una univer-sidad peruana se sitúa entre las cien primeras de la región en este apartado: la antes mencionada Universidad Peruana Cayetano Heredia, dedicada sobre todo a ciencias de la sa-lud.

Esta situación no es casualidad. La medicina es la disciplina que en el caso peruano ha conseguido mejor posicionamien-to en las redes científicas internacionales, tanto en número de documentos publicados como en presencia de revis-tas peruanas en los índices internacionales (Huamaní & Mayta-Tristán 2010). La Figura 9 muestra, además, que la producción científica de calidad se vincula, en mayor me-dida que en otros países, a la cooperación con instituciones extranjeras. Se trata de una colaboración subordinada, como

488+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Perú

muestra la Figura 10, ya que en menos de la mitad de las ocasiones los autores principales de los textos pertenecen a las universidades peruanas.

Estos dos elementos (alta cooperación y bajo liderazgo) ase-mejan el estilo de producción científica de las universidades peruanas al de países como Paraguay, Ecuador y Bolivia, mientras que los países con mayor tradición científica, como Argentina, México y Brasil suelen tener cifras más bajas de colaboración internacional, pero más altas de liderazgo4.

4 Para un análisis más detallado de estos diferentes estilo de producción científica universitaria, Asensio (2014).

Figura 8Origen por Países de las Primeras Cien Unversidades de América Latina y el Caribe en Producción de Documentos Indexados en el PerIodo 2007-2011.

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Nota. Elaboración propia, fuente: SCImago Institutions Rankings – Ibéroamerica 2013

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489+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Perú

Figura 9Colaboración: Porcentaje de Documentos Indexados en el Periodo 2007-2011 Firmados en Colaboración Instituciones Extranjeras.

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Nota. En cada país se consideran las cinco universidades con mayor producción, fuente: SCImago Institutions Rankings – Iberoamérica 2013. Elaboración propia

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Figura 10Liderazgo: Porcentaje de Documentos Indexados en el Periodo 2007-2011 en los que el Autor Principal es de la Propia Universidad

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Nota. En cada país se consideran las cinco universidades con mayor producción, fuente: SCImago Institutions Rankings – Iberoamérica 2013. Elaboración propia

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Universidad Peruana Cayetano Heredia

Lima Privada 597 965 162 35,1 31,8 94

Universidad Nacional Mayor de San Marcos

Lima Pública 334 604 181 19,6 19,9 127

Pontificia Universidad Católica del Perú

Lima Privada 192 391 204 11,3 12,9 161

Universidad Nacional Agraria La Molina

Lima Pública 85 160 188 5,0 5,3 249

Universidad Nacional de Ingeniería

Lima Pública 75 119 159 4,4 3,9 275

Universidad Nacional San Antonio Abad

Cusco Pública 54 103 191 3,2 3,4 289

Universidad Nacional de San Agustín

Arequipa Pública 33 64 194 1,9 2,1 324

Universidad Nacional de Trujillo Trujillo Pública 30 51 170 1,8 1,7 337

Universidad Nacional de la Amazonía Peruana

Iquitos Pública 26 49 188 1,5 1,6 339

Universidad Nacional Federico Villarreal

Lima Pública 26 47 181 1,5 1,5 341

Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas

Lima Privada 2 46 2300 0,1 1,5 342

Universidad de San Martín de Porres

Lima Privada 25 43 172 1,5 1,4 345

Universidad Ricardo Palma Lima Privada 25 40 160 1,5 1,3 348

Universidad de Piura Piura Privada 23 35 152 1,4 1,2 353

Universidad Católica Privada San Pablo

Arequipa Privada 10 26 260 0,6 0,9 362

Escuela de Administración y Negocios para Graduados

Lima Privada 7 24 343 0,4 0,8 364

Universidad Nacional San Luis Gonzaga

Ica Pública 11 22 200 0,6 0,7 366

Universidad Nacional de Piura Piura Pública 14 22 157 0,8 0,7 366

Otras - - 132 226 171 7,8 7,4 -

Tabla 1Principales Universidades Peruanas Según Producción de Documentos Indexados

Nota. Fuente: SCImago Institutions Rankings – Ibéroamerica 2013

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Centros de investigación en transición

Finamente hay que considerar la situación actual de los cen-tros de investigación. Según el reporte de enero de 2013 del Think Tanks and Civil Societies Program de la Universidad de Pensilvania, Perú cuenta en la actualidad con 32 centros de investigación, entre los que se encuentran cuatro situa-dos entre los 45 más influentes de América Latina. Esta no es una posición brillante, pero sí es significativamente más destacada que el caso antes señalado de las universidades. Las Figuras 11 y 12 muestran que en este rubro Perú se encuentra en una situación intermedia a nivel continental, tanto en número total de centros de investigación como en la clasificación de centros de investigación más destacados.

Figura 11Número total de centros de investigación en 2012

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Nota. Elaboración propia, solo incluye países con al menos diez centros de investigación Fuente: McGann 2013 2

(2) Esta clasificación no se basa en datos de producción, como en el caso antes presentado de las universidades, sino en 4.500 entrevistas a especialistas a nivel mundial. Es, por lo tanto, una clasificación subjetiva, basada en opiniones. La utilizo en este documento porque no he podido encontrar otra fuente alternativa basada en elementos más objetivos. No obstante debe considerarse un indicador aproximado, sin ser tomada al pie de la letra. Al menos en el caso del Perú tiene ausencias notables e incoherencias al comparar años sucesivos. Por esta razón no se muestra la lista detallada de centros sino solo los datos agregados.

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Esta situación relativamente positiva es el resultado de la historia de estas instituciones en el país. Los primeros cen-tros de investigación autónomos surgen en los años sesenta, en el contexto de expansión de las redes académicas nortea-mericanas en América Latina. Es el caso, por ejemplo, del Instituto de Estudios Peruanos, fundado en 1964 por un conjunto de profesionales peruanos apoyados por profesio-nales norteamericanos. Se trata casi siempre de instituciones muy elitistas, que desde el principio tienen buenos víncu-los tanto con la cooperación internacional (en esta primera época sobre todo fundaciones norteamericanas), como con las redes académicas internacionales. Esto hace que desde el principio sean islas de producción científica de calidad,

Figura 12Número de Centros ce Investigación entre los 45 más Influyentes de Sudamérica y Centroamérica

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Nota. Elaboración propia. Este cuadro no incluye México, por estar este país considerado en la clasificación de América del Norte, fuente: McGann 2013

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con pocos nexos con las comunidades científicas locales, especialmente del interior del país.

Una segunda generación de centros de pensamiento se de-sarrolla en los años setenta y ochenta. En este caso se trata de instituciones vinculadas con los cambios sociales que vive Perú en esos años, especialmente con la reforma agra-ria que transforma el interior del país. Estas instituciones se enfocan en la producción de conocimiento especializado en el ámbito social y también en la formación de capaci-dades. En este sentido tiene una orientación mucho más social y activista. Gran parte de su personal proviene de una nueva generación de intelectuales peruanos, que ya en este momento ven el sistema universitario como un entorno obsoleto y hostil a la innovación intelectual, atravesado por pugnas políticas muy profundas.

Estas instituciones tienen también buenos contactos con la cooperación internacional, aunque ahora de manera más diversificada, incluyendo organismos públicos europeos y otras fuentes vinculadas con partidos políticos, así como diversas ramas de la iglesia católica. Otra novedad consiste en que en muchos casos de trata de centros de investigación descentralizados, que surgen en el interior del país, sobre la base de una combinación de intelectuales jóvenes proceden-tes de Lima, activistas locales y en algunos casos también cooperantes internacionales. Son los casos, entre otros, del Centro Peruano de Estudios Sociales (CEPES) en Lima, el Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA) en Piura, el Centro de Estudios para el Desarrollo

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Regional (CEDER) en Arequipa y el Centro Bartolomé de las Casas (CBC) en Cuzco, que analizaremos más adelante.

En paralelo a este auge de los centros de investigación regio-nales, en los años ochenta comienzan a surgir también en Lima nuevos centros de investigación con un carácter más tecnocrático, enfocados en el debate sobre políticas públicas. En algunos casos estos centros se vinculan a redes interna-cionales de pensamiento liberal, mientras que en otros se sitúan en la órbita socialdemócrata o apuestan por un perfil independiente (Fischer y Plehwe, 2013).

En este grupo, con variadas orientaciones ideológicas, des-tacan entre otros el Grupo de Análisis para el Desarrollo (GRADE), el Instituto Peruano de Economía (IPE) y el Instituto Democracia y Libertad (IDL), que hasta la ac-tualidad siguen estando entre los principales centros de pensamiento peruanos. Este cambio significa también nue-vos estilos de investigación, vinculados entre otras cosas con el auge de la economía como disciplina de referencia en el diseño y evaluación de políticas públicas (Conaghan, 1998).

Esta tendencia al crecimiento se consolida en los años no-venta, que pueden ser considerados la edad de oro de los centros de investigación peruanos. Amparadas por la lle-gada masiva de la cooperación internacional, en esta época surgen nuevas instituciones y también se diversifican las temáticas. Junto con centros dedicados a la investigación, surgen centros activistas, especializados en diferentes temas (género, derechos humanos, medio ambiente). Los centros de investigación de provincias se consolidan y durante un

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breve periodo de tiempo se convierten en los principales referentes de investigación en varias materias.

Esta edad de oro concluye a mediados de la década pasa-da. Estos años suponen una cierta normalización del Perú, marcada por el retorno de la democracia y el crecimiento económico. El país deja de ser un objeto prioritario de la cooperación internacional y progresivamente disminuye el volumen de las ayudas. Los fondos que permanecen en el país se enfocan sobre todo en proyectos cortos de alta visi-bilidad. Solo algunas instituciones continúan apoyando la investigación, que cada vez más tiende a concentrarse en unas pocas instituciones de alto nivel. Esto supone una cri-sis profunda para los centros de investigación del interior del país, que se ven obligados a reorientar sus actividades, abandonando la investigación para convertirse en gestores de proyectos.

El resultado de esta evolución es que en la actualidad existe en Perú un modelo de centros de investigación caracteriza-do por cuatro elementos:

• Un número limitado de centros de investigación autónomos, cada vez más profesionalizados y bien vinculados tanto las redes internacionales de coopera-ción como con las redes académicas, y con nexos con el campo de políticas públicas. Estos centros tienen su origen en las diferentes etapas reseñadas y cada uno de ellos tiene una historia particular que explica su conso-lidación. Un elemento común es que todos ellos crecen en los últimos años, diversificando sus actividades, al

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tiempo que crece también su requerimiento de perso-nal especializado para la gestión de proyectos. Es en estos centros en los que se concentra cada vez más la investigación. Son los casos de GRADE, el IEP o IDL.

• Una casi inexistencia centros de investigación autóno-mos en el interior del país, en algunos casos porque las instituciones existentes en las décadas pasadas desaparecen y en otros porque reformulan sus activi-dades, convirtiéndose casi explícitamente en ejecutores de proyectos, sin apenas producción de conocimiento especializado. Este es el caso, como veremos en detalle más adelante, del CBC de Cuzco.

• Una presión muy fuerte sobre los centros de investi-gación de menores dimensiones, que cada vez tienen más problemas para lograr ingresos y para retener a su personal clave, sea por ofertas provenientes de los cen-tros de investigación más importantes (que requieren mayor personal como parte de su proceso de consoli-dación), por ofertas provenientes de las universidades (que también requieren más personal investigador por los aspectos ya señalados) o por ofertas provenientes del sector público (que ante la ausencia cuadros par-tidarios busca profesionales especializados en estas instituciones). Esta crisis afecta incluso a algunos cen-tros de investigación, “clásicos” que llegaron a ser muy importantes en los años ochenta y noventa, pero que ahora casi desaparecen. Son los casos, por ejemplo, de CEPES y DESCO en Lima o del propio CBC que ana-lizaremos a continuación.

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• La aparición de centros de investigación semiautóno-mos, asociados a universidades y en menor medida instituciones públicas. Esta nueva ola de centros de in-vestigación se caracteriza por su naturaleza híbrida: por un lado mantienen vínculos formales, simbólicos y a veces económicos con las instituciones matrices, pero, por otro lado, su estilo de gestión y su funcionamiento cotidiano se parece a los centros de investigación au-tónomos. Al igual que estos se organizan de acuerdo a una lógica de proyectos y compiten con ellos en el mercado de consultorías, cooperación internacional y generación de conocimiento especializado. En algu-nos casos son instituciones nuevas y en otros tiene mayor tradición pero ahora se reciclan de acuerdo a este nuevo modelo. Son los casos, por ejemplo, del Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico, el Centro de Negocios de la Pontificia Universidad ca-tólica del Perú o el Centro de Investigación Electoral de la Organización Nacional de Procesos Electorales, entre otros muchos5.

3. Casos Estudiados

a) Una Historia de Competencia: El CBC

Recapitulando, son por lo tanto cinco los elementos de contexto a considerar para analizar la relación entre cen-tros de investigación y universidades en el caso peruano:

5 La ONPE es el organismo público encargado de la organización de procesos electo-rales.

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(i) la existencia de una tradición limitada de producción de conocimiento en ciencias sociales, (ii) la existencia de comunidades académicas fragmentadas, con fuertes dife-rencias entre Lima y el interior del país, (iii) un sistema político atomizado, que permite el flujo de ideas y personas entre los ámbitos académico, técnico y político, (v) un re-forzamiento reciente de las universidades y (v) la creciente concentración de los centros de investigación autónomos, como resultado de los cambios en las prioridades de la coo-peración internacional. El resultado de la confluencia de estos cinco elementos es un mercado de conocimiento rela-tivamente abierto, con numerosos actores en juego, sin que ninguno de ellos tenga un predominio claro, ni universida-des, ni centros de investigación autónomos.

La historia del Centro Bartolomé de las Casas de Cuzco (CBC) muestra claramente la manera en que estos elemen-tos de contexto condicionan la trayectoria de los centros de investigación y su relación con las universidades. El CBC es una institución creada a finales de los años setenta, en plena época posterior reforma agraria en Cuzco. La particu-laridad consiste en que, en este contexto, desde el principio se concibe como una institución que pretende tener la in-vestigación como eje de sus actividades. El objetivo en ese momento era crear una instancia que asesorara y contri-buyera a formar a la nueva generación de líderes rurales resultado de la mencionada reforma agraria.

Para ello, el CBC cuenta desde el principio con el apoyo de diferentes fuentes de cooperación, incluyendo en gran me-dida fondos provenientes de los sectores progresistas de la

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iglesia católica. La estructura de la organización se divide en el llamado “Colegio Andino”, dedicado a temas de investi-gación y formación, la “Casa Andina, enfocada en prestar servicios de apoyo directo a la población rural y una pode-rosa área editorial. Estas tres áreas funcionan de manera semiautónoma, pero manteniendo la coordinación, gracias a un equipo directivo conjunto y a una asamblea de asocia-dos, que en este caso es muy restringida, compuesta casi exclusivamente por el núcleo fundador. La importancia de Colegio, la Casa y la editorial va variando con el tiempo, así como su peso interno.

Esta estructura tripartita tiene la ventaja de permitir una mayor adaptabilidad a las coyunturas y establecer claros cortafuegos cuando existen problemas económicos. Sin embargo, una contrapartida negativa es la falta de cohesión interna, que se agudiza cuando el perfil profesional y perso-nal de los integrantes de cada área comienza a diferenciarse, como veremos en las siguientes páginas.

La historia del CBC desde su fundación puede dividirse en varias etapas. En los primeros años, a finales de los setenta y comienzos de los ochenta, funciona como un servicio de información y apoyo a la toma de decisiones por parte de los líderes campesinos del entorno cuzqueño. Una actividad central en esta línea es la publicación del Boletín SUR, que muy pronto circula a nivel nacional y tiene una notable in-fluencia, tanto en el ámbito académico como en el político. Este boletín incluye materiales de primera mano, actas de congresos, discusiones sobre normas legales y análisis de coyuntura, junto con resúmenes de trabajos de investiga-ción académicos en temas relacionados con el mundo rural.

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Podríamos decir, en este sentido, que se trata de un primer ensayo a nivel peruano de lo que sería think tank enfocado en incidencia, aunque obviamente conceptualizado de una manera muy diferente. La trama de sentido en ese momento no son las “políticas publicas basada en evidencia” sino el apoyo al empoderamiento de actores sociales, para lograr la transformación de las estructuras productivas.

En estos primeros años el CBC también actúa también como intermediario entre redes académicas (y políticas) nacionales y extranjeras, facilitando la llegada de fondos de la cooperación internacional a organizaciones campesi-nas. Otra iniciativa importante es la creación en 1983 de la “Revista Andina”, que apunta a consolidar el perfil acadé-mico del CBC, a nivel nacional e internacional. Esta revista es una experiencia muy interesante de lo que podríamos llamar excelencia académica en la periferia de la periferia. Hasta mediados de los noventa es una de las publicaciones periódicas de ciencias sociales más importantes de los paí-ses andinos. En ella escriben historiadores, antropólogos, sociólogos, geógrafos, lingüistas, demógrafos y economistas de países como Perú, Ecuador, Colombia y Bolivia6.

También incluye numerosos artículos de andinistas de pri-mer nivel de Europa y los Estados Unidos, muchos de ellos inéditos en castellano e incluso de primera publicación. Ninguna otra revista peruana tiene un bagaje comparable en

6 Por poner un ejemplo, los artículos centrales de los diez primeros números están a cargo de Luis Miguel Glave, Alberto Flores Galindo (tres números), Eduardo Grillo, Germán Colmenares, Manuel Chiriboga, José Deustua, Cecilia Méndez y Alfredo Torero. Todos ellos tenían en ese momento alrededor de treinta años y llegarían a ser profesionales muy importantes en sus respectivos países.

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esos años. En este sentido, podemos decir que su importan-cia reside en haber sido el órgano de expresión y difusión de una generación de profesionales y académicos, que en ese momento se encontraba en la etapa inicial de sus carreras, con un intenso deseo de renovar sus disciplinas a partir de nuevos enfoques procedentes de las corrientes académicas más avanzadas y con gran capacidad, en ese momento de sus carreras, para producir textos de manera continuada.

Durante esta etapa comienzan también las relaciones con la principal universidad pública local, la Universidad Nacional San Antonio Abad de Cuzco (UNSAAC). Esta es una de las universidades más emblemáticas del sur peruano, tanto por sus dimensiones como por su prestigio. La UNSAAC tiene una gran presencia pública en la región y condiciona de ma-nera profunda los debates académicos y políticos. Hay que considerar, en este sentido, que Cuzco es una de las pocas ciudades del interior del Perú que tiene una clase intelec-tual propia desde comienzos del siglo pasado. Un ejemplo al respecto es la importancia de intelectuales como Luis C. Valcárcel o Uriel García, que forman parte de la llamada escuela indigenista cuzqueña, que contribuye a orientar de manera decisiva el perfil de las ciencias sociales peruanas a partir de los años treinta y hasta los setenta.

Muchos de estos intelectuales desarrollan posteriormente carreras en Lima o incluso en el extranjero, ocupando altos cargos públicos desde los que favorecen a la universidad cuzqueña. Entre otras cosas la UNSAAC es pionera en in-troducir la carrera de antropología en el Perú, a mediados de los años cincuenta. A diferencia de otras universidades

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peruanas de provincias, tiene importantes vínculos con re-des académicas internacionales, sobre todo investigadores norteamericanos y europeos, interesados en la historia y la antropología andinas, o en los procesos sociales contempo-ráneos.

Las relaciones entre el CBC y la elite intelectual cuzqueña son complicadas desde el principio. Varios son los aspectos que influyen en este temprano desencuentro. Por un lado, existe un quiebre generacional. Los fundadores del CBC son en su mayoría jóvenes profesionales en ciencias sociales, que buscan renovar los debates a partir de nuevas metodo-logías y enfoques, que no siempre resultan bien recibidos en un entorno sumamente ideologizado como el Cuzco de finales de los setenta.

Por otro lado, estos fundadores proceden en su mayoría de universidades privadas de Lima. Esto hace que, desde el principio exista hacia ellos una desconfianza casi existen-cial por parte de la elite cuzqueña. Cuzco es una ciudad con un profundo sentido regionalista, que se traduce en fuerte recelo ante cualquier intervención susceptible de ser vista como “centralismo limeño”. Estos dos temas van a estar presentes durante toda la historia de la institución. Hasta la actualidad, a pesar del progresivo cambio de perfil social de los integrantes del CBC, este centro sigue siendo percibido como una institución que no es del todo cuzqueña y que no pertenece del todo a los círculos intelectuales regionales.

Estos elementos estructurales condicionan la relación entre el CBC y la universidad. Ambas partes de miran de manera

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recíproca con desconfianza. La situación se hace más com-plicada en los años ochenta, cuando el CBC se consolida y expande sus actividades a otros ámbitos de acción. En este sentido, la segunda etapa de la trayectoria institucional del CBC se caracteriza por un salto adelante en varios senti-dos. Por un lado, el centro se consolida como referencia de investigación en el ámbito regional y se convierte en el prin-cipal interlocutor de la cooperación científica internacional, desplazando a la universidad. Los especialistas que trabajan en la región se dirigen ahora al CBC como contraparte, ya que en encuentran en esta institución mayor agilidad ad-ministrativa y un ambiente más propicio para la discusión académica.

Este éxito repercute negativamente en la universidad, que se siente desplazada en su papel de puente entre la ciudad y las redes académicas internacionales. Coincide además con un momento de crisis muy profunda de las universida-des públicas en todo el país. Consideradas como centros de difusión de ideologías subversivas, desde la segunda mitad de los ochenta son vistas con desconfianza por los sucesi-vos gobiernos que les destinan recursos muy escasos, lo que acrecienta las tensiones y las pugnas internas. En algunos casos se puede, insulso, hablar de abiertas purgas hacia los integrantes de las facciones derrotadas en estas luchas de poder. Las dificultades para el trabajo conjunto con centros de investigación autónomos se evidencian, por ejemplo, en el frustrado intento de organizar una edición de los semi-narios SEPIA en Cuzco, que debía ser coorganizada por la UNSAAC y el CBC7. La colaboración entre ambas institucio-

7 Ver más adelante sobre estos seminarios.

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nes demuestra ser imposible y finalmente este es uno de los pocos seminarios SEPIA en los que la universidad pública no participa de manera directa.

En paralelo a esta consolidación, el CBC decide expandir sus actividades, entrando a competir de manera directa con la universidad en el ámbito de la formación de estudiantes de posgrado. A finales de los ochenta se pone en marcha el programa de diplomados andinos, con un esquema que para ese momento resulta pionero en Perú. Se trata de cursos intensivos, concentrados en un número limitado de sema-nas, impartidos por expertos de primer nivel internacional, procedentes de universidades europeas y norteamericanas. Estos diplomados muy pronto se convierten en un referen-te latinoamericano y atraen alumnos de diferentes países. Su punto fuerte es la apuesta por una formación muy ri-gurosa y altamente exigente, que rompe con los patrones de enseñanza universitaria cuzqueña, generalmente de baja calidad, con cursos de larga duración y programas académi-cos poco diversificados. Cuentan además con el aval de la cooperación internacional, que en esta época financia una parte importante de los costos, lo que permite un sistema de becas que atrae a alumnos de diferentes países, con trayec-torias profesionales muy distintas, desde académicos hasta activistas y líderes sociales.

Los diplomados del CBC tienen un enfoque multidiscipli-nario, aunque están enfocados casis siempre en temas de ciencias sociales. Este perfil se refuerza con varios acuerdos de cooperación con centros de investigación y universida-des extranjeras que permiten que durante los años noventa

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acudan al CBC un buen número de investigadores lati-noamericanos, europeos y norteamericanos, que realizan proyectos conjuntos con los investigadores del centro. El resultado es una producción editorial de alto nivel, que se convierte en referencia en el contexto peruanos en diversos campos, como la historia y antropología andinas, los estu-dios territoriales y las nuevas formas de gobierno local, entre otras cuestiones (Asensio 2012b).

Estos elementos conjugados permiten al CBC dar un alto en cuanto a proyección local y nacional. Sin embargo, se trata de una dinámica muy condicionada por las alianzas de la institución con la cooperación internacional. Los propios di-plomados son deficitarios en términos económicos y deben cubrirse con aportes externos. Los riesgos de esta situación se perciben desde finales de los noventa, cuando coinciden varios procesos que ponen fin a la edad de oro de las ONG regionales peruanas.

Por un lado, asistimos en ese momento a un cambio de pa-radigma en la cooperación internacional. Los proyectos de larga duración, basados en el fortalecimiento de capacida-des a través de organizaciones de segundo nivel, dan paso a proyectos más cortos y enfocados en el trabajo directo con la población beneficiaria. Por otro lado, cambian también los paradigmas educativos. Los diplomados del CBC, pese a su carácter renovador en el ámbito cuzqueño, se inscriben en los que podríamos llamar un modelo de educación superior “occidental”, con perfiles nítidos diferenciados de profesor y alumno, y una clara orientación trasmisión vertical del conocimiento.

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El objetivo del CBC era poner este modelo de educación su-perior tradicional al alcance de los líderes campesinos y los intelectuales regionales. Sin embargo, este esquema empie-za a cuestionarse a finales de los noventa, con el auge de los enfoques educativos poscoloniales, que cuestionan la ido-neidad de trabajar a partir de paradigmas epistemológicos occidentales con poblaciones rurales andinas. Se apuesta ahora por modelos de enseñanza alternativos, con una lógi-ca de trasmisión horizontal del conocimiento, que apuntan a romper con la centralidad de la figura del profesor: edu-cación por pares, educación intercultural, etc.

Con este cambio, los diplomados del CBC pasan de ser vis-tos como una iniciativa progresista a convertirse en una iniciativa cuestionada en los ámbitos de la cooperación internacional, por ser presuntamente poco apropiados e in-cluso poco respetuosos con la diversidad cultural andina.

Estos procesos son de alcance global y afectan a un buen número de centros de investigación similares al CBC, que existían en otras regiones del país. Se trataba de institu-ciones que combinaban en diferente medida investigación, incidencia política, formación y activismo. El cambio de orientación de la cooperación internacional les obliga a rede-finir su perfil institucional. En el caso del CBC la situación se agrava por una serie de factores específicos, relacionados con su complicado encaje en el contexto cuzqueño.

A mediados de los noventa encontramos una transición en el ciclo vital de la generación de investigadores que hasta entonces habían llevado el peso de la institución. Tras varios

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años en Cuzco, muchos de ellos regresan a Lima, al sentir que su propio desarrollo profesional en el interior del país había alcanzado un límite. En paralelo, las malas relaciones con la universidad impiden llegar a un acuerdo para trasfe-rir o gestionar de manera conjunta los diplomados. Resurge aquí el tema de la desconfianza interinstitucional, acrecenta-da por las diferencias de perfil social entre los investigadores ambas instituciones. Los esfuerzos de la universidad y de la intelectualidad local apuntan a desarrollar sus propias ini-ciativas de posgrado, sin contar con otros posibles socios que limiten su control sobre las actividades. Pretenden ade-más aprovechar la crisis del CBC para recuperar su papel de interlocutor principal de la cooperación científica inter-nacional.

La universidad no tiene una incidencia directa en el decli-ve del CBC como centro de investigación, pero contribuye a limitar las posibilidades de renovación de la institución durante su periodo de crisis. Desde finales de los noventa el CBC cambia su perfil institucional de manera radical. Prácticamente deja de ser un centro de investigación para convertirse en una ONG ejecutora de proyectos de desarro-llo. Las actividades del Colegio Andino pierden importancia en favor de la Casa Andina. La investigación queda en un segundo plano y lo mismo ocurre con la labor editorial.

El propio personal de la institución sufre un cambio nota-ble. Por un lado, se “cuzqueñiza” y pierden importancia los investigadores procedentes de fuera de la ciudad. Por otro lado, el propio modelo de “investigador” desaparece casi por completo y es sustituido por el promotor, encargado de

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ejecutar y supervisar proyectos en campo. Con la reorienta-ción de la cooperación, el CBC es incapaz de atraer nuevos profesionales de fuera de la ciudad y, al mismo tiempo, no puede competir con la universidad por los profesionales lo-cales. Incluso comienza desarrollarse en el interior de la institución un ambiente desfavorable a la contratación de profesionales externos, a quienes se mira con desconfianza, a quienes se percibe como paracaidistas que llegan a Cuzco a vivir una aventura profesional de unos años, para luego regresar a sus ciudades, en perjuicio del personal cuzqueño que dedica su vida a la institución.

El resultado de todos estos problemas, internos y externos, es una pérdida de visibilidad del CBC en el debate político local, en la generación de agendas de investigación a nivel nacional y en las redes académicas internacionales. Se trata de un giro dramático, que a juicio de algunos observadores cuestiona incluso la pertinencia de considerar al CBC en la actualidad como un centro de investigación8.

b) Una Historia de Colaboración: SEPIA

La historia del CBC enfatiza las dificultades de la relación entre universidades y centros de investigación, especialmen-te en contextos con recursos limitados y fuerte competencia. Sin embargo, también existen casos que por el contrario muestran experiencias positivas de colaboración. Un ejem-

8 En favor del CBC hay que señalar que, aunque la producción ha disminuido, sigue siendo una de las pocas editoriales de calidad que publica ciencias sociales en el interior del país. Igualmente la Revista Andina sigue publicándose, con artículos de buen nivel académico, aunque de manera más irregular y sin tanto vuelo intelec-tual.

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plo es el llamado Seminario Permanente de Investigación Agraria (SEPIA), que abarca desde principios de los años ochenta hasta la actualidad. Esta historia es particular tanto por su larga duración como por el reconocimiento obtenido a nivel nacional e internacional.

SEPIA es una red de investigadores provenientes de dife-rentes instituciones públicas y privadas, que surge con el objetivo explícito de tender puentes entre las universidades y los centros de investigación que trabajan en temas rurales. Los antecedentes se encuentran en una serie de seminarios informales realizados a finales de los setenta en varias partes del país (Valderrama, 2005). Es entonces cuando se produ-ce una primera confluencia entre profesionales de diferente orientación y origen, que pone en evidencia la fragmenta-ción de los debates académicos sobre temas rurales, en un momento de gran efervescencia social y política en torno al problema de la tierra.

En este contexto, el ánimo original de los fundadores de SEPIA consiste en acercar a las universidades las investiga-ciones que en esos años estaban revolucionando los estudios rurales, a partir de la introducción del llamado enfoque de “nueva ruralidad”. Esto ocurría en un momento en que las universidades públicas atravesaban una etapa de su historia muy conflictiva, con intensas pugnas internas entre los dife-rentes grupos políticos y con programas de enseñanzas que, o bien eran muy tradicionales, o bien estaban dominados por versiones dogmáticas del marxismo. Con pocas excep-ciones en algunas universidades privadas, tampoco existía una infraestructura de investigación, ni una cultura institu-

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cional que apostase por el debate público de ideas, más allá de las disputas ideológicas.

SEPIA se concibe como una alianza entre los sectores más dinámicos de las universidades y los investigadores que desde fuera de las universidades estaban renovando los es-tudios rurales, introduciendo nuevos enfoques y vinculado al Perú con los debates internacionales en este campo. Para ello su organización institucional se parte de dos principios. Por un lado, se apuesta por un enfoque multidisciplinar, que incluye tanto ciencias sociales como ciencias naturales. Entre sus fundadores se incluyen antropólogos, sociólogos, historiadores, economistas, ingenieros agrónomos y geógra-fos, entre otras disciplinas. Por otro lado, existe una apuesta explicita por la descentralización de las actividades, es decir, por el trabajo permanente con comunidades académicas si-tuadas fuera de Lima. Como vimos en el apartado anterior, la fragmentación de las comunidades académicas es un pro-blema central del modelo peruano de práctica científica. El objetivo de SEPIA apuntaba a formar nuevas capacidades y nuevos espacios institucionales intermedios para lograr su-perar esta situación de fragmentación, al menos en lo que se refiere a los estudios rurales.

Para lograr estos objetivos, las actividades de SEPIA desde su fundación hasta la actualidad, giran en torno a un ciclo bianual cuyo punto fuerte es un seminario organizado en alguna ciudad del interior del país, de manera conjunta por un comité compuesto por SEPIA, una universidad pública y una ONG o centro de investigación local. En torno a este seminario se articulan las demás actividades, que incluyen

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la convocatoria de becas para realizar las investigaciones que se presentarán en el seminario, las actividades de difusión de resultados (mediante talleres en otras ciudades del inte-rior del país) y la publicación de un libro con una selección de los estudios más destacados. Según Berdegué et al (2005) este modelo sencillo pero efectivo es una de las claves del éxito de SEPIA, ya que permite una continuidad institucio-nal, con recursos económicos limitados.

Cada seminario tiene tres temas centrales, definidos por el consejo directivo de SEPIA. Este consejo se elige de forma bianual por parte de la asamblea de socios, que se reúne du-rante el curso del seminario. En su composición se busca mantener un equilibrio entre representantes de universida-des y centros de investigación. La admisión de socios en la asamblea es sumamente flexible, lo que hace que en la ac-tualidad sumen casi dos centenares. Existe, sin embargo, un núcleo central, integrado por unos cuarenta socios, muchos de ellos fundadores, que son quienes en la práctica asu-men las labores de conducción de la institución. Son ellos quienes asumen las funciones directivas (que no reciben ninguna remuneración) y quienes se encargan de gestio-nar con la cooperación internacional los fondos necesarios para mantener las actividades. En este sentido, Berdegué et al (2005) señalan que otra de las claves del éxito habría sido precisamente, la capacidad de SEPIA de combinar un núcleo inicial de fundadores, con fuerte mística y compro-miso con la experiencia, junto con la progresiva renovación de los consejos directivos, dando paso a investigadores de las nuevas generaciones, sin derivar ni en anquilosamiento ni en pérdida de esencia.

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En términos generales la trayectoria de SEPIA puede consi-derarse exitosa por varias razones. En primer lugar, es una de las experiencias de colaboración entre profesionales de diferentes instituciones más sólidamente asentadas en el caso peruano. Hasta el momento se han realizado quince seminarios en diferentes ciudades del país, lo que supone una continuidad institucional de más de treinta años, inédi-ta en nuestro medio para este tipo de iniciativas. En segundo lugar, “los SEPIA” se han convertido en un referente para el debate académico sobre temas rurales. Los libros produc-to de los seminarios están presentes en la mayor parte de los programas universitarios y son citados constantemente, tanto por especialistas peruanos como por investigadores ex-tranjeros que trabajan sobre el país (Maletta 2005, Asensio 2012b). En tercer lugar, estos seminarios han sido también un espacio para la formación de nuevas capacidades de in-vestigación.

Es muy frecuente que las becas para presentar comuni-caciones sean ganadas por investigadores jóvenes, ya que su monto no es muy alto y no suele atraer a investigado-res consolidados. Muchas de estas becas han servido para apuntalar tesis de grado o posgrado, subsanado así la ca-rencia de fondos que han tenido tradicionalmente muchas universidades para financiar trabajos de campo de sus estu-diantes. Es frecuente, además, que las becas de SEPIA sean la primera experiencia que estos investigadores tienen en la gestión de proyectos propios. En este sentido son muchos los investigadores que actualmente trabajan en centros de investigación, universidades o incluso en altos cargos del

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estado que recuerdan haberse iniciado en la investigación a través de estas becas, tanto en Lima como en provincias.

Estos éxitos son especialmente valiosos en la medida que SEPIA es una experiencia de bajo costo, que no compite por recursos, ni con las universidades, ni con los centros de in-vestigación. Este éxito, sin embargo, deja entrever también algunas cuestiones grises en lo que se refiere a la colabora-ción entre centros de investigación y universidades. Pese al objetivo explícito de SEPIA, esta relación continua siendo complicada.

El peso de organizar los seminarios y el resto de actividades sigue recayendo en su mayoría sobre investigadores que tra-bajan en centros de investigación o en universidad privadas de Lima, mientras que se observa menor interés por parte de investigadores procedentes de universidades públicas del interior del país. Esto puede deberse a varios motivos, in-cluyendo al falta de incentivos directos para participar en la red. SEPIA como se señaló es una instituciones con pocos recursos propios. Los principales puestos del consejo direc-torio no están remunerados, por lo que los profesionales de universidades públicas, generalmente con sueldos bajos, se ven obligados a dedicar un tiempo a estas actividades que podrían dedicar a otras actividades remuneradas.

Existen también problemas derivados del choque entre la cultura institucional promovida por SEPIA y la cultura institucional predominante en las universidades públicas. SEPIA apuesta por un modelo centrado en la exposición pública y el debate abierto, como mecanismo para validar

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el conocimiento científico. Estos principios pueden parecer normales para la mayor parte de los especialistas con ex-periencia académica internacional, pero confrontan con la realidad de muchas universidades públicas peruanas, donde aún predomina una cultura burocrática muy jerarquizada, que limita el debate. Con frecuencia, el debate académico es visto como un desafío a estas jerarquías y en consecuencia como un ataque personal. Para un profesor universitario interesado en hacer carrera, resulta más útil dedicar sus esfuerzos a la política interna o a la docencia que a la in-vestigación.

Otro obstáculo paralelo es el temor al ridículo, relacionado con la conciencia de poseer un bagaje académico limitado, frente a los profesionales de Lima. En estas condiciones, presentar un trabajo en un ámbito con público mixto, local y limeño, como son los seminarios SEPIA, puede resul-tar una iniciativa arriesgada o incluso contraproducente. El profesor universitario local siente que se expone a quedar en mal lugar, ante las posibles críticas de los especialistas limeños. Estas críticas pueden ser utilizadas posteriormente por sus propios colegas en las pugnas internas, para dete-riorar su imagen y condicionar sus posibilidades futuras de promoción.

Estos condicionantes determinan que, en la práctica, los seminarios cuenten con pocas ponencias provenientes de investigadores radicados en universidades públicas del in-terior del país. Estas instituciones suelen participar como coorganizadoras y tienen presencia en los eventos proto-colarios de los seminarios, pero su involucramiento en los

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debates es muy limitado. SEPIA es consciente de estos pro-blemas y en los últimos años ha tratado de ensayar varias soluciones para involucrar en mayor medida a las universi-dades públicas en los debates de los seminarios. Un ejemplo en este sentido es el incremento de la dotación de becas re-servadas a profesionales del interior del país.

En los últimos seminarios se han realizado también lo que se denomina “mesas universitarias”, en las que los profesio-nales de estas instituciones pueden participar sin competir en la selección con profesionales provenientes de centros de investigación o de universidades limeñas. Sin embargo, estas iniciativas han tenido, por el momento, un éxito rela-tivo. En un contexto en el que las universidades tienen cada vez más recursos propios, los profesionales universitarios siguen teniendo incentivos limitados para participar en es-tos espacios mixtos de debate público.

En el caso de las universidades de Lima (que como vimos en el apartado anterior son las que producen mayor número de investigaciones) existen también problemas de incentivos que limitan su participación en los seminarios que organi-za SEPIA. El tema en este caso no pasa tanto por el retorno directo en términos económicos o por quiebre en la cultura institucional, sino por el hecho de que, a pesar de su éxito, el capital simbólico de los seminarios de SEPIA es inferior a otras citas académicas, fundamentalmente internaciona-les, a las que estos académicos suelen asistir. Muchos de los investigadores peruanos más exitosos prefieren pre-sentar sus trabajos en estos otros ámbitos, como son las reuniones anuales de LASA. Esto ocurre igualmente con los

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profesionales que trabajan en los centros de investigación autónomos más consolidados, quienes también tienes redes académicas internacionales muy consolidados.

En el caso de los más comprometidos con SEPIA, sobre todos quienes forman parte de su núcleo fundados, siguen asistiendo a los seminarios y son parte importante de su or-ganización, pero su participación en los debates se limita a papeles secundarios, como comentaristas o presentadores. Esta ausencia de referentes de primer nivel entre los expo-sitores es precisamente uno de los elementos citados con más frecuencia como crítica al modelo actual de SEPIA. Los investigadores del interior del país echan de menos a los “primeros espadas” limeños, que sí habían participado de manera muy activa en los primeros seminarios, cuando se encontraba en otro momento de sus carreras profesionales.

El resultado de todos estos incentivos cruzados es que, más allá del núcleo duro comprometido con la experiencia, SEPIA es un espacio que resulta atractivo y funcional para dos tipos de profesionales. En el caso de las universidades y los centros de investigación limeños resulta atractivo, sobre todo, para quienes se encuentran en las primeras etapas de la vida profesional y buscan espacios académicos para dar-se a conocer y posicionarse en su campo de estudio. Son ellos quienes en su mayoría postulan y ganas las becas, y quienes copan la mayor parte de las presentaciones en los seminarios.

En el caso de las universidades públicas del interior del país, resulta atractivo para un perfil profesional que podríamos

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denominar “outsiders académicos”, que renuncian a trayec-torias estándar basadas en la promoción mediante el juego político interno de las universidades. Para ellos SEPIA es una comunidad académica paralela, que les permite con-solidar sus inquietudes de investigación, aunque esto no necesariamente se traduzca en mejoras profesionales direc-tas. Ellos son los principales consumidores de los productos SEPIA: leen los libros, asisten a los seminarios, participan en los debates y eventualmente, si los seminarios se reali-zan en una ciudad cercana, participan en los concursos y presentan ponencias.

En resumen, podemos hablar de una iniciativa que es re-lativamente exitosa teniendo en cuenta los condicionantes del contexto peruano (comunidades académicas fragmen-tadas, culturas institucionales muy diferentes). Los logros quedan por debajo de las expectativas iniciales, pero SEPIA ha logrado consolidarse como espacio de discusión interdis-ciplinaria e interinstitucional para colectivos concretos de investigadores, que cuentan con pocos espacios alternativos en el país. Este éxito se debe en buena medida a las propias decisiones estratégicas tomadas por el núcleo fundador de SEPIA: mantener un perfil institucional bajo y no entrar a competir directamente con universidades y centros de in-vestigación por la obtención de fondos.

Al contrario que otras redes que acaban adquiriendo vida propia autónoma y compitiendo con sus promotores inicia-les, SEPIA se limita a un programa muy parametrado, sin tratar de expandir su rango de actividades a otros campos. Esto hace que no sea vista como competencia, ni por univer-

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sidades, ni por centros de investigación. Al mismo tiempo permite mantener los costos de funcionamiento en un ni-vel muy bajo, lo que no genera excesivas obligaciones para sus socios. Como veremos a continuación, las cosas son di-ferentes cuando nuevos centros de investigación entran a competir directamente por recursos o espacios de influencia con las universidades.

c) IEP: Dilemas Actuales de la Relación entre Centros de Investigación y Universidades

La historia del CBC ilustra un caso de malas relaciones y competencia entre universidades y centros de investigación. Ilustra también las dificultades para compaginar los intere-ses de estas instituciones en un contexto de precariedad, en el que se entremezclan recursos escasos y factores intangi-bles, relacionados con la estructura social y étnica del país. Con diferentes matices, es un caso que se puede considerar paradigmático de la experiencia de muchos centros de in-vestigación en el interior del país.

El éxito de los noventa está seguido de una profunda crisis actual. La situación es diferente en Lima, donde la situa-ción es más fluida, por tratarse de un mercado intelectual más abierto (con más recursos y más actores) y por no ser tan evidentes los quiebres sociales y étnicos. En estos casos entre ambas instituciones encontramos tanto relaciones de competencia como colaboración, que pueden ocurrir inclu-so en simultáneo en una misma institución. Un ejemplo al respecto es la historia reciente del Instituto de Estudios Peruanos (IEP).

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El IEP es uno de los primeros centros de investigación del Perú. Se funda en los años sesenta con un énfasis claro en ciencias sociales. Sus fundadores son una curiosas mez-cla de profesionales limeños de clases media-alta como Jorge Bravo Bresani, Augusto y Sebastián Salazar Bondy y José Matos Mar, e intelectuales provincianos como el antes mencionado antropólogo cuzqueño Luis C. Valcárcel o el antropólogo andahuaylino José María Arguedas. Los que les une en ese momento es el deseo de incidir en la política nacional por medio de la reflexión intelectual, tras el fracaso previo de la conformación de un partido de centro izquier-da urbano e intelectual, en el que muchos de ellos habían participado directamente9.

El otro factor cohesionador es la aspiración de contar con un referente nacional que permitiera actuar como contra-parte de la cooperación internacional para el desarrollo de proyecto de investigación a gran escala, sin necesidad de pasar por las universidades. Estos orígenes explican los cua-tros elementos que en adelante van a definir al IEP en el contexto peruano: (i) un fuerte vínculo con las redes in-ternacionales de cooperación internacional, inicialmente fundaciones norteamericanas y francesas, y posteriormente

9 Este partido es el llamado Movimiento Social Progresista, que en las elecciones de 1962 había obtenido menos del uno por ciento de los votos (Tanaka 2013, Rochab-run 2013).

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más diversificado10, (ii) un sesgo ideológico que podríamos definir como de centro izquierda no marxista, relativamen-te optimista ante las transformaciones sociales y que mira con desconfianza las diferentes formas del indigenismo intelectual y político,11 (iii) la apuesta por investigaciones que apuntan a generar grandes relatos sobre los grandes problemas del Perú, más que por investigaciones aplicadas o enfocadas en políticas públicas concretas y (iv) un cierto estilo elitista, que apuesta por la academia como principal referencia, en lugar de la interacción directa con otros ac-tores sociales, al contrario por ejemplo de otros centros de investigación surgidos posteriormente, como el CBC antes reseñado.

10 Los primeros proyectos del IEP se financian con aportes del Instituto Francés de Estudios Andinos, la Universidad de Cornell y la National Science Foundation de los Estados Unidos, en el contexto del llamado Plan Camelot que pretendía alentar discursos académicos progresistas no revolucionarios en los países en desarrollo. Posteriormente el IEP tiene una relación muy cercana con la Fundación Ford, que en los años ochenta se convierte en el principal sostén económico en la etapa crítica del ajuste estructural y la dictadura de Alberto Fujimori. En los últimos años esta colaboración se mantiene, aunque las fuentes de financiamiento se han diversi-ficado mucho. Entre las principales se encuentran la propia Fundación Ford, el International Development Research Centre (IDRC) de Canadá, el Fondo Interna-cional para el Desarrollo Agrícola (FIDA) y la Fundación BBVA entre más de otras cincuenta instituciones.

11 Varios autores señalan que en los primeros años de la institución se habría pro-ducido una confrontación entre las dos almas fundacionales del IEP, la limeña y la vinculada a intelectuales provincianos. Finalmente habrían sido los primeros quienes, con sus mejores contactos con la cooperación internacional, habrían defi-nido la orientación del centro. Esto explicaría porque, aunque entre sus fundadores están los dos más conocidos intelectuales indigenistas peruanos, el IEP tiene casi desde sus inicios un claro perfil no indigenista, que lo diferencia de otros centros de investigación peruano de los años sesenta y setenta. A esto se añadiría que tanto Valcárcel como Arguedas entran a formar parte del IEP en la etapa final de sus vidas profesionales y, por lo tanto, tienen poca incidencia práctica en su funcionamiento (Tanaka 2013, Rénique 2013).

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Estos cuatro elementos se han ido perfilando con el tiempo, atenuándose o agudizándose de acuerdo con las coyunturas políticas del país y con los cambios en el balance de poder interno del Instituto. Un punto clave al respecto es la rela-ción con la dictadura nacionalista de Juan Velasco Alvarado, a inicios de los años setenta. El IEP primero colabora con este experimento social, a través del asesoramiento de va-rios de sus especialistas en el diseño de la reforma agraria, y posteriormente se enfrenta a la dictadura, siendo varios de sus investigadores obligados al exilio (Tanaka 2013).

Desde ese momento, se consolida una apuesta por la auto-nomía institucional frente a los poderes públicos y frente a los partidos políticos. Se reconoce e incluso alienta el dere-cho de los investigadores a participar en estos ámbitos, pero siempre a nivel personal y no institucional12. En los prime-ros años entre sus integrantes predominan historiadores, antropólogos, sociólogos y lingüistas. Desde años ochenta, siguiendo a una tendencia general en muchos países de América Latina, ganan importancia la economía y la cien-cia política, aunque sin llegar a alcanzar un predominio tan claro como en otros centros de investigación peruanos (Martín, 2002). Esto supone también un mayor énfasis en la investigación aplicada y un cierto abandono de los grandes problemas, aunque la preocupaciones por estas cuestiones

12 Este “no alineamiento activo” es el otro elemento que singulariza al IEP en el con-texto peruano, donde predominan con pocas excepciones centros de investigación activistas, ya sea de izquierda o de derecha. Un resultado ellos es la política del IEP de no tener posición oficial en los debates públicos, más allá de la defensa del de-mocracia y los derechos humanos. En muchos casos es posible ver a dos investiga-dores del centro defendiendo en simultáneo posiciones diferentes sobre un mismo problema, con las ventajas y desventajas que esto supone.

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nunca llegan a desaparecer y aún sigue siendo visto como el “sello de la casa” (Lauer, 2013; Rochabrún, 2013).

En la actualidad el IEP está integrado por aproximadamente 120 personas, incluyendo unos treinta investigadores princi-pales. La institución es autónoma y no depende de ningún organismo estatal, ni tampoco está vinculado a ninguna universidad. El financiamiento proviene de los costos in-directos relacionados con las consultorías y proyectos que desarrollan sus investigadores. En su mayor parte se trata de fuentes de financiamiento externas, aunque en los últimos años se ha incrementado el financiamiento proveniente de fuentes peruanas (públicas o privadas).

El énfasis de los trabajos está en tres temas: desigualdad y pobreza, cultura y diversidad y gobernabilidad, democracia y descentralización. Las actividades incluyen la generación de conocimiento especializado (sea dirigido o no a políti-cas públicas) y, en menor medida, capacitación y formación a través de cursos de corta duración. En los últimos años han comenzado además a ejecutarse algunos proyectos de incidencias, especialmente en el ámbito educativo, en coo-peración con diversas fundaciones empresariales, con el estado peruano y con la cooperación internacional. También cuenta con un área editorial, que produce aproximadamen-te cuarenta libros anuales en diversos temas de ciencias sociales, constituyéndose de esta manera una de las más importantes editoriales especializadas de los países andinos.

En este contexto, existen varias instancias de interacción con universidades. Por un lado, muchos investigadores tienen

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lo que podríamos llamar “doble militancia”, es decir, partici-pan tanto en universidades como en centro de investigación. Este tipo de colaboración existe desde el momento inicial de fundación del IEP y es incentivada por las propias normas del instituto, que señalan una exención de costos indirectos en el caso de actividades educativas desarrolladas por los investigadores. Además de esto, muchos investigadores del IEP pertenecen de manera individual a redes mixtas, vin-culadas a universidades, como es el caso de SEPIA, antes mencionado.

Una segunda instancia de modalidad de interacción con universidades consiste en la realización de actividades con-juntas, ya sea para compartir gastos o para incrementar el impacto de las mismas. Esta colaboración se puede tradu-cir en la organización de eventos o seminarios conjuntos y también es muy habitual en el área editorial. El IEP realiza numerosos publicaciones conjuntas, tanto con universidad públicas como privado, incluyendo universidades extranje-ras.

Hay que considerar, en este sentido, que los investigadores del IEP por lo común pertenecen a las mismas comunida-des académicas que los investigadores de las principales universidades de Lima, por lo que tienen espacios de inte-racción muy frecuentes, ya sea de manera institucional o en el plano informal. Un ejemplo al respecto es el denominado Grupo Memoria, que reúne desde hace tres años a profesio-nales de diferentes disciplinas para debatir sus avances de investigación en temas relacionados con la memoria histó-

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rica y el periodo de violencia política de los años ochenta y noventa.

Este colectivo ha realizado también numerosas actividades públicas, incluyendo eventos conjuntos con el cuerpo de historiadores del ejército del Perú, que han abierto nue-vos caminos de dialogo en torno a estos temas. El grupo funciona de manera regular en el IEP y está integrado por investigadores tanto de universidades públicas como priva-das, además de centros de investigación. Tiene núcleos de trabajo en Lima, Huancayo y Ayacucho, ciudades del inte-rior del país fuertemente afectadas por la violencia

El Grupo Memoria es un ejemplo de colaboración indivi-dual de investigadores de diferentes instituciones, basados en un interés compartido y una cultura académica común. Finalmente, una forma de colaboración más profunda con-siste en desarrollar proyectos conjuntos entre el IEP y las universidades que implican compromiso institucional por ambas partes. Estas asociaciones se pueden realizar para proyectos puntuales, de corta duración y con objetivos muy concretos: un seminario, un congreso, una investigación específica que luego en un libro publicado conjuntamente.

En otros casos, sin embargo, se trata de iniciativas de me-diano y largo plazo, pensadas para tener un impacto mayor en la comunidad académica peruana. Un ejemplo es la Red para el Desarrollo de las Ciencias Sociales en el Perú, in-tegrada por el IEP y dos de las principales universidades privadas de Lima, la Pontificia Universidad Católica del Perú y la Universidad del Pacífico. Creada a finales de los años

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noventa, esta red tuvo durante varios años tuvo una notable producción editorial, además de desarrollar proyectos con-juntos de incidencia, como el concurso Sumando Esfuerzos, que premiaba anualmente experiencias de colaboración en-tre actores privados y públicos en todo el país. Sumando Esfuerzos permitió recabar en sus tres ediciones una base de más de seiscientas ejemplos de cooperación y fue una experiencia pionera en el Perú de este tipo de concursos. En la actualidad la Red sigue existiendo, aunque en los últimos años ha reducido sus actividades notablemente, debido las dificultades tanto para encontrar financiamientos como para consolidar un equipo de profesionales que puedan dedicar-se a tiempo completo al seguimiento de estos proyectos. En este sentido, a diferencia del caso antes analizado de SEPIA, no ha sabido consolidar un ciclo de actividades estandari-zado, capaz de dar continuidad a la iniciativa más allá de proyectos puntuales.

Otro proyecto de colaboración entre el IEP y universida-des, en este caso públicas, es la red Cholonautas, creada a comienzos de la década pasada, con el objetivo de poner a disposición de los alumnos universitarios documentos y textos vinculados con ciencias sociales, en un momento en que estos recursos aún eran poco accesibles a través de in-ternet, por estar la conexión poco extendida en provincias y por existir pocos materiales peruanos en línea. Para lograr este objetivo, Cholonautas debía funcionar como un con-sorcio entre el IEP y varias universidades públicas, de tal manera que se garantizase tanto el abastecimiento de ma-teriales como su accesibilidad por parte de los alumnos. Sin embargo, este esquema nunca logró consolidarse.

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Por un lado, desde el punto de vista administrativo, el pro-yecto encalló en la dificultad para compaginar el ritmo de ejecución exigido por las entidades financiadoras y los rit-mos de la burocracia universitaria. Por otro lado, en un nivel más profundo la propia cultura institucional del IEP jugó también en contra del proyecto. El equipo promotor de Cholonautas, integrado por profesionales jóvenes no pudo involucrar en el proyecto a los investigadores más relevan-tes, que veían como una pérdida de tiempo el trabajo con universidades públicas. Esta desconfianza se basaba tanto en experiencias previas personales como en preconcepcio-nes respecto al trabajo de estas instituciones. El resultado es una especie profecía autocumplida: los primeros espadas re-chazan involucrase en el trabajo con universidades públicas por considerarlo condenado a fracasar y su propia ausencia termina contribuyendo a este fracaso, al sentir las univer-sidades que no reciben la atención esperada y no hay una paridad en el involucramiento. Como resultado Cholonautas continúa existiendo, pero como un proyecto mucho menos ambicioso, ejecutado únicamente por el IEP y sin apenas visibilidad pública.

Estas dos experiencias de redes que pretendían ser de lar-go recorrido apuntan a algunas de las dificultades que encuentra la colaboración entre centros de investigación y universidades, cuando se pasa de la experiencia puntual a proyectos de medio y largo plazos. Un primer tema se re-fiere a la creciente competencia por el reclutamiento de los investigadores. Esta competencia siempre ha existido, pero en los últimos años se ha hecho más intensa. Universidades y centros de investigación tienden a buscar cada vez más un

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mismo perfil profesional, que combina capacidad de inves-tigación y habilidades para la gestión de proyectos.

Esto se debe a que las fronteras entre ambos tipos de insti-tuciones tienden a diluirse: las universidades cada vez hacen más investigación y los centros de investigación, cada vez más, se adentran en la docencia como fórmula para incre-mentar sus ingresos ante la disminución de la cooperación internacional. Esto lleva a una mayor competencia por re-clutar profesional y también a una mayor presión en favor de la dedicación exclusiva, por lo que en muchos casos los investigadores se ven obligados a elegir, en la práctica, entre su pertenencia a universidades o centros de investigación.

En el caso del IEP, esto se une a un proceso interno de cambio en cuanto a las disciplinas predominantes. En los últimos años disciplinas tradicionales del instituto, como historia o lingüística, y en menor medida antropología, pier-den importancia, tanto en los debates internos como en el número de profesionales dedicados. Esto se debe en buena parte a la “fuga” de estos profesionales a las universidades. Se trata de un fenómeno complejo en el interactúan varios factores y que termina retroalimentándose a sí mismo. La elección entre la pertenencia a una universidad o un cen-tro de investigación no solo depende de temas económicos.

En este punto entran en juego también los diferentes estilos de organización predominantes en ambos tipos de institu-ciones. El IEP en los últimos años apuesta por un modelo que podríamos denominar “anglosajón”, basado en una lógica de proyectos, sin que los investigadores tengan un

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vínculo laboral permanente con la institución. Por el con-trario, las universidades se mantienen más cercanas a un modelo francés, basado en la idea de financiar a investiga-dores, que tienen una remuneración asegurada a través de la docencia, independientemente de que puedan o no incre-mentar sus ingresos con proyectos de investigación propios. Las ventajas y desventajas de ambos modelos han sido anali-zadas en muchas ocasiones y se refieren tanto a la capacidad del investigador para controlar su propia carrera profesional como al resultado agregado para las instituciones.

En última instancia la preferencia por uno u otro modelo puede tener que ver con el carácter y las prioridades in-dividuales. Pero también es importante señalar que estos modelos no son neutros desde el punto de vista de sus efec-tos en el balance de poder interno de las instituciones. No encajan igual para todas las disciplinas y, por lo tanto favo-recen a priori a unos investigadores sobre otros. Esto ocurre porque los ritmos y los estilos de práctica científica de las diferentes disciplinas pueden empatar mejor o peor con los estilos anglosajón o francés de gestión institucional.

Así, parecería que en el contexto latinoamericano discipli-nas como antropología, historia y lingüística (en las que la circulación y validación del conocimiento se realiza sobre todo a través de libros y congresos bianuales) se adaptarían mejor al modelo francés, mientras que ciencia política y economía (en las que la comunicación y validación se rea-liza sobre todo a través de documentos de trabajo, artículos publicados en revistas indexadas y congresos anuales), se adaptarían mejor al modelo anglosajón. Esto explicaría, al

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menos en parte, la tendencia que se observa en los últimos años al repliegue de historiadores, antropólogos y lingüistas hacia las universidades, abandonando los centros de inves-tigación cuando se ven obligados a elegir por el incremento de la demanda laboral en sus respectivos centros de trabajo.

Por supuesto, esto son solo tendencias. Existen muchas ex-cepciones, que responden a modelos particulares de carrera profesional o simplemente a opciones personales diferentes. El segundo punto de conflicto atañe precisamente a los rit-mos de trabajo de universidades y centros de investigación. Los centros de investigación suelen trabajar sobre la base de proyectos de ciclo corto, que requieren agilidad tanto en la parte administrativa como en la ejecución de las activi-dades. Esto muchas veces choca con los ritmos propios de la cultura institucional de las universidades, que suelen ser entidades con una gobernanza más compleja, con diversas instancias de control y balance de poderes, que obligan a trabajar a un ritmo de trabajo más lento.

El resultado es que la mayor parte de las iniciativas de cola-boración terminan decayendo o diluyéndose, ya que estos diferentes ritmos de trabajo son muy difíciles de acompa-sar, lo que provoca fricciones y malentendidos en los que unos se acusan de perezosos y los otros de trabajar de ma-nera apresurada e irreflexiva. Quizás esto explica porque los casos exitosos de colaboración se refieren a actividades puntuales, como ediciones conjuntas, concursos o semina-rios, pero casi nunca son proyectos de largo recorrido, como hemos visto tanto en el caso de la Red para el Desarrollo de las Ciencias Sociales como en la iniciativa Cholonautas.

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Estas dificultades condicionan las iniciativas de coopera-ción a medio y largo plazo entre universidades y centros de investigación. En otro plano, en los últimos años encon-tramos además un incremento de la competencia directa entre ambos tipos de instituciones en torno a los límites de los respectivos campos de influencia profesional. Los cam-bios de contexto señalados en el primer apartado de este documento suponen que, tanto universidades como cen-tros de investigación, tiendan a expandir su actividad para aprovechar las nuevas condiciones del mercado intelectual peruano. Esto en ocasiones supone conflictos imprevistos. Un ejemplo es el fracaso de la iniciativa del IEP de ampliar su rango de actividades, incluyendo diplomados y maes-trías. Este intento choca contra la existencia de una nueva legislación universitaria, que obliga a separar las actividades de investigación y las actividades educativas. Estas normas pretenden evitar el intrusismo profesional y reservar para las universidades la posibilidad de emitir títulos oficiales, excluyendo a otras instituciones del mercado docente.

En resumen, en el caso del IEP encontramos una situa-ción fluida, que incluye relaciones de colaboración con las universidades pero también competencia, tanto a nivel ins-titucional como personal. Se trata de un equilibrio precario, no exento de desconfianza, que es un ejemplo de tipo de desafíos que actualmente enfrentan los centros de investiga-ción para trabajar con universidades en el contexto peruano.

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4. Conclusiones

Las tres historias analizadas en este documento muestran la diversidad de matices que existe en la relación entre universidades y centros de investigación autónomos en el Perú. Estas relaciones se ven condicionadas tanto por fac-tores estructurales de larga duración (fragmentación de comunidades académicas, diferencias sociales y étnicas, universidades poco preparadas para la investigación, salvo algunas excepciones) como por los cambios recientes que afectan a la dinámica de los mercado de conocimiento (re-orientación de la cooperación, incremento de la demanda y el presupuesto universitarios, competencia por profesio-nales calificados).

En este sentido, un primer elemento que emerge del estudio es la necesidad de matizar los tópicos que están presentes en buena parte de la literatura producida en nuestro país sobre centros de investigación y comunidades académicas. Esta literatura insiste casi siempre en los elementos negativos que condicionarían el desarrollo de estas instituciones, tales como la falta de recursos, la desarticulación institucional y la fragmentación del sistema políticos. Estos elementos son evidentemente reales, pero las historias incluidas en este estudio contribuyen a matizar su importancia en al menos en tres sentidos:

• Por un lado, encontramos que, a pesar de estos incon-venientes, existen múltiples esfuerzos para superar la fragmentación de las comunidades académicas. Estos esfuerzos no son siempre exitosos, pero el hecho de

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que no logren todos sus objetivos, no debe llevarnos ignorar sus avances. Experiencia como la del SEPIA o en menor medida la Red para el Desarrollo de las Ciencias Sociales en el Perú muestran que la colabo-ración entre universidades y centros de investigación es posible en determinados contextos.

• Por otro lado, existen en los últimos años tendencias positivas en algunos temas clave, como la producción científica y el fortalecimiento de las universidades públicas. Estas tendencias confrontan aún serias di-ficultades, pero muestran considerables avances respecto a la situación existente de hace apenas unos años. Sin embargo, no parecen haber incorporadas a la reflexión sobre centros de investigación y universi-dades, que de manera caso general tienden a resaltar los aspectos negativos del contexto.

• Finalmente, hay que considerar que elementos que son en sí mismos negativos pueden, sin embargo, tener resultados positivos para los centros de investigación del país. Un ejemplo es la fragmentación del sistema político y la debilidad de los partidos, que tiene eviden-tes consecuencias negativas, pero supone sin embargo una oportunidad para los centros de investigación, que encuentran una mayor posibilidad de incidencia, tanto de manera indirecta (a través del flujo de ideas) como directa (a través del flujo de profesionales, desde la aca-demia hacia la política y la gestión pública).

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Estos elementos matizan algunos de los sentidos comunes más extendidos respecto al papel y las posibilidades de los centros de investigación en el Perú. Un segundo aspecto que emerge de las historias analizadas en el documento se refiere a la necesidad de matizar igualmente el enfoque voluntarista que suele predominar en muchos de los discur-sos referidos a la relación entre centros de investigación y universidades. Como hemos visto, se trata de instituciones que compiten en múltiples sentidos: por el reclutamiento y el tiempo de profesionales calificados, por recursos, por espacios institucionales y por el control de los mercados de conocimiento. En estas condiciones la colaboración no es sencilla y tampoco debe ser vista como algo “natural”.

Por el contrario la cooperación entre universidades y cen-tros de investigación es excepcional y, cuando ocurre, es casi siempre limitada. Las experiencias de colaboración que han mostrado ser exitosas en el caso peruano tienen cua-tro características: (i) son experiencias de alcance limitado, que no comprometen a largo plazo los objetivos de la ins-tituciones, (ii) son experiencias basadas en el compromiso individual de determinados investigadores y no tanto en el compromiso institucional, (iii) son, en la mayoría de los casos, experiencias con ciclos de vida cortos y objetivo muy específicos, y (iv) cuando logran consolidarse en el tiempo se debe a su perfil bajo, que no compromete excesivamente el tiempo de los profesionales, ni las llevan a convertirse por sí mismas en competidoras para universidades y centros de investigación.

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Las tres historias analizadas en este documento se mueven dentro de estas coordenadas. La historia del SEPIA es quizá la más exitosa. Las razones de este éxito se vinculan precisa-mente con las condiciones señaladas en el párrafo anterior: el hecho de haber permanecido como una experiencia limi-tada, funcional para los intereses de determinados colectivos de investigadores (más que para las instituciones en sí mis-mas), sin llegar a posicionarse como un actor relevante en la competencia por recursos.

La historia de CBC es exactamente el caso contrario: muestra el apogeo y posterior declive de un centro de investigación que desafió, a partir de una alianza con la cooperación in-ternacional, el papel predominante de la universidad en una provincia del interior del Perú. El CBC logra inicialmente su propósito y durante unos años se convierte en referencia a nivel regional. Sus aportes se refieren tanto a la investiga-ción como a la formación de capacidades.

Sin embargo, la experiencia termina declinando por una combinación entre factores locales (la rivalidad con la elite local cruzada por elementos sociales y étnicos) y extra loca-les (la reorientación de la cooperación internacional). Frente a este fracaso, la historia del IEP es más matizada. En un contexto más abierto que el cuzqueño, muestra la variedad de interacciones que tienen lugar en la práctica entre uni-versidades y centros de investigación. Esta colaboración, sin embargo, supone dilemas y trade off que son difíciles de ges-tionar en un contexto de competencia creciente. El resultado es que las experiencias de colaboración suelen ser de baja intensidad y casi siempre de naturaleza acotada, ya sea por-

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que tienen duración limitada o porque están centradas en actividades específicas.

Por último, el tercer tema a resaltar son precisamente los acelerados cambios ocurridos los últimos años. Para comprender el momento actual de la relación entre univer-sidades y centros de investigación autónomos es importante tener en cuenta los cambios recientes en las fuentes de fi-nanciamiento de la investigación. Tradicionalmente en Perú la investigación especializada en ciencias sociales ha depen-dido de manera casi exclusiva de los fondos provenientes del extranjero. Esto sigue siendo así en gran medida, pero se observan algunos cambios incipientes. Las universidades públicas de provincias incrementan sus recursos gracias a las trasferencias por canon y sobrecanon, aunque aún en-caran desafíos muy grandes para convertir esta bonanza en mejoras de la calidad de la formación y la investigación. También se incrementan los fondos provenientes del ámbito privados. En términos comparativos con otros países, estos recursos siguen siendo ínfimos en comparación, pero en el caso peruano, con nula tradición anterior de financiamiento privado a la investigación, son un aspecto a destacar. En al-gunos casos se trata de investigaciones con fines puramente utilitarios, pero en otros casos se inscribe en tramas de res-ponsabilidad social y tienen, por lo tanto, mayor potencial para los centros de investigación y las universidades.

Incluso las propias universidades privadas comienzan a des-tinar una parte mayor (aunque aún muy reducida) de sus fondos propios a investigación, como parte de sus estrate-gias de posicionamiento en un mercado educativo cada vez

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más competitivo. Todo esto coincide con una disminución de los fondos provenientes de la cooperación internacional. En lo que se refiere a investigación estos recursos tienden a concentrarse en un conjunto limitado de instituciones, integrado por unos pocos centros de investigación de alto nivel y centros semiautónomos vinculados a universidades privadas.

El rico y diverso panorama de centros de investigación de pequeñas y medianas dimensiones que exista, tanto en Lima como en el interior del país durante los años noventa casi ha desaparecido. Podemos decir en este sentidos que los cen-tros de investigación peruanos son ahora más profesionales y estandarizados de acuerdo a los modelos internacionales, pero menos diversos. Este conjunto de big players tiende cada vez más a concentrar a los profesionales capacitados y a convertirse en referencia a nivel internacional. Al mismo tiempo deben desarrollar nuevas estrategias para asegurar su posicionamiento en este mercado cambiante de pro-ducción de conocimiento en el que también comienzan a aparecer nuevos actores antes inexistente: centros de inves-tigaron vinculados al estado, empresas privadas consultoras, etc.

El resultado es una creciente competencias por los propios profesionales, que se superpone a la competencia por recur-sos. Estas son todavía tendencias incipientes y no está claro hacia dónde van a evolucionar en los próximos años. Sin embargo, en caso de consolidarse, podrían a medio plazo reconfigurar de manera profunda la relación entre centros

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de investigación y universidad, poniendo fin a la actual si-tuación de equilibro entre ambos tipos de instituciones.

5. Referencias Bibliográficas

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6. Acerca de los Autores

Raúl Hernández Asensio es investigador en el Instituto de Estudios Peruanos, IEP: Historiador de la Universidad de Cádiz. Magíster en Estudios Latinoamericanos por la Universidad Internacional de Andalucía, Huelva, España y por la Universidad Andina Simón Bolívar, Quito, Ecuador. Doctor en Filosofía y Letras por la Universidad de Cádiz, España. Sus investigaciones abordan temas sobre relaciones interétnicas y sociedades de frontera en diversos ámbitos geográficos, participación ciudadana, democracia y seguri-dad ciudadana.

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Pablo Landoni Couture

Uruguay

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Estudio país: Uruguay

1. Introducción

Este estudio investiga sobre los diferentes tipos de relaciones y vínculos que se producen entre centros de investigación y universidades en el Uruguay, con especial referencia a los procesos de generación de conocimiento en la formulación e implementación de políticas públicas. Resulta relevante, para el caso uruguayo explicitar el concepto de think tank uti-lizado, el que tiene tres notas características: la realización de actividades de investigación en el campo de las políticas públicas, en un sentido amplio; la vocación por la incidencia en el debate público de las políticas, y una nota de indepen-dencia o autonomía institucional, más allá de cierto posible orientación general de tipo ideológico o intelectual.

Los think tanks o centros de investigación son entidades donde la investigación juega un rol fundamental, aunque pueda ser acompañada por otro tipo de actividades, como pueden ser la docencia de postgrado, la consultoría así como la acción y la promoción social. A los efectos del estudio de caso uruguayo consideramos adecuado una definición amplia de investigación incluyendo tanto los procesos de generación de conocimiento como los de adaptación del co-nocimiento, en el sentido de la aplicación de conocimientos generales a problemas particulares contemplados en el obje-to de estudio, en la medida que impliquen la resolución de incertidumbres y que se requiera un esfuerzo superior de

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elaboración a la mera consulta de la literatura especializada y al trabajo normal de los especialistas en el área.

Si bien pueden haber áreas grises, la investigación de los think tanks suele ser aplicada y anclada en la práctica, para distinguirla más de la investigación básica. También se dis-tingue del trabajo de consultoría, en la medida que quien encarga dicho trabajo suele tener un peso relevante en los resultados esperados del mismo. Incluimos en la definición a organizaciones que dispongan una relevante acumulación de analistas sociales y de políticas (social analysts) y no sola-mente a cientistas sociales puramente académicos. Como bien indica Levy (1996), en estos casos, resulta crítico que la institución tenga un “sabor académico” (academic fla-vor) en cuanto a la investigación, que requiera indagación y elaboración científica, pero debe incluirse no solamente la investigación básica disciplinaria sino también la inves-tigación aplicada incluyendo la sistematización y reflexión crítica sobre las prácticas.

El perfil de la investigación que realizan los centros de in-vestigación también está asociado a su peculiar misión de influir sobre las políticas públicas aportando temas a la agenda o participando del debate público, pero desde el co-nocimiento, la reflexión crítica y la investigación aplicada. Un valor preciado por estos centros, es su autonomía para definir su agenda de investigación y los resultados de la misma. Dos factores influyen decisivamente sobre la nota de independencia de los think tanks: su matriz de financia-miento y los vínculos políticos sean con partidos como con gobiernos.

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Los centros de investigación estudiados podrán tener vín-culos importantes con distintos tipos de organizaciones como ser partidos políticos, organizaciones empresariales o sindicales, o iglesias, pero se caracterizan por tener una gobernanza propia que les permite gestionar sus propios recursos y adoptar sus decisiones institucionales de forma autónoma.

La autonomía le presenta desafíos importantes a los centros de investigación en el país, como expresa uno de los entre-vistados para la investigación:

“Los think tanks son centros que decodifican el conocimiento más

técnico que desarrollan las universidades. En este sentido, deberían

ser generadores de conocimiento pre-competitivo y de naturaleza

pública, intentando traducir el conocimiento más complejo, y gene-

rando aplicaciones del mismo. Por las características del Uruguay,

los think tanks suelen desarrollar una doble actividad: una activi-

dad financiada por grants y otra como consultores, con lo cual se

plantean algunas dificultades, porque la independencia aún con el

sesgo (flavor) se pierde en las consultorías. La independencia de

generación de conocimiento en el think tank entra en colisión con

el rol de consultor.” (G. Labadie, comunicación personal, 26 de

Diciembre de 2013).

La investigación indaga en profundidad cinco casos de cen-tros de investigación o think tanks en Uruguay. Dos de ellos, son centros de investigación independiente con investiga-ción sistemática y continuada en el tiempo, particularmente en el campo de la economía. Estas entidades son el Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (CERES) y el

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Centro de Investigación Económicas (CINVE), que siguen un formato más clásico de lo que en términos internacio-nales se entiende como un think tank.

Aplicando la definición amplia de investigación, se in-cluyen en el estudio dos centros con un perfil más de “Organizaciones de la Sociedad Civil” (OSC) con acciones definidas por Gallardo, Garcé y Ravecca (2009), como de advocacy. Ambas instituciones definen en su misión una vocación de incidir en las políticas, y en la práctica, de-muestran una acumulación histórica de reflexión crítica de prácticas y acciones que admiten ser consideradas “investi-gación aplicada”, por lo que, aunque con un perfil distinto, se las considera dentro de la definición de centro de in-vestigación para este estudio. Estas organizaciones son el Instituto de Educación Popular “El Abrojo” y el Instituto de Comunicación y Desarrollo (ICD).

Finalmente, se incluye en el estudio el Centro Latinoamericano de Economía Humana (CLAEH), que ha tenido un devenir institucional que refleja los avatares de los centros de investigación en las últimas cuatro décadas en el Uruguay. Siendo un centro pionero, ha evolucionado en los últimos años a una organización que combina una oferta de carreras universitarias de grado y posgrado, con proyectos y acciones de promoción social propios de una OSC, e intenta no olvidar su vocación por influir en los debates públicos. Su estudio arroja luz sobre las estrategias que han seguido diversas instituciones como consecuencias de cambios en el entorno social y político en el Uruguay.

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2. Contexto Histórico y Socio - Político de las Relaciones entre Centros de Investigación y Universidades

La investigación abarca la evolución histórica de las rela-ciones entre centros de investigación y universidades en las últimas cuatro décadas. En dicho período histórico, se producen en Uruguay cambios sociales y políticos de en-vergadura, con consecuencias directas en los procesos de creación y desarrollo tanto de los centros de investigación como de las universidades en el país.

Uruguay vive un período de gobierno de facto entre los junio de 1973 y marzo de 1985. Durante dichos años na-cen varios centros de investigación independientes como CINVE (1975), CIESU (1975), CIEDUR (1977), Foro Juvenil (1981) y otros como el CLAEH (1957) y CIEP (1972) adquie-ren nuevo dinamismo. Estos centros operan como refugio para docentes e investigadores universitarios que no tenían oportunidades en la Universidad de la República (única uni-versidad existente en dicho momento) intervenida por las autoridades militares. Esos centros se convierten en espa-cios de investigación, de encuentro y debate político en un contexto represivo dentro del Estado y, se constituyen en actores que contribuyen de forma favorable a la apertura democrática del país (Prates, 1987).

Los años finales de la dictadura y los primeros de la re-cuperación democrática son un período de apogeo de los centros de investigación independiente en el país. Se crean múltiples nuevas organizaciones como CERES (1985), ICD (1986), El Abrojo (1988), SERPAJ (1991) y Gurises Unidos

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(1992). Estos centros ocupan un lugar importante en el debate político y de políticas del país, la mayoría de las ve-ces, por contribuciones realizadas en el marco de proyectos financiados con el aporte de organismos y fundaciones in-ternacionales.

El desarrollo de estos centros de investigación independien-te fue un ejemplo más de la recuperación de la sociedad civil en sus diversas manifestaciones democráticas y plura-listas. El florecimiento de los partidos políticos, grupos de interés y de advocacy así como de organizaciones religiosas, sociales y culturales, se manifiesta también en dinámicas positivas de retroalimentación con los centros de investiga-ción social y de políticas. Como consecuencia, se generan un número importante de vínculos de cooperación entre el gobierno, las entidades internacionales de cooperación y apoyo, y los centros de investigación. Inciden en estas dinámicas de colaboración los vínculos personales de in-vestigadores y académicos que regresaron al país en esos años y se insertaron en los centros de investigación luego de experiencias y contactos con organismos de cooperación internacional. Debe tenerse presente, que en esos años, el Estado carecía de los recursos humanos competentes para el diseño y formulación de políticas, debiendo recurrir en muchos casos al apoyo de estos centros.

Con grado variable de acumulación académica varios centros analizados concentraban la mayoría de la investigación en campos vinculados a las ciencias sociales y al policy research. Un estudio realizado por Fernando Barreiro y Anabel Cruz (1991), relevó 112 Organizaciones No Gubernamentales, de

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las cuáles 17 de ellas realizaba alguna actividad de investi-gación en el campo de las Ciencias Sociales.

La década que va desde 1985 hasta 1995 también es signi-ficativa en términos de cambios en el sistema universitario uruguayo (Romero y Landoni 2001; Bentancur, 2002). En el marco de la recuperación de su régimen autonómico y de cogobierno, la Universidad de la República encara algunos procesos de desarrollo institucional, como la creación de la Facultad de Ciencias Sociales, y dentro de ella los nuevos Instituto de Ciencia Política y Departamento de Economía. Desde su origen, estos servicios universitarios nacen con un perfil de investigación utilizando el régimen de dedica-ción total para sus docentes / investigadores. En su proceso fundacional, incidió el regreso de un número importante de académicos que actuaban en universidades del extranjero y que estaban en el exilio por razones políticas, pero tam-bién la experiencia de los Centros de Investigación privados nacionales que aportaron recursos humanos y tradiciones académicas exigentes en materia de profesionalización de la actividad de investigación (de Sierra, 2005).

Muchos de los actuales investigadores y catedráticos de la Facultad de Ciencias Sociales fueron investigadores for-mados en estos Centros, con lo que mantienen vínculos personales, pero han encontrado su espacio de trabajo aca-démico en la Universidad de la República. Un segundo cambio operado entre 1985 y 1995, es la apertura y desarro-llo de un subsector privado en la educación superior. Varias universidades privadas han reclutado investigadores y do-centes en estos centros independientes, y uno de ellos, el

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CLAEH se ha desarrollado como instituto universitario con vocación de ser universidad en un futuro próximo.

Como consecuencia de estas dinámicas, el sistema univer-sitario se ha beneficiado profundamente de los recursos humanos formados en los centros de investigación indepen-dientes. En muchos casos, mediante situaciones de doble afiliación institucional, típicas de la vida académica en el Uruguay, tendiendo puentes y estableciendo contactos en-tre las diversas instituciones. En otras, en detrimento de los mismos, porque las universidades con mayor poderío económico y estabilidad han reclutado con exclusividad in-vestigadores ya formados y con experiencia provenientes de estos centros.

Varios cambios afectaron el desarrollo y crecimiento de los centros de Investigación independientes en las décadas siguientes. Por un lado, en la medida que Uruguay fue con-solidando su democracia y su situación económica y social, la cooperación internacional fue mermando hasta llegar a niveles muy bajos en la actualidad. Por otro, la consolidación de las capacidades de investigación en las universidades uruguayas ha reducido la atracción de estos centros para los investigadores.

El acceso del Frente Amplio al Gobierno en el año 2005 ha tenido importantes consecuencias sobre el relaciona-miento entre centros de investigación y universidades, y en el relacionamiento de estos actores con el Estado. Se ha producido un reclutamiento por parte del gobierno de re-cursos humanos provenientes tanto de la Universidad de

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la República como de centros de investigación, generando cierta preocupación en estos ámbitos por una pérdida de “acumulación institucional”. Asimismo, se han incremen-tado las relaciones con la Universidad de la República dada las coincidencias ideológicas con los actores sociales que la conducen, así como la necesidad de recursos técnicos para el desarrollo de programas y políticas como ha pasado con el apoyo dado por la Facultad de Ciencias Sociales al nuevo Ministerio de Desarrollo Social (Gallardo, Garcé y Ravecca 2009). Con anterioridad, la universidad estatal asumió his-tóricamente un papel opositor a los gobiernos de turno, y éstos, en muchos casos, orientaron su búsqueda por cono-cimiento especializado hacia centros de investigación que se mostraran como más independientes.

En consecuencia, el panorama actual registra un sistema universitario dinámico, con ámbitos de la Universidad de la República fortalecidos por un crecimiento de su pre-supuesto, así como universidades privadas en proceso de crecimiento. Este escenario deja nichos relativamente pe-queños para los centros de investigación independientes, los que, de todos modos, han encontrado la forma de subsistir por cuatro décadas.

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Tabla 1Think Tanks Analizados

Nota. Elaboración propia del autor.

Instituto de Comunicación y Desarrollo (ICD)

Instituto de Educación Popular El Abrojo

Centro de Investigaciones Económicas (CINVE)

Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (CERES)

Centro Latinoamericano de Economía Humana (CLAEH)

Fundación 1986 1988 1975 1985 1957Naturaleza jurídica

Asociación Civil Asociación Civil Asociación Civil Asociación Civil Asociación Civil

Área de actividad

Participación ciudadana y sociedad civil

Capacitación, formación y promoción

Desarrollo económico y social

Desarrollo económico y social

Ciencias Sociales / Instituto Universitario

Presupuesto (US$)

490.000 3.140.000 470.000

Página web www.lasociedadcivil.org

www.elabrojo.org.uy

www.cinve.org.uy www.ceres-uy.org www.claeh.edu.uy

Directivo entrevistado

Anabel Cruz Pedro Delprato Diego Aboal Ernesto Talvi Néstor da Costa

Tabla 2Datos Comparativos

ICD El Abrojo CINVE CERES CLAEH

Investigadores TOTAL 14 13 37 20 13 (1)

De planta 2 11 33 14 12

Asociados 12 2 4 6 1

Doctorado y Maestría 10 5 21 7 (2) 10

S.N.I 3 1 5 1 2

Docentes universitarios 6 2 20 14 (3) 8

Cargo de gobierno (se incluyen en los de planta) 0 3 4 0 0

% Investigadores de planta 17% 85% 89% 70% 92%

% de docentes universitarios 43% 15% 54% 70% 62%

% Formación de postgrado 71% 38% 57% 35% (4) 77%

Nota. Elaboración propia con información recolectada especialmente para el estudio mediante formularios respondidos por las instituciones. (1) Se incluyen exclusivamente los investigadores en Ciencias Sociales, y no los vinculados a las facultades universitarias (Medicina, Derecho y Gestión Cultural). (2) Se incluyen solamente doctores. (3) Solamente cuatro son docentes en Uruguay. (4) Tener en cuenta que solamente se incluyen los

doctores.

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3. Principales Factores en las Relaciones entre Centros de Investigación y Universidades

a) Dinámicas Observadas

Como se ha observado en el recorrido histórico realizado, en Uruguay, como en otros países de América Latina, el “lo-cus” de la investigación social y del policy research ha venido mutando. Los centros de investigación se encuentran en es-pacios de interacción entre la academia, la investigación y las políticas, y en consecuencia ofrecen un ámbito institucional privilegiado para el trabajo de académicos y profesionales en el campo de la investigación social y de políticas. Para entender mejor estas dinámicas, resulta interesante explorar la idea de public failure desarrollada por Levy (1996), como factor importante para analizar el desarrollo de centros de investigación independientes en América Latina. Sostiene que muchas veces estos centros florecen como consecuencia de fracasos en los gobiernos y las universidades. Cuando los gobiernos no cuentan con el conocimiento necesario para dar respuesta a un problema de política, muchas veces re-curren a los centros de investigación independientes en la búsqueda de soluciones. En otros, pueden ser las institucio-nes universitarias, los ámbitos de apoyo en el repertorio de ideas y de recursos humanos para estas tareas, pero si las mismas no disponen de la densidad de investigación nece-saria, casi seguramente serán los centros de investigación privados los que aparecerán como alternativa.

Desde esta perspectiva, se han encontrado evidencias de tres dinámicas relevantes. Una primera dinámica a señalar es

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que frente a la carencia de conocimiento especializado por parte del gobierno se ha recurrido a reclutar, especialmente en los dos últimos gobiernos, a personas provenientes de centros de investigación y de universidades (fundamental-mente de la Universidad de la República). En este sentido, un factor que destacan varios de los especialistas consulta-dos es la escasez de recursos altamente calificados dada la escala reducida del Uruguay. Señala Gabriel Oddone en la entrevista realizada.

“Los gobiernos necesitan profesionales y reclutan en todos los lu-

gares que pueden. No estoy tan seguro que los think tanks sean

objeto de una búsqueda específica como tales dónde los partidos

políticos y los gobierno recurran institucionalmente para reclutar

personas. Cuando la gente disponible es acotada, cada tanto les toca

a los think tanks. No hay una acción sistemática de los partidos de

reclutar gente de los think tanks” (G. Oddone, comunicación per-

sonal, 22 de Octubre de 2013).

Pero esa estrategia tiene sus dificultades, porque según el entrevistado:

“El otro problema que hay es que el gobierno paga muy mal, las

personas que ingresan a esos cargos son personas que tienen algu-

na vocación política o una relación muy cercana con la persona que

los convoca. Personas que tienen una vocación por la academia se

dediquen full time a un cargo en el gobierno es difícil porque los

sueldos que paga el gobierno desde directores general para abajo

son exiguos, lo que genera un problema de selección adversa para

el reclutamiento de los gobiernos muy importante” (G. Oddone,

comunicación personal, 22 de Octubre de 2013)

554+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Uruguay

Una segunda dinámica observada es el fortalecimiento de las capacidades de investigación de las universidades uruguayas, lo que ha dificultado (pero no impedido) el re-clutamiento de investigadores por parte de los centros de investigación. Varias facultades de la Universidad de la República (pero no todas) y algunas universidades priva-das han ampliado significativamente el número de docentes de alta dedicación. Si bien todas las instituciones universi-tarias uruguayas combinan docencia con investigación, se ha producido un aumento de docentes a jornada comple-ta con tiempos asignados a la docencia de posgrado y a la investigación (Landoni y Martínez Sandres, 2011). Estas di-námicas han sido alimentadas por la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) la que ha desarrollado un Sistema Nacional de Investigadores y ha incrementado los recursos disponibles para la investigación, sea básica o aplicada.

La tercera dinámica reseñada, típica del caso uruguayo, es que existen amplias evidencias de investigadores y recursos expertos con doble afiliación, en centros de investigación y en universidades, tanto públicas como privadas. En muchos casos, la investigación se realiza en el centro de investiga-ción, y en las universidades realizan actividades de docencia tanto de grado como de posgrado. En la mayoría de los casos, es consecuencia de estrategias individuales tanto por razo-nes vocacionales como de complementación de ingresos. De todos modos, desde los centros se apoyan estas iniciativas porque fortalecen vínculos para la realización de activida-des conjuntas. Expresa José Rilla académico del CLAEH y docente en la Universidad de la República:

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“Con respecto a la doble afiliación institucional, desde el CLAEH

la alentamos, no solo no la censuramos, sino que la buscamos. A

nosotros nos cuesta mucho armar dotaciones horarias de cargos

que no estén asociadas a la docencia. Es difícil salir del profesor

cargo docente. El CLAEH, ahora es más una institución docente.

Por lo que si pueden hacer investigación y/o docencia en otra ins-

titución, nos parece bien.” (J. Rilla, comunicación personal, 22 de

Agosto de 2013).

b) El Financiamiento como Factor Relevante en el Desarrollo de los Centros de Investigación

El factor financiamiento es, desde la perspectiva utilizada, un elemento clave para explicar el tipo de relacionamien-tos que se producen entre los centros de investigación y las universidades en el Uruguay. Los centros de investi-gación independientes estudiados superan los 25 años de existencia y han demostrado una interesante capacidad de adaptación y resiliencia frente a diversos desafíos planteados a su sustentabilidad económica. Cambios en las matrices de financiamiento, en las exigencias colocadas por organis-mos internacionales y los Estados para otorgar recursos, competencias por los mismos de parte de otros actores como consultoras privadas o las propias universidades, han obligado a estos centros de investigación a adaptarse para sobrevivir.

Los centros de investigación uruguayos, excluyendo los universitarios, recurren a cuatro fuentes de financiamien-to: estatal, internacional, empresarial y propio (Gallardo, Garcé y Ravecca 2009). Un estudio reciente Rendir Cuentas – Informe Uruguay (2012), sobre la base de información

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proporcionada por 102 Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) señala que el origen del financiamiento de estas orga-nizaciones son: un 55% de recursos provenientes del Estado (47% del gobierno central, el resto de los gobiernos locales), un 18% de la cooperación internacional, y el de otras fuen-tes menores como el apoyo de las empresas y el aporte de socios.

El financiamiento público, en el Uruguay, puede asumir tres formas diferentes. En primer término, financia la prestación de servicios por parte de OCS para el desarrollo actividades en el campo social (formación, promoción, cuidados). En segundo lugar, financia desde distintos Ministerios, conve-nios para la realización de estudios. Y por último, existe en el país mecanismos para la financiación de la investi-gación, canalizados a través de una Agencia especializada (ANII), en varias formas, destacándose el Sistema Nacional de Investigadores (S.N.I.). Cada uno de estos mecanismos, impacta sobre el relacionamiento entre los centros de inves-tigación y las universidades.

El financiamiento estatal por la prestación de servicios en el campo social a OSC, no fortalece sus capacidades insti-tucionales en general, restringiendo desarrollos en materia de investigación. El financiamiento disponible en el campo de las políticas sociales, solamente se dirige a formación y promoción social, y no al financiamiento fortalecimiento institucional, reduciendo las capacidades de investigación y reflexión sobre las prácticas que realizan. No existen sub-sidios públicos a estas organizaciones sino que los fondos que reciben son exclusivamente por la venta de servicios.

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Varios de los especialistas entrevistados señalan una desconfianza del Estado hacia las OSC, lo que le lleva a im-poner exigencias de contralor excesivas sobre los recursos otorgados. Este tipo de financiamiento genera como conse-cuencias, el restringir el rol de las OSC a meras prestadoras de servicios, y a su vez, dependencia del Estado en cuanto a su financiamiento, lo que limita su autonomía institucional.

Señala Anabel Cruz en la entrevista realizada:

“La apertura del Estado a trabajar con la sociedad civil no ha fo-

mentado a los think tanks independientes, por el contrario ha

fomentado una instrumentalización del aporte de la sociedad ci-

vil. Convenios exclusivamente para la ejecución, llave en mano. En

los estudios que estamos haciendo vemos que no hay co-gestión

de políticas públicas, hay más bien prestación de servicios. Es muy

difícil la independencia cuando el 55% de los fondos vienen del

Estado, y la cooperación internacional bajó mucho. Hay organi-

zaciones con un presupuesto altísimo que precisamente ejecutan

políticas. Doce OSC concentran buena parte de las transferencias

del Estado, por ejemplo, del Instituto del Niño y Adolescente del

Uruguay (INAU). Los convenios con el MIDES te hacen rendir

hasta los boletos usados, no podés usar nafta; los convenios son

para ejecutar la política, no hay fondos para el fortalecimiento ins-

titucional. No hay recursos para financiar la estructura.” (A. Cruz,

comunicación personal, 9 de Septiembre de 2013)

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Los financiamientos mediante convenios para la realización de estudios, muchas veces por mecanismos de concur-so, suelen ser asignados a departamentos universitarios, aunque también algunos centros de investigación indepen-dientes compiten por esos recursos.

Los nuevos mecanismos de financiamiento a la investi-gación en el país con la creación de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) abren algunas opor-tunidades a los centros de investigación con capacidad institucional instalada en materia de investigación. Algunos investigadores de los centros se han presentado al Sistema Nacional de Investigadores aunque pocos han podido acce-der a los fondos competitivos de investigación, los que se han concentrado, fundamentalmente en las universidades y en particular, en la principal institución universitaria del país, la Universidad de la República.

El financiamiento internacional ha sido, tradicionalmente, una fuente relevante de financiamiento de los centros de investigación. Influyó decisivamente en su origen, porque como expresa Prates “los centros desarrollaron su actividad en base al apoyo financiero internacional. En un país bajo dictadura y con la Universidad intervenida, este apoyo se ca-nalizaba hacia los centros autónomos.” (Prates, 1987, p. 59)

Si bien esta fuente se ha reducido como consecuencia del crecimiento económico del país que restringe su capacidad de recibir cooperación, esto se ha venido sustituyendo por una apertura de los centros a la colaboración internacional y la participación en redes. Varios de los centros de investiga-

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ción estudiados dedican esfuerzos importantes a su acción internacional.

Restricciones de los marcos regulatorios nacionales (Cruz y Pousadela, 2008) y la falta de cultura filantrópica doméstica han limitado el acceso a recursos provenientes de las empre-sas y organizaciones donantes, en particular, las donaciones que se realizan por deducciones tributarias, solamente pue-den beneficiar a instituciones educativas y a fundaciones vinculadas al ámbito de la salud, lo que dificulta el acceso de los centros de investigación nacionales a estos recursos.

De todos modos, hay expectativas respecto a que el financia-miento privado empresarial pueda ser relevante en el futuro. Indica un especialista en temas de sociedad civil consultado:

“Estamos entrando en una era en que el sector empresarial se está

dando cuenta que puede jugar un rol importante y en la medida

que tenga retorno, le vale la pena invertir. El rol que antes jugaba

la cooperación internacional hoy lo está empezando a jugar el sec-

tor empresarial. En lógica de Responsabilidad Social Empresarial

(RSE) en lo que se denomina la tercera generación de RSE ya no

es “marketing social” es una preocupación de la empresa por gene-

rar nuevos modelos de respuesta. ¿Qué es lo que hace Fundación

Telefónica? Fundación Telefónica se ha asociado a organizaciones y

especialistas y se ha convertido en el think tank de trabajo infantil.

Una empresa que vende celulares generó un nicho y ha fomentado

la acumulación de conocimiento en ese tema.” (J. Pereira, comu-

nicación personal, 3 de Octubre de 2013).

560+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Uruguay

Finalmente, algunos centros de investigación han desarro-llado actividades de formación, cobrando por sus cursos. En algún caso, como el CLAEH y el CIEP, las actividades formativas se han convertido en sus principales fuentes de financiamiento, reconvirtiéndose, más bien a instituciones educativas.

4. Estudios de Caso

El estudio analiza los casos del Centro Latinoamericano de Economía Humana (CLAEH), el Centro de Investigaciones Económicas (CINVE), el Centro de la Realidad Económica y Social (CERES), el Instituto de Comunicación y Desarrollo (ICD) y el Instituto de Educación Popular (El Abrojo). Las instituciones seleccionadas cumplen con los criterios defini-dos para el concepto de think tank. A través de su trayectoria de más de 25 años, todos estos centros han sabido adaptarse operados en la sociedad uruguaya para asegurar su sustenta-bilidad, demostrando ser “resilientes” a cambios de entorno, especialmente en las dinámicas de financiamiento. Todos ellos han realizado aportes significativos al debate político y de políticas en el Uruguay, realizando estudios y reflexio-nando sobre sus prácticas y experiencias. Estas entidades representan en forma relativamente adecuada el complejo mundo de las organizaciones que inciden en la incorpora-ción de conocimiento técnico especializado e investigación social en las políticas públicas en el Uruguay.

Los estudios de casos se desarrollaron fundamentalmente en base a entrevistas a directivos de las propias institucio-

561+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Uruguay

nes así como a investigadores universitarios, especialistas y actores de la sociedad civil. Esta información se comple-mentó con datos estadísticos y documentos institucionales aportados por las instituciones así como de otras fuentes disponibles.

a) Instituto de Comunicación y Desarrollo (ICD)

El Instituto de Comunicación y Desarrollo fue fundado en el año 1986. Su accionar se orienta a la construcción de ciuda-danía y a la promoción de la democracia y la transparencia. Su misión establece como objetivo “Generar conocimientos y realizar acciones que fortalezcan la participación ciudadana y la mayor incidencia de la sociedad civil en la democracia, la integración y el desarrollo a nivel nacional e internacional”.

Tiene definidas como líneas estratégicas de trabajo para el período 2010-2015 las siguientes:

• Promoción de derechos: lograr un espacio habilitante para el trabajo de la sociedad civil de forma autónoma.

• Impulso de la responsabilidad social: fomento de ins-tituciones transparentes y actores sociales con alta rendición de cuentas, a través de actividades de inves-tigación, capacitación, promoción y otros mecanismos.

• Incidencia en políticas públicas: debate, cabildeo y propuestas a nivel nacional e internacional, hacia go-biernos, organismos intergubernamentales, ONG internacionales, sector académico y otros actores re-levantes.

562+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Uruguay

Sus directivos, Fernando Barreiro y Anabel Cruz han sido los primeros investigadores en estudiar a las Organizaciones no Gubernamentales en el Uruguay. Su estudio pionero (Barreiro y Cruz, 1988) sobre el rol de las ONG´s en la aper-tura democrática uruguaya es la primera reflexión en el país sobre estos temas y ha tenido efectos perdurables en la in-vestigación sobre las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) y se relación con el Estado.

En sus más de 25 años de historia, ICD ha mantenido un registro actualizado sobre este tipo de organizaciones en el Uruguay, siendo una fuente confiable de información sobre su organización y recursos disponibles. En los últimos años, ha aportado esta información al Programa Rendir Cuentas definido como una iniciativa regional de la sociedad civil para la transparencia y la rendición de cuentas. En el estudio realizado en el año 2012, se relevaron 102 OSC uruguayas.

ICD es parte de varias redes regionales y fundadora de la Asociación Nacional de Organizaciones No Gubernamentales (ANONG). Entre sus acciones preferenciales se encuentran las campañas para la promoción de derechos y el cabildeo con actores políticos y gubernamentales, siempre desde estudios e investigaciones previas, fomentando un debate informado sobre los temas.

Se definen como una Organización de la Sociedad Civil (OSC) y no como un think tank puro. Expresa una de sus investigadoras:

563+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Uruguay

“ICD no es un think tank puro, porque los think tank investigan,

producen conocimiento, inciden, pero no tienen mucho vínculo

con las “bases”. Nosotros tenemos un vínculo con la sociedad civil

organizada. No solamente los estudiamos, producimos informa-

ción, sino que tenemos otro tipo de vínculos. Le damos mucha

importancia a la escucha en terreno, al trabajo directo, al trabajo

con los beneficiarios. Estamos muy cerca de las bases, del territo-

rio. No somos proveedores de servicios pero sí tenemos relación

con beneficiarios. En la generación de procesos, de herramientas.

Un ejemplo: participamos de una investigación en 10 países sobre

la situación de la transparencia y la rendición de cuentas de las

OSC. Muchas de las recomendaciones fueron la falta de herramien-

tas, por ejemplo, proponemos la autorregulación a través de rendir

cuentas.” (A. Bettoni, comunicación personal, 9 de Diciembre de

2013)

Han mantenido una proporción relativamente alta de finan-ciamiento de fuente internacional. Los fondos públicos que reciben no superan el 10% de su presupuesto porque han procurado mantenerse alejados de la provisión de servicios al Estado uruguayo. Buena parte de sus tareas incluyen ac-ciones de formación y capacitación.

Sus áreas principales de trabajo son la transparencia y la rendición de cuentas de las organizaciones de la sociedad civil (OSC) siempre desde una perspectiva de hacer visi-ble al sector. Destacan el trabajo realizado con la Mesa del Voluntariado convocada por el MIDES aportando investiga-ción que ha culminado en varias publicaciones.

Según su directora Anabel Cruz, la incidencia es parte fun-damental de su trabajo:

564+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Uruguay

“Nos preocupa la incidencia. Hacemos investigación y consulto-

ría, en el sentido de estudios específicos, y también capacitación.

Hacemos acciones de cabildeo. Nuestro trabajo se concentra en el

diagnóstico de problemas y su incorporación en la agenda públi-

ca. El posicionamiento de las Organizaciones de la Sociedad civil.

Los primeros años hicimos un trabajo de visibilización del sector.

El aporte de ICD en términos de investigación, en términos con-

ceptuales, fue el estudio de la sociedad civil y sus organizaciones.

Y ahora trabajamos fuertemente en participación. Trabajamos por

la identidad del sector, fundamos ANONG (Asociación Nacional

de Organizaciones No Gubernamentales), luchamos mucho por la

construcción de un espacio colectivo para estas organizaciones, y

eso es también un trabajo de incidencia. ” (A. Cruz, comunicación

personal, 9 de Diciembre de 2013).

Y con relación al financiamiento, señala:

“No hemos cambiado de rumbo porque quisiéramos recibir fondos

estatales. Hemos establecido convenios para trabajar los temas de

participación, de fortalecimiento institucional de organizaciones

de la sociedad civil. Hemos mantenido la misión institucional.” (A.

Cruz, comunicación personal, 9 de Diciembre de 2013).

Esta organización dispone de un equipo de trabajo estable relativamente pequeño pero que ha tenido gran continuidad a lo largo del tiempo. El equipo se amplía y contrata recur-sos externos pero vinculados cuando obtiene financiamiento para proyectos, especialmente con recursos del exterior, siendo bastante exitoso en el acceso de dichos fondos.

Definen a su relacionamiento con las universidades como de cooperación, aunque no disponen de ningún convenio

565+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Uruguay

específico. Muchos de los vínculos, aun con universidades nacionales, se dan por la participación en redes interna-cionales. Señalan que muchos de los relaciones se dan por vínculos con personas específicas, tanto en Uruguay como en el extranjero, que se expresa en el trabajo conjunto en proyectos, así como la realización de seminarios y cursos. De todos modos, las entrevistadas señalan que:

“Las universidades son muy autocentradas, se miran mucho el om-

bligo, y dan poca importancia a la sociedad civil. En otros países

la situación es diferente, valoran que seas profesional y sepas del

tema.” (Entrevistas citadas).

b) Instituto de Educación Popular “El Abrojo”

El Abrojo es una Organización no Gubernamental funda-da en el año 1988 dedicada fundamentalmente al combate de la pobreza y la exclusión social en el país. Con un inicio dedicado fundamentalmente a actividades de capacitación y formación de jóvenes desertores del sistema educativo, ha evolucionado a un rol activo en la discusión y el diseño de políticas públicas, en particular en el campo social.

Para varios analistas de políticas, jugó un papel impor-tante en la creación del Ministerio de Desarrollo Social (MIDES) durante el Gobierno de Tabaré Vázquez, prime-ra administración del Frente Amplio. En este sentido fue relevante la publicación coordinada por su entonces direc-tor, Gustavo Leal en el año 2003, denominada “Exclusiones y Ciudadanías: Ideas nuevas para problemas viejos” en la que se analiza en profundidad los problemas sociales que

566+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Uruguay

están ocurriendo en Uruguay como consecuencia de la cri-sis económica de esos años, y la necesidad de implementar políticas en el campo social.

En su misión, la organización El Abrojo se plantea como aspiración ser:

“…idea y acción, y que ambos elementos constituyan un diferencial

y un aspecto distintivo de nuestra organización en el concierto de

las ONG´s. Es decir, queremos una organización que se proponga

intervenir en la realidad a partir de acciones, proyectos y activida-

des concretas. Pero también creemos necesario actuar en el debate

público, político y académico de las temáticas relacionadas con las

políticas sociales, los derechos humanos y la construcción de es-

pacios cada vez más amplios de ciudadanía. Esto sin duda nos

enfrenta al desafío de participar en escenarios de debate, desplegar

estrategias para ser referencias conceptuales en determinadas te-

máticas y dar a conocer nuestro trabajo difundiéndolo con claridad

a través de estrategias discursivas comunes.”

Pedro Delprato, uno de sus directivos señala que en El Abrojo predomina un perfil de ONG pero les preocupa la incidencia:

“En cuanto a trabajar desde la incidencia, siempre. Es la identidad

que le hemos querido dar a la institución y parte de nuestro co-

metido, el objetivo es incidir en las políticas públicas. Cuando nos

miramos hacia adentro, no nos sentimos tan así. Cuando salimos

afuera nos damos cuenta que aportamos bastante más de lo que

pensamos. Sentimos una diferenciación, la salida de gente hacia

el Estado ha generado una sensación de vaciamiento desde la so-

567+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Uruguay

ciedad civil.” (P. Delprato, comunicación personal, 30 de Agosto

de 2013)

Desarrolla un conjunto importante de programas en el campo de las adicciones, la formación socio-laboral y de habilidades para la vida, la recreación y el tiempo libre, así como en temas ecológicos. Dispone de más de cien pro-fesionales en su equipo, mucho de los cuales se dedican a actividades de capacitación y promoción social, aunque algunos logran desarrollan algunas actividades de investi-gación asociadas a las líneas de acción en las que trabajan.

Para el desarrollo de estas actividades, ha suscripto con-venios con un número significativo de entidades estatales nacionales (Ministerio de Desarrollo Social, Instituto del Niño y el Adolescente en el Uruguay, Junta Nacional de Drogas), departamentales (Intendencias de Montevideo y Flores), paraestatales (Instituto de Formación Profesional) así como empresas privadas (Telefónica de España, Movistar Uruguay). El 70% de su financiamiento proviene del Estado, tanto del gobierno central como de los departamentales. Ha disminuido la cooperación internacional y ha aumentado el financiamiento de empresas privadas, en particular por el apoyo recibido por Telefónica para su programa Pro Niño. Su presupuesto en el año 2012 superó los US$ 3 millones.

Es interesante destacar que en el año 1998, El Abrojo hizo un ejercicio de planificación estratégica y decidieron diver-sificarse institucionalmente, creando una Fundación para trabajar con la diáspora uruguaya, una cooperativa de traba-jo y servicio para dar continuidad a las personas en proceso de formación para el empleo y un instituto de formación

568+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Uruguay

(Fundación Instituto de Altos Estudios - IAE). Respecto de este Instituto el director entrevistado explicó:

“El IAE se planteó cómo transformar los conocimientos que se

generaban a través de la sistematizaciones de El Abrojo en apren-

dizajes hacia un espacio más académico. Estaba formado por

instituciones: Centro de Formación en Educación especializada,

IELSUR y en algún momento la Universidad para la Paz. La idea

era hacer tanto docencia como investigación. El objetivo era sacar

los aprendizajes desde lo cotidiano y generar contenidos académi-

cos. Había tres compañeros encargados de llevar adelante estas

ideas. Su auge fue entre el 2004 y el 2008. Se hicieron estudios a

nivel internacional. La gente que estaba en esto ahora está en la es-

fera del gobierno, lo que implicó desarmar la estructura. Creo que

no nos dio el cuerpo para darle continuidad a eso.” (P. Delprato,

comunicación personal, 30 de Agosto de 2013)

Varios de sus cuadros directivos han sido reclutados por los gobiernos del Frente Amplio, lo que es vivido con algunas dificultades por los actuales responsables, en la medida que consideran que han perdido “acumulación” en términos de investigación y reflexión crítica sobre su accionar en el cam-po de las políticas sociales.

El Abrojo ha sido protagonista de algunas políticas y progra-mas relevantes en el país, destacándose su reflexión en el tema de adicciones y drogas, así como el Programa Maestros Comunitarios. Con las universidades interactúan cuando son convocados, en particular en espacios institucionalizados. Valoran estos espacios, aunque señalan como dificultad la diferencia en el manejo de los tiempos. Indica el entrevistado:

569+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Uruguay

“Los tiempos que tenemos las ONG no son los tiempos de las uni-

versidades. Nuestros tiempos son más rápidos en los que tenemos

que dar cuenta de las actividades. La universidad tiene su propio

calendario de clases y su agenda de investigación que no siempre

coincide con nuestros tiempos y prioridades. Colaboramos en el

tema de pasantías pero los formatos de práctica no siempre coinci-

den con los tiempos nuestros. Es un tema que se podría involucrar

más en cómo compatibilizar las prácticas de estudiantes con los

proyectos de las instituciones. El acceso a financiamiento para ha-

cer investigación está muy fragmentado para lograr generar los

recursos. Tenés que conseguir a la persona justa en el lugar justo

para proponer alguna investigación, o nosotros conseguir finan-

ciamiento para hacer investigación dentro del proyecto, hay que

derivar recursos internamente, y no como interacción entre insti-

tuciones. En general vinculamos algún investigador universitario

pero como desarrollo propio.” (P. Delprato, comunicación personal,

30 de Agosto de 2013)

c) Centro de Investigaciones Económicas (CINVE)

El Centro de Investigaciones Económicas (CINVE) inició sus actividades en 1975. Fue un espacio de investigación creado por investigadores provenientes de la Universidad de la República durante el gobierno militar. Se define como una organización no gubernamental independiente, no rela-cionada con ninguna asociación gremial, religiosa o política. Se considera una institución “académica” privada. Sus ob-jetivos son:

• Promover y realizar investigación sobre la economía nacional, regional y mundial.

570+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Uruguay

• Contribuir al desarrollo de la ciencia económica.

• Capacitar recursos humanos en las áreas de su espe-cialidad.

CINVE realiza estudios e investigaciones, difunde los re-sultados de sus trabajos, organiza talleres, encuentros y seminarios, dicta cursos y programas de capacitación y es-pecialización y mantiene un programa de formación de jóvenes investigadores.

Según su Director Diego Aboal:

“Sin dudas nos vemos como un think tank. Somos un centro

Independiente de investigación y formación aunque con cierta

lógica de ONG. Intentamos llegar con las investigaciones que ha-

cemos, esto es, somos una mezcla en la que nuestra investigaciones

buscan tanto ser producción académica pero también con intención

de llegar a influir en la política.” (D. Aboal, comunicación personal,

28 de Agosto de 2013)

El centro cuenta con un equipo amplio y estable de inves-tigadores varios de ellos a tiempo total y otros a tiempo parcial. Prácticamente todos los investigadores son docentes universitarios, algunos en la Universidad de la República y otros en la Universidad ORT Uruguay. CINVE ha suscripto un convenio formal con esta universidad privada, por una complementariedad de intereses y para facilitar las activida-des docentes de sus investigadores.

571+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Uruguay

Su reclutamiento apunta a recursos que tengan nivel de doctorado y en áreas relacionadas con la economía y los métodos cuantitativos. Tienen como un itinerario ideal del proceso formativo de sus integrantes que definen de la si-guiente forma:

“Es difícil reclutar gente que ya tiene doctorado, pero también hay

un aspecto de la “filosofía de la institución” que no se aprende

luego. El proceso es que la gente que ingresa como asistente de

investigación, intentamos que vaya a estudiar afuera, y a una parte

de ellos intentamos atraerlos de nuevo a la institución. Es la forma

típica de reclutamiento de recursos humanos. En algunos casos ha

habido apoyo monetario, pero en general, el apoyo es haberle con-

seguidos contactos y colaborado con la obtención de becas”. (D.

Aboal, comunicación personal, 28 de Agosto de 2013)

CINVE participa de varias redes académicas y de investiga-ción, destacándose su participación en la Red MERCOSUR de investigaciones económicas. Ha realizado investigaciones y trabajos para múltiples organismos públicos de Uruguay y otros países, así como a varias agencias y organizaciones internacionales.

Su Director destaca la importancia de las vinculaciones in-ternacionales para el desarrollo del centro:

“Nuestro ámbito es la economía, y cada vez hacemos más cosas

a nivel internacional, cada vez más ejecutamos proyectos a nivel

internacional. Por ejemplo, estamos terminando un proyecto finan-

ciado por el IRDC, y estamos coordinando otro con el BID a nivel

de ocho países. El proyecto es sobre innovación y productividad.

572+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Uruguay

Hemos trabajado en Paraguay, y realizamos actividades con una

organización del Reino Unido. Es una estrategia explícita la interna-

cionalización. Aún para competir localmente precisás posicionarte

en el nivel internacional. Incluso en materia de publicaciones, trata-

mos de publicar en revistas internacionales, y es una estrategia que

hace parte de un posicionamiento internacional. La competencia es

cada vez mayor, algunas políticas de la ANII y el S.N.I. han mar-

cado eso, y por eso tenemos una política explícita de ir más hacia

lo internacional. Eso aumenta el pool al que podemos acceder.” (D.

Aboal, comunicación personal, 28 de Agosto de 2013)

Varios de los investigadores de CINVE ocupan cargos de responsabilidad política en el gobierno actual, siendo el más destacado el primer Ministro de Economía y Finanzas de la administración Mujica (2010 – 2013), el Dr. Fernando Lorenzo. La institución señala que mientras ocupan cargos de gobierno, los investigadores quedan en suspenso en la organización sin realizar actividades.

Es interesante el análisis realizado por Gabriel Oddone, investigador de CINVE y consultor en la consultora CPA Ferrere sobre el problema del reclutamiento gubernamental de investigadores en centros independientes:

“Conozco el caso de CINVE cuando Fernando Lorenzo ingresó

al gobierno. Fernando fue un fundamentalista de no desmante-

lar CINVE porque conocíamos la experiencia de CIEPLAN con

la llegada de la Concertación al gobierno en Chile y cómo había

sido desmantelada. CIEPLAN es la institución prima hermana de

CINVE en Chile, para nosotros es una institución de referencia,

todos ellos muy amigos nuestros. Fernando fue radical y prometió

no llevarse a los cuadros jóvenes que eran los más atractivos por

573+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Uruguay

ocupar funciones de apoyo al rol que iba a prestar. Hubo alguna

persona que se llevó pero fundamentalmente porque no querían

seguir en CINVE. Algunos ingresos al gobierno fueron de cuadros

más senior”. (G. Oddone, comunicación personal, 22 de Octubre

de 2013)

Y luego ejemplifica respecto a cómo se da el tema del reclu-tamiento de cuadros por los gobiernos:

“Un ejemplo vinculado a CINVE es el de la reforma tributaria. En el

equipo que estuvo trabajando en el diseño de un sistema tributario

estuvo gente de CINVE como Carlos Grau. ¿Por qué fue convocado?

¿Por qué CINVE tenía una reflexión acumulada y una demarca-

ción clara sobre qué hacer en materia tributaria? No, fue porque

Grau era profesor en la UDELAR de finanzas públicas, tenía cosas

publicadas sobre temas tributarios y eficiencia del gasto, y por eso

fue convocado en un equipo que iba a haber otros economistas y

“tributaristas”. Esto fue más frecuente en el primer gobierno del

FA que en gobiernos anteriores o el actual. Entre el entusiasmo de

intelectuales y profesionales de izquierda y una agenda reformista

en varias áreas y había un espíritu fundacional. Terminó reclutando

a varias personas para los procesos de reforma de salud y tributaria.

(G. Oddone, comunicación personal, 22 de Octubre de 2013).

De todos modos, CINVE mantiene un conjunto calificado de investigadores en sus planteles, varios de ellos en el Sistema Nacional de Investigadores del Uruguay.

574+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Uruguay

Con relación a los vínculos con las universidades sostiene su director:

“Tenemos en general una relación de cooperación, pero que nor-

malmente no está institucionalizada sino que ocurre a nivel de

investigadores. El único convenio formal es con la Universidad

ORT. Hemos compartido proyectos, seminarios e investigaciones

con la Universidad de la República. Ha sido más colaboración entre

investigadores que entre instituciones. No tenemos relacionamien-

to formal que vaya por las autoridades sino entre los investigadores.

Las relaciones son tanto competencia como de cooperación. Hay

competencia, hay llamados en los que competimos. Las relaciones

son tema a tema, y entre investigadores. Hemos hecho publica-

ciones conjuntas: investigadores que son docentes universitarios,

proyectos conjuntos, seminarios y estudios conjuntos.” (G. Oddone,

comunicación personal, 22 de Octubre de 2013).

Y reflexiona:

“A veces es más fácil cooperar con una universidad privada que con

la Universidad de la República. En la segunda tiene que pasar por

muchos ámbitos y por ende, pasa por más vetos. Depende de las

autoridades, y el decano actual es más fácil. Pero siempre hay una

carga burocrática mayor en la UDELAR. Es complicado cooperar

en forma formal. Que haya más densidad de investigación en la

UDELAR ayuda a que tengamos más actividades en conjunto, te-

nemos más posibilidad de interactuar con gente interesante, que

hace cosas parecidas a las que hacemos nosotros. Los incentivos

son cada vez mayores a jugar en ligas internacionales y en la fronte-

ra del conocimiento. Los incentivos vienen dados por la ANII pero

también por la competencia internacional, incluso proyectos del

575+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Uruguay

BID y otros son cada vez más exigentes con el curriculum. Tratamos

de reaccionar acorde a eso.” (G. Oddone, comunicación personal,

22 de Octubre de 2013).

d) Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (CERES)

El Centro de Estudios de la Realidad Económico y Social (CERES) fue creado en el año 1985, año del regreso de la democracia en el Uruguay. Desde una perspectiva interna-cional, es el centro de investigación uruguayo más parecido al modelo anglosajón think tank, tanto en sus fuentes de financiamiento que provienen de empresas y de la venta de servicios de consultoría, como en su esfuerzo de inde-pendencia con relación a sectores políticos y sociales, sin perjuicio de un sesgo liberal en su mirada de la economía y la política.

CERES se define a sí mismo como un centro de investigación independiente y sin fines de lucro, dedi-cado al análisis económico de las economías de América Latina, al diseño de políticas públicas y a promo-ver su debate a nivel local y en foros internacionales.

Un rasgo típico de este centro es su accionar más allá de Uruguay dada la pequeña escala del país y de esa manera ampliar sus posibilidades de financiamiento.

576+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Uruguay

Como expresa su Director Ernesto Talvi:

“El objetivo de CERES es aportar ideas relevantes para mejorar la

calidad del debate público y de la formulación de políticas públicas,

a través de un análisis innovador, riguroso e independiente.” (E.

Talvi, formulario, 5de Diciembre de 2013).

Es un centro de investigación especialmente preocupado por realizar análisis, formular propuestas y plantear opi-niones sobre asuntos claves de la agenda pública. CERES organiza, dos veces al año, la presentación de Informes de Coyuntura de amplia repercusión pública, y su Director, Ernesto Talvi es habitualmente consultado por medios de prensa sobre temas de relevancia económica y social. En los últimos años, han expandido su espectro de temas de análisis especialmente en los campos de la educación, la se-guridad ciudadana y la calidad institucional, por los desafíos que enfrenta el Uruguay en dichos ámbitos.

Su equipo de investigación es relativamente pequeño con dos investigadores senior y un conjunto de investigadores junior, algunos de los cuales se encuentran en proceso de formación fuera del país. Un investigador senior está en el Sistema Nacional de Investigadores en el Uruguay. Su planta se ensancha para la ejecución de proyectos con finan-ciamiento específico, reclutando investigadores reconocidos tanto en el país como en el extranjero, dado el prestigio del que goza la organización.

Su vínculo con el sistema universitario lo define como de “cooperación con independencia” y se concreta en investi-

577+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Uruguay

gaciones, proyectos y publicaciones. En este sentido destaca su director:

“Contar con un cuerpo de investigadores full time, que dictan clases

a nivel de postgrado y que tiene contactos fluidos con prestigio-

sas universidades del exterior, es un insumo fundamental para el

desarrollo de vínculos con instituciones universitarias”. (E. Talvi,

formulario, 5de Diciembre de 2013).

Sin embargo, tiene definido como política:

“CERES sólo permite la docencia universitaria como trabajo

complementario y sin distinguir entre universidades. Esta deci-

sión queda a criterio del investigador”. (E. Talvi, formulario, 5de

Diciembre de 2013).

En el Informe “Global Go To Think Tanks Report and Policy Advice 2012” del Programa de Think Tanks y Sociedad Civil de la Universidad de Pennsylvania (McGann, 2013) CERES ocupa el lugar 132 en el mundo, el 5° en Latinoamérica y el puesto 36 de los especializados en Política Económica.

En la estrategia de la institución es fundamental el vínculo con académicos de instituciones universitarias de Estados Unidos y Europa, lo que facilita, entre otras cosas, que mu-chos de los investigadores en proceso de formación, accedan a postgrados en reconocidas universidades internaciona-les. Ha suscrito un convenio con la Brookings Institution de Washington DC.

578+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Uruguay

CERES jerarquiza la independencia en su acción investiga-dora y pública. En este sentido, señala su director:

“Ocupar cargos de gobierno o tener actividad político partidaria es

incompatible con el trabajo en CERES. Este es un aspecto funda-

mental para garantizar la independencia de la institución.” (E. Talvi,

formulario, 5de Diciembre de 2013)

e) Centro Latinoamericano de Economía Humana (CLAEH)

El CLAEH fue fundado en el año 1957 bajo la inspiración doctrinaria de la corriente de Economía y Humanismo pro-movida por el P. Louis Joseph Lebret. Desde su creación, el CLAEH ha conjugado la investigación científica interdis-ciplinaria y la intervención social, con debates dirigidos a proponer políticas públicas. A lo largo de su extensa trayec-toria ha cumplido un rol destacado en el desarrollo de la investigación y la docencia en las ciencias sociales y huma-nas en el país. En sus inicios, fue un espacio de elaboración de pensamiento cercano a la Democracia Cristiana en el Uruguay, con la presencia señera del entonces líder de dicho partido político y figura fundacional de las Ciencias Sociales en el país, el Arq. Juan Pablo Terra.

Durante el gobierno militar (1973 – 1985) fue un reducto de pensamiento independiente en el que recalaron diver-sos investigadores excluidos de la estatal Universidad de la República. Al regreso de la democracia y con apoyo de orga-nismos internacionales desarrolló investigaciones y estudios relevantes para el país.

579+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Uruguay

Son varios los aportes del CLAEH a la política y las políti-cas en el país. Siguiendo los estudios de Juan Pablo Terra, el centro ha aportado reflexiones sobre el Uruguay rural y luego en la temática de desarrollo regional y local, en temas de pobreza e infancia así como en las políticas sociales. Por otra parte sus investigaciones sobre el sistema de partidos y el parlamentarismo han tenido consecuencias no solamente en la academia politológica sino que también en el debate político y constitucional del país.

Su Director Académico, Néstor Da Costa, responde a la con-sulta si el CLAEH es un centro de investigación:

“Con relación al rol del CLAEH como think tank habría que hacer

un balance y entornando la vista, diciendo, bueno el CLAEH en 50

años, sin importar en qué formato, en que volcó sus capacidades.

Te empiezan a reconocer como think tank sin que vos tengas mu-

cha idea de qué son y cómo funcionan, no era tanto la imagen que

proyectabas, sino la mirada sobre vos que hacían otros, pero entre

la imagen y la mirada es donde se define la identidad. Por mucho

tiempo el CLAEH estuvo instalado también en ese rol, pero nunca

de forma exclusiva. (N. da Costa, comunicación personal, 22 de

Agosto de 2013).

Como consecuencia de la aprobación de una regulación que admitió el desarrollo de instituciones universitarias privadas, en el año 1998 decidió constituir un Instituto Universitario con una oferta de programas de posgrado en sus áreas de trabajo en los campos de las ciencias sociales y las humanidades. En el año 2005, da un giro en su estra-tegia institucional y abre carreras de grado, en Montevideo

580+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Uruguay

la Licenciatura en Gestión Cultural, y en Maldonado, pri-mero con la carrera de Medicina, siendo la primera y única institución universitaria privada en este campo, y luego con Derecho. Durante este tiempo, continua con actividades de investigación y desarrollo en el campo social.

Analizando esta evolución, señala uno de sus investigado-res:

“El CLAEH fue, primero, centro independiente de investigación,

durante los tiempos de la dictadura y del auge de la cooperación

internacional fue más cabalmente una ONG, cuando la expresión

ONG estaba en su apogeo. Desde el año 1997 somos un centro

universitario que no quiere abandonar su condición de centro de

investigación y ONG. Nosotros queremos ser una universidad di-

ferente a las que hay en el Uruguay que no deja por el camino,

ninguna de sus acumulaciones. Hoy queremos ir hacia la consoli-

dación de una institución plenamente universitaria, pero tomando

en cuenta esta tradición; la tradición de las relaciones con la socie-

dad, con las redes de actores sociales, con programas, en relación

con gobiernos locales, manteniendo la independencia de la insti-

tución. Cuando el CLAEH se constituye en Instituto Universitario,

no cambia su personería jurídica, sí se tuvo que hacer un reajuste

de estatuto importante, hubo una discusión interna muy fuerte. (J.

Rilla, comunican personal, 22 de Agosto de 2013).

Si bien es hoy una institución universitaria, el CLAEH no ha perdido ni su naturaleza de OSC desarrollando un número importantes de actividades en convenio con organizacio-nes estatales ni su perfil de centro de investigación con influencia en el debate de políticas. Esto ha dado lugar a im-

581+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Uruguay

portantes discusiones y análisis internos sobre el desarrollo institucional futuro.

El investigador entrevistado evalúa las consecuencias del derrotero institucional:

“La experiencia del CLAEH en el campo de la educación superior

es un camino raro el que hace. Viene de la investigación, su capital

principal es la investigación, había hecho formación en educación

superior en la dictadura pero sobre la base de la investigación.

Empieza el camino universitario en 1997 con postgrados, una cosa

rara, eso tiene una explicación que es que venía de la investigación

y vos podes tener postgrados si tenés investigación, si no, después,

a medida que se nos fue acogotando el cuello en términos de re-

cursos, los postgrados tenían poca capacidad de renovación y la

investigación se iba empobreciendo (ya se tenía menos margen y

había aparecido la competencia de las universidades principalmen-

te de le UdelaR, que fue perjudicando todas las iniciativas), y se

pasó de postgrado a grado con medicina, derecho y gestión cultural.

Es un itinerario curioso pero bastante interesante como aporte a la

educación superior.

El resultado es: “nosotros hoy no tenemos nada que respal-de a la institución más allá que la gente que es alumna, no tenemos una empresa, no tenemos un partido político, no tenemos una iglesia, no tenemos una organización social fuerte, un logo empresarial o una colectividad, nada. Eso te da mucha independencia, pero a la vez te da mucha debili-dad.” (J. Rilla, comunican personal, 22 de Agosto de 2013).

582+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Uruguay

El cambio operado en la institución, le plantea algunos de-safíos importantes, tanto de identidad como de visibilidad pública. Eso afecta su relacionamiento con otras institucio-nes universitarias. Sostiene el entrevistado:

“Nosotros, desde el punto de vista de las relaciones con las uni-

versidades nacionales tenemos una dificultad que es la de nuestra

propia naturaleza Es muy difícil explicar en el mundo qué es el

CLAEH, es muy difícil de explicar en el mundo académico, es muy

difícil de explicar en el mundo universitario, es muy difícil de ex-

plicar en el mercado también, nosotros vivimos de las matrículas.

Para que un padre diga “Yo le voy a pagar la carrera a mi hijo” ya

sea en medicina o gestión cultural y pregunta “¿y esto qué es?”,

bueno señor, es un instituto universitario, nosotros ya ahí tenemos

un problema que inmediatamente repica en la relación que noso-

tros tenemos con las demás universidades, que refuerza a veces los

perfiles de competencia y de cooperación. Estamos muy atentos a

lo que hacen los otros, tratamos de no duplicarlo.” (J. Rilla, comu-

nican personal, 22 de Agosto de 2013).

El 95% de los ingresos del CLAEH hoy provienen de la matrícula estudiantil de las carreras de grado, fundamen-talmente, y algo de postgrado. La investigación actual del centro está, fundamentalmente, asociada a las carreras que imparte.

En el Informe “Global Go To Think Tanks Report and Policy Advice 2012” mencionado (McGann, 2013), el CLAEH ocupa el puesto 16 en Latinoamérica.

583+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Uruguay

Su Revista “Cuadernos del CLAEH” es la decana de las re-vistas académicas de Ciencias Sociales en el Uruguay y tiene un reconocido prestigio regional e internacional. Se ha man-tenido a lo largo de los años como un espacio de encuentro de los investigadores de las ciencias sociales en el país. La Revista es especialmente valorada por la institución:

“Al ser una revista arbitrada, tiene un valor apetente para esas per-

sonas que saben que tienen que publicar cada cierto tiempo. Si la

revista la sacáramos solo con la producción propia, que no creo que

fuera una opción válida, casi no saldría. Es un punto complicado.

Al mismo tiempo es un asset, un recurso para mantener la inves-

tigación, para mantener la imagen y mantener ciertas dinámicas,

como la formidable hemeroteca que tiene la biblioteca. Esas revis-

tas que llegan todas las semanas por canje es un capital enorme,

el reconocimiento que tiene una revista que tiene cien números es

muy grande.” (J. Rilla, comunican personal, 22 de Agosto de 2013).

5. Relaciones entre Centros de Investigación y Universidades: Cooperación y Competencia

a) Poca Formalidad, Muchos Contactos

Tres convenios entre centros de investigación y universi-dades se han identificado en el marco de este estudio, y solamente uno se encuentra activo.

El primer acuerdo, fue firmado entre los cinco centros de investigación independientes (CLAEH, CINVE, CIESU, CIEDUR y CIEP) y la Universidad de la República al

584+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Uruguay

regreso de la democracia en el país (Prates 1987). Sin em-bargo, este acuerdo, en la práctica no se encuentra vigente. Recuerda el ex Decano de la Facultad de Ciencias Sociales Jorge Landinelli sobre dicho período:

“Los centros privados de investigación que nacieron en la época au-

toritaria, fueron más bien un refugio de un quehacer intelectual que

había sido excluidos de los ámbitos universitarios, y cumplieron

esa función a cabalidad. Cuando se inicia el proceso de restaura-

ción democrática en el universidad, recuperación de la autonomía,

el criterio que predomina es el de no competir con esos centros,

sino establecer una coexistencia razonable y establecer vínculos

de vinculación e intercambio que entre otras cosas permitieron la

creación de una Facultad de Ciencias Sociales. No obstante, nunca

se llegó a un nivel de complementariedad entre la UDELAR/FCS

y los Centros; los centros mantuvieron con su actividad autónoma,

cosa que reivindicaron para no quedar subsumidos en el andamia-

je puramente universitario, y creo que era también voluntad de la

UDELAR de no avanzar en una sociedad con los centros que al-

gún modo condicionara su iniciativa. Hubo intercambio pero no

complementariedad ni asociación.” (J. Landinelli, comunicación

personal, 18 de Diciembre de 2013).

El marco normativo de la Universidad de la República y su dimensión y peso en la vida académica del país, dificultan los convenios con dicha institución. Señala José Rilla:

“Con la UdelaR es difícil jurídicamente, ¿verdad?, no hemos en-

contrado la forma de que se apruebe un convenio con un privado

que además sea una universidad, por más de que sea el CLAEH.

Van a decir que no está prohibido y que hay un convenio marco de

585+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Uruguay

la época de Samuel (Lichtenstein) pero de hecho no camina.” (J.

Rilla, comunicación personal, 22 de Agosto de 2013)

En sentido similar se expresa Luis E. González:

“Por la desmesura de la UDELAR frente a otros actores, se ve como

la institución dominante en la educación superior y la investigación

en el país, en una configuración de la que nadie es individualmen-

te responsable” (L. E. González, comunicación personal, 19 de

Diciembre 2013)

De todos modos, hay actores que ven en la institución cam-bios de actitud:

“Existía un celo profesional de la Universidad de la República de no

cooperar mucho en el pasado, pero hoy no es así. La colaboración

se da por la vía de los hechos. “(G. Oddone, comunicación perso-

nal, 22 de Octubre de 2013)

El segundo convenio fue firmado entre la Universidad Católica del Uruguay y el Instituto Universitario CLAEH. Incluyó un convenio marco de cooperación entre las insti-tuciones, y uno específico para el desarrollo de programas de postgrado conjuntos en las áreas del Desarrollo Local, la Comunicación Social y la Gestión Ambiental. Estas carreras universitarias se dictaron en alguna edición conjunta e incluso se presentaron para su reconocimien-to en el Ministerio de Educación y Cultura dos de ellas;

pero en la actualidad, se encuentran descontinuadas.

586+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Uruguay

Une a ambas instituciones una matriz común de valores y concepciones vinculadas a la Iglesia Católica, y comparten un número importante de académicas, pero en los últimos años no han desarrollado actividades ni de investigación ni de docencia en forma conjunta.

Reflexiona sobre estas experiencias, José Rilla fundador del CLAEH:

“¿Influyó mucho el gran desarrollo de la facultad de ciencias so-

ciales de la UdelaR en el cambio del CLAEH? Uno puede mirar

la evolución reciente del CLAEH donde hay todo una historia, y la

facultad de ciencias sociales de la UDELAR. El CLAEH es una de

las instituciones, de los centros de investigación que contribuyó a

la reactivación democrática de la Universidad de la República. Los

primeros seminarios sobre la transición se hicieron acá, y fuimos

partícipes de la reanimación universitaria. Yo diría que el CLAEH

sirvió de base a la animación del área social y política de la UDELAR

y de la Universidad Católica. Algunos se fueron del CLAEH para

terminar radicándose en la UDELAR en Humanidades, otros co-

laboraron en la fundación del Instituto de Ciencia Política, otros

hicieron lo mismo en la Católica. Perdimos mucha gente con la

Universidad Católica. No podría decir que perdimos a todas esas

personas, creo que en los dos casos ganamos, porque los vínculos

quedan, a veces mejores y a veces menos claros a nivel institu-

cional. La relación con la UCU ha sido sinuosa, más allá de las

personas, desde el punto de vista institucional ha sido con altas y

bajas. Hoy que estamos discutiendo desde ya hace más de un año

como vamos hacia constituirnos como una universidad nos vol-

vemos a plantear el tema de las alianzas, un tema larguísimo.” (J.

Rilla, comunicación personal, 22 de Agosto de 2013)

587+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Uruguay

El tercer convenio y el único vigente a la fecha, es el sus-cripto entre CINVE y la Universidad ORT Uruguay. Expresa sobre el mismo el Decano de la Facultad de Ciencias Sociales y Administración de dicha universidad:

“El convenio ORT – CINVE se gestó por la progresiva incorporación

de profesores de dicho Centro a la facultad, y por la complemen-

tariedad de objetivos. La visión que tenemos en la facultad es que

la investigación que debemos generar no sea apropiable, por de-

finición estamos muy lejos de la consultoría, como facultad. Eso

no quiere decir que individualmente no la hagamos. Por eso es

que recibimos exoneraciones de impuestos como subsidio públi-

co. Sin embargo, hay allí una complementariedad con centros e

investigadores que estuvieran haciendo investigación más aplica-

da. Los investigadores CINVE empezaron a dictar clases tanto en

la UDELAR como en la ORT, y empiezan a darse una comunidad

de intereses. Además CINVE tiene la necesidad, por las personas,

no por la institución, de generar espacios educativos (creo que lo

llamaron CINVE educativo). Tenemos cierto capital humano y co-

nocimiento para compartir, y allí nace el convenio para el desarrollo

de algunos programas. Algunos son desarrollados casi todo por

profesores de CINVE y otros con un mix, siempre con el régimen

estatutario de ser profesor de la facultad. En ese sentido es muy

complementario porque los think tanks no tienen la estructura para

la docencia. Al menos es una complementariedad teórica porque

las lógicas de funcionamiento son un poquito distintas. El convenio

ha sido beneficioso para ambas partes aunque nos hubiera gustado

hacer más cosas, pero lo que hemos hecho, lo hemos hecho bien.”

(G. Labadie, comunicación personal, 26 de Diciembre de 2013).

588+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Uruguay

De los 37 investigadores de CINVE, 20 son docentes uni-versitarios; de ellos, 15 son docentes de la Universidad de la República y 12 en la Universidad ORT, y es interesante de señalar que siete de ellos, además de investigar en CINVE, enseñan en ambas universidades en cursos de grado y post-grado.

La ausencia de convenios formales, no parece ser un obs-táculo relevante para la cooperación e intercambio entre los centros de investigación nacionales y las universida-des. En este sentido es relevante la afirmación realizada por el Decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de la República:

“Interactuamos pero los vínculos son poco institucionalizados.

Tiene que ver más con los cuerpos docentes que con la institución.

La cooperación sustantiva pasa por encima de los marcos legales.

Dentro del marco que disponemos se pueden hacer actividades

conjuntas, pero no es una política programada. No hay nada que

lo impida pero tampoco que lo fomente, en el contexto puede que

lo hagas pero por iniciativa de los involucrados. Hay proyectos en

que colaboramos con CINVE en la que cada uno pone investiga-

dores, en algún momento también se dio con CIEDUR. Muchas

veces sin acuerdos por escrito. Cooperación más informal porque

nuestros docentes tienen vínculos con estos centros. No todos nues-

tros docentes son de dedicación completa, tenemos docentes que

dan muy buenos cursos con pocas horas, y que desarrollan in-

vestigación en algunos de estos centros como CINVE y CIEDUR.

Nuestros docentes de grado que no son de dedicación total a veces

tienen un vínculo institucional con los centros que también están

intentando dar esa respuesta”. (R. Arim, comunicación personal,

9 de Diciembre de 2013).

589+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Uruguay

b) Escasez de Recursos Calificados, Competencia por ellos y Expectativas por Cambios en Curso

Una escasez relativa de recursos humanos calificados pro-duce competencia entre las universidades y los centros de investigación por ellos. Las restricciones observadas en materia de financiamiento por parte de los centros de in-vestigación limitan sus posibilidades de reclutamiento. Por otra parte, la Universidad de la República ha incrementado significativamente su presupuesto duplicando sus recur-sos en una década, lo que la he hecho más atractiva para académicos, especialmente quienes retornar luego de una formación de postgrado en el extranjero (Anuario Estadístico de Educación 2012).

Respecto de la pequeña escala de especialistas, señala Gabriel Oddone:

“Hay una situación de competencia entre las universidades y los

centros privados: la dotación de recursos humanos en Uruguay en

el área de la economía no es lo suficientemente grande como para

alimentar cuerpos docentes y de investigación en cuatro univer-

sidades y además think tanks potentes. Estamos hablando de una

comunidad trabajando en temas border line de políticas públicas as-

pectos académicos y profesionales, no somos 200 personas ni por

asomo, contando gente que todavía está en proceso de formación

terminando su formación doctoral o de maestría. Las universida-

des lo que terminaron haciendo es limitando el financiamiento

disponible para los k, lo que llevó a estos a reconvertirse, algunos

reclutando personas que compiten tanto con las universidades o

las consultoras. Lo que tenemos en Uruguay son académicos –

590+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Uruguay

consultores – profesionales todos integrantes de una comunidad

pequeña que se entrelazan en distintas instituciones, pero que en

el fondo un think tank puro no tenemos ninguno”. (G. Oddone,

comunicación personal, 22 de Octubre de 2013)

Las universidades están en una política expresa de aumen-tar sus dotaciones de recursos de investigación con altas dedicaciones horarias. En el caso de la UDELAR, en un año aumentó de 1.789 docentes investigadores con una dedica-ción de 40 horas o más a 2.139 (Anuarios Estadísticos de Educación años 2011 y 2012).

Sobre esta política se expresa el Decano de la Facultad de Ciencias Empresariales de dicha Universidad:

“Creo que hay un conflicto latente. Estamos migrando a docen-

tes con mayor dedicación y buscamos evitar el pluriempleo. La

Facultad está intentando que la concentración del docente de eco-

nomía esté en la Facultad, lo podemos hacer porque tenemos más

recursos y estamos tomando algunas medidas no muy simpáticas

que es el retiro por edad. Estamos incentivando que los docentes

nuevos tengan como principal adscripción institucional, la facultad.

Y eso va a generar algunos problemas a los centros. No sé cuánto

espacio para conseguir financiamiento existe en el país, y cuando

una institución fuerte, que es un elefante pero camina, empieza a

reclutar jóvenes académicos que vienen del extranjero y desde allí

armar proyectos, no sé si no va a obligar a reformular el rol los

think tanks hoy como están funcionando. Qué cambió. Hoy tene-

mos recursos escasos, pero no tanto. Tenemos más dedicaciones

totales pasando de dos a casi 30. Todos con perfiles parecidos des-

de el punto de su carrera: treinta y pico de años, con doctorados,

en el inicio de su carrera académica. Ahora incluso, tienen capaci-

591+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Uruguay

dad de elegir. Antes, para construir un ingreso, se tenía que tomar

todo lo que se ofreciera”. (R. Arim, comunicación personal, 9 de

Diciembre de 2013).

La competencia por recursos humanos también implica debates sobre los espacios que universidades y centros de investigación deberían ocupar y si se pudieran dar una com-plementariedad entre las actividades de los mismos. Expresa el Decano de la Universidad ORT Uruguay:

“En Uruguay la escala es tan chica que a veces una misma persona

conjuga roles que en otro país estarían segmentados entre varios

investigadores universitarios, varios think tanks y consultores entre

los que se dan diálogos y polémicas. En nuestra universidad bus-

camos que la investigación no esté orientada (o menos) a política

pública. Más ortodoxamente investigación y menos vinculada a la

orientación a políticas. Es bastante sorprendente, pero tiene que

ver con una mayor presencia de docentes full time”. (G. Labadie,

comunicación personal, 26 de Diciembre de 2013).

El Decano de la UDELAR avizora un cambio de roles de la investigación universitaria como consecuencia de los cam-bios en curso:

“Hay que reconocer que hay algunas cosas que ellos hacen que no-

sotros no hacemos, y hay algunas cosas que nosotros hacemos en

competencia con ellos, que no deberíamos hacer. La UDELAR va a

ir migrando a los espacios que tradicionalmente ocupan académi-

camente las universidades en el mundo, y va a dejar espacios que

podrán ser ocupados por los think tanks en el ámbito profesional.

Los think tanks tienen algo para decir en esos temas”. (R. Arim,

comunicación personal, 9 de Diciembre de 2013).

592+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Uruguay

Sin embargo señala, como lo hacen otros actores, que estos cambios generan mayores oportunidades de colaboración entre las instituciones:

“Es dificultoso tener cooperación si tenés cuadros que son docentes

taxis con 5 horas de dedicación semanal, es probable que tengas

más posibilidades cuando tengas más docentes con mayor dedi-

cación. Es importante reconocer que hay masas críticas en ambos

lados que pueden dar a proyectos conjuntos. De la misma manera

que un investigador trabaja con investigadores de otras universi-

dades, no hay ningún problema que lo haga con uno de un centro

de investigación independiente. Está empezando a pasar, y está

bien que suceda. Es reconocer al otro como par. Se han hecho

seminarios, publicaciones conjuntas, artículos de investigadores

que señalan sus respectivas afiliaciones institucionales, proyectos

compartidos un poco más”. (R. Arim, comunicación personal, 9

de Diciembre de 2013).

En sentido coincidente, se manifiestan los directores de CINVE y CERES:

“Que haya más densidad de investigación en la UDELAR ayuda a

que tengamos más actividades en conjunto, tenemos más posibili-

dad de interactuar con gente interesante, que hace cosas parecidas

a las que hacemos nosotros. “(D. Aboal, comunicación personal,

28 de Agosto de 2013)

593+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Uruguay

“Contar con un cuerpo de investigadores full time, que dictan clases

a nivel de postgrado y que tiene contactos fluidos con prestigio-

sas universidades del exterior, es un insumo fundamental para el

desarrollo de vínculos con instituciones universitarias.” (E. Talvi,

formulario, 5 de Diciembre de 2013).

Concluye Oddone sobre las dinámicas en curso:

“La existencia de mayores dinámicas de investigación y más recur-

sos en las universidades implica que se está retaceando recursos

hacia los think tanks que no tienen ya la ventaja comparativa de

mayores remuneraciones. Esto implica una rivalidad. También que,

en la medida que las universidades están alojando comunidades

académicas más sólidas y más densas, aquella sensación que ha-

bía que la UDELAR no tenía una agenda de investigación, y que

implicaba, desde los Centros de Investigación, mirarla con cierto

desdén, había un efecto de selección adversa, porque las malas

remuneraciones implicaban que los que estaban en la UDELAR,

con honrosas excepciones, no eran los más destacados. Esto hoy no

pasa. Lo que más importa es que al final del día hay una comunidad

de gente investigando que a veces se solapan y que se superponen,

en las que hay una referencia permanente, y procesos de consultas,

compartiendo bases y fuentes o visiones, y compartir resultados por

seminarios o ámbitos de intercambios. No jalonados por políticas

institucionales sino por iniciativas individuales de personas que

se conocen, trabajan juntos. Muchas veces hoy están cooperan-

do y mañana compitiendo. El conocimiento de las personas y los

investigadores es hoy un factor fundamental. La razón por la que

hay cooperación en el mundo de los economistas es que todos nos

conocemos y tenemos una relación relativamente buena. Hay una

generosidad razonable entre las instituciones”. (G. Oddone, comu-

nicación personal, 22 de Octubre de 2013)

594+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Uruguay

c) Un Punto de Encuentro: la Estrategia de la Internacionalización

Los centros de investigación y las universidades uruguayas comparten una preocupación por fortalecer su presencia y vínculos internacionales. Esto ha favorecido contactos y colaboraciones entre las instituciones, en algunos casos pre-sentándose de forma conjunta a proyectos, y en otras, por ser partes de las mismas redes internacionales de colabo-ración.

Para los centros de investigación, la internacionalización ha sido parte de su apuesta competitiva. Expresa el director de CINVE:

“Es una estrategia explícita la internacionalización. Aún para com-

petir localmente precisás posicionarte en el nivel internacional.

Incluso en materia de publicaciones, tratamos de publicar en re-

vistas internacionales, y es una estrategia que hace parte de un

posicionamiento internacional. La competencia es cada vez ma-

yor, algunas políticas de la ANII y el S.N.I. han marcado eso, y por

eso tenemos una política explícita de ir más hacia lo internacional.

Eso aumenta el pool al que podemos acceder. Los incentivos son

cada vez mayores a jugar en ligas internacionales y en la frontera

del conocimiento. Los incentivos vienen dados por la ANII pero

también por la competencia internacional, incluso los proyectos

de los organismos internacionales son cada vez más exigentes con

el curriculum. Tratamos de reaccionar acorde a eso.” (D. Aboal, co-

municación personal, 28 de Agosto de 2013)

595+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Uruguay

Todos los centros de investigación entrevistados participan de redes internacionales de las que reciben conocimientos y experiencias en sus áreas específicas de trabajo. Estos víncu-los influyen también sobre las dinámicas de financiamiento empresarial. Como expresa Javier Pereira:

“Existe una nueva agenda en el que los vínculos de las universida-

des con las empresas juegan un rol clave. A las multinacionales

les viene mandato de la Casa Matriz, de aplicar nuevos modelos de

Responsabilidad Social Empresaria por los que ya no van a finan-

ciar una organización, sino que la preocupación es más amplia de

nivel país de sector de política pública. Buscan fortalecer al sector

a un campo de la política pública. El tema no es darle a algunas or-

ganizaciones, sino a generar políticas, obligando incluso al Estado

a involucrarse, cuando en muchos casos tiene poca capacidad de

rectoría. Esto implica crear redes involucrando universidades, orga-

nizaciones de la sociedad civil y expertos en políticas. Por ejemplo,

el caso de Telefónica con el trabajo infantil en toda América Latina”.

(J. Pereira, comunicación personal, 3 de Octubre de 2013).

596+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Uruguay

Recuadro 1La Investigación en Uruguay

Cantidad de centros de investigación del país:21 centros de investigación - Gallardo, Garcé y Ravecca (2009) – 102 OSC Rendir Cuentas (2012) 17 en el “Global Go To Think Tanks Report and Policy Advice 2012” (McGann 2013).

Cantidad de universidades del país:Cinco universidades (una estatal, cuatro privadas). Una pública recientemente creada con inicio 2014.Once institutos universitarios privados.

Número de investigadores por cada mil habitantes.3.169 investigadores (personas) - (RICYT 2010)Investigadores cada 1000 HAB – 0,95 (RICyT 2010)

Número de PhD en el país. Investigadores con PhD – 1.141

Número de publicaciones indexadas. SCI – 720 (RICYT 2010)SCIMAGO – 1.029 (SCIMAGO 2012)

Porcentaje de PBI usado en investigación. STA – 1,00% (RICYT 2010)I+D – 0,40% (RICYT 2010)

Nota. Fuente: elaboración propia con información de RICYT, 2011.(*) Información correspondiente al año 2010 obtenida de la Red de Indicadores de Ciencia y Tecnología – Iberoamericana e Interamericana (RICYT). Disponible en http://db.ricyt.org/query/UY/1990,2011/calculados Acceso el 8 de noviembre de 2013.(**) Información correspondiente al año 2012 de SCImago Journal & Country Rank. Disponible en http://www.scimagojr.com/countrysearch.php?country=UY&area=0 Acceso el 8 de noviembre de 2013.

597+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Uruguay

4. Conclusiones

Caminos de Continuidad para los Centros de Investigación Uruguayos

Los centros de investigación uruguayos han tenido una importante continuidad en el tiempo a pesar de los desa-fíos que se les han planteado en las últimas décadas, tanto por los cambios en su matriz de financiamiento como en su relacionamiento con el sistema universitario. En todos los casos estudiados, se observa que mantienen una voca-ción por la incidencia en el campo de las políticas públicas, buscando incorporar temas a la agenda nacional, así como aportar al debate público desde el conocimiento experto. Pero los caminos recorridos y las estrategias de adaptación han sido diferentes.

Los centros con un perfil más fuerte de Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC), como son los casos estudiados ICD y el Abrojo, presentan como desafío cómo lograr financia-miento para el desarrollo de actividades de investigación continuadas en el tiempo. En el caso de El Abrojo, su fi-nanciamiento proviene, fundamentalmente del Estado, vía programas de prestación de servicios sociales. Este mecanis-mo de financiamiento ha sido criticado por los especialistas. Señala Javier Pereira:

“El mundo de las OSC hay un parte aguas entre las organizacio-

nes que se financian casi exclusivamente con fondos públicos, y

en ese sentido el financiamiento público las coloca en un lugar de

meras prestadoras de servicios. Otras organizaciones han logra-

598+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Uruguay

do despegarse un poco de la dependencia de los fondos públicos

que les permite generar un mínimo estructura como para reflexio-

nar, innovar. Los fondos públicos para proyectos sociales no han

ayudado al desarrollo de los think tanks en Uruguay, porque refuer-

zan un rol para las organizaciones como prestadoras de servicios,

para la implementación de programas. En comparación, los llama-

dos de apoyo a la investigación en Chile no estaban direccionados

solamente a las universidades y centros académicos, también se

dirigían al mundo de la sociedad civil. (J. Pereira, comunicación

personal, 3 de Octubre de 2013)

Conscientes de esta dificultad, el ICD ha tratado de no re-currir a fondos públicos para la prestación de servicios. En este sentido, han apuntado más a la participación en redes y la obtención de recursos vía cooperación internacional. Esto les ha resultado posible debido a su pequeña estruc-tura estable de solamente dos investigadores permanentes de dedicación completa y un staff también relativamente pequeño, equipo que se amplía para proyectos concretos cuando obtienen financiamiento. Esto es más difícil para el Abrojo que cuenta con un equipo de más de 30 personas de los cuales 11 cumplen actividades de investigación, por lo que ha debido buscar formas de hacer transferencias in-ternas de recursos para sostener su equipo.

Un camino diferente ha sido el seguido por los Centros con un perfil mayor de investigación como CERES y CINVE, al punto que para algunos de los entrevistados, estos dos son los únicos verdaderos centros de investigación o think tanks en el país. A estos centros se les ha planteado el desafío de cómo mantener cuerpos estables de investigadores, muchas veces tentados por la estabilidad de los cargos universitarios.

599+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Uruguay

En este punto, resulta relevante la discusión existente en el país sobre la forma en que se financia la investigación. Por un lado, aparece como novedad el Sistema Nacional de Investigadores al que se han presentado investigadores de estas instituciones, logrando acceder al S.N.I cinco personas en CINVE y una en CERES. Sobre el instrumento expresa Oddone:

“El S.N.I., lo que va a terminar haciendo es mejorar la dotación

de recursos disponibles para las remuneraciones vinculadas a la

generación de conocimiento mediante recursos públicos que me

afianzan investigadores en la institución. Si lo evalúo por CINVE,

me permitió financiar a personas que de otra manera las tendría

que tener haciendo consultoría. Es probable que alguno de los

recursos más jóvenes difícilmente CINVE los hubieras podido re-

tener allí. El S.N.I. importa como un sistema de señalización para

el mercado laboral y profesional. Si se está allí es porque se está

actualizando de alguna manera.” (G. Oddone, comunicación per-

sonal, 22 de Octubre de 2013)

Por otro, aparece el riesgo de perder independencia, por obligar al centro a financiarse por la vía de la consultoría:

“Los think tanks logran la independencia por el profesionalismo de

sus miembros. Es un trabajo de calidad profesional, criticable con

lógicas profesionales. Es más fácil construir diálogos a través del

conocimiento tecnocrático, que a pesar de diferencias ideológicas,

tenés un lenguaje común, para hacer circulación del conocimiento

y recibir críticas. El financiamiento te condiciona. Las consultorías

hacen perder autonomía en la investigación.” (G. Labadie, comu-

nicación personal, 26 de Diciembre de 2013).

600+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Uruguay

En este sentido, Luis Eduardo González destaca la indepen-dencia de CERES:

“CERES es un think tank “con toda la barba” y responde a la imagen

de think tank. Mantiene la independencia con la viejísima regla de

“ordeñar varias vacas a la vez”. Logra el financiamiento de varias

empresas locales que contribuyen a su financiamiento, así como

por sus vínculos internacionales. Tiene una construcción insti-

tucional sólida.” (L. E. González, comunicación personal, 19 de

Diciembre de 2013)

Por último, el camino seguido por CLAEH lo ha llevado a una reconversión en una institución universitaria que vive de la matrícula de sus estudiantes. Realiza actividades de prestación de servicios por la que recibe fondos estatales, y todavía mantiene algunos proyectos con recursos inter-nacionales, pero son ínfimos con relación a la cantidad de proyectos que ejecutó en los años ’80. Intenta combinar todas sus tradiciones, pero ha perdido densidad de investi-gación, especialmente en el campo de las Ciencias Sociales,

Reconoce José Rilla:

“De los Equipos de investigación, yo diría que queda poco, más

bien quedan personas que mantienen vínculos con académicos

que hoy están en diversas instituciones. Se hacen estudios muy

buenos, pero no todos ellos implican investigación tal como se la

define internacionalmente. La investigación no está tan asociada a

programas específicos o a proyectos, sino al espacio que le da cada

una de las facultades que tiene la institución.” (J. Rilla, comunica-

ción personal, 22 de Agosto de 2013)

601+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Uruguay

El presente cuadro intenta una sistematización de los casos estudiados, utilizando como variables dos de los elementos que hemos definidos como constitutivos de los centros de investigación o think tanks: su capacidad de investigación y su vocación de incidencia. La ubicación en los niveles altos y medio es de naturaleza cualitativa y subjetiva, en particu-lar en lo relativo a la incidencia, que se evalúa en función de la incidencia efectiva. Las flechas indican evoluciones de las instituciones en los últimos años.

No hay dudas que CINVE y CERES son los centros de in-vestigación en el país con mayor densidad de investigación y de capacidad de incidencia, esto último, precisamente por el conocimiento agregado a su trabajo profesional. De los centros con perfil más de OSC, el Abrojo ha tenido mayor nivel de incidencia, aunque ha visto relativamente mermada su capacidad de investigación, porque ha “perdido” algunos de sus recursos humanos más valiosos al ser reclutados por el gobierno. Hay que señalar que el pasaje de personas al

Recuadro 2Sistematización de Casos Presentados.

Investigación

Incidencia

Alto Medio

Alto CERES

CINVEEl Abrojo

MedioICD

CLAEH

602+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Uruguay

Estado no siempre contribuye a las organizaciones. Dice Anabel Cruz:

“Se ha producido mucho vaciamiento y mucho traslado de personas

de las OSC hacia el gobierno. Comenzó por la IMM, y en los dos

últimos gobiernos han sido muy notorios. La percepción que tengo

de lo que dicen las OSC, es peor tenerlos del otro lado del mostra-

dor a sus ex – cuadros. Hay un cambio de “mentalidad” por pasar

al gobierno.” (A. Cruz, comunicación personal, 9 de Diciembre de

2013)

Esto es reconocido por el propio director de El Abrojo:

“Los que ocupan cargos de gobierno, lo han dejado por dedicación y

por exigencia del gobierno. El Abrojo no le pide, pero si el gobierno,

por ejemplo el MIDES. Intentamos la separación, porque queda-

mos “muy pegados”, nos restringe y también debilita a las personas

del otro lado, y nos inhabilita porque la “suspicacia uruguaya da

para todo”. Por ejemplo, con la Junta Nacional de Drogas estuvimos

más de un año sin hacer actividades, para que no quedara como

que había privilegios.” (P. Delprato, comunicación personal, 30 de

Agosto de 2013)

La flecha del CLAEH refleja la disminución de la investi-gación en la institución, especialmente en el campo de las Ciencias Sociales. Esto no impide reconocer importantes inercias por la incidencia que el CLAEH tuvo en diversas políticas públicas como el desarrollo local, la infantiliza-ción de la pobreza, los procesos de democratización y de consolidación de los partidos, así como el propio desarrollo universitario en el país.

603+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Uruguay

El Peso Universitario en el País

Los caminos de desarrollo de los centros de investigación en el país, se expresan en un escenario de presencia relevante de las universidades en general en el país, y en particu-lar, en el campo de las políticas públicas (Gallardo, Garcé y Ravecca, 2010). Al respecto señala, Oddone:

“Las instituciones universitarias, que en otros países del mundo no

serían think tanks en el sentido estricto de la palabra, en la pobreza

institucional que hay en el Uruguay son formadoras de opinión,

ponen temas arriba de la mesa, tiene personas relevantes, e influ-

yen. La comunidad científica en Uruguay se aglutina en torno a las

universidades.” (G. Oddone, comunicación personal, 22 de Octubre

de 2013)

La cuestión de la supervivencia de los centros y su posi-ble “absorción” por las universidades, ya era planteada por Prates en el año 1987. En su momento fue porque la mayoría de investigadores de los centros provenían de la UDELAR y se sentían comprometidos con su proceso de reconstrucción. Pero la autora, lo contextualiza con relación al peso dominante de la Universidad de la República y en relación al Estado, en estas reflexiones:

“La continuidad o desaparición de los Centros dependerá fuerte-

mente de la capacidad del Estado y de la Universidad de formular

e implementar políticas científico-técnicas coherentes, atendiendo

a la nueva realidad institucional del país respecto a la producción

de conocimientos. Todo ello tiene que ver con la “visión del mun-

do” que oriente a las autoridades en el Estado y en la Universidad.

604+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Uruguay

Si la opción es por una “Ciencia Social del Estado” o una “Ciencia

Social Universitaria” las perspectivas no serían alentadoras. Si por

el contrario existe una convicción de que las organizaciones de la

Sociedad Civil deben ser fuertes, constituyéndose como interlocuto-

res válidos en la producción de conocimientos, es posible suponer

que la continuidad de la experiencia de la crisis se mantenga, rede-

finiéndose y ampliándose en un esfuerzo colectivo.” (Prates, 1987,

pp. 59 y 60).

Son reflexiones todavía vigentes en el Uruguay.

7. Recomendaciones y Propuestas

Del análisis realizado, se formulan las siguientes recomen-daciones y propuestas, que se estima, pueden contribuir a un mejor relacionamiento entre los centros de investigación y las universidades en el Uruguay, con impactos favorables esperados en los procesos de formulación de políticas pú-blicas.

Cambios en los Mecanismos de Financiamiento de la Investigación

El financiamiento de la investigación en el Uruguay, si bien ha aumentado en los últimos años, está muy orientado a la investigación universitaria, en general de tipo básico o fun-damental. En este sentido se presentan dificultades para los centros de investigación tanto por la disponibilidad de una masa crítica de grupos de investigación como por el en-foque que no siempre promueve la investigación aplicada

605+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Uruguay

y de transferencia. Sostiene Jorge Landinelli usando como referencia a Gibbons:

“Vivimos en la sociedad de conocimiento, en economías del cono-

cimiento que requieren “políticas inteligentes”, esto quiere decir,

políticas adecuadamente informadas por el conocimiento experto.

Acá entra el problema de la pertinencia de la investigación cien-

tífica. Esta idea de la función de la universidad en la sociedad del

conocimiento como plataforma para la elaboración de políticas

inteligentes, requiere el reconocimiento de la legitimidad de un

modo de producción científica que contradice pero no excluye al

tradicional. Uno de los problemas que tienen las universidades es

el escaso reconocimiento de la investigación en contextos de apli-

cación. Por lo menos en un factor que es fundamental, que es el

de la evaluación del trabajo académico. Cómo sabemos, todo pro-

ceso de evaluación, la evaluación del trabajo académico no escapa,

cualquier diseño determina el comportamiento de las personas, en

este sentido, el modo de producir. Mi discusión con el S.N.I. es que

no reconoce que las formas de comunicación científica pueden ser

muy diferentes. Las formas de comunicación científica, no pueden

ser calificadas exclusivamente a través del modo de la realización

de investigación del modo 1 de Gibbons. Esto le ha generado difi-

cultades a toda la investigación en contexto de aplicación, que no

requiere como forma de comunicación el artículo en la revista ar-

bitrada de circulación internacional debidamente indexada, sino lo

que requiere ese conocimiento se vuelque en aplicaciones concretas

que se traducen en informes, en otras formas de comunicación.”

(J. Landinelli, comunicación personal, 18 de Diciembre de 2013)

606+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Uruguay

La Agencia Nacional de Investigación e Innovación ha ve-nido desarrollando en los últimos años algunos fondos de apoyo a la investigación más aplicada, pero más orienta-do a los ámbitos tecnológicos y productivos, que al campo de las ciencias sociales. Cambios de esta naturaleza deben empezar por transformaciones de tipo cultural que ine-vitablemente llevan tiempo, pero es posible incentivarlos mediante la presentación de proyectos conjuntos entre uni-versidades y centros de investigación independientes. Javier Pereira formula una propuesta:

“Los fondos públicos para proyectos sociales no han ayudado al

desarrollo de los think tanks en Uruguay. Ojalá la ANII pueda ser

algún día una fuente, pero hoy no lo es. Las exigencias para la pre-

sentación de proyectos, capacidad de competir por esos fondos,

muchas veces no están en las universidades, menos están en estas

OSC. Las estructuras tienden a ser muy endogámicas, y al autoper-

petuarse en el sistema académico, se conspira contra una lógica de

think tanks. Todo el nuevo sistema ANII, S.N.I. le veo un efecto con-

tradictorio, que promueve la investigación pero en una lógica que

no retroalimenta la política pública. A la hora de aterrizarlo no sé

si se logra juntar el deseo con la realidad. Los llamados de apoyo a

la investigación en Chile no estaban direccionados solamente a las

universidades y centros académicos, también se dirigían al mundo

de la sociedad civil. La presencia de investigadores no alcanza para

que sea un think tank, la clave es cómo llega ese conocimiento al

consumidor de esa información. No alcanza con su divulgación en

seminarios. Hay una estrategia atrás de qué hago con esa informa-

ción, para que tenga un impacto real, lo que supone el punto de

encuentro entre lo académico y lo político, esa interfase que no está

trabajada. Las universidades tienen que pensar en cómo aportar a

607+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Uruguay

la sociedad. Hasta en un lenguaje, porque a veces el tipo que in-

vestiga habla en difícil. Se puede tener un cuerpo de investigadores

pero el salto al relacionamiento con el sistema político, ¿quién lo

hace?” (J. Pereira, comunicación personal, 3 de Octubre de 2013)

La incorporación de investigadores de los centros de inves-tigación a los ámbitos de diseño de políticas e instrumentos para el fomento de la investigación podría contribuir favo-rablemente a modificar los mecanismos de financiamiento existentes, contribuyendo a la presentación de proyectos conjuntos y a la definición tanto de nuevos instrumen-tos para los procesos de evaluación de investigadores que tengan en cuenta las diversas formas de comunicación cien-tífica como indicadores adecuados para medir los impactos esperados de los proyectos.

Fomento de Estrategias de Diversificación y Complementariedad

El sistema universitario uruguayo se encuentra en un proceso de diversificación institucional (Landoni, 2013), fe-nómeno que no se replica en el ámbito de los centros de investigación independiente, que tuvieron su período de ex-pansión en los años 1975 – 1990 pero que, en la actualidad, muchos se mantienen pero no aumentan en su número. Gabriel Oddone reflexiona sobre este punto:

“La pregunta es ¿por qué no se han fundado think tanks en los

últimos 25 años? Hay una combinación de varios factores. La

UDELAR recluta una buena parte de los académicos, y porque los

que quieren influir en la agenda pública no están convencidos que

es fundando un think tank que logran influir en la agenda. Es más

608+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Uruguay

importante desarrollar una agenda personal y que desde allí me

terminen convocando a que construya un think tank.” (G. Oddone,

comunicación personal, 22 de Octubre de 2013)

Varios de los especialistas consultados destacan que para mejorar el relacionamiento entre centros de investigación y universidades, resulta imprescindible fomentar un mayor pluralismo tanto institucional como de visiones. Escenarios más competitivos favorecerían la diversificación y el plura-lismo. Expresa Javier Pereira:

“Hay cero política de fomento, de incentivos y promoción para la

creación de ámbitos que generen conocimientos que puedan servir

de insumos para las políticas públicas. Un escenario más compe-

titivo podría tener un efecto más beneficioso. Ayudaría que exista

competencia de saberes, porque veo que hay como un monopolio

de las visiones. No creo en el saber neutro y aséptico. En los temas

de sociedad civil hay varias visiones y ha predominado una mirada

más estatista?” (J. Pereira, comunicación personal, 3 de Octubre de

2013)

Luis Eduardo González señala la importancia del pluralis-mo institucional:

“La condición institucional es que exista un sistema universitario

plural. El nuestro es un sistema pequeño con restricciones de re-

cursos. Para construir una institución debe ser autosustentable con

recursos nacionales. Si no te pasa lo que le pasó a los otros centros,

fueron flores de un día, cuando se terminó el financiamiento des-

aparecieron. Es un problema real y yo creo que los think tanks han

probado su utilidad, cuando el debate pueda ser polarizado, como

espacios suficientemente plurales para que, desde distintas pers-

609+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Uruguay

pectivas, se pueda construir un ámbito que recoja varios aportes.

Hay que generar condiciones para fomentar opciones pluralistas.”

(L. E. González, comunicación personal, 19 de Diciembre de 2013)

José Rilla es optimista respecto a la posibilidad de esferas de complementariedad.

“La Universidad después de su consolidación y fortalecimiento se

dio cuenta que la idea de un centro independiente y autónomo es

una buena cosa para ella también, vio que no era un peligro ni

una amenaza para ella, como se había pensado en los años ´80. El

destino de los centros no es hoy meterse dentro de la universidad,

cualquiera sea ella. Hace unos años eso estaba en duda, pero es

bueno que tengan sus fondos, sigan independientes del gobierno

y de la universidad, que se mantengan, que sean una voz acadé-

mica y de pensamiento autónomo y disponible para la sociedad,

es decir que la sociedad lo tiene ahí. Esto cierra mal con cierta ac-

titud estatista del país. A pesar de esta tradición estatista donde el

Estado quiere tener todo bajo su ala, creo que la idea de un centro

autónomo e independiente va a sobrevivir. Es demasiado grande la

desproporción que hay entre lo estatal y lo privado cuando se trata

de investigación en la formación de recursos humanos en la capa-

citación universitaria, eso te pone en una disposición en aceptar

cosas que capaz que antes uno no aceptaba.” (J. Rilla, comunicación

personal, 22 de Agosto de 2013)

Una propuesta para el fortalecimiento del pluralismo puede provenir del lado de la demanda, tanto del gobierno como de los partidos políticos. En este sentido, propone Gabriel Oddone:

610+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Uruguay

“Ayudaría mucho que el reclutamiento gubernamental le prestara

más atención a la competencia técnica. Si el sistema político es-

tuviera en condiciones de discriminar mejor las competencias de

los profesionales, seguramente el incentivo a que los think tanks

funcionaran y se desarrollaran sería mayor. Habría una mejor or-

ganización de la comunidad académica en el país. En el fondo los

think tanks están integrados por personas que lo quieren es influir

en la agenda pública, desde el altruismo más puro de construir al

bien público del conocimiento, o sea que quieren direccionar el

sentido de los cambios en alguna dirección que los miembros del

think tank quieren. El problema que hay hoy es que el incentivo

del profesional es más individual que colectivo.” (J. Pereira, comu-

nicación personal, 3 de Octubre de 2013)

Con relación a una mejor complementariedad señala el Decano Rodrigo Arim:

“Una cuestión más sustantiva, un proceso casi darwiniano es, si

nosotros nos especializamos en alguna área de generación de cono-

cimiento, el think tank tienen rol importante en otras áreas, podría

haber una complementación. Que los temas del diagnóstico y de

evaluación de políticas queden en el ámbito universitario, y los

otros componentes de diseño y de implementación tengan mucho

más que ver con una reflexión de los think tanks. Eso implica una

especialización, que no sé si tiene que ser una división explícita o

va a ir sucediendo. Puede haber una evolución darwiniana y los

think tanks capturen las tareas de diseño y formulación. Allí puede

haber una complementación, una relación importante, fluida sobre

la base de una especialización de tareas, con roles distintos.” (R.

Arim, comunicación personal, 9 de Diciembre de 2013)

611+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Uruguay

Cambios en los Formatos de Financiamiento Estatal a la Prestación de Servicios Sociales.

Como se analizara oportunamente, existe coincidencia entre los actores y los especialistas que el financiamiento público a Organizaciones de la Sociedad Civil que prestan servicios sociales no fomenta en las mismas el desarrollo institucio-nal en general y de capacidades de investigación y reflexión sobre su práctica en particular. Algunas de las organizacio-nes lo han logrado mediante la obtención de fondos de otras fuentes como la cooperación internacional, o por transfe-rencias de recursos internos, difíciles de realizar por los mecanismos de contralor basados en la desconfianza por parte del Estado.

La posibilidad de incluir en los mecanismos de financia-miento estatal, recursos para el fortalecimiento institucional de las OSC que permita consolidar estructuras básicas de especialistas con capacidad de investigación y/o de fondos de articulación con investigadores universitarios, es una pro-puesta valorada por los centros de investigación con perfil de advocacy y con fuertes vínculos con la sociedad civil. Destaca Pedro Delprato:

“¿Qué se podría hacer para fortalecer vínculos? Campo para ge-

nerar conocimiento entre las dos partes hay un montón, espacios

intercambio e interacción hay muchas. El acceso a financiamiento

para hacer investigación está muy fragmentado para lograr ge-

nerar los recursos. Si nosotros tuviéramos financiamiento para

hacer investigación dentro del proyecto, podríamos derivar recur-

sos internamente. Tenemos un programa en la parte de los Ni-ni

612+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Uruguay

en el que pudimos poner a Verónica Filardo para hacer una in-

vestigación, pero no en la relación Abrojo Universidad. No como

interacción entre instituciones. Lo hacemos como desarrollo pro-

pio.” (P. Delprato, comunicación personal, 30 de Agosto de 2013)

Cambio en el Régimen de ExoneracionesTributarias para el Apoyo a Actividades de Investigación en los Centros de Investigación

Uruguay dispone de mecanismos de exoneraciones tribu-tarias a empresas para realizar donaciones a universidades para realizar actividades de docencia e investigación, pero dichos mecanismos no incluyen a los centros de investi-gación de perfil más de investigación y es relativamente dificultoso para las OSC.

Ernesto Talvi señala como una de las principales dificultades para obtener financiamiento por parte de su centro, “que los donantes privados no gocen del beneficio de la exoneración fiscal (como gozan otras instituciones de la sociedad civil) en las donaciones que hacen a CERES”.

La ampliación de beneficiarios y el diseño de procedimientos más sencillos y expeditos, podría favorecer el financiamiento proveniente de fuentes privadas.

Apoyo a Programas de Formación Directiva a Responsables de Centros y Organizaciones de la Sociedad Civil.

Dados los diferentes perfiles organizacionales de los centros de investigación actuales y otros que los puedan ser en el futuro, algunos de los entrevistados señalan la importancia

613+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio País: Uruguay

de fomentar instancias de formación y capacitación. Señala Analía Bettoni:

“El apoyo para programas de formación, como el que hizo la

Universidad Católica del Uruguay sería importante. Hay un ámbi-

to de necesidad de las OSC para su fortalecimiento y de demanda

para las universidades. El tema es que las OSC puedan enviar a sus

cuadros con mejores condiciones: becas, y horarios. Puede haber

interés de las OSC pero no hay recursos para que la organización

apoye institucionalmente la formación de sus propios funciona-

rios”. (A. Bettoni, comunicación personal, 17 de Octubre de 2013)

La propia realización de estos cursos puede contribuir a fortalecer los vínculos, construir redes entre los propios cen-tros, y entre los mismos con las universidades.

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SCImago Journal & Country Rank http://www.scimagojr.com/

9. Acerca del Autor

Pablo Landoni Couture es magister en Administración y Políticas Públicas (Cornell University). Cursando es-tudios de Doctorado en Administración (Pontificia Universidad Católica Argentina). Doctor en Derecho y Ciencias Sociales (Universidad de la República). Investigador del Programa de Estudios en Educación Superior (PRODES). Profesor de Políticas Sociales y Educativas, y de Políticas Públicas. Director del Sistema de Bibliotecas. Universidad Católica del Uruguay.

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Integrante de la Comisión de Acreditación. Ministerio de Educación y Cultura, Uruguay. Evaluador institucional y de carreras de las Agencias de Acreditación de Chile, Colombia y Paraguay. Ex Viceministro de Educación.

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Adolfo GarcéCamilo López

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619+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

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1. Introducción

Al menos desde que el hombre comenzó a manejar el fue-go, a comunicarse por escrito o a entender la secuencia de estaciones y mareas, el conocimiento ha desempeñado un papel central en la vida social. Sin embargo, especialmente a partir que Daniel Bell, a comienzos de la década del setenta, publicó The Coming of Post-Industrial Society, se ha vuelto un lugar común señalar que el crecimiento cuantitativo de la información disponible ha terminado alumbrando un tipo cualitativamente diferente de sociedades: las sociedades de la información o del conocimiento (Mansell, 2009).1

En ellas el conocimiento no sólo ha provocado cambios pro-fundos en la producción de bienes y servicios -del fordismo al posfordismo-, de la producción en masa a la especiali-zación- y en el mercado laboral -detonando el ascenso de los “analistas simbólicos” como explicara Robert Reich

1 Aunque a veces se usan los conceptos sociedad de la información y sociedad del conocimiento como sinónimos, los especialistas les asignan distintos significados (más estrecho el primero, más amplio el segundo). UNESCO, por ejemplo, las dis-tingue del modo siguiente: “La noción de sociedad de la información se basa en los progresos tecnológicos. En cambio, el concepto de sociedades del conocimiento comprende dimensiones sociales, éticas y políticas mucho más vastas”. (2005:17). Según UNESCO, “la información es un instrumento del conocimiento pero no el conocimiento en sí”: “El nacimiento de una sociedad mundial de la información como consecuencia de la revolución de las nuevas tecnologías no debe hacernos perder de vista que se trata sólo de un instrumento para la realización de auténticas sociedades del conocimiento. El desarrollo de las redes no puede de por sí solo sen-tar las bases de la sociedad del conocimiento” (2005: 19).

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(1992:177-180) en The Work of Nations. En verdad, en las nuevas sociedades, el conocimiento ha cambiado radical-mente nuestra forma de vivir, al decir de Frank Webster (2006:9) o, en términos de Manuel Castells en su trilogía “La era de la información” (1996), nuestra propia identidad.

En las sociedades del conocimiento, gracias a las nuevas tecnologías de comunicación disponibles, la información circula por todos los rincones. El conocimiento se gene-ra por doquier y permea conductas e instituciones. En un entorno de este tipo, el papel de las universidades como or-ganizaciones especializadas en la acumulación, trasmisión y generación de conocimiento, naturalmente, tiende a acre-centarse. El advenimiento de la nueva era vino a reforzar la tendencia hacia el incremento de las actividades de investi-gación que las universidades modernas, especialmente las inspiradas en el modelo alemán (las universidades conce-bidas como instituciones crecientemente especializadas y orientadas a la investigación), ya venían evidenciando.

Las actividades de investigación en las universidades, a su vez, para algunos especialistas, no debían hacerse dando la espalda a las necesidades de la producción. Por el contrario, los investigadores universitarios estaban llamados a contri-buir decisivamente al desarrollo productivo. Este punto de vista encontró en el enfoque Triple Helix su formulación más sistemática. De acuerdo a esta visión, las universida-des, cooperando al mismo tiempo con las empresas y el sector público, juegan un papel fundamental en el proce-so de innovación de los países más avanzados (Etzkowitz y Leydesdorff, 2000). Según este enfoque, esta orientación de la investigación universitaria hacia la solución de problemas

621+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

específicos del sector productivo no implica abandonar la vocación por la creación de conocimiento original sino cam-biar el contexto y la forma de crear conocimiento2.

a) Universidades, Centros de Investigación y Políticas Públicas

El énfasis en la importancia del conocimiento no dejó so-lamente su huella en los debates sobre la innovación en las empresas. Los expertos en políticas públicas sostuvie-ron que las innovaciones en el sector público, como las del sector privado, debían apoyarse en evidencia empírica y re-sultados de investigación. Esta creencia está en la base del notable aumento experimentado en las sociedades contem-poráneas por los think tanks o centros de investigación. En algunos países, los gobernantes comenzaron a demandar que la producción en ciencias sociales en sus respectivos países se orientara a solucionar problemas específicos de la gestión pública. Esto contribuyó a que se instalaran y for-talecieron instituciones especializadas en generar insumos para el perfeccionamiento de las políticas públicas. Pero los think tanks también proliferaron en otros países, en aquellos en los cuales los gobernantes mostraron menor propensión al uso de evidencia en las políticas. En estos casos nacieron buscando sensibilizar a los gobernantes respecto a la nece-sidad de enfocar la elaboración de las políticas públicas más científicamente.

2 Dicen Etzkowitz y Leydesdorff: “The practical impetus to scientific discovery is long-

standing. The dissertation of Merton (1938) reported that between 40% and 60% of dis-

coveries in the 17th century could be classified as having their origins in trying to solve

problems in navigation, mining, etc. Conversely, solution of practical problems through

scientific means has been an important factor in scientific development, whether in Ger-

man pharmaceutical science in the 17th century (Gustin, 1975) or in the British-spon-

sored competition to provide a secure basis for navigation (Sobel, 1995)” (2000:116).

622+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

De todos modos, la generación de insumos técnicos orien-tados a mejorar la calidad de las políticas públicas no quedó solamente en manos de los centros de investigación. En ma-yor o menor medida dependiendo del contexto nacional, las universidades también fueron desarrollando este tipo de co-nocimiento. Los universitarios especializados en ciencias sociales, como sus pares de las llamadas “ciencias duras”, comenzaron a aprender a investigar con sentido práctico, esto es, a encontrar formas concretas de solucionar proble-mas específicos, en este caso, de la gestión pública.

Las necesidades de la industria, en un caso, y las del gobier-no, en el otro, en el contexto del incremento sensible de la importancia del conocimiento en las sociedades contempo-ráneas, generaron un cambio significativo en el modo de producción de conocimiento científico. Gibbons et al (1994) argumentaron que, hacia finales de siglo XX, la producción de conocimiento venía pugnando por evolucionar desde un modelo de ciencia disciplinar, autocontenido y jerárquico, que privilegia la investigación de los problemas específi-cos que despiertan el interés de los académicos (modo 1), a un nuevo modelo de ciencia transdisciplinar, abierto y ho-rizontal, que apunta a desarrollar conocimiento científico enfocando los problemas que conciernen más directamente a la comunidad (modo 2).

De todos modos, como el propio Gibbons temía, el viraje desde un modo de producción de conocimiento hacia el otro es un proceso lento plagado de obstáculos. El modo 1 sigue prevaleciendo en las universidades, reproducido por es-tructuras académicas montadas sobre disciplinas aisladas y fuertemente custodiado por sistemas de incentivos que pre-

623+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

mian la publicación en revistas indexadas de cada disciplina. Quienes cultivan un modo de producción de conocimiento sospechan del otro. El modo 2, por su parte, es la modali-dad propia de los centros de investigación. La investigación prioriza consideraciones de utilidad social (“pertinencia”), se orienta a la solución de problemas específicos y busca impactar en el público y en los gobernantes. Universitarios e investigadores de centros de investigación, muy frecuen-temente, tienen visiones realmente distintas respecto a la ciencia y su papel en la sociedad.

b) Conocimiento y Política en América Latina

Nuestra región no ha permanecido al margen de las tenden-cias que se acaban de mencionar. Durante la última década, en foros políticos y en espacios académicos, se ha debatido intensamente tanto acerca de cómo acelerar la transforma-ción de nuestros países en sociedades del conocimiento como respecto a cómo reformar las universidades para que presten un mejor auxilio al desarrollo. En particular, en la mayoría de los países es visible el reclamo de mejorar la calidad de las políticas mediante un mejor “nexo” entre in-vestigación y decisión.

En América Latina, desde luego, hay mucho para hacer en lo que refiere a la mejora de la calidad de las políticas públi-cas. Sin embargo, es una región que, desde el siglo XIX, ha mostrado estar más predispuesta a incorporar a los expertos y sus saberes en los procesos de gobierno que a escuchar las voces de los ciudadanos. Una rápida mirada a la historia política confirma esta hipótesis. Durante el siglo XIX, espe-cialmente durante los años de apogeo de la influencia del

624+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

positivismo, algunos regímenes mostraron fuerte aversión a la participación popular y, al mismo tiempo, una no menos intensa afinidad hacia la elite de “científicos”. El “porfiria-to” mexicano es, en este sentido, ejemplar. Durante el siglo XX las tendencias tecnocráticas se manifestaron en numero-sas oportunidades. Los regímenes autoritarios, que con tanta frecuencia controlaron el poder, delegaron decisiones funda-mentales en manos de expertos civiles. La “afinidad electiva” entre militares y economistas, como tempranamente advirtió Guillermo O’Donnell, fue uno de los rasgos más notorios de los Estados Burocráticos Autoritarios del Cono Sur. Pero la presencia decisiva de expertos en los regímenes autoritarios latinoamericanos del siglo XX empezó mucho antes, como re-vela el repaso de la experiencia del gobierno de Carlos Ibáñez a fines de la década del veinte en Chile (Silva, 1997).

La democracia recién se transformó en el régimen político predominante en América Latina a fines de la década del setenta del siglo pasado (Smith, 2004). Pero, como argu-mentó Patricio Silva, la democratización no supuso el fin de las tendencias tecnocráticas tan claramente evidenciadas durante las fases anteriores. Por el contrario, las nacientes democracias, como los regímenes autoritarios que las prece-dieron, mostraron una fuerte propensión a concederle poder a los especialistas. A lo largo de todos estos años cambió el signo ideológico de los partidos en el poder y, a la vez, los pa-radigmas de política impulsados por los gobernantes. Pero, en buena parte de América Latina, la palabra de los expertos sigue pesando más que la voz de los ciudadanos.

Tener en cuenta este contexto es muy importante. A lo lar-go de este texto se discutirá extensamente respecto a cómo

625+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

fortalecer la calidad de la oferta de investigación disponi-ble para incrementar, a su vez, la calidad de las políticas públicas en América Latina. Como se verá, promover la cooperación entre universidades y centros de investigación centros de investigación, desde este punto de vista, es un desafío fundamental. Pero no debería perderse de vista que, para la región, tan o más importante que seguir mejorando el “nexo” entre investigación y políticas públicas es asegurar que la persistencia y profundización de las reglas de juego democráticas. América Latina, como dijo Filgueira (2006), precisa más tecnocracia pero también más democracia.

2. Panorama del Sector de Producción de Conocimiento en América Latina

a) El Desarrollo de las Universidades

Las primeras universidades en América Latina (AL) son an-teriores a nuestros Estados nacionales. Fueron fundadas en tiempos de la colonia, o por impulso del Papa (como la de Santo Domingo) o por decisión del Rey (como las de Bogotá y Quito). En todo caso, como ha señalado Brunner (1990: 5-7), a diferencia de lo ocurrido en Europa, el establecimiento de nuestras primeras universidades fue otorgado “desde arriba y desde fuera por un acto administrativo”. En el contexto de este primer largo ciclo fundacional se instalaron en nuestra región, entre 1538 y 1827, 33 universidades. Aunque no todas lograron ser dinámicas e influyentes, en general jugaron un papel importante en la formación de las elites gobernantes y en las disputas por el poder en cada uno de nuestros países.

626+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

La enorme conmoción política y cultural generada por las guerras de la independencia modificó profundamente el mapa de las universidades durante el siglo XIX. Algunas universidades languidecieron. Otras se modernizaron. Algunas terminaron clausuradas, pero otras tantas fueron instaladas. En términos generales, las universidades de esta segunda etapa no sólo conservaron la vocación por servir a los asuntos públicos de la configuración fundacional sino que la reforzaron. La universidad colonial fue dejando paso a la universidad nacional. De acuerdo a esta concepción, la universidad debía cumplir un amplio abanico de tareas: re-gir el sistema educativo, promover la creación científica y contribuir al progreso material y cultural de las repúblicas nacientes (Brunner 1990:8-9).

Con el cambio de siglo, las sociedades latinoamericanas empezaron a experimentar fuertes reclamos de inclusión política y social. A medida que el orden político oligárquico fue crujiendo, las universidades de la región también fueron siendo atravesadas por demandas de democratización. El movimiento reformista de Córdoba de 1918, mirado desde este punto de vista, es inseparable de los procesos, erráti-cos, conflictivos, a menudo frustrados, de democratización política que signaron las dos primeras décadas del siglo XX. El reformismo apuntó a democratizar el gobierno de la uni-versidad. Pero, retomando la tradición, insistió en reforzar la conexión de la universidad con los desafíos y problemas políticos y sociales de su entorno. La juventud universitaria no reclamaba solamente una cuota parte fundamental den-tro de la universidad. Pretendía, desde la plataforma de la universidad, extender la huella de sus ideales, de sus con-vicciones y valores a toda la sociedad.

627+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Las ideas del movimiento reformista resonaron por toda la región y fueron dejando un legado de cambios institucio-nales variados pero, en general, muy significativo (Brunner 1990:12, Bernasconi 2008:5-54). No obstante, los procesos de cambio en las universidades de América Latina iniciados en la década del cincuenta, y acelerados durante los sesen-ta, tuvieron un impacto todavía más profundo. Entre 1950 y 1995 el número de universidades, de estudiantes y el por-centaje de cobertura se multiplicaron por siete (Bernasconi 2008:57). Las universidades se masificaron y vivieron un in-tenso proceso de especialización y diferenciación. Al mismo tiempo, en un movimiento contradictorio, ganaron autono-mía respecto a los gobiernos pero, a la vez, se politizaron. En parte como consecuencia de la masificación y en parte como respuesta a la politización, se fortaleció de modo muy visible el sistema de educación superior privada.

b) De la Guerra Fría al Ajuste Estructural, de la Politización a la Venta de Servicios, y del Modo 1 al Modo 2

En buena medida para buscar recursos que los gobiernos o no podían o no querían asignar, las universidades públicas tuvieron que generar destrezas para vender servicios, tanto al sector privado como al sector público. Así, la universidad pública fue virando desde el ideal de la autonomía a la acep-tación de la heteronomía, del predominio del conflicto a la propensión hacia la cooperación, y de privilegiar la alianza con los obreros en pos de la revolución socialista, a anhelar la colaboración con los empresarios en aras del desarrollo. El universitario, a su vez, que ya había pasado de profesional a académico, experimentó una nueva mutación: fue desa-rrollando capacidades como consultor. Ambos procesos, la

628+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

politización (en tiempos de la guerra fría) como la orienta-ción hacia la venta de servicios (a partir de los noventa), tuvo consecuencias profundas. La universidad, como ha dicho Brunner, “es desalojada de su posición central en la esfera cultural” y la “idea de universidad pierde su aura”, “se des-acraliza” (2007: XIV).

El viraje hacia la cooperación con quienes toman decisio-nes, tanto en el mundo empresarial como en las políticas públicas, en parte derivado de las restricciones presupuesta-les y de los enfrentamientos políticos mencionados, forma parte del cambio en las condiciones de producción cientí-fica señaladas por Gibbons et al (1994) ya referidos en la introducción. También en nuestra región se deja sentir el avance el Modo 2, es decir, el conocimiento científico trans-disciplinar, abierto, horizontal, generado en el contexto de la búsqueda de soluciones para problemas concretos. Este enfoque se abrió paso rápidamente en los documentos de UNESCO, especialmente a lo largo del proceso preparato-rio de la Conferencia Mundial de 1998 celebrada en París. Los documentos aprobados por la Conferencia Regional ce-lebrada en La Habana en 1996, que reunió a más de 700 delegados de 26 países, constituyen un claro testimonio de la velocidad con que el debate acerca de las nuevas condicio-nes de producción de conocimiento (la irrupción del modo 2) ingresó en la consideración de los expertos en educación superior de la región (Tünnermann, 2008).

En nuestras universidades generó reacciones muy distintas. Algunos universitarios le dieron la bienvenida, en la medi-da en que el modo 2 tiene fuertes puntos de contacto con el viejo ideal de la extensión (Castro-Martínez y Sutz, 2011).

629+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

En particular, el nuevo modelo encontró terreno fértil en los defensores del modelo de “universidad para el desarrollo”. Para estos, la producción científica universitaria debe ser “pertinente”, es decir, debe estar socialmente comprometi-da. Otros, los “cientificistas”, lo resistieron, en nombre de la “calidad”, es decir, del fortalecimiento del conocimiento disciplinar tipo modo 1 (Arocena y Sutz, 2001:1229, 1230).

Aunque tanto los documentos de los foros internacionales como los elaborados por las propias universidades sostie-nen que “pertinencia” y “calidad” no son objetivos opuestos sino complementarios, el conflicto entre ambos sigue ten-sando fuertemente la vida universitaria en nuestra región. De hecho, se verifica en muchos lados una suerte de “esqui-zofrenia”: por un lado, en nuestras universidades, se vuelven cada vez más frecuentes los discursos y las prácticas tipo modo 2; sin embargo, los sistemas de evaluación siguen estableciendo incentivos orientados al modo 1:

“Latin American universities’ discourse is increasingly ‘Mode 2’

(…). There is a growing praise to the importance of the blurring of

disciplinary frontiers, of disciplinary cross-fertilization, of sharing

the act of knowledge production with other actors, of retreating

from the setting of the research agenda in solitude. It would be rea-

sonable to expect, then, an evaluation system coherent with the new

discourse. This is not the case, however: while university discourse

shifts enthusiastically towards ‘Mode 2’, the academic evaluation

system stays firmly anchored on ‘Mode 1’. (…)”. (Arocena y Sutz,

2001:1230-1231).

630+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

c) Algunos Indicadores

Al cabo de este proceso, como puede verse en la Tabla 1 y en la Figura 4, el sistema universitario latinoamericano ha experimentado una fuerte expansión (ver Figura 3), pero sigue presentando fuertes diferencias nacionales, tanto des-de el punto de vista del número total de instituciones de educación terciaria como desde el ángulo del desarrollo del subsistema de instituciones privadas (dos de cada tres uni-versidades de la región son privadas)3.

3 Según Daniel Levy “La educación superior privada ha crecido de manera asom-brosa durante varias décadas” en todo el mundo. Sin embargo, este fenómeno se dio de modo especialmente intenso en América Latina: “el más alto porcentaje de educación superior privada es el de América Latina: un 48,2% según cifras del Pro-grama de Investigación en Educación Superior.” (Levy 2011:135-138).

Tabla 1Universidades Públicas y Privadas por País (2010)

Nota. Fuente: Brunner y Ferrada Hurtado (2011:115).

País Públicas Privadas TotalMéxico 872 1.701 2.573Colombia 81 201 282Brasil 100 86 186Argentina 55 60 115Perú 35 65 100Paraguay 15 72 87Bolivia 17 68 85Cuba 67 67Chile 16 44 60Venezuela 33 25 58Costa Rica 5 51 56Nicaragua 6 48 54Puerto Rico 6 43 49República Dominicana 2 31 33Honduras 6 14 20Uruguay 1 14 15Guatemala 1 12 13Panamá 1 10 11Total 1.319 2.545 3.864

631+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Como puede verse en la Figura 1, según datos de Webometrics, en América Latina y el Caribe hay casi 4.000 universidades, cifra similar a la de América del Norte, aunque inferior a la de Europa y Asia. De todos modos, como muestra la Figura 2, en términos comparados, son pocas las universi-dades de la región que alcanzan altos estándares de calidad de acuerdo a los criterios de Webometrics. En el año 2013, solamente 20 de nuestras universidades figuraban en el top 500. Mientras tanto, lo hacían 173 de las de América del Norte y 204 de las de Europa.

En 2014, según el Ranking Web de Universidades de Webometrics, siete universidades latinoamericanas se encuen-tran entre las 300 mejor “rankeadas” del mundo. Cuatro de ellas son brasileñas, mientras que Argentina, Chile y México

Figura 1Universidades Registradas en el Ranking Web de Universidades (2013)

Nota. Fuente: (http://www.webometrics.info/)

8000

7000

0América

Latina y el Caribe

6000

5000

4000

1000

2000

3000

39893633

5855

7508

1325993

178

América del Norte

Europa Asia África Mundo Árabe

Oceanía

632+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

tienen una universidad en este grupo. Estos datos muestran el posicionamiento de Brasil en materia universitaria en la región, aspecto que se reafirma si se observan datos de pro-ducción científica publicada en revistas indexadas.

Desde la década de 1970 a 2008, la matrícula de estudiantes en universidades latinoamericanas creció de forma signi-ficativa. Hoy estas universidades tienen doce veces más estudiantes que en la década de 1970. Ese crecimiento acom-paña la tendencia general de expansión de la matrícula pero no de forma tan pronunciada como ocurre a nivel global (ver Figura 3). La región se encuentra por debajo del nivel medio de crecimiento de la matrícula universitaria global.

Figura 2Número de Universidades en el Ranking Web de Universidades 2009-2013, por Región

Nota. Fuente: (http://www.webometrics.info/)

250

200

0

2009

150

100

50

2010 2011 2012 2013

América del Norte

Europa Asia América Latina

Oceanía Mundo Árabe

África

633+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Figura 3Evolución de la Mmatrícula (Número de Estudiantes) en Miles (1970-2008)

Nota. Fuente: Brunner y Ferrada Hurtado (2011).

250000

200000

0

1970

150000

100000

50000

1980 1990 2000 2088

América Latina y el Caribe Iberoamérica Mundo

Figura 4Evolución de la Matrícula (Número de Estudiantes) en Miles por Países (1970-2008)

Nota. Fuente: Brunner y Ferrada Hurtado (2011).

7000

6000

0

1970

5000

4000

3000

1980 1990 2000 2088

2000

1000

Argentina Brasil Chile Colombia

México Perú Venezuela

634+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Debe señalarse también, que las tendencias de expansión de la matrícula universitaria muestran asimetrías entre países. Si se observa la Figura 4, Brasil es el país que presenta una tendencia mayor en el crecimiento de la matrícula, particu-larmente a partir de la década de los 2000.

Las universidades de la región han crecido en su número de estudiantes matriculados acompañando, aunque de manera no tan pronunciada, una tendencia que en América Latina parece acrecentarse a partir de la década de los 2000. En el marco de un sistema internacional en proceso de reconfigu-ración, al menos desde la crisis iniciada en 2008, América Latina se posiciona con relativa prosperidad y se vuelve a plantear el dilema de pensar por qué senderos optar en la encrucijada de caminos al desarrollo. En este contexto el rol de las universidades parece clave y la producción de conoci-miento vuelve a ser un aspecto central para ser repensada. Las tensiones entre el modo 1 y el modo 2 tendrán que ser debatidas a la luz de una coyuntura que demanda respuestas.

d) Expansión (¿y Declive?) de los Centros de Investigación en América Latina

El crecimiento y la diversificación del sistema universitario no es la única innovación de relieve ocurrida, desde el pun-to de vista institucional, en la oferta de conocimiento en la región durante las últimas décadas. Junto con este proce-so se ha verificado, como en otras partes, un aumento del número, actividad e influencia de los centros de investiga-

635+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

ción (Levy, 1996). De acuerdo al informe 2013 Global Go To Think Tank, sobre un total de 6.826 instituciones repor-tadas, en América del Sur y América Central existen 662 centros de investigación.

La expansión de los centros de investigación en América Latina forma parte de tendencias globales hacia el aumento del papel de la información y la expansión de las funciones del Estado, que tiende a acelerarse cuando se manifiestan problemas serios en la legitimidad de los gobiernos (Mc Gann, 2013)4. Pero para dar cuenta de este fenómeno en nuestra región hay que mencionar otros procesos. En pri-mer lugar, en muchas partes, los regímenes autoritarios, al expulsar a los investigadores de las universidades públicas, los obligaron a crear sus propias instituciones en la esfera privada y a convertirse en consultores. En segundo lugar, la politización y la masificación de las universidades, en la medida en que las alejaron de los gobiernos y las obligaron a concentrar su esfuerzo en la docencia, inhibieron el de-sarrollo de investigación orientada a las políticas públicas y favorecieron, de este modo, la irrupción de instituciones es-pecializadas en proveer de insumos a los responsables de las políticas públicas. En tercer lugar, el giro hacia el Mercado verificado en los noventa, en tanto debilitó la tradicional cen-tralidad del Estado latinoamericano, favoreció el desarrollo de la sociedad civil y de sus organizaciones.

4 Mc Gann (2013:16) propone escuetamente las siguientes razones para el crecimien-to de los think tanks en los siglos XX y XXI: “Information and technological revolu-tion; End of national governments’ monopoly on information; Increasing comple-xity and technical nature of policy problems; Increasing size of government; Crisis of confidence in governments and elected officials; Globalization and the growth of state and non-state actors; Need for timely and concise information and analysis ‘in the right form at the right time and in the right hands’. (...)”.

636+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Figura 5Número de Centros de Investigación Establecidos por Período (1900-2007)

Nota. Fuente: McGann (2013).

Nº de TT establecidos 2 per. Móvil (Nº de TT establecidos)

1600

1400

0

1200

1000

800

200

400

600

1900

-191

0

1911

-192

0

1921

-193

0

1931

-194

0

1941

-195

0

1951

-196

0

1971

-198

0

1961

-197

0

1981

-199

0

1991

-200

0

2001

-200

7

El número total de centros de investigación en el mundo sigue creciendo de acuerdo a los datos del proyecto lidera-do por McGann (pasó de 5.465 en 2008 a 6.826 en 2013). Pero el número de centros de investigación que se estable-cen por año ha venido declinando desde comienzos del siglo XXI como se desprende la Figura 5. Es probable que este declive ayude a explicar por qué en las algunas regiones, como América Latina, Europa y Oceanía, el número total de centros de investigación registrado en 2013 es inferior al de 2012 como puede verse en la Figura 6.

637+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Algunas de las razones que propone McGann (2013:16)5 para explicar la tendencia declinante del número de cen-tros de investigación establecidos por año pueden ayudarnos a entender qué podría estar pasando en nuestra región. Es posible que algunos hayan desaparecido por déficits institucionales propios. También es posible que las trans-formaciones verificadas en los últimos años les hayan hecho

5 La disminución de la cantidad de centros de investigación establecidos por año, según McGann, podría deberse a los siguientes factores: “Political and regulatory

environment hostile to think tanks and NGOs in many countries; Decrease funding for

policy research by public and private donors; Public and private donors move to short term,

project specific funding instead of investing in ideas and institutions; Underdeveloped in-

stitutional capacity and the inability to adapt to change; Increased competition from ad-

vocacy, organizations, for-profit consulting firms, law firms and 24/7 electronic media;

Institutions have served their purpose and have discontinued their operations”. (2013:16).

Figura 6Número de Centros de Investigación por Región (2008 – 2013)

Nota. Fuente: McGann (2008, 2009, 2010, 2011, 2012, 2013).

2500

2000

0

2008

1500

1000

500

2010 2011 2012 2013

América del Norte

Europa Asia América Latina y el CaribeOceanía Oriente Medio y

Norte de ÁfricaÁfricaSubsahriana

2009

638+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

perder su razón de ser fundacional. También es posible que el fortalecimiento de las capacidades estatales ocurrido du-rante el reciente “giro a la izquierda” haya dejado menos espacio para la acción de las organizaciones de la sociedad civil. Pero, además, hay que tomar en cuenta las transforma-ciones recientes del mundo universitario. En la medida en que las universidades de la región intentan conciliar “cali-dad” (modo 1) y “pertinencia” (modo 2), mejoran su vínculo con las empresas privadas y el estado, y desarrollan destre-zas para la consultoría y el asesoramiento, se convierten en fuertes competidoras de los centros de investigación.

e) Principales Indicadores de la Oferta de Investigación para Políticas Públicas

La producción científica en la región ha experimentado un fortalecimiento muy visible. Desde 1990 en adelante se multi-plicó por ocho el gasto en Actividades de Ciencia y Tecnología y en Investigación y Desarrollo (Figura 7); en relación al PBI el gasto en I+D también creció sensiblemente (Figura 8) aunque en menor proporción que en otras partes (Figura 9). También aumentó el número de investigadores (Figura 10) y de PhDs (Figura 11). Finalmente, crecieron las publicaciones científi-cas en general (Gráfico 12) y las de las Ciencias Sociales en particular (Gráfico 13). Según Hernández Asensio (2014), la proporción de artículos científicos producidos en América Latina, en los últimos 15 años se cuadruplicó en términos absolutos (superando la barrera de los 100.000 artículos indexados en SCOPUS) y casi duplicó su participación rela-tiva (al pasar del 2,2 al 4,0 por ciento). Todos los indicadores muestran un crecimiento menos volátil durante la primera década del siglo XXI que durante la última del siglo XX.

639+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Figura 7Evolución del Gasto en Actividades de Ciencia y Tecnología y en I+D en USD

Nota. Fuente: RICYT (http://www.ricyt.org/)

ACT (Millones de dólares corrientes)

70000.00

1990

2011

0.00

60000.00

50000.00

40000.00

30000.00

2000.00

10000.00

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

2009

2010

I+D (Millones de dólares corrientes)

Figura 8Gasto en I+D en Relación a PBI en América Latina y el Caribe

Nota. Fuente: RICYT (http://www.ricyt.org/)

ACT (Millones de dólares corrientes)

0.90%

1990

2011

0.00%

0.60%

0.50%

0.40%

0.30%

0.20%

0.10%

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

2009

2010

0.80%

0.70%

640+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Como puede verse en la Figura 9, el gasto en I+D en re-lación al PBI en América Latina es en términos relativos menor que el de países como Estados Unidos. Aunque debe señalarse que, luego de un descenso a inicios de la década de los 2000 probablemente explicado por crisis económicas que impactaron la región, a partir de 2005 existe una ten-dencia al aumento del gasto en este rubro, alcanzando un 0,78% del PIB como promedio regional en 2011.

El número de investigadores en la región muestra también una tendencia creciente a partir de la década de los 2000. Tanto medido en personas físicas como en equivalencia a jornada completa, aunque debe decirse que en este último caso, el número de investigadores por cada mil habitantes de la PEA es menor.

Figura 9Gasto en I+D en Relación a PBI Comparado

Nota. Fuente: RICYT (http://www.ricyt.org/)

3.50%

3.00%

0.00%

2.50%

2.00%

1.50%

Canadá España Estados Unidos

América Latina y el Caribe

1.00%

0.50%

Iberoamérica

1990

2011

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

2009

2010

641+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

También durante la década de los 2000 crece el número de doctores en la región. Aunque en términos comparados con Estados Unidos la región se encuentra lejos de las cifras registradas por este país. Si se observa la Figura 12, el área disciplinar que concentra más doctores es Humanidades, seguida por las Ciencias Sociales.

Figura 10Evolución del Número de Investigadores (Equivalencia a Jornada Completa) Cada Mil Habitantes de la PEA en América Latina

Nota. Fuente: RICYT (http://www.ricyt.org/)

2.00

1.80

0.00

1.60

1.40

1.20

Personas físicas Equivalencia a jornada completa

1.00

0.80

1990

2011

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

2009

2010

0.60

0.40

0.20

642+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Figura 11Gasto en I+D en Relación a PBI Comparado

Nota. Fuente: RICYT (http://www.ricyt.org/)

80000

70000

0

60000

50000

40000

España Estados Unidos América Latina y el Caribe

30000

20000

1991

2009

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

10000

Figura 12Evolución de la Cantidad de Phds en América Latina por Disciplina

Nota. Fuente: RICYT (http://www.ricyt.org/)

7000

6000

0

5000

4000

3000

2000

1000

1990

2011

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

2009

2010

Ciencias Naturales y Exactas

Ciencias Médicas Ciencias Sociales Ingeniería y Tecnología

Ciencias Agrícolas Humanidades Sin Asignar

643+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Si se observa la Figura 13, también se puede observar como a partir de la década del 2000, y marcadamente más desde el 2005 aumenta el número de publicaciones en Ciencias Sociales registradas en la base de datos bibliográfica SCOPUS. Este dato muestra la misma tendencia que antes se señalaba para el aumento del gasto en I+D, el aumento del número de investigadores y doctores. Pero como se verá más adelante la región presenta heterogeneidades.

Figura 13Publicaciones Latinoamericanas de Ciencias Sociales en SCOPUS

Nota. Fuente: Buquet (2013).

6000

5000

0

4000

3000

2000

Artículos publicados por año Exponencial (Artículos por año)

1000

1991

2011

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

2010

644+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

f) Asimetrías Nacionales

Los números agregados presentan un panorama alentador sobre la evolución reciente de la producción científica en la región. Pero no permiten registrar uno de los rasgos más relevantes del panorama científico regional: la existencia de fuertes asimetrías en el desarrollo científico entre los dis-tintos países. En ese sentido, Hernández Asensio (2014) distingue entre tres grupos de países. En los del primer grupo (Colombia, Haití, Perú y Brasil) la producción cientí-fica crece más que el promedio de la región. En el segundo grupo (integrado entre otros por Panamá, Ecuador, Chile, Uruguay, Paraguay, El Salvador y Bolivia), el crecimiento de la producción se sitúa en el entorno del promedio de regional. En el tercero, la producción crece menos que el promedio (México, Argentina y Venezuela).

Brasil lidera el crecimiento científico regional. Sus investiga-dores son responsables de más de la mitad de los artículos científicos producidos en la región. Desde el punto de vis-ta del ritmo de crecimiento, el caso más exitoso es el de Colombia que logró cuadruplicar su producción científica en solamente siete años (2004-2013). En el Cono Sur, se destaca Chile que produce el 40% de los artículos científicos de esta subregión y que registra la tasa más alta de crecimiento de la productividad científica de la región. En el polo opuesto, países como México, Argentina y Venezuela han perdido importancia en la producción científica.

Estudiando la evolución reciente de las ciencias sociales Buquet (2013), encontró tendencias similares a las reporta-das por Hernández Asensio (2014). Los investigadores de

645+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Brasil producen casi la mitad de los artículos de ciencias so-ciales publicados por SCOPUS. México, Chile y Argentina tienen una participación destacada en estas disciplinas. Colombia y Venezuela tienen una participación similar. Estos seis países generan más del 90% de la producción científica en ciencias sociales.

Tabla 2Artículos SCOPUS por país de afiliación del autor

Nota. Fuente: Buquet (2013).

País Artículos Porcentaje

Brasil 9.169 46,3%

México 2.895 14,6%

Chile 2.594 13,1%

Argentina 1.910 9,6%

Venezuela 1.032 5,2%

Colombia 931 4,7%

Cuba 376 1,9%

Perú 297 1,5%

Uruguay 194 1,0%

Costa Rica 175 0,9%

Bolivia 74 0,4%

Guatemala 74 0,4%

Ecuador 54 0,3%

Nicaragua 15 0,1%

Honduras 10 0,1%

República Dominicana 5 0,0%

Paraguay 4 0,0%

El Salvador 3 0,0%

Panamá 1 0,0%

646+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

3. Vínculos entre Centros de Investigación y Universidades

En el marco de tendencias globales (el viraje hacia sociedades del conocimiento), la producción científica en nuestra región, como acaba de verse, ha experimentado durante las últimas dos décadas una transformación muy importante. En primer lugar, tanto la multiplicación de universidades privadas como la expansión del subsistema de centros de investigación modi-ficaron de modo significativo el mapa del sector en términos institucionales. En segundo lugar, la producción científica, en general, y la de las ciencias sociales, en particular, experimen-tó una fuerte expansión. En tercer lugar, cambió la forma de producción de conocimiento. Acompañando el patrón univer-sal detectado por Gibbons et al (1994), junto a la producción disciplinar tradicional generada en las universidades (M1), ha hecho irrupción un nuevo modo de producción de cono-cimiento orientado a la solución de problemas específicos de la producción y el gobierno (M2).

Uno de los rasgos más importantes de esta nueva modalidad es que se multiplican los lugares en los que genera el cono-cimiento y aumentan los vínculos entre sí. En términos de Gibbons et al (1998): “la modalidad 2 se caracteriza por: a) un aumento del número de lugares en que puede crearse cono-cimiento; ya no se trata únicamente de las universidades y el cuerpo docente, sino también de institutos no universitarios, centros de investigación, organismos públicos, laboratorios industriales, centros de estudio, consultorías, por medio de su interacción, b) la vinculación de los lugares en una multitud de formas -electrónicas, organizacionales, sociales, informa-les- mediante redes de comunicación en funcionamiento”.

647+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Los múltiples vínculos entre centros de investigación y uni-versidades que se pondrán de manifiesto a continuación deben ser analizados sin perder de vista esta tendencia gene-ral. Las universidades no son el único centro de generación de conocimiento. En lo que refiere a las ciencias sociales, comparten esta tarea con otras instituciones, en particular con los centros de investigación. Entre ambas instituciones existen vínculos muy variados que van desde el extremo de la máxima cooperación (formulación de alianzas estratégicas de mediano o largo plazo) al de la competencia por influen-cia, recursos humanos y fondos de investigación.

a) Modalidades de Cooperación

Los vínculos entre universidades y centros de investigación son muy variados. A continuación se presentan en orden de profundidad creciente.

Educación

Todos los estudios de caso insisten en que, entre ambas instituciones, existe un vínculo básico, inicial, probablemen-te obvio, pero de importantes consecuencias: aunque, en muchos países, completaron su formación con estudios de posgrado (maestrías o doctorados) en el exterior, en términos generales, los investigadores de los centros de investigación recibieron la formación de grado en las universidades de sus respectivos países.

Es de la mayor importancia no perder de vista este punto de partida. Ayuda a entender muchos de los vínculos posteriores (circulación de documentos, redes compartidas, “doble mili-

648+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

tancia”, cooperación por proyectos, alianzas estratégicas). El pasaje por la universidad no solamente deja en el estudian-te un bagaje de conocimientos científicos significativo y un conjunto de valores y creencias acerca del papel del saber en las sociedades modernas. El estudiante, durante estos años, va tejiendo una extensa red de relaciones con docentes y es-tudiantes. Esta red perdura luego del egreso y pasa a formar parte del capital social del graduado (o postgraduado).

A nivel de enseñanza existe otro tipo de vínculo muy im-portante: los investigadores de los centros de investigación suelen actuar, al mismo tiempo, como docentes en las uni-versidades. Esta actividad docente no solamente les permite desarrollar una dimensión de su vocación. Además, los pone en contacto con estudiantes de talento que, a su vez, podrán ser reclutados como ayudantes de investigación en los cen-tros de investigación.

Comunicación

Entre universidades y centros de investigación existe una cir-culación intensa de documentos ricos en contenido. Barrera y Matas, autores de los análisis bibliométrico y webométrico detallados en el anexo a, analizaron las redes de comunica-ción entre 3.745 universidades y 325 centros de investigación de América Latina y el Caribe. Más específicamente, midie-ron cuánto interés existe en las universidades por utilizar el conocimiento producido en los centros de investigación. Para ello elaboraron cinco indicadores:

649+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

i) Tamaño: cantidad de páginas individuales que se encuen-tran bajo su dominio. Es una aproximación cuantitativa a la presencia de cada institución en la Web.

ii) Apertura: Contabiliza la cantidad de archivos ricos en contenido (Word, PowerPoint y PDF) alojados en el sitio bajo análisis.

iii) Impacto: Da cuenta de las referencias (links) recibidos por cada sitio desde otros sitios Web. Cuantifica el presti-gio, el uso y el valor de la información dado por terceros.

iv) Impacto universitario: Porcentaje de los links recibidos desde las páginas Web de universidades en relación al total de las referencias realizadas (sin importar el origen) al sitio Web analizado.

v) Impacto universitario LAC: Es equivalente al anterior, pero sólo toma en consideración las referencias recibi-das desde universidades de la región.

La información generada fue resumida por los autores en la Tabla 3. Como puede verse, existen importantes diferencias entre los distintos países. En los dos indicadores que se re-fieren al volumen del centro de investigación (“tamaño” y “apertura”) se destacan, por orden alfabético, Bolivia, Brasil, Chile y México. En el de “impacto” se despegan notablemente los centros de investigación peruanos. Los de Brasil apare-cen en un lejano segundo lugar, pero a su vez, claramente por encima de los de los demás países. En los de impacto universitario se destacan los de Argentina y Uruguay. Los de Uruguay son los que registran la mayor proporción de links

650+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

desde universidades, en general, y desde sitios universitarios de la región, en particular. El caso uruguayo sugiere que po-dría existir un nexo causal entre el proceso de formación de los centros de investigación y el tipo de vínculos que tienen con el sistema universitario. Como nos recuerda Landoni, en el estudio para Uruguay, algunos de los centros de investiga-ción más conocidos e influyentes del país (CINVE, CIEDUR y CIESU son los ejemplos más conocidos) fueron creados durante el régimen autoritario por universitarios que habían sido expulsados de la Universidad de la República. Por eso mismo, desde el comienzo, tuvieron una fuerte vocación académica que todavía conservan.

Tabla 3El Impacto de los Centros de Investigación de América Latina y el Caribe

Nota. Fuente: Barrera y Matas (2013)

Paí sCantidad

de centros de inv.

Tamaño promedio

Apertura promedio

Impacto promedio

Impacto universitario

Impacto universitario

(ALAC)

Uruguay 13 228,92 88,62 1.852,46 9,35 8,80

Argentina 38 386,89 104,39 12,411,68 8,09 7,44

México 26 2.112,62 652,92 19.586,54 4,09 3,85

Perú 42 475,12 185,36 310.744,38 2,84 2,74

Paraguay 18 126.56 37,78 6.547,78 2,56 2,43

Colombia 19 477,53 145,58 18.211,32 2,53 2,28

Ecuador 4 173,25 17,25 6.983,00 2,00 0,67

Costa Rica 5 137,80 82,80 628.00 1,84 0,38

Guatemala 16 150,56 44,75 5.053,75 1,79 0,83

Brasil 23 2.013,17 492,70 88.181,48 1,41 1,33

Chile 14 1.883,64 906,50 29.842,64 1,14 1,03

Venezuela 5 343,00 50,80 8.349,80 0,89 0,65

Bolivia 17 1.619,76 504,35 44.750,59 0,68 0,42

R. Dominicana 3 533,33 42,00 5.047,33 0,65 0,33

El Salvador 3 319,33 19,33 14.024,33 0,50 0,34

Nicaragua 2 47,50 13,00 2.766,50 0,26 0,27

Honduras 3 72,00 53,33 1.674,00 0,03 0,00

651+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Redes

Los investigadores de universidades y centros de investi-gación pueden participar en las mismas redes de expertos. En tanto profesionales, forman parte y, por ende, cooperan entre sí en las asociaciones profesionales nacionales y re-gionales. Cuando comparten creencias y valores respecto a qué cambios hay que promover en las políticas públicas, integran las mismas comunidades epistémicas y, llegado el caso, animan las mismas coaliciones promotoras.

Hernández Asensio, autor del estudio para Perú, reporta un caso exitoso y especialmente interesante de cooperación en red de investigadores de universidades y centros de in-vestigación en Perú. Se trata del Seminario Permanente de Investigación Agropecuaria (SEPIA), que funciona desde co-mienzos de la década del ochenta. Es una red de expertos que reúne las principales características de una comunidad episté-mica.6 Integrada por antropólogos, sociólogos, historiadores, economistas, ingenieros agrónomos, geógrafos, entre otros,

6 Peter M. Haas (1992:3) define las comunidades epistémicas del modo siguiente:

“An epistemic community is a network of professionals with recognized expertise and

competence in a particular domain and an authoritative claim to policy-relevant knowl-

edge within that domain or issue-area. Although an epistemic community may consist

of professionals from a variety of disciplines and backgrounds, they have (1) a shared set

of normative and principled beliefs, which provide a value-based rationale for the social

action of community members; (2) shared causal beliefs, which are derived from their

analysis of practices leading or contributing to a central set of problems in their domain

and which then serve as the basis for elucidating the multiple linkages between possible

policy actions and desired outcomes; (3) shared notions of validity that is, intersubjective,

internally defined criteria for weighing and validating knowledge in the domain of their

expertise; and (4) a common policy enterprise-that is, a set of common practices associated

with a set of problems to which their professional competence is directed, presumably out

of the conviction that human welfare will be enhanced as a consequence”. Es el caso de SEPIA. Los investigadores de esta red son profesionales de diversas disciplinas que cooperan entre sí porque creen necesario superar la dispersión de estudios rurales para fortalecer las capacidades locales y para, de este modo, contribuir al desar-rollo económico y social. Además, comparten que el debate abierto y la exposición pública son el principal mecanismo para validar el conocimiento científico.

652+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

esta red apuesta a la construcción de capacidades locales para el abordaje de los problemas agropecuarios mediante la difu-sión pública de resultados de investigación. SEPIA organiza un seminario cada dos años en alguna ciudad del interior del país a partir de la cooperación entre una universidad pública y una ONG local. (Hernández Asensio 2013).

Cooperación en proyectos específicos

Universitarios e investigadores de centros de investigación cooperan frecuentemente en proyectos concretos. La coo-peración aparece cuando ambas instituciones presentan perfiles complementarios. Más específicamente, depende de si las universidades han desarrollado o no capacidad para generar diagnósticos y alternativas de reforma para políticas públicas. En algunos países, como Brasil, las universida-des tienen un gran desarrollo como usinas de producción de conocimiento científico pero recién están comenzando a generar conocimiento policy relevant. En otros, las uni-versidades siguen siendo, esencialmente, instituciones de educación terciaria sin actividad de investigación signi-ficativa. En ambos casos, más allá de sus diferencias, las universidades se apoyan en el conocimiento generado en los centros de investigación para poder incidir en las políticas públicas. A su vez, los centros de investigación se asocian con las universidades para buscar prestigio, legitimidad aca-démica y para, de este modo, incrementar el impacto público y político de sus investigaciones. Según Alfredo Joignant las interacciones son “instrumentales”: “Un think tank tiene in-terés por amplificar su público por eso se interrelaciona con las universidades y por su parte las universidades intentan

653+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

llegar a públicos más políticos” (Flisfisch, Prieto y Siebert, en el estudio chileno).

El estudio sobre Brasil coordinado por Leonardo Secchi y Leticia Elena Ito nos ayuda a entender más claramente por qué predomina la cooperación sobre la competencia entre ambas instituciones. Al analizar la experiencia del Instituto Fernando Henrique Cardoso se señala:

“Los directores entrevistados no perciben competencia entre el

IFHC y las universidades. El enfoque de investigación es diferente.

Las universidades tienen enfoque de investigación descriptiva para

construcción teórica, mientras que el IFHC produce investigación

aplicada y para instrumentalización decisional. IFHC y universidades

tampoco compiten en las métricas de suceso, pues para los universi-

tarios lo que cuenta es el número de publicaciones y las revistas con

factor de impacto, mientras que al IFHC la métrica es la repercusión

política y divulgación de hallazgos en los medios de comunicación.

Las fuentes de recursos son diferentes, las universidades buscan

bolsas en agencias financiadoras públicas (FINEP, CNPq, FAPESP),

mientras que al IFHC las fuentes de financiación son los donantes,

las peak organizations, y los organismos multilaterales”.

“Doble militancia”

Universidades y centros de investigación suelen compartir recursos humanos. La lógica subyacente a esta modalidad de cooperación es muy sencilla. A los docentes universita-rios les conviene dedicar parte de su tiempo al trabajo de consultoría en los centros de investigación. Esto les permite aumentar sensiblemente sus ingresos. Esto se vincula a las

654+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

dificultades que sigue presentando, en muchos países, el acceso a una carrera académica bien remunerada. Aunque, a lo largo de la última década, han ido aumentando los re-cursos invertidos en educación, como ha señalado Norberto Fernández “las plazas con ‘exclusividad’ no abundan en la región” (2012:65).

A su vez, la inserción de universitarios genera un efecto beneficioso en estas organizaciones. En este sentido, el testimonio de Francisco García, de Libertad y Desarrollo, re-cogido en el estudio elaborado por Flisfisch, Prieto y Siebert sobre el caso chileno es muy valioso:

“Nosotros (…) estamos inmersos en ambientes académicos. Eso

tiene un montón de efectos, por ejemplo aumenta el nivel de exi-

gencia del tipo de publicación o declaración que se hace… todo esto

hace que uno aumente mucho los estándares y básicamente que

uno no esté hablando solo en términos de divulgación sino que el

nivel de estándar de exigencia académico de rigor es muy alto…

No es que nosotros publiquemos papers “ISI” o “SCIELO” o que

esa sea la principal preocupación de los investigadores de acá. Pero

como también hay académicos que están preocupados de publicar

se genera ese efecto virtuoso y nosotros eso lo promovemos”.

Por el otro lado, también los investigadores de los centros de investigación tienen incentivos para dedicar parte de la jornada laboral a la docencia universitaria. Al trabajar en las universidades los docentes ganan prestigio e incrementan el impacto de la producción que generan en los centros de investigación. En este sentido, es muy esclarecedor el tes-timonio aportado por Patricio Meller de CIEPLAN (en el estudio país para Chile):

655+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

“nosotros sacamos un libro aquí en CIEPLAN y yo empujo para

lanzarlo en la universidad con los estudiantes (…). Aquí no tenemos

muchos jóvenes entonces allá tiene mucho más impacto, llega di-

recto a los estudiantes, a los profes y a los investigadores (…). Llega

a gente además de distintos lados.”

Alianzas estratégicas

Los estudios nacionales registraron muy pocas convenios de cooperación de mediano y largo plazo. Puello-Socarrás, al estudiar el caso argentino, concluye que “la articulación con las universidades en términos de consorcios ha sido ex-cepcional” Ejemplos de esto son el Programa de Gobierno Electrónico de CIPPEC con la Universidad de San Andrés, el Encuentro de Economías Regionales de Grupo Plan Fénix y Universidades Públicas Nacionales, y la alianza en-tre la Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas y la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Río IV para la organización de seminarios y foros de debates. Landoni, al analizar el caso uruguayo, reporta el convenio de cooperación entre CINVE y la Universidad ORT para formación de posgrado en Economía.

b) Modalidades de Competencia

Centros de investigación y universidades no sólo tienen dinámicas de cooperación. También existen importantes zo-nas de conflicto entre ambos tipos de instituciones. Aunque en ocasiones también compiten por influir en la agenda pública, la competencia fundamental es por recursos, tanto por captar (y conservar) investigadores calificados como por fondos de investigación (públicos y privados, nacionales e internacionales).

656+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Los casos de Perú y Uruguay

Algunos de los estudios nacionales realizados en el marco de este proyecto reportan que existe una competencia intensa, incluso creciente, entre centros de investigación y universi-dades por recursos humanos y por fondos de investigación. Hernández Asensio, para el caso peruano y Landoni, para el uruguayo, ofrecen testimonios muy ilustrativos acerca de estas dinámicas. En ambos casos, como se verá enseguida, los cambios recientes en el entorno parecen haber agudiza-do la competencia entre estas instituciones.

Dice Hernández Asensio (en el estudio para Perú):

“universidades y centros de investigación tienden a buscar cada

vez más un mismo perfil profesional, que combina capacidad de

investigación y habilidades para la gestión de proyectos. Esto se

debe a que las fronteras entre ambos tipos de instituciones tienden

a diluirse: las universidades cada vez hacen más investigación y los

centros de investigación, cada vez más, se adentran en la docencia

como fórmula para incrementar sus ingresos ante la disminución

de la cooperación internacional. Esto lleva a una mayor competen-

cia por reclutar profesionales y también a una mayor presión en

favor de la dedicación exclusiva, por lo que en muchos casos los

investigadores se ven obligados a elegir, en la práctica, entre su per-

tenencia a universidades o centros de investigación”.

Por su parte, Landoni, para el caso uruguayo, registró un proceso similar: el CLAEH, uno de los primeros centros de investigación de la historia del Uruguay, debió apostar a reco-rrer el camino de convertirse en una universidad para poder sobrevivir a cambios fuertes en el entorno. Por un lado, de-

657+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

bió hacer frente a la disminución radical del financiamiento internacional disponible ocurrido luego de la recuperación de la democracia (1985 en adelante). Por el otro, sufrió la creciente competencia de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República, que comenzó a ofrecer servicios de consultoría.

De todos modos, las universidades públicas (como la Universidad de la República en Uruguay) no sólo compiten mejor con los centros de investigación por haber desarro-llado, durante la última década, destrezas crecientes en el terreno de la consultoría y por haber incrementado su con-tacto con el Estado. Además, mejoraron su capacidad para captar y retener recursos humanos porque dispusieron de presupuestos crecientes. Gabriel Oddone, uno de los exper-tos consultados por Landoni a propósito del caso uruguayo, sintetiza la situación en los términos siguientes: “La existen-cia de mayores dinámicas de investigación y más recursos en las universidades implica que se está retaceando recursos hacia los think tanks que no tienen ya la ventaja comparati-va de mayores remuneraciones. Esto implica una rivalidad”. El desarrollo de las universidades privadas, en este sentido, genera una restricción adicional.

4. Factores que Afectan el Vínculo entre Centros de Investigación y Universidades

Las variables que inciden en el vínculo entre centros de in-vestigación y universidades son muy numerosas. En lo que sigue se profundiza en los aspectos que se consideran más relevantes. Ellos son los siguientes: (i) el entorno político económico y social, los rasgos específicos de (ii) universida-

658+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

des y (iii) centros de investigación y (iv) la importancia del contacto personal.

a) El Entorno Político, Económico y Social

Ciencia y sociedad están profundamente vinculadas. El desarro-llo de las ciencias sociales (y de su trama institucional, ya sean universidades o centros de investigación) en América Latina es inseparable de las peripecias de nuestras sociedades. El de-sarrollo de la Economía está vinculado con la crisis del 29 y el proceso de industrialización ulterior, y tiene en la creación de CEPAL un punto de inflexión fundamental. La Sociología des-pegó en los cincuenta y sesenta, con el telón de fondo de las importantes transformaciones sociales de la época. Las crisis políticas que, en muchos países, derivaron en la instalación de regímenes autoritarios incentivaron la reflexión sobre la “auto-nomía” de la política y estimularon, de este modo, el despegue de la Ciencia Política. Las universidades fueron profundamente afectadas por los vaivenes sociales, políticos y económicos. La creación de los centros de investigación, a su vez, no puede ser comprendida sin remitirla a ese marco general.

El entorno político, económico y social, por tanto, afecta pro-fundamente el vínculo entre universidades y centros de investigación. La crisis (mejor dicho, la “sensación de crisis”) convoca al universitario a participar en los asuntos públicos para cooperar en la búsqueda de soluciones. Cuanto más gra-ves sean los problemas (cuanto más aguda sea la “sensación de crisis”), más obligados a involucrarse en los asuntos públicos se sentirán universitarios e investigadores de los centros de in-vestigación. El estímulo a la participación no necesariamente se convierte en incentivo para la cooperación entre los investi-

659+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

gadores de las distintas instituciones. La “sensación de crisis” suele estimular la polarización ideológica y ésta, a su vez, puede impedir la cooperación entre instituciones diferentes.

b) Las Universidades: Ideas, Intereses e Instituciones

• Ideas (creencias y valores). La predisposición a cooperar con los centros de investigación depende de las creen-cias y valores que predominen en universidades de cada país. En primer lugar, depende de cómo conciba cada universidad su misión. Algunas instituciones universita-rias se consideran a sí mismas, en esencia, instituciones educativas. Estas universidades estarán menos orienta-das a buscar alianzas con centros de investigación que aquellas que asignan a las otras funciones típicas de la tradición universitaria latinoamericana, es decir, a la investigación y extensión, mayor importancia. En parti-cular, cuanto más viva esté la tradición de la extensión en una universidad más fácil será construir alianzas (en torno a proyectos específicos u objetivos de mediano plazo) con centros de investigación. En segundo lugar, la propensión a cooperar depende de la visión del pro-ceso científico que predomine entre sus académicos. En aquellas instituciones en las que el modo 1 de produc-ción de conocimiento científico esté más arraigada será más difícil construir puentes con instituciones, como los centros de investigación, que generan otro tipo de conocimiento y que lo validan a través de mecanismos distintos. A su vez, cuanto más abierta esté una ins-titución universitaria hacia el modo 2, más fácil será establecer alianzas con instituciones orientadas a mejo-rar la calidad de las políticas públicas. En tercer lugar, la

660+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

probabilidad de la cooperación entre centros de investi-gación y universidades aumenta cuando existe afinidad político-ideológica entre ambas instituciones.

• Intereses. Las ideas importan. Pero los intereses tam-bién. Para que las universidades intenten cooperar con los centros de investigación deben percibir en esta cooperación una oportunidad para levantar algunas res-tricciones. En primer lugar, la cooperación con los centros de investigación puede permitirles remover la restricción presupuestal. Cuando los académicos no tienen nece-sidad de buscar fondos extra presupuestales prefieren dedicarse a desarrollar su trabajo siguiendo la lógica de la producción de conocimiento tipo M1 siguiendo los in-centivos de los sistemas de investigación de sus países y de sus disciplinas. Las instituciones universitarias co-mienzan a buscar fondos extra presupuestales cuando no tienen más remedio. Este interés por generar mayores ingresos es el punto de partida para la cooperación. De todos modos, también es posible que la restricción pre-supuestal opere como un obstáculo. Esto ocurre cuando la escasez de fondos es demasiado aguda. En estos casos, ambas instituciones se ven forzadas a competir entre sí. En segundo lugar, la cooperación con los centros de in-vestigación le permite a las universidades disminuir la distancia con políticos y formuladores de políticas. La au-tonomía universitaria, uno de los signos de la tradición de Córdoba, primero, y la combinación de politización y radicalización que predominó en los sesenta, después, alejaron a la universidad de los procesos de gobierno. Vincularse a los centros de investigación, instituciones especializadas en tender puentes hacia los gobernantes, les permite a las universidades recorrer muy rápidamente el camino opuesto.

661+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

- Instituciones. La estructura organizativa de las universi-dades también afecta la probabilidad del vínculo con los centros de investigación. En primer lugar, los incentivos a la carrera académica predominantes son un obstáculo poderoso. Los estudios de caso insistieron en este punto. Los incentivos están diseñados para favorecer el M1 y no para estimular la cooperación con los centros de inves-tigación. Como ha dicho Balbachevsky (2008:33-34), las instituciones favorecen un “perfil único de profesor”, un “modelo de oro”, “que consiste en el profesor con docto-rado y contrato integral, cuya actividad de investigación es financiada con recursos externos (y necesariamente públicos, en algunos casos) y con producción publicada en revistas indexadas (preferencialmente por el sistema ISI – Thomson Information Science Institute, para algu-nos países)”. Este modelo no estimula la investigación “pertinente”: “Como se ve, ninguno de los indicadores consagrados en este perfil considera relevante la interface entre la vida académica y la sociedad nacional, su contri-bución para el desarrollo regional o las interacciones de la investigación académica con el sector productivo”. En segundo lugar, la estructura de las universidades suele conspirar contra la cooperación con otras instituciones. El proceso de toma de decisiones, especialmente en las grandes universidades públicas, es muy complejo. La tra-dición del cogobierno, en particular, genera un mapa de múltiples actores relevantes con poder de veto. Además, de estos obstáculos de carácter político existen otros deri-vados de la estructura burocrática: el “papeleo” a la hora de firmar convenios es desestimulante. La consecuencia es que, demasiado a menudo, el proceso decisorio es más lento y complejo de lo requerido para cooperar con orga-nizaciones privadas más ágiles y flexibles.

662+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

c) Los Centros de Investigación: Ideas, Intereses e Instituciones

• Ideas (creencias y valores). La predisposición a coo-perar con las universidades depende de las creencias y valores que predominen en los centros de investi-gación. En primer lugar, para que exista cooperación es preciso que los investigadores de los centros de in-vestigación sean capaces de comprender y valorar los productos de investigación elaborados por los univer-sitarios, es decir, comprender y respetar el modo 1 de producción de conocimiento científico. En segundo lugar, también es preciso que exista cierta convergen-cia ideológica entre ambas instituciones. Los centros de investigación de perfil más alto en lo que refiere a proponer alternativas de reforma serán los que tendrán más dificultades para construir alianzas estables con instituciones académicas. Dicho de otra forma: los cen-tros de investigación más orientados a advocacy serán los que tendrán mayores dificultades para tejer alian-zas estables con universidades. Finalmente, los centros de investigación de origen académico (por ejemplo, los creados como “refugio” de universitarios frente a la amenaza o persecución de regímenes autoritarios) se-rán los que tengan un diálogo más natural y fluido con las universidades.

• Intereses. En la mayoría de los países de la región las universidades siguen siendo las instituciones de pro-ducción de conocimiento más antiguas, conocidas y de mayor prestigio (en algunos países como Brasil, el

663+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

público ni siquiera conoce la existencia de los centros de investigación o tiende a confundirlos con las univer-sidades). Por eso no puede llamar la atención que los centros de investigación intenten asociarse con ellas. Al hacerlo, obtienen beneficios en, por lo menos, tres aspectos decisivos para la persistencia de los centros de investigación. En primer lugar, mejoran su capacidad de fundraising tanto dentro como fuera del país (esto es decisivo: sin captar fondos el centro de investigación perece). En segundo lugar, cuando se asocian con uni-versidades bien conocidas y respetadas por el público, incrementan el impacto en la agenda pública de sus trabajos y propuestas (esto está en la esencia del cen-tro de investigación o think tank: si no genera impacto desaparece). En tercer lugar, cuando obtienen el apoyo de centros académicos de calidad, se aseguran que el producto final alcance estándares de calidad exigentes (sin productos de calidad, no puede generar impactos importantes y, a la corta o la larga, se desprestigia y languidece).

• Instituciones. La probabilidad de la cooperación con las universidades depende también de las característi-cas institucionales de los centros de investigación. En primer lugar, cuanto más académico sea el perfil de un centro de investigación más sencillo le resultará el diálogo y la construcción de vínculos cooperati-vos con las universidades. El perfil académico puede estar dado por diversos factores. A veces deriva de cuándo y cómo fue creado: muchos de los centros de investigación del Cono Sur fueron generados por uni-

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versitarios perseguidos políticamente con la finalidad de poder seguir realizando actividades académicas a pesar de los regímenes autoritarios. Otras veces de-riva de la composición de sus recursos humanos. Muchos centros de investigación de la región fueron fundados por universitarios (egresados de escuelas de gobierno muy prestigiosas) que prefirieron apostar a la incidencia en las políticas que a la vida académica. El estándar académico de sus fundadores asegura que la institución tenga un diálogo natural con el mundo universitario. En segundo lugar, cuanto más sensible a las necesidades de la vida académica sea un centro de investigación más sencillo le resultará obtener el concurso de académicos. La flexibilidad ante las ne-cesidades y restricciones de las carreras académicas de los universitarios, insertos en circuitos en los que sigue prevaleciendo el modo 1 de producción de cono-cimiento, favorece la participación de universitarios en proyectos animados por los centros de investigación.

d) El Contacto Personal como Factor Clave

El vínculo entre centros de investigación y universidades no sólo depende de factores contextuales y de las características específicas de ambas instituciones. El contacto personal entre los investigadores de ambas instituciones es un factor crucial.

El economista uruguayo Gabriel Oddone, entrevistado para este proyecto por Landoni, formuló esta idea muy claramen-te: “El conocimiento de las personas y los investigadores –dijo- es hoy un factor fundamental. La razón por la que hay cooperación en el mundo de los economistas es que to-

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dos nos conocemos y tenemos una relación relativamente buena. Hay una generosidad razonable entre las institucio-nes” (Landoni, en el estudio de país uruguayo). Lo dicho por Oddone sobre la red de economistas uruguayos vale para otras profesiones y países. La cooperación, como desde hace años viene subrayando la literatura sobre capital social, se ve facilitada por la confianza interpersonal. A su vez, ésta nace del conocimiento mutuo. En el caso de los investigado-res de universidades y centros de investigación, el contacto personal muy frecuentemente se inició durante los años de formación, al compartir programas de grado y/o de post-grado. La pertenencia a las mismas redes profesionales o la participación en las mismas comunidades epistémicas, a su vez, potencia estos contactos y genera aún mayores opor-tunidades para la cooperación tanto entre personas como entre instituciones.

5. Conclusiones y Recomendaciones

a) Conclusiones

En el contexto de una década de crecimiento económico sostenido, que contrasta con la falta de dinamismo que ex-hibieron en el mismo lapso los países más desarrollados, la producción científica en América Latina y el Caribe ha ve-nido experimentando un despegue importante como puede constatarse repasando la evolución reciente de los principa-les indicadores (cantidad de universidades y de estudiantes universitarios, número de investigadores posgraduados y de artículos científicos, gasto en I+D, etc.).

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En ese marco, también las ciencias sociales de la región han vivido un desarrollo muy intenso. El panorama institucional muestra una creciente complejidad. Junto a las facultades de ciencias sociales y de humanidades, surgieron numerosos centros de investigación. El desarrollo institucional, a su vez, ha ido acompañado de un no menos intenso crecimiento de la producción científica. Desde 1990 en adelante, el número de artículos aumentó exponencialmente. La ya señalada di-versidad institucional también tiene su correlato en el plano de los productos: junto a los artículos científicos característi-cos del modo 1, ha aparecido una creciente producción que presenta rasgos del modo 2.

El relevamiento realizado por los investigadores que estu-diaron los distintos casos muestra que existen múltiples vínculos entre centros de investigación y universidades. A veces estas instituciones compiten por captar recursos humanos calificados, por obtener fondos concursables na-cionales o internacionales, o por influir en la agenda y en las políticas públicas. Incluso cuando no compiten, universida-des y centros de investigación suelen mirarse con recelo. En general, tienen historias y objetivos organizacionales muy diferentes. Las universidades siguen priorizando la enseñan-za y la producción de conocimiento tipo M1. Los centros de investigación habitualmente no tienen actividades de ense-ñanza y producen conocimiento con muchos rasgos del M2.

A pesar de estas grandes diferencias, existe evidencia em-pírica de numerosas actividades de cooperación tanto en enseñanza como en investigación entre ambas institucio-nes. En el plano de la docencia, las universidades forman los recursos humanos que trabajan en los centros de investiga-

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ción. A su vez, frecuentemente los investigadores de estas instituciones dictan clases en programas de grado o pos-grado de universidades. En el plano de la investigación, el repaso de los casos nacionales permitió registrar numerosas proyectos en los que centros de investigación y universidades optaron por cooperar entre sí para complementarse mutua-mente. Para explicar por qué estas instituciones a pesar de sus notorias diferencias pueden cooperar entre sí hay que tomar en cuenta numerosos factores. En primer lugar, sue-len existir valores y creencias compartidos acerca del papel del conocimiento científico. Por ejemplo, la vieja tradición de la “extensión universitaria” se enlaza naturalmente con la vocación por la incidencia que caracteriza a los centros de investigación. En segundo lugar, ambas organizaciones pueden percibir que sus intereses son convergentes. Por ejemplo, las universidades buscan desarrollar habilidades de consultoría y acercarse a los decisores; los centros de in-vestigación precisan el prestigio de los universitarios. Entre estos factores se destaca uno que no por obvio es menos importante: el contacto personal (que facilita la confianza interpersonal y, por ende, la cooperación institucional).

b) Recomendaciones

Potenciar el vínculo entre universidades y centros de investi-gación no es un fin en sí mismo. En verdad, forma parte de un objetivo mayor: incrementar la oferta de investigación so-cial orientada a mejorar la calidad de las políticas públicas de las democracias latinoamericanas. Pero obtener este objetivo final no es suficiente con trabajar sobre el lado de la oferta. Es imprescindible, al mismo tiempo, seguir estimulando la

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demanda y perseverar en la construcción de mecanismos que faciliten el “nexo” entre investigadores y decisores.

Dada la variedad de vínculos entre universidades y centros de investigación detectadas en el proyecto es imprescindible que las políticas orientadas a potenciar el vínculo entre estas insti-tuciones empiecen por reconocer y atender estas diferencias. De todos modos, a continuación se listan y desarrollan breve-mente algunas de las recomendaciones más generalizables.

• Relacionadas con el contexto. Promover investiga-ciones que enfaticen las “cuentas pendientes” del desarrollo latinoamericano y diseminar extensamente los resultados de estos trabajos. La “sensación de cri-sis” es incómoda pero tiene un corolario muy positivo: estimula el desarrollo de las ciencias sociales y facilita la cooperación entre instituciones.

• Focalizadas en las universidades. Favorecer la com-prensión de la importancia del conocimiento M2 en el desarrollo. Contribuir a instalar un debate orientado a corregir los incentivos de la carrera académica para estimular también el M2. Esto permitiría incrementar la predisposición de los universitarios a cooperar en la generación de conocimiento orientado a las políticas.

• Focalizadas en los centros de investigación. Promover que sus proyectos, además de orientarse a generar diagnósticos y alternativas para incrementar la calidad de las políticas públicas, promuevan la producción de contenidos académicos. Esto facilitaría la participación de universitarios orientados al M1 en proyectos de los centros de investigación.

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• Referidas a promover el contacto personal. Promover actividades que permitan incrementar el contacto entre universitarios e investigadores de centros de investiga-ción. Favorecer encuentros, organizar seminarios para discutir la producción de ambas instituciones, promover publicaciones “mixtas”.

6. Referencias Bibiliográficas

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7. Acerca de los Autores

Adolfo Garcé es Doctor en Ciencia Política, trabaja en el Instituto de Ciencia Política, en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República, en Uruguay. Sus principales campos de investigación son el nexo entre in-vestigación social y políticas públicas y la dinámica de las ideologías partidarias. Es autor de numerosos artículos y capítulos de libros entre los que están: “Determinantes polí-ticos de la utilización de investigación social en las políticas públicas. Comparando Uruguay y Chile”, “Ideas y com-petencia política. Revisando el ‘fracaso’ de la Comisión de Inversiones y Desarrollo Económico (1960-1973)”, “Think Tanks and Public Policies in Latin America”, “Think Tanks y Políticas Públicas en Latinoamérica” y el capítulo “Panorama de la relación entre think tanks y partidos políticos en América Latina. Estudio marco”.

Camilo López es candidato a Doctor en Ciencias Políticas (Instituto de Ciencia Política - Facultad de Ciencias Sociales - Universidad de la República, Uruguay/ICP - FSC - UdelaR). Master en Ciencias Políticas (ICP - FSC - UdelaR). Ha trabajado en UNESCO, AECID y CEFIR, entre otras ac-tividades.

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8. Anexos

a) Resultados de los Análisis Webométricos y Bibliométricos.

Con el objetivo de analizar las relaciones entre los centros de investigación o think tanks y las universidades en la pro-ducción de conocimiento desde una perspectiva cuantitativa se llevaron a cabo dos estudios: un análisis webométrico que estudió la visibilidad de las páginas web de los centros de investigación, utilizando indicadores cuantitativos en re-lación a las páginas web, la cantidad de documentos ricos disponibles en ellas, y las vinculaciones a las páginas de otras instituciones, particularmente a universidades; y un análisis bibliométrico que cuantificó, a través de la búsque-da en una base indexada, la colaboración entre los centros de investigación seleccionados en los estudios por país, sus investigadores e investigadores en universidades, en térmi-nos de publicaciones conjuntas, y mapeó los contenidos de las publicaciones para identificar clústeres temáticos.

Estos análisis sirvieron como insumo para el estudio regio-nal presentado anteriormente. A continuación se presentan los resultados del análisis webométrico y bibliométrico.

2. Análisis Webométrico

a) Metodología

El objetivo del análisis webométrico fue realizar un estu-dio de la visibilidad de las páginas web de los centros de

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investigación think tanks, abarcando la construcción de indi-cadores cuantitativos que permitan el análisis de las páginas, documentos, vinculaciones a las páginas y vinculaciones con universidades, entre otros indicadores relevantes. A continuación se presentan los resultados obtenidos de la exploración métrica de los sitios web de 325 think tanks de 19 países de América Latina y el Caribe.

Para la realización del trabajo se desarrolló software específi-co para hacer consultas en serie a Google, de donde se obtuvo la información relacionada con el tamaño de los sitios y de los tipos de documentos alojados. La información relacio-nada con los links hacia los sitios analizados fue tomado de la herramienta “ahrefs”, aunque también fue necesario el desarrollo de software para la obtención de los datos. La información resultante fue alojada en una base de datos re-lacional diseñada específicamente.

Para analizar la vinculación de los think tanks analizados con universidades se tomó como base el listado de cerca de 12.000 universidades de todo el mundo disponible en www.webometrics.info. Dentro de ese listado se consideraron es-pecialmente a las 3.745 universidades latinoamericanas de ese listado.

El listado de think tanks a analizar partió de la base de datos de la Red de Centros de Investigación de América Latina y el Caribe, una red bajo la coordinación del Banco Interamericano de Desarrollo – BID – (la lista está dispo-nible en http://www.iadb.org/res/publications/pubfiles/

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researchinstitutes.pdf)7. Esta base consta de alrededor de 300 miembros; a partir de ella los coordinadores del pro-yecto realizaron un trabajo de actualización, depuración y alimentación del listado terminando con un listado de 325 centros a analizar en el estudio webométrico.

La lista incluyó dos tipos de think tanks: por un lado los “independientes” y por el otro los “universitarios”, es decir aquellos que tienen vinculación formal con universidades. Dado que esta característica es crucial para los objetivos de este estudio ambos grupos se analizaron por separado. Para cada uno de los sitios que se proporcionaros se calcularon los siguientes indicadores:

• Tamaño: Hace referencia a la cantidad de páginas indi-viduales que se encuentran bajo el dominio analizado. Esto ofrece una aproximación cuantitativa a la presen-cia de esa institución en la web.

• Apertura: Contabiliza la cantidad de archivos ricos en contenido alojados en el sitio bajo análisis. Esto in-cluye archivos Word, PowerPoint y PDF. Al tratarse de instituciones generadoras de conocimiento y propues-tas de política, la disponibilidad de estos documentos de manera abierta en la web permite dar cuenta de la apertura al público de sus propuestas.

7 El proyecto “+ Saber América Latina” agradecemos el apoyo del Banco Interamerica-no de Desarrollo, y en particular de Carlos Scartascini con la base de datos de centros de investigación miembros de la Red de Centros de América Latina y el Caribe.

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• Impacto: Da cuenta de las referencias (links) recibidos por el sitio bajo análisis desde otros sitios web. Esta es una forma de cuantificar el prestigio, el uso y el valor de la información dado por terceros. La lógica detrás de este análisis de los links es equivalente a los estudios de impacto que se realizan en la bibilometría a partir de las citas bibliográficas.

• Impacto universitario: Se trata del porcentaje de los links recibidos desde las páginas web de universidades en relación al total de las referencias realizadas (sin importar el origen) al sitio web analizado.

• Impacto universitario LAC: Equivalente al anterior, pero sólo toma en consideración las referencias recibi-das desde universidades de América Latina y el Caribe.

Por otra parte, las relaciones establecidas a partir de los links ofrecen un material apropiado para analizar las relaciones entre los think tanks y las universidades desde la perspectiva del análisis de redes. Este conjunto de herramientas permite cuantificar las relaciones, valiéndose del álgebra relacional y la teoría de grafos, ofreciendo también representaciones gráficas que facilitan el análisis.

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a) Hallazgos Generales

Tabla 1Centros de Investigación o Think Tanks Independientes

Paí sCantidad

de TTTamaño

promedioApertura promedio

Impacto promedio

% impacto universitario

% impacto universitario

LACArgentina 38 386,89 104,39 12.411,68 8,09 7,44Bolivia 17 1.619,76 504,35 44.750,59 0,68 0,42Brasil 23 2.013,17 492,70 88.181,48 1,41 1,33Chile 14 1.883,64 906,50 29.842,64 1,14 1,03Colombia 19 477,53 145,58 18.211,32 2,53 2,28Costa Rica 5 137,80 82,80 628,00 1,84 0,38Ecuador 4 173,25 17,25 6.983,00 2,00 0,67El Salvador 3 319,33 19,33 14.024,33 0,50 0,34Guatemala 16 150,56 44,75 5.053,75 1,79 0,83Honduras 3 72,00 53,33 1.674,00 0,03 0,00México 26 2.112,62 652,92 19.586,54 4,09 3,85Nicaragua 2 47,50 13,00 2.766,50 0,26 0,27Paraguay 18 126,56 37,78 6.547,78 2,56 2,43Perú 42 475,12 185,36 310.744,38 2,84 2,74República Dominicana 3 533,33 42,00 5.047,33 0,65 0,33Uruguay 13 228,92 88,62 1.852,46 9,35 8,80Venezuela 5 343,00 50,80 8.349,80 0,89 0,65

Nota. Fuente: elaboración propia de los autores.

Tabla 2Centros de Investigación o Think Tanks Universitarios

Paí sCantidad

de TTTamaño

promedioApertura promedio

Impacto promedio

% impacto universitario

% impacto universitario

LACArgentina 16 2.668,31 1.167,06 21.103,19 8,05 7,39Barbados 1 8,00 1,00 2.783,00 7,11 5,43Belize 1 335,00 23,00 18.567,00 1,16 0,92Bolivia 3 182,00 141,33 2.204,00 1,48 1,37Brasil 12 4.999,92 1.838,92 20.297,75 5,29 3,32Chile 6 547,83 252,83 6.251,50 4,52 4,25Colombia 10 6.149,80 1.637,80 18.207,60 15,71 12,74Costa Rica 4 500,00 89,00 11.346,75 5.04 4,73Ecuador 3 3.753,33 1.473,33 23.200,67 4,58 3,34El Salvador 1 207,00 174,00 1.170,00 0,51 0.09Guatemala 1 4.080,00 2.441,00 23.196,00 1,47 0,94México 1 160,00 78,00 12.459,00 15,19 15,03Nicaragua 1 2.460,00 448,00 8.876,00 2,29 1,30Perú 7 669,71 109,43 8.904,86 0,63 0,26Uruguay 7 1.018,14 491,29 6.267,00 14,97 12,39

Nota. Fuente: elaboración propia de los autores.

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c) Hallazgos por País

País TipoCantidad

de TTTamaño

promedioApertura promedio

Impacto promedio

% impacto universitario

% impacto universitario

LAC

ArgentinaI 38 386,89 104,39 12.411,68 8,09 7,44

U 16 2.668,31 1.167,06 21.103,19 8,04 7,39

Barbados U 1 8 1,00 2.783,00 7,11 5,43

Belize U 1 335 23 18.567,00 1,16 0,92

BoliviaI 17 1.619,76 504,35 44.750,59 0,69 0,42

U 3 182 141,33 2.204,00 1,49 1,37

BrasilI 23 2.013,17 492,7 88.181,48 1,41 1,33

U 12 4.999,92 1.838,92 20.297,75 5,29 3,32

ChileI 14 1.883,64 906,50 29.842,64 1,14 1,03

U 6 547,83 252,83 6.251,50 4,53 4,25

ColombiaI 19 477,53 145,58 18.211,32 2,53 2,28

U 10 6.149,80 1.637,80 18.207,60 15,71 12,74

Costa RicaI 5 137,80 82,80 628,00 1,84 0,38

U 4 500,00 89,00 11.346,75 5,04 4,73

EcuadorI 4 173,25 17,25 6.983,00 2,00 0,67

U 3 3.753,33 1.473,33 23.200,67 4,58 3,34

El SalvadorI 3 319,33 19,33 14.024,33 0,50 0,34

U 1 207,00 174,00 1.170,00 0,51 0,09

GuatemalaI 16 150,56 44,75 5.053,75 1,80 0.83

U 1 4.080,00 2.441,00 23.196,00 1,47 0,94

Honduras I 3 72,00 53,33 1.674,00 0,04 0,00

NicaraguaI 2 47,50 13,00 2.766,50 0,27 0,27

U 1 2.460,00 448,00 8.876,00 2,28 1,30

Paraguay I 18 126,56 37,78 6.547,78 2,57 2,43

PerúI 42 475,12 185,36 310.744,38 2,84 2,74

U 7 669,71 109,43 8.904,86 0,62 0,26

República Dominicana I 3 533,33 42,00 5.047,33 0,65 0,33

UruguayI 13 228,92 88,62 1.852,46 9,34 8,80

U 7 1.018,14 491,29 6.267,00 14,97 12,39

Venezuela I 5 343,00 50,80 8.349,80 0,88 0,65

Tabla 3Hallazgos por País

Nota. Fuente: elaboración propia de los autores. I = independientes, U = universitarios.1

1 Resultados por centro se encuentran disponibles en http://www.massaber.org/wp-content/uploads/2014/06/Informe_Webometrico.pdf

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d) Principales Evidencias

La lectura de los datos obtenidos permite destacar algunas evidencias que aportan a comprender las características de la presencia de los centros de investigación o think tanks latinoa-mericanos en la web y sirve también como una aproximación a sus relaciones con el sector académico. Sin embargo, es ne-cesario hacer algunas consideraciones previas sobre los sitios web analizados. Dentro de la nómina de centros de investiga-ción analizados existen una variedad amplia de grupos, con características muy disímiles, que hacen de cualquier compa-ración una tarea delicada. La primera distinción es que algunos de ellos están integrados institucionalmente en universidades (think tanks universitarios) y otros no (think tanks independien-tes). Estos grupos deben ser tratados por separado.

Dentro de cada uno de estos grupos existen también elementos muy distintos. Por ejemplo, en el caso de los independientes, se incluyó en el análisis a CEPAL, una institución de gran tama-ño, prestigio y proyección que le dan una entidad distintiva y poco comparable con otros grupos. Por otra parte también está incluido el IBGE brasileño, un instituto de estadística nacional difícilmente asimilable al resto.

En el caso de los think tanks universitarios ocurren cuestiones similares. En algunos casos se trata de los sitios de grupos o centros de investigación específicos, pero en varios casos la nó-mina incluía universidades completas, lo que los hace también difícilmente comparables. En ese sentido, las características y vinculaciones de la web de una universidad es muy distinta a la de un centro de investigación. Con estas consideraciones, los resultados obtenidos permiten observar que:

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• El tamaño (medido como cantidad de páginas distintas en el sitio) promedio de los centros de investigación uni-versitarios es, en promedio, mucho mayor que el de los centros independientes. Dentro de los independientes, se destacan los de México, Brasil y Chile. Entre los universi-tarios, destacan por su tamaño los think tanks de Brasil, Colombia y Ecuador.

• En cuanto a la apertura (medido en base a la cantidad de documentos ricos en contenido) sucede algo similar. Son los mismos países los que cuentan con valores por en-cima del promedio para este indicador, aunque también se destacan los think tanks independientes de Argentina.

• Es difícil establecer un análisis del impacto (medido en cantidad de links recibidos desde otras páginas) generali-zado a nivel de país. Se trata de un fenómeno con fuerte variación entre cada think tank, tanto independientes como universitarios. Sin embargo, sí aparecen patrones relacionados con el nivel porcentaje de links provenientes de instituciones universitarias.

• En el caso de los think tanks independientes se destaca el caso de los centros argentinos, que en promedio tienen un 8% de links provenientes de universidades y casi en su totalidad (7,39%) provenientes de casas de estudio la-tinoamericanas.

• Para los think tanks universitarios, el impacto recibido des-de sitios académicos es naturalmente más alto. Aunque en este caso destacan los centros de Colombia y México, con más del 15% y también fuertemente orientadas a la región.

681+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

• En cuanto al entramado de relaciones, representado en este estudio gracias al análisis de redes, se han podido observar una gran riqueza de vínculos. Sin embargo, en este caso tampoco es posible generalizar fenóme-nos y el análisis debe centrarse en la observación de cada think tank. Destacan, por ejemplo, en base a sus extensas relaciones los casos de CEPAL e IPEA en el caso de los independientes y de la Universidad de los Andes en Colombia y de La Plata en Argentina.

3. Análisis Bibliométrico

a) Metodología

Esta sección presenta los resultados obtenidos de la exploración bibliométrica de una serie de think tanks identificados en los estudios país realizados para Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Guatemala, Paraguay, Perú y Uguruay.

La fuente utilizada para el estudio fue SCOPUS, esta se trata de una base de datos bibliográfica de resúmenes y citas de artículos de revistas científicas que en la actualidad indiza una colección de más de 18.000 títulos en todas las áreas del conocimiento. La selección de las revistas que integran la colección se reali-za en base a las citas recibidas por las publicaciones, sobre la base de una distribución estadísticamente definida para resultar representativa de la llamada “corriente principal” de la ciencia internacional. Es producida por Elsevier y es accesible por sus-cripción a través de Internet.

682+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Esta base de datos es, junto con el Science Citation Index, una de las fuentes más utilizadas a nivel mundial para estudios biblio-métricos. Considerando que una de las principales dificultades de este trabajo es que la producción de los centros de investi-gación o think tanks latinoamericanos muy pocas veces queda registrada en revistas indexadas en este tipo de bases de datos, SCOPUS – que cuenta con una colección de mayor tamaño- re-sultó la mejor opción.

Uno de los principales problemas técnicos en la explotación de estas bases de datos reside en la falta de normalización de las firmas institucionales, razón por la cual un mismo think tank puede aparecer registrado de maneras diferentes en la cita bi-bliográfica (utilización de siglas o abreviaturas, traducción a diferentes idiomas, etc.). Para superar este problema, la iden-tificación de los artículos correspondientes a cada think tank se realizó a partir de búsquedas iterativas en la base de datos que permitieron descubrir diferentes formas de firmar para cada gru-po, maximizando el número de documentos recuperados. Para estas búsquedas se tomó en cuenta la información disponible de cada think tank, sus sitios web y un listado de investigadores acti-vos provistos por los investigadores a cargo de los estudios país.

Luego de este exhaustivo trabajo, de un total de 30 think tanks definidos por la coordinación del proyecto como potenciales objetivos de este estudio, se identificaron 16 grupos que cum-plieron la condición de tener al menos tres artículos publicados en revistas indexadas por SCOPUS entre 2000 y 2012.8

8 Existe un rezago considerable entre la publicación de un número de las revistas indexadas y su inclusión en la base de datos, motivo por el cual la información de un año no está completa hasta mediados del años siguiente. Por ese motivo no fue posible incluir en este estudio datos de 2013.

683+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

b) Hallazgos Generales

A continuación consta un resumen estadístico para el total de los think tanks cubiertos. En él se incluye el total de los artículos identificados para cada uno, la cantidad de instituciones con las que colabora en esos artículos (a partir de la firma conjunta del documento), la cantidad de universidades con las que colabora (a partir de la firma conjunta del documento), el porcentaje que representan esas universidades sobre el total de las institucio-nes con las que colabora (hemos denominado a ese indicador como “colaboración universitaria”).

Centro de Investigación o Think TankCantidad de artículos

Cantidad de instituciones con las que colabora

Cantidad de universidades con las que colabora

% Colaboración Universitaria

Centro - Universidad de San Andrés 201 122 70 57%

IPEA 198 155 106 68%

Centro - Universidad de El Salvador 92 159 79 50%

CEMA 29 13 11 85%

Centro - Universidad José Simeón Cañas 27 47 27 57%

Instituto de Estudios Peruanos 13 10 9 90%

CEDIC 12 27 18 67%

Fedesarrollo 12 14 4 29%

CIPPEC 10 11 5 45%

Centro Bartolomé de las Casas 7 155 59 38%

Chile 21 5 2 1 50%

CIEPLAN 5 1 1 100%

Centro - Universidad José Matías Delgado 5 8 5 62%

ESEADE 4 5 5 100%

CERES 3 6 5 83%

Libertad y Desarrollo 3 3 3 100%

Tabla 4Resumen de Publicaciones y Colaboración Institucional

684+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

c) Mapas Conceptuales

En base a los documentos recopilados en SCOPUS para los distintos grupos estudiados se confeccionaron mapas conceptuales que permiten observar los principales temas abordados por cada think tank. Para ello se utilizó la tec-nología de Intelligo9, un explorador que ofrece una forma distinta de visualizar y acceder a grandes colecciones de in-formación textual. Para ello genera mapas de los temas de interés de cada usuario permitiendo la exploración de gran-des volúmenes de información inalcanzables de otro modo. Esta tecnología releva y analiza el contenido de documentos científicos, tecnológicos y educativos de la región. También posibilita el acceso a los documentos en su fuente original funcionando, además, como agregador de contenidos.

9 www.explora.intelligo.info

Tabla 5Resumen de Publicaciones y Colaboración Institucional

Cantidad de Centros de Investigación o Think Tanks 16

Promedio de Colaboración Universitaria 68%

Think Tanks con Colaboración Universitaria mayor al 75% 6 (37%)

Think Tanks con Colaboración Universitaria entre 50% y 75% 8 (50%)

Think Tanks con Colaboración Universitaria menor al 50% 2 (13%)

Nota. Fuente: elaboración propia de los autores4.(4) Información detallada obtenida para cada uno de los think tanks cubiertos en el estudio: resumen de los indicadores descritos, la serie de artículos publicados entre 2000-2012, los principales países con lo que colabora cada centro y las principales instituciones con las que firma conjuntamente los artículos detectados están disponibles en http://www.massaber.org/wp-content/uploads/2014/06/Informe_Bibliometrico.pdf.

685+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

La tecnología que se utilizó evalúa los textos de documen-tos utilizando técnicas de análisis de lenguaje natural, se extraen automáticamente los conceptos más relevantes y se normalizan los metadatos disponibles en cada caso. Para cada fuente se entrena un modelo semántico basado en los contextos compartidos directa o transitivamente por los conceptos en todo el corpus. Utilizando el explorador los usuarios pueden seleccionar conceptos y definir temas que son visualizados como mapas generados mediante algorit-mos de clustering y análisis de grafos.

Para su aplicación a una colección de documentos acotada, como en este caso, fue necesario realizar ajustes al sistema para adaptarlo a los contenidos analizados. Se entrenó un modelo semántico a partir del total de los documentos anali-zados en este estudio y se generó un mapa global para todos los think tanks y mapas específicos para cada uno de ellos.

El resultado se encuentra disponible en: http://repos.explora-intelligo.info/tt.html. Allí es posible navegar la información, ver los mapas específicos de cada think tank y acceder a los resúmenes de cada texto en el sitio de SCOPUS.

d) Principales Evidencias

El análisis de los datos obtenidos ofrece evidencias interesan-tes sobre las relaciones entre los think tanks latinoamericanos y el sector académico. Sin embargo, es necesario hacer una valoración general sobre los datos recopilados de una fuente como SCOPUS. Este tipo de bases de datos internacionales están diseñadas para representar la producción de conoci-

686+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

miento en la frontera de la ciencia internacional. Contienen revistas que se destacan por la cantidad de citas que reci-ben y por su prestigio a nivel mundial. Eso implica también que publicar en ellas no es sencillo, se requiere presentar un artículo que resulte acorde a la agenda temática de esas revistas, al mismo tiempo que muchas de ellas cobran un precio no menor a los autores. Finalmente, más del 90% de los documentos indizados en SCOPUS están en inglés, lo que puede implicar un barrera adicional a los autores la-tinoamericanos.

En ese contexto, la información aquí presentada da cuenta de un segmento particular de la producción de los think tanks de la región. Se trata de una parte importante de su trabajo, por su proyección internacional y calidad académica, pero pue-de no ser representativa de la actividad de muchos de ellos.

En ese sentido, es también importante señalar que nos en-contramos ante think tanks de naturaleza variada en sus características institucionales, tamaños y objetivos, lo que impacta sobre su propensión a publicar en revistas internacio-nales de corriente principal, como las indizadas en SCOPUS.

Entre los grupos cubiertos en este estudio hay universida-des completas (como la Universidad de San Andrés o la Universidad de El Salvador), con un abanico de actividades muy extenso en distintas ramas de la ciencia y con ma-yor propensión a publicar en revistas internacionales. Hay también think tanks no relacionados institucionalmente con universidades, pero que tienen una fuerte actividad de reflexión académica y producción de conocimiento. Por úl-

687+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

timo, se han analizado también grupos que tienen un papel importante en la formación de políticas públicas pero que no necesariamente producen conocimiento publicable en revistas de corriente principal.

Con estas consideraciones, los resultados obtenidos permi-ten observar que:

• Los centros de investigación o think tanks que se encuentran asociados institucionalmente con uni-versidades son los que producen más artículos en SCOPUS, seguramente debido a que la producción de conocimiento académico está entre sus objetivos principales.

• Cuando los think tanks (universitarios y no universi-tarios) producen conocimiento publicable en revistas internacionales lo hacen mayoritariamente en co-laboración con el sector académico. Las evidencias cuantitativas en este sentido son destacables:

- El 68% de las instituciones con las que colaboran los think tanks para la publicación conjunta de artículos indizados en SCOPUS son universidades.

- En el 87% de los centros estudiados, las universida-des representan más de la mitad de las instituciones con las que colaboran para la publicación en revistas internacionales.

688+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

- En el 37% de los centros, las universidades repre-sentan más del 75% de las instituciones con las que colaboran, tomando en cuenta coautorías en revistas indizadas.

• El tamaño de la producción, medida en cantidad de ar-tículos publicados en revistas indizadas en SCOPUS, no es un factor determinante en la importancia cuantitativa de la colaboración con universidades. El porcentaje de colaboración con universidades no está correlacionado significativamente con el volumen de la producción de cada think tank.

• En el caso de muchos de los centros de investigación estudiados, la publicación en revistas internacionales es un fenómeno discontinuo. Las series presentan picos de producción en ciertos años y falta total de ac-tividad en otros. Puede que esto esté relacionado con la ejecución de proyectos de cierto perfil o la colabora-ción con cierto tipo de actores. Es un fenómeno que requiere una aproximación cualitativa para su análisis.

Como reflexión final cabe mencionar que la dificultad para acceder a la producción científica de los think tanks vista en este estudio deja en evidencia una debilidad marcada en la difusión de sus resultados por parte de estos grupos, prin-cipalmente a través de medios digitales. Si bien el tipo de trabajo que realizan no es típicamente publicable en revistas académicas, sería recomendable contar con formas alterna-tivas de difusión de la producción científica.

689+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Una alternativa para ello es la implementación de una red repositorios digitales abiertos. Se trata de iniciativas cola-borativas que permiten poner a disposición del público, a través de la internet y de forma abierta, colecciones de documentos a texto completo y sus metadatos, facilitando su ordenamiento y búsqueda. Cada institución, puede im-plementar un repositorio, de acuerdo a sus posibilidades y necesidades, cumpliendo directrices de calidad de meta-datos e interoperabilidad, esa directrices permite que los metadatos sean recogidos por otros sistemas, agregadores, que potencien su análisis y difusión. Intelligo es un ejemplo de software agregador, de análisis, que se nutre de redes de repositorios abiertas.

4. Acerca de los Autores

Rodolfo Barrere es doctor en Ciencias Sociales (Universidad Nacional de Quilmes) y Licenciado en Comunicación Social. Especializado en temas relacionados con la producción, ges-tión y análisis de información científica, tecnológica y de innovación. Actualmente se desempeña como Director del Centro REDES y Secretario Técnico de la Red Iberoamericana de Indicadores de Ciencia y Tecnología (RICYT). Su expe-riencia incluye la recolección, procesamiento y análisis de los indicadores a nivel iberoamericano, habiendo realizado también tareas en la capacitación de profesionales y técni-cos en muchos de estos países. Ha participado y coordinado diversos proyectos de investigación y consultoría para dis-tintos organismos internacionales, como OCDE, UNESCO, BID, Banco Mundial y la Unión Europea. En materia docen-te, ha dictado cursos de posgrado en distintas maestrías en

690+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Argentina y Uruguay, y ha ofrecido seminarios de formación en la producción de información estadística en varios países latinoamericanos.

Lautaro Matas tiene estudios de grado en la Licenciatura en Ciencias de la Computación (UBA). Integrante del equipo técnico de la Red Iberoamericana de Indicadores en Ciencia y Tecnología (RICYT) y del Centro REDES. A cargo del desa-rrollo de portal Intelligo del Observatorio Iberoamericano de Ciencia, Tecnología y Sociedad, del Centro de Altos Estudios Universitarios de la OEI.

691+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

b) Investigación, ciencia y tecnología

Indicadores de Insumo10

Recursos Financieros

10

Tabla 4Gasto En Ciencia y Tecnología en Relación al PBI – Región y Países del Estudio Década de 1990

Nota. Todos los promedios de la década de 2000 incluidos en este anexo promedian también al año 2011. Fuente: (www.ricyt.org). Referencias: ACT (Actividades científicas y tecnológicas), I+D (Investigación y desarrollo)

Gasto en Ciencia y

Tecnología en relación

al PBI

1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999Promedio Década de

1990

ArgentinaACT 0,33% 0,34% 0,38% 0,43% 0,44% 0,49% 0,50% 0,50% 0,50% 0,52% 0,44%

I+D 0,42% 0,42% 0,41% 0,45% 0,43%

BoliviaACT 0,58% 0,54% 0,55% 0,56%

I+D 0,37% 0,40% 0,40% 0,36% 0,33% 0,32% 0,29% 0,29% 0,35%

BrasilACT

I+D

ChileACT

I+D

ColombiaACT 0,55% 0,56% 0,53% 0,55%

I+D 0,29% 0,30% 0,27% 0,29%

Costa RicaACT 0,73% 0,81% 0,97% 1,11% 0,97% 0,98% 1,49% 1,40% 1,28% 0,90% 1,06%

I+D 0,33% 0,32% 0,28% 0,36% 0,32%

EcuadorACT 0,20% 0,26% 0,27% 0,24%

I+D 0,08% 0,10% 0,09% 0,09% 0,09%

GuatemalaACT -- -- -- --

I+D -- --

HondurasACT

I+D

MéxicoACT 0,28% 0,33% 0,32% 0,37% 0,41% 0,35% 0,35% 0,42% 0,46% 0,41% 0,37%

I+D 0,22% 0,29% 0,31% 0,31% 0,34% 0,38% 0,43% 0,33%

NicaraguaACT 0,09% 0,09%

I+D 0,08% 0,08%

PerúACT 0,76% 0,64% 0,88% 0,91% 0,99% 1,12% 1,25% 0,94%

I+D 0,08% 0,10% 0,10% 0,09%

ParaguayACT

I+D

El SalvadorACT 0,30% 0,30% 0,31% 0,31% 0,83% 0,41%

I+D 0,08% 0,08%

UruguayACT

I+D 0,25% 0,15% 0,19% 0,07% 0,14% 0,28% 0,27% 0,39% 0,22% 0,26% 0,22%

VenezuelaACT 0,37% 0,39% 0,49% 0,47% 0,58% 0,43% 0,39% 0,39% 0,44%

I+D

América Latina

y el Caribe

ACT 0,69% 0,65% 0,64% 0,67% 0,70% 0,76% 0,77% 0,84% 0,83% 0,76% 0,73%

I+D 0,48% 0,44% 0,42% 0,43% 0,46% 0,51% 0,51% 0,72% 0,71% 0,66% 0,53%

692+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Tabla 5Gasto en Ciencia y Tecnología en Relación al PBI – Región y Países del Estudio Década de 2000

Nota. Todos los promedios de la década de 2000 incluidos en este anexo promedian también al año 2011. Fuente:

(www.ricyt.org). Referencias: ACT (Actividades científicas y tecnológicas), I+D (Investigación y desarrollo)

Gasto en Ciencia y

Tecnología en relación

al PBI

2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011Promedio Década de

2000

ArgentinaACT 0,50% 0,48% 0,44% 0,46% 0,49% 0,53% 0,58% 0,61% 0,61% 0,67% 0,70% 0,73% 0,57%

I+D 0,44% 0,42% 0,39% 0,41% 0,44% 0,46% 0,49% 0,51% 0,52% 0,60% 0,62% 0,65% 0,50%

BoliviaACT 0,54% 0,52% 0,51% 0,16% 0,43%

I+D 0,28% 0,27% 0,26% 0,16% 0,24%

BrasilACT 1,30% 1,33% 1,30% 1,26% 1,24% 1,27% 1,29% 1,40% 1,45% 1,60% 1,62% 1,64% 1,39%

I+D 1,02% 1,04% 0,98% 0,96% 0,90% 0,97% 1,01% 1,10% 1,11% 1,17% 1,16% 1,21% 1,05%

ChileACT

I+D 0,33% 0,39% 0,44% 0,45% 0,40%

ColombiaACT 0,31% 0,28% 0,31% 0,35% 0,39% 0,42% 0,38% 0,44% 0,47% 0,44% 0,46% 0,47% 0,39%

I+D 0,11% 0,11% 0,12% 0,14% 0,14% 0,14% 0,14% 0,17% 0,18% 0,18% 0,18% 0,18% 0,15%

Costa RicaACT 0,93% 0,84% 1,00% 1,33% 1,33% 1,39% 1,97% 1,86% 1,77% 1,38%

I+D 0,39% 0,36% 0,37% 0,43% 0,36% 0,40% 0,54% 0,48% 0,48% 0,42%

EcuadorACT 0,15% 0,17% 0,18% 0,20% 0,23% 0,38% 0,22%

I+D 0,06% 0,06% 0,07% 0,15% 0,15% 0,25% 0,12%

GuatemalaACT

I+D 0,03% 0,05% 0,07% 0,06% 0,06% 0,04% 0,05% 0,05%

HondurasACT 0,05% 0,05% 0,05% 0,05% 0,05%

I+D 0,04% 0,04% 0,04% 0,04% 0,04% 0,04%

MéxicoACT 0,42% 0,41% 0,36% 0,39% 0,33% 0,34% 0,32% 0,32% 0,36% 0,39% 0,42% 0,41% 0,37%

I+D 0,37% 0,39% 0,39% 0,41% 0,40% 0,41% 0,38% 0,37% 0,41% 0,44% 0,48% 0,46% 0,41%

NicaraguaACT 0,06% 0,07% 0,07%

I+D 0,05% 0,05%

PerúACT 1,30% 1,45% 1,41% 1,15% 1,32%

I+D 0,11% 0,11% 0,10% 0,10% 0,15% 0,11%

ParaguayACT 1,10% 1,17% 0,90% 0,85% 0,63% 0,41% 0,37% 0,78%

I+D 0,09% 0,11% 0,08% 0,08% 0,09% 0,06% 0,06% 0,08%

El SalvadorACT 0,79% 0,87% 0,94% 0,99% 0,98% 0,91%

I+D 0,09% 0,11% 0,08% 0,07% 0,03% 0,07%

UruguayACT 0,25% 0,54% 0,52% 0,79% 1,01% 0,83% 0,66%

I+D 0,24% 0,24% 0,36% 0,40% 0,36% 0,44% 0,41% 0,43% 0,36%

VenezuelaACT 0,38% 0,50% 0,43% 0,31% 0,25% 0,35% 1,78% 2,69% 2,54% 2,36% 1,16%

I+D

América Latina y el Caribe

ACT 0,74% 0,72% 0,68% 0,69% 0,67% 0,72% 0,81% 0,94% 1,01% 1,11% 1,11% 1,09% 0,86%

I+D 0,57% 0,56% 0,53% 0,54% 0,53% 0,58% 0,58% 0,63% 0,67% 0,72% 0,75% 0,78% 0,62%

693+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Figura 13Evolución del Gasto en Ciencia y Tecnología en Relación al PBI - América Latina 1990 – 2011

Nota. Fuente: RICYT (http://www.ricyt.org/)

1,20%

1,00%

0

0,80%

0,60%

0,40%

0,20%

1990

2011

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

2009

2010

América Latina y el Caribe (ACT) América Latina y el Caribe (I+D)

Figura 14Gasto en Relación al PIB en Actividades Científicas y Tecnológicas (ACT). Comparación de Promedios Década de 1990 y Década de 2000 por País

Nota. Fuente: RICYT (http://www.ricyt.org/)

1,60%

1,40%

0

1,20%

0,60%

0,40%

0,20%

Promedio década 1990 Promedio década 2000

Méx

ico

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sil

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Bol

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Car

ibe

1,00%

0,80%

694+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Nota. Fuente: RICYT (http://www.ricyt.org/)

Promedio década 1990 Promedio década 2000

Figura 15Gasto en Relación al PIB en Investigación y Desarrollo (I+D). Comparación de Promedios Década de 1990 y Década de 2000 por País

1,20%

0

0,60%

0,40%

0,20%

Méx

ico

Bra

sil

Arg

entin

a

Uru

guay

Bol

ivia

Col

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Ecua

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Perú

Cos

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El S

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tina

y el

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1,00%

0,80%

Chi

le

Gua

tem

ala

695+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Tabla 6Gasto en Ciencia y Tecnología por Habitante (PPC) Década de 1990

Gasto en Ciencia y

Tecnología por habitante

(PPC)

1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999Promedio Década de

1990

ArgentinaACT 17,74 21,70 26,93 32,87 35,76 38,96 42,46 46,50 47,10 47,70 35,77

I+D 35,65 38,97 38,72 41,38 38,68

BoliviaACT 16,85 16,54 17,42 16,94

I+D 8,99 10,05 10,51 9,80 9,26 9,36 8,99 9,12 9,51

BrasilACT

I+D

ChileACT

I+D

ColombiaACT 21,62 26,82 25,98 24,81

I+D 11,57 14,26 13,51 13,11

Costa RicaACT 25,37 38,01 49,52 61,20 55,88 58,79 85,93 84,68 75,73 57,26 59,24

I+D 18,96 19,26 16,67 22,96 19,46

EcuadorACT 10,32 11,02 10,67

I+D 3,19 3,60 3,84 3,54

GuatemalaACT 0,01 0,07 0,23 0,25 0,14

I+D 0,13 0,12 0,12

HondurasACT

I+D

MéxicoACT 18,69 23,84 23,70 27,73 31,78 25,96 27,33 35,16 40,23 36,86 29,13

I+D 16,71 22,98 22,77 24,20 28,76 32,85 38,74 26,72

NicaraguaACT 1,69 1,69

I+D 1,57 1,57

PerúACT 27,00 25,67 37,98 40,67 47,00 52,44 59,44 41,46

I+D 3,92 4,63 4,55 4,36

ParaguayACT

I+D

El SalvadorACT 11,18 12,05 12,44 13,14 35,74 16,91

I+D 3,48 3,48

UruguayACT

I+D 12,59 8,14 14,08 4,51 10,03 19,31 19,43 29,67 17,25 19,88 15,49

VenezuelaACT 26,44 31,62 41,78 40,10 44,33 52,43 37,99 37,85 33,88 31,45 37,79

I+D

América Latina y el Caribe

ACT 41,10 37,48 38,05 40,06 41,91 41,27 44,64 47,92 50,95 51,42 43,48

I+D 28,26 24,56 24,32 25,26 26,84 26,44 29,05 31,86 34,86 38,24 28,97

Nota. Fuente: (www.ricyt.org). Referencias: ACT (Actividades científicas y tecnológicas), I+D (Investigación y desarrollo)

696+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Tabla 7Gasto en Ciencia y Tecnología por Habitante (PPC) Década de 2000

Nota. Fuente: (www.ricyt.org). Referencias: ACT (Actividades científicas y tecnológicas), I+D (Investigación y desarrollo)

Gasto en Ciencia y

Tecnología por habitante

(PPC)

2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011Promedio Década de 2000

ArgentinaACT 46,07 42,61 35,40 40,67 47,78 57,08 69,25 80,77 87,56 97,08 112,85 130,69 70,65

I+D 40,18 37,68 30,98 35,98 42,64 50,03 59,48 67,55 75,47 86,79 99,21 115,45 61,79

BoliviaACT 17,70 18,00 17,70 7,29 15,17

I+D 9,01 9,39 9,05 6,93 8,59

BrasilACT 92,76 97,03 98,26 96,74 102,10 109,62 118,34 140,82 159,46 173,56 186,76 193,57 130,75

I+D 72,87 76,33 74,18 73,63 74,17 83,82 92,32 110,34 122,18 126,35 134,17 142,36 98,56

ChileACT

I+D 45,52 57,59 62,04 67,48 58,16

ColombiaACT 18,05 16,68 19,04 22,76 26,98 30,83 30,22 32,18 42,08 39,75 44,84 48,47 30,99

I+D 6,22 6,62 7,23 9,07 9,78 10,51 11,34 12,54 16,25 16,24 17,70 18,89 11,87

Costa RicaACT 64,92 65,95 82,01 132,34 146,97 154,48 214,04 214,12 221,05 143,99

I+D 27,16 28,04 30,70 42,68 40,34 44,14 58,94 55,82 59,74 43,06

EcuadorACT 7,85 9,26 9,79 14,42 16,37 30,69 14,73

I+D 3,17 3,51 3,71 10,24 10,98 20,60 8,70

GuatemalaACT

I+D 1,48 2,19 3,15 3,04 2,71 2,14 2,42 2,45

HondurasACT 1,52 1,53 1,57 1,62 1,56

I+D 1,43 1,27 1,42 1,47 1,53 1,43

MéxicoACT 40,37 40,34 38,51 43,11 38,99 42,57 43,99 46,68 52,51 52,97 61,17 63,07 47,02

I+D 36,09 38,53 41,75 45,51 47,81 51,75 51,89 54,72 60,09 60,52 70,14 70,20 52,42

NicaraguaACT 1,39 1,85 1,62

I+D 1,03 1,03

PerúACT 63,48 71,66 73,62 62,71 67,87

I+D 5,35 5,30 5,33 5,65 8,73 6,07

ParaguayACT 36,96 39,55 31,49 31,24 24,19 20,42 20,46 29,19

I+D 2,98 3,59 2,97 3,09 3,41 3,01 3,28 3,19

El SalvadorACT 51,11 62,49 63,61 68,59 69,60 63,08

I+D 5,73 7,80 5,25 4,71 2,22 5,14

UruguayACT 19,76 61,48 63,06 101,13 141,59 127,27 85,71

I+D 18,58 18,59 37,33 45,78 44,11 56,66 57,64 65,88 43,07

VenezuelaACT 31,90 43,70 34,16 22,98 21,91 34,06 197,93 323,93 326,31 295,31 133,22

I+D

América Latina y el Caribe

ACT 54,12 56,46 56,14 56,41 58,67 63,80 76,49 93,25 103,43 108,71 112,14 118,63 79,85

I+D 40,76 42,49 42,54 43,76 45,47 50,19 53,97 61,75 68,79 71,66 77,42 81,99 56,73

697+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Figura 16Gasto en Ciencia y Tecnología por Habitante (PPC). Evolución del Gasto en Actividades Científicas y Tecnológicas 2000 – 2011

Nota. Fuente: RICYT (http://www.ricyt.org/)

250,00

200,00

0,00

150,00

100,00

50,00

Argentina

2000

2011

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

2010

2009

Brasil México América Latina y el Caribe

Figura 17Gasto en Ciencia y Tecnología por Habitante (PPC). Evolución del Gasto en Investigación y Desarrollo 2000 – 2011

Nota. Fuente: RICYT (http://www.ricyt.org/)

160,00

140,00

0,00

120,00

100,00

20,00

Argentina

2000

2011

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

2010

2009

Brasil México América Latina y el Caribe

80,00

60,00

40,00

698+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Figura 18Gasto en Ciencia y Tecnología por Habitante (PPC). Comparación de Promedios de Gasto en Actividades Científicas y Tecnológicas Década de 1990 y Década de 2000 por País

Nota. Fuente: RICYT (http://www.ricyt.org/)

Promedio década 1990 Promedio década 2000

160,00

140,00

0

120,00

60,00

40,00

20,00

Méx

ico

Chi

le

Arg

entin

a

Uru

guay

Vene

zuel

a

Bol

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Col

ombi

a

Ecua

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El S

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dura

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Nic

arag

ua

Para

guay

Am

éric

a La

tina

y el

Car

ibe

100,00

80,00

Gua

tem

ala

Nota. Fuente: RICYT (http://www.ricyt.org/)

Promedio década 1990 Promedio década 2000

Figura 19Gasto en Ciencia y Tecnología por Habitante (PPC). Comparación de Promedios de Gasto en Investigación y Desarrollo (I+D) Década de 1990 y Década de 2000 por País

120,00

0

60,00

40,00

20,00

Méx

ico

Bra

sil

Arg

entin

a

Uru

guay

Bol

ivia

Col

ombi

a

Ecua

dor

Perú

Cos

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El S

alva

dor

Hon

dura

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Nic

arag

ua

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Am

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a La

tina

y el

Car

ibe

100,00

80,00

Chi

le

Gua

tem

ala

699+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Tabla 8Gasto en I+D por Investigador en Miles de U$S PPC. Década de 1990

Nota. Fuente: (www.ricyt.org). Referencias: EJC (Equivalencia a jornada completa).

Gasto en I+D por investigador (miles

de U$S PPC)1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999

Promedio Década de 1990

ArgentinaPersonas Físicas 36,41 36,46 37,88 36,41

EJC 54,61 54,85 57,92 54,61

BoliviaPersonas Físicas 70,54 66,60 68,93 70,54

EJC 121,91 124,07 122,99

BrasilPersonas Físicas

EJC

ChilePersonas Físicas

EJC

ColombiaPersonas Físicas 141,36 127,02 134,19

EJC 203,45 182,15 192,80

Costa RicaPersonas Físicas 32,50 61,78 47,14

EJC

EcuadorPersonas Físicas 35,39 30,65 32,87 32,97

EJC 77,19 48,71 46,14 46,09 54,53

GuatemalaPersonas Físicas

EJC

HondurasPersonas Físicas

EJC

MéxicoPersonas Físicas 78,05 89,21 78,39 81,88

EJC 102,64 120,96 106,80 112,11 125,86 141,07 171,58 125,86

NicaraguaPersonas Físicas 16,62 16,62

EJC 22,43 22,43

PerúPersonas Físicas

EJC

ParaguayPersonas Físicas

EJC

El SalvadorPersonas Físicas

EJC

UruguayPersonas Físicas 29,45 29,45

EJC 91,41 91,41

América Latina y el

Caribe

Personas Físicas 67,37 57,47 55,74 56,90 59,80 57,91 60,51 65,41 71,11 77,21 62,94

EJC 124,69 106,21 102,91 104,78 108,14 103,32 109,31 117,50 126,17 139,03 114,21

700+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Tabla 9Gasto en I+D por Investigador en Miles de U$S PPC Década de 2000

Nota. Fuente: (www.ricyt.org). Referencias: EJC (Equivalencia a jornada completa).

Gasto en I+D por investigador (miles de U$S

PPC)

2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011Promedio Década de 2000

ArgentinaPersonas Físicas 35,41 34,60 28,11 31,25 35,31 39,36 43,30 45,02 46,92 51,75 53,75 58,53 41,94

EJC 55,94 54,56 44,56 49,79 55,31 60,59 66,15 68,73 72,24 79,61 83,61 91,97 65,26

BoliviaPersonas Físicas 69,41 63,78 36,40 56,53

EJC 124,93 75,93 75,32 49,84 81,51

BrasilPersonas Físicas 99,09 100,96 95,25 88,05 81,57 86,40 93,00 107,77 115,62 111,67 110,45 99,08

EJC 168,97 170,24 159,03 146,17 134,01 140,50 152,55 178,03 192,20 187,42 187,05 165,11

ChilePersonas Físicas 76,43 91,23 119,75 122,02 102,36

EJC 136,10 162,01 216,14 212,04 181,57

ColombiaPersonas Físicas 33,75 30,71 28,45 31,80 30,17 29,71 29,80 31,83 41,69 45,10 49,97 53,33 36,36

EJC 62,49 59,28 56,67 65,06 62,66 62,92 63,70 67,09 88,26 97,43 112,52 100,25 74,86

Costa RicaPersonas Físicas 98,17 119,84 58,00 49,27 56,85 36,72 32,22 31,06 60,27

EJC 209,79 280,94 166,70 59,22 44,83 45,00 134,41

EcuadorPersonas Físicas 59,16 62,52 55,76 88,21 92,43 109,16 77,87

EJC 74,58 79,12 73,05 139,25 161,56 191,98 119,92

GuatemalaPersonas Físicas 30,59 52,05 58,33 58,64 50,18 51,98 59,20 51,57

EJC 48,49 87,61 89,68 77,11 68,48 84,77 96,16 78,90

HondurasPersonas Físicas 18,62 15,40 17,85 18,07 17,48

EJC

MéxicoPersonas Físicas

EJC 159,77 164,25 135,31 138,31 123,95 121,72 149,78 152,55 170,34 151,54 174,86 173,51 151,32

NicaraguaPersonas Físicas 20,94 20,94

EJC

PerúPersonas Físicas 48,26 48,26

EJC

ParaguayPersonas Físicas 27,70 25,21 21,10 20,68 25,58 21,92 16,85 22,72

EJC 33,81 43,99 36,83 36,09 48,03 39,99 68,19 43,85

El SalvadorPersonas Físicas 127,51 118,69 71,49 56,62 25,02 79,87

EJC

UruguayPersonas Físicas 21,32 15,98 38,71 62,50 72,03 65,84 86,06 51,78

EJC 66,91 49,39 158,73 115,63 102,65 122,34 102,61

América Latina y el Caribe

Personas Físicas 79,55 80,83 74,74 72,79 68,89 70,97 76,83 84,50 91,43 88,57 91,88 92,99 81,16

EJC 138,28 139,96 128,71 120,21 113,08 118,07 130,12 144,31 156,07 150,35 155,46 161,32 138,00

701+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Figura 20Evolución del Gasto en I+D por Investigador en PPC. Promedios de América Latina 1990 – 2011

Nota. Fuente: RICYT (http://www.ricyt.org/)

180,00

160,00

0

140,00

120,00

100,00

América Latina y el Caribe Personas Físicas

80,00

60,00

1991

2011

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

40,00

2009

2010

América Latina y el Caribe EJC

20,00

702+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Tabla 10Comparación de Promedios de Gasto en I+D por Investigador en PPC, Década de 1990 y Década de 2000

Nota. Fuente: (www.ricyt.org)

Gasto en I+D por investigador (miles de U$S

PPC)

Promedio Década de 1990

Promedio Década de 2000

ArgentinaPersonas Físicas 36,41 41,94

EJC 54,61 65,26

BoliviaPersonas Físicas 70,54 56,53

EJC 122,99 81,51

BrasilPersonas Físicas 99,08

EJC 165,11

ChilePersonas Físicas 102,36

EJC 181,57

ColombiaPersonas Físicas 134,19 36,36

EJC 192,80 74,86

Costa RicaPersonas Físicas 47,14 60,27

EJC 134,41

EcuadorPersonas Físicas 32,97 77,87

EJC 54,53 119,92

GuatemalaPersonas Físicas 51,57

EJC 78,90

HondurasPersonas Físicas 17,48

EJC

MéxicoPersonas Físicas 81,88

EJC 125,86 151,32

NicaraguaPersonas Físicas 16,62 20,94

EJC 22,43

PerúPersonas Físicas 48,26

EJC

ParaguayPersonas Físicas 22,72

EJC 43,85

El SalvadorPersonas Físicas 79,87

EJC

UruguayPersonas Físicas 29,45 51,78

EJC 91,41 102,61

América Latina y el Caribe

Personas Físicas 62,94 81,16

EJC 114,21 138,00

703+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Nota. Fuente: RICYT (http://www.ricyt.org/)

Figura 21Evolución del Gasto en I+D por Investigador en miles de U$S PPC en Argentina, Brasil, Colombia y México (2000 – 2010)

250,00

200,00

0

150,00

100,00

50,00

2000

2010

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

2009

BrasilArgentina América Latina y el CaribeMéxicoColombiar

704+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Tabla 11Porcentaje de Gasto en I+D por Tipo de Investigación

Nota. Fuente: (www.ricyt.org)

Gasto en I+D por tipo de investigación

1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2203 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011

Argentina Investigación básica 28,10 25,80 30,20 25,10 28,00 29,22 26,21 25,62 24,41 26,75 28,07 29,32 28,05 29,80 32,53 31,47

Investigación aplicada 49,60 48,80 46,70 45,20 44,80 44,71 47,20 46,90 44,06 43,04 42,72 42,73 44,19 43,73 42,13 45,06

Investigación experimental 22,30 24,40 23,10 29,70 27,20 26,07 26,59 27,48 31,53 30,21 29,21 27,95 27,77 26,47 25,33 23,48

Bolivia Investigación básica 50,00 49,00 48,00 47,00 70,44

Investigación aplicada 40,00 39,00 39,00 40,00 23,43

Investigación experimental 10,00 12,00 13,00 13,00 6,13

Colombia Investigación básica 39,70

Investigación aplicada 21,51

Investigación experimental 38,78

Costa Rica Investigación básica 5,78 6,66 8,32 11,40 10,14 11,50

Investigación aplicada 92,94 74,23 84,12 75,53 48,34 49,20

Investigación experimental 1,28 19,11 7,55 13,07 41,52 39,29

Ecuador Investigación básica 23,10 26,47 30,07 19,84 22,15 22,04 22,07 22,00 31,27

Investigación aplicada 70,20 65,93 63,94 57,14 55,06 54,84 69,94 69,01 60,41

Investigación experimental 6,70 7,59 5,99 23,02 22,78 23,12 7,98 8,99 8,32

Guatemala Investigación básica 66,00 44,85 16,37 26,74 15,00 14,58 5,64 8,49 8,34

Investigación aplicada 21,09 28,41 80,47 65,49 72,87 72,97 85,67 87,65 82,98

Investigación experimental 12,90 26,74 3,16 7,77 12,14 12,45 8,69 3,86 8,68

México Investigación básica 27,72 26,66 35,85 23,00 23,25 34,68 34,54 26,49 18,93 23,89

Investigación aplicada 42,12 41,81 33,08 46,95 47,67 40,84 40,21 32,22 32,83 30,99

Investigación experimental 30,16 31,52 31,08 30,09 29,09 24,48 25,24 41,28 48,24 45,11

Perú Investigación básica 0,67 38,52 38,33

Investigación aplicada 80,31 51,19 48,25

Investigación experimental 19,02 10,29 13,41

Paraguay Investigación básica 16,10 11,97 11,97 11,97 16,00 15,41

Investigación aplicada 54,35 68,57 68,57 68,57 78,20 63,07

Investigación experimental 29,55 19,46 19,40 19,48 5,74 21,52

El Salvador

Investigación básica 58,80

Investigación aplicada 31,80

Investigación experimental 9,40

Uruguay Investigación básica 18,76 21,27

Investigación aplicada 53,45 65,25

Investigación experimental 27,79 13,49

705+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Tabla 12Gasto en I+D por Sector de Financiamiento. Comparación de Promedios Décadas de 1990 y 2000.

Gasto en I+D por sector de financiamientoPromedio Década

de 1990

Promedio Década

de 2000

Argentina

Gobierno 66,41% 67,66%Empresas (Públicas y Privadas) 26,66% 25,61%Educación Superior 2,22% 3,84%Org. priv. sin fines de lucro 1,72% 1,98%Extranjero 2,99% 0,91%

Bolivia

Gobierno 30,98% 30,48%Empresas (Públicas y Privadas) 17,84% 15,50%Educación Superior 20,75% 31,64%Org. priv. sin fines de lucro 20,35% 13,34%Extranjero 10,09% 9,03%

Brasil

Gobierno 52,57%Empresas (Públicas y Privadas) 45,53%Educación Superior 1,90%Org. priv. sin fines de lucro Extranjero

Chile

Gobierno 36,28%Empresas (Públicas y Privadas) 37,32%Educación Superior 14,61%Org. priv. sin fines de lucro 1,87%Extranjero 9,92%

Colombia

Gobierno 41,03% 38,17%Empresas (Públicas y Privadas) 44,19% 31,64%Educación Superior 11,81% 20,01%Org. priv. sin fines de lucro 2,97% 4,60%Extranjero 5,58%

Costa Rica

Gobierno 62,41%Empresas (Públicas y Privadas) 28,43%Educación Superior Org. priv. sin fines de lucro 1,90%Extranjero 7,27%

Ecuador

Gobierno 72,57% 74,55%Empresas (Públicas y Privadas) 32,46% 16,56%Educación Superior 3,23%Org. priv. sin fines de lucro 1,54% 2,35%Extranjero 17,78% 4,09%

Guatemala

Gobierno 100,00% 26,60%Empresas (Públicas y Privadas) Educación Superior 31,73%Org. priv. sin fines de lucro Extranjero 48,61%

México

Gobierno 66,15% 55,04%Empresas (Públicas y Privadas) 19,20% 37,02%Educación Superior 8,48% 6,05%Org. priv. sin fines de lucro 0,89% 0,48%Extranjero 5,28% 1,41%

Paraguay

Gobierno 63,08%Empresas (Públicas y Privadas) 0,70%Educación Superior 13,63%Org. priv. sin fines de lucro 2,37%Extranjero 20,22%

El Salvador

Gobierno 51,93% 65,90%Empresas (Públicas y Privadas) 1,16% 1,44%Educación Superior 13,15% 21,07%Org. priv. sin fines de lucro 10,35% 0,31%Extranjero 23,41% 15,56%

Uruguay

Gobierno 15,08% 29,67%Empresas (Públicas y Privadas) 46,97% 37,16%Educación Superior 44,71% 29,52%Org. priv. sin fines de lucro 0,74%Extranjero 7,39% 3,54%

América Latina y el

Caribe

Gobierno 60,37% 53,84%Empresas (Públicas y Privadas) 34,82% 41,12%Educación Superior 3,30% 3,54%Org. priv. sin fines de lucro 0,67% 0,39%Extranjero 1,50% 1,11%

Nota. Fuente: (www.ricyt.org)

706+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

ExtranjeroGobierno Org. priv. sin fines de lucro

Empresas Públicas y Privadas

EducaciónSuperior

Nota. Fuente: RICYT (http://www.ricyt.org/)

Figura 22Evolución del Gasto en I+D por Sector de Financiamiento. Promedios América Latina 1990 – 2011

70,00%

60,00%

0

50,00%

40,00%

30,00%

1990

20,00%

10,00%

1991

2011

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

2009

2010

Figura 23Gasto en I+D por Sector de Financiamiento en América Latina y el Caribe

Nota. Fuente: datos primarios.

Promedio década de 1990 Promedio década de 2000

60% 53,84%35% 41,12%

3% 3,54%1% 1% 0,39% 1,11%

ExtranjeroGobierno Org. priv. sin fines de lucro

Empresas Públicas y Privadas

EducaciónSuperior

707+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Gobierno Org. priv. sin fines de lucro

Empresas Públicas y Privadas

EducaciónSuperior

Nota. Fuente: RICYT (http://www.ricyt.org/)

Figura 24Evolución de la Distribución del Gasto en I+D por Sector de Ejecución (1990 – 2011)

50,00%

45,00%

0

40,00%

35,00%

30,00%

1990

25,00%

20,00%

1991

2011

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

2009

2010

15,00%

10,00%

5,00%

708+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Tabla 13Evolución de la Distribución del Gasto en I+D en Sectores Educación Superior y ONG (1990 – 2011). Década 1990

Gasto en I+D por sector de ejecución

1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999Promedio Década de

1990

ArgentinaEducación Superior 31,53% 29,82% 28,53% 30,38% 30,07%

Org. priv. sin fines de lucro 1,67% 1,52% 1,82% 2,33% 1,84%

BoliviaEducación Superior 20,00% 28,57% 30,00% 35,00% 38,00% 42,00% 45,00% 34,08%

Org. priv. sin fines de lucro 15,00% 19,04% 20,00% 15,00% 12,00% 9,00% 7,00% 13,86%

ChileEducación Superior

Org. priv. sin fines de lucro

ColombiaEducación Superior 41,00% 35,00% 42,00% 39,33%

Org. priv. sin fines de lucro 18,00% 30,00% 24,00% 24,00%

Costa RicaEducación Superior 36,64% 35,42% 36,06% 38,48% 36,65%

Org. priv. sin fines de lucro 29,33% 26,21% 22,17% 23,37% 25,27%

EcuadorEducación Superior 38,14% 15,52% 19,54% 16,10% 22,32%

Org. priv. sin fines de lucro 7,81% 12,04% 15,48% 17,22% 13,14%

GuatemalaEducación Superior

Org. priv. sin fines de lucro

MéxicoEducación Superior 53,74% 46,69% 45,82% 37,89% 39,88% 31,55% 26,34% 40,27%

Org. priv. sin fines de lucro 0,44% 0,37% 0,42% 3,34% 1,63% 3,49% 3,12% 1,83%

PerúEducación Superior 44,67% 39,78% 40,08% 41,51%

Org. priv. sin fines de lucro 8,37% 9,07% 12,41% 9,95%

ParaguayEducación Superior

Org. priv. sin fines de lucro

El SalvadorEducación Superior

Org. priv. sin fines de lucro

UruguayEducación Superior 26,84% 72,75% 50,35% 40,92% 26,34% 48,52% 47,06% 44,68%

Org. priv. sin fines de lucro

América Latina y el Caribe

Educación Superior 38,66% 37,79% 35,92% 40,37% 38,52% 37,86% 35,66% 36,87% 33,48% 31,19% 36,63%

Org. priv. sin fines de lucro 7,96% 6,97% 6,39% 5,15% 4,06% 3,69% 5,86% 4,27% 4,44% 4,05% 5,28%

Nota. Fuente: (www.ricyt.org)

709+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Tabla 14Evolución de la Distribución del Gasto en I+D en Sectores Educación Superior y ONG (1990 – 2011). Década 1990

Nota. Fuente: (www.ricyt.org)

Gasto en I+D por sector de ejecución

2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011Promedio Década de

2000

ArgentinaEducación Superior 33,48% 35,01% 33,89% 27,40% 25,01% 25,83% 26,47% 28,82% 29,03% 31,32% 30,86% 31,44% 29,88%

Org. priv. sin fines de lucro 2,37% 2,27% 2,81% 2,48% 2,34% 2,23% 2,46% 1,90% 1,73% 1,69% 1,63% 1,66% 2,13%

BoliviaEducación Superior 46,00% 42,00% 41,00% 43,00%

Org. priv. sin fines de lucro 6,00% 12,00% 13,00% 10,33%

ChileEducación Superior 43,04% 40,81% 34,30% 30,56% 37,18%

Org. priv. sin fines de lucro 12,37% 9,09% 23,72% 22,34% 16,88%

ColombiaEducación Superior 48,50% 50,23% 47,77% 46,27% 48,66% 50,71% 48,25% 41,49% 38,39% 41,07% 41,22% 38,29% 45,07%

Org. priv. sin fines de lucro 18,19% 16,82% 20,92% 26,64% 19,01% 21,04% 23,01% 28,80% 25,83% 30,28% 27,32% 34,17% 24,34%

Costa RicaEducación Superior 36,20% 38,00% 34,00% 36,40% 48,88% 47,89% 48,99% 43,47% 45,23% 42,12%

Org. priv. sin fines de lucro 21,05% 19,00% 21,00% 5,28% 6,37% 5,14% 1,82% 2,25% 2,32% 9,36%

EcuadorEducación Superior 11,11% 11,39% 10,75% 4,17% 4,45% 1,43% 7,22%

Org. priv. sin fines de lucro 46,83% 43,67% 41,40% 1,27% 3,77% 27,39%

GuatemalaEducación Superior 63,28% 70,08% 77,79% 80,94% 84,67% 90,27% 86,11% 79,02%

Org. priv. sin fines de lucro 0,12% 2,29% 5,04% 5,63% 2,17% 1,24% 1,18% 2,52%

MéxicoEducación Superior 28,27% 30,42% 39,72% 39,67% 30,31% 28,75% 25,85% 25,98% 29,41% 28,97% 27,45% 26,79% 30,13%

Org. priv. sin fines de lucro 0,26% 0,23% 1,32% 1,31% 1,12% 1,13% 1,20% 1,38% 2,75% 2,88% 2,09% 2,31% 1,50%

PerúEducación Superior 41,87% 42,57% 47,00% 44,73% 38,11% 42,86%

Org. priv. sin fines de lucro 11,15% 11,39% 11,23% 10,10% 7,08% 10,19%

ParaguayEducación Superior 19,26% 40,71% 40,71% 40,71% 61,74% 59,86% 58,48% 45,92%

Org. priv. sin fines de lucro 44,39% 23,36% 23,36% 23,36% 11,22% 11,82% 20,25% 22,53%

El SalvadorEducación Superior 100,00% 100,00% 100,00% 100,00% 100,00% 100,00%

Org. priv. sin fines de lucro

UruguayEducación Superior 35,68% 31,60% 36,67% 32,83% 34,99% 45,20% 36,16%

Org. priv. sin fines de lucro 2,89% 2,76% 4,33% 3,33%

América Latina y el Caribe

Educación Superior 32,02% 33,28% 38,74% 36,68% 30,49% 29,44% 27,21% 29,76% 31,15% 31,11% 29,87% 30,53% 31,69%

Org. priv. sin fines de lucro 2,37% 2,17% 4,70% 4,88% 4,26% 4,14% 4,26% 4,41% 4,68% 6,14% 5,73% 5,87% 4,47%

710+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Tabla 15Inversión en I+D por Disciplina (2000 – 2011)

Nota. Fuente: (www.ricyt.org)

Inversión en I+D por disciplina científica

2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 Promedio

Argentina

Cs. Naturales y Exactas 18,63% 17,98% 15,01% 16,12% 18,47% 15,76% 16,36% 16,59% 22,11% 21,57% 21,45% 18,19%

Ingeniería y Tecnología 33,38% 35,92% 37,85% 38,56% 38,34% 37,51% 38,20% 37,11% 34,43% 37,92% 37,15% 36,94%

Ciencias Médicas 14,27% 13,98% 15,07% 15,07% 13,47% 14,15% 15,30% 13,28% 11,09% 10,65% 10,85% 13,38%

Ciencias Agrícolas 16,82% 15,28% 17,58% 15,83% 15,74% 17,32% 15,37% 15,66% 14,08% 11,62% 11,34% 15,15%

Ciencias Sociales y Humanidades 15,44% 14,78% 12,54% 12,24% 11,21% 12,56% 12,76% 14,91% 17,24% 17,50% 18,44% 14,51%

Sin asignar 100,00% 1,46% 2,06% 1,95% 2,19% 2,78% 2,71% 2,00% 2,46% 1,05% 0,73% 0,77% 10,01%

Bolivia

Cs. Naturales y Exactas 24,12% 24,12%

Ingeniería y Tecnología 32,90% 32,90%

Ciencias Médicas 1,17% 1,17%

Ciencias Agrícolas 40,79% 40,79%

Ciencias Sociales y Humanidades 1,04% 1,04%

Sin asignar 100,00% 100,00% 100,00% -0,02% 74,99%

Chile

Cs. Naturales y Exactas 21,15% 19,44% 30,30% 27,16% 24,51%

Ingeniería y Tecnología 38,90% 43,27% 32,47% 37,35% 38,00%

Ciencias Médicas 9,65% 9,23% 11,34% 9,15% 9,84%

Ciencias Agrícolas 15,38% 13,74% 12,79% 9,80% 12,93%

Ciencias Sociales y Humanidades 14,92% 14,32% 13,11% 16,54% 14,72%

Sin asignar -- --

Costa Rica

Cs. Naturales y Exactas 13,19% 10,69% 15,80% 14,37% 13,51%

Ingeniería y Tecnología 4,92% 6,59% 19,89% 16,16% 11,89%

Ciencias Médicas 4,59% 4,41% 3,53% 5,08% 4,40%

Ciencias Agrícolas 14,64% 11,90% 13,34% 13,18% 13,27%

Ciencias Sociales y Humanidades 19,20% 14,63% 10,94% 10,81% 13,89%

Sin asignar 100,00% 100,00% 100,00% 100,00% 100,00% 43,44% 51,77% 36,50% 40,41% 74,68%

Ecuador

Cs. Naturales y Exactas 25,40% 19,62% 24,19% 11,96% 11,99% 16,00% 18,19%

Ingeniería y Tecnología 31,75% 32,28% 32,80% 25,91% 21,99% 44,00% 31,45%

Ciencias Médicas 6,35% 7,59% 8,60% 22,76% 6,98% 8,96% 10,21%

Ciencias Agrícolas 26,19% 29,75% 25,27% 28,99% 40,86% 12,94% 27,33%

Ciencias Sociales y Humanidades 10,32% 10,76% 9,14% 10,30% 18,13% 18,12% 12,79%

Sin asignar -- 0,08% 0,04% -0,01% 0,04%

Guatemala

Cs. Naturales y Exactas 2,61% 11,47% 20,38% 20,92% 13,98% 12,42% 8,57% 12,91%

Ingeniería y Tecnología 4,26% 6,97% 15,74% 16,60% 5,99% 6,49% 7,56% 9,09%

Ciencias Médicas 19,39% 21,36% 21,29% 21,46% 37,29% 37,27% 34,38% 27,49%

Ciencias Agrícolas 39,75% 32,48% 19,86% 19,93% 18,20% 14,77% 21,33% 23,76%

Ciencias Sociales y Humanidades 25,72% 26,92% 22,72% 20,92% 24,54% 29,05% 28,16% 25,44%

Sin asignar 8,25% 0,79% 0,16% -- 3,07%

México

Cs. Naturales y Exactas 80,01% 79,72% 82,85% 89,82% 77,72% 82,02%

Ingeniería y Tecnología

Ciencias Médicas

Ciencias Agrícolas

Ciencias Sociales y Humanidades 19,99% 20,28% 17,15% 10,19% 11,95% 15,91%

Sin asignar -- -- 100,00% -- 100,00% 100,00% 100,00% -- 100,00% 10,33% 100,00% 100,00% 88,79%

El Salvador

Cs. Naturales y Exactas 25,05% 19,68% 29,00% 31,94% 10,28% 23,19%

Ingeniería y Tecnología 16,14% 10,53% 10,00% 11,81% 25,00% 14,70%

Ciencias Médicas 11,13% 11,94% 15,00% 15,28% 8,33% 12,34%

Ciencias Agrícolas 3,73% 2,78% 4,94% 4,86% 3,19% 3,90%

Ciencias Sociales y Humanidades 42,86% 53,73% 40,63% 36,11% 53,47% 45,36%

Sin asignar 1,08% 1,35% 0,44% -0,28% 0,65%

Uruguay

Cs. Naturales y Exactas 33,50% 16,37% 15,22% 16,57% 11,06% 26,21% 19,82%

Ingeniería y Tecnología 44,30% 29,04% 36,47% 35,16% 36,28% 20,69% 33,66%

Ciencias Médicas 7,40% 6,08% 5,94% 6,94% 10,51% 13,88% 8,46%

Ciencias Agrícolas 5,50% 32,92% 29,12% 26,66% 12,71% 22,25% 21,53%

Ciencias Sociales y Humanidades 9,20% 13,50% 13,27% 14,67% 14,75% 16,91% 13,72%

Sin asignar 100,00% 0,10% 2,09% 100,00% -0,02% 14,69% 0,05% 30,99%

711+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Nota. Fuente: RICYT (http://www.ricyt.org/)

Figura 25Promedio de Inversión en I+D en Ciencias Sociales y Humanidades (2000 – 2011)

50,00%

0

20,00%

10,00%

Méx

ico

Arg

entin

a

Uru

guay

Bol

ivia

Ecua

dor

Cos

ta R

ica

El S

alva

dor

40,00%

30,00%

Chi

le

Gua

tem

ala

Recursos Humanos

Personas Físicas EJC

Nota. Fuente: RICYT (http://www.ricyt.org/). Referencias: EJC (Equivalencia a jornada completa).

Figura 26Investigadores Cada 1000 de la PEA en Promedio Anual en América Latina y el Caribe (1990 – 2011)

2,00

1,50

0

1,00

0,50

1990

1991

2011

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

2009

2010

712+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Nota. Fuente: RICYT (http://www.ricyt.org/)

Figura 27Investigadores en Personas Físicas (2010) por Cada Mil de la PEA

50,00%

0

20,00%

10,00%

Uru

guay

Arg

entin

a

Am

éric

a La

tina

y el

Car

ibe

Bol

ivia

Cos

ta R

ica

El S

alva

dor

40,00%

30,00%

Chi

le

Gua

tem

ala

Bra

sil

Col

ombi

a

Vene

zuel

a

Nota. Fuente: RICYT (http://www.ricyt.org/)

Figura 28Investigadores en EJC (2010) por Cada Mil de la PEA

3,50

0

2,00

1,50

Uru

guay

Arg

entin

a

Am

éric

a La

tina

y el

Car

ibe

Bol

ivia

Cos

ta R

ica

Méx

ico

3,00

2,50

Chi

le

Gua

tem

ala

Bra

sil

Col

ombi

a

Vene

zuel

a

1,00

0,50

713+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Nota. Fuente: (www.ricyt.org)

Investigadores cada 1000 de la PEA

1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999

ArgentinaPersonas Físicas 2,72 2,74 2,79

EJC 1,81 1,82 1,82

BoliviaPersonas Físicas 0,31 0,32 0,31

EJC 0,17 0,17

BrasilPersonas Físicas

EJC

ChilePersonas Físicas

EJC

ColombiaPersonas Físicas 0,23 0,25

EJC 0,16 0,17

Costa RicaPersonas Físicas 1,22 1,53 1,02

EJC

EcuadorPersonas Físicas 0,32 0,32 0,31

EJC 0,15 0,23 0,21 0,22

GuatemalaPersonas Físicas

EJC

HondurasPersonas Físicas

EJC

MéxicoPersonas Físicas 0,55 0,68 0,73

EJC 0,42 0,50 0,54 0,54 0,56 0,56 0,55

NicaraguaPersonas Físicas 0,28

EJC 0,20

PerúPersonas Físicas

EJC

ParaguayPersonas Físicas

EJC

El SalvadorPersonas Físicas

EJC

UruguayPersonas Físicas 1,50

EJC 0,48

VenezuelaPersonas Físicas 0,14 0,15 0,16 0,17

EJC 0,12 0,13

América Latina y el Caribe

Personas Físicas 1,06 1,08 1,06 1,08 1,09 1,10 1,10 1,09 1,09 1,10

EJC 0,54 0,84 0,53 0,54 0,92 0,55 0,58 0,58 0,59 0,58

Tabla 16Investigadores Cada 1000 de la PEA (1990 – 2011). Década 1990

714+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Nota. Fuente: (www.ricyt.org)

Tabla 17Investigadores Cada 1000 de la PEA (1990 – 2011). Década de 2000

Investigadores cada 1000 de la PEA

2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011

ArgentinaPersonas Físicas 2,88 2,76 2,78 2,88 2,99 3,16 3,37 3,68 3,95 4,10 4,49 4,68

EJC 1,82 1,75 1,76 1,81 1,91 2,05 2,21 2,41 2,57 2,67 2,88 2,98

BoliviaPersonas Físicas 0,35 0,39 0,48 0,41

EJC 0,19 0,33 0,32 0,35 0,31

BrasilPersonas Físicas 1,54 1,56 1,66 1,78 1,86 1,89 1,95 1,99 2,11 2,31

EJC 0,91 0,93 1,00 1,08 1,14 1,15 1,18 1,20 1,26 1,36

ChilePersonas Físicas 1,42 1,47 1,20 1,20

EJC 0,80 0,83 0,67 0,69

ColombiaPersonas Físicas 0,42 0,46 0,55 0,60 0,71 0,77 0,88 0,87 0,88 0,75 0,73 0,70

EJC 0,23 0,24 0,28 0,30 0,34 0,36 0,41 0,41 0,42 0,35 0,32 0,37

Costa RicaPersonas Físicas 0,75 0,69 0,63 0,76 1,67 1,76 1,71 3,44 3,90 4,21

EJC 0,32 0,27 0,28 0,58 2,13 2,80 2,91

EcuadorPersonas Físicas 0,16 0,18 0,16 0,36 0,28 0,44

EJC 0,12 0,14 0,12 0,23 0,16 0,25

GuatemalaPersonas Físicas 0,13 0,12 0,13 0,13 0,13 0,10 0,11

EJC 0,08 0,07 0,08 0,10 0,10 0,06 0,07

HondurasPersonas Físicas 0,22 0,23 0,22 0,22

EJC

MéxicoPersonas Físicas

EJC 0,57 0,59 0,78 0,81 0,95 1,02 0,82 0,83 0,83 0,91 0,96

NicaraguaPersonas Físicas 0,13 0,16

EJC

PerúPersonas Físicas 0,36

EJC

ParaguayPersonas Físicas

EJC

El SalvadorPersonas Físicas 0,09 0,10 0,09 0,09 0,12 0,16 0,17 0,20 0,21

EJC

UruguayPersonas Físicas 1,92 2,56 2,08 1,48 1,63 1,76 1,49

EJC 0,61 0,83 0,58 1,02 1,13 1,05

VenezuelaPersonas Físicas 0,17 0,19 0,18 0,24 0,26 0,31 0,38 0,42 0,48 0,53 0,51 0,58

EJC 0,14 0,16 0,15 0,20 0,23 0,27 0,33 0,36 0,42 0,41 0,43 0,50

América Latina y el Caribe

Personas Físicas 1,13 1,15 1,24 1,28 1,40 1,47 1,47 1,50 1,55 1,62 1,70 1,74

EJC 0,73 0,75 0,81 0,86 0,94 0,97 0,96 0,97 1,00 1,05 1,11 1,11

715+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Nota. Fuente: (www.ricyt.org)

Tabla 18Investigadores (PF) por Sector de Empleo (1990 – 2011). Década de 1990

Investigadores por sector de empleo (PF)

1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000

ArgentinaEducación Superior 61,36% 61,81% 62,47% 64,64%

Org. priv. sin fines de lucro 1,02% 1,03% 1,11% 1,57%

BoliviaEducación Superior

Org. priv. sin fines de lucro

BrasilEducación Superior 69,35%

Org. priv. sin fines de lucro 0,37%

ChileEducación Superior

Org. priv. sin fines de lucro

ColombiaEducación Superior 84,73% 85,09% 88,12%

Org. priv. sin fines de lucro 3,64% 3,55% 9,59%

Costa RicaEducación Superior 76,50% 60,50%

Org. priv. sin fines de lucro 3,90% 4,00%

EcuadorEducación Superior

Org. priv. sin fines de lucro

GuatemalaEducación Superior

Org. priv. sin fines de lucro

HondurasEducación Superior 38,43%

Org. priv. sin fines de lucro 15,08%

MéxicoEducación Superior 60,20% 61,30% 62,50%

Org. priv. sin fines de lucro 1,00% 1,10% 1,30%

PerúEducación Superior

Org. priv. sin fines de lucro

ParaguayEducación Superior

Org. priv. sin fines de lucro

El SalvadorEducación Superior

Org. priv. sin fines de lucro

UruguayEducación Superior 81,30% 81,00%

Org. priv. sin fines de lucro

VenezuelaEducación Superior 79,43% 81,50% 83,64% 84,92% 85,39%

Org. priv. sin fines de lucro 0,32% 0,29% 0,33% 0,30% 0,34%

América Latina y el Caribe

Educación Superior 44,31% 47,00% 49,64% 51,87% 53,81% 55,62% 57,16% 58,65% 60,00% 61,50% 63,20%

Org. priv. sin fines de lucro 0,51% 0,60% 0,63% 0,60% 0,64% 0,71% 0,81% 0,94% 0,91% 0,95% 1,35%

716+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Nota. Fuente: (www.ricyt.org)

Tabla 19Investigadores (PF) por Sector de Empleo (1990 – 2011). Década de 2000.

Investigadores por sector de empleo (PF)

2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011

ArgentinaEducación Superior 63,96% 63,76% 64,00% 61,29% 59,61% 60,18% 59,58% 59,54% 59,65% 61,48% 62,20%

Org. priv. sin fines de lucro 1,81% 1,71% 2,06% 2,39% 2,09% 1,80% 1,86% 1,81% 1,71% 1,48% 1,37%

BoliviaEducación Superior 85,00% 82,49%

Org. priv. sin fines de lucro 6,16% 10,73%

BrasilEducación Superior 63,26% 65,36% 68,27% 68,56% 68,48% 70,95% 73,06% 74,84% 77,06% 78,73%

Org. priv. sin fines de lucro 0,44% 0,54% 0,58% 0,59% 0,52% 0,47% 0,47% 0,48% 0,45% 0,43%

ChileEducación Superior 69,61% 69,66% 71,39% 70,44%

Org. priv. sin fines de lucro 4,53% 4,69% 7,86% 7,42%

ColombiaEducación Superior 88,55% 88,34% 88,66% 88,78% 89,35% 89,86% 90,35% 90,86% 91,01% 89,86% 90,30%

Org. priv. sin fines de lucro 9,33% 9,87% 9,76% 9,64% 9,16% 8,34% 7,80% 7,28% 7,19% 8,04% 8,02%

Costa RicaEducación Superior 83,03% 66,22% 66,07% 66,56% 31,86% 31,53% 29,65%

Org. priv. sin fines de lucro 4,36% 13,85% 11,14% 12,46% 1,44% 0,92% 1,27%

EcuadorEducación Superior 84,77% 69,08%

Org. priv. sin fines de lucro

GuatemalaEducación Superior 78,54% 55,76% 39,00% 64,08% 57,67% 70,44% 68,05%

Org. priv. sin fines de lucro

HondurasEducación Superior 39,43% 40,89% 43,23%

Org. priv. sin fines de lucro 16,00% 15,89% 15,96%

MéxicoEducación Superior

Org. priv. sin fines de lucro

PerúEducación Superior 40,20%

Org. priv. sin fines de lucro 0,10%

ParaguayEducación Superior 47,88% 55,92% 63,55% 59,06% 72,50% 74,75% 82,87%

Org. priv. sin fines de lucro 24,13% 23,05% 14,75% 16,40% 7,11% 4,60% 8,95%

El SalvadorEducación Superior 84,52% 82,56% 82,69% 82,13% 79,56% 87,54% 88,71% 89,41% 88,46%

Org. priv. sin fines de lucro 1,97% 1,65% 2,12% 2,71%

UruguayEducación Superior 73,07% 63,17% 78,65% 80,13% 79,33% 81,07%

Org. priv. sin fines de lucro 2,91% 2,79% 2,97% 3,12%

VenezuelaEducación Superior 85,56% 85,56% 86,79% 85,76% 86,03% 87,07% 88,32% 88,39% 88,79% 88,99% 80,59%

Org. priv. sin fines de lucro 0,34% 0,34% 0,50% 0,51% 0,52% 0,81% 0,95% 0,68% 0,68% 0,62% 1,43%

América Latina y el Caribe

Educación Superior 64,35% 65,70% 65,52% 65,18% 66,78% 68,09% 69,17% 69,90% 70,22% 71,48% 72,19%

Org. priv. sin fines de lucro 1,46% 1,63% 1,60% 1,76% 1,59% 1,50% 1,50% 1,51% 1,44% 1,39% 1,37%

717+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Educación Superior Org. priv. sin fines de lucro

Nota. Fuente: RICYT (http://www.ricyt.org/).

Figura 29Evolución de Investigadores (PF) por Sector de Empleo en América Latina y el Caribe (1990 – 2011)

0

1990

1991

2011

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

2009

2010

80,00%

60,00%

50,00%

40,00%

30,00%

20,00%

10,00%

70,00%

718+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Nota. Fuente: (www.ricyt.org)

Tabla 20Investigadores (PF) por Sector de Empleo en Países de América Latina (2010).

Investigadores por sector de empleo (PF) 2010

ArgentinaEducación Superior 61,48%

Org. priv. sin fines de lucro 1,48%

BoliviaEducación Superior 82,49%

Org. priv. sin fines de lucro 10,73%

BrasilEducación Superior 78,73%

Org. priv. sin fines de lucro 0,43%

ChileEducación Superior 70,44%

Org. priv. sin fines de lucro 7,42%

ColombiaEducación Superior 89,86%

Org. priv. sin fines de lucro 8,04%

Costa RicaEducación Superior 31,53%

Org. priv. sin fines de lucro 0,92%

El SalvadorEducación Superior 89,41%

Org. priv. sin fines de lucro 2,12%

UruguayEducación Superior 79,33%

Org. priv. sin fines de lucro 2,97%

VenezuelaEducación Superior 88,99%

Org. priv. sin fines de lucro 0,62%

América Latina y el Caribe

Educación Superior 71,48%

Org. priv. sin fines de lucro 1,39%

719+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Nota. Fuente: (www.ricyt.org)

Tabla 21Investigadores (EJC) por Sector de Empleo (1990 – 2011). Década 1990.

Investigadores por sector de empleo (EJC)

1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999

ArgentinaEducación Superior 46,89% 47,20% 47,58%

Org. priv. sin fines de lucro 1,04% 1,07% 1,34%

BoliviaEducación Superior

Org. priv. sin fines de lucro

BrasilEducación Superior

Org. priv. sin fines de lucro

ChileEducación Superior

Org. priv. sin fines de lucro

ColombiaEducación Superior 75,66% 76,38%

Org. priv. sin fines de lucro 4,89% 4,66%

Costa RicaEducación Superior

Org. priv. sin fines de lucro

EcuadorEducación Superior

Org. priv. sin fines de lucro

GuatemalaEducación Superior

Org. priv. sin fines de lucro

MéxicoEducación Superior 54,85% 57,10% 57,80% 48,67%

Org. priv. sin fines de lucro 0,70% 0,70% 0,90% 0,69%

ParaguayEducación Superior

Org. priv. sin fines de lucro

UruguayEducación Superior 89,88%

Org. priv. sin fines de lucro

VenezuelaEducación Superior 85,15% 85,93%

Org. priv. sin fines de lucro 0,26% 0,22%

América Latina y el Caribe

Educación Superior 43,66% 44,63% 45,50% 46,39% 47,72% 48,73% 49,12% 49,50% 50,45% 48,53%

Org. priv. sin fines de lucro 0,98% 1,00% 1,00% 0,93% 0,91% 0,99% 1,14% 1,13% 1,15% 5,25%

720+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Nota. Fuente: (www.ricyt.org)

Tabla 22Investigadores (EJC) por Sector de Empleo (1990 – 2011). Década 2000.

Investigadores por sector de empleo (EJC)

2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011

Argentina

Educación Superior 49,96% 49,46% 49,28% 49,27% 46,33% 44,56% 44,66% 43,50% 42,74% 42,84% 44,54% 45,22%

Org. priv. sin fines de lucro 1,66% 1,91% 1,84% 2,12% 2,47% 1,95% 1,60% 1,68% 1,69% 1,61% 1,44% 1,15%

Bolivia

Educación Superior 67,01% 70,00% 84,25% 83,22%

Org. priv. sin fines de lucro 4,12% 10,00% 7,45% 11,98%

Brasil

Educación Superior 60,52% 53,76% 55,06% 57,25% 56,95% 56,30% 58,84% 61,06% 62,97% 65,51% 67,80%

Org. priv. sin fines de lucro 0,65% 0,75% 0,91% 0,97% 0,99% 0,85% 0,78% 0,79% 0,80% 0,77% 0,73%

Chile

Educación Superior 53,94% 54,34% 61,89% 60,18%

Org. priv. sin fines de lucro 6,63% 6,71% 11,73% 10,59%

Colombia

Educación Superior 89,72% 89,53% 89,22% 89,44% 89,17% 89,58% 90,39% 91,25% 83,43% 86,63% 89,61% 88,21%

Org. priv. sin fines de lucro 8,08% 8,20% 8,85% 8,71% 8,93% 8,65% 8,04% 7,15% 14,08% 10,63% 8,21% 9,75%

Costa Rica

Educación Superior 79,86% 72,85% 18,26% 15,76% 15,06%

Org. priv. sin fines de lucro 5,16% 17,61% 2,30% 3,00% 1,70%

Ecuador

Educación Superior 84,74% 85,04%

Org. priv. sin fines de lucro

Guatemala

Educación Superior 70,49% 69,85% 59,10% 64,63% 50,00% 69,15% 66,76%

Org. priv. sin fines de lucro

México

Educación Superior 47,61% 51,71% 50,95% 51,06% 40,39% 38,00% 36,43% 35,76% 44,31% 40,45% 36,33% 36,19%

Org. priv. sin fines de lucro 0,61% 0,58% 3,97% 4,06% 2,16% 1,72% 2,13% 2,47% 2,90% 2,62% 2,73% 2,87%

Paraguay

Educación Superior 46,19% 45,85% 52,74% 47,97% 70,42% 65,58%

Org. priv. sin fines de lucro 25,29% 23,42% 15,17% 16,51% 7,55% 7,44%

Uruguay

Educación Superior 90,00% 85,67% 77,70% 82,06% 81,69% 81,93%

Org. priv. sin fines de lucro 2,70% 2,85% 3,00% 3,24%

Venezuela

Educación Superior 86,76% 86,64% 86,64% 87,47% 86,83% 87,32% 88,08% 89,60% 89,56% 90,59% 87,56% 85,10%

Org. priv. sin fines de lucro 0,27% 0,40% 0,40% 0,78% 0,36% 0,37% 0,70% 0,54% 0,57% 0,48% 0,69% 1,06%

América Latina y el Caribe

Educación Superior 52,58% 53,85% 55,75% 54,80% 51,77% 51,82% 53,78% 55,29% 57,56% 57,20% 58,10% 58,16%

Org. priv. sin fines de lucro 1,40% 1,53% 2,34% 2,38% 2,22% 1,86% 1,77% 1,77% 2,13% 1,88% 1,78% 1,81%

721+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Educación Superior Org. priv. sin fines de lucro

Nota. Fuente: RICYT (http://www.ricyt.org/).

Figura 30Evolución de Investigadores (EJC) por Sector de Empleo en América Latina y el Caribe (1990 – 2011)

0

1990

1991

2011

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

2009

2010

70,00%

60,00%

50,00%

40,00%

30,00%

20,00%

10,00%

722+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Nota. Fuente: (www.ricyt.org)

Tabla 23Investigadores (EJC) por Sector de Empleo en Países de América Latina (2000 - 2010).

Investigadores por sector de empleo (EJC)

2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010

ArgentinaEducación Superior 49,96% 49,46% 49,28% 49,27% 46,33% 44,56% 44,66% 43,50% 42,74% 42,84% 44,54%

Org. priv. sin fines de lucro 1,66% 1,91% 1,84% 2,12% 2,47% 1,95% 1,60% 1,68% 1,69% 1,61% 1,44%

BrasilEducación Superior 60,52% 53,76% 55,06% 57,25% 56,95% 56,30% 58,84% 61,06% 62,97% 65,51% 67,80%

Org. priv. sin fines de lucro 0,65% 0,75% 0,91% 0,97% 0,99% 0,85% 0,78% 0,79% 0,80% 0,77% 0,73%

ColombiaEducación Superior 89,72% 89,53% 89,22% 89,44% 89,17% 89,58% 90,39% 91,25% 83,43% 86,63% 89,61%

Org. priv. sin fines de lucro 8,08% 8,20% 8,85% 8,71% 8,93% 8,65% 8,04% 7,15% 14,08% 10,63% 8,21%

MéxicoEducación Superior 47,61% 51,71% 50,95% 51,06% 40,39% 38,00% 36,43% 35,76% 44,31% 40,45% 36,33%

Org. priv. sin fines de lucro 0,61% 0,58% 3,97% 4,06% 2,16% 1,72% 2,13% 2,47% 2,90% 2,62% 2,73%

VenezuelaEducación Superior 86,76% 86,64% 86,64% 87,47% 86,83% 87,32% 88,08% 89,60% 89,56% 90,59% 87,56%

Org. priv. sin fines de lucro 0,27% 0,40% 0,40% 0,78% 0,36% 0,37% 0,70% 0,54% 0,57% 0,48% 0,69%

723+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Nota. Fuente: (www.ricyt.org)

Tabla 24Investigadores (Personas Físicas) por Disciplina (1990 – 2011). Década de 1990.

Investigadores por disciplina científica (Personas Físicas)

1994 1995 1996 1997 1998 1999

Argentina

Ciencias Sociales y Humanidades

25,68% 26,21% 26,37%

Resto de las disciplinas científicas

74,32% 73,79% 73,63%

Bolivia

Ciencias Sociales y Humanidades

14,00% 14,00% 14,00%

Resto de las disciplinas científicas

86,00% 86,00% 86,00%

Chile

Ciencias Sociales y Humanidades

Resto de las disciplinas científicas

Colombia

Ciencias Sociales y Humanidades

31,33% 31,36%

Resto de las disciplinas científicas

68,67% 68,64%

Costa Rica

Ciencias Sociales y Humanidades

25,00%

Resto de las disciplinas científicas

75,00%

Ecuador

Ciencias Sociales y Humanidades

Resto de las disciplinas científicas

Guatemala

Ciencias Sociales y Humanidades

Resto de las disciplinas científicas

México

Ciencias Sociales y Humanidades

60,17% 60,89%

Resto de las disciplinas científicas

39,83% 39,11%

El Salvador

Ciencias Sociales y Humanidades

Resto de las disciplinas científicas

Uruguay

Ciencias Sociales y Humanidades

13,01%

Resto de las disciplinas científicas

86,99%

Venezuela

Ciencias Sociales y Humanidades

17,96% 19,10% 20,04% 19,73%

Resto de las disciplinas científicas

82,04% 80,90% 79,96% 80,27%

724+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Nota. Fuente: (www.ricyt.org)

Tabla 25Investigadores (Personas Físicas) por Disciplina (1990 – 2011). Década de 2000.

Investigadores por disciplina científica (Personas Físicas)

2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011

Argentina

Ciencias Sociales y Humanidades

27,64% 27,76% 28,08% 27,33% 26,45% 27,32% 28,29% 28,19% 29,22% 30,69% 30,11%

Resto de las disciplinas científicas

72,36% 72,24% 71,92% 72,67% 73,55% 72,68% 71,71% 71,81% 70,78% 69,31% 69,89%

Bolivia

Ciencias Sociales y Humanidades

13,00% 13,82% 22,20%

Resto de las disciplinas científicas

87,00% 86,18% 77,80%

Chile

Ciencias Sociales y Humanidades

23,47% 23,46%

Resto de las disciplinas científicas

76,53% 76,54%

Colombia

Ciencias Sociales y Humanidades

39,71% 39,81% 40,28% 40,57% 40,75% 40,31% 40,60% 41,67% 41,95% 42,05% 47,37%

Resto de las disciplinas científicas

60,29% 60,19% 59,72% 59,43% 59,25% 59,69% 59,40% 58,33% 58,05% 57,95% 52,63%

Costa Rica

Ciencias Sociales y Humanidades

26,45% 29,63% 29,96% 29,92% 31,54% 27,57% 25,51%

Resto de las disciplinas científicas

73,55% 70,37% 70,04% 70,08% 68,46% 72,43% 74,49%

Ecuador

Ciencias Sociales y Humanidades

9,41% 11,35% 9,82% 18,30% 20,04% 27,14%

Resto de las disciplinas científicas

90,59% 88,65% 90,18% 81,70% 79,96% 72,86%

Guatemala

Ciencias Sociales y Humanidades

23,15% 23,78% 26,74% 27,32% 28,17% 32,26% 30,28%

Resto de las disciplinas científicas

76,85% 76,22% 73,26% 72,68% 71,83% 67,74% 69,72%

México

Ciencias Sociales y Humanidades

Resto de las disciplinas científicas

El Salvador

Ciencias Sociales y Humanidades

28,97% 28,68% 28,85% 25,10% 24,82% 8,73% 13,41% 18,80% 19,14%

Resto de las disciplinas científicas

71,03% 71,32% 71,15% 74,90% 75,18% 91,27% 86,59% 81,20% 80,86%

Uruguay

Ciencias Sociales y Humanidades

9,90% 18,98% 27,88% 30,82% 31,76% 33,03%

Resto de las disciplinas científicas

90,10% 81,02% 72,12% 69,18% 68,24% 66,97%

Venezuela

Ciencias Sociales y Humanidades

21,67% 21,67% 26,14% 28,08% 27,82% 30,37% 32,78% 34,90% 36,23%

Resto de las disciplinas científicas

78,33% 78,33% 73,86% 71,92% 72,18% 69,63% 67,22% 65,10% 63,77%

725+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Nota. Fuente: (www.ricyt.org)

Tabla 26Investigadores (EJC) por Disciplina (1996 – 2011). Década de 1990.

Investigadores por disciplina científica (EJC)

1996 1997 1998 1999

BoliviaCiencias Sociales y Humanidades 13,00%

Resto de las disciplinas 87,00%

ChileCiencias Sociales y Humanidades

Resto de las disciplinas

ColombiaCiencias Sociales y Humanidades 29,98% 29,70%

Resto de las disciplinas 70,02% 70,30%

Costa RicaCiencias Sociales y Humanidades

Resto de las disciplinas

EcuadorCiencias Sociales y Humanidades 11,52% 11,15% 11,53%

Resto de las disciplinas 88,48% 88,85% 88,47%

GuatemalaCiencias Sociales y Humanidades

Resto de las disciplinas

UruguayCiencias Sociales y Humanidades 8,24%

Resto de las disciplinas 91,76%

VenezuelaCiencias Sociales y Humanidades 19,86% 19,91%

Resto de las disciplinas 80,14% 80,09%

726+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Nota. Fuente: (www.ricyt.org)

Tabla 27Investigadores (EJC) por Disciplina (1996 – 2011). Década de 2000

Investigadores por disciplina científica (EJC)

2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011

Bolivia

Ciencias Sociales y Humanidades

16,00% 15,00% 15,00% 13,17% 20,98%

Resto de las disciplinas 84,00% 85,00% 85,00% 86,83% 79,02%

Chile

Ciencias Sociales y Humanidades

17,65% 17,36% 22,08% 22,26%

Resto de las disciplinas 82,35% 82,64% 77,92% 77,74%

Colombia

Ciencias Sociales y Humanidades

41,77% 40,74% 40,73% 41,41% 41,60% 41,68% 41,62% 42,30% 37,20% 40,08% 43,82% 44,41%

Resto de las disciplinas 58,23% 59,26% 59,27% 58,59% 58,40% 58,32% 58,38% 57,70% 62,80% 59,92% 56,18% 55,59%

Costa Rica

Ciencias Sociales y Humanidades

22,26%

Resto de las disciplinas 77,74%

Ecuador

Ciencias Sociales y Humanidades

9,51% 11,27% 9,77% 11,86% 17,85% 17,96%

Resto de las disciplinas 90,49% 88,73% 90,23% 88,14% 82,15% 82,04%

Guatemala

Ciencias Sociales y Humanidades

21,89% 32,99% 35,12% 31,85% 27,08% 37,74% 36,76%

Resto de las disciplinas 78,11% 67,01% 64,88% 68,15% 72,92% 62,26% 63,24%

Uruguay

Ciencias Sociales y Humanidades

25,55% 12,32% 28,42% 28,40% 29,86% 30,59%

Resto de las disciplinas 74,45% 87,68% 71,58% 71,60% 70,14% 69,41%

Venezuela

Ciencias Sociales y Humanidades

22,01% 22,63% 22,63% 26,61% 28,41% 27,96% 30,85% 33,31% 35,28% 35,19%

Resto de las disciplinas 77,99% 77,37% 77,37% 73,39% 71,59% 72,04% 69,15% 66,69% 64,72% 64,81%

727+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Tabla 28Investigadores por Nivel de Formación (Personas Físicas) (1996 – 2011). Década 1990

Investigadores por nivel de formación (PF)

1996 1997 1998 1999

Argentina

Doctorado 18,22%

Maestría 4,96%

Licenciatura o equivalente 76,82%

Terciario no universitario

Otros

Bolivia

Doctorado

Maestría

Licenciatura o equivalente

Terciario no universitario

Otros

Brasil

Doctorado

Maestría

Licenciatura o equivalente

Terciario no universitario

Otros

Chile

Doctorado

Maestría

Licenciatura o equivalente

Terciario no universitario

Otros

Colombia

Doctorado 15,12% 14,36%

Maestría 30,55% 28,77%

Licenciatura o equivalente 54,33% 56,87%

Terciario no universitario

Otros

Costa Rica

Doctorado

Maestría

Licenciatura o equivalente

Terciario no universitario

Otros

728+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Nota. Fuente: (www.ricyt.org)

Ecuador

Doctorado 5,00%

Maestría 26,00%

Licenciatura o equivalente 69,00%

Terciario no universitario

Otros

Guatemala

Doctorado

Maestría

Licenciatura o equivalente

Terciario no universitario

Otros

Paraguay

Doctorado

Maestría

Licenciatura o equivalente

Terciario no universitario

Otros

El Salvador

Doctorado

Maestría

Licenciatura o equivalente

Terciario no universitario

Otros

Uruguay

Doctorado

Maestría

Licenciatura o equivalente

Terciario no universitario

Otros

Venezuela

Doctorado 77,79% 78,61% 78,28% 78,63%

Maestría 16,41% 15,67% 16,58% 16,52%

Licenciatura o equivalente 4,32% 4,01% 3,38% 3,02%

Terciario no universitario 0,06%

Otros 1,49% 1,72% 1,76% 1,78%

729+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Tabla 29Investigadores por Nivel de Formación (Personas Físicas) (1996 – 2011). Década 2000

Investigadores por nivel de formación (PF)

2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011

Argentina

Doctorado 23,45% 24,26% 22,42% 23,25% 23,84% 23,75% 22,27% 19,81% 24,48% 24,88% 25,10% 25,84%

Maestría 6,50% 6,73% 7,26% 7,95% 9,60% 8,97% 9,40% 10,43% 9,27% 9,16% 9,45% 8,55%

Licenciatura o equivalente 66,22% 64,60% 65,32% 63,81% 60,85% 61,42% 63,70% 62,93% 59,65% 59,40% 58,74% 59,29%

Terciario no universitario

Otros 3,83% 4,41% 4,99% 5,00% 5,71% 5,86% 4,62% 6,84% 6,60% 6,56% 6,71% 6,33%

Bolivia

Doctorado 20,00% 20,00% 11,19%

Maestría 35,00% 40,00% 31,03%

Licenciatura o equivalente 40,00% 30,00% 37,39%

Terciario no universitario 5,00% 10,00% 8,22%

Otros 12,17%

Brasil

Doctorado 23,06% 24,58% 25,89% 28,29% 30,03% 30,78% 32,26% 33,28% 34,15% 34,98% 35,42%

Maestría 41,04% 41,33% 41,80% 41,86% 40,56% 40,17% 40,86% 41,59% 42,18% 43,15% 44,29%

Licenciatura o equivalente 35,84% 33,67% 31,57% 29,17% 28,79% 28,53% 26,41% 24,70% 23,27% 21,51% 19,96%

Terciario no universitario

Otros 0,06% 0,41% 0,73% 0,68% 0,62% 0,53% 0,47% 0,43% 0,40% 0,36% 0,33%

Chile

Doctorado 36,70% 37,86% 41,97% 41,74%

Maestría 61,59% 60,53% 51,60% 51,99%

Licenciatura o equivalente

Terciario no universitario 1,11% 1,05% 0,67% 0,71%

Otros 0,59% 0,56% 5,76% 5,55%

Colombia

Doctorado 20,97% 20,56% 20,15% 19,94% 19,63% 19,43% 19,71% 20,22% 21,34% 22,91% 24,22% 28,63%

Maestría 49,21% 48,00% 46,24% 45,02% 43,93% 43,68% 43,05% 43,27% 42,96% 42,98% 43,31% 45,47%

Licenciatura o equivalente 29,24% 30,80% 32,94% 34,18% 35,31% 35,36% 35,36% 34,29% 33,08% 31,12% 29,63% 25,30%

Terciario no universitario

Otros 0,59% 0,64% 0,68% 0,86% 1,12% 1,53% 1,89% 2,22% 2,62% 2,99% 2,83% 0,60%

Costa Rica

Doctorado 27,16% 26,99% 25,00% 17,38% 17,55% 16,32% 13,99% 14,30% 14,38%

Maestría 38,94% 37,94% 75,00% 31,96% 32,80% 33,10% 28,85% 36,58% 31,79%

Licenciatura o equivalente 28,27% 28,11% 39,77% 40,74% 39,98% 51,44% 43,76% 51,36%

Terciario no universitario 10,90%

Otros 5,64% 6,96% 8,91% 10,61% 5,72% 5,35% 2,47%

730+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Nota. Fuente: (www.ricyt.org)

Ecuador

Doctorado 9,26% 11,06% 10,41% 6,95% 7,24% 6,56%

Maestría 21,76% 23,99% 24,62% 33,63% 33,93% 31,45%

Licenciatura o equivalente 68,98% 64,94% 64,97% 59,42% 58,82% 61,99%

Terciario no universitario

Otros

Guatemala

Doctorado 13,38% 16,09% 15,32% 15,92% 11,51% 13,68% 15,97%

Maestría 14,85% 24,68% 29,67% 30,56% 25,00% 26,52% 26,79%

Licenciatura o equivalente 49,76% 59,23% 55,01% 53,52% 63,49% 59,80% 57,24%

Terciario no universitario 22,02%

Otros

Paraguay

Doctorado

Maestría

Licenciatura o equivalente

Terciario no universitario

Otros

El Salvador

Doctorado 3,88% 3,85% 5,70% 6,20% 1,25% 2,20% 1,94% 2,63%

Maestría 43,41% 43,08% 43,35% 44,16% 9,73% 13,19% 14,53% 14,26%

Licenciatura o equivalente 52,71% 53,08% 50,95% 49,64% 88,28% 82,42% 81,59% 81,99%

Terciario no universitario

Otros 0,75% 2,20% 1,94% 1,13%

Uruguay

Doctorado 17,66% 11,85% 28,05% 35,59% 34,96% 35,81% 42,00%

Maestría 18,08% 12,27% 28,09% 23,92% 25,37% 26,61% 29,17%

Licenciatura o equivalente 52,31% 64,00% 41,11% 40,49% 39,67% 37,58% 28,83%

Terciario no universitario 11,95% 11,88% 1,44%

Otros 1,31%

Venezuela

Doctorado 78,69% 76,31% 76,31% 71,70% 67,63% 63,67% 59,58% 54,42% 53,73% 54,88%

Maestría 17,31% 18,68% 18,68% 23,91% 28,21% 31,56% 33,91% 37,00% 38,51% 36,90%

Licenciatura o equivalente 2,44% 3,51% 3,51% 2,90% 2,73% 2,86% 3,74% 5,17% 4,57% 4,36%

Terciario no universitario 0,06% 0,10% 0,10% 0,14% 0,16% 0,16% 0,24% 0,21% 0,26% 0,25%

Otros 1,50% 1,40% 1,40% 1,34% 1,27% 1,75% 2,53% 3,20% 2,93% 3,60%

731+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Tabla 30Investigadores por Nivel de Formación (EJC) (1996 – 2011). Década 1990.

Investigadores por nivel de formación (EJC)

1996 1997 1998 1999

Bolivia

Doctorado

Maestría

Licenciatura o equivalente

Terciario no universitario

Otros

Brasil

Doctorado

Maestría

Licenciatura o equivalente

Terciario no universitario

Otros

Chile

Doctorado

Maestría

Licenciatura o equivalente

Terciario no universitario

Otros

Colombia

Doctorado 16,34% 15,23%

Maestría 31,21% 29,49%

Licenciatura o equivalente 52,45% 55,28%

Terciario no universitario

Otros

Costa Rica

Doctorado

Maestría

Licenciatura o equivalente

Terciario no universitario

Otros

732+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Nota. Fuente: (www.ricyt.org)

Ecuador

Doctorado 3,53% 3,78% 4,29%

Maestría 16,93% 18,26% 21,45%

Licenciatura o equivalente 79,54% 77,96% 74,26%

Terciario no universitario

Otros

Guatemala

Doctorado

Maestría

Licenciatura o equivalente

Terciario no universitario

Otros

Paraguay

Doctorado

Maestría

Licenciatura o equivalente

Terciario no universitario

Otros

Uruguay

Doctorado

Maestría

Licenciatura o equivalente

Terciario no universitario

Otros

Venezuela

Doctorado 64,37% 64,00%

Maestría 28,70% 29,04%

Licenciatura o equivalente 5,35% 5,16%

Terciario no universitario

Otros 1,57% 1,80%

733+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Tabla 31Investigadores por Nivel de Formación (EJC) (1996 – 2011). Década 2000

Investigadores por nivel de formación (EJC)

2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011

Bolivia

Doctorado 20,00% 21,00% 23,00%

Maestría 35,00% 36,00% 37,00%

Licenciatura o equivalente 40,00% 38,00% 35,00%

Terciario no universitario 5,00% 5,00% 5,00%

Otros

Brasil

Doctorado 21,82% 23,10% 24,18% 26,23% 27,59% 27,97% 29,49% 30,66% 31,67% 32,76% 33,47%

Maestría 37,73% 37,50% 37,46% 37,31% 35,92% 35,23% 35,95% 36,71% 37,34% 38,35% 39,51%

Licenciatura o equivalente 40,39% 39,02% 37,69% 35,84% 35,93% 36,32% 34,14% 32,24% 30,62% 28,56% 26,72%

Terciario no universitario

Otros 0,05% 0,38% 0,67% 0,62% 0,57% 0,48% 0,42% 0,39% 0,36% 0,33% 0,30%

Chile

Doctorado 32,06% 32,93% 44,43% 43,03%

Maestría 65,48% 64,65% 53,18% 54,21%

Licenciatura o equivalente

Terciario no universitario 1,71% 1,62% 0,49% 0,55%

Otros 0,75% 0,80% 1,89% 2,21%

Colombia

Doctorado 33,77% 35,57% 32,49% 29,92% 26,26% 26,24% 27,14% 26,95% 23,21% 27,63% 41,49% 35,71%

Maestría 44,42% 45,23% 51,32% 52,00% 52,51% 52,25% 51,43% 49,93% 44,13% 43,12% 38,74% 43,92%

Licenciatura o equivalente 21,73% 19,12% 16,07% 17,92% 20,94% 21,14% 20,79% 22,13% 30,82% 26,58% 16,73% 20,07%

Terciario no universitario

Otros 0,08% 0,09% 0,12% 0,17% 0,28% 0,37% 0,63% 0,99% 1,84% 2,67% 3,04% 0,31%

Costa Rica

Doctorado 0,2642

Maestría 73,58%

Licenciatura o equivalente

Terciario no universitario

Otros

734+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Nota. Fuente: (www.ricyt.org)

Ecuador

Doctorado 6,97% 7,29% 7,32%

Maestría 33,57% 33,19% 33,18%

Licenciatura o equivalente 59,46% 59,51% 59,50%

Terciario no universitario

Otros

Guatemala

Doctorado 15,69% 14,56% 14,63% 10,65% 14,88% 15,14%

Maestría 19,38% 24,84% 31,30% 22,02% 27,27% 27,03%

Licenciatura o equivalente 64,92% 60,60% 54,07% 67,33% 57,85% 57,84%

Terciario no universitario

Otros

Paraguay

Doctorado

Maestría

Licenciatura o equivalente

Terciario no universitario

Otros

Uruguay

Doctorado 18,51% 17,15% 35,72% 46,51% 47,38% 51,10%

Maestría 20,08% 19,73% 24,12% 24,07% 25,06% 27,24%

Licenciatura o equivalente 53,78% 50,56% 40,16% 29,42% 27,56% 21,66%

Terciario no universitario 7,62% 12,56%

Otros

Venezuela

Doctorado 63,34% 61,48% 61,48% 56,88% 55,66% 54,46% 54,16% 54,72% 54,93% 58,44%

Maestría 30,57% 30,97% 30,97% 35,74% 37,47% 38,61% 37,74% 37,31% 37,98% 34,71%

Licenciatura o equivalente 4,88% 5,95% 5,95% 5,47% 5,13% 4,86% 5,26% 5,00% 4,24% 3,78%

Terciario no universitario 0,06% 0,06% 0,16% 0,15% 0,15% 0,28% 0,22% 0,23% 0,15%

Otros 1,20% 1,55% 1,55% 1,75% 1,60% 1,91% 2,56% 2,75% 2,62% 2,92%

735+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Figura 31Evolución de Títulos de Grado por Disciplina en América Latina y el Caribe (1990 – 2011). Graduados en Educación Superior.-Titulados de Grado.

Nota. Fuente: RICYT (http://www.ricyt.org/)

1200000

1000000

0

800000

600000

400000

200000

1990

2011

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

2009

2010

Ciencias Naturales y Exactas

Ciencias Médicas

Ciencias Sociales

Ingeniería y Tecnología

Ciencias Agrícolas

Humanidades

Graduados en Educación Superior

Titulados de Grado

736+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Tabla 32Títulos de Grado por Disciplina (1990 – 2011). Década de 1990.

Titulados de grado 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999

Argentina

Cs. Naturales y Exactas 4155 4928 4568 4844 4473 4537 3656 3678 5264 5797

Ingeniería y Tecnología 4479 5665 5895 6995 6157 6159 7447 7026 6353 7174

Ciencias Médicas 6951 7487 7793 8308 8602 8168 8794 7518 8893 8622

Ciencias Agrícolas 1347 1530 1538 1559 1561 1456 1687 1684 1805 1785

Ciencias Sociales 12140 15973 15687 18333 18932 20106 21163 20809 25776 28634

Humanidades 4393 4952 5499 5496 4511 4498 4766 4709 2049 3004

Total 33465 40535 40980 45535 44236 44924 47513 45424 50140 55016

Brasil

Cs. Naturales y Exactas 35716 27244

Ingeniería y Tecnología 17864 22873

Ciencias Médicas 42139 42693

Ciencias Agrícolas 6336 6775

Ciencias Sociales 140392 211337

Humanidades 58314 10756

Total 300761 321678

Chile

Cs. Naturales y Exactas 409 565 547 528 509 649 788 928

Ingeniería y Tecnología 3202 3090 3396 3701 3841 4350 4484 4618

Ciencias Médicas 1681 1819 1820 1821 1866 1818 1769 1721

Ciencias Agrícolas 598 617 788 959 1148 1350 1551 1753

Ciencias Sociales 5817 5477 4945 4412 5378 5733 6088 6443

Humanidades 694 1130 1024 917 1108 1186 1263 1341

Total 12401 12698 12520 12338 13850 15086 15943 16804

Colombia

Cs. Naturales y Exactas 1038 1047 780 914 1277 1260 1423 1133 2659 1969

Ingeniería y Tecnología 9830 11806 10912 13373 19049 15605 18955 18220 13762 13491

Ciencias Médicas 5724 6589 6107 5686 6697 7328 6829 7759 8020 8146

Ciencias Agrícolas 1813 2062 1550 1953 2023 2021 1696 1587 1016 864

Ciencias Sociales 30522 36454 34571 35489 44003 41904 44190 52387 40114 36919

Humanidades 1261 1660 1527 1885 2061 1769 2039 2174 1083 976

Sin Asignar

Total 50188 59618 55447 59300 75110 69887 75132 83260 66654 62365

Costa Rica

Cs. Naturales y Exactas 197 188 141 152 132 329 361 470 33 1492

Ingeniería y Tecnología 206 157 279 253 223 429 503 505 1062 1229

Ciencias Médicas 272 215 290 396 581 674 714 793 2234 2201

Ciencias Agrícolas 208 306 318

Ciencias Sociales 938 1037 593 1801 2020 5090 5791 6678 15966 17629

Humanidades 68 78 82 73 92 389 409 369 641 729

Sin Asignar 1243

Total 1681 1675 1385 2675 3048 7119 8084 9133 21179 23280

Guatemala

Cs. Naturales y Exactas 4155 4928 4568 4844 129 127 83 99 116 111

Ingeniería y Tecnología 4479 5665 5895 6995 417 388 360 771 760 757

Ciencias Médicas 6951 7487 7793 8308 546 404 402 383 509 425

Ciencias Agrícolas 1347 1530 1538 1559 71 97 85 124 137 190

Ciencias Sociales 12140 15973 15687 18333 890 994 752 1292 1727 2131

Humanidades 4393 4952 5499 5496 99 79 85 374 559 497

Sin Asignar -33465 -40535 -40980 -45535 -2152 -2089

Total 1767 3043 3808 4111

737+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Honduras

Cs. Naturales y Exactas 128 34 172 46 12 11 483 390

Ingeniería y Tecnología 226 153 141 922 300 354 413 556

Ciencias Médicas 320 278 340 208 136 204 504 320

Ciencias Agrícolas 13 90 116 29 19 21 532 544

Ciencias Sociales 64 40 89 198 150 23 1657 1935

Humanidades 17 15 27 160 45 22 761 708

Total 768 610 885 1563 662 635 4350 4453

México

Cs. Naturales y Exactas 2902 3253 2804 2811 2574 3321 3210 3021 2738 3023

Ingeniería y Tecnología 30425 36589 40979 39143 42571 49515 52179 50871 50795 54065

Ciencias Médicas 13068 14991 14965 14567 13032 16246 20051 16582 17262 19215

Ciencias Agrícolas 6750 8467 6799 5818 4826 5531 5601 4757 4917 4560

Ciencias Sociales 61643 71154 78179 73181 79553 93883 104725 103072 103095 112791

Humanidades 3636 4577 5329 4736 3864 5197 5258 5114 5451 6765

Total 118424 139031 149055 140256 146420 173693 191024 183417 184258 200419

Paraguay

Cs. Naturales y Exactas 79 83 70 42 82 86 71 114 123 153

Ingeniería y Tecnología 112 107 105 109 153 144 120 180 186 153

Ciencias Médicas 133 128 148 161 174 235 222 290 250 273

Ciencias Agrícolas 158 171 152 174 185 138 117 130 128 128

Ciencias Sociales 800 632 784 858 785 958 863 1311 993 853

Humanidades 79 77 88 71 73 104 85 125 182 238

Total 1361 1198 1347 1415 1452 1665 1478 2150 1862 1798

Uruguay

Cs. Naturales y Exactas 57 116 91 61 84 121 146 150 176 83

Ingeniería y Tecnología 253 570 342 289 292 356 401 536 512 615

Ciencias Médicas 451 684 577 506 439 485 462 404 724 696

Ciencias Agrícolas 224 302 228 182 265 266 273 213 363 335

Ciencias Sociales 768 1453 1202 1116 1229 955 1352 1438 1246 1181

Humanidades 37 44 21 23 18 55 61 68 52 26

Sin Asignar

Total 1790 3169 2461 2177 2327 2238 2695 2809 3073 2936

Venezuela

Cs. Naturales y Exactas 272 457 470 482 495

Ingeniería y Tecnología 4143 10891 9183 11230 14768

Ciencias Médicas 3132 13521 10643 13851 13060

Ciencias Agrícolas 988 2832 2830 2827 2025

Ciencias Sociales 15917 23633 13190 18911 21550

Humanidades 361 3224 23417 13610 11229

Total 24813 54558 59732 60912 63127

América Latina y el Caribe

Cs. Naturales y Exactas 16631 18800 17593 18058 13598 14353 14280 14970 20075 26904

Ingeniería y Tecnología 68487 79569 84812 90807 94721 100188 115360 111976 113270 130659

Ciencias Médicas 49984 55325 55555 58536 50944 55633 69926 64744 76947 88965

Ciencias Agrícolas 16742 19087 17365 17344 16260 17794 19530 19007 20154 21447

Ciencias Sociales 187256 215064 219569 219386 217234 236448 257907 256537 282502 358819

Humanidades 16449 19850 21710 21780 15375 17213 21142 42246 32684 36876

Sin Asignar 1243

Total 355550 407695 416604 425912 408132 441630 498144 509479 546875 663670

Nota. Fuente: (www.ricyt.org)

738+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Titulados de Maestría

Figura 32Evolución de Títulos de Maestría por Disciplina en América Latina y el Caribe (1990 – 2011). Titulados de Maestrías.

Nota. Fuente: RICYT (http://www.ricyt.org/)

60000

50000

0

40000

30000

20000

10000

1990

2011

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

2009

2010

Ciencias Naturales y Exactas

Ciencias Médicas

Ciencias Sociales

Ingeniería y Tecnología

Ciencias Agrícolas

Humanidades

739+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Tabla 33Títulos de Maestría por Disciplina (1990 – 2011). Década 1990

Titulados de Maestrías 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999

Argentina

Ciencias Sociales 627

Humanidades 112

Total 978

Bolivia

Ciencias Sociales 20 20 21 20

Humanidades 20 15 14 12

Total 114 98 94 88

Brasil

Ciencias Sociales 1414 2035

Humanidades 3847 4435

Total 12351 14981

Chile

Ciencias Sociales 29 33 26 45 57 85 141 197 385 486

Humanidades 35 34 28 42 72 52 47 59 76 63

Total 244 229 211 242 318 359 494 505 792 830

Colombia

Ciencias Sociales 468 816 826 1051 1116 1127 1327 1835 1270 1159

Humanidades 47 41 64 66 66 133 100 145 84 144

Total 791 1127 1124 1470 1644 1531 1818 2509 2184 2113

Costa Rica

Ciencias Sociales 26 33 116 218 338 96 187 286 270

Humanidades 6 11 9 18 3 6 11 12

Total 51 79 149 277 385 139 281 368 353

Guatemala

Ciencias Sociales 14 34 15 46 56 79 89 173 111 157

Humanidades 4 12 11 7 18 10 16 18 15

Total 261 248 217 410

Honduras

Ciencias Sociales 9 6 164 111

Humanidades 2 1 6 5

Total 71 51 100 52 32 215 184

México

Ciencias Sociales 2172 2565 2667 2738 2896 4824 4505 6778 7627 8613

Humanidades 942 880 1094 1364 1642 2031 3051 3580 4370 5848

Total 4946 5512 5749 6129 7181 10008 11164 14509 15958 18877

Paraguay

Ciencias Sociales 4 2 31

Humanidades

Total 4 2 31

El Salvador

Ciencias Sociales 308

Humanidades 27

Total 335

Uruguay

Ciencias Sociales 6 6 6 7 7

Humanidades

Total 27 28 62 71 65 107 43

Venezuela

Ciencias Sociales 181 314

Humanidades 434 707

Total 1036 1525

América Latina y el Caribe

Ciencias Sociales 3016 3935 4213 4741 5304 7233 7652 10913 12184 14251

Humanidades 1357 1316 1543 1874 2243 2699 3754 4394 5315 7063

Total 8248 9224 9609 10452 12257 14998 17308 21733 24309 28743

Nota. Fuente: (www.ricyt.org)

740+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Tabla 34 Títulos de Maestría por Disciplina (1990 – 2011). Década de 2000

Nota. Fuente: (www.ricyt.org)

Titulados de Maestrías 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011

Argentina

Ciencias Sociales 1376 1511 1783 1418 1704 1707 2011 2212

Humanidades 86 52 80 31 78 162 107 114

Total 1762 1975 2368 1797 2223 2427 2635 2962

Bolivia

Ciencias Sociales 250 350 400

Humanidades 20 50 50

Total 334 655 710 2264

Brasil

Ciencias Sociales 2734 3384 4478 5172 4548 4904 5342 5307 5704 5877 5818 6256

Humanidades 5373 6241 7445 7970 7869 8982 9638 10049 11153 11816 11719 12692

Total 17821 20013 24444 27649 26658 30634 32261 32890 36014 38788 39590 42830

Chile

Ciencias Sociales 509 950 1037 1304 1533 1490 1684 3733 4403 6304 5811 6516

Humanidades 59 120 100 118 138 154 168 247 279 262 374 316

Total 867 1473 1466 1821 2228 2183 2458 4895 5601 8051 7698 8464

Colombia

Ciencias Sociales 741 1094 1126 1016 1257 1325 1750 1954 2382 2862 3612 3578

Humanidades 95 120 132 96 184 123 248 172 190 273 390 491

Total 1443 1811 1864 1848 2281 2464 3288 3490 4141 4790 5902 6410

Costa Rica

Ciencias Sociales 2051 1777 2058 1927 2215 2110 2544 2282 2636 2725 3704 3401

Humanidades 16 20 43 55 49 78 52 90 47 52 36 83

Total 2321 2128 2461 2327 2725 2694 3069 3072 3270 3345 4443 4262

Guatemala

Ciencias Sociales 19 141 141 292 322 535 799 822 827 942 1572 1334

Humanidades 9 31 23 26 32 54 12 22 30 100 77 60

Total 42 386 391 598 612 697 974 1257 1196 1610 2212 2093

Honduras

Ciencias Sociales 145 223 325 365 375 331

Humanidades 5 105

Total 191 228 383 465 576 375

México

Ciencias Sociales 9661 12084 13005 14260 15910 16631 16874 18123 20267 20771 23382 25577

Humanidades 4829 6314 7697 6335 7769 8699 8510 9922 11073 12156 12283 13485

Total 19373 23632 26253 26840 31840 33127 32591 35647 39183 40927 44318 48584

Paraguay

Ciencias Sociales 28 247 93 139 649 701

Humanidades 10 149 221

Total 28 283 93 177 1013 1172

El Salvador

Ciencias Sociales 298 266 258 427 459 294 201 420 473 453 601

Humanidades 3 3 4 9 2 1 5 3 11

Total 382 364 324 493 536 346 292 468 558 490 807

Uruguay

Ciencias Sociales 4 14 27 12 105 118 176 258 298 182 193 253

Humanidades 1 2 2 3 4 3 3

Total 33 52 66 58 161 411 545 632 674 566 649 677

Venezuela

Ciencias Sociales 508 580 580 816 911 977 1167 1294 31 31

Humanidades 905 851 956 852 855 662 859 1306 41 41

Total 1861 1983 2108 2163 2426 2343 2714 3296 152 152

América Latina y el Caribe

Ciencias Sociales 17030 23462 25636 28729 31421 33395 35484 39627 44373 47971 53307 55938

Humanidades 6243 12445 16599 17587 18933 20878 21317 23704 23346 25185 25514 27853

Total 30936 56157 64571 71084 77889 83835 86377 94462 106724 120191 123313 126966

741+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Titulados de Doctorado

Figura 33Evolución de Títulos de Doctorado por Disciplina en América Latina y el Caribe (1990 – 2011. Titulados de Doctorados.

Nota. Fuente: RICYT (http://www.ricyt.org/)

7000

5000

0

4000

3000

2000

1000

1990

2011

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

2009

2010

Ciencias Naturales y Exactas

Ciencias Médicas

Ciencias Sociales

Ingeniería y Tecnología

Ciencias Agrícolas

Humanidades

6000

742+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Tabla 35Evolución de Títulos de Doctorado por Disciplina en América Latina y el Caribe (1990 – 2011). Década de 1990

Nota. Fuente: (www.ricyt.org)

Títulos de Doctorado 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999

Ciencias Naturales y Exactas 164 182 195 183 249 353 532 565 497 454

Ingeniería y Tecnología 90 70 83 76 95 144 160 238 209 297

Ciencias Médicas 74 97 85 57 75 94 186 204 116 100

Ciencias Agrícolas 26 40 27 35 33 54 92 91 147 166

Ciencias Sociales 138 118 132 123 183 221 385 323 418 488

Humanidades 40 20 28 20 152 139 214 224 227 272

Nota. Fuente: (www.ricyt.org)

Tabla 36Evolución de Títulos de Doctorado por Disciplina en América Latina y el Caribe (1990 – 2011).Década del 2000

Títulos de Doctorado 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011

Ciencias Naturales y Exactas 644 2020 1265 1448 1839 1979 1862 2090 2334 2563 2965 3196

Ingeniería y Tecnología 238 1122 1166 1384 1602 1585 1674 1792 1958 2017 1953 2204

Ciencias Médicas 194 1280 1615 1714 1804 2021 2050 2207 2329 2603 2714 3108

Ciencias Agrícolas 152 891 939 1283 1230 1386 1462 1544 1627 1748 1775 1901

Ciencias Sociales 515 1029 1468 1601 1789 2053 2362 2405 2649 3297 3187 3903

Humanidades 235 1683 2867 3153 3498 3887 4323 4623 5049 5182 5485 5994

743+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Tabla 37Títulos de Doctorado por Disciplina (1990 – 2011). Década de 1990

Nota. Fuente: (www.ricyt.org)

Doctorados 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999

ArgentinaCiencias Sociales 60 Humanidades 37 Total 408

BoliviaCiencias Sociales Humanidades Totalz

BrasilCiencias Sociales 281 336Humanidades 1325 1586Total 3915 4831

ChileCiencias Sociales Humanidades 2 2 1 1 2 2 2 4 10 9Total 29 38 47 40 43 63 55 57 88 75

ColombiaCiencias Sociales Humanidades 3Total 6 16

Costa RicaCiencias Sociales Humanidades Total 24

EcuadorCiencias Sociales Humanidades Total

GuatemalaCiencias Sociales 1 2 3Humanidades Total 1 2 3

HondurasCiencias Sociales 11 9Humanidades Total 11 9

MéxicoCiencias Sociales 55 68 81 75 124 161 236 191 228 295Humanidades 32 14 21 14 141 117 162 166 138 187Total 201 225 264 251 488 519 734 893 714 911

NicaraguaCiencias Sociales Humanidades Total

PerúCiencias Sociales Humanidades Total

ParaguayCiencias Sociales Humanidades Total

El SalvadorCiencias Sociales Humanidades Total

UruguayCiencias Sociales 2 2 2 2 2Humanidades 1 1 1Total 7 8 48 49 61 76 43

VenezuelaCiencias Sociales Humanidades 31 27Total 51 57

América Latina y el Caribe

Ciencias Sociales 138 118 132 123 183 221 385 323 418 488Humanidades 40 20 28 20 152 139 214 224 227 272

Total 532 527 549 495 787 1007 1568 1645 1622 1819

744+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Tabla 38Títulos de Doctorado por Disciplina (1990 – 2011). Década de 2000

Nota. Fuente: (www.ricyt.org)

Doctorados 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011

Argentina

Ciencias Sociales 64 157 147 146 195 209 227 356

Humanidades 23 35 39 22 59 78 72 121

Total 218 457 536 416 696 746 937 1504

Bolivia

Ciencias Sociales 8 10

Humanidades 2

Total 18 10

Brasil

Ciencias Sociales 441 478 613 736 755 813 890 810 868 952 944 980

Humanidades 1798 2089 2406 2673 2768 3073 3220 3553 3796 3955 3857 4134

Total 5318 6040 6894 8094 8093 8989 9366 9915 10711 11368 11314 12217

Chile

Ciencias Sociales 8 4 10 22 21 34 34 40 40 49 78

Humanidades 8 8 18 17 24 18 23 35 42 48 51 55

Total 83 92 147 144 244 222 249 307 395 369 433 514

Colombia

Ciencias Sociales 2 4 7 7 3 23 19 22 36 48 37

Humanidades 1 4 5 4 2 5 3 5 11 17 11 23

Total 29 33 32 46 50 48 91 94 139 173 211 258

Costa Rica

Ciencias Sociales 24 32 36 24 24 24 101 39 76 95 101 97

Humanidades 1 1 2 5 6 2

Total 24 32 37 26 30 29 111 101 80 101 117 112

Ecuador

Ciencias Sociales

Humanidades

Total 6 9 53

Guatemala

Ciencias Sociales 3 3 6 9 16 8 5 25 16 37

Humanidades 1 1 3

Total 3 1 3 6 11 18 10 10 25 16 37

Honduras

Ciencias Sociales 8 4 3 18 34 15

Humanidades

Total 8 4 9 18 39 29

México

Ciencias Sociales 281 207 474 402 534 584 689 880 962 1445 1224 1442

Humanidades 126 219 316 265 439 593 821 712 1093 1047 1399 1598

Total 1076 1085 1446 1390 2325 2456 2800 2950 3498 4099 4167 4665

Nicaragua

Ciencias Sociales

Humanidades

Total 111

Perú

Ciencias Sociales

Humanidades

Total 663 786 758

Paraguay

Ciencias Sociales 2 1 58 63 69

Humanidades 5 3 28

Total 10 1 79 71 164

El SalvadorCiencias Sociales

Humanidades 2 1 1 1 1 2 2 1Total 2 1 1 1 1 2 2 1

Uruguay

Ciencias Sociales 4 5 7 7

Humanidades 1

Total 18 23 25 22 24 25 21 19 28 24 39 36

VenezuelaCiencias Sociales 9 27 38 63 68 88 69 79 3 3

Humanidades 53 76 83 153 220 140 219 235 11 11 Total 85 128 139 249 317 249 318 335 19 19

América Latina y el Caribe

Ciencias Sociales 515 1029 1468 1601 1789 2053 2362 2405 2649 3297 3187 3903

Humanidades 235 1683 2867 3153 3498 3887 4323 4623 5049 5182 5485 5994Total 1982 8096 9411 10750 11946 13069 13962 14937 16308 17794 18453 20783

745+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Indicadores Bibliométricos

Argentina Brasil México América Latina y el Caribe

Uruguay Iberoamérica

Figura 34Evolución de Publicaciones Recogidas en Science Citation Index (SCI) cada 100.000 Habitantes (1990-2011).

Nota. Fuente: RICYT (http://www.ricyt.org/)

30,00

25,00

0

20,00

15,00

10,00

5,00

1990

2011

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

2009

2010

746+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Tabla 39Evolución de Publicaciones Recogidas en Science Citation Index (SCI) cada 100.000 Habitantes (1990-2011). Década de 1990

Nota. Fuente: (www.ricyt.org)

1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999

Argentina 7,26 6,84 6,69 7,43 8,08 9,28 11,11 12,26 12,29 13,36

Brasil 2,63 2,92 3,13 3,18 3,53 4,23 4,59 5,48 6,12 6,97

México 2,10 2,44 2,45 2,88 3,00 3,58 4,01 4,41 4,77 5,10

Uruguay 3,85 3,94 5,66 5,71 5,51 7,00 7,75 9,10 9,70 10,60

América Latina y el Caribe 2,56 2,67 2,77 2,99 3,16 3,61 4,02 4,51 4,83 5,30

Iberoamérica 4,79 5,13 5,58 6,06 6,37 7,19 7,87 8,70 9,28 9,96

2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011

Argentina 13,92 14,29 14,88 14,89 14,39 14,77 15,23 16,46 19,17 19,30 21,12 22,10

Brasil 7,53 7,87 8,99 9,13 9,82 10,23 11,24 12,32 16,83 17,88 18,70 20,11

México 5,30 5,68 5,94 6,47 6,55 6,59 6,20 8,04 9,03 9,09 9,06 9,71

Uruguay 10,57 10,67 12,06 12,67 14,18 14,24 14,52 15,70 20,45 20,79 21,82 24,79

América Latina y el Caribe 5,61 5,82 6,36 6,59 6,78 7,06 7,51 8,13 10,38 10,80 11,21 11,91

Iberoamérica 10,09 10,55 11,41 11,79 12,47 13,05 14,01 15,02 18,57 18,85 19,50 20,72

Tabla 40Evolución de Publicaciones Recogidas en Science Citation Index (SCI) cada 100.000 Habitantes (1990-2011). Década de 2000

Nota. Fuente: (www.ricyt.org)

747+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Figura 35Evolución de Publicaciones Recogidas en Science Citation Index (SCI) en Relación a PBI (1990-2011).

Nota. Fuente: RICYT (http://www.ricyt.org/)

60,00

50,00

0

40,00

30,00

20,00

10,00

1990

2011

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

2009

2010

Argentina México América Latina y el Caribe

Uruguay Iberoamérica

748+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Tabla 41Evolución de Publicaciones Recogidas en Science Citation Index (SCI) en Relación a PBI (1990-2011). Década de 1990

Nota. Fuente: (www.ricyt.org)

Tabla 42Evolución de Publicaciones Recogidas en Science Citation Index (SCI) en Relación a PBI (1990-2011). Década de 2000

Nota. Fuente: (www.ricyt.org)

1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999

Argentina 16,58 11,77 9,64 10,47 10,56 12,24 14,04 14,55 14,81 17,15

México 6,48 6,47 5,77 6,20 6,41 11,38 11,09 10,29 10,80 10,27

Uruguay 12,80 10,86 10,86 11,64 9,64 11,14 11,94 13,50 14,30 16,88

América Latina y el Caribe 10,10 9,97 9,69 9,78 9,27 10,20 10,12 10,59 11,58 14,52

Iberoamérica 13,66 13,75 13,91 15,34 14,92 15,56 15,43 16,62 17,85 21,06

2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011

Argentina 18,02 19,76 54,15 43,50 35,91 31,11 27,70 24,69 23,19 24,94 22,89 19,87

México 8,97 9,11 8,49 9,43 8,88 8,02 6,83 8,21 8,81 11,08 9,86 9,59

Uruguay 17,48 18,96 0,03 0,03 0,03 0,03 0,02 0,02 0,02 0,02 0,02 0,02

América Latina y el Caribe 13,96 14,66 17,54 17,73 16,04 14,01 12,85 11,95 13,28 14,88 12,73 12,19

Iberoamérica 20,40 21,23 23,85 22,49 20,75 18,94 17,97 16,59 18,14 19,97 18,18 17,64

749+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999

Argentina 3,36 3,47 3,60 3,78

Brasil

México 2,82 2,18 3,68 3,59 2,99 2,86 2,39

Uruguay 5,18 7,29 5,81 16,46 6,72 4,05 4,51 3,49 6,57 6,57

América Latinay el Caribe

1,98 1,96 1,86 1,87 1,80 1,88 2,09 2,12 2,15 2,72

Iberoamérica 2,20 2,18 2,28 2,53 2,43 2,45 2,66 2,85 2,82 3,28

Tabla 43Evolución de Publicaciones Recogidas en Science Citation Index (SCI) en Relación al Gasto en I+D (cada millón de U$S) (1990-2011). Década de 1990.

Nota. Fuente: (www.ricyt.org)

Tabla 44Evolución de Publicaciones Recogidas en Science Citation Index (SCI) en Relación al Gasto en I+D (cada millón de U$S) (1990-2011). Década de 2000.

Nota. Fuente: (www.ricyt.org)

2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011

Argentina 4,11 4,65 13,92 10,61 8,21 6,75 5,60 4,86 4,43 4,19 3,71 3,07

Brasil 1,97 2,37 3,18 3,09 2,98 2,19 1,90 1,54 1,73 1,81 1,45 1,31

México 2,41 2,31 2,19 2,30 2,22 1,95 1,81 2,21 2,14 2,52 2,07 2,10

Uruguay 7,35 12,47 6,81 5,54 6,13 5,12 4,52 4,09

América Latina y el Caribe

2,63 2,94 3,67 3,60 2,32 2,70 2,44 2,09 2,21 2,26 1,85 1,70

Iberoamérica 3,27 3,51 3,83 3,35 3,08 2,69 2,46 2,11 2,17 2,25 2,09 2,02

750+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Figura 36Evolución de las Publicaciones Recogidas en Science Citation Index (SCI) Cada 100 Investigadores en América Latina y el Caribe (1990-2010)

Nota. Fuente: RICYT (http://www.ricyt.org/)

30,00

25,00

0

20,00

15,00

10,00

5,00

1990

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

2009

2010

EJC PF

Tabla 45Evolución de las Publicaciones Recogidas en Science Citation Index (SCI) Cada 100 Investigadores en América Latina y el Caribe (1990-2010). Década 1990.

Nota. Fuente: (www.ricyt.org)

1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999

PF 11,76 10,56 9,65 9,35 9,06 9,57 10,26 10,60 10,60 11,04

EJC 12,30 12,59 12,76 13,48 13,86 15,39 16,50 18,13 19,04 21,02

Tabla 46Evolución de las Publicaciones Recogidas en Science Citation Index (SCI) Cada 100 Investigadores en América Latina y el Caribe (1990-2010). Década 2000.

Nota. Fuente: (www.ricyt.org)

2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010

PF 11,93 12,16 12,28 12,06 11,30 10,99 11,76 12,26 15,20 14,69 14,65

EJC 20,75 21,06 21,14 19,92 18,55 18,29 19,91 20,93 25,94 24,94 24,79

751+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Tabla 47Publicaciones Recogidas en Science Citation Index (SCI) Cada 100 Investigadores en América Latina y el Caribe (1990-2010). Década de 1990

Nota. Fuente: (www.ricyt.org)

Publicaciones en SCI

cada 100 investigadores

1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999

ArgentinaPF 11,46 11,57 12,23

EJC 17,18 17,41 18,70

BoliviaPF 8,35 7,87 9,72

EJC 14,41 17,50

BrasilPF

EJC

ChilePF

EJC

ColombiaPF 11,95 13,26

EJC 17,20 19,02

Costa RicaPF 14,59 13,34 15,58

EJC

EcuadorPF 6,06 8,20 7,31

EJC 19,83 8,34 12,34 10,26

GuatemalaPF

EJC

HondurasPF

EJC

MéxicoPF 13,46 11,64 12,32

EJC 17,71 15,78 16,78 18,56 19,28 20,50 22,59

NicaraguaPF 6,54

EJC 8,82

PerúPF

EJC

El SalvadorPF

EJC

UruguayPF 15,70

EJC 48,75

VenezuelaPF 69,49 69,53 69,25 63,41

EJC 91,89 80,16

América Latina y el Caribe

PF 11,76 10,56 9,65 9,35 9,06 9,57 10,26 10,60 10,60 11,04

EJC 12,30 12,59 12,76 13,48 13,86 15,39 16,50 18,13 19,04 21,02

752+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Tabla 48Publicaciones Recogidas en Science Citation Index (SCI) Cada 100 Investigadores en América Latina y el Caribe (1990-2010). Década de 2000

Nota. Fuente: (www.ricyt.org)

Publicaciones en SCI

cada 100 investigadores

2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010

ArgentinaPF 12,27 13,12 13,50 12,93 11,91 11,62 11,09 10,97 11,92 11,51 11,44

EJC 19,38 20,69 21,40 20,61 18,66 17,88 16,94 16,75 18,35 17,70 17,80

BoliviaPF 6,94 7,52 11,76 10,22

EJC 12,50 8,95 10,29 16,10 13,37

BrasilPF 10,24 10,41 11,55 10,92 10,80 10,55 11,32 12,03 15,92 15,80 15,40

EJC 17,46 17,55 19,28 18,13 17,74 17,15 18,57 19,88 26,47 26,52 26,08

ChilePF 36,00 40,17 56,47 54,61

EJC 64,11 71,34 101,91 94,89

ColombiaPF 9,88 8,35 7,76 7,04 6,62 6,26 6,75 7,16 12,61 14,73 17,35

EJC 18,30 16,11 15,46 14,40 13,76 13,26 14,43 15,09 26,69 31,81 39,08

Costa RicaPF 23,30 24,34 28,53 23,20 8,94 11,30 12,62 5,99 5,85

EJC 52,01 66,88 63,59 37,00 9,67 8,14

EcuadorPF 18,06 25,29 22,84 14,53 17,77 13,11

EJC 22,76 32,00 29,92 22,94 31,06 23,06

GuatemalaPF 15,61 13,35 14,07 13,94 16,93 22,47

EJC 24,74 22,46 21,63 18,33 23,10 36,64

HondurasPF 5,43 4,00 4,65 5,75

EJC

MéxicoPF

EJC 23,46 24,22 19,26 19,67 16,99 15,50 17,90 22,40 25,60 22,75 22,58

NicaraguaPF 9,38 10,43

EJC

PerúPF 6,67

EJC

El SalvadorPF 5,56 9,69 9,62 7,98 7,30 7,23 9,89 11,43

EJC

UruguayPF 12,14 10,37 15,05 28,98 26,43 24,92

EJC 38,08 32,05 73,61 42,42 38,86

VenezuelaPF 65,43 54,45 58,74 43,69 35,58 33,26 25,88 24,15 25,42 20,50 20,28

EJC 78,86 64,22 69,28 50,41 40,74 37,99 30,10 28,00 29,18 26,88 23,87

América Latina y el Caribe

PF 11,93 12,16 12,28 12,06 11,30 10,99 11,76 12,26 15,20 14,69 14,65

EJC 20,75 21,06 21,14 19,92 18,55 18,29 19,91 20,93 25,94 24,94 24,79

753+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Figura 37Publicaciones Recogidas en Science Citation Index (SCI) Cada 100 Investigadores (EJC) (2000-2010).

Nota. Fuente: RICYT (http://www.ricyt.org/)

90,00

50,00

0

40,00

30,00

20,00

10,00

2000

2010

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

2009

Argentina Brasil México América Latina y el Caribe

Colombia Venezuela

80,00

70,00

60,00

Tabla 49Publicaciones Recogidas en Science Citation Index (SCI) Cada 100 Investigadores (EJC) (2000-2010)

2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010

Argentina 19,38 20,69 21,40 20,61 18,66 17,88 16,94 16,75 18,35 17,70 17,80

Brasil 17,46 17,55 19,28 18,13 17,74 17,15 18,57 19,88 26,47 26,52 26,08

Colombia 18,30 16,11 15,46 14,40 13,76 13,26 14,43 15,09 26,69 31,81 39,08

México 23,46 24,22 19,26 19,67 16,99 15,50 17,90 22,40 25,60 22,75 22,58

Venezuela 78,86 64,22 69,28 50,41 40,74 37,99 30,10 28,00 29,18 26,88 23,87

América Latina y el Caribe

20,75 21,06 21,14 19,92 18,55 18,29 19,91 20,93 25,94 24,94 24,79

Nota. Fuente: (www.ricyt.org)

754+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Nota. Fuente: McGann (2013).

Tabla 50Evolución del Establecimiento de TT por Década

Período 1900-1910

1911-1920

1921-1930

1931-1940

1941-1950

1951-1960

1961-1970

1971-1980

1981-1990

1991-2000

2001-2007 Total

TT establecidos 18 25 42 42 120 213 367 612 1001 1422 486 4348

Promedio de TT establecidos por año 1,6 2,5 4,2 4,2 12 21,3 36,7 61,2 100,1 142,2 69,4 N/A

c) Estadísticas sobre Centros de Investigación o Think Tanks.

Nota. Fuente: McGann (2013).

Figura 38Evolución del Establecimiento de TT por Década.

1200

1600

0

600

400

200

1000

1400

800

1900

-191

0

1921

-193

0

1941

-195

0

1961

-197

0

1981

-199

0

1911

-192

0

1931

-194

0

1951

-196

0

1971

-198

0

1991

-200

0

2001

-200

7

755+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Tabla 51Think Tanks por Continente (2012)

Región N° de TT % del total

América del Norte 1919 29,1

Europa 1836 27,8

Asia 1194 18

América Latina y el Caribe 721 11

África 554 8,4

Medio Oriente y Norte de África 339 5,1

Oceanía 40 0,6

Total 6603 100

Nota. Fuente: McGann (2013).

Nota. Fuente: McGann (2013).

Figura 39Think Tanks por Continente (2012).

África

Medio Oriente y Norte de África

América delNorte

Europa

Oceanía

Total

Asia

América Latina y el Caribe

6603

1919

721

55433940

1836

1194

756+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Ale

man

ia

Arg

entin

a

Bra

sil

Chi

na

Esta

dos

Uni

dos

Indi

a

Ital

ia

Méx

ico

Rus

ia

Turq

uía

Ara

bia

Saud

ita

Aus

tral

ia

Can

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Cor

ea d

el S

ur

Fran

cia

Indo

nesi

a

Japó

n

Rei

no U

nido

Sudá

fric

a

Uni

ón E

urop

ea

Nota. Fuente: McGann (2013).

Figura 40Cantidad de TT en países del G20 (2012)

02004006008001000120014001600180020002000

1200

1600

800

1800

1000

1400

600

400

200

0

757+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Tabla 52Los 25 Países con Mayor Número de TT (2012)

Nota. Fuente: McGann (2013).

Posición País Cantidad de TT

1 Estados Unidos 1823

2 China 429

3 Reino Unido 288

4 India 269

5 Alemania 194

6 Francia 177

7 Argentina 137

8 Rusia 122

9 Japón 108

10 Italia 107

11 Canadá 96

12 Sudáfrica 86

13 Brasil 82

14 Suecia 77

15 Suiza 71

16 México 60

17 Holanda 57

18 España 55

19 Rumania 54

19 Israel 54

21 Kenya 53

21 Bélgica 53

23 Taiwan 52

24 Bolivia 51

25 Ucrania 47

758+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Tabla 53Países con Más de 10 TT

Nota. Fuente: McGann (2013).

País Cantidad de TT

Argentina 137

Brasil 82

México 60

Bolivia 51

Chile 41

Colombia 40

Costa Rica 37

Peru 32

República Dominicana 28

Paraguay 27

Cuba 19

Ecuador 18

Uruguay 17

Venezuela 17

El Salvador 13

Panama 12

Guatemala 12

Nicaragua 10

Trinidad y Tobago 10

759+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Tabla 54TT por Países de América Latina

Nota. Fuente: McGann (2013).

País Cantidad de TTAnguilla 0

Antigua y Barbuda 1Argentina 137

Aruba 0Bahamas 2Barbados 7

Belice 4Bermuda 3

Bolivia 51Brasil 82

British Virgin Islands 0Chile 41

Colombia 40Costa Rica 37

Cuba 18Dominica 3Ecuador 18

El Salvador 13Grenada 1

Guadalupe 4Guatemala 12

Guayana Francesa 0Guyana 3

Haití 2Honduras 9

Islas Caimán 0Jamaica 7

Martinique 2México 60

Montserrat 0Nicaragua 10Panama 12Paraguay 27

Perú 32Puerto Rico 5

República Dominicana 28San Vicente 1

St. Kitts-Nevis 1Sta. Lucía 2Surinam 2

Trinidad y Tobago 10Turks and Caicos Islands 0

U.S. Virgin Islands 0Uruguay 17

Venezuela 17Total 721

760+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Nota. Fuente: McGann (2013).

Figura 41Número de TT en el Top 45 de América Central y Sudamérica por País.

Arg

entin

a

Bol

ivia

Col

ombi

a

Ecua

dor

Gua

tem

ala

Para

guay

Vene

zuel

a

Bra

sil

Chi

le

Cos

ta R

ica

El S

alva

dor

Hon

dura

s

Perú

Uru

guay

1

0

3

5

7

2

4

6

9

8

0123456789

761+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Tabla 55Ubicación de TT Latinoamericanos en el Top 100 Think Tanks (sin EEUU)

22. Fundação Getulio Vargas (FGV) (Brasil)

33. Centro Brasileiro de Relações Internacionais (CEBRI) (Brasil)

39. Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI) (Argentina)

74. Facultad Latinoamérica de Ciencias Sociales (FLACSO) (Costa Rica)

92. Centro de Estudios Públicos (CEP) (Chile)

97. Libertad y Desarrollo (Chile)

100. Fundación Libertad (Argentina)

Nota. Fuente: McGann (2013).

Tabla 56Ubicación de TT latinoamericanos en el Top 150 Think Tanks (incluye EEUU)

24. Fundação Getulio Vargas (FGV) (Brasil)

39. Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI) (Argentina)

54. Libertad y Desarrollo (Chile)

91. Centro de Estudios Públicos (CEP) (Chile)

107. Fundación Libertad (Argentina)

118. Fundação Armando Alvares Penteado (Brasil)

132. Centro de Estudio de Realidad Económica y Social (CERES) (Uruguay)

144. Instituto de Estudos Empresariais (IEE) (Brasil)

146. Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN) (Guatemala)

149. Instituto Ciencia Política (ICP) (Colombia)

Nota. Fuente: McGann (2013).

762+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Tabla 57Top 15 Think Tanks de México

Nota. Fuente: McGann (2013).

Nota. Fuente: McGann (2013).

Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (COMEXI)

Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE)

Centro Análisis e Investigación (FUNDAR)

Colegio de México

Centro de Investigación para el Desarrollo (CIDAC)

Centro de Investigaciones Sobre la Libre Empresa (CISLE)

El Colegio de la Frontera Norte

Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO)

Instituto para la Seguridad y la Democracia

Colectivo de Análisis para la Seguridad con Democracia (CASEDE)

Centro de Estudios en Calidad de Vida y Desarrollo Social

Instituto de Pensamiento Estratégico Agora (IPEA)

Centro Espinosa Yglesias

Institute of Politics

México Evalúa Centro de Análisis de Política Pública

763+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Tabla 58Top 45 Think Tanks en América Central y Sudamérica.

1. Fundação Getúlio Vargas (FGV) (Brasil)

2. Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) (Chile)

3. Centro de Estudios Públicos (CEP) (Chile )

4. Centro de Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad (CEDICE Libertad) (Venezuela)

5. Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (CERES) (Uruguay)

6. Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC) (Argentina)

7. Corporación de Estudios para Latinoamérica (CIEPLAN) (Chile)

8. Centro Brasileiro de Relações Internacionais (CEBRI) (Brasil)

9. Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLASCO) (Argentina)

10. Instituto Fernando Henrique Cardoso (Brasil)

11. Instituto de Pesquisa Econômica Aplicada (IPEA) (Brasil)

12. Fundación para el Avance de las Reformas y las Oportunidades (Grupo FARO) (Ecuador)

13. Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI) (Argentina)

14. Centro Brasileiro de Analise e Planejamento (CEBRAP) (Brasil)

15. Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (Argentina)

16. Centro Latinoamericano de Economía Humana (CLAEH) (Uruguay)

17. Consejo Uruguayo para las Relaciones Internacionales (CURI) (Uruguay)

18. Fundación Ideas para la Paz (Colombia)

19. Fundación para la Educación Superior y el Desarrollo (Fedesarrollo) (Colombia)

20. Fundación Chile XXI (21) (Chile)

21. Fundación Pensar (Argentina)

22. Centro de Estudios de Estado y Sociedad (CEDES) (Argentina)

23. Instituto Libertad y Democracia (ILD) (Perú)

764+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Nota. Fuente: McGann (2013).

24. Núcleo de Estudios de la Violencia de la Universidad de São Paulo (NEV/USP) (Brasil)

25. Instituto de Estudios Peruanos (IPE) (Perú)

26. Libertad y Desarrollo (Chile)

27. Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (FUSADES) (El Salvador)

28. Instituto Ecuatoriano de Economía Política (IEEP) (Ecuador)

29. Foro Social de Deuda Externa y Desarrollo de Honduras (FOSDEH) (Honduras)

30. Fundación Libertad (Argentina)

31. Instituto do Milenio (Brasil)

32. Grupo de Análisis para el Desarrollo (GRADE) (Perú)

33. Fundación Jaime Guzmán (Chile)

34. Instituto de Ciencias Políticas (Colombia)

35. Centro de Análisis y Difusión del la Economía Paraguay (CADEP) (Paraguay)

36. Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (CEDLAS) (Argentina)

37. Fundación Dr. Guillermo Manuel Ungo (FUNDAUNGO) (El Salvador)

38. Grupo Propuesta Ciudadana (Perú)

39. Instituto de Estudios Avanzados (Bolivia)

40. Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) (Costa Rica)

41. Asociación de Investigación y Estudios Sociales (ASIES) (Guatemala)

42. Fundación Centro de Pensamiento Primero Colombia (Colombia)

43. Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN) (Guatemala)

44. Fundación Milenio (Bolivia)

45. Instituto Desarrollo (Paraguay)

765+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Nota. Fuente: McGann (2013).

Tabla 59Ubicación de TT latinoamericanos en el Top 70 Think Tanks de Seguridad y Asuntos Internacionales

49. Centro Brasileiro de Relações Internacionais (CEBRI) (Brasil)

Nota. Fuente: McGann (2013).

Tabla 60Ubicación de TT Latinoamericanos en el Top 80 Think Tanks de Desarrollo Internacional

14. Fundação Getúlio Vargas (FGV) (Brasil)

40. Libertad y Desarrollo (Chile)

42. Centro Brasileiro de Relações Internacionais (CEBRI) (Brasil)

48. Centro de Divulgación del Conocimiento Económica (CEDICE Libertad) (Venezuela)

50. Instituto Libertad y Democracia (Perú)

51. Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) (Costa Rica)

54. Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI) (Argentina)

55. Grupo de Análisis para el Desarrollo (GRADE) (Perú)

63. Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC) (Argentina)

68. Asociación Latinoamericana de Organizaciones de Promoción al Desarrollo (ALOP) (México)

70. Development Alternatives (Costa Rica)

Nota. Fuente: McGann (2013).

Tabla 61Ubicación de TT Latinoamericanos en el Top 50 Think Tanks de Economía Internacional

31. Centro Brasileiro de Relações Internacionais (Brasil)

38. Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI) (Argentina)

41. Centro de Estudio de Realidad Económica y Social (CERES) (Uruguay)

44. Institute for International Trade Negotiations (ICONE) (Brasil)

47. Fundación Armando Alvares Penteado (Brasil)

766+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Tabla 62Ubicación de TT Latinoamericanos en el Top 70 Think Tanks Ambientales

Nota. Fuente: McGann (2013).

23. Centro Brasileiro de Relações Internacionais (Brasil)

24. Centro Mexicano de Derecho Ambiental (México)

52. Departamento Ecología Territorio, Facultad de Estudios Ambientales y Rurales (FEAR) (Colombia)

63. Instituto de Estudios Avanzados en Desarrollo (INESAD) (Bolivia)

66. Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) (Argentina)

67. Asociación Nacional para la Conservación de la Naturaleza (ANCON) (Panamá)

11. FUNSALUD Centro para Políticas de Salud (México)

Tabla 63Ubicación de TT Latinoamericanos en el Top 30 Think Tanks de Políticas de Salud

Nota. Fuente: McGann (2013).

20. Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC) (Argentina)

22. Fundação Getulio Vargas (FGV) (Brasil)

23. Libertad y Desarrollo (Chile )

29. Fundacao Armando Alvares Penteado (FAAP) (Brasil)

36. Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (CERES) (Uruguay)

37. Centro de Estudios Públicos (CEP) (Chile)

46. Centro de Investigación y Docencia Económicas, (CIDE) (México)

47. Centro Brasileiro de Relacaoes Internacionais (Brasil)

56. Fundación para la Educación Superior y el Desarrollo (Fedesarrollo) (Colombia)

Tabla 64Ubicación de TT Latinoamericanos en el Top 70 Think Tanks de Economía Nacional

Nota. Fuente: McGann (2013).

767+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Tabla 65Ubicación de TT Latinoamericanos en el Top 50 Think Tanks de Política Social

Nota. Fuente: McGann (2013).

12. Fundação Getulio Vargas (FGV) (Brasil)

14. Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC) (Argentina)

26. Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (CEDLAS) (Argentina)

27. Grupo de Análisis para el Desarrollo (GRADE) (Perú)

43. Centro de Referencia em Seguranca Alimentar e Nutricional (Brasil)

Tabla 66Ubicación de TT Latinoamericanos en el Top 30 Think Tanks de Transparencia y Buena Gobernanza

Nota. Fuente: McGann (2013).

15. Centro Brasileiro de Relações Internacionais (Brasil)

19. Centro de Análisis e Investigación (FUNDAR) (México)

28. Fundación Jubileo (Bolivia)

Tabla 67Ubicación de TT Latinoamericanos en el Ranking de Think Tanks con las Ideas/Propuestas de Políticas más Innovadoras

12. Fundar, Centro de Análisis e Investigación (México)

26. Centro Brasileiro de Relações Internacionais (CEBRI) (Brasil)

28. Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) (Costa Rica)

Nota. Fuente: McGann (2013).

Nota. Fuente: McGann (2013).

Tabla 68Ubicación de TT Latinoamericanos en el Ranking de Think Tanks con Sobresalientes Programas de Investigación Orientada a Políticas

22. Fundação Getúlio Vargas (FGV) (Brasil)

32. Centro Brasileiro de Relações Internacionais (CEBRI) (Brasil)

35. Libertad y Desarrollo (LyD) (Chile)

39. Fundar, Centro de Análisis e Investigación (México)

41. Brazilian Center for Analysis and Planning (CEBRAP) (Brasil)

46. Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) (Costa Rica)

Los TT de América Latina y el Caribe en los Rankings de Logros Especiales (2012).

768+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Tabla 69Ubicación de TT Latinoamericanos en el Ranking de Think Tanks con Impacto más Significativo sobre Políticas Públicas

Nota. Fuente: McGann (2013).

23. Fundar, Centro de Análisis e Investigación (México)

32. Fundação Getulio Vargas (Brasil)

39. Libertad y Desarrollo (LyD) (Chile)

41. Centro Brasileiro de Relações Internacionais (CEBRI) (Brasil)

46. Centro de Estudios Públicos (CEP) (Chile)

48. Centro de Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad (CEDICE Libertad) (Venezuela)

57. Fundación para la Educación Superior y el Desarrollo (Fedesarrollo) (Colombia)

61. Instituto Fernando Henrique Cardoso (IFHC) (Brasil)

63. Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) (Costa Rica)

Tabla 70Ubicación de TT Latinoamericanos en el Ranking de Mejor Estudio/Reporte sobre Política Pública Elaborado por un Think Tank 2011-2012

16. Fundação Getúlio Vargas (FGV) (Brasil)

29. Libertad y Desarrollo (Chile)

37. Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN) (Guatemala)

39. Instituto Mexicano para la Competitividad (México)

59. Instituto de Estudios Peruanos (IEP) (Perú)

Nota. Fuente: McGann (2013).

Tabla 71Los Mejores Think Tanks con un Presupuesto Anual de Menos de $ 5 Millones de USD

3. Centro Brasileiro de Relações Internationais (CEBRI) (Brasil)

4. Libertad y Desarrollo (Chile)

5. Centro de Estudios Públicos (CEP) (Chile )

11. Centro de Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad (CEDICE Libertad) (Venezuela)

12. Consejo Argentino de Relaciones Internacionales (Argentina)

13. USP Research Center for Public Policy (Brasil)

17. Instituto Ecuatoriano de Economía Política (Ecuador )

20. Fundar (México)

Nota. Fuente: McGann (2013).

769+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Tabla 72Ubicación de TT Latinoamericanos en el Ranking de Mejores Think Tanks Afiliados a Universidades

Nota. Fuente: McGann (2013).

20. BRICS Policy Center, Pontifical Catholic University of Rio de Janeiro (PUC-Rio) (Brasil)

29. Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) (Costa Rica)

Tabla 73Ubicación de TT Latinoamericanos en el Ranking de Mejores Think Tanks Afiliados al Gobierno

18. Instituto de Pesquisa Econômica Aplicada (IPEA) (Brasil)

23. Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) (Ecuador)

29. Fundação Alexandre Gusmao (Brasil)

Nota. Fuente: McGann (2013).

Tabla 74Ubicación de TT Latinoamericanos en el Ranking de Mejores Think Tanks Afiliados o Alineados a Partidos Políticos

17. Fundación Armando Alvares Penteado (FAAP) (Brasil)

19. Fundación Pensar (Argentina)

23. Fundación Jaime Guzmán (Chile)

Nota. Fuente: McGann (2013).

Los TT de América Latina y el Caribe y su Vinculación con Otras Organizaciones (2012).

770+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Tabla 75Universidades Latinoamericanas en el Top 300 del Ranking Web de Universidades 2014

Ranking Universidad País Presencia (Posición*)

Impacto (Posición*)

Apertura (Posición*)

Excelencia (Posición*)

29 Universidade de São Paulo USP Brasil 33 54 10 78

50 Universidad Nacional Autónoma de México México 48 49 41 302

206Universidade Federal do Rio Grande do Sul UFRGS

Brasil 24 487 48 420

235 Universidade Federal de Santa Catarina UFSC Brasil 254 180 133 705

240 Universidade Federal do Rio de Janeiro Brasil 355 274 175 378

248 Universidad de Chile Chile 124 299 242 462

276 Universidad de Buenos Aires Argentina 489 355 195 362

Nota. Fuente: http://www.webometrics.info/ (2014).

d) Estadísticas sobre Universidades

771+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Tabla 76Top 100 de Universidades Latinoamericanas del Ranking Web de Universidades 2014

RankingRanking

MundialUniversidad País

Presencia

(Posición*)

Impacto

(Posición*)

Apertura

(Posición*)

Excelencia

(Posición*)

1 29 Universidade de São Paulo USP Brasil 33 54 10 78

2 50 Universidad Nacional Autónoma de México México 48 49 41 302

3 206 Universidade Federal do Rio Grande do Sul UFRGS Brasil 24 487 48 420

4 235 Universidade Federal de Santa Catarina UFSC Brasil 254 180 133 705

5 240 Universidade Federal do Rio de Janeiro Brasil 355 274 175 378

6 248 Universidad de Chile Chile 124 299 242 462

7 276 Universidad de Buenos Aires Argentina 489 355 195 362

8 335 Universidade Estadual de Campinas UNICAMP Brasil 1424 433 128 324

9 354 Universidade Federal de Minas Gerais UFMG Brasil 499 507 222 441

10 368 Universidad Nacional de Colombia Colombia 236 335 181 977

11 373 Universidade Estadual Paulista Júlio de Mesquita Filho Brasil 587 724 94 393

12 418 Universidade Federal do Paraná Brasil 181 629 140 868

13 474 Universidade de Brasília UNB Brasil 612 531 296 841

14 480 Universidade Federal da Bahia Brasil 459 466 412 958

15 503 Universidad Autónoma Metropolitana México 915 352 442 1052

16 526 Universidade Federal Fluminense Brasil 885 486 325 983

17 530 Universidade Federal do Ceará Brasil 929 394 647 896

18 539 Universidad Nacional de la Plata Argentina 67 1135 321 700

19 615 Universidad Nacional de Córdoba Argentina 447 745 602 960

20 646 Universidad de Costa Rica Costa Rica 791 569 484 1329

21 665 Universidade Federal de Pernambuco Brasil 954 871 476 869

22 678Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del IPN

CINVESTAVMéxico 1839 620 1712 573

23 693 Instituto Politécnico Nacional México 934 1044 323 940

24 757 Pontificia Universidad Católica de Chile Chile 1747 1005 1330 519

25 764 Universidad de Guadalajara México 724 839 293 1670

26 774 Universidad de Puerto Rico Mayaguez Puerto Rico 210 1244 929 1042

27 780 Universidade Federal do Pará UFPA Brasil 1082 810 467 1475

28 785 (1) Tecnológico de Monterrey México 925 790 509 1584

29 809 Universidade Federal de Goiás UFG Brasil 516 1315 478 1232

30 809 Pontificia Universidade Católica do Rio de Janeiro PUC-RIO Brasil 914 1191 450 1213

31 822 Pontificia Universidad Católica del Perú Perú 119 833 842 2052

772+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

32 847 Universidad de Concepción Chile 1693 940 1459 872

33 859 Universidade Federal de Viçosa UFV Brasil 757 1279 631 1217

34 870 Universidad de Santiago de Chile Chile 1283 749 1849 1259

35 872 Universidade do Estado do Rio de Janeiro UERJ Brasil 1450 1560 688 757

36 891 Universidade Federal de Mato Grosso do Sul Brasil 1351 515 1543 1933

37 918 Universidad de Antioquia Colombia 1256 1474 590 1148

38 928 Universidad de los Andes Colombia Colombia 1536 1498 887 889

39 938 Universidade Federal de Uberlândia Brasil 836 1729 409 1316

40 950 Universidade Federal de Santa Maria UFSM Brasil 1335 1688 581 1052

41 966 Fundação Getulio Vargas FGV Brasil 730 674 463 2890

42 979 Pontificia Universidade Católica do Rio Grande do Sul PUCRS Brasil 959 1642 835 1159

43 979 Universidade Federal de São Carlos Brasil 1361 1877 785 856

44 984 Universidade Federal do Rio Grande do Norte Brasil 1216 1539 638 1275

45 1002 Universidad Austral de Chile Chile 916 1653 584 1426

46 1011 Universidad de los Andes Mérida Venezuela 560 1674 514 1680

47 1022 Universidad de Puerto Rico Puerto Rico 1550 1891 2076 588

48 1035 Universidade Estadual de Maringá Brasil 738 2445 369 1148

49 1045 Universidade Federal da Paraíba UFPB Brasil 1806 1522 857 1193

50 1060 (1) Pontificia Universidad Católica de Valparaíso Chile 2919 568 2153 1856

51 1150 Universidad Autónoma de Nuevo León México 1479 2079 526 1450

52 1166 Universidad Central de Venezuela Venezuela 526 2405 823 1408

53 1167 Universidad de Colima México 1113 1155 639 2530

54 1181 Universidade Federal de São Paulo UNIFESP Brasil 3167 2171 2006 534

55 1206 Universidad Tecnológica Nacional Argentina 1360 1883 399 1984

56 1218 (2) Universidad Autónoma del Estado de México México 2606 1119 1025 1997

57 1221 Universidad Nacional de Rosario Argentina 2309 1598 1623 1316

58 1224 Universidad de Talca Chile 1038 1571 1284 1905

59 1262 Universidade do Estado de Santa Catarina UDESC Brasil 2276 1343 527 2269

60 1280 Universidad de la Habana Cuba 883 1444 2583 1841

61 1289 Pontificia Universidad Javeriana Colombia 1422 1738 987 1867

62 1295 Universidade Estadual de Londrina Brasil 1562 2422 616 1484

63 1309 Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo México 1171 2496 837 1450

64 1377 Universidad Nacional de Mar del Plata Argentina 966 2437 1958 1365

65 1392 Universidad Nacional Mayor de San Marcos Perú 1568 1950 624 2188

66 1395 Benemérita Universidad Autónoma de Puebla México 1919 2813 737 1246

67 1399 Universidade Estadual de Montes Claros UNIMONTES Brasil 1921 1117 1336 2646

773+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

68 1404 Universidade Metodista de São Paulo Brasil 1325 806 2451 3064

69 1416 Pontificia Universidade Católica do Paraná PUCPR Brasil 2063 1896 1972 1584

70 1420 Universidad Nacional de Cuyo Mendoza Argentina 2343 2596 680 1434

71 1428 Universidade do Vale do Rio dos Sinos UNISINOS Brasil 2455 1212 2109 2188

72 1434 Universidad del Valle Cali Colombia 1322 2642 879 1642

73 1452 Universidad Nacional del Litoral Argentina 1951 2455 1300 1418

74 1454 (1) Universidad Técnica Federico Santa María Chile 2077 2928 1181 1105

75 1473 Universidad de Tarapacá Chile 3581 805 3582 2320

76 1478Senac Serviço Nacional de Aprendizagem Comercial

Departamento NacionalBrasil 766 522 1019 5155

77 1486 Universidad del Bío-Bío Chile 2348 1017 2739 2565

78 1499 Universidad Simón Bolívar Venezuela Venezuela 1158 2614 1101 1829

79 1501 Escuela Superior Politécnica del Litoral Ecuador 949 2098 143 3412

80 1511 Universidad del Cauca Colombia 1906 1599 1477 2412

81 1536 Universidad Autónoma de Baja California México 2446 2127 1376 1821

82 1540 (1) Universidade Federal de Pelotas UFPEL Brasil 2228 3964 560 1141

83 1551 Universidade Federal do Espírito Santo Brasil 1945 2718 860 1764

84 1592 Universidade Federal de Campina Grande Brasil 1901 3186 1061 1542

85 1600 Universidad de Sonora México 3127 2173 481 2388

86 1601 Universidad Nacional de San Luis Argentina 2510 2607 990 1798

87 1604 Universidade Federal de Juiz de Fora UFJF Brasil 2550 2876 713 1754

88 1606 Universidade Estadual do Oeste do Paraná UNIOSTE Brasil 1924 2205 1158 2219

89 1624 Universidad Veracruzana México 1870 2691 626 2246

90 1627 Universidad Iberoamericana México 3439 2809 1721 1224

91 1636 Universidad de Carabobo Venezuela 2548 1529 1881 2610

92 1649 Universidad Mayor de San Simón Bolivia 1114 1861 3358 2412

93 1670 Universidade Federal de Ouro Preto UFOP Brasil 2236 3148 812 1841

94 1672 University of the West Indies Jamaica 2458 930 965 4128

95 1676 Universidad de Guanajuato México 1277 3871 1305 1524

96 1686 Pontificia Universidade Católica de São Paulo PUC-SP Brasil 1831 1712 1671 2890

97 1692 (3) Universidad de la República Facultad de Ciencias Uruguay 1312 427 3160 5155

98 1696 Universidad de la Frontera Chile 3196 1994 2649 1905

99 1699 Universidade Federal do Rio Grande FURG Brasil 1327 3711 974 1783

100 1701 Universidad Católica del Norte Chile 1121 2426 5002 1689

Nota. Fuente: http://www.webometrics.info/ (2014).

774+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Nota.Fuente: http://www.webometrics.info/ (2014).

Figura 42Distribución por país de las Universidades Latinoamericanas en el Top 100 Regional de QS World University Rankings 2013.

Arg

entin

a

Bra

sil

Col

ombi

a

Cub

a

Jam

aica

Perú

Uru

guay

Bol

ivia

Chi

le

Cos

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ica

Ecua

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Méx

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ico

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a05101520253035404550

0

10

20

30

40

5

15

25

35

50

45

Tabla 77Ubicación de Universidades Latinoamericanas en el Top 300 a Nivel Global de Facultades de Ciencias Sociales

Nota. Fuente: QS World University Rankings (2013).

Lugar en el ranking

Universidad País Puntaje total

57 Universidade de São Paulo (USP) Brasil 73.40

74 Universidad de Buenos Aires Argentina 71.20

90 Pontificia Universidad Católica de Chile Chile 69.90

90 Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) México 69.90

139 Universidad de Chile Chile 66.20

190 Universidade Estadual de Campinas Brasil 62.70

196 Universidad de Los Andes Colombia Colombia 62.20

201 Tecnológico de Monterrey (ITESM) México 61.90

227 Fundação Getulio Vargas1 Brasil 60.90

227 Universidade Federal do Rio de Janeiro Brasil 60.90

264 Universidad Nacional de Colombia Colombia 58.90

775+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Tabla 78Ubicación de Universidades Latinoamericanas en el Top 300 a Nivel Global de Facultades de Humanidades y Artes

Lugar en el ranking

Universidad País Puntaje total

60 Universidad Nacional Autónoma de México México 69.30

63 Universidad de Buenos Aires Argentina 69.00

85 Pontificia Universidad Católica de Chile Chile 66.30

95 Universidade de São Paulo Brasil 65.50

154 Universidad de Chile Chile 59.60

229 Universidade Federal do Rio de Janeiro Brasil 52.70

240 Universidade Estadual de Campinas Brasil 51.90

Nota. Fuente: QS World University Rankings (2013).

1 Debe señalarse que la FGV es contabilizada también como Think Tank (McGann 2013).

Fuente: QS World University Rankings (2013).

Figura 43Distribución por país de las universidades latinoamericanas presentes en el Top 300 a nivel global de Facultades de Ciencias Sociales.

Arg

entin

a

Bra

sil

Col

ombi

a

Chi

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Cos

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ica

0,0000

0,5625

1,1250

1,6875

2,2500

2,8125

3,3750

3,9375

4,50004,5

2,5

3,5

1,5

4

2

3

1

0

776+ SABER AMÉRICA LATINA | Estudio regional

Nota. Fuente. QS World University Rankings (2013).

Figura 44Distribución por país de las universidades latinoamericanas presentes en el Top 300 a nivel global de Facultades de Humanidades y Artes.

0

1

2

3

4

Arg

entin

a

Bra

sil

Chi

le

Méx

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4

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2

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Cristóbal Villalobos

Conclusiones y Recomendaciones

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Conclusiones y Recomendaciones

1. Introducción

Como se ha analizado a lo largo del presente libro, América Latina tiene el enorme desafío de incrementar su capacidad de producir conocimiento. Pese a representar 10% de la po-blación mundial, nuestra región produce sólo el 2,3% del conocimiento científico que se genera globalmente.

Las universidades y los think tanks en América Latina tie-nen un rol clave para superar este desafío. Sin embargo, se conoce poco sobre las relaciones entre ambos actores. Por ello, este capítulo analiza los vínculos entre ambas institu-ciones así como los factores que los afectan. A lo largo de los estudios de caso realizados en diferentes países latinoa-mericanos, así como en el estudio regional, se evidencia algunas razones para un mayor o menor vínculo entre estas instituciones, asociadas con la escasez de investigadores, la limitada demanda de conocimiento aplicado a las políticas públicas por parte del sector público y privado así como los recursos financieros dedicados a investigación y desarrollo.

En este capítulo se analizan las funciones y relaciones entre think tanks y universidades y se presentarán recomendacio-nes basadas en los hallazgos encontrados en los diferentes capítulos de este informe. Para ello en primer lugar, se analizarán las funciones cumplidas por cada una de estas organizaciones y se describirán cuáles de esas funciones han propiciado mayor o menor vinculación en la región. A continuación se presentará un análisis del tipo de relaciones

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encontradas entre think tanks y universidades. Finalmente se presentarán varias recomendaciones de políticas públicas y estrategias que permitan fortalecer los vínculos entre think tanks y universidades en nuestra región.

2. Definición y Funciones de los Think Tanks y Universidades

a) Hacia una Definición

Antes de analizar las funciones es importante tratar un tema recurrente en los diferentes estudios presentados en este reporte relacionado con la importancia de clarificar la defi-nición de los think tanks y visibilizar los roles que podrían jugar en la sociedad.

Partimos de la constatación que, tal como muestran los estudios de casos nacionales, los think tanks o centros de investigación son parte del régimen de producción de conocimiento para las políticas públicas en los países latinoa-mericanos. Sin embargo, en cada país ocupan una posición diferente dentro de dicho régimen y cumplen también fun-ciones disímiles, lo cual dificulta a veces identificarlos. En cambio, no ocurre lo mismo con las universidades que, en todas partes, son reconocidas como organizaciones docentes, que forman y certifican profesionales y técnicos superio-res, difunden o diseminan en la sociedad el conocimiento transmitido intramuros y unas pocas de las cuales produ-cen además conocimiento científico-técnico validado por miembros de las comunidades disciplinarias o de campos especializados de saberes y lo transfieren a diversos usuarios emplazados en la economía, la sociedad y el Estado.

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¿Qué son, entonces, los think tanks? La literatura especializa-da los define de distintas maneras. La definición más escueta señala que son public policy research organizations. En versión extendida: “organizaciones de investigación comprometidas con el análisis e intervención de políticas públicas que gene-ran investigación orientada a las políticas, análisis y asesoría en asuntos nacionales e internacionales, facilitando que los hacedores de política y el público tomen decisiones infor-madas sobre asuntos de política pública” (McGann, 2013:15). Una aproximación distinta caracteriza a los think tanks como “organizaciones independientes, sin fines de lucro, no basa-das en intereses, que producen--y se apoyan en-- experticia e ideas para obtener respaldo e influir en los procesos de forma-ción de las políticas” (Rich, 2004:pos. 144). Por su parte, un estudio de think tanks de Canadá y EEUU sostiene que consti-tuyen un conjunto diverso de organizaciones que comparten el deseo de influir en la política pública pero lo hacen de muy distintas maneras. En otras palabras, “no solo varían los think tanks enormemente en términos de los recursos que tienen a su disposición sino que asignan diferentes prioridades a su participación en diversas etapas del ciclo de las políticas” (Abelson 2009:pos. 1287).

Otra forma empleada para definir a los think tanks es desde la perspectiva del conocimiento producido. Así, por ejemplo, Campbell y Pedersen (2005) sostienen que el conocimiento relevante para las políticas se produce dentro de organizacio-nes tales como universidades, institutos públicos o privados de investigación llamados a veces también think tanks, y departamentos de investigación adjuntos a partidos políti-cos, ministerios gubernamentales, sindicatos o asociaciones empresariales. Por último, un organismo internacional pro-porciona la siguiente definición: “organizaciones que sobre

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una base permanente realizan investigación y promoción de ideas (advocacy) sobre cualquier materia relacionada con la política pública. Son un puente entre conocimiento y poder en las democracias modernas” (UNDP, 2003:6).

Catálogo o Campo

De inmediato estas definiciones terminológicas nos ponen frente a una serie de cuestiones que aparecen ampliamente debatidas en la literatura. Nombramos algunas: estas or-ganizaciones, ¿deben ser o son independientes o pueden aparecer afiliadas a una determinada visión ideológica, ad-ministración de gobierno, corriente de opinión política, grupo de interés o estamento social? Por naturaleza y mi-sión, ¿los think tanks han de ser organismos privados o, al contrario, pueden poseer también carácter público? La investigación que desarrollan, ¿en qué se asemeja y cuánto se aleja de la investigación realizada por las universidades? ¿Se concentran éstas últimas únicamente en el modo de producción académico-disciplinario (MP1) y aquellos en el MP2 (multi disciplinario y horizontal)? ¿Usan unas y otras de estas organizaciones diferentes medios de comunicación y se hallan sujetas a diversos modos de control de calidad y relevancia del conocimiento producido? ¿En qué etapas del ciclo de políticas públicas intervienen los think tanks con mayores expectativas de ejercer alguna influencia, cómo y cuánta? ¿Han de funcionar los think tanks necesariamen-te como organizaciones sin fines de lucro o pueden actuar legítimamente asimismo en la esfera de los negocios de conocimiento, generar un excedente y destinarlo a los fines determinados en sus estatutos? ¿Qué relación guardan los think tanks entre sí y con otros organismos productores de conocimiento para el desenvolvimiento de las políticas

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públicas? ¿Deben estas organizaciones cooperar entre sí o pueden también competir y en tal caso en qué consiste la competencia? ¿Conviene que los think tanks se especialicen temáticamente o pueden abordar una variedad de tópicos simultáneamente? Cómo distinguir entre diversos tipos de think tanks, ¿partir de un tipo ideal o inductivamente tomando pie en la variedad de experiencias nacionales e internacionales?

Muchas de estas interrogantes no poseen respuestas claras ni hay frecuentemente acuerdo en torno de éstas. En parte ello se debe a la insistencia por definir a estas organiza-ciones mediante una suerte de catálogo de características comunes en vez de preguntarse por el espacio social que ocupan, las funciones que cumplen dentro de él y sus rela-ciones entre sí.

En la teoría institucional se aplican a estas colecciones de organizaciones interdependientes que participan en un sis-tema común de sentidos, como podría ser la producción de conocimiento para las políticas públicas, el nombre de ‘cam-po organizacional’ (DiMaggio y Powell, 1983). Desde este punto de vista importan menos los atributos internos de las entidades bajo estudio que la posición que ocupan en un campo de relaciones de fuerza; la forma como estructuran sus relaciones con otras organizaciones que participan en el mismo espacio y los roles que unas y otras desempeñan. Según señala Scott, la mayoría de estos campos incluyen una variedad limitada de formas organizacionales de pro-veedores -algunas dominantes, otras complementarias o subordinadas- junto con organizaciones de apoyo que pro-porcionan recursos esenciales (incluyendo financiamiento) y ejercen control. Asimismo en la mayoría de los campos

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juegan un rol crítico algunas organizaciones y ocupacio-nes intermedias, las cuales pueden, por ejemplo, facilitar la comunicación de conocimientos, regular conflictos de in-terés, supervisar a los organismos proveedores, etc. (Scott, 2014:229-230).

b) Funciones de los Think Tanks y las Universidades

Para entender mejor las relaciones entre universidades y think tanks, en la Figura 1 se presentan, en base a la elaboración de Bellettini y Carrión (2009) sobre las funciones de think tanks y partidos políticos, aquellas funciones que suelen ser conside-radas exclusivas de cada una de estas organizaciones, así como aquellas que podrían ser realizadas por ambas organizaciones.

Como se ha señalado en esta investigación, las universidades siguen siendo los actores predominantemente encargados de formar a los profesionales que realizarán las funciones de ma-yor especialización en la sociedad. En la mayoría de los países latinoamericanos, las universidades, sin embargo, han limitado a ésta su función descuidando su rol de realizar investigación tanto pura como aplicada. Por tal razón, es esperable que parte de esta función sea asumida por actores como los think tanks.

La escasa capacidad investigativa de las universidades se expre-sa en el hecho que sólo tres universidades latinoamericanas aparecen entre las mejores universidades del mundo según varios rankings internacionales que incluyen la capacidad de realizar investigación como una de las dimensiones más im-portantes de su análisis.

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De acuerdo a los estudios realizados como parte de esta in-vestigación, algunas de estas funciones son cumplidas con mayor intensidad por los think tanks y las universidades en América Latina. Así por ejemplo, las funciones de producción de conocimiento y de formación de capital humano especia-lizado en políticas públicas son funciones recurrentemente encontradas en los estudios de caso realizados en los nueves países analizados en esta investigación.

Adicionalmente, cada una de ellas genera, además, un entra-mado de relaciones. En la Figura 2, se muestran el sistema de generación de ideas, información y conocimiento en América Latina donde se aprecia que los think tanks y las universida-des juegan un rol importante no solo por su capacidad de generarlo cuanto por la cantidad de interacciones existentes con otros actores de la sociedad.

Figura 1Funciones Exclusivas y Complementarias entre Think Tanks y Universidades

Funciones de los think tanks- Traducción de información

- Elaboración de agenda política- Evaluación de impacto

- Generación de espacios de diálogo plural- Intermediación política y social entre

ciudadanos y políticas públicas - Provisión de cuadros profesionales al

gobierno y partidos políticos

Funciones de las universidades- Educación y capacitación

profesional- Producción de conocimiento- Extensión y vínculos con la

comunidad

Funciones compartidas- Generación de ideas, información

y conocimiento- Desarrollo de capacidades

Nota. Fuente: Elaboración de los Autores

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En la Figura 3 se aprecia el sistema de formación e inter-cambios de investigadores en temas relacionados con las políticas públicas. En este sistema hemos encontrado que hay flujos desde los think tanks a las universidades que, en general tienen mayor capacidad de ofrecer planes de carrera y estabilidad laboral. Este el caso de países como Colombia donde la fuerte tradición de presencia universitaria en la so-ciedad ha hecho de ésta institución el destino privilegiado de investigadores.

Figura 2Relaciones de Think Tanks y Universidades con Otros Actores de la Sociedad, según la Función Producción de Conocimientos.

Nota. Fuente: Elaboración de los Autores

OrganismosInternacionales

O - D

CooperaciónInternacional

D

MediosD

EstadoD

Think TanksD - I

UniversidadesO -D

PartidosPolíticos

D -I

AsociacionesEmpresariales

D

Empresas Privadas

D

Organizaciones dela Sociedad Civil

D

INTENSIDAD:

TIPO DE ACTOR: D: Demanda, O: Oferta, I: Intermediario

BajaMediaAlta

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Hay, sin embargo, algunos flujos de investigadores desde las universidades hacia los think tanks pues están buscan-do flexibilidad, les interesa la orientación a la incidencia en las políticas públicas y la posibilidad de realizar investi-gación aplicada. Adicionalmente hay factores políticos que han promovido estos flujos. Este es el caso de Chile don-de la ruptura democrática y la consiguiente eliminación de la universidad como un espacio de intercambio plural de ideas, propició la creación de think tanks que albergaron a los investigadores que dejaron las universidades.

Por otra parte, en la mayoría de los países analizados se ha encontrado que existen flujos de estudiantes de think tanks hacia las universidades buscando realizar maestrías y realizar de forma temporal la docencia. También ocurre el flujo contrario cuando estudiantes migran desde las uni-versidades hacia los think tanks para realizar pasantías e involucrarse en proyectos de investigación temporales.

Finalmente, existen flujos bidireccionales de investigado-res seniors entre universidades y centros que van desde una organización hacia la otra de forma puntual alrede-dor de la organización de eventos, publicaciones, cursos, capacitaciones, por mencionar algunas de las actividades principalmente encontradas en los estudios realizados en los países analizados en el estudio.

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Adicionalmente, la Tabla 1 permite observar con mayor de-talle las similitudes (escasas) y abundantes diferencias que existen entre universidades y think tanks en su ubicación y funciones dentro del campo de producción de conocimiento y en los ensamblajes integrados por ambos tipos de organi-zaciones del saber y las organizaciones de los otros campos relevantes. Estas diferencias y similitudes se presentan es-quemáticamente a continuación (Tabla 1).

OrganismosInternacionales

CooperaciónInternacional

Medios

Estado

Think Tanks

Universidades

PartidosPolíticos

AsociacionesEmpresariales

Empresas Privadas

Organizaciones dela Sociedad Civil

Figura 3Relaciones de Think Tanks y Universidades con Otros Actores de la Sociedad, según la función Formación de Talento Humano.

Nota. Fuente: Elaboración de los Autores

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UNIVERSIDADES THINK TANKS

Sistemas nacionales ampliamente diversificados

Sistemas nacionales ampliamente diversificados

Diferenciación interna responde en mayor medida a dinámicas de especialización disciplinaria

Diferenciación interna responde a exigencias temáticas y funcionales

Se estructuran en torno a profesión altamente regulada que vive de y para la universidad

Personal con alta rotación y con frecuencia en asignaciones temporales

Institución interna de secciones permanentes

Institución flexible por tareas y proyectos

Vínculos externos fundamentales se articulan con mercado laboral y comunidades disciplinares

Vínculos externos son basicamente con el campo político-burocrático, campo mediático y campo de las organizaciones de la sociedad civil

Control por pares de producción de conocimiento

Accountability social del conocimiento gestionado

Principal recurso de poder: monopolio sobre grados y títulos

Principal recurso de poder: capacidad de incidir competitivamente en el campo político burocrático y campo de las organizaciones de la sociedad civil

Son ante todo instituciones con estudiantes

Son universidades sin estudiantes

Trabajan con conocimiento avanzado articuladocurricularmente o en la frontera de disciplinas

Mayormente empaquetan, transfieren, aplican y difunden conocimiento disponible en el campo de producción de conocimiento

Poseen amplio horizonte de conocimiento

Poseen un foco concentrado en conocimiento para políticas públicas

Actúa respecto del campo político-burocrático proporcionando paradigma, diseños y buscando incidir en cambios de 3er orden (Hall, 1993)

Salvo think tanks académicos, demás asumen mayores compromisos en el campo político-burocrático e inciden de preferencia sobre decisiones e instrumentos de cambios de 1er y 2do orden (Hall, 1993)

Afirman autonomía organizacional frente a gobierno, mercado, stakeholders poderosos

Afirman independencia y objetividad de la evidencia que muestran pero dependen de campos externos

Influencia basada en conocimientos académico base de profesiones y/o producido mediante MP1

Influencia basada en gestión de conocimiento útil para orientar la opinión pública vía el campo mediático

Tabla 1Universidades y Think Tanks en un Espacio de Diferencias.

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Desde momento que universidades impulsan investigación en MP2 asumen funciones más próximas a think tanks

Gradual expansión de MP2 en universidades resta parte de su especificidad a think tanks (Stone, 2007)

Papel de algunas universidades en formación técnico-académica y social de elites políticas intelectuales, gerenciales

Papel en validación de dirigentes del campo de las organizaciones de la sociedad civil y de apoyo/crítica a elites del campo político-burocrático, campo mediático y empresariales

Relación distante con el campo mediático y redes digitales a favor comunicación en circuitos especializados

Búsqueda de relación privilegiada con los medios para poder cumplir sus funciones

Los incentivos institucionales están enfocados en promover la publicación de investigaciones en journals registrados internacionalmente

Los incentivos de la organización se enfocan en comunicar los resultados de la investigación a la opinión pública a través de los medios y en circuitos del campo político-burocrático y del campo de las organizaciones de la sociedad civil

Tipos principales son universidades de investigación, con investigación, docentes y de proyección global, regional, nacional o local

Tipos principales son think tanks-académicos (compiten ante todo en el campo de producción de conocimiento), de investigación contratada, advocacy y servicios al campo de las organizaciones de la sociedad civil

Financiamiento proviene principalmente de fuentes públicas y creciente de mercado de estudiantes y de productos y servicios de conocimiento

Financiamiento proviene de fuentes privadas, internacionales y en menor medida públicas

Predominan organizaciones sin fines de lucro

Predominan organizaciones sin fines de lucro

Nota. Fuente: Elaboración de los autores

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3. Gobernanza de la Relación entre Think Tanks y Universidades en América Latina

Para efectos del análisis que aquí interesa, think tanks y uni-versidades interactúan en un mismo campo de producción de conocimiento, proveyendo información, análisis, ideas, enunciados, transferencia de prácticas, diseños e instrumen-tos, evaluaciones de impacto y reflexión crítica conducente al aprendizaje de políticas (Hall, 1993). ¿En qué consiste este campo? Es el sistema de organizaciones proveedoras de es-tos medios estratégicos para la gobernanza en tiempos de globalización, creciente complejidad y riesgos, sociedades civiles activadas, poblaciones mejor informadas y con mayor educación y dificultad de las instituciones centrales para ob-tener y mantener la confianza ciudadana y sostener grados suficientes de legitimidad.

Particularmente los Estados y las políticas públicas que éste comanda, requieren sostenerse sobre redes de conocimiento mucho más ricas y densas que las existentes en la actualidad, como se desprende del informe Perspectivas Económicas de América Latina 2012 (OCDE/CEPAL, 2011). En efecto, se se-ñala allí que la administración pública de la región enfrenta una serie de desafíos tales como insuficiente disponibilidad de recursos fiscales para contribuir eficazmente al desarrollo; Estados pre-burocráticos, escasamente profesionalizados, con personal bajamente calificado, escasa transparencia y altos niveles de desconfianza; estructuras de generación y uti-lización de conocimiento débiles y poco útiles para impulsar políticas públicas que requieren un alto grado de coherencia y continuidad; gasto público en relación al PIB claramente por debajo con respeto al de los países de la OCDE; excesivo

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centralismo fiscal y administrativo junto con una precaria organización, ingresos, personal y tecnologías a nivel de los municipios; ausencia de sistemas regulatorios coherentes con desequilibrios significativos de poder entre organismos públi-cos encargados e intereses privados, en favor de estos últimos (OCDE/CEPAL, 2011:51-54).

El buen gobierno y, sobre todo, las nuevas modalidades de gobernanza de las sociedades, requieren efectivamente contar con información, conocimiento y medios de im-plementación que permitan diseñar y ejecutar políticas adecuadas para la complejidad de los problemas, y de una ‘nueva gestión pública’ no solo al nivel del Estado sino de to-dos los actores relevantes que intervienen en la gobernanza de un país (Pons y van Zanten, 2007). Como suele decirse, la gobernanza es la acción del gobierno más sus interaccio-nes con partes no-gubernamentales asociadas en el proceso de gobernar; es decir, en su relación colectiva con la econo-mía y la política pública (Boyer, 1990:51).

En general, las nociones de gobernanza y redes de gober-nanza suponen la presencia de componentes que, cada uno de ellos, son demandantes de conocimiento e intensivos en su uso y aplicación en la esfera de las políticas públicas. Entre ellos: participación creciente de organizaciones no-estatales (ONE), colaboración público-privada, diversidad y competencia de mercados, descentralización, integración de dominios de políticas, soft law entendida como acción nor-mativa no-coercitiva, adaptabilidad y aprendizaje continuo, coordinación (Lobel, 2012).

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Especial interés posee en este contexto la noción de redes de gobernanza, las cuales -junto con jerarquías y mercados- se-rían los componentes claves de una nueva gobernabilidad. Según el concepto propuesto por Torfing ( 2012:101), estas redes son una articulación horizontal de actores interdepen-dientes pero operacionalmente autónomos, de los sectores público y privado, que interactúan a través de negociaciones dentro de un marco regulativo, normativo, cognitivo e ima-ginario, facilitando la autorregulación y contribuyendo a la producción de regulación pública en sentido amplio.

Asimismo, señala el citado autor, estas redes pueden rea-lizar diferentes funciones en ámbitos como el compartir conocimientos, coordinación de acciones y resolución de problemas; pueden ser creadas desde arriba o surgir desde abajo; formarse dentro o entre organizaciones; estructurarse fuertemente o débilmente; ser temporales a la manera de una fuerza de tarea o instituirse de manera permanente, y adoptar variadas formas en el campo organizacional, como la de los think tanks, alianzas estratégicas, comités y comisio-nes asesoras, arenas colaborativas, paneles intersectoriales.

En breve, estas redes serían una expresión de las transforma-ciones y renovación del Estado en el capitalismo regulativo y no, como suele malentenderse, un resultado del vaciamiento (neoliberal) del Estado. Tampoco deberían proclamarse como una panacea; en efecto, se desarrollan al lado de las viejas y nuevas burocracias por un lado y de los mercados por el otro, proporcionando un medio adicional de conducción de los procesos sociales (Rhodes, 2012). Pero éste no sustituye sino que coexiste con las modalidades previamente establecidas de coordinación de los sistemas socioeconómicos estudiadas por Lindblom (2001, 1977).

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Sus ventajas, como señalan Sorensen y Torfing (2007) son hacer posibles procesos bien informados de decisión de po-líticas públicas, generar soluciones innovadoras, movilizar recursos privados y crear convergencia y compromisos trans-versales en torno a nuevas ideas. También les acompañan riesgos, comúnmente llamados fallas de redes, como llevar a situaciones de parálisis o veto compartido, consensos sin dirección, estancamiento por exceso de transacciones, etc.

Se sugiere, por tanto, la necesidad de guiar a estas redes, de generar una ‘governance of governance’ y una ‘regulación de la autorregulación’; en breve, de contar con alguna modali-dad de meta-gobernanza, la cual debe ocupar una posición central respecto de las redes en cuestión (nodalidad), poseer autoridad legítima frente a los actores de la red, tener acceso a y comando sobre recursos y disponer de capacidad orga-nizacional para monitorear y gestionar redes (Hood, 1986) en ídem ant, 107.

Contexto y Estructura del Campo de Producción de Conocimiento

Todo lo anterior subyace también a la complejidad en aumen-to del campo de producción de conocimiento para la política pública, campo inscrito en este nuevo contexto de gobernan-za y de redes, con participación de múltiples actores (Lynn, 2012). Aquí nos limitaremos a considerar dos tipos de actores centrales dentro de este campo -v.gr., universidades y think tanks, y sus relaciones recíprocas- luego de situar al campo mismo dentro del contexto mayor de la gobernanza.

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Nota. Fuente: Elaboración de los Autores

Esfera de la tecnopolítica

Esfera de la opinión pública

Com

unid

ades

de

legi

timac

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Com

unid

ades

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cas

CAMPO DE PRODUCCIÓNDE CONOCIMIENTO

A B

CD

CAMPO DE MEDIOS DECOMUNICACIÓN MASIVA

CAMPO DE LAS ORGANIZACIONES

DE LA SOCIEDAD CIVIL

CAMPO POLÍTICO-

BUROCRÁTICO

Figura 4Campo Organizacional de la Producción de Conocimiento.

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En efecto, según muestra la Figura 4, el campo organiza-cional de la producción de conocimiento relevante se halla vinculado -dentro de la perspectiva de análisis aquí elegida- al campo político-burocrático del Estado, al campo de las organizaciones de la sociedad civil (ONG y organizaciones no estatales -ONE en general-) y al campo de medios de co-municación masiva y redes digitales. El conjunto representa diagramáticamente la nueva gobernanza mencionada más arriba, la que se halla expresada aquí, en primer lugar en la esfera tecnopolítica a lo largo el lado B-C. Arriba pues, en el triángulo superior, nos encontramos con el campo de metagobernanza, el cual cuenta con los instrumentos de la nueva gestión pública (New Public Management) su disposi-ción y se mueve de acuerdo con la lógica institucional propia de ese campo organizacional: la política (politics) y el medio de las políticas públicas (public policies), el régimen político, la organización gubernamental, formas de control y coman-do jerárquico, el parlamento y demás poderes estatales, sus capacidades y procedimientos burocráticos, la posibilidad de impulsar -y a la vez de regular- la autorregulación de la sociedad civil.

Ésta en cambio se encuentra situada en el triángulo inferior y forma parte de la gobernanza contemporánea contribuyendo con una serie de lógicas institucionales adicionales, propias del sistema económico, los mercados, las asociaciones civiles, las ONG y ONE en general, de la iniciativa privada, empresas, movimientos sociales, partes interesadas y los sistemas plurales de intereses materiales y simbólicos que constituyen la sociedad civil.

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Contribuye a la gobernanza mediante su vínculo e interac-ción con el campo estatal (B) por un lado y, en el eje del conocimiento distribuido (C-A), dando lugar a diversas for-mas de encuentro (convergente y conflictivo y toda la gama intermedia) entre conocimiento especializado de políticas públicas y conocimiento local, social, experimental, de la base, la calle, la experiencia vivida y sus manifestaciones intersubjetivas y discursivas de las culturas ciudadanas co-tidianas, no-especializadas.

Efectivamente, en torno a este eje (C-A) se producen en la actualidad una serie de cambios que deben considerarse en un análisis de las relaciones entre conocimiento y políticas públicas. Por ejemplo, la multiplicidad y diversidad de los públicos que son partes interesadas (stakeholders) en los di-versos asuntos que aborda la política pública; las habilidades de conocimiento y de ‘experticia local’ de los grupos no-espe-cialistas; las limitaciones que revela el conocimiento técnico en las nuevas situaciones; la legitimidad de las preocupa-ciones y cuestionamientos de los agentes locales de base; la importancia de los valores, perspectivas éticas y experiencias previas de las partes afectadas; la demanda de una comu-nicación más horizontal que plantean dichas partes y la de ser escuchadas como un actor más de la gobernanza; la incertidumbre generada por el choque entre diagnósticos y soluciones expertas que se proclaman igualmente respal-dadas por la evidencia científica, y la creciente importancia atribuida a los procesos institucionales de (auto)reflexión crítica en el abordaje de problemas claves para la sociedad civil (Irwin y Michael, 2003:42).

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En ocasiones estos cambios se presentan como una tensión o contradicción entre perspectivas tecnocráticas de las polí-tica pública y el valor del conocimiento experto (típicas del lado A-B) de nuestra Figura y perspectivas democráticas, ciudadanas o de los movimientos sociales (típicas del ángulo C, del eje C-A concebido en dirección de abajo hacia arriba) y del lado de la gobernanza (C-B) en su aspectos de legiti-midad comunitaria de las soluciones impulsadas a través de redes de gobernanza con su plataforma de conocimiento híbrido, propio a la vez de tecnopols y de ciudadanos activos.

Comunidades de Saber

Una manera conceptualmente más sofisticada de entender la aparente tensión entre prácticas de conocimiento exper-to y no experto es mediante la contraposición de dos tipos de comunidades en torno al eje del conocimiento necesario para las políticas públicas.

En el extremo del ángulo A de la Figura 4 se ubican las comunidades epistémicas de Haas, las cuales son redes pro-fesionales con reconocida experticia y competencia en un campo específico de políticas que reclaman detentar autori-dad en función de un conocimiento relevante de políticas en dicho dominio. (Haas, P.M., 1992). Se trata de una visión tecnocrática en su núcleo. La ciencia produce conocimiento útil para los hacedores de política y hay mecanismos y pro-cedimientos para transmitirlo desde el mundo académico al mundo de la política. La condición para que la ciencia pueda ser influyente, agrega Haas (2004:573), es que su experticia y reclamaciones de validez se desarrollen detrás de un muro de aislación política.

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En el otro extremo, en el ángulo opuesto C de la Figura 4, surge la noción de otro tipo de comunidades, constitui-das como ‘ensamblajes etno-epistémicos’. Se trata en este caso de una variedad de actores y partes interesadas que interactúan en zonas de frontera entre ciencia y sociedad, levantando pretensiones de verdad (o de conocimiento de lo real), pero cuyas pretensiones se fundan en una forma distinta de conocimiento y no solo en aquel proclamado como canónicamente científico: “conocimiento de la políti-ca y el proceso democrático, sobre ética y responsabilidad moral, economía e implicaciones comerciales, sobre expe-riencia humana e identidad” (Irwin y Michael, 2003:119). Según estos autores, etno hace alusión aquí a conocimien-to local, culturalmente situado, con sus características de indexicalidad (con un sentido referido siempre a dónde y cuándo ocurre) y reflexividad (abierto continuamente a con-testación y a revisión), mientras que ensamblaje se refiere (simplificando) a una colectivo de enunciaciones que puede ser extraordinariamente heterogéneo, una coalición discur-siva, pero que mantiene un grado variable de articulación a la manera como funcionan también las redes de políticas públicas que vimos más arriba.

Saberes, Media y Opinión Pública

Hasta aquí hemos visto el significado del triángulo A-B-C de nuestra Figura 4. Resta por tanto decir algo respecto del triángulo C-D-A, donde el ángulo D nos conduce a la socie-dad mediática o mediatizada, en el sentido que le atribuye Thompson (1995).

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Lo primero que cabe observar en relación con la discusión de la sección anterior, es que por el lado C-D se levanta un poderoso referente de la política y las políticas, cual es, la opinión pública, como constructo producido por la interac-ción entre dinámicas de la sociedad civil (C) y los medios de comunicación, donde éstos proporcionan múltiples canales de expresión a las personas, grupos y organizaciones a la vez que agregan esas voces bajo la forma de opinión pública y, más exactamente, en relación con (A), bajo la forma de opi-nión pública encuestada (Bourdieu, 1979; Wacquant, 2004).

A su turno, el triángulo A-D-B introduce a los medios de comunicación como soporte para difundir el conocimien-to generado en el campo de producción de conocimiento y llevarlo a operar dentro y sobre el campo estatal al mismo tiempo que para influir sobre la formación y conducción normativa (soft law) de la opinión pública, originándose así uno de los ambientes dentro de los cuales deben discutirse, aprobarse e implementarse las políticas.

Por lo mismo, las cuestiones relativas a la configuración de la agenda de políticas públicas se transforman aquí en una etapa esencial dentro del ciclo de políticas públicas para el insumo de conocimiento experto y de grupos etno-epis-témicos. Al mismo tiempo, este triángulo ha dado lugar durante la segunda mitad del siglo XX a una serie de peque-ños dispositivos y técnicas “inventadas para hacer reales las comunidades”: surveys de actitudes y valores, investigacio-nes de mercado, encuestas de opinión, focus groups, jurados ciudadanos y otros que, dice él, han trazado estos nuevos espacios culturales y los han inyectado en las deliberaciones de las autoridades (Rose 1999: 189).

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En suma, el campo de producción de conocimiento y las or-ganizaciones proveedoras como universidades y think tanks necesitan estar estrechamente relacionadas con el campo de medios de comunicación masiva y redes digitales -vínculo que frecuentemente proporcionan los think tanks orientados hacia la opinión pública y la sociedad civil- así como las or-ganizaciones de la sociedad civil buscan expresarse a través de los media para condicionar la política y las políticas y dar cabida a las voces de sus comunidades, movimientos socia-les y organizaciones no-estatales.

De esta manera entonces se van entretejiendo las redes de políticas a través de las cuales opera el conocimiento pro-ducido en el ángulo superior izquierdo de nuestra Figura, proyectándose hacia el resto del sistema a través de la pri-vilegiada -e intersticial- posición que contemporáneamente ocuparían los think tanks según algunos autores. ¿Cuál es esa posición?

Think tanks en el Espacio Social de Medvetz

Para responder a esta pregunta necesitamos exponer aquí brevemente la teoría elaborada por Tom Medvetz (2012), autor del estudio probablemente más consistente publica-do durante los últimos años sobre la naturaleza de la labor de los think tanks en la sociedad norteamericana. De entra-da, sostiene este autor que la noción misma de think tanks es borrosa, difusa, mudable y contenciosa. Y, en seguida, que el dilema definicional no puede resolverse por la vía de identificar una figura organizacional singular del campo de producción de conocimiento para las políticas públicas que,

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habitualmente, es caracterizada por su autonomía frente al Estado, los mercados y las universidades o, si se quiere, fren-te a los gobiernos, partidos políticos y grupos de presión.

Todo lo contrario, alega Medvetz: históricamente los think tanks se originan en esos otros espacios y hasta hoy ocupan una posición -intersticial la llama él- entre varios campos sociales de los cuales dependen para la obtención de re-cursos claves como personal, financiamiento, proyección y prestigio.

Dicho en breve: Medvetz sortea el dilema de las definiciones buscando entender la posición de los think tanks dentro de la estructura social; como parte de un campo de poder, afirma, tomando el concepto desarrollado por Bourdieu (1991). Así, junto con afirmar el carácter híbrido de estas organizaciones, las ubica dentro de un espacio social donde, a la manera que adopta también nuestra Figura 4 pero de manera más com-pleja, reconoce cuatro campos básicos: de producción cultural (de conocimiento), político, económico y de los medios. Esos campos intersectan y generan espacios intermedios -como el de conocimiento y político, de conocimiento y medios, po-lítico económico y económico-mediático, dejando al medio de todo, en una ubicación central, privilegiada, relativamen-te pura, a los think tanks y a su alrededor una serie de otras organizaciones del tipo escuelas de políticas públicas, ofici-nas de lobby, revistas políticas, movimientos sociales y otros (Medvetz, 2012:37-42) (Figura 5).

802+ SABER AMÉRICA LATINA | Hallazgos, conclusiones y recomendaciones

Antes de seguir adelante, veamos tres consecuencias del planteamiento de este autor, cada una de las cuales necesita reelaborarse a la luz de la experiencia de los think tanks en otras partes del mundo, particularmente en América Latina según se desprende claramente de los estudios país que con-forman este proyecto de investigación.

Primero, efectivamente, y como señal el propio Medvetz, su análisis concluye que los think tanks ocupan una ‘posición central privilegiada’ dentro del campo de poder, próxima a la encrucijada que forman los campos canónicos (político, eco-

Nota. Fuente: Adaptado de T. Medvetz (2012:37).

Figura 5Think Tanks en el Espacio Social.

Corporación de Negocios

Partidopolítico

Organización demovimiento social

SiondicatosDiario Revistas

Asociaciónde Comercio

Universidad deInvestigación

Escuela dePolíticaPublica

Instituto Universitariode Policy

Journal de Políticas

Escuela de Periodismo CAMPO DE MEDIOS

Agencia Estatal

Biogosferapolítica

CAMPO DE PRODUCCIÓNCULTURAL

CAMPO POLÍTICO BUROCRÁTICO

CAMPO ECONÓMICO

ESPACIO DE THINK TANKS

803+ SABER AMÉRICA LATINA | Hallazgos, conclusiones y recomendaciones

nómico, cultural y mediático). Segundo, como consecuencia, emergería la imagen de una organización constitutivamente híbrida: en parte centro de investigación académica, agencia tecnocrática, grupo de apoyo y promoción de una causa, en parte instancia de relaciones públicas o empresa de lobby y así por delante. Tercero, progresivamente los think tanks presentes en un campo organizacional nacional -así ocurri-ría en los EEUU, al menos- comienzan a orientarse unos hacia los otros en sus juicios y prácticas y de esa manera establecen un universo social con su propia lógica institu-cional, estructuras interiores y agentes o actores. Resulta de interés expandir esta última conclusión en las propias palabras del autor: “a pesar de su aparente reducibilidad [posibilidad de ser reducidos a los campos principales ente los cuales intersticial pero centralmente se ubican], los think tanks han logrado obtener para sí un grado de autonomía. Forman un espacio social estructurado que posee su propia lógica inteligible e historia, sus propias reglas de funciona-miento y agentes que, a su turno, poseen estilos únicos, destrezas y criterios para guiar su producción intelectual. Dicho en otras palabras: hay un aspecto de la existencia de los think tanks del cual solo puede darse cuenta en términos de las relaciones entre think tanks (Medvetz, 2008:8-9)”.

Aproximación Divergente

Sin duda, este análisis y la perspectiva teórica que lo sus-tenta son del mayor interés y sirven para orientar nuestro marco conceptual para el estudio de las relaciones entre universidades ythink tanks en América Latina.

804+ SABER AMÉRICA LATINA | Hallazgos, conclusiones y recomendaciones

De inmediato hay que decir, sin embargo, que en nuestro caso arrancamos de premisas distintas, a ratos opuestas, a las de Medvetz en la misma medida en que los campos que tratamos aquí -particularmente el de la producción de co-nocimiento y, dentro de él, la posición que ocupan y el rol que desempeñan los think tanks- aparecen con característi-cas muy diferentes. Poseen asimismo trayectorias disímiles, contexturas y estructuras peculiares y se conforman organi-zacionalmente de manera diversa. Incluso, es improbable que en los países latinoamericanos pueda hablarse propia-mente de un campo relativamente autónomo de think tanks o adjudicarse a estos el grado de centralidad que les otorga el análisis Medvetziano.

Otro aspecto metodológico en el cual nos apartarnos de aquel es el énfasis en la idea de que habría una suerte de metacampo que abarca a todos los demás -esto es, el campo de poder a la Bourdieu- para mantener nuestro foco estric-tamente en el campo de producción de conocimiento para la política pública, sin tampoco subsumir a éste en el cam-po de la producción cultural, como ocurre en el escrito de Medvetz de 2012.

Tampoco situamos en un lugar aparte al campo económico, como hace el autor norteamericano, quien en cambio deja fuera de su análisis a la sociedad civil que en nuestro caso tiene un papel fundamental y abarca tanto la esfera econó-mica, del marcado y las empresas, como también y sobre todo -dado el foco en la producción de conocimientos para la política pública- en los movimientos sociales, las ONG y ONE, la ciudad y el vecindario, la gentes y sus variadas aso-

805+ SABER AMÉRICA LATINA | Hallazgos, conclusiones y recomendaciones

ciaciones, etc. De hecho, estas instancias de sociedad civil adquieren creciente importancia por el hecho de ser gene-radoras y portadoras de conocimiento no especializado ni altamente codificado, como vimos, pero relevante dentro de las redes de política pública sectoriales y para la gobernanza que en ellas se apoya.

Triple Hélice de la Política Pública

Visto lo anterior es posible retomar ahora, como hace la Figura 6, la pareja universidades-think tanks y su proyección desde el campo de producción de conocimiento experto ha-cia los demás campos fundamentales para la formulación, diseño, aprobación, ejecución y evaluación de políticas pú-blicas. Llamaremos a esta representación la triple hélice del conocimiento en el ámbito de la política pública siguiendo el modelo de la triple hélice -universidad-gobierno-industria- propuesto por Leydesdorff y Etzkowitz (1996) para dar cuenta del emergente régimen de producción de innovaciones como motor del capitalismo en las sociedades desarrolladas.

806+ SABER AMÉRICA LATINA | Hallazgos, conclusiones y recomendaciones

A nivel latinoamericano, se trata de un campo organiza-cional conformado principalmente por proveedores de educación superior, investigación académica y formación y certificación de capacidades humanas avanzadas: técnicas, profesionales, científicas y lo que más generalmente suele entenderse como personal que trabaja con conocimiento avanzado y analistas simbólicos según se denomina a veces a su segmento más globalizado (Reich, 1992).

Nota. Fuente: Adaptado de Leydesdorff y Etzkowitz (1996).

Figura 6La Triple Hélice del Conocimiento para las Políticas Públicas

CAMPO POLÍTICO

BUROCRÁTICO

CAMPO DE ORGANIZACIONES

DE LA SOCIEDADCIVIL

CAMPO DE PRODUCCIÓNDE CONOCIMIENTO

Universidades Think Tanks

CAMPO DE MEDIOS DE COMUNICACIÓNMASIVA

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807+ SABER AMÉRICA LATINA | Hallazgos, conclusiones y recomendaciones

Este campo se halla conformado por un número de 11.120 proveedores de educación terciaria, de los cuales 3.518 son reconocidos oficialmente como universidades o instituciones equivalentes, un 70% con carácter de universidades privadas. Del total de universidades registradas, solo un 4,1% -esto es, 143 universidades, la gran mayoría de ellas públicas- participa de manera regular en la producción de conocimiento acadé-mico con un volumen mínimo a nivel internacional (Tabla 1).

Para efectos de este análisis se considera que tal volumen mí-nimo se alcanza con la publicación promedio de 100 artículos científicos o técnicos anuales durante el quinquenio 2007-2011, registrados en las bases de SCOPUS.1 Si se emplea un criterio más laxo, podría afirmarse que en América Latina hay alrededor de 1.600 instituciones en total con alguna activi-dad científica (al menos han publicado un artículo durante el quinquenio), de las cuales más de 500 publicaron un artículo anual en promedio durante el mismo período. En cambio, las demás -algo menos de 2000- no han publicado ningún artí-culo de corriente principal durante los últimos cinco años y son, literalmente, organizaciones exclusivamente docentes. A su lado se contabiliza en la región un total de 638 think tanks el año 2012 (Tabla 2), identificados como organizaciones re-lativamente estables de análisis y participación en la esfera de las políticas públicas, a la cual contribuyen libros, monogra-fías, reportes, boletines de política, conferencias, seminarios, briefings y discusiones informales con hacedores de políticas, funcionarios gubernamentales y stakeholders claves (McGann, 2013:15 y 113).

1 A nivel global, alrededor de 2700 instituciones alcanzan este umbral mínimo. Ver Scimago, SIR Global 2013.

808+ SABER AMÉRICA LATINA | Hallazgos, conclusiones y recomendaciones

Tabla 3Producción Registrada de Conocimiento Académico Relevante para Políticas Públicas, 1996-2012

Nota. Fuente: Sobre la base de Brunner y Ferrada (2011). 1 Cifra de universidades antes del cierre de 14 universidades privadas, 2 Nº de universidades, instituciones de licenciatura universitaria y tecnológica, Ciclo 2011-2012, SEP, Sistema Educativo de los Estados Unidos Mexicanos, 2012, 3 El Heraldo de Honduras, 3 de julio de 2013 con cifras para 2012/2013. Disponible en: http://www.elheraldo.hn/Secciones-Principales/Pais/Honduras-con-la-segunda-peor-cobertura-universitaria-en-Centroamerica

ORGANIZACIONES UNIVERSIDADES

Universidades ThinkTanks

Nº por producción científica registrada, 2007-2011

PAÍSES Públicas Privadas (<5.000) (>2.500) (>1.250) (>500)

Argentina 55 60 137 2 3 8 17

Bolivia 17 68 51 0 0 0 0

Brasil 100 86 82 11 26 38 70

Chile 16 44 41 3 6 13

Colombia 81 201 40 2 2 4 7

Costa Rica 3 5 50 37 1 0 0 0

Cuba 67 No Aplica 18 0 0 1 2

Ecuador 1 29 42 18 0 0 0 0

El Salvador 3 1 25 13 0 0 0 0

Guatemala 3 1 13 12 0 0 0 0

Honduras 3 6 14 9 0 0 0 0

México 2 579 1556 60 3 4 12 24

Nicaragua 3 4 48 10 0 0 0 0

Panamá 3 5 36 12 0 0 0 0

Paraguay 15 72 27 0 0 0 0

Puerto Rico 6 43 5 0 1 0 1

Perú 35 65 32 0 0 0 2

Venezuela 33 25 17 0 1 4 5

Uruguay 1 14 17 0 1 2 2

Total 1056 2462 638 19 41 75 143

809+ SABER AMÉRICA LATINA | Hallazgos, conclusiones y recomendaciones

Es decir, en su núcleo central, el campo de producción de conocimiento para la política pública se halla constituido en América Latina por una gran variedad de organizaciones que gruesamente pueden clasificarse en dos categorías, ambas con un alto grado de heterogeneidad interna: de universi-dades y think tanks. La participación de las universidades en este campo es muy variable dependiendo de las carac-terísticas de cada organización: su misión, intensidad de la función de investigación académica, áreas del saber de ma-yor interés, carácter público o privado de las instituciones, su estructura de financiamiento, número y nivel académico de profesores de jornada completa, prestigio relativo de cada institución, su emplazamiento en la geografía y geopolítica de la sociedad nacional del conocimiento, existencia o no de un mercado competitivo de ideas y del volumen y carácter de la demanda por conocimiento para formulación de polí-ticas públicas, modalidades de funcionamiento del sistema político, la sociedad civil y el campo de los medios, etc. Los informes nacionales contenidos en este volumen contienen valiosos datos para una caracterización de cada uno de los sistemas nacionales de educación superior y el rol de las universidades que participan en la esfera de la deliberación y las políticas públicas.

Por su lado, los think tanks son también un espacio organi-zacional altamente diferenciado y con rasgos particulares y específicos propios de cada país, como muestran los mis-mos informes mencionados. Hay think tanks autónomos e independientes del gobierno, de grupos de interés y do-nantes; cuasi-independientes, con autonomía respecto del gobierno pero dependientes de las demandas y el financia-

810+ SABER AMÉRICA LATINA | Hallazgos, conclusiones y recomendaciones

miento de grupos de interés; afiliados a universidades en calidad de centro académico; pertenecientes a la estructura gubernamental o con carácter de agencia del Estado; formal-mente vinculado a un partido político; con financiamiento mayoritario de fuentes públicas pero sin formar parte de la estructura formal del gobierno, etc. (McGann, 2013:114). La lista de modalidades de think tanks no se agota en esta enumeración sin embargo: hay también think tanks organi-zados en torno a una personalidad política, ex Presidentes por ejemplo, y otros que agrupan a una generación de jóve-nes investigadores que buscan abrirse paso hacia la cúspide del campo intelectual y la influyente esfera de los tecnopols; hay think tanks generalistas o especializados temáticamen-te; unos que despliegan un abanico amplio de funciones (full-service think tanks) o asuntos y otros con un foco más concentrado de actividades y tópico de atención; unos vincu-lados más estrechamente con movimientos sociales y otros con organizaciones formales; unos interesados en promo-ver el encuentro entre conocimiento experto y conocimiento local, ciudadano, en tanto otros declaran ser plenamente académicos o tecnocráticos; unos más locales que naciona-les y otros con proyección transnacional o global, etc. (Pons y van Zanten, 2007:125).

Son bien conocidas las dificultades para medir el impacto de la producción de conocimiento generado por universidades y think tanks sobre el diseño, formulación e implementación de políticas públicas y, más específicamente, su incidencia en cada una de las fases del ciclo de esas políticas.

811+ SABER AMÉRICA LATINA | Hallazgos, conclusiones y recomendaciones

En realidad, el único indicador cuantitativo disponible -aunque solo parcialmente relevante- es la producción cien-tífico-técnica internacionalmente registrada, de tipo MP1, que suele usarse como proxy de impacto, especialmente el flujo de artículos publicados durante un periodo relati-vamente largo en las áreas de las ciencias sociales y de la economía, así como en particular la producción (así medida) dentro de ciertas subcategorías disciplinarias con especial potencial de utilidad para las políticas públicas, tales como administración pública, ciencia política y relaciones interna-cionales, sociología y ciencia políticas, educación, transporte y estudios urbanos (Tabla 3). Decimos ‘solo parcialmente relevante’ pues no toda esta producción académica regis-trada es efectivamente usada por los actores del campo político-burocrático ni toda la producción realmente rele-vante -contenida en la literatura gris y en otros productos y servicios asociados al MP2 de producción de conocimien-to universitario y de los think tanks- se halla reflejada en el indicador de la literatura de corriente principal (Hessels y van Lente, 2008).

812+ SABER AMÉRICA LATINA | Hallazgos, conclusiones y recomendaciones

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813+ SABER AMÉRICA LATINA | Hallazgos, conclusiones y recomendaciones

De cualquier manera, según se desprende de estas cifras, la producción total en el área de las ciencias sociales de los países de la región es francamente limitada; nótese que Brasil, el líder latinoamericano, por ejemplo, tiene un out-put muy inferior al de Holanda (con 22 mil publicaciones durante el mismo período) y que Suiza, Noruega, Finlandia, Dinamarca superan la producción de México, mientras Chile y Argentina sumados equivalen a Dinamarca y sepa-radamente se sitúan por debajo de Portugal.

Algo similar ocurre en una disciplina clave para la gober-nanza, la cual es la administración pública. En este caso Brasil compite bien con Francia pero bastante por debajo del Reino Unido; los demás países de América Latina se hallan a distancia de casi todos los países de Europa Occidental. Miradas como resultados absolutos, las cifras muestran que en categorías disciplinarias estratégicas para las políticas públicas, como educación y estudios urbanos por ejemplo, la producción anual promedio para los países de la región es de 19 y menos de tres artículos, respectivamente. Dado que la producción se origina además casi toda en solo cin-co países, y aun entre éstos Brasil representa alrededor de la mitad, puede concluirse que probablemente el aporte a la política pública proveniente del trabajo académico estilo MP1, sea que tenga lugar en las universidades, donde se-guramente se concentra en gran parte, o en think tanks de orientación académica, es muy limitado.

814+ SABER AMÉRICA LATINA | Hallazgos, conclusiones y recomendaciones

Clústeres Básicos de Producción de Conocimiento

En términos del análisis conceptual y cualitativo de la re-lación entre universidades y think tanks, podemos regresar ahora a la divergencia que manifestamos más arriba con relación a la representación que Medvetz formula de la posición y el impacto ‘central’ de los think tanks. Para eso ofrecimos en su momento un enfoque complementario-alternativo (Figura 6), el cual -se recordará- incluye como componentes relevantes: el campo de producción de cono-cimiento que para este análisis tiene prelación y los demás que forman la triple hélice: campo político-burocrático, campo de organizaciones de la sociedad y campo mediáti-co incluyendo las redes digitales.

Habiendo establecido ya la naturaleza organizacionalmente plural, diferenciada, diversa, del campo principal (el campo de producción de conocimiento para la política pública), nos proponemos en lo que sigue profundizar en la descripción y análisis de estos cuatro clústeres básicos que forman el espa-cio social de la producción de conocimiento. Las principales líneas del análisis aparecen esquemáticamente resumidas en el Cuadro 1.

815+ SABER AMÉRICA LATINA | Hallazgos, conclusiones y recomendaciones

Tabla 4Agentes y Dinámicas de Conocimiento en los Campos Relevantes de Políticas Públicas

CA

MPO

S UNIVERSIDADES THINK TANKS

Universidades con investigación en políticas públicas, en especial de tipo MP2, y organizaciones universitarias en general, ocupan posición dominante en este campo de producción de conocimiento. Operan en un campo históricamente institucionalizado y actúan con autonomía y financiamiento fiscal. En estas condiciones constituyen un campo auto-referido y se coordinan mediante una combinación variable de política, mercados e intereses de la profesión académica (a la manera del Triángulo de Clark, 1983). El conocimiento producido es esencialmente conocimiento experto en el marco de las disciplinas o marcos inter, trans y multidisciplinarios. Existencia de este campo implica una lucha de posiciones (Swartz, 2013)

Son ‘universidades sin estudiantes’ que por tamaño, recursos, trayectoria y prestigio ocupan un lugar subordinado en el campo de producción de conocimiento. Variedad de tipos según su vinculación con los campos relevantes. En general, los think tanks latinoamericanos gozan de limitada autonomía al estar referidos no solo al campo de producción de conocimiento sino además -para su subsistencia y éxito- a los campos vecinos de los cuales dependen para obtener su personal, insumos, financiamiento, influencia y prestigio.

Universidades generan y transfieren conocimiento útil para la efectividad y legitimidad de políticas públicas. Forman tecnopols y el conocimiento experto que los distingue. Investigación tipo MP1 aporta supuestos e ideas que son parte de ‘paradigmas de política’ (Hall, 1993) y datos, información y conocimiento con MP2 (Novotny, Scott y Gibbons, 2004) que inciden en cada etapa del ‘ciclo de políticas’: fijación de agenda, formulación, decisión, implementación y evaluación (Jann y Wegrich, 2007). Conjetura: MP2 aumenta a lo largo del ciclo.

Son esencialmente organizaciones puente, intermediarias entre el campo de producción de conocimiento y el campo político-burocrático. Suelen servir como ‘puerta giratoria’ y estación de servicio para grupos de tecnopols. Empaquetan, transfieren y diseminan datos, información y conocimiento; algunos generan además esos bienes intangibles bajo las reglas del MP2. Movilizan asuntos para la agenda e influyen en la formulación de políticas públicas. Se integran más fácilmente que universidades a redes de políticas (policy networks) (Raab y Kenis, 2007).

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816+ SABER AMÉRICA LATINA | Hallazgos, conclusiones y recomendaciones

Por misión y funciones las universidades erigen fronteras simbólicas respecto al campo de las organizaciones de la sociedad civil: disciplinas, lenguajes esotéricos, comunidades epistémicas (Haas, 1992), comunicación especializada, control de pares. De allí su aproximación a políticas públicas sea a través formación personal directivo y tecnopols y mediante MP1 y suplementaria-mente de MP2. Mayor cercanía habitualmente con el campo político-burocrático que con el campo de las organizaciones de la sociedad civil. Incidencia en el campo de las organizaciones de la sociedad civil buscada más bien a través de clima de ideas, creencias y narrativas que orientan el comportamiento de actores y la opinión pública.

Los think tanks actúan en representación de grupos e intereses del campo de organizaciones de la sociedad civil y como parte de redes de políticas públicas, especialmente en etapas de consultas ciudadanas, procesos de decisión, implementación y evaluación. Algunos thnk tanks (y ONG) sirven como laboratorios de innovación social y agentes de una ciudadanía del conocimiento (Erkowitz, 2013). Buscan ser traductores de experticia en ambos sentidos. Comunidades etno-epistémicas de políticas pública (Irwin y Michael, 2003) reúnen diversos tipos de conocimiento esotérico y profano.

Actúan disciplinariamente en relación al campo mediático: escuelas profesionales e investigación básica y aplicada tipo MP1. Reflexión crítica sobre los medios. Más raro es su uso como plataforma de comunicación intelectual pública. Circuitos comunicativos esotéricos se ubican en journals, libros académicos, y en lenguajes expertos. Investigadores de políticas públicas: policy briefs y cenáculos para incidir en deliberación democrática.

Ocupan un lugar central en el proyecto de los think tanks. Los medios son el vehículo esencial para comunicación con el campo político-burocrático, círculos tecnocráticos, el campo de las organizaciones de la sociedad civil y la opinión pública. Sirven como base para actividades de advocacy y median entre el campo de producción de conocimiento y agentes, movimientos sociales y personas. En competencia por visibilidad, influencia, prestigio y para captar recursos, los medios son claves. Suele usarse la visibilidad de think tanks en medios como indicador de impacto. Creciente relevancia en redes digitales (Chafuen, 2013).

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817+ SABER AMÉRICA LATINA | Hallazgos, conclusiones y recomendaciones

Primero, el clúster de la primera fila refleja las condicio-nes de acción de universidades y think tanks dentro del campo de producción de conocimiento, donde Medvetz celebra el grado de autonomía que estas organizaciones (especialmente los think tanks) habrían alcanzado en los Estados Unidos, el que les permitiría, propiamente, consti-tuir un campo (al punto de representarlos separadamente del campo de producción de conocimiento), conclusión que –como explicamos- no compartimos. Segundo, en la fila siguiente a la anterior, un clúster que pone en contacto a las organizaciones productoras con las organi-zaciones del campo político-burocrático, que antes hemos descrito como de ensamblaje o articulación tecno-política.

Tercero, un clúster que vincula diferenciadamente a las or-ganizaciones y actores proveedoras de conocimiento experto con partes interesadas, movilizadas y activadores de conoci-miento local dentro de la sociedad civil, que podemos llamar de articulación ciudadana del conocimiento (las comuni-dades etno-epistémicas). Y, por último, un cuarto clúster productor-mediático (en la última fila) que da lugar al ensam-blaje de redes que proporcionan la plataforma fundamental para la deliberación pública en los regímenes democráticos contemporáneos, llamada a veces también la esfera pública.

818+ SABER AMÉRICA LATINA | Hallazgos, conclusiones y recomendaciones

4. Conclusiones y Recomendaciones para mejorar los vínculos entre Think Tanks y Universidades

a) Conclusiones

A manera de conclusión, el ensayo aquí presentado no puede propiamente ser la terminación de algo; más bien, se asemeja al aserto o proposición que bajo el nombre de conclusión se defendía en las antiguas escuelas universita-rias. En este caso, se trata de un conjunto de ideas o pistas para continuar explorando el vínculo que existe en América Latina entre universidades y think tanks en el campo de pro-ducción de conocimiento para la política pública.

Para partir con este tipo de conclusión entonces cabe de-cir que con la creciente demanda por datos, información, evidencia y conocimiento que acompaña a los procesos webe-rianos de secularización, racionalización, intelectualización, burocratización y especialización de las sociedades contem-poráneas, aumenta también la importancia del campo de producción de conocimiento y de las organizaciones que lo constituyen, las cuales proveen esos recursos y el personal que los produce, refina, transmite y utiliza.

Lo anterior vale especialmente para la gobernanza de estas sociedades, la cual adopta formas cada vez más complejas y distribuidas en el capitalismo regulatorio (regulatory ca-pitalism) y con el Estado regulador y evaluativo (Levy-Faur, 2012). Del mismo modo inciden sociedades civiles moviliza-das en torno de múltiples y contradictorios intereses de los diversos grupos que la conforman y que con el surgimiento

819+ SABER AMÉRICA LATINA | Hallazgos, conclusiones y recomendaciones

de las redes digitales se comunican entre sí y en todas di-recciones facilitando la transmisión de información, ideas, malestares y reclamaciones.

Para responder a esta explosión y variedad de demandas, el campo de producción de conocimiento para la política pública ha debido diferenciarse también y multiplicar la diversidad de organizaciones, servicios y productos que lo integran. No hay estadísticas precisas de este campo, su fun-cionamiento y resultados, más allá de cifras gruesas sobre número de universidades y think tanks y muy parcialmen-te sobre la producción de literatura especializada generada por la actividad académica. Más adelante será necesario es-tablecer mapas mucho más completos de este campo, con una descripción densa de su composición como espacio or-ganizacional, sus vínculos con otros campos relevantes, y sus redes y circuitos de producción, circulación y uso del conocimiento.

El presente estudio brindó algunas pistas de los factores que promueven o inhiben la vinculación entre think tanks y universidades. A continuación se analizan los principales aspectos que potencian estas vinculaciones:

Factores Promotores de la Vinculación Entre Universidades y Think Tanks

En los estudios realizados se encontró que los think tanks gozan de credibilidad como organizaciones que realizan in-vestigación de calidad aplicada a las políticas públicas con potencial de complementar la investigación más conceptual

820+ SABER AMÉRICA LATINA | Hallazgos, conclusiones y recomendaciones

realizada por las universidades. Por otra parte, la universidad tiene la posibilidad de establecer programas de formación para investigadores así como ofrecerles planes de carrera y estabilidad laboral que suelen ser más difíciles de alcanzar, de acuerdo a la evidencia encontrada en los estudios reali-zados, en los think tanks.

Otro factor que aparece como potenciador de vínculos en-tre ambas instituciones es la creciente necesidad que tienen tanto las universidades como los think tanks de vincular-se con redes internacionales de generación y difusión de conocimiento. Dado que, en general, América Latina ha permanecido alejada de dichas redes, los estudios de caso realizados evidencian que think tanks y universidades suelen aunar esfuerzos para acceder y permanecer en ellas.

Finalmente y como vimos anteriormente, una de las funcio-nes que comparten ambos, universidades y think tanks, es la formación de capital humano avanzado; lo hacen utilizando estrategias distintas. Las universidades mediante la profe-sionalización inicial mientras que los centros a través de la capacitación en el ámbito laboral. Dado que sus funciones se complementan, los estudios de caso evidencian que tien-den a colaborar en el intercambio temporal y puntual de sus investigadores tanto de nivel senior como junior.

Factores que Reducen la Colaboración entre Think Tanks y Universidades

El obstáculo más importante para una mayor vinculación entre think tanks y universidades que aparece en los estudios de casos realizados es la competencia por recursos financie-

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ros y humanos. Como vimos al inicio del libro, los recursos canalizados a investigación en América Latina todavía son escasos. Aunque la creación de fondos especializados en la investigación e innovación comienza a evidenciarse en algunos países, aún no es la generalidad en la región. Adicionalmente, en comparación con otras regiones del mundo, todavía hay escasez de investigadores con la for-mación de generar conocimiento de calidad y con potencial de mejorar la calidad de las políticas públicas.

Adicionalmente y dadas las diferencias de la naturaleza organizacional de ambas instituciones, se constata que los tiempos de las universidades no son los mismos que aquellos en los think tanks. Las universidades tienden a ser organizaciones administrativamente más pesadas lo cual di-ficulta que sus tiempos se compaginen con los de los think tanks los cuales son organizaciones caracterizadas por su mayor la flexibilidad y velocidad de respuesta a los cambios en el entorno.

Por otra parte y como se ha evidenciado en la mayoría de los países en América Latina todavía hay escasa demanda por la investigación. Ante esa realidad todavía no hay suficientes incentivos para identificar sinergias y espacios de colabora-ción para generarla.

Finalmente, los casos analizados en este estudio confirman que la universidad latinoamericana aún sigue enfocándose en investigación más teórica y en temas generales. Los think tanks, por el contrario, se enfocan en investigación aplicada a las políticas públicas.

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De Vínculos Bilaterales a Policy Networks

El estudio generó pistas que nos permiten concluir que las relaciones de think tanks y universidades no se producen en el vacío, existen en un entramado de relaciones entre di-ferentes tipos de organizaciones que integran el campo de producción de conocimiento. En esa línea, el estudio propo-ne como una pista interesante de exploración en tal sentido la fórmula de la triple hélice en la que se ven involucrados, con características propias en cada caso, universidades y think tanks los cuales, operando desde el campo de producción de conocimiento, entran en interacciones e intercambios con el campo político-burocrático, campo de las organizaciones de la sociedad civil y campo mediático. De estas relaciones emergen las varias formas de organizaciones que con sus di-námicas trazan la trayectoria del campo de la producción de conocimiento para la política pública y, al mismo tiempo, en torno de ellas se articulan las redes de política pública que actúan en la diversas fases del policy cycle: identificación de problemas/asuntos; formulaciones de políticas que incluye las fases de análisis, desarrollo de instrumentos, consulta y negociación con partes interesadas; adopción/decisión; im-plementación y evaluación.

En este contexto, la idea con mayor potencial de desarro-llo futuro es probablemente la de redes de política pública, policy networks, y la correspondiente noción de network go-vernance, gobernanza en red, conceptos ambos respecto de las cuales adelantamos brevemente el análisis en el cuerpo de este capítulo. De hecho, se hallan estrechamente relacio-nados: “la gobernanza en red evoca un mundo en el cual el

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poder del Estado se halla disperso entre un vasto arreglo de redes espacial y funcionalmente distintas compuestas por todo tipo de organizaciones públicas, privadas y voluntarias con las cuales el centro ahora interactúa” (Rhodes, 2013:34).

Por su lado, las redes de política aparecen como conjuntos de organizaciones y personas que interactúan agrupadas en torno a una función o departamento principales del gobier-no o, más generalmente, en torno a un interés compartido de políticas públicas. Según el mismo autor recién citado, estas organizaciones incluyen habitualmente a grupos pro-fesionales, sindicales y empresariales. Pero los círculos de consulta, representación y negociación suelen abarcar un ra-dio mucho más amplio de organizaciones: partidos políticos o fracciones de los mismos, grupos vecinales, asociaciones ciudadanas de distinto tipo, movimientos sociales, gremios, comunidades locales, etc., entremezclados con oficinas de lobby, oficinas de relaciones públicas y agentes del campo mediático.

De hecho, los policy networks se han vuelto omnipresentes, especialmente en algunos sectores claves de la política pú-blica como salud, seguridad ciudadana, medio ambiente, educación, transporte, vida urbana, gestión cultural, etc. En todos estos casos, la gobernanza se lleva a cabo creciente-mente mediante una combinación de jerarquías (comando y control), mercados y redes. Algunos autores, como Torfing (2012:102) por ejemplo, tornan equivalente estas redes de gobernanza con diversas formas de alianzas estratégicas por un lado y, por el otro, también con think tanks. En cambio otros, como Williamson (2013) por ejemplo, entienden estas

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redes en una dirección que hemos seguido aquí también: como una forma de gobernanza que permite escuchar nue-vas voces, aparecer nuevas fuentes de autoridad y discurso y reducir las barreras que hasta ayer separaban al Estado de la economía y la sociedad civil. Y agrega, ejemplificando con el caso de la política pública educacional: “estos desplaza-mientos hacia nuevas formas de gobernanza han empujado a nuevos participantes de think tanks, agencias multilatera-les, ONGs, consultoras sin fines de lucro, empresas sociales y capitalistas filantrópicos a hacerse parte del proceso de políticas educacionales” (Williamson, 2013:3).

Luego, una sugerencia para proseguir la investigación ini-ciada con este volumen, es estudiar no tanto organizaciones del campo de producción de conocimiento sino su partici-pación en redes de política pública junto a una variedad de otro tipo de organizaciones y en torno a asuntos específicos de política. Efectivamente, en ese cruce de caminos -entre think tanks, departamentos o centros especializados en po-líticas públicas de universidades, organismos de base local, media, agencias públicas, diversas asociaciones y movimien-tos del campo de las organizaciones de la sociedad civil, etc.- se articulan los nuevos espacios de la gobernanza, que son espacios de redes con propiedades distintas de la mera suma de las organizaciones y agentes concurrentes. Allí, por ejemplo, surgen laboratorios de políticas públicas, aparecen innovaciones en el campo de la producción de conocimien-to, se generan circuitos no planificados de comunicación, y emergen formas de poder y saber ‘líquidos’, en flujo, según los caracteriza Z. Bauman en sus análisis de la sociedad tardío moderna. Arnoldi (2007), apuntando en la misma di-

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rección, señala que hoy no basta con ser un think tank, que se debe además ser un link tank, con suficientes conexio-nes para crear sinergias interactivas y capacidades de acceso en el campo mediático. Clasifica a estas organizaciones de pensamiento y conexión como ‘agentes enunciativos’ cuyas ideas no buscan reflejar solamente la realidad política sino producir y movilizar continuamente nuevas posibilidades políticas a través de la cultura intensamente informacional de la sociedad y gobernanza de redes.

Todas estas son cuestiones pendientes de descripción, aná-lisis, interpretación y debate en América Latina. ¿Estamos en nuestras sociedades presenciando también un des-plazamiento desde el gobierno a la gobernanza, de las jerarquías hacia los mercados, las redes y la meta-gober-nanza? ¿Están aumentando de manera equivalente a como ocurre en el mundo más desarrollado la demanda por da-tos, información y conocimiento para las políticas públicas? ¿Responden nuestras universidades públicas y privadas, con su gran diversidad de misiones e intereses, a esas deman-das? ¿Aparecen los think tanks aquí, de manera semejante a como ocurre en los EEUU y el Reino Unido, cual cen-tros imprescindibles para levantar puentes en el terreno de las políticas públicas entre poder y conocimiento, cien-cia y sociedad, experticia y práctica? ¿Es posible articular el análisis latinoamericano de políticas públicas en torno a la figura conceptual y empírica de los policy networks? ¿Haría sentido estudiar el vínculo entre organizaciones del cam-po de producción de conocimiento (universidades y think tanks) como formando parte de ensamblajes más amplios donde concurren, con distintas funciones, organizaciones

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y agentes del campo político-burocrático, del campo de las organizaciones de la sociedad civil y del campo mediático? Más en general, ¿en América Latina importan las ideas tan-to como parecen importar para la gobernanza de los países desarrollados? ¿O aquí el papel que en el plano de las polí-ticas públicas cumplen allá los think tanks y departamentos especializados de las universidades es ocupado por orga-nismos internacionales como la OCDE, el Banco Mundial, el FMI, la CEPAL y otros que proveen no solo paradigmas de políticas sino modos de instrumentarlos, apoyo técnico, consultoría experta, servicios de conocimiento e informes autoritativos de monitoreo y evaluación? ¿Los organismos del campo de producción de conocimiento inciden aquí, de la misma manera que en otras partes del mundo, en los distintos ciclos de la política pública y en los tres órdenes de cambio en y de políticas enunciados por Hall (1993)? ¿La conformación de la profesión académica y los incentivos institucionales dentro de las universidades están alineados para favorecer el involucramiento de los investigadores en el análisis y formulación de políticas públicas? ¿Hay redes de políticas en Latinoamérica que hayan mostrado ser exitosas en ensamblar conocimiento experto, esotérico, y conocimiento local, no-especializado surgido de la experiencia y la reflexión práctica? ¿Las nuevas formas de gobernanza son proclives en nuestra región al cambio y la innovación de políticas o sirven primordialmente para mantener el status quo? ¿Fortalecen a la democracia o aca-rrean nuevos riesgos de conflicto de intereses y corrupción?

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En fin, una agenda futura de investigación sobre el rol del conocimiento en la política tiene por delante un amplio es-pectro de cuestiones que tratar en este espacio social donde convergen la producción de políticas públicas, las nuevas formas de gobernanza, la transformación del Estado, las redes de política, la movilización de los intereses de las orga-nizaciones de la sociedad civil y los cambios en la tecnología y las prácticas de la comunicación y del aprendizaje de po-líticas.

b) Recomendaciones de Políticas y Estrategias para Mejorar los Vínculos entre Think Tanks y Universidades

A continuación se presentan algunas recomendaciones tan-to de políticas públicas como de estrategias organizacionales que permitirán mayores y mejores relaciones entre think tanks y universidades en América Latina.

Visibilizar el Trabajo de los Think Tanks

En varios de los estudios realizados en el presente proyecto de investigación se evidenció la necesidad de visibilizar el trabajo de los think tanks pues todavía permanecen como actores no conocidos en la sociedad latinoamericana. Como se plantea en el caso de Brasil, no hay un término en que pueda revelar el sentido semántico de think tank. Los inten-tos de traducirlo al Portugués o al Español son imprecisos, desconocidos y poco intuitivos. Para visibilizar el trabajo de los thinks tanks se recomienda en concreto un acuerdo del mejor término de la comunidad del sistema de generación de conocimiento en América Latina para la posterior dise-

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minación de dicho término acompañado de la difusión de las acciones de los think tanks en los medios de comunica-ción de masas.

Una de las formas de alcanzar este objetivo es apoyar más iniciativas orientadas a realizar evaluación de impacto del trabajo de los think tanks para mostrar de forma más con-tundente sus aportes a la sociedad. Construir, en definitiva, un mensaje sobre si el trabajo de este tipo de organizacio-nes realmente impacta la calidad de vida de las personas.

Fomentar la Demanda y el Financiamiento a la investigación Aplicada a las Políticas Públicas

La rotación de personal en los centros de pensamiento refleja la inestabilidad financiera de los mismos. Pocos think tanks logran mantener un cuerpo permanente de funcionarios con remuneración. Para que los think tanks comiencen a tener mayor relevancia en la producción de conocimiento es nece-sario que las fuentes de financiación pública sean ampliadas. Existe legislación en Brasil para fomentar la cultura que per-mite a las empresas privadas tener tax breaks de impuestos para donaciones a manifestaciones culturales, artísticas y de-portivas. Los think tanks también podrían ser beneficiarios de estos recursos, pero la “investigación aplicada a políticas públicas” no es visible a la mayoría de los donantes.

Por ello, se sugiere la creación de una política gubernamental de excepción tributaria para empresas que hagan donaciones a proyectos de investigación en políticas públicas. Ello ayudará a los think tanks a tener previsibilidad de ingresos, y mantener

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sus investigadores con salarios fijos; por consecuencia las re-laciones con las universidades serán más estables.

Estos mecanismos además deben ser difundidos y sencillos de utilizar. Así, países como Uruguay disponen de mecanis-mos de exoneraciones tributarias a empresas para realizar donaciones a universidades para realizar actividades de do-cencia e investigación, pero dichos mecanismos no incluyen a los think tanks enfocados en investigación y es relativamen-te dificultoso para las organizaciones de la sociedad civil ser consideradas.

Es clave, adicionalmente, propiciar el uso de la evidencia, análisis y recomendaciones de políticas públicas que provie-nen de investigación rigurosa. Pese a los acelerados cambios hacia sociedades de mayor consumo de información, los Estados latinoamericanos siguen utilizando, en compa-ración con sus pares en el mundo industrializado, poca evidencia para diseñar, implementar y monitorear políticas públicas. Debe fomentarse la demanda de investigación ri-gurosa para informar las políticas públicas para lo cual la ciudadanía tiene un rol importante exigiendo y votando por planes de gobierno construidos sobre la base de buena evi-dencia y solicitando información a las instituciones públicas encargadas de implementarlos que generen incentivos so-ciales y políticos para el uso de la evidencia producida a partir de la investigación aplicada.

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Construcción de Espacios de Encuentros entre Universidades y Think Tanks

Tal como lo muestran la experiencia peruana y argentina, se requieren espacios más o menos institucionalizados que permitan encuentros periódicos entre think tanks y univer-sidades. En el caso de Perú este espacio se concretó en la iniciativa de SEPIA que realizaba convocatorias para in-vestigadores de centros y universidades en las diferentes regiones de dicho país para analizar temas de interés para los diferentes territorios. Estos encuentros sirven de espacio de encuentro que también genera la identificación de espa-cios de colaboración.

En el caso de Argentina se establecieron los Foros Públicos Integrados (FPI) que aglutinan, tal como se aprecia en la Figura 7, a think tanks y universidades para superar varios desafíos que el ambiente institucional eventualmente man-tiene, así como incluir también a periodistas.

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Los foros como espacios concretos en el corto plazo, y las redes permanentes que se puedan derivar de ellos como pro-cesos en el mediano plazo pueden tener efectos favorables en la construcción de comunidades social-políticas y episté-micas frente a las políticas e, inclusive, con una integración informal a los centros de decisiones públicas y las comu-nidades existentes en las políticas públicas, incluyendo, la incentivación de los espacios virtuales que aún permanecen subutilizados.

Figura 7Foros Públicos Integrados

Nota. Fuente: Recomendación presentada en el estudio país de Argentina.

Medios

Intelectuales

Académicos

UNIVERSIDADES

THINK TANKS

Centros de Investigación

Privado

Fundaciones Políticas

Grupos de Advocacy

Expertos

Formuladores de política

Tomadores de decisión

FPIEsfera

COMUNICACIONALEsfera

INFLUENCIAL

Esfera ACADéMICA

Esfera DECISIONAL

FOROS PÚBLICOSINTEGRADOS

(Zona de Intersección o Liminar)

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Promover el Fortalecimiento Conceptual y Metodológico de la Disciplina de las Políticas Públicas

Como lo evidencia el caso brasileño, el campo disciplinar de las políticas públicas está aún mal estructurado, con visible fragmentación metodológica teórica. La cantidad de inves-tigaciones llevadas a cabo no es suficiente para afirmar su consolidación. Hay también una gran fragmentación temá-tica y organizativa, es decir, hay una proliferación horizontal de estudios de casos que conducen a un déficit de institucio-nalización (Melo, 2001; Faria, 2005). Arretche (2003) indica que las tesis, los artículos de investigación se orientan a “co-lección de hechos” que poco ayudan al desarrollo de teorías de las políticas públicas.

Por otro lado, la investigación teórica no se preocupa en dar recomendaciones prácticas a los decision-makers. Hay inves-tigadores de la ciencia política, sociología y economía con afición hacia los estudios teóricos, al mismo tiempo que el conocimiento aplicado queda poco valorizado.

También no hay revistas serias centradas en el conocimien-to científico aplicado al ámbito de las políticas públicas en América Latina. Una publicación similar al Journal of Public Analysis and Management, publicado por la americana APPAM (Association for Public Policy Analysis and Management), ciertamente despierta el interés de los académicos (por es-tímulos de publicación en revistas científicas) y de los policy analysts (por difundir las buenas prácticas). Adicionalmente, tal como lo plantean los estudios de Brasil y de varios otros países se vuelve clave fomentar la creación de revistas cientí-ficas para la publicación de trabajos policy relevant.

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Formación de Investigadores Especializados en Políticas Públicas

Urge promover la creación de programas de formación de especialistas en políticas públicas. Aquí, además, se encuentra un espacio de colaboración entre think tanks y universidades pues podrían promoverse espacios de forma-ción diseñados e implementados conjuntamente.

Adicionalmente, tal como propone el estudio de Colombia, también se debe reflexionar sobre las estrategias para recap-turar a los cerebros fugados y permitir que la investigación social, la investigación-acción, se consolide como alternativa profesional. Eso implica reflexionar sobre la competitividad de los salarios y sobre el alcance de los proyectos de inves-tigación, entre otros. La propia realización de estos cursos puede contribuir a fortalecer los vínculos, construir redes entre los propios centros, y entre los mismos con las uni-versidades.

Realización de Proyectos de Investigación Colaborativos Alrededor de las Políticas Públicas

Tal como plantea el estudio de Paraguay, es importante promover la realización de proyectos de investigación que incentivan la colaboración entre think tanks y universidades. En fondos concursables realizados por el Estado se podría proponer la asignación de puntos adicionales por la con-formación de consorcios que incorporen a ambos tipos de organizaciones.

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Aunque no fue un caso estudiado, es interesante analizar la experiencia de Estado de la Nación en Costa Rica que per-mitió la colaboración entre el Consejo Nacional de Rectores (CONARE) que decidió cooperar con la Defensoría de los Habitantes, junto con el PNUD y otros cooperantes para establecer el Programa Estado de la Nación (PEN), como una iniciativa independiente que funciona como un think tank con el propósito de mejorar el acceso de la ciudadanía a información amplia, oportuna y veraz sobre los asuntos de interés público, mediante la publicación de un informe anual que permitiera profundizar el estudio y discusión so-bre el desarrollo humano sostenible de Costa Rica. El PEN ha generado 20 informes Estado de la Nación, luego por especialización cuatro informes Estado de la Educación, y por extensión cuatro informes Estado de la Región Centroamericana, la Auditoría Ciudadana sobre la Calidad de la Democracia entre otras muchas publicaciones. Estos informes han sido de uso muy frecuente en medios de co-municación, el sistema educativo en todos los niveles, en procesos de diálogo y han sido una fuente de planteamien-tos para la exigibilidad de derechos2.

Continuar la Investigación Alrededor del Funcionamiento de la Triple Hélice de Políticas Públicas

La fórmula de la triple hélice aparece como un tema relevan-te para exploración en futuras investigaciones, conocemos mucho sobre el concepto de la triple hélice universidad-go-bierno-industria enfocada en la generación de conocimiento

7 Ver http://www.estadonacion.or.cr/quienes-somos/historia-pen y http://www.esta-donacion.or.cr/quienes-somos/metodologia-de-trabajo

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e innovación orientados al mercado, comparado con lo poco que conocemos sobre la triple hélice de políticas públicas orientada a fortalecer el funcionamiento de las instituciones democráticas, la participación de la ciudadana y a promover mejores esquemas de gobernanza en la sociedad.. La investi-gación futura no debe enfocarse solamente en las relaciones entre think tanks, universidades y gobierno, sino también con otros actores que pueden complementar la hélice, tal es el caso de las organizaciones de la sociedad civil y el sec-tor de los medios, y también alrededor de los mecanismos bajo los que la hélice puede ser financiada o aquellos bajo los que la otra triple hélice (universidad-gobierno-industria) es financiada y las lecciones que se pueden aprender de ella. Es crucial mejorar nuestro conocimiento de esta triple hélice para promover mejores democracias, más inclusión social y sociedades más sostenibles y resilientes.

A manera de reflexión final: las instituciones y políticas pú-blicas que permitieron que América Latina sea una región donde casi la totalidad de sus países se gobiernan demo-cráticamente y las que hicieron posible que avance hacia convertirse en una región de clases medias no serán las mis-mas que permitirán que la región supere las desigualdades históricas y pase de ser exportadora de materias primas, a ser productora de conocimiento e innovación tecnológica. Sólo mediante la creación de redes de producción de cono-cimiento aplicada a las políticas públicas, América Latina logrará generar el conocimiento que le permitirá dar el si-guiente paso en el proceso de desarrollo.

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6. Acerca de los Autores

José Joaquín Brunner es Doctor en Sociología, profesor titular e investigador de la Universidad Diego Portales, desempeñándose en el Centro de Políticas Comparadas de Educación (CPCE) donde dirige la Cátedra UNESCO de Políticas Comparadas de Educación Superior y el Programa de Doctorado en Estudios de la Educación Superior ofre-cido conjuntamente con la Facultad de Humanidades de la Universidad de Leiden. Miembro del Consejo Directivo Superior de esta Universidad. Es parte de los consejos edito-riales o consejos científicos de diversas revistas académicas. Escribe habitualmente en medios de prensa y tiene una activa participación en el debate público educacional. Autor o coau-tor de 35 libros, ha publicado capítulos individuales en más de 100 libros y numerosos artículos en revistas académicas y de divulgación académica. Es miembro del Consejo Directivo de la World Academy of Art and Science y del directorio del Grupo FARO. Como consultor de políticas de educación su-perior ha trabajado en cerca de 30 países de América Latina, África, Europa Central y del Este, Asia Central, Europa Occidental y en Egipto. Ha realizado consultorías para el Banco Mundial, OECD, BID, UNESCO, UNICEF, PNUD, International Development Research Center (IDRC) de Canadá, Swedish Agency for Research Cooperation (SAREC) de Suecia, Fundación Ford, y la Organización Holandesa para la Ayuda Internacional (NOVIB). Ha sido profesor invitado en uni-versidades de Colombia, España, México y Países Bajos. Entre sus publicaciones constan: “Inquisición, Mercado y Filantropía, un estudio sobre centros académicos indepen-dientes en cuatro países”, “Educación y conocimiento: las

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dos agendas y sus desafíos”, “Globalización de la educación superior: crítica de su figura ideológica”, entre otras.

Orazio Bellettini es Máster en Administración Pública, Director Ejecutivo y co-fundador del Centro de Políticas Públicas Grupo FARO un think-and-do tank basado en Ecuador. Es autor de varios estudios sobre la relación en-tre investigación y política y el rol de los Think tanks en países en desarrollo. Profesor de varias universidades en Ecuador y España en temas relacionado con políticas pú-blicas y desarrollo. Co-autor del capítulo sobre Ecuador del libro Think tanks and political parties in Latin America; y del artículo “Translating evidence into research: Two cases from Ecuador” publicado por la Red de Institutos de Investigación sobre Democracia. A través de investigaciones, apoyó pro-cesos de reforma del Estado, educación, transparencia y acceso a la información en Bolivia, Ecuador, Guatemala, México y Paraguay. Orazio es Ashoka Fellow e integrante de la Red de Líderes Avina para el Desarrollo Sostenible de América Latina. En 2012 fue seleccionado por la Fundación Rockefeller como Bellagio Resident Fellow para elaborar un ensayo sobre el potencial de América Latina en la genera-ción de conocimiento e innovaciones tecnológicas alrededor de los recursos naturales. Integra el Comité Ejecutivo de la Iniciativa Latinoamericana de Investigación para las Políticas Públicas – ILAIPP orientada a generar propuestas para me-jorar la calidad de las políticas públicas en América Latina.

Adriana Arellano es Máster en Trabajo Social, Directora del área de Investigación de Grupo FARO. Se desempeñó como consultora del Banco Interamericano de Desarrollo (BID)

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para la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR). Fue directora de Gestión de Políticas y Analista de Políticas de Educación en el Ministerio Coordinador de Desarrollo Social. Se desempeñó como asistente de investigación en la Universidad Estatal de la Florida y publicó como co-autora “The unique effects of intervention strategies in health promotion campaigns: A review”, así también participó en la elaboración del documento “Agenda Social 2009-2011” del Ministerio Coordinador de Desarrollo Social.

Cristóbal Villalobos es investigador del Centro de Políticas Comparadas de Educación de la Universidad Diego Portales. Magíster en Economía Aplicada a las Políticas Públicas de la Universidad Alberto Hurtado y Georgetown University, Sociólogo y Trabajador Social de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

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“Este libro trae una importante contribución para entender el lugar y la relevancia del mundo de los think tanks en América Latina, instituciones pequeñas, ágiles y flexibles que han surgido en toda la región como alternativa o complemento a la investigación universitaria en economia y las ciencias sociales, vocacionadas hacia una fuerte conexión entre la investigación y sus aplicaciones e impactos en la vida de cada país”.Simon Schwartzman Investigador Senior del Instituto de Estudos do Trabalho e Sociedade en Rio de Janeiro, Brasil

“Este es un impresionante estudio acerca de las formas de conocimiento científico y aquel aplicado a las políticas públicas que se generan en las universidades y los think tanks en América Latina. Sus recomendaciones para integrar ambas fuentes de conocimiento en el diseño de políticas son altamente relevantes hoy día”.alejandro Foxley

Fundador y Presidente de la Corporación de Estudios para Latinoamérica (CIEPLAN), Chile

“Decía un campesino panameño: el problema no es pintar palomas, sino poner-les pico y que coman. El libro trata de esto: cómo lograr la combinación de hacer investigación académica rigurosa con orientación a la aplicación en la sociedad, e influencia en las políticas públicas. La confluencia de rasgos entre centros de pen-samiento y universidades tiene un amplio potencial que se muestra en una decena de casos de diversos países de América Latina, aunque con grados diversos de logro y heterogeneidad”. miguel gutierrez-Saxe Coordinador de la Comisión Económica del Plan Nacional de la Educación Superior del Consejo Nacional de Rectores CONARE, Fundador e Investigador del Programa Estado de la Nación, Costa Rica

“Este libro aborda un tema fundamental de nuestro tiempo, la importancia de la construcción de conocimientos que sean a la vez amplios y profundos con el fin de responder adecuadamente a los desafíos que enfrentan las sociedades y gobiernos de todo el mundo. Las metodologías utilizadas en el libro son innovadoras y revelan tendencias importantes en la creación de conocimiento; los casos estudiados ofrecen claves para comparar la dinámica de la universidad y think tanks y las recomendaciones son realmente útiles para resaltar la relevancia de estas instituciones para la toma de decisiones y la acción. “Más Saber América Latina” es un importante paso hacia la apreciación del trabajo de las universidades y think tanks y cómo ese trabajo debe fomentar una mayor conectividad entre los investigadores y entre investigadores y tomadores de decisiones. Este libro perspicaz demostrará ser una importante fuente de ideas para los que conducen dichas instituciones”.merilee grindle

Directora del Centro David Rockefeller para Estudios Latinoamericanos, Universidad de Harvard, 2006-2014, Estados Unidos

“Cualquier intento de comprender el futuro de América Latina debe tener en cuenta la relación entre los think tanks y universidades, instituciones de referencia en la sociedad en cuanto a la investigación social y la influencia en la toma de decisiones del gobierno.Este libro es un excelente ejemplo de este esfuerzo. Teniendo como marco conceptual el conocimiento generado en las políticas públicas en la región, el libro revela, con maestría, el panorama político y económico que da lugar a la oferta para la generación de conocimiento en la investigación social en los países latinoamericanos. Más que eso, en base a la investigación esmerada, presenta propuestas innovadoras para fortalecer la capacidad de generar conocimiento en las políticas públicas a través de la colaboración entre think tanks y universidades”.marloS lima

Director Ejecutivo del Centro Latino-Americano de Políticas Públicas de la Fundação Getulio Vargas, Brasil