Universidad de Ciencias
Y ARTES DE CHIAPAS
ESCUELA DE HISTORIA
T E S I S
LA GRECA ESCALONADA EN LA CULTURA MAYA
LICENCIADO EN HISTORIA
PRESE�TA
Braulio Calvo Domínguez
Dirigida por: Dr. Alejandro Sheseña Hernández
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, Noviembre de 2009
QUE PARA OBTE�ER EL TÍTULO DE
I�DICE
INTRODUCCIÓN ……………………………………………………………………1 CAPÍTULO I EL PROBLEMA DEL SIGNIFICADO DE LA GRECA ESCALONADA ……………………….8 CAPÍTULO II RASGOS GENERALES DEL ARTE PREHISPANICO ...........................................................32 CAPÍTULO III LA GRECA ESCALONADA: UNA REVISIÓN DE FORMAS Y CONTEXTOS ……………..47 ORIGEN FORMAL DE LA GRECA ESCALONADA ………………………………………..47 FORMAS Y COMPOSICIONES …………………………………………………………..52 CONTEXTOS ……………………………………………………………………………69 TIEMPO Y ESPACIO …………………………………………………………………….77 CAPÍTULO IV EL SIGNIFICADO DE LA GRECA ESCALONADA ………………………………………81 IMPORTANCIA DE LA CUEVA Y LA MONTAÑA …………………………………………81 REPRESENTACIONES ARTISTICAS ……………………………………………………...84 EL SIGNIFICADO DE LA GRECA ESCALONADA ………………………………………...89 DESARROLLO DEL CONCEPTO CUEVA-MONTAÑA …………………………………..100 APARICIÓN DE LA GRECA ESCALONADA COMO REPRESENTACIÓN DEL CONCEPTO
CUEVA-MONTAÑA EN MESOAMÉRICA ………………………………………………106 LA GRECA ESCALONADA EN EL ÁREA MAYA ………………………………………..114 CONCLUSIONES ………………………………………………………………….178 BIBLIOGRAFÍA ……………………………………………………………………183
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INTRODUCCIÓN
La greca escalonada es en la actualidad una de las imágenes más representativas
de nuestro país, podemos observarla en libros, en documentales e inclusive en anuncios
comerciales. Esto se debe a que es un símbolo presente en toda el área mesoamericana.
Son muchas las piezas de cerámica, arquitectura y esculturas que contienen su imagen.
Varias de las zonas arqueológicas abiertas al público tienen en sus edificios
representaciones de la greca escalonada: Palenque, Bonampak, Yaxchilán, Toniná,
Chichen Itza, Mitla, Teotihuacan, por mencionar algunas. Y aunque para muchos su
forma les parece familiar, su significado continúa siendo desconocido; las propuestas de
los académicos hasta este momento no han alcanzado un consenso y la confusión
continúa.
En 1924 Hermann Beyer publicó un trabajo en el cual, además de un análisis
formal, recopilaba diversas interpretaciones que por lo menos pueden remontarse a
finales del siglo XIX; el autor termina por afirmar que la greca escalonada es un
ornamento de embellecimiento sin ninguna relación conceptual directa. Otros autores
como Rafael Girard, Paul Westheim y Román Piña Chan relacionan a la greca
escalonada con las serpientes. El primero cree que se trata de una serpiente de nubes en
estrecha relación con la lluvia, para Westheim es una serpiente de fuego, es decir un
rayo, mientras que para Piña Chan representa a la serpiente de agua. En sus
investigaciones de la ciudad del Tajín, García Payón considera a la greca escalonada
como una representación del huracán. Trabajos más recientes como los de Sabina
Aguilera y Claude Francois Baudez aportan elementos para considerar que el tema no se
encuentra agotado, por el contrario, la necesidad de un trabajo comparativo, con base en
contextos y análisis iconográficos, es absolutamente necesario para esclarecer el
significado de la greca escalonada.
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Las diversas propuestas académicas no han trascendido debido a la brevedad con
que han tratado el tema. Beyer es quizá el que tiene el trabajo más completo al respecto,
sin embargo, dada la condición de los estudios en su época, no tuvo los elementos
necesarios para develar el significado de la greca escalonada. Todas las aportaciones
anteriores a este trabajo nos servirán de referencia para abordar la problemática de una
forma más completa y profundizar en el significado del símbolo. Para volver el trabajo
aun más concreto, y debido a la función académica del mismo, hemos optado por
desarrollar la investigación únicamente para el área maya. Gracias a los nuevos avances
de la iconografía nos encontramos en una posición privilegiada, en la actualidad
contamos con más posibilidades para revelar el significado de la greca escalonada.
También identificaremos desde cuando se comienza a representar este símbolo en el arte
maya, distinguiendo las causas por las cuales se empieza a utilizar en esta cultura,
identificaremos donde aparece representada y porqué se representa precisamente en
esos lugares, detectaremos si la greca escalonada tuvo una evolución artística y
conceptual, a la vez que descubriremos cuáles son las relaciones sociales, políticas,
culturales y cosmogónicas que encierra este símbolo en la cultura maya. Gran parte de
este trabajo se basa en un análisis comparativo entre otras culturas del área
mesoamericana, principalmente los olmecas, los zapotecas y los teotihuacanos.
Los símbolos como la greca escalonada tienen fuertes relaciones culturales,
principalmente cuando se trata de una sociedad impregnada de un carácter religioso. El
arte religioso tiende a utilizar símbolos para manifestar características que permitan una
comprensión más directa y completa de lo que quiere expresarse, necesita de los
símbolos para volver más accesible lo que al mismo tiempo se convierte cada vez en
estructuras más complejas. En este sentido la greca escalonada es uno de esos símbolos
que sirvieron a las culturas prehispánicas ─y en concreto a la cultura maya─ para
manifestar su espíritu creador, mostrar las relaciones cósmicas y sus implicaciones
sociales, es decir históricas. Por ello hemos optado por retomar el análisis iconológico
propuesto por Erwin Panofsky, por medio de esta herramienta de estudio podremos
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comprender en su totalidad el símbolo de la greca escalonada, no sólo en su forma,
también el concepto que encierra y representa y cómo a su vez este concepto está
íntimamente ligado a la historia de la cultura maya. Debido a esto, utilizaremos los
estudios más completos y aceptados por la mayística, así como textos que tratan en
general de la historia de las culturas prehispánicas. Gracias a los avances en el análisis
iconográfico, así como a las nuevas interpretaciones de las sociedades mesoamericanas,
podremos comprender de manera más precisa la importancia de la greca escalonada
entre los antiguos mayas.
La hipótesis propuesta con respecto al significado de la greca escalonada es la
siguiente: La greca escalonada es un símbolo compuesto por dos elementos
conceptuales: la cueva y la montaña. Aunque podrían considerarse contradictorios, en la
visión prehispánica ambos son complementarios e indispensables, formando un solo
complejo: el complejo Cueva-Montaña. El antecedente de la greca escalonada es un
símbolo que representa la hendidura de la tierra, este símbolo será posteriormente
adaptado para responder a un proceso artístico-conceptual dando origen a la greca
escalonada, su origen y expansión pudiera ser por medio de la ciudad de Monte Albán,
posteriormente adaptada en la gran metrópoli del clásico mesoamericano que fue
Teotihuacan, y difundida mas tarde por ella hacia el área maya. Las fuentes con las que
contamos apuntan hacia un uso político-religioso de este símbolo, sirviendo como un
elemento artístico de legitimación. Esta postura encaja perfectamente en la nueva visión
que se tiene en torno al papel del gobernante en las sociedades mesoamericanas, ahora
sabemos que el gobernante se investía en un manto cósmico para legitimar su poder
social y su estatus político y que el arte estaba a su servicio. Las manifestaciones
artísticas donde se representa a la greca escalonada son varias y están presentes en casi
todos los ámbitos: cerámica, murales, arquitectura, códices, etc. A través de estas fuentes
hemos encontrado diferentes formas y composiciones de la greca escalonada, por lo que
podríamos hablar de una evolución artística. Una de estas composiciones presenta una
cualidad muy interesante, a través de ella y de lo que hemos denominado composición
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doble, puede expresarse toda la cosmogonía prehispánica del eterno retorno, de la
creación y la destrucción, es decir la vida y la muerte unidas y en constante movimiento
generando un devenir perenne.
Nuestras fuentes serán básicamente los materiales arqueológicos, principalmente
la cerámica, la escultura, los murales y la arquitectura, muchos de ellos serán analizados
por medio de imágenes provenientes de colecciones disponibles en formatos digitales,
como la de Justin Kerr; otra parte será retomada de los libros especializados en el
estudio de las culturas prehispánicas. Finalmente, aunque en menor medida pero de
suma importancia, son los viajes emprendidos a Toniná, Yaxchilán, Bonampak y
Palenque, de los cuales se recopiló información de gran trascendencia para nuestro
estudio. Es necesario mencionar que las fuentes para el estudio de épocas tempranas en
Mesoamérica son limitadas y, específicamente para el área maya, se necesita una
investigación más profusa de los sitios ya estudiados y las ciudades que aun se
encuentran dentro de la tierra.
El área cultural de Mesoamérica será el espacio en el que se desarrolle esta
investigación, esta región cultural tiene fluctuaciones en sus límites debido a que la
interacción de los pueblos que la habitaron fue trasformándose a lo largo del tiempo.
Los estudios recientes en este sentido aún comienzan a tomar forma, hace falta una
investigación profusa de los periodos tempranos en la historia mesoamericana. Aunque
estas variantes territoriales se encontrarán en constante movimiento, puede tomarse
como referencia para los límites septentrionales a los actuales estados del norte de
México: Tamaulipas, Zacatecas, Coahuila, Durango, San Luís Potosí, Sinaloa, Sonora y
Chihuahua. Se puede tomar al Trópico de Cáncer como parte de este margen espacial.
Para el límite meridional de Mesoamérica existen los mismos problemas, las variaciones
encontradas por los arqueólogos en cuanto a las zonas tanto espaciales como temporales
en cada una de ellas no permiten una delimitación concreta, se necesita de un mayor
estudio con referencia a los pueblos centroamericanos, para poder establecer los límites
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de influencia y su cualidad en el tiempo. De la misma manera que en la Frontera Norte,
podemos considerar sin mayores variaciones a los actuales países de Honduras, El
Salvador, Nicaragua, Costa Rica e inclusive Panamá. Como hemos mencionado, el
desarrollo cultural para el área mesoamericana tendrá cambios durante los diversos
periodos, algunas veces las culturas más desarrolladas tendrán influencias directas y
profundas sobre sus vecinos y en ocasiones estos últimos tendrán periodos en los que se
desarrollaran de manera autónoma sin llegar a relacionarse en gran medida con sus
vecinos, son precisamente estas variaciones de las que hemos hablado y las que
debemos tener en cuenta. El área geográfica de Mesoamérica tiene como base natural
una serie de cadenas montañosas que permiten la concentración de humedad, formando
bosques tropicales, selvas, así como llanuras cruzadas por ríos. Mesoamérica es en
muchos aspectos un lugar propicio para el desarrollo de la vida sedentaria, provee toda
clase de alimentos así como los elementos necesarios para el surgimiento y evolución de
la tecnología.
La periodización para Mesoamérica ha sido un tema muy discutido por los
académicos. Eduardo Matos Moctezuma (Matos Moctezuma 1994: 107-118) plantea que
los cambios en la cultura mesoamericana no son tan cortantes (principalmente entre el
Clásico y el Posclásico, en relación con el militarismo) como hasta ahora han sido
considerados y propone un consenso para una nueva valoración de los periodos
históricos en Mesoamérica. Aunque su hipótesis parece acertada e interesante, en este
estudio manejaremos la periodización acostumbrada por la mayoría de los
investigadores. Alfredo López Austin nos proporciona una clasificación interesante del
desarrollo mesoamericano basándose en los términos aceptados generalmente (López
Austin 1999: 21). Preclásico Temprano (2500 a.C. a 1200 a.C.), en esta fase comienza la
formación e integración del núcleo social, sus bases provienen de la igualdad; durante el
Preclásico Medio (1200 a.C. a 400 a.C.) se consolida la cosmovisión por medio de los
símbolos, esta simbolización permitirá que durante el Preclásico Tardío (400 a.C. a 200
d.C.) se logre la sistematización de los conocimientos intelectuales. Debido al desarrollo
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interno en la estructura social, este desenvolvimiento impetuoso tendrá su esplendor en
el Periodo Clásico (200-900), a su vez este periodo se divide en Clásico Temprano (250-
550), Clásico Tardío (550-900), y Finalmente el Posclásico (900-1500) donde muchas de
las grandes y opulentas ciudades habrán caído y los centros de poder se trasladan a
nuevos sitios en desarrollo. Como todo proceso histórico, la periodización sugerida en
este trabajo no pretende ser totalitaria y cortante, por el contrario buscamos una
interacción con el devenir histórico considerando los diversos movimientos a los que se
encuentran sometidas las sociedades. Las investigaciones, aunque arduas, aun necesitan
una mayor profundidad, nos encontramos ante un objeto de estudio que requiere de
gran inversión económica para poder alcanzar los niveles de comprensión deseados, son
muchos los sitios que permanecen en el abandono, las excavaciones arqueológicas no
son suficientes para lograrlo. Obviamente esta situación nos arroja a un abismo de
conocimientos incompletos y, aunque son muchas las pistas, la deducción no basta, las
fuentes históricas son necesarias para encontrar una vinculación histórica completa.
El estudio está dividido en cuatro capítulos. El capítulo número uno describe los
trabajos de algunos autores que han tratado sobre el significado de la greca escalonada o
que aportan de manera indirecta elementos que nos llevaran a una mayor comprensión
sobre su significado e importancia en la cultura mesoamericana; en cada uno de los
apartados expondremos lo dicho por los investigadores para comprender la
problemática en la que nos situaremos. El capítulo número dos está destinado a brindar
una visión general del arte prehispánico, se analiza como las diversas manifestaciones
del arte en mesoamérica pueden ayudarnos a comprender mejor la historia de los seres
que las crearon, también se realiza un breve recorrido que va desde su utilidad, su
relación con la religión ─y en este sentido con las liturgias─, así como con los grupos
gobernantes, todo ello nos proporcionara las herramientas necesarias para comprender
la magnitud y la importancia de la greca escalonada en el arte maya. En el tercer
capítulo existe una serie de sub-capítulos estructurados de manera temática: en el
primero de ellos analizaremos el origen formal de la greca escalonada, en el segundo
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describiremos las formas más recurrentes en el área maya, el tercer apartado está
destinado a describir las composiciones con las que se representa a la greca escalonada
entre los mayas, posteriormente en el cuarto se describen los contextos con los que se
encuentra relacionado el símbolo. Finalizaremos con un quinto apartado donde se
describe el espacio y el tiempo en que este símbolo se desenvuelve. El trabajo termina
con un cuarto capítulo en el que se desarrolla el análisis demostrándose el significado de
la greca escalonada entre los mayas. En primera instancia se retoma la importancia del
concepto Cueva-Montaña, se describen algunas representaciones artísticas al respecto
para después pasar al análisis de diversas fuentes y determinar el significado de la greca
escalonada entre los mayas, después de ello se analiza la evolución del concepto, su
posterior aparición en la forma de greca escalonada y su llegada al área maya. Para
finalizar se da una tabla en la que se observa de manera directa la evolución del
concepto Cueva-Montaña y las derivaciones en su forma de greca escalonada.
Por ultimo es necesario mencionar la manera en la que se organizan las
imágenes en el presente trabajo. Al final de cada capítulo se colocan las Figuras
mencionadas, siguiendo el orden de su aparición en el texto. La excepción es el tercer
capítulo, en él las Figuras aparecen directamente en el texto que las menciona, esto se
debe a que en este capítulo se analizan las formas y los contextos.
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CAPÍTULO I
EL PROBLEMA DEL SIGNIFICADO DE LA GRECA ESCALONADA
Este primer capítulo está dedicado a revisar los principales estudios que se han
realizado acerca del significado de la greca escalonada. Aunque seguramente existen
más investigadores que han tratado directa o indirectamente el tema, los trabajos aquí
descritos aportan los elementos necesarios para comprender el estado de la cuestión y la
necesidad de esta investigación.
En 1924 se publica el artículo de Hermann Beyer titulado “El origen, desarrollo y
significado de la greca escalonada”. El trabajo de Beyer está compuesto de varios apartados,
en el primero de ellos se analiza la génesis de la greca, la cual, según él explica, deriva
de la línea ondulada, esta derivación para Beyer puede verse claramente en la
comparación que hace de los ornamentos (Figura 1). Conforme a lo dicho por Beyer el
nacimiento de la greca escalonada se debe al intento de la representación de la línea
ondulada en la técnica del tejido. Ciertamente sin mayor esfuerzo puede observarse en
la comparación de ambos ornamentos una similitud bastante amplia, eso hay que
reconocerlo, pero de eso a que la greca escalonada se derive de la línea ondulada hay un
abismo, más aún cuando se quiere considerar que la greca escalonada es el resultado de
un intento por representar una faja de líneas onduladas en un tejido. Convencido de esta
afirmación Beyer hace un recuento de algunos de los significados propuestos para la
línea ondulada: representaciones de serpientes, según Wilhelm Wundt, y de olas de
agua según Franz Sales Meyer. Aunque Hermann Beyer admite que el material con el
que cuentan en ese momento los investigadores era insuficiente como para admitir
cualquiera de las interpretaciones, no descarta que se trate de un verdadero símbolo y
no tan solo de un adorno como afirmaban algunos estudiosos.
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Más adelante Hermann Beyer presenta las diversas interpretaciones que hasta
entonces se le había dado a la greca escalonada. Aquí retomaremos y resumiremos lo
expuesto por Beyer. Este recuento es de gran ayuda ya que nos proporciona una visión
más amplia de los trabajos que abordaron la problemática antes que él, aportándonos
además diversas interpretaciones que nos ayudarán a considerar mejor la visión que se
tenía en aquellos años en cuanto a la iconografía.
Para Robert Philips Greg, la greca escalonada es un símbolo de agua. Algunos,
dice Beyer, buscan en vano la svástica, como es el caso de Michael V. Zwigrodzki,
Goblet D’Alviella y Marshall H. Saville, aunque este último no se decide a opinar sobre
si estos adornos tienen un significado intrínseco o no. A. R. Hein ve en el ornamento una
manifestación de la psiquis humana. Francis Parry considera que se trata de un símbolo
del viento, al igual que para William Holmes quien piensa que se trata del emblema del
viento y de la onda. Según explica Beyer, Holmes se inclina por que la greca escalonada
sí tiene un significado y propone que los elementos artísticos en los muros representan
diseños de la piel de una enorme serpiente, cuyas fauces estarían en las puertas y
jambas. Para Strebel y Preuss la greca escalonada es la representación de un caracol
marino, aunque dice Beyer que Preuss, basándose en esta idea, agrega la interpretación
de la greca escalonada como símbolo del seno de la Madre Tierra. Además dice Beyer
que Strebel emite la idea de que la greca puede haberse formado por la transferencia de la espiral
al arte de tejer. Aunque él no desarrolla su idea y la descarta después, no cabe duda que en lo
principal acertó bien (Beyer 1924: 55). De esta manera Beyer busca sustentar su idea
propuesta con anterioridad. También para Karl Woermann puede verse la identificación
con líneas de ondas, agregando que las escaleras pueden corresponder a las gradas de
las pirámides. Una vinculación interesante es la propuesta por Spinden, quien considera
que la greca escalonada puede ser un derivado de las mascaras que decoran las fachadas
en algunos edificios mayas. Para Zelia Nutall, las grecas con ganchos redondos,
simbolizan el cielo (lo de arriba), así como agua o aire, e identifica las otras “variantes”
de la greca con la tierra (lo de abajo, la oscuridad). G. B. Gordon la identifica como la
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representación en perfil de una cabeza de serpiente, sin mandíbula inferior. Carl
Lumholtz cree que representan serpientes o nubes, en esto último está de acuerdo Paul
Henning, quien la denomina como la escalera de nubes. Para Hermann Beyer la mayoría
de estas propuestas carecen de sustento, algunas de ellas son demasiado rebuscadas,
pero en otros casos parcialmente correctas, quedando el asunto abierto a discusión. Hay
que recordar que en todos estos casos, inclusive en el análisis del propio Beyer, se parte
de supuestos puramente formales es decir, que a través de la imagen y su expresión
visual se busca su significado sin tomar en cuenta los contextos en los que aparece
representada.
El autor continua su exposición analizando el nombre nahua que recibe la greca
escalonada, este es xicalcoliuhqui, pero esto no nos revela nada, explica Beyer, ya que la
traducción de esta palabra es voluta de jícara, debido a que para los mexicanos era común
encontrarla como ornato en las vasijas. Menciona que Sahagún y el libro de tributos
hacen referencia a dos nombres con los cuales se conocía a algunas variantes de la greca
escalonada: ixcoliuhqui e itzcouacoliuhqui. Beyer agrega que quizá las variantes más
significativas tuvieran nombres concretos, como los anteriores, a pesar de ello no
profundiza en ellas y tampoco en su traducción.
Después de presentar las diversas propuestas de los académicos, Beyer analiza las
múltiples variantes de la Greca Escalonada, para ello descompone el símbolo en 3 partes que
denomina: Escalera, Centro y Gancho. De todo el material que tiene a su disposición
toma como referencia lo que él llama forma fundamental (Figura 2), para de ahí establecer
un orden en cuanto a las muchas variantes de la greca. En su análisis el autor encuentra
diversos tipos de Escalones: en mayor y en menor número, escalones puntiagudos y
redondeados, escalones de rayitas, de formas extravagantes y lo que él llama pared
modificada. En cuanto al centro encuentra centros con: escalones, cuadrados, triángulos,
círculos, formas diversas y también carencia de centro. Posteriormente analiza el
gancho, identificando dos tipos: Ganchos angulares y Ganchos redondeados. A su vez
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cada uno de ellos tiene variantes, los Ganchos angulares aparecen con: barras en mayor
y menor número, ganchos que llegan hasta la base y ganchos escalonados. Mientras que
los Ganchos redondeados aparecen en: formas disminuyentes, crecientes, ganchos
escalonados, invertidos conectados arriba con la escalera, ganchos conectados abajo con
la escalera y ganchos puestos para adentro. También encuentra elementos disgregados o
añadidos, así como algunos ejemplos en donde se realizan fusiones utilizando a veces la
misma escalera para 2 ganchos: Como ejemplo para la fusión de dos grecas en sus escalones
damos las figuras 171 a 175, que tratan este asunto en algunas variantes. Todos estos casos
provienen del territorio maya, al cual, según parece, se limita esta combinación (Beyer 1924: 62).
Hermann Beyer basa su análisis en las 247 imágenes que incluye al final del texto.
Aunque puede considerarse un estudio bastante profundo sobre el tema, nosotros
creemos que no lo es del todo, debido a la falta de contextos en las imágenes, así como
de fechas, y un manejo de la historia mesoamericana, aspectos de suma importancia
cuando se trata de un análisis iconográfico. Además, cuando realiza sus observaciones
respecto a los escalones incurre en varios errores, cómo cuando dice: Si quitamos también
el ultimo escalón, queda solamente el gancho (Beyer 1924: 57) cuando en realidad si quitamos
el ultimo escalón ya no se trata de la greca escalonada. Debido a esto consideramos que
muchas de las imágenes que Beyer llama variantes de la Greca escalonada no son tales,
aunque no descartamos que puedan estar ligadas conceptualmente (Figura 3).
Para Beyer estas variantes podían deberse al uso para el cual estaban destinados
algunos de los objetos en los que se encontraba la greca escalonada. A pesar de todo ello
el trabajo de Beyer resulta muy interesante, ya que es de los primeros que toma gran
importancia a la iconografía prehispánica y principalmente a los elementos simbólicos,
uno de sus grandes aportes al estudio de la greca escalonada es la descomposición del
símbolo en 3 elementos (escalera, gancho y centro), aunque nosotros no los
consideraremos de manera aislada, sino como parte de un conjunto indivisible.
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Para terminar Hermann Beyer hace un resumen, del cual podemos sacar varios
datos importantes: menciona que el Doctor Preuss había llamado la atención
concerniente a la aparición de la greca escalonada en algunas representaciones de
Quetzalcoatl, Yacatecutli, Tezcatlipoca, Xochiquetzal, Cántico, Teteoinnan, etc. Esto es
en cuanto al significado que pudiera darse a la greca escalonada, pero Beyer no
profundiza en ello y agrega que si la greca escalonada tiene algún significado, éste solo
puede ser muy vago y general como emblema de la belleza, alegría, abundancia, etc. (Beyer
1924: 70). De esta forma puede considerarse como un ornato de embellecimiento, según
Beyer es por esto que la encontramos decorando los templos y vestidos de los dioses que
tienen que ver con la fecundidad, vida, riqueza, arte, diversión y cosas parecidas. No excluye sin
embargo la idea de que haya podido significar algo concreto según el contexto en el que
se encontrase. Y pone el ejemplo en que la greca escalonada aparece en el vestido de la
diosa del agua, donde tal vez pueda referirse a lo húmedo. También llama nuestra
atención cuando dice que en algunas ocasiones en vez de serpientes aparecen grecas
escalonadas. Finaliza este punto diciendo: los ejemplos señalados solo representan
excepciones, fenómenos accidentales, que no llegan al fondo del problema… yo mismo tomo esta
greca como simple motivo de embellecimiento (Beyer 1924: 71).
Otro de los datos interesantes es cuando Beyer busca el origen espacial de la greca
escalonada. El primer lugar al que hace referencia es la zona maya y nos dice que
Gordon no encontró en Copán la greca en escultura y raramente en cerámica. Aunque
para Beyer los ejemplos de cerámica que menciona Gordon no corresponden a grecas
escalonadas, por lo cual Beyer considera que este motivo de ornamentación no es propio
del área maya o que fue inventado relativamente tarde. La última fecha legible en
Copán corresponde al año de 485 d. C. y de igual manera para la ciudad de Yaxchilán la
fecha es aproximadamente en el 500 d. C.; es talvez este el momento en que aparece por
primera vez la greca escalonada. Estas fechas coinciden más o menos con el abandono
de varias ciudades mayas, esto podría deberse según Beyer a que el xicalcoliuhqui llegó
junto con huestes belicosas Nahuas. Ya descartados los mayas, Beyer va a los pueblos del
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Pedregal y de Teotihuacan, los zapotecas, los tarascos y los nahuas, escoge estos ya que
son los pueblos más conocidos y estudiados en el área de Mesoamérica. Nos dice que en
Teotihuacan el ornamento es bastante raro y no puede tomarse como típico, mucho más
raro es la aparición de la greca entre los totonacas y olmecas. En cuanto a los zapotecas
tenemos a Mitla, pero esta ciudad (explica Beyer) es de clara influencia mexicana de
acuerdo a los estudios realizados por Eduard Seler. Respecto a los tarascos la greca
proviene de lugares donde la gente de habla méxica estaba establecida. Queda entonces
como única posibilidad, que entre los mexicanos y sus congéneres los nahuas, se haya originado el
ornamento en cuestión (Beyer 1924: 73). Propone que para encontrar el lugar de
nacimiento de la greca escalonada hay que buscarlo en la región que ahora comprenden
los estados de Veracruz y Oaxaca. Y para reafirmar la idea de que la greca es de origen
nahua, nos dice que la gente que en nicaragua poseía el xicalcoliuhqui hablaba un
dialecto nahua, lo cual indica según Beyer una referencia de su antigüedad, lo más
probable es que llevaran ese conocimiento consigo cuando emigraron y no que les
llegara posteriormente. Pero existe un vacío ya que los chiriquies no tienen este
ornamento en su arte, y aparece nuevamente hasta el Perú, para lo que según Beyer
habría que pensar en un origen independiente, ya que no hay pruebas que relacionen a
México y Perú, aunque según el autor no es imposible una penetración paulatina de
elementos culturales. La greca escalonada también aparece en la cultura de Casas
Grandes, donde es posible que haya llegado por influencia del sur. De esta forma
termina el análisis de Hermann Beyer sobre la greca escalonada dejándonos varios
aportes importantes para continuar con la investigación.
El texto de Hermann Beyer es retomado por Rafael Girar en su libro sobre los
chortís. En el tomo II de su estudio, Girard analiza en un capítulo llamado Símbolos en
telas y cerámica las diferentes representaciones que los chortís realizan en sus textiles y
cerámica. Con una gran variedad de imágenes va comentando cada una de ellas, ya que
para él las representaciones formales guardan un simbolismo. En el capítulo ya
mencionado existe un apartado llamado Origen y función de la greca escalonada, ahí Girard
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comienza su exposición tomando como punto de partida las variaciones formales (en el
arte) que pueden existir en una cultura sin que estas afecten la esencia que se transmite a
través de ellas. De tal forma que las representaciones de lenguas bífidas pueden ser
realizadas con líneas rectas o curvas: Tanto en el arte Quiche como en el maya y el zapoteca se
emplean, alternativamente, la recta y la curva para figurar el mismo símbolo (Girard 1949:
1082). El autor dedica varias líneas para sustentar esta variación formal que no afecta la
cualidad de la expresión. Después propone que el signo sigmoideo se convierte en greca
escalonada al ser transferido a la técnica del tejido en los bordados quiches, aunque el
autor no cita aquí a Beyer, podemos concluir que es de él donde retoma esta idea ya que
más adelante cita el texto de Beyer. Girard menciona que en la estela 6 de Copán puede
verse un ejemplar primario de la greca escalonada, así como en un vaso pintado, también
de Copán en el que los escalones se forman por curvas. Menciona también otras
ciudades donde aparece la greca escalonada: Palenque, Labná, Yaxchilán, Quirigua,
además de aparecer en urnas zapotecas de la fase Monte Albán II.
Rafael Girard afirma que la greca más antigua de la que tengamos conocimiento
aparece en Tajumulco y, según él, es anterior al horizonte olmeca; también la podemos
encontrar en Izapa. Pero hay que tener en cuenta que el autor no se refiere a la Greca
escalonada, sino a la greca (normal, o simple): Es de gran interés hacer notar que este tipo de
greca, que ya tiene ganchos mirando en sentido opuesto, se convierte en greca escalonada en el
arte de Palenque (Girard 1949: 1084). El autor también compara a estas grecas con otras
representadas en San Agustín y Tiahuanaco. Girard cree que es precisamente en
Tajumulco donde se desprende la evolución formal de lo que será la greca escalonada y
menciona la frecuencia con la que aparece en las culturas prehispanicas:
En las diversas culturas la greca escalonada tiende a ser más frecuente a medida que
transcurre el tiempo, y aparece como ulterior desarrollo de la onda, aunque su origen
formalmente hablando pertenece a una época muy antigua… es más frecuente en Quirigua que
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en Copan… en México la greca es omnipresente en el horizonte Mitla-Cerro Montoso, pero existe
también en Teotihuacan y Monte Albán II (Girard 1949: 1085).
Aunque entre los aztecas la greca escalonada sea el ornamento (citando a Beyer) no
es de suponer que entre los nahuas y sus congéneres haya que buscar su foco de origen,
ni que haya sido a través de ellos que llegó al área maya. Rafael Girard propone que se
trata de un desarrollo independiente aunque paralelo en las diferentes áreas
mesoamericanas. Otra de las propuestas del autor es la difusionista, según la cual los
núcleos de alta cultura llevaron este símbolo hacia el norte y el sur, junto con otros
elementos de la cultura agrícola.
Para Girard la greca escalonada es una figura ofidoforme que connota la idea de
serpiente de nube, esta idea se desprende de la observación que hace el autor con
respecto a ciertas grecas que, con las escaleras curvas y el gancho en la misma forma,
parecen confundirse formalmente mostrando su indudable afinidad. Otro de los sustentos
para esta hipótesis es que según el autor, hay veces en que el gancho es sustituido por
una cabeza de serpiente, estos ejemplos los toma de un vaso pintado de Chimbote y de
una greca encontrada en Monte Albán II, así como en Tihuanaco -a pesar de lo expuesto
el autor no incluye ninguna imagen como base de su análisis-. Continúa su
argumentación de la greca-serpiente, citando a Beyer, cuando éste dice que en vez de
una franja de grecas en las vendas de los dioses agrarios, aparecen verdaderas
serpientes. Finaliza esta idea recordando lo dicho por Preuss acerca de la relación con la
fertilidad, la vida y la abundancia. Basándose nuevamente en Hermann Beyer, el autor
propone que la greca escalonada puede referirse al tema pájaro-serpiente ya que en un
casco que reproduce Beyer en su catálogo puede verse que los escalones tienen
incrustaciones de mosaico que las transforman en mitades superiores de picos de aves de
rapiña (Girard 1949: 1088), además de que ejemplos similares pueden observarse en
basamentos escalonados de Tihuanaco, cuyos extremos terminan en una cabeza de
Cóndor. Así Girard considera que el elemento principal de la greca es el gancho que
16
representaría a la serpiente, mientras que las escaleras representarían a la nube o a un
pájaro que a su vez representan espíritus del agua; esta misma esencia divina estaría
representada en el centro de la greca escalonada en forma de círculo, cuadrito, triangulo u
ojo. Todas estas propuestas que el autor realiza en su análisis las sustenta en su trabajo
de campo que realizó en el área Chortí.
Para continuar con su argumentación nos remite a una imagen del códice
Dresden donde, según él, puede verse al dios de la lluvia dentro de una nube. Ahora
sabemos que en realidad representa a Chaak en su morada, en el interior de la tierra.
Otro de los aspectos de la serpiente es que también puede representar el rayo, de tal
forma que cuando la escalera de la greca escalonada se torna a manera de zigzag
representa precisamente la serpiente de fuego.
Después de esto el autor se propone sostener cómo el vocablo xicalcoliuhqui
Encierra en sí mismo la explicación de su simbolismo y nos dice: Herman Beyer lo traduce como
voluta de jícara y Saville por calabaza torcida o doble, cualquiera de estos dos términos se refieren
a las cucurbitáceas, instrumento de los dioses de la lluvia con los cuales vierten las aguas celestes
sobre la tierra (Girard 1949: 1091).
Esto se debe a que según Girard en la cultura maya se equipara a la serpiente con
la jícara, como portadores de agua. El autor regresa nuevamente a la forma escalonada y
propone según una cita del Chilam Balam de Chumayel que la escalera representa el
lugar por donde bajó dios después de la creación, así también representa la escalera por
donde sube el dios del maíz, y nos dice que debido a ello los gobernantes bajan y
ascienden de los templos, para representar estas acciones mitológicas. También apunta
que no sería improbable que las escaleras representaran un cerro, asimilando una
pirámide.
17
Podemos darnos cuenta de que el análisis de Rafael Girard es interesante, sin
embargo sus propuestas resultan un poco confusas ya que difieren entre sí, toma varios
elementos y los relaciona tratando de que encajen en su visión, esto debilita sus
propuestas, además su análisis se realiza sin un estudio amplio de los contextos y sin
profundidad en las comparaciones.
Un año después del trabajo de Girard se publica el libro de Paúl Westheim, Arte
Antiguo de México (1950), en él aparece un capítulo dedicado al estudio de la Greca
Escalonada. Comienza con la importancia que este símbolo tuvo entre los grupos
nahuas donde junto con la serpiente emplumada, la greca escalonada es la forma
ornamental más típica del valle de México. En este estudio Paúl Westheim describe
varias veces a la greca escalonada utilizando términos de estética y con un lenguaje
sumamente expresivo: extraña dialéctica de una estructura formal, que une la simetría con la
asimetría… elementos que crean animación mediante contrastes…ímpetu vital de un arte cuyo
impulso creador es el devenir, un devenir perenne (Westheim 1987: 171).
El autor nos explica que la greca escalonada se encuentra prácticamente en todo
el continente americano, desde Casas Grandes, pasando por Yucatán, hasta Perú, donde
es siempre predominante. Para Yucatán nos dice que debió llegar con los invasores
toltecas, y en cuanto a los mayas probablemente haya llegado por la meseta central,
afirma que no podemos considerarlo como un ornamento típicamente maya. Westheim
asegura que en Mitla el adorno aparece en los palacios del Sumo Sacerdote y el Rey.
También podemos encontrarla en mosaicos de piedras o en las rodelas de los Guerreros.
Y de algo sí podemos estar seguros según Westheim: nunca aparece en relación con el
Dios de la muerte o el culto a los muertos, por el contrario aparece frecuentemente
relacionada con los dioses del agua, el viento y el fuego, es decir, con las fuerzas vitales.
Westheim retoma de Hermann Beyer solamente la división formal que hace de la
greca escalonada, su forma básica (Figura 2), y explica que para él no es solo un motivo
18
de embellecimiento para romper con la monotonía, y describe a la greca escalonada
como una combinación de elementos disímiles y aparentemente contradictorios, sin relación
orgánica (Westheim 1991: 157). Paul Westheim afirma que el arte precolombino está
impregnado completamente de religiosidad, que es un arte de contenidos de conciencia
suprasensible de tal manera que lo que determina la voluntad creadora del artista no es la
vivencia estética, sino la religiosa ya que ésta ha sido la que determina e intensifica la
expresión artística en todas las culturas. Westheim sostiene que en el arte de carácter
religioso lo que se crea siempre revela algo trascendental, todo tiene un significado, así
cuando los artistas precolombinos llenan cada uno de los espacios lo hacen para
representar y comunicar algo. Según Westheim, todo revela algo acerca del mito y de los
dioses (Westheim 1991: 158). Citando a Seler nos dice que En la antigüedad mexicana no se
nota en ninguna parte nada de arbitrario, caprichoso o simplemente fantástico. Cualquier
creación tiene determinado sentido y significación (Westheim 1991: 158). Así podemos pensar
que difícilmente un elemento tan preponderante en toda la América prehispánica sea
únicamente un elemento decorativo. Al respecto Westheim dice que un elemento que es
puramente decorativo no podría perdurar tanto tiempo, sino que sería olvidado y
cambiado por otro nuevo o más bonito. Y este no es el caso de la greca escalonada, que ha
perdurado por mucho tiempo. Agrega que los nahuas veían en la greca un valor psíquico
o mágico más allá de lo estético. Para Westheim la greca escalonada procede de tiempos
muy remotos donde el ser humano angustiado se enfrenta a un mundo enigmático e
insondable, en este sentido la greca escalonada sería un signo de protección puesto que
nunca está relacionada con el dios de la muerte, sino por el contrario, con la fertilidad, la
abundancia y la vida.
Señala Paul Westheim que Gordon ve la greca escalonada como una estilización
de la serpiente y admite que en la imaginación del hombre precortesiano la serpiente
que vive en parajes húmedos está íntimamente relacionada con el agua y por lo tanto
con la fertilidad, postura que, según el autor pudo comprobar, se encuentra difundida y
aceptada por muchos mexicanistas.
19
La interpretación y propuesta de Paul Westheim es que la greca escalonada
puede interpretarse como la serpiente de fuego, el rayo como atributo de Tláloc, la
escalera vendría a ser el rayo y el gancho las nubes o talvez el extremo de la cola. Para
sustentar su hipótesis, recurre a Seler quien identifica a la serpiente de fuego, como el
rayo y a la deidad que lo arroja como Xólotl. Propone que en un dibujo de la lámina 23
del códice Vaticano, donde se representa junto a los 4 portadores del cielo y bajo el signo
de hollín, la quinta región del mundo, la del centro, está simbolizada por una figura que
cae en el monstruo de la tierra, hacia el interior de ella (Figura 4):
Cae precisamente sobre una escalera, unas rayas transversales, paralelas a la inclinación de la
escalera, caracterizan el interior de la tierra, y el triángulo debajo de la escalera forma, con toda
exactitud y claridad el “centro” de la greca escalonada (Westheim 1991: 160).
En este orden de ideas Westheim cree que la greca escalonada tiene su origen en
el signo de la serpiente de fuego, que es a su vez el signo del rayo, atributo de Tláloc.
Aunque esta hipótesis sea la propuesta por Westheim, acepta que no basta con hacer
una investigación de carácter puramente formal, sino que se necesita mayor
profundidad de análisis. Otra de las grandes aportaciones de Westheim es cuando nos
dice que tal vez la greca escalonada sea para los nahuas un tipo de estilización
mnemotécnica. Y por supuesto las magistrales descripciones que hace de la greca nos
sirven para entender la particularidad de este ornamento. Nos explica que la estructura
de la greca escalonada es totalmente asimétrica, ya que cualquiera que sea el lugar
donde se trace un eje, jamás resulta una simetría, lo que es otro indicio de que surgió como
un signo. Advierte además que la greca escalonada como un elemento aislado tiene poca
significación, ya que como tal prácticamente no existe. La mayoría de las
representaciones se dan en un ritmo de conjunto y afirma que bien se podría decir que la
greca escalonada aislada no cuenta; solo cobra significación formal y valor formal al integrar una
serie… de esto se infiere que el factor decisivo para la morfogénesis de la greca escalonada sea el
20
ritmo (Westheim 1991: 164). Pone el ejemplo del arco de Labná, en el cual aparece
representada como en un espejo, adquiriendo simetría, de una manera similar en Mitla,
las franjas de grecas escalonadas que se mueven rítmicamente, adquieren una mayor
expresión precisamente a través del ritmo. Para Westheim, los símbolos y sus formas
expresan y representan una visión de la existencia. Los griegos buscarían la perfección
(meandro), expresada en la armonía de sus formas. Paul Westheim nos dice que
Para el hombre precortesiano las fuerzas que construyeron el cosmos son dinámicas, y lo que lo
sostiene es la tensión con que se tienen mutuamente en jaque, la intensidad de esta tensión, que
no debe cejar nunca y en ningún punto (Westheim 1991: 167).
Podemos pensar en un eterno conflicto, pero es ese conflicto precisamente lo que
mantiene en armonía y lo que le da sentido a la existencia. El autor nos explica de
manera grandiosa lo que ve en la línea con la que se forma la greca escalonada, hay lucha
de elementos, interrupción del movimiento, cambio brusco de dirección, nuevo avance, nueva
derrota, nacer y morir (Westheim 1991: 168). La greca escalonada demuestra un
sentimiento de vertiginosa vitalidad y por lo tanto de actividad. Paul Westheim agrega
que la expresividad de una creación estriba en la intensidad de las tensiones producidas por sus
elementos formales (Westheim 1991: 169). Así la greca escalonada es un símbolo del todo
expresivo ya que en su ritmo se proyecta un sentimiento vital que es conflicto incesante…un
ímpetu que anhela actuar (Westheim 1991: 170). De esta manera la greca escalonada
produce un efecto en todos los sentidos, tanto en su forma como en su significado. Para
Westheim cumple con una función mágico-religiosa que contiene un fuerte significado
material y espiritual. Paul Westheim nos brinda una gran riqueza expresiva en cuanto a
definiciones formales de la greca escalonada. Si queremos expresar de manera escrita lo
que significa la forma de la greca escalonada no cabe duda que son estas palabras del
autor las más adecuadas: extraña dialéctica de una estructura formal, que une la simetría con
la asimetría… elementos que crean animación mediante contrastes…ímpetu vital de un arte cuyo
impulso creador es el devenir, un devenir perenne (Westheim 1950: 171). La gran aportación
21
del autor para el análisis de la greca escalonada reside principalmente en que reconoce
que el arte es una representación de la esencia de quien lo crea, es decir a través de él se
expresa de manera abstracta la vida y la existencia de las culturas que le dan vida. De
esta manera podría ser una interesante diferencia entre la visión oriental y la de los
pueblos prehispánicos del México antiguo, el que el hombre del México antiguo No
puede entregarse a la pasividad, al quietismo oriental. A él lo empuja la misión cósmica que le fue
encomendada: mantener al mundo, prevenir la catástrofe (Westheim 1991: 173). Con Paul
Westheim se nota un cambio en el sentido de las interpretaciones que se estaban
manejando en los autores anteriores, él propone un estudio del arte prehispánico a
través de sus formas y contextos buscando llegar a lo más profundo de su ser. Después
de que Paúl Westheim explica y describe la forma estética de la greca escalonada, toma
una parte del texto para hablar acerca del caracol, y de como este ornamento tiene un
fuerte significado, representando la fertilidad, el nacimiento y la creación. Con esto
concluye dejando un nuevo sendero por recorrer en el análisis del arte prehispánico.
Analizando la escultura arquitectónica de Uxmal, Martha Foncerrada de Molina
(1965) describe e interpreta algunos de los elementos que conforman la ornamentación
de la gran ciudad, dedica especial atención a la greca escalonada debido a que está
presente en uno de los edificios más importantes de Uxmal. Se trata del llamado
“Palacio del Gobernador”. Este edificio está decorado por un gran panel donde la greca
escalonada es uno de los elementos principales. Pero antes de comenzar su descripción
la autora hace un breve recorrido por las diversas propuestas acerca del significado de la
greca escalonada. El texto principal en que la autora basa su trabajo y sobre el que
discute es el de Hermann Beyer. Martha Foncerrada menciona que la greca escalonada
entre los mayas es uno de los principales elementos en la cerámica Tzakol 1 y 2 de
Uaxactun ─cita a Smith─, correspondiente a los años 300 y 400 d. C. (Foncerrada de
Molina. 1965: 126). Según la autora puede deducirse que este símbolo haya sido
difundido a través de Teotihuacan hacia el área maya, ya que es en este periodo donde
se nota una vinculación con la gran ciudad del centro de México, antes de este periodo
22
(por lo menos hasta donde sabemos) la greca escalonada no aparece en la cerámica del
área maya. Finalmente la autora define su postura al respecto de la greca escalonada en
la cultura maya: Me permito afirmar que la greca escalonada en el área central maya no tuvo
mayor significación estética o simbólica – religiosa - (Foncerrada de Molina 1965: 126).
En la publicación de 1973 llamada Los enigmas del Tajín, el Arqueólogo José García
Payón dedica especial interés a la descripción de los edificios con grecas escalonadas,
principalmente debido a que desde el primer momento del reconocimiento y
exploración de la zona, un símbolo se repetiría de ahí en adelante: El xicalcoliuhqui. Para
García Payón es en el Tajín donde este elemento alcanza la madurez en todas sus
configuraciones (García Payón 1973: 8). La recurrencia con la que aparece la greca
escalonada en los edificios e incluso (según el autor) en la disposición de los edificios y
estructuras para formar un xicalcoliuhqui de 40 mil m2, hacen que el arqueólogo quede
intrigado por el símbolo tan ávidamente desarrollado y el cual seguramente debe tener
mucha importancia. Por ello recurre a las investigaciones acerca del significado de la
greca escalonada, comenzando como la mayoría de los autores con el trabajo que
desarrollara Beyer, además menciona a otro autor, Fernando Ortiz quien escribió una
monografía que lleva por titulo El Huracán, su mitología y sus símbolos, publicada en 1947.
Para el autor el trabajo de Ortiz permite un mayor acercamiento hacia el conocimiento
de la mentalidad de los pueblos indígenas y su cristalización simbólica, de ahí que
García Payón no esté de acuerdo con lo propuesto por Beyer, es decir para el autor la
greca escalonada no es únicamente un ornamento, no pertenece únicamente a la belleza,
sino que encuentra su conexión en el ámbito vivo, en la cultura y las necesidades de las
sociedades que lo produjeron. Después de citar a Beyer comienza su recorrido por las
diversas interpretaciones, los autores que retoma son los mismos que Beyer analiza en
su trabajo, por ello no los incluiremos nuevamente en este apartado. El autor discute
acerca del arte prehispánico y su simbología, al mismo tiempo comienza a retomar los
elementos que sostendrán su tesis. La espiral de la greca escalonada es para José García
Payón una representación del viento (García Payón 1973: 20) y para confirmar su teoría,
23
que en realidad retoma del trabajo de Fernando Ortiz, cita de este autor el momento en
que desarrolla toda su idea acerca de la greca escalonada. Para Ortiz, la base escalonada
es el cuerpo del torbellino, mientras la espiral le proporciona la característica ondulante
propia de este fenómeno físico, aunque en realidad, como podemos observar, Ortiz está
en constante búsqueda del significado:
La espiral es el viento, la masa conoide o piramidal es la tromba, el zigzag es el rayo, la escalera
unida a la masa es la montaña o la nube y la abertura es probablemente la boca de la caverna de
los vientos (García Payón 1973: 22).
Garcia Payón propone que la greca escalonada representa la tormenta portadora
de fertilidad, tan importante para los pueblos agrícolas prehispánicos. Además los
huracanes y ciclones brindarían el otro aspecto de las lluvias, su parte destructiva y por
lo tanto los habitantes rendirían culto a este elemento tan extraordinario portador de
vida y muerte. Finalmente García Payón basa sus interpretaciones acerca de la greca
escalonada en el nombre del sitio, El Tajín, es decir el ciclón; fue una ciudad en la que se
celebraban rituales en honor a la lluvia, donde los elementos arquitectónicos retoman
parte de esa magnificencia de la naturaleza en la forma de la greca escalonada.
Para 1977 se publica el libro de Román Piña Chan, Quetzalcóatl, la serpiente
emplumada, en él se desarrolla un análisis del concepto prehispánico de la serpiente
emplumada, Piña Chan describe, con base en la iconografía, la evolución de los
elementos que conforman el símbolo de Quetzalcóatl, así como su importancia en la
cultura prehispánica; también describe e interpreta su relación con los elementos
naturales como la tierra, el agua y el viento. En una parte de su análisis incluye una
imagen proveniente de Teotihuacan: en un fragmento mural se representa a una
serpiente enrollada a manera de una greca, alrededor de su cuerpo se deslizan grecas
escalonadas. Sin ningún análisis previo o mención alguna de los trabajos anteriores
acerca de la greca escalonada, Román Piña Chan asegura que la greca escalonada es un
24
elemento que simboliza el agua en movimiento (Piña Chan 2006: 24). Ello es comprensible
por el hecho de que su análisis no se centra en este símbolo y se vale de él para reafirmar
su hipótesis acerca de la serpiente de agua, como parte de la evolución del concepto de
Quetzalcóatl.
En 1982 se publica el libro de Terrence Grieder titulado Orígenes del arte
precolombino. En este texto la autora analiza varias de las creaciones artísticas de los
pueblos prehispánicos proponiendo una serie de oleadas a través de las cuales se puede
identificar los diferentes aspectos representativos del arte así como su evolución a través
del desarrollo de estas culturas. En el apartado denominado El cosmos la autora estudia
los conceptos que estructuraban la cosmovisión de las culturas prehispánicas y sus
expresiones artísticas. Al principio de este apartado analiza los conceptos de la cueva y
la montaña, habla acerca de la tierra y las concepciones que se tenían de esta. Lo
importante para nosotros es cuando en un párrafo comienza a describir los mosaicos en
relieve que adornan las paredes de Mitla.
En algunos paneles, el escalón y la “s” se combinan para formar la greca en escalón que, se
supone, une los significados de los dos diseños simbólicos, es decir, la feminidad de la “s” y la
montaña del mundo de los escalones. Una mujer en uno de los textos de Sahagún comenta:
“nosotras que somos mujeres… en nosotras hay una cueva, una cavidad…” (Heyden, 1975:134).
En la greca en escalón encontramos de nuevo la cueva y la montaña que simbolizan el cosmos
para los pueblos de la tercera ola (Grieder 1982: 122) (Figura 5).
Aunque este es el único párrafo en todo el texto donde se hace mención a la
greca escalonada, la propuesta de la autora resulta muy interesante ya que por primera
vez se hace referencia a 2 conceptos (cueva y montaña) en vez de uno (la serpiente, el
agua, el viento, etc.). Aunque no dedica mayor análisis a su propuesta, es necesario
incluirlo en este recorrido para observar las diferentes posturas al respecto de la
iconografía y en particular de cómo se aborda el problema del significado de la greca
25
escalonada, en este sentido Grieder elabora su interpretación sin mayor análisis ni
comparaciones.
El boletín informativo que publica el Instituto de Investigaciones Estéticas de la
UNAM (No.14, Junio 2001) contiene un artículo llamado “Notas sobre el diseño culua-
machan-cuepa y sus variantes” escrito por Jorge Angulo Villaseñor. En él se menciona la
importancia de los estudios de Hermann Beyer así como sus varias aportaciones al
estudio de la iconografía prehispánica, después hace un breve recorrido por algunos
elementos iconográficos, presenta imágenes, todo ello con la finalidad de recordar que
las formas abstractas que aparecen en el arte prehispánico son verdaderos símbolos y no
simples ornamentos. Propone además que se revaloren los nombres con los que se
designan a los diseños, como es el caso de la greca escalonada, ya que ésta tiene su
propio nombre en náhuatl. Y es en esta parte del texto donde el autor recalca que el
estudio de Hermann Beyer sobre la greca escalonada es exhaustivo y que ha resuelto el
problema del significado, quedando la greca escalonada como representación del
caracol cortado y como emblema del dios Quetzalcoatl en su advocación de Ehecatl. Esta
afirmación nos parece muy interesante, ya que tal como vimos en el aparatado de
Hermann Beyer, este autor en realidad nunca propone un significado determinante. Por
ello lo único que hace este escrito es reafirmarnos que la confusión ante el significado de
la greca escalonada sigue estando vigente.
En el 2002 se publica el libro de Claude Francois Baudez titulado; Una historia de
la religión de los antiguos mayas. En él se hace un análisis crítico y reflexivo acerca de la
metodología empleada para el estudio de esta civilización, además de brindar grandes
aportaciones en el campo de la iconografía maya. En el capítulo numero I, llamado La
religión clásica se incluye un apartado denominado Otras arquitecturas, otros rituales.
Llama nuestra atención la descripción que hace de uno de los edificios de Palenque. La
llamada Casa B de Palenque carece de adornos, a excepción de la pared interna del
fondo, donde está representada lo que el autor denomina doble greca escalonada, a
26
continuación citaremos una parte de la descripción analítica que realiza Baudez: Resulta
claro que la doble greca escalonada reproduce la hendidura frontal del monstruo terrestre
(Baudez 2002: 135). Señala Baudez que esto ya había sido notado por Greene Robertson
(1985: 48). Continuando con la descripción que el autor hace, nos dice que
En caso de que la greca escalonada represente efectivamente el acceso al mundo subterráneo y de
que los T sean signos de fertilidad, se puede proponer la hipótesis de que el conjunto expresa
fertilidad proveniente de las entrañas de la tierra (Baudez 2002: 135).
Esta idea quedaría sustentada por los motivos adicionales que acompañan el
conjunto iconográfico, se trata de un elemento tripartito y símbolos de jade, además del
signo na. Aunque Baudez no analice específicamente la greca escalonada este análisis
iconográfico resulta muy interesante.
Para el año 2007 se publica un artículo de Sabina Aguilera titulado; Mirando a
través del espejo, recordando el camino primigenio. Un análisis iconográfico a la luz de la
mitología y el ritual de los tarahumaras. En este texto la autora analiza la visión del mundo
tarahumara a través de las representaciones (principalmente) de sus textiles, estudia las
relaciones conceptuales y formales que guardan las expresiones artísticas de este pueblo,
encontrando que en sus textiles se representan aspectos del cosmos. Lo importante para
nosotros es que una de las representaciones de este grupo cultural es la greca
escalonada, Aguilera recurre al trabajo de Beatriz Braniff en el que se evidencia la
relación entre el noreste de México y Mesoamérica a través de este símbolo. Sabina
Aguilera menciona que la variante de la greca escalonada representada entre los
tarahumaras presenta un gancho en forma de espiral, lo cual le lleva a la conclusión de
que este símbolo guarda una relación con la creación y el lugar de origen primigenio
(Figura 6). Realiza un recuento de autores que han trabajado en el análisis de la greca
escalonada, citando así a Beyer, Preuss, Ortiz, etc… y explica que han coincidido en
interpretar la figura en cuestión como vinculada con el agua, con Quetzalcóatl, con el viento, con
27
la serpiente, con montañas, con la cruz, con caracoles y con el centro de la madre tierra
(Aguilera 2007: 242). Como la autora busca vínculos artísticos con lo mitológico,
encuentra en la greca escalonada y la forma en espiral de su gancho un sustento para
afirmar que en las fajas de los huicholes está representado el cosmos, así como el lugar
de origen, la escalera en este sentido representaría el camino, por el cual se llega hacia la
morada de los antepasados, que es el centro de la tierra. Básicamente este es el aporte de
la autora ya que no profundiza más en el tema de la greca escalonada; para Aguilera
esta interpretación es suficiente para continuar con el análisis del arte y la visión ralámuli
del mundo.
Los diversos estudios aquí presentados no son con seguridad todos los que han
tratado acerca de la greca escalonada pero sin duda son los más destacados. Sus
interpretaciones aparecen todavía aisladas, sin una conexión evidente entre cada una de
ellas. El texto de Hermann Beyer recopila para 1924 una larga lista de autores que
trataron sobre el tema, a pesar de ello, los avances en la iconografía y los
descubrimientos arqueológicos, así como los métodos aplicados en el análisis no fueron
suficientes para llegar a una determinación acerca del significado, por ello Beyer termina
por afirmar que la greca escalonada es simplemente un motivo de embellecimiento. Su
trabajo aporta a los sucesivos la división formal de la greca escalonada. Por su parte
Rafael Girard trata de encontrar un significado en base a sus investigaciones entre los
chortis, su trabajo no es contundente debido a la flexibilidad de sus ideas, mezcladas e
imprecisas, asignando diversos significados al símbolo en cuestión, sin embargo el autor
se da cuenta de que la greca escalonada aparece con mayor frecuencia en periodos
tardíos y al igual que Beyer considera que su relación con la fertilidad es innegable. Paul
Westheim nos proporciona una brillante descripción formal de la greca escalonada,
afirma que es necesario un análisis más profundo, con más comparaciones contextuales,
a pesar de ello brinda una interpretación, que aunque limitada, traza una guía para los
posteriores investigadores. A diferencia de los anteriores autores Westheim comprende
que el análisis de los contextos es determinante para encontrar el significado de la greca
28
escalonada y que el análisis del arte prehispánico puede brindarnos una mayor
comprensión de los seres que lo crearon. José García Payón en su incesante labor en el
Tajín, que él denomina la ciudad del Huracán, asegura que la greca escalonada
representa precisamente a este fenómeno climático, basa parte de su interpretación en el
trabajo de Ortiz llamado El Huracán, su mitología y sus símbolos (1947). Su interpretación
no tiene un análisis de contextos, únicamente el hecho de que en esta ciudad se
celebraran rituales dedicados a la lluvia. La mención que hace Piña Chan de la greca
escalonada es muy escueta y se sitúa en el análisis que el autor realiza de la evolución
conceptual de Quetzalcóatl en Mesoamérica, por ello no se detiene para discutir las
diversas propuestas realizadas acerca de la greca escalonada y se limita a mencionar que
en un mural Teotihuacano las grecas que decoran la imagen de una serpiente
representan a la serpiente de agua. Terrence Grieder es la primera que considera que
son dos conceptos los que conforman el significado de la greca escalonada: la cueva y la
montaña; son para ella los elementos que guarda el simbolismo en los muros de Mitla.
Su propuesta es interesante aunque no cobra mayor trascendencia debido a la
superficialidad con que fue tratada. En el boletín del Instituto de Investigaciones
Estéticas de la UNAM que se publicó en el 2001 Angulo menciona que Hermann Beyer
ha resuelto el problema del significado al descubrir que se trata de la representación del
Caracol Cortado, emblema de Quetzalcóatl en su advocación de Ehecatl. Pero en
realidad, como hemos mencionado, en este capítulo, Hermann Beyer considera a la
greca escalonada como un motivo de embellecimiento ligado con la fertilidad y la
abundancia, pero en ninguna parte de su análisis Beyer afirma que se trate del Caracol
Cortado, el artículo de Angulo es en este sentido una prueba innegable de que el
significado de la greca escalonada aun no está resuelto. Los trabajos recientes de Sabina
Aguilera y Claude F. Baudez no tratan directamente sobre la greca escalonada, pero
incluyen un análisis mucho más cuidadoso, y reflejan una mayor profundidad en el
conocimiento de la iconografía, es por ello que su presencia en este trabajo se hace
necesaria. Estas investigaciones nos demuestran que en la actualidad contamos con los
elementos necesarios como para profundizar en el estudio y poder llegar a conocer y
29
comprender el significado de la greca escalonada. Los actuales descubrimientos
arqueológicos, así como el mayor conocimiento de la iconografía prehispánica nos
colocan en una posición privilegiada frente a los anteriores investigadores. De esta
forma pretendemos en los capítulos siguientes lograr un análisis más detallado y
dedicado exclusivamente al estudio del símbolo. Pero antes de ello, nos parece necesario
proporcionar una visión general acerca del arte prehispánico, sus funciones y relaciones
culturales. Esta revisión nos proporcionará el conocimiento necesario para comprender
la magnitud y la importancia de la greca escalonada en Mesoamérica.
32
CAPÍTULO II
RASGOS GENERALES DEL ARTE PREHISPÁNICO
El propósito principal de este capítulo es proporcionar al lector una introducción
a los temas, las formas, las ideas fundamentales, el espacio y el tiempo, así como las
relaciones del arte prehispánico con los demás aspectos de su cultura: sociedad, religión,
politica, cosmovisión etc. Hemos estructurado este breve análisis desde lo general a lo
particular, esta estructura facilitara la comprensión y mostrara el lugar que ocupa la
greca escalonada en el conocimiento histórico del arte prehispánico. Comenzaremos
hablando del arte y su función en la humanidad y en este sentido el arte antiguo nos
brindara el contexto en el cual nos situaremos, después pasaremos al arte prehispánico
donde describiremos algunas obras y abordaremos su relación vital y religiosa con la
sociedad, finalizando con un aspecto que es inherente a estos dos últimos temas: el
simbolismo.
Para comprender el arte antiguo debemos considerar que probablemente en los
tiempos más tempranos que podamos imaginar, en los momentos en que se comenzaba
a formar la cultura, el ser humano se relacionaba en formas más puras con la naturaleza
y consigo mismo, cada una de sus acciones estaba cargada de gran vitalidad y
significado. Estamos hablando del origen del arte, de su inevitable relación entre el ser
humano y la naturaleza y de cómo esta relación es tan profunda que afecta a ambos
seres en formas trascendentales. El arte no puede considerarse como un elemento
aislado, el arte esta en la vida misma, y por lo tanto en íntima relación con las fuerzas
que mantienen la creación constante de nuevas formas de cultura y principalmente con
el devenir de la existencia del ser humano. El arte como actualización de la relación
entre el ser humano y la naturaleza, el arte como característica de lo humano (Jahnig
1975: 25).
33
A través de la historia la humanidad ha intentado comprender el arte, postulando
diferentes concepciones entre cada época e incluso entre cada ser, las diferencias entre
estas teorías pueden comprenderse gracias al mismo devenir histórico. Como no es
nuestra finalidad hacer una revisión exhaustiva de estas teorías solo mencionaremos
algunos de tantos autores que han tratado sobre estética y teoría del arte sin profundizar
en sus ideas. Esta selección esta destinada a contribuir en el posterior análisis del que es
objeto este estudio en general y ayudara a comprender de manera general la
importancia del arte en la formación y la existencia de la cultura.
Para Emmanuel Kant la obra de arte está constituida de dos elementos: la belleza
libre y la belleza adherente (Sánchez Vázquez 1997: 19), la primera sería la forma,
mientras la segunda es el contenido o concepto que se transmite por medio de la forma.
Se trata de una cualidad doble y en cierto sentido opuesta, ya que mientras la forma es
totalmente sensible, el contenido solo es capaz de percibirse mediante una relación
directa con las formas, con el contexto en el que la obra fue creada, más adelante
retomaremos este punto. Otra de las características más importantes del arte es, tal como
la menciona Schiller, la capacidad (de lo que él denomina belleza) para enlazar y
suprimir dos estados opuestos (Sánchez Vázquez 1997: 22): sentir y pensar. El arte y su
inigualable capacidad para transmitir tanto conocimientos como sensaciones en un solo
acto. Esta cualidad brinda al arte un valor incalculable entre las acciones humanas,
inclusive entre el conocimiento, es quizá por ello que el arte es indispensable en las
culturas antiguas, donde su papel en la cultura es de máxima importancia. Lo anterior
es explicado por Hegel en la siguiente expresión: El arte difiere a la vez de ambos modos,
ocupa el medio entre la percepción sensible y la abstracción racional (Hegel 1993: 42). Nos
detendremos unas líneas para realizar unas consideraciones acerca de lo que Kant y
Schiller llaman Belleza. Para ellos el arte era ante todo algo bello, la belleza como una
forma pura, pero esta designación tiene como referente el arte occidental. Después de
ésta, que podríamos denominar la concepción clásica de belleza, el devenir histórico
proporciono una revaloración de estas consideraciones, ampliando el termino belleza
34
hacia otros niveles, hacia otras culturas y en este sentido hacia otras expresiones
artísticas. Esta revalorización ha permitido que el entendimiento del arte se enriquezca y
que otros seres históricos puedan ser reconsiderados, con ello nos referimos al arte de
todas las altas culturas de la humanidad entre ellas la cultura Maya. Ernst Cassier nos
dice: La belleza en el sentido tradicional del término no es de ningún modo la meta única del arte;
de hecho, no es más que un rasgo secundario y derivado (Westheim 1987: 10). Después de esta
intervención que creemos del todo necesaria, regresemos a las consideraciones de Hegel
respecto a las cualidades del arte. En la creación artística intervienen varios factores uno
de los más importantes, según Hegel, es la imaginación, por medio de ella se transforma
el ser. Aunque esta cualidad del artista puede a su vez tener relación con la sensibilidad,
ambas son cualidades diferentes y adherentes entre sí, la sensibilidad es aquella con la
que el artista puede percibir la realidad y es el ímpetu que lo lleva a expresarse, la
imaginación es una de las herramientas fundamentales para esta expresión del ser, es
quizá la que canaliza y moldea lo percibido por la sensibilidad, dando como resultado
las innovaciones propias del arte y al mismo tiempo caracterizando estas creaciones.
De la interrelación entre la vida y el arte y su catalizador el ser humano,
Benedetto Croce nos dice que El arte es expresión de impresiones (Sánchez Vázquez 1997:
86), impresiones que derivan de la vida, estas impresiones se combinan, se enlazan en la
mente del artista y estallan en impulsos llenos de vitalidad, en un instante el arte que
nació de impresiones está listo para expresar su propia esencia por medio de la materia.
De esta forma La obra de arte se transforma en realidad anímica (Westheim 1987: 7). Gracias
a esta realidad anímica la obra de arte se vuelve totalmente expresiva y por lo tanto el
arte puede ser considerado (según Levi Strauss) como lenguaje (Sánchez Vázquez 1997:
127). Pero este lenguaje difiere del hablado en intensidad de expresión, su relación con el
ser es mucho más directa y por su creación de impulsos vitales puede ser capaz de
transmitir una mayor cantidad de conceptos e inclusive conocimientos complejos, por
medio de la forma permeada de vitalidad puede hacerse visible el infinito en lo finito
(Sánchez Vázquez 1997: 127).
35
La vida y la muerte impresionan y marcan la existencia del ser humano, para
Schopenhauer, el arte es el calmante de la vida, por medio de éste puede escaparse al
sufrimiento inherente de la existencia, al hecho de la destrucción inminente, es el
bálsamo que nos suspende por un instante, que nos reconforta y tranquiliza ante la
paralizante actividad existencial. Nietzsche ve en el arte el estimulante de la vida, el arte
como creación del ser humano que lo impulsa a nuevas esferas del ser, lo transfigura
dotándolo de la única forma en que puede luchar contra la cruel existencia, la creación
lo vuelve un ser superior (Dieter Jahnig 1982: 177-178). Por medio de la interacción vital
de la creación el artista enriquece la vida e impulsa su existencia, imprimiendo valor a la
vida y sentido a la muerte.
En la actualidad el arte tiende hacia nuevas formas, su contenido y su forma es
imposible de separar de las condiciones actuales de la historia, pareciera que ha perdido
su ímpetu, tal vez en el arte comercial así ha sucedido, pero el arte verdadero, el que
nace de las impresiones existenciales que enrojecen la mente hasta la implosión, hasta
un paroxismo tal que el ser se manifiesta con vehemencia absoluta indicándonos su
inexorable valor, seguirá estando siempre vivo. Tal como dice Daniel Schneider:
Por fortuna el arte sigue vivo, y vive no solo con referencia a su tiempo, sino con referencia a su
clásico y perenne poder de verdad psicológica y de su belleza transformada y trascendente
(Schneider 1962: 17).
Este poder trascendente que se logra por medio del arte fue utilizado por las
civilizaciones antiguas para ordenar y poner en marcha su mundo, en este caso el arte
nace básicamente como una necesidad de comprensión, de asimilación y construcción
de una estructura que sustente la existencia y que impulse el desarrollo de la sociedad.
Las edificaciones antiguas están cargadas de gran emotividad plástica y vital, las
construcciones monumentales (pirámides, templos, etc.) tienen un carácter trascendental
(místico, mítico) y a la vez un carácter que sobrepasa al resto de las edificaciones, como
36
expresión de dominio (Jahnig 1975: 9-10). De esta forma el arte establece una íntima
relación con la sociedad y su estructura jerárquica, ayudando a la consolidación de la
cultura por medio de la expresión, además de constituir uno de los pilares de la vida
antigua, ya que como analizaremos más adelante, el arte antiguo es ante todo, un arte
religioso. Dieter Jahnig propone que en las primeras edades el arte aparece no como
mimesis, sino como ordenación del mundo, del conjunto de relaciones en que los hombres
conviven entre ellos y la naturaleza de la que dependen (Jahnig 1975: 15). Esta ordenación del
mundo era del todo indispensable, y el arte estaba ahí para expresarla y contribuir a su
enriquecimiento, por ello en las antiguas culturas el arte se vuelve necesario para el
fundamento de la religión y el estado. Como dice Paul Wheatley, el arte antiguo fue una
técnica al servicio de la liturgia (Heyden 1998: 21). El arte antiguo es esencialmente
religioso, sus manifestaciones buscan precisamente la exaltación religiosa, este es un
punto en el que debemos detenernos para analizar cual es la relación entre el artista y su
creación en los tiempos antiguos.
Para Paul Westheim Lo que determina la voluntad creadora no es la vivencia estética,
sino la religiosa (Westheim 1987: 157) y en verdad tal pareciera que la obra de arte
satisface a un conjunto y no a la individualidad. Es que en las culturas antiguas el
individuo era parte del conjunto, su visión no variaba en lo absoluto, podría su
imaginación enriquecer en ciertos aspectos las creencias pero en esencia eran las
mismas, debido a esto su expresión era la expresión de la colectividad, la aportación del
artista a su creación se encuentra en el estilo, en la forma que transmite los conceptos;
los conceptos forman parte de una trama cultural muy fuerte que por sí misma
determina las expresiones artísticas. La experiencia religiosa proporcionaba a la obra de
arte una intensidad mucho más fuerte que una obra del arte por el arte (Westheim 1987:
158). La formula era muy simple: la emoción religiosa era intensificada por la artística, la
emoción artística por la religiosa (Westheim 1987: 18). Este juego de intensidades brindaba
un poder excepcional a la liturgia y a los líderes religiosos, al mismo tiempo que
incrementaba la cohesión en la sociedad.
37
El arte prehispánico nos brinda magníficos ejemplos de este tipo de relaciones,
tanto de ordenación del mundo como de las relaciones sociales. El lugar donde
coexistían con mayor vehemencia el arte y la religión (sociedad) era en el rito, la danza,
la música, las creaciones plásticas y las oraciones permeaban el ambiente de
espiritualidad, en una magnifica explosión de vitalidad humana y natural. Pero cada
uno de estos aspectos era cuidado excepcionalmente por especialistas, las creaciones
prehispánicas tenían detrás a grandes maestros, cuya habilidad había sido conferida por
los años. El hecho de poder jugar con la visión para dar la impresión de realidad expresa su
dominio sobre los problemas mayores de la pintura (Pincemin 2008: 73). La utilización de 3
dimensiones, el gran realismo de los sujetos y objetos, confirman que nos encontramos
ante verdaderos artistas capaces de expresarse en gran cantidad de formas. Pero la
mayoría de las veces el arte prehispánico no busca la visión realista de la vida, su
realidad pertenece a otra esfera, la del mito, la de los espíritus, una realidad que
trasciende las formas ordinarias:
La apariencia física no es sino disfraz, fachada tras la cual se esconde la verdadera naturaleza.
Llegar hasta ella, detectarla, hacerla patente es el objeto del pensamiento y la misión del arte
(Westheim 1957: 28).
Por ejemplo, en el caso de la figura II. 1, el ser humano aquí representado
pertenece a una realidad no ordinaria, para nuestra cultura esta representación puede
ser considerada como extraordinaria, pero en el caso del arte prehispánico, la realidad es
un lugar sin limites, lo extraordinario es parte de la vida cotidiana, el hecho de que su
cabeza pueda colocarse en una posición inusual es muestra de que el arte aquí presente
manifiesta una cualidad del ser (prehispánico), donde las posibilidades son múltiples,
un espacio donde las apariencias nos indican parte de la profundidad misteriosa de la
vida, del cosmos. No es de extrañarse que las emociones humanas, así como sus
actividades propias sean aplicadas a otros seres, como los animales y en este caso los
perros (Figura II. 2), una pareja de perros bailando tomados de las manos, disfrutando
38
de un instante juntos, demostrándose cariño. Esta concepción de la vida nos devela una
cultura comprometida con la vida, donde nunca es suficiente una mirada, un lugar
donde las relaciones entre los seres son intensas e inabarcables, es por ello que es
necesario plasmar las múltiples posibilidades del ser, su incalculable complejidad está
presente en estas obras de arte prehispánicas. No es para nada fortuito que la visión de
una cultura pueda encontrarse plasmada en una obra de arte, capaz de definir por su
movimiento y composición toda una estructura mental que da sentido a la existencia de
una cultura determinada. Las líneas parecen permanecer juntas, un solo movimiento es
el encargado de proporcionar las cualidades de cada uno de los personajes, ahí donde
delimita el cuerpo de uno, ahí consigue liberarse para conformar y definir a otro, así
cada uno es la extensión de su igual, el espacio no se encuentra vacío, es abarcado por la
presencia de aquello que une el todo con la particularidad, por medio de un movimiento
inalcanzable que se deja ver en la forma y esencia de aquellos tres personajes (Figura II.
3).
Con respecto al arte maya hay que puntualizar que se trata de un arte cuyas
formas tienden casi siempre hacia las líneas curvas, esto imprime ese toque vital, de
incesante movimiento que es su principal cualidad y que lo caracteriza. Otra de sus
características es que muy pocas veces encontramos en sus artes visuales la presencia
del vacío, horror vacui, y cuando se encuentra, aun el mismo vacío cobra forma (imagen)
y es precisamente en esta cualidad en la que encontramos la correspondencia con su
medio natural en el que se desarrolla su cultura. No existe el vacío, aún el espacio, el
fondo tiene manifestaciones que afectan a la vida, es parte del complejo universo que lo
envuelve y permea todo. En la figura II. 4 el movimiento de las líneas nos indica
precisamente que el ser se manifiesta en todos los aspectos, incluso en el espacio, en el
fondo sobre el cual se desenvuelven las acciones humanas o divinas, todo se encuentra
terriblemente ligado entre sí, la creación no sería nada sin la destrucción, la noche sin el
día, la muerte y la vida necesitan estar conectadas, son una misma, el espacio y los
39
movimientos son formas, manifestaciones de un ser total, en realidad forman parte de
una composición que se encuentra fatalmente en movimiento.
Para describirnos esta impresión de la naturaleza sobre la imaginación y la
sensibilidad de los artistas mayas citaremos a Paul Gendrop y Alberto Ruz Lhuillier:
El arte maya central se nos presenta como un arte de contrastes, un fascínate mundo sensual e
inquieto… arte en consonancia con su exuberante selva tropical, de clima calido y húmedo
(opuesto al de la severa y reposada sobriedad geométrica de Teotihuacan) (Gendrop 1987: 126)
El medio tropical, fascinador y exuberante pudo agudizar la sensibilidad del artista maya,
despertar su fantasía y sensualidad, imprimiendo en su mente la agitación febril de la selva, las
vibraciones sutiles de la luz y sombras… el capricho de las formas(Ruz Lhuillier 1957: 64)
Aunque la línea ondulada fuera recurrente en el área maya no por eso era la
única ya que podía utilizarse invariablemente las líneas rectas o curvas de acuerdo a la
voluntad creadora del artista (Girard 1949: 1082). La selva había heredado a los artistas
mayas una imaginación febril, la suya era una visión en constante movimiento, sus
creaciones artísticas estaban en consonancia con la belleza de las montañas, los
incansables ríos y los incesantes sonidos de la misteriosa selva, un lugar habitado por
seres llenos de poder vital y destructivo al mismo tiempo, su percepción se basaba en
una realidad súbita, frágil, y al mismo tiempo ordenada y caótica, su mundo está en
constante cambio, las formas que lo habitan están compuestas de las mismas fuerzas de
la naturaleza, danzan continuamente con la vida y la muerte, se transforman y sobre
todo, cada una guarda una relación intensa con el ser total que se manifiesta en ellos.
Estas cualidades mentales se ven reflejadas en su arte, donde las formas son siempre
extravagantes y sugerentes, mientras su contenido radica esencialmente en lo inevitable
y la captura del incesante devenir. Si analizamos con detenimiento sus representaciones
encontraremos que en sus imágenes los artistas mayas manifiestan quizá de forma
40
inconsciente su concepción de la vida, podríamos decir gracias a las imágenes que para
los antiguos mayas todas las cosas están íntimamente conectadas entre sí, que guardan
relaciones invisibles que las mantienen en orden, es decir en un movimiento inagotable
(Figura II. 5).
Como arte religioso, el arte prehispánico necesita de elementos que faciliten y al
mismo tiempo reiteren las cualidades y la esencia que sus creaciones representan, para
ello es necesaria la utilización de los símbolos, cada una de las piezas formales que
integran la composición artística tiene un significado y mantienen relaciones profundas
con los elementos expresivos principales. Lo que crea siempre significa algo; revela algo
acerca del mito y de los dioses (Westheim 1991: 158). Como recurso expresivo, la creación
artística emplea frecuentemente la estilización, que destaca y subraya ciertos rasgos y suprime
todo lo demás como no característico (Westheim 1987: 48). De esta manera los elementos que
componen la obra de arte prehispánica buscan la manifestación esencial de las cosas,
tanto de los seres como de los lugares donde habitan. Demuestran cualidades que
difícilmente pueden percibirse de otra forma, es por ello que el arte antiguo era
imprescindible como medio de comunicación, de esta forma podía comprenderse de
una forma mas directa y concreta, las características de los rituales, de las escenas
mitológicas y sociales. Los artistas mayas crearon un medio de comunicación complejo
que les permitía de una forma más eficaz que la de cualquier otro medio de expresión,
comunicar las diversas relaciones en el cosmos, y que nos permiten aproximarnos a la
comprensión de su cultura de forma significativa. Por este medio podemos acceder a la
estructura tanto mental, como social de los antiguos mayas, comprender por ejemplo,
cual era el papel del ser humano en la naturaleza, y cuales eran los medios para poder
acceder a las fuentes del poder renovador de la vida y la muerte (Figura II. 6).
La utilización de este complejo sistema de comunicación visual no consistía
únicamente de formas, sino también de colores: In the maya World view, each quadrant of
the quadrilateral world is associated with a particular color: east/red, north/white, west/black,
41
and south/yellow (Bassie 1999: 14). Así la capacidad de expresión se ve enriquecida
cuando quiere representarse una de las cualidades de estas direcciones o señalar que el
ser o la acción corresponde a una de ellas; basta con pintar de negro un cuerpo para
señalar su afinidad con el Inframundo y la dirección de su entrada, al oeste. Pero su
complejidad no termina aquí, esta serie de relaciones conceptuales, esta construcción de
la realidad conlleva la utilización de múltiples elementos que favorezcan e incrementen
la estructura mental de la sociedad, se trata de un hecho inconcebible, por medio del
cual, la creación se reproduce y hasta cierto sentido comienza a jugar un papel
determinante en la mentalidad de la sociedad; cobra vida y existencia propia. Esta
característica no es única del arte, sino de toda la cultura en general, sobre ello
profundizaremos en otro capítulo. Otro de los factores implícitos en las cuatro
direcciones del universo es la ubicación o disposición que los elementos artísticos
adquieren, por ejemplo una serpiente bicéfala en posición horizontal tiene una de sus
cabezas viendo hacia el oriente representando el sol naciente y la vida, mientras la otra
en dirección contraria representa al sol poniente, en este caso, la muerte (Sharer 1999:
506). Estas manifestaciones no son únicas de la pintura o la escultura, se encuentran
presentes también en la arquitectura, varias de las edificaciones mayas tienen una serie
de elementos formales que reafirman sus cualidades sagradas, y además pueden
apreciarse en varios de estos edificios, una gran cantidad de escaleras, ya que
representaban el asenso o descenso, hacia el lugar de los descarnados.
En Tepantitla… Teresa Uriarte encontró que la escena del tablero se refiere al juego de pelota,
culminando en un sacrificio por decapitación y la del talud a los aspectos del inframundo…
(Esto) añadiría a las pinturas otro significado simbólico más, por la posición relativa que tiene el
muro: arriba el mundo terrenal y abajo el mundo inferior (Lombardo de Ruz 2001: 15).
Estos descubrimientos nos ayudan a entender la lógica seguida por sus acciones,
al parecer todo tiene un orden a pesar de las incesantes pulsaciones contradictorias en la
naturaleza.
42
Los conceptos que intervienen en la obra de arte pueden ser representados de
diversas formas, inclusive en un mismo sitio arqueológico pueden encontrarse los
mismos conceptos empleando diversas formas (Girard 1949: 1073). Esta característica
del simbolismo y su abundancia de formas es explicada por Karen Bassie en la siguiente
frase: While serpents were and still are used by the maya to represent water, water was also
depicted in more natural forms (Bassie 2002: 15). Esta compleja estructura presente en el
arte tenía como hemos visto diversas utilidades, una de ellas era facilitar la descripción de
estados que representan relaciones múltiples y complejas (Baudez 2002: 37); así las
expresiones plásticas nos muestran cómo era percibido el universo, cómo se encontraba
ordenado y dividido y cuáles eran las relaciones entre cada uno de sus elementos.
El arte prehispánico tenía una intensa relación con el sistema gobernante, era
quien lo creaba con varios fines, uno de los primeros fue darle sentido al mundo,
pensarlo y estructurarlo, en épocas posteriores el arte comenzó a ser diseñado para
sostener a la clase gobernante (Lowe 1982: 373). El arte como ordenación había cumplido
su cometido, muchas de las nuevas funciones del arte se basaban principalmente en la
vinculación del gobernante con las fuerzas creadoras y destructivas que emanaban de la
naturaleza, es decir, para enaltecerlo como un ser superior y que necesariamente tenía
que ser el gobernante. Aunque estas funciones son muy poco reprochables dada la
interacción y las bases ideológicas de la época, si podemos darnos cuenta de cómo con el
transcurrir del tiempo las expresiones y actividades van enfocándose únicamente hacia
el control y mantenimiento del poder social. Bien cabría hacer mención aquí a las
palabras de Terrence Grider
La visión de la historia aquí presentada implica el aumento gradual del poder político de los
individuos que están especialmente involucrados en el estudio del mundo material y espiritual y
versados en los símbolos empleados en ese estudio. Al aumentar su conocimiento, aumentaba su
poder (Grieder 1982: 174).
43
La mayoría de las creaciones artísticas estaban vinculadas con el gobernante, su
linaje y sus capacidades, expresando su autoridad para intervenir por medio de los
rituales en las fuerzas del cosmos. En el periodo Preclásico los Olmecas ya expresaban
en su arte estas relaciones de poder, en Chalcatzingo encontramos estas expresiones en
el relieve llamado “El rey” que representa a un dignatario sentado en la entrada de una
cueva en la montaña. En su conjunto esta escena representa la fertilidad de la tierra, por
ello se observan volutas emergiendo a manera de viento y las nubes de lluvia sobre la
cueva, así como la vegetación. Lo que nos parece significativo es que el atavío del
gobernante esté decorado con gotas de lluvia (Grove 2007: 34), que esto suceda no es de
ninguna manera casual (en el capítulo 4 retomaremos este aspecto con mayor
profundidad) ya que es la Imagen de quien, en representación de la deidad, tiene el poder – a
través del ritual – sobre la fuente del preciado liquido; situación que le confiere un poder real
dentro de su sociedad (Lombardo de Ruz 2001: 13). Lo que nos demuestra que desde
tiempos preclásicos el arte está vinculado esencialmente al servicio de la clase
gobernante que por medio de él sustentaba su poder político. Aunque este ejemplo es
bastante significativo, necesitamos profundizar en el valor simbólico, para comprender
con mayor precisión como pudo adaptarse y revalorarse su utilidad expresiva.
Paul Westheim señala que El recurso expresivo de que se sirve el arte prehispánico de
México para plasmar sus concepciones religiosas es la forma simbólica (Westheim 1987: 14).
Una gran variedad de símbolos recubren el arte prehispánico, los encontramos en todas
sus manifestaciones; tal como menciona Paul Westheim el símbolo es la base expresiva
de este arte antiguo, la importancia y valor del símbolo radica en que permite la
representación de un conocimiento profundo y en este caso espiritual. Según Cassirer
los símbolos comunican un pensamiento vinculando un contenido literal con otro implícito
mediante su analogización (Beuchot y Velazco 2001: 19). En el símbolo el significado
penetra la forma, lo hace presente de una forma total, lo imita en un instante, la
intensidad a la que es sometida el espectador lo involucra en el conocimiento, le hace
sentir y comprender lo que de otra manera permanecería oculto. También para Hegel el
44
símbolo era la profundidad que puede percibirse por medio de la expresividad de la
forma. Tatiana Proskouriakoff encuentra que en el arte prehispánico por medio de la
utilización libre de los símbolos pueden describirse varios acontecimientos o
condiciones sociales, así como su relación con el orden del universo (Lowe 1982: 320).
Para Ernst Cassirer la humanidad inevitablemente tuvo que comenzar por los
mitos y los símbolos: Los pueblos primitivos no pensaban en conceptos sino en imágenes
poéticas, hablaban fabulando y escribían jeroglíficos (Cassirer 1963: 228). Para las primeras
civilizaciones las expresiones estaban fuertemente vinculadas al sentir religioso y eran
en este sentido, profundas, su arte, su lengua, su pensamiento buscaba la esencia del ser
y la naturaleza, todo ello solo es posible entenderlo por medio de los símbolos: Eran la
imagen de un cosmos que había sido imaginado así durante siglos; pero que ahora era captado
dentro de los lineamientos estilísticos de una muy firme corriente de expresión estética (López
Austin 1999: 44). Este es el caso de la greca escalonada, cuyo simbolismo está presente
en toda Mesoamérica e incluso en gran parte de América Latina. En el siguiente capítulo
describiremos sus diversas manifestaciones formales, así como los contextos con los
cuales se relaciona de manera profunda.
47
CAPÍTULO III
LA GRECA ESCALONADA UNA REVISIÓN DE FORMAS Y CONTEXTOS
Las fuentes que utilizaremos para el análisis serán los vestigios arqueológicos,
básicamente cerámica, códices, murales, dinteles, estelas y monumentos arquitectónicos.
En este caso habrá que tomar en cuenta las limitantes en las fuentes relacionadas a los
periodos Preclásico y Clásico Temprano para algunas zonas de Mesoamérica, y
específicamente el área maya. En este capítulo distinguiremos las diversas formas y
composiciones con las que se representaba a la greca escalonada, describiremos los
contextos en los que se encuentra, haciendo una separación entre Contextos Generales
(éstos corresponden a los materiales sobre los que se realizó el trabajo artístico, así como
su ubicación espacial) y Contextos Específicos (en este caso se trata de la composición
iconográfica en la que se sitúa el símbolo de la greca escalonada). Por último se
localizará tanto espacial como temporalmente el desarrollo de la greca escalonada en sus
composiciones y contextos, especificando las igualdades y diferencias en dicho proceso.
Este capítulo esta dividido en 4 partes: en el primero se busca el origen formal de la
greca escalonada, en el segundo se abordaran las diversas formas y composiciones, los
contextos serán descritos en el tercer apartado y el cuarto está dedicado a definir los
tiempos y espacios en los que se encuentra la greca escalonada en la cultura maya.
ORIGEN FORMAL DE LA GRECA ESCALONADA
Ya Hermann Beyer en su estudio de la greca escalonada, había dividido
formalmente a este símbolo en tres elementos: la escalera, el gancho y el centro. En
nuestro análisis partiremos de la división propuesta por Beyer, pero en este caso
específicamente para el área maya, donde el tercer elemento es poco frecuente, salvo
algunas excepciones que en el apartado siguiente analizaremos. Así que nosotros hemos
48
decidido tomar para la descripción de la forma una división en dos partes; la escalera y
el gancho:
La mayoría de los investigadores coinciden en que la cultura olmeca irradió su
cosmovisión a varias sociedades mesoamericanas, cada una de ellas imprimirá su sello
específico, en este sentido la cultura maya puede considerarse como heredera de esa
tradición cultural. Entonces, es lógico suponer que el origen de los elementos que
componen la greca escalonada pueda encontrarse en las representaciones artísticas de
los olmecas y los llamados grupos olmecoides o de transición. Así, en Izapa para el
periodo Protoclasico encontramos monumentos de piedra en los que se pueden observar
en su mayoría escenas rituales, mitológicas y de poder político. En este mismo sentido
La Mojarra y Chalcatzingo serán de gran ayuda para encontrar los elementos que
buscamos. Veamos primeramente donde podemos localizar los Ganchos. Para el caso
del gancho contamos con una gran cantidad de monumentos en Izapa que demuestran
que fue notablemente utilizado por esta cultura. Solo algunos ejemplos para poner de
manifiesto esta afirmación:
49
En cada una de estas imágenes, observamos que un elemento compuesto por una
línea horizontal y dos ganchos en cada uno de los extremos aparece en la parte inferior
de las imágenes, sobre este elemento se encuentran representados personajes en escenas
rituales y al parecer, en la primera y la última, en un contexto mitológico. Es interesante
notar que el interior de este elemento con ganchos esta decorado con líneas y círculos
muy parecidos a los que Westheim menciona como característicos de la tierra (Figura
I.4). Ahora veremos las formas escalonadas.
Las formas escalonadas no son características del área maya temprana y entre los
olmecas no tenemos mayores representaciones al respecto, sin embargo en una tablilla
de piedra aparece una figura escalonada que para Enrique Florescano representa a la
primera montaña (Florescano 2004: 31). Nosotros consideramos que esta propuesta es
acertada debido no solo a la composición iconográfica en la que se localiza la imagen,
también por que esta forma es utilizada con posteridad por los teotihuacanos y
zapotecas para representar a las montañas.
De esta forma los escalones quedan ligados a las montañas y en este sentido a la
tierra. El monumento No 1 de La Mojarra también nos proporciona más pistas. Se trata
de una serie de � erat� que acompañan a una estela donde aparece un gobernante. En la
serie glífica de estilo epi-olmeca, en la columna “T”, podemos observar un elemento en
el que al parecer se encuentran reunidos los elementos que posteriormente conformaran
la greca escalonada.
50
En la figura que aquí presentamos ese elemento aparece resaltado con color
negro. Según Justeson y Kaufman este elemento puede leerse como earth (Kaufman y
Justenson 2001: 27), y efectivamente, los elementos que lo componen son muy parecidos
a los que posteriormente aparecerán desarrollados en el arte maya para designar a la
tierra.
El símbolo está compuesto por dos ganchos unidos por una línea que cobra una
forma escalonada, esta forma es conocida por los académicos como la hendidura de la
tierra o la abertura de la tierra.
Quizá el origen y la unión de estos dos elementos (Escalera y Gancho) se
desarrolla en el periodo Preclásico, como en el caso del monumento No. 1 de La
Mojarra, donde la escalera y el gancho se unen para construir un solo elemento formal.
A continuación reproducimos la Figura 4.3 del texto de Julia Guernseg (2006), en él se
presentan los motivos que durante el Periodo Preclásico funcionan como elementos para
designar a la tierra, en esta tabla podemos observar la continuidad formal entre el
Preclásico Medio y el Tardío (Guernseg 2006: 78).
51
Estos elementos iconográficos nos demuestran la continuidad formal y
conceptual que se tenía en el periodo Preclásico para designar a la tierra. Los ganchos
son con frecuencia utilizados, mientras que las líneas escalonadas no, sin embargo la
estela No. 1 de La Mojarra nos indica una ampliación del elemento terrestre, en ella
aparece el símbolo de los ganchos con una hendidura en su centro, lo cual sugiere una
adaptación no solo formal, sino también y principalmente conceptual. Entonces es
probable que de esta última forma se haya derivado la creación de la greca escalonada
en el periodo Preclásico Tardío.
52
FORMAS Y COMPOSICIONES
En este apartado abordaremos las diferentes formas y las consiguientes
composiciones que se producen por la combinación de los elementos formales de la
greca escalonada. Consideramos que la forma de la greca escalonada es la que
determina las diversas composiciones, la peculiaridad de este elemento más la constante
innovación de los artistas mayas hizo que nacieran las diversas formas que adopta la
greca escalonada. Esta relación ente formas y composiciones la iremos analizando y
ejemplificando a medida que describamos cada una de ellas. Hemos dividido este
apartado en 2 partes, en la primera describiremos las formas que a nuestro parecer
existen en el arte maya para la greca escalonada, en la segunda indicaremos cuales son
las composiciones que a su vez fueron utilizadas por los mayas. A continuación una
definición de lo que hemos de entender por forma y por composición:
Forma: apariencia externa de una cosa, aspecto en el que se expresa algo (Diccionario
Enciclopédico Océano: 2001). Es decir, como forma tomaremos los diferentes
movimientos lineales de los que se compone la greca escalonada como elemento formal
y estético.
Una línea ascendente, desplegada en intervalos regulares (en
este caso 3) hacia una dirección inclinada a la derecha, más o
menos a 30 grados, esta ascensión regular se irrumpe para
moverse horizontalmente por unos momentos, después de los cuales desciende
bruscamente para enrollarse sobre sí misma, todo en un claro aspecto formal de
contradicción de elementos.
53
Ahora veamos lo que entenderemos por composición:
Composición: Arte de agrupar las figuras y formas para conseguir el mejor efecto, según
lo que se haya de representar, modo, manera, uso. Manera de enlazar los giros o periodos para
expresar los conceptos y las imágenes (Diccionario Enciclopédico Océano: 2001).
Como hemos señalado, las composiciones serán básicamente la manera en la que
se usa la forma de la greca escalonada para realizar estructuras formales más complejas,
donde la forma de la greca escalonada queda determinada y determina a su vez la
composición que se va a utilizar. Como veremos en el apartado “Tiempo y Espacio”,
estos estilos corresponden a ciertos aspectos culturales e históricos, es decir, a tiempos y
espacios definidos y en ocasiones móviles.
Estos son ejemplos de composiciones desarrolladas en el Clásico Tardío y
Posclásico:
A esta manera de representar a la greca escalonada la hemos denominado
composición de Espejo. La composición tiene que ver básicamente con la manera en la
que el artista usa la forma de la greca escalonada para llevar a cabo un lenguaje visual
mucho más complejo. De esta forma analizaremos cuales son las composiciones
utilizadas por los artistas mayas.
Ahora que hemos explicado los significados de forma y composición, así como la
manera en la que emplearemos estos conceptos, pasaremos a la descripción de cada uno
de ellos, basándonos en las fuentes arqueológicas.
54
FORMAS
Antes de comenzar a enumerar y describir las diferentes formas que encontramos
en el área maya, es necesario aclarar un punto: las formas dependerán en primer
termino de la voluntad creativa del autor y de su intención; en segundo lugar, estas
formas estarán determinadas por la técnica y la superficie sobre la que se vaya a realizar
la representación, es decir, no es lo mismo pintar que esculpir, en cada uno de ellos se
necesitan diferentes técnicas y condiciones específicas. Adoptando el análisis formal que
hace Hermann Beyer, separamos los elementos que componen la greca escalonada en
Escalera y Gancho y describiremos en qué consisten cada una de sus formas, no sin
mencionar cuando sea necesario las relaciones entre estos elementos que conforman
una unidad.
ESCALERAS
Son fundamentalmente 3 las formas en las que se representan las escaleras y tiene
que ver básicamente con el número de escalones:
• 2 escalones
• 3 escalones (forma básica)
• Mas de 3 escalones
Existe una cuarta forma para la escalera pero ésta tiene una relación entrañable
con el gancho, así que la trataremos de manera separada y conjuntamente con la forma
del gancho. Aunque la división que hemos hecho para la descripción de las escaleras
tiene que ver esencialmente con el número de escalones que las componen, también
mencionaremos como en ciertas manifestaciones del arte, principalmente en la cerámica,
el movimiento de la línea puede cambiar, derivar de una línea recta a una curva o a
formas poco comunes, esto debido al manejo que el artista hace de su espacio, así como
también debido al desarrollo temporal y espacial de la cultura.
55
3 Escalones o Forma Básica
La forma básica de la escalera es con líneas rectas y con un numero de escalones
definidos (3), esta forma básica la hemos tomado, como es de suponerse, por que
aparece mayor numero de veces y en diferentes expresiones materiales (vasijas, murales,
arquitectura, estelas).
En esta imagen se observa que los escalones están
construidos por líneas rectas y cuentan con 3 peldaños, el
último de ellos forma a su vez el gancho. Como veremos,
en la arquitectura no hemos encontrado otra forma que no
sea la de líneas rectas (Fotografía de Stuart Rome).
2 Escalones
Aunque en menor medida, encontramos grecas escalonadas con solo 2 escalones,
éstas se encuentran principalmente representadas en cerámica y la encontramos una vez
en el códice de Madrid.
Podemos apreciar en ésta imagen (Foto:
Michael Carterwood) cómo, después del
primer escalón, el segundo se prolonga
formando así la parte del gancho, aunque por
la forma en la que se encuentra dispuesto el
primer escalón y la forma del segundo escalón-
gancho pareciera que se tratara de un solo
escalón con un gancho. Hemos tomado como
referencia para el análisis formal de la escalera
56
la ascensión de la línea en el dibujo, de tal forma que en esta imagen se cuenta con dos
ascensiones.
Más de tres escalones
Estas representaciones de la greca escalonada estarán presentes con mayor fuerza en la
arquitectura y en la cerámica. Estas formas cobran sentido al tener en cuenta la relación
que después analizaremos Monstruo Witz–greca escalonada. En la imagen aquí
presentada se reproduce la estructura
principal del sitio Rancho Pérez, Yucatán.
Podemos observar como la ascensión de la
línea por la escalera se vuelve más corta
debido al número de los escalones. En el caso
de la greca escalonada que se encuentra a un
lado de la puerta los escalones suman 4, pero
hay ocasiones en las que pueden ser muchos más como es el caso de las grecas que se
localizan sobre la puerta (Figura tomada de Baudez).
Escalera y gancho separados
Esta forma es muy poco socorrida, por lo menos solo la hemos encontrado en la
arquitectura de Uxmal y de Chichen Itza, en la primera responde a una manifestación de
ruptura e innovación artística, en la segunda esta forma esta adecuada a las exigencias
arquitectónicas del complejo monumental en el que se encuentra este símbolo. Como se
puede apreciar, esta separación gancho-escalera se hace evidente al seguir la línea
formal del símbolo, en la primera imagen asciende en dos ocasiones para que el tercer
escalón que a su vez formara el gancho, quede separado haciendo evidente que se trata
de dos elementos unidos para formar uno solo. Este tipo de forma corresponde a un
periodo tardío, el Posclásico, donde las innovaciones artísticas trascienden
principalmente en arquitectura. Así, cuando vemos la siguiente imagen proveniente de
57
Uxmal, nos percatamos que el artista juega con la visión del espectador, creando nuevas
apariencias; el gancho alejado ligeramente de la escalera queda unido espacialmente a
ella ya que la distancia entre los escalones y el gancho son idénticas en todas partes, la
propuesta del artista es esa línea que parece remarcar profundidad en la parte interna
del gancho.
En el caso de la imagen, que a continuación se reproduce, la forma separada de la
escalera y el gancho trata de pasar casi inadvertida, es obvio que el artista trató de que
esta ruptura no fuera evidente, su intención era mostrar a la greca escalonada en la
misma forma en que aparecen más abajo, pero su misma voluntad artística hizo que las
grecas de arriba tuvieran que ser separadas en dos partes para que pudiera realizar tal
creación arquitectónica. Esta complejidad arquitectónica será una de las reglas en las
principales ciudades del área maya en el periodo Posclásico.
58
Aunque la mayoría de las veces los
escalones que forman la greca escalonada
son en líneas rectas, también los hay
aunque en inferior medida de forma
redondeada y en menor escala en formas
“extrañas”, esto tal vez debido a que el
complejo artístico así lo requiere para
satisfacer la voluntad del artista.
Como podemos apreciar en este plato
funerario (K2995 –Justin Kerr) el ritmo de
las líneas tiende mucho más hacia las líneas curvas, esto queda claro en el centro del
plato y en la parte derecha de la imagen donde precisamente se encuentran las grecas
59
escalonadas. La parte izquierda es por voluntad del artista y por una condición
contradictoria, un espacio formado por líneas rectas, esta variación nos indica la gran
capacidad creadora del artista para producir efectos visuales en los espectadores, así
como su necesidad por establecer conceptos contradictorios y a su vez complementarios.
En esta cerámica policromada
perteneciente al Clásico Temprano
(K6221), que es por demás interesante,
encontramos unas series de grecas
escalonadas cuyos escalones están
formados por líneas rectas pero
ligeramente inclinadas, dando el aspecto
de ser puntiagudas; esta forma responde
muy probablemente a la voluntad del
artista al momento de trazar las líneas ya
que si ponemos atención las líneas
totalmente horizontales solo aparecen en las divisiones espaciales de las diferentes
imágenes representadas en esta cerámica.
GANCHOS
Recordemos en este punto que el gancho de la greca escalonada deriva de los
dobles ganchos unidos por una línea horizontal que representaban la tierra en el arte de
Izapa. Tal como en Izapa los bucles podían tomar formas completamente enrolladas y a
veces semi enrolladas, en el área maya sucederá lo mismo, los ganchos pueden tender a
enrollarse más o menos según lo quiera representar el artista, dependiendo también de
las relaciones formales del conjunto en que se encuentre.
60
Los ganchos forman un aspecto esencial en la relación forma-composición ya que
serán estos los que influyan en la utilización de algunas de las composiciones que
analizaremos en el apartado siguiente. Las formas de ganchos más recurrentes en el área
maya son: Enrollado Medio, Enrollado Total, y Curvo
Enrollado Medio
Esta forma del gancho es muy usada, tiene una forma parecida a una letra “C”
invertida, y tal como designamos en su nombre, este gancho no se enrolla totalmente
sobre sí mismo, su movimiento es mas corto y fino. Tal como hemos propuesto
anteriormente, las relaciones entre formas y composiciones son muy grandes en el caso
concreto de la greca escalonada, la forma del enrollado medio del gancho será utilizada
a su vez para componer lo que será la composición “contrapuesta”, tal como podemos
observar en las imágenes siguientes (Imágenes tomadas de: Verlag Philipp Von Zabern;
Schele and Miller), donde el gancho no solo no se enrolla por completo, sino que guarda
una distancia media en el total del espacio vertical de la greca para que de esta forma el
estilo “contrapuesto” pueda cobrar sentido al poder derivarse 2 grecas en sentido
invertido.
61
Enrollado Total
Se trata de un gancho que tiende a enrollarse sobre sí mismo en forma de espiral,
esta forma es bastante socorrida principalmente en arquitectura (Estructura principal de
Rancho Pérez. Imagen tomada de Baudez). La espiral que forma el gancho puede variar
prolongándose de acuerdo a la voluntad del artista.
Gancho Curvo
Aunque un poco inusual, esta forma está presente en su mayoría en la cerámica.
Puede comprenderse por medio del análisis formal que esta representación curva del
gancho corresponde a la voluntad creadora del artista. Cuando nos referimos a gancho
curvo, estamos haciendo alusión a la forma de la línea del gancho, esto es, en una
manera semi circular, sin ángulos, a diferencia de la línea recta, tal como podemos
observar en la imagen siguiente. Aunque solo contamos con un par de ejemplos de esta
forma no es para pensar que esta no se encontrara
difundida en el área maya, la mayoría de las veces la greca
escalonada con gancho curvo está acompañada por
escalones dispuestos en la misma forma, con ligeras
esquinas redondeadas, esto podemos concluirlo debido a
que en otras partes de Mesoamérica, como el valle central,
encontramos estas manifestaciones formales de la greca en
este sentido. La imagen representa uno de los ejemplos en
que tanto las escaleras como el gancho tienden hacia la
curvatura de sus bordes. (Foto de Michel Zabé).
62
FORMAS SINGULARES
Mencionaremos ahora representaciones poco usuales de la greca escalonada.
Aunque en menor medida de aparición estas formas nos ayudan a comprender que la
voluntad creadora proveniente de la imaginación del artista es una de las principales
causas formales. De esta manera puede haber un gran número de representaciones en
formas y composiciones sobre un mismo concepto, esto es lo que precisamente sucede
con la greca escalonada, puede alcanzar variaciones en la forma del gancho y de la
escalera, incluso hasta un punto mucho más abstracto, como en la siguiente imagen
(Fotografía toma de Justin Kerr).
En muchas ocasiones los ganchos pueden tender a ser más largos que los escalones,
otras veces los escalones pueden tender más hacia lo horizontal que hacia lo vertical. Tal
y como hemos mencionado la mayor variedad de formas se encuentra en la cerámica.
(Imágenes tomadas de Pérez-Rosales; Justin Kerr).
63
COMPOSICIONES
Encontramos que entre los mayas existe una constante a realizar
composiciones entre varios elementos simbólicos, esta complejidad aumenta a medida
que transcurre el tiempo y sirve principalmente como un método para enfatizar y
aclarar las relaciones que se representan en las diferentes escenas. Las composiciones
emanaran principalmente de las relaciones conceptuales que el artista quiera comunicar,
así como de su voluntad creadora. Las composiciones que encontramos son:
1.-Contrapuesta
2.-Reflejada
3.-Serie Horizontal
4.-Conjugadas
5.-Alternadas
6.-Serie Vertical
7.-Individual
Aunque estas composiciones pueden aparecer invariablemente en diversos
materiales, hay algunos que son más frecuentes en la arquitectura, como es el caso de la
greca escalonada en Serie Horizontal, o las Reflejadas.
Contrapuesta
La composición Contrapuesta está estructurada por una
serie de grecas escalonadas dispuestas en forma horizontal,
cada una de ellas guarda un ritmo específico en espacio y
movimiento; la forma peculiar de la greca escalonada al
colocarla en una serie lineal y dejando un espacio entre cada
una de ellas da cómo resultado una apariencia doble donde
las grecas escalonadas pueden verse contrapuestas, esto se
logra al establecer el fondo horizontal sobre el que van las
64
grecas de un color diferente al de la línea que se sobrepone al fondo. Esto puede
apreciarse en esta imagen donde una serie en color negro contrasta con otra en un color
más claro dando como resultado una de las composiciones más peculiares de la greca
escalonada; la composición contrapuesta (K2085).
Reflejada
Se trata de una composición muy peculiar debido a las relaciones conceptuales y
visuales que en él se encuentran, además en esta composición solo se utilizan dos grecas
escalonadas que pueden estar reflejadas de dos maneras diferentes, pueden encontrarse
reflejadas por el gancho o por la escalera (es en esta composición donde encontramos
uno de los principales elementos acerca del origen de la greca escalonada, debido a esto
trataremos este problema en el siguiente apartado de tiempo y espacio). El nombre de
reflejada nos parece el más adecuado ya que la sensación visual causada por esta
composición es parecida a la de un espejo.
Esta composición la hemos encontrado
principalmente en los complejos
arquitectónicos como es el caso de
Palenque y Labná. Ello no quiere decir
que no fuera aplicado en la pintura de
cerámica o de murales. Esta imagen
corresponde a una estructura de Dzibiltún
donde puede apreciarse claramente esta
composición (De La Fuente 2001).
65
Serie Horizontal
La serie horizontal corresponde precisamente a una línea horizontal de grecas
escalonadas, pero que a diferencia de la serie contrapuesta no pueden observarse otras
grecas inversas, ya que en esta composición las grecas horizontales no dejan el espacio
necesario para que se pueda apreciar la otra línea inversa característica de la
composición contrapuesta, es decir estas grecas están demasiado pegadas las unas de las
otras. Se encuentra presente principalmente en arquitectura, cerámica y grabados.
(K8798).
Conjugadas
Esta manera de representar a la greca escalonada esta representada con gran
frecuencia en los dinteles, esto puede deberse a que, como se vera en seguida, aparece
en la indumentaria de los gobernantes, la cual tiene que ser bastante ataviada. Se tratan
de grecas escalonadas representadas conjuntamente con otros elementos iconográficos.
En esta imagen (Schelle and Miller 2001)
podemos apreciar a la greca escalonada
conjugada con dos elementos más, la
secuencia es de una greca escalonada seguida
de la mitad de una cruz y una cuerda
anudada.
66
Podemos apreciar en este dintel de
Yaxchilán cómo la greca escalonada
que aparece en la vestimenta del
gobernante está conjugada al igual
que la imagen anterior con 2
elementos más, en esta ocasión la
secuencia es de un círculo más unas
bandas cruzadas, otro círculo y una
greca escalonada.
Alternadas
Esta composición a diferencia de la anterior (conjugada) aparece con más
frecuencia en la cerámica. Son grecas escalonadas que se encuentran intercaladas con
otro elemento. Aunque también lo encontramos en grabados.
67
En estas imágenes podemos observar lo que ya anteriormente mencionamos, en
el primer caso una gran greca escalonada está alternada con una especie de nudo. En la
segunda imagen las grecas escalonadas están seguidas por una composición de 2 puntos
en línea horizontal seguidos por varios puntos verticales a los que inmediatamente
sigue una flor de 4 pétalos con centro circular y cuatro puntos negros en cada uno de sus
pétalos, en seguida otros puntos negros se encuentran en forma vertical. Hemos tomado
esta imagen como un ejemplo de la composición alternada ya que consideramos que los
puntos negros dispuestos en manera horizontal y vertical forman un solo conjunto con
la flor de 4 pétalos, como resultado tendríamos únicamente 2 símbolos: la greca
escalonada y la flor en compañía de los puntos negros.
Serie Vertical
Esta composición es la más inusual en el arte maya, básicamente se trata de 2 grecas
escalonadas en serie vertical, aunque con variantes ya que a veces las grecas se tornarán
inversas o en posiciones “raras”.
En esta imagen de Uxmal aunque al parecer se trataba de una serie de grecas (más de 2)
en sentido vertical, aquí únicamente pueden apreciarse dos.
En esta vasija, que reproducimos a continuación, podemos ver otra de las variantes de
esta composición ya que son 2 grecas escalonadas en serie vertical, en este caso
invertidas (K7433).
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En esta otra vasija (K5211) apreciamos dos representaciones que enmarcan
escenas rituales, ambas están en serie vertical, aunque la posición de las grecas son
“extrañas”: en la de la izquierda, ambas grecas tiene formas poco ordinarias y podría
decirse que tal vez el artista no pudo medir bien el espacio ya que, en las de la derecha,
la primera greca puede apreciarse con claridad, pero la segunda que se encuentra
invertida está limitada por el espacio mientras que el gancho queda demasiado corto.
Greca Escalonada Individual
Esta composición es la más sencilla ya que
solo aparece una greca. En este mural de
Bonampak (De La Fuente 2001) podemos ver que
la greca escalonada aparece en la ropa de uno de
los combatientes, el tamaño de la greca se adapta
al tamaño del lugar donde aparece, ocupando casi
todo el tamaño de dicho espacio.
69
CONTEXTOS
En este apartado analizaremos los diversos contextos en los que aparece la greca
escalonada, para ello haremos una diferencia entre Contexto General y Contexto
Específico. En el Contexto General abarcaremos el lugar en el que se encuentra la
expresión artística como arquitectura, cerámica, dinteles, murales, estelas, etc. y la
relación que cada una de éstas guarda con la visión social, politica y cultural de la
cultura maya. Por Contexto Específico entenderemos el lugar que ocupa la greca
escalonada en la composición iconográfica donde aparece, los diversos elementos que la
acompañan y la relación que guarda con cada uno de ellos.
Los contextos generales son los lugares tanto espaciales como materiales donde
se encuentran las obras de arte mayas, en algunos casos los contextos harán referencia
también a las relaciones que mantengan las creaciones con la cosmovisión. En cuanto al
espacio nos referimos por ejemplo, en el caso de la cerámica, al lugar en el que fue
hallada, varios de los platos y cajetes tratados en esta investigación provienen de
contextos funerarios (Tikal, Uxactun, Monte Albán, etc.), también se analiza el uso al
que estaban destinados estos elementos. La arquitectura es tratada en un contexto
cosmogónico donde encuentra una relación directa con los elementos geográficos del
área maya. Los dinteles, estelas, murales y códices se agrupan también en un contexto
cosmogónico. Cada una de las fuentes cuenta con un respaldo histórico que
consideramos como amplio, esto nos permite comprender de una forma más simple y
directa las diversas relaciones entre las obras de arte y la vida de los artistas mayas y en
general nos proporciona una visión general de las creaciones artísticas en la cultura
maya. En este sentido cada uno de los contextos generales monumentos arquitectónicos,
cerámica, dinteles, estelas, murales y códices, están estudiados desde un contexto más
profundo, el histórico, lo cual permite una perspectiva muy completa del fenómeno
estudiado.
70
En seguida trataremos los contextos específicos que serán básicamente cuatro:
Militares, Palaciegas, Mitológicas y Rituales.
Militares
Esta figura (De La
Fuente 2001)
corresponde al
llamado Mural de
los Guerreros en
Chichen Itza. En éste
mural podemos apreciar una escena de combate, esta batalla se lleva a cabo en unos
cerros, debajo de ellos hay árboles y plantas. Resulta interesante apuntar que en el
extremo izquierdo del mural aparece representada una serpiente de cuyas fauces sale un
personaje con un escudo pero sin armas para la pelea. Desgraciadamente el mural está
deteriorado y no puede observarse el rostro y varias partes limítrofes, sin embargo
podemos deducir por las partes conservadas que los 3 personajes que aparecen del lado
izquierdo (el lado donde se encuentra el personaje saliendo de la serpiente), son los
rivales de los guerreros que aparecen representados sobre las montañas, además las
inclinaciones de sus cabezas nos hace recordar una de las clásicas batallas en las que un
ejercito se atrinchera en los cerros para poder emboscar a sus enemigos lanzando sus
flechas desde arriba, tal parece ser la escena. Ahora bien, en este mural los guerreros que
se encuentran en los cerros llevan sombreros, lanzas y escudos, al parecer todos llevaban
la representación de la greca escalonada, pero por el estado del mural solo puede
hacerse claramente evidente en 5 de ellos, la greca está dispuesta de forma vertical
ocupando casi todo el largo de los escudos.
71
En otro mural (De La Fuente 2001), esta vez en Bonampak, en el cuarto 2, aparece
representada una batalla, en la que claramente se observa como los señores (ricamente
ataviados) tienen agarrados del cabello a otros personajes que son los prisioneros, en la
parte media baja de esta imagen, se puede observar como un señor que lleva un traje
rojo y tocado de lo que parece ser un tapir también en color rojo, lleva una greca
escalonada a la altura del hombro, es una clásica greca escalonada de tres escalones, el
gancho es bastante prominente.
En ese mismo mural que ocupa todo el cuarto, y que se refiere al mismo
acontecimiento, aparece otra vez el mismo personaje
portando la greca, pero no nos detendremos otra vez
en él, ya que cerca de este personaje hay otro más que
está sometiendo al prisionero por los cabellos, además
de amenazarle con una lanza, este personaje lleva
tocado y lo que podría ser una faldilla, en la parte
superior de ésta a la altura de la cintura lleva una serie
de grecas escalonadas de color negro, sobre un fondo
blanco.
72
En la vasija K2206 del catálogo de Justin Kerr está representada una escena de
procesión militar, todos los participantes aparecen ricamente ataviados, la escena resulta
un tanto confusa, pero al parecer la parte principal de la representación se encuentra en
el centro, donde un personaje que lleva una lanza y un tocado de animal somete a otro
que tiene la cara pintada de rojo y ropa negra que a su vez tiene agarrada la lanza del
primero; mientras todo esto sucede la mayoría de los personajes de ambos lados
observan atónitos esta situación.
Lo interesante es que tal parece que el personaje que amenaza y mantiene tomado
de los cabellos a otro con la cara en color rojo porta una especie de fajilla donde pueden
verse representadas unas grecas escalonadas en color negro. Pero no es el único, a la
derecha se encuentra un personaje con un sombrero, donde pueden verse 2 grecas
escalonadas en color negro. Toda esta escena se encuentra detenida en una acción clave.
Otra parte interesante de esta imagen es que cerca de donde está este personaje con las
grecas escalonadas en su “sombrero” se encuentra en la parte inferior un mascaron del
Monstruo de la Tierra, aparece en segundo plano, detrás de los personajes que se
encuentran inmediatamente antes de él.
73
Palaciegas
Son varias las vasijas de la colección de Justin Kerr, que presentan a la greca
escalonada en escenas de palacios. La K5505, es una de ellas.
En esta vasija se encuentra representado un señor sentado al que se le ofrecen
regalos, del lado derecho del señor y pegado a él se encuentra un personaje también
sentado que ve a una mujer parada inmediatamente a su lado, esta mujer lleva consigo
un vaso que parece ofrecer al personaje que se encuentra sentado. Del lado izquierdo
puede apreciarse a 3 personajes, el que se encuentra más cerca del señor está
ofreciéndole un presente que este queda observando, mientras que más a la izquierda
un personaje sostiene una manta que un enano toca alegremente. Lo que resulta
interesante para nuestro análisis es que tanto la ropa que lleva puesta el personaje
sentado al lado del señor tiene en una orilla 2 grecas escalonadas; como la de la mujer
que se encuentra a su lado, las grecas aparecen en la orilla de su vestido. De la misma
forma en el lado opuesto de la imagen el personaje que sostiene la manta lleva en su
vestido una serie de grecas escalonadas, también la manta que sostiene y que el enano
acaricia tiene en su orilla una serie de grecas.
74
La vasija K868 muestra a un gobernante en su trono, junto con otros personajes
que parecen ser sus sirvientes.
El señor se encuentra sentado en su trono que tiene como base un mascaron del
Monstruo de la Tierra, justo enfrente de él se halla un personaje que le rinde pleitesía, de
su lado derecho el señor tiene a un personaje de alto rango, esto podemos concluirlo por
su atuendo, más hacia la derecha se encuentra un hombre sentado que conversa con otro
que se encuentra parado. Pasemos ahora a la descripción del trono del gobernante, en él
se encuentran el gobernante y quizá un miembro de la corte, sobre un fondo en color
blanco, enmarcado por una serie de grecas escalonadas del mismo color.
Mitológicas
Las escenas mitológicas son también uno de los contextos más frecuentes en los
que aparece representada la greca escalonada. En esta vasija, que reproducimos a
continuación: K2085, tenemos una escena que intercala dos elementos, por una parte se
trata lo que al parecer son aves del Inframundo, ya que después de una imagen de ave
sigue una representación de las aguas subterráneas, que aparecen enmarcadas por lo
que quizá sean estalagmitas. Bajo esta representación de las aves y del Inframundo, se
encuentran una serie de grecas escalonadas en composición contrapuesta.
75
En esta vasija (K1378)
podemos apreciar otra
escena mitológica, en la
que se representa a un
reptil que suponemos
saca fuego de sus fosas
nasales, detrás de este
animal se encuentra el
señor de la tierra, ya que
esta cargando a su nahual el venado, ambos personajes están viéndose en señal de
confianza y al parecer comunicándose. Sobre ellos en la parte superior de la vasija, se
encuentra una serie de grecas escalonadas.
Rituales
En la vasija K7433 encontramos otro de los contextos en los que puede
encontrarse a la greca escalonada: los rituales. Se trata de una escena bastante extraña,
del lado izquierdo se halla una mujer que esta en cuclillas, se mantiene en esta postura
mientras extiende su brazo izquierdo a la altura de la cara de un personaje fantástico
que tiene por rostro algo muy parecido a la cabeza de un pájaro, este segundo personaje
se encuentra de espaldas y en la misma posición que la mujer, alza su brazo derecho; en
el suelo entre los dos personajes se encuentra una de las formas en la que se representa
76
al Inframundo húmedo, es otra de las formas que adquiere el Monstruo de la Tierra.
Inmediatamente después de estos personajes se encuentran dos más, uno de ellos tiene
la misma cabeza de pájaro, pero esta vez su cuerpo es solo humano hasta la mitad, ya
que al parecer su parte inferior desde la cintura se convierte en algo inexplicable. Este
ser extiende una de sus manos hacia una mujer que se encuentra cerca de él, esta mujer
se halla de espaldas vestida con lo que parece ser un traje transparente, se encuentra
parada y observando al ser que antes mencionamos. En el extremo derecho de esta
imagen se encuentran dos grecas escalonadas, ambas se hayan en recuadros en sentido
vertical, pero en posiciones invertidas.
En la siguiente imagen se reproduce un Dintel de Yaxchilán, en él podemos
observar una escena del ritual de auto sangrado. El señor y la señora de Yaxchilán se
encuentran presentes en esta escena, ambos ricamente ataviados, el señor se encuentra
de pie sosteniendo una antorcha, esta posición que adquiere el personaje da la
impresión de que estuviera resguardando mientras se lleva acabo el ritual. Debajo de él
se haya la mujer que esta llevando acabo el ritual de auto sacrificio, al parecer se
encuentra arrodillada mientras pasa una cuerda con espinas por su lengua, la cuerda
termina en un cesto dispuesto para recoger la sangre del sacrificio, y es justamente ahí
donde aparece la greca escalonada, en el cesto, en él se encuentra la cuerda junto con lo
77
que podrían ser papeles manchados de sangre, el cesto
está decorado por una franja horizontal con un fondo
de líneas cruzadas, sobre este fondo de líneas se
encuentran dos grecas escalonadas, ambas están
intercaladas por un símbolo conformado por tres
cuadritos dispuestos en forma de T que en el centro
llevan un circulo. Este cesto esta cumpliendo con la
labor de contener la sangre tan preciada que en este
ritual es el centro culminante.
TIEMPO Y ESPACIO
El espacio en el que se desarrolla el símbolo de la greca escalonada abarca toda el
área de Mesoamérica, pero como ya hemos mencionado, nosotros nos ocuparemos de
manera más precisa del área maya y en concreto el espacio comprendido por el sur de
México (Chiapas, Yucatán, Quintana Roo, Campeche y parte de Guatemala. Las
ciudades antiguas de Tonina, Yaxchilán, Bonampak (Chiapas), Tikal, Uaxactun
(Guatemala), Chichen Itza (Yucatán), Dzibiltun (Campeche) y Uxmal (Quintana Roo)
serán los principales escenarios en los que se desarrolle su historia.
El periodo en el que se desarrolla el uso y creación de elementos artísticos utilizando la
forma de la greca escalonada en el área maya es a partir del periodo Clásico Temprano
(alrededor del 350-400 d. C.) y de ese momento hasta el Posclásico (quizá uno o dos
siglos antes del 1500 d. C.). Esto tomando como referencia las fuentes con las que
contamos y atendiendo a la observación hecha anteriormente en relación a los
78
problemas con que contamos en cuanto a trabajos y publicaciones arqueológicas de los
periodos tempranos en el área maya y en mesoamérica en general.
Las piezas arqueológicas más tempranas en el área maya con el símbolo de la
greca escalonada pertenecen al periodo Clásico Temprano, la fecha estaría entre 300-400
d. C.
Se trata de dos vasijas policromas (K6221) con acabados sumamente finos, en
ambos casos puede observarse una serie de grecas escalonadas en posición invertida (lo
cual resulta muy interesante) y en composición en serie horizontal. Las diferencias
radican en que la primera vasija tiene dos series de grecas escalonadas, una en la tapa la
otra en la base del recipiente. En el segundo caso solo tiene una serie de grecas
escalonadas y estas contienen un tercer elemento: un círculo en la parte que Beyer
denomina centro.
En el periodo Clásico Tardío la
greca escalonada se encuentra presente no
solo en la cerámica, también y de una
forma más completa en la arquitectura y la
escultura. Palenque y Yaxchilán serán por
ejemplo unas de las ciudades donde la
greca escalonada adquiere dimensiones cada vez más amplias y determinantes.
79
Quizá sea Toniná la ciudad del periodo Clásico Tardío que lleve a la greca
escalonada a su máxima expresión.
Para el periodo Posclásico la greca escalonada seguirá estando presente entre las
ciudades más poderosas de la Península; Chichen Itza y Uxmal ostentaran este símbolo
en las fachadas de sus principales edificios.
Una vez que hemos realizado la descripción de las formas y composiciones
usadas por los artistas mayas en la representación de la greca escalonada, así como las
diversas manifestaciones en el tiempo y el espacio, podemos adentrarnos en el
significado simbólico y comprender el origen, desarrollo y significado de la greca
escalonada. En el siguiente capítulo trataremos de comprobar nuestra hipótesis.
80
CAPÍTULO IV
EL SIGNIFICADO DE LA GRECA ESCALONADA
Este capítulo está dedicado al análisis iconológico en su último nivel, lo que
Erwin Panofsky denomina significado intrínseco (Panofsky 1972: 17), con ello buscamos
sustentar una nueva hipótesis acerca del significado de la greca escalonada. Para
nosotros la greca escalonada es una representación simbólica de dos de los conceptos
más importantes en Mesoamérica: la cueva y la montaña. Pero antes de pasar al análisis
y sustentar nuestra hipótesis en las fuentes y los estudios, creemos necesario presentar
algunos aspectos acerca de la importancia de estos dos elementos naturales en la vida y
la cosmovisión de los antiguos mayas, posteriormente observaremos que, debido a su
importancia, las montañas y las cuevas estaban presentes en todos los aspectos
artísticos, y finalizáremos con el análisis intrínseco de la greca escalonada.
IMPORTA�CIA DE LA CUEVA Y LA MO�TAÑA
La naturaleza como uno de los principales fundamentos de la cultura era
considerada por las primeras civilizaciones como un lugar sagrado. Basándose en un
largo proceso de observación e interacción, el ser humano pudo comprenderse como
parte de ese complejo sistema que representaba la naturaleza, su naturaleza. En su
andar la humanidad obtuvo suficientes elementos para integrar un pensamiento
actuante, denominado cultura, por medio de ella dio sentido a su vida, pero sobre todo
a la muerte. No es para nada asombroso que el medio natural en el que se desarrolla
cierta cultura sea determinante para el crecimiento intelectual de una u otra manera,
tampoco que los elementos de la naturaleza sean los principales componentes que
sostengan toda la percepción de los individuos que la habitan. Así, para los mayas eran
las montañas y las cuevas los componentes esenciales de su cosmovisión, por medio de
81
estos dos elementos los antiguos mayas construyeron una de las civilizaciones más
impresionantes y complejas de la antigüedad.
En el siguiente pasaje se describe el momento en que surgen las montañas del
mar primigenio, este es el inicio de la vida en la tierra, el lugar que habitarán los
humanos surgió del agua, las montañas fueron las grandes creaciones, las que darían
sentido a la geografía sagrada en Mesoamérica.
Entonces salieron del agua las Montañas: al instante salieron las grandes montañas
(Asturias y González 1998: 15).
Entre los antiguos mayas las montañas fungen un papel importante al mantener
al universo en orden. Alejandro Sheseña señala que entre los antiguos mayas son 4 las
montañas que impiden que el universo colapse (Sheseña 2006: 146). Esta era una
interpretación más profunda, pero existen otras notablemente pragmáticas y vitales en
el ejercicio cotidiano de la vida, las montañas también mantienen a los humanos a salvo
de las inclemencias naturales, estas cuatro montañas marcaban un perímetro en el que
los seres humanos se encontraban protegidos (Bassie 2002: 5). Pero esta forma de
concebir el mundo no era única del área maya, esta visión se extendía a toda
Mesoamérica e incluso a toda la América Precolombina. David Grove menciona que una
de las principales características de Mesoamérica es considerar a los elementos de la
naturaleza como seres vivos, cada uno de ellos guardaba en sí a importantes espíritus
(Grove 2007: 31). De todos los elementos naturales y geográficos las montañas eran
probablemente las más importantes ya que eran vistas como morada de los ancestros
(Sheseña Hernández 2008: 2002), a ese lugar se accedía por medio de una cueva
(Sheseña Hernández 2006: 76, Vogt y Stuart 2005: 179). El ser concebidas como morada
de los ancestros revela la gran importancia que estas formaciones geográficas tenían en
la cosmovisión prehispánica. Debido a sus características muchas de las montañas que
se encuentran en Mesoamérica cuentan con formaciones cavernosas que la mayoría de
82
las veces se extienden suficientes metros como para convertirse prácticamente en
laberintos perdidos en la oscuridad, realmente podemos sentir que ingresamos al
vientre de la tierra, a un lugar místico, los sonidos y las visiones se transforman. The cave
was the transition zone from the safe human space on the surface of the earth to the dangerous
supernatural space of the gods (Bassie 2002: 4). Las montañas y las cuevas no fueron vistas
únicamente como el lugar de entrada y morada de los seres sobrenaturales y de los
ancestros, también se concebían como el lugar donde el ser humano fue creado, el lugar
donde se crearon los astros e incluso los seres divinos proviene de ahí (Heyden: 18), es el
sitio de comunicación por excelencia, lugar donde la vida y la muerte se unifican y
recrean la existencia del hombre y la naturaleza.
En el interior de la montaña permanecen los espíritus regeneradores de la vida,
de ella provienen los manantiales, las plantas e inclusive la lluvia, la montaña era
equiparada a una enorme olla que se encontraba en el lugar de los muertos, esta olla se
encontraba resguardada por el dios de la lluvia quien vertía el líquido sagrado a los
humanos y que llegaba hasta la superficie por medio de las cuevas en las montañas
(López Austin 1999: 40, Baudez 2002: 244). Pero aunque la tierra fuera el lugar de origen
de toda la vida, también lo era de la muerte.
En contraste con este aspecto húmedo y fértil, la tierra es asimismo morada de
los difuntos y del sol nocturno, y esta habitada por tres jaguares solares, deidades de la
guerra y de los sacrificios sangrientos. Estos últimos no solo alimentan al sol y a la tierra,
sino también al universo entero, que gracias a ellos puede funcionar normalmente
(Baudez 2002: 151).
Así las montañas y las cuevas son lugares tanto de vida como de muerte, sin
lugar a duda elementos sagrados y trascendentales, tal es así que aun después de la
conquista y del sometimiento sufrido durante la colonia, los pueblos que descienden de
los mayas continúan esta antigua tradición de veneración a los elementos sagrados de la
83
naturaleza, y la montaña sigue estando presente en sus rituales (Vogt 1992: 74) y en su
visión del mundo como un elemento que configura el paisaje geográfico en el que habita
pero que también da sentido a su existencia en la tierra. David Grove menciona que sus
informantes de Acatlán le mencionaron que en época de lluvias el agua que se guardaba
en la cueva a menudo se desbordaba formando una cascada hasta sus milpas (Grove
1970: 31). Esta imagen ejemplifica grandiosamente la importancia de las montañas y las
cuevas y su permanencia en el pensamiento americano a través de los milenios.
Dado que la montaña y la cueva en la visión prehispánica forman parte de un
mismo complejo elemental como manifestación de la tierra (Stone 1995: 32), desde este
momento utilizaremos el concepto “Cueva-Montaña”.
REPRESE�TACIO�ES ARTISTICAS
Ahora veremos cómo en las diferentes manifestaciones artísticas pueden
encontrarse alusiones a estos aspectos terrestres. El complejo Cueva-Montaña es más
evidente en la arquitectura y la escultura, nuestro propósito es mostrar que también se
encuentra en otros elementos artísticos en forma de greca escalonada, pero antes de ello
analizaremos las diversas representaciones de este complejo en el arte prehispánico.
La presencia de estas representaciones se remonta a épocas tempranas, las
manifestaciones artísticas que se relacionan con la tierra están presentes en el altar 4 de
La Venta (900-800 a. C. Preclásico Medio). Este “altar” representa una cueva, desde la
cual se asoma un dignatario olmeca, podemos asegurar que se trata de una cueva
debido a las imágenes que acompañan al conjunto, alrededor de la entrada están unas
plantas que identifican a ese lugar como un espacio lleno de vitalidad (agua), además
sobre la entrada de la cueva se observa la faz de un jaguar, animal que entre los olmecas
simbolizaba la tierra, también tenemos el hecho de que el personaje representado se
encuentre entre ambos espacios (dentro y fuera) de la cueva (Figura IV. 1). Esta idea es
84
reforzada por las manifestaciones artísticas de Chalcatzingo. El monumento numero 9
de este sitio (entre los años 750-500 a. C. Clásico Medio), es una laja de piedra labrada
que se encontraba en posición vertical y su utilidad residía en ser una portal hacia el
Inframundo, los elementos iconográficos así lo manifiestan, la totalidad de la obra
representa las fauces de un felino, alrededor de ella se representaron plantas para
simbolizar la fertilidad proveniente de la cueva (Figura IV. 2). Lo más interesante es
cuando se aprecia que las fauces del llamado monstruo terrestre son representadas por
líneas concéntricas que adquieren una forma de cruz, esta forma se hace totalmente
evidente cuando se aprecia el centro de la boca donde intencionalmente se hizo una
abertura completa para expresar precisamente el sentido antes descrito: ser la entrada
hacia el Inframundo. Para nuestra suerte no es el único ejemplo con el que contamos, ya
que en el mismo sitio se encuentra el Monumento 1, esta vez la relación con la cueva es
más que evidente, la imagen fue grabada sobre una de las paredes de la montaña, la
semejanza con la representación anterior es grandiosa, se trata del mismo ser, la variante
es la visión desde la que se le percibe, en esta ocasión se aprecia una cueva representada
por las fauces del felino, vista desde un ángulo lateral y no frontal como el anterior, las
plantas que representan la fertilidad también se encuentran presentes, la forma de cruz
se ve interrumpida debido a que en esta ocasión lo importante es resaltar la imagen del
gobernante, el cual se encuentra sentado dentro de las fauces del monstruo de la tierra,
aun así la forma cruciforme de las fauces quedan completamente sugeridas (Figura IV.
3). Lo interesante de estas manifestaciones artísticas se encuentra en la asociación
simbólica que se hace entre varios conceptos, que al fin de cuentas forman parte de un
mismo elemento esencial: la vida. Es decir, la fertilidad, la abundancia y el poder. Esto
es confirmado por los demás elementos que integran la obra grabada en la piedra de
Chalcatzingo: justo arriba de la cueva (fauces felinas) se pueden observar nubes y lluvia,
las plantas crecen, el viento emerge de la cueva en la montaña y el gobernante parece ser
parte de todo ese movimiento vital, de hecho la actitud que representa es totalmente de
autoridad, sentado dentro de la cueva mientras todo a su alrededor se llena de la
energía renovadora de la vida.
85
En Izapa podemos observar el mismo elemento cruciforme, y si analizamos un
poco más, encontraremos que las relaciones parecen ser las mismas. Además de este
elemento encontraremos otras formas de representar a la tierra. En Izapa se encuentran
cruces así como elementos “T”, el cual representa también a la tierra, se trata del mismo
elemento iconográfico (cuadrifolio) únicamente que adaptado a nuevas condiciones
estilísticas y referenciales. Veremos que pueden utilizarse para representar la misma
esencia los ganchos que con frecuencia aparecen en las escenas de las estelas de Izapa,
parecen representar a la tierra aunque únicamente como referencia espacial.
En el arte maya del periodo Clásico los elementos artísticos se combinan
formando una fastuosa gama que enfatiza el contexto en el que se sitúa la composición,
al mismo tiempo que revelan el carácter esencial del complejo y muestran las diversas
relaciones entre los elementos, por ejemplo en una de las imágenes de cerámica
perteneciente al Clásico Temprano que Hellmuth analiza en su texto (1987) (Figura
IV.5), se aprecia un plato decorado con una combinación de elementos que representan
el aspecto fértil del Inframundo, tanto la composición formal como la conceptual
guardan una estrecha relación; las líneas en su totalidad ondulantes nos recuerdan que
el Inframundo húmedo es un espacio en constante movimiento, el agua y las plantas son
el medio en el que se desenvuelve la vida, la fertilidad constante de este lugar sagrado
se encuentra manifestada en las imágenes de los reptiles y los peces, así como en la
armonía que configura la escena. Una de las conclusiones a las que llega Hellmuth es el
hecho de que la mayor parte de los elementos artísticos de la cerámica en los periodos
Protoclasico y Clásico Temprano están enfocados al Inframundo, apoyamos la idea
evidente del autor y basándonos en ella podemos afirmar la gran importancia que
tenían estos elementos (la cueva y la montaña) en las manifestaciones artísticas y por lo
tanto en la vida y el pensamiento mesoamericano. Los jaguares siguen representando el
Inframundo, su aparición es constante en el arte maya, lo que puede apreciarse con
claridad en las variadas imágenes del texto de Hellmuth (Figura IV. 4). Solo para
ejemplificar lo mencionado, analizaremos brevemente la imagen 162 de dicho texto, en
86
ella podemos observar las claras alusiones al mundo subterráneo, el Inframundo en su
aspecto húmedo se encuentra genialmente plasmado en este plato, el movimiento de las
líneas, la agitación es contagiosa, elementos vegetales se enlazan y deslizan sobre
cuerpos de cocodrilos, pescados y seres sobrenaturales, el agua está representada por
una franja que corre paralela a la escena principal, se tratan de elementos circulares que
se siguen unos a otros, su aparición en el centro del plato es para reafirmar que se trata
de una escena que ocurre en aquel lugar tan fértil y húmedo como lo es el Inframundo,
una línea de agua que corre lo identifica como tal (Figura IV. 5). Las imágenes 172-175
son tomas diferentes de una tapa decorada con bellos elementos que remiten a la vida, al
agua, a la tierra. Observamos a un sapo que sale entre elementos que aluden a los
vegetales y al agua, aunque estos elementos se encuentran ligeramente modificados por
el artista debido a que la intención (como sucede la mayoría de las veces con el arte
maya) es doble, por una parte quiere recalcar el aspecto húmedo al cual pertenece la
criatura anfibia, y por la otra esos mismos elementos se configuran de tal forma que
parecen adoptar por su distribución una abstracción de lo que podría denominarse faz
vital y, en este sentido, una faz terrestre. Esto puede entenderse cuando finalmente
contemplamos que todos estos elementos se encuentran enmarcados por una línea
superior cuadrilobulada, una vez más observamos la utilización de este elemento para
denotar la entrada al Inframundo y el surgimiento de la vida (Figura IV. 6).
Como ya habíamos mencionado, los elementos artísticos presentes en el Clásico
se multiplican y se relacionan entre ellos creando una trama de exquisito valor
iconológico y sensitivo. La cueva será constante, no olvidemos que la montaña está
implícita en esa idea, ya que la cueva es la boca de la montaña (Figura IV. 7), y la
montaña es el jaguar, es el lagarto, es el Monstruo de la Tierra, así ambos elementos son
parte esencial de un mismo ser: la tierra. Cauac o el Monstruo de la Tierra es
representado recurrentemente en las estelas, vasijas, e inclusive y con mayor ostentación
en la arquitectura. Los elementos que lo componen son las marcas del símbolo Cauac (de
ahí su nombre): unas volutas en forma escalonada que marcan precisamente la
87
hendidura frontal de dicho ser, esta hendidura representa precisamente la entrada al
Inframundo (Figura IV. 8). En una de las vasijas fotografiadas por Kerr (K1003),
podemos apreciar un ritual de sacrificio, la escena esta compuesta por un ser descarnado
que extiende los brazos para recibir el sacrificio, que al parecer es un niño jaguar que se
encuentra posado precisamente sobre un mascaron terrestre, el sacrificio se dirige
específicamente hacia la tierra, un personaje que bien podría ser un sacerdote
personalizando a un ser sobrenatural sostiene las herramientas para el sacrificio, un
jaguar que se encuentra inmediatamente detrás de él presencia el acto sublime de la
muerte que regenerara las fuerzas cósmicas. Alrededor de toda la escena una serie de
imágenes que manifiestan la vitalidad de este rito completan la imagen mágica de la
naturaleza (Figura IV. 9).
Estas manifestaciones artísticas acerca de la tierra como ser viviente y en
específico de la cueva y la montaña no son exclusivas del área maya, en el altiplano
central también encontramos una variedad de formas que los representan. Entre los
zapotecas las imágenes de la tierra también son recurrentes, por ejemplo, en la Figura
IV. 10 se puede ver que el personaje está sentado sobre la tierra, representada ésta por
una forma de T invertida, en escalones decrecientes, tal y como se manifiesta en
Chalcatzingo, Izapa, y el área maya. El personaje puede ser una alusión a la Madre
Naturaleza, ya que lleva un tocado que remata en una mazorca, o también podría ser un
sacerdote que se identifica con el poder de la naturaleza. En Teotihuacan una imagen
escalonada flanquea por ambos lados a lo que podríamos considerar una representación
de Tláloc, el ser sobrenatural que se encarga de proveer el liquido sagrado a los
humanos. Como ya mencionamos, el dios de la lluvia y la lluvia misma vienen de la
cueva en la montaña, las figuras escalonadas estarían haciendo clara alusión a las
montañas donde habita este ser divino (Figura IV. 11). Los elementos iconográficos se
expandieron y se encuentran en toda Mesoamérica. Entre los aztecas encontramos una
espléndida escultura que representa a Xochipilli, el ser sobrenatural que encarna el
canto y las plantas hermosas. Su cuerpo se encuentra adornado por flores, según
88
algunos autores estas imágenes en su cuerpo y alrededor de toda la escultura son
plantas alucinógenas o por lo menos de uso ritual, la magnifica expresión de Xochipilli,
parece corroborar esta idea. Lo que es evidente es que Xochipilli se encuentra sentado
sobre la Madre Tierra que está representada no solo por el personaje y las plantas, sino
por el elemento inferior de la escultura, son ganchos, los mismos que se encuentran en
Izapa y Kaminaljuyu, este elemento designa pues a la tierra como la gran benefactora
del ser humano, proporcionándole todo lo necesario no solo para la subsistencia sino
inclusive el propio conocimiento (Figura IV. 12).
EL SIG�IFICADO DE LA GRECA ESCALO�ADA
El análisis que a continuación presentamos ha sido dividido para su mejor
exposición y comprensión en dos partes, la primera de ellas comprende el significado de
la greca escalonada por medio del análisis de las fuentes arqueológicas, utilizando
básicamente los monumentos arquitectónicos y la cerámica. Las composiciones que se
presentan en estos contextos nos ayudaran a hacer evidente el significado del símbolo en
cuestión, en este análisis utilizaremos fuentes de diversos periodos, ya que será por
medio de la forma como encontraremos el significado más directo de la greca
escalonada. En la segunda parte de la interpretación presentaremos lo que a nuestro
parecer es la evolución tanto formal como conceptual e ideológica de la greca
escalonada, en esta parte también abordaremos más contextos y presentaremos las
relaciones históricas de la greca escalonada con la cultura maya. Estos dos apartados son
en realidad uno solo, pero necesariamente diferenciados para poder comprender con
mayor magnitud el significado y la importancia de la greca escalonada entre los
antiguos mayas.
En el capítulo I mencionamos a Francois Baudez como uno de los autores que
trata aunque de manera indirecta y parcial el significado de la greca escalonada, aquí lo
retomaremos ya que es el que hasta ahora se ha acercado con mayor precisión al
89
significado en su análisis iconográfico de un recinto de la antigua ciudad de Palenque
(Figura IV. 13). Reproduciremos aquí parte de lo que Baudez menciona ya que es
decisivo para adentrarnos en el significado:
Resulta claro que la doble greca escalonada reproduce la hendidura frontal del monstruo
terrestre… En caso de que la greca escalonada represente efectivamente el acceso al mundo
subterráneo y de que los T sean signos de fertilidad, se puede proponer la hipótesis de que el
conjunto expresa la fertilidad proveniente de las entrañas de la tierra, respaldada por los motivos
adicionales… la franja esta decorada con líneas dobles cruzadas y signos del jade, y concluye con
el signo Na y un elemento vegetal tripartito (Baudez 2004: 135).
Efectivamente, tal como supone Baudez, la greca escalonada en composición
reflejada (como nosotros la hemos clasificado, y que Baudez denomina doble) representa
la abertura de la tierra, el descenso al Inframundo. Pero analicemos detenidamente el
complejo que aquí se nos presenta: en primer lugar el contexto externo en el que se
presenta la representación que estamos analizando se encuentra en uno de los muros de
una construcción en piedra, esta obra arquitectónica se encuentra en el complejo
arquitectónico central de la ciudad, es decir el centro ceremonial, con mucha
probabilidad este recinto estaba dedicado a celebrar ritos en su interior, las imágenes allí
grabadas, tendrían que ver directamente con los rituales celebrados en el edificio.
Ahora, en un sentido más preciso analizaremos la iconografía representada en el muro.
A primera vista, las formas adquieren una movilidad muy sutil, una visión más
profunda revela una intensidad mayor, la hendidura de la tierra esta representada por
dos grecas escalonadas reflejadas y unidas por sus escalones, comprendiendo
precisamente una unidad que en este caso es indivisible. Si observamos con atención el
interior de las grecas podremos percatarnos que está decorado por una serie de
pequeños círculos unidos, la mayoría de dos en dos, solo en el centro se presentan tres,
estos pequeños círculos nos recuerdan a los elementos que representan al Monstruo de
la Tierra, Cauac. En el espacio interior que forman los ganchos pueden verse elementos
90
en forma de T que en realidad se extienden para formar una cruz por medio de otros
elementos formales, estos están presentes en ambos ganchos. Estas grecas escalonadas
que configuran la hendidura de la tierra se encuentran en primer plano, de sus extremos
laterales parecen emerger plantas, su decoración es profusa y elaborada (en general todo
el complejo iconográfico se encuentra en total simetría), sobre estas plantas muy
pegadas a las líneas del símbolo se observan dos criaturas, una a cada lado, su cuerpo
parece el de un ave pero su rostro cobra un aspecto reptileano, aunque esto puede
deberse al tamaño y al estado de conservación, lo mas probable es que se trate del ave
conocida como Cormorán, seres que habitan en las cuevas y que representan el
Inframundo. Justo arriba de la hendidura formada por las grecas escalonadas puede
apreciarse en un segundo plano dos elementos T, tal como Baudez ha descubierto, estas
T representan la fertilidad de la tierra, es más, a la tierra fértil. Ambos elementos tienen
en sus extremos las mismas plantas antes mencionadas, sobre la parte superior de estas
T se observan a las mismas criaturas (Cormorán), están paradas sobre elementos que
muy probablemente tengan una relación directa con la fertilidad. La única diferencia de
los elementos T, es que uno de ellos es completamente oscuro en su interior,
representando así la oscuridad que domina en el interior de la tierra. En cambio el
elemento de la izquierda presenta en su interior los mismos círculos pequeños que
aparecen al interior de las grecas escalonadas y justo en el centro una T más delgada
pero que contrasta y revela una visión más expresiva del complejo iconográfico. Por
todo lo anterior podemos considerar la propuesta hecha por Baudez como correcta, el
complejo iconográfico aquí presentado revela el aspecto fértil del Inframundo que en
esta ocasión aparece representado por una greca escalonada reflejada. Así el
monumento arquitectónico en el que se encuentra esta expresión queda identificado
como un lugar sagrado y donde probablemente se llevaran a cabo rituales para
propiciar la fertilidad.
Este ejemplo en Palenque nos abre el panorama para poder interpretar otros
monumentos arquitectónicos en el área Maya. Es el mismo Baudez quien menciona:
91
Aunque los estilos arquitectónicos en Yucatán utilicen con profusión la greca escalonada como
motivo, la combinación de dos motivos podría reproducir intencionalmente la hendidura frontal
del monstruo terrestre, tal como sucede en el costado oriental de la puerta monumental de Labná
(Baudez 2004: 77).
La puerta de Labná es un portal monumental construido sobre una plataforma
que en el centro tiene unos escalones que conducen a la entrada, a ambos lados de la
puerta podemos ver dos grecas escalonadas en composición de espejo, al igual que en
Palenque, estos elementos están presentes para representar la hendidura de la tierra, el
Inframundo (Figura IV. 14). Ambos elementos son grandes y llaman la atención, todo a
su alrededor está presente para recalcar a estos símbolos. Ambos lados están resaltados
por los elementos decorativos, la forma en la que fueron dispuestos nos recuerda al
estilo característico de Uxmal, no obstante la sobriedad está presente con mayor fuerza
en Labná. Enmarcando en los lados superior e inferior de las grecas escalonadas se
encuentran lo que bien podrían ser consideradas como representaciones de montañas,
abajo elementos repetitivos en forma de triángulos sucesivos creando una banda; si nos
acercamos podemos apreciar que estos triángulos están compuestos por líneas que van
ascendiendo a manera de pequeños escalones. En la parte superior se repite pero en esta
ocasión se colocan los elementos de tal forma que contrastan con los de abajo, ya que las
líneas están marcadas por la contrariedad del vacío que cobra forma en el ritmo. Así el
portal de Labná es significativo para el resto de las construcciones a su alrededor, ya que
marca el tránsito hacia el poder.
Xlapak es un sitio que también presenta decoraciones simbólicas en sus
edificios, en esta ocasión se trata de un templo, hay que recordar que los templos eran
considerados como montañas, como cuevas, lugares sagrados que eran una extensión
cultural de la tierra como madre. Pues bien, el templo principal de Xlapak está decorado
con mascarones terrestres que acentúan su calidad de elementos naturales como cerros y
cuevas. Dos grandes mascarones superpuestos vigilan la entrada izquierda del
92
complejo, un poco más a la derecha se encuentra nuevamente dos grecas escalonadas en
composición reflejada, manifestando una vez más que el recinto en el que se encuentra
representa un lugar sagrado y la entrada al Inframundo. Más a la derecha, en uno de los
flancos que se conservan, una serie de mascarones terrestres terminan de acentuar la
calidad del edifico (Figura IV. 15). Hasta ahora las representaciones de la greca
escalonada que hemos analizado se encuentran en composición de espejo y además
unidas formalmente por los materiales con los cuales fueron construidos, sin embargo
Yucatán nos brindara más ejemplos de cómo el arte prehispánico soluciona e incrementa
las posibilidades de expresión.
La estructura principal de Rancho Pérez presenta a la greca escalonada en una
composición diferente, en esta estructura puede obtenerse la evidencia necesaria para
comprobar que la greca escalonada es un elemento derivado en primer momento de la
forma característica de la hendidura terrestre, como ya hemos mencionado esta
evolución será tratada en la segunda parte del análisis (Figura IV. 16). Francois Baudez
en el análisis de su interpretación acerca de las “T” menciona brevemente que este
edificio Yucateco se encuentra adornado con motivos que remiten al monstruo terrestre y
consagran el edificio como imagen de la tierra (Baudez 2003: 58).
En la imagen presentada por Baudez pueden observarse 3 grecas escalonadas.
Justo sobre la puerta del edificio se encuentran 2 de ellas, se encuentran reflejadas
indicando, como en los anteriores ejemplos, que se trata de una composición que
representa a la hendidura de la tierra, lo interesante es que en esta ocasión las grecas
escalonadas no se encuentran unidas sino individualizadas, esta irrupción en la
conceptualización de la abertura terrestre nos brinda un excelente ejemplo de cómo el
artista prehispánico podía utilizar los recursos formales para expresar una visión más
compleja y abstracta. La voluntad creadora en este caso nos ha brindado un gran
ejemplo para comprender las diversas composiciones y poder acentuar el significado de
este símbolo. A la izquierda de la puerta se encuentra otra greca escalonada, pero en
93
esta ocasión está presentada de manera individual, el juego visual del que forma parte y
que permanece en todo el complejo presenta una mayor tensión entre los elementos de
mayor tamaño y los mas pequeños, en este caso la greca escalonada aparece en un
tamaño considerablemente mayor, podríamos decir que es propiamente el elemento
principal de la fachada, tanto en la composición en espejo que se localiza sobre la puerta,
como la que permanece a la izquierda de la misma. Ambos elementos estarían
consagrando al edificio como terrestre y en los dos casos expresando las propiedades
funcionales del mismo y formalizando el portal al Inframundo. El hecho de que la greca
escalonada de la izquierda se encuentre de manera individual confirma el significado de
la misma. En este caso el gancho de la greca escalonada es más enrollado que en todos
los ejemplos anteriores, en sus escalones aparece una cruz con un punto en el centro. Por
arriba y por debajo de la greca escalonada está presente una serie de “T” que
terminarían por confirmar lo que Baudez ya ha notado.
Dzibiltun, Campeche. La estructura dos de este sitio aporta más elementos para
confirmar el significado de la greca escalonada, en ella puede verse cómo dos pares de
composiciones flanquean la entrada, ambas son idénticas (Figura IV. 17). Estas
composiciones comparten las dimensiones del alto de la puerta a la mitad, en la mitad
superior las grecas escalonadas están expresadas en composición de espejo, sus escaleras
están unidas en el primer escalón, una vez más esta composición se encuentra
manifestando al edificio como imagen de la tierra, y en este caso particular como la
hendidura del monstruo terrestre. Es de suma importancia hacer notar que los escalones
y el “espacio” entre ellos expresan otro de los símbolos que representan al Inframundo.
Tal como lo ha demostrado Baudez, la forma de T que aparece en este caso por la unión
de dos grecas escalonadas reflejadas por sus escalones está manifestando precisamente
su filiación con el aspecto fértil del Inframundo ya que este elemento T sirve también
para representar al viento ik que, como ya hemos mencionado anteriormente, surge
también de la cueva. Y es precisamente en este caso en concreto donde podemos
observar lo que planteamos en el capítulo II acerca del arte prehispánico en cuanto al
94
juego de visiones y la complementariedad de los elementos y sus relaciones intrínsecas
ya que las formas complementarias de la abertura de la tierra y del elemento que
designa al viento también tienen un relación conceptual: justo como el viento surge de la
cueva, el elemento T surge de las dos grecas escalonadas en composición reflejada por
sus escalones que representan la abertura terrestre, como si se tratase de un tetris. De
esta manera la relación entre las T y la greca escalonada queda indudablemente ligada
tanto en forma como en significado.
En la parte inferior encontramos dos grecas escalonadas en composición de
espejo, aunque en este caso están reflejadas por el gancho, brindando una forma
singular, lo más relevante para nosotros es el hecho de que una vez más puede verse
que la greca escalonada puede ser representada de tal manera que nos recuerda a otras
manifestaciones de este símbolo en diferentes fuentes. La estructura de Dzilbiltun,
puede ser comprendida al igual que en los ejemplos anteriores como la entrada al
Inframundo.
En el Codz Pop, edificio de estilo Puuc de la antigua ciudad de Kabah,
encontramos una serie de grecas escalonadas que decoran este edificio que parece ser
uno de los principales, esto debido a su tamaño y a que en su interior se encontró una
escultura conocida como “El rey de Kabah”. Este gran edificio tiene varias entradas y
está completamente decorado por mascarones terrestres (Baudez 2004: 72), la decoración
es fastuosa y la greca escalonada es parte de ella. Una franja de grecas escalonadas
adorna la parte superior del recinto, la forma en la que están presentes resaltan la
fachada del edifico, parecen estar superpuestas y muy estilizadas, acompañando con
igual intensidad a los mascarones que caracterizan a este edifico como el lugar sagrado,
como el Inframundo (Figura IV. 18).
Mascarones similares están presentes en Chichen Itza, aunque en este caso aun
existe una discusión en torno a la manifestación de estos mascarones. Baudez propone
95
que se trata del monstruo terrestre (Baudez 2004: 83), mientras que Sharer considera que
se tratan de representaciones de Chac (Sharer 1999: 508), aunque ambas afirmaciones
son posibles, nosotros nos inclinamos por la que considera que se tratan de
manifestaciones del Monstruo de la Tierra. La estructura conocida como la Iglesia está
adornada con estos mascarones, además de que la greca escalonada aparece subrayando
la característica de los mascarones, si en verdad se trata de mascarones terrestres, la
relación es clara, aunque prácticamente puede decirse lo mismo si pensamos que los
mascarones en realidad representan a Chac el dios de la lluvia, ya que como sabemos
este ser habita en las cuevas. Como quiera que sea la greca escalonada simboliza en este
y en los anteriores ejemplos de arquitectura al complejo Cueva-Montaña, lugar sagrado
para los mayas, donde residen las fuerzas vitales de la naturaleza, este pesado edificio
Yucateco es un ejemplo más para afirmar el significado de la greca escalonada (Figura
IV. 19).
Ahora revisaremos otras fuentes, analizaremos algunas vasijas donde
encontramos distintos contextos que nos permitirán confirmar la hipótesis propuesta. La
parte central de la vasija K2085 (Figura IV. 20) está dedicada a la representación de lo
que pueden ser cormoranes (cuervos marinos), estos seres según Baudez refieren el
aspecto fértil del Inframundo. Esta posición es confirmada cuando nos percatamos de la
composición escénica de la vasija, alternan en ella una serie de cormoranes y de lo que
puede identificarse como aguas subterráneas según la descripción hecha por Hellmuth.
Enmarcando esta escena se encuentra en la parte superior un texto jeroglífico y en la
inferior una serie de grecas escalonadas en composición contrapuesta, el hecho de que
las grecas escalonadas aquí presentes estén asociadas directamente con los cormoranes y
con las aguas subterráneas confirma una vez más su significado.
La escena que se muestra en la vasija K1378 (Figura IV. 21) es interesante para
nuestros propósitos, ya que en ella puede apreciarse al Señor de la Tierra, al
denominado Dios N, este dios sostiene con cuidado a un venado que se voltea para
96
verle, la actitud de ambos es de respeto y podría decirse que de amistad, detrás de ellos
puede observarse una especie de reptil, muy similar a un dragón, lo más seguro es que
sea un ser fantástico y que su forma no sea propia de un animal en concreto sino parte
de una abstracción mitológica, posee rasgos fantásticos, interesante resulta que este
“dragón” libera una especie de fuego que surge de su hocico. Para nosotros la clave para
comprender el sentido de esta escena representada con maestría en esta cerámica se
encuentra en la distribución de las grecas escalonadas que adornan la parte superior de
la vasija. Proponemos que la escena inicia precisamente con el Dios N y su venado, ya
que justo sobre ellos comienza la serie de las grecas escalonadas, la ultima parte estaría
compuesta por el “dragón”, esto puede suponerse debido a que al final de la serie de
grecas escalonadas hay una parte incompleta, es decir, al parecer el creador obtuvo un
espacio restante que tuvo que ser llenado con una forma similar a la greca escalonada,
aunque obtenga una forma divergente debido al muy reducido espacio en el que fue
plasmada. Esto es así ya que no es lógico pensar que el artista comenzara por lo que al
parecer es un mal calculo, lo mas factible es pensar lo que ya se ha explicado. Pues bien,
debido a ello proponemos que la escena en realidad muestra a este ser mítico que estaría
representado a una criatura del Inframundo, aunque quizás represente directamente a la
tierra en general, ya que de él surge el fuego, delante de este ser se encuentra el Dios N
con su venado, los venados son animales característicos de las cuevas, aun en la
actualidad se cree que en la cueva de Joloniel, Chiapas habita un venado gigante
(Sheseña 2008: 176). Entre las imágenes encontradas y analizadas por Alejandro Sheseña
en su estudio de pinturas en cuevas se encuentra de manera constante las
representaciones de venados (Sheseña 2006: 93). El conjunto escénico representado en
esta vasija hace alusión a la tierra, y propiamente al Inframundo, lugar donde habita el
Dios N, cuyo acompañante es un venado; hace alusión también al fuego que emerge de
las fauces del “dragón” ya mencionado. Una vez más las grecas escalonadas están
presentes para acentuar el significado de esta manifestación artística.
97
La escena de la vasija K8798 (Figura IV. 22) muestra dos representaciones del
Dios N, en ambas aparece sentado, en la representación de la izquierda su cuerpo esta
compuesto con un caparazón de Tortuga, este atributo es propio de este ser ya que le
confiere los atributos terrestres, en una de sus manos sostiene lo que parece un tintero o
quizá un enema. En la otra imagen el Dios N tiene en vez del caparazón un caracol, el
caracol es un símbolo de aquel mar primigenio sobre el cual nacieron las montañas, en
su mano sostiene un vaso. Un elemento interesante es que en ambas representaciones,
el fuego que sale de la parte posterior (caparazón y concha) respectivamente. La forma
que cobra la línea es bastante similar al señalado en la vasija analizada con anterioridad,
si esto es cierto, las líneas ondulantes que emergen del tocado del Dios N y de las fauces
del dragón representan el fuego que yace también en el interior de la tierra. Así en la
vasija K8798 se estaría representando al Dios N en su hogar, el interior de la tierra,
donde escribe y bebe, quizá haciendo rituales, las grecas escalonadas que aparecen en la
parte superior del vaso marcan la entrada al mundo subterráneo donde habita este ser.
Seres fantásticos están representados en la vasija K4963 (Figura IV. 23), la escena
es extraordinaria, en ella se muestran lo que podrían ser considerados nahuales; una
serpiente con alas abre la boca de forma desmesurada, sobre ella en un espacio en negro,
aparece un personaje, quizás un humano, sentado y con una mano extendida, tiene la
apariencia de conversar. A su lado un jaguar erguido aparece entre fuego, sus fauces
también se encuentran abiertas. Delante suyo, quizá un perro o un felino, está sentado y
con la boca abierta, de sus fosas nasales emerge fuego, estos tres seres mantienen
expresiones intensas. Arriba de este ultimo ser aparece uno todavía más extraordinario,
en un espacio en negro ─como el anterior (humano)─ un descarnado sentado, con el
cráneo rodeado de varios ojos que salen de su interior, también presenta fuego al frente
de su rostro. El último ser está de pie, su cuerpo como el de un humano tiene una cola y
quizás orejas de venado (conejo), en vez de manos tiene patas, quizás felinas. Todos
estos elementos parecen estar dirigiendo su atención hacia el mismo punto ya que el
último personaje cuyo cuerpo está orientado hacia los otros tres, tiene el rostro vuelto
98
hacia el mismo sentido que el de los demás seres. Indudablemente podemos calificar
esta escena en el Inframundo, ya que es ahí donde habitan los nahuales (Vogt 1980: 90;
Calvin 1997; Sheseña 2006: 103) y los seres fantásticos.
Otra escena con seres fantásticos la encontramos en la vasija K7433 (Figura IV.
24). En ella se representan a dos mujeres comunicándose con seres sobrenaturales
(inclusive podría tratarse de una escena de transformación), la escena está dividida en
dos, en la primera de ellas se muestra a una mujer que está en cuclillas y se dirige hacia
un ser fantástico situado justo enfrente suyo y que a su vez dirige su rostro hacia la
mujer, entre ellos en un segundo plano se encuentra una cabeza del Monstruo de la
Tierra en su variante acuática (Baudez 2003: 476), propia del Inframundo húmedo, de la
parte superior de su cabeza surgen lirios acuáticos. Esta primera parte de la escena está
separada de la segunda por jeroglíficos, las líneas que trazan el cuerpo del segundo ser
fantástico chocan con los del primero, ambos tienen formas similares, con picos de aves
y marcas circulares en el cuerpo. Este segundo ser mantiene su faz hacia la mujer que le
observa de pie, mientras que él permanece en una posición muy extraña debido a la
composición de la parte inferior de su cuerpo. Podemos inferir por los gestos y los
ademanes que se trata de una comunicación ritual que tiene por escenario el
Inframundo. Es interesante hacer notar que tanto los seres fantásticos como las mujeres
llevan puestas pulseras semejantes, además el primer ser sobrenatural tiene un atuendo
parecido al de la segunda mujer que se mantiene de pie, con ello proponemos que una
de las lecturas posibles es que esta escena muestre un ritual en el que dos mujeres
descienden al Inframundo donde cobran formas fantásticas y se comunican entre ellas.
Aunque esto es una posibilidad lo principal es notar que al final de la escena están
dispuestas dos grecas escalonadas invertidas, la presencia de ellas indica una vez más
que lo representado en la vasija corresponde a una acción ocurrida en el Inframundo,
lugar al que se va para transformarse (Stone 1995: 37-39) o para comunicarse con los
seres sobrenaturales; esto queda claro debido a la aparición de la cabeza del Monstruo
Terrestre en su forma acuática.
99
DESARROLLO DEL CO�CEPTO CUEVA MO�TAÑA
Una vez que hemos comprendido el significado de la greca escalonada por
medio del análisis formal y conceptual, podemos adentrarnos de manera más profunda
y desentrañar las raíces de su simbolismo, buscaremos referencias entre los antiguos
olmecas, además analizaremos las diversas relaciones de este símbolo con la visión
prehispánica, la sociedad, el poder, la religión y por supuesto la expresión artística.
Como ya hemos visto, las representaciones de la tierra entre las culturas
prehispánicas comienzan desde épocas muy tempranas. A continuación no detallaremos
mucho acerca de ello, solo recordaremos algunos puntos que son importantes para
comprender con mayor profundidad el significado y las relaciones culturales de la greca
escalonada.
La importancia de la tierra como elemento de fertilidad puede considerarse
prácticamente inmemorable, lo que es cierto es que con los primeros grupos agrícolas
(neolítico) se crea una relación más compleja entre la naturaleza y el ser humano, la gran
importancia de la agricultura para el desarrollo de la cultura se ve reflejada
precisamente en las primeras culturas de la humanidad, cada una de ellas (Sumeria,
Egipcia, China, Maya, etc.) basaron muchos aspectos de sus rituales y mitos en la
fertilidad de la tierra. Entre los grupos prehispánicos la geografía es de vital
importancia, ya que determinaran en gran medida el incremento cultural, los campos
donde puede apreciarse con mayor magnitud su importancia es en la mitología ─por lo
consiguiente en sus rituales─ y en el arte. De todos los elementos de la naturaleza las
montañas, las cuevas, los pozos, los ojos de agua, y los árboles, son los más importantes,
pero aunque en cada uno de ellos pueda considerarse sagrado, las montañas y las
cuevas son lo que podríamos considerar como los prototipos de lo sagrado. En
Mesoamérica como en otros lugares del mundo, las cuevas fueron utilizadas como
habitaciones, ahí podían protegerse de las inclemencias del tiempo, era además un buen
100
lugar para abastecerse de agua, su profunda oscuridad guardaba en silencio espectral
los misterios de la naturaleza, la vida y la muerte residen dentro de la tierra, son
inseparables.
Andrea Stone menciona que se sabe de por lo menos tres cuevas (las más
antiguas) con actividad humana documentada, estas cuevas se encuentran en el valle de
Tehuacán (El Riego, Coxcatlan, Purron), en la cueva El Riego la fase más temprana
puede datarse entre 7000 y 5000 a. C., en una fase que va del 5500 al 5000 se encontraron
entierros más elaborados, uno de los casos corresponde al cuerpo de una mujer joven,
un anciano y un niño, junto a los cuerpos se encontró ropa, cestos y al parecer el cuerpo
de la mujer fue espolvoreado con pintura roja y el del anciano con pintura negra,
mientras que el niño fue sacrificado, su cráneo se encontraba en una de las cestas (Stone
1995: 18-19). Gracias a estos datos podemos comprender la importancia de las cuevas
como lugar sagrado. Desde el 7000 a. C. los grupos que habitaban Mesoamérica
comenzaron a elaborar rituales mortuorios en cuevas, esta vinculación entre el ritual y la
cueva en un acto funerario, implica ya toda una estructura cosmológica, esta fecha nos
brinda un acercamiento, sin embargo el momento en que todo ello comenzó a gestarse
debe considerarse muy anterior a ella. Así la importancia de las cuevas en Mesoamérica
no es para nada sorprendente, se trata de uno de los elementos culturales más
importantes y por lo tanto debe manifestarse en su arte.
El arte olmeca pone a nuestra disposición grandes esculturas y pinturas en
cuevas, las estudiadas por Grove en la cueva de Oxtotitlán demuestran ya una
complejidad simbólica. Asimismo el monumento 20 de San Lorenzo ─1150-850 a. C.─
(Grove 2007: 31) es una de las piezas labradas en piedra mas antiguas que nos sirve para
comprender la magnitud y la importancia de las cuevas entre los olmecas. Grove explica
la importancia no únicamente de la cueva sino también de la montaña ya que en la
Venta, una de las grandes ciudades olmecas del Preclásico se construyó una montaña
artificial; los tronos olmecas también eran representaciones de la Cueva-Montaña (Grove
101
2007: 35) de esta forma los olmecas situaban sus centros ceremoniales e inclusive su vida
cotidiana en una geografía sagrada, la cueva y la montaña proporcionaban todos los
elementos necesarios para la comunicación con las fuerzas de la naturaleza y permitía la
comunicación con los ancestros y los dioses.
Aunque todo lo anterior pueda ser considerado como la representación artística
de una visión excepcional del cosmos y del ser humano, debemos tener muy en cuenta
que las circunstancias sociales y políticas, es decir, las relaciones de poder también se
encuentran reflejadas en gran manera, por ejemplo cuando en el trono (altar) numero 4
de la Venta se representa a la Cueva-Montaña y a un personaje emergiendo de ella
entre vegetales; no se hace alusión únicamente a la fertilidad sino también a la cueva
como morada de las fuerzas renovadoras de la vida y al personaje (gobernante) como
representación de la humanidad que nació de una cueva. Este entorno mítico y cósmico
sirve principalmente para que el gobernante, el señor de una ciudad, en este caso
particular de La Venta, sea considerado y reconocido como el legítimo gobernante
gracias al carácter sagrado que le confiere la obra de arte. De esta forma los elementos
político-religiosos de los olmecas encuentran una expresión en el arte. Así los señores de
las diversas ciudades pueden sustentar su poder y su estrato social por medio del arte
monumental haciendo una clara referencia al lugar sagrado por excelencia, la Cueva-
Montaña.
Chalcatzingo es otra de las ciudades olmecas donde el arte sirve para mantener
y justificar un estado de poder. En el Monumento 1, labrado sobre la piedra, puede
observarse al gobernante sentado dentro de la cueva, mientras al mismo tiempo se
aprecian gotas de lluvia, viento y vegetales, elementos iconográficos que nos remiten a
la fertilidad, y el gobernante esta ahí como el medio por el cual la sociedad puede tener
acceso al mundo sobrenatural y propiciar los elementos que proporcionarán el sustento
para la vida y bienestar de la comunidad. David Grove propone el fechamiento de estos
relieves y murales alrededor del 900 al 700 a. C. (Grove 1970: 56).
102
Para una mejor comprensión iremos retomando las diferentes formas por medio
de las cuales se representa a los elementos sagrados, es decir, la cueva y la montaña, con
ello podremos seguir la evolución tanto formal como las diferentes relaciones entre su
simbolismo y otras esferas de la cultura.
Otra de las representaciones de este complejo terrestre se encuentra en una
piedra de color verde, en ella se representa un cosmograma (Figura IV. 25), los cuatro
rincones del universo están plasmados allí, al centro la representación de una montaña,
lo más probable es que tal como menciona Enrique Florescano (2004: 31) se trate de la
primera montaña, la montaña sagrada donde se encontraba guardado el preciado maíz.
Observemos la composición de la montaña: las líneas dobles remarcan las capas
terrestres, inclusive puede verse un espacio dentro de la montaña, es muy probable que
este espacio señale precisamente una abertura en la tierra, es decir una cueva, la tierra
está viva y en su interior hay espacios donde residen tanto las fuerzas creadoras como
las destructoras, pero en este caso el cosmograma hace énfasis en el aspecto vital, la
montaña está sobre una forma de bucle, es necesario recordar esta forma ya que será
utilizada con posteridad en sitios como Izapa y Kaminaljuyu, para después
transformarse y adquirir una novedosa aplicación. Sobre la montaña se encuentra un
árbol extendiéndose de oriente a poniente, rodeado por lo que según Florescano son
granos de maíz que indican las 4 direcciones del universo. Estas formas de representar
al complejo terrestre Cueva-Montaña, nos servirá para entender la utilización y la
evolución de estos elementos en épocas posteriores.
Esta serie de elementos serán retomados por los artistas de Izapa. Según V.
Garth Norman la mayoría de los monumentos fueron creados entre el 300 a. C. y el 250
d. C. así el promedio seria alrededor del 50 a. C. En las esculturas grabadas de Izapa los
contextos serán prácticamente los mismos que en la fase Olmeca, mayormente serán
escenas mitológicas y rituales. El cuadrifolio sigue estando presente, aunque en
composiciones más complejas que en ocasiones utilizan elementos cada vez más
103
abstractos. La forma de bucle que con anterioridad mencionamos es utilizada como
indicador de lugar, es decir indica que la acción está sucediendo en la tierra, esto es
necesario ya que las escenas representadas tienen que ser lo más explicitas posibles, ya
que tratándose de mitología, puede ser que la acción se lleve a cabo en el Inframundo,
en la superficie terrestre o inclusive en el agua. A continuación analizaremos
únicamente algunos ejemplos para comprender su utilización:
En esta imagen el cuadrifolio es utilizado de la misma forma que en
Chalcatzingo, representando la boca de la montaña dentro de la cual se esta llevando a
cabo lo que podríamos considerar como un ritual, aunque una parte de la escultura esta
deteriorada, gran parte de lo que corresponde al cuadrifolio se conserva y dentro de está
forma se puede observar a un personaje sentado quizá en un trono, esto parece correcto
debido a la forma de su asiento, muy parecido a los tronos representados entre los
mayas (Figura IV. 26). Es interesente notar lo que apuntábamos líneas atrás, el
simbolismo de la escultura de Izapa es más complejo e incorpora elementos nuevos
junto con los heredados por los olmecas, así la tierra cobra la forma de un reptil, el
cuadrifolio es la entrada al Inframundo, y el sacerdote-gobernante está dentro llevando
acabo la comunicación con las fuerzas de la naturaleza.
En esta estela comienza a verse lo que terminara por ser una constante, la
innovación en la utilización de los elementos formales en el arte cobran una nueva
dimensión ya que pueden adecuarse y utilizarse de la manera más conveniente. Este es
el caso de la representación en que el cuadrifolio pierde uno de sus pétalos, para quedar
únicamente con tres, el motivo se debe a la manera en que el artista visualizó el espacio
y las líneas. Es necesario hacer notar esta nueva peculiaridad del arte prehispánico, por
lo menos de esta área, ya que con mucha probabilidad esta sea la forma que
posteriormente aparecerá con frecuencia en las ciudades mayas, como Palenque, donde
los edificios se encuentran decorados con espacios vacíos en forma de T, es decir
únicamente una parte del cuadrifolio, tal como sucede en esta época en Izapa (Figura IV.
104
27). Bien, dos personajes se encuentran dentro de la tierra, en una cueva, celebrando un
ritual, el lagarto que parece sobre la forma trilobulada está ahí para acentuar que se trata
de una acción que se sitúa en el interior de la tierra, este ser (lagarto) representa a la
tierra en su aspecto fértil y vital.
Las dos imágenes analizadas con anterioridad representan escenas que se llevan
a cabo en el Inframundo, ahora presentaremos una que está representada por el bucle
que indica que la acción se efectúa en la superficie (Figura IV. 28). Esta forma representa
las mandíbulas del Monstruo Terrestre, y por su puesto el espacio que se encuentra
dentro de el, los personajes labrados en la estela, se representan sobre la tierra y no
dentro de ella, como en las anteriores imágenes. Los personajes participan en un ritual
mientras queman copal en un incensario al centro de la imagen. Lo más interesante en
esta representación es la manera en que los artistas de Izapa reflejan las características
terrestres, ya que los bucles que representan a la tierra, están decorados en su interior
por una secuencia de líneas diagonales y círculos intermedios, este detalle cobrará más
importancia cuando presentemos algunas representaciones de la greca escalonada con
los mismos motivos. Lo importante ahora es seguir con los ejemplos contextuales y
formales de Izapa.
Ahora analizaremos otro de los aspectos en que funcionan estos elementos.
Como mencionamos, las acciones también se llevan a cabo en el agua, puede que se trate
de un río o inclusive del mar, en esta representación de lo que podríamos considerar
como el antecedente de Chac, encontramos a este ser pescando lleno de atributos
acuáticos que le representan y lo significan como un ser marcadamente acuático y por lo
tanto de suma importancia en la vida y la cosmovisión de la cultura de Izapa, este ser
está sobre una línea ondulada que representa el agua, así como los bucles o el
cuadrifolio marcaban el espacio en la cueva o la superficie terrestre, estas líneas indican
de la misma forma que la actividad desarrollada por este personaje se está llevando a
cabo en un lugar acuático (Figura IV. 29).
105
Ahora que hemos visto como se utilizaron y transformaron algunos de los
elementos que fueron utilizados por los olmecas entre los artistas de Izapa, podemos
derivar hacia una de las problemáticas principales de este capítulo, el origen de la greca
escalonada, aunque este símbolo no aparece entre los olmecas, ni tampoco en
Chalcatzingo, Izapa y otros centros de filiación olmeca, sí lo hace de manera por demás
interesante entre un grupo cercano a todos los anteriores, en la también antigua ciudad
de Monte Albán.
APARICIÓN DE LA GRECA ESCALONADA COMO REPRESENTACIÓN DEL
CONCEPTO CUEVA-MONTAÑA EN MESOAMERICA
Alfonso Caso, Ignacio Bernal y Jorge R. Acosta en un libro que reúne sus
investigaciones arqueológicas en Monte Albán mencionan factores muy importantes no
solo para este estudio, sino para la comprensión de las relaciones y la formación de los
grandes centros culturales en Mesoamérica (Caso, Bernal, Acosta: 1967). A continuación
mencionaremos brevemente algunos de los puntos que resultan más importantes para
nuestro análisis. La cerámica estucada que representa a la fase denominada Monte
Albán II (200 a. C.-150 d. C) mantiene en sus diseños las representaciones de grecas
escalonadas. No solo es interesante que la época de Monte Albán II corresponda en
tiempo a las fases de Teotihuacan I (0-50 d. C.) y Holmul I (100 d. C.) (Caso, Bernal y
Acosta 1957: 61) sino que ésta cerámica no es propia del área zapoteca:
La cultura Monte Albán II vino de Guatemala y Belice, probablemente por Chiapas, como se
comprueba por las exploraciones recientes en Chiapa de Corzo. Nos muestran todavía una gran
influencia de los lugares “olmecas” del sur y centro de Veracruz y la poca importancia que tenían
entonces las influencias que pudieran venir o ir, de o hacia Teotihuacan… este panorama
cambiara completamente en la siguiente época, de transición entre II y III, en que la influencia de
Teotihuacan se vuelve preponderante (Caso, Bernal, Acosta 1967: 267)
106
La fase Monte Albán II (extranjera, elite) difiere de la I (originaria, pueblo) en
gran medida:
Las formas ceremoniales y decorativas cambian totalmente (no así la cerámica popular de uso
diario), lo que indica, en nuestro concepto, un nuevo gusto y una nueva moda en la clase
dominante. Es decir, parece que en la época II se presentará en Monte Albán una superposición
de culturas: un sustratum representado por los portadores de la cultura I, y una aristocracia,
integrada quizá por grupos de guerreros y sacerdotes que imponen para los actos importantes del
culto su estilo y sus gustos (Caso, Bernal, Acosta 1967: 214).
Pero estos datos implican que la sociedad Zapoteca de ese entonces debió tener
una fuerte influencia de los grupos mayences y/o zoques. Así, la cerámica Estucada de
Monte Albán II queda íntimamente ligada a las fases Homul (Maya) y Chiapa IIIa
(Zoque). La Cultura de Monte Albán II debió tener su florecimiento entre el 300 a. C. y el
100 o 150 d. C. (Caso, Bernal, Acosta 1967: 267).
De esta información podemos deducir algunas cuestiones, la primera y más
importante es que por el momento la greca escalonada más antigua en Mesoamérica a la
que hemos podido tener acceso se encuentra en la fase Monte Albán II, probablemente
entre el 300 a. C. hacia el 100 d. C.. Si, tal como mencionan los autores, esta fase cerámica
tiene correspondencia con los grupos mayences y zoques, debemos entonces descartar a
Teotihuacan como el creador de este símbolo, los grupos olmecas y pre-mayas tenían
todos los elementos, tanto conceptuales como formales como para desarrollarlo, ¿pero
de que grupo cultural estaríamos hablando? Quizás los zoques del actual estado de
Chiapas o algún grupo maya del centro de América, parece obvio pensar en que si se
trata de una innovación en la técnica artística debió nacer y desarrollarse en una
sociedad bien organizada y establecida, con una cultura en creciente desarrollo. Aunque
esta es una cuestión del todo interesante, no está entre uno de nuestros objetivos
principales resolverla. A continuación analizaremos la composición de los elementos
107
que componen la cerámica estucada de Monte Albán II, donde por primera vez hemos
encontrado la greca escalonada.
Esta primera vasija fue localizada en el montículo de la tumba 4 de Monte Albán
(Figura IV. 30), se trata de una técnica llamada estuco recortado, puede observarse a
pesar del desprendimiento de algunas partes del estuco los diferentes colores y formas
que integraban la composición original. La vasija esta dividida en dos por una línea
horizontal, en la franja superior las grecas escalonadas en amarillo, rojo y celeste se
continúan unas a otras, en el interior tanto de las grecas escalonadas como de los
espacios que crean entre ellas se colocaron círculos, estas formas circulares se repiten en
la parte inferior de la vasija donde en vez de grecas escalonadas se forman escalones que
se integran en lo que podrían considerarse pirámides invertidas, los colores de estos
elementos son los mismos que los anteriores. Lo primero que es necesario notar es el
contexto arqueológico en el que se encontró esta vasija, el hecho de que se haya
encontrado en un montículo mortuorio ya denota una cualidad que tiene que ver con el
Inframundo. En cuanto a las grecas escalonadas que componen la primera franja de la
cerámica es necesario guiar nuestra atención a la forma en que fueron colocadas. Estas
grecas escalonadas están “invertidas”, nuestra propuesta al respecto es la siguiente: tal
como hemos demostrado con anterioridad la greca escalonada es la manifestación
artística del complejo Cueva-Montaña, entendido éste como la visión mesoamericana
acerca de la tierra, de esta manera, la greca escalonada simboliza la abertura de la tierra
por medio de la cual se ingresa al Inframundo. En este caso tendría sentido que una
vasija con el símbolo de la greca escalonada haya sido encontrada en un montículo
funerario, además la forma “invertida” de la greca escalonada confirmaría esta
afirmación, ya que como puede observarse en la imagen de la cerámica, la greca
escalonada está manifestando la entrada al lugar sagrado. Fijémonos en la greca
escalonada en color rojo, el color rojo que forma el símbolo está representando el espacio
dentro de la tierra, las escaleras marcan el descenso hacia el centro de la tierra, el gancho
sirve en este caso como extensión de aquel espacio dentro de la tierra, hermético y de
108
difícil acceso, es posible que el círculo que se haya en el interior de este espacio sea una
alegoría, quizá represente al sol que desciende todos los días para después renacer en el
oriente, la otra opción viable es que estos círculos remarquen a ese espacio como
terrestre, tal como vimos en la escultura de Izapa, donde las líneas y los círculos
identificaban a la forma de bucle con las mandíbulas del monstruo terrestre. De los
elementos que se encuentran en la parte inferior de la vasija puede decirse algo
semejante, desde nuestro punto de vista estos elementos que también son escalonados
tienen una doble función: al igual que las grecas escalonadas establecidas en la parte
superior, representan a la tierra y su acceso por medio de las cuevas, es decir tanto a las
cuevas como a las montañas; su forma sucesiva da la impresión de una serie de ascensos
y descensos, aunque con mayor probabilidad en este caso se trata de hacer una
referencia más precisa al descenso, las incrustaciones en rojo, amarillo y celeste
representan, aunque en una forma diferente, el acceso por medio del cual los muertos
regresan al interior de la tierra para su transformación y posterior resurrección. Quizá,
aunque de manera más aventurada, podría decirse que en la primera mitad de la
cerámica en la cual se encuentran las grecas escalonadas se describe el descenso al
Inframundo, mientras que en la parte inferior se establece la fase final en la que se
regresa a la vida. En su totalidad este ejemplo de cerámica estucada de Monte Albán
hace referencia precisa al Inframundo y su aspecto transformador y vital, la muerte
como vida.
Un cajete con tres pies globulares tiene pintado en su exterior una greca
escalonada en color carmín, en este caso el color rojo no está representando el espacio
dentro de la tierra, sino la tierra misma (Figura IV. 31). El espacio “vacío” creado por la
forma de la greca escalonada en color rojo es la que representa en esta ocasión el espacio
que existe dentro de la tierra. El manejo del espacio y la forma permite innovaciones en
la perspectiva creativa, esto se hace evidente en los dos ejemplos mencionados donde las
formas y los espacios son construidos de manera inversa, siendo en el primer caso
109
creado el espacio terrestre a partir de la forma de la greca escalonada, mientras en el
segundo, la abertura se deriva del espacio proporcionado por la forma del símbolo.
Un cajete con líneas incisas que forman grecas escalonadas en composición
“invertida” nos indica los nuevos recursos utilizados y, aunque por la técnica utilizada
ya no corresponde a la época de Monte Albán II y se asemeja en cierta manera a la fase
cerámica III-A (Caso, Bernal, Acosta 1967: 293), el que este símbolo no haya
desaparecido y al contrario sea manejado en nuevas técnicas y épocas nos aporta
mayores elementos para descubrir su importancia y relevancia (Figura IV. 33). Lo
mismo puede decirse de la cerámica policromada que, aunque en fase tardía, nos
proporciona más evidencia y confirma nuestra hipótesis (Figura IV. 34). No hemos de
detenernos en estos detalles ya que nuestro interés se centra en el área maya. Aunque
por el momento haremos una breve revisión, en La Mojarra y después en Teotihuacan,
ya que nos parece necesaria a fin de seguir con el rastro y posible origen de la greca
escalonada entre los Mayas.
Alrededor del 150 d. C. se esculpe la estela número 1 de La Mojarra, este es un
caso excepcional ya que en ella aparece representada la abertura de la tierra por medio
de elementos escalonados y de ganchos, esta aparición es muy interesante ya que entre
los mayas esta forma solo aparecerá hasta el periodo Clásico Tardío, quizá en un primer
momento como parte del Monstruo de la Tierra witz y hasta después como un elemento
aislado de este. Ésta aparente ruptura suscita muchas cuestiones, ya que teniendo todos
los elementos necesarios los artistas mayas pudieron haber desarrollado esta
composición desde fechas mucho mas tempranas, sin embargo no lo hicieron.
Según el cuadro de los motivos de estilo geométrico presentado por Florencia
Muller, la greca escalonada aparece como tal en Teotihuacan IIa (200-300 d. C.). La
clasificación hecha por Muller inserta a la greca escalonada en el campo de las grecas
que comienzan en el prototeotihuacan I, desaparecen en Teotihuacan I y reaparecen con
110
la greca escalonada hasta el Teotihuacan IIa. La forma escalonada no aparece sino hasta
el Teotihuacan III o tal vez en la fase IIa. Todo lo anterior nos indica por un lado que las
fuentes son escasas y no permiten realizar una afirmación, aunque con los datos
obtenidos podemos suponer que por lo menos la cultura de Monte Albán II fue la
primera en la que aparece la greca escalonada y tal como suponen los autores, después
en la fase de transición la influencia y presencia de Teotihuacan en Mesoamérica se
incrementara en gran medida, quizá fue en esta interacción más directa cuando el
símbolo de la greca escalonada es adoptado por los teotihuacanos quienes según los
datos de Muller comienzan a utilizarla alrededor del 250 d. C.
El que la greca escalonada no sea muy utilizada en Teotihuacan puede ser
explicado por lo anterior, ya que al momento de la interacción ellos ya contaban con
otros elementos artísticos para representar a la tierra (Complejo Cueva-Montaña).
Muller menciona que para la fase Teotihuacan IIa ya aparece la flor de 4 pétalos (Muller
1978: 170), símbolo de la cueva, lo más probable es que se trate de una abstracción
mayor del cuadrifolio olmeca.
De las pocas cerámicas teotihuacanas en las que aparece la greca escalonada,
una de las más interesantes es un vaso trípode cuyo motivo es la captura y sacrificio de
un guerrero, esta cerámica corresponde a la fase Teotihuacan III y se trata de una técnica
esgrafiada (Figura IV. 35) (Muller 1978: 177-178). Nótese que la forma de la greca
escalonada es una línea escalonada, es decir que su volumen está compuesto por el
ancho de la línea, no posee un cuerpo escalonado completo. Muller hace una
clasificación de las composiciones y las formas, sitúa esta cerámica en lo que ella
denomina como “simbolista”, así en el caso de la greca escalonada es interesante
observar que en la parte del gancho el esgrafiado tiene una mayor dimensión que en el
resto del cuerpo.
111
Laurette Sejourne publica en su libro Arqueología de Teotihuacan. La cerámica
(Sejourne 1984) una serie de cerámicas, algunas de ellas fechadas, otras sin definición
espacial ni cronológica, ni si quiera situadas en una fase especifica, pero puede
suponerse debido a la estructura y composición del trabajo. Para la fase Teotihuacan II
ya existen vasos trípodes con grecas escalonadas, en la figura IV. 36 se observa que el
vaso dividido en tres espacios está decorado con una serie de grecas escalonadas, su
forma recuerda a la imagen incisa tratada anteriormente, se trata de una línea
escalonada sin mayor volumen que el grueso de la línea, en color rojo. La otra cerámica
con la que contamos no tiene un fechamiento específico, aunque puede situarse debido
al discurso de la autora entre la fase IIa y III (Figura IV. 37). Esta cerámica en tonos más
oscuros se divide en tres secciones, tanto la superior como la inferior contienen una serie
de grecas escalonadas, en esta ocasión el cuerpo perteneciente a las escaleras está bien
definido, como en su forma clásica, en la parte media se representa lo que parece ser un
ave de dos cabezas, esta imagen se repite en todo el espacio en una serie.
En un fragmento mural puede apreciarse la pintura polícroma de una serpiente
adornada con grecas escalonadas alrededor de su cuerpo, la cenefa que le acompaña
también tiene grecas escalonadas en composición lineal, debido a la falta de elementos
comparativos y la disociación estilística de este ejemplo, no se puede concretar una
propuesta ya que parece pertenecer a una fase muy tardía. Aunque ello sea posible, es
interesante que las grecas escalonadas no sean muy socorridas entre los artistas
teotihuacanos, en esta ocasión parece ser que la conjunción de los símbolos terrestres
tanto de la serpiente como de la greca escalonada es asombrosamente única entre los
murales teotihuacanos (Figura IV. 38).
A continuación se presenta una tabla (construida en base a los datos
proporcionados por Marcus: 1983; Redmond: 1983; Bryant: 2005) que indica la aparición
de la greca escalonada en Monte Albán, Teotihuacan y el Área Maya. Se marca con color
rojo el periodo en el que encontramos el símbolo en la cerámica.
112
En esta tabla se puede apreciar la continuidad temporal en la que se inscribe la
aparición de la greca escalonada en el área maya. Enseguida se analizan las fuentes para
encontrar las diversas relaciones de la greca escalonada en la cultura maya.
113
LA GRECA ESCALO�ADA E� EL AREA MAYA
Las primeras representaciones de la greca escalonada en el área maya
corresponden al periodo Clásico Temprano y se encuentran en la cerámica perteneciente
a la fase Tzakol es decir alrededor del 250 al 650 d.C. La cerámica de la Figura IV. 39
puede ser fechada hacia el 350-400 d.C. (Gallenkamp and Johnson 1985: 125). Esta es la
fecha más temprana que puede asignarse por el momento a la greca escalonada en el
territorio maya. Martha Foncerrada de Molina afirma que es un elemento importante en
la cerámica de la fase Tzakol 1 y 2 (Foncerrada de Molina 1965: 126). Se trata de un cajete
polícromo con tapadera, en la parte superior está representado el rostro de una mujer,
quizá se trate de la imagen de una aristócrata. Desde la parte superior que representa la
cabeza, -ahí se observa que tiene perforaciones en las orejas, y el rostro delineado con
pintura-, hasta la parte media de la tapa donde se termina de representar el cuerpo de la
mujer, en esta mitad se distingue su atuendo con un collar y su vestido (huipil), en la
parte más extendida de la tapa, se marca una línea horizontal que divide el cuerpo de la
mujer y proporciona el espacio en el cual comienza la serie de grecas escalonadas
alternando en color rojo, gris y naranja en un fondo negro, a su vez una de cada dos
grecas tiene en su interior (como ya antes se había manifestado en la cerámica de Monte
Alban) un pequeño circulo en color crema. La tapa finaliza con la orilla en color rojo. En
el cuerpo del cajete el fondo negro permanece, se alternan paneles que contiene la
imagen de lo que podría ser una serpiente muy bien estilizada, con otros en su totalidad
de color negro, en la parte inferior los colores alternados son el rojo y el negro con una
línea en zigzag que cruza en el medio y armoniza con las líneas de las grecas
escalonadas de la tapa. Esta cerámica proviene de una tumba en Tikal (Gallenkamp and
Johnson 1985: 125).
De lo anterior podemos inferir lo siguiente. Este cajete forma parte de las
ofrendas mortuorias de una mujer de la elite gobernante, quizá su rostro sea el
representado en la tapa. Con un gran dominio de la percepción creativa, el artista maya
114
desarrollo una visión de la existencia humana. El cuerpo del cajete descrito con
anterioridad representa el Inframundo húmedo y vital, los elementos como la serpiente
y la línea en zigzag así lo confirman (Baudez 2004: 39); la tapa dividida en dos
representa en su parte baja la entrada al Inframundo manifestada por la serie de grecas
escalonadas, de esta forma la mujer está emergiendo del interior de la tierra, quizá de
esta manera pueda comprenderse la mirada serena que tiene el rostro de la mujer pues
su apoteosis ha terminado.
Una cerámica parecida a la anterior (tanto en el estilo como en la forma) y por lo
tanto muy probablemente correspondiente al mismo periodo, está en la figura IV. 40. Su
tapa está decorada por paneles de serpientes que alternan en color negro y crema,
inmediatamente arriba de estos aparecen elementos escalonados a manera de montañas
dobles con pequeños círculos en su interior. Aunque no podemos afirmarlo es posible
que estos elementos iconográficos representen las montañas y específicamente en esta
composición invertida represente al mismo tiempo la abertura de la tierra. Justo debajo
de los paneles con serpientes hay una serie de grecas escalonadas, en ellas se alternan
los colores rojo y negro, debajo de esta línea se repiten los mismos elementos
escalonados a los que nos referimos con anterioridad, la tapa del cajete está coronada
por un elemento que excita a la imaginación, se trata de un fondo negro, sobre el cual se
enlazan dos elipses de diferentes colores, una roja y la otra azul, formando una especie
de X, en los cuatro ángulos de su forma se colocaron pequeños círculos en color rojo,
esta imagen se alterna en el cuerpo del cajete junto con paneles de venados, en la base
del cajete, las grecas escalonadas adoptan la misma serie que aparece en la tapa sobre el
fondo en crema. Como ya hemos visto anteriormente tanto el venado como la serpiente
─la serpiente puede incluso simbolizar el agua─ (Bassie 2002: 15; Girard 1949: 1088)
están relacionados íntimamente con el inframundo en su aspecto fértil y creador, las
grecas escalonadas aparecen para remarcar que se tratan de elementos asociados al
interior de la tierra, la figura que llama la atención son las elipses cruzadas, ya que
aparecen en la parte superior de la tapa y alternando con los paneles de venados, en
115
realidad esta imagen es poco usual en el arte maya, únicamente la hemos visto en este
caso en particular, una asociación definitiva sería demasiado prematura, aunque
podríamos obviar que se trata de un elemento asociado al Inframundo, la imagen nos
recuerda a una estrella, quizá un planeta sería una buena opción.
Las últimas dos cerámicas pertenecientes al Clásico Temprano provienen de
entierros en Uaxactun (Charles E Lincoln 1985: 83) (Figura IV. 41 A-C). La primera de
ellas tiene una greca escalonada que ocupa casi todo el ancho de la pieza mientras su
largo es más o menos una tercera parte de la cerámica. Una decoración de puntos que
corren en línea adornan la parte baja mientras en el interior la decoración consta de una
línea de triángulos que alternan quizás en negro con el fondo en un color más claro (las
imágenes están en blanco y negro). Sin más, la greca escalonada representa el
Inframundo al cual esta destinada la cerámica como ofrenda mortuoria.
La segunda contiene un simbolismo más complejo, en su interior se encuentra
una figura humana de pie con el brazo extendido hacia el frente, le rodean grecas
escalonadas en rojo y negro. En el exterior aparece el mismo rostro pero esta vez su
cuerpo cobra la forma de una línea ondulada, asemejándolo a un reptil, dado el diseño
es probable que el color prominente sea el negro. Gracias al contexto funerario en el que
fue encontrada la pieza, así como los elementos iconográficos como la greca escalonada
y el hecho de que el cuerpo del personaje principal cobre una forma reptilinea o
fantástica, creemos que se trata de una escena que se lleva a cabo en el Inframundo, así
probablemente se este representando al nahual o la transformación del personaje
principal. Estas acciones chamanicas se llevan a cabo en el interior de la tierra que
funciona como el espacio idóneo para el encuentro con las fuerzas de la naturaleza y la
transformación (Stone 1995: 37-39). Charles E Lincoln agrega que the nose blob que tiene
el personaje puede considerarse como una piedra labrada (navaja de piedra) tal como
aparece en la iconografía azteca (Charles E Lincoln 1985: 83). Estas cerámicas pertenecen
a la fase Tzakol 2 de Uaxactun (entre el 450 y 650 d.C.).
116
De todo lo anterior podemos interpretar lo siguiente. Por una parte la greca
escalonada aparece en el territorio maya hacia el 350 d. C. ligada íntimamente al
Inframundo. Claude Francois Baudez afirma que la cerámica perteneciente al periodo
Clásico Temprano está casi exclusivamente dedicada al aspecto húmedo del Inframundo
(Baudez 2004: 39), lo cual confirmamos al revisar el trabajo de Hellmuth quien presenta
una gran variedad de cerámicas del Clásico Temprano, en ellas puede comprobarse que
efectivamente entre los mayas el tema principal de sus obras de arte y en este caso en la
cerámica se centraba en el Inframundo (Hellmuth 1987) justo como hemos observado y
analizado en los ejemplos anteriores.
Al mismo tiempo debemos tener en cuenta que las innovaciones provenían de
las elites, quienes probablemente buscaban nuevas formas de vinculación tanto social
como ideológica. Durante el Preclásico Tardío y el Clásico Temprano el crecimiento del
poder se incremento, las elites necesitaban expresar y exaltar su poder por medio del
linaje y representarlo en su vida y por lo tanto en el arte. Es por ello que la cerámica de
Tikal y Uaxactun representan a miembros de la elite en condiciones extraordinarias,
transformándose después de la muerte, estas grandes obras de arte fueron elaboradas
por la clase gobernante, por un lado manifestando su necesidad existencial:
Intimidad esencial de la que brota el ser y a la que retorna para gestarse de nuevo, la muerte
prehispánica fue un generador y regenerador de vida… el sacrificio humano y los ritos
mortuorios son, además, una clara muestra de la necesidad “vital” que tenían las colectividades
indígenas de conocer la muerte, o mejor dicho de “co-nacer” a la muerte para lograr una
existencia plena (Johansson 1993: 53).
Por el otro, estas piezas nos indican un alto grado de jerarquía ya que
únicamente la clase gobernante tenía ofrendas tan suntuosas como las que hemos
analizado.
117
En este sentido retomaremos brevemente la cuestión temporal de la greca
escalonada, así como su posible origen en el área maya. Como hemos visto la greca
escalonada aparece en la fase Teotihuacan II (150-300 d. C.). En el área Maya aparece
entre el 350 al 400 d. C. en la fase Tzakol. El hecho de que aparezca primero entre los
Teotihuacanos y que la fecha en que aparece en el área maya corresponda a un época en
que la gran urbe del centro de México está en apogeo como centro cultural y económico,
nos hace pensar que lo más probable sea que la greca escalonada haya llegado al área
maya por medio de Teotihuacan y sus relaciones con las ciudades mayas,
principalmente con Uaxactun y Tikal. David Stuart (Stuart 1998) cree que al final del
siglo IV d.C. (378) hubo una estrecha vinculación politica de Teotihuacan con estas
ciudades mayas, los monumentos escultóricos de ambas ciudades registran imágenes y
fechas alusivas a este suceso, también en la cerámica pueden encontrarse rasgos
distintivos del centro de México, la greca escalonada bien podría ser uno de esos
símbolos que fueron adoptados por los Mayas:
Para Niederberger… la producción de mercancías de circulación local, regional, o de larga
distancia (materias primas exóticas), por grupos especializados (artesanos)… estaba relacionada a
un grupo de consumidores de alto rango. Agentes que regían el campo de lo sagrado (ritual,
ceremonial, artesanal), concentraban la riqueza y el saber esotérico, presente en un repertorio de
mensajes y símbolos que se intercambiaban paralelamente al intercambio económico (Lombardo
de Ruz 2001: 5)
En un contexto de cambios políticos, así como de una búsqueda de control y
exaltación por parte de las elites gobernantes las manifestaciones plásticas son muestra
de la complejidad de relaciones entre las elites de Mesoamérica (Justeson, Norman,
Campbell and Kaufman 1985: 63). La greca escalonada posteriormente se convertirá en
uno de los más importantes símbolos para representar a la tierra y el poder que
proviene de ella, los artistas mayas explotaran al máximo su composición artística y
lograran elevarla a grados cada vez más altos de complejidad. Entre ellos ya existían
118
símbolos para representar a la tierra, pero la fuerte expresión de la greca escalonada
hará que su forma se expanda por todo el territorio maya y más aun en el tiempo.
En el periodo Clásico Tardío (650-950 d. C.) la greca escalonada adquiere
dimensiones cada vez mayores con respecto a su uso y relaciones aun más explicitas con
el poder político. Pero antes de pasar a este punto, veremos otros contextos con los que
igualmente tiene relación directa. Las vasijas representadas en las figuras IV. 42-44 ya
han sido analizadas paginas atrás, aquí solo recordaremos que se tratan de imágenes del
Inframundo, en ellas se representan seres fantásticos que habitan en aquel lugar
húmedo y fértil, como los cormoranes, también en el interior de la tierra se lleva a cabo
la transformación y la conexión con los nahuales y otros seres poderosos de la
naturaleza, como los jaguares y las serpientes, estas vasijas nos demuestran que el
Inframundo es un lugar fértil y en el cual se llevan a cabo conexiones con otros ámbitos
de la naturaleza que proveen de conocimiento. Así la figura IV. 45, puede estar
representando un ritual dentro de una cueva, los personajes se encuentran sentados uno
frente al otro, su posición no solo demuestra su rango jerárquico, sino la importancia del
suceso que esta teniendo lugar en ese espacio sagrado. Las grecas escalonadas que
acompañan la escena tienen como ya hemos discutido anteriormente una formal
singular, pero a pesar de ello es claro que representan al Inframundo, ya que las líneas
cruzadas en su interior representan oscuridad (Bassie 2002: 14), la oscuridad del mundo
subterráneo, idónea para los rituales sagrados.
La figura IV. 46 nos muestra un vaso polícromo con dos bandas de grecas
escalonadas, una en la parte superior y otra en la inferior, ambas enmarcan una imagen
de clara alusión al interior de la tierra, se trata de un ser cuyo cuerpo está formado por el
signo K´AN que junto con la flor de cuatro pétalos también representa a las cuevas
(Sheseña 2006: 149), cinco círculos crean el espacio en el cual surge este símbolo, cuatro
en las esquinas y uno en el centro. Se trata de una manifestación del Inframundo, de la
oscuridad y en este sentido del sol nocturno. El rostro del personaje tiene semejanza con
119
el de un reptil, quizá en su totalidad esta imagen represente a la tierra y al tener el signo
K´AN en su cuerpo así como las series de grecas escalonadas enmarcando la figura está
remitiendo directamente al Inframundo, esto viene a ser corroborado por los colores
usados en el vaso, las figuras están en negro, el fondo en un naranja tenue y cremoso,
mientras el borde y la base en un naranja mucho más intenso. De esta forma las líneas y
formas en negro junto con el tratamiento ondulante de la composición procuran la
mayor atención del espectador.
Otro vaso con el signo K´IN es el de la figura IV. 47, una banda de grecas
escalonadas marca la parte superior del vaso, el resto está dividido en cuatro secciones,
alternadas por un panel con la imagen del Dios K y otra con cinco signos K´IN en
posición vertical, Robicsek menciona que el fondo es en su totalidad rojo (Robicsek 1978:
190). Si tomamos en cuenta que para los Mayas la direcciones tienen asignadas colores
diferentes y específicos y que además cada color guarda un significado concreto,
podríamos decir que el hecho de que en especial este vaso tenga un fondo en su
totalidad rojo y que además contenga signos K´IN es porque está representado el fuego
regenerador o quizá al Sol del este, es decir un nuevo sol, y con ello la regeneración de la
vida, y quizá sea por ello que aparece junto a la cabeza del Dios K, que según Karl
Taube representa la vitalidad (Taube 1992: 79). La serie de grecas escalonadas están
presentes para manifestar además de la fertilidad de la tierra, el hecho de que una vez
devorado, el sol sale de nuevo del interior de la tierra.
God K was an important god of classic Maya lineage and rulership... the agricultural dimension
of god K pertains directly to elite power and dynastic descent... a deity identified with lightning,
rain, and fertile maize, god K epitomizes the vital, engendering force from which lifes comes
(Taube 1992: 79)
De esta manera contamos con los elementos necesarios para interpretar la
escena grabada en la cual una mujer de alto rango, ─probablemente la madre o la esposa
120
del gobernante (Schele and Miller 1986: 76)─ sostiene en su mano la imagen del Dios K,
su vestimenta ostenta símbolos de la tierra y la fertilidad proveniente de la misma, los
bordes de su vestido están decorados con grecas escalonadas y otros elementos en forma
de T y también por lazos entrelazados (cuerda), la ejecución artística es impecable y
realza realmente la imagen de la mujer (Figura IV. 48). Esta figura puede comprenderse
como la imagen de una mujer de alta jerarquía, nosotros pensamos que se trata de la
madre del gobernante, por el hecho de que sostiene en su mano al Dios K quien es
reconocido como el protector de los linajes gobernantes y por lo tanto de la conservación
de la dinastía, es decir con la procreación, es por ello que la mujer representada puede
ser considerada la madre del gobernante. Su vestido ostenta símbolos como la cruz, el
símbolo T, y la greca escalonada que representa a la tierra y su fertilidad, el elemento en
forma de cordón puede entenderse precisamente en el hecho de la continuidad del
linaje, es decir la vinculación con los ancestros (Sheseña 2006: 135). En general esta obra
de arte está destinada a enaltecer la imagen de la mujer quien representa el medio por el
cual la dinastía gobernante continúa en el poder, auspiciada por los elementos de la
naturaleza y por consiguiente por el Dios K.
Ahora analizaremos otra asociación de la greca escalonada, en la figura IV. 49
una serie de grecas escalonadas en color negro decoran la parte periférica del plato en
color naranja, en el fondo en un naranja más ligero está representada la imagen de un
señor sobre su trono, se encuentra sentado y su cuerpo es casi en su totalidad de color
negro, ostenta en su tocado la imagen de un colibrí. Aunque son varios los autores que
mencionan a un dios de los mercaderes cuyo cuerpo está pintado de negro (Baudez
2004; Taube 1992; De la Fuente 2001, por mencionar algunos) también es cierto que en
esta imagen no podemos confirmar que se trata de la representación de un dios, quizá,
lo más plausible desde nuestro punto de vista es que se trate de un comerciante, ya que
tal como lo sugiere Karl Taube, es factible que así como en el Posclásico, en el Clásico
Tardío no exista una diferencia y por lo tanto una contradicción entre el gobernante y el
mercader (Taube 1992: 88), ya que eran ellos los titulares, los que tenían el poder para
121
comerciar con otras ciudades, esto quedaría sustentado por el hecho de que en el plato el
personaje pintado de negro está sentado en un trono, propio de los gobernantes. La
relación de la greca escalonada con el comercio puede entenderse en el hecho de que al
representar el concepto Cueva-Montaña, está directamente asociada a la fertilidad
proveniente de la tierra, con la abundancia, en este sentido los artículos propios del
comercio entre los mayas provienen de la tierra, de su aspecto fértil y bondadoso.
Alla Kolpakova analiza el símbolo del rombo entre los mayas y concluye que
éste representa a la tierra cultivada (fertilidad) (Kolpakova 2008: 291), tal como puede
verse en la Figura IV. 50, donde también aparece una serie de grecas escalonadas, junto
con símbolos en T. Esto comprueba que la greca escalonada está vinculada a la tierra y
como hemos comprobado y asignado en este trabajo, representa el concepto Cueva-
Montaña, es por ello que se le considera un símbolo alusivo a la fertilidad y a la
abundancia, por ello los comerciantes portan o aparecen relacionados con la greca
escalonada. Así, no cabe duda que en la Figura IV. 51, que es muy parecida a la
analizada con anterioridad, está mostrando de la misma manera a un gobernante
sentado en su trono con su indumentaria de comerciante y su cuerpo pintado de negro,
las grecas escalonadas refieren al lugar del cual deriva su poder. La única diferencia
radica en el hecho de que este plato es de los denominados como “cerámica matada”,
este termino hace referencia a que en su interior se localiza un pequeño agujero, estas
cerámicas “matadas” se encuentran en tumbas y por lo general se colocan sobre el
cráneo para que el alma del muerto pueda salir (Coe 1982: 86; Baudez 2004: 231).
Otro ejemplo de cerámica “matada” con grecas escalonadas es la presente en la
Figura IV. 52, en ella puede observarse un plato con un ser fantástico en su fondo, se
trata de una criatura con rasgos de diferentes animales, su cuerpo parece el de una
serpiente, aunque se hace más grande a medida que se acerca a la cabeza, su cuerpo
tiene manchas figurando la piel de un jaguar, se nota también lo que puede considerarse
una oreja, quizá de un venado, con su mandíbula abierta parece exhalar fuego, sobre su
122
cabeza y en la punta de su oreja también se localiza este elemento, en su totalidad su
forma refleja los elementos propios de los seres que habitan el Inframundo. La parte
interna del plato (paredes) está dividida en dos, la primera parte está decorada con
líneas anchas en posición vertical alternando con líneas más delgadas en la misma
posición, la segunda sección esta pintada con tres grecas escalonadas que se conjugan
con círculos que a los lados tienen líneas decrecientes, como ya hemos visto estas líneas
corresponden al ambiente húmedo del Inframundo, los círculos más pequeños que se
localizan entre las grecas escalonadas y los círculos grandes terminan la decoración de la
segunda parte. Todos estos elementos y principalmente la greca escalonada sirven para
enfatizar que esta criatura habita en el Inframundo, el agujero en el centro nos indica
que se trata de un plato funerario. Como ya hemos mencionado lo más probable es que
esta cerámica haga referencia a los nahuales que tienen su morada en las cuevas.
Otra vasija muy semejante en su estilo es la que se reproduce en la Figura IV. 53,
al igual que en la anterior, sus paredes están divididas en dos, la primera de ellas
presenta una serie de triángulos que en su interior llevan pequeños círculos, el espacio
formado por los triángulos repite su forma y está pintado en su totalidad de color negro,
por su parte la segunda mitad del plato tiene una decoración parecida a la anterior con
grecas escalonadas alternadas, solo que en esta ocasión los elementos con los que se
conjugan son dos flores de cuatro pétalos, que en cada una de ellas lleva un círculo de
color negro y un centro circular pero sin tener su volumen tan marcado en negro. En su
interior se reproduce la cabeza de un venado. Cabe mencionar que cada una de estas
escenas es de difícil interpretación, ya que los elementos que en ellas se presentan aun
no han podido ser interpretadas en su totalidad. Lo que si es del todo cierto es que los
elementos aquí involucrados tiene una relación innegable con el Inframundo, por
ejemplo, en la parte más baja del centro de la imagen, se observan lo que podríamos
denominar ojos, son tres y los hemos encontrado en otras escenas de clara referencia a
seres sobrenaturales que habitan en las profundidades de las cuevas. Tanto las grecas
123
escalonadas, como las flores y por supuesto la escena principal donde aparece el ser
fantástico nos remiten a un solo contexto, el Inframundo.
Una más de este estilo es la Figura IV. 54, en realidad se trata de un dibujo de B.
Van Heusen, al igual que las anteriores está dividida en dos partes, la primera contiene
triángulos que en su interior tienen puntos verticales en fondo negro, el siguiente
espacio está ocupado por cuatro grecas escalonadas alternadas con cuatro círculos que
en su interior contienen líneas circulares, remarcando la escena principal se encuentran
líneas paralelas espaciadas por pequeños círculos, estas formas nos recuerdan a las
aguas subterráneas, la imagen del centro del plato es una especie de reptil con elementos
acuáticos y probablemente ─como en la primera de estas tres vasijas de estilo
semejante─ el símbolo del fuego.
Perteneciente a la cerámica “matada” como los anteriores ejemplos, aunque con
un estilo diferente, en la Figura IV. 55. Observamos que una serie de grecas escalonadas
aunque divididas en diferentes paneles por líneas verticales, construyen la decoración
de las paredes del plato. En el centro una criatura semejante por el rostro y por la
manchas en la piel a un jaguar, aunque como en los ejemplos anteriores su cuerpo está
completamente estilizado, guarda en su interior a un personaje, puede tratarse de el
nahual del personaje representado en su interior o quizá sea una representación de la
tierra en cuyo interior se encuentra ahora el ser humano que ha muerto. De esta forma la
greca escalonada responde a los mismos criterios simbolizando el Inframundo, lugar a
donde se van los seres para regenerarse.
En otro sentido aunque también correspondiente al Inframundo, una cerámica
que ya hemos comentado con anterioridad, nos muestra al Dios N o Pahuatun en el
interior de la tierra (Figura IV. 56). Quizá el dibujo de un plato hecho por B. van Hedsen
(Figura IV. 57) represente a los pahuatunes en su forma de monos, ya que como lo
menciona Alejandro Sheseña, en ocasiones el Dios N es representado como un mono
124
(Sheseña 2008: 198), aunque en esta ocasión son dos, y parecen estar danzando o
saltando, los monos no están disociados de las cuevas, al contrario con frecuencia se les
encuentra relacionados, ya sea con el Dios N o en las pinturas en cuevas (Sheseña 2006:
93), así su relación con el Inframundo es innegable y esto es corroborado por el hecho de
que una greca escalonada invertida se encuentra dentro del espacio donde se localizan
las imágenes de estos seres, y justo como lo hemos propuesto debido a las evidencias
anteriores en Monte Albán, la greca escalonada parece estar aquí presente en su forma
primigenia, por lo menos en su aspecto individual, su posición “invertida” señala el
acceso al mundo subterráneo donde habitan estos monos, por ello está exactamente
sobre ellos. Además de jeroglíficos, los costados del plato aluden y recalcan que se trata
del Inframundo, cinco paneles con dos flores de cuatro pétalos cada uno completan esta
escena. Es importante notar que tanto el fondo de estos 5 paneles así como el cuerpo de
los monos y el interior de la greca escalonada están pintados de color negro, haciendo
referencia a la oscuridad que domina en este espacio sagrado.
Hasta aquí cada uno de los contextos analizados hacen referencia directa al
Inframundo, los elementos que acompañan a la greca escalonada así lo indican, aunque
de una forma indirecta cada una de las imágenes anteriores mantiene una vinculación
con el aspecto que a continuación vamos a analizar, se trata del poder político y por lo
tanto social, ya que, por ejemplo, los únicos que eran enterrados con este tipo de
cerámica y quienes los poseían en vida eran los miembros de la elite gobernante, de esta
forma puede entenderse que la greca escalonada haya llegado a cumplir una función
politica, ya que al representar a la tierra en su aspecto benéfico y fértil, el concepto
Cueva-Montaña en su manifestación de greca escalonada se ha convertido para el
Periodo Clásico tardío en un símbolo del poder de los señores mayas. En la figura IV. 58,
está representada una escena palaciega, el gobernante se encuentra sentado sobre su
trono junto a otros miembros de su corte, frente a él se localiza un personaje rindiéndole
pleitesía, se encuentra de rodillas y con los brazos cruzados en señal de reverencia, el
personaje principal parece tomarle atención mientras a su lado se haya otro personaje
125
que parece a su vez dirigirse al gobernante, a un lado se encuentran dos hombres más
que platican entre sí, a juzgar por su apariencia podríamos decir que son de menor
jerarquía que los tres citados con anterioridad. Como es obvio la escena se centra sobre
el señor maya que se encuentra sentado sobre su trono, justo debajo de él se haya una
imagen del Monstruo de la Tierra adjudicándole el poder que le corresponde, aunque
por sí misma esta imagen de la naturaleza representa el poder, el gobernante está por
encima de ésta, el hecho de que aparezca esta imagen de la tierra solo sirve para
adjudicarle el papel cósmico que le corresponde (Baudez 2004: 86). Además de esta
imagen del Monstruo Cauac que indica que como en los orígenes la sede del poder debe
situarse en el Inframundo (Baudez 2004: 83), se puede observar que el trono del
gobernante está decorado por lo que podría considerarse un muro que en su parte más
alta mantiene una serie de grecas escalonadas, que tal como hemos dicho están
presentes para brindar al soberano un entorno mítico y cósmico, donde él es la figura
principal, teniendo de su lado a la naturaleza y de manera más especifica a la tierra con
todas su propiedades. Otra escena palaciega (Figura IV. 59) nos muestra a un dignatario
sentado también sobre su trono, a él se dirigen una serie de personajes portando
diversos objetos, quizá se trate de regalos que se les brinda por parte de otros señores,
entre los obsequios pueden distinguirse principalmente ropa y cerámica, la ropa a la que
nos referimos tiene como decoración la greca escalonada en serie, tal como la llevan
algunos de los personajes que sostienen los obsequios, de esta representación podemos
deducir lo siguiente, por una parte los regalos y obsequios entre los señoríos funciona
como una forma de mantener las relaciones políticas, así como una para demostrar
afecto entre los grupos de poder, la greca escalonada puede ser considerada como
hemos visto en otros ejemplos, uno de los elementos más frecuentes en la vestimenta de
los grupos de elite, ya que al representar a la Cueva-Montaña y por consiguiente sus
propiedades benéficas, realza y enaltece a los portadores de este símbolo, por otro lado
el hecho de que en la imagen se observe que uno de los regalos que le llevan al señor
maya es una cerámica confirma lo expresado por Baudez:
126
Mas allá del uso funerario, muchas vasijas decoradas servían como objetos de lujo y de prestigio,
que circulaban entre las elites de regiones en ocasiones muy alejadas, haciendo las veces de regalos
u objetos de intercambio para celebrar alianzas o aniversarios (Baudez 2004: 44).
De esta manera al mismo tiempo corroboramos lo dicho con anterioridad con
respecto a los platos y vasos con decoraciones de grecas escalonadas, el hecho de que el
símbolo aparte de representar directamente el Inframundo, se haya convertido en un
símbolo al servicio del grupo gobernante para ratificarse en el poder. Tal como dice
Dorie Reents:
These paintings on ceramic allow us a glimpse of this rich artistic tradition as well as of
the highly codified elite stratum of maya society and the historical and mythological events that
sustained them (Reents 1994: 2).
Un caso concreto de esta utilización podemos apreciarla en la Estela numero 1
de Bonampak, en ella se esculpió la imagen del gobernante de la ciudad, como es de
suponer este grabado en piedra nos muestra al poderoso señor en todo su esplendor,
con su mejor vestimenta, en ella se incluye, tal como se aprecia en la figura IV. 60, un
cinturón con grecas escalonadas, aunque dada la perspectiva desde la que fue
reproducida además del daño de la pieza solo puede observarse una, como
mencionamos, el gobernante está aquí representado en una asociación con la naturaleza,
con la tierra de la cual proviene su poder, esto queda claro cuando observamos que se
encuentra parado sobre un Monstruo de la Tierra. Baudez hace una recapitulación en
este sentido, es decir en la forma en la que el arte prehispánico utiliza las imágenes como
un medio de expresión del poder político:
Tanto en la iconografía maya como en la olmeca, la relación entre el monstruo terrestre y el
soberano puede ser representada como una relación dinámica. Así el rey que surge de la
hendidura frontal o de entre las fauces del monstruo es asimilado al sol naciente en una metáfora
127
de entronización. Paralelamente, quien cae en las profundidades del inframundo muere cual el sol
poniente (Baudez 2004: 82)
De esta manera se pretende que la relación sea explícita y concreta, los
elementos que le rodean le confieren las cualidades necesarias para considerarse y
legitimar su poder como soberano de la ciudad de Bonampak. Sophia Pincemin afirma
que el tema general de la composición artística de la plaza es la glorificación del señor
Chaan Muan II (Pincemin 2008: 61). En la misma ciudad famosa por sus murales donde
se representa en diferentes cuartos escenas de un mismo evento, en el primero las
imágenes nos indican que se trata del inicio de la liturgia, con danzas y música, el
segundo cuarto es el momento en que se lleva a cabo la guerra, la lucha contra los
enemigos, mientras que en el tercero termina con una ceremonia (Martin, Grube 2000:
136) debido a que la ciudad salio victoriosa de la batalla emprendida. En la figura IV. 61,
se observa que en el cuarto dos uno de los contendientes es un individuo perteneciente a
la ciudad de Bonampak, ya que es el que tiene tomado por el cabello a su cautivo, tiene
en su ropa a la altura de su hombro una greca escalonada de color celeste, sobre el fondo
rojo de la tela, de esta forma comprendemos que para este momento la greca escalonada
era ya toda una insignia de poder, ya que inclusive en los actos bélicos puede verse
portada por los vencedores, definiendo claramente su postura y remarcando que su
poder proviene de la tierra. En la figura IV. 62 se observa al que probablemente podría
considerarse como un guerrero, porta un casco con la cabeza de un jaguar, el resto de su
ropa también presenta esta similitud con el animal sagrado que mora en el Inframundo,
esta vinculación entre el jaguar y la tierra es muy antigua y es totalmente comprobada
cuando nos percatamos de que tanto en el brazo, a manera de brazalete, como en una
cinta que corre alrededor de su cintura, la decoración está elaborada a partir de grecas
escalonadas, permitiéndonos inferir que probablemente para el periodo Clásico Tardío,
la greca escalonada esta totalmente relacionada con el poder tanto político como militar,
quizá por el hecho de que representa el lugar mismo de donde proviene su poder. Esto
queda del todo comprobado cuando en el peralte de la banqueta del cuarto número 3 de
128
Bonampak, está pintada por toda su longitud con grecas escalonadas en color rojo.
(Figura IV. 63). La escena puede ser considerada como un evento de ascensión al trono
(Alfonso Arellano 1998: 275) y en este caso el ritual propicio es llevado en el lugar
sagrado de donde proviene el poder y el linaje: la cueva.
Otro ejemplo concreto acerca de la utilización de la greca escalonada como
símbolo de poder es la vestimenta de los altos dignatarios mayas, podemos encontrarla
en Yaxchilán, en el Dintel 26 de esta ciudad (tanto el dintel 24 como el 26, pueden
fecharse hacia el 725 d.C.) ( Schele and Miller 2001), se observa al rey Itzamnaaj Bahlam
II (Coe and Van Stone 2005: 138) frente a su esposa que sostiene la cabeza de un jaguar,
esta escena representa al gobernante antes de partir a la guerra, puede apreciarse que su
tocado está conformado por una imagen del Dios K, que como hemos apuntado, es
utilizado para sostener y conferir el poder a la elite gobernante y tal como menciona
Yuri Knórozov La cabeza del Dios K, en calidad de símbolo ígneo, era utilizada como una
insignia política fundamental para ratificar a los gobernantes en el poder (Sheseña 2006: 196).
Lo interesante de la escena representada en Yaxchilán, es que la indumentaria del señor
maya, está decorada por grecas escalonadas conjugadas con círculos y líneas cruzadas
(Figura IV. 64). De esta manera la greca funciona como un símbolo que ratifica el poder
que posee el soberano y al igual que la cabeza del Dios K esta ahí para acentuar esta
característica, esta utilización de los símbolos será una constante en el área maya
(Sheseña 2007: 379). La indumentaria juega un papel jerarquizador en la sociedad maya
(Sheseña 2006: 207) y parece obvio que símbolos como la greca escalonada solo
estuvieran presentes entre los altos mandos de su política, estos elementos artísticos son
parte de una estructura ideológica que sostenía a los grupos de elite en el poder, ya que
el rey o gobernante maya recibía sus insignias de poder por medio de la vinculación
directa con el ancestro mítico de toda la comunidad, es decir de todo el pueblo, él era el
hermano mayor, el más afín con el antepasado mítico común (López Austin 1999: 73).
129
En el Dintel 24 se esta llevando a cabo un ritual de sacrificio, K´abal Xook la
esposa del gobernante (Coe and Van Stone 2005: 138) se lacera la lengua con una cuerda
con espinas mientras el gobernante mantiene en alto una antorcha (Baudez 2004: 204).
Esto es interesante ya que nos proporciona una escena que tiene que llevarse acabo en la
oscuridad, probablemente en una cueva o quizá en algún recinto dedicado para rituales
de esta naturaleza, es decir un espacio sagrado que recordara al Inframundo. Este ritual
de autosangrado es recurrente en toda el área maya, ya que era necesario que los
miembros del linaje gobernante entregaran ofrendas preciosas a sus ancestros para
asegurar la continuidad de la dinastía (Sharer 1999: 514), y qué mejor manera de
demostrar su agradecimiento y de rendirles culto que entregarles su propia sangre
(Figura IV. 65). Es interesante que la manera en la que se recoge esta ofrenda sea sobre
una cesta que tiene la imagen de la greca escalonada, como hemos demostrado la greca
escalonada representa el Inframundo (Cueva-Montaña), la ofrenda se realizaba a la
tierra. Es probable que esta representación simbólica manifieste el hecho de que en
verdad el sacrificio se llevo dentro de una cueva y por ello el señor maya mantiene una
antorcha, aunque dado el nivel de complejidad que había alcanzado la cultura maya en
el periodo Clásico Tardío, también es probable que esta escena haya tenido lugar como
ya antes lo mencionamos en un espacio construido especialmente para este tipo de
acciones litúrgicas y que precisamente la cesta contiene el símbolo de la greca
escalonada para referirse al hecho de que la ofrenda de sangre que se esta ofreciendo, se
dirige a la tierra. Esto último es probable si tomamos en cuenta que por ejemplo, en
Copan los altares adquieren formas que simulan la apariencia del Monstruo de la Tierra
y que en las escenas pintadas sobre cerámica los sacrificios se llevan a cabo sobre un
mascarón terrestre (Baudez 2004: 33). En efecto podrían haber realizado los sacrificios
sobre la tierra misma dentro de una cueva, definitivamente así debió ser en los primeros
tiempos de su cultura, pero en este periodo su cultura se encuentra en un estado
diferente, donde es posible crear obras de arte, monumentos arquitectónicos que
simulen los elementos naturales (pirámides, altares, esculturas, etc.).
130
Toniná es quizá la ciudad maya donde la greca escalonada alcanza su mayor
expresión artística y probablemente su más alto grado como símbolo de poder. La
mayoría de las construcciones de Toniná corresponden al periodo Clásico Tardío
(Becquelin y Baudez 1982: 1113) y son precisamente ellas las que nos ayudan a vincular
a la greca escalonada con el grupo en el poder. Por ejemplo, en la figura IV. 66, podemos
apreciar el grabado de grecas escalonadas alrededor de lo que nosotros consideramos
un trono, un asiento dedicado para el gobernante de la ciudad, esta imagen nos indica
que como hemos podido observar en las imágenes palaciegas, tal y como están
representadas en las vasijas, la greca escalonada realmente estaba presente tanto en los
tronos, como en los edificios consagrados a la sede politica, no son símbolos adaptados a
la creación artística en pintura expresada en cerámica, sino que nos encontramos frente a
un símbolo que se ganó un puesto inamovible en la sociedad y la política de los antiguos
mayas, este trono decorado es una prueba de que los gobernantes, y en este caso
especifico, el señor de Toniná se representaba en una situación cósmica; el arte estaba al
servicio de la clase gobernante para incrementar su poder en forma sensitiva y expresar
la importancia de la personalidad del gobernante, situarse sobre un trono que
representa a la Cueva-Montaña es considerarse un elemento de suma importancia en la
organización no solo de la sociedad, sino también de la naturaleza. Pero este es solo un
aspecto de la utilización del símbolo en estudio, el grado más alto al que llegó la
manifestación de la greca escalonada se encuentra en el tercer nivel del centro
ceremonial de la imponente ciudad de Toniná.
La Figura IV. 67 nos muestra cuatro grecas escalonadas sobre un espacio plano y
rectangular, estas cuatro grecas se sitúan una en cada esquina, si observamos más de
cerca tal como aparece en la Figura IV. 68, nos daremos cuenta que se tratan de dos
planos, cada uno con sus correspondientes relieves que forman grecas escalonadas.
Cada uno de los ganchos se mantiene hacia el límite exterior, las grecas de la parte
superior se invierten en las de la parte inferior. Nos encontramos frente a un
cosmograma, cada una de las grecas escalonadas (Cueva-Montaña) representan las
131
cuatro montañas que mantiene en orden al universo, una en cada dirección. Pero no se
trata únicamente de un cosmograma cualquiera sino de lo que plantea Baudez en el
apartado llamado Microcosmos y Recorridos Rituales:
Nos referimos aquí a edificios o conjuntos de edificios que representan el universo, total o
parcialmente, en dos o tres dimensiones, en los que los sacerdotes oficiantes llevaban a cabo
recorridos rituales (Baudez 2004: 94)
Si observamos con detenimiento la Figura IV. 68, nos daremos cuenta de que la
greca escalonada adopta no solo de manera grafica su esencial significado de acceso al
Inframundo, sino que en este caso sus escaleras literalmente sirven para ascender y
descender por ellas, el hecho de que sus gradas sean tan estrechas se debe precisamente
a que solo una persona era capaz de realizar este recorrido, nos referimos al sumo
sacerdote, al gobernante de la ciudad de Toniná, por este medio artístico el sacerdote
realizaba un recorrido ritual, el cual debido al significado de la greca escalonada tenia
que ver precisamente con descender y ascender del Inframundo. Para comprender en su
totalidad la utilización de este espacio es necesario un estudio mas profundo acerca de
los posibles rituales celebrados en Toniná, nosotros por nuestra parte proponemos, a la
luz del significado de la greca escalonada, que el recorrido ritual realizado por el
gobernante llegaba a un punto en el que se situaba justo a la mitad de la composición, es
decir se colocaba en el centro del universo, adquiriendo de esta forma una cualidad
cósmica, la de mantener (al igual que las montañas) el orden del universo.
Estas relaciones entre arquitectura (simbolismo) y organización social (dominio)
junto con la estructura ideológica (Schavelson 1980: 151) nos dibujan una sociedad
compleja en todos los sentidos, en la cual existía una jerarquía bien establecida,
inquebrantable, su tendencia era cada vez más polarizada, por un lado la elite
gobernante, con el sumo sacerdote que era al mismo tiempo el gobernante de la ciudad
y quien controlaba la economía del lugar, con una base litúrgica basada en recorridos
132
rituales que lo asemejaban a las fuerzas de la naturaleza y le otorgaban el poder
necesario para imponerse sobre los demás, para ser el líder y el único capaz de llevar a
cabo el sustento del pueblo y del universo, por el otro, el grueso de la comunidad,
quienes tenían que estar trabajando de forma constante para poder lograr el excedente
de producción que permitiera la elaboración de tan suntuosas edificaciones, así como el
mantenimiento de la clase en el poder que se dedicaba exclusivamente al aparato
ideológico, así como a la creación de nuevos símbolos que les brindaran una mayor
exaltación frente a sus rivales y principalmente frente a su propio pueblo, demostrando
su poder y su superioridad adquirida por su linaje.
El edificio de Palenque en el que se representa la hendidura de la tierra por
medio de grecas escalonadas en composición de espejo, ya fue analizado con
anterioridad, únicamente recordaremos que esa imagen es una manifestación de la
fertilidad de la tierra y la greca escalonada en su composición reflejada es precisamente
la forma característica de esta manifestación (Figura IV. 13).
Aunque sin alcanzar el esplendor logrado en el Clásico, la greca escalonada
sigue estando presente en la cultura maya en el Posclásico, de manera semejante los
edificios siguen siendo decorados con grecas escalonadas, para manifestar su cualidad
sagrada, es decir su vínculo directo con el complejo Cueva-Montaña. Varias de las
construcciones Posclásicas ya fueron abordadas en el comienzo de este capítulo, por ello
aquí solo retomaremos una parte para ejemplificar la continuidad en el uso y
significado, así como las relaciones con el poder. En Chichen Itza una construcción que
representa en general a la tierra con sus propiedades, tiene en su decoración una serie de
grecas escalonadas, junto a los mascarones del Monstruo de la Tierra. Además en el
templo de los jaguares de la misma ciudad (Figura IV. 69) se localiza parte de un mural,
en el que se representa una batalla, algunos de los guerreros llevan en sus escudos el
símbolo de la greca escalonada, este hecho manifiesta (como en el caso de los
gobernantes que utilizaban en sus ropas grecas escalonadas para manifestar su poder
133
proveniente de la tierra) que el ejército tenía como principal objetivo mantener la
continuidad de su dinastía, defendiendo su territorio, aunque quizá también tenga
relación con el argumento de Michel Graulich que Baudez menciona:
Los guerreros Atlantes que sostienen los altares traducen la intención de realizar ofrendas
colectivas, y su transformación en columnas sobre las que reposa el techo indica su función de
soportes del mundo: gracias a ellos, que proporcionan las victimas del sacrificio, el universo no se
detiene (Baudez 1996: 290).
Este vínculo podría ser reafirmado cuando observamos que los atlantes de Tula,
llevan en su vestidura la greca escalonada. En la ciudad de Chichen Itza, los guerreros
adquieren una trascendencia considerable ya que son mayoría entre los personajes
representados (Baudez 2004: 258). Es probable que ésta vinculación entre guerreros y su
relación con el mantenimiento del universo por medio de la guerra y en este sentido,
fuertemente relacionado con el Inframundo (greca escalonada), provenga desde el
periodo Clásico (Tardío) (Figura IV. 62). Continuando con las ciudades mayas del
Posclásico que presentan en su decoración grecas escalonadas, contamos con la ciudad
de Labná. Baudez menciona:
Aunque los estilos arquitectónicos en Yucatán utilicen con profusión la greca escalonada como
motivo, la combinación de dos motivos podría reproducir intencionalmente la hendidura frontal
del monstruo terrestre, tal como sucede en el costado oriental de la puerta monumental de Labná
(Baudez 2004: 77).
El arco de Labná marca precisamente la entrada a un espacio sagrado, un patio
rodeado por una serie de edificios (Ruz Lhuillier 1991: 69) donde probablemente se
celebraran rituales pero que sin duda eran dirigidas por la clase gobernante. De esta
forma la greca escalonada en composición de espejo representa la entrada a un lugar
sagrado, al Inframundo, lugar al que únicamente podían acceder los altos sacerdotes a
134
celebrar los rituales y los sacrificios necesarios para el correcto funcionamiento del
cosmos (Sharer 1999: 500). Tanto Xlapak como Dzibiltun presentan edificios
consagrados al Inframundo, en ellos se aprecian claramente grecas escalonadas que
acentúan su característica sagrada, terrestre. En el primero la utilización formal de la
greca escalonada es idéntica a la de Labná, solo que en esta ocasión acompañada por
una serie de mascarones terrestres. Spinden ya había considerado a las grecas dobles
(composición de espejo en su variante de reflejadas por la escalera) como elementos que
se asemejaban a los mascarones terrestres (Spinden 1957: 124). Mientras tanto en
Dzibiltun es mucho más compacta y se juega con las composiciones de espejo,
reflejándose tanto por la escalera como por el gancho, al colocarse en la entrada estas
manifestaciones artísticas advierten y comprueban que es un lugar dedicado al
Inframundo. Lorraine A. Williams Beck nos dice que en la estructura arquitectónica de
esta ciudad se repiten constantemente los motivos terrestres, así como la relación de
estos edificios con el Dios K, patrono de los linajes y que además tiene su morada en las
cuevas (Williams Beck 2001: 62-63).
Uxmal es quizá la ciudad del periodo Posclásico donde la greca escalonada
alcanza nuevamente parte de su espectacularidad Clásica, la figura IV. 70 nos muestra
un edificio en reparación, a pesar de que su estado no es el mejor, puede apreciarse
claramente parte importante de su decoración, una serie de mascarones terrestres
conjugados con otros elementos que caracterizan al Inframundo (círculos y lo que
podrían ser huesos), a un lado de estas representaciones encontramos una línea de
grecas escalonadas (debido al estado solo pueden apreciarse dos) en posición vertical, su
composición es muy libre, inclusive este ejemplo es único en toda el área maya y quizá
en toda Mesoamérica, los escalones son únicamente dos, en su interior tiene la imagen
de un ave, es difícil asegurar de que clase de ave se trata, pero la figura nos recuerda a
las imágenes usadas en el centro de México, el gancho es doble en dos planos de tal
forma que acentúan la profundidad formal del símbolo. Esta decoración es repetida en
la gran pirámide, en esta figura IV. 71, una serie de grecas escalonadas en posición
135
básica seguida por otra franja superior donde las grecas aparecen invertidas. Por ultimo
en el centro dos grecas escalonadas en posición de espejo coronan el simbolismo
terrestre, cada una de las grecas escalonadas mantiene en el centro de su gancho una X,
cabe mencionar que las grecas están divididas de dos en dos, excepto las superiores que
se separan por su divergencia orientando dos hacia cada lado (partiendo como
habíamos mencionado de las grecas en composición de espejo), esta imagen nos ayuda a
comprender que la utilización de la greca escalonada como hendidura de la tierra sigue
vigente, así como su forma original (invertida) contrastando con la básica, es decir en
este panel de grecas se conjugan diversas composiciones formales, aunque el significado
y la alusión al aspecto terrestre sigue siendo la misma, la innovación presente en Uxmal
recupera parte de ese impulso creador característico de los mayas.
El llamado palacio del gobernador es un edifico imponente de mas de 100
metros de largo (Ruz Lhuillier 1991: 69) dividido en tres cuerpos, las dos construcciones
laterales son más pequeñas que la central, la decoración de su friso está elaborada con
mascarones terrestres que comienzan en las esquinas del edificio, estos mascarones que
representan a la tierra se desplazan a partir de las esquinas sobre el resto del friso en
forma de zigzag, en el centro del edificio se encuentra la imagen del gobernador, el
fondo del friso son líneas cruzadas, sobre ellas (y consideramos que también fue tomado
en su diseño original como parte del fondo) se encuentran grecas escalonadas, estas
grecas escalonadas se desplazan hacia lados opuestos a partir del centro, es decir, que la
imagen del gobernador juega una vez más el papel más importante de la iconografía, ya
que es ahí donde reside y desemboca toda la fuerza expresiva del conjunto
arquitectónico (Figura IV. 72). De esta forma las grecas escalonadas junto con las líneas
cruzadas forman el fondo del friso. Mientras que los mascarones terrestres se
encuentran en un segundo plano, la imagen del gobernador se haya en el sitio principal,
de esta forma se comprenden las palabras de Baudez que nos dice que por más
importantes que sean las representaciones (mascarones terrestres y grecas escalonadas)
siempre se encuentran subordinadas a la imagen del gobernante, que ocupa el sitio
136
principal (Baudez 2004: 245). La utilización de la greca escalonada como símbolo
terrestre sigue siendo de gran importancia en el período Posclásico, muestra de ello es la
manera en que los arquitectos de la ciudad de Uxmal manejaron su forma, adaptándola
a nuevas composiciones e imprimiéndole su propio estilo. Por otro lado su utilización
como símbolo de poder sigue siendo inamovible, la greca escalonada es el símbolo
predilecto para enfatizar las cualidades de los gobernantes, en este caso el señor de
Uxmal se coloca en una posición privilegiada, al representarse en el centro de una serie
de símbolos, tanto la greca escalonada como los mascarones terrestres se encuentran a la
disposición de la figura del gobernante quien asume la posición suprema en este
conjunto arquitectónico.
RESUMEN
Realicemos un resumen de la evolución de la greca escalonada entre los mayas.
La importancia del concepto Cueva-Montaña está presente desde los periodos más
tempranos de Mesoamérica, no podemos asegurar desde que fecha se incorporaron
estos elementos a la cosmovisión prehispánica, sin embargo las representaciones
artísticas en el área pueden percibirse desde el periodo Preclásico, entre los olmecas
encontramos el cuadrifolio que representa a las cuevas, también cuerpos escalonados
que representan a la montaña. La Estela 1 de La Mojarra muestra un elemento muy
peculiar, ya que esta misma representación se reproducirá más tarde en el área maya, en
este símbolo se conjugan la abertura de la tierra junto con los ganchos que son tan
recurrentes en la ciudad de Izapa para representar a la tierra, donde también seguirán
manifestándose los elementos anteriores como el cuadrifolio y las T, ambos
representado la entrada al Inframundo desde perspectivas diferentes. Aunque en la
Estela 1 de La Mojarra el símbolo adopte la forma de una greca escalonada reflejada,
será hasta la fase Monte Albán II donde se encuentre su forma completa y característica.
Cabe mencionar que si tomamos como referencia estos primeros ejemplos tendremos
que aceptar que su forma original es “invertida”, de ahí en adelante la greca escalonada
137
no dejará de aparecer en el área mesoamericana cobrando cada vez más importancia
entre los grupos gobernantes. Frecuentemente se le hallara vinculada a entierros
funerarios, tanto en Monte Albán como en Teotihuacan así como en el área maya. Las
ciudades de Tikal y Uaxactun son las primeras en representar a la greca escalonada, la
forma en la que se encuentra es la misma en la que aparece en Monte Albán II. La greca
escalonada entre los mayas no tendrá grandes variaciones en cuanto a formas, por lo
menos para el Clásico Temprano, en el Clásico Tardío la adaptación total de este
símbolo a las necesidades expresivas de los artistas mayas dará como origen una
variedad de composiciones, sin embargo los contextos serán siempre los mismos, la
relación directa con el Inframundo y las fuerzas de la naturaleza que ahí residen, fuente
de poder y bienestar. De esta manera la elite gobernante la adoptara constantemente en
sus propias representaciones para acentuar su carácter sagrado y sustentar su poder en
la sociedad maya. Para el periodo Clásico Tardío la greca escalonada seguirá siendo el
símbolo de poder político por excelencia, muestra de ellos es la ciudad de Toniná, sus
formas adoptaran diversas composiciones en las ciudades de la península, quizá sea
Uxmal la ciudad donde la greca escalonada retome parte de su esplendor Clásico. Con
la llegada de los españoles el arte maya se termina, la greca escalonada desaparece por
completo, no obstante los elementos naturales que le dieron vida continúan, las
ceremonias en cuevas y montañas siguen hasta nuestros días, también perdura la
importancia de la tierra como fuente de vida y bienestar y estímulo para la continuidad
de los ritos y los sacerdotes entre los grupos mayas que sobrevivieron a la destrucción.
Hoy la greca escalonada es uno de los símbolos que representan a México en el mundo,
por largos años su significado estuvo oculto, aunque su fuerza esencial sigue presente
en la vida de muchos campesinos mayas que continúan regresando al lugar primigenio
sede del poder, lugar donde la vida y la muerte se conjugan en un movimiento eterno
que nos recuerda la importancia de cada instante.
177
CONCLUSIONES
Una vez que hemos realizado el análisis de la greca escalonada en sus variantes
formales, así como en sus vinculaciones culturales y comprobado nuestra hipótesis
podemos derivar las siguientes conclusiones:
Los trabajos analizados en el capítulo uno no utilizan una comparación
profunda ni tampoco un análisis de contextos, por lo tanto sus interpretaciones fueron
incompletas, la mayoría de ellas basadas simplemente en la forma de la greca
escalonada. Sin embargo, los autores no se encontraban en nuestra privilegiada
posición, en la actualidad contamos con un avance más completo en los estudios
iconográficos y con mayor número de fuentes. Los autores citados por Beyer
mencionaban elementos relacionados con el Inframundo: serpientes, agua, viento,
caracoles. Incluso Preuss ampliando este último concepto menciona que podría tratarse
de una representación del seno de la madre tierra. Por su parte Woermann al igual que
Girard menciona que las escaleras pueden hacer alusión a las pirámides y en este
sentido a las montañas. Paul Westheim relaciona a la greca escalonada con Xólotl en su
aspecto de Serpiente de Fuego basándose en una de las imágenes del códice Vaticano,
donde se observa a Xólotl descender por unas escaleras al interior de la tierra.
Analizando la Cultura del Tajín García Payón llega a la conclusión de que la greca
escalonada representa al Huracán. Terence Grieder menciona que el significado de la
greca escalonada se compone de dos elementos: la cueva y la montaña, es la primera en
adjudicar a este símbolo un doble significado conceptual. Sabina Aguilera la relaciona
con el lugar de los ancestros, el camino por el cual puede accederse al lugar sagrado que
es base de la cosmovisión Tarahumara. Por su parte Claude F. Baudez concluye que dos
grecas escalonadas en composición de espejo remiten de manera directa a la abertura de
la tierra y la fertilidad proveniente de ella. Cada una de las propuestas anteriores tienen
algo en común ya que los elementos mencionados por los autores mantienen una
relación directa con el verdadero significado de la greca escalonada: las serpientes, el
178
agua, el huracán, los ancestros, el viento, el caracol, las pirámides, la abertura de la
tierra. Todos estos elementos se encuentran vinculados con el Inframundo, algunos de
los autores citados en este trabajo se acercaron mucho a este significado; Terrence
Grieder acierta al considerar a la greca escalonada como un símbolo compuesto por dos
elementos conceptuales que como bien menciona eran parte de la estructura cósmica de
la cultura prehispánica: la cueva y la montaña, aunque debido a la forma en la que
realiza su afirmación ésta no puede tomarse muy en serio y parece poco convincente en
un principio. Por otro lado Paul Westheim nos confirma que la entrada al Inframundo se
representa por medio de unas escaleras en forma descendente. Los trabajos actuales de
Sabina Aguilera y Claude F. Baudez, aunque no tratan de manera directa sobre el tema,
sí nos proporcionan las evidencias culturales e iconográficas para sustentar nuestra
interpretación.
Para nosotros el significado de la greca escalonada es el del complejo Cueva-
Montaña, este concepto forma parte primordial de la cosmovisión no solo maya sino
prehispánica en general, hace referencia a la creación y la estructura del cosmos, el
Inframundo es el lugar en el que habitan las fuerzas generadoras de la vida, allí también
tienen su residencia los ancestros, es por ello que este símbolo adquiere una cualidad
singular en las diversas expresiones plásticas como la pintura, la escultura, la cerámica y
la arquitectura, donde se utiliza para manifestar que se trata de escenas que se llevan a
cabo en el Inframundo y en el caso de la arquitectura para adjudicar al edificio su
cualidad terrestre y sagrada. Su importancia es tal que llega a ser adoptada como una
insignia política, por medio de la cual los gobernantes ratificaban su poder. quizá la
mayor manifestación de esta relación, sea el recorrido ritual que proponemos se llevaba
a cabo en la ciudad de Toniná, donde las grecas escalonadas dirigidas a los cuatro
rumbos del universo, representando así a las cuatro montañas sagradas, solo servían
para poder brindar al espectador a un gobernante que se colocaba en el centro, como
axis mundi. Es interesante notar que este alto nivel de cultura, en que el arte se lleva a los
179
niveles más altos, tiene una relación directa con el incremento del poder político, para
que este desarrollo pudiera alcanzarse es necesario una producción económica elevada.
Intellectual progress, which reveals itself in the growth of art and science and the spread of more
liberal views, cannot be dissociated from industrial or economic progress, and that in its turn
receives an immense impulse from conquest and empire (Frazer 1944: 48).
El arte prehispánico, es un arte religioso y es precisamente en este sentido que
puede entenderse que los símbolos como la greca escalonada adquieran un papel de
vital importancia dentro de la cultura. Al representar los dos principales conceptos
mesoamericanos que en gran parte sostenían la estructura cosmogónica ─la cueva y la
montaña─ su importancia trascendía a cualquier otro símbolo. De esta manera la greca
escalonada llego a convertirse en El Símbolo Prehispánico por excelencia, manifestando
las fuerzas regeneradoras del Inframundo. Los gobernantes la ostentaban orgullosos en
sus vestidos y palacios para subrayar su origen mítico y sagrado, como los portadores
del conocimiento primigenio; al portar la imagen de la greca escalonada asumían un
papel trascendente dentro del cosmos y reafirmaban su poder político proveniente de su
linaje ancestral, ya que el centro donde residía el poder se encontraba, como en los
orígenes, en el interior de la tierra.
Los sacerdotes controlan y planifican el trabajo agrícola al mismo tiempo que
elaboran una superestructura religiosa que justifica su poder (Bartra 1975: 104). Podríamos
pensar entonces que en la época en la cual se realizaba este recorrido ritual por parte del
gobernante de Toniná, la población campesina estaba siendo fuertemente exigida, el
esfuerzo de muchos era la opulencia de pocos, principalmente del Señor de Toniná.
Toniná fue de las últimas ciudades mayas en declinar, su decadencia puede estar ligada
precisamente a la manera en la que la elite gobernante exigía cada vez mayores
esfuerzos a la población, y sus constantes conflictos bélicos. La greca escalonada en esta
ciudad fue un símbolo que estuvo presente en su esplendor y también formo parte de su
180
ocaso. Para esta época la religión se había transformado en el aparato de dominio de una
clase.
La diversidad de formas es común en las obras artísticas, la variedad de
composiciones en que se encuentra a la greca escalonada no supone un cambio en su
significado, sino más bien una adaptación a las necesidades creativas, así como una
adaptación a los elementos conceptuales que deseaban expresarse en concreto. La
combinación de elementos ondulados con otros fuertemente rectos o la inclusión de
patrones divergentes son herramientas que facilitan la expresión, además de ser
precisamente una de las cualidades del arte, la libertad; en este caso la forma se adapta a
la esencia que se desea manifestar. Que el gancho de la greca escalonada se enrolle
suntuosamente o que otras veces aparezca apenas insinuado no modifica en lo absoluto
su significado inherente, este hecho es el reflejo de un espíritu libre, capaz de
transformar la forma en búsqueda de la expresión fascinadora. En este sentido el
significado de la greca escalonada no cambia en todo el tiempo que se encuentra en uso
por los artistas mayas.
La forma de la greca escalonada es impetuosa, su forma representa a los
elementos más importantes de la cosmovisión prehispánica, en su movimiento incesante
puede percibirse toda la visión de una cultura maravillosa, su ascenso y descenso
(principalmente en la composición contrapuesta). Nos brinda de manera excepcional el
pensamiento dualista prehispánico, en su interior se refleja toda una filosofía de la vida,
donde la creación no puede ser concebida sin la destrucción, ambas son parte de un solo
movimiento que deviene incesantemente, que nunca se detiene y del cual el ser humano
es parte fundamental.
Gracias a ese contraste entre movimiento y contramovimiento, a la incesante repetición de ese
contraste, el ritmo de la greca escalonada se llena de una fuerte tensión, que es al mismo tiempo
expresión de una vigorosa vitalidad (Westheim 1991: 168).
181
Es la greca escalonada un símbolo complejo que asume las cualidades de la
existencia, no solo humana, también de la naturaleza en general, el choque frenético
entre dos fuerzas, esa inexorable relación entre vida y muerte es precisamente la que
proporciona el sentido y el valor de la vida.
Una vez llegada la conquista del área maya, la greca escalonada junto con la
gran religión oficial se desploma, se pierden todos los grandes avances técnicos e
intelectuales, las ciudades terminan en ruinas, no queda más que un pueblo de
agricultores ligados como en los orígenes a su agua, a su cerro (López Austin 1999: 76), y
aunque la greca escalonada ya no exista para ellos, la importancia de los conceptos que
la originaron siguen presentes en su vida cotidiana y en sus rituales, en su mente la
cueva y la montaña siguen permaneciendo como pilares de su mundo, siguen siendo
espacios sagrados llenos de vida y muerte.
182
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