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El Problema de los Universales en la Edad Media a la luz del de Ente et Essentia de Santo Tomás
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ATENEO PONTIFICIO REGINA APOSTOLORUM
Facultad de Filosofía
El problema de los universales en la
Edad Media, a la luz de la respuesta
de Santo Tomás de Aquino en
De ente et essentia
Profesor: Guido Traversa.
Alumno: H. Fernando Bustos, LC.
Número de matrícula: 00011320.
Curso: FILE 1001.
Roma, 19 de noviembre de 2014.
1
ABREVIACIONES
DE LAS OBRAS DE SANTO TOMÁS
I Summa Theologiae, prima pars.
I-II Summa Theologiae, prima secundae pars.
C.G. Summa Contra Gentiles.
De Anima Quaestiones disputatae de Anima.
De ente et essentia Opusculum de ente et essentia.
De veritate Quaestiones disputatae de Veritate.
De potentia Quaestiones disputatae de Potentia.
De Spir. Creat. Quaestiones disputatae de Spiritualibus Creaturis.
De virtutibus Quaestiones disputatae de virtutibus.
In de Anima In libros Aristotelis de Anima Commentarium.
In de Coelo In libros Aristotelis de Caelo et Mundo Expositio
In de Hebdomadibus In librum Boethii de Hebdomanibus.
In de Trinitate In librum Boethii de Trinitate.
In Met. In libros Metaphysicorum Aristoteles Expositio.
In Periherm. In Aristotelis libros Perihermeneias.
Quodl. Quaestiones Quodlibetales.
Super De causis Super librum De Causis Expositio.
Super Sent. Scriptum super Sententiis.
2
INTRODUCCIÓN
El problema de los universales podría parecer un problema del pasado,
propio de una visión medieval de la filosofía y que además no llevó a ningún
lugar. Nada más alejado de la realidad, pues se dio una respuesta a este problema;
además, los errores en este punto han suscitado los desvíos en las posteriores
corrientes filosóficas pues, como bien dice Aristóteles, «un pequeño error al inicio
se vuelve grande al final»1. Más aún la crisis de la escolástica comenzó con un
pequeño error en este problema. Éste abrió la brecha a una división radical entre la
realidad y el conocimiento. Baste recordar la posterior división cartesiana entre
res extensa y res recogitans. A partir de aquí las corrientes filosóficas se
precipitan en conclusiones cada vez más alejadas de la realidad. Se acentúa la
división entre empiristas e idealistas, llegando a los extremos acosmistas o
solipsistas del siglo XIX. En el mejor de los casos a un positivismo incapaz de
fundamentar cualquier ciencia o si se prefiere, a una filosofía analítica que se
preocupa por el uso que damos a las palabras y no por el fundamento de éstas. En
resumen, el actual escepticismo está unido a la duda sobre la capacidad que el
hombre posee de conocer la realidad. Ésto no se resuelve sin un fundamento
metafísico que garantice cómo lo que el hombre conoce es la realidad y no un
conjunto de ideas subjetivas.
El presente trabajo, busca analizar la respuesta de Santo Tomás a este
problema, al interno del debate medieval. Se articulará en tres apartados. En el
primero evidenciaremos el origen y desarrollo del problema en la Edad Media. En
el segundo analizaremos la propuesta de Santo Tomás, partiendo de la reflección
sobre el De ente et esentia. En el tercero, haremos un breve resumen de las teorías
posteriores a la doctrina del Aquinate.
1 ARISTÓTELES, De caelo, I, 9, 271 b 8-9.
3
I. ORÍGEN Y DESARROLLO DEL PROBLEMA EN LA EDAD MEDIA
El problema de los universales fue uno de los más debatidos en la Edad
Media. Ya en el siglo XII, Juan de Salisbury comentaba, con ironía, que en la
búsqueda de una respuesta a este problema el mundo se ha hecho viejo, se ha
gastado más tiempo que el que emplearon los Césares en conquistar el mundo y
más dinero del que tuvo Creso, y al final tenemos por lo menos cinco posibles
soluciones2. Según él, éste es uno de los problemas insolubles. Por eso muchos
reducen el valor de esta cuestión. Sin embargo, es mérito de los autores del
Medievo descubrir la función basilar que tiene la resolución de este problema,
para demostrar la veracidad del conocimiento humano. Esto sólo se logra al
mostrar la capacidad humana de pasar del particular sensible, al concepto
universal, con el cuál conocemos las cosas y fundamos la ciencia. Si no existiera
una relación entre los dos, nuestro conocimiento sería un conjunto de ideas
inmanentes al sujeto. Con ésto, se abriría una brecha entre nuestro conocimiento y
la realidad. El resultado sería no poder conocer nada de modo verdadero.
1.1) Origen en la Edad Media
Adentrémonos en el origen de esta magna questio. Su origen medieval está
en la introducción del Isagoge de Porfirio, traducido por Boecioal latín. El texto
dice:
Te advierto desde ahora que no afrontaré el problema de los géneros y de las
especies; ésto es, si son subsistentes o son simples conceptos mentales; y en
el caso de que sean subsistentes, si son corpóreos o incorpóreos; y
finalmente, si existen separados o en las cosas sensibles, inherentes a ellas.
Esto es en efecto un tema muy complicado, que necesita otro tipo de
indagación, mucho más profunda3.
2 Cf. IOANNES SARESBURENSIS, Policratycus, lib. 7, c. 12, en Patrologia Latina [a
partir de ahora P. L.], 199, col. 664. 3 PORFIRIO, Isagoge, introduzione, traduzione, note e apparati di G. GIRGENTI,
Rusconi, Milano 1995, 57-58.
4
Es lógico que al tratarse de un texto de introducción a la lógica de
Aristóteles, Porfirio no aborde el problema metafísico de la realidad de estos
conceptos universales. Como veremos, no es un problema que se resuelve con una
introducción a los predicables; más aún no se resuelve al interno de lógica. De
hecho aquí está el gran problema. En la Alta Edad Media se conocía la lógica de
Aristóteles (llamada lógica vetus), pero no su Física, ni su Antropología (Sobre el
Alma), ni su Filosofía Primera (Metafísica); por tanto las respuestas dadas al
problema de los universales partían de la lógica, cuando el conocimiento en el
hombre es al revés. Primero se conoce la realidad, el ser, y después analiza el
modo de conocer. Por eso las respuestas dadas desde la lógica no buscaban tanto
el ser sino la coherencia interna del discurso. Además la filosofía se fundaba sobre
una tradición patrística, sobre todo agustiniana. Ésta a su vez se fundaba,
pricipalmente, en una visión neoplatónica, que era esencialmente diversa de la
visión aristotélica del conocimiento. Esto no quiere decir que no haya habido
grandes avances en este periodo, sino que hay que esperar hasta el
redescubrimiento de Aristóteles en el siglo XIII para encontrar una respuesta
completa. Una vez conocidas las obras aristotélicas, se pudo hacer una síntesis
con el pensamiento de tradición platónica; esto fue obra, sobre todo, de Santo
Tomás de Aquino.
Boecio mismo en su segundo comentario al Isagoge,4 nos da una respuesta
que coincide con la de Aristóteles; esto es, un realismo moderado. Los puntos
principales son: los universales existen pero no como son pensados; no existen
fuera de la mente como universales. Son incorpóreos, pero presentes en las cosas
corpóreas; y el intelecto los abstrae de las cosas sensibles en las cuales están. Los
universales existen en las cosas corpóreas y sensibles, pero son concebidas
separadamente de las cosas mismas5. Con esto da respuesta a las tres preguntas de
Porfirio. Se cuida, sin embargo, de decir que esta es la solución del Estagirita.
«Hemos seguido la posición de Aristóteles no porque la considere en mayor
grado, sino porque este libro [Isogoge] fue escrito sobre las Categorías cuyo autor
4 Cf. BOETHIUS, In Porphyrium Commentarium, P.L. 64, col. 82-86.
5 Cf. A. GHISSALBERTI, La filosofía medievale. Di S. Agostino fino a S. Tommaso,
Giunti, Firenze 2002, 32.
5
es Aristóteles»6. Él prefiere continuar con la teoría neoplatónica dando una
entidad real a las ideas, sólo que en lugar de existir en el topos hiperuranios
existen en la mente creadora y ordenadora de Dios, como se deja entrever por la
postura que toma en De Consolatione Philosophiae.
1.2) Corrientes en las que se desarrolló el problema
A partir de este momento las respuestas dadas al problema pueden resumirse
en cuatro grades posturas. El nominalismo, el conceptualismo, el realismo
exagerado y el realismo moderado. Esta generalización deja de lado las variantes
propias, que cada autor da a su obra; pero expone el desarrollo progresivo del
pensamiento, al mostrar como los autores continúan o critican las posturas de sus
predecesores. Además, sintetiza los argumentos esenciales para refutar o aceptar
cada teoría en su conjunto.
La respuesta inmediata a este problema fue un realismo exagerado. De hecho, los
opositores a esta doctrina fueron llamados los moderni. Abelardo, además, se
refiere a ella como la doctrina antigua. Entre los defensores de esta propuesta
están Fredegiso, Remigio de Auxerre y Odón de Tournai. Fredegiso propone una
teoría en la que mantiene que cada término supone una realidad positiva
correspondiente. Incluso en su obra De nihilo et de tenebris, concibe la nada como
una realidad, como la materia originaria de la cuál vienen todas las cosas7.
Remigio de Auxerre (841-908 aproximadamente), afirma que la especie es una
partitio substantialis del género, y que la especie hombre, por ejemplo, es la
unidad substancial de muchos individuos («Homo est multorum hominum
substantialis unitas»)8. Según Gilson se dieron estas respuestas al partir sólo de la
lógica, parangonando los planos lógico y metafísico. Copleston no niega esto,
pero añade la defensa de la teología y lo justifica con la teoría de Odón de Tounai
sobre el pecado original. Él afirmaba que si el pecado era una infección positiva y
6 BOETHIUS, In Porphyrium…, 86.
7 Cf. S.-V. ROVIGHI, Filosofia della conoscenza, Studio Domenicano, Bolognia 2007,
67. 8 REMIGII AUTISSIODORENSIS, Commentum in Martianum Capellam, Brill Archive,
Netherland 1965, 23.
6
Dios creaba a partir de la nada una sustancia cada vez que un ser humano nacía,
Dios sería el responsable de la transmisión de la infección. Por eso propuso que la
sustancia humana de Adán fue infectada por el pecado. Después, esta sustancia
infectada era trasmitida con la generación. El intervento divino sería crear una
nueva propiedad de la esencia ya existente. Esta postura lleva a un monismo pues
todos los objetos serían modificaciones de una única sustancia9.
La postura antagónica al realismo exagerado es el nominalismo, propuesto
por Roscelino de Compiègne (1050-1120, aproximadamente). Estudio en Soissons
y Reims, después enseñó como canónico en las escuelas catedralicias de
Compiègne, Lonches, Besancon y Tours10
. Fue el primero en elaborar una teoría
nominalista sobre los universales11
. Los datos que tenemos de este autor los
debemos a San Anselmo, a Juan de Salisbury y a uno de sus discípulos, Abelardo.
Su doctrina puede resumirse en la sola existencia de los individuales. Un término,
por ejemplo hombre, no indica ninguna especie humana, pues sólo existe el
individuo, este individuo concreto. El término queda reducido a un flatus vocis o
emisión de voz, cuya única función es nombrar los individuos pero sin ningún
contenido propio. Esto deja sin resolver la cuestión del saber cómo esos sonidos
pueden ofrecer un sentido al pensamiento, pues gracias a ellos los hombres
pueden comunicarse12
. Como bien dice Gilson, las referencias que tenemos de él
son de sus adversarios por eso no se puede tener una noción exacta de su teoría.
Lo que no se puede negar es su oposición total al realismo exagerado a través de
la negación del contenido real del concepto. San Anselmo refiere que el error de
9 Cf. F. COPLESTON, Historia de la Filosofía Medieval. De San Agustín a Escoto,
Ariel, Barcelona 20004, 147-148.
10 Cf. A.A.V.V., Historia del pensamiento. Desarrollo de la Filosofía Patrística. La
Escolastica, Sarpe, Madrid 1988, 81. 11
Ya antes que el habían aparecido algunas concepciones próximas al nominalismo
como las del Pseudo Rhabano y Henrico de Auxerre (841-876), pero sin proponer una
teoría unitaria que diera respuesta al problema. 12
Cf. E.GILSON, La Filosofía en la Edad Media, versión española de A. Pacios - S.
Caballero, Gredos, Madrid 19992, 234-236.
7
estos “herejes dialecticos” es la incapacidad de liberarse de la imaginación para
pensar en cosas abstractas y puramente inteligibles13
.
Un caso particular es el di Guillermo de Champeaux (1070-1121). Discípulo
de Anselmo de Laón. Enseñó en París. Después se trasladó a la abadía de San
Víctor de la cual fue prior y abad. Finalmente fue nombrado obispo de Châlons-
sur-Marne14
.De él se sostienen dos y hasta tres posturas diversas. La primera
corresponde al realismo exagerado al afirmar que el universal es una realidad
esencialmente idéntica presente en los individuos, los cuales se diferenciarían
simplemente por la variedad de sus accidentes. Abelardo, discípulo suyo, lanza
varias críticas a esta teoría; pues si Sócrates es animal, posee en él la totalidad del
género animal. Al mismo tiempo se dice animal de un caballo y siguiendo la
postura de Guillermo este también tendría en su totalidad la esencia del animal.
Sin embargo se ve que Sócrates es racional, mientras que el caballo no es racional,
por tanto se cae en una contradicción15
. La segunda teoría lo lleva a afirmar que la
realidad universal se encuentra en los individuos no esencialmente, sino
individualmente16
. Con esto afirma la existencia de una esencia universal,
individualizada en cada sujeto. Una tercera teoría dice que la esencia común de
los individuos, no sería tampoco la misma; sino que los individuos tendrían
esencias semejantes. Esta última fase se transforma en una visión conceptualista17
.
Las críticas más fuertes estas teorías, como ya habíamos comentado,
vinieron de uno de sus alumnos Pedro Abelardo (1079-1142). Él fue el maestro de
lógica más importante de su tiempo. Su postura, totalmente contraria a un
realismo exagerado, se dirige a un nominalismo moderado o conceptualismo.
Abelardo cambió la orientación en la discusión de la realidad metafísica del
universal, a su función lógica. Niega tanto que sea una res, como considerarlo
13
Cf. ASELMUS CANTUARIENSIS, Liber de Fide Trinitatis et deIncarnatione Verbi,
P.L. 158, 265 B. 14
Cf. A.A.V.V., Historia del pensamiento…, 82. 15
Cf. S.V. ROVIGHI, Storia della filosofia medievale: dalla patristica al secolo XIV,
vita e pensiero, Milano 2006, 59. 16
Cf. PETRUS ABELARDUS, Epistola Prima. Quae est historia calamitatum, P.L. 178,
col. 119. 17
Cf. A.A.V.V., Historia del pensamiento…, 83.
8
sólo un nomen. No puede ser real porque la realidad es singular y por tanto no
podría predicarse de otra cosa. Tampoco puede ser un nomen, pues éste como tal
es una res, un particular. Por tanto Abelardo cambia la expresión Rosceliana de
universale est vox, por la formula universale est sermo. La diferencia radica en
que sermo incluye la predicabilidad, que posteriormente se llamaría intentio. Que
el universal no exista en la realidad no significa reducirlo a la nada. Las cosas
singulares en su naturaleza son uniformes o semejantes. Esta uniformidad, que es
real, Abelardo la llama status. Por ejemplo, se dice que Sócrates y Platón
convienen en ser hombres (in statu hominis). Esta afirmación está a la base de lo
que después sería la tesis de la suppositio, que expresa la función propia del
concepto, estar en lugar de la cosa18
. Esta solución se asemeja al realismo
moderado en múltiples aspectos, pero falta una ontología del individuo que sea el
fundamento de los universales.
El fundamento lejano de estas teorías se puede encontrar en la filosofía
antigua. El realismo exagerado en encuentra su fundamento en la doctrina
platónica. “[Platón] asigna a los universales un status ontológico de entidades
independientes de las cosas y de las inteligencias, teniendo, por tanto, una
existencia autónoma, como existencias que existen por sí mismas.”19
El
nominalismo tiene su antecedente en la doctrina estoica. Epicuro, partiendo de la
doctrina atómica de Demócrito, afirma que todo –incluido las ideas – son
materiales. Esta postura lo lleva a una visión empirista-fenomenalista del
conocimiento humano, en cuanto que la sensación es el grado más alto del
conocimiento. En consecuencia, los universales tienen una función de
representación de los individuos. La tercera teoría, el realismo moderado, fue
sostenida por Aristóteles. Afirmó que el universal existe sólo en la mente, pero
con un fundamento real en los individuos20
. Dicha doctrina sería retomada
primariamente por San Alberto Magno y después por Santo Tomás. Dedicaremos
la segunda parte a la propuesta del Aquinate.
18
Cf. A.A.V.V., Historia del pensamiento…, 94. 19
M. BEUCHOT, El Problema de los Universales, UNAM, Cuidad de México1981, 43. 20
Cf. M. BEUCHOT, El Problema de..., 28-61. En estas páginas, el autor hace un
repaso sintético de cada una de las tres teorias.
9
II. LA PROPUESTA DE SANTO TOMÁS EN DE ENTE ET ESSENTIA
Santo Tomás aborda el tema de la relación de las intenciones lógicas con los
principios del ser en diversas partes de sus obras. En el presente estudio
analizaremos el tratado De ente et essentia, haciendo referencia a otros escritos
relacionados con las temáticas expuestas en este opúsculo.
La redacción de esta obra, según Tolomeo Lucca, se remonta a su periodo
de estudiante parisino en el Colegio Dominicano de Saint- Jacques, que desde
1248, era el Studium generale de la orden dominica. El opúsculo sería escrito por
petición de sus hermanos dominicos y compañeros de estudios21
.
El tratado consta del prólogo y seis capítulos. En el prólogo se explica la
importancia de estos dos principios (ente, esencia)22
y el contenido de la obra23
.
Se muestra, además, la conveniencia de proceder del ente a la esencia pues es
mejor comenzar de aquello más fácil24
. De este modo el primer capítulo versa
sobre los términos ente y esencia. Al final del primer capítulo Santo Tomás
explica el método y con él la estructura de los sucesivos apartados. Partirá de los
entes compuestos, pues son más accesibles al intelecto humano; para, después,
arribar a las substancias simples que son menos manifiestas al hombre25
. Por tanto
analiza la esencia en las sustancias compuestas. Continúa con el modo de
conocerlas por parte del hombre; en este momento se centra en los tres predicables
21
Cf. PTOLOMEI LUCENSIS, Historia ecclesiastica nova, XXIII, 12, en A. DONDAINE
(ed.), Les «Opuscula fratris Thomae chez Ptolémée de Lucques in Archivium Fratrum
Praedicatorum, 31, Roma 1961, 152. 22
Cf. De ente et essentia, prologus [369a]. «Ens autem et essentia sunt quae primo
intellectu concipiuntur». El número entre corchetes corresponde a la página y a la
columna de la edición Leonina. 23
Cf. De ente et essentia, prologus [369a]. «Dicendum est quid nomine essentie et entis
significetur, et quomodo in diuersis inueniatur, et quomodo se habeat ad intentiones logicas,
scilicet genus, speciem et differentiam». 24
Cf. De ente et essentia, prologus [369a]. «Quia uero ex compositis simplicium
cognitionem accipere debemus et ex posterioribus in priora deuenire, ut a facilioribus
incipientes conuenientior fiat disciplina, ideo ex significatione entis ad significationem
essentie procedendum est». 25
Cf. De ente et essentia, c.1 [370a]. «Sed quia illarum substantiarum [simplicium]
essentiae sunt nobis magis occultae, ideo ab essentiis substantiarum compositarum
incipiendum est, ut a facilioribus conuenientior fiat disciplina».
10
esenciales y su correspondencia analógica con los principios esenciales. Después
examina la esencia en las sustancias separadas hasta llegar a la esencia divina.
Finalmente dedica el último capítulo a la esencia de los accidentes y su relación
con las intenciones lógicas universales.
La finalidad del estudio es analizar los fundamentos que la postura de Santo
Tomás, en particular con respecto a los universales y en general con la posibilidad
de un conocimiento humano cierto y verdadero. El estudio comenzara con el
análisis de las nociones de ente y esencia (2.1). Una vez hecha la distinción de
estas dos nociones, expondremos la naturaleza y los tipos de universal (2.2). Esto
nos enfocará en los modos de concebir la esencia (2.3). Posteriormente nos
concentraremos en la capacidad que permite al hombre conocer los objetos
extramentales, es decir la abstracción (2.4). El siguiente apartado versará sobre la
correspondencia entre las intenciones lógicas y la composición del ente; para
después mostrar como el primero se fundamenta en el segundo (2.5). Los últimos
dos apartados conciernen al modo de obtener los predicables en las substancias
separadas y en los accidentes (2.6 y 2.7). La conclusión mostrará los elementos
principales tratados en los apartados anteriores y, con estos, se podrá entender la
postura del realismo moderado del Aquinate.
2.1) Nociones de ente y esencia
Santo Tomas, afronta el argumento citando a Aristóteles, «sicut in V
metaphysicae philosophus dicit, ens per se dicitur dupliciter, uno modo quod
dividitur per decem genera, alio modo quod significat propositionum ueritatem»26
.
La división puede resumirse en ens realis y ens ragionis. El segundo modo (ens
ragionis) es el lógico, pues se dice ente todo aquello que puede estar en una
proposición afirmativa y por tanto está en el intelecto. Sin embargo puede incluir
cosas que no existen, como son las privaciones. En cambio ente, considerado en el
primer modo (ens realis) existe fuera del intelecto humano, por tanto es
independiente al hombre. De acuerdo con esto, en el primer modo se encuentran
26
De ente et essentia, c. 1 [369a].
11
las cosas reales. El motivo es que la substancia tiene el ser como algo propio.
Después los demás predicamentos se unen a ella teniendo el ser en relación al
actus essendi de la sustancia. Por tanto puede hablarse de esencia sólo en el
primer modo, pues en el segundo se consideran en cuanto objetos mentales27
. Esto
no quita que la mente los considere al modo de entes28
. Es más claro con los
conceptos que son sólo privaciones. El ejemplo clásico es el de la ceguera. Ésta no
existe, sino que es la remoción de una capacidad perteneciente a un sujeto29
, esto
no quita que en la mente haya un concepto de dicha privación.
El ente considerado en el primer modo (en cuanto realmente existente), se
divide en las diez categorías. Con esto el Aquinate se basa en el pensamiento de
Aristóteles, pues en el libro quinto de la metafísica expone los cuatro significados
de ente. Uno de los cuales es ens per se, que se divide en las categorías30
. Más
adelante analizaremos como Santo Tomás llega desde el modus logicus, la
predicación, al modus essendi como fundamento del conocimiento humano.
Después Santo Tomás analiza los posibles sinónimos de esencia; cada uno
posee un aspecto diverso. En primer lugar esencia tiene una connotación
ontológica, pues se dice esencia en cuanto por ella y en ella el ente tiene ser31
. En
segundo lugar se dice quididad en cuanto principio de inteligibilidad, pues gracias
a ella la se puede definir quid est la cosa. Esto porque coloca cada cosa en su
27
Estos no poseen una entidad propia, aunque puedan tener o no tener fundamento en
la realidad. Juan de Santo Tomás define los ens rationis como «ens habens esse obiective
in ratione, cui nullum esse correspondet in re». (Ars logica, II, q. 2, a. 1, 285 b 14–16). 28
Cf. I-II, q. 55, a. 4, ad 1: «Id quod primo cadit inintellectu, est ens, unde unicuique
apprehenso a nobis attribuimus quod sit ens»; Super Sent., lib. 1 d. 8 q. 1 a. 3: «Primum
enim quod cadit in imaginatione intellectus, est ens, sine quo nihil potest apprehendi ab
intellectu». 29
Cf. In Met., lib. 5, lect. 12, n. 5: «Primo enim dicit quot modis dicuntur opposita;
quia quatuor modis; scilicet contradictoria, contraria, privatio et habitus, et ad aliquid.
Aliquid enim contraponitur alteri vel opponitur aut ratione dependentiae, qua dependet ab
ipso, et sic sunt opposita relative. Aut ratione remotionis, quia scilicet unum removet
alterum. Quod quidem contingit tripliciter. Aut enim totaliter removet nihil relinquens, et
sic est negatio. Aut relinquit subiectum solum, et sic est privatio. Aut relinquit subiectum
et genus, et sic est contrarium. Nam contraria non sunt solum in eodem subiecto, sed
etiam in eodem genere». 30
Santo Tomás las define como «specialis modus entis». (De veritate, q. 1, a. 1). 31
Cf. De ente et essentia, c. 1 [370a]. «Sed essentia dicitur secundum quod per eam
et in ea ens habet esse».
12
propio genero o especie32
. En tercer lugar se le llama naturaleza en cuanto
principio intrínseco de operación33
. En cuarto lugar se dice forma,en cuanto que
determina al ente en un grado ontológico. Santo Tomás habla de certitudo pues
fue la traducción latina de varios términos usados por Avicena. Por ejemplo
afirma, «sicut triangulus habet certitudinem qua est triangulus, et albedo habet
certitudinem in qua est albedo»34
. Certitudo se refiere de modo particular haqiqa
que indica la estabilidad o autoreferenciabilidad de la cosa.35
.
2.2) Naturaleza y tipos de universal
Partiendo de la etimología de la palabra universal, un primer significado
sería unum versus alia. Esta relación de uno con respecto a varios puede ser de
diversos modos, de ahí brotan los diversos significados del término universal. Dos
de orden lógico-gnoseológico, universalis in dicendo y universalis in praedicando
y dos de orden ontológico, universalis in causando y universalis in essendo36
.
El universal in causando se refiere a una causa referida a una multiplicidad
de efectos. La consideración en profundidad de este tema corresponde a la
teología filosófica. Para el presente estudio basta mencionar que la causa última
por excelencia es Dios, que con su ser subsistente crea todos los seres y los
mantienepor participación a su ser.
32
Cf. De ente et essentia, c. 1 [369b]. «Et quia illud per quod res constituitur in proprio
genere uel specie est hoc quod significatur per diffinitionem indicantem quid est res, inde est
quod nomen essentie a philosophis in nomen quiditatis mutatur». 33
Cf. De ente et essentia, c. 1 [370a]. «Nomen nature hoc modo sumpte uidetur
significare essentiam rei secundum quod habet ordinem ad propriam operationem rei, cum
nulla res propria operatione destituatur». 34
AVICENNA LATINUS, Liber de philosophia prima sive scientia divina, Tractatus 1, c.
5, lineas 56-57, en S. VAN RIET (ed.), Peeters, Louvain 1977, 34-35. 35
Cf. P. PORRO, De ente et essentia, introduzione, traduzione, note e apparati,
Bompiani, Milano 2002, 10.142. 36
Cf. IOHANNES A SANCTO THOMA, Cursus Philosophicus Thomisticus. Vol. I, Ars
logica seu de forma et materia ratiocinandi, II, q. 3, art. 1, 313 b 8 - 314 b 17.
13
El universal in essendo «es un universal que por naturaleza es capaz de
existir en una pluralidad de entes»37
. Por ejemplo la naturaleza felina es capaz de
existir en una pluralidad de gatos. El universal in praediando «es un universal que
por su naturaleza puede ser predicado de una pluralidad de entes»38
. Éste se
refiere al concepto. Continuando con el ejemplo anterior, el concepto gato puede
predicarse de cualquier gato de roma. El universal in dicendo es tal por ser un
signo convencional único respecto a la pluralidad de significados a los cuales
reenvía. En definitiva se trata de un concepto sincategoremático que significa una
pluralidad de cosas a través del concepto universal. Éste al ser convencional puede
cambiar de cultura en cultura por ejemplo gato, cat, gatto, felis; lo importante es
destacar que esta significación es posible sólo a través del concepto gato que
reenvía ala pluralidad de los gatos.
El análisis de los tres universales muestra la intima relación que existente
entre ellos. El universal in essendo es el fundamento ontológico. El universal in
praedicando hace referencia al contenido noético (concepto) obtenido por
abstracción de las cosas existentes. Este contenido se expresa a través de un
término lingüístico (universal in dicendo). Esta relación de semejanza y
significación es la que constituye el triángulo semiótico39
.
2.3) Los modos de concebir la esencia
El fin de esta sección es mostrar cuál es el fundamento para la objetividad
del conocimiento intelectivo en el hombre. Por tanto profundizaremos en el
fundamento ontológico (universal in essendo) y su relación al contenido noético
(universal in praedicando) en los actos de conocimiento humanos. Comenzaremos
con un texto de la Summa Theologiae, para después pasar al de ente et essentia.
Esto por dos motivos. Primero demostrar que el pensamiento expresado en la obra
de juventud no varía profundamente con respecto al pensamiento de su obra de
37
«Universale est quod natum est pluribus inesse» (In Met., lib. 7, lect. 13, n. 9). 38
«Universale est quod est aptum natum de pluribus praedicari» (In Periherm., lib. 1,
lect. 10, n. 2). 39
«Comparantur autem ad intellectum voces quidem sicut signa, res autem sicut ea
quorum intellectus sunt similitudines» (In Periherm., lib. 1, lect. 3, n. 7).
14
madurez. Segundo, para partir del conocimiento en el hombre (más evidente a
nosotros), al fundamento ontológico que sustenta la intelección humana.
Cum dicitur intellectum in actu, duo importantur: scilicet res quae
intelligitur, et hoc quod est ipsum intelligi.Et similiter cum dicitur
universale abstractum, duo intelliguntur: scilicet ipsa natura rei, et
abstractio seu universalitas. Ipsa igitur natura cui accidit vel intelligi vel
abstrahi, vel intentio universalitatis, non est nisi in singularibus; sed hoc
ipsum quod est intelligi vel abstrahi, vel intentioni universalitatis, est in
intellectu… Similiter humanitas quae intelligitur, non est nisi in hoc vel in
illo homine: sed quod humanitas apprehendatur sine individualibus
conditionibus, quod est ipsam abstrahi, ad quod sequitur intentio
universalitatis, accidit humanitatis secundum quod percipitur ab intellectu,
in quo est similitudo naturae speciei, et non individualium principiorum40
.
Los dos universales anteriormente mencionados, in essendo et in
predicando, quedan envueltos en el proceso cognoscitivo del hombre. Uno
muestra la naturaleza presente en las cosas singulares que es captado a través del
proceso de abstracción. El otro muestra la intención de universalidad que el
intelecto da a la naturaleza abstraída. Esto nos lleva a que la naturaleza o esencia
tiene dos modos de ser en el individuo (in re) o en el intelecto (in anima). Entre
estos dos modos de ser tiene que haber algo en común, que haga posible la
semejanza intencional. Esto común tiene que ser la naturaleza considerada en sí
misma, no como un tercer modo de ser, sino como los componentes esenciales
que son comunes entre los dos, dejando de lado la consideración del modo de ser,
sea en el singular que en el intelecto41
. En de ente et essentia Santo Tomás lo
expone del siguiente modo:
Natura autem uel essentia sic accepta potest dupliciter considerari. Vno
modo secundum rationem propriam, et hec est absoluta consideratio ipsius:
et hoc modo nichil est uerum de ea nisi quod conuenit sibi secundum quod
huiusmodi; unde quicquid aliorum attribuatur sibi, falsa erit
attributio… Alio modo consideratur secundum esse quod habet in hoc uel
in illo: et sic de ipsa aliquid predicatur per accidens ratione eius in quo est,
sicut dicitur quod homo est albus quia Sortes est albus, quamuis hoc non
conueniat homini in eo quod homo… Hec autem natura duplex habet esse:
40
I, q. 85, a. 2, ad 2. 41
Cabe mencionar que la existencia in anima se refiere en sentido estricto al ser objeto
intencional del intelecto humano.
15
unum in singularibus et aliud in anima, et secundum utrumque
consequntur dictam naturam accidentia42
.
La naturaleza o esencia puede ser considerada según su modo de ser o según
su noción propia. Considerada de acuerdo a su modo de ser, existe sea en los entes
particulares, que en el intelecto del hombre (como objeto intencional), in
singularibus o in anima. Considerada según su razón propia es tomada de modo
absoluto, de este modo nada es verdadero de ella sino aquello que le conviene en
cuanto tal43
. Por ejemplo al hombre en cuanto hombre conviene animal y
racional. Se deja de lado tanto la existencia de Pedro o Juan como la existencia del
concepto universal hombre. Por tanto la naturaleza considerada secundum
rationem propiam no es ni universal ni particular44
, aunque solo pueda existir sea
en el particular, sea en el alma. Justamente éste es fundamento que hace posible el
paso del particular al universal. La esencia, en cuanto tal, está sea en el particular
que en el universal. Pongamos por ejemplo el concepto universal de caballo y el
caballo particular real, Rocinante. Sabemos que los dos deben tienen algo de
semejante, la caballeidad45
; pero no puedo decir ni que: el caballo es caballeidad
ni que Rocinante es caballeidad. Considerada en sí la caballeidad prescinde tanto
del universal como del particular aunque solamente exista in anima o in re. Esta
doctrina la empresa, Santo Tomás, de modo más claro en el siguiente texto.
Respondeo dicendum, quod, secundum Avicennam in sua metaphysica,
triplex est alicuius naturae consideratio. Una, prout consideratur secundum
esse quod habet in singularibus; sicut natura lapidis in hoc lapide et in illo
lapide. Alia vero est consideratio alicuius naturae secundum esse suum
intelligibile; sicut natura lapidis consideratur prout est in intellectu. Tertia
vero est consideratio naturae absoluta, prout abstrahit ab utroque esse;
secundum quam considerationem consideratur natura lapidis, vel
42
De ente et essentia, c. 3 [374a-b]. 43
Cf. El ya citado, De ente et essentia, c. 3 [374a]. «Vno modo secundum rationem
propriam, et hec est absoluta consideratio ipsius: et hoc modo nichil est uerum de ea nisi
quod conuenit sibi secundum quod huiusmodi; unde quicquid aliorum attribuatur sibi, falsa
erit attributio». 44
Cf. El ya citado, De ente et essentia, c. 3 [374a]. «Vnde si queratur utrum ista natura
sic considerata possit dici una uel plures, neutrum concedendum est, quia utrumque est extra
intellectum humanitatis, et utrumque potest sibi accidere». 45
Esto significa sólo aquello que es propio de la natura del caballo, en cuanto caballo.
16
cuiuscumque alterius, quantum ad ea tantum quae per se competunt tali
naturae46
.
La razón profunda de esta correspondencia responde a la composición de
acto y potencia en los entes. Pues no pueden ser por lo mismo semejantes y
diferentes. De esto sigue que por un elemento son semejantes y por otro,
diferentes. Por tanto tiene que estar compuesto por dos principios diversos. Uno
por el cual converjan con los otros individuos y otro por el cual discrepen de los
mismos. Con esto se constata que el ente real uno está compuesto de dos
principios intrínsecos la potencia (principio de diversidad) y al acto (principio de
convergencia). Está composición se presenta en el orden entitativo (esencia y
ser), esencial (materia y forma) y accidental (sujeto y accidentes)47
. Además, con
esta teoría, se explica porque los entes son limitados, multiplicables e individuales
en los tres órdenes48
.
Queda por analizar cómo esta esencia absoluta pueda ser universal en el
intelecto humano. Aunque parezca paradójico, los mismos conceptos universales
por el hecho de estar en un sujeto son particulares, en cuanto que son objeto de
este intelecto concreto49
. Con esto Santo Tomás contradice la posición del
cometator (Averroes), según la cual habría un intelecto común a todos los
hombres en el cual estarían los conceptos universales50
. Por tanto la universalidad
de estas nociones reside en el intelecto individual que les da un modo de ser
intencional, que los hace predicables de una variedad de entes reales que poseen
46
Quodl. VIII, q. 1, a. 1. 47
El análisis de esta correspondencia ontológica lo expondremos detalladamente en el
punto 2.5, aquí solo la enunciamos. 48
Cf. I, q. 11, a. 3 «Manifestum est enim quod illud unde aliquod singulare est hoc
aliquid, nullo modo est multis communicabile. Illud enim unde Socrates est homo, multis
communicari potest, sed id unde est hic homo, non potest communicari nisi uni tantum.
Si ergo Socrates per id esset homo, per quod est hic homo, sicut non possunt esse plures
Socrates, ita non possent esse plures homines». 49
Cf. De ente et essentia c. 3 [375a]. «Et quamuis hec natura intellecta habeat rationem
uniuersalis secundum quod comparatur ad res extra animam, quia est una similitudo
omnium, tamen secundum quod habet esse in hoc intellectu uel in illo est quedam species
intellecta particularis. Et ideo patet defectus Commentatoris in III De anima, qui uoluit ex
uniuersalitate forme intellecte unitatem intellectus in omnibus hominibus concludere».
50
Además del texto de la anterior nota, Santo Tomás dedica una obra entera a rebatir
esta postura, el De unitate intellectus contra Averroistas.
17
una esencia semejante. En este punto debemos distinguir dos tipos de universal. El
universal fundamental o directo, que es la esencia misma de la cosa considerada
de modo absoluto (secundum rationem propiam), es decir solo respecto a su
comprensión (contenido noético). Por eso también es llamado universal metafísico
pues corresponde al fundamento ontológico del universal. El segundo tipo es el
universal formal que es la intención de universalidad aplicada a la esencia ya
abstraída51
. Añade, por tanto, la consideración de la extensión. Considera el
contenido noético (esencia absoluta o quididad) en relación a los individuos en
aquello que poseen de idéntico52
. Es decir bajo el aspecto de su predicabilidad,
por eso es llamado también universal reflejo o lógico. Esto a su vez tiene una
correspondencia entre la intención primera y segunda53
. La primera intención es lo
que se conoce de la cosa como real gracias a la operación abstractiva, además su
contenido se puede clasificar en una de las diez categorías metafísicas. La
intención segunda es aquella que considera reflexivamente las cosas ya conocidas
en cuanto conocidas54
. Por ejemplo el contenido del concepto caballo obtenido al
ver a un caballo es una intención primera. Posteriormente en cuanto puede ser
atribuido tanto a Rocinante como a Babieca y a todos los caballos existentes, a
51
Cf. In Met. lib. 7, lect. 13, n. 5: «Sciendum est autem, ad evidentiam huius capituli,
quod universale dupliciter potest accipi. Uno modo pro ipsa natura, cui intellectus
attribuit intentionem universalitatis: et sic universalia, ut genera et species, substantias
rerum significant». 52
Cf. MORANDINI, Critica, tesis XV, Roma 19594, 151-152.
53 Cf. De potentia, q. 1, a. 1, ad 10: «Uno modo immediate, quando videlicet
intellectus concipit formam rei alicuius extra animam existentis, ut hominis vel lapidis.
Alio modo mediate, quando videlicet aliquid sequitur actum intelligendi, et intellectus
reflexus supra ipsum considerat illud. Unde res respondet illi considerationi intellectus
mediate, id est mediante intelligentia rei: verbi gratia, intellectus intelligit naturam
animalis in homine, in equo, et multis aliis speciebus: ex hoc sequitur quod intelligit eam
ut genus. Huic intellectui quo intellectus intelligit genus, non respondet aliqua res extra
immediate quae sit genus; sed intelligentiae, ex qua consequitur ista intentio respondet
aliqua res». 54 Cf. De potentia, q. 7, a. 9: «Prima enim intellecta sunt res extra animam, in quae
primo intellectus intelligenda fertur. Secunda autem intellecta dicuntur intentiones
consequentes modum intelligendi: hoc enim secundo intellectus intelligit in quantum
reflectitur supra se ipsum, intelligens se intelligere et modum quo intelligit.Secundum
ergo hanc positionem sequeretur quod relatio non sit in rebus extra animam, sed in solo
intellectu, sicut intentio generis et speciei, et secundarum substantiarum».
18
modo de especie, es una intención segunda. En consecuencia el universal en modo
estricto solo existe el intelecto, con un fundamento remoto en la realidad55
.
Santo Tomás comenta las característicaspropias de los dos modos de ser de
la esencia56
. Considerada como existente in re, es concreta, particular y material.
Considerada in anima le corresponde ser universal, inmaterial y abstracto. El
siguiente texto ilustra su pensamiento:
Intellectus autem recipit similitudinem eius quod intelligitur, incorporaliter
et immaterialiter. Individuatio autem naturae communis in rebus
corporalibus et materialibus, est ex materia corporali, sub determinatis
dimensionibus contenta: universale autem est per abstractionem ab
huiusmodi materia, et materialibus conditionibus individuantibus.
Manifestum est igitur, quod similitudo rei recepta in sensu repraesentat
rem secundum quod est singularis; recepta autem in intellectu, repraesentat
55
Cf. Super Sent. lib. 1, d. 19, q. 5, a. 1: «Humanitas enim est aliquid in re, non tamen
ibi habet rationem universalis, cum non sit extra animam aliqua humanitas multis
communis; sed secundum quod accipitur in intellectu, adiungitur ei per operationem
intellectus intentio, secundum quam dicitur species»; También Super Sent., lib. 1, d. 2, q.
1, a. 3: «Nec tamen hoc nomen ratio significat ipsam conceptionem, quia hoc significatur
per nomen sapientiae vel per aliud nomen rei; sed significat intentionem hujus
conceptionis, sicut et hoc nomen definitio, et alia nomina secundae impositionis. Et ex
hoc patet secundum, scilicet qualiter ratio dicatur esse in re. Non enim hoc dicitur, quasi
ipsa intentio quam significat nomen rationis, sit in re; aut etiam ipsa conceptio, cui
convenit talis intentio, sit in re extra animam, cum sit in anima sicut in subjecto: sed
dicitur esse in re, inquantum in re extra animam est aliquid quod respondet conceptioni
animae, sicut significatum signo. Unde sciendum, quod ipsa conceptio intellectus
tripliciter se habet ad rem quae est extra animam. Aliquando enim hoc quod intellectus
concipit, est similitudo rei existentis extra animam, sicut hoc quod concipitur de hoc
nomine homo; et talis conceptio intellectus habet fundamentum in re immediate,
inquantum res ipsa, ex sua conformitate ad intellectum, facit quod intellectus sit verus, et
quod nomen significans illum intellectum, proprie de re dicatur. Aliquando autem hoc
quod significat nomen non est similitudo rei existentis extra animam, sed est aliquid quod
consequitur ex modo intelligendi rem quae est extra animam: et hujusmodi sunt
intentiones quas intellectus noster adinvenit; sicut significatum hujus nominis genus non
est similitudo alicujus rei extra animam existentis; sed ex hoc quod intellectus intelligit
animal ut in pluribus speciebus, attribuit ei intentionem generis; et hujusmodi intentionis
licet proximum fundamentum non sit in re sed in intellectu, tamen remotum
fundamentum est res ipsa. Unde intellectus non est falsus, qui has intentiones adinvenit». 56
Cf. De ente et essentia, c. 3 [374b]. «Hec autem natura habet duplex esse: unum in
singularibus et aliud in anima, et secundum utrumque consequntur dictam naturam
accidentia; et in singularibus etiam habet multiplex esse secundum singularium diuersitatem.
Et tamen ipsi nature secundum suam primam considerationem, scilicet absolutam, nullum
istorum esse debetur.».
19
rem secundum rationem universalis naturae: et inde est, quod sensus
cognoscit singularia, intellectus vero universalia, et horum sunt scientiae57
.
Esta teoría, como el texto lo atestigua proviene del pensador árabe
Avicena. Algunos autores han querido ver el influjo de este autor en el Aquinate
como un momento de transición, como una etapa en su formación que después
sería superada. Si fuese verdadera esta teoría, la presentación que hace en De ente
et essentia no sería el verdadero pensamiento de Santo Tomás. Por el contrario
Battista Mondin afronta este problema y muestra como el influjo es inminente.
Además corrobora sus afirmaciones con el consenso de los estudios de Forest,
Gilson, Carrara de Vaux, Vansteenkiste, Masnovo y Fabro. Mondin muestra
además como constantemente Avicena es citado para afirmar sus tesis (según
Vansteenkiste, Avicena es citado comprensivamente 450 veces). Por otro lado,
cuando no está de acuerdo con el pensamiento de Avicena, no usa las expresiones
duras que sí usa contra Averroes. Un análisis de las citas muestra como al inicio
es más citado sin embargo continúa su influjo prueba de ello son las 14 veces que
es citado en la Prima Pars Sammae Theologiae o las trece veces que es citado en
las Quodlibetalia58
. En conclusión el pensamiento de Santo Tomás además de
fundarse en el pensamiento de Aristóteles y Platón, debe gran parte a Avicena. Su
influjo se ve en algunos puntos nodales de la metafísica como la distinción lógica
y ontológica de la esencia y existencia, la definición del objeto de la metafísica, la
demostración de la existencia de Dios (a través de la vía de la contingencia), los
trascendentales, el origen de las cosas a partir de Dios como causa, el orden del
cosmos, el principio de individuación por la materia quantitate segnata, la
inmaterialidad del alma y de las inteligencias separadas (Ángeles)59
.
Sin embargo sería un error pensar que Santo Tomás sigue en todo a
Avicena. El punto principal de conflicto es la concepción del actus essendi, pues
en Avicena la primacía pertenece a la esencia. La existencia aparece como un
accidente que viene añadido a la esencia. Esta postura lleva a una metafísica de
57
In de Anima, lib. 2, lc. 12, n. 5. 58
Cf. B. MONDIN, Storia della Metafisica. Vol. II, Edizioni Studio Domenicano,
Bologna 1998, 493-494. 59
Cf. B. MONDIN, Storia della…, 495.
20
los posibles o esencialismo60
. Por el contrario la postura tomista da el valor
principal al actus essendi. Santo Tomás distingue entre el esse comune61
y el esse
ut actus. El primero se refiere a una realidad vaga, indeterminada, que abraza
todos los entes; pero incapaz de mostrar la perfección que las cosasposeen. Este
compito sólo puede realizarse con un concepto intensivo de ser, esto es, visto
como actualidad de todo acto y como actualidad de todas las perfecciones62
. Los
textos en los cuales el Aquinate muestra su posición son numerosos63
. Uno de los
más explícitos es el siguiente:
Ad nonum dicendum, quod hoc quod dico esse est inter omnia
perfectissimum: quod ex hoc patet quia actus est semper perfectio potentia.
Quaelibet autem forma signata non intelligitur in actu nisi per hoc quod
esse ponitur. Nam humanitas vel igneitas potest considerari ut in potentia
materiae existens, vel ut in virtute agentis, aut etiam ut in intellectu: sed
hoc quod habet esse, efficitur actu existens. Unde patet quod hoc quod
dico esse est actualitas omnium actuum, et propter hoc est perfectio
omnium perfectionum. Nec intelligendum est, quod ei quod dico esse,
aliquid addatur quod sit eo formalius, ipsum determinans, sicut actus
potentiam: esse enim quod huiusmodi est, est aliud secundum essentiam ab
eo cui additur determinandum. Nihil autem potest addi ad esse quod sit
extraneum ab ipso, cum ab eo nihil sit extraneum nisi non-ens, quod non
potest esse nec forma nec materia. Unde non sic determinatur esse per
aliud sicut potentia per actum, sed magis sicut actus per potentiam64
.
A modo de síntesis, esta discrepancia de pareceres puede aplicarse a los
modos de ser de la esencia. En la concepción de Avicena se retorna a la postura
platónica, pues la concepción de la esencia en si misma retorna al mundo de las
ideas; pues posteriormente, esta esencia puede existir o ser simplemente un
60
Cf. F. UGARTE CORCUERA, La esencia en Santo Tomás de Aquino, Ediciones
Populares, Guadalajara 2000, 31-36; E. GILSON, El ser y la esencia, Desclée de Brower,
Buenos Aires 1951, 19. Este aspecto lo retomaremos al analizar la postura de Duns Scoto. 61
Entendido como primera noción prefilosófica del intelecto. Cf. De veritate, q. 1, a.
1: «Illud autem quodprimo intellectus concipit quasi notissimum, et in quod conceptiones
omnes resolvit, est ens». Esto no debe confundirse con el objeto propio de la metafísica,
que es el ente en cuanto ente, al cual se arriba a través de la resolutio. Una exposición
detallada de esto se encuentraen el apartado 4.3 «L’oggetto de la metafisica non è
l’oggetto formale dell’intelletto» en J. VILLLAGRASA, Metafisica II. La comunanza del
essere, Ateneo Pontificio Regina Apostolorum, Roma 2009, 254-260. 62
Cf. B. MONDIN, Storia della…, 509-510. 63
Cf. De potentia, q. 2, a. 2 ad 9; In sent. d. 17, q. 1, a. 2 ad 3; C.G. lib. 3, c. 56; De
ente et esssentia, c. 6; In sent. d. 19, q. 2, a. 2; I, q. 7, a. 1. 64
De potentia, q. 7 a. 2 ad 9.
21
posible. Por el contrario para Santo Tomás la prioridad está, como para
Aristóteles, en el individuo real que fundamenta el concepto mental. Esta esencia,
en el intelecto, es la que puede considerarse en sí misma, coincidiendo con el
universal metafísico, o en cuanto intencionalmente predicable de los particulares,
coincidiendo con el universal lógico65
.
2.4) La abstracción
Todo lo dicho nos muestra los elementos que fundamentan el conocimiento
verdadero del hombre. Ahora analizaremos la abstracción que es la acción por la
cual se elaboran estos conceptos mentales.
Abstracción significa etimológicamente separación; pero según el uso
significa el conocimiento penetrativo de la esencia de una cosa por modo de
separación66
. Esta separación implica dos partes, la parte omisiva y la parte
aprensiva. Primero deja de lado las notas individuantes del objeto concreto, para
después tomar (a-prendere) la esencia o un accidente de la cosa. Por la
abstracción el intelecto no crea una nueva realidad; sino que actualiza la
inteligibilidad contenida, en potencia, dentro del ente concreto. Ésta es la función
del intelecto agente67
. En efecto la inteligencia etimológicamente significa leer
dentro (intus-legere). Cabe mencionar la relación con el acto y la potencia, pues el
principio potencial, la materia68
es omitida en la abstracción para considerar la
actualidad presente en el objeto conocido. Esta función, por tanto, sólo la puede
hacer una facultad en acto e independiente de la materia, pues el efecto de ella, el
concepto, es inmaterial. Por tanto es una facultad de la dimensión espiritual del
65
Cf. F. UGARTE CORCUERA, La esencia en…, 161; Cfr. MORANDINI, Critica…, 158. 66
Cf. MORANDINI, Critica…, 153. 67
Cf. I q.79 a.3: «Sed quia Aristoteles non posuit formas rerum naturalium subsistere
sine materia; formae autem in materia existentes non sunt intelligibiles actu, sequebatur
quod naturae seu formae rerum sensibilium, quas intelligimus, non essent intelligibiles
actu. Nihil autem reducitur de potentia in actum, nisi per aliquod ens actu, sicut sensus fit
in actu per sensibile in actu. Oportebat igitur ponere aliquam virtutem ex parte intellectus,
quae faceret intelligibilia in actu, per abstractionem specierum a conditionibus
materialibus. Et haec est necessitas ponendi intellectum agentem». 68
Si bien no omite la materia totalmente pues en concidera la mataria sensible común
como analizaremos más adelante.
22
hombre, si bien se sirva de los sentidos pues «nihil est in intellectu quod prius non
fuerit in sensu». La dependencia, en consecuencia, es de modo extrínseco pues
por más estímulos y percepciones que haya no se arribará a un concepto sin la
espiritualidad del intelecto humano.
Para comprender el pensamiento del Aquinate analizaremos los dos tipos de
abstracción presentes en sus obras, la abstractio totius y abtractio formae69
. La
primera correspondiente a la relación todo-partes y la segunda a la relación forma
accidental-materia o accidentes- sujeto70
.
La primera tiene como objeto formal la forma substancial unida a la materia,
mientras que la segunda tiene comoobjeto la forma accidental. Esto se deduce del
hecho que el concepto resultante en el caso de la abstractio totius a particulare
corresponde a la quididad de la cosa, esdecir aquello que compete a una cosa en
cuantotal y se expresa a través de la definición. Por tanto a este tipo de abstracción
corresponden el género, la diferencia específica y la especie que más adelante
analizaremos en modo detallado71
. Ahora cabe mencionar que este tipo de
abstracción se dirige hacia una esencia compuesta72
, en la cual la forma es forma
de una materia y por tanto no puede prescindir totalmente de la materia en su
definición. Si la excluyera totalmente caería en el error que expone Santo Tomás
69
Cf. In de Trinitate, pars 3, q. 5, a. 3: «Et ita sunt duae abstractiones intellectus. Una
quae respondet unioni formae et materiae vel accidentis et subiecti, et haec est abstractio
formae a materia sensibili. Alia quae respondet unioni totius et partis, et huic respondet
abstractio universalis a particulari, quae est abstractio totius, in quo consideratur absolute
natura aliqua secundum suam rationem essentialem, ab omnibus partibus, quae non sunt
partes speciei, sed sunt partes accidentales». 70
Cf. R. PASCUAL, La división de las ciencias especulativas en Santo Tomás de
Aquino, Pontificia Universitas Gregoriana, Roma 2003, 143. Seguiré este estudio para
analizar los dos tipos de abstracción. 71
Es importante tener en cuenta la distinción entre intentio prima e intentio secunda,
pues los predicables no son abstraídos directamente de los particulares. De los
particulares se abstrae la intentio prima y con la reflección sobre ella se arriba a la
intentio secunda o predicables. Por tanto el fundamento de los predicables esenciales es la
intentio prima, fruto de la abstractio totius. 72
El conocimiento humano comienza en los entes compuestos, para después conocer
los entes separados de la materia. Esto es debido al modo de conocer del hombre que, al
estar unido al cuerpo, debe tener un objeto proporcionado a esta composición espiritual-
material. «Obiectum intellectus nostri, secundum praesentem statum, est quidditas rei
materialis, quam a phantasmatibus abstrahit». (I, q. 85, a. 8).
23
en el capítulo dos del De ente et essentia73
. Por tanto considera la materia común
correspondiente a una forma. En efecto la forma substancial no puede entenderse
separada de la materia que le es propia74
. Por tanto la materia que abstrae es la
materia del un individuo concreto. Santo Tomás los expone en el siguiente texto:
Ad secundum dicendum quod quidam putaverunt quod species rei
naturalis sit forma solum, et quod materia non sit pars speciei. Sed
secundum hoc, in definitionibus rerum naturalium non poneretur materia.
Et ideo aliter dicendum est, quod materia est duplex, scilicet communis, et
signata vel individualis, communis quidem, ut caro et os; individualis
autem, ut hae carnes et haec ossa. Intellectus igitur abstrahit speciem rei
naturalis a materia sensibili individuali, non autem a materia sensibili
communi. Sicut speciem hominis abstrahit ab his carnibus et his ossibus,
quae non sunt de ratione speciei, sed sunt partes individui, ut dicitur in VII
Metaphys.; et ideo sine eis considerari potest. Sed species hominis non
potest abstrahi per intellectum a carnibus et ossibus75
.
Esto muestra claramente la proporción entre la definición y la estructura
ontológica en los entes materiales. Pues si un ente es compuesto ontológicamente,
los elementos de su definición reflejaran esta composición. Santo Tomás, para
hacer más clara la comprensión de la unidad de los principios del ente compuesto,
es decir entre la materia y la forma, compara los accidentes los cuales no poseen
un ser perfecto, sino en cuanto existen en un sujeto, con la forma que tiene su ser
en cuanto existe en su materia correspondiente76
.
73
Cf. De ente et essentia, c. 2 [371a]. «Sed quia indiuiduationis principium materia est,
ex hoc forte uideretur sequi quod essentia, que materiam in se complectitur simul et formam,
sit tantum particularis et non uniuersalis: ex quo sequeretur quod uniuersalia diffinitionem
non haberent, si essentia est id quod per diffinitionem significatur. Et ideo sciendum est quod
materia non quolibet modo accepta est indiuiduationis principium, sed solum materia
signata». 74
Cf. In de Trinitate, pars 3, q. 5, a. 3: «Similiter autem cum dicimus formam abstrahi
a materia, non intelligitur de forma substantiali, quia forma substantialis et materia sibi
correspondens dependent ad invicem, ut unum sine alio non possit intelligi, eo quod
proprius actus in propria materia fit. Sed intelligitur de forma accidentali, quae est
quantitas et figura». 75
Cf. I, q. 85, a. 1 ad 2. 76
Cf. In Met., lib. 7, lect. 9, n. 18: «Sicut enim accidentia non habent esse perfectum
nisi secundum quod sunt in subiecto, ita nec formae nisi secundum quod sunt in propriis
materiis. Et propter hoc, sicuti accidentia definiuntur ex additione subiectorum, ita et
forma ex additione propriae materiae».
24
El segundo tipo de abstracción, abstractio formae a materia, tiene como
objeto formal la forma accidental o algún otro accidente; por tanto puede
prescindir de la consideración de la materia sensible, sea la individual que la
común. En este caso también se da una analogía con el acto y la potencia solo que
en este caso el accidente, en cuanto perfección, es el elemento activo y el sujeto,
en cuanto sustrato en el cual inhiere el accidente, es el elemento potencial77
. Lo
específico de este tipo de abstracción es que abstrae uno de los accidentes,
dejando de lado los demás accidentes. Esto no quita que los conceptos obtenidos
en esta operación, al momento de la predicación sean considerados como entes
independientes78
. Santo Tomás pone come ejemplo los entes matemáticos pues en
ellos se considera la cantidad dejando de lado los demás accidentes. Esto es
posible gracias a que los otros accidentes inhieren en sujeto a través de la cantidad
y por tanto se puede considerar la cantidad sin los demás accidentes. Esto mismo
puede aplicarse a otros accidentes como cuando una cualidad puede considerarse
separadamente del sujeto en el cual existe. Por ejemplo puedo considerar una
mesa blanca o la blancura en sí misma, si bien sólo exista la primera.
En conclusión los dos tipos de abstracción no son grados diversos, pues si
fueran grados uno debería intensificar la consideración del grado inferior. Esto no
es posible pues tienen objetos formales diversos, por tanto consideran elementos
ontológicamente diversos. La primera considera la esencia, de la cual se recaban
los tres predicables esenciales; mientras que la segunda considera los accidentes
predicamentales y por tanto de esta segunda se obtienen los otros dos predicables,
el propio y el accidente predicable.
77
Cf. De virtutibus, q. 1, a. 3: «Dicendum, quod subiectum tripliciter comparatur ad
accidens. Uno modo... Alio modo sicut potentia ad actum; nam subiectum accidenti
subiicitur, sicut quaedam potentia activi; unde et accidens forma dicitur». 78
Cf. I-II, q. 55, a. 4 ad 1: «Id quod primo cadit in intellectu, est ens, unde unicuique
apprehenso a nobis attribuimus quod sit ens… Sed tamen considerandum quod sicut
accidentia et formae non subsistentes dicuntur entia, non quia ipsa habeant esse, sed quia
eis aliquid est».
25
2.5) Analogía entre los predicables y la composición materia-forma
Hemos analizado como la esencia existente en los individuos materiales,
como puede ser abstraída y cómo esta puede considerarse en el intelecto. Ahora
analizaremos la proporcionalidad entre las intenciones lógicas y los principios del
ente compuesto79
. Santo Tomás a este argumento dedica el final del segundo y el
tercer capítulo. Comienza analizando las posturas del realismo exagerado, tanto el
de Platón como el de algunos medievales, para mostrar su incongruencia. El
Aquinate emplea los siguientes dos argumentos:
Similiter etiam non potest dici quod ratio generis vel speciei conveniat
essentiae, secundum quod est quaedam res exsistens extra singularia, ut
Platonici ponebant, quia sic genus et species non praedicarentur de hoc
individuo; non enim potest dici quod Socrates sit hoc quod ab eo
separatum est; nec iterum illud separatum proficeret in cognitionem huius
singularis80
.
El resultado de una esta postura llevaría a la imposibilidad de conocer la
realidad pues el hombre conocería las ideas separadas, no los individuales reales.
Esta posición fue retomada, posteriormente, por los autores árabes con algunas
modificaciones. Santo Tomás la resume en el siguiente texto:
Avicenna, hac positione remota [Platonica], posuit omnium rerum
sensibilium intelligibiles species, non quidem per se subsistere absque
materia, sed praeexistere immaterialiter in intellectibus separatis; a quorum
primo derivantur huiusmodi species in sequentem, et sic de aliis usque ad
ultimum intellectum separatum, quem nominat intellectum agentem; a quo,
ut ipse dicit, effluunt species intelligibiles in animas nostras, et formae
sensibiles in materiam corporalem81
.
Pueden descubrirse varios inconvenientes en esta teoría. Uno es afirmar la
necesidad de la transmisión de las especies en los que llama intelectos separados.
79
Santo Tomás comienza con los entes compuesto pues son los más evidentes quoad
nos a causa la debilidad de nuestro intelecto que necesita del cuerpo para empezar a
conocer por eso el Aquinate afirma que «obiectum intellectus nostri, secundum
praesentem statum, est quidditas rei materialis, quam a phantasmatibus abstrahit». (I, q.
85, a. 8). 80
De ente et essentia, c. 3 [374a]. 81
I, q. 84, a. 4.
26
Con esto quita la libertad a los entes espirituales, incluido Dios. Esto refleja la
postura neoplatónica de la procesión a partir del uno. Un segundo inconveniente
es que al hablar del intelecto agente como última de los intelectos separados,
destruye la capacidad individual de conocer, pues los conocimientos de todos los
hombres serían los mismos al hacer referencia a un único intelecto común. Esto
contradice de modo claro la experiencia humana, pues el conocimiento es de cada
individuo y parte de los sentidos de este individuo82
. Si el conocimiento
dependiese de una participación a un intelecto común no habría necesidad de los
sentidos. El ejemplo de Santo Tomás es el del ciego de nacimiento; pues si
hubiese un intelecto común tendría la experiencia del color lo cual es
evidentemente falso83
.
Una vez rechazada esta postura Santo Tomás analiza los predicables en las
sustancias compuestas, mostrando una analogía entre el modus essendi y el modus
predicandio modus logicus84
. Es importante notar que esta relación en el orden
lógico se funda en una relación de orden ontológico, por tanto aunque se inicie
analizando el modo de predicación, se debe buscar la causa de esta predicación en
el ente extramental, es decir real. La analogía utilizada en este apartado es de
proporcionalidad, pues la relación entre los elementos en cada uno de los órdenes
es similar a la relación acto-potencia. El siguiente cuadro muestra las diversas
analogías que analizaremos en éste y en el próximo apartado.
82
Cf. In de Anima, lib. 3, lect. 7, n. 20: «Manifestum est enim, quod hic homo
intelligit. Si enim hoc negetur, tunc dicens hanc opinionem non intelligit aliquid, et ideo
non est audiendus: si autem intelligit oportet quod aliquo formaliter intelligat. Hic autem
est intellectus possibilis, de quo philosophus dicit:dico autem intellectum quo intelligit et
opinatur anima. Intellectus ergo possibilis est, quo hic homo, formaliter loquendo,
intelligit». 83
Cf. I, q. 84, a. 4. 84
Cf. In Met., lib. 7, lect. 3, n. 3: «Sicut enim supra dictum est, haec scientia
[metaphysica] habet quandam affinitatem cum logica propter utriusque communitatem. Et
ideo modus logicus huic scientiae proprius est, et ab eo convenienter incipit. Magis autem
logice dicit se de eo quod quid est dicturum, inquantum investigat quid sit quod quid erat
esse ex modo praedicandi. Hoc enim ad logicum proprie pertinet».
Acto Determinante Forma Diferencia esp. Especie Individuo Accidentes
Potencia Indeterminado Materia Género Género Especie Sujeto
27
Antes de entrar en el análisis de las diversas proporciones, se debe tener en
cuenta la postura del Aquinate, según la cual los conceptos de género, especie y
diferencia, pueden ser considerados como un todo o como partes. Si son
considerados como partes no se pueden predicar del individuo, en cambio si son
considerados como un todo, se predican de modo unívoco de los individuos85
. El
ejemplo que usa Santo Tomás es la predicación entre animal y hombre. En efecto
si animal se toma como parte, nombrando con precisión, sólo la capacidad de
sentir y de moverse, no podría predicarse del hombre pues excluiría las demás
perfecciones intrínsecas a la esencia del hombre como su espiritualidad. En
cambio se predica como género, si se considera animal como un todo, en el cual
están contenidos de modo indeterminado todas las cosasa cuya forma pueden
venir el sentir y el moverse, pero sin especificar que esta forma sea sólo sensitiva
o sea a la vez sensitiva y racional86
. Por tanto el género contiene de modo
implícito todo lo que está en las especies que contiene. Esto se ve de modo más
claro al comparar humanidad con hombre, pues se puede decir Sócrates es hombre
pero no, Sócrates es humanidad. Los dos términos, hombre y humanidad,
significan la naturaleza humana. La diferencia es que, humanidad designa con
precisión sólo aquello esencial de la naturaleza humana, en consecuencia excluye
las demás perfecciones y accidentes87
; por tanto no se puede predicar del
85
Cf. I, q. 3, a.3. «Quia essentia vel natura comprehendit in se illa tantum quae cadunt
in definitione speciei, sicut humanitas comprehendit in se ea quae cadunt in definitione
hominis, his enim homo est homo, et hoc significat humanitas, hoc scilicet quo homo est
homo. Sed materia individualis, cum accidentibus omnibus individuantibus ipsam, non
cadit in definitione speciei, non enim cadunt in definitione hominis hae carnes et haec
ossa, aut albedo vel nigredo, vel aliquid huiusmodi. Unde hae carnes et haec ossa, et
accidentia designantia hanc materiam, non concluduntur in humanitate. Et tamen in eo
quod est homo, includuntur, unde id quod est homo, habet in se aliquid quod non habet
humanitas. Et propter hoc non est totaliter idem homo et humanitas, sed humanitas
significatur ut pars formalis hominis; quia principia definientia habent se formaliter,
respectu materiae individuantis». 86
Cf. De ente et essentia c. 2 [372a]. «Et talis est etiam habitudo animalis ad hominem.
Si enim animal nominaret tantum rem quandam que habet talem perfectionem ut possit
sentire et moueri per principium in ipso existens, cum precisione alterius perfectionis, tunc
quecumque alia perfectio ulterior superueniret haberet se ad animal per modum compartis, et
non sicut implicite contenta in ratione animalis: et sic animal non esset genus. Sed est genus
secundum quod significat rem quandam ex cuius forma potest prouenire sensus et motus,
quecumque sit illa forma: siue sit anima sensibilis tantum, siue sensibilis et rationalis simul». 87
Cf. De ente et essentia, c. 2 [372 b]. «Si autem significetur natura speciei cum
precisione materie designate que est principium indiuiduationis, sic se habebit per modum
28
individuo. En cambio el termino hombre significa la naturaleza humana sin
precisión por tanto, incluye de modo indeterminado todo lo que puede encontrarse
en los individuos y por tanto se puede predicar de ellos. En conclusión los
predicables sólo pueden predicarse al ser considerados como un todo88
. Esto nos
lleva a considerar la distinción entre la res significata y el modus significandi. El
primero se refiere a la cualidad de la palabra, mientras que el segundo a la cosa
por la que supone como dice el siguiente texto.
In quolibet nomine est duo considerare: scilicet id a quo imponitur nomen,
quod dicitur qualitas nominis; et id cui imponitur, quod dicitur substantia
nominis: et nomen, proprie loquendo, dicitur significare formam sive
partis; et hoc modo significatur nomine humanitatis, humanitas enim significat id unde
homo est homo». 88
El siguiente texto expone esta teoría claramente: Super Sent., lib. 1, d. 23, q. 1, a. 1:
«Similiter dico, quod cum esse consequitur compositionem materiae et formae, quamvis
forma sit principium esse, non tamen denominatur aliquod ens a forma sed a toto; et ideo
essentia non dicit formam tantum; sed in compositis ex materia et forma, dicit totum; et
hoc etiam dicitur quidditas et natura rei; et ideo dicit Boetius in praedicamentis quod usia
significat compositum ex materia et forma. Sed ista natura sic considerata, quamvis dicat
compositum ex materia et forma, non tamen ex hac materia demonstrata determinatis
accidentibus substante, in qua individuatur forma; quia hujusmodi compositum dicit hoc
nomen Socrates. Haec autem materia demonstrata, est sicut recipiens illam naturam
communem. Et ideo natura vel essentia significatur dupliciter: scilicet ut pars, secundum
quod natura communis sumitur cum praecisione cujuslibet ad naturam communem non
pertinentis; sic enim materia demonstrata supervenit in compositionem singularis
demonstrati, sicut hoc nomen humanitas, et sic non praedicatur, nec est genus, nec est
species, sed ea formaliter denominatur homo; vel significatur ut totum, secundum quod ea
quae ad naturam communem pertinent, sine praecisione intelliguntur; sic enim includitur
in potentia etiam materia demonstrata in natura communi, et sic significatur hoc nomine
homo, et significatur ut quod est. Et utroque modo invenitur hoc nomen essentia. Unde
quandoque dicimus Socratem esse essentiam quamdam; quandoque dicimus, quod
essentia Socratis non est Socrates: et sic patet quod essentia quandoque dicit quo est, ut
significatur nomine humanitatis; et quandoque quod est ut significatur hoc nomine
homo». También, Quodlibet IX, q. 2, a. 1 ad 1: «Ex unione animae et corporis constituitur
et homo et humanitas: quae quidem duo hoc modo differunt: quod humanitas significatur
per modum partis, eo quod humanitas dicitur qua homo est homo, et sic praecise
significat essentialia principia speciei, per quae hoc individuum in tali specie collocatur;
unde se habet per modum partis, cum praeter huiusmodi principia multa alia in rebus
naturae inveniantur. Sed homo significatur per modum totius: homo enim dicitur habens
humanitatem, vel subsistens in humanitate, sine praecisione quorumcumque aliorum
supervenientium essentialibus principiis speciei; quia per hoc quod dico: habens
humanitatem; non praeciditur, qui habet colorem, et quantitatem, et alia huiusmodi».
29
qualitatem, a qua imponitur nomen; dicitur vero supponere pro eo cui
imponitur89
.
Los prinicpales modos de significar son en concreto y en abstracto. El
primero se refiere al sutantivo que significa la cualidad y supone por la
substancia, a modo de un todo90
. Mientra que el segundo modo significa sólo la
cualidad sin suponer por una sustancia, a modo de parte. Humanidad, en efecto,
significa la naturaleza humana no como subsistente, sino como aquello por lo cual
un hombre es hombre, por tanto como parte del suppostitum91
.
Una vez hecha esta distinción, pasemos a analizar las diversas analogías.
Como en toda analogía la relación es en parte semejante y en parte diferente, por
tanto profundizaremos en las semejanzas y las discrepancias en cada una de las
analogías.
Una primera analogía se encuentra en la relación acto-potencia género-
diferencia específica. En la definición el género funge como principio potencial en
cuanto es una formalidad indeterminada, que puede ser determinada, mientras
que la diferencia funge de principio activo en cuanto determina al género. Cabe
mencionar que esta relación se da en el orden lógico, a nivel de la definición, y no
en el orden real92
. En el orden real los entes compuestos están constituidos de
forma substancial y materia prima. Estos a su vez fungen como elementos activo y
potencial, la forma como acto y la materia como potencia. Con esto llegamos a
una segunda analogía entre género-diferencia específica y materia-forma
substancial.
89
Super Sent., lib. 3, d. 6, q. 1, a. 3. También C.G. lib. 1, c. 30. 90
Cf. I, q. 13, a. 1 ad 2: «Et quia in huiusmodi creaturis, ea quae sunt perfecta et
subsistentia sunt composita; forma autem in eis non est aliquid completum subsistens, sed
magis quo aliquid est, inde est quod omnia nomina a nobis imposita ad significandum
aliquid completum subsistens, significant in concretione, prout competit compositis; quae
autem imponuntur ad significandas formas simplices, significant aliquid non ut
subsistens, sed ut quo aliquid est, sicut albedo significat ut quo aliquid est album». 91
Cf. J. VILLLAGRASA, Metafisica II. La comunanza del…, 328-330. 92
Cf. F. UGARTE CORCUERA, La esencia en…, 301.
30
El punto de semejanza entre la materia y el género está en que las dos deben
ser determinadas; la primera por la forma sustancial y la segunda por la diferencia
específica. Por tanto estas (forma y diferencia) fungen como elementos activos
(determinantes) de la materia y del género que fungen como elementos
potenciales, en cuanto deben ser determinados. El punto de desemejanzaestá en
que género es determinado por la diferencia específica, a nivel lógico; mientras
que la materia prima es determinada por la forma sustancial a nivel ontológico. De
hecho se puede decir que el hombre es un animal racional; pero no que está
compuesto de animal y racional. Sin embargo en el orden real el hombre está
compuesto de alma y cuerpo. En consecuencia, la diferencia radica en que de la
unión entre la materia y forma se da un nuevo ente (synolon) diverso de los dos
principios de los cuales está constituido. Mientras que en el caso lógico de la
unión del género y la diferencia específica no se da un tercer ente sino que se
analizan los componentes de un ente ya existente93
.
La analogía siguiente se da entre género-especie y especie-individuo. Para
poder entender esta analogía tenemos que considerarla distinción que Santo
Tomás hace entre la materia signata y la materia non signata. Esta distinción
tiene lugar al afirmar que la materia es principio de individuación. El problema
comienza al ver que la definición denota toda la esencia, está a su vez está
compuesta de forma y materia. La materia es además el principio de
individuación, por tanto los universales no podrían tener definición, pues no
tendría materia, que es uno de los elementos de la esencia. El Aquinate responde a
esta objeción diciendo:
Et ideo sciendum est quod materia non quolibet modo accepta est
indiuiduationis principium, sed solum materia signata; et dico materiam
signatam que sub determinatis dimensionibus consideratur.
Por tanto la definición y la especie de un ente compuesto comprenden
también la materia. Este punto lo habíamos mencionado hablar de la abstracción,
aunque con los términos de materia quantitatis segnata y materia communis. En
93
Cf. P. PORRO, De ente et..., 20-21.
31
efecto, la definición de una especie no excluye la materia común, sino sólo la
materia sensible particular, es decir abstrae de la materia quantitatis segnata. Por
ejemplo la especie hombre no excluye la carne y los huesos totalmente, pues son
parte del hombre; pero si abstrae de la carne y de los huesos de Sócrates, que son
particulares94
. Esto se explica por la unidad de la forma sustancial y la materia
primaen los entes compuestos. Por eso la forma no puede entenderse sin la
determinación material. En consecuencia al abstraer permanece la materia
sensible común como parte constitutiva de esencia compuesta. Esto es lo propio
de la asbstratio totius a particularis, que vimos en el apartado anterior.
Hechas estas consideraciones podemos entrar en la analogíaentre género-
especie y especie-individuo. El fundamento es de nuevo la indeterminación, pues
así como el género contiene indeterminadamente todas las características de la
especie, así la especie contiene de modo indeterminado todo lo que está presente
en el individuo. Es esta la razón por la cual se puede predicar tanto el género de la
especie, como la especie del individuo. Pues ambas (género y especie) tienen una
mayor extensión y por tanto incluyen de modo no determinado a las otras dos.
La desemejanza está en que la especie se contrae en los individuos por la
materia quantitatis segnata. Es decir, por el elemento material del compuesto. El
género, en cambio, se contrae en las especies por las diferencias que la
constituyen. La diferencia especifica se obtiene de la forma, y no de la materia95
.
Por tanto la especie es determinada por un principio potencial, la materia;
mientras que el género es determinado por un concepto obtenido de la forma y por
tanto actual.
94
Cf. De ente et essentia, c. 2 [371a] «In diffinitione autem hominis ponitur materia
non signata: non enim in diffinitione hominis ponitur hoc os et hec caro, sed os et caro
absolute que sunt materia hominis non signata». Esto coincide con el texto ya citado de I,
q. 85, a. 1 ad 2. 95
Cf. De ente et essentia, c. 2 [371a-b] «Sic etiam essentia generis et speciei
secundum signatum et non signatum differunt, quamuis alius modus designationis sit
utrobique: quia designatio indiuidui respectu speciei est per materiam determinatam
dimensionibus, designatio autem speciei respectu generis est per differentiam
constitutiuam que ex forma rei sumitur».
32
Por lo dicho hasta ahora se constata que el género, la diferencia específica y
la especie se obtienen en las substancias compuestas, respectivamente de la
materia, de la forma y del compuesto. La especie significa la esencia en su
conjunto, pues así como la esencia está compuesta por dos elementos, la materia
prima y la forma sustancial; del mismo modo la definición de la especie está
compuesta por género y la diferencia especifica96
. Por tanto son proporcionales,
no equivalentes, el siguiente texto lo mete en evidencia.
Sic ergo genus significat indeterminate totum id quod est in specie, non
enim significat tantum materiam. Similiter etiam et differentia significat
totum, et non significat tantum formam; et etiam diffinitio significat totum,
uel etiam species. Sed tamen diuersimode: quia genus significat totum ut
quedam denominatio determinans id quod est materiale in re sine
determinatione proprie forme, unde genus sumitur ex materia, quamuis
non sit materia… Differentia uero e conuerso est sicut quedam
denominatio a forma determinate sumpta, preter hoc quod de primo
intellectu eius sit materia determinate… Sed diffinitio uel species
comprehendit utrumque, scilicet determinatam materiam quam designat
nomen generis, et determinatam formam quam designat nomen
differentie.Ex hoc patet ratio quare genus, species et differentia se habent
proportionaliter ad materiam et formam et compositum in natura, quamuis
non sint idem quod illa: quia neque genus est materia, sed a materia
sumptum ut significans totum; neque differentia forma, sed a forma
sumpta ut significans totum97
.
Con visto hasta ahora se ve la relación entre el orden lógico y el orden
ontológico. Falta analizar cómo las intenciones lógicas se fundan en la realidad,
para esto analizaremos los tipos de participación que afectan a este tema. En
primer lugar existe una participación a nivel lógico que es unívoca pues los
universales se predican como partes subjetivas de sus inferiores. Por ejemplo el
96
Cf. In Met., lib. 7, lect.11, n. 2: «Definitio numquam est in rei singularis, sed solum
universalis, ut supra dictum est. Et inter universalia, propie est species, quae constituntur
ex genere et diferentia, ex quibus omnis difinitio constat». 97
De ente et essentia, c. 2 [372a-b]. Tambien el siguiente texto refleja este
fundamento ontológico de las nociones lógicas: «Sed dicendum est, quod partes
definitionis significant partes rei, in quantum a partibus rei sumuntur partes definitionis:
non ita quod partes definitionis sint partes rei. Non enim animal est pars hominis, neque
rationale; sed animal sumitur ab una parte, et rationale ab alia. Animal enim est quod
habet naturam sensitivam, rationale vero quod habet rationem. Natura autem sensitiva est
ut materialis respectu rationis. Et inde est quod genus sumitur a materia, differentia a
forma, species autem a materia et forma simul» (In Met., lib. 7, lect. 9, n. 4).
33
género animal se predica de la especie gato. Por tanto diversas especies participan
de un mismo género y diversos individuos participan de una misma especie. Esto
significa que el participado tiene una mayor extensión nocional que el participante
y por tanto lo incluye de modo indeterminado. La univocidad deriva del hecho de
que la formalidad participada se encuentra en los participantes según todo su
contenido nocional98
.
Este primer modo de participar formal-nocional sirve como puerta de acceso
al problema, pero no lo resuelve; se resuelve al encontrar el fundamento real de
las analogías antes vistas. Para analizar esta risolutio seguiré el camino recorrido
por el P. Cornelio Fabro en el explicar la participación predicamental99
. El P.
Mitchell, en su estudio sobre Fabro, resume este argumento en la siguiente
estructura:
[1] First, Fabro moves from the problem of the “logical” or “formal-notional”
participations of individual-species and species-genus to the problem of
real composition and multiplicity: matter-form, substance-accidents;
[2] Second, this movement is followed by a transition from the problem of
physical contrariety – the opposition of terms of movement – to the
problem of metaphysical contrariety – the varying degrees of perfection;
[3] Third, Fabro moves the problems of predicamental (univocal) participation
(substance-accidents, matter-form) to that of transcendental (analogical)
participation (in the pure perfections, transcendental perfections and,
ultimately, esse)100
.
Comencemos con el texto en el cual Santo Tomás da una primera noción de
qué es la participación.
Est autem participare quasi partem capere et ideo quando aliquid
particulariter recipit id quod ad alterum pertinet universaliter dicitur
participare illud, sicut homo dicitur participare animal, quia non habet
98
Cf. F. UGARTE CORCUERA, La esencia en…, 262.306-307. 99
Cf. C. FABRO, La nozione metafisica di partecipazione secondo s. Tommaso
d’Aquino, in Opere Complete Vol. III, EDIVI, Roma 2005, 143-181. 100
J. MITCHELL, Being and Participation: The Method and Structure of Metaphysical
Reflection according to Cornelio Fabro, Ateneo Pontificio Regina Apostolorum, Roma
2012, 265.
34
rationem animalis secundum totam communitatem; et eadem ratione
Socrates participat hominem101
.
Con esto se ve de qué modo participación en campo lógico signifique
recibir en sí la definición que es propia del participado102
. Por ejemplo hombre
recibe en sí la definición del género animal, que es viviente de vida sensitiva. Bajo
este aspecto la especie participa del género y el individuo participa de la especie.
En consecuencia el individuo participa directamente de la especie e
indirectamente del género común. Lo contrario sin embargo no es posible. La
razón de esto es la mayor extensión nocional (del género respecto a la especie y
del individuo respecto a la especie). En consecuencia bajo el punto de vista formal
las predicables no son idénticos; en la realidad sin embargo se identifican en los
particulares103
. Por ejemplo puedo decir que el hombre es animal racional, pero
los tres predicables se identifican en el individuo Juan, que es hombre, animal y
racional.
La complejidad del argumento comienza cuando se analiza la relación de la
diferencia con el género. El género no puede participar a la diferencia pues tendría
que participar a formalidades diversas, como racional e irracional para el género
animal. La función de la diferencia especifica es, por consiguiente, determinar el
género y en consecuencia dividirlo en las diversas especies; por tanto la especie
participa de modo parcial la potencialidad implícita en el género, en cuanto
excluye todas las otras diferencias en las cuales se puede dividir el género. Esto se
ve más claro al mostrar que el género animal incluye en potencia, tanto la
racionalidad como la irracionalidad; pero una vez determinado por la racionalidad,
la especie hombre excluye la irracionalidad que sí era presente
indeterminadamente en el género. Sin embargo tanto el género como la diferencia
se predican de la sustancia que es una. Aristóteles ya había planteado este
101
In de Hebdomadibus, lect. 2. También: «Omne quod de pluribus praedicatur
univoce secundum participationem cuilibet eorum convenit de quo praedicatur, nam
species participare dicitur genus, et individuum speciem» (C.G., lib. 1 cap. 32). 102
Cf. C. FABRO, La nozione metafisica…, 144-145. 103
Cf. J. MITCHELL, Being and Participation..., 267.
35
problema al considerar las diferencias entre homo (est) albus y animal bipies104
.
La primera proposición presenta una predicación accidental, en la que homo y
albus expresan diversas realidades; mientras que la segunda proposición indica la
sustancia y expresa sólo una formalidad. En las dos hay unidad. En la primera la
unidad es por participación pues el sujeto homo participa de la forma accidental
albus. En la segunda se da unidad de identidad en la sustancia. La oposición entre
genero y diferencia, en el pensamiento lógico, por tanto no puede ser real, excepto
cuando tengan existencia propia105
. Lo contrario llevaría a una postura
platónica106
.
Con lo analizado hasta ahora se comprende porque Santo Tomás haya
dado una segunda definición de participación, que engloba en ella toda la
amplitud metafísica, que permite desarrollar una participación real y no sólo
lógica.
Omne quod de pluribus praedicatur univoce secundum participationem,
cuilibet eorum convenit de quo praedicatur, nam species participare dicitur
genus et individuum speciem. De Deo autem nihil dicitur per
participationem, nam omne quod participatur determinatur ad modum
participantis, et sic partialiter habetur, et non secundum omnem
perfectionis modum107
.
El siguiente paso que Fabro hace para mostrar el fundamento ontológico
de las intenciones lógicas, es mostrar como en el ente real debe haber una
composición que justifique la formalidad mental. Dicho de otro modo la
composición lógica indica que ex parte rei debe haber dos elementos
constitutivos. De estos uno indeterminado y otro determinante. Con esto llegamos
a los dos principios del ente compuesto, la materia y la forma; el primero
indeterminado y el segundo determinante. La analogía entre estos dos
104
Cf. ARISTOTELES, Metafísica, Z, 12, 1037 b 8-1038 b 35. 105
Cf. C. FABRO, La nozione metafisica…146-147. 106
Cf. In de Hebdomadibus, lect. 3: «Hoc verum est secundum sententiam Platonis,
qui posuit aliam esse ideam animalis et bipedis hominis. Sed secundum sententiam
Aristotelis, qui posuit quod homo vere est id quod est animal, quasi essentia animalis non
existente praeter essentiam hominis, nihil prohibet id quod per participationem dicitur
substantialiter praedicari». 107
C. G., lib. 1 cap. 32, n. 6.
36
composiciones implica todas las características anteriormente expuestas. Lo
importante es saber que tanto en una como en otra composición, el elemento
indeterminado contiene en potencia las ulteriores determinaciones, aunque éstas
se llevan a cabo de diverso modo108
. Con esto se llega a una nueva noción de
participación que Fabro expresa del siguiente modo:
Il risultato di questi ragionamenti è pertanto il seguente: Per S. Tommaso
la partecipazione logica di specie a genere (e individuo a specie), non è un
puro «sumere definitionem», ma è un esprimere in modo particolare una
formalità universale. Quindi la definizione, se vuol essere adeguata, deve
avere delle parti: il genere e la differenza: ma la composizione logica in
tanto ha valore oggettivo, in quanto riflette una composizione reale. La
partecipazione logica, attraverso la composizione nozionale, deve infine
far capo, nel caso, ad una composizione reale, dalla quale riceve la sua
giustificazione metafisica109
.
La composición real,que fundamenta esta participación, es la composición
de materia y forma. La forma constituye el acto participado y la materia es el
sujeto participante110
. Con esto se da una analogía de proporcionalidad en la cual
el participante está al participado como la potencia al acto. El punto clave de está
en determinar el rol de materia en esta composición. Para acceder a este punto
cabe recordar que la predicación por participación supone en parte identidad y en
parte diversidad. La identidad pertenece al aspecto formal, mientras que la
diversidad al aspecto real de la predicación. Idéntica es la humanidad presente en
todos los hombres, pero bajo el aspecto real son diversos los individuos que tienen
en común esta formalidad. Por tanto esta multiplicidad de individuos es el punto
108
Para afirmar esta teoría Fabro cita los siguintes dos textos de Santo Tomás: «Si
ergo considerentur in genere et differentia id a quo utrumque sumitur, hoc modo se habet
genus ad differentias, sicut Materia ad Formas. Si autem considerentur secundum quod
nominant totum sic aliter se habent. Hoc tamen commune est utrobique quod sicut ipsa
essentia materiae dividitur per formas, ita ipsa natura generis dividitur per differentias.
Sed hoc utrobique distat, quia materia est in utroque divisorum, non tamen est utrumque
eorum; genus autem utrumque eorum est: quia Materia nominat partem, genus autem
totum» (In Met.,lib. 10, lect. 10, n. 5). «Aliter diversificatur materia per formas et aliter
genus per differentias. Forma enim non est hoc ipsum quod est materia, sed facit
compositionem cum ea. Unde materia non est ipsum compositum sed aliquid eius.
Differentia vero additur generi non quasi pars parti sed quasi totum toti» (In Met., lib.
10, lect. 10, n. 3). 109
C. FABRO, La nozione metafisica…, 152. 110
C. FABRO, La nozione metafisica…, 153.
37
de partida de la abstracción para formar la el concepto universal y por tanto debe
fungir de fundamento tanto del concepto en sí mismo, como de la predicación por
participación de sus inferiores111
. Dicho de otro modo en la realidad no existen los
universales solo las actuaciones de estos en los individuos concretos. De esto
deriva que el universal que en pensamiento formal es considerado como un todo,
en la realidad sea incluido como una parte del individuo.
Ahora surge el problema de explicar el porqué de dicha multiplicidad. En
primer lugar tenemos que partir del hecho de la multiplicidad real experimentada
y no de una especulación que parta del universal mental. Partiendo de esta
experiencia nos damos cuenta que la unidad tanto del género como de la especie
es una unidad derivada, pues unimos en la mente los elementos comunes del
múltiple, ocultando las divergencias entre los individuos. Esto se debe a que hay
una pluralidad de sujetos que deben ser intrínsecamente indeterminados y además
deben poseer una capacidad real para recibir la formalidad que los determine112
.
Esta indeterminación intrínseca es la potencia real (no solo gnoseológica), como
elemento constitutivo de cualquier ente participado. Esta potencia real es el
substrato, el cual es determinado por actos particulares (tanto la forma sustancial,
como las formas accidentales), que pueden agruparse en una formalidad
genérica113
. Este principio del ser que es a la vez indeterminado y sujeto, es
llamado por Aristóteles materia. Debido a que tanto el género, la especie y el
individuo están compuestos de este elemento potencial, pueden distinguirse tres
materias la materia communis que es el aspecto potencial del género; la materia
determinada o corporeitas, como aspecto potencial de la especie sensible y la
materia individuata, como aspecto potencial del individuo114
. Cabe mencionar
que en la realidad solo existe la materia individual y las otras dos connotan esta
materia (individual) en universal. Por tanto la comunidad del género y de la
especie son communitas secundum rationem y no reales.
111
Cf. C. FABRO, La nozione metafisica…, 153. 112
Cf. J. MITCHELL, Being and Participation…, 271. 113
De modo semejante es posible una multiplicidad al interno de la especie en cuanto
sujetos realmente distintos reciben la formalidad especifica. 114
Cf. «Sicut compositum ex materia et forma determinata est species, ita compositum
ex materia et forma communi est genus» (In Met., lib. 7, lect. 12 n. 10).
38
Con esta teoría del Aristotelismo tomista se salva tanto el universal
abstracto como el individuo concreto. «Diversa infatti, sotto l’aspetto reale, è
l’animalità dell’asino e quella dell’uomo, e diversa è pure l’umanità in Socrate e
Callia, perchè diverso è il modo di attuarsi e di essere delle formalità generiche
nella specie e di quella specifica negli individui»115
.
Aristóteles llego a la composición hilemórfica a través del cambio sustancial
(generación y corrupción) en analogía con el acto y la potencia. Este cambio
sustancial, sin embargo, es difícil de demostrar en el mundo inorgánico, además
las mismas nociones de acto y potencia fueron recabadas de a través del análisis
del cambio natural; por tanto Fabro propone una nueva demostración de la
doctrina hilemórfica, partiendo de la multiplicidad real, fundada en la
participación real.
En primer lugar, la explicación dada a la multiplicidad poniendo la materia
como principio de potencia real, es sólo una condición de la multiplicidad pero no
una razón propter quid de dicha multiplicidad. Esta razón es la oposición de
contrariedad. La contrariedad es el tipo de oposición entre entes que tiene un
género común116
, el cual es cualificado por cada ente en modo exclusivo. Por
ejemplo el género, en cuanto materia común, puede ser actuado en las diversas
especies, bajo el aspecto formal; pero una especie una vez actuada por la
diferencia excluye por contrariedad a las otras espacies del mismo género. Cabe
mencionar que esta contrariedad no es exclusiva del nivel físico; a nivel
metafísico esta contrariedad envuelve una oposición de diversos grados de
perfección de acuerdo a un magis et minus117
. Bajo este punto de vista, la
multiplicidad de los seres muestra su necesaria diversidad, en la cual unos son
más perfectos que otros ontológicamente. De esta graduación brota el orden y la
inteligibilidad del mundo. Este orden se puede ver sea al interno de una especie,
sea al interno de un género. En el primer caso las diferencias contrarias serán
115
C. FABRO, La nozione metafisica…, 156. 116
Esta contradicción también se da en los accidentes de un sujeto; por tanto no se
debe confundir con la privación que no implica oposición entre dos formalidades sino la
privación de una formalidad. 117
Cf. J. MITCHELL, Being and Participation…, 273.
39
formas accidentales, propias de cada sujeto; por ejemplo el mayor grado de
perfección de un adulto que el de un niño. En el segundo será la forma sustancial
la que determinará las diferencias; por ejemplo la diferencia contraria de
perfección entre un gusano y un caballo, al interno del género animal118
.
Llegados a este punto, la analogía de ente se hace inminente, pues al interno
de un género se podría explicar la participación de las especies de modo unívoco;
sin embargo la participación de los individuos a la especie no permite esta
solución pues, «definitiones significantes speciem sunt sicut numeri, secundum
philosophum in VIII Metaphys.; sicut enim unitas addita vel subtracta variat
speciem numeri, ita in definitionibus differentia apposita vel subtracta»119
. En
consecuencia los individuos pertenecen esencialmente a la misma especie, sin que
pueda haber una graduación de la especie; por tantolos individuos difieren en el
modo de actuar esta esencia, es decir por su acto de ser propio. Esto permite a
cada individuo desarrollar, en modo propio, la potencialidad de la especie dando
lugar una graduación real de los individuos, al interno de la especie. Por ejemplo
es propio del hombre el poder correr, sin embargo se da una graduación entre un
velocista olímpico y una persona que no hace deporte. La multiplicidad por tanto
implica la composición suppositum-natura pues un individuo no se identifica con
la especie a la que pertenece, ni agota la perfección de la misma120
. En
118
Cf. De Spir. Creat., a. 8: «Oportet quod superiores universi partes magis de bono
universi participent, quod est ordo. Perfectius autem participant ordinem ea in quibus est
ordo per se quam ea in quibus est ordo per accidens tantum. Manifestum est autem quod
in omnibus individuis unius speciei non est ordo nisi secundum accidens: conveniunt
enim in natura et differunt secundum principia individuantia, et diversa accidentia, quae
per accidens se habent ad naturam speciei. Quae autem specie differunt ordinem habent
per se, et secundum essentialia principia. Invenitur enim in speciebus rerum una abundare
super aliam, sicut et in speciebus numerorum, ut dicitur in VIII Metaph. In istis autem
inferioribus, quae sunt generabilia et corruptibilia, et infima pars universi, et minus
participant de ordine, invenitur non omnia diversa habere ordinem per se; sed quaedam
habent ordinem per accidens tantum, sicut individua speciei...» 119
I, q. 5, a. 5. 120
Cf. La segunda parte del texto ya citado de C. G., lib. 1, c. 32 n. 6: «Nam omne
quod participatur, determinatur ad modum participantis, et sic partialiter habetur, et non
secundum omnem perfectionis modum»; También los siguientes textos: I, q. 39, a. 4 ad 3:
«Forma significata per hoc nomen homo, id est humanitas, realiter dividitur in diversis
suppositis»; In De Coelo, lib 1, lect. 19, n.14: «Singula autem individua rerum naturalium
quae sunt hic, sunt imperfecta quia nullum eorum comprehendit in se totum quod pertinet
ad suam speciem»
40
consecuencia los individuos son idénticos en el orden específico (iidem
essentialiter), a la vez que difieren realmente en la actuación de la especie
(differunt substantialiter).
El siguiente texto resume los dos modos como el género y la especie pueden
ser entendidos, sea desde orden lógico-formal, sea desde el orden ontológico.
Genere e specie possono esser compresi secondo due aspetti
complementari: uno logico, in quanto sono delle ragioni formali (astratte)
ond’è fondata la partecipazione logica quale «comunanza» dei molti
nell’uno secondo la quale va inteso il detto di Porfirio, che S. Tommaso ha
spesso presente: «Participatione omnes homines sunt unus homo»; ed un
altro ontologico, come formalità reali, che fondano la partecipazione reale,
intesa come un «partialiter accipere». Questa include una distribuzione ed
in un certo modo una «divisione» del contenuto di una «totalità» di
perfezioni, nelle quali tali perfezioni sono comprese trovarsi unite121
.
De lo dicho hasta ahora se ve como para Santo Tomás la participación
implica que cada forma tenga una densidad ontológica en la cual están contenidos
las formalidades de sus inferiores122
. El punto de arribo de esta reflexión esa la
noción intensiva de ser, que es una sinopsis de todas las formas y grados del ser;
una suerte de sínolo lógico-metafísico que incluye, en modo análogo, todas las
manifestaciones del ser123
. En este sentido se entienden los textos en los cuales el
Aquinate habla del ese como perfección de todas las perfecciones124
. Por tanto la
participación predicamental empalma con la participación trascendental, que
121
C. FABRO, La nozione metafisica…, 180-181. 122
Fabro explica esta densidad ontológica del siguiente modo: «Se ora pertanto
secondo la riflessione intensiva faccio con la mente come una «sinossi» di tutta questa
“ESPANSIONE ONTOLOGICA” della specie, essa mi appare come una “totalità”
ontologica nel suo àmbito, che si manifesta negli inferiori secondo modi di essere più o
meno perfetti; e si può quindi dire che l’individuo partecipa alla sua specie, nel senso
metafisico proprio del termine in quanto che ogni individuo, per ricco che sia delle
migliori qualità, in fine si riduce a mostrare in sè soltanto un modo, fra i moltissimi, quasi
infiniti che la specie può avere in natura.“Singula autem individua rerum naturalium quae
sunt hic, sunt imperfecta, quia nullum eorum comprehendit in se totum quod pertinet ad
suam speciem” (In I De Coelo et Mundo, l. 19, P. XIX, 52 a) ». en C. FABRO, La nozione
metafisica…172-173. 123
Cf. C. FABRO, La nozione metafisica…, 165. 124
De potentia, q. 7, a. 2 ad 9; De ente et essentia, c. 6; De potentia, q. 2, a. 2 ad 9;
Super Sent. d.17, q. 1, a. 2 ad 3; C.G. lib. 3, cap. 56; Super Sent. d. 19, q. 2, a. 2; I, q. 7, a.
1.
41
comporta la donación del actus essendi delimitado y determinado por una esencia.
Además el participante está al participado como la potencia al acto. Después, lo
que está en potencia no puede ser actuado por sí mismo, por tanto debe recibir el
acto participado. Dicho acto no pude ser participado, excepto por aquel que posee
este acto en manera no participada, es decir por esencia125
. De este modo se eleva
hasta el Esse Ipse Subsistens. En consecuencia en el momento de la creación la
causa eficiente, ejemplar y final convergen; la causa eficiente como potencia
divina creadora, la causa ejemplar como modelo de dicha creación en la idea
divina y la causa final como meta que debe alcanzar cada ser creado, en cuanto
está ordenado hacia su creador. La relación entre estos dos modos de participar,
así como la explicación de la triple causalidad divina (formal, final y ejemplar)
exeden los límites de este trabajo, por tanto sólo citaré el texto en el cual Cornelio
Fabro muestra como las todos los entes creados encuentran su causa ejemplar en
la idea divina a la cual participan126
.
Del resto la nozione di partecipazione individuale viene bene ad
inquadrarsi nella concezione che S. Tommaso si è fatta dell’esemplarismo
divino; per tutti gli individui corrisponde nella mente divina (e negli
Angeli) una sola Idea, quella della specie; ma siccome l’idea divina è
fattiva non solo della Forma come l’idea degli artisti, ma anche della
materia delle cose, nell’unica idea della specie sono compresenti alla
mente divina le idee di tutti i particolari individui della specie, quasi
diverse realizzazioni della specie, onde Iddio conosce immediatamente i
singolari non soltanto sotto l’aspetto specifico «sed etiam quantum ad
singularitatem individui: per prius tamen quantum ad naturam speciei;
125
A. CONTAT, «Esse, essentia, ordo.Verso una metafisica della partecipazione
operativa» Espíritu LXI, n. 143 (2012), 13-14. 126
Santo Tomás, al hablar de la verdad, muestra la relación entre dos intelectos, por
una parte el intelecto divino, que es mensurante de la naturaleza (en cuanto causa
ejemplar); por otra el intelecto humano que es medido por la naturaleza. «Intellectus enim
practicus causat res, unde est mensura rerum quae per ipsum fiunt: sed intellectus
speculativus, quia accipit a rebus, est quodam modo motus ab ipsis rebus, et ita res
mensurant ipsum. Ex quo patet quod res naturales, a quibus intellectus noster scientiam
accipit, mensurant intellectum nostrum, ut dicitur in X Metaph.: sed sunt mensuratae ab
intellectu divino, in quo sunt omnia sicut omnia artificiata in intellectu artificis. Sic ergo
intellectus divinus est mensurans non mensuratus; res autem naturalis, mensurans et
mensurata; sed intellectus noster mensuratus et non mensurans res quidem naturales, sed
artificiales tantum. Res ergo naturalis inter duos intellectus constituta, secundum
adaequationem ad utrumque vera dicitur; secundum enim adaequationem ad intellectum
divinum dicitur vera, in quantum implet hoc ad quod est ordinata per intellectum
divinum». (De veritate, q. 1, a. 2).
42
quod ex hoc patet...», cioè inquanto che il grado di essere specifico è ciò
che vi è di più perfetto nell’individuo (Quodl. VIII, q. I, a. 2)127
.
Todo lo dicho hasta ahora sobre la participación, muestra las causas de la
composición real de todos los entes creados, hasta resolverla en Dios, como Ipse
Esse Subsistens. Dicha composición real fundamenta la composición nocional. En
definitiva la justificación del uso del modus logicus en metafísica, radica en el
modo de ser de las cosas. Por tanto el modus logicus es valido como método para
llegar al conocimiento del real, siempre y cuando se tenga en cuenta la relación
entre univocidad formal y analogía real. El siguiente texto resume este apartado
sobre la analogía entre los dos órdenes.
L’armonia o “logica interna” che lega la resolutio secundum rationeme la
resolutio logica è il rapporto di predicabilità. Tra l’ordinereale e quello
logico c’è una corrispondenza proporzionale con fondamentodel secondo
nel primo. La corrispondenza non può essereimmediata e diretta, tra gli
altri motivi perché le parti della definizionenon sono le parti reali della
sostanza, perché sono concetti e non elementi;le parti della definizione
sono predicate del definito (come diuomo, diciamo che è animale o che è
razionale), mentre nessuna parteintegrale può esser predicata del tutto di
cui è parte. Le parti della definizionequindi non corrispondono
immediatamente alle parti dellacosa; ma indicano le parti reali della cosa e
ad essa corrispondonoproporzionalmente. Quindi, distinzione tra ordine
logico e metafisico,fondazione del primo nel secondo, corrispondenza
proporzionale e indirettatra le composizioni reali e logiche128
.
2.6) La relación de género, diferencia específica y especie en las sustancias
separadas
Una vez analizadas las sustancias compuestas Santo Tomás pasa a los entes
inmateriales. El Aquinate distingue entre la Causa Primera, Dios y las
inteligencias.
127
C. FABRO, La nozione metafisica…, 178. 128
J. VILLLAGRASA, «La Gestalt metafisica di Tommaso d’Aquino secondo Cornelio
Fabro» Alpha Omega, XIV, n. 3 (2011), 418.
43
En Dios como Esse Ipse Subsistens, se identifican su ser y su esencia, mejor
dicho su esencia es su mismo ser129
. Esto lleva a que en Él no haya ninguna
participación, ni tenga ninguna composición. La composición real, como se vio
anteriormente, es el fundamento de la composición lógica. En consecuencia, en
Dios no se encuentra ni género, ni diferencia especifica, ni especie130
. Por tanto en
lo que es absolutamente simple, el concreto y el universal coinciden131
.
Las sustancias separadas no tienen composición de materia y forma. Santo
Tomás parte de su capacidad intelectiva para mostrar como un ser intelectual no
puede ser corpóreo. En efecto las formas son entendidas en cuanto son separadas
de la materia. Por tanto es necesario que dichas sustancias, también llamadas
inteligencias, estén separadas de la materia132
. Están, sin embargo compuestas de
forma (esencia) y ser (actus essendi), por el hecho de no ser ellas mismas la causa
de su ser, sino que existen por participación al Esse Ipse Subsistens. La esencia se
presenta como sujeto participante que limita y determina el actus essendi
participado.
En estos entes espirituales, llamados por la tradición cristiana ángeles, el
género se debe buscar en la inmaterialidad común entre ellos. En este sentido
tienen en común el ser intelectos. En cambio la diferencia específica se optiene,
por el diverso grado de perfección al que participan. Sin embargo dichas
129
De ente et essentia, c. 5 [378a]. «Inuenitur enim triplex modus habendi essentiam in
substantiis. Aliquid enim est sicut Deus cuius essentia est ipsummet suum esse; et ideo
inueniuntur aliqui philosophi dicentes quod Deus non habet quiditatem uel essentiam,
quia essentia sua non est aliud quam esse eius». 130
De ente et essentia, c. 5 [378a]. «Et ex hoc [Essentia Dei esse suum esse] sequitur
quod ipse non sit in genere; quia omne quod est in genere oportet quod habeat quiditatem
preter esse suum, cum quiditas uel natura generis aut speciei non distinguatur secundum
rationem nature in illis quorum est genus uel species, sed esse est diuersum in diuersis». 131
C. FABRO, La nozione metafisica…, 31. 132
Cf. De ente et essentia, c. 2 [375b-376a]. «Cuius demonstratio potissima est ex
uirtute intelligendi, que in eis est. Videmus enim formas non esse intelligibiles in actu nisi
secundum quod separantur a materia et a condicionibus eius, nec efficiuntur intelligibiles
in actu nisi per uirtutem substantie intelligentis, secundum quod recipiuntur in ea et
secundum quod aguntur per eam. Vnde oportet quod in qualibet substantia intelligente sit
omnino immunitas a materia, ita quod neque habeat materiam partem sui, neque etiam sit
sicut forma impressa in materia ut est de formis materialibus».
44
diferenicias no las conocemos133
. De hecho, no conocemos las diferencias
esenciales de los entes materiales, sino que los significamos a través de las
diferenicias accidentales, que provienen de las diferencias esenciales (los propios).
Este procedimiento no es posible en el caso de las substancias inmateriales, pues
los mismos accientes propios nos son desconocidos134
. Por último cabe mencionar
que cada una de estas sustancias es única en su especie. Esto por el hecho mismo
de no estar compuestos de materia quantitatis segnata (también llamada
corpórea), que es el principio de individuación al interno de una especie; por tanto
cada sustancia espiritual agota en sí misma toda la especie135
.
2.7) Los accidentes y las intenciones lógicas
El último capitulo del opúsculo trata sobre los accidentes. El Aquinate
comienza su análisis desde el modo de definir los accidentes. Se da cuenta que la
definición de los accidentes es incompleta y por tanto deduce que su mismo
esencia es incompleta136
. En efecto el sujeto está siempre presente en su
definición. Con esto muestra que en su mismo ser hace relación a un sujeto. Hay
por tanto una diferencia entre un ente sustancial y un ente accidental. El primero,
133
Cf. De ente et essentia, c. 2 [379a-b]. «Una enim substantia separata conuenit cum
alia in immaterialitate, et differunt ab inuicem in gradu perfectionis secundum recessum a
potentialitate et accessum ad actum purum. Et ideo ab eo quod consequitur illas in
quantum sunt immateriales sumitur in eis genus, sicut est intellectualitas uel aliquid
huiusmodi; ab eo autem quod consequitur in eis gradum perfectionis sumitur in eis
differentia, nobis tamen ignota». 134
Cf. De ente et essentia, c. 2 [379a]. «In rebus enim sensibilibus etiam ipse
differentie essentiales ignote sunt; unde significantur per differentias accidentales que ex
essentialibus oriuntur, sicut causa significatur per suum effectum: sicut bipes ponitur
differentia hominis. Accidentia autem propria substantiarum immaterialium nobis ignota
sunt, unde differentie earum nec per se nec per accidentales differentias a nobis significari
possunt». 135
Cf. De ente et essentia, c. 2 [376b]. «Essentie rerum compositarum ex eo quod
recipiuntur in materia designata multiplicantur secundum diuisionem eius, unde contingit
quod aliqua sunt idem specie et diuersa numero. Sed cum essentia simplicis non sit
recepta in materia, non potest ibi esse talis multiplicatio; et ideo oportet ut non
inueniantur in illis substantiis plura indiuidua eiusdem speciei, sed quot sunt ibi indiuidua
tot sunt ibi species». 136
De ente et essentia, c. 6 [379b-380a] «Diffinitionem autem habent incompletam,
quia non possunt diffiniri nisi ponatur subiectum in eorum diffinitione; et hoc ideo est
quia non habent esse per se absolutum a subiecto».
45
surgido de la composición de materia y forma, tienen el ser como propio; el
segundo en cambio, recibe el ser al inherir en una sustancia ya constituida.
Entre los accidentes y la sustancia se da una doble participación, según
desde el punto que se analize. Si se analiza desde el punto de vista del ser, los
accidentes participan del actus essendi de la sustancia. En este sentido la
substancia está al acto como el accidente a la potencia. Analizado desde el punto
de vista formal, la sustacia participa de la formalidad del accidente. En efecto el
accidente posee una perfección que participa a la sustanica. En este caso el
accidente está al acto como la sustancia, en cuanto sujeto que recibe la formalidad
accidental, a la potencia. La formula acti secundi refleja esta doble valencia del
accidente. Por una parte es acto que perfecciona la sustancia; por otro es segundo
en cuanto no es la causa del ente como la forma sustancial, sino que se adiere a la
esencia ya existente.
De la composición de matiria y forma, Santo Tomás hace la distinción entre
los accidentes que siguen a uno u otro principio. Algunos siguen la forma sin
relación con la materia137
, por ejemplo la inteligencia que no depende de la
corporeidad del hombre sino que surge de su forma espiritual. Otros tienen
comunicación con la materia como el sentir. Ninguno sin embargo puede seguir
solo la materia de modo exclusivo, pues toda materia está informada por una
forma138
.
137
Sólo si en dicha forma hay elementos que no dependen de la materia, como en el
caso del alma humana. 138
En otros textos, se proponen clasificaciones diversas, dependiendo del criterio de
división, en todas permanece sin embargo, una gradución en los accidentes, además de la
distinición entre la sustancia y los accidentes. De Anima, a. 12 ad 7: «Tria sunt genera
accidentium: quaedam enim causantur ex principiis speciei; et dicuntur propria sicut
risibile homini; quaedam vero causantur ex principiis individui; et hoc dicitur vel quia
habent causam permanentem in subiecto, et haec sunt accidentia inseparabilia, sicut et
masculinum et femininum et alia huiusmodi; quaedam vero habent causam non
permanentem in subiecto, et haec sunt accidentia separabilia, ut sedere et ambulare. Est
autem commune omni accidenti, quod non sit de essentia rei, et ita non cadit in
definitione rei; unde de re intelligimus quod quid est absque hoc quod intelligamus
aliquid accidentium eius. Sed species non potest intelligi sine accidentibus quae
consequuntur principium speciei, potest tamen intelligi sine accidentibus individui etiam
46
Los accidentes que siguen a la materia son individuales, pues la materia al
ser principio de individuación, hace que dichos accidentes sean propios, pero no
exclusivos, del individuo. Por tanto estos pueden variar entre los individuos de la
misma especie. Los que proceden de la forma son comunes a todos los individuos
de la especie139
. De este modo encontramos los otros dos predicables que expone
Porfirio en su Isagoge140
; el accidente predicable que es exclusivo del individuo y
el propio, común a toda la especie.
Pasemos a analizar la manera de acceder al género, a la especie y a la
diferencia especifica en los accidentes. Los predicables esenciales se obtienen de
modo diverso en los accidentes que en las substancias. La razón es que en la
sustancias compuestas de materia y forma se da undad per se mientras que en la
unión del accidente con el sujeto, se da una unidad secundum quid. La naturaleza
que resulta de la unión sustancial se coloca en la categoria de sustancia. Por tanto
los nombres concretos que significan el compuesto, se colocan en la categoría de
sustancia como genero o especie. Los accidentes, en cambio, no pueden ser
colocados de modo concreto en el predicamento pues, de su unión con el sujeto,
no resulta una naturaleza a la cual se pueda atribuir la intención de género o
especie. Por ello los accidentes pueden definirse con propiedad solo de modo
abstracto. Dichos accidentes, además, no están compuestos de materia y forma.
En consecuencia el género se obtiene del mismo modo de ser, según el cual el
ente se predica de diversas maneras en los diez categorias141
. Las diferencias se
inseparabili bus; sine separabilibus vero esse potest non solum species, sed et
individuum» 139
Cf. De ente et essentia, c.6 [380b] « Accidentia que consequntur materiam sunt
accidentia indiuidui, secundum que indiuidua etiam eiusdem speciei ad inuicem differunt;
accidentia uero que consequntur formam sunt proprie passiones uel generis uel speciei, unde
inueniuntur in omnibus participantibus naturam generis uel speciei, sicut risibile consequitur
in homine formam, quia risus contingit ex aliqua apprehensione anime hominis». 140
PORFIRIO, Isagoge…, 86-89. 141
De ente et essentia, c. 6 [381a] «Sciendum est etiam quod in accidentibus modo alio
sumitur genus, differentia et species quam in substantiis. Quia enim in substantiis ex
forma substantiali et materia efficitur per se unum, una quadam natura ex earum
coniunctione resultante que proprie in predicamento substantie collocatur, ideo in
substantiis nomina concreta que compositum significant proprie in genere esse dicuntur,
sicut species uel genera, ut homo uel animal. Non autem forma uel materia est hoc modo
in predicamento nisi per reductionem, sicut principia in genere esse dicuntur. Sed ex
accidente et subiecto non fit unum per se; unde non resultat ex eorum coniunctione aliqua
47
obtienen, en cambio, de los principios por los cuales son causados, es decir, por
sujeto en el cual inhieren; porque los atributos propios del sujeto son causados por
los principios propios del sujeto el sujeto, dichos principios son la materia y la
forma que confuguran la naturaleza del sujeto. El ejemplo que usa Santo Tomás es
el de la chatez que define como la curvatura de la nariz. La curvatura, que funge
de género, se coloca en el género de la cualidad. La nariz funge de diferenica al
determinar la curveidad a un miembro concreto, la nariz142
. El Aquinate
contempla, también, la posibilidad de definir los accidentes de modo concreto,
pero por reducción. En este caso, la sustancia se pondría como género, como en la
definición de las sustancias compuestas, donde el género se obtiene del principio
material, como cuando decimos chato al que tiene la nariz curva 143
.
Como resumen de esteos tres últimos incisos, el siguiete párrafo expone una
síntesis de la relación entre la estructura ontológica y las intenciones lógicas en
los diversosos entes analizados en De ente et essentia.
1. En Dios la esencia coincide con su actus essendi. Está fuera de cualquier
género o especie.
2. En las sustancias separadas el actus essendi y la esencia, que coincide con
la forma sustancial, son diversos. Las diferencias específicas entre las
natura cui intentio generis uel speciei possit attribui. Vnde nomina accidentalia concretiue
dicta non ponuntur in predicamento sicut species uel genera, ut album uel musicum, nisi
per reductionem, sed solum secundum quod in abstracto significantur, ut albedo et
musica. Et quia accidentia non componuntur ex materia et forma, ideo non potest in eis
sumi genus a materia et differentia a forma sicut in substantiis compositis; sed oportet ut
genus primum sumatur ex ipso modo essendi, secundum quod ens diuersimode secundum
prius et posterius dicitur de decem generibus predicamentorum, sicut dicitur». 142
De ente et essentia, c. 6 [381b] «Differentie uero in eis sumuntur ex diuersitate
principiorum ex quibus causantur. Et quia proprie passiones ex propriis principiis subiecti
causantur, ideo subiectum ponitur in diffinitione eorum loco differentie si in abstracto
diffiniuntur, secundum quod sunt proprie in genere, sicut dicitur quod simitas est curuitas
nasi. Sed e conuerso esset si eorum diffinitio sumeretur secundum quod concretiue
dicuntur; sic enim subiectum in eorum diffinitione poneretur sicut genus, quia tunc
diffinirentur per modum substantiarum compositarum in quibus ratio generis sumitur a
materia, sicut dicimus quod simum est nasus curuus». 143
De ente et essentia, c. 6 [381b] «Sed e conuerso esset si eorum diffinitio sumeretur
secundum quod concretiue dicuntur; sic enim subiectum in eorum diffinitione poneretur
sicut genus, quia tunc diffinirentur per modum substantiarum compositarum in quibus
ratio generis sumitur a materia, sicut dicimus quod simum est nasus curuus».
48
diversas especies se obtienen a través del grado de perfección al que
participa su actus essendi. El género se debe buscar en el carácter común
de inmaterialidad. Cada substancia es única en su especie.
3. En las sustancias compuestas. La esencia es diferente del actus essendi y
coincide con el compuesto de forma y materia. El género se recaba de la
materia y la diferencia de la forma, de modo análogo. La esencia
considerada como un todo es predicada por la especie.
4. En los accidentes. Poseen una esencia incompleta pues su mismo ser es
siempre es en relación a una sustancia. Su misma definición, por tanto, es
incompleta. En consecuencia el sujeto, al que inhieren, entra como parte
de su definición; sea como diferencia si el accidente es predicado en
abstracto o como género si se difine en concreto144
.
2.8) Conclusión
Al defender la objetividad del conocimiento humano se debe tomar en
cuenta el objeto que puede ser conocido y en los conceptos a través de los cuales
conoce. El objeto propio – proporcionado este estado de vida– del intelecto
humano es el ente compuesto, por tanto individual y material. Los conceptos
mentales, en cambio, son inmateriales y universales. Para defender la veracidad
del conocimiento, se debe buscar el puente que permita el paso de uno a otro. Este
puente es facultad de la abstracción. Por otra parte, tiene que haber un elemento
en común en el ente concreto y el ente de razón que pueda ser abstraído. Esto
común es la esencia secundum rationem propiam. A esta competen sólo los
144
En el siguiente texto, Santo Tomás evidencia las diversas composiciones en los
diversos seres. «In qualibet autem creatura invenitur differentia habentis et habiti. In
creaturis namque compositis invenitur duplex differentia, quia ipsum suppositum sive
individuum habet naturam speciei, sicut homo humanitatem, et habet ulterius esse: homo
enim nec est humanitas nec esse suum; unde homini potest inesse aliquod accidens, non
autem ipsi humanitati vel eius esse. In substantiis vero simplicibus est una tantum
differentia, scilicet essentiae et esse. In Angelis enim quodlibet suppositum est sua natura:
quidditas enim simplicis est ipsum simplex, ut dicit Avicenna; non est autem suum esse;
unde ipsa quidditas est in suo esse subsistens. Unde in huiusmodi substantiis potest
inveniri aliquod accidens intelligibile, non autem materiale. In Deo autem nulla est
differentia habentis et habiti, vel participantis et participati; immo ipse est et sua natura et
suum esse; et ideo nihil alienum vel accidentale potest ei inesse». (De potentia, q. 7, a. 4).
49
elementos esenciales, dejando de lado los accidentes propios del modo de ser del
objeto abstraído. Esta naturaleza abstracta es el universal fundamental. En un
segundo momento, se aplica la intención de universalidad a esta naturaleza
abstraída; el resultado es el universal reflejo, también llamado lógico. A este
universal competen los accidentes propios del intelecto humano que son la unidad
y la universalidad. Los predicables corresponden a este segundo tipo de universal.
Por tanto son una reflexión sobre la esencia ya abstraída, que la pone en relación
con más entes semejantes, por eso son también llamados intentiones secundae.
El siguiente paso es analizar como los conceptos mentales significan la
cosa, es decir la analogía que hay entre los dos órdenes el real y el lógico. El
modo de analizarlo es partir del modo de predicación para llegar al fundamento
real, por medio de la analogía de proporcionalidad. Con esto se muestra la
correspondencia existente entre la cosa y el concepto mental. Por tanto la
veracidad del conocimiento se fundamenta en su origen en los entes reales y la
correspondencia mental a esta realidad.
Por lo que respecta al problema de los universales, la respuesta del
Aquinate es el realismo moderado. En efecto Santo Tomás muestra como los
conceptos mentales y los términos son universales al poder predicarse con verdad
de los entes singulares. La aportación decisiva es, sin embargo, el hacer la
distinción de los diversos modos de comprender la esencia, correspondientes a su
ser in re e in anima; o considerada de modo absoluto, secundum rationem
propiam. Esta argumentación salva la singularidad de los entes existentes, a la
vez que los pone de fundamento de los conceptos universales. Por tanto los
universales no son una invención arbitraría del intelecto humano, sino que
corresponden a la esencia abstraída de la realidad, a la cual se añade la intención
de predicación. Por tanto son objetivos en cuanto al contenido, si bien sean
subjetivos debido al modo de conocer universalizante del hombre. En este sentido
50
el alma humana es quodam modo omnia145
, en cuanto puede conocer todos los
objetos realmente, pero al modo humano.
III. LAS CORRIENTES POSTERIORES AL TOMISMO
Llama la atención que la respuesta dada por Santo Tomás no haya permeado
los ambientes escolásticos; más aún, menos de un siglo después de su muerte
vemos aparecer un nominalismo totalmente contrario a la visión tomista. No es de
extrañar si dejamos de lado la visión actual que da a Santo Tomás una autoridad
que no gozaba al inicio del siglo XIV. En efecto los teólogos posteriores no
encontraron en el siglo XIII una respuesta al problema de la relación entre la fe y
la razón sino dos e incluso tres propuestas, unidas a los tres grandes maestros de
teología, San Buenaventura, San Alberto Magno y Santo Tomás. Además algunas
de las tesis de Santo Tomás eran consideradas averroístas, por esta razón fueron
incluidas en la condena de las 219 tesis que hizo el Obispo de París, Esteban
Tempier, el 7 de marzo de 1277. De modo especial esta condena recayó sobre la
teoría averroísta de la doble verdad. Una para la fe y otra para la razón. La
condena tuvo un influjo inmediato en los teólogos posteriores que ya no buscaban
una conciliación entre la filosofía y la teología, sino defender las verdades de fe
aunque eso llevase a negar las capacidades propias de la razón. Se comenzó un
camino que llevaría a quitar poco a poco competencias a la metafísica y con ella,
el fundamento para dar una respuesta al problema de los universales.
Comenzaremos con un análisis del Agustinismo filosófico y las posturas de
Enrique de Gante y Gil de Roma, con el fin de evidenciar la controversia sucitada
por algunas tesis tomistas. En segundo lugar expondremos a grandes razgos la
nueva visión de la metafísica propuesta por Duns Escoto y las consecuencias
gnoseológicas de esta nueva impostación. En el tercer punto abordaremos
someramente el nominalismo de Ockham, que rompe con la tradición anterior.
145
Cf. De veritate, q. 2, a. 2: «Et haec est perfectio cognoscentis in quantum est
cognoscens, quia secundum hoc a cognoscente aliquid cognoscitur quod ipsum cognitum
est aliquo modo apud cognoscentem; et ideo in III de anima dicitur, anima esse
quodammodo omnia, quia nata est omnia cognoscere».
51
3.1) Agustinismo Filosófico, Gilde Roma y Enrique de Gante
A la ya mencionada condena parisina se agregaron las condenas de los
obispos de Oxford. La primera fue emitida por Robert Kilwardby, el 18 de marzo
de 1277. Su sucesor John Peckham la confirmaría con la condena del 29 de
octubre de 1284146
. El fin de estas condenas era erradicar el averroísmo latino.
Como contrapeso, se busco el regreso al ya asentado agustinismo filosófico. En
efecto, «che cosa poteva essere in fondo il trionfo di Aristotele su sant’Agostino
se non la riscossadel vecchio paganesimo sulla verità del Vangelo?»147
. Sin
embargo el agustinismo filosófico no era una escuela filosófica, sino más bien un
conjunto de doctrinas no articuladas que buscaban mantener la ortodoxia del
cristianismo. El mismo obispo John Peckham nos da una sísntesis de estas
doctrinas en una carta, en la cual describe las cuestiones disputadas entre los
seguidores de San Agustín y los de Aristóteles.
L’agostinismo filosofico può essere caratterizzato dai seguenti tratti: a) la
preminenza del bene sulla verità e, in corrispondenza con ciò, la
preminenza anche della volontà sull’intelletto, per ciò che attiene sia alla
causalità creatrice e alla provvidenza divina sia alla felicità umana e alla
natura del liberum arbitrium; b) l’azione di illuminazione divina come
causa della conoscenza e, in dipendenza da ciò, la comprensione
dell’essere come luce e dell’essere divino come luce infinita e increata; c)
il principio secondo il quale la materia prima possiede un’attualità propria
e indipendente della forma sostanziale, da cui procedono le tesi sia della
molteplicità di forme sostanziali sovrapposte nella costituzione di un ente e
anche dell’uomo, sia anche dell’ilemorfismo applicato pure alle sostanze
spirituali, dovuta – questa ultima tesi – ad una incompleta comprensione
del rapporto dell’atto e della potenza; d) l’individuazione dell’anima
umana con indipendenza della sua unione con il corpo; e) l’impossibilità
della creazione del mondo senza un inizio temporale; f) l’identità
dell’anima e delle sua facoltà; g) l’interpretazione delle scienze (artes) e
della filosofia come saperi subordinati alla scienza sacra e alla teologia148
.
146
Cf. L. PRIETO, «Suárez, crocevia nella filosofia tra medioevo e modernità» Alpha
Omega, IX, n. 1 (2006), 11. 147
E. GILSON, La Filosofia nel Medioevo, La Nuova Italia, Firenze 1978, 540. 148
Cf. J. PECKHAM, “Lettera 1 gennaio 1285, numero 625”, in C.T. MARTIN (ed.),
Registrum epistolarum Fratris Johannis Peckham, archiepiscopi Cantuariensis, Rolls
Series 77,London 1885, vol. 3, 870-872, en L. PRIETO, «Suárez, crocevia nella filosofia
tra medioevo e modernità» Alpha Omega, IX, n. 1 (2006), 6-7.
52
En este ambiente se desarrollo la disputa entre Enrique de Gante (1217-
1293) y Gil de Roma (1247-1316). El primero fue el principal representante del
agustinismo filosóficoy uno de los pocos maestros seculares al final del siglo XIII.
Participó como consejero del obispo Tempier en la condena de 1277. El segundo
en cambio perteneció a la orden de los Ermitaños de San Agustín, probablemente
fue discípulo de San Tomás entre 1269-1272. Escribió, además, en contra de la
condena de 1277 una obra titulada Liber contra gradus et pluralitatem
formarum149
.
Estos dos teólogos se enfrentaron en una questio disputata de ente et
essentia en 1276. Las respuestas dadas a este argumento nos dan una visión de su
postura metafísica. Gil de Roma defiende la distición real entre esencia y actus
essendi, pero de modo diverso a Santo Tomás. Para Gil se trata de una unión de
dos cosasdiversas. Para él, algo realmente distinto es sinónimo de realmente
separable150
. Enrique de Gante, por su parte negó explícitamente la diferencia real
de esencia y ser. Para el son intentiones151
diversas, que se fundan la misma cosa
real y únicamente se separan en el intelecto152
.
La condena de 1277, al atacar el aristotelismo averroísta y en parte el
tomismo, afectó directamente a Gil de Roma, quien tuvo que abandonar Paris
hasta 1285. Pudo continuar su bachillerato y optener su licencia sólo después de
haber retractado sus errores153
. La postura de Enrique de Gante, en cambio se vio
favorecida. Esta segunda postura fue la que siguieron tanto Duns Escoto como
Guillermo de Ockham, por tanto merere una mayor atención.
149
Cf. E. GILSON, La Filosofía en…, 534. 150
Cf. F. COPLESTON, Historia de la Filosofía. Vol. III. De Ockham a Suárez, Ariel,
Barcelona 19943, 446.
151 Cf. HENRICI DE GANDAVO, Quodlibeta, V, q 6, «Appellatur hic intentio aliquid
pertinens realiter ad simplicitatem essentiae alucuius, praecise concipi absque aliquo a
quo non differt re absoluta, quod similiter pertinet ad eandem». In aedibus J. Badii
Ascensii, Parisiis 1518. Ristampa anagrafica Bibliothèque S.J., Leuven 1961. 152
Cf. P. PORRO, De ente et essentia, introduzione, traduzione, note e apparati,
Bompiani, Milano 2002, 183. 153
Cf. F. VAN STEENBERGHEN, La filosofia nel XIII secolo, Vita e Pensiero, Milano
1972, 439.
53
La filosofía de Enrique se entiende partiendo del esquema de la metafísica
de Avicena como ciencia del ente en cuanto ente. Ente es la primera intenición
que se presenta al intelecto. A esta se acompañan las nociones de res y necesse.
Para evitar el necesarismo, en lugar de dividir el ser en necesario e posible como
Avicena, lo distingue de modo análogo en algo que es el ser en si mismo y algo a
lo que conviene o puede convenir el ser naturalmente el ser154
.
Otro punto basilar, relacionado con el anterior, es la tesis del actus essentiae
y del actus existentiae. El primero es el grado de existencia que le compete a una
esencia en cuanto tal, independientemente de la existencia (actus existentiae) que
puede venirle o no. Si la esencia no tuviera un ser independiente de su existencia
se confundiría con la nada. Esto no sucede pues las esencias de las cosas creables
existen como posibles en el intelecto divino.El ser de la existencia, en cambio, es
la realidad efectiva de la esencia, producida por una causa eficiente. Sólo en Dios
su esencia incluye su ser existencial, por tanto existe necesariamente155
.
Al mantener la unidad entre el ser y la esencia Enrique de Gante tuvo que
duplicar toda distinción en el orden de la esencia, con una distinción en el orden
del ser. La prioridad pasa del actus essendi a la esencia, a la cual la existencia se
añade como un accidente externo, como Avicena lo había propuesto en su
Metafísica.
Por lo que respecta al conocimiento del hombre, parte de la abstracción de
modo semejante a Santo Tomás; pero la totalidad del entendimiento va más allá
de ella. La abstacción muestra lo que es la cosa que se presenta los sentidos, pero
no puede llegar a la esencia inteligible de la cosa. Para llegar a dicha esencia se
necesita un juicio cierto. Dicho juicio parte de la noción primera de ser, bajo la
iluminación reguladora de las Ideas divinas156
. De este modo las Ideas divinas dan
154
Cf. E.GILSON, La filosofía en… 421. 155
Cf. A.A.V.V., Historia del pensamiento…291. 156
Cf. HENRICI DE GANDAVO, Summa, art. 1, q. 2 «Quia igitur verum dicit
intentionem rei in respectu ad suum exemplar, quae non est prima, sed secundaria, ens
autem dicti intentionem rei primam et absolutam, id quod est ens et verum in re bene
potest apprenhendi ab intellectu absque hoc quod intentio veritatis eius ab ipso
54
certeza a los juicios humanos, que abandonados a sí mismos no podrían conocer
con certeza157
. El problema de los universales se resuelve con la iluminación
divina. El objeto real pasa a ser una ocasión necesaria o una condición sine qua
non para recibir la iluminación diniva. Escoto criticaría esta doctrina pues corre el
riesgo de hacer del intelecto humano un infinito en potencia y con esto se puede
afirmar que el hombre siempre es inteligente en acto, aunque se encuentre
limitado por la experiencia158
.
3.2) Juan Duns Escoto
Juan Duns Escoto (1266-1308) nació en Maxton, en el condado de
Roxburgh, en Escocia. Estudió en el convento franciscano de Dumfries, al cual
ingraso en 1277. Continuó sus estudios en Oxford. Fue ordenado sacerdote en
1291, para trasladarse a París. Regresó a Oxford y allí comenzó a enseñar teología
en 1300. Viaja de nuevo en 1302 a París para conseguir el título de doctor. En
1303 fue expulsado por apoyar el partido de la Santa Sede, contra Felipe el
Hermoso. Regresó un año después y en 1305 obtuvo el título de doctor en
teología. Se traslado a Colonia en 1307, allí moriría el 8 de noviembre de 1308159
.
Su especulación filosófica está notoriamente influenciada por la condena
de 1277. Esto le llevó a replantear muchas de las tesis de sus maestros, en favor de
un retorno al seguro agustinismo filosófico, a la vez que creó un nuevo sistema
metafísico.Su filosofía parte del objeto que asigna a la metafísica, a saber, el ente
en cuanto ente. Pero no el ens analógico de Aristóteles o Santo Tomás, sino el ens
unívoco propuesto por Avicena.
apprenhendatur. Intentio enim veritatis in re apprehendi non potest nisi apprehendendo
conformitatem eius ad suum exemplar; intentio vero entis apprehenditur en re absoluta
sine omni tali respectu». En Ancient and Medieval Philosophy, Series 2, Wilson, G (ed.),
Leuven University Press, Leuven 2005, 39, ll. 205-211. 157
Cf. E.GILSON, La filosofía en…, 424. 158
Cf. J.-A. MERINO, Juan Duns Escoto. Introdución a su pensamiento filosófico-
teológico, Bac, Madrid 2007, 31. 159
Cf. E.GILSON, La filosofía en…, 578.
55
El punto de partida para llegar al ente tanto en Santo Tomás como en
Aristóteles es la experiencia. Ya sea a través del movimiento, ya sea a través de la
multiplicidad de las cosas. Esto les lleva a la analogía del ente, basada en las cosas
reales. El Beato Escoto parte, en cambio, del conocimiento humano. Constata que
el primer concepto que la mente humana forma es el de ente. Éste es el
máximamente común y unívoco, en cuanto predicable de todo, incluido Dios160
.
A partir de este comienzo la metafísica escotista distingue dos modos del
ente: el modoinfinito y el modo finito. Con esto Duns Escoto busca mantener la
comunanza entre Dios y las creaturas, para asegurar el conociemiento racional de
Dios161
.
Duns Escoto, como Santo Tomás, estudió la metafísica de Avicena y la
tomó como base de su sistema. Sin embargo ninguno de los dos siguió, en su
totalidad, la postura aviceniana. La diferencia rádica en el punto en el cuál se
separaron del filósofo árabe. El Aquinate se opuso a considerar el esse como un
accidente intrinseco de la esencia. El Doctor Subtilis continuó dando mayor
importancia a la esencia, pero no aceptó la destinción aviceniana entre esencia y
existencia. El fundamento de esta divergencia, debe buscarse en la diversa
interpretación sobre los modos de concebir la esencia. El siguiente texto de
Avicena está a la base de las dos escuelas.
Diffinitio enim equinitatis est praeter diffinitionem universalitatis, nec
universalitas continetur in diffinitione equinitatis. Equinitas etenim habet
diffinitionem quae non eget universalitate. Sed est cui accidit universalitas;
unde ipsa equinitas non est aliquid nisi equinitas tantum. Ipsa enim ex se
nec est multa nec unum nec est existens in his sensibilibus nec in anima,
nec est aliquid horum potentia vel effectu, ita ut in hoc contineatur intra
essentiam equinitatis. Sed ex hoc quod est equinitas tantum, unitas autem
est proprietas quae cum adiungitur equinitati fit equinitas propter ipsam
160
Cf. IOHANNES DUNS SCOTUS, Opus Oxoniense, lib. 1, d. 3, q. 2, n. 6: «In secondo
luogo non recisamente però, perche non è conforme alla dottrina comune, si può dire che
di Dio noi possediamo non soltanto concetti analoghi a quelli della creatura, del tutto
diversi cioè da quelli che si hanno delle cose create, ma anche qualche concetto univocoa
Dio e alla creatura..» En E. BETTONI, Duns Scoto, La Scuola, Brescia 1946, 48. 161
Cf. B. MONDIN, Manuale di filosofia sistematica. Vol. III. Ontología Metafísica,
Edizioni Studio Domenicano, Bologna 1999, 42-44.
56
proprietatem, unum. Similiter etiam equinitas habet praeter hanc multas
alias proprietates accidentes sibi. Equinitas ergo ex hoc quod in
diffinitione eius conveniunt multa est communis, sed ex hoc accipitur cum
proprietatibus et accidentibus signatis est singularis: equinitas ergo in se
est equinitas tantum.162
Ya hemos analiazado la interpretación del Aquinate (parágrafo 2.6); sólo
baste recordar la importancia dada al individuo y al actus essendi. Duns Escoto,
en cambio, propone la teoría de la natura común que está en íntima relación con
las teoría de la multiplicidad de las formas y la haeccietas. Analicemos estos
puntos pues son el fundamento de la epistemología escotista.
Siguiendo el agustinismo filosófico, ve que hay una pluralidad de formas en
los entes. La primera formalidad es la de la materia prima, ésta es concebida como
un ente en sí misma163
, si bien su propiedad sea estar en potencia a la recepción de
las demás formas. La última de las formalidades es la hececitas, que constituye al
individuo, en cuanto que «es el perfeccionamiento definitivo de la forma
sustancial»164
. La natura común es una de estas formalidades que convergen en la
formación del individuo. Ésta es indiferente tanto a la individualidad165
como a la
universalidad. Dichas formalidades son conocidas, no a tranvés de analogía
aristotélica de la destición real, virtual o de razón, sino a través de la distición
formal ex natura rei166
. De este modo se justifica que el hombre conozca las
diversas formalidades contenidas en un ente individual.
162
AVICENNA LATINUS, Liber de philosophia prima sive scientia divina, Tractatus 5,
c. 1, lineas 29-41, en S. VAN RIET (ed.), Peeters, Louvain 1980, 228-229. 163
Esto quiere decir que posee una cierta actualidad propia, independiente de la forma
que la va a actualizar. La razón aducida por Escoto es que si la forma y la materia son
cooprincipios del ente los dos tienen que tener una realidad positiva propia. En modo
contrario la materia no podría ser el sujeto de la forma sustancial, pues la nada no causa
nada. 164
J.- A. MERINO, Historia de la filosofía medieval, BAC, Madrid 2000, 271. 165
IOHANNES DUNS SCOTUS, Opus Oxoniense, lib 2, d. 3, q. 1, n. 7 «La natura non è
per se stessa singolare, ma posteriore a quella modalità che la contrae ad essere questra o
quella cosa singolare; e in quanto di sua natura è anteriore a quella modalità che la
contrae, non le ripugna essere senza de essa» En E. BETTONI, Duns Scoto…, 80. 166
Cf. A. DE MURALT, L’Enjeu de la philosohie médiévale. Études thomistes,
scotistes, occamiennes et grégoriennes, E. J. Brill, Leiden 1993, 28.
57
La solución que Escoto da al problema de los universales continua con la
línea del realismo moderado. Aparentemente está en consonancia con la de Santo
Tomás. En efecto, hace la distinción entre el universal metafísico y el universal
lógico. Hay, sin embargo, profundas diferencias. Un punto de divergencia es el
fundamento real (in re) del universal. En este sentido, el Doctor Subtilis propone
el universal físico. Éste coincide con la natura communis, en cuanto es unum in
multis, pero todavía no se puede predicar de muchos (ésto compete al universal
lógico). Dicha natura común existe realmente en el individuo, como una de las
formalidades que lo constiyen, si bien sea indiferente tanta a la singolaridad
cuanto a la universalidad. En este sentido Escoto distinge entre comunanza y
universalidad, definiendo esta última como la no posibilidad intrínseca de ser
predicado de muchos167
. Un segundo punto de divergencia está en el modo de
concebir la relación entre el concepto y la cosa. Para Santo Tomás hay una
relación intencional de semejanza168
, mientras que en Escoto hay una relación
simbólica representativa169
. La diferencia parece pequeña, pues los dos afirman
que la relación es natural; sin embargo, no es lo mismo similitudo que
rapraesentatio. En el primero el conocimiento es homogéneo, porque tiene por
objeto la cosa (id quod), a través del concepto (eo quo)170
. En el segundo el
conocimiento es heterogéneo, pues primero se tiene que conocer el signo y
después lo que representa. Por tanto implica virtualmente dos conocimientos, por
167
Cf. IOHANNES DUNS SCOTUS, Ordinatio liber secundus, dist. 3, pars 1, q, 1, n. 39,
en Opera Omnia VII, Ciudad del Vaticano 1973, 408. 168
Cf. In Periherm., lib. 1, lect. 2, n. 9. «Ubi attendendum est quod litteras dixit esse
notas, idest signa vocum, et voces passionum animae similiter; passiones autem animae
dicit esse similitudines rerum: et hoc ideo, quia res non cognoscitur ab anima nisi per
aliquam sui similitudinem existentem vel in sensu vel in intellectu». 169
Cf. IOHANNES DUNS SCOTUS, Quaestiones super I et II Perihermeneias, q. 4, n. 7.
«Ad quaestionem dicendum, quod differentia est conveniens; quia passiones, inquantum
sunt signa, et res, in quantum sunt significata, sunt eaedem apud omens, nam eadem
passio in anima apud quoscumque concipientes repraesentat eamdem rem, quia eadem
similitudo in anima semper est eiusdem repraesentativa, sicut est similtufo sensibilis in
sensu litterae…» En Opera Omnia, ed. Minor I, G. LAURIOLA (ed.), AGA, Alberobello
1998, 918. 170
Cf. De Anima, a. 2 ad 5: «Universalia enim, de quibus sunt scientiae, sunt quae
cognoscuntur per species intelligibiles, non ipsae species intelligibiles; de quibus planum
est quod non sunt scientiae omnes, sed sola physica et metaphysica. Species enim
intelligibilis est quo intellectus intelligit, non id quod intelligit, nisi per reflexionem, in
quantum intelligit se intelligere id quod intelligit».
58
un lado está el esse obiectivum y por otro el esse rei. Los dos entendidos como id
quo cognoscitur.
En consecuencia, la respuesta al problema de los universales se asemeja en
los dos autores; pero las divergencias metafísicas hacen que dicha respuesta sea
interpretada en maneras diversas. Una en modo esencialista y otra en modo
realista intensivo, dando relieve al esse ut actus. Para ejemplificar este punto
analicemos las diferencias en el modo de entender la colaboración entre el
intelecto y la cosa conocida, al interno del acto intelectivo del hombre.
El Maestro Sutil, por lo que respecta a la teoría del conocimieto, se
encuentra ante dos escuelas. Por un lado la visión iluminista-agustiniana,
defendida por Enrique de Gante, que daba la prioridad al sujeto. Por otro lado la
visión aristotélico-tomista que daba la prioridad al objeto conocido171
. Antes estas
el propone una teoría intermedia caracterizada por las causas intermedias
parciales172
.
Compartiendo con Duns Escoto la necesidad de una colaboración entre la
cosa conocida y la capacidad humana de conocer, cabe mencionar que su teoría se
inclina hacia la capacidad humana, limitando la acción del objeto a condición del
conocimiento, como un venir en ayuda al intelecto quasi instrumentum ipsius
intellectus173
.
La razón está en la carencia de una doctrina del actus essendi. Cosa evidente
al negar la distinción entre esencia y ser174
. La pregunta es qué tiene que ver el
actus essendi con el conocimieto. La respuesta está en que el essees la luz que
171
Cf. J.- A.MERINO, Juan Duns Escoto…, 30. 172
Cf. J.- A.MERINO, Juan Duns Escoto…, 32. 173
Cf. E. BETTONI, Duns Scoto, La Scuola, Brescia 1946, 146. 174
Cf. IOHANNES DUNS SCOTUS, Opus Oxoniense, IV, d. 13, q. 1, n. 38: «Simpliciter
falsum est quod esse sit aliud ab essentia»; también, Opus Oxoniense, IV, d. 43, q. 1, n. 7:
«Non capio quod aliquid sit ens extra causam suam quin habeat esse proprium». Ambos
en E.GILSON, L’essere e l’essenza,Massimo, Milano 2007, 122.
59
permite conocer las cosas175
. Dicho de otro modo, el ser de las cosases la causa de
la verdad.En efecto una cosa es verdadera en cuanto es inteligible; después, una
cosa es inteligible en cuanto es en acto, y está en acto en cuanto posee el actus
essendi176
. Por tanto una cosa es tanto inteligible en cuanto posee suactus essendi
participado del Ipsum Esse Subsistens. Con estas consideraciones el objeto tiene
una función más importante, en cuanto debe pone en acto el intelecto humano,
gracias a su esse.
Podemos concluir este apartado con el siguiente texto de Mondin, que pone
de relievo la verdadera diferencia entre Santo Tomás y el Beato Escoto, a saber el
rol del esse.
A mio parere la diversità degli esiti dei tentativi di comporre una grande
sintesi tra aristotelismo e platonismo agustiniano compiuti da Tommaso e
da Scoto dipendono dal diverso concetto di essere con cui i due sommi
Scolastici hanno cercato di operare la mediazione e la fusione. S.
Tommaso lo ha fatto ricorrendo al concetto forte di essere (esse ut actus):
esso gli consentì di elaborare una metafisica forte e,di conseguenza, di
forgiarsi uno strumento forte per compiere il suo lavoro teologico…
Invece Scoto ha fatto ricorso al concetto debole di essere (esse comune);
questo gli ha fornito una metafisica debole e, quindi, uno strumento debole
per compiere la sua riflessione teologica177
.
3.3) Guillermo de Ockham y el nominalismo.
Guillermo nació en el pueblo de Ockham, condado de Surrey, cerca de
Londres. La fecha de su nacimiento no es segura, suele situarse entre1290 y 1300.
Ingreso en la orden franciascanay en 1310 comenzo sus estudios teológicos. Al
inicio del año 1324 fue llamado a comparecer en Aviñón. Algunas porposiciones
del Comentario de Ockham a las Sentencias, fueron condenadas como heréticas y
175
Cf. Super De causis, lect. 6: «Considerandum est quod per lumen corporale
visibilia sensibiliter cognoscuntur, unde illud per quod aliquid cognoscitur, per
similitudinem lumen dici potest; probat autem philosophus in IX metaphysicae quod
unumquodque cognoscitur per id quod est in actu; et ideo ipsa actualitas rei est quoddam
lumen ipsius» 176
Cf. I, q. 16, a. 3: «Unumquodque autem inquantum habet de esse, intantum est
cognoscibile». 177
Cf. B. MONDIN, Storia della…, 697.
60
otras como erróneas. El proceso, sin embargo, no se concluyo porque el autor
huyó de Aviñón. Posteriormente se interesó por la disputa sobre la pobreza, en la
que estaban involucrados el Papa Juan XXII y el general de los franciscanos,
llamado a Roma a finales de 1327. Una vez reelecto general, en mayo de1328,
Miguel de Cesana huyo de Aviñón junot con Ockham y otros dos frailes. Los
cuatro fueron excomulgados. Estos se unieron al EmperadorLuis de Baviera en
Pisa y lo acompañaron a Munich. De este modo comenzó la participación de
Ockham en la lucha política entre el Emperador y el Papa178
. En 1347 murió el
Emperador y Ockham buscó la reconciliación con la Iglesia. Se redacto la formula
de sumisión, pero no consta que la haya firmado o que haya sido efectiva.Muere
en 1349 en Munich, al parecer de peste negra179
.
El contexto histórico influyó notablemente sobre el trabajo intelectual de
Ockham. Aunque sean pocos los años que lo separan del Beato Escoto hay
grandes diferencias sociales. La muerte del Papa Bonifacio VIII, seña el final del
ideal teocrático. El cautiverio en Aviñón, muestra el drama del sometimiento del
papado a la corte francesa. La muerte de Enrique VII es el fin del sueño imperial.
El comienzo de la Guerra de los Cien Años180
. La disputa entre el Emperador Luis
de Baviera y el Juan XXII. En este ambiente, se comprende la renuncia de
Ockham a formar una síntesis como la de Alberto Magno, Buenaventura, Tomás
de Aquino y Duns Escoto . Le interesa, más bien, dar una respuesta a las
realidades concretas. Seaa las realidades sociales, que a la libertad humana. Se
mueve, en consecuencia, en un contexto dominado por la separación entre la
Iglesia y el Estado, entre la fe y la razón, entre la filosofía y la teología.
Para entender la postura de Ockham hay que partir de dos datos iniciales.
Primero, que él reconoce como demostración, aquello que es inmendiatamente
178
Algunos de los escritos dirigidos contra el Papa fueron: las Quaestiones octo de
auctoritatate summi pontificis, el Compendium errorrum Iohannes papae XXII y el
Dialogus de imperatorum et pontificum postestate. 179
Cf. F. COPLESTON, Historia de la…, 52-53. 180
Cf. J.- A.MERINO, Historia de la…, 287.
61
evidente o puede deducirse de un proposición inmediatamente evidente. Segundo,
el afan por lo particular y concreto, que desembocará en un empírismo radical181
.
El modelo seguido hasta ese momento, para dar una respuesta al problema
de los universales, se había basado en la doctína aristotélica182
. Esta teoría
componía el triángulo semiótico. En el se evidenciaba la relación entre las
palabras (sea escrita que orales), los conceptos y las cosas. Dos son las relaciones
fundamentales183
. La primera se da entre los sonidos vocales (fonai) y los
conceptos (pathemata). Los sonidos vocales son signos (semeion)184
de los
conceptos mentales; pero de modoconvenional, como lo atestigua la multiplicidad
de idiomas. La segunda es la relación entre dichos conceptos y las cosas. Esta
relación es de similitud (omoioma). Se da de modo natural, en cuanto que es la
misma para todos los hombres. Esto se debe a que su fundamento y su causa son
las cosas, que son las mismas para todos los hombres. Este sistema no permitía
una relación directa e inmediata entre las palabras y las cosas, sino una relación
mediada a través de los conceptos mentales185
.
Ockham hizo explotar el análisis aristótelico con la teoría de la
subordianción. Esta afirmaba la relación inmediata entre la palabra y la cosa. En la
tradición aristotélica las palabras escritas significaban las palabras orales, que a su
vez significaban los conceptos y éstos asemejaban intencionalmente las cosas, con
las relaciones antes mencionadas. En el modelo ockhamista las tres palabras
(escrita, oral, mental) tinen el mismo significado, la cosa singular. La
subordinación es, más bien, una manera de expresar la relación intrínseca a la
181
Cf. E.GILSON, La filosofía en… 623. 182
Cf. ARISTÓTELES, Peri Hermeneias, 1, 16a 1-19 . 183
Hay una tercera relación que se da entre la palabra escrita y la palabra oral. Dicha
relación es semejante a la que se da entre la palabra oral (foani) y los conceptos. 184
También son llamados «símbolon», palabra con la cual Aristóteles muestra la doble
función de la palabra. Por un lado el aspecto fonético y por otro el aspecto significativo,
en cuanto hace referencia al concepto. 185
A. DE LIBERA, Il problema degli universali da Platone alla fine del Medioevo, La
Nuova Italia, Firenze 1999, 369.
62
producción de los signos186
. En efecto, un signo escrito una vez constituido está
subordinado a uno oral, y el signo oral, una vez constituido, está subordinado a un
concepto. Sin embargo, los signos subordinados, tienen un significado idéntico al
significado del signo al cual están subordinados187
. Visto de modo grafico las dos
teorías serían:
A esta postura, debe añadirse la sola existencia del individuo. En efecto,
Ockham afirma que en las cosas no hay nada que pueda ser universal ni en acto ni
en potencia.Una cosa es individual por el hecho de existir, no en virtud de una
determinación individuante que se sobreañadiese a una supuesta natura común,
como postuló Duns Escoto. Con esto Ockham cierra la puerta, no sólo al
escotismo, sino a cualquier fundamento real del universal188
.
La consecuencia es que los conceptos, que existen en la mente, son sólo
signos de los objetos particulares. Dicho de otro modo los signos hacen referencia
a otro elemento –llamado referente-, en el caso de los universales dicho referente
es el individuo, totalmente singualar.
Ningún universal es algo existente fuera de la mente, de un modo u otro;
sino que todo aquello que es predicable de muchas cosas está, por su
186
Cabe mencionar que un signo es, para Ockham, una cosa singular a la cual sucede
de representar simultáneamente una multitud de cosas. Cf. A. DE LIBERA, Il problema
degli…, 368 187
Cf. A. DE LIBERA, Il problema degli…, 370-371. 188
Cf. E.GILSON, La filosofía en…, 627.
63
mismsa naturaleza, en la mente, sea subjetiva que objetivamente; y ningún
universal pertenece a la esencia o quiddidad de una sustancia189
.
Si todo lo real es individual, en consecuencia los géneros y las especies no
son nada fuera del entendimiento. Sin embargo los individuos pueden ser
clasificados en los géneros y las especies. La solución de Ockham es afirmar que
nos encontramos ante un hecho, más allá del cual no podemos andar190
. En
consecuencia, la única diferencia entre el género y la especie sería que en el
primer caso se ve el particular de modo confuso, y por tanto semejante a otros
particulares; mientras que en el segundo se ve el individual de modo
diferenciado, captando su plena individualidad. Por eso es lo mismo decir que
Sócrates es animal, que decir que Sócrates es hombre; pues en ambos casos estoy
diciendo que Sócrates es Sócrates, pero en uno de modo más o menos confuso191
.
Esta función semiótica se completa, en el sistema Ockhamista,con la
función lógica de los terminos al interno de una proposición. En primer lugar
tenemos que distinguir entre los signos convencionales y los signos naturales. Los
primeros son la palabras orales y escritas(terminus prolatus y terminus scriptus).
Los segundos son los conceptos (terminus conceptus o intentio animae). El
verdadeto material de la lógica son estos últimos, pues en cuanto naturales, son
comunes a todos los hombres192
. En este sistema, losuniversales son términos
(termini concepti) que significan cosas individuales y las representan en las
proposiciones193
.
Por lo que respecta al significado ya hemos analizado el nuevo modelo
subordinativo. Falta por analizar la representación de los términos en una
proposición. Lo que ya antes de Ockham era llamado la suppositio194
. Los
términos al interno de un enunciado están en lugar de las cosas y esto puede
189
GUILLERMO DE OCKHAM, In I Sententiarum, d. 2, q. 8. En F. COPLESTON, Historia
de la..., 64. 190
Cf. E.GILSON, La filosofía en…, 627. 191
Cf. E.GILSON, La filosofía en…, 628-629. 192
Cf. F. COPLESTON, Historia de la…, 62. 193
Cf. F. COPLESTON, Historia de la…, 63. 194
Cf. PETRUS ISPANUS, Summule logicales, tract. VI, De suppositionibus, n. 3, p. 80:
«Suppositio vero est acceptio termini substantivi pro aliquo».
64
realizarse en diversos modos. En este sentido, Ockham ofrece una nueva
interpretación de los tre tipos principales de suppositio: la suppositio personal, la
suppositio material y la suppositio simple.
Hay suposición personal cuando el término es considerado
significativamente y sustituye por el propio significado195
. Este significado puede
ser una cosa fuera del alma, una palabra escrita o cualquiera otra cosa que se
pueda imaginar196
. Hay suposición material cuando el términono está considerado
de modo significativo, pero esta en lugar de un signo oral o escrito.Hay
suposición simple cuando el término no es considerado en modo significativo y
está en el lugar un concepto, es decir por uno de los signos que se forman de
modo natural en la mente197
.
Es necesario estar atentos a no confundir la doctrina ockhamiana de la
suppositio con la doctrina clásica. Una proposición como «todo hombre es un
animal» es una suppositio personal porque el término «hombre» es considerado
significativamente y cumple su función de signo del lenguaje mental. No importa
que no signfique una cosa extramental, pues el mismo signo mental es individual,
por tanto lo puede sustituir. A difenrencia en la proposición «hombre es una
especie» el término «hombre» sustituye una intención del alma, pero no es
considerado significativamente, en cuanto no significa la intención del alma.
Finalmente en la proposición «hombre es un sustantivo» el término está
sustituyendo un signo convencional, sin considerarlo significativamente.
Por lo que respecta al fundamento real del unversal, la última razón de la
diferencia entre Ockham y Santo Tomás se debe buscar en la diversa concepción
195
Cf. A. DE LIBERA, Il problema degli…,388. 196
Cf. GUILLERMO DE OCKHAM, Summa logicae, I, 64. Este punto es importante pues
muestra la diferencia con la tradición anterior, según la cual, un término en una suppositio
personalis estaba dirigido a denotar los individuos. En la suppositio materialis, el término
en considerado por sí mismo, esto es en cuanto término, sea fonético que escrito. En la
suppositio simplex el término sustiye el significao inmediato del concepto, esto es la ratio
de la cual es la semejanza intencional. Cf. PETRUS ISPANUS, Tractatus VI, n.5. n.7, ed. De
Rijk, 81-82. 197
Cf. A.GHISSALBERTI, Introduzioni a Ockham…, 73-74.
65
de la causalidad ejemplar divina. Esto se entiende por los motivos que aducen
para la semejanza de las naturalezas. Para Ockham la semejanza es un dato de
hecho. No hay una razón metafísica, a no ser la voluntad divina independiente de
cualquier idea divina. Para el Aquinate, en cambio, Dios crea las cosas según el
modelo de las ideas divinas, entendidas como los diversos modos en que puede
ser participada la Esencia Divina198
. Por tanto la creación no es de modo
arbitrarío; pero sí libre pues Dios, como Ipsum Esse Subsistens decide a cuáles
modos participar el ser.
La doctrina de los universales, propuesta por Ockham, tiene un lugar
peculiar entre las alternativas al realismo. Esa en nominalista, en cuanto reduce
los universales a nombres comunes, pero es conceptualista, en cuanto estos
nombres comunes son conceptos mentales, entendidos como signos199
. De todos
modos, tanto su negación del fundamento del universal en la realidad, como la
falta de una explicación por la cual el hombre clasifica los entes individuales en
género y especies; hacen su teoría opuesta al realismo moderado anteriormente
expuesto.
CONCLUSIÓN
Como hemos tratado de evidenciar en las páginas anteriores, el problema de
los universales está al centro de la filosofía. De hecho, no se puede dar una
respuesta concluyente sin abordar la relación entre la lógica, la epistemología y la
metafísica. En este sendio la respuesta dada a este problema condiciona el
conjunto de un sistema filosófico. Y como bien dice José Antonio Merino:
La filosofía siempre ha tenido la tentación de domesticar y acomodar el
mundo real al mundo de la razón. De someter el objeto al sujeto. Nunca ha
sido fácil la relación entre sujeto y objeto. Tanto el realismo como el
racionalismo o el idealismo se han enfrentado a lo largo de la historia y no
198
Es importante recordar que en Dios su esencia y su ser son lo mismo. 199
Cf. A. DE LIBERA, Il problema degli…, 380
66
logran un fácil y cómodo matrimonio... Su convivencia necesaria y
cohabitación forzosa han sido de permanente discordia200
.
Por otro lado, como bien puede intuir el lector, la história de los
universales no terminó con el fin de la Edad Media. El giro epistemológico de
Descartes fue una continuación del camino recorrido al final de la Edad Media.
Tanto Ockham como Escoto son desicivos en este punto. El primero utilizó su
rastrillo para eliminar todo lo superfluo de la filosofía. Con él, también corto el
hilo conductor con las corrietes anteriores. El segundo encaminó la metafísica
hacia el esencialismo, que continuaría en la escolástica decadente y habría de
perpetuarse en la filosofía de Suárez, y tal vez incluso en la de Wolff201
.
«Merecerá como tal el peligroso honor de representar la metafísica a los ojos de
Kant y de adormecerle en aquel sueño dogmático202
del que Hume habrá que
despertarle»203
.
A esto debemos aunar el despotismo del relativismo actual. Ante dicho
panorama, hemos querido abordar el realismo moderado del Aquinate. Con el fin
de dotar al problema de los universales una sólida base metafísica, fundadada en
el actus essendi; teniendo como última meta, afirmar la capacidad que el hombre
tiene de conocer la verdad de las cosas.
200
J.-A.MERINO, Juan Duns Escoto. Introdución a su pensamiento filosófico-
teológico, Bac, Madrid 2007, 5-6. 201
Es significativo el título de algunos de los artículos, por ejemplo: n. 132, Quod
impossibile est, existere nequit. n.133, Quod possibile est, illud existere potest. n.134, Ens
dicitur, quod existere potest, consequenter cui existentia non repugnat. n. 135, Quoniam
illud existere potest,quod possibile est; quod possibile est, ens est. C. WOLFF, Philosophia
prima sive ontologia methodo scientifico pertractata, qua omnis cognitionis humanae
principia continetur, Officina Libraria Renferiana, Francofurti et Lipsiae 1736, Cap. III
De Notione Entis, 113-116. 202
Cf. I. KANT, Prolegomena, IV, 260. 203
E.GILSON, La Filosofía en…, 695-696.
67
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70
ÍNDICE
ABREVIACIONES……………………………………………………………...1
INTRODUCCIÓN……………………………………………………………….2
I. ORÍGEN Y DESARROLLO DEL PROBLEMA EN LA EDAD MEDIA…....3
1.1) Origen en la Edad Media……………………………………………………3
1.2) Corrientes en las que se desarrollo el problema…………………………….5
II. LA PROPUESTA DE SANTO TOMÁS EN DE ENTE ET ESSENTIA………9
2.1) Nociones de ente y esencia…………………………………………………10
2.2) Naturaleza y tipos de universal……………………………………………..12
2.3) Los modos de concebir la esencia…………………………………………..13
2.4) La abstracción……………………………………………………………….21
2.5) Analogía entre los predicables y la composición materia-forma……………25
2.6) La relación de género, diferencia específica y especie en las sustancias
separadas…………………………………………………………………………42
2.7) Los accidentes y las intenciones lógicas…………………………………….44
2.8) Conclusión…………………………………………………………………..48
III. LAS CORRIENTES POSTERIORES AL TOMISMO……………………...50
3.1) Agustinismo Filosófico, Gil de Roma y Enrique de Gante…………………51
3.2) Juan Duns Escoto……………………………………………………………54
3.3) Ockham y el nominalismo…………………………………………………..59
BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………………………67