El papel de España en la expedición americana de Alexander von Humboldt

18
Numero revue: - Novembre 2006 EL PAPEL DE ESPAÑA EN LA EXPEDICIÓN AMERICANA DE ALEXANDER VON HUMBOLDT Article annexes Los vínculos de Humboldt con España tras su estancia en este país en la primera mitad del año 1799 EL PAPEL DE ESPAÑA EN LA EXPEDICIÓN AMERICANA DE ALEXANDER VON HUMBOLDT Sandra Rebok Miguel Ángel Puig-Samper Innumerables estudios y trabajos de investigación han abordado, en

Transcript of El papel de España en la expedición americana de Alexander von Humboldt

Numero revue: - Novembre 2006

EL PAPEL DE ESPAÑA EN LA EXPEDICIÓN AMERICANA DEALEXANDER VON HUMBOLDT

Article annexes

Los vínculos de Humboldt con España tras su estancia en este país en la primera mitad delaño 1799

EL PAPEL DE ESPAÑA EN LA EXPEDICIÓNAMERICANA DE

ALEXANDER VON HUMBOLDT

Sandra Rebok

Miguel Ángel Puig-Samper

Innumerables estudios y trabajos de investigación han abordado, en

sus más diversas facetas, la vida, obra y actividades científicas de Alexandervon Humboldt (1769-1859), célebre científico prusiano en cuyo historialdestaca su viaje por el Nuevo Mundo, emprendido entre 1799 y 1804. Noobstante, hasta hace pocos años[1] ha existido un aspecto injustamentedesatendido en estos trabajos, que hace referencia a los vínculos deHumboldt con España tras su estancia en este país en la primera mitad delaño 1799[2].

En este contexto, sobre todo, no se debería olvidar que las regioneslatinoamericanas que Humboldt visitó y donde se dedicó a la investigacióncientífica, pertenecían al imperio español en ese momento y, comoconsecuencia, se encontraban bajo la influencia directa de España. Estaconsideración es importante, dado que la actitud de la metrópoli hacia suscolonias era la de protegerlas de influencias ajenas. Por lo tanto, con pocasexcepciones, la investigación de estas vastas regiones por lo regularsolamente podía ser realizada por viajeros y científicos españoles. Elprusiano fue el primer explorador extranjero a quien se le concedió unpermiso tan amplio y generoso para su larga estancia de investigación en lascolonias españolas. Para realizarlo fue necesaria una entrevista personal conel que entonces era rey de España, Carlos IV, con el fin de que Humboldtpresentara su proyecto de viaje, es decir, sus objetivos de investigación.Después de examinarlos, Carlos IV le concedió el permiso necesario, junto avarias cartas de presentación, que le posibilitaron el acceso a instituciones ya personas con cargos oficiales en América. Por lo tanto, Humboldt dependíade la bondad del Rey y tanto durante su estancia americana como en losaños posteriores, mostró su agradecimiento, manteniendo cierta distancia dela política colonial española, teniendo cuidado de no introducirse ensituaciones comprometidas y no enfocando sus investigaciones desde lacrítica de las circunstancias encontradas, sino dedicándose principalmente ala investigación científica.

El científico prusiano permaneció casi seis meses en España disponiéndosepara su gran expedición. Durante este tiempo contactó con científicos einstituciones científicas españolas con el objeto de prepararse para su granviaje de exploración por América, ampliando sus conocimientos sobre lasciencias naturales de este continente. Además, aprovechó este período pararealizar viajes de investigación tanto por la península española como porTenerife, llevando a cabo numerosos estudios en los cuales puso a prueba

sus nuevos instrumentos de medición. Con tales mediciones Humboldt pisóterreno nuevo y aportó estudios importantes para la investigación científica–principalmente geográfica– de España, constituyendo un resultado de esosestudios dos perfiles de la península, uno de Valencia a La Coruña y otro delos Pirineos a Motril.

Estos hechos muestran el significado que tuvo España dentro del marco delproyecto americano de este famoso científico y viajero prusiano, por lo queestas cuestiones se presentarán con más detalle a continuación.

Inicio de su proyecto americano

Según las costumbres de la época, inicialmente Humboldt planeaba su granexpedición todavía en relación con un viaje oficial, es decir, una expediciónde varios científicos, organizados por un gobierno, ya que a ciertacooperación en equipo necesariamente correspondía un mejor equipamientotécnico y, por lo tanto, una mayor eficiencia científica. Así, le convenía alprincipio el hecho de que en ese tiempo se estaba preparando en París unnuevo viaje alrededor del mundo, al cual Humboldt había sido invitado. Peroeste viaje, que en un principio se iba a desarrollar bajo la dirección deBougainville –que luego fue pasada al capitán Thomas Nicolas Baudin, elcual acababa de volver de las Indias–, por motivos económicos –los costesde las guerras de Napoleón afectaban mucho al tesoro público– fueconstantemente retrasado. Humboldt aprovechó este tiempo de espera paraseguir preparando su viaje al máximo, ya que en su calidad de miembro delequipo de esta expedición, tenía acceso a todos los museos y colecciones deParís, y podía probar en ellos los instrumentos más modernos. Entretantoconoció al botánico francés Aimé Goujand Bonpland[3], que también eramiembro del viaje planeado.

Cuando la expedición francesa fue de nuevo aplazada, esta vez sinfecha fija, Humboldt decidió finalmente salir y comenzar su exploración demanera autónoma. Un motivo más para tomar esta decisión fue que el amigode Humboldt, Georg Forster, tenía grandes dificultades para publicar losresultados de la expedición realizada con James Cook. De esta manera se diocuenta de las ventajas de una independencia personal frente a instituciones o

a otras personas. Como consecuencia de esto, le ofreció a Bonpland que leacompañara en su viaje a América, pagado de su propio peculio, lo que elfrancés aceptó. Antes de embarcar a tierras americanas pretendían realizarun viaje preparatorio al norte de África. Después de haber esperado en vanodurante dos meses en Marsella para recibir el permiso para trasaladarse aTúnez –que al final no fue concedido por las autoridades francesas debido ala persecución contra los franceses en esta región– Humboldt y Bonplandtomaron la decisión de viajar a España con el fin de intentar realizar elprevisto viaje africano desde allí. Otra vez las cosas ocurrirían de formadiferente a la prevista, aunque en este caso con ventaja para el prusiano: elviaje de preparación fue cancelado y la gran expedición a América tomó suinicio directamente desde España.

Preparación científica y diplomática de la expedición en España

Tras su llegada a la Península Ibérica por Barcelona los primeros días deenero de 1799, el prusiano y su compañero de viaje, comenzaron su caminoadentrándose en las tierras del antiguo reino de Valencia para continuar porla llanura manchega hasta entrar, a principios de febrero de 1799, en lacapital del reino, Madrid.[4] Durante su recorrido aprovecharon pararealizar una amplia investigación científica, principalmente de caráctergeográfico, geológico y climatológico, sobre las regiones de España quedebían atravesar. Así, Humboldt probó durante el camino sus novedososinstrumentos de medición –sextante, cronómetro, barómetro y termómetro–,que había traído desde París, y determinó con ellos parámetros geográficostales como la altura sobre el nivel del mar o la posición astronómica depuntos destacables. Además, estudió las formaciones geológicas de la mesetade Castilla y subió a Montserrat; entretanto, Bonpland estudió la flora ycoleccionó plantas. De alguna manera el viaje por España se puedeconsiderar como el viaje preparatorio, planeado para el proyecto americano,ya que realizaron el tipo de investigaciones con las que querían comenzartambién en el Nuevo Continente. Esto ha de ser considerado como unahazaña científica porque este tipo de investigaciones apenas se podíanapoyar en trabajos hechos anteriormente y, por otro lado, hay que reconocer

la notable aportación por ellos realizada para la investigación naturalista deEspaña[5].

Como ya fue mencionado, Humboldt necesitaba el permiso del Rey deEspaña para investigar en las regiones que le interesaban, dada supertenencia al imperio español.[6] En parte debido a la capacidaddiplomática que tenía Humboldt, pero en mayor medida por los contactosque él mantenía con personas influyentes y, en último lugar, gracias a unagran dosis de suerte, fue posible que Humboldt consiguiera el permisonecesario para la realización de su proyecto americano. El enviado deSajonia, Barón Philippe de Forell (1756-1808) le ayudó a conseguir unaaudiencia con Don Mariano Luis de Urquijo, que entonces era Ministro deAsuntos Exteriores de España. Urquijo se mostró muy interesado en elproyecto científico de Humboldt y consiguió para él una audiencia con el reyCarlos IV en Aranjuez. También el Rey se interesó por los planes delexplorador, y concedió a ambos viajeros dos generosos pasaportes, uno delMinistro de Gracia y Justicia de Indias, José Antonio Caballero, y el otro deMariano Luis de Urquijo, acompañados de numerosas cartas derecomendación, con el fin de recabar ayuda y protección en las coloniasespañolas en América. Esto lo supo apreciar mucho Humboldt, y lomencionó al principio de su obra Viaje a las regiones equinocciales delnuevo continente: “Nunca había sido acordado a un viajero permiso máslato; nunca un extranjero había sido honrado con mayor confianza de partedel gobierno español[7]”. De hecho, el pasaporte contenía formulacionesbastante generosas permitiendo que Humboldt fuese a América “a fin decontinuar el estudio de las minas, y hacer colecciones, observaciones, ydescubrimientos útiles para el progreso de las ciencias naturales”. Ademásprescribía que nadie debería impedirle “por ningún motivo la conducción desus instrumentos de Física, Química, Astronomía, y Matemáticas, ni hacer entodas las referidas posesiones las observaciones y experimentos que juzgueútiles, como también el recolectar libremente plantas, animales, semillas, yminerales, medir la altura de los montes, examinar la naturaleza de éstos, yhacer observaciones astronómicas [...][8]”. Motivo de esta generosidad delmonarca español fue el interés particular que Humboldt había despertado enél: presentó un documento llamado “Notice sur la vie littéraire”, donde hacíamención a sus actividades en las minas de Prusia, a fin de demostrar a losgobernantes españoles el beneficio inmediato que España podría lograr desus posesiones de ultramar gracias al viaje que pretendía realizar[9].

El ministro Forell no solamente le abrió a Humboldt las puertas de la cortereal, sino también del ambiente científico de Madrid. Gracias a sus contactosen estos círculos, le podía presentar a Humboldt los científicos más famosos,así como establecer los contactos necesarios para la preparación del proyectoamericano. De esa manera Humboldt podía prepararse óptimamente para suviaje, y aumentar su conocimiento sobre los territorios americanos, ya queen aquel tiempo no había otro lugar en Europa con tantas colecciones deIberoamérica como Madrid.

Forell le introdujo en el Círculo del Real Gabinete de Historia Natural,que había sido inaugurado en 1776, integrado por los científicos máscompetentes, sobre todo procedentes del extranjero. Miembros eran, entreotros, Louis Joseph Proust (1754-1826), profesor de química de la Academiade Artillería de Segovia y de procedencia francesa, que más adelante llegaríaa ser director del laboratorio real bajo Carlos IV; Christian Herrgen (1765-1816), profesor de mineralogía y director del departamento mineralógico delMuseo de Ciencias Naturales en Madrid; y Wilhelm Thalacker, un jovenalemán, que en este tiempo se encontraba en Madrid. De Proust y Thalackerrecibió amplias informaciones sobre minerales americanos, y junto conThalacker publicó en los Anales de Historia Natural; a través de ellos seestableció el contacto con José Clavijo y Fajardo (1730-1806), que a la sazónera vicedirector del Real Gabinete de Historia Natural en Madrid y, además,traductor de las obras de George-Louis Leclerc (1707-1788), conocido comoConde de Buffon.

Durante su estancia en Madrid también se puso en contacto con losmiembros de la expedición de Alejandro Malaspina (1789-1794), a fin depoder preparar mejor su expedición gracias al conocimiento y la experienciade ellos en América. Así, por ejemplo, José Espinosa y Tello (1763-1815) ledejó mediciones cartográficas hechas en América, mientras que suintercambio con Louis Née, el botánico de la expedición de Malaspina,también resultó muy fructífero, ya que aquel había traído a España losherbarios más grandes que se habían visto en Europa hasta entonces.

Así mismo utilizó su tiempo en Madrid para conocer el círculo científicoexistente en torno al Jardín Botánico. Aquí es preciso mencionar sobre todoal futuro director del Jardín Botánico, Antonio José Cavanilles (1745-1804),quien conocía al antiguo profesor y amigo de Humboldt, el botánico Karl

Ludwig Willdenow, y además era discípulo y amigo de A. Laurent Jussieu.Cavanilles se encargó de divulgar en Europa los resultados botánicos de lasexpediciones españolas a América del Sur, y también fue quien vulgarizó lostrabajos del médico y botánico español José Celestino Mutis, que vivía enSudamérica, y a quien Humboldt más adelante conocería personalmente.Además, aprovechó la oportunidad de estudiar las colecciones de Ruiz yPavón en el Jardín Botánico, que los mismos habían coleccionado durantesu expedición botánica junto a J. Dombey en Perú y Chile (1777-1788).

Finalmente, también conoció Humboldt en Madrid al cronista oficialde Indias, Juan Bautista Muñoz, que había fundado en el año 1785 en Sevillael Archivo de las Indias, donde se habían guardado todos los documentossobre las colonias españolas en América y que en este momento estabaocupado en la creación de su obra Historia del Nuevo Mundo.

Desde la Villa y Corte Humboldt y Bonpland proseguirían, a mediadosde mayo, hasta La Coruña, que entonces era el puerto principal para losbarcos que salían hacia las Indias. Finalmente, embarcaron en el puerto deesta ciudad gallega el 5 de junio en dirección a América, no sin antes hacerescala en las Islas Canarias, donde pudieron realizar una estancia de seisdías, entre el 19 y el 25 de junio de 1799, con objeto de efectuar diversasinvestigaciones en Tenerife. Así los dos naturalistas ascendieron al cráter delPico del Teide, llevaron a cabo experimentos para el análisis del aire y seinteresaron por la actividad volcánica del Teide; Además, y fue allí dondeHumboldt inició su interés por las culturas autóctonas de las regionesvisitadas, en este caso por la cultura de los guanches. Asimismo, la estanciacanaria se caracterizará por sus aportaciones botánicas, especialmente en elcampo de la geografía de las plantas, como se puede apreciar en susposteriores publicaciones[10].

Tras esta breve estancia iniciaron su viaje de cinco años, que les llevaría alos territorios americanos de la Corona española que hoy corresponden a lospaíses de Venezuela, Cuba, Ecuador, Perú y México, y finalmente a losEstados Unidos, hasta que en agosto de 1804 regresaron finalmente aBurdeos.

Humboldt y su revaloración de los primeros cronistas españoles

Después de su regreso de América, Humboldt se ocupó de maneraintensiva del pasado de las colonias españolas, ya que con su orientaciónhistoricista partía de la opinión de que había que conocer el pasado de unaregión para comprender el presente. En este aspecto dependía, en primerlugar, de las antiguas fuentes españoles de los siglos XVII y XVIII, ya queeran casi exclusivamente españoles los que desde el descubrimiento de estecontinente habían descrito a las culturas que allí encontraron, desde lospuntos de vista más diversos, es decir, como viajeros, conquistadores,misioneros, funcionarios etc. Así, el científico ayudó a rehabilitar estosescritos y elaboró de esta manera una parte de la historia española, lo que asu vez despertó en España un interés más profundo por sus estudios. Lascrónicas de Indias en los tiempos de Humboldt no eran tomadas muy enserio en el ambiente científico. Se las consideraba exageradas, se manteníaun gran escepticismo hacia ellas, y en Europa se las despreciabaconsiderándolas “cuentos de frailes”. Humboldt, al contrario, se ocupó deellas sin escepticismo y las empleó como fuentes fiables sobre el pasado delindio americano. Por lo tanto, no se debe subestimar su significado para laintegración de estos documentos históricos en la discusión científica.

Como él mismo dice en su obra Cristóbal Colón y el descubrimiento deAmérica:

[...] la lectura de las obras que contienen las narraciones de losconquistadores ha tenido para mí especial atractivo, y las investigacioneshechas en algunos archivos de América y en bibliotecas de diferentespartes de Europa me han facilitado el estudio de una rama descuidada dela literatura española[11].

Por el tipo de comentario que nos comunica el prusiano detectamos que elplanteamiento global presentado en sus obras está relacionado con las ideas quecontienen estos relatos sobre el Nuevo Mundo y su forma de percibirlo. En

especial, el padre jesuita José de Acosta, junto con Fernández de Oviedo, fueronconsiderados por Humboldt como fundadores de lo que denominó “Física delGlobo”.

De esta manera escribe en su obra culminante, el Cosmos, que redacta afinales de su larga vida:

Cuando se estudian seriamente las obras originales de los primeroshistoriadores de la Conquista, sorpréndenos encontrar en los escritoresespañoles del siglo XVI el germen de tantas verdades importantes en elorden físico. (...) El fundamento de lo que hoy se llama fisica del globo,prescindiendo de las consideraciones matemáticas, se halla contenido enla obra del jesuita José Acosta, titulada Historia natural y moral de lasIndias, así como en la de Gonzalo Hernández de Oviedo (…). En ningunaotra época, desde la fundación de las sociedades, se ha ensanchado tanrepentina y maravillosamente el círculo de las ideas, en lo que se refiereal mundo exterior y a las relaciones del espacio [...][12].

Además, no solamente estudió los relatos de los primeros cronistasespañoles, sino también de aquellos de las épocas subsiguientes, es decir, delas recopilaciones e interpretaciones de aquellos escritos a las que sededicaron los investigadores en los siglos XVII y XVIII. A través de esteanálisis de toda la literatura sobre América escrita hasta entonces, Humboldtllegó a convertirse en un conocedor excelente de la historiografía españolaclásica y en un verdadero experto en la historia de los indios de las coloniasespañolas del Nuevo Mundo. Asimismo, con esta elaboración de la historiaespañola estableció de nuevo conexiones con España, el país donde se habíainiciado su proyecto americano. Resumiendo, se puede afirmar que la obraamericana de de este famoso prusiano no surgió solo de su expedición, sinoque fue resultado de un amplio trabajo sobre toda la literatura americanistade España.

El reconocimiento oficial por parte de España

A lo largo de su vida, Humboldt recibió el reconocimiento académico,científico y político de diferentes gobiernos españoles y de sus instituciones.Este hecho matiza de manera concluyente las afirmaciones rotundas entorno a la falta de aprecio por parte de la sociedad española del científicoprusiano, si bien es cierto que con altibajos, según el momentohistórico[13].

La primera distinción fue el nombramiento de “Miembrocorrespondiente del Real Jardín Botánico de Madrid”, a propuesta de sudirector Casimiro Gómez Ortega, y con la fecha de 8 de junio de 1799,estando Humboldt recién embarcado en La Coruña y camino de las IslasCanarias. Este nombramiento quizá se deba a su compromiso en larecolección de objetos naturales para el Real Gabinete de Historia Natural ylos Jardines Reales, tan como figura en el pasaporte que le expidió elministro Mariano Luis de Urquijo para su viaje a mericano.

El segundo reconocimiento tuvo lugar el 24 de enero de 1811, en plenaocupación napoleónica de la Península Ibérica, cuando la Real Academia deMedicina de Madrid le nombra “Miembro correspondiente” a propuesta delvicepresidente de la Academia José Mariano Mociño, como este mismo lecomenta en una carta a Humboldt del 16 de marzo de 1811:

Ninguno recibe Usted antes lo hace admitiendo el titulo de socio de laReal Academia Medica de Madrid, cuyo diploma entregará a Usted Mr.Robert, porque he querido hacer mi vice-presidencia recomendable aeste cuerpo con la adquisición de un individuo como Usted a quiendeseo mucha salud, y larga vida, para que continúe sus utilísimastareas[14].

Si bien a Humboldt le fue negado el permiso de viaje en 1830 por lacerrazón de los absolutistas, fieles a los deseos de Fernando VII[15], el 3 dediciembre de 1845, por Real Decreto, la reina Isabel II concede al científicoprusiano la Gran Cruz de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos

III[16], una de las condecoraciones más importantes, con la que el gobiernoespañol no solo reconoce sus méritos sino también rinde un homenajeespecial, como explica en su Constitución:

Siendo uno de los fines principales de esta institucion el tener nuevosmedios de condecorar á nuestros vasallos distinguidos, así en Españacomo en las Indias, y de premiar sus servicios, será nuestro especialciudado atenderlos segun el mérito que contraigan sirviendo á nuestraReal Persona y Estado en cualquiera carrera que sigan[17].

Finalmente, la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturalesde Madrid le nombra en 1847, el mismo año de su creación, “Académicocorresponsal extranjero”, por iniciativa de su primer presidente AntonioRemón Zarco del Valle y Huet. Al recibir su nombramiento Humboldtexpresó que “hubiera tenido el mayor sentimiento en bajar a la tumba sinver mi nombre unido al de los hombres científicos que forman la RealAcademia de Ciencias de la Nación Española, para mi tan querida[18]”.

Como se ha podido demostrar con la descripción de estos hechos yacontecimientos, España jugó un papel considerable en el proyectoamericano de Humboldt. Su gran interés, tanto por la producción científicacomo por la historia española, seguía aquella curiosidad existente enAlemania por los asuntos de España, y que caracterizó tanto al romanticismocomo a la Ilustración alemana. Este espíritu alemán, que se estaba formandoentonces, se orientaba, conscientemente, en oposición al espíritu francés. Elhispanismo de Humboldt parece haber sido un intento explícito de defenderla tradición científica española de los juicios negativos, imperantes en laEuropa ilustrada[19].

Finalmente, es preciso destacar que Humboldt tomó partidodecididamente a favor de España con su aprecio y promoción de la cienciade este país, su argumentación en contra de la supuesta inferioridad deAmérica y de la Leyenda Negra, y por su revalorización de España tanto

como poder colonial en el presente como por su pasado colonial. Tanto sufama como el grado de renombre internacional que había alcanzadopudieron influir positivamente en la imagen de España construida en elexterior. Posiblemente sea esta la parte más importante de todo lo que estefamoso científico prusiano aportó a la imagen de España, ya que lo que sonsus escasas descripciones del país en los aspectos tratados, serían prontosuperadas por las entusiastas narraciones de los viajeros románticos.

Tras la desatención a estos aspectos durante mucho tiempo, en los ultimosaños ha crecido de manera considerable el interés por la estancia deHumboldt en España así como por sus multiples vínculos con este país. Almargen de numerosas publicaciones sobre los diversos aspectos de estetema, este interés también se plasma en el hecho que se han realizado variasexposiciones sobre el naturalista prusiano. Una primera, realizada bajo eltitulo Alejandro de Humboldt – una nueva visión del mundo de octubre de2005 a enero de 2006 en el Museo Nacional de Ciencias Naturales deMadrid, se dedicó a toda la vida y obra de Humboldt y reservó un pequeñoespacio al papel de España dentro de ello. Con el objeto de enfocar estascuestiones más detalladamente, el Instituto Goethe de Madrid organizó laexposición Alejandro de Humboldt y Aranjuez: El gran explorador alemány sus vínculos con España, que fue inaugurada en el Centro de EstudiosSuperiores Felipe II de Aranjuez (28.11.2005-28.01.2006) y mostrada bajoun título modificado posteriormente en Alcalá de Henares (abril 2006) asícomo en Barcelona (mayo 2006).

Finalmente, esta exposición fue tomada como punto de partida paradesarrollar otra exposición con el Instituto Cervantes, mucho más amplia ydetallada, que se ocupa exclusivamente de los vínculos entre Humboldt yEspaña. De esta manera se abarca, entre otros, el viaje de Humboldt por lasdistinas regiones de la Península Ibérica así como por Tenerife, suscontactos con el mundo científico español de su época, y la imagen que creade este país con sus diversos comentarios en sus obras, sus diarios y sucorrespondencia. Asimismo, se enfoca por el otro lado su percepción en laprensa española del siglo XIX, en el mundo academíco y en el ámbitocientífico. También se hace referencia a su plan de volver a España en el año1830, a sus vínculos con las expediciones científicas que se estabanrealizando entonces bajo los auspicios del gobierno español, y a la estanciaespañola de su hermano Wilhelm, que se produjo pocos meses después de su

salida a América, en la que supuestamente tuvieron influencia ladescripciones que Alexander le había enviado desde este país.

Esta exposición fue inaugurada recientemente en el Instituto Cervantes deBerlín, donde se muestra del 28 de septiembre al 3 de noviembre de 2006bajo el título Un viaje del espíritu: Alexander von Humboldt en España. Setrata de una exposición itinerante, que será presentada en distintas sedes deesta institución a nivel internacional, teniendo lugar la próxima inauguraciónel 14 de noviembre de este año en Munich y constituyendo posibles lugarespara futuras exposiciones ciudades como Bremen, Viena, Estocolmo yLondres. También se ha publicado un catálogo para esta exposición[20], queincluye los textos de los paneles tanto en español como en lacorrespondiente traducción al idioma local de las distintas ciudades; laversión actual de este catálogo se encuentra, por tanto, en español y alemán.

EL VIAJE DE ALEXANDER VON HUMBOLDT POR ESPAÑA

15-12-1798 Alexander von Humboldt y su compañero de viaje francés AiméBonpland emprenden su viaje hacia España desde el sur deFrancia. Pasan por Nimes, Montpellier y Perpignan y sedirigen al puerto de La Junquera con el fin de entrar enEspaña.

5-01-1799 Humboldt pisa tierra española y llega el 7 de enero a Gerona,donde comienza sus mediciones geográficas de la PenínsulaIbérica. Después, continúa viaje hacia Barcelona.

08-01-1799 Humboldt llega a Barcelona y se aloja en la Fontana de Oro.Desde allí realiza una serie de excursiones a Montserrat,Tarragona y Sagunto.

28-01-1799 Humboldt emprende el viaje de Barcelona a Madrid, pasando porValencia. Ruta del viaje: Venta de Lionet (28 de enero), LosMunjos (29 de enero), Figuereta (29 de enero), Cambrils (30de enero), Col de Balaguer (31 de enero), Venta de la Sienita(2 de febrero), Valencia (5 a 7 de febrero), Puerto de

Almansa, Albacete, Provencio, Quintanar de la Orden, Alcázarde San Juan, Corral de Almaguer, Ocaña, Aranjuez yValdemoro.

23-02-1799 Los dos viajeros llegan a Madrid. Humboldt se aloja,probablemente, en casa del encargado de negocios prusianoDavid de Tribolet-Hardy. De forma más permanente se alojóen la Fontana de Oro.

Marzo de 1799 Humboldt se traslada en varias ocasiones a Aranjuez, dondereside la corte española, y es presentado al rey Carlos IV.

04-03-1799 Humboldt inicia sus observaciones astronómicas en Madrid, en elPalacio del Duque de Infantado.

11-03-1799 A través del barón Philippe de Forell, embajador de Sajonia,Humboldt entrega a Carlos IV un memorial y una descripciónde las actividades científicas realizadas hasta este momento, afin de obtener el permiso para llevar a cabo una expedicióncon fines de investigación científica en las colonias españolasen América.

15-03-1799 El barón de Forell es informado de la concesión a Humboldt delpermiso solicitado.

20-04-1799 Humboldt se encuentra en Aranjuez.

02-05-1799 Humboldt vuelve a Aranjuez y mide la posición geográfica delPalacio Real.

07-05-1799 Con esta fecha es expedido en Aranjuez el pasaporte de Alexandervon Humboldt, que le autoriza su periplo americano.

13-05-1799 Humboldt inicia su viaje desde Madrid a La Coruña. Ruta delviaje: El Escorial, Puerto de Guadarrama, Medina del Campo,Tordesillas, Venta de Almaraz, Villalpando, Benavente,Astorga, Puerto Manzanal, Bembibre, Villafranca del Bierzo,Los Nogales, Lugo, Guitiriz y Betanzos.

05-06-1799 Humboldt y Bonpland embarcan en la corbeta Pizarro, iniciandoasí su famosa expedición americana.

16-06-1799 Humboldt logra divisar las Islas Canarias en el horizonte.

17-06-1799 El barco pasa por la isla La Graciosa. Por primera vez en su vida,Humboldt pisa tierra fuera del continente europeo.

19-06-1799 Los científicos llegan a Santa Cruz de Tenerife.

20-06-1799 Ambos se dirigen a La Orotava, pasando por La Laguna.

21-06-1799 Humboldt asciende al Pico del Teide.

22-06-1799 Realizan excursiones alrededor de La Orotava. Humboldt observalas estrellas en la cuesta del Pico.

24-06-1799 Regresan a Santa Cruz de Tenerife.

25-06-1799 Alexander von Humboldt y Aimé Bonpland embarcan en SantaCruz de Tenerife, partiendo rumbo al continente americano.

Sandra Rebok

Miguel Ángel Puig-Samper

[1] PUIG-SAMPER, Miguel Ángel, “España en la memoria de Humboldt y en elolvido de los humboldtianos”. Matices, Colonia, núm. 23, 1999, pp. 44-45; PUIG-SAMPER, Miguel Ángel, “La investigación humboldtiana en España. Antecedentesy perspectivas”. Jahrbuch für Geschichte Lateinamerikas, tomo 37.Colonia/Weimar/Vienna: Böhlau, 2000, pp. 347-356. PUIG-SAMPER, MiguelÁngel; REBOK, Sandra, “Alexander von Humboldt y España: Historial de unainvestigación”, Actas del congreso Historia cultural de la Naturaleza, la técnica ylas Ciencias Naturales en España y Latinoamérica, Universidad Técnica deDresde, abril 2005 (en prensa).

[2] También en España, hasta hace solo unos años, la investigación se ha ocupadorelativamente poco de este asunto. Lo que a primera vista puede parecer

asombroso, sí puede ser explicado, no obstante, por el hecho de que lainvestigación de Humboldt se llevó a cabo en un momento en el que los países deAmérica Latina se encontraban en proceso de independizarse de la metrópoliespañola. Por consiguiente, su viaje siempre ha sido asociado más con unaAmérica implicada en movimientos independistas que en relación con España. Aeste hecho contribuyó también la instrumentalización de Humboldt comopromotor ideológico de la Independencia por parte de las nuevas repúblicaslatinoamericanas. Por estos motivos, hasta ahora han sido sobre todo científicosamericanos quienes se han dedicado al estudio de las obras de Humboldt.

[3] 1773 (La Rochelle, Francia) – 1858 (Santa Ana, Argentina), botánico y médico.

[4] Véase el itinerario completo en la cronología de su viaje por España al finaldel texto.

[5] Años más tarde, en 1825, Humboldt publicó los resultados de susinvestigaciones en España bajo el título Über die Gestalt und das Klima desHochlandes der Iberischen Halbinsel en la revista geográfica Hertha (tomo 4, p.5-23). Una traducción al español se publicó en: PUIG-SAMPER, Miguel Ángel;Sandra REBOK. “Un sabio en la meseta: el viaje de Alejandro de Humboldt aEspaña en 1799”. Revista de Occidente, julio-agosto, núm. 254-255, 2002, pp. 95-125. PUIG-SAMPER, Miguel Ángel; Sandra REBOK, “Un sabio en la meseta: el viajede Alejandro de Humboldt a España en 1799”. Humboldt im Netz(http://www.uni-potsdam.de/u/romanistik/ humboldt/hin(http://www.uni-potsdam.de/u/romanistik/%20humboldt/hin) ), Berlín/Potsdam,núm. III, 5, 2002.

[6] Véase una descripción detallada de este proceso en: PUIG-SAMPER, Miguel Ángel.“Humboldt, un prusiano en la Corte del Rey Carlos IV”. Revista de Indias, vol. LIX, núm.216, p. 329-355, 1999.

[7] HUMBOLDT, Alejandro; BONPLAND, Aimé, Viaje a las regionesequinocciales del Nuevo Continente, 5 tomos, Caracas, Escuela Técnica IndustrialTalleres de Arte Gráficas, 1941-42, t. 1, p. 45.

[8] PUIG-SAMPER, 1999, p. 341.

[9] Publicado enteramente y en su traducción al español en: ibidem.

[10] La estancia de Humboldt en Tenerife ha sido estudiada en profundidad porManuela Hernández González. Véase: HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, Manuel,

Alejandro de Humboldt. Viaje a las islas canarias. La Laguna: Francisco Lemus,1995; HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, Manuel, Permanencia en Tenerife. Santa Cruzde Tenerife/Las Palmas de Gran Canaria: Idea, 2005.

[11] HUMBOLDT, Alexander von, Cristóbal Colón y el descubrimiento de América. Caracas:Monte Ávila Editores, 1992, p. 12.

[12] HUMBOLDT, Alexander von, Cosmos. Ensayo de una descripción física del mundo. 4tomos. Madrid: Imprenta de Gaspar y Roig, 1874, vol. II, p. 255 ss.

[13] PUIG-SAMPER, Miguel Ángel; Sandra REBOK, “Virtuti et merito. Elreconocimiento oficial de Alexander von Humboldt en España”. Humboldt im Netz(http://www.uni-potsdam.de/u/romanistik/humboldt/hin (http://www.uni-potsdam.de/u/romanistik/humboldt/hin) ), Berlín/Potsdam, núm. V, 8, 2004.

[14] Diarios inéditos de Humboldt (diario VIII, 179 V), copia en el centro deestudios humboldtianos de la Academia de Ciencias de Berlín-Brandenburgo.

[15] Véase: BLEIBERG, Germán, “Sobre un viaje frustrado de Humboldt aEspaña”. Estudios Geográficos, Madrid, núm. 76, 1959, pp. 373-389.

[16] PUIG-SAMPER, Miguel Ángel; Sandra REBOK, “El científico y la reina: Laconcesión de la Gran Cruz de Carlos III a Alexander von Humboldt”. Revista deOccidente, Madrid, núm. 280, 2004, pp. 81-91.

[17] Constituciones de la real y distinguida Orden española de Carlos Tercero,instituida por el mismo Augusto Rey a 19 de Septiembre de 1771 en celebridaddel felicísimo nacimiento del infante. Madrid: Imprenta Nacional, 1865, p. 17.

[18] LORENTE, Mariano, Resumen de las actas de la Real Academia de Cienciasde Madrid en el año académico de 1858 a 1859, leído en la sesión del día 14 deoctubre. Madrid: Imprenta y librería de Don Eusebio Aguado, 1860, p. 30.

[19] PINO DÍAZ, Fermin del. “Alejandro de Humboldt y la polémica de la cienciaespañola”. Cuadernos Hispano-Americanos, núm. 583, abril 1999, p. 39.

[20] PUIG-SAMPER, Miguel Ángel; REBOK, Sandra, Un viaje del espíritu:Alexander von Humboldt en España. Aranjuez: Doce Calles, 2006

ContactsContact (http://www.crlv.org/content/contact)Accès (http://www.crlv.org/content/acc%C3%A8s)

ChercheursSe connecterInscription Chercheur

Liens utilesViaticalpes (http://www.unil.ch/viaticalpes)

UniversitéUniversité Blaise Pascal (http://www.univ-bpclermont.fr)MSH (http://www.msh-clermont.fr)CELIS (http://celis.univ-bpclermont.fr )