La Greca Escalonada en la Cultura Maya Antigua

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Universidad de Ciencias Y ARTES DE CHIAPAS ESCUELA DE HISTORIA T E S I S LA GRECA ESCALONADA EN LA CULTURA MAYA LICENCIADO EN HISTORIA PRESETA Braulio Calvo Domínguez Dirigida por: Dr. Alejandro Sheseña Hernández Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, Noviembre de 2009 QUE PARA OBTEER EL TÍTULO DE

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Universidad de Ciencias

Y ARTES DE CHIAPAS

ESCUELA DE HISTORIA

T E S I S

LA GRECA ESCALONADA EN LA CULTURA MAYA

LICENCIADO EN HISTORIA

PRESE�TA

Braulio Calvo Domínguez

Dirigida por: Dr. Alejandro Sheseña Hernández

Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, Noviembre de 2009

QUE PARA OBTE�ER EL TÍTULO DE

I�DICE

INTRODUCCIÓN ……………………………………………………………………1 CAPÍTULO I EL PROBLEMA DEL SIGNIFICADO DE LA GRECA ESCALONADA ……………………….8 CAPÍTULO II RASGOS GENERALES DEL ARTE PREHISPANICO ...........................................................32 CAPÍTULO III LA GRECA ESCALONADA: UNA REVISIÓN DE FORMAS Y CONTEXTOS ……………..47 ORIGEN FORMAL DE LA GRECA ESCALONADA ………………………………………..47 FORMAS Y COMPOSICIONES …………………………………………………………..52 CONTEXTOS ……………………………………………………………………………69 TIEMPO Y ESPACIO …………………………………………………………………….77 CAPÍTULO IV EL SIGNIFICADO DE LA GRECA ESCALONADA ………………………………………81 IMPORTANCIA DE LA CUEVA Y LA MONTAÑA …………………………………………81 REPRESENTACIONES ARTISTICAS ……………………………………………………...84 EL SIGNIFICADO DE LA GRECA ESCALONADA ………………………………………...89 DESARROLLO DEL CONCEPTO CUEVA-MONTAÑA …………………………………..100 APARICIÓN DE LA GRECA ESCALONADA COMO REPRESENTACIÓN DEL CONCEPTO

CUEVA-MONTAÑA EN MESOAMÉRICA ………………………………………………106 LA GRECA ESCALONADA EN EL ÁREA MAYA ………………………………………..114 CONCLUSIONES ………………………………………………………………….178 BIBLIOGRAFÍA ……………………………………………………………………183

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INTRODUCCIÓN

La greca escalonada es en la actualidad una de las imágenes más representativas

de nuestro país, podemos observarla en libros, en documentales e inclusive en anuncios

comerciales. Esto se debe a que es un símbolo presente en toda el área mesoamericana.

Son muchas las piezas de cerámica, arquitectura y esculturas que contienen su imagen.

Varias de las zonas arqueológicas abiertas al público tienen en sus edificios

representaciones de la greca escalonada: Palenque, Bonampak, Yaxchilán, Toniná,

Chichen Itza, Mitla, Teotihuacan, por mencionar algunas. Y aunque para muchos su

forma les parece familiar, su significado continúa siendo desconocido; las propuestas de

los académicos hasta este momento no han alcanzado un consenso y la confusión

continúa.

En 1924 Hermann Beyer publicó un trabajo en el cual, además de un análisis

formal, recopilaba diversas interpretaciones que por lo menos pueden remontarse a

finales del siglo XIX; el autor termina por afirmar que la greca escalonada es un

ornamento de embellecimiento sin ninguna relación conceptual directa. Otros autores

como Rafael Girard, Paul Westheim y Román Piña Chan relacionan a la greca

escalonada con las serpientes. El primero cree que se trata de una serpiente de nubes en

estrecha relación con la lluvia, para Westheim es una serpiente de fuego, es decir un

rayo, mientras que para Piña Chan representa a la serpiente de agua. En sus

investigaciones de la ciudad del Tajín, García Payón considera a la greca escalonada

como una representación del huracán. Trabajos más recientes como los de Sabina

Aguilera y Claude Francois Baudez aportan elementos para considerar que el tema no se

encuentra agotado, por el contrario, la necesidad de un trabajo comparativo, con base en

contextos y análisis iconográficos, es absolutamente necesario para esclarecer el

significado de la greca escalonada.

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Las diversas propuestas académicas no han trascendido debido a la brevedad con

que han tratado el tema. Beyer es quizá el que tiene el trabajo más completo al respecto,

sin embargo, dada la condición de los estudios en su época, no tuvo los elementos

necesarios para develar el significado de la greca escalonada. Todas las aportaciones

anteriores a este trabajo nos servirán de referencia para abordar la problemática de una

forma más completa y profundizar en el significado del símbolo. Para volver el trabajo

aun más concreto, y debido a la función académica del mismo, hemos optado por

desarrollar la investigación únicamente para el área maya. Gracias a los nuevos avances

de la iconografía nos encontramos en una posición privilegiada, en la actualidad

contamos con más posibilidades para revelar el significado de la greca escalonada.

También identificaremos desde cuando se comienza a representar este símbolo en el arte

maya, distinguiendo las causas por las cuales se empieza a utilizar en esta cultura,

identificaremos donde aparece representada y porqué se representa precisamente en

esos lugares, detectaremos si la greca escalonada tuvo una evolución artística y

conceptual, a la vez que descubriremos cuáles son las relaciones sociales, políticas,

culturales y cosmogónicas que encierra este símbolo en la cultura maya. Gran parte de

este trabajo se basa en un análisis comparativo entre otras culturas del área

mesoamericana, principalmente los olmecas, los zapotecas y los teotihuacanos.

Los símbolos como la greca escalonada tienen fuertes relaciones culturales,

principalmente cuando se trata de una sociedad impregnada de un carácter religioso. El

arte religioso tiende a utilizar símbolos para manifestar características que permitan una

comprensión más directa y completa de lo que quiere expresarse, necesita de los

símbolos para volver más accesible lo que al mismo tiempo se convierte cada vez en

estructuras más complejas. En este sentido la greca escalonada es uno de esos símbolos

que sirvieron a las culturas prehispánicas ─y en concreto a la cultura maya─ para

manifestar su espíritu creador, mostrar las relaciones cósmicas y sus implicaciones

sociales, es decir históricas. Por ello hemos optado por retomar el análisis iconológico

propuesto por Erwin Panofsky, por medio de esta herramienta de estudio podremos

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comprender en su totalidad el símbolo de la greca escalonada, no sólo en su forma,

también el concepto que encierra y representa y cómo a su vez este concepto está

íntimamente ligado a la historia de la cultura maya. Debido a esto, utilizaremos los

estudios más completos y aceptados por la mayística, así como textos que tratan en

general de la historia de las culturas prehispánicas. Gracias a los avances en el análisis

iconográfico, así como a las nuevas interpretaciones de las sociedades mesoamericanas,

podremos comprender de manera más precisa la importancia de la greca escalonada

entre los antiguos mayas.

La hipótesis propuesta con respecto al significado de la greca escalonada es la

siguiente: La greca escalonada es un símbolo compuesto por dos elementos

conceptuales: la cueva y la montaña. Aunque podrían considerarse contradictorios, en la

visión prehispánica ambos son complementarios e indispensables, formando un solo

complejo: el complejo Cueva-Montaña. El antecedente de la greca escalonada es un

símbolo que representa la hendidura de la tierra, este símbolo será posteriormente

adaptado para responder a un proceso artístico-conceptual dando origen a la greca

escalonada, su origen y expansión pudiera ser por medio de la ciudad de Monte Albán,

posteriormente adaptada en la gran metrópoli del clásico mesoamericano que fue

Teotihuacan, y difundida mas tarde por ella hacia el área maya. Las fuentes con las que

contamos apuntan hacia un uso político-religioso de este símbolo, sirviendo como un

elemento artístico de legitimación. Esta postura encaja perfectamente en la nueva visión

que se tiene en torno al papel del gobernante en las sociedades mesoamericanas, ahora

sabemos que el gobernante se investía en un manto cósmico para legitimar su poder

social y su estatus político y que el arte estaba a su servicio. Las manifestaciones

artísticas donde se representa a la greca escalonada son varias y están presentes en casi

todos los ámbitos: cerámica, murales, arquitectura, códices, etc. A través de estas fuentes

hemos encontrado diferentes formas y composiciones de la greca escalonada, por lo que

podríamos hablar de una evolución artística. Una de estas composiciones presenta una

cualidad muy interesante, a través de ella y de lo que hemos denominado composición

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doble, puede expresarse toda la cosmogonía prehispánica del eterno retorno, de la

creación y la destrucción, es decir la vida y la muerte unidas y en constante movimiento

generando un devenir perenne.

Nuestras fuentes serán básicamente los materiales arqueológicos, principalmente

la cerámica, la escultura, los murales y la arquitectura, muchos de ellos serán analizados

por medio de imágenes provenientes de colecciones disponibles en formatos digitales,

como la de Justin Kerr; otra parte será retomada de los libros especializados en el

estudio de las culturas prehispánicas. Finalmente, aunque en menor medida pero de

suma importancia, son los viajes emprendidos a Toniná, Yaxchilán, Bonampak y

Palenque, de los cuales se recopiló información de gran trascendencia para nuestro

estudio. Es necesario mencionar que las fuentes para el estudio de épocas tempranas en

Mesoamérica son limitadas y, específicamente para el área maya, se necesita una

investigación más profusa de los sitios ya estudiados y las ciudades que aun se

encuentran dentro de la tierra.

El área cultural de Mesoamérica será el espacio en el que se desarrolle esta

investigación, esta región cultural tiene fluctuaciones en sus límites debido a que la

interacción de los pueblos que la habitaron fue trasformándose a lo largo del tiempo.

Los estudios recientes en este sentido aún comienzan a tomar forma, hace falta una

investigación profusa de los periodos tempranos en la historia mesoamericana. Aunque

estas variantes territoriales se encontrarán en constante movimiento, puede tomarse

como referencia para los límites septentrionales a los actuales estados del norte de

México: Tamaulipas, Zacatecas, Coahuila, Durango, San Luís Potosí, Sinaloa, Sonora y

Chihuahua. Se puede tomar al Trópico de Cáncer como parte de este margen espacial.

Para el límite meridional de Mesoamérica existen los mismos problemas, las variaciones

encontradas por los arqueólogos en cuanto a las zonas tanto espaciales como temporales

en cada una de ellas no permiten una delimitación concreta, se necesita de un mayor

estudio con referencia a los pueblos centroamericanos, para poder establecer los límites

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de influencia y su cualidad en el tiempo. De la misma manera que en la Frontera Norte,

podemos considerar sin mayores variaciones a los actuales países de Honduras, El

Salvador, Nicaragua, Costa Rica e inclusive Panamá. Como hemos mencionado, el

desarrollo cultural para el área mesoamericana tendrá cambios durante los diversos

periodos, algunas veces las culturas más desarrolladas tendrán influencias directas y

profundas sobre sus vecinos y en ocasiones estos últimos tendrán periodos en los que se

desarrollaran de manera autónoma sin llegar a relacionarse en gran medida con sus

vecinos, son precisamente estas variaciones de las que hemos hablado y las que

debemos tener en cuenta. El área geográfica de Mesoamérica tiene como base natural

una serie de cadenas montañosas que permiten la concentración de humedad, formando

bosques tropicales, selvas, así como llanuras cruzadas por ríos. Mesoamérica es en

muchos aspectos un lugar propicio para el desarrollo de la vida sedentaria, provee toda

clase de alimentos así como los elementos necesarios para el surgimiento y evolución de

la tecnología.

La periodización para Mesoamérica ha sido un tema muy discutido por los

académicos. Eduardo Matos Moctezuma (Matos Moctezuma 1994: 107-118) plantea que

los cambios en la cultura mesoamericana no son tan cortantes (principalmente entre el

Clásico y el Posclásico, en relación con el militarismo) como hasta ahora han sido

considerados y propone un consenso para una nueva valoración de los periodos

históricos en Mesoamérica. Aunque su hipótesis parece acertada e interesante, en este

estudio manejaremos la periodización acostumbrada por la mayoría de los

investigadores. Alfredo López Austin nos proporciona una clasificación interesante del

desarrollo mesoamericano basándose en los términos aceptados generalmente (López

Austin 1999: 21). Preclásico Temprano (2500 a.C. a 1200 a.C.), en esta fase comienza la

formación e integración del núcleo social, sus bases provienen de la igualdad; durante el

Preclásico Medio (1200 a.C. a 400 a.C.) se consolida la cosmovisión por medio de los

símbolos, esta simbolización permitirá que durante el Preclásico Tardío (400 a.C. a 200

d.C.) se logre la sistematización de los conocimientos intelectuales. Debido al desarrollo

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interno en la estructura social, este desenvolvimiento impetuoso tendrá su esplendor en

el Periodo Clásico (200-900), a su vez este periodo se divide en Clásico Temprano (250-

550), Clásico Tardío (550-900), y Finalmente el Posclásico (900-1500) donde muchas de

las grandes y opulentas ciudades habrán caído y los centros de poder se trasladan a

nuevos sitios en desarrollo. Como todo proceso histórico, la periodización sugerida en

este trabajo no pretende ser totalitaria y cortante, por el contrario buscamos una

interacción con el devenir histórico considerando los diversos movimientos a los que se

encuentran sometidas las sociedades. Las investigaciones, aunque arduas, aun necesitan

una mayor profundidad, nos encontramos ante un objeto de estudio que requiere de

gran inversión económica para poder alcanzar los niveles de comprensión deseados, son

muchos los sitios que permanecen en el abandono, las excavaciones arqueológicas no

son suficientes para lograrlo. Obviamente esta situación nos arroja a un abismo de

conocimientos incompletos y, aunque son muchas las pistas, la deducción no basta, las

fuentes históricas son necesarias para encontrar una vinculación histórica completa.

El estudio está dividido en cuatro capítulos. El capítulo número uno describe los

trabajos de algunos autores que han tratado sobre el significado de la greca escalonada o

que aportan de manera indirecta elementos que nos llevaran a una mayor comprensión

sobre su significado e importancia en la cultura mesoamericana; en cada uno de los

apartados expondremos lo dicho por los investigadores para comprender la

problemática en la que nos situaremos. El capítulo número dos está destinado a brindar

una visión general del arte prehispánico, se analiza como las diversas manifestaciones

del arte en mesoamérica pueden ayudarnos a comprender mejor la historia de los seres

que las crearon, también se realiza un breve recorrido que va desde su utilidad, su

relación con la religión ─y en este sentido con las liturgias─, así como con los grupos

gobernantes, todo ello nos proporcionara las herramientas necesarias para comprender

la magnitud y la importancia de la greca escalonada en el arte maya. En el tercer

capítulo existe una serie de sub-capítulos estructurados de manera temática: en el

primero de ellos analizaremos el origen formal de la greca escalonada, en el segundo

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describiremos las formas más recurrentes en el área maya, el tercer apartado está

destinado a describir las composiciones con las que se representa a la greca escalonada

entre los mayas, posteriormente en el cuarto se describen los contextos con los que se

encuentra relacionado el símbolo. Finalizaremos con un quinto apartado donde se

describe el espacio y el tiempo en que este símbolo se desenvuelve. El trabajo termina

con un cuarto capítulo en el que se desarrolla el análisis demostrándose el significado de

la greca escalonada entre los mayas. En primera instancia se retoma la importancia del

concepto Cueva-Montaña, se describen algunas representaciones artísticas al respecto

para después pasar al análisis de diversas fuentes y determinar el significado de la greca

escalonada entre los mayas, después de ello se analiza la evolución del concepto, su

posterior aparición en la forma de greca escalonada y su llegada al área maya. Para

finalizar se da una tabla en la que se observa de manera directa la evolución del

concepto Cueva-Montaña y las derivaciones en su forma de greca escalonada.

Por ultimo es necesario mencionar la manera en la que se organizan las

imágenes en el presente trabajo. Al final de cada capítulo se colocan las Figuras

mencionadas, siguiendo el orden de su aparición en el texto. La excepción es el tercer

capítulo, en él las Figuras aparecen directamente en el texto que las menciona, esto se

debe a que en este capítulo se analizan las formas y los contextos.

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CAPÍTULO I

EL PROBLEMA DEL SIGNIFICADO DE LA GRECA ESCALONADA

Este primer capítulo está dedicado a revisar los principales estudios que se han

realizado acerca del significado de la greca escalonada. Aunque seguramente existen

más investigadores que han tratado directa o indirectamente el tema, los trabajos aquí

descritos aportan los elementos necesarios para comprender el estado de la cuestión y la

necesidad de esta investigación.

En 1924 se publica el artículo de Hermann Beyer titulado “El origen, desarrollo y

significado de la greca escalonada”. El trabajo de Beyer está compuesto de varios apartados,

en el primero de ellos se analiza la génesis de la greca, la cual, según él explica, deriva

de la línea ondulada, esta derivación para Beyer puede verse claramente en la

comparación que hace de los ornamentos (Figura 1). Conforme a lo dicho por Beyer el

nacimiento de la greca escalonada se debe al intento de la representación de la línea

ondulada en la técnica del tejido. Ciertamente sin mayor esfuerzo puede observarse en

la comparación de ambos ornamentos una similitud bastante amplia, eso hay que

reconocerlo, pero de eso a que la greca escalonada se derive de la línea ondulada hay un

abismo, más aún cuando se quiere considerar que la greca escalonada es el resultado de

un intento por representar una faja de líneas onduladas en un tejido. Convencido de esta

afirmación Beyer hace un recuento de algunos de los significados propuestos para la

línea ondulada: representaciones de serpientes, según Wilhelm Wundt, y de olas de

agua según Franz Sales Meyer. Aunque Hermann Beyer admite que el material con el

que cuentan en ese momento los investigadores era insuficiente como para admitir

cualquiera de las interpretaciones, no descarta que se trate de un verdadero símbolo y

no tan solo de un adorno como afirmaban algunos estudiosos.

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Más adelante Hermann Beyer presenta las diversas interpretaciones que hasta

entonces se le había dado a la greca escalonada. Aquí retomaremos y resumiremos lo

expuesto por Beyer. Este recuento es de gran ayuda ya que nos proporciona una visión

más amplia de los trabajos que abordaron la problemática antes que él, aportándonos

además diversas interpretaciones que nos ayudarán a considerar mejor la visión que se

tenía en aquellos años en cuanto a la iconografía.

Para Robert Philips Greg, la greca escalonada es un símbolo de agua. Algunos,

dice Beyer, buscan en vano la svástica, como es el caso de Michael V. Zwigrodzki,

Goblet D’Alviella y Marshall H. Saville, aunque este último no se decide a opinar sobre

si estos adornos tienen un significado intrínseco o no. A. R. Hein ve en el ornamento una

manifestación de la psiquis humana. Francis Parry considera que se trata de un símbolo

del viento, al igual que para William Holmes quien piensa que se trata del emblema del

viento y de la onda. Según explica Beyer, Holmes se inclina por que la greca escalonada

sí tiene un significado y propone que los elementos artísticos en los muros representan

diseños de la piel de una enorme serpiente, cuyas fauces estarían en las puertas y

jambas. Para Strebel y Preuss la greca escalonada es la representación de un caracol

marino, aunque dice Beyer que Preuss, basándose en esta idea, agrega la interpretación

de la greca escalonada como símbolo del seno de la Madre Tierra. Además dice Beyer

que Strebel emite la idea de que la greca puede haberse formado por la transferencia de la espiral

al arte de tejer. Aunque él no desarrolla su idea y la descarta después, no cabe duda que en lo

principal acertó bien (Beyer 1924: 55). De esta manera Beyer busca sustentar su idea

propuesta con anterioridad. También para Karl Woermann puede verse la identificación

con líneas de ondas, agregando que las escaleras pueden corresponder a las gradas de

las pirámides. Una vinculación interesante es la propuesta por Spinden, quien considera

que la greca escalonada puede ser un derivado de las mascaras que decoran las fachadas

en algunos edificios mayas. Para Zelia Nutall, las grecas con ganchos redondos,

simbolizan el cielo (lo de arriba), así como agua o aire, e identifica las otras “variantes”

de la greca con la tierra (lo de abajo, la oscuridad). G. B. Gordon la identifica como la

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representación en perfil de una cabeza de serpiente, sin mandíbula inferior. Carl

Lumholtz cree que representan serpientes o nubes, en esto último está de acuerdo Paul

Henning, quien la denomina como la escalera de nubes. Para Hermann Beyer la mayoría

de estas propuestas carecen de sustento, algunas de ellas son demasiado rebuscadas,

pero en otros casos parcialmente correctas, quedando el asunto abierto a discusión. Hay

que recordar que en todos estos casos, inclusive en el análisis del propio Beyer, se parte

de supuestos puramente formales es decir, que a través de la imagen y su expresión

visual se busca su significado sin tomar en cuenta los contextos en los que aparece

representada.

El autor continua su exposición analizando el nombre nahua que recibe la greca

escalonada, este es xicalcoliuhqui, pero esto no nos revela nada, explica Beyer, ya que la

traducción de esta palabra es voluta de jícara, debido a que para los mexicanos era común

encontrarla como ornato en las vasijas. Menciona que Sahagún y el libro de tributos

hacen referencia a dos nombres con los cuales se conocía a algunas variantes de la greca

escalonada: ixcoliuhqui e itzcouacoliuhqui. Beyer agrega que quizá las variantes más

significativas tuvieran nombres concretos, como los anteriores, a pesar de ello no

profundiza en ellas y tampoco en su traducción.

Después de presentar las diversas propuestas de los académicos, Beyer analiza las

múltiples variantes de la Greca Escalonada, para ello descompone el símbolo en 3 partes que

denomina: Escalera, Centro y Gancho. De todo el material que tiene a su disposición

toma como referencia lo que él llama forma fundamental (Figura 2), para de ahí establecer

un orden en cuanto a las muchas variantes de la greca. En su análisis el autor encuentra

diversos tipos de Escalones: en mayor y en menor número, escalones puntiagudos y

redondeados, escalones de rayitas, de formas extravagantes y lo que él llama pared

modificada. En cuanto al centro encuentra centros con: escalones, cuadrados, triángulos,

círculos, formas diversas y también carencia de centro. Posteriormente analiza el

gancho, identificando dos tipos: Ganchos angulares y Ganchos redondeados. A su vez

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cada uno de ellos tiene variantes, los Ganchos angulares aparecen con: barras en mayor

y menor número, ganchos que llegan hasta la base y ganchos escalonados. Mientras que

los Ganchos redondeados aparecen en: formas disminuyentes, crecientes, ganchos

escalonados, invertidos conectados arriba con la escalera, ganchos conectados abajo con

la escalera y ganchos puestos para adentro. También encuentra elementos disgregados o

añadidos, así como algunos ejemplos en donde se realizan fusiones utilizando a veces la

misma escalera para 2 ganchos: Como ejemplo para la fusión de dos grecas en sus escalones

damos las figuras 171 a 175, que tratan este asunto en algunas variantes. Todos estos casos

provienen del territorio maya, al cual, según parece, se limita esta combinación (Beyer 1924: 62).

Hermann Beyer basa su análisis en las 247 imágenes que incluye al final del texto.

Aunque puede considerarse un estudio bastante profundo sobre el tema, nosotros

creemos que no lo es del todo, debido a la falta de contextos en las imágenes, así como

de fechas, y un manejo de la historia mesoamericana, aspectos de suma importancia

cuando se trata de un análisis iconográfico. Además, cuando realiza sus observaciones

respecto a los escalones incurre en varios errores, cómo cuando dice: Si quitamos también

el ultimo escalón, queda solamente el gancho (Beyer 1924: 57) cuando en realidad si quitamos

el ultimo escalón ya no se trata de la greca escalonada. Debido a esto consideramos que

muchas de las imágenes que Beyer llama variantes de la Greca escalonada no son tales,

aunque no descartamos que puedan estar ligadas conceptualmente (Figura 3).

Para Beyer estas variantes podían deberse al uso para el cual estaban destinados

algunos de los objetos en los que se encontraba la greca escalonada. A pesar de todo ello

el trabajo de Beyer resulta muy interesante, ya que es de los primeros que toma gran

importancia a la iconografía prehispánica y principalmente a los elementos simbólicos,

uno de sus grandes aportes al estudio de la greca escalonada es la descomposición del

símbolo en 3 elementos (escalera, gancho y centro), aunque nosotros no los

consideraremos de manera aislada, sino como parte de un conjunto indivisible.

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Para terminar Hermann Beyer hace un resumen, del cual podemos sacar varios

datos importantes: menciona que el Doctor Preuss había llamado la atención

concerniente a la aparición de la greca escalonada en algunas representaciones de

Quetzalcoatl, Yacatecutli, Tezcatlipoca, Xochiquetzal, Cántico, Teteoinnan, etc. Esto es

en cuanto al significado que pudiera darse a la greca escalonada, pero Beyer no

profundiza en ello y agrega que si la greca escalonada tiene algún significado, éste solo

puede ser muy vago y general como emblema de la belleza, alegría, abundancia, etc. (Beyer

1924: 70). De esta forma puede considerarse como un ornato de embellecimiento, según

Beyer es por esto que la encontramos decorando los templos y vestidos de los dioses que

tienen que ver con la fecundidad, vida, riqueza, arte, diversión y cosas parecidas. No excluye sin

embargo la idea de que haya podido significar algo concreto según el contexto en el que

se encontrase. Y pone el ejemplo en que la greca escalonada aparece en el vestido de la

diosa del agua, donde tal vez pueda referirse a lo húmedo. También llama nuestra

atención cuando dice que en algunas ocasiones en vez de serpientes aparecen grecas

escalonadas. Finaliza este punto diciendo: los ejemplos señalados solo representan

excepciones, fenómenos accidentales, que no llegan al fondo del problema… yo mismo tomo esta

greca como simple motivo de embellecimiento (Beyer 1924: 71).

Otro de los datos interesantes es cuando Beyer busca el origen espacial de la greca

escalonada. El primer lugar al que hace referencia es la zona maya y nos dice que

Gordon no encontró en Copán la greca en escultura y raramente en cerámica. Aunque

para Beyer los ejemplos de cerámica que menciona Gordon no corresponden a grecas

escalonadas, por lo cual Beyer considera que este motivo de ornamentación no es propio

del área maya o que fue inventado relativamente tarde. La última fecha legible en

Copán corresponde al año de 485 d. C. y de igual manera para la ciudad de Yaxchilán la

fecha es aproximadamente en el 500 d. C.; es talvez este el momento en que aparece por

primera vez la greca escalonada. Estas fechas coinciden más o menos con el abandono

de varias ciudades mayas, esto podría deberse según Beyer a que el xicalcoliuhqui llegó

junto con huestes belicosas Nahuas. Ya descartados los mayas, Beyer va a los pueblos del

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Pedregal y de Teotihuacan, los zapotecas, los tarascos y los nahuas, escoge estos ya que

son los pueblos más conocidos y estudiados en el área de Mesoamérica. Nos dice que en

Teotihuacan el ornamento es bastante raro y no puede tomarse como típico, mucho más

raro es la aparición de la greca entre los totonacas y olmecas. En cuanto a los zapotecas

tenemos a Mitla, pero esta ciudad (explica Beyer) es de clara influencia mexicana de

acuerdo a los estudios realizados por Eduard Seler. Respecto a los tarascos la greca

proviene de lugares donde la gente de habla méxica estaba establecida. Queda entonces

como única posibilidad, que entre los mexicanos y sus congéneres los nahuas, se haya originado el

ornamento en cuestión (Beyer 1924: 73). Propone que para encontrar el lugar de

nacimiento de la greca escalonada hay que buscarlo en la región que ahora comprenden

los estados de Veracruz y Oaxaca. Y para reafirmar la idea de que la greca es de origen

nahua, nos dice que la gente que en nicaragua poseía el xicalcoliuhqui hablaba un

dialecto nahua, lo cual indica según Beyer una referencia de su antigüedad, lo más

probable es que llevaran ese conocimiento consigo cuando emigraron y no que les

llegara posteriormente. Pero existe un vacío ya que los chiriquies no tienen este

ornamento en su arte, y aparece nuevamente hasta el Perú, para lo que según Beyer

habría que pensar en un origen independiente, ya que no hay pruebas que relacionen a

México y Perú, aunque según el autor no es imposible una penetración paulatina de

elementos culturales. La greca escalonada también aparece en la cultura de Casas

Grandes, donde es posible que haya llegado por influencia del sur. De esta forma

termina el análisis de Hermann Beyer sobre la greca escalonada dejándonos varios

aportes importantes para continuar con la investigación.

El texto de Hermann Beyer es retomado por Rafael Girar en su libro sobre los

chortís. En el tomo II de su estudio, Girard analiza en un capítulo llamado Símbolos en

telas y cerámica las diferentes representaciones que los chortís realizan en sus textiles y

cerámica. Con una gran variedad de imágenes va comentando cada una de ellas, ya que

para él las representaciones formales guardan un simbolismo. En el capítulo ya

mencionado existe un apartado llamado Origen y función de la greca escalonada, ahí Girard

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comienza su exposición tomando como punto de partida las variaciones formales (en el

arte) que pueden existir en una cultura sin que estas afecten la esencia que se transmite a

través de ellas. De tal forma que las representaciones de lenguas bífidas pueden ser

realizadas con líneas rectas o curvas: Tanto en el arte Quiche como en el maya y el zapoteca se

emplean, alternativamente, la recta y la curva para figurar el mismo símbolo (Girard 1949:

1082). El autor dedica varias líneas para sustentar esta variación formal que no afecta la

cualidad de la expresión. Después propone que el signo sigmoideo se convierte en greca

escalonada al ser transferido a la técnica del tejido en los bordados quiches, aunque el

autor no cita aquí a Beyer, podemos concluir que es de él donde retoma esta idea ya que

más adelante cita el texto de Beyer. Girard menciona que en la estela 6 de Copán puede

verse un ejemplar primario de la greca escalonada, así como en un vaso pintado, también

de Copán en el que los escalones se forman por curvas. Menciona también otras

ciudades donde aparece la greca escalonada: Palenque, Labná, Yaxchilán, Quirigua,

además de aparecer en urnas zapotecas de la fase Monte Albán II.

Rafael Girard afirma que la greca más antigua de la que tengamos conocimiento

aparece en Tajumulco y, según él, es anterior al horizonte olmeca; también la podemos

encontrar en Izapa. Pero hay que tener en cuenta que el autor no se refiere a la Greca

escalonada, sino a la greca (normal, o simple): Es de gran interés hacer notar que este tipo de

greca, que ya tiene ganchos mirando en sentido opuesto, se convierte en greca escalonada en el

arte de Palenque (Girard 1949: 1084). El autor también compara a estas grecas con otras

representadas en San Agustín y Tiahuanaco. Girard cree que es precisamente en

Tajumulco donde se desprende la evolución formal de lo que será la greca escalonada y

menciona la frecuencia con la que aparece en las culturas prehispanicas:

En las diversas culturas la greca escalonada tiende a ser más frecuente a medida que

transcurre el tiempo, y aparece como ulterior desarrollo de la onda, aunque su origen

formalmente hablando pertenece a una época muy antigua… es más frecuente en Quirigua que

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en Copan… en México la greca es omnipresente en el horizonte Mitla-Cerro Montoso, pero existe

también en Teotihuacan y Monte Albán II (Girard 1949: 1085).

Aunque entre los aztecas la greca escalonada sea el ornamento (citando a Beyer) no

es de suponer que entre los nahuas y sus congéneres haya que buscar su foco de origen,

ni que haya sido a través de ellos que llegó al área maya. Rafael Girard propone que se

trata de un desarrollo independiente aunque paralelo en las diferentes áreas

mesoamericanas. Otra de las propuestas del autor es la difusionista, según la cual los

núcleos de alta cultura llevaron este símbolo hacia el norte y el sur, junto con otros

elementos de la cultura agrícola.

Para Girard la greca escalonada es una figura ofidoforme que connota la idea de

serpiente de nube, esta idea se desprende de la observación que hace el autor con

respecto a ciertas grecas que, con las escaleras curvas y el gancho en la misma forma,

parecen confundirse formalmente mostrando su indudable afinidad. Otro de los sustentos

para esta hipótesis es que según el autor, hay veces en que el gancho es sustituido por

una cabeza de serpiente, estos ejemplos los toma de un vaso pintado de Chimbote y de

una greca encontrada en Monte Albán II, así como en Tihuanaco -a pesar de lo expuesto

el autor no incluye ninguna imagen como base de su análisis-. Continúa su

argumentación de la greca-serpiente, citando a Beyer, cuando éste dice que en vez de

una franja de grecas en las vendas de los dioses agrarios, aparecen verdaderas

serpientes. Finaliza esta idea recordando lo dicho por Preuss acerca de la relación con la

fertilidad, la vida y la abundancia. Basándose nuevamente en Hermann Beyer, el autor

propone que la greca escalonada puede referirse al tema pájaro-serpiente ya que en un

casco que reproduce Beyer en su catálogo puede verse que los escalones tienen

incrustaciones de mosaico que las transforman en mitades superiores de picos de aves de

rapiña (Girard 1949: 1088), además de que ejemplos similares pueden observarse en

basamentos escalonados de Tihuanaco, cuyos extremos terminan en una cabeza de

Cóndor. Así Girard considera que el elemento principal de la greca es el gancho que

16

representaría a la serpiente, mientras que las escaleras representarían a la nube o a un

pájaro que a su vez representan espíritus del agua; esta misma esencia divina estaría

representada en el centro de la greca escalonada en forma de círculo, cuadrito, triangulo u

ojo. Todas estas propuestas que el autor realiza en su análisis las sustenta en su trabajo

de campo que realizó en el área Chortí.

Para continuar con su argumentación nos remite a una imagen del códice

Dresden donde, según él, puede verse al dios de la lluvia dentro de una nube. Ahora

sabemos que en realidad representa a Chaak en su morada, en el interior de la tierra.

Otro de los aspectos de la serpiente es que también puede representar el rayo, de tal

forma que cuando la escalera de la greca escalonada se torna a manera de zigzag

representa precisamente la serpiente de fuego.

Después de esto el autor se propone sostener cómo el vocablo xicalcoliuhqui

Encierra en sí mismo la explicación de su simbolismo y nos dice: Herman Beyer lo traduce como

voluta de jícara y Saville por calabaza torcida o doble, cualquiera de estos dos términos se refieren

a las cucurbitáceas, instrumento de los dioses de la lluvia con los cuales vierten las aguas celestes

sobre la tierra (Girard 1949: 1091).

Esto se debe a que según Girard en la cultura maya se equipara a la serpiente con

la jícara, como portadores de agua. El autor regresa nuevamente a la forma escalonada y

propone según una cita del Chilam Balam de Chumayel que la escalera representa el

lugar por donde bajó dios después de la creación, así también representa la escalera por

donde sube el dios del maíz, y nos dice que debido a ello los gobernantes bajan y

ascienden de los templos, para representar estas acciones mitológicas. También apunta

que no sería improbable que las escaleras representaran un cerro, asimilando una

pirámide.

17

Podemos darnos cuenta de que el análisis de Rafael Girard es interesante, sin

embargo sus propuestas resultan un poco confusas ya que difieren entre sí, toma varios

elementos y los relaciona tratando de que encajen en su visión, esto debilita sus

propuestas, además su análisis se realiza sin un estudio amplio de los contextos y sin

profundidad en las comparaciones.

Un año después del trabajo de Girard se publica el libro de Paúl Westheim, Arte

Antiguo de México (1950), en él aparece un capítulo dedicado al estudio de la Greca

Escalonada. Comienza con la importancia que este símbolo tuvo entre los grupos

nahuas donde junto con la serpiente emplumada, la greca escalonada es la forma

ornamental más típica del valle de México. En este estudio Paúl Westheim describe

varias veces a la greca escalonada utilizando términos de estética y con un lenguaje

sumamente expresivo: extraña dialéctica de una estructura formal, que une la simetría con la

asimetría… elementos que crean animación mediante contrastes…ímpetu vital de un arte cuyo

impulso creador es el devenir, un devenir perenne (Westheim 1987: 171).

El autor nos explica que la greca escalonada se encuentra prácticamente en todo

el continente americano, desde Casas Grandes, pasando por Yucatán, hasta Perú, donde

es siempre predominante. Para Yucatán nos dice que debió llegar con los invasores

toltecas, y en cuanto a los mayas probablemente haya llegado por la meseta central,

afirma que no podemos considerarlo como un ornamento típicamente maya. Westheim

asegura que en Mitla el adorno aparece en los palacios del Sumo Sacerdote y el Rey.

También podemos encontrarla en mosaicos de piedras o en las rodelas de los Guerreros.

Y de algo sí podemos estar seguros según Westheim: nunca aparece en relación con el

Dios de la muerte o el culto a los muertos, por el contrario aparece frecuentemente

relacionada con los dioses del agua, el viento y el fuego, es decir, con las fuerzas vitales.

Westheim retoma de Hermann Beyer solamente la división formal que hace de la

greca escalonada, su forma básica (Figura 2), y explica que para él no es solo un motivo

18

de embellecimiento para romper con la monotonía, y describe a la greca escalonada

como una combinación de elementos disímiles y aparentemente contradictorios, sin relación

orgánica (Westheim 1991: 157). Paul Westheim afirma que el arte precolombino está

impregnado completamente de religiosidad, que es un arte de contenidos de conciencia

suprasensible de tal manera que lo que determina la voluntad creadora del artista no es la

vivencia estética, sino la religiosa ya que ésta ha sido la que determina e intensifica la

expresión artística en todas las culturas. Westheim sostiene que en el arte de carácter

religioso lo que se crea siempre revela algo trascendental, todo tiene un significado, así

cuando los artistas precolombinos llenan cada uno de los espacios lo hacen para

representar y comunicar algo. Según Westheim, todo revela algo acerca del mito y de los

dioses (Westheim 1991: 158). Citando a Seler nos dice que En la antigüedad mexicana no se

nota en ninguna parte nada de arbitrario, caprichoso o simplemente fantástico. Cualquier

creación tiene determinado sentido y significación (Westheim 1991: 158). Así podemos pensar

que difícilmente un elemento tan preponderante en toda la América prehispánica sea

únicamente un elemento decorativo. Al respecto Westheim dice que un elemento que es

puramente decorativo no podría perdurar tanto tiempo, sino que sería olvidado y

cambiado por otro nuevo o más bonito. Y este no es el caso de la greca escalonada, que ha

perdurado por mucho tiempo. Agrega que los nahuas veían en la greca un valor psíquico

o mágico más allá de lo estético. Para Westheim la greca escalonada procede de tiempos

muy remotos donde el ser humano angustiado se enfrenta a un mundo enigmático e

insondable, en este sentido la greca escalonada sería un signo de protección puesto que

nunca está relacionada con el dios de la muerte, sino por el contrario, con la fertilidad, la

abundancia y la vida.

Señala Paul Westheim que Gordon ve la greca escalonada como una estilización

de la serpiente y admite que en la imaginación del hombre precortesiano la serpiente

que vive en parajes húmedos está íntimamente relacionada con el agua y por lo tanto

con la fertilidad, postura que, según el autor pudo comprobar, se encuentra difundida y

aceptada por muchos mexicanistas.

19

La interpretación y propuesta de Paul Westheim es que la greca escalonada

puede interpretarse como la serpiente de fuego, el rayo como atributo de Tláloc, la

escalera vendría a ser el rayo y el gancho las nubes o talvez el extremo de la cola. Para

sustentar su hipótesis, recurre a Seler quien identifica a la serpiente de fuego, como el

rayo y a la deidad que lo arroja como Xólotl. Propone que en un dibujo de la lámina 23

del códice Vaticano, donde se representa junto a los 4 portadores del cielo y bajo el signo

de hollín, la quinta región del mundo, la del centro, está simbolizada por una figura que

cae en el monstruo de la tierra, hacia el interior de ella (Figura 4):

Cae precisamente sobre una escalera, unas rayas transversales, paralelas a la inclinación de la

escalera, caracterizan el interior de la tierra, y el triángulo debajo de la escalera forma, con toda

exactitud y claridad el “centro” de la greca escalonada (Westheim 1991: 160).

En este orden de ideas Westheim cree que la greca escalonada tiene su origen en

el signo de la serpiente de fuego, que es a su vez el signo del rayo, atributo de Tláloc.

Aunque esta hipótesis sea la propuesta por Westheim, acepta que no basta con hacer

una investigación de carácter puramente formal, sino que se necesita mayor

profundidad de análisis. Otra de las grandes aportaciones de Westheim es cuando nos

dice que tal vez la greca escalonada sea para los nahuas un tipo de estilización

mnemotécnica. Y por supuesto las magistrales descripciones que hace de la greca nos

sirven para entender la particularidad de este ornamento. Nos explica que la estructura

de la greca escalonada es totalmente asimétrica, ya que cualquiera que sea el lugar

donde se trace un eje, jamás resulta una simetría, lo que es otro indicio de que surgió como

un signo. Advierte además que la greca escalonada como un elemento aislado tiene poca

significación, ya que como tal prácticamente no existe. La mayoría de las

representaciones se dan en un ritmo de conjunto y afirma que bien se podría decir que la

greca escalonada aislada no cuenta; solo cobra significación formal y valor formal al integrar una

serie… de esto se infiere que el factor decisivo para la morfogénesis de la greca escalonada sea el

20

ritmo (Westheim 1991: 164). Pone el ejemplo del arco de Labná, en el cual aparece

representada como en un espejo, adquiriendo simetría, de una manera similar en Mitla,

las franjas de grecas escalonadas que se mueven rítmicamente, adquieren una mayor

expresión precisamente a través del ritmo. Para Westheim, los símbolos y sus formas

expresan y representan una visión de la existencia. Los griegos buscarían la perfección

(meandro), expresada en la armonía de sus formas. Paul Westheim nos dice que

Para el hombre precortesiano las fuerzas que construyeron el cosmos son dinámicas, y lo que lo

sostiene es la tensión con que se tienen mutuamente en jaque, la intensidad de esta tensión, que

no debe cejar nunca y en ningún punto (Westheim 1991: 167).

Podemos pensar en un eterno conflicto, pero es ese conflicto precisamente lo que

mantiene en armonía y lo que le da sentido a la existencia. El autor nos explica de

manera grandiosa lo que ve en la línea con la que se forma la greca escalonada, hay lucha

de elementos, interrupción del movimiento, cambio brusco de dirección, nuevo avance, nueva

derrota, nacer y morir (Westheim 1991: 168). La greca escalonada demuestra un

sentimiento de vertiginosa vitalidad y por lo tanto de actividad. Paul Westheim agrega

que la expresividad de una creación estriba en la intensidad de las tensiones producidas por sus

elementos formales (Westheim 1991: 169). Así la greca escalonada es un símbolo del todo

expresivo ya que en su ritmo se proyecta un sentimiento vital que es conflicto incesante…un

ímpetu que anhela actuar (Westheim 1991: 170). De esta manera la greca escalonada

produce un efecto en todos los sentidos, tanto en su forma como en su significado. Para

Westheim cumple con una función mágico-religiosa que contiene un fuerte significado

material y espiritual. Paul Westheim nos brinda una gran riqueza expresiva en cuanto a

definiciones formales de la greca escalonada. Si queremos expresar de manera escrita lo

que significa la forma de la greca escalonada no cabe duda que son estas palabras del

autor las más adecuadas: extraña dialéctica de una estructura formal, que une la simetría con

la asimetría… elementos que crean animación mediante contrastes…ímpetu vital de un arte cuyo

impulso creador es el devenir, un devenir perenne (Westheim 1950: 171). La gran aportación

21

del autor para el análisis de la greca escalonada reside principalmente en que reconoce

que el arte es una representación de la esencia de quien lo crea, es decir a través de él se

expresa de manera abstracta la vida y la existencia de las culturas que le dan vida. De

esta manera podría ser una interesante diferencia entre la visión oriental y la de los

pueblos prehispánicos del México antiguo, el que el hombre del México antiguo No

puede entregarse a la pasividad, al quietismo oriental. A él lo empuja la misión cósmica que le fue

encomendada: mantener al mundo, prevenir la catástrofe (Westheim 1991: 173). Con Paul

Westheim se nota un cambio en el sentido de las interpretaciones que se estaban

manejando en los autores anteriores, él propone un estudio del arte prehispánico a

través de sus formas y contextos buscando llegar a lo más profundo de su ser. Después

de que Paúl Westheim explica y describe la forma estética de la greca escalonada, toma

una parte del texto para hablar acerca del caracol, y de como este ornamento tiene un

fuerte significado, representando la fertilidad, el nacimiento y la creación. Con esto

concluye dejando un nuevo sendero por recorrer en el análisis del arte prehispánico.

Analizando la escultura arquitectónica de Uxmal, Martha Foncerrada de Molina

(1965) describe e interpreta algunos de los elementos que conforman la ornamentación

de la gran ciudad, dedica especial atención a la greca escalonada debido a que está

presente en uno de los edificios más importantes de Uxmal. Se trata del llamado

“Palacio del Gobernador”. Este edificio está decorado por un gran panel donde la greca

escalonada es uno de los elementos principales. Pero antes de comenzar su descripción

la autora hace un breve recorrido por las diversas propuestas acerca del significado de la

greca escalonada. El texto principal en que la autora basa su trabajo y sobre el que

discute es el de Hermann Beyer. Martha Foncerrada menciona que la greca escalonada

entre los mayas es uno de los principales elementos en la cerámica Tzakol 1 y 2 de

Uaxactun ─cita a Smith─, correspondiente a los años 300 y 400 d. C. (Foncerrada de

Molina. 1965: 126). Según la autora puede deducirse que este símbolo haya sido

difundido a través de Teotihuacan hacia el área maya, ya que es en este periodo donde

se nota una vinculación con la gran ciudad del centro de México, antes de este periodo

22

(por lo menos hasta donde sabemos) la greca escalonada no aparece en la cerámica del

área maya. Finalmente la autora define su postura al respecto de la greca escalonada en

la cultura maya: Me permito afirmar que la greca escalonada en el área central maya no tuvo

mayor significación estética o simbólica – religiosa - (Foncerrada de Molina 1965: 126).

En la publicación de 1973 llamada Los enigmas del Tajín, el Arqueólogo José García

Payón dedica especial interés a la descripción de los edificios con grecas escalonadas,

principalmente debido a que desde el primer momento del reconocimiento y

exploración de la zona, un símbolo se repetiría de ahí en adelante: El xicalcoliuhqui. Para

García Payón es en el Tajín donde este elemento alcanza la madurez en todas sus

configuraciones (García Payón 1973: 8). La recurrencia con la que aparece la greca

escalonada en los edificios e incluso (según el autor) en la disposición de los edificios y

estructuras para formar un xicalcoliuhqui de 40 mil m2, hacen que el arqueólogo quede

intrigado por el símbolo tan ávidamente desarrollado y el cual seguramente debe tener

mucha importancia. Por ello recurre a las investigaciones acerca del significado de la

greca escalonada, comenzando como la mayoría de los autores con el trabajo que

desarrollara Beyer, además menciona a otro autor, Fernando Ortiz quien escribió una

monografía que lleva por titulo El Huracán, su mitología y sus símbolos, publicada en 1947.

Para el autor el trabajo de Ortiz permite un mayor acercamiento hacia el conocimiento

de la mentalidad de los pueblos indígenas y su cristalización simbólica, de ahí que

García Payón no esté de acuerdo con lo propuesto por Beyer, es decir para el autor la

greca escalonada no es únicamente un ornamento, no pertenece únicamente a la belleza,

sino que encuentra su conexión en el ámbito vivo, en la cultura y las necesidades de las

sociedades que lo produjeron. Después de citar a Beyer comienza su recorrido por las

diversas interpretaciones, los autores que retoma son los mismos que Beyer analiza en

su trabajo, por ello no los incluiremos nuevamente en este apartado. El autor discute

acerca del arte prehispánico y su simbología, al mismo tiempo comienza a retomar los

elementos que sostendrán su tesis. La espiral de la greca escalonada es para José García

Payón una representación del viento (García Payón 1973: 20) y para confirmar su teoría,

23

que en realidad retoma del trabajo de Fernando Ortiz, cita de este autor el momento en

que desarrolla toda su idea acerca de la greca escalonada. Para Ortiz, la base escalonada

es el cuerpo del torbellino, mientras la espiral le proporciona la característica ondulante

propia de este fenómeno físico, aunque en realidad, como podemos observar, Ortiz está

en constante búsqueda del significado:

La espiral es el viento, la masa conoide o piramidal es la tromba, el zigzag es el rayo, la escalera

unida a la masa es la montaña o la nube y la abertura es probablemente la boca de la caverna de

los vientos (García Payón 1973: 22).

Garcia Payón propone que la greca escalonada representa la tormenta portadora

de fertilidad, tan importante para los pueblos agrícolas prehispánicos. Además los

huracanes y ciclones brindarían el otro aspecto de las lluvias, su parte destructiva y por

lo tanto los habitantes rendirían culto a este elemento tan extraordinario portador de

vida y muerte. Finalmente García Payón basa sus interpretaciones acerca de la greca

escalonada en el nombre del sitio, El Tajín, es decir el ciclón; fue una ciudad en la que se

celebraban rituales en honor a la lluvia, donde los elementos arquitectónicos retoman

parte de esa magnificencia de la naturaleza en la forma de la greca escalonada.

Para 1977 se publica el libro de Román Piña Chan, Quetzalcóatl, la serpiente

emplumada, en él se desarrolla un análisis del concepto prehispánico de la serpiente

emplumada, Piña Chan describe, con base en la iconografía, la evolución de los

elementos que conforman el símbolo de Quetzalcóatl, así como su importancia en la

cultura prehispánica; también describe e interpreta su relación con los elementos

naturales como la tierra, el agua y el viento. En una parte de su análisis incluye una

imagen proveniente de Teotihuacan: en un fragmento mural se representa a una

serpiente enrollada a manera de una greca, alrededor de su cuerpo se deslizan grecas

escalonadas. Sin ningún análisis previo o mención alguna de los trabajos anteriores

acerca de la greca escalonada, Román Piña Chan asegura que la greca escalonada es un

24

elemento que simboliza el agua en movimiento (Piña Chan 2006: 24). Ello es comprensible

por el hecho de que su análisis no se centra en este símbolo y se vale de él para reafirmar

su hipótesis acerca de la serpiente de agua, como parte de la evolución del concepto de

Quetzalcóatl.

En 1982 se publica el libro de Terrence Grieder titulado Orígenes del arte

precolombino. En este texto la autora analiza varias de las creaciones artísticas de los

pueblos prehispánicos proponiendo una serie de oleadas a través de las cuales se puede

identificar los diferentes aspectos representativos del arte así como su evolución a través

del desarrollo de estas culturas. En el apartado denominado El cosmos la autora estudia

los conceptos que estructuraban la cosmovisión de las culturas prehispánicas y sus

expresiones artísticas. Al principio de este apartado analiza los conceptos de la cueva y

la montaña, habla acerca de la tierra y las concepciones que se tenían de esta. Lo

importante para nosotros es cuando en un párrafo comienza a describir los mosaicos en

relieve que adornan las paredes de Mitla.

En algunos paneles, el escalón y la “s” se combinan para formar la greca en escalón que, se

supone, une los significados de los dos diseños simbólicos, es decir, la feminidad de la “s” y la

montaña del mundo de los escalones. Una mujer en uno de los textos de Sahagún comenta:

“nosotras que somos mujeres… en nosotras hay una cueva, una cavidad…” (Heyden, 1975:134).

En la greca en escalón encontramos de nuevo la cueva y la montaña que simbolizan el cosmos

para los pueblos de la tercera ola (Grieder 1982: 122) (Figura 5).

Aunque este es el único párrafo en todo el texto donde se hace mención a la

greca escalonada, la propuesta de la autora resulta muy interesante ya que por primera

vez se hace referencia a 2 conceptos (cueva y montaña) en vez de uno (la serpiente, el

agua, el viento, etc.). Aunque no dedica mayor análisis a su propuesta, es necesario

incluirlo en este recorrido para observar las diferentes posturas al respecto de la

iconografía y en particular de cómo se aborda el problema del significado de la greca

25

escalonada, en este sentido Grieder elabora su interpretación sin mayor análisis ni

comparaciones.

El boletín informativo que publica el Instituto de Investigaciones Estéticas de la

UNAM (No.14, Junio 2001) contiene un artículo llamado “Notas sobre el diseño culua-

machan-cuepa y sus variantes” escrito por Jorge Angulo Villaseñor. En él se menciona la

importancia de los estudios de Hermann Beyer así como sus varias aportaciones al

estudio de la iconografía prehispánica, después hace un breve recorrido por algunos

elementos iconográficos, presenta imágenes, todo ello con la finalidad de recordar que

las formas abstractas que aparecen en el arte prehispánico son verdaderos símbolos y no

simples ornamentos. Propone además que se revaloren los nombres con los que se

designan a los diseños, como es el caso de la greca escalonada, ya que ésta tiene su

propio nombre en náhuatl. Y es en esta parte del texto donde el autor recalca que el

estudio de Hermann Beyer sobre la greca escalonada es exhaustivo y que ha resuelto el

problema del significado, quedando la greca escalonada como representación del

caracol cortado y como emblema del dios Quetzalcoatl en su advocación de Ehecatl. Esta

afirmación nos parece muy interesante, ya que tal como vimos en el aparatado de

Hermann Beyer, este autor en realidad nunca propone un significado determinante. Por

ello lo único que hace este escrito es reafirmarnos que la confusión ante el significado de

la greca escalonada sigue estando vigente.

En el 2002 se publica el libro de Claude Francois Baudez titulado; Una historia de

la religión de los antiguos mayas. En él se hace un análisis crítico y reflexivo acerca de la

metodología empleada para el estudio de esta civilización, además de brindar grandes

aportaciones en el campo de la iconografía maya. En el capítulo numero I, llamado La

religión clásica se incluye un apartado denominado Otras arquitecturas, otros rituales.

Llama nuestra atención la descripción que hace de uno de los edificios de Palenque. La

llamada Casa B de Palenque carece de adornos, a excepción de la pared interna del

fondo, donde está representada lo que el autor denomina doble greca escalonada, a

26

continuación citaremos una parte de la descripción analítica que realiza Baudez: Resulta

claro que la doble greca escalonada reproduce la hendidura frontal del monstruo terrestre

(Baudez 2002: 135). Señala Baudez que esto ya había sido notado por Greene Robertson

(1985: 48). Continuando con la descripción que el autor hace, nos dice que

En caso de que la greca escalonada represente efectivamente el acceso al mundo subterráneo y de

que los T sean signos de fertilidad, se puede proponer la hipótesis de que el conjunto expresa

fertilidad proveniente de las entrañas de la tierra (Baudez 2002: 135).

Esta idea quedaría sustentada por los motivos adicionales que acompañan el

conjunto iconográfico, se trata de un elemento tripartito y símbolos de jade, además del

signo na. Aunque Baudez no analice específicamente la greca escalonada este análisis

iconográfico resulta muy interesante.

Para el año 2007 se publica un artículo de Sabina Aguilera titulado; Mirando a

través del espejo, recordando el camino primigenio. Un análisis iconográfico a la luz de la

mitología y el ritual de los tarahumaras. En este texto la autora analiza la visión del mundo

tarahumara a través de las representaciones (principalmente) de sus textiles, estudia las

relaciones conceptuales y formales que guardan las expresiones artísticas de este pueblo,

encontrando que en sus textiles se representan aspectos del cosmos. Lo importante para

nosotros es que una de las representaciones de este grupo cultural es la greca

escalonada, Aguilera recurre al trabajo de Beatriz Braniff en el que se evidencia la

relación entre el noreste de México y Mesoamérica a través de este símbolo. Sabina

Aguilera menciona que la variante de la greca escalonada representada entre los

tarahumaras presenta un gancho en forma de espiral, lo cual le lleva a la conclusión de

que este símbolo guarda una relación con la creación y el lugar de origen primigenio

(Figura 6). Realiza un recuento de autores que han trabajado en el análisis de la greca

escalonada, citando así a Beyer, Preuss, Ortiz, etc… y explica que han coincidido en

interpretar la figura en cuestión como vinculada con el agua, con Quetzalcóatl, con el viento, con

27

la serpiente, con montañas, con la cruz, con caracoles y con el centro de la madre tierra

(Aguilera 2007: 242). Como la autora busca vínculos artísticos con lo mitológico,

encuentra en la greca escalonada y la forma en espiral de su gancho un sustento para

afirmar que en las fajas de los huicholes está representado el cosmos, así como el lugar

de origen, la escalera en este sentido representaría el camino, por el cual se llega hacia la

morada de los antepasados, que es el centro de la tierra. Básicamente este es el aporte de

la autora ya que no profundiza más en el tema de la greca escalonada; para Aguilera

esta interpretación es suficiente para continuar con el análisis del arte y la visión ralámuli

del mundo.

Los diversos estudios aquí presentados no son con seguridad todos los que han

tratado acerca de la greca escalonada pero sin duda son los más destacados. Sus

interpretaciones aparecen todavía aisladas, sin una conexión evidente entre cada una de

ellas. El texto de Hermann Beyer recopila para 1924 una larga lista de autores que

trataron sobre el tema, a pesar de ello, los avances en la iconografía y los

descubrimientos arqueológicos, así como los métodos aplicados en el análisis no fueron

suficientes para llegar a una determinación acerca del significado, por ello Beyer termina

por afirmar que la greca escalonada es simplemente un motivo de embellecimiento. Su

trabajo aporta a los sucesivos la división formal de la greca escalonada. Por su parte

Rafael Girard trata de encontrar un significado en base a sus investigaciones entre los

chortis, su trabajo no es contundente debido a la flexibilidad de sus ideas, mezcladas e

imprecisas, asignando diversos significados al símbolo en cuestión, sin embargo el autor

se da cuenta de que la greca escalonada aparece con mayor frecuencia en periodos

tardíos y al igual que Beyer considera que su relación con la fertilidad es innegable. Paul

Westheim nos proporciona una brillante descripción formal de la greca escalonada,

afirma que es necesario un análisis más profundo, con más comparaciones contextuales,

a pesar de ello brinda una interpretación, que aunque limitada, traza una guía para los

posteriores investigadores. A diferencia de los anteriores autores Westheim comprende

que el análisis de los contextos es determinante para encontrar el significado de la greca

28

escalonada y que el análisis del arte prehispánico puede brindarnos una mayor

comprensión de los seres que lo crearon. José García Payón en su incesante labor en el

Tajín, que él denomina la ciudad del Huracán, asegura que la greca escalonada

representa precisamente a este fenómeno climático, basa parte de su interpretación en el

trabajo de Ortiz llamado El Huracán, su mitología y sus símbolos (1947). Su interpretación

no tiene un análisis de contextos, únicamente el hecho de que en esta ciudad se

celebraran rituales dedicados a la lluvia. La mención que hace Piña Chan de la greca

escalonada es muy escueta y se sitúa en el análisis que el autor realiza de la evolución

conceptual de Quetzalcóatl en Mesoamérica, por ello no se detiene para discutir las

diversas propuestas realizadas acerca de la greca escalonada y se limita a mencionar que

en un mural Teotihuacano las grecas que decoran la imagen de una serpiente

representan a la serpiente de agua. Terrence Grieder es la primera que considera que

son dos conceptos los que conforman el significado de la greca escalonada: la cueva y la

montaña; son para ella los elementos que guarda el simbolismo en los muros de Mitla.

Su propuesta es interesante aunque no cobra mayor trascendencia debido a la

superficialidad con que fue tratada. En el boletín del Instituto de Investigaciones

Estéticas de la UNAM que se publicó en el 2001 Angulo menciona que Hermann Beyer

ha resuelto el problema del significado al descubrir que se trata de la representación del

Caracol Cortado, emblema de Quetzalcóatl en su advocación de Ehecatl. Pero en

realidad, como hemos mencionado, en este capítulo, Hermann Beyer considera a la

greca escalonada como un motivo de embellecimiento ligado con la fertilidad y la

abundancia, pero en ninguna parte de su análisis Beyer afirma que se trate del Caracol

Cortado, el artículo de Angulo es en este sentido una prueba innegable de que el

significado de la greca escalonada aun no está resuelto. Los trabajos recientes de Sabina

Aguilera y Claude F. Baudez no tratan directamente sobre la greca escalonada, pero

incluyen un análisis mucho más cuidadoso, y reflejan una mayor profundidad en el

conocimiento de la iconografía, es por ello que su presencia en este trabajo se hace

necesaria. Estas investigaciones nos demuestran que en la actualidad contamos con los

elementos necesarios como para profundizar en el estudio y poder llegar a conocer y

29

comprender el significado de la greca escalonada. Los actuales descubrimientos

arqueológicos, así como el mayor conocimiento de la iconografía prehispánica nos

colocan en una posición privilegiada frente a los anteriores investigadores. De esta

forma pretendemos en los capítulos siguientes lograr un análisis más detallado y

dedicado exclusivamente al estudio del símbolo. Pero antes de ello, nos parece necesario

proporcionar una visión general acerca del arte prehispánico, sus funciones y relaciones

culturales. Esta revisión nos proporcionará el conocimiento necesario para comprender

la magnitud y la importancia de la greca escalonada en Mesoamérica.

30

FIGURAS CAPÍTULO I

FIGURA I. 2

FIGURA I. 3

FIGURA I. 1

31

FIGURA I. 6

FIGURA I. 4

FIGURA I. 5

32

CAPÍTULO II

RASGOS GENERALES DEL ARTE PREHISPÁNICO

El propósito principal de este capítulo es proporcionar al lector una introducción

a los temas, las formas, las ideas fundamentales, el espacio y el tiempo, así como las

relaciones del arte prehispánico con los demás aspectos de su cultura: sociedad, religión,

politica, cosmovisión etc. Hemos estructurado este breve análisis desde lo general a lo

particular, esta estructura facilitara la comprensión y mostrara el lugar que ocupa la

greca escalonada en el conocimiento histórico del arte prehispánico. Comenzaremos

hablando del arte y su función en la humanidad y en este sentido el arte antiguo nos

brindara el contexto en el cual nos situaremos, después pasaremos al arte prehispánico

donde describiremos algunas obras y abordaremos su relación vital y religiosa con la

sociedad, finalizando con un aspecto que es inherente a estos dos últimos temas: el

simbolismo.

Para comprender el arte antiguo debemos considerar que probablemente en los

tiempos más tempranos que podamos imaginar, en los momentos en que se comenzaba

a formar la cultura, el ser humano se relacionaba en formas más puras con la naturaleza

y consigo mismo, cada una de sus acciones estaba cargada de gran vitalidad y

significado. Estamos hablando del origen del arte, de su inevitable relación entre el ser

humano y la naturaleza y de cómo esta relación es tan profunda que afecta a ambos

seres en formas trascendentales. El arte no puede considerarse como un elemento

aislado, el arte esta en la vida misma, y por lo tanto en íntima relación con las fuerzas

que mantienen la creación constante de nuevas formas de cultura y principalmente con

el devenir de la existencia del ser humano. El arte como actualización de la relación

entre el ser humano y la naturaleza, el arte como característica de lo humano (Jahnig

1975: 25).

33

A través de la historia la humanidad ha intentado comprender el arte, postulando

diferentes concepciones entre cada época e incluso entre cada ser, las diferencias entre

estas teorías pueden comprenderse gracias al mismo devenir histórico. Como no es

nuestra finalidad hacer una revisión exhaustiva de estas teorías solo mencionaremos

algunos de tantos autores que han tratado sobre estética y teoría del arte sin profundizar

en sus ideas. Esta selección esta destinada a contribuir en el posterior análisis del que es

objeto este estudio en general y ayudara a comprender de manera general la

importancia del arte en la formación y la existencia de la cultura.

Para Emmanuel Kant la obra de arte está constituida de dos elementos: la belleza

libre y la belleza adherente (Sánchez Vázquez 1997: 19), la primera sería la forma,

mientras la segunda es el contenido o concepto que se transmite por medio de la forma.

Se trata de una cualidad doble y en cierto sentido opuesta, ya que mientras la forma es

totalmente sensible, el contenido solo es capaz de percibirse mediante una relación

directa con las formas, con el contexto en el que la obra fue creada, más adelante

retomaremos este punto. Otra de las características más importantes del arte es, tal como

la menciona Schiller, la capacidad (de lo que él denomina belleza) para enlazar y

suprimir dos estados opuestos (Sánchez Vázquez 1997: 22): sentir y pensar. El arte y su

inigualable capacidad para transmitir tanto conocimientos como sensaciones en un solo

acto. Esta cualidad brinda al arte un valor incalculable entre las acciones humanas,

inclusive entre el conocimiento, es quizá por ello que el arte es indispensable en las

culturas antiguas, donde su papel en la cultura es de máxima importancia. Lo anterior

es explicado por Hegel en la siguiente expresión: El arte difiere a la vez de ambos modos,

ocupa el medio entre la percepción sensible y la abstracción racional (Hegel 1993: 42). Nos

detendremos unas líneas para realizar unas consideraciones acerca de lo que Kant y

Schiller llaman Belleza. Para ellos el arte era ante todo algo bello, la belleza como una

forma pura, pero esta designación tiene como referente el arte occidental. Después de

ésta, que podríamos denominar la concepción clásica de belleza, el devenir histórico

proporciono una revaloración de estas consideraciones, ampliando el termino belleza

34

hacia otros niveles, hacia otras culturas y en este sentido hacia otras expresiones

artísticas. Esta revalorización ha permitido que el entendimiento del arte se enriquezca y

que otros seres históricos puedan ser reconsiderados, con ello nos referimos al arte de

todas las altas culturas de la humanidad entre ellas la cultura Maya. Ernst Cassier nos

dice: La belleza en el sentido tradicional del término no es de ningún modo la meta única del arte;

de hecho, no es más que un rasgo secundario y derivado (Westheim 1987: 10). Después de esta

intervención que creemos del todo necesaria, regresemos a las consideraciones de Hegel

respecto a las cualidades del arte. En la creación artística intervienen varios factores uno

de los más importantes, según Hegel, es la imaginación, por medio de ella se transforma

el ser. Aunque esta cualidad del artista puede a su vez tener relación con la sensibilidad,

ambas son cualidades diferentes y adherentes entre sí, la sensibilidad es aquella con la

que el artista puede percibir la realidad y es el ímpetu que lo lleva a expresarse, la

imaginación es una de las herramientas fundamentales para esta expresión del ser, es

quizá la que canaliza y moldea lo percibido por la sensibilidad, dando como resultado

las innovaciones propias del arte y al mismo tiempo caracterizando estas creaciones.

De la interrelación entre la vida y el arte y su catalizador el ser humano,

Benedetto Croce nos dice que El arte es expresión de impresiones (Sánchez Vázquez 1997:

86), impresiones que derivan de la vida, estas impresiones se combinan, se enlazan en la

mente del artista y estallan en impulsos llenos de vitalidad, en un instante el arte que

nació de impresiones está listo para expresar su propia esencia por medio de la materia.

De esta forma La obra de arte se transforma en realidad anímica (Westheim 1987: 7). Gracias

a esta realidad anímica la obra de arte se vuelve totalmente expresiva y por lo tanto el

arte puede ser considerado (según Levi Strauss) como lenguaje (Sánchez Vázquez 1997:

127). Pero este lenguaje difiere del hablado en intensidad de expresión, su relación con el

ser es mucho más directa y por su creación de impulsos vitales puede ser capaz de

transmitir una mayor cantidad de conceptos e inclusive conocimientos complejos, por

medio de la forma permeada de vitalidad puede hacerse visible el infinito en lo finito

(Sánchez Vázquez 1997: 127).

35

La vida y la muerte impresionan y marcan la existencia del ser humano, para

Schopenhauer, el arte es el calmante de la vida, por medio de éste puede escaparse al

sufrimiento inherente de la existencia, al hecho de la destrucción inminente, es el

bálsamo que nos suspende por un instante, que nos reconforta y tranquiliza ante la

paralizante actividad existencial. Nietzsche ve en el arte el estimulante de la vida, el arte

como creación del ser humano que lo impulsa a nuevas esferas del ser, lo transfigura

dotándolo de la única forma en que puede luchar contra la cruel existencia, la creación

lo vuelve un ser superior (Dieter Jahnig 1982: 177-178). Por medio de la interacción vital

de la creación el artista enriquece la vida e impulsa su existencia, imprimiendo valor a la

vida y sentido a la muerte.

En la actualidad el arte tiende hacia nuevas formas, su contenido y su forma es

imposible de separar de las condiciones actuales de la historia, pareciera que ha perdido

su ímpetu, tal vez en el arte comercial así ha sucedido, pero el arte verdadero, el que

nace de las impresiones existenciales que enrojecen la mente hasta la implosión, hasta

un paroxismo tal que el ser se manifiesta con vehemencia absoluta indicándonos su

inexorable valor, seguirá estando siempre vivo. Tal como dice Daniel Schneider:

Por fortuna el arte sigue vivo, y vive no solo con referencia a su tiempo, sino con referencia a su

clásico y perenne poder de verdad psicológica y de su belleza transformada y trascendente

(Schneider 1962: 17).

Este poder trascendente que se logra por medio del arte fue utilizado por las

civilizaciones antiguas para ordenar y poner en marcha su mundo, en este caso el arte

nace básicamente como una necesidad de comprensión, de asimilación y construcción

de una estructura que sustente la existencia y que impulse el desarrollo de la sociedad.

Las edificaciones antiguas están cargadas de gran emotividad plástica y vital, las

construcciones monumentales (pirámides, templos, etc.) tienen un carácter trascendental

(místico, mítico) y a la vez un carácter que sobrepasa al resto de las edificaciones, como

36

expresión de dominio (Jahnig 1975: 9-10). De esta forma el arte establece una íntima

relación con la sociedad y su estructura jerárquica, ayudando a la consolidación de la

cultura por medio de la expresión, además de constituir uno de los pilares de la vida

antigua, ya que como analizaremos más adelante, el arte antiguo es ante todo, un arte

religioso. Dieter Jahnig propone que en las primeras edades el arte aparece no como

mimesis, sino como ordenación del mundo, del conjunto de relaciones en que los hombres

conviven entre ellos y la naturaleza de la que dependen (Jahnig 1975: 15). Esta ordenación del

mundo era del todo indispensable, y el arte estaba ahí para expresarla y contribuir a su

enriquecimiento, por ello en las antiguas culturas el arte se vuelve necesario para el

fundamento de la religión y el estado. Como dice Paul Wheatley, el arte antiguo fue una

técnica al servicio de la liturgia (Heyden 1998: 21). El arte antiguo es esencialmente

religioso, sus manifestaciones buscan precisamente la exaltación religiosa, este es un

punto en el que debemos detenernos para analizar cual es la relación entre el artista y su

creación en los tiempos antiguos.

Para Paul Westheim Lo que determina la voluntad creadora no es la vivencia estética,

sino la religiosa (Westheim 1987: 157) y en verdad tal pareciera que la obra de arte

satisface a un conjunto y no a la individualidad. Es que en las culturas antiguas el

individuo era parte del conjunto, su visión no variaba en lo absoluto, podría su

imaginación enriquecer en ciertos aspectos las creencias pero en esencia eran las

mismas, debido a esto su expresión era la expresión de la colectividad, la aportación del

artista a su creación se encuentra en el estilo, en la forma que transmite los conceptos;

los conceptos forman parte de una trama cultural muy fuerte que por sí misma

determina las expresiones artísticas. La experiencia religiosa proporcionaba a la obra de

arte una intensidad mucho más fuerte que una obra del arte por el arte (Westheim 1987:

158). La formula era muy simple: la emoción religiosa era intensificada por la artística, la

emoción artística por la religiosa (Westheim 1987: 18). Este juego de intensidades brindaba

un poder excepcional a la liturgia y a los líderes religiosos, al mismo tiempo que

incrementaba la cohesión en la sociedad.

37

El arte prehispánico nos brinda magníficos ejemplos de este tipo de relaciones,

tanto de ordenación del mundo como de las relaciones sociales. El lugar donde

coexistían con mayor vehemencia el arte y la religión (sociedad) era en el rito, la danza,

la música, las creaciones plásticas y las oraciones permeaban el ambiente de

espiritualidad, en una magnifica explosión de vitalidad humana y natural. Pero cada

uno de estos aspectos era cuidado excepcionalmente por especialistas, las creaciones

prehispánicas tenían detrás a grandes maestros, cuya habilidad había sido conferida por

los años. El hecho de poder jugar con la visión para dar la impresión de realidad expresa su

dominio sobre los problemas mayores de la pintura (Pincemin 2008: 73). La utilización de 3

dimensiones, el gran realismo de los sujetos y objetos, confirman que nos encontramos

ante verdaderos artistas capaces de expresarse en gran cantidad de formas. Pero la

mayoría de las veces el arte prehispánico no busca la visión realista de la vida, su

realidad pertenece a otra esfera, la del mito, la de los espíritus, una realidad que

trasciende las formas ordinarias:

La apariencia física no es sino disfraz, fachada tras la cual se esconde la verdadera naturaleza.

Llegar hasta ella, detectarla, hacerla patente es el objeto del pensamiento y la misión del arte

(Westheim 1957: 28).

Por ejemplo, en el caso de la figura II. 1, el ser humano aquí representado

pertenece a una realidad no ordinaria, para nuestra cultura esta representación puede

ser considerada como extraordinaria, pero en el caso del arte prehispánico, la realidad es

un lugar sin limites, lo extraordinario es parte de la vida cotidiana, el hecho de que su

cabeza pueda colocarse en una posición inusual es muestra de que el arte aquí presente

manifiesta una cualidad del ser (prehispánico), donde las posibilidades son múltiples,

un espacio donde las apariencias nos indican parte de la profundidad misteriosa de la

vida, del cosmos. No es de extrañarse que las emociones humanas, así como sus

actividades propias sean aplicadas a otros seres, como los animales y en este caso los

perros (Figura II. 2), una pareja de perros bailando tomados de las manos, disfrutando

38

de un instante juntos, demostrándose cariño. Esta concepción de la vida nos devela una

cultura comprometida con la vida, donde nunca es suficiente una mirada, un lugar

donde las relaciones entre los seres son intensas e inabarcables, es por ello que es

necesario plasmar las múltiples posibilidades del ser, su incalculable complejidad está

presente en estas obras de arte prehispánicas. No es para nada fortuito que la visión de

una cultura pueda encontrarse plasmada en una obra de arte, capaz de definir por su

movimiento y composición toda una estructura mental que da sentido a la existencia de

una cultura determinada. Las líneas parecen permanecer juntas, un solo movimiento es

el encargado de proporcionar las cualidades de cada uno de los personajes, ahí donde

delimita el cuerpo de uno, ahí consigue liberarse para conformar y definir a otro, así

cada uno es la extensión de su igual, el espacio no se encuentra vacío, es abarcado por la

presencia de aquello que une el todo con la particularidad, por medio de un movimiento

inalcanzable que se deja ver en la forma y esencia de aquellos tres personajes (Figura II.

3).

Con respecto al arte maya hay que puntualizar que se trata de un arte cuyas

formas tienden casi siempre hacia las líneas curvas, esto imprime ese toque vital, de

incesante movimiento que es su principal cualidad y que lo caracteriza. Otra de sus

características es que muy pocas veces encontramos en sus artes visuales la presencia

del vacío, horror vacui, y cuando se encuentra, aun el mismo vacío cobra forma (imagen)

y es precisamente en esta cualidad en la que encontramos la correspondencia con su

medio natural en el que se desarrolla su cultura. No existe el vacío, aún el espacio, el

fondo tiene manifestaciones que afectan a la vida, es parte del complejo universo que lo

envuelve y permea todo. En la figura II. 4 el movimiento de las líneas nos indica

precisamente que el ser se manifiesta en todos los aspectos, incluso en el espacio, en el

fondo sobre el cual se desenvuelven las acciones humanas o divinas, todo se encuentra

terriblemente ligado entre sí, la creación no sería nada sin la destrucción, la noche sin el

día, la muerte y la vida necesitan estar conectadas, son una misma, el espacio y los

39

movimientos son formas, manifestaciones de un ser total, en realidad forman parte de

una composición que se encuentra fatalmente en movimiento.

Para describirnos esta impresión de la naturaleza sobre la imaginación y la

sensibilidad de los artistas mayas citaremos a Paul Gendrop y Alberto Ruz Lhuillier:

El arte maya central se nos presenta como un arte de contrastes, un fascínate mundo sensual e

inquieto… arte en consonancia con su exuberante selva tropical, de clima calido y húmedo

(opuesto al de la severa y reposada sobriedad geométrica de Teotihuacan) (Gendrop 1987: 126)

El medio tropical, fascinador y exuberante pudo agudizar la sensibilidad del artista maya,

despertar su fantasía y sensualidad, imprimiendo en su mente la agitación febril de la selva, las

vibraciones sutiles de la luz y sombras… el capricho de las formas(Ruz Lhuillier 1957: 64)

Aunque la línea ondulada fuera recurrente en el área maya no por eso era la

única ya que podía utilizarse invariablemente las líneas rectas o curvas de acuerdo a la

voluntad creadora del artista (Girard 1949: 1082). La selva había heredado a los artistas

mayas una imaginación febril, la suya era una visión en constante movimiento, sus

creaciones artísticas estaban en consonancia con la belleza de las montañas, los

incansables ríos y los incesantes sonidos de la misteriosa selva, un lugar habitado por

seres llenos de poder vital y destructivo al mismo tiempo, su percepción se basaba en

una realidad súbita, frágil, y al mismo tiempo ordenada y caótica, su mundo está en

constante cambio, las formas que lo habitan están compuestas de las mismas fuerzas de

la naturaleza, danzan continuamente con la vida y la muerte, se transforman y sobre

todo, cada una guarda una relación intensa con el ser total que se manifiesta en ellos.

Estas cualidades mentales se ven reflejadas en su arte, donde las formas son siempre

extravagantes y sugerentes, mientras su contenido radica esencialmente en lo inevitable

y la captura del incesante devenir. Si analizamos con detenimiento sus representaciones

encontraremos que en sus imágenes los artistas mayas manifiestan quizá de forma

40

inconsciente su concepción de la vida, podríamos decir gracias a las imágenes que para

los antiguos mayas todas las cosas están íntimamente conectadas entre sí, que guardan

relaciones invisibles que las mantienen en orden, es decir en un movimiento inagotable

(Figura II. 5).

Como arte religioso, el arte prehispánico necesita de elementos que faciliten y al

mismo tiempo reiteren las cualidades y la esencia que sus creaciones representan, para

ello es necesaria la utilización de los símbolos, cada una de las piezas formales que

integran la composición artística tiene un significado y mantienen relaciones profundas

con los elementos expresivos principales. Lo que crea siempre significa algo; revela algo

acerca del mito y de los dioses (Westheim 1991: 158). Como recurso expresivo, la creación

artística emplea frecuentemente la estilización, que destaca y subraya ciertos rasgos y suprime

todo lo demás como no característico (Westheim 1987: 48). De esta manera los elementos que

componen la obra de arte prehispánica buscan la manifestación esencial de las cosas,

tanto de los seres como de los lugares donde habitan. Demuestran cualidades que

difícilmente pueden percibirse de otra forma, es por ello que el arte antiguo era

imprescindible como medio de comunicación, de esta forma podía comprenderse de

una forma mas directa y concreta, las características de los rituales, de las escenas

mitológicas y sociales. Los artistas mayas crearon un medio de comunicación complejo

que les permitía de una forma más eficaz que la de cualquier otro medio de expresión,

comunicar las diversas relaciones en el cosmos, y que nos permiten aproximarnos a la

comprensión de su cultura de forma significativa. Por este medio podemos acceder a la

estructura tanto mental, como social de los antiguos mayas, comprender por ejemplo,

cual era el papel del ser humano en la naturaleza, y cuales eran los medios para poder

acceder a las fuentes del poder renovador de la vida y la muerte (Figura II. 6).

La utilización de este complejo sistema de comunicación visual no consistía

únicamente de formas, sino también de colores: In the maya World view, each quadrant of

the quadrilateral world is associated with a particular color: east/red, north/white, west/black,

41

and south/yellow (Bassie 1999: 14). Así la capacidad de expresión se ve enriquecida

cuando quiere representarse una de las cualidades de estas direcciones o señalar que el

ser o la acción corresponde a una de ellas; basta con pintar de negro un cuerpo para

señalar su afinidad con el Inframundo y la dirección de su entrada, al oeste. Pero su

complejidad no termina aquí, esta serie de relaciones conceptuales, esta construcción de

la realidad conlleva la utilización de múltiples elementos que favorezcan e incrementen

la estructura mental de la sociedad, se trata de un hecho inconcebible, por medio del

cual, la creación se reproduce y hasta cierto sentido comienza a jugar un papel

determinante en la mentalidad de la sociedad; cobra vida y existencia propia. Esta

característica no es única del arte, sino de toda la cultura en general, sobre ello

profundizaremos en otro capítulo. Otro de los factores implícitos en las cuatro

direcciones del universo es la ubicación o disposición que los elementos artísticos

adquieren, por ejemplo una serpiente bicéfala en posición horizontal tiene una de sus

cabezas viendo hacia el oriente representando el sol naciente y la vida, mientras la otra

en dirección contraria representa al sol poniente, en este caso, la muerte (Sharer 1999:

506). Estas manifestaciones no son únicas de la pintura o la escultura, se encuentran

presentes también en la arquitectura, varias de las edificaciones mayas tienen una serie

de elementos formales que reafirman sus cualidades sagradas, y además pueden

apreciarse en varios de estos edificios, una gran cantidad de escaleras, ya que

representaban el asenso o descenso, hacia el lugar de los descarnados.

En Tepantitla… Teresa Uriarte encontró que la escena del tablero se refiere al juego de pelota,

culminando en un sacrificio por decapitación y la del talud a los aspectos del inframundo…

(Esto) añadiría a las pinturas otro significado simbólico más, por la posición relativa que tiene el

muro: arriba el mundo terrenal y abajo el mundo inferior (Lombardo de Ruz 2001: 15).

Estos descubrimientos nos ayudan a entender la lógica seguida por sus acciones,

al parecer todo tiene un orden a pesar de las incesantes pulsaciones contradictorias en la

naturaleza.

42

Los conceptos que intervienen en la obra de arte pueden ser representados de

diversas formas, inclusive en un mismo sitio arqueológico pueden encontrarse los

mismos conceptos empleando diversas formas (Girard 1949: 1073). Esta característica

del simbolismo y su abundancia de formas es explicada por Karen Bassie en la siguiente

frase: While serpents were and still are used by the maya to represent water, water was also

depicted in more natural forms (Bassie 2002: 15). Esta compleja estructura presente en el

arte tenía como hemos visto diversas utilidades, una de ellas era facilitar la descripción de

estados que representan relaciones múltiples y complejas (Baudez 2002: 37); así las

expresiones plásticas nos muestran cómo era percibido el universo, cómo se encontraba

ordenado y dividido y cuáles eran las relaciones entre cada uno de sus elementos.

El arte prehispánico tenía una intensa relación con el sistema gobernante, era

quien lo creaba con varios fines, uno de los primeros fue darle sentido al mundo,

pensarlo y estructurarlo, en épocas posteriores el arte comenzó a ser diseñado para

sostener a la clase gobernante (Lowe 1982: 373). El arte como ordenación había cumplido

su cometido, muchas de las nuevas funciones del arte se basaban principalmente en la

vinculación del gobernante con las fuerzas creadoras y destructivas que emanaban de la

naturaleza, es decir, para enaltecerlo como un ser superior y que necesariamente tenía

que ser el gobernante. Aunque estas funciones son muy poco reprochables dada la

interacción y las bases ideológicas de la época, si podemos darnos cuenta de cómo con el

transcurrir del tiempo las expresiones y actividades van enfocándose únicamente hacia

el control y mantenimiento del poder social. Bien cabría hacer mención aquí a las

palabras de Terrence Grider

La visión de la historia aquí presentada implica el aumento gradual del poder político de los

individuos que están especialmente involucrados en el estudio del mundo material y espiritual y

versados en los símbolos empleados en ese estudio. Al aumentar su conocimiento, aumentaba su

poder (Grieder 1982: 174).

43

La mayoría de las creaciones artísticas estaban vinculadas con el gobernante, su

linaje y sus capacidades, expresando su autoridad para intervenir por medio de los

rituales en las fuerzas del cosmos. En el periodo Preclásico los Olmecas ya expresaban

en su arte estas relaciones de poder, en Chalcatzingo encontramos estas expresiones en

el relieve llamado “El rey” que representa a un dignatario sentado en la entrada de una

cueva en la montaña. En su conjunto esta escena representa la fertilidad de la tierra, por

ello se observan volutas emergiendo a manera de viento y las nubes de lluvia sobre la

cueva, así como la vegetación. Lo que nos parece significativo es que el atavío del

gobernante esté decorado con gotas de lluvia (Grove 2007: 34), que esto suceda no es de

ninguna manera casual (en el capítulo 4 retomaremos este aspecto con mayor

profundidad) ya que es la Imagen de quien, en representación de la deidad, tiene el poder – a

través del ritual – sobre la fuente del preciado liquido; situación que le confiere un poder real

dentro de su sociedad (Lombardo de Ruz 2001: 13). Lo que nos demuestra que desde

tiempos preclásicos el arte está vinculado esencialmente al servicio de la clase

gobernante que por medio de él sustentaba su poder político. Aunque este ejemplo es

bastante significativo, necesitamos profundizar en el valor simbólico, para comprender

con mayor precisión como pudo adaptarse y revalorarse su utilidad expresiva.

Paul Westheim señala que El recurso expresivo de que se sirve el arte prehispánico de

México para plasmar sus concepciones religiosas es la forma simbólica (Westheim 1987: 14).

Una gran variedad de símbolos recubren el arte prehispánico, los encontramos en todas

sus manifestaciones; tal como menciona Paul Westheim el símbolo es la base expresiva

de este arte antiguo, la importancia y valor del símbolo radica en que permite la

representación de un conocimiento profundo y en este caso espiritual. Según Cassirer

los símbolos comunican un pensamiento vinculando un contenido literal con otro implícito

mediante su analogización (Beuchot y Velazco 2001: 19). En el símbolo el significado

penetra la forma, lo hace presente de una forma total, lo imita en un instante, la

intensidad a la que es sometida el espectador lo involucra en el conocimiento, le hace

sentir y comprender lo que de otra manera permanecería oculto. También para Hegel el

44

símbolo era la profundidad que puede percibirse por medio de la expresividad de la

forma. Tatiana Proskouriakoff encuentra que en el arte prehispánico por medio de la

utilización libre de los símbolos pueden describirse varios acontecimientos o

condiciones sociales, así como su relación con el orden del universo (Lowe 1982: 320).

Para Ernst Cassirer la humanidad inevitablemente tuvo que comenzar por los

mitos y los símbolos: Los pueblos primitivos no pensaban en conceptos sino en imágenes

poéticas, hablaban fabulando y escribían jeroglíficos (Cassirer 1963: 228). Para las primeras

civilizaciones las expresiones estaban fuertemente vinculadas al sentir religioso y eran

en este sentido, profundas, su arte, su lengua, su pensamiento buscaba la esencia del ser

y la naturaleza, todo ello solo es posible entenderlo por medio de los símbolos: Eran la

imagen de un cosmos que había sido imaginado así durante siglos; pero que ahora era captado

dentro de los lineamientos estilísticos de una muy firme corriente de expresión estética (López

Austin 1999: 44). Este es el caso de la greca escalonada, cuyo simbolismo está presente

en toda Mesoamérica e incluso en gran parte de América Latina. En el siguiente capítulo

describiremos sus diversas manifestaciones formales, así como los contextos con los

cuales se relaciona de manera profunda.

45

FIGURAS CAPÍTULO II

FIGURA II. 1

FIGURA II. 2

FIGURA II. 3

46

FIGURA II. 4

FIGURA II. 5

FIGURA II. 6

47

CAPÍTULO III

LA GRECA ESCALONADA UNA REVISIÓN DE FORMAS Y CONTEXTOS

Las fuentes que utilizaremos para el análisis serán los vestigios arqueológicos,

básicamente cerámica, códices, murales, dinteles, estelas y monumentos arquitectónicos.

En este caso habrá que tomar en cuenta las limitantes en las fuentes relacionadas a los

periodos Preclásico y Clásico Temprano para algunas zonas de Mesoamérica, y

específicamente el área maya. En este capítulo distinguiremos las diversas formas y

composiciones con las que se representaba a la greca escalonada, describiremos los

contextos en los que se encuentra, haciendo una separación entre Contextos Generales

(éstos corresponden a los materiales sobre los que se realizó el trabajo artístico, así como

su ubicación espacial) y Contextos Específicos (en este caso se trata de la composición

iconográfica en la que se sitúa el símbolo de la greca escalonada). Por último se

localizará tanto espacial como temporalmente el desarrollo de la greca escalonada en sus

composiciones y contextos, especificando las igualdades y diferencias en dicho proceso.

Este capítulo esta dividido en 4 partes: en el primero se busca el origen formal de la

greca escalonada, en el segundo se abordaran las diversas formas y composiciones, los

contextos serán descritos en el tercer apartado y el cuarto está dedicado a definir los

tiempos y espacios en los que se encuentra la greca escalonada en la cultura maya.

ORIGEN FORMAL DE LA GRECA ESCALONADA

Ya Hermann Beyer en su estudio de la greca escalonada, había dividido

formalmente a este símbolo en tres elementos: la escalera, el gancho y el centro. En

nuestro análisis partiremos de la división propuesta por Beyer, pero en este caso

específicamente para el área maya, donde el tercer elemento es poco frecuente, salvo

algunas excepciones que en el apartado siguiente analizaremos. Así que nosotros hemos

48

decidido tomar para la descripción de la forma una división en dos partes; la escalera y

el gancho:

La mayoría de los investigadores coinciden en que la cultura olmeca irradió su

cosmovisión a varias sociedades mesoamericanas, cada una de ellas imprimirá su sello

específico, en este sentido la cultura maya puede considerarse como heredera de esa

tradición cultural. Entonces, es lógico suponer que el origen de los elementos que

componen la greca escalonada pueda encontrarse en las representaciones artísticas de

los olmecas y los llamados grupos olmecoides o de transición. Así, en Izapa para el

periodo Protoclasico encontramos monumentos de piedra en los que se pueden observar

en su mayoría escenas rituales, mitológicas y de poder político. En este mismo sentido

La Mojarra y Chalcatzingo serán de gran ayuda para encontrar los elementos que

buscamos. Veamos primeramente donde podemos localizar los Ganchos. Para el caso

del gancho contamos con una gran cantidad de monumentos en Izapa que demuestran

que fue notablemente utilizado por esta cultura. Solo algunos ejemplos para poner de

manifiesto esta afirmación:

49

En cada una de estas imágenes, observamos que un elemento compuesto por una

línea horizontal y dos ganchos en cada uno de los extremos aparece en la parte inferior

de las imágenes, sobre este elemento se encuentran representados personajes en escenas

rituales y al parecer, en la primera y la última, en un contexto mitológico. Es interesante

notar que el interior de este elemento con ganchos esta decorado con líneas y círculos

muy parecidos a los que Westheim menciona como característicos de la tierra (Figura

I.4). Ahora veremos las formas escalonadas.

Las formas escalonadas no son características del área maya temprana y entre los

olmecas no tenemos mayores representaciones al respecto, sin embargo en una tablilla

de piedra aparece una figura escalonada que para Enrique Florescano representa a la

primera montaña (Florescano 2004: 31). Nosotros consideramos que esta propuesta es

acertada debido no solo a la composición iconográfica en la que se localiza la imagen,

también por que esta forma es utilizada con posteridad por los teotihuacanos y

zapotecas para representar a las montañas.

De esta forma los escalones quedan ligados a las montañas y en este sentido a la

tierra. El monumento No 1 de La Mojarra también nos proporciona más pistas. Se trata

de una serie de � erat� que acompañan a una estela donde aparece un gobernante. En la

serie glífica de estilo epi-olmeca, en la columna “T”, podemos observar un elemento en

el que al parecer se encuentran reunidos los elementos que posteriormente conformaran

la greca escalonada.

50

En la figura que aquí presentamos ese elemento aparece resaltado con color

negro. Según Justeson y Kaufman este elemento puede leerse como earth (Kaufman y

Justenson 2001: 27), y efectivamente, los elementos que lo componen son muy parecidos

a los que posteriormente aparecerán desarrollados en el arte maya para designar a la

tierra.

El símbolo está compuesto por dos ganchos unidos por una línea que cobra una

forma escalonada, esta forma es conocida por los académicos como la hendidura de la

tierra o la abertura de la tierra.

Quizá el origen y la unión de estos dos elementos (Escalera y Gancho) se

desarrolla en el periodo Preclásico, como en el caso del monumento No. 1 de La

Mojarra, donde la escalera y el gancho se unen para construir un solo elemento formal.

A continuación reproducimos la Figura 4.3 del texto de Julia Guernseg (2006), en él se

presentan los motivos que durante el Periodo Preclásico funcionan como elementos para

designar a la tierra, en esta tabla podemos observar la continuidad formal entre el

Preclásico Medio y el Tardío (Guernseg 2006: 78).

51

Estos elementos iconográficos nos demuestran la continuidad formal y

conceptual que se tenía en el periodo Preclásico para designar a la tierra. Los ganchos

son con frecuencia utilizados, mientras que las líneas escalonadas no, sin embargo la

estela No. 1 de La Mojarra nos indica una ampliación del elemento terrestre, en ella

aparece el símbolo de los ganchos con una hendidura en su centro, lo cual sugiere una

adaptación no solo formal, sino también y principalmente conceptual. Entonces es

probable que de esta última forma se haya derivado la creación de la greca escalonada

en el periodo Preclásico Tardío.

52

FORMAS Y COMPOSICIONES

En este apartado abordaremos las diferentes formas y las consiguientes

composiciones que se producen por la combinación de los elementos formales de la

greca escalonada. Consideramos que la forma de la greca escalonada es la que

determina las diversas composiciones, la peculiaridad de este elemento más la constante

innovación de los artistas mayas hizo que nacieran las diversas formas que adopta la

greca escalonada. Esta relación ente formas y composiciones la iremos analizando y

ejemplificando a medida que describamos cada una de ellas. Hemos dividido este

apartado en 2 partes, en la primera describiremos las formas que a nuestro parecer

existen en el arte maya para la greca escalonada, en la segunda indicaremos cuales son

las composiciones que a su vez fueron utilizadas por los mayas. A continuación una

definición de lo que hemos de entender por forma y por composición:

Forma: apariencia externa de una cosa, aspecto en el que se expresa algo (Diccionario

Enciclopédico Océano: 2001). Es decir, como forma tomaremos los diferentes

movimientos lineales de los que se compone la greca escalonada como elemento formal

y estético.

Una línea ascendente, desplegada en intervalos regulares (en

este caso 3) hacia una dirección inclinada a la derecha, más o

menos a 30 grados, esta ascensión regular se irrumpe para

moverse horizontalmente por unos momentos, después de los cuales desciende

bruscamente para enrollarse sobre sí misma, todo en un claro aspecto formal de

contradicción de elementos.

53

Ahora veamos lo que entenderemos por composición:

Composición: Arte de agrupar las figuras y formas para conseguir el mejor efecto, según

lo que se haya de representar, modo, manera, uso. Manera de enlazar los giros o periodos para

expresar los conceptos y las imágenes (Diccionario Enciclopédico Océano: 2001).

Como hemos señalado, las composiciones serán básicamente la manera en la que

se usa la forma de la greca escalonada para realizar estructuras formales más complejas,

donde la forma de la greca escalonada queda determinada y determina a su vez la

composición que se va a utilizar. Como veremos en el apartado “Tiempo y Espacio”,

estos estilos corresponden a ciertos aspectos culturales e históricos, es decir, a tiempos y

espacios definidos y en ocasiones móviles.

Estos son ejemplos de composiciones desarrolladas en el Clásico Tardío y

Posclásico:

A esta manera de representar a la greca escalonada la hemos denominado

composición de Espejo. La composición tiene que ver básicamente con la manera en la

que el artista usa la forma de la greca escalonada para llevar a cabo un lenguaje visual

mucho más complejo. De esta forma analizaremos cuales son las composiciones

utilizadas por los artistas mayas.

Ahora que hemos explicado los significados de forma y composición, así como la

manera en la que emplearemos estos conceptos, pasaremos a la descripción de cada uno

de ellos, basándonos en las fuentes arqueológicas.

54

FORMAS

Antes de comenzar a enumerar y describir las diferentes formas que encontramos

en el área maya, es necesario aclarar un punto: las formas dependerán en primer

termino de la voluntad creativa del autor y de su intención; en segundo lugar, estas

formas estarán determinadas por la técnica y la superficie sobre la que se vaya a realizar

la representación, es decir, no es lo mismo pintar que esculpir, en cada uno de ellos se

necesitan diferentes técnicas y condiciones específicas. Adoptando el análisis formal que

hace Hermann Beyer, separamos los elementos que componen la greca escalonada en

Escalera y Gancho y describiremos en qué consisten cada una de sus formas, no sin

mencionar cuando sea necesario las relaciones entre estos elementos que conforman

una unidad.

ESCALERAS

Son fundamentalmente 3 las formas en las que se representan las escaleras y tiene

que ver básicamente con el número de escalones:

• 2 escalones

• 3 escalones (forma básica)

• Mas de 3 escalones

Existe una cuarta forma para la escalera pero ésta tiene una relación entrañable

con el gancho, así que la trataremos de manera separada y conjuntamente con la forma

del gancho. Aunque la división que hemos hecho para la descripción de las escaleras

tiene que ver esencialmente con el número de escalones que las componen, también

mencionaremos como en ciertas manifestaciones del arte, principalmente en la cerámica,

el movimiento de la línea puede cambiar, derivar de una línea recta a una curva o a

formas poco comunes, esto debido al manejo que el artista hace de su espacio, así como

también debido al desarrollo temporal y espacial de la cultura.

55

3 Escalones o Forma Básica

La forma básica de la escalera es con líneas rectas y con un numero de escalones

definidos (3), esta forma básica la hemos tomado, como es de suponerse, por que

aparece mayor numero de veces y en diferentes expresiones materiales (vasijas, murales,

arquitectura, estelas).

En esta imagen se observa que los escalones están

construidos por líneas rectas y cuentan con 3 peldaños, el

último de ellos forma a su vez el gancho. Como veremos,

en la arquitectura no hemos encontrado otra forma que no

sea la de líneas rectas (Fotografía de Stuart Rome).

2 Escalones

Aunque en menor medida, encontramos grecas escalonadas con solo 2 escalones,

éstas se encuentran principalmente representadas en cerámica y la encontramos una vez

en el códice de Madrid.

Podemos apreciar en ésta imagen (Foto:

Michael Carterwood) cómo, después del

primer escalón, el segundo se prolonga

formando así la parte del gancho, aunque por

la forma en la que se encuentra dispuesto el

primer escalón y la forma del segundo escalón-

gancho pareciera que se tratara de un solo

escalón con un gancho. Hemos tomado como

referencia para el análisis formal de la escalera

56

la ascensión de la línea en el dibujo, de tal forma que en esta imagen se cuenta con dos

ascensiones.

Más de tres escalones

Estas representaciones de la greca escalonada estarán presentes con mayor fuerza en la

arquitectura y en la cerámica. Estas formas cobran sentido al tener en cuenta la relación

que después analizaremos Monstruo Witz–greca escalonada. En la imagen aquí

presentada se reproduce la estructura

principal del sitio Rancho Pérez, Yucatán.

Podemos observar como la ascensión de la

línea por la escalera se vuelve más corta

debido al número de los escalones. En el caso

de la greca escalonada que se encuentra a un

lado de la puerta los escalones suman 4, pero

hay ocasiones en las que pueden ser muchos más como es el caso de las grecas que se

localizan sobre la puerta (Figura tomada de Baudez).

Escalera y gancho separados

Esta forma es muy poco socorrida, por lo menos solo la hemos encontrado en la

arquitectura de Uxmal y de Chichen Itza, en la primera responde a una manifestación de

ruptura e innovación artística, en la segunda esta forma esta adecuada a las exigencias

arquitectónicas del complejo monumental en el que se encuentra este símbolo. Como se

puede apreciar, esta separación gancho-escalera se hace evidente al seguir la línea

formal del símbolo, en la primera imagen asciende en dos ocasiones para que el tercer

escalón que a su vez formara el gancho, quede separado haciendo evidente que se trata

de dos elementos unidos para formar uno solo. Este tipo de forma corresponde a un

periodo tardío, el Posclásico, donde las innovaciones artísticas trascienden

principalmente en arquitectura. Así, cuando vemos la siguiente imagen proveniente de

57

Uxmal, nos percatamos que el artista juega con la visión del espectador, creando nuevas

apariencias; el gancho alejado ligeramente de la escalera queda unido espacialmente a

ella ya que la distancia entre los escalones y el gancho son idénticas en todas partes, la

propuesta del artista es esa línea que parece remarcar profundidad en la parte interna

del gancho.

En el caso de la imagen, que a continuación se reproduce, la forma separada de la

escalera y el gancho trata de pasar casi inadvertida, es obvio que el artista trató de que

esta ruptura no fuera evidente, su intención era mostrar a la greca escalonada en la

misma forma en que aparecen más abajo, pero su misma voluntad artística hizo que las

grecas de arriba tuvieran que ser separadas en dos partes para que pudiera realizar tal

creación arquitectónica. Esta complejidad arquitectónica será una de las reglas en las

principales ciudades del área maya en el periodo Posclásico.

58

Aunque la mayoría de las veces los

escalones que forman la greca escalonada

son en líneas rectas, también los hay

aunque en inferior medida de forma

redondeada y en menor escala en formas

“extrañas”, esto tal vez debido a que el

complejo artístico así lo requiere para

satisfacer la voluntad del artista.

Como podemos apreciar en este plato

funerario (K2995 –Justin Kerr) el ritmo de

las líneas tiende mucho más hacia las líneas curvas, esto queda claro en el centro del

plato y en la parte derecha de la imagen donde precisamente se encuentran las grecas

59

escalonadas. La parte izquierda es por voluntad del artista y por una condición

contradictoria, un espacio formado por líneas rectas, esta variación nos indica la gran

capacidad creadora del artista para producir efectos visuales en los espectadores, así

como su necesidad por establecer conceptos contradictorios y a su vez complementarios.

En esta cerámica policromada

perteneciente al Clásico Temprano

(K6221), que es por demás interesante,

encontramos unas series de grecas

escalonadas cuyos escalones están

formados por líneas rectas pero

ligeramente inclinadas, dando el aspecto

de ser puntiagudas; esta forma responde

muy probablemente a la voluntad del

artista al momento de trazar las líneas ya

que si ponemos atención las líneas

totalmente horizontales solo aparecen en las divisiones espaciales de las diferentes

imágenes representadas en esta cerámica.

GANCHOS

Recordemos en este punto que el gancho de la greca escalonada deriva de los

dobles ganchos unidos por una línea horizontal que representaban la tierra en el arte de

Izapa. Tal como en Izapa los bucles podían tomar formas completamente enrolladas y a

veces semi enrolladas, en el área maya sucederá lo mismo, los ganchos pueden tender a

enrollarse más o menos según lo quiera representar el artista, dependiendo también de

las relaciones formales del conjunto en que se encuentre.

60

Los ganchos forman un aspecto esencial en la relación forma-composición ya que

serán estos los que influyan en la utilización de algunas de las composiciones que

analizaremos en el apartado siguiente. Las formas de ganchos más recurrentes en el área

maya son: Enrollado Medio, Enrollado Total, y Curvo

Enrollado Medio

Esta forma del gancho es muy usada, tiene una forma parecida a una letra “C”

invertida, y tal como designamos en su nombre, este gancho no se enrolla totalmente

sobre sí mismo, su movimiento es mas corto y fino. Tal como hemos propuesto

anteriormente, las relaciones entre formas y composiciones son muy grandes en el caso

concreto de la greca escalonada, la forma del enrollado medio del gancho será utilizada

a su vez para componer lo que será la composición “contrapuesta”, tal como podemos

observar en las imágenes siguientes (Imágenes tomadas de: Verlag Philipp Von Zabern;

Schele and Miller), donde el gancho no solo no se enrolla por completo, sino que guarda

una distancia media en el total del espacio vertical de la greca para que de esta forma el

estilo “contrapuesto” pueda cobrar sentido al poder derivarse 2 grecas en sentido

invertido.

61

Enrollado Total

Se trata de un gancho que tiende a enrollarse sobre sí mismo en forma de espiral,

esta forma es bastante socorrida principalmente en arquitectura (Estructura principal de

Rancho Pérez. Imagen tomada de Baudez). La espiral que forma el gancho puede variar

prolongándose de acuerdo a la voluntad del artista.

Gancho Curvo

Aunque un poco inusual, esta forma está presente en su mayoría en la cerámica.

Puede comprenderse por medio del análisis formal que esta representación curva del

gancho corresponde a la voluntad creadora del artista. Cuando nos referimos a gancho

curvo, estamos haciendo alusión a la forma de la línea del gancho, esto es, en una

manera semi circular, sin ángulos, a diferencia de la línea recta, tal como podemos

observar en la imagen siguiente. Aunque solo contamos con un par de ejemplos de esta

forma no es para pensar que esta no se encontrara

difundida en el área maya, la mayoría de las veces la greca

escalonada con gancho curvo está acompañada por

escalones dispuestos en la misma forma, con ligeras

esquinas redondeadas, esto podemos concluirlo debido a

que en otras partes de Mesoamérica, como el valle central,

encontramos estas manifestaciones formales de la greca en

este sentido. La imagen representa uno de los ejemplos en

que tanto las escaleras como el gancho tienden hacia la

curvatura de sus bordes. (Foto de Michel Zabé).

62

FORMAS SINGULARES

Mencionaremos ahora representaciones poco usuales de la greca escalonada.

Aunque en menor medida de aparición estas formas nos ayudan a comprender que la

voluntad creadora proveniente de la imaginación del artista es una de las principales

causas formales. De esta manera puede haber un gran número de representaciones en

formas y composiciones sobre un mismo concepto, esto es lo que precisamente sucede

con la greca escalonada, puede alcanzar variaciones en la forma del gancho y de la

escalera, incluso hasta un punto mucho más abstracto, como en la siguiente imagen

(Fotografía toma de Justin Kerr).

En muchas ocasiones los ganchos pueden tender a ser más largos que los escalones,

otras veces los escalones pueden tender más hacia lo horizontal que hacia lo vertical. Tal

y como hemos mencionado la mayor variedad de formas se encuentra en la cerámica.

(Imágenes tomadas de Pérez-Rosales; Justin Kerr).

63

COMPOSICIONES

Encontramos que entre los mayas existe una constante a realizar

composiciones entre varios elementos simbólicos, esta complejidad aumenta a medida

que transcurre el tiempo y sirve principalmente como un método para enfatizar y

aclarar las relaciones que se representan en las diferentes escenas. Las composiciones

emanaran principalmente de las relaciones conceptuales que el artista quiera comunicar,

así como de su voluntad creadora. Las composiciones que encontramos son:

1.-Contrapuesta

2.-Reflejada

3.-Serie Horizontal

4.-Conjugadas

5.-Alternadas

6.-Serie Vertical

7.-Individual

Aunque estas composiciones pueden aparecer invariablemente en diversos

materiales, hay algunos que son más frecuentes en la arquitectura, como es el caso de la

greca escalonada en Serie Horizontal, o las Reflejadas.

Contrapuesta

La composición Contrapuesta está estructurada por una

serie de grecas escalonadas dispuestas en forma horizontal,

cada una de ellas guarda un ritmo específico en espacio y

movimiento; la forma peculiar de la greca escalonada al

colocarla en una serie lineal y dejando un espacio entre cada

una de ellas da cómo resultado una apariencia doble donde

las grecas escalonadas pueden verse contrapuestas, esto se

logra al establecer el fondo horizontal sobre el que van las

64

grecas de un color diferente al de la línea que se sobrepone al fondo. Esto puede

apreciarse en esta imagen donde una serie en color negro contrasta con otra en un color

más claro dando como resultado una de las composiciones más peculiares de la greca

escalonada; la composición contrapuesta (K2085).

Reflejada

Se trata de una composición muy peculiar debido a las relaciones conceptuales y

visuales que en él se encuentran, además en esta composición solo se utilizan dos grecas

escalonadas que pueden estar reflejadas de dos maneras diferentes, pueden encontrarse

reflejadas por el gancho o por la escalera (es en esta composición donde encontramos

uno de los principales elementos acerca del origen de la greca escalonada, debido a esto

trataremos este problema en el siguiente apartado de tiempo y espacio). El nombre de

reflejada nos parece el más adecuado ya que la sensación visual causada por esta

composición es parecida a la de un espejo.

Esta composición la hemos encontrado

principalmente en los complejos

arquitectónicos como es el caso de

Palenque y Labná. Ello no quiere decir

que no fuera aplicado en la pintura de

cerámica o de murales. Esta imagen

corresponde a una estructura de Dzibiltún

donde puede apreciarse claramente esta

composición (De La Fuente 2001).

65

Serie Horizontal

La serie horizontal corresponde precisamente a una línea horizontal de grecas

escalonadas, pero que a diferencia de la serie contrapuesta no pueden observarse otras

grecas inversas, ya que en esta composición las grecas horizontales no dejan el espacio

necesario para que se pueda apreciar la otra línea inversa característica de la

composición contrapuesta, es decir estas grecas están demasiado pegadas las unas de las

otras. Se encuentra presente principalmente en arquitectura, cerámica y grabados.

(K8798).

Conjugadas

Esta manera de representar a la greca escalonada esta representada con gran

frecuencia en los dinteles, esto puede deberse a que, como se vera en seguida, aparece

en la indumentaria de los gobernantes, la cual tiene que ser bastante ataviada. Se tratan

de grecas escalonadas representadas conjuntamente con otros elementos iconográficos.

En esta imagen (Schelle and Miller 2001)

podemos apreciar a la greca escalonada

conjugada con dos elementos más, la

secuencia es de una greca escalonada seguida

de la mitad de una cruz y una cuerda

anudada.

66

Podemos apreciar en este dintel de

Yaxchilán cómo la greca escalonada

que aparece en la vestimenta del

gobernante está conjugada al igual

que la imagen anterior con 2

elementos más, en esta ocasión la

secuencia es de un círculo más unas

bandas cruzadas, otro círculo y una

greca escalonada.

Alternadas

Esta composición a diferencia de la anterior (conjugada) aparece con más

frecuencia en la cerámica. Son grecas escalonadas que se encuentran intercaladas con

otro elemento. Aunque también lo encontramos en grabados.

67

En estas imágenes podemos observar lo que ya anteriormente mencionamos, en

el primer caso una gran greca escalonada está alternada con una especie de nudo. En la

segunda imagen las grecas escalonadas están seguidas por una composición de 2 puntos

en línea horizontal seguidos por varios puntos verticales a los que inmediatamente

sigue una flor de 4 pétalos con centro circular y cuatro puntos negros en cada uno de sus

pétalos, en seguida otros puntos negros se encuentran en forma vertical. Hemos tomado

esta imagen como un ejemplo de la composición alternada ya que consideramos que los

puntos negros dispuestos en manera horizontal y vertical forman un solo conjunto con

la flor de 4 pétalos, como resultado tendríamos únicamente 2 símbolos: la greca

escalonada y la flor en compañía de los puntos negros.

Serie Vertical

Esta composición es la más inusual en el arte maya, básicamente se trata de 2 grecas

escalonadas en serie vertical, aunque con variantes ya que a veces las grecas se tornarán

inversas o en posiciones “raras”.

En esta imagen de Uxmal aunque al parecer se trataba de una serie de grecas (más de 2)

en sentido vertical, aquí únicamente pueden apreciarse dos.

En esta vasija, que reproducimos a continuación, podemos ver otra de las variantes de

esta composición ya que son 2 grecas escalonadas en serie vertical, en este caso

invertidas (K7433).

68

En esta otra vasija (K5211) apreciamos dos representaciones que enmarcan

escenas rituales, ambas están en serie vertical, aunque la posición de las grecas son

“extrañas”: en la de la izquierda, ambas grecas tiene formas poco ordinarias y podría

decirse que tal vez el artista no pudo medir bien el espacio ya que, en las de la derecha,

la primera greca puede apreciarse con claridad, pero la segunda que se encuentra

invertida está limitada por el espacio mientras que el gancho queda demasiado corto.

Greca Escalonada Individual

Esta composición es la más sencilla ya que

solo aparece una greca. En este mural de

Bonampak (De La Fuente 2001) podemos ver que

la greca escalonada aparece en la ropa de uno de

los combatientes, el tamaño de la greca se adapta

al tamaño del lugar donde aparece, ocupando casi

todo el tamaño de dicho espacio.

69

CONTEXTOS

En este apartado analizaremos los diversos contextos en los que aparece la greca

escalonada, para ello haremos una diferencia entre Contexto General y Contexto

Específico. En el Contexto General abarcaremos el lugar en el que se encuentra la

expresión artística como arquitectura, cerámica, dinteles, murales, estelas, etc. y la

relación que cada una de éstas guarda con la visión social, politica y cultural de la

cultura maya. Por Contexto Específico entenderemos el lugar que ocupa la greca

escalonada en la composición iconográfica donde aparece, los diversos elementos que la

acompañan y la relación que guarda con cada uno de ellos.

Los contextos generales son los lugares tanto espaciales como materiales donde

se encuentran las obras de arte mayas, en algunos casos los contextos harán referencia

también a las relaciones que mantengan las creaciones con la cosmovisión. En cuanto al

espacio nos referimos por ejemplo, en el caso de la cerámica, al lugar en el que fue

hallada, varios de los platos y cajetes tratados en esta investigación provienen de

contextos funerarios (Tikal, Uxactun, Monte Albán, etc.), también se analiza el uso al

que estaban destinados estos elementos. La arquitectura es tratada en un contexto

cosmogónico donde encuentra una relación directa con los elementos geográficos del

área maya. Los dinteles, estelas, murales y códices se agrupan también en un contexto

cosmogónico. Cada una de las fuentes cuenta con un respaldo histórico que

consideramos como amplio, esto nos permite comprender de una forma más simple y

directa las diversas relaciones entre las obras de arte y la vida de los artistas mayas y en

general nos proporciona una visión general de las creaciones artísticas en la cultura

maya. En este sentido cada uno de los contextos generales monumentos arquitectónicos,

cerámica, dinteles, estelas, murales y códices, están estudiados desde un contexto más

profundo, el histórico, lo cual permite una perspectiva muy completa del fenómeno

estudiado.

70

En seguida trataremos los contextos específicos que serán básicamente cuatro:

Militares, Palaciegas, Mitológicas y Rituales.

Militares

Esta figura (De La

Fuente 2001)

corresponde al

llamado Mural de

los Guerreros en

Chichen Itza. En éste

mural podemos apreciar una escena de combate, esta batalla se lleva a cabo en unos

cerros, debajo de ellos hay árboles y plantas. Resulta interesante apuntar que en el

extremo izquierdo del mural aparece representada una serpiente de cuyas fauces sale un

personaje con un escudo pero sin armas para la pelea. Desgraciadamente el mural está

deteriorado y no puede observarse el rostro y varias partes limítrofes, sin embargo

podemos deducir por las partes conservadas que los 3 personajes que aparecen del lado

izquierdo (el lado donde se encuentra el personaje saliendo de la serpiente), son los

rivales de los guerreros que aparecen representados sobre las montañas, además las

inclinaciones de sus cabezas nos hace recordar una de las clásicas batallas en las que un

ejercito se atrinchera en los cerros para poder emboscar a sus enemigos lanzando sus

flechas desde arriba, tal parece ser la escena. Ahora bien, en este mural los guerreros que

se encuentran en los cerros llevan sombreros, lanzas y escudos, al parecer todos llevaban

la representación de la greca escalonada, pero por el estado del mural solo puede

hacerse claramente evidente en 5 de ellos, la greca está dispuesta de forma vertical

ocupando casi todo el largo de los escudos.

71

En otro mural (De La Fuente 2001), esta vez en Bonampak, en el cuarto 2, aparece

representada una batalla, en la que claramente se observa como los señores (ricamente

ataviados) tienen agarrados del cabello a otros personajes que son los prisioneros, en la

parte media baja de esta imagen, se puede observar como un señor que lleva un traje

rojo y tocado de lo que parece ser un tapir también en color rojo, lleva una greca

escalonada a la altura del hombro, es una clásica greca escalonada de tres escalones, el

gancho es bastante prominente.

En ese mismo mural que ocupa todo el cuarto, y que se refiere al mismo

acontecimiento, aparece otra vez el mismo personaje

portando la greca, pero no nos detendremos otra vez

en él, ya que cerca de este personaje hay otro más que

está sometiendo al prisionero por los cabellos, además

de amenazarle con una lanza, este personaje lleva

tocado y lo que podría ser una faldilla, en la parte

superior de ésta a la altura de la cintura lleva una serie

de grecas escalonadas de color negro, sobre un fondo

blanco.

72

En la vasija K2206 del catálogo de Justin Kerr está representada una escena de

procesión militar, todos los participantes aparecen ricamente ataviados, la escena resulta

un tanto confusa, pero al parecer la parte principal de la representación se encuentra en

el centro, donde un personaje que lleva una lanza y un tocado de animal somete a otro

que tiene la cara pintada de rojo y ropa negra que a su vez tiene agarrada la lanza del

primero; mientras todo esto sucede la mayoría de los personajes de ambos lados

observan atónitos esta situación.

Lo interesante es que tal parece que el personaje que amenaza y mantiene tomado

de los cabellos a otro con la cara en color rojo porta una especie de fajilla donde pueden

verse representadas unas grecas escalonadas en color negro. Pero no es el único, a la

derecha se encuentra un personaje con un sombrero, donde pueden verse 2 grecas

escalonadas en color negro. Toda esta escena se encuentra detenida en una acción clave.

Otra parte interesante de esta imagen es que cerca de donde está este personaje con las

grecas escalonadas en su “sombrero” se encuentra en la parte inferior un mascaron del

Monstruo de la Tierra, aparece en segundo plano, detrás de los personajes que se

encuentran inmediatamente antes de él.

73

Palaciegas

Son varias las vasijas de la colección de Justin Kerr, que presentan a la greca

escalonada en escenas de palacios. La K5505, es una de ellas.

En esta vasija se encuentra representado un señor sentado al que se le ofrecen

regalos, del lado derecho del señor y pegado a él se encuentra un personaje también

sentado que ve a una mujer parada inmediatamente a su lado, esta mujer lleva consigo

un vaso que parece ofrecer al personaje que se encuentra sentado. Del lado izquierdo

puede apreciarse a 3 personajes, el que se encuentra más cerca del señor está

ofreciéndole un presente que este queda observando, mientras que más a la izquierda

un personaje sostiene una manta que un enano toca alegremente. Lo que resulta

interesante para nuestro análisis es que tanto la ropa que lleva puesta el personaje

sentado al lado del señor tiene en una orilla 2 grecas escalonadas; como la de la mujer

que se encuentra a su lado, las grecas aparecen en la orilla de su vestido. De la misma

forma en el lado opuesto de la imagen el personaje que sostiene la manta lleva en su

vestido una serie de grecas escalonadas, también la manta que sostiene y que el enano

acaricia tiene en su orilla una serie de grecas.

74

La vasija K868 muestra a un gobernante en su trono, junto con otros personajes

que parecen ser sus sirvientes.

El señor se encuentra sentado en su trono que tiene como base un mascaron del

Monstruo de la Tierra, justo enfrente de él se halla un personaje que le rinde pleitesía, de

su lado derecho el señor tiene a un personaje de alto rango, esto podemos concluirlo por

su atuendo, más hacia la derecha se encuentra un hombre sentado que conversa con otro

que se encuentra parado. Pasemos ahora a la descripción del trono del gobernante, en él

se encuentran el gobernante y quizá un miembro de la corte, sobre un fondo en color

blanco, enmarcado por una serie de grecas escalonadas del mismo color.

Mitológicas

Las escenas mitológicas son también uno de los contextos más frecuentes en los

que aparece representada la greca escalonada. En esta vasija, que reproducimos a

continuación: K2085, tenemos una escena que intercala dos elementos, por una parte se

trata lo que al parecer son aves del Inframundo, ya que después de una imagen de ave

sigue una representación de las aguas subterráneas, que aparecen enmarcadas por lo

que quizá sean estalagmitas. Bajo esta representación de las aves y del Inframundo, se

encuentran una serie de grecas escalonadas en composición contrapuesta.

75

En esta vasija (K1378)

podemos apreciar otra

escena mitológica, en la

que se representa a un

reptil que suponemos

saca fuego de sus fosas

nasales, detrás de este

animal se encuentra el

señor de la tierra, ya que

esta cargando a su nahual el venado, ambos personajes están viéndose en señal de

confianza y al parecer comunicándose. Sobre ellos en la parte superior de la vasija, se

encuentra una serie de grecas escalonadas.

Rituales

En la vasija K7433 encontramos otro de los contextos en los que puede

encontrarse a la greca escalonada: los rituales. Se trata de una escena bastante extraña,

del lado izquierdo se halla una mujer que esta en cuclillas, se mantiene en esta postura

mientras extiende su brazo izquierdo a la altura de la cara de un personaje fantástico

que tiene por rostro algo muy parecido a la cabeza de un pájaro, este segundo personaje

se encuentra de espaldas y en la misma posición que la mujer, alza su brazo derecho; en

el suelo entre los dos personajes se encuentra una de las formas en la que se representa

76

al Inframundo húmedo, es otra de las formas que adquiere el Monstruo de la Tierra.

Inmediatamente después de estos personajes se encuentran dos más, uno de ellos tiene

la misma cabeza de pájaro, pero esta vez su cuerpo es solo humano hasta la mitad, ya

que al parecer su parte inferior desde la cintura se convierte en algo inexplicable. Este

ser extiende una de sus manos hacia una mujer que se encuentra cerca de él, esta mujer

se halla de espaldas vestida con lo que parece ser un traje transparente, se encuentra

parada y observando al ser que antes mencionamos. En el extremo derecho de esta

imagen se encuentran dos grecas escalonadas, ambas se hayan en recuadros en sentido

vertical, pero en posiciones invertidas.

En la siguiente imagen se reproduce un Dintel de Yaxchilán, en él podemos

observar una escena del ritual de auto sangrado. El señor y la señora de Yaxchilán se

encuentran presentes en esta escena, ambos ricamente ataviados, el señor se encuentra

de pie sosteniendo una antorcha, esta posición que adquiere el personaje da la

impresión de que estuviera resguardando mientras se lleva acabo el ritual. Debajo de él

se haya la mujer que esta llevando acabo el ritual de auto sacrificio, al parecer se

encuentra arrodillada mientras pasa una cuerda con espinas por su lengua, la cuerda

termina en un cesto dispuesto para recoger la sangre del sacrificio, y es justamente ahí

donde aparece la greca escalonada, en el cesto, en él se encuentra la cuerda junto con lo

77

que podrían ser papeles manchados de sangre, el cesto

está decorado por una franja horizontal con un fondo

de líneas cruzadas, sobre este fondo de líneas se

encuentran dos grecas escalonadas, ambas están

intercaladas por un símbolo conformado por tres

cuadritos dispuestos en forma de T que en el centro

llevan un circulo. Este cesto esta cumpliendo con la

labor de contener la sangre tan preciada que en este

ritual es el centro culminante.

TIEMPO Y ESPACIO

El espacio en el que se desarrolla el símbolo de la greca escalonada abarca toda el

área de Mesoamérica, pero como ya hemos mencionado, nosotros nos ocuparemos de

manera más precisa del área maya y en concreto el espacio comprendido por el sur de

México (Chiapas, Yucatán, Quintana Roo, Campeche y parte de Guatemala. Las

ciudades antiguas de Tonina, Yaxchilán, Bonampak (Chiapas), Tikal, Uaxactun

(Guatemala), Chichen Itza (Yucatán), Dzibiltun (Campeche) y Uxmal (Quintana Roo)

serán los principales escenarios en los que se desarrolle su historia.

El periodo en el que se desarrolla el uso y creación de elementos artísticos utilizando la

forma de la greca escalonada en el área maya es a partir del periodo Clásico Temprano

(alrededor del 350-400 d. C.) y de ese momento hasta el Posclásico (quizá uno o dos

siglos antes del 1500 d. C.). Esto tomando como referencia las fuentes con las que

contamos y atendiendo a la observación hecha anteriormente en relación a los

78

problemas con que contamos en cuanto a trabajos y publicaciones arqueológicas de los

periodos tempranos en el área maya y en mesoamérica en general.

Las piezas arqueológicas más tempranas en el área maya con el símbolo de la

greca escalonada pertenecen al periodo Clásico Temprano, la fecha estaría entre 300-400

d. C.

Se trata de dos vasijas policromas (K6221) con acabados sumamente finos, en

ambos casos puede observarse una serie de grecas escalonadas en posición invertida (lo

cual resulta muy interesante) y en composición en serie horizontal. Las diferencias

radican en que la primera vasija tiene dos series de grecas escalonadas, una en la tapa la

otra en la base del recipiente. En el segundo caso solo tiene una serie de grecas

escalonadas y estas contienen un tercer elemento: un círculo en la parte que Beyer

denomina centro.

En el periodo Clásico Tardío la

greca escalonada se encuentra presente no

solo en la cerámica, también y de una

forma más completa en la arquitectura y la

escultura. Palenque y Yaxchilán serán por

ejemplo unas de las ciudades donde la

greca escalonada adquiere dimensiones cada vez más amplias y determinantes.

79

Quizá sea Toniná la ciudad del periodo Clásico Tardío que lleve a la greca

escalonada a su máxima expresión.

Para el periodo Posclásico la greca escalonada seguirá estando presente entre las

ciudades más poderosas de la Península; Chichen Itza y Uxmal ostentaran este símbolo

en las fachadas de sus principales edificios.

Una vez que hemos realizado la descripción de las formas y composiciones

usadas por los artistas mayas en la representación de la greca escalonada, así como las

diversas manifestaciones en el tiempo y el espacio, podemos adentrarnos en el

significado simbólico y comprender el origen, desarrollo y significado de la greca

escalonada. En el siguiente capítulo trataremos de comprobar nuestra hipótesis.

80

CAPÍTULO IV

EL SIGNIFICADO DE LA GRECA ESCALONADA

Este capítulo está dedicado al análisis iconológico en su último nivel, lo que

Erwin Panofsky denomina significado intrínseco (Panofsky 1972: 17), con ello buscamos

sustentar una nueva hipótesis acerca del significado de la greca escalonada. Para

nosotros la greca escalonada es una representación simbólica de dos de los conceptos

más importantes en Mesoamérica: la cueva y la montaña. Pero antes de pasar al análisis

y sustentar nuestra hipótesis en las fuentes y los estudios, creemos necesario presentar

algunos aspectos acerca de la importancia de estos dos elementos naturales en la vida y

la cosmovisión de los antiguos mayas, posteriormente observaremos que, debido a su

importancia, las montañas y las cuevas estaban presentes en todos los aspectos

artísticos, y finalizáremos con el análisis intrínseco de la greca escalonada.

IMPORTA�CIA DE LA CUEVA Y LA MO�TAÑA

La naturaleza como uno de los principales fundamentos de la cultura era

considerada por las primeras civilizaciones como un lugar sagrado. Basándose en un

largo proceso de observación e interacción, el ser humano pudo comprenderse como

parte de ese complejo sistema que representaba la naturaleza, su naturaleza. En su

andar la humanidad obtuvo suficientes elementos para integrar un pensamiento

actuante, denominado cultura, por medio de ella dio sentido a su vida, pero sobre todo

a la muerte. No es para nada asombroso que el medio natural en el que se desarrolla

cierta cultura sea determinante para el crecimiento intelectual de una u otra manera,

tampoco que los elementos de la naturaleza sean los principales componentes que

sostengan toda la percepción de los individuos que la habitan. Así, para los mayas eran

las montañas y las cuevas los componentes esenciales de su cosmovisión, por medio de

81

estos dos elementos los antiguos mayas construyeron una de las civilizaciones más

impresionantes y complejas de la antigüedad.

En el siguiente pasaje se describe el momento en que surgen las montañas del

mar primigenio, este es el inicio de la vida en la tierra, el lugar que habitarán los

humanos surgió del agua, las montañas fueron las grandes creaciones, las que darían

sentido a la geografía sagrada en Mesoamérica.

Entonces salieron del agua las Montañas: al instante salieron las grandes montañas

(Asturias y González 1998: 15).

Entre los antiguos mayas las montañas fungen un papel importante al mantener

al universo en orden. Alejandro Sheseña señala que entre los antiguos mayas son 4 las

montañas que impiden que el universo colapse (Sheseña 2006: 146). Esta era una

interpretación más profunda, pero existen otras notablemente pragmáticas y vitales en

el ejercicio cotidiano de la vida, las montañas también mantienen a los humanos a salvo

de las inclemencias naturales, estas cuatro montañas marcaban un perímetro en el que

los seres humanos se encontraban protegidos (Bassie 2002: 5). Pero esta forma de

concebir el mundo no era única del área maya, esta visión se extendía a toda

Mesoamérica e incluso a toda la América Precolombina. David Grove menciona que una

de las principales características de Mesoamérica es considerar a los elementos de la

naturaleza como seres vivos, cada uno de ellos guardaba en sí a importantes espíritus

(Grove 2007: 31). De todos los elementos naturales y geográficos las montañas eran

probablemente las más importantes ya que eran vistas como morada de los ancestros

(Sheseña Hernández 2008: 2002), a ese lugar se accedía por medio de una cueva

(Sheseña Hernández 2006: 76, Vogt y Stuart 2005: 179). El ser concebidas como morada

de los ancestros revela la gran importancia que estas formaciones geográficas tenían en

la cosmovisión prehispánica. Debido a sus características muchas de las montañas que

se encuentran en Mesoamérica cuentan con formaciones cavernosas que la mayoría de

82

las veces se extienden suficientes metros como para convertirse prácticamente en

laberintos perdidos en la oscuridad, realmente podemos sentir que ingresamos al

vientre de la tierra, a un lugar místico, los sonidos y las visiones se transforman. The cave

was the transition zone from the safe human space on the surface of the earth to the dangerous

supernatural space of the gods (Bassie 2002: 4). Las montañas y las cuevas no fueron vistas

únicamente como el lugar de entrada y morada de los seres sobrenaturales y de los

ancestros, también se concebían como el lugar donde el ser humano fue creado, el lugar

donde se crearon los astros e incluso los seres divinos proviene de ahí (Heyden: 18), es el

sitio de comunicación por excelencia, lugar donde la vida y la muerte se unifican y

recrean la existencia del hombre y la naturaleza.

En el interior de la montaña permanecen los espíritus regeneradores de la vida,

de ella provienen los manantiales, las plantas e inclusive la lluvia, la montaña era

equiparada a una enorme olla que se encontraba en el lugar de los muertos, esta olla se

encontraba resguardada por el dios de la lluvia quien vertía el líquido sagrado a los

humanos y que llegaba hasta la superficie por medio de las cuevas en las montañas

(López Austin 1999: 40, Baudez 2002: 244). Pero aunque la tierra fuera el lugar de origen

de toda la vida, también lo era de la muerte.

En contraste con este aspecto húmedo y fértil, la tierra es asimismo morada de

los difuntos y del sol nocturno, y esta habitada por tres jaguares solares, deidades de la

guerra y de los sacrificios sangrientos. Estos últimos no solo alimentan al sol y a la tierra,

sino también al universo entero, que gracias a ellos puede funcionar normalmente

(Baudez 2002: 151).

Así las montañas y las cuevas son lugares tanto de vida como de muerte, sin

lugar a duda elementos sagrados y trascendentales, tal es así que aun después de la

conquista y del sometimiento sufrido durante la colonia, los pueblos que descienden de

los mayas continúan esta antigua tradición de veneración a los elementos sagrados de la

83

naturaleza, y la montaña sigue estando presente en sus rituales (Vogt 1992: 74) y en su

visión del mundo como un elemento que configura el paisaje geográfico en el que habita

pero que también da sentido a su existencia en la tierra. David Grove menciona que sus

informantes de Acatlán le mencionaron que en época de lluvias el agua que se guardaba

en la cueva a menudo se desbordaba formando una cascada hasta sus milpas (Grove

1970: 31). Esta imagen ejemplifica grandiosamente la importancia de las montañas y las

cuevas y su permanencia en el pensamiento americano a través de los milenios.

Dado que la montaña y la cueva en la visión prehispánica forman parte de un

mismo complejo elemental como manifestación de la tierra (Stone 1995: 32), desde este

momento utilizaremos el concepto “Cueva-Montaña”.

REPRESE�TACIO�ES ARTISTICAS

Ahora veremos cómo en las diferentes manifestaciones artísticas pueden

encontrarse alusiones a estos aspectos terrestres. El complejo Cueva-Montaña es más

evidente en la arquitectura y la escultura, nuestro propósito es mostrar que también se

encuentra en otros elementos artísticos en forma de greca escalonada, pero antes de ello

analizaremos las diversas representaciones de este complejo en el arte prehispánico.

La presencia de estas representaciones se remonta a épocas tempranas, las

manifestaciones artísticas que se relacionan con la tierra están presentes en el altar 4 de

La Venta (900-800 a. C. Preclásico Medio). Este “altar” representa una cueva, desde la

cual se asoma un dignatario olmeca, podemos asegurar que se trata de una cueva

debido a las imágenes que acompañan al conjunto, alrededor de la entrada están unas

plantas que identifican a ese lugar como un espacio lleno de vitalidad (agua), además

sobre la entrada de la cueva se observa la faz de un jaguar, animal que entre los olmecas

simbolizaba la tierra, también tenemos el hecho de que el personaje representado se

encuentre entre ambos espacios (dentro y fuera) de la cueva (Figura IV. 1). Esta idea es

84

reforzada por las manifestaciones artísticas de Chalcatzingo. El monumento numero 9

de este sitio (entre los años 750-500 a. C. Clásico Medio), es una laja de piedra labrada

que se encontraba en posición vertical y su utilidad residía en ser una portal hacia el

Inframundo, los elementos iconográficos así lo manifiestan, la totalidad de la obra

representa las fauces de un felino, alrededor de ella se representaron plantas para

simbolizar la fertilidad proveniente de la cueva (Figura IV. 2). Lo más interesante es

cuando se aprecia que las fauces del llamado monstruo terrestre son representadas por

líneas concéntricas que adquieren una forma de cruz, esta forma se hace totalmente

evidente cuando se aprecia el centro de la boca donde intencionalmente se hizo una

abertura completa para expresar precisamente el sentido antes descrito: ser la entrada

hacia el Inframundo. Para nuestra suerte no es el único ejemplo con el que contamos, ya

que en el mismo sitio se encuentra el Monumento 1, esta vez la relación con la cueva es

más que evidente, la imagen fue grabada sobre una de las paredes de la montaña, la

semejanza con la representación anterior es grandiosa, se trata del mismo ser, la variante

es la visión desde la que se le percibe, en esta ocasión se aprecia una cueva representada

por las fauces del felino, vista desde un ángulo lateral y no frontal como el anterior, las

plantas que representan la fertilidad también se encuentran presentes, la forma de cruz

se ve interrumpida debido a que en esta ocasión lo importante es resaltar la imagen del

gobernante, el cual se encuentra sentado dentro de las fauces del monstruo de la tierra,

aun así la forma cruciforme de las fauces quedan completamente sugeridas (Figura IV.

3). Lo interesante de estas manifestaciones artísticas se encuentra en la asociación

simbólica que se hace entre varios conceptos, que al fin de cuentas forman parte de un

mismo elemento esencial: la vida. Es decir, la fertilidad, la abundancia y el poder. Esto

es confirmado por los demás elementos que integran la obra grabada en la piedra de

Chalcatzingo: justo arriba de la cueva (fauces felinas) se pueden observar nubes y lluvia,

las plantas crecen, el viento emerge de la cueva en la montaña y el gobernante parece ser

parte de todo ese movimiento vital, de hecho la actitud que representa es totalmente de

autoridad, sentado dentro de la cueva mientras todo a su alrededor se llena de la

energía renovadora de la vida.

85

En Izapa podemos observar el mismo elemento cruciforme, y si analizamos un

poco más, encontraremos que las relaciones parecen ser las mismas. Además de este

elemento encontraremos otras formas de representar a la tierra. En Izapa se encuentran

cruces así como elementos “T”, el cual representa también a la tierra, se trata del mismo

elemento iconográfico (cuadrifolio) únicamente que adaptado a nuevas condiciones

estilísticas y referenciales. Veremos que pueden utilizarse para representar la misma

esencia los ganchos que con frecuencia aparecen en las escenas de las estelas de Izapa,

parecen representar a la tierra aunque únicamente como referencia espacial.

En el arte maya del periodo Clásico los elementos artísticos se combinan

formando una fastuosa gama que enfatiza el contexto en el que se sitúa la composición,

al mismo tiempo que revelan el carácter esencial del complejo y muestran las diversas

relaciones entre los elementos, por ejemplo en una de las imágenes de cerámica

perteneciente al Clásico Temprano que Hellmuth analiza en su texto (1987) (Figura

IV.5), se aprecia un plato decorado con una combinación de elementos que representan

el aspecto fértil del Inframundo, tanto la composición formal como la conceptual

guardan una estrecha relación; las líneas en su totalidad ondulantes nos recuerdan que

el Inframundo húmedo es un espacio en constante movimiento, el agua y las plantas son

el medio en el que se desenvuelve la vida, la fertilidad constante de este lugar sagrado

se encuentra manifestada en las imágenes de los reptiles y los peces, así como en la

armonía que configura la escena. Una de las conclusiones a las que llega Hellmuth es el

hecho de que la mayor parte de los elementos artísticos de la cerámica en los periodos

Protoclasico y Clásico Temprano están enfocados al Inframundo, apoyamos la idea

evidente del autor y basándonos en ella podemos afirmar la gran importancia que

tenían estos elementos (la cueva y la montaña) en las manifestaciones artísticas y por lo

tanto en la vida y el pensamiento mesoamericano. Los jaguares siguen representando el

Inframundo, su aparición es constante en el arte maya, lo que puede apreciarse con

claridad en las variadas imágenes del texto de Hellmuth (Figura IV. 4). Solo para

ejemplificar lo mencionado, analizaremos brevemente la imagen 162 de dicho texto, en

86

ella podemos observar las claras alusiones al mundo subterráneo, el Inframundo en su

aspecto húmedo se encuentra genialmente plasmado en este plato, el movimiento de las

líneas, la agitación es contagiosa, elementos vegetales se enlazan y deslizan sobre

cuerpos de cocodrilos, pescados y seres sobrenaturales, el agua está representada por

una franja que corre paralela a la escena principal, se tratan de elementos circulares que

se siguen unos a otros, su aparición en el centro del plato es para reafirmar que se trata

de una escena que ocurre en aquel lugar tan fértil y húmedo como lo es el Inframundo,

una línea de agua que corre lo identifica como tal (Figura IV. 5). Las imágenes 172-175

son tomas diferentes de una tapa decorada con bellos elementos que remiten a la vida, al

agua, a la tierra. Observamos a un sapo que sale entre elementos que aluden a los

vegetales y al agua, aunque estos elementos se encuentran ligeramente modificados por

el artista debido a que la intención (como sucede la mayoría de las veces con el arte

maya) es doble, por una parte quiere recalcar el aspecto húmedo al cual pertenece la

criatura anfibia, y por la otra esos mismos elementos se configuran de tal forma que

parecen adoptar por su distribución una abstracción de lo que podría denominarse faz

vital y, en este sentido, una faz terrestre. Esto puede entenderse cuando finalmente

contemplamos que todos estos elementos se encuentran enmarcados por una línea

superior cuadrilobulada, una vez más observamos la utilización de este elemento para

denotar la entrada al Inframundo y el surgimiento de la vida (Figura IV. 6).

Como ya habíamos mencionado, los elementos artísticos presentes en el Clásico

se multiplican y se relacionan entre ellos creando una trama de exquisito valor

iconológico y sensitivo. La cueva será constante, no olvidemos que la montaña está

implícita en esa idea, ya que la cueva es la boca de la montaña (Figura IV. 7), y la

montaña es el jaguar, es el lagarto, es el Monstruo de la Tierra, así ambos elementos son

parte esencial de un mismo ser: la tierra. Cauac o el Monstruo de la Tierra es

representado recurrentemente en las estelas, vasijas, e inclusive y con mayor ostentación

en la arquitectura. Los elementos que lo componen son las marcas del símbolo Cauac (de

ahí su nombre): unas volutas en forma escalonada que marcan precisamente la

87

hendidura frontal de dicho ser, esta hendidura representa precisamente la entrada al

Inframundo (Figura IV. 8). En una de las vasijas fotografiadas por Kerr (K1003),

podemos apreciar un ritual de sacrificio, la escena esta compuesta por un ser descarnado

que extiende los brazos para recibir el sacrificio, que al parecer es un niño jaguar que se

encuentra posado precisamente sobre un mascaron terrestre, el sacrificio se dirige

específicamente hacia la tierra, un personaje que bien podría ser un sacerdote

personalizando a un ser sobrenatural sostiene las herramientas para el sacrificio, un

jaguar que se encuentra inmediatamente detrás de él presencia el acto sublime de la

muerte que regenerara las fuerzas cósmicas. Alrededor de toda la escena una serie de

imágenes que manifiestan la vitalidad de este rito completan la imagen mágica de la

naturaleza (Figura IV. 9).

Estas manifestaciones artísticas acerca de la tierra como ser viviente y en

específico de la cueva y la montaña no son exclusivas del área maya, en el altiplano

central también encontramos una variedad de formas que los representan. Entre los

zapotecas las imágenes de la tierra también son recurrentes, por ejemplo, en la Figura

IV. 10 se puede ver que el personaje está sentado sobre la tierra, representada ésta por

una forma de T invertida, en escalones decrecientes, tal y como se manifiesta en

Chalcatzingo, Izapa, y el área maya. El personaje puede ser una alusión a la Madre

Naturaleza, ya que lleva un tocado que remata en una mazorca, o también podría ser un

sacerdote que se identifica con el poder de la naturaleza. En Teotihuacan una imagen

escalonada flanquea por ambos lados a lo que podríamos considerar una representación

de Tláloc, el ser sobrenatural que se encarga de proveer el liquido sagrado a los

humanos. Como ya mencionamos, el dios de la lluvia y la lluvia misma vienen de la

cueva en la montaña, las figuras escalonadas estarían haciendo clara alusión a las

montañas donde habita este ser divino (Figura IV. 11). Los elementos iconográficos se

expandieron y se encuentran en toda Mesoamérica. Entre los aztecas encontramos una

espléndida escultura que representa a Xochipilli, el ser sobrenatural que encarna el

canto y las plantas hermosas. Su cuerpo se encuentra adornado por flores, según

88

algunos autores estas imágenes en su cuerpo y alrededor de toda la escultura son

plantas alucinógenas o por lo menos de uso ritual, la magnifica expresión de Xochipilli,

parece corroborar esta idea. Lo que es evidente es que Xochipilli se encuentra sentado

sobre la Madre Tierra que está representada no solo por el personaje y las plantas, sino

por el elemento inferior de la escultura, son ganchos, los mismos que se encuentran en

Izapa y Kaminaljuyu, este elemento designa pues a la tierra como la gran benefactora

del ser humano, proporcionándole todo lo necesario no solo para la subsistencia sino

inclusive el propio conocimiento (Figura IV. 12).

EL SIG�IFICADO DE LA GRECA ESCALO�ADA

El análisis que a continuación presentamos ha sido dividido para su mejor

exposición y comprensión en dos partes, la primera de ellas comprende el significado de

la greca escalonada por medio del análisis de las fuentes arqueológicas, utilizando

básicamente los monumentos arquitectónicos y la cerámica. Las composiciones que se

presentan en estos contextos nos ayudaran a hacer evidente el significado del símbolo en

cuestión, en este análisis utilizaremos fuentes de diversos periodos, ya que será por

medio de la forma como encontraremos el significado más directo de la greca

escalonada. En la segunda parte de la interpretación presentaremos lo que a nuestro

parecer es la evolución tanto formal como conceptual e ideológica de la greca

escalonada, en esta parte también abordaremos más contextos y presentaremos las

relaciones históricas de la greca escalonada con la cultura maya. Estos dos apartados son

en realidad uno solo, pero necesariamente diferenciados para poder comprender con

mayor magnitud el significado y la importancia de la greca escalonada entre los

antiguos mayas.

En el capítulo I mencionamos a Francois Baudez como uno de los autores que

trata aunque de manera indirecta y parcial el significado de la greca escalonada, aquí lo

retomaremos ya que es el que hasta ahora se ha acercado con mayor precisión al

89

significado en su análisis iconográfico de un recinto de la antigua ciudad de Palenque

(Figura IV. 13). Reproduciremos aquí parte de lo que Baudez menciona ya que es

decisivo para adentrarnos en el significado:

Resulta claro que la doble greca escalonada reproduce la hendidura frontal del monstruo

terrestre… En caso de que la greca escalonada represente efectivamente el acceso al mundo

subterráneo y de que los T sean signos de fertilidad, se puede proponer la hipótesis de que el

conjunto expresa la fertilidad proveniente de las entrañas de la tierra, respaldada por los motivos

adicionales… la franja esta decorada con líneas dobles cruzadas y signos del jade, y concluye con

el signo Na y un elemento vegetal tripartito (Baudez 2004: 135).

Efectivamente, tal como supone Baudez, la greca escalonada en composición

reflejada (como nosotros la hemos clasificado, y que Baudez denomina doble) representa

la abertura de la tierra, el descenso al Inframundo. Pero analicemos detenidamente el

complejo que aquí se nos presenta: en primer lugar el contexto externo en el que se

presenta la representación que estamos analizando se encuentra en uno de los muros de

una construcción en piedra, esta obra arquitectónica se encuentra en el complejo

arquitectónico central de la ciudad, es decir el centro ceremonial, con mucha

probabilidad este recinto estaba dedicado a celebrar ritos en su interior, las imágenes allí

grabadas, tendrían que ver directamente con los rituales celebrados en el edificio.

Ahora, en un sentido más preciso analizaremos la iconografía representada en el muro.

A primera vista, las formas adquieren una movilidad muy sutil, una visión más

profunda revela una intensidad mayor, la hendidura de la tierra esta representada por

dos grecas escalonadas reflejadas y unidas por sus escalones, comprendiendo

precisamente una unidad que en este caso es indivisible. Si observamos con atención el

interior de las grecas podremos percatarnos que está decorado por una serie de

pequeños círculos unidos, la mayoría de dos en dos, solo en el centro se presentan tres,

estos pequeños círculos nos recuerdan a los elementos que representan al Monstruo de

la Tierra, Cauac. En el espacio interior que forman los ganchos pueden verse elementos

90

en forma de T que en realidad se extienden para formar una cruz por medio de otros

elementos formales, estos están presentes en ambos ganchos. Estas grecas escalonadas

que configuran la hendidura de la tierra se encuentran en primer plano, de sus extremos

laterales parecen emerger plantas, su decoración es profusa y elaborada (en general todo

el complejo iconográfico se encuentra en total simetría), sobre estas plantas muy

pegadas a las líneas del símbolo se observan dos criaturas, una a cada lado, su cuerpo

parece el de un ave pero su rostro cobra un aspecto reptileano, aunque esto puede

deberse al tamaño y al estado de conservación, lo mas probable es que se trate del ave

conocida como Cormorán, seres que habitan en las cuevas y que representan el

Inframundo. Justo arriba de la hendidura formada por las grecas escalonadas puede

apreciarse en un segundo plano dos elementos T, tal como Baudez ha descubierto, estas

T representan la fertilidad de la tierra, es más, a la tierra fértil. Ambos elementos tienen

en sus extremos las mismas plantas antes mencionadas, sobre la parte superior de estas

T se observan a las mismas criaturas (Cormorán), están paradas sobre elementos que

muy probablemente tengan una relación directa con la fertilidad. La única diferencia de

los elementos T, es que uno de ellos es completamente oscuro en su interior,

representando así la oscuridad que domina en el interior de la tierra. En cambio el

elemento de la izquierda presenta en su interior los mismos círculos pequeños que

aparecen al interior de las grecas escalonadas y justo en el centro una T más delgada

pero que contrasta y revela una visión más expresiva del complejo iconográfico. Por

todo lo anterior podemos considerar la propuesta hecha por Baudez como correcta, el

complejo iconográfico aquí presentado revela el aspecto fértil del Inframundo que en

esta ocasión aparece representado por una greca escalonada reflejada. Así el

monumento arquitectónico en el que se encuentra esta expresión queda identificado

como un lugar sagrado y donde probablemente se llevaran a cabo rituales para

propiciar la fertilidad.

Este ejemplo en Palenque nos abre el panorama para poder interpretar otros

monumentos arquitectónicos en el área Maya. Es el mismo Baudez quien menciona:

91

Aunque los estilos arquitectónicos en Yucatán utilicen con profusión la greca escalonada como

motivo, la combinación de dos motivos podría reproducir intencionalmente la hendidura frontal

del monstruo terrestre, tal como sucede en el costado oriental de la puerta monumental de Labná

(Baudez 2004: 77).

La puerta de Labná es un portal monumental construido sobre una plataforma

que en el centro tiene unos escalones que conducen a la entrada, a ambos lados de la

puerta podemos ver dos grecas escalonadas en composición de espejo, al igual que en

Palenque, estos elementos están presentes para representar la hendidura de la tierra, el

Inframundo (Figura IV. 14). Ambos elementos son grandes y llaman la atención, todo a

su alrededor está presente para recalcar a estos símbolos. Ambos lados están resaltados

por los elementos decorativos, la forma en la que fueron dispuestos nos recuerda al

estilo característico de Uxmal, no obstante la sobriedad está presente con mayor fuerza

en Labná. Enmarcando en los lados superior e inferior de las grecas escalonadas se

encuentran lo que bien podrían ser consideradas como representaciones de montañas,

abajo elementos repetitivos en forma de triángulos sucesivos creando una banda; si nos

acercamos podemos apreciar que estos triángulos están compuestos por líneas que van

ascendiendo a manera de pequeños escalones. En la parte superior se repite pero en esta

ocasión se colocan los elementos de tal forma que contrastan con los de abajo, ya que las

líneas están marcadas por la contrariedad del vacío que cobra forma en el ritmo. Así el

portal de Labná es significativo para el resto de las construcciones a su alrededor, ya que

marca el tránsito hacia el poder.

Xlapak es un sitio que también presenta decoraciones simbólicas en sus

edificios, en esta ocasión se trata de un templo, hay que recordar que los templos eran

considerados como montañas, como cuevas, lugares sagrados que eran una extensión

cultural de la tierra como madre. Pues bien, el templo principal de Xlapak está decorado

con mascarones terrestres que acentúan su calidad de elementos naturales como cerros y

cuevas. Dos grandes mascarones superpuestos vigilan la entrada izquierda del

92

complejo, un poco más a la derecha se encuentra nuevamente dos grecas escalonadas en

composición reflejada, manifestando una vez más que el recinto en el que se encuentra

representa un lugar sagrado y la entrada al Inframundo. Más a la derecha, en uno de los

flancos que se conservan, una serie de mascarones terrestres terminan de acentuar la

calidad del edifico (Figura IV. 15). Hasta ahora las representaciones de la greca

escalonada que hemos analizado se encuentran en composición de espejo y además

unidas formalmente por los materiales con los cuales fueron construidos, sin embargo

Yucatán nos brindara más ejemplos de cómo el arte prehispánico soluciona e incrementa

las posibilidades de expresión.

La estructura principal de Rancho Pérez presenta a la greca escalonada en una

composición diferente, en esta estructura puede obtenerse la evidencia necesaria para

comprobar que la greca escalonada es un elemento derivado en primer momento de la

forma característica de la hendidura terrestre, como ya hemos mencionado esta

evolución será tratada en la segunda parte del análisis (Figura IV. 16). Francois Baudez

en el análisis de su interpretación acerca de las “T” menciona brevemente que este

edificio Yucateco se encuentra adornado con motivos que remiten al monstruo terrestre y

consagran el edificio como imagen de la tierra (Baudez 2003: 58).

En la imagen presentada por Baudez pueden observarse 3 grecas escalonadas.

Justo sobre la puerta del edificio se encuentran 2 de ellas, se encuentran reflejadas

indicando, como en los anteriores ejemplos, que se trata de una composición que

representa a la hendidura de la tierra, lo interesante es que en esta ocasión las grecas

escalonadas no se encuentran unidas sino individualizadas, esta irrupción en la

conceptualización de la abertura terrestre nos brinda un excelente ejemplo de cómo el

artista prehispánico podía utilizar los recursos formales para expresar una visión más

compleja y abstracta. La voluntad creadora en este caso nos ha brindado un gran

ejemplo para comprender las diversas composiciones y poder acentuar el significado de

este símbolo. A la izquierda de la puerta se encuentra otra greca escalonada, pero en

93

esta ocasión está presentada de manera individual, el juego visual del que forma parte y

que permanece en todo el complejo presenta una mayor tensión entre los elementos de

mayor tamaño y los mas pequeños, en este caso la greca escalonada aparece en un

tamaño considerablemente mayor, podríamos decir que es propiamente el elemento

principal de la fachada, tanto en la composición en espejo que se localiza sobre la puerta,

como la que permanece a la izquierda de la misma. Ambos elementos estarían

consagrando al edificio como terrestre y en los dos casos expresando las propiedades

funcionales del mismo y formalizando el portal al Inframundo. El hecho de que la greca

escalonada de la izquierda se encuentre de manera individual confirma el significado de

la misma. En este caso el gancho de la greca escalonada es más enrollado que en todos

los ejemplos anteriores, en sus escalones aparece una cruz con un punto en el centro. Por

arriba y por debajo de la greca escalonada está presente una serie de “T” que

terminarían por confirmar lo que Baudez ya ha notado.

Dzibiltun, Campeche. La estructura dos de este sitio aporta más elementos para

confirmar el significado de la greca escalonada, en ella puede verse cómo dos pares de

composiciones flanquean la entrada, ambas son idénticas (Figura IV. 17). Estas

composiciones comparten las dimensiones del alto de la puerta a la mitad, en la mitad

superior las grecas escalonadas están expresadas en composición de espejo, sus escaleras

están unidas en el primer escalón, una vez más esta composición se encuentra

manifestando al edificio como imagen de la tierra, y en este caso particular como la

hendidura del monstruo terrestre. Es de suma importancia hacer notar que los escalones

y el “espacio” entre ellos expresan otro de los símbolos que representan al Inframundo.

Tal como lo ha demostrado Baudez, la forma de T que aparece en este caso por la unión

de dos grecas escalonadas reflejadas por sus escalones está manifestando precisamente

su filiación con el aspecto fértil del Inframundo ya que este elemento T sirve también

para representar al viento ik que, como ya hemos mencionado anteriormente, surge

también de la cueva. Y es precisamente en este caso en concreto donde podemos

observar lo que planteamos en el capítulo II acerca del arte prehispánico en cuanto al

94

juego de visiones y la complementariedad de los elementos y sus relaciones intrínsecas

ya que las formas complementarias de la abertura de la tierra y del elemento que

designa al viento también tienen un relación conceptual: justo como el viento surge de la

cueva, el elemento T surge de las dos grecas escalonadas en composición reflejada por

sus escalones que representan la abertura terrestre, como si se tratase de un tetris. De

esta manera la relación entre las T y la greca escalonada queda indudablemente ligada

tanto en forma como en significado.

En la parte inferior encontramos dos grecas escalonadas en composición de

espejo, aunque en este caso están reflejadas por el gancho, brindando una forma

singular, lo más relevante para nosotros es el hecho de que una vez más puede verse

que la greca escalonada puede ser representada de tal manera que nos recuerda a otras

manifestaciones de este símbolo en diferentes fuentes. La estructura de Dzilbiltun,

puede ser comprendida al igual que en los ejemplos anteriores como la entrada al

Inframundo.

En el Codz Pop, edificio de estilo Puuc de la antigua ciudad de Kabah,

encontramos una serie de grecas escalonadas que decoran este edificio que parece ser

uno de los principales, esto debido a su tamaño y a que en su interior se encontró una

escultura conocida como “El rey de Kabah”. Este gran edificio tiene varias entradas y

está completamente decorado por mascarones terrestres (Baudez 2004: 72), la decoración

es fastuosa y la greca escalonada es parte de ella. Una franja de grecas escalonadas

adorna la parte superior del recinto, la forma en la que están presentes resaltan la

fachada del edifico, parecen estar superpuestas y muy estilizadas, acompañando con

igual intensidad a los mascarones que caracterizan a este edifico como el lugar sagrado,

como el Inframundo (Figura IV. 18).

Mascarones similares están presentes en Chichen Itza, aunque en este caso aun

existe una discusión en torno a la manifestación de estos mascarones. Baudez propone

95

que se trata del monstruo terrestre (Baudez 2004: 83), mientras que Sharer considera que

se tratan de representaciones de Chac (Sharer 1999: 508), aunque ambas afirmaciones

son posibles, nosotros nos inclinamos por la que considera que se tratan de

manifestaciones del Monstruo de la Tierra. La estructura conocida como la Iglesia está

adornada con estos mascarones, además de que la greca escalonada aparece subrayando

la característica de los mascarones, si en verdad se trata de mascarones terrestres, la

relación es clara, aunque prácticamente puede decirse lo mismo si pensamos que los

mascarones en realidad representan a Chac el dios de la lluvia, ya que como sabemos

este ser habita en las cuevas. Como quiera que sea la greca escalonada simboliza en este

y en los anteriores ejemplos de arquitectura al complejo Cueva-Montaña, lugar sagrado

para los mayas, donde residen las fuerzas vitales de la naturaleza, este pesado edificio

Yucateco es un ejemplo más para afirmar el significado de la greca escalonada (Figura

IV. 19).

Ahora revisaremos otras fuentes, analizaremos algunas vasijas donde

encontramos distintos contextos que nos permitirán confirmar la hipótesis propuesta. La

parte central de la vasija K2085 (Figura IV. 20) está dedicada a la representación de lo

que pueden ser cormoranes (cuervos marinos), estos seres según Baudez refieren el

aspecto fértil del Inframundo. Esta posición es confirmada cuando nos percatamos de la

composición escénica de la vasija, alternan en ella una serie de cormoranes y de lo que

puede identificarse como aguas subterráneas según la descripción hecha por Hellmuth.

Enmarcando esta escena se encuentra en la parte superior un texto jeroglífico y en la

inferior una serie de grecas escalonadas en composición contrapuesta, el hecho de que

las grecas escalonadas aquí presentes estén asociadas directamente con los cormoranes y

con las aguas subterráneas confirma una vez más su significado.

La escena que se muestra en la vasija K1378 (Figura IV. 21) es interesante para

nuestros propósitos, ya que en ella puede apreciarse al Señor de la Tierra, al

denominado Dios N, este dios sostiene con cuidado a un venado que se voltea para

96

verle, la actitud de ambos es de respeto y podría decirse que de amistad, detrás de ellos

puede observarse una especie de reptil, muy similar a un dragón, lo más seguro es que

sea un ser fantástico y que su forma no sea propia de un animal en concreto sino parte

de una abstracción mitológica, posee rasgos fantásticos, interesante resulta que este

“dragón” libera una especie de fuego que surge de su hocico. Para nosotros la clave para

comprender el sentido de esta escena representada con maestría en esta cerámica se

encuentra en la distribución de las grecas escalonadas que adornan la parte superior de

la vasija. Proponemos que la escena inicia precisamente con el Dios N y su venado, ya

que justo sobre ellos comienza la serie de las grecas escalonadas, la ultima parte estaría

compuesta por el “dragón”, esto puede suponerse debido a que al final de la serie de

grecas escalonadas hay una parte incompleta, es decir, al parecer el creador obtuvo un

espacio restante que tuvo que ser llenado con una forma similar a la greca escalonada,

aunque obtenga una forma divergente debido al muy reducido espacio en el que fue

plasmada. Esto es así ya que no es lógico pensar que el artista comenzara por lo que al

parecer es un mal calculo, lo mas factible es pensar lo que ya se ha explicado. Pues bien,

debido a ello proponemos que la escena en realidad muestra a este ser mítico que estaría

representado a una criatura del Inframundo, aunque quizás represente directamente a la

tierra en general, ya que de él surge el fuego, delante de este ser se encuentra el Dios N

con su venado, los venados son animales característicos de las cuevas, aun en la

actualidad se cree que en la cueva de Joloniel, Chiapas habita un venado gigante

(Sheseña 2008: 176). Entre las imágenes encontradas y analizadas por Alejandro Sheseña

en su estudio de pinturas en cuevas se encuentra de manera constante las

representaciones de venados (Sheseña 2006: 93). El conjunto escénico representado en

esta vasija hace alusión a la tierra, y propiamente al Inframundo, lugar donde habita el

Dios N, cuyo acompañante es un venado; hace alusión también al fuego que emerge de

las fauces del “dragón” ya mencionado. Una vez más las grecas escalonadas están

presentes para acentuar el significado de esta manifestación artística.

97

La escena de la vasija K8798 (Figura IV. 22) muestra dos representaciones del

Dios N, en ambas aparece sentado, en la representación de la izquierda su cuerpo esta

compuesto con un caparazón de Tortuga, este atributo es propio de este ser ya que le

confiere los atributos terrestres, en una de sus manos sostiene lo que parece un tintero o

quizá un enema. En la otra imagen el Dios N tiene en vez del caparazón un caracol, el

caracol es un símbolo de aquel mar primigenio sobre el cual nacieron las montañas, en

su mano sostiene un vaso. Un elemento interesante es que en ambas representaciones,

el fuego que sale de la parte posterior (caparazón y concha) respectivamente. La forma

que cobra la línea es bastante similar al señalado en la vasija analizada con anterioridad,

si esto es cierto, las líneas ondulantes que emergen del tocado del Dios N y de las fauces

del dragón representan el fuego que yace también en el interior de la tierra. Así en la

vasija K8798 se estaría representando al Dios N en su hogar, el interior de la tierra,

donde escribe y bebe, quizá haciendo rituales, las grecas escalonadas que aparecen en la

parte superior del vaso marcan la entrada al mundo subterráneo donde habita este ser.

Seres fantásticos están representados en la vasija K4963 (Figura IV. 23), la escena

es extraordinaria, en ella se muestran lo que podrían ser considerados nahuales; una

serpiente con alas abre la boca de forma desmesurada, sobre ella en un espacio en negro,

aparece un personaje, quizás un humano, sentado y con una mano extendida, tiene la

apariencia de conversar. A su lado un jaguar erguido aparece entre fuego, sus fauces

también se encuentran abiertas. Delante suyo, quizá un perro o un felino, está sentado y

con la boca abierta, de sus fosas nasales emerge fuego, estos tres seres mantienen

expresiones intensas. Arriba de este ultimo ser aparece uno todavía más extraordinario,

en un espacio en negro ─como el anterior (humano)─ un descarnado sentado, con el

cráneo rodeado de varios ojos que salen de su interior, también presenta fuego al frente

de su rostro. El último ser está de pie, su cuerpo como el de un humano tiene una cola y

quizás orejas de venado (conejo), en vez de manos tiene patas, quizás felinas. Todos

estos elementos parecen estar dirigiendo su atención hacia el mismo punto ya que el

último personaje cuyo cuerpo está orientado hacia los otros tres, tiene el rostro vuelto

98

hacia el mismo sentido que el de los demás seres. Indudablemente podemos calificar

esta escena en el Inframundo, ya que es ahí donde habitan los nahuales (Vogt 1980: 90;

Calvin 1997; Sheseña 2006: 103) y los seres fantásticos.

Otra escena con seres fantásticos la encontramos en la vasija K7433 (Figura IV.

24). En ella se representan a dos mujeres comunicándose con seres sobrenaturales

(inclusive podría tratarse de una escena de transformación), la escena está dividida en

dos, en la primera de ellas se muestra a una mujer que está en cuclillas y se dirige hacia

un ser fantástico situado justo enfrente suyo y que a su vez dirige su rostro hacia la

mujer, entre ellos en un segundo plano se encuentra una cabeza del Monstruo de la

Tierra en su variante acuática (Baudez 2003: 476), propia del Inframundo húmedo, de la

parte superior de su cabeza surgen lirios acuáticos. Esta primera parte de la escena está

separada de la segunda por jeroglíficos, las líneas que trazan el cuerpo del segundo ser

fantástico chocan con los del primero, ambos tienen formas similares, con picos de aves

y marcas circulares en el cuerpo. Este segundo ser mantiene su faz hacia la mujer que le

observa de pie, mientras que él permanece en una posición muy extraña debido a la

composición de la parte inferior de su cuerpo. Podemos inferir por los gestos y los

ademanes que se trata de una comunicación ritual que tiene por escenario el

Inframundo. Es interesante hacer notar que tanto los seres fantásticos como las mujeres

llevan puestas pulseras semejantes, además el primer ser sobrenatural tiene un atuendo

parecido al de la segunda mujer que se mantiene de pie, con ello proponemos que una

de las lecturas posibles es que esta escena muestre un ritual en el que dos mujeres

descienden al Inframundo donde cobran formas fantásticas y se comunican entre ellas.

Aunque esto es una posibilidad lo principal es notar que al final de la escena están

dispuestas dos grecas escalonadas invertidas, la presencia de ellas indica una vez más

que lo representado en la vasija corresponde a una acción ocurrida en el Inframundo,

lugar al que se va para transformarse (Stone 1995: 37-39) o para comunicarse con los

seres sobrenaturales; esto queda claro debido a la aparición de la cabeza del Monstruo

Terrestre en su forma acuática.

99

DESARROLLO DEL CO�CEPTO CUEVA MO�TAÑA

Una vez que hemos comprendido el significado de la greca escalonada por

medio del análisis formal y conceptual, podemos adentrarnos de manera más profunda

y desentrañar las raíces de su simbolismo, buscaremos referencias entre los antiguos

olmecas, además analizaremos las diversas relaciones de este símbolo con la visión

prehispánica, la sociedad, el poder, la religión y por supuesto la expresión artística.

Como ya hemos visto, las representaciones de la tierra entre las culturas

prehispánicas comienzan desde épocas muy tempranas. A continuación no detallaremos

mucho acerca de ello, solo recordaremos algunos puntos que son importantes para

comprender con mayor profundidad el significado y las relaciones culturales de la greca

escalonada.

La importancia de la tierra como elemento de fertilidad puede considerarse

prácticamente inmemorable, lo que es cierto es que con los primeros grupos agrícolas

(neolítico) se crea una relación más compleja entre la naturaleza y el ser humano, la gran

importancia de la agricultura para el desarrollo de la cultura se ve reflejada

precisamente en las primeras culturas de la humanidad, cada una de ellas (Sumeria,

Egipcia, China, Maya, etc.) basaron muchos aspectos de sus rituales y mitos en la

fertilidad de la tierra. Entre los grupos prehispánicos la geografía es de vital

importancia, ya que determinaran en gran medida el incremento cultural, los campos

donde puede apreciarse con mayor magnitud su importancia es en la mitología ─por lo

consiguiente en sus rituales─ y en el arte. De todos los elementos de la naturaleza las

montañas, las cuevas, los pozos, los ojos de agua, y los árboles, son los más importantes,

pero aunque en cada uno de ellos pueda considerarse sagrado, las montañas y las

cuevas son lo que podríamos considerar como los prototipos de lo sagrado. En

Mesoamérica como en otros lugares del mundo, las cuevas fueron utilizadas como

habitaciones, ahí podían protegerse de las inclemencias del tiempo, era además un buen

100

lugar para abastecerse de agua, su profunda oscuridad guardaba en silencio espectral

los misterios de la naturaleza, la vida y la muerte residen dentro de la tierra, son

inseparables.

Andrea Stone menciona que se sabe de por lo menos tres cuevas (las más

antiguas) con actividad humana documentada, estas cuevas se encuentran en el valle de

Tehuacán (El Riego, Coxcatlan, Purron), en la cueva El Riego la fase más temprana

puede datarse entre 7000 y 5000 a. C., en una fase que va del 5500 al 5000 se encontraron

entierros más elaborados, uno de los casos corresponde al cuerpo de una mujer joven,

un anciano y un niño, junto a los cuerpos se encontró ropa, cestos y al parecer el cuerpo

de la mujer fue espolvoreado con pintura roja y el del anciano con pintura negra,

mientras que el niño fue sacrificado, su cráneo se encontraba en una de las cestas (Stone

1995: 18-19). Gracias a estos datos podemos comprender la importancia de las cuevas

como lugar sagrado. Desde el 7000 a. C. los grupos que habitaban Mesoamérica

comenzaron a elaborar rituales mortuorios en cuevas, esta vinculación entre el ritual y la

cueva en un acto funerario, implica ya toda una estructura cosmológica, esta fecha nos

brinda un acercamiento, sin embargo el momento en que todo ello comenzó a gestarse

debe considerarse muy anterior a ella. Así la importancia de las cuevas en Mesoamérica

no es para nada sorprendente, se trata de uno de los elementos culturales más

importantes y por lo tanto debe manifestarse en su arte.

El arte olmeca pone a nuestra disposición grandes esculturas y pinturas en

cuevas, las estudiadas por Grove en la cueva de Oxtotitlán demuestran ya una

complejidad simbólica. Asimismo el monumento 20 de San Lorenzo ─1150-850 a. C.─

(Grove 2007: 31) es una de las piezas labradas en piedra mas antiguas que nos sirve para

comprender la magnitud y la importancia de las cuevas entre los olmecas. Grove explica

la importancia no únicamente de la cueva sino también de la montaña ya que en la

Venta, una de las grandes ciudades olmecas del Preclásico se construyó una montaña

artificial; los tronos olmecas también eran representaciones de la Cueva-Montaña (Grove

101

2007: 35) de esta forma los olmecas situaban sus centros ceremoniales e inclusive su vida

cotidiana en una geografía sagrada, la cueva y la montaña proporcionaban todos los

elementos necesarios para la comunicación con las fuerzas de la naturaleza y permitía la

comunicación con los ancestros y los dioses.

Aunque todo lo anterior pueda ser considerado como la representación artística

de una visión excepcional del cosmos y del ser humano, debemos tener muy en cuenta

que las circunstancias sociales y políticas, es decir, las relaciones de poder también se

encuentran reflejadas en gran manera, por ejemplo cuando en el trono (altar) numero 4

de la Venta se representa a la Cueva-Montaña y a un personaje emergiendo de ella

entre vegetales; no se hace alusión únicamente a la fertilidad sino también a la cueva

como morada de las fuerzas renovadoras de la vida y al personaje (gobernante) como

representación de la humanidad que nació de una cueva. Este entorno mítico y cósmico

sirve principalmente para que el gobernante, el señor de una ciudad, en este caso

particular de La Venta, sea considerado y reconocido como el legítimo gobernante

gracias al carácter sagrado que le confiere la obra de arte. De esta forma los elementos

político-religiosos de los olmecas encuentran una expresión en el arte. Así los señores de

las diversas ciudades pueden sustentar su poder y su estrato social por medio del arte

monumental haciendo una clara referencia al lugar sagrado por excelencia, la Cueva-

Montaña.

Chalcatzingo es otra de las ciudades olmecas donde el arte sirve para mantener

y justificar un estado de poder. En el Monumento 1, labrado sobre la piedra, puede

observarse al gobernante sentado dentro de la cueva, mientras al mismo tiempo se

aprecian gotas de lluvia, viento y vegetales, elementos iconográficos que nos remiten a

la fertilidad, y el gobernante esta ahí como el medio por el cual la sociedad puede tener

acceso al mundo sobrenatural y propiciar los elementos que proporcionarán el sustento

para la vida y bienestar de la comunidad. David Grove propone el fechamiento de estos

relieves y murales alrededor del 900 al 700 a. C. (Grove 1970: 56).

102

Para una mejor comprensión iremos retomando las diferentes formas por medio

de las cuales se representa a los elementos sagrados, es decir, la cueva y la montaña, con

ello podremos seguir la evolución tanto formal como las diferentes relaciones entre su

simbolismo y otras esferas de la cultura.

Otra de las representaciones de este complejo terrestre se encuentra en una

piedra de color verde, en ella se representa un cosmograma (Figura IV. 25), los cuatro

rincones del universo están plasmados allí, al centro la representación de una montaña,

lo más probable es que tal como menciona Enrique Florescano (2004: 31) se trate de la

primera montaña, la montaña sagrada donde se encontraba guardado el preciado maíz.

Observemos la composición de la montaña: las líneas dobles remarcan las capas

terrestres, inclusive puede verse un espacio dentro de la montaña, es muy probable que

este espacio señale precisamente una abertura en la tierra, es decir una cueva, la tierra

está viva y en su interior hay espacios donde residen tanto las fuerzas creadoras como

las destructoras, pero en este caso el cosmograma hace énfasis en el aspecto vital, la

montaña está sobre una forma de bucle, es necesario recordar esta forma ya que será

utilizada con posteridad en sitios como Izapa y Kaminaljuyu, para después

transformarse y adquirir una novedosa aplicación. Sobre la montaña se encuentra un

árbol extendiéndose de oriente a poniente, rodeado por lo que según Florescano son

granos de maíz que indican las 4 direcciones del universo. Estas formas de representar

al complejo terrestre Cueva-Montaña, nos servirá para entender la utilización y la

evolución de estos elementos en épocas posteriores.

Esta serie de elementos serán retomados por los artistas de Izapa. Según V.

Garth Norman la mayoría de los monumentos fueron creados entre el 300 a. C. y el 250

d. C. así el promedio seria alrededor del 50 a. C. En las esculturas grabadas de Izapa los

contextos serán prácticamente los mismos que en la fase Olmeca, mayormente serán

escenas mitológicas y rituales. El cuadrifolio sigue estando presente, aunque en

composiciones más complejas que en ocasiones utilizan elementos cada vez más

103

abstractos. La forma de bucle que con anterioridad mencionamos es utilizada como

indicador de lugar, es decir indica que la acción está sucediendo en la tierra, esto es

necesario ya que las escenas representadas tienen que ser lo más explicitas posibles, ya

que tratándose de mitología, puede ser que la acción se lleve a cabo en el Inframundo,

en la superficie terrestre o inclusive en el agua. A continuación analizaremos

únicamente algunos ejemplos para comprender su utilización:

En esta imagen el cuadrifolio es utilizado de la misma forma que en

Chalcatzingo, representando la boca de la montaña dentro de la cual se esta llevando a

cabo lo que podríamos considerar como un ritual, aunque una parte de la escultura esta

deteriorada, gran parte de lo que corresponde al cuadrifolio se conserva y dentro de está

forma se puede observar a un personaje sentado quizá en un trono, esto parece correcto

debido a la forma de su asiento, muy parecido a los tronos representados entre los

mayas (Figura IV. 26). Es interesente notar lo que apuntábamos líneas atrás, el

simbolismo de la escultura de Izapa es más complejo e incorpora elementos nuevos

junto con los heredados por los olmecas, así la tierra cobra la forma de un reptil, el

cuadrifolio es la entrada al Inframundo, y el sacerdote-gobernante está dentro llevando

acabo la comunicación con las fuerzas de la naturaleza.

En esta estela comienza a verse lo que terminara por ser una constante, la

innovación en la utilización de los elementos formales en el arte cobran una nueva

dimensión ya que pueden adecuarse y utilizarse de la manera más conveniente. Este es

el caso de la representación en que el cuadrifolio pierde uno de sus pétalos, para quedar

únicamente con tres, el motivo se debe a la manera en que el artista visualizó el espacio

y las líneas. Es necesario hacer notar esta nueva peculiaridad del arte prehispánico, por

lo menos de esta área, ya que con mucha probabilidad esta sea la forma que

posteriormente aparecerá con frecuencia en las ciudades mayas, como Palenque, donde

los edificios se encuentran decorados con espacios vacíos en forma de T, es decir

únicamente una parte del cuadrifolio, tal como sucede en esta época en Izapa (Figura IV.

104

27). Bien, dos personajes se encuentran dentro de la tierra, en una cueva, celebrando un

ritual, el lagarto que parece sobre la forma trilobulada está ahí para acentuar que se trata

de una acción que se sitúa en el interior de la tierra, este ser (lagarto) representa a la

tierra en su aspecto fértil y vital.

Las dos imágenes analizadas con anterioridad representan escenas que se llevan

a cabo en el Inframundo, ahora presentaremos una que está representada por el bucle

que indica que la acción se efectúa en la superficie (Figura IV. 28). Esta forma representa

las mandíbulas del Monstruo Terrestre, y por su puesto el espacio que se encuentra

dentro de el, los personajes labrados en la estela, se representan sobre la tierra y no

dentro de ella, como en las anteriores imágenes. Los personajes participan en un ritual

mientras queman copal en un incensario al centro de la imagen. Lo más interesante en

esta representación es la manera en que los artistas de Izapa reflejan las características

terrestres, ya que los bucles que representan a la tierra, están decorados en su interior

por una secuencia de líneas diagonales y círculos intermedios, este detalle cobrará más

importancia cuando presentemos algunas representaciones de la greca escalonada con

los mismos motivos. Lo importante ahora es seguir con los ejemplos contextuales y

formales de Izapa.

Ahora analizaremos otro de los aspectos en que funcionan estos elementos.

Como mencionamos, las acciones también se llevan a cabo en el agua, puede que se trate

de un río o inclusive del mar, en esta representación de lo que podríamos considerar

como el antecedente de Chac, encontramos a este ser pescando lleno de atributos

acuáticos que le representan y lo significan como un ser marcadamente acuático y por lo

tanto de suma importancia en la vida y la cosmovisión de la cultura de Izapa, este ser

está sobre una línea ondulada que representa el agua, así como los bucles o el

cuadrifolio marcaban el espacio en la cueva o la superficie terrestre, estas líneas indican

de la misma forma que la actividad desarrollada por este personaje se está llevando a

cabo en un lugar acuático (Figura IV. 29).

105

Ahora que hemos visto como se utilizaron y transformaron algunos de los

elementos que fueron utilizados por los olmecas entre los artistas de Izapa, podemos

derivar hacia una de las problemáticas principales de este capítulo, el origen de la greca

escalonada, aunque este símbolo no aparece entre los olmecas, ni tampoco en

Chalcatzingo, Izapa y otros centros de filiación olmeca, sí lo hace de manera por demás

interesante entre un grupo cercano a todos los anteriores, en la también antigua ciudad

de Monte Albán.

APARICIÓN DE LA GRECA ESCALONADA COMO REPRESENTACIÓN DEL

CONCEPTO CUEVA-MONTAÑA EN MESOAMERICA

Alfonso Caso, Ignacio Bernal y Jorge R. Acosta en un libro que reúne sus

investigaciones arqueológicas en Monte Albán mencionan factores muy importantes no

solo para este estudio, sino para la comprensión de las relaciones y la formación de los

grandes centros culturales en Mesoamérica (Caso, Bernal, Acosta: 1967). A continuación

mencionaremos brevemente algunos de los puntos que resultan más importantes para

nuestro análisis. La cerámica estucada que representa a la fase denominada Monte

Albán II (200 a. C.-150 d. C) mantiene en sus diseños las representaciones de grecas

escalonadas. No solo es interesante que la época de Monte Albán II corresponda en

tiempo a las fases de Teotihuacan I (0-50 d. C.) y Holmul I (100 d. C.) (Caso, Bernal y

Acosta 1957: 61) sino que ésta cerámica no es propia del área zapoteca:

La cultura Monte Albán II vino de Guatemala y Belice, probablemente por Chiapas, como se

comprueba por las exploraciones recientes en Chiapa de Corzo. Nos muestran todavía una gran

influencia de los lugares “olmecas” del sur y centro de Veracruz y la poca importancia que tenían

entonces las influencias que pudieran venir o ir, de o hacia Teotihuacan… este panorama

cambiara completamente en la siguiente época, de transición entre II y III, en que la influencia de

Teotihuacan se vuelve preponderante (Caso, Bernal, Acosta 1967: 267)

106

La fase Monte Albán II (extranjera, elite) difiere de la I (originaria, pueblo) en

gran medida:

Las formas ceremoniales y decorativas cambian totalmente (no así la cerámica popular de uso

diario), lo que indica, en nuestro concepto, un nuevo gusto y una nueva moda en la clase

dominante. Es decir, parece que en la época II se presentará en Monte Albán una superposición

de culturas: un sustratum representado por los portadores de la cultura I, y una aristocracia,

integrada quizá por grupos de guerreros y sacerdotes que imponen para los actos importantes del

culto su estilo y sus gustos (Caso, Bernal, Acosta 1967: 214).

Pero estos datos implican que la sociedad Zapoteca de ese entonces debió tener

una fuerte influencia de los grupos mayences y/o zoques. Así, la cerámica Estucada de

Monte Albán II queda íntimamente ligada a las fases Homul (Maya) y Chiapa IIIa

(Zoque). La Cultura de Monte Albán II debió tener su florecimiento entre el 300 a. C. y el

100 o 150 d. C. (Caso, Bernal, Acosta 1967: 267).

De esta información podemos deducir algunas cuestiones, la primera y más

importante es que por el momento la greca escalonada más antigua en Mesoamérica a la

que hemos podido tener acceso se encuentra en la fase Monte Albán II, probablemente

entre el 300 a. C. hacia el 100 d. C.. Si, tal como mencionan los autores, esta fase cerámica

tiene correspondencia con los grupos mayences y zoques, debemos entonces descartar a

Teotihuacan como el creador de este símbolo, los grupos olmecas y pre-mayas tenían

todos los elementos, tanto conceptuales como formales como para desarrollarlo, ¿pero

de que grupo cultural estaríamos hablando? Quizás los zoques del actual estado de

Chiapas o algún grupo maya del centro de América, parece obvio pensar en que si se

trata de una innovación en la técnica artística debió nacer y desarrollarse en una

sociedad bien organizada y establecida, con una cultura en creciente desarrollo. Aunque

esta es una cuestión del todo interesante, no está entre uno de nuestros objetivos

principales resolverla. A continuación analizaremos la composición de los elementos

107

que componen la cerámica estucada de Monte Albán II, donde por primera vez hemos

encontrado la greca escalonada.

Esta primera vasija fue localizada en el montículo de la tumba 4 de Monte Albán

(Figura IV. 30), se trata de una técnica llamada estuco recortado, puede observarse a

pesar del desprendimiento de algunas partes del estuco los diferentes colores y formas

que integraban la composición original. La vasija esta dividida en dos por una línea

horizontal, en la franja superior las grecas escalonadas en amarillo, rojo y celeste se

continúan unas a otras, en el interior tanto de las grecas escalonadas como de los

espacios que crean entre ellas se colocaron círculos, estas formas circulares se repiten en

la parte inferior de la vasija donde en vez de grecas escalonadas se forman escalones que

se integran en lo que podrían considerarse pirámides invertidas, los colores de estos

elementos son los mismos que los anteriores. Lo primero que es necesario notar es el

contexto arqueológico en el que se encontró esta vasija, el hecho de que se haya

encontrado en un montículo mortuorio ya denota una cualidad que tiene que ver con el

Inframundo. En cuanto a las grecas escalonadas que componen la primera franja de la

cerámica es necesario guiar nuestra atención a la forma en que fueron colocadas. Estas

grecas escalonadas están “invertidas”, nuestra propuesta al respecto es la siguiente: tal

como hemos demostrado con anterioridad la greca escalonada es la manifestación

artística del complejo Cueva-Montaña, entendido éste como la visión mesoamericana

acerca de la tierra, de esta manera, la greca escalonada simboliza la abertura de la tierra

por medio de la cual se ingresa al Inframundo. En este caso tendría sentido que una

vasija con el símbolo de la greca escalonada haya sido encontrada en un montículo

funerario, además la forma “invertida” de la greca escalonada confirmaría esta

afirmación, ya que como puede observarse en la imagen de la cerámica, la greca

escalonada está manifestando la entrada al lugar sagrado. Fijémonos en la greca

escalonada en color rojo, el color rojo que forma el símbolo está representando el espacio

dentro de la tierra, las escaleras marcan el descenso hacia el centro de la tierra, el gancho

sirve en este caso como extensión de aquel espacio dentro de la tierra, hermético y de

108

difícil acceso, es posible que el círculo que se haya en el interior de este espacio sea una

alegoría, quizá represente al sol que desciende todos los días para después renacer en el

oriente, la otra opción viable es que estos círculos remarquen a ese espacio como

terrestre, tal como vimos en la escultura de Izapa, donde las líneas y los círculos

identificaban a la forma de bucle con las mandíbulas del monstruo terrestre. De los

elementos que se encuentran en la parte inferior de la vasija puede decirse algo

semejante, desde nuestro punto de vista estos elementos que también son escalonados

tienen una doble función: al igual que las grecas escalonadas establecidas en la parte

superior, representan a la tierra y su acceso por medio de las cuevas, es decir tanto a las

cuevas como a las montañas; su forma sucesiva da la impresión de una serie de ascensos

y descensos, aunque con mayor probabilidad en este caso se trata de hacer una

referencia más precisa al descenso, las incrustaciones en rojo, amarillo y celeste

representan, aunque en una forma diferente, el acceso por medio del cual los muertos

regresan al interior de la tierra para su transformación y posterior resurrección. Quizá,

aunque de manera más aventurada, podría decirse que en la primera mitad de la

cerámica en la cual se encuentran las grecas escalonadas se describe el descenso al

Inframundo, mientras que en la parte inferior se establece la fase final en la que se

regresa a la vida. En su totalidad este ejemplo de cerámica estucada de Monte Albán

hace referencia precisa al Inframundo y su aspecto transformador y vital, la muerte

como vida.

Un cajete con tres pies globulares tiene pintado en su exterior una greca

escalonada en color carmín, en este caso el color rojo no está representando el espacio

dentro de la tierra, sino la tierra misma (Figura IV. 31). El espacio “vacío” creado por la

forma de la greca escalonada en color rojo es la que representa en esta ocasión el espacio

que existe dentro de la tierra. El manejo del espacio y la forma permite innovaciones en

la perspectiva creativa, esto se hace evidente en los dos ejemplos mencionados donde las

formas y los espacios son construidos de manera inversa, siendo en el primer caso

109

creado el espacio terrestre a partir de la forma de la greca escalonada, mientras en el

segundo, la abertura se deriva del espacio proporcionado por la forma del símbolo.

Un cajete con líneas incisas que forman grecas escalonadas en composición

“invertida” nos indica los nuevos recursos utilizados y, aunque por la técnica utilizada

ya no corresponde a la época de Monte Albán II y se asemeja en cierta manera a la fase

cerámica III-A (Caso, Bernal, Acosta 1967: 293), el que este símbolo no haya

desaparecido y al contrario sea manejado en nuevas técnicas y épocas nos aporta

mayores elementos para descubrir su importancia y relevancia (Figura IV. 33). Lo

mismo puede decirse de la cerámica policromada que, aunque en fase tardía, nos

proporciona más evidencia y confirma nuestra hipótesis (Figura IV. 34). No hemos de

detenernos en estos detalles ya que nuestro interés se centra en el área maya. Aunque

por el momento haremos una breve revisión, en La Mojarra y después en Teotihuacan,

ya que nos parece necesaria a fin de seguir con el rastro y posible origen de la greca

escalonada entre los Mayas.

Alrededor del 150 d. C. se esculpe la estela número 1 de La Mojarra, este es un

caso excepcional ya que en ella aparece representada la abertura de la tierra por medio

de elementos escalonados y de ganchos, esta aparición es muy interesante ya que entre

los mayas esta forma solo aparecerá hasta el periodo Clásico Tardío, quizá en un primer

momento como parte del Monstruo de la Tierra witz y hasta después como un elemento

aislado de este. Ésta aparente ruptura suscita muchas cuestiones, ya que teniendo todos

los elementos necesarios los artistas mayas pudieron haber desarrollado esta

composición desde fechas mucho mas tempranas, sin embargo no lo hicieron.

Según el cuadro de los motivos de estilo geométrico presentado por Florencia

Muller, la greca escalonada aparece como tal en Teotihuacan IIa (200-300 d. C.). La

clasificación hecha por Muller inserta a la greca escalonada en el campo de las grecas

que comienzan en el prototeotihuacan I, desaparecen en Teotihuacan I y reaparecen con

110

la greca escalonada hasta el Teotihuacan IIa. La forma escalonada no aparece sino hasta

el Teotihuacan III o tal vez en la fase IIa. Todo lo anterior nos indica por un lado que las

fuentes son escasas y no permiten realizar una afirmación, aunque con los datos

obtenidos podemos suponer que por lo menos la cultura de Monte Albán II fue la

primera en la que aparece la greca escalonada y tal como suponen los autores, después

en la fase de transición la influencia y presencia de Teotihuacan en Mesoamérica se

incrementara en gran medida, quizá fue en esta interacción más directa cuando el

símbolo de la greca escalonada es adoptado por los teotihuacanos quienes según los

datos de Muller comienzan a utilizarla alrededor del 250 d. C.

El que la greca escalonada no sea muy utilizada en Teotihuacan puede ser

explicado por lo anterior, ya que al momento de la interacción ellos ya contaban con

otros elementos artísticos para representar a la tierra (Complejo Cueva-Montaña).

Muller menciona que para la fase Teotihuacan IIa ya aparece la flor de 4 pétalos (Muller

1978: 170), símbolo de la cueva, lo más probable es que se trate de una abstracción

mayor del cuadrifolio olmeca.

De las pocas cerámicas teotihuacanas en las que aparece la greca escalonada,

una de las más interesantes es un vaso trípode cuyo motivo es la captura y sacrificio de

un guerrero, esta cerámica corresponde a la fase Teotihuacan III y se trata de una técnica

esgrafiada (Figura IV. 35) (Muller 1978: 177-178). Nótese que la forma de la greca

escalonada es una línea escalonada, es decir que su volumen está compuesto por el

ancho de la línea, no posee un cuerpo escalonado completo. Muller hace una

clasificación de las composiciones y las formas, sitúa esta cerámica en lo que ella

denomina como “simbolista”, así en el caso de la greca escalonada es interesante

observar que en la parte del gancho el esgrafiado tiene una mayor dimensión que en el

resto del cuerpo.

111

Laurette Sejourne publica en su libro Arqueología de Teotihuacan. La cerámica

(Sejourne 1984) una serie de cerámicas, algunas de ellas fechadas, otras sin definición

espacial ni cronológica, ni si quiera situadas en una fase especifica, pero puede

suponerse debido a la estructura y composición del trabajo. Para la fase Teotihuacan II

ya existen vasos trípodes con grecas escalonadas, en la figura IV. 36 se observa que el

vaso dividido en tres espacios está decorado con una serie de grecas escalonadas, su

forma recuerda a la imagen incisa tratada anteriormente, se trata de una línea

escalonada sin mayor volumen que el grueso de la línea, en color rojo. La otra cerámica

con la que contamos no tiene un fechamiento específico, aunque puede situarse debido

al discurso de la autora entre la fase IIa y III (Figura IV. 37). Esta cerámica en tonos más

oscuros se divide en tres secciones, tanto la superior como la inferior contienen una serie

de grecas escalonadas, en esta ocasión el cuerpo perteneciente a las escaleras está bien

definido, como en su forma clásica, en la parte media se representa lo que parece ser un

ave de dos cabezas, esta imagen se repite en todo el espacio en una serie.

En un fragmento mural puede apreciarse la pintura polícroma de una serpiente

adornada con grecas escalonadas alrededor de su cuerpo, la cenefa que le acompaña

también tiene grecas escalonadas en composición lineal, debido a la falta de elementos

comparativos y la disociación estilística de este ejemplo, no se puede concretar una

propuesta ya que parece pertenecer a una fase muy tardía. Aunque ello sea posible, es

interesante que las grecas escalonadas no sean muy socorridas entre los artistas

teotihuacanos, en esta ocasión parece ser que la conjunción de los símbolos terrestres

tanto de la serpiente como de la greca escalonada es asombrosamente única entre los

murales teotihuacanos (Figura IV. 38).

A continuación se presenta una tabla (construida en base a los datos

proporcionados por Marcus: 1983; Redmond: 1983; Bryant: 2005) que indica la aparición

de la greca escalonada en Monte Albán, Teotihuacan y el Área Maya. Se marca con color

rojo el periodo en el que encontramos el símbolo en la cerámica.

112

En esta tabla se puede apreciar la continuidad temporal en la que se inscribe la

aparición de la greca escalonada en el área maya. Enseguida se analizan las fuentes para

encontrar las diversas relaciones de la greca escalonada en la cultura maya.

113

LA GRECA ESCALO�ADA E� EL AREA MAYA

Las primeras representaciones de la greca escalonada en el área maya

corresponden al periodo Clásico Temprano y se encuentran en la cerámica perteneciente

a la fase Tzakol es decir alrededor del 250 al 650 d.C. La cerámica de la Figura IV. 39

puede ser fechada hacia el 350-400 d.C. (Gallenkamp and Johnson 1985: 125). Esta es la

fecha más temprana que puede asignarse por el momento a la greca escalonada en el

territorio maya. Martha Foncerrada de Molina afirma que es un elemento importante en

la cerámica de la fase Tzakol 1 y 2 (Foncerrada de Molina 1965: 126). Se trata de un cajete

polícromo con tapadera, en la parte superior está representado el rostro de una mujer,

quizá se trate de la imagen de una aristócrata. Desde la parte superior que representa la

cabeza, -ahí se observa que tiene perforaciones en las orejas, y el rostro delineado con

pintura-, hasta la parte media de la tapa donde se termina de representar el cuerpo de la

mujer, en esta mitad se distingue su atuendo con un collar y su vestido (huipil), en la

parte más extendida de la tapa, se marca una línea horizontal que divide el cuerpo de la

mujer y proporciona el espacio en el cual comienza la serie de grecas escalonadas

alternando en color rojo, gris y naranja en un fondo negro, a su vez una de cada dos

grecas tiene en su interior (como ya antes se había manifestado en la cerámica de Monte

Alban) un pequeño circulo en color crema. La tapa finaliza con la orilla en color rojo. En

el cuerpo del cajete el fondo negro permanece, se alternan paneles que contiene la

imagen de lo que podría ser una serpiente muy bien estilizada, con otros en su totalidad

de color negro, en la parte inferior los colores alternados son el rojo y el negro con una

línea en zigzag que cruza en el medio y armoniza con las líneas de las grecas

escalonadas de la tapa. Esta cerámica proviene de una tumba en Tikal (Gallenkamp and

Johnson 1985: 125).

De lo anterior podemos inferir lo siguiente. Este cajete forma parte de las

ofrendas mortuorias de una mujer de la elite gobernante, quizá su rostro sea el

representado en la tapa. Con un gran dominio de la percepción creativa, el artista maya

114

desarrollo una visión de la existencia humana. El cuerpo del cajete descrito con

anterioridad representa el Inframundo húmedo y vital, los elementos como la serpiente

y la línea en zigzag así lo confirman (Baudez 2004: 39); la tapa dividida en dos

representa en su parte baja la entrada al Inframundo manifestada por la serie de grecas

escalonadas, de esta forma la mujer está emergiendo del interior de la tierra, quizá de

esta manera pueda comprenderse la mirada serena que tiene el rostro de la mujer pues

su apoteosis ha terminado.

Una cerámica parecida a la anterior (tanto en el estilo como en la forma) y por lo

tanto muy probablemente correspondiente al mismo periodo, está en la figura IV. 40. Su

tapa está decorada por paneles de serpientes que alternan en color negro y crema,

inmediatamente arriba de estos aparecen elementos escalonados a manera de montañas

dobles con pequeños círculos en su interior. Aunque no podemos afirmarlo es posible

que estos elementos iconográficos representen las montañas y específicamente en esta

composición invertida represente al mismo tiempo la abertura de la tierra. Justo debajo

de los paneles con serpientes hay una serie de grecas escalonadas, en ellas se alternan

los colores rojo y negro, debajo de esta línea se repiten los mismos elementos

escalonados a los que nos referimos con anterioridad, la tapa del cajete está coronada

por un elemento que excita a la imaginación, se trata de un fondo negro, sobre el cual se

enlazan dos elipses de diferentes colores, una roja y la otra azul, formando una especie

de X, en los cuatro ángulos de su forma se colocaron pequeños círculos en color rojo,

esta imagen se alterna en el cuerpo del cajete junto con paneles de venados, en la base

del cajete, las grecas escalonadas adoptan la misma serie que aparece en la tapa sobre el

fondo en crema. Como ya hemos visto anteriormente tanto el venado como la serpiente

─la serpiente puede incluso simbolizar el agua─ (Bassie 2002: 15; Girard 1949: 1088)

están relacionados íntimamente con el inframundo en su aspecto fértil y creador, las

grecas escalonadas aparecen para remarcar que se tratan de elementos asociados al

interior de la tierra, la figura que llama la atención son las elipses cruzadas, ya que

aparecen en la parte superior de la tapa y alternando con los paneles de venados, en

115

realidad esta imagen es poco usual en el arte maya, únicamente la hemos visto en este

caso en particular, una asociación definitiva sería demasiado prematura, aunque

podríamos obviar que se trata de un elemento asociado al Inframundo, la imagen nos

recuerda a una estrella, quizá un planeta sería una buena opción.

Las últimas dos cerámicas pertenecientes al Clásico Temprano provienen de

entierros en Uaxactun (Charles E Lincoln 1985: 83) (Figura IV. 41 A-C). La primera de

ellas tiene una greca escalonada que ocupa casi todo el ancho de la pieza mientras su

largo es más o menos una tercera parte de la cerámica. Una decoración de puntos que

corren en línea adornan la parte baja mientras en el interior la decoración consta de una

línea de triángulos que alternan quizás en negro con el fondo en un color más claro (las

imágenes están en blanco y negro). Sin más, la greca escalonada representa el

Inframundo al cual esta destinada la cerámica como ofrenda mortuoria.

La segunda contiene un simbolismo más complejo, en su interior se encuentra

una figura humana de pie con el brazo extendido hacia el frente, le rodean grecas

escalonadas en rojo y negro. En el exterior aparece el mismo rostro pero esta vez su

cuerpo cobra la forma de una línea ondulada, asemejándolo a un reptil, dado el diseño

es probable que el color prominente sea el negro. Gracias al contexto funerario en el que

fue encontrada la pieza, así como los elementos iconográficos como la greca escalonada

y el hecho de que el cuerpo del personaje principal cobre una forma reptilinea o

fantástica, creemos que se trata de una escena que se lleva a cabo en el Inframundo, así

probablemente se este representando al nahual o la transformación del personaje

principal. Estas acciones chamanicas se llevan a cabo en el interior de la tierra que

funciona como el espacio idóneo para el encuentro con las fuerzas de la naturaleza y la

transformación (Stone 1995: 37-39). Charles E Lincoln agrega que the nose blob que tiene

el personaje puede considerarse como una piedra labrada (navaja de piedra) tal como

aparece en la iconografía azteca (Charles E Lincoln 1985: 83). Estas cerámicas pertenecen

a la fase Tzakol 2 de Uaxactun (entre el 450 y 650 d.C.).

116

De todo lo anterior podemos interpretar lo siguiente. Por una parte la greca

escalonada aparece en el territorio maya hacia el 350 d. C. ligada íntimamente al

Inframundo. Claude Francois Baudez afirma que la cerámica perteneciente al periodo

Clásico Temprano está casi exclusivamente dedicada al aspecto húmedo del Inframundo

(Baudez 2004: 39), lo cual confirmamos al revisar el trabajo de Hellmuth quien presenta

una gran variedad de cerámicas del Clásico Temprano, en ellas puede comprobarse que

efectivamente entre los mayas el tema principal de sus obras de arte y en este caso en la

cerámica se centraba en el Inframundo (Hellmuth 1987) justo como hemos observado y

analizado en los ejemplos anteriores.

Al mismo tiempo debemos tener en cuenta que las innovaciones provenían de

las elites, quienes probablemente buscaban nuevas formas de vinculación tanto social

como ideológica. Durante el Preclásico Tardío y el Clásico Temprano el crecimiento del

poder se incremento, las elites necesitaban expresar y exaltar su poder por medio del

linaje y representarlo en su vida y por lo tanto en el arte. Es por ello que la cerámica de

Tikal y Uaxactun representan a miembros de la elite en condiciones extraordinarias,

transformándose después de la muerte, estas grandes obras de arte fueron elaboradas

por la clase gobernante, por un lado manifestando su necesidad existencial:

Intimidad esencial de la que brota el ser y a la que retorna para gestarse de nuevo, la muerte

prehispánica fue un generador y regenerador de vida… el sacrificio humano y los ritos

mortuorios son, además, una clara muestra de la necesidad “vital” que tenían las colectividades

indígenas de conocer la muerte, o mejor dicho de “co-nacer” a la muerte para lograr una

existencia plena (Johansson 1993: 53).

Por el otro, estas piezas nos indican un alto grado de jerarquía ya que

únicamente la clase gobernante tenía ofrendas tan suntuosas como las que hemos

analizado.

117

En este sentido retomaremos brevemente la cuestión temporal de la greca

escalonada, así como su posible origen en el área maya. Como hemos visto la greca

escalonada aparece en la fase Teotihuacan II (150-300 d. C.). En el área Maya aparece

entre el 350 al 400 d. C. en la fase Tzakol. El hecho de que aparezca primero entre los

Teotihuacanos y que la fecha en que aparece en el área maya corresponda a un época en

que la gran urbe del centro de México está en apogeo como centro cultural y económico,

nos hace pensar que lo más probable sea que la greca escalonada haya llegado al área

maya por medio de Teotihuacan y sus relaciones con las ciudades mayas,

principalmente con Uaxactun y Tikal. David Stuart (Stuart 1998) cree que al final del

siglo IV d.C. (378) hubo una estrecha vinculación politica de Teotihuacan con estas

ciudades mayas, los monumentos escultóricos de ambas ciudades registran imágenes y

fechas alusivas a este suceso, también en la cerámica pueden encontrarse rasgos

distintivos del centro de México, la greca escalonada bien podría ser uno de esos

símbolos que fueron adoptados por los Mayas:

Para Niederberger… la producción de mercancías de circulación local, regional, o de larga

distancia (materias primas exóticas), por grupos especializados (artesanos)… estaba relacionada a

un grupo de consumidores de alto rango. Agentes que regían el campo de lo sagrado (ritual,

ceremonial, artesanal), concentraban la riqueza y el saber esotérico, presente en un repertorio de

mensajes y símbolos que se intercambiaban paralelamente al intercambio económico (Lombardo

de Ruz 2001: 5)

En un contexto de cambios políticos, así como de una búsqueda de control y

exaltación por parte de las elites gobernantes las manifestaciones plásticas son muestra

de la complejidad de relaciones entre las elites de Mesoamérica (Justeson, Norman,

Campbell and Kaufman 1985: 63). La greca escalonada posteriormente se convertirá en

uno de los más importantes símbolos para representar a la tierra y el poder que

proviene de ella, los artistas mayas explotaran al máximo su composición artística y

lograran elevarla a grados cada vez más altos de complejidad. Entre ellos ya existían

118

símbolos para representar a la tierra, pero la fuerte expresión de la greca escalonada

hará que su forma se expanda por todo el territorio maya y más aun en el tiempo.

En el periodo Clásico Tardío (650-950 d. C.) la greca escalonada adquiere

dimensiones cada vez mayores con respecto a su uso y relaciones aun más explicitas con

el poder político. Pero antes de pasar a este punto, veremos otros contextos con los que

igualmente tiene relación directa. Las vasijas representadas en las figuras IV. 42-44 ya

han sido analizadas paginas atrás, aquí solo recordaremos que se tratan de imágenes del

Inframundo, en ellas se representan seres fantásticos que habitan en aquel lugar

húmedo y fértil, como los cormoranes, también en el interior de la tierra se lleva a cabo

la transformación y la conexión con los nahuales y otros seres poderosos de la

naturaleza, como los jaguares y las serpientes, estas vasijas nos demuestran que el

Inframundo es un lugar fértil y en el cual se llevan a cabo conexiones con otros ámbitos

de la naturaleza que proveen de conocimiento. Así la figura IV. 45, puede estar

representando un ritual dentro de una cueva, los personajes se encuentran sentados uno

frente al otro, su posición no solo demuestra su rango jerárquico, sino la importancia del

suceso que esta teniendo lugar en ese espacio sagrado. Las grecas escalonadas que

acompañan la escena tienen como ya hemos discutido anteriormente una formal

singular, pero a pesar de ello es claro que representan al Inframundo, ya que las líneas

cruzadas en su interior representan oscuridad (Bassie 2002: 14), la oscuridad del mundo

subterráneo, idónea para los rituales sagrados.

La figura IV. 46 nos muestra un vaso polícromo con dos bandas de grecas

escalonadas, una en la parte superior y otra en la inferior, ambas enmarcan una imagen

de clara alusión al interior de la tierra, se trata de un ser cuyo cuerpo está formado por el

signo K´AN que junto con la flor de cuatro pétalos también representa a las cuevas

(Sheseña 2006: 149), cinco círculos crean el espacio en el cual surge este símbolo, cuatro

en las esquinas y uno en el centro. Se trata de una manifestación del Inframundo, de la

oscuridad y en este sentido del sol nocturno. El rostro del personaje tiene semejanza con

119

el de un reptil, quizá en su totalidad esta imagen represente a la tierra y al tener el signo

K´AN en su cuerpo así como las series de grecas escalonadas enmarcando la figura está

remitiendo directamente al Inframundo, esto viene a ser corroborado por los colores

usados en el vaso, las figuras están en negro, el fondo en un naranja tenue y cremoso,

mientras el borde y la base en un naranja mucho más intenso. De esta forma las líneas y

formas en negro junto con el tratamiento ondulante de la composición procuran la

mayor atención del espectador.

Otro vaso con el signo K´IN es el de la figura IV. 47, una banda de grecas

escalonadas marca la parte superior del vaso, el resto está dividido en cuatro secciones,

alternadas por un panel con la imagen del Dios K y otra con cinco signos K´IN en

posición vertical, Robicsek menciona que el fondo es en su totalidad rojo (Robicsek 1978:

190). Si tomamos en cuenta que para los Mayas la direcciones tienen asignadas colores

diferentes y específicos y que además cada color guarda un significado concreto,

podríamos decir que el hecho de que en especial este vaso tenga un fondo en su

totalidad rojo y que además contenga signos K´IN es porque está representado el fuego

regenerador o quizá al Sol del este, es decir un nuevo sol, y con ello la regeneración de la

vida, y quizá sea por ello que aparece junto a la cabeza del Dios K, que según Karl

Taube representa la vitalidad (Taube 1992: 79). La serie de grecas escalonadas están

presentes para manifestar además de la fertilidad de la tierra, el hecho de que una vez

devorado, el sol sale de nuevo del interior de la tierra.

God K was an important god of classic Maya lineage and rulership... the agricultural dimension

of god K pertains directly to elite power and dynastic descent... a deity identified with lightning,

rain, and fertile maize, god K epitomizes the vital, engendering force from which lifes comes

(Taube 1992: 79)

De esta manera contamos con los elementos necesarios para interpretar la

escena grabada en la cual una mujer de alto rango, ─probablemente la madre o la esposa

120

del gobernante (Schele and Miller 1986: 76)─ sostiene en su mano la imagen del Dios K,

su vestimenta ostenta símbolos de la tierra y la fertilidad proveniente de la misma, los

bordes de su vestido están decorados con grecas escalonadas y otros elementos en forma

de T y también por lazos entrelazados (cuerda), la ejecución artística es impecable y

realza realmente la imagen de la mujer (Figura IV. 48). Esta figura puede comprenderse

como la imagen de una mujer de alta jerarquía, nosotros pensamos que se trata de la

madre del gobernante, por el hecho de que sostiene en su mano al Dios K quien es

reconocido como el protector de los linajes gobernantes y por lo tanto de la conservación

de la dinastía, es decir con la procreación, es por ello que la mujer representada puede

ser considerada la madre del gobernante. Su vestido ostenta símbolos como la cruz, el

símbolo T, y la greca escalonada que representa a la tierra y su fertilidad, el elemento en

forma de cordón puede entenderse precisamente en el hecho de la continuidad del

linaje, es decir la vinculación con los ancestros (Sheseña 2006: 135). En general esta obra

de arte está destinada a enaltecer la imagen de la mujer quien representa el medio por el

cual la dinastía gobernante continúa en el poder, auspiciada por los elementos de la

naturaleza y por consiguiente por el Dios K.

Ahora analizaremos otra asociación de la greca escalonada, en la figura IV. 49

una serie de grecas escalonadas en color negro decoran la parte periférica del plato en

color naranja, en el fondo en un naranja más ligero está representada la imagen de un

señor sobre su trono, se encuentra sentado y su cuerpo es casi en su totalidad de color

negro, ostenta en su tocado la imagen de un colibrí. Aunque son varios los autores que

mencionan a un dios de los mercaderes cuyo cuerpo está pintado de negro (Baudez

2004; Taube 1992; De la Fuente 2001, por mencionar algunos) también es cierto que en

esta imagen no podemos confirmar que se trata de la representación de un dios, quizá,

lo más plausible desde nuestro punto de vista es que se trate de un comerciante, ya que

tal como lo sugiere Karl Taube, es factible que así como en el Posclásico, en el Clásico

Tardío no exista una diferencia y por lo tanto una contradicción entre el gobernante y el

mercader (Taube 1992: 88), ya que eran ellos los titulares, los que tenían el poder para

121

comerciar con otras ciudades, esto quedaría sustentado por el hecho de que en el plato el

personaje pintado de negro está sentado en un trono, propio de los gobernantes. La

relación de la greca escalonada con el comercio puede entenderse en el hecho de que al

representar el concepto Cueva-Montaña, está directamente asociada a la fertilidad

proveniente de la tierra, con la abundancia, en este sentido los artículos propios del

comercio entre los mayas provienen de la tierra, de su aspecto fértil y bondadoso.

Alla Kolpakova analiza el símbolo del rombo entre los mayas y concluye que

éste representa a la tierra cultivada (fertilidad) (Kolpakova 2008: 291), tal como puede

verse en la Figura IV. 50, donde también aparece una serie de grecas escalonadas, junto

con símbolos en T. Esto comprueba que la greca escalonada está vinculada a la tierra y

como hemos comprobado y asignado en este trabajo, representa el concepto Cueva-

Montaña, es por ello que se le considera un símbolo alusivo a la fertilidad y a la

abundancia, por ello los comerciantes portan o aparecen relacionados con la greca

escalonada. Así, no cabe duda que en la Figura IV. 51, que es muy parecida a la

analizada con anterioridad, está mostrando de la misma manera a un gobernante

sentado en su trono con su indumentaria de comerciante y su cuerpo pintado de negro,

las grecas escalonadas refieren al lugar del cual deriva su poder. La única diferencia

radica en el hecho de que este plato es de los denominados como “cerámica matada”,

este termino hace referencia a que en su interior se localiza un pequeño agujero, estas

cerámicas “matadas” se encuentran en tumbas y por lo general se colocan sobre el

cráneo para que el alma del muerto pueda salir (Coe 1982: 86; Baudez 2004: 231).

Otro ejemplo de cerámica “matada” con grecas escalonadas es la presente en la

Figura IV. 52, en ella puede observarse un plato con un ser fantástico en su fondo, se

trata de una criatura con rasgos de diferentes animales, su cuerpo parece el de una

serpiente, aunque se hace más grande a medida que se acerca a la cabeza, su cuerpo

tiene manchas figurando la piel de un jaguar, se nota también lo que puede considerarse

una oreja, quizá de un venado, con su mandíbula abierta parece exhalar fuego, sobre su

122

cabeza y en la punta de su oreja también se localiza este elemento, en su totalidad su

forma refleja los elementos propios de los seres que habitan el Inframundo. La parte

interna del plato (paredes) está dividida en dos, la primera parte está decorada con

líneas anchas en posición vertical alternando con líneas más delgadas en la misma

posición, la segunda sección esta pintada con tres grecas escalonadas que se conjugan

con círculos que a los lados tienen líneas decrecientes, como ya hemos visto estas líneas

corresponden al ambiente húmedo del Inframundo, los círculos más pequeños que se

localizan entre las grecas escalonadas y los círculos grandes terminan la decoración de la

segunda parte. Todos estos elementos y principalmente la greca escalonada sirven para

enfatizar que esta criatura habita en el Inframundo, el agujero en el centro nos indica

que se trata de un plato funerario. Como ya hemos mencionado lo más probable es que

esta cerámica haga referencia a los nahuales que tienen su morada en las cuevas.

Otra vasija muy semejante en su estilo es la que se reproduce en la Figura IV. 53,

al igual que en la anterior, sus paredes están divididas en dos, la primera de ellas

presenta una serie de triángulos que en su interior llevan pequeños círculos, el espacio

formado por los triángulos repite su forma y está pintado en su totalidad de color negro,

por su parte la segunda mitad del plato tiene una decoración parecida a la anterior con

grecas escalonadas alternadas, solo que en esta ocasión los elementos con los que se

conjugan son dos flores de cuatro pétalos, que en cada una de ellas lleva un círculo de

color negro y un centro circular pero sin tener su volumen tan marcado en negro. En su

interior se reproduce la cabeza de un venado. Cabe mencionar que cada una de estas

escenas es de difícil interpretación, ya que los elementos que en ellas se presentan aun

no han podido ser interpretadas en su totalidad. Lo que si es del todo cierto es que los

elementos aquí involucrados tiene una relación innegable con el Inframundo, por

ejemplo, en la parte más baja del centro de la imagen, se observan lo que podríamos

denominar ojos, son tres y los hemos encontrado en otras escenas de clara referencia a

seres sobrenaturales que habitan en las profundidades de las cuevas. Tanto las grecas

123

escalonadas, como las flores y por supuesto la escena principal donde aparece el ser

fantástico nos remiten a un solo contexto, el Inframundo.

Una más de este estilo es la Figura IV. 54, en realidad se trata de un dibujo de B.

Van Heusen, al igual que las anteriores está dividida en dos partes, la primera contiene

triángulos que en su interior tienen puntos verticales en fondo negro, el siguiente

espacio está ocupado por cuatro grecas escalonadas alternadas con cuatro círculos que

en su interior contienen líneas circulares, remarcando la escena principal se encuentran

líneas paralelas espaciadas por pequeños círculos, estas formas nos recuerdan a las

aguas subterráneas, la imagen del centro del plato es una especie de reptil con elementos

acuáticos y probablemente ─como en la primera de estas tres vasijas de estilo

semejante─ el símbolo del fuego.

Perteneciente a la cerámica “matada” como los anteriores ejemplos, aunque con

un estilo diferente, en la Figura IV. 55. Observamos que una serie de grecas escalonadas

aunque divididas en diferentes paneles por líneas verticales, construyen la decoración

de las paredes del plato. En el centro una criatura semejante por el rostro y por la

manchas en la piel a un jaguar, aunque como en los ejemplos anteriores su cuerpo está

completamente estilizado, guarda en su interior a un personaje, puede tratarse de el

nahual del personaje representado en su interior o quizá sea una representación de la

tierra en cuyo interior se encuentra ahora el ser humano que ha muerto. De esta forma la

greca escalonada responde a los mismos criterios simbolizando el Inframundo, lugar a

donde se van los seres para regenerarse.

En otro sentido aunque también correspondiente al Inframundo, una cerámica

que ya hemos comentado con anterioridad, nos muestra al Dios N o Pahuatun en el

interior de la tierra (Figura IV. 56). Quizá el dibujo de un plato hecho por B. van Hedsen

(Figura IV. 57) represente a los pahuatunes en su forma de monos, ya que como lo

menciona Alejandro Sheseña, en ocasiones el Dios N es representado como un mono

124

(Sheseña 2008: 198), aunque en esta ocasión son dos, y parecen estar danzando o

saltando, los monos no están disociados de las cuevas, al contrario con frecuencia se les

encuentra relacionados, ya sea con el Dios N o en las pinturas en cuevas (Sheseña 2006:

93), así su relación con el Inframundo es innegable y esto es corroborado por el hecho de

que una greca escalonada invertida se encuentra dentro del espacio donde se localizan

las imágenes de estos seres, y justo como lo hemos propuesto debido a las evidencias

anteriores en Monte Albán, la greca escalonada parece estar aquí presente en su forma

primigenia, por lo menos en su aspecto individual, su posición “invertida” señala el

acceso al mundo subterráneo donde habitan estos monos, por ello está exactamente

sobre ellos. Además de jeroglíficos, los costados del plato aluden y recalcan que se trata

del Inframundo, cinco paneles con dos flores de cuatro pétalos cada uno completan esta

escena. Es importante notar que tanto el fondo de estos 5 paneles así como el cuerpo de

los monos y el interior de la greca escalonada están pintados de color negro, haciendo

referencia a la oscuridad que domina en este espacio sagrado.

Hasta aquí cada uno de los contextos analizados hacen referencia directa al

Inframundo, los elementos que acompañan a la greca escalonada así lo indican, aunque

de una forma indirecta cada una de las imágenes anteriores mantiene una vinculación

con el aspecto que a continuación vamos a analizar, se trata del poder político y por lo

tanto social, ya que, por ejemplo, los únicos que eran enterrados con este tipo de

cerámica y quienes los poseían en vida eran los miembros de la elite gobernante, de esta

forma puede entenderse que la greca escalonada haya llegado a cumplir una función

politica, ya que al representar a la tierra en su aspecto benéfico y fértil, el concepto

Cueva-Montaña en su manifestación de greca escalonada se ha convertido para el

Periodo Clásico tardío en un símbolo del poder de los señores mayas. En la figura IV. 58,

está representada una escena palaciega, el gobernante se encuentra sentado sobre su

trono junto a otros miembros de su corte, frente a él se localiza un personaje rindiéndole

pleitesía, se encuentra de rodillas y con los brazos cruzados en señal de reverencia, el

personaje principal parece tomarle atención mientras a su lado se haya otro personaje

125

que parece a su vez dirigirse al gobernante, a un lado se encuentran dos hombres más

que platican entre sí, a juzgar por su apariencia podríamos decir que son de menor

jerarquía que los tres citados con anterioridad. Como es obvio la escena se centra sobre

el señor maya que se encuentra sentado sobre su trono, justo debajo de él se haya una

imagen del Monstruo de la Tierra adjudicándole el poder que le corresponde, aunque

por sí misma esta imagen de la naturaleza representa el poder, el gobernante está por

encima de ésta, el hecho de que aparezca esta imagen de la tierra solo sirve para

adjudicarle el papel cósmico que le corresponde (Baudez 2004: 86). Además de esta

imagen del Monstruo Cauac que indica que como en los orígenes la sede del poder debe

situarse en el Inframundo (Baudez 2004: 83), se puede observar que el trono del

gobernante está decorado por lo que podría considerarse un muro que en su parte más

alta mantiene una serie de grecas escalonadas, que tal como hemos dicho están

presentes para brindar al soberano un entorno mítico y cósmico, donde él es la figura

principal, teniendo de su lado a la naturaleza y de manera más especifica a la tierra con

todas su propiedades. Otra escena palaciega (Figura IV. 59) nos muestra a un dignatario

sentado también sobre su trono, a él se dirigen una serie de personajes portando

diversos objetos, quizá se trate de regalos que se les brinda por parte de otros señores,

entre los obsequios pueden distinguirse principalmente ropa y cerámica, la ropa a la que

nos referimos tiene como decoración la greca escalonada en serie, tal como la llevan

algunos de los personajes que sostienen los obsequios, de esta representación podemos

deducir lo siguiente, por una parte los regalos y obsequios entre los señoríos funciona

como una forma de mantener las relaciones políticas, así como una para demostrar

afecto entre los grupos de poder, la greca escalonada puede ser considerada como

hemos visto en otros ejemplos, uno de los elementos más frecuentes en la vestimenta de

los grupos de elite, ya que al representar a la Cueva-Montaña y por consiguiente sus

propiedades benéficas, realza y enaltece a los portadores de este símbolo, por otro lado

el hecho de que en la imagen se observe que uno de los regalos que le llevan al señor

maya es una cerámica confirma lo expresado por Baudez:

126

Mas allá del uso funerario, muchas vasijas decoradas servían como objetos de lujo y de prestigio,

que circulaban entre las elites de regiones en ocasiones muy alejadas, haciendo las veces de regalos

u objetos de intercambio para celebrar alianzas o aniversarios (Baudez 2004: 44).

De esta manera al mismo tiempo corroboramos lo dicho con anterioridad con

respecto a los platos y vasos con decoraciones de grecas escalonadas, el hecho de que el

símbolo aparte de representar directamente el Inframundo, se haya convertido en un

símbolo al servicio del grupo gobernante para ratificarse en el poder. Tal como dice

Dorie Reents:

These paintings on ceramic allow us a glimpse of this rich artistic tradition as well as of

the highly codified elite stratum of maya society and the historical and mythological events that

sustained them (Reents 1994: 2).

Un caso concreto de esta utilización podemos apreciarla en la Estela numero 1

de Bonampak, en ella se esculpió la imagen del gobernante de la ciudad, como es de

suponer este grabado en piedra nos muestra al poderoso señor en todo su esplendor,

con su mejor vestimenta, en ella se incluye, tal como se aprecia en la figura IV. 60, un

cinturón con grecas escalonadas, aunque dada la perspectiva desde la que fue

reproducida además del daño de la pieza solo puede observarse una, como

mencionamos, el gobernante está aquí representado en una asociación con la naturaleza,

con la tierra de la cual proviene su poder, esto queda claro cuando observamos que se

encuentra parado sobre un Monstruo de la Tierra. Baudez hace una recapitulación en

este sentido, es decir en la forma en la que el arte prehispánico utiliza las imágenes como

un medio de expresión del poder político:

Tanto en la iconografía maya como en la olmeca, la relación entre el monstruo terrestre y el

soberano puede ser representada como una relación dinámica. Así el rey que surge de la

hendidura frontal o de entre las fauces del monstruo es asimilado al sol naciente en una metáfora

127

de entronización. Paralelamente, quien cae en las profundidades del inframundo muere cual el sol

poniente (Baudez 2004: 82)

De esta manera se pretende que la relación sea explícita y concreta, los

elementos que le rodean le confieren las cualidades necesarias para considerarse y

legitimar su poder como soberano de la ciudad de Bonampak. Sophia Pincemin afirma

que el tema general de la composición artística de la plaza es la glorificación del señor

Chaan Muan II (Pincemin 2008: 61). En la misma ciudad famosa por sus murales donde

se representa en diferentes cuartos escenas de un mismo evento, en el primero las

imágenes nos indican que se trata del inicio de la liturgia, con danzas y música, el

segundo cuarto es el momento en que se lleva a cabo la guerra, la lucha contra los

enemigos, mientras que en el tercero termina con una ceremonia (Martin, Grube 2000:

136) debido a que la ciudad salio victoriosa de la batalla emprendida. En la figura IV. 61,

se observa que en el cuarto dos uno de los contendientes es un individuo perteneciente a

la ciudad de Bonampak, ya que es el que tiene tomado por el cabello a su cautivo, tiene

en su ropa a la altura de su hombro una greca escalonada de color celeste, sobre el fondo

rojo de la tela, de esta forma comprendemos que para este momento la greca escalonada

era ya toda una insignia de poder, ya que inclusive en los actos bélicos puede verse

portada por los vencedores, definiendo claramente su postura y remarcando que su

poder proviene de la tierra. En la figura IV. 62 se observa al que probablemente podría

considerarse como un guerrero, porta un casco con la cabeza de un jaguar, el resto de su

ropa también presenta esta similitud con el animal sagrado que mora en el Inframundo,

esta vinculación entre el jaguar y la tierra es muy antigua y es totalmente comprobada

cuando nos percatamos de que tanto en el brazo, a manera de brazalete, como en una

cinta que corre alrededor de su cintura, la decoración está elaborada a partir de grecas

escalonadas, permitiéndonos inferir que probablemente para el periodo Clásico Tardío,

la greca escalonada esta totalmente relacionada con el poder tanto político como militar,

quizá por el hecho de que representa el lugar mismo de donde proviene su poder. Esto

queda del todo comprobado cuando en el peralte de la banqueta del cuarto número 3 de

128

Bonampak, está pintada por toda su longitud con grecas escalonadas en color rojo.

(Figura IV. 63). La escena puede ser considerada como un evento de ascensión al trono

(Alfonso Arellano 1998: 275) y en este caso el ritual propicio es llevado en el lugar

sagrado de donde proviene el poder y el linaje: la cueva.

Otro ejemplo concreto acerca de la utilización de la greca escalonada como

símbolo de poder es la vestimenta de los altos dignatarios mayas, podemos encontrarla

en Yaxchilán, en el Dintel 26 de esta ciudad (tanto el dintel 24 como el 26, pueden

fecharse hacia el 725 d.C.) ( Schele and Miller 2001), se observa al rey Itzamnaaj Bahlam

II (Coe and Van Stone 2005: 138) frente a su esposa que sostiene la cabeza de un jaguar,

esta escena representa al gobernante antes de partir a la guerra, puede apreciarse que su

tocado está conformado por una imagen del Dios K, que como hemos apuntado, es

utilizado para sostener y conferir el poder a la elite gobernante y tal como menciona

Yuri Knórozov La cabeza del Dios K, en calidad de símbolo ígneo, era utilizada como una

insignia política fundamental para ratificar a los gobernantes en el poder (Sheseña 2006: 196).

Lo interesante de la escena representada en Yaxchilán, es que la indumentaria del señor

maya, está decorada por grecas escalonadas conjugadas con círculos y líneas cruzadas

(Figura IV. 64). De esta manera la greca funciona como un símbolo que ratifica el poder

que posee el soberano y al igual que la cabeza del Dios K esta ahí para acentuar esta

característica, esta utilización de los símbolos será una constante en el área maya

(Sheseña 2007: 379). La indumentaria juega un papel jerarquizador en la sociedad maya

(Sheseña 2006: 207) y parece obvio que símbolos como la greca escalonada solo

estuvieran presentes entre los altos mandos de su política, estos elementos artísticos son

parte de una estructura ideológica que sostenía a los grupos de elite en el poder, ya que

el rey o gobernante maya recibía sus insignias de poder por medio de la vinculación

directa con el ancestro mítico de toda la comunidad, es decir de todo el pueblo, él era el

hermano mayor, el más afín con el antepasado mítico común (López Austin 1999: 73).

129

En el Dintel 24 se esta llevando a cabo un ritual de sacrificio, K´abal Xook la

esposa del gobernante (Coe and Van Stone 2005: 138) se lacera la lengua con una cuerda

con espinas mientras el gobernante mantiene en alto una antorcha (Baudez 2004: 204).

Esto es interesante ya que nos proporciona una escena que tiene que llevarse acabo en la

oscuridad, probablemente en una cueva o quizá en algún recinto dedicado para rituales

de esta naturaleza, es decir un espacio sagrado que recordara al Inframundo. Este ritual

de autosangrado es recurrente en toda el área maya, ya que era necesario que los

miembros del linaje gobernante entregaran ofrendas preciosas a sus ancestros para

asegurar la continuidad de la dinastía (Sharer 1999: 514), y qué mejor manera de

demostrar su agradecimiento y de rendirles culto que entregarles su propia sangre

(Figura IV. 65). Es interesante que la manera en la que se recoge esta ofrenda sea sobre

una cesta que tiene la imagen de la greca escalonada, como hemos demostrado la greca

escalonada representa el Inframundo (Cueva-Montaña), la ofrenda se realizaba a la

tierra. Es probable que esta representación simbólica manifieste el hecho de que en

verdad el sacrificio se llevo dentro de una cueva y por ello el señor maya mantiene una

antorcha, aunque dado el nivel de complejidad que había alcanzado la cultura maya en

el periodo Clásico Tardío, también es probable que esta escena haya tenido lugar como

ya antes lo mencionamos en un espacio construido especialmente para este tipo de

acciones litúrgicas y que precisamente la cesta contiene el símbolo de la greca

escalonada para referirse al hecho de que la ofrenda de sangre que se esta ofreciendo, se

dirige a la tierra. Esto último es probable si tomamos en cuenta que por ejemplo, en

Copan los altares adquieren formas que simulan la apariencia del Monstruo de la Tierra

y que en las escenas pintadas sobre cerámica los sacrificios se llevan a cabo sobre un

mascarón terrestre (Baudez 2004: 33). En efecto podrían haber realizado los sacrificios

sobre la tierra misma dentro de una cueva, definitivamente así debió ser en los primeros

tiempos de su cultura, pero en este periodo su cultura se encuentra en un estado

diferente, donde es posible crear obras de arte, monumentos arquitectónicos que

simulen los elementos naturales (pirámides, altares, esculturas, etc.).

130

Toniná es quizá la ciudad maya donde la greca escalonada alcanza su mayor

expresión artística y probablemente su más alto grado como símbolo de poder. La

mayoría de las construcciones de Toniná corresponden al periodo Clásico Tardío

(Becquelin y Baudez 1982: 1113) y son precisamente ellas las que nos ayudan a vincular

a la greca escalonada con el grupo en el poder. Por ejemplo, en la figura IV. 66, podemos

apreciar el grabado de grecas escalonadas alrededor de lo que nosotros consideramos

un trono, un asiento dedicado para el gobernante de la ciudad, esta imagen nos indica

que como hemos podido observar en las imágenes palaciegas, tal y como están

representadas en las vasijas, la greca escalonada realmente estaba presente tanto en los

tronos, como en los edificios consagrados a la sede politica, no son símbolos adaptados a

la creación artística en pintura expresada en cerámica, sino que nos encontramos frente a

un símbolo que se ganó un puesto inamovible en la sociedad y la política de los antiguos

mayas, este trono decorado es una prueba de que los gobernantes, y en este caso

especifico, el señor de Toniná se representaba en una situación cósmica; el arte estaba al

servicio de la clase gobernante para incrementar su poder en forma sensitiva y expresar

la importancia de la personalidad del gobernante, situarse sobre un trono que

representa a la Cueva-Montaña es considerarse un elemento de suma importancia en la

organización no solo de la sociedad, sino también de la naturaleza. Pero este es solo un

aspecto de la utilización del símbolo en estudio, el grado más alto al que llegó la

manifestación de la greca escalonada se encuentra en el tercer nivel del centro

ceremonial de la imponente ciudad de Toniná.

La Figura IV. 67 nos muestra cuatro grecas escalonadas sobre un espacio plano y

rectangular, estas cuatro grecas se sitúan una en cada esquina, si observamos más de

cerca tal como aparece en la Figura IV. 68, nos daremos cuenta que se tratan de dos

planos, cada uno con sus correspondientes relieves que forman grecas escalonadas.

Cada uno de los ganchos se mantiene hacia el límite exterior, las grecas de la parte

superior se invierten en las de la parte inferior. Nos encontramos frente a un

cosmograma, cada una de las grecas escalonadas (Cueva-Montaña) representan las

131

cuatro montañas que mantiene en orden al universo, una en cada dirección. Pero no se

trata únicamente de un cosmograma cualquiera sino de lo que plantea Baudez en el

apartado llamado Microcosmos y Recorridos Rituales:

Nos referimos aquí a edificios o conjuntos de edificios que representan el universo, total o

parcialmente, en dos o tres dimensiones, en los que los sacerdotes oficiantes llevaban a cabo

recorridos rituales (Baudez 2004: 94)

Si observamos con detenimiento la Figura IV. 68, nos daremos cuenta de que la

greca escalonada adopta no solo de manera grafica su esencial significado de acceso al

Inframundo, sino que en este caso sus escaleras literalmente sirven para ascender y

descender por ellas, el hecho de que sus gradas sean tan estrechas se debe precisamente

a que solo una persona era capaz de realizar este recorrido, nos referimos al sumo

sacerdote, al gobernante de la ciudad de Toniná, por este medio artístico el sacerdote

realizaba un recorrido ritual, el cual debido al significado de la greca escalonada tenia

que ver precisamente con descender y ascender del Inframundo. Para comprender en su

totalidad la utilización de este espacio es necesario un estudio mas profundo acerca de

los posibles rituales celebrados en Toniná, nosotros por nuestra parte proponemos, a la

luz del significado de la greca escalonada, que el recorrido ritual realizado por el

gobernante llegaba a un punto en el que se situaba justo a la mitad de la composición, es

decir se colocaba en el centro del universo, adquiriendo de esta forma una cualidad

cósmica, la de mantener (al igual que las montañas) el orden del universo.

Estas relaciones entre arquitectura (simbolismo) y organización social (dominio)

junto con la estructura ideológica (Schavelson 1980: 151) nos dibujan una sociedad

compleja en todos los sentidos, en la cual existía una jerarquía bien establecida,

inquebrantable, su tendencia era cada vez más polarizada, por un lado la elite

gobernante, con el sumo sacerdote que era al mismo tiempo el gobernante de la ciudad

y quien controlaba la economía del lugar, con una base litúrgica basada en recorridos

132

rituales que lo asemejaban a las fuerzas de la naturaleza y le otorgaban el poder

necesario para imponerse sobre los demás, para ser el líder y el único capaz de llevar a

cabo el sustento del pueblo y del universo, por el otro, el grueso de la comunidad,

quienes tenían que estar trabajando de forma constante para poder lograr el excedente

de producción que permitiera la elaboración de tan suntuosas edificaciones, así como el

mantenimiento de la clase en el poder que se dedicaba exclusivamente al aparato

ideológico, así como a la creación de nuevos símbolos que les brindaran una mayor

exaltación frente a sus rivales y principalmente frente a su propio pueblo, demostrando

su poder y su superioridad adquirida por su linaje.

El edificio de Palenque en el que se representa la hendidura de la tierra por

medio de grecas escalonadas en composición de espejo, ya fue analizado con

anterioridad, únicamente recordaremos que esa imagen es una manifestación de la

fertilidad de la tierra y la greca escalonada en su composición reflejada es precisamente

la forma característica de esta manifestación (Figura IV. 13).

Aunque sin alcanzar el esplendor logrado en el Clásico, la greca escalonada

sigue estando presente en la cultura maya en el Posclásico, de manera semejante los

edificios siguen siendo decorados con grecas escalonadas, para manifestar su cualidad

sagrada, es decir su vínculo directo con el complejo Cueva-Montaña. Varias de las

construcciones Posclásicas ya fueron abordadas en el comienzo de este capítulo, por ello

aquí solo retomaremos una parte para ejemplificar la continuidad en el uso y

significado, así como las relaciones con el poder. En Chichen Itza una construcción que

representa en general a la tierra con sus propiedades, tiene en su decoración una serie de

grecas escalonadas, junto a los mascarones del Monstruo de la Tierra. Además en el

templo de los jaguares de la misma ciudad (Figura IV. 69) se localiza parte de un mural,

en el que se representa una batalla, algunos de los guerreros llevan en sus escudos el

símbolo de la greca escalonada, este hecho manifiesta (como en el caso de los

gobernantes que utilizaban en sus ropas grecas escalonadas para manifestar su poder

133

proveniente de la tierra) que el ejército tenía como principal objetivo mantener la

continuidad de su dinastía, defendiendo su territorio, aunque quizá también tenga

relación con el argumento de Michel Graulich que Baudez menciona:

Los guerreros Atlantes que sostienen los altares traducen la intención de realizar ofrendas

colectivas, y su transformación en columnas sobre las que reposa el techo indica su función de

soportes del mundo: gracias a ellos, que proporcionan las victimas del sacrificio, el universo no se

detiene (Baudez 1996: 290).

Este vínculo podría ser reafirmado cuando observamos que los atlantes de Tula,

llevan en su vestidura la greca escalonada. En la ciudad de Chichen Itza, los guerreros

adquieren una trascendencia considerable ya que son mayoría entre los personajes

representados (Baudez 2004: 258). Es probable que ésta vinculación entre guerreros y su

relación con el mantenimiento del universo por medio de la guerra y en este sentido,

fuertemente relacionado con el Inframundo (greca escalonada), provenga desde el

periodo Clásico (Tardío) (Figura IV. 62). Continuando con las ciudades mayas del

Posclásico que presentan en su decoración grecas escalonadas, contamos con la ciudad

de Labná. Baudez menciona:

Aunque los estilos arquitectónicos en Yucatán utilicen con profusión la greca escalonada como

motivo, la combinación de dos motivos podría reproducir intencionalmente la hendidura frontal

del monstruo terrestre, tal como sucede en el costado oriental de la puerta monumental de Labná

(Baudez 2004: 77).

El arco de Labná marca precisamente la entrada a un espacio sagrado, un patio

rodeado por una serie de edificios (Ruz Lhuillier 1991: 69) donde probablemente se

celebraran rituales pero que sin duda eran dirigidas por la clase gobernante. De esta

forma la greca escalonada en composición de espejo representa la entrada a un lugar

sagrado, al Inframundo, lugar al que únicamente podían acceder los altos sacerdotes a

134

celebrar los rituales y los sacrificios necesarios para el correcto funcionamiento del

cosmos (Sharer 1999: 500). Tanto Xlapak como Dzibiltun presentan edificios

consagrados al Inframundo, en ellos se aprecian claramente grecas escalonadas que

acentúan su característica sagrada, terrestre. En el primero la utilización formal de la

greca escalonada es idéntica a la de Labná, solo que en esta ocasión acompañada por

una serie de mascarones terrestres. Spinden ya había considerado a las grecas dobles

(composición de espejo en su variante de reflejadas por la escalera) como elementos que

se asemejaban a los mascarones terrestres (Spinden 1957: 124). Mientras tanto en

Dzibiltun es mucho más compacta y se juega con las composiciones de espejo,

reflejándose tanto por la escalera como por el gancho, al colocarse en la entrada estas

manifestaciones artísticas advierten y comprueban que es un lugar dedicado al

Inframundo. Lorraine A. Williams Beck nos dice que en la estructura arquitectónica de

esta ciudad se repiten constantemente los motivos terrestres, así como la relación de

estos edificios con el Dios K, patrono de los linajes y que además tiene su morada en las

cuevas (Williams Beck 2001: 62-63).

Uxmal es quizá la ciudad del periodo Posclásico donde la greca escalonada

alcanza nuevamente parte de su espectacularidad Clásica, la figura IV. 70 nos muestra

un edificio en reparación, a pesar de que su estado no es el mejor, puede apreciarse

claramente parte importante de su decoración, una serie de mascarones terrestres

conjugados con otros elementos que caracterizan al Inframundo (círculos y lo que

podrían ser huesos), a un lado de estas representaciones encontramos una línea de

grecas escalonadas (debido al estado solo pueden apreciarse dos) en posición vertical, su

composición es muy libre, inclusive este ejemplo es único en toda el área maya y quizá

en toda Mesoamérica, los escalones son únicamente dos, en su interior tiene la imagen

de un ave, es difícil asegurar de que clase de ave se trata, pero la figura nos recuerda a

las imágenes usadas en el centro de México, el gancho es doble en dos planos de tal

forma que acentúan la profundidad formal del símbolo. Esta decoración es repetida en

la gran pirámide, en esta figura IV. 71, una serie de grecas escalonadas en posición

135

básica seguida por otra franja superior donde las grecas aparecen invertidas. Por ultimo

en el centro dos grecas escalonadas en posición de espejo coronan el simbolismo

terrestre, cada una de las grecas escalonadas mantiene en el centro de su gancho una X,

cabe mencionar que las grecas están divididas de dos en dos, excepto las superiores que

se separan por su divergencia orientando dos hacia cada lado (partiendo como

habíamos mencionado de las grecas en composición de espejo), esta imagen nos ayuda a

comprender que la utilización de la greca escalonada como hendidura de la tierra sigue

vigente, así como su forma original (invertida) contrastando con la básica, es decir en

este panel de grecas se conjugan diversas composiciones formales, aunque el significado

y la alusión al aspecto terrestre sigue siendo la misma, la innovación presente en Uxmal

recupera parte de ese impulso creador característico de los mayas.

El llamado palacio del gobernador es un edifico imponente de mas de 100

metros de largo (Ruz Lhuillier 1991: 69) dividido en tres cuerpos, las dos construcciones

laterales son más pequeñas que la central, la decoración de su friso está elaborada con

mascarones terrestres que comienzan en las esquinas del edificio, estos mascarones que

representan a la tierra se desplazan a partir de las esquinas sobre el resto del friso en

forma de zigzag, en el centro del edificio se encuentra la imagen del gobernador, el

fondo del friso son líneas cruzadas, sobre ellas (y consideramos que también fue tomado

en su diseño original como parte del fondo) se encuentran grecas escalonadas, estas

grecas escalonadas se desplazan hacia lados opuestos a partir del centro, es decir, que la

imagen del gobernador juega una vez más el papel más importante de la iconografía, ya

que es ahí donde reside y desemboca toda la fuerza expresiva del conjunto

arquitectónico (Figura IV. 72). De esta forma las grecas escalonadas junto con las líneas

cruzadas forman el fondo del friso. Mientras que los mascarones terrestres se

encuentran en un segundo plano, la imagen del gobernador se haya en el sitio principal,

de esta forma se comprenden las palabras de Baudez que nos dice que por más

importantes que sean las representaciones (mascarones terrestres y grecas escalonadas)

siempre se encuentran subordinadas a la imagen del gobernante, que ocupa el sitio

136

principal (Baudez 2004: 245). La utilización de la greca escalonada como símbolo

terrestre sigue siendo de gran importancia en el período Posclásico, muestra de ello es la

manera en que los arquitectos de la ciudad de Uxmal manejaron su forma, adaptándola

a nuevas composiciones e imprimiéndole su propio estilo. Por otro lado su utilización

como símbolo de poder sigue siendo inamovible, la greca escalonada es el símbolo

predilecto para enfatizar las cualidades de los gobernantes, en este caso el señor de

Uxmal se coloca en una posición privilegiada, al representarse en el centro de una serie

de símbolos, tanto la greca escalonada como los mascarones terrestres se encuentran a la

disposición de la figura del gobernante quien asume la posición suprema en este

conjunto arquitectónico.

RESUMEN

Realicemos un resumen de la evolución de la greca escalonada entre los mayas.

La importancia del concepto Cueva-Montaña está presente desde los periodos más

tempranos de Mesoamérica, no podemos asegurar desde que fecha se incorporaron

estos elementos a la cosmovisión prehispánica, sin embargo las representaciones

artísticas en el área pueden percibirse desde el periodo Preclásico, entre los olmecas

encontramos el cuadrifolio que representa a las cuevas, también cuerpos escalonados

que representan a la montaña. La Estela 1 de La Mojarra muestra un elemento muy

peculiar, ya que esta misma representación se reproducirá más tarde en el área maya, en

este símbolo se conjugan la abertura de la tierra junto con los ganchos que son tan

recurrentes en la ciudad de Izapa para representar a la tierra, donde también seguirán

manifestándose los elementos anteriores como el cuadrifolio y las T, ambos

representado la entrada al Inframundo desde perspectivas diferentes. Aunque en la

Estela 1 de La Mojarra el símbolo adopte la forma de una greca escalonada reflejada,

será hasta la fase Monte Albán II donde se encuentre su forma completa y característica.

Cabe mencionar que si tomamos como referencia estos primeros ejemplos tendremos

que aceptar que su forma original es “invertida”, de ahí en adelante la greca escalonada

137

no dejará de aparecer en el área mesoamericana cobrando cada vez más importancia

entre los grupos gobernantes. Frecuentemente se le hallara vinculada a entierros

funerarios, tanto en Monte Albán como en Teotihuacan así como en el área maya. Las

ciudades de Tikal y Uaxactun son las primeras en representar a la greca escalonada, la

forma en la que se encuentra es la misma en la que aparece en Monte Albán II. La greca

escalonada entre los mayas no tendrá grandes variaciones en cuanto a formas, por lo

menos para el Clásico Temprano, en el Clásico Tardío la adaptación total de este

símbolo a las necesidades expresivas de los artistas mayas dará como origen una

variedad de composiciones, sin embargo los contextos serán siempre los mismos, la

relación directa con el Inframundo y las fuerzas de la naturaleza que ahí residen, fuente

de poder y bienestar. De esta manera la elite gobernante la adoptara constantemente en

sus propias representaciones para acentuar su carácter sagrado y sustentar su poder en

la sociedad maya. Para el periodo Clásico Tardío la greca escalonada seguirá siendo el

símbolo de poder político por excelencia, muestra de ellos es la ciudad de Toniná, sus

formas adoptaran diversas composiciones en las ciudades de la península, quizá sea

Uxmal la ciudad donde la greca escalonada retome parte de su esplendor Clásico. Con

la llegada de los españoles el arte maya se termina, la greca escalonada desaparece por

completo, no obstante los elementos naturales que le dieron vida continúan, las

ceremonias en cuevas y montañas siguen hasta nuestros días, también perdura la

importancia de la tierra como fuente de vida y bienestar y estímulo para la continuidad

de los ritos y los sacerdotes entre los grupos mayas que sobrevivieron a la destrucción.

Hoy la greca escalonada es uno de los símbolos que representan a México en el mundo,

por largos años su significado estuvo oculto, aunque su fuerza esencial sigue presente

en la vida de muchos campesinos mayas que continúan regresando al lugar primigenio

sede del poder, lugar donde la vida y la muerte se conjugan en un movimiento eterno

que nos recuerda la importancia de cada instante.

138

FIGURAS CAPÍTULO IV

FIGURA IV. 1

FIGURA IV. 2 FIGURA IV. 2

FIGURA IV. 3

139

FIGURA IV. 4

FIGURA IV. 5

140

FIGURA IV. 6

FIGURA IV. 7

FIGURA IV. 8

141

FIGURA IV. 9

FIGURA IV. 10

FIGURA IV. 11

142

FIGURA IV. 12

143

FIGURA IV. 13

FIGURA IV. 14

144

FIGURA IV. 15

FIGURA IV. 16

145

FIGURA IV. 17

FIGURA IV. 18

146

FIGURA IV. 19

147

FIGURA IV. 20

FIGURA IV. 21

FIGURA IV. 22

148

FIGURA IV. 23

FIGURA IV. 24

149

FIGURA IV. 25

FIGURA IV. 26

FIGURA IV. 27

FIGURA IV. 28

FIGURA IV. 29

150

FIGURA IV. 30

FIGURA IV. 31

FIGURA IV. 33

151

FIGURA IV. 34

FIGURA IV. 35

FIGURA IV. 36

152

FIGURA IV. 37

FIGURA IV. 38

153

FIGURA IV. 39

FIGURA IV. 39 B

154

FIGURA IV. 40

FIGURA IV. 41

155

FIGURA IV. 42

FIGURA IV. 43

FIGURA IV. 44

156

FIGURA IV. 45

157

FIGURA IV. 45

158

FIGURA IV. 46 FIGURA IV. 47 A

FIGURA IV. 47 B

159

FIGURA IV. 48

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FIGURA IV. 49

FIGURA IV. 50

161

FIGURA IV. 51

FIGURA IV. 52

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FIGURA IV. 53

FIGURA IV. 54

163

FIGURA IV. 55

FIGURA IV. 56

164

FIGURA IV. 57

FIGURA IV. 58

165

FIGURA IV. 59

166

FIGURA IV. 60

167

FIGURA IV. 61

FIGURA IV. 62

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FIGURA IV. 63

FIGURA IV. 64

169

170

FIGURA IV. 65

171

FIGURA IV. 66

172

FIGURA IV. 67

173

FIGURA IV. 68

174

FIGURA IV. 69

FIGURA IV. 70

175

FIGURA IV. 71

FIGURA IV. 72 B

176

FIGURA IV. 72 A

177

CONCLUSIONES

Una vez que hemos realizado el análisis de la greca escalonada en sus variantes

formales, así como en sus vinculaciones culturales y comprobado nuestra hipótesis

podemos derivar las siguientes conclusiones:

Los trabajos analizados en el capítulo uno no utilizan una comparación

profunda ni tampoco un análisis de contextos, por lo tanto sus interpretaciones fueron

incompletas, la mayoría de ellas basadas simplemente en la forma de la greca

escalonada. Sin embargo, los autores no se encontraban en nuestra privilegiada

posición, en la actualidad contamos con un avance más completo en los estudios

iconográficos y con mayor número de fuentes. Los autores citados por Beyer

mencionaban elementos relacionados con el Inframundo: serpientes, agua, viento,

caracoles. Incluso Preuss ampliando este último concepto menciona que podría tratarse

de una representación del seno de la madre tierra. Por su parte Woermann al igual que

Girard menciona que las escaleras pueden hacer alusión a las pirámides y en este

sentido a las montañas. Paul Westheim relaciona a la greca escalonada con Xólotl en su

aspecto de Serpiente de Fuego basándose en una de las imágenes del códice Vaticano,

donde se observa a Xólotl descender por unas escaleras al interior de la tierra.

Analizando la Cultura del Tajín García Payón llega a la conclusión de que la greca

escalonada representa al Huracán. Terence Grieder menciona que el significado de la

greca escalonada se compone de dos elementos: la cueva y la montaña, es la primera en

adjudicar a este símbolo un doble significado conceptual. Sabina Aguilera la relaciona

con el lugar de los ancestros, el camino por el cual puede accederse al lugar sagrado que

es base de la cosmovisión Tarahumara. Por su parte Claude F. Baudez concluye que dos

grecas escalonadas en composición de espejo remiten de manera directa a la abertura de

la tierra y la fertilidad proveniente de ella. Cada una de las propuestas anteriores tienen

algo en común ya que los elementos mencionados por los autores mantienen una

relación directa con el verdadero significado de la greca escalonada: las serpientes, el

178

agua, el huracán, los ancestros, el viento, el caracol, las pirámides, la abertura de la

tierra. Todos estos elementos se encuentran vinculados con el Inframundo, algunos de

los autores citados en este trabajo se acercaron mucho a este significado; Terrence

Grieder acierta al considerar a la greca escalonada como un símbolo compuesto por dos

elementos conceptuales que como bien menciona eran parte de la estructura cósmica de

la cultura prehispánica: la cueva y la montaña, aunque debido a la forma en la que

realiza su afirmación ésta no puede tomarse muy en serio y parece poco convincente en

un principio. Por otro lado Paul Westheim nos confirma que la entrada al Inframundo se

representa por medio de unas escaleras en forma descendente. Los trabajos actuales de

Sabina Aguilera y Claude F. Baudez, aunque no tratan de manera directa sobre el tema,

sí nos proporcionan las evidencias culturales e iconográficas para sustentar nuestra

interpretación.

Para nosotros el significado de la greca escalonada es el del complejo Cueva-

Montaña, este concepto forma parte primordial de la cosmovisión no solo maya sino

prehispánica en general, hace referencia a la creación y la estructura del cosmos, el

Inframundo es el lugar en el que habitan las fuerzas generadoras de la vida, allí también

tienen su residencia los ancestros, es por ello que este símbolo adquiere una cualidad

singular en las diversas expresiones plásticas como la pintura, la escultura, la cerámica y

la arquitectura, donde se utiliza para manifestar que se trata de escenas que se llevan a

cabo en el Inframundo y en el caso de la arquitectura para adjudicar al edificio su

cualidad terrestre y sagrada. Su importancia es tal que llega a ser adoptada como una

insignia política, por medio de la cual los gobernantes ratificaban su poder. quizá la

mayor manifestación de esta relación, sea el recorrido ritual que proponemos se llevaba

a cabo en la ciudad de Toniná, donde las grecas escalonadas dirigidas a los cuatro

rumbos del universo, representando así a las cuatro montañas sagradas, solo servían

para poder brindar al espectador a un gobernante que se colocaba en el centro, como

axis mundi. Es interesante notar que este alto nivel de cultura, en que el arte se lleva a los

179

niveles más altos, tiene una relación directa con el incremento del poder político, para

que este desarrollo pudiera alcanzarse es necesario una producción económica elevada.

Intellectual progress, which reveals itself in the growth of art and science and the spread of more

liberal views, cannot be dissociated from industrial or economic progress, and that in its turn

receives an immense impulse from conquest and empire (Frazer 1944: 48).

El arte prehispánico, es un arte religioso y es precisamente en este sentido que

puede entenderse que los símbolos como la greca escalonada adquieran un papel de

vital importancia dentro de la cultura. Al representar los dos principales conceptos

mesoamericanos que en gran parte sostenían la estructura cosmogónica ─la cueva y la

montaña─ su importancia trascendía a cualquier otro símbolo. De esta manera la greca

escalonada llego a convertirse en El Símbolo Prehispánico por excelencia, manifestando

las fuerzas regeneradoras del Inframundo. Los gobernantes la ostentaban orgullosos en

sus vestidos y palacios para subrayar su origen mítico y sagrado, como los portadores

del conocimiento primigenio; al portar la imagen de la greca escalonada asumían un

papel trascendente dentro del cosmos y reafirmaban su poder político proveniente de su

linaje ancestral, ya que el centro donde residía el poder se encontraba, como en los

orígenes, en el interior de la tierra.

Los sacerdotes controlan y planifican el trabajo agrícola al mismo tiempo que

elaboran una superestructura religiosa que justifica su poder (Bartra 1975: 104). Podríamos

pensar entonces que en la época en la cual se realizaba este recorrido ritual por parte del

gobernante de Toniná, la población campesina estaba siendo fuertemente exigida, el

esfuerzo de muchos era la opulencia de pocos, principalmente del Señor de Toniná.

Toniná fue de las últimas ciudades mayas en declinar, su decadencia puede estar ligada

precisamente a la manera en la que la elite gobernante exigía cada vez mayores

esfuerzos a la población, y sus constantes conflictos bélicos. La greca escalonada en esta

ciudad fue un símbolo que estuvo presente en su esplendor y también formo parte de su

180

ocaso. Para esta época la religión se había transformado en el aparato de dominio de una

clase.

La diversidad de formas es común en las obras artísticas, la variedad de

composiciones en que se encuentra a la greca escalonada no supone un cambio en su

significado, sino más bien una adaptación a las necesidades creativas, así como una

adaptación a los elementos conceptuales que deseaban expresarse en concreto. La

combinación de elementos ondulados con otros fuertemente rectos o la inclusión de

patrones divergentes son herramientas que facilitan la expresión, además de ser

precisamente una de las cualidades del arte, la libertad; en este caso la forma se adapta a

la esencia que se desea manifestar. Que el gancho de la greca escalonada se enrolle

suntuosamente o que otras veces aparezca apenas insinuado no modifica en lo absoluto

su significado inherente, este hecho es el reflejo de un espíritu libre, capaz de

transformar la forma en búsqueda de la expresión fascinadora. En este sentido el

significado de la greca escalonada no cambia en todo el tiempo que se encuentra en uso

por los artistas mayas.

La forma de la greca escalonada es impetuosa, su forma representa a los

elementos más importantes de la cosmovisión prehispánica, en su movimiento incesante

puede percibirse toda la visión de una cultura maravillosa, su ascenso y descenso

(principalmente en la composición contrapuesta). Nos brinda de manera excepcional el

pensamiento dualista prehispánico, en su interior se refleja toda una filosofía de la vida,

donde la creación no puede ser concebida sin la destrucción, ambas son parte de un solo

movimiento que deviene incesantemente, que nunca se detiene y del cual el ser humano

es parte fundamental.

Gracias a ese contraste entre movimiento y contramovimiento, a la incesante repetición de ese

contraste, el ritmo de la greca escalonada se llena de una fuerte tensión, que es al mismo tiempo

expresión de una vigorosa vitalidad (Westheim 1991: 168).

181

Es la greca escalonada un símbolo complejo que asume las cualidades de la

existencia, no solo humana, también de la naturaleza en general, el choque frenético

entre dos fuerzas, esa inexorable relación entre vida y muerte es precisamente la que

proporciona el sentido y el valor de la vida.

Una vez llegada la conquista del área maya, la greca escalonada junto con la

gran religión oficial se desploma, se pierden todos los grandes avances técnicos e

intelectuales, las ciudades terminan en ruinas, no queda más que un pueblo de

agricultores ligados como en los orígenes a su agua, a su cerro (López Austin 1999: 76), y

aunque la greca escalonada ya no exista para ellos, la importancia de los conceptos que

la originaron siguen presentes en su vida cotidiana y en sus rituales, en su mente la

cueva y la montaña siguen permaneciendo como pilares de su mundo, siguen siendo

espacios sagrados llenos de vida y muerte.

182

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