Junco, R. y S. Vigliani_2012_Paisaje de serpientes y montañas. Objetos de madera serpentiforme en...

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La obra América tierras de montañas y volcanes recoge investigaciones recientes sobre arqueología, etnografía, etnohistoria y biodiversidad, escritas por destacados espe- cialistas en el tema. Está dividida en tres tomos atendiendo a la especialidad y cronología que abordan los ensayos científicos que se incluyen. El primero se subtitula Huellas de la arqueología, el segundo Voz de los pueblos y reúne trabajos etnográficos y etnohistóricos, y el tercero, Historia y naturaleza se aboca al estudio sobre estas materias. A pesar de la diversidad de enfoques sobre la temática genft- ral y las muchas fuentes de información que la sustenta," hay comunes denominadores teóricos y metodológicos que garantizan coherencia y rigurosidad en el proyecto global de investigación. Los múltiples espacios geográfi- cos que se estudian y la variedad de tiempos históricos en que se abordan son garantía de que el lector podrá aden- trarse en los más ancestrales misterios de la volcanes en el marco de los más * investigación. J- » * ' AMÉRICA TIERRA DE MONTAÑAS ' VOLCANES I PROYECTO EJE DE INVESTIGACIÓN ESTUDIO. CONSERVACIÓNf RESTAURACIÓN DEL PATRIMONIO CULTURALYECOLÓGICODELOS VOLCANES islituto Nacional e Antropología t e Historia

Transcript of Junco, R. y S. Vigliani_2012_Paisaje de serpientes y montañas. Objetos de madera serpentiforme en...

La obra América tierras de montañas y volcanes recogeinvestigaciones recientes sobre arqueología, etnografía,etnohistoria y biodiversidad, escritas por destacados espe-cialistas en el tema. Está dividida en tres tomos atendiendoa la especialidad y cronología que abordan los ensayoscientíficos que se incluyen. El primero se subtitula Huellasde la arqueología, el segundo Voz de los pueblos y reúnetrabajos etnográficos y etnohistóricos, y el tercero, Historiay naturaleza se aboca al estudio sobre estas materias. Apesar de la diversidad de enfoques sobre la temática genft-ral y las muchas fuentes de información que la sustenta,"hay comunes denominadores teóricos y metodológicosque garantizan coherencia y rigurosidad en el proyectoglobal de investigación. Los múltiples espacios geográfi-cos que se estudian y la variedad de tiempos históricos enque se abordan son garantía de que el lector podrá aden-trarse en los más ancestrales misterios de lavolcanes en el marco de los más *investigación.

J- » *

'AMÉRICATIERRA DE MONTAÑAS

' VOLCANES I

PROYECTO EJE DE INVESTIGACIÓNESTUDIO. CONSERVACIÓN f RESTAURACIÓN

DEL PATRIMONIO CULTURAL Y ECOLÓGICO DE LOS VOLCANES

islituto Nacionale Antropología

t e Historia

Diseño de portada:Susan Cervantes

Jorge Obregón, Cráter del Nevado de Toiiica, óleo/lino/madera 70x140 cm, 1998

Primera edición: 2012ISBN: 978-607-484-360-6 obra completaISBN: 978-607-484-361-3 tomo I

Proyecto realizado con financiamiento del Proyecto Eje Conservación de! Patrimonio Culturaly Ecológico en los Volcanes, adscrito a la Escuela Nacional de Antropología e Historia y a laDirección de Estudios Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia, 2011.

Esta publicación no podrá ser reproducida total o parcialmente, incluyendo el diseño deportada; tampoco podrá ser transmitida ni utilizada de manera aiguna por algún medio, yasea electrónico, mecánico, electrográfico o de otro upo sin autorización por escrito de los autores.

D.R. © 2012 Instituto Nacional de Antropología e HistoriaCórdoba 45, colonia Roma, 06700, México, D.Esub_tomento.cncpbs@Índh.gob.mxEscuela Nacional de Antropología e HistoriaPeriférico Sur y Zapote s/n col. Isidro Fabcla, 14030, Tlalpan, D.E.

Impreso y hecho en México

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN

7

LAS MORADAS DE TLÁLOC y LOS ¡AGUADOS TEMPLOS ENFLORADOSSTANISIAW IWANISEWSKI

17

SACRED MOUNTAINS AND PRE-INCA CULTURES OF THE ANDESJOMAN REINHARD

51

LAS MONTAÑAS SAGRADAS V LAS CULTURAS PREINCAICAS DE LOS ANDES

CHRISTIAN VITRY

73

EL ROSTRO DE LOS MAYLLKUS EN SOCAIRE:LA FORMA Y EL CONTENIDO EN LOS ANDES

ATÁCAMENOS DEL NORTE DE CHILE

RICARDO MOVANO • PATRICIO BUSTAMANTE • CARLOS URIBE

103

LOS VOLCANES DE TETIMPA y LA COSMOVISIÓN MESOAMERICANA

PATRICIA PLUNKET NAGOOA • GABRIELA URUÑUELA LADRÓN DE GUEVARA

131

ESCULTURAS DE TLÁLOC COMO INDICADORES DE JERARQUÍA CEREMONIAL EN LA CUENCADE MÉXICO, DEL EPICLASICO AL POSCLÁSICO

FRANCISCO RIVAS CASTRO • VIOLETA PATRICIA VARGAS CASTRO

149

CHICNAUHTÉCATLISMAEL ARTURO MONTERO GARCÍA

171

PAISAJE DE SERPIENTES y MONTAÑAS:

ESTUDIO DE LOS OBJETOS DE MADERA SERPENTIFORMES DEL NEVADO DE TOLUCA

ROBERTO JUNCO • SILVINA VIGLIANI

189

SOCIEDAD y MONTAÑA EN LA ÉPOCA PREHISPÁNICA: LA DINÁMICA DE LOS OPUESTOS

DAVID JESÚS ARREÓLA GUTIÉRREZ • OSVALDO ROBERTO MURILLO SOTO

211

SITIOS DE MONTAÑA EN LA SIERRA DE DURANGO:

EL CASO DEL CERRO DE LOS FORTINES V SUS DISTINTAS REOCUPACIONES

JOSÉ Luis PUNZO DÍAZ

243

LOS ELEMENTOS SIGNIFICATIVOS DEL PAISAJE EN EL CÓPORO, GUANAJUATO:

UNA PROPUESTA DE ESTUDIO

OMAR CRUCES CERVANTES

261

EL SACRIFICIO INFANTIL EN LAS MONTAÑAS DURANTE LA ÉPOCA PREHISPÁNICA:

UN ENFOQUE BIOARQUEOLÓGICORICARDO CABRERA

291

PAISAJE DE SERPIENTES y MONTAÑAS:ESTUDIO DE LOS OBJETOS DE MADERA SERPENTIFORMESDEL NEVADO DE TOLUCAIRoberto Junco2 • Silvina Vigliani3

La presencia del Nevado de Toluca en la cuenca del Airo

Lerma sobresale de manera conspicua al ser la estructura

volcánica más prominente en la porción oriental del eje vol-

cánico transversal mexicano. Dentro del cráter del Nevado,

a 4 200 msnrn, se encuentran la laguna del Sol y la laguna de la

luna, separadas por una elevación denominada El Ombligo.

En las temporadas de las actividades de campo de mayo de

2007 y noviembre de 2010 se llevaron a cabo inmersiones

controladas en ambas lagunas dando por resultado el regis-

tro y recuperación de material arqueológico asociado a la

ritualidad prehispánica. Los hallazgos consistieron en objetos

de madera tallada en forma ondulada, piezas de copal, hojas

1 - Este articulo ha sido elaborado con el apoyo del Programa de Apoyo aProyectos de Investigación e Innovación Tecnológica de la Universidad NacionalAutónoma de México (PAPIIT, proyecto IN402310)

2. Doctor en arqueología; trabaja en la Subdirección de Arqueología Suba-cuática del INAH.

3. Doctora en arqueología; trabaja en la Subdirección de Arqueología Subacuá-

tica del INAH.

ROBERTO JUNCO • S I L V I N A V I G L I A N I

de maguey, teselas de turquesa, cuentas de piedra verde, una concha marina,entre otras cosas, todos ellos estrechamente vinculados con rituales de peti-ción de lluvias [Junco, 2010]. En este caso nos centraremos en los objetos demadera tallada y forma ondulada, los cuales han sido definidos como cetros

rayo/serpiente [Iwaniszewski; Montero, 2007], cetros Tláloc, o bastones demando. La presencia de este tipo de objetos en contextos arqueológicos hasido prácticamente nula por lo que tales definiciones debieron ser extrapola-das de la iconografía, de los códices o de las fuentes históricas.

Entre los pocos hallazgos de objetos serpentiformes pueden destacarselos hallados en el Iztaccíhuatl. Allí se recuperaron en el año 1998, 10 frag-mentos de objetos de madera de forma ondulada dispersos sobre un pro-montorio cercano a El Pecho, ubicado a 5286 msnm. Además de los objetosde madera, cuyas medidas oscilan entre los 75 y los 22 cm, se reportaron frag-mentos de cerámica, obsidiana, jadeíta, puntas de maguey y carrizos atadoscon hilos dispersos por el área [Iwaniszewski; Montero, 2007]. A diferenciadel Nevado de Toluca, donde los objetos fueron sumergidos en las lagunas,aquí fueron simplemente'depositados sobre la superficie.

Un caso diferente corresponde a los objetos de madera serpentiformesrecuperados en el Templo Mayor de Tlatelolco. Aquí se recuperaron cincoobjetos en total y en todos los casos provenían de cajas de ofrendas; se encon-traban asociados a otros instrumentos rituales tales como cráneos humanos,púas de maquey, registros de copal, huesos de aves y serpientes, cuchillosde silex y obsidiana, entre otras cosas. En estos casos los objetos de maderamiden entre 23 y 15 cm, y a veces están pintados en tonalidades que van delazul al verde. A partir del análisis de los casos mencionados, Iwaniszewskiy Montero [2007] proponen que los objetos serpentiformes de madera secircunscriben al Altiplano y pertenecen al Posclásico.

Por otra parte, los objetos de madera recuperados de las lagunas del Ne-vado de Toluca suman 16 entre completos y fragmentados (Figura 1 y 2). Noobstante, sabemos que durante muchos años buzos y arqueólogos aficionadosestuvieron extrayendo material de las lagunas provocando con ello la pérdidade cuantiosa información. Las medidas de los objetos recuperados en 2007(en el 2010 sólo se registraron) varían entre los 122 cm y los 27 cm en losejemplares completos. Las formas también muestran variantes siendo en al-gunos casos de suaves ondas y en otros de ángulos más rectos. Esta diferencia

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AMERICA: TIERRA DE MONTAÑAS Y VOICANES. H U E L L A S DE LA A R Q U E O L O G Í APAISAIE DE SERPIENTES v MONTANAS:,.-

Figura 1. Objeto de madera serpentiforme de 27 cm. (NT07-04).

Figura 2 Objeto de madera serpentiforme de 32.8 cm. (NT07-05) dentro dede la Luna [SAS/INAH]

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ROBERTO [UNCO • S I L V I N A V I G L I A N I

de tamaños y sus variantes en las formas resulta sugerente pues nos muestraque no había una medida estándar ni una forma definida de la talla, lo que nospuede dar indicios del contexto en el que habrían sido realizados.

¿Por qué estas formas serpentinas labradas en madera fueron ofrendadasen las heladas aguas del Nevado de Toluca?, ¿a qué habrían remitido enel pasado y qué significado tendrían para sus artesanos? La inquietud porentender estos objetos nos ha llevado por un bosque —valga la metáfora—lleno de susurros y sombras, en el que buscamos un claro que nos devele pistasde estos objetos litúrgicos. En este caso proponemos analizar el sentido delos objetos serpentiformes desde una postura relacional, considerando a laserpiente en su interacción con el ser humano en el marco de la arqueologíadel habitar.

LOS CE TROS RAYO/SERPIENTE

Salvo escasas excepciones [Encinas, 2001; Montero, 2002], el estudio de losllamados cetros rayo/serpiente ha sido poco abordado dada su rara frecuenciaen los contextos arqueológicos. Por tal motivo, la interpretación de los mismossuele extrapolarse de otras fuentes. En este caso, sin embargo, tenemos laposibilidad de estudiar estos objetos en sus propios contextos de uso. En estesentido, creemos que los objetos arqueológicos no pueden ser entendidos,definidos o interpretados fuera de su contexto. Con contexto nos referimosno sólo al contexto arqueológico, sino también al contexto de su habitar.

La interpretación mas común de estos objetos se relaciona con la formade la serpiente dándole por nombre coatopilli, es decir, bastón en forma deserpiente. Se lo asocia a su vez con Tláloc y con la lluvia, lo que lo vinculatambién con el rayo. Dada la importancia de estos elementos en la cosmo-visión mesoamericana proponemos analizar estos objetos en el marco de laarqueología del paisaje desde un enfoque relacional. El enfoque relacionalimplica que las cosas —personas, objetos, animales—, lugares- se definenno como entidades discretas sino a partir de las relaciones en las que estáninmersas. En este sentido, nos centraremos en la figura de la serpiente, peroparticularmente en la relación humano-serviente, con el fin de abordar lasinteracciones semióticas entre entidades humanas y no humanas que formanparte del habitar cotidiano. En otras palabras, analizaremos la relación deestos animales con los seres humanos como un tipo de interacción subjetiva

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AMÉRICA: TIERRA DE MONTAÑAS Y VOLCANES. HUELLAS DE LA ARQUEOLOGÍAPAISAJE DE S E R P I E N T E S v MONTAÑAS:. . .

(es decir, no como sujeto a objeto sino como sujeto a sujeto) inmersa en elcontexto de las prácticas cotidianas. Nuestra premisa principal radica en quefue a través de los encuentros casuales entre la serpiente y el campesino, ensu andar cotidiano por la milpa, lo que fue gestando el simbolismo de laserpiente vinculado a las lluvias y a la fertilidad. Proponemos entonces queen las experiencias compartidas del habitar está la base de algunos elementos

cosmovisionales atribuidos a la serpiente.En segundo lugar, nos interesa destacar la relación estructural en la que

se estarían articulando tales elementos cosmovisionales con la práctica ri-tual, y ello, con el proceso que va desde la creación de los objetos serpen-tiformes hasta su deposición en las lagunas. Esto finalmente nos conduce adiscutir el contexto social en el que se realizarían este tipo de prácticas, almenos en el Nevado de Toluca.

El PAISAJE DE LOS OBJETOS

Las relaciones entre el hombre y su medio ambiente natural han sido unode los tópicos tradicionales de la arqueología, ligados al debate respecto dela dicotomía cultura y naturaleza. Para los materialistas, la naturaleza era undeterminante básico de la acción social por lo que utilizaban modelos impor-tados de las ciencias naturales para dar fundamentos más sólidos a las cienciassociales. Para la antropología estructuralista o simbólica, por otro lado, la opo-sición cultura y naturaleza era el dispositivo analítico mediante el cual se dabasentido a mitos, rituales, sistemas de clasificación, simbolismos del cuerpo y dela comida, etc. Sin embargo, tanto los materialistas como los estructuralistasy simbólicos, han dado por sentada la dicotomía cultura-naturaleza compar-tiendo una concepción universalista de la naturaleza [Descola; Pálsson, 2001].

Estos enfoques cognitivos y materialistas corresponden a lo que se hadenominado Building Perspective [Ingold 2000; Thomas 2008], es decir,aquella visión que asume una distinción entre el medio ambiente real, ex-terno, que existe independientemente de los sentidos, y el medio ambientepercibido que es reconstruido en la mente a través de los datos sensibles delesquema cognitivo adquirido. Esto implica una manera de entender el mun-do en donde la realidad empírica es completamente independiente y anteriora cualquier grado de participación humana [Thomas, 2008]. Este dualismoontológico, sin embargo, es más propio del pensamiento moderno que de las

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RoliEKTÜ JlJNCC' • S lLVINA VlGLIANI

sociedades prehispánicas que estudiamos. Esta perspectiva ha permeado en

la arqueología, por ejemplo, en la distinción entre espacio y lugar, al sostener

que los humanos otorgan significado a los espacios, lo que los convierte en

lugares significativos y distintivos. De igual modo, el análisis descontextuali-

zado de los objetos arqueológicos y su consecuente interpretación simbólica

y/o utilitaria da por sentada la distinción entre lo material y lo imaginado. Al

concebir al medio natural "como un repertorio pasivo de bienes, dominado

y explotado por la humanidad" [Thomas, 1999; 14], los estudios tradiciona-

les de las relaciones entre el hombre y su entorno natural material tienden a

centrarse más en aspectos cognitivo-utilitarios que en los estratégico-sociales[Iwaniszewski, 2007b].

La perspectiva del construir o Bíiilding Perspective, característica de la

modernidad occidental, ha sido contrastada con la noción del habitar o Dwe-

lluig Perspective propuesta por Heidegger. La perspectiva del habitar no

plantea, como hace el dualismo ontológico, una distancia entre nosotros y el

mundo, al modo de estar situados frente & lo otro, sino más bien un proceso

relacional de incorporación continua en donde sujeto y objeto están fusio-

nados en la experiencia compartida del habitar. De acuerdo con Heidegger,

"ser" significa "habitar en...", "estar familiarizado con" [Heidegger, 1953:

63-64]. Habitar, entonces, es la condición de la experiencia humana cuando

"se está en casa". Así, más que tratarse de espacios vacíos a los que se le

agrega un significado, se trata de una familiaridad heredada y sedimentada

del paisaje como contexto en donde se desarrolla la vida cotidiana. A su vez,

este mundo no es su mundo privado sino un mundo intersubjetivo, es decir,

comunicado y compartido a través del proceso de socialización. De acuerdo

con Habermas [2002], en la práctica comunicativa cotidiana, las personas no

sólo se encuentran como participantes, sino que también son narradores de

lo que acontece en el contexto de su mundo-de-la-vida. La acción comunica-

tiva sirve entonces a la integración social, a la creación.de solidaridad y a la

formación de las identidades personales y sociales. De este modo, los paisajes

son también comunicación, y es en esta experiencia narrada y compartida

en un tiempo-espacio particular sobre la que se van construyendo las bases

cosmovisionales de una sociedad [Vigliani, en prensa].

Desde esta perspectiva, no es posible hablar del paisaje como la suma de

una dimensión material más una dimensión simbólica, puesto que tanto la

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AMERICA: TIERRA DE MONTAÑAS Y VOLCANES. H U E L L A S DE LA ARQUEOLOGÍAP A I S A J E DF. S E R P I E N T E S v M O N T A N A ^ : . . .

imagen como su referente están fusionados en la experiencia compartida del

habitar. Es entonces en las experiencias compartidas del habitar, esto es, en

el habitas de la práctica social cotidiana, donde debemos buscar aquellos indi-

cios que nos permitan comprender la manera de conceptualizar el mundo, de

conocer y de relacionarse con él. Al dejar de lado la visión cartesiana, es posible

ver al paisaje como un proceso vivo que hace y es hecho por quienes lo habitan.

Así, "mientras un paisaje representado es un objeto o entidad, un paisaje vivido

es un conjunto de relaciones" [Thomas, 2001: 173], relaciones que no están

confinadas sólo a los seres humanos, sino al conjunto de agentes o entida-

des con los que se interactúa, sean animadas o inanimadas.

EL PAISAJE EN MESOAMÉRICAEn la Mesoamérica prehispánica es indudable el conocimiento preciso y

práctico que la gente tenía de plantas y animales. Esto lo demuestra la mul-

tiplicidad de usos que les dieron, sus representaciones gráficas, en algunos

casos con gran detalle, y la forma en que han sido integrados a la explicación

del cosmos [Morales, 2010]. A través de ello se hace evidente no sólo la

interacción cotidiana con cada uno de los elementos que los rodeaban, sino

también la participación activa, concebida o conceptualizada de los mismos

en el funcionamiento del cosmos. En la pintura mural teotihuacana es posible

reconocer montañas cargadas de agua, nubes, corrientes acuáticas, lagos, árbo-

les, nopales, biznagas, plantas de maíz, frijol, cacao, maguey, algas, caracoles,

conchas, peces, mariposas, libélulas, luciérnagas, avispas, abejas, hormigas,

arañas, iguanas, cocodrilos, serpientes, ranas, coyotes, lobos, tlacuaches, ma-

paches, perros, jaguares, etc.; además, claro está, de las personas que vivieron

en la ciudad identificados por diversos rasgos físicos y culturales [ibid.]. De

este modo, vemos cómo el hombre y su medio compartían la vida a través de

una relación intersubjetiva mediante la cual se explicaban el mundo. Como

mencionamos más arriba, en este trabajo sólo nos centraremos en la figura

de la serpiente como un elemento cosmovisional, el cual aparece vinculado al

complejo cultural del agua, de los cerros y del cultivo del maíz.

Es bien sabido que entre los mexicas la patrona del maíz recibía el nom-

bre de Chicomecóatlo "siete serpiente", y que las escamas de reptil eran equi-

paradas a los granos de mazorca [González Torres, 2009]. También sabemos

que la prolongada y paulatina domesticación del maíz derivó en una relación

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ROBERTO J U N C O • SILVIA VICHAN!

simbiótica y de dependencia mutua entre este cereal y su cultivador, relación

que quedaría inserta en una visión del mundo en donde la presencia de esta

gramínea es indudable [Hernández González, 2009]. En la medida en que

el cultivo del maíz dependía de los ciclos meteorológicos y climáticos, éstos

a su vez estaban íntimamente vinculados a las montañas donde se formaban

las nubes portadoras de lluvia. Así, la importancia de la montaña en el mun-

do mesoamericano está fusionada a los fenómenos meteorológicos y al maíz

[Broda,2009],

Los cerros eran, y siguen siendo, percibidos como seres sobrenaturales onúmenes asociados al agua y ala fecundidad y que compartían con los hu-

manos muchos de sus atributos, como la capacidad de expresar sus deseos y

necesidades, de enojarse o alegrarse, de aquí a que fueran eran considerados

parte de la comunidad humana [Iwaniszewski, 2007b]. Asimismo, diversas

fuentes etnohistóricas describen a los cerros "como si fuesen vasos grandes de

agua, o como casas llenas de agua" [Sahagún, 1956, en Broda, 2009]. Con-

tenían las aguas subterráneas que llenaban el espacio debajo de la tierra, es

decir, el Tlalocan, y de allí salían las fuentes para formar los ríos, los lagos y

el mar. Los cerros eran también visualizados como bodegas grandes en cuyo

interior se guardaban riquezas y, sobre todo, maíz. En la actualidad, los po-

bladores de las comunidades que circundan al Nevado los consideran como

un lugar lleno de agua, que "no tiene fin", y que está plagado de arroyos y

ríos subterráneos que se comunican con otras lagunas y con el mar. Esta no-

ción provoca temor entre los habitantes al pensar que algún día se llegue "a

reventar la sierra" o que el agua de las lagunas se derrame e inunde sus pobla-

dos [Robles García, 2007]. Las lagunas aparecen como lugares liminales de

los dominios acuáticos terrestres y celestiales. Al respecto, la gente considera

que las aguas de la laguna del Sol, conocida como la laguna Grande, tienen

la capacidad de formar nublados y atraer el agua de lluvia. La laguna de la

Luna o laguna Chica, en cambio, "recibe mantenimiento" de la laguna Gran-de y además "da copal" \_ibid.}.

Las cuevas eran también entradas al reino subterráneo sumergido en el

agua y, al mismo tiempo, se las consideraba lugares de origen o entradas a

las entrañas de la tierra. Con referencia a las cuevas como lugares de donde

emanábala humedad, Broda [2009] destaca—el concepto de—las "ollas de

nubes", esto es, vasijas o recipientes que simbólicamente contenían el líquido

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AMÉRICA: TIERRA DE MONTANAS Y VOLCANES. H U E L L A S Dt LA ARQUEOLOGÍAP A I S A J E DE S E R P I E N T E S \.

vital que se conjuraba en las ceremonias de petición de lluvias. El agua que se

conservaba en estos recipientes era de diferentes clases: agua de manantiales,

de ríos, de lagunas o del mar. De acuerdo a la autora, es probable que las

cuevas y las entrañas de la tierra fueran conceptualizadas como ollas grandes

repletas de agua y de riquezas. De manera similar, sostiene que las tormentas

eléctricas, las granizadas y las tempestades de nieve convertirían al cráter del

Nevado en una gigantesca "olla de nubes" [ibid.]. Es evidente que el agua

ofrece un vasto potencial de significación, así como una capacidad práctica-

mente ilimitada de producir metáforas [Strang, 2008].

Finalmente, vinculadas de modo esencial con esta asociación de conceptos

(cerros-agua-maíz) se encuentran las serpientes. Estas son normalmente rela-

cionadas con las nubes cargadas de lluvia, los rayos y las tormentas. Como ya

mencionamos, los elementos de madera en forma ondulada hallados en las la-

gunas del Nevado han sido asociados al rayo y a la serpiente indistintamente,

así como al cetro o bastón de mando que porta Tláloc en diversas representa-

ciones iconográficas. La relación con los rayos responde, en muchos casos, a

que éstos se visualizan como serpientes que bajan del cielo. En la actualidad se

dice que el rayo otorga el don: "el rayo nos dio el cargo para repartir el agua";

le dio el cargo de "limpiar"; "el rayo es lumbre" y "se lleva a los que mueren

por rayo a la Sierra [al Nevado]". Además, el rayo tenía la función de "recoger

el agua bruta que se riega en las milpas" y devolverla a la laguna de la montaña

[Robles García, 2009]. Muchas de estas acciones están vinculadas a la figura

del granicero quien es elegido, entre otras formas -por ejemplo, mediante el

sueño- porque le dio un rayo.Sin dejar de lado las complejas asociaciones entre el rayo, la serpiente y

los fenómenos atmosféricos en la cosmovisión mesoamericana, creemos que

en los objetos de madera entregados a las lagunas del Nevado de Toluca es-

tuvo muy presente la serpiente, no sólo como ente, sino también como esen-

cia y como metáfora. Esto no significa ver a la serpiente como una entidad

discreta; por el contrario, se trata de entenderla como parte de una relación

semiótica en la que se fundían las lluvias, el cerro y el maíz, relación experi-

mentada en un tíempo-espacio particular por las comunidades campesinas

en su andar cotidiano en la milpa y el cerro. En pocas palabras, se trata de

generaciones de habitantes que, a través de sus actividades diarias, hicieron

del paisaje su forma específica de ser-en-el-mundo.

197

ROBERTO (UNCO • SILVINA VIGLIANI

Atravesando dominios

Al parecer, pocas culturas en el mundo conceden a las serpientes un papel

tan relevante [López; López, 2009: 152]. De acuerdo con López Austin yLópez Lujan,

[...] la serpiente es flujo, camino, conducto, vehículo y carga. Es tanto curso como

cauce: se erige como la vía que comunica los distintos espacios cósmicos; es co-

rriente de tiempo, aguas, vientos, vapores, fuego, astros, dioses, fuerzas fertilizan-

tes, luz, oscuridad [...] Asciende desde el origen lodoso del mundo hasta la ígnea

sequedad del presente solar, y desciende de la plenitud vital a la corrupción de la

muerte" [López; López, 2009: 152-153].

Las serpientes recorren el firmamento y el mundo de los muertos, trans-

portan los meteoros y cavan los túneles y los ríos que llevan el agua al mar\jbid.\.

La referencia a las cuevas, así como a cualquier otro tipo de oquedad que

implicara una conexión con las entrañas de la tierra, nos vincula inevitable-

mente a la morada natural de la serpiente y a la capacidad de las mismas deatravesar los diversos dominios acuáticos, terrestres y subterráneos. En el

mural de Tepantitla en Teotihuacán, la cueva representada en la parte infe-

rior (ámbito humano) ya no libera semillas, como en su contraparte superior

(ámbito mítico), sino dos corrientes de agua. En su interior aparecen sereso espíritus, algunos de ellos representados con la mitad del cuerpo dentro

de la montaña, o siendo arrastrados por una corriente que atraviesa desde lacima hasta el umbral de la cueva para desde ahí comenzar la irrigación de los

campos de cultivo [Sampayo, 2007: 111]. Por su parte, dice Sampayo, en el

Códice Borgia ya no se muestran las corrientes de agua irrigando los campos,sino una serpiente que se desplaza atravesando la montaña y marcando la

dirección de un cauce de seres humanos insertos en la misma \ibid.: 117].Al respecto, no podemos evitar mencionar algunas de las creencias actuales

relativas a la existencia de una sirena en las lagunas. De acuerdo con RoblesGarcía [2009], esta creencia tiene su origen en las antiguas deidades femeninas

como la Cihuacóatl o la "Mujer serpiente". En el caso de la sirena del Neva-do, ésta posee la capacidad de estar en dos montañas, y cita: "se comunican

las aguas de estos dos cerros, del Nevado y del Popo, la sirena va y viene",

198

AMERICA: TIERRA DE MONTANAS Y VOLCANES. HUELLAS DE LA ARQUEOLOGÍAPAISAJE DE SERPIENTES i MONTANAS:...

"por debajo de la tierra". También se dice que a la sirena viene a visitarla "el

huracán, entre truenos y relámpagos", al parecer así le nombran a las ráfagas

de viento que se presentan en esta montaña cada año. Cuentan que "entre la

sirena y San Marcial controlan el granizo". La sirena también "es la que nos

manda los saudinos" de "los que atajan el granizo" [Robles García, 2009].

Otros relatos hablan de la diosa Atl aiicbanc, que vivía en el antiguo lago

de Metepec pero se la llegaba a ver en la tres lagunas que formaban el río

Lerma. Esta diosa fue posteriormente conocida como la Clanchaiiii: "era una

sirena, la señora del mundo acuático, dueña de las lagunas y madre benéficaque daba mantenimiento a las poblaciones" [Espinosa Zamora, 2009]. Exis-

ten referencias con respecto a que la Chinchona tenía, antes de la Conquista,

cola de serpiente. Más lejos de aquí, en Petlacala, Guerrero, la culebra que

permanece durante el periodo de sequía adentro del cerro, debe morir parairse a "la casa de la lluvia" que es el mar, a fin de juntar con su cola las nebli-

nas que nacen en la superficie y reunir las nubes que envía con el rayo. Este,

al recibirlas con su látigo, aporta la lluvia en la montaña [Neff, 2007]. De estemodo, vemos que las serpientes aparecen como conectores de los distintos

planos del cosmos, o como lazo de unión entre el hombre y la naturaleza

[López; López, 2009].En este trabajo queremos resaltarla naturaleza de esta relación, es decir, la

fuerte implicación que hay entre la serpiente, la montaña, el agua y el huma-

no, como fuente de inspiración en la construcción de una visión del mundoque, sin embargo, está lejos de ser estática. La presencia de la serpiente que

en sus múltiples formas y representaciones iconográficas aparece vinculada

al agua, al maíz y a la montaña, parece siempre obvia, como el resultado de

algo dado, ya procesado o, simplemente, como el reflejo de su cosmovisión.

Pero ¿cómo fue ese proceso?, ¿por qué la serpiente se asoció al agua y a todo

el complejo de la fertilidad?¿Por qué la gente talló objetos en madera conforma de serpiente y los hundió en las lagunas de! Nevado? Para responder a

estos cuestionamientos apelamos al concepto de Umwelt o mundo subjetivo

analizado en el marco de la perspectiva del habitar.

EL MUNDO SUBJETIVO MESOAMERICANO: US SERPIENTES DEL NEVADO

La noción de Umwelt o mundo subjetivo sostiene que los organismos vivos

responden como sujetos, es decir, responden a signos. Cada organismo tiene

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ROBERTO JUNCO • S I L V I N A V I G L I A N I

un modo específico de percibir su entorno y de interactuar en él [Hornborg,2001a; 2001b]. De este modo, la interacción de los organismos con sus eco-sistemas presupone un intercambio y una interpretación de signos, lo queimplica a su vez (y en función de sus propias necesidades de subsistencia) lacreación de patrones de conducta: un animal sabe dónde y en qué momentopodrá conseguir comida o en qué lugar encontrará refugio, por lo que creapatrones de conducta en función de ello. Desde esta perspectiva, las rela-ciones ecológicas se basan en el significado; son semióticas. Así, por ejemplo,el águila arpía del bosque amazónico está equipada no sólo de un profundosentido de la vista, sino también de una tendencia a responder a cierto tipo demovimiento en el follaje resultante de la actividad de los monos. Si el águila notuviera esta capacidad de interpretar tales signos, no mantendría su posiciónen la cima de la cadena alimenticia del Amazonas. De igual modo, los monoshan respondido filogenéticamente al desarrollar una extremada atención alos signos del águila. Lo mismo ocurre con cada organismo de un ecosistema[ibid.]. Un claro ejemplo para el caso que nos ocupa es el signo emitido porla serpiente de cascabel o crotalus. Esta serpiente, una de las más abundantesen la región central del país, avisa por medio del cascabel si estamos dema-siado cerca, un signo ante el cual puede ser mortal hacer caso omiso. En estesentido, cada organismo es tratado como sujeto con capacidad de agencia.Lo mismo ocurre con los seres humanos, es decir, creamos nuestro entorno apartir de las actividades cotidianas compartidas y en función de nuestras nece-sidades e interacciones con el medio. Esto lleva inevitablemente a seleccionarciertos elementos e interacciones y a obviar otros. Así, por ejemplo, no nosimportan todos los árboles sino sólo aquellos que nos señalan la presencia deagua, ni nos importan todas las estrellas sino sólo aquéllas que nos indican unmomento-lugar, ni nos importan todas las aves sino sólo las que nos avisan dela presencia de tal animal.

La mayor parte de la interacción entre humanos y no humanos ha estadomediada durante milenios por innumerables sensaciones del ojo, el oído, lanariz, la lengua y la piel —algo fundamental por ejemplo para el buen desem-peño del cazador— y es lo que constituye la inmersión corporal en el mundoy al que refiere la fenomenología. En la medida en que estas experiencias deintercambio e interpretación de signos sensoriales son compartidas por elgrupo, se van construyendo y reproduciendo patrones culturales de comu-

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AMÉKICA: TIERRA DE MONTAÑAS Y VOLCANES. HUELLAS DE LA ARQUEOLOGÍA

P A I S A J E DE S E R P I E N T E S y MONTANAS: . . .

nicación con respecto a su entorno no humano, lo que para algunos autoresestá en la base de las cosmovisiones tradicionales [Hornborg. 2001bj.

A partir de esto proponemos que determinados rasgos de la conducta delas serpientes fueron importantes indicadores o signos para los campesinosdel centro de México en sus prácticas cotidianas, éstos fueron permendosu mundo vital convirtiéndose en una visión del mundo o cosmovisión. Esentonces en la práctica cotidiana de andar la milpa, de andar la montaña,esto es, en la interacción sensorial diaria entre los humanos y las diversas en-tidades del entorno donde debemos buscar para entender a los grupos quetallaron formas onduladas en madera, ascendieron al Nevado y las deposita-ron en sus orillas. Para profundizar un poco más en esto analizamos algunosrasgos de comportamiento básicos de tales animales en su interacción conel ser humano.

Las serpientes, el agua, el cerro y el humano

En la región central del país existen dos géneros de serpientes particular-mente abundantes: la thamnophis, entre las que destacan las culebras de aguay la crotalus, que comprende varias especies de cascabeles; ambos géneroscon una gran riqueza de especies. Las culebras de agua no superan los 60cm y suelen vivir en cuerpos de agua sin corriente como presas, lagunas,canales de riego y entre la vegetación que rodea estos cuerpos de agua.Las serpientes de cascabel, por su parte, son consideradas las más largasy venenosas de Norteamérica, pudiendo alcanzar los 2.50 m de largo. Sonnotorias, además de su cascabel, las escamas que recubren su cuerpo, y quehan sido representadas en asociación al maíz.4 Normalmente viven en bos-ques arenosos y cerca del agua, y suelen ser animales muy temperamentales[Canseco; Gutiérrez, 2006; Zavala et al, 2002].

La época de mayor actividad de estos reptiles coincide con la temporadade lluvias. Es en este periodo cuando tanto las serpientes como sus crías —quenacen al acabar el invierno— son más visibles. Una clara evidencia de que esdurante esta época cuando ocurren la mayor cantidad de encuentros humano-

4 Cabe mencionar como ejemplo parte de una escultura de grandes dimensiones descubierta en

el Palacio Nacional, la cual muestra parte de la cola y crótalo de serpiente con mazorcas (Lámina 6,

en López; López 2009: 598],

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RORERTO J U N C O • S l L V I N A V l C L I A N I

serpientes son las estadísticas de gente mordida por ofidios. Para el estado deVeracruz entre los años 1994 a 1998, el 65% corresponde a la temporada

de verano, el 32% a la primavera y sólo el 2% al otoño e invierno. Existendiversas razones para que esto sea así: además de su condición de reptil,es durante la época de lluvias que hay mayor disponibilidad de alimento, a suvez, existe una mayor cobertura vegetal, lo que les permite desplazarse consi-derablemente lejos de su residencia, les ayuda a esconderse de sus predadoresy les facilita la caza de presas. Las precipitaciones pluviales traen consigo másque cualquier otra temporada del año, la abundancia de vida, con lo que laoferta de animales para alimentarse es mayor y más variada, destacándose laspoblaciones de peces, anfibios y roedores. Al respecto, cabe mencionar de nue-vo el relato de la Clanchana o sirena, "dueña de las lagunas y madre benéficaque daba mantenimiento a las poblaciones, pues engendraba la fauna lacustre[...] todos ellos brotaban en abundancia de sus axilas [...] peces, culebras,ajolotes, acociles" [Espinosa Zamora, 2009: 129]. Es evidente en este relatoel estrecho contacto e interacción entre el ser humano y su entorno biofísico,asociado a una época del año y a un contexto particular: las lagunas.

Otro aspecto interesante de las serpientes corresponde a las mudas depiel. Éstas ocurren varias veces al año dependiendo de la cantidad de alimen-to ingerido. Se realiza en una sola pieza cuando son especímenes saludablesy es común verlas en el campo, en ocasiones cerca de los cuerpos de agua, loque constituye un claro indicador de su presencia. Cuando acaba de mudarde piel, la serpiente se ve brillosa, con aspecto viscoso, por lo que pasa deverse seca a húmeda. Este proceso puede haber tenido implicaciones concep-tuales y simbólicas significativas en cuanto al curso vital de transformación yrenovación vinculado al agua, la salud, la tierra y la fertilidad.

La etnografía ofrece interesantes relatos respecto a este tipo de interac-ción cotidiana. Los campesinos del valle de Toluca en la región de Atlaco-mulco, sostienen que las víboras viven en las montañas y que es en la épocade lluvias cuando bajan? Una referencia similar la obtenemos de Wisdom:

Se dice que después de un aguacero se ven más culebras que en otros momen-

tos [...] porque los cbicchanes han salido de la tierra para provocar la lluvia; en

5. Biólogo José León, UNAM, comunicación personal.

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AMÉRICA: TIERRA Dt MONTAÑAS Y VOLCANES. HUELLAS DE LA ARQUEOLOGÍAP A I S A J E DE S E R P I E N T E S v MONTANAS:. . .

cambio, durante la estación seca casi no se ven serpientes, pues en esa época los

chicchanes están en el interior de las colinas [Wisdom, 1961, en López; López,

2009: 154].

La tradición cultural mesoamericana era dialéctica en tanto se concep-tualizaba un cosmos dinámico caracterizado por la interacción de fuerzasque podían ser benignas, antagónicas y muchas veces ambivalentes. En lacosmovisión mesoamericana la serpiente no escapaba a esta noción. El tipode relación que tanto la serpiente como la lluvia y el rayo pudieron habermantenido con los humanos habría sido parte significativa de su mundo-de-

la-vida (Cuadro 1).

Cuadro 1. Relaciones humano/lluvia-serpiente-rayo expresadas a través

de las utilidades y los peligros.

Beneficioso

No Beneficioso

LLUVIA

Fertilidad de ia tierra,

vida, aumento,

abundancia (si llueve

ordenadamen te ) .

Pérdida y destrucción

(si llueve a destiempo o

en exceso). Sequía y

hambre (sí escasea).

SERPIENTE

Alimentación,

medicina, control

de plagas, utilización

de la piel.

Su mordida puede ser

mortal.

RAYO

Anuncia las lluvias.

La descarga puede

ser mortal.

Relaciones interpretadasQueremos destacar aquí una serie de elementos que, creemos, podrían estarvinculados de manera estructural. Por un lado, la idea de que las serpientes,especialmente las culebras, pueden atravesar distintos dominios, terrestres yacuáticos, es decir, lo seco y lo húmedo; sin descartar que ellas, por sí mismas—con el cambio de piel— pueden transformar lo seco en lo húmedo. Relacio-nado con esto, está la creencia de que en la estación seca las serpientes estánen la montaña o colina, que podríamos asociar con el arriba (o adentro), y quees "en la época de lluvia cuando bajan", que puede asociarse con el abajo (o

6. V. Iwaniszewski. 2007a

203

ROBERTO J U N C O • S I L V I N A V I C L I A N I

lael afuera). Esto nos lleva a la siguiente ecuación," que tiene como eje rector 1;relación serpiente-lluvia-montaña:

tierra/agua; seco/húmedo; arriba/abajo

A esto le sumamos la siguiente referencia etnográfica rescatada por Ro-

bles García [2007]. Dicho autor señala que, antiguamente, cuando no llega-ban las lluvias o empezaban a escasear, los pueblos del municipio de Tenango

y valles aledaños se organizaban para ir a la laguna Grande (laguna del Sol)con el fin de realizar un rito propiciatorio para la lluvia. El agua de estalaguna era recogida en botellas para luego ser enterradas en los campos decultivo, lo que garantizaría la llegada de las lluvias y el buen crecimiento

de las milpas. Según se aprecia en los relatos, el poder del agua de la lagunaGrande era tal que había que descender del Nevado lo más pronto posible

porque "a mitad del camino ya se empezaban a juntar las nubes" y al llegar alpueblo "ya está el aguacero" [Robles García, 2007: 154]. Al llegar las lluvias

el agua embotellada tenía que volver a su lugar de origen, por lo que se des-

enterraban las botellas y se subían a la laguna. Si esto no se hacía, las lluvias

no pararían [ibid.]. Lo interesante aquí es que se invierte la relación tierra/agua, ya que ahora el agua está en la laguna, que está arriba, y es llevada a la

tierra, que está abajo. Esta inversión, sin embargo, está fuertemente vincula-

da con la idea del flujo continuo entre el arriba y el abajo, lo seco y lo húmedoy, por consecuencia, la escases y el crecimiento.

De acuerdo con Ingold, en sistemas relaciónales o animistas life ¿s itself

generative ofform. Es decir, la fuerza vital no está contenida en la forma, como

supondríamos en Occidente, sino que "fluye libre como el viento, y es de sucirculación ininterrumpida de lo que depende la supervivencia del mundo"

[Ingold, 2000: 112], algo muy característico de toda la ritualidad prehispánica.

En este sentido, nos preguntamos si el proceso de tallar objetos en madera conformas serpentinas, subirlas al Nevado y depositarlas en las lagunas no tieneque ver con la activación de este ciclo. En este caso, la labor de creación impli-

caría materializar lo oculto, esto es, develar la esencia de la serpiente; mientrasque la entrega de esta esencia materializada a las lagunas buscaría devolver

el ente ingresando a otro dominio, y con ello reactivar el ciclo y propiciar las

lluvias. Podemos suponer que la actividad de talla se realizaba abajo y antes de

204

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AMERICA: TIERRA DE MONTANAS Y VOLCANES. H U E L L A S DE LA A R Q U E O L O G Í A

P A I S A J E DE S E R P I E N T E S v MONTAÑAS: . . .

las lluvias, o sea, en secas, para luego subir esa esencia develada a la montaña

y provocar (o propiciar) su conversión a ente, esto es, a serpiente y lluvia. Pa-

reciera que el objeto serpentiforme se hiciera para desaparecer como parte del

ritual, reactivando así el ciclo de visibilidad e invisibilidad de la serpiente. Es

decir, se hace visible la esencia (a través de la materialización en un objeto de

madera) cuando es invisible el ente (la serpiente) para provocar la inversión:

hacer invisible la esencia (al depositar en las lagunas se invisibiliza la esencia

materializada) para hacer visible el ente, es decir, la serpiente y con ello la lluvia(recordemos, "los chicchanes salen de la tierra para provocar la lluvia").

Ahora bien, ¿en qué contexto ocurriría todo este proceso? ¿En qué tipo

de rituales estaría involucrada la entrega de estos objetos a las lagunas? Cree-

mos que la práctica ritual llevada a cabo en la cima del Nevado de Tolucapodía representar la experiencia del habitar de las comunidades locales

más que la ideología y la religión oficial [v. Iwaniszewski 2007b: 20-21].

En primer lugar, recordemos las variantes existentes en los tamaños y en

las formas de los objetos de madera recuperados de las lagunas. Lejos deser estandarizado, nos estaría mostrando cierta libertad en la talla de estos

objetos, lo que podría representar una práctica de carácter local. Por otro

lado, queremos destacar el acto de ocultar los objetos de madera en las la-gunas como parte de una estrategia de invisibilidad aplicada en la práctica

ritual. De acuerdo con Criado Boado [1993] las condiciones de visibilidad

(espacial y temporal) del registro arqueológico están determinadas por una

voluntad de visibilización, la cual es compatible con las estrategias sociales deconstrucción del paisaje. En este sentido define cuatro estrategias principalesde visibilización: inhibición, ocultación, exhibición y monumentalización.'

Como tal, la ocultación refleja una actitud consciente de invisibilidad de los

restos de la acción humana.De acuerdo con este autor [1991], la convivencia de estrategias de vi-

sibilización distintas y opuestas puede representar diferentes segmentos eintereses sociales y servir para expresar las estrategias ideológicas y de poder

7. Inhibición (ausencia de actitud consciente de visibiiización de los restos de la acción humana),

ocultación (actitud consciente de mvisibilización de los restos de la acción humana), exhibición (actitud

consciente de visibilización de los restos de la acción humana dentro del presente social) y monumenta-

lización (actitud consciente de exhibición de los restos de la acción humana dentro del presente social y

con pretensiones de permanencia) (Criado Boado, 1993]-

205

ROBERTO JUNCO • SILVINA VICHAN:

movilizadas por cada uno de ellos. En este sentido, es posible diferenciar lasestrategias de ocultación, evidentes en las ofrendas entregadas a las lagunasdel Nevado, y las estrategias de monumentalización, manifestadas, por ejem-plo, en las ofrendas rituales llevadas a cabo en el cerro Tláloc. Esto, sumadoa la ausencia de construcciones arquitectónicas claras en el cráter del volcánque sugieran la realización de actos oficiales, apoyaría la idea de que las prác-ticas rituales llevadas a cabo en las lagunas del Nevado de Toluca estaríanmayormente vinculadas al mundo de la vida de las comunidades campesinas.

Finalmente, ¿será posible asociar al proceso de talla de los objetos elascenso al Nevado y depósito de los objetos en las lagunas; el ciclo ininte-rrumpido de la serpiente que atraviesa los dominios acuáticos y terrestres:que aparece en lluvias y desaparece en secas, que se transforma a sí mismade seca a húmeda, que provoca abundancia con su presencia (recordemosa la Clanchana) y escases con su ausencia? ¿Cómo frenarían los aguaceros?¿Subirían a recoger los objetos entregados a la laguna, a la inversa de loscampesinos que devolvían el agua que habían obtenido de ellas? Creemosque es necesario continuar el estudio en esta línea. Para ello es fundamentalabordar el análisis de los objetos arqueológicos no como objetos sino comorelaciones.

PAISAJE DE SERPIENTES y MONTAÑAS: METÁFORA DE UN CICLODe acuerdo con Broda, la cosmovisión mesoamericana expresa una milenariatradición cultural que involucra la observación de la naturaleza. A ésta ladefine como "la observación sistemática y repetida a través del tiempo de losfenómenos naturales del medio ambiente que permite hacer predicciones yorientar el comportamiento social de acuerdo a estos conocimientos" [2009].Esta definición parece plantear una relación humano-ambiente de tipo dualis-ta en la que, si bien no manifiesta el dominio del primero sobre el segundo, síatribuye a los humanos el papel de sujetos distanciados del mundo, capacesde reflexionar acerca del mismo y de sus componentes materiales para lue-go asignarles un valor utilitario y/o simbólico y, a partir del cual orientar elcomportamiento. Sin embargo, si partimos de la base de que estamos frentea sistemas de saberes no-cartesianos, debemos entender que el conocimientose da desde la ontología más que desde la epistemología. El hecho de que lamodernidad se haya construido sobre la dicotomía sujeto-objeto, significa que

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AMERICA: TIERRA DE MONTAÑAS Y VOLCANES. HUELLAS DE LA ARQUEOLOGÍAPAISAJE DE SERIANTES v MONTAÑAS:...

la epistemología, central para el pensamiento moderno, no fue una preocupa-ción para las sociedades premodernas, en la medida en que "vivir es conocer"[Hornborg, 2001a: 65; 2006: 27]. En palabras de Ricoeur, "comprender noes ya [... ] un modo de conocimiento, sino más bien un modo de ser, el modode ser del ser que existe al comprender" [2008: 13]. Es decir, el saber no esni una representación que existe fuera de él, ni una mera construcción social,sino una relación negociada con la naturaleza que en realidad reconstruye lanaturaleza en el proceso de representarla.

En este sentido, las comprensiones metafóricas de la naturaleza son lasque asumen las responsabilidades que acompañan al acto mismo de conocer.Si el conocimiento es una relación con la naturaleza, dado por quien conoce ypor lo conocido, entonces la metáfora es un modo de conocer que incorporalas condiciones mismas del conocimiento, es decir, las de la propia experien-cia [Hornborg, 2001a]. La significación de la metáfora reside en su capaci-dad de activar conocimientos prácticos tácitos basados en esa experiencia.Es así que las metáforas evocan aspectos familiares de la vida social y porlo tanto sirven como modelos para la comprensión del cosmos. En el casoanalizado aquí, la metáfora serpiente habría sido central en la conformaciónde tales modelos.

En la reproducción del habitus se reproduce la manera de conceptualizarel mundo, de conocer y de relacionarse. En la medida en que el habitus impli-ca un proceso de socialización en el que las nuevas experiencias son estructu-radas de acuerdo con experiencias previas y al mismo tiempo estructurantesde las venideras, el habitar implicará un mundo dinámico y cambiante y unavisión del mundo resignificada y reinterpretada. Esto nos lleva a compartiruna última reflexión. De acuerdo con López y López, uno de los principiosbásicos de la cosmovisión mesoamericana ha sido la subordinación de lasserpientes a la autoridad paterna del rayo, lo que reflejaba la menor jerarquíade los poderes acuáticos y femeninos de las lluvias frente al poder masculi-no del rayo [2009: 162]. De hecho, entre los graniceros actuales es el rayo elprincipal elemento conector entre aquellos elegidos y los fenómenos meteo-rológicos. Más allá de las complejas relaciones entre los diversos elementos,sujetos-agentes de la cosmovisión mesoamericana, es posible que la figuraserpentiforme se haya diluido debido a la introducción de la visión católicade la serpiente como vehículo de pecado y condensadora del mal. Así pues,

207

AMERICA: TIERRA DE MONTAÑAS v VOLCANES. HUELLAS DE LA ARQUEOLOGÍAP.MSAfE DF. SERPIENTES Y MONTAÑA^:...

la vertiente rayo pudo haber cobrado fuerza a costa de la imagen de la ser-

piente. Sin embargo, es curioso ver que en algunos poblados alrededor delvolcán se venera a san Miguel Arcángel, quien es representado pisando una

serpiente y empuñando una espada flamígera. Al respecto, López y López

sostienen que es san Miguel Arcángel el personaje que sustituye al rayo, y

afirman que "para completar la sustitución, su poder aparece como la lucha

del arcángel contra el Demonio, y es éste quien ocupa el lugar de las lluvias

serpentiformes" [2009: 162]. Cabe mencionar que, hasta hace poco tiempo,cuando se retrasaban las lluvias, los pobladores de San Miguel Oxtitltípanrealizaban una peregrinación a las lagunas del Nevado de Toluca llevando

consigo a san Miguel Arcángel. De una u otra manera, como ente o esencia,la serpiente seguía acudiendo a la cima del Nevado de Toluca en búsquedadel líquido vital.

Imasen 3: Laguna de la Luna, Nevado de Toluca (SAS/INAH).

208 i

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