El Código procesal constitucional peruano

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Corpus Iuris Regionis Revista Jurídica Regional y Subregional Andina (Edición especial) 6 (Iquique, Chile, 2006) pp. 435 - 456 EL CÓDIGO PROCESAL CONSTITUCIONAL PERUANO ERNESTO BLUME FORTINI* I. INTRODUCCIÓN El Código Procesal Constitucional peruano, aprobado mediante la Ley N° 28.237, que entró en vigencia el 1 de diciembre de 2004, constituye el objeto de los breves comentarios que a continuación consignamos, con motivo de nuestra participación en las Primeras Jornadas Internacionales de Derecho Constitucional, realizadas por la Asociación Argentina de Derecho Constitucional, la Asociación Chilena de Derecho Constitucional y la Asociación Peruana de Derecho Constitu- cional, bajo la organización de la Escuela de Derecho de la Universidad Arturo Prat de Iquique y el copatrocinio de la Escuela de Derecho de la Universidad Católica del Norte y la Escuela de Derecho de la Universidad de Antofagasta, llevadas a cabo el viernes 1 y el sábado 2 de abril de 2005, en la ciudad de Iquique de la hermana República de Chile. Comprenden su gestación, significación e importancia; la lógica de desarro- llo temático que lo inspira, así como su esquema; algunas de sus innovaciones más importantes; y nuestras respectivas apreciaciones conclusivas. Todo ello, en la idea de contribuir a la difusión, el conocimiento y el debate del contenido y del valor para el Estado Constitucional moderno y maduro, al que aspira ser el Perú, de este importante instrumento normativo procesal que persigue garantizar la efica- cia constitucional, a través de los procesos constitucionales que regula, en lo que hace a la vigencia efectiva de los denominados derechos constitucionales, derechos * Profesor de Derecho Constitucional de la Facultad de Derecho de la Universidad de Lima. Miembro de la Asociación Peruana de Derecho Constitucional y del Consejo Consultivo de la Comisión de Constitución del Congreso de la República del Perú. Integró la Comisión de Reforma Constitucional nombrada por el ex Presidente Constitucional de la República don Valentín Paniagua Corazao.

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Corpus Iuris Regionis Revista JurídicaRegional y Subregional Andina (Edición especial)

6 (Iquique, Chile, 2006) pp. 435 - 456

EL CÓDIGO PROCESALCONSTITUCIONAL PERUANO

ERNESTO BLUME FORTINI*

I. INTRODUCCIÓN

El Código Procesal Constitucional peruano, aprobado mediante la Ley N°28.237, que entró en vigencia el 1 de diciembre de 2004, constituye el objeto delos breves comentarios que a continuación consignamos, con motivo de nuestraparticipación en las Primeras Jornadas Internacionales de Derecho Constitucional,realizadas por la Asociación Argentina de Derecho Constitucional, la AsociaciónChilena de Derecho Constitucional y la Asociación Peruana de Derecho Constitu-cional, bajo la organización de la Escuela de Derecho de la Universidad ArturoPrat de Iquique y el copatrocinio de la Escuela de Derecho de la UniversidadCatólica del Norte y la Escuela de Derecho de la Universidad de Antofagasta,llevadas a cabo el viernes 1 y el sábado 2 de abril de 2005, en la ciudad de Iquiquede la hermana República de Chile.

Comprenden su gestación, significación e importancia; la lógica de desarro-llo temático que lo inspira, así como su esquema; algunas de sus innovaciones másimportantes; y nuestras respectivas apreciaciones conclusivas. Todo ello, en la ideade contribuir a la difusión, el conocimiento y el debate del contenido y del valorpara el Estado Constitucional moderno y maduro, al que aspira ser el Perú, deeste importante instrumento normativo procesal que persigue garantizar la efica-cia constitucional, a través de los procesos constitucionales que regula, en lo quehace a la vigencia efectiva de los denominados derechos constitucionales, derechos

* Profesor de Derecho Constitucional de la Facultad de Derecho de la Universidad de Lima. Miembro de laAsociación Peruana de Derecho Constitucional y del Consejo Consultivo de la Comisión de Constitucióndel Congreso de la República del Perú. Integró la Comisión de Reforma Constitucional nombrada por elex Presidente Constitucional de la República don Valentín Paniagua Corazao.

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fundamentales o derechos humanos, y a la garantía de la primacía normativa de laCarta Fundamental de la Nación en cuanto norma suprema y expresión de lavoluntad regulatoria del poder constituyente.

II. GESTACIÓN, SIGNIFICADO E IMPORTANCIA

Los procesos constitucionales1, presentan su antecedente más remoto en elPerú a fines del siglo XIX en la ley de 21 de octubre de 1897, que consagró elhábeas corpus, bajo el rótulo de “recurso extraordinario de hábeas corpus”, para laprotección de la libertad física de quien fuese reducido a prisión, si dentro de lasveinticuatro horas de su arresto no se le notificaba la orden de detención judicial2.

Posteriormente, el año 1916 se aprobaron otras disposiciones relacionadascon el hábeas corpus, tales como la Ley Nº 2.223 del 10 de febrero y la Ley Nº2.253 del 26 de setiembre de dicho año, que mantuvieron en esencia el mismoespíritu que inspiró la dación de su predecesora; empero fue recién en la Constitu-ción de 1920 que se le otorgó rango constitucional, inaugurando el tratamientoconstitucional de las entonces denominadas “garantías constitucionales”3, comoun proceso cautelador de la libertad física exclusivamente.

1 Los procesos constitucionales, mal denominados “procesos de garantía”, “garantías constitucionales”o‘“acciones constitucionales”, entre otros rótulos impropios, deben entenderse, a nuestro juicio, comofórmulas de heterocomposición por órgano jurisdiccional competente de conflictos de naturaleza constitu-cional, surgidos por la amenaza o la violación de los derechos fundamentales, vías acción u omisión; porinfracción normativa a la jerarquía y a la primacía de la Constitución, a través de normas infraconstitucio-nales que la afecten, contradigan, desborden, violen o desnaturalicen por el fondo o por la forma; o porinvasión o abstención competencial de órganos de rango constitucional.

2 GARCÍA BELAÚNDE, Domingo. Teoría y Práctica de la Constitución Peruana. t I. Editorial y Distribuidorade Libros S.A., (Lima, 1989), pp. 183-189.

3 Al respecto, como bien afirma Domingo GARCÍA BELAÚNDE “El concepo de “garantías constitucionales” esampliamente conocido en la literatura constitucional latinoamericana, toda vez que si bien es cierto quetiende a ser sustituido por otros, la tradición y el uso lo han hecho familiar a amplias capas de lapoblación. Pero el nombre de “garantías constitucionales” tiene hoy en el Perú, y en gran parte de laAmérica Latina, un doble significado; el primero es el referente clásico y hoy anticuado, que lo haceequivalente a normas generales, principios o derechos de las personas, proveniente de la tradición francesa,filtrados por el constitucionalismo español. Así, los textos del siglo XIX se referían a las “garantías consti-tucionales” como aquellas normas fundamentales de la vida en relación, y muy en especial los derechos dela persona. Con el tiempo, este rótulo tan genérico pasó a una triple división que iniciada en el siglopasado, se consagró por primera vez en la Constitución peruana de 1920, que distinguió las garantíasconstitucionales en tres; garantías nacionales (atinentes a la marcha y obligaciones del Estado); garantíasindividuales (clásicos derechos del liberalismo) y garantías sociales (nuevos derechos económicos y sociales,surgidos después de la Gran Guerra). El segundo significado es el moderno, el cual entiende como garantíaalgo accesorio, de carácter instrumental, y en consecuencia relacionado con la parte procesal del derecho,en este caso, del derecho constitucional. Se distinguen así, por un lado, los derechos, que son partesustantiva, de lo que es la parte accesoria o procesal. De esta manera, los derechos fundamentales oderechos de la persona (llamados libertades públicas en la tradición jurídica francesa y derechos civiles enla tradición jurídica sajona), son considerados como derechos fundamentales básicos, constitucionales osimplemente derechos humanos”, para concluir que “…debemos hablar de procesos constitucionales, conmás propiedad que de “garantías constitucionales”. GARCÍA BELAÚNDE, Domingo, Garantías constituciona-les en la Constitución peruana de 1993, en La Constitución de 1993 análisis y comentarios, Serie: Lecturassobre Temas Constitucionales 10. Comisión Andina de Juristas, (Lima, 1994), pp. 253-256.

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La Carta de 1933, que mantuvo el hábeas corpus bajo cobertura constitu-cional, lo extendió a todos los derechos fundamentales e instauró la llamadaacción popular como un mecanismo de defensa de la constitucionalidad y de lalegalidad que permitía impugnar los reglamentos y demás normas infralegales quefueran contrarias a la Constitución o a la ley, a los efectos de lograr su anulacióncon carácter erga omnes. De otro lado, a nivel de normas infraconstitucionales deprimer rango, el hábeas corpus fue regulado en los códigos de carácter procesalpenal en los años 1920 y 1940 y en leyes individuales en 1968; mientras que laacción popular fue recién reglamentada en 1963 en la Ley Orgánica del PoderJudicial aprobada en aquel año.

La Constitución de 1979, que fue paradigmática en muchos aspectos4, sig-nificó el avance normativo de rango constitucional más notable que registra lahistoria constitucional peruana en lo que hace a los procesos constitucionales, alos que dedicó todo un título, su “Título V Garantías Constitucionales”, centrán-dolos en la preservación, defensa, guardianía y rescate de los derechos constitucio-nales y en la garantía de su supremacía normativa constitucional; y consagrandopara la defensa de los derechos fundamentales el hábeas corpus y la acción deamparo, y para la defensa de la constitucionalidad y de la legalidad la acción deinconstitucionalidad y la acción popular, en sus respectivos campo de acción. Alhábeas corpus le confirió la cobertura de la libertad individual; al amparo, queinauguró, le atribuyó la cobertura de los demás derechos constitucionales; a laacción de inconstitucionalidad, que creó, la anulación de las normas con rango deley que contravengan en la forma o en el fondo la Carta Suprema, cuyo conoci-miento correspondía al Tribunal de Garantías Constitucionales; y a la acciónpopular la anulación de reglamentos, normas administrativas, resoluciones y de-cretos de carácter general que hubieren infringido la Constitución o la ley, a cargodel Poder Judicial.

A partir de 1980, año de entrada en vigencia de la Carta de 1979, seplantea la necesidad de complementar el esquema de procesos constitucionalesdiseñado en la misma, a través de las normas que regularan sus respectivos proce-dimientos. Así, en 1982 se publica la Ley N° 23.506, Ley de Hábeas Corpus yAmparo, que es complementada el 1992 por la Ley N° 25.398; en 1982 la Ley N°23.385, Ley Orgánica del Tribunal de Garantías Constitucionales, que sufrieraalgunas modificaciones tiempo después y posteriormente se derogara; y en 1988 laLey N° 24.968, Ley Procesal de Acción Popular.

4 BLUME FORTINI, Ernesto, Preámbulo de la Constitución de Perú, en AA.VV., Los preámbulos constitucionalesen Iberoamérica, Directores: Antonio TORRES DEL MORAL y Javier TAJADURA TEJADA. Serie: Cuadernos yDebates 113. Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, (Madrid, 2001), pp. 352-355.

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Quebrantado el orden constitucional en 1992, desactivado el ex Tribunalde Garantías Constitucionales e impuesta una nueva Constitución, la de 1993,hoy vigente, esta reproduce los procesos constitucionales de la Carta Constitu-cional de 1979, con los siguientes cambios y adiciones a destacar: crea el hábeasdata contra el hecho u omisión por parte de cualquier autoridad, funcionario opersona, que vulnera o amenaza los derechos a que se refiere su artículo 2°,inciso 5) y 6), acceso a la información y reserva de la información, en lostérminos consagrados en los mismos, respectivamente, detrayendo tales derechosde la protección del amparo; crea la acción de cumplimiento, que procede con-tra cualquier autoridad o funcionario renuente a acatar una norma legal o unacto administrativo; y crea el Tribunal Constitucional, al que le encarga conocerde la acción de inconstitucionalidad en instancia única, de las resolucionesdenegatorias dictadas por el Poder Judicial en los procesos de hábeas corpus,amparo, hábeas data y cumplimiento como última instancia, y del proceso delconflicto de competencia y atribuciones o proceso competencial en instanciaúnica, que crea como nuevo proceso.

En 1994 se aprueba, en tanto se dicte la ley específica, con el carácter detransitoria, la Ley del Hábeas Data y Acción de Cumplimiento, Ley N° 26.301; yen 1995 la Ley N° 26.435, Ley Orgánica del Tribunal de Garantías Constitucio-nales. Durante los años siguientes se dictan otras disposiciones modificatorias dediversos aspectos de las normas anteriores, tales como la Ley N° 26.545, el Decre-to Legislativo N° 824, la Ley N° 27.053, la Ley N° 27.235 y la Ley N° 27.959.

A inicios del año 2004 los procesos constitucionales se encontraban regula-dos en una legislación dispersa y en algunos casos inconexa, la praxis en muchohabía desbordado la previsión normativa del legislador y desnaturalizado el senti-do esencial de las llamadas “garantías constitucionales” y la realidad exigía unarevisión de lo avanzado, que recogiera la experiencia vivida y el aporte de ladoctrina nacional y extranjera, entre otros ingredientes a tomar en cuenta.

Esta situación ya venía siendo detectada y, en tal dirección, en la idea dehacer un replanteo total de las garantías o procesos constitucionales, que se refle-jase en un nuevo texto normativo5, en enero de 1994 el procesalista Juan MonroyGálvez le comunicó al constitucionalista Domingo García Belaúnde su inquietud,coincidiendo ambos en reunir, a un grupo pequeño de personas que pudieranaportar algo desde sus respectivas perspectivas, para cuyo efecto convocaron a losjuristas Samuel Abad Yupanqui, Jorge Danós Ordóñez, Francisco Eguiguren Praeliy Arsenio Oré Guardia; grupo que en forma ponderable trabajó desde aquella

5 AAVV, Código Procesal Constitucional Anteproyecto y Legislación Vigente. Palestra Editores, (Lima, 2003),p. 10.

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época hasta los últimos meses de 2003, con intervalos, habiendo terminado unprimer anteproyecto en julio de 1996, una segunda versión en enero de 1997, unatercera versión en mayo de 2001, una cuarta versión en agosto de 2002 y unaquinta versión, que fue la última, en octubre de 2003. Es en base a esta últimaque se elabora el proyecto del actual Código Procesal Constitucional, que conclu-ye con su aprobación a través de la precitada Ley N° 28.237.

Según los promotores y miembros de la oficiosa y autoconvocada comisiónde juristas que trabajó el anteproyecto en mención, desde un primer momentotuvieron claras las ideas matrices que impulsaban su accionar, las mismas quetranscribimos a continuación para que el lector tenga conocimiento directo deellas, conociendo su propio dicho:

“Desde un primer momento tuvimos claras las siguientes ideas matrices:– Elaborar un texto único –un código–, que recoja todas las llamadas acciones

de garantía” previstas por la Constitución vigente, como consecuencia de locual ellas ya no formarían parte de cuerpos normativos generales tales comola Ley Orgánica de Tribunal Constitucional y la Ley Orgánica del PoderJudicial.

– Partir de lo dispuesto por la Constitución vigente de 1993, por encima delas dudas existentes sobre su legitimidad, ya que el futuro de ellas seríadecidido por las fuerzas políticas en un Congreso elegido democrática-mente. En todo caso, se señalaría nuestra postura en torno a eventualesmodificaciones.

– Establecer los principios generales y los principios procesales que inspiran atodas las denominadas “acciones de garantía”.

– Precisar, especificar y desarrollar la peculiaridad constitucional de estas “ac-ciones de garantía”.

– Modernizar la nomenclatura clásica, adoptando la denominación de “proce-sos constitucionales” y dejando de lado el de “acciones” o “procesos degarantía”, haciendo la aclaración pertinente en el mismo texto para evitarmalentendidos”6.

Nótese que desde la gestación del Código Procesal Constitucional estuvoclara la idea de consolidar en un solo texto normativo la legislación procesalconstitucional vigente, partiendo de lo dispuesto en la Carta de 1993 y de lautilización de una nomenclatura moderna, que consagrara los principios generalesde los procesos constitucionales, los principios procesales de los mismos y regulara

6 Ibíd., pp. 11 y 12.

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a cada uno de ellos; debiendo precisar que los reformadores dejaron aclarado queel hecho de haberse basado en la Constitución de 1993 “no significa que no seanecesario efectuar algunos cambios constitucionales”7, como por ejemplo el“…que el proceso de amparo también debería tutelar los derechos que ahora sonprotegidos por el hábeas data (acceso a la información pública y libertad informá-tica) y que debería eliminarse la acción de cumplimiento, pues para ello existe elproceso contencioso administrativo”8.

Desde nuestro punto de vista, el Código Procesal Constitucional constituyeel más significativo avance normativo en la regulación de los procesos constitucio-nales en el Perú, que nos coloca en una posición de vanguardia en la producciónlegislativa sobre tal materia, en el contexto de la construcción de un auténticoEstado Constitucional, caracterizado por la soberanía de la propia Norma Supre-ma en cuanto expresión del poder constituyente; contexto en el cual debe garanti-zarse la eficacia constitucional, especialmente la vigencia de los derechos humanosy la primacía normativa de la Constitución.

Concluimos esta parte enfatizando que, desde esta óptica, la importanciadel Código Procesal Constitucional es máxima, toda vez que, sin lugar a dudas, seyergue como una herramienta de operatividad constitucional, en un país en el quela violación de la normativa constitucional ha sido y sigue siendo una prácticausual, traducida especialmente en la violación de los derechos constitucionales, enla trasgresión normativa de la primacía de la Constitución y en el incumplimientopor acción o por omisión de las competencias asignadas por el legislador constitu-yente a los órganos constitucionales. Es decir, respecto a esto último, del cuadrode asignación competencial consagrado en la Norma Suprema.

III. DESARROLLO TEMÁTICO Y ESQUEMA

Se desprende de la lectura del articulado completo del nuevo código adjetivoconstitucional que comentamos, que el legislador ha seguido la lógica de reunir enun solo texto normativo las regulaciones atinentes a los procesos constitucionales dehábeas corpus, amparo, hábeas data, cumplimiento, acción popular, inconstitucio-nalidad y competencial, así como a la ejecución de las resoluciones de organismosinternacionales competentes dictadas en materia de derechos humanos, a los cualesse haya sometido el Perú. No ha comprendido otros instrumentos procesales consti-tucionales, como, verbigracia, pueden ser los denominados procedimientos de acu-sación constitucional recogidos por la Constitución en sus artículos 99º y 100º: el

7 Loc. cit.8 Loc. cit.

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juicio político y el antejuicio político. Se trata, por consiguiente, de una lógicainclusiva y constreñida a los procesos constitucionales previstos en los artículos 200ºy 202º, inciso 3), de la Constitución. Únicamente a ellos.

A partir de la premisa indicada en el párrafo anterior, se dividen los proce-sos constitucionales en dos grupos:

– Los que cautelan el valor persona humana, traducido en la garantía devigencia de sus derechos constitucionales, también extensibles a la personajurídica en cuanto sea aplicable.

– Los que cautelan el valor primacía normativa constitucional, traducido enla defensa de la Constitución frente a infracciones contra su jerarquía nor-mativa (procesos de control de normas) o contra la regla de distribucióncompetencial que ella consagra.

Dentro de los primeros se ubican el proceso de hábeas corpus, el proceso deamparo, el proceso de hábeas data y el proceso de cumplimiento. Dentro de lossegundos se ubican el proceso de acción popular, el proceso de inconstitucionali-dad y el proceso competencial.

Tal división se traduce en un tratamiento diferenciado y en dicho orden,que va precedido de un inédito título preliminar, en el cual se consagran disposi-ciones aplicables a todos los procesos constitucionales que comprende, que consi-deramos de máxima importancia y al cual nos referimos más adelante; para, acontinuación, normar el primer paquete de procesos (los cauteladores del valorpersona humana), comprendiendo las disposiciones generales aplicables a todoslos comprendidos en el mismo y, a continuación, los derechos que cada procesoprotege, así como sus normas procedimentales propias. Concluida la normacióndel primer paquete de procesos, se ingresa al segundo grupo de procesos (loscauteladores del valor primacía normativa constitucional), tratando, en primerorden, las disposiciones generales a los procesos de acción popular y de inconsti-tucionalidad y, en segundo lugar, las normas procedimentales de cada uno, deján-dose como un proceso aparte el competencial, que es tratado en su aspecto mate-rial y en su aspecto netamente procedimental.

Concluido el referido tratamiento diferenciado, se encuentran las normassobre la jurisdicción internacional y las generales aplicables a los procedimientosante el Tribunal Constitucional.

De la lógica temática expuesta, se desprende, el esquema del nuevo CódigoProcesal Constitucional, que consignamos a continuación:

– Un Título Preliminar, que contiene las normas generales aplicables a los seisprocesos que regula, comprendiendo sus alcances propiamente dichos, los

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fines de los procesos constitucionales, los principios procesales que los ri-gen, los órganos competentes, la interpretación de los derechos constitucio-nales, el control difuso y la interpretación constitucional, el precedente, eljuez y el derecho aplicable, la aplicación supletoria y la integración (artícu-los I al IX).

– Las Disposiciones Generales de los Procesos Constitucionales de HábeasCorpus, Amparo, Hábeas Data y Cumplimiento, que versan sobre la finali-dad de tales procesos, su procedencia, la procedencia frente a actos basadosen normas, la procedencia respecto de resoluciones judiciales, las causalesde improcedencia, la cosa juzgada, la representación procesal del Estado, laresponsabilidad del agresor, la ausencia de etapa probatoria, las excepcionesy defensas previas, la integración de decisiones, el turno, la tramitaciónpreferente, las notificaciones, las medidas cautelares, la extinción de la me-dida cautelar, la sentencia, el recurso de agravio constitucional, el recursode queja, el pronunciamiento del Tribunal Constitucional, la incorporaciónde medios probatorios sobre hechos nuevos al proceso, la actuación desentencias, la procedencia durante los regímenes de excepción y el agota-miento de la jurisdicción nacional (artículos 1º al 24º).

– El Proceso de Hábeas Corpus, que comprende los derechos protegidos y elprocedimiento propiamente dicho. Este, a su vez, la legitimación, la de-manda, la competencia, el trámite en caso de detención arbitraria, el trámi-te en casos distintos, el trámite en caso de desaparición forzada, las normasespeciales de procedimiento, el contenido de la sentencia fundada, la apela-ción y el trámite de la apelación (artículos 25º al 36).

– El Proceso de Amparo, que abarca los derechos protegidos, los derechos noprotegidos y el procedimiento. Sobre este último, la legitimación, la repre-sentación procesal, la procuración oficiosa, la demanda, la acumulaciónsubjetiva de oficio, el plazo de interposición de la demanda, el agotamientode las vías previas, las excepciones al agotamiento de las vías previas, laimprocedencia liminar, la inadmisibilidad, la improcedencia de la reconven-ción, la improcedencia del abandono, la procedencia del desistimiento, laacumulación de procesos y la resolución inimpugnable, el juez competentey el plazo de resolución en la Corte Suprema, los impedimentos, el trámite,la intervención litisconsorcial, el contenido de la sentencia fundada, loscostos y las costas, la apelación, el trámite de la apelación, la ejecución desentencia y el procedimiento para represión de actos homogéneos (artículos37º al 60º).

– El Proceso de Hábeas Data, parte en la cual se regulan los derechos protegi-dos, el requisito especial de la demanda, la ejecución anticipada, la acumu-lación y las normas aplicables (artículos 61º al 65º).

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– El Proceso de Cumplimiento, que comprende el objeto, la legitimación y larepresentación, la legitimación pasiva, el requisito especial de la demanda,las causales de improcedencia, el desistimiento de la pretensión, el conteni-do de la sentencia fundada, la ejecución de sentencia y las normas aplicables(artículos 66º al 74º).

– Las Disposiciones Generales de los Procesos de Acción Popular y de Incons-titucionalidad, que tratan sobre su finalidad, la procedencia de la demandade acción popular, la procedencia de la demanda de inconstitucionalidad, lainconstitucionalidad de normas conexas, los principios de interpretación,las relaciones institucionales con ocasión de los procesos de control denormas, los efectos de la sentencia fundada, la cosa juzgada y los efectos dela irretroactividad (artículos 75º al 83º).

– El Proceso de Acción Popular, en cuya regulación se contempla la legitima-ción, la competencia, la demanda, el plazo, la inadmisibilidad y la improce-dencia, el emplazamiento y la publicación de la demanda, el requerimientode antecedentes, la contestación de la demanda, la vista de la causa, laapelación y su trámite, la medida cautelar, la consulta, la sentencia y loscostos (artículos 84º al 97º).

– El Proceso de Inconstitucionalidad, que abarca la competencia y la legiti-mación, la representación procesal legal, el plazo prescriptorio, la demanda,los anexos de la demanda, la inadmisibilidad de la demanda, la improce-dencia liminar de la demanda, la improcedencia de medidas cautelares, losefectos de la admisión e impulso de oficio, la tramitación y el plazo paradictar la sentencia (artículos 98º al 108º).

– El Proceso Competencial, en el que se norma sobre la legitimación y larepresentación, la pretensión, la medida cautelar, la admisibilidad, la im-procedencia y los efectos de la sentencia (artículos 109º al 113º).

– La Jurisdicción Internacional, que regla sobre los organismos internaciona-les competentes, la ejecución de resoluciones y la obligación de proporcio-nar documentos y antecedentes (artículos 114º al 116º).

– Las Disposiciones Generales Aplicables a los Procedimientos ante el Tribu-nal Constitucional. En esta parte se norma sobre la acumulación de proce-sos, la numeración de las sentencias, la solicitud de la información y elcarácter inimpugnable de sus sentencias (artículos 117º al 121º).

A este esquema temático se deben agregar las Disposiciones Finales, quecomprenden las denominaciones empleadas, la vigencia de normas, los juecesespecializados, la publicación de sentencias, la exoneración de tasas judiciales, laenseñanza de los derechos y de los procesos constitucionales y la Gaceta Constitu-cional (primera a séptima); y las Disposiciones Transitorias y Derogatorias, que

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detallan las normas derogadas y precisan el plazo en de entrada en vigencia delCódigo Procesal Constitucional (primera y segunda).

IV. ALGUNOS DE SUS APORTES

Como se ha podido apreciar de su contenido temático, al cual hemos hechoreferencia líneas arriba, el nuevo código regulatorio de los procesos constitucionales es deamplia cobertura y recoge la normativa anterior, la perfecciona y trae numerosas innova-ciones, de cuyo detalle pormenorizado y evaluado a la luz de la doctrina, la jurispruden-cia y la práctica podremos dar cuenta en otra oportunidad, por lo que ahora solo nosreferiremos a las que, según nuestra opinión, consideramos más importantes.

Lo primero es que se trata de un código. Vale decir, de un cuerpo normati-vo orgánico, sistemático, armónico y coherente, que consolida la dispersa norma-tiva anterior, ofreciendo un tratamiento uniforme y racionalizado a los procesosconstitucionales que se encuentran dentro de sus alcances.

Lo segundo es que responde a una lógica adecuada, siguiendo, a partir de lafijación de las normas que le son comunes contenidas en su título preliminar, elesquema constitucional de separar los procesos en razón del valor que protegen y,dentro de cada grupo de procesos, desarrollar las disposiciones generales a los quelo integran y cada proceso en particular en sus aspectos materiales y procedimen-tales propiamente dichos, sin dejar de lado la regulación de la ejecución de lasresoluciones que en materia de derechos humanos hayan dictado tribunales inter-nacionales a cuya jurisdicción se encuentre sometido el Perú.

Lo tercero es que, desterrando los impropios rótulos de “acciones de garan-tía” o “garantías constitucionales”, así como “acción de…”, asume la denomina-ción de “procesos constitucionales”, que es la más adecuada de acuerdo a la doctri-na procesal más avanzada, que puede definirse como aquel conjunto dialéctico deactos, ejecutados con sujeción a determinadas reglas, que instrumentaliza, a travésde órganos que ejercen la jurisdicción constitucional, la solución de un conflictode naturaleza constitucional, surgido sea por la amenaza o violación de los dere-chos constitucionales, sea por el ejercicio indebido de la facultad normativa delEstado o sea por la afectación en forma activa o pasiva de las competencias oatribuciones asignadas a los órganos de rasgo constitucional.

En cuarto orden y refiriéndose concretamente al contenido normativo delTítulo Preliminar, nos parece que constituyen valiosas innovaciones las siguientes:

– Se han fijado como fines esenciales de los procesos constitucionales garanti-zar la primacía de la Constitución y la vigencia efectiva de los derechosconstitucionales (artículo II).

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– Se han establecido los principios procesales de dirección judicial delproceso, gratuidad en la actuación del demandante, economía, inmedia-ción y socialización procesales como propios de los procesos constitucio-nales (artículo III).

– Se ha impuesto la figura de una suerte de bloque para la interpretación delos derechos constitucionales, que obliga a realizarla de conformidad con laDeclaración Universal de los Derechos Humanos, los tratados sobre dere-chos humanos y las decisiones adoptadas por los tribunales internacionalesen materia de derechos humanos constituidos según tratados de los que elPerú es parte (artículo V).

– Se ha precisado que el control difuso de constitucionalidad operará siempreque ello sea relevante para resolver la controversia y no sea posible obteneruna interpretación conforme a la Constitución, armonizándolo con el ca-rácter de supremo intérprete de la Constitución y de la normativa infra-constitucional que detenta el Tribunal Constitucional (Artículo VI).

– Se ha establecido que la sentencia del Tribunal Constitucional constituyeprecedente vinculante cuando así lo exprese la sentencia, precisando el ex-tremo de su efecto normativo (Artículo VII).

En adelante, nos referiremos a cada proceso. Así, con relación específica-mente al Proceso de Hábeas Corpus, dejando constancia de la misma atingenciaantes, en el sentido que solo nos limitamos a mencionar las innovaciones o refor-mulaciones que nos parecen importantes y no a referir las normas que en esenciase mantienen iguales, debemos mencionar las siguientes:

– En cuanto a los derechos protegidos, también procede el hábeas corpus antela acción u omisión que amenace o vulnere la integridad personal, y elderecho a no ser sometido a tortura o tratos inhumanos o humillantes, niviolentado para obtener declaraciones; el derecho a decidir voluntariamenteprestar el servicio militar, conforme a la ley de la materia; el derecho a quese observe el trámite correspondiente cuando se trate del procedimiento odetención de las personas a que se refiere el artículo 99 de la Constitución;el derecho a no ser objeto de una desaparición forzada; y el derecho deldetenido o recluso a no ser objeto de un tratamiento carente de razonabili-dad y proporcionalidad, respecto de la forma y condiciones en que cumpleel mandato de detención o la pena (artículo 25º, incisos 1), 8), 15), 16) y17), respectivamente); debiendo enfatizarse la norma que consagra quetambién procede el hábeas corpus en defensa de los derechos constituciona-les conexos a la libertad individual, especialmente cuando se trata del debi-do proceso y la inviolabilidad del domicilio (artículo 25º, último párrafo).

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– En cuanto a las innovaciones y reformulaciones en el procedimiento corres-pondiente al Proceso de Hábeas Corpus, cabe destacar las que seguidamentereferimos:

– La demanda puede ser interpuesta por la persona perjudicada o porcualquier otra en su favor, sin necesidad de tener su representación,no requiriéndose firma de letrado, tasa o alguna otra formalidad;estando habilitada inclusive para interponerla la Defensoría del Pue-blo (artículo 26º).

– La demanda puede presentarse por escrito o verbalmente, en formadirecta o por correo, a través de medios electrónicos de comunicaciónu otro medio idóneo; empero cuando se trata de una demanda verbal,se levanta acta ante el Juez o Secretario, sin otra exigencia que la desuministrar una sucinta relación de los hechos (artículo 27º).

– La demanda de hábeas corpus se interpone ante cualquier Juez Penal,sin observar turnos (artículo 28º).

– Tratándose de cualquiera de las formas de detención arbitraria y deafectación a la integridad personal, el Juez resolverá de inmediato,para lo cual podrá constituirse en el lugar de los hechos y verificadala detención indebida ordenará en el mismo lugar la libertad delagraviado, dejando constancia en el acta correspondiente y sin quesea necesario notificar previamente al responsable de la agresión paraque cumpla la resolución judicial (artículo 30º).

– Cuando no se trate de una detención arbitraria ni de una vulneracióna la integridad personal, el Juez podrá constituirse en el lugar de loshechos o, de ser el caso, citar a quien o quienes ejecutaron la viola-ción, requiriéndoles expliquen la razón que motivó la agresión y re-solverá de plano, en el término de un día natural, bajo responsabili-dad; pudiendo notificar la resolución al agraviado, así se encontrareprivado de su libertad, o indistintamente a la persona que interpusola demanda, así como a su abogado, si lo hubiere (artículo 31º).

– Cuando se trate de la desaparición forzada de una persona, si laautoridad, funcionario o persona demandada no proporcionan ele-mentos de juicio satisfactorios sobre su paradero o destino, el juezdeberá adoptar todas las medidas necesarias que conduzcan a suhallazgo, pudiendo incluso comisionar a jueces del Distrito Judicialdonde se presuma que la persona pueda estar detenida para que laspractiquen, dando aviso de la demanda de hábeas corpus al Minis-terio Público para que realice las investigaciones correspondientes;debiendo precisarse que si la agresión se imputa a algún miembro

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de la Policía Nacional o de las Fuerzas Armadas, el juez solicitará,además, a la autoridad superior del presunto agresor de la zona enla cual la desaparición ha ocurrido, que informe dentro del plazo deveinticuatro horas, si es cierta o no la vulneración de la libertad yproporcione el nombre de la autoridad que la hubiere ordenado oejecutado (artículo 32º).

– La resolución que declara fundada la demanda de hábeas corpusdispondrá alguna de las siguientes medidas: la puesta en libertad dela persona privada arbitrariamente de este derecho; o que continúela situación de privación de libertad de acuerdo con las disposicio-nes legales aplicables al caso, pero, si considerase necesario, ordena-rá cambiar las condiciones de la detención, sea en el mismo estable-cimiento o en otro, o bajo la custodia de personas distintas de lasque hasta entonces la ejercían; o que la persona privada de libertadsea puesta inmediatamente a disposición del juez competente, si laagresión se produjo por haber transcurrido el plazo legalmente esta-blecido para su detención; o que cese el agravio producido, dispo-niendo las medidas necesarias para evitar que el acto vuelva a repe-tirse (artículo 34º, incisos 1), 2), 3) y 4)).

En lo relacionado específicamente con el Proceso de Amparo y a los derechosque protege, reiterando la misma atingencia anterior, destacamos que se estableceque también procede en defensa del derecho de igualdad y de no ser discriminadoen ninguna forma, por razón de origen, sexo, orientación sexual, raza, religión,opinión, condición económica, idioma, o de cualquier otra índole; del derecho alhonor, intimidad, voz, imagen y rectificación de informaciones inexactas o agravian-tes; del derecho de tutela procesal efectiva; del derecho a la educación, así como delderecho de los padres de escoger el centro de educación y participar en el procesoeducativo de sus hijos; del derecho de impartir educación dentro de los principiosconstitucionales; del derecho a la seguridad social; del derecho a la remuneración y ala pensión; del derecho a gozar de un ambiente equilibrado y adecuado al desarrollode su vida; y del derecho a la salud; y que no procede el amparo en defensa de underecho que carece de sustento constitucional directo o que no está referido a losaspectos constitucionalmente protegidos del mismo (artículo 37º, incisos 1), 8),16), 17), 18), 19), 20), 23), 24), y artículo 38º, respectivamente).

En lo que hace a las innovaciones respecto del procedimiento en el Procesode Amparo nos parece importante destacar como innovaciones las siguientes:

– Puede interponer demanda de amparo cualquier persona, cuando se trate deamenaza o violación del derecho al medio ambiente u otros derechos difu-

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sos que gocen de reconocimiento constitucional, así como las entidades sinfines de lucro, cuyo objeto sea la defensa de los referidos derechos (artículo40º, tercer párrafo).

– La Defensoría del Pueblo puede interponer demanda de amparo en ejerciciode sus competencias constitucionales (artículo 40º, último párrafo).

– Cualquier persona puede comparecer en nombre de quien no tiene repre-sentación procesal, cuando esta se encuentre imposibilitada para interponerla demanda por sí misma, sea por atentado concurrente contra la libertadindividual, por razones de fundado temor o amenaza, por una situación deinminente peligro o por cualquier otra causa análoga; debiendo el afectado,una vez que se encuentre en posibilidad de hacerlo, ratificar la demanda y laactividad procesal realizada por el procurador oficioso (artículo 41º).

– Cuando de la demanda apareciera la necesidad de comprender a terceros queno han sido emplazados, el juez podrá integrar la relación procesal emplazan-do a otras personas, si de la demanda o de la contestación aparece evidenteque la decisión a recaer en el proceso los va a afectar (artículo 43º).

– El plazo para interponer la demanda de amparo prescribe a los sesentadías hábiles de producida la afectación, siempre que el afectado en aquellafecha hubiese tenido conocimiento del acto lesivo y se hubiese hallado enposibilidad de interponer la demanda; caso contrario, el plazo se compu-tará desde el momento de la remoción del impedimento (artículo 44º,primer párrafo).

– Tratándose del proceso de amparo iniciado contra una resolución judicial,el plazo para interponer la demanda será de treinta días hábiles desde lanotificación de la resolución que ordena se cumpla lo decidido (artículo44º, segundo párrafo).

– En cuanto a la reglas del cómputo del plazo, debe tenerse presente que elplazo se computa desde el momento en que se produce la afectación, auncuando la orden respectiva haya sido dictada con anterioridad; que si laafectación y la orden que la ampara son ejecutadas simultáneamente, elcómputo del plazo se inicia en dicho momento; que si los actos que consti-tuyen la afectación son continuados, el plazo se computa desde la fecha enque haya cesado totalmente su ejecución; que la amenaza de ejecución deun acto lesivo no da inicio al cómputo del plazo, ya que este corre desdeque se produce la afectación; que si el agravio consiste en una omisión, elplazo no transcurrirá mientras aquella subsista; y que el plazo comenzará acontarse una vez agotada la vía previa, cuando ella proceda (artículo 44º,tercer párrafo, incisos 1), 2), 3), 4), 5) y 6), respectivamente).

– Si el juez al calificar la demanda de amparo considera que ella resultamanifiestamente improcedente, lo declarará así expresando los fundamentos

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de su decisión, incluyendo esta potestad su rechazo liminar si estima queestá incursa en causal de improcedencia (artículo 47º).

– El juez también al calificar la demanda podrá declarar su improcedencia sise ha interpuesto en defensa del derecho de rectificación y no se acredita laremisión de una solicitud cursada por conducto notarial u otro medio feha-ciente al director del órgano de comunicación o, a falta de este, a quienhaga sus veces para que rectifique las afirmaciones consideradas inexactas oagraviantes (artículo 47º).

– Cuando un mismo acto, hecho, omisión o amenaza afecte el interés devarias personas que han ejercido separadamente su derecho de acción, eljuez que hubiese prevenido, a pedido de parte o de oficio, podrá ordenar laacumulación de los procesos de amparo; caso en el cual la resolución queconcede o deniega la acumulación es inimpugnable (artículo 50º).

– En la resolución que admite la demanda, el juez concederá al demandado elplazo de cinco días para que conteste. Dentro de cinco días de contestada lademanda o de vencido el plazo para hacerlo, el juez expedirá sentencia,salvo que se haya formulado solicitud de informe oral, en cuyo caso el plazose computará a partir de la fecha de su realización. Si se presentan excepcio-nes, defensas previas o pedidos de nulidad del auto admisorio, el juez darátraslado al demandante por el plazo de dos días. Con la absolución o venci-do el plazo para hacerlo, quedan los autos expeditos para ser sentenciados(artículo 53º, primer párrafo).

– Si el juez lo considera necesario, realizará las actuaciones que estime indis-pensables, sin notificación previa a las partes; inclusive, puede citar a au-diencia única a las partes y a sus abogados para realizar los esclarecimientosque estime necesarios. El juez expedirá sentencia en la misma audiencia o,excepcionalmente, en un plazo que no excederá en cinco días de concluidaesta (artículo 53º, segundo párrafo).

– Los actos efectuados con manifiesto propósito dilatorio o que se asimilen acualquiera de los casos previstos en el Código Procesal Civil serán sanciona-dos con una multa no menor de diez ni mayor de cincuenta Unidades deReferencia Procesal; no incluyendo dicha sanción la responsabilidad civil,penal o administrativa que pudiera derivarse del mismo acto (artículo 53º,cuarto párrafo).

– Quien tuviese interés jurídicamente relevante en el resultado de un proceso,puede apersonarse solicitando ser declarado litisconsorte facultativo; casoen el cual si el juez o la corte admiten su incorporación ordenará se lenotifique la demanda e ingresará al proceso en el estado en que este seencuentre, siendo inimpugnable la resolución que concede o deniega laintervención litisconsorcial (artículo 54º).

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– Si la sentencia declara fundada la demanda, se impondrán las costas ycostos que el juez establezca a la autoridad, funcionario o persona deman-dada; empero, si el amparo fuere desestimado, el Juez podrá condenar aldemandante al pago de las costas y costos cuando estime que incurrió enmanifiesta temeridad (artículo 56°, primer párrafo).

– En los procesos constitucionales el Estado solo puede ser condenado al pagode costos (artículo 56º, segundo párrafo).

– La sentencia puede ser apelada dentro del quinto día siguiente a su notifica-ción, mediante recurso fundamentando el error incurrido y describiendo elagravio causado (artículo 57º).

– No es necesario en el trámite ante el superior jerárquico dictamen delrepresentante del Ministerio Público (artículo 58º).

– La sentencia firme que declara fundada la demanda debe ser cumplidadentro de los dos días siguientes de notificada. Tratándose de omisiones,este plazo puede ser duplicado. Si el obligado no cumpliera dentro del plazoestablecido, el juez se dirigirá al superior del responsable y lo requerirá paraque lo haga cumplir y disponga la apertura del procedimiento administrati-vo en su contra, cuando corresponda y dentro del mismo plazo. Transcurri-dos los dos días, el juez ordenará se abra procedimiento administrativocontra el superior conforme al mandato, cuando corresponda y adoptarádirectamente todas las medidas para el cabal cumplimiento del mismo. Eljuez podrá sancionar por desobediencia al responsable y al superior hastaque cumplan su mandato, sin perjuicio de la responsabilidad penal delfuncionario (artículo 59º, primero y segundo párrafo).

– Cuando el obligado a cumplir la sentencia sea un funcionario público, eljuez puede expedir una sentencia ampliatoria de carácter normativo quesustituya la omisión del funcionario y regule la situación injusta conformeal decisorio de la sentencia, en cuyo caso para efectos de una eventualimpugnación, ambas sentencias se examinarán unitariamente (artículo 59º,cuarto párrafo).

– Cuando la sentencia firme contenga una prestación monetaria, el obligadoque se encuentre en imposibilidad material de cumplir deberá manifestarloal juez, quien puede concederle un plazo no mayor a cuatro meses, vencidoel cual, serán de aplicación las medidas coercitivas respectivas (artículo 59º,quinto párrafo).

En lo que toca al Proceso de Hábeas Data, se han desarrollado con mayordetalle los derechos que protege y se han introducido algunos cambios procedi-mentales. En efecto, entre otros, se establece que:

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– El hábeas data procede en defensa de los derechos constitucionales recono-cidos por los incisos 5) y 6) del artículo 2 de la Constitución, por lo quetoda persona puede acudir a dicho proceso para acceder a información queobre en poder de cualquier entidad pública, ya se trate de la que generen,produzcan, procesen o posean, incluida la que obra en expedientes termina-dos o en trámite, estudios, dictámenes, opiniones, datos estadísticos, infor-mes técnicos y cualquier otro documento que la administración públicatenga en su poder, cualquiera sea la forma de expresión, ya sea gráfica,sonora, visual, electromagnética o que obre en cualquier otro tipo de sopor-te material; y para conocer, actualizar, incluir y suprimir o rectificar lainformación o datos referidos a su persona que se encuentren almacenadoso registrados, en forma manual, mecánica o informática, en archivos, ban-cos de datos o registros de entidades públicas o de instituciones privadasque brinden servicio o acceso a terceros, así como a hacer suprimir o impe-dir que se suministren datos o informaciones de carácter sensible o privadoque afecten derechos constitucionales (artículo 61º).

– Para la procedencia del hábeas data se requerirá que el demandante previa-mente haya reclamado, por documento de fecha cierta, el respeto de losderechos que protege y que el demandado se haya ratificado en su incum-plimiento o no haya contestado dentro de los diez días útiles siguientes a lapresentación de la solicitud tratándose del derecho reconocido por el artícu-lo 2 inciso 5) de la Constitución, o dentro de los dos días si se trata delderecho reconocido por el artículo 2º inciso 6) de la Constitución. Sinembargo, excepcionalmente, se podrá prescindir de este requisito, cuandosu exigencia genere el inminente peligro de sufrir un daño irreparable, elque deberá ser acreditado por el demandante (artículo 62º).

– Tratándose de la protección de datos personales podrán acumularse las pre-tensiones de acceder y conocer informaciones de una persona, con las deactualizar, rectificar, incluir, suprimir o impedir que se suministren datos oinformaciones (artículo 64º).

En cuanto hace al Proceso de Cumplimiento, consideramos como destaca-bles las siguientes innovaciones o reformulaciones, según el caso:

– Cualquier persona podrá iniciar el proceso de cumplimiento frente a nor-mas con rango de ley y reglamentos (artículo 67º, primer párrafo).

– Si el proceso tiene por objeto hacer efectivo el cumplimiento de un actoadministrativo, solo podrá ser promovido por la persona a cuyo favor seexpidió el acto o quien invoque interés para el cumplimiento del deberomitido (artículo 67º, primer párrafo).

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– Tratándose de la defensa de derechos difusos o colectivos, la legitimacióncorresponderá a cualquier persona. La Defensoría del Pueblo puede iniciarprocesos de cumplimiento (artículo 67º).

– La demanda de cumplimiento se dirigirá contra la autoridad o funcionariorenuente de la administración pública al que corresponda el cumplimientode una norma legal o la ejecución de un acto administrativo (artículo 68º,primer párrafo).

– Si el demandado no es la autoridad obligada, aquel deberá informarlo aljuez indicando la autoridad a quien corresponde su cumplimiento. En casode duda, el proceso continuará con las autoridades respecto de las cuales seinterpuso la demanda. En todo caso, el juez deberá emplazar a la autoridadque conforme al ordenamiento jurídico, tenga competencia para cumplircon el deber omitido (artículo 68º, segundo párrafo).

– Para la procedencia del proceso de cumplimiento se requerirá que el deman-dante previamente haya reclamado, por documento de fecha cierta, el cum-plimiento del deber legal o administrativo y la autoridad se haya ratificado ensu incumplimiento o no haya contestado dentro de los diez días útiles si-guientes a la presentación de la solicitud. Aparte de dicho requisito, no seránecesario agotar la vía administrativa que pudiera existir (artículo 69º).

– No procede el proceso de cumplimiento contra las resoluciones dictadas por elPoder Judicial, el Tribunal Constitucional y el Jurado Nacional de Elecciones;contra el Congreso de la República para exigir la aprobación de una ley; para laprotección de derechos que puedan ser garantizados mediante los procesos deamparo, hábeas data y hábeas corpus; cuando se interpone con la exclusiva finali-dad de impugnar la validez de un acto administrativo; cuando se demanda elejercicio de potestades expresamente calificadas por la ley como discrecionales porparte de una autoridad o un funcionario; en los supuestos en los que procedainterponer el proceso competencial; cuando no se cumplió con el requisito espe-cial de requerir previamente el cumplimiento del deber legal o administrativo, enel caso que corresponde; y si la demanda se interpuso luego de vencido el plazo desesenta días contados desde la fecha de recepción de la notificación notarial(artículo 70º, incisos 1), 2), 3), 4), 5), 6), 7) y 8), respectivamente).

– El desistimiento de la pretensión se admitirá únicamente cuando esta serefiera a actos administrativos de carácter particular (artículo 71º).

En cuanto a las Disposiciones Generales de los Procesos de Acción Populary de Inconstitucionalidad destacamos que:

– Los Procesos de Acción Popular y de Inconstitucionalidad tienen por finali-dad la defensa de la Constitución, frente a infracciones contra su jerarquía

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normativa; infracción que puede ser, directa o indirecta, de carácter total oparcial y tanto por la forma como por el fondo (artículo 75, primer párrafo).

– Por contravenir el artículo 106 de la Constitución, que norma las leyesorgánicas, se puede demandar la inconstitucionalidad, total o parcial, de undecreto legislativo, decreto de urgencia o ley que no haya sido aprobadacomo orgánica, si dichas disposiciones hubieren regulado materias reserva-das a ley orgánica o impliquen modificación o derogación de una ley apro-bada como tal (artículo 75º, segundo párrafo).

De las innovaciones introducidas al tratamiento del Proceso de Acción Po-pular, destacamos las que siguen:

– El plazo para interponer la demanda de acción popular prescribe a los cincoaños contados desde el día siguiente de publicación de la norma (artículo 87º).

– Si la sentencia declara fundada la demanda se impondrán las costas y costosque el juez establezca, los cuales serán asumidos por el Estado. Si la deman-da fuere desestimada por el juez, este podrá condenar al demandante alpago de las costas y costos cuando estime que incurrió en manifiesta temeri-dad, aplicándose supletoriamente el Código Procesal Civil (artículo 97).

De las innovaciones introducidas al tratamiento del Proceso de Inconstitu-cionalidad, nos parece importante a destacar las siguientes:

– La demanda de inconstitucionalidad de una norma debe interponerse den-tro del plazo de seis años contado a partir de su publicación, salvo el casode los tratados en que el plazo es de seis meses, por lo que vencidos losplazos indicados, prescribe la pretensión, sin perjuicio de lo dispuesto por elartículo 51° (prevalencia de la Constitución) y por el segundo párrafo delartículo 138° (control difuso de constitucionalidad) de la Carta Suprema(artículo 100º).

– Admitida la demanda y en atención al interés público de la pretensióndiscutida, el Tribunal Constitucional impulsará el proceso de oficio conprescindencia de la actividad o interés de las partes (artículo 106º).

Haciendo referencia a la Jurisdicción Internacional conviene destacar losiguiente:

– Para los efectos de lo establecido en el artículo 205° de la Constitución, losorganismos internacionales a los que puede recurrir cualquier persona quese considere lesionada en los derechos reconocidos por la Constitución o los

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tratados sobre derechos humanos ratificados por el Estado peruano son: elComité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, la Comisión Intera-mericana de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanosy aquellos otros que se constituyan en el futuro y que sean aprobados portratados que obliguen al Perú (artículo 114º).

– Las resoluciones de los organismos jurisdiccionales a cuya competencia sehaya sometido expresamente el Estado peruano, no requieren para suvalidez y eficacia de reconocimiento, revisión ni examen previo alguno,bastando que sean comunicadas por el Ministerio de Relaciones Exterioresal Presidente del Poder Judicial, quien a su vez las remite al tribunal endonde se agotó la jurisdicción interna y dispone su ejecución por el juezcompetente, de conformidad con lo previsto por la ley que regula elprocedimiento de ejecución de sentencias emitidas por tribunales supra-nacionales (artículo 115º).

– La Corte Suprema de Justicia de la República y el Tribunal Constitucionaldeberán remitir a los organismos internacionales antes citados, la legisla-ción, las resoluciones y demás documentos actuados en el proceso o losprocesos que originaron la petición, así como todo otro elemento que ajuicio del organismo internacional fuere necesario para su ilustración o paramejor resolver el asunto sometido a su competencia (artículo 116º).

En último lugar, debemos enfatizar algunas Disposiciones Generales aplica-bles a los Procedimientos ante el Tribunal Constitucional y Disposiciones Finales,que son las siguientes:

– El Tribunal Constitucional puede, en cualquier momento, disponer la acu-mulación de procesos cuando estos sean conexos (artículo 117º).

– En todos los centros de enseñanza, de cualquier nivel, civiles o militares, seimpartirán cursos obligatorios sobre derechos fundamentales y procesosconstitucionales; tarea que compete promover y supervisar al Ministerio deEducación, a la Asamblea Nacional de Rectores y a los Ministerios de De-fensa y del Interior quedando encargado el Ministerio de Justicia de la laborde publicación, difusión y auspicio de la Constitución y textos básicosconexos, así como de editar, periódicamente, una versión fidedigna de todaslas Constituciones Históricas del Perú y de la vigente Constitución, conadición de editar y patrocinar estudios, publicaciones, textos, jurispruden-cia y legislación constitucional (Sexta Disposición Final).

– La “Gaceta Constitucional” es el órgano oficial del Tribunal Constitucional,será editada periódicamente, sin perjuicio de otras compilaciones oficiales,y en ella el Tribunal Constitucional dará cuenta de sus actividades, publica-

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rá los documentos relacionados con su marcha institucional, así como lasresoluciones finales de los procesos constitucionales de su competencia;publicación que se hace con independencia a la que efectúe el diario oficial“El Peruano” (sétima Disposición Final).

V. APRECIACIONES CONCLUSIVAS

A la luz del recorrido efectuado, que, hacemos hincapié una vez más, tansolo pretenden introducir al lector en la exploración del nuevo Código ProcesalConstitucional, consideramos que su adecuada implementación y su debido fun-cionamiento dependen no solo de sus bondades normativas, sino de otros factoresque tienen que ver con su aplicación y con la actuación de sus operadores, a partirde una premisa que, a nuestro juicio es básica: el conocimiento de dicho instru-mento normativo, que permita valorarlo en toda su dimensión, en aras de una realtoma de conciencia sobre sus alcances, importancia y utilidad.

En tal sentido, constituye una condición de carácter urgente la difusión colecti-va de la norma procesal que nos ocupa, especialmente de su enorme significación defondo, que, desde nuestra perspectiva, no es otra que la de ser un instrumento deeficacia constitucional en dos aspectos que hacen al núcleo del Estado Constitucional,como son la vigencia plena, efectiva y real de los derechos constitucionales y elimperio de la primacía normativa de la Constitución, en cuanto norma suprema yexpresión del poder constituyente, en un país que no se ha caracterizado precisamentepor ello. Esta condición implica una gran y patriótica tarea, por parte de todos loselementos representativos conformantes de la sociedad peruana, en la cual el Estadodebe jugar un rol importante para promover, apoyar y facilitar las acciones que seannecesarias llevar a cabo, con el auxilio de quienes puedan contribuir en ese empeño.

Otro elemento condicionante, ya en un ámbito de mayor concreción, es elrelacionado a su difusión en los predios especializados en la materia, que permitaa los operadores de la norma, y a quienes algo tengan que ver con la problemáticade su aplicación concreta, presente o futura, un conocimiento sólido de su conte-nido, que asegure su uso adecuado y cierre el camino de recurrir a los procesosconstitucionales en forma innecesaria o cuando no corresponda, como ha sidofrecuente en las dos últimas décadas, en las que fuimos testigos de lo que se llamó“el fenómeno de la amparización”, caracterizado por un uso abusivo del procesode amparo, el cual llegó a utilizarse con fines subalternos e, inclusive, convirtió ala justicia constitucional en un instrumento político usado por autoridades guber-namentales con fines coyunturales.

A lo dicho se suma el rol protagónico que corresponde al Tribunal Consti-tucional y al Poder Judicial, como órganos competentes para conocer los procesos

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constitucionales, según la normativa regulatoria del procedimiento establecidopara cada uno de ellos, desarrollando una conducta paradigmática, aleccionadoray docente al administrar la justicia constitucional.

En este marco, el papel del Tribunal Constitucional, como supremo intér-prete de la Constitución, guardián de la vigencia efectiva de los derechos humanosy de la constitucionalidad, y ahora con facultad rediseñada en lo que toca a lafigura del precedente y al eventual efecto normativo de algunos extremos de sussentencias, resulta vital y exige redoblar los esfuerzos hasta hoy realizados, sobretodo en los últimos tres años que han sido numerosos, valiosos y de reconoci-miento general, pero que hoy, en los inicios del siglo XXI, y contando con elnovel Código Procesal Constitucional, imponen nuevos retos.