Contarii, Cataphracti y Clibanarii. La caballería pesada del ejército romano, de Vespasiano a...

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AQVILA LEGIONIS Cuadernos de Estudios sobre el Ejército Romano Esta imagen tiene Copyright 14 2011

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AQVILA LEGIONISCuadernos de Estudios sobre el Ejeacutercito Romano

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ARTIacuteCULOS

Joseacute drsquoENCARNACcedilAtildeOAcerca de Vegeacutecio e do seu Compecircndio da Arte Militar 7-13

Dominic MOREAU Los παραφύλακες en las inscripciones no anatolias de la Antiguumledad (siglos I-VI dC) Estado de la cuestioacuten hipoacutetesis y pistas para la investigacioacuten 15-36

David SIERRA ESTORNEacuteSLa taacutectica del ejeacutercito romano centuriado a traveacutes de las fuentes literarias 37-68

David SORIA MOLINAContarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romanode Vespasiano a Severo Alejandro 69-122

HISTORIOGRAFIacuteA

Alfred von DOMASZEWSKI Der Panzerschmuck der Augustusstatue von Primaporta 123-126

Rudolf SCHNEIDERAnonymi De Rebus Bellicis Liber (1908) Erlaumluterungen und Abbildungen 127-145

RECENSIONES

AIumlT AMARA Ouiza Les soldats dacuteHannibal Clermont-Ferrand 2009[C Atieacutenzar] 147-151

AJA SAacuteNCHEZ Joseacute Ramoacuten et alii Los caacutentabros en la Antiguumledad La Historia frente al mito Santander 2008[D Soria Molina] 151-157

BIRLEY Anthony Marco Aurelio La biografiacutea definitiva Madrid 2009[A Quevedo] 158-161

BLOOM James J The Jewish Revolts against Rome AD 66 - 135 A MilitaryAnalysis Jefferson (North Carolina) London 2010 [R Gonzaacutelez Salinero] 161-166

GOacuteMEZ-PANTOJA Joaquiacuten L (con la colaborazione di Javier GARRIDO) Epigrafiacutea Anfiteatrale delloccidente romano VII Baetica Tarraconensis Lusitania Roma 2009 [S Perea Yeacutebenes] 166-170

LE BOHEC Yann Cesar La Guerre des Gaules Avec une Etude dhistoire militaire Paris 2009 [S Perea Yeacutebenes] 170-173

PALAO VICENTE Juan Joseacute (ed) Militares y civiles en la Antigua Roma Dos mundos diferentes dos mundos unidos Salamanca 2010[D Soria Molina] 173-179

QUESADA SANZ Fernando Ultima ratio regis Control y prohibicioacuten de las armas desde la Antiguumledad a la Edad Moderna Madrid 2009 [S Perea Yeacutebenes] 180-184

RODRIacuteGUEZ GONZAacuteLEZ Julio La dinastiacutea de los Severos Comienzo del declive del imperio romano Madrid 2010 [D Sierra Estorneacutes] 184-188

RODRIacuteGUEZ GONZAacuteLEZ Julio La resistencia hispana contra Roma Madrid 2010 [JA Vicente Loacutepez] 188-189

EL EJEacuteRCITO ROMANO EN LA COLECCIOacuteN OSPREY EN ESPANtildeOL[JA Vicente Loacutepez] 190-206

INFORMACIOacuteN BIBLIOGRAacuteFICA 207-209

PORTATIL
Texto escrito a maacutequina
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Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano

de Vespasiano a Severo Alejandro

David SORIA MOLINA Doctorando ndash Universidad de Murcia

RESUMEN La adopcioacuten de la caballeriacutea pesada acorazada de choque por parte del ejeacutercito romano supuso un cambio fundamental en su tradicioacuten militar El desarrollo de las primeras unidades de contarii catafractii y clibanarii asiacute como su particular expansioacuten a lo largo del s III dC nos habla de un importante proceso de transformacioacuten en el pensamiento taacutectico del ejeacutercito romano y de una nueva muestra de su fascinante capacidad de adaptacioacuten a las circunstancias que el medio le planteaba A lo largo de este artiacuteculo trataremos la apari-cioacuten de estas primeras unidades tales como el ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta y el ala I Vlpia contariorum las tradiciones militares en que pudieron inspirarse asiacute como su fun-cionamiento en el campo de batalla sin olvidar plantear las principales teoriacuteas historiograacute-ficas en torno a estas cuestiones

SUMMARY The adoption by the roman army of heavy armored shock cavalry was a

fundamental change in his military tradition The development of the early contarii catafrac-tii and clibanarii units as well as their particularly expansion during the Century III AD tell us about a main transformation in the tactical mind of the roman army and of a new example of his fascinating capacity in adapting to the circumstances that the medium offered to it Along this article we shall discuss about the apparition of this first military units like ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta and ala I Vlpia contariorum the military traditions in which could inspirate themselves and so their work in the battlefield without forgetting to explain the main historiographical theories about this matters

La caballeriacutea pesada acorazada especializada en acciones de carga y

choque se encuentra presente en los ejeacutercitos de la Antiguumledad desde el pe-riodo heleniacutestico Emergidas entre las filas de la caballeriacutea de los pueblos de las estepas euroasiaacuteticas estas unidades se convertiriacutean en un elemento esen-cial de los ejeacutercitos del Imperio parto las tribus saacutermatas del Imperio sasaacute-nida o entre los alanos Se trata de culturas cuya tradicioacuten militar gravitoacute en torno al uso masivo de la caballeriacutea y donde la infanteriacutea constituyoacute o bien un mero elemento auxiliar o una fuerza con un protagonismo menor al que este arma teniacutea en el Occidente greco-romano Todas estas culturas entraron en contacto directo con el Imperio romano en un momento u otro desde el s I aC un contacto en muchas ocasiones violento que contemplariacutea el en-

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cuentro sobre los campos de batalla del Proacuteximo Oriente y la Europa del Es-te de la caballeriacutea pesada oriental y las legiones romanas altoimperiales Y sin embargo no fue hasta comienzos del s II dC que el ejeacutercito romano co-menzoacute a desarrollar sus propias unidades de caballeriacutea pesada acorazada si-guiendo los modelos estepario-orientales con los que habiacutea convivido hasta el momento

Estas unidades de caballeriacutea pesada fueron conocidas por la historio-grafiacutea latina y griega como cataphractikataphractoi clibanarii y contarii Aunque los testimonios de su presencia en los ejeacutercitos partos y saacutermatas son abundantes en la literatura greco-latina de la eacutepoca su aparicioacuten en los ejeacuter-citos romanos en eacutepoca altoimperial a penas nos es conocida gracias a la epi-grafiacutea y a muy escasos testimonios literarios

A lo largo de los dos primeros siglos del Alto Imperio la caballeriacutea romana habiacutea sido una versaacutetil y flexible arma capacitada para combatir igualmente a distancia como en formaciones cerradas de choque a la carga iquestQueacute pudo motivar el desarrollo a finales del s I y principios del II dC de unidades que a todas luces estaban bastante alejadas de la tradicioacuten militar romana

FUENTES Los testimonios en torno al surgimiento de la caballeriacutea pesada acora-

zada en el ejeacutercito romano provienen predominantemente de la epigrafiacutea Tan soacutelo Flavio Josefo al describir el ejeacutercito del futuro emperador Vespa-siano empentildeado en su contienda contra la revuelta judiacutea del 66 dC hace mencioacuten expliacutecita la existencia ya en el ejeacutercito romano de unidades de ca-balleriacutea denominadas contarii (en griego κοντοφόρoι)1 es decir jinetes equi-pados con el contusκόντος una lanza pesada de acometida unos cuatro me-tros de longitud empuntildeada a dos manos de origen saacutermata2 Sobre la existen-cia de unidades de contarii en eacutepoca de Adriano hace varias menciones igualmente Arriano en su Tactica3

A traveacutes de la epigrafiacutea sin embargo tenemos atestiguadas tres unida-des formadas aproximadamente bajo los reinados de Trajano y Adriano En primer lugar el Ala I Vlpia contariorum milliaria probablemente constituida

1 FLAVIO JOSEFO La guerra de los Judiacuteos III 5 5 2 DIXON STEPHENSON 2003 p 71-73 DIXON SOUTHERN 1997 pp 75-76 BISHOP

COULSTON 1993 pp 109-111 FIELDS 2006 pp 10 LEBEDYNSKY 2002 p 163 GOLDS-WORTHY 1998 p 240

3 ARRIANO Taacutectica 4 seguacuten EADIE 1967 p 167

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bajo el reinado de Trajano y para la cual disponemos de abundantes testimo-nios epigraacuteficos en forma de inscripciones votivas honorarias y funerarias asiacute como diversos diplomas militares muchos de los cuales datan del reina-do de Septimio Severo4 En segundo lugar el ala I Canninefatum Canina-fatium Cannanefatium conocida a traveacutes de la estela funeraria del eques Adiutor donde aparece este jinete romano empuntildeando una lanza a dos manos que probablemente sea un contus5 En tercer lugar dos referencias al ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta La primera y maacutes importante de las mismas data de eacutepoca de Adriano6 una estela dedicada a Marco Menio Agri-pa prefecto del ala citada siendo la primera referencia a unidades de cata-fractarios del ejeacutercito romano conocida antes de mediados del s III dC La segunda pertenece a un diploma militar datado en el antildeo 154 dC durante el reinado de Antonino Piacuteo donde soldados de este ala reciben su honesta missio junto con miembros de otras unidades auxiliares7

El registro iconograacutefico representa otra de las fuentes clave para el co-nocimiento de estas unidades militares en el periodo citado En primer lugar debemos citar los relieves que acompantildean algunas de las inscripciones cita-das especialmente las de caraacutecter funerario donde suele aparecer el soldado a lomos de su caballo o a pie junto al mismo En este sentido podemos citar como ejemplo la estela del eques Aduitor del ala I Canninefatum Debemos sentildealar que hasta la fecha no se ha encontrado ninguacuten relieve (funerario o no) datado en eacutepoca antonina o severa donde esteacute representado un catafrac-tus o un clibanarius identificable como romano Nuestras fuentes iconograacute-ficas para estas unidades se completan con relieves incluidos en contextos monumentales asiacute como con grafitos En el primer caso se han sentildealado las metopas I II III y IV del Tropaeum Traiani en Adamklissi En eacutestas apa-recen representados sendos jinetes equipados con cota de mallas espada un posible escudo y una lanza portada con una sola mano mientras que sus monturas no se presentan protegidas Seguacuten J W Eadie8 estos jinetes esta-riacutean equipados probablemente con un contus (deduccioacuten que extrae especial-mente de la metopa IV donde aparece uno de estos jinetes alanceando a un

4 CIL III 4183 4278 4341 4359 4360 4361 4362 4369 4370 4378 4379 5091 11081 13441 CIL V 5266 CIL VI 1449 CIL XVI 64 AE 1977 3 AE 1908 45 46 AE 1965 131 AE 1987 796 955 AE 1993 1589 1590 1593 1596 AE 2004 1905

5 AE 1955 133 DIXON STEPHENSON 2003 p 70-71 SPEIDEL 1992 GOLDSWORTHY 1998 p 240 LEBEDYNSKY 2002 p 236 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 323-324

6 CIL XI 5632 GOLDSWORTHY 1998 p 241 DIXON SOUTHERN 1997 p 76 EADIE 1967 p 167

7 CIL XVI 110 = CIL III Diploma XLIV = AE 1980 760 EADIE 1967 p 167 MIELCZAREK 1993 p 73

8 EADIE 1967 p 167

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enemigo) y que por lo tanto estariacuteamos ante la imagen de unos contarii Pa-ra justificar el hecho de que las lanzas representadas sean de reducido ta-mantildeo para ser realmente un contus Eadie considera que la imagen (como en otras muchas metopas) estaacute ajustada a los liacutemites del espacio disponible para representarla y que por lo tanto sus dimensiones estaacuten deformadas En el se-gundo caso podemos incluir un grafito encontrado en Dura-Europos donde aparece representado un catafracto o un clibanario a caballo entre los ss II-III dC seguacuten la inmensa mayoriacutea de las teoriacuteas9 Sin embargo en ninguacuten ca-so se ha aclarado la ldquonacionalidadrdquo del jinete representado no arriesgaacutendose ninguna de las propuestas existentes hasta la fecha a aventurar si se trata de un jinete romano parto o incluso sasaacutenida

Finalmente resta por mencionar las fuentes arqueoloacutegicas Sin embar-go los testimonios arqueoloacutegicos de la existencia de estas unidades desde eacutepoca de Trajano hasta Severo Alejandro resultan escasos Salvo que aparez-ca una inscripcioacuten lo suficientemente clara no hay forma de atribuir un acuartelamiento de caballeriacutea romana (dado el caso de que se pueda iden-tificar claramente dicho acuartelamiento como propio de una unidad de ca-balleriacutea) a un tipo de unidad o a otra Por otra parte los hallazgos de piezas de equipamiento (fragmentarias o completas) atribuibles exclusivamente a contarios catafractos o clibanarios resultan muy escasos aunque significati-vos y a veces difiacuteciles de identificar como tales Respecto al arma caracte-riacutestica de los contarii el contus no han sobrevivido en el registro arqueoloacute-gico restos orgaacutenicos (la madera del asta) que nos permitan identificar una lanza de acometida como un arma de estas caracteriacutesticas Respecto de las puntas y regatones metaacutelicos que siacute suelen conservarse (en mejor o peor es-tado) en el registro arqueoloacutegico apenas podemos distinguir su pertenencia a armas arrojadizas o armas de acometida pero dentro de esta uacuteltima categoriacutea resulta casi imposible establecer su atribucioacuten a un contus con suficiente se-guridad En cuanto a elementos considerados como parte exclusiva del equi-pamiento de un catafractario o un clibanario (en principio no necesariamente romano pues como veremos maacutes adelante existe un importante debate en torno al equipamiento atribuible a estos catafractii y clibanarii romanos y auacuten a los de otros Estados y culturas de la eacutepoca) destacan claramente las tres bardas de escamas encontradas durante las excavaciones en Dura-Euro-pos en 1932-33 y datadas hacia el s III dC 10 Aunque trataremos el (proba-ble) equipamiento militar de estas unidades con mayor detalle en otro apar-tado sentildealaremos aquiacute que dos de ellas (una completa y otra fragmentaria)

9 ROSTOVZEFF 1933 MIELCZAREK 1993 p 36 BISHOP COULSTON1993 p 157 DIXON

SOUTHERN 1997 p 76 Seguacuten FIELDS 2006 p 10 se tratariacutea de un clibanarius 10 ROSTOVZEFF BELLINGER HOPKINS WELLES1936 y JAMES 2004

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son de escamas de bronce cosidas a un manto de lino mientras que la res-tante es de escamas de hierro cosida igualmente a un manto de tela11 Otros hallazgos arqueoloacutegicos (como los cubrecabezas para caballos teacutecnicamente denominados como chamfrons) son atribuibles tanto a las unidades pesadas de choque de la caballeriacutea romana que estamos tratando como a otras unida-des maacutes comunes desde otros elementos de proteccioacuten maacutes o menos pesados para jinete o caballo hasta piezas de uso praacutecticamente general como sillas de montar arreos etc que expondremos con detalle maacutes adelante Algunas de estas piezas como las sillas de montar (magniacuteficamente estudiadas por P Connolly12) pueden servir de ayuda para enfocar y dilucidar diversas cues-tiones y discusiones surgidas en la historiografiacutea en torno a la caballeriacutea pe-sada romana altoimperial

CONTARII CATAFRACTII CLIBANARII IDENTIFICACIOacuteN Y DEFINICIOacuteN DE UNA

ESPECIALIDAD MILITAR La utilizacioacuten de los teacuterminos contarii catafractii y clibanarii por

parte de los romanos para referirse a diversas formas o de diversos modos a unidades de caballeriacutea pesada de choque maacutes o menos acorazada es un hecho Sin embargo iquestsabemos realmente cuaacutel era la definicioacuten que se ocul-taba tras cada teacutermino a ojos de un militar romano de los ss II-III dC Eacuteste no es un tema baladiacute pues en cierta medida la cuestioacuten continuacutea abierta no habiendo auacuten un consenso o al menos una corriente imperante en torno a cuaacutel era la distincioacuten real entre un catafractus y un clibanarius Respecto al contarius por el contrario no parecen existir excesivas dudas acerca de su particular naturaleza si bien algunas propuestas lanzadas al respecto de los catafractii romanos han llegado a asemejarlos bastante Dar respuestas a estas preguntas antes de abordar en detalle los antecedentes y el desarrollo de las primeras unidades de caballeriacutea pesada acorazada del ejeacutercito romano es esencial

La cuestioacuten en torno a queacute era un contarius es la mejor aclarada hasta la fecha Antes de su atestiguacioacuten en el ejeacutercito romano el contarius no aparece maacutes que entre las filas de la caballeriacutea saacutermata como veremos En general todas las tesis sostienen que el contario o contarius tambieacuten cono-cido como κοντοφόροι dentro del ejeacutercito romano o del saacutermata era un ji-nete cuya principal caracteriacutestica era empuntildear una lanza de casi cuatro me-tros de largo denominada contus sarmaticus La proteccioacuten de un contario

11 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-63 DIXON STEPHENSON 2003 pp 115-116 JAMES 2004 FIELDS 2006 p 20

12 CONNOLLY 1986 1987 1997 2004 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991

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podriacutea ser mayor o menor pero en general su montura no se encontrariacutea pe-sadamente protegida13 Es esta la imagen que parece aportar la estela del eques Aduitor14 quien aparece armado aparentemente tan soacutelo con el contus y vistiendo uacutenicamente una tuacutenica y un manto mientras que su caballo no parece llevar tampoco proteccioacuten alguna Siguiendo la propuesta lanzada por Eadie al respecto de los jinetes de las metopas I a IV del Tropaeum Traiani los contarii apenas portariacutean como proteccioacuten corporal una coraza corriente y a lo sumo un yelmo sin que sus caballos portaran proteccioacuten alguna Pero maacutes allaacute de estos detalles la definicioacuten del contario estariacutea clara un jinete equipado principalmente con un contus de este modo combinariacutea la agilidad y velocidad de un jinete comuacuten (cuyo caballo no estariacutea significativamente protegido) con la potencia de embestida de una lanza pesada que aporta la ventaja de golpear antes al enemigo (y derribarlo) gracias a su superior lon-gitud15

La cuestioacuten en torno a los catafractii y clibanarii es de una naturaleza bien distinta empezando por el hecho de que no estaacute claro si se trata de dos teacuterminos distintos refirieacutendose a una misma especialidad de caballeriacutea o si se trata realmente de dos especialidades en verdad distintas en taacutecticas y en equipamiento

En principio el teacutermino griego κατάφρακτος significa ldquocubierto de armadura acorazadordquo16 o ldquocubierto con cota de mallardquo17 La terminologiacutea pone asiacute el eacutenfasis desde el principio en la proteccioacuten en este sentido se tra-tariacutea de la caracteriacutestica definitoria de un catafractario Entre tanto clibana-rius viene del teacutermino latino clibanus ldquohorno de campantildeardquo18 que a su vez desciende del teacutermino griego κλίβανος ldquohorno hornillordquo teacutermino que posi-blemente hiciera referencia a las altas temperaturas que se podiacutean alcanzar bajo una armadura metaacutelica densa Asiacute pues en principio parece que la ca-racteriacutestica principal inicial de ambos tipos de jinete es portar una proteccioacuten metaacutelica especialmente extensa o acentuada proteccioacuten que se hariacutea exten-

13 ARRIANO Taacutectica 4 3 44 EADIE 1967 pp 165-167 DIXON SOUTHERN 1997 pp 49-50 y 75-76 LEBEDYNSKY 2002 pp 163-166

14 SPEIDEL 1992 considera que el ala I Canninafatium al no especificar que estuviera compuesta o no por contarii probablemente se trataba de un ala de equites tiacutepicamente roma-nos donde un grupo de soldados (entre los que se contariacutea Aduitor) se especializariacutea en el uso del contus

15 GOLDSWORTHY 1998 p 241 16 PABOacuteN S DE URBINA Diccionario manual griego-espantildeol Madrid 1999 17 EADIE 1967 p 162 18 SEGURA MUNGUIacuteA Nuevo diccionario etimoloacutegico latiacuten-espantildeol y de las voces deriva-

das Universidad de Deusto Bilbao 2006

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siva al caballo19 Sin embargo aunque la terminologiacutea pone el acento en el equipamiento militar como medio de distincioacuten de estas unidades de caballe-riacutea respecto de otras no aporta ninguna pista para realizar esa misma distin-cioacuten entre los catafractii y los clibanarii propiamente dichos Definir correc-tamente queacute es un catafracto y queacute es un clibanario (al menos en lo que al ejeacutercito romano se refiere) resulta fundamental para entender queacute tipo de sol-dados eran realmente los catafractii de eacutepoca altoimperial

Seguacuten Speidel catafractii seriacutea un teacutermino que hariacutea referencia a todo tipo de caballeriacutea pesada acorazada del ejeacutercito romano fuera cual fuera su funcioacuten taacutectica o particularidades especiacuteficas de equipamiento clibanarii se refeririacutea entonces a la caballeriacutea pesada de semejante tipo propia de los ejeacuter-citos partos y sobre todo sasaacutenidas20 Sin embargo esta teoriacutea no nos resulta de utilidad directa cara a nuestro estudio pues se refiere a unidades de ca-balleriacutea contenidas en la Notitia Dignitatum y a otras unidades del Bajo Im-perio las cuales no abordamos aquiacute

Para JC Coulston la distincioacuten entre ambos tipos de unidades deven-driacutea principalmente por tanto del equipamiento21 sobre todo si tenemos en cuenta que en el propio Bajo Imperio encontramos unidades de clibanarios y catafractos en el ejeacutercito romano atestiguadas por la propia Notitia Dignita-tum especialmente en Oriente22 En este sentido Coulston sostiene que una catafracto es un jinete acorazado menos pesado que su contrapartida cliba-nario y que hariacutea uso de lanza y escudo en un estilo ldquooccidentalrdquo de combate El clibanario por el contrario seguiriacutea las tradiciones orientales puras em-pleando fundamentalmente la lanza de acometida y el arco

Desde nuestro particular punto de vista preferimos adscribirnos a la propuesta realizada por M Mielczarek este autor postula que intentar dife-renciar un catafracto de un clibanario a partir (tan soacutelo) del equipamiento mi-litar (tal y como propondriacutea Coulston) no es un punto de partida totalmente acertado y que ha sido fruto de muchas malinterpretaciones de las fuentes Mielczarek hace hincapieacute en la necesidad de tratar de distinguir ambas uni-dades a partir de las taacutecticas que probablemente usaron23 Seguacuten este autor los catafractos seriacutean un tipo de caballeriacutea pesada especializada en cargar con lanza de acometida tipo contus empuntildeada a dos manos por el lado dies-tro de la cabeza del caballo en un estilo de combate especialmente prepara-do para batir a la infanteriacutea (en su origen a la falange macedoacutenica) Los cata-

19 MIELCZAREK 1993 p 9 20 SPEIDEL M P 1984 DIXON SOUTHERN 1997 p 76 21 COULSTON J C 1986 seguacuten DIXON SOUTHERN 1997 p 76 22 MIELCZAREK 1993 pp 76-77 23 MIELCZAREK 1993 pp 11-16

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fractos empleariacutean ademaacutes despliegues en cuntildea y columna para hacer su ataque auacuten maacutes penetrante contra una formacioacuten de infanteriacutea Al enfrentarse a un enemigo capaz ademaacutes de infiltrarse entre las filas de sus monturas y de agredir a sus caballos con el objetivo de descabalgarlos los catafractos llevariacutean sus animales protegidos con armaduras bastante extensas que ten-deriacutean a proteger no soacutelo la pechera cerviz y cabeza de los mismos sino tambieacuten sus flancos y buena parte de las patas Los clibanarios estariacutean equi-pados del mismo modo (ellos y sus monturas protegidos) si bien empleariacutean sus lanzas empuntildeaacutendolas a dos manos en diagonal tras la cerviz del caballo para atacar por el lateral izquierdo del mismo en direccioacuten a otro jinete en este caso los clibanarios estariacutean empleando taacutecticas contra caballeriacutea donde sus despliegues resultariacutean maacutes amplios y abiertos recibiendo incluso apoyo nutrido de otras fuerzas de caballeriacutea maacutes flexibles Al mismo tiempo la pro-teccioacuten de sus monturas no se extenderiacutea tanto hacia las patas mientras que hariacutea hincapieacute en la cerviz la cabeza y los flancos y sobre todo en la pro-teccioacuten del jinete mismo En este sentido catafractii y clibanarii no seriacutean dos formas indistintas de mencionar a un mismo tipo de soldado simple-mente se tratariacutea de soldados equipados de forma similar pero capaces de emplear taacutecticas de catafractii o de clibanarii seguacuten lo requirieran las cir-cunstancias24

Este planteamiento ha sido recogido recientemente por Meneacutendez Arguumliacuten quien tambieacuten aboga por una diferenciacioacuten eminentemente taacutectica entre ambas especialidades de caballeriacutea La propuesta de Arguumliacuten sin embar-go precisa de un modo diferente (pero no excluyente) las particularidades taacutecticas que separan a catafractii de clibanarii los primeros combatiriacutean en formaciones cerradas praacutecticamente en columna mientras que los segundos peleariacutean en formacioacuten aproximada a la de cuntildea apoyados por arqueros a ca-ballo Esta propuesta como ya hemos sentildealado no contradice los presupues-tos lanzados por Mielczarek sino que maacutes bien retoma y completa sus enfo-ques El principal intereacutes de la teoriacutea de Meneacutendez Arguumliacuten radica en que lle-ga a la conclusioacuten clara de que el mismo tipo de jinete podiacutea ser indistinta-mente un catafractus o un clibanarius y que ambas denominaciones no dis-tinguiacutean sino dos taacutecticas y usos concretos de lo que en esencia era el mismo tipo de especialidad militar25

En efecto anteriormente hemos visto que la terminologiacutea parece ha-blar de una semejanza bastante acentuada en el equipamiento ambos tipos de soldado portariacutean pesadas armaduras ellos y sus caballos Las diferencias sensibles entre ambos resultariacutean en realidad miacutenimas Sabemos que los le-

24 MIELCZAREK 1993 pp 43-50 25 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 p 320

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gionarios romanos podiacutean variar su equipamiento (al menos en eacutepoca alto-imperial) seguacuten las circunstancias o las taacutecticas empleadas iquestQueacute impediriacutea por tanto a un catafracto actuar como un clibanario y viceversa seguacuten las necesidades Recordemos por otra parte que auacuten no tenemos atestiguada la existencia de clibanarii (seguacuten nuestras fuentes) en el ejeacutercito romano antes del s IV dC Que soacutelo conozcamos la existencia de catafractos implica que estos se emplearon necesariamente tan soacutelo como arma anti-infanteriacutea En realidad un catafractario necesitaba poco maacutes que el entrenamiento adecuado (en base a los planteamientos de Mielczarek y Meneacutendez Arguumliacuten) para poder actuar como lo que posteriormente seriacutea su homoacutelogo clibanario Quizaacutes la tardiacutea aparicioacuten del clibanarius en el ejeacutercito romano deriva maacutes del uso in-distinto del catafractus contra infanteriacutea y caballeriacutea durante bastante tiempo el clibanarius seriacutea por tanto un desarrollo y una especializacioacuten posterior dentro de una misma rama del ejeacutercito ya de por siacute claramente definida La distincioacuten en base a las taacutecticas propuesta por Mielczarek y enfatizada por Meneacutendez Arguumliacuten resulta la maacutes flexible y la que aporta respuestas maacutes sa-tisfactorias a las preguntas que la caballeriacutea pesada acorazada del mundo an-tiguo (en general) nos plantea Seguacuten Mielczarek el catafracto emerge como una respuesta del arma de caballeriacutea oriental a la falange macedoacutenica26 El clibanario surge posteriormente (ya en el s III dC) de nuevo en contextos orientales y lo hace ya como un homoacutelogo del catafracto especialista en ba-tir a otra caballeriacutea recibiendo apoyo incluso de unidades de jinetes maacutes li-geros especialmente arqueros a caballo27

El desarrollo que podemos plantear a partir de esta teoriacutea resulta loacute-gico el clibanario surge como tal desde el momento en que el catafractario se ve obligado a enfrentarse a otra caballeriacutea o a otros catafractarios con de-masiada frecuencia Probablemente no sea ninguna casualidad que el cliba-nario haga su aparicioacuten a mediados del s III dC en un contexto en el que la principal superpotencia oriental el Iraacuten parto y sasaacutenida se enfrenta frecuen-temente a enemigos que empleaban sus mismas taacutecticas y unidades especia-lizadas (como los saacutermatas o los alanos) o que las han adoptado y empleado contra ellos a su vez igualmente como es el caso claro del Imperio romano y sus alae catafractae

26 MIELCZAREK 1993 pp 43 y 46-48 27 MIELCZAREK 1993 pp 48-50

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ANTECEDENTES Y MODELOS POTENCIALES DE LA CABALLERIacuteA PESADA RO-MANA PARTOS Y SAacuteRMATAS

En el Imperio parto La presencia de catafractos en el ejeacutercito parto estaacute atestiguada desde

el s I aC a partir de los encuentros de Tigranocerta (69 aC) y Carras (53 a C) Este tipo de caballeriacutea entre los partos estaba compuesta por las princi-pales eacutelites de su sociedad dado no soacutelo el coste del equipamiento y su man-tenimiento sino la necesidad de un constante entrenamiento para lograr una aceptable destreza en su uso individual y en el conjunto de una unidad mili-tar28 En este sentido los catafractos formaban un cuerpo minoritario dentro del ejeacutercito si bien constituiacutean probablemente una de las piezas dorsales de su ejeacutercito dadas las taacutecticas empleadas por su ejeacutercito a lo largo de la histo-ria de sus encuentros con Roma

El equipamiento del catafractario parto sin embargo probablemente no estaba estandarizado Al depender de la capacidad adquisitiva de cada in-dividuo las variaciones estariacutean a la orden del diacutea (entre unidades y entre los componentes de las mismas) y probablemente soacutelo unidades selectas como los guardias de corps de los soberanos estariacutean debidamente uniformadas en cuanto a equipo29 Para reconstruir el equipamiento de un catafracto parto disponemos de diversas fuentes principales especialmente los testimonios li-terarios romanos asiacute como diversos testimonios graacuteficos Entre las fuentes literarias destaca Plutarco quien en su biografiacutea de Luacuteculo menciona que la caballeriacutea pesada parta portaba pesadas armaduras ellos y sus monturas hasta el punto de obligar a los legionarios romanos a buscar puntos desprote-gidos y deacutebiles para atacarles30 En su descripcioacuten de la batalla de Carras el mismo Plutarco nos da algunos detalles maacutes sobre los catafractos partos mencionando que portaban cascos y corazas de hierro y que sus monturas iban protegidas con jaeces de bronce o acero31 Las representaciones graacuteficas de catafractos partos son variadas destacando entre ellas el relieve de Firu-zabad y los de Naqsh-i-Rustam donde se representa un violento enfrenta-miento entre catafractos partos y sasaacutenidas asiacute como el ya citado grafito de Dura-Europos donde la adscripcioacuten del jinete representado auacuten sigue en duda

28 MIELCZAREK 1993 p 56 29 WILCOX 2001 p 10 30 PLUTARCO Luacuteculo XXVIII 4 31 PLUTARCO Craso XXIV 1

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A partir de eacutestas y otras fuentes se ha podido reconstruir una imagen general del catafracto parto y su equipamiento para los ss I-III dC Respecto al equipamiento defensivo el jinete portariacutea un yelmo de bronce o hierro y protegeriacutea su torso con una coraza que podriacutea oscilar desde una simple cota de mallas de mayor o menor extensioacuten pasando por una cota de escamas (un tipo de proteccioacuten muy extendida en Oriente y las estepas euro-asiaacuteticas) o incluso una coraza de laacuteminas Las corazas de tipo griego o thoacuterax atesti-guadas en el equipo de la caballeriacutea pesada seleuacutecida y escita no parece ser sin embargo una pieza favorita en el equipo de los jinetes partos ni de otros pueblos esteparios como los saacutermatas Probablemente este factor sea debido a la enorme rigidez de este tipo de protecciones lo que negariacutea al jinete la coacutemoda movilidad necesaria tiacutepica de la tradicioacuten militar de estos pueblos al contrario que la cota de escamas32

Esta proteccioacuten baacutesica podiacutea completarse con otras para el cuello pro-bablemente en cota de malla o escamas y para brazos y piernas de los jinetes maacutes pesadamente armados Estas protecciones para las extremidades podiacutean estar realizadas en cota de mallas en la mayor parte de los casos asiacute como en laacuteminas de cuero o metal (bronce o hierro) posiblemente imbricadas en un modo muy semejante a la manica romana de los ss II-III dC Para proteger las manos propiamente dichas el jinete podriacutea proveerse ademaacutes de unos guanteletes que en la mayor parte de los casos seriacutean de cuero o cota de mallas pues otro tipo de proteccioacuten impediriacutea sin maacutes mover las manos con seguridad En ninguno de los testimonios disponibles acerca de la caballeriacutea pesada parta se menciona el uso de escudos y en concreto Casio Dioacuten hace un eacutenfasis particular en el hecho de que los partos no los utilizaban33 Por uacuteltimo un catafracto parto podiacutea completar su panoplia con una maacutescara que protegeriacutea el rostro la uacutenica parte de su cuerpo que llegados a este punto quedariacutea descubierto No debemos olvidar este factor pues seraacute objeto de debate al respecto de los catafractii romanos maacutes adelante Un catafracto parto podiacutea y soliacutea protegerse no soacutelo a siacute mismo sino tambieacuten a su montura

Las protecciones maacutes simples para los caballos eran meras gualdrapas de cuero curtido Las maacutes complejas y pesadas podiacutean constituir proteccio-nes completas que cubririacutean principalmente la cabeza la cerviz la pechera el lomo y los flancos estando constituidas por escamas de bronce o hierro principalmente Igualmente se podiacutea equipar al caballo con una armadura maacutes ligera o ldquomedia armadurardquo que protegeriacutea tan soacutelo la cabeza cerviz y pechera las partes maacutes vulnerables del animal en el momento del choque con una formacioacuten enemiga Respecto al equipamiento ofensivo el arma

32 MIELCZAREK 1993 pp 57-58 LEBEDYNSKY 2002 pp 168-169 33 CASIO DIOacuteN Historia Romana XXXX152

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estrella era la lanza larga de acometida o contus No estaacute claro que un cata-fracto parto portara un arma complementaria a parte del contus pero parece loacutegico que asiacute lo hiciera pudiendo tratarse en este caso de espadas (funda-mentalmente de hoja larga) hachas o incluso mazas (armas perfectas para reventar protecciones metaacutelicas ajenas)34

Seguacuten puede concluirse a partir del testimonio que Plutarco aporta de la batalla de Carras los catafractos partos actuaban en coordinacioacuten con los mucho maacutes numerosos arqueros a caballo de su ejeacutercito los arqueros trata-riacutean de debilitar la formacioacuten enemiga lanzando sucesivos ataques a distan-cia llegado el momento oportuno los catafractos cargariacutean en formacioacuten cerrada replegaacutendose y cesando su fuego los arqueros en ese preciso ins-tante (para evitar el riesgo del ldquofuego amigordquo) empuntildeando sus conti a dos manos sobre el flanco derecho del caballo y en paralelo al costado de eacuteste para arroyar a la formacioacuten enemiga principalmente infanteriacutea pesada Si se-guimos las tesis de M Mielczarek estos mismos catafractos estariacutean prepa-rados para actuar como clibanarios tal y como vemos en los relieves de Naqsh-i-Rustam embistiendo contra otra caballeriacutea empleando sus conti cru-zados tras la cerviz de su montura hacia el lateral izquierdo del caballo y re-cibiendo un apoyo constante de la caballeriacutea ligera en esta accioacuten La prin-cipal debilidad de este tipo de caballeriacutea radicariacutea en la falta de apoyo de otras armas (como los citados arqueros a caballo) y sobre todo que su for-macioacuten fuera dispersada dado que un catafracto aislado constituiacutea un blanco faacutecil a descabalgar y una vez en el suelo su escasa movilidad los convertiacutea en viacutectimas de las iras de la infanteriacutea enemiga35

Entre los saacutermatas Los saacutermatas al igual que los escitas son uno de los grandes grupos

de pueblos noacutemadas indoeuropeos de lengua irania que durante la Antiguumle-dad poblaron las estepas que se extienden desde las orillas del Bajo Danubio y las faldas de los Caacuterpatos a traveacutes de Ucrania y Rusia meridional hasta el Caacuteucaso y los montes Urales Hacia el s I dC dos ldquotribusrdquo saacutermatas arriba-ron junto al limes danubiano del Imperio romano o a sus proximidades los saacutermatas yaacutezigos y roxolanos

Hasta ese momento preciso las taacutecticas y el armamento saacutermata estu-vieron caracterizados por seguir la norma tiacutepica de los ejeacutercitos de jinetes de

34 EADIE 1967 p 164 MIELCZAREK 1993 pp 57-63 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-91 GOLDSWORTHY 1998 pp 66-67 WILCOX 2001 pp 9-10

35 PLUTARCO Craso XIX-XXV Luacuteculo XXXVIII EADIE 1967 p 164 MIELCZAREK 1993 p 50 GOLDSWORTHY 1998 pp 66-67 WILCOX 2001 p 9

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la estepa seguacuten nos describe Estraboacuten se trataba fundamentalmente de fuerzas de arqueros a caballo y caballeriacutea ligera soacutelo espontaacuteneamente apo-yada por jinetes que podriacutea decirse conformaban alguacuten tipo de caballeriacutea ldquopesadardquo36 Sin embargo a mediados del s I dC la imagen que nos trans-mite Taacutecito en sus Annales e Historias resulta ya bien distinta en primer lu-gar relata un encuentro entre saacutermatas y partos donde los primeros rehuacutesan entablar un intercambio de proyectiles a caballo con los segundos optando por lanzarse a la carga contra los partos empuntildeando conti y espadas de hoja larga imponieacutendose de este modo a sus adversarios37 en segundo lugar des-cribe la presencia entre los ejeacutercitos saacutermatas de caballeriacutea de choque una eacutelite que considera conformada por los aristoacutecratas equipados con armadu-ras tan pesadas que en caso de ser derribados no podriacutean levantarse38 Si atendemos a fuentes iconograacuteficas tales como el vaso de Kossika (Rusia) o los frescos de la tumba descubierta en Panticapea (actual Kertch en Ucrania) datada no maacutes tarde del s II dC las imaacutegenes que estas nos transmiten son claramente la de jinetes bien protegidos y armados con un contus que empuntildean a dos manos es decir contarios a todos los efectos Pero iquestpodriacutean ser tambieacuten catafractos En ninguacuten momento nuestras fuentes escritas pro-nuncian este teacutermino al referirse a la caballeriacutea pesada saacutermata que nos des-criben

En cualquier caso hacia el s I dC los saacutermatas habiacutean desarrollado una caballeriacutea de choque maacutes o menos pesada eficiente y realmente peligro-sa para cualquier unidad de infanteriacutea o de caballeriacutea ligera Estos jinetes iriacutean equipados como miacutenimo con el ya caracteriacutestico contus sarmaticus asiacute como con una espada de hoja larga y estrecha (como la encontrada en la tumba 3 del kurgaacuten 80 en Novyiuml a orillas del riacuteo Don en Rusia) Tal y como describe Taacutecito el contario o κοντοφόρος podriacutea ir tambieacuten protegido con una coraza de escamas de cuero o de hierro el tipo de proteccioacuten maacutes corriente encontrado arqueoloacutegicamente asiacute como entre las fuentes icono-graacuteficas que representan a saacutermatas o su armamento (en el caso de la Colum-na Trajana en sus escenas 28 y 34 muestra una serie de jinetes totalmente cubiertos por armaduras de escamas ellos y sus monturas si bien eacutestas estaacuten representadas perfectamente adaptadas al cuerpo de jinetes y caballos de un modo bastante irreal En su podio no obstante la columna representa tam-bieacuten armaduras de escamas esta vez realistas) En el mismo vaso de Kossika el jinete que permanece montado sobre su caballo derribando contus en ma-no a un arquero viste una cota de escamas que se deja entrever bajo un

36 ESTRABOacuteN Geografiacutea VII 3 17 37 TAacuteCITO Annales VI 35 38 TAacuteCITO Historias I 79 2-4

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caftaacuten Otros tipos de proteccioacuten menos frecuentes fueron probablemente tambieacuten las cotas de placas o laacuteminas que se tornariacutean maacutes comunes en las estepas desde la Tardoantiguumledad y la Alta Edad Media Por otra parte hallazgos arqueoloacutegicos como los realizados en Vozdvizhenskaya Stanitsa han llevado a plantear diversas hipoacutetesis de reconstruccioacuten de posibles arma-duras compuestas saacutermatas es decir creadas con distintos tipos de pro-tecciones principalmente escamas y malla combinadas Un yelmo coacutenico compuesto y dotado de carrilleras completariacutea la proteccioacuten del jinete pu-dieacutendose observar varios tanto en las escenas como en el podio de la Colum-na Trajana Como ya hemos sentildealado anteriormente la particular naturaleza del estilo de combate del contario le impediriacutea portar un escudo o hacer un uso realmente uacutetil de eacutel Taacutecito especifica que los saacutermatas que penetraron en Mesia en 69 dC no haciacutean uso de escudos39 y tampoco los vemos represen-tados en ninguna de nuestras fuentes iconograacuteficas donde aparecen contarios saacutermatas40

La posible proteccioacuten portada por los caballos de estos jinetes por otra parte ha sido y es el principal punto de debate Mielczarek considera que la mayor parte de las monturas no se encontrariacutean protegidas de ninguna forma especial a excepcioacuten de aquellas que formariacutean parte de la vanguardia y liacutenea de choque de la formacioacuten y que en cualquier caso se tratariacutea de una proteccioacuten disentildeada principalmente para proteger al caballo ante un combate contra otros jinetes maacutes que contra formaciones de infanteriacutea (al contrario que los partos maacutes preocupados de batir a la infanteriacutea romana mientras que los saacutermatas se enfrentariacutean maacutes frecuentemente a otros pueblos de jinetes o entre siacute mismos seguacuten el autor)41 A E Negin por su parte no niega la po-sibilidad de que las monturas de los jinetes saacutermatas maacutes pesadamente equi-pados fueran protegidas pero en cualquier caso considera que dicha pro-teccioacuten variariacutea en extensioacuten enormemente de un jinete a otro y estariacutea prin-cipalmente restringida a los mandos42 I Lebedynsky especialista en cultu-ras esteparias de la Antiguumledad considera posible que parte de las monturas de la caballeriacutea saacutermata portaran alguacuten tipo de proteccioacuten para lo que argu-menta que las representaciones de jinetes y monturas acorazados de la Co-lumna Trajana aunque ejecutadas en un modo bastante fantasioso no deja de ser sino la traduccioacuten artiacutestica de una realidad militar Igualmente cita la estela funeraria de Athenios en Panticapea donde aparece un jinete empu-

39 TAacuteCITO Historias I 79 4 40 EADIE 1967 p 165 MIELCZAREK 1993 pp 99-100 NEGIN 1998 pp 67-74

LEBEDYNSKY 2002 pp 164-171 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002 pp 23-34 41 MIELCZAREK 1993 pp 101-102 42 NEGIN 1998 p 74

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ntildeando una lanza y montado sobre un caballo que parece mostrar sobre su lo-mo las trazas de una proteccioacuten de escamas o laacuteminas43 R Brzezinski junto a Mielczarek por su parte llegan a conclusiones similares44 Particularmente consideramos que probablemente el uso de protecciones amplias para los ca-ballos no fuera tan sistemaacutetico como podiacutea observarse entre los catafracta-rios partos sino maacutes restringidas en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete y su papel taacutectico concreto en el campo de batalla En este sentido la no utilizacioacuten del teacutermino catafractus katavfrakto por parte de las fuen-tes latinas o griegas en referencia a la caballeriacutea pesada de choque saacutermata podriacutea responder a esta circunstancia en comparacioacuten con la caballeriacutea pesa-da parta

CONTARII Y CATAFRACTII EN EL EJEacuteRCITO ROMANO EQUIPAMIENTO ORGANI-ZACIOacuteN TAacuteCTICAS Y ORIacuteGENES

A continuacioacuten abordaremos en detalle el equipamiento militar la or-

ganizacioacuten de las unidades y las taacutecticas empleadas por estas unidades espe-cializadas y peculiares atestiguadas por primera vez en el ejeacutercito romano en eacutepoca Flavia y sobre todo de Trajano y Adriano en base a las fuentes dis-ponibles Una vez definidos estos puntos trataremos de considerar cuaacutel fue la corriente de influencia y los motivos que llevaron a la creacioacuten de unida-des de caballeriacutea de esta naturaleza en mitad de una tradicioacuten militar estre-chamente vinculada a la infanteriacutea pesada

Respecto del equipamiento de los contarii y catafractii del ejeacutercito romano (asiacute como de los ejeacutercitos saacutermata y parto) sucede como con cual-quier otra unidad militar de reciente creacioacuten o naturaleza extrantildea en cual-quier periodo histoacuterico son sus elementos maacutes innovadores o peculiares los que llaman la atencioacuten del observador (sea eacuteste directo o indirecto) que-dando los elementos comunes o sobradamente conocidos en un segundo pla-no o simplemente obviados45 La organizacioacuten de estas unidades por otra

43 LEBEDYNSKY 2002 pp 171-172 44 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002 p 37 45 MIELCZAREK 2002 pp 90-93 este autor dispone como ejemplo comparativo la ima-

gen que los huacutesares alados polacos unidad militar de caballeriacutea pesada (por contra a su deno-minacioacuten de huacutesares) empleada por la Confederacioacuten polaco-lituana durante los ss XVI-XVIII causaba entre sus contemporaacuteneos extranjeros los cuales destacaban antes los ele-mentos ldquoexoacuteticosrdquo y llamativos de esta unidad (las alas a la espalda los pendones de las lar-gas lanzas o las pieles vestidas sobre las armaduras y uniformes por sus aristocraacuteticos miem-bros) que los elementos realmente cruciales como las lanzas de choque las poderosas pro-tecciones metaacutelicas y su empleo taacutectico en la batalla con devastadores resultados Otro tanto

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parte dada su denominacioacuten de alae responde claramente a los modelos altoimperiales de organizacioacuten de la caballeriacutea sin que pueda detectarse en principio ninguna particularidad extraordinaria causada por la naturaleza es-pecial (o simplemente novedosa) de estas unidades Las taacutecticas son el punto decisivo en base a que suponen la puesta en praacutectica y uso del equipamiento y la organizacioacuten previa de la unidad y lo que determinaraacute en mayor medida el eacutexito de su empleo en la batalla objetivo fundamental de cualquier unidad militar por simple que eacutesta sea Finalmente nuestro intereacutes en determinar los oriacutegenes e influencias de este tipo de unidades del ejeacutercito romano deviene de una razoacuten sencilla el ejeacutercito romano estuvo en contacto durante qui-nientos antildeos con tradiciones militares que emplearon la caballeriacutea de forma masiva y especializada o que hicieron simplemente un uso maacutes o menos sis-temaacutetico de la caballeriacutea pesada de choque o catafracta sin que ello motivara la creacioacuten de unidades semejantes dentro de las armas romanas iquestPor queacute razoacuten entonces eacutestas surgen repentinamente hacia finales del s I dC y muy especialmente bajo los reinados de Trajano y Adriano sin abandonar ya la tradicioacuten militar romana hasta convertirse en una de las espinas dorsales de los ejeacutercitos del Bajo Imperio y sobre todo del posterior Imperio Bizantino

El lector habraacute notado que en el tiacutetulo de este apartado no hemos he-cho mencioacuten los clibanarii Dada la inexistencia de este teacutermino en las fuen-tes que tratan esta clase de unidades en el periodo que abordamos (hasta el punto que no hace su aparicioacuten hasta el s IV dC)46 consideramos innece-saria cualquier disquisicioacuten ulterior en base a una especialidad militar que no habiacutea emergido como tal para el periodo que estudiamos No obstante no debemos olvidar que en base a las hipoacutetesis barajadas y a la propuesta que aquiacute hemos presentado apoyaacutendonos en ellas las diferencias entre catafractii y clibanarii devienen maacutes de un empleo taacutectico antes que de diferencias sen-sibles en equipamiento u organizacioacuten en este sentido por tanto el papel taacutectico del clibanarius podriacutea haber sido desempentildeado por el catafractus en el periodo que nos ocupa

Las alae I Canninefatum y I Vlpia Contariorum milliaria El elemento maacutes caracteriacutestico de un contarius es el arma que le da

nombre el contus sarmaticus Nuestras fuentes no nos aportan mayores de-talles acerca del equipamiento militar de esta clase de unidades La estela de parece suceder con las fuentes claacutesicas que abordan a contarios catafractos y clibanarios de cualquier ldquonacionalidadrdquo soacutelo se resentildean los elementos llamativos o extrantildeos de su equipo

46 MIELCZAREK 1993 p 76

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Aduitor jinete del ala I Canninefatum ya mencionada maacutes arriba nos aporta la imagen de un jinete equipado tan soacutelo con un contus sin llevar maacutes pro-teccioacuten que sus ropas militares Sin embargo no es la primera vez que un militar romano se hace representar en su estela funeraria portando simple-mente sus armas maacutes caracteriacutesticas vistiendo tan soacutelo lo que podriacuteamos de-nominar como su ldquouniformerdquo Asiacute pues iquestno podriacutea estar actuando Aduitor en el mismo sentido

El contus sarmaticus es un arma de choque destinada a ser empuntildeada a dos manos por un jinete que emplearaacute la fuerza de sus brazos y de la em-bestida de su caballo conjuntamente para arremeter contra un objetivo pe-destre o ecuestre con la finalidad de abatirlo o derribarlo La superior longitud del contus por otra parte confiere al jinete una importante ventaja desde el momento en que a la carga posee la oportunidad de golpear prime-ro al enemigo con toda la brutal fuerza que un jinete a la carga puede desple-gar en ese preciso instante Sin embargo una vez ha sucedido el choque y se acortan las distancias entre el contarius y sus enemigos el jinete se encuen-tra en una situacioacuten de creciente vulnerabilidad si no recibe apoyo de liacuteneas sucesivas de otros jinetes o queda maacutes o menos aislado puede ser flanquea-do y faacutecilmente atacado por la infanteriacutea u otros jinetes47 La principal fuerza de una unidad de contarios radica por tanto en su capacidad para actuar en grupo y en perfecta coordinacioacuten asiacute como en saber explotar la ventaja fiacutesica y psicoloacutegica del primer impacto para barrer y desfondar a la formacioacuten ene-miga del tipo que sea Sin embargo esto no siempre puede suceder (ni se dan las condiciones apropiadas para conseguirlo en el campo de batalla) Ante semejante eventualidad inherente a una unidad de contarii sus componentes debiacutean de estar seguramente preparados La proteccioacuten corporal y un o unas armas secundarias formaban probablemente parte del equipo de Aduitor y de otros jinetes como eacutel

En cuanto al equipamiento ofensivo el arma maacutes comuacuten al lado de una lanza de acometida es una espada especialmente una de hoja larga la maacutes adecuada para su uso desde la silla de montar Este tipo de armas estaacute arqueoloacutegicamente atestiguada entre otros especialistas en el uso del contus los saacutermatas En la panoplia romana del s II dC las espadas largas no eran desconocidas en absoluto la caballeriacutea empleaba masivamente la spatha una espada de hoja recta que podiacutea oscilar entre los 65 y los 90 cm de lon-gitud y entre los 4 y 8 cm de anchura que en el s II dC era portada ya so-bre el costado izquierdo48 Otro tipo de espadas empleadas por la caballeriacutea romana en eacutepoca Antonina y Severa fueron las espadas de pomo en forma de

47 GOLDSWORTHY 1998 p 241 48 DIXON SOUTHERN 1997 pp 48-49 FIELDS 2006 p 16

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anillo cuyo origen se encuentra entre las espadas del mismo tipo saacutermatas y del Reino del Boacutesforo49 Una daga el pugio romano aunque pueda parecer un arma mucho maacutes uacutetil para un soldado de infanteriacutea que para un jinete es especialmente adecuada para los combates maacutes encarnizadamente cercanos tales como los brutales forcejeos hombre a hombre que tras un encontronazo de caballeriacutea podiacutean darse Igualmente un jinete descabalgado encontrariacutea mucho maacutes adecuado un pugio a la hora de enfrentarse a la infanteriacutea ene-miga que su larga espada maacutes conveniente para el combate desde la silla de montar50 Si tenemos en cuenta que en determinadas circunstancias un conta-rius era particularmente vulnerable a los ataques (y a ser consecuentemente derribado) un pugio seriacutea un buen complemento a su panoplia

Respecto al equipo defensivo debemos descartar desde un principio (auacuten a riesgo de resultar redundantes) el uso de escudos dada la imposibi-lidad de emplearlos adecuadamente empuntildeando al mismo tiempo un contus cuyo uso ademaacutes se veriacutea gravemente estorbado En este sentido la pro-teccioacuten corporal se convertiriacutea en un imperativo maacutexime teniendo en cuenta las debilidades inherentes a un contarius en combate ya mencionadas Di-versos tipos de casco o galea estaban a la disposicioacuten del jinete romano Los cascos de caballeriacutea evolucionaron de un modo diferente a los de la infan-teriacutea desde eacutepoca de Augusto al fin y al cabo las necesidades de proteccioacuten y movilidad de un jinete y un infante eran distintas Hacia finales del s I dC los modelos preexistentes como el casco tipo Weiler empezaron a ser refor-zados en su parte frontal (un lugar propenso a recibir contundentes sablazos durante el choque entre dos formaciones de caballeriacutea) desembocando en nuevos modelos durante el s II dC tales como el Russell Robinson tipo B uno de cuyos principales ejemplos fue encontrado en Ely Cambridgeshire Entre sus principales caracteriacutesticas estaacute la ampliacioacuten de las carrilleras que envuelven buena parte de la cara asiacute como los oiacutedos dejando soacutelo al descu-bierto nariz ojos y boca Su refuerzo frontal es pronunciado y el cubrenuca se ampliacutea ligeramente Sin embargo los cubrenucas de los cascos de ca-balleriacutea nunca alcanzaraacuten extensiones superiores en caso de ser derribado un jinete con un casco de cubrenuca muy extenso (como en los cascos de in-fanteriacutea del s II dC) podiacutea partirse el cuello faacutecilmente En este sentido avanzado el s II dC los cubrenucas se atrofian de nuevo mientras que las carrilleras se ampliacutean auacuten maacutes asiacute como los refuerzos del yelmo En este sentido los mejores ejemplos son el casco de Kalkar-Houmlnnepel (s II dC) y especialmente el tipo Friedberg el Heddernheim y el Russell Robinson tipo

49 BISHOP COULSTON1993 pp111-112 LEBEDYNSKY 2002 pp 101-103 p 167 y p 240 DIXON STEPHENSON 2003 pp 75-78

50 DIXON STEPHENSON 2003 pp 90-92

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E datados ya a comienzos del s III dC Estos cascos se caracterizan por en-volver casi completamente la cara salvo una breve ldquotrdquo que deja al descu-bierto ojos nariz y parte de la boca Las carrilleras cubren toda la cara y los oiacutedos asiacute como buena parte del cuello en unioacuten al cubrenuca Una extensa visera se extiende desde el frontal reforzado del casco sirviendo para desviar auacuten mejor los golpes frontales El yelmo presenta refuerzos transversales que se cruzan en su parte superior y se extienden hasta los liacutemites del cubrenuca En su conjunto estos disentildeos de cascos proporcionan una buena proteccioacuten contra golpes realizados desde cualquier direccioacuten especialmente frontales laterales y sobre la parte superior de la cabeza dejando vulnerable soacutelo la parte estrictamente necesaria del rostro51 No trataremos aquiacute todaviacutea los cas-cos destinados en principio a la Hippikaacute Gymnasia pues su particular natu-raleza y en especial la utilidad protectora del rostro de sus maacutescaras seraacute ob-jeto de debate en torno al equipamiento de los catafractii

La proteccioacuten corporal resultariacutea igualmente esencial para un conta-rius sobre todo porque en posicioacuten de carga y sin escudo resultariacutea muy vul-nerable a cualquier contraataque que pudiera atravesar la formacioacuten de ca-balleriacutea erizada de lanzas En general las protecciones no deberiacutean resultar muy diferentes a las de cualquier otro equite medianamente pesado de la ca-balleriacutea romana La proteccioacuten maacutes sencilla y frecuente seriacutea la lorica hama-ta o cota de mallas de mangas cortas hombros reforzados con una doble ca-pa de mallas y faldelliacuten extenso hasta medio muslo A finales del s II dC la caballeriacutea empezariacutea a llevar loricae hamatae de mayor longitud llegando a rebasar codos y rodillas En cuanto a las loricae squamatae durante los ss I-II dC soliacutean ser de unas dimensiones semejantes a las hamatae de man-gas y faldelliacuten cortos (cuando no sin mangas) con dos placas pectorales de metal como complemento y una franja de pteryges sobre los muslos Con la entrada del s III dC la lorica squamata cambia y tiende a hacerse maacutes lar-ga En el s II dC se incorpora una innovacioacuten las escamas semi-riacutegidas maacutes amplias y cosidas unas junto a otras sobre una pieza de cuero de tal for-ma que conformaban una proteccioacuten riacutegida y maacutes soacutelida como el ejemplo de Waffenmagazin en Carnunto datado probablemente de eacutepoca pre-Antonina o Antonina temprana Las armaduras de laacuteminas elaboradas a partir de esca-mas de metal rectangulares y alargadas son raras en el mundo romano du-rante esta fase aunque existe alguacuten ejemplo aislado como el hallazgo de un fragmento datado en el s III dC en Čatalka52 Otros elementos podiacutean com-

51 BISHOP COULSTON 1993 pp 93-96 y 117-119 FREUGEgraveRE 1994 pp 104-121 DIXON

SOUTHERN 1997 pp 35-36 DIXON STEPHENSON 2003 pp 17-20 FIELDS 2006 pp 12-13 52 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-92 y 116-117 DIXON SOUTHERN 1997 pp 36-43

DIXON STEPHENSON 2003 pp 43-48 FIELDS 2006 pp 13-14

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pletar la proteccioacuten del contarius como la de cualquier otro equite especial-mente grebas de diverso tipo especialmente uacutetiles para proteger las vulnera-bles piernas del jinete53

Completariacutea el equipamiento de un contarius su montura asiacute como la silla y los arreos necesarios para controlarla y poder actuar en conjuncioacuten con ella En particular la silla compondriacutea un elemento clave del equipo de una caballeriacutea especializada en taacutecticas de choque ante la carencia de estri-bos sin una silla de montar adecuada un contarius podriacutea salir simplemente disparado por la grupa de su caballo a causa de la fuerza del impacto En este sentido las tentativas de reconstruccioacuten de las sillas de montar realizadas por Junkelmann y P Connolly han resultado de extremada utilidad para conocer hasta queacute punto la silla de montar romana conocida como ldquosilla de cuatro cuernosrdquo podiacutea suplir la carencia del estribo y permitir a un jinete realizar toda clase de maniobras a lomos de su caballo sin correr excesivo riesgo de caer desmontado Especialmente satisfactorios han sido en este sentido las experiencias realizadas por Connolly con su propuesta de silla de estructura riacutegida interna de madera respaldados sus resultados por otros autores como K Dixon o P Southern Aunque no es materia esencial de nuestro estudio el debate en torno a la particular naturaleza de las sillas de montar romanas sentildealaremos que estos autores (a cuya opinioacuten nos adscribimos) consideran que una silla de montar de entramado riacutegido interno responderiacutea mucho me-jor a las necesidades de un jinete carente de estribos que una sin dicho entra-mado Desde nuestro particular punto de vista consideramos que las necesi-dades de un jinete especializado en taacutecticas de choque acentuariacutean enorme-mente la necesidad de una silla con un buen entramado riacutegido capaz de absorber la fuerza del impacto y mantener al jinete soacutelidamente afincado so-bre el lomo de su montura sin riesgo de caer Igualmente la solidez del en-tramado y su capacidad para transferir el peso del jinete de la columna verte-bral del animal hacia sus flancos (con el consecuente beneficio para la salud del caballo) permitiriacutea transmitir la fuerza de la embestida de la montura ha-cia el propio jinete y su arma (en este caso el contus) concentrando la fuerza del impacto en el afilado extremo de eacutesta y maximizando de este modo la eficiencia de la carga54 Posiblemente las unidades de caballeriacutea maacutes pesadas (como los catafractii) emplearon sillas de montar cuyo entramado estariacutea maacutes desarrollado y hasta reforzado con elementos metaacutelicos55

53 DIXON STEPHENSON 2003 p 61 54 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 BISHOP COULSTON 1993 pp 105-108

MIELCZAREK 1993 pp 81-82 DIXON SOUTHERN 1997 pp 70-74 DIXON STEPHENSON 2003 pp 107-110 FIELDS 2006 pp 17-18

55 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 pp 44-45

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La posible proteccioacuten portada por la montura de un contarius proba-blemente no diferiacutea de la portada por las monturas de las unidades de ca-balleriacutea media del ejeacutercito romano especialmente si tenemos en cuenta que como tendremos oportunidad de analizar no estaacute ni tan siquiera claro que los caballos de los catafractii romanos portaran protecciones fuera de lo comuacuten respecto de otras unidades de caballeriacutea Por tanto el elemento de proteccioacuten maacutes pesado portado por el caballo de un contarius seriacutea un chamfron una proteccioacuten para la cabeza y ojos del animal que podiacutea ser tanto de cuero co-mo metaacutelica Se han encontrado diversos ejemplares de este tipo de protec-ciones los maacutes exuberantemente decorados considerados (en principio) como restringidos a su uso durante la Hippikaacute Gymnasia56 El principal papel de estas protecciones parece enfatizar la proteccioacuten de los ojos del caballo en tanto en cuanto se conocen ejemplos de chamfrons romanos que tan soacutelo protegen esta vulnerable parte de la cabeza del animal como los hallados en Mainz Alemania57

El armamento caracteriacutestico del contarius especialmente el contus se asemeja enormemente al equipamiento del jinete pesado saacutermata el cual en la mayor parte de los casos no era sino un jinete maacutes o menos bien protegido (en algunos casos pesadamente protegido) a lomos de un caballo que en la mayor parte de los casos no llevariacutea una proteccioacuten destacada La principal fuerza del jinete saacutermata radicariacutea en el uso del llamado contus sarmaticus Que los primeros testimonios de la existencia de contarii entre las filas de la caballeriacutea romana no date antes del 60 dC resulta igualmente significativo el encuentro del ejeacutercito romano con la caballeriacutea pesada de los saacutermatas roxolanos o yaacutecigos se produce precisamente en esas fechas No existen evi-dencias de un ldquoteacutermino mediordquo similar al contarius romano entre el arquero a caballo y el catafractoclibanario parto o sasaacutenida Los contrastes entre el jinete pesado saacutermata y el parto son evidentes no soacutelo en equipo militar sino en taacutecticas todo lo contrario sucede entre el jinete pesado saacutermata y el contarius romano en particular Resulta loacutegico por tanto pensar que el mo-delo en taacutecticas y equipamiento del contarius romano se encuentra entre los contarios de la caballeriacutea pesada saacutermata58

56 BISHOP COULSTON 1993 pp 105-108 DIXON SOUTHERN 1997 p 67 DIXON

STEPHENSON 2003 pp 111-112 FIELDS 2006 57 DIXON STEPHENSON 2003 p 112 58 EADIE 1967 pp 165-167 MIELCZAREK 1993 pp 99-102 NEGIN 1998 LEBEDYNSKY

2002 p 236

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El ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta A diferencia de lo que sucede con los contarii no disponemos de des-

cripciones pormenorizadas o representaciones graacuteficas expliacutecitas de cata-fractii del ejeacutercito romano59 Tan soacutelo el grafito de un catafracto hallado en Dura-Europos aporta alguacuten tipo de informacioacuten expliacutecita para reconstruir la posible imagen de lo que seriacutea un catafractus del ejeacutercito romano pese al hecho de que la ldquonacionalidadrdquo del catafracto representado en el grafito no estaacute nada clara

Como ya hemos sentildealado en apartados anteriores el propio nombre de catafractuscatafractii (asiacute como el posterior de clibanariusclibanarii) pone el acento en la defensa corporal metaacutelica de este tipo de soldados romanos o no romanos Sin embargo el equipamiento defensivo carece de sentido algu-no si no protege una funcioacuten ofensiva concreta En un contarius el eacutenfasis se situacutea en su capacidad ofensiva representada fundamentalmente por el contus sarmaticus como devastadora arma de choque en manos de una fuerza dise-ntildeada esencialmente para el ataque la caballeriacutea En un catafractus romano o parto y en sus homoacutelogos saacutermatas maacutes pesadamente equipados el elemen-to clave no es el poderoso equipo defensivo del jinete (y seguacuten queacute casos de su caballo) en solitario sino la conjuncioacuten de eacuteste con el poder devastador de su equipo ofensivo El catafractus representa asiacute la fuerza ofensiva del con-tarius puesta bajo una proteccioacuten concienzuda que la mantenga a salvo de la mayor parte de los contraataques

En este sentido el equipamiento ofensivo de un catafractus romano no se diferenciariacutea en nada sustancial del portado por un contarius Aparte de la fundamental y eficiente contus el catafractus no dejariacutea de portar un arma secundaria siendo de nuevo la maacutes eficiente la espada de hoja larga que en la tradicioacuten romana altoimperial se materializaba en la spatha en to-das sus variantes asiacute como en espadas de hoja larga de tradicioacuten saacutermata que ya presentamos anteriormente En cuanto a otras armas acaso el pugio pu-diera ser un complemento menos uacutetil para un jinete pesadamente protegido (y con una movilidad maacutes restringida en consecuencia) que para un conta-rius o un equite maacutes vulnerable pero con mayor libertad de movimientos Al fin y al cabo la funcioacuten de ataque baacutesica del catafractus no era sino la mis-ma que la del contarius aprovechar la ventaja de un arma de acometida como el contus para derribar a enemigos a pie o montados antes de poder re-cibir cualquier clase de contraataque cuerpo a cuerpo por parte de ellos Era precisamente su capacidad para mantenerse a salvo de buena parte de los

59 MIELCZAREK 1993 p 79

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contraataques (cercanos o de proyectil) lanzados contra ellos lo que conver-tiacutea a los catafractii en un arma auacuten maacutes devastadora y pesada que los conta-rii la fuerza devastadora de su ataque teniacutea muchas menos posibilidades de verse desbaratada durante la accioacuten si todo iba razonablemente bien60

Y es este elemento clave del catafractus romano la proteccioacuten corpo-ral uno de los puntos que mayores debates ha generado empezando por el yelmo propiamente dicho Un catafractus romano del s II y comienzos del s III dC empleariacutea una gama de cascos ligeramente distinta a los de un con-tarius por dos razones la primera de todas cronoloacutegica en base al hecho de que su aparicioacuten (en base a todas nuestras fuentes) no parece tener lugar has-ta la primera deacutecada del s II dC por lo que los disentildeos de cascos maacutes tiacutepi-cos del s I dC (como el tipo Weiler) no llegariacutean a ser usados por los cata-fractii romanos la segunda es puramente funcional en tanto en cuanto se es-perariacutea de un catafractus que fuera lo maacutes protegido posible Soacutelo los dise-ntildeos maacutes soacutelidos de yelmos romanos y de proteccioacuten maacutes completa entrariacutean a formar parte del equipo corriente de esta caballeriacutea pesada En este sentido resulta particularmente representativo el casco tipo Heddernheim o Russell Robinson tipo E el tipo Friedberg asiacute como los cronoloacutegicamente anteriores Kalkar-Houmlnnepel y Bodengraven Todos ellos ofreciacutean una excelente protec-cioacuten a todo el craacuteneo y el cuello Sin embargo todos ellos no podiacutean evitar dejar al descubierto ojos nariz y buena parte de la boca Teniendo en cuenta que el resto del cuerpo del jinete estariacutea tambieacuten razonablemente bien prote-gido la mejor forma de neutralizar a un catafractus en estas circunstancias era atacarle al rostro directamente Sean cuales sean las circunstancias (y lo que Hollywood nos haya intentado hacer creer) el instinto baacutesico de preser-vacioacuten de un ser humano le hace cerrar los ojos encoger o apartar brusca-mente la cabeza y (de ser necesario) protegerse con las manos y los brazos si intuye o siente una agresioacuten dirigida a la cara Se trata de un acto reflejo baacute-sico e instintivo que no se puede evitar La peacuterdida temporal del control so-bre la realidad visual y sobre las acciones del combate que esto produciriacutea podriacutea provocar (al menos durante ese corto espacio de tiempo) que el ldquoin-vulnerablerdquo catafractus dejara de ser una amenaza fallara el objetivo de su ataque dejara de prestar atencioacuten (en pos de su propia proteccioacuten) yo se convirtiera en un objetivo vulnerable durante ese tiempo En resumidas cuentas la proteccioacuten para la cara resultariacutea una pieza muy uacutetil para un sol-dado cuya fuerza residiera en una pesada proteccioacuten y una gran contundencia de ataque En este sentido se sabe que los catafractos y clibanarios partos y

60 MIELCZAREK 1993 p 81 BISHOP COULSTON 1993 pp 109-111 DIXON SOUTHERN 1997 p 76 GOLDSWORTHY 1998 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-321

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sasaacutenidas emplearon maacutescaras o ventails combinadas con sus cascos para completar su proteccioacuten dejando tan soacutelo los resquicios necesarios para res-pirar y ver (literalmente dos orificios del tamantildeos de los ojos asiacute como una apertura y perforaciones para permitir la ventilacioacuten a la altura de la boca y la nariz) sin que ello pareciera representar un inconveniente a la percepcioacuten del entorno en combate61 En la panoplia romana altoimperial los cascos con maacutescaras metaacutelicas (y las maacutescaras en siacute mismas) no son precisamente des-conocidos son aquellos inicialmente atribuidos a un uso en paradas y ejer-cicios militares especialmente la Hippikaacute Gymnasia Entre los ejemplos maacutes destacables podemos sentildealar el tipo Newstead (s I dC) asiacute como las varian-tes maacutes elaboradas y decoradas del Heddernheim En principio este tipo de cascos dada su profusa decoracioacuten y las supuestas limitaciones a la visibili-dad provocadas por la maacutescara estariacutean limitado en su uso a la Hippikaacute Gymnasia Sin embargo este tipo de cascos no era impedimento para un adecuado desenvolvimiento durante estos ejercicios que eran una muestra de destreza iquestPor queacute entonces habriacutean de resultar un estorbo en la batalla Las maacutescaras de la caballeriacutea parta no teniacutean una factura esencialmente diferente a las romanas (maacutes allaacute del plano puramente artiacutestico-estiliacutestico) y fueron usadas en combate con cierta asiduidad iquestPor queacute razoacuten los yelmos con maacutes-cara o maacutes probablemente las maacutescaras en siacute mismas combinadas con otros tipos de yelmos romanos de caballeriacutea conocidos no pudieron ser utilizados en combate tanto como en la Hippikaacute Gymnasia Hace casi dos deacutecadas Mielczarek ya lanzoacute una propuesta en semejante sentido al respecto de la ca-balleriacutea pesada romana poniendo en cuestioacuten su uso exclusivo en paradas y exhibiciones la cantidad de cascos con maacutescaras y maacutescaras aisladas vincu-ladas a la panoplia romana (y especialmente de la caballeriacutea) no parece res-ponder precisamente a un uso limitado a ocasiones especiales Diez antildeos maacutes tarde Dixon e I P Stephenson volvieron a retomar dichos plantea-mientos argumentando que determinados cascos empleados en la Plena y Baja Edad Media (como el sallet A82) limitaban la visibilidad tanto o maacutes que las maacutescaras inicialmente consideradas como limitadas a la Hippikaacute Gymnasia y sin embargo fueron empleados en combate62 En este sentido consideramos que posiblemente los maacutes ricamente decorados ejemplares no fueron objeto de uso en combate pero siacute que nos adscribimos a los plantea-mientos de los autores mencionados considerando no soacutelo probable sino ra-zonable que la maacutescara (y los cascos disentildeados especialmente para portarlas) formaran parte de la panoplia de los catafractii otorgaacutendoles la proteccioacuten necesaria para proteger el siempre vulnerable rostro

61 MIELCZAREK 1993 p 60 NEGIN 1998 pp 72-74 WILCOX 2001 p 10 62 MIELCZAREK 1993 p 81 DIXON STEPHENSON 2003 pp 20-24

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Un catafractus sin duda alguna portariacutea una buena proteccioacuten para el torso En este sentido hariacutea uso de las mismas protecciones antes menciona-das para los contarii como loricae hamatae y squamatae asiacute como las inno-vaciones propias de eacutepoca Antonina y Severa como las escamas semi-riacutegi-das y las poco comunes armaduras de laacuteminas como el aislado ejemplo del s III dC hallado en Čatalka63 Sin embargo si atendemos ahora al grafito de Dura-Europos el jinete representado no parece llevar un uacutenico tipo de pro-teccioacuten sobre su torso Las armaduras compuestas por varios tipos de loricae como hemos visto eran probablemente utilizadas ya por los saacutermatas Este tipo de proteccioacuten era tambieacuten conocida en el ejeacutercito romano si bien los ejemplos de la misma son limitados y no parece que su uso estuviera muy extendido (al igual que no parece que en el s II y a comienzos del s III dC los catafractii fueran un arma de extendido uso en Roma) Se denominaba lorica plumata teacutermino que al parecer designaba principalmente a armadu-ras compuestas por lorica squamata y hamata combinadas Esta combina-cioacuten parece ser la utilizada tambieacuten por los saacutermatas aunque su distribucioacuten sobre el cuerpo no se ha podido reconstruir convincentemente64 Al igual que el contarius el catafractus no portariacutea escudo tanto por serle imposible su debido aprovechamiento al empuntildear un contus como por el estorbo que su-pondriacutea al uso de esta uacuteltima La carencia de escudo quedariacutea suplida por lo pesado de su proteccioacuten corporal En este sentido destaca la manica una proteccioacuten construida con laacuteminas de metal (bronce o hierro) semiciliacutendricas unidas unas a otras en progresioacuten descendente del hombro hacia la mano la cual podiacutea proteger a su vez con guanteletes de malla de escamas o incluso una extensioacuten de la manica misma adaptada a la forma de la mano65 Com-pletariacutean la proteccioacuten de un catafractus unas grebas para sus piernas (la parte de su cuerpo maacutes al alcance de la infanteriacutea enemiga) si bien podiacutean disponer de protecciones maacutes pesadas que podiacutean llegar a cubrir muslos y pies recordando en su estructura a la manica empleada para proteger los bra-zos66 En ocasiones podriacutea emplearse tambieacuten protecciones especiacuteficas para el cuello especialmente pensadas para cubrir cualquier posible fisura entre el yelmo y la proteccioacuten del torso De este tipo de piezas se han encontrado al-gunos ejemplos como el de una tumba de Čatalka en Bulgaria datada en el

63 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-92 y 116-117 DIXON SOUTHERN 1997 pp 36-43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 43-48 FIELDS 2006 pp 13-14

64 MIELCZAREK 1993 pp 79-80 NEGIN 1998 pp 68-74 DIXON STEPHENSON 2003 pp 49-50 FIELDS 2006 pp 10-11

65 BISHOP COULSTON 1993 pp 87-91 DIXON STEPHENSON 2003 pp 55-58 66 DIXON SOUTHERN 1997 p 43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 61-63

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s II dC y consistente en un anillo de metal dividido en dos mitades unidas por un cinturoacuten de cuero y originalmente tintado en rojo67

El equipamiento de las monturas de los catafractii romanos es otro as-pecto poleacutemico quizaacutes el que maacutes En primer lugar respecto de las sillas de montar eacutestas responderiacutean probablemente al modelo presentado por Con-nolly pero a un tipo particular cuyo entramado riacutegido interno y cuernos es-tariacutean maacutes desarrollados planteando una sujecioacuten mucho maacutes riacutegida y firme Este tipo de sillas poseiacutea ademaacutes una estructura reforzada con elementos metaacutelicos Seguacuten Connolly y C Van Dryel Murray este tipo de sillas res-ponderiacutea especialmente a un uso por parte de unidades de caballeriacutea pesada donde el peso de la armadura del jinete sumada a su modalidad de combate (choque con lanza pesada) hariacutea necesaria una sujecioacuten maacutes firme para evitar quedar descabalgado asiacute como un maacutes eficiente reparto del peso sobre el lomo y los costados del caballo Este tipo de sillas es visible tambieacuten sobre los caballos de los clibanarios sasaacutenidas que aparecen en el relieve de Firu-zabad68 En segundo lugar estaacute la cuestioacuten en torno a si las monturas de los catafractii romanos del s II y comienzos del III dC llevaban alguacuten tipo de proteccioacuten y cuaacuten completa era esta En este sentido se han lanzado diver-sas propuestas e hipoacutetesis por una parte aquellos que consideran que los ca-tafractii romanos probablemente no emplearon proteccioacuten para sus monturas al menos no en la forma casi sistemaacutetica y masiva que caracterizaba a la ca-balleriacutea pesada parta y que caracterizariacutea maacutes tarde a la sasaacutenida y a la pro-pia caballeriacutea pesada romana bajoimperial en este sentido los catafractii del ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta no seriacutean sino contarii pesada-mente protegidos pero cuyas monturas no portariacutean proteccioacuten alguna fuera de lo comuacuten hasta el momento en el ejeacutercito romano69 otros han propuesto un teacutermino medio sostenido en base a la influencia saacutermata en la creacioacuten y equipamiento de la caballeriacutea pesada romana Es eacuteste el caso de Mielczarek Negin y Lebedynsky entre otros quienes consideran que los catafractii ro-manos no emplearon la protecciones pesadas y o maacutes o menos completas pa-ra sus monturas en el sentido sistemaacutetico que se puede observar en la tradi-cioacuten militar parta o persa sino que emplearon protecciones maacutes limitadas y sobre todo aplicadas a secciones concretas de estas unidades por ejemplo entre aquellos soldados destinados a formar la vanguardia de choque de la formacioacuten o simplemente entre los oficiales70 entre la mayor parte de los autores consagrados al estudio del armamento romano y en particular de la

67 DIXON STEPHENSON 2003 p 59 68 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 p 45 MIELCZAREK 1993 pp 81-82 69 EADIE 1967 pp 166-168 70 MIELCZAREK 1993 pp 74-81 NEGIN 1998 p 74 LEBEDYNSKY 2002 p 237-238

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caballeriacutea existe un acuerdo taacutecito en reconocer el uso por parte de la ca-balleriacutea pesada romana de protecciones metaacutelicas Sin embargo en general o no llegan a un acuerdo en torno a su empleo por parte de las primeras uni-dades de catafractii o se limitan a constatar que los restos arqueoloacutegicos de protecciones equinas pesadas (particularmente las halladas en Dura-Europos) datan en principio del s III dC sin entrar en mayores debates71 finalmente estaacuten aquellos autores que dan simplemente por sentada la asociacioacuten entre el teacutermino catafractii y una proteccioacuten maacutes o menos completa y extendida a la inmensa mayoriacutea (al menos) de las monturas de estas unidades en cual-quier momento desde su creacioacuten72 pero especialmente a partir del s III dC73

En general todas estas corrientes tienden a coincidir en sentildealar que las armaduras pesadas para caballos en el ejeacutercito romano no empezaron a utili-zarse de forma extendida para la caballeriacutea pesada hasta el s III dC De nue-vo el debate se centra en torno a su uso durante el s II dC justo en el mo-mento de la creacioacuten de las primeras unidades de catafractii y particular-mente a causa de la falta de pruebas concluyentes Si se hizo uso de dichas protecciones ya en el s III dC iquestpor queacute razoacuten negar su uso en una fase an-terior aunque eacuteste no fuera un uso generalizado Particularmente preferimos adscribirnos a la tendencia representada por Mielczarek Negin y Lebedyns-ky entre otros autores considerando que los miembros de la uacutenica unidad de caballeriacutea pesada acorazada romana conocida para el s II dC el ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta (y por tanto otras unidades del mismo tipo auacuten por conocer) emplearon protecciones metaacutelicas maacutes o menos pesa-das para sus monturas de un modo ocasional limitado a secciones especiales de la unidad o a la oficialidad siguiendo la corriente de influencia saacutermata Estas protecciones se generalizariacutean a lo largo del s III dC probablemente bajo una mayor influencia de la tradicioacuten militar parta y ante todo sasaacutenida hasta constituir las unidades pesadas del Bajo Imperio que seriacutean el germen de la posterior caballeriacutea pesada bizantina

Este tipo de protecciones incluiriacutea no soacutelo ya los chamfrons metaacutelicos sobradamente conocidos por la caballeriacutea romana de la eacutepoca (y empleados probablemente por los contarii) sino bardas compuestas por malla escamas de cuero o metaacutelicas o laacuteminas que como los ejemplares de Dura-Europos (ya descritos anteriormente) cubririacutean los flancos del caballo y buena parte

71 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-70 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

72 GOLDSWORTHY 1998 pp 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 y 20-21 73 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-322

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de la pechera del mismo74 Este tipo de protecciones probablemente incluiriacutea tambieacuten piezas especiacuteficas para proteger el frontal y la cerviz del animal has-ta la cabeza a semejanza quizaacutes de las empleadas por partos y sasaacutenidas en Oriente Estas piezas particularmente para la cerviz del caballo se han en-contrado tambieacuten en Dura-Europos elaboradas en malla y lazadas mediante correas de cuero75 De este modo si se quisiera proporcionar proteccioacuten tan soacutelo a los caballos de una parte de la unidad lo maacutes loacutegico seriacutea hacerlo con las monturas que marchariacutean en la vanguardia de la formacioacuten de choque y que deberiacutean absorber la fase maacutes violenta del impacto En este sentido las piezas de proteccioacuten maacutes uacutetiles no seriacutean las bardas laterales sino las pro-tecciones para pechera cerviz y cabeza las partes del cuerpo del caballo que quedariacutean expuestas al enemigo durante una carga en formacioacuten cerrada Al prescindir asiacute de las protecciones de los flancos no solo se seguiriacutea apor-tando una proteccioacuten uacutetil a las monturas maacutes expuestas de la unidad durante una accioacuten de combate sino que se estariacutea aligerando el peso que habriacutean de soportar durante la accioacuten reduciendo asiacute el riesgo de agotamiento de las mismas

Si la influencia saacutermata en el origen del contarius romano es maacutes o menos segura la cuestioacuten resulta menos clara para los catafractii Formal-mente un catafractus romano no se diferenciaba del contario saacutermata maacutes pesadamente armado maacutes que en la factura de determinadas partes de su equipamiento muchas de las cuales eran de tradicioacuten puramente romana y unas pocas (como las protecciones maacutes pesadas para las piernas) devendriacutean de tradiciones orientales Sin embargo el hecho de que en ninguacuten momento las fuentes literarias disponibles denominen a la caballeriacutea pesada saacutermata como catafractii y que las protecciones pesadas para caballos entre la mis-ma parezcan ser objeto de un uso tan heterogeacuteneo como vinculado al status y posibilidades econoacutemicas del jinete parece ser el principal punto (al menos inicialmente) de distanciamiento entre los lanceros acorazados saacutermatas y los catafractii romanos Ahora bien suponiendo que la creacioacuten de las unidades de catafractos romanos estuviera respondiendo a la caballeriacutea pesada parta iquestpor queacute esperoacute al s II dC Durante casi tres siglos de encuentros en los campos de batalla de Oriente el ejeacutercito romano no parecioacute tener necesidad alguna de emular a los catafractos y clibanarios partos Finalmente es en el contexto de las guerras daacutecicas y paacuterticas de Trajano y en el reinado de Adriano cuando los catafractii hacen su aparicioacuten en el ejeacutercito romano al-gunas deacutecadas maacutes tarde que los contarii y despueacutes de casi un siglo de con-

74 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-63 67 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

75 DIXON STEPHENSON 2003 p 114

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tacto con la caballeriacutea saacutermata De nuevo la coincidencia de variables parece hablar por siacute sola al igual que primero el contarius el catafractus parece ser una respuesta de la caballeriacutea romana a las refriegas habidas con los exce-lentes jinetes saacutermatas desde mediados del s I dC hipoacutetesis que secundan la mayor parte de los autores76 Cualquier posible influjo oriental en la com-posicioacuten de la primera caballeriacutea pesada romana respondioacute a la incorpora-cioacuten de elementos considerados de utilidad no encontrados en la tradicioacuten militar propiamente romana o saacutermata El incremento de este influjo mate-rializado quizaacutes en la intensificacioacuten y extensioacuten del uso de armaduras pe-sadas para caballos y en el importante desarrollo en general del arma de ca-balleriacutea pesada en Roma tendriacutea lugar ya entrado el s III dC quizaacutes no tanto de manos de los uacuteltimos coletazos del moribundo Imperio parto como del joven y eneacutergico Imperio persa sasaacutenida el cual llevariacutea el arma de ca-balleriacutea en el Oriente a nuevas cotas de desarrollo especializacioacuten en organi-zacioacuten equipamiento y taacutecticas77

Mencioacuten especial requiere la organizacioacuten del ala I Gallorum et Pan-noniorum catafracta No entraremos a resentildear aquiacute la naturaleza del ala como unidad militar del ejeacutercito romano ni la organizacioacuten y estructura de la caballeriacutea romana altoimperial sino un aspecto concreto del ala concreta objeto de nuestro estudio y que parece haber pasado desapercibido a la ma-yor parte de los autores Se trata del hecho de que dicha ala debioacute de ser compuesta en su origen por soldados de dos unidades distintas probable-mente tropas selectas Tal y como sentildeala su nombre el ala estaba compuesta por jinetes galos y panonios Mielczarek ha propuesto precisamente que ca-ra a la creacioacuten de esta unidad de catafractos probablemente se seleccionoacute a los mejores soldados de dos alas distintas posiblemente (seguacuten el parecer del propio Mielczarek) el ala I Pannoniorum y el ala I Gallorum Flaviana Aunque de momento no se trata sino de una hipoacutetesis parece razonable que cara a la primera unidad de caballeriacutea pesada romana (probablemente una unidad que tendriacutea en sus oriacutegenes un marcado caraacutecter ldquoexperimentalrdquo) se seleccionara a personal experimentado y de fiar lo que remarcariacutea el caraacutec-ter de eacutelite de este tipo de unidades

76 EADIE 1967 MIELCZAREK 1993 NEGIN 1998 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

LEBEDYNSKY 2002 77 EADIE 1967 pp 169-172 MICHALAK 1987 MIELCZAREK 1993 pp 63-67 NICOLLE

1996 WILCOX 2001 pp 24-35 FARROKH 2005

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Taacutecticas y limitaciones de la caballeriacutea pesada romana La caballeriacutea fue un arma especializada principalmente en una uacutenica

funcioacuten el ataque Un grupo de jinetes no puede establecer una posicioacuten de-fensiva y mantenerla de forma estaacutetica pues equivaldriacutea claramente a un suicidio en cualquier eacutepoca Cuando una unidad de caballeriacutea ha sido em-pleada con fines de defensa lo ha sido empleando fundamentalmente el ata-que es decir un contraataque

La principal ventaja de un jinete respecto del soldado de infanteriacutea ra-dica en tres puntos fundamentales la altura que le proporciona su montura la rapidez y potencia de la misma y el efecto psicoloacutegico que todo ello sus-cita en el infante El principal modo en que la caballeriacutea (y particularmente la caballeriacutea media y pesada) se enfrenta a la infanteriacutea (y a otras unidades como veremos) es la carga cuya finalidad es desfondar la formacioacuten ene-miga dispersaacutendola para coparla y destruirla o permitir a otras unidades aprovechar la brecha abierta Sin embargo contrariamente a lo que se suele pensar un caballo (o un grupo de caballos) no es capaz de embestir una for-macioacuten cerrada de infanteriacutea Un equino no es un toro ni se comporta como tal El caballo siempre se para antes de llegar a impactar contra un obstaacuteculo que considera no podraacute esquivar o saltar o donde no vea espacio alguno por donde penetrar En este sentido una formacioacuten de infanteriacutea pesada que fuera capaz de mantener su posicioacuten hasta el final teniacutea muchas posibilidades de rechazar una carga de caballeriacutea Existiacutean dos formas para evitar que esto sucediese de modo tal que la carga de caballeriacutea tuviese finalmente eacutexito hostigar a la formacioacuten de infanteriacutea de muacuteltiples modos (ataque con proyec-tiles ataques simulados apoyar a la caballeriacutea atacante con infanteriacutea o ar-tilleriacutea) o bien que un porcentaje suficiente de soldados enemigos no fuera capaz de soportar la tensioacuten psicoloacutegica de ver venir sobre ellos una carga de caballeriacutea y rompiera filas debilitando la formacioacuten desorganizaacutendola y abriendo brechas Como vemos el resultado de una carga de caballeriacutea de-pende maacutes del contexto y de la psicologiacutea que de la carga en siacute misma Sin embargo los nervios de acero necesarios para superar el instinto de autopro-teccioacuten (que nos llevariacutea a quitarnos inmediatamente de la trayectoria de los caballos y sus jinetes) no eran (ni son) un elemento comuacuten en los ejeacutercitos Pocas infanteriacuteas disponiacutean del adiestramiento y disciplina necesarios para mantener la posicioacuten y afrontar una auteacutentica estampida que a sus ojos cla-ramente amenazariacutea con arroyarla Entre tales excepciones se encontraba la

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infanteriacutea legionaria romana la cual soacutelo en determinadas circunstancias era realmente vulnerable a un ataque de caballeriacutea78

Las unidades de caballeriacutea pesada como catafractii y contarii eran un caso auacuten maacutes especial En primer lugar el contus permitiacutea al jinete arroyar a un infante enemigo virtualmente antes de que su montura se viera obligada a detener su marcha Por otra parte sus pesadas protecciones (y la de sus mon-turas al menos para una parte de los catafractii) les otorgaban una mayor se-guridad ante cualquier clase de contraataque enemigo (especialmente pro-yectiles) y una superior capacidad de asumir el riesgo del contacto con una formacioacuten enemiga demasiado firme Pero sobre todo les otorgaba una carga psicoloacutegica brutal la visioacuten de una ldquoparedrdquo blindada erizada de lanzas en auteacutentica formacioacuten de falange avanzando con premura directamente resulta-ba especialmente impactante a ojos de un soldado de infanteriacutea por muacuteltiples factores Ser arroyado por un caballo no es una perspectiva agradable ser arroyado por una marea de lanzas y caballos blindados es una perspectiva auacuten menos agradable Para incrementar la capacidad de penetracioacuten de este tipo de caballeriacutea se empleaban formaciones y ataques en profundidad fun-damentalmente columna y cuneuscuntildea En este sentido la formacioacuten podiacutea concentrar la fuerza de su carga en un frente estrecho que pudiera ser dirigi-do convenientemente contra el punto maacutes deacutebil de la formacioacuten a atacar in-cluso con la carga ya en curso Sin embargo la caballeriacutea pesada poseiacutea una desventaja potencial el enorme peso de su equipamiento reduciacutea la veloci-dad de su carga su maniobrabilidad y podiacutea agotar a sus caballos muy raacutepi-damente En este sentido podiacutean ser viacutectimas faacuteciles de unidades maacutes aacutegiles y raacutepidas o de un contraataque al teacutermino de una extenuante carga (exitosa o no) Por otra parte no estaban precisamente capacitados para realizar una re-tirada raacutepida con los caballos extenuados por el esfuerzo de cargar despla-zando sobre sus lomos a su jinete con su equipamiento y su propia pro-teccioacuten los catafractii podiacutean encontrarse en una situacioacuten realmente com-prometida si su ataque fracasaba y no se encontraban en posicioacuten de recibir apoyo inmediato de unidades aliadas capaces de protegerlos el tiempo nece-sario para maniobrar y salir del atolladero Otro peligro que desembocaba di-rectamente en el fracaso de la carga (y en las circunstancias antes descritas) era la posibilidad de que la formacioacuten perdiera su cohesioacuten durante la carga Para evitar esta circunstancia (y reducir la extenuacioacuten de los caballos) se procuraba no cargar a mayor velocidad que un trote ligero79

78 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

79 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 y 241 LEBEDYNSKY 2002 p 237 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

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A la hora de afrontar a otra caballeriacutea las circunstancias eran dife-rentes La caballeriacutea como especialista en ataque teniacutea tambieacuten la funcioacuten de neutralizar a la caballeriacutea del adversario negaacutendole asiacute la mayor parte de la iniciativa y ganando la oportunidad de flanquear sus formaciones y ata-carlas desde diversos puntos Un ejeacutercito cuya caballeriacutea abandonara el cam-po de batalla por otra parte aunque auacuten podiacutea imponerse mediante la fuerza de su infanteriacutea (si era capaz de rechazar el ataque de la caballeriacutea adversaria y de desalojar a su infanteriacutea) careceriacutea de cualquier posibilidad para explo-tar adecuadamente la victoria la caballeriacutea fue hasta la I Guerra Mundial la uacutenica arma capacitada para lanzar una persecucioacuten sobre una fuerza enemiga en retirada convirtiendo esta uacuteltima en una desbandada desorganizada y dis-poniendo asiacute de la oportunidad de transformar un ejeacutercito derrotado en un ejeacutercito destruido En este sentido la caballeriacutea no fue soacutelo una pieza taacutectica fundamental a la hora de la batalla sino una herramienta baacutesica de la estra-tegia a nivel global de cualquier conflicto a lo largo de unos tres milenios de historia militar

La infanteriacutea puede rechazar a la caballeriacutea pero nunca perseguirla (maniobra que equivaldriacutea a dar la ocasioacuten a los jinetes derrotados de dar media vuelta y lanzar un inesperado contraataque que convirtiera en desastre para la infanteriacutea lo que empezoacute siendo un eacutexito Las huidas fingidas como ya hemos sentildealado eran tambieacuten una interesante taacutectica a emplear por parte de la caballeriacutea para desorganizar una formacioacuten enemiga Sin embargo no era una taacutectica que entrara dentro del ldquomanual de instruccionesrdquo de la ca-balleriacutea maacutes pesada limitada como estaba en sus movimientos) Soacutelo la ca-balleriacutea podiacutea derrotar poner en fuga y destruir a otra caballeriacutea El modo de hacerlo sin embargo era materia delicada Una formacioacuten cerrada para ata-car a otra caballeriacutea resultaba inuacutetil y peligrosa era la mejor forma de que los propios caballos se rompieran los huesos al impactar a gran velocidad contra las monturas enemigas Normalmente y a lo largo de toda la existen-cia de la caballeriacutea de choque dos formaciones de caballeriacutea que cargan una contra otra a la espera de un combate mano a mano tienden a abrir sus liacuteneas para esquivar el choque frontal contra los caballos rivales Al producirse el choque el jinete tratariacutea de atacar con sus armas a su rival maacutes cercano a uno u otro lado intentando derribarle o herirle mortalmente En estas cir-cunstancias el contus sarmaticus vuelve a relucir por sus virtudes permitiacutea (al igual que la lanza de cometida medieval las lanzas de los huacutesares alados polacos o las lanzas de los ulanos austriacos o los cosacos rusos) golpear al jinete adversario antes de que eacuteste equipado con espada o con una lanza maacutes corta pudiese iniciar su propio ataque Una formacioacuten de contarii o de cata-fractii podiacutea asiacute arroyar faacutecilmente la vanguardia de la formacioacuten de caballe-

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riacutea enemiga neutralizando su ataque y desorganizando totalmente su forma-cioacuten Sin embargo cuando dos formaciones cargaban una contra la otra y llegaban a culminar completamente el choque el combate podiacutea derivar faacute-cilmente en una violenta y caoacutetica refriega En estas circunstancias las espa-das de hoja larga empleadas por la caballeriacutea romana y saacutermata eran particu-larmente esenciales asiacute como sus protecciones dado que un contus tendiacutea a partirse tras el primer o segundo impacto y a ser poco coacutemoda de utilizar cuando el combate se tornaba maacutes cercano En cualquier caso si una forma-cioacuten de catafractii no conseguiacutea imponerse durante el choque a la formacioacuten enemiga el agotamiento de sus monturas y su menor movilidad (sumada a la peacuterdida del orden en la formacioacuten inherente al inicio de la refriega) supon-driacutean una peligrosa situacioacuten en el caso de carecer de apoyo de otras unida-des (bien de caballeriacutea o de infanteriacutea) y de la que no podriacutean salir con mu-cha facilidad80

Tanto frente a otra caballeriacutea como frente a la infanteriacutea el respaldo de unidades de caballeriacutea maacutes ligeras y particularmente arqueros a caballo81 resultariacutea particularmente deseable antes del choque la caballeriacutea ligera po-driacutea hostigar con proyectiles a las formaciones enemigas creando brechas o desorganizaacutendolas y despueacutes del choque podriacutean apoyar a la caballeriacutea pe-sada durante la progresioacuten del combate cubrir su retirada o explotar su eacutexito continuando la persecucioacuten de un enemigo en fuga

Como vemos desde el punto de vista taacutectico y del empleo en el campo de batalla el eacutexito de la caballeriacutea pesada acorazada dependiacutea tanto o maacutes de las circunstancias el contexto y el apoyo que pudieran recibir que de sus propias virtudes Se trataba de unidades altamente especializadas que si que-daban desprotegidas o en situaciones comprometidas podiacutean ser faacutecilmente rechazadas desbandadas o destruidas No se trataba de fuerzas versaacutetiles y probablemente ello condicionoacute que su adopcioacuten y empleo generalizado por parte del ejeacutercito romano fuera tardiacuteo

CONCLUSIONES

El ejeacutercito romano se enfrentoacute durante casi dos siglos a la caballeriacutea

pesada desarrollada por las potencias orientales Tras reveses iniciales debi-dos maacutes a las circunstancias que a una auteacutentica incapacidad para afrontar el ataque de este tipo de caballeriacutea las legiones desarrollaron sus particulares contramedidas recorriendo las primeras deacutecadas de la historia del Alto Im-

80 DIXON SOUTHERN 1997 pp 141-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 235-244 MENEacuteNDEZ

ARGUumlIacuteN 2011 pp 322-324 81 DIXON SOUTHERN 1997 p 143

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perio imperturbables considerando del todo innecesario tomar como inno-vacioacuten un arma a la que eran capaces de batir los catafractos partos y arme-nios

Sin embargo hacia mediados del s I dC algo vino a trastocar este es-cenario en apariencia estable e inamovible de las estepas poacutenticas emergioacute no tanto una nueva arma como una nueva forma de combinar y emplear ar-mas y taacutecticas sobradamente conocidas Los haacutebiles jinetes saacutermatas dejaron atraacutes la claacutesica tradicioacuten militar esteparia basada en el uso del arquero a ca-ballo y la caballeriacutea ligera desarrollaron una nueva caballeriacutea pesada libre de la mayor parte de las debilidades de los pesados catafractos partos flexi-ble y dinaacutemica y capaz de luchar en conjuncioacuten perfecta con otras modali-dades de caballeriacutea como si de un uacutenico cuerpo se tratase A diferencia del catafractario parto el ldquocontariordquo saacutermata era un jinete armado maacutes o menos pesadamente seguacuten las circunstancias y sus propias posibilidades Al igual que su contrapartida parto o armenio el jinete pesado saacutermata aprovechaba al maacuteximo las virtudes de su arma definitoria el contus sarmaticus pero la combinaba con el uso de otras igualmente uacutetiles como la espada de hoja larga y el arco recurvado compuesto Su equipamiento defensivo careciacutea de la rigidez propia del catafracto parto tendiendo a ser sensiblemente maacutes li-gero sin perder las ventajas propias de una proteccioacuten completa y concien-zuda Este equipamiento defensivo ademaacutes podiacutea variar seguacuten las circuns-tancias y las necesidades taacutecticas de cada momento (y no solo exclusi-vamente en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete) Ello permitiacutea al jinete pesado saacutermata oscilar entre una caballeriacutea media pura y una caballeriacutea pesada de choque seguacuten las circunstancias Le convertiacutea en un arma flexible capaz de desempentildear diversos papeles en el campo de batalla y variarlos du-rante el combate mismo seguacuten sus necesidades En combinacioacuten con la habi-lidad natural de estos pueblos para la equitacioacuten y sus excelentes (y numero-sas) fuerzas de caballeriacutea ligera la caballeriacutea pesada saacutermata representaba una amenaza realmente seria y totalmente nueva

Desde la guerra civil del 68-69 dC hasta la paz firmada por Adriano con los saacutermatas roxolanos en 119 dC las legiones romanas y su caballeriacutea hubieron de hacer severos esfuerzos para imponerse a este nuevo enemigo en los campos de batalla actuase eacuteste en solitario o en conjuncioacuten con otros pueblos o Estados Las guerras daacutecicas de Domiciano (85-89 dC) y de Tra-jano (101-106 dC) fueron probablemente los puntos culminantes de esta coyuntura De los sangrientos encuentros habidos sobre las orillas del Danu-bio las colinas daacutecicas y las llanuras de la futura Hungriacutea el ejeacutercito romano extraeriacutea una dura leccioacuten que aprenderiacutea raacutepidamente y pondriacutea en creciente praacutectica con el paso de los antildeos cuando a comienzos del s III dC descen-

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diera el ocaso sobre las uacuteltimas luces legadas por la edad dorada de los Anto-ninos habiendo el Estado romano de afrontar las convulsiones de un mundo en paulatina transformacioacuten

A comienzos del s II dC a caballo entre los diacuteas de Trajano y Adria-no el ejeacutercito romano afrontoacute el laborioso proceso de aplicar buena parte de lo que habiacutea aprendido de manos de la caballeriacutea saacutermata El contus ya habiacutea sido adoptado conformando la primera caballeriacutea de choque especialista de la historia del Imperio A ella le seguiriacutean las protecciones pesadas para jine-tes asiacute como para caballos El ejeacutercito romano conociacutea de sobra los modelos orientales de caballeriacutea pesada y sin embargo en el primer siglo de existen-cia de este arma entre las filas romanas el modelo a seguir fue principal-mente saacutermata Los hechos hablan por siacute solos El ejeacutercito romano habiacutea en-contrado una innovacioacuten de intereacutes para su tradicioacuten militar y la incorporoacute raacutepidamente Las primeras unidades de caballeriacutea pesada acorazada romana llevaron nombres que aludiacutean a tradiciones orientales catafractii pero su ar-mamento y el fundamento de sus taacutecticas era una mezcla de aportaciones romanas y modelos saacutermatas Con la llegada del s III dC estas unidades se hariacutean cada vez maacutes necesarias y sobre la trayectoria marcada por los pio-neros de este arma se labrariacutea el desarrollo completo de la misma

La emersioacuten del Imperio persa sasaacutenida supuso la transformacioacuten re-novacioacuten y revitalizacioacuten del arma de caballeriacutea puramente oriental Los sa-saacutenidas llevaron a un nuevo paroxismo a la combinacioacuten de la caballeriacutea pe-sada y la caballeriacutea ligera de tradicioacuten oriental hasta el punto de que algunos tratadistas militares romanos como Amiano Marcelino llegaron a conside-rarlo como un arma praacutecticamente imbatible En palabras del propio Amiano [] catafractarii [] et sagitarii formidable genus armorum82 Probable-mente estas circunstancias forzaran (entre otros factores) no ya la expansioacuten del arma de caballeriacutea pesada (asiacute como del arquero a caballo) en el ejeacutercito romano de los siglos III y IV dC sino la asuncioacuten por parte de la misma de muacuteltiples elementos propios ya exclusivamente de la tradicioacuten militar irano-persa

La experiencia saacutermata quedoacute atraacutes sin embargo su importancia y la de los primeros prototipos de caballeriacutea pesada romana existentes en el Alto Imperio no debe menospreciarse Fueron la piedra fundadora los cimientos de una importante rama de la tradicioacuten militar romana posterior madre de la bizantina y de buena parte de las tradiciones militares de la posterior Europa medieval donde la caballeriacutea ostentariacutea durante siglos su particular supre-maciacutea En cierto modo puede decirse que la caballeriacutea saacutermata y las primeras

82 AMIANO MARCELINO 16 12 7

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unidades de caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano se encuentran entre las raiacute-ces de una tradicioacuten militar que llevoacute a la caballeriacutea a mantener la ilusioacuten de su reinado sobre los campos de batalla hasta el enloquecedor extremo de atravesar las trincheras y alambradas de la I Guerra Mundial y cargar sobre las divisiones panzer germanas en 1939

SELECCIOacuteN DE TEXTOS EPIGRAacuteFICOS RELATIVOS

83 Camerinum (Camerino) Regio VI Italia CIL XI 5632

M(arco) Maenio C(ai) f(ilio) Cor(nelia) Agrippae L(ucio) Tusidio Campestri hospiti divi Hadriani patri senatoris praef(ecto) coh(ortis) II Fl(aviae) Britton(um) equitat(ae) electo a divo Hadriano et misso in expeditionem Brittannicam trib(uno) coh(ortis) I Hispanor(um) equitat(ae) praef(ecto) alae I Gallor(um) et Pannonior(um) catafractatae proc(uratori) Aug(usti) praef(ecto) classis Brittannicae proc(uratori) provinciae Brittanniae equo publico patrono municipi(i) vicani Censorglacenses consecuti ab indulgentia Optimi Maximique Imp(eratoris) Antonini Aug(usti) Pii beneficio interpretationis eius privilegia quibus in p[e]rpetuum aucti confirmatique sunt l(ocus) d(atus) d(ecreto) d(ecurionum) g(ratis)

Ad Mediam (Mehadia) Dacia CIL XVI 110 = CIL III 886 = AE 1980 760

[Imp(erator) Caes(ar) divi Had]rian(i) f(ilius) divi Traiani [Parthici n(epos) divi Ne]rvae pron(epos) T(itus) Aelius [Hadrianus Ant]oninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) [max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII] imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae) [equit(ibus) et pedit(ibus)] qui mil(itaverunt) in alis III quae [appell(antur) Silia]n(a) et Gall(orum) et Pann(oniorum) [catafrac(taria) et F]ront(oniana) et coh(ortibus) XII I Ulp(ia) [Britton(um)] |(milliaria) et I Fl(avia) Ulp(ia) Hisp(anorum) |(milliaria) [et 3 I Ael(ia)] Gaesa(torum) |(milliaria) et I Aug(usta) Nerv() [|(milliaria) et I]I Britt(onum) |(milliaria) et I Hispan(orum) [--- e]t II Hisp(anorum) scutat(a) Cy[ren(aica) et ---]n() et VI Thrac(um) et sunt [in Dacia Poroliss]en(si) sub Macrinio [Vindice proc(uratore) qui]nq(ue) et vigint(i) stip[en(diis) emerit(is) dimis(sis) hon]est(a) miss(ione) quor(um) [nomin(a) subscripta s]unt civit(atem) Roman(am) [qui eor(um) non ha]b(erent) ded(it) et con(ubium) cum [uxor(ibus) quas tu]nc hab(uissent) cum est [civit(as) i(i)s dat(a) aut] cum i(i)s quas post(ea) [dux(issent) dumtax(at) si]ngulis [[Imp(erator) Caes(ar) divi Hadrian(i) f(ilius) divi Traiani Parthici n(epos) divi Nervae pron(epos) T(itus) Aelius Hadrianus Antoninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae)] [equit(ibus) et pedit(ibus) qui mil(itaverunt) in alis III ---] et vigint(i) stipend(iis) emerit(is) dimis(sis) honest(a) miss(ione) quor(um) nomin(a) subscript(a) sunt civit(atem) Roman(am) qui eor(um) non haber(ent) dedit et conub(ium) cum uxor(ibus) quas tunc habuis(sent) cum est civit(atem) i(is) dat(a) aut cum i(is) quas post(ea) dux(issent) dumtax(at) singulis a(nte) d(iem) V K(alendas) Oct(obres) Sex(to) Calpurnio Agricola Ti(berio) Claudio Iuliano co(n)s(ulibus) coh(ors) I Ulpia Britton(um) |(milliaria) cui

83 Tomados del Epigraphische Datenbank Clauss-Slaby httpwwwmanfredclauss de

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prae(e)st L(ucius) Nonius Bassus Picen(o) ex pedite Luonerco Molaci f(ilio) Britt(oni) descript(um) et recognit(um) ex tabul(a) aer(ea) quae fixa est Romae in mur(o) post templ(um) divi Aug(usti) ad Minervam

Tipasa (Tefessad) Mauretania Cesariense AE 1951 265 = AE 1955 133

D(is) M(anibus) Adiutoris eq(uitis) al(ae) pri(mae) Can(n)anafatium vi(xit) XXXXI m(ilitavit) an(nos) XXIII pro(curante) l(i)b(erto) ipsi(us) bene me(renti) Cabanus he(res) po(suit)

Savaria (Szombathely) Panonia Superior CIL III 4183

T(itus) Cnorius Sabinianus ex praef(ecto) alae Contariorum v(ir) e(gregius) et L(ucius) Val(erius) Verus dec(urio) c(oloniae) C(laudiae) Savar(iensium) sacerdotalis p(rovinciae) P(annoniae) s(uperioris) cryptam vi ignis exustam sumptibus suis refecerunt

Brigetio (Kornye) Panonia Superior CIL III 4278

D(is) M(anibus) Val(erio) Saturnino vet(erano) ex dup(licario) alae I Ulp(iae) Cont(ariorum) qui vixit an(nos) L et Val(erio) Sabino mil(iti) leg(ionis) I Ad(iutricis) stip(endiorum) III vixit an(nos) XXV filio Caes(ia) Digna marito et filio f(aciendum) c(uravit)

Apamea Siria AE 1987 955

Aur(elio) Basso quandam(sic) sig(nifero) al(ae) I Ulp(iae) (C)ontariorum stipendiorum VIII vixit annos XXVIIII XI Kal(endas) Maias Gallo et Volusiano consilibus() titulus positus a Marc(io) Cotum(sic) (d)ec(urione) al(ae) c(ivium) R(omanorum)

Apamea Siria AE 1993 1589

D(is) M(anibus) Iulius Valerianus eques alae I Ulp(iae) contariorum stip(endiorum) XXIII vixit annis XXXXVI Ulp(ius) Ingenu(us) dupl(icarius) alae eiusdem heres posuit b(ene) m(erenti)

Arrabona (Gyor) Panonia Superior CIL III 4379

D(is) M(anibus) Ulp(ius) Variu(s) Ore() vet(e)r(anus) ex stat(ore) al(a)e I Ulp(iae) Cont(ariorum) do(mo) Af(rica) vixs(it) ann(os) XLV et Ael(iae) Sabin(a)e fi(liae) vix(it) ann(os) X Ael(ia) Domitia con(iunx) et Ulp(ius) Sabinianus et Ulp(ius) [Cele]rinus et Sabi[nil]la fili(i) vivi cum [mat(re) pa]tri karis(simo) posuerunt

Sentpalpuszta Panonia Superior CIL III 11081 = AE 1899 3

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[D(is) M(anibus)] M(arcus) Aur(elius) [3]us vex(illarius) al(ae) p(rimae) C(ontariorum) Anto(ninianae) et Elv(iae) Bon(a)e c(oniugi) car(issimae) et f(iliae) Aur(eliae) Valerin(a)e et Ae(liae) Sabin(a)e et Elv(io) Verecundo an(norum) LXX Pulc(h)r(a)e() Suri an(norum) LX et Elv(io) Vitali an(norum) XVIII et Au(relio) Ma(n)suetiano an(norum) VII et Ae(lio) Florido M(arcus) Aur(elius) Valerianus sib(i) [et] su[i]s vivi f(ecit)

Roma CIL VI 1449 = AE 1967 16 = AE 196970 13

M(arco) Macrinio Avito M(arci) f(ilio) Claud(ia) Catonio Vindici co(n)s(uli) aug(uri) p(opuli) R(omani) Quiritium leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) prov(inciae) Moes(iae) inf(erioris) leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) Moes(iae) sup(erioris) cur(atori) civitat(is) Arimin(ensium) p[r]oc(uratori) prov(inciae) Dac(iae) Malv(ensis) praef(ecto) alae contar(iorum) praef(ecto) alae III Thrac(um) trib(uno) milit(um) leg(ionis) VI Victr(icis) praef(ecto) coh(ortis) VI Gall(orum) donat(o) donis mil(itaribus) in bello Germ(anico) ab Imp(eratore) M(arco) Aur(elio) Antonino Aug(usto) hast(is) pur(is) II et vexill(is) II cor(o)na mural(i) et vallar(i) Iunia Flaccinilla marito karissimo et Macrinia Rufina patri piissimo vixit annis XLII m(ensibus) V

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SELECCIOacuteN DE IMAacuteGENES

Fig 1 Relieve de la estela funeraria del eques Aduitor miembro del ala I Canninefatum (AE 1955

133) empuntildeando un contus sarmaticus por el lateral derecho de su montura DIXON SOUTHERN 1997 p 49

Fig 2

Grafito de Dura-Europos datado en torno a los ss II-III dC representando un catafracto parto romano o sasaacutenida JUNKELMANN 1992 p 197

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Fig 3 Las dos bardas de escamas metaacutelicas completas encontradas por Rostovzeff en las

excavaciones de Dura-Europos a lo largo de la campantildea de 1932-33 JUNKELMANN 1992 p 214

Fig 4 Relieves de Firuzabad (Iraacuten) representando a un clibanario persa sasaacutenida derribando a un

catafractarioclibanario parto s III dC Obseacutervese las bandas transversales que se ven en los brazos del jinete de la derecha que probablemente esteacuten representando un tipo de manica

WILCOX 2001 p 22

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Fig 5 Relieve de Firuzabad representando a unos catafractosclibanarios parto y sasaacutenida forcejeando

en combate cuerpo a cuerpo Ilustracioacuten de Wilcox 2001 p 23

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FIG 6 Catafractos partos del s I aC Obseacutervense las protecciones tipo manicae portadas por ambos

jinetes en los brazos El jinete de la derecha tambieacuten las lleva sobre las piernas A Mc Bride en WILCOX 2001

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Fig 7 Fragmentos de cotas de escamas y laacuteminas para armadura encontradas en enterramientos

saacutermatas de los ss I-III dC NEGIN 1998 p 70

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Fig 8 Estela de Athenios en Panticapea (Crimea Ucrania) donde se puede observar a un jinete (izqda) que parece montar un caballo protegido con una cota de escamas al igual que eacutel

NEGIN 1998 p 66

Fig 9 Reconstruccioacuten de un contario saacutermata (izqda) en accioacuten s II dC seguacuten G Embleton en

BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 10 Reconstruccioacuten el posible aspecto de un jinete pesado saacutermata y de la posible proteccioacuten de su

montura s II dC seguacuten G Embleton en BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 11 Reconstruccioacuten de un jinete pesado saacutermata equipado con una armadura compuesta ss I-II

dC seguacuten NEGIN 1998 p 73

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Fig 12 Casco romano tipo Russell Robinson tipo B basado en un ejemplar encontrado en Ely

(Cambridgeshire Reino Unido) ss I-II dC GOLDSWORTHY 1998 p 238

Fig 13

Casco romano tipo Rusell Robinson E basado en un hallazgo realizado en Hedderneim (Alemania) ss II-III GOLDSWORTHY 1998 p 238

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Fig 14

Reconstruccioacuten de un casco romano del tipo Niederbieber ss II-III dC seguacuten GILBERT 2010 p 136

Fig 15

Reconstruccioacuten de una variante del casco romano tipo Heddernheim con y sin maacutescara de proteccioacuten para el rostro ss II-III dC seguacuten ALEXANDRA GILBERT 2009 pp 24-26

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Fig 16 Fragmento de lorica squamata de escamas semi-riacutegidas s II dC

BISHOP COULSTON 1993 p 116

Fig 17 Silla de montar romana de cuatro cuernos seguacuten la reconstruccioacuten de P Connolly

DIXON SOUTHERN 1997 p 71

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Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

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Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

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Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

Recibido 17 mayo 2011 Aprobado 22 junio 2011

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AQVILA LEGIONISCuadernos de Estudios sobre el Ejeacutercito Romano

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David SIERRA ESTORNEacuteSLa taacutectica del ejeacutercito romano centuriado a traveacutes de las fuentes literarias 37-68

David SORIA MOLINAContarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romanode Vespasiano a Severo Alejandro 69-122

HISTORIOGRAFIacuteA

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INFORMACIOacuteN BIBLIOGRAacuteFICA 207-209

PORTATIL
Texto escrito a maacutequina
PORTATIL
Texto escrito a maacutequina

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Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano

de Vespasiano a Severo Alejandro

David SORIA MOLINA Doctorando ndash Universidad de Murcia

RESUMEN La adopcioacuten de la caballeriacutea pesada acorazada de choque por parte del ejeacutercito romano supuso un cambio fundamental en su tradicioacuten militar El desarrollo de las primeras unidades de contarii catafractii y clibanarii asiacute como su particular expansioacuten a lo largo del s III dC nos habla de un importante proceso de transformacioacuten en el pensamiento taacutectico del ejeacutercito romano y de una nueva muestra de su fascinante capacidad de adaptacioacuten a las circunstancias que el medio le planteaba A lo largo de este artiacuteculo trataremos la apari-cioacuten de estas primeras unidades tales como el ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta y el ala I Vlpia contariorum las tradiciones militares en que pudieron inspirarse asiacute como su fun-cionamiento en el campo de batalla sin olvidar plantear las principales teoriacuteas historiograacute-ficas en torno a estas cuestiones

SUMMARY The adoption by the roman army of heavy armored shock cavalry was a

fundamental change in his military tradition The development of the early contarii catafrac-tii and clibanarii units as well as their particularly expansion during the Century III AD tell us about a main transformation in the tactical mind of the roman army and of a new example of his fascinating capacity in adapting to the circumstances that the medium offered to it Along this article we shall discuss about the apparition of this first military units like ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta and ala I Vlpia contariorum the military traditions in which could inspirate themselves and so their work in the battlefield without forgetting to explain the main historiographical theories about this matters

La caballeriacutea pesada acorazada especializada en acciones de carga y

choque se encuentra presente en los ejeacutercitos de la Antiguumledad desde el pe-riodo heleniacutestico Emergidas entre las filas de la caballeriacutea de los pueblos de las estepas euroasiaacuteticas estas unidades se convertiriacutean en un elemento esen-cial de los ejeacutercitos del Imperio parto las tribus saacutermatas del Imperio sasaacute-nida o entre los alanos Se trata de culturas cuya tradicioacuten militar gravitoacute en torno al uso masivo de la caballeriacutea y donde la infanteriacutea constituyoacute o bien un mero elemento auxiliar o una fuerza con un protagonismo menor al que este arma teniacutea en el Occidente greco-romano Todas estas culturas entraron en contacto directo con el Imperio romano en un momento u otro desde el s I aC un contacto en muchas ocasiones violento que contemplariacutea el en-

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cuentro sobre los campos de batalla del Proacuteximo Oriente y la Europa del Es-te de la caballeriacutea pesada oriental y las legiones romanas altoimperiales Y sin embargo no fue hasta comienzos del s II dC que el ejeacutercito romano co-menzoacute a desarrollar sus propias unidades de caballeriacutea pesada acorazada si-guiendo los modelos estepario-orientales con los que habiacutea convivido hasta el momento

Estas unidades de caballeriacutea pesada fueron conocidas por la historio-grafiacutea latina y griega como cataphractikataphractoi clibanarii y contarii Aunque los testimonios de su presencia en los ejeacutercitos partos y saacutermatas son abundantes en la literatura greco-latina de la eacutepoca su aparicioacuten en los ejeacuter-citos romanos en eacutepoca altoimperial a penas nos es conocida gracias a la epi-grafiacutea y a muy escasos testimonios literarios

A lo largo de los dos primeros siglos del Alto Imperio la caballeriacutea romana habiacutea sido una versaacutetil y flexible arma capacitada para combatir igualmente a distancia como en formaciones cerradas de choque a la carga iquestQueacute pudo motivar el desarrollo a finales del s I y principios del II dC de unidades que a todas luces estaban bastante alejadas de la tradicioacuten militar romana

FUENTES Los testimonios en torno al surgimiento de la caballeriacutea pesada acora-

zada en el ejeacutercito romano provienen predominantemente de la epigrafiacutea Tan soacutelo Flavio Josefo al describir el ejeacutercito del futuro emperador Vespa-siano empentildeado en su contienda contra la revuelta judiacutea del 66 dC hace mencioacuten expliacutecita la existencia ya en el ejeacutercito romano de unidades de ca-balleriacutea denominadas contarii (en griego κοντοφόρoι)1 es decir jinetes equi-pados con el contusκόντος una lanza pesada de acometida unos cuatro me-tros de longitud empuntildeada a dos manos de origen saacutermata2 Sobre la existen-cia de unidades de contarii en eacutepoca de Adriano hace varias menciones igualmente Arriano en su Tactica3

A traveacutes de la epigrafiacutea sin embargo tenemos atestiguadas tres unida-des formadas aproximadamente bajo los reinados de Trajano y Adriano En primer lugar el Ala I Vlpia contariorum milliaria probablemente constituida

1 FLAVIO JOSEFO La guerra de los Judiacuteos III 5 5 2 DIXON STEPHENSON 2003 p 71-73 DIXON SOUTHERN 1997 pp 75-76 BISHOP

COULSTON 1993 pp 109-111 FIELDS 2006 pp 10 LEBEDYNSKY 2002 p 163 GOLDS-WORTHY 1998 p 240

3 ARRIANO Taacutectica 4 seguacuten EADIE 1967 p 167

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bajo el reinado de Trajano y para la cual disponemos de abundantes testimo-nios epigraacuteficos en forma de inscripciones votivas honorarias y funerarias asiacute como diversos diplomas militares muchos de los cuales datan del reina-do de Septimio Severo4 En segundo lugar el ala I Canninefatum Canina-fatium Cannanefatium conocida a traveacutes de la estela funeraria del eques Adiutor donde aparece este jinete romano empuntildeando una lanza a dos manos que probablemente sea un contus5 En tercer lugar dos referencias al ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta La primera y maacutes importante de las mismas data de eacutepoca de Adriano6 una estela dedicada a Marco Menio Agri-pa prefecto del ala citada siendo la primera referencia a unidades de cata-fractarios del ejeacutercito romano conocida antes de mediados del s III dC La segunda pertenece a un diploma militar datado en el antildeo 154 dC durante el reinado de Antonino Piacuteo donde soldados de este ala reciben su honesta missio junto con miembros de otras unidades auxiliares7

El registro iconograacutefico representa otra de las fuentes clave para el co-nocimiento de estas unidades militares en el periodo citado En primer lugar debemos citar los relieves que acompantildean algunas de las inscripciones cita-das especialmente las de caraacutecter funerario donde suele aparecer el soldado a lomos de su caballo o a pie junto al mismo En este sentido podemos citar como ejemplo la estela del eques Aduitor del ala I Canninefatum Debemos sentildealar que hasta la fecha no se ha encontrado ninguacuten relieve (funerario o no) datado en eacutepoca antonina o severa donde esteacute representado un catafrac-tus o un clibanarius identificable como romano Nuestras fuentes iconograacute-ficas para estas unidades se completan con relieves incluidos en contextos monumentales asiacute como con grafitos En el primer caso se han sentildealado las metopas I II III y IV del Tropaeum Traiani en Adamklissi En eacutestas apa-recen representados sendos jinetes equipados con cota de mallas espada un posible escudo y una lanza portada con una sola mano mientras que sus monturas no se presentan protegidas Seguacuten J W Eadie8 estos jinetes esta-riacutean equipados probablemente con un contus (deduccioacuten que extrae especial-mente de la metopa IV donde aparece uno de estos jinetes alanceando a un

4 CIL III 4183 4278 4341 4359 4360 4361 4362 4369 4370 4378 4379 5091 11081 13441 CIL V 5266 CIL VI 1449 CIL XVI 64 AE 1977 3 AE 1908 45 46 AE 1965 131 AE 1987 796 955 AE 1993 1589 1590 1593 1596 AE 2004 1905

5 AE 1955 133 DIXON STEPHENSON 2003 p 70-71 SPEIDEL 1992 GOLDSWORTHY 1998 p 240 LEBEDYNSKY 2002 p 236 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 323-324

6 CIL XI 5632 GOLDSWORTHY 1998 p 241 DIXON SOUTHERN 1997 p 76 EADIE 1967 p 167

7 CIL XVI 110 = CIL III Diploma XLIV = AE 1980 760 EADIE 1967 p 167 MIELCZAREK 1993 p 73

8 EADIE 1967 p 167

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enemigo) y que por lo tanto estariacuteamos ante la imagen de unos contarii Pa-ra justificar el hecho de que las lanzas representadas sean de reducido ta-mantildeo para ser realmente un contus Eadie considera que la imagen (como en otras muchas metopas) estaacute ajustada a los liacutemites del espacio disponible para representarla y que por lo tanto sus dimensiones estaacuten deformadas En el se-gundo caso podemos incluir un grafito encontrado en Dura-Europos donde aparece representado un catafracto o un clibanario a caballo entre los ss II-III dC seguacuten la inmensa mayoriacutea de las teoriacuteas9 Sin embargo en ninguacuten ca-so se ha aclarado la ldquonacionalidadrdquo del jinete representado no arriesgaacutendose ninguna de las propuestas existentes hasta la fecha a aventurar si se trata de un jinete romano parto o incluso sasaacutenida

Finalmente resta por mencionar las fuentes arqueoloacutegicas Sin embar-go los testimonios arqueoloacutegicos de la existencia de estas unidades desde eacutepoca de Trajano hasta Severo Alejandro resultan escasos Salvo que aparez-ca una inscripcioacuten lo suficientemente clara no hay forma de atribuir un acuartelamiento de caballeriacutea romana (dado el caso de que se pueda iden-tificar claramente dicho acuartelamiento como propio de una unidad de ca-balleriacutea) a un tipo de unidad o a otra Por otra parte los hallazgos de piezas de equipamiento (fragmentarias o completas) atribuibles exclusivamente a contarios catafractos o clibanarios resultan muy escasos aunque significati-vos y a veces difiacuteciles de identificar como tales Respecto al arma caracte-riacutestica de los contarii el contus no han sobrevivido en el registro arqueoloacute-gico restos orgaacutenicos (la madera del asta) que nos permitan identificar una lanza de acometida como un arma de estas caracteriacutesticas Respecto de las puntas y regatones metaacutelicos que siacute suelen conservarse (en mejor o peor es-tado) en el registro arqueoloacutegico apenas podemos distinguir su pertenencia a armas arrojadizas o armas de acometida pero dentro de esta uacuteltima categoriacutea resulta casi imposible establecer su atribucioacuten a un contus con suficiente se-guridad En cuanto a elementos considerados como parte exclusiva del equi-pamiento de un catafractario o un clibanario (en principio no necesariamente romano pues como veremos maacutes adelante existe un importante debate en torno al equipamiento atribuible a estos catafractii y clibanarii romanos y auacuten a los de otros Estados y culturas de la eacutepoca) destacan claramente las tres bardas de escamas encontradas durante las excavaciones en Dura-Euro-pos en 1932-33 y datadas hacia el s III dC 10 Aunque trataremos el (proba-ble) equipamiento militar de estas unidades con mayor detalle en otro apar-tado sentildealaremos aquiacute que dos de ellas (una completa y otra fragmentaria)

9 ROSTOVZEFF 1933 MIELCZAREK 1993 p 36 BISHOP COULSTON1993 p 157 DIXON

SOUTHERN 1997 p 76 Seguacuten FIELDS 2006 p 10 se tratariacutea de un clibanarius 10 ROSTOVZEFF BELLINGER HOPKINS WELLES1936 y JAMES 2004

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son de escamas de bronce cosidas a un manto de lino mientras que la res-tante es de escamas de hierro cosida igualmente a un manto de tela11 Otros hallazgos arqueoloacutegicos (como los cubrecabezas para caballos teacutecnicamente denominados como chamfrons) son atribuibles tanto a las unidades pesadas de choque de la caballeriacutea romana que estamos tratando como a otras unida-des maacutes comunes desde otros elementos de proteccioacuten maacutes o menos pesados para jinete o caballo hasta piezas de uso praacutecticamente general como sillas de montar arreos etc que expondremos con detalle maacutes adelante Algunas de estas piezas como las sillas de montar (magniacuteficamente estudiadas por P Connolly12) pueden servir de ayuda para enfocar y dilucidar diversas cues-tiones y discusiones surgidas en la historiografiacutea en torno a la caballeriacutea pe-sada romana altoimperial

CONTARII CATAFRACTII CLIBANARII IDENTIFICACIOacuteN Y DEFINICIOacuteN DE UNA

ESPECIALIDAD MILITAR La utilizacioacuten de los teacuterminos contarii catafractii y clibanarii por

parte de los romanos para referirse a diversas formas o de diversos modos a unidades de caballeriacutea pesada de choque maacutes o menos acorazada es un hecho Sin embargo iquestsabemos realmente cuaacutel era la definicioacuten que se ocul-taba tras cada teacutermino a ojos de un militar romano de los ss II-III dC Eacuteste no es un tema baladiacute pues en cierta medida la cuestioacuten continuacutea abierta no habiendo auacuten un consenso o al menos una corriente imperante en torno a cuaacutel era la distincioacuten real entre un catafractus y un clibanarius Respecto al contarius por el contrario no parecen existir excesivas dudas acerca de su particular naturaleza si bien algunas propuestas lanzadas al respecto de los catafractii romanos han llegado a asemejarlos bastante Dar respuestas a estas preguntas antes de abordar en detalle los antecedentes y el desarrollo de las primeras unidades de caballeriacutea pesada acorazada del ejeacutercito romano es esencial

La cuestioacuten en torno a queacute era un contarius es la mejor aclarada hasta la fecha Antes de su atestiguacioacuten en el ejeacutercito romano el contarius no aparece maacutes que entre las filas de la caballeriacutea saacutermata como veremos En general todas las tesis sostienen que el contario o contarius tambieacuten cono-cido como κοντοφόροι dentro del ejeacutercito romano o del saacutermata era un ji-nete cuya principal caracteriacutestica era empuntildear una lanza de casi cuatro me-tros de largo denominada contus sarmaticus La proteccioacuten de un contario

11 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-63 DIXON STEPHENSON 2003 pp 115-116 JAMES 2004 FIELDS 2006 p 20

12 CONNOLLY 1986 1987 1997 2004 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991

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podriacutea ser mayor o menor pero en general su montura no se encontrariacutea pe-sadamente protegida13 Es esta la imagen que parece aportar la estela del eques Aduitor14 quien aparece armado aparentemente tan soacutelo con el contus y vistiendo uacutenicamente una tuacutenica y un manto mientras que su caballo no parece llevar tampoco proteccioacuten alguna Siguiendo la propuesta lanzada por Eadie al respecto de los jinetes de las metopas I a IV del Tropaeum Traiani los contarii apenas portariacutean como proteccioacuten corporal una coraza corriente y a lo sumo un yelmo sin que sus caballos portaran proteccioacuten alguna Pero maacutes allaacute de estos detalles la definicioacuten del contario estariacutea clara un jinete equipado principalmente con un contus de este modo combinariacutea la agilidad y velocidad de un jinete comuacuten (cuyo caballo no estariacutea significativamente protegido) con la potencia de embestida de una lanza pesada que aporta la ventaja de golpear antes al enemigo (y derribarlo) gracias a su superior lon-gitud15

La cuestioacuten en torno a los catafractii y clibanarii es de una naturaleza bien distinta empezando por el hecho de que no estaacute claro si se trata de dos teacuterminos distintos refirieacutendose a una misma especialidad de caballeriacutea o si se trata realmente de dos especialidades en verdad distintas en taacutecticas y en equipamiento

En principio el teacutermino griego κατάφρακτος significa ldquocubierto de armadura acorazadordquo16 o ldquocubierto con cota de mallardquo17 La terminologiacutea pone asiacute el eacutenfasis desde el principio en la proteccioacuten en este sentido se tra-tariacutea de la caracteriacutestica definitoria de un catafractario Entre tanto clibana-rius viene del teacutermino latino clibanus ldquohorno de campantildeardquo18 que a su vez desciende del teacutermino griego κλίβανος ldquohorno hornillordquo teacutermino que posi-blemente hiciera referencia a las altas temperaturas que se podiacutean alcanzar bajo una armadura metaacutelica densa Asiacute pues en principio parece que la ca-racteriacutestica principal inicial de ambos tipos de jinete es portar una proteccioacuten metaacutelica especialmente extensa o acentuada proteccioacuten que se hariacutea exten-

13 ARRIANO Taacutectica 4 3 44 EADIE 1967 pp 165-167 DIXON SOUTHERN 1997 pp 49-50 y 75-76 LEBEDYNSKY 2002 pp 163-166

14 SPEIDEL 1992 considera que el ala I Canninafatium al no especificar que estuviera compuesta o no por contarii probablemente se trataba de un ala de equites tiacutepicamente roma-nos donde un grupo de soldados (entre los que se contariacutea Aduitor) se especializariacutea en el uso del contus

15 GOLDSWORTHY 1998 p 241 16 PABOacuteN S DE URBINA Diccionario manual griego-espantildeol Madrid 1999 17 EADIE 1967 p 162 18 SEGURA MUNGUIacuteA Nuevo diccionario etimoloacutegico latiacuten-espantildeol y de las voces deriva-

das Universidad de Deusto Bilbao 2006

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siva al caballo19 Sin embargo aunque la terminologiacutea pone el acento en el equipamiento militar como medio de distincioacuten de estas unidades de caballe-riacutea respecto de otras no aporta ninguna pista para realizar esa misma distin-cioacuten entre los catafractii y los clibanarii propiamente dichos Definir correc-tamente queacute es un catafracto y queacute es un clibanario (al menos en lo que al ejeacutercito romano se refiere) resulta fundamental para entender queacute tipo de sol-dados eran realmente los catafractii de eacutepoca altoimperial

Seguacuten Speidel catafractii seriacutea un teacutermino que hariacutea referencia a todo tipo de caballeriacutea pesada acorazada del ejeacutercito romano fuera cual fuera su funcioacuten taacutectica o particularidades especiacuteficas de equipamiento clibanarii se refeririacutea entonces a la caballeriacutea pesada de semejante tipo propia de los ejeacuter-citos partos y sobre todo sasaacutenidas20 Sin embargo esta teoriacutea no nos resulta de utilidad directa cara a nuestro estudio pues se refiere a unidades de ca-balleriacutea contenidas en la Notitia Dignitatum y a otras unidades del Bajo Im-perio las cuales no abordamos aquiacute

Para JC Coulston la distincioacuten entre ambos tipos de unidades deven-driacutea principalmente por tanto del equipamiento21 sobre todo si tenemos en cuenta que en el propio Bajo Imperio encontramos unidades de clibanarios y catafractos en el ejeacutercito romano atestiguadas por la propia Notitia Dignita-tum especialmente en Oriente22 En este sentido Coulston sostiene que una catafracto es un jinete acorazado menos pesado que su contrapartida cliba-nario y que hariacutea uso de lanza y escudo en un estilo ldquooccidentalrdquo de combate El clibanario por el contrario seguiriacutea las tradiciones orientales puras em-pleando fundamentalmente la lanza de acometida y el arco

Desde nuestro particular punto de vista preferimos adscribirnos a la propuesta realizada por M Mielczarek este autor postula que intentar dife-renciar un catafracto de un clibanario a partir (tan soacutelo) del equipamiento mi-litar (tal y como propondriacutea Coulston) no es un punto de partida totalmente acertado y que ha sido fruto de muchas malinterpretaciones de las fuentes Mielczarek hace hincapieacute en la necesidad de tratar de distinguir ambas uni-dades a partir de las taacutecticas que probablemente usaron23 Seguacuten este autor los catafractos seriacutean un tipo de caballeriacutea pesada especializada en cargar con lanza de acometida tipo contus empuntildeada a dos manos por el lado dies-tro de la cabeza del caballo en un estilo de combate especialmente prepara-do para batir a la infanteriacutea (en su origen a la falange macedoacutenica) Los cata-

19 MIELCZAREK 1993 p 9 20 SPEIDEL M P 1984 DIXON SOUTHERN 1997 p 76 21 COULSTON J C 1986 seguacuten DIXON SOUTHERN 1997 p 76 22 MIELCZAREK 1993 pp 76-77 23 MIELCZAREK 1993 pp 11-16

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fractos empleariacutean ademaacutes despliegues en cuntildea y columna para hacer su ataque auacuten maacutes penetrante contra una formacioacuten de infanteriacutea Al enfrentarse a un enemigo capaz ademaacutes de infiltrarse entre las filas de sus monturas y de agredir a sus caballos con el objetivo de descabalgarlos los catafractos llevariacutean sus animales protegidos con armaduras bastante extensas que ten-deriacutean a proteger no soacutelo la pechera cerviz y cabeza de los mismos sino tambieacuten sus flancos y buena parte de las patas Los clibanarios estariacutean equi-pados del mismo modo (ellos y sus monturas protegidos) si bien empleariacutean sus lanzas empuntildeaacutendolas a dos manos en diagonal tras la cerviz del caballo para atacar por el lateral izquierdo del mismo en direccioacuten a otro jinete en este caso los clibanarios estariacutean empleando taacutecticas contra caballeriacutea donde sus despliegues resultariacutean maacutes amplios y abiertos recibiendo incluso apoyo nutrido de otras fuerzas de caballeriacutea maacutes flexibles Al mismo tiempo la pro-teccioacuten de sus monturas no se extenderiacutea tanto hacia las patas mientras que hariacutea hincapieacute en la cerviz la cabeza y los flancos y sobre todo en la pro-teccioacuten del jinete mismo En este sentido catafractii y clibanarii no seriacutean dos formas indistintas de mencionar a un mismo tipo de soldado simple-mente se tratariacutea de soldados equipados de forma similar pero capaces de emplear taacutecticas de catafractii o de clibanarii seguacuten lo requirieran las cir-cunstancias24

Este planteamiento ha sido recogido recientemente por Meneacutendez Arguumliacuten quien tambieacuten aboga por una diferenciacioacuten eminentemente taacutectica entre ambas especialidades de caballeriacutea La propuesta de Arguumliacuten sin embar-go precisa de un modo diferente (pero no excluyente) las particularidades taacutecticas que separan a catafractii de clibanarii los primeros combatiriacutean en formaciones cerradas praacutecticamente en columna mientras que los segundos peleariacutean en formacioacuten aproximada a la de cuntildea apoyados por arqueros a ca-ballo Esta propuesta como ya hemos sentildealado no contradice los presupues-tos lanzados por Mielczarek sino que maacutes bien retoma y completa sus enfo-ques El principal intereacutes de la teoriacutea de Meneacutendez Arguumliacuten radica en que lle-ga a la conclusioacuten clara de que el mismo tipo de jinete podiacutea ser indistinta-mente un catafractus o un clibanarius y que ambas denominaciones no dis-tinguiacutean sino dos taacutecticas y usos concretos de lo que en esencia era el mismo tipo de especialidad militar25

En efecto anteriormente hemos visto que la terminologiacutea parece ha-blar de una semejanza bastante acentuada en el equipamiento ambos tipos de soldado portariacutean pesadas armaduras ellos y sus caballos Las diferencias sensibles entre ambos resultariacutean en realidad miacutenimas Sabemos que los le-

24 MIELCZAREK 1993 pp 43-50 25 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 p 320

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gionarios romanos podiacutean variar su equipamiento (al menos en eacutepoca alto-imperial) seguacuten las circunstancias o las taacutecticas empleadas iquestQueacute impediriacutea por tanto a un catafracto actuar como un clibanario y viceversa seguacuten las necesidades Recordemos por otra parte que auacuten no tenemos atestiguada la existencia de clibanarii (seguacuten nuestras fuentes) en el ejeacutercito romano antes del s IV dC Que soacutelo conozcamos la existencia de catafractos implica que estos se emplearon necesariamente tan soacutelo como arma anti-infanteriacutea En realidad un catafractario necesitaba poco maacutes que el entrenamiento adecuado (en base a los planteamientos de Mielczarek y Meneacutendez Arguumliacuten) para poder actuar como lo que posteriormente seriacutea su homoacutelogo clibanario Quizaacutes la tardiacutea aparicioacuten del clibanarius en el ejeacutercito romano deriva maacutes del uso in-distinto del catafractus contra infanteriacutea y caballeriacutea durante bastante tiempo el clibanarius seriacutea por tanto un desarrollo y una especializacioacuten posterior dentro de una misma rama del ejeacutercito ya de por siacute claramente definida La distincioacuten en base a las taacutecticas propuesta por Mielczarek y enfatizada por Meneacutendez Arguumliacuten resulta la maacutes flexible y la que aporta respuestas maacutes sa-tisfactorias a las preguntas que la caballeriacutea pesada acorazada del mundo an-tiguo (en general) nos plantea Seguacuten Mielczarek el catafracto emerge como una respuesta del arma de caballeriacutea oriental a la falange macedoacutenica26 El clibanario surge posteriormente (ya en el s III dC) de nuevo en contextos orientales y lo hace ya como un homoacutelogo del catafracto especialista en ba-tir a otra caballeriacutea recibiendo apoyo incluso de unidades de jinetes maacutes li-geros especialmente arqueros a caballo27

El desarrollo que podemos plantear a partir de esta teoriacutea resulta loacute-gico el clibanario surge como tal desde el momento en que el catafractario se ve obligado a enfrentarse a otra caballeriacutea o a otros catafractarios con de-masiada frecuencia Probablemente no sea ninguna casualidad que el cliba-nario haga su aparicioacuten a mediados del s III dC en un contexto en el que la principal superpotencia oriental el Iraacuten parto y sasaacutenida se enfrenta frecuen-temente a enemigos que empleaban sus mismas taacutecticas y unidades especia-lizadas (como los saacutermatas o los alanos) o que las han adoptado y empleado contra ellos a su vez igualmente como es el caso claro del Imperio romano y sus alae catafractae

26 MIELCZAREK 1993 pp 43 y 46-48 27 MIELCZAREK 1993 pp 48-50

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ANTECEDENTES Y MODELOS POTENCIALES DE LA CABALLERIacuteA PESADA RO-MANA PARTOS Y SAacuteRMATAS

En el Imperio parto La presencia de catafractos en el ejeacutercito parto estaacute atestiguada desde

el s I aC a partir de los encuentros de Tigranocerta (69 aC) y Carras (53 a C) Este tipo de caballeriacutea entre los partos estaba compuesta por las princi-pales eacutelites de su sociedad dado no soacutelo el coste del equipamiento y su man-tenimiento sino la necesidad de un constante entrenamiento para lograr una aceptable destreza en su uso individual y en el conjunto de una unidad mili-tar28 En este sentido los catafractos formaban un cuerpo minoritario dentro del ejeacutercito si bien constituiacutean probablemente una de las piezas dorsales de su ejeacutercito dadas las taacutecticas empleadas por su ejeacutercito a lo largo de la histo-ria de sus encuentros con Roma

El equipamiento del catafractario parto sin embargo probablemente no estaba estandarizado Al depender de la capacidad adquisitiva de cada in-dividuo las variaciones estariacutean a la orden del diacutea (entre unidades y entre los componentes de las mismas) y probablemente soacutelo unidades selectas como los guardias de corps de los soberanos estariacutean debidamente uniformadas en cuanto a equipo29 Para reconstruir el equipamiento de un catafracto parto disponemos de diversas fuentes principales especialmente los testimonios li-terarios romanos asiacute como diversos testimonios graacuteficos Entre las fuentes literarias destaca Plutarco quien en su biografiacutea de Luacuteculo menciona que la caballeriacutea pesada parta portaba pesadas armaduras ellos y sus monturas hasta el punto de obligar a los legionarios romanos a buscar puntos desprote-gidos y deacutebiles para atacarles30 En su descripcioacuten de la batalla de Carras el mismo Plutarco nos da algunos detalles maacutes sobre los catafractos partos mencionando que portaban cascos y corazas de hierro y que sus monturas iban protegidas con jaeces de bronce o acero31 Las representaciones graacuteficas de catafractos partos son variadas destacando entre ellas el relieve de Firu-zabad y los de Naqsh-i-Rustam donde se representa un violento enfrenta-miento entre catafractos partos y sasaacutenidas asiacute como el ya citado grafito de Dura-Europos donde la adscripcioacuten del jinete representado auacuten sigue en duda

28 MIELCZAREK 1993 p 56 29 WILCOX 2001 p 10 30 PLUTARCO Luacuteculo XXVIII 4 31 PLUTARCO Craso XXIV 1

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A partir de eacutestas y otras fuentes se ha podido reconstruir una imagen general del catafracto parto y su equipamiento para los ss I-III dC Respecto al equipamiento defensivo el jinete portariacutea un yelmo de bronce o hierro y protegeriacutea su torso con una coraza que podriacutea oscilar desde una simple cota de mallas de mayor o menor extensioacuten pasando por una cota de escamas (un tipo de proteccioacuten muy extendida en Oriente y las estepas euro-asiaacuteticas) o incluso una coraza de laacuteminas Las corazas de tipo griego o thoacuterax atesti-guadas en el equipo de la caballeriacutea pesada seleuacutecida y escita no parece ser sin embargo una pieza favorita en el equipo de los jinetes partos ni de otros pueblos esteparios como los saacutermatas Probablemente este factor sea debido a la enorme rigidez de este tipo de protecciones lo que negariacutea al jinete la coacutemoda movilidad necesaria tiacutepica de la tradicioacuten militar de estos pueblos al contrario que la cota de escamas32

Esta proteccioacuten baacutesica podiacutea completarse con otras para el cuello pro-bablemente en cota de malla o escamas y para brazos y piernas de los jinetes maacutes pesadamente armados Estas protecciones para las extremidades podiacutean estar realizadas en cota de mallas en la mayor parte de los casos asiacute como en laacuteminas de cuero o metal (bronce o hierro) posiblemente imbricadas en un modo muy semejante a la manica romana de los ss II-III dC Para proteger las manos propiamente dichas el jinete podriacutea proveerse ademaacutes de unos guanteletes que en la mayor parte de los casos seriacutean de cuero o cota de mallas pues otro tipo de proteccioacuten impediriacutea sin maacutes mover las manos con seguridad En ninguno de los testimonios disponibles acerca de la caballeriacutea pesada parta se menciona el uso de escudos y en concreto Casio Dioacuten hace un eacutenfasis particular en el hecho de que los partos no los utilizaban33 Por uacuteltimo un catafracto parto podiacutea completar su panoplia con una maacutescara que protegeriacutea el rostro la uacutenica parte de su cuerpo que llegados a este punto quedariacutea descubierto No debemos olvidar este factor pues seraacute objeto de debate al respecto de los catafractii romanos maacutes adelante Un catafracto parto podiacutea y soliacutea protegerse no soacutelo a siacute mismo sino tambieacuten a su montura

Las protecciones maacutes simples para los caballos eran meras gualdrapas de cuero curtido Las maacutes complejas y pesadas podiacutean constituir proteccio-nes completas que cubririacutean principalmente la cabeza la cerviz la pechera el lomo y los flancos estando constituidas por escamas de bronce o hierro principalmente Igualmente se podiacutea equipar al caballo con una armadura maacutes ligera o ldquomedia armadurardquo que protegeriacutea tan soacutelo la cabeza cerviz y pechera las partes maacutes vulnerables del animal en el momento del choque con una formacioacuten enemiga Respecto al equipamiento ofensivo el arma

32 MIELCZAREK 1993 pp 57-58 LEBEDYNSKY 2002 pp 168-169 33 CASIO DIOacuteN Historia Romana XXXX152

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estrella era la lanza larga de acometida o contus No estaacute claro que un cata-fracto parto portara un arma complementaria a parte del contus pero parece loacutegico que asiacute lo hiciera pudiendo tratarse en este caso de espadas (funda-mentalmente de hoja larga) hachas o incluso mazas (armas perfectas para reventar protecciones metaacutelicas ajenas)34

Seguacuten puede concluirse a partir del testimonio que Plutarco aporta de la batalla de Carras los catafractos partos actuaban en coordinacioacuten con los mucho maacutes numerosos arqueros a caballo de su ejeacutercito los arqueros trata-riacutean de debilitar la formacioacuten enemiga lanzando sucesivos ataques a distan-cia llegado el momento oportuno los catafractos cargariacutean en formacioacuten cerrada replegaacutendose y cesando su fuego los arqueros en ese preciso ins-tante (para evitar el riesgo del ldquofuego amigordquo) empuntildeando sus conti a dos manos sobre el flanco derecho del caballo y en paralelo al costado de eacuteste para arroyar a la formacioacuten enemiga principalmente infanteriacutea pesada Si se-guimos las tesis de M Mielczarek estos mismos catafractos estariacutean prepa-rados para actuar como clibanarios tal y como vemos en los relieves de Naqsh-i-Rustam embistiendo contra otra caballeriacutea empleando sus conti cru-zados tras la cerviz de su montura hacia el lateral izquierdo del caballo y re-cibiendo un apoyo constante de la caballeriacutea ligera en esta accioacuten La prin-cipal debilidad de este tipo de caballeriacutea radicariacutea en la falta de apoyo de otras armas (como los citados arqueros a caballo) y sobre todo que su for-macioacuten fuera dispersada dado que un catafracto aislado constituiacutea un blanco faacutecil a descabalgar y una vez en el suelo su escasa movilidad los convertiacutea en viacutectimas de las iras de la infanteriacutea enemiga35

Entre los saacutermatas Los saacutermatas al igual que los escitas son uno de los grandes grupos

de pueblos noacutemadas indoeuropeos de lengua irania que durante la Antiguumle-dad poblaron las estepas que se extienden desde las orillas del Bajo Danubio y las faldas de los Caacuterpatos a traveacutes de Ucrania y Rusia meridional hasta el Caacuteucaso y los montes Urales Hacia el s I dC dos ldquotribusrdquo saacutermatas arriba-ron junto al limes danubiano del Imperio romano o a sus proximidades los saacutermatas yaacutezigos y roxolanos

Hasta ese momento preciso las taacutecticas y el armamento saacutermata estu-vieron caracterizados por seguir la norma tiacutepica de los ejeacutercitos de jinetes de

34 EADIE 1967 p 164 MIELCZAREK 1993 pp 57-63 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-91 GOLDSWORTHY 1998 pp 66-67 WILCOX 2001 pp 9-10

35 PLUTARCO Craso XIX-XXV Luacuteculo XXXVIII EADIE 1967 p 164 MIELCZAREK 1993 p 50 GOLDSWORTHY 1998 pp 66-67 WILCOX 2001 p 9

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la estepa seguacuten nos describe Estraboacuten se trataba fundamentalmente de fuerzas de arqueros a caballo y caballeriacutea ligera soacutelo espontaacuteneamente apo-yada por jinetes que podriacutea decirse conformaban alguacuten tipo de caballeriacutea ldquopesadardquo36 Sin embargo a mediados del s I dC la imagen que nos trans-mite Taacutecito en sus Annales e Historias resulta ya bien distinta en primer lu-gar relata un encuentro entre saacutermatas y partos donde los primeros rehuacutesan entablar un intercambio de proyectiles a caballo con los segundos optando por lanzarse a la carga contra los partos empuntildeando conti y espadas de hoja larga imponieacutendose de este modo a sus adversarios37 en segundo lugar des-cribe la presencia entre los ejeacutercitos saacutermatas de caballeriacutea de choque una eacutelite que considera conformada por los aristoacutecratas equipados con armadu-ras tan pesadas que en caso de ser derribados no podriacutean levantarse38 Si atendemos a fuentes iconograacuteficas tales como el vaso de Kossika (Rusia) o los frescos de la tumba descubierta en Panticapea (actual Kertch en Ucrania) datada no maacutes tarde del s II dC las imaacutegenes que estas nos transmiten son claramente la de jinetes bien protegidos y armados con un contus que empuntildean a dos manos es decir contarios a todos los efectos Pero iquestpodriacutean ser tambieacuten catafractos En ninguacuten momento nuestras fuentes escritas pro-nuncian este teacutermino al referirse a la caballeriacutea pesada saacutermata que nos des-criben

En cualquier caso hacia el s I dC los saacutermatas habiacutean desarrollado una caballeriacutea de choque maacutes o menos pesada eficiente y realmente peligro-sa para cualquier unidad de infanteriacutea o de caballeriacutea ligera Estos jinetes iriacutean equipados como miacutenimo con el ya caracteriacutestico contus sarmaticus asiacute como con una espada de hoja larga y estrecha (como la encontrada en la tumba 3 del kurgaacuten 80 en Novyiuml a orillas del riacuteo Don en Rusia) Tal y como describe Taacutecito el contario o κοντοφόρος podriacutea ir tambieacuten protegido con una coraza de escamas de cuero o de hierro el tipo de proteccioacuten maacutes corriente encontrado arqueoloacutegicamente asiacute como entre las fuentes icono-graacuteficas que representan a saacutermatas o su armamento (en el caso de la Colum-na Trajana en sus escenas 28 y 34 muestra una serie de jinetes totalmente cubiertos por armaduras de escamas ellos y sus monturas si bien eacutestas estaacuten representadas perfectamente adaptadas al cuerpo de jinetes y caballos de un modo bastante irreal En su podio no obstante la columna representa tam-bieacuten armaduras de escamas esta vez realistas) En el mismo vaso de Kossika el jinete que permanece montado sobre su caballo derribando contus en ma-no a un arquero viste una cota de escamas que se deja entrever bajo un

36 ESTRABOacuteN Geografiacutea VII 3 17 37 TAacuteCITO Annales VI 35 38 TAacuteCITO Historias I 79 2-4

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caftaacuten Otros tipos de proteccioacuten menos frecuentes fueron probablemente tambieacuten las cotas de placas o laacuteminas que se tornariacutean maacutes comunes en las estepas desde la Tardoantiguumledad y la Alta Edad Media Por otra parte hallazgos arqueoloacutegicos como los realizados en Vozdvizhenskaya Stanitsa han llevado a plantear diversas hipoacutetesis de reconstruccioacuten de posibles arma-duras compuestas saacutermatas es decir creadas con distintos tipos de pro-tecciones principalmente escamas y malla combinadas Un yelmo coacutenico compuesto y dotado de carrilleras completariacutea la proteccioacuten del jinete pu-dieacutendose observar varios tanto en las escenas como en el podio de la Colum-na Trajana Como ya hemos sentildealado anteriormente la particular naturaleza del estilo de combate del contario le impediriacutea portar un escudo o hacer un uso realmente uacutetil de eacutel Taacutecito especifica que los saacutermatas que penetraron en Mesia en 69 dC no haciacutean uso de escudos39 y tampoco los vemos represen-tados en ninguna de nuestras fuentes iconograacuteficas donde aparecen contarios saacutermatas40

La posible proteccioacuten portada por los caballos de estos jinetes por otra parte ha sido y es el principal punto de debate Mielczarek considera que la mayor parte de las monturas no se encontrariacutean protegidas de ninguna forma especial a excepcioacuten de aquellas que formariacutean parte de la vanguardia y liacutenea de choque de la formacioacuten y que en cualquier caso se tratariacutea de una proteccioacuten disentildeada principalmente para proteger al caballo ante un combate contra otros jinetes maacutes que contra formaciones de infanteriacutea (al contrario que los partos maacutes preocupados de batir a la infanteriacutea romana mientras que los saacutermatas se enfrentariacutean maacutes frecuentemente a otros pueblos de jinetes o entre siacute mismos seguacuten el autor)41 A E Negin por su parte no niega la po-sibilidad de que las monturas de los jinetes saacutermatas maacutes pesadamente equi-pados fueran protegidas pero en cualquier caso considera que dicha pro-teccioacuten variariacutea en extensioacuten enormemente de un jinete a otro y estariacutea prin-cipalmente restringida a los mandos42 I Lebedynsky especialista en cultu-ras esteparias de la Antiguumledad considera posible que parte de las monturas de la caballeriacutea saacutermata portaran alguacuten tipo de proteccioacuten para lo que argu-menta que las representaciones de jinetes y monturas acorazados de la Co-lumna Trajana aunque ejecutadas en un modo bastante fantasioso no deja de ser sino la traduccioacuten artiacutestica de una realidad militar Igualmente cita la estela funeraria de Athenios en Panticapea donde aparece un jinete empu-

39 TAacuteCITO Historias I 79 4 40 EADIE 1967 p 165 MIELCZAREK 1993 pp 99-100 NEGIN 1998 pp 67-74

LEBEDYNSKY 2002 pp 164-171 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002 pp 23-34 41 MIELCZAREK 1993 pp 101-102 42 NEGIN 1998 p 74

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ntildeando una lanza y montado sobre un caballo que parece mostrar sobre su lo-mo las trazas de una proteccioacuten de escamas o laacuteminas43 R Brzezinski junto a Mielczarek por su parte llegan a conclusiones similares44 Particularmente consideramos que probablemente el uso de protecciones amplias para los ca-ballos no fuera tan sistemaacutetico como podiacutea observarse entre los catafracta-rios partos sino maacutes restringidas en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete y su papel taacutectico concreto en el campo de batalla En este sentido la no utilizacioacuten del teacutermino catafractus katavfrakto por parte de las fuen-tes latinas o griegas en referencia a la caballeriacutea pesada de choque saacutermata podriacutea responder a esta circunstancia en comparacioacuten con la caballeriacutea pesa-da parta

CONTARII Y CATAFRACTII EN EL EJEacuteRCITO ROMANO EQUIPAMIENTO ORGANI-ZACIOacuteN TAacuteCTICAS Y ORIacuteGENES

A continuacioacuten abordaremos en detalle el equipamiento militar la or-

ganizacioacuten de las unidades y las taacutecticas empleadas por estas unidades espe-cializadas y peculiares atestiguadas por primera vez en el ejeacutercito romano en eacutepoca Flavia y sobre todo de Trajano y Adriano en base a las fuentes dis-ponibles Una vez definidos estos puntos trataremos de considerar cuaacutel fue la corriente de influencia y los motivos que llevaron a la creacioacuten de unida-des de caballeriacutea de esta naturaleza en mitad de una tradicioacuten militar estre-chamente vinculada a la infanteriacutea pesada

Respecto del equipamiento de los contarii y catafractii del ejeacutercito romano (asiacute como de los ejeacutercitos saacutermata y parto) sucede como con cual-quier otra unidad militar de reciente creacioacuten o naturaleza extrantildea en cual-quier periodo histoacuterico son sus elementos maacutes innovadores o peculiares los que llaman la atencioacuten del observador (sea eacuteste directo o indirecto) que-dando los elementos comunes o sobradamente conocidos en un segundo pla-no o simplemente obviados45 La organizacioacuten de estas unidades por otra

43 LEBEDYNSKY 2002 pp 171-172 44 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002 p 37 45 MIELCZAREK 2002 pp 90-93 este autor dispone como ejemplo comparativo la ima-

gen que los huacutesares alados polacos unidad militar de caballeriacutea pesada (por contra a su deno-minacioacuten de huacutesares) empleada por la Confederacioacuten polaco-lituana durante los ss XVI-XVIII causaba entre sus contemporaacuteneos extranjeros los cuales destacaban antes los ele-mentos ldquoexoacuteticosrdquo y llamativos de esta unidad (las alas a la espalda los pendones de las lar-gas lanzas o las pieles vestidas sobre las armaduras y uniformes por sus aristocraacuteticos miem-bros) que los elementos realmente cruciales como las lanzas de choque las poderosas pro-tecciones metaacutelicas y su empleo taacutectico en la batalla con devastadores resultados Otro tanto

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parte dada su denominacioacuten de alae responde claramente a los modelos altoimperiales de organizacioacuten de la caballeriacutea sin que pueda detectarse en principio ninguna particularidad extraordinaria causada por la naturaleza es-pecial (o simplemente novedosa) de estas unidades Las taacutecticas son el punto decisivo en base a que suponen la puesta en praacutectica y uso del equipamiento y la organizacioacuten previa de la unidad y lo que determinaraacute en mayor medida el eacutexito de su empleo en la batalla objetivo fundamental de cualquier unidad militar por simple que eacutesta sea Finalmente nuestro intereacutes en determinar los oriacutegenes e influencias de este tipo de unidades del ejeacutercito romano deviene de una razoacuten sencilla el ejeacutercito romano estuvo en contacto durante qui-nientos antildeos con tradiciones militares que emplearon la caballeriacutea de forma masiva y especializada o que hicieron simplemente un uso maacutes o menos sis-temaacutetico de la caballeriacutea pesada de choque o catafracta sin que ello motivara la creacioacuten de unidades semejantes dentro de las armas romanas iquestPor queacute razoacuten entonces eacutestas surgen repentinamente hacia finales del s I dC y muy especialmente bajo los reinados de Trajano y Adriano sin abandonar ya la tradicioacuten militar romana hasta convertirse en una de las espinas dorsales de los ejeacutercitos del Bajo Imperio y sobre todo del posterior Imperio Bizantino

El lector habraacute notado que en el tiacutetulo de este apartado no hemos he-cho mencioacuten los clibanarii Dada la inexistencia de este teacutermino en las fuen-tes que tratan esta clase de unidades en el periodo que abordamos (hasta el punto que no hace su aparicioacuten hasta el s IV dC)46 consideramos innece-saria cualquier disquisicioacuten ulterior en base a una especialidad militar que no habiacutea emergido como tal para el periodo que estudiamos No obstante no debemos olvidar que en base a las hipoacutetesis barajadas y a la propuesta que aquiacute hemos presentado apoyaacutendonos en ellas las diferencias entre catafractii y clibanarii devienen maacutes de un empleo taacutectico antes que de diferencias sen-sibles en equipamiento u organizacioacuten en este sentido por tanto el papel taacutectico del clibanarius podriacutea haber sido desempentildeado por el catafractus en el periodo que nos ocupa

Las alae I Canninefatum y I Vlpia Contariorum milliaria El elemento maacutes caracteriacutestico de un contarius es el arma que le da

nombre el contus sarmaticus Nuestras fuentes no nos aportan mayores de-talles acerca del equipamiento militar de esta clase de unidades La estela de parece suceder con las fuentes claacutesicas que abordan a contarios catafractos y clibanarios de cualquier ldquonacionalidadrdquo soacutelo se resentildean los elementos llamativos o extrantildeos de su equipo

46 MIELCZAREK 1993 p 76

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Aduitor jinete del ala I Canninefatum ya mencionada maacutes arriba nos aporta la imagen de un jinete equipado tan soacutelo con un contus sin llevar maacutes pro-teccioacuten que sus ropas militares Sin embargo no es la primera vez que un militar romano se hace representar en su estela funeraria portando simple-mente sus armas maacutes caracteriacutesticas vistiendo tan soacutelo lo que podriacuteamos de-nominar como su ldquouniformerdquo Asiacute pues iquestno podriacutea estar actuando Aduitor en el mismo sentido

El contus sarmaticus es un arma de choque destinada a ser empuntildeada a dos manos por un jinete que emplearaacute la fuerza de sus brazos y de la em-bestida de su caballo conjuntamente para arremeter contra un objetivo pe-destre o ecuestre con la finalidad de abatirlo o derribarlo La superior longitud del contus por otra parte confiere al jinete una importante ventaja desde el momento en que a la carga posee la oportunidad de golpear prime-ro al enemigo con toda la brutal fuerza que un jinete a la carga puede desple-gar en ese preciso instante Sin embargo una vez ha sucedido el choque y se acortan las distancias entre el contarius y sus enemigos el jinete se encuen-tra en una situacioacuten de creciente vulnerabilidad si no recibe apoyo de liacuteneas sucesivas de otros jinetes o queda maacutes o menos aislado puede ser flanquea-do y faacutecilmente atacado por la infanteriacutea u otros jinetes47 La principal fuerza de una unidad de contarios radica por tanto en su capacidad para actuar en grupo y en perfecta coordinacioacuten asiacute como en saber explotar la ventaja fiacutesica y psicoloacutegica del primer impacto para barrer y desfondar a la formacioacuten ene-miga del tipo que sea Sin embargo esto no siempre puede suceder (ni se dan las condiciones apropiadas para conseguirlo en el campo de batalla) Ante semejante eventualidad inherente a una unidad de contarii sus componentes debiacutean de estar seguramente preparados La proteccioacuten corporal y un o unas armas secundarias formaban probablemente parte del equipo de Aduitor y de otros jinetes como eacutel

En cuanto al equipamiento ofensivo el arma maacutes comuacuten al lado de una lanza de acometida es una espada especialmente una de hoja larga la maacutes adecuada para su uso desde la silla de montar Este tipo de armas estaacute arqueoloacutegicamente atestiguada entre otros especialistas en el uso del contus los saacutermatas En la panoplia romana del s II dC las espadas largas no eran desconocidas en absoluto la caballeriacutea empleaba masivamente la spatha una espada de hoja recta que podiacutea oscilar entre los 65 y los 90 cm de lon-gitud y entre los 4 y 8 cm de anchura que en el s II dC era portada ya so-bre el costado izquierdo48 Otro tipo de espadas empleadas por la caballeriacutea romana en eacutepoca Antonina y Severa fueron las espadas de pomo en forma de

47 GOLDSWORTHY 1998 p 241 48 DIXON SOUTHERN 1997 pp 48-49 FIELDS 2006 p 16

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anillo cuyo origen se encuentra entre las espadas del mismo tipo saacutermatas y del Reino del Boacutesforo49 Una daga el pugio romano aunque pueda parecer un arma mucho maacutes uacutetil para un soldado de infanteriacutea que para un jinete es especialmente adecuada para los combates maacutes encarnizadamente cercanos tales como los brutales forcejeos hombre a hombre que tras un encontronazo de caballeriacutea podiacutean darse Igualmente un jinete descabalgado encontrariacutea mucho maacutes adecuado un pugio a la hora de enfrentarse a la infanteriacutea ene-miga que su larga espada maacutes conveniente para el combate desde la silla de montar50 Si tenemos en cuenta que en determinadas circunstancias un conta-rius era particularmente vulnerable a los ataques (y a ser consecuentemente derribado) un pugio seriacutea un buen complemento a su panoplia

Respecto al equipo defensivo debemos descartar desde un principio (auacuten a riesgo de resultar redundantes) el uso de escudos dada la imposibi-lidad de emplearlos adecuadamente empuntildeando al mismo tiempo un contus cuyo uso ademaacutes se veriacutea gravemente estorbado En este sentido la pro-teccioacuten corporal se convertiriacutea en un imperativo maacutexime teniendo en cuenta las debilidades inherentes a un contarius en combate ya mencionadas Di-versos tipos de casco o galea estaban a la disposicioacuten del jinete romano Los cascos de caballeriacutea evolucionaron de un modo diferente a los de la infan-teriacutea desde eacutepoca de Augusto al fin y al cabo las necesidades de proteccioacuten y movilidad de un jinete y un infante eran distintas Hacia finales del s I dC los modelos preexistentes como el casco tipo Weiler empezaron a ser refor-zados en su parte frontal (un lugar propenso a recibir contundentes sablazos durante el choque entre dos formaciones de caballeriacutea) desembocando en nuevos modelos durante el s II dC tales como el Russell Robinson tipo B uno de cuyos principales ejemplos fue encontrado en Ely Cambridgeshire Entre sus principales caracteriacutesticas estaacute la ampliacioacuten de las carrilleras que envuelven buena parte de la cara asiacute como los oiacutedos dejando soacutelo al descu-bierto nariz ojos y boca Su refuerzo frontal es pronunciado y el cubrenuca se ampliacutea ligeramente Sin embargo los cubrenucas de los cascos de ca-balleriacutea nunca alcanzaraacuten extensiones superiores en caso de ser derribado un jinete con un casco de cubrenuca muy extenso (como en los cascos de in-fanteriacutea del s II dC) podiacutea partirse el cuello faacutecilmente En este sentido avanzado el s II dC los cubrenucas se atrofian de nuevo mientras que las carrilleras se ampliacutean auacuten maacutes asiacute como los refuerzos del yelmo En este sentido los mejores ejemplos son el casco de Kalkar-Houmlnnepel (s II dC) y especialmente el tipo Friedberg el Heddernheim y el Russell Robinson tipo

49 BISHOP COULSTON1993 pp111-112 LEBEDYNSKY 2002 pp 101-103 p 167 y p 240 DIXON STEPHENSON 2003 pp 75-78

50 DIXON STEPHENSON 2003 pp 90-92

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E datados ya a comienzos del s III dC Estos cascos se caracterizan por en-volver casi completamente la cara salvo una breve ldquotrdquo que deja al descu-bierto ojos nariz y parte de la boca Las carrilleras cubren toda la cara y los oiacutedos asiacute como buena parte del cuello en unioacuten al cubrenuca Una extensa visera se extiende desde el frontal reforzado del casco sirviendo para desviar auacuten mejor los golpes frontales El yelmo presenta refuerzos transversales que se cruzan en su parte superior y se extienden hasta los liacutemites del cubrenuca En su conjunto estos disentildeos de cascos proporcionan una buena proteccioacuten contra golpes realizados desde cualquier direccioacuten especialmente frontales laterales y sobre la parte superior de la cabeza dejando vulnerable soacutelo la parte estrictamente necesaria del rostro51 No trataremos aquiacute todaviacutea los cas-cos destinados en principio a la Hippikaacute Gymnasia pues su particular natu-raleza y en especial la utilidad protectora del rostro de sus maacutescaras seraacute ob-jeto de debate en torno al equipamiento de los catafractii

La proteccioacuten corporal resultariacutea igualmente esencial para un conta-rius sobre todo porque en posicioacuten de carga y sin escudo resultariacutea muy vul-nerable a cualquier contraataque que pudiera atravesar la formacioacuten de ca-balleriacutea erizada de lanzas En general las protecciones no deberiacutean resultar muy diferentes a las de cualquier otro equite medianamente pesado de la ca-balleriacutea romana La proteccioacuten maacutes sencilla y frecuente seriacutea la lorica hama-ta o cota de mallas de mangas cortas hombros reforzados con una doble ca-pa de mallas y faldelliacuten extenso hasta medio muslo A finales del s II dC la caballeriacutea empezariacutea a llevar loricae hamatae de mayor longitud llegando a rebasar codos y rodillas En cuanto a las loricae squamatae durante los ss I-II dC soliacutean ser de unas dimensiones semejantes a las hamatae de man-gas y faldelliacuten cortos (cuando no sin mangas) con dos placas pectorales de metal como complemento y una franja de pteryges sobre los muslos Con la entrada del s III dC la lorica squamata cambia y tiende a hacerse maacutes lar-ga En el s II dC se incorpora una innovacioacuten las escamas semi-riacutegidas maacutes amplias y cosidas unas junto a otras sobre una pieza de cuero de tal for-ma que conformaban una proteccioacuten riacutegida y maacutes soacutelida como el ejemplo de Waffenmagazin en Carnunto datado probablemente de eacutepoca pre-Antonina o Antonina temprana Las armaduras de laacuteminas elaboradas a partir de esca-mas de metal rectangulares y alargadas son raras en el mundo romano du-rante esta fase aunque existe alguacuten ejemplo aislado como el hallazgo de un fragmento datado en el s III dC en Čatalka52 Otros elementos podiacutean com-

51 BISHOP COULSTON 1993 pp 93-96 y 117-119 FREUGEgraveRE 1994 pp 104-121 DIXON

SOUTHERN 1997 pp 35-36 DIXON STEPHENSON 2003 pp 17-20 FIELDS 2006 pp 12-13 52 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-92 y 116-117 DIXON SOUTHERN 1997 pp 36-43

DIXON STEPHENSON 2003 pp 43-48 FIELDS 2006 pp 13-14

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pletar la proteccioacuten del contarius como la de cualquier otro equite especial-mente grebas de diverso tipo especialmente uacutetiles para proteger las vulnera-bles piernas del jinete53

Completariacutea el equipamiento de un contarius su montura asiacute como la silla y los arreos necesarios para controlarla y poder actuar en conjuncioacuten con ella En particular la silla compondriacutea un elemento clave del equipo de una caballeriacutea especializada en taacutecticas de choque ante la carencia de estri-bos sin una silla de montar adecuada un contarius podriacutea salir simplemente disparado por la grupa de su caballo a causa de la fuerza del impacto En este sentido las tentativas de reconstruccioacuten de las sillas de montar realizadas por Junkelmann y P Connolly han resultado de extremada utilidad para conocer hasta queacute punto la silla de montar romana conocida como ldquosilla de cuatro cuernosrdquo podiacutea suplir la carencia del estribo y permitir a un jinete realizar toda clase de maniobras a lomos de su caballo sin correr excesivo riesgo de caer desmontado Especialmente satisfactorios han sido en este sentido las experiencias realizadas por Connolly con su propuesta de silla de estructura riacutegida interna de madera respaldados sus resultados por otros autores como K Dixon o P Southern Aunque no es materia esencial de nuestro estudio el debate en torno a la particular naturaleza de las sillas de montar romanas sentildealaremos que estos autores (a cuya opinioacuten nos adscribimos) consideran que una silla de montar de entramado riacutegido interno responderiacutea mucho me-jor a las necesidades de un jinete carente de estribos que una sin dicho entra-mado Desde nuestro particular punto de vista consideramos que las necesi-dades de un jinete especializado en taacutecticas de choque acentuariacutean enorme-mente la necesidad de una silla con un buen entramado riacutegido capaz de absorber la fuerza del impacto y mantener al jinete soacutelidamente afincado so-bre el lomo de su montura sin riesgo de caer Igualmente la solidez del en-tramado y su capacidad para transferir el peso del jinete de la columna verte-bral del animal hacia sus flancos (con el consecuente beneficio para la salud del caballo) permitiriacutea transmitir la fuerza de la embestida de la montura ha-cia el propio jinete y su arma (en este caso el contus) concentrando la fuerza del impacto en el afilado extremo de eacutesta y maximizando de este modo la eficiencia de la carga54 Posiblemente las unidades de caballeriacutea maacutes pesadas (como los catafractii) emplearon sillas de montar cuyo entramado estariacutea maacutes desarrollado y hasta reforzado con elementos metaacutelicos55

53 DIXON STEPHENSON 2003 p 61 54 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 BISHOP COULSTON 1993 pp 105-108

MIELCZAREK 1993 pp 81-82 DIXON SOUTHERN 1997 pp 70-74 DIXON STEPHENSON 2003 pp 107-110 FIELDS 2006 pp 17-18

55 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 pp 44-45

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La posible proteccioacuten portada por la montura de un contarius proba-blemente no diferiacutea de la portada por las monturas de las unidades de ca-balleriacutea media del ejeacutercito romano especialmente si tenemos en cuenta que como tendremos oportunidad de analizar no estaacute ni tan siquiera claro que los caballos de los catafractii romanos portaran protecciones fuera de lo comuacuten respecto de otras unidades de caballeriacutea Por tanto el elemento de proteccioacuten maacutes pesado portado por el caballo de un contarius seriacutea un chamfron una proteccioacuten para la cabeza y ojos del animal que podiacutea ser tanto de cuero co-mo metaacutelica Se han encontrado diversos ejemplares de este tipo de protec-ciones los maacutes exuberantemente decorados considerados (en principio) como restringidos a su uso durante la Hippikaacute Gymnasia56 El principal papel de estas protecciones parece enfatizar la proteccioacuten de los ojos del caballo en tanto en cuanto se conocen ejemplos de chamfrons romanos que tan soacutelo protegen esta vulnerable parte de la cabeza del animal como los hallados en Mainz Alemania57

El armamento caracteriacutestico del contarius especialmente el contus se asemeja enormemente al equipamiento del jinete pesado saacutermata el cual en la mayor parte de los casos no era sino un jinete maacutes o menos bien protegido (en algunos casos pesadamente protegido) a lomos de un caballo que en la mayor parte de los casos no llevariacutea una proteccioacuten destacada La principal fuerza del jinete saacutermata radicariacutea en el uso del llamado contus sarmaticus Que los primeros testimonios de la existencia de contarii entre las filas de la caballeriacutea romana no date antes del 60 dC resulta igualmente significativo el encuentro del ejeacutercito romano con la caballeriacutea pesada de los saacutermatas roxolanos o yaacutecigos se produce precisamente en esas fechas No existen evi-dencias de un ldquoteacutermino mediordquo similar al contarius romano entre el arquero a caballo y el catafractoclibanario parto o sasaacutenida Los contrastes entre el jinete pesado saacutermata y el parto son evidentes no soacutelo en equipo militar sino en taacutecticas todo lo contrario sucede entre el jinete pesado saacutermata y el contarius romano en particular Resulta loacutegico por tanto pensar que el mo-delo en taacutecticas y equipamiento del contarius romano se encuentra entre los contarios de la caballeriacutea pesada saacutermata58

56 BISHOP COULSTON 1993 pp 105-108 DIXON SOUTHERN 1997 p 67 DIXON

STEPHENSON 2003 pp 111-112 FIELDS 2006 57 DIXON STEPHENSON 2003 p 112 58 EADIE 1967 pp 165-167 MIELCZAREK 1993 pp 99-102 NEGIN 1998 LEBEDYNSKY

2002 p 236

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El ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta A diferencia de lo que sucede con los contarii no disponemos de des-

cripciones pormenorizadas o representaciones graacuteficas expliacutecitas de cata-fractii del ejeacutercito romano59 Tan soacutelo el grafito de un catafracto hallado en Dura-Europos aporta alguacuten tipo de informacioacuten expliacutecita para reconstruir la posible imagen de lo que seriacutea un catafractus del ejeacutercito romano pese al hecho de que la ldquonacionalidadrdquo del catafracto representado en el grafito no estaacute nada clara

Como ya hemos sentildealado en apartados anteriores el propio nombre de catafractuscatafractii (asiacute como el posterior de clibanariusclibanarii) pone el acento en la defensa corporal metaacutelica de este tipo de soldados romanos o no romanos Sin embargo el equipamiento defensivo carece de sentido algu-no si no protege una funcioacuten ofensiva concreta En un contarius el eacutenfasis se situacutea en su capacidad ofensiva representada fundamentalmente por el contus sarmaticus como devastadora arma de choque en manos de una fuerza dise-ntildeada esencialmente para el ataque la caballeriacutea En un catafractus romano o parto y en sus homoacutelogos saacutermatas maacutes pesadamente equipados el elemen-to clave no es el poderoso equipo defensivo del jinete (y seguacuten queacute casos de su caballo) en solitario sino la conjuncioacuten de eacuteste con el poder devastador de su equipo ofensivo El catafractus representa asiacute la fuerza ofensiva del con-tarius puesta bajo una proteccioacuten concienzuda que la mantenga a salvo de la mayor parte de los contraataques

En este sentido el equipamiento ofensivo de un catafractus romano no se diferenciariacutea en nada sustancial del portado por un contarius Aparte de la fundamental y eficiente contus el catafractus no dejariacutea de portar un arma secundaria siendo de nuevo la maacutes eficiente la espada de hoja larga que en la tradicioacuten romana altoimperial se materializaba en la spatha en to-das sus variantes asiacute como en espadas de hoja larga de tradicioacuten saacutermata que ya presentamos anteriormente En cuanto a otras armas acaso el pugio pu-diera ser un complemento menos uacutetil para un jinete pesadamente protegido (y con una movilidad maacutes restringida en consecuencia) que para un conta-rius o un equite maacutes vulnerable pero con mayor libertad de movimientos Al fin y al cabo la funcioacuten de ataque baacutesica del catafractus no era sino la mis-ma que la del contarius aprovechar la ventaja de un arma de acometida como el contus para derribar a enemigos a pie o montados antes de poder re-cibir cualquier clase de contraataque cuerpo a cuerpo por parte de ellos Era precisamente su capacidad para mantenerse a salvo de buena parte de los

59 MIELCZAREK 1993 p 79

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contraataques (cercanos o de proyectil) lanzados contra ellos lo que conver-tiacutea a los catafractii en un arma auacuten maacutes devastadora y pesada que los conta-rii la fuerza devastadora de su ataque teniacutea muchas menos posibilidades de verse desbaratada durante la accioacuten si todo iba razonablemente bien60

Y es este elemento clave del catafractus romano la proteccioacuten corpo-ral uno de los puntos que mayores debates ha generado empezando por el yelmo propiamente dicho Un catafractus romano del s II y comienzos del s III dC empleariacutea una gama de cascos ligeramente distinta a los de un con-tarius por dos razones la primera de todas cronoloacutegica en base al hecho de que su aparicioacuten (en base a todas nuestras fuentes) no parece tener lugar has-ta la primera deacutecada del s II dC por lo que los disentildeos de cascos maacutes tiacutepi-cos del s I dC (como el tipo Weiler) no llegariacutean a ser usados por los cata-fractii romanos la segunda es puramente funcional en tanto en cuanto se es-perariacutea de un catafractus que fuera lo maacutes protegido posible Soacutelo los dise-ntildeos maacutes soacutelidos de yelmos romanos y de proteccioacuten maacutes completa entrariacutean a formar parte del equipo corriente de esta caballeriacutea pesada En este sentido resulta particularmente representativo el casco tipo Heddernheim o Russell Robinson tipo E el tipo Friedberg asiacute como los cronoloacutegicamente anteriores Kalkar-Houmlnnepel y Bodengraven Todos ellos ofreciacutean una excelente protec-cioacuten a todo el craacuteneo y el cuello Sin embargo todos ellos no podiacutean evitar dejar al descubierto ojos nariz y buena parte de la boca Teniendo en cuenta que el resto del cuerpo del jinete estariacutea tambieacuten razonablemente bien prote-gido la mejor forma de neutralizar a un catafractus en estas circunstancias era atacarle al rostro directamente Sean cuales sean las circunstancias (y lo que Hollywood nos haya intentado hacer creer) el instinto baacutesico de preser-vacioacuten de un ser humano le hace cerrar los ojos encoger o apartar brusca-mente la cabeza y (de ser necesario) protegerse con las manos y los brazos si intuye o siente una agresioacuten dirigida a la cara Se trata de un acto reflejo baacute-sico e instintivo que no se puede evitar La peacuterdida temporal del control so-bre la realidad visual y sobre las acciones del combate que esto produciriacutea podriacutea provocar (al menos durante ese corto espacio de tiempo) que el ldquoin-vulnerablerdquo catafractus dejara de ser una amenaza fallara el objetivo de su ataque dejara de prestar atencioacuten (en pos de su propia proteccioacuten) yo se convirtiera en un objetivo vulnerable durante ese tiempo En resumidas cuentas la proteccioacuten para la cara resultariacutea una pieza muy uacutetil para un sol-dado cuya fuerza residiera en una pesada proteccioacuten y una gran contundencia de ataque En este sentido se sabe que los catafractos y clibanarios partos y

60 MIELCZAREK 1993 p 81 BISHOP COULSTON 1993 pp 109-111 DIXON SOUTHERN 1997 p 76 GOLDSWORTHY 1998 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-321

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sasaacutenidas emplearon maacutescaras o ventails combinadas con sus cascos para completar su proteccioacuten dejando tan soacutelo los resquicios necesarios para res-pirar y ver (literalmente dos orificios del tamantildeos de los ojos asiacute como una apertura y perforaciones para permitir la ventilacioacuten a la altura de la boca y la nariz) sin que ello pareciera representar un inconveniente a la percepcioacuten del entorno en combate61 En la panoplia romana altoimperial los cascos con maacutescaras metaacutelicas (y las maacutescaras en siacute mismas) no son precisamente des-conocidos son aquellos inicialmente atribuidos a un uso en paradas y ejer-cicios militares especialmente la Hippikaacute Gymnasia Entre los ejemplos maacutes destacables podemos sentildealar el tipo Newstead (s I dC) asiacute como las varian-tes maacutes elaboradas y decoradas del Heddernheim En principio este tipo de cascos dada su profusa decoracioacuten y las supuestas limitaciones a la visibili-dad provocadas por la maacutescara estariacutean limitado en su uso a la Hippikaacute Gymnasia Sin embargo este tipo de cascos no era impedimento para un adecuado desenvolvimiento durante estos ejercicios que eran una muestra de destreza iquestPor queacute entonces habriacutean de resultar un estorbo en la batalla Las maacutescaras de la caballeriacutea parta no teniacutean una factura esencialmente diferente a las romanas (maacutes allaacute del plano puramente artiacutestico-estiliacutestico) y fueron usadas en combate con cierta asiduidad iquestPor queacute razoacuten los yelmos con maacutes-cara o maacutes probablemente las maacutescaras en siacute mismas combinadas con otros tipos de yelmos romanos de caballeriacutea conocidos no pudieron ser utilizados en combate tanto como en la Hippikaacute Gymnasia Hace casi dos deacutecadas Mielczarek ya lanzoacute una propuesta en semejante sentido al respecto de la ca-balleriacutea pesada romana poniendo en cuestioacuten su uso exclusivo en paradas y exhibiciones la cantidad de cascos con maacutescaras y maacutescaras aisladas vincu-ladas a la panoplia romana (y especialmente de la caballeriacutea) no parece res-ponder precisamente a un uso limitado a ocasiones especiales Diez antildeos maacutes tarde Dixon e I P Stephenson volvieron a retomar dichos plantea-mientos argumentando que determinados cascos empleados en la Plena y Baja Edad Media (como el sallet A82) limitaban la visibilidad tanto o maacutes que las maacutescaras inicialmente consideradas como limitadas a la Hippikaacute Gymnasia y sin embargo fueron empleados en combate62 En este sentido consideramos que posiblemente los maacutes ricamente decorados ejemplares no fueron objeto de uso en combate pero siacute que nos adscribimos a los plantea-mientos de los autores mencionados considerando no soacutelo probable sino ra-zonable que la maacutescara (y los cascos disentildeados especialmente para portarlas) formaran parte de la panoplia de los catafractii otorgaacutendoles la proteccioacuten necesaria para proteger el siempre vulnerable rostro

61 MIELCZAREK 1993 p 60 NEGIN 1998 pp 72-74 WILCOX 2001 p 10 62 MIELCZAREK 1993 p 81 DIXON STEPHENSON 2003 pp 20-24

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Un catafractus sin duda alguna portariacutea una buena proteccioacuten para el torso En este sentido hariacutea uso de las mismas protecciones antes menciona-das para los contarii como loricae hamatae y squamatae asiacute como las inno-vaciones propias de eacutepoca Antonina y Severa como las escamas semi-riacutegi-das y las poco comunes armaduras de laacuteminas como el aislado ejemplo del s III dC hallado en Čatalka63 Sin embargo si atendemos ahora al grafito de Dura-Europos el jinete representado no parece llevar un uacutenico tipo de pro-teccioacuten sobre su torso Las armaduras compuestas por varios tipos de loricae como hemos visto eran probablemente utilizadas ya por los saacutermatas Este tipo de proteccioacuten era tambieacuten conocida en el ejeacutercito romano si bien los ejemplos de la misma son limitados y no parece que su uso estuviera muy extendido (al igual que no parece que en el s II y a comienzos del s III dC los catafractii fueran un arma de extendido uso en Roma) Se denominaba lorica plumata teacutermino que al parecer designaba principalmente a armadu-ras compuestas por lorica squamata y hamata combinadas Esta combina-cioacuten parece ser la utilizada tambieacuten por los saacutermatas aunque su distribucioacuten sobre el cuerpo no se ha podido reconstruir convincentemente64 Al igual que el contarius el catafractus no portariacutea escudo tanto por serle imposible su debido aprovechamiento al empuntildear un contus como por el estorbo que su-pondriacutea al uso de esta uacuteltima La carencia de escudo quedariacutea suplida por lo pesado de su proteccioacuten corporal En este sentido destaca la manica una proteccioacuten construida con laacuteminas de metal (bronce o hierro) semiciliacutendricas unidas unas a otras en progresioacuten descendente del hombro hacia la mano la cual podiacutea proteger a su vez con guanteletes de malla de escamas o incluso una extensioacuten de la manica misma adaptada a la forma de la mano65 Com-pletariacutean la proteccioacuten de un catafractus unas grebas para sus piernas (la parte de su cuerpo maacutes al alcance de la infanteriacutea enemiga) si bien podiacutean disponer de protecciones maacutes pesadas que podiacutean llegar a cubrir muslos y pies recordando en su estructura a la manica empleada para proteger los bra-zos66 En ocasiones podriacutea emplearse tambieacuten protecciones especiacuteficas para el cuello especialmente pensadas para cubrir cualquier posible fisura entre el yelmo y la proteccioacuten del torso De este tipo de piezas se han encontrado al-gunos ejemplos como el de una tumba de Čatalka en Bulgaria datada en el

63 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-92 y 116-117 DIXON SOUTHERN 1997 pp 36-43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 43-48 FIELDS 2006 pp 13-14

64 MIELCZAREK 1993 pp 79-80 NEGIN 1998 pp 68-74 DIXON STEPHENSON 2003 pp 49-50 FIELDS 2006 pp 10-11

65 BISHOP COULSTON 1993 pp 87-91 DIXON STEPHENSON 2003 pp 55-58 66 DIXON SOUTHERN 1997 p 43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 61-63

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s II dC y consistente en un anillo de metal dividido en dos mitades unidas por un cinturoacuten de cuero y originalmente tintado en rojo67

El equipamiento de las monturas de los catafractii romanos es otro as-pecto poleacutemico quizaacutes el que maacutes En primer lugar respecto de las sillas de montar eacutestas responderiacutean probablemente al modelo presentado por Con-nolly pero a un tipo particular cuyo entramado riacutegido interno y cuernos es-tariacutean maacutes desarrollados planteando una sujecioacuten mucho maacutes riacutegida y firme Este tipo de sillas poseiacutea ademaacutes una estructura reforzada con elementos metaacutelicos Seguacuten Connolly y C Van Dryel Murray este tipo de sillas res-ponderiacutea especialmente a un uso por parte de unidades de caballeriacutea pesada donde el peso de la armadura del jinete sumada a su modalidad de combate (choque con lanza pesada) hariacutea necesaria una sujecioacuten maacutes firme para evitar quedar descabalgado asiacute como un maacutes eficiente reparto del peso sobre el lomo y los costados del caballo Este tipo de sillas es visible tambieacuten sobre los caballos de los clibanarios sasaacutenidas que aparecen en el relieve de Firu-zabad68 En segundo lugar estaacute la cuestioacuten en torno a si las monturas de los catafractii romanos del s II y comienzos del III dC llevaban alguacuten tipo de proteccioacuten y cuaacuten completa era esta En este sentido se han lanzado diver-sas propuestas e hipoacutetesis por una parte aquellos que consideran que los ca-tafractii romanos probablemente no emplearon proteccioacuten para sus monturas al menos no en la forma casi sistemaacutetica y masiva que caracterizaba a la ca-balleriacutea pesada parta y que caracterizariacutea maacutes tarde a la sasaacutenida y a la pro-pia caballeriacutea pesada romana bajoimperial en este sentido los catafractii del ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta no seriacutean sino contarii pesada-mente protegidos pero cuyas monturas no portariacutean proteccioacuten alguna fuera de lo comuacuten hasta el momento en el ejeacutercito romano69 otros han propuesto un teacutermino medio sostenido en base a la influencia saacutermata en la creacioacuten y equipamiento de la caballeriacutea pesada romana Es eacuteste el caso de Mielczarek Negin y Lebedynsky entre otros quienes consideran que los catafractii ro-manos no emplearon la protecciones pesadas y o maacutes o menos completas pa-ra sus monturas en el sentido sistemaacutetico que se puede observar en la tradi-cioacuten militar parta o persa sino que emplearon protecciones maacutes limitadas y sobre todo aplicadas a secciones concretas de estas unidades por ejemplo entre aquellos soldados destinados a formar la vanguardia de choque de la formacioacuten o simplemente entre los oficiales70 entre la mayor parte de los autores consagrados al estudio del armamento romano y en particular de la

67 DIXON STEPHENSON 2003 p 59 68 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 p 45 MIELCZAREK 1993 pp 81-82 69 EADIE 1967 pp 166-168 70 MIELCZAREK 1993 pp 74-81 NEGIN 1998 p 74 LEBEDYNSKY 2002 p 237-238

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caballeriacutea existe un acuerdo taacutecito en reconocer el uso por parte de la ca-balleriacutea pesada romana de protecciones metaacutelicas Sin embargo en general o no llegan a un acuerdo en torno a su empleo por parte de las primeras uni-dades de catafractii o se limitan a constatar que los restos arqueoloacutegicos de protecciones equinas pesadas (particularmente las halladas en Dura-Europos) datan en principio del s III dC sin entrar en mayores debates71 finalmente estaacuten aquellos autores que dan simplemente por sentada la asociacioacuten entre el teacutermino catafractii y una proteccioacuten maacutes o menos completa y extendida a la inmensa mayoriacutea (al menos) de las monturas de estas unidades en cual-quier momento desde su creacioacuten72 pero especialmente a partir del s III dC73

En general todas estas corrientes tienden a coincidir en sentildealar que las armaduras pesadas para caballos en el ejeacutercito romano no empezaron a utili-zarse de forma extendida para la caballeriacutea pesada hasta el s III dC De nue-vo el debate se centra en torno a su uso durante el s II dC justo en el mo-mento de la creacioacuten de las primeras unidades de catafractii y particular-mente a causa de la falta de pruebas concluyentes Si se hizo uso de dichas protecciones ya en el s III dC iquestpor queacute razoacuten negar su uso en una fase an-terior aunque eacuteste no fuera un uso generalizado Particularmente preferimos adscribirnos a la tendencia representada por Mielczarek Negin y Lebedyns-ky entre otros autores considerando que los miembros de la uacutenica unidad de caballeriacutea pesada acorazada romana conocida para el s II dC el ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta (y por tanto otras unidades del mismo tipo auacuten por conocer) emplearon protecciones metaacutelicas maacutes o menos pesa-das para sus monturas de un modo ocasional limitado a secciones especiales de la unidad o a la oficialidad siguiendo la corriente de influencia saacutermata Estas protecciones se generalizariacutean a lo largo del s III dC probablemente bajo una mayor influencia de la tradicioacuten militar parta y ante todo sasaacutenida hasta constituir las unidades pesadas del Bajo Imperio que seriacutean el germen de la posterior caballeriacutea pesada bizantina

Este tipo de protecciones incluiriacutea no soacutelo ya los chamfrons metaacutelicos sobradamente conocidos por la caballeriacutea romana de la eacutepoca (y empleados probablemente por los contarii) sino bardas compuestas por malla escamas de cuero o metaacutelicas o laacuteminas que como los ejemplares de Dura-Europos (ya descritos anteriormente) cubririacutean los flancos del caballo y buena parte

71 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-70 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

72 GOLDSWORTHY 1998 pp 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 y 20-21 73 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-322

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de la pechera del mismo74 Este tipo de protecciones probablemente incluiriacutea tambieacuten piezas especiacuteficas para proteger el frontal y la cerviz del animal has-ta la cabeza a semejanza quizaacutes de las empleadas por partos y sasaacutenidas en Oriente Estas piezas particularmente para la cerviz del caballo se han en-contrado tambieacuten en Dura-Europos elaboradas en malla y lazadas mediante correas de cuero75 De este modo si se quisiera proporcionar proteccioacuten tan soacutelo a los caballos de una parte de la unidad lo maacutes loacutegico seriacutea hacerlo con las monturas que marchariacutean en la vanguardia de la formacioacuten de choque y que deberiacutean absorber la fase maacutes violenta del impacto En este sentido las piezas de proteccioacuten maacutes uacutetiles no seriacutean las bardas laterales sino las pro-tecciones para pechera cerviz y cabeza las partes del cuerpo del caballo que quedariacutean expuestas al enemigo durante una carga en formacioacuten cerrada Al prescindir asiacute de las protecciones de los flancos no solo se seguiriacutea apor-tando una proteccioacuten uacutetil a las monturas maacutes expuestas de la unidad durante una accioacuten de combate sino que se estariacutea aligerando el peso que habriacutean de soportar durante la accioacuten reduciendo asiacute el riesgo de agotamiento de las mismas

Si la influencia saacutermata en el origen del contarius romano es maacutes o menos segura la cuestioacuten resulta menos clara para los catafractii Formal-mente un catafractus romano no se diferenciaba del contario saacutermata maacutes pesadamente armado maacutes que en la factura de determinadas partes de su equipamiento muchas de las cuales eran de tradicioacuten puramente romana y unas pocas (como las protecciones maacutes pesadas para las piernas) devendriacutean de tradiciones orientales Sin embargo el hecho de que en ninguacuten momento las fuentes literarias disponibles denominen a la caballeriacutea pesada saacutermata como catafractii y que las protecciones pesadas para caballos entre la mis-ma parezcan ser objeto de un uso tan heterogeacuteneo como vinculado al status y posibilidades econoacutemicas del jinete parece ser el principal punto (al menos inicialmente) de distanciamiento entre los lanceros acorazados saacutermatas y los catafractii romanos Ahora bien suponiendo que la creacioacuten de las unidades de catafractos romanos estuviera respondiendo a la caballeriacutea pesada parta iquestpor queacute esperoacute al s II dC Durante casi tres siglos de encuentros en los campos de batalla de Oriente el ejeacutercito romano no parecioacute tener necesidad alguna de emular a los catafractos y clibanarios partos Finalmente es en el contexto de las guerras daacutecicas y paacuterticas de Trajano y en el reinado de Adriano cuando los catafractii hacen su aparicioacuten en el ejeacutercito romano al-gunas deacutecadas maacutes tarde que los contarii y despueacutes de casi un siglo de con-

74 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-63 67 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

75 DIXON STEPHENSON 2003 p 114

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tacto con la caballeriacutea saacutermata De nuevo la coincidencia de variables parece hablar por siacute sola al igual que primero el contarius el catafractus parece ser una respuesta de la caballeriacutea romana a las refriegas habidas con los exce-lentes jinetes saacutermatas desde mediados del s I dC hipoacutetesis que secundan la mayor parte de los autores76 Cualquier posible influjo oriental en la com-posicioacuten de la primera caballeriacutea pesada romana respondioacute a la incorpora-cioacuten de elementos considerados de utilidad no encontrados en la tradicioacuten militar propiamente romana o saacutermata El incremento de este influjo mate-rializado quizaacutes en la intensificacioacuten y extensioacuten del uso de armaduras pe-sadas para caballos y en el importante desarrollo en general del arma de ca-balleriacutea pesada en Roma tendriacutea lugar ya entrado el s III dC quizaacutes no tanto de manos de los uacuteltimos coletazos del moribundo Imperio parto como del joven y eneacutergico Imperio persa sasaacutenida el cual llevariacutea el arma de ca-balleriacutea en el Oriente a nuevas cotas de desarrollo especializacioacuten en organi-zacioacuten equipamiento y taacutecticas77

Mencioacuten especial requiere la organizacioacuten del ala I Gallorum et Pan-noniorum catafracta No entraremos a resentildear aquiacute la naturaleza del ala como unidad militar del ejeacutercito romano ni la organizacioacuten y estructura de la caballeriacutea romana altoimperial sino un aspecto concreto del ala concreta objeto de nuestro estudio y que parece haber pasado desapercibido a la ma-yor parte de los autores Se trata del hecho de que dicha ala debioacute de ser compuesta en su origen por soldados de dos unidades distintas probable-mente tropas selectas Tal y como sentildeala su nombre el ala estaba compuesta por jinetes galos y panonios Mielczarek ha propuesto precisamente que ca-ra a la creacioacuten de esta unidad de catafractos probablemente se seleccionoacute a los mejores soldados de dos alas distintas posiblemente (seguacuten el parecer del propio Mielczarek) el ala I Pannoniorum y el ala I Gallorum Flaviana Aunque de momento no se trata sino de una hipoacutetesis parece razonable que cara a la primera unidad de caballeriacutea pesada romana (probablemente una unidad que tendriacutea en sus oriacutegenes un marcado caraacutecter ldquoexperimentalrdquo) se seleccionara a personal experimentado y de fiar lo que remarcariacutea el caraacutec-ter de eacutelite de este tipo de unidades

76 EADIE 1967 MIELCZAREK 1993 NEGIN 1998 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

LEBEDYNSKY 2002 77 EADIE 1967 pp 169-172 MICHALAK 1987 MIELCZAREK 1993 pp 63-67 NICOLLE

1996 WILCOX 2001 pp 24-35 FARROKH 2005

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Taacutecticas y limitaciones de la caballeriacutea pesada romana La caballeriacutea fue un arma especializada principalmente en una uacutenica

funcioacuten el ataque Un grupo de jinetes no puede establecer una posicioacuten de-fensiva y mantenerla de forma estaacutetica pues equivaldriacutea claramente a un suicidio en cualquier eacutepoca Cuando una unidad de caballeriacutea ha sido em-pleada con fines de defensa lo ha sido empleando fundamentalmente el ata-que es decir un contraataque

La principal ventaja de un jinete respecto del soldado de infanteriacutea ra-dica en tres puntos fundamentales la altura que le proporciona su montura la rapidez y potencia de la misma y el efecto psicoloacutegico que todo ello sus-cita en el infante El principal modo en que la caballeriacutea (y particularmente la caballeriacutea media y pesada) se enfrenta a la infanteriacutea (y a otras unidades como veremos) es la carga cuya finalidad es desfondar la formacioacuten ene-miga dispersaacutendola para coparla y destruirla o permitir a otras unidades aprovechar la brecha abierta Sin embargo contrariamente a lo que se suele pensar un caballo (o un grupo de caballos) no es capaz de embestir una for-macioacuten cerrada de infanteriacutea Un equino no es un toro ni se comporta como tal El caballo siempre se para antes de llegar a impactar contra un obstaacuteculo que considera no podraacute esquivar o saltar o donde no vea espacio alguno por donde penetrar En este sentido una formacioacuten de infanteriacutea pesada que fuera capaz de mantener su posicioacuten hasta el final teniacutea muchas posibilidades de rechazar una carga de caballeriacutea Existiacutean dos formas para evitar que esto sucediese de modo tal que la carga de caballeriacutea tuviese finalmente eacutexito hostigar a la formacioacuten de infanteriacutea de muacuteltiples modos (ataque con proyec-tiles ataques simulados apoyar a la caballeriacutea atacante con infanteriacutea o ar-tilleriacutea) o bien que un porcentaje suficiente de soldados enemigos no fuera capaz de soportar la tensioacuten psicoloacutegica de ver venir sobre ellos una carga de caballeriacutea y rompiera filas debilitando la formacioacuten desorganizaacutendola y abriendo brechas Como vemos el resultado de una carga de caballeriacutea de-pende maacutes del contexto y de la psicologiacutea que de la carga en siacute misma Sin embargo los nervios de acero necesarios para superar el instinto de autopro-teccioacuten (que nos llevariacutea a quitarnos inmediatamente de la trayectoria de los caballos y sus jinetes) no eran (ni son) un elemento comuacuten en los ejeacutercitos Pocas infanteriacuteas disponiacutean del adiestramiento y disciplina necesarios para mantener la posicioacuten y afrontar una auteacutentica estampida que a sus ojos cla-ramente amenazariacutea con arroyarla Entre tales excepciones se encontraba la

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infanteriacutea legionaria romana la cual soacutelo en determinadas circunstancias era realmente vulnerable a un ataque de caballeriacutea78

Las unidades de caballeriacutea pesada como catafractii y contarii eran un caso auacuten maacutes especial En primer lugar el contus permitiacutea al jinete arroyar a un infante enemigo virtualmente antes de que su montura se viera obligada a detener su marcha Por otra parte sus pesadas protecciones (y la de sus mon-turas al menos para una parte de los catafractii) les otorgaban una mayor se-guridad ante cualquier clase de contraataque enemigo (especialmente pro-yectiles) y una superior capacidad de asumir el riesgo del contacto con una formacioacuten enemiga demasiado firme Pero sobre todo les otorgaba una carga psicoloacutegica brutal la visioacuten de una ldquoparedrdquo blindada erizada de lanzas en auteacutentica formacioacuten de falange avanzando con premura directamente resulta-ba especialmente impactante a ojos de un soldado de infanteriacutea por muacuteltiples factores Ser arroyado por un caballo no es una perspectiva agradable ser arroyado por una marea de lanzas y caballos blindados es una perspectiva auacuten menos agradable Para incrementar la capacidad de penetracioacuten de este tipo de caballeriacutea se empleaban formaciones y ataques en profundidad fun-damentalmente columna y cuneuscuntildea En este sentido la formacioacuten podiacutea concentrar la fuerza de su carga en un frente estrecho que pudiera ser dirigi-do convenientemente contra el punto maacutes deacutebil de la formacioacuten a atacar in-cluso con la carga ya en curso Sin embargo la caballeriacutea pesada poseiacutea una desventaja potencial el enorme peso de su equipamiento reduciacutea la veloci-dad de su carga su maniobrabilidad y podiacutea agotar a sus caballos muy raacutepi-damente En este sentido podiacutean ser viacutectimas faacuteciles de unidades maacutes aacutegiles y raacutepidas o de un contraataque al teacutermino de una extenuante carga (exitosa o no) Por otra parte no estaban precisamente capacitados para realizar una re-tirada raacutepida con los caballos extenuados por el esfuerzo de cargar despla-zando sobre sus lomos a su jinete con su equipamiento y su propia pro-teccioacuten los catafractii podiacutean encontrarse en una situacioacuten realmente com-prometida si su ataque fracasaba y no se encontraban en posicioacuten de recibir apoyo inmediato de unidades aliadas capaces de protegerlos el tiempo nece-sario para maniobrar y salir del atolladero Otro peligro que desembocaba di-rectamente en el fracaso de la carga (y en las circunstancias antes descritas) era la posibilidad de que la formacioacuten perdiera su cohesioacuten durante la carga Para evitar esta circunstancia (y reducir la extenuacioacuten de los caballos) se procuraba no cargar a mayor velocidad que un trote ligero79

78 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

79 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 y 241 LEBEDYNSKY 2002 p 237 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

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A la hora de afrontar a otra caballeriacutea las circunstancias eran dife-rentes La caballeriacutea como especialista en ataque teniacutea tambieacuten la funcioacuten de neutralizar a la caballeriacutea del adversario negaacutendole asiacute la mayor parte de la iniciativa y ganando la oportunidad de flanquear sus formaciones y ata-carlas desde diversos puntos Un ejeacutercito cuya caballeriacutea abandonara el cam-po de batalla por otra parte aunque auacuten podiacutea imponerse mediante la fuerza de su infanteriacutea (si era capaz de rechazar el ataque de la caballeriacutea adversaria y de desalojar a su infanteriacutea) careceriacutea de cualquier posibilidad para explo-tar adecuadamente la victoria la caballeriacutea fue hasta la I Guerra Mundial la uacutenica arma capacitada para lanzar una persecucioacuten sobre una fuerza enemiga en retirada convirtiendo esta uacuteltima en una desbandada desorganizada y dis-poniendo asiacute de la oportunidad de transformar un ejeacutercito derrotado en un ejeacutercito destruido En este sentido la caballeriacutea no fue soacutelo una pieza taacutectica fundamental a la hora de la batalla sino una herramienta baacutesica de la estra-tegia a nivel global de cualquier conflicto a lo largo de unos tres milenios de historia militar

La infanteriacutea puede rechazar a la caballeriacutea pero nunca perseguirla (maniobra que equivaldriacutea a dar la ocasioacuten a los jinetes derrotados de dar media vuelta y lanzar un inesperado contraataque que convirtiera en desastre para la infanteriacutea lo que empezoacute siendo un eacutexito Las huidas fingidas como ya hemos sentildealado eran tambieacuten una interesante taacutectica a emplear por parte de la caballeriacutea para desorganizar una formacioacuten enemiga Sin embargo no era una taacutectica que entrara dentro del ldquomanual de instruccionesrdquo de la ca-balleriacutea maacutes pesada limitada como estaba en sus movimientos) Soacutelo la ca-balleriacutea podiacutea derrotar poner en fuga y destruir a otra caballeriacutea El modo de hacerlo sin embargo era materia delicada Una formacioacuten cerrada para ata-car a otra caballeriacutea resultaba inuacutetil y peligrosa era la mejor forma de que los propios caballos se rompieran los huesos al impactar a gran velocidad contra las monturas enemigas Normalmente y a lo largo de toda la existen-cia de la caballeriacutea de choque dos formaciones de caballeriacutea que cargan una contra otra a la espera de un combate mano a mano tienden a abrir sus liacuteneas para esquivar el choque frontal contra los caballos rivales Al producirse el choque el jinete tratariacutea de atacar con sus armas a su rival maacutes cercano a uno u otro lado intentando derribarle o herirle mortalmente En estas cir-cunstancias el contus sarmaticus vuelve a relucir por sus virtudes permitiacutea (al igual que la lanza de cometida medieval las lanzas de los huacutesares alados polacos o las lanzas de los ulanos austriacos o los cosacos rusos) golpear al jinete adversario antes de que eacuteste equipado con espada o con una lanza maacutes corta pudiese iniciar su propio ataque Una formacioacuten de contarii o de cata-fractii podiacutea asiacute arroyar faacutecilmente la vanguardia de la formacioacuten de caballe-

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riacutea enemiga neutralizando su ataque y desorganizando totalmente su forma-cioacuten Sin embargo cuando dos formaciones cargaban una contra la otra y llegaban a culminar completamente el choque el combate podiacutea derivar faacute-cilmente en una violenta y caoacutetica refriega En estas circunstancias las espa-das de hoja larga empleadas por la caballeriacutea romana y saacutermata eran particu-larmente esenciales asiacute como sus protecciones dado que un contus tendiacutea a partirse tras el primer o segundo impacto y a ser poco coacutemoda de utilizar cuando el combate se tornaba maacutes cercano En cualquier caso si una forma-cioacuten de catafractii no conseguiacutea imponerse durante el choque a la formacioacuten enemiga el agotamiento de sus monturas y su menor movilidad (sumada a la peacuterdida del orden en la formacioacuten inherente al inicio de la refriega) supon-driacutean una peligrosa situacioacuten en el caso de carecer de apoyo de otras unida-des (bien de caballeriacutea o de infanteriacutea) y de la que no podriacutean salir con mu-cha facilidad80

Tanto frente a otra caballeriacutea como frente a la infanteriacutea el respaldo de unidades de caballeriacutea maacutes ligeras y particularmente arqueros a caballo81 resultariacutea particularmente deseable antes del choque la caballeriacutea ligera po-driacutea hostigar con proyectiles a las formaciones enemigas creando brechas o desorganizaacutendolas y despueacutes del choque podriacutean apoyar a la caballeriacutea pe-sada durante la progresioacuten del combate cubrir su retirada o explotar su eacutexito continuando la persecucioacuten de un enemigo en fuga

Como vemos desde el punto de vista taacutectico y del empleo en el campo de batalla el eacutexito de la caballeriacutea pesada acorazada dependiacutea tanto o maacutes de las circunstancias el contexto y el apoyo que pudieran recibir que de sus propias virtudes Se trataba de unidades altamente especializadas que si que-daban desprotegidas o en situaciones comprometidas podiacutean ser faacutecilmente rechazadas desbandadas o destruidas No se trataba de fuerzas versaacutetiles y probablemente ello condicionoacute que su adopcioacuten y empleo generalizado por parte del ejeacutercito romano fuera tardiacuteo

CONCLUSIONES

El ejeacutercito romano se enfrentoacute durante casi dos siglos a la caballeriacutea

pesada desarrollada por las potencias orientales Tras reveses iniciales debi-dos maacutes a las circunstancias que a una auteacutentica incapacidad para afrontar el ataque de este tipo de caballeriacutea las legiones desarrollaron sus particulares contramedidas recorriendo las primeras deacutecadas de la historia del Alto Im-

80 DIXON SOUTHERN 1997 pp 141-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 235-244 MENEacuteNDEZ

ARGUumlIacuteN 2011 pp 322-324 81 DIXON SOUTHERN 1997 p 143

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perio imperturbables considerando del todo innecesario tomar como inno-vacioacuten un arma a la que eran capaces de batir los catafractos partos y arme-nios

Sin embargo hacia mediados del s I dC algo vino a trastocar este es-cenario en apariencia estable e inamovible de las estepas poacutenticas emergioacute no tanto una nueva arma como una nueva forma de combinar y emplear ar-mas y taacutecticas sobradamente conocidas Los haacutebiles jinetes saacutermatas dejaron atraacutes la claacutesica tradicioacuten militar esteparia basada en el uso del arquero a ca-ballo y la caballeriacutea ligera desarrollaron una nueva caballeriacutea pesada libre de la mayor parte de las debilidades de los pesados catafractos partos flexi-ble y dinaacutemica y capaz de luchar en conjuncioacuten perfecta con otras modali-dades de caballeriacutea como si de un uacutenico cuerpo se tratase A diferencia del catafractario parto el ldquocontariordquo saacutermata era un jinete armado maacutes o menos pesadamente seguacuten las circunstancias y sus propias posibilidades Al igual que su contrapartida parto o armenio el jinete pesado saacutermata aprovechaba al maacuteximo las virtudes de su arma definitoria el contus sarmaticus pero la combinaba con el uso de otras igualmente uacutetiles como la espada de hoja larga y el arco recurvado compuesto Su equipamiento defensivo careciacutea de la rigidez propia del catafracto parto tendiendo a ser sensiblemente maacutes li-gero sin perder las ventajas propias de una proteccioacuten completa y concien-zuda Este equipamiento defensivo ademaacutes podiacutea variar seguacuten las circuns-tancias y las necesidades taacutecticas de cada momento (y no solo exclusi-vamente en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete) Ello permitiacutea al jinete pesado saacutermata oscilar entre una caballeriacutea media pura y una caballeriacutea pesada de choque seguacuten las circunstancias Le convertiacutea en un arma flexible capaz de desempentildear diversos papeles en el campo de batalla y variarlos du-rante el combate mismo seguacuten sus necesidades En combinacioacuten con la habi-lidad natural de estos pueblos para la equitacioacuten y sus excelentes (y numero-sas) fuerzas de caballeriacutea ligera la caballeriacutea pesada saacutermata representaba una amenaza realmente seria y totalmente nueva

Desde la guerra civil del 68-69 dC hasta la paz firmada por Adriano con los saacutermatas roxolanos en 119 dC las legiones romanas y su caballeriacutea hubieron de hacer severos esfuerzos para imponerse a este nuevo enemigo en los campos de batalla actuase eacuteste en solitario o en conjuncioacuten con otros pueblos o Estados Las guerras daacutecicas de Domiciano (85-89 dC) y de Tra-jano (101-106 dC) fueron probablemente los puntos culminantes de esta coyuntura De los sangrientos encuentros habidos sobre las orillas del Danu-bio las colinas daacutecicas y las llanuras de la futura Hungriacutea el ejeacutercito romano extraeriacutea una dura leccioacuten que aprenderiacutea raacutepidamente y pondriacutea en creciente praacutectica con el paso de los antildeos cuando a comienzos del s III dC descen-

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diera el ocaso sobre las uacuteltimas luces legadas por la edad dorada de los Anto-ninos habiendo el Estado romano de afrontar las convulsiones de un mundo en paulatina transformacioacuten

A comienzos del s II dC a caballo entre los diacuteas de Trajano y Adria-no el ejeacutercito romano afrontoacute el laborioso proceso de aplicar buena parte de lo que habiacutea aprendido de manos de la caballeriacutea saacutermata El contus ya habiacutea sido adoptado conformando la primera caballeriacutea de choque especialista de la historia del Imperio A ella le seguiriacutean las protecciones pesadas para jine-tes asiacute como para caballos El ejeacutercito romano conociacutea de sobra los modelos orientales de caballeriacutea pesada y sin embargo en el primer siglo de existen-cia de este arma entre las filas romanas el modelo a seguir fue principal-mente saacutermata Los hechos hablan por siacute solos El ejeacutercito romano habiacutea en-contrado una innovacioacuten de intereacutes para su tradicioacuten militar y la incorporoacute raacutepidamente Las primeras unidades de caballeriacutea pesada acorazada romana llevaron nombres que aludiacutean a tradiciones orientales catafractii pero su ar-mamento y el fundamento de sus taacutecticas era una mezcla de aportaciones romanas y modelos saacutermatas Con la llegada del s III dC estas unidades se hariacutean cada vez maacutes necesarias y sobre la trayectoria marcada por los pio-neros de este arma se labrariacutea el desarrollo completo de la misma

La emersioacuten del Imperio persa sasaacutenida supuso la transformacioacuten re-novacioacuten y revitalizacioacuten del arma de caballeriacutea puramente oriental Los sa-saacutenidas llevaron a un nuevo paroxismo a la combinacioacuten de la caballeriacutea pe-sada y la caballeriacutea ligera de tradicioacuten oriental hasta el punto de que algunos tratadistas militares romanos como Amiano Marcelino llegaron a conside-rarlo como un arma praacutecticamente imbatible En palabras del propio Amiano [] catafractarii [] et sagitarii formidable genus armorum82 Probable-mente estas circunstancias forzaran (entre otros factores) no ya la expansioacuten del arma de caballeriacutea pesada (asiacute como del arquero a caballo) en el ejeacutercito romano de los siglos III y IV dC sino la asuncioacuten por parte de la misma de muacuteltiples elementos propios ya exclusivamente de la tradicioacuten militar irano-persa

La experiencia saacutermata quedoacute atraacutes sin embargo su importancia y la de los primeros prototipos de caballeriacutea pesada romana existentes en el Alto Imperio no debe menospreciarse Fueron la piedra fundadora los cimientos de una importante rama de la tradicioacuten militar romana posterior madre de la bizantina y de buena parte de las tradiciones militares de la posterior Europa medieval donde la caballeriacutea ostentariacutea durante siglos su particular supre-maciacutea En cierto modo puede decirse que la caballeriacutea saacutermata y las primeras

82 AMIANO MARCELINO 16 12 7

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unidades de caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano se encuentran entre las raiacute-ces de una tradicioacuten militar que llevoacute a la caballeriacutea a mantener la ilusioacuten de su reinado sobre los campos de batalla hasta el enloquecedor extremo de atravesar las trincheras y alambradas de la I Guerra Mundial y cargar sobre las divisiones panzer germanas en 1939

SELECCIOacuteN DE TEXTOS EPIGRAacuteFICOS RELATIVOS

83 Camerinum (Camerino) Regio VI Italia CIL XI 5632

M(arco) Maenio C(ai) f(ilio) Cor(nelia) Agrippae L(ucio) Tusidio Campestri hospiti divi Hadriani patri senatoris praef(ecto) coh(ortis) II Fl(aviae) Britton(um) equitat(ae) electo a divo Hadriano et misso in expeditionem Brittannicam trib(uno) coh(ortis) I Hispanor(um) equitat(ae) praef(ecto) alae I Gallor(um) et Pannonior(um) catafractatae proc(uratori) Aug(usti) praef(ecto) classis Brittannicae proc(uratori) provinciae Brittanniae equo publico patrono municipi(i) vicani Censorglacenses consecuti ab indulgentia Optimi Maximique Imp(eratoris) Antonini Aug(usti) Pii beneficio interpretationis eius privilegia quibus in p[e]rpetuum aucti confirmatique sunt l(ocus) d(atus) d(ecreto) d(ecurionum) g(ratis)

Ad Mediam (Mehadia) Dacia CIL XVI 110 = CIL III 886 = AE 1980 760

[Imp(erator) Caes(ar) divi Had]rian(i) f(ilius) divi Traiani [Parthici n(epos) divi Ne]rvae pron(epos) T(itus) Aelius [Hadrianus Ant]oninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) [max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII] imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae) [equit(ibus) et pedit(ibus)] qui mil(itaverunt) in alis III quae [appell(antur) Silia]n(a) et Gall(orum) et Pann(oniorum) [catafrac(taria) et F]ront(oniana) et coh(ortibus) XII I Ulp(ia) [Britton(um)] |(milliaria) et I Fl(avia) Ulp(ia) Hisp(anorum) |(milliaria) [et 3 I Ael(ia)] Gaesa(torum) |(milliaria) et I Aug(usta) Nerv() [|(milliaria) et I]I Britt(onum) |(milliaria) et I Hispan(orum) [--- e]t II Hisp(anorum) scutat(a) Cy[ren(aica) et ---]n() et VI Thrac(um) et sunt [in Dacia Poroliss]en(si) sub Macrinio [Vindice proc(uratore) qui]nq(ue) et vigint(i) stip[en(diis) emerit(is) dimis(sis) hon]est(a) miss(ione) quor(um) [nomin(a) subscripta s]unt civit(atem) Roman(am) [qui eor(um) non ha]b(erent) ded(it) et con(ubium) cum [uxor(ibus) quas tu]nc hab(uissent) cum est [civit(as) i(i)s dat(a) aut] cum i(i)s quas post(ea) [dux(issent) dumtax(at) si]ngulis [[Imp(erator) Caes(ar) divi Hadrian(i) f(ilius) divi Traiani Parthici n(epos) divi Nervae pron(epos) T(itus) Aelius Hadrianus Antoninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae)] [equit(ibus) et pedit(ibus) qui mil(itaverunt) in alis III ---] et vigint(i) stipend(iis) emerit(is) dimis(sis) honest(a) miss(ione) quor(um) nomin(a) subscript(a) sunt civit(atem) Roman(am) qui eor(um) non haber(ent) dedit et conub(ium) cum uxor(ibus) quas tunc habuis(sent) cum est civit(atem) i(is) dat(a) aut cum i(is) quas post(ea) dux(issent) dumtax(at) singulis a(nte) d(iem) V K(alendas) Oct(obres) Sex(to) Calpurnio Agricola Ti(berio) Claudio Iuliano co(n)s(ulibus) coh(ors) I Ulpia Britton(um) |(milliaria) cui

83 Tomados del Epigraphische Datenbank Clauss-Slaby httpwwwmanfredclauss de

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prae(e)st L(ucius) Nonius Bassus Picen(o) ex pedite Luonerco Molaci f(ilio) Britt(oni) descript(um) et recognit(um) ex tabul(a) aer(ea) quae fixa est Romae in mur(o) post templ(um) divi Aug(usti) ad Minervam

Tipasa (Tefessad) Mauretania Cesariense AE 1951 265 = AE 1955 133

D(is) M(anibus) Adiutoris eq(uitis) al(ae) pri(mae) Can(n)anafatium vi(xit) XXXXI m(ilitavit) an(nos) XXIII pro(curante) l(i)b(erto) ipsi(us) bene me(renti) Cabanus he(res) po(suit)

Savaria (Szombathely) Panonia Superior CIL III 4183

T(itus) Cnorius Sabinianus ex praef(ecto) alae Contariorum v(ir) e(gregius) et L(ucius) Val(erius) Verus dec(urio) c(oloniae) C(laudiae) Savar(iensium) sacerdotalis p(rovinciae) P(annoniae) s(uperioris) cryptam vi ignis exustam sumptibus suis refecerunt

Brigetio (Kornye) Panonia Superior CIL III 4278

D(is) M(anibus) Val(erio) Saturnino vet(erano) ex dup(licario) alae I Ulp(iae) Cont(ariorum) qui vixit an(nos) L et Val(erio) Sabino mil(iti) leg(ionis) I Ad(iutricis) stip(endiorum) III vixit an(nos) XXV filio Caes(ia) Digna marito et filio f(aciendum) c(uravit)

Apamea Siria AE 1987 955

Aur(elio) Basso quandam(sic) sig(nifero) al(ae) I Ulp(iae) (C)ontariorum stipendiorum VIII vixit annos XXVIIII XI Kal(endas) Maias Gallo et Volusiano consilibus() titulus positus a Marc(io) Cotum(sic) (d)ec(urione) al(ae) c(ivium) R(omanorum)

Apamea Siria AE 1993 1589

D(is) M(anibus) Iulius Valerianus eques alae I Ulp(iae) contariorum stip(endiorum) XXIII vixit annis XXXXVI Ulp(ius) Ingenu(us) dupl(icarius) alae eiusdem heres posuit b(ene) m(erenti)

Arrabona (Gyor) Panonia Superior CIL III 4379

D(is) M(anibus) Ulp(ius) Variu(s) Ore() vet(e)r(anus) ex stat(ore) al(a)e I Ulp(iae) Cont(ariorum) do(mo) Af(rica) vixs(it) ann(os) XLV et Ael(iae) Sabin(a)e fi(liae) vix(it) ann(os) X Ael(ia) Domitia con(iunx) et Ulp(ius) Sabinianus et Ulp(ius) [Cele]rinus et Sabi[nil]la fili(i) vivi cum [mat(re) pa]tri karis(simo) posuerunt

Sentpalpuszta Panonia Superior CIL III 11081 = AE 1899 3

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[D(is) M(anibus)] M(arcus) Aur(elius) [3]us vex(illarius) al(ae) p(rimae) C(ontariorum) Anto(ninianae) et Elv(iae) Bon(a)e c(oniugi) car(issimae) et f(iliae) Aur(eliae) Valerin(a)e et Ae(liae) Sabin(a)e et Elv(io) Verecundo an(norum) LXX Pulc(h)r(a)e() Suri an(norum) LX et Elv(io) Vitali an(norum) XVIII et Au(relio) Ma(n)suetiano an(norum) VII et Ae(lio) Florido M(arcus) Aur(elius) Valerianus sib(i) [et] su[i]s vivi f(ecit)

Roma CIL VI 1449 = AE 1967 16 = AE 196970 13

M(arco) Macrinio Avito M(arci) f(ilio) Claud(ia) Catonio Vindici co(n)s(uli) aug(uri) p(opuli) R(omani) Quiritium leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) prov(inciae) Moes(iae) inf(erioris) leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) Moes(iae) sup(erioris) cur(atori) civitat(is) Arimin(ensium) p[r]oc(uratori) prov(inciae) Dac(iae) Malv(ensis) praef(ecto) alae contar(iorum) praef(ecto) alae III Thrac(um) trib(uno) milit(um) leg(ionis) VI Victr(icis) praef(ecto) coh(ortis) VI Gall(orum) donat(o) donis mil(itaribus) in bello Germ(anico) ab Imp(eratore) M(arco) Aur(elio) Antonino Aug(usto) hast(is) pur(is) II et vexill(is) II cor(o)na mural(i) et vallar(i) Iunia Flaccinilla marito karissimo et Macrinia Rufina patri piissimo vixit annis XLII m(ensibus) V

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SELECCIOacuteN DE IMAacuteGENES

Fig 1 Relieve de la estela funeraria del eques Aduitor miembro del ala I Canninefatum (AE 1955

133) empuntildeando un contus sarmaticus por el lateral derecho de su montura DIXON SOUTHERN 1997 p 49

Fig 2

Grafito de Dura-Europos datado en torno a los ss II-III dC representando un catafracto parto romano o sasaacutenida JUNKELMANN 1992 p 197

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Fig 3 Las dos bardas de escamas metaacutelicas completas encontradas por Rostovzeff en las

excavaciones de Dura-Europos a lo largo de la campantildea de 1932-33 JUNKELMANN 1992 p 214

Fig 4 Relieves de Firuzabad (Iraacuten) representando a un clibanario persa sasaacutenida derribando a un

catafractarioclibanario parto s III dC Obseacutervese las bandas transversales que se ven en los brazos del jinete de la derecha que probablemente esteacuten representando un tipo de manica

WILCOX 2001 p 22

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Fig 5 Relieve de Firuzabad representando a unos catafractosclibanarios parto y sasaacutenida forcejeando

en combate cuerpo a cuerpo Ilustracioacuten de Wilcox 2001 p 23

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FIG 6 Catafractos partos del s I aC Obseacutervense las protecciones tipo manicae portadas por ambos

jinetes en los brazos El jinete de la derecha tambieacuten las lleva sobre las piernas A Mc Bride en WILCOX 2001

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Fig 7 Fragmentos de cotas de escamas y laacuteminas para armadura encontradas en enterramientos

saacutermatas de los ss I-III dC NEGIN 1998 p 70

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Fig 8 Estela de Athenios en Panticapea (Crimea Ucrania) donde se puede observar a un jinete (izqda) que parece montar un caballo protegido con una cota de escamas al igual que eacutel

NEGIN 1998 p 66

Fig 9 Reconstruccioacuten de un contario saacutermata (izqda) en accioacuten s II dC seguacuten G Embleton en

BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 10 Reconstruccioacuten el posible aspecto de un jinete pesado saacutermata y de la posible proteccioacuten de su

montura s II dC seguacuten G Embleton en BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 11 Reconstruccioacuten de un jinete pesado saacutermata equipado con una armadura compuesta ss I-II

dC seguacuten NEGIN 1998 p 73

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Fig 12 Casco romano tipo Russell Robinson tipo B basado en un ejemplar encontrado en Ely

(Cambridgeshire Reino Unido) ss I-II dC GOLDSWORTHY 1998 p 238

Fig 13

Casco romano tipo Rusell Robinson E basado en un hallazgo realizado en Hedderneim (Alemania) ss II-III GOLDSWORTHY 1998 p 238

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Fig 14

Reconstruccioacuten de un casco romano del tipo Niederbieber ss II-III dC seguacuten GILBERT 2010 p 136

Fig 15

Reconstruccioacuten de una variante del casco romano tipo Heddernheim con y sin maacutescara de proteccioacuten para el rostro ss II-III dC seguacuten ALEXANDRA GILBERT 2009 pp 24-26

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Fig 16 Fragmento de lorica squamata de escamas semi-riacutegidas s II dC

BISHOP COULSTON 1993 p 116

Fig 17 Silla de montar romana de cuatro cuernos seguacuten la reconstruccioacuten de P Connolly

DIXON SOUTHERN 1997 p 71

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Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

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Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

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Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

Recibido 17 mayo 2011 Aprobado 22 junio 2011

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ARTIacuteCULOS

Joseacute drsquoENCARNACcedilAtildeOAcerca de Vegeacutecio e do seu Compecircndio da Arte Militar 7-13

Dominic MOREAU Los παραφύλακες en las inscripciones no anatolias de la Antiguumledad (siglos I-VI dC) Estado de la cuestioacuten hipoacutetesis y pistas para la investigacioacuten 15-36

David SIERRA ESTORNEacuteSLa taacutectica del ejeacutercito romano centuriado a traveacutes de las fuentes literarias 37-68

David SORIA MOLINAContarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romanode Vespasiano a Severo Alejandro 69-122

HISTORIOGRAFIacuteA

Alfred von DOMASZEWSKI Der Panzerschmuck der Augustusstatue von Primaporta 123-126

Rudolf SCHNEIDERAnonymi De Rebus Bellicis Liber (1908) Erlaumluterungen und Abbildungen 127-145

RECENSIONES

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RODRIacuteGUEZ GONZAacuteLEZ Julio La resistencia hispana contra Roma Madrid 2010 [JA Vicente Loacutepez] 188-189

EL EJEacuteRCITO ROMANO EN LA COLECCIOacuteN OSPREY EN ESPANtildeOL[JA Vicente Loacutepez] 190-206

INFORMACIOacuteN BIBLIOGRAacuteFICA 207-209

PORTATIL
Texto escrito a maacutequina
PORTATIL
Texto escrito a maacutequina

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David SORIA MOLINA Doctorando ndash Universidad de Murcia

RESUMEN La adopcioacuten de la caballeriacutea pesada acorazada de choque por parte del ejeacutercito romano supuso un cambio fundamental en su tradicioacuten militar El desarrollo de las primeras unidades de contarii catafractii y clibanarii asiacute como su particular expansioacuten a lo largo del s III dC nos habla de un importante proceso de transformacioacuten en el pensamiento taacutectico del ejeacutercito romano y de una nueva muestra de su fascinante capacidad de adaptacioacuten a las circunstancias que el medio le planteaba A lo largo de este artiacuteculo trataremos la apari-cioacuten de estas primeras unidades tales como el ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta y el ala I Vlpia contariorum las tradiciones militares en que pudieron inspirarse asiacute como su fun-cionamiento en el campo de batalla sin olvidar plantear las principales teoriacuteas historiograacute-ficas en torno a estas cuestiones

SUMMARY The adoption by the roman army of heavy armored shock cavalry was a

fundamental change in his military tradition The development of the early contarii catafrac-tii and clibanarii units as well as their particularly expansion during the Century III AD tell us about a main transformation in the tactical mind of the roman army and of a new example of his fascinating capacity in adapting to the circumstances that the medium offered to it Along this article we shall discuss about the apparition of this first military units like ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta and ala I Vlpia contariorum the military traditions in which could inspirate themselves and so their work in the battlefield without forgetting to explain the main historiographical theories about this matters

La caballeriacutea pesada acorazada especializada en acciones de carga y

choque se encuentra presente en los ejeacutercitos de la Antiguumledad desde el pe-riodo heleniacutestico Emergidas entre las filas de la caballeriacutea de los pueblos de las estepas euroasiaacuteticas estas unidades se convertiriacutean en un elemento esen-cial de los ejeacutercitos del Imperio parto las tribus saacutermatas del Imperio sasaacute-nida o entre los alanos Se trata de culturas cuya tradicioacuten militar gravitoacute en torno al uso masivo de la caballeriacutea y donde la infanteriacutea constituyoacute o bien un mero elemento auxiliar o una fuerza con un protagonismo menor al que este arma teniacutea en el Occidente greco-romano Todas estas culturas entraron en contacto directo con el Imperio romano en un momento u otro desde el s I aC un contacto en muchas ocasiones violento que contemplariacutea el en-

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cuentro sobre los campos de batalla del Proacuteximo Oriente y la Europa del Es-te de la caballeriacutea pesada oriental y las legiones romanas altoimperiales Y sin embargo no fue hasta comienzos del s II dC que el ejeacutercito romano co-menzoacute a desarrollar sus propias unidades de caballeriacutea pesada acorazada si-guiendo los modelos estepario-orientales con los que habiacutea convivido hasta el momento

Estas unidades de caballeriacutea pesada fueron conocidas por la historio-grafiacutea latina y griega como cataphractikataphractoi clibanarii y contarii Aunque los testimonios de su presencia en los ejeacutercitos partos y saacutermatas son abundantes en la literatura greco-latina de la eacutepoca su aparicioacuten en los ejeacuter-citos romanos en eacutepoca altoimperial a penas nos es conocida gracias a la epi-grafiacutea y a muy escasos testimonios literarios

A lo largo de los dos primeros siglos del Alto Imperio la caballeriacutea romana habiacutea sido una versaacutetil y flexible arma capacitada para combatir igualmente a distancia como en formaciones cerradas de choque a la carga iquestQueacute pudo motivar el desarrollo a finales del s I y principios del II dC de unidades que a todas luces estaban bastante alejadas de la tradicioacuten militar romana

FUENTES Los testimonios en torno al surgimiento de la caballeriacutea pesada acora-

zada en el ejeacutercito romano provienen predominantemente de la epigrafiacutea Tan soacutelo Flavio Josefo al describir el ejeacutercito del futuro emperador Vespa-siano empentildeado en su contienda contra la revuelta judiacutea del 66 dC hace mencioacuten expliacutecita la existencia ya en el ejeacutercito romano de unidades de ca-balleriacutea denominadas contarii (en griego κοντοφόρoι)1 es decir jinetes equi-pados con el contusκόντος una lanza pesada de acometida unos cuatro me-tros de longitud empuntildeada a dos manos de origen saacutermata2 Sobre la existen-cia de unidades de contarii en eacutepoca de Adriano hace varias menciones igualmente Arriano en su Tactica3

A traveacutes de la epigrafiacutea sin embargo tenemos atestiguadas tres unida-des formadas aproximadamente bajo los reinados de Trajano y Adriano En primer lugar el Ala I Vlpia contariorum milliaria probablemente constituida

1 FLAVIO JOSEFO La guerra de los Judiacuteos III 5 5 2 DIXON STEPHENSON 2003 p 71-73 DIXON SOUTHERN 1997 pp 75-76 BISHOP

COULSTON 1993 pp 109-111 FIELDS 2006 pp 10 LEBEDYNSKY 2002 p 163 GOLDS-WORTHY 1998 p 240

3 ARRIANO Taacutectica 4 seguacuten EADIE 1967 p 167

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bajo el reinado de Trajano y para la cual disponemos de abundantes testimo-nios epigraacuteficos en forma de inscripciones votivas honorarias y funerarias asiacute como diversos diplomas militares muchos de los cuales datan del reina-do de Septimio Severo4 En segundo lugar el ala I Canninefatum Canina-fatium Cannanefatium conocida a traveacutes de la estela funeraria del eques Adiutor donde aparece este jinete romano empuntildeando una lanza a dos manos que probablemente sea un contus5 En tercer lugar dos referencias al ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta La primera y maacutes importante de las mismas data de eacutepoca de Adriano6 una estela dedicada a Marco Menio Agri-pa prefecto del ala citada siendo la primera referencia a unidades de cata-fractarios del ejeacutercito romano conocida antes de mediados del s III dC La segunda pertenece a un diploma militar datado en el antildeo 154 dC durante el reinado de Antonino Piacuteo donde soldados de este ala reciben su honesta missio junto con miembros de otras unidades auxiliares7

El registro iconograacutefico representa otra de las fuentes clave para el co-nocimiento de estas unidades militares en el periodo citado En primer lugar debemos citar los relieves que acompantildean algunas de las inscripciones cita-das especialmente las de caraacutecter funerario donde suele aparecer el soldado a lomos de su caballo o a pie junto al mismo En este sentido podemos citar como ejemplo la estela del eques Aduitor del ala I Canninefatum Debemos sentildealar que hasta la fecha no se ha encontrado ninguacuten relieve (funerario o no) datado en eacutepoca antonina o severa donde esteacute representado un catafrac-tus o un clibanarius identificable como romano Nuestras fuentes iconograacute-ficas para estas unidades se completan con relieves incluidos en contextos monumentales asiacute como con grafitos En el primer caso se han sentildealado las metopas I II III y IV del Tropaeum Traiani en Adamklissi En eacutestas apa-recen representados sendos jinetes equipados con cota de mallas espada un posible escudo y una lanza portada con una sola mano mientras que sus monturas no se presentan protegidas Seguacuten J W Eadie8 estos jinetes esta-riacutean equipados probablemente con un contus (deduccioacuten que extrae especial-mente de la metopa IV donde aparece uno de estos jinetes alanceando a un

4 CIL III 4183 4278 4341 4359 4360 4361 4362 4369 4370 4378 4379 5091 11081 13441 CIL V 5266 CIL VI 1449 CIL XVI 64 AE 1977 3 AE 1908 45 46 AE 1965 131 AE 1987 796 955 AE 1993 1589 1590 1593 1596 AE 2004 1905

5 AE 1955 133 DIXON STEPHENSON 2003 p 70-71 SPEIDEL 1992 GOLDSWORTHY 1998 p 240 LEBEDYNSKY 2002 p 236 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 323-324

6 CIL XI 5632 GOLDSWORTHY 1998 p 241 DIXON SOUTHERN 1997 p 76 EADIE 1967 p 167

7 CIL XVI 110 = CIL III Diploma XLIV = AE 1980 760 EADIE 1967 p 167 MIELCZAREK 1993 p 73

8 EADIE 1967 p 167

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enemigo) y que por lo tanto estariacuteamos ante la imagen de unos contarii Pa-ra justificar el hecho de que las lanzas representadas sean de reducido ta-mantildeo para ser realmente un contus Eadie considera que la imagen (como en otras muchas metopas) estaacute ajustada a los liacutemites del espacio disponible para representarla y que por lo tanto sus dimensiones estaacuten deformadas En el se-gundo caso podemos incluir un grafito encontrado en Dura-Europos donde aparece representado un catafracto o un clibanario a caballo entre los ss II-III dC seguacuten la inmensa mayoriacutea de las teoriacuteas9 Sin embargo en ninguacuten ca-so se ha aclarado la ldquonacionalidadrdquo del jinete representado no arriesgaacutendose ninguna de las propuestas existentes hasta la fecha a aventurar si se trata de un jinete romano parto o incluso sasaacutenida

Finalmente resta por mencionar las fuentes arqueoloacutegicas Sin embar-go los testimonios arqueoloacutegicos de la existencia de estas unidades desde eacutepoca de Trajano hasta Severo Alejandro resultan escasos Salvo que aparez-ca una inscripcioacuten lo suficientemente clara no hay forma de atribuir un acuartelamiento de caballeriacutea romana (dado el caso de que se pueda iden-tificar claramente dicho acuartelamiento como propio de una unidad de ca-balleriacutea) a un tipo de unidad o a otra Por otra parte los hallazgos de piezas de equipamiento (fragmentarias o completas) atribuibles exclusivamente a contarios catafractos o clibanarios resultan muy escasos aunque significati-vos y a veces difiacuteciles de identificar como tales Respecto al arma caracte-riacutestica de los contarii el contus no han sobrevivido en el registro arqueoloacute-gico restos orgaacutenicos (la madera del asta) que nos permitan identificar una lanza de acometida como un arma de estas caracteriacutesticas Respecto de las puntas y regatones metaacutelicos que siacute suelen conservarse (en mejor o peor es-tado) en el registro arqueoloacutegico apenas podemos distinguir su pertenencia a armas arrojadizas o armas de acometida pero dentro de esta uacuteltima categoriacutea resulta casi imposible establecer su atribucioacuten a un contus con suficiente se-guridad En cuanto a elementos considerados como parte exclusiva del equi-pamiento de un catafractario o un clibanario (en principio no necesariamente romano pues como veremos maacutes adelante existe un importante debate en torno al equipamiento atribuible a estos catafractii y clibanarii romanos y auacuten a los de otros Estados y culturas de la eacutepoca) destacan claramente las tres bardas de escamas encontradas durante las excavaciones en Dura-Euro-pos en 1932-33 y datadas hacia el s III dC 10 Aunque trataremos el (proba-ble) equipamiento militar de estas unidades con mayor detalle en otro apar-tado sentildealaremos aquiacute que dos de ellas (una completa y otra fragmentaria)

9 ROSTOVZEFF 1933 MIELCZAREK 1993 p 36 BISHOP COULSTON1993 p 157 DIXON

SOUTHERN 1997 p 76 Seguacuten FIELDS 2006 p 10 se tratariacutea de un clibanarius 10 ROSTOVZEFF BELLINGER HOPKINS WELLES1936 y JAMES 2004

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son de escamas de bronce cosidas a un manto de lino mientras que la res-tante es de escamas de hierro cosida igualmente a un manto de tela11 Otros hallazgos arqueoloacutegicos (como los cubrecabezas para caballos teacutecnicamente denominados como chamfrons) son atribuibles tanto a las unidades pesadas de choque de la caballeriacutea romana que estamos tratando como a otras unida-des maacutes comunes desde otros elementos de proteccioacuten maacutes o menos pesados para jinete o caballo hasta piezas de uso praacutecticamente general como sillas de montar arreos etc que expondremos con detalle maacutes adelante Algunas de estas piezas como las sillas de montar (magniacuteficamente estudiadas por P Connolly12) pueden servir de ayuda para enfocar y dilucidar diversas cues-tiones y discusiones surgidas en la historiografiacutea en torno a la caballeriacutea pe-sada romana altoimperial

CONTARII CATAFRACTII CLIBANARII IDENTIFICACIOacuteN Y DEFINICIOacuteN DE UNA

ESPECIALIDAD MILITAR La utilizacioacuten de los teacuterminos contarii catafractii y clibanarii por

parte de los romanos para referirse a diversas formas o de diversos modos a unidades de caballeriacutea pesada de choque maacutes o menos acorazada es un hecho Sin embargo iquestsabemos realmente cuaacutel era la definicioacuten que se ocul-taba tras cada teacutermino a ojos de un militar romano de los ss II-III dC Eacuteste no es un tema baladiacute pues en cierta medida la cuestioacuten continuacutea abierta no habiendo auacuten un consenso o al menos una corriente imperante en torno a cuaacutel era la distincioacuten real entre un catafractus y un clibanarius Respecto al contarius por el contrario no parecen existir excesivas dudas acerca de su particular naturaleza si bien algunas propuestas lanzadas al respecto de los catafractii romanos han llegado a asemejarlos bastante Dar respuestas a estas preguntas antes de abordar en detalle los antecedentes y el desarrollo de las primeras unidades de caballeriacutea pesada acorazada del ejeacutercito romano es esencial

La cuestioacuten en torno a queacute era un contarius es la mejor aclarada hasta la fecha Antes de su atestiguacioacuten en el ejeacutercito romano el contarius no aparece maacutes que entre las filas de la caballeriacutea saacutermata como veremos En general todas las tesis sostienen que el contario o contarius tambieacuten cono-cido como κοντοφόροι dentro del ejeacutercito romano o del saacutermata era un ji-nete cuya principal caracteriacutestica era empuntildear una lanza de casi cuatro me-tros de largo denominada contus sarmaticus La proteccioacuten de un contario

11 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-63 DIXON STEPHENSON 2003 pp 115-116 JAMES 2004 FIELDS 2006 p 20

12 CONNOLLY 1986 1987 1997 2004 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991

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podriacutea ser mayor o menor pero en general su montura no se encontrariacutea pe-sadamente protegida13 Es esta la imagen que parece aportar la estela del eques Aduitor14 quien aparece armado aparentemente tan soacutelo con el contus y vistiendo uacutenicamente una tuacutenica y un manto mientras que su caballo no parece llevar tampoco proteccioacuten alguna Siguiendo la propuesta lanzada por Eadie al respecto de los jinetes de las metopas I a IV del Tropaeum Traiani los contarii apenas portariacutean como proteccioacuten corporal una coraza corriente y a lo sumo un yelmo sin que sus caballos portaran proteccioacuten alguna Pero maacutes allaacute de estos detalles la definicioacuten del contario estariacutea clara un jinete equipado principalmente con un contus de este modo combinariacutea la agilidad y velocidad de un jinete comuacuten (cuyo caballo no estariacutea significativamente protegido) con la potencia de embestida de una lanza pesada que aporta la ventaja de golpear antes al enemigo (y derribarlo) gracias a su superior lon-gitud15

La cuestioacuten en torno a los catafractii y clibanarii es de una naturaleza bien distinta empezando por el hecho de que no estaacute claro si se trata de dos teacuterminos distintos refirieacutendose a una misma especialidad de caballeriacutea o si se trata realmente de dos especialidades en verdad distintas en taacutecticas y en equipamiento

En principio el teacutermino griego κατάφρακτος significa ldquocubierto de armadura acorazadordquo16 o ldquocubierto con cota de mallardquo17 La terminologiacutea pone asiacute el eacutenfasis desde el principio en la proteccioacuten en este sentido se tra-tariacutea de la caracteriacutestica definitoria de un catafractario Entre tanto clibana-rius viene del teacutermino latino clibanus ldquohorno de campantildeardquo18 que a su vez desciende del teacutermino griego κλίβανος ldquohorno hornillordquo teacutermino que posi-blemente hiciera referencia a las altas temperaturas que se podiacutean alcanzar bajo una armadura metaacutelica densa Asiacute pues en principio parece que la ca-racteriacutestica principal inicial de ambos tipos de jinete es portar una proteccioacuten metaacutelica especialmente extensa o acentuada proteccioacuten que se hariacutea exten-

13 ARRIANO Taacutectica 4 3 44 EADIE 1967 pp 165-167 DIXON SOUTHERN 1997 pp 49-50 y 75-76 LEBEDYNSKY 2002 pp 163-166

14 SPEIDEL 1992 considera que el ala I Canninafatium al no especificar que estuviera compuesta o no por contarii probablemente se trataba de un ala de equites tiacutepicamente roma-nos donde un grupo de soldados (entre los que se contariacutea Aduitor) se especializariacutea en el uso del contus

15 GOLDSWORTHY 1998 p 241 16 PABOacuteN S DE URBINA Diccionario manual griego-espantildeol Madrid 1999 17 EADIE 1967 p 162 18 SEGURA MUNGUIacuteA Nuevo diccionario etimoloacutegico latiacuten-espantildeol y de las voces deriva-

das Universidad de Deusto Bilbao 2006

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siva al caballo19 Sin embargo aunque la terminologiacutea pone el acento en el equipamiento militar como medio de distincioacuten de estas unidades de caballe-riacutea respecto de otras no aporta ninguna pista para realizar esa misma distin-cioacuten entre los catafractii y los clibanarii propiamente dichos Definir correc-tamente queacute es un catafracto y queacute es un clibanario (al menos en lo que al ejeacutercito romano se refiere) resulta fundamental para entender queacute tipo de sol-dados eran realmente los catafractii de eacutepoca altoimperial

Seguacuten Speidel catafractii seriacutea un teacutermino que hariacutea referencia a todo tipo de caballeriacutea pesada acorazada del ejeacutercito romano fuera cual fuera su funcioacuten taacutectica o particularidades especiacuteficas de equipamiento clibanarii se refeririacutea entonces a la caballeriacutea pesada de semejante tipo propia de los ejeacuter-citos partos y sobre todo sasaacutenidas20 Sin embargo esta teoriacutea no nos resulta de utilidad directa cara a nuestro estudio pues se refiere a unidades de ca-balleriacutea contenidas en la Notitia Dignitatum y a otras unidades del Bajo Im-perio las cuales no abordamos aquiacute

Para JC Coulston la distincioacuten entre ambos tipos de unidades deven-driacutea principalmente por tanto del equipamiento21 sobre todo si tenemos en cuenta que en el propio Bajo Imperio encontramos unidades de clibanarios y catafractos en el ejeacutercito romano atestiguadas por la propia Notitia Dignita-tum especialmente en Oriente22 En este sentido Coulston sostiene que una catafracto es un jinete acorazado menos pesado que su contrapartida cliba-nario y que hariacutea uso de lanza y escudo en un estilo ldquooccidentalrdquo de combate El clibanario por el contrario seguiriacutea las tradiciones orientales puras em-pleando fundamentalmente la lanza de acometida y el arco

Desde nuestro particular punto de vista preferimos adscribirnos a la propuesta realizada por M Mielczarek este autor postula que intentar dife-renciar un catafracto de un clibanario a partir (tan soacutelo) del equipamiento mi-litar (tal y como propondriacutea Coulston) no es un punto de partida totalmente acertado y que ha sido fruto de muchas malinterpretaciones de las fuentes Mielczarek hace hincapieacute en la necesidad de tratar de distinguir ambas uni-dades a partir de las taacutecticas que probablemente usaron23 Seguacuten este autor los catafractos seriacutean un tipo de caballeriacutea pesada especializada en cargar con lanza de acometida tipo contus empuntildeada a dos manos por el lado dies-tro de la cabeza del caballo en un estilo de combate especialmente prepara-do para batir a la infanteriacutea (en su origen a la falange macedoacutenica) Los cata-

19 MIELCZAREK 1993 p 9 20 SPEIDEL M P 1984 DIXON SOUTHERN 1997 p 76 21 COULSTON J C 1986 seguacuten DIXON SOUTHERN 1997 p 76 22 MIELCZAREK 1993 pp 76-77 23 MIELCZAREK 1993 pp 11-16

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fractos empleariacutean ademaacutes despliegues en cuntildea y columna para hacer su ataque auacuten maacutes penetrante contra una formacioacuten de infanteriacutea Al enfrentarse a un enemigo capaz ademaacutes de infiltrarse entre las filas de sus monturas y de agredir a sus caballos con el objetivo de descabalgarlos los catafractos llevariacutean sus animales protegidos con armaduras bastante extensas que ten-deriacutean a proteger no soacutelo la pechera cerviz y cabeza de los mismos sino tambieacuten sus flancos y buena parte de las patas Los clibanarios estariacutean equi-pados del mismo modo (ellos y sus monturas protegidos) si bien empleariacutean sus lanzas empuntildeaacutendolas a dos manos en diagonal tras la cerviz del caballo para atacar por el lateral izquierdo del mismo en direccioacuten a otro jinete en este caso los clibanarios estariacutean empleando taacutecticas contra caballeriacutea donde sus despliegues resultariacutean maacutes amplios y abiertos recibiendo incluso apoyo nutrido de otras fuerzas de caballeriacutea maacutes flexibles Al mismo tiempo la pro-teccioacuten de sus monturas no se extenderiacutea tanto hacia las patas mientras que hariacutea hincapieacute en la cerviz la cabeza y los flancos y sobre todo en la pro-teccioacuten del jinete mismo En este sentido catafractii y clibanarii no seriacutean dos formas indistintas de mencionar a un mismo tipo de soldado simple-mente se tratariacutea de soldados equipados de forma similar pero capaces de emplear taacutecticas de catafractii o de clibanarii seguacuten lo requirieran las cir-cunstancias24

Este planteamiento ha sido recogido recientemente por Meneacutendez Arguumliacuten quien tambieacuten aboga por una diferenciacioacuten eminentemente taacutectica entre ambas especialidades de caballeriacutea La propuesta de Arguumliacuten sin embar-go precisa de un modo diferente (pero no excluyente) las particularidades taacutecticas que separan a catafractii de clibanarii los primeros combatiriacutean en formaciones cerradas praacutecticamente en columna mientras que los segundos peleariacutean en formacioacuten aproximada a la de cuntildea apoyados por arqueros a ca-ballo Esta propuesta como ya hemos sentildealado no contradice los presupues-tos lanzados por Mielczarek sino que maacutes bien retoma y completa sus enfo-ques El principal intereacutes de la teoriacutea de Meneacutendez Arguumliacuten radica en que lle-ga a la conclusioacuten clara de que el mismo tipo de jinete podiacutea ser indistinta-mente un catafractus o un clibanarius y que ambas denominaciones no dis-tinguiacutean sino dos taacutecticas y usos concretos de lo que en esencia era el mismo tipo de especialidad militar25

En efecto anteriormente hemos visto que la terminologiacutea parece ha-blar de una semejanza bastante acentuada en el equipamiento ambos tipos de soldado portariacutean pesadas armaduras ellos y sus caballos Las diferencias sensibles entre ambos resultariacutean en realidad miacutenimas Sabemos que los le-

24 MIELCZAREK 1993 pp 43-50 25 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 p 320

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gionarios romanos podiacutean variar su equipamiento (al menos en eacutepoca alto-imperial) seguacuten las circunstancias o las taacutecticas empleadas iquestQueacute impediriacutea por tanto a un catafracto actuar como un clibanario y viceversa seguacuten las necesidades Recordemos por otra parte que auacuten no tenemos atestiguada la existencia de clibanarii (seguacuten nuestras fuentes) en el ejeacutercito romano antes del s IV dC Que soacutelo conozcamos la existencia de catafractos implica que estos se emplearon necesariamente tan soacutelo como arma anti-infanteriacutea En realidad un catafractario necesitaba poco maacutes que el entrenamiento adecuado (en base a los planteamientos de Mielczarek y Meneacutendez Arguumliacuten) para poder actuar como lo que posteriormente seriacutea su homoacutelogo clibanario Quizaacutes la tardiacutea aparicioacuten del clibanarius en el ejeacutercito romano deriva maacutes del uso in-distinto del catafractus contra infanteriacutea y caballeriacutea durante bastante tiempo el clibanarius seriacutea por tanto un desarrollo y una especializacioacuten posterior dentro de una misma rama del ejeacutercito ya de por siacute claramente definida La distincioacuten en base a las taacutecticas propuesta por Mielczarek y enfatizada por Meneacutendez Arguumliacuten resulta la maacutes flexible y la que aporta respuestas maacutes sa-tisfactorias a las preguntas que la caballeriacutea pesada acorazada del mundo an-tiguo (en general) nos plantea Seguacuten Mielczarek el catafracto emerge como una respuesta del arma de caballeriacutea oriental a la falange macedoacutenica26 El clibanario surge posteriormente (ya en el s III dC) de nuevo en contextos orientales y lo hace ya como un homoacutelogo del catafracto especialista en ba-tir a otra caballeriacutea recibiendo apoyo incluso de unidades de jinetes maacutes li-geros especialmente arqueros a caballo27

El desarrollo que podemos plantear a partir de esta teoriacutea resulta loacute-gico el clibanario surge como tal desde el momento en que el catafractario se ve obligado a enfrentarse a otra caballeriacutea o a otros catafractarios con de-masiada frecuencia Probablemente no sea ninguna casualidad que el cliba-nario haga su aparicioacuten a mediados del s III dC en un contexto en el que la principal superpotencia oriental el Iraacuten parto y sasaacutenida se enfrenta frecuen-temente a enemigos que empleaban sus mismas taacutecticas y unidades especia-lizadas (como los saacutermatas o los alanos) o que las han adoptado y empleado contra ellos a su vez igualmente como es el caso claro del Imperio romano y sus alae catafractae

26 MIELCZAREK 1993 pp 43 y 46-48 27 MIELCZAREK 1993 pp 48-50

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ANTECEDENTES Y MODELOS POTENCIALES DE LA CABALLERIacuteA PESADA RO-MANA PARTOS Y SAacuteRMATAS

En el Imperio parto La presencia de catafractos en el ejeacutercito parto estaacute atestiguada desde

el s I aC a partir de los encuentros de Tigranocerta (69 aC) y Carras (53 a C) Este tipo de caballeriacutea entre los partos estaba compuesta por las princi-pales eacutelites de su sociedad dado no soacutelo el coste del equipamiento y su man-tenimiento sino la necesidad de un constante entrenamiento para lograr una aceptable destreza en su uso individual y en el conjunto de una unidad mili-tar28 En este sentido los catafractos formaban un cuerpo minoritario dentro del ejeacutercito si bien constituiacutean probablemente una de las piezas dorsales de su ejeacutercito dadas las taacutecticas empleadas por su ejeacutercito a lo largo de la histo-ria de sus encuentros con Roma

El equipamiento del catafractario parto sin embargo probablemente no estaba estandarizado Al depender de la capacidad adquisitiva de cada in-dividuo las variaciones estariacutean a la orden del diacutea (entre unidades y entre los componentes de las mismas) y probablemente soacutelo unidades selectas como los guardias de corps de los soberanos estariacutean debidamente uniformadas en cuanto a equipo29 Para reconstruir el equipamiento de un catafracto parto disponemos de diversas fuentes principales especialmente los testimonios li-terarios romanos asiacute como diversos testimonios graacuteficos Entre las fuentes literarias destaca Plutarco quien en su biografiacutea de Luacuteculo menciona que la caballeriacutea pesada parta portaba pesadas armaduras ellos y sus monturas hasta el punto de obligar a los legionarios romanos a buscar puntos desprote-gidos y deacutebiles para atacarles30 En su descripcioacuten de la batalla de Carras el mismo Plutarco nos da algunos detalles maacutes sobre los catafractos partos mencionando que portaban cascos y corazas de hierro y que sus monturas iban protegidas con jaeces de bronce o acero31 Las representaciones graacuteficas de catafractos partos son variadas destacando entre ellas el relieve de Firu-zabad y los de Naqsh-i-Rustam donde se representa un violento enfrenta-miento entre catafractos partos y sasaacutenidas asiacute como el ya citado grafito de Dura-Europos donde la adscripcioacuten del jinete representado auacuten sigue en duda

28 MIELCZAREK 1993 p 56 29 WILCOX 2001 p 10 30 PLUTARCO Luacuteculo XXVIII 4 31 PLUTARCO Craso XXIV 1

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A partir de eacutestas y otras fuentes se ha podido reconstruir una imagen general del catafracto parto y su equipamiento para los ss I-III dC Respecto al equipamiento defensivo el jinete portariacutea un yelmo de bronce o hierro y protegeriacutea su torso con una coraza que podriacutea oscilar desde una simple cota de mallas de mayor o menor extensioacuten pasando por una cota de escamas (un tipo de proteccioacuten muy extendida en Oriente y las estepas euro-asiaacuteticas) o incluso una coraza de laacuteminas Las corazas de tipo griego o thoacuterax atesti-guadas en el equipo de la caballeriacutea pesada seleuacutecida y escita no parece ser sin embargo una pieza favorita en el equipo de los jinetes partos ni de otros pueblos esteparios como los saacutermatas Probablemente este factor sea debido a la enorme rigidez de este tipo de protecciones lo que negariacutea al jinete la coacutemoda movilidad necesaria tiacutepica de la tradicioacuten militar de estos pueblos al contrario que la cota de escamas32

Esta proteccioacuten baacutesica podiacutea completarse con otras para el cuello pro-bablemente en cota de malla o escamas y para brazos y piernas de los jinetes maacutes pesadamente armados Estas protecciones para las extremidades podiacutean estar realizadas en cota de mallas en la mayor parte de los casos asiacute como en laacuteminas de cuero o metal (bronce o hierro) posiblemente imbricadas en un modo muy semejante a la manica romana de los ss II-III dC Para proteger las manos propiamente dichas el jinete podriacutea proveerse ademaacutes de unos guanteletes que en la mayor parte de los casos seriacutean de cuero o cota de mallas pues otro tipo de proteccioacuten impediriacutea sin maacutes mover las manos con seguridad En ninguno de los testimonios disponibles acerca de la caballeriacutea pesada parta se menciona el uso de escudos y en concreto Casio Dioacuten hace un eacutenfasis particular en el hecho de que los partos no los utilizaban33 Por uacuteltimo un catafracto parto podiacutea completar su panoplia con una maacutescara que protegeriacutea el rostro la uacutenica parte de su cuerpo que llegados a este punto quedariacutea descubierto No debemos olvidar este factor pues seraacute objeto de debate al respecto de los catafractii romanos maacutes adelante Un catafracto parto podiacutea y soliacutea protegerse no soacutelo a siacute mismo sino tambieacuten a su montura

Las protecciones maacutes simples para los caballos eran meras gualdrapas de cuero curtido Las maacutes complejas y pesadas podiacutean constituir proteccio-nes completas que cubririacutean principalmente la cabeza la cerviz la pechera el lomo y los flancos estando constituidas por escamas de bronce o hierro principalmente Igualmente se podiacutea equipar al caballo con una armadura maacutes ligera o ldquomedia armadurardquo que protegeriacutea tan soacutelo la cabeza cerviz y pechera las partes maacutes vulnerables del animal en el momento del choque con una formacioacuten enemiga Respecto al equipamiento ofensivo el arma

32 MIELCZAREK 1993 pp 57-58 LEBEDYNSKY 2002 pp 168-169 33 CASIO DIOacuteN Historia Romana XXXX152

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estrella era la lanza larga de acometida o contus No estaacute claro que un cata-fracto parto portara un arma complementaria a parte del contus pero parece loacutegico que asiacute lo hiciera pudiendo tratarse en este caso de espadas (funda-mentalmente de hoja larga) hachas o incluso mazas (armas perfectas para reventar protecciones metaacutelicas ajenas)34

Seguacuten puede concluirse a partir del testimonio que Plutarco aporta de la batalla de Carras los catafractos partos actuaban en coordinacioacuten con los mucho maacutes numerosos arqueros a caballo de su ejeacutercito los arqueros trata-riacutean de debilitar la formacioacuten enemiga lanzando sucesivos ataques a distan-cia llegado el momento oportuno los catafractos cargariacutean en formacioacuten cerrada replegaacutendose y cesando su fuego los arqueros en ese preciso ins-tante (para evitar el riesgo del ldquofuego amigordquo) empuntildeando sus conti a dos manos sobre el flanco derecho del caballo y en paralelo al costado de eacuteste para arroyar a la formacioacuten enemiga principalmente infanteriacutea pesada Si se-guimos las tesis de M Mielczarek estos mismos catafractos estariacutean prepa-rados para actuar como clibanarios tal y como vemos en los relieves de Naqsh-i-Rustam embistiendo contra otra caballeriacutea empleando sus conti cru-zados tras la cerviz de su montura hacia el lateral izquierdo del caballo y re-cibiendo un apoyo constante de la caballeriacutea ligera en esta accioacuten La prin-cipal debilidad de este tipo de caballeriacutea radicariacutea en la falta de apoyo de otras armas (como los citados arqueros a caballo) y sobre todo que su for-macioacuten fuera dispersada dado que un catafracto aislado constituiacutea un blanco faacutecil a descabalgar y una vez en el suelo su escasa movilidad los convertiacutea en viacutectimas de las iras de la infanteriacutea enemiga35

Entre los saacutermatas Los saacutermatas al igual que los escitas son uno de los grandes grupos

de pueblos noacutemadas indoeuropeos de lengua irania que durante la Antiguumle-dad poblaron las estepas que se extienden desde las orillas del Bajo Danubio y las faldas de los Caacuterpatos a traveacutes de Ucrania y Rusia meridional hasta el Caacuteucaso y los montes Urales Hacia el s I dC dos ldquotribusrdquo saacutermatas arriba-ron junto al limes danubiano del Imperio romano o a sus proximidades los saacutermatas yaacutezigos y roxolanos

Hasta ese momento preciso las taacutecticas y el armamento saacutermata estu-vieron caracterizados por seguir la norma tiacutepica de los ejeacutercitos de jinetes de

34 EADIE 1967 p 164 MIELCZAREK 1993 pp 57-63 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-91 GOLDSWORTHY 1998 pp 66-67 WILCOX 2001 pp 9-10

35 PLUTARCO Craso XIX-XXV Luacuteculo XXXVIII EADIE 1967 p 164 MIELCZAREK 1993 p 50 GOLDSWORTHY 1998 pp 66-67 WILCOX 2001 p 9

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la estepa seguacuten nos describe Estraboacuten se trataba fundamentalmente de fuerzas de arqueros a caballo y caballeriacutea ligera soacutelo espontaacuteneamente apo-yada por jinetes que podriacutea decirse conformaban alguacuten tipo de caballeriacutea ldquopesadardquo36 Sin embargo a mediados del s I dC la imagen que nos trans-mite Taacutecito en sus Annales e Historias resulta ya bien distinta en primer lu-gar relata un encuentro entre saacutermatas y partos donde los primeros rehuacutesan entablar un intercambio de proyectiles a caballo con los segundos optando por lanzarse a la carga contra los partos empuntildeando conti y espadas de hoja larga imponieacutendose de este modo a sus adversarios37 en segundo lugar des-cribe la presencia entre los ejeacutercitos saacutermatas de caballeriacutea de choque una eacutelite que considera conformada por los aristoacutecratas equipados con armadu-ras tan pesadas que en caso de ser derribados no podriacutean levantarse38 Si atendemos a fuentes iconograacuteficas tales como el vaso de Kossika (Rusia) o los frescos de la tumba descubierta en Panticapea (actual Kertch en Ucrania) datada no maacutes tarde del s II dC las imaacutegenes que estas nos transmiten son claramente la de jinetes bien protegidos y armados con un contus que empuntildean a dos manos es decir contarios a todos los efectos Pero iquestpodriacutean ser tambieacuten catafractos En ninguacuten momento nuestras fuentes escritas pro-nuncian este teacutermino al referirse a la caballeriacutea pesada saacutermata que nos des-criben

En cualquier caso hacia el s I dC los saacutermatas habiacutean desarrollado una caballeriacutea de choque maacutes o menos pesada eficiente y realmente peligro-sa para cualquier unidad de infanteriacutea o de caballeriacutea ligera Estos jinetes iriacutean equipados como miacutenimo con el ya caracteriacutestico contus sarmaticus asiacute como con una espada de hoja larga y estrecha (como la encontrada en la tumba 3 del kurgaacuten 80 en Novyiuml a orillas del riacuteo Don en Rusia) Tal y como describe Taacutecito el contario o κοντοφόρος podriacutea ir tambieacuten protegido con una coraza de escamas de cuero o de hierro el tipo de proteccioacuten maacutes corriente encontrado arqueoloacutegicamente asiacute como entre las fuentes icono-graacuteficas que representan a saacutermatas o su armamento (en el caso de la Colum-na Trajana en sus escenas 28 y 34 muestra una serie de jinetes totalmente cubiertos por armaduras de escamas ellos y sus monturas si bien eacutestas estaacuten representadas perfectamente adaptadas al cuerpo de jinetes y caballos de un modo bastante irreal En su podio no obstante la columna representa tam-bieacuten armaduras de escamas esta vez realistas) En el mismo vaso de Kossika el jinete que permanece montado sobre su caballo derribando contus en ma-no a un arquero viste una cota de escamas que se deja entrever bajo un

36 ESTRABOacuteN Geografiacutea VII 3 17 37 TAacuteCITO Annales VI 35 38 TAacuteCITO Historias I 79 2-4

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caftaacuten Otros tipos de proteccioacuten menos frecuentes fueron probablemente tambieacuten las cotas de placas o laacuteminas que se tornariacutean maacutes comunes en las estepas desde la Tardoantiguumledad y la Alta Edad Media Por otra parte hallazgos arqueoloacutegicos como los realizados en Vozdvizhenskaya Stanitsa han llevado a plantear diversas hipoacutetesis de reconstruccioacuten de posibles arma-duras compuestas saacutermatas es decir creadas con distintos tipos de pro-tecciones principalmente escamas y malla combinadas Un yelmo coacutenico compuesto y dotado de carrilleras completariacutea la proteccioacuten del jinete pu-dieacutendose observar varios tanto en las escenas como en el podio de la Colum-na Trajana Como ya hemos sentildealado anteriormente la particular naturaleza del estilo de combate del contario le impediriacutea portar un escudo o hacer un uso realmente uacutetil de eacutel Taacutecito especifica que los saacutermatas que penetraron en Mesia en 69 dC no haciacutean uso de escudos39 y tampoco los vemos represen-tados en ninguna de nuestras fuentes iconograacuteficas donde aparecen contarios saacutermatas40

La posible proteccioacuten portada por los caballos de estos jinetes por otra parte ha sido y es el principal punto de debate Mielczarek considera que la mayor parte de las monturas no se encontrariacutean protegidas de ninguna forma especial a excepcioacuten de aquellas que formariacutean parte de la vanguardia y liacutenea de choque de la formacioacuten y que en cualquier caso se tratariacutea de una proteccioacuten disentildeada principalmente para proteger al caballo ante un combate contra otros jinetes maacutes que contra formaciones de infanteriacutea (al contrario que los partos maacutes preocupados de batir a la infanteriacutea romana mientras que los saacutermatas se enfrentariacutean maacutes frecuentemente a otros pueblos de jinetes o entre siacute mismos seguacuten el autor)41 A E Negin por su parte no niega la po-sibilidad de que las monturas de los jinetes saacutermatas maacutes pesadamente equi-pados fueran protegidas pero en cualquier caso considera que dicha pro-teccioacuten variariacutea en extensioacuten enormemente de un jinete a otro y estariacutea prin-cipalmente restringida a los mandos42 I Lebedynsky especialista en cultu-ras esteparias de la Antiguumledad considera posible que parte de las monturas de la caballeriacutea saacutermata portaran alguacuten tipo de proteccioacuten para lo que argu-menta que las representaciones de jinetes y monturas acorazados de la Co-lumna Trajana aunque ejecutadas en un modo bastante fantasioso no deja de ser sino la traduccioacuten artiacutestica de una realidad militar Igualmente cita la estela funeraria de Athenios en Panticapea donde aparece un jinete empu-

39 TAacuteCITO Historias I 79 4 40 EADIE 1967 p 165 MIELCZAREK 1993 pp 99-100 NEGIN 1998 pp 67-74

LEBEDYNSKY 2002 pp 164-171 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002 pp 23-34 41 MIELCZAREK 1993 pp 101-102 42 NEGIN 1998 p 74

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ntildeando una lanza y montado sobre un caballo que parece mostrar sobre su lo-mo las trazas de una proteccioacuten de escamas o laacuteminas43 R Brzezinski junto a Mielczarek por su parte llegan a conclusiones similares44 Particularmente consideramos que probablemente el uso de protecciones amplias para los ca-ballos no fuera tan sistemaacutetico como podiacutea observarse entre los catafracta-rios partos sino maacutes restringidas en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete y su papel taacutectico concreto en el campo de batalla En este sentido la no utilizacioacuten del teacutermino catafractus katavfrakto por parte de las fuen-tes latinas o griegas en referencia a la caballeriacutea pesada de choque saacutermata podriacutea responder a esta circunstancia en comparacioacuten con la caballeriacutea pesa-da parta

CONTARII Y CATAFRACTII EN EL EJEacuteRCITO ROMANO EQUIPAMIENTO ORGANI-ZACIOacuteN TAacuteCTICAS Y ORIacuteGENES

A continuacioacuten abordaremos en detalle el equipamiento militar la or-

ganizacioacuten de las unidades y las taacutecticas empleadas por estas unidades espe-cializadas y peculiares atestiguadas por primera vez en el ejeacutercito romano en eacutepoca Flavia y sobre todo de Trajano y Adriano en base a las fuentes dis-ponibles Una vez definidos estos puntos trataremos de considerar cuaacutel fue la corriente de influencia y los motivos que llevaron a la creacioacuten de unida-des de caballeriacutea de esta naturaleza en mitad de una tradicioacuten militar estre-chamente vinculada a la infanteriacutea pesada

Respecto del equipamiento de los contarii y catafractii del ejeacutercito romano (asiacute como de los ejeacutercitos saacutermata y parto) sucede como con cual-quier otra unidad militar de reciente creacioacuten o naturaleza extrantildea en cual-quier periodo histoacuterico son sus elementos maacutes innovadores o peculiares los que llaman la atencioacuten del observador (sea eacuteste directo o indirecto) que-dando los elementos comunes o sobradamente conocidos en un segundo pla-no o simplemente obviados45 La organizacioacuten de estas unidades por otra

43 LEBEDYNSKY 2002 pp 171-172 44 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002 p 37 45 MIELCZAREK 2002 pp 90-93 este autor dispone como ejemplo comparativo la ima-

gen que los huacutesares alados polacos unidad militar de caballeriacutea pesada (por contra a su deno-minacioacuten de huacutesares) empleada por la Confederacioacuten polaco-lituana durante los ss XVI-XVIII causaba entre sus contemporaacuteneos extranjeros los cuales destacaban antes los ele-mentos ldquoexoacuteticosrdquo y llamativos de esta unidad (las alas a la espalda los pendones de las lar-gas lanzas o las pieles vestidas sobre las armaduras y uniformes por sus aristocraacuteticos miem-bros) que los elementos realmente cruciales como las lanzas de choque las poderosas pro-tecciones metaacutelicas y su empleo taacutectico en la batalla con devastadores resultados Otro tanto

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parte dada su denominacioacuten de alae responde claramente a los modelos altoimperiales de organizacioacuten de la caballeriacutea sin que pueda detectarse en principio ninguna particularidad extraordinaria causada por la naturaleza es-pecial (o simplemente novedosa) de estas unidades Las taacutecticas son el punto decisivo en base a que suponen la puesta en praacutectica y uso del equipamiento y la organizacioacuten previa de la unidad y lo que determinaraacute en mayor medida el eacutexito de su empleo en la batalla objetivo fundamental de cualquier unidad militar por simple que eacutesta sea Finalmente nuestro intereacutes en determinar los oriacutegenes e influencias de este tipo de unidades del ejeacutercito romano deviene de una razoacuten sencilla el ejeacutercito romano estuvo en contacto durante qui-nientos antildeos con tradiciones militares que emplearon la caballeriacutea de forma masiva y especializada o que hicieron simplemente un uso maacutes o menos sis-temaacutetico de la caballeriacutea pesada de choque o catafracta sin que ello motivara la creacioacuten de unidades semejantes dentro de las armas romanas iquestPor queacute razoacuten entonces eacutestas surgen repentinamente hacia finales del s I dC y muy especialmente bajo los reinados de Trajano y Adriano sin abandonar ya la tradicioacuten militar romana hasta convertirse en una de las espinas dorsales de los ejeacutercitos del Bajo Imperio y sobre todo del posterior Imperio Bizantino

El lector habraacute notado que en el tiacutetulo de este apartado no hemos he-cho mencioacuten los clibanarii Dada la inexistencia de este teacutermino en las fuen-tes que tratan esta clase de unidades en el periodo que abordamos (hasta el punto que no hace su aparicioacuten hasta el s IV dC)46 consideramos innece-saria cualquier disquisicioacuten ulterior en base a una especialidad militar que no habiacutea emergido como tal para el periodo que estudiamos No obstante no debemos olvidar que en base a las hipoacutetesis barajadas y a la propuesta que aquiacute hemos presentado apoyaacutendonos en ellas las diferencias entre catafractii y clibanarii devienen maacutes de un empleo taacutectico antes que de diferencias sen-sibles en equipamiento u organizacioacuten en este sentido por tanto el papel taacutectico del clibanarius podriacutea haber sido desempentildeado por el catafractus en el periodo que nos ocupa

Las alae I Canninefatum y I Vlpia Contariorum milliaria El elemento maacutes caracteriacutestico de un contarius es el arma que le da

nombre el contus sarmaticus Nuestras fuentes no nos aportan mayores de-talles acerca del equipamiento militar de esta clase de unidades La estela de parece suceder con las fuentes claacutesicas que abordan a contarios catafractos y clibanarios de cualquier ldquonacionalidadrdquo soacutelo se resentildean los elementos llamativos o extrantildeos de su equipo

46 MIELCZAREK 1993 p 76

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Aduitor jinete del ala I Canninefatum ya mencionada maacutes arriba nos aporta la imagen de un jinete equipado tan soacutelo con un contus sin llevar maacutes pro-teccioacuten que sus ropas militares Sin embargo no es la primera vez que un militar romano se hace representar en su estela funeraria portando simple-mente sus armas maacutes caracteriacutesticas vistiendo tan soacutelo lo que podriacuteamos de-nominar como su ldquouniformerdquo Asiacute pues iquestno podriacutea estar actuando Aduitor en el mismo sentido

El contus sarmaticus es un arma de choque destinada a ser empuntildeada a dos manos por un jinete que emplearaacute la fuerza de sus brazos y de la em-bestida de su caballo conjuntamente para arremeter contra un objetivo pe-destre o ecuestre con la finalidad de abatirlo o derribarlo La superior longitud del contus por otra parte confiere al jinete una importante ventaja desde el momento en que a la carga posee la oportunidad de golpear prime-ro al enemigo con toda la brutal fuerza que un jinete a la carga puede desple-gar en ese preciso instante Sin embargo una vez ha sucedido el choque y se acortan las distancias entre el contarius y sus enemigos el jinete se encuen-tra en una situacioacuten de creciente vulnerabilidad si no recibe apoyo de liacuteneas sucesivas de otros jinetes o queda maacutes o menos aislado puede ser flanquea-do y faacutecilmente atacado por la infanteriacutea u otros jinetes47 La principal fuerza de una unidad de contarios radica por tanto en su capacidad para actuar en grupo y en perfecta coordinacioacuten asiacute como en saber explotar la ventaja fiacutesica y psicoloacutegica del primer impacto para barrer y desfondar a la formacioacuten ene-miga del tipo que sea Sin embargo esto no siempre puede suceder (ni se dan las condiciones apropiadas para conseguirlo en el campo de batalla) Ante semejante eventualidad inherente a una unidad de contarii sus componentes debiacutean de estar seguramente preparados La proteccioacuten corporal y un o unas armas secundarias formaban probablemente parte del equipo de Aduitor y de otros jinetes como eacutel

En cuanto al equipamiento ofensivo el arma maacutes comuacuten al lado de una lanza de acometida es una espada especialmente una de hoja larga la maacutes adecuada para su uso desde la silla de montar Este tipo de armas estaacute arqueoloacutegicamente atestiguada entre otros especialistas en el uso del contus los saacutermatas En la panoplia romana del s II dC las espadas largas no eran desconocidas en absoluto la caballeriacutea empleaba masivamente la spatha una espada de hoja recta que podiacutea oscilar entre los 65 y los 90 cm de lon-gitud y entre los 4 y 8 cm de anchura que en el s II dC era portada ya so-bre el costado izquierdo48 Otro tipo de espadas empleadas por la caballeriacutea romana en eacutepoca Antonina y Severa fueron las espadas de pomo en forma de

47 GOLDSWORTHY 1998 p 241 48 DIXON SOUTHERN 1997 pp 48-49 FIELDS 2006 p 16

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anillo cuyo origen se encuentra entre las espadas del mismo tipo saacutermatas y del Reino del Boacutesforo49 Una daga el pugio romano aunque pueda parecer un arma mucho maacutes uacutetil para un soldado de infanteriacutea que para un jinete es especialmente adecuada para los combates maacutes encarnizadamente cercanos tales como los brutales forcejeos hombre a hombre que tras un encontronazo de caballeriacutea podiacutean darse Igualmente un jinete descabalgado encontrariacutea mucho maacutes adecuado un pugio a la hora de enfrentarse a la infanteriacutea ene-miga que su larga espada maacutes conveniente para el combate desde la silla de montar50 Si tenemos en cuenta que en determinadas circunstancias un conta-rius era particularmente vulnerable a los ataques (y a ser consecuentemente derribado) un pugio seriacutea un buen complemento a su panoplia

Respecto al equipo defensivo debemos descartar desde un principio (auacuten a riesgo de resultar redundantes) el uso de escudos dada la imposibi-lidad de emplearlos adecuadamente empuntildeando al mismo tiempo un contus cuyo uso ademaacutes se veriacutea gravemente estorbado En este sentido la pro-teccioacuten corporal se convertiriacutea en un imperativo maacutexime teniendo en cuenta las debilidades inherentes a un contarius en combate ya mencionadas Di-versos tipos de casco o galea estaban a la disposicioacuten del jinete romano Los cascos de caballeriacutea evolucionaron de un modo diferente a los de la infan-teriacutea desde eacutepoca de Augusto al fin y al cabo las necesidades de proteccioacuten y movilidad de un jinete y un infante eran distintas Hacia finales del s I dC los modelos preexistentes como el casco tipo Weiler empezaron a ser refor-zados en su parte frontal (un lugar propenso a recibir contundentes sablazos durante el choque entre dos formaciones de caballeriacutea) desembocando en nuevos modelos durante el s II dC tales como el Russell Robinson tipo B uno de cuyos principales ejemplos fue encontrado en Ely Cambridgeshire Entre sus principales caracteriacutesticas estaacute la ampliacioacuten de las carrilleras que envuelven buena parte de la cara asiacute como los oiacutedos dejando soacutelo al descu-bierto nariz ojos y boca Su refuerzo frontal es pronunciado y el cubrenuca se ampliacutea ligeramente Sin embargo los cubrenucas de los cascos de ca-balleriacutea nunca alcanzaraacuten extensiones superiores en caso de ser derribado un jinete con un casco de cubrenuca muy extenso (como en los cascos de in-fanteriacutea del s II dC) podiacutea partirse el cuello faacutecilmente En este sentido avanzado el s II dC los cubrenucas se atrofian de nuevo mientras que las carrilleras se ampliacutean auacuten maacutes asiacute como los refuerzos del yelmo En este sentido los mejores ejemplos son el casco de Kalkar-Houmlnnepel (s II dC) y especialmente el tipo Friedberg el Heddernheim y el Russell Robinson tipo

49 BISHOP COULSTON1993 pp111-112 LEBEDYNSKY 2002 pp 101-103 p 167 y p 240 DIXON STEPHENSON 2003 pp 75-78

50 DIXON STEPHENSON 2003 pp 90-92

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E datados ya a comienzos del s III dC Estos cascos se caracterizan por en-volver casi completamente la cara salvo una breve ldquotrdquo que deja al descu-bierto ojos nariz y parte de la boca Las carrilleras cubren toda la cara y los oiacutedos asiacute como buena parte del cuello en unioacuten al cubrenuca Una extensa visera se extiende desde el frontal reforzado del casco sirviendo para desviar auacuten mejor los golpes frontales El yelmo presenta refuerzos transversales que se cruzan en su parte superior y se extienden hasta los liacutemites del cubrenuca En su conjunto estos disentildeos de cascos proporcionan una buena proteccioacuten contra golpes realizados desde cualquier direccioacuten especialmente frontales laterales y sobre la parte superior de la cabeza dejando vulnerable soacutelo la parte estrictamente necesaria del rostro51 No trataremos aquiacute todaviacutea los cas-cos destinados en principio a la Hippikaacute Gymnasia pues su particular natu-raleza y en especial la utilidad protectora del rostro de sus maacutescaras seraacute ob-jeto de debate en torno al equipamiento de los catafractii

La proteccioacuten corporal resultariacutea igualmente esencial para un conta-rius sobre todo porque en posicioacuten de carga y sin escudo resultariacutea muy vul-nerable a cualquier contraataque que pudiera atravesar la formacioacuten de ca-balleriacutea erizada de lanzas En general las protecciones no deberiacutean resultar muy diferentes a las de cualquier otro equite medianamente pesado de la ca-balleriacutea romana La proteccioacuten maacutes sencilla y frecuente seriacutea la lorica hama-ta o cota de mallas de mangas cortas hombros reforzados con una doble ca-pa de mallas y faldelliacuten extenso hasta medio muslo A finales del s II dC la caballeriacutea empezariacutea a llevar loricae hamatae de mayor longitud llegando a rebasar codos y rodillas En cuanto a las loricae squamatae durante los ss I-II dC soliacutean ser de unas dimensiones semejantes a las hamatae de man-gas y faldelliacuten cortos (cuando no sin mangas) con dos placas pectorales de metal como complemento y una franja de pteryges sobre los muslos Con la entrada del s III dC la lorica squamata cambia y tiende a hacerse maacutes lar-ga En el s II dC se incorpora una innovacioacuten las escamas semi-riacutegidas maacutes amplias y cosidas unas junto a otras sobre una pieza de cuero de tal for-ma que conformaban una proteccioacuten riacutegida y maacutes soacutelida como el ejemplo de Waffenmagazin en Carnunto datado probablemente de eacutepoca pre-Antonina o Antonina temprana Las armaduras de laacuteminas elaboradas a partir de esca-mas de metal rectangulares y alargadas son raras en el mundo romano du-rante esta fase aunque existe alguacuten ejemplo aislado como el hallazgo de un fragmento datado en el s III dC en Čatalka52 Otros elementos podiacutean com-

51 BISHOP COULSTON 1993 pp 93-96 y 117-119 FREUGEgraveRE 1994 pp 104-121 DIXON

SOUTHERN 1997 pp 35-36 DIXON STEPHENSON 2003 pp 17-20 FIELDS 2006 pp 12-13 52 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-92 y 116-117 DIXON SOUTHERN 1997 pp 36-43

DIXON STEPHENSON 2003 pp 43-48 FIELDS 2006 pp 13-14

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pletar la proteccioacuten del contarius como la de cualquier otro equite especial-mente grebas de diverso tipo especialmente uacutetiles para proteger las vulnera-bles piernas del jinete53

Completariacutea el equipamiento de un contarius su montura asiacute como la silla y los arreos necesarios para controlarla y poder actuar en conjuncioacuten con ella En particular la silla compondriacutea un elemento clave del equipo de una caballeriacutea especializada en taacutecticas de choque ante la carencia de estri-bos sin una silla de montar adecuada un contarius podriacutea salir simplemente disparado por la grupa de su caballo a causa de la fuerza del impacto En este sentido las tentativas de reconstruccioacuten de las sillas de montar realizadas por Junkelmann y P Connolly han resultado de extremada utilidad para conocer hasta queacute punto la silla de montar romana conocida como ldquosilla de cuatro cuernosrdquo podiacutea suplir la carencia del estribo y permitir a un jinete realizar toda clase de maniobras a lomos de su caballo sin correr excesivo riesgo de caer desmontado Especialmente satisfactorios han sido en este sentido las experiencias realizadas por Connolly con su propuesta de silla de estructura riacutegida interna de madera respaldados sus resultados por otros autores como K Dixon o P Southern Aunque no es materia esencial de nuestro estudio el debate en torno a la particular naturaleza de las sillas de montar romanas sentildealaremos que estos autores (a cuya opinioacuten nos adscribimos) consideran que una silla de montar de entramado riacutegido interno responderiacutea mucho me-jor a las necesidades de un jinete carente de estribos que una sin dicho entra-mado Desde nuestro particular punto de vista consideramos que las necesi-dades de un jinete especializado en taacutecticas de choque acentuariacutean enorme-mente la necesidad de una silla con un buen entramado riacutegido capaz de absorber la fuerza del impacto y mantener al jinete soacutelidamente afincado so-bre el lomo de su montura sin riesgo de caer Igualmente la solidez del en-tramado y su capacidad para transferir el peso del jinete de la columna verte-bral del animal hacia sus flancos (con el consecuente beneficio para la salud del caballo) permitiriacutea transmitir la fuerza de la embestida de la montura ha-cia el propio jinete y su arma (en este caso el contus) concentrando la fuerza del impacto en el afilado extremo de eacutesta y maximizando de este modo la eficiencia de la carga54 Posiblemente las unidades de caballeriacutea maacutes pesadas (como los catafractii) emplearon sillas de montar cuyo entramado estariacutea maacutes desarrollado y hasta reforzado con elementos metaacutelicos55

53 DIXON STEPHENSON 2003 p 61 54 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 BISHOP COULSTON 1993 pp 105-108

MIELCZAREK 1993 pp 81-82 DIXON SOUTHERN 1997 pp 70-74 DIXON STEPHENSON 2003 pp 107-110 FIELDS 2006 pp 17-18

55 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 pp 44-45

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La posible proteccioacuten portada por la montura de un contarius proba-blemente no diferiacutea de la portada por las monturas de las unidades de ca-balleriacutea media del ejeacutercito romano especialmente si tenemos en cuenta que como tendremos oportunidad de analizar no estaacute ni tan siquiera claro que los caballos de los catafractii romanos portaran protecciones fuera de lo comuacuten respecto de otras unidades de caballeriacutea Por tanto el elemento de proteccioacuten maacutes pesado portado por el caballo de un contarius seriacutea un chamfron una proteccioacuten para la cabeza y ojos del animal que podiacutea ser tanto de cuero co-mo metaacutelica Se han encontrado diversos ejemplares de este tipo de protec-ciones los maacutes exuberantemente decorados considerados (en principio) como restringidos a su uso durante la Hippikaacute Gymnasia56 El principal papel de estas protecciones parece enfatizar la proteccioacuten de los ojos del caballo en tanto en cuanto se conocen ejemplos de chamfrons romanos que tan soacutelo protegen esta vulnerable parte de la cabeza del animal como los hallados en Mainz Alemania57

El armamento caracteriacutestico del contarius especialmente el contus se asemeja enormemente al equipamiento del jinete pesado saacutermata el cual en la mayor parte de los casos no era sino un jinete maacutes o menos bien protegido (en algunos casos pesadamente protegido) a lomos de un caballo que en la mayor parte de los casos no llevariacutea una proteccioacuten destacada La principal fuerza del jinete saacutermata radicariacutea en el uso del llamado contus sarmaticus Que los primeros testimonios de la existencia de contarii entre las filas de la caballeriacutea romana no date antes del 60 dC resulta igualmente significativo el encuentro del ejeacutercito romano con la caballeriacutea pesada de los saacutermatas roxolanos o yaacutecigos se produce precisamente en esas fechas No existen evi-dencias de un ldquoteacutermino mediordquo similar al contarius romano entre el arquero a caballo y el catafractoclibanario parto o sasaacutenida Los contrastes entre el jinete pesado saacutermata y el parto son evidentes no soacutelo en equipo militar sino en taacutecticas todo lo contrario sucede entre el jinete pesado saacutermata y el contarius romano en particular Resulta loacutegico por tanto pensar que el mo-delo en taacutecticas y equipamiento del contarius romano se encuentra entre los contarios de la caballeriacutea pesada saacutermata58

56 BISHOP COULSTON 1993 pp 105-108 DIXON SOUTHERN 1997 p 67 DIXON

STEPHENSON 2003 pp 111-112 FIELDS 2006 57 DIXON STEPHENSON 2003 p 112 58 EADIE 1967 pp 165-167 MIELCZAREK 1993 pp 99-102 NEGIN 1998 LEBEDYNSKY

2002 p 236

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El ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta A diferencia de lo que sucede con los contarii no disponemos de des-

cripciones pormenorizadas o representaciones graacuteficas expliacutecitas de cata-fractii del ejeacutercito romano59 Tan soacutelo el grafito de un catafracto hallado en Dura-Europos aporta alguacuten tipo de informacioacuten expliacutecita para reconstruir la posible imagen de lo que seriacutea un catafractus del ejeacutercito romano pese al hecho de que la ldquonacionalidadrdquo del catafracto representado en el grafito no estaacute nada clara

Como ya hemos sentildealado en apartados anteriores el propio nombre de catafractuscatafractii (asiacute como el posterior de clibanariusclibanarii) pone el acento en la defensa corporal metaacutelica de este tipo de soldados romanos o no romanos Sin embargo el equipamiento defensivo carece de sentido algu-no si no protege una funcioacuten ofensiva concreta En un contarius el eacutenfasis se situacutea en su capacidad ofensiva representada fundamentalmente por el contus sarmaticus como devastadora arma de choque en manos de una fuerza dise-ntildeada esencialmente para el ataque la caballeriacutea En un catafractus romano o parto y en sus homoacutelogos saacutermatas maacutes pesadamente equipados el elemen-to clave no es el poderoso equipo defensivo del jinete (y seguacuten queacute casos de su caballo) en solitario sino la conjuncioacuten de eacuteste con el poder devastador de su equipo ofensivo El catafractus representa asiacute la fuerza ofensiva del con-tarius puesta bajo una proteccioacuten concienzuda que la mantenga a salvo de la mayor parte de los contraataques

En este sentido el equipamiento ofensivo de un catafractus romano no se diferenciariacutea en nada sustancial del portado por un contarius Aparte de la fundamental y eficiente contus el catafractus no dejariacutea de portar un arma secundaria siendo de nuevo la maacutes eficiente la espada de hoja larga que en la tradicioacuten romana altoimperial se materializaba en la spatha en to-das sus variantes asiacute como en espadas de hoja larga de tradicioacuten saacutermata que ya presentamos anteriormente En cuanto a otras armas acaso el pugio pu-diera ser un complemento menos uacutetil para un jinete pesadamente protegido (y con una movilidad maacutes restringida en consecuencia) que para un conta-rius o un equite maacutes vulnerable pero con mayor libertad de movimientos Al fin y al cabo la funcioacuten de ataque baacutesica del catafractus no era sino la mis-ma que la del contarius aprovechar la ventaja de un arma de acometida como el contus para derribar a enemigos a pie o montados antes de poder re-cibir cualquier clase de contraataque cuerpo a cuerpo por parte de ellos Era precisamente su capacidad para mantenerse a salvo de buena parte de los

59 MIELCZAREK 1993 p 79

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contraataques (cercanos o de proyectil) lanzados contra ellos lo que conver-tiacutea a los catafractii en un arma auacuten maacutes devastadora y pesada que los conta-rii la fuerza devastadora de su ataque teniacutea muchas menos posibilidades de verse desbaratada durante la accioacuten si todo iba razonablemente bien60

Y es este elemento clave del catafractus romano la proteccioacuten corpo-ral uno de los puntos que mayores debates ha generado empezando por el yelmo propiamente dicho Un catafractus romano del s II y comienzos del s III dC empleariacutea una gama de cascos ligeramente distinta a los de un con-tarius por dos razones la primera de todas cronoloacutegica en base al hecho de que su aparicioacuten (en base a todas nuestras fuentes) no parece tener lugar has-ta la primera deacutecada del s II dC por lo que los disentildeos de cascos maacutes tiacutepi-cos del s I dC (como el tipo Weiler) no llegariacutean a ser usados por los cata-fractii romanos la segunda es puramente funcional en tanto en cuanto se es-perariacutea de un catafractus que fuera lo maacutes protegido posible Soacutelo los dise-ntildeos maacutes soacutelidos de yelmos romanos y de proteccioacuten maacutes completa entrariacutean a formar parte del equipo corriente de esta caballeriacutea pesada En este sentido resulta particularmente representativo el casco tipo Heddernheim o Russell Robinson tipo E el tipo Friedberg asiacute como los cronoloacutegicamente anteriores Kalkar-Houmlnnepel y Bodengraven Todos ellos ofreciacutean una excelente protec-cioacuten a todo el craacuteneo y el cuello Sin embargo todos ellos no podiacutean evitar dejar al descubierto ojos nariz y buena parte de la boca Teniendo en cuenta que el resto del cuerpo del jinete estariacutea tambieacuten razonablemente bien prote-gido la mejor forma de neutralizar a un catafractus en estas circunstancias era atacarle al rostro directamente Sean cuales sean las circunstancias (y lo que Hollywood nos haya intentado hacer creer) el instinto baacutesico de preser-vacioacuten de un ser humano le hace cerrar los ojos encoger o apartar brusca-mente la cabeza y (de ser necesario) protegerse con las manos y los brazos si intuye o siente una agresioacuten dirigida a la cara Se trata de un acto reflejo baacute-sico e instintivo que no se puede evitar La peacuterdida temporal del control so-bre la realidad visual y sobre las acciones del combate que esto produciriacutea podriacutea provocar (al menos durante ese corto espacio de tiempo) que el ldquoin-vulnerablerdquo catafractus dejara de ser una amenaza fallara el objetivo de su ataque dejara de prestar atencioacuten (en pos de su propia proteccioacuten) yo se convirtiera en un objetivo vulnerable durante ese tiempo En resumidas cuentas la proteccioacuten para la cara resultariacutea una pieza muy uacutetil para un sol-dado cuya fuerza residiera en una pesada proteccioacuten y una gran contundencia de ataque En este sentido se sabe que los catafractos y clibanarios partos y

60 MIELCZAREK 1993 p 81 BISHOP COULSTON 1993 pp 109-111 DIXON SOUTHERN 1997 p 76 GOLDSWORTHY 1998 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-321

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sasaacutenidas emplearon maacutescaras o ventails combinadas con sus cascos para completar su proteccioacuten dejando tan soacutelo los resquicios necesarios para res-pirar y ver (literalmente dos orificios del tamantildeos de los ojos asiacute como una apertura y perforaciones para permitir la ventilacioacuten a la altura de la boca y la nariz) sin que ello pareciera representar un inconveniente a la percepcioacuten del entorno en combate61 En la panoplia romana altoimperial los cascos con maacutescaras metaacutelicas (y las maacutescaras en siacute mismas) no son precisamente des-conocidos son aquellos inicialmente atribuidos a un uso en paradas y ejer-cicios militares especialmente la Hippikaacute Gymnasia Entre los ejemplos maacutes destacables podemos sentildealar el tipo Newstead (s I dC) asiacute como las varian-tes maacutes elaboradas y decoradas del Heddernheim En principio este tipo de cascos dada su profusa decoracioacuten y las supuestas limitaciones a la visibili-dad provocadas por la maacutescara estariacutean limitado en su uso a la Hippikaacute Gymnasia Sin embargo este tipo de cascos no era impedimento para un adecuado desenvolvimiento durante estos ejercicios que eran una muestra de destreza iquestPor queacute entonces habriacutean de resultar un estorbo en la batalla Las maacutescaras de la caballeriacutea parta no teniacutean una factura esencialmente diferente a las romanas (maacutes allaacute del plano puramente artiacutestico-estiliacutestico) y fueron usadas en combate con cierta asiduidad iquestPor queacute razoacuten los yelmos con maacutes-cara o maacutes probablemente las maacutescaras en siacute mismas combinadas con otros tipos de yelmos romanos de caballeriacutea conocidos no pudieron ser utilizados en combate tanto como en la Hippikaacute Gymnasia Hace casi dos deacutecadas Mielczarek ya lanzoacute una propuesta en semejante sentido al respecto de la ca-balleriacutea pesada romana poniendo en cuestioacuten su uso exclusivo en paradas y exhibiciones la cantidad de cascos con maacutescaras y maacutescaras aisladas vincu-ladas a la panoplia romana (y especialmente de la caballeriacutea) no parece res-ponder precisamente a un uso limitado a ocasiones especiales Diez antildeos maacutes tarde Dixon e I P Stephenson volvieron a retomar dichos plantea-mientos argumentando que determinados cascos empleados en la Plena y Baja Edad Media (como el sallet A82) limitaban la visibilidad tanto o maacutes que las maacutescaras inicialmente consideradas como limitadas a la Hippikaacute Gymnasia y sin embargo fueron empleados en combate62 En este sentido consideramos que posiblemente los maacutes ricamente decorados ejemplares no fueron objeto de uso en combate pero siacute que nos adscribimos a los plantea-mientos de los autores mencionados considerando no soacutelo probable sino ra-zonable que la maacutescara (y los cascos disentildeados especialmente para portarlas) formaran parte de la panoplia de los catafractii otorgaacutendoles la proteccioacuten necesaria para proteger el siempre vulnerable rostro

61 MIELCZAREK 1993 p 60 NEGIN 1998 pp 72-74 WILCOX 2001 p 10 62 MIELCZAREK 1993 p 81 DIXON STEPHENSON 2003 pp 20-24

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Un catafractus sin duda alguna portariacutea una buena proteccioacuten para el torso En este sentido hariacutea uso de las mismas protecciones antes menciona-das para los contarii como loricae hamatae y squamatae asiacute como las inno-vaciones propias de eacutepoca Antonina y Severa como las escamas semi-riacutegi-das y las poco comunes armaduras de laacuteminas como el aislado ejemplo del s III dC hallado en Čatalka63 Sin embargo si atendemos ahora al grafito de Dura-Europos el jinete representado no parece llevar un uacutenico tipo de pro-teccioacuten sobre su torso Las armaduras compuestas por varios tipos de loricae como hemos visto eran probablemente utilizadas ya por los saacutermatas Este tipo de proteccioacuten era tambieacuten conocida en el ejeacutercito romano si bien los ejemplos de la misma son limitados y no parece que su uso estuviera muy extendido (al igual que no parece que en el s II y a comienzos del s III dC los catafractii fueran un arma de extendido uso en Roma) Se denominaba lorica plumata teacutermino que al parecer designaba principalmente a armadu-ras compuestas por lorica squamata y hamata combinadas Esta combina-cioacuten parece ser la utilizada tambieacuten por los saacutermatas aunque su distribucioacuten sobre el cuerpo no se ha podido reconstruir convincentemente64 Al igual que el contarius el catafractus no portariacutea escudo tanto por serle imposible su debido aprovechamiento al empuntildear un contus como por el estorbo que su-pondriacutea al uso de esta uacuteltima La carencia de escudo quedariacutea suplida por lo pesado de su proteccioacuten corporal En este sentido destaca la manica una proteccioacuten construida con laacuteminas de metal (bronce o hierro) semiciliacutendricas unidas unas a otras en progresioacuten descendente del hombro hacia la mano la cual podiacutea proteger a su vez con guanteletes de malla de escamas o incluso una extensioacuten de la manica misma adaptada a la forma de la mano65 Com-pletariacutean la proteccioacuten de un catafractus unas grebas para sus piernas (la parte de su cuerpo maacutes al alcance de la infanteriacutea enemiga) si bien podiacutean disponer de protecciones maacutes pesadas que podiacutean llegar a cubrir muslos y pies recordando en su estructura a la manica empleada para proteger los bra-zos66 En ocasiones podriacutea emplearse tambieacuten protecciones especiacuteficas para el cuello especialmente pensadas para cubrir cualquier posible fisura entre el yelmo y la proteccioacuten del torso De este tipo de piezas se han encontrado al-gunos ejemplos como el de una tumba de Čatalka en Bulgaria datada en el

63 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-92 y 116-117 DIXON SOUTHERN 1997 pp 36-43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 43-48 FIELDS 2006 pp 13-14

64 MIELCZAREK 1993 pp 79-80 NEGIN 1998 pp 68-74 DIXON STEPHENSON 2003 pp 49-50 FIELDS 2006 pp 10-11

65 BISHOP COULSTON 1993 pp 87-91 DIXON STEPHENSON 2003 pp 55-58 66 DIXON SOUTHERN 1997 p 43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 61-63

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s II dC y consistente en un anillo de metal dividido en dos mitades unidas por un cinturoacuten de cuero y originalmente tintado en rojo67

El equipamiento de las monturas de los catafractii romanos es otro as-pecto poleacutemico quizaacutes el que maacutes En primer lugar respecto de las sillas de montar eacutestas responderiacutean probablemente al modelo presentado por Con-nolly pero a un tipo particular cuyo entramado riacutegido interno y cuernos es-tariacutean maacutes desarrollados planteando una sujecioacuten mucho maacutes riacutegida y firme Este tipo de sillas poseiacutea ademaacutes una estructura reforzada con elementos metaacutelicos Seguacuten Connolly y C Van Dryel Murray este tipo de sillas res-ponderiacutea especialmente a un uso por parte de unidades de caballeriacutea pesada donde el peso de la armadura del jinete sumada a su modalidad de combate (choque con lanza pesada) hariacutea necesaria una sujecioacuten maacutes firme para evitar quedar descabalgado asiacute como un maacutes eficiente reparto del peso sobre el lomo y los costados del caballo Este tipo de sillas es visible tambieacuten sobre los caballos de los clibanarios sasaacutenidas que aparecen en el relieve de Firu-zabad68 En segundo lugar estaacute la cuestioacuten en torno a si las monturas de los catafractii romanos del s II y comienzos del III dC llevaban alguacuten tipo de proteccioacuten y cuaacuten completa era esta En este sentido se han lanzado diver-sas propuestas e hipoacutetesis por una parte aquellos que consideran que los ca-tafractii romanos probablemente no emplearon proteccioacuten para sus monturas al menos no en la forma casi sistemaacutetica y masiva que caracterizaba a la ca-balleriacutea pesada parta y que caracterizariacutea maacutes tarde a la sasaacutenida y a la pro-pia caballeriacutea pesada romana bajoimperial en este sentido los catafractii del ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta no seriacutean sino contarii pesada-mente protegidos pero cuyas monturas no portariacutean proteccioacuten alguna fuera de lo comuacuten hasta el momento en el ejeacutercito romano69 otros han propuesto un teacutermino medio sostenido en base a la influencia saacutermata en la creacioacuten y equipamiento de la caballeriacutea pesada romana Es eacuteste el caso de Mielczarek Negin y Lebedynsky entre otros quienes consideran que los catafractii ro-manos no emplearon la protecciones pesadas y o maacutes o menos completas pa-ra sus monturas en el sentido sistemaacutetico que se puede observar en la tradi-cioacuten militar parta o persa sino que emplearon protecciones maacutes limitadas y sobre todo aplicadas a secciones concretas de estas unidades por ejemplo entre aquellos soldados destinados a formar la vanguardia de choque de la formacioacuten o simplemente entre los oficiales70 entre la mayor parte de los autores consagrados al estudio del armamento romano y en particular de la

67 DIXON STEPHENSON 2003 p 59 68 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 p 45 MIELCZAREK 1993 pp 81-82 69 EADIE 1967 pp 166-168 70 MIELCZAREK 1993 pp 74-81 NEGIN 1998 p 74 LEBEDYNSKY 2002 p 237-238

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caballeriacutea existe un acuerdo taacutecito en reconocer el uso por parte de la ca-balleriacutea pesada romana de protecciones metaacutelicas Sin embargo en general o no llegan a un acuerdo en torno a su empleo por parte de las primeras uni-dades de catafractii o se limitan a constatar que los restos arqueoloacutegicos de protecciones equinas pesadas (particularmente las halladas en Dura-Europos) datan en principio del s III dC sin entrar en mayores debates71 finalmente estaacuten aquellos autores que dan simplemente por sentada la asociacioacuten entre el teacutermino catafractii y una proteccioacuten maacutes o menos completa y extendida a la inmensa mayoriacutea (al menos) de las monturas de estas unidades en cual-quier momento desde su creacioacuten72 pero especialmente a partir del s III dC73

En general todas estas corrientes tienden a coincidir en sentildealar que las armaduras pesadas para caballos en el ejeacutercito romano no empezaron a utili-zarse de forma extendida para la caballeriacutea pesada hasta el s III dC De nue-vo el debate se centra en torno a su uso durante el s II dC justo en el mo-mento de la creacioacuten de las primeras unidades de catafractii y particular-mente a causa de la falta de pruebas concluyentes Si se hizo uso de dichas protecciones ya en el s III dC iquestpor queacute razoacuten negar su uso en una fase an-terior aunque eacuteste no fuera un uso generalizado Particularmente preferimos adscribirnos a la tendencia representada por Mielczarek Negin y Lebedyns-ky entre otros autores considerando que los miembros de la uacutenica unidad de caballeriacutea pesada acorazada romana conocida para el s II dC el ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta (y por tanto otras unidades del mismo tipo auacuten por conocer) emplearon protecciones metaacutelicas maacutes o menos pesa-das para sus monturas de un modo ocasional limitado a secciones especiales de la unidad o a la oficialidad siguiendo la corriente de influencia saacutermata Estas protecciones se generalizariacutean a lo largo del s III dC probablemente bajo una mayor influencia de la tradicioacuten militar parta y ante todo sasaacutenida hasta constituir las unidades pesadas del Bajo Imperio que seriacutean el germen de la posterior caballeriacutea pesada bizantina

Este tipo de protecciones incluiriacutea no soacutelo ya los chamfrons metaacutelicos sobradamente conocidos por la caballeriacutea romana de la eacutepoca (y empleados probablemente por los contarii) sino bardas compuestas por malla escamas de cuero o metaacutelicas o laacuteminas que como los ejemplares de Dura-Europos (ya descritos anteriormente) cubririacutean los flancos del caballo y buena parte

71 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-70 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

72 GOLDSWORTHY 1998 pp 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 y 20-21 73 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-322

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de la pechera del mismo74 Este tipo de protecciones probablemente incluiriacutea tambieacuten piezas especiacuteficas para proteger el frontal y la cerviz del animal has-ta la cabeza a semejanza quizaacutes de las empleadas por partos y sasaacutenidas en Oriente Estas piezas particularmente para la cerviz del caballo se han en-contrado tambieacuten en Dura-Europos elaboradas en malla y lazadas mediante correas de cuero75 De este modo si se quisiera proporcionar proteccioacuten tan soacutelo a los caballos de una parte de la unidad lo maacutes loacutegico seriacutea hacerlo con las monturas que marchariacutean en la vanguardia de la formacioacuten de choque y que deberiacutean absorber la fase maacutes violenta del impacto En este sentido las piezas de proteccioacuten maacutes uacutetiles no seriacutean las bardas laterales sino las pro-tecciones para pechera cerviz y cabeza las partes del cuerpo del caballo que quedariacutean expuestas al enemigo durante una carga en formacioacuten cerrada Al prescindir asiacute de las protecciones de los flancos no solo se seguiriacutea apor-tando una proteccioacuten uacutetil a las monturas maacutes expuestas de la unidad durante una accioacuten de combate sino que se estariacutea aligerando el peso que habriacutean de soportar durante la accioacuten reduciendo asiacute el riesgo de agotamiento de las mismas

Si la influencia saacutermata en el origen del contarius romano es maacutes o menos segura la cuestioacuten resulta menos clara para los catafractii Formal-mente un catafractus romano no se diferenciaba del contario saacutermata maacutes pesadamente armado maacutes que en la factura de determinadas partes de su equipamiento muchas de las cuales eran de tradicioacuten puramente romana y unas pocas (como las protecciones maacutes pesadas para las piernas) devendriacutean de tradiciones orientales Sin embargo el hecho de que en ninguacuten momento las fuentes literarias disponibles denominen a la caballeriacutea pesada saacutermata como catafractii y que las protecciones pesadas para caballos entre la mis-ma parezcan ser objeto de un uso tan heterogeacuteneo como vinculado al status y posibilidades econoacutemicas del jinete parece ser el principal punto (al menos inicialmente) de distanciamiento entre los lanceros acorazados saacutermatas y los catafractii romanos Ahora bien suponiendo que la creacioacuten de las unidades de catafractos romanos estuviera respondiendo a la caballeriacutea pesada parta iquestpor queacute esperoacute al s II dC Durante casi tres siglos de encuentros en los campos de batalla de Oriente el ejeacutercito romano no parecioacute tener necesidad alguna de emular a los catafractos y clibanarios partos Finalmente es en el contexto de las guerras daacutecicas y paacuterticas de Trajano y en el reinado de Adriano cuando los catafractii hacen su aparicioacuten en el ejeacutercito romano al-gunas deacutecadas maacutes tarde que los contarii y despueacutes de casi un siglo de con-

74 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-63 67 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

75 DIXON STEPHENSON 2003 p 114

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tacto con la caballeriacutea saacutermata De nuevo la coincidencia de variables parece hablar por siacute sola al igual que primero el contarius el catafractus parece ser una respuesta de la caballeriacutea romana a las refriegas habidas con los exce-lentes jinetes saacutermatas desde mediados del s I dC hipoacutetesis que secundan la mayor parte de los autores76 Cualquier posible influjo oriental en la com-posicioacuten de la primera caballeriacutea pesada romana respondioacute a la incorpora-cioacuten de elementos considerados de utilidad no encontrados en la tradicioacuten militar propiamente romana o saacutermata El incremento de este influjo mate-rializado quizaacutes en la intensificacioacuten y extensioacuten del uso de armaduras pe-sadas para caballos y en el importante desarrollo en general del arma de ca-balleriacutea pesada en Roma tendriacutea lugar ya entrado el s III dC quizaacutes no tanto de manos de los uacuteltimos coletazos del moribundo Imperio parto como del joven y eneacutergico Imperio persa sasaacutenida el cual llevariacutea el arma de ca-balleriacutea en el Oriente a nuevas cotas de desarrollo especializacioacuten en organi-zacioacuten equipamiento y taacutecticas77

Mencioacuten especial requiere la organizacioacuten del ala I Gallorum et Pan-noniorum catafracta No entraremos a resentildear aquiacute la naturaleza del ala como unidad militar del ejeacutercito romano ni la organizacioacuten y estructura de la caballeriacutea romana altoimperial sino un aspecto concreto del ala concreta objeto de nuestro estudio y que parece haber pasado desapercibido a la ma-yor parte de los autores Se trata del hecho de que dicha ala debioacute de ser compuesta en su origen por soldados de dos unidades distintas probable-mente tropas selectas Tal y como sentildeala su nombre el ala estaba compuesta por jinetes galos y panonios Mielczarek ha propuesto precisamente que ca-ra a la creacioacuten de esta unidad de catafractos probablemente se seleccionoacute a los mejores soldados de dos alas distintas posiblemente (seguacuten el parecer del propio Mielczarek) el ala I Pannoniorum y el ala I Gallorum Flaviana Aunque de momento no se trata sino de una hipoacutetesis parece razonable que cara a la primera unidad de caballeriacutea pesada romana (probablemente una unidad que tendriacutea en sus oriacutegenes un marcado caraacutecter ldquoexperimentalrdquo) se seleccionara a personal experimentado y de fiar lo que remarcariacutea el caraacutec-ter de eacutelite de este tipo de unidades

76 EADIE 1967 MIELCZAREK 1993 NEGIN 1998 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

LEBEDYNSKY 2002 77 EADIE 1967 pp 169-172 MICHALAK 1987 MIELCZAREK 1993 pp 63-67 NICOLLE

1996 WILCOX 2001 pp 24-35 FARROKH 2005

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Taacutecticas y limitaciones de la caballeriacutea pesada romana La caballeriacutea fue un arma especializada principalmente en una uacutenica

funcioacuten el ataque Un grupo de jinetes no puede establecer una posicioacuten de-fensiva y mantenerla de forma estaacutetica pues equivaldriacutea claramente a un suicidio en cualquier eacutepoca Cuando una unidad de caballeriacutea ha sido em-pleada con fines de defensa lo ha sido empleando fundamentalmente el ata-que es decir un contraataque

La principal ventaja de un jinete respecto del soldado de infanteriacutea ra-dica en tres puntos fundamentales la altura que le proporciona su montura la rapidez y potencia de la misma y el efecto psicoloacutegico que todo ello sus-cita en el infante El principal modo en que la caballeriacutea (y particularmente la caballeriacutea media y pesada) se enfrenta a la infanteriacutea (y a otras unidades como veremos) es la carga cuya finalidad es desfondar la formacioacuten ene-miga dispersaacutendola para coparla y destruirla o permitir a otras unidades aprovechar la brecha abierta Sin embargo contrariamente a lo que se suele pensar un caballo (o un grupo de caballos) no es capaz de embestir una for-macioacuten cerrada de infanteriacutea Un equino no es un toro ni se comporta como tal El caballo siempre se para antes de llegar a impactar contra un obstaacuteculo que considera no podraacute esquivar o saltar o donde no vea espacio alguno por donde penetrar En este sentido una formacioacuten de infanteriacutea pesada que fuera capaz de mantener su posicioacuten hasta el final teniacutea muchas posibilidades de rechazar una carga de caballeriacutea Existiacutean dos formas para evitar que esto sucediese de modo tal que la carga de caballeriacutea tuviese finalmente eacutexito hostigar a la formacioacuten de infanteriacutea de muacuteltiples modos (ataque con proyec-tiles ataques simulados apoyar a la caballeriacutea atacante con infanteriacutea o ar-tilleriacutea) o bien que un porcentaje suficiente de soldados enemigos no fuera capaz de soportar la tensioacuten psicoloacutegica de ver venir sobre ellos una carga de caballeriacutea y rompiera filas debilitando la formacioacuten desorganizaacutendola y abriendo brechas Como vemos el resultado de una carga de caballeriacutea de-pende maacutes del contexto y de la psicologiacutea que de la carga en siacute misma Sin embargo los nervios de acero necesarios para superar el instinto de autopro-teccioacuten (que nos llevariacutea a quitarnos inmediatamente de la trayectoria de los caballos y sus jinetes) no eran (ni son) un elemento comuacuten en los ejeacutercitos Pocas infanteriacuteas disponiacutean del adiestramiento y disciplina necesarios para mantener la posicioacuten y afrontar una auteacutentica estampida que a sus ojos cla-ramente amenazariacutea con arroyarla Entre tales excepciones se encontraba la

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infanteriacutea legionaria romana la cual soacutelo en determinadas circunstancias era realmente vulnerable a un ataque de caballeriacutea78

Las unidades de caballeriacutea pesada como catafractii y contarii eran un caso auacuten maacutes especial En primer lugar el contus permitiacutea al jinete arroyar a un infante enemigo virtualmente antes de que su montura se viera obligada a detener su marcha Por otra parte sus pesadas protecciones (y la de sus mon-turas al menos para una parte de los catafractii) les otorgaban una mayor se-guridad ante cualquier clase de contraataque enemigo (especialmente pro-yectiles) y una superior capacidad de asumir el riesgo del contacto con una formacioacuten enemiga demasiado firme Pero sobre todo les otorgaba una carga psicoloacutegica brutal la visioacuten de una ldquoparedrdquo blindada erizada de lanzas en auteacutentica formacioacuten de falange avanzando con premura directamente resulta-ba especialmente impactante a ojos de un soldado de infanteriacutea por muacuteltiples factores Ser arroyado por un caballo no es una perspectiva agradable ser arroyado por una marea de lanzas y caballos blindados es una perspectiva auacuten menos agradable Para incrementar la capacidad de penetracioacuten de este tipo de caballeriacutea se empleaban formaciones y ataques en profundidad fun-damentalmente columna y cuneuscuntildea En este sentido la formacioacuten podiacutea concentrar la fuerza de su carga en un frente estrecho que pudiera ser dirigi-do convenientemente contra el punto maacutes deacutebil de la formacioacuten a atacar in-cluso con la carga ya en curso Sin embargo la caballeriacutea pesada poseiacutea una desventaja potencial el enorme peso de su equipamiento reduciacutea la veloci-dad de su carga su maniobrabilidad y podiacutea agotar a sus caballos muy raacutepi-damente En este sentido podiacutean ser viacutectimas faacuteciles de unidades maacutes aacutegiles y raacutepidas o de un contraataque al teacutermino de una extenuante carga (exitosa o no) Por otra parte no estaban precisamente capacitados para realizar una re-tirada raacutepida con los caballos extenuados por el esfuerzo de cargar despla-zando sobre sus lomos a su jinete con su equipamiento y su propia pro-teccioacuten los catafractii podiacutean encontrarse en una situacioacuten realmente com-prometida si su ataque fracasaba y no se encontraban en posicioacuten de recibir apoyo inmediato de unidades aliadas capaces de protegerlos el tiempo nece-sario para maniobrar y salir del atolladero Otro peligro que desembocaba di-rectamente en el fracaso de la carga (y en las circunstancias antes descritas) era la posibilidad de que la formacioacuten perdiera su cohesioacuten durante la carga Para evitar esta circunstancia (y reducir la extenuacioacuten de los caballos) se procuraba no cargar a mayor velocidad que un trote ligero79

78 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

79 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 y 241 LEBEDYNSKY 2002 p 237 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

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A la hora de afrontar a otra caballeriacutea las circunstancias eran dife-rentes La caballeriacutea como especialista en ataque teniacutea tambieacuten la funcioacuten de neutralizar a la caballeriacutea del adversario negaacutendole asiacute la mayor parte de la iniciativa y ganando la oportunidad de flanquear sus formaciones y ata-carlas desde diversos puntos Un ejeacutercito cuya caballeriacutea abandonara el cam-po de batalla por otra parte aunque auacuten podiacutea imponerse mediante la fuerza de su infanteriacutea (si era capaz de rechazar el ataque de la caballeriacutea adversaria y de desalojar a su infanteriacutea) careceriacutea de cualquier posibilidad para explo-tar adecuadamente la victoria la caballeriacutea fue hasta la I Guerra Mundial la uacutenica arma capacitada para lanzar una persecucioacuten sobre una fuerza enemiga en retirada convirtiendo esta uacuteltima en una desbandada desorganizada y dis-poniendo asiacute de la oportunidad de transformar un ejeacutercito derrotado en un ejeacutercito destruido En este sentido la caballeriacutea no fue soacutelo una pieza taacutectica fundamental a la hora de la batalla sino una herramienta baacutesica de la estra-tegia a nivel global de cualquier conflicto a lo largo de unos tres milenios de historia militar

La infanteriacutea puede rechazar a la caballeriacutea pero nunca perseguirla (maniobra que equivaldriacutea a dar la ocasioacuten a los jinetes derrotados de dar media vuelta y lanzar un inesperado contraataque que convirtiera en desastre para la infanteriacutea lo que empezoacute siendo un eacutexito Las huidas fingidas como ya hemos sentildealado eran tambieacuten una interesante taacutectica a emplear por parte de la caballeriacutea para desorganizar una formacioacuten enemiga Sin embargo no era una taacutectica que entrara dentro del ldquomanual de instruccionesrdquo de la ca-balleriacutea maacutes pesada limitada como estaba en sus movimientos) Soacutelo la ca-balleriacutea podiacutea derrotar poner en fuga y destruir a otra caballeriacutea El modo de hacerlo sin embargo era materia delicada Una formacioacuten cerrada para ata-car a otra caballeriacutea resultaba inuacutetil y peligrosa era la mejor forma de que los propios caballos se rompieran los huesos al impactar a gran velocidad contra las monturas enemigas Normalmente y a lo largo de toda la existen-cia de la caballeriacutea de choque dos formaciones de caballeriacutea que cargan una contra otra a la espera de un combate mano a mano tienden a abrir sus liacuteneas para esquivar el choque frontal contra los caballos rivales Al producirse el choque el jinete tratariacutea de atacar con sus armas a su rival maacutes cercano a uno u otro lado intentando derribarle o herirle mortalmente En estas cir-cunstancias el contus sarmaticus vuelve a relucir por sus virtudes permitiacutea (al igual que la lanza de cometida medieval las lanzas de los huacutesares alados polacos o las lanzas de los ulanos austriacos o los cosacos rusos) golpear al jinete adversario antes de que eacuteste equipado con espada o con una lanza maacutes corta pudiese iniciar su propio ataque Una formacioacuten de contarii o de cata-fractii podiacutea asiacute arroyar faacutecilmente la vanguardia de la formacioacuten de caballe-

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riacutea enemiga neutralizando su ataque y desorganizando totalmente su forma-cioacuten Sin embargo cuando dos formaciones cargaban una contra la otra y llegaban a culminar completamente el choque el combate podiacutea derivar faacute-cilmente en una violenta y caoacutetica refriega En estas circunstancias las espa-das de hoja larga empleadas por la caballeriacutea romana y saacutermata eran particu-larmente esenciales asiacute como sus protecciones dado que un contus tendiacutea a partirse tras el primer o segundo impacto y a ser poco coacutemoda de utilizar cuando el combate se tornaba maacutes cercano En cualquier caso si una forma-cioacuten de catafractii no conseguiacutea imponerse durante el choque a la formacioacuten enemiga el agotamiento de sus monturas y su menor movilidad (sumada a la peacuterdida del orden en la formacioacuten inherente al inicio de la refriega) supon-driacutean una peligrosa situacioacuten en el caso de carecer de apoyo de otras unida-des (bien de caballeriacutea o de infanteriacutea) y de la que no podriacutean salir con mu-cha facilidad80

Tanto frente a otra caballeriacutea como frente a la infanteriacutea el respaldo de unidades de caballeriacutea maacutes ligeras y particularmente arqueros a caballo81 resultariacutea particularmente deseable antes del choque la caballeriacutea ligera po-driacutea hostigar con proyectiles a las formaciones enemigas creando brechas o desorganizaacutendolas y despueacutes del choque podriacutean apoyar a la caballeriacutea pe-sada durante la progresioacuten del combate cubrir su retirada o explotar su eacutexito continuando la persecucioacuten de un enemigo en fuga

Como vemos desde el punto de vista taacutectico y del empleo en el campo de batalla el eacutexito de la caballeriacutea pesada acorazada dependiacutea tanto o maacutes de las circunstancias el contexto y el apoyo que pudieran recibir que de sus propias virtudes Se trataba de unidades altamente especializadas que si que-daban desprotegidas o en situaciones comprometidas podiacutean ser faacutecilmente rechazadas desbandadas o destruidas No se trataba de fuerzas versaacutetiles y probablemente ello condicionoacute que su adopcioacuten y empleo generalizado por parte del ejeacutercito romano fuera tardiacuteo

CONCLUSIONES

El ejeacutercito romano se enfrentoacute durante casi dos siglos a la caballeriacutea

pesada desarrollada por las potencias orientales Tras reveses iniciales debi-dos maacutes a las circunstancias que a una auteacutentica incapacidad para afrontar el ataque de este tipo de caballeriacutea las legiones desarrollaron sus particulares contramedidas recorriendo las primeras deacutecadas de la historia del Alto Im-

80 DIXON SOUTHERN 1997 pp 141-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 235-244 MENEacuteNDEZ

ARGUumlIacuteN 2011 pp 322-324 81 DIXON SOUTHERN 1997 p 143

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perio imperturbables considerando del todo innecesario tomar como inno-vacioacuten un arma a la que eran capaces de batir los catafractos partos y arme-nios

Sin embargo hacia mediados del s I dC algo vino a trastocar este es-cenario en apariencia estable e inamovible de las estepas poacutenticas emergioacute no tanto una nueva arma como una nueva forma de combinar y emplear ar-mas y taacutecticas sobradamente conocidas Los haacutebiles jinetes saacutermatas dejaron atraacutes la claacutesica tradicioacuten militar esteparia basada en el uso del arquero a ca-ballo y la caballeriacutea ligera desarrollaron una nueva caballeriacutea pesada libre de la mayor parte de las debilidades de los pesados catafractos partos flexi-ble y dinaacutemica y capaz de luchar en conjuncioacuten perfecta con otras modali-dades de caballeriacutea como si de un uacutenico cuerpo se tratase A diferencia del catafractario parto el ldquocontariordquo saacutermata era un jinete armado maacutes o menos pesadamente seguacuten las circunstancias y sus propias posibilidades Al igual que su contrapartida parto o armenio el jinete pesado saacutermata aprovechaba al maacuteximo las virtudes de su arma definitoria el contus sarmaticus pero la combinaba con el uso de otras igualmente uacutetiles como la espada de hoja larga y el arco recurvado compuesto Su equipamiento defensivo careciacutea de la rigidez propia del catafracto parto tendiendo a ser sensiblemente maacutes li-gero sin perder las ventajas propias de una proteccioacuten completa y concien-zuda Este equipamiento defensivo ademaacutes podiacutea variar seguacuten las circuns-tancias y las necesidades taacutecticas de cada momento (y no solo exclusi-vamente en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete) Ello permitiacutea al jinete pesado saacutermata oscilar entre una caballeriacutea media pura y una caballeriacutea pesada de choque seguacuten las circunstancias Le convertiacutea en un arma flexible capaz de desempentildear diversos papeles en el campo de batalla y variarlos du-rante el combate mismo seguacuten sus necesidades En combinacioacuten con la habi-lidad natural de estos pueblos para la equitacioacuten y sus excelentes (y numero-sas) fuerzas de caballeriacutea ligera la caballeriacutea pesada saacutermata representaba una amenaza realmente seria y totalmente nueva

Desde la guerra civil del 68-69 dC hasta la paz firmada por Adriano con los saacutermatas roxolanos en 119 dC las legiones romanas y su caballeriacutea hubieron de hacer severos esfuerzos para imponerse a este nuevo enemigo en los campos de batalla actuase eacuteste en solitario o en conjuncioacuten con otros pueblos o Estados Las guerras daacutecicas de Domiciano (85-89 dC) y de Tra-jano (101-106 dC) fueron probablemente los puntos culminantes de esta coyuntura De los sangrientos encuentros habidos sobre las orillas del Danu-bio las colinas daacutecicas y las llanuras de la futura Hungriacutea el ejeacutercito romano extraeriacutea una dura leccioacuten que aprenderiacutea raacutepidamente y pondriacutea en creciente praacutectica con el paso de los antildeos cuando a comienzos del s III dC descen-

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diera el ocaso sobre las uacuteltimas luces legadas por la edad dorada de los Anto-ninos habiendo el Estado romano de afrontar las convulsiones de un mundo en paulatina transformacioacuten

A comienzos del s II dC a caballo entre los diacuteas de Trajano y Adria-no el ejeacutercito romano afrontoacute el laborioso proceso de aplicar buena parte de lo que habiacutea aprendido de manos de la caballeriacutea saacutermata El contus ya habiacutea sido adoptado conformando la primera caballeriacutea de choque especialista de la historia del Imperio A ella le seguiriacutean las protecciones pesadas para jine-tes asiacute como para caballos El ejeacutercito romano conociacutea de sobra los modelos orientales de caballeriacutea pesada y sin embargo en el primer siglo de existen-cia de este arma entre las filas romanas el modelo a seguir fue principal-mente saacutermata Los hechos hablan por siacute solos El ejeacutercito romano habiacutea en-contrado una innovacioacuten de intereacutes para su tradicioacuten militar y la incorporoacute raacutepidamente Las primeras unidades de caballeriacutea pesada acorazada romana llevaron nombres que aludiacutean a tradiciones orientales catafractii pero su ar-mamento y el fundamento de sus taacutecticas era una mezcla de aportaciones romanas y modelos saacutermatas Con la llegada del s III dC estas unidades se hariacutean cada vez maacutes necesarias y sobre la trayectoria marcada por los pio-neros de este arma se labrariacutea el desarrollo completo de la misma

La emersioacuten del Imperio persa sasaacutenida supuso la transformacioacuten re-novacioacuten y revitalizacioacuten del arma de caballeriacutea puramente oriental Los sa-saacutenidas llevaron a un nuevo paroxismo a la combinacioacuten de la caballeriacutea pe-sada y la caballeriacutea ligera de tradicioacuten oriental hasta el punto de que algunos tratadistas militares romanos como Amiano Marcelino llegaron a conside-rarlo como un arma praacutecticamente imbatible En palabras del propio Amiano [] catafractarii [] et sagitarii formidable genus armorum82 Probable-mente estas circunstancias forzaran (entre otros factores) no ya la expansioacuten del arma de caballeriacutea pesada (asiacute como del arquero a caballo) en el ejeacutercito romano de los siglos III y IV dC sino la asuncioacuten por parte de la misma de muacuteltiples elementos propios ya exclusivamente de la tradicioacuten militar irano-persa

La experiencia saacutermata quedoacute atraacutes sin embargo su importancia y la de los primeros prototipos de caballeriacutea pesada romana existentes en el Alto Imperio no debe menospreciarse Fueron la piedra fundadora los cimientos de una importante rama de la tradicioacuten militar romana posterior madre de la bizantina y de buena parte de las tradiciones militares de la posterior Europa medieval donde la caballeriacutea ostentariacutea durante siglos su particular supre-maciacutea En cierto modo puede decirse que la caballeriacutea saacutermata y las primeras

82 AMIANO MARCELINO 16 12 7

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unidades de caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano se encuentran entre las raiacute-ces de una tradicioacuten militar que llevoacute a la caballeriacutea a mantener la ilusioacuten de su reinado sobre los campos de batalla hasta el enloquecedor extremo de atravesar las trincheras y alambradas de la I Guerra Mundial y cargar sobre las divisiones panzer germanas en 1939

SELECCIOacuteN DE TEXTOS EPIGRAacuteFICOS RELATIVOS

83 Camerinum (Camerino) Regio VI Italia CIL XI 5632

M(arco) Maenio C(ai) f(ilio) Cor(nelia) Agrippae L(ucio) Tusidio Campestri hospiti divi Hadriani patri senatoris praef(ecto) coh(ortis) II Fl(aviae) Britton(um) equitat(ae) electo a divo Hadriano et misso in expeditionem Brittannicam trib(uno) coh(ortis) I Hispanor(um) equitat(ae) praef(ecto) alae I Gallor(um) et Pannonior(um) catafractatae proc(uratori) Aug(usti) praef(ecto) classis Brittannicae proc(uratori) provinciae Brittanniae equo publico patrono municipi(i) vicani Censorglacenses consecuti ab indulgentia Optimi Maximique Imp(eratoris) Antonini Aug(usti) Pii beneficio interpretationis eius privilegia quibus in p[e]rpetuum aucti confirmatique sunt l(ocus) d(atus) d(ecreto) d(ecurionum) g(ratis)

Ad Mediam (Mehadia) Dacia CIL XVI 110 = CIL III 886 = AE 1980 760

[Imp(erator) Caes(ar) divi Had]rian(i) f(ilius) divi Traiani [Parthici n(epos) divi Ne]rvae pron(epos) T(itus) Aelius [Hadrianus Ant]oninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) [max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII] imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae) [equit(ibus) et pedit(ibus)] qui mil(itaverunt) in alis III quae [appell(antur) Silia]n(a) et Gall(orum) et Pann(oniorum) [catafrac(taria) et F]ront(oniana) et coh(ortibus) XII I Ulp(ia) [Britton(um)] |(milliaria) et I Fl(avia) Ulp(ia) Hisp(anorum) |(milliaria) [et 3 I Ael(ia)] Gaesa(torum) |(milliaria) et I Aug(usta) Nerv() [|(milliaria) et I]I Britt(onum) |(milliaria) et I Hispan(orum) [--- e]t II Hisp(anorum) scutat(a) Cy[ren(aica) et ---]n() et VI Thrac(um) et sunt [in Dacia Poroliss]en(si) sub Macrinio [Vindice proc(uratore) qui]nq(ue) et vigint(i) stip[en(diis) emerit(is) dimis(sis) hon]est(a) miss(ione) quor(um) [nomin(a) subscripta s]unt civit(atem) Roman(am) [qui eor(um) non ha]b(erent) ded(it) et con(ubium) cum [uxor(ibus) quas tu]nc hab(uissent) cum est [civit(as) i(i)s dat(a) aut] cum i(i)s quas post(ea) [dux(issent) dumtax(at) si]ngulis [[Imp(erator) Caes(ar) divi Hadrian(i) f(ilius) divi Traiani Parthici n(epos) divi Nervae pron(epos) T(itus) Aelius Hadrianus Antoninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae)] [equit(ibus) et pedit(ibus) qui mil(itaverunt) in alis III ---] et vigint(i) stipend(iis) emerit(is) dimis(sis) honest(a) miss(ione) quor(um) nomin(a) subscript(a) sunt civit(atem) Roman(am) qui eor(um) non haber(ent) dedit et conub(ium) cum uxor(ibus) quas tunc habuis(sent) cum est civit(atem) i(is) dat(a) aut cum i(is) quas post(ea) dux(issent) dumtax(at) singulis a(nte) d(iem) V K(alendas) Oct(obres) Sex(to) Calpurnio Agricola Ti(berio) Claudio Iuliano co(n)s(ulibus) coh(ors) I Ulpia Britton(um) |(milliaria) cui

83 Tomados del Epigraphische Datenbank Clauss-Slaby httpwwwmanfredclauss de

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prae(e)st L(ucius) Nonius Bassus Picen(o) ex pedite Luonerco Molaci f(ilio) Britt(oni) descript(um) et recognit(um) ex tabul(a) aer(ea) quae fixa est Romae in mur(o) post templ(um) divi Aug(usti) ad Minervam

Tipasa (Tefessad) Mauretania Cesariense AE 1951 265 = AE 1955 133

D(is) M(anibus) Adiutoris eq(uitis) al(ae) pri(mae) Can(n)anafatium vi(xit) XXXXI m(ilitavit) an(nos) XXIII pro(curante) l(i)b(erto) ipsi(us) bene me(renti) Cabanus he(res) po(suit)

Savaria (Szombathely) Panonia Superior CIL III 4183

T(itus) Cnorius Sabinianus ex praef(ecto) alae Contariorum v(ir) e(gregius) et L(ucius) Val(erius) Verus dec(urio) c(oloniae) C(laudiae) Savar(iensium) sacerdotalis p(rovinciae) P(annoniae) s(uperioris) cryptam vi ignis exustam sumptibus suis refecerunt

Brigetio (Kornye) Panonia Superior CIL III 4278

D(is) M(anibus) Val(erio) Saturnino vet(erano) ex dup(licario) alae I Ulp(iae) Cont(ariorum) qui vixit an(nos) L et Val(erio) Sabino mil(iti) leg(ionis) I Ad(iutricis) stip(endiorum) III vixit an(nos) XXV filio Caes(ia) Digna marito et filio f(aciendum) c(uravit)

Apamea Siria AE 1987 955

Aur(elio) Basso quandam(sic) sig(nifero) al(ae) I Ulp(iae) (C)ontariorum stipendiorum VIII vixit annos XXVIIII XI Kal(endas) Maias Gallo et Volusiano consilibus() titulus positus a Marc(io) Cotum(sic) (d)ec(urione) al(ae) c(ivium) R(omanorum)

Apamea Siria AE 1993 1589

D(is) M(anibus) Iulius Valerianus eques alae I Ulp(iae) contariorum stip(endiorum) XXIII vixit annis XXXXVI Ulp(ius) Ingenu(us) dupl(icarius) alae eiusdem heres posuit b(ene) m(erenti)

Arrabona (Gyor) Panonia Superior CIL III 4379

D(is) M(anibus) Ulp(ius) Variu(s) Ore() vet(e)r(anus) ex stat(ore) al(a)e I Ulp(iae) Cont(ariorum) do(mo) Af(rica) vixs(it) ann(os) XLV et Ael(iae) Sabin(a)e fi(liae) vix(it) ann(os) X Ael(ia) Domitia con(iunx) et Ulp(ius) Sabinianus et Ulp(ius) [Cele]rinus et Sabi[nil]la fili(i) vivi cum [mat(re) pa]tri karis(simo) posuerunt

Sentpalpuszta Panonia Superior CIL III 11081 = AE 1899 3

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[D(is) M(anibus)] M(arcus) Aur(elius) [3]us vex(illarius) al(ae) p(rimae) C(ontariorum) Anto(ninianae) et Elv(iae) Bon(a)e c(oniugi) car(issimae) et f(iliae) Aur(eliae) Valerin(a)e et Ae(liae) Sabin(a)e et Elv(io) Verecundo an(norum) LXX Pulc(h)r(a)e() Suri an(norum) LX et Elv(io) Vitali an(norum) XVIII et Au(relio) Ma(n)suetiano an(norum) VII et Ae(lio) Florido M(arcus) Aur(elius) Valerianus sib(i) [et] su[i]s vivi f(ecit)

Roma CIL VI 1449 = AE 1967 16 = AE 196970 13

M(arco) Macrinio Avito M(arci) f(ilio) Claud(ia) Catonio Vindici co(n)s(uli) aug(uri) p(opuli) R(omani) Quiritium leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) prov(inciae) Moes(iae) inf(erioris) leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) Moes(iae) sup(erioris) cur(atori) civitat(is) Arimin(ensium) p[r]oc(uratori) prov(inciae) Dac(iae) Malv(ensis) praef(ecto) alae contar(iorum) praef(ecto) alae III Thrac(um) trib(uno) milit(um) leg(ionis) VI Victr(icis) praef(ecto) coh(ortis) VI Gall(orum) donat(o) donis mil(itaribus) in bello Germ(anico) ab Imp(eratore) M(arco) Aur(elio) Antonino Aug(usto) hast(is) pur(is) II et vexill(is) II cor(o)na mural(i) et vallar(i) Iunia Flaccinilla marito karissimo et Macrinia Rufina patri piissimo vixit annis XLII m(ensibus) V

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SELECCIOacuteN DE IMAacuteGENES

Fig 1 Relieve de la estela funeraria del eques Aduitor miembro del ala I Canninefatum (AE 1955

133) empuntildeando un contus sarmaticus por el lateral derecho de su montura DIXON SOUTHERN 1997 p 49

Fig 2

Grafito de Dura-Europos datado en torno a los ss II-III dC representando un catafracto parto romano o sasaacutenida JUNKELMANN 1992 p 197

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Fig 3 Las dos bardas de escamas metaacutelicas completas encontradas por Rostovzeff en las

excavaciones de Dura-Europos a lo largo de la campantildea de 1932-33 JUNKELMANN 1992 p 214

Fig 4 Relieves de Firuzabad (Iraacuten) representando a un clibanario persa sasaacutenida derribando a un

catafractarioclibanario parto s III dC Obseacutervese las bandas transversales que se ven en los brazos del jinete de la derecha que probablemente esteacuten representando un tipo de manica

WILCOX 2001 p 22

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Fig 5 Relieve de Firuzabad representando a unos catafractosclibanarios parto y sasaacutenida forcejeando

en combate cuerpo a cuerpo Ilustracioacuten de Wilcox 2001 p 23

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FIG 6 Catafractos partos del s I aC Obseacutervense las protecciones tipo manicae portadas por ambos

jinetes en los brazos El jinete de la derecha tambieacuten las lleva sobre las piernas A Mc Bride en WILCOX 2001

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Fig 7 Fragmentos de cotas de escamas y laacuteminas para armadura encontradas en enterramientos

saacutermatas de los ss I-III dC NEGIN 1998 p 70

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Fig 8 Estela de Athenios en Panticapea (Crimea Ucrania) donde se puede observar a un jinete (izqda) que parece montar un caballo protegido con una cota de escamas al igual que eacutel

NEGIN 1998 p 66

Fig 9 Reconstruccioacuten de un contario saacutermata (izqda) en accioacuten s II dC seguacuten G Embleton en

BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 10 Reconstruccioacuten el posible aspecto de un jinete pesado saacutermata y de la posible proteccioacuten de su

montura s II dC seguacuten G Embleton en BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 11 Reconstruccioacuten de un jinete pesado saacutermata equipado con una armadura compuesta ss I-II

dC seguacuten NEGIN 1998 p 73

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Fig 12 Casco romano tipo Russell Robinson tipo B basado en un ejemplar encontrado en Ely

(Cambridgeshire Reino Unido) ss I-II dC GOLDSWORTHY 1998 p 238

Fig 13

Casco romano tipo Rusell Robinson E basado en un hallazgo realizado en Hedderneim (Alemania) ss II-III GOLDSWORTHY 1998 p 238

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Fig 14

Reconstruccioacuten de un casco romano del tipo Niederbieber ss II-III dC seguacuten GILBERT 2010 p 136

Fig 15

Reconstruccioacuten de una variante del casco romano tipo Heddernheim con y sin maacutescara de proteccioacuten para el rostro ss II-III dC seguacuten ALEXANDRA GILBERT 2009 pp 24-26

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Fig 16 Fragmento de lorica squamata de escamas semi-riacutegidas s II dC

BISHOP COULSTON 1993 p 116

Fig 17 Silla de montar romana de cuatro cuernos seguacuten la reconstruccioacuten de P Connolly

DIXON SOUTHERN 1997 p 71

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Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

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Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

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Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

Recibido 17 mayo 2011 Aprobado 22 junio 2011

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EL EJEacuteRCITO ROMANO EN LA COLECCIOacuteN OSPREY EN ESPANtildeOL[JA Vicente Loacutepez] 190-206

INFORMACIOacuteN BIBLIOGRAacuteFICA 207-209

PORTATIL
Texto escrito a maacutequina
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Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano

de Vespasiano a Severo Alejandro

David SORIA MOLINA Doctorando ndash Universidad de Murcia

RESUMEN La adopcioacuten de la caballeriacutea pesada acorazada de choque por parte del ejeacutercito romano supuso un cambio fundamental en su tradicioacuten militar El desarrollo de las primeras unidades de contarii catafractii y clibanarii asiacute como su particular expansioacuten a lo largo del s III dC nos habla de un importante proceso de transformacioacuten en el pensamiento taacutectico del ejeacutercito romano y de una nueva muestra de su fascinante capacidad de adaptacioacuten a las circunstancias que el medio le planteaba A lo largo de este artiacuteculo trataremos la apari-cioacuten de estas primeras unidades tales como el ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta y el ala I Vlpia contariorum las tradiciones militares en que pudieron inspirarse asiacute como su fun-cionamiento en el campo de batalla sin olvidar plantear las principales teoriacuteas historiograacute-ficas en torno a estas cuestiones

SUMMARY The adoption by the roman army of heavy armored shock cavalry was a

fundamental change in his military tradition The development of the early contarii catafrac-tii and clibanarii units as well as their particularly expansion during the Century III AD tell us about a main transformation in the tactical mind of the roman army and of a new example of his fascinating capacity in adapting to the circumstances that the medium offered to it Along this article we shall discuss about the apparition of this first military units like ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta and ala I Vlpia contariorum the military traditions in which could inspirate themselves and so their work in the battlefield without forgetting to explain the main historiographical theories about this matters

La caballeriacutea pesada acorazada especializada en acciones de carga y

choque se encuentra presente en los ejeacutercitos de la Antiguumledad desde el pe-riodo heleniacutestico Emergidas entre las filas de la caballeriacutea de los pueblos de las estepas euroasiaacuteticas estas unidades se convertiriacutean en un elemento esen-cial de los ejeacutercitos del Imperio parto las tribus saacutermatas del Imperio sasaacute-nida o entre los alanos Se trata de culturas cuya tradicioacuten militar gravitoacute en torno al uso masivo de la caballeriacutea y donde la infanteriacutea constituyoacute o bien un mero elemento auxiliar o una fuerza con un protagonismo menor al que este arma teniacutea en el Occidente greco-romano Todas estas culturas entraron en contacto directo con el Imperio romano en un momento u otro desde el s I aC un contacto en muchas ocasiones violento que contemplariacutea el en-

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cuentro sobre los campos de batalla del Proacuteximo Oriente y la Europa del Es-te de la caballeriacutea pesada oriental y las legiones romanas altoimperiales Y sin embargo no fue hasta comienzos del s II dC que el ejeacutercito romano co-menzoacute a desarrollar sus propias unidades de caballeriacutea pesada acorazada si-guiendo los modelos estepario-orientales con los que habiacutea convivido hasta el momento

Estas unidades de caballeriacutea pesada fueron conocidas por la historio-grafiacutea latina y griega como cataphractikataphractoi clibanarii y contarii Aunque los testimonios de su presencia en los ejeacutercitos partos y saacutermatas son abundantes en la literatura greco-latina de la eacutepoca su aparicioacuten en los ejeacuter-citos romanos en eacutepoca altoimperial a penas nos es conocida gracias a la epi-grafiacutea y a muy escasos testimonios literarios

A lo largo de los dos primeros siglos del Alto Imperio la caballeriacutea romana habiacutea sido una versaacutetil y flexible arma capacitada para combatir igualmente a distancia como en formaciones cerradas de choque a la carga iquestQueacute pudo motivar el desarrollo a finales del s I y principios del II dC de unidades que a todas luces estaban bastante alejadas de la tradicioacuten militar romana

FUENTES Los testimonios en torno al surgimiento de la caballeriacutea pesada acora-

zada en el ejeacutercito romano provienen predominantemente de la epigrafiacutea Tan soacutelo Flavio Josefo al describir el ejeacutercito del futuro emperador Vespa-siano empentildeado en su contienda contra la revuelta judiacutea del 66 dC hace mencioacuten expliacutecita la existencia ya en el ejeacutercito romano de unidades de ca-balleriacutea denominadas contarii (en griego κοντοφόρoι)1 es decir jinetes equi-pados con el contusκόντος una lanza pesada de acometida unos cuatro me-tros de longitud empuntildeada a dos manos de origen saacutermata2 Sobre la existen-cia de unidades de contarii en eacutepoca de Adriano hace varias menciones igualmente Arriano en su Tactica3

A traveacutes de la epigrafiacutea sin embargo tenemos atestiguadas tres unida-des formadas aproximadamente bajo los reinados de Trajano y Adriano En primer lugar el Ala I Vlpia contariorum milliaria probablemente constituida

1 FLAVIO JOSEFO La guerra de los Judiacuteos III 5 5 2 DIXON STEPHENSON 2003 p 71-73 DIXON SOUTHERN 1997 pp 75-76 BISHOP

COULSTON 1993 pp 109-111 FIELDS 2006 pp 10 LEBEDYNSKY 2002 p 163 GOLDS-WORTHY 1998 p 240

3 ARRIANO Taacutectica 4 seguacuten EADIE 1967 p 167

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bajo el reinado de Trajano y para la cual disponemos de abundantes testimo-nios epigraacuteficos en forma de inscripciones votivas honorarias y funerarias asiacute como diversos diplomas militares muchos de los cuales datan del reina-do de Septimio Severo4 En segundo lugar el ala I Canninefatum Canina-fatium Cannanefatium conocida a traveacutes de la estela funeraria del eques Adiutor donde aparece este jinete romano empuntildeando una lanza a dos manos que probablemente sea un contus5 En tercer lugar dos referencias al ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta La primera y maacutes importante de las mismas data de eacutepoca de Adriano6 una estela dedicada a Marco Menio Agri-pa prefecto del ala citada siendo la primera referencia a unidades de cata-fractarios del ejeacutercito romano conocida antes de mediados del s III dC La segunda pertenece a un diploma militar datado en el antildeo 154 dC durante el reinado de Antonino Piacuteo donde soldados de este ala reciben su honesta missio junto con miembros de otras unidades auxiliares7

El registro iconograacutefico representa otra de las fuentes clave para el co-nocimiento de estas unidades militares en el periodo citado En primer lugar debemos citar los relieves que acompantildean algunas de las inscripciones cita-das especialmente las de caraacutecter funerario donde suele aparecer el soldado a lomos de su caballo o a pie junto al mismo En este sentido podemos citar como ejemplo la estela del eques Aduitor del ala I Canninefatum Debemos sentildealar que hasta la fecha no se ha encontrado ninguacuten relieve (funerario o no) datado en eacutepoca antonina o severa donde esteacute representado un catafrac-tus o un clibanarius identificable como romano Nuestras fuentes iconograacute-ficas para estas unidades se completan con relieves incluidos en contextos monumentales asiacute como con grafitos En el primer caso se han sentildealado las metopas I II III y IV del Tropaeum Traiani en Adamklissi En eacutestas apa-recen representados sendos jinetes equipados con cota de mallas espada un posible escudo y una lanza portada con una sola mano mientras que sus monturas no se presentan protegidas Seguacuten J W Eadie8 estos jinetes esta-riacutean equipados probablemente con un contus (deduccioacuten que extrae especial-mente de la metopa IV donde aparece uno de estos jinetes alanceando a un

4 CIL III 4183 4278 4341 4359 4360 4361 4362 4369 4370 4378 4379 5091 11081 13441 CIL V 5266 CIL VI 1449 CIL XVI 64 AE 1977 3 AE 1908 45 46 AE 1965 131 AE 1987 796 955 AE 1993 1589 1590 1593 1596 AE 2004 1905

5 AE 1955 133 DIXON STEPHENSON 2003 p 70-71 SPEIDEL 1992 GOLDSWORTHY 1998 p 240 LEBEDYNSKY 2002 p 236 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 323-324

6 CIL XI 5632 GOLDSWORTHY 1998 p 241 DIXON SOUTHERN 1997 p 76 EADIE 1967 p 167

7 CIL XVI 110 = CIL III Diploma XLIV = AE 1980 760 EADIE 1967 p 167 MIELCZAREK 1993 p 73

8 EADIE 1967 p 167

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enemigo) y que por lo tanto estariacuteamos ante la imagen de unos contarii Pa-ra justificar el hecho de que las lanzas representadas sean de reducido ta-mantildeo para ser realmente un contus Eadie considera que la imagen (como en otras muchas metopas) estaacute ajustada a los liacutemites del espacio disponible para representarla y que por lo tanto sus dimensiones estaacuten deformadas En el se-gundo caso podemos incluir un grafito encontrado en Dura-Europos donde aparece representado un catafracto o un clibanario a caballo entre los ss II-III dC seguacuten la inmensa mayoriacutea de las teoriacuteas9 Sin embargo en ninguacuten ca-so se ha aclarado la ldquonacionalidadrdquo del jinete representado no arriesgaacutendose ninguna de las propuestas existentes hasta la fecha a aventurar si se trata de un jinete romano parto o incluso sasaacutenida

Finalmente resta por mencionar las fuentes arqueoloacutegicas Sin embar-go los testimonios arqueoloacutegicos de la existencia de estas unidades desde eacutepoca de Trajano hasta Severo Alejandro resultan escasos Salvo que aparez-ca una inscripcioacuten lo suficientemente clara no hay forma de atribuir un acuartelamiento de caballeriacutea romana (dado el caso de que se pueda iden-tificar claramente dicho acuartelamiento como propio de una unidad de ca-balleriacutea) a un tipo de unidad o a otra Por otra parte los hallazgos de piezas de equipamiento (fragmentarias o completas) atribuibles exclusivamente a contarios catafractos o clibanarios resultan muy escasos aunque significati-vos y a veces difiacuteciles de identificar como tales Respecto al arma caracte-riacutestica de los contarii el contus no han sobrevivido en el registro arqueoloacute-gico restos orgaacutenicos (la madera del asta) que nos permitan identificar una lanza de acometida como un arma de estas caracteriacutesticas Respecto de las puntas y regatones metaacutelicos que siacute suelen conservarse (en mejor o peor es-tado) en el registro arqueoloacutegico apenas podemos distinguir su pertenencia a armas arrojadizas o armas de acometida pero dentro de esta uacuteltima categoriacutea resulta casi imposible establecer su atribucioacuten a un contus con suficiente se-guridad En cuanto a elementos considerados como parte exclusiva del equi-pamiento de un catafractario o un clibanario (en principio no necesariamente romano pues como veremos maacutes adelante existe un importante debate en torno al equipamiento atribuible a estos catafractii y clibanarii romanos y auacuten a los de otros Estados y culturas de la eacutepoca) destacan claramente las tres bardas de escamas encontradas durante las excavaciones en Dura-Euro-pos en 1932-33 y datadas hacia el s III dC 10 Aunque trataremos el (proba-ble) equipamiento militar de estas unidades con mayor detalle en otro apar-tado sentildealaremos aquiacute que dos de ellas (una completa y otra fragmentaria)

9 ROSTOVZEFF 1933 MIELCZAREK 1993 p 36 BISHOP COULSTON1993 p 157 DIXON

SOUTHERN 1997 p 76 Seguacuten FIELDS 2006 p 10 se tratariacutea de un clibanarius 10 ROSTOVZEFF BELLINGER HOPKINS WELLES1936 y JAMES 2004

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son de escamas de bronce cosidas a un manto de lino mientras que la res-tante es de escamas de hierro cosida igualmente a un manto de tela11 Otros hallazgos arqueoloacutegicos (como los cubrecabezas para caballos teacutecnicamente denominados como chamfrons) son atribuibles tanto a las unidades pesadas de choque de la caballeriacutea romana que estamos tratando como a otras unida-des maacutes comunes desde otros elementos de proteccioacuten maacutes o menos pesados para jinete o caballo hasta piezas de uso praacutecticamente general como sillas de montar arreos etc que expondremos con detalle maacutes adelante Algunas de estas piezas como las sillas de montar (magniacuteficamente estudiadas por P Connolly12) pueden servir de ayuda para enfocar y dilucidar diversas cues-tiones y discusiones surgidas en la historiografiacutea en torno a la caballeriacutea pe-sada romana altoimperial

CONTARII CATAFRACTII CLIBANARII IDENTIFICACIOacuteN Y DEFINICIOacuteN DE UNA

ESPECIALIDAD MILITAR La utilizacioacuten de los teacuterminos contarii catafractii y clibanarii por

parte de los romanos para referirse a diversas formas o de diversos modos a unidades de caballeriacutea pesada de choque maacutes o menos acorazada es un hecho Sin embargo iquestsabemos realmente cuaacutel era la definicioacuten que se ocul-taba tras cada teacutermino a ojos de un militar romano de los ss II-III dC Eacuteste no es un tema baladiacute pues en cierta medida la cuestioacuten continuacutea abierta no habiendo auacuten un consenso o al menos una corriente imperante en torno a cuaacutel era la distincioacuten real entre un catafractus y un clibanarius Respecto al contarius por el contrario no parecen existir excesivas dudas acerca de su particular naturaleza si bien algunas propuestas lanzadas al respecto de los catafractii romanos han llegado a asemejarlos bastante Dar respuestas a estas preguntas antes de abordar en detalle los antecedentes y el desarrollo de las primeras unidades de caballeriacutea pesada acorazada del ejeacutercito romano es esencial

La cuestioacuten en torno a queacute era un contarius es la mejor aclarada hasta la fecha Antes de su atestiguacioacuten en el ejeacutercito romano el contarius no aparece maacutes que entre las filas de la caballeriacutea saacutermata como veremos En general todas las tesis sostienen que el contario o contarius tambieacuten cono-cido como κοντοφόροι dentro del ejeacutercito romano o del saacutermata era un ji-nete cuya principal caracteriacutestica era empuntildear una lanza de casi cuatro me-tros de largo denominada contus sarmaticus La proteccioacuten de un contario

11 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-63 DIXON STEPHENSON 2003 pp 115-116 JAMES 2004 FIELDS 2006 p 20

12 CONNOLLY 1986 1987 1997 2004 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991

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podriacutea ser mayor o menor pero en general su montura no se encontrariacutea pe-sadamente protegida13 Es esta la imagen que parece aportar la estela del eques Aduitor14 quien aparece armado aparentemente tan soacutelo con el contus y vistiendo uacutenicamente una tuacutenica y un manto mientras que su caballo no parece llevar tampoco proteccioacuten alguna Siguiendo la propuesta lanzada por Eadie al respecto de los jinetes de las metopas I a IV del Tropaeum Traiani los contarii apenas portariacutean como proteccioacuten corporal una coraza corriente y a lo sumo un yelmo sin que sus caballos portaran proteccioacuten alguna Pero maacutes allaacute de estos detalles la definicioacuten del contario estariacutea clara un jinete equipado principalmente con un contus de este modo combinariacutea la agilidad y velocidad de un jinete comuacuten (cuyo caballo no estariacutea significativamente protegido) con la potencia de embestida de una lanza pesada que aporta la ventaja de golpear antes al enemigo (y derribarlo) gracias a su superior lon-gitud15

La cuestioacuten en torno a los catafractii y clibanarii es de una naturaleza bien distinta empezando por el hecho de que no estaacute claro si se trata de dos teacuterminos distintos refirieacutendose a una misma especialidad de caballeriacutea o si se trata realmente de dos especialidades en verdad distintas en taacutecticas y en equipamiento

En principio el teacutermino griego κατάφρακτος significa ldquocubierto de armadura acorazadordquo16 o ldquocubierto con cota de mallardquo17 La terminologiacutea pone asiacute el eacutenfasis desde el principio en la proteccioacuten en este sentido se tra-tariacutea de la caracteriacutestica definitoria de un catafractario Entre tanto clibana-rius viene del teacutermino latino clibanus ldquohorno de campantildeardquo18 que a su vez desciende del teacutermino griego κλίβανος ldquohorno hornillordquo teacutermino que posi-blemente hiciera referencia a las altas temperaturas que se podiacutean alcanzar bajo una armadura metaacutelica densa Asiacute pues en principio parece que la ca-racteriacutestica principal inicial de ambos tipos de jinete es portar una proteccioacuten metaacutelica especialmente extensa o acentuada proteccioacuten que se hariacutea exten-

13 ARRIANO Taacutectica 4 3 44 EADIE 1967 pp 165-167 DIXON SOUTHERN 1997 pp 49-50 y 75-76 LEBEDYNSKY 2002 pp 163-166

14 SPEIDEL 1992 considera que el ala I Canninafatium al no especificar que estuviera compuesta o no por contarii probablemente se trataba de un ala de equites tiacutepicamente roma-nos donde un grupo de soldados (entre los que se contariacutea Aduitor) se especializariacutea en el uso del contus

15 GOLDSWORTHY 1998 p 241 16 PABOacuteN S DE URBINA Diccionario manual griego-espantildeol Madrid 1999 17 EADIE 1967 p 162 18 SEGURA MUNGUIacuteA Nuevo diccionario etimoloacutegico latiacuten-espantildeol y de las voces deriva-

das Universidad de Deusto Bilbao 2006

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siva al caballo19 Sin embargo aunque la terminologiacutea pone el acento en el equipamiento militar como medio de distincioacuten de estas unidades de caballe-riacutea respecto de otras no aporta ninguna pista para realizar esa misma distin-cioacuten entre los catafractii y los clibanarii propiamente dichos Definir correc-tamente queacute es un catafracto y queacute es un clibanario (al menos en lo que al ejeacutercito romano se refiere) resulta fundamental para entender queacute tipo de sol-dados eran realmente los catafractii de eacutepoca altoimperial

Seguacuten Speidel catafractii seriacutea un teacutermino que hariacutea referencia a todo tipo de caballeriacutea pesada acorazada del ejeacutercito romano fuera cual fuera su funcioacuten taacutectica o particularidades especiacuteficas de equipamiento clibanarii se refeririacutea entonces a la caballeriacutea pesada de semejante tipo propia de los ejeacuter-citos partos y sobre todo sasaacutenidas20 Sin embargo esta teoriacutea no nos resulta de utilidad directa cara a nuestro estudio pues se refiere a unidades de ca-balleriacutea contenidas en la Notitia Dignitatum y a otras unidades del Bajo Im-perio las cuales no abordamos aquiacute

Para JC Coulston la distincioacuten entre ambos tipos de unidades deven-driacutea principalmente por tanto del equipamiento21 sobre todo si tenemos en cuenta que en el propio Bajo Imperio encontramos unidades de clibanarios y catafractos en el ejeacutercito romano atestiguadas por la propia Notitia Dignita-tum especialmente en Oriente22 En este sentido Coulston sostiene que una catafracto es un jinete acorazado menos pesado que su contrapartida cliba-nario y que hariacutea uso de lanza y escudo en un estilo ldquooccidentalrdquo de combate El clibanario por el contrario seguiriacutea las tradiciones orientales puras em-pleando fundamentalmente la lanza de acometida y el arco

Desde nuestro particular punto de vista preferimos adscribirnos a la propuesta realizada por M Mielczarek este autor postula que intentar dife-renciar un catafracto de un clibanario a partir (tan soacutelo) del equipamiento mi-litar (tal y como propondriacutea Coulston) no es un punto de partida totalmente acertado y que ha sido fruto de muchas malinterpretaciones de las fuentes Mielczarek hace hincapieacute en la necesidad de tratar de distinguir ambas uni-dades a partir de las taacutecticas que probablemente usaron23 Seguacuten este autor los catafractos seriacutean un tipo de caballeriacutea pesada especializada en cargar con lanza de acometida tipo contus empuntildeada a dos manos por el lado dies-tro de la cabeza del caballo en un estilo de combate especialmente prepara-do para batir a la infanteriacutea (en su origen a la falange macedoacutenica) Los cata-

19 MIELCZAREK 1993 p 9 20 SPEIDEL M P 1984 DIXON SOUTHERN 1997 p 76 21 COULSTON J C 1986 seguacuten DIXON SOUTHERN 1997 p 76 22 MIELCZAREK 1993 pp 76-77 23 MIELCZAREK 1993 pp 11-16

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fractos empleariacutean ademaacutes despliegues en cuntildea y columna para hacer su ataque auacuten maacutes penetrante contra una formacioacuten de infanteriacutea Al enfrentarse a un enemigo capaz ademaacutes de infiltrarse entre las filas de sus monturas y de agredir a sus caballos con el objetivo de descabalgarlos los catafractos llevariacutean sus animales protegidos con armaduras bastante extensas que ten-deriacutean a proteger no soacutelo la pechera cerviz y cabeza de los mismos sino tambieacuten sus flancos y buena parte de las patas Los clibanarios estariacutean equi-pados del mismo modo (ellos y sus monturas protegidos) si bien empleariacutean sus lanzas empuntildeaacutendolas a dos manos en diagonal tras la cerviz del caballo para atacar por el lateral izquierdo del mismo en direccioacuten a otro jinete en este caso los clibanarios estariacutean empleando taacutecticas contra caballeriacutea donde sus despliegues resultariacutean maacutes amplios y abiertos recibiendo incluso apoyo nutrido de otras fuerzas de caballeriacutea maacutes flexibles Al mismo tiempo la pro-teccioacuten de sus monturas no se extenderiacutea tanto hacia las patas mientras que hariacutea hincapieacute en la cerviz la cabeza y los flancos y sobre todo en la pro-teccioacuten del jinete mismo En este sentido catafractii y clibanarii no seriacutean dos formas indistintas de mencionar a un mismo tipo de soldado simple-mente se tratariacutea de soldados equipados de forma similar pero capaces de emplear taacutecticas de catafractii o de clibanarii seguacuten lo requirieran las cir-cunstancias24

Este planteamiento ha sido recogido recientemente por Meneacutendez Arguumliacuten quien tambieacuten aboga por una diferenciacioacuten eminentemente taacutectica entre ambas especialidades de caballeriacutea La propuesta de Arguumliacuten sin embar-go precisa de un modo diferente (pero no excluyente) las particularidades taacutecticas que separan a catafractii de clibanarii los primeros combatiriacutean en formaciones cerradas praacutecticamente en columna mientras que los segundos peleariacutean en formacioacuten aproximada a la de cuntildea apoyados por arqueros a ca-ballo Esta propuesta como ya hemos sentildealado no contradice los presupues-tos lanzados por Mielczarek sino que maacutes bien retoma y completa sus enfo-ques El principal intereacutes de la teoriacutea de Meneacutendez Arguumliacuten radica en que lle-ga a la conclusioacuten clara de que el mismo tipo de jinete podiacutea ser indistinta-mente un catafractus o un clibanarius y que ambas denominaciones no dis-tinguiacutean sino dos taacutecticas y usos concretos de lo que en esencia era el mismo tipo de especialidad militar25

En efecto anteriormente hemos visto que la terminologiacutea parece ha-blar de una semejanza bastante acentuada en el equipamiento ambos tipos de soldado portariacutean pesadas armaduras ellos y sus caballos Las diferencias sensibles entre ambos resultariacutean en realidad miacutenimas Sabemos que los le-

24 MIELCZAREK 1993 pp 43-50 25 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 p 320

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gionarios romanos podiacutean variar su equipamiento (al menos en eacutepoca alto-imperial) seguacuten las circunstancias o las taacutecticas empleadas iquestQueacute impediriacutea por tanto a un catafracto actuar como un clibanario y viceversa seguacuten las necesidades Recordemos por otra parte que auacuten no tenemos atestiguada la existencia de clibanarii (seguacuten nuestras fuentes) en el ejeacutercito romano antes del s IV dC Que soacutelo conozcamos la existencia de catafractos implica que estos se emplearon necesariamente tan soacutelo como arma anti-infanteriacutea En realidad un catafractario necesitaba poco maacutes que el entrenamiento adecuado (en base a los planteamientos de Mielczarek y Meneacutendez Arguumliacuten) para poder actuar como lo que posteriormente seriacutea su homoacutelogo clibanario Quizaacutes la tardiacutea aparicioacuten del clibanarius en el ejeacutercito romano deriva maacutes del uso in-distinto del catafractus contra infanteriacutea y caballeriacutea durante bastante tiempo el clibanarius seriacutea por tanto un desarrollo y una especializacioacuten posterior dentro de una misma rama del ejeacutercito ya de por siacute claramente definida La distincioacuten en base a las taacutecticas propuesta por Mielczarek y enfatizada por Meneacutendez Arguumliacuten resulta la maacutes flexible y la que aporta respuestas maacutes sa-tisfactorias a las preguntas que la caballeriacutea pesada acorazada del mundo an-tiguo (en general) nos plantea Seguacuten Mielczarek el catafracto emerge como una respuesta del arma de caballeriacutea oriental a la falange macedoacutenica26 El clibanario surge posteriormente (ya en el s III dC) de nuevo en contextos orientales y lo hace ya como un homoacutelogo del catafracto especialista en ba-tir a otra caballeriacutea recibiendo apoyo incluso de unidades de jinetes maacutes li-geros especialmente arqueros a caballo27

El desarrollo que podemos plantear a partir de esta teoriacutea resulta loacute-gico el clibanario surge como tal desde el momento en que el catafractario se ve obligado a enfrentarse a otra caballeriacutea o a otros catafractarios con de-masiada frecuencia Probablemente no sea ninguna casualidad que el cliba-nario haga su aparicioacuten a mediados del s III dC en un contexto en el que la principal superpotencia oriental el Iraacuten parto y sasaacutenida se enfrenta frecuen-temente a enemigos que empleaban sus mismas taacutecticas y unidades especia-lizadas (como los saacutermatas o los alanos) o que las han adoptado y empleado contra ellos a su vez igualmente como es el caso claro del Imperio romano y sus alae catafractae

26 MIELCZAREK 1993 pp 43 y 46-48 27 MIELCZAREK 1993 pp 48-50

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ANTECEDENTES Y MODELOS POTENCIALES DE LA CABALLERIacuteA PESADA RO-MANA PARTOS Y SAacuteRMATAS

En el Imperio parto La presencia de catafractos en el ejeacutercito parto estaacute atestiguada desde

el s I aC a partir de los encuentros de Tigranocerta (69 aC) y Carras (53 a C) Este tipo de caballeriacutea entre los partos estaba compuesta por las princi-pales eacutelites de su sociedad dado no soacutelo el coste del equipamiento y su man-tenimiento sino la necesidad de un constante entrenamiento para lograr una aceptable destreza en su uso individual y en el conjunto de una unidad mili-tar28 En este sentido los catafractos formaban un cuerpo minoritario dentro del ejeacutercito si bien constituiacutean probablemente una de las piezas dorsales de su ejeacutercito dadas las taacutecticas empleadas por su ejeacutercito a lo largo de la histo-ria de sus encuentros con Roma

El equipamiento del catafractario parto sin embargo probablemente no estaba estandarizado Al depender de la capacidad adquisitiva de cada in-dividuo las variaciones estariacutean a la orden del diacutea (entre unidades y entre los componentes de las mismas) y probablemente soacutelo unidades selectas como los guardias de corps de los soberanos estariacutean debidamente uniformadas en cuanto a equipo29 Para reconstruir el equipamiento de un catafracto parto disponemos de diversas fuentes principales especialmente los testimonios li-terarios romanos asiacute como diversos testimonios graacuteficos Entre las fuentes literarias destaca Plutarco quien en su biografiacutea de Luacuteculo menciona que la caballeriacutea pesada parta portaba pesadas armaduras ellos y sus monturas hasta el punto de obligar a los legionarios romanos a buscar puntos desprote-gidos y deacutebiles para atacarles30 En su descripcioacuten de la batalla de Carras el mismo Plutarco nos da algunos detalles maacutes sobre los catafractos partos mencionando que portaban cascos y corazas de hierro y que sus monturas iban protegidas con jaeces de bronce o acero31 Las representaciones graacuteficas de catafractos partos son variadas destacando entre ellas el relieve de Firu-zabad y los de Naqsh-i-Rustam donde se representa un violento enfrenta-miento entre catafractos partos y sasaacutenidas asiacute como el ya citado grafito de Dura-Europos donde la adscripcioacuten del jinete representado auacuten sigue en duda

28 MIELCZAREK 1993 p 56 29 WILCOX 2001 p 10 30 PLUTARCO Luacuteculo XXVIII 4 31 PLUTARCO Craso XXIV 1

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A partir de eacutestas y otras fuentes se ha podido reconstruir una imagen general del catafracto parto y su equipamiento para los ss I-III dC Respecto al equipamiento defensivo el jinete portariacutea un yelmo de bronce o hierro y protegeriacutea su torso con una coraza que podriacutea oscilar desde una simple cota de mallas de mayor o menor extensioacuten pasando por una cota de escamas (un tipo de proteccioacuten muy extendida en Oriente y las estepas euro-asiaacuteticas) o incluso una coraza de laacuteminas Las corazas de tipo griego o thoacuterax atesti-guadas en el equipo de la caballeriacutea pesada seleuacutecida y escita no parece ser sin embargo una pieza favorita en el equipo de los jinetes partos ni de otros pueblos esteparios como los saacutermatas Probablemente este factor sea debido a la enorme rigidez de este tipo de protecciones lo que negariacutea al jinete la coacutemoda movilidad necesaria tiacutepica de la tradicioacuten militar de estos pueblos al contrario que la cota de escamas32

Esta proteccioacuten baacutesica podiacutea completarse con otras para el cuello pro-bablemente en cota de malla o escamas y para brazos y piernas de los jinetes maacutes pesadamente armados Estas protecciones para las extremidades podiacutean estar realizadas en cota de mallas en la mayor parte de los casos asiacute como en laacuteminas de cuero o metal (bronce o hierro) posiblemente imbricadas en un modo muy semejante a la manica romana de los ss II-III dC Para proteger las manos propiamente dichas el jinete podriacutea proveerse ademaacutes de unos guanteletes que en la mayor parte de los casos seriacutean de cuero o cota de mallas pues otro tipo de proteccioacuten impediriacutea sin maacutes mover las manos con seguridad En ninguno de los testimonios disponibles acerca de la caballeriacutea pesada parta se menciona el uso de escudos y en concreto Casio Dioacuten hace un eacutenfasis particular en el hecho de que los partos no los utilizaban33 Por uacuteltimo un catafracto parto podiacutea completar su panoplia con una maacutescara que protegeriacutea el rostro la uacutenica parte de su cuerpo que llegados a este punto quedariacutea descubierto No debemos olvidar este factor pues seraacute objeto de debate al respecto de los catafractii romanos maacutes adelante Un catafracto parto podiacutea y soliacutea protegerse no soacutelo a siacute mismo sino tambieacuten a su montura

Las protecciones maacutes simples para los caballos eran meras gualdrapas de cuero curtido Las maacutes complejas y pesadas podiacutean constituir proteccio-nes completas que cubririacutean principalmente la cabeza la cerviz la pechera el lomo y los flancos estando constituidas por escamas de bronce o hierro principalmente Igualmente se podiacutea equipar al caballo con una armadura maacutes ligera o ldquomedia armadurardquo que protegeriacutea tan soacutelo la cabeza cerviz y pechera las partes maacutes vulnerables del animal en el momento del choque con una formacioacuten enemiga Respecto al equipamiento ofensivo el arma

32 MIELCZAREK 1993 pp 57-58 LEBEDYNSKY 2002 pp 168-169 33 CASIO DIOacuteN Historia Romana XXXX152

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estrella era la lanza larga de acometida o contus No estaacute claro que un cata-fracto parto portara un arma complementaria a parte del contus pero parece loacutegico que asiacute lo hiciera pudiendo tratarse en este caso de espadas (funda-mentalmente de hoja larga) hachas o incluso mazas (armas perfectas para reventar protecciones metaacutelicas ajenas)34

Seguacuten puede concluirse a partir del testimonio que Plutarco aporta de la batalla de Carras los catafractos partos actuaban en coordinacioacuten con los mucho maacutes numerosos arqueros a caballo de su ejeacutercito los arqueros trata-riacutean de debilitar la formacioacuten enemiga lanzando sucesivos ataques a distan-cia llegado el momento oportuno los catafractos cargariacutean en formacioacuten cerrada replegaacutendose y cesando su fuego los arqueros en ese preciso ins-tante (para evitar el riesgo del ldquofuego amigordquo) empuntildeando sus conti a dos manos sobre el flanco derecho del caballo y en paralelo al costado de eacuteste para arroyar a la formacioacuten enemiga principalmente infanteriacutea pesada Si se-guimos las tesis de M Mielczarek estos mismos catafractos estariacutean prepa-rados para actuar como clibanarios tal y como vemos en los relieves de Naqsh-i-Rustam embistiendo contra otra caballeriacutea empleando sus conti cru-zados tras la cerviz de su montura hacia el lateral izquierdo del caballo y re-cibiendo un apoyo constante de la caballeriacutea ligera en esta accioacuten La prin-cipal debilidad de este tipo de caballeriacutea radicariacutea en la falta de apoyo de otras armas (como los citados arqueros a caballo) y sobre todo que su for-macioacuten fuera dispersada dado que un catafracto aislado constituiacutea un blanco faacutecil a descabalgar y una vez en el suelo su escasa movilidad los convertiacutea en viacutectimas de las iras de la infanteriacutea enemiga35

Entre los saacutermatas Los saacutermatas al igual que los escitas son uno de los grandes grupos

de pueblos noacutemadas indoeuropeos de lengua irania que durante la Antiguumle-dad poblaron las estepas que se extienden desde las orillas del Bajo Danubio y las faldas de los Caacuterpatos a traveacutes de Ucrania y Rusia meridional hasta el Caacuteucaso y los montes Urales Hacia el s I dC dos ldquotribusrdquo saacutermatas arriba-ron junto al limes danubiano del Imperio romano o a sus proximidades los saacutermatas yaacutezigos y roxolanos

Hasta ese momento preciso las taacutecticas y el armamento saacutermata estu-vieron caracterizados por seguir la norma tiacutepica de los ejeacutercitos de jinetes de

34 EADIE 1967 p 164 MIELCZAREK 1993 pp 57-63 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-91 GOLDSWORTHY 1998 pp 66-67 WILCOX 2001 pp 9-10

35 PLUTARCO Craso XIX-XXV Luacuteculo XXXVIII EADIE 1967 p 164 MIELCZAREK 1993 p 50 GOLDSWORTHY 1998 pp 66-67 WILCOX 2001 p 9

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la estepa seguacuten nos describe Estraboacuten se trataba fundamentalmente de fuerzas de arqueros a caballo y caballeriacutea ligera soacutelo espontaacuteneamente apo-yada por jinetes que podriacutea decirse conformaban alguacuten tipo de caballeriacutea ldquopesadardquo36 Sin embargo a mediados del s I dC la imagen que nos trans-mite Taacutecito en sus Annales e Historias resulta ya bien distinta en primer lu-gar relata un encuentro entre saacutermatas y partos donde los primeros rehuacutesan entablar un intercambio de proyectiles a caballo con los segundos optando por lanzarse a la carga contra los partos empuntildeando conti y espadas de hoja larga imponieacutendose de este modo a sus adversarios37 en segundo lugar des-cribe la presencia entre los ejeacutercitos saacutermatas de caballeriacutea de choque una eacutelite que considera conformada por los aristoacutecratas equipados con armadu-ras tan pesadas que en caso de ser derribados no podriacutean levantarse38 Si atendemos a fuentes iconograacuteficas tales como el vaso de Kossika (Rusia) o los frescos de la tumba descubierta en Panticapea (actual Kertch en Ucrania) datada no maacutes tarde del s II dC las imaacutegenes que estas nos transmiten son claramente la de jinetes bien protegidos y armados con un contus que empuntildean a dos manos es decir contarios a todos los efectos Pero iquestpodriacutean ser tambieacuten catafractos En ninguacuten momento nuestras fuentes escritas pro-nuncian este teacutermino al referirse a la caballeriacutea pesada saacutermata que nos des-criben

En cualquier caso hacia el s I dC los saacutermatas habiacutean desarrollado una caballeriacutea de choque maacutes o menos pesada eficiente y realmente peligro-sa para cualquier unidad de infanteriacutea o de caballeriacutea ligera Estos jinetes iriacutean equipados como miacutenimo con el ya caracteriacutestico contus sarmaticus asiacute como con una espada de hoja larga y estrecha (como la encontrada en la tumba 3 del kurgaacuten 80 en Novyiuml a orillas del riacuteo Don en Rusia) Tal y como describe Taacutecito el contario o κοντοφόρος podriacutea ir tambieacuten protegido con una coraza de escamas de cuero o de hierro el tipo de proteccioacuten maacutes corriente encontrado arqueoloacutegicamente asiacute como entre las fuentes icono-graacuteficas que representan a saacutermatas o su armamento (en el caso de la Colum-na Trajana en sus escenas 28 y 34 muestra una serie de jinetes totalmente cubiertos por armaduras de escamas ellos y sus monturas si bien eacutestas estaacuten representadas perfectamente adaptadas al cuerpo de jinetes y caballos de un modo bastante irreal En su podio no obstante la columna representa tam-bieacuten armaduras de escamas esta vez realistas) En el mismo vaso de Kossika el jinete que permanece montado sobre su caballo derribando contus en ma-no a un arquero viste una cota de escamas que se deja entrever bajo un

36 ESTRABOacuteN Geografiacutea VII 3 17 37 TAacuteCITO Annales VI 35 38 TAacuteCITO Historias I 79 2-4

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caftaacuten Otros tipos de proteccioacuten menos frecuentes fueron probablemente tambieacuten las cotas de placas o laacuteminas que se tornariacutean maacutes comunes en las estepas desde la Tardoantiguumledad y la Alta Edad Media Por otra parte hallazgos arqueoloacutegicos como los realizados en Vozdvizhenskaya Stanitsa han llevado a plantear diversas hipoacutetesis de reconstruccioacuten de posibles arma-duras compuestas saacutermatas es decir creadas con distintos tipos de pro-tecciones principalmente escamas y malla combinadas Un yelmo coacutenico compuesto y dotado de carrilleras completariacutea la proteccioacuten del jinete pu-dieacutendose observar varios tanto en las escenas como en el podio de la Colum-na Trajana Como ya hemos sentildealado anteriormente la particular naturaleza del estilo de combate del contario le impediriacutea portar un escudo o hacer un uso realmente uacutetil de eacutel Taacutecito especifica que los saacutermatas que penetraron en Mesia en 69 dC no haciacutean uso de escudos39 y tampoco los vemos represen-tados en ninguna de nuestras fuentes iconograacuteficas donde aparecen contarios saacutermatas40

La posible proteccioacuten portada por los caballos de estos jinetes por otra parte ha sido y es el principal punto de debate Mielczarek considera que la mayor parte de las monturas no se encontrariacutean protegidas de ninguna forma especial a excepcioacuten de aquellas que formariacutean parte de la vanguardia y liacutenea de choque de la formacioacuten y que en cualquier caso se tratariacutea de una proteccioacuten disentildeada principalmente para proteger al caballo ante un combate contra otros jinetes maacutes que contra formaciones de infanteriacutea (al contrario que los partos maacutes preocupados de batir a la infanteriacutea romana mientras que los saacutermatas se enfrentariacutean maacutes frecuentemente a otros pueblos de jinetes o entre siacute mismos seguacuten el autor)41 A E Negin por su parte no niega la po-sibilidad de que las monturas de los jinetes saacutermatas maacutes pesadamente equi-pados fueran protegidas pero en cualquier caso considera que dicha pro-teccioacuten variariacutea en extensioacuten enormemente de un jinete a otro y estariacutea prin-cipalmente restringida a los mandos42 I Lebedynsky especialista en cultu-ras esteparias de la Antiguumledad considera posible que parte de las monturas de la caballeriacutea saacutermata portaran alguacuten tipo de proteccioacuten para lo que argu-menta que las representaciones de jinetes y monturas acorazados de la Co-lumna Trajana aunque ejecutadas en un modo bastante fantasioso no deja de ser sino la traduccioacuten artiacutestica de una realidad militar Igualmente cita la estela funeraria de Athenios en Panticapea donde aparece un jinete empu-

39 TAacuteCITO Historias I 79 4 40 EADIE 1967 p 165 MIELCZAREK 1993 pp 99-100 NEGIN 1998 pp 67-74

LEBEDYNSKY 2002 pp 164-171 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002 pp 23-34 41 MIELCZAREK 1993 pp 101-102 42 NEGIN 1998 p 74

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ntildeando una lanza y montado sobre un caballo que parece mostrar sobre su lo-mo las trazas de una proteccioacuten de escamas o laacuteminas43 R Brzezinski junto a Mielczarek por su parte llegan a conclusiones similares44 Particularmente consideramos que probablemente el uso de protecciones amplias para los ca-ballos no fuera tan sistemaacutetico como podiacutea observarse entre los catafracta-rios partos sino maacutes restringidas en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete y su papel taacutectico concreto en el campo de batalla En este sentido la no utilizacioacuten del teacutermino catafractus katavfrakto por parte de las fuen-tes latinas o griegas en referencia a la caballeriacutea pesada de choque saacutermata podriacutea responder a esta circunstancia en comparacioacuten con la caballeriacutea pesa-da parta

CONTARII Y CATAFRACTII EN EL EJEacuteRCITO ROMANO EQUIPAMIENTO ORGANI-ZACIOacuteN TAacuteCTICAS Y ORIacuteGENES

A continuacioacuten abordaremos en detalle el equipamiento militar la or-

ganizacioacuten de las unidades y las taacutecticas empleadas por estas unidades espe-cializadas y peculiares atestiguadas por primera vez en el ejeacutercito romano en eacutepoca Flavia y sobre todo de Trajano y Adriano en base a las fuentes dis-ponibles Una vez definidos estos puntos trataremos de considerar cuaacutel fue la corriente de influencia y los motivos que llevaron a la creacioacuten de unida-des de caballeriacutea de esta naturaleza en mitad de una tradicioacuten militar estre-chamente vinculada a la infanteriacutea pesada

Respecto del equipamiento de los contarii y catafractii del ejeacutercito romano (asiacute como de los ejeacutercitos saacutermata y parto) sucede como con cual-quier otra unidad militar de reciente creacioacuten o naturaleza extrantildea en cual-quier periodo histoacuterico son sus elementos maacutes innovadores o peculiares los que llaman la atencioacuten del observador (sea eacuteste directo o indirecto) que-dando los elementos comunes o sobradamente conocidos en un segundo pla-no o simplemente obviados45 La organizacioacuten de estas unidades por otra

43 LEBEDYNSKY 2002 pp 171-172 44 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002 p 37 45 MIELCZAREK 2002 pp 90-93 este autor dispone como ejemplo comparativo la ima-

gen que los huacutesares alados polacos unidad militar de caballeriacutea pesada (por contra a su deno-minacioacuten de huacutesares) empleada por la Confederacioacuten polaco-lituana durante los ss XVI-XVIII causaba entre sus contemporaacuteneos extranjeros los cuales destacaban antes los ele-mentos ldquoexoacuteticosrdquo y llamativos de esta unidad (las alas a la espalda los pendones de las lar-gas lanzas o las pieles vestidas sobre las armaduras y uniformes por sus aristocraacuteticos miem-bros) que los elementos realmente cruciales como las lanzas de choque las poderosas pro-tecciones metaacutelicas y su empleo taacutectico en la batalla con devastadores resultados Otro tanto

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parte dada su denominacioacuten de alae responde claramente a los modelos altoimperiales de organizacioacuten de la caballeriacutea sin que pueda detectarse en principio ninguna particularidad extraordinaria causada por la naturaleza es-pecial (o simplemente novedosa) de estas unidades Las taacutecticas son el punto decisivo en base a que suponen la puesta en praacutectica y uso del equipamiento y la organizacioacuten previa de la unidad y lo que determinaraacute en mayor medida el eacutexito de su empleo en la batalla objetivo fundamental de cualquier unidad militar por simple que eacutesta sea Finalmente nuestro intereacutes en determinar los oriacutegenes e influencias de este tipo de unidades del ejeacutercito romano deviene de una razoacuten sencilla el ejeacutercito romano estuvo en contacto durante qui-nientos antildeos con tradiciones militares que emplearon la caballeriacutea de forma masiva y especializada o que hicieron simplemente un uso maacutes o menos sis-temaacutetico de la caballeriacutea pesada de choque o catafracta sin que ello motivara la creacioacuten de unidades semejantes dentro de las armas romanas iquestPor queacute razoacuten entonces eacutestas surgen repentinamente hacia finales del s I dC y muy especialmente bajo los reinados de Trajano y Adriano sin abandonar ya la tradicioacuten militar romana hasta convertirse en una de las espinas dorsales de los ejeacutercitos del Bajo Imperio y sobre todo del posterior Imperio Bizantino

El lector habraacute notado que en el tiacutetulo de este apartado no hemos he-cho mencioacuten los clibanarii Dada la inexistencia de este teacutermino en las fuen-tes que tratan esta clase de unidades en el periodo que abordamos (hasta el punto que no hace su aparicioacuten hasta el s IV dC)46 consideramos innece-saria cualquier disquisicioacuten ulterior en base a una especialidad militar que no habiacutea emergido como tal para el periodo que estudiamos No obstante no debemos olvidar que en base a las hipoacutetesis barajadas y a la propuesta que aquiacute hemos presentado apoyaacutendonos en ellas las diferencias entre catafractii y clibanarii devienen maacutes de un empleo taacutectico antes que de diferencias sen-sibles en equipamiento u organizacioacuten en este sentido por tanto el papel taacutectico del clibanarius podriacutea haber sido desempentildeado por el catafractus en el periodo que nos ocupa

Las alae I Canninefatum y I Vlpia Contariorum milliaria El elemento maacutes caracteriacutestico de un contarius es el arma que le da

nombre el contus sarmaticus Nuestras fuentes no nos aportan mayores de-talles acerca del equipamiento militar de esta clase de unidades La estela de parece suceder con las fuentes claacutesicas que abordan a contarios catafractos y clibanarios de cualquier ldquonacionalidadrdquo soacutelo se resentildean los elementos llamativos o extrantildeos de su equipo

46 MIELCZAREK 1993 p 76

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Aduitor jinete del ala I Canninefatum ya mencionada maacutes arriba nos aporta la imagen de un jinete equipado tan soacutelo con un contus sin llevar maacutes pro-teccioacuten que sus ropas militares Sin embargo no es la primera vez que un militar romano se hace representar en su estela funeraria portando simple-mente sus armas maacutes caracteriacutesticas vistiendo tan soacutelo lo que podriacuteamos de-nominar como su ldquouniformerdquo Asiacute pues iquestno podriacutea estar actuando Aduitor en el mismo sentido

El contus sarmaticus es un arma de choque destinada a ser empuntildeada a dos manos por un jinete que emplearaacute la fuerza de sus brazos y de la em-bestida de su caballo conjuntamente para arremeter contra un objetivo pe-destre o ecuestre con la finalidad de abatirlo o derribarlo La superior longitud del contus por otra parte confiere al jinete una importante ventaja desde el momento en que a la carga posee la oportunidad de golpear prime-ro al enemigo con toda la brutal fuerza que un jinete a la carga puede desple-gar en ese preciso instante Sin embargo una vez ha sucedido el choque y se acortan las distancias entre el contarius y sus enemigos el jinete se encuen-tra en una situacioacuten de creciente vulnerabilidad si no recibe apoyo de liacuteneas sucesivas de otros jinetes o queda maacutes o menos aislado puede ser flanquea-do y faacutecilmente atacado por la infanteriacutea u otros jinetes47 La principal fuerza de una unidad de contarios radica por tanto en su capacidad para actuar en grupo y en perfecta coordinacioacuten asiacute como en saber explotar la ventaja fiacutesica y psicoloacutegica del primer impacto para barrer y desfondar a la formacioacuten ene-miga del tipo que sea Sin embargo esto no siempre puede suceder (ni se dan las condiciones apropiadas para conseguirlo en el campo de batalla) Ante semejante eventualidad inherente a una unidad de contarii sus componentes debiacutean de estar seguramente preparados La proteccioacuten corporal y un o unas armas secundarias formaban probablemente parte del equipo de Aduitor y de otros jinetes como eacutel

En cuanto al equipamiento ofensivo el arma maacutes comuacuten al lado de una lanza de acometida es una espada especialmente una de hoja larga la maacutes adecuada para su uso desde la silla de montar Este tipo de armas estaacute arqueoloacutegicamente atestiguada entre otros especialistas en el uso del contus los saacutermatas En la panoplia romana del s II dC las espadas largas no eran desconocidas en absoluto la caballeriacutea empleaba masivamente la spatha una espada de hoja recta que podiacutea oscilar entre los 65 y los 90 cm de lon-gitud y entre los 4 y 8 cm de anchura que en el s II dC era portada ya so-bre el costado izquierdo48 Otro tipo de espadas empleadas por la caballeriacutea romana en eacutepoca Antonina y Severa fueron las espadas de pomo en forma de

47 GOLDSWORTHY 1998 p 241 48 DIXON SOUTHERN 1997 pp 48-49 FIELDS 2006 p 16

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anillo cuyo origen se encuentra entre las espadas del mismo tipo saacutermatas y del Reino del Boacutesforo49 Una daga el pugio romano aunque pueda parecer un arma mucho maacutes uacutetil para un soldado de infanteriacutea que para un jinete es especialmente adecuada para los combates maacutes encarnizadamente cercanos tales como los brutales forcejeos hombre a hombre que tras un encontronazo de caballeriacutea podiacutean darse Igualmente un jinete descabalgado encontrariacutea mucho maacutes adecuado un pugio a la hora de enfrentarse a la infanteriacutea ene-miga que su larga espada maacutes conveniente para el combate desde la silla de montar50 Si tenemos en cuenta que en determinadas circunstancias un conta-rius era particularmente vulnerable a los ataques (y a ser consecuentemente derribado) un pugio seriacutea un buen complemento a su panoplia

Respecto al equipo defensivo debemos descartar desde un principio (auacuten a riesgo de resultar redundantes) el uso de escudos dada la imposibi-lidad de emplearlos adecuadamente empuntildeando al mismo tiempo un contus cuyo uso ademaacutes se veriacutea gravemente estorbado En este sentido la pro-teccioacuten corporal se convertiriacutea en un imperativo maacutexime teniendo en cuenta las debilidades inherentes a un contarius en combate ya mencionadas Di-versos tipos de casco o galea estaban a la disposicioacuten del jinete romano Los cascos de caballeriacutea evolucionaron de un modo diferente a los de la infan-teriacutea desde eacutepoca de Augusto al fin y al cabo las necesidades de proteccioacuten y movilidad de un jinete y un infante eran distintas Hacia finales del s I dC los modelos preexistentes como el casco tipo Weiler empezaron a ser refor-zados en su parte frontal (un lugar propenso a recibir contundentes sablazos durante el choque entre dos formaciones de caballeriacutea) desembocando en nuevos modelos durante el s II dC tales como el Russell Robinson tipo B uno de cuyos principales ejemplos fue encontrado en Ely Cambridgeshire Entre sus principales caracteriacutesticas estaacute la ampliacioacuten de las carrilleras que envuelven buena parte de la cara asiacute como los oiacutedos dejando soacutelo al descu-bierto nariz ojos y boca Su refuerzo frontal es pronunciado y el cubrenuca se ampliacutea ligeramente Sin embargo los cubrenucas de los cascos de ca-balleriacutea nunca alcanzaraacuten extensiones superiores en caso de ser derribado un jinete con un casco de cubrenuca muy extenso (como en los cascos de in-fanteriacutea del s II dC) podiacutea partirse el cuello faacutecilmente En este sentido avanzado el s II dC los cubrenucas se atrofian de nuevo mientras que las carrilleras se ampliacutean auacuten maacutes asiacute como los refuerzos del yelmo En este sentido los mejores ejemplos son el casco de Kalkar-Houmlnnepel (s II dC) y especialmente el tipo Friedberg el Heddernheim y el Russell Robinson tipo

49 BISHOP COULSTON1993 pp111-112 LEBEDYNSKY 2002 pp 101-103 p 167 y p 240 DIXON STEPHENSON 2003 pp 75-78

50 DIXON STEPHENSON 2003 pp 90-92

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E datados ya a comienzos del s III dC Estos cascos se caracterizan por en-volver casi completamente la cara salvo una breve ldquotrdquo que deja al descu-bierto ojos nariz y parte de la boca Las carrilleras cubren toda la cara y los oiacutedos asiacute como buena parte del cuello en unioacuten al cubrenuca Una extensa visera se extiende desde el frontal reforzado del casco sirviendo para desviar auacuten mejor los golpes frontales El yelmo presenta refuerzos transversales que se cruzan en su parte superior y se extienden hasta los liacutemites del cubrenuca En su conjunto estos disentildeos de cascos proporcionan una buena proteccioacuten contra golpes realizados desde cualquier direccioacuten especialmente frontales laterales y sobre la parte superior de la cabeza dejando vulnerable soacutelo la parte estrictamente necesaria del rostro51 No trataremos aquiacute todaviacutea los cas-cos destinados en principio a la Hippikaacute Gymnasia pues su particular natu-raleza y en especial la utilidad protectora del rostro de sus maacutescaras seraacute ob-jeto de debate en torno al equipamiento de los catafractii

La proteccioacuten corporal resultariacutea igualmente esencial para un conta-rius sobre todo porque en posicioacuten de carga y sin escudo resultariacutea muy vul-nerable a cualquier contraataque que pudiera atravesar la formacioacuten de ca-balleriacutea erizada de lanzas En general las protecciones no deberiacutean resultar muy diferentes a las de cualquier otro equite medianamente pesado de la ca-balleriacutea romana La proteccioacuten maacutes sencilla y frecuente seriacutea la lorica hama-ta o cota de mallas de mangas cortas hombros reforzados con una doble ca-pa de mallas y faldelliacuten extenso hasta medio muslo A finales del s II dC la caballeriacutea empezariacutea a llevar loricae hamatae de mayor longitud llegando a rebasar codos y rodillas En cuanto a las loricae squamatae durante los ss I-II dC soliacutean ser de unas dimensiones semejantes a las hamatae de man-gas y faldelliacuten cortos (cuando no sin mangas) con dos placas pectorales de metal como complemento y una franja de pteryges sobre los muslos Con la entrada del s III dC la lorica squamata cambia y tiende a hacerse maacutes lar-ga En el s II dC se incorpora una innovacioacuten las escamas semi-riacutegidas maacutes amplias y cosidas unas junto a otras sobre una pieza de cuero de tal for-ma que conformaban una proteccioacuten riacutegida y maacutes soacutelida como el ejemplo de Waffenmagazin en Carnunto datado probablemente de eacutepoca pre-Antonina o Antonina temprana Las armaduras de laacuteminas elaboradas a partir de esca-mas de metal rectangulares y alargadas son raras en el mundo romano du-rante esta fase aunque existe alguacuten ejemplo aislado como el hallazgo de un fragmento datado en el s III dC en Čatalka52 Otros elementos podiacutean com-

51 BISHOP COULSTON 1993 pp 93-96 y 117-119 FREUGEgraveRE 1994 pp 104-121 DIXON

SOUTHERN 1997 pp 35-36 DIXON STEPHENSON 2003 pp 17-20 FIELDS 2006 pp 12-13 52 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-92 y 116-117 DIXON SOUTHERN 1997 pp 36-43

DIXON STEPHENSON 2003 pp 43-48 FIELDS 2006 pp 13-14

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pletar la proteccioacuten del contarius como la de cualquier otro equite especial-mente grebas de diverso tipo especialmente uacutetiles para proteger las vulnera-bles piernas del jinete53

Completariacutea el equipamiento de un contarius su montura asiacute como la silla y los arreos necesarios para controlarla y poder actuar en conjuncioacuten con ella En particular la silla compondriacutea un elemento clave del equipo de una caballeriacutea especializada en taacutecticas de choque ante la carencia de estri-bos sin una silla de montar adecuada un contarius podriacutea salir simplemente disparado por la grupa de su caballo a causa de la fuerza del impacto En este sentido las tentativas de reconstruccioacuten de las sillas de montar realizadas por Junkelmann y P Connolly han resultado de extremada utilidad para conocer hasta queacute punto la silla de montar romana conocida como ldquosilla de cuatro cuernosrdquo podiacutea suplir la carencia del estribo y permitir a un jinete realizar toda clase de maniobras a lomos de su caballo sin correr excesivo riesgo de caer desmontado Especialmente satisfactorios han sido en este sentido las experiencias realizadas por Connolly con su propuesta de silla de estructura riacutegida interna de madera respaldados sus resultados por otros autores como K Dixon o P Southern Aunque no es materia esencial de nuestro estudio el debate en torno a la particular naturaleza de las sillas de montar romanas sentildealaremos que estos autores (a cuya opinioacuten nos adscribimos) consideran que una silla de montar de entramado riacutegido interno responderiacutea mucho me-jor a las necesidades de un jinete carente de estribos que una sin dicho entra-mado Desde nuestro particular punto de vista consideramos que las necesi-dades de un jinete especializado en taacutecticas de choque acentuariacutean enorme-mente la necesidad de una silla con un buen entramado riacutegido capaz de absorber la fuerza del impacto y mantener al jinete soacutelidamente afincado so-bre el lomo de su montura sin riesgo de caer Igualmente la solidez del en-tramado y su capacidad para transferir el peso del jinete de la columna verte-bral del animal hacia sus flancos (con el consecuente beneficio para la salud del caballo) permitiriacutea transmitir la fuerza de la embestida de la montura ha-cia el propio jinete y su arma (en este caso el contus) concentrando la fuerza del impacto en el afilado extremo de eacutesta y maximizando de este modo la eficiencia de la carga54 Posiblemente las unidades de caballeriacutea maacutes pesadas (como los catafractii) emplearon sillas de montar cuyo entramado estariacutea maacutes desarrollado y hasta reforzado con elementos metaacutelicos55

53 DIXON STEPHENSON 2003 p 61 54 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 BISHOP COULSTON 1993 pp 105-108

MIELCZAREK 1993 pp 81-82 DIXON SOUTHERN 1997 pp 70-74 DIXON STEPHENSON 2003 pp 107-110 FIELDS 2006 pp 17-18

55 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 pp 44-45

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La posible proteccioacuten portada por la montura de un contarius proba-blemente no diferiacutea de la portada por las monturas de las unidades de ca-balleriacutea media del ejeacutercito romano especialmente si tenemos en cuenta que como tendremos oportunidad de analizar no estaacute ni tan siquiera claro que los caballos de los catafractii romanos portaran protecciones fuera de lo comuacuten respecto de otras unidades de caballeriacutea Por tanto el elemento de proteccioacuten maacutes pesado portado por el caballo de un contarius seriacutea un chamfron una proteccioacuten para la cabeza y ojos del animal que podiacutea ser tanto de cuero co-mo metaacutelica Se han encontrado diversos ejemplares de este tipo de protec-ciones los maacutes exuberantemente decorados considerados (en principio) como restringidos a su uso durante la Hippikaacute Gymnasia56 El principal papel de estas protecciones parece enfatizar la proteccioacuten de los ojos del caballo en tanto en cuanto se conocen ejemplos de chamfrons romanos que tan soacutelo protegen esta vulnerable parte de la cabeza del animal como los hallados en Mainz Alemania57

El armamento caracteriacutestico del contarius especialmente el contus se asemeja enormemente al equipamiento del jinete pesado saacutermata el cual en la mayor parte de los casos no era sino un jinete maacutes o menos bien protegido (en algunos casos pesadamente protegido) a lomos de un caballo que en la mayor parte de los casos no llevariacutea una proteccioacuten destacada La principal fuerza del jinete saacutermata radicariacutea en el uso del llamado contus sarmaticus Que los primeros testimonios de la existencia de contarii entre las filas de la caballeriacutea romana no date antes del 60 dC resulta igualmente significativo el encuentro del ejeacutercito romano con la caballeriacutea pesada de los saacutermatas roxolanos o yaacutecigos se produce precisamente en esas fechas No existen evi-dencias de un ldquoteacutermino mediordquo similar al contarius romano entre el arquero a caballo y el catafractoclibanario parto o sasaacutenida Los contrastes entre el jinete pesado saacutermata y el parto son evidentes no soacutelo en equipo militar sino en taacutecticas todo lo contrario sucede entre el jinete pesado saacutermata y el contarius romano en particular Resulta loacutegico por tanto pensar que el mo-delo en taacutecticas y equipamiento del contarius romano se encuentra entre los contarios de la caballeriacutea pesada saacutermata58

56 BISHOP COULSTON 1993 pp 105-108 DIXON SOUTHERN 1997 p 67 DIXON

STEPHENSON 2003 pp 111-112 FIELDS 2006 57 DIXON STEPHENSON 2003 p 112 58 EADIE 1967 pp 165-167 MIELCZAREK 1993 pp 99-102 NEGIN 1998 LEBEDYNSKY

2002 p 236

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El ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta A diferencia de lo que sucede con los contarii no disponemos de des-

cripciones pormenorizadas o representaciones graacuteficas expliacutecitas de cata-fractii del ejeacutercito romano59 Tan soacutelo el grafito de un catafracto hallado en Dura-Europos aporta alguacuten tipo de informacioacuten expliacutecita para reconstruir la posible imagen de lo que seriacutea un catafractus del ejeacutercito romano pese al hecho de que la ldquonacionalidadrdquo del catafracto representado en el grafito no estaacute nada clara

Como ya hemos sentildealado en apartados anteriores el propio nombre de catafractuscatafractii (asiacute como el posterior de clibanariusclibanarii) pone el acento en la defensa corporal metaacutelica de este tipo de soldados romanos o no romanos Sin embargo el equipamiento defensivo carece de sentido algu-no si no protege una funcioacuten ofensiva concreta En un contarius el eacutenfasis se situacutea en su capacidad ofensiva representada fundamentalmente por el contus sarmaticus como devastadora arma de choque en manos de una fuerza dise-ntildeada esencialmente para el ataque la caballeriacutea En un catafractus romano o parto y en sus homoacutelogos saacutermatas maacutes pesadamente equipados el elemen-to clave no es el poderoso equipo defensivo del jinete (y seguacuten queacute casos de su caballo) en solitario sino la conjuncioacuten de eacuteste con el poder devastador de su equipo ofensivo El catafractus representa asiacute la fuerza ofensiva del con-tarius puesta bajo una proteccioacuten concienzuda que la mantenga a salvo de la mayor parte de los contraataques

En este sentido el equipamiento ofensivo de un catafractus romano no se diferenciariacutea en nada sustancial del portado por un contarius Aparte de la fundamental y eficiente contus el catafractus no dejariacutea de portar un arma secundaria siendo de nuevo la maacutes eficiente la espada de hoja larga que en la tradicioacuten romana altoimperial se materializaba en la spatha en to-das sus variantes asiacute como en espadas de hoja larga de tradicioacuten saacutermata que ya presentamos anteriormente En cuanto a otras armas acaso el pugio pu-diera ser un complemento menos uacutetil para un jinete pesadamente protegido (y con una movilidad maacutes restringida en consecuencia) que para un conta-rius o un equite maacutes vulnerable pero con mayor libertad de movimientos Al fin y al cabo la funcioacuten de ataque baacutesica del catafractus no era sino la mis-ma que la del contarius aprovechar la ventaja de un arma de acometida como el contus para derribar a enemigos a pie o montados antes de poder re-cibir cualquier clase de contraataque cuerpo a cuerpo por parte de ellos Era precisamente su capacidad para mantenerse a salvo de buena parte de los

59 MIELCZAREK 1993 p 79

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contraataques (cercanos o de proyectil) lanzados contra ellos lo que conver-tiacutea a los catafractii en un arma auacuten maacutes devastadora y pesada que los conta-rii la fuerza devastadora de su ataque teniacutea muchas menos posibilidades de verse desbaratada durante la accioacuten si todo iba razonablemente bien60

Y es este elemento clave del catafractus romano la proteccioacuten corpo-ral uno de los puntos que mayores debates ha generado empezando por el yelmo propiamente dicho Un catafractus romano del s II y comienzos del s III dC empleariacutea una gama de cascos ligeramente distinta a los de un con-tarius por dos razones la primera de todas cronoloacutegica en base al hecho de que su aparicioacuten (en base a todas nuestras fuentes) no parece tener lugar has-ta la primera deacutecada del s II dC por lo que los disentildeos de cascos maacutes tiacutepi-cos del s I dC (como el tipo Weiler) no llegariacutean a ser usados por los cata-fractii romanos la segunda es puramente funcional en tanto en cuanto se es-perariacutea de un catafractus que fuera lo maacutes protegido posible Soacutelo los dise-ntildeos maacutes soacutelidos de yelmos romanos y de proteccioacuten maacutes completa entrariacutean a formar parte del equipo corriente de esta caballeriacutea pesada En este sentido resulta particularmente representativo el casco tipo Heddernheim o Russell Robinson tipo E el tipo Friedberg asiacute como los cronoloacutegicamente anteriores Kalkar-Houmlnnepel y Bodengraven Todos ellos ofreciacutean una excelente protec-cioacuten a todo el craacuteneo y el cuello Sin embargo todos ellos no podiacutean evitar dejar al descubierto ojos nariz y buena parte de la boca Teniendo en cuenta que el resto del cuerpo del jinete estariacutea tambieacuten razonablemente bien prote-gido la mejor forma de neutralizar a un catafractus en estas circunstancias era atacarle al rostro directamente Sean cuales sean las circunstancias (y lo que Hollywood nos haya intentado hacer creer) el instinto baacutesico de preser-vacioacuten de un ser humano le hace cerrar los ojos encoger o apartar brusca-mente la cabeza y (de ser necesario) protegerse con las manos y los brazos si intuye o siente una agresioacuten dirigida a la cara Se trata de un acto reflejo baacute-sico e instintivo que no se puede evitar La peacuterdida temporal del control so-bre la realidad visual y sobre las acciones del combate que esto produciriacutea podriacutea provocar (al menos durante ese corto espacio de tiempo) que el ldquoin-vulnerablerdquo catafractus dejara de ser una amenaza fallara el objetivo de su ataque dejara de prestar atencioacuten (en pos de su propia proteccioacuten) yo se convirtiera en un objetivo vulnerable durante ese tiempo En resumidas cuentas la proteccioacuten para la cara resultariacutea una pieza muy uacutetil para un sol-dado cuya fuerza residiera en una pesada proteccioacuten y una gran contundencia de ataque En este sentido se sabe que los catafractos y clibanarios partos y

60 MIELCZAREK 1993 p 81 BISHOP COULSTON 1993 pp 109-111 DIXON SOUTHERN 1997 p 76 GOLDSWORTHY 1998 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-321

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sasaacutenidas emplearon maacutescaras o ventails combinadas con sus cascos para completar su proteccioacuten dejando tan soacutelo los resquicios necesarios para res-pirar y ver (literalmente dos orificios del tamantildeos de los ojos asiacute como una apertura y perforaciones para permitir la ventilacioacuten a la altura de la boca y la nariz) sin que ello pareciera representar un inconveniente a la percepcioacuten del entorno en combate61 En la panoplia romana altoimperial los cascos con maacutescaras metaacutelicas (y las maacutescaras en siacute mismas) no son precisamente des-conocidos son aquellos inicialmente atribuidos a un uso en paradas y ejer-cicios militares especialmente la Hippikaacute Gymnasia Entre los ejemplos maacutes destacables podemos sentildealar el tipo Newstead (s I dC) asiacute como las varian-tes maacutes elaboradas y decoradas del Heddernheim En principio este tipo de cascos dada su profusa decoracioacuten y las supuestas limitaciones a la visibili-dad provocadas por la maacutescara estariacutean limitado en su uso a la Hippikaacute Gymnasia Sin embargo este tipo de cascos no era impedimento para un adecuado desenvolvimiento durante estos ejercicios que eran una muestra de destreza iquestPor queacute entonces habriacutean de resultar un estorbo en la batalla Las maacutescaras de la caballeriacutea parta no teniacutean una factura esencialmente diferente a las romanas (maacutes allaacute del plano puramente artiacutestico-estiliacutestico) y fueron usadas en combate con cierta asiduidad iquestPor queacute razoacuten los yelmos con maacutes-cara o maacutes probablemente las maacutescaras en siacute mismas combinadas con otros tipos de yelmos romanos de caballeriacutea conocidos no pudieron ser utilizados en combate tanto como en la Hippikaacute Gymnasia Hace casi dos deacutecadas Mielczarek ya lanzoacute una propuesta en semejante sentido al respecto de la ca-balleriacutea pesada romana poniendo en cuestioacuten su uso exclusivo en paradas y exhibiciones la cantidad de cascos con maacutescaras y maacutescaras aisladas vincu-ladas a la panoplia romana (y especialmente de la caballeriacutea) no parece res-ponder precisamente a un uso limitado a ocasiones especiales Diez antildeos maacutes tarde Dixon e I P Stephenson volvieron a retomar dichos plantea-mientos argumentando que determinados cascos empleados en la Plena y Baja Edad Media (como el sallet A82) limitaban la visibilidad tanto o maacutes que las maacutescaras inicialmente consideradas como limitadas a la Hippikaacute Gymnasia y sin embargo fueron empleados en combate62 En este sentido consideramos que posiblemente los maacutes ricamente decorados ejemplares no fueron objeto de uso en combate pero siacute que nos adscribimos a los plantea-mientos de los autores mencionados considerando no soacutelo probable sino ra-zonable que la maacutescara (y los cascos disentildeados especialmente para portarlas) formaran parte de la panoplia de los catafractii otorgaacutendoles la proteccioacuten necesaria para proteger el siempre vulnerable rostro

61 MIELCZAREK 1993 p 60 NEGIN 1998 pp 72-74 WILCOX 2001 p 10 62 MIELCZAREK 1993 p 81 DIXON STEPHENSON 2003 pp 20-24

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Un catafractus sin duda alguna portariacutea una buena proteccioacuten para el torso En este sentido hariacutea uso de las mismas protecciones antes menciona-das para los contarii como loricae hamatae y squamatae asiacute como las inno-vaciones propias de eacutepoca Antonina y Severa como las escamas semi-riacutegi-das y las poco comunes armaduras de laacuteminas como el aislado ejemplo del s III dC hallado en Čatalka63 Sin embargo si atendemos ahora al grafito de Dura-Europos el jinete representado no parece llevar un uacutenico tipo de pro-teccioacuten sobre su torso Las armaduras compuestas por varios tipos de loricae como hemos visto eran probablemente utilizadas ya por los saacutermatas Este tipo de proteccioacuten era tambieacuten conocida en el ejeacutercito romano si bien los ejemplos de la misma son limitados y no parece que su uso estuviera muy extendido (al igual que no parece que en el s II y a comienzos del s III dC los catafractii fueran un arma de extendido uso en Roma) Se denominaba lorica plumata teacutermino que al parecer designaba principalmente a armadu-ras compuestas por lorica squamata y hamata combinadas Esta combina-cioacuten parece ser la utilizada tambieacuten por los saacutermatas aunque su distribucioacuten sobre el cuerpo no se ha podido reconstruir convincentemente64 Al igual que el contarius el catafractus no portariacutea escudo tanto por serle imposible su debido aprovechamiento al empuntildear un contus como por el estorbo que su-pondriacutea al uso de esta uacuteltima La carencia de escudo quedariacutea suplida por lo pesado de su proteccioacuten corporal En este sentido destaca la manica una proteccioacuten construida con laacuteminas de metal (bronce o hierro) semiciliacutendricas unidas unas a otras en progresioacuten descendente del hombro hacia la mano la cual podiacutea proteger a su vez con guanteletes de malla de escamas o incluso una extensioacuten de la manica misma adaptada a la forma de la mano65 Com-pletariacutean la proteccioacuten de un catafractus unas grebas para sus piernas (la parte de su cuerpo maacutes al alcance de la infanteriacutea enemiga) si bien podiacutean disponer de protecciones maacutes pesadas que podiacutean llegar a cubrir muslos y pies recordando en su estructura a la manica empleada para proteger los bra-zos66 En ocasiones podriacutea emplearse tambieacuten protecciones especiacuteficas para el cuello especialmente pensadas para cubrir cualquier posible fisura entre el yelmo y la proteccioacuten del torso De este tipo de piezas se han encontrado al-gunos ejemplos como el de una tumba de Čatalka en Bulgaria datada en el

63 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-92 y 116-117 DIXON SOUTHERN 1997 pp 36-43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 43-48 FIELDS 2006 pp 13-14

64 MIELCZAREK 1993 pp 79-80 NEGIN 1998 pp 68-74 DIXON STEPHENSON 2003 pp 49-50 FIELDS 2006 pp 10-11

65 BISHOP COULSTON 1993 pp 87-91 DIXON STEPHENSON 2003 pp 55-58 66 DIXON SOUTHERN 1997 p 43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 61-63

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s II dC y consistente en un anillo de metal dividido en dos mitades unidas por un cinturoacuten de cuero y originalmente tintado en rojo67

El equipamiento de las monturas de los catafractii romanos es otro as-pecto poleacutemico quizaacutes el que maacutes En primer lugar respecto de las sillas de montar eacutestas responderiacutean probablemente al modelo presentado por Con-nolly pero a un tipo particular cuyo entramado riacutegido interno y cuernos es-tariacutean maacutes desarrollados planteando una sujecioacuten mucho maacutes riacutegida y firme Este tipo de sillas poseiacutea ademaacutes una estructura reforzada con elementos metaacutelicos Seguacuten Connolly y C Van Dryel Murray este tipo de sillas res-ponderiacutea especialmente a un uso por parte de unidades de caballeriacutea pesada donde el peso de la armadura del jinete sumada a su modalidad de combate (choque con lanza pesada) hariacutea necesaria una sujecioacuten maacutes firme para evitar quedar descabalgado asiacute como un maacutes eficiente reparto del peso sobre el lomo y los costados del caballo Este tipo de sillas es visible tambieacuten sobre los caballos de los clibanarios sasaacutenidas que aparecen en el relieve de Firu-zabad68 En segundo lugar estaacute la cuestioacuten en torno a si las monturas de los catafractii romanos del s II y comienzos del III dC llevaban alguacuten tipo de proteccioacuten y cuaacuten completa era esta En este sentido se han lanzado diver-sas propuestas e hipoacutetesis por una parte aquellos que consideran que los ca-tafractii romanos probablemente no emplearon proteccioacuten para sus monturas al menos no en la forma casi sistemaacutetica y masiva que caracterizaba a la ca-balleriacutea pesada parta y que caracterizariacutea maacutes tarde a la sasaacutenida y a la pro-pia caballeriacutea pesada romana bajoimperial en este sentido los catafractii del ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta no seriacutean sino contarii pesada-mente protegidos pero cuyas monturas no portariacutean proteccioacuten alguna fuera de lo comuacuten hasta el momento en el ejeacutercito romano69 otros han propuesto un teacutermino medio sostenido en base a la influencia saacutermata en la creacioacuten y equipamiento de la caballeriacutea pesada romana Es eacuteste el caso de Mielczarek Negin y Lebedynsky entre otros quienes consideran que los catafractii ro-manos no emplearon la protecciones pesadas y o maacutes o menos completas pa-ra sus monturas en el sentido sistemaacutetico que se puede observar en la tradi-cioacuten militar parta o persa sino que emplearon protecciones maacutes limitadas y sobre todo aplicadas a secciones concretas de estas unidades por ejemplo entre aquellos soldados destinados a formar la vanguardia de choque de la formacioacuten o simplemente entre los oficiales70 entre la mayor parte de los autores consagrados al estudio del armamento romano y en particular de la

67 DIXON STEPHENSON 2003 p 59 68 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 p 45 MIELCZAREK 1993 pp 81-82 69 EADIE 1967 pp 166-168 70 MIELCZAREK 1993 pp 74-81 NEGIN 1998 p 74 LEBEDYNSKY 2002 p 237-238

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caballeriacutea existe un acuerdo taacutecito en reconocer el uso por parte de la ca-balleriacutea pesada romana de protecciones metaacutelicas Sin embargo en general o no llegan a un acuerdo en torno a su empleo por parte de las primeras uni-dades de catafractii o se limitan a constatar que los restos arqueoloacutegicos de protecciones equinas pesadas (particularmente las halladas en Dura-Europos) datan en principio del s III dC sin entrar en mayores debates71 finalmente estaacuten aquellos autores que dan simplemente por sentada la asociacioacuten entre el teacutermino catafractii y una proteccioacuten maacutes o menos completa y extendida a la inmensa mayoriacutea (al menos) de las monturas de estas unidades en cual-quier momento desde su creacioacuten72 pero especialmente a partir del s III dC73

En general todas estas corrientes tienden a coincidir en sentildealar que las armaduras pesadas para caballos en el ejeacutercito romano no empezaron a utili-zarse de forma extendida para la caballeriacutea pesada hasta el s III dC De nue-vo el debate se centra en torno a su uso durante el s II dC justo en el mo-mento de la creacioacuten de las primeras unidades de catafractii y particular-mente a causa de la falta de pruebas concluyentes Si se hizo uso de dichas protecciones ya en el s III dC iquestpor queacute razoacuten negar su uso en una fase an-terior aunque eacuteste no fuera un uso generalizado Particularmente preferimos adscribirnos a la tendencia representada por Mielczarek Negin y Lebedyns-ky entre otros autores considerando que los miembros de la uacutenica unidad de caballeriacutea pesada acorazada romana conocida para el s II dC el ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta (y por tanto otras unidades del mismo tipo auacuten por conocer) emplearon protecciones metaacutelicas maacutes o menos pesa-das para sus monturas de un modo ocasional limitado a secciones especiales de la unidad o a la oficialidad siguiendo la corriente de influencia saacutermata Estas protecciones se generalizariacutean a lo largo del s III dC probablemente bajo una mayor influencia de la tradicioacuten militar parta y ante todo sasaacutenida hasta constituir las unidades pesadas del Bajo Imperio que seriacutean el germen de la posterior caballeriacutea pesada bizantina

Este tipo de protecciones incluiriacutea no soacutelo ya los chamfrons metaacutelicos sobradamente conocidos por la caballeriacutea romana de la eacutepoca (y empleados probablemente por los contarii) sino bardas compuestas por malla escamas de cuero o metaacutelicas o laacuteminas que como los ejemplares de Dura-Europos (ya descritos anteriormente) cubririacutean los flancos del caballo y buena parte

71 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-70 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

72 GOLDSWORTHY 1998 pp 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 y 20-21 73 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-322

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de la pechera del mismo74 Este tipo de protecciones probablemente incluiriacutea tambieacuten piezas especiacuteficas para proteger el frontal y la cerviz del animal has-ta la cabeza a semejanza quizaacutes de las empleadas por partos y sasaacutenidas en Oriente Estas piezas particularmente para la cerviz del caballo se han en-contrado tambieacuten en Dura-Europos elaboradas en malla y lazadas mediante correas de cuero75 De este modo si se quisiera proporcionar proteccioacuten tan soacutelo a los caballos de una parte de la unidad lo maacutes loacutegico seriacutea hacerlo con las monturas que marchariacutean en la vanguardia de la formacioacuten de choque y que deberiacutean absorber la fase maacutes violenta del impacto En este sentido las piezas de proteccioacuten maacutes uacutetiles no seriacutean las bardas laterales sino las pro-tecciones para pechera cerviz y cabeza las partes del cuerpo del caballo que quedariacutean expuestas al enemigo durante una carga en formacioacuten cerrada Al prescindir asiacute de las protecciones de los flancos no solo se seguiriacutea apor-tando una proteccioacuten uacutetil a las monturas maacutes expuestas de la unidad durante una accioacuten de combate sino que se estariacutea aligerando el peso que habriacutean de soportar durante la accioacuten reduciendo asiacute el riesgo de agotamiento de las mismas

Si la influencia saacutermata en el origen del contarius romano es maacutes o menos segura la cuestioacuten resulta menos clara para los catafractii Formal-mente un catafractus romano no se diferenciaba del contario saacutermata maacutes pesadamente armado maacutes que en la factura de determinadas partes de su equipamiento muchas de las cuales eran de tradicioacuten puramente romana y unas pocas (como las protecciones maacutes pesadas para las piernas) devendriacutean de tradiciones orientales Sin embargo el hecho de que en ninguacuten momento las fuentes literarias disponibles denominen a la caballeriacutea pesada saacutermata como catafractii y que las protecciones pesadas para caballos entre la mis-ma parezcan ser objeto de un uso tan heterogeacuteneo como vinculado al status y posibilidades econoacutemicas del jinete parece ser el principal punto (al menos inicialmente) de distanciamiento entre los lanceros acorazados saacutermatas y los catafractii romanos Ahora bien suponiendo que la creacioacuten de las unidades de catafractos romanos estuviera respondiendo a la caballeriacutea pesada parta iquestpor queacute esperoacute al s II dC Durante casi tres siglos de encuentros en los campos de batalla de Oriente el ejeacutercito romano no parecioacute tener necesidad alguna de emular a los catafractos y clibanarios partos Finalmente es en el contexto de las guerras daacutecicas y paacuterticas de Trajano y en el reinado de Adriano cuando los catafractii hacen su aparicioacuten en el ejeacutercito romano al-gunas deacutecadas maacutes tarde que los contarii y despueacutes de casi un siglo de con-

74 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-63 67 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

75 DIXON STEPHENSON 2003 p 114

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tacto con la caballeriacutea saacutermata De nuevo la coincidencia de variables parece hablar por siacute sola al igual que primero el contarius el catafractus parece ser una respuesta de la caballeriacutea romana a las refriegas habidas con los exce-lentes jinetes saacutermatas desde mediados del s I dC hipoacutetesis que secundan la mayor parte de los autores76 Cualquier posible influjo oriental en la com-posicioacuten de la primera caballeriacutea pesada romana respondioacute a la incorpora-cioacuten de elementos considerados de utilidad no encontrados en la tradicioacuten militar propiamente romana o saacutermata El incremento de este influjo mate-rializado quizaacutes en la intensificacioacuten y extensioacuten del uso de armaduras pe-sadas para caballos y en el importante desarrollo en general del arma de ca-balleriacutea pesada en Roma tendriacutea lugar ya entrado el s III dC quizaacutes no tanto de manos de los uacuteltimos coletazos del moribundo Imperio parto como del joven y eneacutergico Imperio persa sasaacutenida el cual llevariacutea el arma de ca-balleriacutea en el Oriente a nuevas cotas de desarrollo especializacioacuten en organi-zacioacuten equipamiento y taacutecticas77

Mencioacuten especial requiere la organizacioacuten del ala I Gallorum et Pan-noniorum catafracta No entraremos a resentildear aquiacute la naturaleza del ala como unidad militar del ejeacutercito romano ni la organizacioacuten y estructura de la caballeriacutea romana altoimperial sino un aspecto concreto del ala concreta objeto de nuestro estudio y que parece haber pasado desapercibido a la ma-yor parte de los autores Se trata del hecho de que dicha ala debioacute de ser compuesta en su origen por soldados de dos unidades distintas probable-mente tropas selectas Tal y como sentildeala su nombre el ala estaba compuesta por jinetes galos y panonios Mielczarek ha propuesto precisamente que ca-ra a la creacioacuten de esta unidad de catafractos probablemente se seleccionoacute a los mejores soldados de dos alas distintas posiblemente (seguacuten el parecer del propio Mielczarek) el ala I Pannoniorum y el ala I Gallorum Flaviana Aunque de momento no se trata sino de una hipoacutetesis parece razonable que cara a la primera unidad de caballeriacutea pesada romana (probablemente una unidad que tendriacutea en sus oriacutegenes un marcado caraacutecter ldquoexperimentalrdquo) se seleccionara a personal experimentado y de fiar lo que remarcariacutea el caraacutec-ter de eacutelite de este tipo de unidades

76 EADIE 1967 MIELCZAREK 1993 NEGIN 1998 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

LEBEDYNSKY 2002 77 EADIE 1967 pp 169-172 MICHALAK 1987 MIELCZAREK 1993 pp 63-67 NICOLLE

1996 WILCOX 2001 pp 24-35 FARROKH 2005

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Taacutecticas y limitaciones de la caballeriacutea pesada romana La caballeriacutea fue un arma especializada principalmente en una uacutenica

funcioacuten el ataque Un grupo de jinetes no puede establecer una posicioacuten de-fensiva y mantenerla de forma estaacutetica pues equivaldriacutea claramente a un suicidio en cualquier eacutepoca Cuando una unidad de caballeriacutea ha sido em-pleada con fines de defensa lo ha sido empleando fundamentalmente el ata-que es decir un contraataque

La principal ventaja de un jinete respecto del soldado de infanteriacutea ra-dica en tres puntos fundamentales la altura que le proporciona su montura la rapidez y potencia de la misma y el efecto psicoloacutegico que todo ello sus-cita en el infante El principal modo en que la caballeriacutea (y particularmente la caballeriacutea media y pesada) se enfrenta a la infanteriacutea (y a otras unidades como veremos) es la carga cuya finalidad es desfondar la formacioacuten ene-miga dispersaacutendola para coparla y destruirla o permitir a otras unidades aprovechar la brecha abierta Sin embargo contrariamente a lo que se suele pensar un caballo (o un grupo de caballos) no es capaz de embestir una for-macioacuten cerrada de infanteriacutea Un equino no es un toro ni se comporta como tal El caballo siempre se para antes de llegar a impactar contra un obstaacuteculo que considera no podraacute esquivar o saltar o donde no vea espacio alguno por donde penetrar En este sentido una formacioacuten de infanteriacutea pesada que fuera capaz de mantener su posicioacuten hasta el final teniacutea muchas posibilidades de rechazar una carga de caballeriacutea Existiacutean dos formas para evitar que esto sucediese de modo tal que la carga de caballeriacutea tuviese finalmente eacutexito hostigar a la formacioacuten de infanteriacutea de muacuteltiples modos (ataque con proyec-tiles ataques simulados apoyar a la caballeriacutea atacante con infanteriacutea o ar-tilleriacutea) o bien que un porcentaje suficiente de soldados enemigos no fuera capaz de soportar la tensioacuten psicoloacutegica de ver venir sobre ellos una carga de caballeriacutea y rompiera filas debilitando la formacioacuten desorganizaacutendola y abriendo brechas Como vemos el resultado de una carga de caballeriacutea de-pende maacutes del contexto y de la psicologiacutea que de la carga en siacute misma Sin embargo los nervios de acero necesarios para superar el instinto de autopro-teccioacuten (que nos llevariacutea a quitarnos inmediatamente de la trayectoria de los caballos y sus jinetes) no eran (ni son) un elemento comuacuten en los ejeacutercitos Pocas infanteriacuteas disponiacutean del adiestramiento y disciplina necesarios para mantener la posicioacuten y afrontar una auteacutentica estampida que a sus ojos cla-ramente amenazariacutea con arroyarla Entre tales excepciones se encontraba la

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infanteriacutea legionaria romana la cual soacutelo en determinadas circunstancias era realmente vulnerable a un ataque de caballeriacutea78

Las unidades de caballeriacutea pesada como catafractii y contarii eran un caso auacuten maacutes especial En primer lugar el contus permitiacutea al jinete arroyar a un infante enemigo virtualmente antes de que su montura se viera obligada a detener su marcha Por otra parte sus pesadas protecciones (y la de sus mon-turas al menos para una parte de los catafractii) les otorgaban una mayor se-guridad ante cualquier clase de contraataque enemigo (especialmente pro-yectiles) y una superior capacidad de asumir el riesgo del contacto con una formacioacuten enemiga demasiado firme Pero sobre todo les otorgaba una carga psicoloacutegica brutal la visioacuten de una ldquoparedrdquo blindada erizada de lanzas en auteacutentica formacioacuten de falange avanzando con premura directamente resulta-ba especialmente impactante a ojos de un soldado de infanteriacutea por muacuteltiples factores Ser arroyado por un caballo no es una perspectiva agradable ser arroyado por una marea de lanzas y caballos blindados es una perspectiva auacuten menos agradable Para incrementar la capacidad de penetracioacuten de este tipo de caballeriacutea se empleaban formaciones y ataques en profundidad fun-damentalmente columna y cuneuscuntildea En este sentido la formacioacuten podiacutea concentrar la fuerza de su carga en un frente estrecho que pudiera ser dirigi-do convenientemente contra el punto maacutes deacutebil de la formacioacuten a atacar in-cluso con la carga ya en curso Sin embargo la caballeriacutea pesada poseiacutea una desventaja potencial el enorme peso de su equipamiento reduciacutea la veloci-dad de su carga su maniobrabilidad y podiacutea agotar a sus caballos muy raacutepi-damente En este sentido podiacutean ser viacutectimas faacuteciles de unidades maacutes aacutegiles y raacutepidas o de un contraataque al teacutermino de una extenuante carga (exitosa o no) Por otra parte no estaban precisamente capacitados para realizar una re-tirada raacutepida con los caballos extenuados por el esfuerzo de cargar despla-zando sobre sus lomos a su jinete con su equipamiento y su propia pro-teccioacuten los catafractii podiacutean encontrarse en una situacioacuten realmente com-prometida si su ataque fracasaba y no se encontraban en posicioacuten de recibir apoyo inmediato de unidades aliadas capaces de protegerlos el tiempo nece-sario para maniobrar y salir del atolladero Otro peligro que desembocaba di-rectamente en el fracaso de la carga (y en las circunstancias antes descritas) era la posibilidad de que la formacioacuten perdiera su cohesioacuten durante la carga Para evitar esta circunstancia (y reducir la extenuacioacuten de los caballos) se procuraba no cargar a mayor velocidad que un trote ligero79

78 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

79 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 y 241 LEBEDYNSKY 2002 p 237 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

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A la hora de afrontar a otra caballeriacutea las circunstancias eran dife-rentes La caballeriacutea como especialista en ataque teniacutea tambieacuten la funcioacuten de neutralizar a la caballeriacutea del adversario negaacutendole asiacute la mayor parte de la iniciativa y ganando la oportunidad de flanquear sus formaciones y ata-carlas desde diversos puntos Un ejeacutercito cuya caballeriacutea abandonara el cam-po de batalla por otra parte aunque auacuten podiacutea imponerse mediante la fuerza de su infanteriacutea (si era capaz de rechazar el ataque de la caballeriacutea adversaria y de desalojar a su infanteriacutea) careceriacutea de cualquier posibilidad para explo-tar adecuadamente la victoria la caballeriacutea fue hasta la I Guerra Mundial la uacutenica arma capacitada para lanzar una persecucioacuten sobre una fuerza enemiga en retirada convirtiendo esta uacuteltima en una desbandada desorganizada y dis-poniendo asiacute de la oportunidad de transformar un ejeacutercito derrotado en un ejeacutercito destruido En este sentido la caballeriacutea no fue soacutelo una pieza taacutectica fundamental a la hora de la batalla sino una herramienta baacutesica de la estra-tegia a nivel global de cualquier conflicto a lo largo de unos tres milenios de historia militar

La infanteriacutea puede rechazar a la caballeriacutea pero nunca perseguirla (maniobra que equivaldriacutea a dar la ocasioacuten a los jinetes derrotados de dar media vuelta y lanzar un inesperado contraataque que convirtiera en desastre para la infanteriacutea lo que empezoacute siendo un eacutexito Las huidas fingidas como ya hemos sentildealado eran tambieacuten una interesante taacutectica a emplear por parte de la caballeriacutea para desorganizar una formacioacuten enemiga Sin embargo no era una taacutectica que entrara dentro del ldquomanual de instruccionesrdquo de la ca-balleriacutea maacutes pesada limitada como estaba en sus movimientos) Soacutelo la ca-balleriacutea podiacutea derrotar poner en fuga y destruir a otra caballeriacutea El modo de hacerlo sin embargo era materia delicada Una formacioacuten cerrada para ata-car a otra caballeriacutea resultaba inuacutetil y peligrosa era la mejor forma de que los propios caballos se rompieran los huesos al impactar a gran velocidad contra las monturas enemigas Normalmente y a lo largo de toda la existen-cia de la caballeriacutea de choque dos formaciones de caballeriacutea que cargan una contra otra a la espera de un combate mano a mano tienden a abrir sus liacuteneas para esquivar el choque frontal contra los caballos rivales Al producirse el choque el jinete tratariacutea de atacar con sus armas a su rival maacutes cercano a uno u otro lado intentando derribarle o herirle mortalmente En estas cir-cunstancias el contus sarmaticus vuelve a relucir por sus virtudes permitiacutea (al igual que la lanza de cometida medieval las lanzas de los huacutesares alados polacos o las lanzas de los ulanos austriacos o los cosacos rusos) golpear al jinete adversario antes de que eacuteste equipado con espada o con una lanza maacutes corta pudiese iniciar su propio ataque Una formacioacuten de contarii o de cata-fractii podiacutea asiacute arroyar faacutecilmente la vanguardia de la formacioacuten de caballe-

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riacutea enemiga neutralizando su ataque y desorganizando totalmente su forma-cioacuten Sin embargo cuando dos formaciones cargaban una contra la otra y llegaban a culminar completamente el choque el combate podiacutea derivar faacute-cilmente en una violenta y caoacutetica refriega En estas circunstancias las espa-das de hoja larga empleadas por la caballeriacutea romana y saacutermata eran particu-larmente esenciales asiacute como sus protecciones dado que un contus tendiacutea a partirse tras el primer o segundo impacto y a ser poco coacutemoda de utilizar cuando el combate se tornaba maacutes cercano En cualquier caso si una forma-cioacuten de catafractii no conseguiacutea imponerse durante el choque a la formacioacuten enemiga el agotamiento de sus monturas y su menor movilidad (sumada a la peacuterdida del orden en la formacioacuten inherente al inicio de la refriega) supon-driacutean una peligrosa situacioacuten en el caso de carecer de apoyo de otras unida-des (bien de caballeriacutea o de infanteriacutea) y de la que no podriacutean salir con mu-cha facilidad80

Tanto frente a otra caballeriacutea como frente a la infanteriacutea el respaldo de unidades de caballeriacutea maacutes ligeras y particularmente arqueros a caballo81 resultariacutea particularmente deseable antes del choque la caballeriacutea ligera po-driacutea hostigar con proyectiles a las formaciones enemigas creando brechas o desorganizaacutendolas y despueacutes del choque podriacutean apoyar a la caballeriacutea pe-sada durante la progresioacuten del combate cubrir su retirada o explotar su eacutexito continuando la persecucioacuten de un enemigo en fuga

Como vemos desde el punto de vista taacutectico y del empleo en el campo de batalla el eacutexito de la caballeriacutea pesada acorazada dependiacutea tanto o maacutes de las circunstancias el contexto y el apoyo que pudieran recibir que de sus propias virtudes Se trataba de unidades altamente especializadas que si que-daban desprotegidas o en situaciones comprometidas podiacutean ser faacutecilmente rechazadas desbandadas o destruidas No se trataba de fuerzas versaacutetiles y probablemente ello condicionoacute que su adopcioacuten y empleo generalizado por parte del ejeacutercito romano fuera tardiacuteo

CONCLUSIONES

El ejeacutercito romano se enfrentoacute durante casi dos siglos a la caballeriacutea

pesada desarrollada por las potencias orientales Tras reveses iniciales debi-dos maacutes a las circunstancias que a una auteacutentica incapacidad para afrontar el ataque de este tipo de caballeriacutea las legiones desarrollaron sus particulares contramedidas recorriendo las primeras deacutecadas de la historia del Alto Im-

80 DIXON SOUTHERN 1997 pp 141-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 235-244 MENEacuteNDEZ

ARGUumlIacuteN 2011 pp 322-324 81 DIXON SOUTHERN 1997 p 143

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perio imperturbables considerando del todo innecesario tomar como inno-vacioacuten un arma a la que eran capaces de batir los catafractos partos y arme-nios

Sin embargo hacia mediados del s I dC algo vino a trastocar este es-cenario en apariencia estable e inamovible de las estepas poacutenticas emergioacute no tanto una nueva arma como una nueva forma de combinar y emplear ar-mas y taacutecticas sobradamente conocidas Los haacutebiles jinetes saacutermatas dejaron atraacutes la claacutesica tradicioacuten militar esteparia basada en el uso del arquero a ca-ballo y la caballeriacutea ligera desarrollaron una nueva caballeriacutea pesada libre de la mayor parte de las debilidades de los pesados catafractos partos flexi-ble y dinaacutemica y capaz de luchar en conjuncioacuten perfecta con otras modali-dades de caballeriacutea como si de un uacutenico cuerpo se tratase A diferencia del catafractario parto el ldquocontariordquo saacutermata era un jinete armado maacutes o menos pesadamente seguacuten las circunstancias y sus propias posibilidades Al igual que su contrapartida parto o armenio el jinete pesado saacutermata aprovechaba al maacuteximo las virtudes de su arma definitoria el contus sarmaticus pero la combinaba con el uso de otras igualmente uacutetiles como la espada de hoja larga y el arco recurvado compuesto Su equipamiento defensivo careciacutea de la rigidez propia del catafracto parto tendiendo a ser sensiblemente maacutes li-gero sin perder las ventajas propias de una proteccioacuten completa y concien-zuda Este equipamiento defensivo ademaacutes podiacutea variar seguacuten las circuns-tancias y las necesidades taacutecticas de cada momento (y no solo exclusi-vamente en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete) Ello permitiacutea al jinete pesado saacutermata oscilar entre una caballeriacutea media pura y una caballeriacutea pesada de choque seguacuten las circunstancias Le convertiacutea en un arma flexible capaz de desempentildear diversos papeles en el campo de batalla y variarlos du-rante el combate mismo seguacuten sus necesidades En combinacioacuten con la habi-lidad natural de estos pueblos para la equitacioacuten y sus excelentes (y numero-sas) fuerzas de caballeriacutea ligera la caballeriacutea pesada saacutermata representaba una amenaza realmente seria y totalmente nueva

Desde la guerra civil del 68-69 dC hasta la paz firmada por Adriano con los saacutermatas roxolanos en 119 dC las legiones romanas y su caballeriacutea hubieron de hacer severos esfuerzos para imponerse a este nuevo enemigo en los campos de batalla actuase eacuteste en solitario o en conjuncioacuten con otros pueblos o Estados Las guerras daacutecicas de Domiciano (85-89 dC) y de Tra-jano (101-106 dC) fueron probablemente los puntos culminantes de esta coyuntura De los sangrientos encuentros habidos sobre las orillas del Danu-bio las colinas daacutecicas y las llanuras de la futura Hungriacutea el ejeacutercito romano extraeriacutea una dura leccioacuten que aprenderiacutea raacutepidamente y pondriacutea en creciente praacutectica con el paso de los antildeos cuando a comienzos del s III dC descen-

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diera el ocaso sobre las uacuteltimas luces legadas por la edad dorada de los Anto-ninos habiendo el Estado romano de afrontar las convulsiones de un mundo en paulatina transformacioacuten

A comienzos del s II dC a caballo entre los diacuteas de Trajano y Adria-no el ejeacutercito romano afrontoacute el laborioso proceso de aplicar buena parte de lo que habiacutea aprendido de manos de la caballeriacutea saacutermata El contus ya habiacutea sido adoptado conformando la primera caballeriacutea de choque especialista de la historia del Imperio A ella le seguiriacutean las protecciones pesadas para jine-tes asiacute como para caballos El ejeacutercito romano conociacutea de sobra los modelos orientales de caballeriacutea pesada y sin embargo en el primer siglo de existen-cia de este arma entre las filas romanas el modelo a seguir fue principal-mente saacutermata Los hechos hablan por siacute solos El ejeacutercito romano habiacutea en-contrado una innovacioacuten de intereacutes para su tradicioacuten militar y la incorporoacute raacutepidamente Las primeras unidades de caballeriacutea pesada acorazada romana llevaron nombres que aludiacutean a tradiciones orientales catafractii pero su ar-mamento y el fundamento de sus taacutecticas era una mezcla de aportaciones romanas y modelos saacutermatas Con la llegada del s III dC estas unidades se hariacutean cada vez maacutes necesarias y sobre la trayectoria marcada por los pio-neros de este arma se labrariacutea el desarrollo completo de la misma

La emersioacuten del Imperio persa sasaacutenida supuso la transformacioacuten re-novacioacuten y revitalizacioacuten del arma de caballeriacutea puramente oriental Los sa-saacutenidas llevaron a un nuevo paroxismo a la combinacioacuten de la caballeriacutea pe-sada y la caballeriacutea ligera de tradicioacuten oriental hasta el punto de que algunos tratadistas militares romanos como Amiano Marcelino llegaron a conside-rarlo como un arma praacutecticamente imbatible En palabras del propio Amiano [] catafractarii [] et sagitarii formidable genus armorum82 Probable-mente estas circunstancias forzaran (entre otros factores) no ya la expansioacuten del arma de caballeriacutea pesada (asiacute como del arquero a caballo) en el ejeacutercito romano de los siglos III y IV dC sino la asuncioacuten por parte de la misma de muacuteltiples elementos propios ya exclusivamente de la tradicioacuten militar irano-persa

La experiencia saacutermata quedoacute atraacutes sin embargo su importancia y la de los primeros prototipos de caballeriacutea pesada romana existentes en el Alto Imperio no debe menospreciarse Fueron la piedra fundadora los cimientos de una importante rama de la tradicioacuten militar romana posterior madre de la bizantina y de buena parte de las tradiciones militares de la posterior Europa medieval donde la caballeriacutea ostentariacutea durante siglos su particular supre-maciacutea En cierto modo puede decirse que la caballeriacutea saacutermata y las primeras

82 AMIANO MARCELINO 16 12 7

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unidades de caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano se encuentran entre las raiacute-ces de una tradicioacuten militar que llevoacute a la caballeriacutea a mantener la ilusioacuten de su reinado sobre los campos de batalla hasta el enloquecedor extremo de atravesar las trincheras y alambradas de la I Guerra Mundial y cargar sobre las divisiones panzer germanas en 1939

SELECCIOacuteN DE TEXTOS EPIGRAacuteFICOS RELATIVOS

83 Camerinum (Camerino) Regio VI Italia CIL XI 5632

M(arco) Maenio C(ai) f(ilio) Cor(nelia) Agrippae L(ucio) Tusidio Campestri hospiti divi Hadriani patri senatoris praef(ecto) coh(ortis) II Fl(aviae) Britton(um) equitat(ae) electo a divo Hadriano et misso in expeditionem Brittannicam trib(uno) coh(ortis) I Hispanor(um) equitat(ae) praef(ecto) alae I Gallor(um) et Pannonior(um) catafractatae proc(uratori) Aug(usti) praef(ecto) classis Brittannicae proc(uratori) provinciae Brittanniae equo publico patrono municipi(i) vicani Censorglacenses consecuti ab indulgentia Optimi Maximique Imp(eratoris) Antonini Aug(usti) Pii beneficio interpretationis eius privilegia quibus in p[e]rpetuum aucti confirmatique sunt l(ocus) d(atus) d(ecreto) d(ecurionum) g(ratis)

Ad Mediam (Mehadia) Dacia CIL XVI 110 = CIL III 886 = AE 1980 760

[Imp(erator) Caes(ar) divi Had]rian(i) f(ilius) divi Traiani [Parthici n(epos) divi Ne]rvae pron(epos) T(itus) Aelius [Hadrianus Ant]oninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) [max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII] imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae) [equit(ibus) et pedit(ibus)] qui mil(itaverunt) in alis III quae [appell(antur) Silia]n(a) et Gall(orum) et Pann(oniorum) [catafrac(taria) et F]ront(oniana) et coh(ortibus) XII I Ulp(ia) [Britton(um)] |(milliaria) et I Fl(avia) Ulp(ia) Hisp(anorum) |(milliaria) [et 3 I Ael(ia)] Gaesa(torum) |(milliaria) et I Aug(usta) Nerv() [|(milliaria) et I]I Britt(onum) |(milliaria) et I Hispan(orum) [--- e]t II Hisp(anorum) scutat(a) Cy[ren(aica) et ---]n() et VI Thrac(um) et sunt [in Dacia Poroliss]en(si) sub Macrinio [Vindice proc(uratore) qui]nq(ue) et vigint(i) stip[en(diis) emerit(is) dimis(sis) hon]est(a) miss(ione) quor(um) [nomin(a) subscripta s]unt civit(atem) Roman(am) [qui eor(um) non ha]b(erent) ded(it) et con(ubium) cum [uxor(ibus) quas tu]nc hab(uissent) cum est [civit(as) i(i)s dat(a) aut] cum i(i)s quas post(ea) [dux(issent) dumtax(at) si]ngulis [[Imp(erator) Caes(ar) divi Hadrian(i) f(ilius) divi Traiani Parthici n(epos) divi Nervae pron(epos) T(itus) Aelius Hadrianus Antoninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae)] [equit(ibus) et pedit(ibus) qui mil(itaverunt) in alis III ---] et vigint(i) stipend(iis) emerit(is) dimis(sis) honest(a) miss(ione) quor(um) nomin(a) subscript(a) sunt civit(atem) Roman(am) qui eor(um) non haber(ent) dedit et conub(ium) cum uxor(ibus) quas tunc habuis(sent) cum est civit(atem) i(is) dat(a) aut cum i(is) quas post(ea) dux(issent) dumtax(at) singulis a(nte) d(iem) V K(alendas) Oct(obres) Sex(to) Calpurnio Agricola Ti(berio) Claudio Iuliano co(n)s(ulibus) coh(ors) I Ulpia Britton(um) |(milliaria) cui

83 Tomados del Epigraphische Datenbank Clauss-Slaby httpwwwmanfredclauss de

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prae(e)st L(ucius) Nonius Bassus Picen(o) ex pedite Luonerco Molaci f(ilio) Britt(oni) descript(um) et recognit(um) ex tabul(a) aer(ea) quae fixa est Romae in mur(o) post templ(um) divi Aug(usti) ad Minervam

Tipasa (Tefessad) Mauretania Cesariense AE 1951 265 = AE 1955 133

D(is) M(anibus) Adiutoris eq(uitis) al(ae) pri(mae) Can(n)anafatium vi(xit) XXXXI m(ilitavit) an(nos) XXIII pro(curante) l(i)b(erto) ipsi(us) bene me(renti) Cabanus he(res) po(suit)

Savaria (Szombathely) Panonia Superior CIL III 4183

T(itus) Cnorius Sabinianus ex praef(ecto) alae Contariorum v(ir) e(gregius) et L(ucius) Val(erius) Verus dec(urio) c(oloniae) C(laudiae) Savar(iensium) sacerdotalis p(rovinciae) P(annoniae) s(uperioris) cryptam vi ignis exustam sumptibus suis refecerunt

Brigetio (Kornye) Panonia Superior CIL III 4278

D(is) M(anibus) Val(erio) Saturnino vet(erano) ex dup(licario) alae I Ulp(iae) Cont(ariorum) qui vixit an(nos) L et Val(erio) Sabino mil(iti) leg(ionis) I Ad(iutricis) stip(endiorum) III vixit an(nos) XXV filio Caes(ia) Digna marito et filio f(aciendum) c(uravit)

Apamea Siria AE 1987 955

Aur(elio) Basso quandam(sic) sig(nifero) al(ae) I Ulp(iae) (C)ontariorum stipendiorum VIII vixit annos XXVIIII XI Kal(endas) Maias Gallo et Volusiano consilibus() titulus positus a Marc(io) Cotum(sic) (d)ec(urione) al(ae) c(ivium) R(omanorum)

Apamea Siria AE 1993 1589

D(is) M(anibus) Iulius Valerianus eques alae I Ulp(iae) contariorum stip(endiorum) XXIII vixit annis XXXXVI Ulp(ius) Ingenu(us) dupl(icarius) alae eiusdem heres posuit b(ene) m(erenti)

Arrabona (Gyor) Panonia Superior CIL III 4379

D(is) M(anibus) Ulp(ius) Variu(s) Ore() vet(e)r(anus) ex stat(ore) al(a)e I Ulp(iae) Cont(ariorum) do(mo) Af(rica) vixs(it) ann(os) XLV et Ael(iae) Sabin(a)e fi(liae) vix(it) ann(os) X Ael(ia) Domitia con(iunx) et Ulp(ius) Sabinianus et Ulp(ius) [Cele]rinus et Sabi[nil]la fili(i) vivi cum [mat(re) pa]tri karis(simo) posuerunt

Sentpalpuszta Panonia Superior CIL III 11081 = AE 1899 3

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[D(is) M(anibus)] M(arcus) Aur(elius) [3]us vex(illarius) al(ae) p(rimae) C(ontariorum) Anto(ninianae) et Elv(iae) Bon(a)e c(oniugi) car(issimae) et f(iliae) Aur(eliae) Valerin(a)e et Ae(liae) Sabin(a)e et Elv(io) Verecundo an(norum) LXX Pulc(h)r(a)e() Suri an(norum) LX et Elv(io) Vitali an(norum) XVIII et Au(relio) Ma(n)suetiano an(norum) VII et Ae(lio) Florido M(arcus) Aur(elius) Valerianus sib(i) [et] su[i]s vivi f(ecit)

Roma CIL VI 1449 = AE 1967 16 = AE 196970 13

M(arco) Macrinio Avito M(arci) f(ilio) Claud(ia) Catonio Vindici co(n)s(uli) aug(uri) p(opuli) R(omani) Quiritium leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) prov(inciae) Moes(iae) inf(erioris) leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) Moes(iae) sup(erioris) cur(atori) civitat(is) Arimin(ensium) p[r]oc(uratori) prov(inciae) Dac(iae) Malv(ensis) praef(ecto) alae contar(iorum) praef(ecto) alae III Thrac(um) trib(uno) milit(um) leg(ionis) VI Victr(icis) praef(ecto) coh(ortis) VI Gall(orum) donat(o) donis mil(itaribus) in bello Germ(anico) ab Imp(eratore) M(arco) Aur(elio) Antonino Aug(usto) hast(is) pur(is) II et vexill(is) II cor(o)na mural(i) et vallar(i) Iunia Flaccinilla marito karissimo et Macrinia Rufina patri piissimo vixit annis XLII m(ensibus) V

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SELECCIOacuteN DE IMAacuteGENES

Fig 1 Relieve de la estela funeraria del eques Aduitor miembro del ala I Canninefatum (AE 1955

133) empuntildeando un contus sarmaticus por el lateral derecho de su montura DIXON SOUTHERN 1997 p 49

Fig 2

Grafito de Dura-Europos datado en torno a los ss II-III dC representando un catafracto parto romano o sasaacutenida JUNKELMANN 1992 p 197

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Fig 3 Las dos bardas de escamas metaacutelicas completas encontradas por Rostovzeff en las

excavaciones de Dura-Europos a lo largo de la campantildea de 1932-33 JUNKELMANN 1992 p 214

Fig 4 Relieves de Firuzabad (Iraacuten) representando a un clibanario persa sasaacutenida derribando a un

catafractarioclibanario parto s III dC Obseacutervese las bandas transversales que se ven en los brazos del jinete de la derecha que probablemente esteacuten representando un tipo de manica

WILCOX 2001 p 22

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Fig 5 Relieve de Firuzabad representando a unos catafractosclibanarios parto y sasaacutenida forcejeando

en combate cuerpo a cuerpo Ilustracioacuten de Wilcox 2001 p 23

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FIG 6 Catafractos partos del s I aC Obseacutervense las protecciones tipo manicae portadas por ambos

jinetes en los brazos El jinete de la derecha tambieacuten las lleva sobre las piernas A Mc Bride en WILCOX 2001

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Fig 7 Fragmentos de cotas de escamas y laacuteminas para armadura encontradas en enterramientos

saacutermatas de los ss I-III dC NEGIN 1998 p 70

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Fig 8 Estela de Athenios en Panticapea (Crimea Ucrania) donde se puede observar a un jinete (izqda) que parece montar un caballo protegido con una cota de escamas al igual que eacutel

NEGIN 1998 p 66

Fig 9 Reconstruccioacuten de un contario saacutermata (izqda) en accioacuten s II dC seguacuten G Embleton en

BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 10 Reconstruccioacuten el posible aspecto de un jinete pesado saacutermata y de la posible proteccioacuten de su

montura s II dC seguacuten G Embleton en BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 11 Reconstruccioacuten de un jinete pesado saacutermata equipado con una armadura compuesta ss I-II

dC seguacuten NEGIN 1998 p 73

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Fig 12 Casco romano tipo Russell Robinson tipo B basado en un ejemplar encontrado en Ely

(Cambridgeshire Reino Unido) ss I-II dC GOLDSWORTHY 1998 p 238

Fig 13

Casco romano tipo Rusell Robinson E basado en un hallazgo realizado en Hedderneim (Alemania) ss II-III GOLDSWORTHY 1998 p 238

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Fig 14

Reconstruccioacuten de un casco romano del tipo Niederbieber ss II-III dC seguacuten GILBERT 2010 p 136

Fig 15

Reconstruccioacuten de una variante del casco romano tipo Heddernheim con y sin maacutescara de proteccioacuten para el rostro ss II-III dC seguacuten ALEXANDRA GILBERT 2009 pp 24-26

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Fig 16 Fragmento de lorica squamata de escamas semi-riacutegidas s II dC

BISHOP COULSTON 1993 p 116

Fig 17 Silla de montar romana de cuatro cuernos seguacuten la reconstruccioacuten de P Connolly

DIXON SOUTHERN 1997 p 71

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Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

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Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

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Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

Recibido 17 mayo 2011 Aprobado 22 junio 2011

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David SORIA MOLINA Doctorando ndash Universidad de Murcia

RESUMEN La adopcioacuten de la caballeriacutea pesada acorazada de choque por parte del ejeacutercito romano supuso un cambio fundamental en su tradicioacuten militar El desarrollo de las primeras unidades de contarii catafractii y clibanarii asiacute como su particular expansioacuten a lo largo del s III dC nos habla de un importante proceso de transformacioacuten en el pensamiento taacutectico del ejeacutercito romano y de una nueva muestra de su fascinante capacidad de adaptacioacuten a las circunstancias que el medio le planteaba A lo largo de este artiacuteculo trataremos la apari-cioacuten de estas primeras unidades tales como el ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta y el ala I Vlpia contariorum las tradiciones militares en que pudieron inspirarse asiacute como su fun-cionamiento en el campo de batalla sin olvidar plantear las principales teoriacuteas historiograacute-ficas en torno a estas cuestiones

SUMMARY The adoption by the roman army of heavy armored shock cavalry was a

fundamental change in his military tradition The development of the early contarii catafrac-tii and clibanarii units as well as their particularly expansion during the Century III AD tell us about a main transformation in the tactical mind of the roman army and of a new example of his fascinating capacity in adapting to the circumstances that the medium offered to it Along this article we shall discuss about the apparition of this first military units like ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta and ala I Vlpia contariorum the military traditions in which could inspirate themselves and so their work in the battlefield without forgetting to explain the main historiographical theories about this matters

La caballeriacutea pesada acorazada especializada en acciones de carga y

choque se encuentra presente en los ejeacutercitos de la Antiguumledad desde el pe-riodo heleniacutestico Emergidas entre las filas de la caballeriacutea de los pueblos de las estepas euroasiaacuteticas estas unidades se convertiriacutean en un elemento esen-cial de los ejeacutercitos del Imperio parto las tribus saacutermatas del Imperio sasaacute-nida o entre los alanos Se trata de culturas cuya tradicioacuten militar gravitoacute en torno al uso masivo de la caballeriacutea y donde la infanteriacutea constituyoacute o bien un mero elemento auxiliar o una fuerza con un protagonismo menor al que este arma teniacutea en el Occidente greco-romano Todas estas culturas entraron en contacto directo con el Imperio romano en un momento u otro desde el s I aC un contacto en muchas ocasiones violento que contemplariacutea el en-

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cuentro sobre los campos de batalla del Proacuteximo Oriente y la Europa del Es-te de la caballeriacutea pesada oriental y las legiones romanas altoimperiales Y sin embargo no fue hasta comienzos del s II dC que el ejeacutercito romano co-menzoacute a desarrollar sus propias unidades de caballeriacutea pesada acorazada si-guiendo los modelos estepario-orientales con los que habiacutea convivido hasta el momento

Estas unidades de caballeriacutea pesada fueron conocidas por la historio-grafiacutea latina y griega como cataphractikataphractoi clibanarii y contarii Aunque los testimonios de su presencia en los ejeacutercitos partos y saacutermatas son abundantes en la literatura greco-latina de la eacutepoca su aparicioacuten en los ejeacuter-citos romanos en eacutepoca altoimperial a penas nos es conocida gracias a la epi-grafiacutea y a muy escasos testimonios literarios

A lo largo de los dos primeros siglos del Alto Imperio la caballeriacutea romana habiacutea sido una versaacutetil y flexible arma capacitada para combatir igualmente a distancia como en formaciones cerradas de choque a la carga iquestQueacute pudo motivar el desarrollo a finales del s I y principios del II dC de unidades que a todas luces estaban bastante alejadas de la tradicioacuten militar romana

FUENTES Los testimonios en torno al surgimiento de la caballeriacutea pesada acora-

zada en el ejeacutercito romano provienen predominantemente de la epigrafiacutea Tan soacutelo Flavio Josefo al describir el ejeacutercito del futuro emperador Vespa-siano empentildeado en su contienda contra la revuelta judiacutea del 66 dC hace mencioacuten expliacutecita la existencia ya en el ejeacutercito romano de unidades de ca-balleriacutea denominadas contarii (en griego κοντοφόρoι)1 es decir jinetes equi-pados con el contusκόντος una lanza pesada de acometida unos cuatro me-tros de longitud empuntildeada a dos manos de origen saacutermata2 Sobre la existen-cia de unidades de contarii en eacutepoca de Adriano hace varias menciones igualmente Arriano en su Tactica3

A traveacutes de la epigrafiacutea sin embargo tenemos atestiguadas tres unida-des formadas aproximadamente bajo los reinados de Trajano y Adriano En primer lugar el Ala I Vlpia contariorum milliaria probablemente constituida

1 FLAVIO JOSEFO La guerra de los Judiacuteos III 5 5 2 DIXON STEPHENSON 2003 p 71-73 DIXON SOUTHERN 1997 pp 75-76 BISHOP

COULSTON 1993 pp 109-111 FIELDS 2006 pp 10 LEBEDYNSKY 2002 p 163 GOLDS-WORTHY 1998 p 240

3 ARRIANO Taacutectica 4 seguacuten EADIE 1967 p 167

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bajo el reinado de Trajano y para la cual disponemos de abundantes testimo-nios epigraacuteficos en forma de inscripciones votivas honorarias y funerarias asiacute como diversos diplomas militares muchos de los cuales datan del reina-do de Septimio Severo4 En segundo lugar el ala I Canninefatum Canina-fatium Cannanefatium conocida a traveacutes de la estela funeraria del eques Adiutor donde aparece este jinete romano empuntildeando una lanza a dos manos que probablemente sea un contus5 En tercer lugar dos referencias al ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta La primera y maacutes importante de las mismas data de eacutepoca de Adriano6 una estela dedicada a Marco Menio Agri-pa prefecto del ala citada siendo la primera referencia a unidades de cata-fractarios del ejeacutercito romano conocida antes de mediados del s III dC La segunda pertenece a un diploma militar datado en el antildeo 154 dC durante el reinado de Antonino Piacuteo donde soldados de este ala reciben su honesta missio junto con miembros de otras unidades auxiliares7

El registro iconograacutefico representa otra de las fuentes clave para el co-nocimiento de estas unidades militares en el periodo citado En primer lugar debemos citar los relieves que acompantildean algunas de las inscripciones cita-das especialmente las de caraacutecter funerario donde suele aparecer el soldado a lomos de su caballo o a pie junto al mismo En este sentido podemos citar como ejemplo la estela del eques Aduitor del ala I Canninefatum Debemos sentildealar que hasta la fecha no se ha encontrado ninguacuten relieve (funerario o no) datado en eacutepoca antonina o severa donde esteacute representado un catafrac-tus o un clibanarius identificable como romano Nuestras fuentes iconograacute-ficas para estas unidades se completan con relieves incluidos en contextos monumentales asiacute como con grafitos En el primer caso se han sentildealado las metopas I II III y IV del Tropaeum Traiani en Adamklissi En eacutestas apa-recen representados sendos jinetes equipados con cota de mallas espada un posible escudo y una lanza portada con una sola mano mientras que sus monturas no se presentan protegidas Seguacuten J W Eadie8 estos jinetes esta-riacutean equipados probablemente con un contus (deduccioacuten que extrae especial-mente de la metopa IV donde aparece uno de estos jinetes alanceando a un

4 CIL III 4183 4278 4341 4359 4360 4361 4362 4369 4370 4378 4379 5091 11081 13441 CIL V 5266 CIL VI 1449 CIL XVI 64 AE 1977 3 AE 1908 45 46 AE 1965 131 AE 1987 796 955 AE 1993 1589 1590 1593 1596 AE 2004 1905

5 AE 1955 133 DIXON STEPHENSON 2003 p 70-71 SPEIDEL 1992 GOLDSWORTHY 1998 p 240 LEBEDYNSKY 2002 p 236 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 323-324

6 CIL XI 5632 GOLDSWORTHY 1998 p 241 DIXON SOUTHERN 1997 p 76 EADIE 1967 p 167

7 CIL XVI 110 = CIL III Diploma XLIV = AE 1980 760 EADIE 1967 p 167 MIELCZAREK 1993 p 73

8 EADIE 1967 p 167

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enemigo) y que por lo tanto estariacuteamos ante la imagen de unos contarii Pa-ra justificar el hecho de que las lanzas representadas sean de reducido ta-mantildeo para ser realmente un contus Eadie considera que la imagen (como en otras muchas metopas) estaacute ajustada a los liacutemites del espacio disponible para representarla y que por lo tanto sus dimensiones estaacuten deformadas En el se-gundo caso podemos incluir un grafito encontrado en Dura-Europos donde aparece representado un catafracto o un clibanario a caballo entre los ss II-III dC seguacuten la inmensa mayoriacutea de las teoriacuteas9 Sin embargo en ninguacuten ca-so se ha aclarado la ldquonacionalidadrdquo del jinete representado no arriesgaacutendose ninguna de las propuestas existentes hasta la fecha a aventurar si se trata de un jinete romano parto o incluso sasaacutenida

Finalmente resta por mencionar las fuentes arqueoloacutegicas Sin embar-go los testimonios arqueoloacutegicos de la existencia de estas unidades desde eacutepoca de Trajano hasta Severo Alejandro resultan escasos Salvo que aparez-ca una inscripcioacuten lo suficientemente clara no hay forma de atribuir un acuartelamiento de caballeriacutea romana (dado el caso de que se pueda iden-tificar claramente dicho acuartelamiento como propio de una unidad de ca-balleriacutea) a un tipo de unidad o a otra Por otra parte los hallazgos de piezas de equipamiento (fragmentarias o completas) atribuibles exclusivamente a contarios catafractos o clibanarios resultan muy escasos aunque significati-vos y a veces difiacuteciles de identificar como tales Respecto al arma caracte-riacutestica de los contarii el contus no han sobrevivido en el registro arqueoloacute-gico restos orgaacutenicos (la madera del asta) que nos permitan identificar una lanza de acometida como un arma de estas caracteriacutesticas Respecto de las puntas y regatones metaacutelicos que siacute suelen conservarse (en mejor o peor es-tado) en el registro arqueoloacutegico apenas podemos distinguir su pertenencia a armas arrojadizas o armas de acometida pero dentro de esta uacuteltima categoriacutea resulta casi imposible establecer su atribucioacuten a un contus con suficiente se-guridad En cuanto a elementos considerados como parte exclusiva del equi-pamiento de un catafractario o un clibanario (en principio no necesariamente romano pues como veremos maacutes adelante existe un importante debate en torno al equipamiento atribuible a estos catafractii y clibanarii romanos y auacuten a los de otros Estados y culturas de la eacutepoca) destacan claramente las tres bardas de escamas encontradas durante las excavaciones en Dura-Euro-pos en 1932-33 y datadas hacia el s III dC 10 Aunque trataremos el (proba-ble) equipamiento militar de estas unidades con mayor detalle en otro apar-tado sentildealaremos aquiacute que dos de ellas (una completa y otra fragmentaria)

9 ROSTOVZEFF 1933 MIELCZAREK 1993 p 36 BISHOP COULSTON1993 p 157 DIXON

SOUTHERN 1997 p 76 Seguacuten FIELDS 2006 p 10 se tratariacutea de un clibanarius 10 ROSTOVZEFF BELLINGER HOPKINS WELLES1936 y JAMES 2004

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son de escamas de bronce cosidas a un manto de lino mientras que la res-tante es de escamas de hierro cosida igualmente a un manto de tela11 Otros hallazgos arqueoloacutegicos (como los cubrecabezas para caballos teacutecnicamente denominados como chamfrons) son atribuibles tanto a las unidades pesadas de choque de la caballeriacutea romana que estamos tratando como a otras unida-des maacutes comunes desde otros elementos de proteccioacuten maacutes o menos pesados para jinete o caballo hasta piezas de uso praacutecticamente general como sillas de montar arreos etc que expondremos con detalle maacutes adelante Algunas de estas piezas como las sillas de montar (magniacuteficamente estudiadas por P Connolly12) pueden servir de ayuda para enfocar y dilucidar diversas cues-tiones y discusiones surgidas en la historiografiacutea en torno a la caballeriacutea pe-sada romana altoimperial

CONTARII CATAFRACTII CLIBANARII IDENTIFICACIOacuteN Y DEFINICIOacuteN DE UNA

ESPECIALIDAD MILITAR La utilizacioacuten de los teacuterminos contarii catafractii y clibanarii por

parte de los romanos para referirse a diversas formas o de diversos modos a unidades de caballeriacutea pesada de choque maacutes o menos acorazada es un hecho Sin embargo iquestsabemos realmente cuaacutel era la definicioacuten que se ocul-taba tras cada teacutermino a ojos de un militar romano de los ss II-III dC Eacuteste no es un tema baladiacute pues en cierta medida la cuestioacuten continuacutea abierta no habiendo auacuten un consenso o al menos una corriente imperante en torno a cuaacutel era la distincioacuten real entre un catafractus y un clibanarius Respecto al contarius por el contrario no parecen existir excesivas dudas acerca de su particular naturaleza si bien algunas propuestas lanzadas al respecto de los catafractii romanos han llegado a asemejarlos bastante Dar respuestas a estas preguntas antes de abordar en detalle los antecedentes y el desarrollo de las primeras unidades de caballeriacutea pesada acorazada del ejeacutercito romano es esencial

La cuestioacuten en torno a queacute era un contarius es la mejor aclarada hasta la fecha Antes de su atestiguacioacuten en el ejeacutercito romano el contarius no aparece maacutes que entre las filas de la caballeriacutea saacutermata como veremos En general todas las tesis sostienen que el contario o contarius tambieacuten cono-cido como κοντοφόροι dentro del ejeacutercito romano o del saacutermata era un ji-nete cuya principal caracteriacutestica era empuntildear una lanza de casi cuatro me-tros de largo denominada contus sarmaticus La proteccioacuten de un contario

11 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-63 DIXON STEPHENSON 2003 pp 115-116 JAMES 2004 FIELDS 2006 p 20

12 CONNOLLY 1986 1987 1997 2004 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991

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podriacutea ser mayor o menor pero en general su montura no se encontrariacutea pe-sadamente protegida13 Es esta la imagen que parece aportar la estela del eques Aduitor14 quien aparece armado aparentemente tan soacutelo con el contus y vistiendo uacutenicamente una tuacutenica y un manto mientras que su caballo no parece llevar tampoco proteccioacuten alguna Siguiendo la propuesta lanzada por Eadie al respecto de los jinetes de las metopas I a IV del Tropaeum Traiani los contarii apenas portariacutean como proteccioacuten corporal una coraza corriente y a lo sumo un yelmo sin que sus caballos portaran proteccioacuten alguna Pero maacutes allaacute de estos detalles la definicioacuten del contario estariacutea clara un jinete equipado principalmente con un contus de este modo combinariacutea la agilidad y velocidad de un jinete comuacuten (cuyo caballo no estariacutea significativamente protegido) con la potencia de embestida de una lanza pesada que aporta la ventaja de golpear antes al enemigo (y derribarlo) gracias a su superior lon-gitud15

La cuestioacuten en torno a los catafractii y clibanarii es de una naturaleza bien distinta empezando por el hecho de que no estaacute claro si se trata de dos teacuterminos distintos refirieacutendose a una misma especialidad de caballeriacutea o si se trata realmente de dos especialidades en verdad distintas en taacutecticas y en equipamiento

En principio el teacutermino griego κατάφρακτος significa ldquocubierto de armadura acorazadordquo16 o ldquocubierto con cota de mallardquo17 La terminologiacutea pone asiacute el eacutenfasis desde el principio en la proteccioacuten en este sentido se tra-tariacutea de la caracteriacutestica definitoria de un catafractario Entre tanto clibana-rius viene del teacutermino latino clibanus ldquohorno de campantildeardquo18 que a su vez desciende del teacutermino griego κλίβανος ldquohorno hornillordquo teacutermino que posi-blemente hiciera referencia a las altas temperaturas que se podiacutean alcanzar bajo una armadura metaacutelica densa Asiacute pues en principio parece que la ca-racteriacutestica principal inicial de ambos tipos de jinete es portar una proteccioacuten metaacutelica especialmente extensa o acentuada proteccioacuten que se hariacutea exten-

13 ARRIANO Taacutectica 4 3 44 EADIE 1967 pp 165-167 DIXON SOUTHERN 1997 pp 49-50 y 75-76 LEBEDYNSKY 2002 pp 163-166

14 SPEIDEL 1992 considera que el ala I Canninafatium al no especificar que estuviera compuesta o no por contarii probablemente se trataba de un ala de equites tiacutepicamente roma-nos donde un grupo de soldados (entre los que se contariacutea Aduitor) se especializariacutea en el uso del contus

15 GOLDSWORTHY 1998 p 241 16 PABOacuteN S DE URBINA Diccionario manual griego-espantildeol Madrid 1999 17 EADIE 1967 p 162 18 SEGURA MUNGUIacuteA Nuevo diccionario etimoloacutegico latiacuten-espantildeol y de las voces deriva-

das Universidad de Deusto Bilbao 2006

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siva al caballo19 Sin embargo aunque la terminologiacutea pone el acento en el equipamiento militar como medio de distincioacuten de estas unidades de caballe-riacutea respecto de otras no aporta ninguna pista para realizar esa misma distin-cioacuten entre los catafractii y los clibanarii propiamente dichos Definir correc-tamente queacute es un catafracto y queacute es un clibanario (al menos en lo que al ejeacutercito romano se refiere) resulta fundamental para entender queacute tipo de sol-dados eran realmente los catafractii de eacutepoca altoimperial

Seguacuten Speidel catafractii seriacutea un teacutermino que hariacutea referencia a todo tipo de caballeriacutea pesada acorazada del ejeacutercito romano fuera cual fuera su funcioacuten taacutectica o particularidades especiacuteficas de equipamiento clibanarii se refeririacutea entonces a la caballeriacutea pesada de semejante tipo propia de los ejeacuter-citos partos y sobre todo sasaacutenidas20 Sin embargo esta teoriacutea no nos resulta de utilidad directa cara a nuestro estudio pues se refiere a unidades de ca-balleriacutea contenidas en la Notitia Dignitatum y a otras unidades del Bajo Im-perio las cuales no abordamos aquiacute

Para JC Coulston la distincioacuten entre ambos tipos de unidades deven-driacutea principalmente por tanto del equipamiento21 sobre todo si tenemos en cuenta que en el propio Bajo Imperio encontramos unidades de clibanarios y catafractos en el ejeacutercito romano atestiguadas por la propia Notitia Dignita-tum especialmente en Oriente22 En este sentido Coulston sostiene que una catafracto es un jinete acorazado menos pesado que su contrapartida cliba-nario y que hariacutea uso de lanza y escudo en un estilo ldquooccidentalrdquo de combate El clibanario por el contrario seguiriacutea las tradiciones orientales puras em-pleando fundamentalmente la lanza de acometida y el arco

Desde nuestro particular punto de vista preferimos adscribirnos a la propuesta realizada por M Mielczarek este autor postula que intentar dife-renciar un catafracto de un clibanario a partir (tan soacutelo) del equipamiento mi-litar (tal y como propondriacutea Coulston) no es un punto de partida totalmente acertado y que ha sido fruto de muchas malinterpretaciones de las fuentes Mielczarek hace hincapieacute en la necesidad de tratar de distinguir ambas uni-dades a partir de las taacutecticas que probablemente usaron23 Seguacuten este autor los catafractos seriacutean un tipo de caballeriacutea pesada especializada en cargar con lanza de acometida tipo contus empuntildeada a dos manos por el lado dies-tro de la cabeza del caballo en un estilo de combate especialmente prepara-do para batir a la infanteriacutea (en su origen a la falange macedoacutenica) Los cata-

19 MIELCZAREK 1993 p 9 20 SPEIDEL M P 1984 DIXON SOUTHERN 1997 p 76 21 COULSTON J C 1986 seguacuten DIXON SOUTHERN 1997 p 76 22 MIELCZAREK 1993 pp 76-77 23 MIELCZAREK 1993 pp 11-16

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fractos empleariacutean ademaacutes despliegues en cuntildea y columna para hacer su ataque auacuten maacutes penetrante contra una formacioacuten de infanteriacutea Al enfrentarse a un enemigo capaz ademaacutes de infiltrarse entre las filas de sus monturas y de agredir a sus caballos con el objetivo de descabalgarlos los catafractos llevariacutean sus animales protegidos con armaduras bastante extensas que ten-deriacutean a proteger no soacutelo la pechera cerviz y cabeza de los mismos sino tambieacuten sus flancos y buena parte de las patas Los clibanarios estariacutean equi-pados del mismo modo (ellos y sus monturas protegidos) si bien empleariacutean sus lanzas empuntildeaacutendolas a dos manos en diagonal tras la cerviz del caballo para atacar por el lateral izquierdo del mismo en direccioacuten a otro jinete en este caso los clibanarios estariacutean empleando taacutecticas contra caballeriacutea donde sus despliegues resultariacutean maacutes amplios y abiertos recibiendo incluso apoyo nutrido de otras fuerzas de caballeriacutea maacutes flexibles Al mismo tiempo la pro-teccioacuten de sus monturas no se extenderiacutea tanto hacia las patas mientras que hariacutea hincapieacute en la cerviz la cabeza y los flancos y sobre todo en la pro-teccioacuten del jinete mismo En este sentido catafractii y clibanarii no seriacutean dos formas indistintas de mencionar a un mismo tipo de soldado simple-mente se tratariacutea de soldados equipados de forma similar pero capaces de emplear taacutecticas de catafractii o de clibanarii seguacuten lo requirieran las cir-cunstancias24

Este planteamiento ha sido recogido recientemente por Meneacutendez Arguumliacuten quien tambieacuten aboga por una diferenciacioacuten eminentemente taacutectica entre ambas especialidades de caballeriacutea La propuesta de Arguumliacuten sin embar-go precisa de un modo diferente (pero no excluyente) las particularidades taacutecticas que separan a catafractii de clibanarii los primeros combatiriacutean en formaciones cerradas praacutecticamente en columna mientras que los segundos peleariacutean en formacioacuten aproximada a la de cuntildea apoyados por arqueros a ca-ballo Esta propuesta como ya hemos sentildealado no contradice los presupues-tos lanzados por Mielczarek sino que maacutes bien retoma y completa sus enfo-ques El principal intereacutes de la teoriacutea de Meneacutendez Arguumliacuten radica en que lle-ga a la conclusioacuten clara de que el mismo tipo de jinete podiacutea ser indistinta-mente un catafractus o un clibanarius y que ambas denominaciones no dis-tinguiacutean sino dos taacutecticas y usos concretos de lo que en esencia era el mismo tipo de especialidad militar25

En efecto anteriormente hemos visto que la terminologiacutea parece ha-blar de una semejanza bastante acentuada en el equipamiento ambos tipos de soldado portariacutean pesadas armaduras ellos y sus caballos Las diferencias sensibles entre ambos resultariacutean en realidad miacutenimas Sabemos que los le-

24 MIELCZAREK 1993 pp 43-50 25 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 p 320

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gionarios romanos podiacutean variar su equipamiento (al menos en eacutepoca alto-imperial) seguacuten las circunstancias o las taacutecticas empleadas iquestQueacute impediriacutea por tanto a un catafracto actuar como un clibanario y viceversa seguacuten las necesidades Recordemos por otra parte que auacuten no tenemos atestiguada la existencia de clibanarii (seguacuten nuestras fuentes) en el ejeacutercito romano antes del s IV dC Que soacutelo conozcamos la existencia de catafractos implica que estos se emplearon necesariamente tan soacutelo como arma anti-infanteriacutea En realidad un catafractario necesitaba poco maacutes que el entrenamiento adecuado (en base a los planteamientos de Mielczarek y Meneacutendez Arguumliacuten) para poder actuar como lo que posteriormente seriacutea su homoacutelogo clibanario Quizaacutes la tardiacutea aparicioacuten del clibanarius en el ejeacutercito romano deriva maacutes del uso in-distinto del catafractus contra infanteriacutea y caballeriacutea durante bastante tiempo el clibanarius seriacutea por tanto un desarrollo y una especializacioacuten posterior dentro de una misma rama del ejeacutercito ya de por siacute claramente definida La distincioacuten en base a las taacutecticas propuesta por Mielczarek y enfatizada por Meneacutendez Arguumliacuten resulta la maacutes flexible y la que aporta respuestas maacutes sa-tisfactorias a las preguntas que la caballeriacutea pesada acorazada del mundo an-tiguo (en general) nos plantea Seguacuten Mielczarek el catafracto emerge como una respuesta del arma de caballeriacutea oriental a la falange macedoacutenica26 El clibanario surge posteriormente (ya en el s III dC) de nuevo en contextos orientales y lo hace ya como un homoacutelogo del catafracto especialista en ba-tir a otra caballeriacutea recibiendo apoyo incluso de unidades de jinetes maacutes li-geros especialmente arqueros a caballo27

El desarrollo que podemos plantear a partir de esta teoriacutea resulta loacute-gico el clibanario surge como tal desde el momento en que el catafractario se ve obligado a enfrentarse a otra caballeriacutea o a otros catafractarios con de-masiada frecuencia Probablemente no sea ninguna casualidad que el cliba-nario haga su aparicioacuten a mediados del s III dC en un contexto en el que la principal superpotencia oriental el Iraacuten parto y sasaacutenida se enfrenta frecuen-temente a enemigos que empleaban sus mismas taacutecticas y unidades especia-lizadas (como los saacutermatas o los alanos) o que las han adoptado y empleado contra ellos a su vez igualmente como es el caso claro del Imperio romano y sus alae catafractae

26 MIELCZAREK 1993 pp 43 y 46-48 27 MIELCZAREK 1993 pp 48-50

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ANTECEDENTES Y MODELOS POTENCIALES DE LA CABALLERIacuteA PESADA RO-MANA PARTOS Y SAacuteRMATAS

En el Imperio parto La presencia de catafractos en el ejeacutercito parto estaacute atestiguada desde

el s I aC a partir de los encuentros de Tigranocerta (69 aC) y Carras (53 a C) Este tipo de caballeriacutea entre los partos estaba compuesta por las princi-pales eacutelites de su sociedad dado no soacutelo el coste del equipamiento y su man-tenimiento sino la necesidad de un constante entrenamiento para lograr una aceptable destreza en su uso individual y en el conjunto de una unidad mili-tar28 En este sentido los catafractos formaban un cuerpo minoritario dentro del ejeacutercito si bien constituiacutean probablemente una de las piezas dorsales de su ejeacutercito dadas las taacutecticas empleadas por su ejeacutercito a lo largo de la histo-ria de sus encuentros con Roma

El equipamiento del catafractario parto sin embargo probablemente no estaba estandarizado Al depender de la capacidad adquisitiva de cada in-dividuo las variaciones estariacutean a la orden del diacutea (entre unidades y entre los componentes de las mismas) y probablemente soacutelo unidades selectas como los guardias de corps de los soberanos estariacutean debidamente uniformadas en cuanto a equipo29 Para reconstruir el equipamiento de un catafracto parto disponemos de diversas fuentes principales especialmente los testimonios li-terarios romanos asiacute como diversos testimonios graacuteficos Entre las fuentes literarias destaca Plutarco quien en su biografiacutea de Luacuteculo menciona que la caballeriacutea pesada parta portaba pesadas armaduras ellos y sus monturas hasta el punto de obligar a los legionarios romanos a buscar puntos desprote-gidos y deacutebiles para atacarles30 En su descripcioacuten de la batalla de Carras el mismo Plutarco nos da algunos detalles maacutes sobre los catafractos partos mencionando que portaban cascos y corazas de hierro y que sus monturas iban protegidas con jaeces de bronce o acero31 Las representaciones graacuteficas de catafractos partos son variadas destacando entre ellas el relieve de Firu-zabad y los de Naqsh-i-Rustam donde se representa un violento enfrenta-miento entre catafractos partos y sasaacutenidas asiacute como el ya citado grafito de Dura-Europos donde la adscripcioacuten del jinete representado auacuten sigue en duda

28 MIELCZAREK 1993 p 56 29 WILCOX 2001 p 10 30 PLUTARCO Luacuteculo XXVIII 4 31 PLUTARCO Craso XXIV 1

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A partir de eacutestas y otras fuentes se ha podido reconstruir una imagen general del catafracto parto y su equipamiento para los ss I-III dC Respecto al equipamiento defensivo el jinete portariacutea un yelmo de bronce o hierro y protegeriacutea su torso con una coraza que podriacutea oscilar desde una simple cota de mallas de mayor o menor extensioacuten pasando por una cota de escamas (un tipo de proteccioacuten muy extendida en Oriente y las estepas euro-asiaacuteticas) o incluso una coraza de laacuteminas Las corazas de tipo griego o thoacuterax atesti-guadas en el equipo de la caballeriacutea pesada seleuacutecida y escita no parece ser sin embargo una pieza favorita en el equipo de los jinetes partos ni de otros pueblos esteparios como los saacutermatas Probablemente este factor sea debido a la enorme rigidez de este tipo de protecciones lo que negariacutea al jinete la coacutemoda movilidad necesaria tiacutepica de la tradicioacuten militar de estos pueblos al contrario que la cota de escamas32

Esta proteccioacuten baacutesica podiacutea completarse con otras para el cuello pro-bablemente en cota de malla o escamas y para brazos y piernas de los jinetes maacutes pesadamente armados Estas protecciones para las extremidades podiacutean estar realizadas en cota de mallas en la mayor parte de los casos asiacute como en laacuteminas de cuero o metal (bronce o hierro) posiblemente imbricadas en un modo muy semejante a la manica romana de los ss II-III dC Para proteger las manos propiamente dichas el jinete podriacutea proveerse ademaacutes de unos guanteletes que en la mayor parte de los casos seriacutean de cuero o cota de mallas pues otro tipo de proteccioacuten impediriacutea sin maacutes mover las manos con seguridad En ninguno de los testimonios disponibles acerca de la caballeriacutea pesada parta se menciona el uso de escudos y en concreto Casio Dioacuten hace un eacutenfasis particular en el hecho de que los partos no los utilizaban33 Por uacuteltimo un catafracto parto podiacutea completar su panoplia con una maacutescara que protegeriacutea el rostro la uacutenica parte de su cuerpo que llegados a este punto quedariacutea descubierto No debemos olvidar este factor pues seraacute objeto de debate al respecto de los catafractii romanos maacutes adelante Un catafracto parto podiacutea y soliacutea protegerse no soacutelo a siacute mismo sino tambieacuten a su montura

Las protecciones maacutes simples para los caballos eran meras gualdrapas de cuero curtido Las maacutes complejas y pesadas podiacutean constituir proteccio-nes completas que cubririacutean principalmente la cabeza la cerviz la pechera el lomo y los flancos estando constituidas por escamas de bronce o hierro principalmente Igualmente se podiacutea equipar al caballo con una armadura maacutes ligera o ldquomedia armadurardquo que protegeriacutea tan soacutelo la cabeza cerviz y pechera las partes maacutes vulnerables del animal en el momento del choque con una formacioacuten enemiga Respecto al equipamiento ofensivo el arma

32 MIELCZAREK 1993 pp 57-58 LEBEDYNSKY 2002 pp 168-169 33 CASIO DIOacuteN Historia Romana XXXX152

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estrella era la lanza larga de acometida o contus No estaacute claro que un cata-fracto parto portara un arma complementaria a parte del contus pero parece loacutegico que asiacute lo hiciera pudiendo tratarse en este caso de espadas (funda-mentalmente de hoja larga) hachas o incluso mazas (armas perfectas para reventar protecciones metaacutelicas ajenas)34

Seguacuten puede concluirse a partir del testimonio que Plutarco aporta de la batalla de Carras los catafractos partos actuaban en coordinacioacuten con los mucho maacutes numerosos arqueros a caballo de su ejeacutercito los arqueros trata-riacutean de debilitar la formacioacuten enemiga lanzando sucesivos ataques a distan-cia llegado el momento oportuno los catafractos cargariacutean en formacioacuten cerrada replegaacutendose y cesando su fuego los arqueros en ese preciso ins-tante (para evitar el riesgo del ldquofuego amigordquo) empuntildeando sus conti a dos manos sobre el flanco derecho del caballo y en paralelo al costado de eacuteste para arroyar a la formacioacuten enemiga principalmente infanteriacutea pesada Si se-guimos las tesis de M Mielczarek estos mismos catafractos estariacutean prepa-rados para actuar como clibanarios tal y como vemos en los relieves de Naqsh-i-Rustam embistiendo contra otra caballeriacutea empleando sus conti cru-zados tras la cerviz de su montura hacia el lateral izquierdo del caballo y re-cibiendo un apoyo constante de la caballeriacutea ligera en esta accioacuten La prin-cipal debilidad de este tipo de caballeriacutea radicariacutea en la falta de apoyo de otras armas (como los citados arqueros a caballo) y sobre todo que su for-macioacuten fuera dispersada dado que un catafracto aislado constituiacutea un blanco faacutecil a descabalgar y una vez en el suelo su escasa movilidad los convertiacutea en viacutectimas de las iras de la infanteriacutea enemiga35

Entre los saacutermatas Los saacutermatas al igual que los escitas son uno de los grandes grupos

de pueblos noacutemadas indoeuropeos de lengua irania que durante la Antiguumle-dad poblaron las estepas que se extienden desde las orillas del Bajo Danubio y las faldas de los Caacuterpatos a traveacutes de Ucrania y Rusia meridional hasta el Caacuteucaso y los montes Urales Hacia el s I dC dos ldquotribusrdquo saacutermatas arriba-ron junto al limes danubiano del Imperio romano o a sus proximidades los saacutermatas yaacutezigos y roxolanos

Hasta ese momento preciso las taacutecticas y el armamento saacutermata estu-vieron caracterizados por seguir la norma tiacutepica de los ejeacutercitos de jinetes de

34 EADIE 1967 p 164 MIELCZAREK 1993 pp 57-63 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-91 GOLDSWORTHY 1998 pp 66-67 WILCOX 2001 pp 9-10

35 PLUTARCO Craso XIX-XXV Luacuteculo XXXVIII EADIE 1967 p 164 MIELCZAREK 1993 p 50 GOLDSWORTHY 1998 pp 66-67 WILCOX 2001 p 9

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la estepa seguacuten nos describe Estraboacuten se trataba fundamentalmente de fuerzas de arqueros a caballo y caballeriacutea ligera soacutelo espontaacuteneamente apo-yada por jinetes que podriacutea decirse conformaban alguacuten tipo de caballeriacutea ldquopesadardquo36 Sin embargo a mediados del s I dC la imagen que nos trans-mite Taacutecito en sus Annales e Historias resulta ya bien distinta en primer lu-gar relata un encuentro entre saacutermatas y partos donde los primeros rehuacutesan entablar un intercambio de proyectiles a caballo con los segundos optando por lanzarse a la carga contra los partos empuntildeando conti y espadas de hoja larga imponieacutendose de este modo a sus adversarios37 en segundo lugar des-cribe la presencia entre los ejeacutercitos saacutermatas de caballeriacutea de choque una eacutelite que considera conformada por los aristoacutecratas equipados con armadu-ras tan pesadas que en caso de ser derribados no podriacutean levantarse38 Si atendemos a fuentes iconograacuteficas tales como el vaso de Kossika (Rusia) o los frescos de la tumba descubierta en Panticapea (actual Kertch en Ucrania) datada no maacutes tarde del s II dC las imaacutegenes que estas nos transmiten son claramente la de jinetes bien protegidos y armados con un contus que empuntildean a dos manos es decir contarios a todos los efectos Pero iquestpodriacutean ser tambieacuten catafractos En ninguacuten momento nuestras fuentes escritas pro-nuncian este teacutermino al referirse a la caballeriacutea pesada saacutermata que nos des-criben

En cualquier caso hacia el s I dC los saacutermatas habiacutean desarrollado una caballeriacutea de choque maacutes o menos pesada eficiente y realmente peligro-sa para cualquier unidad de infanteriacutea o de caballeriacutea ligera Estos jinetes iriacutean equipados como miacutenimo con el ya caracteriacutestico contus sarmaticus asiacute como con una espada de hoja larga y estrecha (como la encontrada en la tumba 3 del kurgaacuten 80 en Novyiuml a orillas del riacuteo Don en Rusia) Tal y como describe Taacutecito el contario o κοντοφόρος podriacutea ir tambieacuten protegido con una coraza de escamas de cuero o de hierro el tipo de proteccioacuten maacutes corriente encontrado arqueoloacutegicamente asiacute como entre las fuentes icono-graacuteficas que representan a saacutermatas o su armamento (en el caso de la Colum-na Trajana en sus escenas 28 y 34 muestra una serie de jinetes totalmente cubiertos por armaduras de escamas ellos y sus monturas si bien eacutestas estaacuten representadas perfectamente adaptadas al cuerpo de jinetes y caballos de un modo bastante irreal En su podio no obstante la columna representa tam-bieacuten armaduras de escamas esta vez realistas) En el mismo vaso de Kossika el jinete que permanece montado sobre su caballo derribando contus en ma-no a un arquero viste una cota de escamas que se deja entrever bajo un

36 ESTRABOacuteN Geografiacutea VII 3 17 37 TAacuteCITO Annales VI 35 38 TAacuteCITO Historias I 79 2-4

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caftaacuten Otros tipos de proteccioacuten menos frecuentes fueron probablemente tambieacuten las cotas de placas o laacuteminas que se tornariacutean maacutes comunes en las estepas desde la Tardoantiguumledad y la Alta Edad Media Por otra parte hallazgos arqueoloacutegicos como los realizados en Vozdvizhenskaya Stanitsa han llevado a plantear diversas hipoacutetesis de reconstruccioacuten de posibles arma-duras compuestas saacutermatas es decir creadas con distintos tipos de pro-tecciones principalmente escamas y malla combinadas Un yelmo coacutenico compuesto y dotado de carrilleras completariacutea la proteccioacuten del jinete pu-dieacutendose observar varios tanto en las escenas como en el podio de la Colum-na Trajana Como ya hemos sentildealado anteriormente la particular naturaleza del estilo de combate del contario le impediriacutea portar un escudo o hacer un uso realmente uacutetil de eacutel Taacutecito especifica que los saacutermatas que penetraron en Mesia en 69 dC no haciacutean uso de escudos39 y tampoco los vemos represen-tados en ninguna de nuestras fuentes iconograacuteficas donde aparecen contarios saacutermatas40

La posible proteccioacuten portada por los caballos de estos jinetes por otra parte ha sido y es el principal punto de debate Mielczarek considera que la mayor parte de las monturas no se encontrariacutean protegidas de ninguna forma especial a excepcioacuten de aquellas que formariacutean parte de la vanguardia y liacutenea de choque de la formacioacuten y que en cualquier caso se tratariacutea de una proteccioacuten disentildeada principalmente para proteger al caballo ante un combate contra otros jinetes maacutes que contra formaciones de infanteriacutea (al contrario que los partos maacutes preocupados de batir a la infanteriacutea romana mientras que los saacutermatas se enfrentariacutean maacutes frecuentemente a otros pueblos de jinetes o entre siacute mismos seguacuten el autor)41 A E Negin por su parte no niega la po-sibilidad de que las monturas de los jinetes saacutermatas maacutes pesadamente equi-pados fueran protegidas pero en cualquier caso considera que dicha pro-teccioacuten variariacutea en extensioacuten enormemente de un jinete a otro y estariacutea prin-cipalmente restringida a los mandos42 I Lebedynsky especialista en cultu-ras esteparias de la Antiguumledad considera posible que parte de las monturas de la caballeriacutea saacutermata portaran alguacuten tipo de proteccioacuten para lo que argu-menta que las representaciones de jinetes y monturas acorazados de la Co-lumna Trajana aunque ejecutadas en un modo bastante fantasioso no deja de ser sino la traduccioacuten artiacutestica de una realidad militar Igualmente cita la estela funeraria de Athenios en Panticapea donde aparece un jinete empu-

39 TAacuteCITO Historias I 79 4 40 EADIE 1967 p 165 MIELCZAREK 1993 pp 99-100 NEGIN 1998 pp 67-74

LEBEDYNSKY 2002 pp 164-171 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002 pp 23-34 41 MIELCZAREK 1993 pp 101-102 42 NEGIN 1998 p 74

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ntildeando una lanza y montado sobre un caballo que parece mostrar sobre su lo-mo las trazas de una proteccioacuten de escamas o laacuteminas43 R Brzezinski junto a Mielczarek por su parte llegan a conclusiones similares44 Particularmente consideramos que probablemente el uso de protecciones amplias para los ca-ballos no fuera tan sistemaacutetico como podiacutea observarse entre los catafracta-rios partos sino maacutes restringidas en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete y su papel taacutectico concreto en el campo de batalla En este sentido la no utilizacioacuten del teacutermino catafractus katavfrakto por parte de las fuen-tes latinas o griegas en referencia a la caballeriacutea pesada de choque saacutermata podriacutea responder a esta circunstancia en comparacioacuten con la caballeriacutea pesa-da parta

CONTARII Y CATAFRACTII EN EL EJEacuteRCITO ROMANO EQUIPAMIENTO ORGANI-ZACIOacuteN TAacuteCTICAS Y ORIacuteGENES

A continuacioacuten abordaremos en detalle el equipamiento militar la or-

ganizacioacuten de las unidades y las taacutecticas empleadas por estas unidades espe-cializadas y peculiares atestiguadas por primera vez en el ejeacutercito romano en eacutepoca Flavia y sobre todo de Trajano y Adriano en base a las fuentes dis-ponibles Una vez definidos estos puntos trataremos de considerar cuaacutel fue la corriente de influencia y los motivos que llevaron a la creacioacuten de unida-des de caballeriacutea de esta naturaleza en mitad de una tradicioacuten militar estre-chamente vinculada a la infanteriacutea pesada

Respecto del equipamiento de los contarii y catafractii del ejeacutercito romano (asiacute como de los ejeacutercitos saacutermata y parto) sucede como con cual-quier otra unidad militar de reciente creacioacuten o naturaleza extrantildea en cual-quier periodo histoacuterico son sus elementos maacutes innovadores o peculiares los que llaman la atencioacuten del observador (sea eacuteste directo o indirecto) que-dando los elementos comunes o sobradamente conocidos en un segundo pla-no o simplemente obviados45 La organizacioacuten de estas unidades por otra

43 LEBEDYNSKY 2002 pp 171-172 44 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002 p 37 45 MIELCZAREK 2002 pp 90-93 este autor dispone como ejemplo comparativo la ima-

gen que los huacutesares alados polacos unidad militar de caballeriacutea pesada (por contra a su deno-minacioacuten de huacutesares) empleada por la Confederacioacuten polaco-lituana durante los ss XVI-XVIII causaba entre sus contemporaacuteneos extranjeros los cuales destacaban antes los ele-mentos ldquoexoacuteticosrdquo y llamativos de esta unidad (las alas a la espalda los pendones de las lar-gas lanzas o las pieles vestidas sobre las armaduras y uniformes por sus aristocraacuteticos miem-bros) que los elementos realmente cruciales como las lanzas de choque las poderosas pro-tecciones metaacutelicas y su empleo taacutectico en la batalla con devastadores resultados Otro tanto

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parte dada su denominacioacuten de alae responde claramente a los modelos altoimperiales de organizacioacuten de la caballeriacutea sin que pueda detectarse en principio ninguna particularidad extraordinaria causada por la naturaleza es-pecial (o simplemente novedosa) de estas unidades Las taacutecticas son el punto decisivo en base a que suponen la puesta en praacutectica y uso del equipamiento y la organizacioacuten previa de la unidad y lo que determinaraacute en mayor medida el eacutexito de su empleo en la batalla objetivo fundamental de cualquier unidad militar por simple que eacutesta sea Finalmente nuestro intereacutes en determinar los oriacutegenes e influencias de este tipo de unidades del ejeacutercito romano deviene de una razoacuten sencilla el ejeacutercito romano estuvo en contacto durante qui-nientos antildeos con tradiciones militares que emplearon la caballeriacutea de forma masiva y especializada o que hicieron simplemente un uso maacutes o menos sis-temaacutetico de la caballeriacutea pesada de choque o catafracta sin que ello motivara la creacioacuten de unidades semejantes dentro de las armas romanas iquestPor queacute razoacuten entonces eacutestas surgen repentinamente hacia finales del s I dC y muy especialmente bajo los reinados de Trajano y Adriano sin abandonar ya la tradicioacuten militar romana hasta convertirse en una de las espinas dorsales de los ejeacutercitos del Bajo Imperio y sobre todo del posterior Imperio Bizantino

El lector habraacute notado que en el tiacutetulo de este apartado no hemos he-cho mencioacuten los clibanarii Dada la inexistencia de este teacutermino en las fuen-tes que tratan esta clase de unidades en el periodo que abordamos (hasta el punto que no hace su aparicioacuten hasta el s IV dC)46 consideramos innece-saria cualquier disquisicioacuten ulterior en base a una especialidad militar que no habiacutea emergido como tal para el periodo que estudiamos No obstante no debemos olvidar que en base a las hipoacutetesis barajadas y a la propuesta que aquiacute hemos presentado apoyaacutendonos en ellas las diferencias entre catafractii y clibanarii devienen maacutes de un empleo taacutectico antes que de diferencias sen-sibles en equipamiento u organizacioacuten en este sentido por tanto el papel taacutectico del clibanarius podriacutea haber sido desempentildeado por el catafractus en el periodo que nos ocupa

Las alae I Canninefatum y I Vlpia Contariorum milliaria El elemento maacutes caracteriacutestico de un contarius es el arma que le da

nombre el contus sarmaticus Nuestras fuentes no nos aportan mayores de-talles acerca del equipamiento militar de esta clase de unidades La estela de parece suceder con las fuentes claacutesicas que abordan a contarios catafractos y clibanarios de cualquier ldquonacionalidadrdquo soacutelo se resentildean los elementos llamativos o extrantildeos de su equipo

46 MIELCZAREK 1993 p 76

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Aduitor jinete del ala I Canninefatum ya mencionada maacutes arriba nos aporta la imagen de un jinete equipado tan soacutelo con un contus sin llevar maacutes pro-teccioacuten que sus ropas militares Sin embargo no es la primera vez que un militar romano se hace representar en su estela funeraria portando simple-mente sus armas maacutes caracteriacutesticas vistiendo tan soacutelo lo que podriacuteamos de-nominar como su ldquouniformerdquo Asiacute pues iquestno podriacutea estar actuando Aduitor en el mismo sentido

El contus sarmaticus es un arma de choque destinada a ser empuntildeada a dos manos por un jinete que emplearaacute la fuerza de sus brazos y de la em-bestida de su caballo conjuntamente para arremeter contra un objetivo pe-destre o ecuestre con la finalidad de abatirlo o derribarlo La superior longitud del contus por otra parte confiere al jinete una importante ventaja desde el momento en que a la carga posee la oportunidad de golpear prime-ro al enemigo con toda la brutal fuerza que un jinete a la carga puede desple-gar en ese preciso instante Sin embargo una vez ha sucedido el choque y se acortan las distancias entre el contarius y sus enemigos el jinete se encuen-tra en una situacioacuten de creciente vulnerabilidad si no recibe apoyo de liacuteneas sucesivas de otros jinetes o queda maacutes o menos aislado puede ser flanquea-do y faacutecilmente atacado por la infanteriacutea u otros jinetes47 La principal fuerza de una unidad de contarios radica por tanto en su capacidad para actuar en grupo y en perfecta coordinacioacuten asiacute como en saber explotar la ventaja fiacutesica y psicoloacutegica del primer impacto para barrer y desfondar a la formacioacuten ene-miga del tipo que sea Sin embargo esto no siempre puede suceder (ni se dan las condiciones apropiadas para conseguirlo en el campo de batalla) Ante semejante eventualidad inherente a una unidad de contarii sus componentes debiacutean de estar seguramente preparados La proteccioacuten corporal y un o unas armas secundarias formaban probablemente parte del equipo de Aduitor y de otros jinetes como eacutel

En cuanto al equipamiento ofensivo el arma maacutes comuacuten al lado de una lanza de acometida es una espada especialmente una de hoja larga la maacutes adecuada para su uso desde la silla de montar Este tipo de armas estaacute arqueoloacutegicamente atestiguada entre otros especialistas en el uso del contus los saacutermatas En la panoplia romana del s II dC las espadas largas no eran desconocidas en absoluto la caballeriacutea empleaba masivamente la spatha una espada de hoja recta que podiacutea oscilar entre los 65 y los 90 cm de lon-gitud y entre los 4 y 8 cm de anchura que en el s II dC era portada ya so-bre el costado izquierdo48 Otro tipo de espadas empleadas por la caballeriacutea romana en eacutepoca Antonina y Severa fueron las espadas de pomo en forma de

47 GOLDSWORTHY 1998 p 241 48 DIXON SOUTHERN 1997 pp 48-49 FIELDS 2006 p 16

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anillo cuyo origen se encuentra entre las espadas del mismo tipo saacutermatas y del Reino del Boacutesforo49 Una daga el pugio romano aunque pueda parecer un arma mucho maacutes uacutetil para un soldado de infanteriacutea que para un jinete es especialmente adecuada para los combates maacutes encarnizadamente cercanos tales como los brutales forcejeos hombre a hombre que tras un encontronazo de caballeriacutea podiacutean darse Igualmente un jinete descabalgado encontrariacutea mucho maacutes adecuado un pugio a la hora de enfrentarse a la infanteriacutea ene-miga que su larga espada maacutes conveniente para el combate desde la silla de montar50 Si tenemos en cuenta que en determinadas circunstancias un conta-rius era particularmente vulnerable a los ataques (y a ser consecuentemente derribado) un pugio seriacutea un buen complemento a su panoplia

Respecto al equipo defensivo debemos descartar desde un principio (auacuten a riesgo de resultar redundantes) el uso de escudos dada la imposibi-lidad de emplearlos adecuadamente empuntildeando al mismo tiempo un contus cuyo uso ademaacutes se veriacutea gravemente estorbado En este sentido la pro-teccioacuten corporal se convertiriacutea en un imperativo maacutexime teniendo en cuenta las debilidades inherentes a un contarius en combate ya mencionadas Di-versos tipos de casco o galea estaban a la disposicioacuten del jinete romano Los cascos de caballeriacutea evolucionaron de un modo diferente a los de la infan-teriacutea desde eacutepoca de Augusto al fin y al cabo las necesidades de proteccioacuten y movilidad de un jinete y un infante eran distintas Hacia finales del s I dC los modelos preexistentes como el casco tipo Weiler empezaron a ser refor-zados en su parte frontal (un lugar propenso a recibir contundentes sablazos durante el choque entre dos formaciones de caballeriacutea) desembocando en nuevos modelos durante el s II dC tales como el Russell Robinson tipo B uno de cuyos principales ejemplos fue encontrado en Ely Cambridgeshire Entre sus principales caracteriacutesticas estaacute la ampliacioacuten de las carrilleras que envuelven buena parte de la cara asiacute como los oiacutedos dejando soacutelo al descu-bierto nariz ojos y boca Su refuerzo frontal es pronunciado y el cubrenuca se ampliacutea ligeramente Sin embargo los cubrenucas de los cascos de ca-balleriacutea nunca alcanzaraacuten extensiones superiores en caso de ser derribado un jinete con un casco de cubrenuca muy extenso (como en los cascos de in-fanteriacutea del s II dC) podiacutea partirse el cuello faacutecilmente En este sentido avanzado el s II dC los cubrenucas se atrofian de nuevo mientras que las carrilleras se ampliacutean auacuten maacutes asiacute como los refuerzos del yelmo En este sentido los mejores ejemplos son el casco de Kalkar-Houmlnnepel (s II dC) y especialmente el tipo Friedberg el Heddernheim y el Russell Robinson tipo

49 BISHOP COULSTON1993 pp111-112 LEBEDYNSKY 2002 pp 101-103 p 167 y p 240 DIXON STEPHENSON 2003 pp 75-78

50 DIXON STEPHENSON 2003 pp 90-92

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E datados ya a comienzos del s III dC Estos cascos se caracterizan por en-volver casi completamente la cara salvo una breve ldquotrdquo que deja al descu-bierto ojos nariz y parte de la boca Las carrilleras cubren toda la cara y los oiacutedos asiacute como buena parte del cuello en unioacuten al cubrenuca Una extensa visera se extiende desde el frontal reforzado del casco sirviendo para desviar auacuten mejor los golpes frontales El yelmo presenta refuerzos transversales que se cruzan en su parte superior y se extienden hasta los liacutemites del cubrenuca En su conjunto estos disentildeos de cascos proporcionan una buena proteccioacuten contra golpes realizados desde cualquier direccioacuten especialmente frontales laterales y sobre la parte superior de la cabeza dejando vulnerable soacutelo la parte estrictamente necesaria del rostro51 No trataremos aquiacute todaviacutea los cas-cos destinados en principio a la Hippikaacute Gymnasia pues su particular natu-raleza y en especial la utilidad protectora del rostro de sus maacutescaras seraacute ob-jeto de debate en torno al equipamiento de los catafractii

La proteccioacuten corporal resultariacutea igualmente esencial para un conta-rius sobre todo porque en posicioacuten de carga y sin escudo resultariacutea muy vul-nerable a cualquier contraataque que pudiera atravesar la formacioacuten de ca-balleriacutea erizada de lanzas En general las protecciones no deberiacutean resultar muy diferentes a las de cualquier otro equite medianamente pesado de la ca-balleriacutea romana La proteccioacuten maacutes sencilla y frecuente seriacutea la lorica hama-ta o cota de mallas de mangas cortas hombros reforzados con una doble ca-pa de mallas y faldelliacuten extenso hasta medio muslo A finales del s II dC la caballeriacutea empezariacutea a llevar loricae hamatae de mayor longitud llegando a rebasar codos y rodillas En cuanto a las loricae squamatae durante los ss I-II dC soliacutean ser de unas dimensiones semejantes a las hamatae de man-gas y faldelliacuten cortos (cuando no sin mangas) con dos placas pectorales de metal como complemento y una franja de pteryges sobre los muslos Con la entrada del s III dC la lorica squamata cambia y tiende a hacerse maacutes lar-ga En el s II dC se incorpora una innovacioacuten las escamas semi-riacutegidas maacutes amplias y cosidas unas junto a otras sobre una pieza de cuero de tal for-ma que conformaban una proteccioacuten riacutegida y maacutes soacutelida como el ejemplo de Waffenmagazin en Carnunto datado probablemente de eacutepoca pre-Antonina o Antonina temprana Las armaduras de laacuteminas elaboradas a partir de esca-mas de metal rectangulares y alargadas son raras en el mundo romano du-rante esta fase aunque existe alguacuten ejemplo aislado como el hallazgo de un fragmento datado en el s III dC en Čatalka52 Otros elementos podiacutean com-

51 BISHOP COULSTON 1993 pp 93-96 y 117-119 FREUGEgraveRE 1994 pp 104-121 DIXON

SOUTHERN 1997 pp 35-36 DIXON STEPHENSON 2003 pp 17-20 FIELDS 2006 pp 12-13 52 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-92 y 116-117 DIXON SOUTHERN 1997 pp 36-43

DIXON STEPHENSON 2003 pp 43-48 FIELDS 2006 pp 13-14

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pletar la proteccioacuten del contarius como la de cualquier otro equite especial-mente grebas de diverso tipo especialmente uacutetiles para proteger las vulnera-bles piernas del jinete53

Completariacutea el equipamiento de un contarius su montura asiacute como la silla y los arreos necesarios para controlarla y poder actuar en conjuncioacuten con ella En particular la silla compondriacutea un elemento clave del equipo de una caballeriacutea especializada en taacutecticas de choque ante la carencia de estri-bos sin una silla de montar adecuada un contarius podriacutea salir simplemente disparado por la grupa de su caballo a causa de la fuerza del impacto En este sentido las tentativas de reconstruccioacuten de las sillas de montar realizadas por Junkelmann y P Connolly han resultado de extremada utilidad para conocer hasta queacute punto la silla de montar romana conocida como ldquosilla de cuatro cuernosrdquo podiacutea suplir la carencia del estribo y permitir a un jinete realizar toda clase de maniobras a lomos de su caballo sin correr excesivo riesgo de caer desmontado Especialmente satisfactorios han sido en este sentido las experiencias realizadas por Connolly con su propuesta de silla de estructura riacutegida interna de madera respaldados sus resultados por otros autores como K Dixon o P Southern Aunque no es materia esencial de nuestro estudio el debate en torno a la particular naturaleza de las sillas de montar romanas sentildealaremos que estos autores (a cuya opinioacuten nos adscribimos) consideran que una silla de montar de entramado riacutegido interno responderiacutea mucho me-jor a las necesidades de un jinete carente de estribos que una sin dicho entra-mado Desde nuestro particular punto de vista consideramos que las necesi-dades de un jinete especializado en taacutecticas de choque acentuariacutean enorme-mente la necesidad de una silla con un buen entramado riacutegido capaz de absorber la fuerza del impacto y mantener al jinete soacutelidamente afincado so-bre el lomo de su montura sin riesgo de caer Igualmente la solidez del en-tramado y su capacidad para transferir el peso del jinete de la columna verte-bral del animal hacia sus flancos (con el consecuente beneficio para la salud del caballo) permitiriacutea transmitir la fuerza de la embestida de la montura ha-cia el propio jinete y su arma (en este caso el contus) concentrando la fuerza del impacto en el afilado extremo de eacutesta y maximizando de este modo la eficiencia de la carga54 Posiblemente las unidades de caballeriacutea maacutes pesadas (como los catafractii) emplearon sillas de montar cuyo entramado estariacutea maacutes desarrollado y hasta reforzado con elementos metaacutelicos55

53 DIXON STEPHENSON 2003 p 61 54 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 BISHOP COULSTON 1993 pp 105-108

MIELCZAREK 1993 pp 81-82 DIXON SOUTHERN 1997 pp 70-74 DIXON STEPHENSON 2003 pp 107-110 FIELDS 2006 pp 17-18

55 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 pp 44-45

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La posible proteccioacuten portada por la montura de un contarius proba-blemente no diferiacutea de la portada por las monturas de las unidades de ca-balleriacutea media del ejeacutercito romano especialmente si tenemos en cuenta que como tendremos oportunidad de analizar no estaacute ni tan siquiera claro que los caballos de los catafractii romanos portaran protecciones fuera de lo comuacuten respecto de otras unidades de caballeriacutea Por tanto el elemento de proteccioacuten maacutes pesado portado por el caballo de un contarius seriacutea un chamfron una proteccioacuten para la cabeza y ojos del animal que podiacutea ser tanto de cuero co-mo metaacutelica Se han encontrado diversos ejemplares de este tipo de protec-ciones los maacutes exuberantemente decorados considerados (en principio) como restringidos a su uso durante la Hippikaacute Gymnasia56 El principal papel de estas protecciones parece enfatizar la proteccioacuten de los ojos del caballo en tanto en cuanto se conocen ejemplos de chamfrons romanos que tan soacutelo protegen esta vulnerable parte de la cabeza del animal como los hallados en Mainz Alemania57

El armamento caracteriacutestico del contarius especialmente el contus se asemeja enormemente al equipamiento del jinete pesado saacutermata el cual en la mayor parte de los casos no era sino un jinete maacutes o menos bien protegido (en algunos casos pesadamente protegido) a lomos de un caballo que en la mayor parte de los casos no llevariacutea una proteccioacuten destacada La principal fuerza del jinete saacutermata radicariacutea en el uso del llamado contus sarmaticus Que los primeros testimonios de la existencia de contarii entre las filas de la caballeriacutea romana no date antes del 60 dC resulta igualmente significativo el encuentro del ejeacutercito romano con la caballeriacutea pesada de los saacutermatas roxolanos o yaacutecigos se produce precisamente en esas fechas No existen evi-dencias de un ldquoteacutermino mediordquo similar al contarius romano entre el arquero a caballo y el catafractoclibanario parto o sasaacutenida Los contrastes entre el jinete pesado saacutermata y el parto son evidentes no soacutelo en equipo militar sino en taacutecticas todo lo contrario sucede entre el jinete pesado saacutermata y el contarius romano en particular Resulta loacutegico por tanto pensar que el mo-delo en taacutecticas y equipamiento del contarius romano se encuentra entre los contarios de la caballeriacutea pesada saacutermata58

56 BISHOP COULSTON 1993 pp 105-108 DIXON SOUTHERN 1997 p 67 DIXON

STEPHENSON 2003 pp 111-112 FIELDS 2006 57 DIXON STEPHENSON 2003 p 112 58 EADIE 1967 pp 165-167 MIELCZAREK 1993 pp 99-102 NEGIN 1998 LEBEDYNSKY

2002 p 236

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El ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta A diferencia de lo que sucede con los contarii no disponemos de des-

cripciones pormenorizadas o representaciones graacuteficas expliacutecitas de cata-fractii del ejeacutercito romano59 Tan soacutelo el grafito de un catafracto hallado en Dura-Europos aporta alguacuten tipo de informacioacuten expliacutecita para reconstruir la posible imagen de lo que seriacutea un catafractus del ejeacutercito romano pese al hecho de que la ldquonacionalidadrdquo del catafracto representado en el grafito no estaacute nada clara

Como ya hemos sentildealado en apartados anteriores el propio nombre de catafractuscatafractii (asiacute como el posterior de clibanariusclibanarii) pone el acento en la defensa corporal metaacutelica de este tipo de soldados romanos o no romanos Sin embargo el equipamiento defensivo carece de sentido algu-no si no protege una funcioacuten ofensiva concreta En un contarius el eacutenfasis se situacutea en su capacidad ofensiva representada fundamentalmente por el contus sarmaticus como devastadora arma de choque en manos de una fuerza dise-ntildeada esencialmente para el ataque la caballeriacutea En un catafractus romano o parto y en sus homoacutelogos saacutermatas maacutes pesadamente equipados el elemen-to clave no es el poderoso equipo defensivo del jinete (y seguacuten queacute casos de su caballo) en solitario sino la conjuncioacuten de eacuteste con el poder devastador de su equipo ofensivo El catafractus representa asiacute la fuerza ofensiva del con-tarius puesta bajo una proteccioacuten concienzuda que la mantenga a salvo de la mayor parte de los contraataques

En este sentido el equipamiento ofensivo de un catafractus romano no se diferenciariacutea en nada sustancial del portado por un contarius Aparte de la fundamental y eficiente contus el catafractus no dejariacutea de portar un arma secundaria siendo de nuevo la maacutes eficiente la espada de hoja larga que en la tradicioacuten romana altoimperial se materializaba en la spatha en to-das sus variantes asiacute como en espadas de hoja larga de tradicioacuten saacutermata que ya presentamos anteriormente En cuanto a otras armas acaso el pugio pu-diera ser un complemento menos uacutetil para un jinete pesadamente protegido (y con una movilidad maacutes restringida en consecuencia) que para un conta-rius o un equite maacutes vulnerable pero con mayor libertad de movimientos Al fin y al cabo la funcioacuten de ataque baacutesica del catafractus no era sino la mis-ma que la del contarius aprovechar la ventaja de un arma de acometida como el contus para derribar a enemigos a pie o montados antes de poder re-cibir cualquier clase de contraataque cuerpo a cuerpo por parte de ellos Era precisamente su capacidad para mantenerse a salvo de buena parte de los

59 MIELCZAREK 1993 p 79

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contraataques (cercanos o de proyectil) lanzados contra ellos lo que conver-tiacutea a los catafractii en un arma auacuten maacutes devastadora y pesada que los conta-rii la fuerza devastadora de su ataque teniacutea muchas menos posibilidades de verse desbaratada durante la accioacuten si todo iba razonablemente bien60

Y es este elemento clave del catafractus romano la proteccioacuten corpo-ral uno de los puntos que mayores debates ha generado empezando por el yelmo propiamente dicho Un catafractus romano del s II y comienzos del s III dC empleariacutea una gama de cascos ligeramente distinta a los de un con-tarius por dos razones la primera de todas cronoloacutegica en base al hecho de que su aparicioacuten (en base a todas nuestras fuentes) no parece tener lugar has-ta la primera deacutecada del s II dC por lo que los disentildeos de cascos maacutes tiacutepi-cos del s I dC (como el tipo Weiler) no llegariacutean a ser usados por los cata-fractii romanos la segunda es puramente funcional en tanto en cuanto se es-perariacutea de un catafractus que fuera lo maacutes protegido posible Soacutelo los dise-ntildeos maacutes soacutelidos de yelmos romanos y de proteccioacuten maacutes completa entrariacutean a formar parte del equipo corriente de esta caballeriacutea pesada En este sentido resulta particularmente representativo el casco tipo Heddernheim o Russell Robinson tipo E el tipo Friedberg asiacute como los cronoloacutegicamente anteriores Kalkar-Houmlnnepel y Bodengraven Todos ellos ofreciacutean una excelente protec-cioacuten a todo el craacuteneo y el cuello Sin embargo todos ellos no podiacutean evitar dejar al descubierto ojos nariz y buena parte de la boca Teniendo en cuenta que el resto del cuerpo del jinete estariacutea tambieacuten razonablemente bien prote-gido la mejor forma de neutralizar a un catafractus en estas circunstancias era atacarle al rostro directamente Sean cuales sean las circunstancias (y lo que Hollywood nos haya intentado hacer creer) el instinto baacutesico de preser-vacioacuten de un ser humano le hace cerrar los ojos encoger o apartar brusca-mente la cabeza y (de ser necesario) protegerse con las manos y los brazos si intuye o siente una agresioacuten dirigida a la cara Se trata de un acto reflejo baacute-sico e instintivo que no se puede evitar La peacuterdida temporal del control so-bre la realidad visual y sobre las acciones del combate que esto produciriacutea podriacutea provocar (al menos durante ese corto espacio de tiempo) que el ldquoin-vulnerablerdquo catafractus dejara de ser una amenaza fallara el objetivo de su ataque dejara de prestar atencioacuten (en pos de su propia proteccioacuten) yo se convirtiera en un objetivo vulnerable durante ese tiempo En resumidas cuentas la proteccioacuten para la cara resultariacutea una pieza muy uacutetil para un sol-dado cuya fuerza residiera en una pesada proteccioacuten y una gran contundencia de ataque En este sentido se sabe que los catafractos y clibanarios partos y

60 MIELCZAREK 1993 p 81 BISHOP COULSTON 1993 pp 109-111 DIXON SOUTHERN 1997 p 76 GOLDSWORTHY 1998 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-321

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sasaacutenidas emplearon maacutescaras o ventails combinadas con sus cascos para completar su proteccioacuten dejando tan soacutelo los resquicios necesarios para res-pirar y ver (literalmente dos orificios del tamantildeos de los ojos asiacute como una apertura y perforaciones para permitir la ventilacioacuten a la altura de la boca y la nariz) sin que ello pareciera representar un inconveniente a la percepcioacuten del entorno en combate61 En la panoplia romana altoimperial los cascos con maacutescaras metaacutelicas (y las maacutescaras en siacute mismas) no son precisamente des-conocidos son aquellos inicialmente atribuidos a un uso en paradas y ejer-cicios militares especialmente la Hippikaacute Gymnasia Entre los ejemplos maacutes destacables podemos sentildealar el tipo Newstead (s I dC) asiacute como las varian-tes maacutes elaboradas y decoradas del Heddernheim En principio este tipo de cascos dada su profusa decoracioacuten y las supuestas limitaciones a la visibili-dad provocadas por la maacutescara estariacutean limitado en su uso a la Hippikaacute Gymnasia Sin embargo este tipo de cascos no era impedimento para un adecuado desenvolvimiento durante estos ejercicios que eran una muestra de destreza iquestPor queacute entonces habriacutean de resultar un estorbo en la batalla Las maacutescaras de la caballeriacutea parta no teniacutean una factura esencialmente diferente a las romanas (maacutes allaacute del plano puramente artiacutestico-estiliacutestico) y fueron usadas en combate con cierta asiduidad iquestPor queacute razoacuten los yelmos con maacutes-cara o maacutes probablemente las maacutescaras en siacute mismas combinadas con otros tipos de yelmos romanos de caballeriacutea conocidos no pudieron ser utilizados en combate tanto como en la Hippikaacute Gymnasia Hace casi dos deacutecadas Mielczarek ya lanzoacute una propuesta en semejante sentido al respecto de la ca-balleriacutea pesada romana poniendo en cuestioacuten su uso exclusivo en paradas y exhibiciones la cantidad de cascos con maacutescaras y maacutescaras aisladas vincu-ladas a la panoplia romana (y especialmente de la caballeriacutea) no parece res-ponder precisamente a un uso limitado a ocasiones especiales Diez antildeos maacutes tarde Dixon e I P Stephenson volvieron a retomar dichos plantea-mientos argumentando que determinados cascos empleados en la Plena y Baja Edad Media (como el sallet A82) limitaban la visibilidad tanto o maacutes que las maacutescaras inicialmente consideradas como limitadas a la Hippikaacute Gymnasia y sin embargo fueron empleados en combate62 En este sentido consideramos que posiblemente los maacutes ricamente decorados ejemplares no fueron objeto de uso en combate pero siacute que nos adscribimos a los plantea-mientos de los autores mencionados considerando no soacutelo probable sino ra-zonable que la maacutescara (y los cascos disentildeados especialmente para portarlas) formaran parte de la panoplia de los catafractii otorgaacutendoles la proteccioacuten necesaria para proteger el siempre vulnerable rostro

61 MIELCZAREK 1993 p 60 NEGIN 1998 pp 72-74 WILCOX 2001 p 10 62 MIELCZAREK 1993 p 81 DIXON STEPHENSON 2003 pp 20-24

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Un catafractus sin duda alguna portariacutea una buena proteccioacuten para el torso En este sentido hariacutea uso de las mismas protecciones antes menciona-das para los contarii como loricae hamatae y squamatae asiacute como las inno-vaciones propias de eacutepoca Antonina y Severa como las escamas semi-riacutegi-das y las poco comunes armaduras de laacuteminas como el aislado ejemplo del s III dC hallado en Čatalka63 Sin embargo si atendemos ahora al grafito de Dura-Europos el jinete representado no parece llevar un uacutenico tipo de pro-teccioacuten sobre su torso Las armaduras compuestas por varios tipos de loricae como hemos visto eran probablemente utilizadas ya por los saacutermatas Este tipo de proteccioacuten era tambieacuten conocida en el ejeacutercito romano si bien los ejemplos de la misma son limitados y no parece que su uso estuviera muy extendido (al igual que no parece que en el s II y a comienzos del s III dC los catafractii fueran un arma de extendido uso en Roma) Se denominaba lorica plumata teacutermino que al parecer designaba principalmente a armadu-ras compuestas por lorica squamata y hamata combinadas Esta combina-cioacuten parece ser la utilizada tambieacuten por los saacutermatas aunque su distribucioacuten sobre el cuerpo no se ha podido reconstruir convincentemente64 Al igual que el contarius el catafractus no portariacutea escudo tanto por serle imposible su debido aprovechamiento al empuntildear un contus como por el estorbo que su-pondriacutea al uso de esta uacuteltima La carencia de escudo quedariacutea suplida por lo pesado de su proteccioacuten corporal En este sentido destaca la manica una proteccioacuten construida con laacuteminas de metal (bronce o hierro) semiciliacutendricas unidas unas a otras en progresioacuten descendente del hombro hacia la mano la cual podiacutea proteger a su vez con guanteletes de malla de escamas o incluso una extensioacuten de la manica misma adaptada a la forma de la mano65 Com-pletariacutean la proteccioacuten de un catafractus unas grebas para sus piernas (la parte de su cuerpo maacutes al alcance de la infanteriacutea enemiga) si bien podiacutean disponer de protecciones maacutes pesadas que podiacutean llegar a cubrir muslos y pies recordando en su estructura a la manica empleada para proteger los bra-zos66 En ocasiones podriacutea emplearse tambieacuten protecciones especiacuteficas para el cuello especialmente pensadas para cubrir cualquier posible fisura entre el yelmo y la proteccioacuten del torso De este tipo de piezas se han encontrado al-gunos ejemplos como el de una tumba de Čatalka en Bulgaria datada en el

63 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-92 y 116-117 DIXON SOUTHERN 1997 pp 36-43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 43-48 FIELDS 2006 pp 13-14

64 MIELCZAREK 1993 pp 79-80 NEGIN 1998 pp 68-74 DIXON STEPHENSON 2003 pp 49-50 FIELDS 2006 pp 10-11

65 BISHOP COULSTON 1993 pp 87-91 DIXON STEPHENSON 2003 pp 55-58 66 DIXON SOUTHERN 1997 p 43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 61-63

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s II dC y consistente en un anillo de metal dividido en dos mitades unidas por un cinturoacuten de cuero y originalmente tintado en rojo67

El equipamiento de las monturas de los catafractii romanos es otro as-pecto poleacutemico quizaacutes el que maacutes En primer lugar respecto de las sillas de montar eacutestas responderiacutean probablemente al modelo presentado por Con-nolly pero a un tipo particular cuyo entramado riacutegido interno y cuernos es-tariacutean maacutes desarrollados planteando una sujecioacuten mucho maacutes riacutegida y firme Este tipo de sillas poseiacutea ademaacutes una estructura reforzada con elementos metaacutelicos Seguacuten Connolly y C Van Dryel Murray este tipo de sillas res-ponderiacutea especialmente a un uso por parte de unidades de caballeriacutea pesada donde el peso de la armadura del jinete sumada a su modalidad de combate (choque con lanza pesada) hariacutea necesaria una sujecioacuten maacutes firme para evitar quedar descabalgado asiacute como un maacutes eficiente reparto del peso sobre el lomo y los costados del caballo Este tipo de sillas es visible tambieacuten sobre los caballos de los clibanarios sasaacutenidas que aparecen en el relieve de Firu-zabad68 En segundo lugar estaacute la cuestioacuten en torno a si las monturas de los catafractii romanos del s II y comienzos del III dC llevaban alguacuten tipo de proteccioacuten y cuaacuten completa era esta En este sentido se han lanzado diver-sas propuestas e hipoacutetesis por una parte aquellos que consideran que los ca-tafractii romanos probablemente no emplearon proteccioacuten para sus monturas al menos no en la forma casi sistemaacutetica y masiva que caracterizaba a la ca-balleriacutea pesada parta y que caracterizariacutea maacutes tarde a la sasaacutenida y a la pro-pia caballeriacutea pesada romana bajoimperial en este sentido los catafractii del ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta no seriacutean sino contarii pesada-mente protegidos pero cuyas monturas no portariacutean proteccioacuten alguna fuera de lo comuacuten hasta el momento en el ejeacutercito romano69 otros han propuesto un teacutermino medio sostenido en base a la influencia saacutermata en la creacioacuten y equipamiento de la caballeriacutea pesada romana Es eacuteste el caso de Mielczarek Negin y Lebedynsky entre otros quienes consideran que los catafractii ro-manos no emplearon la protecciones pesadas y o maacutes o menos completas pa-ra sus monturas en el sentido sistemaacutetico que se puede observar en la tradi-cioacuten militar parta o persa sino que emplearon protecciones maacutes limitadas y sobre todo aplicadas a secciones concretas de estas unidades por ejemplo entre aquellos soldados destinados a formar la vanguardia de choque de la formacioacuten o simplemente entre los oficiales70 entre la mayor parte de los autores consagrados al estudio del armamento romano y en particular de la

67 DIXON STEPHENSON 2003 p 59 68 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 p 45 MIELCZAREK 1993 pp 81-82 69 EADIE 1967 pp 166-168 70 MIELCZAREK 1993 pp 74-81 NEGIN 1998 p 74 LEBEDYNSKY 2002 p 237-238

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caballeriacutea existe un acuerdo taacutecito en reconocer el uso por parte de la ca-balleriacutea pesada romana de protecciones metaacutelicas Sin embargo en general o no llegan a un acuerdo en torno a su empleo por parte de las primeras uni-dades de catafractii o se limitan a constatar que los restos arqueoloacutegicos de protecciones equinas pesadas (particularmente las halladas en Dura-Europos) datan en principio del s III dC sin entrar en mayores debates71 finalmente estaacuten aquellos autores que dan simplemente por sentada la asociacioacuten entre el teacutermino catafractii y una proteccioacuten maacutes o menos completa y extendida a la inmensa mayoriacutea (al menos) de las monturas de estas unidades en cual-quier momento desde su creacioacuten72 pero especialmente a partir del s III dC73

En general todas estas corrientes tienden a coincidir en sentildealar que las armaduras pesadas para caballos en el ejeacutercito romano no empezaron a utili-zarse de forma extendida para la caballeriacutea pesada hasta el s III dC De nue-vo el debate se centra en torno a su uso durante el s II dC justo en el mo-mento de la creacioacuten de las primeras unidades de catafractii y particular-mente a causa de la falta de pruebas concluyentes Si se hizo uso de dichas protecciones ya en el s III dC iquestpor queacute razoacuten negar su uso en una fase an-terior aunque eacuteste no fuera un uso generalizado Particularmente preferimos adscribirnos a la tendencia representada por Mielczarek Negin y Lebedyns-ky entre otros autores considerando que los miembros de la uacutenica unidad de caballeriacutea pesada acorazada romana conocida para el s II dC el ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta (y por tanto otras unidades del mismo tipo auacuten por conocer) emplearon protecciones metaacutelicas maacutes o menos pesa-das para sus monturas de un modo ocasional limitado a secciones especiales de la unidad o a la oficialidad siguiendo la corriente de influencia saacutermata Estas protecciones se generalizariacutean a lo largo del s III dC probablemente bajo una mayor influencia de la tradicioacuten militar parta y ante todo sasaacutenida hasta constituir las unidades pesadas del Bajo Imperio que seriacutean el germen de la posterior caballeriacutea pesada bizantina

Este tipo de protecciones incluiriacutea no soacutelo ya los chamfrons metaacutelicos sobradamente conocidos por la caballeriacutea romana de la eacutepoca (y empleados probablemente por los contarii) sino bardas compuestas por malla escamas de cuero o metaacutelicas o laacuteminas que como los ejemplares de Dura-Europos (ya descritos anteriormente) cubririacutean los flancos del caballo y buena parte

71 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-70 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

72 GOLDSWORTHY 1998 pp 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 y 20-21 73 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-322

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de la pechera del mismo74 Este tipo de protecciones probablemente incluiriacutea tambieacuten piezas especiacuteficas para proteger el frontal y la cerviz del animal has-ta la cabeza a semejanza quizaacutes de las empleadas por partos y sasaacutenidas en Oriente Estas piezas particularmente para la cerviz del caballo se han en-contrado tambieacuten en Dura-Europos elaboradas en malla y lazadas mediante correas de cuero75 De este modo si se quisiera proporcionar proteccioacuten tan soacutelo a los caballos de una parte de la unidad lo maacutes loacutegico seriacutea hacerlo con las monturas que marchariacutean en la vanguardia de la formacioacuten de choque y que deberiacutean absorber la fase maacutes violenta del impacto En este sentido las piezas de proteccioacuten maacutes uacutetiles no seriacutean las bardas laterales sino las pro-tecciones para pechera cerviz y cabeza las partes del cuerpo del caballo que quedariacutean expuestas al enemigo durante una carga en formacioacuten cerrada Al prescindir asiacute de las protecciones de los flancos no solo se seguiriacutea apor-tando una proteccioacuten uacutetil a las monturas maacutes expuestas de la unidad durante una accioacuten de combate sino que se estariacutea aligerando el peso que habriacutean de soportar durante la accioacuten reduciendo asiacute el riesgo de agotamiento de las mismas

Si la influencia saacutermata en el origen del contarius romano es maacutes o menos segura la cuestioacuten resulta menos clara para los catafractii Formal-mente un catafractus romano no se diferenciaba del contario saacutermata maacutes pesadamente armado maacutes que en la factura de determinadas partes de su equipamiento muchas de las cuales eran de tradicioacuten puramente romana y unas pocas (como las protecciones maacutes pesadas para las piernas) devendriacutean de tradiciones orientales Sin embargo el hecho de que en ninguacuten momento las fuentes literarias disponibles denominen a la caballeriacutea pesada saacutermata como catafractii y que las protecciones pesadas para caballos entre la mis-ma parezcan ser objeto de un uso tan heterogeacuteneo como vinculado al status y posibilidades econoacutemicas del jinete parece ser el principal punto (al menos inicialmente) de distanciamiento entre los lanceros acorazados saacutermatas y los catafractii romanos Ahora bien suponiendo que la creacioacuten de las unidades de catafractos romanos estuviera respondiendo a la caballeriacutea pesada parta iquestpor queacute esperoacute al s II dC Durante casi tres siglos de encuentros en los campos de batalla de Oriente el ejeacutercito romano no parecioacute tener necesidad alguna de emular a los catafractos y clibanarios partos Finalmente es en el contexto de las guerras daacutecicas y paacuterticas de Trajano y en el reinado de Adriano cuando los catafractii hacen su aparicioacuten en el ejeacutercito romano al-gunas deacutecadas maacutes tarde que los contarii y despueacutes de casi un siglo de con-

74 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-63 67 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

75 DIXON STEPHENSON 2003 p 114

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tacto con la caballeriacutea saacutermata De nuevo la coincidencia de variables parece hablar por siacute sola al igual que primero el contarius el catafractus parece ser una respuesta de la caballeriacutea romana a las refriegas habidas con los exce-lentes jinetes saacutermatas desde mediados del s I dC hipoacutetesis que secundan la mayor parte de los autores76 Cualquier posible influjo oriental en la com-posicioacuten de la primera caballeriacutea pesada romana respondioacute a la incorpora-cioacuten de elementos considerados de utilidad no encontrados en la tradicioacuten militar propiamente romana o saacutermata El incremento de este influjo mate-rializado quizaacutes en la intensificacioacuten y extensioacuten del uso de armaduras pe-sadas para caballos y en el importante desarrollo en general del arma de ca-balleriacutea pesada en Roma tendriacutea lugar ya entrado el s III dC quizaacutes no tanto de manos de los uacuteltimos coletazos del moribundo Imperio parto como del joven y eneacutergico Imperio persa sasaacutenida el cual llevariacutea el arma de ca-balleriacutea en el Oriente a nuevas cotas de desarrollo especializacioacuten en organi-zacioacuten equipamiento y taacutecticas77

Mencioacuten especial requiere la organizacioacuten del ala I Gallorum et Pan-noniorum catafracta No entraremos a resentildear aquiacute la naturaleza del ala como unidad militar del ejeacutercito romano ni la organizacioacuten y estructura de la caballeriacutea romana altoimperial sino un aspecto concreto del ala concreta objeto de nuestro estudio y que parece haber pasado desapercibido a la ma-yor parte de los autores Se trata del hecho de que dicha ala debioacute de ser compuesta en su origen por soldados de dos unidades distintas probable-mente tropas selectas Tal y como sentildeala su nombre el ala estaba compuesta por jinetes galos y panonios Mielczarek ha propuesto precisamente que ca-ra a la creacioacuten de esta unidad de catafractos probablemente se seleccionoacute a los mejores soldados de dos alas distintas posiblemente (seguacuten el parecer del propio Mielczarek) el ala I Pannoniorum y el ala I Gallorum Flaviana Aunque de momento no se trata sino de una hipoacutetesis parece razonable que cara a la primera unidad de caballeriacutea pesada romana (probablemente una unidad que tendriacutea en sus oriacutegenes un marcado caraacutecter ldquoexperimentalrdquo) se seleccionara a personal experimentado y de fiar lo que remarcariacutea el caraacutec-ter de eacutelite de este tipo de unidades

76 EADIE 1967 MIELCZAREK 1993 NEGIN 1998 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

LEBEDYNSKY 2002 77 EADIE 1967 pp 169-172 MICHALAK 1987 MIELCZAREK 1993 pp 63-67 NICOLLE

1996 WILCOX 2001 pp 24-35 FARROKH 2005

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Taacutecticas y limitaciones de la caballeriacutea pesada romana La caballeriacutea fue un arma especializada principalmente en una uacutenica

funcioacuten el ataque Un grupo de jinetes no puede establecer una posicioacuten de-fensiva y mantenerla de forma estaacutetica pues equivaldriacutea claramente a un suicidio en cualquier eacutepoca Cuando una unidad de caballeriacutea ha sido em-pleada con fines de defensa lo ha sido empleando fundamentalmente el ata-que es decir un contraataque

La principal ventaja de un jinete respecto del soldado de infanteriacutea ra-dica en tres puntos fundamentales la altura que le proporciona su montura la rapidez y potencia de la misma y el efecto psicoloacutegico que todo ello sus-cita en el infante El principal modo en que la caballeriacutea (y particularmente la caballeriacutea media y pesada) se enfrenta a la infanteriacutea (y a otras unidades como veremos) es la carga cuya finalidad es desfondar la formacioacuten ene-miga dispersaacutendola para coparla y destruirla o permitir a otras unidades aprovechar la brecha abierta Sin embargo contrariamente a lo que se suele pensar un caballo (o un grupo de caballos) no es capaz de embestir una for-macioacuten cerrada de infanteriacutea Un equino no es un toro ni se comporta como tal El caballo siempre se para antes de llegar a impactar contra un obstaacuteculo que considera no podraacute esquivar o saltar o donde no vea espacio alguno por donde penetrar En este sentido una formacioacuten de infanteriacutea pesada que fuera capaz de mantener su posicioacuten hasta el final teniacutea muchas posibilidades de rechazar una carga de caballeriacutea Existiacutean dos formas para evitar que esto sucediese de modo tal que la carga de caballeriacutea tuviese finalmente eacutexito hostigar a la formacioacuten de infanteriacutea de muacuteltiples modos (ataque con proyec-tiles ataques simulados apoyar a la caballeriacutea atacante con infanteriacutea o ar-tilleriacutea) o bien que un porcentaje suficiente de soldados enemigos no fuera capaz de soportar la tensioacuten psicoloacutegica de ver venir sobre ellos una carga de caballeriacutea y rompiera filas debilitando la formacioacuten desorganizaacutendola y abriendo brechas Como vemos el resultado de una carga de caballeriacutea de-pende maacutes del contexto y de la psicologiacutea que de la carga en siacute misma Sin embargo los nervios de acero necesarios para superar el instinto de autopro-teccioacuten (que nos llevariacutea a quitarnos inmediatamente de la trayectoria de los caballos y sus jinetes) no eran (ni son) un elemento comuacuten en los ejeacutercitos Pocas infanteriacuteas disponiacutean del adiestramiento y disciplina necesarios para mantener la posicioacuten y afrontar una auteacutentica estampida que a sus ojos cla-ramente amenazariacutea con arroyarla Entre tales excepciones se encontraba la

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infanteriacutea legionaria romana la cual soacutelo en determinadas circunstancias era realmente vulnerable a un ataque de caballeriacutea78

Las unidades de caballeriacutea pesada como catafractii y contarii eran un caso auacuten maacutes especial En primer lugar el contus permitiacutea al jinete arroyar a un infante enemigo virtualmente antes de que su montura se viera obligada a detener su marcha Por otra parte sus pesadas protecciones (y la de sus mon-turas al menos para una parte de los catafractii) les otorgaban una mayor se-guridad ante cualquier clase de contraataque enemigo (especialmente pro-yectiles) y una superior capacidad de asumir el riesgo del contacto con una formacioacuten enemiga demasiado firme Pero sobre todo les otorgaba una carga psicoloacutegica brutal la visioacuten de una ldquoparedrdquo blindada erizada de lanzas en auteacutentica formacioacuten de falange avanzando con premura directamente resulta-ba especialmente impactante a ojos de un soldado de infanteriacutea por muacuteltiples factores Ser arroyado por un caballo no es una perspectiva agradable ser arroyado por una marea de lanzas y caballos blindados es una perspectiva auacuten menos agradable Para incrementar la capacidad de penetracioacuten de este tipo de caballeriacutea se empleaban formaciones y ataques en profundidad fun-damentalmente columna y cuneuscuntildea En este sentido la formacioacuten podiacutea concentrar la fuerza de su carga en un frente estrecho que pudiera ser dirigi-do convenientemente contra el punto maacutes deacutebil de la formacioacuten a atacar in-cluso con la carga ya en curso Sin embargo la caballeriacutea pesada poseiacutea una desventaja potencial el enorme peso de su equipamiento reduciacutea la veloci-dad de su carga su maniobrabilidad y podiacutea agotar a sus caballos muy raacutepi-damente En este sentido podiacutean ser viacutectimas faacuteciles de unidades maacutes aacutegiles y raacutepidas o de un contraataque al teacutermino de una extenuante carga (exitosa o no) Por otra parte no estaban precisamente capacitados para realizar una re-tirada raacutepida con los caballos extenuados por el esfuerzo de cargar despla-zando sobre sus lomos a su jinete con su equipamiento y su propia pro-teccioacuten los catafractii podiacutean encontrarse en una situacioacuten realmente com-prometida si su ataque fracasaba y no se encontraban en posicioacuten de recibir apoyo inmediato de unidades aliadas capaces de protegerlos el tiempo nece-sario para maniobrar y salir del atolladero Otro peligro que desembocaba di-rectamente en el fracaso de la carga (y en las circunstancias antes descritas) era la posibilidad de que la formacioacuten perdiera su cohesioacuten durante la carga Para evitar esta circunstancia (y reducir la extenuacioacuten de los caballos) se procuraba no cargar a mayor velocidad que un trote ligero79

78 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

79 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 y 241 LEBEDYNSKY 2002 p 237 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

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A la hora de afrontar a otra caballeriacutea las circunstancias eran dife-rentes La caballeriacutea como especialista en ataque teniacutea tambieacuten la funcioacuten de neutralizar a la caballeriacutea del adversario negaacutendole asiacute la mayor parte de la iniciativa y ganando la oportunidad de flanquear sus formaciones y ata-carlas desde diversos puntos Un ejeacutercito cuya caballeriacutea abandonara el cam-po de batalla por otra parte aunque auacuten podiacutea imponerse mediante la fuerza de su infanteriacutea (si era capaz de rechazar el ataque de la caballeriacutea adversaria y de desalojar a su infanteriacutea) careceriacutea de cualquier posibilidad para explo-tar adecuadamente la victoria la caballeriacutea fue hasta la I Guerra Mundial la uacutenica arma capacitada para lanzar una persecucioacuten sobre una fuerza enemiga en retirada convirtiendo esta uacuteltima en una desbandada desorganizada y dis-poniendo asiacute de la oportunidad de transformar un ejeacutercito derrotado en un ejeacutercito destruido En este sentido la caballeriacutea no fue soacutelo una pieza taacutectica fundamental a la hora de la batalla sino una herramienta baacutesica de la estra-tegia a nivel global de cualquier conflicto a lo largo de unos tres milenios de historia militar

La infanteriacutea puede rechazar a la caballeriacutea pero nunca perseguirla (maniobra que equivaldriacutea a dar la ocasioacuten a los jinetes derrotados de dar media vuelta y lanzar un inesperado contraataque que convirtiera en desastre para la infanteriacutea lo que empezoacute siendo un eacutexito Las huidas fingidas como ya hemos sentildealado eran tambieacuten una interesante taacutectica a emplear por parte de la caballeriacutea para desorganizar una formacioacuten enemiga Sin embargo no era una taacutectica que entrara dentro del ldquomanual de instruccionesrdquo de la ca-balleriacutea maacutes pesada limitada como estaba en sus movimientos) Soacutelo la ca-balleriacutea podiacutea derrotar poner en fuga y destruir a otra caballeriacutea El modo de hacerlo sin embargo era materia delicada Una formacioacuten cerrada para ata-car a otra caballeriacutea resultaba inuacutetil y peligrosa era la mejor forma de que los propios caballos se rompieran los huesos al impactar a gran velocidad contra las monturas enemigas Normalmente y a lo largo de toda la existen-cia de la caballeriacutea de choque dos formaciones de caballeriacutea que cargan una contra otra a la espera de un combate mano a mano tienden a abrir sus liacuteneas para esquivar el choque frontal contra los caballos rivales Al producirse el choque el jinete tratariacutea de atacar con sus armas a su rival maacutes cercano a uno u otro lado intentando derribarle o herirle mortalmente En estas cir-cunstancias el contus sarmaticus vuelve a relucir por sus virtudes permitiacutea (al igual que la lanza de cometida medieval las lanzas de los huacutesares alados polacos o las lanzas de los ulanos austriacos o los cosacos rusos) golpear al jinete adversario antes de que eacuteste equipado con espada o con una lanza maacutes corta pudiese iniciar su propio ataque Una formacioacuten de contarii o de cata-fractii podiacutea asiacute arroyar faacutecilmente la vanguardia de la formacioacuten de caballe-

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riacutea enemiga neutralizando su ataque y desorganizando totalmente su forma-cioacuten Sin embargo cuando dos formaciones cargaban una contra la otra y llegaban a culminar completamente el choque el combate podiacutea derivar faacute-cilmente en una violenta y caoacutetica refriega En estas circunstancias las espa-das de hoja larga empleadas por la caballeriacutea romana y saacutermata eran particu-larmente esenciales asiacute como sus protecciones dado que un contus tendiacutea a partirse tras el primer o segundo impacto y a ser poco coacutemoda de utilizar cuando el combate se tornaba maacutes cercano En cualquier caso si una forma-cioacuten de catafractii no conseguiacutea imponerse durante el choque a la formacioacuten enemiga el agotamiento de sus monturas y su menor movilidad (sumada a la peacuterdida del orden en la formacioacuten inherente al inicio de la refriega) supon-driacutean una peligrosa situacioacuten en el caso de carecer de apoyo de otras unida-des (bien de caballeriacutea o de infanteriacutea) y de la que no podriacutean salir con mu-cha facilidad80

Tanto frente a otra caballeriacutea como frente a la infanteriacutea el respaldo de unidades de caballeriacutea maacutes ligeras y particularmente arqueros a caballo81 resultariacutea particularmente deseable antes del choque la caballeriacutea ligera po-driacutea hostigar con proyectiles a las formaciones enemigas creando brechas o desorganizaacutendolas y despueacutes del choque podriacutean apoyar a la caballeriacutea pe-sada durante la progresioacuten del combate cubrir su retirada o explotar su eacutexito continuando la persecucioacuten de un enemigo en fuga

Como vemos desde el punto de vista taacutectico y del empleo en el campo de batalla el eacutexito de la caballeriacutea pesada acorazada dependiacutea tanto o maacutes de las circunstancias el contexto y el apoyo que pudieran recibir que de sus propias virtudes Se trataba de unidades altamente especializadas que si que-daban desprotegidas o en situaciones comprometidas podiacutean ser faacutecilmente rechazadas desbandadas o destruidas No se trataba de fuerzas versaacutetiles y probablemente ello condicionoacute que su adopcioacuten y empleo generalizado por parte del ejeacutercito romano fuera tardiacuteo

CONCLUSIONES

El ejeacutercito romano se enfrentoacute durante casi dos siglos a la caballeriacutea

pesada desarrollada por las potencias orientales Tras reveses iniciales debi-dos maacutes a las circunstancias que a una auteacutentica incapacidad para afrontar el ataque de este tipo de caballeriacutea las legiones desarrollaron sus particulares contramedidas recorriendo las primeras deacutecadas de la historia del Alto Im-

80 DIXON SOUTHERN 1997 pp 141-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 235-244 MENEacuteNDEZ

ARGUumlIacuteN 2011 pp 322-324 81 DIXON SOUTHERN 1997 p 143

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perio imperturbables considerando del todo innecesario tomar como inno-vacioacuten un arma a la que eran capaces de batir los catafractos partos y arme-nios

Sin embargo hacia mediados del s I dC algo vino a trastocar este es-cenario en apariencia estable e inamovible de las estepas poacutenticas emergioacute no tanto una nueva arma como una nueva forma de combinar y emplear ar-mas y taacutecticas sobradamente conocidas Los haacutebiles jinetes saacutermatas dejaron atraacutes la claacutesica tradicioacuten militar esteparia basada en el uso del arquero a ca-ballo y la caballeriacutea ligera desarrollaron una nueva caballeriacutea pesada libre de la mayor parte de las debilidades de los pesados catafractos partos flexi-ble y dinaacutemica y capaz de luchar en conjuncioacuten perfecta con otras modali-dades de caballeriacutea como si de un uacutenico cuerpo se tratase A diferencia del catafractario parto el ldquocontariordquo saacutermata era un jinete armado maacutes o menos pesadamente seguacuten las circunstancias y sus propias posibilidades Al igual que su contrapartida parto o armenio el jinete pesado saacutermata aprovechaba al maacuteximo las virtudes de su arma definitoria el contus sarmaticus pero la combinaba con el uso de otras igualmente uacutetiles como la espada de hoja larga y el arco recurvado compuesto Su equipamiento defensivo careciacutea de la rigidez propia del catafracto parto tendiendo a ser sensiblemente maacutes li-gero sin perder las ventajas propias de una proteccioacuten completa y concien-zuda Este equipamiento defensivo ademaacutes podiacutea variar seguacuten las circuns-tancias y las necesidades taacutecticas de cada momento (y no solo exclusi-vamente en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete) Ello permitiacutea al jinete pesado saacutermata oscilar entre una caballeriacutea media pura y una caballeriacutea pesada de choque seguacuten las circunstancias Le convertiacutea en un arma flexible capaz de desempentildear diversos papeles en el campo de batalla y variarlos du-rante el combate mismo seguacuten sus necesidades En combinacioacuten con la habi-lidad natural de estos pueblos para la equitacioacuten y sus excelentes (y numero-sas) fuerzas de caballeriacutea ligera la caballeriacutea pesada saacutermata representaba una amenaza realmente seria y totalmente nueva

Desde la guerra civil del 68-69 dC hasta la paz firmada por Adriano con los saacutermatas roxolanos en 119 dC las legiones romanas y su caballeriacutea hubieron de hacer severos esfuerzos para imponerse a este nuevo enemigo en los campos de batalla actuase eacuteste en solitario o en conjuncioacuten con otros pueblos o Estados Las guerras daacutecicas de Domiciano (85-89 dC) y de Tra-jano (101-106 dC) fueron probablemente los puntos culminantes de esta coyuntura De los sangrientos encuentros habidos sobre las orillas del Danu-bio las colinas daacutecicas y las llanuras de la futura Hungriacutea el ejeacutercito romano extraeriacutea una dura leccioacuten que aprenderiacutea raacutepidamente y pondriacutea en creciente praacutectica con el paso de los antildeos cuando a comienzos del s III dC descen-

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diera el ocaso sobre las uacuteltimas luces legadas por la edad dorada de los Anto-ninos habiendo el Estado romano de afrontar las convulsiones de un mundo en paulatina transformacioacuten

A comienzos del s II dC a caballo entre los diacuteas de Trajano y Adria-no el ejeacutercito romano afrontoacute el laborioso proceso de aplicar buena parte de lo que habiacutea aprendido de manos de la caballeriacutea saacutermata El contus ya habiacutea sido adoptado conformando la primera caballeriacutea de choque especialista de la historia del Imperio A ella le seguiriacutean las protecciones pesadas para jine-tes asiacute como para caballos El ejeacutercito romano conociacutea de sobra los modelos orientales de caballeriacutea pesada y sin embargo en el primer siglo de existen-cia de este arma entre las filas romanas el modelo a seguir fue principal-mente saacutermata Los hechos hablan por siacute solos El ejeacutercito romano habiacutea en-contrado una innovacioacuten de intereacutes para su tradicioacuten militar y la incorporoacute raacutepidamente Las primeras unidades de caballeriacutea pesada acorazada romana llevaron nombres que aludiacutean a tradiciones orientales catafractii pero su ar-mamento y el fundamento de sus taacutecticas era una mezcla de aportaciones romanas y modelos saacutermatas Con la llegada del s III dC estas unidades se hariacutean cada vez maacutes necesarias y sobre la trayectoria marcada por los pio-neros de este arma se labrariacutea el desarrollo completo de la misma

La emersioacuten del Imperio persa sasaacutenida supuso la transformacioacuten re-novacioacuten y revitalizacioacuten del arma de caballeriacutea puramente oriental Los sa-saacutenidas llevaron a un nuevo paroxismo a la combinacioacuten de la caballeriacutea pe-sada y la caballeriacutea ligera de tradicioacuten oriental hasta el punto de que algunos tratadistas militares romanos como Amiano Marcelino llegaron a conside-rarlo como un arma praacutecticamente imbatible En palabras del propio Amiano [] catafractarii [] et sagitarii formidable genus armorum82 Probable-mente estas circunstancias forzaran (entre otros factores) no ya la expansioacuten del arma de caballeriacutea pesada (asiacute como del arquero a caballo) en el ejeacutercito romano de los siglos III y IV dC sino la asuncioacuten por parte de la misma de muacuteltiples elementos propios ya exclusivamente de la tradicioacuten militar irano-persa

La experiencia saacutermata quedoacute atraacutes sin embargo su importancia y la de los primeros prototipos de caballeriacutea pesada romana existentes en el Alto Imperio no debe menospreciarse Fueron la piedra fundadora los cimientos de una importante rama de la tradicioacuten militar romana posterior madre de la bizantina y de buena parte de las tradiciones militares de la posterior Europa medieval donde la caballeriacutea ostentariacutea durante siglos su particular supre-maciacutea En cierto modo puede decirse que la caballeriacutea saacutermata y las primeras

82 AMIANO MARCELINO 16 12 7

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unidades de caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano se encuentran entre las raiacute-ces de una tradicioacuten militar que llevoacute a la caballeriacutea a mantener la ilusioacuten de su reinado sobre los campos de batalla hasta el enloquecedor extremo de atravesar las trincheras y alambradas de la I Guerra Mundial y cargar sobre las divisiones panzer germanas en 1939

SELECCIOacuteN DE TEXTOS EPIGRAacuteFICOS RELATIVOS

83 Camerinum (Camerino) Regio VI Italia CIL XI 5632

M(arco) Maenio C(ai) f(ilio) Cor(nelia) Agrippae L(ucio) Tusidio Campestri hospiti divi Hadriani patri senatoris praef(ecto) coh(ortis) II Fl(aviae) Britton(um) equitat(ae) electo a divo Hadriano et misso in expeditionem Brittannicam trib(uno) coh(ortis) I Hispanor(um) equitat(ae) praef(ecto) alae I Gallor(um) et Pannonior(um) catafractatae proc(uratori) Aug(usti) praef(ecto) classis Brittannicae proc(uratori) provinciae Brittanniae equo publico patrono municipi(i) vicani Censorglacenses consecuti ab indulgentia Optimi Maximique Imp(eratoris) Antonini Aug(usti) Pii beneficio interpretationis eius privilegia quibus in p[e]rpetuum aucti confirmatique sunt l(ocus) d(atus) d(ecreto) d(ecurionum) g(ratis)

Ad Mediam (Mehadia) Dacia CIL XVI 110 = CIL III 886 = AE 1980 760

[Imp(erator) Caes(ar) divi Had]rian(i) f(ilius) divi Traiani [Parthici n(epos) divi Ne]rvae pron(epos) T(itus) Aelius [Hadrianus Ant]oninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) [max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII] imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae) [equit(ibus) et pedit(ibus)] qui mil(itaverunt) in alis III quae [appell(antur) Silia]n(a) et Gall(orum) et Pann(oniorum) [catafrac(taria) et F]ront(oniana) et coh(ortibus) XII I Ulp(ia) [Britton(um)] |(milliaria) et I Fl(avia) Ulp(ia) Hisp(anorum) |(milliaria) [et 3 I Ael(ia)] Gaesa(torum) |(milliaria) et I Aug(usta) Nerv() [|(milliaria) et I]I Britt(onum) |(milliaria) et I Hispan(orum) [--- e]t II Hisp(anorum) scutat(a) Cy[ren(aica) et ---]n() et VI Thrac(um) et sunt [in Dacia Poroliss]en(si) sub Macrinio [Vindice proc(uratore) qui]nq(ue) et vigint(i) stip[en(diis) emerit(is) dimis(sis) hon]est(a) miss(ione) quor(um) [nomin(a) subscripta s]unt civit(atem) Roman(am) [qui eor(um) non ha]b(erent) ded(it) et con(ubium) cum [uxor(ibus) quas tu]nc hab(uissent) cum est [civit(as) i(i)s dat(a) aut] cum i(i)s quas post(ea) [dux(issent) dumtax(at) si]ngulis [[Imp(erator) Caes(ar) divi Hadrian(i) f(ilius) divi Traiani Parthici n(epos) divi Nervae pron(epos) T(itus) Aelius Hadrianus Antoninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae)] [equit(ibus) et pedit(ibus) qui mil(itaverunt) in alis III ---] et vigint(i) stipend(iis) emerit(is) dimis(sis) honest(a) miss(ione) quor(um) nomin(a) subscript(a) sunt civit(atem) Roman(am) qui eor(um) non haber(ent) dedit et conub(ium) cum uxor(ibus) quas tunc habuis(sent) cum est civit(atem) i(is) dat(a) aut cum i(is) quas post(ea) dux(issent) dumtax(at) singulis a(nte) d(iem) V K(alendas) Oct(obres) Sex(to) Calpurnio Agricola Ti(berio) Claudio Iuliano co(n)s(ulibus) coh(ors) I Ulpia Britton(um) |(milliaria) cui

83 Tomados del Epigraphische Datenbank Clauss-Slaby httpwwwmanfredclauss de

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prae(e)st L(ucius) Nonius Bassus Picen(o) ex pedite Luonerco Molaci f(ilio) Britt(oni) descript(um) et recognit(um) ex tabul(a) aer(ea) quae fixa est Romae in mur(o) post templ(um) divi Aug(usti) ad Minervam

Tipasa (Tefessad) Mauretania Cesariense AE 1951 265 = AE 1955 133

D(is) M(anibus) Adiutoris eq(uitis) al(ae) pri(mae) Can(n)anafatium vi(xit) XXXXI m(ilitavit) an(nos) XXIII pro(curante) l(i)b(erto) ipsi(us) bene me(renti) Cabanus he(res) po(suit)

Savaria (Szombathely) Panonia Superior CIL III 4183

T(itus) Cnorius Sabinianus ex praef(ecto) alae Contariorum v(ir) e(gregius) et L(ucius) Val(erius) Verus dec(urio) c(oloniae) C(laudiae) Savar(iensium) sacerdotalis p(rovinciae) P(annoniae) s(uperioris) cryptam vi ignis exustam sumptibus suis refecerunt

Brigetio (Kornye) Panonia Superior CIL III 4278

D(is) M(anibus) Val(erio) Saturnino vet(erano) ex dup(licario) alae I Ulp(iae) Cont(ariorum) qui vixit an(nos) L et Val(erio) Sabino mil(iti) leg(ionis) I Ad(iutricis) stip(endiorum) III vixit an(nos) XXV filio Caes(ia) Digna marito et filio f(aciendum) c(uravit)

Apamea Siria AE 1987 955

Aur(elio) Basso quandam(sic) sig(nifero) al(ae) I Ulp(iae) (C)ontariorum stipendiorum VIII vixit annos XXVIIII XI Kal(endas) Maias Gallo et Volusiano consilibus() titulus positus a Marc(io) Cotum(sic) (d)ec(urione) al(ae) c(ivium) R(omanorum)

Apamea Siria AE 1993 1589

D(is) M(anibus) Iulius Valerianus eques alae I Ulp(iae) contariorum stip(endiorum) XXIII vixit annis XXXXVI Ulp(ius) Ingenu(us) dupl(icarius) alae eiusdem heres posuit b(ene) m(erenti)

Arrabona (Gyor) Panonia Superior CIL III 4379

D(is) M(anibus) Ulp(ius) Variu(s) Ore() vet(e)r(anus) ex stat(ore) al(a)e I Ulp(iae) Cont(ariorum) do(mo) Af(rica) vixs(it) ann(os) XLV et Ael(iae) Sabin(a)e fi(liae) vix(it) ann(os) X Ael(ia) Domitia con(iunx) et Ulp(ius) Sabinianus et Ulp(ius) [Cele]rinus et Sabi[nil]la fili(i) vivi cum [mat(re) pa]tri karis(simo) posuerunt

Sentpalpuszta Panonia Superior CIL III 11081 = AE 1899 3

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[D(is) M(anibus)] M(arcus) Aur(elius) [3]us vex(illarius) al(ae) p(rimae) C(ontariorum) Anto(ninianae) et Elv(iae) Bon(a)e c(oniugi) car(issimae) et f(iliae) Aur(eliae) Valerin(a)e et Ae(liae) Sabin(a)e et Elv(io) Verecundo an(norum) LXX Pulc(h)r(a)e() Suri an(norum) LX et Elv(io) Vitali an(norum) XVIII et Au(relio) Ma(n)suetiano an(norum) VII et Ae(lio) Florido M(arcus) Aur(elius) Valerianus sib(i) [et] su[i]s vivi f(ecit)

Roma CIL VI 1449 = AE 1967 16 = AE 196970 13

M(arco) Macrinio Avito M(arci) f(ilio) Claud(ia) Catonio Vindici co(n)s(uli) aug(uri) p(opuli) R(omani) Quiritium leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) prov(inciae) Moes(iae) inf(erioris) leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) Moes(iae) sup(erioris) cur(atori) civitat(is) Arimin(ensium) p[r]oc(uratori) prov(inciae) Dac(iae) Malv(ensis) praef(ecto) alae contar(iorum) praef(ecto) alae III Thrac(um) trib(uno) milit(um) leg(ionis) VI Victr(icis) praef(ecto) coh(ortis) VI Gall(orum) donat(o) donis mil(itaribus) in bello Germ(anico) ab Imp(eratore) M(arco) Aur(elio) Antonino Aug(usto) hast(is) pur(is) II et vexill(is) II cor(o)na mural(i) et vallar(i) Iunia Flaccinilla marito karissimo et Macrinia Rufina patri piissimo vixit annis XLII m(ensibus) V

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SELECCIOacuteN DE IMAacuteGENES

Fig 1 Relieve de la estela funeraria del eques Aduitor miembro del ala I Canninefatum (AE 1955

133) empuntildeando un contus sarmaticus por el lateral derecho de su montura DIXON SOUTHERN 1997 p 49

Fig 2

Grafito de Dura-Europos datado en torno a los ss II-III dC representando un catafracto parto romano o sasaacutenida JUNKELMANN 1992 p 197

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Fig 3 Las dos bardas de escamas metaacutelicas completas encontradas por Rostovzeff en las

excavaciones de Dura-Europos a lo largo de la campantildea de 1932-33 JUNKELMANN 1992 p 214

Fig 4 Relieves de Firuzabad (Iraacuten) representando a un clibanario persa sasaacutenida derribando a un

catafractarioclibanario parto s III dC Obseacutervese las bandas transversales que se ven en los brazos del jinete de la derecha que probablemente esteacuten representando un tipo de manica

WILCOX 2001 p 22

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Fig 5 Relieve de Firuzabad representando a unos catafractosclibanarios parto y sasaacutenida forcejeando

en combate cuerpo a cuerpo Ilustracioacuten de Wilcox 2001 p 23

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FIG 6 Catafractos partos del s I aC Obseacutervense las protecciones tipo manicae portadas por ambos

jinetes en los brazos El jinete de la derecha tambieacuten las lleva sobre las piernas A Mc Bride en WILCOX 2001

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Fig 7 Fragmentos de cotas de escamas y laacuteminas para armadura encontradas en enterramientos

saacutermatas de los ss I-III dC NEGIN 1998 p 70

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Fig 8 Estela de Athenios en Panticapea (Crimea Ucrania) donde se puede observar a un jinete (izqda) que parece montar un caballo protegido con una cota de escamas al igual que eacutel

NEGIN 1998 p 66

Fig 9 Reconstruccioacuten de un contario saacutermata (izqda) en accioacuten s II dC seguacuten G Embleton en

BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 10 Reconstruccioacuten el posible aspecto de un jinete pesado saacutermata y de la posible proteccioacuten de su

montura s II dC seguacuten G Embleton en BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 11 Reconstruccioacuten de un jinete pesado saacutermata equipado con una armadura compuesta ss I-II

dC seguacuten NEGIN 1998 p 73

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Fig 12 Casco romano tipo Russell Robinson tipo B basado en un ejemplar encontrado en Ely

(Cambridgeshire Reino Unido) ss I-II dC GOLDSWORTHY 1998 p 238

Fig 13

Casco romano tipo Rusell Robinson E basado en un hallazgo realizado en Hedderneim (Alemania) ss II-III GOLDSWORTHY 1998 p 238

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Fig 14

Reconstruccioacuten de un casco romano del tipo Niederbieber ss II-III dC seguacuten GILBERT 2010 p 136

Fig 15

Reconstruccioacuten de una variante del casco romano tipo Heddernheim con y sin maacutescara de proteccioacuten para el rostro ss II-III dC seguacuten ALEXANDRA GILBERT 2009 pp 24-26

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Fig 16 Fragmento de lorica squamata de escamas semi-riacutegidas s II dC

BISHOP COULSTON 1993 p 116

Fig 17 Silla de montar romana de cuatro cuernos seguacuten la reconstruccioacuten de P Connolly

DIXON SOUTHERN 1997 p 71

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Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

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Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

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Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

Recibido 17 mayo 2011 Aprobado 22 junio 2011

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cuentro sobre los campos de batalla del Proacuteximo Oriente y la Europa del Es-te de la caballeriacutea pesada oriental y las legiones romanas altoimperiales Y sin embargo no fue hasta comienzos del s II dC que el ejeacutercito romano co-menzoacute a desarrollar sus propias unidades de caballeriacutea pesada acorazada si-guiendo los modelos estepario-orientales con los que habiacutea convivido hasta el momento

Estas unidades de caballeriacutea pesada fueron conocidas por la historio-grafiacutea latina y griega como cataphractikataphractoi clibanarii y contarii Aunque los testimonios de su presencia en los ejeacutercitos partos y saacutermatas son abundantes en la literatura greco-latina de la eacutepoca su aparicioacuten en los ejeacuter-citos romanos en eacutepoca altoimperial a penas nos es conocida gracias a la epi-grafiacutea y a muy escasos testimonios literarios

A lo largo de los dos primeros siglos del Alto Imperio la caballeriacutea romana habiacutea sido una versaacutetil y flexible arma capacitada para combatir igualmente a distancia como en formaciones cerradas de choque a la carga iquestQueacute pudo motivar el desarrollo a finales del s I y principios del II dC de unidades que a todas luces estaban bastante alejadas de la tradicioacuten militar romana

FUENTES Los testimonios en torno al surgimiento de la caballeriacutea pesada acora-

zada en el ejeacutercito romano provienen predominantemente de la epigrafiacutea Tan soacutelo Flavio Josefo al describir el ejeacutercito del futuro emperador Vespa-siano empentildeado en su contienda contra la revuelta judiacutea del 66 dC hace mencioacuten expliacutecita la existencia ya en el ejeacutercito romano de unidades de ca-balleriacutea denominadas contarii (en griego κοντοφόρoι)1 es decir jinetes equi-pados con el contusκόντος una lanza pesada de acometida unos cuatro me-tros de longitud empuntildeada a dos manos de origen saacutermata2 Sobre la existen-cia de unidades de contarii en eacutepoca de Adriano hace varias menciones igualmente Arriano en su Tactica3

A traveacutes de la epigrafiacutea sin embargo tenemos atestiguadas tres unida-des formadas aproximadamente bajo los reinados de Trajano y Adriano En primer lugar el Ala I Vlpia contariorum milliaria probablemente constituida

1 FLAVIO JOSEFO La guerra de los Judiacuteos III 5 5 2 DIXON STEPHENSON 2003 p 71-73 DIXON SOUTHERN 1997 pp 75-76 BISHOP

COULSTON 1993 pp 109-111 FIELDS 2006 pp 10 LEBEDYNSKY 2002 p 163 GOLDS-WORTHY 1998 p 240

3 ARRIANO Taacutectica 4 seguacuten EADIE 1967 p 167

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bajo el reinado de Trajano y para la cual disponemos de abundantes testimo-nios epigraacuteficos en forma de inscripciones votivas honorarias y funerarias asiacute como diversos diplomas militares muchos de los cuales datan del reina-do de Septimio Severo4 En segundo lugar el ala I Canninefatum Canina-fatium Cannanefatium conocida a traveacutes de la estela funeraria del eques Adiutor donde aparece este jinete romano empuntildeando una lanza a dos manos que probablemente sea un contus5 En tercer lugar dos referencias al ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta La primera y maacutes importante de las mismas data de eacutepoca de Adriano6 una estela dedicada a Marco Menio Agri-pa prefecto del ala citada siendo la primera referencia a unidades de cata-fractarios del ejeacutercito romano conocida antes de mediados del s III dC La segunda pertenece a un diploma militar datado en el antildeo 154 dC durante el reinado de Antonino Piacuteo donde soldados de este ala reciben su honesta missio junto con miembros de otras unidades auxiliares7

El registro iconograacutefico representa otra de las fuentes clave para el co-nocimiento de estas unidades militares en el periodo citado En primer lugar debemos citar los relieves que acompantildean algunas de las inscripciones cita-das especialmente las de caraacutecter funerario donde suele aparecer el soldado a lomos de su caballo o a pie junto al mismo En este sentido podemos citar como ejemplo la estela del eques Aduitor del ala I Canninefatum Debemos sentildealar que hasta la fecha no se ha encontrado ninguacuten relieve (funerario o no) datado en eacutepoca antonina o severa donde esteacute representado un catafrac-tus o un clibanarius identificable como romano Nuestras fuentes iconograacute-ficas para estas unidades se completan con relieves incluidos en contextos monumentales asiacute como con grafitos En el primer caso se han sentildealado las metopas I II III y IV del Tropaeum Traiani en Adamklissi En eacutestas apa-recen representados sendos jinetes equipados con cota de mallas espada un posible escudo y una lanza portada con una sola mano mientras que sus monturas no se presentan protegidas Seguacuten J W Eadie8 estos jinetes esta-riacutean equipados probablemente con un contus (deduccioacuten que extrae especial-mente de la metopa IV donde aparece uno de estos jinetes alanceando a un

4 CIL III 4183 4278 4341 4359 4360 4361 4362 4369 4370 4378 4379 5091 11081 13441 CIL V 5266 CIL VI 1449 CIL XVI 64 AE 1977 3 AE 1908 45 46 AE 1965 131 AE 1987 796 955 AE 1993 1589 1590 1593 1596 AE 2004 1905

5 AE 1955 133 DIXON STEPHENSON 2003 p 70-71 SPEIDEL 1992 GOLDSWORTHY 1998 p 240 LEBEDYNSKY 2002 p 236 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 323-324

6 CIL XI 5632 GOLDSWORTHY 1998 p 241 DIXON SOUTHERN 1997 p 76 EADIE 1967 p 167

7 CIL XVI 110 = CIL III Diploma XLIV = AE 1980 760 EADIE 1967 p 167 MIELCZAREK 1993 p 73

8 EADIE 1967 p 167

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enemigo) y que por lo tanto estariacuteamos ante la imagen de unos contarii Pa-ra justificar el hecho de que las lanzas representadas sean de reducido ta-mantildeo para ser realmente un contus Eadie considera que la imagen (como en otras muchas metopas) estaacute ajustada a los liacutemites del espacio disponible para representarla y que por lo tanto sus dimensiones estaacuten deformadas En el se-gundo caso podemos incluir un grafito encontrado en Dura-Europos donde aparece representado un catafracto o un clibanario a caballo entre los ss II-III dC seguacuten la inmensa mayoriacutea de las teoriacuteas9 Sin embargo en ninguacuten ca-so se ha aclarado la ldquonacionalidadrdquo del jinete representado no arriesgaacutendose ninguna de las propuestas existentes hasta la fecha a aventurar si se trata de un jinete romano parto o incluso sasaacutenida

Finalmente resta por mencionar las fuentes arqueoloacutegicas Sin embar-go los testimonios arqueoloacutegicos de la existencia de estas unidades desde eacutepoca de Trajano hasta Severo Alejandro resultan escasos Salvo que aparez-ca una inscripcioacuten lo suficientemente clara no hay forma de atribuir un acuartelamiento de caballeriacutea romana (dado el caso de que se pueda iden-tificar claramente dicho acuartelamiento como propio de una unidad de ca-balleriacutea) a un tipo de unidad o a otra Por otra parte los hallazgos de piezas de equipamiento (fragmentarias o completas) atribuibles exclusivamente a contarios catafractos o clibanarios resultan muy escasos aunque significati-vos y a veces difiacuteciles de identificar como tales Respecto al arma caracte-riacutestica de los contarii el contus no han sobrevivido en el registro arqueoloacute-gico restos orgaacutenicos (la madera del asta) que nos permitan identificar una lanza de acometida como un arma de estas caracteriacutesticas Respecto de las puntas y regatones metaacutelicos que siacute suelen conservarse (en mejor o peor es-tado) en el registro arqueoloacutegico apenas podemos distinguir su pertenencia a armas arrojadizas o armas de acometida pero dentro de esta uacuteltima categoriacutea resulta casi imposible establecer su atribucioacuten a un contus con suficiente se-guridad En cuanto a elementos considerados como parte exclusiva del equi-pamiento de un catafractario o un clibanario (en principio no necesariamente romano pues como veremos maacutes adelante existe un importante debate en torno al equipamiento atribuible a estos catafractii y clibanarii romanos y auacuten a los de otros Estados y culturas de la eacutepoca) destacan claramente las tres bardas de escamas encontradas durante las excavaciones en Dura-Euro-pos en 1932-33 y datadas hacia el s III dC 10 Aunque trataremos el (proba-ble) equipamiento militar de estas unidades con mayor detalle en otro apar-tado sentildealaremos aquiacute que dos de ellas (una completa y otra fragmentaria)

9 ROSTOVZEFF 1933 MIELCZAREK 1993 p 36 BISHOP COULSTON1993 p 157 DIXON

SOUTHERN 1997 p 76 Seguacuten FIELDS 2006 p 10 se tratariacutea de un clibanarius 10 ROSTOVZEFF BELLINGER HOPKINS WELLES1936 y JAMES 2004

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son de escamas de bronce cosidas a un manto de lino mientras que la res-tante es de escamas de hierro cosida igualmente a un manto de tela11 Otros hallazgos arqueoloacutegicos (como los cubrecabezas para caballos teacutecnicamente denominados como chamfrons) son atribuibles tanto a las unidades pesadas de choque de la caballeriacutea romana que estamos tratando como a otras unida-des maacutes comunes desde otros elementos de proteccioacuten maacutes o menos pesados para jinete o caballo hasta piezas de uso praacutecticamente general como sillas de montar arreos etc que expondremos con detalle maacutes adelante Algunas de estas piezas como las sillas de montar (magniacuteficamente estudiadas por P Connolly12) pueden servir de ayuda para enfocar y dilucidar diversas cues-tiones y discusiones surgidas en la historiografiacutea en torno a la caballeriacutea pe-sada romana altoimperial

CONTARII CATAFRACTII CLIBANARII IDENTIFICACIOacuteN Y DEFINICIOacuteN DE UNA

ESPECIALIDAD MILITAR La utilizacioacuten de los teacuterminos contarii catafractii y clibanarii por

parte de los romanos para referirse a diversas formas o de diversos modos a unidades de caballeriacutea pesada de choque maacutes o menos acorazada es un hecho Sin embargo iquestsabemos realmente cuaacutel era la definicioacuten que se ocul-taba tras cada teacutermino a ojos de un militar romano de los ss II-III dC Eacuteste no es un tema baladiacute pues en cierta medida la cuestioacuten continuacutea abierta no habiendo auacuten un consenso o al menos una corriente imperante en torno a cuaacutel era la distincioacuten real entre un catafractus y un clibanarius Respecto al contarius por el contrario no parecen existir excesivas dudas acerca de su particular naturaleza si bien algunas propuestas lanzadas al respecto de los catafractii romanos han llegado a asemejarlos bastante Dar respuestas a estas preguntas antes de abordar en detalle los antecedentes y el desarrollo de las primeras unidades de caballeriacutea pesada acorazada del ejeacutercito romano es esencial

La cuestioacuten en torno a queacute era un contarius es la mejor aclarada hasta la fecha Antes de su atestiguacioacuten en el ejeacutercito romano el contarius no aparece maacutes que entre las filas de la caballeriacutea saacutermata como veremos En general todas las tesis sostienen que el contario o contarius tambieacuten cono-cido como κοντοφόροι dentro del ejeacutercito romano o del saacutermata era un ji-nete cuya principal caracteriacutestica era empuntildear una lanza de casi cuatro me-tros de largo denominada contus sarmaticus La proteccioacuten de un contario

11 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-63 DIXON STEPHENSON 2003 pp 115-116 JAMES 2004 FIELDS 2006 p 20

12 CONNOLLY 1986 1987 1997 2004 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991

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podriacutea ser mayor o menor pero en general su montura no se encontrariacutea pe-sadamente protegida13 Es esta la imagen que parece aportar la estela del eques Aduitor14 quien aparece armado aparentemente tan soacutelo con el contus y vistiendo uacutenicamente una tuacutenica y un manto mientras que su caballo no parece llevar tampoco proteccioacuten alguna Siguiendo la propuesta lanzada por Eadie al respecto de los jinetes de las metopas I a IV del Tropaeum Traiani los contarii apenas portariacutean como proteccioacuten corporal una coraza corriente y a lo sumo un yelmo sin que sus caballos portaran proteccioacuten alguna Pero maacutes allaacute de estos detalles la definicioacuten del contario estariacutea clara un jinete equipado principalmente con un contus de este modo combinariacutea la agilidad y velocidad de un jinete comuacuten (cuyo caballo no estariacutea significativamente protegido) con la potencia de embestida de una lanza pesada que aporta la ventaja de golpear antes al enemigo (y derribarlo) gracias a su superior lon-gitud15

La cuestioacuten en torno a los catafractii y clibanarii es de una naturaleza bien distinta empezando por el hecho de que no estaacute claro si se trata de dos teacuterminos distintos refirieacutendose a una misma especialidad de caballeriacutea o si se trata realmente de dos especialidades en verdad distintas en taacutecticas y en equipamiento

En principio el teacutermino griego κατάφρακτος significa ldquocubierto de armadura acorazadordquo16 o ldquocubierto con cota de mallardquo17 La terminologiacutea pone asiacute el eacutenfasis desde el principio en la proteccioacuten en este sentido se tra-tariacutea de la caracteriacutestica definitoria de un catafractario Entre tanto clibana-rius viene del teacutermino latino clibanus ldquohorno de campantildeardquo18 que a su vez desciende del teacutermino griego κλίβανος ldquohorno hornillordquo teacutermino que posi-blemente hiciera referencia a las altas temperaturas que se podiacutean alcanzar bajo una armadura metaacutelica densa Asiacute pues en principio parece que la ca-racteriacutestica principal inicial de ambos tipos de jinete es portar una proteccioacuten metaacutelica especialmente extensa o acentuada proteccioacuten que se hariacutea exten-

13 ARRIANO Taacutectica 4 3 44 EADIE 1967 pp 165-167 DIXON SOUTHERN 1997 pp 49-50 y 75-76 LEBEDYNSKY 2002 pp 163-166

14 SPEIDEL 1992 considera que el ala I Canninafatium al no especificar que estuviera compuesta o no por contarii probablemente se trataba de un ala de equites tiacutepicamente roma-nos donde un grupo de soldados (entre los que se contariacutea Aduitor) se especializariacutea en el uso del contus

15 GOLDSWORTHY 1998 p 241 16 PABOacuteN S DE URBINA Diccionario manual griego-espantildeol Madrid 1999 17 EADIE 1967 p 162 18 SEGURA MUNGUIacuteA Nuevo diccionario etimoloacutegico latiacuten-espantildeol y de las voces deriva-

das Universidad de Deusto Bilbao 2006

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siva al caballo19 Sin embargo aunque la terminologiacutea pone el acento en el equipamiento militar como medio de distincioacuten de estas unidades de caballe-riacutea respecto de otras no aporta ninguna pista para realizar esa misma distin-cioacuten entre los catafractii y los clibanarii propiamente dichos Definir correc-tamente queacute es un catafracto y queacute es un clibanario (al menos en lo que al ejeacutercito romano se refiere) resulta fundamental para entender queacute tipo de sol-dados eran realmente los catafractii de eacutepoca altoimperial

Seguacuten Speidel catafractii seriacutea un teacutermino que hariacutea referencia a todo tipo de caballeriacutea pesada acorazada del ejeacutercito romano fuera cual fuera su funcioacuten taacutectica o particularidades especiacuteficas de equipamiento clibanarii se refeririacutea entonces a la caballeriacutea pesada de semejante tipo propia de los ejeacuter-citos partos y sobre todo sasaacutenidas20 Sin embargo esta teoriacutea no nos resulta de utilidad directa cara a nuestro estudio pues se refiere a unidades de ca-balleriacutea contenidas en la Notitia Dignitatum y a otras unidades del Bajo Im-perio las cuales no abordamos aquiacute

Para JC Coulston la distincioacuten entre ambos tipos de unidades deven-driacutea principalmente por tanto del equipamiento21 sobre todo si tenemos en cuenta que en el propio Bajo Imperio encontramos unidades de clibanarios y catafractos en el ejeacutercito romano atestiguadas por la propia Notitia Dignita-tum especialmente en Oriente22 En este sentido Coulston sostiene que una catafracto es un jinete acorazado menos pesado que su contrapartida cliba-nario y que hariacutea uso de lanza y escudo en un estilo ldquooccidentalrdquo de combate El clibanario por el contrario seguiriacutea las tradiciones orientales puras em-pleando fundamentalmente la lanza de acometida y el arco

Desde nuestro particular punto de vista preferimos adscribirnos a la propuesta realizada por M Mielczarek este autor postula que intentar dife-renciar un catafracto de un clibanario a partir (tan soacutelo) del equipamiento mi-litar (tal y como propondriacutea Coulston) no es un punto de partida totalmente acertado y que ha sido fruto de muchas malinterpretaciones de las fuentes Mielczarek hace hincapieacute en la necesidad de tratar de distinguir ambas uni-dades a partir de las taacutecticas que probablemente usaron23 Seguacuten este autor los catafractos seriacutean un tipo de caballeriacutea pesada especializada en cargar con lanza de acometida tipo contus empuntildeada a dos manos por el lado dies-tro de la cabeza del caballo en un estilo de combate especialmente prepara-do para batir a la infanteriacutea (en su origen a la falange macedoacutenica) Los cata-

19 MIELCZAREK 1993 p 9 20 SPEIDEL M P 1984 DIXON SOUTHERN 1997 p 76 21 COULSTON J C 1986 seguacuten DIXON SOUTHERN 1997 p 76 22 MIELCZAREK 1993 pp 76-77 23 MIELCZAREK 1993 pp 11-16

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fractos empleariacutean ademaacutes despliegues en cuntildea y columna para hacer su ataque auacuten maacutes penetrante contra una formacioacuten de infanteriacutea Al enfrentarse a un enemigo capaz ademaacutes de infiltrarse entre las filas de sus monturas y de agredir a sus caballos con el objetivo de descabalgarlos los catafractos llevariacutean sus animales protegidos con armaduras bastante extensas que ten-deriacutean a proteger no soacutelo la pechera cerviz y cabeza de los mismos sino tambieacuten sus flancos y buena parte de las patas Los clibanarios estariacutean equi-pados del mismo modo (ellos y sus monturas protegidos) si bien empleariacutean sus lanzas empuntildeaacutendolas a dos manos en diagonal tras la cerviz del caballo para atacar por el lateral izquierdo del mismo en direccioacuten a otro jinete en este caso los clibanarios estariacutean empleando taacutecticas contra caballeriacutea donde sus despliegues resultariacutean maacutes amplios y abiertos recibiendo incluso apoyo nutrido de otras fuerzas de caballeriacutea maacutes flexibles Al mismo tiempo la pro-teccioacuten de sus monturas no se extenderiacutea tanto hacia las patas mientras que hariacutea hincapieacute en la cerviz la cabeza y los flancos y sobre todo en la pro-teccioacuten del jinete mismo En este sentido catafractii y clibanarii no seriacutean dos formas indistintas de mencionar a un mismo tipo de soldado simple-mente se tratariacutea de soldados equipados de forma similar pero capaces de emplear taacutecticas de catafractii o de clibanarii seguacuten lo requirieran las cir-cunstancias24

Este planteamiento ha sido recogido recientemente por Meneacutendez Arguumliacuten quien tambieacuten aboga por una diferenciacioacuten eminentemente taacutectica entre ambas especialidades de caballeriacutea La propuesta de Arguumliacuten sin embar-go precisa de un modo diferente (pero no excluyente) las particularidades taacutecticas que separan a catafractii de clibanarii los primeros combatiriacutean en formaciones cerradas praacutecticamente en columna mientras que los segundos peleariacutean en formacioacuten aproximada a la de cuntildea apoyados por arqueros a ca-ballo Esta propuesta como ya hemos sentildealado no contradice los presupues-tos lanzados por Mielczarek sino que maacutes bien retoma y completa sus enfo-ques El principal intereacutes de la teoriacutea de Meneacutendez Arguumliacuten radica en que lle-ga a la conclusioacuten clara de que el mismo tipo de jinete podiacutea ser indistinta-mente un catafractus o un clibanarius y que ambas denominaciones no dis-tinguiacutean sino dos taacutecticas y usos concretos de lo que en esencia era el mismo tipo de especialidad militar25

En efecto anteriormente hemos visto que la terminologiacutea parece ha-blar de una semejanza bastante acentuada en el equipamiento ambos tipos de soldado portariacutean pesadas armaduras ellos y sus caballos Las diferencias sensibles entre ambos resultariacutean en realidad miacutenimas Sabemos que los le-

24 MIELCZAREK 1993 pp 43-50 25 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 p 320

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gionarios romanos podiacutean variar su equipamiento (al menos en eacutepoca alto-imperial) seguacuten las circunstancias o las taacutecticas empleadas iquestQueacute impediriacutea por tanto a un catafracto actuar como un clibanario y viceversa seguacuten las necesidades Recordemos por otra parte que auacuten no tenemos atestiguada la existencia de clibanarii (seguacuten nuestras fuentes) en el ejeacutercito romano antes del s IV dC Que soacutelo conozcamos la existencia de catafractos implica que estos se emplearon necesariamente tan soacutelo como arma anti-infanteriacutea En realidad un catafractario necesitaba poco maacutes que el entrenamiento adecuado (en base a los planteamientos de Mielczarek y Meneacutendez Arguumliacuten) para poder actuar como lo que posteriormente seriacutea su homoacutelogo clibanario Quizaacutes la tardiacutea aparicioacuten del clibanarius en el ejeacutercito romano deriva maacutes del uso in-distinto del catafractus contra infanteriacutea y caballeriacutea durante bastante tiempo el clibanarius seriacutea por tanto un desarrollo y una especializacioacuten posterior dentro de una misma rama del ejeacutercito ya de por siacute claramente definida La distincioacuten en base a las taacutecticas propuesta por Mielczarek y enfatizada por Meneacutendez Arguumliacuten resulta la maacutes flexible y la que aporta respuestas maacutes sa-tisfactorias a las preguntas que la caballeriacutea pesada acorazada del mundo an-tiguo (en general) nos plantea Seguacuten Mielczarek el catafracto emerge como una respuesta del arma de caballeriacutea oriental a la falange macedoacutenica26 El clibanario surge posteriormente (ya en el s III dC) de nuevo en contextos orientales y lo hace ya como un homoacutelogo del catafracto especialista en ba-tir a otra caballeriacutea recibiendo apoyo incluso de unidades de jinetes maacutes li-geros especialmente arqueros a caballo27

El desarrollo que podemos plantear a partir de esta teoriacutea resulta loacute-gico el clibanario surge como tal desde el momento en que el catafractario se ve obligado a enfrentarse a otra caballeriacutea o a otros catafractarios con de-masiada frecuencia Probablemente no sea ninguna casualidad que el cliba-nario haga su aparicioacuten a mediados del s III dC en un contexto en el que la principal superpotencia oriental el Iraacuten parto y sasaacutenida se enfrenta frecuen-temente a enemigos que empleaban sus mismas taacutecticas y unidades especia-lizadas (como los saacutermatas o los alanos) o que las han adoptado y empleado contra ellos a su vez igualmente como es el caso claro del Imperio romano y sus alae catafractae

26 MIELCZAREK 1993 pp 43 y 46-48 27 MIELCZAREK 1993 pp 48-50

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ANTECEDENTES Y MODELOS POTENCIALES DE LA CABALLERIacuteA PESADA RO-MANA PARTOS Y SAacuteRMATAS

En el Imperio parto La presencia de catafractos en el ejeacutercito parto estaacute atestiguada desde

el s I aC a partir de los encuentros de Tigranocerta (69 aC) y Carras (53 a C) Este tipo de caballeriacutea entre los partos estaba compuesta por las princi-pales eacutelites de su sociedad dado no soacutelo el coste del equipamiento y su man-tenimiento sino la necesidad de un constante entrenamiento para lograr una aceptable destreza en su uso individual y en el conjunto de una unidad mili-tar28 En este sentido los catafractos formaban un cuerpo minoritario dentro del ejeacutercito si bien constituiacutean probablemente una de las piezas dorsales de su ejeacutercito dadas las taacutecticas empleadas por su ejeacutercito a lo largo de la histo-ria de sus encuentros con Roma

El equipamiento del catafractario parto sin embargo probablemente no estaba estandarizado Al depender de la capacidad adquisitiva de cada in-dividuo las variaciones estariacutean a la orden del diacutea (entre unidades y entre los componentes de las mismas) y probablemente soacutelo unidades selectas como los guardias de corps de los soberanos estariacutean debidamente uniformadas en cuanto a equipo29 Para reconstruir el equipamiento de un catafracto parto disponemos de diversas fuentes principales especialmente los testimonios li-terarios romanos asiacute como diversos testimonios graacuteficos Entre las fuentes literarias destaca Plutarco quien en su biografiacutea de Luacuteculo menciona que la caballeriacutea pesada parta portaba pesadas armaduras ellos y sus monturas hasta el punto de obligar a los legionarios romanos a buscar puntos desprote-gidos y deacutebiles para atacarles30 En su descripcioacuten de la batalla de Carras el mismo Plutarco nos da algunos detalles maacutes sobre los catafractos partos mencionando que portaban cascos y corazas de hierro y que sus monturas iban protegidas con jaeces de bronce o acero31 Las representaciones graacuteficas de catafractos partos son variadas destacando entre ellas el relieve de Firu-zabad y los de Naqsh-i-Rustam donde se representa un violento enfrenta-miento entre catafractos partos y sasaacutenidas asiacute como el ya citado grafito de Dura-Europos donde la adscripcioacuten del jinete representado auacuten sigue en duda

28 MIELCZAREK 1993 p 56 29 WILCOX 2001 p 10 30 PLUTARCO Luacuteculo XXVIII 4 31 PLUTARCO Craso XXIV 1

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A partir de eacutestas y otras fuentes se ha podido reconstruir una imagen general del catafracto parto y su equipamiento para los ss I-III dC Respecto al equipamiento defensivo el jinete portariacutea un yelmo de bronce o hierro y protegeriacutea su torso con una coraza que podriacutea oscilar desde una simple cota de mallas de mayor o menor extensioacuten pasando por una cota de escamas (un tipo de proteccioacuten muy extendida en Oriente y las estepas euro-asiaacuteticas) o incluso una coraza de laacuteminas Las corazas de tipo griego o thoacuterax atesti-guadas en el equipo de la caballeriacutea pesada seleuacutecida y escita no parece ser sin embargo una pieza favorita en el equipo de los jinetes partos ni de otros pueblos esteparios como los saacutermatas Probablemente este factor sea debido a la enorme rigidez de este tipo de protecciones lo que negariacutea al jinete la coacutemoda movilidad necesaria tiacutepica de la tradicioacuten militar de estos pueblos al contrario que la cota de escamas32

Esta proteccioacuten baacutesica podiacutea completarse con otras para el cuello pro-bablemente en cota de malla o escamas y para brazos y piernas de los jinetes maacutes pesadamente armados Estas protecciones para las extremidades podiacutean estar realizadas en cota de mallas en la mayor parte de los casos asiacute como en laacuteminas de cuero o metal (bronce o hierro) posiblemente imbricadas en un modo muy semejante a la manica romana de los ss II-III dC Para proteger las manos propiamente dichas el jinete podriacutea proveerse ademaacutes de unos guanteletes que en la mayor parte de los casos seriacutean de cuero o cota de mallas pues otro tipo de proteccioacuten impediriacutea sin maacutes mover las manos con seguridad En ninguno de los testimonios disponibles acerca de la caballeriacutea pesada parta se menciona el uso de escudos y en concreto Casio Dioacuten hace un eacutenfasis particular en el hecho de que los partos no los utilizaban33 Por uacuteltimo un catafracto parto podiacutea completar su panoplia con una maacutescara que protegeriacutea el rostro la uacutenica parte de su cuerpo que llegados a este punto quedariacutea descubierto No debemos olvidar este factor pues seraacute objeto de debate al respecto de los catafractii romanos maacutes adelante Un catafracto parto podiacutea y soliacutea protegerse no soacutelo a siacute mismo sino tambieacuten a su montura

Las protecciones maacutes simples para los caballos eran meras gualdrapas de cuero curtido Las maacutes complejas y pesadas podiacutean constituir proteccio-nes completas que cubririacutean principalmente la cabeza la cerviz la pechera el lomo y los flancos estando constituidas por escamas de bronce o hierro principalmente Igualmente se podiacutea equipar al caballo con una armadura maacutes ligera o ldquomedia armadurardquo que protegeriacutea tan soacutelo la cabeza cerviz y pechera las partes maacutes vulnerables del animal en el momento del choque con una formacioacuten enemiga Respecto al equipamiento ofensivo el arma

32 MIELCZAREK 1993 pp 57-58 LEBEDYNSKY 2002 pp 168-169 33 CASIO DIOacuteN Historia Romana XXXX152

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estrella era la lanza larga de acometida o contus No estaacute claro que un cata-fracto parto portara un arma complementaria a parte del contus pero parece loacutegico que asiacute lo hiciera pudiendo tratarse en este caso de espadas (funda-mentalmente de hoja larga) hachas o incluso mazas (armas perfectas para reventar protecciones metaacutelicas ajenas)34

Seguacuten puede concluirse a partir del testimonio que Plutarco aporta de la batalla de Carras los catafractos partos actuaban en coordinacioacuten con los mucho maacutes numerosos arqueros a caballo de su ejeacutercito los arqueros trata-riacutean de debilitar la formacioacuten enemiga lanzando sucesivos ataques a distan-cia llegado el momento oportuno los catafractos cargariacutean en formacioacuten cerrada replegaacutendose y cesando su fuego los arqueros en ese preciso ins-tante (para evitar el riesgo del ldquofuego amigordquo) empuntildeando sus conti a dos manos sobre el flanco derecho del caballo y en paralelo al costado de eacuteste para arroyar a la formacioacuten enemiga principalmente infanteriacutea pesada Si se-guimos las tesis de M Mielczarek estos mismos catafractos estariacutean prepa-rados para actuar como clibanarios tal y como vemos en los relieves de Naqsh-i-Rustam embistiendo contra otra caballeriacutea empleando sus conti cru-zados tras la cerviz de su montura hacia el lateral izquierdo del caballo y re-cibiendo un apoyo constante de la caballeriacutea ligera en esta accioacuten La prin-cipal debilidad de este tipo de caballeriacutea radicariacutea en la falta de apoyo de otras armas (como los citados arqueros a caballo) y sobre todo que su for-macioacuten fuera dispersada dado que un catafracto aislado constituiacutea un blanco faacutecil a descabalgar y una vez en el suelo su escasa movilidad los convertiacutea en viacutectimas de las iras de la infanteriacutea enemiga35

Entre los saacutermatas Los saacutermatas al igual que los escitas son uno de los grandes grupos

de pueblos noacutemadas indoeuropeos de lengua irania que durante la Antiguumle-dad poblaron las estepas que se extienden desde las orillas del Bajo Danubio y las faldas de los Caacuterpatos a traveacutes de Ucrania y Rusia meridional hasta el Caacuteucaso y los montes Urales Hacia el s I dC dos ldquotribusrdquo saacutermatas arriba-ron junto al limes danubiano del Imperio romano o a sus proximidades los saacutermatas yaacutezigos y roxolanos

Hasta ese momento preciso las taacutecticas y el armamento saacutermata estu-vieron caracterizados por seguir la norma tiacutepica de los ejeacutercitos de jinetes de

34 EADIE 1967 p 164 MIELCZAREK 1993 pp 57-63 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-91 GOLDSWORTHY 1998 pp 66-67 WILCOX 2001 pp 9-10

35 PLUTARCO Craso XIX-XXV Luacuteculo XXXVIII EADIE 1967 p 164 MIELCZAREK 1993 p 50 GOLDSWORTHY 1998 pp 66-67 WILCOX 2001 p 9

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la estepa seguacuten nos describe Estraboacuten se trataba fundamentalmente de fuerzas de arqueros a caballo y caballeriacutea ligera soacutelo espontaacuteneamente apo-yada por jinetes que podriacutea decirse conformaban alguacuten tipo de caballeriacutea ldquopesadardquo36 Sin embargo a mediados del s I dC la imagen que nos trans-mite Taacutecito en sus Annales e Historias resulta ya bien distinta en primer lu-gar relata un encuentro entre saacutermatas y partos donde los primeros rehuacutesan entablar un intercambio de proyectiles a caballo con los segundos optando por lanzarse a la carga contra los partos empuntildeando conti y espadas de hoja larga imponieacutendose de este modo a sus adversarios37 en segundo lugar des-cribe la presencia entre los ejeacutercitos saacutermatas de caballeriacutea de choque una eacutelite que considera conformada por los aristoacutecratas equipados con armadu-ras tan pesadas que en caso de ser derribados no podriacutean levantarse38 Si atendemos a fuentes iconograacuteficas tales como el vaso de Kossika (Rusia) o los frescos de la tumba descubierta en Panticapea (actual Kertch en Ucrania) datada no maacutes tarde del s II dC las imaacutegenes que estas nos transmiten son claramente la de jinetes bien protegidos y armados con un contus que empuntildean a dos manos es decir contarios a todos los efectos Pero iquestpodriacutean ser tambieacuten catafractos En ninguacuten momento nuestras fuentes escritas pro-nuncian este teacutermino al referirse a la caballeriacutea pesada saacutermata que nos des-criben

En cualquier caso hacia el s I dC los saacutermatas habiacutean desarrollado una caballeriacutea de choque maacutes o menos pesada eficiente y realmente peligro-sa para cualquier unidad de infanteriacutea o de caballeriacutea ligera Estos jinetes iriacutean equipados como miacutenimo con el ya caracteriacutestico contus sarmaticus asiacute como con una espada de hoja larga y estrecha (como la encontrada en la tumba 3 del kurgaacuten 80 en Novyiuml a orillas del riacuteo Don en Rusia) Tal y como describe Taacutecito el contario o κοντοφόρος podriacutea ir tambieacuten protegido con una coraza de escamas de cuero o de hierro el tipo de proteccioacuten maacutes corriente encontrado arqueoloacutegicamente asiacute como entre las fuentes icono-graacuteficas que representan a saacutermatas o su armamento (en el caso de la Colum-na Trajana en sus escenas 28 y 34 muestra una serie de jinetes totalmente cubiertos por armaduras de escamas ellos y sus monturas si bien eacutestas estaacuten representadas perfectamente adaptadas al cuerpo de jinetes y caballos de un modo bastante irreal En su podio no obstante la columna representa tam-bieacuten armaduras de escamas esta vez realistas) En el mismo vaso de Kossika el jinete que permanece montado sobre su caballo derribando contus en ma-no a un arquero viste una cota de escamas que se deja entrever bajo un

36 ESTRABOacuteN Geografiacutea VII 3 17 37 TAacuteCITO Annales VI 35 38 TAacuteCITO Historias I 79 2-4

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caftaacuten Otros tipos de proteccioacuten menos frecuentes fueron probablemente tambieacuten las cotas de placas o laacuteminas que se tornariacutean maacutes comunes en las estepas desde la Tardoantiguumledad y la Alta Edad Media Por otra parte hallazgos arqueoloacutegicos como los realizados en Vozdvizhenskaya Stanitsa han llevado a plantear diversas hipoacutetesis de reconstruccioacuten de posibles arma-duras compuestas saacutermatas es decir creadas con distintos tipos de pro-tecciones principalmente escamas y malla combinadas Un yelmo coacutenico compuesto y dotado de carrilleras completariacutea la proteccioacuten del jinete pu-dieacutendose observar varios tanto en las escenas como en el podio de la Colum-na Trajana Como ya hemos sentildealado anteriormente la particular naturaleza del estilo de combate del contario le impediriacutea portar un escudo o hacer un uso realmente uacutetil de eacutel Taacutecito especifica que los saacutermatas que penetraron en Mesia en 69 dC no haciacutean uso de escudos39 y tampoco los vemos represen-tados en ninguna de nuestras fuentes iconograacuteficas donde aparecen contarios saacutermatas40

La posible proteccioacuten portada por los caballos de estos jinetes por otra parte ha sido y es el principal punto de debate Mielczarek considera que la mayor parte de las monturas no se encontrariacutean protegidas de ninguna forma especial a excepcioacuten de aquellas que formariacutean parte de la vanguardia y liacutenea de choque de la formacioacuten y que en cualquier caso se tratariacutea de una proteccioacuten disentildeada principalmente para proteger al caballo ante un combate contra otros jinetes maacutes que contra formaciones de infanteriacutea (al contrario que los partos maacutes preocupados de batir a la infanteriacutea romana mientras que los saacutermatas se enfrentariacutean maacutes frecuentemente a otros pueblos de jinetes o entre siacute mismos seguacuten el autor)41 A E Negin por su parte no niega la po-sibilidad de que las monturas de los jinetes saacutermatas maacutes pesadamente equi-pados fueran protegidas pero en cualquier caso considera que dicha pro-teccioacuten variariacutea en extensioacuten enormemente de un jinete a otro y estariacutea prin-cipalmente restringida a los mandos42 I Lebedynsky especialista en cultu-ras esteparias de la Antiguumledad considera posible que parte de las monturas de la caballeriacutea saacutermata portaran alguacuten tipo de proteccioacuten para lo que argu-menta que las representaciones de jinetes y monturas acorazados de la Co-lumna Trajana aunque ejecutadas en un modo bastante fantasioso no deja de ser sino la traduccioacuten artiacutestica de una realidad militar Igualmente cita la estela funeraria de Athenios en Panticapea donde aparece un jinete empu-

39 TAacuteCITO Historias I 79 4 40 EADIE 1967 p 165 MIELCZAREK 1993 pp 99-100 NEGIN 1998 pp 67-74

LEBEDYNSKY 2002 pp 164-171 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002 pp 23-34 41 MIELCZAREK 1993 pp 101-102 42 NEGIN 1998 p 74

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ntildeando una lanza y montado sobre un caballo que parece mostrar sobre su lo-mo las trazas de una proteccioacuten de escamas o laacuteminas43 R Brzezinski junto a Mielczarek por su parte llegan a conclusiones similares44 Particularmente consideramos que probablemente el uso de protecciones amplias para los ca-ballos no fuera tan sistemaacutetico como podiacutea observarse entre los catafracta-rios partos sino maacutes restringidas en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete y su papel taacutectico concreto en el campo de batalla En este sentido la no utilizacioacuten del teacutermino catafractus katavfrakto por parte de las fuen-tes latinas o griegas en referencia a la caballeriacutea pesada de choque saacutermata podriacutea responder a esta circunstancia en comparacioacuten con la caballeriacutea pesa-da parta

CONTARII Y CATAFRACTII EN EL EJEacuteRCITO ROMANO EQUIPAMIENTO ORGANI-ZACIOacuteN TAacuteCTICAS Y ORIacuteGENES

A continuacioacuten abordaremos en detalle el equipamiento militar la or-

ganizacioacuten de las unidades y las taacutecticas empleadas por estas unidades espe-cializadas y peculiares atestiguadas por primera vez en el ejeacutercito romano en eacutepoca Flavia y sobre todo de Trajano y Adriano en base a las fuentes dis-ponibles Una vez definidos estos puntos trataremos de considerar cuaacutel fue la corriente de influencia y los motivos que llevaron a la creacioacuten de unida-des de caballeriacutea de esta naturaleza en mitad de una tradicioacuten militar estre-chamente vinculada a la infanteriacutea pesada

Respecto del equipamiento de los contarii y catafractii del ejeacutercito romano (asiacute como de los ejeacutercitos saacutermata y parto) sucede como con cual-quier otra unidad militar de reciente creacioacuten o naturaleza extrantildea en cual-quier periodo histoacuterico son sus elementos maacutes innovadores o peculiares los que llaman la atencioacuten del observador (sea eacuteste directo o indirecto) que-dando los elementos comunes o sobradamente conocidos en un segundo pla-no o simplemente obviados45 La organizacioacuten de estas unidades por otra

43 LEBEDYNSKY 2002 pp 171-172 44 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002 p 37 45 MIELCZAREK 2002 pp 90-93 este autor dispone como ejemplo comparativo la ima-

gen que los huacutesares alados polacos unidad militar de caballeriacutea pesada (por contra a su deno-minacioacuten de huacutesares) empleada por la Confederacioacuten polaco-lituana durante los ss XVI-XVIII causaba entre sus contemporaacuteneos extranjeros los cuales destacaban antes los ele-mentos ldquoexoacuteticosrdquo y llamativos de esta unidad (las alas a la espalda los pendones de las lar-gas lanzas o las pieles vestidas sobre las armaduras y uniformes por sus aristocraacuteticos miem-bros) que los elementos realmente cruciales como las lanzas de choque las poderosas pro-tecciones metaacutelicas y su empleo taacutectico en la batalla con devastadores resultados Otro tanto

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parte dada su denominacioacuten de alae responde claramente a los modelos altoimperiales de organizacioacuten de la caballeriacutea sin que pueda detectarse en principio ninguna particularidad extraordinaria causada por la naturaleza es-pecial (o simplemente novedosa) de estas unidades Las taacutecticas son el punto decisivo en base a que suponen la puesta en praacutectica y uso del equipamiento y la organizacioacuten previa de la unidad y lo que determinaraacute en mayor medida el eacutexito de su empleo en la batalla objetivo fundamental de cualquier unidad militar por simple que eacutesta sea Finalmente nuestro intereacutes en determinar los oriacutegenes e influencias de este tipo de unidades del ejeacutercito romano deviene de una razoacuten sencilla el ejeacutercito romano estuvo en contacto durante qui-nientos antildeos con tradiciones militares que emplearon la caballeriacutea de forma masiva y especializada o que hicieron simplemente un uso maacutes o menos sis-temaacutetico de la caballeriacutea pesada de choque o catafracta sin que ello motivara la creacioacuten de unidades semejantes dentro de las armas romanas iquestPor queacute razoacuten entonces eacutestas surgen repentinamente hacia finales del s I dC y muy especialmente bajo los reinados de Trajano y Adriano sin abandonar ya la tradicioacuten militar romana hasta convertirse en una de las espinas dorsales de los ejeacutercitos del Bajo Imperio y sobre todo del posterior Imperio Bizantino

El lector habraacute notado que en el tiacutetulo de este apartado no hemos he-cho mencioacuten los clibanarii Dada la inexistencia de este teacutermino en las fuen-tes que tratan esta clase de unidades en el periodo que abordamos (hasta el punto que no hace su aparicioacuten hasta el s IV dC)46 consideramos innece-saria cualquier disquisicioacuten ulterior en base a una especialidad militar que no habiacutea emergido como tal para el periodo que estudiamos No obstante no debemos olvidar que en base a las hipoacutetesis barajadas y a la propuesta que aquiacute hemos presentado apoyaacutendonos en ellas las diferencias entre catafractii y clibanarii devienen maacutes de un empleo taacutectico antes que de diferencias sen-sibles en equipamiento u organizacioacuten en este sentido por tanto el papel taacutectico del clibanarius podriacutea haber sido desempentildeado por el catafractus en el periodo que nos ocupa

Las alae I Canninefatum y I Vlpia Contariorum milliaria El elemento maacutes caracteriacutestico de un contarius es el arma que le da

nombre el contus sarmaticus Nuestras fuentes no nos aportan mayores de-talles acerca del equipamiento militar de esta clase de unidades La estela de parece suceder con las fuentes claacutesicas que abordan a contarios catafractos y clibanarios de cualquier ldquonacionalidadrdquo soacutelo se resentildean los elementos llamativos o extrantildeos de su equipo

46 MIELCZAREK 1993 p 76

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Aduitor jinete del ala I Canninefatum ya mencionada maacutes arriba nos aporta la imagen de un jinete equipado tan soacutelo con un contus sin llevar maacutes pro-teccioacuten que sus ropas militares Sin embargo no es la primera vez que un militar romano se hace representar en su estela funeraria portando simple-mente sus armas maacutes caracteriacutesticas vistiendo tan soacutelo lo que podriacuteamos de-nominar como su ldquouniformerdquo Asiacute pues iquestno podriacutea estar actuando Aduitor en el mismo sentido

El contus sarmaticus es un arma de choque destinada a ser empuntildeada a dos manos por un jinete que emplearaacute la fuerza de sus brazos y de la em-bestida de su caballo conjuntamente para arremeter contra un objetivo pe-destre o ecuestre con la finalidad de abatirlo o derribarlo La superior longitud del contus por otra parte confiere al jinete una importante ventaja desde el momento en que a la carga posee la oportunidad de golpear prime-ro al enemigo con toda la brutal fuerza que un jinete a la carga puede desple-gar en ese preciso instante Sin embargo una vez ha sucedido el choque y se acortan las distancias entre el contarius y sus enemigos el jinete se encuen-tra en una situacioacuten de creciente vulnerabilidad si no recibe apoyo de liacuteneas sucesivas de otros jinetes o queda maacutes o menos aislado puede ser flanquea-do y faacutecilmente atacado por la infanteriacutea u otros jinetes47 La principal fuerza de una unidad de contarios radica por tanto en su capacidad para actuar en grupo y en perfecta coordinacioacuten asiacute como en saber explotar la ventaja fiacutesica y psicoloacutegica del primer impacto para barrer y desfondar a la formacioacuten ene-miga del tipo que sea Sin embargo esto no siempre puede suceder (ni se dan las condiciones apropiadas para conseguirlo en el campo de batalla) Ante semejante eventualidad inherente a una unidad de contarii sus componentes debiacutean de estar seguramente preparados La proteccioacuten corporal y un o unas armas secundarias formaban probablemente parte del equipo de Aduitor y de otros jinetes como eacutel

En cuanto al equipamiento ofensivo el arma maacutes comuacuten al lado de una lanza de acometida es una espada especialmente una de hoja larga la maacutes adecuada para su uso desde la silla de montar Este tipo de armas estaacute arqueoloacutegicamente atestiguada entre otros especialistas en el uso del contus los saacutermatas En la panoplia romana del s II dC las espadas largas no eran desconocidas en absoluto la caballeriacutea empleaba masivamente la spatha una espada de hoja recta que podiacutea oscilar entre los 65 y los 90 cm de lon-gitud y entre los 4 y 8 cm de anchura que en el s II dC era portada ya so-bre el costado izquierdo48 Otro tipo de espadas empleadas por la caballeriacutea romana en eacutepoca Antonina y Severa fueron las espadas de pomo en forma de

47 GOLDSWORTHY 1998 p 241 48 DIXON SOUTHERN 1997 pp 48-49 FIELDS 2006 p 16

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anillo cuyo origen se encuentra entre las espadas del mismo tipo saacutermatas y del Reino del Boacutesforo49 Una daga el pugio romano aunque pueda parecer un arma mucho maacutes uacutetil para un soldado de infanteriacutea que para un jinete es especialmente adecuada para los combates maacutes encarnizadamente cercanos tales como los brutales forcejeos hombre a hombre que tras un encontronazo de caballeriacutea podiacutean darse Igualmente un jinete descabalgado encontrariacutea mucho maacutes adecuado un pugio a la hora de enfrentarse a la infanteriacutea ene-miga que su larga espada maacutes conveniente para el combate desde la silla de montar50 Si tenemos en cuenta que en determinadas circunstancias un conta-rius era particularmente vulnerable a los ataques (y a ser consecuentemente derribado) un pugio seriacutea un buen complemento a su panoplia

Respecto al equipo defensivo debemos descartar desde un principio (auacuten a riesgo de resultar redundantes) el uso de escudos dada la imposibi-lidad de emplearlos adecuadamente empuntildeando al mismo tiempo un contus cuyo uso ademaacutes se veriacutea gravemente estorbado En este sentido la pro-teccioacuten corporal se convertiriacutea en un imperativo maacutexime teniendo en cuenta las debilidades inherentes a un contarius en combate ya mencionadas Di-versos tipos de casco o galea estaban a la disposicioacuten del jinete romano Los cascos de caballeriacutea evolucionaron de un modo diferente a los de la infan-teriacutea desde eacutepoca de Augusto al fin y al cabo las necesidades de proteccioacuten y movilidad de un jinete y un infante eran distintas Hacia finales del s I dC los modelos preexistentes como el casco tipo Weiler empezaron a ser refor-zados en su parte frontal (un lugar propenso a recibir contundentes sablazos durante el choque entre dos formaciones de caballeriacutea) desembocando en nuevos modelos durante el s II dC tales como el Russell Robinson tipo B uno de cuyos principales ejemplos fue encontrado en Ely Cambridgeshire Entre sus principales caracteriacutesticas estaacute la ampliacioacuten de las carrilleras que envuelven buena parte de la cara asiacute como los oiacutedos dejando soacutelo al descu-bierto nariz ojos y boca Su refuerzo frontal es pronunciado y el cubrenuca se ampliacutea ligeramente Sin embargo los cubrenucas de los cascos de ca-balleriacutea nunca alcanzaraacuten extensiones superiores en caso de ser derribado un jinete con un casco de cubrenuca muy extenso (como en los cascos de in-fanteriacutea del s II dC) podiacutea partirse el cuello faacutecilmente En este sentido avanzado el s II dC los cubrenucas se atrofian de nuevo mientras que las carrilleras se ampliacutean auacuten maacutes asiacute como los refuerzos del yelmo En este sentido los mejores ejemplos son el casco de Kalkar-Houmlnnepel (s II dC) y especialmente el tipo Friedberg el Heddernheim y el Russell Robinson tipo

49 BISHOP COULSTON1993 pp111-112 LEBEDYNSKY 2002 pp 101-103 p 167 y p 240 DIXON STEPHENSON 2003 pp 75-78

50 DIXON STEPHENSON 2003 pp 90-92

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E datados ya a comienzos del s III dC Estos cascos se caracterizan por en-volver casi completamente la cara salvo una breve ldquotrdquo que deja al descu-bierto ojos nariz y parte de la boca Las carrilleras cubren toda la cara y los oiacutedos asiacute como buena parte del cuello en unioacuten al cubrenuca Una extensa visera se extiende desde el frontal reforzado del casco sirviendo para desviar auacuten mejor los golpes frontales El yelmo presenta refuerzos transversales que se cruzan en su parte superior y se extienden hasta los liacutemites del cubrenuca En su conjunto estos disentildeos de cascos proporcionan una buena proteccioacuten contra golpes realizados desde cualquier direccioacuten especialmente frontales laterales y sobre la parte superior de la cabeza dejando vulnerable soacutelo la parte estrictamente necesaria del rostro51 No trataremos aquiacute todaviacutea los cas-cos destinados en principio a la Hippikaacute Gymnasia pues su particular natu-raleza y en especial la utilidad protectora del rostro de sus maacutescaras seraacute ob-jeto de debate en torno al equipamiento de los catafractii

La proteccioacuten corporal resultariacutea igualmente esencial para un conta-rius sobre todo porque en posicioacuten de carga y sin escudo resultariacutea muy vul-nerable a cualquier contraataque que pudiera atravesar la formacioacuten de ca-balleriacutea erizada de lanzas En general las protecciones no deberiacutean resultar muy diferentes a las de cualquier otro equite medianamente pesado de la ca-balleriacutea romana La proteccioacuten maacutes sencilla y frecuente seriacutea la lorica hama-ta o cota de mallas de mangas cortas hombros reforzados con una doble ca-pa de mallas y faldelliacuten extenso hasta medio muslo A finales del s II dC la caballeriacutea empezariacutea a llevar loricae hamatae de mayor longitud llegando a rebasar codos y rodillas En cuanto a las loricae squamatae durante los ss I-II dC soliacutean ser de unas dimensiones semejantes a las hamatae de man-gas y faldelliacuten cortos (cuando no sin mangas) con dos placas pectorales de metal como complemento y una franja de pteryges sobre los muslos Con la entrada del s III dC la lorica squamata cambia y tiende a hacerse maacutes lar-ga En el s II dC se incorpora una innovacioacuten las escamas semi-riacutegidas maacutes amplias y cosidas unas junto a otras sobre una pieza de cuero de tal for-ma que conformaban una proteccioacuten riacutegida y maacutes soacutelida como el ejemplo de Waffenmagazin en Carnunto datado probablemente de eacutepoca pre-Antonina o Antonina temprana Las armaduras de laacuteminas elaboradas a partir de esca-mas de metal rectangulares y alargadas son raras en el mundo romano du-rante esta fase aunque existe alguacuten ejemplo aislado como el hallazgo de un fragmento datado en el s III dC en Čatalka52 Otros elementos podiacutean com-

51 BISHOP COULSTON 1993 pp 93-96 y 117-119 FREUGEgraveRE 1994 pp 104-121 DIXON

SOUTHERN 1997 pp 35-36 DIXON STEPHENSON 2003 pp 17-20 FIELDS 2006 pp 12-13 52 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-92 y 116-117 DIXON SOUTHERN 1997 pp 36-43

DIXON STEPHENSON 2003 pp 43-48 FIELDS 2006 pp 13-14

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pletar la proteccioacuten del contarius como la de cualquier otro equite especial-mente grebas de diverso tipo especialmente uacutetiles para proteger las vulnera-bles piernas del jinete53

Completariacutea el equipamiento de un contarius su montura asiacute como la silla y los arreos necesarios para controlarla y poder actuar en conjuncioacuten con ella En particular la silla compondriacutea un elemento clave del equipo de una caballeriacutea especializada en taacutecticas de choque ante la carencia de estri-bos sin una silla de montar adecuada un contarius podriacutea salir simplemente disparado por la grupa de su caballo a causa de la fuerza del impacto En este sentido las tentativas de reconstruccioacuten de las sillas de montar realizadas por Junkelmann y P Connolly han resultado de extremada utilidad para conocer hasta queacute punto la silla de montar romana conocida como ldquosilla de cuatro cuernosrdquo podiacutea suplir la carencia del estribo y permitir a un jinete realizar toda clase de maniobras a lomos de su caballo sin correr excesivo riesgo de caer desmontado Especialmente satisfactorios han sido en este sentido las experiencias realizadas por Connolly con su propuesta de silla de estructura riacutegida interna de madera respaldados sus resultados por otros autores como K Dixon o P Southern Aunque no es materia esencial de nuestro estudio el debate en torno a la particular naturaleza de las sillas de montar romanas sentildealaremos que estos autores (a cuya opinioacuten nos adscribimos) consideran que una silla de montar de entramado riacutegido interno responderiacutea mucho me-jor a las necesidades de un jinete carente de estribos que una sin dicho entra-mado Desde nuestro particular punto de vista consideramos que las necesi-dades de un jinete especializado en taacutecticas de choque acentuariacutean enorme-mente la necesidad de una silla con un buen entramado riacutegido capaz de absorber la fuerza del impacto y mantener al jinete soacutelidamente afincado so-bre el lomo de su montura sin riesgo de caer Igualmente la solidez del en-tramado y su capacidad para transferir el peso del jinete de la columna verte-bral del animal hacia sus flancos (con el consecuente beneficio para la salud del caballo) permitiriacutea transmitir la fuerza de la embestida de la montura ha-cia el propio jinete y su arma (en este caso el contus) concentrando la fuerza del impacto en el afilado extremo de eacutesta y maximizando de este modo la eficiencia de la carga54 Posiblemente las unidades de caballeriacutea maacutes pesadas (como los catafractii) emplearon sillas de montar cuyo entramado estariacutea maacutes desarrollado y hasta reforzado con elementos metaacutelicos55

53 DIXON STEPHENSON 2003 p 61 54 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 BISHOP COULSTON 1993 pp 105-108

MIELCZAREK 1993 pp 81-82 DIXON SOUTHERN 1997 pp 70-74 DIXON STEPHENSON 2003 pp 107-110 FIELDS 2006 pp 17-18

55 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 pp 44-45

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La posible proteccioacuten portada por la montura de un contarius proba-blemente no diferiacutea de la portada por las monturas de las unidades de ca-balleriacutea media del ejeacutercito romano especialmente si tenemos en cuenta que como tendremos oportunidad de analizar no estaacute ni tan siquiera claro que los caballos de los catafractii romanos portaran protecciones fuera de lo comuacuten respecto de otras unidades de caballeriacutea Por tanto el elemento de proteccioacuten maacutes pesado portado por el caballo de un contarius seriacutea un chamfron una proteccioacuten para la cabeza y ojos del animal que podiacutea ser tanto de cuero co-mo metaacutelica Se han encontrado diversos ejemplares de este tipo de protec-ciones los maacutes exuberantemente decorados considerados (en principio) como restringidos a su uso durante la Hippikaacute Gymnasia56 El principal papel de estas protecciones parece enfatizar la proteccioacuten de los ojos del caballo en tanto en cuanto se conocen ejemplos de chamfrons romanos que tan soacutelo protegen esta vulnerable parte de la cabeza del animal como los hallados en Mainz Alemania57

El armamento caracteriacutestico del contarius especialmente el contus se asemeja enormemente al equipamiento del jinete pesado saacutermata el cual en la mayor parte de los casos no era sino un jinete maacutes o menos bien protegido (en algunos casos pesadamente protegido) a lomos de un caballo que en la mayor parte de los casos no llevariacutea una proteccioacuten destacada La principal fuerza del jinete saacutermata radicariacutea en el uso del llamado contus sarmaticus Que los primeros testimonios de la existencia de contarii entre las filas de la caballeriacutea romana no date antes del 60 dC resulta igualmente significativo el encuentro del ejeacutercito romano con la caballeriacutea pesada de los saacutermatas roxolanos o yaacutecigos se produce precisamente en esas fechas No existen evi-dencias de un ldquoteacutermino mediordquo similar al contarius romano entre el arquero a caballo y el catafractoclibanario parto o sasaacutenida Los contrastes entre el jinete pesado saacutermata y el parto son evidentes no soacutelo en equipo militar sino en taacutecticas todo lo contrario sucede entre el jinete pesado saacutermata y el contarius romano en particular Resulta loacutegico por tanto pensar que el mo-delo en taacutecticas y equipamiento del contarius romano se encuentra entre los contarios de la caballeriacutea pesada saacutermata58

56 BISHOP COULSTON 1993 pp 105-108 DIXON SOUTHERN 1997 p 67 DIXON

STEPHENSON 2003 pp 111-112 FIELDS 2006 57 DIXON STEPHENSON 2003 p 112 58 EADIE 1967 pp 165-167 MIELCZAREK 1993 pp 99-102 NEGIN 1998 LEBEDYNSKY

2002 p 236

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El ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta A diferencia de lo que sucede con los contarii no disponemos de des-

cripciones pormenorizadas o representaciones graacuteficas expliacutecitas de cata-fractii del ejeacutercito romano59 Tan soacutelo el grafito de un catafracto hallado en Dura-Europos aporta alguacuten tipo de informacioacuten expliacutecita para reconstruir la posible imagen de lo que seriacutea un catafractus del ejeacutercito romano pese al hecho de que la ldquonacionalidadrdquo del catafracto representado en el grafito no estaacute nada clara

Como ya hemos sentildealado en apartados anteriores el propio nombre de catafractuscatafractii (asiacute como el posterior de clibanariusclibanarii) pone el acento en la defensa corporal metaacutelica de este tipo de soldados romanos o no romanos Sin embargo el equipamiento defensivo carece de sentido algu-no si no protege una funcioacuten ofensiva concreta En un contarius el eacutenfasis se situacutea en su capacidad ofensiva representada fundamentalmente por el contus sarmaticus como devastadora arma de choque en manos de una fuerza dise-ntildeada esencialmente para el ataque la caballeriacutea En un catafractus romano o parto y en sus homoacutelogos saacutermatas maacutes pesadamente equipados el elemen-to clave no es el poderoso equipo defensivo del jinete (y seguacuten queacute casos de su caballo) en solitario sino la conjuncioacuten de eacuteste con el poder devastador de su equipo ofensivo El catafractus representa asiacute la fuerza ofensiva del con-tarius puesta bajo una proteccioacuten concienzuda que la mantenga a salvo de la mayor parte de los contraataques

En este sentido el equipamiento ofensivo de un catafractus romano no se diferenciariacutea en nada sustancial del portado por un contarius Aparte de la fundamental y eficiente contus el catafractus no dejariacutea de portar un arma secundaria siendo de nuevo la maacutes eficiente la espada de hoja larga que en la tradicioacuten romana altoimperial se materializaba en la spatha en to-das sus variantes asiacute como en espadas de hoja larga de tradicioacuten saacutermata que ya presentamos anteriormente En cuanto a otras armas acaso el pugio pu-diera ser un complemento menos uacutetil para un jinete pesadamente protegido (y con una movilidad maacutes restringida en consecuencia) que para un conta-rius o un equite maacutes vulnerable pero con mayor libertad de movimientos Al fin y al cabo la funcioacuten de ataque baacutesica del catafractus no era sino la mis-ma que la del contarius aprovechar la ventaja de un arma de acometida como el contus para derribar a enemigos a pie o montados antes de poder re-cibir cualquier clase de contraataque cuerpo a cuerpo por parte de ellos Era precisamente su capacidad para mantenerse a salvo de buena parte de los

59 MIELCZAREK 1993 p 79

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contraataques (cercanos o de proyectil) lanzados contra ellos lo que conver-tiacutea a los catafractii en un arma auacuten maacutes devastadora y pesada que los conta-rii la fuerza devastadora de su ataque teniacutea muchas menos posibilidades de verse desbaratada durante la accioacuten si todo iba razonablemente bien60

Y es este elemento clave del catafractus romano la proteccioacuten corpo-ral uno de los puntos que mayores debates ha generado empezando por el yelmo propiamente dicho Un catafractus romano del s II y comienzos del s III dC empleariacutea una gama de cascos ligeramente distinta a los de un con-tarius por dos razones la primera de todas cronoloacutegica en base al hecho de que su aparicioacuten (en base a todas nuestras fuentes) no parece tener lugar has-ta la primera deacutecada del s II dC por lo que los disentildeos de cascos maacutes tiacutepi-cos del s I dC (como el tipo Weiler) no llegariacutean a ser usados por los cata-fractii romanos la segunda es puramente funcional en tanto en cuanto se es-perariacutea de un catafractus que fuera lo maacutes protegido posible Soacutelo los dise-ntildeos maacutes soacutelidos de yelmos romanos y de proteccioacuten maacutes completa entrariacutean a formar parte del equipo corriente de esta caballeriacutea pesada En este sentido resulta particularmente representativo el casco tipo Heddernheim o Russell Robinson tipo E el tipo Friedberg asiacute como los cronoloacutegicamente anteriores Kalkar-Houmlnnepel y Bodengraven Todos ellos ofreciacutean una excelente protec-cioacuten a todo el craacuteneo y el cuello Sin embargo todos ellos no podiacutean evitar dejar al descubierto ojos nariz y buena parte de la boca Teniendo en cuenta que el resto del cuerpo del jinete estariacutea tambieacuten razonablemente bien prote-gido la mejor forma de neutralizar a un catafractus en estas circunstancias era atacarle al rostro directamente Sean cuales sean las circunstancias (y lo que Hollywood nos haya intentado hacer creer) el instinto baacutesico de preser-vacioacuten de un ser humano le hace cerrar los ojos encoger o apartar brusca-mente la cabeza y (de ser necesario) protegerse con las manos y los brazos si intuye o siente una agresioacuten dirigida a la cara Se trata de un acto reflejo baacute-sico e instintivo que no se puede evitar La peacuterdida temporal del control so-bre la realidad visual y sobre las acciones del combate que esto produciriacutea podriacutea provocar (al menos durante ese corto espacio de tiempo) que el ldquoin-vulnerablerdquo catafractus dejara de ser una amenaza fallara el objetivo de su ataque dejara de prestar atencioacuten (en pos de su propia proteccioacuten) yo se convirtiera en un objetivo vulnerable durante ese tiempo En resumidas cuentas la proteccioacuten para la cara resultariacutea una pieza muy uacutetil para un sol-dado cuya fuerza residiera en una pesada proteccioacuten y una gran contundencia de ataque En este sentido se sabe que los catafractos y clibanarios partos y

60 MIELCZAREK 1993 p 81 BISHOP COULSTON 1993 pp 109-111 DIXON SOUTHERN 1997 p 76 GOLDSWORTHY 1998 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-321

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sasaacutenidas emplearon maacutescaras o ventails combinadas con sus cascos para completar su proteccioacuten dejando tan soacutelo los resquicios necesarios para res-pirar y ver (literalmente dos orificios del tamantildeos de los ojos asiacute como una apertura y perforaciones para permitir la ventilacioacuten a la altura de la boca y la nariz) sin que ello pareciera representar un inconveniente a la percepcioacuten del entorno en combate61 En la panoplia romana altoimperial los cascos con maacutescaras metaacutelicas (y las maacutescaras en siacute mismas) no son precisamente des-conocidos son aquellos inicialmente atribuidos a un uso en paradas y ejer-cicios militares especialmente la Hippikaacute Gymnasia Entre los ejemplos maacutes destacables podemos sentildealar el tipo Newstead (s I dC) asiacute como las varian-tes maacutes elaboradas y decoradas del Heddernheim En principio este tipo de cascos dada su profusa decoracioacuten y las supuestas limitaciones a la visibili-dad provocadas por la maacutescara estariacutean limitado en su uso a la Hippikaacute Gymnasia Sin embargo este tipo de cascos no era impedimento para un adecuado desenvolvimiento durante estos ejercicios que eran una muestra de destreza iquestPor queacute entonces habriacutean de resultar un estorbo en la batalla Las maacutescaras de la caballeriacutea parta no teniacutean una factura esencialmente diferente a las romanas (maacutes allaacute del plano puramente artiacutestico-estiliacutestico) y fueron usadas en combate con cierta asiduidad iquestPor queacute razoacuten los yelmos con maacutes-cara o maacutes probablemente las maacutescaras en siacute mismas combinadas con otros tipos de yelmos romanos de caballeriacutea conocidos no pudieron ser utilizados en combate tanto como en la Hippikaacute Gymnasia Hace casi dos deacutecadas Mielczarek ya lanzoacute una propuesta en semejante sentido al respecto de la ca-balleriacutea pesada romana poniendo en cuestioacuten su uso exclusivo en paradas y exhibiciones la cantidad de cascos con maacutescaras y maacutescaras aisladas vincu-ladas a la panoplia romana (y especialmente de la caballeriacutea) no parece res-ponder precisamente a un uso limitado a ocasiones especiales Diez antildeos maacutes tarde Dixon e I P Stephenson volvieron a retomar dichos plantea-mientos argumentando que determinados cascos empleados en la Plena y Baja Edad Media (como el sallet A82) limitaban la visibilidad tanto o maacutes que las maacutescaras inicialmente consideradas como limitadas a la Hippikaacute Gymnasia y sin embargo fueron empleados en combate62 En este sentido consideramos que posiblemente los maacutes ricamente decorados ejemplares no fueron objeto de uso en combate pero siacute que nos adscribimos a los plantea-mientos de los autores mencionados considerando no soacutelo probable sino ra-zonable que la maacutescara (y los cascos disentildeados especialmente para portarlas) formaran parte de la panoplia de los catafractii otorgaacutendoles la proteccioacuten necesaria para proteger el siempre vulnerable rostro

61 MIELCZAREK 1993 p 60 NEGIN 1998 pp 72-74 WILCOX 2001 p 10 62 MIELCZAREK 1993 p 81 DIXON STEPHENSON 2003 pp 20-24

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Un catafractus sin duda alguna portariacutea una buena proteccioacuten para el torso En este sentido hariacutea uso de las mismas protecciones antes menciona-das para los contarii como loricae hamatae y squamatae asiacute como las inno-vaciones propias de eacutepoca Antonina y Severa como las escamas semi-riacutegi-das y las poco comunes armaduras de laacuteminas como el aislado ejemplo del s III dC hallado en Čatalka63 Sin embargo si atendemos ahora al grafito de Dura-Europos el jinete representado no parece llevar un uacutenico tipo de pro-teccioacuten sobre su torso Las armaduras compuestas por varios tipos de loricae como hemos visto eran probablemente utilizadas ya por los saacutermatas Este tipo de proteccioacuten era tambieacuten conocida en el ejeacutercito romano si bien los ejemplos de la misma son limitados y no parece que su uso estuviera muy extendido (al igual que no parece que en el s II y a comienzos del s III dC los catafractii fueran un arma de extendido uso en Roma) Se denominaba lorica plumata teacutermino que al parecer designaba principalmente a armadu-ras compuestas por lorica squamata y hamata combinadas Esta combina-cioacuten parece ser la utilizada tambieacuten por los saacutermatas aunque su distribucioacuten sobre el cuerpo no se ha podido reconstruir convincentemente64 Al igual que el contarius el catafractus no portariacutea escudo tanto por serle imposible su debido aprovechamiento al empuntildear un contus como por el estorbo que su-pondriacutea al uso de esta uacuteltima La carencia de escudo quedariacutea suplida por lo pesado de su proteccioacuten corporal En este sentido destaca la manica una proteccioacuten construida con laacuteminas de metal (bronce o hierro) semiciliacutendricas unidas unas a otras en progresioacuten descendente del hombro hacia la mano la cual podiacutea proteger a su vez con guanteletes de malla de escamas o incluso una extensioacuten de la manica misma adaptada a la forma de la mano65 Com-pletariacutean la proteccioacuten de un catafractus unas grebas para sus piernas (la parte de su cuerpo maacutes al alcance de la infanteriacutea enemiga) si bien podiacutean disponer de protecciones maacutes pesadas que podiacutean llegar a cubrir muslos y pies recordando en su estructura a la manica empleada para proteger los bra-zos66 En ocasiones podriacutea emplearse tambieacuten protecciones especiacuteficas para el cuello especialmente pensadas para cubrir cualquier posible fisura entre el yelmo y la proteccioacuten del torso De este tipo de piezas se han encontrado al-gunos ejemplos como el de una tumba de Čatalka en Bulgaria datada en el

63 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-92 y 116-117 DIXON SOUTHERN 1997 pp 36-43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 43-48 FIELDS 2006 pp 13-14

64 MIELCZAREK 1993 pp 79-80 NEGIN 1998 pp 68-74 DIXON STEPHENSON 2003 pp 49-50 FIELDS 2006 pp 10-11

65 BISHOP COULSTON 1993 pp 87-91 DIXON STEPHENSON 2003 pp 55-58 66 DIXON SOUTHERN 1997 p 43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 61-63

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s II dC y consistente en un anillo de metal dividido en dos mitades unidas por un cinturoacuten de cuero y originalmente tintado en rojo67

El equipamiento de las monturas de los catafractii romanos es otro as-pecto poleacutemico quizaacutes el que maacutes En primer lugar respecto de las sillas de montar eacutestas responderiacutean probablemente al modelo presentado por Con-nolly pero a un tipo particular cuyo entramado riacutegido interno y cuernos es-tariacutean maacutes desarrollados planteando una sujecioacuten mucho maacutes riacutegida y firme Este tipo de sillas poseiacutea ademaacutes una estructura reforzada con elementos metaacutelicos Seguacuten Connolly y C Van Dryel Murray este tipo de sillas res-ponderiacutea especialmente a un uso por parte de unidades de caballeriacutea pesada donde el peso de la armadura del jinete sumada a su modalidad de combate (choque con lanza pesada) hariacutea necesaria una sujecioacuten maacutes firme para evitar quedar descabalgado asiacute como un maacutes eficiente reparto del peso sobre el lomo y los costados del caballo Este tipo de sillas es visible tambieacuten sobre los caballos de los clibanarios sasaacutenidas que aparecen en el relieve de Firu-zabad68 En segundo lugar estaacute la cuestioacuten en torno a si las monturas de los catafractii romanos del s II y comienzos del III dC llevaban alguacuten tipo de proteccioacuten y cuaacuten completa era esta En este sentido se han lanzado diver-sas propuestas e hipoacutetesis por una parte aquellos que consideran que los ca-tafractii romanos probablemente no emplearon proteccioacuten para sus monturas al menos no en la forma casi sistemaacutetica y masiva que caracterizaba a la ca-balleriacutea pesada parta y que caracterizariacutea maacutes tarde a la sasaacutenida y a la pro-pia caballeriacutea pesada romana bajoimperial en este sentido los catafractii del ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta no seriacutean sino contarii pesada-mente protegidos pero cuyas monturas no portariacutean proteccioacuten alguna fuera de lo comuacuten hasta el momento en el ejeacutercito romano69 otros han propuesto un teacutermino medio sostenido en base a la influencia saacutermata en la creacioacuten y equipamiento de la caballeriacutea pesada romana Es eacuteste el caso de Mielczarek Negin y Lebedynsky entre otros quienes consideran que los catafractii ro-manos no emplearon la protecciones pesadas y o maacutes o menos completas pa-ra sus monturas en el sentido sistemaacutetico que se puede observar en la tradi-cioacuten militar parta o persa sino que emplearon protecciones maacutes limitadas y sobre todo aplicadas a secciones concretas de estas unidades por ejemplo entre aquellos soldados destinados a formar la vanguardia de choque de la formacioacuten o simplemente entre los oficiales70 entre la mayor parte de los autores consagrados al estudio del armamento romano y en particular de la

67 DIXON STEPHENSON 2003 p 59 68 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 p 45 MIELCZAREK 1993 pp 81-82 69 EADIE 1967 pp 166-168 70 MIELCZAREK 1993 pp 74-81 NEGIN 1998 p 74 LEBEDYNSKY 2002 p 237-238

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caballeriacutea existe un acuerdo taacutecito en reconocer el uso por parte de la ca-balleriacutea pesada romana de protecciones metaacutelicas Sin embargo en general o no llegan a un acuerdo en torno a su empleo por parte de las primeras uni-dades de catafractii o se limitan a constatar que los restos arqueoloacutegicos de protecciones equinas pesadas (particularmente las halladas en Dura-Europos) datan en principio del s III dC sin entrar en mayores debates71 finalmente estaacuten aquellos autores que dan simplemente por sentada la asociacioacuten entre el teacutermino catafractii y una proteccioacuten maacutes o menos completa y extendida a la inmensa mayoriacutea (al menos) de las monturas de estas unidades en cual-quier momento desde su creacioacuten72 pero especialmente a partir del s III dC73

En general todas estas corrientes tienden a coincidir en sentildealar que las armaduras pesadas para caballos en el ejeacutercito romano no empezaron a utili-zarse de forma extendida para la caballeriacutea pesada hasta el s III dC De nue-vo el debate se centra en torno a su uso durante el s II dC justo en el mo-mento de la creacioacuten de las primeras unidades de catafractii y particular-mente a causa de la falta de pruebas concluyentes Si se hizo uso de dichas protecciones ya en el s III dC iquestpor queacute razoacuten negar su uso en una fase an-terior aunque eacuteste no fuera un uso generalizado Particularmente preferimos adscribirnos a la tendencia representada por Mielczarek Negin y Lebedyns-ky entre otros autores considerando que los miembros de la uacutenica unidad de caballeriacutea pesada acorazada romana conocida para el s II dC el ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta (y por tanto otras unidades del mismo tipo auacuten por conocer) emplearon protecciones metaacutelicas maacutes o menos pesa-das para sus monturas de un modo ocasional limitado a secciones especiales de la unidad o a la oficialidad siguiendo la corriente de influencia saacutermata Estas protecciones se generalizariacutean a lo largo del s III dC probablemente bajo una mayor influencia de la tradicioacuten militar parta y ante todo sasaacutenida hasta constituir las unidades pesadas del Bajo Imperio que seriacutean el germen de la posterior caballeriacutea pesada bizantina

Este tipo de protecciones incluiriacutea no soacutelo ya los chamfrons metaacutelicos sobradamente conocidos por la caballeriacutea romana de la eacutepoca (y empleados probablemente por los contarii) sino bardas compuestas por malla escamas de cuero o metaacutelicas o laacuteminas que como los ejemplares de Dura-Europos (ya descritos anteriormente) cubririacutean los flancos del caballo y buena parte

71 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-70 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

72 GOLDSWORTHY 1998 pp 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 y 20-21 73 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-322

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de la pechera del mismo74 Este tipo de protecciones probablemente incluiriacutea tambieacuten piezas especiacuteficas para proteger el frontal y la cerviz del animal has-ta la cabeza a semejanza quizaacutes de las empleadas por partos y sasaacutenidas en Oriente Estas piezas particularmente para la cerviz del caballo se han en-contrado tambieacuten en Dura-Europos elaboradas en malla y lazadas mediante correas de cuero75 De este modo si se quisiera proporcionar proteccioacuten tan soacutelo a los caballos de una parte de la unidad lo maacutes loacutegico seriacutea hacerlo con las monturas que marchariacutean en la vanguardia de la formacioacuten de choque y que deberiacutean absorber la fase maacutes violenta del impacto En este sentido las piezas de proteccioacuten maacutes uacutetiles no seriacutean las bardas laterales sino las pro-tecciones para pechera cerviz y cabeza las partes del cuerpo del caballo que quedariacutean expuestas al enemigo durante una carga en formacioacuten cerrada Al prescindir asiacute de las protecciones de los flancos no solo se seguiriacutea apor-tando una proteccioacuten uacutetil a las monturas maacutes expuestas de la unidad durante una accioacuten de combate sino que se estariacutea aligerando el peso que habriacutean de soportar durante la accioacuten reduciendo asiacute el riesgo de agotamiento de las mismas

Si la influencia saacutermata en el origen del contarius romano es maacutes o menos segura la cuestioacuten resulta menos clara para los catafractii Formal-mente un catafractus romano no se diferenciaba del contario saacutermata maacutes pesadamente armado maacutes que en la factura de determinadas partes de su equipamiento muchas de las cuales eran de tradicioacuten puramente romana y unas pocas (como las protecciones maacutes pesadas para las piernas) devendriacutean de tradiciones orientales Sin embargo el hecho de que en ninguacuten momento las fuentes literarias disponibles denominen a la caballeriacutea pesada saacutermata como catafractii y que las protecciones pesadas para caballos entre la mis-ma parezcan ser objeto de un uso tan heterogeacuteneo como vinculado al status y posibilidades econoacutemicas del jinete parece ser el principal punto (al menos inicialmente) de distanciamiento entre los lanceros acorazados saacutermatas y los catafractii romanos Ahora bien suponiendo que la creacioacuten de las unidades de catafractos romanos estuviera respondiendo a la caballeriacutea pesada parta iquestpor queacute esperoacute al s II dC Durante casi tres siglos de encuentros en los campos de batalla de Oriente el ejeacutercito romano no parecioacute tener necesidad alguna de emular a los catafractos y clibanarios partos Finalmente es en el contexto de las guerras daacutecicas y paacuterticas de Trajano y en el reinado de Adriano cuando los catafractii hacen su aparicioacuten en el ejeacutercito romano al-gunas deacutecadas maacutes tarde que los contarii y despueacutes de casi un siglo de con-

74 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-63 67 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

75 DIXON STEPHENSON 2003 p 114

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tacto con la caballeriacutea saacutermata De nuevo la coincidencia de variables parece hablar por siacute sola al igual que primero el contarius el catafractus parece ser una respuesta de la caballeriacutea romana a las refriegas habidas con los exce-lentes jinetes saacutermatas desde mediados del s I dC hipoacutetesis que secundan la mayor parte de los autores76 Cualquier posible influjo oriental en la com-posicioacuten de la primera caballeriacutea pesada romana respondioacute a la incorpora-cioacuten de elementos considerados de utilidad no encontrados en la tradicioacuten militar propiamente romana o saacutermata El incremento de este influjo mate-rializado quizaacutes en la intensificacioacuten y extensioacuten del uso de armaduras pe-sadas para caballos y en el importante desarrollo en general del arma de ca-balleriacutea pesada en Roma tendriacutea lugar ya entrado el s III dC quizaacutes no tanto de manos de los uacuteltimos coletazos del moribundo Imperio parto como del joven y eneacutergico Imperio persa sasaacutenida el cual llevariacutea el arma de ca-balleriacutea en el Oriente a nuevas cotas de desarrollo especializacioacuten en organi-zacioacuten equipamiento y taacutecticas77

Mencioacuten especial requiere la organizacioacuten del ala I Gallorum et Pan-noniorum catafracta No entraremos a resentildear aquiacute la naturaleza del ala como unidad militar del ejeacutercito romano ni la organizacioacuten y estructura de la caballeriacutea romana altoimperial sino un aspecto concreto del ala concreta objeto de nuestro estudio y que parece haber pasado desapercibido a la ma-yor parte de los autores Se trata del hecho de que dicha ala debioacute de ser compuesta en su origen por soldados de dos unidades distintas probable-mente tropas selectas Tal y como sentildeala su nombre el ala estaba compuesta por jinetes galos y panonios Mielczarek ha propuesto precisamente que ca-ra a la creacioacuten de esta unidad de catafractos probablemente se seleccionoacute a los mejores soldados de dos alas distintas posiblemente (seguacuten el parecer del propio Mielczarek) el ala I Pannoniorum y el ala I Gallorum Flaviana Aunque de momento no se trata sino de una hipoacutetesis parece razonable que cara a la primera unidad de caballeriacutea pesada romana (probablemente una unidad que tendriacutea en sus oriacutegenes un marcado caraacutecter ldquoexperimentalrdquo) se seleccionara a personal experimentado y de fiar lo que remarcariacutea el caraacutec-ter de eacutelite de este tipo de unidades

76 EADIE 1967 MIELCZAREK 1993 NEGIN 1998 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

LEBEDYNSKY 2002 77 EADIE 1967 pp 169-172 MICHALAK 1987 MIELCZAREK 1993 pp 63-67 NICOLLE

1996 WILCOX 2001 pp 24-35 FARROKH 2005

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Taacutecticas y limitaciones de la caballeriacutea pesada romana La caballeriacutea fue un arma especializada principalmente en una uacutenica

funcioacuten el ataque Un grupo de jinetes no puede establecer una posicioacuten de-fensiva y mantenerla de forma estaacutetica pues equivaldriacutea claramente a un suicidio en cualquier eacutepoca Cuando una unidad de caballeriacutea ha sido em-pleada con fines de defensa lo ha sido empleando fundamentalmente el ata-que es decir un contraataque

La principal ventaja de un jinete respecto del soldado de infanteriacutea ra-dica en tres puntos fundamentales la altura que le proporciona su montura la rapidez y potencia de la misma y el efecto psicoloacutegico que todo ello sus-cita en el infante El principal modo en que la caballeriacutea (y particularmente la caballeriacutea media y pesada) se enfrenta a la infanteriacutea (y a otras unidades como veremos) es la carga cuya finalidad es desfondar la formacioacuten ene-miga dispersaacutendola para coparla y destruirla o permitir a otras unidades aprovechar la brecha abierta Sin embargo contrariamente a lo que se suele pensar un caballo (o un grupo de caballos) no es capaz de embestir una for-macioacuten cerrada de infanteriacutea Un equino no es un toro ni se comporta como tal El caballo siempre se para antes de llegar a impactar contra un obstaacuteculo que considera no podraacute esquivar o saltar o donde no vea espacio alguno por donde penetrar En este sentido una formacioacuten de infanteriacutea pesada que fuera capaz de mantener su posicioacuten hasta el final teniacutea muchas posibilidades de rechazar una carga de caballeriacutea Existiacutean dos formas para evitar que esto sucediese de modo tal que la carga de caballeriacutea tuviese finalmente eacutexito hostigar a la formacioacuten de infanteriacutea de muacuteltiples modos (ataque con proyec-tiles ataques simulados apoyar a la caballeriacutea atacante con infanteriacutea o ar-tilleriacutea) o bien que un porcentaje suficiente de soldados enemigos no fuera capaz de soportar la tensioacuten psicoloacutegica de ver venir sobre ellos una carga de caballeriacutea y rompiera filas debilitando la formacioacuten desorganizaacutendola y abriendo brechas Como vemos el resultado de una carga de caballeriacutea de-pende maacutes del contexto y de la psicologiacutea que de la carga en siacute misma Sin embargo los nervios de acero necesarios para superar el instinto de autopro-teccioacuten (que nos llevariacutea a quitarnos inmediatamente de la trayectoria de los caballos y sus jinetes) no eran (ni son) un elemento comuacuten en los ejeacutercitos Pocas infanteriacuteas disponiacutean del adiestramiento y disciplina necesarios para mantener la posicioacuten y afrontar una auteacutentica estampida que a sus ojos cla-ramente amenazariacutea con arroyarla Entre tales excepciones se encontraba la

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infanteriacutea legionaria romana la cual soacutelo en determinadas circunstancias era realmente vulnerable a un ataque de caballeriacutea78

Las unidades de caballeriacutea pesada como catafractii y contarii eran un caso auacuten maacutes especial En primer lugar el contus permitiacutea al jinete arroyar a un infante enemigo virtualmente antes de que su montura se viera obligada a detener su marcha Por otra parte sus pesadas protecciones (y la de sus mon-turas al menos para una parte de los catafractii) les otorgaban una mayor se-guridad ante cualquier clase de contraataque enemigo (especialmente pro-yectiles) y una superior capacidad de asumir el riesgo del contacto con una formacioacuten enemiga demasiado firme Pero sobre todo les otorgaba una carga psicoloacutegica brutal la visioacuten de una ldquoparedrdquo blindada erizada de lanzas en auteacutentica formacioacuten de falange avanzando con premura directamente resulta-ba especialmente impactante a ojos de un soldado de infanteriacutea por muacuteltiples factores Ser arroyado por un caballo no es una perspectiva agradable ser arroyado por una marea de lanzas y caballos blindados es una perspectiva auacuten menos agradable Para incrementar la capacidad de penetracioacuten de este tipo de caballeriacutea se empleaban formaciones y ataques en profundidad fun-damentalmente columna y cuneuscuntildea En este sentido la formacioacuten podiacutea concentrar la fuerza de su carga en un frente estrecho que pudiera ser dirigi-do convenientemente contra el punto maacutes deacutebil de la formacioacuten a atacar in-cluso con la carga ya en curso Sin embargo la caballeriacutea pesada poseiacutea una desventaja potencial el enorme peso de su equipamiento reduciacutea la veloci-dad de su carga su maniobrabilidad y podiacutea agotar a sus caballos muy raacutepi-damente En este sentido podiacutean ser viacutectimas faacuteciles de unidades maacutes aacutegiles y raacutepidas o de un contraataque al teacutermino de una extenuante carga (exitosa o no) Por otra parte no estaban precisamente capacitados para realizar una re-tirada raacutepida con los caballos extenuados por el esfuerzo de cargar despla-zando sobre sus lomos a su jinete con su equipamiento y su propia pro-teccioacuten los catafractii podiacutean encontrarse en una situacioacuten realmente com-prometida si su ataque fracasaba y no se encontraban en posicioacuten de recibir apoyo inmediato de unidades aliadas capaces de protegerlos el tiempo nece-sario para maniobrar y salir del atolladero Otro peligro que desembocaba di-rectamente en el fracaso de la carga (y en las circunstancias antes descritas) era la posibilidad de que la formacioacuten perdiera su cohesioacuten durante la carga Para evitar esta circunstancia (y reducir la extenuacioacuten de los caballos) se procuraba no cargar a mayor velocidad que un trote ligero79

78 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

79 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 y 241 LEBEDYNSKY 2002 p 237 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

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A la hora de afrontar a otra caballeriacutea las circunstancias eran dife-rentes La caballeriacutea como especialista en ataque teniacutea tambieacuten la funcioacuten de neutralizar a la caballeriacutea del adversario negaacutendole asiacute la mayor parte de la iniciativa y ganando la oportunidad de flanquear sus formaciones y ata-carlas desde diversos puntos Un ejeacutercito cuya caballeriacutea abandonara el cam-po de batalla por otra parte aunque auacuten podiacutea imponerse mediante la fuerza de su infanteriacutea (si era capaz de rechazar el ataque de la caballeriacutea adversaria y de desalojar a su infanteriacutea) careceriacutea de cualquier posibilidad para explo-tar adecuadamente la victoria la caballeriacutea fue hasta la I Guerra Mundial la uacutenica arma capacitada para lanzar una persecucioacuten sobre una fuerza enemiga en retirada convirtiendo esta uacuteltima en una desbandada desorganizada y dis-poniendo asiacute de la oportunidad de transformar un ejeacutercito derrotado en un ejeacutercito destruido En este sentido la caballeriacutea no fue soacutelo una pieza taacutectica fundamental a la hora de la batalla sino una herramienta baacutesica de la estra-tegia a nivel global de cualquier conflicto a lo largo de unos tres milenios de historia militar

La infanteriacutea puede rechazar a la caballeriacutea pero nunca perseguirla (maniobra que equivaldriacutea a dar la ocasioacuten a los jinetes derrotados de dar media vuelta y lanzar un inesperado contraataque que convirtiera en desastre para la infanteriacutea lo que empezoacute siendo un eacutexito Las huidas fingidas como ya hemos sentildealado eran tambieacuten una interesante taacutectica a emplear por parte de la caballeriacutea para desorganizar una formacioacuten enemiga Sin embargo no era una taacutectica que entrara dentro del ldquomanual de instruccionesrdquo de la ca-balleriacutea maacutes pesada limitada como estaba en sus movimientos) Soacutelo la ca-balleriacutea podiacutea derrotar poner en fuga y destruir a otra caballeriacutea El modo de hacerlo sin embargo era materia delicada Una formacioacuten cerrada para ata-car a otra caballeriacutea resultaba inuacutetil y peligrosa era la mejor forma de que los propios caballos se rompieran los huesos al impactar a gran velocidad contra las monturas enemigas Normalmente y a lo largo de toda la existen-cia de la caballeriacutea de choque dos formaciones de caballeriacutea que cargan una contra otra a la espera de un combate mano a mano tienden a abrir sus liacuteneas para esquivar el choque frontal contra los caballos rivales Al producirse el choque el jinete tratariacutea de atacar con sus armas a su rival maacutes cercano a uno u otro lado intentando derribarle o herirle mortalmente En estas cir-cunstancias el contus sarmaticus vuelve a relucir por sus virtudes permitiacutea (al igual que la lanza de cometida medieval las lanzas de los huacutesares alados polacos o las lanzas de los ulanos austriacos o los cosacos rusos) golpear al jinete adversario antes de que eacuteste equipado con espada o con una lanza maacutes corta pudiese iniciar su propio ataque Una formacioacuten de contarii o de cata-fractii podiacutea asiacute arroyar faacutecilmente la vanguardia de la formacioacuten de caballe-

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riacutea enemiga neutralizando su ataque y desorganizando totalmente su forma-cioacuten Sin embargo cuando dos formaciones cargaban una contra la otra y llegaban a culminar completamente el choque el combate podiacutea derivar faacute-cilmente en una violenta y caoacutetica refriega En estas circunstancias las espa-das de hoja larga empleadas por la caballeriacutea romana y saacutermata eran particu-larmente esenciales asiacute como sus protecciones dado que un contus tendiacutea a partirse tras el primer o segundo impacto y a ser poco coacutemoda de utilizar cuando el combate se tornaba maacutes cercano En cualquier caso si una forma-cioacuten de catafractii no conseguiacutea imponerse durante el choque a la formacioacuten enemiga el agotamiento de sus monturas y su menor movilidad (sumada a la peacuterdida del orden en la formacioacuten inherente al inicio de la refriega) supon-driacutean una peligrosa situacioacuten en el caso de carecer de apoyo de otras unida-des (bien de caballeriacutea o de infanteriacutea) y de la que no podriacutean salir con mu-cha facilidad80

Tanto frente a otra caballeriacutea como frente a la infanteriacutea el respaldo de unidades de caballeriacutea maacutes ligeras y particularmente arqueros a caballo81 resultariacutea particularmente deseable antes del choque la caballeriacutea ligera po-driacutea hostigar con proyectiles a las formaciones enemigas creando brechas o desorganizaacutendolas y despueacutes del choque podriacutean apoyar a la caballeriacutea pe-sada durante la progresioacuten del combate cubrir su retirada o explotar su eacutexito continuando la persecucioacuten de un enemigo en fuga

Como vemos desde el punto de vista taacutectico y del empleo en el campo de batalla el eacutexito de la caballeriacutea pesada acorazada dependiacutea tanto o maacutes de las circunstancias el contexto y el apoyo que pudieran recibir que de sus propias virtudes Se trataba de unidades altamente especializadas que si que-daban desprotegidas o en situaciones comprometidas podiacutean ser faacutecilmente rechazadas desbandadas o destruidas No se trataba de fuerzas versaacutetiles y probablemente ello condicionoacute que su adopcioacuten y empleo generalizado por parte del ejeacutercito romano fuera tardiacuteo

CONCLUSIONES

El ejeacutercito romano se enfrentoacute durante casi dos siglos a la caballeriacutea

pesada desarrollada por las potencias orientales Tras reveses iniciales debi-dos maacutes a las circunstancias que a una auteacutentica incapacidad para afrontar el ataque de este tipo de caballeriacutea las legiones desarrollaron sus particulares contramedidas recorriendo las primeras deacutecadas de la historia del Alto Im-

80 DIXON SOUTHERN 1997 pp 141-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 235-244 MENEacuteNDEZ

ARGUumlIacuteN 2011 pp 322-324 81 DIXON SOUTHERN 1997 p 143

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perio imperturbables considerando del todo innecesario tomar como inno-vacioacuten un arma a la que eran capaces de batir los catafractos partos y arme-nios

Sin embargo hacia mediados del s I dC algo vino a trastocar este es-cenario en apariencia estable e inamovible de las estepas poacutenticas emergioacute no tanto una nueva arma como una nueva forma de combinar y emplear ar-mas y taacutecticas sobradamente conocidas Los haacutebiles jinetes saacutermatas dejaron atraacutes la claacutesica tradicioacuten militar esteparia basada en el uso del arquero a ca-ballo y la caballeriacutea ligera desarrollaron una nueva caballeriacutea pesada libre de la mayor parte de las debilidades de los pesados catafractos partos flexi-ble y dinaacutemica y capaz de luchar en conjuncioacuten perfecta con otras modali-dades de caballeriacutea como si de un uacutenico cuerpo se tratase A diferencia del catafractario parto el ldquocontariordquo saacutermata era un jinete armado maacutes o menos pesadamente seguacuten las circunstancias y sus propias posibilidades Al igual que su contrapartida parto o armenio el jinete pesado saacutermata aprovechaba al maacuteximo las virtudes de su arma definitoria el contus sarmaticus pero la combinaba con el uso de otras igualmente uacutetiles como la espada de hoja larga y el arco recurvado compuesto Su equipamiento defensivo careciacutea de la rigidez propia del catafracto parto tendiendo a ser sensiblemente maacutes li-gero sin perder las ventajas propias de una proteccioacuten completa y concien-zuda Este equipamiento defensivo ademaacutes podiacutea variar seguacuten las circuns-tancias y las necesidades taacutecticas de cada momento (y no solo exclusi-vamente en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete) Ello permitiacutea al jinete pesado saacutermata oscilar entre una caballeriacutea media pura y una caballeriacutea pesada de choque seguacuten las circunstancias Le convertiacutea en un arma flexible capaz de desempentildear diversos papeles en el campo de batalla y variarlos du-rante el combate mismo seguacuten sus necesidades En combinacioacuten con la habi-lidad natural de estos pueblos para la equitacioacuten y sus excelentes (y numero-sas) fuerzas de caballeriacutea ligera la caballeriacutea pesada saacutermata representaba una amenaza realmente seria y totalmente nueva

Desde la guerra civil del 68-69 dC hasta la paz firmada por Adriano con los saacutermatas roxolanos en 119 dC las legiones romanas y su caballeriacutea hubieron de hacer severos esfuerzos para imponerse a este nuevo enemigo en los campos de batalla actuase eacuteste en solitario o en conjuncioacuten con otros pueblos o Estados Las guerras daacutecicas de Domiciano (85-89 dC) y de Tra-jano (101-106 dC) fueron probablemente los puntos culminantes de esta coyuntura De los sangrientos encuentros habidos sobre las orillas del Danu-bio las colinas daacutecicas y las llanuras de la futura Hungriacutea el ejeacutercito romano extraeriacutea una dura leccioacuten que aprenderiacutea raacutepidamente y pondriacutea en creciente praacutectica con el paso de los antildeos cuando a comienzos del s III dC descen-

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diera el ocaso sobre las uacuteltimas luces legadas por la edad dorada de los Anto-ninos habiendo el Estado romano de afrontar las convulsiones de un mundo en paulatina transformacioacuten

A comienzos del s II dC a caballo entre los diacuteas de Trajano y Adria-no el ejeacutercito romano afrontoacute el laborioso proceso de aplicar buena parte de lo que habiacutea aprendido de manos de la caballeriacutea saacutermata El contus ya habiacutea sido adoptado conformando la primera caballeriacutea de choque especialista de la historia del Imperio A ella le seguiriacutean las protecciones pesadas para jine-tes asiacute como para caballos El ejeacutercito romano conociacutea de sobra los modelos orientales de caballeriacutea pesada y sin embargo en el primer siglo de existen-cia de este arma entre las filas romanas el modelo a seguir fue principal-mente saacutermata Los hechos hablan por siacute solos El ejeacutercito romano habiacutea en-contrado una innovacioacuten de intereacutes para su tradicioacuten militar y la incorporoacute raacutepidamente Las primeras unidades de caballeriacutea pesada acorazada romana llevaron nombres que aludiacutean a tradiciones orientales catafractii pero su ar-mamento y el fundamento de sus taacutecticas era una mezcla de aportaciones romanas y modelos saacutermatas Con la llegada del s III dC estas unidades se hariacutean cada vez maacutes necesarias y sobre la trayectoria marcada por los pio-neros de este arma se labrariacutea el desarrollo completo de la misma

La emersioacuten del Imperio persa sasaacutenida supuso la transformacioacuten re-novacioacuten y revitalizacioacuten del arma de caballeriacutea puramente oriental Los sa-saacutenidas llevaron a un nuevo paroxismo a la combinacioacuten de la caballeriacutea pe-sada y la caballeriacutea ligera de tradicioacuten oriental hasta el punto de que algunos tratadistas militares romanos como Amiano Marcelino llegaron a conside-rarlo como un arma praacutecticamente imbatible En palabras del propio Amiano [] catafractarii [] et sagitarii formidable genus armorum82 Probable-mente estas circunstancias forzaran (entre otros factores) no ya la expansioacuten del arma de caballeriacutea pesada (asiacute como del arquero a caballo) en el ejeacutercito romano de los siglos III y IV dC sino la asuncioacuten por parte de la misma de muacuteltiples elementos propios ya exclusivamente de la tradicioacuten militar irano-persa

La experiencia saacutermata quedoacute atraacutes sin embargo su importancia y la de los primeros prototipos de caballeriacutea pesada romana existentes en el Alto Imperio no debe menospreciarse Fueron la piedra fundadora los cimientos de una importante rama de la tradicioacuten militar romana posterior madre de la bizantina y de buena parte de las tradiciones militares de la posterior Europa medieval donde la caballeriacutea ostentariacutea durante siglos su particular supre-maciacutea En cierto modo puede decirse que la caballeriacutea saacutermata y las primeras

82 AMIANO MARCELINO 16 12 7

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unidades de caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano se encuentran entre las raiacute-ces de una tradicioacuten militar que llevoacute a la caballeriacutea a mantener la ilusioacuten de su reinado sobre los campos de batalla hasta el enloquecedor extremo de atravesar las trincheras y alambradas de la I Guerra Mundial y cargar sobre las divisiones panzer germanas en 1939

SELECCIOacuteN DE TEXTOS EPIGRAacuteFICOS RELATIVOS

83 Camerinum (Camerino) Regio VI Italia CIL XI 5632

M(arco) Maenio C(ai) f(ilio) Cor(nelia) Agrippae L(ucio) Tusidio Campestri hospiti divi Hadriani patri senatoris praef(ecto) coh(ortis) II Fl(aviae) Britton(um) equitat(ae) electo a divo Hadriano et misso in expeditionem Brittannicam trib(uno) coh(ortis) I Hispanor(um) equitat(ae) praef(ecto) alae I Gallor(um) et Pannonior(um) catafractatae proc(uratori) Aug(usti) praef(ecto) classis Brittannicae proc(uratori) provinciae Brittanniae equo publico patrono municipi(i) vicani Censorglacenses consecuti ab indulgentia Optimi Maximique Imp(eratoris) Antonini Aug(usti) Pii beneficio interpretationis eius privilegia quibus in p[e]rpetuum aucti confirmatique sunt l(ocus) d(atus) d(ecreto) d(ecurionum) g(ratis)

Ad Mediam (Mehadia) Dacia CIL XVI 110 = CIL III 886 = AE 1980 760

[Imp(erator) Caes(ar) divi Had]rian(i) f(ilius) divi Traiani [Parthici n(epos) divi Ne]rvae pron(epos) T(itus) Aelius [Hadrianus Ant]oninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) [max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII] imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae) [equit(ibus) et pedit(ibus)] qui mil(itaverunt) in alis III quae [appell(antur) Silia]n(a) et Gall(orum) et Pann(oniorum) [catafrac(taria) et F]ront(oniana) et coh(ortibus) XII I Ulp(ia) [Britton(um)] |(milliaria) et I Fl(avia) Ulp(ia) Hisp(anorum) |(milliaria) [et 3 I Ael(ia)] Gaesa(torum) |(milliaria) et I Aug(usta) Nerv() [|(milliaria) et I]I Britt(onum) |(milliaria) et I Hispan(orum) [--- e]t II Hisp(anorum) scutat(a) Cy[ren(aica) et ---]n() et VI Thrac(um) et sunt [in Dacia Poroliss]en(si) sub Macrinio [Vindice proc(uratore) qui]nq(ue) et vigint(i) stip[en(diis) emerit(is) dimis(sis) hon]est(a) miss(ione) quor(um) [nomin(a) subscripta s]unt civit(atem) Roman(am) [qui eor(um) non ha]b(erent) ded(it) et con(ubium) cum [uxor(ibus) quas tu]nc hab(uissent) cum est [civit(as) i(i)s dat(a) aut] cum i(i)s quas post(ea) [dux(issent) dumtax(at) si]ngulis [[Imp(erator) Caes(ar) divi Hadrian(i) f(ilius) divi Traiani Parthici n(epos) divi Nervae pron(epos) T(itus) Aelius Hadrianus Antoninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae)] [equit(ibus) et pedit(ibus) qui mil(itaverunt) in alis III ---] et vigint(i) stipend(iis) emerit(is) dimis(sis) honest(a) miss(ione) quor(um) nomin(a) subscript(a) sunt civit(atem) Roman(am) qui eor(um) non haber(ent) dedit et conub(ium) cum uxor(ibus) quas tunc habuis(sent) cum est civit(atem) i(is) dat(a) aut cum i(is) quas post(ea) dux(issent) dumtax(at) singulis a(nte) d(iem) V K(alendas) Oct(obres) Sex(to) Calpurnio Agricola Ti(berio) Claudio Iuliano co(n)s(ulibus) coh(ors) I Ulpia Britton(um) |(milliaria) cui

83 Tomados del Epigraphische Datenbank Clauss-Slaby httpwwwmanfredclauss de

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prae(e)st L(ucius) Nonius Bassus Picen(o) ex pedite Luonerco Molaci f(ilio) Britt(oni) descript(um) et recognit(um) ex tabul(a) aer(ea) quae fixa est Romae in mur(o) post templ(um) divi Aug(usti) ad Minervam

Tipasa (Tefessad) Mauretania Cesariense AE 1951 265 = AE 1955 133

D(is) M(anibus) Adiutoris eq(uitis) al(ae) pri(mae) Can(n)anafatium vi(xit) XXXXI m(ilitavit) an(nos) XXIII pro(curante) l(i)b(erto) ipsi(us) bene me(renti) Cabanus he(res) po(suit)

Savaria (Szombathely) Panonia Superior CIL III 4183

T(itus) Cnorius Sabinianus ex praef(ecto) alae Contariorum v(ir) e(gregius) et L(ucius) Val(erius) Verus dec(urio) c(oloniae) C(laudiae) Savar(iensium) sacerdotalis p(rovinciae) P(annoniae) s(uperioris) cryptam vi ignis exustam sumptibus suis refecerunt

Brigetio (Kornye) Panonia Superior CIL III 4278

D(is) M(anibus) Val(erio) Saturnino vet(erano) ex dup(licario) alae I Ulp(iae) Cont(ariorum) qui vixit an(nos) L et Val(erio) Sabino mil(iti) leg(ionis) I Ad(iutricis) stip(endiorum) III vixit an(nos) XXV filio Caes(ia) Digna marito et filio f(aciendum) c(uravit)

Apamea Siria AE 1987 955

Aur(elio) Basso quandam(sic) sig(nifero) al(ae) I Ulp(iae) (C)ontariorum stipendiorum VIII vixit annos XXVIIII XI Kal(endas) Maias Gallo et Volusiano consilibus() titulus positus a Marc(io) Cotum(sic) (d)ec(urione) al(ae) c(ivium) R(omanorum)

Apamea Siria AE 1993 1589

D(is) M(anibus) Iulius Valerianus eques alae I Ulp(iae) contariorum stip(endiorum) XXIII vixit annis XXXXVI Ulp(ius) Ingenu(us) dupl(icarius) alae eiusdem heres posuit b(ene) m(erenti)

Arrabona (Gyor) Panonia Superior CIL III 4379

D(is) M(anibus) Ulp(ius) Variu(s) Ore() vet(e)r(anus) ex stat(ore) al(a)e I Ulp(iae) Cont(ariorum) do(mo) Af(rica) vixs(it) ann(os) XLV et Ael(iae) Sabin(a)e fi(liae) vix(it) ann(os) X Ael(ia) Domitia con(iunx) et Ulp(ius) Sabinianus et Ulp(ius) [Cele]rinus et Sabi[nil]la fili(i) vivi cum [mat(re) pa]tri karis(simo) posuerunt

Sentpalpuszta Panonia Superior CIL III 11081 = AE 1899 3

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[D(is) M(anibus)] M(arcus) Aur(elius) [3]us vex(illarius) al(ae) p(rimae) C(ontariorum) Anto(ninianae) et Elv(iae) Bon(a)e c(oniugi) car(issimae) et f(iliae) Aur(eliae) Valerin(a)e et Ae(liae) Sabin(a)e et Elv(io) Verecundo an(norum) LXX Pulc(h)r(a)e() Suri an(norum) LX et Elv(io) Vitali an(norum) XVIII et Au(relio) Ma(n)suetiano an(norum) VII et Ae(lio) Florido M(arcus) Aur(elius) Valerianus sib(i) [et] su[i]s vivi f(ecit)

Roma CIL VI 1449 = AE 1967 16 = AE 196970 13

M(arco) Macrinio Avito M(arci) f(ilio) Claud(ia) Catonio Vindici co(n)s(uli) aug(uri) p(opuli) R(omani) Quiritium leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) prov(inciae) Moes(iae) inf(erioris) leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) Moes(iae) sup(erioris) cur(atori) civitat(is) Arimin(ensium) p[r]oc(uratori) prov(inciae) Dac(iae) Malv(ensis) praef(ecto) alae contar(iorum) praef(ecto) alae III Thrac(um) trib(uno) milit(um) leg(ionis) VI Victr(icis) praef(ecto) coh(ortis) VI Gall(orum) donat(o) donis mil(itaribus) in bello Germ(anico) ab Imp(eratore) M(arco) Aur(elio) Antonino Aug(usto) hast(is) pur(is) II et vexill(is) II cor(o)na mural(i) et vallar(i) Iunia Flaccinilla marito karissimo et Macrinia Rufina patri piissimo vixit annis XLII m(ensibus) V

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SELECCIOacuteN DE IMAacuteGENES

Fig 1 Relieve de la estela funeraria del eques Aduitor miembro del ala I Canninefatum (AE 1955

133) empuntildeando un contus sarmaticus por el lateral derecho de su montura DIXON SOUTHERN 1997 p 49

Fig 2

Grafito de Dura-Europos datado en torno a los ss II-III dC representando un catafracto parto romano o sasaacutenida JUNKELMANN 1992 p 197

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Fig 3 Las dos bardas de escamas metaacutelicas completas encontradas por Rostovzeff en las

excavaciones de Dura-Europos a lo largo de la campantildea de 1932-33 JUNKELMANN 1992 p 214

Fig 4 Relieves de Firuzabad (Iraacuten) representando a un clibanario persa sasaacutenida derribando a un

catafractarioclibanario parto s III dC Obseacutervese las bandas transversales que se ven en los brazos del jinete de la derecha que probablemente esteacuten representando un tipo de manica

WILCOX 2001 p 22

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Fig 5 Relieve de Firuzabad representando a unos catafractosclibanarios parto y sasaacutenida forcejeando

en combate cuerpo a cuerpo Ilustracioacuten de Wilcox 2001 p 23

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FIG 6 Catafractos partos del s I aC Obseacutervense las protecciones tipo manicae portadas por ambos

jinetes en los brazos El jinete de la derecha tambieacuten las lleva sobre las piernas A Mc Bride en WILCOX 2001

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Fig 7 Fragmentos de cotas de escamas y laacuteminas para armadura encontradas en enterramientos

saacutermatas de los ss I-III dC NEGIN 1998 p 70

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Fig 8 Estela de Athenios en Panticapea (Crimea Ucrania) donde se puede observar a un jinete (izqda) que parece montar un caballo protegido con una cota de escamas al igual que eacutel

NEGIN 1998 p 66

Fig 9 Reconstruccioacuten de un contario saacutermata (izqda) en accioacuten s II dC seguacuten G Embleton en

BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 10 Reconstruccioacuten el posible aspecto de un jinete pesado saacutermata y de la posible proteccioacuten de su

montura s II dC seguacuten G Embleton en BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 11 Reconstruccioacuten de un jinete pesado saacutermata equipado con una armadura compuesta ss I-II

dC seguacuten NEGIN 1998 p 73

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Fig 12 Casco romano tipo Russell Robinson tipo B basado en un ejemplar encontrado en Ely

(Cambridgeshire Reino Unido) ss I-II dC GOLDSWORTHY 1998 p 238

Fig 13

Casco romano tipo Rusell Robinson E basado en un hallazgo realizado en Hedderneim (Alemania) ss II-III GOLDSWORTHY 1998 p 238

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Fig 14

Reconstruccioacuten de un casco romano del tipo Niederbieber ss II-III dC seguacuten GILBERT 2010 p 136

Fig 15

Reconstruccioacuten de una variante del casco romano tipo Heddernheim con y sin maacutescara de proteccioacuten para el rostro ss II-III dC seguacuten ALEXANDRA GILBERT 2009 pp 24-26

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Fig 16 Fragmento de lorica squamata de escamas semi-riacutegidas s II dC

BISHOP COULSTON 1993 p 116

Fig 17 Silla de montar romana de cuatro cuernos seguacuten la reconstruccioacuten de P Connolly

DIXON SOUTHERN 1997 p 71

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Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

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Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

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Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

Recibido 17 mayo 2011 Aprobado 22 junio 2011

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bajo el reinado de Trajano y para la cual disponemos de abundantes testimo-nios epigraacuteficos en forma de inscripciones votivas honorarias y funerarias asiacute como diversos diplomas militares muchos de los cuales datan del reina-do de Septimio Severo4 En segundo lugar el ala I Canninefatum Canina-fatium Cannanefatium conocida a traveacutes de la estela funeraria del eques Adiutor donde aparece este jinete romano empuntildeando una lanza a dos manos que probablemente sea un contus5 En tercer lugar dos referencias al ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta La primera y maacutes importante de las mismas data de eacutepoca de Adriano6 una estela dedicada a Marco Menio Agri-pa prefecto del ala citada siendo la primera referencia a unidades de cata-fractarios del ejeacutercito romano conocida antes de mediados del s III dC La segunda pertenece a un diploma militar datado en el antildeo 154 dC durante el reinado de Antonino Piacuteo donde soldados de este ala reciben su honesta missio junto con miembros de otras unidades auxiliares7

El registro iconograacutefico representa otra de las fuentes clave para el co-nocimiento de estas unidades militares en el periodo citado En primer lugar debemos citar los relieves que acompantildean algunas de las inscripciones cita-das especialmente las de caraacutecter funerario donde suele aparecer el soldado a lomos de su caballo o a pie junto al mismo En este sentido podemos citar como ejemplo la estela del eques Aduitor del ala I Canninefatum Debemos sentildealar que hasta la fecha no se ha encontrado ninguacuten relieve (funerario o no) datado en eacutepoca antonina o severa donde esteacute representado un catafrac-tus o un clibanarius identificable como romano Nuestras fuentes iconograacute-ficas para estas unidades se completan con relieves incluidos en contextos monumentales asiacute como con grafitos En el primer caso se han sentildealado las metopas I II III y IV del Tropaeum Traiani en Adamklissi En eacutestas apa-recen representados sendos jinetes equipados con cota de mallas espada un posible escudo y una lanza portada con una sola mano mientras que sus monturas no se presentan protegidas Seguacuten J W Eadie8 estos jinetes esta-riacutean equipados probablemente con un contus (deduccioacuten que extrae especial-mente de la metopa IV donde aparece uno de estos jinetes alanceando a un

4 CIL III 4183 4278 4341 4359 4360 4361 4362 4369 4370 4378 4379 5091 11081 13441 CIL V 5266 CIL VI 1449 CIL XVI 64 AE 1977 3 AE 1908 45 46 AE 1965 131 AE 1987 796 955 AE 1993 1589 1590 1593 1596 AE 2004 1905

5 AE 1955 133 DIXON STEPHENSON 2003 p 70-71 SPEIDEL 1992 GOLDSWORTHY 1998 p 240 LEBEDYNSKY 2002 p 236 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 323-324

6 CIL XI 5632 GOLDSWORTHY 1998 p 241 DIXON SOUTHERN 1997 p 76 EADIE 1967 p 167

7 CIL XVI 110 = CIL III Diploma XLIV = AE 1980 760 EADIE 1967 p 167 MIELCZAREK 1993 p 73

8 EADIE 1967 p 167

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enemigo) y que por lo tanto estariacuteamos ante la imagen de unos contarii Pa-ra justificar el hecho de que las lanzas representadas sean de reducido ta-mantildeo para ser realmente un contus Eadie considera que la imagen (como en otras muchas metopas) estaacute ajustada a los liacutemites del espacio disponible para representarla y que por lo tanto sus dimensiones estaacuten deformadas En el se-gundo caso podemos incluir un grafito encontrado en Dura-Europos donde aparece representado un catafracto o un clibanario a caballo entre los ss II-III dC seguacuten la inmensa mayoriacutea de las teoriacuteas9 Sin embargo en ninguacuten ca-so se ha aclarado la ldquonacionalidadrdquo del jinete representado no arriesgaacutendose ninguna de las propuestas existentes hasta la fecha a aventurar si se trata de un jinete romano parto o incluso sasaacutenida

Finalmente resta por mencionar las fuentes arqueoloacutegicas Sin embar-go los testimonios arqueoloacutegicos de la existencia de estas unidades desde eacutepoca de Trajano hasta Severo Alejandro resultan escasos Salvo que aparez-ca una inscripcioacuten lo suficientemente clara no hay forma de atribuir un acuartelamiento de caballeriacutea romana (dado el caso de que se pueda iden-tificar claramente dicho acuartelamiento como propio de una unidad de ca-balleriacutea) a un tipo de unidad o a otra Por otra parte los hallazgos de piezas de equipamiento (fragmentarias o completas) atribuibles exclusivamente a contarios catafractos o clibanarios resultan muy escasos aunque significati-vos y a veces difiacuteciles de identificar como tales Respecto al arma caracte-riacutestica de los contarii el contus no han sobrevivido en el registro arqueoloacute-gico restos orgaacutenicos (la madera del asta) que nos permitan identificar una lanza de acometida como un arma de estas caracteriacutesticas Respecto de las puntas y regatones metaacutelicos que siacute suelen conservarse (en mejor o peor es-tado) en el registro arqueoloacutegico apenas podemos distinguir su pertenencia a armas arrojadizas o armas de acometida pero dentro de esta uacuteltima categoriacutea resulta casi imposible establecer su atribucioacuten a un contus con suficiente se-guridad En cuanto a elementos considerados como parte exclusiva del equi-pamiento de un catafractario o un clibanario (en principio no necesariamente romano pues como veremos maacutes adelante existe un importante debate en torno al equipamiento atribuible a estos catafractii y clibanarii romanos y auacuten a los de otros Estados y culturas de la eacutepoca) destacan claramente las tres bardas de escamas encontradas durante las excavaciones en Dura-Euro-pos en 1932-33 y datadas hacia el s III dC 10 Aunque trataremos el (proba-ble) equipamiento militar de estas unidades con mayor detalle en otro apar-tado sentildealaremos aquiacute que dos de ellas (una completa y otra fragmentaria)

9 ROSTOVZEFF 1933 MIELCZAREK 1993 p 36 BISHOP COULSTON1993 p 157 DIXON

SOUTHERN 1997 p 76 Seguacuten FIELDS 2006 p 10 se tratariacutea de un clibanarius 10 ROSTOVZEFF BELLINGER HOPKINS WELLES1936 y JAMES 2004

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son de escamas de bronce cosidas a un manto de lino mientras que la res-tante es de escamas de hierro cosida igualmente a un manto de tela11 Otros hallazgos arqueoloacutegicos (como los cubrecabezas para caballos teacutecnicamente denominados como chamfrons) son atribuibles tanto a las unidades pesadas de choque de la caballeriacutea romana que estamos tratando como a otras unida-des maacutes comunes desde otros elementos de proteccioacuten maacutes o menos pesados para jinete o caballo hasta piezas de uso praacutecticamente general como sillas de montar arreos etc que expondremos con detalle maacutes adelante Algunas de estas piezas como las sillas de montar (magniacuteficamente estudiadas por P Connolly12) pueden servir de ayuda para enfocar y dilucidar diversas cues-tiones y discusiones surgidas en la historiografiacutea en torno a la caballeriacutea pe-sada romana altoimperial

CONTARII CATAFRACTII CLIBANARII IDENTIFICACIOacuteN Y DEFINICIOacuteN DE UNA

ESPECIALIDAD MILITAR La utilizacioacuten de los teacuterminos contarii catafractii y clibanarii por

parte de los romanos para referirse a diversas formas o de diversos modos a unidades de caballeriacutea pesada de choque maacutes o menos acorazada es un hecho Sin embargo iquestsabemos realmente cuaacutel era la definicioacuten que se ocul-taba tras cada teacutermino a ojos de un militar romano de los ss II-III dC Eacuteste no es un tema baladiacute pues en cierta medida la cuestioacuten continuacutea abierta no habiendo auacuten un consenso o al menos una corriente imperante en torno a cuaacutel era la distincioacuten real entre un catafractus y un clibanarius Respecto al contarius por el contrario no parecen existir excesivas dudas acerca de su particular naturaleza si bien algunas propuestas lanzadas al respecto de los catafractii romanos han llegado a asemejarlos bastante Dar respuestas a estas preguntas antes de abordar en detalle los antecedentes y el desarrollo de las primeras unidades de caballeriacutea pesada acorazada del ejeacutercito romano es esencial

La cuestioacuten en torno a queacute era un contarius es la mejor aclarada hasta la fecha Antes de su atestiguacioacuten en el ejeacutercito romano el contarius no aparece maacutes que entre las filas de la caballeriacutea saacutermata como veremos En general todas las tesis sostienen que el contario o contarius tambieacuten cono-cido como κοντοφόροι dentro del ejeacutercito romano o del saacutermata era un ji-nete cuya principal caracteriacutestica era empuntildear una lanza de casi cuatro me-tros de largo denominada contus sarmaticus La proteccioacuten de un contario

11 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-63 DIXON STEPHENSON 2003 pp 115-116 JAMES 2004 FIELDS 2006 p 20

12 CONNOLLY 1986 1987 1997 2004 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991

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podriacutea ser mayor o menor pero en general su montura no se encontrariacutea pe-sadamente protegida13 Es esta la imagen que parece aportar la estela del eques Aduitor14 quien aparece armado aparentemente tan soacutelo con el contus y vistiendo uacutenicamente una tuacutenica y un manto mientras que su caballo no parece llevar tampoco proteccioacuten alguna Siguiendo la propuesta lanzada por Eadie al respecto de los jinetes de las metopas I a IV del Tropaeum Traiani los contarii apenas portariacutean como proteccioacuten corporal una coraza corriente y a lo sumo un yelmo sin que sus caballos portaran proteccioacuten alguna Pero maacutes allaacute de estos detalles la definicioacuten del contario estariacutea clara un jinete equipado principalmente con un contus de este modo combinariacutea la agilidad y velocidad de un jinete comuacuten (cuyo caballo no estariacutea significativamente protegido) con la potencia de embestida de una lanza pesada que aporta la ventaja de golpear antes al enemigo (y derribarlo) gracias a su superior lon-gitud15

La cuestioacuten en torno a los catafractii y clibanarii es de una naturaleza bien distinta empezando por el hecho de que no estaacute claro si se trata de dos teacuterminos distintos refirieacutendose a una misma especialidad de caballeriacutea o si se trata realmente de dos especialidades en verdad distintas en taacutecticas y en equipamiento

En principio el teacutermino griego κατάφρακτος significa ldquocubierto de armadura acorazadordquo16 o ldquocubierto con cota de mallardquo17 La terminologiacutea pone asiacute el eacutenfasis desde el principio en la proteccioacuten en este sentido se tra-tariacutea de la caracteriacutestica definitoria de un catafractario Entre tanto clibana-rius viene del teacutermino latino clibanus ldquohorno de campantildeardquo18 que a su vez desciende del teacutermino griego κλίβανος ldquohorno hornillordquo teacutermino que posi-blemente hiciera referencia a las altas temperaturas que se podiacutean alcanzar bajo una armadura metaacutelica densa Asiacute pues en principio parece que la ca-racteriacutestica principal inicial de ambos tipos de jinete es portar una proteccioacuten metaacutelica especialmente extensa o acentuada proteccioacuten que se hariacutea exten-

13 ARRIANO Taacutectica 4 3 44 EADIE 1967 pp 165-167 DIXON SOUTHERN 1997 pp 49-50 y 75-76 LEBEDYNSKY 2002 pp 163-166

14 SPEIDEL 1992 considera que el ala I Canninafatium al no especificar que estuviera compuesta o no por contarii probablemente se trataba de un ala de equites tiacutepicamente roma-nos donde un grupo de soldados (entre los que se contariacutea Aduitor) se especializariacutea en el uso del contus

15 GOLDSWORTHY 1998 p 241 16 PABOacuteN S DE URBINA Diccionario manual griego-espantildeol Madrid 1999 17 EADIE 1967 p 162 18 SEGURA MUNGUIacuteA Nuevo diccionario etimoloacutegico latiacuten-espantildeol y de las voces deriva-

das Universidad de Deusto Bilbao 2006

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siva al caballo19 Sin embargo aunque la terminologiacutea pone el acento en el equipamiento militar como medio de distincioacuten de estas unidades de caballe-riacutea respecto de otras no aporta ninguna pista para realizar esa misma distin-cioacuten entre los catafractii y los clibanarii propiamente dichos Definir correc-tamente queacute es un catafracto y queacute es un clibanario (al menos en lo que al ejeacutercito romano se refiere) resulta fundamental para entender queacute tipo de sol-dados eran realmente los catafractii de eacutepoca altoimperial

Seguacuten Speidel catafractii seriacutea un teacutermino que hariacutea referencia a todo tipo de caballeriacutea pesada acorazada del ejeacutercito romano fuera cual fuera su funcioacuten taacutectica o particularidades especiacuteficas de equipamiento clibanarii se refeririacutea entonces a la caballeriacutea pesada de semejante tipo propia de los ejeacuter-citos partos y sobre todo sasaacutenidas20 Sin embargo esta teoriacutea no nos resulta de utilidad directa cara a nuestro estudio pues se refiere a unidades de ca-balleriacutea contenidas en la Notitia Dignitatum y a otras unidades del Bajo Im-perio las cuales no abordamos aquiacute

Para JC Coulston la distincioacuten entre ambos tipos de unidades deven-driacutea principalmente por tanto del equipamiento21 sobre todo si tenemos en cuenta que en el propio Bajo Imperio encontramos unidades de clibanarios y catafractos en el ejeacutercito romano atestiguadas por la propia Notitia Dignita-tum especialmente en Oriente22 En este sentido Coulston sostiene que una catafracto es un jinete acorazado menos pesado que su contrapartida cliba-nario y que hariacutea uso de lanza y escudo en un estilo ldquooccidentalrdquo de combate El clibanario por el contrario seguiriacutea las tradiciones orientales puras em-pleando fundamentalmente la lanza de acometida y el arco

Desde nuestro particular punto de vista preferimos adscribirnos a la propuesta realizada por M Mielczarek este autor postula que intentar dife-renciar un catafracto de un clibanario a partir (tan soacutelo) del equipamiento mi-litar (tal y como propondriacutea Coulston) no es un punto de partida totalmente acertado y que ha sido fruto de muchas malinterpretaciones de las fuentes Mielczarek hace hincapieacute en la necesidad de tratar de distinguir ambas uni-dades a partir de las taacutecticas que probablemente usaron23 Seguacuten este autor los catafractos seriacutean un tipo de caballeriacutea pesada especializada en cargar con lanza de acometida tipo contus empuntildeada a dos manos por el lado dies-tro de la cabeza del caballo en un estilo de combate especialmente prepara-do para batir a la infanteriacutea (en su origen a la falange macedoacutenica) Los cata-

19 MIELCZAREK 1993 p 9 20 SPEIDEL M P 1984 DIXON SOUTHERN 1997 p 76 21 COULSTON J C 1986 seguacuten DIXON SOUTHERN 1997 p 76 22 MIELCZAREK 1993 pp 76-77 23 MIELCZAREK 1993 pp 11-16

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fractos empleariacutean ademaacutes despliegues en cuntildea y columna para hacer su ataque auacuten maacutes penetrante contra una formacioacuten de infanteriacutea Al enfrentarse a un enemigo capaz ademaacutes de infiltrarse entre las filas de sus monturas y de agredir a sus caballos con el objetivo de descabalgarlos los catafractos llevariacutean sus animales protegidos con armaduras bastante extensas que ten-deriacutean a proteger no soacutelo la pechera cerviz y cabeza de los mismos sino tambieacuten sus flancos y buena parte de las patas Los clibanarios estariacutean equi-pados del mismo modo (ellos y sus monturas protegidos) si bien empleariacutean sus lanzas empuntildeaacutendolas a dos manos en diagonal tras la cerviz del caballo para atacar por el lateral izquierdo del mismo en direccioacuten a otro jinete en este caso los clibanarios estariacutean empleando taacutecticas contra caballeriacutea donde sus despliegues resultariacutean maacutes amplios y abiertos recibiendo incluso apoyo nutrido de otras fuerzas de caballeriacutea maacutes flexibles Al mismo tiempo la pro-teccioacuten de sus monturas no se extenderiacutea tanto hacia las patas mientras que hariacutea hincapieacute en la cerviz la cabeza y los flancos y sobre todo en la pro-teccioacuten del jinete mismo En este sentido catafractii y clibanarii no seriacutean dos formas indistintas de mencionar a un mismo tipo de soldado simple-mente se tratariacutea de soldados equipados de forma similar pero capaces de emplear taacutecticas de catafractii o de clibanarii seguacuten lo requirieran las cir-cunstancias24

Este planteamiento ha sido recogido recientemente por Meneacutendez Arguumliacuten quien tambieacuten aboga por una diferenciacioacuten eminentemente taacutectica entre ambas especialidades de caballeriacutea La propuesta de Arguumliacuten sin embar-go precisa de un modo diferente (pero no excluyente) las particularidades taacutecticas que separan a catafractii de clibanarii los primeros combatiriacutean en formaciones cerradas praacutecticamente en columna mientras que los segundos peleariacutean en formacioacuten aproximada a la de cuntildea apoyados por arqueros a ca-ballo Esta propuesta como ya hemos sentildealado no contradice los presupues-tos lanzados por Mielczarek sino que maacutes bien retoma y completa sus enfo-ques El principal intereacutes de la teoriacutea de Meneacutendez Arguumliacuten radica en que lle-ga a la conclusioacuten clara de que el mismo tipo de jinete podiacutea ser indistinta-mente un catafractus o un clibanarius y que ambas denominaciones no dis-tinguiacutean sino dos taacutecticas y usos concretos de lo que en esencia era el mismo tipo de especialidad militar25

En efecto anteriormente hemos visto que la terminologiacutea parece ha-blar de una semejanza bastante acentuada en el equipamiento ambos tipos de soldado portariacutean pesadas armaduras ellos y sus caballos Las diferencias sensibles entre ambos resultariacutean en realidad miacutenimas Sabemos que los le-

24 MIELCZAREK 1993 pp 43-50 25 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 p 320

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gionarios romanos podiacutean variar su equipamiento (al menos en eacutepoca alto-imperial) seguacuten las circunstancias o las taacutecticas empleadas iquestQueacute impediriacutea por tanto a un catafracto actuar como un clibanario y viceversa seguacuten las necesidades Recordemos por otra parte que auacuten no tenemos atestiguada la existencia de clibanarii (seguacuten nuestras fuentes) en el ejeacutercito romano antes del s IV dC Que soacutelo conozcamos la existencia de catafractos implica que estos se emplearon necesariamente tan soacutelo como arma anti-infanteriacutea En realidad un catafractario necesitaba poco maacutes que el entrenamiento adecuado (en base a los planteamientos de Mielczarek y Meneacutendez Arguumliacuten) para poder actuar como lo que posteriormente seriacutea su homoacutelogo clibanario Quizaacutes la tardiacutea aparicioacuten del clibanarius en el ejeacutercito romano deriva maacutes del uso in-distinto del catafractus contra infanteriacutea y caballeriacutea durante bastante tiempo el clibanarius seriacutea por tanto un desarrollo y una especializacioacuten posterior dentro de una misma rama del ejeacutercito ya de por siacute claramente definida La distincioacuten en base a las taacutecticas propuesta por Mielczarek y enfatizada por Meneacutendez Arguumliacuten resulta la maacutes flexible y la que aporta respuestas maacutes sa-tisfactorias a las preguntas que la caballeriacutea pesada acorazada del mundo an-tiguo (en general) nos plantea Seguacuten Mielczarek el catafracto emerge como una respuesta del arma de caballeriacutea oriental a la falange macedoacutenica26 El clibanario surge posteriormente (ya en el s III dC) de nuevo en contextos orientales y lo hace ya como un homoacutelogo del catafracto especialista en ba-tir a otra caballeriacutea recibiendo apoyo incluso de unidades de jinetes maacutes li-geros especialmente arqueros a caballo27

El desarrollo que podemos plantear a partir de esta teoriacutea resulta loacute-gico el clibanario surge como tal desde el momento en que el catafractario se ve obligado a enfrentarse a otra caballeriacutea o a otros catafractarios con de-masiada frecuencia Probablemente no sea ninguna casualidad que el cliba-nario haga su aparicioacuten a mediados del s III dC en un contexto en el que la principal superpotencia oriental el Iraacuten parto y sasaacutenida se enfrenta frecuen-temente a enemigos que empleaban sus mismas taacutecticas y unidades especia-lizadas (como los saacutermatas o los alanos) o que las han adoptado y empleado contra ellos a su vez igualmente como es el caso claro del Imperio romano y sus alae catafractae

26 MIELCZAREK 1993 pp 43 y 46-48 27 MIELCZAREK 1993 pp 48-50

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ANTECEDENTES Y MODELOS POTENCIALES DE LA CABALLERIacuteA PESADA RO-MANA PARTOS Y SAacuteRMATAS

En el Imperio parto La presencia de catafractos en el ejeacutercito parto estaacute atestiguada desde

el s I aC a partir de los encuentros de Tigranocerta (69 aC) y Carras (53 a C) Este tipo de caballeriacutea entre los partos estaba compuesta por las princi-pales eacutelites de su sociedad dado no soacutelo el coste del equipamiento y su man-tenimiento sino la necesidad de un constante entrenamiento para lograr una aceptable destreza en su uso individual y en el conjunto de una unidad mili-tar28 En este sentido los catafractos formaban un cuerpo minoritario dentro del ejeacutercito si bien constituiacutean probablemente una de las piezas dorsales de su ejeacutercito dadas las taacutecticas empleadas por su ejeacutercito a lo largo de la histo-ria de sus encuentros con Roma

El equipamiento del catafractario parto sin embargo probablemente no estaba estandarizado Al depender de la capacidad adquisitiva de cada in-dividuo las variaciones estariacutean a la orden del diacutea (entre unidades y entre los componentes de las mismas) y probablemente soacutelo unidades selectas como los guardias de corps de los soberanos estariacutean debidamente uniformadas en cuanto a equipo29 Para reconstruir el equipamiento de un catafracto parto disponemos de diversas fuentes principales especialmente los testimonios li-terarios romanos asiacute como diversos testimonios graacuteficos Entre las fuentes literarias destaca Plutarco quien en su biografiacutea de Luacuteculo menciona que la caballeriacutea pesada parta portaba pesadas armaduras ellos y sus monturas hasta el punto de obligar a los legionarios romanos a buscar puntos desprote-gidos y deacutebiles para atacarles30 En su descripcioacuten de la batalla de Carras el mismo Plutarco nos da algunos detalles maacutes sobre los catafractos partos mencionando que portaban cascos y corazas de hierro y que sus monturas iban protegidas con jaeces de bronce o acero31 Las representaciones graacuteficas de catafractos partos son variadas destacando entre ellas el relieve de Firu-zabad y los de Naqsh-i-Rustam donde se representa un violento enfrenta-miento entre catafractos partos y sasaacutenidas asiacute como el ya citado grafito de Dura-Europos donde la adscripcioacuten del jinete representado auacuten sigue en duda

28 MIELCZAREK 1993 p 56 29 WILCOX 2001 p 10 30 PLUTARCO Luacuteculo XXVIII 4 31 PLUTARCO Craso XXIV 1

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A partir de eacutestas y otras fuentes se ha podido reconstruir una imagen general del catafracto parto y su equipamiento para los ss I-III dC Respecto al equipamiento defensivo el jinete portariacutea un yelmo de bronce o hierro y protegeriacutea su torso con una coraza que podriacutea oscilar desde una simple cota de mallas de mayor o menor extensioacuten pasando por una cota de escamas (un tipo de proteccioacuten muy extendida en Oriente y las estepas euro-asiaacuteticas) o incluso una coraza de laacuteminas Las corazas de tipo griego o thoacuterax atesti-guadas en el equipo de la caballeriacutea pesada seleuacutecida y escita no parece ser sin embargo una pieza favorita en el equipo de los jinetes partos ni de otros pueblos esteparios como los saacutermatas Probablemente este factor sea debido a la enorme rigidez de este tipo de protecciones lo que negariacutea al jinete la coacutemoda movilidad necesaria tiacutepica de la tradicioacuten militar de estos pueblos al contrario que la cota de escamas32

Esta proteccioacuten baacutesica podiacutea completarse con otras para el cuello pro-bablemente en cota de malla o escamas y para brazos y piernas de los jinetes maacutes pesadamente armados Estas protecciones para las extremidades podiacutean estar realizadas en cota de mallas en la mayor parte de los casos asiacute como en laacuteminas de cuero o metal (bronce o hierro) posiblemente imbricadas en un modo muy semejante a la manica romana de los ss II-III dC Para proteger las manos propiamente dichas el jinete podriacutea proveerse ademaacutes de unos guanteletes que en la mayor parte de los casos seriacutean de cuero o cota de mallas pues otro tipo de proteccioacuten impediriacutea sin maacutes mover las manos con seguridad En ninguno de los testimonios disponibles acerca de la caballeriacutea pesada parta se menciona el uso de escudos y en concreto Casio Dioacuten hace un eacutenfasis particular en el hecho de que los partos no los utilizaban33 Por uacuteltimo un catafracto parto podiacutea completar su panoplia con una maacutescara que protegeriacutea el rostro la uacutenica parte de su cuerpo que llegados a este punto quedariacutea descubierto No debemos olvidar este factor pues seraacute objeto de debate al respecto de los catafractii romanos maacutes adelante Un catafracto parto podiacutea y soliacutea protegerse no soacutelo a siacute mismo sino tambieacuten a su montura

Las protecciones maacutes simples para los caballos eran meras gualdrapas de cuero curtido Las maacutes complejas y pesadas podiacutean constituir proteccio-nes completas que cubririacutean principalmente la cabeza la cerviz la pechera el lomo y los flancos estando constituidas por escamas de bronce o hierro principalmente Igualmente se podiacutea equipar al caballo con una armadura maacutes ligera o ldquomedia armadurardquo que protegeriacutea tan soacutelo la cabeza cerviz y pechera las partes maacutes vulnerables del animal en el momento del choque con una formacioacuten enemiga Respecto al equipamiento ofensivo el arma

32 MIELCZAREK 1993 pp 57-58 LEBEDYNSKY 2002 pp 168-169 33 CASIO DIOacuteN Historia Romana XXXX152

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estrella era la lanza larga de acometida o contus No estaacute claro que un cata-fracto parto portara un arma complementaria a parte del contus pero parece loacutegico que asiacute lo hiciera pudiendo tratarse en este caso de espadas (funda-mentalmente de hoja larga) hachas o incluso mazas (armas perfectas para reventar protecciones metaacutelicas ajenas)34

Seguacuten puede concluirse a partir del testimonio que Plutarco aporta de la batalla de Carras los catafractos partos actuaban en coordinacioacuten con los mucho maacutes numerosos arqueros a caballo de su ejeacutercito los arqueros trata-riacutean de debilitar la formacioacuten enemiga lanzando sucesivos ataques a distan-cia llegado el momento oportuno los catafractos cargariacutean en formacioacuten cerrada replegaacutendose y cesando su fuego los arqueros en ese preciso ins-tante (para evitar el riesgo del ldquofuego amigordquo) empuntildeando sus conti a dos manos sobre el flanco derecho del caballo y en paralelo al costado de eacuteste para arroyar a la formacioacuten enemiga principalmente infanteriacutea pesada Si se-guimos las tesis de M Mielczarek estos mismos catafractos estariacutean prepa-rados para actuar como clibanarios tal y como vemos en los relieves de Naqsh-i-Rustam embistiendo contra otra caballeriacutea empleando sus conti cru-zados tras la cerviz de su montura hacia el lateral izquierdo del caballo y re-cibiendo un apoyo constante de la caballeriacutea ligera en esta accioacuten La prin-cipal debilidad de este tipo de caballeriacutea radicariacutea en la falta de apoyo de otras armas (como los citados arqueros a caballo) y sobre todo que su for-macioacuten fuera dispersada dado que un catafracto aislado constituiacutea un blanco faacutecil a descabalgar y una vez en el suelo su escasa movilidad los convertiacutea en viacutectimas de las iras de la infanteriacutea enemiga35

Entre los saacutermatas Los saacutermatas al igual que los escitas son uno de los grandes grupos

de pueblos noacutemadas indoeuropeos de lengua irania que durante la Antiguumle-dad poblaron las estepas que se extienden desde las orillas del Bajo Danubio y las faldas de los Caacuterpatos a traveacutes de Ucrania y Rusia meridional hasta el Caacuteucaso y los montes Urales Hacia el s I dC dos ldquotribusrdquo saacutermatas arriba-ron junto al limes danubiano del Imperio romano o a sus proximidades los saacutermatas yaacutezigos y roxolanos

Hasta ese momento preciso las taacutecticas y el armamento saacutermata estu-vieron caracterizados por seguir la norma tiacutepica de los ejeacutercitos de jinetes de

34 EADIE 1967 p 164 MIELCZAREK 1993 pp 57-63 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-91 GOLDSWORTHY 1998 pp 66-67 WILCOX 2001 pp 9-10

35 PLUTARCO Craso XIX-XXV Luacuteculo XXXVIII EADIE 1967 p 164 MIELCZAREK 1993 p 50 GOLDSWORTHY 1998 pp 66-67 WILCOX 2001 p 9

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la estepa seguacuten nos describe Estraboacuten se trataba fundamentalmente de fuerzas de arqueros a caballo y caballeriacutea ligera soacutelo espontaacuteneamente apo-yada por jinetes que podriacutea decirse conformaban alguacuten tipo de caballeriacutea ldquopesadardquo36 Sin embargo a mediados del s I dC la imagen que nos trans-mite Taacutecito en sus Annales e Historias resulta ya bien distinta en primer lu-gar relata un encuentro entre saacutermatas y partos donde los primeros rehuacutesan entablar un intercambio de proyectiles a caballo con los segundos optando por lanzarse a la carga contra los partos empuntildeando conti y espadas de hoja larga imponieacutendose de este modo a sus adversarios37 en segundo lugar des-cribe la presencia entre los ejeacutercitos saacutermatas de caballeriacutea de choque una eacutelite que considera conformada por los aristoacutecratas equipados con armadu-ras tan pesadas que en caso de ser derribados no podriacutean levantarse38 Si atendemos a fuentes iconograacuteficas tales como el vaso de Kossika (Rusia) o los frescos de la tumba descubierta en Panticapea (actual Kertch en Ucrania) datada no maacutes tarde del s II dC las imaacutegenes que estas nos transmiten son claramente la de jinetes bien protegidos y armados con un contus que empuntildean a dos manos es decir contarios a todos los efectos Pero iquestpodriacutean ser tambieacuten catafractos En ninguacuten momento nuestras fuentes escritas pro-nuncian este teacutermino al referirse a la caballeriacutea pesada saacutermata que nos des-criben

En cualquier caso hacia el s I dC los saacutermatas habiacutean desarrollado una caballeriacutea de choque maacutes o menos pesada eficiente y realmente peligro-sa para cualquier unidad de infanteriacutea o de caballeriacutea ligera Estos jinetes iriacutean equipados como miacutenimo con el ya caracteriacutestico contus sarmaticus asiacute como con una espada de hoja larga y estrecha (como la encontrada en la tumba 3 del kurgaacuten 80 en Novyiuml a orillas del riacuteo Don en Rusia) Tal y como describe Taacutecito el contario o κοντοφόρος podriacutea ir tambieacuten protegido con una coraza de escamas de cuero o de hierro el tipo de proteccioacuten maacutes corriente encontrado arqueoloacutegicamente asiacute como entre las fuentes icono-graacuteficas que representan a saacutermatas o su armamento (en el caso de la Colum-na Trajana en sus escenas 28 y 34 muestra una serie de jinetes totalmente cubiertos por armaduras de escamas ellos y sus monturas si bien eacutestas estaacuten representadas perfectamente adaptadas al cuerpo de jinetes y caballos de un modo bastante irreal En su podio no obstante la columna representa tam-bieacuten armaduras de escamas esta vez realistas) En el mismo vaso de Kossika el jinete que permanece montado sobre su caballo derribando contus en ma-no a un arquero viste una cota de escamas que se deja entrever bajo un

36 ESTRABOacuteN Geografiacutea VII 3 17 37 TAacuteCITO Annales VI 35 38 TAacuteCITO Historias I 79 2-4

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caftaacuten Otros tipos de proteccioacuten menos frecuentes fueron probablemente tambieacuten las cotas de placas o laacuteminas que se tornariacutean maacutes comunes en las estepas desde la Tardoantiguumledad y la Alta Edad Media Por otra parte hallazgos arqueoloacutegicos como los realizados en Vozdvizhenskaya Stanitsa han llevado a plantear diversas hipoacutetesis de reconstruccioacuten de posibles arma-duras compuestas saacutermatas es decir creadas con distintos tipos de pro-tecciones principalmente escamas y malla combinadas Un yelmo coacutenico compuesto y dotado de carrilleras completariacutea la proteccioacuten del jinete pu-dieacutendose observar varios tanto en las escenas como en el podio de la Colum-na Trajana Como ya hemos sentildealado anteriormente la particular naturaleza del estilo de combate del contario le impediriacutea portar un escudo o hacer un uso realmente uacutetil de eacutel Taacutecito especifica que los saacutermatas que penetraron en Mesia en 69 dC no haciacutean uso de escudos39 y tampoco los vemos represen-tados en ninguna de nuestras fuentes iconograacuteficas donde aparecen contarios saacutermatas40

La posible proteccioacuten portada por los caballos de estos jinetes por otra parte ha sido y es el principal punto de debate Mielczarek considera que la mayor parte de las monturas no se encontrariacutean protegidas de ninguna forma especial a excepcioacuten de aquellas que formariacutean parte de la vanguardia y liacutenea de choque de la formacioacuten y que en cualquier caso se tratariacutea de una proteccioacuten disentildeada principalmente para proteger al caballo ante un combate contra otros jinetes maacutes que contra formaciones de infanteriacutea (al contrario que los partos maacutes preocupados de batir a la infanteriacutea romana mientras que los saacutermatas se enfrentariacutean maacutes frecuentemente a otros pueblos de jinetes o entre siacute mismos seguacuten el autor)41 A E Negin por su parte no niega la po-sibilidad de que las monturas de los jinetes saacutermatas maacutes pesadamente equi-pados fueran protegidas pero en cualquier caso considera que dicha pro-teccioacuten variariacutea en extensioacuten enormemente de un jinete a otro y estariacutea prin-cipalmente restringida a los mandos42 I Lebedynsky especialista en cultu-ras esteparias de la Antiguumledad considera posible que parte de las monturas de la caballeriacutea saacutermata portaran alguacuten tipo de proteccioacuten para lo que argu-menta que las representaciones de jinetes y monturas acorazados de la Co-lumna Trajana aunque ejecutadas en un modo bastante fantasioso no deja de ser sino la traduccioacuten artiacutestica de una realidad militar Igualmente cita la estela funeraria de Athenios en Panticapea donde aparece un jinete empu-

39 TAacuteCITO Historias I 79 4 40 EADIE 1967 p 165 MIELCZAREK 1993 pp 99-100 NEGIN 1998 pp 67-74

LEBEDYNSKY 2002 pp 164-171 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002 pp 23-34 41 MIELCZAREK 1993 pp 101-102 42 NEGIN 1998 p 74

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ntildeando una lanza y montado sobre un caballo que parece mostrar sobre su lo-mo las trazas de una proteccioacuten de escamas o laacuteminas43 R Brzezinski junto a Mielczarek por su parte llegan a conclusiones similares44 Particularmente consideramos que probablemente el uso de protecciones amplias para los ca-ballos no fuera tan sistemaacutetico como podiacutea observarse entre los catafracta-rios partos sino maacutes restringidas en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete y su papel taacutectico concreto en el campo de batalla En este sentido la no utilizacioacuten del teacutermino catafractus katavfrakto por parte de las fuen-tes latinas o griegas en referencia a la caballeriacutea pesada de choque saacutermata podriacutea responder a esta circunstancia en comparacioacuten con la caballeriacutea pesa-da parta

CONTARII Y CATAFRACTII EN EL EJEacuteRCITO ROMANO EQUIPAMIENTO ORGANI-ZACIOacuteN TAacuteCTICAS Y ORIacuteGENES

A continuacioacuten abordaremos en detalle el equipamiento militar la or-

ganizacioacuten de las unidades y las taacutecticas empleadas por estas unidades espe-cializadas y peculiares atestiguadas por primera vez en el ejeacutercito romano en eacutepoca Flavia y sobre todo de Trajano y Adriano en base a las fuentes dis-ponibles Una vez definidos estos puntos trataremos de considerar cuaacutel fue la corriente de influencia y los motivos que llevaron a la creacioacuten de unida-des de caballeriacutea de esta naturaleza en mitad de una tradicioacuten militar estre-chamente vinculada a la infanteriacutea pesada

Respecto del equipamiento de los contarii y catafractii del ejeacutercito romano (asiacute como de los ejeacutercitos saacutermata y parto) sucede como con cual-quier otra unidad militar de reciente creacioacuten o naturaleza extrantildea en cual-quier periodo histoacuterico son sus elementos maacutes innovadores o peculiares los que llaman la atencioacuten del observador (sea eacuteste directo o indirecto) que-dando los elementos comunes o sobradamente conocidos en un segundo pla-no o simplemente obviados45 La organizacioacuten de estas unidades por otra

43 LEBEDYNSKY 2002 pp 171-172 44 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002 p 37 45 MIELCZAREK 2002 pp 90-93 este autor dispone como ejemplo comparativo la ima-

gen que los huacutesares alados polacos unidad militar de caballeriacutea pesada (por contra a su deno-minacioacuten de huacutesares) empleada por la Confederacioacuten polaco-lituana durante los ss XVI-XVIII causaba entre sus contemporaacuteneos extranjeros los cuales destacaban antes los ele-mentos ldquoexoacuteticosrdquo y llamativos de esta unidad (las alas a la espalda los pendones de las lar-gas lanzas o las pieles vestidas sobre las armaduras y uniformes por sus aristocraacuteticos miem-bros) que los elementos realmente cruciales como las lanzas de choque las poderosas pro-tecciones metaacutelicas y su empleo taacutectico en la batalla con devastadores resultados Otro tanto

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parte dada su denominacioacuten de alae responde claramente a los modelos altoimperiales de organizacioacuten de la caballeriacutea sin que pueda detectarse en principio ninguna particularidad extraordinaria causada por la naturaleza es-pecial (o simplemente novedosa) de estas unidades Las taacutecticas son el punto decisivo en base a que suponen la puesta en praacutectica y uso del equipamiento y la organizacioacuten previa de la unidad y lo que determinaraacute en mayor medida el eacutexito de su empleo en la batalla objetivo fundamental de cualquier unidad militar por simple que eacutesta sea Finalmente nuestro intereacutes en determinar los oriacutegenes e influencias de este tipo de unidades del ejeacutercito romano deviene de una razoacuten sencilla el ejeacutercito romano estuvo en contacto durante qui-nientos antildeos con tradiciones militares que emplearon la caballeriacutea de forma masiva y especializada o que hicieron simplemente un uso maacutes o menos sis-temaacutetico de la caballeriacutea pesada de choque o catafracta sin que ello motivara la creacioacuten de unidades semejantes dentro de las armas romanas iquestPor queacute razoacuten entonces eacutestas surgen repentinamente hacia finales del s I dC y muy especialmente bajo los reinados de Trajano y Adriano sin abandonar ya la tradicioacuten militar romana hasta convertirse en una de las espinas dorsales de los ejeacutercitos del Bajo Imperio y sobre todo del posterior Imperio Bizantino

El lector habraacute notado que en el tiacutetulo de este apartado no hemos he-cho mencioacuten los clibanarii Dada la inexistencia de este teacutermino en las fuen-tes que tratan esta clase de unidades en el periodo que abordamos (hasta el punto que no hace su aparicioacuten hasta el s IV dC)46 consideramos innece-saria cualquier disquisicioacuten ulterior en base a una especialidad militar que no habiacutea emergido como tal para el periodo que estudiamos No obstante no debemos olvidar que en base a las hipoacutetesis barajadas y a la propuesta que aquiacute hemos presentado apoyaacutendonos en ellas las diferencias entre catafractii y clibanarii devienen maacutes de un empleo taacutectico antes que de diferencias sen-sibles en equipamiento u organizacioacuten en este sentido por tanto el papel taacutectico del clibanarius podriacutea haber sido desempentildeado por el catafractus en el periodo que nos ocupa

Las alae I Canninefatum y I Vlpia Contariorum milliaria El elemento maacutes caracteriacutestico de un contarius es el arma que le da

nombre el contus sarmaticus Nuestras fuentes no nos aportan mayores de-talles acerca del equipamiento militar de esta clase de unidades La estela de parece suceder con las fuentes claacutesicas que abordan a contarios catafractos y clibanarios de cualquier ldquonacionalidadrdquo soacutelo se resentildean los elementos llamativos o extrantildeos de su equipo

46 MIELCZAREK 1993 p 76

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Aduitor jinete del ala I Canninefatum ya mencionada maacutes arriba nos aporta la imagen de un jinete equipado tan soacutelo con un contus sin llevar maacutes pro-teccioacuten que sus ropas militares Sin embargo no es la primera vez que un militar romano se hace representar en su estela funeraria portando simple-mente sus armas maacutes caracteriacutesticas vistiendo tan soacutelo lo que podriacuteamos de-nominar como su ldquouniformerdquo Asiacute pues iquestno podriacutea estar actuando Aduitor en el mismo sentido

El contus sarmaticus es un arma de choque destinada a ser empuntildeada a dos manos por un jinete que emplearaacute la fuerza de sus brazos y de la em-bestida de su caballo conjuntamente para arremeter contra un objetivo pe-destre o ecuestre con la finalidad de abatirlo o derribarlo La superior longitud del contus por otra parte confiere al jinete una importante ventaja desde el momento en que a la carga posee la oportunidad de golpear prime-ro al enemigo con toda la brutal fuerza que un jinete a la carga puede desple-gar en ese preciso instante Sin embargo una vez ha sucedido el choque y se acortan las distancias entre el contarius y sus enemigos el jinete se encuen-tra en una situacioacuten de creciente vulnerabilidad si no recibe apoyo de liacuteneas sucesivas de otros jinetes o queda maacutes o menos aislado puede ser flanquea-do y faacutecilmente atacado por la infanteriacutea u otros jinetes47 La principal fuerza de una unidad de contarios radica por tanto en su capacidad para actuar en grupo y en perfecta coordinacioacuten asiacute como en saber explotar la ventaja fiacutesica y psicoloacutegica del primer impacto para barrer y desfondar a la formacioacuten ene-miga del tipo que sea Sin embargo esto no siempre puede suceder (ni se dan las condiciones apropiadas para conseguirlo en el campo de batalla) Ante semejante eventualidad inherente a una unidad de contarii sus componentes debiacutean de estar seguramente preparados La proteccioacuten corporal y un o unas armas secundarias formaban probablemente parte del equipo de Aduitor y de otros jinetes como eacutel

En cuanto al equipamiento ofensivo el arma maacutes comuacuten al lado de una lanza de acometida es una espada especialmente una de hoja larga la maacutes adecuada para su uso desde la silla de montar Este tipo de armas estaacute arqueoloacutegicamente atestiguada entre otros especialistas en el uso del contus los saacutermatas En la panoplia romana del s II dC las espadas largas no eran desconocidas en absoluto la caballeriacutea empleaba masivamente la spatha una espada de hoja recta que podiacutea oscilar entre los 65 y los 90 cm de lon-gitud y entre los 4 y 8 cm de anchura que en el s II dC era portada ya so-bre el costado izquierdo48 Otro tipo de espadas empleadas por la caballeriacutea romana en eacutepoca Antonina y Severa fueron las espadas de pomo en forma de

47 GOLDSWORTHY 1998 p 241 48 DIXON SOUTHERN 1997 pp 48-49 FIELDS 2006 p 16

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anillo cuyo origen se encuentra entre las espadas del mismo tipo saacutermatas y del Reino del Boacutesforo49 Una daga el pugio romano aunque pueda parecer un arma mucho maacutes uacutetil para un soldado de infanteriacutea que para un jinete es especialmente adecuada para los combates maacutes encarnizadamente cercanos tales como los brutales forcejeos hombre a hombre que tras un encontronazo de caballeriacutea podiacutean darse Igualmente un jinete descabalgado encontrariacutea mucho maacutes adecuado un pugio a la hora de enfrentarse a la infanteriacutea ene-miga que su larga espada maacutes conveniente para el combate desde la silla de montar50 Si tenemos en cuenta que en determinadas circunstancias un conta-rius era particularmente vulnerable a los ataques (y a ser consecuentemente derribado) un pugio seriacutea un buen complemento a su panoplia

Respecto al equipo defensivo debemos descartar desde un principio (auacuten a riesgo de resultar redundantes) el uso de escudos dada la imposibi-lidad de emplearlos adecuadamente empuntildeando al mismo tiempo un contus cuyo uso ademaacutes se veriacutea gravemente estorbado En este sentido la pro-teccioacuten corporal se convertiriacutea en un imperativo maacutexime teniendo en cuenta las debilidades inherentes a un contarius en combate ya mencionadas Di-versos tipos de casco o galea estaban a la disposicioacuten del jinete romano Los cascos de caballeriacutea evolucionaron de un modo diferente a los de la infan-teriacutea desde eacutepoca de Augusto al fin y al cabo las necesidades de proteccioacuten y movilidad de un jinete y un infante eran distintas Hacia finales del s I dC los modelos preexistentes como el casco tipo Weiler empezaron a ser refor-zados en su parte frontal (un lugar propenso a recibir contundentes sablazos durante el choque entre dos formaciones de caballeriacutea) desembocando en nuevos modelos durante el s II dC tales como el Russell Robinson tipo B uno de cuyos principales ejemplos fue encontrado en Ely Cambridgeshire Entre sus principales caracteriacutesticas estaacute la ampliacioacuten de las carrilleras que envuelven buena parte de la cara asiacute como los oiacutedos dejando soacutelo al descu-bierto nariz ojos y boca Su refuerzo frontal es pronunciado y el cubrenuca se ampliacutea ligeramente Sin embargo los cubrenucas de los cascos de ca-balleriacutea nunca alcanzaraacuten extensiones superiores en caso de ser derribado un jinete con un casco de cubrenuca muy extenso (como en los cascos de in-fanteriacutea del s II dC) podiacutea partirse el cuello faacutecilmente En este sentido avanzado el s II dC los cubrenucas se atrofian de nuevo mientras que las carrilleras se ampliacutean auacuten maacutes asiacute como los refuerzos del yelmo En este sentido los mejores ejemplos son el casco de Kalkar-Houmlnnepel (s II dC) y especialmente el tipo Friedberg el Heddernheim y el Russell Robinson tipo

49 BISHOP COULSTON1993 pp111-112 LEBEDYNSKY 2002 pp 101-103 p 167 y p 240 DIXON STEPHENSON 2003 pp 75-78

50 DIXON STEPHENSON 2003 pp 90-92

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E datados ya a comienzos del s III dC Estos cascos se caracterizan por en-volver casi completamente la cara salvo una breve ldquotrdquo que deja al descu-bierto ojos nariz y parte de la boca Las carrilleras cubren toda la cara y los oiacutedos asiacute como buena parte del cuello en unioacuten al cubrenuca Una extensa visera se extiende desde el frontal reforzado del casco sirviendo para desviar auacuten mejor los golpes frontales El yelmo presenta refuerzos transversales que se cruzan en su parte superior y se extienden hasta los liacutemites del cubrenuca En su conjunto estos disentildeos de cascos proporcionan una buena proteccioacuten contra golpes realizados desde cualquier direccioacuten especialmente frontales laterales y sobre la parte superior de la cabeza dejando vulnerable soacutelo la parte estrictamente necesaria del rostro51 No trataremos aquiacute todaviacutea los cas-cos destinados en principio a la Hippikaacute Gymnasia pues su particular natu-raleza y en especial la utilidad protectora del rostro de sus maacutescaras seraacute ob-jeto de debate en torno al equipamiento de los catafractii

La proteccioacuten corporal resultariacutea igualmente esencial para un conta-rius sobre todo porque en posicioacuten de carga y sin escudo resultariacutea muy vul-nerable a cualquier contraataque que pudiera atravesar la formacioacuten de ca-balleriacutea erizada de lanzas En general las protecciones no deberiacutean resultar muy diferentes a las de cualquier otro equite medianamente pesado de la ca-balleriacutea romana La proteccioacuten maacutes sencilla y frecuente seriacutea la lorica hama-ta o cota de mallas de mangas cortas hombros reforzados con una doble ca-pa de mallas y faldelliacuten extenso hasta medio muslo A finales del s II dC la caballeriacutea empezariacutea a llevar loricae hamatae de mayor longitud llegando a rebasar codos y rodillas En cuanto a las loricae squamatae durante los ss I-II dC soliacutean ser de unas dimensiones semejantes a las hamatae de man-gas y faldelliacuten cortos (cuando no sin mangas) con dos placas pectorales de metal como complemento y una franja de pteryges sobre los muslos Con la entrada del s III dC la lorica squamata cambia y tiende a hacerse maacutes lar-ga En el s II dC se incorpora una innovacioacuten las escamas semi-riacutegidas maacutes amplias y cosidas unas junto a otras sobre una pieza de cuero de tal for-ma que conformaban una proteccioacuten riacutegida y maacutes soacutelida como el ejemplo de Waffenmagazin en Carnunto datado probablemente de eacutepoca pre-Antonina o Antonina temprana Las armaduras de laacuteminas elaboradas a partir de esca-mas de metal rectangulares y alargadas son raras en el mundo romano du-rante esta fase aunque existe alguacuten ejemplo aislado como el hallazgo de un fragmento datado en el s III dC en Čatalka52 Otros elementos podiacutean com-

51 BISHOP COULSTON 1993 pp 93-96 y 117-119 FREUGEgraveRE 1994 pp 104-121 DIXON

SOUTHERN 1997 pp 35-36 DIXON STEPHENSON 2003 pp 17-20 FIELDS 2006 pp 12-13 52 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-92 y 116-117 DIXON SOUTHERN 1997 pp 36-43

DIXON STEPHENSON 2003 pp 43-48 FIELDS 2006 pp 13-14

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pletar la proteccioacuten del contarius como la de cualquier otro equite especial-mente grebas de diverso tipo especialmente uacutetiles para proteger las vulnera-bles piernas del jinete53

Completariacutea el equipamiento de un contarius su montura asiacute como la silla y los arreos necesarios para controlarla y poder actuar en conjuncioacuten con ella En particular la silla compondriacutea un elemento clave del equipo de una caballeriacutea especializada en taacutecticas de choque ante la carencia de estri-bos sin una silla de montar adecuada un contarius podriacutea salir simplemente disparado por la grupa de su caballo a causa de la fuerza del impacto En este sentido las tentativas de reconstruccioacuten de las sillas de montar realizadas por Junkelmann y P Connolly han resultado de extremada utilidad para conocer hasta queacute punto la silla de montar romana conocida como ldquosilla de cuatro cuernosrdquo podiacutea suplir la carencia del estribo y permitir a un jinete realizar toda clase de maniobras a lomos de su caballo sin correr excesivo riesgo de caer desmontado Especialmente satisfactorios han sido en este sentido las experiencias realizadas por Connolly con su propuesta de silla de estructura riacutegida interna de madera respaldados sus resultados por otros autores como K Dixon o P Southern Aunque no es materia esencial de nuestro estudio el debate en torno a la particular naturaleza de las sillas de montar romanas sentildealaremos que estos autores (a cuya opinioacuten nos adscribimos) consideran que una silla de montar de entramado riacutegido interno responderiacutea mucho me-jor a las necesidades de un jinete carente de estribos que una sin dicho entra-mado Desde nuestro particular punto de vista consideramos que las necesi-dades de un jinete especializado en taacutecticas de choque acentuariacutean enorme-mente la necesidad de una silla con un buen entramado riacutegido capaz de absorber la fuerza del impacto y mantener al jinete soacutelidamente afincado so-bre el lomo de su montura sin riesgo de caer Igualmente la solidez del en-tramado y su capacidad para transferir el peso del jinete de la columna verte-bral del animal hacia sus flancos (con el consecuente beneficio para la salud del caballo) permitiriacutea transmitir la fuerza de la embestida de la montura ha-cia el propio jinete y su arma (en este caso el contus) concentrando la fuerza del impacto en el afilado extremo de eacutesta y maximizando de este modo la eficiencia de la carga54 Posiblemente las unidades de caballeriacutea maacutes pesadas (como los catafractii) emplearon sillas de montar cuyo entramado estariacutea maacutes desarrollado y hasta reforzado con elementos metaacutelicos55

53 DIXON STEPHENSON 2003 p 61 54 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 BISHOP COULSTON 1993 pp 105-108

MIELCZAREK 1993 pp 81-82 DIXON SOUTHERN 1997 pp 70-74 DIXON STEPHENSON 2003 pp 107-110 FIELDS 2006 pp 17-18

55 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 pp 44-45

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La posible proteccioacuten portada por la montura de un contarius proba-blemente no diferiacutea de la portada por las monturas de las unidades de ca-balleriacutea media del ejeacutercito romano especialmente si tenemos en cuenta que como tendremos oportunidad de analizar no estaacute ni tan siquiera claro que los caballos de los catafractii romanos portaran protecciones fuera de lo comuacuten respecto de otras unidades de caballeriacutea Por tanto el elemento de proteccioacuten maacutes pesado portado por el caballo de un contarius seriacutea un chamfron una proteccioacuten para la cabeza y ojos del animal que podiacutea ser tanto de cuero co-mo metaacutelica Se han encontrado diversos ejemplares de este tipo de protec-ciones los maacutes exuberantemente decorados considerados (en principio) como restringidos a su uso durante la Hippikaacute Gymnasia56 El principal papel de estas protecciones parece enfatizar la proteccioacuten de los ojos del caballo en tanto en cuanto se conocen ejemplos de chamfrons romanos que tan soacutelo protegen esta vulnerable parte de la cabeza del animal como los hallados en Mainz Alemania57

El armamento caracteriacutestico del contarius especialmente el contus se asemeja enormemente al equipamiento del jinete pesado saacutermata el cual en la mayor parte de los casos no era sino un jinete maacutes o menos bien protegido (en algunos casos pesadamente protegido) a lomos de un caballo que en la mayor parte de los casos no llevariacutea una proteccioacuten destacada La principal fuerza del jinete saacutermata radicariacutea en el uso del llamado contus sarmaticus Que los primeros testimonios de la existencia de contarii entre las filas de la caballeriacutea romana no date antes del 60 dC resulta igualmente significativo el encuentro del ejeacutercito romano con la caballeriacutea pesada de los saacutermatas roxolanos o yaacutecigos se produce precisamente en esas fechas No existen evi-dencias de un ldquoteacutermino mediordquo similar al contarius romano entre el arquero a caballo y el catafractoclibanario parto o sasaacutenida Los contrastes entre el jinete pesado saacutermata y el parto son evidentes no soacutelo en equipo militar sino en taacutecticas todo lo contrario sucede entre el jinete pesado saacutermata y el contarius romano en particular Resulta loacutegico por tanto pensar que el mo-delo en taacutecticas y equipamiento del contarius romano se encuentra entre los contarios de la caballeriacutea pesada saacutermata58

56 BISHOP COULSTON 1993 pp 105-108 DIXON SOUTHERN 1997 p 67 DIXON

STEPHENSON 2003 pp 111-112 FIELDS 2006 57 DIXON STEPHENSON 2003 p 112 58 EADIE 1967 pp 165-167 MIELCZAREK 1993 pp 99-102 NEGIN 1998 LEBEDYNSKY

2002 p 236

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El ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta A diferencia de lo que sucede con los contarii no disponemos de des-

cripciones pormenorizadas o representaciones graacuteficas expliacutecitas de cata-fractii del ejeacutercito romano59 Tan soacutelo el grafito de un catafracto hallado en Dura-Europos aporta alguacuten tipo de informacioacuten expliacutecita para reconstruir la posible imagen de lo que seriacutea un catafractus del ejeacutercito romano pese al hecho de que la ldquonacionalidadrdquo del catafracto representado en el grafito no estaacute nada clara

Como ya hemos sentildealado en apartados anteriores el propio nombre de catafractuscatafractii (asiacute como el posterior de clibanariusclibanarii) pone el acento en la defensa corporal metaacutelica de este tipo de soldados romanos o no romanos Sin embargo el equipamiento defensivo carece de sentido algu-no si no protege una funcioacuten ofensiva concreta En un contarius el eacutenfasis se situacutea en su capacidad ofensiva representada fundamentalmente por el contus sarmaticus como devastadora arma de choque en manos de una fuerza dise-ntildeada esencialmente para el ataque la caballeriacutea En un catafractus romano o parto y en sus homoacutelogos saacutermatas maacutes pesadamente equipados el elemen-to clave no es el poderoso equipo defensivo del jinete (y seguacuten queacute casos de su caballo) en solitario sino la conjuncioacuten de eacuteste con el poder devastador de su equipo ofensivo El catafractus representa asiacute la fuerza ofensiva del con-tarius puesta bajo una proteccioacuten concienzuda que la mantenga a salvo de la mayor parte de los contraataques

En este sentido el equipamiento ofensivo de un catafractus romano no se diferenciariacutea en nada sustancial del portado por un contarius Aparte de la fundamental y eficiente contus el catafractus no dejariacutea de portar un arma secundaria siendo de nuevo la maacutes eficiente la espada de hoja larga que en la tradicioacuten romana altoimperial se materializaba en la spatha en to-das sus variantes asiacute como en espadas de hoja larga de tradicioacuten saacutermata que ya presentamos anteriormente En cuanto a otras armas acaso el pugio pu-diera ser un complemento menos uacutetil para un jinete pesadamente protegido (y con una movilidad maacutes restringida en consecuencia) que para un conta-rius o un equite maacutes vulnerable pero con mayor libertad de movimientos Al fin y al cabo la funcioacuten de ataque baacutesica del catafractus no era sino la mis-ma que la del contarius aprovechar la ventaja de un arma de acometida como el contus para derribar a enemigos a pie o montados antes de poder re-cibir cualquier clase de contraataque cuerpo a cuerpo por parte de ellos Era precisamente su capacidad para mantenerse a salvo de buena parte de los

59 MIELCZAREK 1993 p 79

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contraataques (cercanos o de proyectil) lanzados contra ellos lo que conver-tiacutea a los catafractii en un arma auacuten maacutes devastadora y pesada que los conta-rii la fuerza devastadora de su ataque teniacutea muchas menos posibilidades de verse desbaratada durante la accioacuten si todo iba razonablemente bien60

Y es este elemento clave del catafractus romano la proteccioacuten corpo-ral uno de los puntos que mayores debates ha generado empezando por el yelmo propiamente dicho Un catafractus romano del s II y comienzos del s III dC empleariacutea una gama de cascos ligeramente distinta a los de un con-tarius por dos razones la primera de todas cronoloacutegica en base al hecho de que su aparicioacuten (en base a todas nuestras fuentes) no parece tener lugar has-ta la primera deacutecada del s II dC por lo que los disentildeos de cascos maacutes tiacutepi-cos del s I dC (como el tipo Weiler) no llegariacutean a ser usados por los cata-fractii romanos la segunda es puramente funcional en tanto en cuanto se es-perariacutea de un catafractus que fuera lo maacutes protegido posible Soacutelo los dise-ntildeos maacutes soacutelidos de yelmos romanos y de proteccioacuten maacutes completa entrariacutean a formar parte del equipo corriente de esta caballeriacutea pesada En este sentido resulta particularmente representativo el casco tipo Heddernheim o Russell Robinson tipo E el tipo Friedberg asiacute como los cronoloacutegicamente anteriores Kalkar-Houmlnnepel y Bodengraven Todos ellos ofreciacutean una excelente protec-cioacuten a todo el craacuteneo y el cuello Sin embargo todos ellos no podiacutean evitar dejar al descubierto ojos nariz y buena parte de la boca Teniendo en cuenta que el resto del cuerpo del jinete estariacutea tambieacuten razonablemente bien prote-gido la mejor forma de neutralizar a un catafractus en estas circunstancias era atacarle al rostro directamente Sean cuales sean las circunstancias (y lo que Hollywood nos haya intentado hacer creer) el instinto baacutesico de preser-vacioacuten de un ser humano le hace cerrar los ojos encoger o apartar brusca-mente la cabeza y (de ser necesario) protegerse con las manos y los brazos si intuye o siente una agresioacuten dirigida a la cara Se trata de un acto reflejo baacute-sico e instintivo que no se puede evitar La peacuterdida temporal del control so-bre la realidad visual y sobre las acciones del combate que esto produciriacutea podriacutea provocar (al menos durante ese corto espacio de tiempo) que el ldquoin-vulnerablerdquo catafractus dejara de ser una amenaza fallara el objetivo de su ataque dejara de prestar atencioacuten (en pos de su propia proteccioacuten) yo se convirtiera en un objetivo vulnerable durante ese tiempo En resumidas cuentas la proteccioacuten para la cara resultariacutea una pieza muy uacutetil para un sol-dado cuya fuerza residiera en una pesada proteccioacuten y una gran contundencia de ataque En este sentido se sabe que los catafractos y clibanarios partos y

60 MIELCZAREK 1993 p 81 BISHOP COULSTON 1993 pp 109-111 DIXON SOUTHERN 1997 p 76 GOLDSWORTHY 1998 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-321

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sasaacutenidas emplearon maacutescaras o ventails combinadas con sus cascos para completar su proteccioacuten dejando tan soacutelo los resquicios necesarios para res-pirar y ver (literalmente dos orificios del tamantildeos de los ojos asiacute como una apertura y perforaciones para permitir la ventilacioacuten a la altura de la boca y la nariz) sin que ello pareciera representar un inconveniente a la percepcioacuten del entorno en combate61 En la panoplia romana altoimperial los cascos con maacutescaras metaacutelicas (y las maacutescaras en siacute mismas) no son precisamente des-conocidos son aquellos inicialmente atribuidos a un uso en paradas y ejer-cicios militares especialmente la Hippikaacute Gymnasia Entre los ejemplos maacutes destacables podemos sentildealar el tipo Newstead (s I dC) asiacute como las varian-tes maacutes elaboradas y decoradas del Heddernheim En principio este tipo de cascos dada su profusa decoracioacuten y las supuestas limitaciones a la visibili-dad provocadas por la maacutescara estariacutean limitado en su uso a la Hippikaacute Gymnasia Sin embargo este tipo de cascos no era impedimento para un adecuado desenvolvimiento durante estos ejercicios que eran una muestra de destreza iquestPor queacute entonces habriacutean de resultar un estorbo en la batalla Las maacutescaras de la caballeriacutea parta no teniacutean una factura esencialmente diferente a las romanas (maacutes allaacute del plano puramente artiacutestico-estiliacutestico) y fueron usadas en combate con cierta asiduidad iquestPor queacute razoacuten los yelmos con maacutes-cara o maacutes probablemente las maacutescaras en siacute mismas combinadas con otros tipos de yelmos romanos de caballeriacutea conocidos no pudieron ser utilizados en combate tanto como en la Hippikaacute Gymnasia Hace casi dos deacutecadas Mielczarek ya lanzoacute una propuesta en semejante sentido al respecto de la ca-balleriacutea pesada romana poniendo en cuestioacuten su uso exclusivo en paradas y exhibiciones la cantidad de cascos con maacutescaras y maacutescaras aisladas vincu-ladas a la panoplia romana (y especialmente de la caballeriacutea) no parece res-ponder precisamente a un uso limitado a ocasiones especiales Diez antildeos maacutes tarde Dixon e I P Stephenson volvieron a retomar dichos plantea-mientos argumentando que determinados cascos empleados en la Plena y Baja Edad Media (como el sallet A82) limitaban la visibilidad tanto o maacutes que las maacutescaras inicialmente consideradas como limitadas a la Hippikaacute Gymnasia y sin embargo fueron empleados en combate62 En este sentido consideramos que posiblemente los maacutes ricamente decorados ejemplares no fueron objeto de uso en combate pero siacute que nos adscribimos a los plantea-mientos de los autores mencionados considerando no soacutelo probable sino ra-zonable que la maacutescara (y los cascos disentildeados especialmente para portarlas) formaran parte de la panoplia de los catafractii otorgaacutendoles la proteccioacuten necesaria para proteger el siempre vulnerable rostro

61 MIELCZAREK 1993 p 60 NEGIN 1998 pp 72-74 WILCOX 2001 p 10 62 MIELCZAREK 1993 p 81 DIXON STEPHENSON 2003 pp 20-24

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Un catafractus sin duda alguna portariacutea una buena proteccioacuten para el torso En este sentido hariacutea uso de las mismas protecciones antes menciona-das para los contarii como loricae hamatae y squamatae asiacute como las inno-vaciones propias de eacutepoca Antonina y Severa como las escamas semi-riacutegi-das y las poco comunes armaduras de laacuteminas como el aislado ejemplo del s III dC hallado en Čatalka63 Sin embargo si atendemos ahora al grafito de Dura-Europos el jinete representado no parece llevar un uacutenico tipo de pro-teccioacuten sobre su torso Las armaduras compuestas por varios tipos de loricae como hemos visto eran probablemente utilizadas ya por los saacutermatas Este tipo de proteccioacuten era tambieacuten conocida en el ejeacutercito romano si bien los ejemplos de la misma son limitados y no parece que su uso estuviera muy extendido (al igual que no parece que en el s II y a comienzos del s III dC los catafractii fueran un arma de extendido uso en Roma) Se denominaba lorica plumata teacutermino que al parecer designaba principalmente a armadu-ras compuestas por lorica squamata y hamata combinadas Esta combina-cioacuten parece ser la utilizada tambieacuten por los saacutermatas aunque su distribucioacuten sobre el cuerpo no se ha podido reconstruir convincentemente64 Al igual que el contarius el catafractus no portariacutea escudo tanto por serle imposible su debido aprovechamiento al empuntildear un contus como por el estorbo que su-pondriacutea al uso de esta uacuteltima La carencia de escudo quedariacutea suplida por lo pesado de su proteccioacuten corporal En este sentido destaca la manica una proteccioacuten construida con laacuteminas de metal (bronce o hierro) semiciliacutendricas unidas unas a otras en progresioacuten descendente del hombro hacia la mano la cual podiacutea proteger a su vez con guanteletes de malla de escamas o incluso una extensioacuten de la manica misma adaptada a la forma de la mano65 Com-pletariacutean la proteccioacuten de un catafractus unas grebas para sus piernas (la parte de su cuerpo maacutes al alcance de la infanteriacutea enemiga) si bien podiacutean disponer de protecciones maacutes pesadas que podiacutean llegar a cubrir muslos y pies recordando en su estructura a la manica empleada para proteger los bra-zos66 En ocasiones podriacutea emplearse tambieacuten protecciones especiacuteficas para el cuello especialmente pensadas para cubrir cualquier posible fisura entre el yelmo y la proteccioacuten del torso De este tipo de piezas se han encontrado al-gunos ejemplos como el de una tumba de Čatalka en Bulgaria datada en el

63 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-92 y 116-117 DIXON SOUTHERN 1997 pp 36-43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 43-48 FIELDS 2006 pp 13-14

64 MIELCZAREK 1993 pp 79-80 NEGIN 1998 pp 68-74 DIXON STEPHENSON 2003 pp 49-50 FIELDS 2006 pp 10-11

65 BISHOP COULSTON 1993 pp 87-91 DIXON STEPHENSON 2003 pp 55-58 66 DIXON SOUTHERN 1997 p 43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 61-63

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s II dC y consistente en un anillo de metal dividido en dos mitades unidas por un cinturoacuten de cuero y originalmente tintado en rojo67

El equipamiento de las monturas de los catafractii romanos es otro as-pecto poleacutemico quizaacutes el que maacutes En primer lugar respecto de las sillas de montar eacutestas responderiacutean probablemente al modelo presentado por Con-nolly pero a un tipo particular cuyo entramado riacutegido interno y cuernos es-tariacutean maacutes desarrollados planteando una sujecioacuten mucho maacutes riacutegida y firme Este tipo de sillas poseiacutea ademaacutes una estructura reforzada con elementos metaacutelicos Seguacuten Connolly y C Van Dryel Murray este tipo de sillas res-ponderiacutea especialmente a un uso por parte de unidades de caballeriacutea pesada donde el peso de la armadura del jinete sumada a su modalidad de combate (choque con lanza pesada) hariacutea necesaria una sujecioacuten maacutes firme para evitar quedar descabalgado asiacute como un maacutes eficiente reparto del peso sobre el lomo y los costados del caballo Este tipo de sillas es visible tambieacuten sobre los caballos de los clibanarios sasaacutenidas que aparecen en el relieve de Firu-zabad68 En segundo lugar estaacute la cuestioacuten en torno a si las monturas de los catafractii romanos del s II y comienzos del III dC llevaban alguacuten tipo de proteccioacuten y cuaacuten completa era esta En este sentido se han lanzado diver-sas propuestas e hipoacutetesis por una parte aquellos que consideran que los ca-tafractii romanos probablemente no emplearon proteccioacuten para sus monturas al menos no en la forma casi sistemaacutetica y masiva que caracterizaba a la ca-balleriacutea pesada parta y que caracterizariacutea maacutes tarde a la sasaacutenida y a la pro-pia caballeriacutea pesada romana bajoimperial en este sentido los catafractii del ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta no seriacutean sino contarii pesada-mente protegidos pero cuyas monturas no portariacutean proteccioacuten alguna fuera de lo comuacuten hasta el momento en el ejeacutercito romano69 otros han propuesto un teacutermino medio sostenido en base a la influencia saacutermata en la creacioacuten y equipamiento de la caballeriacutea pesada romana Es eacuteste el caso de Mielczarek Negin y Lebedynsky entre otros quienes consideran que los catafractii ro-manos no emplearon la protecciones pesadas y o maacutes o menos completas pa-ra sus monturas en el sentido sistemaacutetico que se puede observar en la tradi-cioacuten militar parta o persa sino que emplearon protecciones maacutes limitadas y sobre todo aplicadas a secciones concretas de estas unidades por ejemplo entre aquellos soldados destinados a formar la vanguardia de choque de la formacioacuten o simplemente entre los oficiales70 entre la mayor parte de los autores consagrados al estudio del armamento romano y en particular de la

67 DIXON STEPHENSON 2003 p 59 68 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 p 45 MIELCZAREK 1993 pp 81-82 69 EADIE 1967 pp 166-168 70 MIELCZAREK 1993 pp 74-81 NEGIN 1998 p 74 LEBEDYNSKY 2002 p 237-238

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caballeriacutea existe un acuerdo taacutecito en reconocer el uso por parte de la ca-balleriacutea pesada romana de protecciones metaacutelicas Sin embargo en general o no llegan a un acuerdo en torno a su empleo por parte de las primeras uni-dades de catafractii o se limitan a constatar que los restos arqueoloacutegicos de protecciones equinas pesadas (particularmente las halladas en Dura-Europos) datan en principio del s III dC sin entrar en mayores debates71 finalmente estaacuten aquellos autores que dan simplemente por sentada la asociacioacuten entre el teacutermino catafractii y una proteccioacuten maacutes o menos completa y extendida a la inmensa mayoriacutea (al menos) de las monturas de estas unidades en cual-quier momento desde su creacioacuten72 pero especialmente a partir del s III dC73

En general todas estas corrientes tienden a coincidir en sentildealar que las armaduras pesadas para caballos en el ejeacutercito romano no empezaron a utili-zarse de forma extendida para la caballeriacutea pesada hasta el s III dC De nue-vo el debate se centra en torno a su uso durante el s II dC justo en el mo-mento de la creacioacuten de las primeras unidades de catafractii y particular-mente a causa de la falta de pruebas concluyentes Si se hizo uso de dichas protecciones ya en el s III dC iquestpor queacute razoacuten negar su uso en una fase an-terior aunque eacuteste no fuera un uso generalizado Particularmente preferimos adscribirnos a la tendencia representada por Mielczarek Negin y Lebedyns-ky entre otros autores considerando que los miembros de la uacutenica unidad de caballeriacutea pesada acorazada romana conocida para el s II dC el ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta (y por tanto otras unidades del mismo tipo auacuten por conocer) emplearon protecciones metaacutelicas maacutes o menos pesa-das para sus monturas de un modo ocasional limitado a secciones especiales de la unidad o a la oficialidad siguiendo la corriente de influencia saacutermata Estas protecciones se generalizariacutean a lo largo del s III dC probablemente bajo una mayor influencia de la tradicioacuten militar parta y ante todo sasaacutenida hasta constituir las unidades pesadas del Bajo Imperio que seriacutean el germen de la posterior caballeriacutea pesada bizantina

Este tipo de protecciones incluiriacutea no soacutelo ya los chamfrons metaacutelicos sobradamente conocidos por la caballeriacutea romana de la eacutepoca (y empleados probablemente por los contarii) sino bardas compuestas por malla escamas de cuero o metaacutelicas o laacuteminas que como los ejemplares de Dura-Europos (ya descritos anteriormente) cubririacutean los flancos del caballo y buena parte

71 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-70 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

72 GOLDSWORTHY 1998 pp 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 y 20-21 73 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-322

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de la pechera del mismo74 Este tipo de protecciones probablemente incluiriacutea tambieacuten piezas especiacuteficas para proteger el frontal y la cerviz del animal has-ta la cabeza a semejanza quizaacutes de las empleadas por partos y sasaacutenidas en Oriente Estas piezas particularmente para la cerviz del caballo se han en-contrado tambieacuten en Dura-Europos elaboradas en malla y lazadas mediante correas de cuero75 De este modo si se quisiera proporcionar proteccioacuten tan soacutelo a los caballos de una parte de la unidad lo maacutes loacutegico seriacutea hacerlo con las monturas que marchariacutean en la vanguardia de la formacioacuten de choque y que deberiacutean absorber la fase maacutes violenta del impacto En este sentido las piezas de proteccioacuten maacutes uacutetiles no seriacutean las bardas laterales sino las pro-tecciones para pechera cerviz y cabeza las partes del cuerpo del caballo que quedariacutean expuestas al enemigo durante una carga en formacioacuten cerrada Al prescindir asiacute de las protecciones de los flancos no solo se seguiriacutea apor-tando una proteccioacuten uacutetil a las monturas maacutes expuestas de la unidad durante una accioacuten de combate sino que se estariacutea aligerando el peso que habriacutean de soportar durante la accioacuten reduciendo asiacute el riesgo de agotamiento de las mismas

Si la influencia saacutermata en el origen del contarius romano es maacutes o menos segura la cuestioacuten resulta menos clara para los catafractii Formal-mente un catafractus romano no se diferenciaba del contario saacutermata maacutes pesadamente armado maacutes que en la factura de determinadas partes de su equipamiento muchas de las cuales eran de tradicioacuten puramente romana y unas pocas (como las protecciones maacutes pesadas para las piernas) devendriacutean de tradiciones orientales Sin embargo el hecho de que en ninguacuten momento las fuentes literarias disponibles denominen a la caballeriacutea pesada saacutermata como catafractii y que las protecciones pesadas para caballos entre la mis-ma parezcan ser objeto de un uso tan heterogeacuteneo como vinculado al status y posibilidades econoacutemicas del jinete parece ser el principal punto (al menos inicialmente) de distanciamiento entre los lanceros acorazados saacutermatas y los catafractii romanos Ahora bien suponiendo que la creacioacuten de las unidades de catafractos romanos estuviera respondiendo a la caballeriacutea pesada parta iquestpor queacute esperoacute al s II dC Durante casi tres siglos de encuentros en los campos de batalla de Oriente el ejeacutercito romano no parecioacute tener necesidad alguna de emular a los catafractos y clibanarios partos Finalmente es en el contexto de las guerras daacutecicas y paacuterticas de Trajano y en el reinado de Adriano cuando los catafractii hacen su aparicioacuten en el ejeacutercito romano al-gunas deacutecadas maacutes tarde que los contarii y despueacutes de casi un siglo de con-

74 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-63 67 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

75 DIXON STEPHENSON 2003 p 114

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tacto con la caballeriacutea saacutermata De nuevo la coincidencia de variables parece hablar por siacute sola al igual que primero el contarius el catafractus parece ser una respuesta de la caballeriacutea romana a las refriegas habidas con los exce-lentes jinetes saacutermatas desde mediados del s I dC hipoacutetesis que secundan la mayor parte de los autores76 Cualquier posible influjo oriental en la com-posicioacuten de la primera caballeriacutea pesada romana respondioacute a la incorpora-cioacuten de elementos considerados de utilidad no encontrados en la tradicioacuten militar propiamente romana o saacutermata El incremento de este influjo mate-rializado quizaacutes en la intensificacioacuten y extensioacuten del uso de armaduras pe-sadas para caballos y en el importante desarrollo en general del arma de ca-balleriacutea pesada en Roma tendriacutea lugar ya entrado el s III dC quizaacutes no tanto de manos de los uacuteltimos coletazos del moribundo Imperio parto como del joven y eneacutergico Imperio persa sasaacutenida el cual llevariacutea el arma de ca-balleriacutea en el Oriente a nuevas cotas de desarrollo especializacioacuten en organi-zacioacuten equipamiento y taacutecticas77

Mencioacuten especial requiere la organizacioacuten del ala I Gallorum et Pan-noniorum catafracta No entraremos a resentildear aquiacute la naturaleza del ala como unidad militar del ejeacutercito romano ni la organizacioacuten y estructura de la caballeriacutea romana altoimperial sino un aspecto concreto del ala concreta objeto de nuestro estudio y que parece haber pasado desapercibido a la ma-yor parte de los autores Se trata del hecho de que dicha ala debioacute de ser compuesta en su origen por soldados de dos unidades distintas probable-mente tropas selectas Tal y como sentildeala su nombre el ala estaba compuesta por jinetes galos y panonios Mielczarek ha propuesto precisamente que ca-ra a la creacioacuten de esta unidad de catafractos probablemente se seleccionoacute a los mejores soldados de dos alas distintas posiblemente (seguacuten el parecer del propio Mielczarek) el ala I Pannoniorum y el ala I Gallorum Flaviana Aunque de momento no se trata sino de una hipoacutetesis parece razonable que cara a la primera unidad de caballeriacutea pesada romana (probablemente una unidad que tendriacutea en sus oriacutegenes un marcado caraacutecter ldquoexperimentalrdquo) se seleccionara a personal experimentado y de fiar lo que remarcariacutea el caraacutec-ter de eacutelite de este tipo de unidades

76 EADIE 1967 MIELCZAREK 1993 NEGIN 1998 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

LEBEDYNSKY 2002 77 EADIE 1967 pp 169-172 MICHALAK 1987 MIELCZAREK 1993 pp 63-67 NICOLLE

1996 WILCOX 2001 pp 24-35 FARROKH 2005

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Taacutecticas y limitaciones de la caballeriacutea pesada romana La caballeriacutea fue un arma especializada principalmente en una uacutenica

funcioacuten el ataque Un grupo de jinetes no puede establecer una posicioacuten de-fensiva y mantenerla de forma estaacutetica pues equivaldriacutea claramente a un suicidio en cualquier eacutepoca Cuando una unidad de caballeriacutea ha sido em-pleada con fines de defensa lo ha sido empleando fundamentalmente el ata-que es decir un contraataque

La principal ventaja de un jinete respecto del soldado de infanteriacutea ra-dica en tres puntos fundamentales la altura que le proporciona su montura la rapidez y potencia de la misma y el efecto psicoloacutegico que todo ello sus-cita en el infante El principal modo en que la caballeriacutea (y particularmente la caballeriacutea media y pesada) se enfrenta a la infanteriacutea (y a otras unidades como veremos) es la carga cuya finalidad es desfondar la formacioacuten ene-miga dispersaacutendola para coparla y destruirla o permitir a otras unidades aprovechar la brecha abierta Sin embargo contrariamente a lo que se suele pensar un caballo (o un grupo de caballos) no es capaz de embestir una for-macioacuten cerrada de infanteriacutea Un equino no es un toro ni se comporta como tal El caballo siempre se para antes de llegar a impactar contra un obstaacuteculo que considera no podraacute esquivar o saltar o donde no vea espacio alguno por donde penetrar En este sentido una formacioacuten de infanteriacutea pesada que fuera capaz de mantener su posicioacuten hasta el final teniacutea muchas posibilidades de rechazar una carga de caballeriacutea Existiacutean dos formas para evitar que esto sucediese de modo tal que la carga de caballeriacutea tuviese finalmente eacutexito hostigar a la formacioacuten de infanteriacutea de muacuteltiples modos (ataque con proyec-tiles ataques simulados apoyar a la caballeriacutea atacante con infanteriacutea o ar-tilleriacutea) o bien que un porcentaje suficiente de soldados enemigos no fuera capaz de soportar la tensioacuten psicoloacutegica de ver venir sobre ellos una carga de caballeriacutea y rompiera filas debilitando la formacioacuten desorganizaacutendola y abriendo brechas Como vemos el resultado de una carga de caballeriacutea de-pende maacutes del contexto y de la psicologiacutea que de la carga en siacute misma Sin embargo los nervios de acero necesarios para superar el instinto de autopro-teccioacuten (que nos llevariacutea a quitarnos inmediatamente de la trayectoria de los caballos y sus jinetes) no eran (ni son) un elemento comuacuten en los ejeacutercitos Pocas infanteriacuteas disponiacutean del adiestramiento y disciplina necesarios para mantener la posicioacuten y afrontar una auteacutentica estampida que a sus ojos cla-ramente amenazariacutea con arroyarla Entre tales excepciones se encontraba la

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infanteriacutea legionaria romana la cual soacutelo en determinadas circunstancias era realmente vulnerable a un ataque de caballeriacutea78

Las unidades de caballeriacutea pesada como catafractii y contarii eran un caso auacuten maacutes especial En primer lugar el contus permitiacutea al jinete arroyar a un infante enemigo virtualmente antes de que su montura se viera obligada a detener su marcha Por otra parte sus pesadas protecciones (y la de sus mon-turas al menos para una parte de los catafractii) les otorgaban una mayor se-guridad ante cualquier clase de contraataque enemigo (especialmente pro-yectiles) y una superior capacidad de asumir el riesgo del contacto con una formacioacuten enemiga demasiado firme Pero sobre todo les otorgaba una carga psicoloacutegica brutal la visioacuten de una ldquoparedrdquo blindada erizada de lanzas en auteacutentica formacioacuten de falange avanzando con premura directamente resulta-ba especialmente impactante a ojos de un soldado de infanteriacutea por muacuteltiples factores Ser arroyado por un caballo no es una perspectiva agradable ser arroyado por una marea de lanzas y caballos blindados es una perspectiva auacuten menos agradable Para incrementar la capacidad de penetracioacuten de este tipo de caballeriacutea se empleaban formaciones y ataques en profundidad fun-damentalmente columna y cuneuscuntildea En este sentido la formacioacuten podiacutea concentrar la fuerza de su carga en un frente estrecho que pudiera ser dirigi-do convenientemente contra el punto maacutes deacutebil de la formacioacuten a atacar in-cluso con la carga ya en curso Sin embargo la caballeriacutea pesada poseiacutea una desventaja potencial el enorme peso de su equipamiento reduciacutea la veloci-dad de su carga su maniobrabilidad y podiacutea agotar a sus caballos muy raacutepi-damente En este sentido podiacutean ser viacutectimas faacuteciles de unidades maacutes aacutegiles y raacutepidas o de un contraataque al teacutermino de una extenuante carga (exitosa o no) Por otra parte no estaban precisamente capacitados para realizar una re-tirada raacutepida con los caballos extenuados por el esfuerzo de cargar despla-zando sobre sus lomos a su jinete con su equipamiento y su propia pro-teccioacuten los catafractii podiacutean encontrarse en una situacioacuten realmente com-prometida si su ataque fracasaba y no se encontraban en posicioacuten de recibir apoyo inmediato de unidades aliadas capaces de protegerlos el tiempo nece-sario para maniobrar y salir del atolladero Otro peligro que desembocaba di-rectamente en el fracaso de la carga (y en las circunstancias antes descritas) era la posibilidad de que la formacioacuten perdiera su cohesioacuten durante la carga Para evitar esta circunstancia (y reducir la extenuacioacuten de los caballos) se procuraba no cargar a mayor velocidad que un trote ligero79

78 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

79 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 y 241 LEBEDYNSKY 2002 p 237 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

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A la hora de afrontar a otra caballeriacutea las circunstancias eran dife-rentes La caballeriacutea como especialista en ataque teniacutea tambieacuten la funcioacuten de neutralizar a la caballeriacutea del adversario negaacutendole asiacute la mayor parte de la iniciativa y ganando la oportunidad de flanquear sus formaciones y ata-carlas desde diversos puntos Un ejeacutercito cuya caballeriacutea abandonara el cam-po de batalla por otra parte aunque auacuten podiacutea imponerse mediante la fuerza de su infanteriacutea (si era capaz de rechazar el ataque de la caballeriacutea adversaria y de desalojar a su infanteriacutea) careceriacutea de cualquier posibilidad para explo-tar adecuadamente la victoria la caballeriacutea fue hasta la I Guerra Mundial la uacutenica arma capacitada para lanzar una persecucioacuten sobre una fuerza enemiga en retirada convirtiendo esta uacuteltima en una desbandada desorganizada y dis-poniendo asiacute de la oportunidad de transformar un ejeacutercito derrotado en un ejeacutercito destruido En este sentido la caballeriacutea no fue soacutelo una pieza taacutectica fundamental a la hora de la batalla sino una herramienta baacutesica de la estra-tegia a nivel global de cualquier conflicto a lo largo de unos tres milenios de historia militar

La infanteriacutea puede rechazar a la caballeriacutea pero nunca perseguirla (maniobra que equivaldriacutea a dar la ocasioacuten a los jinetes derrotados de dar media vuelta y lanzar un inesperado contraataque que convirtiera en desastre para la infanteriacutea lo que empezoacute siendo un eacutexito Las huidas fingidas como ya hemos sentildealado eran tambieacuten una interesante taacutectica a emplear por parte de la caballeriacutea para desorganizar una formacioacuten enemiga Sin embargo no era una taacutectica que entrara dentro del ldquomanual de instruccionesrdquo de la ca-balleriacutea maacutes pesada limitada como estaba en sus movimientos) Soacutelo la ca-balleriacutea podiacutea derrotar poner en fuga y destruir a otra caballeriacutea El modo de hacerlo sin embargo era materia delicada Una formacioacuten cerrada para ata-car a otra caballeriacutea resultaba inuacutetil y peligrosa era la mejor forma de que los propios caballos se rompieran los huesos al impactar a gran velocidad contra las monturas enemigas Normalmente y a lo largo de toda la existen-cia de la caballeriacutea de choque dos formaciones de caballeriacutea que cargan una contra otra a la espera de un combate mano a mano tienden a abrir sus liacuteneas para esquivar el choque frontal contra los caballos rivales Al producirse el choque el jinete tratariacutea de atacar con sus armas a su rival maacutes cercano a uno u otro lado intentando derribarle o herirle mortalmente En estas cir-cunstancias el contus sarmaticus vuelve a relucir por sus virtudes permitiacutea (al igual que la lanza de cometida medieval las lanzas de los huacutesares alados polacos o las lanzas de los ulanos austriacos o los cosacos rusos) golpear al jinete adversario antes de que eacuteste equipado con espada o con una lanza maacutes corta pudiese iniciar su propio ataque Una formacioacuten de contarii o de cata-fractii podiacutea asiacute arroyar faacutecilmente la vanguardia de la formacioacuten de caballe-

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riacutea enemiga neutralizando su ataque y desorganizando totalmente su forma-cioacuten Sin embargo cuando dos formaciones cargaban una contra la otra y llegaban a culminar completamente el choque el combate podiacutea derivar faacute-cilmente en una violenta y caoacutetica refriega En estas circunstancias las espa-das de hoja larga empleadas por la caballeriacutea romana y saacutermata eran particu-larmente esenciales asiacute como sus protecciones dado que un contus tendiacutea a partirse tras el primer o segundo impacto y a ser poco coacutemoda de utilizar cuando el combate se tornaba maacutes cercano En cualquier caso si una forma-cioacuten de catafractii no conseguiacutea imponerse durante el choque a la formacioacuten enemiga el agotamiento de sus monturas y su menor movilidad (sumada a la peacuterdida del orden en la formacioacuten inherente al inicio de la refriega) supon-driacutean una peligrosa situacioacuten en el caso de carecer de apoyo de otras unida-des (bien de caballeriacutea o de infanteriacutea) y de la que no podriacutean salir con mu-cha facilidad80

Tanto frente a otra caballeriacutea como frente a la infanteriacutea el respaldo de unidades de caballeriacutea maacutes ligeras y particularmente arqueros a caballo81 resultariacutea particularmente deseable antes del choque la caballeriacutea ligera po-driacutea hostigar con proyectiles a las formaciones enemigas creando brechas o desorganizaacutendolas y despueacutes del choque podriacutean apoyar a la caballeriacutea pe-sada durante la progresioacuten del combate cubrir su retirada o explotar su eacutexito continuando la persecucioacuten de un enemigo en fuga

Como vemos desde el punto de vista taacutectico y del empleo en el campo de batalla el eacutexito de la caballeriacutea pesada acorazada dependiacutea tanto o maacutes de las circunstancias el contexto y el apoyo que pudieran recibir que de sus propias virtudes Se trataba de unidades altamente especializadas que si que-daban desprotegidas o en situaciones comprometidas podiacutean ser faacutecilmente rechazadas desbandadas o destruidas No se trataba de fuerzas versaacutetiles y probablemente ello condicionoacute que su adopcioacuten y empleo generalizado por parte del ejeacutercito romano fuera tardiacuteo

CONCLUSIONES

El ejeacutercito romano se enfrentoacute durante casi dos siglos a la caballeriacutea

pesada desarrollada por las potencias orientales Tras reveses iniciales debi-dos maacutes a las circunstancias que a una auteacutentica incapacidad para afrontar el ataque de este tipo de caballeriacutea las legiones desarrollaron sus particulares contramedidas recorriendo las primeras deacutecadas de la historia del Alto Im-

80 DIXON SOUTHERN 1997 pp 141-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 235-244 MENEacuteNDEZ

ARGUumlIacuteN 2011 pp 322-324 81 DIXON SOUTHERN 1997 p 143

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perio imperturbables considerando del todo innecesario tomar como inno-vacioacuten un arma a la que eran capaces de batir los catafractos partos y arme-nios

Sin embargo hacia mediados del s I dC algo vino a trastocar este es-cenario en apariencia estable e inamovible de las estepas poacutenticas emergioacute no tanto una nueva arma como una nueva forma de combinar y emplear ar-mas y taacutecticas sobradamente conocidas Los haacutebiles jinetes saacutermatas dejaron atraacutes la claacutesica tradicioacuten militar esteparia basada en el uso del arquero a ca-ballo y la caballeriacutea ligera desarrollaron una nueva caballeriacutea pesada libre de la mayor parte de las debilidades de los pesados catafractos partos flexi-ble y dinaacutemica y capaz de luchar en conjuncioacuten perfecta con otras modali-dades de caballeriacutea como si de un uacutenico cuerpo se tratase A diferencia del catafractario parto el ldquocontariordquo saacutermata era un jinete armado maacutes o menos pesadamente seguacuten las circunstancias y sus propias posibilidades Al igual que su contrapartida parto o armenio el jinete pesado saacutermata aprovechaba al maacuteximo las virtudes de su arma definitoria el contus sarmaticus pero la combinaba con el uso de otras igualmente uacutetiles como la espada de hoja larga y el arco recurvado compuesto Su equipamiento defensivo careciacutea de la rigidez propia del catafracto parto tendiendo a ser sensiblemente maacutes li-gero sin perder las ventajas propias de una proteccioacuten completa y concien-zuda Este equipamiento defensivo ademaacutes podiacutea variar seguacuten las circuns-tancias y las necesidades taacutecticas de cada momento (y no solo exclusi-vamente en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete) Ello permitiacutea al jinete pesado saacutermata oscilar entre una caballeriacutea media pura y una caballeriacutea pesada de choque seguacuten las circunstancias Le convertiacutea en un arma flexible capaz de desempentildear diversos papeles en el campo de batalla y variarlos du-rante el combate mismo seguacuten sus necesidades En combinacioacuten con la habi-lidad natural de estos pueblos para la equitacioacuten y sus excelentes (y numero-sas) fuerzas de caballeriacutea ligera la caballeriacutea pesada saacutermata representaba una amenaza realmente seria y totalmente nueva

Desde la guerra civil del 68-69 dC hasta la paz firmada por Adriano con los saacutermatas roxolanos en 119 dC las legiones romanas y su caballeriacutea hubieron de hacer severos esfuerzos para imponerse a este nuevo enemigo en los campos de batalla actuase eacuteste en solitario o en conjuncioacuten con otros pueblos o Estados Las guerras daacutecicas de Domiciano (85-89 dC) y de Tra-jano (101-106 dC) fueron probablemente los puntos culminantes de esta coyuntura De los sangrientos encuentros habidos sobre las orillas del Danu-bio las colinas daacutecicas y las llanuras de la futura Hungriacutea el ejeacutercito romano extraeriacutea una dura leccioacuten que aprenderiacutea raacutepidamente y pondriacutea en creciente praacutectica con el paso de los antildeos cuando a comienzos del s III dC descen-

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diera el ocaso sobre las uacuteltimas luces legadas por la edad dorada de los Anto-ninos habiendo el Estado romano de afrontar las convulsiones de un mundo en paulatina transformacioacuten

A comienzos del s II dC a caballo entre los diacuteas de Trajano y Adria-no el ejeacutercito romano afrontoacute el laborioso proceso de aplicar buena parte de lo que habiacutea aprendido de manos de la caballeriacutea saacutermata El contus ya habiacutea sido adoptado conformando la primera caballeriacutea de choque especialista de la historia del Imperio A ella le seguiriacutean las protecciones pesadas para jine-tes asiacute como para caballos El ejeacutercito romano conociacutea de sobra los modelos orientales de caballeriacutea pesada y sin embargo en el primer siglo de existen-cia de este arma entre las filas romanas el modelo a seguir fue principal-mente saacutermata Los hechos hablan por siacute solos El ejeacutercito romano habiacutea en-contrado una innovacioacuten de intereacutes para su tradicioacuten militar y la incorporoacute raacutepidamente Las primeras unidades de caballeriacutea pesada acorazada romana llevaron nombres que aludiacutean a tradiciones orientales catafractii pero su ar-mamento y el fundamento de sus taacutecticas era una mezcla de aportaciones romanas y modelos saacutermatas Con la llegada del s III dC estas unidades se hariacutean cada vez maacutes necesarias y sobre la trayectoria marcada por los pio-neros de este arma se labrariacutea el desarrollo completo de la misma

La emersioacuten del Imperio persa sasaacutenida supuso la transformacioacuten re-novacioacuten y revitalizacioacuten del arma de caballeriacutea puramente oriental Los sa-saacutenidas llevaron a un nuevo paroxismo a la combinacioacuten de la caballeriacutea pe-sada y la caballeriacutea ligera de tradicioacuten oriental hasta el punto de que algunos tratadistas militares romanos como Amiano Marcelino llegaron a conside-rarlo como un arma praacutecticamente imbatible En palabras del propio Amiano [] catafractarii [] et sagitarii formidable genus armorum82 Probable-mente estas circunstancias forzaran (entre otros factores) no ya la expansioacuten del arma de caballeriacutea pesada (asiacute como del arquero a caballo) en el ejeacutercito romano de los siglos III y IV dC sino la asuncioacuten por parte de la misma de muacuteltiples elementos propios ya exclusivamente de la tradicioacuten militar irano-persa

La experiencia saacutermata quedoacute atraacutes sin embargo su importancia y la de los primeros prototipos de caballeriacutea pesada romana existentes en el Alto Imperio no debe menospreciarse Fueron la piedra fundadora los cimientos de una importante rama de la tradicioacuten militar romana posterior madre de la bizantina y de buena parte de las tradiciones militares de la posterior Europa medieval donde la caballeriacutea ostentariacutea durante siglos su particular supre-maciacutea En cierto modo puede decirse que la caballeriacutea saacutermata y las primeras

82 AMIANO MARCELINO 16 12 7

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unidades de caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano se encuentran entre las raiacute-ces de una tradicioacuten militar que llevoacute a la caballeriacutea a mantener la ilusioacuten de su reinado sobre los campos de batalla hasta el enloquecedor extremo de atravesar las trincheras y alambradas de la I Guerra Mundial y cargar sobre las divisiones panzer germanas en 1939

SELECCIOacuteN DE TEXTOS EPIGRAacuteFICOS RELATIVOS

83 Camerinum (Camerino) Regio VI Italia CIL XI 5632

M(arco) Maenio C(ai) f(ilio) Cor(nelia) Agrippae L(ucio) Tusidio Campestri hospiti divi Hadriani patri senatoris praef(ecto) coh(ortis) II Fl(aviae) Britton(um) equitat(ae) electo a divo Hadriano et misso in expeditionem Brittannicam trib(uno) coh(ortis) I Hispanor(um) equitat(ae) praef(ecto) alae I Gallor(um) et Pannonior(um) catafractatae proc(uratori) Aug(usti) praef(ecto) classis Brittannicae proc(uratori) provinciae Brittanniae equo publico patrono municipi(i) vicani Censorglacenses consecuti ab indulgentia Optimi Maximique Imp(eratoris) Antonini Aug(usti) Pii beneficio interpretationis eius privilegia quibus in p[e]rpetuum aucti confirmatique sunt l(ocus) d(atus) d(ecreto) d(ecurionum) g(ratis)

Ad Mediam (Mehadia) Dacia CIL XVI 110 = CIL III 886 = AE 1980 760

[Imp(erator) Caes(ar) divi Had]rian(i) f(ilius) divi Traiani [Parthici n(epos) divi Ne]rvae pron(epos) T(itus) Aelius [Hadrianus Ant]oninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) [max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII] imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae) [equit(ibus) et pedit(ibus)] qui mil(itaverunt) in alis III quae [appell(antur) Silia]n(a) et Gall(orum) et Pann(oniorum) [catafrac(taria) et F]ront(oniana) et coh(ortibus) XII I Ulp(ia) [Britton(um)] |(milliaria) et I Fl(avia) Ulp(ia) Hisp(anorum) |(milliaria) [et 3 I Ael(ia)] Gaesa(torum) |(milliaria) et I Aug(usta) Nerv() [|(milliaria) et I]I Britt(onum) |(milliaria) et I Hispan(orum) [--- e]t II Hisp(anorum) scutat(a) Cy[ren(aica) et ---]n() et VI Thrac(um) et sunt [in Dacia Poroliss]en(si) sub Macrinio [Vindice proc(uratore) qui]nq(ue) et vigint(i) stip[en(diis) emerit(is) dimis(sis) hon]est(a) miss(ione) quor(um) [nomin(a) subscripta s]unt civit(atem) Roman(am) [qui eor(um) non ha]b(erent) ded(it) et con(ubium) cum [uxor(ibus) quas tu]nc hab(uissent) cum est [civit(as) i(i)s dat(a) aut] cum i(i)s quas post(ea) [dux(issent) dumtax(at) si]ngulis [[Imp(erator) Caes(ar) divi Hadrian(i) f(ilius) divi Traiani Parthici n(epos) divi Nervae pron(epos) T(itus) Aelius Hadrianus Antoninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae)] [equit(ibus) et pedit(ibus) qui mil(itaverunt) in alis III ---] et vigint(i) stipend(iis) emerit(is) dimis(sis) honest(a) miss(ione) quor(um) nomin(a) subscript(a) sunt civit(atem) Roman(am) qui eor(um) non haber(ent) dedit et conub(ium) cum uxor(ibus) quas tunc habuis(sent) cum est civit(atem) i(is) dat(a) aut cum i(is) quas post(ea) dux(issent) dumtax(at) singulis a(nte) d(iem) V K(alendas) Oct(obres) Sex(to) Calpurnio Agricola Ti(berio) Claudio Iuliano co(n)s(ulibus) coh(ors) I Ulpia Britton(um) |(milliaria) cui

83 Tomados del Epigraphische Datenbank Clauss-Slaby httpwwwmanfredclauss de

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prae(e)st L(ucius) Nonius Bassus Picen(o) ex pedite Luonerco Molaci f(ilio) Britt(oni) descript(um) et recognit(um) ex tabul(a) aer(ea) quae fixa est Romae in mur(o) post templ(um) divi Aug(usti) ad Minervam

Tipasa (Tefessad) Mauretania Cesariense AE 1951 265 = AE 1955 133

D(is) M(anibus) Adiutoris eq(uitis) al(ae) pri(mae) Can(n)anafatium vi(xit) XXXXI m(ilitavit) an(nos) XXIII pro(curante) l(i)b(erto) ipsi(us) bene me(renti) Cabanus he(res) po(suit)

Savaria (Szombathely) Panonia Superior CIL III 4183

T(itus) Cnorius Sabinianus ex praef(ecto) alae Contariorum v(ir) e(gregius) et L(ucius) Val(erius) Verus dec(urio) c(oloniae) C(laudiae) Savar(iensium) sacerdotalis p(rovinciae) P(annoniae) s(uperioris) cryptam vi ignis exustam sumptibus suis refecerunt

Brigetio (Kornye) Panonia Superior CIL III 4278

D(is) M(anibus) Val(erio) Saturnino vet(erano) ex dup(licario) alae I Ulp(iae) Cont(ariorum) qui vixit an(nos) L et Val(erio) Sabino mil(iti) leg(ionis) I Ad(iutricis) stip(endiorum) III vixit an(nos) XXV filio Caes(ia) Digna marito et filio f(aciendum) c(uravit)

Apamea Siria AE 1987 955

Aur(elio) Basso quandam(sic) sig(nifero) al(ae) I Ulp(iae) (C)ontariorum stipendiorum VIII vixit annos XXVIIII XI Kal(endas) Maias Gallo et Volusiano consilibus() titulus positus a Marc(io) Cotum(sic) (d)ec(urione) al(ae) c(ivium) R(omanorum)

Apamea Siria AE 1993 1589

D(is) M(anibus) Iulius Valerianus eques alae I Ulp(iae) contariorum stip(endiorum) XXIII vixit annis XXXXVI Ulp(ius) Ingenu(us) dupl(icarius) alae eiusdem heres posuit b(ene) m(erenti)

Arrabona (Gyor) Panonia Superior CIL III 4379

D(is) M(anibus) Ulp(ius) Variu(s) Ore() vet(e)r(anus) ex stat(ore) al(a)e I Ulp(iae) Cont(ariorum) do(mo) Af(rica) vixs(it) ann(os) XLV et Ael(iae) Sabin(a)e fi(liae) vix(it) ann(os) X Ael(ia) Domitia con(iunx) et Ulp(ius) Sabinianus et Ulp(ius) [Cele]rinus et Sabi[nil]la fili(i) vivi cum [mat(re) pa]tri karis(simo) posuerunt

Sentpalpuszta Panonia Superior CIL III 11081 = AE 1899 3

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[D(is) M(anibus)] M(arcus) Aur(elius) [3]us vex(illarius) al(ae) p(rimae) C(ontariorum) Anto(ninianae) et Elv(iae) Bon(a)e c(oniugi) car(issimae) et f(iliae) Aur(eliae) Valerin(a)e et Ae(liae) Sabin(a)e et Elv(io) Verecundo an(norum) LXX Pulc(h)r(a)e() Suri an(norum) LX et Elv(io) Vitali an(norum) XVIII et Au(relio) Ma(n)suetiano an(norum) VII et Ae(lio) Florido M(arcus) Aur(elius) Valerianus sib(i) [et] su[i]s vivi f(ecit)

Roma CIL VI 1449 = AE 1967 16 = AE 196970 13

M(arco) Macrinio Avito M(arci) f(ilio) Claud(ia) Catonio Vindici co(n)s(uli) aug(uri) p(opuli) R(omani) Quiritium leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) prov(inciae) Moes(iae) inf(erioris) leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) Moes(iae) sup(erioris) cur(atori) civitat(is) Arimin(ensium) p[r]oc(uratori) prov(inciae) Dac(iae) Malv(ensis) praef(ecto) alae contar(iorum) praef(ecto) alae III Thrac(um) trib(uno) milit(um) leg(ionis) VI Victr(icis) praef(ecto) coh(ortis) VI Gall(orum) donat(o) donis mil(itaribus) in bello Germ(anico) ab Imp(eratore) M(arco) Aur(elio) Antonino Aug(usto) hast(is) pur(is) II et vexill(is) II cor(o)na mural(i) et vallar(i) Iunia Flaccinilla marito karissimo et Macrinia Rufina patri piissimo vixit annis XLII m(ensibus) V

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SELECCIOacuteN DE IMAacuteGENES

Fig 1 Relieve de la estela funeraria del eques Aduitor miembro del ala I Canninefatum (AE 1955

133) empuntildeando un contus sarmaticus por el lateral derecho de su montura DIXON SOUTHERN 1997 p 49

Fig 2

Grafito de Dura-Europos datado en torno a los ss II-III dC representando un catafracto parto romano o sasaacutenida JUNKELMANN 1992 p 197

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Fig 3 Las dos bardas de escamas metaacutelicas completas encontradas por Rostovzeff en las

excavaciones de Dura-Europos a lo largo de la campantildea de 1932-33 JUNKELMANN 1992 p 214

Fig 4 Relieves de Firuzabad (Iraacuten) representando a un clibanario persa sasaacutenida derribando a un

catafractarioclibanario parto s III dC Obseacutervese las bandas transversales que se ven en los brazos del jinete de la derecha que probablemente esteacuten representando un tipo de manica

WILCOX 2001 p 22

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Fig 5 Relieve de Firuzabad representando a unos catafractosclibanarios parto y sasaacutenida forcejeando

en combate cuerpo a cuerpo Ilustracioacuten de Wilcox 2001 p 23

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FIG 6 Catafractos partos del s I aC Obseacutervense las protecciones tipo manicae portadas por ambos

jinetes en los brazos El jinete de la derecha tambieacuten las lleva sobre las piernas A Mc Bride en WILCOX 2001

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Fig 7 Fragmentos de cotas de escamas y laacuteminas para armadura encontradas en enterramientos

saacutermatas de los ss I-III dC NEGIN 1998 p 70

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Fig 8 Estela de Athenios en Panticapea (Crimea Ucrania) donde se puede observar a un jinete (izqda) que parece montar un caballo protegido con una cota de escamas al igual que eacutel

NEGIN 1998 p 66

Fig 9 Reconstruccioacuten de un contario saacutermata (izqda) en accioacuten s II dC seguacuten G Embleton en

BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 10 Reconstruccioacuten el posible aspecto de un jinete pesado saacutermata y de la posible proteccioacuten de su

montura s II dC seguacuten G Embleton en BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 11 Reconstruccioacuten de un jinete pesado saacutermata equipado con una armadura compuesta ss I-II

dC seguacuten NEGIN 1998 p 73

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Fig 12 Casco romano tipo Russell Robinson tipo B basado en un ejemplar encontrado en Ely

(Cambridgeshire Reino Unido) ss I-II dC GOLDSWORTHY 1998 p 238

Fig 13

Casco romano tipo Rusell Robinson E basado en un hallazgo realizado en Hedderneim (Alemania) ss II-III GOLDSWORTHY 1998 p 238

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Fig 14

Reconstruccioacuten de un casco romano del tipo Niederbieber ss II-III dC seguacuten GILBERT 2010 p 136

Fig 15

Reconstruccioacuten de una variante del casco romano tipo Heddernheim con y sin maacutescara de proteccioacuten para el rostro ss II-III dC seguacuten ALEXANDRA GILBERT 2009 pp 24-26

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Fig 16 Fragmento de lorica squamata de escamas semi-riacutegidas s II dC

BISHOP COULSTON 1993 p 116

Fig 17 Silla de montar romana de cuatro cuernos seguacuten la reconstruccioacuten de P Connolly

DIXON SOUTHERN 1997 p 71

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Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

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Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

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Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

Recibido 17 mayo 2011 Aprobado 22 junio 2011

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enemigo) y que por lo tanto estariacuteamos ante la imagen de unos contarii Pa-ra justificar el hecho de que las lanzas representadas sean de reducido ta-mantildeo para ser realmente un contus Eadie considera que la imagen (como en otras muchas metopas) estaacute ajustada a los liacutemites del espacio disponible para representarla y que por lo tanto sus dimensiones estaacuten deformadas En el se-gundo caso podemos incluir un grafito encontrado en Dura-Europos donde aparece representado un catafracto o un clibanario a caballo entre los ss II-III dC seguacuten la inmensa mayoriacutea de las teoriacuteas9 Sin embargo en ninguacuten ca-so se ha aclarado la ldquonacionalidadrdquo del jinete representado no arriesgaacutendose ninguna de las propuestas existentes hasta la fecha a aventurar si se trata de un jinete romano parto o incluso sasaacutenida

Finalmente resta por mencionar las fuentes arqueoloacutegicas Sin embar-go los testimonios arqueoloacutegicos de la existencia de estas unidades desde eacutepoca de Trajano hasta Severo Alejandro resultan escasos Salvo que aparez-ca una inscripcioacuten lo suficientemente clara no hay forma de atribuir un acuartelamiento de caballeriacutea romana (dado el caso de que se pueda iden-tificar claramente dicho acuartelamiento como propio de una unidad de ca-balleriacutea) a un tipo de unidad o a otra Por otra parte los hallazgos de piezas de equipamiento (fragmentarias o completas) atribuibles exclusivamente a contarios catafractos o clibanarios resultan muy escasos aunque significati-vos y a veces difiacuteciles de identificar como tales Respecto al arma caracte-riacutestica de los contarii el contus no han sobrevivido en el registro arqueoloacute-gico restos orgaacutenicos (la madera del asta) que nos permitan identificar una lanza de acometida como un arma de estas caracteriacutesticas Respecto de las puntas y regatones metaacutelicos que siacute suelen conservarse (en mejor o peor es-tado) en el registro arqueoloacutegico apenas podemos distinguir su pertenencia a armas arrojadizas o armas de acometida pero dentro de esta uacuteltima categoriacutea resulta casi imposible establecer su atribucioacuten a un contus con suficiente se-guridad En cuanto a elementos considerados como parte exclusiva del equi-pamiento de un catafractario o un clibanario (en principio no necesariamente romano pues como veremos maacutes adelante existe un importante debate en torno al equipamiento atribuible a estos catafractii y clibanarii romanos y auacuten a los de otros Estados y culturas de la eacutepoca) destacan claramente las tres bardas de escamas encontradas durante las excavaciones en Dura-Euro-pos en 1932-33 y datadas hacia el s III dC 10 Aunque trataremos el (proba-ble) equipamiento militar de estas unidades con mayor detalle en otro apar-tado sentildealaremos aquiacute que dos de ellas (una completa y otra fragmentaria)

9 ROSTOVZEFF 1933 MIELCZAREK 1993 p 36 BISHOP COULSTON1993 p 157 DIXON

SOUTHERN 1997 p 76 Seguacuten FIELDS 2006 p 10 se tratariacutea de un clibanarius 10 ROSTOVZEFF BELLINGER HOPKINS WELLES1936 y JAMES 2004

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son de escamas de bronce cosidas a un manto de lino mientras que la res-tante es de escamas de hierro cosida igualmente a un manto de tela11 Otros hallazgos arqueoloacutegicos (como los cubrecabezas para caballos teacutecnicamente denominados como chamfrons) son atribuibles tanto a las unidades pesadas de choque de la caballeriacutea romana que estamos tratando como a otras unida-des maacutes comunes desde otros elementos de proteccioacuten maacutes o menos pesados para jinete o caballo hasta piezas de uso praacutecticamente general como sillas de montar arreos etc que expondremos con detalle maacutes adelante Algunas de estas piezas como las sillas de montar (magniacuteficamente estudiadas por P Connolly12) pueden servir de ayuda para enfocar y dilucidar diversas cues-tiones y discusiones surgidas en la historiografiacutea en torno a la caballeriacutea pe-sada romana altoimperial

CONTARII CATAFRACTII CLIBANARII IDENTIFICACIOacuteN Y DEFINICIOacuteN DE UNA

ESPECIALIDAD MILITAR La utilizacioacuten de los teacuterminos contarii catafractii y clibanarii por

parte de los romanos para referirse a diversas formas o de diversos modos a unidades de caballeriacutea pesada de choque maacutes o menos acorazada es un hecho Sin embargo iquestsabemos realmente cuaacutel era la definicioacuten que se ocul-taba tras cada teacutermino a ojos de un militar romano de los ss II-III dC Eacuteste no es un tema baladiacute pues en cierta medida la cuestioacuten continuacutea abierta no habiendo auacuten un consenso o al menos una corriente imperante en torno a cuaacutel era la distincioacuten real entre un catafractus y un clibanarius Respecto al contarius por el contrario no parecen existir excesivas dudas acerca de su particular naturaleza si bien algunas propuestas lanzadas al respecto de los catafractii romanos han llegado a asemejarlos bastante Dar respuestas a estas preguntas antes de abordar en detalle los antecedentes y el desarrollo de las primeras unidades de caballeriacutea pesada acorazada del ejeacutercito romano es esencial

La cuestioacuten en torno a queacute era un contarius es la mejor aclarada hasta la fecha Antes de su atestiguacioacuten en el ejeacutercito romano el contarius no aparece maacutes que entre las filas de la caballeriacutea saacutermata como veremos En general todas las tesis sostienen que el contario o contarius tambieacuten cono-cido como κοντοφόροι dentro del ejeacutercito romano o del saacutermata era un ji-nete cuya principal caracteriacutestica era empuntildear una lanza de casi cuatro me-tros de largo denominada contus sarmaticus La proteccioacuten de un contario

11 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-63 DIXON STEPHENSON 2003 pp 115-116 JAMES 2004 FIELDS 2006 p 20

12 CONNOLLY 1986 1987 1997 2004 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991

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podriacutea ser mayor o menor pero en general su montura no se encontrariacutea pe-sadamente protegida13 Es esta la imagen que parece aportar la estela del eques Aduitor14 quien aparece armado aparentemente tan soacutelo con el contus y vistiendo uacutenicamente una tuacutenica y un manto mientras que su caballo no parece llevar tampoco proteccioacuten alguna Siguiendo la propuesta lanzada por Eadie al respecto de los jinetes de las metopas I a IV del Tropaeum Traiani los contarii apenas portariacutean como proteccioacuten corporal una coraza corriente y a lo sumo un yelmo sin que sus caballos portaran proteccioacuten alguna Pero maacutes allaacute de estos detalles la definicioacuten del contario estariacutea clara un jinete equipado principalmente con un contus de este modo combinariacutea la agilidad y velocidad de un jinete comuacuten (cuyo caballo no estariacutea significativamente protegido) con la potencia de embestida de una lanza pesada que aporta la ventaja de golpear antes al enemigo (y derribarlo) gracias a su superior lon-gitud15

La cuestioacuten en torno a los catafractii y clibanarii es de una naturaleza bien distinta empezando por el hecho de que no estaacute claro si se trata de dos teacuterminos distintos refirieacutendose a una misma especialidad de caballeriacutea o si se trata realmente de dos especialidades en verdad distintas en taacutecticas y en equipamiento

En principio el teacutermino griego κατάφρακτος significa ldquocubierto de armadura acorazadordquo16 o ldquocubierto con cota de mallardquo17 La terminologiacutea pone asiacute el eacutenfasis desde el principio en la proteccioacuten en este sentido se tra-tariacutea de la caracteriacutestica definitoria de un catafractario Entre tanto clibana-rius viene del teacutermino latino clibanus ldquohorno de campantildeardquo18 que a su vez desciende del teacutermino griego κλίβανος ldquohorno hornillordquo teacutermino que posi-blemente hiciera referencia a las altas temperaturas que se podiacutean alcanzar bajo una armadura metaacutelica densa Asiacute pues en principio parece que la ca-racteriacutestica principal inicial de ambos tipos de jinete es portar una proteccioacuten metaacutelica especialmente extensa o acentuada proteccioacuten que se hariacutea exten-

13 ARRIANO Taacutectica 4 3 44 EADIE 1967 pp 165-167 DIXON SOUTHERN 1997 pp 49-50 y 75-76 LEBEDYNSKY 2002 pp 163-166

14 SPEIDEL 1992 considera que el ala I Canninafatium al no especificar que estuviera compuesta o no por contarii probablemente se trataba de un ala de equites tiacutepicamente roma-nos donde un grupo de soldados (entre los que se contariacutea Aduitor) se especializariacutea en el uso del contus

15 GOLDSWORTHY 1998 p 241 16 PABOacuteN S DE URBINA Diccionario manual griego-espantildeol Madrid 1999 17 EADIE 1967 p 162 18 SEGURA MUNGUIacuteA Nuevo diccionario etimoloacutegico latiacuten-espantildeol y de las voces deriva-

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siva al caballo19 Sin embargo aunque la terminologiacutea pone el acento en el equipamiento militar como medio de distincioacuten de estas unidades de caballe-riacutea respecto de otras no aporta ninguna pista para realizar esa misma distin-cioacuten entre los catafractii y los clibanarii propiamente dichos Definir correc-tamente queacute es un catafracto y queacute es un clibanario (al menos en lo que al ejeacutercito romano se refiere) resulta fundamental para entender queacute tipo de sol-dados eran realmente los catafractii de eacutepoca altoimperial

Seguacuten Speidel catafractii seriacutea un teacutermino que hariacutea referencia a todo tipo de caballeriacutea pesada acorazada del ejeacutercito romano fuera cual fuera su funcioacuten taacutectica o particularidades especiacuteficas de equipamiento clibanarii se refeririacutea entonces a la caballeriacutea pesada de semejante tipo propia de los ejeacuter-citos partos y sobre todo sasaacutenidas20 Sin embargo esta teoriacutea no nos resulta de utilidad directa cara a nuestro estudio pues se refiere a unidades de ca-balleriacutea contenidas en la Notitia Dignitatum y a otras unidades del Bajo Im-perio las cuales no abordamos aquiacute

Para JC Coulston la distincioacuten entre ambos tipos de unidades deven-driacutea principalmente por tanto del equipamiento21 sobre todo si tenemos en cuenta que en el propio Bajo Imperio encontramos unidades de clibanarios y catafractos en el ejeacutercito romano atestiguadas por la propia Notitia Dignita-tum especialmente en Oriente22 En este sentido Coulston sostiene que una catafracto es un jinete acorazado menos pesado que su contrapartida cliba-nario y que hariacutea uso de lanza y escudo en un estilo ldquooccidentalrdquo de combate El clibanario por el contrario seguiriacutea las tradiciones orientales puras em-pleando fundamentalmente la lanza de acometida y el arco

Desde nuestro particular punto de vista preferimos adscribirnos a la propuesta realizada por M Mielczarek este autor postula que intentar dife-renciar un catafracto de un clibanario a partir (tan soacutelo) del equipamiento mi-litar (tal y como propondriacutea Coulston) no es un punto de partida totalmente acertado y que ha sido fruto de muchas malinterpretaciones de las fuentes Mielczarek hace hincapieacute en la necesidad de tratar de distinguir ambas uni-dades a partir de las taacutecticas que probablemente usaron23 Seguacuten este autor los catafractos seriacutean un tipo de caballeriacutea pesada especializada en cargar con lanza de acometida tipo contus empuntildeada a dos manos por el lado dies-tro de la cabeza del caballo en un estilo de combate especialmente prepara-do para batir a la infanteriacutea (en su origen a la falange macedoacutenica) Los cata-

19 MIELCZAREK 1993 p 9 20 SPEIDEL M P 1984 DIXON SOUTHERN 1997 p 76 21 COULSTON J C 1986 seguacuten DIXON SOUTHERN 1997 p 76 22 MIELCZAREK 1993 pp 76-77 23 MIELCZAREK 1993 pp 11-16

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fractos empleariacutean ademaacutes despliegues en cuntildea y columna para hacer su ataque auacuten maacutes penetrante contra una formacioacuten de infanteriacutea Al enfrentarse a un enemigo capaz ademaacutes de infiltrarse entre las filas de sus monturas y de agredir a sus caballos con el objetivo de descabalgarlos los catafractos llevariacutean sus animales protegidos con armaduras bastante extensas que ten-deriacutean a proteger no soacutelo la pechera cerviz y cabeza de los mismos sino tambieacuten sus flancos y buena parte de las patas Los clibanarios estariacutean equi-pados del mismo modo (ellos y sus monturas protegidos) si bien empleariacutean sus lanzas empuntildeaacutendolas a dos manos en diagonal tras la cerviz del caballo para atacar por el lateral izquierdo del mismo en direccioacuten a otro jinete en este caso los clibanarios estariacutean empleando taacutecticas contra caballeriacutea donde sus despliegues resultariacutean maacutes amplios y abiertos recibiendo incluso apoyo nutrido de otras fuerzas de caballeriacutea maacutes flexibles Al mismo tiempo la pro-teccioacuten de sus monturas no se extenderiacutea tanto hacia las patas mientras que hariacutea hincapieacute en la cerviz la cabeza y los flancos y sobre todo en la pro-teccioacuten del jinete mismo En este sentido catafractii y clibanarii no seriacutean dos formas indistintas de mencionar a un mismo tipo de soldado simple-mente se tratariacutea de soldados equipados de forma similar pero capaces de emplear taacutecticas de catafractii o de clibanarii seguacuten lo requirieran las cir-cunstancias24

Este planteamiento ha sido recogido recientemente por Meneacutendez Arguumliacuten quien tambieacuten aboga por una diferenciacioacuten eminentemente taacutectica entre ambas especialidades de caballeriacutea La propuesta de Arguumliacuten sin embar-go precisa de un modo diferente (pero no excluyente) las particularidades taacutecticas que separan a catafractii de clibanarii los primeros combatiriacutean en formaciones cerradas praacutecticamente en columna mientras que los segundos peleariacutean en formacioacuten aproximada a la de cuntildea apoyados por arqueros a ca-ballo Esta propuesta como ya hemos sentildealado no contradice los presupues-tos lanzados por Mielczarek sino que maacutes bien retoma y completa sus enfo-ques El principal intereacutes de la teoriacutea de Meneacutendez Arguumliacuten radica en que lle-ga a la conclusioacuten clara de que el mismo tipo de jinete podiacutea ser indistinta-mente un catafractus o un clibanarius y que ambas denominaciones no dis-tinguiacutean sino dos taacutecticas y usos concretos de lo que en esencia era el mismo tipo de especialidad militar25

En efecto anteriormente hemos visto que la terminologiacutea parece ha-blar de una semejanza bastante acentuada en el equipamiento ambos tipos de soldado portariacutean pesadas armaduras ellos y sus caballos Las diferencias sensibles entre ambos resultariacutean en realidad miacutenimas Sabemos que los le-

24 MIELCZAREK 1993 pp 43-50 25 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 p 320

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gionarios romanos podiacutean variar su equipamiento (al menos en eacutepoca alto-imperial) seguacuten las circunstancias o las taacutecticas empleadas iquestQueacute impediriacutea por tanto a un catafracto actuar como un clibanario y viceversa seguacuten las necesidades Recordemos por otra parte que auacuten no tenemos atestiguada la existencia de clibanarii (seguacuten nuestras fuentes) en el ejeacutercito romano antes del s IV dC Que soacutelo conozcamos la existencia de catafractos implica que estos se emplearon necesariamente tan soacutelo como arma anti-infanteriacutea En realidad un catafractario necesitaba poco maacutes que el entrenamiento adecuado (en base a los planteamientos de Mielczarek y Meneacutendez Arguumliacuten) para poder actuar como lo que posteriormente seriacutea su homoacutelogo clibanario Quizaacutes la tardiacutea aparicioacuten del clibanarius en el ejeacutercito romano deriva maacutes del uso in-distinto del catafractus contra infanteriacutea y caballeriacutea durante bastante tiempo el clibanarius seriacutea por tanto un desarrollo y una especializacioacuten posterior dentro de una misma rama del ejeacutercito ya de por siacute claramente definida La distincioacuten en base a las taacutecticas propuesta por Mielczarek y enfatizada por Meneacutendez Arguumliacuten resulta la maacutes flexible y la que aporta respuestas maacutes sa-tisfactorias a las preguntas que la caballeriacutea pesada acorazada del mundo an-tiguo (en general) nos plantea Seguacuten Mielczarek el catafracto emerge como una respuesta del arma de caballeriacutea oriental a la falange macedoacutenica26 El clibanario surge posteriormente (ya en el s III dC) de nuevo en contextos orientales y lo hace ya como un homoacutelogo del catafracto especialista en ba-tir a otra caballeriacutea recibiendo apoyo incluso de unidades de jinetes maacutes li-geros especialmente arqueros a caballo27

El desarrollo que podemos plantear a partir de esta teoriacutea resulta loacute-gico el clibanario surge como tal desde el momento en que el catafractario se ve obligado a enfrentarse a otra caballeriacutea o a otros catafractarios con de-masiada frecuencia Probablemente no sea ninguna casualidad que el cliba-nario haga su aparicioacuten a mediados del s III dC en un contexto en el que la principal superpotencia oriental el Iraacuten parto y sasaacutenida se enfrenta frecuen-temente a enemigos que empleaban sus mismas taacutecticas y unidades especia-lizadas (como los saacutermatas o los alanos) o que las han adoptado y empleado contra ellos a su vez igualmente como es el caso claro del Imperio romano y sus alae catafractae

26 MIELCZAREK 1993 pp 43 y 46-48 27 MIELCZAREK 1993 pp 48-50

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ANTECEDENTES Y MODELOS POTENCIALES DE LA CABALLERIacuteA PESADA RO-MANA PARTOS Y SAacuteRMATAS

En el Imperio parto La presencia de catafractos en el ejeacutercito parto estaacute atestiguada desde

el s I aC a partir de los encuentros de Tigranocerta (69 aC) y Carras (53 a C) Este tipo de caballeriacutea entre los partos estaba compuesta por las princi-pales eacutelites de su sociedad dado no soacutelo el coste del equipamiento y su man-tenimiento sino la necesidad de un constante entrenamiento para lograr una aceptable destreza en su uso individual y en el conjunto de una unidad mili-tar28 En este sentido los catafractos formaban un cuerpo minoritario dentro del ejeacutercito si bien constituiacutean probablemente una de las piezas dorsales de su ejeacutercito dadas las taacutecticas empleadas por su ejeacutercito a lo largo de la histo-ria de sus encuentros con Roma

El equipamiento del catafractario parto sin embargo probablemente no estaba estandarizado Al depender de la capacidad adquisitiva de cada in-dividuo las variaciones estariacutean a la orden del diacutea (entre unidades y entre los componentes de las mismas) y probablemente soacutelo unidades selectas como los guardias de corps de los soberanos estariacutean debidamente uniformadas en cuanto a equipo29 Para reconstruir el equipamiento de un catafracto parto disponemos de diversas fuentes principales especialmente los testimonios li-terarios romanos asiacute como diversos testimonios graacuteficos Entre las fuentes literarias destaca Plutarco quien en su biografiacutea de Luacuteculo menciona que la caballeriacutea pesada parta portaba pesadas armaduras ellos y sus monturas hasta el punto de obligar a los legionarios romanos a buscar puntos desprote-gidos y deacutebiles para atacarles30 En su descripcioacuten de la batalla de Carras el mismo Plutarco nos da algunos detalles maacutes sobre los catafractos partos mencionando que portaban cascos y corazas de hierro y que sus monturas iban protegidas con jaeces de bronce o acero31 Las representaciones graacuteficas de catafractos partos son variadas destacando entre ellas el relieve de Firu-zabad y los de Naqsh-i-Rustam donde se representa un violento enfrenta-miento entre catafractos partos y sasaacutenidas asiacute como el ya citado grafito de Dura-Europos donde la adscripcioacuten del jinete representado auacuten sigue en duda

28 MIELCZAREK 1993 p 56 29 WILCOX 2001 p 10 30 PLUTARCO Luacuteculo XXVIII 4 31 PLUTARCO Craso XXIV 1

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A partir de eacutestas y otras fuentes se ha podido reconstruir una imagen general del catafracto parto y su equipamiento para los ss I-III dC Respecto al equipamiento defensivo el jinete portariacutea un yelmo de bronce o hierro y protegeriacutea su torso con una coraza que podriacutea oscilar desde una simple cota de mallas de mayor o menor extensioacuten pasando por una cota de escamas (un tipo de proteccioacuten muy extendida en Oriente y las estepas euro-asiaacuteticas) o incluso una coraza de laacuteminas Las corazas de tipo griego o thoacuterax atesti-guadas en el equipo de la caballeriacutea pesada seleuacutecida y escita no parece ser sin embargo una pieza favorita en el equipo de los jinetes partos ni de otros pueblos esteparios como los saacutermatas Probablemente este factor sea debido a la enorme rigidez de este tipo de protecciones lo que negariacutea al jinete la coacutemoda movilidad necesaria tiacutepica de la tradicioacuten militar de estos pueblos al contrario que la cota de escamas32

Esta proteccioacuten baacutesica podiacutea completarse con otras para el cuello pro-bablemente en cota de malla o escamas y para brazos y piernas de los jinetes maacutes pesadamente armados Estas protecciones para las extremidades podiacutean estar realizadas en cota de mallas en la mayor parte de los casos asiacute como en laacuteminas de cuero o metal (bronce o hierro) posiblemente imbricadas en un modo muy semejante a la manica romana de los ss II-III dC Para proteger las manos propiamente dichas el jinete podriacutea proveerse ademaacutes de unos guanteletes que en la mayor parte de los casos seriacutean de cuero o cota de mallas pues otro tipo de proteccioacuten impediriacutea sin maacutes mover las manos con seguridad En ninguno de los testimonios disponibles acerca de la caballeriacutea pesada parta se menciona el uso de escudos y en concreto Casio Dioacuten hace un eacutenfasis particular en el hecho de que los partos no los utilizaban33 Por uacuteltimo un catafracto parto podiacutea completar su panoplia con una maacutescara que protegeriacutea el rostro la uacutenica parte de su cuerpo que llegados a este punto quedariacutea descubierto No debemos olvidar este factor pues seraacute objeto de debate al respecto de los catafractii romanos maacutes adelante Un catafracto parto podiacutea y soliacutea protegerse no soacutelo a siacute mismo sino tambieacuten a su montura

Las protecciones maacutes simples para los caballos eran meras gualdrapas de cuero curtido Las maacutes complejas y pesadas podiacutean constituir proteccio-nes completas que cubririacutean principalmente la cabeza la cerviz la pechera el lomo y los flancos estando constituidas por escamas de bronce o hierro principalmente Igualmente se podiacutea equipar al caballo con una armadura maacutes ligera o ldquomedia armadurardquo que protegeriacutea tan soacutelo la cabeza cerviz y pechera las partes maacutes vulnerables del animal en el momento del choque con una formacioacuten enemiga Respecto al equipamiento ofensivo el arma

32 MIELCZAREK 1993 pp 57-58 LEBEDYNSKY 2002 pp 168-169 33 CASIO DIOacuteN Historia Romana XXXX152

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estrella era la lanza larga de acometida o contus No estaacute claro que un cata-fracto parto portara un arma complementaria a parte del contus pero parece loacutegico que asiacute lo hiciera pudiendo tratarse en este caso de espadas (funda-mentalmente de hoja larga) hachas o incluso mazas (armas perfectas para reventar protecciones metaacutelicas ajenas)34

Seguacuten puede concluirse a partir del testimonio que Plutarco aporta de la batalla de Carras los catafractos partos actuaban en coordinacioacuten con los mucho maacutes numerosos arqueros a caballo de su ejeacutercito los arqueros trata-riacutean de debilitar la formacioacuten enemiga lanzando sucesivos ataques a distan-cia llegado el momento oportuno los catafractos cargariacutean en formacioacuten cerrada replegaacutendose y cesando su fuego los arqueros en ese preciso ins-tante (para evitar el riesgo del ldquofuego amigordquo) empuntildeando sus conti a dos manos sobre el flanco derecho del caballo y en paralelo al costado de eacuteste para arroyar a la formacioacuten enemiga principalmente infanteriacutea pesada Si se-guimos las tesis de M Mielczarek estos mismos catafractos estariacutean prepa-rados para actuar como clibanarios tal y como vemos en los relieves de Naqsh-i-Rustam embistiendo contra otra caballeriacutea empleando sus conti cru-zados tras la cerviz de su montura hacia el lateral izquierdo del caballo y re-cibiendo un apoyo constante de la caballeriacutea ligera en esta accioacuten La prin-cipal debilidad de este tipo de caballeriacutea radicariacutea en la falta de apoyo de otras armas (como los citados arqueros a caballo) y sobre todo que su for-macioacuten fuera dispersada dado que un catafracto aislado constituiacutea un blanco faacutecil a descabalgar y una vez en el suelo su escasa movilidad los convertiacutea en viacutectimas de las iras de la infanteriacutea enemiga35

Entre los saacutermatas Los saacutermatas al igual que los escitas son uno de los grandes grupos

de pueblos noacutemadas indoeuropeos de lengua irania que durante la Antiguumle-dad poblaron las estepas que se extienden desde las orillas del Bajo Danubio y las faldas de los Caacuterpatos a traveacutes de Ucrania y Rusia meridional hasta el Caacuteucaso y los montes Urales Hacia el s I dC dos ldquotribusrdquo saacutermatas arriba-ron junto al limes danubiano del Imperio romano o a sus proximidades los saacutermatas yaacutezigos y roxolanos

Hasta ese momento preciso las taacutecticas y el armamento saacutermata estu-vieron caracterizados por seguir la norma tiacutepica de los ejeacutercitos de jinetes de

34 EADIE 1967 p 164 MIELCZAREK 1993 pp 57-63 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-91 GOLDSWORTHY 1998 pp 66-67 WILCOX 2001 pp 9-10

35 PLUTARCO Craso XIX-XXV Luacuteculo XXXVIII EADIE 1967 p 164 MIELCZAREK 1993 p 50 GOLDSWORTHY 1998 pp 66-67 WILCOX 2001 p 9

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la estepa seguacuten nos describe Estraboacuten se trataba fundamentalmente de fuerzas de arqueros a caballo y caballeriacutea ligera soacutelo espontaacuteneamente apo-yada por jinetes que podriacutea decirse conformaban alguacuten tipo de caballeriacutea ldquopesadardquo36 Sin embargo a mediados del s I dC la imagen que nos trans-mite Taacutecito en sus Annales e Historias resulta ya bien distinta en primer lu-gar relata un encuentro entre saacutermatas y partos donde los primeros rehuacutesan entablar un intercambio de proyectiles a caballo con los segundos optando por lanzarse a la carga contra los partos empuntildeando conti y espadas de hoja larga imponieacutendose de este modo a sus adversarios37 en segundo lugar des-cribe la presencia entre los ejeacutercitos saacutermatas de caballeriacutea de choque una eacutelite que considera conformada por los aristoacutecratas equipados con armadu-ras tan pesadas que en caso de ser derribados no podriacutean levantarse38 Si atendemos a fuentes iconograacuteficas tales como el vaso de Kossika (Rusia) o los frescos de la tumba descubierta en Panticapea (actual Kertch en Ucrania) datada no maacutes tarde del s II dC las imaacutegenes que estas nos transmiten son claramente la de jinetes bien protegidos y armados con un contus que empuntildean a dos manos es decir contarios a todos los efectos Pero iquestpodriacutean ser tambieacuten catafractos En ninguacuten momento nuestras fuentes escritas pro-nuncian este teacutermino al referirse a la caballeriacutea pesada saacutermata que nos des-criben

En cualquier caso hacia el s I dC los saacutermatas habiacutean desarrollado una caballeriacutea de choque maacutes o menos pesada eficiente y realmente peligro-sa para cualquier unidad de infanteriacutea o de caballeriacutea ligera Estos jinetes iriacutean equipados como miacutenimo con el ya caracteriacutestico contus sarmaticus asiacute como con una espada de hoja larga y estrecha (como la encontrada en la tumba 3 del kurgaacuten 80 en Novyiuml a orillas del riacuteo Don en Rusia) Tal y como describe Taacutecito el contario o κοντοφόρος podriacutea ir tambieacuten protegido con una coraza de escamas de cuero o de hierro el tipo de proteccioacuten maacutes corriente encontrado arqueoloacutegicamente asiacute como entre las fuentes icono-graacuteficas que representan a saacutermatas o su armamento (en el caso de la Colum-na Trajana en sus escenas 28 y 34 muestra una serie de jinetes totalmente cubiertos por armaduras de escamas ellos y sus monturas si bien eacutestas estaacuten representadas perfectamente adaptadas al cuerpo de jinetes y caballos de un modo bastante irreal En su podio no obstante la columna representa tam-bieacuten armaduras de escamas esta vez realistas) En el mismo vaso de Kossika el jinete que permanece montado sobre su caballo derribando contus en ma-no a un arquero viste una cota de escamas que se deja entrever bajo un

36 ESTRABOacuteN Geografiacutea VII 3 17 37 TAacuteCITO Annales VI 35 38 TAacuteCITO Historias I 79 2-4

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caftaacuten Otros tipos de proteccioacuten menos frecuentes fueron probablemente tambieacuten las cotas de placas o laacuteminas que se tornariacutean maacutes comunes en las estepas desde la Tardoantiguumledad y la Alta Edad Media Por otra parte hallazgos arqueoloacutegicos como los realizados en Vozdvizhenskaya Stanitsa han llevado a plantear diversas hipoacutetesis de reconstruccioacuten de posibles arma-duras compuestas saacutermatas es decir creadas con distintos tipos de pro-tecciones principalmente escamas y malla combinadas Un yelmo coacutenico compuesto y dotado de carrilleras completariacutea la proteccioacuten del jinete pu-dieacutendose observar varios tanto en las escenas como en el podio de la Colum-na Trajana Como ya hemos sentildealado anteriormente la particular naturaleza del estilo de combate del contario le impediriacutea portar un escudo o hacer un uso realmente uacutetil de eacutel Taacutecito especifica que los saacutermatas que penetraron en Mesia en 69 dC no haciacutean uso de escudos39 y tampoco los vemos represen-tados en ninguna de nuestras fuentes iconograacuteficas donde aparecen contarios saacutermatas40

La posible proteccioacuten portada por los caballos de estos jinetes por otra parte ha sido y es el principal punto de debate Mielczarek considera que la mayor parte de las monturas no se encontrariacutean protegidas de ninguna forma especial a excepcioacuten de aquellas que formariacutean parte de la vanguardia y liacutenea de choque de la formacioacuten y que en cualquier caso se tratariacutea de una proteccioacuten disentildeada principalmente para proteger al caballo ante un combate contra otros jinetes maacutes que contra formaciones de infanteriacutea (al contrario que los partos maacutes preocupados de batir a la infanteriacutea romana mientras que los saacutermatas se enfrentariacutean maacutes frecuentemente a otros pueblos de jinetes o entre siacute mismos seguacuten el autor)41 A E Negin por su parte no niega la po-sibilidad de que las monturas de los jinetes saacutermatas maacutes pesadamente equi-pados fueran protegidas pero en cualquier caso considera que dicha pro-teccioacuten variariacutea en extensioacuten enormemente de un jinete a otro y estariacutea prin-cipalmente restringida a los mandos42 I Lebedynsky especialista en cultu-ras esteparias de la Antiguumledad considera posible que parte de las monturas de la caballeriacutea saacutermata portaran alguacuten tipo de proteccioacuten para lo que argu-menta que las representaciones de jinetes y monturas acorazados de la Co-lumna Trajana aunque ejecutadas en un modo bastante fantasioso no deja de ser sino la traduccioacuten artiacutestica de una realidad militar Igualmente cita la estela funeraria de Athenios en Panticapea donde aparece un jinete empu-

39 TAacuteCITO Historias I 79 4 40 EADIE 1967 p 165 MIELCZAREK 1993 pp 99-100 NEGIN 1998 pp 67-74

LEBEDYNSKY 2002 pp 164-171 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002 pp 23-34 41 MIELCZAREK 1993 pp 101-102 42 NEGIN 1998 p 74

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ntildeando una lanza y montado sobre un caballo que parece mostrar sobre su lo-mo las trazas de una proteccioacuten de escamas o laacuteminas43 R Brzezinski junto a Mielczarek por su parte llegan a conclusiones similares44 Particularmente consideramos que probablemente el uso de protecciones amplias para los ca-ballos no fuera tan sistemaacutetico como podiacutea observarse entre los catafracta-rios partos sino maacutes restringidas en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete y su papel taacutectico concreto en el campo de batalla En este sentido la no utilizacioacuten del teacutermino catafractus katavfrakto por parte de las fuen-tes latinas o griegas en referencia a la caballeriacutea pesada de choque saacutermata podriacutea responder a esta circunstancia en comparacioacuten con la caballeriacutea pesa-da parta

CONTARII Y CATAFRACTII EN EL EJEacuteRCITO ROMANO EQUIPAMIENTO ORGANI-ZACIOacuteN TAacuteCTICAS Y ORIacuteGENES

A continuacioacuten abordaremos en detalle el equipamiento militar la or-

ganizacioacuten de las unidades y las taacutecticas empleadas por estas unidades espe-cializadas y peculiares atestiguadas por primera vez en el ejeacutercito romano en eacutepoca Flavia y sobre todo de Trajano y Adriano en base a las fuentes dis-ponibles Una vez definidos estos puntos trataremos de considerar cuaacutel fue la corriente de influencia y los motivos que llevaron a la creacioacuten de unida-des de caballeriacutea de esta naturaleza en mitad de una tradicioacuten militar estre-chamente vinculada a la infanteriacutea pesada

Respecto del equipamiento de los contarii y catafractii del ejeacutercito romano (asiacute como de los ejeacutercitos saacutermata y parto) sucede como con cual-quier otra unidad militar de reciente creacioacuten o naturaleza extrantildea en cual-quier periodo histoacuterico son sus elementos maacutes innovadores o peculiares los que llaman la atencioacuten del observador (sea eacuteste directo o indirecto) que-dando los elementos comunes o sobradamente conocidos en un segundo pla-no o simplemente obviados45 La organizacioacuten de estas unidades por otra

43 LEBEDYNSKY 2002 pp 171-172 44 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002 p 37 45 MIELCZAREK 2002 pp 90-93 este autor dispone como ejemplo comparativo la ima-

gen que los huacutesares alados polacos unidad militar de caballeriacutea pesada (por contra a su deno-minacioacuten de huacutesares) empleada por la Confederacioacuten polaco-lituana durante los ss XVI-XVIII causaba entre sus contemporaacuteneos extranjeros los cuales destacaban antes los ele-mentos ldquoexoacuteticosrdquo y llamativos de esta unidad (las alas a la espalda los pendones de las lar-gas lanzas o las pieles vestidas sobre las armaduras y uniformes por sus aristocraacuteticos miem-bros) que los elementos realmente cruciales como las lanzas de choque las poderosas pro-tecciones metaacutelicas y su empleo taacutectico en la batalla con devastadores resultados Otro tanto

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parte dada su denominacioacuten de alae responde claramente a los modelos altoimperiales de organizacioacuten de la caballeriacutea sin que pueda detectarse en principio ninguna particularidad extraordinaria causada por la naturaleza es-pecial (o simplemente novedosa) de estas unidades Las taacutecticas son el punto decisivo en base a que suponen la puesta en praacutectica y uso del equipamiento y la organizacioacuten previa de la unidad y lo que determinaraacute en mayor medida el eacutexito de su empleo en la batalla objetivo fundamental de cualquier unidad militar por simple que eacutesta sea Finalmente nuestro intereacutes en determinar los oriacutegenes e influencias de este tipo de unidades del ejeacutercito romano deviene de una razoacuten sencilla el ejeacutercito romano estuvo en contacto durante qui-nientos antildeos con tradiciones militares que emplearon la caballeriacutea de forma masiva y especializada o que hicieron simplemente un uso maacutes o menos sis-temaacutetico de la caballeriacutea pesada de choque o catafracta sin que ello motivara la creacioacuten de unidades semejantes dentro de las armas romanas iquestPor queacute razoacuten entonces eacutestas surgen repentinamente hacia finales del s I dC y muy especialmente bajo los reinados de Trajano y Adriano sin abandonar ya la tradicioacuten militar romana hasta convertirse en una de las espinas dorsales de los ejeacutercitos del Bajo Imperio y sobre todo del posterior Imperio Bizantino

El lector habraacute notado que en el tiacutetulo de este apartado no hemos he-cho mencioacuten los clibanarii Dada la inexistencia de este teacutermino en las fuen-tes que tratan esta clase de unidades en el periodo que abordamos (hasta el punto que no hace su aparicioacuten hasta el s IV dC)46 consideramos innece-saria cualquier disquisicioacuten ulterior en base a una especialidad militar que no habiacutea emergido como tal para el periodo que estudiamos No obstante no debemos olvidar que en base a las hipoacutetesis barajadas y a la propuesta que aquiacute hemos presentado apoyaacutendonos en ellas las diferencias entre catafractii y clibanarii devienen maacutes de un empleo taacutectico antes que de diferencias sen-sibles en equipamiento u organizacioacuten en este sentido por tanto el papel taacutectico del clibanarius podriacutea haber sido desempentildeado por el catafractus en el periodo que nos ocupa

Las alae I Canninefatum y I Vlpia Contariorum milliaria El elemento maacutes caracteriacutestico de un contarius es el arma que le da

nombre el contus sarmaticus Nuestras fuentes no nos aportan mayores de-talles acerca del equipamiento militar de esta clase de unidades La estela de parece suceder con las fuentes claacutesicas que abordan a contarios catafractos y clibanarios de cualquier ldquonacionalidadrdquo soacutelo se resentildean los elementos llamativos o extrantildeos de su equipo

46 MIELCZAREK 1993 p 76

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Aduitor jinete del ala I Canninefatum ya mencionada maacutes arriba nos aporta la imagen de un jinete equipado tan soacutelo con un contus sin llevar maacutes pro-teccioacuten que sus ropas militares Sin embargo no es la primera vez que un militar romano se hace representar en su estela funeraria portando simple-mente sus armas maacutes caracteriacutesticas vistiendo tan soacutelo lo que podriacuteamos de-nominar como su ldquouniformerdquo Asiacute pues iquestno podriacutea estar actuando Aduitor en el mismo sentido

El contus sarmaticus es un arma de choque destinada a ser empuntildeada a dos manos por un jinete que emplearaacute la fuerza de sus brazos y de la em-bestida de su caballo conjuntamente para arremeter contra un objetivo pe-destre o ecuestre con la finalidad de abatirlo o derribarlo La superior longitud del contus por otra parte confiere al jinete una importante ventaja desde el momento en que a la carga posee la oportunidad de golpear prime-ro al enemigo con toda la brutal fuerza que un jinete a la carga puede desple-gar en ese preciso instante Sin embargo una vez ha sucedido el choque y se acortan las distancias entre el contarius y sus enemigos el jinete se encuen-tra en una situacioacuten de creciente vulnerabilidad si no recibe apoyo de liacuteneas sucesivas de otros jinetes o queda maacutes o menos aislado puede ser flanquea-do y faacutecilmente atacado por la infanteriacutea u otros jinetes47 La principal fuerza de una unidad de contarios radica por tanto en su capacidad para actuar en grupo y en perfecta coordinacioacuten asiacute como en saber explotar la ventaja fiacutesica y psicoloacutegica del primer impacto para barrer y desfondar a la formacioacuten ene-miga del tipo que sea Sin embargo esto no siempre puede suceder (ni se dan las condiciones apropiadas para conseguirlo en el campo de batalla) Ante semejante eventualidad inherente a una unidad de contarii sus componentes debiacutean de estar seguramente preparados La proteccioacuten corporal y un o unas armas secundarias formaban probablemente parte del equipo de Aduitor y de otros jinetes como eacutel

En cuanto al equipamiento ofensivo el arma maacutes comuacuten al lado de una lanza de acometida es una espada especialmente una de hoja larga la maacutes adecuada para su uso desde la silla de montar Este tipo de armas estaacute arqueoloacutegicamente atestiguada entre otros especialistas en el uso del contus los saacutermatas En la panoplia romana del s II dC las espadas largas no eran desconocidas en absoluto la caballeriacutea empleaba masivamente la spatha una espada de hoja recta que podiacutea oscilar entre los 65 y los 90 cm de lon-gitud y entre los 4 y 8 cm de anchura que en el s II dC era portada ya so-bre el costado izquierdo48 Otro tipo de espadas empleadas por la caballeriacutea romana en eacutepoca Antonina y Severa fueron las espadas de pomo en forma de

47 GOLDSWORTHY 1998 p 241 48 DIXON SOUTHERN 1997 pp 48-49 FIELDS 2006 p 16

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anillo cuyo origen se encuentra entre las espadas del mismo tipo saacutermatas y del Reino del Boacutesforo49 Una daga el pugio romano aunque pueda parecer un arma mucho maacutes uacutetil para un soldado de infanteriacutea que para un jinete es especialmente adecuada para los combates maacutes encarnizadamente cercanos tales como los brutales forcejeos hombre a hombre que tras un encontronazo de caballeriacutea podiacutean darse Igualmente un jinete descabalgado encontrariacutea mucho maacutes adecuado un pugio a la hora de enfrentarse a la infanteriacutea ene-miga que su larga espada maacutes conveniente para el combate desde la silla de montar50 Si tenemos en cuenta que en determinadas circunstancias un conta-rius era particularmente vulnerable a los ataques (y a ser consecuentemente derribado) un pugio seriacutea un buen complemento a su panoplia

Respecto al equipo defensivo debemos descartar desde un principio (auacuten a riesgo de resultar redundantes) el uso de escudos dada la imposibi-lidad de emplearlos adecuadamente empuntildeando al mismo tiempo un contus cuyo uso ademaacutes se veriacutea gravemente estorbado En este sentido la pro-teccioacuten corporal se convertiriacutea en un imperativo maacutexime teniendo en cuenta las debilidades inherentes a un contarius en combate ya mencionadas Di-versos tipos de casco o galea estaban a la disposicioacuten del jinete romano Los cascos de caballeriacutea evolucionaron de un modo diferente a los de la infan-teriacutea desde eacutepoca de Augusto al fin y al cabo las necesidades de proteccioacuten y movilidad de un jinete y un infante eran distintas Hacia finales del s I dC los modelos preexistentes como el casco tipo Weiler empezaron a ser refor-zados en su parte frontal (un lugar propenso a recibir contundentes sablazos durante el choque entre dos formaciones de caballeriacutea) desembocando en nuevos modelos durante el s II dC tales como el Russell Robinson tipo B uno de cuyos principales ejemplos fue encontrado en Ely Cambridgeshire Entre sus principales caracteriacutesticas estaacute la ampliacioacuten de las carrilleras que envuelven buena parte de la cara asiacute como los oiacutedos dejando soacutelo al descu-bierto nariz ojos y boca Su refuerzo frontal es pronunciado y el cubrenuca se ampliacutea ligeramente Sin embargo los cubrenucas de los cascos de ca-balleriacutea nunca alcanzaraacuten extensiones superiores en caso de ser derribado un jinete con un casco de cubrenuca muy extenso (como en los cascos de in-fanteriacutea del s II dC) podiacutea partirse el cuello faacutecilmente En este sentido avanzado el s II dC los cubrenucas se atrofian de nuevo mientras que las carrilleras se ampliacutean auacuten maacutes asiacute como los refuerzos del yelmo En este sentido los mejores ejemplos son el casco de Kalkar-Houmlnnepel (s II dC) y especialmente el tipo Friedberg el Heddernheim y el Russell Robinson tipo

49 BISHOP COULSTON1993 pp111-112 LEBEDYNSKY 2002 pp 101-103 p 167 y p 240 DIXON STEPHENSON 2003 pp 75-78

50 DIXON STEPHENSON 2003 pp 90-92

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E datados ya a comienzos del s III dC Estos cascos se caracterizan por en-volver casi completamente la cara salvo una breve ldquotrdquo que deja al descu-bierto ojos nariz y parte de la boca Las carrilleras cubren toda la cara y los oiacutedos asiacute como buena parte del cuello en unioacuten al cubrenuca Una extensa visera se extiende desde el frontal reforzado del casco sirviendo para desviar auacuten mejor los golpes frontales El yelmo presenta refuerzos transversales que se cruzan en su parte superior y se extienden hasta los liacutemites del cubrenuca En su conjunto estos disentildeos de cascos proporcionan una buena proteccioacuten contra golpes realizados desde cualquier direccioacuten especialmente frontales laterales y sobre la parte superior de la cabeza dejando vulnerable soacutelo la parte estrictamente necesaria del rostro51 No trataremos aquiacute todaviacutea los cas-cos destinados en principio a la Hippikaacute Gymnasia pues su particular natu-raleza y en especial la utilidad protectora del rostro de sus maacutescaras seraacute ob-jeto de debate en torno al equipamiento de los catafractii

La proteccioacuten corporal resultariacutea igualmente esencial para un conta-rius sobre todo porque en posicioacuten de carga y sin escudo resultariacutea muy vul-nerable a cualquier contraataque que pudiera atravesar la formacioacuten de ca-balleriacutea erizada de lanzas En general las protecciones no deberiacutean resultar muy diferentes a las de cualquier otro equite medianamente pesado de la ca-balleriacutea romana La proteccioacuten maacutes sencilla y frecuente seriacutea la lorica hama-ta o cota de mallas de mangas cortas hombros reforzados con una doble ca-pa de mallas y faldelliacuten extenso hasta medio muslo A finales del s II dC la caballeriacutea empezariacutea a llevar loricae hamatae de mayor longitud llegando a rebasar codos y rodillas En cuanto a las loricae squamatae durante los ss I-II dC soliacutean ser de unas dimensiones semejantes a las hamatae de man-gas y faldelliacuten cortos (cuando no sin mangas) con dos placas pectorales de metal como complemento y una franja de pteryges sobre los muslos Con la entrada del s III dC la lorica squamata cambia y tiende a hacerse maacutes lar-ga En el s II dC se incorpora una innovacioacuten las escamas semi-riacutegidas maacutes amplias y cosidas unas junto a otras sobre una pieza de cuero de tal for-ma que conformaban una proteccioacuten riacutegida y maacutes soacutelida como el ejemplo de Waffenmagazin en Carnunto datado probablemente de eacutepoca pre-Antonina o Antonina temprana Las armaduras de laacuteminas elaboradas a partir de esca-mas de metal rectangulares y alargadas son raras en el mundo romano du-rante esta fase aunque existe alguacuten ejemplo aislado como el hallazgo de un fragmento datado en el s III dC en Čatalka52 Otros elementos podiacutean com-

51 BISHOP COULSTON 1993 pp 93-96 y 117-119 FREUGEgraveRE 1994 pp 104-121 DIXON

SOUTHERN 1997 pp 35-36 DIXON STEPHENSON 2003 pp 17-20 FIELDS 2006 pp 12-13 52 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-92 y 116-117 DIXON SOUTHERN 1997 pp 36-43

DIXON STEPHENSON 2003 pp 43-48 FIELDS 2006 pp 13-14

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pletar la proteccioacuten del contarius como la de cualquier otro equite especial-mente grebas de diverso tipo especialmente uacutetiles para proteger las vulnera-bles piernas del jinete53

Completariacutea el equipamiento de un contarius su montura asiacute como la silla y los arreos necesarios para controlarla y poder actuar en conjuncioacuten con ella En particular la silla compondriacutea un elemento clave del equipo de una caballeriacutea especializada en taacutecticas de choque ante la carencia de estri-bos sin una silla de montar adecuada un contarius podriacutea salir simplemente disparado por la grupa de su caballo a causa de la fuerza del impacto En este sentido las tentativas de reconstruccioacuten de las sillas de montar realizadas por Junkelmann y P Connolly han resultado de extremada utilidad para conocer hasta queacute punto la silla de montar romana conocida como ldquosilla de cuatro cuernosrdquo podiacutea suplir la carencia del estribo y permitir a un jinete realizar toda clase de maniobras a lomos de su caballo sin correr excesivo riesgo de caer desmontado Especialmente satisfactorios han sido en este sentido las experiencias realizadas por Connolly con su propuesta de silla de estructura riacutegida interna de madera respaldados sus resultados por otros autores como K Dixon o P Southern Aunque no es materia esencial de nuestro estudio el debate en torno a la particular naturaleza de las sillas de montar romanas sentildealaremos que estos autores (a cuya opinioacuten nos adscribimos) consideran que una silla de montar de entramado riacutegido interno responderiacutea mucho me-jor a las necesidades de un jinete carente de estribos que una sin dicho entra-mado Desde nuestro particular punto de vista consideramos que las necesi-dades de un jinete especializado en taacutecticas de choque acentuariacutean enorme-mente la necesidad de una silla con un buen entramado riacutegido capaz de absorber la fuerza del impacto y mantener al jinete soacutelidamente afincado so-bre el lomo de su montura sin riesgo de caer Igualmente la solidez del en-tramado y su capacidad para transferir el peso del jinete de la columna verte-bral del animal hacia sus flancos (con el consecuente beneficio para la salud del caballo) permitiriacutea transmitir la fuerza de la embestida de la montura ha-cia el propio jinete y su arma (en este caso el contus) concentrando la fuerza del impacto en el afilado extremo de eacutesta y maximizando de este modo la eficiencia de la carga54 Posiblemente las unidades de caballeriacutea maacutes pesadas (como los catafractii) emplearon sillas de montar cuyo entramado estariacutea maacutes desarrollado y hasta reforzado con elementos metaacutelicos55

53 DIXON STEPHENSON 2003 p 61 54 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 BISHOP COULSTON 1993 pp 105-108

MIELCZAREK 1993 pp 81-82 DIXON SOUTHERN 1997 pp 70-74 DIXON STEPHENSON 2003 pp 107-110 FIELDS 2006 pp 17-18

55 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 pp 44-45

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La posible proteccioacuten portada por la montura de un contarius proba-blemente no diferiacutea de la portada por las monturas de las unidades de ca-balleriacutea media del ejeacutercito romano especialmente si tenemos en cuenta que como tendremos oportunidad de analizar no estaacute ni tan siquiera claro que los caballos de los catafractii romanos portaran protecciones fuera de lo comuacuten respecto de otras unidades de caballeriacutea Por tanto el elemento de proteccioacuten maacutes pesado portado por el caballo de un contarius seriacutea un chamfron una proteccioacuten para la cabeza y ojos del animal que podiacutea ser tanto de cuero co-mo metaacutelica Se han encontrado diversos ejemplares de este tipo de protec-ciones los maacutes exuberantemente decorados considerados (en principio) como restringidos a su uso durante la Hippikaacute Gymnasia56 El principal papel de estas protecciones parece enfatizar la proteccioacuten de los ojos del caballo en tanto en cuanto se conocen ejemplos de chamfrons romanos que tan soacutelo protegen esta vulnerable parte de la cabeza del animal como los hallados en Mainz Alemania57

El armamento caracteriacutestico del contarius especialmente el contus se asemeja enormemente al equipamiento del jinete pesado saacutermata el cual en la mayor parte de los casos no era sino un jinete maacutes o menos bien protegido (en algunos casos pesadamente protegido) a lomos de un caballo que en la mayor parte de los casos no llevariacutea una proteccioacuten destacada La principal fuerza del jinete saacutermata radicariacutea en el uso del llamado contus sarmaticus Que los primeros testimonios de la existencia de contarii entre las filas de la caballeriacutea romana no date antes del 60 dC resulta igualmente significativo el encuentro del ejeacutercito romano con la caballeriacutea pesada de los saacutermatas roxolanos o yaacutecigos se produce precisamente en esas fechas No existen evi-dencias de un ldquoteacutermino mediordquo similar al contarius romano entre el arquero a caballo y el catafractoclibanario parto o sasaacutenida Los contrastes entre el jinete pesado saacutermata y el parto son evidentes no soacutelo en equipo militar sino en taacutecticas todo lo contrario sucede entre el jinete pesado saacutermata y el contarius romano en particular Resulta loacutegico por tanto pensar que el mo-delo en taacutecticas y equipamiento del contarius romano se encuentra entre los contarios de la caballeriacutea pesada saacutermata58

56 BISHOP COULSTON 1993 pp 105-108 DIXON SOUTHERN 1997 p 67 DIXON

STEPHENSON 2003 pp 111-112 FIELDS 2006 57 DIXON STEPHENSON 2003 p 112 58 EADIE 1967 pp 165-167 MIELCZAREK 1993 pp 99-102 NEGIN 1998 LEBEDYNSKY

2002 p 236

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El ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta A diferencia de lo que sucede con los contarii no disponemos de des-

cripciones pormenorizadas o representaciones graacuteficas expliacutecitas de cata-fractii del ejeacutercito romano59 Tan soacutelo el grafito de un catafracto hallado en Dura-Europos aporta alguacuten tipo de informacioacuten expliacutecita para reconstruir la posible imagen de lo que seriacutea un catafractus del ejeacutercito romano pese al hecho de que la ldquonacionalidadrdquo del catafracto representado en el grafito no estaacute nada clara

Como ya hemos sentildealado en apartados anteriores el propio nombre de catafractuscatafractii (asiacute como el posterior de clibanariusclibanarii) pone el acento en la defensa corporal metaacutelica de este tipo de soldados romanos o no romanos Sin embargo el equipamiento defensivo carece de sentido algu-no si no protege una funcioacuten ofensiva concreta En un contarius el eacutenfasis se situacutea en su capacidad ofensiva representada fundamentalmente por el contus sarmaticus como devastadora arma de choque en manos de una fuerza dise-ntildeada esencialmente para el ataque la caballeriacutea En un catafractus romano o parto y en sus homoacutelogos saacutermatas maacutes pesadamente equipados el elemen-to clave no es el poderoso equipo defensivo del jinete (y seguacuten queacute casos de su caballo) en solitario sino la conjuncioacuten de eacuteste con el poder devastador de su equipo ofensivo El catafractus representa asiacute la fuerza ofensiva del con-tarius puesta bajo una proteccioacuten concienzuda que la mantenga a salvo de la mayor parte de los contraataques

En este sentido el equipamiento ofensivo de un catafractus romano no se diferenciariacutea en nada sustancial del portado por un contarius Aparte de la fundamental y eficiente contus el catafractus no dejariacutea de portar un arma secundaria siendo de nuevo la maacutes eficiente la espada de hoja larga que en la tradicioacuten romana altoimperial se materializaba en la spatha en to-das sus variantes asiacute como en espadas de hoja larga de tradicioacuten saacutermata que ya presentamos anteriormente En cuanto a otras armas acaso el pugio pu-diera ser un complemento menos uacutetil para un jinete pesadamente protegido (y con una movilidad maacutes restringida en consecuencia) que para un conta-rius o un equite maacutes vulnerable pero con mayor libertad de movimientos Al fin y al cabo la funcioacuten de ataque baacutesica del catafractus no era sino la mis-ma que la del contarius aprovechar la ventaja de un arma de acometida como el contus para derribar a enemigos a pie o montados antes de poder re-cibir cualquier clase de contraataque cuerpo a cuerpo por parte de ellos Era precisamente su capacidad para mantenerse a salvo de buena parte de los

59 MIELCZAREK 1993 p 79

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contraataques (cercanos o de proyectil) lanzados contra ellos lo que conver-tiacutea a los catafractii en un arma auacuten maacutes devastadora y pesada que los conta-rii la fuerza devastadora de su ataque teniacutea muchas menos posibilidades de verse desbaratada durante la accioacuten si todo iba razonablemente bien60

Y es este elemento clave del catafractus romano la proteccioacuten corpo-ral uno de los puntos que mayores debates ha generado empezando por el yelmo propiamente dicho Un catafractus romano del s II y comienzos del s III dC empleariacutea una gama de cascos ligeramente distinta a los de un con-tarius por dos razones la primera de todas cronoloacutegica en base al hecho de que su aparicioacuten (en base a todas nuestras fuentes) no parece tener lugar has-ta la primera deacutecada del s II dC por lo que los disentildeos de cascos maacutes tiacutepi-cos del s I dC (como el tipo Weiler) no llegariacutean a ser usados por los cata-fractii romanos la segunda es puramente funcional en tanto en cuanto se es-perariacutea de un catafractus que fuera lo maacutes protegido posible Soacutelo los dise-ntildeos maacutes soacutelidos de yelmos romanos y de proteccioacuten maacutes completa entrariacutean a formar parte del equipo corriente de esta caballeriacutea pesada En este sentido resulta particularmente representativo el casco tipo Heddernheim o Russell Robinson tipo E el tipo Friedberg asiacute como los cronoloacutegicamente anteriores Kalkar-Houmlnnepel y Bodengraven Todos ellos ofreciacutean una excelente protec-cioacuten a todo el craacuteneo y el cuello Sin embargo todos ellos no podiacutean evitar dejar al descubierto ojos nariz y buena parte de la boca Teniendo en cuenta que el resto del cuerpo del jinete estariacutea tambieacuten razonablemente bien prote-gido la mejor forma de neutralizar a un catafractus en estas circunstancias era atacarle al rostro directamente Sean cuales sean las circunstancias (y lo que Hollywood nos haya intentado hacer creer) el instinto baacutesico de preser-vacioacuten de un ser humano le hace cerrar los ojos encoger o apartar brusca-mente la cabeza y (de ser necesario) protegerse con las manos y los brazos si intuye o siente una agresioacuten dirigida a la cara Se trata de un acto reflejo baacute-sico e instintivo que no se puede evitar La peacuterdida temporal del control so-bre la realidad visual y sobre las acciones del combate que esto produciriacutea podriacutea provocar (al menos durante ese corto espacio de tiempo) que el ldquoin-vulnerablerdquo catafractus dejara de ser una amenaza fallara el objetivo de su ataque dejara de prestar atencioacuten (en pos de su propia proteccioacuten) yo se convirtiera en un objetivo vulnerable durante ese tiempo En resumidas cuentas la proteccioacuten para la cara resultariacutea una pieza muy uacutetil para un sol-dado cuya fuerza residiera en una pesada proteccioacuten y una gran contundencia de ataque En este sentido se sabe que los catafractos y clibanarios partos y

60 MIELCZAREK 1993 p 81 BISHOP COULSTON 1993 pp 109-111 DIXON SOUTHERN 1997 p 76 GOLDSWORTHY 1998 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-321

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sasaacutenidas emplearon maacutescaras o ventails combinadas con sus cascos para completar su proteccioacuten dejando tan soacutelo los resquicios necesarios para res-pirar y ver (literalmente dos orificios del tamantildeos de los ojos asiacute como una apertura y perforaciones para permitir la ventilacioacuten a la altura de la boca y la nariz) sin que ello pareciera representar un inconveniente a la percepcioacuten del entorno en combate61 En la panoplia romana altoimperial los cascos con maacutescaras metaacutelicas (y las maacutescaras en siacute mismas) no son precisamente des-conocidos son aquellos inicialmente atribuidos a un uso en paradas y ejer-cicios militares especialmente la Hippikaacute Gymnasia Entre los ejemplos maacutes destacables podemos sentildealar el tipo Newstead (s I dC) asiacute como las varian-tes maacutes elaboradas y decoradas del Heddernheim En principio este tipo de cascos dada su profusa decoracioacuten y las supuestas limitaciones a la visibili-dad provocadas por la maacutescara estariacutean limitado en su uso a la Hippikaacute Gymnasia Sin embargo este tipo de cascos no era impedimento para un adecuado desenvolvimiento durante estos ejercicios que eran una muestra de destreza iquestPor queacute entonces habriacutean de resultar un estorbo en la batalla Las maacutescaras de la caballeriacutea parta no teniacutean una factura esencialmente diferente a las romanas (maacutes allaacute del plano puramente artiacutestico-estiliacutestico) y fueron usadas en combate con cierta asiduidad iquestPor queacute razoacuten los yelmos con maacutes-cara o maacutes probablemente las maacutescaras en siacute mismas combinadas con otros tipos de yelmos romanos de caballeriacutea conocidos no pudieron ser utilizados en combate tanto como en la Hippikaacute Gymnasia Hace casi dos deacutecadas Mielczarek ya lanzoacute una propuesta en semejante sentido al respecto de la ca-balleriacutea pesada romana poniendo en cuestioacuten su uso exclusivo en paradas y exhibiciones la cantidad de cascos con maacutescaras y maacutescaras aisladas vincu-ladas a la panoplia romana (y especialmente de la caballeriacutea) no parece res-ponder precisamente a un uso limitado a ocasiones especiales Diez antildeos maacutes tarde Dixon e I P Stephenson volvieron a retomar dichos plantea-mientos argumentando que determinados cascos empleados en la Plena y Baja Edad Media (como el sallet A82) limitaban la visibilidad tanto o maacutes que las maacutescaras inicialmente consideradas como limitadas a la Hippikaacute Gymnasia y sin embargo fueron empleados en combate62 En este sentido consideramos que posiblemente los maacutes ricamente decorados ejemplares no fueron objeto de uso en combate pero siacute que nos adscribimos a los plantea-mientos de los autores mencionados considerando no soacutelo probable sino ra-zonable que la maacutescara (y los cascos disentildeados especialmente para portarlas) formaran parte de la panoplia de los catafractii otorgaacutendoles la proteccioacuten necesaria para proteger el siempre vulnerable rostro

61 MIELCZAREK 1993 p 60 NEGIN 1998 pp 72-74 WILCOX 2001 p 10 62 MIELCZAREK 1993 p 81 DIXON STEPHENSON 2003 pp 20-24

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Un catafractus sin duda alguna portariacutea una buena proteccioacuten para el torso En este sentido hariacutea uso de las mismas protecciones antes menciona-das para los contarii como loricae hamatae y squamatae asiacute como las inno-vaciones propias de eacutepoca Antonina y Severa como las escamas semi-riacutegi-das y las poco comunes armaduras de laacuteminas como el aislado ejemplo del s III dC hallado en Čatalka63 Sin embargo si atendemos ahora al grafito de Dura-Europos el jinete representado no parece llevar un uacutenico tipo de pro-teccioacuten sobre su torso Las armaduras compuestas por varios tipos de loricae como hemos visto eran probablemente utilizadas ya por los saacutermatas Este tipo de proteccioacuten era tambieacuten conocida en el ejeacutercito romano si bien los ejemplos de la misma son limitados y no parece que su uso estuviera muy extendido (al igual que no parece que en el s II y a comienzos del s III dC los catafractii fueran un arma de extendido uso en Roma) Se denominaba lorica plumata teacutermino que al parecer designaba principalmente a armadu-ras compuestas por lorica squamata y hamata combinadas Esta combina-cioacuten parece ser la utilizada tambieacuten por los saacutermatas aunque su distribucioacuten sobre el cuerpo no se ha podido reconstruir convincentemente64 Al igual que el contarius el catafractus no portariacutea escudo tanto por serle imposible su debido aprovechamiento al empuntildear un contus como por el estorbo que su-pondriacutea al uso de esta uacuteltima La carencia de escudo quedariacutea suplida por lo pesado de su proteccioacuten corporal En este sentido destaca la manica una proteccioacuten construida con laacuteminas de metal (bronce o hierro) semiciliacutendricas unidas unas a otras en progresioacuten descendente del hombro hacia la mano la cual podiacutea proteger a su vez con guanteletes de malla de escamas o incluso una extensioacuten de la manica misma adaptada a la forma de la mano65 Com-pletariacutean la proteccioacuten de un catafractus unas grebas para sus piernas (la parte de su cuerpo maacutes al alcance de la infanteriacutea enemiga) si bien podiacutean disponer de protecciones maacutes pesadas que podiacutean llegar a cubrir muslos y pies recordando en su estructura a la manica empleada para proteger los bra-zos66 En ocasiones podriacutea emplearse tambieacuten protecciones especiacuteficas para el cuello especialmente pensadas para cubrir cualquier posible fisura entre el yelmo y la proteccioacuten del torso De este tipo de piezas se han encontrado al-gunos ejemplos como el de una tumba de Čatalka en Bulgaria datada en el

63 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-92 y 116-117 DIXON SOUTHERN 1997 pp 36-43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 43-48 FIELDS 2006 pp 13-14

64 MIELCZAREK 1993 pp 79-80 NEGIN 1998 pp 68-74 DIXON STEPHENSON 2003 pp 49-50 FIELDS 2006 pp 10-11

65 BISHOP COULSTON 1993 pp 87-91 DIXON STEPHENSON 2003 pp 55-58 66 DIXON SOUTHERN 1997 p 43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 61-63

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s II dC y consistente en un anillo de metal dividido en dos mitades unidas por un cinturoacuten de cuero y originalmente tintado en rojo67

El equipamiento de las monturas de los catafractii romanos es otro as-pecto poleacutemico quizaacutes el que maacutes En primer lugar respecto de las sillas de montar eacutestas responderiacutean probablemente al modelo presentado por Con-nolly pero a un tipo particular cuyo entramado riacutegido interno y cuernos es-tariacutean maacutes desarrollados planteando una sujecioacuten mucho maacutes riacutegida y firme Este tipo de sillas poseiacutea ademaacutes una estructura reforzada con elementos metaacutelicos Seguacuten Connolly y C Van Dryel Murray este tipo de sillas res-ponderiacutea especialmente a un uso por parte de unidades de caballeriacutea pesada donde el peso de la armadura del jinete sumada a su modalidad de combate (choque con lanza pesada) hariacutea necesaria una sujecioacuten maacutes firme para evitar quedar descabalgado asiacute como un maacutes eficiente reparto del peso sobre el lomo y los costados del caballo Este tipo de sillas es visible tambieacuten sobre los caballos de los clibanarios sasaacutenidas que aparecen en el relieve de Firu-zabad68 En segundo lugar estaacute la cuestioacuten en torno a si las monturas de los catafractii romanos del s II y comienzos del III dC llevaban alguacuten tipo de proteccioacuten y cuaacuten completa era esta En este sentido se han lanzado diver-sas propuestas e hipoacutetesis por una parte aquellos que consideran que los ca-tafractii romanos probablemente no emplearon proteccioacuten para sus monturas al menos no en la forma casi sistemaacutetica y masiva que caracterizaba a la ca-balleriacutea pesada parta y que caracterizariacutea maacutes tarde a la sasaacutenida y a la pro-pia caballeriacutea pesada romana bajoimperial en este sentido los catafractii del ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta no seriacutean sino contarii pesada-mente protegidos pero cuyas monturas no portariacutean proteccioacuten alguna fuera de lo comuacuten hasta el momento en el ejeacutercito romano69 otros han propuesto un teacutermino medio sostenido en base a la influencia saacutermata en la creacioacuten y equipamiento de la caballeriacutea pesada romana Es eacuteste el caso de Mielczarek Negin y Lebedynsky entre otros quienes consideran que los catafractii ro-manos no emplearon la protecciones pesadas y o maacutes o menos completas pa-ra sus monturas en el sentido sistemaacutetico que se puede observar en la tradi-cioacuten militar parta o persa sino que emplearon protecciones maacutes limitadas y sobre todo aplicadas a secciones concretas de estas unidades por ejemplo entre aquellos soldados destinados a formar la vanguardia de choque de la formacioacuten o simplemente entre los oficiales70 entre la mayor parte de los autores consagrados al estudio del armamento romano y en particular de la

67 DIXON STEPHENSON 2003 p 59 68 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 p 45 MIELCZAREK 1993 pp 81-82 69 EADIE 1967 pp 166-168 70 MIELCZAREK 1993 pp 74-81 NEGIN 1998 p 74 LEBEDYNSKY 2002 p 237-238

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caballeriacutea existe un acuerdo taacutecito en reconocer el uso por parte de la ca-balleriacutea pesada romana de protecciones metaacutelicas Sin embargo en general o no llegan a un acuerdo en torno a su empleo por parte de las primeras uni-dades de catafractii o se limitan a constatar que los restos arqueoloacutegicos de protecciones equinas pesadas (particularmente las halladas en Dura-Europos) datan en principio del s III dC sin entrar en mayores debates71 finalmente estaacuten aquellos autores que dan simplemente por sentada la asociacioacuten entre el teacutermino catafractii y una proteccioacuten maacutes o menos completa y extendida a la inmensa mayoriacutea (al menos) de las monturas de estas unidades en cual-quier momento desde su creacioacuten72 pero especialmente a partir del s III dC73

En general todas estas corrientes tienden a coincidir en sentildealar que las armaduras pesadas para caballos en el ejeacutercito romano no empezaron a utili-zarse de forma extendida para la caballeriacutea pesada hasta el s III dC De nue-vo el debate se centra en torno a su uso durante el s II dC justo en el mo-mento de la creacioacuten de las primeras unidades de catafractii y particular-mente a causa de la falta de pruebas concluyentes Si se hizo uso de dichas protecciones ya en el s III dC iquestpor queacute razoacuten negar su uso en una fase an-terior aunque eacuteste no fuera un uso generalizado Particularmente preferimos adscribirnos a la tendencia representada por Mielczarek Negin y Lebedyns-ky entre otros autores considerando que los miembros de la uacutenica unidad de caballeriacutea pesada acorazada romana conocida para el s II dC el ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta (y por tanto otras unidades del mismo tipo auacuten por conocer) emplearon protecciones metaacutelicas maacutes o menos pesa-das para sus monturas de un modo ocasional limitado a secciones especiales de la unidad o a la oficialidad siguiendo la corriente de influencia saacutermata Estas protecciones se generalizariacutean a lo largo del s III dC probablemente bajo una mayor influencia de la tradicioacuten militar parta y ante todo sasaacutenida hasta constituir las unidades pesadas del Bajo Imperio que seriacutean el germen de la posterior caballeriacutea pesada bizantina

Este tipo de protecciones incluiriacutea no soacutelo ya los chamfrons metaacutelicos sobradamente conocidos por la caballeriacutea romana de la eacutepoca (y empleados probablemente por los contarii) sino bardas compuestas por malla escamas de cuero o metaacutelicas o laacuteminas que como los ejemplares de Dura-Europos (ya descritos anteriormente) cubririacutean los flancos del caballo y buena parte

71 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-70 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

72 GOLDSWORTHY 1998 pp 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 y 20-21 73 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-322

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de la pechera del mismo74 Este tipo de protecciones probablemente incluiriacutea tambieacuten piezas especiacuteficas para proteger el frontal y la cerviz del animal has-ta la cabeza a semejanza quizaacutes de las empleadas por partos y sasaacutenidas en Oriente Estas piezas particularmente para la cerviz del caballo se han en-contrado tambieacuten en Dura-Europos elaboradas en malla y lazadas mediante correas de cuero75 De este modo si se quisiera proporcionar proteccioacuten tan soacutelo a los caballos de una parte de la unidad lo maacutes loacutegico seriacutea hacerlo con las monturas que marchariacutean en la vanguardia de la formacioacuten de choque y que deberiacutean absorber la fase maacutes violenta del impacto En este sentido las piezas de proteccioacuten maacutes uacutetiles no seriacutean las bardas laterales sino las pro-tecciones para pechera cerviz y cabeza las partes del cuerpo del caballo que quedariacutean expuestas al enemigo durante una carga en formacioacuten cerrada Al prescindir asiacute de las protecciones de los flancos no solo se seguiriacutea apor-tando una proteccioacuten uacutetil a las monturas maacutes expuestas de la unidad durante una accioacuten de combate sino que se estariacutea aligerando el peso que habriacutean de soportar durante la accioacuten reduciendo asiacute el riesgo de agotamiento de las mismas

Si la influencia saacutermata en el origen del contarius romano es maacutes o menos segura la cuestioacuten resulta menos clara para los catafractii Formal-mente un catafractus romano no se diferenciaba del contario saacutermata maacutes pesadamente armado maacutes que en la factura de determinadas partes de su equipamiento muchas de las cuales eran de tradicioacuten puramente romana y unas pocas (como las protecciones maacutes pesadas para las piernas) devendriacutean de tradiciones orientales Sin embargo el hecho de que en ninguacuten momento las fuentes literarias disponibles denominen a la caballeriacutea pesada saacutermata como catafractii y que las protecciones pesadas para caballos entre la mis-ma parezcan ser objeto de un uso tan heterogeacuteneo como vinculado al status y posibilidades econoacutemicas del jinete parece ser el principal punto (al menos inicialmente) de distanciamiento entre los lanceros acorazados saacutermatas y los catafractii romanos Ahora bien suponiendo que la creacioacuten de las unidades de catafractos romanos estuviera respondiendo a la caballeriacutea pesada parta iquestpor queacute esperoacute al s II dC Durante casi tres siglos de encuentros en los campos de batalla de Oriente el ejeacutercito romano no parecioacute tener necesidad alguna de emular a los catafractos y clibanarios partos Finalmente es en el contexto de las guerras daacutecicas y paacuterticas de Trajano y en el reinado de Adriano cuando los catafractii hacen su aparicioacuten en el ejeacutercito romano al-gunas deacutecadas maacutes tarde que los contarii y despueacutes de casi un siglo de con-

74 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-63 67 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

75 DIXON STEPHENSON 2003 p 114

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tacto con la caballeriacutea saacutermata De nuevo la coincidencia de variables parece hablar por siacute sola al igual que primero el contarius el catafractus parece ser una respuesta de la caballeriacutea romana a las refriegas habidas con los exce-lentes jinetes saacutermatas desde mediados del s I dC hipoacutetesis que secundan la mayor parte de los autores76 Cualquier posible influjo oriental en la com-posicioacuten de la primera caballeriacutea pesada romana respondioacute a la incorpora-cioacuten de elementos considerados de utilidad no encontrados en la tradicioacuten militar propiamente romana o saacutermata El incremento de este influjo mate-rializado quizaacutes en la intensificacioacuten y extensioacuten del uso de armaduras pe-sadas para caballos y en el importante desarrollo en general del arma de ca-balleriacutea pesada en Roma tendriacutea lugar ya entrado el s III dC quizaacutes no tanto de manos de los uacuteltimos coletazos del moribundo Imperio parto como del joven y eneacutergico Imperio persa sasaacutenida el cual llevariacutea el arma de ca-balleriacutea en el Oriente a nuevas cotas de desarrollo especializacioacuten en organi-zacioacuten equipamiento y taacutecticas77

Mencioacuten especial requiere la organizacioacuten del ala I Gallorum et Pan-noniorum catafracta No entraremos a resentildear aquiacute la naturaleza del ala como unidad militar del ejeacutercito romano ni la organizacioacuten y estructura de la caballeriacutea romana altoimperial sino un aspecto concreto del ala concreta objeto de nuestro estudio y que parece haber pasado desapercibido a la ma-yor parte de los autores Se trata del hecho de que dicha ala debioacute de ser compuesta en su origen por soldados de dos unidades distintas probable-mente tropas selectas Tal y como sentildeala su nombre el ala estaba compuesta por jinetes galos y panonios Mielczarek ha propuesto precisamente que ca-ra a la creacioacuten de esta unidad de catafractos probablemente se seleccionoacute a los mejores soldados de dos alas distintas posiblemente (seguacuten el parecer del propio Mielczarek) el ala I Pannoniorum y el ala I Gallorum Flaviana Aunque de momento no se trata sino de una hipoacutetesis parece razonable que cara a la primera unidad de caballeriacutea pesada romana (probablemente una unidad que tendriacutea en sus oriacutegenes un marcado caraacutecter ldquoexperimentalrdquo) se seleccionara a personal experimentado y de fiar lo que remarcariacutea el caraacutec-ter de eacutelite de este tipo de unidades

76 EADIE 1967 MIELCZAREK 1993 NEGIN 1998 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

LEBEDYNSKY 2002 77 EADIE 1967 pp 169-172 MICHALAK 1987 MIELCZAREK 1993 pp 63-67 NICOLLE

1996 WILCOX 2001 pp 24-35 FARROKH 2005

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Taacutecticas y limitaciones de la caballeriacutea pesada romana La caballeriacutea fue un arma especializada principalmente en una uacutenica

funcioacuten el ataque Un grupo de jinetes no puede establecer una posicioacuten de-fensiva y mantenerla de forma estaacutetica pues equivaldriacutea claramente a un suicidio en cualquier eacutepoca Cuando una unidad de caballeriacutea ha sido em-pleada con fines de defensa lo ha sido empleando fundamentalmente el ata-que es decir un contraataque

La principal ventaja de un jinete respecto del soldado de infanteriacutea ra-dica en tres puntos fundamentales la altura que le proporciona su montura la rapidez y potencia de la misma y el efecto psicoloacutegico que todo ello sus-cita en el infante El principal modo en que la caballeriacutea (y particularmente la caballeriacutea media y pesada) se enfrenta a la infanteriacutea (y a otras unidades como veremos) es la carga cuya finalidad es desfondar la formacioacuten ene-miga dispersaacutendola para coparla y destruirla o permitir a otras unidades aprovechar la brecha abierta Sin embargo contrariamente a lo que se suele pensar un caballo (o un grupo de caballos) no es capaz de embestir una for-macioacuten cerrada de infanteriacutea Un equino no es un toro ni se comporta como tal El caballo siempre se para antes de llegar a impactar contra un obstaacuteculo que considera no podraacute esquivar o saltar o donde no vea espacio alguno por donde penetrar En este sentido una formacioacuten de infanteriacutea pesada que fuera capaz de mantener su posicioacuten hasta el final teniacutea muchas posibilidades de rechazar una carga de caballeriacutea Existiacutean dos formas para evitar que esto sucediese de modo tal que la carga de caballeriacutea tuviese finalmente eacutexito hostigar a la formacioacuten de infanteriacutea de muacuteltiples modos (ataque con proyec-tiles ataques simulados apoyar a la caballeriacutea atacante con infanteriacutea o ar-tilleriacutea) o bien que un porcentaje suficiente de soldados enemigos no fuera capaz de soportar la tensioacuten psicoloacutegica de ver venir sobre ellos una carga de caballeriacutea y rompiera filas debilitando la formacioacuten desorganizaacutendola y abriendo brechas Como vemos el resultado de una carga de caballeriacutea de-pende maacutes del contexto y de la psicologiacutea que de la carga en siacute misma Sin embargo los nervios de acero necesarios para superar el instinto de autopro-teccioacuten (que nos llevariacutea a quitarnos inmediatamente de la trayectoria de los caballos y sus jinetes) no eran (ni son) un elemento comuacuten en los ejeacutercitos Pocas infanteriacuteas disponiacutean del adiestramiento y disciplina necesarios para mantener la posicioacuten y afrontar una auteacutentica estampida que a sus ojos cla-ramente amenazariacutea con arroyarla Entre tales excepciones se encontraba la

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infanteriacutea legionaria romana la cual soacutelo en determinadas circunstancias era realmente vulnerable a un ataque de caballeriacutea78

Las unidades de caballeriacutea pesada como catafractii y contarii eran un caso auacuten maacutes especial En primer lugar el contus permitiacutea al jinete arroyar a un infante enemigo virtualmente antes de que su montura se viera obligada a detener su marcha Por otra parte sus pesadas protecciones (y la de sus mon-turas al menos para una parte de los catafractii) les otorgaban una mayor se-guridad ante cualquier clase de contraataque enemigo (especialmente pro-yectiles) y una superior capacidad de asumir el riesgo del contacto con una formacioacuten enemiga demasiado firme Pero sobre todo les otorgaba una carga psicoloacutegica brutal la visioacuten de una ldquoparedrdquo blindada erizada de lanzas en auteacutentica formacioacuten de falange avanzando con premura directamente resulta-ba especialmente impactante a ojos de un soldado de infanteriacutea por muacuteltiples factores Ser arroyado por un caballo no es una perspectiva agradable ser arroyado por una marea de lanzas y caballos blindados es una perspectiva auacuten menos agradable Para incrementar la capacidad de penetracioacuten de este tipo de caballeriacutea se empleaban formaciones y ataques en profundidad fun-damentalmente columna y cuneuscuntildea En este sentido la formacioacuten podiacutea concentrar la fuerza de su carga en un frente estrecho que pudiera ser dirigi-do convenientemente contra el punto maacutes deacutebil de la formacioacuten a atacar in-cluso con la carga ya en curso Sin embargo la caballeriacutea pesada poseiacutea una desventaja potencial el enorme peso de su equipamiento reduciacutea la veloci-dad de su carga su maniobrabilidad y podiacutea agotar a sus caballos muy raacutepi-damente En este sentido podiacutean ser viacutectimas faacuteciles de unidades maacutes aacutegiles y raacutepidas o de un contraataque al teacutermino de una extenuante carga (exitosa o no) Por otra parte no estaban precisamente capacitados para realizar una re-tirada raacutepida con los caballos extenuados por el esfuerzo de cargar despla-zando sobre sus lomos a su jinete con su equipamiento y su propia pro-teccioacuten los catafractii podiacutean encontrarse en una situacioacuten realmente com-prometida si su ataque fracasaba y no se encontraban en posicioacuten de recibir apoyo inmediato de unidades aliadas capaces de protegerlos el tiempo nece-sario para maniobrar y salir del atolladero Otro peligro que desembocaba di-rectamente en el fracaso de la carga (y en las circunstancias antes descritas) era la posibilidad de que la formacioacuten perdiera su cohesioacuten durante la carga Para evitar esta circunstancia (y reducir la extenuacioacuten de los caballos) se procuraba no cargar a mayor velocidad que un trote ligero79

78 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

79 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 y 241 LEBEDYNSKY 2002 p 237 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

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A la hora de afrontar a otra caballeriacutea las circunstancias eran dife-rentes La caballeriacutea como especialista en ataque teniacutea tambieacuten la funcioacuten de neutralizar a la caballeriacutea del adversario negaacutendole asiacute la mayor parte de la iniciativa y ganando la oportunidad de flanquear sus formaciones y ata-carlas desde diversos puntos Un ejeacutercito cuya caballeriacutea abandonara el cam-po de batalla por otra parte aunque auacuten podiacutea imponerse mediante la fuerza de su infanteriacutea (si era capaz de rechazar el ataque de la caballeriacutea adversaria y de desalojar a su infanteriacutea) careceriacutea de cualquier posibilidad para explo-tar adecuadamente la victoria la caballeriacutea fue hasta la I Guerra Mundial la uacutenica arma capacitada para lanzar una persecucioacuten sobre una fuerza enemiga en retirada convirtiendo esta uacuteltima en una desbandada desorganizada y dis-poniendo asiacute de la oportunidad de transformar un ejeacutercito derrotado en un ejeacutercito destruido En este sentido la caballeriacutea no fue soacutelo una pieza taacutectica fundamental a la hora de la batalla sino una herramienta baacutesica de la estra-tegia a nivel global de cualquier conflicto a lo largo de unos tres milenios de historia militar

La infanteriacutea puede rechazar a la caballeriacutea pero nunca perseguirla (maniobra que equivaldriacutea a dar la ocasioacuten a los jinetes derrotados de dar media vuelta y lanzar un inesperado contraataque que convirtiera en desastre para la infanteriacutea lo que empezoacute siendo un eacutexito Las huidas fingidas como ya hemos sentildealado eran tambieacuten una interesante taacutectica a emplear por parte de la caballeriacutea para desorganizar una formacioacuten enemiga Sin embargo no era una taacutectica que entrara dentro del ldquomanual de instruccionesrdquo de la ca-balleriacutea maacutes pesada limitada como estaba en sus movimientos) Soacutelo la ca-balleriacutea podiacutea derrotar poner en fuga y destruir a otra caballeriacutea El modo de hacerlo sin embargo era materia delicada Una formacioacuten cerrada para ata-car a otra caballeriacutea resultaba inuacutetil y peligrosa era la mejor forma de que los propios caballos se rompieran los huesos al impactar a gran velocidad contra las monturas enemigas Normalmente y a lo largo de toda la existen-cia de la caballeriacutea de choque dos formaciones de caballeriacutea que cargan una contra otra a la espera de un combate mano a mano tienden a abrir sus liacuteneas para esquivar el choque frontal contra los caballos rivales Al producirse el choque el jinete tratariacutea de atacar con sus armas a su rival maacutes cercano a uno u otro lado intentando derribarle o herirle mortalmente En estas cir-cunstancias el contus sarmaticus vuelve a relucir por sus virtudes permitiacutea (al igual que la lanza de cometida medieval las lanzas de los huacutesares alados polacos o las lanzas de los ulanos austriacos o los cosacos rusos) golpear al jinete adversario antes de que eacuteste equipado con espada o con una lanza maacutes corta pudiese iniciar su propio ataque Una formacioacuten de contarii o de cata-fractii podiacutea asiacute arroyar faacutecilmente la vanguardia de la formacioacuten de caballe-

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riacutea enemiga neutralizando su ataque y desorganizando totalmente su forma-cioacuten Sin embargo cuando dos formaciones cargaban una contra la otra y llegaban a culminar completamente el choque el combate podiacutea derivar faacute-cilmente en una violenta y caoacutetica refriega En estas circunstancias las espa-das de hoja larga empleadas por la caballeriacutea romana y saacutermata eran particu-larmente esenciales asiacute como sus protecciones dado que un contus tendiacutea a partirse tras el primer o segundo impacto y a ser poco coacutemoda de utilizar cuando el combate se tornaba maacutes cercano En cualquier caso si una forma-cioacuten de catafractii no conseguiacutea imponerse durante el choque a la formacioacuten enemiga el agotamiento de sus monturas y su menor movilidad (sumada a la peacuterdida del orden en la formacioacuten inherente al inicio de la refriega) supon-driacutean una peligrosa situacioacuten en el caso de carecer de apoyo de otras unida-des (bien de caballeriacutea o de infanteriacutea) y de la que no podriacutean salir con mu-cha facilidad80

Tanto frente a otra caballeriacutea como frente a la infanteriacutea el respaldo de unidades de caballeriacutea maacutes ligeras y particularmente arqueros a caballo81 resultariacutea particularmente deseable antes del choque la caballeriacutea ligera po-driacutea hostigar con proyectiles a las formaciones enemigas creando brechas o desorganizaacutendolas y despueacutes del choque podriacutean apoyar a la caballeriacutea pe-sada durante la progresioacuten del combate cubrir su retirada o explotar su eacutexito continuando la persecucioacuten de un enemigo en fuga

Como vemos desde el punto de vista taacutectico y del empleo en el campo de batalla el eacutexito de la caballeriacutea pesada acorazada dependiacutea tanto o maacutes de las circunstancias el contexto y el apoyo que pudieran recibir que de sus propias virtudes Se trataba de unidades altamente especializadas que si que-daban desprotegidas o en situaciones comprometidas podiacutean ser faacutecilmente rechazadas desbandadas o destruidas No se trataba de fuerzas versaacutetiles y probablemente ello condicionoacute que su adopcioacuten y empleo generalizado por parte del ejeacutercito romano fuera tardiacuteo

CONCLUSIONES

El ejeacutercito romano se enfrentoacute durante casi dos siglos a la caballeriacutea

pesada desarrollada por las potencias orientales Tras reveses iniciales debi-dos maacutes a las circunstancias que a una auteacutentica incapacidad para afrontar el ataque de este tipo de caballeriacutea las legiones desarrollaron sus particulares contramedidas recorriendo las primeras deacutecadas de la historia del Alto Im-

80 DIXON SOUTHERN 1997 pp 141-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 235-244 MENEacuteNDEZ

ARGUumlIacuteN 2011 pp 322-324 81 DIXON SOUTHERN 1997 p 143

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perio imperturbables considerando del todo innecesario tomar como inno-vacioacuten un arma a la que eran capaces de batir los catafractos partos y arme-nios

Sin embargo hacia mediados del s I dC algo vino a trastocar este es-cenario en apariencia estable e inamovible de las estepas poacutenticas emergioacute no tanto una nueva arma como una nueva forma de combinar y emplear ar-mas y taacutecticas sobradamente conocidas Los haacutebiles jinetes saacutermatas dejaron atraacutes la claacutesica tradicioacuten militar esteparia basada en el uso del arquero a ca-ballo y la caballeriacutea ligera desarrollaron una nueva caballeriacutea pesada libre de la mayor parte de las debilidades de los pesados catafractos partos flexi-ble y dinaacutemica y capaz de luchar en conjuncioacuten perfecta con otras modali-dades de caballeriacutea como si de un uacutenico cuerpo se tratase A diferencia del catafractario parto el ldquocontariordquo saacutermata era un jinete armado maacutes o menos pesadamente seguacuten las circunstancias y sus propias posibilidades Al igual que su contrapartida parto o armenio el jinete pesado saacutermata aprovechaba al maacuteximo las virtudes de su arma definitoria el contus sarmaticus pero la combinaba con el uso de otras igualmente uacutetiles como la espada de hoja larga y el arco recurvado compuesto Su equipamiento defensivo careciacutea de la rigidez propia del catafracto parto tendiendo a ser sensiblemente maacutes li-gero sin perder las ventajas propias de una proteccioacuten completa y concien-zuda Este equipamiento defensivo ademaacutes podiacutea variar seguacuten las circuns-tancias y las necesidades taacutecticas de cada momento (y no solo exclusi-vamente en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete) Ello permitiacutea al jinete pesado saacutermata oscilar entre una caballeriacutea media pura y una caballeriacutea pesada de choque seguacuten las circunstancias Le convertiacutea en un arma flexible capaz de desempentildear diversos papeles en el campo de batalla y variarlos du-rante el combate mismo seguacuten sus necesidades En combinacioacuten con la habi-lidad natural de estos pueblos para la equitacioacuten y sus excelentes (y numero-sas) fuerzas de caballeriacutea ligera la caballeriacutea pesada saacutermata representaba una amenaza realmente seria y totalmente nueva

Desde la guerra civil del 68-69 dC hasta la paz firmada por Adriano con los saacutermatas roxolanos en 119 dC las legiones romanas y su caballeriacutea hubieron de hacer severos esfuerzos para imponerse a este nuevo enemigo en los campos de batalla actuase eacuteste en solitario o en conjuncioacuten con otros pueblos o Estados Las guerras daacutecicas de Domiciano (85-89 dC) y de Tra-jano (101-106 dC) fueron probablemente los puntos culminantes de esta coyuntura De los sangrientos encuentros habidos sobre las orillas del Danu-bio las colinas daacutecicas y las llanuras de la futura Hungriacutea el ejeacutercito romano extraeriacutea una dura leccioacuten que aprenderiacutea raacutepidamente y pondriacutea en creciente praacutectica con el paso de los antildeos cuando a comienzos del s III dC descen-

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diera el ocaso sobre las uacuteltimas luces legadas por la edad dorada de los Anto-ninos habiendo el Estado romano de afrontar las convulsiones de un mundo en paulatina transformacioacuten

A comienzos del s II dC a caballo entre los diacuteas de Trajano y Adria-no el ejeacutercito romano afrontoacute el laborioso proceso de aplicar buena parte de lo que habiacutea aprendido de manos de la caballeriacutea saacutermata El contus ya habiacutea sido adoptado conformando la primera caballeriacutea de choque especialista de la historia del Imperio A ella le seguiriacutean las protecciones pesadas para jine-tes asiacute como para caballos El ejeacutercito romano conociacutea de sobra los modelos orientales de caballeriacutea pesada y sin embargo en el primer siglo de existen-cia de este arma entre las filas romanas el modelo a seguir fue principal-mente saacutermata Los hechos hablan por siacute solos El ejeacutercito romano habiacutea en-contrado una innovacioacuten de intereacutes para su tradicioacuten militar y la incorporoacute raacutepidamente Las primeras unidades de caballeriacutea pesada acorazada romana llevaron nombres que aludiacutean a tradiciones orientales catafractii pero su ar-mamento y el fundamento de sus taacutecticas era una mezcla de aportaciones romanas y modelos saacutermatas Con la llegada del s III dC estas unidades se hariacutean cada vez maacutes necesarias y sobre la trayectoria marcada por los pio-neros de este arma se labrariacutea el desarrollo completo de la misma

La emersioacuten del Imperio persa sasaacutenida supuso la transformacioacuten re-novacioacuten y revitalizacioacuten del arma de caballeriacutea puramente oriental Los sa-saacutenidas llevaron a un nuevo paroxismo a la combinacioacuten de la caballeriacutea pe-sada y la caballeriacutea ligera de tradicioacuten oriental hasta el punto de que algunos tratadistas militares romanos como Amiano Marcelino llegaron a conside-rarlo como un arma praacutecticamente imbatible En palabras del propio Amiano [] catafractarii [] et sagitarii formidable genus armorum82 Probable-mente estas circunstancias forzaran (entre otros factores) no ya la expansioacuten del arma de caballeriacutea pesada (asiacute como del arquero a caballo) en el ejeacutercito romano de los siglos III y IV dC sino la asuncioacuten por parte de la misma de muacuteltiples elementos propios ya exclusivamente de la tradicioacuten militar irano-persa

La experiencia saacutermata quedoacute atraacutes sin embargo su importancia y la de los primeros prototipos de caballeriacutea pesada romana existentes en el Alto Imperio no debe menospreciarse Fueron la piedra fundadora los cimientos de una importante rama de la tradicioacuten militar romana posterior madre de la bizantina y de buena parte de las tradiciones militares de la posterior Europa medieval donde la caballeriacutea ostentariacutea durante siglos su particular supre-maciacutea En cierto modo puede decirse que la caballeriacutea saacutermata y las primeras

82 AMIANO MARCELINO 16 12 7

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unidades de caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano se encuentran entre las raiacute-ces de una tradicioacuten militar que llevoacute a la caballeriacutea a mantener la ilusioacuten de su reinado sobre los campos de batalla hasta el enloquecedor extremo de atravesar las trincheras y alambradas de la I Guerra Mundial y cargar sobre las divisiones panzer germanas en 1939

SELECCIOacuteN DE TEXTOS EPIGRAacuteFICOS RELATIVOS

83 Camerinum (Camerino) Regio VI Italia CIL XI 5632

M(arco) Maenio C(ai) f(ilio) Cor(nelia) Agrippae L(ucio) Tusidio Campestri hospiti divi Hadriani patri senatoris praef(ecto) coh(ortis) II Fl(aviae) Britton(um) equitat(ae) electo a divo Hadriano et misso in expeditionem Brittannicam trib(uno) coh(ortis) I Hispanor(um) equitat(ae) praef(ecto) alae I Gallor(um) et Pannonior(um) catafractatae proc(uratori) Aug(usti) praef(ecto) classis Brittannicae proc(uratori) provinciae Brittanniae equo publico patrono municipi(i) vicani Censorglacenses consecuti ab indulgentia Optimi Maximique Imp(eratoris) Antonini Aug(usti) Pii beneficio interpretationis eius privilegia quibus in p[e]rpetuum aucti confirmatique sunt l(ocus) d(atus) d(ecreto) d(ecurionum) g(ratis)

Ad Mediam (Mehadia) Dacia CIL XVI 110 = CIL III 886 = AE 1980 760

[Imp(erator) Caes(ar) divi Had]rian(i) f(ilius) divi Traiani [Parthici n(epos) divi Ne]rvae pron(epos) T(itus) Aelius [Hadrianus Ant]oninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) [max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII] imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae) [equit(ibus) et pedit(ibus)] qui mil(itaverunt) in alis III quae [appell(antur) Silia]n(a) et Gall(orum) et Pann(oniorum) [catafrac(taria) et F]ront(oniana) et coh(ortibus) XII I Ulp(ia) [Britton(um)] |(milliaria) et I Fl(avia) Ulp(ia) Hisp(anorum) |(milliaria) [et 3 I Ael(ia)] Gaesa(torum) |(milliaria) et I Aug(usta) Nerv() [|(milliaria) et I]I Britt(onum) |(milliaria) et I Hispan(orum) [--- e]t II Hisp(anorum) scutat(a) Cy[ren(aica) et ---]n() et VI Thrac(um) et sunt [in Dacia Poroliss]en(si) sub Macrinio [Vindice proc(uratore) qui]nq(ue) et vigint(i) stip[en(diis) emerit(is) dimis(sis) hon]est(a) miss(ione) quor(um) [nomin(a) subscripta s]unt civit(atem) Roman(am) [qui eor(um) non ha]b(erent) ded(it) et con(ubium) cum [uxor(ibus) quas tu]nc hab(uissent) cum est [civit(as) i(i)s dat(a) aut] cum i(i)s quas post(ea) [dux(issent) dumtax(at) si]ngulis [[Imp(erator) Caes(ar) divi Hadrian(i) f(ilius) divi Traiani Parthici n(epos) divi Nervae pron(epos) T(itus) Aelius Hadrianus Antoninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae)] [equit(ibus) et pedit(ibus) qui mil(itaverunt) in alis III ---] et vigint(i) stipend(iis) emerit(is) dimis(sis) honest(a) miss(ione) quor(um) nomin(a) subscript(a) sunt civit(atem) Roman(am) qui eor(um) non haber(ent) dedit et conub(ium) cum uxor(ibus) quas tunc habuis(sent) cum est civit(atem) i(is) dat(a) aut cum i(is) quas post(ea) dux(issent) dumtax(at) singulis a(nte) d(iem) V K(alendas) Oct(obres) Sex(to) Calpurnio Agricola Ti(berio) Claudio Iuliano co(n)s(ulibus) coh(ors) I Ulpia Britton(um) |(milliaria) cui

83 Tomados del Epigraphische Datenbank Clauss-Slaby httpwwwmanfredclauss de

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prae(e)st L(ucius) Nonius Bassus Picen(o) ex pedite Luonerco Molaci f(ilio) Britt(oni) descript(um) et recognit(um) ex tabul(a) aer(ea) quae fixa est Romae in mur(o) post templ(um) divi Aug(usti) ad Minervam

Tipasa (Tefessad) Mauretania Cesariense AE 1951 265 = AE 1955 133

D(is) M(anibus) Adiutoris eq(uitis) al(ae) pri(mae) Can(n)anafatium vi(xit) XXXXI m(ilitavit) an(nos) XXIII pro(curante) l(i)b(erto) ipsi(us) bene me(renti) Cabanus he(res) po(suit)

Savaria (Szombathely) Panonia Superior CIL III 4183

T(itus) Cnorius Sabinianus ex praef(ecto) alae Contariorum v(ir) e(gregius) et L(ucius) Val(erius) Verus dec(urio) c(oloniae) C(laudiae) Savar(iensium) sacerdotalis p(rovinciae) P(annoniae) s(uperioris) cryptam vi ignis exustam sumptibus suis refecerunt

Brigetio (Kornye) Panonia Superior CIL III 4278

D(is) M(anibus) Val(erio) Saturnino vet(erano) ex dup(licario) alae I Ulp(iae) Cont(ariorum) qui vixit an(nos) L et Val(erio) Sabino mil(iti) leg(ionis) I Ad(iutricis) stip(endiorum) III vixit an(nos) XXV filio Caes(ia) Digna marito et filio f(aciendum) c(uravit)

Apamea Siria AE 1987 955

Aur(elio) Basso quandam(sic) sig(nifero) al(ae) I Ulp(iae) (C)ontariorum stipendiorum VIII vixit annos XXVIIII XI Kal(endas) Maias Gallo et Volusiano consilibus() titulus positus a Marc(io) Cotum(sic) (d)ec(urione) al(ae) c(ivium) R(omanorum)

Apamea Siria AE 1993 1589

D(is) M(anibus) Iulius Valerianus eques alae I Ulp(iae) contariorum stip(endiorum) XXIII vixit annis XXXXVI Ulp(ius) Ingenu(us) dupl(icarius) alae eiusdem heres posuit b(ene) m(erenti)

Arrabona (Gyor) Panonia Superior CIL III 4379

D(is) M(anibus) Ulp(ius) Variu(s) Ore() vet(e)r(anus) ex stat(ore) al(a)e I Ulp(iae) Cont(ariorum) do(mo) Af(rica) vixs(it) ann(os) XLV et Ael(iae) Sabin(a)e fi(liae) vix(it) ann(os) X Ael(ia) Domitia con(iunx) et Ulp(ius) Sabinianus et Ulp(ius) [Cele]rinus et Sabi[nil]la fili(i) vivi cum [mat(re) pa]tri karis(simo) posuerunt

Sentpalpuszta Panonia Superior CIL III 11081 = AE 1899 3

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[D(is) M(anibus)] M(arcus) Aur(elius) [3]us vex(illarius) al(ae) p(rimae) C(ontariorum) Anto(ninianae) et Elv(iae) Bon(a)e c(oniugi) car(issimae) et f(iliae) Aur(eliae) Valerin(a)e et Ae(liae) Sabin(a)e et Elv(io) Verecundo an(norum) LXX Pulc(h)r(a)e() Suri an(norum) LX et Elv(io) Vitali an(norum) XVIII et Au(relio) Ma(n)suetiano an(norum) VII et Ae(lio) Florido M(arcus) Aur(elius) Valerianus sib(i) [et] su[i]s vivi f(ecit)

Roma CIL VI 1449 = AE 1967 16 = AE 196970 13

M(arco) Macrinio Avito M(arci) f(ilio) Claud(ia) Catonio Vindici co(n)s(uli) aug(uri) p(opuli) R(omani) Quiritium leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) prov(inciae) Moes(iae) inf(erioris) leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) Moes(iae) sup(erioris) cur(atori) civitat(is) Arimin(ensium) p[r]oc(uratori) prov(inciae) Dac(iae) Malv(ensis) praef(ecto) alae contar(iorum) praef(ecto) alae III Thrac(um) trib(uno) milit(um) leg(ionis) VI Victr(icis) praef(ecto) coh(ortis) VI Gall(orum) donat(o) donis mil(itaribus) in bello Germ(anico) ab Imp(eratore) M(arco) Aur(elio) Antonino Aug(usto) hast(is) pur(is) II et vexill(is) II cor(o)na mural(i) et vallar(i) Iunia Flaccinilla marito karissimo et Macrinia Rufina patri piissimo vixit annis XLII m(ensibus) V

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SELECCIOacuteN DE IMAacuteGENES

Fig 1 Relieve de la estela funeraria del eques Aduitor miembro del ala I Canninefatum (AE 1955

133) empuntildeando un contus sarmaticus por el lateral derecho de su montura DIXON SOUTHERN 1997 p 49

Fig 2

Grafito de Dura-Europos datado en torno a los ss II-III dC representando un catafracto parto romano o sasaacutenida JUNKELMANN 1992 p 197

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Fig 3 Las dos bardas de escamas metaacutelicas completas encontradas por Rostovzeff en las

excavaciones de Dura-Europos a lo largo de la campantildea de 1932-33 JUNKELMANN 1992 p 214

Fig 4 Relieves de Firuzabad (Iraacuten) representando a un clibanario persa sasaacutenida derribando a un

catafractarioclibanario parto s III dC Obseacutervese las bandas transversales que se ven en los brazos del jinete de la derecha que probablemente esteacuten representando un tipo de manica

WILCOX 2001 p 22

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Fig 5 Relieve de Firuzabad representando a unos catafractosclibanarios parto y sasaacutenida forcejeando

en combate cuerpo a cuerpo Ilustracioacuten de Wilcox 2001 p 23

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FIG 6 Catafractos partos del s I aC Obseacutervense las protecciones tipo manicae portadas por ambos

jinetes en los brazos El jinete de la derecha tambieacuten las lleva sobre las piernas A Mc Bride en WILCOX 2001

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Fig 7 Fragmentos de cotas de escamas y laacuteminas para armadura encontradas en enterramientos

saacutermatas de los ss I-III dC NEGIN 1998 p 70

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Fig 8 Estela de Athenios en Panticapea (Crimea Ucrania) donde se puede observar a un jinete (izqda) que parece montar un caballo protegido con una cota de escamas al igual que eacutel

NEGIN 1998 p 66

Fig 9 Reconstruccioacuten de un contario saacutermata (izqda) en accioacuten s II dC seguacuten G Embleton en

BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 10 Reconstruccioacuten el posible aspecto de un jinete pesado saacutermata y de la posible proteccioacuten de su

montura s II dC seguacuten G Embleton en BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 11 Reconstruccioacuten de un jinete pesado saacutermata equipado con una armadura compuesta ss I-II

dC seguacuten NEGIN 1998 p 73

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Fig 12 Casco romano tipo Russell Robinson tipo B basado en un ejemplar encontrado en Ely

(Cambridgeshire Reino Unido) ss I-II dC GOLDSWORTHY 1998 p 238

Fig 13

Casco romano tipo Rusell Robinson E basado en un hallazgo realizado en Hedderneim (Alemania) ss II-III GOLDSWORTHY 1998 p 238

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Fig 14

Reconstruccioacuten de un casco romano del tipo Niederbieber ss II-III dC seguacuten GILBERT 2010 p 136

Fig 15

Reconstruccioacuten de una variante del casco romano tipo Heddernheim con y sin maacutescara de proteccioacuten para el rostro ss II-III dC seguacuten ALEXANDRA GILBERT 2009 pp 24-26

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Fig 16 Fragmento de lorica squamata de escamas semi-riacutegidas s II dC

BISHOP COULSTON 1993 p 116

Fig 17 Silla de montar romana de cuatro cuernos seguacuten la reconstruccioacuten de P Connolly

DIXON SOUTHERN 1997 p 71

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Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

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Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

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Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

Recibido 17 mayo 2011 Aprobado 22 junio 2011

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son de escamas de bronce cosidas a un manto de lino mientras que la res-tante es de escamas de hierro cosida igualmente a un manto de tela11 Otros hallazgos arqueoloacutegicos (como los cubrecabezas para caballos teacutecnicamente denominados como chamfrons) son atribuibles tanto a las unidades pesadas de choque de la caballeriacutea romana que estamos tratando como a otras unida-des maacutes comunes desde otros elementos de proteccioacuten maacutes o menos pesados para jinete o caballo hasta piezas de uso praacutecticamente general como sillas de montar arreos etc que expondremos con detalle maacutes adelante Algunas de estas piezas como las sillas de montar (magniacuteficamente estudiadas por P Connolly12) pueden servir de ayuda para enfocar y dilucidar diversas cues-tiones y discusiones surgidas en la historiografiacutea en torno a la caballeriacutea pe-sada romana altoimperial

CONTARII CATAFRACTII CLIBANARII IDENTIFICACIOacuteN Y DEFINICIOacuteN DE UNA

ESPECIALIDAD MILITAR La utilizacioacuten de los teacuterminos contarii catafractii y clibanarii por

parte de los romanos para referirse a diversas formas o de diversos modos a unidades de caballeriacutea pesada de choque maacutes o menos acorazada es un hecho Sin embargo iquestsabemos realmente cuaacutel era la definicioacuten que se ocul-taba tras cada teacutermino a ojos de un militar romano de los ss II-III dC Eacuteste no es un tema baladiacute pues en cierta medida la cuestioacuten continuacutea abierta no habiendo auacuten un consenso o al menos una corriente imperante en torno a cuaacutel era la distincioacuten real entre un catafractus y un clibanarius Respecto al contarius por el contrario no parecen existir excesivas dudas acerca de su particular naturaleza si bien algunas propuestas lanzadas al respecto de los catafractii romanos han llegado a asemejarlos bastante Dar respuestas a estas preguntas antes de abordar en detalle los antecedentes y el desarrollo de las primeras unidades de caballeriacutea pesada acorazada del ejeacutercito romano es esencial

La cuestioacuten en torno a queacute era un contarius es la mejor aclarada hasta la fecha Antes de su atestiguacioacuten en el ejeacutercito romano el contarius no aparece maacutes que entre las filas de la caballeriacutea saacutermata como veremos En general todas las tesis sostienen que el contario o contarius tambieacuten cono-cido como κοντοφόροι dentro del ejeacutercito romano o del saacutermata era un ji-nete cuya principal caracteriacutestica era empuntildear una lanza de casi cuatro me-tros de largo denominada contus sarmaticus La proteccioacuten de un contario

11 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-63 DIXON STEPHENSON 2003 pp 115-116 JAMES 2004 FIELDS 2006 p 20

12 CONNOLLY 1986 1987 1997 2004 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991

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podriacutea ser mayor o menor pero en general su montura no se encontrariacutea pe-sadamente protegida13 Es esta la imagen que parece aportar la estela del eques Aduitor14 quien aparece armado aparentemente tan soacutelo con el contus y vistiendo uacutenicamente una tuacutenica y un manto mientras que su caballo no parece llevar tampoco proteccioacuten alguna Siguiendo la propuesta lanzada por Eadie al respecto de los jinetes de las metopas I a IV del Tropaeum Traiani los contarii apenas portariacutean como proteccioacuten corporal una coraza corriente y a lo sumo un yelmo sin que sus caballos portaran proteccioacuten alguna Pero maacutes allaacute de estos detalles la definicioacuten del contario estariacutea clara un jinete equipado principalmente con un contus de este modo combinariacutea la agilidad y velocidad de un jinete comuacuten (cuyo caballo no estariacutea significativamente protegido) con la potencia de embestida de una lanza pesada que aporta la ventaja de golpear antes al enemigo (y derribarlo) gracias a su superior lon-gitud15

La cuestioacuten en torno a los catafractii y clibanarii es de una naturaleza bien distinta empezando por el hecho de que no estaacute claro si se trata de dos teacuterminos distintos refirieacutendose a una misma especialidad de caballeriacutea o si se trata realmente de dos especialidades en verdad distintas en taacutecticas y en equipamiento

En principio el teacutermino griego κατάφρακτος significa ldquocubierto de armadura acorazadordquo16 o ldquocubierto con cota de mallardquo17 La terminologiacutea pone asiacute el eacutenfasis desde el principio en la proteccioacuten en este sentido se tra-tariacutea de la caracteriacutestica definitoria de un catafractario Entre tanto clibana-rius viene del teacutermino latino clibanus ldquohorno de campantildeardquo18 que a su vez desciende del teacutermino griego κλίβανος ldquohorno hornillordquo teacutermino que posi-blemente hiciera referencia a las altas temperaturas que se podiacutean alcanzar bajo una armadura metaacutelica densa Asiacute pues en principio parece que la ca-racteriacutestica principal inicial de ambos tipos de jinete es portar una proteccioacuten metaacutelica especialmente extensa o acentuada proteccioacuten que se hariacutea exten-

13 ARRIANO Taacutectica 4 3 44 EADIE 1967 pp 165-167 DIXON SOUTHERN 1997 pp 49-50 y 75-76 LEBEDYNSKY 2002 pp 163-166

14 SPEIDEL 1992 considera que el ala I Canninafatium al no especificar que estuviera compuesta o no por contarii probablemente se trataba de un ala de equites tiacutepicamente roma-nos donde un grupo de soldados (entre los que se contariacutea Aduitor) se especializariacutea en el uso del contus

15 GOLDSWORTHY 1998 p 241 16 PABOacuteN S DE URBINA Diccionario manual griego-espantildeol Madrid 1999 17 EADIE 1967 p 162 18 SEGURA MUNGUIacuteA Nuevo diccionario etimoloacutegico latiacuten-espantildeol y de las voces deriva-

das Universidad de Deusto Bilbao 2006

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siva al caballo19 Sin embargo aunque la terminologiacutea pone el acento en el equipamiento militar como medio de distincioacuten de estas unidades de caballe-riacutea respecto de otras no aporta ninguna pista para realizar esa misma distin-cioacuten entre los catafractii y los clibanarii propiamente dichos Definir correc-tamente queacute es un catafracto y queacute es un clibanario (al menos en lo que al ejeacutercito romano se refiere) resulta fundamental para entender queacute tipo de sol-dados eran realmente los catafractii de eacutepoca altoimperial

Seguacuten Speidel catafractii seriacutea un teacutermino que hariacutea referencia a todo tipo de caballeriacutea pesada acorazada del ejeacutercito romano fuera cual fuera su funcioacuten taacutectica o particularidades especiacuteficas de equipamiento clibanarii se refeririacutea entonces a la caballeriacutea pesada de semejante tipo propia de los ejeacuter-citos partos y sobre todo sasaacutenidas20 Sin embargo esta teoriacutea no nos resulta de utilidad directa cara a nuestro estudio pues se refiere a unidades de ca-balleriacutea contenidas en la Notitia Dignitatum y a otras unidades del Bajo Im-perio las cuales no abordamos aquiacute

Para JC Coulston la distincioacuten entre ambos tipos de unidades deven-driacutea principalmente por tanto del equipamiento21 sobre todo si tenemos en cuenta que en el propio Bajo Imperio encontramos unidades de clibanarios y catafractos en el ejeacutercito romano atestiguadas por la propia Notitia Dignita-tum especialmente en Oriente22 En este sentido Coulston sostiene que una catafracto es un jinete acorazado menos pesado que su contrapartida cliba-nario y que hariacutea uso de lanza y escudo en un estilo ldquooccidentalrdquo de combate El clibanario por el contrario seguiriacutea las tradiciones orientales puras em-pleando fundamentalmente la lanza de acometida y el arco

Desde nuestro particular punto de vista preferimos adscribirnos a la propuesta realizada por M Mielczarek este autor postula que intentar dife-renciar un catafracto de un clibanario a partir (tan soacutelo) del equipamiento mi-litar (tal y como propondriacutea Coulston) no es un punto de partida totalmente acertado y que ha sido fruto de muchas malinterpretaciones de las fuentes Mielczarek hace hincapieacute en la necesidad de tratar de distinguir ambas uni-dades a partir de las taacutecticas que probablemente usaron23 Seguacuten este autor los catafractos seriacutean un tipo de caballeriacutea pesada especializada en cargar con lanza de acometida tipo contus empuntildeada a dos manos por el lado dies-tro de la cabeza del caballo en un estilo de combate especialmente prepara-do para batir a la infanteriacutea (en su origen a la falange macedoacutenica) Los cata-

19 MIELCZAREK 1993 p 9 20 SPEIDEL M P 1984 DIXON SOUTHERN 1997 p 76 21 COULSTON J C 1986 seguacuten DIXON SOUTHERN 1997 p 76 22 MIELCZAREK 1993 pp 76-77 23 MIELCZAREK 1993 pp 11-16

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fractos empleariacutean ademaacutes despliegues en cuntildea y columna para hacer su ataque auacuten maacutes penetrante contra una formacioacuten de infanteriacutea Al enfrentarse a un enemigo capaz ademaacutes de infiltrarse entre las filas de sus monturas y de agredir a sus caballos con el objetivo de descabalgarlos los catafractos llevariacutean sus animales protegidos con armaduras bastante extensas que ten-deriacutean a proteger no soacutelo la pechera cerviz y cabeza de los mismos sino tambieacuten sus flancos y buena parte de las patas Los clibanarios estariacutean equi-pados del mismo modo (ellos y sus monturas protegidos) si bien empleariacutean sus lanzas empuntildeaacutendolas a dos manos en diagonal tras la cerviz del caballo para atacar por el lateral izquierdo del mismo en direccioacuten a otro jinete en este caso los clibanarios estariacutean empleando taacutecticas contra caballeriacutea donde sus despliegues resultariacutean maacutes amplios y abiertos recibiendo incluso apoyo nutrido de otras fuerzas de caballeriacutea maacutes flexibles Al mismo tiempo la pro-teccioacuten de sus monturas no se extenderiacutea tanto hacia las patas mientras que hariacutea hincapieacute en la cerviz la cabeza y los flancos y sobre todo en la pro-teccioacuten del jinete mismo En este sentido catafractii y clibanarii no seriacutean dos formas indistintas de mencionar a un mismo tipo de soldado simple-mente se tratariacutea de soldados equipados de forma similar pero capaces de emplear taacutecticas de catafractii o de clibanarii seguacuten lo requirieran las cir-cunstancias24

Este planteamiento ha sido recogido recientemente por Meneacutendez Arguumliacuten quien tambieacuten aboga por una diferenciacioacuten eminentemente taacutectica entre ambas especialidades de caballeriacutea La propuesta de Arguumliacuten sin embar-go precisa de un modo diferente (pero no excluyente) las particularidades taacutecticas que separan a catafractii de clibanarii los primeros combatiriacutean en formaciones cerradas praacutecticamente en columna mientras que los segundos peleariacutean en formacioacuten aproximada a la de cuntildea apoyados por arqueros a ca-ballo Esta propuesta como ya hemos sentildealado no contradice los presupues-tos lanzados por Mielczarek sino que maacutes bien retoma y completa sus enfo-ques El principal intereacutes de la teoriacutea de Meneacutendez Arguumliacuten radica en que lle-ga a la conclusioacuten clara de que el mismo tipo de jinete podiacutea ser indistinta-mente un catafractus o un clibanarius y que ambas denominaciones no dis-tinguiacutean sino dos taacutecticas y usos concretos de lo que en esencia era el mismo tipo de especialidad militar25

En efecto anteriormente hemos visto que la terminologiacutea parece ha-blar de una semejanza bastante acentuada en el equipamiento ambos tipos de soldado portariacutean pesadas armaduras ellos y sus caballos Las diferencias sensibles entre ambos resultariacutean en realidad miacutenimas Sabemos que los le-

24 MIELCZAREK 1993 pp 43-50 25 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 p 320

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gionarios romanos podiacutean variar su equipamiento (al menos en eacutepoca alto-imperial) seguacuten las circunstancias o las taacutecticas empleadas iquestQueacute impediriacutea por tanto a un catafracto actuar como un clibanario y viceversa seguacuten las necesidades Recordemos por otra parte que auacuten no tenemos atestiguada la existencia de clibanarii (seguacuten nuestras fuentes) en el ejeacutercito romano antes del s IV dC Que soacutelo conozcamos la existencia de catafractos implica que estos se emplearon necesariamente tan soacutelo como arma anti-infanteriacutea En realidad un catafractario necesitaba poco maacutes que el entrenamiento adecuado (en base a los planteamientos de Mielczarek y Meneacutendez Arguumliacuten) para poder actuar como lo que posteriormente seriacutea su homoacutelogo clibanario Quizaacutes la tardiacutea aparicioacuten del clibanarius en el ejeacutercito romano deriva maacutes del uso in-distinto del catafractus contra infanteriacutea y caballeriacutea durante bastante tiempo el clibanarius seriacutea por tanto un desarrollo y una especializacioacuten posterior dentro de una misma rama del ejeacutercito ya de por siacute claramente definida La distincioacuten en base a las taacutecticas propuesta por Mielczarek y enfatizada por Meneacutendez Arguumliacuten resulta la maacutes flexible y la que aporta respuestas maacutes sa-tisfactorias a las preguntas que la caballeriacutea pesada acorazada del mundo an-tiguo (en general) nos plantea Seguacuten Mielczarek el catafracto emerge como una respuesta del arma de caballeriacutea oriental a la falange macedoacutenica26 El clibanario surge posteriormente (ya en el s III dC) de nuevo en contextos orientales y lo hace ya como un homoacutelogo del catafracto especialista en ba-tir a otra caballeriacutea recibiendo apoyo incluso de unidades de jinetes maacutes li-geros especialmente arqueros a caballo27

El desarrollo que podemos plantear a partir de esta teoriacutea resulta loacute-gico el clibanario surge como tal desde el momento en que el catafractario se ve obligado a enfrentarse a otra caballeriacutea o a otros catafractarios con de-masiada frecuencia Probablemente no sea ninguna casualidad que el cliba-nario haga su aparicioacuten a mediados del s III dC en un contexto en el que la principal superpotencia oriental el Iraacuten parto y sasaacutenida se enfrenta frecuen-temente a enemigos que empleaban sus mismas taacutecticas y unidades especia-lizadas (como los saacutermatas o los alanos) o que las han adoptado y empleado contra ellos a su vez igualmente como es el caso claro del Imperio romano y sus alae catafractae

26 MIELCZAREK 1993 pp 43 y 46-48 27 MIELCZAREK 1993 pp 48-50

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ANTECEDENTES Y MODELOS POTENCIALES DE LA CABALLERIacuteA PESADA RO-MANA PARTOS Y SAacuteRMATAS

En el Imperio parto La presencia de catafractos en el ejeacutercito parto estaacute atestiguada desde

el s I aC a partir de los encuentros de Tigranocerta (69 aC) y Carras (53 a C) Este tipo de caballeriacutea entre los partos estaba compuesta por las princi-pales eacutelites de su sociedad dado no soacutelo el coste del equipamiento y su man-tenimiento sino la necesidad de un constante entrenamiento para lograr una aceptable destreza en su uso individual y en el conjunto de una unidad mili-tar28 En este sentido los catafractos formaban un cuerpo minoritario dentro del ejeacutercito si bien constituiacutean probablemente una de las piezas dorsales de su ejeacutercito dadas las taacutecticas empleadas por su ejeacutercito a lo largo de la histo-ria de sus encuentros con Roma

El equipamiento del catafractario parto sin embargo probablemente no estaba estandarizado Al depender de la capacidad adquisitiva de cada in-dividuo las variaciones estariacutean a la orden del diacutea (entre unidades y entre los componentes de las mismas) y probablemente soacutelo unidades selectas como los guardias de corps de los soberanos estariacutean debidamente uniformadas en cuanto a equipo29 Para reconstruir el equipamiento de un catafracto parto disponemos de diversas fuentes principales especialmente los testimonios li-terarios romanos asiacute como diversos testimonios graacuteficos Entre las fuentes literarias destaca Plutarco quien en su biografiacutea de Luacuteculo menciona que la caballeriacutea pesada parta portaba pesadas armaduras ellos y sus monturas hasta el punto de obligar a los legionarios romanos a buscar puntos desprote-gidos y deacutebiles para atacarles30 En su descripcioacuten de la batalla de Carras el mismo Plutarco nos da algunos detalles maacutes sobre los catafractos partos mencionando que portaban cascos y corazas de hierro y que sus monturas iban protegidas con jaeces de bronce o acero31 Las representaciones graacuteficas de catafractos partos son variadas destacando entre ellas el relieve de Firu-zabad y los de Naqsh-i-Rustam donde se representa un violento enfrenta-miento entre catafractos partos y sasaacutenidas asiacute como el ya citado grafito de Dura-Europos donde la adscripcioacuten del jinete representado auacuten sigue en duda

28 MIELCZAREK 1993 p 56 29 WILCOX 2001 p 10 30 PLUTARCO Luacuteculo XXVIII 4 31 PLUTARCO Craso XXIV 1

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A partir de eacutestas y otras fuentes se ha podido reconstruir una imagen general del catafracto parto y su equipamiento para los ss I-III dC Respecto al equipamiento defensivo el jinete portariacutea un yelmo de bronce o hierro y protegeriacutea su torso con una coraza que podriacutea oscilar desde una simple cota de mallas de mayor o menor extensioacuten pasando por una cota de escamas (un tipo de proteccioacuten muy extendida en Oriente y las estepas euro-asiaacuteticas) o incluso una coraza de laacuteminas Las corazas de tipo griego o thoacuterax atesti-guadas en el equipo de la caballeriacutea pesada seleuacutecida y escita no parece ser sin embargo una pieza favorita en el equipo de los jinetes partos ni de otros pueblos esteparios como los saacutermatas Probablemente este factor sea debido a la enorme rigidez de este tipo de protecciones lo que negariacutea al jinete la coacutemoda movilidad necesaria tiacutepica de la tradicioacuten militar de estos pueblos al contrario que la cota de escamas32

Esta proteccioacuten baacutesica podiacutea completarse con otras para el cuello pro-bablemente en cota de malla o escamas y para brazos y piernas de los jinetes maacutes pesadamente armados Estas protecciones para las extremidades podiacutean estar realizadas en cota de mallas en la mayor parte de los casos asiacute como en laacuteminas de cuero o metal (bronce o hierro) posiblemente imbricadas en un modo muy semejante a la manica romana de los ss II-III dC Para proteger las manos propiamente dichas el jinete podriacutea proveerse ademaacutes de unos guanteletes que en la mayor parte de los casos seriacutean de cuero o cota de mallas pues otro tipo de proteccioacuten impediriacutea sin maacutes mover las manos con seguridad En ninguno de los testimonios disponibles acerca de la caballeriacutea pesada parta se menciona el uso de escudos y en concreto Casio Dioacuten hace un eacutenfasis particular en el hecho de que los partos no los utilizaban33 Por uacuteltimo un catafracto parto podiacutea completar su panoplia con una maacutescara que protegeriacutea el rostro la uacutenica parte de su cuerpo que llegados a este punto quedariacutea descubierto No debemos olvidar este factor pues seraacute objeto de debate al respecto de los catafractii romanos maacutes adelante Un catafracto parto podiacutea y soliacutea protegerse no soacutelo a siacute mismo sino tambieacuten a su montura

Las protecciones maacutes simples para los caballos eran meras gualdrapas de cuero curtido Las maacutes complejas y pesadas podiacutean constituir proteccio-nes completas que cubririacutean principalmente la cabeza la cerviz la pechera el lomo y los flancos estando constituidas por escamas de bronce o hierro principalmente Igualmente se podiacutea equipar al caballo con una armadura maacutes ligera o ldquomedia armadurardquo que protegeriacutea tan soacutelo la cabeza cerviz y pechera las partes maacutes vulnerables del animal en el momento del choque con una formacioacuten enemiga Respecto al equipamiento ofensivo el arma

32 MIELCZAREK 1993 pp 57-58 LEBEDYNSKY 2002 pp 168-169 33 CASIO DIOacuteN Historia Romana XXXX152

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estrella era la lanza larga de acometida o contus No estaacute claro que un cata-fracto parto portara un arma complementaria a parte del contus pero parece loacutegico que asiacute lo hiciera pudiendo tratarse en este caso de espadas (funda-mentalmente de hoja larga) hachas o incluso mazas (armas perfectas para reventar protecciones metaacutelicas ajenas)34

Seguacuten puede concluirse a partir del testimonio que Plutarco aporta de la batalla de Carras los catafractos partos actuaban en coordinacioacuten con los mucho maacutes numerosos arqueros a caballo de su ejeacutercito los arqueros trata-riacutean de debilitar la formacioacuten enemiga lanzando sucesivos ataques a distan-cia llegado el momento oportuno los catafractos cargariacutean en formacioacuten cerrada replegaacutendose y cesando su fuego los arqueros en ese preciso ins-tante (para evitar el riesgo del ldquofuego amigordquo) empuntildeando sus conti a dos manos sobre el flanco derecho del caballo y en paralelo al costado de eacuteste para arroyar a la formacioacuten enemiga principalmente infanteriacutea pesada Si se-guimos las tesis de M Mielczarek estos mismos catafractos estariacutean prepa-rados para actuar como clibanarios tal y como vemos en los relieves de Naqsh-i-Rustam embistiendo contra otra caballeriacutea empleando sus conti cru-zados tras la cerviz de su montura hacia el lateral izquierdo del caballo y re-cibiendo un apoyo constante de la caballeriacutea ligera en esta accioacuten La prin-cipal debilidad de este tipo de caballeriacutea radicariacutea en la falta de apoyo de otras armas (como los citados arqueros a caballo) y sobre todo que su for-macioacuten fuera dispersada dado que un catafracto aislado constituiacutea un blanco faacutecil a descabalgar y una vez en el suelo su escasa movilidad los convertiacutea en viacutectimas de las iras de la infanteriacutea enemiga35

Entre los saacutermatas Los saacutermatas al igual que los escitas son uno de los grandes grupos

de pueblos noacutemadas indoeuropeos de lengua irania que durante la Antiguumle-dad poblaron las estepas que se extienden desde las orillas del Bajo Danubio y las faldas de los Caacuterpatos a traveacutes de Ucrania y Rusia meridional hasta el Caacuteucaso y los montes Urales Hacia el s I dC dos ldquotribusrdquo saacutermatas arriba-ron junto al limes danubiano del Imperio romano o a sus proximidades los saacutermatas yaacutezigos y roxolanos

Hasta ese momento preciso las taacutecticas y el armamento saacutermata estu-vieron caracterizados por seguir la norma tiacutepica de los ejeacutercitos de jinetes de

34 EADIE 1967 p 164 MIELCZAREK 1993 pp 57-63 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-91 GOLDSWORTHY 1998 pp 66-67 WILCOX 2001 pp 9-10

35 PLUTARCO Craso XIX-XXV Luacuteculo XXXVIII EADIE 1967 p 164 MIELCZAREK 1993 p 50 GOLDSWORTHY 1998 pp 66-67 WILCOX 2001 p 9

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la estepa seguacuten nos describe Estraboacuten se trataba fundamentalmente de fuerzas de arqueros a caballo y caballeriacutea ligera soacutelo espontaacuteneamente apo-yada por jinetes que podriacutea decirse conformaban alguacuten tipo de caballeriacutea ldquopesadardquo36 Sin embargo a mediados del s I dC la imagen que nos trans-mite Taacutecito en sus Annales e Historias resulta ya bien distinta en primer lu-gar relata un encuentro entre saacutermatas y partos donde los primeros rehuacutesan entablar un intercambio de proyectiles a caballo con los segundos optando por lanzarse a la carga contra los partos empuntildeando conti y espadas de hoja larga imponieacutendose de este modo a sus adversarios37 en segundo lugar des-cribe la presencia entre los ejeacutercitos saacutermatas de caballeriacutea de choque una eacutelite que considera conformada por los aristoacutecratas equipados con armadu-ras tan pesadas que en caso de ser derribados no podriacutean levantarse38 Si atendemos a fuentes iconograacuteficas tales como el vaso de Kossika (Rusia) o los frescos de la tumba descubierta en Panticapea (actual Kertch en Ucrania) datada no maacutes tarde del s II dC las imaacutegenes que estas nos transmiten son claramente la de jinetes bien protegidos y armados con un contus que empuntildean a dos manos es decir contarios a todos los efectos Pero iquestpodriacutean ser tambieacuten catafractos En ninguacuten momento nuestras fuentes escritas pro-nuncian este teacutermino al referirse a la caballeriacutea pesada saacutermata que nos des-criben

En cualquier caso hacia el s I dC los saacutermatas habiacutean desarrollado una caballeriacutea de choque maacutes o menos pesada eficiente y realmente peligro-sa para cualquier unidad de infanteriacutea o de caballeriacutea ligera Estos jinetes iriacutean equipados como miacutenimo con el ya caracteriacutestico contus sarmaticus asiacute como con una espada de hoja larga y estrecha (como la encontrada en la tumba 3 del kurgaacuten 80 en Novyiuml a orillas del riacuteo Don en Rusia) Tal y como describe Taacutecito el contario o κοντοφόρος podriacutea ir tambieacuten protegido con una coraza de escamas de cuero o de hierro el tipo de proteccioacuten maacutes corriente encontrado arqueoloacutegicamente asiacute como entre las fuentes icono-graacuteficas que representan a saacutermatas o su armamento (en el caso de la Colum-na Trajana en sus escenas 28 y 34 muestra una serie de jinetes totalmente cubiertos por armaduras de escamas ellos y sus monturas si bien eacutestas estaacuten representadas perfectamente adaptadas al cuerpo de jinetes y caballos de un modo bastante irreal En su podio no obstante la columna representa tam-bieacuten armaduras de escamas esta vez realistas) En el mismo vaso de Kossika el jinete que permanece montado sobre su caballo derribando contus en ma-no a un arquero viste una cota de escamas que se deja entrever bajo un

36 ESTRABOacuteN Geografiacutea VII 3 17 37 TAacuteCITO Annales VI 35 38 TAacuteCITO Historias I 79 2-4

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caftaacuten Otros tipos de proteccioacuten menos frecuentes fueron probablemente tambieacuten las cotas de placas o laacuteminas que se tornariacutean maacutes comunes en las estepas desde la Tardoantiguumledad y la Alta Edad Media Por otra parte hallazgos arqueoloacutegicos como los realizados en Vozdvizhenskaya Stanitsa han llevado a plantear diversas hipoacutetesis de reconstruccioacuten de posibles arma-duras compuestas saacutermatas es decir creadas con distintos tipos de pro-tecciones principalmente escamas y malla combinadas Un yelmo coacutenico compuesto y dotado de carrilleras completariacutea la proteccioacuten del jinete pu-dieacutendose observar varios tanto en las escenas como en el podio de la Colum-na Trajana Como ya hemos sentildealado anteriormente la particular naturaleza del estilo de combate del contario le impediriacutea portar un escudo o hacer un uso realmente uacutetil de eacutel Taacutecito especifica que los saacutermatas que penetraron en Mesia en 69 dC no haciacutean uso de escudos39 y tampoco los vemos represen-tados en ninguna de nuestras fuentes iconograacuteficas donde aparecen contarios saacutermatas40

La posible proteccioacuten portada por los caballos de estos jinetes por otra parte ha sido y es el principal punto de debate Mielczarek considera que la mayor parte de las monturas no se encontrariacutean protegidas de ninguna forma especial a excepcioacuten de aquellas que formariacutean parte de la vanguardia y liacutenea de choque de la formacioacuten y que en cualquier caso se tratariacutea de una proteccioacuten disentildeada principalmente para proteger al caballo ante un combate contra otros jinetes maacutes que contra formaciones de infanteriacutea (al contrario que los partos maacutes preocupados de batir a la infanteriacutea romana mientras que los saacutermatas se enfrentariacutean maacutes frecuentemente a otros pueblos de jinetes o entre siacute mismos seguacuten el autor)41 A E Negin por su parte no niega la po-sibilidad de que las monturas de los jinetes saacutermatas maacutes pesadamente equi-pados fueran protegidas pero en cualquier caso considera que dicha pro-teccioacuten variariacutea en extensioacuten enormemente de un jinete a otro y estariacutea prin-cipalmente restringida a los mandos42 I Lebedynsky especialista en cultu-ras esteparias de la Antiguumledad considera posible que parte de las monturas de la caballeriacutea saacutermata portaran alguacuten tipo de proteccioacuten para lo que argu-menta que las representaciones de jinetes y monturas acorazados de la Co-lumna Trajana aunque ejecutadas en un modo bastante fantasioso no deja de ser sino la traduccioacuten artiacutestica de una realidad militar Igualmente cita la estela funeraria de Athenios en Panticapea donde aparece un jinete empu-

39 TAacuteCITO Historias I 79 4 40 EADIE 1967 p 165 MIELCZAREK 1993 pp 99-100 NEGIN 1998 pp 67-74

LEBEDYNSKY 2002 pp 164-171 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002 pp 23-34 41 MIELCZAREK 1993 pp 101-102 42 NEGIN 1998 p 74

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ntildeando una lanza y montado sobre un caballo que parece mostrar sobre su lo-mo las trazas de una proteccioacuten de escamas o laacuteminas43 R Brzezinski junto a Mielczarek por su parte llegan a conclusiones similares44 Particularmente consideramos que probablemente el uso de protecciones amplias para los ca-ballos no fuera tan sistemaacutetico como podiacutea observarse entre los catafracta-rios partos sino maacutes restringidas en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete y su papel taacutectico concreto en el campo de batalla En este sentido la no utilizacioacuten del teacutermino catafractus katavfrakto por parte de las fuen-tes latinas o griegas en referencia a la caballeriacutea pesada de choque saacutermata podriacutea responder a esta circunstancia en comparacioacuten con la caballeriacutea pesa-da parta

CONTARII Y CATAFRACTII EN EL EJEacuteRCITO ROMANO EQUIPAMIENTO ORGANI-ZACIOacuteN TAacuteCTICAS Y ORIacuteGENES

A continuacioacuten abordaremos en detalle el equipamiento militar la or-

ganizacioacuten de las unidades y las taacutecticas empleadas por estas unidades espe-cializadas y peculiares atestiguadas por primera vez en el ejeacutercito romano en eacutepoca Flavia y sobre todo de Trajano y Adriano en base a las fuentes dis-ponibles Una vez definidos estos puntos trataremos de considerar cuaacutel fue la corriente de influencia y los motivos que llevaron a la creacioacuten de unida-des de caballeriacutea de esta naturaleza en mitad de una tradicioacuten militar estre-chamente vinculada a la infanteriacutea pesada

Respecto del equipamiento de los contarii y catafractii del ejeacutercito romano (asiacute como de los ejeacutercitos saacutermata y parto) sucede como con cual-quier otra unidad militar de reciente creacioacuten o naturaleza extrantildea en cual-quier periodo histoacuterico son sus elementos maacutes innovadores o peculiares los que llaman la atencioacuten del observador (sea eacuteste directo o indirecto) que-dando los elementos comunes o sobradamente conocidos en un segundo pla-no o simplemente obviados45 La organizacioacuten de estas unidades por otra

43 LEBEDYNSKY 2002 pp 171-172 44 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002 p 37 45 MIELCZAREK 2002 pp 90-93 este autor dispone como ejemplo comparativo la ima-

gen que los huacutesares alados polacos unidad militar de caballeriacutea pesada (por contra a su deno-minacioacuten de huacutesares) empleada por la Confederacioacuten polaco-lituana durante los ss XVI-XVIII causaba entre sus contemporaacuteneos extranjeros los cuales destacaban antes los ele-mentos ldquoexoacuteticosrdquo y llamativos de esta unidad (las alas a la espalda los pendones de las lar-gas lanzas o las pieles vestidas sobre las armaduras y uniformes por sus aristocraacuteticos miem-bros) que los elementos realmente cruciales como las lanzas de choque las poderosas pro-tecciones metaacutelicas y su empleo taacutectico en la batalla con devastadores resultados Otro tanto

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parte dada su denominacioacuten de alae responde claramente a los modelos altoimperiales de organizacioacuten de la caballeriacutea sin que pueda detectarse en principio ninguna particularidad extraordinaria causada por la naturaleza es-pecial (o simplemente novedosa) de estas unidades Las taacutecticas son el punto decisivo en base a que suponen la puesta en praacutectica y uso del equipamiento y la organizacioacuten previa de la unidad y lo que determinaraacute en mayor medida el eacutexito de su empleo en la batalla objetivo fundamental de cualquier unidad militar por simple que eacutesta sea Finalmente nuestro intereacutes en determinar los oriacutegenes e influencias de este tipo de unidades del ejeacutercito romano deviene de una razoacuten sencilla el ejeacutercito romano estuvo en contacto durante qui-nientos antildeos con tradiciones militares que emplearon la caballeriacutea de forma masiva y especializada o que hicieron simplemente un uso maacutes o menos sis-temaacutetico de la caballeriacutea pesada de choque o catafracta sin que ello motivara la creacioacuten de unidades semejantes dentro de las armas romanas iquestPor queacute razoacuten entonces eacutestas surgen repentinamente hacia finales del s I dC y muy especialmente bajo los reinados de Trajano y Adriano sin abandonar ya la tradicioacuten militar romana hasta convertirse en una de las espinas dorsales de los ejeacutercitos del Bajo Imperio y sobre todo del posterior Imperio Bizantino

El lector habraacute notado que en el tiacutetulo de este apartado no hemos he-cho mencioacuten los clibanarii Dada la inexistencia de este teacutermino en las fuen-tes que tratan esta clase de unidades en el periodo que abordamos (hasta el punto que no hace su aparicioacuten hasta el s IV dC)46 consideramos innece-saria cualquier disquisicioacuten ulterior en base a una especialidad militar que no habiacutea emergido como tal para el periodo que estudiamos No obstante no debemos olvidar que en base a las hipoacutetesis barajadas y a la propuesta que aquiacute hemos presentado apoyaacutendonos en ellas las diferencias entre catafractii y clibanarii devienen maacutes de un empleo taacutectico antes que de diferencias sen-sibles en equipamiento u organizacioacuten en este sentido por tanto el papel taacutectico del clibanarius podriacutea haber sido desempentildeado por el catafractus en el periodo que nos ocupa

Las alae I Canninefatum y I Vlpia Contariorum milliaria El elemento maacutes caracteriacutestico de un contarius es el arma que le da

nombre el contus sarmaticus Nuestras fuentes no nos aportan mayores de-talles acerca del equipamiento militar de esta clase de unidades La estela de parece suceder con las fuentes claacutesicas que abordan a contarios catafractos y clibanarios de cualquier ldquonacionalidadrdquo soacutelo se resentildean los elementos llamativos o extrantildeos de su equipo

46 MIELCZAREK 1993 p 76

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Aduitor jinete del ala I Canninefatum ya mencionada maacutes arriba nos aporta la imagen de un jinete equipado tan soacutelo con un contus sin llevar maacutes pro-teccioacuten que sus ropas militares Sin embargo no es la primera vez que un militar romano se hace representar en su estela funeraria portando simple-mente sus armas maacutes caracteriacutesticas vistiendo tan soacutelo lo que podriacuteamos de-nominar como su ldquouniformerdquo Asiacute pues iquestno podriacutea estar actuando Aduitor en el mismo sentido

El contus sarmaticus es un arma de choque destinada a ser empuntildeada a dos manos por un jinete que emplearaacute la fuerza de sus brazos y de la em-bestida de su caballo conjuntamente para arremeter contra un objetivo pe-destre o ecuestre con la finalidad de abatirlo o derribarlo La superior longitud del contus por otra parte confiere al jinete una importante ventaja desde el momento en que a la carga posee la oportunidad de golpear prime-ro al enemigo con toda la brutal fuerza que un jinete a la carga puede desple-gar en ese preciso instante Sin embargo una vez ha sucedido el choque y se acortan las distancias entre el contarius y sus enemigos el jinete se encuen-tra en una situacioacuten de creciente vulnerabilidad si no recibe apoyo de liacuteneas sucesivas de otros jinetes o queda maacutes o menos aislado puede ser flanquea-do y faacutecilmente atacado por la infanteriacutea u otros jinetes47 La principal fuerza de una unidad de contarios radica por tanto en su capacidad para actuar en grupo y en perfecta coordinacioacuten asiacute como en saber explotar la ventaja fiacutesica y psicoloacutegica del primer impacto para barrer y desfondar a la formacioacuten ene-miga del tipo que sea Sin embargo esto no siempre puede suceder (ni se dan las condiciones apropiadas para conseguirlo en el campo de batalla) Ante semejante eventualidad inherente a una unidad de contarii sus componentes debiacutean de estar seguramente preparados La proteccioacuten corporal y un o unas armas secundarias formaban probablemente parte del equipo de Aduitor y de otros jinetes como eacutel

En cuanto al equipamiento ofensivo el arma maacutes comuacuten al lado de una lanza de acometida es una espada especialmente una de hoja larga la maacutes adecuada para su uso desde la silla de montar Este tipo de armas estaacute arqueoloacutegicamente atestiguada entre otros especialistas en el uso del contus los saacutermatas En la panoplia romana del s II dC las espadas largas no eran desconocidas en absoluto la caballeriacutea empleaba masivamente la spatha una espada de hoja recta que podiacutea oscilar entre los 65 y los 90 cm de lon-gitud y entre los 4 y 8 cm de anchura que en el s II dC era portada ya so-bre el costado izquierdo48 Otro tipo de espadas empleadas por la caballeriacutea romana en eacutepoca Antonina y Severa fueron las espadas de pomo en forma de

47 GOLDSWORTHY 1998 p 241 48 DIXON SOUTHERN 1997 pp 48-49 FIELDS 2006 p 16

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anillo cuyo origen se encuentra entre las espadas del mismo tipo saacutermatas y del Reino del Boacutesforo49 Una daga el pugio romano aunque pueda parecer un arma mucho maacutes uacutetil para un soldado de infanteriacutea que para un jinete es especialmente adecuada para los combates maacutes encarnizadamente cercanos tales como los brutales forcejeos hombre a hombre que tras un encontronazo de caballeriacutea podiacutean darse Igualmente un jinete descabalgado encontrariacutea mucho maacutes adecuado un pugio a la hora de enfrentarse a la infanteriacutea ene-miga que su larga espada maacutes conveniente para el combate desde la silla de montar50 Si tenemos en cuenta que en determinadas circunstancias un conta-rius era particularmente vulnerable a los ataques (y a ser consecuentemente derribado) un pugio seriacutea un buen complemento a su panoplia

Respecto al equipo defensivo debemos descartar desde un principio (auacuten a riesgo de resultar redundantes) el uso de escudos dada la imposibi-lidad de emplearlos adecuadamente empuntildeando al mismo tiempo un contus cuyo uso ademaacutes se veriacutea gravemente estorbado En este sentido la pro-teccioacuten corporal se convertiriacutea en un imperativo maacutexime teniendo en cuenta las debilidades inherentes a un contarius en combate ya mencionadas Di-versos tipos de casco o galea estaban a la disposicioacuten del jinete romano Los cascos de caballeriacutea evolucionaron de un modo diferente a los de la infan-teriacutea desde eacutepoca de Augusto al fin y al cabo las necesidades de proteccioacuten y movilidad de un jinete y un infante eran distintas Hacia finales del s I dC los modelos preexistentes como el casco tipo Weiler empezaron a ser refor-zados en su parte frontal (un lugar propenso a recibir contundentes sablazos durante el choque entre dos formaciones de caballeriacutea) desembocando en nuevos modelos durante el s II dC tales como el Russell Robinson tipo B uno de cuyos principales ejemplos fue encontrado en Ely Cambridgeshire Entre sus principales caracteriacutesticas estaacute la ampliacioacuten de las carrilleras que envuelven buena parte de la cara asiacute como los oiacutedos dejando soacutelo al descu-bierto nariz ojos y boca Su refuerzo frontal es pronunciado y el cubrenuca se ampliacutea ligeramente Sin embargo los cubrenucas de los cascos de ca-balleriacutea nunca alcanzaraacuten extensiones superiores en caso de ser derribado un jinete con un casco de cubrenuca muy extenso (como en los cascos de in-fanteriacutea del s II dC) podiacutea partirse el cuello faacutecilmente En este sentido avanzado el s II dC los cubrenucas se atrofian de nuevo mientras que las carrilleras se ampliacutean auacuten maacutes asiacute como los refuerzos del yelmo En este sentido los mejores ejemplos son el casco de Kalkar-Houmlnnepel (s II dC) y especialmente el tipo Friedberg el Heddernheim y el Russell Robinson tipo

49 BISHOP COULSTON1993 pp111-112 LEBEDYNSKY 2002 pp 101-103 p 167 y p 240 DIXON STEPHENSON 2003 pp 75-78

50 DIXON STEPHENSON 2003 pp 90-92

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E datados ya a comienzos del s III dC Estos cascos se caracterizan por en-volver casi completamente la cara salvo una breve ldquotrdquo que deja al descu-bierto ojos nariz y parte de la boca Las carrilleras cubren toda la cara y los oiacutedos asiacute como buena parte del cuello en unioacuten al cubrenuca Una extensa visera se extiende desde el frontal reforzado del casco sirviendo para desviar auacuten mejor los golpes frontales El yelmo presenta refuerzos transversales que se cruzan en su parte superior y se extienden hasta los liacutemites del cubrenuca En su conjunto estos disentildeos de cascos proporcionan una buena proteccioacuten contra golpes realizados desde cualquier direccioacuten especialmente frontales laterales y sobre la parte superior de la cabeza dejando vulnerable soacutelo la parte estrictamente necesaria del rostro51 No trataremos aquiacute todaviacutea los cas-cos destinados en principio a la Hippikaacute Gymnasia pues su particular natu-raleza y en especial la utilidad protectora del rostro de sus maacutescaras seraacute ob-jeto de debate en torno al equipamiento de los catafractii

La proteccioacuten corporal resultariacutea igualmente esencial para un conta-rius sobre todo porque en posicioacuten de carga y sin escudo resultariacutea muy vul-nerable a cualquier contraataque que pudiera atravesar la formacioacuten de ca-balleriacutea erizada de lanzas En general las protecciones no deberiacutean resultar muy diferentes a las de cualquier otro equite medianamente pesado de la ca-balleriacutea romana La proteccioacuten maacutes sencilla y frecuente seriacutea la lorica hama-ta o cota de mallas de mangas cortas hombros reforzados con una doble ca-pa de mallas y faldelliacuten extenso hasta medio muslo A finales del s II dC la caballeriacutea empezariacutea a llevar loricae hamatae de mayor longitud llegando a rebasar codos y rodillas En cuanto a las loricae squamatae durante los ss I-II dC soliacutean ser de unas dimensiones semejantes a las hamatae de man-gas y faldelliacuten cortos (cuando no sin mangas) con dos placas pectorales de metal como complemento y una franja de pteryges sobre los muslos Con la entrada del s III dC la lorica squamata cambia y tiende a hacerse maacutes lar-ga En el s II dC se incorpora una innovacioacuten las escamas semi-riacutegidas maacutes amplias y cosidas unas junto a otras sobre una pieza de cuero de tal for-ma que conformaban una proteccioacuten riacutegida y maacutes soacutelida como el ejemplo de Waffenmagazin en Carnunto datado probablemente de eacutepoca pre-Antonina o Antonina temprana Las armaduras de laacuteminas elaboradas a partir de esca-mas de metal rectangulares y alargadas son raras en el mundo romano du-rante esta fase aunque existe alguacuten ejemplo aislado como el hallazgo de un fragmento datado en el s III dC en Čatalka52 Otros elementos podiacutean com-

51 BISHOP COULSTON 1993 pp 93-96 y 117-119 FREUGEgraveRE 1994 pp 104-121 DIXON

SOUTHERN 1997 pp 35-36 DIXON STEPHENSON 2003 pp 17-20 FIELDS 2006 pp 12-13 52 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-92 y 116-117 DIXON SOUTHERN 1997 pp 36-43

DIXON STEPHENSON 2003 pp 43-48 FIELDS 2006 pp 13-14

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pletar la proteccioacuten del contarius como la de cualquier otro equite especial-mente grebas de diverso tipo especialmente uacutetiles para proteger las vulnera-bles piernas del jinete53

Completariacutea el equipamiento de un contarius su montura asiacute como la silla y los arreos necesarios para controlarla y poder actuar en conjuncioacuten con ella En particular la silla compondriacutea un elemento clave del equipo de una caballeriacutea especializada en taacutecticas de choque ante la carencia de estri-bos sin una silla de montar adecuada un contarius podriacutea salir simplemente disparado por la grupa de su caballo a causa de la fuerza del impacto En este sentido las tentativas de reconstruccioacuten de las sillas de montar realizadas por Junkelmann y P Connolly han resultado de extremada utilidad para conocer hasta queacute punto la silla de montar romana conocida como ldquosilla de cuatro cuernosrdquo podiacutea suplir la carencia del estribo y permitir a un jinete realizar toda clase de maniobras a lomos de su caballo sin correr excesivo riesgo de caer desmontado Especialmente satisfactorios han sido en este sentido las experiencias realizadas por Connolly con su propuesta de silla de estructura riacutegida interna de madera respaldados sus resultados por otros autores como K Dixon o P Southern Aunque no es materia esencial de nuestro estudio el debate en torno a la particular naturaleza de las sillas de montar romanas sentildealaremos que estos autores (a cuya opinioacuten nos adscribimos) consideran que una silla de montar de entramado riacutegido interno responderiacutea mucho me-jor a las necesidades de un jinete carente de estribos que una sin dicho entra-mado Desde nuestro particular punto de vista consideramos que las necesi-dades de un jinete especializado en taacutecticas de choque acentuariacutean enorme-mente la necesidad de una silla con un buen entramado riacutegido capaz de absorber la fuerza del impacto y mantener al jinete soacutelidamente afincado so-bre el lomo de su montura sin riesgo de caer Igualmente la solidez del en-tramado y su capacidad para transferir el peso del jinete de la columna verte-bral del animal hacia sus flancos (con el consecuente beneficio para la salud del caballo) permitiriacutea transmitir la fuerza de la embestida de la montura ha-cia el propio jinete y su arma (en este caso el contus) concentrando la fuerza del impacto en el afilado extremo de eacutesta y maximizando de este modo la eficiencia de la carga54 Posiblemente las unidades de caballeriacutea maacutes pesadas (como los catafractii) emplearon sillas de montar cuyo entramado estariacutea maacutes desarrollado y hasta reforzado con elementos metaacutelicos55

53 DIXON STEPHENSON 2003 p 61 54 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 BISHOP COULSTON 1993 pp 105-108

MIELCZAREK 1993 pp 81-82 DIXON SOUTHERN 1997 pp 70-74 DIXON STEPHENSON 2003 pp 107-110 FIELDS 2006 pp 17-18

55 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 pp 44-45

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La posible proteccioacuten portada por la montura de un contarius proba-blemente no diferiacutea de la portada por las monturas de las unidades de ca-balleriacutea media del ejeacutercito romano especialmente si tenemos en cuenta que como tendremos oportunidad de analizar no estaacute ni tan siquiera claro que los caballos de los catafractii romanos portaran protecciones fuera de lo comuacuten respecto de otras unidades de caballeriacutea Por tanto el elemento de proteccioacuten maacutes pesado portado por el caballo de un contarius seriacutea un chamfron una proteccioacuten para la cabeza y ojos del animal que podiacutea ser tanto de cuero co-mo metaacutelica Se han encontrado diversos ejemplares de este tipo de protec-ciones los maacutes exuberantemente decorados considerados (en principio) como restringidos a su uso durante la Hippikaacute Gymnasia56 El principal papel de estas protecciones parece enfatizar la proteccioacuten de los ojos del caballo en tanto en cuanto se conocen ejemplos de chamfrons romanos que tan soacutelo protegen esta vulnerable parte de la cabeza del animal como los hallados en Mainz Alemania57

El armamento caracteriacutestico del contarius especialmente el contus se asemeja enormemente al equipamiento del jinete pesado saacutermata el cual en la mayor parte de los casos no era sino un jinete maacutes o menos bien protegido (en algunos casos pesadamente protegido) a lomos de un caballo que en la mayor parte de los casos no llevariacutea una proteccioacuten destacada La principal fuerza del jinete saacutermata radicariacutea en el uso del llamado contus sarmaticus Que los primeros testimonios de la existencia de contarii entre las filas de la caballeriacutea romana no date antes del 60 dC resulta igualmente significativo el encuentro del ejeacutercito romano con la caballeriacutea pesada de los saacutermatas roxolanos o yaacutecigos se produce precisamente en esas fechas No existen evi-dencias de un ldquoteacutermino mediordquo similar al contarius romano entre el arquero a caballo y el catafractoclibanario parto o sasaacutenida Los contrastes entre el jinete pesado saacutermata y el parto son evidentes no soacutelo en equipo militar sino en taacutecticas todo lo contrario sucede entre el jinete pesado saacutermata y el contarius romano en particular Resulta loacutegico por tanto pensar que el mo-delo en taacutecticas y equipamiento del contarius romano se encuentra entre los contarios de la caballeriacutea pesada saacutermata58

56 BISHOP COULSTON 1993 pp 105-108 DIXON SOUTHERN 1997 p 67 DIXON

STEPHENSON 2003 pp 111-112 FIELDS 2006 57 DIXON STEPHENSON 2003 p 112 58 EADIE 1967 pp 165-167 MIELCZAREK 1993 pp 99-102 NEGIN 1998 LEBEDYNSKY

2002 p 236

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El ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta A diferencia de lo que sucede con los contarii no disponemos de des-

cripciones pormenorizadas o representaciones graacuteficas expliacutecitas de cata-fractii del ejeacutercito romano59 Tan soacutelo el grafito de un catafracto hallado en Dura-Europos aporta alguacuten tipo de informacioacuten expliacutecita para reconstruir la posible imagen de lo que seriacutea un catafractus del ejeacutercito romano pese al hecho de que la ldquonacionalidadrdquo del catafracto representado en el grafito no estaacute nada clara

Como ya hemos sentildealado en apartados anteriores el propio nombre de catafractuscatafractii (asiacute como el posterior de clibanariusclibanarii) pone el acento en la defensa corporal metaacutelica de este tipo de soldados romanos o no romanos Sin embargo el equipamiento defensivo carece de sentido algu-no si no protege una funcioacuten ofensiva concreta En un contarius el eacutenfasis se situacutea en su capacidad ofensiva representada fundamentalmente por el contus sarmaticus como devastadora arma de choque en manos de una fuerza dise-ntildeada esencialmente para el ataque la caballeriacutea En un catafractus romano o parto y en sus homoacutelogos saacutermatas maacutes pesadamente equipados el elemen-to clave no es el poderoso equipo defensivo del jinete (y seguacuten queacute casos de su caballo) en solitario sino la conjuncioacuten de eacuteste con el poder devastador de su equipo ofensivo El catafractus representa asiacute la fuerza ofensiva del con-tarius puesta bajo una proteccioacuten concienzuda que la mantenga a salvo de la mayor parte de los contraataques

En este sentido el equipamiento ofensivo de un catafractus romano no se diferenciariacutea en nada sustancial del portado por un contarius Aparte de la fundamental y eficiente contus el catafractus no dejariacutea de portar un arma secundaria siendo de nuevo la maacutes eficiente la espada de hoja larga que en la tradicioacuten romana altoimperial se materializaba en la spatha en to-das sus variantes asiacute como en espadas de hoja larga de tradicioacuten saacutermata que ya presentamos anteriormente En cuanto a otras armas acaso el pugio pu-diera ser un complemento menos uacutetil para un jinete pesadamente protegido (y con una movilidad maacutes restringida en consecuencia) que para un conta-rius o un equite maacutes vulnerable pero con mayor libertad de movimientos Al fin y al cabo la funcioacuten de ataque baacutesica del catafractus no era sino la mis-ma que la del contarius aprovechar la ventaja de un arma de acometida como el contus para derribar a enemigos a pie o montados antes de poder re-cibir cualquier clase de contraataque cuerpo a cuerpo por parte de ellos Era precisamente su capacidad para mantenerse a salvo de buena parte de los

59 MIELCZAREK 1993 p 79

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contraataques (cercanos o de proyectil) lanzados contra ellos lo que conver-tiacutea a los catafractii en un arma auacuten maacutes devastadora y pesada que los conta-rii la fuerza devastadora de su ataque teniacutea muchas menos posibilidades de verse desbaratada durante la accioacuten si todo iba razonablemente bien60

Y es este elemento clave del catafractus romano la proteccioacuten corpo-ral uno de los puntos que mayores debates ha generado empezando por el yelmo propiamente dicho Un catafractus romano del s II y comienzos del s III dC empleariacutea una gama de cascos ligeramente distinta a los de un con-tarius por dos razones la primera de todas cronoloacutegica en base al hecho de que su aparicioacuten (en base a todas nuestras fuentes) no parece tener lugar has-ta la primera deacutecada del s II dC por lo que los disentildeos de cascos maacutes tiacutepi-cos del s I dC (como el tipo Weiler) no llegariacutean a ser usados por los cata-fractii romanos la segunda es puramente funcional en tanto en cuanto se es-perariacutea de un catafractus que fuera lo maacutes protegido posible Soacutelo los dise-ntildeos maacutes soacutelidos de yelmos romanos y de proteccioacuten maacutes completa entrariacutean a formar parte del equipo corriente de esta caballeriacutea pesada En este sentido resulta particularmente representativo el casco tipo Heddernheim o Russell Robinson tipo E el tipo Friedberg asiacute como los cronoloacutegicamente anteriores Kalkar-Houmlnnepel y Bodengraven Todos ellos ofreciacutean una excelente protec-cioacuten a todo el craacuteneo y el cuello Sin embargo todos ellos no podiacutean evitar dejar al descubierto ojos nariz y buena parte de la boca Teniendo en cuenta que el resto del cuerpo del jinete estariacutea tambieacuten razonablemente bien prote-gido la mejor forma de neutralizar a un catafractus en estas circunstancias era atacarle al rostro directamente Sean cuales sean las circunstancias (y lo que Hollywood nos haya intentado hacer creer) el instinto baacutesico de preser-vacioacuten de un ser humano le hace cerrar los ojos encoger o apartar brusca-mente la cabeza y (de ser necesario) protegerse con las manos y los brazos si intuye o siente una agresioacuten dirigida a la cara Se trata de un acto reflejo baacute-sico e instintivo que no se puede evitar La peacuterdida temporal del control so-bre la realidad visual y sobre las acciones del combate que esto produciriacutea podriacutea provocar (al menos durante ese corto espacio de tiempo) que el ldquoin-vulnerablerdquo catafractus dejara de ser una amenaza fallara el objetivo de su ataque dejara de prestar atencioacuten (en pos de su propia proteccioacuten) yo se convirtiera en un objetivo vulnerable durante ese tiempo En resumidas cuentas la proteccioacuten para la cara resultariacutea una pieza muy uacutetil para un sol-dado cuya fuerza residiera en una pesada proteccioacuten y una gran contundencia de ataque En este sentido se sabe que los catafractos y clibanarios partos y

60 MIELCZAREK 1993 p 81 BISHOP COULSTON 1993 pp 109-111 DIXON SOUTHERN 1997 p 76 GOLDSWORTHY 1998 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-321

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sasaacutenidas emplearon maacutescaras o ventails combinadas con sus cascos para completar su proteccioacuten dejando tan soacutelo los resquicios necesarios para res-pirar y ver (literalmente dos orificios del tamantildeos de los ojos asiacute como una apertura y perforaciones para permitir la ventilacioacuten a la altura de la boca y la nariz) sin que ello pareciera representar un inconveniente a la percepcioacuten del entorno en combate61 En la panoplia romana altoimperial los cascos con maacutescaras metaacutelicas (y las maacutescaras en siacute mismas) no son precisamente des-conocidos son aquellos inicialmente atribuidos a un uso en paradas y ejer-cicios militares especialmente la Hippikaacute Gymnasia Entre los ejemplos maacutes destacables podemos sentildealar el tipo Newstead (s I dC) asiacute como las varian-tes maacutes elaboradas y decoradas del Heddernheim En principio este tipo de cascos dada su profusa decoracioacuten y las supuestas limitaciones a la visibili-dad provocadas por la maacutescara estariacutean limitado en su uso a la Hippikaacute Gymnasia Sin embargo este tipo de cascos no era impedimento para un adecuado desenvolvimiento durante estos ejercicios que eran una muestra de destreza iquestPor queacute entonces habriacutean de resultar un estorbo en la batalla Las maacutescaras de la caballeriacutea parta no teniacutean una factura esencialmente diferente a las romanas (maacutes allaacute del plano puramente artiacutestico-estiliacutestico) y fueron usadas en combate con cierta asiduidad iquestPor queacute razoacuten los yelmos con maacutes-cara o maacutes probablemente las maacutescaras en siacute mismas combinadas con otros tipos de yelmos romanos de caballeriacutea conocidos no pudieron ser utilizados en combate tanto como en la Hippikaacute Gymnasia Hace casi dos deacutecadas Mielczarek ya lanzoacute una propuesta en semejante sentido al respecto de la ca-balleriacutea pesada romana poniendo en cuestioacuten su uso exclusivo en paradas y exhibiciones la cantidad de cascos con maacutescaras y maacutescaras aisladas vincu-ladas a la panoplia romana (y especialmente de la caballeriacutea) no parece res-ponder precisamente a un uso limitado a ocasiones especiales Diez antildeos maacutes tarde Dixon e I P Stephenson volvieron a retomar dichos plantea-mientos argumentando que determinados cascos empleados en la Plena y Baja Edad Media (como el sallet A82) limitaban la visibilidad tanto o maacutes que las maacutescaras inicialmente consideradas como limitadas a la Hippikaacute Gymnasia y sin embargo fueron empleados en combate62 En este sentido consideramos que posiblemente los maacutes ricamente decorados ejemplares no fueron objeto de uso en combate pero siacute que nos adscribimos a los plantea-mientos de los autores mencionados considerando no soacutelo probable sino ra-zonable que la maacutescara (y los cascos disentildeados especialmente para portarlas) formaran parte de la panoplia de los catafractii otorgaacutendoles la proteccioacuten necesaria para proteger el siempre vulnerable rostro

61 MIELCZAREK 1993 p 60 NEGIN 1998 pp 72-74 WILCOX 2001 p 10 62 MIELCZAREK 1993 p 81 DIXON STEPHENSON 2003 pp 20-24

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Un catafractus sin duda alguna portariacutea una buena proteccioacuten para el torso En este sentido hariacutea uso de las mismas protecciones antes menciona-das para los contarii como loricae hamatae y squamatae asiacute como las inno-vaciones propias de eacutepoca Antonina y Severa como las escamas semi-riacutegi-das y las poco comunes armaduras de laacuteminas como el aislado ejemplo del s III dC hallado en Čatalka63 Sin embargo si atendemos ahora al grafito de Dura-Europos el jinete representado no parece llevar un uacutenico tipo de pro-teccioacuten sobre su torso Las armaduras compuestas por varios tipos de loricae como hemos visto eran probablemente utilizadas ya por los saacutermatas Este tipo de proteccioacuten era tambieacuten conocida en el ejeacutercito romano si bien los ejemplos de la misma son limitados y no parece que su uso estuviera muy extendido (al igual que no parece que en el s II y a comienzos del s III dC los catafractii fueran un arma de extendido uso en Roma) Se denominaba lorica plumata teacutermino que al parecer designaba principalmente a armadu-ras compuestas por lorica squamata y hamata combinadas Esta combina-cioacuten parece ser la utilizada tambieacuten por los saacutermatas aunque su distribucioacuten sobre el cuerpo no se ha podido reconstruir convincentemente64 Al igual que el contarius el catafractus no portariacutea escudo tanto por serle imposible su debido aprovechamiento al empuntildear un contus como por el estorbo que su-pondriacutea al uso de esta uacuteltima La carencia de escudo quedariacutea suplida por lo pesado de su proteccioacuten corporal En este sentido destaca la manica una proteccioacuten construida con laacuteminas de metal (bronce o hierro) semiciliacutendricas unidas unas a otras en progresioacuten descendente del hombro hacia la mano la cual podiacutea proteger a su vez con guanteletes de malla de escamas o incluso una extensioacuten de la manica misma adaptada a la forma de la mano65 Com-pletariacutean la proteccioacuten de un catafractus unas grebas para sus piernas (la parte de su cuerpo maacutes al alcance de la infanteriacutea enemiga) si bien podiacutean disponer de protecciones maacutes pesadas que podiacutean llegar a cubrir muslos y pies recordando en su estructura a la manica empleada para proteger los bra-zos66 En ocasiones podriacutea emplearse tambieacuten protecciones especiacuteficas para el cuello especialmente pensadas para cubrir cualquier posible fisura entre el yelmo y la proteccioacuten del torso De este tipo de piezas se han encontrado al-gunos ejemplos como el de una tumba de Čatalka en Bulgaria datada en el

63 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-92 y 116-117 DIXON SOUTHERN 1997 pp 36-43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 43-48 FIELDS 2006 pp 13-14

64 MIELCZAREK 1993 pp 79-80 NEGIN 1998 pp 68-74 DIXON STEPHENSON 2003 pp 49-50 FIELDS 2006 pp 10-11

65 BISHOP COULSTON 1993 pp 87-91 DIXON STEPHENSON 2003 pp 55-58 66 DIXON SOUTHERN 1997 p 43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 61-63

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s II dC y consistente en un anillo de metal dividido en dos mitades unidas por un cinturoacuten de cuero y originalmente tintado en rojo67

El equipamiento de las monturas de los catafractii romanos es otro as-pecto poleacutemico quizaacutes el que maacutes En primer lugar respecto de las sillas de montar eacutestas responderiacutean probablemente al modelo presentado por Con-nolly pero a un tipo particular cuyo entramado riacutegido interno y cuernos es-tariacutean maacutes desarrollados planteando una sujecioacuten mucho maacutes riacutegida y firme Este tipo de sillas poseiacutea ademaacutes una estructura reforzada con elementos metaacutelicos Seguacuten Connolly y C Van Dryel Murray este tipo de sillas res-ponderiacutea especialmente a un uso por parte de unidades de caballeriacutea pesada donde el peso de la armadura del jinete sumada a su modalidad de combate (choque con lanza pesada) hariacutea necesaria una sujecioacuten maacutes firme para evitar quedar descabalgado asiacute como un maacutes eficiente reparto del peso sobre el lomo y los costados del caballo Este tipo de sillas es visible tambieacuten sobre los caballos de los clibanarios sasaacutenidas que aparecen en el relieve de Firu-zabad68 En segundo lugar estaacute la cuestioacuten en torno a si las monturas de los catafractii romanos del s II y comienzos del III dC llevaban alguacuten tipo de proteccioacuten y cuaacuten completa era esta En este sentido se han lanzado diver-sas propuestas e hipoacutetesis por una parte aquellos que consideran que los ca-tafractii romanos probablemente no emplearon proteccioacuten para sus monturas al menos no en la forma casi sistemaacutetica y masiva que caracterizaba a la ca-balleriacutea pesada parta y que caracterizariacutea maacutes tarde a la sasaacutenida y a la pro-pia caballeriacutea pesada romana bajoimperial en este sentido los catafractii del ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta no seriacutean sino contarii pesada-mente protegidos pero cuyas monturas no portariacutean proteccioacuten alguna fuera de lo comuacuten hasta el momento en el ejeacutercito romano69 otros han propuesto un teacutermino medio sostenido en base a la influencia saacutermata en la creacioacuten y equipamiento de la caballeriacutea pesada romana Es eacuteste el caso de Mielczarek Negin y Lebedynsky entre otros quienes consideran que los catafractii ro-manos no emplearon la protecciones pesadas y o maacutes o menos completas pa-ra sus monturas en el sentido sistemaacutetico que se puede observar en la tradi-cioacuten militar parta o persa sino que emplearon protecciones maacutes limitadas y sobre todo aplicadas a secciones concretas de estas unidades por ejemplo entre aquellos soldados destinados a formar la vanguardia de choque de la formacioacuten o simplemente entre los oficiales70 entre la mayor parte de los autores consagrados al estudio del armamento romano y en particular de la

67 DIXON STEPHENSON 2003 p 59 68 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 p 45 MIELCZAREK 1993 pp 81-82 69 EADIE 1967 pp 166-168 70 MIELCZAREK 1993 pp 74-81 NEGIN 1998 p 74 LEBEDYNSKY 2002 p 237-238

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caballeriacutea existe un acuerdo taacutecito en reconocer el uso por parte de la ca-balleriacutea pesada romana de protecciones metaacutelicas Sin embargo en general o no llegan a un acuerdo en torno a su empleo por parte de las primeras uni-dades de catafractii o se limitan a constatar que los restos arqueoloacutegicos de protecciones equinas pesadas (particularmente las halladas en Dura-Europos) datan en principio del s III dC sin entrar en mayores debates71 finalmente estaacuten aquellos autores que dan simplemente por sentada la asociacioacuten entre el teacutermino catafractii y una proteccioacuten maacutes o menos completa y extendida a la inmensa mayoriacutea (al menos) de las monturas de estas unidades en cual-quier momento desde su creacioacuten72 pero especialmente a partir del s III dC73

En general todas estas corrientes tienden a coincidir en sentildealar que las armaduras pesadas para caballos en el ejeacutercito romano no empezaron a utili-zarse de forma extendida para la caballeriacutea pesada hasta el s III dC De nue-vo el debate se centra en torno a su uso durante el s II dC justo en el mo-mento de la creacioacuten de las primeras unidades de catafractii y particular-mente a causa de la falta de pruebas concluyentes Si se hizo uso de dichas protecciones ya en el s III dC iquestpor queacute razoacuten negar su uso en una fase an-terior aunque eacuteste no fuera un uso generalizado Particularmente preferimos adscribirnos a la tendencia representada por Mielczarek Negin y Lebedyns-ky entre otros autores considerando que los miembros de la uacutenica unidad de caballeriacutea pesada acorazada romana conocida para el s II dC el ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta (y por tanto otras unidades del mismo tipo auacuten por conocer) emplearon protecciones metaacutelicas maacutes o menos pesa-das para sus monturas de un modo ocasional limitado a secciones especiales de la unidad o a la oficialidad siguiendo la corriente de influencia saacutermata Estas protecciones se generalizariacutean a lo largo del s III dC probablemente bajo una mayor influencia de la tradicioacuten militar parta y ante todo sasaacutenida hasta constituir las unidades pesadas del Bajo Imperio que seriacutean el germen de la posterior caballeriacutea pesada bizantina

Este tipo de protecciones incluiriacutea no soacutelo ya los chamfrons metaacutelicos sobradamente conocidos por la caballeriacutea romana de la eacutepoca (y empleados probablemente por los contarii) sino bardas compuestas por malla escamas de cuero o metaacutelicas o laacuteminas que como los ejemplares de Dura-Europos (ya descritos anteriormente) cubririacutean los flancos del caballo y buena parte

71 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-70 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

72 GOLDSWORTHY 1998 pp 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 y 20-21 73 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-322

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de la pechera del mismo74 Este tipo de protecciones probablemente incluiriacutea tambieacuten piezas especiacuteficas para proteger el frontal y la cerviz del animal has-ta la cabeza a semejanza quizaacutes de las empleadas por partos y sasaacutenidas en Oriente Estas piezas particularmente para la cerviz del caballo se han en-contrado tambieacuten en Dura-Europos elaboradas en malla y lazadas mediante correas de cuero75 De este modo si se quisiera proporcionar proteccioacuten tan soacutelo a los caballos de una parte de la unidad lo maacutes loacutegico seriacutea hacerlo con las monturas que marchariacutean en la vanguardia de la formacioacuten de choque y que deberiacutean absorber la fase maacutes violenta del impacto En este sentido las piezas de proteccioacuten maacutes uacutetiles no seriacutean las bardas laterales sino las pro-tecciones para pechera cerviz y cabeza las partes del cuerpo del caballo que quedariacutean expuestas al enemigo durante una carga en formacioacuten cerrada Al prescindir asiacute de las protecciones de los flancos no solo se seguiriacutea apor-tando una proteccioacuten uacutetil a las monturas maacutes expuestas de la unidad durante una accioacuten de combate sino que se estariacutea aligerando el peso que habriacutean de soportar durante la accioacuten reduciendo asiacute el riesgo de agotamiento de las mismas

Si la influencia saacutermata en el origen del contarius romano es maacutes o menos segura la cuestioacuten resulta menos clara para los catafractii Formal-mente un catafractus romano no se diferenciaba del contario saacutermata maacutes pesadamente armado maacutes que en la factura de determinadas partes de su equipamiento muchas de las cuales eran de tradicioacuten puramente romana y unas pocas (como las protecciones maacutes pesadas para las piernas) devendriacutean de tradiciones orientales Sin embargo el hecho de que en ninguacuten momento las fuentes literarias disponibles denominen a la caballeriacutea pesada saacutermata como catafractii y que las protecciones pesadas para caballos entre la mis-ma parezcan ser objeto de un uso tan heterogeacuteneo como vinculado al status y posibilidades econoacutemicas del jinete parece ser el principal punto (al menos inicialmente) de distanciamiento entre los lanceros acorazados saacutermatas y los catafractii romanos Ahora bien suponiendo que la creacioacuten de las unidades de catafractos romanos estuviera respondiendo a la caballeriacutea pesada parta iquestpor queacute esperoacute al s II dC Durante casi tres siglos de encuentros en los campos de batalla de Oriente el ejeacutercito romano no parecioacute tener necesidad alguna de emular a los catafractos y clibanarios partos Finalmente es en el contexto de las guerras daacutecicas y paacuterticas de Trajano y en el reinado de Adriano cuando los catafractii hacen su aparicioacuten en el ejeacutercito romano al-gunas deacutecadas maacutes tarde que los contarii y despueacutes de casi un siglo de con-

74 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-63 67 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

75 DIXON STEPHENSON 2003 p 114

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tacto con la caballeriacutea saacutermata De nuevo la coincidencia de variables parece hablar por siacute sola al igual que primero el contarius el catafractus parece ser una respuesta de la caballeriacutea romana a las refriegas habidas con los exce-lentes jinetes saacutermatas desde mediados del s I dC hipoacutetesis que secundan la mayor parte de los autores76 Cualquier posible influjo oriental en la com-posicioacuten de la primera caballeriacutea pesada romana respondioacute a la incorpora-cioacuten de elementos considerados de utilidad no encontrados en la tradicioacuten militar propiamente romana o saacutermata El incremento de este influjo mate-rializado quizaacutes en la intensificacioacuten y extensioacuten del uso de armaduras pe-sadas para caballos y en el importante desarrollo en general del arma de ca-balleriacutea pesada en Roma tendriacutea lugar ya entrado el s III dC quizaacutes no tanto de manos de los uacuteltimos coletazos del moribundo Imperio parto como del joven y eneacutergico Imperio persa sasaacutenida el cual llevariacutea el arma de ca-balleriacutea en el Oriente a nuevas cotas de desarrollo especializacioacuten en organi-zacioacuten equipamiento y taacutecticas77

Mencioacuten especial requiere la organizacioacuten del ala I Gallorum et Pan-noniorum catafracta No entraremos a resentildear aquiacute la naturaleza del ala como unidad militar del ejeacutercito romano ni la organizacioacuten y estructura de la caballeriacutea romana altoimperial sino un aspecto concreto del ala concreta objeto de nuestro estudio y que parece haber pasado desapercibido a la ma-yor parte de los autores Se trata del hecho de que dicha ala debioacute de ser compuesta en su origen por soldados de dos unidades distintas probable-mente tropas selectas Tal y como sentildeala su nombre el ala estaba compuesta por jinetes galos y panonios Mielczarek ha propuesto precisamente que ca-ra a la creacioacuten de esta unidad de catafractos probablemente se seleccionoacute a los mejores soldados de dos alas distintas posiblemente (seguacuten el parecer del propio Mielczarek) el ala I Pannoniorum y el ala I Gallorum Flaviana Aunque de momento no se trata sino de una hipoacutetesis parece razonable que cara a la primera unidad de caballeriacutea pesada romana (probablemente una unidad que tendriacutea en sus oriacutegenes un marcado caraacutecter ldquoexperimentalrdquo) se seleccionara a personal experimentado y de fiar lo que remarcariacutea el caraacutec-ter de eacutelite de este tipo de unidades

76 EADIE 1967 MIELCZAREK 1993 NEGIN 1998 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

LEBEDYNSKY 2002 77 EADIE 1967 pp 169-172 MICHALAK 1987 MIELCZAREK 1993 pp 63-67 NICOLLE

1996 WILCOX 2001 pp 24-35 FARROKH 2005

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Taacutecticas y limitaciones de la caballeriacutea pesada romana La caballeriacutea fue un arma especializada principalmente en una uacutenica

funcioacuten el ataque Un grupo de jinetes no puede establecer una posicioacuten de-fensiva y mantenerla de forma estaacutetica pues equivaldriacutea claramente a un suicidio en cualquier eacutepoca Cuando una unidad de caballeriacutea ha sido em-pleada con fines de defensa lo ha sido empleando fundamentalmente el ata-que es decir un contraataque

La principal ventaja de un jinete respecto del soldado de infanteriacutea ra-dica en tres puntos fundamentales la altura que le proporciona su montura la rapidez y potencia de la misma y el efecto psicoloacutegico que todo ello sus-cita en el infante El principal modo en que la caballeriacutea (y particularmente la caballeriacutea media y pesada) se enfrenta a la infanteriacutea (y a otras unidades como veremos) es la carga cuya finalidad es desfondar la formacioacuten ene-miga dispersaacutendola para coparla y destruirla o permitir a otras unidades aprovechar la brecha abierta Sin embargo contrariamente a lo que se suele pensar un caballo (o un grupo de caballos) no es capaz de embestir una for-macioacuten cerrada de infanteriacutea Un equino no es un toro ni se comporta como tal El caballo siempre se para antes de llegar a impactar contra un obstaacuteculo que considera no podraacute esquivar o saltar o donde no vea espacio alguno por donde penetrar En este sentido una formacioacuten de infanteriacutea pesada que fuera capaz de mantener su posicioacuten hasta el final teniacutea muchas posibilidades de rechazar una carga de caballeriacutea Existiacutean dos formas para evitar que esto sucediese de modo tal que la carga de caballeriacutea tuviese finalmente eacutexito hostigar a la formacioacuten de infanteriacutea de muacuteltiples modos (ataque con proyec-tiles ataques simulados apoyar a la caballeriacutea atacante con infanteriacutea o ar-tilleriacutea) o bien que un porcentaje suficiente de soldados enemigos no fuera capaz de soportar la tensioacuten psicoloacutegica de ver venir sobre ellos una carga de caballeriacutea y rompiera filas debilitando la formacioacuten desorganizaacutendola y abriendo brechas Como vemos el resultado de una carga de caballeriacutea de-pende maacutes del contexto y de la psicologiacutea que de la carga en siacute misma Sin embargo los nervios de acero necesarios para superar el instinto de autopro-teccioacuten (que nos llevariacutea a quitarnos inmediatamente de la trayectoria de los caballos y sus jinetes) no eran (ni son) un elemento comuacuten en los ejeacutercitos Pocas infanteriacuteas disponiacutean del adiestramiento y disciplina necesarios para mantener la posicioacuten y afrontar una auteacutentica estampida que a sus ojos cla-ramente amenazariacutea con arroyarla Entre tales excepciones se encontraba la

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infanteriacutea legionaria romana la cual soacutelo en determinadas circunstancias era realmente vulnerable a un ataque de caballeriacutea78

Las unidades de caballeriacutea pesada como catafractii y contarii eran un caso auacuten maacutes especial En primer lugar el contus permitiacutea al jinete arroyar a un infante enemigo virtualmente antes de que su montura se viera obligada a detener su marcha Por otra parte sus pesadas protecciones (y la de sus mon-turas al menos para una parte de los catafractii) les otorgaban una mayor se-guridad ante cualquier clase de contraataque enemigo (especialmente pro-yectiles) y una superior capacidad de asumir el riesgo del contacto con una formacioacuten enemiga demasiado firme Pero sobre todo les otorgaba una carga psicoloacutegica brutal la visioacuten de una ldquoparedrdquo blindada erizada de lanzas en auteacutentica formacioacuten de falange avanzando con premura directamente resulta-ba especialmente impactante a ojos de un soldado de infanteriacutea por muacuteltiples factores Ser arroyado por un caballo no es una perspectiva agradable ser arroyado por una marea de lanzas y caballos blindados es una perspectiva auacuten menos agradable Para incrementar la capacidad de penetracioacuten de este tipo de caballeriacutea se empleaban formaciones y ataques en profundidad fun-damentalmente columna y cuneuscuntildea En este sentido la formacioacuten podiacutea concentrar la fuerza de su carga en un frente estrecho que pudiera ser dirigi-do convenientemente contra el punto maacutes deacutebil de la formacioacuten a atacar in-cluso con la carga ya en curso Sin embargo la caballeriacutea pesada poseiacutea una desventaja potencial el enorme peso de su equipamiento reduciacutea la veloci-dad de su carga su maniobrabilidad y podiacutea agotar a sus caballos muy raacutepi-damente En este sentido podiacutean ser viacutectimas faacuteciles de unidades maacutes aacutegiles y raacutepidas o de un contraataque al teacutermino de una extenuante carga (exitosa o no) Por otra parte no estaban precisamente capacitados para realizar una re-tirada raacutepida con los caballos extenuados por el esfuerzo de cargar despla-zando sobre sus lomos a su jinete con su equipamiento y su propia pro-teccioacuten los catafractii podiacutean encontrarse en una situacioacuten realmente com-prometida si su ataque fracasaba y no se encontraban en posicioacuten de recibir apoyo inmediato de unidades aliadas capaces de protegerlos el tiempo nece-sario para maniobrar y salir del atolladero Otro peligro que desembocaba di-rectamente en el fracaso de la carga (y en las circunstancias antes descritas) era la posibilidad de que la formacioacuten perdiera su cohesioacuten durante la carga Para evitar esta circunstancia (y reducir la extenuacioacuten de los caballos) se procuraba no cargar a mayor velocidad que un trote ligero79

78 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

79 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 y 241 LEBEDYNSKY 2002 p 237 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

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A la hora de afrontar a otra caballeriacutea las circunstancias eran dife-rentes La caballeriacutea como especialista en ataque teniacutea tambieacuten la funcioacuten de neutralizar a la caballeriacutea del adversario negaacutendole asiacute la mayor parte de la iniciativa y ganando la oportunidad de flanquear sus formaciones y ata-carlas desde diversos puntos Un ejeacutercito cuya caballeriacutea abandonara el cam-po de batalla por otra parte aunque auacuten podiacutea imponerse mediante la fuerza de su infanteriacutea (si era capaz de rechazar el ataque de la caballeriacutea adversaria y de desalojar a su infanteriacutea) careceriacutea de cualquier posibilidad para explo-tar adecuadamente la victoria la caballeriacutea fue hasta la I Guerra Mundial la uacutenica arma capacitada para lanzar una persecucioacuten sobre una fuerza enemiga en retirada convirtiendo esta uacuteltima en una desbandada desorganizada y dis-poniendo asiacute de la oportunidad de transformar un ejeacutercito derrotado en un ejeacutercito destruido En este sentido la caballeriacutea no fue soacutelo una pieza taacutectica fundamental a la hora de la batalla sino una herramienta baacutesica de la estra-tegia a nivel global de cualquier conflicto a lo largo de unos tres milenios de historia militar

La infanteriacutea puede rechazar a la caballeriacutea pero nunca perseguirla (maniobra que equivaldriacutea a dar la ocasioacuten a los jinetes derrotados de dar media vuelta y lanzar un inesperado contraataque que convirtiera en desastre para la infanteriacutea lo que empezoacute siendo un eacutexito Las huidas fingidas como ya hemos sentildealado eran tambieacuten una interesante taacutectica a emplear por parte de la caballeriacutea para desorganizar una formacioacuten enemiga Sin embargo no era una taacutectica que entrara dentro del ldquomanual de instruccionesrdquo de la ca-balleriacutea maacutes pesada limitada como estaba en sus movimientos) Soacutelo la ca-balleriacutea podiacutea derrotar poner en fuga y destruir a otra caballeriacutea El modo de hacerlo sin embargo era materia delicada Una formacioacuten cerrada para ata-car a otra caballeriacutea resultaba inuacutetil y peligrosa era la mejor forma de que los propios caballos se rompieran los huesos al impactar a gran velocidad contra las monturas enemigas Normalmente y a lo largo de toda la existen-cia de la caballeriacutea de choque dos formaciones de caballeriacutea que cargan una contra otra a la espera de un combate mano a mano tienden a abrir sus liacuteneas para esquivar el choque frontal contra los caballos rivales Al producirse el choque el jinete tratariacutea de atacar con sus armas a su rival maacutes cercano a uno u otro lado intentando derribarle o herirle mortalmente En estas cir-cunstancias el contus sarmaticus vuelve a relucir por sus virtudes permitiacutea (al igual que la lanza de cometida medieval las lanzas de los huacutesares alados polacos o las lanzas de los ulanos austriacos o los cosacos rusos) golpear al jinete adversario antes de que eacuteste equipado con espada o con una lanza maacutes corta pudiese iniciar su propio ataque Una formacioacuten de contarii o de cata-fractii podiacutea asiacute arroyar faacutecilmente la vanguardia de la formacioacuten de caballe-

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riacutea enemiga neutralizando su ataque y desorganizando totalmente su forma-cioacuten Sin embargo cuando dos formaciones cargaban una contra la otra y llegaban a culminar completamente el choque el combate podiacutea derivar faacute-cilmente en una violenta y caoacutetica refriega En estas circunstancias las espa-das de hoja larga empleadas por la caballeriacutea romana y saacutermata eran particu-larmente esenciales asiacute como sus protecciones dado que un contus tendiacutea a partirse tras el primer o segundo impacto y a ser poco coacutemoda de utilizar cuando el combate se tornaba maacutes cercano En cualquier caso si una forma-cioacuten de catafractii no conseguiacutea imponerse durante el choque a la formacioacuten enemiga el agotamiento de sus monturas y su menor movilidad (sumada a la peacuterdida del orden en la formacioacuten inherente al inicio de la refriega) supon-driacutean una peligrosa situacioacuten en el caso de carecer de apoyo de otras unida-des (bien de caballeriacutea o de infanteriacutea) y de la que no podriacutean salir con mu-cha facilidad80

Tanto frente a otra caballeriacutea como frente a la infanteriacutea el respaldo de unidades de caballeriacutea maacutes ligeras y particularmente arqueros a caballo81 resultariacutea particularmente deseable antes del choque la caballeriacutea ligera po-driacutea hostigar con proyectiles a las formaciones enemigas creando brechas o desorganizaacutendolas y despueacutes del choque podriacutean apoyar a la caballeriacutea pe-sada durante la progresioacuten del combate cubrir su retirada o explotar su eacutexito continuando la persecucioacuten de un enemigo en fuga

Como vemos desde el punto de vista taacutectico y del empleo en el campo de batalla el eacutexito de la caballeriacutea pesada acorazada dependiacutea tanto o maacutes de las circunstancias el contexto y el apoyo que pudieran recibir que de sus propias virtudes Se trataba de unidades altamente especializadas que si que-daban desprotegidas o en situaciones comprometidas podiacutean ser faacutecilmente rechazadas desbandadas o destruidas No se trataba de fuerzas versaacutetiles y probablemente ello condicionoacute que su adopcioacuten y empleo generalizado por parte del ejeacutercito romano fuera tardiacuteo

CONCLUSIONES

El ejeacutercito romano se enfrentoacute durante casi dos siglos a la caballeriacutea

pesada desarrollada por las potencias orientales Tras reveses iniciales debi-dos maacutes a las circunstancias que a una auteacutentica incapacidad para afrontar el ataque de este tipo de caballeriacutea las legiones desarrollaron sus particulares contramedidas recorriendo las primeras deacutecadas de la historia del Alto Im-

80 DIXON SOUTHERN 1997 pp 141-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 235-244 MENEacuteNDEZ

ARGUumlIacuteN 2011 pp 322-324 81 DIXON SOUTHERN 1997 p 143

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perio imperturbables considerando del todo innecesario tomar como inno-vacioacuten un arma a la que eran capaces de batir los catafractos partos y arme-nios

Sin embargo hacia mediados del s I dC algo vino a trastocar este es-cenario en apariencia estable e inamovible de las estepas poacutenticas emergioacute no tanto una nueva arma como una nueva forma de combinar y emplear ar-mas y taacutecticas sobradamente conocidas Los haacutebiles jinetes saacutermatas dejaron atraacutes la claacutesica tradicioacuten militar esteparia basada en el uso del arquero a ca-ballo y la caballeriacutea ligera desarrollaron una nueva caballeriacutea pesada libre de la mayor parte de las debilidades de los pesados catafractos partos flexi-ble y dinaacutemica y capaz de luchar en conjuncioacuten perfecta con otras modali-dades de caballeriacutea como si de un uacutenico cuerpo se tratase A diferencia del catafractario parto el ldquocontariordquo saacutermata era un jinete armado maacutes o menos pesadamente seguacuten las circunstancias y sus propias posibilidades Al igual que su contrapartida parto o armenio el jinete pesado saacutermata aprovechaba al maacuteximo las virtudes de su arma definitoria el contus sarmaticus pero la combinaba con el uso de otras igualmente uacutetiles como la espada de hoja larga y el arco recurvado compuesto Su equipamiento defensivo careciacutea de la rigidez propia del catafracto parto tendiendo a ser sensiblemente maacutes li-gero sin perder las ventajas propias de una proteccioacuten completa y concien-zuda Este equipamiento defensivo ademaacutes podiacutea variar seguacuten las circuns-tancias y las necesidades taacutecticas de cada momento (y no solo exclusi-vamente en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete) Ello permitiacutea al jinete pesado saacutermata oscilar entre una caballeriacutea media pura y una caballeriacutea pesada de choque seguacuten las circunstancias Le convertiacutea en un arma flexible capaz de desempentildear diversos papeles en el campo de batalla y variarlos du-rante el combate mismo seguacuten sus necesidades En combinacioacuten con la habi-lidad natural de estos pueblos para la equitacioacuten y sus excelentes (y numero-sas) fuerzas de caballeriacutea ligera la caballeriacutea pesada saacutermata representaba una amenaza realmente seria y totalmente nueva

Desde la guerra civil del 68-69 dC hasta la paz firmada por Adriano con los saacutermatas roxolanos en 119 dC las legiones romanas y su caballeriacutea hubieron de hacer severos esfuerzos para imponerse a este nuevo enemigo en los campos de batalla actuase eacuteste en solitario o en conjuncioacuten con otros pueblos o Estados Las guerras daacutecicas de Domiciano (85-89 dC) y de Tra-jano (101-106 dC) fueron probablemente los puntos culminantes de esta coyuntura De los sangrientos encuentros habidos sobre las orillas del Danu-bio las colinas daacutecicas y las llanuras de la futura Hungriacutea el ejeacutercito romano extraeriacutea una dura leccioacuten que aprenderiacutea raacutepidamente y pondriacutea en creciente praacutectica con el paso de los antildeos cuando a comienzos del s III dC descen-

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diera el ocaso sobre las uacuteltimas luces legadas por la edad dorada de los Anto-ninos habiendo el Estado romano de afrontar las convulsiones de un mundo en paulatina transformacioacuten

A comienzos del s II dC a caballo entre los diacuteas de Trajano y Adria-no el ejeacutercito romano afrontoacute el laborioso proceso de aplicar buena parte de lo que habiacutea aprendido de manos de la caballeriacutea saacutermata El contus ya habiacutea sido adoptado conformando la primera caballeriacutea de choque especialista de la historia del Imperio A ella le seguiriacutean las protecciones pesadas para jine-tes asiacute como para caballos El ejeacutercito romano conociacutea de sobra los modelos orientales de caballeriacutea pesada y sin embargo en el primer siglo de existen-cia de este arma entre las filas romanas el modelo a seguir fue principal-mente saacutermata Los hechos hablan por siacute solos El ejeacutercito romano habiacutea en-contrado una innovacioacuten de intereacutes para su tradicioacuten militar y la incorporoacute raacutepidamente Las primeras unidades de caballeriacutea pesada acorazada romana llevaron nombres que aludiacutean a tradiciones orientales catafractii pero su ar-mamento y el fundamento de sus taacutecticas era una mezcla de aportaciones romanas y modelos saacutermatas Con la llegada del s III dC estas unidades se hariacutean cada vez maacutes necesarias y sobre la trayectoria marcada por los pio-neros de este arma se labrariacutea el desarrollo completo de la misma

La emersioacuten del Imperio persa sasaacutenida supuso la transformacioacuten re-novacioacuten y revitalizacioacuten del arma de caballeriacutea puramente oriental Los sa-saacutenidas llevaron a un nuevo paroxismo a la combinacioacuten de la caballeriacutea pe-sada y la caballeriacutea ligera de tradicioacuten oriental hasta el punto de que algunos tratadistas militares romanos como Amiano Marcelino llegaron a conside-rarlo como un arma praacutecticamente imbatible En palabras del propio Amiano [] catafractarii [] et sagitarii formidable genus armorum82 Probable-mente estas circunstancias forzaran (entre otros factores) no ya la expansioacuten del arma de caballeriacutea pesada (asiacute como del arquero a caballo) en el ejeacutercito romano de los siglos III y IV dC sino la asuncioacuten por parte de la misma de muacuteltiples elementos propios ya exclusivamente de la tradicioacuten militar irano-persa

La experiencia saacutermata quedoacute atraacutes sin embargo su importancia y la de los primeros prototipos de caballeriacutea pesada romana existentes en el Alto Imperio no debe menospreciarse Fueron la piedra fundadora los cimientos de una importante rama de la tradicioacuten militar romana posterior madre de la bizantina y de buena parte de las tradiciones militares de la posterior Europa medieval donde la caballeriacutea ostentariacutea durante siglos su particular supre-maciacutea En cierto modo puede decirse que la caballeriacutea saacutermata y las primeras

82 AMIANO MARCELINO 16 12 7

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unidades de caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano se encuentran entre las raiacute-ces de una tradicioacuten militar que llevoacute a la caballeriacutea a mantener la ilusioacuten de su reinado sobre los campos de batalla hasta el enloquecedor extremo de atravesar las trincheras y alambradas de la I Guerra Mundial y cargar sobre las divisiones panzer germanas en 1939

SELECCIOacuteN DE TEXTOS EPIGRAacuteFICOS RELATIVOS

83 Camerinum (Camerino) Regio VI Italia CIL XI 5632

M(arco) Maenio C(ai) f(ilio) Cor(nelia) Agrippae L(ucio) Tusidio Campestri hospiti divi Hadriani patri senatoris praef(ecto) coh(ortis) II Fl(aviae) Britton(um) equitat(ae) electo a divo Hadriano et misso in expeditionem Brittannicam trib(uno) coh(ortis) I Hispanor(um) equitat(ae) praef(ecto) alae I Gallor(um) et Pannonior(um) catafractatae proc(uratori) Aug(usti) praef(ecto) classis Brittannicae proc(uratori) provinciae Brittanniae equo publico patrono municipi(i) vicani Censorglacenses consecuti ab indulgentia Optimi Maximique Imp(eratoris) Antonini Aug(usti) Pii beneficio interpretationis eius privilegia quibus in p[e]rpetuum aucti confirmatique sunt l(ocus) d(atus) d(ecreto) d(ecurionum) g(ratis)

Ad Mediam (Mehadia) Dacia CIL XVI 110 = CIL III 886 = AE 1980 760

[Imp(erator) Caes(ar) divi Had]rian(i) f(ilius) divi Traiani [Parthici n(epos) divi Ne]rvae pron(epos) T(itus) Aelius [Hadrianus Ant]oninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) [max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII] imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae) [equit(ibus) et pedit(ibus)] qui mil(itaverunt) in alis III quae [appell(antur) Silia]n(a) et Gall(orum) et Pann(oniorum) [catafrac(taria) et F]ront(oniana) et coh(ortibus) XII I Ulp(ia) [Britton(um)] |(milliaria) et I Fl(avia) Ulp(ia) Hisp(anorum) |(milliaria) [et 3 I Ael(ia)] Gaesa(torum) |(milliaria) et I Aug(usta) Nerv() [|(milliaria) et I]I Britt(onum) |(milliaria) et I Hispan(orum) [--- e]t II Hisp(anorum) scutat(a) Cy[ren(aica) et ---]n() et VI Thrac(um) et sunt [in Dacia Poroliss]en(si) sub Macrinio [Vindice proc(uratore) qui]nq(ue) et vigint(i) stip[en(diis) emerit(is) dimis(sis) hon]est(a) miss(ione) quor(um) [nomin(a) subscripta s]unt civit(atem) Roman(am) [qui eor(um) non ha]b(erent) ded(it) et con(ubium) cum [uxor(ibus) quas tu]nc hab(uissent) cum est [civit(as) i(i)s dat(a) aut] cum i(i)s quas post(ea) [dux(issent) dumtax(at) si]ngulis [[Imp(erator) Caes(ar) divi Hadrian(i) f(ilius) divi Traiani Parthici n(epos) divi Nervae pron(epos) T(itus) Aelius Hadrianus Antoninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae)] [equit(ibus) et pedit(ibus) qui mil(itaverunt) in alis III ---] et vigint(i) stipend(iis) emerit(is) dimis(sis) honest(a) miss(ione) quor(um) nomin(a) subscript(a) sunt civit(atem) Roman(am) qui eor(um) non haber(ent) dedit et conub(ium) cum uxor(ibus) quas tunc habuis(sent) cum est civit(atem) i(is) dat(a) aut cum i(is) quas post(ea) dux(issent) dumtax(at) singulis a(nte) d(iem) V K(alendas) Oct(obres) Sex(to) Calpurnio Agricola Ti(berio) Claudio Iuliano co(n)s(ulibus) coh(ors) I Ulpia Britton(um) |(milliaria) cui

83 Tomados del Epigraphische Datenbank Clauss-Slaby httpwwwmanfredclauss de

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prae(e)st L(ucius) Nonius Bassus Picen(o) ex pedite Luonerco Molaci f(ilio) Britt(oni) descript(um) et recognit(um) ex tabul(a) aer(ea) quae fixa est Romae in mur(o) post templ(um) divi Aug(usti) ad Minervam

Tipasa (Tefessad) Mauretania Cesariense AE 1951 265 = AE 1955 133

D(is) M(anibus) Adiutoris eq(uitis) al(ae) pri(mae) Can(n)anafatium vi(xit) XXXXI m(ilitavit) an(nos) XXIII pro(curante) l(i)b(erto) ipsi(us) bene me(renti) Cabanus he(res) po(suit)

Savaria (Szombathely) Panonia Superior CIL III 4183

T(itus) Cnorius Sabinianus ex praef(ecto) alae Contariorum v(ir) e(gregius) et L(ucius) Val(erius) Verus dec(urio) c(oloniae) C(laudiae) Savar(iensium) sacerdotalis p(rovinciae) P(annoniae) s(uperioris) cryptam vi ignis exustam sumptibus suis refecerunt

Brigetio (Kornye) Panonia Superior CIL III 4278

D(is) M(anibus) Val(erio) Saturnino vet(erano) ex dup(licario) alae I Ulp(iae) Cont(ariorum) qui vixit an(nos) L et Val(erio) Sabino mil(iti) leg(ionis) I Ad(iutricis) stip(endiorum) III vixit an(nos) XXV filio Caes(ia) Digna marito et filio f(aciendum) c(uravit)

Apamea Siria AE 1987 955

Aur(elio) Basso quandam(sic) sig(nifero) al(ae) I Ulp(iae) (C)ontariorum stipendiorum VIII vixit annos XXVIIII XI Kal(endas) Maias Gallo et Volusiano consilibus() titulus positus a Marc(io) Cotum(sic) (d)ec(urione) al(ae) c(ivium) R(omanorum)

Apamea Siria AE 1993 1589

D(is) M(anibus) Iulius Valerianus eques alae I Ulp(iae) contariorum stip(endiorum) XXIII vixit annis XXXXVI Ulp(ius) Ingenu(us) dupl(icarius) alae eiusdem heres posuit b(ene) m(erenti)

Arrabona (Gyor) Panonia Superior CIL III 4379

D(is) M(anibus) Ulp(ius) Variu(s) Ore() vet(e)r(anus) ex stat(ore) al(a)e I Ulp(iae) Cont(ariorum) do(mo) Af(rica) vixs(it) ann(os) XLV et Ael(iae) Sabin(a)e fi(liae) vix(it) ann(os) X Ael(ia) Domitia con(iunx) et Ulp(ius) Sabinianus et Ulp(ius) [Cele]rinus et Sabi[nil]la fili(i) vivi cum [mat(re) pa]tri karis(simo) posuerunt

Sentpalpuszta Panonia Superior CIL III 11081 = AE 1899 3

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[D(is) M(anibus)] M(arcus) Aur(elius) [3]us vex(illarius) al(ae) p(rimae) C(ontariorum) Anto(ninianae) et Elv(iae) Bon(a)e c(oniugi) car(issimae) et f(iliae) Aur(eliae) Valerin(a)e et Ae(liae) Sabin(a)e et Elv(io) Verecundo an(norum) LXX Pulc(h)r(a)e() Suri an(norum) LX et Elv(io) Vitali an(norum) XVIII et Au(relio) Ma(n)suetiano an(norum) VII et Ae(lio) Florido M(arcus) Aur(elius) Valerianus sib(i) [et] su[i]s vivi f(ecit)

Roma CIL VI 1449 = AE 1967 16 = AE 196970 13

M(arco) Macrinio Avito M(arci) f(ilio) Claud(ia) Catonio Vindici co(n)s(uli) aug(uri) p(opuli) R(omani) Quiritium leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) prov(inciae) Moes(iae) inf(erioris) leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) Moes(iae) sup(erioris) cur(atori) civitat(is) Arimin(ensium) p[r]oc(uratori) prov(inciae) Dac(iae) Malv(ensis) praef(ecto) alae contar(iorum) praef(ecto) alae III Thrac(um) trib(uno) milit(um) leg(ionis) VI Victr(icis) praef(ecto) coh(ortis) VI Gall(orum) donat(o) donis mil(itaribus) in bello Germ(anico) ab Imp(eratore) M(arco) Aur(elio) Antonino Aug(usto) hast(is) pur(is) II et vexill(is) II cor(o)na mural(i) et vallar(i) Iunia Flaccinilla marito karissimo et Macrinia Rufina patri piissimo vixit annis XLII m(ensibus) V

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SELECCIOacuteN DE IMAacuteGENES

Fig 1 Relieve de la estela funeraria del eques Aduitor miembro del ala I Canninefatum (AE 1955

133) empuntildeando un contus sarmaticus por el lateral derecho de su montura DIXON SOUTHERN 1997 p 49

Fig 2

Grafito de Dura-Europos datado en torno a los ss II-III dC representando un catafracto parto romano o sasaacutenida JUNKELMANN 1992 p 197

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Fig 3 Las dos bardas de escamas metaacutelicas completas encontradas por Rostovzeff en las

excavaciones de Dura-Europos a lo largo de la campantildea de 1932-33 JUNKELMANN 1992 p 214

Fig 4 Relieves de Firuzabad (Iraacuten) representando a un clibanario persa sasaacutenida derribando a un

catafractarioclibanario parto s III dC Obseacutervese las bandas transversales que se ven en los brazos del jinete de la derecha que probablemente esteacuten representando un tipo de manica

WILCOX 2001 p 22

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Fig 5 Relieve de Firuzabad representando a unos catafractosclibanarios parto y sasaacutenida forcejeando

en combate cuerpo a cuerpo Ilustracioacuten de Wilcox 2001 p 23

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FIG 6 Catafractos partos del s I aC Obseacutervense las protecciones tipo manicae portadas por ambos

jinetes en los brazos El jinete de la derecha tambieacuten las lleva sobre las piernas A Mc Bride en WILCOX 2001

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Fig 7 Fragmentos de cotas de escamas y laacuteminas para armadura encontradas en enterramientos

saacutermatas de los ss I-III dC NEGIN 1998 p 70

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Fig 8 Estela de Athenios en Panticapea (Crimea Ucrania) donde se puede observar a un jinete (izqda) que parece montar un caballo protegido con una cota de escamas al igual que eacutel

NEGIN 1998 p 66

Fig 9 Reconstruccioacuten de un contario saacutermata (izqda) en accioacuten s II dC seguacuten G Embleton en

BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 10 Reconstruccioacuten el posible aspecto de un jinete pesado saacutermata y de la posible proteccioacuten de su

montura s II dC seguacuten G Embleton en BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 11 Reconstruccioacuten de un jinete pesado saacutermata equipado con una armadura compuesta ss I-II

dC seguacuten NEGIN 1998 p 73

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Fig 12 Casco romano tipo Russell Robinson tipo B basado en un ejemplar encontrado en Ely

(Cambridgeshire Reino Unido) ss I-II dC GOLDSWORTHY 1998 p 238

Fig 13

Casco romano tipo Rusell Robinson E basado en un hallazgo realizado en Hedderneim (Alemania) ss II-III GOLDSWORTHY 1998 p 238

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Fig 14

Reconstruccioacuten de un casco romano del tipo Niederbieber ss II-III dC seguacuten GILBERT 2010 p 136

Fig 15

Reconstruccioacuten de una variante del casco romano tipo Heddernheim con y sin maacutescara de proteccioacuten para el rostro ss II-III dC seguacuten ALEXANDRA GILBERT 2009 pp 24-26

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Fig 16 Fragmento de lorica squamata de escamas semi-riacutegidas s II dC

BISHOP COULSTON 1993 p 116

Fig 17 Silla de montar romana de cuatro cuernos seguacuten la reconstruccioacuten de P Connolly

DIXON SOUTHERN 1997 p 71

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Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

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Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

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Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

Recibido 17 mayo 2011 Aprobado 22 junio 2011

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podriacutea ser mayor o menor pero en general su montura no se encontrariacutea pe-sadamente protegida13 Es esta la imagen que parece aportar la estela del eques Aduitor14 quien aparece armado aparentemente tan soacutelo con el contus y vistiendo uacutenicamente una tuacutenica y un manto mientras que su caballo no parece llevar tampoco proteccioacuten alguna Siguiendo la propuesta lanzada por Eadie al respecto de los jinetes de las metopas I a IV del Tropaeum Traiani los contarii apenas portariacutean como proteccioacuten corporal una coraza corriente y a lo sumo un yelmo sin que sus caballos portaran proteccioacuten alguna Pero maacutes allaacute de estos detalles la definicioacuten del contario estariacutea clara un jinete equipado principalmente con un contus de este modo combinariacutea la agilidad y velocidad de un jinete comuacuten (cuyo caballo no estariacutea significativamente protegido) con la potencia de embestida de una lanza pesada que aporta la ventaja de golpear antes al enemigo (y derribarlo) gracias a su superior lon-gitud15

La cuestioacuten en torno a los catafractii y clibanarii es de una naturaleza bien distinta empezando por el hecho de que no estaacute claro si se trata de dos teacuterminos distintos refirieacutendose a una misma especialidad de caballeriacutea o si se trata realmente de dos especialidades en verdad distintas en taacutecticas y en equipamiento

En principio el teacutermino griego κατάφρακτος significa ldquocubierto de armadura acorazadordquo16 o ldquocubierto con cota de mallardquo17 La terminologiacutea pone asiacute el eacutenfasis desde el principio en la proteccioacuten en este sentido se tra-tariacutea de la caracteriacutestica definitoria de un catafractario Entre tanto clibana-rius viene del teacutermino latino clibanus ldquohorno de campantildeardquo18 que a su vez desciende del teacutermino griego κλίβανος ldquohorno hornillordquo teacutermino que posi-blemente hiciera referencia a las altas temperaturas que se podiacutean alcanzar bajo una armadura metaacutelica densa Asiacute pues en principio parece que la ca-racteriacutestica principal inicial de ambos tipos de jinete es portar una proteccioacuten metaacutelica especialmente extensa o acentuada proteccioacuten que se hariacutea exten-

13 ARRIANO Taacutectica 4 3 44 EADIE 1967 pp 165-167 DIXON SOUTHERN 1997 pp 49-50 y 75-76 LEBEDYNSKY 2002 pp 163-166

14 SPEIDEL 1992 considera que el ala I Canninafatium al no especificar que estuviera compuesta o no por contarii probablemente se trataba de un ala de equites tiacutepicamente roma-nos donde un grupo de soldados (entre los que se contariacutea Aduitor) se especializariacutea en el uso del contus

15 GOLDSWORTHY 1998 p 241 16 PABOacuteN S DE URBINA Diccionario manual griego-espantildeol Madrid 1999 17 EADIE 1967 p 162 18 SEGURA MUNGUIacuteA Nuevo diccionario etimoloacutegico latiacuten-espantildeol y de las voces deriva-

das Universidad de Deusto Bilbao 2006

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siva al caballo19 Sin embargo aunque la terminologiacutea pone el acento en el equipamiento militar como medio de distincioacuten de estas unidades de caballe-riacutea respecto de otras no aporta ninguna pista para realizar esa misma distin-cioacuten entre los catafractii y los clibanarii propiamente dichos Definir correc-tamente queacute es un catafracto y queacute es un clibanario (al menos en lo que al ejeacutercito romano se refiere) resulta fundamental para entender queacute tipo de sol-dados eran realmente los catafractii de eacutepoca altoimperial

Seguacuten Speidel catafractii seriacutea un teacutermino que hariacutea referencia a todo tipo de caballeriacutea pesada acorazada del ejeacutercito romano fuera cual fuera su funcioacuten taacutectica o particularidades especiacuteficas de equipamiento clibanarii se refeririacutea entonces a la caballeriacutea pesada de semejante tipo propia de los ejeacuter-citos partos y sobre todo sasaacutenidas20 Sin embargo esta teoriacutea no nos resulta de utilidad directa cara a nuestro estudio pues se refiere a unidades de ca-balleriacutea contenidas en la Notitia Dignitatum y a otras unidades del Bajo Im-perio las cuales no abordamos aquiacute

Para JC Coulston la distincioacuten entre ambos tipos de unidades deven-driacutea principalmente por tanto del equipamiento21 sobre todo si tenemos en cuenta que en el propio Bajo Imperio encontramos unidades de clibanarios y catafractos en el ejeacutercito romano atestiguadas por la propia Notitia Dignita-tum especialmente en Oriente22 En este sentido Coulston sostiene que una catafracto es un jinete acorazado menos pesado que su contrapartida cliba-nario y que hariacutea uso de lanza y escudo en un estilo ldquooccidentalrdquo de combate El clibanario por el contrario seguiriacutea las tradiciones orientales puras em-pleando fundamentalmente la lanza de acometida y el arco

Desde nuestro particular punto de vista preferimos adscribirnos a la propuesta realizada por M Mielczarek este autor postula que intentar dife-renciar un catafracto de un clibanario a partir (tan soacutelo) del equipamiento mi-litar (tal y como propondriacutea Coulston) no es un punto de partida totalmente acertado y que ha sido fruto de muchas malinterpretaciones de las fuentes Mielczarek hace hincapieacute en la necesidad de tratar de distinguir ambas uni-dades a partir de las taacutecticas que probablemente usaron23 Seguacuten este autor los catafractos seriacutean un tipo de caballeriacutea pesada especializada en cargar con lanza de acometida tipo contus empuntildeada a dos manos por el lado dies-tro de la cabeza del caballo en un estilo de combate especialmente prepara-do para batir a la infanteriacutea (en su origen a la falange macedoacutenica) Los cata-

19 MIELCZAREK 1993 p 9 20 SPEIDEL M P 1984 DIXON SOUTHERN 1997 p 76 21 COULSTON J C 1986 seguacuten DIXON SOUTHERN 1997 p 76 22 MIELCZAREK 1993 pp 76-77 23 MIELCZAREK 1993 pp 11-16

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fractos empleariacutean ademaacutes despliegues en cuntildea y columna para hacer su ataque auacuten maacutes penetrante contra una formacioacuten de infanteriacutea Al enfrentarse a un enemigo capaz ademaacutes de infiltrarse entre las filas de sus monturas y de agredir a sus caballos con el objetivo de descabalgarlos los catafractos llevariacutean sus animales protegidos con armaduras bastante extensas que ten-deriacutean a proteger no soacutelo la pechera cerviz y cabeza de los mismos sino tambieacuten sus flancos y buena parte de las patas Los clibanarios estariacutean equi-pados del mismo modo (ellos y sus monturas protegidos) si bien empleariacutean sus lanzas empuntildeaacutendolas a dos manos en diagonal tras la cerviz del caballo para atacar por el lateral izquierdo del mismo en direccioacuten a otro jinete en este caso los clibanarios estariacutean empleando taacutecticas contra caballeriacutea donde sus despliegues resultariacutean maacutes amplios y abiertos recibiendo incluso apoyo nutrido de otras fuerzas de caballeriacutea maacutes flexibles Al mismo tiempo la pro-teccioacuten de sus monturas no se extenderiacutea tanto hacia las patas mientras que hariacutea hincapieacute en la cerviz la cabeza y los flancos y sobre todo en la pro-teccioacuten del jinete mismo En este sentido catafractii y clibanarii no seriacutean dos formas indistintas de mencionar a un mismo tipo de soldado simple-mente se tratariacutea de soldados equipados de forma similar pero capaces de emplear taacutecticas de catafractii o de clibanarii seguacuten lo requirieran las cir-cunstancias24

Este planteamiento ha sido recogido recientemente por Meneacutendez Arguumliacuten quien tambieacuten aboga por una diferenciacioacuten eminentemente taacutectica entre ambas especialidades de caballeriacutea La propuesta de Arguumliacuten sin embar-go precisa de un modo diferente (pero no excluyente) las particularidades taacutecticas que separan a catafractii de clibanarii los primeros combatiriacutean en formaciones cerradas praacutecticamente en columna mientras que los segundos peleariacutean en formacioacuten aproximada a la de cuntildea apoyados por arqueros a ca-ballo Esta propuesta como ya hemos sentildealado no contradice los presupues-tos lanzados por Mielczarek sino que maacutes bien retoma y completa sus enfo-ques El principal intereacutes de la teoriacutea de Meneacutendez Arguumliacuten radica en que lle-ga a la conclusioacuten clara de que el mismo tipo de jinete podiacutea ser indistinta-mente un catafractus o un clibanarius y que ambas denominaciones no dis-tinguiacutean sino dos taacutecticas y usos concretos de lo que en esencia era el mismo tipo de especialidad militar25

En efecto anteriormente hemos visto que la terminologiacutea parece ha-blar de una semejanza bastante acentuada en el equipamiento ambos tipos de soldado portariacutean pesadas armaduras ellos y sus caballos Las diferencias sensibles entre ambos resultariacutean en realidad miacutenimas Sabemos que los le-

24 MIELCZAREK 1993 pp 43-50 25 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 p 320

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gionarios romanos podiacutean variar su equipamiento (al menos en eacutepoca alto-imperial) seguacuten las circunstancias o las taacutecticas empleadas iquestQueacute impediriacutea por tanto a un catafracto actuar como un clibanario y viceversa seguacuten las necesidades Recordemos por otra parte que auacuten no tenemos atestiguada la existencia de clibanarii (seguacuten nuestras fuentes) en el ejeacutercito romano antes del s IV dC Que soacutelo conozcamos la existencia de catafractos implica que estos se emplearon necesariamente tan soacutelo como arma anti-infanteriacutea En realidad un catafractario necesitaba poco maacutes que el entrenamiento adecuado (en base a los planteamientos de Mielczarek y Meneacutendez Arguumliacuten) para poder actuar como lo que posteriormente seriacutea su homoacutelogo clibanario Quizaacutes la tardiacutea aparicioacuten del clibanarius en el ejeacutercito romano deriva maacutes del uso in-distinto del catafractus contra infanteriacutea y caballeriacutea durante bastante tiempo el clibanarius seriacutea por tanto un desarrollo y una especializacioacuten posterior dentro de una misma rama del ejeacutercito ya de por siacute claramente definida La distincioacuten en base a las taacutecticas propuesta por Mielczarek y enfatizada por Meneacutendez Arguumliacuten resulta la maacutes flexible y la que aporta respuestas maacutes sa-tisfactorias a las preguntas que la caballeriacutea pesada acorazada del mundo an-tiguo (en general) nos plantea Seguacuten Mielczarek el catafracto emerge como una respuesta del arma de caballeriacutea oriental a la falange macedoacutenica26 El clibanario surge posteriormente (ya en el s III dC) de nuevo en contextos orientales y lo hace ya como un homoacutelogo del catafracto especialista en ba-tir a otra caballeriacutea recibiendo apoyo incluso de unidades de jinetes maacutes li-geros especialmente arqueros a caballo27

El desarrollo que podemos plantear a partir de esta teoriacutea resulta loacute-gico el clibanario surge como tal desde el momento en que el catafractario se ve obligado a enfrentarse a otra caballeriacutea o a otros catafractarios con de-masiada frecuencia Probablemente no sea ninguna casualidad que el cliba-nario haga su aparicioacuten a mediados del s III dC en un contexto en el que la principal superpotencia oriental el Iraacuten parto y sasaacutenida se enfrenta frecuen-temente a enemigos que empleaban sus mismas taacutecticas y unidades especia-lizadas (como los saacutermatas o los alanos) o que las han adoptado y empleado contra ellos a su vez igualmente como es el caso claro del Imperio romano y sus alae catafractae

26 MIELCZAREK 1993 pp 43 y 46-48 27 MIELCZAREK 1993 pp 48-50

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ANTECEDENTES Y MODELOS POTENCIALES DE LA CABALLERIacuteA PESADA RO-MANA PARTOS Y SAacuteRMATAS

En el Imperio parto La presencia de catafractos en el ejeacutercito parto estaacute atestiguada desde

el s I aC a partir de los encuentros de Tigranocerta (69 aC) y Carras (53 a C) Este tipo de caballeriacutea entre los partos estaba compuesta por las princi-pales eacutelites de su sociedad dado no soacutelo el coste del equipamiento y su man-tenimiento sino la necesidad de un constante entrenamiento para lograr una aceptable destreza en su uso individual y en el conjunto de una unidad mili-tar28 En este sentido los catafractos formaban un cuerpo minoritario dentro del ejeacutercito si bien constituiacutean probablemente una de las piezas dorsales de su ejeacutercito dadas las taacutecticas empleadas por su ejeacutercito a lo largo de la histo-ria de sus encuentros con Roma

El equipamiento del catafractario parto sin embargo probablemente no estaba estandarizado Al depender de la capacidad adquisitiva de cada in-dividuo las variaciones estariacutean a la orden del diacutea (entre unidades y entre los componentes de las mismas) y probablemente soacutelo unidades selectas como los guardias de corps de los soberanos estariacutean debidamente uniformadas en cuanto a equipo29 Para reconstruir el equipamiento de un catafracto parto disponemos de diversas fuentes principales especialmente los testimonios li-terarios romanos asiacute como diversos testimonios graacuteficos Entre las fuentes literarias destaca Plutarco quien en su biografiacutea de Luacuteculo menciona que la caballeriacutea pesada parta portaba pesadas armaduras ellos y sus monturas hasta el punto de obligar a los legionarios romanos a buscar puntos desprote-gidos y deacutebiles para atacarles30 En su descripcioacuten de la batalla de Carras el mismo Plutarco nos da algunos detalles maacutes sobre los catafractos partos mencionando que portaban cascos y corazas de hierro y que sus monturas iban protegidas con jaeces de bronce o acero31 Las representaciones graacuteficas de catafractos partos son variadas destacando entre ellas el relieve de Firu-zabad y los de Naqsh-i-Rustam donde se representa un violento enfrenta-miento entre catafractos partos y sasaacutenidas asiacute como el ya citado grafito de Dura-Europos donde la adscripcioacuten del jinete representado auacuten sigue en duda

28 MIELCZAREK 1993 p 56 29 WILCOX 2001 p 10 30 PLUTARCO Luacuteculo XXVIII 4 31 PLUTARCO Craso XXIV 1

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A partir de eacutestas y otras fuentes se ha podido reconstruir una imagen general del catafracto parto y su equipamiento para los ss I-III dC Respecto al equipamiento defensivo el jinete portariacutea un yelmo de bronce o hierro y protegeriacutea su torso con una coraza que podriacutea oscilar desde una simple cota de mallas de mayor o menor extensioacuten pasando por una cota de escamas (un tipo de proteccioacuten muy extendida en Oriente y las estepas euro-asiaacuteticas) o incluso una coraza de laacuteminas Las corazas de tipo griego o thoacuterax atesti-guadas en el equipo de la caballeriacutea pesada seleuacutecida y escita no parece ser sin embargo una pieza favorita en el equipo de los jinetes partos ni de otros pueblos esteparios como los saacutermatas Probablemente este factor sea debido a la enorme rigidez de este tipo de protecciones lo que negariacutea al jinete la coacutemoda movilidad necesaria tiacutepica de la tradicioacuten militar de estos pueblos al contrario que la cota de escamas32

Esta proteccioacuten baacutesica podiacutea completarse con otras para el cuello pro-bablemente en cota de malla o escamas y para brazos y piernas de los jinetes maacutes pesadamente armados Estas protecciones para las extremidades podiacutean estar realizadas en cota de mallas en la mayor parte de los casos asiacute como en laacuteminas de cuero o metal (bronce o hierro) posiblemente imbricadas en un modo muy semejante a la manica romana de los ss II-III dC Para proteger las manos propiamente dichas el jinete podriacutea proveerse ademaacutes de unos guanteletes que en la mayor parte de los casos seriacutean de cuero o cota de mallas pues otro tipo de proteccioacuten impediriacutea sin maacutes mover las manos con seguridad En ninguno de los testimonios disponibles acerca de la caballeriacutea pesada parta se menciona el uso de escudos y en concreto Casio Dioacuten hace un eacutenfasis particular en el hecho de que los partos no los utilizaban33 Por uacuteltimo un catafracto parto podiacutea completar su panoplia con una maacutescara que protegeriacutea el rostro la uacutenica parte de su cuerpo que llegados a este punto quedariacutea descubierto No debemos olvidar este factor pues seraacute objeto de debate al respecto de los catafractii romanos maacutes adelante Un catafracto parto podiacutea y soliacutea protegerse no soacutelo a siacute mismo sino tambieacuten a su montura

Las protecciones maacutes simples para los caballos eran meras gualdrapas de cuero curtido Las maacutes complejas y pesadas podiacutean constituir proteccio-nes completas que cubririacutean principalmente la cabeza la cerviz la pechera el lomo y los flancos estando constituidas por escamas de bronce o hierro principalmente Igualmente se podiacutea equipar al caballo con una armadura maacutes ligera o ldquomedia armadurardquo que protegeriacutea tan soacutelo la cabeza cerviz y pechera las partes maacutes vulnerables del animal en el momento del choque con una formacioacuten enemiga Respecto al equipamiento ofensivo el arma

32 MIELCZAREK 1993 pp 57-58 LEBEDYNSKY 2002 pp 168-169 33 CASIO DIOacuteN Historia Romana XXXX152

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estrella era la lanza larga de acometida o contus No estaacute claro que un cata-fracto parto portara un arma complementaria a parte del contus pero parece loacutegico que asiacute lo hiciera pudiendo tratarse en este caso de espadas (funda-mentalmente de hoja larga) hachas o incluso mazas (armas perfectas para reventar protecciones metaacutelicas ajenas)34

Seguacuten puede concluirse a partir del testimonio que Plutarco aporta de la batalla de Carras los catafractos partos actuaban en coordinacioacuten con los mucho maacutes numerosos arqueros a caballo de su ejeacutercito los arqueros trata-riacutean de debilitar la formacioacuten enemiga lanzando sucesivos ataques a distan-cia llegado el momento oportuno los catafractos cargariacutean en formacioacuten cerrada replegaacutendose y cesando su fuego los arqueros en ese preciso ins-tante (para evitar el riesgo del ldquofuego amigordquo) empuntildeando sus conti a dos manos sobre el flanco derecho del caballo y en paralelo al costado de eacuteste para arroyar a la formacioacuten enemiga principalmente infanteriacutea pesada Si se-guimos las tesis de M Mielczarek estos mismos catafractos estariacutean prepa-rados para actuar como clibanarios tal y como vemos en los relieves de Naqsh-i-Rustam embistiendo contra otra caballeriacutea empleando sus conti cru-zados tras la cerviz de su montura hacia el lateral izquierdo del caballo y re-cibiendo un apoyo constante de la caballeriacutea ligera en esta accioacuten La prin-cipal debilidad de este tipo de caballeriacutea radicariacutea en la falta de apoyo de otras armas (como los citados arqueros a caballo) y sobre todo que su for-macioacuten fuera dispersada dado que un catafracto aislado constituiacutea un blanco faacutecil a descabalgar y una vez en el suelo su escasa movilidad los convertiacutea en viacutectimas de las iras de la infanteriacutea enemiga35

Entre los saacutermatas Los saacutermatas al igual que los escitas son uno de los grandes grupos

de pueblos noacutemadas indoeuropeos de lengua irania que durante la Antiguumle-dad poblaron las estepas que se extienden desde las orillas del Bajo Danubio y las faldas de los Caacuterpatos a traveacutes de Ucrania y Rusia meridional hasta el Caacuteucaso y los montes Urales Hacia el s I dC dos ldquotribusrdquo saacutermatas arriba-ron junto al limes danubiano del Imperio romano o a sus proximidades los saacutermatas yaacutezigos y roxolanos

Hasta ese momento preciso las taacutecticas y el armamento saacutermata estu-vieron caracterizados por seguir la norma tiacutepica de los ejeacutercitos de jinetes de

34 EADIE 1967 p 164 MIELCZAREK 1993 pp 57-63 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-91 GOLDSWORTHY 1998 pp 66-67 WILCOX 2001 pp 9-10

35 PLUTARCO Craso XIX-XXV Luacuteculo XXXVIII EADIE 1967 p 164 MIELCZAREK 1993 p 50 GOLDSWORTHY 1998 pp 66-67 WILCOX 2001 p 9

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la estepa seguacuten nos describe Estraboacuten se trataba fundamentalmente de fuerzas de arqueros a caballo y caballeriacutea ligera soacutelo espontaacuteneamente apo-yada por jinetes que podriacutea decirse conformaban alguacuten tipo de caballeriacutea ldquopesadardquo36 Sin embargo a mediados del s I dC la imagen que nos trans-mite Taacutecito en sus Annales e Historias resulta ya bien distinta en primer lu-gar relata un encuentro entre saacutermatas y partos donde los primeros rehuacutesan entablar un intercambio de proyectiles a caballo con los segundos optando por lanzarse a la carga contra los partos empuntildeando conti y espadas de hoja larga imponieacutendose de este modo a sus adversarios37 en segundo lugar des-cribe la presencia entre los ejeacutercitos saacutermatas de caballeriacutea de choque una eacutelite que considera conformada por los aristoacutecratas equipados con armadu-ras tan pesadas que en caso de ser derribados no podriacutean levantarse38 Si atendemos a fuentes iconograacuteficas tales como el vaso de Kossika (Rusia) o los frescos de la tumba descubierta en Panticapea (actual Kertch en Ucrania) datada no maacutes tarde del s II dC las imaacutegenes que estas nos transmiten son claramente la de jinetes bien protegidos y armados con un contus que empuntildean a dos manos es decir contarios a todos los efectos Pero iquestpodriacutean ser tambieacuten catafractos En ninguacuten momento nuestras fuentes escritas pro-nuncian este teacutermino al referirse a la caballeriacutea pesada saacutermata que nos des-criben

En cualquier caso hacia el s I dC los saacutermatas habiacutean desarrollado una caballeriacutea de choque maacutes o menos pesada eficiente y realmente peligro-sa para cualquier unidad de infanteriacutea o de caballeriacutea ligera Estos jinetes iriacutean equipados como miacutenimo con el ya caracteriacutestico contus sarmaticus asiacute como con una espada de hoja larga y estrecha (como la encontrada en la tumba 3 del kurgaacuten 80 en Novyiuml a orillas del riacuteo Don en Rusia) Tal y como describe Taacutecito el contario o κοντοφόρος podriacutea ir tambieacuten protegido con una coraza de escamas de cuero o de hierro el tipo de proteccioacuten maacutes corriente encontrado arqueoloacutegicamente asiacute como entre las fuentes icono-graacuteficas que representan a saacutermatas o su armamento (en el caso de la Colum-na Trajana en sus escenas 28 y 34 muestra una serie de jinetes totalmente cubiertos por armaduras de escamas ellos y sus monturas si bien eacutestas estaacuten representadas perfectamente adaptadas al cuerpo de jinetes y caballos de un modo bastante irreal En su podio no obstante la columna representa tam-bieacuten armaduras de escamas esta vez realistas) En el mismo vaso de Kossika el jinete que permanece montado sobre su caballo derribando contus en ma-no a un arquero viste una cota de escamas que se deja entrever bajo un

36 ESTRABOacuteN Geografiacutea VII 3 17 37 TAacuteCITO Annales VI 35 38 TAacuteCITO Historias I 79 2-4

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caftaacuten Otros tipos de proteccioacuten menos frecuentes fueron probablemente tambieacuten las cotas de placas o laacuteminas que se tornariacutean maacutes comunes en las estepas desde la Tardoantiguumledad y la Alta Edad Media Por otra parte hallazgos arqueoloacutegicos como los realizados en Vozdvizhenskaya Stanitsa han llevado a plantear diversas hipoacutetesis de reconstruccioacuten de posibles arma-duras compuestas saacutermatas es decir creadas con distintos tipos de pro-tecciones principalmente escamas y malla combinadas Un yelmo coacutenico compuesto y dotado de carrilleras completariacutea la proteccioacuten del jinete pu-dieacutendose observar varios tanto en las escenas como en el podio de la Colum-na Trajana Como ya hemos sentildealado anteriormente la particular naturaleza del estilo de combate del contario le impediriacutea portar un escudo o hacer un uso realmente uacutetil de eacutel Taacutecito especifica que los saacutermatas que penetraron en Mesia en 69 dC no haciacutean uso de escudos39 y tampoco los vemos represen-tados en ninguna de nuestras fuentes iconograacuteficas donde aparecen contarios saacutermatas40

La posible proteccioacuten portada por los caballos de estos jinetes por otra parte ha sido y es el principal punto de debate Mielczarek considera que la mayor parte de las monturas no se encontrariacutean protegidas de ninguna forma especial a excepcioacuten de aquellas que formariacutean parte de la vanguardia y liacutenea de choque de la formacioacuten y que en cualquier caso se tratariacutea de una proteccioacuten disentildeada principalmente para proteger al caballo ante un combate contra otros jinetes maacutes que contra formaciones de infanteriacutea (al contrario que los partos maacutes preocupados de batir a la infanteriacutea romana mientras que los saacutermatas se enfrentariacutean maacutes frecuentemente a otros pueblos de jinetes o entre siacute mismos seguacuten el autor)41 A E Negin por su parte no niega la po-sibilidad de que las monturas de los jinetes saacutermatas maacutes pesadamente equi-pados fueran protegidas pero en cualquier caso considera que dicha pro-teccioacuten variariacutea en extensioacuten enormemente de un jinete a otro y estariacutea prin-cipalmente restringida a los mandos42 I Lebedynsky especialista en cultu-ras esteparias de la Antiguumledad considera posible que parte de las monturas de la caballeriacutea saacutermata portaran alguacuten tipo de proteccioacuten para lo que argu-menta que las representaciones de jinetes y monturas acorazados de la Co-lumna Trajana aunque ejecutadas en un modo bastante fantasioso no deja de ser sino la traduccioacuten artiacutestica de una realidad militar Igualmente cita la estela funeraria de Athenios en Panticapea donde aparece un jinete empu-

39 TAacuteCITO Historias I 79 4 40 EADIE 1967 p 165 MIELCZAREK 1993 pp 99-100 NEGIN 1998 pp 67-74

LEBEDYNSKY 2002 pp 164-171 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002 pp 23-34 41 MIELCZAREK 1993 pp 101-102 42 NEGIN 1998 p 74

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ntildeando una lanza y montado sobre un caballo que parece mostrar sobre su lo-mo las trazas de una proteccioacuten de escamas o laacuteminas43 R Brzezinski junto a Mielczarek por su parte llegan a conclusiones similares44 Particularmente consideramos que probablemente el uso de protecciones amplias para los ca-ballos no fuera tan sistemaacutetico como podiacutea observarse entre los catafracta-rios partos sino maacutes restringidas en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete y su papel taacutectico concreto en el campo de batalla En este sentido la no utilizacioacuten del teacutermino catafractus katavfrakto por parte de las fuen-tes latinas o griegas en referencia a la caballeriacutea pesada de choque saacutermata podriacutea responder a esta circunstancia en comparacioacuten con la caballeriacutea pesa-da parta

CONTARII Y CATAFRACTII EN EL EJEacuteRCITO ROMANO EQUIPAMIENTO ORGANI-ZACIOacuteN TAacuteCTICAS Y ORIacuteGENES

A continuacioacuten abordaremos en detalle el equipamiento militar la or-

ganizacioacuten de las unidades y las taacutecticas empleadas por estas unidades espe-cializadas y peculiares atestiguadas por primera vez en el ejeacutercito romano en eacutepoca Flavia y sobre todo de Trajano y Adriano en base a las fuentes dis-ponibles Una vez definidos estos puntos trataremos de considerar cuaacutel fue la corriente de influencia y los motivos que llevaron a la creacioacuten de unida-des de caballeriacutea de esta naturaleza en mitad de una tradicioacuten militar estre-chamente vinculada a la infanteriacutea pesada

Respecto del equipamiento de los contarii y catafractii del ejeacutercito romano (asiacute como de los ejeacutercitos saacutermata y parto) sucede como con cual-quier otra unidad militar de reciente creacioacuten o naturaleza extrantildea en cual-quier periodo histoacuterico son sus elementos maacutes innovadores o peculiares los que llaman la atencioacuten del observador (sea eacuteste directo o indirecto) que-dando los elementos comunes o sobradamente conocidos en un segundo pla-no o simplemente obviados45 La organizacioacuten de estas unidades por otra

43 LEBEDYNSKY 2002 pp 171-172 44 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002 p 37 45 MIELCZAREK 2002 pp 90-93 este autor dispone como ejemplo comparativo la ima-

gen que los huacutesares alados polacos unidad militar de caballeriacutea pesada (por contra a su deno-minacioacuten de huacutesares) empleada por la Confederacioacuten polaco-lituana durante los ss XVI-XVIII causaba entre sus contemporaacuteneos extranjeros los cuales destacaban antes los ele-mentos ldquoexoacuteticosrdquo y llamativos de esta unidad (las alas a la espalda los pendones de las lar-gas lanzas o las pieles vestidas sobre las armaduras y uniformes por sus aristocraacuteticos miem-bros) que los elementos realmente cruciales como las lanzas de choque las poderosas pro-tecciones metaacutelicas y su empleo taacutectico en la batalla con devastadores resultados Otro tanto

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parte dada su denominacioacuten de alae responde claramente a los modelos altoimperiales de organizacioacuten de la caballeriacutea sin que pueda detectarse en principio ninguna particularidad extraordinaria causada por la naturaleza es-pecial (o simplemente novedosa) de estas unidades Las taacutecticas son el punto decisivo en base a que suponen la puesta en praacutectica y uso del equipamiento y la organizacioacuten previa de la unidad y lo que determinaraacute en mayor medida el eacutexito de su empleo en la batalla objetivo fundamental de cualquier unidad militar por simple que eacutesta sea Finalmente nuestro intereacutes en determinar los oriacutegenes e influencias de este tipo de unidades del ejeacutercito romano deviene de una razoacuten sencilla el ejeacutercito romano estuvo en contacto durante qui-nientos antildeos con tradiciones militares que emplearon la caballeriacutea de forma masiva y especializada o que hicieron simplemente un uso maacutes o menos sis-temaacutetico de la caballeriacutea pesada de choque o catafracta sin que ello motivara la creacioacuten de unidades semejantes dentro de las armas romanas iquestPor queacute razoacuten entonces eacutestas surgen repentinamente hacia finales del s I dC y muy especialmente bajo los reinados de Trajano y Adriano sin abandonar ya la tradicioacuten militar romana hasta convertirse en una de las espinas dorsales de los ejeacutercitos del Bajo Imperio y sobre todo del posterior Imperio Bizantino

El lector habraacute notado que en el tiacutetulo de este apartado no hemos he-cho mencioacuten los clibanarii Dada la inexistencia de este teacutermino en las fuen-tes que tratan esta clase de unidades en el periodo que abordamos (hasta el punto que no hace su aparicioacuten hasta el s IV dC)46 consideramos innece-saria cualquier disquisicioacuten ulterior en base a una especialidad militar que no habiacutea emergido como tal para el periodo que estudiamos No obstante no debemos olvidar que en base a las hipoacutetesis barajadas y a la propuesta que aquiacute hemos presentado apoyaacutendonos en ellas las diferencias entre catafractii y clibanarii devienen maacutes de un empleo taacutectico antes que de diferencias sen-sibles en equipamiento u organizacioacuten en este sentido por tanto el papel taacutectico del clibanarius podriacutea haber sido desempentildeado por el catafractus en el periodo que nos ocupa

Las alae I Canninefatum y I Vlpia Contariorum milliaria El elemento maacutes caracteriacutestico de un contarius es el arma que le da

nombre el contus sarmaticus Nuestras fuentes no nos aportan mayores de-talles acerca del equipamiento militar de esta clase de unidades La estela de parece suceder con las fuentes claacutesicas que abordan a contarios catafractos y clibanarios de cualquier ldquonacionalidadrdquo soacutelo se resentildean los elementos llamativos o extrantildeos de su equipo

46 MIELCZAREK 1993 p 76

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Aduitor jinete del ala I Canninefatum ya mencionada maacutes arriba nos aporta la imagen de un jinete equipado tan soacutelo con un contus sin llevar maacutes pro-teccioacuten que sus ropas militares Sin embargo no es la primera vez que un militar romano se hace representar en su estela funeraria portando simple-mente sus armas maacutes caracteriacutesticas vistiendo tan soacutelo lo que podriacuteamos de-nominar como su ldquouniformerdquo Asiacute pues iquestno podriacutea estar actuando Aduitor en el mismo sentido

El contus sarmaticus es un arma de choque destinada a ser empuntildeada a dos manos por un jinete que emplearaacute la fuerza de sus brazos y de la em-bestida de su caballo conjuntamente para arremeter contra un objetivo pe-destre o ecuestre con la finalidad de abatirlo o derribarlo La superior longitud del contus por otra parte confiere al jinete una importante ventaja desde el momento en que a la carga posee la oportunidad de golpear prime-ro al enemigo con toda la brutal fuerza que un jinete a la carga puede desple-gar en ese preciso instante Sin embargo una vez ha sucedido el choque y se acortan las distancias entre el contarius y sus enemigos el jinete se encuen-tra en una situacioacuten de creciente vulnerabilidad si no recibe apoyo de liacuteneas sucesivas de otros jinetes o queda maacutes o menos aislado puede ser flanquea-do y faacutecilmente atacado por la infanteriacutea u otros jinetes47 La principal fuerza de una unidad de contarios radica por tanto en su capacidad para actuar en grupo y en perfecta coordinacioacuten asiacute como en saber explotar la ventaja fiacutesica y psicoloacutegica del primer impacto para barrer y desfondar a la formacioacuten ene-miga del tipo que sea Sin embargo esto no siempre puede suceder (ni se dan las condiciones apropiadas para conseguirlo en el campo de batalla) Ante semejante eventualidad inherente a una unidad de contarii sus componentes debiacutean de estar seguramente preparados La proteccioacuten corporal y un o unas armas secundarias formaban probablemente parte del equipo de Aduitor y de otros jinetes como eacutel

En cuanto al equipamiento ofensivo el arma maacutes comuacuten al lado de una lanza de acometida es una espada especialmente una de hoja larga la maacutes adecuada para su uso desde la silla de montar Este tipo de armas estaacute arqueoloacutegicamente atestiguada entre otros especialistas en el uso del contus los saacutermatas En la panoplia romana del s II dC las espadas largas no eran desconocidas en absoluto la caballeriacutea empleaba masivamente la spatha una espada de hoja recta que podiacutea oscilar entre los 65 y los 90 cm de lon-gitud y entre los 4 y 8 cm de anchura que en el s II dC era portada ya so-bre el costado izquierdo48 Otro tipo de espadas empleadas por la caballeriacutea romana en eacutepoca Antonina y Severa fueron las espadas de pomo en forma de

47 GOLDSWORTHY 1998 p 241 48 DIXON SOUTHERN 1997 pp 48-49 FIELDS 2006 p 16

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anillo cuyo origen se encuentra entre las espadas del mismo tipo saacutermatas y del Reino del Boacutesforo49 Una daga el pugio romano aunque pueda parecer un arma mucho maacutes uacutetil para un soldado de infanteriacutea que para un jinete es especialmente adecuada para los combates maacutes encarnizadamente cercanos tales como los brutales forcejeos hombre a hombre que tras un encontronazo de caballeriacutea podiacutean darse Igualmente un jinete descabalgado encontrariacutea mucho maacutes adecuado un pugio a la hora de enfrentarse a la infanteriacutea ene-miga que su larga espada maacutes conveniente para el combate desde la silla de montar50 Si tenemos en cuenta que en determinadas circunstancias un conta-rius era particularmente vulnerable a los ataques (y a ser consecuentemente derribado) un pugio seriacutea un buen complemento a su panoplia

Respecto al equipo defensivo debemos descartar desde un principio (auacuten a riesgo de resultar redundantes) el uso de escudos dada la imposibi-lidad de emplearlos adecuadamente empuntildeando al mismo tiempo un contus cuyo uso ademaacutes se veriacutea gravemente estorbado En este sentido la pro-teccioacuten corporal se convertiriacutea en un imperativo maacutexime teniendo en cuenta las debilidades inherentes a un contarius en combate ya mencionadas Di-versos tipos de casco o galea estaban a la disposicioacuten del jinete romano Los cascos de caballeriacutea evolucionaron de un modo diferente a los de la infan-teriacutea desde eacutepoca de Augusto al fin y al cabo las necesidades de proteccioacuten y movilidad de un jinete y un infante eran distintas Hacia finales del s I dC los modelos preexistentes como el casco tipo Weiler empezaron a ser refor-zados en su parte frontal (un lugar propenso a recibir contundentes sablazos durante el choque entre dos formaciones de caballeriacutea) desembocando en nuevos modelos durante el s II dC tales como el Russell Robinson tipo B uno de cuyos principales ejemplos fue encontrado en Ely Cambridgeshire Entre sus principales caracteriacutesticas estaacute la ampliacioacuten de las carrilleras que envuelven buena parte de la cara asiacute como los oiacutedos dejando soacutelo al descu-bierto nariz ojos y boca Su refuerzo frontal es pronunciado y el cubrenuca se ampliacutea ligeramente Sin embargo los cubrenucas de los cascos de ca-balleriacutea nunca alcanzaraacuten extensiones superiores en caso de ser derribado un jinete con un casco de cubrenuca muy extenso (como en los cascos de in-fanteriacutea del s II dC) podiacutea partirse el cuello faacutecilmente En este sentido avanzado el s II dC los cubrenucas se atrofian de nuevo mientras que las carrilleras se ampliacutean auacuten maacutes asiacute como los refuerzos del yelmo En este sentido los mejores ejemplos son el casco de Kalkar-Houmlnnepel (s II dC) y especialmente el tipo Friedberg el Heddernheim y el Russell Robinson tipo

49 BISHOP COULSTON1993 pp111-112 LEBEDYNSKY 2002 pp 101-103 p 167 y p 240 DIXON STEPHENSON 2003 pp 75-78

50 DIXON STEPHENSON 2003 pp 90-92

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E datados ya a comienzos del s III dC Estos cascos se caracterizan por en-volver casi completamente la cara salvo una breve ldquotrdquo que deja al descu-bierto ojos nariz y parte de la boca Las carrilleras cubren toda la cara y los oiacutedos asiacute como buena parte del cuello en unioacuten al cubrenuca Una extensa visera se extiende desde el frontal reforzado del casco sirviendo para desviar auacuten mejor los golpes frontales El yelmo presenta refuerzos transversales que se cruzan en su parte superior y se extienden hasta los liacutemites del cubrenuca En su conjunto estos disentildeos de cascos proporcionan una buena proteccioacuten contra golpes realizados desde cualquier direccioacuten especialmente frontales laterales y sobre la parte superior de la cabeza dejando vulnerable soacutelo la parte estrictamente necesaria del rostro51 No trataremos aquiacute todaviacutea los cas-cos destinados en principio a la Hippikaacute Gymnasia pues su particular natu-raleza y en especial la utilidad protectora del rostro de sus maacutescaras seraacute ob-jeto de debate en torno al equipamiento de los catafractii

La proteccioacuten corporal resultariacutea igualmente esencial para un conta-rius sobre todo porque en posicioacuten de carga y sin escudo resultariacutea muy vul-nerable a cualquier contraataque que pudiera atravesar la formacioacuten de ca-balleriacutea erizada de lanzas En general las protecciones no deberiacutean resultar muy diferentes a las de cualquier otro equite medianamente pesado de la ca-balleriacutea romana La proteccioacuten maacutes sencilla y frecuente seriacutea la lorica hama-ta o cota de mallas de mangas cortas hombros reforzados con una doble ca-pa de mallas y faldelliacuten extenso hasta medio muslo A finales del s II dC la caballeriacutea empezariacutea a llevar loricae hamatae de mayor longitud llegando a rebasar codos y rodillas En cuanto a las loricae squamatae durante los ss I-II dC soliacutean ser de unas dimensiones semejantes a las hamatae de man-gas y faldelliacuten cortos (cuando no sin mangas) con dos placas pectorales de metal como complemento y una franja de pteryges sobre los muslos Con la entrada del s III dC la lorica squamata cambia y tiende a hacerse maacutes lar-ga En el s II dC se incorpora una innovacioacuten las escamas semi-riacutegidas maacutes amplias y cosidas unas junto a otras sobre una pieza de cuero de tal for-ma que conformaban una proteccioacuten riacutegida y maacutes soacutelida como el ejemplo de Waffenmagazin en Carnunto datado probablemente de eacutepoca pre-Antonina o Antonina temprana Las armaduras de laacuteminas elaboradas a partir de esca-mas de metal rectangulares y alargadas son raras en el mundo romano du-rante esta fase aunque existe alguacuten ejemplo aislado como el hallazgo de un fragmento datado en el s III dC en Čatalka52 Otros elementos podiacutean com-

51 BISHOP COULSTON 1993 pp 93-96 y 117-119 FREUGEgraveRE 1994 pp 104-121 DIXON

SOUTHERN 1997 pp 35-36 DIXON STEPHENSON 2003 pp 17-20 FIELDS 2006 pp 12-13 52 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-92 y 116-117 DIXON SOUTHERN 1997 pp 36-43

DIXON STEPHENSON 2003 pp 43-48 FIELDS 2006 pp 13-14

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pletar la proteccioacuten del contarius como la de cualquier otro equite especial-mente grebas de diverso tipo especialmente uacutetiles para proteger las vulnera-bles piernas del jinete53

Completariacutea el equipamiento de un contarius su montura asiacute como la silla y los arreos necesarios para controlarla y poder actuar en conjuncioacuten con ella En particular la silla compondriacutea un elemento clave del equipo de una caballeriacutea especializada en taacutecticas de choque ante la carencia de estri-bos sin una silla de montar adecuada un contarius podriacutea salir simplemente disparado por la grupa de su caballo a causa de la fuerza del impacto En este sentido las tentativas de reconstruccioacuten de las sillas de montar realizadas por Junkelmann y P Connolly han resultado de extremada utilidad para conocer hasta queacute punto la silla de montar romana conocida como ldquosilla de cuatro cuernosrdquo podiacutea suplir la carencia del estribo y permitir a un jinete realizar toda clase de maniobras a lomos de su caballo sin correr excesivo riesgo de caer desmontado Especialmente satisfactorios han sido en este sentido las experiencias realizadas por Connolly con su propuesta de silla de estructura riacutegida interna de madera respaldados sus resultados por otros autores como K Dixon o P Southern Aunque no es materia esencial de nuestro estudio el debate en torno a la particular naturaleza de las sillas de montar romanas sentildealaremos que estos autores (a cuya opinioacuten nos adscribimos) consideran que una silla de montar de entramado riacutegido interno responderiacutea mucho me-jor a las necesidades de un jinete carente de estribos que una sin dicho entra-mado Desde nuestro particular punto de vista consideramos que las necesi-dades de un jinete especializado en taacutecticas de choque acentuariacutean enorme-mente la necesidad de una silla con un buen entramado riacutegido capaz de absorber la fuerza del impacto y mantener al jinete soacutelidamente afincado so-bre el lomo de su montura sin riesgo de caer Igualmente la solidez del en-tramado y su capacidad para transferir el peso del jinete de la columna verte-bral del animal hacia sus flancos (con el consecuente beneficio para la salud del caballo) permitiriacutea transmitir la fuerza de la embestida de la montura ha-cia el propio jinete y su arma (en este caso el contus) concentrando la fuerza del impacto en el afilado extremo de eacutesta y maximizando de este modo la eficiencia de la carga54 Posiblemente las unidades de caballeriacutea maacutes pesadas (como los catafractii) emplearon sillas de montar cuyo entramado estariacutea maacutes desarrollado y hasta reforzado con elementos metaacutelicos55

53 DIXON STEPHENSON 2003 p 61 54 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 BISHOP COULSTON 1993 pp 105-108

MIELCZAREK 1993 pp 81-82 DIXON SOUTHERN 1997 pp 70-74 DIXON STEPHENSON 2003 pp 107-110 FIELDS 2006 pp 17-18

55 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 pp 44-45

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La posible proteccioacuten portada por la montura de un contarius proba-blemente no diferiacutea de la portada por las monturas de las unidades de ca-balleriacutea media del ejeacutercito romano especialmente si tenemos en cuenta que como tendremos oportunidad de analizar no estaacute ni tan siquiera claro que los caballos de los catafractii romanos portaran protecciones fuera de lo comuacuten respecto de otras unidades de caballeriacutea Por tanto el elemento de proteccioacuten maacutes pesado portado por el caballo de un contarius seriacutea un chamfron una proteccioacuten para la cabeza y ojos del animal que podiacutea ser tanto de cuero co-mo metaacutelica Se han encontrado diversos ejemplares de este tipo de protec-ciones los maacutes exuberantemente decorados considerados (en principio) como restringidos a su uso durante la Hippikaacute Gymnasia56 El principal papel de estas protecciones parece enfatizar la proteccioacuten de los ojos del caballo en tanto en cuanto se conocen ejemplos de chamfrons romanos que tan soacutelo protegen esta vulnerable parte de la cabeza del animal como los hallados en Mainz Alemania57

El armamento caracteriacutestico del contarius especialmente el contus se asemeja enormemente al equipamiento del jinete pesado saacutermata el cual en la mayor parte de los casos no era sino un jinete maacutes o menos bien protegido (en algunos casos pesadamente protegido) a lomos de un caballo que en la mayor parte de los casos no llevariacutea una proteccioacuten destacada La principal fuerza del jinete saacutermata radicariacutea en el uso del llamado contus sarmaticus Que los primeros testimonios de la existencia de contarii entre las filas de la caballeriacutea romana no date antes del 60 dC resulta igualmente significativo el encuentro del ejeacutercito romano con la caballeriacutea pesada de los saacutermatas roxolanos o yaacutecigos se produce precisamente en esas fechas No existen evi-dencias de un ldquoteacutermino mediordquo similar al contarius romano entre el arquero a caballo y el catafractoclibanario parto o sasaacutenida Los contrastes entre el jinete pesado saacutermata y el parto son evidentes no soacutelo en equipo militar sino en taacutecticas todo lo contrario sucede entre el jinete pesado saacutermata y el contarius romano en particular Resulta loacutegico por tanto pensar que el mo-delo en taacutecticas y equipamiento del contarius romano se encuentra entre los contarios de la caballeriacutea pesada saacutermata58

56 BISHOP COULSTON 1993 pp 105-108 DIXON SOUTHERN 1997 p 67 DIXON

STEPHENSON 2003 pp 111-112 FIELDS 2006 57 DIXON STEPHENSON 2003 p 112 58 EADIE 1967 pp 165-167 MIELCZAREK 1993 pp 99-102 NEGIN 1998 LEBEDYNSKY

2002 p 236

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El ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta A diferencia de lo que sucede con los contarii no disponemos de des-

cripciones pormenorizadas o representaciones graacuteficas expliacutecitas de cata-fractii del ejeacutercito romano59 Tan soacutelo el grafito de un catafracto hallado en Dura-Europos aporta alguacuten tipo de informacioacuten expliacutecita para reconstruir la posible imagen de lo que seriacutea un catafractus del ejeacutercito romano pese al hecho de que la ldquonacionalidadrdquo del catafracto representado en el grafito no estaacute nada clara

Como ya hemos sentildealado en apartados anteriores el propio nombre de catafractuscatafractii (asiacute como el posterior de clibanariusclibanarii) pone el acento en la defensa corporal metaacutelica de este tipo de soldados romanos o no romanos Sin embargo el equipamiento defensivo carece de sentido algu-no si no protege una funcioacuten ofensiva concreta En un contarius el eacutenfasis se situacutea en su capacidad ofensiva representada fundamentalmente por el contus sarmaticus como devastadora arma de choque en manos de una fuerza dise-ntildeada esencialmente para el ataque la caballeriacutea En un catafractus romano o parto y en sus homoacutelogos saacutermatas maacutes pesadamente equipados el elemen-to clave no es el poderoso equipo defensivo del jinete (y seguacuten queacute casos de su caballo) en solitario sino la conjuncioacuten de eacuteste con el poder devastador de su equipo ofensivo El catafractus representa asiacute la fuerza ofensiva del con-tarius puesta bajo una proteccioacuten concienzuda que la mantenga a salvo de la mayor parte de los contraataques

En este sentido el equipamiento ofensivo de un catafractus romano no se diferenciariacutea en nada sustancial del portado por un contarius Aparte de la fundamental y eficiente contus el catafractus no dejariacutea de portar un arma secundaria siendo de nuevo la maacutes eficiente la espada de hoja larga que en la tradicioacuten romana altoimperial se materializaba en la spatha en to-das sus variantes asiacute como en espadas de hoja larga de tradicioacuten saacutermata que ya presentamos anteriormente En cuanto a otras armas acaso el pugio pu-diera ser un complemento menos uacutetil para un jinete pesadamente protegido (y con una movilidad maacutes restringida en consecuencia) que para un conta-rius o un equite maacutes vulnerable pero con mayor libertad de movimientos Al fin y al cabo la funcioacuten de ataque baacutesica del catafractus no era sino la mis-ma que la del contarius aprovechar la ventaja de un arma de acometida como el contus para derribar a enemigos a pie o montados antes de poder re-cibir cualquier clase de contraataque cuerpo a cuerpo por parte de ellos Era precisamente su capacidad para mantenerse a salvo de buena parte de los

59 MIELCZAREK 1993 p 79

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contraataques (cercanos o de proyectil) lanzados contra ellos lo que conver-tiacutea a los catafractii en un arma auacuten maacutes devastadora y pesada que los conta-rii la fuerza devastadora de su ataque teniacutea muchas menos posibilidades de verse desbaratada durante la accioacuten si todo iba razonablemente bien60

Y es este elemento clave del catafractus romano la proteccioacuten corpo-ral uno de los puntos que mayores debates ha generado empezando por el yelmo propiamente dicho Un catafractus romano del s II y comienzos del s III dC empleariacutea una gama de cascos ligeramente distinta a los de un con-tarius por dos razones la primera de todas cronoloacutegica en base al hecho de que su aparicioacuten (en base a todas nuestras fuentes) no parece tener lugar has-ta la primera deacutecada del s II dC por lo que los disentildeos de cascos maacutes tiacutepi-cos del s I dC (como el tipo Weiler) no llegariacutean a ser usados por los cata-fractii romanos la segunda es puramente funcional en tanto en cuanto se es-perariacutea de un catafractus que fuera lo maacutes protegido posible Soacutelo los dise-ntildeos maacutes soacutelidos de yelmos romanos y de proteccioacuten maacutes completa entrariacutean a formar parte del equipo corriente de esta caballeriacutea pesada En este sentido resulta particularmente representativo el casco tipo Heddernheim o Russell Robinson tipo E el tipo Friedberg asiacute como los cronoloacutegicamente anteriores Kalkar-Houmlnnepel y Bodengraven Todos ellos ofreciacutean una excelente protec-cioacuten a todo el craacuteneo y el cuello Sin embargo todos ellos no podiacutean evitar dejar al descubierto ojos nariz y buena parte de la boca Teniendo en cuenta que el resto del cuerpo del jinete estariacutea tambieacuten razonablemente bien prote-gido la mejor forma de neutralizar a un catafractus en estas circunstancias era atacarle al rostro directamente Sean cuales sean las circunstancias (y lo que Hollywood nos haya intentado hacer creer) el instinto baacutesico de preser-vacioacuten de un ser humano le hace cerrar los ojos encoger o apartar brusca-mente la cabeza y (de ser necesario) protegerse con las manos y los brazos si intuye o siente una agresioacuten dirigida a la cara Se trata de un acto reflejo baacute-sico e instintivo que no se puede evitar La peacuterdida temporal del control so-bre la realidad visual y sobre las acciones del combate que esto produciriacutea podriacutea provocar (al menos durante ese corto espacio de tiempo) que el ldquoin-vulnerablerdquo catafractus dejara de ser una amenaza fallara el objetivo de su ataque dejara de prestar atencioacuten (en pos de su propia proteccioacuten) yo se convirtiera en un objetivo vulnerable durante ese tiempo En resumidas cuentas la proteccioacuten para la cara resultariacutea una pieza muy uacutetil para un sol-dado cuya fuerza residiera en una pesada proteccioacuten y una gran contundencia de ataque En este sentido se sabe que los catafractos y clibanarios partos y

60 MIELCZAREK 1993 p 81 BISHOP COULSTON 1993 pp 109-111 DIXON SOUTHERN 1997 p 76 GOLDSWORTHY 1998 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-321

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sasaacutenidas emplearon maacutescaras o ventails combinadas con sus cascos para completar su proteccioacuten dejando tan soacutelo los resquicios necesarios para res-pirar y ver (literalmente dos orificios del tamantildeos de los ojos asiacute como una apertura y perforaciones para permitir la ventilacioacuten a la altura de la boca y la nariz) sin que ello pareciera representar un inconveniente a la percepcioacuten del entorno en combate61 En la panoplia romana altoimperial los cascos con maacutescaras metaacutelicas (y las maacutescaras en siacute mismas) no son precisamente des-conocidos son aquellos inicialmente atribuidos a un uso en paradas y ejer-cicios militares especialmente la Hippikaacute Gymnasia Entre los ejemplos maacutes destacables podemos sentildealar el tipo Newstead (s I dC) asiacute como las varian-tes maacutes elaboradas y decoradas del Heddernheim En principio este tipo de cascos dada su profusa decoracioacuten y las supuestas limitaciones a la visibili-dad provocadas por la maacutescara estariacutean limitado en su uso a la Hippikaacute Gymnasia Sin embargo este tipo de cascos no era impedimento para un adecuado desenvolvimiento durante estos ejercicios que eran una muestra de destreza iquestPor queacute entonces habriacutean de resultar un estorbo en la batalla Las maacutescaras de la caballeriacutea parta no teniacutean una factura esencialmente diferente a las romanas (maacutes allaacute del plano puramente artiacutestico-estiliacutestico) y fueron usadas en combate con cierta asiduidad iquestPor queacute razoacuten los yelmos con maacutes-cara o maacutes probablemente las maacutescaras en siacute mismas combinadas con otros tipos de yelmos romanos de caballeriacutea conocidos no pudieron ser utilizados en combate tanto como en la Hippikaacute Gymnasia Hace casi dos deacutecadas Mielczarek ya lanzoacute una propuesta en semejante sentido al respecto de la ca-balleriacutea pesada romana poniendo en cuestioacuten su uso exclusivo en paradas y exhibiciones la cantidad de cascos con maacutescaras y maacutescaras aisladas vincu-ladas a la panoplia romana (y especialmente de la caballeriacutea) no parece res-ponder precisamente a un uso limitado a ocasiones especiales Diez antildeos maacutes tarde Dixon e I P Stephenson volvieron a retomar dichos plantea-mientos argumentando que determinados cascos empleados en la Plena y Baja Edad Media (como el sallet A82) limitaban la visibilidad tanto o maacutes que las maacutescaras inicialmente consideradas como limitadas a la Hippikaacute Gymnasia y sin embargo fueron empleados en combate62 En este sentido consideramos que posiblemente los maacutes ricamente decorados ejemplares no fueron objeto de uso en combate pero siacute que nos adscribimos a los plantea-mientos de los autores mencionados considerando no soacutelo probable sino ra-zonable que la maacutescara (y los cascos disentildeados especialmente para portarlas) formaran parte de la panoplia de los catafractii otorgaacutendoles la proteccioacuten necesaria para proteger el siempre vulnerable rostro

61 MIELCZAREK 1993 p 60 NEGIN 1998 pp 72-74 WILCOX 2001 p 10 62 MIELCZAREK 1993 p 81 DIXON STEPHENSON 2003 pp 20-24

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Un catafractus sin duda alguna portariacutea una buena proteccioacuten para el torso En este sentido hariacutea uso de las mismas protecciones antes menciona-das para los contarii como loricae hamatae y squamatae asiacute como las inno-vaciones propias de eacutepoca Antonina y Severa como las escamas semi-riacutegi-das y las poco comunes armaduras de laacuteminas como el aislado ejemplo del s III dC hallado en Čatalka63 Sin embargo si atendemos ahora al grafito de Dura-Europos el jinete representado no parece llevar un uacutenico tipo de pro-teccioacuten sobre su torso Las armaduras compuestas por varios tipos de loricae como hemos visto eran probablemente utilizadas ya por los saacutermatas Este tipo de proteccioacuten era tambieacuten conocida en el ejeacutercito romano si bien los ejemplos de la misma son limitados y no parece que su uso estuviera muy extendido (al igual que no parece que en el s II y a comienzos del s III dC los catafractii fueran un arma de extendido uso en Roma) Se denominaba lorica plumata teacutermino que al parecer designaba principalmente a armadu-ras compuestas por lorica squamata y hamata combinadas Esta combina-cioacuten parece ser la utilizada tambieacuten por los saacutermatas aunque su distribucioacuten sobre el cuerpo no se ha podido reconstruir convincentemente64 Al igual que el contarius el catafractus no portariacutea escudo tanto por serle imposible su debido aprovechamiento al empuntildear un contus como por el estorbo que su-pondriacutea al uso de esta uacuteltima La carencia de escudo quedariacutea suplida por lo pesado de su proteccioacuten corporal En este sentido destaca la manica una proteccioacuten construida con laacuteminas de metal (bronce o hierro) semiciliacutendricas unidas unas a otras en progresioacuten descendente del hombro hacia la mano la cual podiacutea proteger a su vez con guanteletes de malla de escamas o incluso una extensioacuten de la manica misma adaptada a la forma de la mano65 Com-pletariacutean la proteccioacuten de un catafractus unas grebas para sus piernas (la parte de su cuerpo maacutes al alcance de la infanteriacutea enemiga) si bien podiacutean disponer de protecciones maacutes pesadas que podiacutean llegar a cubrir muslos y pies recordando en su estructura a la manica empleada para proteger los bra-zos66 En ocasiones podriacutea emplearse tambieacuten protecciones especiacuteficas para el cuello especialmente pensadas para cubrir cualquier posible fisura entre el yelmo y la proteccioacuten del torso De este tipo de piezas se han encontrado al-gunos ejemplos como el de una tumba de Čatalka en Bulgaria datada en el

63 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-92 y 116-117 DIXON SOUTHERN 1997 pp 36-43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 43-48 FIELDS 2006 pp 13-14

64 MIELCZAREK 1993 pp 79-80 NEGIN 1998 pp 68-74 DIXON STEPHENSON 2003 pp 49-50 FIELDS 2006 pp 10-11

65 BISHOP COULSTON 1993 pp 87-91 DIXON STEPHENSON 2003 pp 55-58 66 DIXON SOUTHERN 1997 p 43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 61-63

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s II dC y consistente en un anillo de metal dividido en dos mitades unidas por un cinturoacuten de cuero y originalmente tintado en rojo67

El equipamiento de las monturas de los catafractii romanos es otro as-pecto poleacutemico quizaacutes el que maacutes En primer lugar respecto de las sillas de montar eacutestas responderiacutean probablemente al modelo presentado por Con-nolly pero a un tipo particular cuyo entramado riacutegido interno y cuernos es-tariacutean maacutes desarrollados planteando una sujecioacuten mucho maacutes riacutegida y firme Este tipo de sillas poseiacutea ademaacutes una estructura reforzada con elementos metaacutelicos Seguacuten Connolly y C Van Dryel Murray este tipo de sillas res-ponderiacutea especialmente a un uso por parte de unidades de caballeriacutea pesada donde el peso de la armadura del jinete sumada a su modalidad de combate (choque con lanza pesada) hariacutea necesaria una sujecioacuten maacutes firme para evitar quedar descabalgado asiacute como un maacutes eficiente reparto del peso sobre el lomo y los costados del caballo Este tipo de sillas es visible tambieacuten sobre los caballos de los clibanarios sasaacutenidas que aparecen en el relieve de Firu-zabad68 En segundo lugar estaacute la cuestioacuten en torno a si las monturas de los catafractii romanos del s II y comienzos del III dC llevaban alguacuten tipo de proteccioacuten y cuaacuten completa era esta En este sentido se han lanzado diver-sas propuestas e hipoacutetesis por una parte aquellos que consideran que los ca-tafractii romanos probablemente no emplearon proteccioacuten para sus monturas al menos no en la forma casi sistemaacutetica y masiva que caracterizaba a la ca-balleriacutea pesada parta y que caracterizariacutea maacutes tarde a la sasaacutenida y a la pro-pia caballeriacutea pesada romana bajoimperial en este sentido los catafractii del ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta no seriacutean sino contarii pesada-mente protegidos pero cuyas monturas no portariacutean proteccioacuten alguna fuera de lo comuacuten hasta el momento en el ejeacutercito romano69 otros han propuesto un teacutermino medio sostenido en base a la influencia saacutermata en la creacioacuten y equipamiento de la caballeriacutea pesada romana Es eacuteste el caso de Mielczarek Negin y Lebedynsky entre otros quienes consideran que los catafractii ro-manos no emplearon la protecciones pesadas y o maacutes o menos completas pa-ra sus monturas en el sentido sistemaacutetico que se puede observar en la tradi-cioacuten militar parta o persa sino que emplearon protecciones maacutes limitadas y sobre todo aplicadas a secciones concretas de estas unidades por ejemplo entre aquellos soldados destinados a formar la vanguardia de choque de la formacioacuten o simplemente entre los oficiales70 entre la mayor parte de los autores consagrados al estudio del armamento romano y en particular de la

67 DIXON STEPHENSON 2003 p 59 68 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 p 45 MIELCZAREK 1993 pp 81-82 69 EADIE 1967 pp 166-168 70 MIELCZAREK 1993 pp 74-81 NEGIN 1998 p 74 LEBEDYNSKY 2002 p 237-238

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caballeriacutea existe un acuerdo taacutecito en reconocer el uso por parte de la ca-balleriacutea pesada romana de protecciones metaacutelicas Sin embargo en general o no llegan a un acuerdo en torno a su empleo por parte de las primeras uni-dades de catafractii o se limitan a constatar que los restos arqueoloacutegicos de protecciones equinas pesadas (particularmente las halladas en Dura-Europos) datan en principio del s III dC sin entrar en mayores debates71 finalmente estaacuten aquellos autores que dan simplemente por sentada la asociacioacuten entre el teacutermino catafractii y una proteccioacuten maacutes o menos completa y extendida a la inmensa mayoriacutea (al menos) de las monturas de estas unidades en cual-quier momento desde su creacioacuten72 pero especialmente a partir del s III dC73

En general todas estas corrientes tienden a coincidir en sentildealar que las armaduras pesadas para caballos en el ejeacutercito romano no empezaron a utili-zarse de forma extendida para la caballeriacutea pesada hasta el s III dC De nue-vo el debate se centra en torno a su uso durante el s II dC justo en el mo-mento de la creacioacuten de las primeras unidades de catafractii y particular-mente a causa de la falta de pruebas concluyentes Si se hizo uso de dichas protecciones ya en el s III dC iquestpor queacute razoacuten negar su uso en una fase an-terior aunque eacuteste no fuera un uso generalizado Particularmente preferimos adscribirnos a la tendencia representada por Mielczarek Negin y Lebedyns-ky entre otros autores considerando que los miembros de la uacutenica unidad de caballeriacutea pesada acorazada romana conocida para el s II dC el ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta (y por tanto otras unidades del mismo tipo auacuten por conocer) emplearon protecciones metaacutelicas maacutes o menos pesa-das para sus monturas de un modo ocasional limitado a secciones especiales de la unidad o a la oficialidad siguiendo la corriente de influencia saacutermata Estas protecciones se generalizariacutean a lo largo del s III dC probablemente bajo una mayor influencia de la tradicioacuten militar parta y ante todo sasaacutenida hasta constituir las unidades pesadas del Bajo Imperio que seriacutean el germen de la posterior caballeriacutea pesada bizantina

Este tipo de protecciones incluiriacutea no soacutelo ya los chamfrons metaacutelicos sobradamente conocidos por la caballeriacutea romana de la eacutepoca (y empleados probablemente por los contarii) sino bardas compuestas por malla escamas de cuero o metaacutelicas o laacuteminas que como los ejemplares de Dura-Europos (ya descritos anteriormente) cubririacutean los flancos del caballo y buena parte

71 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-70 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

72 GOLDSWORTHY 1998 pp 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 y 20-21 73 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-322

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de la pechera del mismo74 Este tipo de protecciones probablemente incluiriacutea tambieacuten piezas especiacuteficas para proteger el frontal y la cerviz del animal has-ta la cabeza a semejanza quizaacutes de las empleadas por partos y sasaacutenidas en Oriente Estas piezas particularmente para la cerviz del caballo se han en-contrado tambieacuten en Dura-Europos elaboradas en malla y lazadas mediante correas de cuero75 De este modo si se quisiera proporcionar proteccioacuten tan soacutelo a los caballos de una parte de la unidad lo maacutes loacutegico seriacutea hacerlo con las monturas que marchariacutean en la vanguardia de la formacioacuten de choque y que deberiacutean absorber la fase maacutes violenta del impacto En este sentido las piezas de proteccioacuten maacutes uacutetiles no seriacutean las bardas laterales sino las pro-tecciones para pechera cerviz y cabeza las partes del cuerpo del caballo que quedariacutean expuestas al enemigo durante una carga en formacioacuten cerrada Al prescindir asiacute de las protecciones de los flancos no solo se seguiriacutea apor-tando una proteccioacuten uacutetil a las monturas maacutes expuestas de la unidad durante una accioacuten de combate sino que se estariacutea aligerando el peso que habriacutean de soportar durante la accioacuten reduciendo asiacute el riesgo de agotamiento de las mismas

Si la influencia saacutermata en el origen del contarius romano es maacutes o menos segura la cuestioacuten resulta menos clara para los catafractii Formal-mente un catafractus romano no se diferenciaba del contario saacutermata maacutes pesadamente armado maacutes que en la factura de determinadas partes de su equipamiento muchas de las cuales eran de tradicioacuten puramente romana y unas pocas (como las protecciones maacutes pesadas para las piernas) devendriacutean de tradiciones orientales Sin embargo el hecho de que en ninguacuten momento las fuentes literarias disponibles denominen a la caballeriacutea pesada saacutermata como catafractii y que las protecciones pesadas para caballos entre la mis-ma parezcan ser objeto de un uso tan heterogeacuteneo como vinculado al status y posibilidades econoacutemicas del jinete parece ser el principal punto (al menos inicialmente) de distanciamiento entre los lanceros acorazados saacutermatas y los catafractii romanos Ahora bien suponiendo que la creacioacuten de las unidades de catafractos romanos estuviera respondiendo a la caballeriacutea pesada parta iquestpor queacute esperoacute al s II dC Durante casi tres siglos de encuentros en los campos de batalla de Oriente el ejeacutercito romano no parecioacute tener necesidad alguna de emular a los catafractos y clibanarios partos Finalmente es en el contexto de las guerras daacutecicas y paacuterticas de Trajano y en el reinado de Adriano cuando los catafractii hacen su aparicioacuten en el ejeacutercito romano al-gunas deacutecadas maacutes tarde que los contarii y despueacutes de casi un siglo de con-

74 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-63 67 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

75 DIXON STEPHENSON 2003 p 114

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tacto con la caballeriacutea saacutermata De nuevo la coincidencia de variables parece hablar por siacute sola al igual que primero el contarius el catafractus parece ser una respuesta de la caballeriacutea romana a las refriegas habidas con los exce-lentes jinetes saacutermatas desde mediados del s I dC hipoacutetesis que secundan la mayor parte de los autores76 Cualquier posible influjo oriental en la com-posicioacuten de la primera caballeriacutea pesada romana respondioacute a la incorpora-cioacuten de elementos considerados de utilidad no encontrados en la tradicioacuten militar propiamente romana o saacutermata El incremento de este influjo mate-rializado quizaacutes en la intensificacioacuten y extensioacuten del uso de armaduras pe-sadas para caballos y en el importante desarrollo en general del arma de ca-balleriacutea pesada en Roma tendriacutea lugar ya entrado el s III dC quizaacutes no tanto de manos de los uacuteltimos coletazos del moribundo Imperio parto como del joven y eneacutergico Imperio persa sasaacutenida el cual llevariacutea el arma de ca-balleriacutea en el Oriente a nuevas cotas de desarrollo especializacioacuten en organi-zacioacuten equipamiento y taacutecticas77

Mencioacuten especial requiere la organizacioacuten del ala I Gallorum et Pan-noniorum catafracta No entraremos a resentildear aquiacute la naturaleza del ala como unidad militar del ejeacutercito romano ni la organizacioacuten y estructura de la caballeriacutea romana altoimperial sino un aspecto concreto del ala concreta objeto de nuestro estudio y que parece haber pasado desapercibido a la ma-yor parte de los autores Se trata del hecho de que dicha ala debioacute de ser compuesta en su origen por soldados de dos unidades distintas probable-mente tropas selectas Tal y como sentildeala su nombre el ala estaba compuesta por jinetes galos y panonios Mielczarek ha propuesto precisamente que ca-ra a la creacioacuten de esta unidad de catafractos probablemente se seleccionoacute a los mejores soldados de dos alas distintas posiblemente (seguacuten el parecer del propio Mielczarek) el ala I Pannoniorum y el ala I Gallorum Flaviana Aunque de momento no se trata sino de una hipoacutetesis parece razonable que cara a la primera unidad de caballeriacutea pesada romana (probablemente una unidad que tendriacutea en sus oriacutegenes un marcado caraacutecter ldquoexperimentalrdquo) se seleccionara a personal experimentado y de fiar lo que remarcariacutea el caraacutec-ter de eacutelite de este tipo de unidades

76 EADIE 1967 MIELCZAREK 1993 NEGIN 1998 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

LEBEDYNSKY 2002 77 EADIE 1967 pp 169-172 MICHALAK 1987 MIELCZAREK 1993 pp 63-67 NICOLLE

1996 WILCOX 2001 pp 24-35 FARROKH 2005

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Taacutecticas y limitaciones de la caballeriacutea pesada romana La caballeriacutea fue un arma especializada principalmente en una uacutenica

funcioacuten el ataque Un grupo de jinetes no puede establecer una posicioacuten de-fensiva y mantenerla de forma estaacutetica pues equivaldriacutea claramente a un suicidio en cualquier eacutepoca Cuando una unidad de caballeriacutea ha sido em-pleada con fines de defensa lo ha sido empleando fundamentalmente el ata-que es decir un contraataque

La principal ventaja de un jinete respecto del soldado de infanteriacutea ra-dica en tres puntos fundamentales la altura que le proporciona su montura la rapidez y potencia de la misma y el efecto psicoloacutegico que todo ello sus-cita en el infante El principal modo en que la caballeriacutea (y particularmente la caballeriacutea media y pesada) se enfrenta a la infanteriacutea (y a otras unidades como veremos) es la carga cuya finalidad es desfondar la formacioacuten ene-miga dispersaacutendola para coparla y destruirla o permitir a otras unidades aprovechar la brecha abierta Sin embargo contrariamente a lo que se suele pensar un caballo (o un grupo de caballos) no es capaz de embestir una for-macioacuten cerrada de infanteriacutea Un equino no es un toro ni se comporta como tal El caballo siempre se para antes de llegar a impactar contra un obstaacuteculo que considera no podraacute esquivar o saltar o donde no vea espacio alguno por donde penetrar En este sentido una formacioacuten de infanteriacutea pesada que fuera capaz de mantener su posicioacuten hasta el final teniacutea muchas posibilidades de rechazar una carga de caballeriacutea Existiacutean dos formas para evitar que esto sucediese de modo tal que la carga de caballeriacutea tuviese finalmente eacutexito hostigar a la formacioacuten de infanteriacutea de muacuteltiples modos (ataque con proyec-tiles ataques simulados apoyar a la caballeriacutea atacante con infanteriacutea o ar-tilleriacutea) o bien que un porcentaje suficiente de soldados enemigos no fuera capaz de soportar la tensioacuten psicoloacutegica de ver venir sobre ellos una carga de caballeriacutea y rompiera filas debilitando la formacioacuten desorganizaacutendola y abriendo brechas Como vemos el resultado de una carga de caballeriacutea de-pende maacutes del contexto y de la psicologiacutea que de la carga en siacute misma Sin embargo los nervios de acero necesarios para superar el instinto de autopro-teccioacuten (que nos llevariacutea a quitarnos inmediatamente de la trayectoria de los caballos y sus jinetes) no eran (ni son) un elemento comuacuten en los ejeacutercitos Pocas infanteriacuteas disponiacutean del adiestramiento y disciplina necesarios para mantener la posicioacuten y afrontar una auteacutentica estampida que a sus ojos cla-ramente amenazariacutea con arroyarla Entre tales excepciones se encontraba la

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infanteriacutea legionaria romana la cual soacutelo en determinadas circunstancias era realmente vulnerable a un ataque de caballeriacutea78

Las unidades de caballeriacutea pesada como catafractii y contarii eran un caso auacuten maacutes especial En primer lugar el contus permitiacutea al jinete arroyar a un infante enemigo virtualmente antes de que su montura se viera obligada a detener su marcha Por otra parte sus pesadas protecciones (y la de sus mon-turas al menos para una parte de los catafractii) les otorgaban una mayor se-guridad ante cualquier clase de contraataque enemigo (especialmente pro-yectiles) y una superior capacidad de asumir el riesgo del contacto con una formacioacuten enemiga demasiado firme Pero sobre todo les otorgaba una carga psicoloacutegica brutal la visioacuten de una ldquoparedrdquo blindada erizada de lanzas en auteacutentica formacioacuten de falange avanzando con premura directamente resulta-ba especialmente impactante a ojos de un soldado de infanteriacutea por muacuteltiples factores Ser arroyado por un caballo no es una perspectiva agradable ser arroyado por una marea de lanzas y caballos blindados es una perspectiva auacuten menos agradable Para incrementar la capacidad de penetracioacuten de este tipo de caballeriacutea se empleaban formaciones y ataques en profundidad fun-damentalmente columna y cuneuscuntildea En este sentido la formacioacuten podiacutea concentrar la fuerza de su carga en un frente estrecho que pudiera ser dirigi-do convenientemente contra el punto maacutes deacutebil de la formacioacuten a atacar in-cluso con la carga ya en curso Sin embargo la caballeriacutea pesada poseiacutea una desventaja potencial el enorme peso de su equipamiento reduciacutea la veloci-dad de su carga su maniobrabilidad y podiacutea agotar a sus caballos muy raacutepi-damente En este sentido podiacutean ser viacutectimas faacuteciles de unidades maacutes aacutegiles y raacutepidas o de un contraataque al teacutermino de una extenuante carga (exitosa o no) Por otra parte no estaban precisamente capacitados para realizar una re-tirada raacutepida con los caballos extenuados por el esfuerzo de cargar despla-zando sobre sus lomos a su jinete con su equipamiento y su propia pro-teccioacuten los catafractii podiacutean encontrarse en una situacioacuten realmente com-prometida si su ataque fracasaba y no se encontraban en posicioacuten de recibir apoyo inmediato de unidades aliadas capaces de protegerlos el tiempo nece-sario para maniobrar y salir del atolladero Otro peligro que desembocaba di-rectamente en el fracaso de la carga (y en las circunstancias antes descritas) era la posibilidad de que la formacioacuten perdiera su cohesioacuten durante la carga Para evitar esta circunstancia (y reducir la extenuacioacuten de los caballos) se procuraba no cargar a mayor velocidad que un trote ligero79

78 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

79 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 y 241 LEBEDYNSKY 2002 p 237 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

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A la hora de afrontar a otra caballeriacutea las circunstancias eran dife-rentes La caballeriacutea como especialista en ataque teniacutea tambieacuten la funcioacuten de neutralizar a la caballeriacutea del adversario negaacutendole asiacute la mayor parte de la iniciativa y ganando la oportunidad de flanquear sus formaciones y ata-carlas desde diversos puntos Un ejeacutercito cuya caballeriacutea abandonara el cam-po de batalla por otra parte aunque auacuten podiacutea imponerse mediante la fuerza de su infanteriacutea (si era capaz de rechazar el ataque de la caballeriacutea adversaria y de desalojar a su infanteriacutea) careceriacutea de cualquier posibilidad para explo-tar adecuadamente la victoria la caballeriacutea fue hasta la I Guerra Mundial la uacutenica arma capacitada para lanzar una persecucioacuten sobre una fuerza enemiga en retirada convirtiendo esta uacuteltima en una desbandada desorganizada y dis-poniendo asiacute de la oportunidad de transformar un ejeacutercito derrotado en un ejeacutercito destruido En este sentido la caballeriacutea no fue soacutelo una pieza taacutectica fundamental a la hora de la batalla sino una herramienta baacutesica de la estra-tegia a nivel global de cualquier conflicto a lo largo de unos tres milenios de historia militar

La infanteriacutea puede rechazar a la caballeriacutea pero nunca perseguirla (maniobra que equivaldriacutea a dar la ocasioacuten a los jinetes derrotados de dar media vuelta y lanzar un inesperado contraataque que convirtiera en desastre para la infanteriacutea lo que empezoacute siendo un eacutexito Las huidas fingidas como ya hemos sentildealado eran tambieacuten una interesante taacutectica a emplear por parte de la caballeriacutea para desorganizar una formacioacuten enemiga Sin embargo no era una taacutectica que entrara dentro del ldquomanual de instruccionesrdquo de la ca-balleriacutea maacutes pesada limitada como estaba en sus movimientos) Soacutelo la ca-balleriacutea podiacutea derrotar poner en fuga y destruir a otra caballeriacutea El modo de hacerlo sin embargo era materia delicada Una formacioacuten cerrada para ata-car a otra caballeriacutea resultaba inuacutetil y peligrosa era la mejor forma de que los propios caballos se rompieran los huesos al impactar a gran velocidad contra las monturas enemigas Normalmente y a lo largo de toda la existen-cia de la caballeriacutea de choque dos formaciones de caballeriacutea que cargan una contra otra a la espera de un combate mano a mano tienden a abrir sus liacuteneas para esquivar el choque frontal contra los caballos rivales Al producirse el choque el jinete tratariacutea de atacar con sus armas a su rival maacutes cercano a uno u otro lado intentando derribarle o herirle mortalmente En estas cir-cunstancias el contus sarmaticus vuelve a relucir por sus virtudes permitiacutea (al igual que la lanza de cometida medieval las lanzas de los huacutesares alados polacos o las lanzas de los ulanos austriacos o los cosacos rusos) golpear al jinete adversario antes de que eacuteste equipado con espada o con una lanza maacutes corta pudiese iniciar su propio ataque Una formacioacuten de contarii o de cata-fractii podiacutea asiacute arroyar faacutecilmente la vanguardia de la formacioacuten de caballe-

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riacutea enemiga neutralizando su ataque y desorganizando totalmente su forma-cioacuten Sin embargo cuando dos formaciones cargaban una contra la otra y llegaban a culminar completamente el choque el combate podiacutea derivar faacute-cilmente en una violenta y caoacutetica refriega En estas circunstancias las espa-das de hoja larga empleadas por la caballeriacutea romana y saacutermata eran particu-larmente esenciales asiacute como sus protecciones dado que un contus tendiacutea a partirse tras el primer o segundo impacto y a ser poco coacutemoda de utilizar cuando el combate se tornaba maacutes cercano En cualquier caso si una forma-cioacuten de catafractii no conseguiacutea imponerse durante el choque a la formacioacuten enemiga el agotamiento de sus monturas y su menor movilidad (sumada a la peacuterdida del orden en la formacioacuten inherente al inicio de la refriega) supon-driacutean una peligrosa situacioacuten en el caso de carecer de apoyo de otras unida-des (bien de caballeriacutea o de infanteriacutea) y de la que no podriacutean salir con mu-cha facilidad80

Tanto frente a otra caballeriacutea como frente a la infanteriacutea el respaldo de unidades de caballeriacutea maacutes ligeras y particularmente arqueros a caballo81 resultariacutea particularmente deseable antes del choque la caballeriacutea ligera po-driacutea hostigar con proyectiles a las formaciones enemigas creando brechas o desorganizaacutendolas y despueacutes del choque podriacutean apoyar a la caballeriacutea pe-sada durante la progresioacuten del combate cubrir su retirada o explotar su eacutexito continuando la persecucioacuten de un enemigo en fuga

Como vemos desde el punto de vista taacutectico y del empleo en el campo de batalla el eacutexito de la caballeriacutea pesada acorazada dependiacutea tanto o maacutes de las circunstancias el contexto y el apoyo que pudieran recibir que de sus propias virtudes Se trataba de unidades altamente especializadas que si que-daban desprotegidas o en situaciones comprometidas podiacutean ser faacutecilmente rechazadas desbandadas o destruidas No se trataba de fuerzas versaacutetiles y probablemente ello condicionoacute que su adopcioacuten y empleo generalizado por parte del ejeacutercito romano fuera tardiacuteo

CONCLUSIONES

El ejeacutercito romano se enfrentoacute durante casi dos siglos a la caballeriacutea

pesada desarrollada por las potencias orientales Tras reveses iniciales debi-dos maacutes a las circunstancias que a una auteacutentica incapacidad para afrontar el ataque de este tipo de caballeriacutea las legiones desarrollaron sus particulares contramedidas recorriendo las primeras deacutecadas de la historia del Alto Im-

80 DIXON SOUTHERN 1997 pp 141-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 235-244 MENEacuteNDEZ

ARGUumlIacuteN 2011 pp 322-324 81 DIXON SOUTHERN 1997 p 143

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perio imperturbables considerando del todo innecesario tomar como inno-vacioacuten un arma a la que eran capaces de batir los catafractos partos y arme-nios

Sin embargo hacia mediados del s I dC algo vino a trastocar este es-cenario en apariencia estable e inamovible de las estepas poacutenticas emergioacute no tanto una nueva arma como una nueva forma de combinar y emplear ar-mas y taacutecticas sobradamente conocidas Los haacutebiles jinetes saacutermatas dejaron atraacutes la claacutesica tradicioacuten militar esteparia basada en el uso del arquero a ca-ballo y la caballeriacutea ligera desarrollaron una nueva caballeriacutea pesada libre de la mayor parte de las debilidades de los pesados catafractos partos flexi-ble y dinaacutemica y capaz de luchar en conjuncioacuten perfecta con otras modali-dades de caballeriacutea como si de un uacutenico cuerpo se tratase A diferencia del catafractario parto el ldquocontariordquo saacutermata era un jinete armado maacutes o menos pesadamente seguacuten las circunstancias y sus propias posibilidades Al igual que su contrapartida parto o armenio el jinete pesado saacutermata aprovechaba al maacuteximo las virtudes de su arma definitoria el contus sarmaticus pero la combinaba con el uso de otras igualmente uacutetiles como la espada de hoja larga y el arco recurvado compuesto Su equipamiento defensivo careciacutea de la rigidez propia del catafracto parto tendiendo a ser sensiblemente maacutes li-gero sin perder las ventajas propias de una proteccioacuten completa y concien-zuda Este equipamiento defensivo ademaacutes podiacutea variar seguacuten las circuns-tancias y las necesidades taacutecticas de cada momento (y no solo exclusi-vamente en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete) Ello permitiacutea al jinete pesado saacutermata oscilar entre una caballeriacutea media pura y una caballeriacutea pesada de choque seguacuten las circunstancias Le convertiacutea en un arma flexible capaz de desempentildear diversos papeles en el campo de batalla y variarlos du-rante el combate mismo seguacuten sus necesidades En combinacioacuten con la habi-lidad natural de estos pueblos para la equitacioacuten y sus excelentes (y numero-sas) fuerzas de caballeriacutea ligera la caballeriacutea pesada saacutermata representaba una amenaza realmente seria y totalmente nueva

Desde la guerra civil del 68-69 dC hasta la paz firmada por Adriano con los saacutermatas roxolanos en 119 dC las legiones romanas y su caballeriacutea hubieron de hacer severos esfuerzos para imponerse a este nuevo enemigo en los campos de batalla actuase eacuteste en solitario o en conjuncioacuten con otros pueblos o Estados Las guerras daacutecicas de Domiciano (85-89 dC) y de Tra-jano (101-106 dC) fueron probablemente los puntos culminantes de esta coyuntura De los sangrientos encuentros habidos sobre las orillas del Danu-bio las colinas daacutecicas y las llanuras de la futura Hungriacutea el ejeacutercito romano extraeriacutea una dura leccioacuten que aprenderiacutea raacutepidamente y pondriacutea en creciente praacutectica con el paso de los antildeos cuando a comienzos del s III dC descen-

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diera el ocaso sobre las uacuteltimas luces legadas por la edad dorada de los Anto-ninos habiendo el Estado romano de afrontar las convulsiones de un mundo en paulatina transformacioacuten

A comienzos del s II dC a caballo entre los diacuteas de Trajano y Adria-no el ejeacutercito romano afrontoacute el laborioso proceso de aplicar buena parte de lo que habiacutea aprendido de manos de la caballeriacutea saacutermata El contus ya habiacutea sido adoptado conformando la primera caballeriacutea de choque especialista de la historia del Imperio A ella le seguiriacutean las protecciones pesadas para jine-tes asiacute como para caballos El ejeacutercito romano conociacutea de sobra los modelos orientales de caballeriacutea pesada y sin embargo en el primer siglo de existen-cia de este arma entre las filas romanas el modelo a seguir fue principal-mente saacutermata Los hechos hablan por siacute solos El ejeacutercito romano habiacutea en-contrado una innovacioacuten de intereacutes para su tradicioacuten militar y la incorporoacute raacutepidamente Las primeras unidades de caballeriacutea pesada acorazada romana llevaron nombres que aludiacutean a tradiciones orientales catafractii pero su ar-mamento y el fundamento de sus taacutecticas era una mezcla de aportaciones romanas y modelos saacutermatas Con la llegada del s III dC estas unidades se hariacutean cada vez maacutes necesarias y sobre la trayectoria marcada por los pio-neros de este arma se labrariacutea el desarrollo completo de la misma

La emersioacuten del Imperio persa sasaacutenida supuso la transformacioacuten re-novacioacuten y revitalizacioacuten del arma de caballeriacutea puramente oriental Los sa-saacutenidas llevaron a un nuevo paroxismo a la combinacioacuten de la caballeriacutea pe-sada y la caballeriacutea ligera de tradicioacuten oriental hasta el punto de que algunos tratadistas militares romanos como Amiano Marcelino llegaron a conside-rarlo como un arma praacutecticamente imbatible En palabras del propio Amiano [] catafractarii [] et sagitarii formidable genus armorum82 Probable-mente estas circunstancias forzaran (entre otros factores) no ya la expansioacuten del arma de caballeriacutea pesada (asiacute como del arquero a caballo) en el ejeacutercito romano de los siglos III y IV dC sino la asuncioacuten por parte de la misma de muacuteltiples elementos propios ya exclusivamente de la tradicioacuten militar irano-persa

La experiencia saacutermata quedoacute atraacutes sin embargo su importancia y la de los primeros prototipos de caballeriacutea pesada romana existentes en el Alto Imperio no debe menospreciarse Fueron la piedra fundadora los cimientos de una importante rama de la tradicioacuten militar romana posterior madre de la bizantina y de buena parte de las tradiciones militares de la posterior Europa medieval donde la caballeriacutea ostentariacutea durante siglos su particular supre-maciacutea En cierto modo puede decirse que la caballeriacutea saacutermata y las primeras

82 AMIANO MARCELINO 16 12 7

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unidades de caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano se encuentran entre las raiacute-ces de una tradicioacuten militar que llevoacute a la caballeriacutea a mantener la ilusioacuten de su reinado sobre los campos de batalla hasta el enloquecedor extremo de atravesar las trincheras y alambradas de la I Guerra Mundial y cargar sobre las divisiones panzer germanas en 1939

SELECCIOacuteN DE TEXTOS EPIGRAacuteFICOS RELATIVOS

83 Camerinum (Camerino) Regio VI Italia CIL XI 5632

M(arco) Maenio C(ai) f(ilio) Cor(nelia) Agrippae L(ucio) Tusidio Campestri hospiti divi Hadriani patri senatoris praef(ecto) coh(ortis) II Fl(aviae) Britton(um) equitat(ae) electo a divo Hadriano et misso in expeditionem Brittannicam trib(uno) coh(ortis) I Hispanor(um) equitat(ae) praef(ecto) alae I Gallor(um) et Pannonior(um) catafractatae proc(uratori) Aug(usti) praef(ecto) classis Brittannicae proc(uratori) provinciae Brittanniae equo publico patrono municipi(i) vicani Censorglacenses consecuti ab indulgentia Optimi Maximique Imp(eratoris) Antonini Aug(usti) Pii beneficio interpretationis eius privilegia quibus in p[e]rpetuum aucti confirmatique sunt l(ocus) d(atus) d(ecreto) d(ecurionum) g(ratis)

Ad Mediam (Mehadia) Dacia CIL XVI 110 = CIL III 886 = AE 1980 760

[Imp(erator) Caes(ar) divi Had]rian(i) f(ilius) divi Traiani [Parthici n(epos) divi Ne]rvae pron(epos) T(itus) Aelius [Hadrianus Ant]oninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) [max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII] imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae) [equit(ibus) et pedit(ibus)] qui mil(itaverunt) in alis III quae [appell(antur) Silia]n(a) et Gall(orum) et Pann(oniorum) [catafrac(taria) et F]ront(oniana) et coh(ortibus) XII I Ulp(ia) [Britton(um)] |(milliaria) et I Fl(avia) Ulp(ia) Hisp(anorum) |(milliaria) [et 3 I Ael(ia)] Gaesa(torum) |(milliaria) et I Aug(usta) Nerv() [|(milliaria) et I]I Britt(onum) |(milliaria) et I Hispan(orum) [--- e]t II Hisp(anorum) scutat(a) Cy[ren(aica) et ---]n() et VI Thrac(um) et sunt [in Dacia Poroliss]en(si) sub Macrinio [Vindice proc(uratore) qui]nq(ue) et vigint(i) stip[en(diis) emerit(is) dimis(sis) hon]est(a) miss(ione) quor(um) [nomin(a) subscripta s]unt civit(atem) Roman(am) [qui eor(um) non ha]b(erent) ded(it) et con(ubium) cum [uxor(ibus) quas tu]nc hab(uissent) cum est [civit(as) i(i)s dat(a) aut] cum i(i)s quas post(ea) [dux(issent) dumtax(at) si]ngulis [[Imp(erator) Caes(ar) divi Hadrian(i) f(ilius) divi Traiani Parthici n(epos) divi Nervae pron(epos) T(itus) Aelius Hadrianus Antoninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae)] [equit(ibus) et pedit(ibus) qui mil(itaverunt) in alis III ---] et vigint(i) stipend(iis) emerit(is) dimis(sis) honest(a) miss(ione) quor(um) nomin(a) subscript(a) sunt civit(atem) Roman(am) qui eor(um) non haber(ent) dedit et conub(ium) cum uxor(ibus) quas tunc habuis(sent) cum est civit(atem) i(is) dat(a) aut cum i(is) quas post(ea) dux(issent) dumtax(at) singulis a(nte) d(iem) V K(alendas) Oct(obres) Sex(to) Calpurnio Agricola Ti(berio) Claudio Iuliano co(n)s(ulibus) coh(ors) I Ulpia Britton(um) |(milliaria) cui

83 Tomados del Epigraphische Datenbank Clauss-Slaby httpwwwmanfredclauss de

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prae(e)st L(ucius) Nonius Bassus Picen(o) ex pedite Luonerco Molaci f(ilio) Britt(oni) descript(um) et recognit(um) ex tabul(a) aer(ea) quae fixa est Romae in mur(o) post templ(um) divi Aug(usti) ad Minervam

Tipasa (Tefessad) Mauretania Cesariense AE 1951 265 = AE 1955 133

D(is) M(anibus) Adiutoris eq(uitis) al(ae) pri(mae) Can(n)anafatium vi(xit) XXXXI m(ilitavit) an(nos) XXIII pro(curante) l(i)b(erto) ipsi(us) bene me(renti) Cabanus he(res) po(suit)

Savaria (Szombathely) Panonia Superior CIL III 4183

T(itus) Cnorius Sabinianus ex praef(ecto) alae Contariorum v(ir) e(gregius) et L(ucius) Val(erius) Verus dec(urio) c(oloniae) C(laudiae) Savar(iensium) sacerdotalis p(rovinciae) P(annoniae) s(uperioris) cryptam vi ignis exustam sumptibus suis refecerunt

Brigetio (Kornye) Panonia Superior CIL III 4278

D(is) M(anibus) Val(erio) Saturnino vet(erano) ex dup(licario) alae I Ulp(iae) Cont(ariorum) qui vixit an(nos) L et Val(erio) Sabino mil(iti) leg(ionis) I Ad(iutricis) stip(endiorum) III vixit an(nos) XXV filio Caes(ia) Digna marito et filio f(aciendum) c(uravit)

Apamea Siria AE 1987 955

Aur(elio) Basso quandam(sic) sig(nifero) al(ae) I Ulp(iae) (C)ontariorum stipendiorum VIII vixit annos XXVIIII XI Kal(endas) Maias Gallo et Volusiano consilibus() titulus positus a Marc(io) Cotum(sic) (d)ec(urione) al(ae) c(ivium) R(omanorum)

Apamea Siria AE 1993 1589

D(is) M(anibus) Iulius Valerianus eques alae I Ulp(iae) contariorum stip(endiorum) XXIII vixit annis XXXXVI Ulp(ius) Ingenu(us) dupl(icarius) alae eiusdem heres posuit b(ene) m(erenti)

Arrabona (Gyor) Panonia Superior CIL III 4379

D(is) M(anibus) Ulp(ius) Variu(s) Ore() vet(e)r(anus) ex stat(ore) al(a)e I Ulp(iae) Cont(ariorum) do(mo) Af(rica) vixs(it) ann(os) XLV et Ael(iae) Sabin(a)e fi(liae) vix(it) ann(os) X Ael(ia) Domitia con(iunx) et Ulp(ius) Sabinianus et Ulp(ius) [Cele]rinus et Sabi[nil]la fili(i) vivi cum [mat(re) pa]tri karis(simo) posuerunt

Sentpalpuszta Panonia Superior CIL III 11081 = AE 1899 3

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[D(is) M(anibus)] M(arcus) Aur(elius) [3]us vex(illarius) al(ae) p(rimae) C(ontariorum) Anto(ninianae) et Elv(iae) Bon(a)e c(oniugi) car(issimae) et f(iliae) Aur(eliae) Valerin(a)e et Ae(liae) Sabin(a)e et Elv(io) Verecundo an(norum) LXX Pulc(h)r(a)e() Suri an(norum) LX et Elv(io) Vitali an(norum) XVIII et Au(relio) Ma(n)suetiano an(norum) VII et Ae(lio) Florido M(arcus) Aur(elius) Valerianus sib(i) [et] su[i]s vivi f(ecit)

Roma CIL VI 1449 = AE 1967 16 = AE 196970 13

M(arco) Macrinio Avito M(arci) f(ilio) Claud(ia) Catonio Vindici co(n)s(uli) aug(uri) p(opuli) R(omani) Quiritium leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) prov(inciae) Moes(iae) inf(erioris) leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) Moes(iae) sup(erioris) cur(atori) civitat(is) Arimin(ensium) p[r]oc(uratori) prov(inciae) Dac(iae) Malv(ensis) praef(ecto) alae contar(iorum) praef(ecto) alae III Thrac(um) trib(uno) milit(um) leg(ionis) VI Victr(icis) praef(ecto) coh(ortis) VI Gall(orum) donat(o) donis mil(itaribus) in bello Germ(anico) ab Imp(eratore) M(arco) Aur(elio) Antonino Aug(usto) hast(is) pur(is) II et vexill(is) II cor(o)na mural(i) et vallar(i) Iunia Flaccinilla marito karissimo et Macrinia Rufina patri piissimo vixit annis XLII m(ensibus) V

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SELECCIOacuteN DE IMAacuteGENES

Fig 1 Relieve de la estela funeraria del eques Aduitor miembro del ala I Canninefatum (AE 1955

133) empuntildeando un contus sarmaticus por el lateral derecho de su montura DIXON SOUTHERN 1997 p 49

Fig 2

Grafito de Dura-Europos datado en torno a los ss II-III dC representando un catafracto parto romano o sasaacutenida JUNKELMANN 1992 p 197

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Fig 3 Las dos bardas de escamas metaacutelicas completas encontradas por Rostovzeff en las

excavaciones de Dura-Europos a lo largo de la campantildea de 1932-33 JUNKELMANN 1992 p 214

Fig 4 Relieves de Firuzabad (Iraacuten) representando a un clibanario persa sasaacutenida derribando a un

catafractarioclibanario parto s III dC Obseacutervese las bandas transversales que se ven en los brazos del jinete de la derecha que probablemente esteacuten representando un tipo de manica

WILCOX 2001 p 22

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Fig 5 Relieve de Firuzabad representando a unos catafractosclibanarios parto y sasaacutenida forcejeando

en combate cuerpo a cuerpo Ilustracioacuten de Wilcox 2001 p 23

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FIG 6 Catafractos partos del s I aC Obseacutervense las protecciones tipo manicae portadas por ambos

jinetes en los brazos El jinete de la derecha tambieacuten las lleva sobre las piernas A Mc Bride en WILCOX 2001

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Fig 7 Fragmentos de cotas de escamas y laacuteminas para armadura encontradas en enterramientos

saacutermatas de los ss I-III dC NEGIN 1998 p 70

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Fig 8 Estela de Athenios en Panticapea (Crimea Ucrania) donde se puede observar a un jinete (izqda) que parece montar un caballo protegido con una cota de escamas al igual que eacutel

NEGIN 1998 p 66

Fig 9 Reconstruccioacuten de un contario saacutermata (izqda) en accioacuten s II dC seguacuten G Embleton en

BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 10 Reconstruccioacuten el posible aspecto de un jinete pesado saacutermata y de la posible proteccioacuten de su

montura s II dC seguacuten G Embleton en BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 11 Reconstruccioacuten de un jinete pesado saacutermata equipado con una armadura compuesta ss I-II

dC seguacuten NEGIN 1998 p 73

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Fig 12 Casco romano tipo Russell Robinson tipo B basado en un ejemplar encontrado en Ely

(Cambridgeshire Reino Unido) ss I-II dC GOLDSWORTHY 1998 p 238

Fig 13

Casco romano tipo Rusell Robinson E basado en un hallazgo realizado en Hedderneim (Alemania) ss II-III GOLDSWORTHY 1998 p 238

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Fig 14

Reconstruccioacuten de un casco romano del tipo Niederbieber ss II-III dC seguacuten GILBERT 2010 p 136

Fig 15

Reconstruccioacuten de una variante del casco romano tipo Heddernheim con y sin maacutescara de proteccioacuten para el rostro ss II-III dC seguacuten ALEXANDRA GILBERT 2009 pp 24-26

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Fig 16 Fragmento de lorica squamata de escamas semi-riacutegidas s II dC

BISHOP COULSTON 1993 p 116

Fig 17 Silla de montar romana de cuatro cuernos seguacuten la reconstruccioacuten de P Connolly

DIXON SOUTHERN 1997 p 71

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Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

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Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

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Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

Recibido 17 mayo 2011 Aprobado 22 junio 2011

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siva al caballo19 Sin embargo aunque la terminologiacutea pone el acento en el equipamiento militar como medio de distincioacuten de estas unidades de caballe-riacutea respecto de otras no aporta ninguna pista para realizar esa misma distin-cioacuten entre los catafractii y los clibanarii propiamente dichos Definir correc-tamente queacute es un catafracto y queacute es un clibanario (al menos en lo que al ejeacutercito romano se refiere) resulta fundamental para entender queacute tipo de sol-dados eran realmente los catafractii de eacutepoca altoimperial

Seguacuten Speidel catafractii seriacutea un teacutermino que hariacutea referencia a todo tipo de caballeriacutea pesada acorazada del ejeacutercito romano fuera cual fuera su funcioacuten taacutectica o particularidades especiacuteficas de equipamiento clibanarii se refeririacutea entonces a la caballeriacutea pesada de semejante tipo propia de los ejeacuter-citos partos y sobre todo sasaacutenidas20 Sin embargo esta teoriacutea no nos resulta de utilidad directa cara a nuestro estudio pues se refiere a unidades de ca-balleriacutea contenidas en la Notitia Dignitatum y a otras unidades del Bajo Im-perio las cuales no abordamos aquiacute

Para JC Coulston la distincioacuten entre ambos tipos de unidades deven-driacutea principalmente por tanto del equipamiento21 sobre todo si tenemos en cuenta que en el propio Bajo Imperio encontramos unidades de clibanarios y catafractos en el ejeacutercito romano atestiguadas por la propia Notitia Dignita-tum especialmente en Oriente22 En este sentido Coulston sostiene que una catafracto es un jinete acorazado menos pesado que su contrapartida cliba-nario y que hariacutea uso de lanza y escudo en un estilo ldquooccidentalrdquo de combate El clibanario por el contrario seguiriacutea las tradiciones orientales puras em-pleando fundamentalmente la lanza de acometida y el arco

Desde nuestro particular punto de vista preferimos adscribirnos a la propuesta realizada por M Mielczarek este autor postula que intentar dife-renciar un catafracto de un clibanario a partir (tan soacutelo) del equipamiento mi-litar (tal y como propondriacutea Coulston) no es un punto de partida totalmente acertado y que ha sido fruto de muchas malinterpretaciones de las fuentes Mielczarek hace hincapieacute en la necesidad de tratar de distinguir ambas uni-dades a partir de las taacutecticas que probablemente usaron23 Seguacuten este autor los catafractos seriacutean un tipo de caballeriacutea pesada especializada en cargar con lanza de acometida tipo contus empuntildeada a dos manos por el lado dies-tro de la cabeza del caballo en un estilo de combate especialmente prepara-do para batir a la infanteriacutea (en su origen a la falange macedoacutenica) Los cata-

19 MIELCZAREK 1993 p 9 20 SPEIDEL M P 1984 DIXON SOUTHERN 1997 p 76 21 COULSTON J C 1986 seguacuten DIXON SOUTHERN 1997 p 76 22 MIELCZAREK 1993 pp 76-77 23 MIELCZAREK 1993 pp 11-16

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fractos empleariacutean ademaacutes despliegues en cuntildea y columna para hacer su ataque auacuten maacutes penetrante contra una formacioacuten de infanteriacutea Al enfrentarse a un enemigo capaz ademaacutes de infiltrarse entre las filas de sus monturas y de agredir a sus caballos con el objetivo de descabalgarlos los catafractos llevariacutean sus animales protegidos con armaduras bastante extensas que ten-deriacutean a proteger no soacutelo la pechera cerviz y cabeza de los mismos sino tambieacuten sus flancos y buena parte de las patas Los clibanarios estariacutean equi-pados del mismo modo (ellos y sus monturas protegidos) si bien empleariacutean sus lanzas empuntildeaacutendolas a dos manos en diagonal tras la cerviz del caballo para atacar por el lateral izquierdo del mismo en direccioacuten a otro jinete en este caso los clibanarios estariacutean empleando taacutecticas contra caballeriacutea donde sus despliegues resultariacutean maacutes amplios y abiertos recibiendo incluso apoyo nutrido de otras fuerzas de caballeriacutea maacutes flexibles Al mismo tiempo la pro-teccioacuten de sus monturas no se extenderiacutea tanto hacia las patas mientras que hariacutea hincapieacute en la cerviz la cabeza y los flancos y sobre todo en la pro-teccioacuten del jinete mismo En este sentido catafractii y clibanarii no seriacutean dos formas indistintas de mencionar a un mismo tipo de soldado simple-mente se tratariacutea de soldados equipados de forma similar pero capaces de emplear taacutecticas de catafractii o de clibanarii seguacuten lo requirieran las cir-cunstancias24

Este planteamiento ha sido recogido recientemente por Meneacutendez Arguumliacuten quien tambieacuten aboga por una diferenciacioacuten eminentemente taacutectica entre ambas especialidades de caballeriacutea La propuesta de Arguumliacuten sin embar-go precisa de un modo diferente (pero no excluyente) las particularidades taacutecticas que separan a catafractii de clibanarii los primeros combatiriacutean en formaciones cerradas praacutecticamente en columna mientras que los segundos peleariacutean en formacioacuten aproximada a la de cuntildea apoyados por arqueros a ca-ballo Esta propuesta como ya hemos sentildealado no contradice los presupues-tos lanzados por Mielczarek sino que maacutes bien retoma y completa sus enfo-ques El principal intereacutes de la teoriacutea de Meneacutendez Arguumliacuten radica en que lle-ga a la conclusioacuten clara de que el mismo tipo de jinete podiacutea ser indistinta-mente un catafractus o un clibanarius y que ambas denominaciones no dis-tinguiacutean sino dos taacutecticas y usos concretos de lo que en esencia era el mismo tipo de especialidad militar25

En efecto anteriormente hemos visto que la terminologiacutea parece ha-blar de una semejanza bastante acentuada en el equipamiento ambos tipos de soldado portariacutean pesadas armaduras ellos y sus caballos Las diferencias sensibles entre ambos resultariacutean en realidad miacutenimas Sabemos que los le-

24 MIELCZAREK 1993 pp 43-50 25 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 p 320

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gionarios romanos podiacutean variar su equipamiento (al menos en eacutepoca alto-imperial) seguacuten las circunstancias o las taacutecticas empleadas iquestQueacute impediriacutea por tanto a un catafracto actuar como un clibanario y viceversa seguacuten las necesidades Recordemos por otra parte que auacuten no tenemos atestiguada la existencia de clibanarii (seguacuten nuestras fuentes) en el ejeacutercito romano antes del s IV dC Que soacutelo conozcamos la existencia de catafractos implica que estos se emplearon necesariamente tan soacutelo como arma anti-infanteriacutea En realidad un catafractario necesitaba poco maacutes que el entrenamiento adecuado (en base a los planteamientos de Mielczarek y Meneacutendez Arguumliacuten) para poder actuar como lo que posteriormente seriacutea su homoacutelogo clibanario Quizaacutes la tardiacutea aparicioacuten del clibanarius en el ejeacutercito romano deriva maacutes del uso in-distinto del catafractus contra infanteriacutea y caballeriacutea durante bastante tiempo el clibanarius seriacutea por tanto un desarrollo y una especializacioacuten posterior dentro de una misma rama del ejeacutercito ya de por siacute claramente definida La distincioacuten en base a las taacutecticas propuesta por Mielczarek y enfatizada por Meneacutendez Arguumliacuten resulta la maacutes flexible y la que aporta respuestas maacutes sa-tisfactorias a las preguntas que la caballeriacutea pesada acorazada del mundo an-tiguo (en general) nos plantea Seguacuten Mielczarek el catafracto emerge como una respuesta del arma de caballeriacutea oriental a la falange macedoacutenica26 El clibanario surge posteriormente (ya en el s III dC) de nuevo en contextos orientales y lo hace ya como un homoacutelogo del catafracto especialista en ba-tir a otra caballeriacutea recibiendo apoyo incluso de unidades de jinetes maacutes li-geros especialmente arqueros a caballo27

El desarrollo que podemos plantear a partir de esta teoriacutea resulta loacute-gico el clibanario surge como tal desde el momento en que el catafractario se ve obligado a enfrentarse a otra caballeriacutea o a otros catafractarios con de-masiada frecuencia Probablemente no sea ninguna casualidad que el cliba-nario haga su aparicioacuten a mediados del s III dC en un contexto en el que la principal superpotencia oriental el Iraacuten parto y sasaacutenida se enfrenta frecuen-temente a enemigos que empleaban sus mismas taacutecticas y unidades especia-lizadas (como los saacutermatas o los alanos) o que las han adoptado y empleado contra ellos a su vez igualmente como es el caso claro del Imperio romano y sus alae catafractae

26 MIELCZAREK 1993 pp 43 y 46-48 27 MIELCZAREK 1993 pp 48-50

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ANTECEDENTES Y MODELOS POTENCIALES DE LA CABALLERIacuteA PESADA RO-MANA PARTOS Y SAacuteRMATAS

En el Imperio parto La presencia de catafractos en el ejeacutercito parto estaacute atestiguada desde

el s I aC a partir de los encuentros de Tigranocerta (69 aC) y Carras (53 a C) Este tipo de caballeriacutea entre los partos estaba compuesta por las princi-pales eacutelites de su sociedad dado no soacutelo el coste del equipamiento y su man-tenimiento sino la necesidad de un constante entrenamiento para lograr una aceptable destreza en su uso individual y en el conjunto de una unidad mili-tar28 En este sentido los catafractos formaban un cuerpo minoritario dentro del ejeacutercito si bien constituiacutean probablemente una de las piezas dorsales de su ejeacutercito dadas las taacutecticas empleadas por su ejeacutercito a lo largo de la histo-ria de sus encuentros con Roma

El equipamiento del catafractario parto sin embargo probablemente no estaba estandarizado Al depender de la capacidad adquisitiva de cada in-dividuo las variaciones estariacutean a la orden del diacutea (entre unidades y entre los componentes de las mismas) y probablemente soacutelo unidades selectas como los guardias de corps de los soberanos estariacutean debidamente uniformadas en cuanto a equipo29 Para reconstruir el equipamiento de un catafracto parto disponemos de diversas fuentes principales especialmente los testimonios li-terarios romanos asiacute como diversos testimonios graacuteficos Entre las fuentes literarias destaca Plutarco quien en su biografiacutea de Luacuteculo menciona que la caballeriacutea pesada parta portaba pesadas armaduras ellos y sus monturas hasta el punto de obligar a los legionarios romanos a buscar puntos desprote-gidos y deacutebiles para atacarles30 En su descripcioacuten de la batalla de Carras el mismo Plutarco nos da algunos detalles maacutes sobre los catafractos partos mencionando que portaban cascos y corazas de hierro y que sus monturas iban protegidas con jaeces de bronce o acero31 Las representaciones graacuteficas de catafractos partos son variadas destacando entre ellas el relieve de Firu-zabad y los de Naqsh-i-Rustam donde se representa un violento enfrenta-miento entre catafractos partos y sasaacutenidas asiacute como el ya citado grafito de Dura-Europos donde la adscripcioacuten del jinete representado auacuten sigue en duda

28 MIELCZAREK 1993 p 56 29 WILCOX 2001 p 10 30 PLUTARCO Luacuteculo XXVIII 4 31 PLUTARCO Craso XXIV 1

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A partir de eacutestas y otras fuentes se ha podido reconstruir una imagen general del catafracto parto y su equipamiento para los ss I-III dC Respecto al equipamiento defensivo el jinete portariacutea un yelmo de bronce o hierro y protegeriacutea su torso con una coraza que podriacutea oscilar desde una simple cota de mallas de mayor o menor extensioacuten pasando por una cota de escamas (un tipo de proteccioacuten muy extendida en Oriente y las estepas euro-asiaacuteticas) o incluso una coraza de laacuteminas Las corazas de tipo griego o thoacuterax atesti-guadas en el equipo de la caballeriacutea pesada seleuacutecida y escita no parece ser sin embargo una pieza favorita en el equipo de los jinetes partos ni de otros pueblos esteparios como los saacutermatas Probablemente este factor sea debido a la enorme rigidez de este tipo de protecciones lo que negariacutea al jinete la coacutemoda movilidad necesaria tiacutepica de la tradicioacuten militar de estos pueblos al contrario que la cota de escamas32

Esta proteccioacuten baacutesica podiacutea completarse con otras para el cuello pro-bablemente en cota de malla o escamas y para brazos y piernas de los jinetes maacutes pesadamente armados Estas protecciones para las extremidades podiacutean estar realizadas en cota de mallas en la mayor parte de los casos asiacute como en laacuteminas de cuero o metal (bronce o hierro) posiblemente imbricadas en un modo muy semejante a la manica romana de los ss II-III dC Para proteger las manos propiamente dichas el jinete podriacutea proveerse ademaacutes de unos guanteletes que en la mayor parte de los casos seriacutean de cuero o cota de mallas pues otro tipo de proteccioacuten impediriacutea sin maacutes mover las manos con seguridad En ninguno de los testimonios disponibles acerca de la caballeriacutea pesada parta se menciona el uso de escudos y en concreto Casio Dioacuten hace un eacutenfasis particular en el hecho de que los partos no los utilizaban33 Por uacuteltimo un catafracto parto podiacutea completar su panoplia con una maacutescara que protegeriacutea el rostro la uacutenica parte de su cuerpo que llegados a este punto quedariacutea descubierto No debemos olvidar este factor pues seraacute objeto de debate al respecto de los catafractii romanos maacutes adelante Un catafracto parto podiacutea y soliacutea protegerse no soacutelo a siacute mismo sino tambieacuten a su montura

Las protecciones maacutes simples para los caballos eran meras gualdrapas de cuero curtido Las maacutes complejas y pesadas podiacutean constituir proteccio-nes completas que cubririacutean principalmente la cabeza la cerviz la pechera el lomo y los flancos estando constituidas por escamas de bronce o hierro principalmente Igualmente se podiacutea equipar al caballo con una armadura maacutes ligera o ldquomedia armadurardquo que protegeriacutea tan soacutelo la cabeza cerviz y pechera las partes maacutes vulnerables del animal en el momento del choque con una formacioacuten enemiga Respecto al equipamiento ofensivo el arma

32 MIELCZAREK 1993 pp 57-58 LEBEDYNSKY 2002 pp 168-169 33 CASIO DIOacuteN Historia Romana XXXX152

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estrella era la lanza larga de acometida o contus No estaacute claro que un cata-fracto parto portara un arma complementaria a parte del contus pero parece loacutegico que asiacute lo hiciera pudiendo tratarse en este caso de espadas (funda-mentalmente de hoja larga) hachas o incluso mazas (armas perfectas para reventar protecciones metaacutelicas ajenas)34

Seguacuten puede concluirse a partir del testimonio que Plutarco aporta de la batalla de Carras los catafractos partos actuaban en coordinacioacuten con los mucho maacutes numerosos arqueros a caballo de su ejeacutercito los arqueros trata-riacutean de debilitar la formacioacuten enemiga lanzando sucesivos ataques a distan-cia llegado el momento oportuno los catafractos cargariacutean en formacioacuten cerrada replegaacutendose y cesando su fuego los arqueros en ese preciso ins-tante (para evitar el riesgo del ldquofuego amigordquo) empuntildeando sus conti a dos manos sobre el flanco derecho del caballo y en paralelo al costado de eacuteste para arroyar a la formacioacuten enemiga principalmente infanteriacutea pesada Si se-guimos las tesis de M Mielczarek estos mismos catafractos estariacutean prepa-rados para actuar como clibanarios tal y como vemos en los relieves de Naqsh-i-Rustam embistiendo contra otra caballeriacutea empleando sus conti cru-zados tras la cerviz de su montura hacia el lateral izquierdo del caballo y re-cibiendo un apoyo constante de la caballeriacutea ligera en esta accioacuten La prin-cipal debilidad de este tipo de caballeriacutea radicariacutea en la falta de apoyo de otras armas (como los citados arqueros a caballo) y sobre todo que su for-macioacuten fuera dispersada dado que un catafracto aislado constituiacutea un blanco faacutecil a descabalgar y una vez en el suelo su escasa movilidad los convertiacutea en viacutectimas de las iras de la infanteriacutea enemiga35

Entre los saacutermatas Los saacutermatas al igual que los escitas son uno de los grandes grupos

de pueblos noacutemadas indoeuropeos de lengua irania que durante la Antiguumle-dad poblaron las estepas que se extienden desde las orillas del Bajo Danubio y las faldas de los Caacuterpatos a traveacutes de Ucrania y Rusia meridional hasta el Caacuteucaso y los montes Urales Hacia el s I dC dos ldquotribusrdquo saacutermatas arriba-ron junto al limes danubiano del Imperio romano o a sus proximidades los saacutermatas yaacutezigos y roxolanos

Hasta ese momento preciso las taacutecticas y el armamento saacutermata estu-vieron caracterizados por seguir la norma tiacutepica de los ejeacutercitos de jinetes de

34 EADIE 1967 p 164 MIELCZAREK 1993 pp 57-63 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-91 GOLDSWORTHY 1998 pp 66-67 WILCOX 2001 pp 9-10

35 PLUTARCO Craso XIX-XXV Luacuteculo XXXVIII EADIE 1967 p 164 MIELCZAREK 1993 p 50 GOLDSWORTHY 1998 pp 66-67 WILCOX 2001 p 9

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la estepa seguacuten nos describe Estraboacuten se trataba fundamentalmente de fuerzas de arqueros a caballo y caballeriacutea ligera soacutelo espontaacuteneamente apo-yada por jinetes que podriacutea decirse conformaban alguacuten tipo de caballeriacutea ldquopesadardquo36 Sin embargo a mediados del s I dC la imagen que nos trans-mite Taacutecito en sus Annales e Historias resulta ya bien distinta en primer lu-gar relata un encuentro entre saacutermatas y partos donde los primeros rehuacutesan entablar un intercambio de proyectiles a caballo con los segundos optando por lanzarse a la carga contra los partos empuntildeando conti y espadas de hoja larga imponieacutendose de este modo a sus adversarios37 en segundo lugar des-cribe la presencia entre los ejeacutercitos saacutermatas de caballeriacutea de choque una eacutelite que considera conformada por los aristoacutecratas equipados con armadu-ras tan pesadas que en caso de ser derribados no podriacutean levantarse38 Si atendemos a fuentes iconograacuteficas tales como el vaso de Kossika (Rusia) o los frescos de la tumba descubierta en Panticapea (actual Kertch en Ucrania) datada no maacutes tarde del s II dC las imaacutegenes que estas nos transmiten son claramente la de jinetes bien protegidos y armados con un contus que empuntildean a dos manos es decir contarios a todos los efectos Pero iquestpodriacutean ser tambieacuten catafractos En ninguacuten momento nuestras fuentes escritas pro-nuncian este teacutermino al referirse a la caballeriacutea pesada saacutermata que nos des-criben

En cualquier caso hacia el s I dC los saacutermatas habiacutean desarrollado una caballeriacutea de choque maacutes o menos pesada eficiente y realmente peligro-sa para cualquier unidad de infanteriacutea o de caballeriacutea ligera Estos jinetes iriacutean equipados como miacutenimo con el ya caracteriacutestico contus sarmaticus asiacute como con una espada de hoja larga y estrecha (como la encontrada en la tumba 3 del kurgaacuten 80 en Novyiuml a orillas del riacuteo Don en Rusia) Tal y como describe Taacutecito el contario o κοντοφόρος podriacutea ir tambieacuten protegido con una coraza de escamas de cuero o de hierro el tipo de proteccioacuten maacutes corriente encontrado arqueoloacutegicamente asiacute como entre las fuentes icono-graacuteficas que representan a saacutermatas o su armamento (en el caso de la Colum-na Trajana en sus escenas 28 y 34 muestra una serie de jinetes totalmente cubiertos por armaduras de escamas ellos y sus monturas si bien eacutestas estaacuten representadas perfectamente adaptadas al cuerpo de jinetes y caballos de un modo bastante irreal En su podio no obstante la columna representa tam-bieacuten armaduras de escamas esta vez realistas) En el mismo vaso de Kossika el jinete que permanece montado sobre su caballo derribando contus en ma-no a un arquero viste una cota de escamas que se deja entrever bajo un

36 ESTRABOacuteN Geografiacutea VII 3 17 37 TAacuteCITO Annales VI 35 38 TAacuteCITO Historias I 79 2-4

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caftaacuten Otros tipos de proteccioacuten menos frecuentes fueron probablemente tambieacuten las cotas de placas o laacuteminas que se tornariacutean maacutes comunes en las estepas desde la Tardoantiguumledad y la Alta Edad Media Por otra parte hallazgos arqueoloacutegicos como los realizados en Vozdvizhenskaya Stanitsa han llevado a plantear diversas hipoacutetesis de reconstruccioacuten de posibles arma-duras compuestas saacutermatas es decir creadas con distintos tipos de pro-tecciones principalmente escamas y malla combinadas Un yelmo coacutenico compuesto y dotado de carrilleras completariacutea la proteccioacuten del jinete pu-dieacutendose observar varios tanto en las escenas como en el podio de la Colum-na Trajana Como ya hemos sentildealado anteriormente la particular naturaleza del estilo de combate del contario le impediriacutea portar un escudo o hacer un uso realmente uacutetil de eacutel Taacutecito especifica que los saacutermatas que penetraron en Mesia en 69 dC no haciacutean uso de escudos39 y tampoco los vemos represen-tados en ninguna de nuestras fuentes iconograacuteficas donde aparecen contarios saacutermatas40

La posible proteccioacuten portada por los caballos de estos jinetes por otra parte ha sido y es el principal punto de debate Mielczarek considera que la mayor parte de las monturas no se encontrariacutean protegidas de ninguna forma especial a excepcioacuten de aquellas que formariacutean parte de la vanguardia y liacutenea de choque de la formacioacuten y que en cualquier caso se tratariacutea de una proteccioacuten disentildeada principalmente para proteger al caballo ante un combate contra otros jinetes maacutes que contra formaciones de infanteriacutea (al contrario que los partos maacutes preocupados de batir a la infanteriacutea romana mientras que los saacutermatas se enfrentariacutean maacutes frecuentemente a otros pueblos de jinetes o entre siacute mismos seguacuten el autor)41 A E Negin por su parte no niega la po-sibilidad de que las monturas de los jinetes saacutermatas maacutes pesadamente equi-pados fueran protegidas pero en cualquier caso considera que dicha pro-teccioacuten variariacutea en extensioacuten enormemente de un jinete a otro y estariacutea prin-cipalmente restringida a los mandos42 I Lebedynsky especialista en cultu-ras esteparias de la Antiguumledad considera posible que parte de las monturas de la caballeriacutea saacutermata portaran alguacuten tipo de proteccioacuten para lo que argu-menta que las representaciones de jinetes y monturas acorazados de la Co-lumna Trajana aunque ejecutadas en un modo bastante fantasioso no deja de ser sino la traduccioacuten artiacutestica de una realidad militar Igualmente cita la estela funeraria de Athenios en Panticapea donde aparece un jinete empu-

39 TAacuteCITO Historias I 79 4 40 EADIE 1967 p 165 MIELCZAREK 1993 pp 99-100 NEGIN 1998 pp 67-74

LEBEDYNSKY 2002 pp 164-171 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002 pp 23-34 41 MIELCZAREK 1993 pp 101-102 42 NEGIN 1998 p 74

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ntildeando una lanza y montado sobre un caballo que parece mostrar sobre su lo-mo las trazas de una proteccioacuten de escamas o laacuteminas43 R Brzezinski junto a Mielczarek por su parte llegan a conclusiones similares44 Particularmente consideramos que probablemente el uso de protecciones amplias para los ca-ballos no fuera tan sistemaacutetico como podiacutea observarse entre los catafracta-rios partos sino maacutes restringidas en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete y su papel taacutectico concreto en el campo de batalla En este sentido la no utilizacioacuten del teacutermino catafractus katavfrakto por parte de las fuen-tes latinas o griegas en referencia a la caballeriacutea pesada de choque saacutermata podriacutea responder a esta circunstancia en comparacioacuten con la caballeriacutea pesa-da parta

CONTARII Y CATAFRACTII EN EL EJEacuteRCITO ROMANO EQUIPAMIENTO ORGANI-ZACIOacuteN TAacuteCTICAS Y ORIacuteGENES

A continuacioacuten abordaremos en detalle el equipamiento militar la or-

ganizacioacuten de las unidades y las taacutecticas empleadas por estas unidades espe-cializadas y peculiares atestiguadas por primera vez en el ejeacutercito romano en eacutepoca Flavia y sobre todo de Trajano y Adriano en base a las fuentes dis-ponibles Una vez definidos estos puntos trataremos de considerar cuaacutel fue la corriente de influencia y los motivos que llevaron a la creacioacuten de unida-des de caballeriacutea de esta naturaleza en mitad de una tradicioacuten militar estre-chamente vinculada a la infanteriacutea pesada

Respecto del equipamiento de los contarii y catafractii del ejeacutercito romano (asiacute como de los ejeacutercitos saacutermata y parto) sucede como con cual-quier otra unidad militar de reciente creacioacuten o naturaleza extrantildea en cual-quier periodo histoacuterico son sus elementos maacutes innovadores o peculiares los que llaman la atencioacuten del observador (sea eacuteste directo o indirecto) que-dando los elementos comunes o sobradamente conocidos en un segundo pla-no o simplemente obviados45 La organizacioacuten de estas unidades por otra

43 LEBEDYNSKY 2002 pp 171-172 44 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002 p 37 45 MIELCZAREK 2002 pp 90-93 este autor dispone como ejemplo comparativo la ima-

gen que los huacutesares alados polacos unidad militar de caballeriacutea pesada (por contra a su deno-minacioacuten de huacutesares) empleada por la Confederacioacuten polaco-lituana durante los ss XVI-XVIII causaba entre sus contemporaacuteneos extranjeros los cuales destacaban antes los ele-mentos ldquoexoacuteticosrdquo y llamativos de esta unidad (las alas a la espalda los pendones de las lar-gas lanzas o las pieles vestidas sobre las armaduras y uniformes por sus aristocraacuteticos miem-bros) que los elementos realmente cruciales como las lanzas de choque las poderosas pro-tecciones metaacutelicas y su empleo taacutectico en la batalla con devastadores resultados Otro tanto

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parte dada su denominacioacuten de alae responde claramente a los modelos altoimperiales de organizacioacuten de la caballeriacutea sin que pueda detectarse en principio ninguna particularidad extraordinaria causada por la naturaleza es-pecial (o simplemente novedosa) de estas unidades Las taacutecticas son el punto decisivo en base a que suponen la puesta en praacutectica y uso del equipamiento y la organizacioacuten previa de la unidad y lo que determinaraacute en mayor medida el eacutexito de su empleo en la batalla objetivo fundamental de cualquier unidad militar por simple que eacutesta sea Finalmente nuestro intereacutes en determinar los oriacutegenes e influencias de este tipo de unidades del ejeacutercito romano deviene de una razoacuten sencilla el ejeacutercito romano estuvo en contacto durante qui-nientos antildeos con tradiciones militares que emplearon la caballeriacutea de forma masiva y especializada o que hicieron simplemente un uso maacutes o menos sis-temaacutetico de la caballeriacutea pesada de choque o catafracta sin que ello motivara la creacioacuten de unidades semejantes dentro de las armas romanas iquestPor queacute razoacuten entonces eacutestas surgen repentinamente hacia finales del s I dC y muy especialmente bajo los reinados de Trajano y Adriano sin abandonar ya la tradicioacuten militar romana hasta convertirse en una de las espinas dorsales de los ejeacutercitos del Bajo Imperio y sobre todo del posterior Imperio Bizantino

El lector habraacute notado que en el tiacutetulo de este apartado no hemos he-cho mencioacuten los clibanarii Dada la inexistencia de este teacutermino en las fuen-tes que tratan esta clase de unidades en el periodo que abordamos (hasta el punto que no hace su aparicioacuten hasta el s IV dC)46 consideramos innece-saria cualquier disquisicioacuten ulterior en base a una especialidad militar que no habiacutea emergido como tal para el periodo que estudiamos No obstante no debemos olvidar que en base a las hipoacutetesis barajadas y a la propuesta que aquiacute hemos presentado apoyaacutendonos en ellas las diferencias entre catafractii y clibanarii devienen maacutes de un empleo taacutectico antes que de diferencias sen-sibles en equipamiento u organizacioacuten en este sentido por tanto el papel taacutectico del clibanarius podriacutea haber sido desempentildeado por el catafractus en el periodo que nos ocupa

Las alae I Canninefatum y I Vlpia Contariorum milliaria El elemento maacutes caracteriacutestico de un contarius es el arma que le da

nombre el contus sarmaticus Nuestras fuentes no nos aportan mayores de-talles acerca del equipamiento militar de esta clase de unidades La estela de parece suceder con las fuentes claacutesicas que abordan a contarios catafractos y clibanarios de cualquier ldquonacionalidadrdquo soacutelo se resentildean los elementos llamativos o extrantildeos de su equipo

46 MIELCZAREK 1993 p 76

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Aduitor jinete del ala I Canninefatum ya mencionada maacutes arriba nos aporta la imagen de un jinete equipado tan soacutelo con un contus sin llevar maacutes pro-teccioacuten que sus ropas militares Sin embargo no es la primera vez que un militar romano se hace representar en su estela funeraria portando simple-mente sus armas maacutes caracteriacutesticas vistiendo tan soacutelo lo que podriacuteamos de-nominar como su ldquouniformerdquo Asiacute pues iquestno podriacutea estar actuando Aduitor en el mismo sentido

El contus sarmaticus es un arma de choque destinada a ser empuntildeada a dos manos por un jinete que emplearaacute la fuerza de sus brazos y de la em-bestida de su caballo conjuntamente para arremeter contra un objetivo pe-destre o ecuestre con la finalidad de abatirlo o derribarlo La superior longitud del contus por otra parte confiere al jinete una importante ventaja desde el momento en que a la carga posee la oportunidad de golpear prime-ro al enemigo con toda la brutal fuerza que un jinete a la carga puede desple-gar en ese preciso instante Sin embargo una vez ha sucedido el choque y se acortan las distancias entre el contarius y sus enemigos el jinete se encuen-tra en una situacioacuten de creciente vulnerabilidad si no recibe apoyo de liacuteneas sucesivas de otros jinetes o queda maacutes o menos aislado puede ser flanquea-do y faacutecilmente atacado por la infanteriacutea u otros jinetes47 La principal fuerza de una unidad de contarios radica por tanto en su capacidad para actuar en grupo y en perfecta coordinacioacuten asiacute como en saber explotar la ventaja fiacutesica y psicoloacutegica del primer impacto para barrer y desfondar a la formacioacuten ene-miga del tipo que sea Sin embargo esto no siempre puede suceder (ni se dan las condiciones apropiadas para conseguirlo en el campo de batalla) Ante semejante eventualidad inherente a una unidad de contarii sus componentes debiacutean de estar seguramente preparados La proteccioacuten corporal y un o unas armas secundarias formaban probablemente parte del equipo de Aduitor y de otros jinetes como eacutel

En cuanto al equipamiento ofensivo el arma maacutes comuacuten al lado de una lanza de acometida es una espada especialmente una de hoja larga la maacutes adecuada para su uso desde la silla de montar Este tipo de armas estaacute arqueoloacutegicamente atestiguada entre otros especialistas en el uso del contus los saacutermatas En la panoplia romana del s II dC las espadas largas no eran desconocidas en absoluto la caballeriacutea empleaba masivamente la spatha una espada de hoja recta que podiacutea oscilar entre los 65 y los 90 cm de lon-gitud y entre los 4 y 8 cm de anchura que en el s II dC era portada ya so-bre el costado izquierdo48 Otro tipo de espadas empleadas por la caballeriacutea romana en eacutepoca Antonina y Severa fueron las espadas de pomo en forma de

47 GOLDSWORTHY 1998 p 241 48 DIXON SOUTHERN 1997 pp 48-49 FIELDS 2006 p 16

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anillo cuyo origen se encuentra entre las espadas del mismo tipo saacutermatas y del Reino del Boacutesforo49 Una daga el pugio romano aunque pueda parecer un arma mucho maacutes uacutetil para un soldado de infanteriacutea que para un jinete es especialmente adecuada para los combates maacutes encarnizadamente cercanos tales como los brutales forcejeos hombre a hombre que tras un encontronazo de caballeriacutea podiacutean darse Igualmente un jinete descabalgado encontrariacutea mucho maacutes adecuado un pugio a la hora de enfrentarse a la infanteriacutea ene-miga que su larga espada maacutes conveniente para el combate desde la silla de montar50 Si tenemos en cuenta que en determinadas circunstancias un conta-rius era particularmente vulnerable a los ataques (y a ser consecuentemente derribado) un pugio seriacutea un buen complemento a su panoplia

Respecto al equipo defensivo debemos descartar desde un principio (auacuten a riesgo de resultar redundantes) el uso de escudos dada la imposibi-lidad de emplearlos adecuadamente empuntildeando al mismo tiempo un contus cuyo uso ademaacutes se veriacutea gravemente estorbado En este sentido la pro-teccioacuten corporal se convertiriacutea en un imperativo maacutexime teniendo en cuenta las debilidades inherentes a un contarius en combate ya mencionadas Di-versos tipos de casco o galea estaban a la disposicioacuten del jinete romano Los cascos de caballeriacutea evolucionaron de un modo diferente a los de la infan-teriacutea desde eacutepoca de Augusto al fin y al cabo las necesidades de proteccioacuten y movilidad de un jinete y un infante eran distintas Hacia finales del s I dC los modelos preexistentes como el casco tipo Weiler empezaron a ser refor-zados en su parte frontal (un lugar propenso a recibir contundentes sablazos durante el choque entre dos formaciones de caballeriacutea) desembocando en nuevos modelos durante el s II dC tales como el Russell Robinson tipo B uno de cuyos principales ejemplos fue encontrado en Ely Cambridgeshire Entre sus principales caracteriacutesticas estaacute la ampliacioacuten de las carrilleras que envuelven buena parte de la cara asiacute como los oiacutedos dejando soacutelo al descu-bierto nariz ojos y boca Su refuerzo frontal es pronunciado y el cubrenuca se ampliacutea ligeramente Sin embargo los cubrenucas de los cascos de ca-balleriacutea nunca alcanzaraacuten extensiones superiores en caso de ser derribado un jinete con un casco de cubrenuca muy extenso (como en los cascos de in-fanteriacutea del s II dC) podiacutea partirse el cuello faacutecilmente En este sentido avanzado el s II dC los cubrenucas se atrofian de nuevo mientras que las carrilleras se ampliacutean auacuten maacutes asiacute como los refuerzos del yelmo En este sentido los mejores ejemplos son el casco de Kalkar-Houmlnnepel (s II dC) y especialmente el tipo Friedberg el Heddernheim y el Russell Robinson tipo

49 BISHOP COULSTON1993 pp111-112 LEBEDYNSKY 2002 pp 101-103 p 167 y p 240 DIXON STEPHENSON 2003 pp 75-78

50 DIXON STEPHENSON 2003 pp 90-92

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E datados ya a comienzos del s III dC Estos cascos se caracterizan por en-volver casi completamente la cara salvo una breve ldquotrdquo que deja al descu-bierto ojos nariz y parte de la boca Las carrilleras cubren toda la cara y los oiacutedos asiacute como buena parte del cuello en unioacuten al cubrenuca Una extensa visera se extiende desde el frontal reforzado del casco sirviendo para desviar auacuten mejor los golpes frontales El yelmo presenta refuerzos transversales que se cruzan en su parte superior y se extienden hasta los liacutemites del cubrenuca En su conjunto estos disentildeos de cascos proporcionan una buena proteccioacuten contra golpes realizados desde cualquier direccioacuten especialmente frontales laterales y sobre la parte superior de la cabeza dejando vulnerable soacutelo la parte estrictamente necesaria del rostro51 No trataremos aquiacute todaviacutea los cas-cos destinados en principio a la Hippikaacute Gymnasia pues su particular natu-raleza y en especial la utilidad protectora del rostro de sus maacutescaras seraacute ob-jeto de debate en torno al equipamiento de los catafractii

La proteccioacuten corporal resultariacutea igualmente esencial para un conta-rius sobre todo porque en posicioacuten de carga y sin escudo resultariacutea muy vul-nerable a cualquier contraataque que pudiera atravesar la formacioacuten de ca-balleriacutea erizada de lanzas En general las protecciones no deberiacutean resultar muy diferentes a las de cualquier otro equite medianamente pesado de la ca-balleriacutea romana La proteccioacuten maacutes sencilla y frecuente seriacutea la lorica hama-ta o cota de mallas de mangas cortas hombros reforzados con una doble ca-pa de mallas y faldelliacuten extenso hasta medio muslo A finales del s II dC la caballeriacutea empezariacutea a llevar loricae hamatae de mayor longitud llegando a rebasar codos y rodillas En cuanto a las loricae squamatae durante los ss I-II dC soliacutean ser de unas dimensiones semejantes a las hamatae de man-gas y faldelliacuten cortos (cuando no sin mangas) con dos placas pectorales de metal como complemento y una franja de pteryges sobre los muslos Con la entrada del s III dC la lorica squamata cambia y tiende a hacerse maacutes lar-ga En el s II dC se incorpora una innovacioacuten las escamas semi-riacutegidas maacutes amplias y cosidas unas junto a otras sobre una pieza de cuero de tal for-ma que conformaban una proteccioacuten riacutegida y maacutes soacutelida como el ejemplo de Waffenmagazin en Carnunto datado probablemente de eacutepoca pre-Antonina o Antonina temprana Las armaduras de laacuteminas elaboradas a partir de esca-mas de metal rectangulares y alargadas son raras en el mundo romano du-rante esta fase aunque existe alguacuten ejemplo aislado como el hallazgo de un fragmento datado en el s III dC en Čatalka52 Otros elementos podiacutean com-

51 BISHOP COULSTON 1993 pp 93-96 y 117-119 FREUGEgraveRE 1994 pp 104-121 DIXON

SOUTHERN 1997 pp 35-36 DIXON STEPHENSON 2003 pp 17-20 FIELDS 2006 pp 12-13 52 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-92 y 116-117 DIXON SOUTHERN 1997 pp 36-43

DIXON STEPHENSON 2003 pp 43-48 FIELDS 2006 pp 13-14

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pletar la proteccioacuten del contarius como la de cualquier otro equite especial-mente grebas de diverso tipo especialmente uacutetiles para proteger las vulnera-bles piernas del jinete53

Completariacutea el equipamiento de un contarius su montura asiacute como la silla y los arreos necesarios para controlarla y poder actuar en conjuncioacuten con ella En particular la silla compondriacutea un elemento clave del equipo de una caballeriacutea especializada en taacutecticas de choque ante la carencia de estri-bos sin una silla de montar adecuada un contarius podriacutea salir simplemente disparado por la grupa de su caballo a causa de la fuerza del impacto En este sentido las tentativas de reconstruccioacuten de las sillas de montar realizadas por Junkelmann y P Connolly han resultado de extremada utilidad para conocer hasta queacute punto la silla de montar romana conocida como ldquosilla de cuatro cuernosrdquo podiacutea suplir la carencia del estribo y permitir a un jinete realizar toda clase de maniobras a lomos de su caballo sin correr excesivo riesgo de caer desmontado Especialmente satisfactorios han sido en este sentido las experiencias realizadas por Connolly con su propuesta de silla de estructura riacutegida interna de madera respaldados sus resultados por otros autores como K Dixon o P Southern Aunque no es materia esencial de nuestro estudio el debate en torno a la particular naturaleza de las sillas de montar romanas sentildealaremos que estos autores (a cuya opinioacuten nos adscribimos) consideran que una silla de montar de entramado riacutegido interno responderiacutea mucho me-jor a las necesidades de un jinete carente de estribos que una sin dicho entra-mado Desde nuestro particular punto de vista consideramos que las necesi-dades de un jinete especializado en taacutecticas de choque acentuariacutean enorme-mente la necesidad de una silla con un buen entramado riacutegido capaz de absorber la fuerza del impacto y mantener al jinete soacutelidamente afincado so-bre el lomo de su montura sin riesgo de caer Igualmente la solidez del en-tramado y su capacidad para transferir el peso del jinete de la columna verte-bral del animal hacia sus flancos (con el consecuente beneficio para la salud del caballo) permitiriacutea transmitir la fuerza de la embestida de la montura ha-cia el propio jinete y su arma (en este caso el contus) concentrando la fuerza del impacto en el afilado extremo de eacutesta y maximizando de este modo la eficiencia de la carga54 Posiblemente las unidades de caballeriacutea maacutes pesadas (como los catafractii) emplearon sillas de montar cuyo entramado estariacutea maacutes desarrollado y hasta reforzado con elementos metaacutelicos55

53 DIXON STEPHENSON 2003 p 61 54 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 BISHOP COULSTON 1993 pp 105-108

MIELCZAREK 1993 pp 81-82 DIXON SOUTHERN 1997 pp 70-74 DIXON STEPHENSON 2003 pp 107-110 FIELDS 2006 pp 17-18

55 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 pp 44-45

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La posible proteccioacuten portada por la montura de un contarius proba-blemente no diferiacutea de la portada por las monturas de las unidades de ca-balleriacutea media del ejeacutercito romano especialmente si tenemos en cuenta que como tendremos oportunidad de analizar no estaacute ni tan siquiera claro que los caballos de los catafractii romanos portaran protecciones fuera de lo comuacuten respecto de otras unidades de caballeriacutea Por tanto el elemento de proteccioacuten maacutes pesado portado por el caballo de un contarius seriacutea un chamfron una proteccioacuten para la cabeza y ojos del animal que podiacutea ser tanto de cuero co-mo metaacutelica Se han encontrado diversos ejemplares de este tipo de protec-ciones los maacutes exuberantemente decorados considerados (en principio) como restringidos a su uso durante la Hippikaacute Gymnasia56 El principal papel de estas protecciones parece enfatizar la proteccioacuten de los ojos del caballo en tanto en cuanto se conocen ejemplos de chamfrons romanos que tan soacutelo protegen esta vulnerable parte de la cabeza del animal como los hallados en Mainz Alemania57

El armamento caracteriacutestico del contarius especialmente el contus se asemeja enormemente al equipamiento del jinete pesado saacutermata el cual en la mayor parte de los casos no era sino un jinete maacutes o menos bien protegido (en algunos casos pesadamente protegido) a lomos de un caballo que en la mayor parte de los casos no llevariacutea una proteccioacuten destacada La principal fuerza del jinete saacutermata radicariacutea en el uso del llamado contus sarmaticus Que los primeros testimonios de la existencia de contarii entre las filas de la caballeriacutea romana no date antes del 60 dC resulta igualmente significativo el encuentro del ejeacutercito romano con la caballeriacutea pesada de los saacutermatas roxolanos o yaacutecigos se produce precisamente en esas fechas No existen evi-dencias de un ldquoteacutermino mediordquo similar al contarius romano entre el arquero a caballo y el catafractoclibanario parto o sasaacutenida Los contrastes entre el jinete pesado saacutermata y el parto son evidentes no soacutelo en equipo militar sino en taacutecticas todo lo contrario sucede entre el jinete pesado saacutermata y el contarius romano en particular Resulta loacutegico por tanto pensar que el mo-delo en taacutecticas y equipamiento del contarius romano se encuentra entre los contarios de la caballeriacutea pesada saacutermata58

56 BISHOP COULSTON 1993 pp 105-108 DIXON SOUTHERN 1997 p 67 DIXON

STEPHENSON 2003 pp 111-112 FIELDS 2006 57 DIXON STEPHENSON 2003 p 112 58 EADIE 1967 pp 165-167 MIELCZAREK 1993 pp 99-102 NEGIN 1998 LEBEDYNSKY

2002 p 236

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El ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta A diferencia de lo que sucede con los contarii no disponemos de des-

cripciones pormenorizadas o representaciones graacuteficas expliacutecitas de cata-fractii del ejeacutercito romano59 Tan soacutelo el grafito de un catafracto hallado en Dura-Europos aporta alguacuten tipo de informacioacuten expliacutecita para reconstruir la posible imagen de lo que seriacutea un catafractus del ejeacutercito romano pese al hecho de que la ldquonacionalidadrdquo del catafracto representado en el grafito no estaacute nada clara

Como ya hemos sentildealado en apartados anteriores el propio nombre de catafractuscatafractii (asiacute como el posterior de clibanariusclibanarii) pone el acento en la defensa corporal metaacutelica de este tipo de soldados romanos o no romanos Sin embargo el equipamiento defensivo carece de sentido algu-no si no protege una funcioacuten ofensiva concreta En un contarius el eacutenfasis se situacutea en su capacidad ofensiva representada fundamentalmente por el contus sarmaticus como devastadora arma de choque en manos de una fuerza dise-ntildeada esencialmente para el ataque la caballeriacutea En un catafractus romano o parto y en sus homoacutelogos saacutermatas maacutes pesadamente equipados el elemen-to clave no es el poderoso equipo defensivo del jinete (y seguacuten queacute casos de su caballo) en solitario sino la conjuncioacuten de eacuteste con el poder devastador de su equipo ofensivo El catafractus representa asiacute la fuerza ofensiva del con-tarius puesta bajo una proteccioacuten concienzuda que la mantenga a salvo de la mayor parte de los contraataques

En este sentido el equipamiento ofensivo de un catafractus romano no se diferenciariacutea en nada sustancial del portado por un contarius Aparte de la fundamental y eficiente contus el catafractus no dejariacutea de portar un arma secundaria siendo de nuevo la maacutes eficiente la espada de hoja larga que en la tradicioacuten romana altoimperial se materializaba en la spatha en to-das sus variantes asiacute como en espadas de hoja larga de tradicioacuten saacutermata que ya presentamos anteriormente En cuanto a otras armas acaso el pugio pu-diera ser un complemento menos uacutetil para un jinete pesadamente protegido (y con una movilidad maacutes restringida en consecuencia) que para un conta-rius o un equite maacutes vulnerable pero con mayor libertad de movimientos Al fin y al cabo la funcioacuten de ataque baacutesica del catafractus no era sino la mis-ma que la del contarius aprovechar la ventaja de un arma de acometida como el contus para derribar a enemigos a pie o montados antes de poder re-cibir cualquier clase de contraataque cuerpo a cuerpo por parte de ellos Era precisamente su capacidad para mantenerse a salvo de buena parte de los

59 MIELCZAREK 1993 p 79

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contraataques (cercanos o de proyectil) lanzados contra ellos lo que conver-tiacutea a los catafractii en un arma auacuten maacutes devastadora y pesada que los conta-rii la fuerza devastadora de su ataque teniacutea muchas menos posibilidades de verse desbaratada durante la accioacuten si todo iba razonablemente bien60

Y es este elemento clave del catafractus romano la proteccioacuten corpo-ral uno de los puntos que mayores debates ha generado empezando por el yelmo propiamente dicho Un catafractus romano del s II y comienzos del s III dC empleariacutea una gama de cascos ligeramente distinta a los de un con-tarius por dos razones la primera de todas cronoloacutegica en base al hecho de que su aparicioacuten (en base a todas nuestras fuentes) no parece tener lugar has-ta la primera deacutecada del s II dC por lo que los disentildeos de cascos maacutes tiacutepi-cos del s I dC (como el tipo Weiler) no llegariacutean a ser usados por los cata-fractii romanos la segunda es puramente funcional en tanto en cuanto se es-perariacutea de un catafractus que fuera lo maacutes protegido posible Soacutelo los dise-ntildeos maacutes soacutelidos de yelmos romanos y de proteccioacuten maacutes completa entrariacutean a formar parte del equipo corriente de esta caballeriacutea pesada En este sentido resulta particularmente representativo el casco tipo Heddernheim o Russell Robinson tipo E el tipo Friedberg asiacute como los cronoloacutegicamente anteriores Kalkar-Houmlnnepel y Bodengraven Todos ellos ofreciacutean una excelente protec-cioacuten a todo el craacuteneo y el cuello Sin embargo todos ellos no podiacutean evitar dejar al descubierto ojos nariz y buena parte de la boca Teniendo en cuenta que el resto del cuerpo del jinete estariacutea tambieacuten razonablemente bien prote-gido la mejor forma de neutralizar a un catafractus en estas circunstancias era atacarle al rostro directamente Sean cuales sean las circunstancias (y lo que Hollywood nos haya intentado hacer creer) el instinto baacutesico de preser-vacioacuten de un ser humano le hace cerrar los ojos encoger o apartar brusca-mente la cabeza y (de ser necesario) protegerse con las manos y los brazos si intuye o siente una agresioacuten dirigida a la cara Se trata de un acto reflejo baacute-sico e instintivo que no se puede evitar La peacuterdida temporal del control so-bre la realidad visual y sobre las acciones del combate que esto produciriacutea podriacutea provocar (al menos durante ese corto espacio de tiempo) que el ldquoin-vulnerablerdquo catafractus dejara de ser una amenaza fallara el objetivo de su ataque dejara de prestar atencioacuten (en pos de su propia proteccioacuten) yo se convirtiera en un objetivo vulnerable durante ese tiempo En resumidas cuentas la proteccioacuten para la cara resultariacutea una pieza muy uacutetil para un sol-dado cuya fuerza residiera en una pesada proteccioacuten y una gran contundencia de ataque En este sentido se sabe que los catafractos y clibanarios partos y

60 MIELCZAREK 1993 p 81 BISHOP COULSTON 1993 pp 109-111 DIXON SOUTHERN 1997 p 76 GOLDSWORTHY 1998 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-321

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sasaacutenidas emplearon maacutescaras o ventails combinadas con sus cascos para completar su proteccioacuten dejando tan soacutelo los resquicios necesarios para res-pirar y ver (literalmente dos orificios del tamantildeos de los ojos asiacute como una apertura y perforaciones para permitir la ventilacioacuten a la altura de la boca y la nariz) sin que ello pareciera representar un inconveniente a la percepcioacuten del entorno en combate61 En la panoplia romana altoimperial los cascos con maacutescaras metaacutelicas (y las maacutescaras en siacute mismas) no son precisamente des-conocidos son aquellos inicialmente atribuidos a un uso en paradas y ejer-cicios militares especialmente la Hippikaacute Gymnasia Entre los ejemplos maacutes destacables podemos sentildealar el tipo Newstead (s I dC) asiacute como las varian-tes maacutes elaboradas y decoradas del Heddernheim En principio este tipo de cascos dada su profusa decoracioacuten y las supuestas limitaciones a la visibili-dad provocadas por la maacutescara estariacutean limitado en su uso a la Hippikaacute Gymnasia Sin embargo este tipo de cascos no era impedimento para un adecuado desenvolvimiento durante estos ejercicios que eran una muestra de destreza iquestPor queacute entonces habriacutean de resultar un estorbo en la batalla Las maacutescaras de la caballeriacutea parta no teniacutean una factura esencialmente diferente a las romanas (maacutes allaacute del plano puramente artiacutestico-estiliacutestico) y fueron usadas en combate con cierta asiduidad iquestPor queacute razoacuten los yelmos con maacutes-cara o maacutes probablemente las maacutescaras en siacute mismas combinadas con otros tipos de yelmos romanos de caballeriacutea conocidos no pudieron ser utilizados en combate tanto como en la Hippikaacute Gymnasia Hace casi dos deacutecadas Mielczarek ya lanzoacute una propuesta en semejante sentido al respecto de la ca-balleriacutea pesada romana poniendo en cuestioacuten su uso exclusivo en paradas y exhibiciones la cantidad de cascos con maacutescaras y maacutescaras aisladas vincu-ladas a la panoplia romana (y especialmente de la caballeriacutea) no parece res-ponder precisamente a un uso limitado a ocasiones especiales Diez antildeos maacutes tarde Dixon e I P Stephenson volvieron a retomar dichos plantea-mientos argumentando que determinados cascos empleados en la Plena y Baja Edad Media (como el sallet A82) limitaban la visibilidad tanto o maacutes que las maacutescaras inicialmente consideradas como limitadas a la Hippikaacute Gymnasia y sin embargo fueron empleados en combate62 En este sentido consideramos que posiblemente los maacutes ricamente decorados ejemplares no fueron objeto de uso en combate pero siacute que nos adscribimos a los plantea-mientos de los autores mencionados considerando no soacutelo probable sino ra-zonable que la maacutescara (y los cascos disentildeados especialmente para portarlas) formaran parte de la panoplia de los catafractii otorgaacutendoles la proteccioacuten necesaria para proteger el siempre vulnerable rostro

61 MIELCZAREK 1993 p 60 NEGIN 1998 pp 72-74 WILCOX 2001 p 10 62 MIELCZAREK 1993 p 81 DIXON STEPHENSON 2003 pp 20-24

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Un catafractus sin duda alguna portariacutea una buena proteccioacuten para el torso En este sentido hariacutea uso de las mismas protecciones antes menciona-das para los contarii como loricae hamatae y squamatae asiacute como las inno-vaciones propias de eacutepoca Antonina y Severa como las escamas semi-riacutegi-das y las poco comunes armaduras de laacuteminas como el aislado ejemplo del s III dC hallado en Čatalka63 Sin embargo si atendemos ahora al grafito de Dura-Europos el jinete representado no parece llevar un uacutenico tipo de pro-teccioacuten sobre su torso Las armaduras compuestas por varios tipos de loricae como hemos visto eran probablemente utilizadas ya por los saacutermatas Este tipo de proteccioacuten era tambieacuten conocida en el ejeacutercito romano si bien los ejemplos de la misma son limitados y no parece que su uso estuviera muy extendido (al igual que no parece que en el s II y a comienzos del s III dC los catafractii fueran un arma de extendido uso en Roma) Se denominaba lorica plumata teacutermino que al parecer designaba principalmente a armadu-ras compuestas por lorica squamata y hamata combinadas Esta combina-cioacuten parece ser la utilizada tambieacuten por los saacutermatas aunque su distribucioacuten sobre el cuerpo no se ha podido reconstruir convincentemente64 Al igual que el contarius el catafractus no portariacutea escudo tanto por serle imposible su debido aprovechamiento al empuntildear un contus como por el estorbo que su-pondriacutea al uso de esta uacuteltima La carencia de escudo quedariacutea suplida por lo pesado de su proteccioacuten corporal En este sentido destaca la manica una proteccioacuten construida con laacuteminas de metal (bronce o hierro) semiciliacutendricas unidas unas a otras en progresioacuten descendente del hombro hacia la mano la cual podiacutea proteger a su vez con guanteletes de malla de escamas o incluso una extensioacuten de la manica misma adaptada a la forma de la mano65 Com-pletariacutean la proteccioacuten de un catafractus unas grebas para sus piernas (la parte de su cuerpo maacutes al alcance de la infanteriacutea enemiga) si bien podiacutean disponer de protecciones maacutes pesadas que podiacutean llegar a cubrir muslos y pies recordando en su estructura a la manica empleada para proteger los bra-zos66 En ocasiones podriacutea emplearse tambieacuten protecciones especiacuteficas para el cuello especialmente pensadas para cubrir cualquier posible fisura entre el yelmo y la proteccioacuten del torso De este tipo de piezas se han encontrado al-gunos ejemplos como el de una tumba de Čatalka en Bulgaria datada en el

63 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-92 y 116-117 DIXON SOUTHERN 1997 pp 36-43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 43-48 FIELDS 2006 pp 13-14

64 MIELCZAREK 1993 pp 79-80 NEGIN 1998 pp 68-74 DIXON STEPHENSON 2003 pp 49-50 FIELDS 2006 pp 10-11

65 BISHOP COULSTON 1993 pp 87-91 DIXON STEPHENSON 2003 pp 55-58 66 DIXON SOUTHERN 1997 p 43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 61-63

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s II dC y consistente en un anillo de metal dividido en dos mitades unidas por un cinturoacuten de cuero y originalmente tintado en rojo67

El equipamiento de las monturas de los catafractii romanos es otro as-pecto poleacutemico quizaacutes el que maacutes En primer lugar respecto de las sillas de montar eacutestas responderiacutean probablemente al modelo presentado por Con-nolly pero a un tipo particular cuyo entramado riacutegido interno y cuernos es-tariacutean maacutes desarrollados planteando una sujecioacuten mucho maacutes riacutegida y firme Este tipo de sillas poseiacutea ademaacutes una estructura reforzada con elementos metaacutelicos Seguacuten Connolly y C Van Dryel Murray este tipo de sillas res-ponderiacutea especialmente a un uso por parte de unidades de caballeriacutea pesada donde el peso de la armadura del jinete sumada a su modalidad de combate (choque con lanza pesada) hariacutea necesaria una sujecioacuten maacutes firme para evitar quedar descabalgado asiacute como un maacutes eficiente reparto del peso sobre el lomo y los costados del caballo Este tipo de sillas es visible tambieacuten sobre los caballos de los clibanarios sasaacutenidas que aparecen en el relieve de Firu-zabad68 En segundo lugar estaacute la cuestioacuten en torno a si las monturas de los catafractii romanos del s II y comienzos del III dC llevaban alguacuten tipo de proteccioacuten y cuaacuten completa era esta En este sentido se han lanzado diver-sas propuestas e hipoacutetesis por una parte aquellos que consideran que los ca-tafractii romanos probablemente no emplearon proteccioacuten para sus monturas al menos no en la forma casi sistemaacutetica y masiva que caracterizaba a la ca-balleriacutea pesada parta y que caracterizariacutea maacutes tarde a la sasaacutenida y a la pro-pia caballeriacutea pesada romana bajoimperial en este sentido los catafractii del ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta no seriacutean sino contarii pesada-mente protegidos pero cuyas monturas no portariacutean proteccioacuten alguna fuera de lo comuacuten hasta el momento en el ejeacutercito romano69 otros han propuesto un teacutermino medio sostenido en base a la influencia saacutermata en la creacioacuten y equipamiento de la caballeriacutea pesada romana Es eacuteste el caso de Mielczarek Negin y Lebedynsky entre otros quienes consideran que los catafractii ro-manos no emplearon la protecciones pesadas y o maacutes o menos completas pa-ra sus monturas en el sentido sistemaacutetico que se puede observar en la tradi-cioacuten militar parta o persa sino que emplearon protecciones maacutes limitadas y sobre todo aplicadas a secciones concretas de estas unidades por ejemplo entre aquellos soldados destinados a formar la vanguardia de choque de la formacioacuten o simplemente entre los oficiales70 entre la mayor parte de los autores consagrados al estudio del armamento romano y en particular de la

67 DIXON STEPHENSON 2003 p 59 68 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 p 45 MIELCZAREK 1993 pp 81-82 69 EADIE 1967 pp 166-168 70 MIELCZAREK 1993 pp 74-81 NEGIN 1998 p 74 LEBEDYNSKY 2002 p 237-238

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caballeriacutea existe un acuerdo taacutecito en reconocer el uso por parte de la ca-balleriacutea pesada romana de protecciones metaacutelicas Sin embargo en general o no llegan a un acuerdo en torno a su empleo por parte de las primeras uni-dades de catafractii o se limitan a constatar que los restos arqueoloacutegicos de protecciones equinas pesadas (particularmente las halladas en Dura-Europos) datan en principio del s III dC sin entrar en mayores debates71 finalmente estaacuten aquellos autores que dan simplemente por sentada la asociacioacuten entre el teacutermino catafractii y una proteccioacuten maacutes o menos completa y extendida a la inmensa mayoriacutea (al menos) de las monturas de estas unidades en cual-quier momento desde su creacioacuten72 pero especialmente a partir del s III dC73

En general todas estas corrientes tienden a coincidir en sentildealar que las armaduras pesadas para caballos en el ejeacutercito romano no empezaron a utili-zarse de forma extendida para la caballeriacutea pesada hasta el s III dC De nue-vo el debate se centra en torno a su uso durante el s II dC justo en el mo-mento de la creacioacuten de las primeras unidades de catafractii y particular-mente a causa de la falta de pruebas concluyentes Si se hizo uso de dichas protecciones ya en el s III dC iquestpor queacute razoacuten negar su uso en una fase an-terior aunque eacuteste no fuera un uso generalizado Particularmente preferimos adscribirnos a la tendencia representada por Mielczarek Negin y Lebedyns-ky entre otros autores considerando que los miembros de la uacutenica unidad de caballeriacutea pesada acorazada romana conocida para el s II dC el ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta (y por tanto otras unidades del mismo tipo auacuten por conocer) emplearon protecciones metaacutelicas maacutes o menos pesa-das para sus monturas de un modo ocasional limitado a secciones especiales de la unidad o a la oficialidad siguiendo la corriente de influencia saacutermata Estas protecciones se generalizariacutean a lo largo del s III dC probablemente bajo una mayor influencia de la tradicioacuten militar parta y ante todo sasaacutenida hasta constituir las unidades pesadas del Bajo Imperio que seriacutean el germen de la posterior caballeriacutea pesada bizantina

Este tipo de protecciones incluiriacutea no soacutelo ya los chamfrons metaacutelicos sobradamente conocidos por la caballeriacutea romana de la eacutepoca (y empleados probablemente por los contarii) sino bardas compuestas por malla escamas de cuero o metaacutelicas o laacuteminas que como los ejemplares de Dura-Europos (ya descritos anteriormente) cubririacutean los flancos del caballo y buena parte

71 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-70 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

72 GOLDSWORTHY 1998 pp 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 y 20-21 73 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-322

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de la pechera del mismo74 Este tipo de protecciones probablemente incluiriacutea tambieacuten piezas especiacuteficas para proteger el frontal y la cerviz del animal has-ta la cabeza a semejanza quizaacutes de las empleadas por partos y sasaacutenidas en Oriente Estas piezas particularmente para la cerviz del caballo se han en-contrado tambieacuten en Dura-Europos elaboradas en malla y lazadas mediante correas de cuero75 De este modo si se quisiera proporcionar proteccioacuten tan soacutelo a los caballos de una parte de la unidad lo maacutes loacutegico seriacutea hacerlo con las monturas que marchariacutean en la vanguardia de la formacioacuten de choque y que deberiacutean absorber la fase maacutes violenta del impacto En este sentido las piezas de proteccioacuten maacutes uacutetiles no seriacutean las bardas laterales sino las pro-tecciones para pechera cerviz y cabeza las partes del cuerpo del caballo que quedariacutean expuestas al enemigo durante una carga en formacioacuten cerrada Al prescindir asiacute de las protecciones de los flancos no solo se seguiriacutea apor-tando una proteccioacuten uacutetil a las monturas maacutes expuestas de la unidad durante una accioacuten de combate sino que se estariacutea aligerando el peso que habriacutean de soportar durante la accioacuten reduciendo asiacute el riesgo de agotamiento de las mismas

Si la influencia saacutermata en el origen del contarius romano es maacutes o menos segura la cuestioacuten resulta menos clara para los catafractii Formal-mente un catafractus romano no se diferenciaba del contario saacutermata maacutes pesadamente armado maacutes que en la factura de determinadas partes de su equipamiento muchas de las cuales eran de tradicioacuten puramente romana y unas pocas (como las protecciones maacutes pesadas para las piernas) devendriacutean de tradiciones orientales Sin embargo el hecho de que en ninguacuten momento las fuentes literarias disponibles denominen a la caballeriacutea pesada saacutermata como catafractii y que las protecciones pesadas para caballos entre la mis-ma parezcan ser objeto de un uso tan heterogeacuteneo como vinculado al status y posibilidades econoacutemicas del jinete parece ser el principal punto (al menos inicialmente) de distanciamiento entre los lanceros acorazados saacutermatas y los catafractii romanos Ahora bien suponiendo que la creacioacuten de las unidades de catafractos romanos estuviera respondiendo a la caballeriacutea pesada parta iquestpor queacute esperoacute al s II dC Durante casi tres siglos de encuentros en los campos de batalla de Oriente el ejeacutercito romano no parecioacute tener necesidad alguna de emular a los catafractos y clibanarios partos Finalmente es en el contexto de las guerras daacutecicas y paacuterticas de Trajano y en el reinado de Adriano cuando los catafractii hacen su aparicioacuten en el ejeacutercito romano al-gunas deacutecadas maacutes tarde que los contarii y despueacutes de casi un siglo de con-

74 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-63 67 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

75 DIXON STEPHENSON 2003 p 114

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tacto con la caballeriacutea saacutermata De nuevo la coincidencia de variables parece hablar por siacute sola al igual que primero el contarius el catafractus parece ser una respuesta de la caballeriacutea romana a las refriegas habidas con los exce-lentes jinetes saacutermatas desde mediados del s I dC hipoacutetesis que secundan la mayor parte de los autores76 Cualquier posible influjo oriental en la com-posicioacuten de la primera caballeriacutea pesada romana respondioacute a la incorpora-cioacuten de elementos considerados de utilidad no encontrados en la tradicioacuten militar propiamente romana o saacutermata El incremento de este influjo mate-rializado quizaacutes en la intensificacioacuten y extensioacuten del uso de armaduras pe-sadas para caballos y en el importante desarrollo en general del arma de ca-balleriacutea pesada en Roma tendriacutea lugar ya entrado el s III dC quizaacutes no tanto de manos de los uacuteltimos coletazos del moribundo Imperio parto como del joven y eneacutergico Imperio persa sasaacutenida el cual llevariacutea el arma de ca-balleriacutea en el Oriente a nuevas cotas de desarrollo especializacioacuten en organi-zacioacuten equipamiento y taacutecticas77

Mencioacuten especial requiere la organizacioacuten del ala I Gallorum et Pan-noniorum catafracta No entraremos a resentildear aquiacute la naturaleza del ala como unidad militar del ejeacutercito romano ni la organizacioacuten y estructura de la caballeriacutea romana altoimperial sino un aspecto concreto del ala concreta objeto de nuestro estudio y que parece haber pasado desapercibido a la ma-yor parte de los autores Se trata del hecho de que dicha ala debioacute de ser compuesta en su origen por soldados de dos unidades distintas probable-mente tropas selectas Tal y como sentildeala su nombre el ala estaba compuesta por jinetes galos y panonios Mielczarek ha propuesto precisamente que ca-ra a la creacioacuten de esta unidad de catafractos probablemente se seleccionoacute a los mejores soldados de dos alas distintas posiblemente (seguacuten el parecer del propio Mielczarek) el ala I Pannoniorum y el ala I Gallorum Flaviana Aunque de momento no se trata sino de una hipoacutetesis parece razonable que cara a la primera unidad de caballeriacutea pesada romana (probablemente una unidad que tendriacutea en sus oriacutegenes un marcado caraacutecter ldquoexperimentalrdquo) se seleccionara a personal experimentado y de fiar lo que remarcariacutea el caraacutec-ter de eacutelite de este tipo de unidades

76 EADIE 1967 MIELCZAREK 1993 NEGIN 1998 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

LEBEDYNSKY 2002 77 EADIE 1967 pp 169-172 MICHALAK 1987 MIELCZAREK 1993 pp 63-67 NICOLLE

1996 WILCOX 2001 pp 24-35 FARROKH 2005

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Taacutecticas y limitaciones de la caballeriacutea pesada romana La caballeriacutea fue un arma especializada principalmente en una uacutenica

funcioacuten el ataque Un grupo de jinetes no puede establecer una posicioacuten de-fensiva y mantenerla de forma estaacutetica pues equivaldriacutea claramente a un suicidio en cualquier eacutepoca Cuando una unidad de caballeriacutea ha sido em-pleada con fines de defensa lo ha sido empleando fundamentalmente el ata-que es decir un contraataque

La principal ventaja de un jinete respecto del soldado de infanteriacutea ra-dica en tres puntos fundamentales la altura que le proporciona su montura la rapidez y potencia de la misma y el efecto psicoloacutegico que todo ello sus-cita en el infante El principal modo en que la caballeriacutea (y particularmente la caballeriacutea media y pesada) se enfrenta a la infanteriacutea (y a otras unidades como veremos) es la carga cuya finalidad es desfondar la formacioacuten ene-miga dispersaacutendola para coparla y destruirla o permitir a otras unidades aprovechar la brecha abierta Sin embargo contrariamente a lo que se suele pensar un caballo (o un grupo de caballos) no es capaz de embestir una for-macioacuten cerrada de infanteriacutea Un equino no es un toro ni se comporta como tal El caballo siempre se para antes de llegar a impactar contra un obstaacuteculo que considera no podraacute esquivar o saltar o donde no vea espacio alguno por donde penetrar En este sentido una formacioacuten de infanteriacutea pesada que fuera capaz de mantener su posicioacuten hasta el final teniacutea muchas posibilidades de rechazar una carga de caballeriacutea Existiacutean dos formas para evitar que esto sucediese de modo tal que la carga de caballeriacutea tuviese finalmente eacutexito hostigar a la formacioacuten de infanteriacutea de muacuteltiples modos (ataque con proyec-tiles ataques simulados apoyar a la caballeriacutea atacante con infanteriacutea o ar-tilleriacutea) o bien que un porcentaje suficiente de soldados enemigos no fuera capaz de soportar la tensioacuten psicoloacutegica de ver venir sobre ellos una carga de caballeriacutea y rompiera filas debilitando la formacioacuten desorganizaacutendola y abriendo brechas Como vemos el resultado de una carga de caballeriacutea de-pende maacutes del contexto y de la psicologiacutea que de la carga en siacute misma Sin embargo los nervios de acero necesarios para superar el instinto de autopro-teccioacuten (que nos llevariacutea a quitarnos inmediatamente de la trayectoria de los caballos y sus jinetes) no eran (ni son) un elemento comuacuten en los ejeacutercitos Pocas infanteriacuteas disponiacutean del adiestramiento y disciplina necesarios para mantener la posicioacuten y afrontar una auteacutentica estampida que a sus ojos cla-ramente amenazariacutea con arroyarla Entre tales excepciones se encontraba la

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infanteriacutea legionaria romana la cual soacutelo en determinadas circunstancias era realmente vulnerable a un ataque de caballeriacutea78

Las unidades de caballeriacutea pesada como catafractii y contarii eran un caso auacuten maacutes especial En primer lugar el contus permitiacutea al jinete arroyar a un infante enemigo virtualmente antes de que su montura se viera obligada a detener su marcha Por otra parte sus pesadas protecciones (y la de sus mon-turas al menos para una parte de los catafractii) les otorgaban una mayor se-guridad ante cualquier clase de contraataque enemigo (especialmente pro-yectiles) y una superior capacidad de asumir el riesgo del contacto con una formacioacuten enemiga demasiado firme Pero sobre todo les otorgaba una carga psicoloacutegica brutal la visioacuten de una ldquoparedrdquo blindada erizada de lanzas en auteacutentica formacioacuten de falange avanzando con premura directamente resulta-ba especialmente impactante a ojos de un soldado de infanteriacutea por muacuteltiples factores Ser arroyado por un caballo no es una perspectiva agradable ser arroyado por una marea de lanzas y caballos blindados es una perspectiva auacuten menos agradable Para incrementar la capacidad de penetracioacuten de este tipo de caballeriacutea se empleaban formaciones y ataques en profundidad fun-damentalmente columna y cuneuscuntildea En este sentido la formacioacuten podiacutea concentrar la fuerza de su carga en un frente estrecho que pudiera ser dirigi-do convenientemente contra el punto maacutes deacutebil de la formacioacuten a atacar in-cluso con la carga ya en curso Sin embargo la caballeriacutea pesada poseiacutea una desventaja potencial el enorme peso de su equipamiento reduciacutea la veloci-dad de su carga su maniobrabilidad y podiacutea agotar a sus caballos muy raacutepi-damente En este sentido podiacutean ser viacutectimas faacuteciles de unidades maacutes aacutegiles y raacutepidas o de un contraataque al teacutermino de una extenuante carga (exitosa o no) Por otra parte no estaban precisamente capacitados para realizar una re-tirada raacutepida con los caballos extenuados por el esfuerzo de cargar despla-zando sobre sus lomos a su jinete con su equipamiento y su propia pro-teccioacuten los catafractii podiacutean encontrarse en una situacioacuten realmente com-prometida si su ataque fracasaba y no se encontraban en posicioacuten de recibir apoyo inmediato de unidades aliadas capaces de protegerlos el tiempo nece-sario para maniobrar y salir del atolladero Otro peligro que desembocaba di-rectamente en el fracaso de la carga (y en las circunstancias antes descritas) era la posibilidad de que la formacioacuten perdiera su cohesioacuten durante la carga Para evitar esta circunstancia (y reducir la extenuacioacuten de los caballos) se procuraba no cargar a mayor velocidad que un trote ligero79

78 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

79 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 y 241 LEBEDYNSKY 2002 p 237 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

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A la hora de afrontar a otra caballeriacutea las circunstancias eran dife-rentes La caballeriacutea como especialista en ataque teniacutea tambieacuten la funcioacuten de neutralizar a la caballeriacutea del adversario negaacutendole asiacute la mayor parte de la iniciativa y ganando la oportunidad de flanquear sus formaciones y ata-carlas desde diversos puntos Un ejeacutercito cuya caballeriacutea abandonara el cam-po de batalla por otra parte aunque auacuten podiacutea imponerse mediante la fuerza de su infanteriacutea (si era capaz de rechazar el ataque de la caballeriacutea adversaria y de desalojar a su infanteriacutea) careceriacutea de cualquier posibilidad para explo-tar adecuadamente la victoria la caballeriacutea fue hasta la I Guerra Mundial la uacutenica arma capacitada para lanzar una persecucioacuten sobre una fuerza enemiga en retirada convirtiendo esta uacuteltima en una desbandada desorganizada y dis-poniendo asiacute de la oportunidad de transformar un ejeacutercito derrotado en un ejeacutercito destruido En este sentido la caballeriacutea no fue soacutelo una pieza taacutectica fundamental a la hora de la batalla sino una herramienta baacutesica de la estra-tegia a nivel global de cualquier conflicto a lo largo de unos tres milenios de historia militar

La infanteriacutea puede rechazar a la caballeriacutea pero nunca perseguirla (maniobra que equivaldriacutea a dar la ocasioacuten a los jinetes derrotados de dar media vuelta y lanzar un inesperado contraataque que convirtiera en desastre para la infanteriacutea lo que empezoacute siendo un eacutexito Las huidas fingidas como ya hemos sentildealado eran tambieacuten una interesante taacutectica a emplear por parte de la caballeriacutea para desorganizar una formacioacuten enemiga Sin embargo no era una taacutectica que entrara dentro del ldquomanual de instruccionesrdquo de la ca-balleriacutea maacutes pesada limitada como estaba en sus movimientos) Soacutelo la ca-balleriacutea podiacutea derrotar poner en fuga y destruir a otra caballeriacutea El modo de hacerlo sin embargo era materia delicada Una formacioacuten cerrada para ata-car a otra caballeriacutea resultaba inuacutetil y peligrosa era la mejor forma de que los propios caballos se rompieran los huesos al impactar a gran velocidad contra las monturas enemigas Normalmente y a lo largo de toda la existen-cia de la caballeriacutea de choque dos formaciones de caballeriacutea que cargan una contra otra a la espera de un combate mano a mano tienden a abrir sus liacuteneas para esquivar el choque frontal contra los caballos rivales Al producirse el choque el jinete tratariacutea de atacar con sus armas a su rival maacutes cercano a uno u otro lado intentando derribarle o herirle mortalmente En estas cir-cunstancias el contus sarmaticus vuelve a relucir por sus virtudes permitiacutea (al igual que la lanza de cometida medieval las lanzas de los huacutesares alados polacos o las lanzas de los ulanos austriacos o los cosacos rusos) golpear al jinete adversario antes de que eacuteste equipado con espada o con una lanza maacutes corta pudiese iniciar su propio ataque Una formacioacuten de contarii o de cata-fractii podiacutea asiacute arroyar faacutecilmente la vanguardia de la formacioacuten de caballe-

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riacutea enemiga neutralizando su ataque y desorganizando totalmente su forma-cioacuten Sin embargo cuando dos formaciones cargaban una contra la otra y llegaban a culminar completamente el choque el combate podiacutea derivar faacute-cilmente en una violenta y caoacutetica refriega En estas circunstancias las espa-das de hoja larga empleadas por la caballeriacutea romana y saacutermata eran particu-larmente esenciales asiacute como sus protecciones dado que un contus tendiacutea a partirse tras el primer o segundo impacto y a ser poco coacutemoda de utilizar cuando el combate se tornaba maacutes cercano En cualquier caso si una forma-cioacuten de catafractii no conseguiacutea imponerse durante el choque a la formacioacuten enemiga el agotamiento de sus monturas y su menor movilidad (sumada a la peacuterdida del orden en la formacioacuten inherente al inicio de la refriega) supon-driacutean una peligrosa situacioacuten en el caso de carecer de apoyo de otras unida-des (bien de caballeriacutea o de infanteriacutea) y de la que no podriacutean salir con mu-cha facilidad80

Tanto frente a otra caballeriacutea como frente a la infanteriacutea el respaldo de unidades de caballeriacutea maacutes ligeras y particularmente arqueros a caballo81 resultariacutea particularmente deseable antes del choque la caballeriacutea ligera po-driacutea hostigar con proyectiles a las formaciones enemigas creando brechas o desorganizaacutendolas y despueacutes del choque podriacutean apoyar a la caballeriacutea pe-sada durante la progresioacuten del combate cubrir su retirada o explotar su eacutexito continuando la persecucioacuten de un enemigo en fuga

Como vemos desde el punto de vista taacutectico y del empleo en el campo de batalla el eacutexito de la caballeriacutea pesada acorazada dependiacutea tanto o maacutes de las circunstancias el contexto y el apoyo que pudieran recibir que de sus propias virtudes Se trataba de unidades altamente especializadas que si que-daban desprotegidas o en situaciones comprometidas podiacutean ser faacutecilmente rechazadas desbandadas o destruidas No se trataba de fuerzas versaacutetiles y probablemente ello condicionoacute que su adopcioacuten y empleo generalizado por parte del ejeacutercito romano fuera tardiacuteo

CONCLUSIONES

El ejeacutercito romano se enfrentoacute durante casi dos siglos a la caballeriacutea

pesada desarrollada por las potencias orientales Tras reveses iniciales debi-dos maacutes a las circunstancias que a una auteacutentica incapacidad para afrontar el ataque de este tipo de caballeriacutea las legiones desarrollaron sus particulares contramedidas recorriendo las primeras deacutecadas de la historia del Alto Im-

80 DIXON SOUTHERN 1997 pp 141-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 235-244 MENEacuteNDEZ

ARGUumlIacuteN 2011 pp 322-324 81 DIXON SOUTHERN 1997 p 143

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perio imperturbables considerando del todo innecesario tomar como inno-vacioacuten un arma a la que eran capaces de batir los catafractos partos y arme-nios

Sin embargo hacia mediados del s I dC algo vino a trastocar este es-cenario en apariencia estable e inamovible de las estepas poacutenticas emergioacute no tanto una nueva arma como una nueva forma de combinar y emplear ar-mas y taacutecticas sobradamente conocidas Los haacutebiles jinetes saacutermatas dejaron atraacutes la claacutesica tradicioacuten militar esteparia basada en el uso del arquero a ca-ballo y la caballeriacutea ligera desarrollaron una nueva caballeriacutea pesada libre de la mayor parte de las debilidades de los pesados catafractos partos flexi-ble y dinaacutemica y capaz de luchar en conjuncioacuten perfecta con otras modali-dades de caballeriacutea como si de un uacutenico cuerpo se tratase A diferencia del catafractario parto el ldquocontariordquo saacutermata era un jinete armado maacutes o menos pesadamente seguacuten las circunstancias y sus propias posibilidades Al igual que su contrapartida parto o armenio el jinete pesado saacutermata aprovechaba al maacuteximo las virtudes de su arma definitoria el contus sarmaticus pero la combinaba con el uso de otras igualmente uacutetiles como la espada de hoja larga y el arco recurvado compuesto Su equipamiento defensivo careciacutea de la rigidez propia del catafracto parto tendiendo a ser sensiblemente maacutes li-gero sin perder las ventajas propias de una proteccioacuten completa y concien-zuda Este equipamiento defensivo ademaacutes podiacutea variar seguacuten las circuns-tancias y las necesidades taacutecticas de cada momento (y no solo exclusi-vamente en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete) Ello permitiacutea al jinete pesado saacutermata oscilar entre una caballeriacutea media pura y una caballeriacutea pesada de choque seguacuten las circunstancias Le convertiacutea en un arma flexible capaz de desempentildear diversos papeles en el campo de batalla y variarlos du-rante el combate mismo seguacuten sus necesidades En combinacioacuten con la habi-lidad natural de estos pueblos para la equitacioacuten y sus excelentes (y numero-sas) fuerzas de caballeriacutea ligera la caballeriacutea pesada saacutermata representaba una amenaza realmente seria y totalmente nueva

Desde la guerra civil del 68-69 dC hasta la paz firmada por Adriano con los saacutermatas roxolanos en 119 dC las legiones romanas y su caballeriacutea hubieron de hacer severos esfuerzos para imponerse a este nuevo enemigo en los campos de batalla actuase eacuteste en solitario o en conjuncioacuten con otros pueblos o Estados Las guerras daacutecicas de Domiciano (85-89 dC) y de Tra-jano (101-106 dC) fueron probablemente los puntos culminantes de esta coyuntura De los sangrientos encuentros habidos sobre las orillas del Danu-bio las colinas daacutecicas y las llanuras de la futura Hungriacutea el ejeacutercito romano extraeriacutea una dura leccioacuten que aprenderiacutea raacutepidamente y pondriacutea en creciente praacutectica con el paso de los antildeos cuando a comienzos del s III dC descen-

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diera el ocaso sobre las uacuteltimas luces legadas por la edad dorada de los Anto-ninos habiendo el Estado romano de afrontar las convulsiones de un mundo en paulatina transformacioacuten

A comienzos del s II dC a caballo entre los diacuteas de Trajano y Adria-no el ejeacutercito romano afrontoacute el laborioso proceso de aplicar buena parte de lo que habiacutea aprendido de manos de la caballeriacutea saacutermata El contus ya habiacutea sido adoptado conformando la primera caballeriacutea de choque especialista de la historia del Imperio A ella le seguiriacutean las protecciones pesadas para jine-tes asiacute como para caballos El ejeacutercito romano conociacutea de sobra los modelos orientales de caballeriacutea pesada y sin embargo en el primer siglo de existen-cia de este arma entre las filas romanas el modelo a seguir fue principal-mente saacutermata Los hechos hablan por siacute solos El ejeacutercito romano habiacutea en-contrado una innovacioacuten de intereacutes para su tradicioacuten militar y la incorporoacute raacutepidamente Las primeras unidades de caballeriacutea pesada acorazada romana llevaron nombres que aludiacutean a tradiciones orientales catafractii pero su ar-mamento y el fundamento de sus taacutecticas era una mezcla de aportaciones romanas y modelos saacutermatas Con la llegada del s III dC estas unidades se hariacutean cada vez maacutes necesarias y sobre la trayectoria marcada por los pio-neros de este arma se labrariacutea el desarrollo completo de la misma

La emersioacuten del Imperio persa sasaacutenida supuso la transformacioacuten re-novacioacuten y revitalizacioacuten del arma de caballeriacutea puramente oriental Los sa-saacutenidas llevaron a un nuevo paroxismo a la combinacioacuten de la caballeriacutea pe-sada y la caballeriacutea ligera de tradicioacuten oriental hasta el punto de que algunos tratadistas militares romanos como Amiano Marcelino llegaron a conside-rarlo como un arma praacutecticamente imbatible En palabras del propio Amiano [] catafractarii [] et sagitarii formidable genus armorum82 Probable-mente estas circunstancias forzaran (entre otros factores) no ya la expansioacuten del arma de caballeriacutea pesada (asiacute como del arquero a caballo) en el ejeacutercito romano de los siglos III y IV dC sino la asuncioacuten por parte de la misma de muacuteltiples elementos propios ya exclusivamente de la tradicioacuten militar irano-persa

La experiencia saacutermata quedoacute atraacutes sin embargo su importancia y la de los primeros prototipos de caballeriacutea pesada romana existentes en el Alto Imperio no debe menospreciarse Fueron la piedra fundadora los cimientos de una importante rama de la tradicioacuten militar romana posterior madre de la bizantina y de buena parte de las tradiciones militares de la posterior Europa medieval donde la caballeriacutea ostentariacutea durante siglos su particular supre-maciacutea En cierto modo puede decirse que la caballeriacutea saacutermata y las primeras

82 AMIANO MARCELINO 16 12 7

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unidades de caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano se encuentran entre las raiacute-ces de una tradicioacuten militar que llevoacute a la caballeriacutea a mantener la ilusioacuten de su reinado sobre los campos de batalla hasta el enloquecedor extremo de atravesar las trincheras y alambradas de la I Guerra Mundial y cargar sobre las divisiones panzer germanas en 1939

SELECCIOacuteN DE TEXTOS EPIGRAacuteFICOS RELATIVOS

83 Camerinum (Camerino) Regio VI Italia CIL XI 5632

M(arco) Maenio C(ai) f(ilio) Cor(nelia) Agrippae L(ucio) Tusidio Campestri hospiti divi Hadriani patri senatoris praef(ecto) coh(ortis) II Fl(aviae) Britton(um) equitat(ae) electo a divo Hadriano et misso in expeditionem Brittannicam trib(uno) coh(ortis) I Hispanor(um) equitat(ae) praef(ecto) alae I Gallor(um) et Pannonior(um) catafractatae proc(uratori) Aug(usti) praef(ecto) classis Brittannicae proc(uratori) provinciae Brittanniae equo publico patrono municipi(i) vicani Censorglacenses consecuti ab indulgentia Optimi Maximique Imp(eratoris) Antonini Aug(usti) Pii beneficio interpretationis eius privilegia quibus in p[e]rpetuum aucti confirmatique sunt l(ocus) d(atus) d(ecreto) d(ecurionum) g(ratis)

Ad Mediam (Mehadia) Dacia CIL XVI 110 = CIL III 886 = AE 1980 760

[Imp(erator) Caes(ar) divi Had]rian(i) f(ilius) divi Traiani [Parthici n(epos) divi Ne]rvae pron(epos) T(itus) Aelius [Hadrianus Ant]oninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) [max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII] imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae) [equit(ibus) et pedit(ibus)] qui mil(itaverunt) in alis III quae [appell(antur) Silia]n(a) et Gall(orum) et Pann(oniorum) [catafrac(taria) et F]ront(oniana) et coh(ortibus) XII I Ulp(ia) [Britton(um)] |(milliaria) et I Fl(avia) Ulp(ia) Hisp(anorum) |(milliaria) [et 3 I Ael(ia)] Gaesa(torum) |(milliaria) et I Aug(usta) Nerv() [|(milliaria) et I]I Britt(onum) |(milliaria) et I Hispan(orum) [--- e]t II Hisp(anorum) scutat(a) Cy[ren(aica) et ---]n() et VI Thrac(um) et sunt [in Dacia Poroliss]en(si) sub Macrinio [Vindice proc(uratore) qui]nq(ue) et vigint(i) stip[en(diis) emerit(is) dimis(sis) hon]est(a) miss(ione) quor(um) [nomin(a) subscripta s]unt civit(atem) Roman(am) [qui eor(um) non ha]b(erent) ded(it) et con(ubium) cum [uxor(ibus) quas tu]nc hab(uissent) cum est [civit(as) i(i)s dat(a) aut] cum i(i)s quas post(ea) [dux(issent) dumtax(at) si]ngulis [[Imp(erator) Caes(ar) divi Hadrian(i) f(ilius) divi Traiani Parthici n(epos) divi Nervae pron(epos) T(itus) Aelius Hadrianus Antoninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae)] [equit(ibus) et pedit(ibus) qui mil(itaverunt) in alis III ---] et vigint(i) stipend(iis) emerit(is) dimis(sis) honest(a) miss(ione) quor(um) nomin(a) subscript(a) sunt civit(atem) Roman(am) qui eor(um) non haber(ent) dedit et conub(ium) cum uxor(ibus) quas tunc habuis(sent) cum est civit(atem) i(is) dat(a) aut cum i(is) quas post(ea) dux(issent) dumtax(at) singulis a(nte) d(iem) V K(alendas) Oct(obres) Sex(to) Calpurnio Agricola Ti(berio) Claudio Iuliano co(n)s(ulibus) coh(ors) I Ulpia Britton(um) |(milliaria) cui

83 Tomados del Epigraphische Datenbank Clauss-Slaby httpwwwmanfredclauss de

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prae(e)st L(ucius) Nonius Bassus Picen(o) ex pedite Luonerco Molaci f(ilio) Britt(oni) descript(um) et recognit(um) ex tabul(a) aer(ea) quae fixa est Romae in mur(o) post templ(um) divi Aug(usti) ad Minervam

Tipasa (Tefessad) Mauretania Cesariense AE 1951 265 = AE 1955 133

D(is) M(anibus) Adiutoris eq(uitis) al(ae) pri(mae) Can(n)anafatium vi(xit) XXXXI m(ilitavit) an(nos) XXIII pro(curante) l(i)b(erto) ipsi(us) bene me(renti) Cabanus he(res) po(suit)

Savaria (Szombathely) Panonia Superior CIL III 4183

T(itus) Cnorius Sabinianus ex praef(ecto) alae Contariorum v(ir) e(gregius) et L(ucius) Val(erius) Verus dec(urio) c(oloniae) C(laudiae) Savar(iensium) sacerdotalis p(rovinciae) P(annoniae) s(uperioris) cryptam vi ignis exustam sumptibus suis refecerunt

Brigetio (Kornye) Panonia Superior CIL III 4278

D(is) M(anibus) Val(erio) Saturnino vet(erano) ex dup(licario) alae I Ulp(iae) Cont(ariorum) qui vixit an(nos) L et Val(erio) Sabino mil(iti) leg(ionis) I Ad(iutricis) stip(endiorum) III vixit an(nos) XXV filio Caes(ia) Digna marito et filio f(aciendum) c(uravit)

Apamea Siria AE 1987 955

Aur(elio) Basso quandam(sic) sig(nifero) al(ae) I Ulp(iae) (C)ontariorum stipendiorum VIII vixit annos XXVIIII XI Kal(endas) Maias Gallo et Volusiano consilibus() titulus positus a Marc(io) Cotum(sic) (d)ec(urione) al(ae) c(ivium) R(omanorum)

Apamea Siria AE 1993 1589

D(is) M(anibus) Iulius Valerianus eques alae I Ulp(iae) contariorum stip(endiorum) XXIII vixit annis XXXXVI Ulp(ius) Ingenu(us) dupl(icarius) alae eiusdem heres posuit b(ene) m(erenti)

Arrabona (Gyor) Panonia Superior CIL III 4379

D(is) M(anibus) Ulp(ius) Variu(s) Ore() vet(e)r(anus) ex stat(ore) al(a)e I Ulp(iae) Cont(ariorum) do(mo) Af(rica) vixs(it) ann(os) XLV et Ael(iae) Sabin(a)e fi(liae) vix(it) ann(os) X Ael(ia) Domitia con(iunx) et Ulp(ius) Sabinianus et Ulp(ius) [Cele]rinus et Sabi[nil]la fili(i) vivi cum [mat(re) pa]tri karis(simo) posuerunt

Sentpalpuszta Panonia Superior CIL III 11081 = AE 1899 3

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[D(is) M(anibus)] M(arcus) Aur(elius) [3]us vex(illarius) al(ae) p(rimae) C(ontariorum) Anto(ninianae) et Elv(iae) Bon(a)e c(oniugi) car(issimae) et f(iliae) Aur(eliae) Valerin(a)e et Ae(liae) Sabin(a)e et Elv(io) Verecundo an(norum) LXX Pulc(h)r(a)e() Suri an(norum) LX et Elv(io) Vitali an(norum) XVIII et Au(relio) Ma(n)suetiano an(norum) VII et Ae(lio) Florido M(arcus) Aur(elius) Valerianus sib(i) [et] su[i]s vivi f(ecit)

Roma CIL VI 1449 = AE 1967 16 = AE 196970 13

M(arco) Macrinio Avito M(arci) f(ilio) Claud(ia) Catonio Vindici co(n)s(uli) aug(uri) p(opuli) R(omani) Quiritium leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) prov(inciae) Moes(iae) inf(erioris) leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) Moes(iae) sup(erioris) cur(atori) civitat(is) Arimin(ensium) p[r]oc(uratori) prov(inciae) Dac(iae) Malv(ensis) praef(ecto) alae contar(iorum) praef(ecto) alae III Thrac(um) trib(uno) milit(um) leg(ionis) VI Victr(icis) praef(ecto) coh(ortis) VI Gall(orum) donat(o) donis mil(itaribus) in bello Germ(anico) ab Imp(eratore) M(arco) Aur(elio) Antonino Aug(usto) hast(is) pur(is) II et vexill(is) II cor(o)na mural(i) et vallar(i) Iunia Flaccinilla marito karissimo et Macrinia Rufina patri piissimo vixit annis XLII m(ensibus) V

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SELECCIOacuteN DE IMAacuteGENES

Fig 1 Relieve de la estela funeraria del eques Aduitor miembro del ala I Canninefatum (AE 1955

133) empuntildeando un contus sarmaticus por el lateral derecho de su montura DIXON SOUTHERN 1997 p 49

Fig 2

Grafito de Dura-Europos datado en torno a los ss II-III dC representando un catafracto parto romano o sasaacutenida JUNKELMANN 1992 p 197

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Fig 3 Las dos bardas de escamas metaacutelicas completas encontradas por Rostovzeff en las

excavaciones de Dura-Europos a lo largo de la campantildea de 1932-33 JUNKELMANN 1992 p 214

Fig 4 Relieves de Firuzabad (Iraacuten) representando a un clibanario persa sasaacutenida derribando a un

catafractarioclibanario parto s III dC Obseacutervese las bandas transversales que se ven en los brazos del jinete de la derecha que probablemente esteacuten representando un tipo de manica

WILCOX 2001 p 22

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Fig 5 Relieve de Firuzabad representando a unos catafractosclibanarios parto y sasaacutenida forcejeando

en combate cuerpo a cuerpo Ilustracioacuten de Wilcox 2001 p 23

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FIG 6 Catafractos partos del s I aC Obseacutervense las protecciones tipo manicae portadas por ambos

jinetes en los brazos El jinete de la derecha tambieacuten las lleva sobre las piernas A Mc Bride en WILCOX 2001

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Fig 7 Fragmentos de cotas de escamas y laacuteminas para armadura encontradas en enterramientos

saacutermatas de los ss I-III dC NEGIN 1998 p 70

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Fig 8 Estela de Athenios en Panticapea (Crimea Ucrania) donde se puede observar a un jinete (izqda) que parece montar un caballo protegido con una cota de escamas al igual que eacutel

NEGIN 1998 p 66

Fig 9 Reconstruccioacuten de un contario saacutermata (izqda) en accioacuten s II dC seguacuten G Embleton en

BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 10 Reconstruccioacuten el posible aspecto de un jinete pesado saacutermata y de la posible proteccioacuten de su

montura s II dC seguacuten G Embleton en BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 11 Reconstruccioacuten de un jinete pesado saacutermata equipado con una armadura compuesta ss I-II

dC seguacuten NEGIN 1998 p 73

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Fig 12 Casco romano tipo Russell Robinson tipo B basado en un ejemplar encontrado en Ely

(Cambridgeshire Reino Unido) ss I-II dC GOLDSWORTHY 1998 p 238

Fig 13

Casco romano tipo Rusell Robinson E basado en un hallazgo realizado en Hedderneim (Alemania) ss II-III GOLDSWORTHY 1998 p 238

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Fig 14

Reconstruccioacuten de un casco romano del tipo Niederbieber ss II-III dC seguacuten GILBERT 2010 p 136

Fig 15

Reconstruccioacuten de una variante del casco romano tipo Heddernheim con y sin maacutescara de proteccioacuten para el rostro ss II-III dC seguacuten ALEXANDRA GILBERT 2009 pp 24-26

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Fig 16 Fragmento de lorica squamata de escamas semi-riacutegidas s II dC

BISHOP COULSTON 1993 p 116

Fig 17 Silla de montar romana de cuatro cuernos seguacuten la reconstruccioacuten de P Connolly

DIXON SOUTHERN 1997 p 71

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Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

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Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

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Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

Recibido 17 mayo 2011 Aprobado 22 junio 2011

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fractos empleariacutean ademaacutes despliegues en cuntildea y columna para hacer su ataque auacuten maacutes penetrante contra una formacioacuten de infanteriacutea Al enfrentarse a un enemigo capaz ademaacutes de infiltrarse entre las filas de sus monturas y de agredir a sus caballos con el objetivo de descabalgarlos los catafractos llevariacutean sus animales protegidos con armaduras bastante extensas que ten-deriacutean a proteger no soacutelo la pechera cerviz y cabeza de los mismos sino tambieacuten sus flancos y buena parte de las patas Los clibanarios estariacutean equi-pados del mismo modo (ellos y sus monturas protegidos) si bien empleariacutean sus lanzas empuntildeaacutendolas a dos manos en diagonal tras la cerviz del caballo para atacar por el lateral izquierdo del mismo en direccioacuten a otro jinete en este caso los clibanarios estariacutean empleando taacutecticas contra caballeriacutea donde sus despliegues resultariacutean maacutes amplios y abiertos recibiendo incluso apoyo nutrido de otras fuerzas de caballeriacutea maacutes flexibles Al mismo tiempo la pro-teccioacuten de sus monturas no se extenderiacutea tanto hacia las patas mientras que hariacutea hincapieacute en la cerviz la cabeza y los flancos y sobre todo en la pro-teccioacuten del jinete mismo En este sentido catafractii y clibanarii no seriacutean dos formas indistintas de mencionar a un mismo tipo de soldado simple-mente se tratariacutea de soldados equipados de forma similar pero capaces de emplear taacutecticas de catafractii o de clibanarii seguacuten lo requirieran las cir-cunstancias24

Este planteamiento ha sido recogido recientemente por Meneacutendez Arguumliacuten quien tambieacuten aboga por una diferenciacioacuten eminentemente taacutectica entre ambas especialidades de caballeriacutea La propuesta de Arguumliacuten sin embar-go precisa de un modo diferente (pero no excluyente) las particularidades taacutecticas que separan a catafractii de clibanarii los primeros combatiriacutean en formaciones cerradas praacutecticamente en columna mientras que los segundos peleariacutean en formacioacuten aproximada a la de cuntildea apoyados por arqueros a ca-ballo Esta propuesta como ya hemos sentildealado no contradice los presupues-tos lanzados por Mielczarek sino que maacutes bien retoma y completa sus enfo-ques El principal intereacutes de la teoriacutea de Meneacutendez Arguumliacuten radica en que lle-ga a la conclusioacuten clara de que el mismo tipo de jinete podiacutea ser indistinta-mente un catafractus o un clibanarius y que ambas denominaciones no dis-tinguiacutean sino dos taacutecticas y usos concretos de lo que en esencia era el mismo tipo de especialidad militar25

En efecto anteriormente hemos visto que la terminologiacutea parece ha-blar de una semejanza bastante acentuada en el equipamiento ambos tipos de soldado portariacutean pesadas armaduras ellos y sus caballos Las diferencias sensibles entre ambos resultariacutean en realidad miacutenimas Sabemos que los le-

24 MIELCZAREK 1993 pp 43-50 25 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 p 320

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gionarios romanos podiacutean variar su equipamiento (al menos en eacutepoca alto-imperial) seguacuten las circunstancias o las taacutecticas empleadas iquestQueacute impediriacutea por tanto a un catafracto actuar como un clibanario y viceversa seguacuten las necesidades Recordemos por otra parte que auacuten no tenemos atestiguada la existencia de clibanarii (seguacuten nuestras fuentes) en el ejeacutercito romano antes del s IV dC Que soacutelo conozcamos la existencia de catafractos implica que estos se emplearon necesariamente tan soacutelo como arma anti-infanteriacutea En realidad un catafractario necesitaba poco maacutes que el entrenamiento adecuado (en base a los planteamientos de Mielczarek y Meneacutendez Arguumliacuten) para poder actuar como lo que posteriormente seriacutea su homoacutelogo clibanario Quizaacutes la tardiacutea aparicioacuten del clibanarius en el ejeacutercito romano deriva maacutes del uso in-distinto del catafractus contra infanteriacutea y caballeriacutea durante bastante tiempo el clibanarius seriacutea por tanto un desarrollo y una especializacioacuten posterior dentro de una misma rama del ejeacutercito ya de por siacute claramente definida La distincioacuten en base a las taacutecticas propuesta por Mielczarek y enfatizada por Meneacutendez Arguumliacuten resulta la maacutes flexible y la que aporta respuestas maacutes sa-tisfactorias a las preguntas que la caballeriacutea pesada acorazada del mundo an-tiguo (en general) nos plantea Seguacuten Mielczarek el catafracto emerge como una respuesta del arma de caballeriacutea oriental a la falange macedoacutenica26 El clibanario surge posteriormente (ya en el s III dC) de nuevo en contextos orientales y lo hace ya como un homoacutelogo del catafracto especialista en ba-tir a otra caballeriacutea recibiendo apoyo incluso de unidades de jinetes maacutes li-geros especialmente arqueros a caballo27

El desarrollo que podemos plantear a partir de esta teoriacutea resulta loacute-gico el clibanario surge como tal desde el momento en que el catafractario se ve obligado a enfrentarse a otra caballeriacutea o a otros catafractarios con de-masiada frecuencia Probablemente no sea ninguna casualidad que el cliba-nario haga su aparicioacuten a mediados del s III dC en un contexto en el que la principal superpotencia oriental el Iraacuten parto y sasaacutenida se enfrenta frecuen-temente a enemigos que empleaban sus mismas taacutecticas y unidades especia-lizadas (como los saacutermatas o los alanos) o que las han adoptado y empleado contra ellos a su vez igualmente como es el caso claro del Imperio romano y sus alae catafractae

26 MIELCZAREK 1993 pp 43 y 46-48 27 MIELCZAREK 1993 pp 48-50

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ANTECEDENTES Y MODELOS POTENCIALES DE LA CABALLERIacuteA PESADA RO-MANA PARTOS Y SAacuteRMATAS

En el Imperio parto La presencia de catafractos en el ejeacutercito parto estaacute atestiguada desde

el s I aC a partir de los encuentros de Tigranocerta (69 aC) y Carras (53 a C) Este tipo de caballeriacutea entre los partos estaba compuesta por las princi-pales eacutelites de su sociedad dado no soacutelo el coste del equipamiento y su man-tenimiento sino la necesidad de un constante entrenamiento para lograr una aceptable destreza en su uso individual y en el conjunto de una unidad mili-tar28 En este sentido los catafractos formaban un cuerpo minoritario dentro del ejeacutercito si bien constituiacutean probablemente una de las piezas dorsales de su ejeacutercito dadas las taacutecticas empleadas por su ejeacutercito a lo largo de la histo-ria de sus encuentros con Roma

El equipamiento del catafractario parto sin embargo probablemente no estaba estandarizado Al depender de la capacidad adquisitiva de cada in-dividuo las variaciones estariacutean a la orden del diacutea (entre unidades y entre los componentes de las mismas) y probablemente soacutelo unidades selectas como los guardias de corps de los soberanos estariacutean debidamente uniformadas en cuanto a equipo29 Para reconstruir el equipamiento de un catafracto parto disponemos de diversas fuentes principales especialmente los testimonios li-terarios romanos asiacute como diversos testimonios graacuteficos Entre las fuentes literarias destaca Plutarco quien en su biografiacutea de Luacuteculo menciona que la caballeriacutea pesada parta portaba pesadas armaduras ellos y sus monturas hasta el punto de obligar a los legionarios romanos a buscar puntos desprote-gidos y deacutebiles para atacarles30 En su descripcioacuten de la batalla de Carras el mismo Plutarco nos da algunos detalles maacutes sobre los catafractos partos mencionando que portaban cascos y corazas de hierro y que sus monturas iban protegidas con jaeces de bronce o acero31 Las representaciones graacuteficas de catafractos partos son variadas destacando entre ellas el relieve de Firu-zabad y los de Naqsh-i-Rustam donde se representa un violento enfrenta-miento entre catafractos partos y sasaacutenidas asiacute como el ya citado grafito de Dura-Europos donde la adscripcioacuten del jinete representado auacuten sigue en duda

28 MIELCZAREK 1993 p 56 29 WILCOX 2001 p 10 30 PLUTARCO Luacuteculo XXVIII 4 31 PLUTARCO Craso XXIV 1

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A partir de eacutestas y otras fuentes se ha podido reconstruir una imagen general del catafracto parto y su equipamiento para los ss I-III dC Respecto al equipamiento defensivo el jinete portariacutea un yelmo de bronce o hierro y protegeriacutea su torso con una coraza que podriacutea oscilar desde una simple cota de mallas de mayor o menor extensioacuten pasando por una cota de escamas (un tipo de proteccioacuten muy extendida en Oriente y las estepas euro-asiaacuteticas) o incluso una coraza de laacuteminas Las corazas de tipo griego o thoacuterax atesti-guadas en el equipo de la caballeriacutea pesada seleuacutecida y escita no parece ser sin embargo una pieza favorita en el equipo de los jinetes partos ni de otros pueblos esteparios como los saacutermatas Probablemente este factor sea debido a la enorme rigidez de este tipo de protecciones lo que negariacutea al jinete la coacutemoda movilidad necesaria tiacutepica de la tradicioacuten militar de estos pueblos al contrario que la cota de escamas32

Esta proteccioacuten baacutesica podiacutea completarse con otras para el cuello pro-bablemente en cota de malla o escamas y para brazos y piernas de los jinetes maacutes pesadamente armados Estas protecciones para las extremidades podiacutean estar realizadas en cota de mallas en la mayor parte de los casos asiacute como en laacuteminas de cuero o metal (bronce o hierro) posiblemente imbricadas en un modo muy semejante a la manica romana de los ss II-III dC Para proteger las manos propiamente dichas el jinete podriacutea proveerse ademaacutes de unos guanteletes que en la mayor parte de los casos seriacutean de cuero o cota de mallas pues otro tipo de proteccioacuten impediriacutea sin maacutes mover las manos con seguridad En ninguno de los testimonios disponibles acerca de la caballeriacutea pesada parta se menciona el uso de escudos y en concreto Casio Dioacuten hace un eacutenfasis particular en el hecho de que los partos no los utilizaban33 Por uacuteltimo un catafracto parto podiacutea completar su panoplia con una maacutescara que protegeriacutea el rostro la uacutenica parte de su cuerpo que llegados a este punto quedariacutea descubierto No debemos olvidar este factor pues seraacute objeto de debate al respecto de los catafractii romanos maacutes adelante Un catafracto parto podiacutea y soliacutea protegerse no soacutelo a siacute mismo sino tambieacuten a su montura

Las protecciones maacutes simples para los caballos eran meras gualdrapas de cuero curtido Las maacutes complejas y pesadas podiacutean constituir proteccio-nes completas que cubririacutean principalmente la cabeza la cerviz la pechera el lomo y los flancos estando constituidas por escamas de bronce o hierro principalmente Igualmente se podiacutea equipar al caballo con una armadura maacutes ligera o ldquomedia armadurardquo que protegeriacutea tan soacutelo la cabeza cerviz y pechera las partes maacutes vulnerables del animal en el momento del choque con una formacioacuten enemiga Respecto al equipamiento ofensivo el arma

32 MIELCZAREK 1993 pp 57-58 LEBEDYNSKY 2002 pp 168-169 33 CASIO DIOacuteN Historia Romana XXXX152

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estrella era la lanza larga de acometida o contus No estaacute claro que un cata-fracto parto portara un arma complementaria a parte del contus pero parece loacutegico que asiacute lo hiciera pudiendo tratarse en este caso de espadas (funda-mentalmente de hoja larga) hachas o incluso mazas (armas perfectas para reventar protecciones metaacutelicas ajenas)34

Seguacuten puede concluirse a partir del testimonio que Plutarco aporta de la batalla de Carras los catafractos partos actuaban en coordinacioacuten con los mucho maacutes numerosos arqueros a caballo de su ejeacutercito los arqueros trata-riacutean de debilitar la formacioacuten enemiga lanzando sucesivos ataques a distan-cia llegado el momento oportuno los catafractos cargariacutean en formacioacuten cerrada replegaacutendose y cesando su fuego los arqueros en ese preciso ins-tante (para evitar el riesgo del ldquofuego amigordquo) empuntildeando sus conti a dos manos sobre el flanco derecho del caballo y en paralelo al costado de eacuteste para arroyar a la formacioacuten enemiga principalmente infanteriacutea pesada Si se-guimos las tesis de M Mielczarek estos mismos catafractos estariacutean prepa-rados para actuar como clibanarios tal y como vemos en los relieves de Naqsh-i-Rustam embistiendo contra otra caballeriacutea empleando sus conti cru-zados tras la cerviz de su montura hacia el lateral izquierdo del caballo y re-cibiendo un apoyo constante de la caballeriacutea ligera en esta accioacuten La prin-cipal debilidad de este tipo de caballeriacutea radicariacutea en la falta de apoyo de otras armas (como los citados arqueros a caballo) y sobre todo que su for-macioacuten fuera dispersada dado que un catafracto aislado constituiacutea un blanco faacutecil a descabalgar y una vez en el suelo su escasa movilidad los convertiacutea en viacutectimas de las iras de la infanteriacutea enemiga35

Entre los saacutermatas Los saacutermatas al igual que los escitas son uno de los grandes grupos

de pueblos noacutemadas indoeuropeos de lengua irania que durante la Antiguumle-dad poblaron las estepas que se extienden desde las orillas del Bajo Danubio y las faldas de los Caacuterpatos a traveacutes de Ucrania y Rusia meridional hasta el Caacuteucaso y los montes Urales Hacia el s I dC dos ldquotribusrdquo saacutermatas arriba-ron junto al limes danubiano del Imperio romano o a sus proximidades los saacutermatas yaacutezigos y roxolanos

Hasta ese momento preciso las taacutecticas y el armamento saacutermata estu-vieron caracterizados por seguir la norma tiacutepica de los ejeacutercitos de jinetes de

34 EADIE 1967 p 164 MIELCZAREK 1993 pp 57-63 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-91 GOLDSWORTHY 1998 pp 66-67 WILCOX 2001 pp 9-10

35 PLUTARCO Craso XIX-XXV Luacuteculo XXXVIII EADIE 1967 p 164 MIELCZAREK 1993 p 50 GOLDSWORTHY 1998 pp 66-67 WILCOX 2001 p 9

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la estepa seguacuten nos describe Estraboacuten se trataba fundamentalmente de fuerzas de arqueros a caballo y caballeriacutea ligera soacutelo espontaacuteneamente apo-yada por jinetes que podriacutea decirse conformaban alguacuten tipo de caballeriacutea ldquopesadardquo36 Sin embargo a mediados del s I dC la imagen que nos trans-mite Taacutecito en sus Annales e Historias resulta ya bien distinta en primer lu-gar relata un encuentro entre saacutermatas y partos donde los primeros rehuacutesan entablar un intercambio de proyectiles a caballo con los segundos optando por lanzarse a la carga contra los partos empuntildeando conti y espadas de hoja larga imponieacutendose de este modo a sus adversarios37 en segundo lugar des-cribe la presencia entre los ejeacutercitos saacutermatas de caballeriacutea de choque una eacutelite que considera conformada por los aristoacutecratas equipados con armadu-ras tan pesadas que en caso de ser derribados no podriacutean levantarse38 Si atendemos a fuentes iconograacuteficas tales como el vaso de Kossika (Rusia) o los frescos de la tumba descubierta en Panticapea (actual Kertch en Ucrania) datada no maacutes tarde del s II dC las imaacutegenes que estas nos transmiten son claramente la de jinetes bien protegidos y armados con un contus que empuntildean a dos manos es decir contarios a todos los efectos Pero iquestpodriacutean ser tambieacuten catafractos En ninguacuten momento nuestras fuentes escritas pro-nuncian este teacutermino al referirse a la caballeriacutea pesada saacutermata que nos des-criben

En cualquier caso hacia el s I dC los saacutermatas habiacutean desarrollado una caballeriacutea de choque maacutes o menos pesada eficiente y realmente peligro-sa para cualquier unidad de infanteriacutea o de caballeriacutea ligera Estos jinetes iriacutean equipados como miacutenimo con el ya caracteriacutestico contus sarmaticus asiacute como con una espada de hoja larga y estrecha (como la encontrada en la tumba 3 del kurgaacuten 80 en Novyiuml a orillas del riacuteo Don en Rusia) Tal y como describe Taacutecito el contario o κοντοφόρος podriacutea ir tambieacuten protegido con una coraza de escamas de cuero o de hierro el tipo de proteccioacuten maacutes corriente encontrado arqueoloacutegicamente asiacute como entre las fuentes icono-graacuteficas que representan a saacutermatas o su armamento (en el caso de la Colum-na Trajana en sus escenas 28 y 34 muestra una serie de jinetes totalmente cubiertos por armaduras de escamas ellos y sus monturas si bien eacutestas estaacuten representadas perfectamente adaptadas al cuerpo de jinetes y caballos de un modo bastante irreal En su podio no obstante la columna representa tam-bieacuten armaduras de escamas esta vez realistas) En el mismo vaso de Kossika el jinete que permanece montado sobre su caballo derribando contus en ma-no a un arquero viste una cota de escamas que se deja entrever bajo un

36 ESTRABOacuteN Geografiacutea VII 3 17 37 TAacuteCITO Annales VI 35 38 TAacuteCITO Historias I 79 2-4

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caftaacuten Otros tipos de proteccioacuten menos frecuentes fueron probablemente tambieacuten las cotas de placas o laacuteminas que se tornariacutean maacutes comunes en las estepas desde la Tardoantiguumledad y la Alta Edad Media Por otra parte hallazgos arqueoloacutegicos como los realizados en Vozdvizhenskaya Stanitsa han llevado a plantear diversas hipoacutetesis de reconstruccioacuten de posibles arma-duras compuestas saacutermatas es decir creadas con distintos tipos de pro-tecciones principalmente escamas y malla combinadas Un yelmo coacutenico compuesto y dotado de carrilleras completariacutea la proteccioacuten del jinete pu-dieacutendose observar varios tanto en las escenas como en el podio de la Colum-na Trajana Como ya hemos sentildealado anteriormente la particular naturaleza del estilo de combate del contario le impediriacutea portar un escudo o hacer un uso realmente uacutetil de eacutel Taacutecito especifica que los saacutermatas que penetraron en Mesia en 69 dC no haciacutean uso de escudos39 y tampoco los vemos represen-tados en ninguna de nuestras fuentes iconograacuteficas donde aparecen contarios saacutermatas40

La posible proteccioacuten portada por los caballos de estos jinetes por otra parte ha sido y es el principal punto de debate Mielczarek considera que la mayor parte de las monturas no se encontrariacutean protegidas de ninguna forma especial a excepcioacuten de aquellas que formariacutean parte de la vanguardia y liacutenea de choque de la formacioacuten y que en cualquier caso se tratariacutea de una proteccioacuten disentildeada principalmente para proteger al caballo ante un combate contra otros jinetes maacutes que contra formaciones de infanteriacutea (al contrario que los partos maacutes preocupados de batir a la infanteriacutea romana mientras que los saacutermatas se enfrentariacutean maacutes frecuentemente a otros pueblos de jinetes o entre siacute mismos seguacuten el autor)41 A E Negin por su parte no niega la po-sibilidad de que las monturas de los jinetes saacutermatas maacutes pesadamente equi-pados fueran protegidas pero en cualquier caso considera que dicha pro-teccioacuten variariacutea en extensioacuten enormemente de un jinete a otro y estariacutea prin-cipalmente restringida a los mandos42 I Lebedynsky especialista en cultu-ras esteparias de la Antiguumledad considera posible que parte de las monturas de la caballeriacutea saacutermata portaran alguacuten tipo de proteccioacuten para lo que argu-menta que las representaciones de jinetes y monturas acorazados de la Co-lumna Trajana aunque ejecutadas en un modo bastante fantasioso no deja de ser sino la traduccioacuten artiacutestica de una realidad militar Igualmente cita la estela funeraria de Athenios en Panticapea donde aparece un jinete empu-

39 TAacuteCITO Historias I 79 4 40 EADIE 1967 p 165 MIELCZAREK 1993 pp 99-100 NEGIN 1998 pp 67-74

LEBEDYNSKY 2002 pp 164-171 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002 pp 23-34 41 MIELCZAREK 1993 pp 101-102 42 NEGIN 1998 p 74

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ntildeando una lanza y montado sobre un caballo que parece mostrar sobre su lo-mo las trazas de una proteccioacuten de escamas o laacuteminas43 R Brzezinski junto a Mielczarek por su parte llegan a conclusiones similares44 Particularmente consideramos que probablemente el uso de protecciones amplias para los ca-ballos no fuera tan sistemaacutetico como podiacutea observarse entre los catafracta-rios partos sino maacutes restringidas en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete y su papel taacutectico concreto en el campo de batalla En este sentido la no utilizacioacuten del teacutermino catafractus katavfrakto por parte de las fuen-tes latinas o griegas en referencia a la caballeriacutea pesada de choque saacutermata podriacutea responder a esta circunstancia en comparacioacuten con la caballeriacutea pesa-da parta

CONTARII Y CATAFRACTII EN EL EJEacuteRCITO ROMANO EQUIPAMIENTO ORGANI-ZACIOacuteN TAacuteCTICAS Y ORIacuteGENES

A continuacioacuten abordaremos en detalle el equipamiento militar la or-

ganizacioacuten de las unidades y las taacutecticas empleadas por estas unidades espe-cializadas y peculiares atestiguadas por primera vez en el ejeacutercito romano en eacutepoca Flavia y sobre todo de Trajano y Adriano en base a las fuentes dis-ponibles Una vez definidos estos puntos trataremos de considerar cuaacutel fue la corriente de influencia y los motivos que llevaron a la creacioacuten de unida-des de caballeriacutea de esta naturaleza en mitad de una tradicioacuten militar estre-chamente vinculada a la infanteriacutea pesada

Respecto del equipamiento de los contarii y catafractii del ejeacutercito romano (asiacute como de los ejeacutercitos saacutermata y parto) sucede como con cual-quier otra unidad militar de reciente creacioacuten o naturaleza extrantildea en cual-quier periodo histoacuterico son sus elementos maacutes innovadores o peculiares los que llaman la atencioacuten del observador (sea eacuteste directo o indirecto) que-dando los elementos comunes o sobradamente conocidos en un segundo pla-no o simplemente obviados45 La organizacioacuten de estas unidades por otra

43 LEBEDYNSKY 2002 pp 171-172 44 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002 p 37 45 MIELCZAREK 2002 pp 90-93 este autor dispone como ejemplo comparativo la ima-

gen que los huacutesares alados polacos unidad militar de caballeriacutea pesada (por contra a su deno-minacioacuten de huacutesares) empleada por la Confederacioacuten polaco-lituana durante los ss XVI-XVIII causaba entre sus contemporaacuteneos extranjeros los cuales destacaban antes los ele-mentos ldquoexoacuteticosrdquo y llamativos de esta unidad (las alas a la espalda los pendones de las lar-gas lanzas o las pieles vestidas sobre las armaduras y uniformes por sus aristocraacuteticos miem-bros) que los elementos realmente cruciales como las lanzas de choque las poderosas pro-tecciones metaacutelicas y su empleo taacutectico en la batalla con devastadores resultados Otro tanto

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parte dada su denominacioacuten de alae responde claramente a los modelos altoimperiales de organizacioacuten de la caballeriacutea sin que pueda detectarse en principio ninguna particularidad extraordinaria causada por la naturaleza es-pecial (o simplemente novedosa) de estas unidades Las taacutecticas son el punto decisivo en base a que suponen la puesta en praacutectica y uso del equipamiento y la organizacioacuten previa de la unidad y lo que determinaraacute en mayor medida el eacutexito de su empleo en la batalla objetivo fundamental de cualquier unidad militar por simple que eacutesta sea Finalmente nuestro intereacutes en determinar los oriacutegenes e influencias de este tipo de unidades del ejeacutercito romano deviene de una razoacuten sencilla el ejeacutercito romano estuvo en contacto durante qui-nientos antildeos con tradiciones militares que emplearon la caballeriacutea de forma masiva y especializada o que hicieron simplemente un uso maacutes o menos sis-temaacutetico de la caballeriacutea pesada de choque o catafracta sin que ello motivara la creacioacuten de unidades semejantes dentro de las armas romanas iquestPor queacute razoacuten entonces eacutestas surgen repentinamente hacia finales del s I dC y muy especialmente bajo los reinados de Trajano y Adriano sin abandonar ya la tradicioacuten militar romana hasta convertirse en una de las espinas dorsales de los ejeacutercitos del Bajo Imperio y sobre todo del posterior Imperio Bizantino

El lector habraacute notado que en el tiacutetulo de este apartado no hemos he-cho mencioacuten los clibanarii Dada la inexistencia de este teacutermino en las fuen-tes que tratan esta clase de unidades en el periodo que abordamos (hasta el punto que no hace su aparicioacuten hasta el s IV dC)46 consideramos innece-saria cualquier disquisicioacuten ulterior en base a una especialidad militar que no habiacutea emergido como tal para el periodo que estudiamos No obstante no debemos olvidar que en base a las hipoacutetesis barajadas y a la propuesta que aquiacute hemos presentado apoyaacutendonos en ellas las diferencias entre catafractii y clibanarii devienen maacutes de un empleo taacutectico antes que de diferencias sen-sibles en equipamiento u organizacioacuten en este sentido por tanto el papel taacutectico del clibanarius podriacutea haber sido desempentildeado por el catafractus en el periodo que nos ocupa

Las alae I Canninefatum y I Vlpia Contariorum milliaria El elemento maacutes caracteriacutestico de un contarius es el arma que le da

nombre el contus sarmaticus Nuestras fuentes no nos aportan mayores de-talles acerca del equipamiento militar de esta clase de unidades La estela de parece suceder con las fuentes claacutesicas que abordan a contarios catafractos y clibanarios de cualquier ldquonacionalidadrdquo soacutelo se resentildean los elementos llamativos o extrantildeos de su equipo

46 MIELCZAREK 1993 p 76

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Aduitor jinete del ala I Canninefatum ya mencionada maacutes arriba nos aporta la imagen de un jinete equipado tan soacutelo con un contus sin llevar maacutes pro-teccioacuten que sus ropas militares Sin embargo no es la primera vez que un militar romano se hace representar en su estela funeraria portando simple-mente sus armas maacutes caracteriacutesticas vistiendo tan soacutelo lo que podriacuteamos de-nominar como su ldquouniformerdquo Asiacute pues iquestno podriacutea estar actuando Aduitor en el mismo sentido

El contus sarmaticus es un arma de choque destinada a ser empuntildeada a dos manos por un jinete que emplearaacute la fuerza de sus brazos y de la em-bestida de su caballo conjuntamente para arremeter contra un objetivo pe-destre o ecuestre con la finalidad de abatirlo o derribarlo La superior longitud del contus por otra parte confiere al jinete una importante ventaja desde el momento en que a la carga posee la oportunidad de golpear prime-ro al enemigo con toda la brutal fuerza que un jinete a la carga puede desple-gar en ese preciso instante Sin embargo una vez ha sucedido el choque y se acortan las distancias entre el contarius y sus enemigos el jinete se encuen-tra en una situacioacuten de creciente vulnerabilidad si no recibe apoyo de liacuteneas sucesivas de otros jinetes o queda maacutes o menos aislado puede ser flanquea-do y faacutecilmente atacado por la infanteriacutea u otros jinetes47 La principal fuerza de una unidad de contarios radica por tanto en su capacidad para actuar en grupo y en perfecta coordinacioacuten asiacute como en saber explotar la ventaja fiacutesica y psicoloacutegica del primer impacto para barrer y desfondar a la formacioacuten ene-miga del tipo que sea Sin embargo esto no siempre puede suceder (ni se dan las condiciones apropiadas para conseguirlo en el campo de batalla) Ante semejante eventualidad inherente a una unidad de contarii sus componentes debiacutean de estar seguramente preparados La proteccioacuten corporal y un o unas armas secundarias formaban probablemente parte del equipo de Aduitor y de otros jinetes como eacutel

En cuanto al equipamiento ofensivo el arma maacutes comuacuten al lado de una lanza de acometida es una espada especialmente una de hoja larga la maacutes adecuada para su uso desde la silla de montar Este tipo de armas estaacute arqueoloacutegicamente atestiguada entre otros especialistas en el uso del contus los saacutermatas En la panoplia romana del s II dC las espadas largas no eran desconocidas en absoluto la caballeriacutea empleaba masivamente la spatha una espada de hoja recta que podiacutea oscilar entre los 65 y los 90 cm de lon-gitud y entre los 4 y 8 cm de anchura que en el s II dC era portada ya so-bre el costado izquierdo48 Otro tipo de espadas empleadas por la caballeriacutea romana en eacutepoca Antonina y Severa fueron las espadas de pomo en forma de

47 GOLDSWORTHY 1998 p 241 48 DIXON SOUTHERN 1997 pp 48-49 FIELDS 2006 p 16

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anillo cuyo origen se encuentra entre las espadas del mismo tipo saacutermatas y del Reino del Boacutesforo49 Una daga el pugio romano aunque pueda parecer un arma mucho maacutes uacutetil para un soldado de infanteriacutea que para un jinete es especialmente adecuada para los combates maacutes encarnizadamente cercanos tales como los brutales forcejeos hombre a hombre que tras un encontronazo de caballeriacutea podiacutean darse Igualmente un jinete descabalgado encontrariacutea mucho maacutes adecuado un pugio a la hora de enfrentarse a la infanteriacutea ene-miga que su larga espada maacutes conveniente para el combate desde la silla de montar50 Si tenemos en cuenta que en determinadas circunstancias un conta-rius era particularmente vulnerable a los ataques (y a ser consecuentemente derribado) un pugio seriacutea un buen complemento a su panoplia

Respecto al equipo defensivo debemos descartar desde un principio (auacuten a riesgo de resultar redundantes) el uso de escudos dada la imposibi-lidad de emplearlos adecuadamente empuntildeando al mismo tiempo un contus cuyo uso ademaacutes se veriacutea gravemente estorbado En este sentido la pro-teccioacuten corporal se convertiriacutea en un imperativo maacutexime teniendo en cuenta las debilidades inherentes a un contarius en combate ya mencionadas Di-versos tipos de casco o galea estaban a la disposicioacuten del jinete romano Los cascos de caballeriacutea evolucionaron de un modo diferente a los de la infan-teriacutea desde eacutepoca de Augusto al fin y al cabo las necesidades de proteccioacuten y movilidad de un jinete y un infante eran distintas Hacia finales del s I dC los modelos preexistentes como el casco tipo Weiler empezaron a ser refor-zados en su parte frontal (un lugar propenso a recibir contundentes sablazos durante el choque entre dos formaciones de caballeriacutea) desembocando en nuevos modelos durante el s II dC tales como el Russell Robinson tipo B uno de cuyos principales ejemplos fue encontrado en Ely Cambridgeshire Entre sus principales caracteriacutesticas estaacute la ampliacioacuten de las carrilleras que envuelven buena parte de la cara asiacute como los oiacutedos dejando soacutelo al descu-bierto nariz ojos y boca Su refuerzo frontal es pronunciado y el cubrenuca se ampliacutea ligeramente Sin embargo los cubrenucas de los cascos de ca-balleriacutea nunca alcanzaraacuten extensiones superiores en caso de ser derribado un jinete con un casco de cubrenuca muy extenso (como en los cascos de in-fanteriacutea del s II dC) podiacutea partirse el cuello faacutecilmente En este sentido avanzado el s II dC los cubrenucas se atrofian de nuevo mientras que las carrilleras se ampliacutean auacuten maacutes asiacute como los refuerzos del yelmo En este sentido los mejores ejemplos son el casco de Kalkar-Houmlnnepel (s II dC) y especialmente el tipo Friedberg el Heddernheim y el Russell Robinson tipo

49 BISHOP COULSTON1993 pp111-112 LEBEDYNSKY 2002 pp 101-103 p 167 y p 240 DIXON STEPHENSON 2003 pp 75-78

50 DIXON STEPHENSON 2003 pp 90-92

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E datados ya a comienzos del s III dC Estos cascos se caracterizan por en-volver casi completamente la cara salvo una breve ldquotrdquo que deja al descu-bierto ojos nariz y parte de la boca Las carrilleras cubren toda la cara y los oiacutedos asiacute como buena parte del cuello en unioacuten al cubrenuca Una extensa visera se extiende desde el frontal reforzado del casco sirviendo para desviar auacuten mejor los golpes frontales El yelmo presenta refuerzos transversales que se cruzan en su parte superior y se extienden hasta los liacutemites del cubrenuca En su conjunto estos disentildeos de cascos proporcionan una buena proteccioacuten contra golpes realizados desde cualquier direccioacuten especialmente frontales laterales y sobre la parte superior de la cabeza dejando vulnerable soacutelo la parte estrictamente necesaria del rostro51 No trataremos aquiacute todaviacutea los cas-cos destinados en principio a la Hippikaacute Gymnasia pues su particular natu-raleza y en especial la utilidad protectora del rostro de sus maacutescaras seraacute ob-jeto de debate en torno al equipamiento de los catafractii

La proteccioacuten corporal resultariacutea igualmente esencial para un conta-rius sobre todo porque en posicioacuten de carga y sin escudo resultariacutea muy vul-nerable a cualquier contraataque que pudiera atravesar la formacioacuten de ca-balleriacutea erizada de lanzas En general las protecciones no deberiacutean resultar muy diferentes a las de cualquier otro equite medianamente pesado de la ca-balleriacutea romana La proteccioacuten maacutes sencilla y frecuente seriacutea la lorica hama-ta o cota de mallas de mangas cortas hombros reforzados con una doble ca-pa de mallas y faldelliacuten extenso hasta medio muslo A finales del s II dC la caballeriacutea empezariacutea a llevar loricae hamatae de mayor longitud llegando a rebasar codos y rodillas En cuanto a las loricae squamatae durante los ss I-II dC soliacutean ser de unas dimensiones semejantes a las hamatae de man-gas y faldelliacuten cortos (cuando no sin mangas) con dos placas pectorales de metal como complemento y una franja de pteryges sobre los muslos Con la entrada del s III dC la lorica squamata cambia y tiende a hacerse maacutes lar-ga En el s II dC se incorpora una innovacioacuten las escamas semi-riacutegidas maacutes amplias y cosidas unas junto a otras sobre una pieza de cuero de tal for-ma que conformaban una proteccioacuten riacutegida y maacutes soacutelida como el ejemplo de Waffenmagazin en Carnunto datado probablemente de eacutepoca pre-Antonina o Antonina temprana Las armaduras de laacuteminas elaboradas a partir de esca-mas de metal rectangulares y alargadas son raras en el mundo romano du-rante esta fase aunque existe alguacuten ejemplo aislado como el hallazgo de un fragmento datado en el s III dC en Čatalka52 Otros elementos podiacutean com-

51 BISHOP COULSTON 1993 pp 93-96 y 117-119 FREUGEgraveRE 1994 pp 104-121 DIXON

SOUTHERN 1997 pp 35-36 DIXON STEPHENSON 2003 pp 17-20 FIELDS 2006 pp 12-13 52 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-92 y 116-117 DIXON SOUTHERN 1997 pp 36-43

DIXON STEPHENSON 2003 pp 43-48 FIELDS 2006 pp 13-14

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pletar la proteccioacuten del contarius como la de cualquier otro equite especial-mente grebas de diverso tipo especialmente uacutetiles para proteger las vulnera-bles piernas del jinete53

Completariacutea el equipamiento de un contarius su montura asiacute como la silla y los arreos necesarios para controlarla y poder actuar en conjuncioacuten con ella En particular la silla compondriacutea un elemento clave del equipo de una caballeriacutea especializada en taacutecticas de choque ante la carencia de estri-bos sin una silla de montar adecuada un contarius podriacutea salir simplemente disparado por la grupa de su caballo a causa de la fuerza del impacto En este sentido las tentativas de reconstruccioacuten de las sillas de montar realizadas por Junkelmann y P Connolly han resultado de extremada utilidad para conocer hasta queacute punto la silla de montar romana conocida como ldquosilla de cuatro cuernosrdquo podiacutea suplir la carencia del estribo y permitir a un jinete realizar toda clase de maniobras a lomos de su caballo sin correr excesivo riesgo de caer desmontado Especialmente satisfactorios han sido en este sentido las experiencias realizadas por Connolly con su propuesta de silla de estructura riacutegida interna de madera respaldados sus resultados por otros autores como K Dixon o P Southern Aunque no es materia esencial de nuestro estudio el debate en torno a la particular naturaleza de las sillas de montar romanas sentildealaremos que estos autores (a cuya opinioacuten nos adscribimos) consideran que una silla de montar de entramado riacutegido interno responderiacutea mucho me-jor a las necesidades de un jinete carente de estribos que una sin dicho entra-mado Desde nuestro particular punto de vista consideramos que las necesi-dades de un jinete especializado en taacutecticas de choque acentuariacutean enorme-mente la necesidad de una silla con un buen entramado riacutegido capaz de absorber la fuerza del impacto y mantener al jinete soacutelidamente afincado so-bre el lomo de su montura sin riesgo de caer Igualmente la solidez del en-tramado y su capacidad para transferir el peso del jinete de la columna verte-bral del animal hacia sus flancos (con el consecuente beneficio para la salud del caballo) permitiriacutea transmitir la fuerza de la embestida de la montura ha-cia el propio jinete y su arma (en este caso el contus) concentrando la fuerza del impacto en el afilado extremo de eacutesta y maximizando de este modo la eficiencia de la carga54 Posiblemente las unidades de caballeriacutea maacutes pesadas (como los catafractii) emplearon sillas de montar cuyo entramado estariacutea maacutes desarrollado y hasta reforzado con elementos metaacutelicos55

53 DIXON STEPHENSON 2003 p 61 54 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 BISHOP COULSTON 1993 pp 105-108

MIELCZAREK 1993 pp 81-82 DIXON SOUTHERN 1997 pp 70-74 DIXON STEPHENSON 2003 pp 107-110 FIELDS 2006 pp 17-18

55 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 pp 44-45

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La posible proteccioacuten portada por la montura de un contarius proba-blemente no diferiacutea de la portada por las monturas de las unidades de ca-balleriacutea media del ejeacutercito romano especialmente si tenemos en cuenta que como tendremos oportunidad de analizar no estaacute ni tan siquiera claro que los caballos de los catafractii romanos portaran protecciones fuera de lo comuacuten respecto de otras unidades de caballeriacutea Por tanto el elemento de proteccioacuten maacutes pesado portado por el caballo de un contarius seriacutea un chamfron una proteccioacuten para la cabeza y ojos del animal que podiacutea ser tanto de cuero co-mo metaacutelica Se han encontrado diversos ejemplares de este tipo de protec-ciones los maacutes exuberantemente decorados considerados (en principio) como restringidos a su uso durante la Hippikaacute Gymnasia56 El principal papel de estas protecciones parece enfatizar la proteccioacuten de los ojos del caballo en tanto en cuanto se conocen ejemplos de chamfrons romanos que tan soacutelo protegen esta vulnerable parte de la cabeza del animal como los hallados en Mainz Alemania57

El armamento caracteriacutestico del contarius especialmente el contus se asemeja enormemente al equipamiento del jinete pesado saacutermata el cual en la mayor parte de los casos no era sino un jinete maacutes o menos bien protegido (en algunos casos pesadamente protegido) a lomos de un caballo que en la mayor parte de los casos no llevariacutea una proteccioacuten destacada La principal fuerza del jinete saacutermata radicariacutea en el uso del llamado contus sarmaticus Que los primeros testimonios de la existencia de contarii entre las filas de la caballeriacutea romana no date antes del 60 dC resulta igualmente significativo el encuentro del ejeacutercito romano con la caballeriacutea pesada de los saacutermatas roxolanos o yaacutecigos se produce precisamente en esas fechas No existen evi-dencias de un ldquoteacutermino mediordquo similar al contarius romano entre el arquero a caballo y el catafractoclibanario parto o sasaacutenida Los contrastes entre el jinete pesado saacutermata y el parto son evidentes no soacutelo en equipo militar sino en taacutecticas todo lo contrario sucede entre el jinete pesado saacutermata y el contarius romano en particular Resulta loacutegico por tanto pensar que el mo-delo en taacutecticas y equipamiento del contarius romano se encuentra entre los contarios de la caballeriacutea pesada saacutermata58

56 BISHOP COULSTON 1993 pp 105-108 DIXON SOUTHERN 1997 p 67 DIXON

STEPHENSON 2003 pp 111-112 FIELDS 2006 57 DIXON STEPHENSON 2003 p 112 58 EADIE 1967 pp 165-167 MIELCZAREK 1993 pp 99-102 NEGIN 1998 LEBEDYNSKY

2002 p 236

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El ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta A diferencia de lo que sucede con los contarii no disponemos de des-

cripciones pormenorizadas o representaciones graacuteficas expliacutecitas de cata-fractii del ejeacutercito romano59 Tan soacutelo el grafito de un catafracto hallado en Dura-Europos aporta alguacuten tipo de informacioacuten expliacutecita para reconstruir la posible imagen de lo que seriacutea un catafractus del ejeacutercito romano pese al hecho de que la ldquonacionalidadrdquo del catafracto representado en el grafito no estaacute nada clara

Como ya hemos sentildealado en apartados anteriores el propio nombre de catafractuscatafractii (asiacute como el posterior de clibanariusclibanarii) pone el acento en la defensa corporal metaacutelica de este tipo de soldados romanos o no romanos Sin embargo el equipamiento defensivo carece de sentido algu-no si no protege una funcioacuten ofensiva concreta En un contarius el eacutenfasis se situacutea en su capacidad ofensiva representada fundamentalmente por el contus sarmaticus como devastadora arma de choque en manos de una fuerza dise-ntildeada esencialmente para el ataque la caballeriacutea En un catafractus romano o parto y en sus homoacutelogos saacutermatas maacutes pesadamente equipados el elemen-to clave no es el poderoso equipo defensivo del jinete (y seguacuten queacute casos de su caballo) en solitario sino la conjuncioacuten de eacuteste con el poder devastador de su equipo ofensivo El catafractus representa asiacute la fuerza ofensiva del con-tarius puesta bajo una proteccioacuten concienzuda que la mantenga a salvo de la mayor parte de los contraataques

En este sentido el equipamiento ofensivo de un catafractus romano no se diferenciariacutea en nada sustancial del portado por un contarius Aparte de la fundamental y eficiente contus el catafractus no dejariacutea de portar un arma secundaria siendo de nuevo la maacutes eficiente la espada de hoja larga que en la tradicioacuten romana altoimperial se materializaba en la spatha en to-das sus variantes asiacute como en espadas de hoja larga de tradicioacuten saacutermata que ya presentamos anteriormente En cuanto a otras armas acaso el pugio pu-diera ser un complemento menos uacutetil para un jinete pesadamente protegido (y con una movilidad maacutes restringida en consecuencia) que para un conta-rius o un equite maacutes vulnerable pero con mayor libertad de movimientos Al fin y al cabo la funcioacuten de ataque baacutesica del catafractus no era sino la mis-ma que la del contarius aprovechar la ventaja de un arma de acometida como el contus para derribar a enemigos a pie o montados antes de poder re-cibir cualquier clase de contraataque cuerpo a cuerpo por parte de ellos Era precisamente su capacidad para mantenerse a salvo de buena parte de los

59 MIELCZAREK 1993 p 79

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contraataques (cercanos o de proyectil) lanzados contra ellos lo que conver-tiacutea a los catafractii en un arma auacuten maacutes devastadora y pesada que los conta-rii la fuerza devastadora de su ataque teniacutea muchas menos posibilidades de verse desbaratada durante la accioacuten si todo iba razonablemente bien60

Y es este elemento clave del catafractus romano la proteccioacuten corpo-ral uno de los puntos que mayores debates ha generado empezando por el yelmo propiamente dicho Un catafractus romano del s II y comienzos del s III dC empleariacutea una gama de cascos ligeramente distinta a los de un con-tarius por dos razones la primera de todas cronoloacutegica en base al hecho de que su aparicioacuten (en base a todas nuestras fuentes) no parece tener lugar has-ta la primera deacutecada del s II dC por lo que los disentildeos de cascos maacutes tiacutepi-cos del s I dC (como el tipo Weiler) no llegariacutean a ser usados por los cata-fractii romanos la segunda es puramente funcional en tanto en cuanto se es-perariacutea de un catafractus que fuera lo maacutes protegido posible Soacutelo los dise-ntildeos maacutes soacutelidos de yelmos romanos y de proteccioacuten maacutes completa entrariacutean a formar parte del equipo corriente de esta caballeriacutea pesada En este sentido resulta particularmente representativo el casco tipo Heddernheim o Russell Robinson tipo E el tipo Friedberg asiacute como los cronoloacutegicamente anteriores Kalkar-Houmlnnepel y Bodengraven Todos ellos ofreciacutean una excelente protec-cioacuten a todo el craacuteneo y el cuello Sin embargo todos ellos no podiacutean evitar dejar al descubierto ojos nariz y buena parte de la boca Teniendo en cuenta que el resto del cuerpo del jinete estariacutea tambieacuten razonablemente bien prote-gido la mejor forma de neutralizar a un catafractus en estas circunstancias era atacarle al rostro directamente Sean cuales sean las circunstancias (y lo que Hollywood nos haya intentado hacer creer) el instinto baacutesico de preser-vacioacuten de un ser humano le hace cerrar los ojos encoger o apartar brusca-mente la cabeza y (de ser necesario) protegerse con las manos y los brazos si intuye o siente una agresioacuten dirigida a la cara Se trata de un acto reflejo baacute-sico e instintivo que no se puede evitar La peacuterdida temporal del control so-bre la realidad visual y sobre las acciones del combate que esto produciriacutea podriacutea provocar (al menos durante ese corto espacio de tiempo) que el ldquoin-vulnerablerdquo catafractus dejara de ser una amenaza fallara el objetivo de su ataque dejara de prestar atencioacuten (en pos de su propia proteccioacuten) yo se convirtiera en un objetivo vulnerable durante ese tiempo En resumidas cuentas la proteccioacuten para la cara resultariacutea una pieza muy uacutetil para un sol-dado cuya fuerza residiera en una pesada proteccioacuten y una gran contundencia de ataque En este sentido se sabe que los catafractos y clibanarios partos y

60 MIELCZAREK 1993 p 81 BISHOP COULSTON 1993 pp 109-111 DIXON SOUTHERN 1997 p 76 GOLDSWORTHY 1998 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-321

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sasaacutenidas emplearon maacutescaras o ventails combinadas con sus cascos para completar su proteccioacuten dejando tan soacutelo los resquicios necesarios para res-pirar y ver (literalmente dos orificios del tamantildeos de los ojos asiacute como una apertura y perforaciones para permitir la ventilacioacuten a la altura de la boca y la nariz) sin que ello pareciera representar un inconveniente a la percepcioacuten del entorno en combate61 En la panoplia romana altoimperial los cascos con maacutescaras metaacutelicas (y las maacutescaras en siacute mismas) no son precisamente des-conocidos son aquellos inicialmente atribuidos a un uso en paradas y ejer-cicios militares especialmente la Hippikaacute Gymnasia Entre los ejemplos maacutes destacables podemos sentildealar el tipo Newstead (s I dC) asiacute como las varian-tes maacutes elaboradas y decoradas del Heddernheim En principio este tipo de cascos dada su profusa decoracioacuten y las supuestas limitaciones a la visibili-dad provocadas por la maacutescara estariacutean limitado en su uso a la Hippikaacute Gymnasia Sin embargo este tipo de cascos no era impedimento para un adecuado desenvolvimiento durante estos ejercicios que eran una muestra de destreza iquestPor queacute entonces habriacutean de resultar un estorbo en la batalla Las maacutescaras de la caballeriacutea parta no teniacutean una factura esencialmente diferente a las romanas (maacutes allaacute del plano puramente artiacutestico-estiliacutestico) y fueron usadas en combate con cierta asiduidad iquestPor queacute razoacuten los yelmos con maacutes-cara o maacutes probablemente las maacutescaras en siacute mismas combinadas con otros tipos de yelmos romanos de caballeriacutea conocidos no pudieron ser utilizados en combate tanto como en la Hippikaacute Gymnasia Hace casi dos deacutecadas Mielczarek ya lanzoacute una propuesta en semejante sentido al respecto de la ca-balleriacutea pesada romana poniendo en cuestioacuten su uso exclusivo en paradas y exhibiciones la cantidad de cascos con maacutescaras y maacutescaras aisladas vincu-ladas a la panoplia romana (y especialmente de la caballeriacutea) no parece res-ponder precisamente a un uso limitado a ocasiones especiales Diez antildeos maacutes tarde Dixon e I P Stephenson volvieron a retomar dichos plantea-mientos argumentando que determinados cascos empleados en la Plena y Baja Edad Media (como el sallet A82) limitaban la visibilidad tanto o maacutes que las maacutescaras inicialmente consideradas como limitadas a la Hippikaacute Gymnasia y sin embargo fueron empleados en combate62 En este sentido consideramos que posiblemente los maacutes ricamente decorados ejemplares no fueron objeto de uso en combate pero siacute que nos adscribimos a los plantea-mientos de los autores mencionados considerando no soacutelo probable sino ra-zonable que la maacutescara (y los cascos disentildeados especialmente para portarlas) formaran parte de la panoplia de los catafractii otorgaacutendoles la proteccioacuten necesaria para proteger el siempre vulnerable rostro

61 MIELCZAREK 1993 p 60 NEGIN 1998 pp 72-74 WILCOX 2001 p 10 62 MIELCZAREK 1993 p 81 DIXON STEPHENSON 2003 pp 20-24

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Un catafractus sin duda alguna portariacutea una buena proteccioacuten para el torso En este sentido hariacutea uso de las mismas protecciones antes menciona-das para los contarii como loricae hamatae y squamatae asiacute como las inno-vaciones propias de eacutepoca Antonina y Severa como las escamas semi-riacutegi-das y las poco comunes armaduras de laacuteminas como el aislado ejemplo del s III dC hallado en Čatalka63 Sin embargo si atendemos ahora al grafito de Dura-Europos el jinete representado no parece llevar un uacutenico tipo de pro-teccioacuten sobre su torso Las armaduras compuestas por varios tipos de loricae como hemos visto eran probablemente utilizadas ya por los saacutermatas Este tipo de proteccioacuten era tambieacuten conocida en el ejeacutercito romano si bien los ejemplos de la misma son limitados y no parece que su uso estuviera muy extendido (al igual que no parece que en el s II y a comienzos del s III dC los catafractii fueran un arma de extendido uso en Roma) Se denominaba lorica plumata teacutermino que al parecer designaba principalmente a armadu-ras compuestas por lorica squamata y hamata combinadas Esta combina-cioacuten parece ser la utilizada tambieacuten por los saacutermatas aunque su distribucioacuten sobre el cuerpo no se ha podido reconstruir convincentemente64 Al igual que el contarius el catafractus no portariacutea escudo tanto por serle imposible su debido aprovechamiento al empuntildear un contus como por el estorbo que su-pondriacutea al uso de esta uacuteltima La carencia de escudo quedariacutea suplida por lo pesado de su proteccioacuten corporal En este sentido destaca la manica una proteccioacuten construida con laacuteminas de metal (bronce o hierro) semiciliacutendricas unidas unas a otras en progresioacuten descendente del hombro hacia la mano la cual podiacutea proteger a su vez con guanteletes de malla de escamas o incluso una extensioacuten de la manica misma adaptada a la forma de la mano65 Com-pletariacutean la proteccioacuten de un catafractus unas grebas para sus piernas (la parte de su cuerpo maacutes al alcance de la infanteriacutea enemiga) si bien podiacutean disponer de protecciones maacutes pesadas que podiacutean llegar a cubrir muslos y pies recordando en su estructura a la manica empleada para proteger los bra-zos66 En ocasiones podriacutea emplearse tambieacuten protecciones especiacuteficas para el cuello especialmente pensadas para cubrir cualquier posible fisura entre el yelmo y la proteccioacuten del torso De este tipo de piezas se han encontrado al-gunos ejemplos como el de una tumba de Čatalka en Bulgaria datada en el

63 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-92 y 116-117 DIXON SOUTHERN 1997 pp 36-43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 43-48 FIELDS 2006 pp 13-14

64 MIELCZAREK 1993 pp 79-80 NEGIN 1998 pp 68-74 DIXON STEPHENSON 2003 pp 49-50 FIELDS 2006 pp 10-11

65 BISHOP COULSTON 1993 pp 87-91 DIXON STEPHENSON 2003 pp 55-58 66 DIXON SOUTHERN 1997 p 43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 61-63

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s II dC y consistente en un anillo de metal dividido en dos mitades unidas por un cinturoacuten de cuero y originalmente tintado en rojo67

El equipamiento de las monturas de los catafractii romanos es otro as-pecto poleacutemico quizaacutes el que maacutes En primer lugar respecto de las sillas de montar eacutestas responderiacutean probablemente al modelo presentado por Con-nolly pero a un tipo particular cuyo entramado riacutegido interno y cuernos es-tariacutean maacutes desarrollados planteando una sujecioacuten mucho maacutes riacutegida y firme Este tipo de sillas poseiacutea ademaacutes una estructura reforzada con elementos metaacutelicos Seguacuten Connolly y C Van Dryel Murray este tipo de sillas res-ponderiacutea especialmente a un uso por parte de unidades de caballeriacutea pesada donde el peso de la armadura del jinete sumada a su modalidad de combate (choque con lanza pesada) hariacutea necesaria una sujecioacuten maacutes firme para evitar quedar descabalgado asiacute como un maacutes eficiente reparto del peso sobre el lomo y los costados del caballo Este tipo de sillas es visible tambieacuten sobre los caballos de los clibanarios sasaacutenidas que aparecen en el relieve de Firu-zabad68 En segundo lugar estaacute la cuestioacuten en torno a si las monturas de los catafractii romanos del s II y comienzos del III dC llevaban alguacuten tipo de proteccioacuten y cuaacuten completa era esta En este sentido se han lanzado diver-sas propuestas e hipoacutetesis por una parte aquellos que consideran que los ca-tafractii romanos probablemente no emplearon proteccioacuten para sus monturas al menos no en la forma casi sistemaacutetica y masiva que caracterizaba a la ca-balleriacutea pesada parta y que caracterizariacutea maacutes tarde a la sasaacutenida y a la pro-pia caballeriacutea pesada romana bajoimperial en este sentido los catafractii del ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta no seriacutean sino contarii pesada-mente protegidos pero cuyas monturas no portariacutean proteccioacuten alguna fuera de lo comuacuten hasta el momento en el ejeacutercito romano69 otros han propuesto un teacutermino medio sostenido en base a la influencia saacutermata en la creacioacuten y equipamiento de la caballeriacutea pesada romana Es eacuteste el caso de Mielczarek Negin y Lebedynsky entre otros quienes consideran que los catafractii ro-manos no emplearon la protecciones pesadas y o maacutes o menos completas pa-ra sus monturas en el sentido sistemaacutetico que se puede observar en la tradi-cioacuten militar parta o persa sino que emplearon protecciones maacutes limitadas y sobre todo aplicadas a secciones concretas de estas unidades por ejemplo entre aquellos soldados destinados a formar la vanguardia de choque de la formacioacuten o simplemente entre los oficiales70 entre la mayor parte de los autores consagrados al estudio del armamento romano y en particular de la

67 DIXON STEPHENSON 2003 p 59 68 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 p 45 MIELCZAREK 1993 pp 81-82 69 EADIE 1967 pp 166-168 70 MIELCZAREK 1993 pp 74-81 NEGIN 1998 p 74 LEBEDYNSKY 2002 p 237-238

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caballeriacutea existe un acuerdo taacutecito en reconocer el uso por parte de la ca-balleriacutea pesada romana de protecciones metaacutelicas Sin embargo en general o no llegan a un acuerdo en torno a su empleo por parte de las primeras uni-dades de catafractii o se limitan a constatar que los restos arqueoloacutegicos de protecciones equinas pesadas (particularmente las halladas en Dura-Europos) datan en principio del s III dC sin entrar en mayores debates71 finalmente estaacuten aquellos autores que dan simplemente por sentada la asociacioacuten entre el teacutermino catafractii y una proteccioacuten maacutes o menos completa y extendida a la inmensa mayoriacutea (al menos) de las monturas de estas unidades en cual-quier momento desde su creacioacuten72 pero especialmente a partir del s III dC73

En general todas estas corrientes tienden a coincidir en sentildealar que las armaduras pesadas para caballos en el ejeacutercito romano no empezaron a utili-zarse de forma extendida para la caballeriacutea pesada hasta el s III dC De nue-vo el debate se centra en torno a su uso durante el s II dC justo en el mo-mento de la creacioacuten de las primeras unidades de catafractii y particular-mente a causa de la falta de pruebas concluyentes Si se hizo uso de dichas protecciones ya en el s III dC iquestpor queacute razoacuten negar su uso en una fase an-terior aunque eacuteste no fuera un uso generalizado Particularmente preferimos adscribirnos a la tendencia representada por Mielczarek Negin y Lebedyns-ky entre otros autores considerando que los miembros de la uacutenica unidad de caballeriacutea pesada acorazada romana conocida para el s II dC el ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta (y por tanto otras unidades del mismo tipo auacuten por conocer) emplearon protecciones metaacutelicas maacutes o menos pesa-das para sus monturas de un modo ocasional limitado a secciones especiales de la unidad o a la oficialidad siguiendo la corriente de influencia saacutermata Estas protecciones se generalizariacutean a lo largo del s III dC probablemente bajo una mayor influencia de la tradicioacuten militar parta y ante todo sasaacutenida hasta constituir las unidades pesadas del Bajo Imperio que seriacutean el germen de la posterior caballeriacutea pesada bizantina

Este tipo de protecciones incluiriacutea no soacutelo ya los chamfrons metaacutelicos sobradamente conocidos por la caballeriacutea romana de la eacutepoca (y empleados probablemente por los contarii) sino bardas compuestas por malla escamas de cuero o metaacutelicas o laacuteminas que como los ejemplares de Dura-Europos (ya descritos anteriormente) cubririacutean los flancos del caballo y buena parte

71 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-70 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

72 GOLDSWORTHY 1998 pp 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 y 20-21 73 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-322

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de la pechera del mismo74 Este tipo de protecciones probablemente incluiriacutea tambieacuten piezas especiacuteficas para proteger el frontal y la cerviz del animal has-ta la cabeza a semejanza quizaacutes de las empleadas por partos y sasaacutenidas en Oriente Estas piezas particularmente para la cerviz del caballo se han en-contrado tambieacuten en Dura-Europos elaboradas en malla y lazadas mediante correas de cuero75 De este modo si se quisiera proporcionar proteccioacuten tan soacutelo a los caballos de una parte de la unidad lo maacutes loacutegico seriacutea hacerlo con las monturas que marchariacutean en la vanguardia de la formacioacuten de choque y que deberiacutean absorber la fase maacutes violenta del impacto En este sentido las piezas de proteccioacuten maacutes uacutetiles no seriacutean las bardas laterales sino las pro-tecciones para pechera cerviz y cabeza las partes del cuerpo del caballo que quedariacutean expuestas al enemigo durante una carga en formacioacuten cerrada Al prescindir asiacute de las protecciones de los flancos no solo se seguiriacutea apor-tando una proteccioacuten uacutetil a las monturas maacutes expuestas de la unidad durante una accioacuten de combate sino que se estariacutea aligerando el peso que habriacutean de soportar durante la accioacuten reduciendo asiacute el riesgo de agotamiento de las mismas

Si la influencia saacutermata en el origen del contarius romano es maacutes o menos segura la cuestioacuten resulta menos clara para los catafractii Formal-mente un catafractus romano no se diferenciaba del contario saacutermata maacutes pesadamente armado maacutes que en la factura de determinadas partes de su equipamiento muchas de las cuales eran de tradicioacuten puramente romana y unas pocas (como las protecciones maacutes pesadas para las piernas) devendriacutean de tradiciones orientales Sin embargo el hecho de que en ninguacuten momento las fuentes literarias disponibles denominen a la caballeriacutea pesada saacutermata como catafractii y que las protecciones pesadas para caballos entre la mis-ma parezcan ser objeto de un uso tan heterogeacuteneo como vinculado al status y posibilidades econoacutemicas del jinete parece ser el principal punto (al menos inicialmente) de distanciamiento entre los lanceros acorazados saacutermatas y los catafractii romanos Ahora bien suponiendo que la creacioacuten de las unidades de catafractos romanos estuviera respondiendo a la caballeriacutea pesada parta iquestpor queacute esperoacute al s II dC Durante casi tres siglos de encuentros en los campos de batalla de Oriente el ejeacutercito romano no parecioacute tener necesidad alguna de emular a los catafractos y clibanarios partos Finalmente es en el contexto de las guerras daacutecicas y paacuterticas de Trajano y en el reinado de Adriano cuando los catafractii hacen su aparicioacuten en el ejeacutercito romano al-gunas deacutecadas maacutes tarde que los contarii y despueacutes de casi un siglo de con-

74 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-63 67 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

75 DIXON STEPHENSON 2003 p 114

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tacto con la caballeriacutea saacutermata De nuevo la coincidencia de variables parece hablar por siacute sola al igual que primero el contarius el catafractus parece ser una respuesta de la caballeriacutea romana a las refriegas habidas con los exce-lentes jinetes saacutermatas desde mediados del s I dC hipoacutetesis que secundan la mayor parte de los autores76 Cualquier posible influjo oriental en la com-posicioacuten de la primera caballeriacutea pesada romana respondioacute a la incorpora-cioacuten de elementos considerados de utilidad no encontrados en la tradicioacuten militar propiamente romana o saacutermata El incremento de este influjo mate-rializado quizaacutes en la intensificacioacuten y extensioacuten del uso de armaduras pe-sadas para caballos y en el importante desarrollo en general del arma de ca-balleriacutea pesada en Roma tendriacutea lugar ya entrado el s III dC quizaacutes no tanto de manos de los uacuteltimos coletazos del moribundo Imperio parto como del joven y eneacutergico Imperio persa sasaacutenida el cual llevariacutea el arma de ca-balleriacutea en el Oriente a nuevas cotas de desarrollo especializacioacuten en organi-zacioacuten equipamiento y taacutecticas77

Mencioacuten especial requiere la organizacioacuten del ala I Gallorum et Pan-noniorum catafracta No entraremos a resentildear aquiacute la naturaleza del ala como unidad militar del ejeacutercito romano ni la organizacioacuten y estructura de la caballeriacutea romana altoimperial sino un aspecto concreto del ala concreta objeto de nuestro estudio y que parece haber pasado desapercibido a la ma-yor parte de los autores Se trata del hecho de que dicha ala debioacute de ser compuesta en su origen por soldados de dos unidades distintas probable-mente tropas selectas Tal y como sentildeala su nombre el ala estaba compuesta por jinetes galos y panonios Mielczarek ha propuesto precisamente que ca-ra a la creacioacuten de esta unidad de catafractos probablemente se seleccionoacute a los mejores soldados de dos alas distintas posiblemente (seguacuten el parecer del propio Mielczarek) el ala I Pannoniorum y el ala I Gallorum Flaviana Aunque de momento no se trata sino de una hipoacutetesis parece razonable que cara a la primera unidad de caballeriacutea pesada romana (probablemente una unidad que tendriacutea en sus oriacutegenes un marcado caraacutecter ldquoexperimentalrdquo) se seleccionara a personal experimentado y de fiar lo que remarcariacutea el caraacutec-ter de eacutelite de este tipo de unidades

76 EADIE 1967 MIELCZAREK 1993 NEGIN 1998 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

LEBEDYNSKY 2002 77 EADIE 1967 pp 169-172 MICHALAK 1987 MIELCZAREK 1993 pp 63-67 NICOLLE

1996 WILCOX 2001 pp 24-35 FARROKH 2005

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Taacutecticas y limitaciones de la caballeriacutea pesada romana La caballeriacutea fue un arma especializada principalmente en una uacutenica

funcioacuten el ataque Un grupo de jinetes no puede establecer una posicioacuten de-fensiva y mantenerla de forma estaacutetica pues equivaldriacutea claramente a un suicidio en cualquier eacutepoca Cuando una unidad de caballeriacutea ha sido em-pleada con fines de defensa lo ha sido empleando fundamentalmente el ata-que es decir un contraataque

La principal ventaja de un jinete respecto del soldado de infanteriacutea ra-dica en tres puntos fundamentales la altura que le proporciona su montura la rapidez y potencia de la misma y el efecto psicoloacutegico que todo ello sus-cita en el infante El principal modo en que la caballeriacutea (y particularmente la caballeriacutea media y pesada) se enfrenta a la infanteriacutea (y a otras unidades como veremos) es la carga cuya finalidad es desfondar la formacioacuten ene-miga dispersaacutendola para coparla y destruirla o permitir a otras unidades aprovechar la brecha abierta Sin embargo contrariamente a lo que se suele pensar un caballo (o un grupo de caballos) no es capaz de embestir una for-macioacuten cerrada de infanteriacutea Un equino no es un toro ni se comporta como tal El caballo siempre se para antes de llegar a impactar contra un obstaacuteculo que considera no podraacute esquivar o saltar o donde no vea espacio alguno por donde penetrar En este sentido una formacioacuten de infanteriacutea pesada que fuera capaz de mantener su posicioacuten hasta el final teniacutea muchas posibilidades de rechazar una carga de caballeriacutea Existiacutean dos formas para evitar que esto sucediese de modo tal que la carga de caballeriacutea tuviese finalmente eacutexito hostigar a la formacioacuten de infanteriacutea de muacuteltiples modos (ataque con proyec-tiles ataques simulados apoyar a la caballeriacutea atacante con infanteriacutea o ar-tilleriacutea) o bien que un porcentaje suficiente de soldados enemigos no fuera capaz de soportar la tensioacuten psicoloacutegica de ver venir sobre ellos una carga de caballeriacutea y rompiera filas debilitando la formacioacuten desorganizaacutendola y abriendo brechas Como vemos el resultado de una carga de caballeriacutea de-pende maacutes del contexto y de la psicologiacutea que de la carga en siacute misma Sin embargo los nervios de acero necesarios para superar el instinto de autopro-teccioacuten (que nos llevariacutea a quitarnos inmediatamente de la trayectoria de los caballos y sus jinetes) no eran (ni son) un elemento comuacuten en los ejeacutercitos Pocas infanteriacuteas disponiacutean del adiestramiento y disciplina necesarios para mantener la posicioacuten y afrontar una auteacutentica estampida que a sus ojos cla-ramente amenazariacutea con arroyarla Entre tales excepciones se encontraba la

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infanteriacutea legionaria romana la cual soacutelo en determinadas circunstancias era realmente vulnerable a un ataque de caballeriacutea78

Las unidades de caballeriacutea pesada como catafractii y contarii eran un caso auacuten maacutes especial En primer lugar el contus permitiacutea al jinete arroyar a un infante enemigo virtualmente antes de que su montura se viera obligada a detener su marcha Por otra parte sus pesadas protecciones (y la de sus mon-turas al menos para una parte de los catafractii) les otorgaban una mayor se-guridad ante cualquier clase de contraataque enemigo (especialmente pro-yectiles) y una superior capacidad de asumir el riesgo del contacto con una formacioacuten enemiga demasiado firme Pero sobre todo les otorgaba una carga psicoloacutegica brutal la visioacuten de una ldquoparedrdquo blindada erizada de lanzas en auteacutentica formacioacuten de falange avanzando con premura directamente resulta-ba especialmente impactante a ojos de un soldado de infanteriacutea por muacuteltiples factores Ser arroyado por un caballo no es una perspectiva agradable ser arroyado por una marea de lanzas y caballos blindados es una perspectiva auacuten menos agradable Para incrementar la capacidad de penetracioacuten de este tipo de caballeriacutea se empleaban formaciones y ataques en profundidad fun-damentalmente columna y cuneuscuntildea En este sentido la formacioacuten podiacutea concentrar la fuerza de su carga en un frente estrecho que pudiera ser dirigi-do convenientemente contra el punto maacutes deacutebil de la formacioacuten a atacar in-cluso con la carga ya en curso Sin embargo la caballeriacutea pesada poseiacutea una desventaja potencial el enorme peso de su equipamiento reduciacutea la veloci-dad de su carga su maniobrabilidad y podiacutea agotar a sus caballos muy raacutepi-damente En este sentido podiacutean ser viacutectimas faacuteciles de unidades maacutes aacutegiles y raacutepidas o de un contraataque al teacutermino de una extenuante carga (exitosa o no) Por otra parte no estaban precisamente capacitados para realizar una re-tirada raacutepida con los caballos extenuados por el esfuerzo de cargar despla-zando sobre sus lomos a su jinete con su equipamiento y su propia pro-teccioacuten los catafractii podiacutean encontrarse en una situacioacuten realmente com-prometida si su ataque fracasaba y no se encontraban en posicioacuten de recibir apoyo inmediato de unidades aliadas capaces de protegerlos el tiempo nece-sario para maniobrar y salir del atolladero Otro peligro que desembocaba di-rectamente en el fracaso de la carga (y en las circunstancias antes descritas) era la posibilidad de que la formacioacuten perdiera su cohesioacuten durante la carga Para evitar esta circunstancia (y reducir la extenuacioacuten de los caballos) se procuraba no cargar a mayor velocidad que un trote ligero79

78 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

79 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 y 241 LEBEDYNSKY 2002 p 237 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

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A la hora de afrontar a otra caballeriacutea las circunstancias eran dife-rentes La caballeriacutea como especialista en ataque teniacutea tambieacuten la funcioacuten de neutralizar a la caballeriacutea del adversario negaacutendole asiacute la mayor parte de la iniciativa y ganando la oportunidad de flanquear sus formaciones y ata-carlas desde diversos puntos Un ejeacutercito cuya caballeriacutea abandonara el cam-po de batalla por otra parte aunque auacuten podiacutea imponerse mediante la fuerza de su infanteriacutea (si era capaz de rechazar el ataque de la caballeriacutea adversaria y de desalojar a su infanteriacutea) careceriacutea de cualquier posibilidad para explo-tar adecuadamente la victoria la caballeriacutea fue hasta la I Guerra Mundial la uacutenica arma capacitada para lanzar una persecucioacuten sobre una fuerza enemiga en retirada convirtiendo esta uacuteltima en una desbandada desorganizada y dis-poniendo asiacute de la oportunidad de transformar un ejeacutercito derrotado en un ejeacutercito destruido En este sentido la caballeriacutea no fue soacutelo una pieza taacutectica fundamental a la hora de la batalla sino una herramienta baacutesica de la estra-tegia a nivel global de cualquier conflicto a lo largo de unos tres milenios de historia militar

La infanteriacutea puede rechazar a la caballeriacutea pero nunca perseguirla (maniobra que equivaldriacutea a dar la ocasioacuten a los jinetes derrotados de dar media vuelta y lanzar un inesperado contraataque que convirtiera en desastre para la infanteriacutea lo que empezoacute siendo un eacutexito Las huidas fingidas como ya hemos sentildealado eran tambieacuten una interesante taacutectica a emplear por parte de la caballeriacutea para desorganizar una formacioacuten enemiga Sin embargo no era una taacutectica que entrara dentro del ldquomanual de instruccionesrdquo de la ca-balleriacutea maacutes pesada limitada como estaba en sus movimientos) Soacutelo la ca-balleriacutea podiacutea derrotar poner en fuga y destruir a otra caballeriacutea El modo de hacerlo sin embargo era materia delicada Una formacioacuten cerrada para ata-car a otra caballeriacutea resultaba inuacutetil y peligrosa era la mejor forma de que los propios caballos se rompieran los huesos al impactar a gran velocidad contra las monturas enemigas Normalmente y a lo largo de toda la existen-cia de la caballeriacutea de choque dos formaciones de caballeriacutea que cargan una contra otra a la espera de un combate mano a mano tienden a abrir sus liacuteneas para esquivar el choque frontal contra los caballos rivales Al producirse el choque el jinete tratariacutea de atacar con sus armas a su rival maacutes cercano a uno u otro lado intentando derribarle o herirle mortalmente En estas cir-cunstancias el contus sarmaticus vuelve a relucir por sus virtudes permitiacutea (al igual que la lanza de cometida medieval las lanzas de los huacutesares alados polacos o las lanzas de los ulanos austriacos o los cosacos rusos) golpear al jinete adversario antes de que eacuteste equipado con espada o con una lanza maacutes corta pudiese iniciar su propio ataque Una formacioacuten de contarii o de cata-fractii podiacutea asiacute arroyar faacutecilmente la vanguardia de la formacioacuten de caballe-

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riacutea enemiga neutralizando su ataque y desorganizando totalmente su forma-cioacuten Sin embargo cuando dos formaciones cargaban una contra la otra y llegaban a culminar completamente el choque el combate podiacutea derivar faacute-cilmente en una violenta y caoacutetica refriega En estas circunstancias las espa-das de hoja larga empleadas por la caballeriacutea romana y saacutermata eran particu-larmente esenciales asiacute como sus protecciones dado que un contus tendiacutea a partirse tras el primer o segundo impacto y a ser poco coacutemoda de utilizar cuando el combate se tornaba maacutes cercano En cualquier caso si una forma-cioacuten de catafractii no conseguiacutea imponerse durante el choque a la formacioacuten enemiga el agotamiento de sus monturas y su menor movilidad (sumada a la peacuterdida del orden en la formacioacuten inherente al inicio de la refriega) supon-driacutean una peligrosa situacioacuten en el caso de carecer de apoyo de otras unida-des (bien de caballeriacutea o de infanteriacutea) y de la que no podriacutean salir con mu-cha facilidad80

Tanto frente a otra caballeriacutea como frente a la infanteriacutea el respaldo de unidades de caballeriacutea maacutes ligeras y particularmente arqueros a caballo81 resultariacutea particularmente deseable antes del choque la caballeriacutea ligera po-driacutea hostigar con proyectiles a las formaciones enemigas creando brechas o desorganizaacutendolas y despueacutes del choque podriacutean apoyar a la caballeriacutea pe-sada durante la progresioacuten del combate cubrir su retirada o explotar su eacutexito continuando la persecucioacuten de un enemigo en fuga

Como vemos desde el punto de vista taacutectico y del empleo en el campo de batalla el eacutexito de la caballeriacutea pesada acorazada dependiacutea tanto o maacutes de las circunstancias el contexto y el apoyo que pudieran recibir que de sus propias virtudes Se trataba de unidades altamente especializadas que si que-daban desprotegidas o en situaciones comprometidas podiacutean ser faacutecilmente rechazadas desbandadas o destruidas No se trataba de fuerzas versaacutetiles y probablemente ello condicionoacute que su adopcioacuten y empleo generalizado por parte del ejeacutercito romano fuera tardiacuteo

CONCLUSIONES

El ejeacutercito romano se enfrentoacute durante casi dos siglos a la caballeriacutea

pesada desarrollada por las potencias orientales Tras reveses iniciales debi-dos maacutes a las circunstancias que a una auteacutentica incapacidad para afrontar el ataque de este tipo de caballeriacutea las legiones desarrollaron sus particulares contramedidas recorriendo las primeras deacutecadas de la historia del Alto Im-

80 DIXON SOUTHERN 1997 pp 141-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 235-244 MENEacuteNDEZ

ARGUumlIacuteN 2011 pp 322-324 81 DIXON SOUTHERN 1997 p 143

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perio imperturbables considerando del todo innecesario tomar como inno-vacioacuten un arma a la que eran capaces de batir los catafractos partos y arme-nios

Sin embargo hacia mediados del s I dC algo vino a trastocar este es-cenario en apariencia estable e inamovible de las estepas poacutenticas emergioacute no tanto una nueva arma como una nueva forma de combinar y emplear ar-mas y taacutecticas sobradamente conocidas Los haacutebiles jinetes saacutermatas dejaron atraacutes la claacutesica tradicioacuten militar esteparia basada en el uso del arquero a ca-ballo y la caballeriacutea ligera desarrollaron una nueva caballeriacutea pesada libre de la mayor parte de las debilidades de los pesados catafractos partos flexi-ble y dinaacutemica y capaz de luchar en conjuncioacuten perfecta con otras modali-dades de caballeriacutea como si de un uacutenico cuerpo se tratase A diferencia del catafractario parto el ldquocontariordquo saacutermata era un jinete armado maacutes o menos pesadamente seguacuten las circunstancias y sus propias posibilidades Al igual que su contrapartida parto o armenio el jinete pesado saacutermata aprovechaba al maacuteximo las virtudes de su arma definitoria el contus sarmaticus pero la combinaba con el uso de otras igualmente uacutetiles como la espada de hoja larga y el arco recurvado compuesto Su equipamiento defensivo careciacutea de la rigidez propia del catafracto parto tendiendo a ser sensiblemente maacutes li-gero sin perder las ventajas propias de una proteccioacuten completa y concien-zuda Este equipamiento defensivo ademaacutes podiacutea variar seguacuten las circuns-tancias y las necesidades taacutecticas de cada momento (y no solo exclusi-vamente en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete) Ello permitiacutea al jinete pesado saacutermata oscilar entre una caballeriacutea media pura y una caballeriacutea pesada de choque seguacuten las circunstancias Le convertiacutea en un arma flexible capaz de desempentildear diversos papeles en el campo de batalla y variarlos du-rante el combate mismo seguacuten sus necesidades En combinacioacuten con la habi-lidad natural de estos pueblos para la equitacioacuten y sus excelentes (y numero-sas) fuerzas de caballeriacutea ligera la caballeriacutea pesada saacutermata representaba una amenaza realmente seria y totalmente nueva

Desde la guerra civil del 68-69 dC hasta la paz firmada por Adriano con los saacutermatas roxolanos en 119 dC las legiones romanas y su caballeriacutea hubieron de hacer severos esfuerzos para imponerse a este nuevo enemigo en los campos de batalla actuase eacuteste en solitario o en conjuncioacuten con otros pueblos o Estados Las guerras daacutecicas de Domiciano (85-89 dC) y de Tra-jano (101-106 dC) fueron probablemente los puntos culminantes de esta coyuntura De los sangrientos encuentros habidos sobre las orillas del Danu-bio las colinas daacutecicas y las llanuras de la futura Hungriacutea el ejeacutercito romano extraeriacutea una dura leccioacuten que aprenderiacutea raacutepidamente y pondriacutea en creciente praacutectica con el paso de los antildeos cuando a comienzos del s III dC descen-

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diera el ocaso sobre las uacuteltimas luces legadas por la edad dorada de los Anto-ninos habiendo el Estado romano de afrontar las convulsiones de un mundo en paulatina transformacioacuten

A comienzos del s II dC a caballo entre los diacuteas de Trajano y Adria-no el ejeacutercito romano afrontoacute el laborioso proceso de aplicar buena parte de lo que habiacutea aprendido de manos de la caballeriacutea saacutermata El contus ya habiacutea sido adoptado conformando la primera caballeriacutea de choque especialista de la historia del Imperio A ella le seguiriacutean las protecciones pesadas para jine-tes asiacute como para caballos El ejeacutercito romano conociacutea de sobra los modelos orientales de caballeriacutea pesada y sin embargo en el primer siglo de existen-cia de este arma entre las filas romanas el modelo a seguir fue principal-mente saacutermata Los hechos hablan por siacute solos El ejeacutercito romano habiacutea en-contrado una innovacioacuten de intereacutes para su tradicioacuten militar y la incorporoacute raacutepidamente Las primeras unidades de caballeriacutea pesada acorazada romana llevaron nombres que aludiacutean a tradiciones orientales catafractii pero su ar-mamento y el fundamento de sus taacutecticas era una mezcla de aportaciones romanas y modelos saacutermatas Con la llegada del s III dC estas unidades se hariacutean cada vez maacutes necesarias y sobre la trayectoria marcada por los pio-neros de este arma se labrariacutea el desarrollo completo de la misma

La emersioacuten del Imperio persa sasaacutenida supuso la transformacioacuten re-novacioacuten y revitalizacioacuten del arma de caballeriacutea puramente oriental Los sa-saacutenidas llevaron a un nuevo paroxismo a la combinacioacuten de la caballeriacutea pe-sada y la caballeriacutea ligera de tradicioacuten oriental hasta el punto de que algunos tratadistas militares romanos como Amiano Marcelino llegaron a conside-rarlo como un arma praacutecticamente imbatible En palabras del propio Amiano [] catafractarii [] et sagitarii formidable genus armorum82 Probable-mente estas circunstancias forzaran (entre otros factores) no ya la expansioacuten del arma de caballeriacutea pesada (asiacute como del arquero a caballo) en el ejeacutercito romano de los siglos III y IV dC sino la asuncioacuten por parte de la misma de muacuteltiples elementos propios ya exclusivamente de la tradicioacuten militar irano-persa

La experiencia saacutermata quedoacute atraacutes sin embargo su importancia y la de los primeros prototipos de caballeriacutea pesada romana existentes en el Alto Imperio no debe menospreciarse Fueron la piedra fundadora los cimientos de una importante rama de la tradicioacuten militar romana posterior madre de la bizantina y de buena parte de las tradiciones militares de la posterior Europa medieval donde la caballeriacutea ostentariacutea durante siglos su particular supre-maciacutea En cierto modo puede decirse que la caballeriacutea saacutermata y las primeras

82 AMIANO MARCELINO 16 12 7

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unidades de caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano se encuentran entre las raiacute-ces de una tradicioacuten militar que llevoacute a la caballeriacutea a mantener la ilusioacuten de su reinado sobre los campos de batalla hasta el enloquecedor extremo de atravesar las trincheras y alambradas de la I Guerra Mundial y cargar sobre las divisiones panzer germanas en 1939

SELECCIOacuteN DE TEXTOS EPIGRAacuteFICOS RELATIVOS

83 Camerinum (Camerino) Regio VI Italia CIL XI 5632

M(arco) Maenio C(ai) f(ilio) Cor(nelia) Agrippae L(ucio) Tusidio Campestri hospiti divi Hadriani patri senatoris praef(ecto) coh(ortis) II Fl(aviae) Britton(um) equitat(ae) electo a divo Hadriano et misso in expeditionem Brittannicam trib(uno) coh(ortis) I Hispanor(um) equitat(ae) praef(ecto) alae I Gallor(um) et Pannonior(um) catafractatae proc(uratori) Aug(usti) praef(ecto) classis Brittannicae proc(uratori) provinciae Brittanniae equo publico patrono municipi(i) vicani Censorglacenses consecuti ab indulgentia Optimi Maximique Imp(eratoris) Antonini Aug(usti) Pii beneficio interpretationis eius privilegia quibus in p[e]rpetuum aucti confirmatique sunt l(ocus) d(atus) d(ecreto) d(ecurionum) g(ratis)

Ad Mediam (Mehadia) Dacia CIL XVI 110 = CIL III 886 = AE 1980 760

[Imp(erator) Caes(ar) divi Had]rian(i) f(ilius) divi Traiani [Parthici n(epos) divi Ne]rvae pron(epos) T(itus) Aelius [Hadrianus Ant]oninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) [max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII] imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae) [equit(ibus) et pedit(ibus)] qui mil(itaverunt) in alis III quae [appell(antur) Silia]n(a) et Gall(orum) et Pann(oniorum) [catafrac(taria) et F]ront(oniana) et coh(ortibus) XII I Ulp(ia) [Britton(um)] |(milliaria) et I Fl(avia) Ulp(ia) Hisp(anorum) |(milliaria) [et 3 I Ael(ia)] Gaesa(torum) |(milliaria) et I Aug(usta) Nerv() [|(milliaria) et I]I Britt(onum) |(milliaria) et I Hispan(orum) [--- e]t II Hisp(anorum) scutat(a) Cy[ren(aica) et ---]n() et VI Thrac(um) et sunt [in Dacia Poroliss]en(si) sub Macrinio [Vindice proc(uratore) qui]nq(ue) et vigint(i) stip[en(diis) emerit(is) dimis(sis) hon]est(a) miss(ione) quor(um) [nomin(a) subscripta s]unt civit(atem) Roman(am) [qui eor(um) non ha]b(erent) ded(it) et con(ubium) cum [uxor(ibus) quas tu]nc hab(uissent) cum est [civit(as) i(i)s dat(a) aut] cum i(i)s quas post(ea) [dux(issent) dumtax(at) si]ngulis [[Imp(erator) Caes(ar) divi Hadrian(i) f(ilius) divi Traiani Parthici n(epos) divi Nervae pron(epos) T(itus) Aelius Hadrianus Antoninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae)] [equit(ibus) et pedit(ibus) qui mil(itaverunt) in alis III ---] et vigint(i) stipend(iis) emerit(is) dimis(sis) honest(a) miss(ione) quor(um) nomin(a) subscript(a) sunt civit(atem) Roman(am) qui eor(um) non haber(ent) dedit et conub(ium) cum uxor(ibus) quas tunc habuis(sent) cum est civit(atem) i(is) dat(a) aut cum i(is) quas post(ea) dux(issent) dumtax(at) singulis a(nte) d(iem) V K(alendas) Oct(obres) Sex(to) Calpurnio Agricola Ti(berio) Claudio Iuliano co(n)s(ulibus) coh(ors) I Ulpia Britton(um) |(milliaria) cui

83 Tomados del Epigraphische Datenbank Clauss-Slaby httpwwwmanfredclauss de

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prae(e)st L(ucius) Nonius Bassus Picen(o) ex pedite Luonerco Molaci f(ilio) Britt(oni) descript(um) et recognit(um) ex tabul(a) aer(ea) quae fixa est Romae in mur(o) post templ(um) divi Aug(usti) ad Minervam

Tipasa (Tefessad) Mauretania Cesariense AE 1951 265 = AE 1955 133

D(is) M(anibus) Adiutoris eq(uitis) al(ae) pri(mae) Can(n)anafatium vi(xit) XXXXI m(ilitavit) an(nos) XXIII pro(curante) l(i)b(erto) ipsi(us) bene me(renti) Cabanus he(res) po(suit)

Savaria (Szombathely) Panonia Superior CIL III 4183

T(itus) Cnorius Sabinianus ex praef(ecto) alae Contariorum v(ir) e(gregius) et L(ucius) Val(erius) Verus dec(urio) c(oloniae) C(laudiae) Savar(iensium) sacerdotalis p(rovinciae) P(annoniae) s(uperioris) cryptam vi ignis exustam sumptibus suis refecerunt

Brigetio (Kornye) Panonia Superior CIL III 4278

D(is) M(anibus) Val(erio) Saturnino vet(erano) ex dup(licario) alae I Ulp(iae) Cont(ariorum) qui vixit an(nos) L et Val(erio) Sabino mil(iti) leg(ionis) I Ad(iutricis) stip(endiorum) III vixit an(nos) XXV filio Caes(ia) Digna marito et filio f(aciendum) c(uravit)

Apamea Siria AE 1987 955

Aur(elio) Basso quandam(sic) sig(nifero) al(ae) I Ulp(iae) (C)ontariorum stipendiorum VIII vixit annos XXVIIII XI Kal(endas) Maias Gallo et Volusiano consilibus() titulus positus a Marc(io) Cotum(sic) (d)ec(urione) al(ae) c(ivium) R(omanorum)

Apamea Siria AE 1993 1589

D(is) M(anibus) Iulius Valerianus eques alae I Ulp(iae) contariorum stip(endiorum) XXIII vixit annis XXXXVI Ulp(ius) Ingenu(us) dupl(icarius) alae eiusdem heres posuit b(ene) m(erenti)

Arrabona (Gyor) Panonia Superior CIL III 4379

D(is) M(anibus) Ulp(ius) Variu(s) Ore() vet(e)r(anus) ex stat(ore) al(a)e I Ulp(iae) Cont(ariorum) do(mo) Af(rica) vixs(it) ann(os) XLV et Ael(iae) Sabin(a)e fi(liae) vix(it) ann(os) X Ael(ia) Domitia con(iunx) et Ulp(ius) Sabinianus et Ulp(ius) [Cele]rinus et Sabi[nil]la fili(i) vivi cum [mat(re) pa]tri karis(simo) posuerunt

Sentpalpuszta Panonia Superior CIL III 11081 = AE 1899 3

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[D(is) M(anibus)] M(arcus) Aur(elius) [3]us vex(illarius) al(ae) p(rimae) C(ontariorum) Anto(ninianae) et Elv(iae) Bon(a)e c(oniugi) car(issimae) et f(iliae) Aur(eliae) Valerin(a)e et Ae(liae) Sabin(a)e et Elv(io) Verecundo an(norum) LXX Pulc(h)r(a)e() Suri an(norum) LX et Elv(io) Vitali an(norum) XVIII et Au(relio) Ma(n)suetiano an(norum) VII et Ae(lio) Florido M(arcus) Aur(elius) Valerianus sib(i) [et] su[i]s vivi f(ecit)

Roma CIL VI 1449 = AE 1967 16 = AE 196970 13

M(arco) Macrinio Avito M(arci) f(ilio) Claud(ia) Catonio Vindici co(n)s(uli) aug(uri) p(opuli) R(omani) Quiritium leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) prov(inciae) Moes(iae) inf(erioris) leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) Moes(iae) sup(erioris) cur(atori) civitat(is) Arimin(ensium) p[r]oc(uratori) prov(inciae) Dac(iae) Malv(ensis) praef(ecto) alae contar(iorum) praef(ecto) alae III Thrac(um) trib(uno) milit(um) leg(ionis) VI Victr(icis) praef(ecto) coh(ortis) VI Gall(orum) donat(o) donis mil(itaribus) in bello Germ(anico) ab Imp(eratore) M(arco) Aur(elio) Antonino Aug(usto) hast(is) pur(is) II et vexill(is) II cor(o)na mural(i) et vallar(i) Iunia Flaccinilla marito karissimo et Macrinia Rufina patri piissimo vixit annis XLII m(ensibus) V

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SELECCIOacuteN DE IMAacuteGENES

Fig 1 Relieve de la estela funeraria del eques Aduitor miembro del ala I Canninefatum (AE 1955

133) empuntildeando un contus sarmaticus por el lateral derecho de su montura DIXON SOUTHERN 1997 p 49

Fig 2

Grafito de Dura-Europos datado en torno a los ss II-III dC representando un catafracto parto romano o sasaacutenida JUNKELMANN 1992 p 197

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Fig 3 Las dos bardas de escamas metaacutelicas completas encontradas por Rostovzeff en las

excavaciones de Dura-Europos a lo largo de la campantildea de 1932-33 JUNKELMANN 1992 p 214

Fig 4 Relieves de Firuzabad (Iraacuten) representando a un clibanario persa sasaacutenida derribando a un

catafractarioclibanario parto s III dC Obseacutervese las bandas transversales que se ven en los brazos del jinete de la derecha que probablemente esteacuten representando un tipo de manica

WILCOX 2001 p 22

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Fig 5 Relieve de Firuzabad representando a unos catafractosclibanarios parto y sasaacutenida forcejeando

en combate cuerpo a cuerpo Ilustracioacuten de Wilcox 2001 p 23

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FIG 6 Catafractos partos del s I aC Obseacutervense las protecciones tipo manicae portadas por ambos

jinetes en los brazos El jinete de la derecha tambieacuten las lleva sobre las piernas A Mc Bride en WILCOX 2001

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Fig 7 Fragmentos de cotas de escamas y laacuteminas para armadura encontradas en enterramientos

saacutermatas de los ss I-III dC NEGIN 1998 p 70

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Fig 8 Estela de Athenios en Panticapea (Crimea Ucrania) donde se puede observar a un jinete (izqda) que parece montar un caballo protegido con una cota de escamas al igual que eacutel

NEGIN 1998 p 66

Fig 9 Reconstruccioacuten de un contario saacutermata (izqda) en accioacuten s II dC seguacuten G Embleton en

BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 10 Reconstruccioacuten el posible aspecto de un jinete pesado saacutermata y de la posible proteccioacuten de su

montura s II dC seguacuten G Embleton en BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 11 Reconstruccioacuten de un jinete pesado saacutermata equipado con una armadura compuesta ss I-II

dC seguacuten NEGIN 1998 p 73

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Fig 12 Casco romano tipo Russell Robinson tipo B basado en un ejemplar encontrado en Ely

(Cambridgeshire Reino Unido) ss I-II dC GOLDSWORTHY 1998 p 238

Fig 13

Casco romano tipo Rusell Robinson E basado en un hallazgo realizado en Hedderneim (Alemania) ss II-III GOLDSWORTHY 1998 p 238

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Fig 14

Reconstruccioacuten de un casco romano del tipo Niederbieber ss II-III dC seguacuten GILBERT 2010 p 136

Fig 15

Reconstruccioacuten de una variante del casco romano tipo Heddernheim con y sin maacutescara de proteccioacuten para el rostro ss II-III dC seguacuten ALEXANDRA GILBERT 2009 pp 24-26

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Fig 16 Fragmento de lorica squamata de escamas semi-riacutegidas s II dC

BISHOP COULSTON 1993 p 116

Fig 17 Silla de montar romana de cuatro cuernos seguacuten la reconstruccioacuten de P Connolly

DIXON SOUTHERN 1997 p 71

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Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

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Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

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Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

Recibido 17 mayo 2011 Aprobado 22 junio 2011

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gionarios romanos podiacutean variar su equipamiento (al menos en eacutepoca alto-imperial) seguacuten las circunstancias o las taacutecticas empleadas iquestQueacute impediriacutea por tanto a un catafracto actuar como un clibanario y viceversa seguacuten las necesidades Recordemos por otra parte que auacuten no tenemos atestiguada la existencia de clibanarii (seguacuten nuestras fuentes) en el ejeacutercito romano antes del s IV dC Que soacutelo conozcamos la existencia de catafractos implica que estos se emplearon necesariamente tan soacutelo como arma anti-infanteriacutea En realidad un catafractario necesitaba poco maacutes que el entrenamiento adecuado (en base a los planteamientos de Mielczarek y Meneacutendez Arguumliacuten) para poder actuar como lo que posteriormente seriacutea su homoacutelogo clibanario Quizaacutes la tardiacutea aparicioacuten del clibanarius en el ejeacutercito romano deriva maacutes del uso in-distinto del catafractus contra infanteriacutea y caballeriacutea durante bastante tiempo el clibanarius seriacutea por tanto un desarrollo y una especializacioacuten posterior dentro de una misma rama del ejeacutercito ya de por siacute claramente definida La distincioacuten en base a las taacutecticas propuesta por Mielczarek y enfatizada por Meneacutendez Arguumliacuten resulta la maacutes flexible y la que aporta respuestas maacutes sa-tisfactorias a las preguntas que la caballeriacutea pesada acorazada del mundo an-tiguo (en general) nos plantea Seguacuten Mielczarek el catafracto emerge como una respuesta del arma de caballeriacutea oriental a la falange macedoacutenica26 El clibanario surge posteriormente (ya en el s III dC) de nuevo en contextos orientales y lo hace ya como un homoacutelogo del catafracto especialista en ba-tir a otra caballeriacutea recibiendo apoyo incluso de unidades de jinetes maacutes li-geros especialmente arqueros a caballo27

El desarrollo que podemos plantear a partir de esta teoriacutea resulta loacute-gico el clibanario surge como tal desde el momento en que el catafractario se ve obligado a enfrentarse a otra caballeriacutea o a otros catafractarios con de-masiada frecuencia Probablemente no sea ninguna casualidad que el cliba-nario haga su aparicioacuten a mediados del s III dC en un contexto en el que la principal superpotencia oriental el Iraacuten parto y sasaacutenida se enfrenta frecuen-temente a enemigos que empleaban sus mismas taacutecticas y unidades especia-lizadas (como los saacutermatas o los alanos) o que las han adoptado y empleado contra ellos a su vez igualmente como es el caso claro del Imperio romano y sus alae catafractae

26 MIELCZAREK 1993 pp 43 y 46-48 27 MIELCZAREK 1993 pp 48-50

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ANTECEDENTES Y MODELOS POTENCIALES DE LA CABALLERIacuteA PESADA RO-MANA PARTOS Y SAacuteRMATAS

En el Imperio parto La presencia de catafractos en el ejeacutercito parto estaacute atestiguada desde

el s I aC a partir de los encuentros de Tigranocerta (69 aC) y Carras (53 a C) Este tipo de caballeriacutea entre los partos estaba compuesta por las princi-pales eacutelites de su sociedad dado no soacutelo el coste del equipamiento y su man-tenimiento sino la necesidad de un constante entrenamiento para lograr una aceptable destreza en su uso individual y en el conjunto de una unidad mili-tar28 En este sentido los catafractos formaban un cuerpo minoritario dentro del ejeacutercito si bien constituiacutean probablemente una de las piezas dorsales de su ejeacutercito dadas las taacutecticas empleadas por su ejeacutercito a lo largo de la histo-ria de sus encuentros con Roma

El equipamiento del catafractario parto sin embargo probablemente no estaba estandarizado Al depender de la capacidad adquisitiva de cada in-dividuo las variaciones estariacutean a la orden del diacutea (entre unidades y entre los componentes de las mismas) y probablemente soacutelo unidades selectas como los guardias de corps de los soberanos estariacutean debidamente uniformadas en cuanto a equipo29 Para reconstruir el equipamiento de un catafracto parto disponemos de diversas fuentes principales especialmente los testimonios li-terarios romanos asiacute como diversos testimonios graacuteficos Entre las fuentes literarias destaca Plutarco quien en su biografiacutea de Luacuteculo menciona que la caballeriacutea pesada parta portaba pesadas armaduras ellos y sus monturas hasta el punto de obligar a los legionarios romanos a buscar puntos desprote-gidos y deacutebiles para atacarles30 En su descripcioacuten de la batalla de Carras el mismo Plutarco nos da algunos detalles maacutes sobre los catafractos partos mencionando que portaban cascos y corazas de hierro y que sus monturas iban protegidas con jaeces de bronce o acero31 Las representaciones graacuteficas de catafractos partos son variadas destacando entre ellas el relieve de Firu-zabad y los de Naqsh-i-Rustam donde se representa un violento enfrenta-miento entre catafractos partos y sasaacutenidas asiacute como el ya citado grafito de Dura-Europos donde la adscripcioacuten del jinete representado auacuten sigue en duda

28 MIELCZAREK 1993 p 56 29 WILCOX 2001 p 10 30 PLUTARCO Luacuteculo XXVIII 4 31 PLUTARCO Craso XXIV 1

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A partir de eacutestas y otras fuentes se ha podido reconstruir una imagen general del catafracto parto y su equipamiento para los ss I-III dC Respecto al equipamiento defensivo el jinete portariacutea un yelmo de bronce o hierro y protegeriacutea su torso con una coraza que podriacutea oscilar desde una simple cota de mallas de mayor o menor extensioacuten pasando por una cota de escamas (un tipo de proteccioacuten muy extendida en Oriente y las estepas euro-asiaacuteticas) o incluso una coraza de laacuteminas Las corazas de tipo griego o thoacuterax atesti-guadas en el equipo de la caballeriacutea pesada seleuacutecida y escita no parece ser sin embargo una pieza favorita en el equipo de los jinetes partos ni de otros pueblos esteparios como los saacutermatas Probablemente este factor sea debido a la enorme rigidez de este tipo de protecciones lo que negariacutea al jinete la coacutemoda movilidad necesaria tiacutepica de la tradicioacuten militar de estos pueblos al contrario que la cota de escamas32

Esta proteccioacuten baacutesica podiacutea completarse con otras para el cuello pro-bablemente en cota de malla o escamas y para brazos y piernas de los jinetes maacutes pesadamente armados Estas protecciones para las extremidades podiacutean estar realizadas en cota de mallas en la mayor parte de los casos asiacute como en laacuteminas de cuero o metal (bronce o hierro) posiblemente imbricadas en un modo muy semejante a la manica romana de los ss II-III dC Para proteger las manos propiamente dichas el jinete podriacutea proveerse ademaacutes de unos guanteletes que en la mayor parte de los casos seriacutean de cuero o cota de mallas pues otro tipo de proteccioacuten impediriacutea sin maacutes mover las manos con seguridad En ninguno de los testimonios disponibles acerca de la caballeriacutea pesada parta se menciona el uso de escudos y en concreto Casio Dioacuten hace un eacutenfasis particular en el hecho de que los partos no los utilizaban33 Por uacuteltimo un catafracto parto podiacutea completar su panoplia con una maacutescara que protegeriacutea el rostro la uacutenica parte de su cuerpo que llegados a este punto quedariacutea descubierto No debemos olvidar este factor pues seraacute objeto de debate al respecto de los catafractii romanos maacutes adelante Un catafracto parto podiacutea y soliacutea protegerse no soacutelo a siacute mismo sino tambieacuten a su montura

Las protecciones maacutes simples para los caballos eran meras gualdrapas de cuero curtido Las maacutes complejas y pesadas podiacutean constituir proteccio-nes completas que cubririacutean principalmente la cabeza la cerviz la pechera el lomo y los flancos estando constituidas por escamas de bronce o hierro principalmente Igualmente se podiacutea equipar al caballo con una armadura maacutes ligera o ldquomedia armadurardquo que protegeriacutea tan soacutelo la cabeza cerviz y pechera las partes maacutes vulnerables del animal en el momento del choque con una formacioacuten enemiga Respecto al equipamiento ofensivo el arma

32 MIELCZAREK 1993 pp 57-58 LEBEDYNSKY 2002 pp 168-169 33 CASIO DIOacuteN Historia Romana XXXX152

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estrella era la lanza larga de acometida o contus No estaacute claro que un cata-fracto parto portara un arma complementaria a parte del contus pero parece loacutegico que asiacute lo hiciera pudiendo tratarse en este caso de espadas (funda-mentalmente de hoja larga) hachas o incluso mazas (armas perfectas para reventar protecciones metaacutelicas ajenas)34

Seguacuten puede concluirse a partir del testimonio que Plutarco aporta de la batalla de Carras los catafractos partos actuaban en coordinacioacuten con los mucho maacutes numerosos arqueros a caballo de su ejeacutercito los arqueros trata-riacutean de debilitar la formacioacuten enemiga lanzando sucesivos ataques a distan-cia llegado el momento oportuno los catafractos cargariacutean en formacioacuten cerrada replegaacutendose y cesando su fuego los arqueros en ese preciso ins-tante (para evitar el riesgo del ldquofuego amigordquo) empuntildeando sus conti a dos manos sobre el flanco derecho del caballo y en paralelo al costado de eacuteste para arroyar a la formacioacuten enemiga principalmente infanteriacutea pesada Si se-guimos las tesis de M Mielczarek estos mismos catafractos estariacutean prepa-rados para actuar como clibanarios tal y como vemos en los relieves de Naqsh-i-Rustam embistiendo contra otra caballeriacutea empleando sus conti cru-zados tras la cerviz de su montura hacia el lateral izquierdo del caballo y re-cibiendo un apoyo constante de la caballeriacutea ligera en esta accioacuten La prin-cipal debilidad de este tipo de caballeriacutea radicariacutea en la falta de apoyo de otras armas (como los citados arqueros a caballo) y sobre todo que su for-macioacuten fuera dispersada dado que un catafracto aislado constituiacutea un blanco faacutecil a descabalgar y una vez en el suelo su escasa movilidad los convertiacutea en viacutectimas de las iras de la infanteriacutea enemiga35

Entre los saacutermatas Los saacutermatas al igual que los escitas son uno de los grandes grupos

de pueblos noacutemadas indoeuropeos de lengua irania que durante la Antiguumle-dad poblaron las estepas que se extienden desde las orillas del Bajo Danubio y las faldas de los Caacuterpatos a traveacutes de Ucrania y Rusia meridional hasta el Caacuteucaso y los montes Urales Hacia el s I dC dos ldquotribusrdquo saacutermatas arriba-ron junto al limes danubiano del Imperio romano o a sus proximidades los saacutermatas yaacutezigos y roxolanos

Hasta ese momento preciso las taacutecticas y el armamento saacutermata estu-vieron caracterizados por seguir la norma tiacutepica de los ejeacutercitos de jinetes de

34 EADIE 1967 p 164 MIELCZAREK 1993 pp 57-63 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-91 GOLDSWORTHY 1998 pp 66-67 WILCOX 2001 pp 9-10

35 PLUTARCO Craso XIX-XXV Luacuteculo XXXVIII EADIE 1967 p 164 MIELCZAREK 1993 p 50 GOLDSWORTHY 1998 pp 66-67 WILCOX 2001 p 9

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la estepa seguacuten nos describe Estraboacuten se trataba fundamentalmente de fuerzas de arqueros a caballo y caballeriacutea ligera soacutelo espontaacuteneamente apo-yada por jinetes que podriacutea decirse conformaban alguacuten tipo de caballeriacutea ldquopesadardquo36 Sin embargo a mediados del s I dC la imagen que nos trans-mite Taacutecito en sus Annales e Historias resulta ya bien distinta en primer lu-gar relata un encuentro entre saacutermatas y partos donde los primeros rehuacutesan entablar un intercambio de proyectiles a caballo con los segundos optando por lanzarse a la carga contra los partos empuntildeando conti y espadas de hoja larga imponieacutendose de este modo a sus adversarios37 en segundo lugar des-cribe la presencia entre los ejeacutercitos saacutermatas de caballeriacutea de choque una eacutelite que considera conformada por los aristoacutecratas equipados con armadu-ras tan pesadas que en caso de ser derribados no podriacutean levantarse38 Si atendemos a fuentes iconograacuteficas tales como el vaso de Kossika (Rusia) o los frescos de la tumba descubierta en Panticapea (actual Kertch en Ucrania) datada no maacutes tarde del s II dC las imaacutegenes que estas nos transmiten son claramente la de jinetes bien protegidos y armados con un contus que empuntildean a dos manos es decir contarios a todos los efectos Pero iquestpodriacutean ser tambieacuten catafractos En ninguacuten momento nuestras fuentes escritas pro-nuncian este teacutermino al referirse a la caballeriacutea pesada saacutermata que nos des-criben

En cualquier caso hacia el s I dC los saacutermatas habiacutean desarrollado una caballeriacutea de choque maacutes o menos pesada eficiente y realmente peligro-sa para cualquier unidad de infanteriacutea o de caballeriacutea ligera Estos jinetes iriacutean equipados como miacutenimo con el ya caracteriacutestico contus sarmaticus asiacute como con una espada de hoja larga y estrecha (como la encontrada en la tumba 3 del kurgaacuten 80 en Novyiuml a orillas del riacuteo Don en Rusia) Tal y como describe Taacutecito el contario o κοντοφόρος podriacutea ir tambieacuten protegido con una coraza de escamas de cuero o de hierro el tipo de proteccioacuten maacutes corriente encontrado arqueoloacutegicamente asiacute como entre las fuentes icono-graacuteficas que representan a saacutermatas o su armamento (en el caso de la Colum-na Trajana en sus escenas 28 y 34 muestra una serie de jinetes totalmente cubiertos por armaduras de escamas ellos y sus monturas si bien eacutestas estaacuten representadas perfectamente adaptadas al cuerpo de jinetes y caballos de un modo bastante irreal En su podio no obstante la columna representa tam-bieacuten armaduras de escamas esta vez realistas) En el mismo vaso de Kossika el jinete que permanece montado sobre su caballo derribando contus en ma-no a un arquero viste una cota de escamas que se deja entrever bajo un

36 ESTRABOacuteN Geografiacutea VII 3 17 37 TAacuteCITO Annales VI 35 38 TAacuteCITO Historias I 79 2-4

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caftaacuten Otros tipos de proteccioacuten menos frecuentes fueron probablemente tambieacuten las cotas de placas o laacuteminas que se tornariacutean maacutes comunes en las estepas desde la Tardoantiguumledad y la Alta Edad Media Por otra parte hallazgos arqueoloacutegicos como los realizados en Vozdvizhenskaya Stanitsa han llevado a plantear diversas hipoacutetesis de reconstruccioacuten de posibles arma-duras compuestas saacutermatas es decir creadas con distintos tipos de pro-tecciones principalmente escamas y malla combinadas Un yelmo coacutenico compuesto y dotado de carrilleras completariacutea la proteccioacuten del jinete pu-dieacutendose observar varios tanto en las escenas como en el podio de la Colum-na Trajana Como ya hemos sentildealado anteriormente la particular naturaleza del estilo de combate del contario le impediriacutea portar un escudo o hacer un uso realmente uacutetil de eacutel Taacutecito especifica que los saacutermatas que penetraron en Mesia en 69 dC no haciacutean uso de escudos39 y tampoco los vemos represen-tados en ninguna de nuestras fuentes iconograacuteficas donde aparecen contarios saacutermatas40

La posible proteccioacuten portada por los caballos de estos jinetes por otra parte ha sido y es el principal punto de debate Mielczarek considera que la mayor parte de las monturas no se encontrariacutean protegidas de ninguna forma especial a excepcioacuten de aquellas que formariacutean parte de la vanguardia y liacutenea de choque de la formacioacuten y que en cualquier caso se tratariacutea de una proteccioacuten disentildeada principalmente para proteger al caballo ante un combate contra otros jinetes maacutes que contra formaciones de infanteriacutea (al contrario que los partos maacutes preocupados de batir a la infanteriacutea romana mientras que los saacutermatas se enfrentariacutean maacutes frecuentemente a otros pueblos de jinetes o entre siacute mismos seguacuten el autor)41 A E Negin por su parte no niega la po-sibilidad de que las monturas de los jinetes saacutermatas maacutes pesadamente equi-pados fueran protegidas pero en cualquier caso considera que dicha pro-teccioacuten variariacutea en extensioacuten enormemente de un jinete a otro y estariacutea prin-cipalmente restringida a los mandos42 I Lebedynsky especialista en cultu-ras esteparias de la Antiguumledad considera posible que parte de las monturas de la caballeriacutea saacutermata portaran alguacuten tipo de proteccioacuten para lo que argu-menta que las representaciones de jinetes y monturas acorazados de la Co-lumna Trajana aunque ejecutadas en un modo bastante fantasioso no deja de ser sino la traduccioacuten artiacutestica de una realidad militar Igualmente cita la estela funeraria de Athenios en Panticapea donde aparece un jinete empu-

39 TAacuteCITO Historias I 79 4 40 EADIE 1967 p 165 MIELCZAREK 1993 pp 99-100 NEGIN 1998 pp 67-74

LEBEDYNSKY 2002 pp 164-171 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002 pp 23-34 41 MIELCZAREK 1993 pp 101-102 42 NEGIN 1998 p 74

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ntildeando una lanza y montado sobre un caballo que parece mostrar sobre su lo-mo las trazas de una proteccioacuten de escamas o laacuteminas43 R Brzezinski junto a Mielczarek por su parte llegan a conclusiones similares44 Particularmente consideramos que probablemente el uso de protecciones amplias para los ca-ballos no fuera tan sistemaacutetico como podiacutea observarse entre los catafracta-rios partos sino maacutes restringidas en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete y su papel taacutectico concreto en el campo de batalla En este sentido la no utilizacioacuten del teacutermino catafractus katavfrakto por parte de las fuen-tes latinas o griegas en referencia a la caballeriacutea pesada de choque saacutermata podriacutea responder a esta circunstancia en comparacioacuten con la caballeriacutea pesa-da parta

CONTARII Y CATAFRACTII EN EL EJEacuteRCITO ROMANO EQUIPAMIENTO ORGANI-ZACIOacuteN TAacuteCTICAS Y ORIacuteGENES

A continuacioacuten abordaremos en detalle el equipamiento militar la or-

ganizacioacuten de las unidades y las taacutecticas empleadas por estas unidades espe-cializadas y peculiares atestiguadas por primera vez en el ejeacutercito romano en eacutepoca Flavia y sobre todo de Trajano y Adriano en base a las fuentes dis-ponibles Una vez definidos estos puntos trataremos de considerar cuaacutel fue la corriente de influencia y los motivos que llevaron a la creacioacuten de unida-des de caballeriacutea de esta naturaleza en mitad de una tradicioacuten militar estre-chamente vinculada a la infanteriacutea pesada

Respecto del equipamiento de los contarii y catafractii del ejeacutercito romano (asiacute como de los ejeacutercitos saacutermata y parto) sucede como con cual-quier otra unidad militar de reciente creacioacuten o naturaleza extrantildea en cual-quier periodo histoacuterico son sus elementos maacutes innovadores o peculiares los que llaman la atencioacuten del observador (sea eacuteste directo o indirecto) que-dando los elementos comunes o sobradamente conocidos en un segundo pla-no o simplemente obviados45 La organizacioacuten de estas unidades por otra

43 LEBEDYNSKY 2002 pp 171-172 44 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002 p 37 45 MIELCZAREK 2002 pp 90-93 este autor dispone como ejemplo comparativo la ima-

gen que los huacutesares alados polacos unidad militar de caballeriacutea pesada (por contra a su deno-minacioacuten de huacutesares) empleada por la Confederacioacuten polaco-lituana durante los ss XVI-XVIII causaba entre sus contemporaacuteneos extranjeros los cuales destacaban antes los ele-mentos ldquoexoacuteticosrdquo y llamativos de esta unidad (las alas a la espalda los pendones de las lar-gas lanzas o las pieles vestidas sobre las armaduras y uniformes por sus aristocraacuteticos miem-bros) que los elementos realmente cruciales como las lanzas de choque las poderosas pro-tecciones metaacutelicas y su empleo taacutectico en la batalla con devastadores resultados Otro tanto

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parte dada su denominacioacuten de alae responde claramente a los modelos altoimperiales de organizacioacuten de la caballeriacutea sin que pueda detectarse en principio ninguna particularidad extraordinaria causada por la naturaleza es-pecial (o simplemente novedosa) de estas unidades Las taacutecticas son el punto decisivo en base a que suponen la puesta en praacutectica y uso del equipamiento y la organizacioacuten previa de la unidad y lo que determinaraacute en mayor medida el eacutexito de su empleo en la batalla objetivo fundamental de cualquier unidad militar por simple que eacutesta sea Finalmente nuestro intereacutes en determinar los oriacutegenes e influencias de este tipo de unidades del ejeacutercito romano deviene de una razoacuten sencilla el ejeacutercito romano estuvo en contacto durante qui-nientos antildeos con tradiciones militares que emplearon la caballeriacutea de forma masiva y especializada o que hicieron simplemente un uso maacutes o menos sis-temaacutetico de la caballeriacutea pesada de choque o catafracta sin que ello motivara la creacioacuten de unidades semejantes dentro de las armas romanas iquestPor queacute razoacuten entonces eacutestas surgen repentinamente hacia finales del s I dC y muy especialmente bajo los reinados de Trajano y Adriano sin abandonar ya la tradicioacuten militar romana hasta convertirse en una de las espinas dorsales de los ejeacutercitos del Bajo Imperio y sobre todo del posterior Imperio Bizantino

El lector habraacute notado que en el tiacutetulo de este apartado no hemos he-cho mencioacuten los clibanarii Dada la inexistencia de este teacutermino en las fuen-tes que tratan esta clase de unidades en el periodo que abordamos (hasta el punto que no hace su aparicioacuten hasta el s IV dC)46 consideramos innece-saria cualquier disquisicioacuten ulterior en base a una especialidad militar que no habiacutea emergido como tal para el periodo que estudiamos No obstante no debemos olvidar que en base a las hipoacutetesis barajadas y a la propuesta que aquiacute hemos presentado apoyaacutendonos en ellas las diferencias entre catafractii y clibanarii devienen maacutes de un empleo taacutectico antes que de diferencias sen-sibles en equipamiento u organizacioacuten en este sentido por tanto el papel taacutectico del clibanarius podriacutea haber sido desempentildeado por el catafractus en el periodo que nos ocupa

Las alae I Canninefatum y I Vlpia Contariorum milliaria El elemento maacutes caracteriacutestico de un contarius es el arma que le da

nombre el contus sarmaticus Nuestras fuentes no nos aportan mayores de-talles acerca del equipamiento militar de esta clase de unidades La estela de parece suceder con las fuentes claacutesicas que abordan a contarios catafractos y clibanarios de cualquier ldquonacionalidadrdquo soacutelo se resentildean los elementos llamativos o extrantildeos de su equipo

46 MIELCZAREK 1993 p 76

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Aduitor jinete del ala I Canninefatum ya mencionada maacutes arriba nos aporta la imagen de un jinete equipado tan soacutelo con un contus sin llevar maacutes pro-teccioacuten que sus ropas militares Sin embargo no es la primera vez que un militar romano se hace representar en su estela funeraria portando simple-mente sus armas maacutes caracteriacutesticas vistiendo tan soacutelo lo que podriacuteamos de-nominar como su ldquouniformerdquo Asiacute pues iquestno podriacutea estar actuando Aduitor en el mismo sentido

El contus sarmaticus es un arma de choque destinada a ser empuntildeada a dos manos por un jinete que emplearaacute la fuerza de sus brazos y de la em-bestida de su caballo conjuntamente para arremeter contra un objetivo pe-destre o ecuestre con la finalidad de abatirlo o derribarlo La superior longitud del contus por otra parte confiere al jinete una importante ventaja desde el momento en que a la carga posee la oportunidad de golpear prime-ro al enemigo con toda la brutal fuerza que un jinete a la carga puede desple-gar en ese preciso instante Sin embargo una vez ha sucedido el choque y se acortan las distancias entre el contarius y sus enemigos el jinete se encuen-tra en una situacioacuten de creciente vulnerabilidad si no recibe apoyo de liacuteneas sucesivas de otros jinetes o queda maacutes o menos aislado puede ser flanquea-do y faacutecilmente atacado por la infanteriacutea u otros jinetes47 La principal fuerza de una unidad de contarios radica por tanto en su capacidad para actuar en grupo y en perfecta coordinacioacuten asiacute como en saber explotar la ventaja fiacutesica y psicoloacutegica del primer impacto para barrer y desfondar a la formacioacuten ene-miga del tipo que sea Sin embargo esto no siempre puede suceder (ni se dan las condiciones apropiadas para conseguirlo en el campo de batalla) Ante semejante eventualidad inherente a una unidad de contarii sus componentes debiacutean de estar seguramente preparados La proteccioacuten corporal y un o unas armas secundarias formaban probablemente parte del equipo de Aduitor y de otros jinetes como eacutel

En cuanto al equipamiento ofensivo el arma maacutes comuacuten al lado de una lanza de acometida es una espada especialmente una de hoja larga la maacutes adecuada para su uso desde la silla de montar Este tipo de armas estaacute arqueoloacutegicamente atestiguada entre otros especialistas en el uso del contus los saacutermatas En la panoplia romana del s II dC las espadas largas no eran desconocidas en absoluto la caballeriacutea empleaba masivamente la spatha una espada de hoja recta que podiacutea oscilar entre los 65 y los 90 cm de lon-gitud y entre los 4 y 8 cm de anchura que en el s II dC era portada ya so-bre el costado izquierdo48 Otro tipo de espadas empleadas por la caballeriacutea romana en eacutepoca Antonina y Severa fueron las espadas de pomo en forma de

47 GOLDSWORTHY 1998 p 241 48 DIXON SOUTHERN 1997 pp 48-49 FIELDS 2006 p 16

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anillo cuyo origen se encuentra entre las espadas del mismo tipo saacutermatas y del Reino del Boacutesforo49 Una daga el pugio romano aunque pueda parecer un arma mucho maacutes uacutetil para un soldado de infanteriacutea que para un jinete es especialmente adecuada para los combates maacutes encarnizadamente cercanos tales como los brutales forcejeos hombre a hombre que tras un encontronazo de caballeriacutea podiacutean darse Igualmente un jinete descabalgado encontrariacutea mucho maacutes adecuado un pugio a la hora de enfrentarse a la infanteriacutea ene-miga que su larga espada maacutes conveniente para el combate desde la silla de montar50 Si tenemos en cuenta que en determinadas circunstancias un conta-rius era particularmente vulnerable a los ataques (y a ser consecuentemente derribado) un pugio seriacutea un buen complemento a su panoplia

Respecto al equipo defensivo debemos descartar desde un principio (auacuten a riesgo de resultar redundantes) el uso de escudos dada la imposibi-lidad de emplearlos adecuadamente empuntildeando al mismo tiempo un contus cuyo uso ademaacutes se veriacutea gravemente estorbado En este sentido la pro-teccioacuten corporal se convertiriacutea en un imperativo maacutexime teniendo en cuenta las debilidades inherentes a un contarius en combate ya mencionadas Di-versos tipos de casco o galea estaban a la disposicioacuten del jinete romano Los cascos de caballeriacutea evolucionaron de un modo diferente a los de la infan-teriacutea desde eacutepoca de Augusto al fin y al cabo las necesidades de proteccioacuten y movilidad de un jinete y un infante eran distintas Hacia finales del s I dC los modelos preexistentes como el casco tipo Weiler empezaron a ser refor-zados en su parte frontal (un lugar propenso a recibir contundentes sablazos durante el choque entre dos formaciones de caballeriacutea) desembocando en nuevos modelos durante el s II dC tales como el Russell Robinson tipo B uno de cuyos principales ejemplos fue encontrado en Ely Cambridgeshire Entre sus principales caracteriacutesticas estaacute la ampliacioacuten de las carrilleras que envuelven buena parte de la cara asiacute como los oiacutedos dejando soacutelo al descu-bierto nariz ojos y boca Su refuerzo frontal es pronunciado y el cubrenuca se ampliacutea ligeramente Sin embargo los cubrenucas de los cascos de ca-balleriacutea nunca alcanzaraacuten extensiones superiores en caso de ser derribado un jinete con un casco de cubrenuca muy extenso (como en los cascos de in-fanteriacutea del s II dC) podiacutea partirse el cuello faacutecilmente En este sentido avanzado el s II dC los cubrenucas se atrofian de nuevo mientras que las carrilleras se ampliacutean auacuten maacutes asiacute como los refuerzos del yelmo En este sentido los mejores ejemplos son el casco de Kalkar-Houmlnnepel (s II dC) y especialmente el tipo Friedberg el Heddernheim y el Russell Robinson tipo

49 BISHOP COULSTON1993 pp111-112 LEBEDYNSKY 2002 pp 101-103 p 167 y p 240 DIXON STEPHENSON 2003 pp 75-78

50 DIXON STEPHENSON 2003 pp 90-92

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E datados ya a comienzos del s III dC Estos cascos se caracterizan por en-volver casi completamente la cara salvo una breve ldquotrdquo que deja al descu-bierto ojos nariz y parte de la boca Las carrilleras cubren toda la cara y los oiacutedos asiacute como buena parte del cuello en unioacuten al cubrenuca Una extensa visera se extiende desde el frontal reforzado del casco sirviendo para desviar auacuten mejor los golpes frontales El yelmo presenta refuerzos transversales que se cruzan en su parte superior y se extienden hasta los liacutemites del cubrenuca En su conjunto estos disentildeos de cascos proporcionan una buena proteccioacuten contra golpes realizados desde cualquier direccioacuten especialmente frontales laterales y sobre la parte superior de la cabeza dejando vulnerable soacutelo la parte estrictamente necesaria del rostro51 No trataremos aquiacute todaviacutea los cas-cos destinados en principio a la Hippikaacute Gymnasia pues su particular natu-raleza y en especial la utilidad protectora del rostro de sus maacutescaras seraacute ob-jeto de debate en torno al equipamiento de los catafractii

La proteccioacuten corporal resultariacutea igualmente esencial para un conta-rius sobre todo porque en posicioacuten de carga y sin escudo resultariacutea muy vul-nerable a cualquier contraataque que pudiera atravesar la formacioacuten de ca-balleriacutea erizada de lanzas En general las protecciones no deberiacutean resultar muy diferentes a las de cualquier otro equite medianamente pesado de la ca-balleriacutea romana La proteccioacuten maacutes sencilla y frecuente seriacutea la lorica hama-ta o cota de mallas de mangas cortas hombros reforzados con una doble ca-pa de mallas y faldelliacuten extenso hasta medio muslo A finales del s II dC la caballeriacutea empezariacutea a llevar loricae hamatae de mayor longitud llegando a rebasar codos y rodillas En cuanto a las loricae squamatae durante los ss I-II dC soliacutean ser de unas dimensiones semejantes a las hamatae de man-gas y faldelliacuten cortos (cuando no sin mangas) con dos placas pectorales de metal como complemento y una franja de pteryges sobre los muslos Con la entrada del s III dC la lorica squamata cambia y tiende a hacerse maacutes lar-ga En el s II dC se incorpora una innovacioacuten las escamas semi-riacutegidas maacutes amplias y cosidas unas junto a otras sobre una pieza de cuero de tal for-ma que conformaban una proteccioacuten riacutegida y maacutes soacutelida como el ejemplo de Waffenmagazin en Carnunto datado probablemente de eacutepoca pre-Antonina o Antonina temprana Las armaduras de laacuteminas elaboradas a partir de esca-mas de metal rectangulares y alargadas son raras en el mundo romano du-rante esta fase aunque existe alguacuten ejemplo aislado como el hallazgo de un fragmento datado en el s III dC en Čatalka52 Otros elementos podiacutean com-

51 BISHOP COULSTON 1993 pp 93-96 y 117-119 FREUGEgraveRE 1994 pp 104-121 DIXON

SOUTHERN 1997 pp 35-36 DIXON STEPHENSON 2003 pp 17-20 FIELDS 2006 pp 12-13 52 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-92 y 116-117 DIXON SOUTHERN 1997 pp 36-43

DIXON STEPHENSON 2003 pp 43-48 FIELDS 2006 pp 13-14

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pletar la proteccioacuten del contarius como la de cualquier otro equite especial-mente grebas de diverso tipo especialmente uacutetiles para proteger las vulnera-bles piernas del jinete53

Completariacutea el equipamiento de un contarius su montura asiacute como la silla y los arreos necesarios para controlarla y poder actuar en conjuncioacuten con ella En particular la silla compondriacutea un elemento clave del equipo de una caballeriacutea especializada en taacutecticas de choque ante la carencia de estri-bos sin una silla de montar adecuada un contarius podriacutea salir simplemente disparado por la grupa de su caballo a causa de la fuerza del impacto En este sentido las tentativas de reconstruccioacuten de las sillas de montar realizadas por Junkelmann y P Connolly han resultado de extremada utilidad para conocer hasta queacute punto la silla de montar romana conocida como ldquosilla de cuatro cuernosrdquo podiacutea suplir la carencia del estribo y permitir a un jinete realizar toda clase de maniobras a lomos de su caballo sin correr excesivo riesgo de caer desmontado Especialmente satisfactorios han sido en este sentido las experiencias realizadas por Connolly con su propuesta de silla de estructura riacutegida interna de madera respaldados sus resultados por otros autores como K Dixon o P Southern Aunque no es materia esencial de nuestro estudio el debate en torno a la particular naturaleza de las sillas de montar romanas sentildealaremos que estos autores (a cuya opinioacuten nos adscribimos) consideran que una silla de montar de entramado riacutegido interno responderiacutea mucho me-jor a las necesidades de un jinete carente de estribos que una sin dicho entra-mado Desde nuestro particular punto de vista consideramos que las necesi-dades de un jinete especializado en taacutecticas de choque acentuariacutean enorme-mente la necesidad de una silla con un buen entramado riacutegido capaz de absorber la fuerza del impacto y mantener al jinete soacutelidamente afincado so-bre el lomo de su montura sin riesgo de caer Igualmente la solidez del en-tramado y su capacidad para transferir el peso del jinete de la columna verte-bral del animal hacia sus flancos (con el consecuente beneficio para la salud del caballo) permitiriacutea transmitir la fuerza de la embestida de la montura ha-cia el propio jinete y su arma (en este caso el contus) concentrando la fuerza del impacto en el afilado extremo de eacutesta y maximizando de este modo la eficiencia de la carga54 Posiblemente las unidades de caballeriacutea maacutes pesadas (como los catafractii) emplearon sillas de montar cuyo entramado estariacutea maacutes desarrollado y hasta reforzado con elementos metaacutelicos55

53 DIXON STEPHENSON 2003 p 61 54 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 BISHOP COULSTON 1993 pp 105-108

MIELCZAREK 1993 pp 81-82 DIXON SOUTHERN 1997 pp 70-74 DIXON STEPHENSON 2003 pp 107-110 FIELDS 2006 pp 17-18

55 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 pp 44-45

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La posible proteccioacuten portada por la montura de un contarius proba-blemente no diferiacutea de la portada por las monturas de las unidades de ca-balleriacutea media del ejeacutercito romano especialmente si tenemos en cuenta que como tendremos oportunidad de analizar no estaacute ni tan siquiera claro que los caballos de los catafractii romanos portaran protecciones fuera de lo comuacuten respecto de otras unidades de caballeriacutea Por tanto el elemento de proteccioacuten maacutes pesado portado por el caballo de un contarius seriacutea un chamfron una proteccioacuten para la cabeza y ojos del animal que podiacutea ser tanto de cuero co-mo metaacutelica Se han encontrado diversos ejemplares de este tipo de protec-ciones los maacutes exuberantemente decorados considerados (en principio) como restringidos a su uso durante la Hippikaacute Gymnasia56 El principal papel de estas protecciones parece enfatizar la proteccioacuten de los ojos del caballo en tanto en cuanto se conocen ejemplos de chamfrons romanos que tan soacutelo protegen esta vulnerable parte de la cabeza del animal como los hallados en Mainz Alemania57

El armamento caracteriacutestico del contarius especialmente el contus se asemeja enormemente al equipamiento del jinete pesado saacutermata el cual en la mayor parte de los casos no era sino un jinete maacutes o menos bien protegido (en algunos casos pesadamente protegido) a lomos de un caballo que en la mayor parte de los casos no llevariacutea una proteccioacuten destacada La principal fuerza del jinete saacutermata radicariacutea en el uso del llamado contus sarmaticus Que los primeros testimonios de la existencia de contarii entre las filas de la caballeriacutea romana no date antes del 60 dC resulta igualmente significativo el encuentro del ejeacutercito romano con la caballeriacutea pesada de los saacutermatas roxolanos o yaacutecigos se produce precisamente en esas fechas No existen evi-dencias de un ldquoteacutermino mediordquo similar al contarius romano entre el arquero a caballo y el catafractoclibanario parto o sasaacutenida Los contrastes entre el jinete pesado saacutermata y el parto son evidentes no soacutelo en equipo militar sino en taacutecticas todo lo contrario sucede entre el jinete pesado saacutermata y el contarius romano en particular Resulta loacutegico por tanto pensar que el mo-delo en taacutecticas y equipamiento del contarius romano se encuentra entre los contarios de la caballeriacutea pesada saacutermata58

56 BISHOP COULSTON 1993 pp 105-108 DIXON SOUTHERN 1997 p 67 DIXON

STEPHENSON 2003 pp 111-112 FIELDS 2006 57 DIXON STEPHENSON 2003 p 112 58 EADIE 1967 pp 165-167 MIELCZAREK 1993 pp 99-102 NEGIN 1998 LEBEDYNSKY

2002 p 236

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El ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta A diferencia de lo que sucede con los contarii no disponemos de des-

cripciones pormenorizadas o representaciones graacuteficas expliacutecitas de cata-fractii del ejeacutercito romano59 Tan soacutelo el grafito de un catafracto hallado en Dura-Europos aporta alguacuten tipo de informacioacuten expliacutecita para reconstruir la posible imagen de lo que seriacutea un catafractus del ejeacutercito romano pese al hecho de que la ldquonacionalidadrdquo del catafracto representado en el grafito no estaacute nada clara

Como ya hemos sentildealado en apartados anteriores el propio nombre de catafractuscatafractii (asiacute como el posterior de clibanariusclibanarii) pone el acento en la defensa corporal metaacutelica de este tipo de soldados romanos o no romanos Sin embargo el equipamiento defensivo carece de sentido algu-no si no protege una funcioacuten ofensiva concreta En un contarius el eacutenfasis se situacutea en su capacidad ofensiva representada fundamentalmente por el contus sarmaticus como devastadora arma de choque en manos de una fuerza dise-ntildeada esencialmente para el ataque la caballeriacutea En un catafractus romano o parto y en sus homoacutelogos saacutermatas maacutes pesadamente equipados el elemen-to clave no es el poderoso equipo defensivo del jinete (y seguacuten queacute casos de su caballo) en solitario sino la conjuncioacuten de eacuteste con el poder devastador de su equipo ofensivo El catafractus representa asiacute la fuerza ofensiva del con-tarius puesta bajo una proteccioacuten concienzuda que la mantenga a salvo de la mayor parte de los contraataques

En este sentido el equipamiento ofensivo de un catafractus romano no se diferenciariacutea en nada sustancial del portado por un contarius Aparte de la fundamental y eficiente contus el catafractus no dejariacutea de portar un arma secundaria siendo de nuevo la maacutes eficiente la espada de hoja larga que en la tradicioacuten romana altoimperial se materializaba en la spatha en to-das sus variantes asiacute como en espadas de hoja larga de tradicioacuten saacutermata que ya presentamos anteriormente En cuanto a otras armas acaso el pugio pu-diera ser un complemento menos uacutetil para un jinete pesadamente protegido (y con una movilidad maacutes restringida en consecuencia) que para un conta-rius o un equite maacutes vulnerable pero con mayor libertad de movimientos Al fin y al cabo la funcioacuten de ataque baacutesica del catafractus no era sino la mis-ma que la del contarius aprovechar la ventaja de un arma de acometida como el contus para derribar a enemigos a pie o montados antes de poder re-cibir cualquier clase de contraataque cuerpo a cuerpo por parte de ellos Era precisamente su capacidad para mantenerse a salvo de buena parte de los

59 MIELCZAREK 1993 p 79

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contraataques (cercanos o de proyectil) lanzados contra ellos lo que conver-tiacutea a los catafractii en un arma auacuten maacutes devastadora y pesada que los conta-rii la fuerza devastadora de su ataque teniacutea muchas menos posibilidades de verse desbaratada durante la accioacuten si todo iba razonablemente bien60

Y es este elemento clave del catafractus romano la proteccioacuten corpo-ral uno de los puntos que mayores debates ha generado empezando por el yelmo propiamente dicho Un catafractus romano del s II y comienzos del s III dC empleariacutea una gama de cascos ligeramente distinta a los de un con-tarius por dos razones la primera de todas cronoloacutegica en base al hecho de que su aparicioacuten (en base a todas nuestras fuentes) no parece tener lugar has-ta la primera deacutecada del s II dC por lo que los disentildeos de cascos maacutes tiacutepi-cos del s I dC (como el tipo Weiler) no llegariacutean a ser usados por los cata-fractii romanos la segunda es puramente funcional en tanto en cuanto se es-perariacutea de un catafractus que fuera lo maacutes protegido posible Soacutelo los dise-ntildeos maacutes soacutelidos de yelmos romanos y de proteccioacuten maacutes completa entrariacutean a formar parte del equipo corriente de esta caballeriacutea pesada En este sentido resulta particularmente representativo el casco tipo Heddernheim o Russell Robinson tipo E el tipo Friedberg asiacute como los cronoloacutegicamente anteriores Kalkar-Houmlnnepel y Bodengraven Todos ellos ofreciacutean una excelente protec-cioacuten a todo el craacuteneo y el cuello Sin embargo todos ellos no podiacutean evitar dejar al descubierto ojos nariz y buena parte de la boca Teniendo en cuenta que el resto del cuerpo del jinete estariacutea tambieacuten razonablemente bien prote-gido la mejor forma de neutralizar a un catafractus en estas circunstancias era atacarle al rostro directamente Sean cuales sean las circunstancias (y lo que Hollywood nos haya intentado hacer creer) el instinto baacutesico de preser-vacioacuten de un ser humano le hace cerrar los ojos encoger o apartar brusca-mente la cabeza y (de ser necesario) protegerse con las manos y los brazos si intuye o siente una agresioacuten dirigida a la cara Se trata de un acto reflejo baacute-sico e instintivo que no se puede evitar La peacuterdida temporal del control so-bre la realidad visual y sobre las acciones del combate que esto produciriacutea podriacutea provocar (al menos durante ese corto espacio de tiempo) que el ldquoin-vulnerablerdquo catafractus dejara de ser una amenaza fallara el objetivo de su ataque dejara de prestar atencioacuten (en pos de su propia proteccioacuten) yo se convirtiera en un objetivo vulnerable durante ese tiempo En resumidas cuentas la proteccioacuten para la cara resultariacutea una pieza muy uacutetil para un sol-dado cuya fuerza residiera en una pesada proteccioacuten y una gran contundencia de ataque En este sentido se sabe que los catafractos y clibanarios partos y

60 MIELCZAREK 1993 p 81 BISHOP COULSTON 1993 pp 109-111 DIXON SOUTHERN 1997 p 76 GOLDSWORTHY 1998 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-321

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sasaacutenidas emplearon maacutescaras o ventails combinadas con sus cascos para completar su proteccioacuten dejando tan soacutelo los resquicios necesarios para res-pirar y ver (literalmente dos orificios del tamantildeos de los ojos asiacute como una apertura y perforaciones para permitir la ventilacioacuten a la altura de la boca y la nariz) sin que ello pareciera representar un inconveniente a la percepcioacuten del entorno en combate61 En la panoplia romana altoimperial los cascos con maacutescaras metaacutelicas (y las maacutescaras en siacute mismas) no son precisamente des-conocidos son aquellos inicialmente atribuidos a un uso en paradas y ejer-cicios militares especialmente la Hippikaacute Gymnasia Entre los ejemplos maacutes destacables podemos sentildealar el tipo Newstead (s I dC) asiacute como las varian-tes maacutes elaboradas y decoradas del Heddernheim En principio este tipo de cascos dada su profusa decoracioacuten y las supuestas limitaciones a la visibili-dad provocadas por la maacutescara estariacutean limitado en su uso a la Hippikaacute Gymnasia Sin embargo este tipo de cascos no era impedimento para un adecuado desenvolvimiento durante estos ejercicios que eran una muestra de destreza iquestPor queacute entonces habriacutean de resultar un estorbo en la batalla Las maacutescaras de la caballeriacutea parta no teniacutean una factura esencialmente diferente a las romanas (maacutes allaacute del plano puramente artiacutestico-estiliacutestico) y fueron usadas en combate con cierta asiduidad iquestPor queacute razoacuten los yelmos con maacutes-cara o maacutes probablemente las maacutescaras en siacute mismas combinadas con otros tipos de yelmos romanos de caballeriacutea conocidos no pudieron ser utilizados en combate tanto como en la Hippikaacute Gymnasia Hace casi dos deacutecadas Mielczarek ya lanzoacute una propuesta en semejante sentido al respecto de la ca-balleriacutea pesada romana poniendo en cuestioacuten su uso exclusivo en paradas y exhibiciones la cantidad de cascos con maacutescaras y maacutescaras aisladas vincu-ladas a la panoplia romana (y especialmente de la caballeriacutea) no parece res-ponder precisamente a un uso limitado a ocasiones especiales Diez antildeos maacutes tarde Dixon e I P Stephenson volvieron a retomar dichos plantea-mientos argumentando que determinados cascos empleados en la Plena y Baja Edad Media (como el sallet A82) limitaban la visibilidad tanto o maacutes que las maacutescaras inicialmente consideradas como limitadas a la Hippikaacute Gymnasia y sin embargo fueron empleados en combate62 En este sentido consideramos que posiblemente los maacutes ricamente decorados ejemplares no fueron objeto de uso en combate pero siacute que nos adscribimos a los plantea-mientos de los autores mencionados considerando no soacutelo probable sino ra-zonable que la maacutescara (y los cascos disentildeados especialmente para portarlas) formaran parte de la panoplia de los catafractii otorgaacutendoles la proteccioacuten necesaria para proteger el siempre vulnerable rostro

61 MIELCZAREK 1993 p 60 NEGIN 1998 pp 72-74 WILCOX 2001 p 10 62 MIELCZAREK 1993 p 81 DIXON STEPHENSON 2003 pp 20-24

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Un catafractus sin duda alguna portariacutea una buena proteccioacuten para el torso En este sentido hariacutea uso de las mismas protecciones antes menciona-das para los contarii como loricae hamatae y squamatae asiacute como las inno-vaciones propias de eacutepoca Antonina y Severa como las escamas semi-riacutegi-das y las poco comunes armaduras de laacuteminas como el aislado ejemplo del s III dC hallado en Čatalka63 Sin embargo si atendemos ahora al grafito de Dura-Europos el jinete representado no parece llevar un uacutenico tipo de pro-teccioacuten sobre su torso Las armaduras compuestas por varios tipos de loricae como hemos visto eran probablemente utilizadas ya por los saacutermatas Este tipo de proteccioacuten era tambieacuten conocida en el ejeacutercito romano si bien los ejemplos de la misma son limitados y no parece que su uso estuviera muy extendido (al igual que no parece que en el s II y a comienzos del s III dC los catafractii fueran un arma de extendido uso en Roma) Se denominaba lorica plumata teacutermino que al parecer designaba principalmente a armadu-ras compuestas por lorica squamata y hamata combinadas Esta combina-cioacuten parece ser la utilizada tambieacuten por los saacutermatas aunque su distribucioacuten sobre el cuerpo no se ha podido reconstruir convincentemente64 Al igual que el contarius el catafractus no portariacutea escudo tanto por serle imposible su debido aprovechamiento al empuntildear un contus como por el estorbo que su-pondriacutea al uso de esta uacuteltima La carencia de escudo quedariacutea suplida por lo pesado de su proteccioacuten corporal En este sentido destaca la manica una proteccioacuten construida con laacuteminas de metal (bronce o hierro) semiciliacutendricas unidas unas a otras en progresioacuten descendente del hombro hacia la mano la cual podiacutea proteger a su vez con guanteletes de malla de escamas o incluso una extensioacuten de la manica misma adaptada a la forma de la mano65 Com-pletariacutean la proteccioacuten de un catafractus unas grebas para sus piernas (la parte de su cuerpo maacutes al alcance de la infanteriacutea enemiga) si bien podiacutean disponer de protecciones maacutes pesadas que podiacutean llegar a cubrir muslos y pies recordando en su estructura a la manica empleada para proteger los bra-zos66 En ocasiones podriacutea emplearse tambieacuten protecciones especiacuteficas para el cuello especialmente pensadas para cubrir cualquier posible fisura entre el yelmo y la proteccioacuten del torso De este tipo de piezas se han encontrado al-gunos ejemplos como el de una tumba de Čatalka en Bulgaria datada en el

63 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-92 y 116-117 DIXON SOUTHERN 1997 pp 36-43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 43-48 FIELDS 2006 pp 13-14

64 MIELCZAREK 1993 pp 79-80 NEGIN 1998 pp 68-74 DIXON STEPHENSON 2003 pp 49-50 FIELDS 2006 pp 10-11

65 BISHOP COULSTON 1993 pp 87-91 DIXON STEPHENSON 2003 pp 55-58 66 DIXON SOUTHERN 1997 p 43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 61-63

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s II dC y consistente en un anillo de metal dividido en dos mitades unidas por un cinturoacuten de cuero y originalmente tintado en rojo67

El equipamiento de las monturas de los catafractii romanos es otro as-pecto poleacutemico quizaacutes el que maacutes En primer lugar respecto de las sillas de montar eacutestas responderiacutean probablemente al modelo presentado por Con-nolly pero a un tipo particular cuyo entramado riacutegido interno y cuernos es-tariacutean maacutes desarrollados planteando una sujecioacuten mucho maacutes riacutegida y firme Este tipo de sillas poseiacutea ademaacutes una estructura reforzada con elementos metaacutelicos Seguacuten Connolly y C Van Dryel Murray este tipo de sillas res-ponderiacutea especialmente a un uso por parte de unidades de caballeriacutea pesada donde el peso de la armadura del jinete sumada a su modalidad de combate (choque con lanza pesada) hariacutea necesaria una sujecioacuten maacutes firme para evitar quedar descabalgado asiacute como un maacutes eficiente reparto del peso sobre el lomo y los costados del caballo Este tipo de sillas es visible tambieacuten sobre los caballos de los clibanarios sasaacutenidas que aparecen en el relieve de Firu-zabad68 En segundo lugar estaacute la cuestioacuten en torno a si las monturas de los catafractii romanos del s II y comienzos del III dC llevaban alguacuten tipo de proteccioacuten y cuaacuten completa era esta En este sentido se han lanzado diver-sas propuestas e hipoacutetesis por una parte aquellos que consideran que los ca-tafractii romanos probablemente no emplearon proteccioacuten para sus monturas al menos no en la forma casi sistemaacutetica y masiva que caracterizaba a la ca-balleriacutea pesada parta y que caracterizariacutea maacutes tarde a la sasaacutenida y a la pro-pia caballeriacutea pesada romana bajoimperial en este sentido los catafractii del ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta no seriacutean sino contarii pesada-mente protegidos pero cuyas monturas no portariacutean proteccioacuten alguna fuera de lo comuacuten hasta el momento en el ejeacutercito romano69 otros han propuesto un teacutermino medio sostenido en base a la influencia saacutermata en la creacioacuten y equipamiento de la caballeriacutea pesada romana Es eacuteste el caso de Mielczarek Negin y Lebedynsky entre otros quienes consideran que los catafractii ro-manos no emplearon la protecciones pesadas y o maacutes o menos completas pa-ra sus monturas en el sentido sistemaacutetico que se puede observar en la tradi-cioacuten militar parta o persa sino que emplearon protecciones maacutes limitadas y sobre todo aplicadas a secciones concretas de estas unidades por ejemplo entre aquellos soldados destinados a formar la vanguardia de choque de la formacioacuten o simplemente entre los oficiales70 entre la mayor parte de los autores consagrados al estudio del armamento romano y en particular de la

67 DIXON STEPHENSON 2003 p 59 68 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 p 45 MIELCZAREK 1993 pp 81-82 69 EADIE 1967 pp 166-168 70 MIELCZAREK 1993 pp 74-81 NEGIN 1998 p 74 LEBEDYNSKY 2002 p 237-238

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caballeriacutea existe un acuerdo taacutecito en reconocer el uso por parte de la ca-balleriacutea pesada romana de protecciones metaacutelicas Sin embargo en general o no llegan a un acuerdo en torno a su empleo por parte de las primeras uni-dades de catafractii o se limitan a constatar que los restos arqueoloacutegicos de protecciones equinas pesadas (particularmente las halladas en Dura-Europos) datan en principio del s III dC sin entrar en mayores debates71 finalmente estaacuten aquellos autores que dan simplemente por sentada la asociacioacuten entre el teacutermino catafractii y una proteccioacuten maacutes o menos completa y extendida a la inmensa mayoriacutea (al menos) de las monturas de estas unidades en cual-quier momento desde su creacioacuten72 pero especialmente a partir del s III dC73

En general todas estas corrientes tienden a coincidir en sentildealar que las armaduras pesadas para caballos en el ejeacutercito romano no empezaron a utili-zarse de forma extendida para la caballeriacutea pesada hasta el s III dC De nue-vo el debate se centra en torno a su uso durante el s II dC justo en el mo-mento de la creacioacuten de las primeras unidades de catafractii y particular-mente a causa de la falta de pruebas concluyentes Si se hizo uso de dichas protecciones ya en el s III dC iquestpor queacute razoacuten negar su uso en una fase an-terior aunque eacuteste no fuera un uso generalizado Particularmente preferimos adscribirnos a la tendencia representada por Mielczarek Negin y Lebedyns-ky entre otros autores considerando que los miembros de la uacutenica unidad de caballeriacutea pesada acorazada romana conocida para el s II dC el ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta (y por tanto otras unidades del mismo tipo auacuten por conocer) emplearon protecciones metaacutelicas maacutes o menos pesa-das para sus monturas de un modo ocasional limitado a secciones especiales de la unidad o a la oficialidad siguiendo la corriente de influencia saacutermata Estas protecciones se generalizariacutean a lo largo del s III dC probablemente bajo una mayor influencia de la tradicioacuten militar parta y ante todo sasaacutenida hasta constituir las unidades pesadas del Bajo Imperio que seriacutean el germen de la posterior caballeriacutea pesada bizantina

Este tipo de protecciones incluiriacutea no soacutelo ya los chamfrons metaacutelicos sobradamente conocidos por la caballeriacutea romana de la eacutepoca (y empleados probablemente por los contarii) sino bardas compuestas por malla escamas de cuero o metaacutelicas o laacuteminas que como los ejemplares de Dura-Europos (ya descritos anteriormente) cubririacutean los flancos del caballo y buena parte

71 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-70 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

72 GOLDSWORTHY 1998 pp 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 y 20-21 73 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-322

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de la pechera del mismo74 Este tipo de protecciones probablemente incluiriacutea tambieacuten piezas especiacuteficas para proteger el frontal y la cerviz del animal has-ta la cabeza a semejanza quizaacutes de las empleadas por partos y sasaacutenidas en Oriente Estas piezas particularmente para la cerviz del caballo se han en-contrado tambieacuten en Dura-Europos elaboradas en malla y lazadas mediante correas de cuero75 De este modo si se quisiera proporcionar proteccioacuten tan soacutelo a los caballos de una parte de la unidad lo maacutes loacutegico seriacutea hacerlo con las monturas que marchariacutean en la vanguardia de la formacioacuten de choque y que deberiacutean absorber la fase maacutes violenta del impacto En este sentido las piezas de proteccioacuten maacutes uacutetiles no seriacutean las bardas laterales sino las pro-tecciones para pechera cerviz y cabeza las partes del cuerpo del caballo que quedariacutean expuestas al enemigo durante una carga en formacioacuten cerrada Al prescindir asiacute de las protecciones de los flancos no solo se seguiriacutea apor-tando una proteccioacuten uacutetil a las monturas maacutes expuestas de la unidad durante una accioacuten de combate sino que se estariacutea aligerando el peso que habriacutean de soportar durante la accioacuten reduciendo asiacute el riesgo de agotamiento de las mismas

Si la influencia saacutermata en el origen del contarius romano es maacutes o menos segura la cuestioacuten resulta menos clara para los catafractii Formal-mente un catafractus romano no se diferenciaba del contario saacutermata maacutes pesadamente armado maacutes que en la factura de determinadas partes de su equipamiento muchas de las cuales eran de tradicioacuten puramente romana y unas pocas (como las protecciones maacutes pesadas para las piernas) devendriacutean de tradiciones orientales Sin embargo el hecho de que en ninguacuten momento las fuentes literarias disponibles denominen a la caballeriacutea pesada saacutermata como catafractii y que las protecciones pesadas para caballos entre la mis-ma parezcan ser objeto de un uso tan heterogeacuteneo como vinculado al status y posibilidades econoacutemicas del jinete parece ser el principal punto (al menos inicialmente) de distanciamiento entre los lanceros acorazados saacutermatas y los catafractii romanos Ahora bien suponiendo que la creacioacuten de las unidades de catafractos romanos estuviera respondiendo a la caballeriacutea pesada parta iquestpor queacute esperoacute al s II dC Durante casi tres siglos de encuentros en los campos de batalla de Oriente el ejeacutercito romano no parecioacute tener necesidad alguna de emular a los catafractos y clibanarios partos Finalmente es en el contexto de las guerras daacutecicas y paacuterticas de Trajano y en el reinado de Adriano cuando los catafractii hacen su aparicioacuten en el ejeacutercito romano al-gunas deacutecadas maacutes tarde que los contarii y despueacutes de casi un siglo de con-

74 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-63 67 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

75 DIXON STEPHENSON 2003 p 114

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tacto con la caballeriacutea saacutermata De nuevo la coincidencia de variables parece hablar por siacute sola al igual que primero el contarius el catafractus parece ser una respuesta de la caballeriacutea romana a las refriegas habidas con los exce-lentes jinetes saacutermatas desde mediados del s I dC hipoacutetesis que secundan la mayor parte de los autores76 Cualquier posible influjo oriental en la com-posicioacuten de la primera caballeriacutea pesada romana respondioacute a la incorpora-cioacuten de elementos considerados de utilidad no encontrados en la tradicioacuten militar propiamente romana o saacutermata El incremento de este influjo mate-rializado quizaacutes en la intensificacioacuten y extensioacuten del uso de armaduras pe-sadas para caballos y en el importante desarrollo en general del arma de ca-balleriacutea pesada en Roma tendriacutea lugar ya entrado el s III dC quizaacutes no tanto de manos de los uacuteltimos coletazos del moribundo Imperio parto como del joven y eneacutergico Imperio persa sasaacutenida el cual llevariacutea el arma de ca-balleriacutea en el Oriente a nuevas cotas de desarrollo especializacioacuten en organi-zacioacuten equipamiento y taacutecticas77

Mencioacuten especial requiere la organizacioacuten del ala I Gallorum et Pan-noniorum catafracta No entraremos a resentildear aquiacute la naturaleza del ala como unidad militar del ejeacutercito romano ni la organizacioacuten y estructura de la caballeriacutea romana altoimperial sino un aspecto concreto del ala concreta objeto de nuestro estudio y que parece haber pasado desapercibido a la ma-yor parte de los autores Se trata del hecho de que dicha ala debioacute de ser compuesta en su origen por soldados de dos unidades distintas probable-mente tropas selectas Tal y como sentildeala su nombre el ala estaba compuesta por jinetes galos y panonios Mielczarek ha propuesto precisamente que ca-ra a la creacioacuten de esta unidad de catafractos probablemente se seleccionoacute a los mejores soldados de dos alas distintas posiblemente (seguacuten el parecer del propio Mielczarek) el ala I Pannoniorum y el ala I Gallorum Flaviana Aunque de momento no se trata sino de una hipoacutetesis parece razonable que cara a la primera unidad de caballeriacutea pesada romana (probablemente una unidad que tendriacutea en sus oriacutegenes un marcado caraacutecter ldquoexperimentalrdquo) se seleccionara a personal experimentado y de fiar lo que remarcariacutea el caraacutec-ter de eacutelite de este tipo de unidades

76 EADIE 1967 MIELCZAREK 1993 NEGIN 1998 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

LEBEDYNSKY 2002 77 EADIE 1967 pp 169-172 MICHALAK 1987 MIELCZAREK 1993 pp 63-67 NICOLLE

1996 WILCOX 2001 pp 24-35 FARROKH 2005

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Taacutecticas y limitaciones de la caballeriacutea pesada romana La caballeriacutea fue un arma especializada principalmente en una uacutenica

funcioacuten el ataque Un grupo de jinetes no puede establecer una posicioacuten de-fensiva y mantenerla de forma estaacutetica pues equivaldriacutea claramente a un suicidio en cualquier eacutepoca Cuando una unidad de caballeriacutea ha sido em-pleada con fines de defensa lo ha sido empleando fundamentalmente el ata-que es decir un contraataque

La principal ventaja de un jinete respecto del soldado de infanteriacutea ra-dica en tres puntos fundamentales la altura que le proporciona su montura la rapidez y potencia de la misma y el efecto psicoloacutegico que todo ello sus-cita en el infante El principal modo en que la caballeriacutea (y particularmente la caballeriacutea media y pesada) se enfrenta a la infanteriacutea (y a otras unidades como veremos) es la carga cuya finalidad es desfondar la formacioacuten ene-miga dispersaacutendola para coparla y destruirla o permitir a otras unidades aprovechar la brecha abierta Sin embargo contrariamente a lo que se suele pensar un caballo (o un grupo de caballos) no es capaz de embestir una for-macioacuten cerrada de infanteriacutea Un equino no es un toro ni se comporta como tal El caballo siempre se para antes de llegar a impactar contra un obstaacuteculo que considera no podraacute esquivar o saltar o donde no vea espacio alguno por donde penetrar En este sentido una formacioacuten de infanteriacutea pesada que fuera capaz de mantener su posicioacuten hasta el final teniacutea muchas posibilidades de rechazar una carga de caballeriacutea Existiacutean dos formas para evitar que esto sucediese de modo tal que la carga de caballeriacutea tuviese finalmente eacutexito hostigar a la formacioacuten de infanteriacutea de muacuteltiples modos (ataque con proyec-tiles ataques simulados apoyar a la caballeriacutea atacante con infanteriacutea o ar-tilleriacutea) o bien que un porcentaje suficiente de soldados enemigos no fuera capaz de soportar la tensioacuten psicoloacutegica de ver venir sobre ellos una carga de caballeriacutea y rompiera filas debilitando la formacioacuten desorganizaacutendola y abriendo brechas Como vemos el resultado de una carga de caballeriacutea de-pende maacutes del contexto y de la psicologiacutea que de la carga en siacute misma Sin embargo los nervios de acero necesarios para superar el instinto de autopro-teccioacuten (que nos llevariacutea a quitarnos inmediatamente de la trayectoria de los caballos y sus jinetes) no eran (ni son) un elemento comuacuten en los ejeacutercitos Pocas infanteriacuteas disponiacutean del adiestramiento y disciplina necesarios para mantener la posicioacuten y afrontar una auteacutentica estampida que a sus ojos cla-ramente amenazariacutea con arroyarla Entre tales excepciones se encontraba la

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infanteriacutea legionaria romana la cual soacutelo en determinadas circunstancias era realmente vulnerable a un ataque de caballeriacutea78

Las unidades de caballeriacutea pesada como catafractii y contarii eran un caso auacuten maacutes especial En primer lugar el contus permitiacutea al jinete arroyar a un infante enemigo virtualmente antes de que su montura se viera obligada a detener su marcha Por otra parte sus pesadas protecciones (y la de sus mon-turas al menos para una parte de los catafractii) les otorgaban una mayor se-guridad ante cualquier clase de contraataque enemigo (especialmente pro-yectiles) y una superior capacidad de asumir el riesgo del contacto con una formacioacuten enemiga demasiado firme Pero sobre todo les otorgaba una carga psicoloacutegica brutal la visioacuten de una ldquoparedrdquo blindada erizada de lanzas en auteacutentica formacioacuten de falange avanzando con premura directamente resulta-ba especialmente impactante a ojos de un soldado de infanteriacutea por muacuteltiples factores Ser arroyado por un caballo no es una perspectiva agradable ser arroyado por una marea de lanzas y caballos blindados es una perspectiva auacuten menos agradable Para incrementar la capacidad de penetracioacuten de este tipo de caballeriacutea se empleaban formaciones y ataques en profundidad fun-damentalmente columna y cuneuscuntildea En este sentido la formacioacuten podiacutea concentrar la fuerza de su carga en un frente estrecho que pudiera ser dirigi-do convenientemente contra el punto maacutes deacutebil de la formacioacuten a atacar in-cluso con la carga ya en curso Sin embargo la caballeriacutea pesada poseiacutea una desventaja potencial el enorme peso de su equipamiento reduciacutea la veloci-dad de su carga su maniobrabilidad y podiacutea agotar a sus caballos muy raacutepi-damente En este sentido podiacutean ser viacutectimas faacuteciles de unidades maacutes aacutegiles y raacutepidas o de un contraataque al teacutermino de una extenuante carga (exitosa o no) Por otra parte no estaban precisamente capacitados para realizar una re-tirada raacutepida con los caballos extenuados por el esfuerzo de cargar despla-zando sobre sus lomos a su jinete con su equipamiento y su propia pro-teccioacuten los catafractii podiacutean encontrarse en una situacioacuten realmente com-prometida si su ataque fracasaba y no se encontraban en posicioacuten de recibir apoyo inmediato de unidades aliadas capaces de protegerlos el tiempo nece-sario para maniobrar y salir del atolladero Otro peligro que desembocaba di-rectamente en el fracaso de la carga (y en las circunstancias antes descritas) era la posibilidad de que la formacioacuten perdiera su cohesioacuten durante la carga Para evitar esta circunstancia (y reducir la extenuacioacuten de los caballos) se procuraba no cargar a mayor velocidad que un trote ligero79

78 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

79 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 y 241 LEBEDYNSKY 2002 p 237 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

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A la hora de afrontar a otra caballeriacutea las circunstancias eran dife-rentes La caballeriacutea como especialista en ataque teniacutea tambieacuten la funcioacuten de neutralizar a la caballeriacutea del adversario negaacutendole asiacute la mayor parte de la iniciativa y ganando la oportunidad de flanquear sus formaciones y ata-carlas desde diversos puntos Un ejeacutercito cuya caballeriacutea abandonara el cam-po de batalla por otra parte aunque auacuten podiacutea imponerse mediante la fuerza de su infanteriacutea (si era capaz de rechazar el ataque de la caballeriacutea adversaria y de desalojar a su infanteriacutea) careceriacutea de cualquier posibilidad para explo-tar adecuadamente la victoria la caballeriacutea fue hasta la I Guerra Mundial la uacutenica arma capacitada para lanzar una persecucioacuten sobre una fuerza enemiga en retirada convirtiendo esta uacuteltima en una desbandada desorganizada y dis-poniendo asiacute de la oportunidad de transformar un ejeacutercito derrotado en un ejeacutercito destruido En este sentido la caballeriacutea no fue soacutelo una pieza taacutectica fundamental a la hora de la batalla sino una herramienta baacutesica de la estra-tegia a nivel global de cualquier conflicto a lo largo de unos tres milenios de historia militar

La infanteriacutea puede rechazar a la caballeriacutea pero nunca perseguirla (maniobra que equivaldriacutea a dar la ocasioacuten a los jinetes derrotados de dar media vuelta y lanzar un inesperado contraataque que convirtiera en desastre para la infanteriacutea lo que empezoacute siendo un eacutexito Las huidas fingidas como ya hemos sentildealado eran tambieacuten una interesante taacutectica a emplear por parte de la caballeriacutea para desorganizar una formacioacuten enemiga Sin embargo no era una taacutectica que entrara dentro del ldquomanual de instruccionesrdquo de la ca-balleriacutea maacutes pesada limitada como estaba en sus movimientos) Soacutelo la ca-balleriacutea podiacutea derrotar poner en fuga y destruir a otra caballeriacutea El modo de hacerlo sin embargo era materia delicada Una formacioacuten cerrada para ata-car a otra caballeriacutea resultaba inuacutetil y peligrosa era la mejor forma de que los propios caballos se rompieran los huesos al impactar a gran velocidad contra las monturas enemigas Normalmente y a lo largo de toda la existen-cia de la caballeriacutea de choque dos formaciones de caballeriacutea que cargan una contra otra a la espera de un combate mano a mano tienden a abrir sus liacuteneas para esquivar el choque frontal contra los caballos rivales Al producirse el choque el jinete tratariacutea de atacar con sus armas a su rival maacutes cercano a uno u otro lado intentando derribarle o herirle mortalmente En estas cir-cunstancias el contus sarmaticus vuelve a relucir por sus virtudes permitiacutea (al igual que la lanza de cometida medieval las lanzas de los huacutesares alados polacos o las lanzas de los ulanos austriacos o los cosacos rusos) golpear al jinete adversario antes de que eacuteste equipado con espada o con una lanza maacutes corta pudiese iniciar su propio ataque Una formacioacuten de contarii o de cata-fractii podiacutea asiacute arroyar faacutecilmente la vanguardia de la formacioacuten de caballe-

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riacutea enemiga neutralizando su ataque y desorganizando totalmente su forma-cioacuten Sin embargo cuando dos formaciones cargaban una contra la otra y llegaban a culminar completamente el choque el combate podiacutea derivar faacute-cilmente en una violenta y caoacutetica refriega En estas circunstancias las espa-das de hoja larga empleadas por la caballeriacutea romana y saacutermata eran particu-larmente esenciales asiacute como sus protecciones dado que un contus tendiacutea a partirse tras el primer o segundo impacto y a ser poco coacutemoda de utilizar cuando el combate se tornaba maacutes cercano En cualquier caso si una forma-cioacuten de catafractii no conseguiacutea imponerse durante el choque a la formacioacuten enemiga el agotamiento de sus monturas y su menor movilidad (sumada a la peacuterdida del orden en la formacioacuten inherente al inicio de la refriega) supon-driacutean una peligrosa situacioacuten en el caso de carecer de apoyo de otras unida-des (bien de caballeriacutea o de infanteriacutea) y de la que no podriacutean salir con mu-cha facilidad80

Tanto frente a otra caballeriacutea como frente a la infanteriacutea el respaldo de unidades de caballeriacutea maacutes ligeras y particularmente arqueros a caballo81 resultariacutea particularmente deseable antes del choque la caballeriacutea ligera po-driacutea hostigar con proyectiles a las formaciones enemigas creando brechas o desorganizaacutendolas y despueacutes del choque podriacutean apoyar a la caballeriacutea pe-sada durante la progresioacuten del combate cubrir su retirada o explotar su eacutexito continuando la persecucioacuten de un enemigo en fuga

Como vemos desde el punto de vista taacutectico y del empleo en el campo de batalla el eacutexito de la caballeriacutea pesada acorazada dependiacutea tanto o maacutes de las circunstancias el contexto y el apoyo que pudieran recibir que de sus propias virtudes Se trataba de unidades altamente especializadas que si que-daban desprotegidas o en situaciones comprometidas podiacutean ser faacutecilmente rechazadas desbandadas o destruidas No se trataba de fuerzas versaacutetiles y probablemente ello condicionoacute que su adopcioacuten y empleo generalizado por parte del ejeacutercito romano fuera tardiacuteo

CONCLUSIONES

El ejeacutercito romano se enfrentoacute durante casi dos siglos a la caballeriacutea

pesada desarrollada por las potencias orientales Tras reveses iniciales debi-dos maacutes a las circunstancias que a una auteacutentica incapacidad para afrontar el ataque de este tipo de caballeriacutea las legiones desarrollaron sus particulares contramedidas recorriendo las primeras deacutecadas de la historia del Alto Im-

80 DIXON SOUTHERN 1997 pp 141-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 235-244 MENEacuteNDEZ

ARGUumlIacuteN 2011 pp 322-324 81 DIXON SOUTHERN 1997 p 143

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perio imperturbables considerando del todo innecesario tomar como inno-vacioacuten un arma a la que eran capaces de batir los catafractos partos y arme-nios

Sin embargo hacia mediados del s I dC algo vino a trastocar este es-cenario en apariencia estable e inamovible de las estepas poacutenticas emergioacute no tanto una nueva arma como una nueva forma de combinar y emplear ar-mas y taacutecticas sobradamente conocidas Los haacutebiles jinetes saacutermatas dejaron atraacutes la claacutesica tradicioacuten militar esteparia basada en el uso del arquero a ca-ballo y la caballeriacutea ligera desarrollaron una nueva caballeriacutea pesada libre de la mayor parte de las debilidades de los pesados catafractos partos flexi-ble y dinaacutemica y capaz de luchar en conjuncioacuten perfecta con otras modali-dades de caballeriacutea como si de un uacutenico cuerpo se tratase A diferencia del catafractario parto el ldquocontariordquo saacutermata era un jinete armado maacutes o menos pesadamente seguacuten las circunstancias y sus propias posibilidades Al igual que su contrapartida parto o armenio el jinete pesado saacutermata aprovechaba al maacuteximo las virtudes de su arma definitoria el contus sarmaticus pero la combinaba con el uso de otras igualmente uacutetiles como la espada de hoja larga y el arco recurvado compuesto Su equipamiento defensivo careciacutea de la rigidez propia del catafracto parto tendiendo a ser sensiblemente maacutes li-gero sin perder las ventajas propias de una proteccioacuten completa y concien-zuda Este equipamiento defensivo ademaacutes podiacutea variar seguacuten las circuns-tancias y las necesidades taacutecticas de cada momento (y no solo exclusi-vamente en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete) Ello permitiacutea al jinete pesado saacutermata oscilar entre una caballeriacutea media pura y una caballeriacutea pesada de choque seguacuten las circunstancias Le convertiacutea en un arma flexible capaz de desempentildear diversos papeles en el campo de batalla y variarlos du-rante el combate mismo seguacuten sus necesidades En combinacioacuten con la habi-lidad natural de estos pueblos para la equitacioacuten y sus excelentes (y numero-sas) fuerzas de caballeriacutea ligera la caballeriacutea pesada saacutermata representaba una amenaza realmente seria y totalmente nueva

Desde la guerra civil del 68-69 dC hasta la paz firmada por Adriano con los saacutermatas roxolanos en 119 dC las legiones romanas y su caballeriacutea hubieron de hacer severos esfuerzos para imponerse a este nuevo enemigo en los campos de batalla actuase eacuteste en solitario o en conjuncioacuten con otros pueblos o Estados Las guerras daacutecicas de Domiciano (85-89 dC) y de Tra-jano (101-106 dC) fueron probablemente los puntos culminantes de esta coyuntura De los sangrientos encuentros habidos sobre las orillas del Danu-bio las colinas daacutecicas y las llanuras de la futura Hungriacutea el ejeacutercito romano extraeriacutea una dura leccioacuten que aprenderiacutea raacutepidamente y pondriacutea en creciente praacutectica con el paso de los antildeos cuando a comienzos del s III dC descen-

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diera el ocaso sobre las uacuteltimas luces legadas por la edad dorada de los Anto-ninos habiendo el Estado romano de afrontar las convulsiones de un mundo en paulatina transformacioacuten

A comienzos del s II dC a caballo entre los diacuteas de Trajano y Adria-no el ejeacutercito romano afrontoacute el laborioso proceso de aplicar buena parte de lo que habiacutea aprendido de manos de la caballeriacutea saacutermata El contus ya habiacutea sido adoptado conformando la primera caballeriacutea de choque especialista de la historia del Imperio A ella le seguiriacutean las protecciones pesadas para jine-tes asiacute como para caballos El ejeacutercito romano conociacutea de sobra los modelos orientales de caballeriacutea pesada y sin embargo en el primer siglo de existen-cia de este arma entre las filas romanas el modelo a seguir fue principal-mente saacutermata Los hechos hablan por siacute solos El ejeacutercito romano habiacutea en-contrado una innovacioacuten de intereacutes para su tradicioacuten militar y la incorporoacute raacutepidamente Las primeras unidades de caballeriacutea pesada acorazada romana llevaron nombres que aludiacutean a tradiciones orientales catafractii pero su ar-mamento y el fundamento de sus taacutecticas era una mezcla de aportaciones romanas y modelos saacutermatas Con la llegada del s III dC estas unidades se hariacutean cada vez maacutes necesarias y sobre la trayectoria marcada por los pio-neros de este arma se labrariacutea el desarrollo completo de la misma

La emersioacuten del Imperio persa sasaacutenida supuso la transformacioacuten re-novacioacuten y revitalizacioacuten del arma de caballeriacutea puramente oriental Los sa-saacutenidas llevaron a un nuevo paroxismo a la combinacioacuten de la caballeriacutea pe-sada y la caballeriacutea ligera de tradicioacuten oriental hasta el punto de que algunos tratadistas militares romanos como Amiano Marcelino llegaron a conside-rarlo como un arma praacutecticamente imbatible En palabras del propio Amiano [] catafractarii [] et sagitarii formidable genus armorum82 Probable-mente estas circunstancias forzaran (entre otros factores) no ya la expansioacuten del arma de caballeriacutea pesada (asiacute como del arquero a caballo) en el ejeacutercito romano de los siglos III y IV dC sino la asuncioacuten por parte de la misma de muacuteltiples elementos propios ya exclusivamente de la tradicioacuten militar irano-persa

La experiencia saacutermata quedoacute atraacutes sin embargo su importancia y la de los primeros prototipos de caballeriacutea pesada romana existentes en el Alto Imperio no debe menospreciarse Fueron la piedra fundadora los cimientos de una importante rama de la tradicioacuten militar romana posterior madre de la bizantina y de buena parte de las tradiciones militares de la posterior Europa medieval donde la caballeriacutea ostentariacutea durante siglos su particular supre-maciacutea En cierto modo puede decirse que la caballeriacutea saacutermata y las primeras

82 AMIANO MARCELINO 16 12 7

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unidades de caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano se encuentran entre las raiacute-ces de una tradicioacuten militar que llevoacute a la caballeriacutea a mantener la ilusioacuten de su reinado sobre los campos de batalla hasta el enloquecedor extremo de atravesar las trincheras y alambradas de la I Guerra Mundial y cargar sobre las divisiones panzer germanas en 1939

SELECCIOacuteN DE TEXTOS EPIGRAacuteFICOS RELATIVOS

83 Camerinum (Camerino) Regio VI Italia CIL XI 5632

M(arco) Maenio C(ai) f(ilio) Cor(nelia) Agrippae L(ucio) Tusidio Campestri hospiti divi Hadriani patri senatoris praef(ecto) coh(ortis) II Fl(aviae) Britton(um) equitat(ae) electo a divo Hadriano et misso in expeditionem Brittannicam trib(uno) coh(ortis) I Hispanor(um) equitat(ae) praef(ecto) alae I Gallor(um) et Pannonior(um) catafractatae proc(uratori) Aug(usti) praef(ecto) classis Brittannicae proc(uratori) provinciae Brittanniae equo publico patrono municipi(i) vicani Censorglacenses consecuti ab indulgentia Optimi Maximique Imp(eratoris) Antonini Aug(usti) Pii beneficio interpretationis eius privilegia quibus in p[e]rpetuum aucti confirmatique sunt l(ocus) d(atus) d(ecreto) d(ecurionum) g(ratis)

Ad Mediam (Mehadia) Dacia CIL XVI 110 = CIL III 886 = AE 1980 760

[Imp(erator) Caes(ar) divi Had]rian(i) f(ilius) divi Traiani [Parthici n(epos) divi Ne]rvae pron(epos) T(itus) Aelius [Hadrianus Ant]oninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) [max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII] imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae) [equit(ibus) et pedit(ibus)] qui mil(itaverunt) in alis III quae [appell(antur) Silia]n(a) et Gall(orum) et Pann(oniorum) [catafrac(taria) et F]ront(oniana) et coh(ortibus) XII I Ulp(ia) [Britton(um)] |(milliaria) et I Fl(avia) Ulp(ia) Hisp(anorum) |(milliaria) [et 3 I Ael(ia)] Gaesa(torum) |(milliaria) et I Aug(usta) Nerv() [|(milliaria) et I]I Britt(onum) |(milliaria) et I Hispan(orum) [--- e]t II Hisp(anorum) scutat(a) Cy[ren(aica) et ---]n() et VI Thrac(um) et sunt [in Dacia Poroliss]en(si) sub Macrinio [Vindice proc(uratore) qui]nq(ue) et vigint(i) stip[en(diis) emerit(is) dimis(sis) hon]est(a) miss(ione) quor(um) [nomin(a) subscripta s]unt civit(atem) Roman(am) [qui eor(um) non ha]b(erent) ded(it) et con(ubium) cum [uxor(ibus) quas tu]nc hab(uissent) cum est [civit(as) i(i)s dat(a) aut] cum i(i)s quas post(ea) [dux(issent) dumtax(at) si]ngulis [[Imp(erator) Caes(ar) divi Hadrian(i) f(ilius) divi Traiani Parthici n(epos) divi Nervae pron(epos) T(itus) Aelius Hadrianus Antoninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae)] [equit(ibus) et pedit(ibus) qui mil(itaverunt) in alis III ---] et vigint(i) stipend(iis) emerit(is) dimis(sis) honest(a) miss(ione) quor(um) nomin(a) subscript(a) sunt civit(atem) Roman(am) qui eor(um) non haber(ent) dedit et conub(ium) cum uxor(ibus) quas tunc habuis(sent) cum est civit(atem) i(is) dat(a) aut cum i(is) quas post(ea) dux(issent) dumtax(at) singulis a(nte) d(iem) V K(alendas) Oct(obres) Sex(to) Calpurnio Agricola Ti(berio) Claudio Iuliano co(n)s(ulibus) coh(ors) I Ulpia Britton(um) |(milliaria) cui

83 Tomados del Epigraphische Datenbank Clauss-Slaby httpwwwmanfredclauss de

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prae(e)st L(ucius) Nonius Bassus Picen(o) ex pedite Luonerco Molaci f(ilio) Britt(oni) descript(um) et recognit(um) ex tabul(a) aer(ea) quae fixa est Romae in mur(o) post templ(um) divi Aug(usti) ad Minervam

Tipasa (Tefessad) Mauretania Cesariense AE 1951 265 = AE 1955 133

D(is) M(anibus) Adiutoris eq(uitis) al(ae) pri(mae) Can(n)anafatium vi(xit) XXXXI m(ilitavit) an(nos) XXIII pro(curante) l(i)b(erto) ipsi(us) bene me(renti) Cabanus he(res) po(suit)

Savaria (Szombathely) Panonia Superior CIL III 4183

T(itus) Cnorius Sabinianus ex praef(ecto) alae Contariorum v(ir) e(gregius) et L(ucius) Val(erius) Verus dec(urio) c(oloniae) C(laudiae) Savar(iensium) sacerdotalis p(rovinciae) P(annoniae) s(uperioris) cryptam vi ignis exustam sumptibus suis refecerunt

Brigetio (Kornye) Panonia Superior CIL III 4278

D(is) M(anibus) Val(erio) Saturnino vet(erano) ex dup(licario) alae I Ulp(iae) Cont(ariorum) qui vixit an(nos) L et Val(erio) Sabino mil(iti) leg(ionis) I Ad(iutricis) stip(endiorum) III vixit an(nos) XXV filio Caes(ia) Digna marito et filio f(aciendum) c(uravit)

Apamea Siria AE 1987 955

Aur(elio) Basso quandam(sic) sig(nifero) al(ae) I Ulp(iae) (C)ontariorum stipendiorum VIII vixit annos XXVIIII XI Kal(endas) Maias Gallo et Volusiano consilibus() titulus positus a Marc(io) Cotum(sic) (d)ec(urione) al(ae) c(ivium) R(omanorum)

Apamea Siria AE 1993 1589

D(is) M(anibus) Iulius Valerianus eques alae I Ulp(iae) contariorum stip(endiorum) XXIII vixit annis XXXXVI Ulp(ius) Ingenu(us) dupl(icarius) alae eiusdem heres posuit b(ene) m(erenti)

Arrabona (Gyor) Panonia Superior CIL III 4379

D(is) M(anibus) Ulp(ius) Variu(s) Ore() vet(e)r(anus) ex stat(ore) al(a)e I Ulp(iae) Cont(ariorum) do(mo) Af(rica) vixs(it) ann(os) XLV et Ael(iae) Sabin(a)e fi(liae) vix(it) ann(os) X Ael(ia) Domitia con(iunx) et Ulp(ius) Sabinianus et Ulp(ius) [Cele]rinus et Sabi[nil]la fili(i) vivi cum [mat(re) pa]tri karis(simo) posuerunt

Sentpalpuszta Panonia Superior CIL III 11081 = AE 1899 3

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[D(is) M(anibus)] M(arcus) Aur(elius) [3]us vex(illarius) al(ae) p(rimae) C(ontariorum) Anto(ninianae) et Elv(iae) Bon(a)e c(oniugi) car(issimae) et f(iliae) Aur(eliae) Valerin(a)e et Ae(liae) Sabin(a)e et Elv(io) Verecundo an(norum) LXX Pulc(h)r(a)e() Suri an(norum) LX et Elv(io) Vitali an(norum) XVIII et Au(relio) Ma(n)suetiano an(norum) VII et Ae(lio) Florido M(arcus) Aur(elius) Valerianus sib(i) [et] su[i]s vivi f(ecit)

Roma CIL VI 1449 = AE 1967 16 = AE 196970 13

M(arco) Macrinio Avito M(arci) f(ilio) Claud(ia) Catonio Vindici co(n)s(uli) aug(uri) p(opuli) R(omani) Quiritium leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) prov(inciae) Moes(iae) inf(erioris) leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) Moes(iae) sup(erioris) cur(atori) civitat(is) Arimin(ensium) p[r]oc(uratori) prov(inciae) Dac(iae) Malv(ensis) praef(ecto) alae contar(iorum) praef(ecto) alae III Thrac(um) trib(uno) milit(um) leg(ionis) VI Victr(icis) praef(ecto) coh(ortis) VI Gall(orum) donat(o) donis mil(itaribus) in bello Germ(anico) ab Imp(eratore) M(arco) Aur(elio) Antonino Aug(usto) hast(is) pur(is) II et vexill(is) II cor(o)na mural(i) et vallar(i) Iunia Flaccinilla marito karissimo et Macrinia Rufina patri piissimo vixit annis XLII m(ensibus) V

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SELECCIOacuteN DE IMAacuteGENES

Fig 1 Relieve de la estela funeraria del eques Aduitor miembro del ala I Canninefatum (AE 1955

133) empuntildeando un contus sarmaticus por el lateral derecho de su montura DIXON SOUTHERN 1997 p 49

Fig 2

Grafito de Dura-Europos datado en torno a los ss II-III dC representando un catafracto parto romano o sasaacutenida JUNKELMANN 1992 p 197

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Fig 3 Las dos bardas de escamas metaacutelicas completas encontradas por Rostovzeff en las

excavaciones de Dura-Europos a lo largo de la campantildea de 1932-33 JUNKELMANN 1992 p 214

Fig 4 Relieves de Firuzabad (Iraacuten) representando a un clibanario persa sasaacutenida derribando a un

catafractarioclibanario parto s III dC Obseacutervese las bandas transversales que se ven en los brazos del jinete de la derecha que probablemente esteacuten representando un tipo de manica

WILCOX 2001 p 22

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Fig 5 Relieve de Firuzabad representando a unos catafractosclibanarios parto y sasaacutenida forcejeando

en combate cuerpo a cuerpo Ilustracioacuten de Wilcox 2001 p 23

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FIG 6 Catafractos partos del s I aC Obseacutervense las protecciones tipo manicae portadas por ambos

jinetes en los brazos El jinete de la derecha tambieacuten las lleva sobre las piernas A Mc Bride en WILCOX 2001

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Fig 7 Fragmentos de cotas de escamas y laacuteminas para armadura encontradas en enterramientos

saacutermatas de los ss I-III dC NEGIN 1998 p 70

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Fig 8 Estela de Athenios en Panticapea (Crimea Ucrania) donde se puede observar a un jinete (izqda) que parece montar un caballo protegido con una cota de escamas al igual que eacutel

NEGIN 1998 p 66

Fig 9 Reconstruccioacuten de un contario saacutermata (izqda) en accioacuten s II dC seguacuten G Embleton en

BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 10 Reconstruccioacuten el posible aspecto de un jinete pesado saacutermata y de la posible proteccioacuten de su

montura s II dC seguacuten G Embleton en BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 11 Reconstruccioacuten de un jinete pesado saacutermata equipado con una armadura compuesta ss I-II

dC seguacuten NEGIN 1998 p 73

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Fig 12 Casco romano tipo Russell Robinson tipo B basado en un ejemplar encontrado en Ely

(Cambridgeshire Reino Unido) ss I-II dC GOLDSWORTHY 1998 p 238

Fig 13

Casco romano tipo Rusell Robinson E basado en un hallazgo realizado en Hedderneim (Alemania) ss II-III GOLDSWORTHY 1998 p 238

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Fig 14

Reconstruccioacuten de un casco romano del tipo Niederbieber ss II-III dC seguacuten GILBERT 2010 p 136

Fig 15

Reconstruccioacuten de una variante del casco romano tipo Heddernheim con y sin maacutescara de proteccioacuten para el rostro ss II-III dC seguacuten ALEXANDRA GILBERT 2009 pp 24-26

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Fig 16 Fragmento de lorica squamata de escamas semi-riacutegidas s II dC

BISHOP COULSTON 1993 p 116

Fig 17 Silla de montar romana de cuatro cuernos seguacuten la reconstruccioacuten de P Connolly

DIXON SOUTHERN 1997 p 71

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Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

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Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

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Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

Recibido 17 mayo 2011 Aprobado 22 junio 2011

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ANTECEDENTES Y MODELOS POTENCIALES DE LA CABALLERIacuteA PESADA RO-MANA PARTOS Y SAacuteRMATAS

En el Imperio parto La presencia de catafractos en el ejeacutercito parto estaacute atestiguada desde

el s I aC a partir de los encuentros de Tigranocerta (69 aC) y Carras (53 a C) Este tipo de caballeriacutea entre los partos estaba compuesta por las princi-pales eacutelites de su sociedad dado no soacutelo el coste del equipamiento y su man-tenimiento sino la necesidad de un constante entrenamiento para lograr una aceptable destreza en su uso individual y en el conjunto de una unidad mili-tar28 En este sentido los catafractos formaban un cuerpo minoritario dentro del ejeacutercito si bien constituiacutean probablemente una de las piezas dorsales de su ejeacutercito dadas las taacutecticas empleadas por su ejeacutercito a lo largo de la histo-ria de sus encuentros con Roma

El equipamiento del catafractario parto sin embargo probablemente no estaba estandarizado Al depender de la capacidad adquisitiva de cada in-dividuo las variaciones estariacutean a la orden del diacutea (entre unidades y entre los componentes de las mismas) y probablemente soacutelo unidades selectas como los guardias de corps de los soberanos estariacutean debidamente uniformadas en cuanto a equipo29 Para reconstruir el equipamiento de un catafracto parto disponemos de diversas fuentes principales especialmente los testimonios li-terarios romanos asiacute como diversos testimonios graacuteficos Entre las fuentes literarias destaca Plutarco quien en su biografiacutea de Luacuteculo menciona que la caballeriacutea pesada parta portaba pesadas armaduras ellos y sus monturas hasta el punto de obligar a los legionarios romanos a buscar puntos desprote-gidos y deacutebiles para atacarles30 En su descripcioacuten de la batalla de Carras el mismo Plutarco nos da algunos detalles maacutes sobre los catafractos partos mencionando que portaban cascos y corazas de hierro y que sus monturas iban protegidas con jaeces de bronce o acero31 Las representaciones graacuteficas de catafractos partos son variadas destacando entre ellas el relieve de Firu-zabad y los de Naqsh-i-Rustam donde se representa un violento enfrenta-miento entre catafractos partos y sasaacutenidas asiacute como el ya citado grafito de Dura-Europos donde la adscripcioacuten del jinete representado auacuten sigue en duda

28 MIELCZAREK 1993 p 56 29 WILCOX 2001 p 10 30 PLUTARCO Luacuteculo XXVIII 4 31 PLUTARCO Craso XXIV 1

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A partir de eacutestas y otras fuentes se ha podido reconstruir una imagen general del catafracto parto y su equipamiento para los ss I-III dC Respecto al equipamiento defensivo el jinete portariacutea un yelmo de bronce o hierro y protegeriacutea su torso con una coraza que podriacutea oscilar desde una simple cota de mallas de mayor o menor extensioacuten pasando por una cota de escamas (un tipo de proteccioacuten muy extendida en Oriente y las estepas euro-asiaacuteticas) o incluso una coraza de laacuteminas Las corazas de tipo griego o thoacuterax atesti-guadas en el equipo de la caballeriacutea pesada seleuacutecida y escita no parece ser sin embargo una pieza favorita en el equipo de los jinetes partos ni de otros pueblos esteparios como los saacutermatas Probablemente este factor sea debido a la enorme rigidez de este tipo de protecciones lo que negariacutea al jinete la coacutemoda movilidad necesaria tiacutepica de la tradicioacuten militar de estos pueblos al contrario que la cota de escamas32

Esta proteccioacuten baacutesica podiacutea completarse con otras para el cuello pro-bablemente en cota de malla o escamas y para brazos y piernas de los jinetes maacutes pesadamente armados Estas protecciones para las extremidades podiacutean estar realizadas en cota de mallas en la mayor parte de los casos asiacute como en laacuteminas de cuero o metal (bronce o hierro) posiblemente imbricadas en un modo muy semejante a la manica romana de los ss II-III dC Para proteger las manos propiamente dichas el jinete podriacutea proveerse ademaacutes de unos guanteletes que en la mayor parte de los casos seriacutean de cuero o cota de mallas pues otro tipo de proteccioacuten impediriacutea sin maacutes mover las manos con seguridad En ninguno de los testimonios disponibles acerca de la caballeriacutea pesada parta se menciona el uso de escudos y en concreto Casio Dioacuten hace un eacutenfasis particular en el hecho de que los partos no los utilizaban33 Por uacuteltimo un catafracto parto podiacutea completar su panoplia con una maacutescara que protegeriacutea el rostro la uacutenica parte de su cuerpo que llegados a este punto quedariacutea descubierto No debemos olvidar este factor pues seraacute objeto de debate al respecto de los catafractii romanos maacutes adelante Un catafracto parto podiacutea y soliacutea protegerse no soacutelo a siacute mismo sino tambieacuten a su montura

Las protecciones maacutes simples para los caballos eran meras gualdrapas de cuero curtido Las maacutes complejas y pesadas podiacutean constituir proteccio-nes completas que cubririacutean principalmente la cabeza la cerviz la pechera el lomo y los flancos estando constituidas por escamas de bronce o hierro principalmente Igualmente se podiacutea equipar al caballo con una armadura maacutes ligera o ldquomedia armadurardquo que protegeriacutea tan soacutelo la cabeza cerviz y pechera las partes maacutes vulnerables del animal en el momento del choque con una formacioacuten enemiga Respecto al equipamiento ofensivo el arma

32 MIELCZAREK 1993 pp 57-58 LEBEDYNSKY 2002 pp 168-169 33 CASIO DIOacuteN Historia Romana XXXX152

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estrella era la lanza larga de acometida o contus No estaacute claro que un cata-fracto parto portara un arma complementaria a parte del contus pero parece loacutegico que asiacute lo hiciera pudiendo tratarse en este caso de espadas (funda-mentalmente de hoja larga) hachas o incluso mazas (armas perfectas para reventar protecciones metaacutelicas ajenas)34

Seguacuten puede concluirse a partir del testimonio que Plutarco aporta de la batalla de Carras los catafractos partos actuaban en coordinacioacuten con los mucho maacutes numerosos arqueros a caballo de su ejeacutercito los arqueros trata-riacutean de debilitar la formacioacuten enemiga lanzando sucesivos ataques a distan-cia llegado el momento oportuno los catafractos cargariacutean en formacioacuten cerrada replegaacutendose y cesando su fuego los arqueros en ese preciso ins-tante (para evitar el riesgo del ldquofuego amigordquo) empuntildeando sus conti a dos manos sobre el flanco derecho del caballo y en paralelo al costado de eacuteste para arroyar a la formacioacuten enemiga principalmente infanteriacutea pesada Si se-guimos las tesis de M Mielczarek estos mismos catafractos estariacutean prepa-rados para actuar como clibanarios tal y como vemos en los relieves de Naqsh-i-Rustam embistiendo contra otra caballeriacutea empleando sus conti cru-zados tras la cerviz de su montura hacia el lateral izquierdo del caballo y re-cibiendo un apoyo constante de la caballeriacutea ligera en esta accioacuten La prin-cipal debilidad de este tipo de caballeriacutea radicariacutea en la falta de apoyo de otras armas (como los citados arqueros a caballo) y sobre todo que su for-macioacuten fuera dispersada dado que un catafracto aislado constituiacutea un blanco faacutecil a descabalgar y una vez en el suelo su escasa movilidad los convertiacutea en viacutectimas de las iras de la infanteriacutea enemiga35

Entre los saacutermatas Los saacutermatas al igual que los escitas son uno de los grandes grupos

de pueblos noacutemadas indoeuropeos de lengua irania que durante la Antiguumle-dad poblaron las estepas que se extienden desde las orillas del Bajo Danubio y las faldas de los Caacuterpatos a traveacutes de Ucrania y Rusia meridional hasta el Caacuteucaso y los montes Urales Hacia el s I dC dos ldquotribusrdquo saacutermatas arriba-ron junto al limes danubiano del Imperio romano o a sus proximidades los saacutermatas yaacutezigos y roxolanos

Hasta ese momento preciso las taacutecticas y el armamento saacutermata estu-vieron caracterizados por seguir la norma tiacutepica de los ejeacutercitos de jinetes de

34 EADIE 1967 p 164 MIELCZAREK 1993 pp 57-63 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-91 GOLDSWORTHY 1998 pp 66-67 WILCOX 2001 pp 9-10

35 PLUTARCO Craso XIX-XXV Luacuteculo XXXVIII EADIE 1967 p 164 MIELCZAREK 1993 p 50 GOLDSWORTHY 1998 pp 66-67 WILCOX 2001 p 9

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la estepa seguacuten nos describe Estraboacuten se trataba fundamentalmente de fuerzas de arqueros a caballo y caballeriacutea ligera soacutelo espontaacuteneamente apo-yada por jinetes que podriacutea decirse conformaban alguacuten tipo de caballeriacutea ldquopesadardquo36 Sin embargo a mediados del s I dC la imagen que nos trans-mite Taacutecito en sus Annales e Historias resulta ya bien distinta en primer lu-gar relata un encuentro entre saacutermatas y partos donde los primeros rehuacutesan entablar un intercambio de proyectiles a caballo con los segundos optando por lanzarse a la carga contra los partos empuntildeando conti y espadas de hoja larga imponieacutendose de este modo a sus adversarios37 en segundo lugar des-cribe la presencia entre los ejeacutercitos saacutermatas de caballeriacutea de choque una eacutelite que considera conformada por los aristoacutecratas equipados con armadu-ras tan pesadas que en caso de ser derribados no podriacutean levantarse38 Si atendemos a fuentes iconograacuteficas tales como el vaso de Kossika (Rusia) o los frescos de la tumba descubierta en Panticapea (actual Kertch en Ucrania) datada no maacutes tarde del s II dC las imaacutegenes que estas nos transmiten son claramente la de jinetes bien protegidos y armados con un contus que empuntildean a dos manos es decir contarios a todos los efectos Pero iquestpodriacutean ser tambieacuten catafractos En ninguacuten momento nuestras fuentes escritas pro-nuncian este teacutermino al referirse a la caballeriacutea pesada saacutermata que nos des-criben

En cualquier caso hacia el s I dC los saacutermatas habiacutean desarrollado una caballeriacutea de choque maacutes o menos pesada eficiente y realmente peligro-sa para cualquier unidad de infanteriacutea o de caballeriacutea ligera Estos jinetes iriacutean equipados como miacutenimo con el ya caracteriacutestico contus sarmaticus asiacute como con una espada de hoja larga y estrecha (como la encontrada en la tumba 3 del kurgaacuten 80 en Novyiuml a orillas del riacuteo Don en Rusia) Tal y como describe Taacutecito el contario o κοντοφόρος podriacutea ir tambieacuten protegido con una coraza de escamas de cuero o de hierro el tipo de proteccioacuten maacutes corriente encontrado arqueoloacutegicamente asiacute como entre las fuentes icono-graacuteficas que representan a saacutermatas o su armamento (en el caso de la Colum-na Trajana en sus escenas 28 y 34 muestra una serie de jinetes totalmente cubiertos por armaduras de escamas ellos y sus monturas si bien eacutestas estaacuten representadas perfectamente adaptadas al cuerpo de jinetes y caballos de un modo bastante irreal En su podio no obstante la columna representa tam-bieacuten armaduras de escamas esta vez realistas) En el mismo vaso de Kossika el jinete que permanece montado sobre su caballo derribando contus en ma-no a un arquero viste una cota de escamas que se deja entrever bajo un

36 ESTRABOacuteN Geografiacutea VII 3 17 37 TAacuteCITO Annales VI 35 38 TAacuteCITO Historias I 79 2-4

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caftaacuten Otros tipos de proteccioacuten menos frecuentes fueron probablemente tambieacuten las cotas de placas o laacuteminas que se tornariacutean maacutes comunes en las estepas desde la Tardoantiguumledad y la Alta Edad Media Por otra parte hallazgos arqueoloacutegicos como los realizados en Vozdvizhenskaya Stanitsa han llevado a plantear diversas hipoacutetesis de reconstruccioacuten de posibles arma-duras compuestas saacutermatas es decir creadas con distintos tipos de pro-tecciones principalmente escamas y malla combinadas Un yelmo coacutenico compuesto y dotado de carrilleras completariacutea la proteccioacuten del jinete pu-dieacutendose observar varios tanto en las escenas como en el podio de la Colum-na Trajana Como ya hemos sentildealado anteriormente la particular naturaleza del estilo de combate del contario le impediriacutea portar un escudo o hacer un uso realmente uacutetil de eacutel Taacutecito especifica que los saacutermatas que penetraron en Mesia en 69 dC no haciacutean uso de escudos39 y tampoco los vemos represen-tados en ninguna de nuestras fuentes iconograacuteficas donde aparecen contarios saacutermatas40

La posible proteccioacuten portada por los caballos de estos jinetes por otra parte ha sido y es el principal punto de debate Mielczarek considera que la mayor parte de las monturas no se encontrariacutean protegidas de ninguna forma especial a excepcioacuten de aquellas que formariacutean parte de la vanguardia y liacutenea de choque de la formacioacuten y que en cualquier caso se tratariacutea de una proteccioacuten disentildeada principalmente para proteger al caballo ante un combate contra otros jinetes maacutes que contra formaciones de infanteriacutea (al contrario que los partos maacutes preocupados de batir a la infanteriacutea romana mientras que los saacutermatas se enfrentariacutean maacutes frecuentemente a otros pueblos de jinetes o entre siacute mismos seguacuten el autor)41 A E Negin por su parte no niega la po-sibilidad de que las monturas de los jinetes saacutermatas maacutes pesadamente equi-pados fueran protegidas pero en cualquier caso considera que dicha pro-teccioacuten variariacutea en extensioacuten enormemente de un jinete a otro y estariacutea prin-cipalmente restringida a los mandos42 I Lebedynsky especialista en cultu-ras esteparias de la Antiguumledad considera posible que parte de las monturas de la caballeriacutea saacutermata portaran alguacuten tipo de proteccioacuten para lo que argu-menta que las representaciones de jinetes y monturas acorazados de la Co-lumna Trajana aunque ejecutadas en un modo bastante fantasioso no deja de ser sino la traduccioacuten artiacutestica de una realidad militar Igualmente cita la estela funeraria de Athenios en Panticapea donde aparece un jinete empu-

39 TAacuteCITO Historias I 79 4 40 EADIE 1967 p 165 MIELCZAREK 1993 pp 99-100 NEGIN 1998 pp 67-74

LEBEDYNSKY 2002 pp 164-171 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002 pp 23-34 41 MIELCZAREK 1993 pp 101-102 42 NEGIN 1998 p 74

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ntildeando una lanza y montado sobre un caballo que parece mostrar sobre su lo-mo las trazas de una proteccioacuten de escamas o laacuteminas43 R Brzezinski junto a Mielczarek por su parte llegan a conclusiones similares44 Particularmente consideramos que probablemente el uso de protecciones amplias para los ca-ballos no fuera tan sistemaacutetico como podiacutea observarse entre los catafracta-rios partos sino maacutes restringidas en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete y su papel taacutectico concreto en el campo de batalla En este sentido la no utilizacioacuten del teacutermino catafractus katavfrakto por parte de las fuen-tes latinas o griegas en referencia a la caballeriacutea pesada de choque saacutermata podriacutea responder a esta circunstancia en comparacioacuten con la caballeriacutea pesa-da parta

CONTARII Y CATAFRACTII EN EL EJEacuteRCITO ROMANO EQUIPAMIENTO ORGANI-ZACIOacuteN TAacuteCTICAS Y ORIacuteGENES

A continuacioacuten abordaremos en detalle el equipamiento militar la or-

ganizacioacuten de las unidades y las taacutecticas empleadas por estas unidades espe-cializadas y peculiares atestiguadas por primera vez en el ejeacutercito romano en eacutepoca Flavia y sobre todo de Trajano y Adriano en base a las fuentes dis-ponibles Una vez definidos estos puntos trataremos de considerar cuaacutel fue la corriente de influencia y los motivos que llevaron a la creacioacuten de unida-des de caballeriacutea de esta naturaleza en mitad de una tradicioacuten militar estre-chamente vinculada a la infanteriacutea pesada

Respecto del equipamiento de los contarii y catafractii del ejeacutercito romano (asiacute como de los ejeacutercitos saacutermata y parto) sucede como con cual-quier otra unidad militar de reciente creacioacuten o naturaleza extrantildea en cual-quier periodo histoacuterico son sus elementos maacutes innovadores o peculiares los que llaman la atencioacuten del observador (sea eacuteste directo o indirecto) que-dando los elementos comunes o sobradamente conocidos en un segundo pla-no o simplemente obviados45 La organizacioacuten de estas unidades por otra

43 LEBEDYNSKY 2002 pp 171-172 44 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002 p 37 45 MIELCZAREK 2002 pp 90-93 este autor dispone como ejemplo comparativo la ima-

gen que los huacutesares alados polacos unidad militar de caballeriacutea pesada (por contra a su deno-minacioacuten de huacutesares) empleada por la Confederacioacuten polaco-lituana durante los ss XVI-XVIII causaba entre sus contemporaacuteneos extranjeros los cuales destacaban antes los ele-mentos ldquoexoacuteticosrdquo y llamativos de esta unidad (las alas a la espalda los pendones de las lar-gas lanzas o las pieles vestidas sobre las armaduras y uniformes por sus aristocraacuteticos miem-bros) que los elementos realmente cruciales como las lanzas de choque las poderosas pro-tecciones metaacutelicas y su empleo taacutectico en la batalla con devastadores resultados Otro tanto

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parte dada su denominacioacuten de alae responde claramente a los modelos altoimperiales de organizacioacuten de la caballeriacutea sin que pueda detectarse en principio ninguna particularidad extraordinaria causada por la naturaleza es-pecial (o simplemente novedosa) de estas unidades Las taacutecticas son el punto decisivo en base a que suponen la puesta en praacutectica y uso del equipamiento y la organizacioacuten previa de la unidad y lo que determinaraacute en mayor medida el eacutexito de su empleo en la batalla objetivo fundamental de cualquier unidad militar por simple que eacutesta sea Finalmente nuestro intereacutes en determinar los oriacutegenes e influencias de este tipo de unidades del ejeacutercito romano deviene de una razoacuten sencilla el ejeacutercito romano estuvo en contacto durante qui-nientos antildeos con tradiciones militares que emplearon la caballeriacutea de forma masiva y especializada o que hicieron simplemente un uso maacutes o menos sis-temaacutetico de la caballeriacutea pesada de choque o catafracta sin que ello motivara la creacioacuten de unidades semejantes dentro de las armas romanas iquestPor queacute razoacuten entonces eacutestas surgen repentinamente hacia finales del s I dC y muy especialmente bajo los reinados de Trajano y Adriano sin abandonar ya la tradicioacuten militar romana hasta convertirse en una de las espinas dorsales de los ejeacutercitos del Bajo Imperio y sobre todo del posterior Imperio Bizantino

El lector habraacute notado que en el tiacutetulo de este apartado no hemos he-cho mencioacuten los clibanarii Dada la inexistencia de este teacutermino en las fuen-tes que tratan esta clase de unidades en el periodo que abordamos (hasta el punto que no hace su aparicioacuten hasta el s IV dC)46 consideramos innece-saria cualquier disquisicioacuten ulterior en base a una especialidad militar que no habiacutea emergido como tal para el periodo que estudiamos No obstante no debemos olvidar que en base a las hipoacutetesis barajadas y a la propuesta que aquiacute hemos presentado apoyaacutendonos en ellas las diferencias entre catafractii y clibanarii devienen maacutes de un empleo taacutectico antes que de diferencias sen-sibles en equipamiento u organizacioacuten en este sentido por tanto el papel taacutectico del clibanarius podriacutea haber sido desempentildeado por el catafractus en el periodo que nos ocupa

Las alae I Canninefatum y I Vlpia Contariorum milliaria El elemento maacutes caracteriacutestico de un contarius es el arma que le da

nombre el contus sarmaticus Nuestras fuentes no nos aportan mayores de-talles acerca del equipamiento militar de esta clase de unidades La estela de parece suceder con las fuentes claacutesicas que abordan a contarios catafractos y clibanarios de cualquier ldquonacionalidadrdquo soacutelo se resentildean los elementos llamativos o extrantildeos de su equipo

46 MIELCZAREK 1993 p 76

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Aduitor jinete del ala I Canninefatum ya mencionada maacutes arriba nos aporta la imagen de un jinete equipado tan soacutelo con un contus sin llevar maacutes pro-teccioacuten que sus ropas militares Sin embargo no es la primera vez que un militar romano se hace representar en su estela funeraria portando simple-mente sus armas maacutes caracteriacutesticas vistiendo tan soacutelo lo que podriacuteamos de-nominar como su ldquouniformerdquo Asiacute pues iquestno podriacutea estar actuando Aduitor en el mismo sentido

El contus sarmaticus es un arma de choque destinada a ser empuntildeada a dos manos por un jinete que emplearaacute la fuerza de sus brazos y de la em-bestida de su caballo conjuntamente para arremeter contra un objetivo pe-destre o ecuestre con la finalidad de abatirlo o derribarlo La superior longitud del contus por otra parte confiere al jinete una importante ventaja desde el momento en que a la carga posee la oportunidad de golpear prime-ro al enemigo con toda la brutal fuerza que un jinete a la carga puede desple-gar en ese preciso instante Sin embargo una vez ha sucedido el choque y se acortan las distancias entre el contarius y sus enemigos el jinete se encuen-tra en una situacioacuten de creciente vulnerabilidad si no recibe apoyo de liacuteneas sucesivas de otros jinetes o queda maacutes o menos aislado puede ser flanquea-do y faacutecilmente atacado por la infanteriacutea u otros jinetes47 La principal fuerza de una unidad de contarios radica por tanto en su capacidad para actuar en grupo y en perfecta coordinacioacuten asiacute como en saber explotar la ventaja fiacutesica y psicoloacutegica del primer impacto para barrer y desfondar a la formacioacuten ene-miga del tipo que sea Sin embargo esto no siempre puede suceder (ni se dan las condiciones apropiadas para conseguirlo en el campo de batalla) Ante semejante eventualidad inherente a una unidad de contarii sus componentes debiacutean de estar seguramente preparados La proteccioacuten corporal y un o unas armas secundarias formaban probablemente parte del equipo de Aduitor y de otros jinetes como eacutel

En cuanto al equipamiento ofensivo el arma maacutes comuacuten al lado de una lanza de acometida es una espada especialmente una de hoja larga la maacutes adecuada para su uso desde la silla de montar Este tipo de armas estaacute arqueoloacutegicamente atestiguada entre otros especialistas en el uso del contus los saacutermatas En la panoplia romana del s II dC las espadas largas no eran desconocidas en absoluto la caballeriacutea empleaba masivamente la spatha una espada de hoja recta que podiacutea oscilar entre los 65 y los 90 cm de lon-gitud y entre los 4 y 8 cm de anchura que en el s II dC era portada ya so-bre el costado izquierdo48 Otro tipo de espadas empleadas por la caballeriacutea romana en eacutepoca Antonina y Severa fueron las espadas de pomo en forma de

47 GOLDSWORTHY 1998 p 241 48 DIXON SOUTHERN 1997 pp 48-49 FIELDS 2006 p 16

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anillo cuyo origen se encuentra entre las espadas del mismo tipo saacutermatas y del Reino del Boacutesforo49 Una daga el pugio romano aunque pueda parecer un arma mucho maacutes uacutetil para un soldado de infanteriacutea que para un jinete es especialmente adecuada para los combates maacutes encarnizadamente cercanos tales como los brutales forcejeos hombre a hombre que tras un encontronazo de caballeriacutea podiacutean darse Igualmente un jinete descabalgado encontrariacutea mucho maacutes adecuado un pugio a la hora de enfrentarse a la infanteriacutea ene-miga que su larga espada maacutes conveniente para el combate desde la silla de montar50 Si tenemos en cuenta que en determinadas circunstancias un conta-rius era particularmente vulnerable a los ataques (y a ser consecuentemente derribado) un pugio seriacutea un buen complemento a su panoplia

Respecto al equipo defensivo debemos descartar desde un principio (auacuten a riesgo de resultar redundantes) el uso de escudos dada la imposibi-lidad de emplearlos adecuadamente empuntildeando al mismo tiempo un contus cuyo uso ademaacutes se veriacutea gravemente estorbado En este sentido la pro-teccioacuten corporal se convertiriacutea en un imperativo maacutexime teniendo en cuenta las debilidades inherentes a un contarius en combate ya mencionadas Di-versos tipos de casco o galea estaban a la disposicioacuten del jinete romano Los cascos de caballeriacutea evolucionaron de un modo diferente a los de la infan-teriacutea desde eacutepoca de Augusto al fin y al cabo las necesidades de proteccioacuten y movilidad de un jinete y un infante eran distintas Hacia finales del s I dC los modelos preexistentes como el casco tipo Weiler empezaron a ser refor-zados en su parte frontal (un lugar propenso a recibir contundentes sablazos durante el choque entre dos formaciones de caballeriacutea) desembocando en nuevos modelos durante el s II dC tales como el Russell Robinson tipo B uno de cuyos principales ejemplos fue encontrado en Ely Cambridgeshire Entre sus principales caracteriacutesticas estaacute la ampliacioacuten de las carrilleras que envuelven buena parte de la cara asiacute como los oiacutedos dejando soacutelo al descu-bierto nariz ojos y boca Su refuerzo frontal es pronunciado y el cubrenuca se ampliacutea ligeramente Sin embargo los cubrenucas de los cascos de ca-balleriacutea nunca alcanzaraacuten extensiones superiores en caso de ser derribado un jinete con un casco de cubrenuca muy extenso (como en los cascos de in-fanteriacutea del s II dC) podiacutea partirse el cuello faacutecilmente En este sentido avanzado el s II dC los cubrenucas se atrofian de nuevo mientras que las carrilleras se ampliacutean auacuten maacutes asiacute como los refuerzos del yelmo En este sentido los mejores ejemplos son el casco de Kalkar-Houmlnnepel (s II dC) y especialmente el tipo Friedberg el Heddernheim y el Russell Robinson tipo

49 BISHOP COULSTON1993 pp111-112 LEBEDYNSKY 2002 pp 101-103 p 167 y p 240 DIXON STEPHENSON 2003 pp 75-78

50 DIXON STEPHENSON 2003 pp 90-92

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E datados ya a comienzos del s III dC Estos cascos se caracterizan por en-volver casi completamente la cara salvo una breve ldquotrdquo que deja al descu-bierto ojos nariz y parte de la boca Las carrilleras cubren toda la cara y los oiacutedos asiacute como buena parte del cuello en unioacuten al cubrenuca Una extensa visera se extiende desde el frontal reforzado del casco sirviendo para desviar auacuten mejor los golpes frontales El yelmo presenta refuerzos transversales que se cruzan en su parte superior y se extienden hasta los liacutemites del cubrenuca En su conjunto estos disentildeos de cascos proporcionan una buena proteccioacuten contra golpes realizados desde cualquier direccioacuten especialmente frontales laterales y sobre la parte superior de la cabeza dejando vulnerable soacutelo la parte estrictamente necesaria del rostro51 No trataremos aquiacute todaviacutea los cas-cos destinados en principio a la Hippikaacute Gymnasia pues su particular natu-raleza y en especial la utilidad protectora del rostro de sus maacutescaras seraacute ob-jeto de debate en torno al equipamiento de los catafractii

La proteccioacuten corporal resultariacutea igualmente esencial para un conta-rius sobre todo porque en posicioacuten de carga y sin escudo resultariacutea muy vul-nerable a cualquier contraataque que pudiera atravesar la formacioacuten de ca-balleriacutea erizada de lanzas En general las protecciones no deberiacutean resultar muy diferentes a las de cualquier otro equite medianamente pesado de la ca-balleriacutea romana La proteccioacuten maacutes sencilla y frecuente seriacutea la lorica hama-ta o cota de mallas de mangas cortas hombros reforzados con una doble ca-pa de mallas y faldelliacuten extenso hasta medio muslo A finales del s II dC la caballeriacutea empezariacutea a llevar loricae hamatae de mayor longitud llegando a rebasar codos y rodillas En cuanto a las loricae squamatae durante los ss I-II dC soliacutean ser de unas dimensiones semejantes a las hamatae de man-gas y faldelliacuten cortos (cuando no sin mangas) con dos placas pectorales de metal como complemento y una franja de pteryges sobre los muslos Con la entrada del s III dC la lorica squamata cambia y tiende a hacerse maacutes lar-ga En el s II dC se incorpora una innovacioacuten las escamas semi-riacutegidas maacutes amplias y cosidas unas junto a otras sobre una pieza de cuero de tal for-ma que conformaban una proteccioacuten riacutegida y maacutes soacutelida como el ejemplo de Waffenmagazin en Carnunto datado probablemente de eacutepoca pre-Antonina o Antonina temprana Las armaduras de laacuteminas elaboradas a partir de esca-mas de metal rectangulares y alargadas son raras en el mundo romano du-rante esta fase aunque existe alguacuten ejemplo aislado como el hallazgo de un fragmento datado en el s III dC en Čatalka52 Otros elementos podiacutean com-

51 BISHOP COULSTON 1993 pp 93-96 y 117-119 FREUGEgraveRE 1994 pp 104-121 DIXON

SOUTHERN 1997 pp 35-36 DIXON STEPHENSON 2003 pp 17-20 FIELDS 2006 pp 12-13 52 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-92 y 116-117 DIXON SOUTHERN 1997 pp 36-43

DIXON STEPHENSON 2003 pp 43-48 FIELDS 2006 pp 13-14

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pletar la proteccioacuten del contarius como la de cualquier otro equite especial-mente grebas de diverso tipo especialmente uacutetiles para proteger las vulnera-bles piernas del jinete53

Completariacutea el equipamiento de un contarius su montura asiacute como la silla y los arreos necesarios para controlarla y poder actuar en conjuncioacuten con ella En particular la silla compondriacutea un elemento clave del equipo de una caballeriacutea especializada en taacutecticas de choque ante la carencia de estri-bos sin una silla de montar adecuada un contarius podriacutea salir simplemente disparado por la grupa de su caballo a causa de la fuerza del impacto En este sentido las tentativas de reconstruccioacuten de las sillas de montar realizadas por Junkelmann y P Connolly han resultado de extremada utilidad para conocer hasta queacute punto la silla de montar romana conocida como ldquosilla de cuatro cuernosrdquo podiacutea suplir la carencia del estribo y permitir a un jinete realizar toda clase de maniobras a lomos de su caballo sin correr excesivo riesgo de caer desmontado Especialmente satisfactorios han sido en este sentido las experiencias realizadas por Connolly con su propuesta de silla de estructura riacutegida interna de madera respaldados sus resultados por otros autores como K Dixon o P Southern Aunque no es materia esencial de nuestro estudio el debate en torno a la particular naturaleza de las sillas de montar romanas sentildealaremos que estos autores (a cuya opinioacuten nos adscribimos) consideran que una silla de montar de entramado riacutegido interno responderiacutea mucho me-jor a las necesidades de un jinete carente de estribos que una sin dicho entra-mado Desde nuestro particular punto de vista consideramos que las necesi-dades de un jinete especializado en taacutecticas de choque acentuariacutean enorme-mente la necesidad de una silla con un buen entramado riacutegido capaz de absorber la fuerza del impacto y mantener al jinete soacutelidamente afincado so-bre el lomo de su montura sin riesgo de caer Igualmente la solidez del en-tramado y su capacidad para transferir el peso del jinete de la columna verte-bral del animal hacia sus flancos (con el consecuente beneficio para la salud del caballo) permitiriacutea transmitir la fuerza de la embestida de la montura ha-cia el propio jinete y su arma (en este caso el contus) concentrando la fuerza del impacto en el afilado extremo de eacutesta y maximizando de este modo la eficiencia de la carga54 Posiblemente las unidades de caballeriacutea maacutes pesadas (como los catafractii) emplearon sillas de montar cuyo entramado estariacutea maacutes desarrollado y hasta reforzado con elementos metaacutelicos55

53 DIXON STEPHENSON 2003 p 61 54 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 BISHOP COULSTON 1993 pp 105-108

MIELCZAREK 1993 pp 81-82 DIXON SOUTHERN 1997 pp 70-74 DIXON STEPHENSON 2003 pp 107-110 FIELDS 2006 pp 17-18

55 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 pp 44-45

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La posible proteccioacuten portada por la montura de un contarius proba-blemente no diferiacutea de la portada por las monturas de las unidades de ca-balleriacutea media del ejeacutercito romano especialmente si tenemos en cuenta que como tendremos oportunidad de analizar no estaacute ni tan siquiera claro que los caballos de los catafractii romanos portaran protecciones fuera de lo comuacuten respecto de otras unidades de caballeriacutea Por tanto el elemento de proteccioacuten maacutes pesado portado por el caballo de un contarius seriacutea un chamfron una proteccioacuten para la cabeza y ojos del animal que podiacutea ser tanto de cuero co-mo metaacutelica Se han encontrado diversos ejemplares de este tipo de protec-ciones los maacutes exuberantemente decorados considerados (en principio) como restringidos a su uso durante la Hippikaacute Gymnasia56 El principal papel de estas protecciones parece enfatizar la proteccioacuten de los ojos del caballo en tanto en cuanto se conocen ejemplos de chamfrons romanos que tan soacutelo protegen esta vulnerable parte de la cabeza del animal como los hallados en Mainz Alemania57

El armamento caracteriacutestico del contarius especialmente el contus se asemeja enormemente al equipamiento del jinete pesado saacutermata el cual en la mayor parte de los casos no era sino un jinete maacutes o menos bien protegido (en algunos casos pesadamente protegido) a lomos de un caballo que en la mayor parte de los casos no llevariacutea una proteccioacuten destacada La principal fuerza del jinete saacutermata radicariacutea en el uso del llamado contus sarmaticus Que los primeros testimonios de la existencia de contarii entre las filas de la caballeriacutea romana no date antes del 60 dC resulta igualmente significativo el encuentro del ejeacutercito romano con la caballeriacutea pesada de los saacutermatas roxolanos o yaacutecigos se produce precisamente en esas fechas No existen evi-dencias de un ldquoteacutermino mediordquo similar al contarius romano entre el arquero a caballo y el catafractoclibanario parto o sasaacutenida Los contrastes entre el jinete pesado saacutermata y el parto son evidentes no soacutelo en equipo militar sino en taacutecticas todo lo contrario sucede entre el jinete pesado saacutermata y el contarius romano en particular Resulta loacutegico por tanto pensar que el mo-delo en taacutecticas y equipamiento del contarius romano se encuentra entre los contarios de la caballeriacutea pesada saacutermata58

56 BISHOP COULSTON 1993 pp 105-108 DIXON SOUTHERN 1997 p 67 DIXON

STEPHENSON 2003 pp 111-112 FIELDS 2006 57 DIXON STEPHENSON 2003 p 112 58 EADIE 1967 pp 165-167 MIELCZAREK 1993 pp 99-102 NEGIN 1998 LEBEDYNSKY

2002 p 236

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El ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta A diferencia de lo que sucede con los contarii no disponemos de des-

cripciones pormenorizadas o representaciones graacuteficas expliacutecitas de cata-fractii del ejeacutercito romano59 Tan soacutelo el grafito de un catafracto hallado en Dura-Europos aporta alguacuten tipo de informacioacuten expliacutecita para reconstruir la posible imagen de lo que seriacutea un catafractus del ejeacutercito romano pese al hecho de que la ldquonacionalidadrdquo del catafracto representado en el grafito no estaacute nada clara

Como ya hemos sentildealado en apartados anteriores el propio nombre de catafractuscatafractii (asiacute como el posterior de clibanariusclibanarii) pone el acento en la defensa corporal metaacutelica de este tipo de soldados romanos o no romanos Sin embargo el equipamiento defensivo carece de sentido algu-no si no protege una funcioacuten ofensiva concreta En un contarius el eacutenfasis se situacutea en su capacidad ofensiva representada fundamentalmente por el contus sarmaticus como devastadora arma de choque en manos de una fuerza dise-ntildeada esencialmente para el ataque la caballeriacutea En un catafractus romano o parto y en sus homoacutelogos saacutermatas maacutes pesadamente equipados el elemen-to clave no es el poderoso equipo defensivo del jinete (y seguacuten queacute casos de su caballo) en solitario sino la conjuncioacuten de eacuteste con el poder devastador de su equipo ofensivo El catafractus representa asiacute la fuerza ofensiva del con-tarius puesta bajo una proteccioacuten concienzuda que la mantenga a salvo de la mayor parte de los contraataques

En este sentido el equipamiento ofensivo de un catafractus romano no se diferenciariacutea en nada sustancial del portado por un contarius Aparte de la fundamental y eficiente contus el catafractus no dejariacutea de portar un arma secundaria siendo de nuevo la maacutes eficiente la espada de hoja larga que en la tradicioacuten romana altoimperial se materializaba en la spatha en to-das sus variantes asiacute como en espadas de hoja larga de tradicioacuten saacutermata que ya presentamos anteriormente En cuanto a otras armas acaso el pugio pu-diera ser un complemento menos uacutetil para un jinete pesadamente protegido (y con una movilidad maacutes restringida en consecuencia) que para un conta-rius o un equite maacutes vulnerable pero con mayor libertad de movimientos Al fin y al cabo la funcioacuten de ataque baacutesica del catafractus no era sino la mis-ma que la del contarius aprovechar la ventaja de un arma de acometida como el contus para derribar a enemigos a pie o montados antes de poder re-cibir cualquier clase de contraataque cuerpo a cuerpo por parte de ellos Era precisamente su capacidad para mantenerse a salvo de buena parte de los

59 MIELCZAREK 1993 p 79

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contraataques (cercanos o de proyectil) lanzados contra ellos lo que conver-tiacutea a los catafractii en un arma auacuten maacutes devastadora y pesada que los conta-rii la fuerza devastadora de su ataque teniacutea muchas menos posibilidades de verse desbaratada durante la accioacuten si todo iba razonablemente bien60

Y es este elemento clave del catafractus romano la proteccioacuten corpo-ral uno de los puntos que mayores debates ha generado empezando por el yelmo propiamente dicho Un catafractus romano del s II y comienzos del s III dC empleariacutea una gama de cascos ligeramente distinta a los de un con-tarius por dos razones la primera de todas cronoloacutegica en base al hecho de que su aparicioacuten (en base a todas nuestras fuentes) no parece tener lugar has-ta la primera deacutecada del s II dC por lo que los disentildeos de cascos maacutes tiacutepi-cos del s I dC (como el tipo Weiler) no llegariacutean a ser usados por los cata-fractii romanos la segunda es puramente funcional en tanto en cuanto se es-perariacutea de un catafractus que fuera lo maacutes protegido posible Soacutelo los dise-ntildeos maacutes soacutelidos de yelmos romanos y de proteccioacuten maacutes completa entrariacutean a formar parte del equipo corriente de esta caballeriacutea pesada En este sentido resulta particularmente representativo el casco tipo Heddernheim o Russell Robinson tipo E el tipo Friedberg asiacute como los cronoloacutegicamente anteriores Kalkar-Houmlnnepel y Bodengraven Todos ellos ofreciacutean una excelente protec-cioacuten a todo el craacuteneo y el cuello Sin embargo todos ellos no podiacutean evitar dejar al descubierto ojos nariz y buena parte de la boca Teniendo en cuenta que el resto del cuerpo del jinete estariacutea tambieacuten razonablemente bien prote-gido la mejor forma de neutralizar a un catafractus en estas circunstancias era atacarle al rostro directamente Sean cuales sean las circunstancias (y lo que Hollywood nos haya intentado hacer creer) el instinto baacutesico de preser-vacioacuten de un ser humano le hace cerrar los ojos encoger o apartar brusca-mente la cabeza y (de ser necesario) protegerse con las manos y los brazos si intuye o siente una agresioacuten dirigida a la cara Se trata de un acto reflejo baacute-sico e instintivo que no se puede evitar La peacuterdida temporal del control so-bre la realidad visual y sobre las acciones del combate que esto produciriacutea podriacutea provocar (al menos durante ese corto espacio de tiempo) que el ldquoin-vulnerablerdquo catafractus dejara de ser una amenaza fallara el objetivo de su ataque dejara de prestar atencioacuten (en pos de su propia proteccioacuten) yo se convirtiera en un objetivo vulnerable durante ese tiempo En resumidas cuentas la proteccioacuten para la cara resultariacutea una pieza muy uacutetil para un sol-dado cuya fuerza residiera en una pesada proteccioacuten y una gran contundencia de ataque En este sentido se sabe que los catafractos y clibanarios partos y

60 MIELCZAREK 1993 p 81 BISHOP COULSTON 1993 pp 109-111 DIXON SOUTHERN 1997 p 76 GOLDSWORTHY 1998 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-321

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sasaacutenidas emplearon maacutescaras o ventails combinadas con sus cascos para completar su proteccioacuten dejando tan soacutelo los resquicios necesarios para res-pirar y ver (literalmente dos orificios del tamantildeos de los ojos asiacute como una apertura y perforaciones para permitir la ventilacioacuten a la altura de la boca y la nariz) sin que ello pareciera representar un inconveniente a la percepcioacuten del entorno en combate61 En la panoplia romana altoimperial los cascos con maacutescaras metaacutelicas (y las maacutescaras en siacute mismas) no son precisamente des-conocidos son aquellos inicialmente atribuidos a un uso en paradas y ejer-cicios militares especialmente la Hippikaacute Gymnasia Entre los ejemplos maacutes destacables podemos sentildealar el tipo Newstead (s I dC) asiacute como las varian-tes maacutes elaboradas y decoradas del Heddernheim En principio este tipo de cascos dada su profusa decoracioacuten y las supuestas limitaciones a la visibili-dad provocadas por la maacutescara estariacutean limitado en su uso a la Hippikaacute Gymnasia Sin embargo este tipo de cascos no era impedimento para un adecuado desenvolvimiento durante estos ejercicios que eran una muestra de destreza iquestPor queacute entonces habriacutean de resultar un estorbo en la batalla Las maacutescaras de la caballeriacutea parta no teniacutean una factura esencialmente diferente a las romanas (maacutes allaacute del plano puramente artiacutestico-estiliacutestico) y fueron usadas en combate con cierta asiduidad iquestPor queacute razoacuten los yelmos con maacutes-cara o maacutes probablemente las maacutescaras en siacute mismas combinadas con otros tipos de yelmos romanos de caballeriacutea conocidos no pudieron ser utilizados en combate tanto como en la Hippikaacute Gymnasia Hace casi dos deacutecadas Mielczarek ya lanzoacute una propuesta en semejante sentido al respecto de la ca-balleriacutea pesada romana poniendo en cuestioacuten su uso exclusivo en paradas y exhibiciones la cantidad de cascos con maacutescaras y maacutescaras aisladas vincu-ladas a la panoplia romana (y especialmente de la caballeriacutea) no parece res-ponder precisamente a un uso limitado a ocasiones especiales Diez antildeos maacutes tarde Dixon e I P Stephenson volvieron a retomar dichos plantea-mientos argumentando que determinados cascos empleados en la Plena y Baja Edad Media (como el sallet A82) limitaban la visibilidad tanto o maacutes que las maacutescaras inicialmente consideradas como limitadas a la Hippikaacute Gymnasia y sin embargo fueron empleados en combate62 En este sentido consideramos que posiblemente los maacutes ricamente decorados ejemplares no fueron objeto de uso en combate pero siacute que nos adscribimos a los plantea-mientos de los autores mencionados considerando no soacutelo probable sino ra-zonable que la maacutescara (y los cascos disentildeados especialmente para portarlas) formaran parte de la panoplia de los catafractii otorgaacutendoles la proteccioacuten necesaria para proteger el siempre vulnerable rostro

61 MIELCZAREK 1993 p 60 NEGIN 1998 pp 72-74 WILCOX 2001 p 10 62 MIELCZAREK 1993 p 81 DIXON STEPHENSON 2003 pp 20-24

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Un catafractus sin duda alguna portariacutea una buena proteccioacuten para el torso En este sentido hariacutea uso de las mismas protecciones antes menciona-das para los contarii como loricae hamatae y squamatae asiacute como las inno-vaciones propias de eacutepoca Antonina y Severa como las escamas semi-riacutegi-das y las poco comunes armaduras de laacuteminas como el aislado ejemplo del s III dC hallado en Čatalka63 Sin embargo si atendemos ahora al grafito de Dura-Europos el jinete representado no parece llevar un uacutenico tipo de pro-teccioacuten sobre su torso Las armaduras compuestas por varios tipos de loricae como hemos visto eran probablemente utilizadas ya por los saacutermatas Este tipo de proteccioacuten era tambieacuten conocida en el ejeacutercito romano si bien los ejemplos de la misma son limitados y no parece que su uso estuviera muy extendido (al igual que no parece que en el s II y a comienzos del s III dC los catafractii fueran un arma de extendido uso en Roma) Se denominaba lorica plumata teacutermino que al parecer designaba principalmente a armadu-ras compuestas por lorica squamata y hamata combinadas Esta combina-cioacuten parece ser la utilizada tambieacuten por los saacutermatas aunque su distribucioacuten sobre el cuerpo no se ha podido reconstruir convincentemente64 Al igual que el contarius el catafractus no portariacutea escudo tanto por serle imposible su debido aprovechamiento al empuntildear un contus como por el estorbo que su-pondriacutea al uso de esta uacuteltima La carencia de escudo quedariacutea suplida por lo pesado de su proteccioacuten corporal En este sentido destaca la manica una proteccioacuten construida con laacuteminas de metal (bronce o hierro) semiciliacutendricas unidas unas a otras en progresioacuten descendente del hombro hacia la mano la cual podiacutea proteger a su vez con guanteletes de malla de escamas o incluso una extensioacuten de la manica misma adaptada a la forma de la mano65 Com-pletariacutean la proteccioacuten de un catafractus unas grebas para sus piernas (la parte de su cuerpo maacutes al alcance de la infanteriacutea enemiga) si bien podiacutean disponer de protecciones maacutes pesadas que podiacutean llegar a cubrir muslos y pies recordando en su estructura a la manica empleada para proteger los bra-zos66 En ocasiones podriacutea emplearse tambieacuten protecciones especiacuteficas para el cuello especialmente pensadas para cubrir cualquier posible fisura entre el yelmo y la proteccioacuten del torso De este tipo de piezas se han encontrado al-gunos ejemplos como el de una tumba de Čatalka en Bulgaria datada en el

63 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-92 y 116-117 DIXON SOUTHERN 1997 pp 36-43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 43-48 FIELDS 2006 pp 13-14

64 MIELCZAREK 1993 pp 79-80 NEGIN 1998 pp 68-74 DIXON STEPHENSON 2003 pp 49-50 FIELDS 2006 pp 10-11

65 BISHOP COULSTON 1993 pp 87-91 DIXON STEPHENSON 2003 pp 55-58 66 DIXON SOUTHERN 1997 p 43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 61-63

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s II dC y consistente en un anillo de metal dividido en dos mitades unidas por un cinturoacuten de cuero y originalmente tintado en rojo67

El equipamiento de las monturas de los catafractii romanos es otro as-pecto poleacutemico quizaacutes el que maacutes En primer lugar respecto de las sillas de montar eacutestas responderiacutean probablemente al modelo presentado por Con-nolly pero a un tipo particular cuyo entramado riacutegido interno y cuernos es-tariacutean maacutes desarrollados planteando una sujecioacuten mucho maacutes riacutegida y firme Este tipo de sillas poseiacutea ademaacutes una estructura reforzada con elementos metaacutelicos Seguacuten Connolly y C Van Dryel Murray este tipo de sillas res-ponderiacutea especialmente a un uso por parte de unidades de caballeriacutea pesada donde el peso de la armadura del jinete sumada a su modalidad de combate (choque con lanza pesada) hariacutea necesaria una sujecioacuten maacutes firme para evitar quedar descabalgado asiacute como un maacutes eficiente reparto del peso sobre el lomo y los costados del caballo Este tipo de sillas es visible tambieacuten sobre los caballos de los clibanarios sasaacutenidas que aparecen en el relieve de Firu-zabad68 En segundo lugar estaacute la cuestioacuten en torno a si las monturas de los catafractii romanos del s II y comienzos del III dC llevaban alguacuten tipo de proteccioacuten y cuaacuten completa era esta En este sentido se han lanzado diver-sas propuestas e hipoacutetesis por una parte aquellos que consideran que los ca-tafractii romanos probablemente no emplearon proteccioacuten para sus monturas al menos no en la forma casi sistemaacutetica y masiva que caracterizaba a la ca-balleriacutea pesada parta y que caracterizariacutea maacutes tarde a la sasaacutenida y a la pro-pia caballeriacutea pesada romana bajoimperial en este sentido los catafractii del ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta no seriacutean sino contarii pesada-mente protegidos pero cuyas monturas no portariacutean proteccioacuten alguna fuera de lo comuacuten hasta el momento en el ejeacutercito romano69 otros han propuesto un teacutermino medio sostenido en base a la influencia saacutermata en la creacioacuten y equipamiento de la caballeriacutea pesada romana Es eacuteste el caso de Mielczarek Negin y Lebedynsky entre otros quienes consideran que los catafractii ro-manos no emplearon la protecciones pesadas y o maacutes o menos completas pa-ra sus monturas en el sentido sistemaacutetico que se puede observar en la tradi-cioacuten militar parta o persa sino que emplearon protecciones maacutes limitadas y sobre todo aplicadas a secciones concretas de estas unidades por ejemplo entre aquellos soldados destinados a formar la vanguardia de choque de la formacioacuten o simplemente entre los oficiales70 entre la mayor parte de los autores consagrados al estudio del armamento romano y en particular de la

67 DIXON STEPHENSON 2003 p 59 68 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 p 45 MIELCZAREK 1993 pp 81-82 69 EADIE 1967 pp 166-168 70 MIELCZAREK 1993 pp 74-81 NEGIN 1998 p 74 LEBEDYNSKY 2002 p 237-238

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caballeriacutea existe un acuerdo taacutecito en reconocer el uso por parte de la ca-balleriacutea pesada romana de protecciones metaacutelicas Sin embargo en general o no llegan a un acuerdo en torno a su empleo por parte de las primeras uni-dades de catafractii o se limitan a constatar que los restos arqueoloacutegicos de protecciones equinas pesadas (particularmente las halladas en Dura-Europos) datan en principio del s III dC sin entrar en mayores debates71 finalmente estaacuten aquellos autores que dan simplemente por sentada la asociacioacuten entre el teacutermino catafractii y una proteccioacuten maacutes o menos completa y extendida a la inmensa mayoriacutea (al menos) de las monturas de estas unidades en cual-quier momento desde su creacioacuten72 pero especialmente a partir del s III dC73

En general todas estas corrientes tienden a coincidir en sentildealar que las armaduras pesadas para caballos en el ejeacutercito romano no empezaron a utili-zarse de forma extendida para la caballeriacutea pesada hasta el s III dC De nue-vo el debate se centra en torno a su uso durante el s II dC justo en el mo-mento de la creacioacuten de las primeras unidades de catafractii y particular-mente a causa de la falta de pruebas concluyentes Si se hizo uso de dichas protecciones ya en el s III dC iquestpor queacute razoacuten negar su uso en una fase an-terior aunque eacuteste no fuera un uso generalizado Particularmente preferimos adscribirnos a la tendencia representada por Mielczarek Negin y Lebedyns-ky entre otros autores considerando que los miembros de la uacutenica unidad de caballeriacutea pesada acorazada romana conocida para el s II dC el ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta (y por tanto otras unidades del mismo tipo auacuten por conocer) emplearon protecciones metaacutelicas maacutes o menos pesa-das para sus monturas de un modo ocasional limitado a secciones especiales de la unidad o a la oficialidad siguiendo la corriente de influencia saacutermata Estas protecciones se generalizariacutean a lo largo del s III dC probablemente bajo una mayor influencia de la tradicioacuten militar parta y ante todo sasaacutenida hasta constituir las unidades pesadas del Bajo Imperio que seriacutean el germen de la posterior caballeriacutea pesada bizantina

Este tipo de protecciones incluiriacutea no soacutelo ya los chamfrons metaacutelicos sobradamente conocidos por la caballeriacutea romana de la eacutepoca (y empleados probablemente por los contarii) sino bardas compuestas por malla escamas de cuero o metaacutelicas o laacuteminas que como los ejemplares de Dura-Europos (ya descritos anteriormente) cubririacutean los flancos del caballo y buena parte

71 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-70 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

72 GOLDSWORTHY 1998 pp 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 y 20-21 73 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-322

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de la pechera del mismo74 Este tipo de protecciones probablemente incluiriacutea tambieacuten piezas especiacuteficas para proteger el frontal y la cerviz del animal has-ta la cabeza a semejanza quizaacutes de las empleadas por partos y sasaacutenidas en Oriente Estas piezas particularmente para la cerviz del caballo se han en-contrado tambieacuten en Dura-Europos elaboradas en malla y lazadas mediante correas de cuero75 De este modo si se quisiera proporcionar proteccioacuten tan soacutelo a los caballos de una parte de la unidad lo maacutes loacutegico seriacutea hacerlo con las monturas que marchariacutean en la vanguardia de la formacioacuten de choque y que deberiacutean absorber la fase maacutes violenta del impacto En este sentido las piezas de proteccioacuten maacutes uacutetiles no seriacutean las bardas laterales sino las pro-tecciones para pechera cerviz y cabeza las partes del cuerpo del caballo que quedariacutean expuestas al enemigo durante una carga en formacioacuten cerrada Al prescindir asiacute de las protecciones de los flancos no solo se seguiriacutea apor-tando una proteccioacuten uacutetil a las monturas maacutes expuestas de la unidad durante una accioacuten de combate sino que se estariacutea aligerando el peso que habriacutean de soportar durante la accioacuten reduciendo asiacute el riesgo de agotamiento de las mismas

Si la influencia saacutermata en el origen del contarius romano es maacutes o menos segura la cuestioacuten resulta menos clara para los catafractii Formal-mente un catafractus romano no se diferenciaba del contario saacutermata maacutes pesadamente armado maacutes que en la factura de determinadas partes de su equipamiento muchas de las cuales eran de tradicioacuten puramente romana y unas pocas (como las protecciones maacutes pesadas para las piernas) devendriacutean de tradiciones orientales Sin embargo el hecho de que en ninguacuten momento las fuentes literarias disponibles denominen a la caballeriacutea pesada saacutermata como catafractii y que las protecciones pesadas para caballos entre la mis-ma parezcan ser objeto de un uso tan heterogeacuteneo como vinculado al status y posibilidades econoacutemicas del jinete parece ser el principal punto (al menos inicialmente) de distanciamiento entre los lanceros acorazados saacutermatas y los catafractii romanos Ahora bien suponiendo que la creacioacuten de las unidades de catafractos romanos estuviera respondiendo a la caballeriacutea pesada parta iquestpor queacute esperoacute al s II dC Durante casi tres siglos de encuentros en los campos de batalla de Oriente el ejeacutercito romano no parecioacute tener necesidad alguna de emular a los catafractos y clibanarios partos Finalmente es en el contexto de las guerras daacutecicas y paacuterticas de Trajano y en el reinado de Adriano cuando los catafractii hacen su aparicioacuten en el ejeacutercito romano al-gunas deacutecadas maacutes tarde que los contarii y despueacutes de casi un siglo de con-

74 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-63 67 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

75 DIXON STEPHENSON 2003 p 114

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tacto con la caballeriacutea saacutermata De nuevo la coincidencia de variables parece hablar por siacute sola al igual que primero el contarius el catafractus parece ser una respuesta de la caballeriacutea romana a las refriegas habidas con los exce-lentes jinetes saacutermatas desde mediados del s I dC hipoacutetesis que secundan la mayor parte de los autores76 Cualquier posible influjo oriental en la com-posicioacuten de la primera caballeriacutea pesada romana respondioacute a la incorpora-cioacuten de elementos considerados de utilidad no encontrados en la tradicioacuten militar propiamente romana o saacutermata El incremento de este influjo mate-rializado quizaacutes en la intensificacioacuten y extensioacuten del uso de armaduras pe-sadas para caballos y en el importante desarrollo en general del arma de ca-balleriacutea pesada en Roma tendriacutea lugar ya entrado el s III dC quizaacutes no tanto de manos de los uacuteltimos coletazos del moribundo Imperio parto como del joven y eneacutergico Imperio persa sasaacutenida el cual llevariacutea el arma de ca-balleriacutea en el Oriente a nuevas cotas de desarrollo especializacioacuten en organi-zacioacuten equipamiento y taacutecticas77

Mencioacuten especial requiere la organizacioacuten del ala I Gallorum et Pan-noniorum catafracta No entraremos a resentildear aquiacute la naturaleza del ala como unidad militar del ejeacutercito romano ni la organizacioacuten y estructura de la caballeriacutea romana altoimperial sino un aspecto concreto del ala concreta objeto de nuestro estudio y que parece haber pasado desapercibido a la ma-yor parte de los autores Se trata del hecho de que dicha ala debioacute de ser compuesta en su origen por soldados de dos unidades distintas probable-mente tropas selectas Tal y como sentildeala su nombre el ala estaba compuesta por jinetes galos y panonios Mielczarek ha propuesto precisamente que ca-ra a la creacioacuten de esta unidad de catafractos probablemente se seleccionoacute a los mejores soldados de dos alas distintas posiblemente (seguacuten el parecer del propio Mielczarek) el ala I Pannoniorum y el ala I Gallorum Flaviana Aunque de momento no se trata sino de una hipoacutetesis parece razonable que cara a la primera unidad de caballeriacutea pesada romana (probablemente una unidad que tendriacutea en sus oriacutegenes un marcado caraacutecter ldquoexperimentalrdquo) se seleccionara a personal experimentado y de fiar lo que remarcariacutea el caraacutec-ter de eacutelite de este tipo de unidades

76 EADIE 1967 MIELCZAREK 1993 NEGIN 1998 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

LEBEDYNSKY 2002 77 EADIE 1967 pp 169-172 MICHALAK 1987 MIELCZAREK 1993 pp 63-67 NICOLLE

1996 WILCOX 2001 pp 24-35 FARROKH 2005

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Taacutecticas y limitaciones de la caballeriacutea pesada romana La caballeriacutea fue un arma especializada principalmente en una uacutenica

funcioacuten el ataque Un grupo de jinetes no puede establecer una posicioacuten de-fensiva y mantenerla de forma estaacutetica pues equivaldriacutea claramente a un suicidio en cualquier eacutepoca Cuando una unidad de caballeriacutea ha sido em-pleada con fines de defensa lo ha sido empleando fundamentalmente el ata-que es decir un contraataque

La principal ventaja de un jinete respecto del soldado de infanteriacutea ra-dica en tres puntos fundamentales la altura que le proporciona su montura la rapidez y potencia de la misma y el efecto psicoloacutegico que todo ello sus-cita en el infante El principal modo en que la caballeriacutea (y particularmente la caballeriacutea media y pesada) se enfrenta a la infanteriacutea (y a otras unidades como veremos) es la carga cuya finalidad es desfondar la formacioacuten ene-miga dispersaacutendola para coparla y destruirla o permitir a otras unidades aprovechar la brecha abierta Sin embargo contrariamente a lo que se suele pensar un caballo (o un grupo de caballos) no es capaz de embestir una for-macioacuten cerrada de infanteriacutea Un equino no es un toro ni se comporta como tal El caballo siempre se para antes de llegar a impactar contra un obstaacuteculo que considera no podraacute esquivar o saltar o donde no vea espacio alguno por donde penetrar En este sentido una formacioacuten de infanteriacutea pesada que fuera capaz de mantener su posicioacuten hasta el final teniacutea muchas posibilidades de rechazar una carga de caballeriacutea Existiacutean dos formas para evitar que esto sucediese de modo tal que la carga de caballeriacutea tuviese finalmente eacutexito hostigar a la formacioacuten de infanteriacutea de muacuteltiples modos (ataque con proyec-tiles ataques simulados apoyar a la caballeriacutea atacante con infanteriacutea o ar-tilleriacutea) o bien que un porcentaje suficiente de soldados enemigos no fuera capaz de soportar la tensioacuten psicoloacutegica de ver venir sobre ellos una carga de caballeriacutea y rompiera filas debilitando la formacioacuten desorganizaacutendola y abriendo brechas Como vemos el resultado de una carga de caballeriacutea de-pende maacutes del contexto y de la psicologiacutea que de la carga en siacute misma Sin embargo los nervios de acero necesarios para superar el instinto de autopro-teccioacuten (que nos llevariacutea a quitarnos inmediatamente de la trayectoria de los caballos y sus jinetes) no eran (ni son) un elemento comuacuten en los ejeacutercitos Pocas infanteriacuteas disponiacutean del adiestramiento y disciplina necesarios para mantener la posicioacuten y afrontar una auteacutentica estampida que a sus ojos cla-ramente amenazariacutea con arroyarla Entre tales excepciones se encontraba la

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infanteriacutea legionaria romana la cual soacutelo en determinadas circunstancias era realmente vulnerable a un ataque de caballeriacutea78

Las unidades de caballeriacutea pesada como catafractii y contarii eran un caso auacuten maacutes especial En primer lugar el contus permitiacutea al jinete arroyar a un infante enemigo virtualmente antes de que su montura se viera obligada a detener su marcha Por otra parte sus pesadas protecciones (y la de sus mon-turas al menos para una parte de los catafractii) les otorgaban una mayor se-guridad ante cualquier clase de contraataque enemigo (especialmente pro-yectiles) y una superior capacidad de asumir el riesgo del contacto con una formacioacuten enemiga demasiado firme Pero sobre todo les otorgaba una carga psicoloacutegica brutal la visioacuten de una ldquoparedrdquo blindada erizada de lanzas en auteacutentica formacioacuten de falange avanzando con premura directamente resulta-ba especialmente impactante a ojos de un soldado de infanteriacutea por muacuteltiples factores Ser arroyado por un caballo no es una perspectiva agradable ser arroyado por una marea de lanzas y caballos blindados es una perspectiva auacuten menos agradable Para incrementar la capacidad de penetracioacuten de este tipo de caballeriacutea se empleaban formaciones y ataques en profundidad fun-damentalmente columna y cuneuscuntildea En este sentido la formacioacuten podiacutea concentrar la fuerza de su carga en un frente estrecho que pudiera ser dirigi-do convenientemente contra el punto maacutes deacutebil de la formacioacuten a atacar in-cluso con la carga ya en curso Sin embargo la caballeriacutea pesada poseiacutea una desventaja potencial el enorme peso de su equipamiento reduciacutea la veloci-dad de su carga su maniobrabilidad y podiacutea agotar a sus caballos muy raacutepi-damente En este sentido podiacutean ser viacutectimas faacuteciles de unidades maacutes aacutegiles y raacutepidas o de un contraataque al teacutermino de una extenuante carga (exitosa o no) Por otra parte no estaban precisamente capacitados para realizar una re-tirada raacutepida con los caballos extenuados por el esfuerzo de cargar despla-zando sobre sus lomos a su jinete con su equipamiento y su propia pro-teccioacuten los catafractii podiacutean encontrarse en una situacioacuten realmente com-prometida si su ataque fracasaba y no se encontraban en posicioacuten de recibir apoyo inmediato de unidades aliadas capaces de protegerlos el tiempo nece-sario para maniobrar y salir del atolladero Otro peligro que desembocaba di-rectamente en el fracaso de la carga (y en las circunstancias antes descritas) era la posibilidad de que la formacioacuten perdiera su cohesioacuten durante la carga Para evitar esta circunstancia (y reducir la extenuacioacuten de los caballos) se procuraba no cargar a mayor velocidad que un trote ligero79

78 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

79 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 y 241 LEBEDYNSKY 2002 p 237 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

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A la hora de afrontar a otra caballeriacutea las circunstancias eran dife-rentes La caballeriacutea como especialista en ataque teniacutea tambieacuten la funcioacuten de neutralizar a la caballeriacutea del adversario negaacutendole asiacute la mayor parte de la iniciativa y ganando la oportunidad de flanquear sus formaciones y ata-carlas desde diversos puntos Un ejeacutercito cuya caballeriacutea abandonara el cam-po de batalla por otra parte aunque auacuten podiacutea imponerse mediante la fuerza de su infanteriacutea (si era capaz de rechazar el ataque de la caballeriacutea adversaria y de desalojar a su infanteriacutea) careceriacutea de cualquier posibilidad para explo-tar adecuadamente la victoria la caballeriacutea fue hasta la I Guerra Mundial la uacutenica arma capacitada para lanzar una persecucioacuten sobre una fuerza enemiga en retirada convirtiendo esta uacuteltima en una desbandada desorganizada y dis-poniendo asiacute de la oportunidad de transformar un ejeacutercito derrotado en un ejeacutercito destruido En este sentido la caballeriacutea no fue soacutelo una pieza taacutectica fundamental a la hora de la batalla sino una herramienta baacutesica de la estra-tegia a nivel global de cualquier conflicto a lo largo de unos tres milenios de historia militar

La infanteriacutea puede rechazar a la caballeriacutea pero nunca perseguirla (maniobra que equivaldriacutea a dar la ocasioacuten a los jinetes derrotados de dar media vuelta y lanzar un inesperado contraataque que convirtiera en desastre para la infanteriacutea lo que empezoacute siendo un eacutexito Las huidas fingidas como ya hemos sentildealado eran tambieacuten una interesante taacutectica a emplear por parte de la caballeriacutea para desorganizar una formacioacuten enemiga Sin embargo no era una taacutectica que entrara dentro del ldquomanual de instruccionesrdquo de la ca-balleriacutea maacutes pesada limitada como estaba en sus movimientos) Soacutelo la ca-balleriacutea podiacutea derrotar poner en fuga y destruir a otra caballeriacutea El modo de hacerlo sin embargo era materia delicada Una formacioacuten cerrada para ata-car a otra caballeriacutea resultaba inuacutetil y peligrosa era la mejor forma de que los propios caballos se rompieran los huesos al impactar a gran velocidad contra las monturas enemigas Normalmente y a lo largo de toda la existen-cia de la caballeriacutea de choque dos formaciones de caballeriacutea que cargan una contra otra a la espera de un combate mano a mano tienden a abrir sus liacuteneas para esquivar el choque frontal contra los caballos rivales Al producirse el choque el jinete tratariacutea de atacar con sus armas a su rival maacutes cercano a uno u otro lado intentando derribarle o herirle mortalmente En estas cir-cunstancias el contus sarmaticus vuelve a relucir por sus virtudes permitiacutea (al igual que la lanza de cometida medieval las lanzas de los huacutesares alados polacos o las lanzas de los ulanos austriacos o los cosacos rusos) golpear al jinete adversario antes de que eacuteste equipado con espada o con una lanza maacutes corta pudiese iniciar su propio ataque Una formacioacuten de contarii o de cata-fractii podiacutea asiacute arroyar faacutecilmente la vanguardia de la formacioacuten de caballe-

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riacutea enemiga neutralizando su ataque y desorganizando totalmente su forma-cioacuten Sin embargo cuando dos formaciones cargaban una contra la otra y llegaban a culminar completamente el choque el combate podiacutea derivar faacute-cilmente en una violenta y caoacutetica refriega En estas circunstancias las espa-das de hoja larga empleadas por la caballeriacutea romana y saacutermata eran particu-larmente esenciales asiacute como sus protecciones dado que un contus tendiacutea a partirse tras el primer o segundo impacto y a ser poco coacutemoda de utilizar cuando el combate se tornaba maacutes cercano En cualquier caso si una forma-cioacuten de catafractii no conseguiacutea imponerse durante el choque a la formacioacuten enemiga el agotamiento de sus monturas y su menor movilidad (sumada a la peacuterdida del orden en la formacioacuten inherente al inicio de la refriega) supon-driacutean una peligrosa situacioacuten en el caso de carecer de apoyo de otras unida-des (bien de caballeriacutea o de infanteriacutea) y de la que no podriacutean salir con mu-cha facilidad80

Tanto frente a otra caballeriacutea como frente a la infanteriacutea el respaldo de unidades de caballeriacutea maacutes ligeras y particularmente arqueros a caballo81 resultariacutea particularmente deseable antes del choque la caballeriacutea ligera po-driacutea hostigar con proyectiles a las formaciones enemigas creando brechas o desorganizaacutendolas y despueacutes del choque podriacutean apoyar a la caballeriacutea pe-sada durante la progresioacuten del combate cubrir su retirada o explotar su eacutexito continuando la persecucioacuten de un enemigo en fuga

Como vemos desde el punto de vista taacutectico y del empleo en el campo de batalla el eacutexito de la caballeriacutea pesada acorazada dependiacutea tanto o maacutes de las circunstancias el contexto y el apoyo que pudieran recibir que de sus propias virtudes Se trataba de unidades altamente especializadas que si que-daban desprotegidas o en situaciones comprometidas podiacutean ser faacutecilmente rechazadas desbandadas o destruidas No se trataba de fuerzas versaacutetiles y probablemente ello condicionoacute que su adopcioacuten y empleo generalizado por parte del ejeacutercito romano fuera tardiacuteo

CONCLUSIONES

El ejeacutercito romano se enfrentoacute durante casi dos siglos a la caballeriacutea

pesada desarrollada por las potencias orientales Tras reveses iniciales debi-dos maacutes a las circunstancias que a una auteacutentica incapacidad para afrontar el ataque de este tipo de caballeriacutea las legiones desarrollaron sus particulares contramedidas recorriendo las primeras deacutecadas de la historia del Alto Im-

80 DIXON SOUTHERN 1997 pp 141-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 235-244 MENEacuteNDEZ

ARGUumlIacuteN 2011 pp 322-324 81 DIXON SOUTHERN 1997 p 143

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perio imperturbables considerando del todo innecesario tomar como inno-vacioacuten un arma a la que eran capaces de batir los catafractos partos y arme-nios

Sin embargo hacia mediados del s I dC algo vino a trastocar este es-cenario en apariencia estable e inamovible de las estepas poacutenticas emergioacute no tanto una nueva arma como una nueva forma de combinar y emplear ar-mas y taacutecticas sobradamente conocidas Los haacutebiles jinetes saacutermatas dejaron atraacutes la claacutesica tradicioacuten militar esteparia basada en el uso del arquero a ca-ballo y la caballeriacutea ligera desarrollaron una nueva caballeriacutea pesada libre de la mayor parte de las debilidades de los pesados catafractos partos flexi-ble y dinaacutemica y capaz de luchar en conjuncioacuten perfecta con otras modali-dades de caballeriacutea como si de un uacutenico cuerpo se tratase A diferencia del catafractario parto el ldquocontariordquo saacutermata era un jinete armado maacutes o menos pesadamente seguacuten las circunstancias y sus propias posibilidades Al igual que su contrapartida parto o armenio el jinete pesado saacutermata aprovechaba al maacuteximo las virtudes de su arma definitoria el contus sarmaticus pero la combinaba con el uso de otras igualmente uacutetiles como la espada de hoja larga y el arco recurvado compuesto Su equipamiento defensivo careciacutea de la rigidez propia del catafracto parto tendiendo a ser sensiblemente maacutes li-gero sin perder las ventajas propias de una proteccioacuten completa y concien-zuda Este equipamiento defensivo ademaacutes podiacutea variar seguacuten las circuns-tancias y las necesidades taacutecticas de cada momento (y no solo exclusi-vamente en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete) Ello permitiacutea al jinete pesado saacutermata oscilar entre una caballeriacutea media pura y una caballeriacutea pesada de choque seguacuten las circunstancias Le convertiacutea en un arma flexible capaz de desempentildear diversos papeles en el campo de batalla y variarlos du-rante el combate mismo seguacuten sus necesidades En combinacioacuten con la habi-lidad natural de estos pueblos para la equitacioacuten y sus excelentes (y numero-sas) fuerzas de caballeriacutea ligera la caballeriacutea pesada saacutermata representaba una amenaza realmente seria y totalmente nueva

Desde la guerra civil del 68-69 dC hasta la paz firmada por Adriano con los saacutermatas roxolanos en 119 dC las legiones romanas y su caballeriacutea hubieron de hacer severos esfuerzos para imponerse a este nuevo enemigo en los campos de batalla actuase eacuteste en solitario o en conjuncioacuten con otros pueblos o Estados Las guerras daacutecicas de Domiciano (85-89 dC) y de Tra-jano (101-106 dC) fueron probablemente los puntos culminantes de esta coyuntura De los sangrientos encuentros habidos sobre las orillas del Danu-bio las colinas daacutecicas y las llanuras de la futura Hungriacutea el ejeacutercito romano extraeriacutea una dura leccioacuten que aprenderiacutea raacutepidamente y pondriacutea en creciente praacutectica con el paso de los antildeos cuando a comienzos del s III dC descen-

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diera el ocaso sobre las uacuteltimas luces legadas por la edad dorada de los Anto-ninos habiendo el Estado romano de afrontar las convulsiones de un mundo en paulatina transformacioacuten

A comienzos del s II dC a caballo entre los diacuteas de Trajano y Adria-no el ejeacutercito romano afrontoacute el laborioso proceso de aplicar buena parte de lo que habiacutea aprendido de manos de la caballeriacutea saacutermata El contus ya habiacutea sido adoptado conformando la primera caballeriacutea de choque especialista de la historia del Imperio A ella le seguiriacutean las protecciones pesadas para jine-tes asiacute como para caballos El ejeacutercito romano conociacutea de sobra los modelos orientales de caballeriacutea pesada y sin embargo en el primer siglo de existen-cia de este arma entre las filas romanas el modelo a seguir fue principal-mente saacutermata Los hechos hablan por siacute solos El ejeacutercito romano habiacutea en-contrado una innovacioacuten de intereacutes para su tradicioacuten militar y la incorporoacute raacutepidamente Las primeras unidades de caballeriacutea pesada acorazada romana llevaron nombres que aludiacutean a tradiciones orientales catafractii pero su ar-mamento y el fundamento de sus taacutecticas era una mezcla de aportaciones romanas y modelos saacutermatas Con la llegada del s III dC estas unidades se hariacutean cada vez maacutes necesarias y sobre la trayectoria marcada por los pio-neros de este arma se labrariacutea el desarrollo completo de la misma

La emersioacuten del Imperio persa sasaacutenida supuso la transformacioacuten re-novacioacuten y revitalizacioacuten del arma de caballeriacutea puramente oriental Los sa-saacutenidas llevaron a un nuevo paroxismo a la combinacioacuten de la caballeriacutea pe-sada y la caballeriacutea ligera de tradicioacuten oriental hasta el punto de que algunos tratadistas militares romanos como Amiano Marcelino llegaron a conside-rarlo como un arma praacutecticamente imbatible En palabras del propio Amiano [] catafractarii [] et sagitarii formidable genus armorum82 Probable-mente estas circunstancias forzaran (entre otros factores) no ya la expansioacuten del arma de caballeriacutea pesada (asiacute como del arquero a caballo) en el ejeacutercito romano de los siglos III y IV dC sino la asuncioacuten por parte de la misma de muacuteltiples elementos propios ya exclusivamente de la tradicioacuten militar irano-persa

La experiencia saacutermata quedoacute atraacutes sin embargo su importancia y la de los primeros prototipos de caballeriacutea pesada romana existentes en el Alto Imperio no debe menospreciarse Fueron la piedra fundadora los cimientos de una importante rama de la tradicioacuten militar romana posterior madre de la bizantina y de buena parte de las tradiciones militares de la posterior Europa medieval donde la caballeriacutea ostentariacutea durante siglos su particular supre-maciacutea En cierto modo puede decirse que la caballeriacutea saacutermata y las primeras

82 AMIANO MARCELINO 16 12 7

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unidades de caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano se encuentran entre las raiacute-ces de una tradicioacuten militar que llevoacute a la caballeriacutea a mantener la ilusioacuten de su reinado sobre los campos de batalla hasta el enloquecedor extremo de atravesar las trincheras y alambradas de la I Guerra Mundial y cargar sobre las divisiones panzer germanas en 1939

SELECCIOacuteN DE TEXTOS EPIGRAacuteFICOS RELATIVOS

83 Camerinum (Camerino) Regio VI Italia CIL XI 5632

M(arco) Maenio C(ai) f(ilio) Cor(nelia) Agrippae L(ucio) Tusidio Campestri hospiti divi Hadriani patri senatoris praef(ecto) coh(ortis) II Fl(aviae) Britton(um) equitat(ae) electo a divo Hadriano et misso in expeditionem Brittannicam trib(uno) coh(ortis) I Hispanor(um) equitat(ae) praef(ecto) alae I Gallor(um) et Pannonior(um) catafractatae proc(uratori) Aug(usti) praef(ecto) classis Brittannicae proc(uratori) provinciae Brittanniae equo publico patrono municipi(i) vicani Censorglacenses consecuti ab indulgentia Optimi Maximique Imp(eratoris) Antonini Aug(usti) Pii beneficio interpretationis eius privilegia quibus in p[e]rpetuum aucti confirmatique sunt l(ocus) d(atus) d(ecreto) d(ecurionum) g(ratis)

Ad Mediam (Mehadia) Dacia CIL XVI 110 = CIL III 886 = AE 1980 760

[Imp(erator) Caes(ar) divi Had]rian(i) f(ilius) divi Traiani [Parthici n(epos) divi Ne]rvae pron(epos) T(itus) Aelius [Hadrianus Ant]oninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) [max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII] imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae) [equit(ibus) et pedit(ibus)] qui mil(itaverunt) in alis III quae [appell(antur) Silia]n(a) et Gall(orum) et Pann(oniorum) [catafrac(taria) et F]ront(oniana) et coh(ortibus) XII I Ulp(ia) [Britton(um)] |(milliaria) et I Fl(avia) Ulp(ia) Hisp(anorum) |(milliaria) [et 3 I Ael(ia)] Gaesa(torum) |(milliaria) et I Aug(usta) Nerv() [|(milliaria) et I]I Britt(onum) |(milliaria) et I Hispan(orum) [--- e]t II Hisp(anorum) scutat(a) Cy[ren(aica) et ---]n() et VI Thrac(um) et sunt [in Dacia Poroliss]en(si) sub Macrinio [Vindice proc(uratore) qui]nq(ue) et vigint(i) stip[en(diis) emerit(is) dimis(sis) hon]est(a) miss(ione) quor(um) [nomin(a) subscripta s]unt civit(atem) Roman(am) [qui eor(um) non ha]b(erent) ded(it) et con(ubium) cum [uxor(ibus) quas tu]nc hab(uissent) cum est [civit(as) i(i)s dat(a) aut] cum i(i)s quas post(ea) [dux(issent) dumtax(at) si]ngulis [[Imp(erator) Caes(ar) divi Hadrian(i) f(ilius) divi Traiani Parthici n(epos) divi Nervae pron(epos) T(itus) Aelius Hadrianus Antoninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae)] [equit(ibus) et pedit(ibus) qui mil(itaverunt) in alis III ---] et vigint(i) stipend(iis) emerit(is) dimis(sis) honest(a) miss(ione) quor(um) nomin(a) subscript(a) sunt civit(atem) Roman(am) qui eor(um) non haber(ent) dedit et conub(ium) cum uxor(ibus) quas tunc habuis(sent) cum est civit(atem) i(is) dat(a) aut cum i(is) quas post(ea) dux(issent) dumtax(at) singulis a(nte) d(iem) V K(alendas) Oct(obres) Sex(to) Calpurnio Agricola Ti(berio) Claudio Iuliano co(n)s(ulibus) coh(ors) I Ulpia Britton(um) |(milliaria) cui

83 Tomados del Epigraphische Datenbank Clauss-Slaby httpwwwmanfredclauss de

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prae(e)st L(ucius) Nonius Bassus Picen(o) ex pedite Luonerco Molaci f(ilio) Britt(oni) descript(um) et recognit(um) ex tabul(a) aer(ea) quae fixa est Romae in mur(o) post templ(um) divi Aug(usti) ad Minervam

Tipasa (Tefessad) Mauretania Cesariense AE 1951 265 = AE 1955 133

D(is) M(anibus) Adiutoris eq(uitis) al(ae) pri(mae) Can(n)anafatium vi(xit) XXXXI m(ilitavit) an(nos) XXIII pro(curante) l(i)b(erto) ipsi(us) bene me(renti) Cabanus he(res) po(suit)

Savaria (Szombathely) Panonia Superior CIL III 4183

T(itus) Cnorius Sabinianus ex praef(ecto) alae Contariorum v(ir) e(gregius) et L(ucius) Val(erius) Verus dec(urio) c(oloniae) C(laudiae) Savar(iensium) sacerdotalis p(rovinciae) P(annoniae) s(uperioris) cryptam vi ignis exustam sumptibus suis refecerunt

Brigetio (Kornye) Panonia Superior CIL III 4278

D(is) M(anibus) Val(erio) Saturnino vet(erano) ex dup(licario) alae I Ulp(iae) Cont(ariorum) qui vixit an(nos) L et Val(erio) Sabino mil(iti) leg(ionis) I Ad(iutricis) stip(endiorum) III vixit an(nos) XXV filio Caes(ia) Digna marito et filio f(aciendum) c(uravit)

Apamea Siria AE 1987 955

Aur(elio) Basso quandam(sic) sig(nifero) al(ae) I Ulp(iae) (C)ontariorum stipendiorum VIII vixit annos XXVIIII XI Kal(endas) Maias Gallo et Volusiano consilibus() titulus positus a Marc(io) Cotum(sic) (d)ec(urione) al(ae) c(ivium) R(omanorum)

Apamea Siria AE 1993 1589

D(is) M(anibus) Iulius Valerianus eques alae I Ulp(iae) contariorum stip(endiorum) XXIII vixit annis XXXXVI Ulp(ius) Ingenu(us) dupl(icarius) alae eiusdem heres posuit b(ene) m(erenti)

Arrabona (Gyor) Panonia Superior CIL III 4379

D(is) M(anibus) Ulp(ius) Variu(s) Ore() vet(e)r(anus) ex stat(ore) al(a)e I Ulp(iae) Cont(ariorum) do(mo) Af(rica) vixs(it) ann(os) XLV et Ael(iae) Sabin(a)e fi(liae) vix(it) ann(os) X Ael(ia) Domitia con(iunx) et Ulp(ius) Sabinianus et Ulp(ius) [Cele]rinus et Sabi[nil]la fili(i) vivi cum [mat(re) pa]tri karis(simo) posuerunt

Sentpalpuszta Panonia Superior CIL III 11081 = AE 1899 3

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[D(is) M(anibus)] M(arcus) Aur(elius) [3]us vex(illarius) al(ae) p(rimae) C(ontariorum) Anto(ninianae) et Elv(iae) Bon(a)e c(oniugi) car(issimae) et f(iliae) Aur(eliae) Valerin(a)e et Ae(liae) Sabin(a)e et Elv(io) Verecundo an(norum) LXX Pulc(h)r(a)e() Suri an(norum) LX et Elv(io) Vitali an(norum) XVIII et Au(relio) Ma(n)suetiano an(norum) VII et Ae(lio) Florido M(arcus) Aur(elius) Valerianus sib(i) [et] su[i]s vivi f(ecit)

Roma CIL VI 1449 = AE 1967 16 = AE 196970 13

M(arco) Macrinio Avito M(arci) f(ilio) Claud(ia) Catonio Vindici co(n)s(uli) aug(uri) p(opuli) R(omani) Quiritium leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) prov(inciae) Moes(iae) inf(erioris) leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) Moes(iae) sup(erioris) cur(atori) civitat(is) Arimin(ensium) p[r]oc(uratori) prov(inciae) Dac(iae) Malv(ensis) praef(ecto) alae contar(iorum) praef(ecto) alae III Thrac(um) trib(uno) milit(um) leg(ionis) VI Victr(icis) praef(ecto) coh(ortis) VI Gall(orum) donat(o) donis mil(itaribus) in bello Germ(anico) ab Imp(eratore) M(arco) Aur(elio) Antonino Aug(usto) hast(is) pur(is) II et vexill(is) II cor(o)na mural(i) et vallar(i) Iunia Flaccinilla marito karissimo et Macrinia Rufina patri piissimo vixit annis XLII m(ensibus) V

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SELECCIOacuteN DE IMAacuteGENES

Fig 1 Relieve de la estela funeraria del eques Aduitor miembro del ala I Canninefatum (AE 1955

133) empuntildeando un contus sarmaticus por el lateral derecho de su montura DIXON SOUTHERN 1997 p 49

Fig 2

Grafito de Dura-Europos datado en torno a los ss II-III dC representando un catafracto parto romano o sasaacutenida JUNKELMANN 1992 p 197

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Fig 3 Las dos bardas de escamas metaacutelicas completas encontradas por Rostovzeff en las

excavaciones de Dura-Europos a lo largo de la campantildea de 1932-33 JUNKELMANN 1992 p 214

Fig 4 Relieves de Firuzabad (Iraacuten) representando a un clibanario persa sasaacutenida derribando a un

catafractarioclibanario parto s III dC Obseacutervese las bandas transversales que se ven en los brazos del jinete de la derecha que probablemente esteacuten representando un tipo de manica

WILCOX 2001 p 22

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Fig 5 Relieve de Firuzabad representando a unos catafractosclibanarios parto y sasaacutenida forcejeando

en combate cuerpo a cuerpo Ilustracioacuten de Wilcox 2001 p 23

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FIG 6 Catafractos partos del s I aC Obseacutervense las protecciones tipo manicae portadas por ambos

jinetes en los brazos El jinete de la derecha tambieacuten las lleva sobre las piernas A Mc Bride en WILCOX 2001

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Fig 7 Fragmentos de cotas de escamas y laacuteminas para armadura encontradas en enterramientos

saacutermatas de los ss I-III dC NEGIN 1998 p 70

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Fig 8 Estela de Athenios en Panticapea (Crimea Ucrania) donde se puede observar a un jinete (izqda) que parece montar un caballo protegido con una cota de escamas al igual que eacutel

NEGIN 1998 p 66

Fig 9 Reconstruccioacuten de un contario saacutermata (izqda) en accioacuten s II dC seguacuten G Embleton en

BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 10 Reconstruccioacuten el posible aspecto de un jinete pesado saacutermata y de la posible proteccioacuten de su

montura s II dC seguacuten G Embleton en BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 11 Reconstruccioacuten de un jinete pesado saacutermata equipado con una armadura compuesta ss I-II

dC seguacuten NEGIN 1998 p 73

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Fig 12 Casco romano tipo Russell Robinson tipo B basado en un ejemplar encontrado en Ely

(Cambridgeshire Reino Unido) ss I-II dC GOLDSWORTHY 1998 p 238

Fig 13

Casco romano tipo Rusell Robinson E basado en un hallazgo realizado en Hedderneim (Alemania) ss II-III GOLDSWORTHY 1998 p 238

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Fig 14

Reconstruccioacuten de un casco romano del tipo Niederbieber ss II-III dC seguacuten GILBERT 2010 p 136

Fig 15

Reconstruccioacuten de una variante del casco romano tipo Heddernheim con y sin maacutescara de proteccioacuten para el rostro ss II-III dC seguacuten ALEXANDRA GILBERT 2009 pp 24-26

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Fig 16 Fragmento de lorica squamata de escamas semi-riacutegidas s II dC

BISHOP COULSTON 1993 p 116

Fig 17 Silla de montar romana de cuatro cuernos seguacuten la reconstruccioacuten de P Connolly

DIXON SOUTHERN 1997 p 71

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Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

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Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

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Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

Recibido 17 mayo 2011 Aprobado 22 junio 2011

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A partir de eacutestas y otras fuentes se ha podido reconstruir una imagen general del catafracto parto y su equipamiento para los ss I-III dC Respecto al equipamiento defensivo el jinete portariacutea un yelmo de bronce o hierro y protegeriacutea su torso con una coraza que podriacutea oscilar desde una simple cota de mallas de mayor o menor extensioacuten pasando por una cota de escamas (un tipo de proteccioacuten muy extendida en Oriente y las estepas euro-asiaacuteticas) o incluso una coraza de laacuteminas Las corazas de tipo griego o thoacuterax atesti-guadas en el equipo de la caballeriacutea pesada seleuacutecida y escita no parece ser sin embargo una pieza favorita en el equipo de los jinetes partos ni de otros pueblos esteparios como los saacutermatas Probablemente este factor sea debido a la enorme rigidez de este tipo de protecciones lo que negariacutea al jinete la coacutemoda movilidad necesaria tiacutepica de la tradicioacuten militar de estos pueblos al contrario que la cota de escamas32

Esta proteccioacuten baacutesica podiacutea completarse con otras para el cuello pro-bablemente en cota de malla o escamas y para brazos y piernas de los jinetes maacutes pesadamente armados Estas protecciones para las extremidades podiacutean estar realizadas en cota de mallas en la mayor parte de los casos asiacute como en laacuteminas de cuero o metal (bronce o hierro) posiblemente imbricadas en un modo muy semejante a la manica romana de los ss II-III dC Para proteger las manos propiamente dichas el jinete podriacutea proveerse ademaacutes de unos guanteletes que en la mayor parte de los casos seriacutean de cuero o cota de mallas pues otro tipo de proteccioacuten impediriacutea sin maacutes mover las manos con seguridad En ninguno de los testimonios disponibles acerca de la caballeriacutea pesada parta se menciona el uso de escudos y en concreto Casio Dioacuten hace un eacutenfasis particular en el hecho de que los partos no los utilizaban33 Por uacuteltimo un catafracto parto podiacutea completar su panoplia con una maacutescara que protegeriacutea el rostro la uacutenica parte de su cuerpo que llegados a este punto quedariacutea descubierto No debemos olvidar este factor pues seraacute objeto de debate al respecto de los catafractii romanos maacutes adelante Un catafracto parto podiacutea y soliacutea protegerse no soacutelo a siacute mismo sino tambieacuten a su montura

Las protecciones maacutes simples para los caballos eran meras gualdrapas de cuero curtido Las maacutes complejas y pesadas podiacutean constituir proteccio-nes completas que cubririacutean principalmente la cabeza la cerviz la pechera el lomo y los flancos estando constituidas por escamas de bronce o hierro principalmente Igualmente se podiacutea equipar al caballo con una armadura maacutes ligera o ldquomedia armadurardquo que protegeriacutea tan soacutelo la cabeza cerviz y pechera las partes maacutes vulnerables del animal en el momento del choque con una formacioacuten enemiga Respecto al equipamiento ofensivo el arma

32 MIELCZAREK 1993 pp 57-58 LEBEDYNSKY 2002 pp 168-169 33 CASIO DIOacuteN Historia Romana XXXX152

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estrella era la lanza larga de acometida o contus No estaacute claro que un cata-fracto parto portara un arma complementaria a parte del contus pero parece loacutegico que asiacute lo hiciera pudiendo tratarse en este caso de espadas (funda-mentalmente de hoja larga) hachas o incluso mazas (armas perfectas para reventar protecciones metaacutelicas ajenas)34

Seguacuten puede concluirse a partir del testimonio que Plutarco aporta de la batalla de Carras los catafractos partos actuaban en coordinacioacuten con los mucho maacutes numerosos arqueros a caballo de su ejeacutercito los arqueros trata-riacutean de debilitar la formacioacuten enemiga lanzando sucesivos ataques a distan-cia llegado el momento oportuno los catafractos cargariacutean en formacioacuten cerrada replegaacutendose y cesando su fuego los arqueros en ese preciso ins-tante (para evitar el riesgo del ldquofuego amigordquo) empuntildeando sus conti a dos manos sobre el flanco derecho del caballo y en paralelo al costado de eacuteste para arroyar a la formacioacuten enemiga principalmente infanteriacutea pesada Si se-guimos las tesis de M Mielczarek estos mismos catafractos estariacutean prepa-rados para actuar como clibanarios tal y como vemos en los relieves de Naqsh-i-Rustam embistiendo contra otra caballeriacutea empleando sus conti cru-zados tras la cerviz de su montura hacia el lateral izquierdo del caballo y re-cibiendo un apoyo constante de la caballeriacutea ligera en esta accioacuten La prin-cipal debilidad de este tipo de caballeriacutea radicariacutea en la falta de apoyo de otras armas (como los citados arqueros a caballo) y sobre todo que su for-macioacuten fuera dispersada dado que un catafracto aislado constituiacutea un blanco faacutecil a descabalgar y una vez en el suelo su escasa movilidad los convertiacutea en viacutectimas de las iras de la infanteriacutea enemiga35

Entre los saacutermatas Los saacutermatas al igual que los escitas son uno de los grandes grupos

de pueblos noacutemadas indoeuropeos de lengua irania que durante la Antiguumle-dad poblaron las estepas que se extienden desde las orillas del Bajo Danubio y las faldas de los Caacuterpatos a traveacutes de Ucrania y Rusia meridional hasta el Caacuteucaso y los montes Urales Hacia el s I dC dos ldquotribusrdquo saacutermatas arriba-ron junto al limes danubiano del Imperio romano o a sus proximidades los saacutermatas yaacutezigos y roxolanos

Hasta ese momento preciso las taacutecticas y el armamento saacutermata estu-vieron caracterizados por seguir la norma tiacutepica de los ejeacutercitos de jinetes de

34 EADIE 1967 p 164 MIELCZAREK 1993 pp 57-63 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-91 GOLDSWORTHY 1998 pp 66-67 WILCOX 2001 pp 9-10

35 PLUTARCO Craso XIX-XXV Luacuteculo XXXVIII EADIE 1967 p 164 MIELCZAREK 1993 p 50 GOLDSWORTHY 1998 pp 66-67 WILCOX 2001 p 9

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la estepa seguacuten nos describe Estraboacuten se trataba fundamentalmente de fuerzas de arqueros a caballo y caballeriacutea ligera soacutelo espontaacuteneamente apo-yada por jinetes que podriacutea decirse conformaban alguacuten tipo de caballeriacutea ldquopesadardquo36 Sin embargo a mediados del s I dC la imagen que nos trans-mite Taacutecito en sus Annales e Historias resulta ya bien distinta en primer lu-gar relata un encuentro entre saacutermatas y partos donde los primeros rehuacutesan entablar un intercambio de proyectiles a caballo con los segundos optando por lanzarse a la carga contra los partos empuntildeando conti y espadas de hoja larga imponieacutendose de este modo a sus adversarios37 en segundo lugar des-cribe la presencia entre los ejeacutercitos saacutermatas de caballeriacutea de choque una eacutelite que considera conformada por los aristoacutecratas equipados con armadu-ras tan pesadas que en caso de ser derribados no podriacutean levantarse38 Si atendemos a fuentes iconograacuteficas tales como el vaso de Kossika (Rusia) o los frescos de la tumba descubierta en Panticapea (actual Kertch en Ucrania) datada no maacutes tarde del s II dC las imaacutegenes que estas nos transmiten son claramente la de jinetes bien protegidos y armados con un contus que empuntildean a dos manos es decir contarios a todos los efectos Pero iquestpodriacutean ser tambieacuten catafractos En ninguacuten momento nuestras fuentes escritas pro-nuncian este teacutermino al referirse a la caballeriacutea pesada saacutermata que nos des-criben

En cualquier caso hacia el s I dC los saacutermatas habiacutean desarrollado una caballeriacutea de choque maacutes o menos pesada eficiente y realmente peligro-sa para cualquier unidad de infanteriacutea o de caballeriacutea ligera Estos jinetes iriacutean equipados como miacutenimo con el ya caracteriacutestico contus sarmaticus asiacute como con una espada de hoja larga y estrecha (como la encontrada en la tumba 3 del kurgaacuten 80 en Novyiuml a orillas del riacuteo Don en Rusia) Tal y como describe Taacutecito el contario o κοντοφόρος podriacutea ir tambieacuten protegido con una coraza de escamas de cuero o de hierro el tipo de proteccioacuten maacutes corriente encontrado arqueoloacutegicamente asiacute como entre las fuentes icono-graacuteficas que representan a saacutermatas o su armamento (en el caso de la Colum-na Trajana en sus escenas 28 y 34 muestra una serie de jinetes totalmente cubiertos por armaduras de escamas ellos y sus monturas si bien eacutestas estaacuten representadas perfectamente adaptadas al cuerpo de jinetes y caballos de un modo bastante irreal En su podio no obstante la columna representa tam-bieacuten armaduras de escamas esta vez realistas) En el mismo vaso de Kossika el jinete que permanece montado sobre su caballo derribando contus en ma-no a un arquero viste una cota de escamas que se deja entrever bajo un

36 ESTRABOacuteN Geografiacutea VII 3 17 37 TAacuteCITO Annales VI 35 38 TAacuteCITO Historias I 79 2-4

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caftaacuten Otros tipos de proteccioacuten menos frecuentes fueron probablemente tambieacuten las cotas de placas o laacuteminas que se tornariacutean maacutes comunes en las estepas desde la Tardoantiguumledad y la Alta Edad Media Por otra parte hallazgos arqueoloacutegicos como los realizados en Vozdvizhenskaya Stanitsa han llevado a plantear diversas hipoacutetesis de reconstruccioacuten de posibles arma-duras compuestas saacutermatas es decir creadas con distintos tipos de pro-tecciones principalmente escamas y malla combinadas Un yelmo coacutenico compuesto y dotado de carrilleras completariacutea la proteccioacuten del jinete pu-dieacutendose observar varios tanto en las escenas como en el podio de la Colum-na Trajana Como ya hemos sentildealado anteriormente la particular naturaleza del estilo de combate del contario le impediriacutea portar un escudo o hacer un uso realmente uacutetil de eacutel Taacutecito especifica que los saacutermatas que penetraron en Mesia en 69 dC no haciacutean uso de escudos39 y tampoco los vemos represen-tados en ninguna de nuestras fuentes iconograacuteficas donde aparecen contarios saacutermatas40

La posible proteccioacuten portada por los caballos de estos jinetes por otra parte ha sido y es el principal punto de debate Mielczarek considera que la mayor parte de las monturas no se encontrariacutean protegidas de ninguna forma especial a excepcioacuten de aquellas que formariacutean parte de la vanguardia y liacutenea de choque de la formacioacuten y que en cualquier caso se tratariacutea de una proteccioacuten disentildeada principalmente para proteger al caballo ante un combate contra otros jinetes maacutes que contra formaciones de infanteriacutea (al contrario que los partos maacutes preocupados de batir a la infanteriacutea romana mientras que los saacutermatas se enfrentariacutean maacutes frecuentemente a otros pueblos de jinetes o entre siacute mismos seguacuten el autor)41 A E Negin por su parte no niega la po-sibilidad de que las monturas de los jinetes saacutermatas maacutes pesadamente equi-pados fueran protegidas pero en cualquier caso considera que dicha pro-teccioacuten variariacutea en extensioacuten enormemente de un jinete a otro y estariacutea prin-cipalmente restringida a los mandos42 I Lebedynsky especialista en cultu-ras esteparias de la Antiguumledad considera posible que parte de las monturas de la caballeriacutea saacutermata portaran alguacuten tipo de proteccioacuten para lo que argu-menta que las representaciones de jinetes y monturas acorazados de la Co-lumna Trajana aunque ejecutadas en un modo bastante fantasioso no deja de ser sino la traduccioacuten artiacutestica de una realidad militar Igualmente cita la estela funeraria de Athenios en Panticapea donde aparece un jinete empu-

39 TAacuteCITO Historias I 79 4 40 EADIE 1967 p 165 MIELCZAREK 1993 pp 99-100 NEGIN 1998 pp 67-74

LEBEDYNSKY 2002 pp 164-171 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002 pp 23-34 41 MIELCZAREK 1993 pp 101-102 42 NEGIN 1998 p 74

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ntildeando una lanza y montado sobre un caballo que parece mostrar sobre su lo-mo las trazas de una proteccioacuten de escamas o laacuteminas43 R Brzezinski junto a Mielczarek por su parte llegan a conclusiones similares44 Particularmente consideramos que probablemente el uso de protecciones amplias para los ca-ballos no fuera tan sistemaacutetico como podiacutea observarse entre los catafracta-rios partos sino maacutes restringidas en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete y su papel taacutectico concreto en el campo de batalla En este sentido la no utilizacioacuten del teacutermino catafractus katavfrakto por parte de las fuen-tes latinas o griegas en referencia a la caballeriacutea pesada de choque saacutermata podriacutea responder a esta circunstancia en comparacioacuten con la caballeriacutea pesa-da parta

CONTARII Y CATAFRACTII EN EL EJEacuteRCITO ROMANO EQUIPAMIENTO ORGANI-ZACIOacuteN TAacuteCTICAS Y ORIacuteGENES

A continuacioacuten abordaremos en detalle el equipamiento militar la or-

ganizacioacuten de las unidades y las taacutecticas empleadas por estas unidades espe-cializadas y peculiares atestiguadas por primera vez en el ejeacutercito romano en eacutepoca Flavia y sobre todo de Trajano y Adriano en base a las fuentes dis-ponibles Una vez definidos estos puntos trataremos de considerar cuaacutel fue la corriente de influencia y los motivos que llevaron a la creacioacuten de unida-des de caballeriacutea de esta naturaleza en mitad de una tradicioacuten militar estre-chamente vinculada a la infanteriacutea pesada

Respecto del equipamiento de los contarii y catafractii del ejeacutercito romano (asiacute como de los ejeacutercitos saacutermata y parto) sucede como con cual-quier otra unidad militar de reciente creacioacuten o naturaleza extrantildea en cual-quier periodo histoacuterico son sus elementos maacutes innovadores o peculiares los que llaman la atencioacuten del observador (sea eacuteste directo o indirecto) que-dando los elementos comunes o sobradamente conocidos en un segundo pla-no o simplemente obviados45 La organizacioacuten de estas unidades por otra

43 LEBEDYNSKY 2002 pp 171-172 44 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002 p 37 45 MIELCZAREK 2002 pp 90-93 este autor dispone como ejemplo comparativo la ima-

gen que los huacutesares alados polacos unidad militar de caballeriacutea pesada (por contra a su deno-minacioacuten de huacutesares) empleada por la Confederacioacuten polaco-lituana durante los ss XVI-XVIII causaba entre sus contemporaacuteneos extranjeros los cuales destacaban antes los ele-mentos ldquoexoacuteticosrdquo y llamativos de esta unidad (las alas a la espalda los pendones de las lar-gas lanzas o las pieles vestidas sobre las armaduras y uniformes por sus aristocraacuteticos miem-bros) que los elementos realmente cruciales como las lanzas de choque las poderosas pro-tecciones metaacutelicas y su empleo taacutectico en la batalla con devastadores resultados Otro tanto

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parte dada su denominacioacuten de alae responde claramente a los modelos altoimperiales de organizacioacuten de la caballeriacutea sin que pueda detectarse en principio ninguna particularidad extraordinaria causada por la naturaleza es-pecial (o simplemente novedosa) de estas unidades Las taacutecticas son el punto decisivo en base a que suponen la puesta en praacutectica y uso del equipamiento y la organizacioacuten previa de la unidad y lo que determinaraacute en mayor medida el eacutexito de su empleo en la batalla objetivo fundamental de cualquier unidad militar por simple que eacutesta sea Finalmente nuestro intereacutes en determinar los oriacutegenes e influencias de este tipo de unidades del ejeacutercito romano deviene de una razoacuten sencilla el ejeacutercito romano estuvo en contacto durante qui-nientos antildeos con tradiciones militares que emplearon la caballeriacutea de forma masiva y especializada o que hicieron simplemente un uso maacutes o menos sis-temaacutetico de la caballeriacutea pesada de choque o catafracta sin que ello motivara la creacioacuten de unidades semejantes dentro de las armas romanas iquestPor queacute razoacuten entonces eacutestas surgen repentinamente hacia finales del s I dC y muy especialmente bajo los reinados de Trajano y Adriano sin abandonar ya la tradicioacuten militar romana hasta convertirse en una de las espinas dorsales de los ejeacutercitos del Bajo Imperio y sobre todo del posterior Imperio Bizantino

El lector habraacute notado que en el tiacutetulo de este apartado no hemos he-cho mencioacuten los clibanarii Dada la inexistencia de este teacutermino en las fuen-tes que tratan esta clase de unidades en el periodo que abordamos (hasta el punto que no hace su aparicioacuten hasta el s IV dC)46 consideramos innece-saria cualquier disquisicioacuten ulterior en base a una especialidad militar que no habiacutea emergido como tal para el periodo que estudiamos No obstante no debemos olvidar que en base a las hipoacutetesis barajadas y a la propuesta que aquiacute hemos presentado apoyaacutendonos en ellas las diferencias entre catafractii y clibanarii devienen maacutes de un empleo taacutectico antes que de diferencias sen-sibles en equipamiento u organizacioacuten en este sentido por tanto el papel taacutectico del clibanarius podriacutea haber sido desempentildeado por el catafractus en el periodo que nos ocupa

Las alae I Canninefatum y I Vlpia Contariorum milliaria El elemento maacutes caracteriacutestico de un contarius es el arma que le da

nombre el contus sarmaticus Nuestras fuentes no nos aportan mayores de-talles acerca del equipamiento militar de esta clase de unidades La estela de parece suceder con las fuentes claacutesicas que abordan a contarios catafractos y clibanarios de cualquier ldquonacionalidadrdquo soacutelo se resentildean los elementos llamativos o extrantildeos de su equipo

46 MIELCZAREK 1993 p 76

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Aduitor jinete del ala I Canninefatum ya mencionada maacutes arriba nos aporta la imagen de un jinete equipado tan soacutelo con un contus sin llevar maacutes pro-teccioacuten que sus ropas militares Sin embargo no es la primera vez que un militar romano se hace representar en su estela funeraria portando simple-mente sus armas maacutes caracteriacutesticas vistiendo tan soacutelo lo que podriacuteamos de-nominar como su ldquouniformerdquo Asiacute pues iquestno podriacutea estar actuando Aduitor en el mismo sentido

El contus sarmaticus es un arma de choque destinada a ser empuntildeada a dos manos por un jinete que emplearaacute la fuerza de sus brazos y de la em-bestida de su caballo conjuntamente para arremeter contra un objetivo pe-destre o ecuestre con la finalidad de abatirlo o derribarlo La superior longitud del contus por otra parte confiere al jinete una importante ventaja desde el momento en que a la carga posee la oportunidad de golpear prime-ro al enemigo con toda la brutal fuerza que un jinete a la carga puede desple-gar en ese preciso instante Sin embargo una vez ha sucedido el choque y se acortan las distancias entre el contarius y sus enemigos el jinete se encuen-tra en una situacioacuten de creciente vulnerabilidad si no recibe apoyo de liacuteneas sucesivas de otros jinetes o queda maacutes o menos aislado puede ser flanquea-do y faacutecilmente atacado por la infanteriacutea u otros jinetes47 La principal fuerza de una unidad de contarios radica por tanto en su capacidad para actuar en grupo y en perfecta coordinacioacuten asiacute como en saber explotar la ventaja fiacutesica y psicoloacutegica del primer impacto para barrer y desfondar a la formacioacuten ene-miga del tipo que sea Sin embargo esto no siempre puede suceder (ni se dan las condiciones apropiadas para conseguirlo en el campo de batalla) Ante semejante eventualidad inherente a una unidad de contarii sus componentes debiacutean de estar seguramente preparados La proteccioacuten corporal y un o unas armas secundarias formaban probablemente parte del equipo de Aduitor y de otros jinetes como eacutel

En cuanto al equipamiento ofensivo el arma maacutes comuacuten al lado de una lanza de acometida es una espada especialmente una de hoja larga la maacutes adecuada para su uso desde la silla de montar Este tipo de armas estaacute arqueoloacutegicamente atestiguada entre otros especialistas en el uso del contus los saacutermatas En la panoplia romana del s II dC las espadas largas no eran desconocidas en absoluto la caballeriacutea empleaba masivamente la spatha una espada de hoja recta que podiacutea oscilar entre los 65 y los 90 cm de lon-gitud y entre los 4 y 8 cm de anchura que en el s II dC era portada ya so-bre el costado izquierdo48 Otro tipo de espadas empleadas por la caballeriacutea romana en eacutepoca Antonina y Severa fueron las espadas de pomo en forma de

47 GOLDSWORTHY 1998 p 241 48 DIXON SOUTHERN 1997 pp 48-49 FIELDS 2006 p 16

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anillo cuyo origen se encuentra entre las espadas del mismo tipo saacutermatas y del Reino del Boacutesforo49 Una daga el pugio romano aunque pueda parecer un arma mucho maacutes uacutetil para un soldado de infanteriacutea que para un jinete es especialmente adecuada para los combates maacutes encarnizadamente cercanos tales como los brutales forcejeos hombre a hombre que tras un encontronazo de caballeriacutea podiacutean darse Igualmente un jinete descabalgado encontrariacutea mucho maacutes adecuado un pugio a la hora de enfrentarse a la infanteriacutea ene-miga que su larga espada maacutes conveniente para el combate desde la silla de montar50 Si tenemos en cuenta que en determinadas circunstancias un conta-rius era particularmente vulnerable a los ataques (y a ser consecuentemente derribado) un pugio seriacutea un buen complemento a su panoplia

Respecto al equipo defensivo debemos descartar desde un principio (auacuten a riesgo de resultar redundantes) el uso de escudos dada la imposibi-lidad de emplearlos adecuadamente empuntildeando al mismo tiempo un contus cuyo uso ademaacutes se veriacutea gravemente estorbado En este sentido la pro-teccioacuten corporal se convertiriacutea en un imperativo maacutexime teniendo en cuenta las debilidades inherentes a un contarius en combate ya mencionadas Di-versos tipos de casco o galea estaban a la disposicioacuten del jinete romano Los cascos de caballeriacutea evolucionaron de un modo diferente a los de la infan-teriacutea desde eacutepoca de Augusto al fin y al cabo las necesidades de proteccioacuten y movilidad de un jinete y un infante eran distintas Hacia finales del s I dC los modelos preexistentes como el casco tipo Weiler empezaron a ser refor-zados en su parte frontal (un lugar propenso a recibir contundentes sablazos durante el choque entre dos formaciones de caballeriacutea) desembocando en nuevos modelos durante el s II dC tales como el Russell Robinson tipo B uno de cuyos principales ejemplos fue encontrado en Ely Cambridgeshire Entre sus principales caracteriacutesticas estaacute la ampliacioacuten de las carrilleras que envuelven buena parte de la cara asiacute como los oiacutedos dejando soacutelo al descu-bierto nariz ojos y boca Su refuerzo frontal es pronunciado y el cubrenuca se ampliacutea ligeramente Sin embargo los cubrenucas de los cascos de ca-balleriacutea nunca alcanzaraacuten extensiones superiores en caso de ser derribado un jinete con un casco de cubrenuca muy extenso (como en los cascos de in-fanteriacutea del s II dC) podiacutea partirse el cuello faacutecilmente En este sentido avanzado el s II dC los cubrenucas se atrofian de nuevo mientras que las carrilleras se ampliacutean auacuten maacutes asiacute como los refuerzos del yelmo En este sentido los mejores ejemplos son el casco de Kalkar-Houmlnnepel (s II dC) y especialmente el tipo Friedberg el Heddernheim y el Russell Robinson tipo

49 BISHOP COULSTON1993 pp111-112 LEBEDYNSKY 2002 pp 101-103 p 167 y p 240 DIXON STEPHENSON 2003 pp 75-78

50 DIXON STEPHENSON 2003 pp 90-92

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E datados ya a comienzos del s III dC Estos cascos se caracterizan por en-volver casi completamente la cara salvo una breve ldquotrdquo que deja al descu-bierto ojos nariz y parte de la boca Las carrilleras cubren toda la cara y los oiacutedos asiacute como buena parte del cuello en unioacuten al cubrenuca Una extensa visera se extiende desde el frontal reforzado del casco sirviendo para desviar auacuten mejor los golpes frontales El yelmo presenta refuerzos transversales que se cruzan en su parte superior y se extienden hasta los liacutemites del cubrenuca En su conjunto estos disentildeos de cascos proporcionan una buena proteccioacuten contra golpes realizados desde cualquier direccioacuten especialmente frontales laterales y sobre la parte superior de la cabeza dejando vulnerable soacutelo la parte estrictamente necesaria del rostro51 No trataremos aquiacute todaviacutea los cas-cos destinados en principio a la Hippikaacute Gymnasia pues su particular natu-raleza y en especial la utilidad protectora del rostro de sus maacutescaras seraacute ob-jeto de debate en torno al equipamiento de los catafractii

La proteccioacuten corporal resultariacutea igualmente esencial para un conta-rius sobre todo porque en posicioacuten de carga y sin escudo resultariacutea muy vul-nerable a cualquier contraataque que pudiera atravesar la formacioacuten de ca-balleriacutea erizada de lanzas En general las protecciones no deberiacutean resultar muy diferentes a las de cualquier otro equite medianamente pesado de la ca-balleriacutea romana La proteccioacuten maacutes sencilla y frecuente seriacutea la lorica hama-ta o cota de mallas de mangas cortas hombros reforzados con una doble ca-pa de mallas y faldelliacuten extenso hasta medio muslo A finales del s II dC la caballeriacutea empezariacutea a llevar loricae hamatae de mayor longitud llegando a rebasar codos y rodillas En cuanto a las loricae squamatae durante los ss I-II dC soliacutean ser de unas dimensiones semejantes a las hamatae de man-gas y faldelliacuten cortos (cuando no sin mangas) con dos placas pectorales de metal como complemento y una franja de pteryges sobre los muslos Con la entrada del s III dC la lorica squamata cambia y tiende a hacerse maacutes lar-ga En el s II dC se incorpora una innovacioacuten las escamas semi-riacutegidas maacutes amplias y cosidas unas junto a otras sobre una pieza de cuero de tal for-ma que conformaban una proteccioacuten riacutegida y maacutes soacutelida como el ejemplo de Waffenmagazin en Carnunto datado probablemente de eacutepoca pre-Antonina o Antonina temprana Las armaduras de laacuteminas elaboradas a partir de esca-mas de metal rectangulares y alargadas son raras en el mundo romano du-rante esta fase aunque existe alguacuten ejemplo aislado como el hallazgo de un fragmento datado en el s III dC en Čatalka52 Otros elementos podiacutean com-

51 BISHOP COULSTON 1993 pp 93-96 y 117-119 FREUGEgraveRE 1994 pp 104-121 DIXON

SOUTHERN 1997 pp 35-36 DIXON STEPHENSON 2003 pp 17-20 FIELDS 2006 pp 12-13 52 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-92 y 116-117 DIXON SOUTHERN 1997 pp 36-43

DIXON STEPHENSON 2003 pp 43-48 FIELDS 2006 pp 13-14

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pletar la proteccioacuten del contarius como la de cualquier otro equite especial-mente grebas de diverso tipo especialmente uacutetiles para proteger las vulnera-bles piernas del jinete53

Completariacutea el equipamiento de un contarius su montura asiacute como la silla y los arreos necesarios para controlarla y poder actuar en conjuncioacuten con ella En particular la silla compondriacutea un elemento clave del equipo de una caballeriacutea especializada en taacutecticas de choque ante la carencia de estri-bos sin una silla de montar adecuada un contarius podriacutea salir simplemente disparado por la grupa de su caballo a causa de la fuerza del impacto En este sentido las tentativas de reconstruccioacuten de las sillas de montar realizadas por Junkelmann y P Connolly han resultado de extremada utilidad para conocer hasta queacute punto la silla de montar romana conocida como ldquosilla de cuatro cuernosrdquo podiacutea suplir la carencia del estribo y permitir a un jinete realizar toda clase de maniobras a lomos de su caballo sin correr excesivo riesgo de caer desmontado Especialmente satisfactorios han sido en este sentido las experiencias realizadas por Connolly con su propuesta de silla de estructura riacutegida interna de madera respaldados sus resultados por otros autores como K Dixon o P Southern Aunque no es materia esencial de nuestro estudio el debate en torno a la particular naturaleza de las sillas de montar romanas sentildealaremos que estos autores (a cuya opinioacuten nos adscribimos) consideran que una silla de montar de entramado riacutegido interno responderiacutea mucho me-jor a las necesidades de un jinete carente de estribos que una sin dicho entra-mado Desde nuestro particular punto de vista consideramos que las necesi-dades de un jinete especializado en taacutecticas de choque acentuariacutean enorme-mente la necesidad de una silla con un buen entramado riacutegido capaz de absorber la fuerza del impacto y mantener al jinete soacutelidamente afincado so-bre el lomo de su montura sin riesgo de caer Igualmente la solidez del en-tramado y su capacidad para transferir el peso del jinete de la columna verte-bral del animal hacia sus flancos (con el consecuente beneficio para la salud del caballo) permitiriacutea transmitir la fuerza de la embestida de la montura ha-cia el propio jinete y su arma (en este caso el contus) concentrando la fuerza del impacto en el afilado extremo de eacutesta y maximizando de este modo la eficiencia de la carga54 Posiblemente las unidades de caballeriacutea maacutes pesadas (como los catafractii) emplearon sillas de montar cuyo entramado estariacutea maacutes desarrollado y hasta reforzado con elementos metaacutelicos55

53 DIXON STEPHENSON 2003 p 61 54 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 BISHOP COULSTON 1993 pp 105-108

MIELCZAREK 1993 pp 81-82 DIXON SOUTHERN 1997 pp 70-74 DIXON STEPHENSON 2003 pp 107-110 FIELDS 2006 pp 17-18

55 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 pp 44-45

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La posible proteccioacuten portada por la montura de un contarius proba-blemente no diferiacutea de la portada por las monturas de las unidades de ca-balleriacutea media del ejeacutercito romano especialmente si tenemos en cuenta que como tendremos oportunidad de analizar no estaacute ni tan siquiera claro que los caballos de los catafractii romanos portaran protecciones fuera de lo comuacuten respecto de otras unidades de caballeriacutea Por tanto el elemento de proteccioacuten maacutes pesado portado por el caballo de un contarius seriacutea un chamfron una proteccioacuten para la cabeza y ojos del animal que podiacutea ser tanto de cuero co-mo metaacutelica Se han encontrado diversos ejemplares de este tipo de protec-ciones los maacutes exuberantemente decorados considerados (en principio) como restringidos a su uso durante la Hippikaacute Gymnasia56 El principal papel de estas protecciones parece enfatizar la proteccioacuten de los ojos del caballo en tanto en cuanto se conocen ejemplos de chamfrons romanos que tan soacutelo protegen esta vulnerable parte de la cabeza del animal como los hallados en Mainz Alemania57

El armamento caracteriacutestico del contarius especialmente el contus se asemeja enormemente al equipamiento del jinete pesado saacutermata el cual en la mayor parte de los casos no era sino un jinete maacutes o menos bien protegido (en algunos casos pesadamente protegido) a lomos de un caballo que en la mayor parte de los casos no llevariacutea una proteccioacuten destacada La principal fuerza del jinete saacutermata radicariacutea en el uso del llamado contus sarmaticus Que los primeros testimonios de la existencia de contarii entre las filas de la caballeriacutea romana no date antes del 60 dC resulta igualmente significativo el encuentro del ejeacutercito romano con la caballeriacutea pesada de los saacutermatas roxolanos o yaacutecigos se produce precisamente en esas fechas No existen evi-dencias de un ldquoteacutermino mediordquo similar al contarius romano entre el arquero a caballo y el catafractoclibanario parto o sasaacutenida Los contrastes entre el jinete pesado saacutermata y el parto son evidentes no soacutelo en equipo militar sino en taacutecticas todo lo contrario sucede entre el jinete pesado saacutermata y el contarius romano en particular Resulta loacutegico por tanto pensar que el mo-delo en taacutecticas y equipamiento del contarius romano se encuentra entre los contarios de la caballeriacutea pesada saacutermata58

56 BISHOP COULSTON 1993 pp 105-108 DIXON SOUTHERN 1997 p 67 DIXON

STEPHENSON 2003 pp 111-112 FIELDS 2006 57 DIXON STEPHENSON 2003 p 112 58 EADIE 1967 pp 165-167 MIELCZAREK 1993 pp 99-102 NEGIN 1998 LEBEDYNSKY

2002 p 236

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El ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta A diferencia de lo que sucede con los contarii no disponemos de des-

cripciones pormenorizadas o representaciones graacuteficas expliacutecitas de cata-fractii del ejeacutercito romano59 Tan soacutelo el grafito de un catafracto hallado en Dura-Europos aporta alguacuten tipo de informacioacuten expliacutecita para reconstruir la posible imagen de lo que seriacutea un catafractus del ejeacutercito romano pese al hecho de que la ldquonacionalidadrdquo del catafracto representado en el grafito no estaacute nada clara

Como ya hemos sentildealado en apartados anteriores el propio nombre de catafractuscatafractii (asiacute como el posterior de clibanariusclibanarii) pone el acento en la defensa corporal metaacutelica de este tipo de soldados romanos o no romanos Sin embargo el equipamiento defensivo carece de sentido algu-no si no protege una funcioacuten ofensiva concreta En un contarius el eacutenfasis se situacutea en su capacidad ofensiva representada fundamentalmente por el contus sarmaticus como devastadora arma de choque en manos de una fuerza dise-ntildeada esencialmente para el ataque la caballeriacutea En un catafractus romano o parto y en sus homoacutelogos saacutermatas maacutes pesadamente equipados el elemen-to clave no es el poderoso equipo defensivo del jinete (y seguacuten queacute casos de su caballo) en solitario sino la conjuncioacuten de eacuteste con el poder devastador de su equipo ofensivo El catafractus representa asiacute la fuerza ofensiva del con-tarius puesta bajo una proteccioacuten concienzuda que la mantenga a salvo de la mayor parte de los contraataques

En este sentido el equipamiento ofensivo de un catafractus romano no se diferenciariacutea en nada sustancial del portado por un contarius Aparte de la fundamental y eficiente contus el catafractus no dejariacutea de portar un arma secundaria siendo de nuevo la maacutes eficiente la espada de hoja larga que en la tradicioacuten romana altoimperial se materializaba en la spatha en to-das sus variantes asiacute como en espadas de hoja larga de tradicioacuten saacutermata que ya presentamos anteriormente En cuanto a otras armas acaso el pugio pu-diera ser un complemento menos uacutetil para un jinete pesadamente protegido (y con una movilidad maacutes restringida en consecuencia) que para un conta-rius o un equite maacutes vulnerable pero con mayor libertad de movimientos Al fin y al cabo la funcioacuten de ataque baacutesica del catafractus no era sino la mis-ma que la del contarius aprovechar la ventaja de un arma de acometida como el contus para derribar a enemigos a pie o montados antes de poder re-cibir cualquier clase de contraataque cuerpo a cuerpo por parte de ellos Era precisamente su capacidad para mantenerse a salvo de buena parte de los

59 MIELCZAREK 1993 p 79

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contraataques (cercanos o de proyectil) lanzados contra ellos lo que conver-tiacutea a los catafractii en un arma auacuten maacutes devastadora y pesada que los conta-rii la fuerza devastadora de su ataque teniacutea muchas menos posibilidades de verse desbaratada durante la accioacuten si todo iba razonablemente bien60

Y es este elemento clave del catafractus romano la proteccioacuten corpo-ral uno de los puntos que mayores debates ha generado empezando por el yelmo propiamente dicho Un catafractus romano del s II y comienzos del s III dC empleariacutea una gama de cascos ligeramente distinta a los de un con-tarius por dos razones la primera de todas cronoloacutegica en base al hecho de que su aparicioacuten (en base a todas nuestras fuentes) no parece tener lugar has-ta la primera deacutecada del s II dC por lo que los disentildeos de cascos maacutes tiacutepi-cos del s I dC (como el tipo Weiler) no llegariacutean a ser usados por los cata-fractii romanos la segunda es puramente funcional en tanto en cuanto se es-perariacutea de un catafractus que fuera lo maacutes protegido posible Soacutelo los dise-ntildeos maacutes soacutelidos de yelmos romanos y de proteccioacuten maacutes completa entrariacutean a formar parte del equipo corriente de esta caballeriacutea pesada En este sentido resulta particularmente representativo el casco tipo Heddernheim o Russell Robinson tipo E el tipo Friedberg asiacute como los cronoloacutegicamente anteriores Kalkar-Houmlnnepel y Bodengraven Todos ellos ofreciacutean una excelente protec-cioacuten a todo el craacuteneo y el cuello Sin embargo todos ellos no podiacutean evitar dejar al descubierto ojos nariz y buena parte de la boca Teniendo en cuenta que el resto del cuerpo del jinete estariacutea tambieacuten razonablemente bien prote-gido la mejor forma de neutralizar a un catafractus en estas circunstancias era atacarle al rostro directamente Sean cuales sean las circunstancias (y lo que Hollywood nos haya intentado hacer creer) el instinto baacutesico de preser-vacioacuten de un ser humano le hace cerrar los ojos encoger o apartar brusca-mente la cabeza y (de ser necesario) protegerse con las manos y los brazos si intuye o siente una agresioacuten dirigida a la cara Se trata de un acto reflejo baacute-sico e instintivo que no se puede evitar La peacuterdida temporal del control so-bre la realidad visual y sobre las acciones del combate que esto produciriacutea podriacutea provocar (al menos durante ese corto espacio de tiempo) que el ldquoin-vulnerablerdquo catafractus dejara de ser una amenaza fallara el objetivo de su ataque dejara de prestar atencioacuten (en pos de su propia proteccioacuten) yo se convirtiera en un objetivo vulnerable durante ese tiempo En resumidas cuentas la proteccioacuten para la cara resultariacutea una pieza muy uacutetil para un sol-dado cuya fuerza residiera en una pesada proteccioacuten y una gran contundencia de ataque En este sentido se sabe que los catafractos y clibanarios partos y

60 MIELCZAREK 1993 p 81 BISHOP COULSTON 1993 pp 109-111 DIXON SOUTHERN 1997 p 76 GOLDSWORTHY 1998 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-321

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sasaacutenidas emplearon maacutescaras o ventails combinadas con sus cascos para completar su proteccioacuten dejando tan soacutelo los resquicios necesarios para res-pirar y ver (literalmente dos orificios del tamantildeos de los ojos asiacute como una apertura y perforaciones para permitir la ventilacioacuten a la altura de la boca y la nariz) sin que ello pareciera representar un inconveniente a la percepcioacuten del entorno en combate61 En la panoplia romana altoimperial los cascos con maacutescaras metaacutelicas (y las maacutescaras en siacute mismas) no son precisamente des-conocidos son aquellos inicialmente atribuidos a un uso en paradas y ejer-cicios militares especialmente la Hippikaacute Gymnasia Entre los ejemplos maacutes destacables podemos sentildealar el tipo Newstead (s I dC) asiacute como las varian-tes maacutes elaboradas y decoradas del Heddernheim En principio este tipo de cascos dada su profusa decoracioacuten y las supuestas limitaciones a la visibili-dad provocadas por la maacutescara estariacutean limitado en su uso a la Hippikaacute Gymnasia Sin embargo este tipo de cascos no era impedimento para un adecuado desenvolvimiento durante estos ejercicios que eran una muestra de destreza iquestPor queacute entonces habriacutean de resultar un estorbo en la batalla Las maacutescaras de la caballeriacutea parta no teniacutean una factura esencialmente diferente a las romanas (maacutes allaacute del plano puramente artiacutestico-estiliacutestico) y fueron usadas en combate con cierta asiduidad iquestPor queacute razoacuten los yelmos con maacutes-cara o maacutes probablemente las maacutescaras en siacute mismas combinadas con otros tipos de yelmos romanos de caballeriacutea conocidos no pudieron ser utilizados en combate tanto como en la Hippikaacute Gymnasia Hace casi dos deacutecadas Mielczarek ya lanzoacute una propuesta en semejante sentido al respecto de la ca-balleriacutea pesada romana poniendo en cuestioacuten su uso exclusivo en paradas y exhibiciones la cantidad de cascos con maacutescaras y maacutescaras aisladas vincu-ladas a la panoplia romana (y especialmente de la caballeriacutea) no parece res-ponder precisamente a un uso limitado a ocasiones especiales Diez antildeos maacutes tarde Dixon e I P Stephenson volvieron a retomar dichos plantea-mientos argumentando que determinados cascos empleados en la Plena y Baja Edad Media (como el sallet A82) limitaban la visibilidad tanto o maacutes que las maacutescaras inicialmente consideradas como limitadas a la Hippikaacute Gymnasia y sin embargo fueron empleados en combate62 En este sentido consideramos que posiblemente los maacutes ricamente decorados ejemplares no fueron objeto de uso en combate pero siacute que nos adscribimos a los plantea-mientos de los autores mencionados considerando no soacutelo probable sino ra-zonable que la maacutescara (y los cascos disentildeados especialmente para portarlas) formaran parte de la panoplia de los catafractii otorgaacutendoles la proteccioacuten necesaria para proteger el siempre vulnerable rostro

61 MIELCZAREK 1993 p 60 NEGIN 1998 pp 72-74 WILCOX 2001 p 10 62 MIELCZAREK 1993 p 81 DIXON STEPHENSON 2003 pp 20-24

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Un catafractus sin duda alguna portariacutea una buena proteccioacuten para el torso En este sentido hariacutea uso de las mismas protecciones antes menciona-das para los contarii como loricae hamatae y squamatae asiacute como las inno-vaciones propias de eacutepoca Antonina y Severa como las escamas semi-riacutegi-das y las poco comunes armaduras de laacuteminas como el aislado ejemplo del s III dC hallado en Čatalka63 Sin embargo si atendemos ahora al grafito de Dura-Europos el jinete representado no parece llevar un uacutenico tipo de pro-teccioacuten sobre su torso Las armaduras compuestas por varios tipos de loricae como hemos visto eran probablemente utilizadas ya por los saacutermatas Este tipo de proteccioacuten era tambieacuten conocida en el ejeacutercito romano si bien los ejemplos de la misma son limitados y no parece que su uso estuviera muy extendido (al igual que no parece que en el s II y a comienzos del s III dC los catafractii fueran un arma de extendido uso en Roma) Se denominaba lorica plumata teacutermino que al parecer designaba principalmente a armadu-ras compuestas por lorica squamata y hamata combinadas Esta combina-cioacuten parece ser la utilizada tambieacuten por los saacutermatas aunque su distribucioacuten sobre el cuerpo no se ha podido reconstruir convincentemente64 Al igual que el contarius el catafractus no portariacutea escudo tanto por serle imposible su debido aprovechamiento al empuntildear un contus como por el estorbo que su-pondriacutea al uso de esta uacuteltima La carencia de escudo quedariacutea suplida por lo pesado de su proteccioacuten corporal En este sentido destaca la manica una proteccioacuten construida con laacuteminas de metal (bronce o hierro) semiciliacutendricas unidas unas a otras en progresioacuten descendente del hombro hacia la mano la cual podiacutea proteger a su vez con guanteletes de malla de escamas o incluso una extensioacuten de la manica misma adaptada a la forma de la mano65 Com-pletariacutean la proteccioacuten de un catafractus unas grebas para sus piernas (la parte de su cuerpo maacutes al alcance de la infanteriacutea enemiga) si bien podiacutean disponer de protecciones maacutes pesadas que podiacutean llegar a cubrir muslos y pies recordando en su estructura a la manica empleada para proteger los bra-zos66 En ocasiones podriacutea emplearse tambieacuten protecciones especiacuteficas para el cuello especialmente pensadas para cubrir cualquier posible fisura entre el yelmo y la proteccioacuten del torso De este tipo de piezas se han encontrado al-gunos ejemplos como el de una tumba de Čatalka en Bulgaria datada en el

63 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-92 y 116-117 DIXON SOUTHERN 1997 pp 36-43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 43-48 FIELDS 2006 pp 13-14

64 MIELCZAREK 1993 pp 79-80 NEGIN 1998 pp 68-74 DIXON STEPHENSON 2003 pp 49-50 FIELDS 2006 pp 10-11

65 BISHOP COULSTON 1993 pp 87-91 DIXON STEPHENSON 2003 pp 55-58 66 DIXON SOUTHERN 1997 p 43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 61-63

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s II dC y consistente en un anillo de metal dividido en dos mitades unidas por un cinturoacuten de cuero y originalmente tintado en rojo67

El equipamiento de las monturas de los catafractii romanos es otro as-pecto poleacutemico quizaacutes el que maacutes En primer lugar respecto de las sillas de montar eacutestas responderiacutean probablemente al modelo presentado por Con-nolly pero a un tipo particular cuyo entramado riacutegido interno y cuernos es-tariacutean maacutes desarrollados planteando una sujecioacuten mucho maacutes riacutegida y firme Este tipo de sillas poseiacutea ademaacutes una estructura reforzada con elementos metaacutelicos Seguacuten Connolly y C Van Dryel Murray este tipo de sillas res-ponderiacutea especialmente a un uso por parte de unidades de caballeriacutea pesada donde el peso de la armadura del jinete sumada a su modalidad de combate (choque con lanza pesada) hariacutea necesaria una sujecioacuten maacutes firme para evitar quedar descabalgado asiacute como un maacutes eficiente reparto del peso sobre el lomo y los costados del caballo Este tipo de sillas es visible tambieacuten sobre los caballos de los clibanarios sasaacutenidas que aparecen en el relieve de Firu-zabad68 En segundo lugar estaacute la cuestioacuten en torno a si las monturas de los catafractii romanos del s II y comienzos del III dC llevaban alguacuten tipo de proteccioacuten y cuaacuten completa era esta En este sentido se han lanzado diver-sas propuestas e hipoacutetesis por una parte aquellos que consideran que los ca-tafractii romanos probablemente no emplearon proteccioacuten para sus monturas al menos no en la forma casi sistemaacutetica y masiva que caracterizaba a la ca-balleriacutea pesada parta y que caracterizariacutea maacutes tarde a la sasaacutenida y a la pro-pia caballeriacutea pesada romana bajoimperial en este sentido los catafractii del ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta no seriacutean sino contarii pesada-mente protegidos pero cuyas monturas no portariacutean proteccioacuten alguna fuera de lo comuacuten hasta el momento en el ejeacutercito romano69 otros han propuesto un teacutermino medio sostenido en base a la influencia saacutermata en la creacioacuten y equipamiento de la caballeriacutea pesada romana Es eacuteste el caso de Mielczarek Negin y Lebedynsky entre otros quienes consideran que los catafractii ro-manos no emplearon la protecciones pesadas y o maacutes o menos completas pa-ra sus monturas en el sentido sistemaacutetico que se puede observar en la tradi-cioacuten militar parta o persa sino que emplearon protecciones maacutes limitadas y sobre todo aplicadas a secciones concretas de estas unidades por ejemplo entre aquellos soldados destinados a formar la vanguardia de choque de la formacioacuten o simplemente entre los oficiales70 entre la mayor parte de los autores consagrados al estudio del armamento romano y en particular de la

67 DIXON STEPHENSON 2003 p 59 68 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 p 45 MIELCZAREK 1993 pp 81-82 69 EADIE 1967 pp 166-168 70 MIELCZAREK 1993 pp 74-81 NEGIN 1998 p 74 LEBEDYNSKY 2002 p 237-238

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caballeriacutea existe un acuerdo taacutecito en reconocer el uso por parte de la ca-balleriacutea pesada romana de protecciones metaacutelicas Sin embargo en general o no llegan a un acuerdo en torno a su empleo por parte de las primeras uni-dades de catafractii o se limitan a constatar que los restos arqueoloacutegicos de protecciones equinas pesadas (particularmente las halladas en Dura-Europos) datan en principio del s III dC sin entrar en mayores debates71 finalmente estaacuten aquellos autores que dan simplemente por sentada la asociacioacuten entre el teacutermino catafractii y una proteccioacuten maacutes o menos completa y extendida a la inmensa mayoriacutea (al menos) de las monturas de estas unidades en cual-quier momento desde su creacioacuten72 pero especialmente a partir del s III dC73

En general todas estas corrientes tienden a coincidir en sentildealar que las armaduras pesadas para caballos en el ejeacutercito romano no empezaron a utili-zarse de forma extendida para la caballeriacutea pesada hasta el s III dC De nue-vo el debate se centra en torno a su uso durante el s II dC justo en el mo-mento de la creacioacuten de las primeras unidades de catafractii y particular-mente a causa de la falta de pruebas concluyentes Si se hizo uso de dichas protecciones ya en el s III dC iquestpor queacute razoacuten negar su uso en una fase an-terior aunque eacuteste no fuera un uso generalizado Particularmente preferimos adscribirnos a la tendencia representada por Mielczarek Negin y Lebedyns-ky entre otros autores considerando que los miembros de la uacutenica unidad de caballeriacutea pesada acorazada romana conocida para el s II dC el ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta (y por tanto otras unidades del mismo tipo auacuten por conocer) emplearon protecciones metaacutelicas maacutes o menos pesa-das para sus monturas de un modo ocasional limitado a secciones especiales de la unidad o a la oficialidad siguiendo la corriente de influencia saacutermata Estas protecciones se generalizariacutean a lo largo del s III dC probablemente bajo una mayor influencia de la tradicioacuten militar parta y ante todo sasaacutenida hasta constituir las unidades pesadas del Bajo Imperio que seriacutean el germen de la posterior caballeriacutea pesada bizantina

Este tipo de protecciones incluiriacutea no soacutelo ya los chamfrons metaacutelicos sobradamente conocidos por la caballeriacutea romana de la eacutepoca (y empleados probablemente por los contarii) sino bardas compuestas por malla escamas de cuero o metaacutelicas o laacuteminas que como los ejemplares de Dura-Europos (ya descritos anteriormente) cubririacutean los flancos del caballo y buena parte

71 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-70 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

72 GOLDSWORTHY 1998 pp 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 y 20-21 73 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-322

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de la pechera del mismo74 Este tipo de protecciones probablemente incluiriacutea tambieacuten piezas especiacuteficas para proteger el frontal y la cerviz del animal has-ta la cabeza a semejanza quizaacutes de las empleadas por partos y sasaacutenidas en Oriente Estas piezas particularmente para la cerviz del caballo se han en-contrado tambieacuten en Dura-Europos elaboradas en malla y lazadas mediante correas de cuero75 De este modo si se quisiera proporcionar proteccioacuten tan soacutelo a los caballos de una parte de la unidad lo maacutes loacutegico seriacutea hacerlo con las monturas que marchariacutean en la vanguardia de la formacioacuten de choque y que deberiacutean absorber la fase maacutes violenta del impacto En este sentido las piezas de proteccioacuten maacutes uacutetiles no seriacutean las bardas laterales sino las pro-tecciones para pechera cerviz y cabeza las partes del cuerpo del caballo que quedariacutean expuestas al enemigo durante una carga en formacioacuten cerrada Al prescindir asiacute de las protecciones de los flancos no solo se seguiriacutea apor-tando una proteccioacuten uacutetil a las monturas maacutes expuestas de la unidad durante una accioacuten de combate sino que se estariacutea aligerando el peso que habriacutean de soportar durante la accioacuten reduciendo asiacute el riesgo de agotamiento de las mismas

Si la influencia saacutermata en el origen del contarius romano es maacutes o menos segura la cuestioacuten resulta menos clara para los catafractii Formal-mente un catafractus romano no se diferenciaba del contario saacutermata maacutes pesadamente armado maacutes que en la factura de determinadas partes de su equipamiento muchas de las cuales eran de tradicioacuten puramente romana y unas pocas (como las protecciones maacutes pesadas para las piernas) devendriacutean de tradiciones orientales Sin embargo el hecho de que en ninguacuten momento las fuentes literarias disponibles denominen a la caballeriacutea pesada saacutermata como catafractii y que las protecciones pesadas para caballos entre la mis-ma parezcan ser objeto de un uso tan heterogeacuteneo como vinculado al status y posibilidades econoacutemicas del jinete parece ser el principal punto (al menos inicialmente) de distanciamiento entre los lanceros acorazados saacutermatas y los catafractii romanos Ahora bien suponiendo que la creacioacuten de las unidades de catafractos romanos estuviera respondiendo a la caballeriacutea pesada parta iquestpor queacute esperoacute al s II dC Durante casi tres siglos de encuentros en los campos de batalla de Oriente el ejeacutercito romano no parecioacute tener necesidad alguna de emular a los catafractos y clibanarios partos Finalmente es en el contexto de las guerras daacutecicas y paacuterticas de Trajano y en el reinado de Adriano cuando los catafractii hacen su aparicioacuten en el ejeacutercito romano al-gunas deacutecadas maacutes tarde que los contarii y despueacutes de casi un siglo de con-

74 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-63 67 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

75 DIXON STEPHENSON 2003 p 114

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tacto con la caballeriacutea saacutermata De nuevo la coincidencia de variables parece hablar por siacute sola al igual que primero el contarius el catafractus parece ser una respuesta de la caballeriacutea romana a las refriegas habidas con los exce-lentes jinetes saacutermatas desde mediados del s I dC hipoacutetesis que secundan la mayor parte de los autores76 Cualquier posible influjo oriental en la com-posicioacuten de la primera caballeriacutea pesada romana respondioacute a la incorpora-cioacuten de elementos considerados de utilidad no encontrados en la tradicioacuten militar propiamente romana o saacutermata El incremento de este influjo mate-rializado quizaacutes en la intensificacioacuten y extensioacuten del uso de armaduras pe-sadas para caballos y en el importante desarrollo en general del arma de ca-balleriacutea pesada en Roma tendriacutea lugar ya entrado el s III dC quizaacutes no tanto de manos de los uacuteltimos coletazos del moribundo Imperio parto como del joven y eneacutergico Imperio persa sasaacutenida el cual llevariacutea el arma de ca-balleriacutea en el Oriente a nuevas cotas de desarrollo especializacioacuten en organi-zacioacuten equipamiento y taacutecticas77

Mencioacuten especial requiere la organizacioacuten del ala I Gallorum et Pan-noniorum catafracta No entraremos a resentildear aquiacute la naturaleza del ala como unidad militar del ejeacutercito romano ni la organizacioacuten y estructura de la caballeriacutea romana altoimperial sino un aspecto concreto del ala concreta objeto de nuestro estudio y que parece haber pasado desapercibido a la ma-yor parte de los autores Se trata del hecho de que dicha ala debioacute de ser compuesta en su origen por soldados de dos unidades distintas probable-mente tropas selectas Tal y como sentildeala su nombre el ala estaba compuesta por jinetes galos y panonios Mielczarek ha propuesto precisamente que ca-ra a la creacioacuten de esta unidad de catafractos probablemente se seleccionoacute a los mejores soldados de dos alas distintas posiblemente (seguacuten el parecer del propio Mielczarek) el ala I Pannoniorum y el ala I Gallorum Flaviana Aunque de momento no se trata sino de una hipoacutetesis parece razonable que cara a la primera unidad de caballeriacutea pesada romana (probablemente una unidad que tendriacutea en sus oriacutegenes un marcado caraacutecter ldquoexperimentalrdquo) se seleccionara a personal experimentado y de fiar lo que remarcariacutea el caraacutec-ter de eacutelite de este tipo de unidades

76 EADIE 1967 MIELCZAREK 1993 NEGIN 1998 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

LEBEDYNSKY 2002 77 EADIE 1967 pp 169-172 MICHALAK 1987 MIELCZAREK 1993 pp 63-67 NICOLLE

1996 WILCOX 2001 pp 24-35 FARROKH 2005

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Taacutecticas y limitaciones de la caballeriacutea pesada romana La caballeriacutea fue un arma especializada principalmente en una uacutenica

funcioacuten el ataque Un grupo de jinetes no puede establecer una posicioacuten de-fensiva y mantenerla de forma estaacutetica pues equivaldriacutea claramente a un suicidio en cualquier eacutepoca Cuando una unidad de caballeriacutea ha sido em-pleada con fines de defensa lo ha sido empleando fundamentalmente el ata-que es decir un contraataque

La principal ventaja de un jinete respecto del soldado de infanteriacutea ra-dica en tres puntos fundamentales la altura que le proporciona su montura la rapidez y potencia de la misma y el efecto psicoloacutegico que todo ello sus-cita en el infante El principal modo en que la caballeriacutea (y particularmente la caballeriacutea media y pesada) se enfrenta a la infanteriacutea (y a otras unidades como veremos) es la carga cuya finalidad es desfondar la formacioacuten ene-miga dispersaacutendola para coparla y destruirla o permitir a otras unidades aprovechar la brecha abierta Sin embargo contrariamente a lo que se suele pensar un caballo (o un grupo de caballos) no es capaz de embestir una for-macioacuten cerrada de infanteriacutea Un equino no es un toro ni se comporta como tal El caballo siempre se para antes de llegar a impactar contra un obstaacuteculo que considera no podraacute esquivar o saltar o donde no vea espacio alguno por donde penetrar En este sentido una formacioacuten de infanteriacutea pesada que fuera capaz de mantener su posicioacuten hasta el final teniacutea muchas posibilidades de rechazar una carga de caballeriacutea Existiacutean dos formas para evitar que esto sucediese de modo tal que la carga de caballeriacutea tuviese finalmente eacutexito hostigar a la formacioacuten de infanteriacutea de muacuteltiples modos (ataque con proyec-tiles ataques simulados apoyar a la caballeriacutea atacante con infanteriacutea o ar-tilleriacutea) o bien que un porcentaje suficiente de soldados enemigos no fuera capaz de soportar la tensioacuten psicoloacutegica de ver venir sobre ellos una carga de caballeriacutea y rompiera filas debilitando la formacioacuten desorganizaacutendola y abriendo brechas Como vemos el resultado de una carga de caballeriacutea de-pende maacutes del contexto y de la psicologiacutea que de la carga en siacute misma Sin embargo los nervios de acero necesarios para superar el instinto de autopro-teccioacuten (que nos llevariacutea a quitarnos inmediatamente de la trayectoria de los caballos y sus jinetes) no eran (ni son) un elemento comuacuten en los ejeacutercitos Pocas infanteriacuteas disponiacutean del adiestramiento y disciplina necesarios para mantener la posicioacuten y afrontar una auteacutentica estampida que a sus ojos cla-ramente amenazariacutea con arroyarla Entre tales excepciones se encontraba la

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infanteriacutea legionaria romana la cual soacutelo en determinadas circunstancias era realmente vulnerable a un ataque de caballeriacutea78

Las unidades de caballeriacutea pesada como catafractii y contarii eran un caso auacuten maacutes especial En primer lugar el contus permitiacutea al jinete arroyar a un infante enemigo virtualmente antes de que su montura se viera obligada a detener su marcha Por otra parte sus pesadas protecciones (y la de sus mon-turas al menos para una parte de los catafractii) les otorgaban una mayor se-guridad ante cualquier clase de contraataque enemigo (especialmente pro-yectiles) y una superior capacidad de asumir el riesgo del contacto con una formacioacuten enemiga demasiado firme Pero sobre todo les otorgaba una carga psicoloacutegica brutal la visioacuten de una ldquoparedrdquo blindada erizada de lanzas en auteacutentica formacioacuten de falange avanzando con premura directamente resulta-ba especialmente impactante a ojos de un soldado de infanteriacutea por muacuteltiples factores Ser arroyado por un caballo no es una perspectiva agradable ser arroyado por una marea de lanzas y caballos blindados es una perspectiva auacuten menos agradable Para incrementar la capacidad de penetracioacuten de este tipo de caballeriacutea se empleaban formaciones y ataques en profundidad fun-damentalmente columna y cuneuscuntildea En este sentido la formacioacuten podiacutea concentrar la fuerza de su carga en un frente estrecho que pudiera ser dirigi-do convenientemente contra el punto maacutes deacutebil de la formacioacuten a atacar in-cluso con la carga ya en curso Sin embargo la caballeriacutea pesada poseiacutea una desventaja potencial el enorme peso de su equipamiento reduciacutea la veloci-dad de su carga su maniobrabilidad y podiacutea agotar a sus caballos muy raacutepi-damente En este sentido podiacutean ser viacutectimas faacuteciles de unidades maacutes aacutegiles y raacutepidas o de un contraataque al teacutermino de una extenuante carga (exitosa o no) Por otra parte no estaban precisamente capacitados para realizar una re-tirada raacutepida con los caballos extenuados por el esfuerzo de cargar despla-zando sobre sus lomos a su jinete con su equipamiento y su propia pro-teccioacuten los catafractii podiacutean encontrarse en una situacioacuten realmente com-prometida si su ataque fracasaba y no se encontraban en posicioacuten de recibir apoyo inmediato de unidades aliadas capaces de protegerlos el tiempo nece-sario para maniobrar y salir del atolladero Otro peligro que desembocaba di-rectamente en el fracaso de la carga (y en las circunstancias antes descritas) era la posibilidad de que la formacioacuten perdiera su cohesioacuten durante la carga Para evitar esta circunstancia (y reducir la extenuacioacuten de los caballos) se procuraba no cargar a mayor velocidad que un trote ligero79

78 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

79 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 y 241 LEBEDYNSKY 2002 p 237 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

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A la hora de afrontar a otra caballeriacutea las circunstancias eran dife-rentes La caballeriacutea como especialista en ataque teniacutea tambieacuten la funcioacuten de neutralizar a la caballeriacutea del adversario negaacutendole asiacute la mayor parte de la iniciativa y ganando la oportunidad de flanquear sus formaciones y ata-carlas desde diversos puntos Un ejeacutercito cuya caballeriacutea abandonara el cam-po de batalla por otra parte aunque auacuten podiacutea imponerse mediante la fuerza de su infanteriacutea (si era capaz de rechazar el ataque de la caballeriacutea adversaria y de desalojar a su infanteriacutea) careceriacutea de cualquier posibilidad para explo-tar adecuadamente la victoria la caballeriacutea fue hasta la I Guerra Mundial la uacutenica arma capacitada para lanzar una persecucioacuten sobre una fuerza enemiga en retirada convirtiendo esta uacuteltima en una desbandada desorganizada y dis-poniendo asiacute de la oportunidad de transformar un ejeacutercito derrotado en un ejeacutercito destruido En este sentido la caballeriacutea no fue soacutelo una pieza taacutectica fundamental a la hora de la batalla sino una herramienta baacutesica de la estra-tegia a nivel global de cualquier conflicto a lo largo de unos tres milenios de historia militar

La infanteriacutea puede rechazar a la caballeriacutea pero nunca perseguirla (maniobra que equivaldriacutea a dar la ocasioacuten a los jinetes derrotados de dar media vuelta y lanzar un inesperado contraataque que convirtiera en desastre para la infanteriacutea lo que empezoacute siendo un eacutexito Las huidas fingidas como ya hemos sentildealado eran tambieacuten una interesante taacutectica a emplear por parte de la caballeriacutea para desorganizar una formacioacuten enemiga Sin embargo no era una taacutectica que entrara dentro del ldquomanual de instruccionesrdquo de la ca-balleriacutea maacutes pesada limitada como estaba en sus movimientos) Soacutelo la ca-balleriacutea podiacutea derrotar poner en fuga y destruir a otra caballeriacutea El modo de hacerlo sin embargo era materia delicada Una formacioacuten cerrada para ata-car a otra caballeriacutea resultaba inuacutetil y peligrosa era la mejor forma de que los propios caballos se rompieran los huesos al impactar a gran velocidad contra las monturas enemigas Normalmente y a lo largo de toda la existen-cia de la caballeriacutea de choque dos formaciones de caballeriacutea que cargan una contra otra a la espera de un combate mano a mano tienden a abrir sus liacuteneas para esquivar el choque frontal contra los caballos rivales Al producirse el choque el jinete tratariacutea de atacar con sus armas a su rival maacutes cercano a uno u otro lado intentando derribarle o herirle mortalmente En estas cir-cunstancias el contus sarmaticus vuelve a relucir por sus virtudes permitiacutea (al igual que la lanza de cometida medieval las lanzas de los huacutesares alados polacos o las lanzas de los ulanos austriacos o los cosacos rusos) golpear al jinete adversario antes de que eacuteste equipado con espada o con una lanza maacutes corta pudiese iniciar su propio ataque Una formacioacuten de contarii o de cata-fractii podiacutea asiacute arroyar faacutecilmente la vanguardia de la formacioacuten de caballe-

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riacutea enemiga neutralizando su ataque y desorganizando totalmente su forma-cioacuten Sin embargo cuando dos formaciones cargaban una contra la otra y llegaban a culminar completamente el choque el combate podiacutea derivar faacute-cilmente en una violenta y caoacutetica refriega En estas circunstancias las espa-das de hoja larga empleadas por la caballeriacutea romana y saacutermata eran particu-larmente esenciales asiacute como sus protecciones dado que un contus tendiacutea a partirse tras el primer o segundo impacto y a ser poco coacutemoda de utilizar cuando el combate se tornaba maacutes cercano En cualquier caso si una forma-cioacuten de catafractii no conseguiacutea imponerse durante el choque a la formacioacuten enemiga el agotamiento de sus monturas y su menor movilidad (sumada a la peacuterdida del orden en la formacioacuten inherente al inicio de la refriega) supon-driacutean una peligrosa situacioacuten en el caso de carecer de apoyo de otras unida-des (bien de caballeriacutea o de infanteriacutea) y de la que no podriacutean salir con mu-cha facilidad80

Tanto frente a otra caballeriacutea como frente a la infanteriacutea el respaldo de unidades de caballeriacutea maacutes ligeras y particularmente arqueros a caballo81 resultariacutea particularmente deseable antes del choque la caballeriacutea ligera po-driacutea hostigar con proyectiles a las formaciones enemigas creando brechas o desorganizaacutendolas y despueacutes del choque podriacutean apoyar a la caballeriacutea pe-sada durante la progresioacuten del combate cubrir su retirada o explotar su eacutexito continuando la persecucioacuten de un enemigo en fuga

Como vemos desde el punto de vista taacutectico y del empleo en el campo de batalla el eacutexito de la caballeriacutea pesada acorazada dependiacutea tanto o maacutes de las circunstancias el contexto y el apoyo que pudieran recibir que de sus propias virtudes Se trataba de unidades altamente especializadas que si que-daban desprotegidas o en situaciones comprometidas podiacutean ser faacutecilmente rechazadas desbandadas o destruidas No se trataba de fuerzas versaacutetiles y probablemente ello condicionoacute que su adopcioacuten y empleo generalizado por parte del ejeacutercito romano fuera tardiacuteo

CONCLUSIONES

El ejeacutercito romano se enfrentoacute durante casi dos siglos a la caballeriacutea

pesada desarrollada por las potencias orientales Tras reveses iniciales debi-dos maacutes a las circunstancias que a una auteacutentica incapacidad para afrontar el ataque de este tipo de caballeriacutea las legiones desarrollaron sus particulares contramedidas recorriendo las primeras deacutecadas de la historia del Alto Im-

80 DIXON SOUTHERN 1997 pp 141-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 235-244 MENEacuteNDEZ

ARGUumlIacuteN 2011 pp 322-324 81 DIXON SOUTHERN 1997 p 143

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perio imperturbables considerando del todo innecesario tomar como inno-vacioacuten un arma a la que eran capaces de batir los catafractos partos y arme-nios

Sin embargo hacia mediados del s I dC algo vino a trastocar este es-cenario en apariencia estable e inamovible de las estepas poacutenticas emergioacute no tanto una nueva arma como una nueva forma de combinar y emplear ar-mas y taacutecticas sobradamente conocidas Los haacutebiles jinetes saacutermatas dejaron atraacutes la claacutesica tradicioacuten militar esteparia basada en el uso del arquero a ca-ballo y la caballeriacutea ligera desarrollaron una nueva caballeriacutea pesada libre de la mayor parte de las debilidades de los pesados catafractos partos flexi-ble y dinaacutemica y capaz de luchar en conjuncioacuten perfecta con otras modali-dades de caballeriacutea como si de un uacutenico cuerpo se tratase A diferencia del catafractario parto el ldquocontariordquo saacutermata era un jinete armado maacutes o menos pesadamente seguacuten las circunstancias y sus propias posibilidades Al igual que su contrapartida parto o armenio el jinete pesado saacutermata aprovechaba al maacuteximo las virtudes de su arma definitoria el contus sarmaticus pero la combinaba con el uso de otras igualmente uacutetiles como la espada de hoja larga y el arco recurvado compuesto Su equipamiento defensivo careciacutea de la rigidez propia del catafracto parto tendiendo a ser sensiblemente maacutes li-gero sin perder las ventajas propias de una proteccioacuten completa y concien-zuda Este equipamiento defensivo ademaacutes podiacutea variar seguacuten las circuns-tancias y las necesidades taacutecticas de cada momento (y no solo exclusi-vamente en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete) Ello permitiacutea al jinete pesado saacutermata oscilar entre una caballeriacutea media pura y una caballeriacutea pesada de choque seguacuten las circunstancias Le convertiacutea en un arma flexible capaz de desempentildear diversos papeles en el campo de batalla y variarlos du-rante el combate mismo seguacuten sus necesidades En combinacioacuten con la habi-lidad natural de estos pueblos para la equitacioacuten y sus excelentes (y numero-sas) fuerzas de caballeriacutea ligera la caballeriacutea pesada saacutermata representaba una amenaza realmente seria y totalmente nueva

Desde la guerra civil del 68-69 dC hasta la paz firmada por Adriano con los saacutermatas roxolanos en 119 dC las legiones romanas y su caballeriacutea hubieron de hacer severos esfuerzos para imponerse a este nuevo enemigo en los campos de batalla actuase eacuteste en solitario o en conjuncioacuten con otros pueblos o Estados Las guerras daacutecicas de Domiciano (85-89 dC) y de Tra-jano (101-106 dC) fueron probablemente los puntos culminantes de esta coyuntura De los sangrientos encuentros habidos sobre las orillas del Danu-bio las colinas daacutecicas y las llanuras de la futura Hungriacutea el ejeacutercito romano extraeriacutea una dura leccioacuten que aprenderiacutea raacutepidamente y pondriacutea en creciente praacutectica con el paso de los antildeos cuando a comienzos del s III dC descen-

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diera el ocaso sobre las uacuteltimas luces legadas por la edad dorada de los Anto-ninos habiendo el Estado romano de afrontar las convulsiones de un mundo en paulatina transformacioacuten

A comienzos del s II dC a caballo entre los diacuteas de Trajano y Adria-no el ejeacutercito romano afrontoacute el laborioso proceso de aplicar buena parte de lo que habiacutea aprendido de manos de la caballeriacutea saacutermata El contus ya habiacutea sido adoptado conformando la primera caballeriacutea de choque especialista de la historia del Imperio A ella le seguiriacutean las protecciones pesadas para jine-tes asiacute como para caballos El ejeacutercito romano conociacutea de sobra los modelos orientales de caballeriacutea pesada y sin embargo en el primer siglo de existen-cia de este arma entre las filas romanas el modelo a seguir fue principal-mente saacutermata Los hechos hablan por siacute solos El ejeacutercito romano habiacutea en-contrado una innovacioacuten de intereacutes para su tradicioacuten militar y la incorporoacute raacutepidamente Las primeras unidades de caballeriacutea pesada acorazada romana llevaron nombres que aludiacutean a tradiciones orientales catafractii pero su ar-mamento y el fundamento de sus taacutecticas era una mezcla de aportaciones romanas y modelos saacutermatas Con la llegada del s III dC estas unidades se hariacutean cada vez maacutes necesarias y sobre la trayectoria marcada por los pio-neros de este arma se labrariacutea el desarrollo completo de la misma

La emersioacuten del Imperio persa sasaacutenida supuso la transformacioacuten re-novacioacuten y revitalizacioacuten del arma de caballeriacutea puramente oriental Los sa-saacutenidas llevaron a un nuevo paroxismo a la combinacioacuten de la caballeriacutea pe-sada y la caballeriacutea ligera de tradicioacuten oriental hasta el punto de que algunos tratadistas militares romanos como Amiano Marcelino llegaron a conside-rarlo como un arma praacutecticamente imbatible En palabras del propio Amiano [] catafractarii [] et sagitarii formidable genus armorum82 Probable-mente estas circunstancias forzaran (entre otros factores) no ya la expansioacuten del arma de caballeriacutea pesada (asiacute como del arquero a caballo) en el ejeacutercito romano de los siglos III y IV dC sino la asuncioacuten por parte de la misma de muacuteltiples elementos propios ya exclusivamente de la tradicioacuten militar irano-persa

La experiencia saacutermata quedoacute atraacutes sin embargo su importancia y la de los primeros prototipos de caballeriacutea pesada romana existentes en el Alto Imperio no debe menospreciarse Fueron la piedra fundadora los cimientos de una importante rama de la tradicioacuten militar romana posterior madre de la bizantina y de buena parte de las tradiciones militares de la posterior Europa medieval donde la caballeriacutea ostentariacutea durante siglos su particular supre-maciacutea En cierto modo puede decirse que la caballeriacutea saacutermata y las primeras

82 AMIANO MARCELINO 16 12 7

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unidades de caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano se encuentran entre las raiacute-ces de una tradicioacuten militar que llevoacute a la caballeriacutea a mantener la ilusioacuten de su reinado sobre los campos de batalla hasta el enloquecedor extremo de atravesar las trincheras y alambradas de la I Guerra Mundial y cargar sobre las divisiones panzer germanas en 1939

SELECCIOacuteN DE TEXTOS EPIGRAacuteFICOS RELATIVOS

83 Camerinum (Camerino) Regio VI Italia CIL XI 5632

M(arco) Maenio C(ai) f(ilio) Cor(nelia) Agrippae L(ucio) Tusidio Campestri hospiti divi Hadriani patri senatoris praef(ecto) coh(ortis) II Fl(aviae) Britton(um) equitat(ae) electo a divo Hadriano et misso in expeditionem Brittannicam trib(uno) coh(ortis) I Hispanor(um) equitat(ae) praef(ecto) alae I Gallor(um) et Pannonior(um) catafractatae proc(uratori) Aug(usti) praef(ecto) classis Brittannicae proc(uratori) provinciae Brittanniae equo publico patrono municipi(i) vicani Censorglacenses consecuti ab indulgentia Optimi Maximique Imp(eratoris) Antonini Aug(usti) Pii beneficio interpretationis eius privilegia quibus in p[e]rpetuum aucti confirmatique sunt l(ocus) d(atus) d(ecreto) d(ecurionum) g(ratis)

Ad Mediam (Mehadia) Dacia CIL XVI 110 = CIL III 886 = AE 1980 760

[Imp(erator) Caes(ar) divi Had]rian(i) f(ilius) divi Traiani [Parthici n(epos) divi Ne]rvae pron(epos) T(itus) Aelius [Hadrianus Ant]oninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) [max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII] imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae) [equit(ibus) et pedit(ibus)] qui mil(itaverunt) in alis III quae [appell(antur) Silia]n(a) et Gall(orum) et Pann(oniorum) [catafrac(taria) et F]ront(oniana) et coh(ortibus) XII I Ulp(ia) [Britton(um)] |(milliaria) et I Fl(avia) Ulp(ia) Hisp(anorum) |(milliaria) [et 3 I Ael(ia)] Gaesa(torum) |(milliaria) et I Aug(usta) Nerv() [|(milliaria) et I]I Britt(onum) |(milliaria) et I Hispan(orum) [--- e]t II Hisp(anorum) scutat(a) Cy[ren(aica) et ---]n() et VI Thrac(um) et sunt [in Dacia Poroliss]en(si) sub Macrinio [Vindice proc(uratore) qui]nq(ue) et vigint(i) stip[en(diis) emerit(is) dimis(sis) hon]est(a) miss(ione) quor(um) [nomin(a) subscripta s]unt civit(atem) Roman(am) [qui eor(um) non ha]b(erent) ded(it) et con(ubium) cum [uxor(ibus) quas tu]nc hab(uissent) cum est [civit(as) i(i)s dat(a) aut] cum i(i)s quas post(ea) [dux(issent) dumtax(at) si]ngulis [[Imp(erator) Caes(ar) divi Hadrian(i) f(ilius) divi Traiani Parthici n(epos) divi Nervae pron(epos) T(itus) Aelius Hadrianus Antoninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae)] [equit(ibus) et pedit(ibus) qui mil(itaverunt) in alis III ---] et vigint(i) stipend(iis) emerit(is) dimis(sis) honest(a) miss(ione) quor(um) nomin(a) subscript(a) sunt civit(atem) Roman(am) qui eor(um) non haber(ent) dedit et conub(ium) cum uxor(ibus) quas tunc habuis(sent) cum est civit(atem) i(is) dat(a) aut cum i(is) quas post(ea) dux(issent) dumtax(at) singulis a(nte) d(iem) V K(alendas) Oct(obres) Sex(to) Calpurnio Agricola Ti(berio) Claudio Iuliano co(n)s(ulibus) coh(ors) I Ulpia Britton(um) |(milliaria) cui

83 Tomados del Epigraphische Datenbank Clauss-Slaby httpwwwmanfredclauss de

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prae(e)st L(ucius) Nonius Bassus Picen(o) ex pedite Luonerco Molaci f(ilio) Britt(oni) descript(um) et recognit(um) ex tabul(a) aer(ea) quae fixa est Romae in mur(o) post templ(um) divi Aug(usti) ad Minervam

Tipasa (Tefessad) Mauretania Cesariense AE 1951 265 = AE 1955 133

D(is) M(anibus) Adiutoris eq(uitis) al(ae) pri(mae) Can(n)anafatium vi(xit) XXXXI m(ilitavit) an(nos) XXIII pro(curante) l(i)b(erto) ipsi(us) bene me(renti) Cabanus he(res) po(suit)

Savaria (Szombathely) Panonia Superior CIL III 4183

T(itus) Cnorius Sabinianus ex praef(ecto) alae Contariorum v(ir) e(gregius) et L(ucius) Val(erius) Verus dec(urio) c(oloniae) C(laudiae) Savar(iensium) sacerdotalis p(rovinciae) P(annoniae) s(uperioris) cryptam vi ignis exustam sumptibus suis refecerunt

Brigetio (Kornye) Panonia Superior CIL III 4278

D(is) M(anibus) Val(erio) Saturnino vet(erano) ex dup(licario) alae I Ulp(iae) Cont(ariorum) qui vixit an(nos) L et Val(erio) Sabino mil(iti) leg(ionis) I Ad(iutricis) stip(endiorum) III vixit an(nos) XXV filio Caes(ia) Digna marito et filio f(aciendum) c(uravit)

Apamea Siria AE 1987 955

Aur(elio) Basso quandam(sic) sig(nifero) al(ae) I Ulp(iae) (C)ontariorum stipendiorum VIII vixit annos XXVIIII XI Kal(endas) Maias Gallo et Volusiano consilibus() titulus positus a Marc(io) Cotum(sic) (d)ec(urione) al(ae) c(ivium) R(omanorum)

Apamea Siria AE 1993 1589

D(is) M(anibus) Iulius Valerianus eques alae I Ulp(iae) contariorum stip(endiorum) XXIII vixit annis XXXXVI Ulp(ius) Ingenu(us) dupl(icarius) alae eiusdem heres posuit b(ene) m(erenti)

Arrabona (Gyor) Panonia Superior CIL III 4379

D(is) M(anibus) Ulp(ius) Variu(s) Ore() vet(e)r(anus) ex stat(ore) al(a)e I Ulp(iae) Cont(ariorum) do(mo) Af(rica) vixs(it) ann(os) XLV et Ael(iae) Sabin(a)e fi(liae) vix(it) ann(os) X Ael(ia) Domitia con(iunx) et Ulp(ius) Sabinianus et Ulp(ius) [Cele]rinus et Sabi[nil]la fili(i) vivi cum [mat(re) pa]tri karis(simo) posuerunt

Sentpalpuszta Panonia Superior CIL III 11081 = AE 1899 3

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[D(is) M(anibus)] M(arcus) Aur(elius) [3]us vex(illarius) al(ae) p(rimae) C(ontariorum) Anto(ninianae) et Elv(iae) Bon(a)e c(oniugi) car(issimae) et f(iliae) Aur(eliae) Valerin(a)e et Ae(liae) Sabin(a)e et Elv(io) Verecundo an(norum) LXX Pulc(h)r(a)e() Suri an(norum) LX et Elv(io) Vitali an(norum) XVIII et Au(relio) Ma(n)suetiano an(norum) VII et Ae(lio) Florido M(arcus) Aur(elius) Valerianus sib(i) [et] su[i]s vivi f(ecit)

Roma CIL VI 1449 = AE 1967 16 = AE 196970 13

M(arco) Macrinio Avito M(arci) f(ilio) Claud(ia) Catonio Vindici co(n)s(uli) aug(uri) p(opuli) R(omani) Quiritium leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) prov(inciae) Moes(iae) inf(erioris) leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) Moes(iae) sup(erioris) cur(atori) civitat(is) Arimin(ensium) p[r]oc(uratori) prov(inciae) Dac(iae) Malv(ensis) praef(ecto) alae contar(iorum) praef(ecto) alae III Thrac(um) trib(uno) milit(um) leg(ionis) VI Victr(icis) praef(ecto) coh(ortis) VI Gall(orum) donat(o) donis mil(itaribus) in bello Germ(anico) ab Imp(eratore) M(arco) Aur(elio) Antonino Aug(usto) hast(is) pur(is) II et vexill(is) II cor(o)na mural(i) et vallar(i) Iunia Flaccinilla marito karissimo et Macrinia Rufina patri piissimo vixit annis XLII m(ensibus) V

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SELECCIOacuteN DE IMAacuteGENES

Fig 1 Relieve de la estela funeraria del eques Aduitor miembro del ala I Canninefatum (AE 1955

133) empuntildeando un contus sarmaticus por el lateral derecho de su montura DIXON SOUTHERN 1997 p 49

Fig 2

Grafito de Dura-Europos datado en torno a los ss II-III dC representando un catafracto parto romano o sasaacutenida JUNKELMANN 1992 p 197

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Fig 3 Las dos bardas de escamas metaacutelicas completas encontradas por Rostovzeff en las

excavaciones de Dura-Europos a lo largo de la campantildea de 1932-33 JUNKELMANN 1992 p 214

Fig 4 Relieves de Firuzabad (Iraacuten) representando a un clibanario persa sasaacutenida derribando a un

catafractarioclibanario parto s III dC Obseacutervese las bandas transversales que se ven en los brazos del jinete de la derecha que probablemente esteacuten representando un tipo de manica

WILCOX 2001 p 22

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Fig 5 Relieve de Firuzabad representando a unos catafractosclibanarios parto y sasaacutenida forcejeando

en combate cuerpo a cuerpo Ilustracioacuten de Wilcox 2001 p 23

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FIG 6 Catafractos partos del s I aC Obseacutervense las protecciones tipo manicae portadas por ambos

jinetes en los brazos El jinete de la derecha tambieacuten las lleva sobre las piernas A Mc Bride en WILCOX 2001

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Fig 7 Fragmentos de cotas de escamas y laacuteminas para armadura encontradas en enterramientos

saacutermatas de los ss I-III dC NEGIN 1998 p 70

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Fig 8 Estela de Athenios en Panticapea (Crimea Ucrania) donde se puede observar a un jinete (izqda) que parece montar un caballo protegido con una cota de escamas al igual que eacutel

NEGIN 1998 p 66

Fig 9 Reconstruccioacuten de un contario saacutermata (izqda) en accioacuten s II dC seguacuten G Embleton en

BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 10 Reconstruccioacuten el posible aspecto de un jinete pesado saacutermata y de la posible proteccioacuten de su

montura s II dC seguacuten G Embleton en BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 11 Reconstruccioacuten de un jinete pesado saacutermata equipado con una armadura compuesta ss I-II

dC seguacuten NEGIN 1998 p 73

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Fig 12 Casco romano tipo Russell Robinson tipo B basado en un ejemplar encontrado en Ely

(Cambridgeshire Reino Unido) ss I-II dC GOLDSWORTHY 1998 p 238

Fig 13

Casco romano tipo Rusell Robinson E basado en un hallazgo realizado en Hedderneim (Alemania) ss II-III GOLDSWORTHY 1998 p 238

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Fig 14

Reconstruccioacuten de un casco romano del tipo Niederbieber ss II-III dC seguacuten GILBERT 2010 p 136

Fig 15

Reconstruccioacuten de una variante del casco romano tipo Heddernheim con y sin maacutescara de proteccioacuten para el rostro ss II-III dC seguacuten ALEXANDRA GILBERT 2009 pp 24-26

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Fig 16 Fragmento de lorica squamata de escamas semi-riacutegidas s II dC

BISHOP COULSTON 1993 p 116

Fig 17 Silla de montar romana de cuatro cuernos seguacuten la reconstruccioacuten de P Connolly

DIXON SOUTHERN 1997 p 71

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Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

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Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

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Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

Recibido 17 mayo 2011 Aprobado 22 junio 2011

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estrella era la lanza larga de acometida o contus No estaacute claro que un cata-fracto parto portara un arma complementaria a parte del contus pero parece loacutegico que asiacute lo hiciera pudiendo tratarse en este caso de espadas (funda-mentalmente de hoja larga) hachas o incluso mazas (armas perfectas para reventar protecciones metaacutelicas ajenas)34

Seguacuten puede concluirse a partir del testimonio que Plutarco aporta de la batalla de Carras los catafractos partos actuaban en coordinacioacuten con los mucho maacutes numerosos arqueros a caballo de su ejeacutercito los arqueros trata-riacutean de debilitar la formacioacuten enemiga lanzando sucesivos ataques a distan-cia llegado el momento oportuno los catafractos cargariacutean en formacioacuten cerrada replegaacutendose y cesando su fuego los arqueros en ese preciso ins-tante (para evitar el riesgo del ldquofuego amigordquo) empuntildeando sus conti a dos manos sobre el flanco derecho del caballo y en paralelo al costado de eacuteste para arroyar a la formacioacuten enemiga principalmente infanteriacutea pesada Si se-guimos las tesis de M Mielczarek estos mismos catafractos estariacutean prepa-rados para actuar como clibanarios tal y como vemos en los relieves de Naqsh-i-Rustam embistiendo contra otra caballeriacutea empleando sus conti cru-zados tras la cerviz de su montura hacia el lateral izquierdo del caballo y re-cibiendo un apoyo constante de la caballeriacutea ligera en esta accioacuten La prin-cipal debilidad de este tipo de caballeriacutea radicariacutea en la falta de apoyo de otras armas (como los citados arqueros a caballo) y sobre todo que su for-macioacuten fuera dispersada dado que un catafracto aislado constituiacutea un blanco faacutecil a descabalgar y una vez en el suelo su escasa movilidad los convertiacutea en viacutectimas de las iras de la infanteriacutea enemiga35

Entre los saacutermatas Los saacutermatas al igual que los escitas son uno de los grandes grupos

de pueblos noacutemadas indoeuropeos de lengua irania que durante la Antiguumle-dad poblaron las estepas que se extienden desde las orillas del Bajo Danubio y las faldas de los Caacuterpatos a traveacutes de Ucrania y Rusia meridional hasta el Caacuteucaso y los montes Urales Hacia el s I dC dos ldquotribusrdquo saacutermatas arriba-ron junto al limes danubiano del Imperio romano o a sus proximidades los saacutermatas yaacutezigos y roxolanos

Hasta ese momento preciso las taacutecticas y el armamento saacutermata estu-vieron caracterizados por seguir la norma tiacutepica de los ejeacutercitos de jinetes de

34 EADIE 1967 p 164 MIELCZAREK 1993 pp 57-63 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-91 GOLDSWORTHY 1998 pp 66-67 WILCOX 2001 pp 9-10

35 PLUTARCO Craso XIX-XXV Luacuteculo XXXVIII EADIE 1967 p 164 MIELCZAREK 1993 p 50 GOLDSWORTHY 1998 pp 66-67 WILCOX 2001 p 9

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la estepa seguacuten nos describe Estraboacuten se trataba fundamentalmente de fuerzas de arqueros a caballo y caballeriacutea ligera soacutelo espontaacuteneamente apo-yada por jinetes que podriacutea decirse conformaban alguacuten tipo de caballeriacutea ldquopesadardquo36 Sin embargo a mediados del s I dC la imagen que nos trans-mite Taacutecito en sus Annales e Historias resulta ya bien distinta en primer lu-gar relata un encuentro entre saacutermatas y partos donde los primeros rehuacutesan entablar un intercambio de proyectiles a caballo con los segundos optando por lanzarse a la carga contra los partos empuntildeando conti y espadas de hoja larga imponieacutendose de este modo a sus adversarios37 en segundo lugar des-cribe la presencia entre los ejeacutercitos saacutermatas de caballeriacutea de choque una eacutelite que considera conformada por los aristoacutecratas equipados con armadu-ras tan pesadas que en caso de ser derribados no podriacutean levantarse38 Si atendemos a fuentes iconograacuteficas tales como el vaso de Kossika (Rusia) o los frescos de la tumba descubierta en Panticapea (actual Kertch en Ucrania) datada no maacutes tarde del s II dC las imaacutegenes que estas nos transmiten son claramente la de jinetes bien protegidos y armados con un contus que empuntildean a dos manos es decir contarios a todos los efectos Pero iquestpodriacutean ser tambieacuten catafractos En ninguacuten momento nuestras fuentes escritas pro-nuncian este teacutermino al referirse a la caballeriacutea pesada saacutermata que nos des-criben

En cualquier caso hacia el s I dC los saacutermatas habiacutean desarrollado una caballeriacutea de choque maacutes o menos pesada eficiente y realmente peligro-sa para cualquier unidad de infanteriacutea o de caballeriacutea ligera Estos jinetes iriacutean equipados como miacutenimo con el ya caracteriacutestico contus sarmaticus asiacute como con una espada de hoja larga y estrecha (como la encontrada en la tumba 3 del kurgaacuten 80 en Novyiuml a orillas del riacuteo Don en Rusia) Tal y como describe Taacutecito el contario o κοντοφόρος podriacutea ir tambieacuten protegido con una coraza de escamas de cuero o de hierro el tipo de proteccioacuten maacutes corriente encontrado arqueoloacutegicamente asiacute como entre las fuentes icono-graacuteficas que representan a saacutermatas o su armamento (en el caso de la Colum-na Trajana en sus escenas 28 y 34 muestra una serie de jinetes totalmente cubiertos por armaduras de escamas ellos y sus monturas si bien eacutestas estaacuten representadas perfectamente adaptadas al cuerpo de jinetes y caballos de un modo bastante irreal En su podio no obstante la columna representa tam-bieacuten armaduras de escamas esta vez realistas) En el mismo vaso de Kossika el jinete que permanece montado sobre su caballo derribando contus en ma-no a un arquero viste una cota de escamas que se deja entrever bajo un

36 ESTRABOacuteN Geografiacutea VII 3 17 37 TAacuteCITO Annales VI 35 38 TAacuteCITO Historias I 79 2-4

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caftaacuten Otros tipos de proteccioacuten menos frecuentes fueron probablemente tambieacuten las cotas de placas o laacuteminas que se tornariacutean maacutes comunes en las estepas desde la Tardoantiguumledad y la Alta Edad Media Por otra parte hallazgos arqueoloacutegicos como los realizados en Vozdvizhenskaya Stanitsa han llevado a plantear diversas hipoacutetesis de reconstruccioacuten de posibles arma-duras compuestas saacutermatas es decir creadas con distintos tipos de pro-tecciones principalmente escamas y malla combinadas Un yelmo coacutenico compuesto y dotado de carrilleras completariacutea la proteccioacuten del jinete pu-dieacutendose observar varios tanto en las escenas como en el podio de la Colum-na Trajana Como ya hemos sentildealado anteriormente la particular naturaleza del estilo de combate del contario le impediriacutea portar un escudo o hacer un uso realmente uacutetil de eacutel Taacutecito especifica que los saacutermatas que penetraron en Mesia en 69 dC no haciacutean uso de escudos39 y tampoco los vemos represen-tados en ninguna de nuestras fuentes iconograacuteficas donde aparecen contarios saacutermatas40

La posible proteccioacuten portada por los caballos de estos jinetes por otra parte ha sido y es el principal punto de debate Mielczarek considera que la mayor parte de las monturas no se encontrariacutean protegidas de ninguna forma especial a excepcioacuten de aquellas que formariacutean parte de la vanguardia y liacutenea de choque de la formacioacuten y que en cualquier caso se tratariacutea de una proteccioacuten disentildeada principalmente para proteger al caballo ante un combate contra otros jinetes maacutes que contra formaciones de infanteriacutea (al contrario que los partos maacutes preocupados de batir a la infanteriacutea romana mientras que los saacutermatas se enfrentariacutean maacutes frecuentemente a otros pueblos de jinetes o entre siacute mismos seguacuten el autor)41 A E Negin por su parte no niega la po-sibilidad de que las monturas de los jinetes saacutermatas maacutes pesadamente equi-pados fueran protegidas pero en cualquier caso considera que dicha pro-teccioacuten variariacutea en extensioacuten enormemente de un jinete a otro y estariacutea prin-cipalmente restringida a los mandos42 I Lebedynsky especialista en cultu-ras esteparias de la Antiguumledad considera posible que parte de las monturas de la caballeriacutea saacutermata portaran alguacuten tipo de proteccioacuten para lo que argu-menta que las representaciones de jinetes y monturas acorazados de la Co-lumna Trajana aunque ejecutadas en un modo bastante fantasioso no deja de ser sino la traduccioacuten artiacutestica de una realidad militar Igualmente cita la estela funeraria de Athenios en Panticapea donde aparece un jinete empu-

39 TAacuteCITO Historias I 79 4 40 EADIE 1967 p 165 MIELCZAREK 1993 pp 99-100 NEGIN 1998 pp 67-74

LEBEDYNSKY 2002 pp 164-171 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002 pp 23-34 41 MIELCZAREK 1993 pp 101-102 42 NEGIN 1998 p 74

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ntildeando una lanza y montado sobre un caballo que parece mostrar sobre su lo-mo las trazas de una proteccioacuten de escamas o laacuteminas43 R Brzezinski junto a Mielczarek por su parte llegan a conclusiones similares44 Particularmente consideramos que probablemente el uso de protecciones amplias para los ca-ballos no fuera tan sistemaacutetico como podiacutea observarse entre los catafracta-rios partos sino maacutes restringidas en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete y su papel taacutectico concreto en el campo de batalla En este sentido la no utilizacioacuten del teacutermino catafractus katavfrakto por parte de las fuen-tes latinas o griegas en referencia a la caballeriacutea pesada de choque saacutermata podriacutea responder a esta circunstancia en comparacioacuten con la caballeriacutea pesa-da parta

CONTARII Y CATAFRACTII EN EL EJEacuteRCITO ROMANO EQUIPAMIENTO ORGANI-ZACIOacuteN TAacuteCTICAS Y ORIacuteGENES

A continuacioacuten abordaremos en detalle el equipamiento militar la or-

ganizacioacuten de las unidades y las taacutecticas empleadas por estas unidades espe-cializadas y peculiares atestiguadas por primera vez en el ejeacutercito romano en eacutepoca Flavia y sobre todo de Trajano y Adriano en base a las fuentes dis-ponibles Una vez definidos estos puntos trataremos de considerar cuaacutel fue la corriente de influencia y los motivos que llevaron a la creacioacuten de unida-des de caballeriacutea de esta naturaleza en mitad de una tradicioacuten militar estre-chamente vinculada a la infanteriacutea pesada

Respecto del equipamiento de los contarii y catafractii del ejeacutercito romano (asiacute como de los ejeacutercitos saacutermata y parto) sucede como con cual-quier otra unidad militar de reciente creacioacuten o naturaleza extrantildea en cual-quier periodo histoacuterico son sus elementos maacutes innovadores o peculiares los que llaman la atencioacuten del observador (sea eacuteste directo o indirecto) que-dando los elementos comunes o sobradamente conocidos en un segundo pla-no o simplemente obviados45 La organizacioacuten de estas unidades por otra

43 LEBEDYNSKY 2002 pp 171-172 44 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002 p 37 45 MIELCZAREK 2002 pp 90-93 este autor dispone como ejemplo comparativo la ima-

gen que los huacutesares alados polacos unidad militar de caballeriacutea pesada (por contra a su deno-minacioacuten de huacutesares) empleada por la Confederacioacuten polaco-lituana durante los ss XVI-XVIII causaba entre sus contemporaacuteneos extranjeros los cuales destacaban antes los ele-mentos ldquoexoacuteticosrdquo y llamativos de esta unidad (las alas a la espalda los pendones de las lar-gas lanzas o las pieles vestidas sobre las armaduras y uniformes por sus aristocraacuteticos miem-bros) que los elementos realmente cruciales como las lanzas de choque las poderosas pro-tecciones metaacutelicas y su empleo taacutectico en la batalla con devastadores resultados Otro tanto

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parte dada su denominacioacuten de alae responde claramente a los modelos altoimperiales de organizacioacuten de la caballeriacutea sin que pueda detectarse en principio ninguna particularidad extraordinaria causada por la naturaleza es-pecial (o simplemente novedosa) de estas unidades Las taacutecticas son el punto decisivo en base a que suponen la puesta en praacutectica y uso del equipamiento y la organizacioacuten previa de la unidad y lo que determinaraacute en mayor medida el eacutexito de su empleo en la batalla objetivo fundamental de cualquier unidad militar por simple que eacutesta sea Finalmente nuestro intereacutes en determinar los oriacutegenes e influencias de este tipo de unidades del ejeacutercito romano deviene de una razoacuten sencilla el ejeacutercito romano estuvo en contacto durante qui-nientos antildeos con tradiciones militares que emplearon la caballeriacutea de forma masiva y especializada o que hicieron simplemente un uso maacutes o menos sis-temaacutetico de la caballeriacutea pesada de choque o catafracta sin que ello motivara la creacioacuten de unidades semejantes dentro de las armas romanas iquestPor queacute razoacuten entonces eacutestas surgen repentinamente hacia finales del s I dC y muy especialmente bajo los reinados de Trajano y Adriano sin abandonar ya la tradicioacuten militar romana hasta convertirse en una de las espinas dorsales de los ejeacutercitos del Bajo Imperio y sobre todo del posterior Imperio Bizantino

El lector habraacute notado que en el tiacutetulo de este apartado no hemos he-cho mencioacuten los clibanarii Dada la inexistencia de este teacutermino en las fuen-tes que tratan esta clase de unidades en el periodo que abordamos (hasta el punto que no hace su aparicioacuten hasta el s IV dC)46 consideramos innece-saria cualquier disquisicioacuten ulterior en base a una especialidad militar que no habiacutea emergido como tal para el periodo que estudiamos No obstante no debemos olvidar que en base a las hipoacutetesis barajadas y a la propuesta que aquiacute hemos presentado apoyaacutendonos en ellas las diferencias entre catafractii y clibanarii devienen maacutes de un empleo taacutectico antes que de diferencias sen-sibles en equipamiento u organizacioacuten en este sentido por tanto el papel taacutectico del clibanarius podriacutea haber sido desempentildeado por el catafractus en el periodo que nos ocupa

Las alae I Canninefatum y I Vlpia Contariorum milliaria El elemento maacutes caracteriacutestico de un contarius es el arma que le da

nombre el contus sarmaticus Nuestras fuentes no nos aportan mayores de-talles acerca del equipamiento militar de esta clase de unidades La estela de parece suceder con las fuentes claacutesicas que abordan a contarios catafractos y clibanarios de cualquier ldquonacionalidadrdquo soacutelo se resentildean los elementos llamativos o extrantildeos de su equipo

46 MIELCZAREK 1993 p 76

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Aduitor jinete del ala I Canninefatum ya mencionada maacutes arriba nos aporta la imagen de un jinete equipado tan soacutelo con un contus sin llevar maacutes pro-teccioacuten que sus ropas militares Sin embargo no es la primera vez que un militar romano se hace representar en su estela funeraria portando simple-mente sus armas maacutes caracteriacutesticas vistiendo tan soacutelo lo que podriacuteamos de-nominar como su ldquouniformerdquo Asiacute pues iquestno podriacutea estar actuando Aduitor en el mismo sentido

El contus sarmaticus es un arma de choque destinada a ser empuntildeada a dos manos por un jinete que emplearaacute la fuerza de sus brazos y de la em-bestida de su caballo conjuntamente para arremeter contra un objetivo pe-destre o ecuestre con la finalidad de abatirlo o derribarlo La superior longitud del contus por otra parte confiere al jinete una importante ventaja desde el momento en que a la carga posee la oportunidad de golpear prime-ro al enemigo con toda la brutal fuerza que un jinete a la carga puede desple-gar en ese preciso instante Sin embargo una vez ha sucedido el choque y se acortan las distancias entre el contarius y sus enemigos el jinete se encuen-tra en una situacioacuten de creciente vulnerabilidad si no recibe apoyo de liacuteneas sucesivas de otros jinetes o queda maacutes o menos aislado puede ser flanquea-do y faacutecilmente atacado por la infanteriacutea u otros jinetes47 La principal fuerza de una unidad de contarios radica por tanto en su capacidad para actuar en grupo y en perfecta coordinacioacuten asiacute como en saber explotar la ventaja fiacutesica y psicoloacutegica del primer impacto para barrer y desfondar a la formacioacuten ene-miga del tipo que sea Sin embargo esto no siempre puede suceder (ni se dan las condiciones apropiadas para conseguirlo en el campo de batalla) Ante semejante eventualidad inherente a una unidad de contarii sus componentes debiacutean de estar seguramente preparados La proteccioacuten corporal y un o unas armas secundarias formaban probablemente parte del equipo de Aduitor y de otros jinetes como eacutel

En cuanto al equipamiento ofensivo el arma maacutes comuacuten al lado de una lanza de acometida es una espada especialmente una de hoja larga la maacutes adecuada para su uso desde la silla de montar Este tipo de armas estaacute arqueoloacutegicamente atestiguada entre otros especialistas en el uso del contus los saacutermatas En la panoplia romana del s II dC las espadas largas no eran desconocidas en absoluto la caballeriacutea empleaba masivamente la spatha una espada de hoja recta que podiacutea oscilar entre los 65 y los 90 cm de lon-gitud y entre los 4 y 8 cm de anchura que en el s II dC era portada ya so-bre el costado izquierdo48 Otro tipo de espadas empleadas por la caballeriacutea romana en eacutepoca Antonina y Severa fueron las espadas de pomo en forma de

47 GOLDSWORTHY 1998 p 241 48 DIXON SOUTHERN 1997 pp 48-49 FIELDS 2006 p 16

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anillo cuyo origen se encuentra entre las espadas del mismo tipo saacutermatas y del Reino del Boacutesforo49 Una daga el pugio romano aunque pueda parecer un arma mucho maacutes uacutetil para un soldado de infanteriacutea que para un jinete es especialmente adecuada para los combates maacutes encarnizadamente cercanos tales como los brutales forcejeos hombre a hombre que tras un encontronazo de caballeriacutea podiacutean darse Igualmente un jinete descabalgado encontrariacutea mucho maacutes adecuado un pugio a la hora de enfrentarse a la infanteriacutea ene-miga que su larga espada maacutes conveniente para el combate desde la silla de montar50 Si tenemos en cuenta que en determinadas circunstancias un conta-rius era particularmente vulnerable a los ataques (y a ser consecuentemente derribado) un pugio seriacutea un buen complemento a su panoplia

Respecto al equipo defensivo debemos descartar desde un principio (auacuten a riesgo de resultar redundantes) el uso de escudos dada la imposibi-lidad de emplearlos adecuadamente empuntildeando al mismo tiempo un contus cuyo uso ademaacutes se veriacutea gravemente estorbado En este sentido la pro-teccioacuten corporal se convertiriacutea en un imperativo maacutexime teniendo en cuenta las debilidades inherentes a un contarius en combate ya mencionadas Di-versos tipos de casco o galea estaban a la disposicioacuten del jinete romano Los cascos de caballeriacutea evolucionaron de un modo diferente a los de la infan-teriacutea desde eacutepoca de Augusto al fin y al cabo las necesidades de proteccioacuten y movilidad de un jinete y un infante eran distintas Hacia finales del s I dC los modelos preexistentes como el casco tipo Weiler empezaron a ser refor-zados en su parte frontal (un lugar propenso a recibir contundentes sablazos durante el choque entre dos formaciones de caballeriacutea) desembocando en nuevos modelos durante el s II dC tales como el Russell Robinson tipo B uno de cuyos principales ejemplos fue encontrado en Ely Cambridgeshire Entre sus principales caracteriacutesticas estaacute la ampliacioacuten de las carrilleras que envuelven buena parte de la cara asiacute como los oiacutedos dejando soacutelo al descu-bierto nariz ojos y boca Su refuerzo frontal es pronunciado y el cubrenuca se ampliacutea ligeramente Sin embargo los cubrenucas de los cascos de ca-balleriacutea nunca alcanzaraacuten extensiones superiores en caso de ser derribado un jinete con un casco de cubrenuca muy extenso (como en los cascos de in-fanteriacutea del s II dC) podiacutea partirse el cuello faacutecilmente En este sentido avanzado el s II dC los cubrenucas se atrofian de nuevo mientras que las carrilleras se ampliacutean auacuten maacutes asiacute como los refuerzos del yelmo En este sentido los mejores ejemplos son el casco de Kalkar-Houmlnnepel (s II dC) y especialmente el tipo Friedberg el Heddernheim y el Russell Robinson tipo

49 BISHOP COULSTON1993 pp111-112 LEBEDYNSKY 2002 pp 101-103 p 167 y p 240 DIXON STEPHENSON 2003 pp 75-78

50 DIXON STEPHENSON 2003 pp 90-92

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E datados ya a comienzos del s III dC Estos cascos se caracterizan por en-volver casi completamente la cara salvo una breve ldquotrdquo que deja al descu-bierto ojos nariz y parte de la boca Las carrilleras cubren toda la cara y los oiacutedos asiacute como buena parte del cuello en unioacuten al cubrenuca Una extensa visera se extiende desde el frontal reforzado del casco sirviendo para desviar auacuten mejor los golpes frontales El yelmo presenta refuerzos transversales que se cruzan en su parte superior y se extienden hasta los liacutemites del cubrenuca En su conjunto estos disentildeos de cascos proporcionan una buena proteccioacuten contra golpes realizados desde cualquier direccioacuten especialmente frontales laterales y sobre la parte superior de la cabeza dejando vulnerable soacutelo la parte estrictamente necesaria del rostro51 No trataremos aquiacute todaviacutea los cas-cos destinados en principio a la Hippikaacute Gymnasia pues su particular natu-raleza y en especial la utilidad protectora del rostro de sus maacutescaras seraacute ob-jeto de debate en torno al equipamiento de los catafractii

La proteccioacuten corporal resultariacutea igualmente esencial para un conta-rius sobre todo porque en posicioacuten de carga y sin escudo resultariacutea muy vul-nerable a cualquier contraataque que pudiera atravesar la formacioacuten de ca-balleriacutea erizada de lanzas En general las protecciones no deberiacutean resultar muy diferentes a las de cualquier otro equite medianamente pesado de la ca-balleriacutea romana La proteccioacuten maacutes sencilla y frecuente seriacutea la lorica hama-ta o cota de mallas de mangas cortas hombros reforzados con una doble ca-pa de mallas y faldelliacuten extenso hasta medio muslo A finales del s II dC la caballeriacutea empezariacutea a llevar loricae hamatae de mayor longitud llegando a rebasar codos y rodillas En cuanto a las loricae squamatae durante los ss I-II dC soliacutean ser de unas dimensiones semejantes a las hamatae de man-gas y faldelliacuten cortos (cuando no sin mangas) con dos placas pectorales de metal como complemento y una franja de pteryges sobre los muslos Con la entrada del s III dC la lorica squamata cambia y tiende a hacerse maacutes lar-ga En el s II dC se incorpora una innovacioacuten las escamas semi-riacutegidas maacutes amplias y cosidas unas junto a otras sobre una pieza de cuero de tal for-ma que conformaban una proteccioacuten riacutegida y maacutes soacutelida como el ejemplo de Waffenmagazin en Carnunto datado probablemente de eacutepoca pre-Antonina o Antonina temprana Las armaduras de laacuteminas elaboradas a partir de esca-mas de metal rectangulares y alargadas son raras en el mundo romano du-rante esta fase aunque existe alguacuten ejemplo aislado como el hallazgo de un fragmento datado en el s III dC en Čatalka52 Otros elementos podiacutean com-

51 BISHOP COULSTON 1993 pp 93-96 y 117-119 FREUGEgraveRE 1994 pp 104-121 DIXON

SOUTHERN 1997 pp 35-36 DIXON STEPHENSON 2003 pp 17-20 FIELDS 2006 pp 12-13 52 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-92 y 116-117 DIXON SOUTHERN 1997 pp 36-43

DIXON STEPHENSON 2003 pp 43-48 FIELDS 2006 pp 13-14

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pletar la proteccioacuten del contarius como la de cualquier otro equite especial-mente grebas de diverso tipo especialmente uacutetiles para proteger las vulnera-bles piernas del jinete53

Completariacutea el equipamiento de un contarius su montura asiacute como la silla y los arreos necesarios para controlarla y poder actuar en conjuncioacuten con ella En particular la silla compondriacutea un elemento clave del equipo de una caballeriacutea especializada en taacutecticas de choque ante la carencia de estri-bos sin una silla de montar adecuada un contarius podriacutea salir simplemente disparado por la grupa de su caballo a causa de la fuerza del impacto En este sentido las tentativas de reconstruccioacuten de las sillas de montar realizadas por Junkelmann y P Connolly han resultado de extremada utilidad para conocer hasta queacute punto la silla de montar romana conocida como ldquosilla de cuatro cuernosrdquo podiacutea suplir la carencia del estribo y permitir a un jinete realizar toda clase de maniobras a lomos de su caballo sin correr excesivo riesgo de caer desmontado Especialmente satisfactorios han sido en este sentido las experiencias realizadas por Connolly con su propuesta de silla de estructura riacutegida interna de madera respaldados sus resultados por otros autores como K Dixon o P Southern Aunque no es materia esencial de nuestro estudio el debate en torno a la particular naturaleza de las sillas de montar romanas sentildealaremos que estos autores (a cuya opinioacuten nos adscribimos) consideran que una silla de montar de entramado riacutegido interno responderiacutea mucho me-jor a las necesidades de un jinete carente de estribos que una sin dicho entra-mado Desde nuestro particular punto de vista consideramos que las necesi-dades de un jinete especializado en taacutecticas de choque acentuariacutean enorme-mente la necesidad de una silla con un buen entramado riacutegido capaz de absorber la fuerza del impacto y mantener al jinete soacutelidamente afincado so-bre el lomo de su montura sin riesgo de caer Igualmente la solidez del en-tramado y su capacidad para transferir el peso del jinete de la columna verte-bral del animal hacia sus flancos (con el consecuente beneficio para la salud del caballo) permitiriacutea transmitir la fuerza de la embestida de la montura ha-cia el propio jinete y su arma (en este caso el contus) concentrando la fuerza del impacto en el afilado extremo de eacutesta y maximizando de este modo la eficiencia de la carga54 Posiblemente las unidades de caballeriacutea maacutes pesadas (como los catafractii) emplearon sillas de montar cuyo entramado estariacutea maacutes desarrollado y hasta reforzado con elementos metaacutelicos55

53 DIXON STEPHENSON 2003 p 61 54 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 BISHOP COULSTON 1993 pp 105-108

MIELCZAREK 1993 pp 81-82 DIXON SOUTHERN 1997 pp 70-74 DIXON STEPHENSON 2003 pp 107-110 FIELDS 2006 pp 17-18

55 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 pp 44-45

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La posible proteccioacuten portada por la montura de un contarius proba-blemente no diferiacutea de la portada por las monturas de las unidades de ca-balleriacutea media del ejeacutercito romano especialmente si tenemos en cuenta que como tendremos oportunidad de analizar no estaacute ni tan siquiera claro que los caballos de los catafractii romanos portaran protecciones fuera de lo comuacuten respecto de otras unidades de caballeriacutea Por tanto el elemento de proteccioacuten maacutes pesado portado por el caballo de un contarius seriacutea un chamfron una proteccioacuten para la cabeza y ojos del animal que podiacutea ser tanto de cuero co-mo metaacutelica Se han encontrado diversos ejemplares de este tipo de protec-ciones los maacutes exuberantemente decorados considerados (en principio) como restringidos a su uso durante la Hippikaacute Gymnasia56 El principal papel de estas protecciones parece enfatizar la proteccioacuten de los ojos del caballo en tanto en cuanto se conocen ejemplos de chamfrons romanos que tan soacutelo protegen esta vulnerable parte de la cabeza del animal como los hallados en Mainz Alemania57

El armamento caracteriacutestico del contarius especialmente el contus se asemeja enormemente al equipamiento del jinete pesado saacutermata el cual en la mayor parte de los casos no era sino un jinete maacutes o menos bien protegido (en algunos casos pesadamente protegido) a lomos de un caballo que en la mayor parte de los casos no llevariacutea una proteccioacuten destacada La principal fuerza del jinete saacutermata radicariacutea en el uso del llamado contus sarmaticus Que los primeros testimonios de la existencia de contarii entre las filas de la caballeriacutea romana no date antes del 60 dC resulta igualmente significativo el encuentro del ejeacutercito romano con la caballeriacutea pesada de los saacutermatas roxolanos o yaacutecigos se produce precisamente en esas fechas No existen evi-dencias de un ldquoteacutermino mediordquo similar al contarius romano entre el arquero a caballo y el catafractoclibanario parto o sasaacutenida Los contrastes entre el jinete pesado saacutermata y el parto son evidentes no soacutelo en equipo militar sino en taacutecticas todo lo contrario sucede entre el jinete pesado saacutermata y el contarius romano en particular Resulta loacutegico por tanto pensar que el mo-delo en taacutecticas y equipamiento del contarius romano se encuentra entre los contarios de la caballeriacutea pesada saacutermata58

56 BISHOP COULSTON 1993 pp 105-108 DIXON SOUTHERN 1997 p 67 DIXON

STEPHENSON 2003 pp 111-112 FIELDS 2006 57 DIXON STEPHENSON 2003 p 112 58 EADIE 1967 pp 165-167 MIELCZAREK 1993 pp 99-102 NEGIN 1998 LEBEDYNSKY

2002 p 236

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El ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta A diferencia de lo que sucede con los contarii no disponemos de des-

cripciones pormenorizadas o representaciones graacuteficas expliacutecitas de cata-fractii del ejeacutercito romano59 Tan soacutelo el grafito de un catafracto hallado en Dura-Europos aporta alguacuten tipo de informacioacuten expliacutecita para reconstruir la posible imagen de lo que seriacutea un catafractus del ejeacutercito romano pese al hecho de que la ldquonacionalidadrdquo del catafracto representado en el grafito no estaacute nada clara

Como ya hemos sentildealado en apartados anteriores el propio nombre de catafractuscatafractii (asiacute como el posterior de clibanariusclibanarii) pone el acento en la defensa corporal metaacutelica de este tipo de soldados romanos o no romanos Sin embargo el equipamiento defensivo carece de sentido algu-no si no protege una funcioacuten ofensiva concreta En un contarius el eacutenfasis se situacutea en su capacidad ofensiva representada fundamentalmente por el contus sarmaticus como devastadora arma de choque en manos de una fuerza dise-ntildeada esencialmente para el ataque la caballeriacutea En un catafractus romano o parto y en sus homoacutelogos saacutermatas maacutes pesadamente equipados el elemen-to clave no es el poderoso equipo defensivo del jinete (y seguacuten queacute casos de su caballo) en solitario sino la conjuncioacuten de eacuteste con el poder devastador de su equipo ofensivo El catafractus representa asiacute la fuerza ofensiva del con-tarius puesta bajo una proteccioacuten concienzuda que la mantenga a salvo de la mayor parte de los contraataques

En este sentido el equipamiento ofensivo de un catafractus romano no se diferenciariacutea en nada sustancial del portado por un contarius Aparte de la fundamental y eficiente contus el catafractus no dejariacutea de portar un arma secundaria siendo de nuevo la maacutes eficiente la espada de hoja larga que en la tradicioacuten romana altoimperial se materializaba en la spatha en to-das sus variantes asiacute como en espadas de hoja larga de tradicioacuten saacutermata que ya presentamos anteriormente En cuanto a otras armas acaso el pugio pu-diera ser un complemento menos uacutetil para un jinete pesadamente protegido (y con una movilidad maacutes restringida en consecuencia) que para un conta-rius o un equite maacutes vulnerable pero con mayor libertad de movimientos Al fin y al cabo la funcioacuten de ataque baacutesica del catafractus no era sino la mis-ma que la del contarius aprovechar la ventaja de un arma de acometida como el contus para derribar a enemigos a pie o montados antes de poder re-cibir cualquier clase de contraataque cuerpo a cuerpo por parte de ellos Era precisamente su capacidad para mantenerse a salvo de buena parte de los

59 MIELCZAREK 1993 p 79

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contraataques (cercanos o de proyectil) lanzados contra ellos lo que conver-tiacutea a los catafractii en un arma auacuten maacutes devastadora y pesada que los conta-rii la fuerza devastadora de su ataque teniacutea muchas menos posibilidades de verse desbaratada durante la accioacuten si todo iba razonablemente bien60

Y es este elemento clave del catafractus romano la proteccioacuten corpo-ral uno de los puntos que mayores debates ha generado empezando por el yelmo propiamente dicho Un catafractus romano del s II y comienzos del s III dC empleariacutea una gama de cascos ligeramente distinta a los de un con-tarius por dos razones la primera de todas cronoloacutegica en base al hecho de que su aparicioacuten (en base a todas nuestras fuentes) no parece tener lugar has-ta la primera deacutecada del s II dC por lo que los disentildeos de cascos maacutes tiacutepi-cos del s I dC (como el tipo Weiler) no llegariacutean a ser usados por los cata-fractii romanos la segunda es puramente funcional en tanto en cuanto se es-perariacutea de un catafractus que fuera lo maacutes protegido posible Soacutelo los dise-ntildeos maacutes soacutelidos de yelmos romanos y de proteccioacuten maacutes completa entrariacutean a formar parte del equipo corriente de esta caballeriacutea pesada En este sentido resulta particularmente representativo el casco tipo Heddernheim o Russell Robinson tipo E el tipo Friedberg asiacute como los cronoloacutegicamente anteriores Kalkar-Houmlnnepel y Bodengraven Todos ellos ofreciacutean una excelente protec-cioacuten a todo el craacuteneo y el cuello Sin embargo todos ellos no podiacutean evitar dejar al descubierto ojos nariz y buena parte de la boca Teniendo en cuenta que el resto del cuerpo del jinete estariacutea tambieacuten razonablemente bien prote-gido la mejor forma de neutralizar a un catafractus en estas circunstancias era atacarle al rostro directamente Sean cuales sean las circunstancias (y lo que Hollywood nos haya intentado hacer creer) el instinto baacutesico de preser-vacioacuten de un ser humano le hace cerrar los ojos encoger o apartar brusca-mente la cabeza y (de ser necesario) protegerse con las manos y los brazos si intuye o siente una agresioacuten dirigida a la cara Se trata de un acto reflejo baacute-sico e instintivo que no se puede evitar La peacuterdida temporal del control so-bre la realidad visual y sobre las acciones del combate que esto produciriacutea podriacutea provocar (al menos durante ese corto espacio de tiempo) que el ldquoin-vulnerablerdquo catafractus dejara de ser una amenaza fallara el objetivo de su ataque dejara de prestar atencioacuten (en pos de su propia proteccioacuten) yo se convirtiera en un objetivo vulnerable durante ese tiempo En resumidas cuentas la proteccioacuten para la cara resultariacutea una pieza muy uacutetil para un sol-dado cuya fuerza residiera en una pesada proteccioacuten y una gran contundencia de ataque En este sentido se sabe que los catafractos y clibanarios partos y

60 MIELCZAREK 1993 p 81 BISHOP COULSTON 1993 pp 109-111 DIXON SOUTHERN 1997 p 76 GOLDSWORTHY 1998 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-321

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sasaacutenidas emplearon maacutescaras o ventails combinadas con sus cascos para completar su proteccioacuten dejando tan soacutelo los resquicios necesarios para res-pirar y ver (literalmente dos orificios del tamantildeos de los ojos asiacute como una apertura y perforaciones para permitir la ventilacioacuten a la altura de la boca y la nariz) sin que ello pareciera representar un inconveniente a la percepcioacuten del entorno en combate61 En la panoplia romana altoimperial los cascos con maacutescaras metaacutelicas (y las maacutescaras en siacute mismas) no son precisamente des-conocidos son aquellos inicialmente atribuidos a un uso en paradas y ejer-cicios militares especialmente la Hippikaacute Gymnasia Entre los ejemplos maacutes destacables podemos sentildealar el tipo Newstead (s I dC) asiacute como las varian-tes maacutes elaboradas y decoradas del Heddernheim En principio este tipo de cascos dada su profusa decoracioacuten y las supuestas limitaciones a la visibili-dad provocadas por la maacutescara estariacutean limitado en su uso a la Hippikaacute Gymnasia Sin embargo este tipo de cascos no era impedimento para un adecuado desenvolvimiento durante estos ejercicios que eran una muestra de destreza iquestPor queacute entonces habriacutean de resultar un estorbo en la batalla Las maacutescaras de la caballeriacutea parta no teniacutean una factura esencialmente diferente a las romanas (maacutes allaacute del plano puramente artiacutestico-estiliacutestico) y fueron usadas en combate con cierta asiduidad iquestPor queacute razoacuten los yelmos con maacutes-cara o maacutes probablemente las maacutescaras en siacute mismas combinadas con otros tipos de yelmos romanos de caballeriacutea conocidos no pudieron ser utilizados en combate tanto como en la Hippikaacute Gymnasia Hace casi dos deacutecadas Mielczarek ya lanzoacute una propuesta en semejante sentido al respecto de la ca-balleriacutea pesada romana poniendo en cuestioacuten su uso exclusivo en paradas y exhibiciones la cantidad de cascos con maacutescaras y maacutescaras aisladas vincu-ladas a la panoplia romana (y especialmente de la caballeriacutea) no parece res-ponder precisamente a un uso limitado a ocasiones especiales Diez antildeos maacutes tarde Dixon e I P Stephenson volvieron a retomar dichos plantea-mientos argumentando que determinados cascos empleados en la Plena y Baja Edad Media (como el sallet A82) limitaban la visibilidad tanto o maacutes que las maacutescaras inicialmente consideradas como limitadas a la Hippikaacute Gymnasia y sin embargo fueron empleados en combate62 En este sentido consideramos que posiblemente los maacutes ricamente decorados ejemplares no fueron objeto de uso en combate pero siacute que nos adscribimos a los plantea-mientos de los autores mencionados considerando no soacutelo probable sino ra-zonable que la maacutescara (y los cascos disentildeados especialmente para portarlas) formaran parte de la panoplia de los catafractii otorgaacutendoles la proteccioacuten necesaria para proteger el siempre vulnerable rostro

61 MIELCZAREK 1993 p 60 NEGIN 1998 pp 72-74 WILCOX 2001 p 10 62 MIELCZAREK 1993 p 81 DIXON STEPHENSON 2003 pp 20-24

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Un catafractus sin duda alguna portariacutea una buena proteccioacuten para el torso En este sentido hariacutea uso de las mismas protecciones antes menciona-das para los contarii como loricae hamatae y squamatae asiacute como las inno-vaciones propias de eacutepoca Antonina y Severa como las escamas semi-riacutegi-das y las poco comunes armaduras de laacuteminas como el aislado ejemplo del s III dC hallado en Čatalka63 Sin embargo si atendemos ahora al grafito de Dura-Europos el jinete representado no parece llevar un uacutenico tipo de pro-teccioacuten sobre su torso Las armaduras compuestas por varios tipos de loricae como hemos visto eran probablemente utilizadas ya por los saacutermatas Este tipo de proteccioacuten era tambieacuten conocida en el ejeacutercito romano si bien los ejemplos de la misma son limitados y no parece que su uso estuviera muy extendido (al igual que no parece que en el s II y a comienzos del s III dC los catafractii fueran un arma de extendido uso en Roma) Se denominaba lorica plumata teacutermino que al parecer designaba principalmente a armadu-ras compuestas por lorica squamata y hamata combinadas Esta combina-cioacuten parece ser la utilizada tambieacuten por los saacutermatas aunque su distribucioacuten sobre el cuerpo no se ha podido reconstruir convincentemente64 Al igual que el contarius el catafractus no portariacutea escudo tanto por serle imposible su debido aprovechamiento al empuntildear un contus como por el estorbo que su-pondriacutea al uso de esta uacuteltima La carencia de escudo quedariacutea suplida por lo pesado de su proteccioacuten corporal En este sentido destaca la manica una proteccioacuten construida con laacuteminas de metal (bronce o hierro) semiciliacutendricas unidas unas a otras en progresioacuten descendente del hombro hacia la mano la cual podiacutea proteger a su vez con guanteletes de malla de escamas o incluso una extensioacuten de la manica misma adaptada a la forma de la mano65 Com-pletariacutean la proteccioacuten de un catafractus unas grebas para sus piernas (la parte de su cuerpo maacutes al alcance de la infanteriacutea enemiga) si bien podiacutean disponer de protecciones maacutes pesadas que podiacutean llegar a cubrir muslos y pies recordando en su estructura a la manica empleada para proteger los bra-zos66 En ocasiones podriacutea emplearse tambieacuten protecciones especiacuteficas para el cuello especialmente pensadas para cubrir cualquier posible fisura entre el yelmo y la proteccioacuten del torso De este tipo de piezas se han encontrado al-gunos ejemplos como el de una tumba de Čatalka en Bulgaria datada en el

63 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-92 y 116-117 DIXON SOUTHERN 1997 pp 36-43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 43-48 FIELDS 2006 pp 13-14

64 MIELCZAREK 1993 pp 79-80 NEGIN 1998 pp 68-74 DIXON STEPHENSON 2003 pp 49-50 FIELDS 2006 pp 10-11

65 BISHOP COULSTON 1993 pp 87-91 DIXON STEPHENSON 2003 pp 55-58 66 DIXON SOUTHERN 1997 p 43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 61-63

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s II dC y consistente en un anillo de metal dividido en dos mitades unidas por un cinturoacuten de cuero y originalmente tintado en rojo67

El equipamiento de las monturas de los catafractii romanos es otro as-pecto poleacutemico quizaacutes el que maacutes En primer lugar respecto de las sillas de montar eacutestas responderiacutean probablemente al modelo presentado por Con-nolly pero a un tipo particular cuyo entramado riacutegido interno y cuernos es-tariacutean maacutes desarrollados planteando una sujecioacuten mucho maacutes riacutegida y firme Este tipo de sillas poseiacutea ademaacutes una estructura reforzada con elementos metaacutelicos Seguacuten Connolly y C Van Dryel Murray este tipo de sillas res-ponderiacutea especialmente a un uso por parte de unidades de caballeriacutea pesada donde el peso de la armadura del jinete sumada a su modalidad de combate (choque con lanza pesada) hariacutea necesaria una sujecioacuten maacutes firme para evitar quedar descabalgado asiacute como un maacutes eficiente reparto del peso sobre el lomo y los costados del caballo Este tipo de sillas es visible tambieacuten sobre los caballos de los clibanarios sasaacutenidas que aparecen en el relieve de Firu-zabad68 En segundo lugar estaacute la cuestioacuten en torno a si las monturas de los catafractii romanos del s II y comienzos del III dC llevaban alguacuten tipo de proteccioacuten y cuaacuten completa era esta En este sentido se han lanzado diver-sas propuestas e hipoacutetesis por una parte aquellos que consideran que los ca-tafractii romanos probablemente no emplearon proteccioacuten para sus monturas al menos no en la forma casi sistemaacutetica y masiva que caracterizaba a la ca-balleriacutea pesada parta y que caracterizariacutea maacutes tarde a la sasaacutenida y a la pro-pia caballeriacutea pesada romana bajoimperial en este sentido los catafractii del ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta no seriacutean sino contarii pesada-mente protegidos pero cuyas monturas no portariacutean proteccioacuten alguna fuera de lo comuacuten hasta el momento en el ejeacutercito romano69 otros han propuesto un teacutermino medio sostenido en base a la influencia saacutermata en la creacioacuten y equipamiento de la caballeriacutea pesada romana Es eacuteste el caso de Mielczarek Negin y Lebedynsky entre otros quienes consideran que los catafractii ro-manos no emplearon la protecciones pesadas y o maacutes o menos completas pa-ra sus monturas en el sentido sistemaacutetico que se puede observar en la tradi-cioacuten militar parta o persa sino que emplearon protecciones maacutes limitadas y sobre todo aplicadas a secciones concretas de estas unidades por ejemplo entre aquellos soldados destinados a formar la vanguardia de choque de la formacioacuten o simplemente entre los oficiales70 entre la mayor parte de los autores consagrados al estudio del armamento romano y en particular de la

67 DIXON STEPHENSON 2003 p 59 68 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 p 45 MIELCZAREK 1993 pp 81-82 69 EADIE 1967 pp 166-168 70 MIELCZAREK 1993 pp 74-81 NEGIN 1998 p 74 LEBEDYNSKY 2002 p 237-238

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caballeriacutea existe un acuerdo taacutecito en reconocer el uso por parte de la ca-balleriacutea pesada romana de protecciones metaacutelicas Sin embargo en general o no llegan a un acuerdo en torno a su empleo por parte de las primeras uni-dades de catafractii o se limitan a constatar que los restos arqueoloacutegicos de protecciones equinas pesadas (particularmente las halladas en Dura-Europos) datan en principio del s III dC sin entrar en mayores debates71 finalmente estaacuten aquellos autores que dan simplemente por sentada la asociacioacuten entre el teacutermino catafractii y una proteccioacuten maacutes o menos completa y extendida a la inmensa mayoriacutea (al menos) de las monturas de estas unidades en cual-quier momento desde su creacioacuten72 pero especialmente a partir del s III dC73

En general todas estas corrientes tienden a coincidir en sentildealar que las armaduras pesadas para caballos en el ejeacutercito romano no empezaron a utili-zarse de forma extendida para la caballeriacutea pesada hasta el s III dC De nue-vo el debate se centra en torno a su uso durante el s II dC justo en el mo-mento de la creacioacuten de las primeras unidades de catafractii y particular-mente a causa de la falta de pruebas concluyentes Si se hizo uso de dichas protecciones ya en el s III dC iquestpor queacute razoacuten negar su uso en una fase an-terior aunque eacuteste no fuera un uso generalizado Particularmente preferimos adscribirnos a la tendencia representada por Mielczarek Negin y Lebedyns-ky entre otros autores considerando que los miembros de la uacutenica unidad de caballeriacutea pesada acorazada romana conocida para el s II dC el ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta (y por tanto otras unidades del mismo tipo auacuten por conocer) emplearon protecciones metaacutelicas maacutes o menos pesa-das para sus monturas de un modo ocasional limitado a secciones especiales de la unidad o a la oficialidad siguiendo la corriente de influencia saacutermata Estas protecciones se generalizariacutean a lo largo del s III dC probablemente bajo una mayor influencia de la tradicioacuten militar parta y ante todo sasaacutenida hasta constituir las unidades pesadas del Bajo Imperio que seriacutean el germen de la posterior caballeriacutea pesada bizantina

Este tipo de protecciones incluiriacutea no soacutelo ya los chamfrons metaacutelicos sobradamente conocidos por la caballeriacutea romana de la eacutepoca (y empleados probablemente por los contarii) sino bardas compuestas por malla escamas de cuero o metaacutelicas o laacuteminas que como los ejemplares de Dura-Europos (ya descritos anteriormente) cubririacutean los flancos del caballo y buena parte

71 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-70 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

72 GOLDSWORTHY 1998 pp 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 y 20-21 73 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-322

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de la pechera del mismo74 Este tipo de protecciones probablemente incluiriacutea tambieacuten piezas especiacuteficas para proteger el frontal y la cerviz del animal has-ta la cabeza a semejanza quizaacutes de las empleadas por partos y sasaacutenidas en Oriente Estas piezas particularmente para la cerviz del caballo se han en-contrado tambieacuten en Dura-Europos elaboradas en malla y lazadas mediante correas de cuero75 De este modo si se quisiera proporcionar proteccioacuten tan soacutelo a los caballos de una parte de la unidad lo maacutes loacutegico seriacutea hacerlo con las monturas que marchariacutean en la vanguardia de la formacioacuten de choque y que deberiacutean absorber la fase maacutes violenta del impacto En este sentido las piezas de proteccioacuten maacutes uacutetiles no seriacutean las bardas laterales sino las pro-tecciones para pechera cerviz y cabeza las partes del cuerpo del caballo que quedariacutean expuestas al enemigo durante una carga en formacioacuten cerrada Al prescindir asiacute de las protecciones de los flancos no solo se seguiriacutea apor-tando una proteccioacuten uacutetil a las monturas maacutes expuestas de la unidad durante una accioacuten de combate sino que se estariacutea aligerando el peso que habriacutean de soportar durante la accioacuten reduciendo asiacute el riesgo de agotamiento de las mismas

Si la influencia saacutermata en el origen del contarius romano es maacutes o menos segura la cuestioacuten resulta menos clara para los catafractii Formal-mente un catafractus romano no se diferenciaba del contario saacutermata maacutes pesadamente armado maacutes que en la factura de determinadas partes de su equipamiento muchas de las cuales eran de tradicioacuten puramente romana y unas pocas (como las protecciones maacutes pesadas para las piernas) devendriacutean de tradiciones orientales Sin embargo el hecho de que en ninguacuten momento las fuentes literarias disponibles denominen a la caballeriacutea pesada saacutermata como catafractii y que las protecciones pesadas para caballos entre la mis-ma parezcan ser objeto de un uso tan heterogeacuteneo como vinculado al status y posibilidades econoacutemicas del jinete parece ser el principal punto (al menos inicialmente) de distanciamiento entre los lanceros acorazados saacutermatas y los catafractii romanos Ahora bien suponiendo que la creacioacuten de las unidades de catafractos romanos estuviera respondiendo a la caballeriacutea pesada parta iquestpor queacute esperoacute al s II dC Durante casi tres siglos de encuentros en los campos de batalla de Oriente el ejeacutercito romano no parecioacute tener necesidad alguna de emular a los catafractos y clibanarios partos Finalmente es en el contexto de las guerras daacutecicas y paacuterticas de Trajano y en el reinado de Adriano cuando los catafractii hacen su aparicioacuten en el ejeacutercito romano al-gunas deacutecadas maacutes tarde que los contarii y despueacutes de casi un siglo de con-

74 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-63 67 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

75 DIXON STEPHENSON 2003 p 114

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tacto con la caballeriacutea saacutermata De nuevo la coincidencia de variables parece hablar por siacute sola al igual que primero el contarius el catafractus parece ser una respuesta de la caballeriacutea romana a las refriegas habidas con los exce-lentes jinetes saacutermatas desde mediados del s I dC hipoacutetesis que secundan la mayor parte de los autores76 Cualquier posible influjo oriental en la com-posicioacuten de la primera caballeriacutea pesada romana respondioacute a la incorpora-cioacuten de elementos considerados de utilidad no encontrados en la tradicioacuten militar propiamente romana o saacutermata El incremento de este influjo mate-rializado quizaacutes en la intensificacioacuten y extensioacuten del uso de armaduras pe-sadas para caballos y en el importante desarrollo en general del arma de ca-balleriacutea pesada en Roma tendriacutea lugar ya entrado el s III dC quizaacutes no tanto de manos de los uacuteltimos coletazos del moribundo Imperio parto como del joven y eneacutergico Imperio persa sasaacutenida el cual llevariacutea el arma de ca-balleriacutea en el Oriente a nuevas cotas de desarrollo especializacioacuten en organi-zacioacuten equipamiento y taacutecticas77

Mencioacuten especial requiere la organizacioacuten del ala I Gallorum et Pan-noniorum catafracta No entraremos a resentildear aquiacute la naturaleza del ala como unidad militar del ejeacutercito romano ni la organizacioacuten y estructura de la caballeriacutea romana altoimperial sino un aspecto concreto del ala concreta objeto de nuestro estudio y que parece haber pasado desapercibido a la ma-yor parte de los autores Se trata del hecho de que dicha ala debioacute de ser compuesta en su origen por soldados de dos unidades distintas probable-mente tropas selectas Tal y como sentildeala su nombre el ala estaba compuesta por jinetes galos y panonios Mielczarek ha propuesto precisamente que ca-ra a la creacioacuten de esta unidad de catafractos probablemente se seleccionoacute a los mejores soldados de dos alas distintas posiblemente (seguacuten el parecer del propio Mielczarek) el ala I Pannoniorum y el ala I Gallorum Flaviana Aunque de momento no se trata sino de una hipoacutetesis parece razonable que cara a la primera unidad de caballeriacutea pesada romana (probablemente una unidad que tendriacutea en sus oriacutegenes un marcado caraacutecter ldquoexperimentalrdquo) se seleccionara a personal experimentado y de fiar lo que remarcariacutea el caraacutec-ter de eacutelite de este tipo de unidades

76 EADIE 1967 MIELCZAREK 1993 NEGIN 1998 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

LEBEDYNSKY 2002 77 EADIE 1967 pp 169-172 MICHALAK 1987 MIELCZAREK 1993 pp 63-67 NICOLLE

1996 WILCOX 2001 pp 24-35 FARROKH 2005

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Taacutecticas y limitaciones de la caballeriacutea pesada romana La caballeriacutea fue un arma especializada principalmente en una uacutenica

funcioacuten el ataque Un grupo de jinetes no puede establecer una posicioacuten de-fensiva y mantenerla de forma estaacutetica pues equivaldriacutea claramente a un suicidio en cualquier eacutepoca Cuando una unidad de caballeriacutea ha sido em-pleada con fines de defensa lo ha sido empleando fundamentalmente el ata-que es decir un contraataque

La principal ventaja de un jinete respecto del soldado de infanteriacutea ra-dica en tres puntos fundamentales la altura que le proporciona su montura la rapidez y potencia de la misma y el efecto psicoloacutegico que todo ello sus-cita en el infante El principal modo en que la caballeriacutea (y particularmente la caballeriacutea media y pesada) se enfrenta a la infanteriacutea (y a otras unidades como veremos) es la carga cuya finalidad es desfondar la formacioacuten ene-miga dispersaacutendola para coparla y destruirla o permitir a otras unidades aprovechar la brecha abierta Sin embargo contrariamente a lo que se suele pensar un caballo (o un grupo de caballos) no es capaz de embestir una for-macioacuten cerrada de infanteriacutea Un equino no es un toro ni se comporta como tal El caballo siempre se para antes de llegar a impactar contra un obstaacuteculo que considera no podraacute esquivar o saltar o donde no vea espacio alguno por donde penetrar En este sentido una formacioacuten de infanteriacutea pesada que fuera capaz de mantener su posicioacuten hasta el final teniacutea muchas posibilidades de rechazar una carga de caballeriacutea Existiacutean dos formas para evitar que esto sucediese de modo tal que la carga de caballeriacutea tuviese finalmente eacutexito hostigar a la formacioacuten de infanteriacutea de muacuteltiples modos (ataque con proyec-tiles ataques simulados apoyar a la caballeriacutea atacante con infanteriacutea o ar-tilleriacutea) o bien que un porcentaje suficiente de soldados enemigos no fuera capaz de soportar la tensioacuten psicoloacutegica de ver venir sobre ellos una carga de caballeriacutea y rompiera filas debilitando la formacioacuten desorganizaacutendola y abriendo brechas Como vemos el resultado de una carga de caballeriacutea de-pende maacutes del contexto y de la psicologiacutea que de la carga en siacute misma Sin embargo los nervios de acero necesarios para superar el instinto de autopro-teccioacuten (que nos llevariacutea a quitarnos inmediatamente de la trayectoria de los caballos y sus jinetes) no eran (ni son) un elemento comuacuten en los ejeacutercitos Pocas infanteriacuteas disponiacutean del adiestramiento y disciplina necesarios para mantener la posicioacuten y afrontar una auteacutentica estampida que a sus ojos cla-ramente amenazariacutea con arroyarla Entre tales excepciones se encontraba la

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infanteriacutea legionaria romana la cual soacutelo en determinadas circunstancias era realmente vulnerable a un ataque de caballeriacutea78

Las unidades de caballeriacutea pesada como catafractii y contarii eran un caso auacuten maacutes especial En primer lugar el contus permitiacutea al jinete arroyar a un infante enemigo virtualmente antes de que su montura se viera obligada a detener su marcha Por otra parte sus pesadas protecciones (y la de sus mon-turas al menos para una parte de los catafractii) les otorgaban una mayor se-guridad ante cualquier clase de contraataque enemigo (especialmente pro-yectiles) y una superior capacidad de asumir el riesgo del contacto con una formacioacuten enemiga demasiado firme Pero sobre todo les otorgaba una carga psicoloacutegica brutal la visioacuten de una ldquoparedrdquo blindada erizada de lanzas en auteacutentica formacioacuten de falange avanzando con premura directamente resulta-ba especialmente impactante a ojos de un soldado de infanteriacutea por muacuteltiples factores Ser arroyado por un caballo no es una perspectiva agradable ser arroyado por una marea de lanzas y caballos blindados es una perspectiva auacuten menos agradable Para incrementar la capacidad de penetracioacuten de este tipo de caballeriacutea se empleaban formaciones y ataques en profundidad fun-damentalmente columna y cuneuscuntildea En este sentido la formacioacuten podiacutea concentrar la fuerza de su carga en un frente estrecho que pudiera ser dirigi-do convenientemente contra el punto maacutes deacutebil de la formacioacuten a atacar in-cluso con la carga ya en curso Sin embargo la caballeriacutea pesada poseiacutea una desventaja potencial el enorme peso de su equipamiento reduciacutea la veloci-dad de su carga su maniobrabilidad y podiacutea agotar a sus caballos muy raacutepi-damente En este sentido podiacutean ser viacutectimas faacuteciles de unidades maacutes aacutegiles y raacutepidas o de un contraataque al teacutermino de una extenuante carga (exitosa o no) Por otra parte no estaban precisamente capacitados para realizar una re-tirada raacutepida con los caballos extenuados por el esfuerzo de cargar despla-zando sobre sus lomos a su jinete con su equipamiento y su propia pro-teccioacuten los catafractii podiacutean encontrarse en una situacioacuten realmente com-prometida si su ataque fracasaba y no se encontraban en posicioacuten de recibir apoyo inmediato de unidades aliadas capaces de protegerlos el tiempo nece-sario para maniobrar y salir del atolladero Otro peligro que desembocaba di-rectamente en el fracaso de la carga (y en las circunstancias antes descritas) era la posibilidad de que la formacioacuten perdiera su cohesioacuten durante la carga Para evitar esta circunstancia (y reducir la extenuacioacuten de los caballos) se procuraba no cargar a mayor velocidad que un trote ligero79

78 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

79 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 y 241 LEBEDYNSKY 2002 p 237 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

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A la hora de afrontar a otra caballeriacutea las circunstancias eran dife-rentes La caballeriacutea como especialista en ataque teniacutea tambieacuten la funcioacuten de neutralizar a la caballeriacutea del adversario negaacutendole asiacute la mayor parte de la iniciativa y ganando la oportunidad de flanquear sus formaciones y ata-carlas desde diversos puntos Un ejeacutercito cuya caballeriacutea abandonara el cam-po de batalla por otra parte aunque auacuten podiacutea imponerse mediante la fuerza de su infanteriacutea (si era capaz de rechazar el ataque de la caballeriacutea adversaria y de desalojar a su infanteriacutea) careceriacutea de cualquier posibilidad para explo-tar adecuadamente la victoria la caballeriacutea fue hasta la I Guerra Mundial la uacutenica arma capacitada para lanzar una persecucioacuten sobre una fuerza enemiga en retirada convirtiendo esta uacuteltima en una desbandada desorganizada y dis-poniendo asiacute de la oportunidad de transformar un ejeacutercito derrotado en un ejeacutercito destruido En este sentido la caballeriacutea no fue soacutelo una pieza taacutectica fundamental a la hora de la batalla sino una herramienta baacutesica de la estra-tegia a nivel global de cualquier conflicto a lo largo de unos tres milenios de historia militar

La infanteriacutea puede rechazar a la caballeriacutea pero nunca perseguirla (maniobra que equivaldriacutea a dar la ocasioacuten a los jinetes derrotados de dar media vuelta y lanzar un inesperado contraataque que convirtiera en desastre para la infanteriacutea lo que empezoacute siendo un eacutexito Las huidas fingidas como ya hemos sentildealado eran tambieacuten una interesante taacutectica a emplear por parte de la caballeriacutea para desorganizar una formacioacuten enemiga Sin embargo no era una taacutectica que entrara dentro del ldquomanual de instruccionesrdquo de la ca-balleriacutea maacutes pesada limitada como estaba en sus movimientos) Soacutelo la ca-balleriacutea podiacutea derrotar poner en fuga y destruir a otra caballeriacutea El modo de hacerlo sin embargo era materia delicada Una formacioacuten cerrada para ata-car a otra caballeriacutea resultaba inuacutetil y peligrosa era la mejor forma de que los propios caballos se rompieran los huesos al impactar a gran velocidad contra las monturas enemigas Normalmente y a lo largo de toda la existen-cia de la caballeriacutea de choque dos formaciones de caballeriacutea que cargan una contra otra a la espera de un combate mano a mano tienden a abrir sus liacuteneas para esquivar el choque frontal contra los caballos rivales Al producirse el choque el jinete tratariacutea de atacar con sus armas a su rival maacutes cercano a uno u otro lado intentando derribarle o herirle mortalmente En estas cir-cunstancias el contus sarmaticus vuelve a relucir por sus virtudes permitiacutea (al igual que la lanza de cometida medieval las lanzas de los huacutesares alados polacos o las lanzas de los ulanos austriacos o los cosacos rusos) golpear al jinete adversario antes de que eacuteste equipado con espada o con una lanza maacutes corta pudiese iniciar su propio ataque Una formacioacuten de contarii o de cata-fractii podiacutea asiacute arroyar faacutecilmente la vanguardia de la formacioacuten de caballe-

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riacutea enemiga neutralizando su ataque y desorganizando totalmente su forma-cioacuten Sin embargo cuando dos formaciones cargaban una contra la otra y llegaban a culminar completamente el choque el combate podiacutea derivar faacute-cilmente en una violenta y caoacutetica refriega En estas circunstancias las espa-das de hoja larga empleadas por la caballeriacutea romana y saacutermata eran particu-larmente esenciales asiacute como sus protecciones dado que un contus tendiacutea a partirse tras el primer o segundo impacto y a ser poco coacutemoda de utilizar cuando el combate se tornaba maacutes cercano En cualquier caso si una forma-cioacuten de catafractii no conseguiacutea imponerse durante el choque a la formacioacuten enemiga el agotamiento de sus monturas y su menor movilidad (sumada a la peacuterdida del orden en la formacioacuten inherente al inicio de la refriega) supon-driacutean una peligrosa situacioacuten en el caso de carecer de apoyo de otras unida-des (bien de caballeriacutea o de infanteriacutea) y de la que no podriacutean salir con mu-cha facilidad80

Tanto frente a otra caballeriacutea como frente a la infanteriacutea el respaldo de unidades de caballeriacutea maacutes ligeras y particularmente arqueros a caballo81 resultariacutea particularmente deseable antes del choque la caballeriacutea ligera po-driacutea hostigar con proyectiles a las formaciones enemigas creando brechas o desorganizaacutendolas y despueacutes del choque podriacutean apoyar a la caballeriacutea pe-sada durante la progresioacuten del combate cubrir su retirada o explotar su eacutexito continuando la persecucioacuten de un enemigo en fuga

Como vemos desde el punto de vista taacutectico y del empleo en el campo de batalla el eacutexito de la caballeriacutea pesada acorazada dependiacutea tanto o maacutes de las circunstancias el contexto y el apoyo que pudieran recibir que de sus propias virtudes Se trataba de unidades altamente especializadas que si que-daban desprotegidas o en situaciones comprometidas podiacutean ser faacutecilmente rechazadas desbandadas o destruidas No se trataba de fuerzas versaacutetiles y probablemente ello condicionoacute que su adopcioacuten y empleo generalizado por parte del ejeacutercito romano fuera tardiacuteo

CONCLUSIONES

El ejeacutercito romano se enfrentoacute durante casi dos siglos a la caballeriacutea

pesada desarrollada por las potencias orientales Tras reveses iniciales debi-dos maacutes a las circunstancias que a una auteacutentica incapacidad para afrontar el ataque de este tipo de caballeriacutea las legiones desarrollaron sus particulares contramedidas recorriendo las primeras deacutecadas de la historia del Alto Im-

80 DIXON SOUTHERN 1997 pp 141-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 235-244 MENEacuteNDEZ

ARGUumlIacuteN 2011 pp 322-324 81 DIXON SOUTHERN 1997 p 143

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perio imperturbables considerando del todo innecesario tomar como inno-vacioacuten un arma a la que eran capaces de batir los catafractos partos y arme-nios

Sin embargo hacia mediados del s I dC algo vino a trastocar este es-cenario en apariencia estable e inamovible de las estepas poacutenticas emergioacute no tanto una nueva arma como una nueva forma de combinar y emplear ar-mas y taacutecticas sobradamente conocidas Los haacutebiles jinetes saacutermatas dejaron atraacutes la claacutesica tradicioacuten militar esteparia basada en el uso del arquero a ca-ballo y la caballeriacutea ligera desarrollaron una nueva caballeriacutea pesada libre de la mayor parte de las debilidades de los pesados catafractos partos flexi-ble y dinaacutemica y capaz de luchar en conjuncioacuten perfecta con otras modali-dades de caballeriacutea como si de un uacutenico cuerpo se tratase A diferencia del catafractario parto el ldquocontariordquo saacutermata era un jinete armado maacutes o menos pesadamente seguacuten las circunstancias y sus propias posibilidades Al igual que su contrapartida parto o armenio el jinete pesado saacutermata aprovechaba al maacuteximo las virtudes de su arma definitoria el contus sarmaticus pero la combinaba con el uso de otras igualmente uacutetiles como la espada de hoja larga y el arco recurvado compuesto Su equipamiento defensivo careciacutea de la rigidez propia del catafracto parto tendiendo a ser sensiblemente maacutes li-gero sin perder las ventajas propias de una proteccioacuten completa y concien-zuda Este equipamiento defensivo ademaacutes podiacutea variar seguacuten las circuns-tancias y las necesidades taacutecticas de cada momento (y no solo exclusi-vamente en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete) Ello permitiacutea al jinete pesado saacutermata oscilar entre una caballeriacutea media pura y una caballeriacutea pesada de choque seguacuten las circunstancias Le convertiacutea en un arma flexible capaz de desempentildear diversos papeles en el campo de batalla y variarlos du-rante el combate mismo seguacuten sus necesidades En combinacioacuten con la habi-lidad natural de estos pueblos para la equitacioacuten y sus excelentes (y numero-sas) fuerzas de caballeriacutea ligera la caballeriacutea pesada saacutermata representaba una amenaza realmente seria y totalmente nueva

Desde la guerra civil del 68-69 dC hasta la paz firmada por Adriano con los saacutermatas roxolanos en 119 dC las legiones romanas y su caballeriacutea hubieron de hacer severos esfuerzos para imponerse a este nuevo enemigo en los campos de batalla actuase eacuteste en solitario o en conjuncioacuten con otros pueblos o Estados Las guerras daacutecicas de Domiciano (85-89 dC) y de Tra-jano (101-106 dC) fueron probablemente los puntos culminantes de esta coyuntura De los sangrientos encuentros habidos sobre las orillas del Danu-bio las colinas daacutecicas y las llanuras de la futura Hungriacutea el ejeacutercito romano extraeriacutea una dura leccioacuten que aprenderiacutea raacutepidamente y pondriacutea en creciente praacutectica con el paso de los antildeos cuando a comienzos del s III dC descen-

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diera el ocaso sobre las uacuteltimas luces legadas por la edad dorada de los Anto-ninos habiendo el Estado romano de afrontar las convulsiones de un mundo en paulatina transformacioacuten

A comienzos del s II dC a caballo entre los diacuteas de Trajano y Adria-no el ejeacutercito romano afrontoacute el laborioso proceso de aplicar buena parte de lo que habiacutea aprendido de manos de la caballeriacutea saacutermata El contus ya habiacutea sido adoptado conformando la primera caballeriacutea de choque especialista de la historia del Imperio A ella le seguiriacutean las protecciones pesadas para jine-tes asiacute como para caballos El ejeacutercito romano conociacutea de sobra los modelos orientales de caballeriacutea pesada y sin embargo en el primer siglo de existen-cia de este arma entre las filas romanas el modelo a seguir fue principal-mente saacutermata Los hechos hablan por siacute solos El ejeacutercito romano habiacutea en-contrado una innovacioacuten de intereacutes para su tradicioacuten militar y la incorporoacute raacutepidamente Las primeras unidades de caballeriacutea pesada acorazada romana llevaron nombres que aludiacutean a tradiciones orientales catafractii pero su ar-mamento y el fundamento de sus taacutecticas era una mezcla de aportaciones romanas y modelos saacutermatas Con la llegada del s III dC estas unidades se hariacutean cada vez maacutes necesarias y sobre la trayectoria marcada por los pio-neros de este arma se labrariacutea el desarrollo completo de la misma

La emersioacuten del Imperio persa sasaacutenida supuso la transformacioacuten re-novacioacuten y revitalizacioacuten del arma de caballeriacutea puramente oriental Los sa-saacutenidas llevaron a un nuevo paroxismo a la combinacioacuten de la caballeriacutea pe-sada y la caballeriacutea ligera de tradicioacuten oriental hasta el punto de que algunos tratadistas militares romanos como Amiano Marcelino llegaron a conside-rarlo como un arma praacutecticamente imbatible En palabras del propio Amiano [] catafractarii [] et sagitarii formidable genus armorum82 Probable-mente estas circunstancias forzaran (entre otros factores) no ya la expansioacuten del arma de caballeriacutea pesada (asiacute como del arquero a caballo) en el ejeacutercito romano de los siglos III y IV dC sino la asuncioacuten por parte de la misma de muacuteltiples elementos propios ya exclusivamente de la tradicioacuten militar irano-persa

La experiencia saacutermata quedoacute atraacutes sin embargo su importancia y la de los primeros prototipos de caballeriacutea pesada romana existentes en el Alto Imperio no debe menospreciarse Fueron la piedra fundadora los cimientos de una importante rama de la tradicioacuten militar romana posterior madre de la bizantina y de buena parte de las tradiciones militares de la posterior Europa medieval donde la caballeriacutea ostentariacutea durante siglos su particular supre-maciacutea En cierto modo puede decirse que la caballeriacutea saacutermata y las primeras

82 AMIANO MARCELINO 16 12 7

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unidades de caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano se encuentran entre las raiacute-ces de una tradicioacuten militar que llevoacute a la caballeriacutea a mantener la ilusioacuten de su reinado sobre los campos de batalla hasta el enloquecedor extremo de atravesar las trincheras y alambradas de la I Guerra Mundial y cargar sobre las divisiones panzer germanas en 1939

SELECCIOacuteN DE TEXTOS EPIGRAacuteFICOS RELATIVOS

83 Camerinum (Camerino) Regio VI Italia CIL XI 5632

M(arco) Maenio C(ai) f(ilio) Cor(nelia) Agrippae L(ucio) Tusidio Campestri hospiti divi Hadriani patri senatoris praef(ecto) coh(ortis) II Fl(aviae) Britton(um) equitat(ae) electo a divo Hadriano et misso in expeditionem Brittannicam trib(uno) coh(ortis) I Hispanor(um) equitat(ae) praef(ecto) alae I Gallor(um) et Pannonior(um) catafractatae proc(uratori) Aug(usti) praef(ecto) classis Brittannicae proc(uratori) provinciae Brittanniae equo publico patrono municipi(i) vicani Censorglacenses consecuti ab indulgentia Optimi Maximique Imp(eratoris) Antonini Aug(usti) Pii beneficio interpretationis eius privilegia quibus in p[e]rpetuum aucti confirmatique sunt l(ocus) d(atus) d(ecreto) d(ecurionum) g(ratis)

Ad Mediam (Mehadia) Dacia CIL XVI 110 = CIL III 886 = AE 1980 760

[Imp(erator) Caes(ar) divi Had]rian(i) f(ilius) divi Traiani [Parthici n(epos) divi Ne]rvae pron(epos) T(itus) Aelius [Hadrianus Ant]oninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) [max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII] imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae) [equit(ibus) et pedit(ibus)] qui mil(itaverunt) in alis III quae [appell(antur) Silia]n(a) et Gall(orum) et Pann(oniorum) [catafrac(taria) et F]ront(oniana) et coh(ortibus) XII I Ulp(ia) [Britton(um)] |(milliaria) et I Fl(avia) Ulp(ia) Hisp(anorum) |(milliaria) [et 3 I Ael(ia)] Gaesa(torum) |(milliaria) et I Aug(usta) Nerv() [|(milliaria) et I]I Britt(onum) |(milliaria) et I Hispan(orum) [--- e]t II Hisp(anorum) scutat(a) Cy[ren(aica) et ---]n() et VI Thrac(um) et sunt [in Dacia Poroliss]en(si) sub Macrinio [Vindice proc(uratore) qui]nq(ue) et vigint(i) stip[en(diis) emerit(is) dimis(sis) hon]est(a) miss(ione) quor(um) [nomin(a) subscripta s]unt civit(atem) Roman(am) [qui eor(um) non ha]b(erent) ded(it) et con(ubium) cum [uxor(ibus) quas tu]nc hab(uissent) cum est [civit(as) i(i)s dat(a) aut] cum i(i)s quas post(ea) [dux(issent) dumtax(at) si]ngulis [[Imp(erator) Caes(ar) divi Hadrian(i) f(ilius) divi Traiani Parthici n(epos) divi Nervae pron(epos) T(itus) Aelius Hadrianus Antoninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae)] [equit(ibus) et pedit(ibus) qui mil(itaverunt) in alis III ---] et vigint(i) stipend(iis) emerit(is) dimis(sis) honest(a) miss(ione) quor(um) nomin(a) subscript(a) sunt civit(atem) Roman(am) qui eor(um) non haber(ent) dedit et conub(ium) cum uxor(ibus) quas tunc habuis(sent) cum est civit(atem) i(is) dat(a) aut cum i(is) quas post(ea) dux(issent) dumtax(at) singulis a(nte) d(iem) V K(alendas) Oct(obres) Sex(to) Calpurnio Agricola Ti(berio) Claudio Iuliano co(n)s(ulibus) coh(ors) I Ulpia Britton(um) |(milliaria) cui

83 Tomados del Epigraphische Datenbank Clauss-Slaby httpwwwmanfredclauss de

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prae(e)st L(ucius) Nonius Bassus Picen(o) ex pedite Luonerco Molaci f(ilio) Britt(oni) descript(um) et recognit(um) ex tabul(a) aer(ea) quae fixa est Romae in mur(o) post templ(um) divi Aug(usti) ad Minervam

Tipasa (Tefessad) Mauretania Cesariense AE 1951 265 = AE 1955 133

D(is) M(anibus) Adiutoris eq(uitis) al(ae) pri(mae) Can(n)anafatium vi(xit) XXXXI m(ilitavit) an(nos) XXIII pro(curante) l(i)b(erto) ipsi(us) bene me(renti) Cabanus he(res) po(suit)

Savaria (Szombathely) Panonia Superior CIL III 4183

T(itus) Cnorius Sabinianus ex praef(ecto) alae Contariorum v(ir) e(gregius) et L(ucius) Val(erius) Verus dec(urio) c(oloniae) C(laudiae) Savar(iensium) sacerdotalis p(rovinciae) P(annoniae) s(uperioris) cryptam vi ignis exustam sumptibus suis refecerunt

Brigetio (Kornye) Panonia Superior CIL III 4278

D(is) M(anibus) Val(erio) Saturnino vet(erano) ex dup(licario) alae I Ulp(iae) Cont(ariorum) qui vixit an(nos) L et Val(erio) Sabino mil(iti) leg(ionis) I Ad(iutricis) stip(endiorum) III vixit an(nos) XXV filio Caes(ia) Digna marito et filio f(aciendum) c(uravit)

Apamea Siria AE 1987 955

Aur(elio) Basso quandam(sic) sig(nifero) al(ae) I Ulp(iae) (C)ontariorum stipendiorum VIII vixit annos XXVIIII XI Kal(endas) Maias Gallo et Volusiano consilibus() titulus positus a Marc(io) Cotum(sic) (d)ec(urione) al(ae) c(ivium) R(omanorum)

Apamea Siria AE 1993 1589

D(is) M(anibus) Iulius Valerianus eques alae I Ulp(iae) contariorum stip(endiorum) XXIII vixit annis XXXXVI Ulp(ius) Ingenu(us) dupl(icarius) alae eiusdem heres posuit b(ene) m(erenti)

Arrabona (Gyor) Panonia Superior CIL III 4379

D(is) M(anibus) Ulp(ius) Variu(s) Ore() vet(e)r(anus) ex stat(ore) al(a)e I Ulp(iae) Cont(ariorum) do(mo) Af(rica) vixs(it) ann(os) XLV et Ael(iae) Sabin(a)e fi(liae) vix(it) ann(os) X Ael(ia) Domitia con(iunx) et Ulp(ius) Sabinianus et Ulp(ius) [Cele]rinus et Sabi[nil]la fili(i) vivi cum [mat(re) pa]tri karis(simo) posuerunt

Sentpalpuszta Panonia Superior CIL III 11081 = AE 1899 3

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[D(is) M(anibus)] M(arcus) Aur(elius) [3]us vex(illarius) al(ae) p(rimae) C(ontariorum) Anto(ninianae) et Elv(iae) Bon(a)e c(oniugi) car(issimae) et f(iliae) Aur(eliae) Valerin(a)e et Ae(liae) Sabin(a)e et Elv(io) Verecundo an(norum) LXX Pulc(h)r(a)e() Suri an(norum) LX et Elv(io) Vitali an(norum) XVIII et Au(relio) Ma(n)suetiano an(norum) VII et Ae(lio) Florido M(arcus) Aur(elius) Valerianus sib(i) [et] su[i]s vivi f(ecit)

Roma CIL VI 1449 = AE 1967 16 = AE 196970 13

M(arco) Macrinio Avito M(arci) f(ilio) Claud(ia) Catonio Vindici co(n)s(uli) aug(uri) p(opuli) R(omani) Quiritium leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) prov(inciae) Moes(iae) inf(erioris) leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) Moes(iae) sup(erioris) cur(atori) civitat(is) Arimin(ensium) p[r]oc(uratori) prov(inciae) Dac(iae) Malv(ensis) praef(ecto) alae contar(iorum) praef(ecto) alae III Thrac(um) trib(uno) milit(um) leg(ionis) VI Victr(icis) praef(ecto) coh(ortis) VI Gall(orum) donat(o) donis mil(itaribus) in bello Germ(anico) ab Imp(eratore) M(arco) Aur(elio) Antonino Aug(usto) hast(is) pur(is) II et vexill(is) II cor(o)na mural(i) et vallar(i) Iunia Flaccinilla marito karissimo et Macrinia Rufina patri piissimo vixit annis XLII m(ensibus) V

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SELECCIOacuteN DE IMAacuteGENES

Fig 1 Relieve de la estela funeraria del eques Aduitor miembro del ala I Canninefatum (AE 1955

133) empuntildeando un contus sarmaticus por el lateral derecho de su montura DIXON SOUTHERN 1997 p 49

Fig 2

Grafito de Dura-Europos datado en torno a los ss II-III dC representando un catafracto parto romano o sasaacutenida JUNKELMANN 1992 p 197

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Fig 3 Las dos bardas de escamas metaacutelicas completas encontradas por Rostovzeff en las

excavaciones de Dura-Europos a lo largo de la campantildea de 1932-33 JUNKELMANN 1992 p 214

Fig 4 Relieves de Firuzabad (Iraacuten) representando a un clibanario persa sasaacutenida derribando a un

catafractarioclibanario parto s III dC Obseacutervese las bandas transversales que se ven en los brazos del jinete de la derecha que probablemente esteacuten representando un tipo de manica

WILCOX 2001 p 22

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Fig 5 Relieve de Firuzabad representando a unos catafractosclibanarios parto y sasaacutenida forcejeando

en combate cuerpo a cuerpo Ilustracioacuten de Wilcox 2001 p 23

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FIG 6 Catafractos partos del s I aC Obseacutervense las protecciones tipo manicae portadas por ambos

jinetes en los brazos El jinete de la derecha tambieacuten las lleva sobre las piernas A Mc Bride en WILCOX 2001

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Fig 7 Fragmentos de cotas de escamas y laacuteminas para armadura encontradas en enterramientos

saacutermatas de los ss I-III dC NEGIN 1998 p 70

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Fig 8 Estela de Athenios en Panticapea (Crimea Ucrania) donde se puede observar a un jinete (izqda) que parece montar un caballo protegido con una cota de escamas al igual que eacutel

NEGIN 1998 p 66

Fig 9 Reconstruccioacuten de un contario saacutermata (izqda) en accioacuten s II dC seguacuten G Embleton en

BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 10 Reconstruccioacuten el posible aspecto de un jinete pesado saacutermata y de la posible proteccioacuten de su

montura s II dC seguacuten G Embleton en BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 11 Reconstruccioacuten de un jinete pesado saacutermata equipado con una armadura compuesta ss I-II

dC seguacuten NEGIN 1998 p 73

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Fig 12 Casco romano tipo Russell Robinson tipo B basado en un ejemplar encontrado en Ely

(Cambridgeshire Reino Unido) ss I-II dC GOLDSWORTHY 1998 p 238

Fig 13

Casco romano tipo Rusell Robinson E basado en un hallazgo realizado en Hedderneim (Alemania) ss II-III GOLDSWORTHY 1998 p 238

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Fig 14

Reconstruccioacuten de un casco romano del tipo Niederbieber ss II-III dC seguacuten GILBERT 2010 p 136

Fig 15

Reconstruccioacuten de una variante del casco romano tipo Heddernheim con y sin maacutescara de proteccioacuten para el rostro ss II-III dC seguacuten ALEXANDRA GILBERT 2009 pp 24-26

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Fig 16 Fragmento de lorica squamata de escamas semi-riacutegidas s II dC

BISHOP COULSTON 1993 p 116

Fig 17 Silla de montar romana de cuatro cuernos seguacuten la reconstruccioacuten de P Connolly

DIXON SOUTHERN 1997 p 71

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Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

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Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

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Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

Recibido 17 mayo 2011 Aprobado 22 junio 2011

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la estepa seguacuten nos describe Estraboacuten se trataba fundamentalmente de fuerzas de arqueros a caballo y caballeriacutea ligera soacutelo espontaacuteneamente apo-yada por jinetes que podriacutea decirse conformaban alguacuten tipo de caballeriacutea ldquopesadardquo36 Sin embargo a mediados del s I dC la imagen que nos trans-mite Taacutecito en sus Annales e Historias resulta ya bien distinta en primer lu-gar relata un encuentro entre saacutermatas y partos donde los primeros rehuacutesan entablar un intercambio de proyectiles a caballo con los segundos optando por lanzarse a la carga contra los partos empuntildeando conti y espadas de hoja larga imponieacutendose de este modo a sus adversarios37 en segundo lugar des-cribe la presencia entre los ejeacutercitos saacutermatas de caballeriacutea de choque una eacutelite que considera conformada por los aristoacutecratas equipados con armadu-ras tan pesadas que en caso de ser derribados no podriacutean levantarse38 Si atendemos a fuentes iconograacuteficas tales como el vaso de Kossika (Rusia) o los frescos de la tumba descubierta en Panticapea (actual Kertch en Ucrania) datada no maacutes tarde del s II dC las imaacutegenes que estas nos transmiten son claramente la de jinetes bien protegidos y armados con un contus que empuntildean a dos manos es decir contarios a todos los efectos Pero iquestpodriacutean ser tambieacuten catafractos En ninguacuten momento nuestras fuentes escritas pro-nuncian este teacutermino al referirse a la caballeriacutea pesada saacutermata que nos des-criben

En cualquier caso hacia el s I dC los saacutermatas habiacutean desarrollado una caballeriacutea de choque maacutes o menos pesada eficiente y realmente peligro-sa para cualquier unidad de infanteriacutea o de caballeriacutea ligera Estos jinetes iriacutean equipados como miacutenimo con el ya caracteriacutestico contus sarmaticus asiacute como con una espada de hoja larga y estrecha (como la encontrada en la tumba 3 del kurgaacuten 80 en Novyiuml a orillas del riacuteo Don en Rusia) Tal y como describe Taacutecito el contario o κοντοφόρος podriacutea ir tambieacuten protegido con una coraza de escamas de cuero o de hierro el tipo de proteccioacuten maacutes corriente encontrado arqueoloacutegicamente asiacute como entre las fuentes icono-graacuteficas que representan a saacutermatas o su armamento (en el caso de la Colum-na Trajana en sus escenas 28 y 34 muestra una serie de jinetes totalmente cubiertos por armaduras de escamas ellos y sus monturas si bien eacutestas estaacuten representadas perfectamente adaptadas al cuerpo de jinetes y caballos de un modo bastante irreal En su podio no obstante la columna representa tam-bieacuten armaduras de escamas esta vez realistas) En el mismo vaso de Kossika el jinete que permanece montado sobre su caballo derribando contus en ma-no a un arquero viste una cota de escamas que se deja entrever bajo un

36 ESTRABOacuteN Geografiacutea VII 3 17 37 TAacuteCITO Annales VI 35 38 TAacuteCITO Historias I 79 2-4

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caftaacuten Otros tipos de proteccioacuten menos frecuentes fueron probablemente tambieacuten las cotas de placas o laacuteminas que se tornariacutean maacutes comunes en las estepas desde la Tardoantiguumledad y la Alta Edad Media Por otra parte hallazgos arqueoloacutegicos como los realizados en Vozdvizhenskaya Stanitsa han llevado a plantear diversas hipoacutetesis de reconstruccioacuten de posibles arma-duras compuestas saacutermatas es decir creadas con distintos tipos de pro-tecciones principalmente escamas y malla combinadas Un yelmo coacutenico compuesto y dotado de carrilleras completariacutea la proteccioacuten del jinete pu-dieacutendose observar varios tanto en las escenas como en el podio de la Colum-na Trajana Como ya hemos sentildealado anteriormente la particular naturaleza del estilo de combate del contario le impediriacutea portar un escudo o hacer un uso realmente uacutetil de eacutel Taacutecito especifica que los saacutermatas que penetraron en Mesia en 69 dC no haciacutean uso de escudos39 y tampoco los vemos represen-tados en ninguna de nuestras fuentes iconograacuteficas donde aparecen contarios saacutermatas40

La posible proteccioacuten portada por los caballos de estos jinetes por otra parte ha sido y es el principal punto de debate Mielczarek considera que la mayor parte de las monturas no se encontrariacutean protegidas de ninguna forma especial a excepcioacuten de aquellas que formariacutean parte de la vanguardia y liacutenea de choque de la formacioacuten y que en cualquier caso se tratariacutea de una proteccioacuten disentildeada principalmente para proteger al caballo ante un combate contra otros jinetes maacutes que contra formaciones de infanteriacutea (al contrario que los partos maacutes preocupados de batir a la infanteriacutea romana mientras que los saacutermatas se enfrentariacutean maacutes frecuentemente a otros pueblos de jinetes o entre siacute mismos seguacuten el autor)41 A E Negin por su parte no niega la po-sibilidad de que las monturas de los jinetes saacutermatas maacutes pesadamente equi-pados fueran protegidas pero en cualquier caso considera que dicha pro-teccioacuten variariacutea en extensioacuten enormemente de un jinete a otro y estariacutea prin-cipalmente restringida a los mandos42 I Lebedynsky especialista en cultu-ras esteparias de la Antiguumledad considera posible que parte de las monturas de la caballeriacutea saacutermata portaran alguacuten tipo de proteccioacuten para lo que argu-menta que las representaciones de jinetes y monturas acorazados de la Co-lumna Trajana aunque ejecutadas en un modo bastante fantasioso no deja de ser sino la traduccioacuten artiacutestica de una realidad militar Igualmente cita la estela funeraria de Athenios en Panticapea donde aparece un jinete empu-

39 TAacuteCITO Historias I 79 4 40 EADIE 1967 p 165 MIELCZAREK 1993 pp 99-100 NEGIN 1998 pp 67-74

LEBEDYNSKY 2002 pp 164-171 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002 pp 23-34 41 MIELCZAREK 1993 pp 101-102 42 NEGIN 1998 p 74

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ntildeando una lanza y montado sobre un caballo que parece mostrar sobre su lo-mo las trazas de una proteccioacuten de escamas o laacuteminas43 R Brzezinski junto a Mielczarek por su parte llegan a conclusiones similares44 Particularmente consideramos que probablemente el uso de protecciones amplias para los ca-ballos no fuera tan sistemaacutetico como podiacutea observarse entre los catafracta-rios partos sino maacutes restringidas en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete y su papel taacutectico concreto en el campo de batalla En este sentido la no utilizacioacuten del teacutermino catafractus katavfrakto por parte de las fuen-tes latinas o griegas en referencia a la caballeriacutea pesada de choque saacutermata podriacutea responder a esta circunstancia en comparacioacuten con la caballeriacutea pesa-da parta

CONTARII Y CATAFRACTII EN EL EJEacuteRCITO ROMANO EQUIPAMIENTO ORGANI-ZACIOacuteN TAacuteCTICAS Y ORIacuteGENES

A continuacioacuten abordaremos en detalle el equipamiento militar la or-

ganizacioacuten de las unidades y las taacutecticas empleadas por estas unidades espe-cializadas y peculiares atestiguadas por primera vez en el ejeacutercito romano en eacutepoca Flavia y sobre todo de Trajano y Adriano en base a las fuentes dis-ponibles Una vez definidos estos puntos trataremos de considerar cuaacutel fue la corriente de influencia y los motivos que llevaron a la creacioacuten de unida-des de caballeriacutea de esta naturaleza en mitad de una tradicioacuten militar estre-chamente vinculada a la infanteriacutea pesada

Respecto del equipamiento de los contarii y catafractii del ejeacutercito romano (asiacute como de los ejeacutercitos saacutermata y parto) sucede como con cual-quier otra unidad militar de reciente creacioacuten o naturaleza extrantildea en cual-quier periodo histoacuterico son sus elementos maacutes innovadores o peculiares los que llaman la atencioacuten del observador (sea eacuteste directo o indirecto) que-dando los elementos comunes o sobradamente conocidos en un segundo pla-no o simplemente obviados45 La organizacioacuten de estas unidades por otra

43 LEBEDYNSKY 2002 pp 171-172 44 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002 p 37 45 MIELCZAREK 2002 pp 90-93 este autor dispone como ejemplo comparativo la ima-

gen que los huacutesares alados polacos unidad militar de caballeriacutea pesada (por contra a su deno-minacioacuten de huacutesares) empleada por la Confederacioacuten polaco-lituana durante los ss XVI-XVIII causaba entre sus contemporaacuteneos extranjeros los cuales destacaban antes los ele-mentos ldquoexoacuteticosrdquo y llamativos de esta unidad (las alas a la espalda los pendones de las lar-gas lanzas o las pieles vestidas sobre las armaduras y uniformes por sus aristocraacuteticos miem-bros) que los elementos realmente cruciales como las lanzas de choque las poderosas pro-tecciones metaacutelicas y su empleo taacutectico en la batalla con devastadores resultados Otro tanto

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parte dada su denominacioacuten de alae responde claramente a los modelos altoimperiales de organizacioacuten de la caballeriacutea sin que pueda detectarse en principio ninguna particularidad extraordinaria causada por la naturaleza es-pecial (o simplemente novedosa) de estas unidades Las taacutecticas son el punto decisivo en base a que suponen la puesta en praacutectica y uso del equipamiento y la organizacioacuten previa de la unidad y lo que determinaraacute en mayor medida el eacutexito de su empleo en la batalla objetivo fundamental de cualquier unidad militar por simple que eacutesta sea Finalmente nuestro intereacutes en determinar los oriacutegenes e influencias de este tipo de unidades del ejeacutercito romano deviene de una razoacuten sencilla el ejeacutercito romano estuvo en contacto durante qui-nientos antildeos con tradiciones militares que emplearon la caballeriacutea de forma masiva y especializada o que hicieron simplemente un uso maacutes o menos sis-temaacutetico de la caballeriacutea pesada de choque o catafracta sin que ello motivara la creacioacuten de unidades semejantes dentro de las armas romanas iquestPor queacute razoacuten entonces eacutestas surgen repentinamente hacia finales del s I dC y muy especialmente bajo los reinados de Trajano y Adriano sin abandonar ya la tradicioacuten militar romana hasta convertirse en una de las espinas dorsales de los ejeacutercitos del Bajo Imperio y sobre todo del posterior Imperio Bizantino

El lector habraacute notado que en el tiacutetulo de este apartado no hemos he-cho mencioacuten los clibanarii Dada la inexistencia de este teacutermino en las fuen-tes que tratan esta clase de unidades en el periodo que abordamos (hasta el punto que no hace su aparicioacuten hasta el s IV dC)46 consideramos innece-saria cualquier disquisicioacuten ulterior en base a una especialidad militar que no habiacutea emergido como tal para el periodo que estudiamos No obstante no debemos olvidar que en base a las hipoacutetesis barajadas y a la propuesta que aquiacute hemos presentado apoyaacutendonos en ellas las diferencias entre catafractii y clibanarii devienen maacutes de un empleo taacutectico antes que de diferencias sen-sibles en equipamiento u organizacioacuten en este sentido por tanto el papel taacutectico del clibanarius podriacutea haber sido desempentildeado por el catafractus en el periodo que nos ocupa

Las alae I Canninefatum y I Vlpia Contariorum milliaria El elemento maacutes caracteriacutestico de un contarius es el arma que le da

nombre el contus sarmaticus Nuestras fuentes no nos aportan mayores de-talles acerca del equipamiento militar de esta clase de unidades La estela de parece suceder con las fuentes claacutesicas que abordan a contarios catafractos y clibanarios de cualquier ldquonacionalidadrdquo soacutelo se resentildean los elementos llamativos o extrantildeos de su equipo

46 MIELCZAREK 1993 p 76

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Aduitor jinete del ala I Canninefatum ya mencionada maacutes arriba nos aporta la imagen de un jinete equipado tan soacutelo con un contus sin llevar maacutes pro-teccioacuten que sus ropas militares Sin embargo no es la primera vez que un militar romano se hace representar en su estela funeraria portando simple-mente sus armas maacutes caracteriacutesticas vistiendo tan soacutelo lo que podriacuteamos de-nominar como su ldquouniformerdquo Asiacute pues iquestno podriacutea estar actuando Aduitor en el mismo sentido

El contus sarmaticus es un arma de choque destinada a ser empuntildeada a dos manos por un jinete que emplearaacute la fuerza de sus brazos y de la em-bestida de su caballo conjuntamente para arremeter contra un objetivo pe-destre o ecuestre con la finalidad de abatirlo o derribarlo La superior longitud del contus por otra parte confiere al jinete una importante ventaja desde el momento en que a la carga posee la oportunidad de golpear prime-ro al enemigo con toda la brutal fuerza que un jinete a la carga puede desple-gar en ese preciso instante Sin embargo una vez ha sucedido el choque y se acortan las distancias entre el contarius y sus enemigos el jinete se encuen-tra en una situacioacuten de creciente vulnerabilidad si no recibe apoyo de liacuteneas sucesivas de otros jinetes o queda maacutes o menos aislado puede ser flanquea-do y faacutecilmente atacado por la infanteriacutea u otros jinetes47 La principal fuerza de una unidad de contarios radica por tanto en su capacidad para actuar en grupo y en perfecta coordinacioacuten asiacute como en saber explotar la ventaja fiacutesica y psicoloacutegica del primer impacto para barrer y desfondar a la formacioacuten ene-miga del tipo que sea Sin embargo esto no siempre puede suceder (ni se dan las condiciones apropiadas para conseguirlo en el campo de batalla) Ante semejante eventualidad inherente a una unidad de contarii sus componentes debiacutean de estar seguramente preparados La proteccioacuten corporal y un o unas armas secundarias formaban probablemente parte del equipo de Aduitor y de otros jinetes como eacutel

En cuanto al equipamiento ofensivo el arma maacutes comuacuten al lado de una lanza de acometida es una espada especialmente una de hoja larga la maacutes adecuada para su uso desde la silla de montar Este tipo de armas estaacute arqueoloacutegicamente atestiguada entre otros especialistas en el uso del contus los saacutermatas En la panoplia romana del s II dC las espadas largas no eran desconocidas en absoluto la caballeriacutea empleaba masivamente la spatha una espada de hoja recta que podiacutea oscilar entre los 65 y los 90 cm de lon-gitud y entre los 4 y 8 cm de anchura que en el s II dC era portada ya so-bre el costado izquierdo48 Otro tipo de espadas empleadas por la caballeriacutea romana en eacutepoca Antonina y Severa fueron las espadas de pomo en forma de

47 GOLDSWORTHY 1998 p 241 48 DIXON SOUTHERN 1997 pp 48-49 FIELDS 2006 p 16

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anillo cuyo origen se encuentra entre las espadas del mismo tipo saacutermatas y del Reino del Boacutesforo49 Una daga el pugio romano aunque pueda parecer un arma mucho maacutes uacutetil para un soldado de infanteriacutea que para un jinete es especialmente adecuada para los combates maacutes encarnizadamente cercanos tales como los brutales forcejeos hombre a hombre que tras un encontronazo de caballeriacutea podiacutean darse Igualmente un jinete descabalgado encontrariacutea mucho maacutes adecuado un pugio a la hora de enfrentarse a la infanteriacutea ene-miga que su larga espada maacutes conveniente para el combate desde la silla de montar50 Si tenemos en cuenta que en determinadas circunstancias un conta-rius era particularmente vulnerable a los ataques (y a ser consecuentemente derribado) un pugio seriacutea un buen complemento a su panoplia

Respecto al equipo defensivo debemos descartar desde un principio (auacuten a riesgo de resultar redundantes) el uso de escudos dada la imposibi-lidad de emplearlos adecuadamente empuntildeando al mismo tiempo un contus cuyo uso ademaacutes se veriacutea gravemente estorbado En este sentido la pro-teccioacuten corporal se convertiriacutea en un imperativo maacutexime teniendo en cuenta las debilidades inherentes a un contarius en combate ya mencionadas Di-versos tipos de casco o galea estaban a la disposicioacuten del jinete romano Los cascos de caballeriacutea evolucionaron de un modo diferente a los de la infan-teriacutea desde eacutepoca de Augusto al fin y al cabo las necesidades de proteccioacuten y movilidad de un jinete y un infante eran distintas Hacia finales del s I dC los modelos preexistentes como el casco tipo Weiler empezaron a ser refor-zados en su parte frontal (un lugar propenso a recibir contundentes sablazos durante el choque entre dos formaciones de caballeriacutea) desembocando en nuevos modelos durante el s II dC tales como el Russell Robinson tipo B uno de cuyos principales ejemplos fue encontrado en Ely Cambridgeshire Entre sus principales caracteriacutesticas estaacute la ampliacioacuten de las carrilleras que envuelven buena parte de la cara asiacute como los oiacutedos dejando soacutelo al descu-bierto nariz ojos y boca Su refuerzo frontal es pronunciado y el cubrenuca se ampliacutea ligeramente Sin embargo los cubrenucas de los cascos de ca-balleriacutea nunca alcanzaraacuten extensiones superiores en caso de ser derribado un jinete con un casco de cubrenuca muy extenso (como en los cascos de in-fanteriacutea del s II dC) podiacutea partirse el cuello faacutecilmente En este sentido avanzado el s II dC los cubrenucas se atrofian de nuevo mientras que las carrilleras se ampliacutean auacuten maacutes asiacute como los refuerzos del yelmo En este sentido los mejores ejemplos son el casco de Kalkar-Houmlnnepel (s II dC) y especialmente el tipo Friedberg el Heddernheim y el Russell Robinson tipo

49 BISHOP COULSTON1993 pp111-112 LEBEDYNSKY 2002 pp 101-103 p 167 y p 240 DIXON STEPHENSON 2003 pp 75-78

50 DIXON STEPHENSON 2003 pp 90-92

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E datados ya a comienzos del s III dC Estos cascos se caracterizan por en-volver casi completamente la cara salvo una breve ldquotrdquo que deja al descu-bierto ojos nariz y parte de la boca Las carrilleras cubren toda la cara y los oiacutedos asiacute como buena parte del cuello en unioacuten al cubrenuca Una extensa visera se extiende desde el frontal reforzado del casco sirviendo para desviar auacuten mejor los golpes frontales El yelmo presenta refuerzos transversales que se cruzan en su parte superior y se extienden hasta los liacutemites del cubrenuca En su conjunto estos disentildeos de cascos proporcionan una buena proteccioacuten contra golpes realizados desde cualquier direccioacuten especialmente frontales laterales y sobre la parte superior de la cabeza dejando vulnerable soacutelo la parte estrictamente necesaria del rostro51 No trataremos aquiacute todaviacutea los cas-cos destinados en principio a la Hippikaacute Gymnasia pues su particular natu-raleza y en especial la utilidad protectora del rostro de sus maacutescaras seraacute ob-jeto de debate en torno al equipamiento de los catafractii

La proteccioacuten corporal resultariacutea igualmente esencial para un conta-rius sobre todo porque en posicioacuten de carga y sin escudo resultariacutea muy vul-nerable a cualquier contraataque que pudiera atravesar la formacioacuten de ca-balleriacutea erizada de lanzas En general las protecciones no deberiacutean resultar muy diferentes a las de cualquier otro equite medianamente pesado de la ca-balleriacutea romana La proteccioacuten maacutes sencilla y frecuente seriacutea la lorica hama-ta o cota de mallas de mangas cortas hombros reforzados con una doble ca-pa de mallas y faldelliacuten extenso hasta medio muslo A finales del s II dC la caballeriacutea empezariacutea a llevar loricae hamatae de mayor longitud llegando a rebasar codos y rodillas En cuanto a las loricae squamatae durante los ss I-II dC soliacutean ser de unas dimensiones semejantes a las hamatae de man-gas y faldelliacuten cortos (cuando no sin mangas) con dos placas pectorales de metal como complemento y una franja de pteryges sobre los muslos Con la entrada del s III dC la lorica squamata cambia y tiende a hacerse maacutes lar-ga En el s II dC se incorpora una innovacioacuten las escamas semi-riacutegidas maacutes amplias y cosidas unas junto a otras sobre una pieza de cuero de tal for-ma que conformaban una proteccioacuten riacutegida y maacutes soacutelida como el ejemplo de Waffenmagazin en Carnunto datado probablemente de eacutepoca pre-Antonina o Antonina temprana Las armaduras de laacuteminas elaboradas a partir de esca-mas de metal rectangulares y alargadas son raras en el mundo romano du-rante esta fase aunque existe alguacuten ejemplo aislado como el hallazgo de un fragmento datado en el s III dC en Čatalka52 Otros elementos podiacutean com-

51 BISHOP COULSTON 1993 pp 93-96 y 117-119 FREUGEgraveRE 1994 pp 104-121 DIXON

SOUTHERN 1997 pp 35-36 DIXON STEPHENSON 2003 pp 17-20 FIELDS 2006 pp 12-13 52 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-92 y 116-117 DIXON SOUTHERN 1997 pp 36-43

DIXON STEPHENSON 2003 pp 43-48 FIELDS 2006 pp 13-14

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pletar la proteccioacuten del contarius como la de cualquier otro equite especial-mente grebas de diverso tipo especialmente uacutetiles para proteger las vulnera-bles piernas del jinete53

Completariacutea el equipamiento de un contarius su montura asiacute como la silla y los arreos necesarios para controlarla y poder actuar en conjuncioacuten con ella En particular la silla compondriacutea un elemento clave del equipo de una caballeriacutea especializada en taacutecticas de choque ante la carencia de estri-bos sin una silla de montar adecuada un contarius podriacutea salir simplemente disparado por la grupa de su caballo a causa de la fuerza del impacto En este sentido las tentativas de reconstruccioacuten de las sillas de montar realizadas por Junkelmann y P Connolly han resultado de extremada utilidad para conocer hasta queacute punto la silla de montar romana conocida como ldquosilla de cuatro cuernosrdquo podiacutea suplir la carencia del estribo y permitir a un jinete realizar toda clase de maniobras a lomos de su caballo sin correr excesivo riesgo de caer desmontado Especialmente satisfactorios han sido en este sentido las experiencias realizadas por Connolly con su propuesta de silla de estructura riacutegida interna de madera respaldados sus resultados por otros autores como K Dixon o P Southern Aunque no es materia esencial de nuestro estudio el debate en torno a la particular naturaleza de las sillas de montar romanas sentildealaremos que estos autores (a cuya opinioacuten nos adscribimos) consideran que una silla de montar de entramado riacutegido interno responderiacutea mucho me-jor a las necesidades de un jinete carente de estribos que una sin dicho entra-mado Desde nuestro particular punto de vista consideramos que las necesi-dades de un jinete especializado en taacutecticas de choque acentuariacutean enorme-mente la necesidad de una silla con un buen entramado riacutegido capaz de absorber la fuerza del impacto y mantener al jinete soacutelidamente afincado so-bre el lomo de su montura sin riesgo de caer Igualmente la solidez del en-tramado y su capacidad para transferir el peso del jinete de la columna verte-bral del animal hacia sus flancos (con el consecuente beneficio para la salud del caballo) permitiriacutea transmitir la fuerza de la embestida de la montura ha-cia el propio jinete y su arma (en este caso el contus) concentrando la fuerza del impacto en el afilado extremo de eacutesta y maximizando de este modo la eficiencia de la carga54 Posiblemente las unidades de caballeriacutea maacutes pesadas (como los catafractii) emplearon sillas de montar cuyo entramado estariacutea maacutes desarrollado y hasta reforzado con elementos metaacutelicos55

53 DIXON STEPHENSON 2003 p 61 54 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 BISHOP COULSTON 1993 pp 105-108

MIELCZAREK 1993 pp 81-82 DIXON SOUTHERN 1997 pp 70-74 DIXON STEPHENSON 2003 pp 107-110 FIELDS 2006 pp 17-18

55 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 pp 44-45

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La posible proteccioacuten portada por la montura de un contarius proba-blemente no diferiacutea de la portada por las monturas de las unidades de ca-balleriacutea media del ejeacutercito romano especialmente si tenemos en cuenta que como tendremos oportunidad de analizar no estaacute ni tan siquiera claro que los caballos de los catafractii romanos portaran protecciones fuera de lo comuacuten respecto de otras unidades de caballeriacutea Por tanto el elemento de proteccioacuten maacutes pesado portado por el caballo de un contarius seriacutea un chamfron una proteccioacuten para la cabeza y ojos del animal que podiacutea ser tanto de cuero co-mo metaacutelica Se han encontrado diversos ejemplares de este tipo de protec-ciones los maacutes exuberantemente decorados considerados (en principio) como restringidos a su uso durante la Hippikaacute Gymnasia56 El principal papel de estas protecciones parece enfatizar la proteccioacuten de los ojos del caballo en tanto en cuanto se conocen ejemplos de chamfrons romanos que tan soacutelo protegen esta vulnerable parte de la cabeza del animal como los hallados en Mainz Alemania57

El armamento caracteriacutestico del contarius especialmente el contus se asemeja enormemente al equipamiento del jinete pesado saacutermata el cual en la mayor parte de los casos no era sino un jinete maacutes o menos bien protegido (en algunos casos pesadamente protegido) a lomos de un caballo que en la mayor parte de los casos no llevariacutea una proteccioacuten destacada La principal fuerza del jinete saacutermata radicariacutea en el uso del llamado contus sarmaticus Que los primeros testimonios de la existencia de contarii entre las filas de la caballeriacutea romana no date antes del 60 dC resulta igualmente significativo el encuentro del ejeacutercito romano con la caballeriacutea pesada de los saacutermatas roxolanos o yaacutecigos se produce precisamente en esas fechas No existen evi-dencias de un ldquoteacutermino mediordquo similar al contarius romano entre el arquero a caballo y el catafractoclibanario parto o sasaacutenida Los contrastes entre el jinete pesado saacutermata y el parto son evidentes no soacutelo en equipo militar sino en taacutecticas todo lo contrario sucede entre el jinete pesado saacutermata y el contarius romano en particular Resulta loacutegico por tanto pensar que el mo-delo en taacutecticas y equipamiento del contarius romano se encuentra entre los contarios de la caballeriacutea pesada saacutermata58

56 BISHOP COULSTON 1993 pp 105-108 DIXON SOUTHERN 1997 p 67 DIXON

STEPHENSON 2003 pp 111-112 FIELDS 2006 57 DIXON STEPHENSON 2003 p 112 58 EADIE 1967 pp 165-167 MIELCZAREK 1993 pp 99-102 NEGIN 1998 LEBEDYNSKY

2002 p 236

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El ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta A diferencia de lo que sucede con los contarii no disponemos de des-

cripciones pormenorizadas o representaciones graacuteficas expliacutecitas de cata-fractii del ejeacutercito romano59 Tan soacutelo el grafito de un catafracto hallado en Dura-Europos aporta alguacuten tipo de informacioacuten expliacutecita para reconstruir la posible imagen de lo que seriacutea un catafractus del ejeacutercito romano pese al hecho de que la ldquonacionalidadrdquo del catafracto representado en el grafito no estaacute nada clara

Como ya hemos sentildealado en apartados anteriores el propio nombre de catafractuscatafractii (asiacute como el posterior de clibanariusclibanarii) pone el acento en la defensa corporal metaacutelica de este tipo de soldados romanos o no romanos Sin embargo el equipamiento defensivo carece de sentido algu-no si no protege una funcioacuten ofensiva concreta En un contarius el eacutenfasis se situacutea en su capacidad ofensiva representada fundamentalmente por el contus sarmaticus como devastadora arma de choque en manos de una fuerza dise-ntildeada esencialmente para el ataque la caballeriacutea En un catafractus romano o parto y en sus homoacutelogos saacutermatas maacutes pesadamente equipados el elemen-to clave no es el poderoso equipo defensivo del jinete (y seguacuten queacute casos de su caballo) en solitario sino la conjuncioacuten de eacuteste con el poder devastador de su equipo ofensivo El catafractus representa asiacute la fuerza ofensiva del con-tarius puesta bajo una proteccioacuten concienzuda que la mantenga a salvo de la mayor parte de los contraataques

En este sentido el equipamiento ofensivo de un catafractus romano no se diferenciariacutea en nada sustancial del portado por un contarius Aparte de la fundamental y eficiente contus el catafractus no dejariacutea de portar un arma secundaria siendo de nuevo la maacutes eficiente la espada de hoja larga que en la tradicioacuten romana altoimperial se materializaba en la spatha en to-das sus variantes asiacute como en espadas de hoja larga de tradicioacuten saacutermata que ya presentamos anteriormente En cuanto a otras armas acaso el pugio pu-diera ser un complemento menos uacutetil para un jinete pesadamente protegido (y con una movilidad maacutes restringida en consecuencia) que para un conta-rius o un equite maacutes vulnerable pero con mayor libertad de movimientos Al fin y al cabo la funcioacuten de ataque baacutesica del catafractus no era sino la mis-ma que la del contarius aprovechar la ventaja de un arma de acometida como el contus para derribar a enemigos a pie o montados antes de poder re-cibir cualquier clase de contraataque cuerpo a cuerpo por parte de ellos Era precisamente su capacidad para mantenerse a salvo de buena parte de los

59 MIELCZAREK 1993 p 79

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contraataques (cercanos o de proyectil) lanzados contra ellos lo que conver-tiacutea a los catafractii en un arma auacuten maacutes devastadora y pesada que los conta-rii la fuerza devastadora de su ataque teniacutea muchas menos posibilidades de verse desbaratada durante la accioacuten si todo iba razonablemente bien60

Y es este elemento clave del catafractus romano la proteccioacuten corpo-ral uno de los puntos que mayores debates ha generado empezando por el yelmo propiamente dicho Un catafractus romano del s II y comienzos del s III dC empleariacutea una gama de cascos ligeramente distinta a los de un con-tarius por dos razones la primera de todas cronoloacutegica en base al hecho de que su aparicioacuten (en base a todas nuestras fuentes) no parece tener lugar has-ta la primera deacutecada del s II dC por lo que los disentildeos de cascos maacutes tiacutepi-cos del s I dC (como el tipo Weiler) no llegariacutean a ser usados por los cata-fractii romanos la segunda es puramente funcional en tanto en cuanto se es-perariacutea de un catafractus que fuera lo maacutes protegido posible Soacutelo los dise-ntildeos maacutes soacutelidos de yelmos romanos y de proteccioacuten maacutes completa entrariacutean a formar parte del equipo corriente de esta caballeriacutea pesada En este sentido resulta particularmente representativo el casco tipo Heddernheim o Russell Robinson tipo E el tipo Friedberg asiacute como los cronoloacutegicamente anteriores Kalkar-Houmlnnepel y Bodengraven Todos ellos ofreciacutean una excelente protec-cioacuten a todo el craacuteneo y el cuello Sin embargo todos ellos no podiacutean evitar dejar al descubierto ojos nariz y buena parte de la boca Teniendo en cuenta que el resto del cuerpo del jinete estariacutea tambieacuten razonablemente bien prote-gido la mejor forma de neutralizar a un catafractus en estas circunstancias era atacarle al rostro directamente Sean cuales sean las circunstancias (y lo que Hollywood nos haya intentado hacer creer) el instinto baacutesico de preser-vacioacuten de un ser humano le hace cerrar los ojos encoger o apartar brusca-mente la cabeza y (de ser necesario) protegerse con las manos y los brazos si intuye o siente una agresioacuten dirigida a la cara Se trata de un acto reflejo baacute-sico e instintivo que no se puede evitar La peacuterdida temporal del control so-bre la realidad visual y sobre las acciones del combate que esto produciriacutea podriacutea provocar (al menos durante ese corto espacio de tiempo) que el ldquoin-vulnerablerdquo catafractus dejara de ser una amenaza fallara el objetivo de su ataque dejara de prestar atencioacuten (en pos de su propia proteccioacuten) yo se convirtiera en un objetivo vulnerable durante ese tiempo En resumidas cuentas la proteccioacuten para la cara resultariacutea una pieza muy uacutetil para un sol-dado cuya fuerza residiera en una pesada proteccioacuten y una gran contundencia de ataque En este sentido se sabe que los catafractos y clibanarios partos y

60 MIELCZAREK 1993 p 81 BISHOP COULSTON 1993 pp 109-111 DIXON SOUTHERN 1997 p 76 GOLDSWORTHY 1998 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-321

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sasaacutenidas emplearon maacutescaras o ventails combinadas con sus cascos para completar su proteccioacuten dejando tan soacutelo los resquicios necesarios para res-pirar y ver (literalmente dos orificios del tamantildeos de los ojos asiacute como una apertura y perforaciones para permitir la ventilacioacuten a la altura de la boca y la nariz) sin que ello pareciera representar un inconveniente a la percepcioacuten del entorno en combate61 En la panoplia romana altoimperial los cascos con maacutescaras metaacutelicas (y las maacutescaras en siacute mismas) no son precisamente des-conocidos son aquellos inicialmente atribuidos a un uso en paradas y ejer-cicios militares especialmente la Hippikaacute Gymnasia Entre los ejemplos maacutes destacables podemos sentildealar el tipo Newstead (s I dC) asiacute como las varian-tes maacutes elaboradas y decoradas del Heddernheim En principio este tipo de cascos dada su profusa decoracioacuten y las supuestas limitaciones a la visibili-dad provocadas por la maacutescara estariacutean limitado en su uso a la Hippikaacute Gymnasia Sin embargo este tipo de cascos no era impedimento para un adecuado desenvolvimiento durante estos ejercicios que eran una muestra de destreza iquestPor queacute entonces habriacutean de resultar un estorbo en la batalla Las maacutescaras de la caballeriacutea parta no teniacutean una factura esencialmente diferente a las romanas (maacutes allaacute del plano puramente artiacutestico-estiliacutestico) y fueron usadas en combate con cierta asiduidad iquestPor queacute razoacuten los yelmos con maacutes-cara o maacutes probablemente las maacutescaras en siacute mismas combinadas con otros tipos de yelmos romanos de caballeriacutea conocidos no pudieron ser utilizados en combate tanto como en la Hippikaacute Gymnasia Hace casi dos deacutecadas Mielczarek ya lanzoacute una propuesta en semejante sentido al respecto de la ca-balleriacutea pesada romana poniendo en cuestioacuten su uso exclusivo en paradas y exhibiciones la cantidad de cascos con maacutescaras y maacutescaras aisladas vincu-ladas a la panoplia romana (y especialmente de la caballeriacutea) no parece res-ponder precisamente a un uso limitado a ocasiones especiales Diez antildeos maacutes tarde Dixon e I P Stephenson volvieron a retomar dichos plantea-mientos argumentando que determinados cascos empleados en la Plena y Baja Edad Media (como el sallet A82) limitaban la visibilidad tanto o maacutes que las maacutescaras inicialmente consideradas como limitadas a la Hippikaacute Gymnasia y sin embargo fueron empleados en combate62 En este sentido consideramos que posiblemente los maacutes ricamente decorados ejemplares no fueron objeto de uso en combate pero siacute que nos adscribimos a los plantea-mientos de los autores mencionados considerando no soacutelo probable sino ra-zonable que la maacutescara (y los cascos disentildeados especialmente para portarlas) formaran parte de la panoplia de los catafractii otorgaacutendoles la proteccioacuten necesaria para proteger el siempre vulnerable rostro

61 MIELCZAREK 1993 p 60 NEGIN 1998 pp 72-74 WILCOX 2001 p 10 62 MIELCZAREK 1993 p 81 DIXON STEPHENSON 2003 pp 20-24

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Un catafractus sin duda alguna portariacutea una buena proteccioacuten para el torso En este sentido hariacutea uso de las mismas protecciones antes menciona-das para los contarii como loricae hamatae y squamatae asiacute como las inno-vaciones propias de eacutepoca Antonina y Severa como las escamas semi-riacutegi-das y las poco comunes armaduras de laacuteminas como el aislado ejemplo del s III dC hallado en Čatalka63 Sin embargo si atendemos ahora al grafito de Dura-Europos el jinete representado no parece llevar un uacutenico tipo de pro-teccioacuten sobre su torso Las armaduras compuestas por varios tipos de loricae como hemos visto eran probablemente utilizadas ya por los saacutermatas Este tipo de proteccioacuten era tambieacuten conocida en el ejeacutercito romano si bien los ejemplos de la misma son limitados y no parece que su uso estuviera muy extendido (al igual que no parece que en el s II y a comienzos del s III dC los catafractii fueran un arma de extendido uso en Roma) Se denominaba lorica plumata teacutermino que al parecer designaba principalmente a armadu-ras compuestas por lorica squamata y hamata combinadas Esta combina-cioacuten parece ser la utilizada tambieacuten por los saacutermatas aunque su distribucioacuten sobre el cuerpo no se ha podido reconstruir convincentemente64 Al igual que el contarius el catafractus no portariacutea escudo tanto por serle imposible su debido aprovechamiento al empuntildear un contus como por el estorbo que su-pondriacutea al uso de esta uacuteltima La carencia de escudo quedariacutea suplida por lo pesado de su proteccioacuten corporal En este sentido destaca la manica una proteccioacuten construida con laacuteminas de metal (bronce o hierro) semiciliacutendricas unidas unas a otras en progresioacuten descendente del hombro hacia la mano la cual podiacutea proteger a su vez con guanteletes de malla de escamas o incluso una extensioacuten de la manica misma adaptada a la forma de la mano65 Com-pletariacutean la proteccioacuten de un catafractus unas grebas para sus piernas (la parte de su cuerpo maacutes al alcance de la infanteriacutea enemiga) si bien podiacutean disponer de protecciones maacutes pesadas que podiacutean llegar a cubrir muslos y pies recordando en su estructura a la manica empleada para proteger los bra-zos66 En ocasiones podriacutea emplearse tambieacuten protecciones especiacuteficas para el cuello especialmente pensadas para cubrir cualquier posible fisura entre el yelmo y la proteccioacuten del torso De este tipo de piezas se han encontrado al-gunos ejemplos como el de una tumba de Čatalka en Bulgaria datada en el

63 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-92 y 116-117 DIXON SOUTHERN 1997 pp 36-43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 43-48 FIELDS 2006 pp 13-14

64 MIELCZAREK 1993 pp 79-80 NEGIN 1998 pp 68-74 DIXON STEPHENSON 2003 pp 49-50 FIELDS 2006 pp 10-11

65 BISHOP COULSTON 1993 pp 87-91 DIXON STEPHENSON 2003 pp 55-58 66 DIXON SOUTHERN 1997 p 43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 61-63

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s II dC y consistente en un anillo de metal dividido en dos mitades unidas por un cinturoacuten de cuero y originalmente tintado en rojo67

El equipamiento de las monturas de los catafractii romanos es otro as-pecto poleacutemico quizaacutes el que maacutes En primer lugar respecto de las sillas de montar eacutestas responderiacutean probablemente al modelo presentado por Con-nolly pero a un tipo particular cuyo entramado riacutegido interno y cuernos es-tariacutean maacutes desarrollados planteando una sujecioacuten mucho maacutes riacutegida y firme Este tipo de sillas poseiacutea ademaacutes una estructura reforzada con elementos metaacutelicos Seguacuten Connolly y C Van Dryel Murray este tipo de sillas res-ponderiacutea especialmente a un uso por parte de unidades de caballeriacutea pesada donde el peso de la armadura del jinete sumada a su modalidad de combate (choque con lanza pesada) hariacutea necesaria una sujecioacuten maacutes firme para evitar quedar descabalgado asiacute como un maacutes eficiente reparto del peso sobre el lomo y los costados del caballo Este tipo de sillas es visible tambieacuten sobre los caballos de los clibanarios sasaacutenidas que aparecen en el relieve de Firu-zabad68 En segundo lugar estaacute la cuestioacuten en torno a si las monturas de los catafractii romanos del s II y comienzos del III dC llevaban alguacuten tipo de proteccioacuten y cuaacuten completa era esta En este sentido se han lanzado diver-sas propuestas e hipoacutetesis por una parte aquellos que consideran que los ca-tafractii romanos probablemente no emplearon proteccioacuten para sus monturas al menos no en la forma casi sistemaacutetica y masiva que caracterizaba a la ca-balleriacutea pesada parta y que caracterizariacutea maacutes tarde a la sasaacutenida y a la pro-pia caballeriacutea pesada romana bajoimperial en este sentido los catafractii del ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta no seriacutean sino contarii pesada-mente protegidos pero cuyas monturas no portariacutean proteccioacuten alguna fuera de lo comuacuten hasta el momento en el ejeacutercito romano69 otros han propuesto un teacutermino medio sostenido en base a la influencia saacutermata en la creacioacuten y equipamiento de la caballeriacutea pesada romana Es eacuteste el caso de Mielczarek Negin y Lebedynsky entre otros quienes consideran que los catafractii ro-manos no emplearon la protecciones pesadas y o maacutes o menos completas pa-ra sus monturas en el sentido sistemaacutetico que se puede observar en la tradi-cioacuten militar parta o persa sino que emplearon protecciones maacutes limitadas y sobre todo aplicadas a secciones concretas de estas unidades por ejemplo entre aquellos soldados destinados a formar la vanguardia de choque de la formacioacuten o simplemente entre los oficiales70 entre la mayor parte de los autores consagrados al estudio del armamento romano y en particular de la

67 DIXON STEPHENSON 2003 p 59 68 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 p 45 MIELCZAREK 1993 pp 81-82 69 EADIE 1967 pp 166-168 70 MIELCZAREK 1993 pp 74-81 NEGIN 1998 p 74 LEBEDYNSKY 2002 p 237-238

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caballeriacutea existe un acuerdo taacutecito en reconocer el uso por parte de la ca-balleriacutea pesada romana de protecciones metaacutelicas Sin embargo en general o no llegan a un acuerdo en torno a su empleo por parte de las primeras uni-dades de catafractii o se limitan a constatar que los restos arqueoloacutegicos de protecciones equinas pesadas (particularmente las halladas en Dura-Europos) datan en principio del s III dC sin entrar en mayores debates71 finalmente estaacuten aquellos autores que dan simplemente por sentada la asociacioacuten entre el teacutermino catafractii y una proteccioacuten maacutes o menos completa y extendida a la inmensa mayoriacutea (al menos) de las monturas de estas unidades en cual-quier momento desde su creacioacuten72 pero especialmente a partir del s III dC73

En general todas estas corrientes tienden a coincidir en sentildealar que las armaduras pesadas para caballos en el ejeacutercito romano no empezaron a utili-zarse de forma extendida para la caballeriacutea pesada hasta el s III dC De nue-vo el debate se centra en torno a su uso durante el s II dC justo en el mo-mento de la creacioacuten de las primeras unidades de catafractii y particular-mente a causa de la falta de pruebas concluyentes Si se hizo uso de dichas protecciones ya en el s III dC iquestpor queacute razoacuten negar su uso en una fase an-terior aunque eacuteste no fuera un uso generalizado Particularmente preferimos adscribirnos a la tendencia representada por Mielczarek Negin y Lebedyns-ky entre otros autores considerando que los miembros de la uacutenica unidad de caballeriacutea pesada acorazada romana conocida para el s II dC el ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta (y por tanto otras unidades del mismo tipo auacuten por conocer) emplearon protecciones metaacutelicas maacutes o menos pesa-das para sus monturas de un modo ocasional limitado a secciones especiales de la unidad o a la oficialidad siguiendo la corriente de influencia saacutermata Estas protecciones se generalizariacutean a lo largo del s III dC probablemente bajo una mayor influencia de la tradicioacuten militar parta y ante todo sasaacutenida hasta constituir las unidades pesadas del Bajo Imperio que seriacutean el germen de la posterior caballeriacutea pesada bizantina

Este tipo de protecciones incluiriacutea no soacutelo ya los chamfrons metaacutelicos sobradamente conocidos por la caballeriacutea romana de la eacutepoca (y empleados probablemente por los contarii) sino bardas compuestas por malla escamas de cuero o metaacutelicas o laacuteminas que como los ejemplares de Dura-Europos (ya descritos anteriormente) cubririacutean los flancos del caballo y buena parte

71 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-70 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

72 GOLDSWORTHY 1998 pp 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 y 20-21 73 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-322

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de la pechera del mismo74 Este tipo de protecciones probablemente incluiriacutea tambieacuten piezas especiacuteficas para proteger el frontal y la cerviz del animal has-ta la cabeza a semejanza quizaacutes de las empleadas por partos y sasaacutenidas en Oriente Estas piezas particularmente para la cerviz del caballo se han en-contrado tambieacuten en Dura-Europos elaboradas en malla y lazadas mediante correas de cuero75 De este modo si se quisiera proporcionar proteccioacuten tan soacutelo a los caballos de una parte de la unidad lo maacutes loacutegico seriacutea hacerlo con las monturas que marchariacutean en la vanguardia de la formacioacuten de choque y que deberiacutean absorber la fase maacutes violenta del impacto En este sentido las piezas de proteccioacuten maacutes uacutetiles no seriacutean las bardas laterales sino las pro-tecciones para pechera cerviz y cabeza las partes del cuerpo del caballo que quedariacutean expuestas al enemigo durante una carga en formacioacuten cerrada Al prescindir asiacute de las protecciones de los flancos no solo se seguiriacutea apor-tando una proteccioacuten uacutetil a las monturas maacutes expuestas de la unidad durante una accioacuten de combate sino que se estariacutea aligerando el peso que habriacutean de soportar durante la accioacuten reduciendo asiacute el riesgo de agotamiento de las mismas

Si la influencia saacutermata en el origen del contarius romano es maacutes o menos segura la cuestioacuten resulta menos clara para los catafractii Formal-mente un catafractus romano no se diferenciaba del contario saacutermata maacutes pesadamente armado maacutes que en la factura de determinadas partes de su equipamiento muchas de las cuales eran de tradicioacuten puramente romana y unas pocas (como las protecciones maacutes pesadas para las piernas) devendriacutean de tradiciones orientales Sin embargo el hecho de que en ninguacuten momento las fuentes literarias disponibles denominen a la caballeriacutea pesada saacutermata como catafractii y que las protecciones pesadas para caballos entre la mis-ma parezcan ser objeto de un uso tan heterogeacuteneo como vinculado al status y posibilidades econoacutemicas del jinete parece ser el principal punto (al menos inicialmente) de distanciamiento entre los lanceros acorazados saacutermatas y los catafractii romanos Ahora bien suponiendo que la creacioacuten de las unidades de catafractos romanos estuviera respondiendo a la caballeriacutea pesada parta iquestpor queacute esperoacute al s II dC Durante casi tres siglos de encuentros en los campos de batalla de Oriente el ejeacutercito romano no parecioacute tener necesidad alguna de emular a los catafractos y clibanarios partos Finalmente es en el contexto de las guerras daacutecicas y paacuterticas de Trajano y en el reinado de Adriano cuando los catafractii hacen su aparicioacuten en el ejeacutercito romano al-gunas deacutecadas maacutes tarde que los contarii y despueacutes de casi un siglo de con-

74 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-63 67 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

75 DIXON STEPHENSON 2003 p 114

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tacto con la caballeriacutea saacutermata De nuevo la coincidencia de variables parece hablar por siacute sola al igual que primero el contarius el catafractus parece ser una respuesta de la caballeriacutea romana a las refriegas habidas con los exce-lentes jinetes saacutermatas desde mediados del s I dC hipoacutetesis que secundan la mayor parte de los autores76 Cualquier posible influjo oriental en la com-posicioacuten de la primera caballeriacutea pesada romana respondioacute a la incorpora-cioacuten de elementos considerados de utilidad no encontrados en la tradicioacuten militar propiamente romana o saacutermata El incremento de este influjo mate-rializado quizaacutes en la intensificacioacuten y extensioacuten del uso de armaduras pe-sadas para caballos y en el importante desarrollo en general del arma de ca-balleriacutea pesada en Roma tendriacutea lugar ya entrado el s III dC quizaacutes no tanto de manos de los uacuteltimos coletazos del moribundo Imperio parto como del joven y eneacutergico Imperio persa sasaacutenida el cual llevariacutea el arma de ca-balleriacutea en el Oriente a nuevas cotas de desarrollo especializacioacuten en organi-zacioacuten equipamiento y taacutecticas77

Mencioacuten especial requiere la organizacioacuten del ala I Gallorum et Pan-noniorum catafracta No entraremos a resentildear aquiacute la naturaleza del ala como unidad militar del ejeacutercito romano ni la organizacioacuten y estructura de la caballeriacutea romana altoimperial sino un aspecto concreto del ala concreta objeto de nuestro estudio y que parece haber pasado desapercibido a la ma-yor parte de los autores Se trata del hecho de que dicha ala debioacute de ser compuesta en su origen por soldados de dos unidades distintas probable-mente tropas selectas Tal y como sentildeala su nombre el ala estaba compuesta por jinetes galos y panonios Mielczarek ha propuesto precisamente que ca-ra a la creacioacuten de esta unidad de catafractos probablemente se seleccionoacute a los mejores soldados de dos alas distintas posiblemente (seguacuten el parecer del propio Mielczarek) el ala I Pannoniorum y el ala I Gallorum Flaviana Aunque de momento no se trata sino de una hipoacutetesis parece razonable que cara a la primera unidad de caballeriacutea pesada romana (probablemente una unidad que tendriacutea en sus oriacutegenes un marcado caraacutecter ldquoexperimentalrdquo) se seleccionara a personal experimentado y de fiar lo que remarcariacutea el caraacutec-ter de eacutelite de este tipo de unidades

76 EADIE 1967 MIELCZAREK 1993 NEGIN 1998 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

LEBEDYNSKY 2002 77 EADIE 1967 pp 169-172 MICHALAK 1987 MIELCZAREK 1993 pp 63-67 NICOLLE

1996 WILCOX 2001 pp 24-35 FARROKH 2005

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Taacutecticas y limitaciones de la caballeriacutea pesada romana La caballeriacutea fue un arma especializada principalmente en una uacutenica

funcioacuten el ataque Un grupo de jinetes no puede establecer una posicioacuten de-fensiva y mantenerla de forma estaacutetica pues equivaldriacutea claramente a un suicidio en cualquier eacutepoca Cuando una unidad de caballeriacutea ha sido em-pleada con fines de defensa lo ha sido empleando fundamentalmente el ata-que es decir un contraataque

La principal ventaja de un jinete respecto del soldado de infanteriacutea ra-dica en tres puntos fundamentales la altura que le proporciona su montura la rapidez y potencia de la misma y el efecto psicoloacutegico que todo ello sus-cita en el infante El principal modo en que la caballeriacutea (y particularmente la caballeriacutea media y pesada) se enfrenta a la infanteriacutea (y a otras unidades como veremos) es la carga cuya finalidad es desfondar la formacioacuten ene-miga dispersaacutendola para coparla y destruirla o permitir a otras unidades aprovechar la brecha abierta Sin embargo contrariamente a lo que se suele pensar un caballo (o un grupo de caballos) no es capaz de embestir una for-macioacuten cerrada de infanteriacutea Un equino no es un toro ni se comporta como tal El caballo siempre se para antes de llegar a impactar contra un obstaacuteculo que considera no podraacute esquivar o saltar o donde no vea espacio alguno por donde penetrar En este sentido una formacioacuten de infanteriacutea pesada que fuera capaz de mantener su posicioacuten hasta el final teniacutea muchas posibilidades de rechazar una carga de caballeriacutea Existiacutean dos formas para evitar que esto sucediese de modo tal que la carga de caballeriacutea tuviese finalmente eacutexito hostigar a la formacioacuten de infanteriacutea de muacuteltiples modos (ataque con proyec-tiles ataques simulados apoyar a la caballeriacutea atacante con infanteriacutea o ar-tilleriacutea) o bien que un porcentaje suficiente de soldados enemigos no fuera capaz de soportar la tensioacuten psicoloacutegica de ver venir sobre ellos una carga de caballeriacutea y rompiera filas debilitando la formacioacuten desorganizaacutendola y abriendo brechas Como vemos el resultado de una carga de caballeriacutea de-pende maacutes del contexto y de la psicologiacutea que de la carga en siacute misma Sin embargo los nervios de acero necesarios para superar el instinto de autopro-teccioacuten (que nos llevariacutea a quitarnos inmediatamente de la trayectoria de los caballos y sus jinetes) no eran (ni son) un elemento comuacuten en los ejeacutercitos Pocas infanteriacuteas disponiacutean del adiestramiento y disciplina necesarios para mantener la posicioacuten y afrontar una auteacutentica estampida que a sus ojos cla-ramente amenazariacutea con arroyarla Entre tales excepciones se encontraba la

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infanteriacutea legionaria romana la cual soacutelo en determinadas circunstancias era realmente vulnerable a un ataque de caballeriacutea78

Las unidades de caballeriacutea pesada como catafractii y contarii eran un caso auacuten maacutes especial En primer lugar el contus permitiacutea al jinete arroyar a un infante enemigo virtualmente antes de que su montura se viera obligada a detener su marcha Por otra parte sus pesadas protecciones (y la de sus mon-turas al menos para una parte de los catafractii) les otorgaban una mayor se-guridad ante cualquier clase de contraataque enemigo (especialmente pro-yectiles) y una superior capacidad de asumir el riesgo del contacto con una formacioacuten enemiga demasiado firme Pero sobre todo les otorgaba una carga psicoloacutegica brutal la visioacuten de una ldquoparedrdquo blindada erizada de lanzas en auteacutentica formacioacuten de falange avanzando con premura directamente resulta-ba especialmente impactante a ojos de un soldado de infanteriacutea por muacuteltiples factores Ser arroyado por un caballo no es una perspectiva agradable ser arroyado por una marea de lanzas y caballos blindados es una perspectiva auacuten menos agradable Para incrementar la capacidad de penetracioacuten de este tipo de caballeriacutea se empleaban formaciones y ataques en profundidad fun-damentalmente columna y cuneuscuntildea En este sentido la formacioacuten podiacutea concentrar la fuerza de su carga en un frente estrecho que pudiera ser dirigi-do convenientemente contra el punto maacutes deacutebil de la formacioacuten a atacar in-cluso con la carga ya en curso Sin embargo la caballeriacutea pesada poseiacutea una desventaja potencial el enorme peso de su equipamiento reduciacutea la veloci-dad de su carga su maniobrabilidad y podiacutea agotar a sus caballos muy raacutepi-damente En este sentido podiacutean ser viacutectimas faacuteciles de unidades maacutes aacutegiles y raacutepidas o de un contraataque al teacutermino de una extenuante carga (exitosa o no) Por otra parte no estaban precisamente capacitados para realizar una re-tirada raacutepida con los caballos extenuados por el esfuerzo de cargar despla-zando sobre sus lomos a su jinete con su equipamiento y su propia pro-teccioacuten los catafractii podiacutean encontrarse en una situacioacuten realmente com-prometida si su ataque fracasaba y no se encontraban en posicioacuten de recibir apoyo inmediato de unidades aliadas capaces de protegerlos el tiempo nece-sario para maniobrar y salir del atolladero Otro peligro que desembocaba di-rectamente en el fracaso de la carga (y en las circunstancias antes descritas) era la posibilidad de que la formacioacuten perdiera su cohesioacuten durante la carga Para evitar esta circunstancia (y reducir la extenuacioacuten de los caballos) se procuraba no cargar a mayor velocidad que un trote ligero79

78 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

79 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 y 241 LEBEDYNSKY 2002 p 237 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

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A la hora de afrontar a otra caballeriacutea las circunstancias eran dife-rentes La caballeriacutea como especialista en ataque teniacutea tambieacuten la funcioacuten de neutralizar a la caballeriacutea del adversario negaacutendole asiacute la mayor parte de la iniciativa y ganando la oportunidad de flanquear sus formaciones y ata-carlas desde diversos puntos Un ejeacutercito cuya caballeriacutea abandonara el cam-po de batalla por otra parte aunque auacuten podiacutea imponerse mediante la fuerza de su infanteriacutea (si era capaz de rechazar el ataque de la caballeriacutea adversaria y de desalojar a su infanteriacutea) careceriacutea de cualquier posibilidad para explo-tar adecuadamente la victoria la caballeriacutea fue hasta la I Guerra Mundial la uacutenica arma capacitada para lanzar una persecucioacuten sobre una fuerza enemiga en retirada convirtiendo esta uacuteltima en una desbandada desorganizada y dis-poniendo asiacute de la oportunidad de transformar un ejeacutercito derrotado en un ejeacutercito destruido En este sentido la caballeriacutea no fue soacutelo una pieza taacutectica fundamental a la hora de la batalla sino una herramienta baacutesica de la estra-tegia a nivel global de cualquier conflicto a lo largo de unos tres milenios de historia militar

La infanteriacutea puede rechazar a la caballeriacutea pero nunca perseguirla (maniobra que equivaldriacutea a dar la ocasioacuten a los jinetes derrotados de dar media vuelta y lanzar un inesperado contraataque que convirtiera en desastre para la infanteriacutea lo que empezoacute siendo un eacutexito Las huidas fingidas como ya hemos sentildealado eran tambieacuten una interesante taacutectica a emplear por parte de la caballeriacutea para desorganizar una formacioacuten enemiga Sin embargo no era una taacutectica que entrara dentro del ldquomanual de instruccionesrdquo de la ca-balleriacutea maacutes pesada limitada como estaba en sus movimientos) Soacutelo la ca-balleriacutea podiacutea derrotar poner en fuga y destruir a otra caballeriacutea El modo de hacerlo sin embargo era materia delicada Una formacioacuten cerrada para ata-car a otra caballeriacutea resultaba inuacutetil y peligrosa era la mejor forma de que los propios caballos se rompieran los huesos al impactar a gran velocidad contra las monturas enemigas Normalmente y a lo largo de toda la existen-cia de la caballeriacutea de choque dos formaciones de caballeriacutea que cargan una contra otra a la espera de un combate mano a mano tienden a abrir sus liacuteneas para esquivar el choque frontal contra los caballos rivales Al producirse el choque el jinete tratariacutea de atacar con sus armas a su rival maacutes cercano a uno u otro lado intentando derribarle o herirle mortalmente En estas cir-cunstancias el contus sarmaticus vuelve a relucir por sus virtudes permitiacutea (al igual que la lanza de cometida medieval las lanzas de los huacutesares alados polacos o las lanzas de los ulanos austriacos o los cosacos rusos) golpear al jinete adversario antes de que eacuteste equipado con espada o con una lanza maacutes corta pudiese iniciar su propio ataque Una formacioacuten de contarii o de cata-fractii podiacutea asiacute arroyar faacutecilmente la vanguardia de la formacioacuten de caballe-

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riacutea enemiga neutralizando su ataque y desorganizando totalmente su forma-cioacuten Sin embargo cuando dos formaciones cargaban una contra la otra y llegaban a culminar completamente el choque el combate podiacutea derivar faacute-cilmente en una violenta y caoacutetica refriega En estas circunstancias las espa-das de hoja larga empleadas por la caballeriacutea romana y saacutermata eran particu-larmente esenciales asiacute como sus protecciones dado que un contus tendiacutea a partirse tras el primer o segundo impacto y a ser poco coacutemoda de utilizar cuando el combate se tornaba maacutes cercano En cualquier caso si una forma-cioacuten de catafractii no conseguiacutea imponerse durante el choque a la formacioacuten enemiga el agotamiento de sus monturas y su menor movilidad (sumada a la peacuterdida del orden en la formacioacuten inherente al inicio de la refriega) supon-driacutean una peligrosa situacioacuten en el caso de carecer de apoyo de otras unida-des (bien de caballeriacutea o de infanteriacutea) y de la que no podriacutean salir con mu-cha facilidad80

Tanto frente a otra caballeriacutea como frente a la infanteriacutea el respaldo de unidades de caballeriacutea maacutes ligeras y particularmente arqueros a caballo81 resultariacutea particularmente deseable antes del choque la caballeriacutea ligera po-driacutea hostigar con proyectiles a las formaciones enemigas creando brechas o desorganizaacutendolas y despueacutes del choque podriacutean apoyar a la caballeriacutea pe-sada durante la progresioacuten del combate cubrir su retirada o explotar su eacutexito continuando la persecucioacuten de un enemigo en fuga

Como vemos desde el punto de vista taacutectico y del empleo en el campo de batalla el eacutexito de la caballeriacutea pesada acorazada dependiacutea tanto o maacutes de las circunstancias el contexto y el apoyo que pudieran recibir que de sus propias virtudes Se trataba de unidades altamente especializadas que si que-daban desprotegidas o en situaciones comprometidas podiacutean ser faacutecilmente rechazadas desbandadas o destruidas No se trataba de fuerzas versaacutetiles y probablemente ello condicionoacute que su adopcioacuten y empleo generalizado por parte del ejeacutercito romano fuera tardiacuteo

CONCLUSIONES

El ejeacutercito romano se enfrentoacute durante casi dos siglos a la caballeriacutea

pesada desarrollada por las potencias orientales Tras reveses iniciales debi-dos maacutes a las circunstancias que a una auteacutentica incapacidad para afrontar el ataque de este tipo de caballeriacutea las legiones desarrollaron sus particulares contramedidas recorriendo las primeras deacutecadas de la historia del Alto Im-

80 DIXON SOUTHERN 1997 pp 141-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 235-244 MENEacuteNDEZ

ARGUumlIacuteN 2011 pp 322-324 81 DIXON SOUTHERN 1997 p 143

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perio imperturbables considerando del todo innecesario tomar como inno-vacioacuten un arma a la que eran capaces de batir los catafractos partos y arme-nios

Sin embargo hacia mediados del s I dC algo vino a trastocar este es-cenario en apariencia estable e inamovible de las estepas poacutenticas emergioacute no tanto una nueva arma como una nueva forma de combinar y emplear ar-mas y taacutecticas sobradamente conocidas Los haacutebiles jinetes saacutermatas dejaron atraacutes la claacutesica tradicioacuten militar esteparia basada en el uso del arquero a ca-ballo y la caballeriacutea ligera desarrollaron una nueva caballeriacutea pesada libre de la mayor parte de las debilidades de los pesados catafractos partos flexi-ble y dinaacutemica y capaz de luchar en conjuncioacuten perfecta con otras modali-dades de caballeriacutea como si de un uacutenico cuerpo se tratase A diferencia del catafractario parto el ldquocontariordquo saacutermata era un jinete armado maacutes o menos pesadamente seguacuten las circunstancias y sus propias posibilidades Al igual que su contrapartida parto o armenio el jinete pesado saacutermata aprovechaba al maacuteximo las virtudes de su arma definitoria el contus sarmaticus pero la combinaba con el uso de otras igualmente uacutetiles como la espada de hoja larga y el arco recurvado compuesto Su equipamiento defensivo careciacutea de la rigidez propia del catafracto parto tendiendo a ser sensiblemente maacutes li-gero sin perder las ventajas propias de una proteccioacuten completa y concien-zuda Este equipamiento defensivo ademaacutes podiacutea variar seguacuten las circuns-tancias y las necesidades taacutecticas de cada momento (y no solo exclusi-vamente en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete) Ello permitiacutea al jinete pesado saacutermata oscilar entre una caballeriacutea media pura y una caballeriacutea pesada de choque seguacuten las circunstancias Le convertiacutea en un arma flexible capaz de desempentildear diversos papeles en el campo de batalla y variarlos du-rante el combate mismo seguacuten sus necesidades En combinacioacuten con la habi-lidad natural de estos pueblos para la equitacioacuten y sus excelentes (y numero-sas) fuerzas de caballeriacutea ligera la caballeriacutea pesada saacutermata representaba una amenaza realmente seria y totalmente nueva

Desde la guerra civil del 68-69 dC hasta la paz firmada por Adriano con los saacutermatas roxolanos en 119 dC las legiones romanas y su caballeriacutea hubieron de hacer severos esfuerzos para imponerse a este nuevo enemigo en los campos de batalla actuase eacuteste en solitario o en conjuncioacuten con otros pueblos o Estados Las guerras daacutecicas de Domiciano (85-89 dC) y de Tra-jano (101-106 dC) fueron probablemente los puntos culminantes de esta coyuntura De los sangrientos encuentros habidos sobre las orillas del Danu-bio las colinas daacutecicas y las llanuras de la futura Hungriacutea el ejeacutercito romano extraeriacutea una dura leccioacuten que aprenderiacutea raacutepidamente y pondriacutea en creciente praacutectica con el paso de los antildeos cuando a comienzos del s III dC descen-

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diera el ocaso sobre las uacuteltimas luces legadas por la edad dorada de los Anto-ninos habiendo el Estado romano de afrontar las convulsiones de un mundo en paulatina transformacioacuten

A comienzos del s II dC a caballo entre los diacuteas de Trajano y Adria-no el ejeacutercito romano afrontoacute el laborioso proceso de aplicar buena parte de lo que habiacutea aprendido de manos de la caballeriacutea saacutermata El contus ya habiacutea sido adoptado conformando la primera caballeriacutea de choque especialista de la historia del Imperio A ella le seguiriacutean las protecciones pesadas para jine-tes asiacute como para caballos El ejeacutercito romano conociacutea de sobra los modelos orientales de caballeriacutea pesada y sin embargo en el primer siglo de existen-cia de este arma entre las filas romanas el modelo a seguir fue principal-mente saacutermata Los hechos hablan por siacute solos El ejeacutercito romano habiacutea en-contrado una innovacioacuten de intereacutes para su tradicioacuten militar y la incorporoacute raacutepidamente Las primeras unidades de caballeriacutea pesada acorazada romana llevaron nombres que aludiacutean a tradiciones orientales catafractii pero su ar-mamento y el fundamento de sus taacutecticas era una mezcla de aportaciones romanas y modelos saacutermatas Con la llegada del s III dC estas unidades se hariacutean cada vez maacutes necesarias y sobre la trayectoria marcada por los pio-neros de este arma se labrariacutea el desarrollo completo de la misma

La emersioacuten del Imperio persa sasaacutenida supuso la transformacioacuten re-novacioacuten y revitalizacioacuten del arma de caballeriacutea puramente oriental Los sa-saacutenidas llevaron a un nuevo paroxismo a la combinacioacuten de la caballeriacutea pe-sada y la caballeriacutea ligera de tradicioacuten oriental hasta el punto de que algunos tratadistas militares romanos como Amiano Marcelino llegaron a conside-rarlo como un arma praacutecticamente imbatible En palabras del propio Amiano [] catafractarii [] et sagitarii formidable genus armorum82 Probable-mente estas circunstancias forzaran (entre otros factores) no ya la expansioacuten del arma de caballeriacutea pesada (asiacute como del arquero a caballo) en el ejeacutercito romano de los siglos III y IV dC sino la asuncioacuten por parte de la misma de muacuteltiples elementos propios ya exclusivamente de la tradicioacuten militar irano-persa

La experiencia saacutermata quedoacute atraacutes sin embargo su importancia y la de los primeros prototipos de caballeriacutea pesada romana existentes en el Alto Imperio no debe menospreciarse Fueron la piedra fundadora los cimientos de una importante rama de la tradicioacuten militar romana posterior madre de la bizantina y de buena parte de las tradiciones militares de la posterior Europa medieval donde la caballeriacutea ostentariacutea durante siglos su particular supre-maciacutea En cierto modo puede decirse que la caballeriacutea saacutermata y las primeras

82 AMIANO MARCELINO 16 12 7

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unidades de caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano se encuentran entre las raiacute-ces de una tradicioacuten militar que llevoacute a la caballeriacutea a mantener la ilusioacuten de su reinado sobre los campos de batalla hasta el enloquecedor extremo de atravesar las trincheras y alambradas de la I Guerra Mundial y cargar sobre las divisiones panzer germanas en 1939

SELECCIOacuteN DE TEXTOS EPIGRAacuteFICOS RELATIVOS

83 Camerinum (Camerino) Regio VI Italia CIL XI 5632

M(arco) Maenio C(ai) f(ilio) Cor(nelia) Agrippae L(ucio) Tusidio Campestri hospiti divi Hadriani patri senatoris praef(ecto) coh(ortis) II Fl(aviae) Britton(um) equitat(ae) electo a divo Hadriano et misso in expeditionem Brittannicam trib(uno) coh(ortis) I Hispanor(um) equitat(ae) praef(ecto) alae I Gallor(um) et Pannonior(um) catafractatae proc(uratori) Aug(usti) praef(ecto) classis Brittannicae proc(uratori) provinciae Brittanniae equo publico patrono municipi(i) vicani Censorglacenses consecuti ab indulgentia Optimi Maximique Imp(eratoris) Antonini Aug(usti) Pii beneficio interpretationis eius privilegia quibus in p[e]rpetuum aucti confirmatique sunt l(ocus) d(atus) d(ecreto) d(ecurionum) g(ratis)

Ad Mediam (Mehadia) Dacia CIL XVI 110 = CIL III 886 = AE 1980 760

[Imp(erator) Caes(ar) divi Had]rian(i) f(ilius) divi Traiani [Parthici n(epos) divi Ne]rvae pron(epos) T(itus) Aelius [Hadrianus Ant]oninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) [max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII] imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae) [equit(ibus) et pedit(ibus)] qui mil(itaverunt) in alis III quae [appell(antur) Silia]n(a) et Gall(orum) et Pann(oniorum) [catafrac(taria) et F]ront(oniana) et coh(ortibus) XII I Ulp(ia) [Britton(um)] |(milliaria) et I Fl(avia) Ulp(ia) Hisp(anorum) |(milliaria) [et 3 I Ael(ia)] Gaesa(torum) |(milliaria) et I Aug(usta) Nerv() [|(milliaria) et I]I Britt(onum) |(milliaria) et I Hispan(orum) [--- e]t II Hisp(anorum) scutat(a) Cy[ren(aica) et ---]n() et VI Thrac(um) et sunt [in Dacia Poroliss]en(si) sub Macrinio [Vindice proc(uratore) qui]nq(ue) et vigint(i) stip[en(diis) emerit(is) dimis(sis) hon]est(a) miss(ione) quor(um) [nomin(a) subscripta s]unt civit(atem) Roman(am) [qui eor(um) non ha]b(erent) ded(it) et con(ubium) cum [uxor(ibus) quas tu]nc hab(uissent) cum est [civit(as) i(i)s dat(a) aut] cum i(i)s quas post(ea) [dux(issent) dumtax(at) si]ngulis [[Imp(erator) Caes(ar) divi Hadrian(i) f(ilius) divi Traiani Parthici n(epos) divi Nervae pron(epos) T(itus) Aelius Hadrianus Antoninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae)] [equit(ibus) et pedit(ibus) qui mil(itaverunt) in alis III ---] et vigint(i) stipend(iis) emerit(is) dimis(sis) honest(a) miss(ione) quor(um) nomin(a) subscript(a) sunt civit(atem) Roman(am) qui eor(um) non haber(ent) dedit et conub(ium) cum uxor(ibus) quas tunc habuis(sent) cum est civit(atem) i(is) dat(a) aut cum i(is) quas post(ea) dux(issent) dumtax(at) singulis a(nte) d(iem) V K(alendas) Oct(obres) Sex(to) Calpurnio Agricola Ti(berio) Claudio Iuliano co(n)s(ulibus) coh(ors) I Ulpia Britton(um) |(milliaria) cui

83 Tomados del Epigraphische Datenbank Clauss-Slaby httpwwwmanfredclauss de

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prae(e)st L(ucius) Nonius Bassus Picen(o) ex pedite Luonerco Molaci f(ilio) Britt(oni) descript(um) et recognit(um) ex tabul(a) aer(ea) quae fixa est Romae in mur(o) post templ(um) divi Aug(usti) ad Minervam

Tipasa (Tefessad) Mauretania Cesariense AE 1951 265 = AE 1955 133

D(is) M(anibus) Adiutoris eq(uitis) al(ae) pri(mae) Can(n)anafatium vi(xit) XXXXI m(ilitavit) an(nos) XXIII pro(curante) l(i)b(erto) ipsi(us) bene me(renti) Cabanus he(res) po(suit)

Savaria (Szombathely) Panonia Superior CIL III 4183

T(itus) Cnorius Sabinianus ex praef(ecto) alae Contariorum v(ir) e(gregius) et L(ucius) Val(erius) Verus dec(urio) c(oloniae) C(laudiae) Savar(iensium) sacerdotalis p(rovinciae) P(annoniae) s(uperioris) cryptam vi ignis exustam sumptibus suis refecerunt

Brigetio (Kornye) Panonia Superior CIL III 4278

D(is) M(anibus) Val(erio) Saturnino vet(erano) ex dup(licario) alae I Ulp(iae) Cont(ariorum) qui vixit an(nos) L et Val(erio) Sabino mil(iti) leg(ionis) I Ad(iutricis) stip(endiorum) III vixit an(nos) XXV filio Caes(ia) Digna marito et filio f(aciendum) c(uravit)

Apamea Siria AE 1987 955

Aur(elio) Basso quandam(sic) sig(nifero) al(ae) I Ulp(iae) (C)ontariorum stipendiorum VIII vixit annos XXVIIII XI Kal(endas) Maias Gallo et Volusiano consilibus() titulus positus a Marc(io) Cotum(sic) (d)ec(urione) al(ae) c(ivium) R(omanorum)

Apamea Siria AE 1993 1589

D(is) M(anibus) Iulius Valerianus eques alae I Ulp(iae) contariorum stip(endiorum) XXIII vixit annis XXXXVI Ulp(ius) Ingenu(us) dupl(icarius) alae eiusdem heres posuit b(ene) m(erenti)

Arrabona (Gyor) Panonia Superior CIL III 4379

D(is) M(anibus) Ulp(ius) Variu(s) Ore() vet(e)r(anus) ex stat(ore) al(a)e I Ulp(iae) Cont(ariorum) do(mo) Af(rica) vixs(it) ann(os) XLV et Ael(iae) Sabin(a)e fi(liae) vix(it) ann(os) X Ael(ia) Domitia con(iunx) et Ulp(ius) Sabinianus et Ulp(ius) [Cele]rinus et Sabi[nil]la fili(i) vivi cum [mat(re) pa]tri karis(simo) posuerunt

Sentpalpuszta Panonia Superior CIL III 11081 = AE 1899 3

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[D(is) M(anibus)] M(arcus) Aur(elius) [3]us vex(illarius) al(ae) p(rimae) C(ontariorum) Anto(ninianae) et Elv(iae) Bon(a)e c(oniugi) car(issimae) et f(iliae) Aur(eliae) Valerin(a)e et Ae(liae) Sabin(a)e et Elv(io) Verecundo an(norum) LXX Pulc(h)r(a)e() Suri an(norum) LX et Elv(io) Vitali an(norum) XVIII et Au(relio) Ma(n)suetiano an(norum) VII et Ae(lio) Florido M(arcus) Aur(elius) Valerianus sib(i) [et] su[i]s vivi f(ecit)

Roma CIL VI 1449 = AE 1967 16 = AE 196970 13

M(arco) Macrinio Avito M(arci) f(ilio) Claud(ia) Catonio Vindici co(n)s(uli) aug(uri) p(opuli) R(omani) Quiritium leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) prov(inciae) Moes(iae) inf(erioris) leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) Moes(iae) sup(erioris) cur(atori) civitat(is) Arimin(ensium) p[r]oc(uratori) prov(inciae) Dac(iae) Malv(ensis) praef(ecto) alae contar(iorum) praef(ecto) alae III Thrac(um) trib(uno) milit(um) leg(ionis) VI Victr(icis) praef(ecto) coh(ortis) VI Gall(orum) donat(o) donis mil(itaribus) in bello Germ(anico) ab Imp(eratore) M(arco) Aur(elio) Antonino Aug(usto) hast(is) pur(is) II et vexill(is) II cor(o)na mural(i) et vallar(i) Iunia Flaccinilla marito karissimo et Macrinia Rufina patri piissimo vixit annis XLII m(ensibus) V

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SELECCIOacuteN DE IMAacuteGENES

Fig 1 Relieve de la estela funeraria del eques Aduitor miembro del ala I Canninefatum (AE 1955

133) empuntildeando un contus sarmaticus por el lateral derecho de su montura DIXON SOUTHERN 1997 p 49

Fig 2

Grafito de Dura-Europos datado en torno a los ss II-III dC representando un catafracto parto romano o sasaacutenida JUNKELMANN 1992 p 197

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Fig 3 Las dos bardas de escamas metaacutelicas completas encontradas por Rostovzeff en las

excavaciones de Dura-Europos a lo largo de la campantildea de 1932-33 JUNKELMANN 1992 p 214

Fig 4 Relieves de Firuzabad (Iraacuten) representando a un clibanario persa sasaacutenida derribando a un

catafractarioclibanario parto s III dC Obseacutervese las bandas transversales que se ven en los brazos del jinete de la derecha que probablemente esteacuten representando un tipo de manica

WILCOX 2001 p 22

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Fig 5 Relieve de Firuzabad representando a unos catafractosclibanarios parto y sasaacutenida forcejeando

en combate cuerpo a cuerpo Ilustracioacuten de Wilcox 2001 p 23

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FIG 6 Catafractos partos del s I aC Obseacutervense las protecciones tipo manicae portadas por ambos

jinetes en los brazos El jinete de la derecha tambieacuten las lleva sobre las piernas A Mc Bride en WILCOX 2001

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Fig 7 Fragmentos de cotas de escamas y laacuteminas para armadura encontradas en enterramientos

saacutermatas de los ss I-III dC NEGIN 1998 p 70

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Fig 8 Estela de Athenios en Panticapea (Crimea Ucrania) donde se puede observar a un jinete (izqda) que parece montar un caballo protegido con una cota de escamas al igual que eacutel

NEGIN 1998 p 66

Fig 9 Reconstruccioacuten de un contario saacutermata (izqda) en accioacuten s II dC seguacuten G Embleton en

BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 10 Reconstruccioacuten el posible aspecto de un jinete pesado saacutermata y de la posible proteccioacuten de su

montura s II dC seguacuten G Embleton en BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 11 Reconstruccioacuten de un jinete pesado saacutermata equipado con una armadura compuesta ss I-II

dC seguacuten NEGIN 1998 p 73

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Fig 12 Casco romano tipo Russell Robinson tipo B basado en un ejemplar encontrado en Ely

(Cambridgeshire Reino Unido) ss I-II dC GOLDSWORTHY 1998 p 238

Fig 13

Casco romano tipo Rusell Robinson E basado en un hallazgo realizado en Hedderneim (Alemania) ss II-III GOLDSWORTHY 1998 p 238

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Fig 14

Reconstruccioacuten de un casco romano del tipo Niederbieber ss II-III dC seguacuten GILBERT 2010 p 136

Fig 15

Reconstruccioacuten de una variante del casco romano tipo Heddernheim con y sin maacutescara de proteccioacuten para el rostro ss II-III dC seguacuten ALEXANDRA GILBERT 2009 pp 24-26

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Fig 16 Fragmento de lorica squamata de escamas semi-riacutegidas s II dC

BISHOP COULSTON 1993 p 116

Fig 17 Silla de montar romana de cuatro cuernos seguacuten la reconstruccioacuten de P Connolly

DIXON SOUTHERN 1997 p 71

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Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

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Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

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Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

Recibido 17 mayo 2011 Aprobado 22 junio 2011

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caftaacuten Otros tipos de proteccioacuten menos frecuentes fueron probablemente tambieacuten las cotas de placas o laacuteminas que se tornariacutean maacutes comunes en las estepas desde la Tardoantiguumledad y la Alta Edad Media Por otra parte hallazgos arqueoloacutegicos como los realizados en Vozdvizhenskaya Stanitsa han llevado a plantear diversas hipoacutetesis de reconstruccioacuten de posibles arma-duras compuestas saacutermatas es decir creadas con distintos tipos de pro-tecciones principalmente escamas y malla combinadas Un yelmo coacutenico compuesto y dotado de carrilleras completariacutea la proteccioacuten del jinete pu-dieacutendose observar varios tanto en las escenas como en el podio de la Colum-na Trajana Como ya hemos sentildealado anteriormente la particular naturaleza del estilo de combate del contario le impediriacutea portar un escudo o hacer un uso realmente uacutetil de eacutel Taacutecito especifica que los saacutermatas que penetraron en Mesia en 69 dC no haciacutean uso de escudos39 y tampoco los vemos represen-tados en ninguna de nuestras fuentes iconograacuteficas donde aparecen contarios saacutermatas40

La posible proteccioacuten portada por los caballos de estos jinetes por otra parte ha sido y es el principal punto de debate Mielczarek considera que la mayor parte de las monturas no se encontrariacutean protegidas de ninguna forma especial a excepcioacuten de aquellas que formariacutean parte de la vanguardia y liacutenea de choque de la formacioacuten y que en cualquier caso se tratariacutea de una proteccioacuten disentildeada principalmente para proteger al caballo ante un combate contra otros jinetes maacutes que contra formaciones de infanteriacutea (al contrario que los partos maacutes preocupados de batir a la infanteriacutea romana mientras que los saacutermatas se enfrentariacutean maacutes frecuentemente a otros pueblos de jinetes o entre siacute mismos seguacuten el autor)41 A E Negin por su parte no niega la po-sibilidad de que las monturas de los jinetes saacutermatas maacutes pesadamente equi-pados fueran protegidas pero en cualquier caso considera que dicha pro-teccioacuten variariacutea en extensioacuten enormemente de un jinete a otro y estariacutea prin-cipalmente restringida a los mandos42 I Lebedynsky especialista en cultu-ras esteparias de la Antiguumledad considera posible que parte de las monturas de la caballeriacutea saacutermata portaran alguacuten tipo de proteccioacuten para lo que argu-menta que las representaciones de jinetes y monturas acorazados de la Co-lumna Trajana aunque ejecutadas en un modo bastante fantasioso no deja de ser sino la traduccioacuten artiacutestica de una realidad militar Igualmente cita la estela funeraria de Athenios en Panticapea donde aparece un jinete empu-

39 TAacuteCITO Historias I 79 4 40 EADIE 1967 p 165 MIELCZAREK 1993 pp 99-100 NEGIN 1998 pp 67-74

LEBEDYNSKY 2002 pp 164-171 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002 pp 23-34 41 MIELCZAREK 1993 pp 101-102 42 NEGIN 1998 p 74

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ntildeando una lanza y montado sobre un caballo que parece mostrar sobre su lo-mo las trazas de una proteccioacuten de escamas o laacuteminas43 R Brzezinski junto a Mielczarek por su parte llegan a conclusiones similares44 Particularmente consideramos que probablemente el uso de protecciones amplias para los ca-ballos no fuera tan sistemaacutetico como podiacutea observarse entre los catafracta-rios partos sino maacutes restringidas en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete y su papel taacutectico concreto en el campo de batalla En este sentido la no utilizacioacuten del teacutermino catafractus katavfrakto por parte de las fuen-tes latinas o griegas en referencia a la caballeriacutea pesada de choque saacutermata podriacutea responder a esta circunstancia en comparacioacuten con la caballeriacutea pesa-da parta

CONTARII Y CATAFRACTII EN EL EJEacuteRCITO ROMANO EQUIPAMIENTO ORGANI-ZACIOacuteN TAacuteCTICAS Y ORIacuteGENES

A continuacioacuten abordaremos en detalle el equipamiento militar la or-

ganizacioacuten de las unidades y las taacutecticas empleadas por estas unidades espe-cializadas y peculiares atestiguadas por primera vez en el ejeacutercito romano en eacutepoca Flavia y sobre todo de Trajano y Adriano en base a las fuentes dis-ponibles Una vez definidos estos puntos trataremos de considerar cuaacutel fue la corriente de influencia y los motivos que llevaron a la creacioacuten de unida-des de caballeriacutea de esta naturaleza en mitad de una tradicioacuten militar estre-chamente vinculada a la infanteriacutea pesada

Respecto del equipamiento de los contarii y catafractii del ejeacutercito romano (asiacute como de los ejeacutercitos saacutermata y parto) sucede como con cual-quier otra unidad militar de reciente creacioacuten o naturaleza extrantildea en cual-quier periodo histoacuterico son sus elementos maacutes innovadores o peculiares los que llaman la atencioacuten del observador (sea eacuteste directo o indirecto) que-dando los elementos comunes o sobradamente conocidos en un segundo pla-no o simplemente obviados45 La organizacioacuten de estas unidades por otra

43 LEBEDYNSKY 2002 pp 171-172 44 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002 p 37 45 MIELCZAREK 2002 pp 90-93 este autor dispone como ejemplo comparativo la ima-

gen que los huacutesares alados polacos unidad militar de caballeriacutea pesada (por contra a su deno-minacioacuten de huacutesares) empleada por la Confederacioacuten polaco-lituana durante los ss XVI-XVIII causaba entre sus contemporaacuteneos extranjeros los cuales destacaban antes los ele-mentos ldquoexoacuteticosrdquo y llamativos de esta unidad (las alas a la espalda los pendones de las lar-gas lanzas o las pieles vestidas sobre las armaduras y uniformes por sus aristocraacuteticos miem-bros) que los elementos realmente cruciales como las lanzas de choque las poderosas pro-tecciones metaacutelicas y su empleo taacutectico en la batalla con devastadores resultados Otro tanto

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parte dada su denominacioacuten de alae responde claramente a los modelos altoimperiales de organizacioacuten de la caballeriacutea sin que pueda detectarse en principio ninguna particularidad extraordinaria causada por la naturaleza es-pecial (o simplemente novedosa) de estas unidades Las taacutecticas son el punto decisivo en base a que suponen la puesta en praacutectica y uso del equipamiento y la organizacioacuten previa de la unidad y lo que determinaraacute en mayor medida el eacutexito de su empleo en la batalla objetivo fundamental de cualquier unidad militar por simple que eacutesta sea Finalmente nuestro intereacutes en determinar los oriacutegenes e influencias de este tipo de unidades del ejeacutercito romano deviene de una razoacuten sencilla el ejeacutercito romano estuvo en contacto durante qui-nientos antildeos con tradiciones militares que emplearon la caballeriacutea de forma masiva y especializada o que hicieron simplemente un uso maacutes o menos sis-temaacutetico de la caballeriacutea pesada de choque o catafracta sin que ello motivara la creacioacuten de unidades semejantes dentro de las armas romanas iquestPor queacute razoacuten entonces eacutestas surgen repentinamente hacia finales del s I dC y muy especialmente bajo los reinados de Trajano y Adriano sin abandonar ya la tradicioacuten militar romana hasta convertirse en una de las espinas dorsales de los ejeacutercitos del Bajo Imperio y sobre todo del posterior Imperio Bizantino

El lector habraacute notado que en el tiacutetulo de este apartado no hemos he-cho mencioacuten los clibanarii Dada la inexistencia de este teacutermino en las fuen-tes que tratan esta clase de unidades en el periodo que abordamos (hasta el punto que no hace su aparicioacuten hasta el s IV dC)46 consideramos innece-saria cualquier disquisicioacuten ulterior en base a una especialidad militar que no habiacutea emergido como tal para el periodo que estudiamos No obstante no debemos olvidar que en base a las hipoacutetesis barajadas y a la propuesta que aquiacute hemos presentado apoyaacutendonos en ellas las diferencias entre catafractii y clibanarii devienen maacutes de un empleo taacutectico antes que de diferencias sen-sibles en equipamiento u organizacioacuten en este sentido por tanto el papel taacutectico del clibanarius podriacutea haber sido desempentildeado por el catafractus en el periodo que nos ocupa

Las alae I Canninefatum y I Vlpia Contariorum milliaria El elemento maacutes caracteriacutestico de un contarius es el arma que le da

nombre el contus sarmaticus Nuestras fuentes no nos aportan mayores de-talles acerca del equipamiento militar de esta clase de unidades La estela de parece suceder con las fuentes claacutesicas que abordan a contarios catafractos y clibanarios de cualquier ldquonacionalidadrdquo soacutelo se resentildean los elementos llamativos o extrantildeos de su equipo

46 MIELCZAREK 1993 p 76

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Aduitor jinete del ala I Canninefatum ya mencionada maacutes arriba nos aporta la imagen de un jinete equipado tan soacutelo con un contus sin llevar maacutes pro-teccioacuten que sus ropas militares Sin embargo no es la primera vez que un militar romano se hace representar en su estela funeraria portando simple-mente sus armas maacutes caracteriacutesticas vistiendo tan soacutelo lo que podriacuteamos de-nominar como su ldquouniformerdquo Asiacute pues iquestno podriacutea estar actuando Aduitor en el mismo sentido

El contus sarmaticus es un arma de choque destinada a ser empuntildeada a dos manos por un jinete que emplearaacute la fuerza de sus brazos y de la em-bestida de su caballo conjuntamente para arremeter contra un objetivo pe-destre o ecuestre con la finalidad de abatirlo o derribarlo La superior longitud del contus por otra parte confiere al jinete una importante ventaja desde el momento en que a la carga posee la oportunidad de golpear prime-ro al enemigo con toda la brutal fuerza que un jinete a la carga puede desple-gar en ese preciso instante Sin embargo una vez ha sucedido el choque y se acortan las distancias entre el contarius y sus enemigos el jinete se encuen-tra en una situacioacuten de creciente vulnerabilidad si no recibe apoyo de liacuteneas sucesivas de otros jinetes o queda maacutes o menos aislado puede ser flanquea-do y faacutecilmente atacado por la infanteriacutea u otros jinetes47 La principal fuerza de una unidad de contarios radica por tanto en su capacidad para actuar en grupo y en perfecta coordinacioacuten asiacute como en saber explotar la ventaja fiacutesica y psicoloacutegica del primer impacto para barrer y desfondar a la formacioacuten ene-miga del tipo que sea Sin embargo esto no siempre puede suceder (ni se dan las condiciones apropiadas para conseguirlo en el campo de batalla) Ante semejante eventualidad inherente a una unidad de contarii sus componentes debiacutean de estar seguramente preparados La proteccioacuten corporal y un o unas armas secundarias formaban probablemente parte del equipo de Aduitor y de otros jinetes como eacutel

En cuanto al equipamiento ofensivo el arma maacutes comuacuten al lado de una lanza de acometida es una espada especialmente una de hoja larga la maacutes adecuada para su uso desde la silla de montar Este tipo de armas estaacute arqueoloacutegicamente atestiguada entre otros especialistas en el uso del contus los saacutermatas En la panoplia romana del s II dC las espadas largas no eran desconocidas en absoluto la caballeriacutea empleaba masivamente la spatha una espada de hoja recta que podiacutea oscilar entre los 65 y los 90 cm de lon-gitud y entre los 4 y 8 cm de anchura que en el s II dC era portada ya so-bre el costado izquierdo48 Otro tipo de espadas empleadas por la caballeriacutea romana en eacutepoca Antonina y Severa fueron las espadas de pomo en forma de

47 GOLDSWORTHY 1998 p 241 48 DIXON SOUTHERN 1997 pp 48-49 FIELDS 2006 p 16

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anillo cuyo origen se encuentra entre las espadas del mismo tipo saacutermatas y del Reino del Boacutesforo49 Una daga el pugio romano aunque pueda parecer un arma mucho maacutes uacutetil para un soldado de infanteriacutea que para un jinete es especialmente adecuada para los combates maacutes encarnizadamente cercanos tales como los brutales forcejeos hombre a hombre que tras un encontronazo de caballeriacutea podiacutean darse Igualmente un jinete descabalgado encontrariacutea mucho maacutes adecuado un pugio a la hora de enfrentarse a la infanteriacutea ene-miga que su larga espada maacutes conveniente para el combate desde la silla de montar50 Si tenemos en cuenta que en determinadas circunstancias un conta-rius era particularmente vulnerable a los ataques (y a ser consecuentemente derribado) un pugio seriacutea un buen complemento a su panoplia

Respecto al equipo defensivo debemos descartar desde un principio (auacuten a riesgo de resultar redundantes) el uso de escudos dada la imposibi-lidad de emplearlos adecuadamente empuntildeando al mismo tiempo un contus cuyo uso ademaacutes se veriacutea gravemente estorbado En este sentido la pro-teccioacuten corporal se convertiriacutea en un imperativo maacutexime teniendo en cuenta las debilidades inherentes a un contarius en combate ya mencionadas Di-versos tipos de casco o galea estaban a la disposicioacuten del jinete romano Los cascos de caballeriacutea evolucionaron de un modo diferente a los de la infan-teriacutea desde eacutepoca de Augusto al fin y al cabo las necesidades de proteccioacuten y movilidad de un jinete y un infante eran distintas Hacia finales del s I dC los modelos preexistentes como el casco tipo Weiler empezaron a ser refor-zados en su parte frontal (un lugar propenso a recibir contundentes sablazos durante el choque entre dos formaciones de caballeriacutea) desembocando en nuevos modelos durante el s II dC tales como el Russell Robinson tipo B uno de cuyos principales ejemplos fue encontrado en Ely Cambridgeshire Entre sus principales caracteriacutesticas estaacute la ampliacioacuten de las carrilleras que envuelven buena parte de la cara asiacute como los oiacutedos dejando soacutelo al descu-bierto nariz ojos y boca Su refuerzo frontal es pronunciado y el cubrenuca se ampliacutea ligeramente Sin embargo los cubrenucas de los cascos de ca-balleriacutea nunca alcanzaraacuten extensiones superiores en caso de ser derribado un jinete con un casco de cubrenuca muy extenso (como en los cascos de in-fanteriacutea del s II dC) podiacutea partirse el cuello faacutecilmente En este sentido avanzado el s II dC los cubrenucas se atrofian de nuevo mientras que las carrilleras se ampliacutean auacuten maacutes asiacute como los refuerzos del yelmo En este sentido los mejores ejemplos son el casco de Kalkar-Houmlnnepel (s II dC) y especialmente el tipo Friedberg el Heddernheim y el Russell Robinson tipo

49 BISHOP COULSTON1993 pp111-112 LEBEDYNSKY 2002 pp 101-103 p 167 y p 240 DIXON STEPHENSON 2003 pp 75-78

50 DIXON STEPHENSON 2003 pp 90-92

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E datados ya a comienzos del s III dC Estos cascos se caracterizan por en-volver casi completamente la cara salvo una breve ldquotrdquo que deja al descu-bierto ojos nariz y parte de la boca Las carrilleras cubren toda la cara y los oiacutedos asiacute como buena parte del cuello en unioacuten al cubrenuca Una extensa visera se extiende desde el frontal reforzado del casco sirviendo para desviar auacuten mejor los golpes frontales El yelmo presenta refuerzos transversales que se cruzan en su parte superior y se extienden hasta los liacutemites del cubrenuca En su conjunto estos disentildeos de cascos proporcionan una buena proteccioacuten contra golpes realizados desde cualquier direccioacuten especialmente frontales laterales y sobre la parte superior de la cabeza dejando vulnerable soacutelo la parte estrictamente necesaria del rostro51 No trataremos aquiacute todaviacutea los cas-cos destinados en principio a la Hippikaacute Gymnasia pues su particular natu-raleza y en especial la utilidad protectora del rostro de sus maacutescaras seraacute ob-jeto de debate en torno al equipamiento de los catafractii

La proteccioacuten corporal resultariacutea igualmente esencial para un conta-rius sobre todo porque en posicioacuten de carga y sin escudo resultariacutea muy vul-nerable a cualquier contraataque que pudiera atravesar la formacioacuten de ca-balleriacutea erizada de lanzas En general las protecciones no deberiacutean resultar muy diferentes a las de cualquier otro equite medianamente pesado de la ca-balleriacutea romana La proteccioacuten maacutes sencilla y frecuente seriacutea la lorica hama-ta o cota de mallas de mangas cortas hombros reforzados con una doble ca-pa de mallas y faldelliacuten extenso hasta medio muslo A finales del s II dC la caballeriacutea empezariacutea a llevar loricae hamatae de mayor longitud llegando a rebasar codos y rodillas En cuanto a las loricae squamatae durante los ss I-II dC soliacutean ser de unas dimensiones semejantes a las hamatae de man-gas y faldelliacuten cortos (cuando no sin mangas) con dos placas pectorales de metal como complemento y una franja de pteryges sobre los muslos Con la entrada del s III dC la lorica squamata cambia y tiende a hacerse maacutes lar-ga En el s II dC se incorpora una innovacioacuten las escamas semi-riacutegidas maacutes amplias y cosidas unas junto a otras sobre una pieza de cuero de tal for-ma que conformaban una proteccioacuten riacutegida y maacutes soacutelida como el ejemplo de Waffenmagazin en Carnunto datado probablemente de eacutepoca pre-Antonina o Antonina temprana Las armaduras de laacuteminas elaboradas a partir de esca-mas de metal rectangulares y alargadas son raras en el mundo romano du-rante esta fase aunque existe alguacuten ejemplo aislado como el hallazgo de un fragmento datado en el s III dC en Čatalka52 Otros elementos podiacutean com-

51 BISHOP COULSTON 1993 pp 93-96 y 117-119 FREUGEgraveRE 1994 pp 104-121 DIXON

SOUTHERN 1997 pp 35-36 DIXON STEPHENSON 2003 pp 17-20 FIELDS 2006 pp 12-13 52 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-92 y 116-117 DIXON SOUTHERN 1997 pp 36-43

DIXON STEPHENSON 2003 pp 43-48 FIELDS 2006 pp 13-14

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pletar la proteccioacuten del contarius como la de cualquier otro equite especial-mente grebas de diverso tipo especialmente uacutetiles para proteger las vulnera-bles piernas del jinete53

Completariacutea el equipamiento de un contarius su montura asiacute como la silla y los arreos necesarios para controlarla y poder actuar en conjuncioacuten con ella En particular la silla compondriacutea un elemento clave del equipo de una caballeriacutea especializada en taacutecticas de choque ante la carencia de estri-bos sin una silla de montar adecuada un contarius podriacutea salir simplemente disparado por la grupa de su caballo a causa de la fuerza del impacto En este sentido las tentativas de reconstruccioacuten de las sillas de montar realizadas por Junkelmann y P Connolly han resultado de extremada utilidad para conocer hasta queacute punto la silla de montar romana conocida como ldquosilla de cuatro cuernosrdquo podiacutea suplir la carencia del estribo y permitir a un jinete realizar toda clase de maniobras a lomos de su caballo sin correr excesivo riesgo de caer desmontado Especialmente satisfactorios han sido en este sentido las experiencias realizadas por Connolly con su propuesta de silla de estructura riacutegida interna de madera respaldados sus resultados por otros autores como K Dixon o P Southern Aunque no es materia esencial de nuestro estudio el debate en torno a la particular naturaleza de las sillas de montar romanas sentildealaremos que estos autores (a cuya opinioacuten nos adscribimos) consideran que una silla de montar de entramado riacutegido interno responderiacutea mucho me-jor a las necesidades de un jinete carente de estribos que una sin dicho entra-mado Desde nuestro particular punto de vista consideramos que las necesi-dades de un jinete especializado en taacutecticas de choque acentuariacutean enorme-mente la necesidad de una silla con un buen entramado riacutegido capaz de absorber la fuerza del impacto y mantener al jinete soacutelidamente afincado so-bre el lomo de su montura sin riesgo de caer Igualmente la solidez del en-tramado y su capacidad para transferir el peso del jinete de la columna verte-bral del animal hacia sus flancos (con el consecuente beneficio para la salud del caballo) permitiriacutea transmitir la fuerza de la embestida de la montura ha-cia el propio jinete y su arma (en este caso el contus) concentrando la fuerza del impacto en el afilado extremo de eacutesta y maximizando de este modo la eficiencia de la carga54 Posiblemente las unidades de caballeriacutea maacutes pesadas (como los catafractii) emplearon sillas de montar cuyo entramado estariacutea maacutes desarrollado y hasta reforzado con elementos metaacutelicos55

53 DIXON STEPHENSON 2003 p 61 54 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 BISHOP COULSTON 1993 pp 105-108

MIELCZAREK 1993 pp 81-82 DIXON SOUTHERN 1997 pp 70-74 DIXON STEPHENSON 2003 pp 107-110 FIELDS 2006 pp 17-18

55 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 pp 44-45

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La posible proteccioacuten portada por la montura de un contarius proba-blemente no diferiacutea de la portada por las monturas de las unidades de ca-balleriacutea media del ejeacutercito romano especialmente si tenemos en cuenta que como tendremos oportunidad de analizar no estaacute ni tan siquiera claro que los caballos de los catafractii romanos portaran protecciones fuera de lo comuacuten respecto de otras unidades de caballeriacutea Por tanto el elemento de proteccioacuten maacutes pesado portado por el caballo de un contarius seriacutea un chamfron una proteccioacuten para la cabeza y ojos del animal que podiacutea ser tanto de cuero co-mo metaacutelica Se han encontrado diversos ejemplares de este tipo de protec-ciones los maacutes exuberantemente decorados considerados (en principio) como restringidos a su uso durante la Hippikaacute Gymnasia56 El principal papel de estas protecciones parece enfatizar la proteccioacuten de los ojos del caballo en tanto en cuanto se conocen ejemplos de chamfrons romanos que tan soacutelo protegen esta vulnerable parte de la cabeza del animal como los hallados en Mainz Alemania57

El armamento caracteriacutestico del contarius especialmente el contus se asemeja enormemente al equipamiento del jinete pesado saacutermata el cual en la mayor parte de los casos no era sino un jinete maacutes o menos bien protegido (en algunos casos pesadamente protegido) a lomos de un caballo que en la mayor parte de los casos no llevariacutea una proteccioacuten destacada La principal fuerza del jinete saacutermata radicariacutea en el uso del llamado contus sarmaticus Que los primeros testimonios de la existencia de contarii entre las filas de la caballeriacutea romana no date antes del 60 dC resulta igualmente significativo el encuentro del ejeacutercito romano con la caballeriacutea pesada de los saacutermatas roxolanos o yaacutecigos se produce precisamente en esas fechas No existen evi-dencias de un ldquoteacutermino mediordquo similar al contarius romano entre el arquero a caballo y el catafractoclibanario parto o sasaacutenida Los contrastes entre el jinete pesado saacutermata y el parto son evidentes no soacutelo en equipo militar sino en taacutecticas todo lo contrario sucede entre el jinete pesado saacutermata y el contarius romano en particular Resulta loacutegico por tanto pensar que el mo-delo en taacutecticas y equipamiento del contarius romano se encuentra entre los contarios de la caballeriacutea pesada saacutermata58

56 BISHOP COULSTON 1993 pp 105-108 DIXON SOUTHERN 1997 p 67 DIXON

STEPHENSON 2003 pp 111-112 FIELDS 2006 57 DIXON STEPHENSON 2003 p 112 58 EADIE 1967 pp 165-167 MIELCZAREK 1993 pp 99-102 NEGIN 1998 LEBEDYNSKY

2002 p 236

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El ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta A diferencia de lo que sucede con los contarii no disponemos de des-

cripciones pormenorizadas o representaciones graacuteficas expliacutecitas de cata-fractii del ejeacutercito romano59 Tan soacutelo el grafito de un catafracto hallado en Dura-Europos aporta alguacuten tipo de informacioacuten expliacutecita para reconstruir la posible imagen de lo que seriacutea un catafractus del ejeacutercito romano pese al hecho de que la ldquonacionalidadrdquo del catafracto representado en el grafito no estaacute nada clara

Como ya hemos sentildealado en apartados anteriores el propio nombre de catafractuscatafractii (asiacute como el posterior de clibanariusclibanarii) pone el acento en la defensa corporal metaacutelica de este tipo de soldados romanos o no romanos Sin embargo el equipamiento defensivo carece de sentido algu-no si no protege una funcioacuten ofensiva concreta En un contarius el eacutenfasis se situacutea en su capacidad ofensiva representada fundamentalmente por el contus sarmaticus como devastadora arma de choque en manos de una fuerza dise-ntildeada esencialmente para el ataque la caballeriacutea En un catafractus romano o parto y en sus homoacutelogos saacutermatas maacutes pesadamente equipados el elemen-to clave no es el poderoso equipo defensivo del jinete (y seguacuten queacute casos de su caballo) en solitario sino la conjuncioacuten de eacuteste con el poder devastador de su equipo ofensivo El catafractus representa asiacute la fuerza ofensiva del con-tarius puesta bajo una proteccioacuten concienzuda que la mantenga a salvo de la mayor parte de los contraataques

En este sentido el equipamiento ofensivo de un catafractus romano no se diferenciariacutea en nada sustancial del portado por un contarius Aparte de la fundamental y eficiente contus el catafractus no dejariacutea de portar un arma secundaria siendo de nuevo la maacutes eficiente la espada de hoja larga que en la tradicioacuten romana altoimperial se materializaba en la spatha en to-das sus variantes asiacute como en espadas de hoja larga de tradicioacuten saacutermata que ya presentamos anteriormente En cuanto a otras armas acaso el pugio pu-diera ser un complemento menos uacutetil para un jinete pesadamente protegido (y con una movilidad maacutes restringida en consecuencia) que para un conta-rius o un equite maacutes vulnerable pero con mayor libertad de movimientos Al fin y al cabo la funcioacuten de ataque baacutesica del catafractus no era sino la mis-ma que la del contarius aprovechar la ventaja de un arma de acometida como el contus para derribar a enemigos a pie o montados antes de poder re-cibir cualquier clase de contraataque cuerpo a cuerpo por parte de ellos Era precisamente su capacidad para mantenerse a salvo de buena parte de los

59 MIELCZAREK 1993 p 79

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contraataques (cercanos o de proyectil) lanzados contra ellos lo que conver-tiacutea a los catafractii en un arma auacuten maacutes devastadora y pesada que los conta-rii la fuerza devastadora de su ataque teniacutea muchas menos posibilidades de verse desbaratada durante la accioacuten si todo iba razonablemente bien60

Y es este elemento clave del catafractus romano la proteccioacuten corpo-ral uno de los puntos que mayores debates ha generado empezando por el yelmo propiamente dicho Un catafractus romano del s II y comienzos del s III dC empleariacutea una gama de cascos ligeramente distinta a los de un con-tarius por dos razones la primera de todas cronoloacutegica en base al hecho de que su aparicioacuten (en base a todas nuestras fuentes) no parece tener lugar has-ta la primera deacutecada del s II dC por lo que los disentildeos de cascos maacutes tiacutepi-cos del s I dC (como el tipo Weiler) no llegariacutean a ser usados por los cata-fractii romanos la segunda es puramente funcional en tanto en cuanto se es-perariacutea de un catafractus que fuera lo maacutes protegido posible Soacutelo los dise-ntildeos maacutes soacutelidos de yelmos romanos y de proteccioacuten maacutes completa entrariacutean a formar parte del equipo corriente de esta caballeriacutea pesada En este sentido resulta particularmente representativo el casco tipo Heddernheim o Russell Robinson tipo E el tipo Friedberg asiacute como los cronoloacutegicamente anteriores Kalkar-Houmlnnepel y Bodengraven Todos ellos ofreciacutean una excelente protec-cioacuten a todo el craacuteneo y el cuello Sin embargo todos ellos no podiacutean evitar dejar al descubierto ojos nariz y buena parte de la boca Teniendo en cuenta que el resto del cuerpo del jinete estariacutea tambieacuten razonablemente bien prote-gido la mejor forma de neutralizar a un catafractus en estas circunstancias era atacarle al rostro directamente Sean cuales sean las circunstancias (y lo que Hollywood nos haya intentado hacer creer) el instinto baacutesico de preser-vacioacuten de un ser humano le hace cerrar los ojos encoger o apartar brusca-mente la cabeza y (de ser necesario) protegerse con las manos y los brazos si intuye o siente una agresioacuten dirigida a la cara Se trata de un acto reflejo baacute-sico e instintivo que no se puede evitar La peacuterdida temporal del control so-bre la realidad visual y sobre las acciones del combate que esto produciriacutea podriacutea provocar (al menos durante ese corto espacio de tiempo) que el ldquoin-vulnerablerdquo catafractus dejara de ser una amenaza fallara el objetivo de su ataque dejara de prestar atencioacuten (en pos de su propia proteccioacuten) yo se convirtiera en un objetivo vulnerable durante ese tiempo En resumidas cuentas la proteccioacuten para la cara resultariacutea una pieza muy uacutetil para un sol-dado cuya fuerza residiera en una pesada proteccioacuten y una gran contundencia de ataque En este sentido se sabe que los catafractos y clibanarios partos y

60 MIELCZAREK 1993 p 81 BISHOP COULSTON 1993 pp 109-111 DIXON SOUTHERN 1997 p 76 GOLDSWORTHY 1998 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-321

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sasaacutenidas emplearon maacutescaras o ventails combinadas con sus cascos para completar su proteccioacuten dejando tan soacutelo los resquicios necesarios para res-pirar y ver (literalmente dos orificios del tamantildeos de los ojos asiacute como una apertura y perforaciones para permitir la ventilacioacuten a la altura de la boca y la nariz) sin que ello pareciera representar un inconveniente a la percepcioacuten del entorno en combate61 En la panoplia romana altoimperial los cascos con maacutescaras metaacutelicas (y las maacutescaras en siacute mismas) no son precisamente des-conocidos son aquellos inicialmente atribuidos a un uso en paradas y ejer-cicios militares especialmente la Hippikaacute Gymnasia Entre los ejemplos maacutes destacables podemos sentildealar el tipo Newstead (s I dC) asiacute como las varian-tes maacutes elaboradas y decoradas del Heddernheim En principio este tipo de cascos dada su profusa decoracioacuten y las supuestas limitaciones a la visibili-dad provocadas por la maacutescara estariacutean limitado en su uso a la Hippikaacute Gymnasia Sin embargo este tipo de cascos no era impedimento para un adecuado desenvolvimiento durante estos ejercicios que eran una muestra de destreza iquestPor queacute entonces habriacutean de resultar un estorbo en la batalla Las maacutescaras de la caballeriacutea parta no teniacutean una factura esencialmente diferente a las romanas (maacutes allaacute del plano puramente artiacutestico-estiliacutestico) y fueron usadas en combate con cierta asiduidad iquestPor queacute razoacuten los yelmos con maacutes-cara o maacutes probablemente las maacutescaras en siacute mismas combinadas con otros tipos de yelmos romanos de caballeriacutea conocidos no pudieron ser utilizados en combate tanto como en la Hippikaacute Gymnasia Hace casi dos deacutecadas Mielczarek ya lanzoacute una propuesta en semejante sentido al respecto de la ca-balleriacutea pesada romana poniendo en cuestioacuten su uso exclusivo en paradas y exhibiciones la cantidad de cascos con maacutescaras y maacutescaras aisladas vincu-ladas a la panoplia romana (y especialmente de la caballeriacutea) no parece res-ponder precisamente a un uso limitado a ocasiones especiales Diez antildeos maacutes tarde Dixon e I P Stephenson volvieron a retomar dichos plantea-mientos argumentando que determinados cascos empleados en la Plena y Baja Edad Media (como el sallet A82) limitaban la visibilidad tanto o maacutes que las maacutescaras inicialmente consideradas como limitadas a la Hippikaacute Gymnasia y sin embargo fueron empleados en combate62 En este sentido consideramos que posiblemente los maacutes ricamente decorados ejemplares no fueron objeto de uso en combate pero siacute que nos adscribimos a los plantea-mientos de los autores mencionados considerando no soacutelo probable sino ra-zonable que la maacutescara (y los cascos disentildeados especialmente para portarlas) formaran parte de la panoplia de los catafractii otorgaacutendoles la proteccioacuten necesaria para proteger el siempre vulnerable rostro

61 MIELCZAREK 1993 p 60 NEGIN 1998 pp 72-74 WILCOX 2001 p 10 62 MIELCZAREK 1993 p 81 DIXON STEPHENSON 2003 pp 20-24

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Un catafractus sin duda alguna portariacutea una buena proteccioacuten para el torso En este sentido hariacutea uso de las mismas protecciones antes menciona-das para los contarii como loricae hamatae y squamatae asiacute como las inno-vaciones propias de eacutepoca Antonina y Severa como las escamas semi-riacutegi-das y las poco comunes armaduras de laacuteminas como el aislado ejemplo del s III dC hallado en Čatalka63 Sin embargo si atendemos ahora al grafito de Dura-Europos el jinete representado no parece llevar un uacutenico tipo de pro-teccioacuten sobre su torso Las armaduras compuestas por varios tipos de loricae como hemos visto eran probablemente utilizadas ya por los saacutermatas Este tipo de proteccioacuten era tambieacuten conocida en el ejeacutercito romano si bien los ejemplos de la misma son limitados y no parece que su uso estuviera muy extendido (al igual que no parece que en el s II y a comienzos del s III dC los catafractii fueran un arma de extendido uso en Roma) Se denominaba lorica plumata teacutermino que al parecer designaba principalmente a armadu-ras compuestas por lorica squamata y hamata combinadas Esta combina-cioacuten parece ser la utilizada tambieacuten por los saacutermatas aunque su distribucioacuten sobre el cuerpo no se ha podido reconstruir convincentemente64 Al igual que el contarius el catafractus no portariacutea escudo tanto por serle imposible su debido aprovechamiento al empuntildear un contus como por el estorbo que su-pondriacutea al uso de esta uacuteltima La carencia de escudo quedariacutea suplida por lo pesado de su proteccioacuten corporal En este sentido destaca la manica una proteccioacuten construida con laacuteminas de metal (bronce o hierro) semiciliacutendricas unidas unas a otras en progresioacuten descendente del hombro hacia la mano la cual podiacutea proteger a su vez con guanteletes de malla de escamas o incluso una extensioacuten de la manica misma adaptada a la forma de la mano65 Com-pletariacutean la proteccioacuten de un catafractus unas grebas para sus piernas (la parte de su cuerpo maacutes al alcance de la infanteriacutea enemiga) si bien podiacutean disponer de protecciones maacutes pesadas que podiacutean llegar a cubrir muslos y pies recordando en su estructura a la manica empleada para proteger los bra-zos66 En ocasiones podriacutea emplearse tambieacuten protecciones especiacuteficas para el cuello especialmente pensadas para cubrir cualquier posible fisura entre el yelmo y la proteccioacuten del torso De este tipo de piezas se han encontrado al-gunos ejemplos como el de una tumba de Čatalka en Bulgaria datada en el

63 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-92 y 116-117 DIXON SOUTHERN 1997 pp 36-43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 43-48 FIELDS 2006 pp 13-14

64 MIELCZAREK 1993 pp 79-80 NEGIN 1998 pp 68-74 DIXON STEPHENSON 2003 pp 49-50 FIELDS 2006 pp 10-11

65 BISHOP COULSTON 1993 pp 87-91 DIXON STEPHENSON 2003 pp 55-58 66 DIXON SOUTHERN 1997 p 43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 61-63

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s II dC y consistente en un anillo de metal dividido en dos mitades unidas por un cinturoacuten de cuero y originalmente tintado en rojo67

El equipamiento de las monturas de los catafractii romanos es otro as-pecto poleacutemico quizaacutes el que maacutes En primer lugar respecto de las sillas de montar eacutestas responderiacutean probablemente al modelo presentado por Con-nolly pero a un tipo particular cuyo entramado riacutegido interno y cuernos es-tariacutean maacutes desarrollados planteando una sujecioacuten mucho maacutes riacutegida y firme Este tipo de sillas poseiacutea ademaacutes una estructura reforzada con elementos metaacutelicos Seguacuten Connolly y C Van Dryel Murray este tipo de sillas res-ponderiacutea especialmente a un uso por parte de unidades de caballeriacutea pesada donde el peso de la armadura del jinete sumada a su modalidad de combate (choque con lanza pesada) hariacutea necesaria una sujecioacuten maacutes firme para evitar quedar descabalgado asiacute como un maacutes eficiente reparto del peso sobre el lomo y los costados del caballo Este tipo de sillas es visible tambieacuten sobre los caballos de los clibanarios sasaacutenidas que aparecen en el relieve de Firu-zabad68 En segundo lugar estaacute la cuestioacuten en torno a si las monturas de los catafractii romanos del s II y comienzos del III dC llevaban alguacuten tipo de proteccioacuten y cuaacuten completa era esta En este sentido se han lanzado diver-sas propuestas e hipoacutetesis por una parte aquellos que consideran que los ca-tafractii romanos probablemente no emplearon proteccioacuten para sus monturas al menos no en la forma casi sistemaacutetica y masiva que caracterizaba a la ca-balleriacutea pesada parta y que caracterizariacutea maacutes tarde a la sasaacutenida y a la pro-pia caballeriacutea pesada romana bajoimperial en este sentido los catafractii del ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta no seriacutean sino contarii pesada-mente protegidos pero cuyas monturas no portariacutean proteccioacuten alguna fuera de lo comuacuten hasta el momento en el ejeacutercito romano69 otros han propuesto un teacutermino medio sostenido en base a la influencia saacutermata en la creacioacuten y equipamiento de la caballeriacutea pesada romana Es eacuteste el caso de Mielczarek Negin y Lebedynsky entre otros quienes consideran que los catafractii ro-manos no emplearon la protecciones pesadas y o maacutes o menos completas pa-ra sus monturas en el sentido sistemaacutetico que se puede observar en la tradi-cioacuten militar parta o persa sino que emplearon protecciones maacutes limitadas y sobre todo aplicadas a secciones concretas de estas unidades por ejemplo entre aquellos soldados destinados a formar la vanguardia de choque de la formacioacuten o simplemente entre los oficiales70 entre la mayor parte de los autores consagrados al estudio del armamento romano y en particular de la

67 DIXON STEPHENSON 2003 p 59 68 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 p 45 MIELCZAREK 1993 pp 81-82 69 EADIE 1967 pp 166-168 70 MIELCZAREK 1993 pp 74-81 NEGIN 1998 p 74 LEBEDYNSKY 2002 p 237-238

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caballeriacutea existe un acuerdo taacutecito en reconocer el uso por parte de la ca-balleriacutea pesada romana de protecciones metaacutelicas Sin embargo en general o no llegan a un acuerdo en torno a su empleo por parte de las primeras uni-dades de catafractii o se limitan a constatar que los restos arqueoloacutegicos de protecciones equinas pesadas (particularmente las halladas en Dura-Europos) datan en principio del s III dC sin entrar en mayores debates71 finalmente estaacuten aquellos autores que dan simplemente por sentada la asociacioacuten entre el teacutermino catafractii y una proteccioacuten maacutes o menos completa y extendida a la inmensa mayoriacutea (al menos) de las monturas de estas unidades en cual-quier momento desde su creacioacuten72 pero especialmente a partir del s III dC73

En general todas estas corrientes tienden a coincidir en sentildealar que las armaduras pesadas para caballos en el ejeacutercito romano no empezaron a utili-zarse de forma extendida para la caballeriacutea pesada hasta el s III dC De nue-vo el debate se centra en torno a su uso durante el s II dC justo en el mo-mento de la creacioacuten de las primeras unidades de catafractii y particular-mente a causa de la falta de pruebas concluyentes Si se hizo uso de dichas protecciones ya en el s III dC iquestpor queacute razoacuten negar su uso en una fase an-terior aunque eacuteste no fuera un uso generalizado Particularmente preferimos adscribirnos a la tendencia representada por Mielczarek Negin y Lebedyns-ky entre otros autores considerando que los miembros de la uacutenica unidad de caballeriacutea pesada acorazada romana conocida para el s II dC el ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta (y por tanto otras unidades del mismo tipo auacuten por conocer) emplearon protecciones metaacutelicas maacutes o menos pesa-das para sus monturas de un modo ocasional limitado a secciones especiales de la unidad o a la oficialidad siguiendo la corriente de influencia saacutermata Estas protecciones se generalizariacutean a lo largo del s III dC probablemente bajo una mayor influencia de la tradicioacuten militar parta y ante todo sasaacutenida hasta constituir las unidades pesadas del Bajo Imperio que seriacutean el germen de la posterior caballeriacutea pesada bizantina

Este tipo de protecciones incluiriacutea no soacutelo ya los chamfrons metaacutelicos sobradamente conocidos por la caballeriacutea romana de la eacutepoca (y empleados probablemente por los contarii) sino bardas compuestas por malla escamas de cuero o metaacutelicas o laacuteminas que como los ejemplares de Dura-Europos (ya descritos anteriormente) cubririacutean los flancos del caballo y buena parte

71 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-70 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

72 GOLDSWORTHY 1998 pp 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 y 20-21 73 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-322

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de la pechera del mismo74 Este tipo de protecciones probablemente incluiriacutea tambieacuten piezas especiacuteficas para proteger el frontal y la cerviz del animal has-ta la cabeza a semejanza quizaacutes de las empleadas por partos y sasaacutenidas en Oriente Estas piezas particularmente para la cerviz del caballo se han en-contrado tambieacuten en Dura-Europos elaboradas en malla y lazadas mediante correas de cuero75 De este modo si se quisiera proporcionar proteccioacuten tan soacutelo a los caballos de una parte de la unidad lo maacutes loacutegico seriacutea hacerlo con las monturas que marchariacutean en la vanguardia de la formacioacuten de choque y que deberiacutean absorber la fase maacutes violenta del impacto En este sentido las piezas de proteccioacuten maacutes uacutetiles no seriacutean las bardas laterales sino las pro-tecciones para pechera cerviz y cabeza las partes del cuerpo del caballo que quedariacutean expuestas al enemigo durante una carga en formacioacuten cerrada Al prescindir asiacute de las protecciones de los flancos no solo se seguiriacutea apor-tando una proteccioacuten uacutetil a las monturas maacutes expuestas de la unidad durante una accioacuten de combate sino que se estariacutea aligerando el peso que habriacutean de soportar durante la accioacuten reduciendo asiacute el riesgo de agotamiento de las mismas

Si la influencia saacutermata en el origen del contarius romano es maacutes o menos segura la cuestioacuten resulta menos clara para los catafractii Formal-mente un catafractus romano no se diferenciaba del contario saacutermata maacutes pesadamente armado maacutes que en la factura de determinadas partes de su equipamiento muchas de las cuales eran de tradicioacuten puramente romana y unas pocas (como las protecciones maacutes pesadas para las piernas) devendriacutean de tradiciones orientales Sin embargo el hecho de que en ninguacuten momento las fuentes literarias disponibles denominen a la caballeriacutea pesada saacutermata como catafractii y que las protecciones pesadas para caballos entre la mis-ma parezcan ser objeto de un uso tan heterogeacuteneo como vinculado al status y posibilidades econoacutemicas del jinete parece ser el principal punto (al menos inicialmente) de distanciamiento entre los lanceros acorazados saacutermatas y los catafractii romanos Ahora bien suponiendo que la creacioacuten de las unidades de catafractos romanos estuviera respondiendo a la caballeriacutea pesada parta iquestpor queacute esperoacute al s II dC Durante casi tres siglos de encuentros en los campos de batalla de Oriente el ejeacutercito romano no parecioacute tener necesidad alguna de emular a los catafractos y clibanarios partos Finalmente es en el contexto de las guerras daacutecicas y paacuterticas de Trajano y en el reinado de Adriano cuando los catafractii hacen su aparicioacuten en el ejeacutercito romano al-gunas deacutecadas maacutes tarde que los contarii y despueacutes de casi un siglo de con-

74 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-63 67 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

75 DIXON STEPHENSON 2003 p 114

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tacto con la caballeriacutea saacutermata De nuevo la coincidencia de variables parece hablar por siacute sola al igual que primero el contarius el catafractus parece ser una respuesta de la caballeriacutea romana a las refriegas habidas con los exce-lentes jinetes saacutermatas desde mediados del s I dC hipoacutetesis que secundan la mayor parte de los autores76 Cualquier posible influjo oriental en la com-posicioacuten de la primera caballeriacutea pesada romana respondioacute a la incorpora-cioacuten de elementos considerados de utilidad no encontrados en la tradicioacuten militar propiamente romana o saacutermata El incremento de este influjo mate-rializado quizaacutes en la intensificacioacuten y extensioacuten del uso de armaduras pe-sadas para caballos y en el importante desarrollo en general del arma de ca-balleriacutea pesada en Roma tendriacutea lugar ya entrado el s III dC quizaacutes no tanto de manos de los uacuteltimos coletazos del moribundo Imperio parto como del joven y eneacutergico Imperio persa sasaacutenida el cual llevariacutea el arma de ca-balleriacutea en el Oriente a nuevas cotas de desarrollo especializacioacuten en organi-zacioacuten equipamiento y taacutecticas77

Mencioacuten especial requiere la organizacioacuten del ala I Gallorum et Pan-noniorum catafracta No entraremos a resentildear aquiacute la naturaleza del ala como unidad militar del ejeacutercito romano ni la organizacioacuten y estructura de la caballeriacutea romana altoimperial sino un aspecto concreto del ala concreta objeto de nuestro estudio y que parece haber pasado desapercibido a la ma-yor parte de los autores Se trata del hecho de que dicha ala debioacute de ser compuesta en su origen por soldados de dos unidades distintas probable-mente tropas selectas Tal y como sentildeala su nombre el ala estaba compuesta por jinetes galos y panonios Mielczarek ha propuesto precisamente que ca-ra a la creacioacuten de esta unidad de catafractos probablemente se seleccionoacute a los mejores soldados de dos alas distintas posiblemente (seguacuten el parecer del propio Mielczarek) el ala I Pannoniorum y el ala I Gallorum Flaviana Aunque de momento no se trata sino de una hipoacutetesis parece razonable que cara a la primera unidad de caballeriacutea pesada romana (probablemente una unidad que tendriacutea en sus oriacutegenes un marcado caraacutecter ldquoexperimentalrdquo) se seleccionara a personal experimentado y de fiar lo que remarcariacutea el caraacutec-ter de eacutelite de este tipo de unidades

76 EADIE 1967 MIELCZAREK 1993 NEGIN 1998 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

LEBEDYNSKY 2002 77 EADIE 1967 pp 169-172 MICHALAK 1987 MIELCZAREK 1993 pp 63-67 NICOLLE

1996 WILCOX 2001 pp 24-35 FARROKH 2005

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Taacutecticas y limitaciones de la caballeriacutea pesada romana La caballeriacutea fue un arma especializada principalmente en una uacutenica

funcioacuten el ataque Un grupo de jinetes no puede establecer una posicioacuten de-fensiva y mantenerla de forma estaacutetica pues equivaldriacutea claramente a un suicidio en cualquier eacutepoca Cuando una unidad de caballeriacutea ha sido em-pleada con fines de defensa lo ha sido empleando fundamentalmente el ata-que es decir un contraataque

La principal ventaja de un jinete respecto del soldado de infanteriacutea ra-dica en tres puntos fundamentales la altura que le proporciona su montura la rapidez y potencia de la misma y el efecto psicoloacutegico que todo ello sus-cita en el infante El principal modo en que la caballeriacutea (y particularmente la caballeriacutea media y pesada) se enfrenta a la infanteriacutea (y a otras unidades como veremos) es la carga cuya finalidad es desfondar la formacioacuten ene-miga dispersaacutendola para coparla y destruirla o permitir a otras unidades aprovechar la brecha abierta Sin embargo contrariamente a lo que se suele pensar un caballo (o un grupo de caballos) no es capaz de embestir una for-macioacuten cerrada de infanteriacutea Un equino no es un toro ni se comporta como tal El caballo siempre se para antes de llegar a impactar contra un obstaacuteculo que considera no podraacute esquivar o saltar o donde no vea espacio alguno por donde penetrar En este sentido una formacioacuten de infanteriacutea pesada que fuera capaz de mantener su posicioacuten hasta el final teniacutea muchas posibilidades de rechazar una carga de caballeriacutea Existiacutean dos formas para evitar que esto sucediese de modo tal que la carga de caballeriacutea tuviese finalmente eacutexito hostigar a la formacioacuten de infanteriacutea de muacuteltiples modos (ataque con proyec-tiles ataques simulados apoyar a la caballeriacutea atacante con infanteriacutea o ar-tilleriacutea) o bien que un porcentaje suficiente de soldados enemigos no fuera capaz de soportar la tensioacuten psicoloacutegica de ver venir sobre ellos una carga de caballeriacutea y rompiera filas debilitando la formacioacuten desorganizaacutendola y abriendo brechas Como vemos el resultado de una carga de caballeriacutea de-pende maacutes del contexto y de la psicologiacutea que de la carga en siacute misma Sin embargo los nervios de acero necesarios para superar el instinto de autopro-teccioacuten (que nos llevariacutea a quitarnos inmediatamente de la trayectoria de los caballos y sus jinetes) no eran (ni son) un elemento comuacuten en los ejeacutercitos Pocas infanteriacuteas disponiacutean del adiestramiento y disciplina necesarios para mantener la posicioacuten y afrontar una auteacutentica estampida que a sus ojos cla-ramente amenazariacutea con arroyarla Entre tales excepciones se encontraba la

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infanteriacutea legionaria romana la cual soacutelo en determinadas circunstancias era realmente vulnerable a un ataque de caballeriacutea78

Las unidades de caballeriacutea pesada como catafractii y contarii eran un caso auacuten maacutes especial En primer lugar el contus permitiacutea al jinete arroyar a un infante enemigo virtualmente antes de que su montura se viera obligada a detener su marcha Por otra parte sus pesadas protecciones (y la de sus mon-turas al menos para una parte de los catafractii) les otorgaban una mayor se-guridad ante cualquier clase de contraataque enemigo (especialmente pro-yectiles) y una superior capacidad de asumir el riesgo del contacto con una formacioacuten enemiga demasiado firme Pero sobre todo les otorgaba una carga psicoloacutegica brutal la visioacuten de una ldquoparedrdquo blindada erizada de lanzas en auteacutentica formacioacuten de falange avanzando con premura directamente resulta-ba especialmente impactante a ojos de un soldado de infanteriacutea por muacuteltiples factores Ser arroyado por un caballo no es una perspectiva agradable ser arroyado por una marea de lanzas y caballos blindados es una perspectiva auacuten menos agradable Para incrementar la capacidad de penetracioacuten de este tipo de caballeriacutea se empleaban formaciones y ataques en profundidad fun-damentalmente columna y cuneuscuntildea En este sentido la formacioacuten podiacutea concentrar la fuerza de su carga en un frente estrecho que pudiera ser dirigi-do convenientemente contra el punto maacutes deacutebil de la formacioacuten a atacar in-cluso con la carga ya en curso Sin embargo la caballeriacutea pesada poseiacutea una desventaja potencial el enorme peso de su equipamiento reduciacutea la veloci-dad de su carga su maniobrabilidad y podiacutea agotar a sus caballos muy raacutepi-damente En este sentido podiacutean ser viacutectimas faacuteciles de unidades maacutes aacutegiles y raacutepidas o de un contraataque al teacutermino de una extenuante carga (exitosa o no) Por otra parte no estaban precisamente capacitados para realizar una re-tirada raacutepida con los caballos extenuados por el esfuerzo de cargar despla-zando sobre sus lomos a su jinete con su equipamiento y su propia pro-teccioacuten los catafractii podiacutean encontrarse en una situacioacuten realmente com-prometida si su ataque fracasaba y no se encontraban en posicioacuten de recibir apoyo inmediato de unidades aliadas capaces de protegerlos el tiempo nece-sario para maniobrar y salir del atolladero Otro peligro que desembocaba di-rectamente en el fracaso de la carga (y en las circunstancias antes descritas) era la posibilidad de que la formacioacuten perdiera su cohesioacuten durante la carga Para evitar esta circunstancia (y reducir la extenuacioacuten de los caballos) se procuraba no cargar a mayor velocidad que un trote ligero79

78 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

79 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 y 241 LEBEDYNSKY 2002 p 237 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

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A la hora de afrontar a otra caballeriacutea las circunstancias eran dife-rentes La caballeriacutea como especialista en ataque teniacutea tambieacuten la funcioacuten de neutralizar a la caballeriacutea del adversario negaacutendole asiacute la mayor parte de la iniciativa y ganando la oportunidad de flanquear sus formaciones y ata-carlas desde diversos puntos Un ejeacutercito cuya caballeriacutea abandonara el cam-po de batalla por otra parte aunque auacuten podiacutea imponerse mediante la fuerza de su infanteriacutea (si era capaz de rechazar el ataque de la caballeriacutea adversaria y de desalojar a su infanteriacutea) careceriacutea de cualquier posibilidad para explo-tar adecuadamente la victoria la caballeriacutea fue hasta la I Guerra Mundial la uacutenica arma capacitada para lanzar una persecucioacuten sobre una fuerza enemiga en retirada convirtiendo esta uacuteltima en una desbandada desorganizada y dis-poniendo asiacute de la oportunidad de transformar un ejeacutercito derrotado en un ejeacutercito destruido En este sentido la caballeriacutea no fue soacutelo una pieza taacutectica fundamental a la hora de la batalla sino una herramienta baacutesica de la estra-tegia a nivel global de cualquier conflicto a lo largo de unos tres milenios de historia militar

La infanteriacutea puede rechazar a la caballeriacutea pero nunca perseguirla (maniobra que equivaldriacutea a dar la ocasioacuten a los jinetes derrotados de dar media vuelta y lanzar un inesperado contraataque que convirtiera en desastre para la infanteriacutea lo que empezoacute siendo un eacutexito Las huidas fingidas como ya hemos sentildealado eran tambieacuten una interesante taacutectica a emplear por parte de la caballeriacutea para desorganizar una formacioacuten enemiga Sin embargo no era una taacutectica que entrara dentro del ldquomanual de instruccionesrdquo de la ca-balleriacutea maacutes pesada limitada como estaba en sus movimientos) Soacutelo la ca-balleriacutea podiacutea derrotar poner en fuga y destruir a otra caballeriacutea El modo de hacerlo sin embargo era materia delicada Una formacioacuten cerrada para ata-car a otra caballeriacutea resultaba inuacutetil y peligrosa era la mejor forma de que los propios caballos se rompieran los huesos al impactar a gran velocidad contra las monturas enemigas Normalmente y a lo largo de toda la existen-cia de la caballeriacutea de choque dos formaciones de caballeriacutea que cargan una contra otra a la espera de un combate mano a mano tienden a abrir sus liacuteneas para esquivar el choque frontal contra los caballos rivales Al producirse el choque el jinete tratariacutea de atacar con sus armas a su rival maacutes cercano a uno u otro lado intentando derribarle o herirle mortalmente En estas cir-cunstancias el contus sarmaticus vuelve a relucir por sus virtudes permitiacutea (al igual que la lanza de cometida medieval las lanzas de los huacutesares alados polacos o las lanzas de los ulanos austriacos o los cosacos rusos) golpear al jinete adversario antes de que eacuteste equipado con espada o con una lanza maacutes corta pudiese iniciar su propio ataque Una formacioacuten de contarii o de cata-fractii podiacutea asiacute arroyar faacutecilmente la vanguardia de la formacioacuten de caballe-

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riacutea enemiga neutralizando su ataque y desorganizando totalmente su forma-cioacuten Sin embargo cuando dos formaciones cargaban una contra la otra y llegaban a culminar completamente el choque el combate podiacutea derivar faacute-cilmente en una violenta y caoacutetica refriega En estas circunstancias las espa-das de hoja larga empleadas por la caballeriacutea romana y saacutermata eran particu-larmente esenciales asiacute como sus protecciones dado que un contus tendiacutea a partirse tras el primer o segundo impacto y a ser poco coacutemoda de utilizar cuando el combate se tornaba maacutes cercano En cualquier caso si una forma-cioacuten de catafractii no conseguiacutea imponerse durante el choque a la formacioacuten enemiga el agotamiento de sus monturas y su menor movilidad (sumada a la peacuterdida del orden en la formacioacuten inherente al inicio de la refriega) supon-driacutean una peligrosa situacioacuten en el caso de carecer de apoyo de otras unida-des (bien de caballeriacutea o de infanteriacutea) y de la que no podriacutean salir con mu-cha facilidad80

Tanto frente a otra caballeriacutea como frente a la infanteriacutea el respaldo de unidades de caballeriacutea maacutes ligeras y particularmente arqueros a caballo81 resultariacutea particularmente deseable antes del choque la caballeriacutea ligera po-driacutea hostigar con proyectiles a las formaciones enemigas creando brechas o desorganizaacutendolas y despueacutes del choque podriacutean apoyar a la caballeriacutea pe-sada durante la progresioacuten del combate cubrir su retirada o explotar su eacutexito continuando la persecucioacuten de un enemigo en fuga

Como vemos desde el punto de vista taacutectico y del empleo en el campo de batalla el eacutexito de la caballeriacutea pesada acorazada dependiacutea tanto o maacutes de las circunstancias el contexto y el apoyo que pudieran recibir que de sus propias virtudes Se trataba de unidades altamente especializadas que si que-daban desprotegidas o en situaciones comprometidas podiacutean ser faacutecilmente rechazadas desbandadas o destruidas No se trataba de fuerzas versaacutetiles y probablemente ello condicionoacute que su adopcioacuten y empleo generalizado por parte del ejeacutercito romano fuera tardiacuteo

CONCLUSIONES

El ejeacutercito romano se enfrentoacute durante casi dos siglos a la caballeriacutea

pesada desarrollada por las potencias orientales Tras reveses iniciales debi-dos maacutes a las circunstancias que a una auteacutentica incapacidad para afrontar el ataque de este tipo de caballeriacutea las legiones desarrollaron sus particulares contramedidas recorriendo las primeras deacutecadas de la historia del Alto Im-

80 DIXON SOUTHERN 1997 pp 141-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 235-244 MENEacuteNDEZ

ARGUumlIacuteN 2011 pp 322-324 81 DIXON SOUTHERN 1997 p 143

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perio imperturbables considerando del todo innecesario tomar como inno-vacioacuten un arma a la que eran capaces de batir los catafractos partos y arme-nios

Sin embargo hacia mediados del s I dC algo vino a trastocar este es-cenario en apariencia estable e inamovible de las estepas poacutenticas emergioacute no tanto una nueva arma como una nueva forma de combinar y emplear ar-mas y taacutecticas sobradamente conocidas Los haacutebiles jinetes saacutermatas dejaron atraacutes la claacutesica tradicioacuten militar esteparia basada en el uso del arquero a ca-ballo y la caballeriacutea ligera desarrollaron una nueva caballeriacutea pesada libre de la mayor parte de las debilidades de los pesados catafractos partos flexi-ble y dinaacutemica y capaz de luchar en conjuncioacuten perfecta con otras modali-dades de caballeriacutea como si de un uacutenico cuerpo se tratase A diferencia del catafractario parto el ldquocontariordquo saacutermata era un jinete armado maacutes o menos pesadamente seguacuten las circunstancias y sus propias posibilidades Al igual que su contrapartida parto o armenio el jinete pesado saacutermata aprovechaba al maacuteximo las virtudes de su arma definitoria el contus sarmaticus pero la combinaba con el uso de otras igualmente uacutetiles como la espada de hoja larga y el arco recurvado compuesto Su equipamiento defensivo careciacutea de la rigidez propia del catafracto parto tendiendo a ser sensiblemente maacutes li-gero sin perder las ventajas propias de una proteccioacuten completa y concien-zuda Este equipamiento defensivo ademaacutes podiacutea variar seguacuten las circuns-tancias y las necesidades taacutecticas de cada momento (y no solo exclusi-vamente en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete) Ello permitiacutea al jinete pesado saacutermata oscilar entre una caballeriacutea media pura y una caballeriacutea pesada de choque seguacuten las circunstancias Le convertiacutea en un arma flexible capaz de desempentildear diversos papeles en el campo de batalla y variarlos du-rante el combate mismo seguacuten sus necesidades En combinacioacuten con la habi-lidad natural de estos pueblos para la equitacioacuten y sus excelentes (y numero-sas) fuerzas de caballeriacutea ligera la caballeriacutea pesada saacutermata representaba una amenaza realmente seria y totalmente nueva

Desde la guerra civil del 68-69 dC hasta la paz firmada por Adriano con los saacutermatas roxolanos en 119 dC las legiones romanas y su caballeriacutea hubieron de hacer severos esfuerzos para imponerse a este nuevo enemigo en los campos de batalla actuase eacuteste en solitario o en conjuncioacuten con otros pueblos o Estados Las guerras daacutecicas de Domiciano (85-89 dC) y de Tra-jano (101-106 dC) fueron probablemente los puntos culminantes de esta coyuntura De los sangrientos encuentros habidos sobre las orillas del Danu-bio las colinas daacutecicas y las llanuras de la futura Hungriacutea el ejeacutercito romano extraeriacutea una dura leccioacuten que aprenderiacutea raacutepidamente y pondriacutea en creciente praacutectica con el paso de los antildeos cuando a comienzos del s III dC descen-

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diera el ocaso sobre las uacuteltimas luces legadas por la edad dorada de los Anto-ninos habiendo el Estado romano de afrontar las convulsiones de un mundo en paulatina transformacioacuten

A comienzos del s II dC a caballo entre los diacuteas de Trajano y Adria-no el ejeacutercito romano afrontoacute el laborioso proceso de aplicar buena parte de lo que habiacutea aprendido de manos de la caballeriacutea saacutermata El contus ya habiacutea sido adoptado conformando la primera caballeriacutea de choque especialista de la historia del Imperio A ella le seguiriacutean las protecciones pesadas para jine-tes asiacute como para caballos El ejeacutercito romano conociacutea de sobra los modelos orientales de caballeriacutea pesada y sin embargo en el primer siglo de existen-cia de este arma entre las filas romanas el modelo a seguir fue principal-mente saacutermata Los hechos hablan por siacute solos El ejeacutercito romano habiacutea en-contrado una innovacioacuten de intereacutes para su tradicioacuten militar y la incorporoacute raacutepidamente Las primeras unidades de caballeriacutea pesada acorazada romana llevaron nombres que aludiacutean a tradiciones orientales catafractii pero su ar-mamento y el fundamento de sus taacutecticas era una mezcla de aportaciones romanas y modelos saacutermatas Con la llegada del s III dC estas unidades se hariacutean cada vez maacutes necesarias y sobre la trayectoria marcada por los pio-neros de este arma se labrariacutea el desarrollo completo de la misma

La emersioacuten del Imperio persa sasaacutenida supuso la transformacioacuten re-novacioacuten y revitalizacioacuten del arma de caballeriacutea puramente oriental Los sa-saacutenidas llevaron a un nuevo paroxismo a la combinacioacuten de la caballeriacutea pe-sada y la caballeriacutea ligera de tradicioacuten oriental hasta el punto de que algunos tratadistas militares romanos como Amiano Marcelino llegaron a conside-rarlo como un arma praacutecticamente imbatible En palabras del propio Amiano [] catafractarii [] et sagitarii formidable genus armorum82 Probable-mente estas circunstancias forzaran (entre otros factores) no ya la expansioacuten del arma de caballeriacutea pesada (asiacute como del arquero a caballo) en el ejeacutercito romano de los siglos III y IV dC sino la asuncioacuten por parte de la misma de muacuteltiples elementos propios ya exclusivamente de la tradicioacuten militar irano-persa

La experiencia saacutermata quedoacute atraacutes sin embargo su importancia y la de los primeros prototipos de caballeriacutea pesada romana existentes en el Alto Imperio no debe menospreciarse Fueron la piedra fundadora los cimientos de una importante rama de la tradicioacuten militar romana posterior madre de la bizantina y de buena parte de las tradiciones militares de la posterior Europa medieval donde la caballeriacutea ostentariacutea durante siglos su particular supre-maciacutea En cierto modo puede decirse que la caballeriacutea saacutermata y las primeras

82 AMIANO MARCELINO 16 12 7

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unidades de caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano se encuentran entre las raiacute-ces de una tradicioacuten militar que llevoacute a la caballeriacutea a mantener la ilusioacuten de su reinado sobre los campos de batalla hasta el enloquecedor extremo de atravesar las trincheras y alambradas de la I Guerra Mundial y cargar sobre las divisiones panzer germanas en 1939

SELECCIOacuteN DE TEXTOS EPIGRAacuteFICOS RELATIVOS

83 Camerinum (Camerino) Regio VI Italia CIL XI 5632

M(arco) Maenio C(ai) f(ilio) Cor(nelia) Agrippae L(ucio) Tusidio Campestri hospiti divi Hadriani patri senatoris praef(ecto) coh(ortis) II Fl(aviae) Britton(um) equitat(ae) electo a divo Hadriano et misso in expeditionem Brittannicam trib(uno) coh(ortis) I Hispanor(um) equitat(ae) praef(ecto) alae I Gallor(um) et Pannonior(um) catafractatae proc(uratori) Aug(usti) praef(ecto) classis Brittannicae proc(uratori) provinciae Brittanniae equo publico patrono municipi(i) vicani Censorglacenses consecuti ab indulgentia Optimi Maximique Imp(eratoris) Antonini Aug(usti) Pii beneficio interpretationis eius privilegia quibus in p[e]rpetuum aucti confirmatique sunt l(ocus) d(atus) d(ecreto) d(ecurionum) g(ratis)

Ad Mediam (Mehadia) Dacia CIL XVI 110 = CIL III 886 = AE 1980 760

[Imp(erator) Caes(ar) divi Had]rian(i) f(ilius) divi Traiani [Parthici n(epos) divi Ne]rvae pron(epos) T(itus) Aelius [Hadrianus Ant]oninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) [max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII] imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae) [equit(ibus) et pedit(ibus)] qui mil(itaverunt) in alis III quae [appell(antur) Silia]n(a) et Gall(orum) et Pann(oniorum) [catafrac(taria) et F]ront(oniana) et coh(ortibus) XII I Ulp(ia) [Britton(um)] |(milliaria) et I Fl(avia) Ulp(ia) Hisp(anorum) |(milliaria) [et 3 I Ael(ia)] Gaesa(torum) |(milliaria) et I Aug(usta) Nerv() [|(milliaria) et I]I Britt(onum) |(milliaria) et I Hispan(orum) [--- e]t II Hisp(anorum) scutat(a) Cy[ren(aica) et ---]n() et VI Thrac(um) et sunt [in Dacia Poroliss]en(si) sub Macrinio [Vindice proc(uratore) qui]nq(ue) et vigint(i) stip[en(diis) emerit(is) dimis(sis) hon]est(a) miss(ione) quor(um) [nomin(a) subscripta s]unt civit(atem) Roman(am) [qui eor(um) non ha]b(erent) ded(it) et con(ubium) cum [uxor(ibus) quas tu]nc hab(uissent) cum est [civit(as) i(i)s dat(a) aut] cum i(i)s quas post(ea) [dux(issent) dumtax(at) si]ngulis [[Imp(erator) Caes(ar) divi Hadrian(i) f(ilius) divi Traiani Parthici n(epos) divi Nervae pron(epos) T(itus) Aelius Hadrianus Antoninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae)] [equit(ibus) et pedit(ibus) qui mil(itaverunt) in alis III ---] et vigint(i) stipend(iis) emerit(is) dimis(sis) honest(a) miss(ione) quor(um) nomin(a) subscript(a) sunt civit(atem) Roman(am) qui eor(um) non haber(ent) dedit et conub(ium) cum uxor(ibus) quas tunc habuis(sent) cum est civit(atem) i(is) dat(a) aut cum i(is) quas post(ea) dux(issent) dumtax(at) singulis a(nte) d(iem) V K(alendas) Oct(obres) Sex(to) Calpurnio Agricola Ti(berio) Claudio Iuliano co(n)s(ulibus) coh(ors) I Ulpia Britton(um) |(milliaria) cui

83 Tomados del Epigraphische Datenbank Clauss-Slaby httpwwwmanfredclauss de

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prae(e)st L(ucius) Nonius Bassus Picen(o) ex pedite Luonerco Molaci f(ilio) Britt(oni) descript(um) et recognit(um) ex tabul(a) aer(ea) quae fixa est Romae in mur(o) post templ(um) divi Aug(usti) ad Minervam

Tipasa (Tefessad) Mauretania Cesariense AE 1951 265 = AE 1955 133

D(is) M(anibus) Adiutoris eq(uitis) al(ae) pri(mae) Can(n)anafatium vi(xit) XXXXI m(ilitavit) an(nos) XXIII pro(curante) l(i)b(erto) ipsi(us) bene me(renti) Cabanus he(res) po(suit)

Savaria (Szombathely) Panonia Superior CIL III 4183

T(itus) Cnorius Sabinianus ex praef(ecto) alae Contariorum v(ir) e(gregius) et L(ucius) Val(erius) Verus dec(urio) c(oloniae) C(laudiae) Savar(iensium) sacerdotalis p(rovinciae) P(annoniae) s(uperioris) cryptam vi ignis exustam sumptibus suis refecerunt

Brigetio (Kornye) Panonia Superior CIL III 4278

D(is) M(anibus) Val(erio) Saturnino vet(erano) ex dup(licario) alae I Ulp(iae) Cont(ariorum) qui vixit an(nos) L et Val(erio) Sabino mil(iti) leg(ionis) I Ad(iutricis) stip(endiorum) III vixit an(nos) XXV filio Caes(ia) Digna marito et filio f(aciendum) c(uravit)

Apamea Siria AE 1987 955

Aur(elio) Basso quandam(sic) sig(nifero) al(ae) I Ulp(iae) (C)ontariorum stipendiorum VIII vixit annos XXVIIII XI Kal(endas) Maias Gallo et Volusiano consilibus() titulus positus a Marc(io) Cotum(sic) (d)ec(urione) al(ae) c(ivium) R(omanorum)

Apamea Siria AE 1993 1589

D(is) M(anibus) Iulius Valerianus eques alae I Ulp(iae) contariorum stip(endiorum) XXIII vixit annis XXXXVI Ulp(ius) Ingenu(us) dupl(icarius) alae eiusdem heres posuit b(ene) m(erenti)

Arrabona (Gyor) Panonia Superior CIL III 4379

D(is) M(anibus) Ulp(ius) Variu(s) Ore() vet(e)r(anus) ex stat(ore) al(a)e I Ulp(iae) Cont(ariorum) do(mo) Af(rica) vixs(it) ann(os) XLV et Ael(iae) Sabin(a)e fi(liae) vix(it) ann(os) X Ael(ia) Domitia con(iunx) et Ulp(ius) Sabinianus et Ulp(ius) [Cele]rinus et Sabi[nil]la fili(i) vivi cum [mat(re) pa]tri karis(simo) posuerunt

Sentpalpuszta Panonia Superior CIL III 11081 = AE 1899 3

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[D(is) M(anibus)] M(arcus) Aur(elius) [3]us vex(illarius) al(ae) p(rimae) C(ontariorum) Anto(ninianae) et Elv(iae) Bon(a)e c(oniugi) car(issimae) et f(iliae) Aur(eliae) Valerin(a)e et Ae(liae) Sabin(a)e et Elv(io) Verecundo an(norum) LXX Pulc(h)r(a)e() Suri an(norum) LX et Elv(io) Vitali an(norum) XVIII et Au(relio) Ma(n)suetiano an(norum) VII et Ae(lio) Florido M(arcus) Aur(elius) Valerianus sib(i) [et] su[i]s vivi f(ecit)

Roma CIL VI 1449 = AE 1967 16 = AE 196970 13

M(arco) Macrinio Avito M(arci) f(ilio) Claud(ia) Catonio Vindici co(n)s(uli) aug(uri) p(opuli) R(omani) Quiritium leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) prov(inciae) Moes(iae) inf(erioris) leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) Moes(iae) sup(erioris) cur(atori) civitat(is) Arimin(ensium) p[r]oc(uratori) prov(inciae) Dac(iae) Malv(ensis) praef(ecto) alae contar(iorum) praef(ecto) alae III Thrac(um) trib(uno) milit(um) leg(ionis) VI Victr(icis) praef(ecto) coh(ortis) VI Gall(orum) donat(o) donis mil(itaribus) in bello Germ(anico) ab Imp(eratore) M(arco) Aur(elio) Antonino Aug(usto) hast(is) pur(is) II et vexill(is) II cor(o)na mural(i) et vallar(i) Iunia Flaccinilla marito karissimo et Macrinia Rufina patri piissimo vixit annis XLII m(ensibus) V

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SELECCIOacuteN DE IMAacuteGENES

Fig 1 Relieve de la estela funeraria del eques Aduitor miembro del ala I Canninefatum (AE 1955

133) empuntildeando un contus sarmaticus por el lateral derecho de su montura DIXON SOUTHERN 1997 p 49

Fig 2

Grafito de Dura-Europos datado en torno a los ss II-III dC representando un catafracto parto romano o sasaacutenida JUNKELMANN 1992 p 197

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Fig 3 Las dos bardas de escamas metaacutelicas completas encontradas por Rostovzeff en las

excavaciones de Dura-Europos a lo largo de la campantildea de 1932-33 JUNKELMANN 1992 p 214

Fig 4 Relieves de Firuzabad (Iraacuten) representando a un clibanario persa sasaacutenida derribando a un

catafractarioclibanario parto s III dC Obseacutervese las bandas transversales que se ven en los brazos del jinete de la derecha que probablemente esteacuten representando un tipo de manica

WILCOX 2001 p 22

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Fig 5 Relieve de Firuzabad representando a unos catafractosclibanarios parto y sasaacutenida forcejeando

en combate cuerpo a cuerpo Ilustracioacuten de Wilcox 2001 p 23

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FIG 6 Catafractos partos del s I aC Obseacutervense las protecciones tipo manicae portadas por ambos

jinetes en los brazos El jinete de la derecha tambieacuten las lleva sobre las piernas A Mc Bride en WILCOX 2001

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Fig 7 Fragmentos de cotas de escamas y laacuteminas para armadura encontradas en enterramientos

saacutermatas de los ss I-III dC NEGIN 1998 p 70

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Fig 8 Estela de Athenios en Panticapea (Crimea Ucrania) donde se puede observar a un jinete (izqda) que parece montar un caballo protegido con una cota de escamas al igual que eacutel

NEGIN 1998 p 66

Fig 9 Reconstruccioacuten de un contario saacutermata (izqda) en accioacuten s II dC seguacuten G Embleton en

BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 10 Reconstruccioacuten el posible aspecto de un jinete pesado saacutermata y de la posible proteccioacuten de su

montura s II dC seguacuten G Embleton en BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 11 Reconstruccioacuten de un jinete pesado saacutermata equipado con una armadura compuesta ss I-II

dC seguacuten NEGIN 1998 p 73

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Fig 12 Casco romano tipo Russell Robinson tipo B basado en un ejemplar encontrado en Ely

(Cambridgeshire Reino Unido) ss I-II dC GOLDSWORTHY 1998 p 238

Fig 13

Casco romano tipo Rusell Robinson E basado en un hallazgo realizado en Hedderneim (Alemania) ss II-III GOLDSWORTHY 1998 p 238

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Fig 14

Reconstruccioacuten de un casco romano del tipo Niederbieber ss II-III dC seguacuten GILBERT 2010 p 136

Fig 15

Reconstruccioacuten de una variante del casco romano tipo Heddernheim con y sin maacutescara de proteccioacuten para el rostro ss II-III dC seguacuten ALEXANDRA GILBERT 2009 pp 24-26

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Fig 16 Fragmento de lorica squamata de escamas semi-riacutegidas s II dC

BISHOP COULSTON 1993 p 116

Fig 17 Silla de montar romana de cuatro cuernos seguacuten la reconstruccioacuten de P Connolly

DIXON SOUTHERN 1997 p 71

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Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

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Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

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Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

Recibido 17 mayo 2011 Aprobado 22 junio 2011

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ntildeando una lanza y montado sobre un caballo que parece mostrar sobre su lo-mo las trazas de una proteccioacuten de escamas o laacuteminas43 R Brzezinski junto a Mielczarek por su parte llegan a conclusiones similares44 Particularmente consideramos que probablemente el uso de protecciones amplias para los ca-ballos no fuera tan sistemaacutetico como podiacutea observarse entre los catafracta-rios partos sino maacutes restringidas en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete y su papel taacutectico concreto en el campo de batalla En este sentido la no utilizacioacuten del teacutermino catafractus katavfrakto por parte de las fuen-tes latinas o griegas en referencia a la caballeriacutea pesada de choque saacutermata podriacutea responder a esta circunstancia en comparacioacuten con la caballeriacutea pesa-da parta

CONTARII Y CATAFRACTII EN EL EJEacuteRCITO ROMANO EQUIPAMIENTO ORGANI-ZACIOacuteN TAacuteCTICAS Y ORIacuteGENES

A continuacioacuten abordaremos en detalle el equipamiento militar la or-

ganizacioacuten de las unidades y las taacutecticas empleadas por estas unidades espe-cializadas y peculiares atestiguadas por primera vez en el ejeacutercito romano en eacutepoca Flavia y sobre todo de Trajano y Adriano en base a las fuentes dis-ponibles Una vez definidos estos puntos trataremos de considerar cuaacutel fue la corriente de influencia y los motivos que llevaron a la creacioacuten de unida-des de caballeriacutea de esta naturaleza en mitad de una tradicioacuten militar estre-chamente vinculada a la infanteriacutea pesada

Respecto del equipamiento de los contarii y catafractii del ejeacutercito romano (asiacute como de los ejeacutercitos saacutermata y parto) sucede como con cual-quier otra unidad militar de reciente creacioacuten o naturaleza extrantildea en cual-quier periodo histoacuterico son sus elementos maacutes innovadores o peculiares los que llaman la atencioacuten del observador (sea eacuteste directo o indirecto) que-dando los elementos comunes o sobradamente conocidos en un segundo pla-no o simplemente obviados45 La organizacioacuten de estas unidades por otra

43 LEBEDYNSKY 2002 pp 171-172 44 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002 p 37 45 MIELCZAREK 2002 pp 90-93 este autor dispone como ejemplo comparativo la ima-

gen que los huacutesares alados polacos unidad militar de caballeriacutea pesada (por contra a su deno-minacioacuten de huacutesares) empleada por la Confederacioacuten polaco-lituana durante los ss XVI-XVIII causaba entre sus contemporaacuteneos extranjeros los cuales destacaban antes los ele-mentos ldquoexoacuteticosrdquo y llamativos de esta unidad (las alas a la espalda los pendones de las lar-gas lanzas o las pieles vestidas sobre las armaduras y uniformes por sus aristocraacuteticos miem-bros) que los elementos realmente cruciales como las lanzas de choque las poderosas pro-tecciones metaacutelicas y su empleo taacutectico en la batalla con devastadores resultados Otro tanto

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parte dada su denominacioacuten de alae responde claramente a los modelos altoimperiales de organizacioacuten de la caballeriacutea sin que pueda detectarse en principio ninguna particularidad extraordinaria causada por la naturaleza es-pecial (o simplemente novedosa) de estas unidades Las taacutecticas son el punto decisivo en base a que suponen la puesta en praacutectica y uso del equipamiento y la organizacioacuten previa de la unidad y lo que determinaraacute en mayor medida el eacutexito de su empleo en la batalla objetivo fundamental de cualquier unidad militar por simple que eacutesta sea Finalmente nuestro intereacutes en determinar los oriacutegenes e influencias de este tipo de unidades del ejeacutercito romano deviene de una razoacuten sencilla el ejeacutercito romano estuvo en contacto durante qui-nientos antildeos con tradiciones militares que emplearon la caballeriacutea de forma masiva y especializada o que hicieron simplemente un uso maacutes o menos sis-temaacutetico de la caballeriacutea pesada de choque o catafracta sin que ello motivara la creacioacuten de unidades semejantes dentro de las armas romanas iquestPor queacute razoacuten entonces eacutestas surgen repentinamente hacia finales del s I dC y muy especialmente bajo los reinados de Trajano y Adriano sin abandonar ya la tradicioacuten militar romana hasta convertirse en una de las espinas dorsales de los ejeacutercitos del Bajo Imperio y sobre todo del posterior Imperio Bizantino

El lector habraacute notado que en el tiacutetulo de este apartado no hemos he-cho mencioacuten los clibanarii Dada la inexistencia de este teacutermino en las fuen-tes que tratan esta clase de unidades en el periodo que abordamos (hasta el punto que no hace su aparicioacuten hasta el s IV dC)46 consideramos innece-saria cualquier disquisicioacuten ulterior en base a una especialidad militar que no habiacutea emergido como tal para el periodo que estudiamos No obstante no debemos olvidar que en base a las hipoacutetesis barajadas y a la propuesta que aquiacute hemos presentado apoyaacutendonos en ellas las diferencias entre catafractii y clibanarii devienen maacutes de un empleo taacutectico antes que de diferencias sen-sibles en equipamiento u organizacioacuten en este sentido por tanto el papel taacutectico del clibanarius podriacutea haber sido desempentildeado por el catafractus en el periodo que nos ocupa

Las alae I Canninefatum y I Vlpia Contariorum milliaria El elemento maacutes caracteriacutestico de un contarius es el arma que le da

nombre el contus sarmaticus Nuestras fuentes no nos aportan mayores de-talles acerca del equipamiento militar de esta clase de unidades La estela de parece suceder con las fuentes claacutesicas que abordan a contarios catafractos y clibanarios de cualquier ldquonacionalidadrdquo soacutelo se resentildean los elementos llamativos o extrantildeos de su equipo

46 MIELCZAREK 1993 p 76

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Aduitor jinete del ala I Canninefatum ya mencionada maacutes arriba nos aporta la imagen de un jinete equipado tan soacutelo con un contus sin llevar maacutes pro-teccioacuten que sus ropas militares Sin embargo no es la primera vez que un militar romano se hace representar en su estela funeraria portando simple-mente sus armas maacutes caracteriacutesticas vistiendo tan soacutelo lo que podriacuteamos de-nominar como su ldquouniformerdquo Asiacute pues iquestno podriacutea estar actuando Aduitor en el mismo sentido

El contus sarmaticus es un arma de choque destinada a ser empuntildeada a dos manos por un jinete que emplearaacute la fuerza de sus brazos y de la em-bestida de su caballo conjuntamente para arremeter contra un objetivo pe-destre o ecuestre con la finalidad de abatirlo o derribarlo La superior longitud del contus por otra parte confiere al jinete una importante ventaja desde el momento en que a la carga posee la oportunidad de golpear prime-ro al enemigo con toda la brutal fuerza que un jinete a la carga puede desple-gar en ese preciso instante Sin embargo una vez ha sucedido el choque y se acortan las distancias entre el contarius y sus enemigos el jinete se encuen-tra en una situacioacuten de creciente vulnerabilidad si no recibe apoyo de liacuteneas sucesivas de otros jinetes o queda maacutes o menos aislado puede ser flanquea-do y faacutecilmente atacado por la infanteriacutea u otros jinetes47 La principal fuerza de una unidad de contarios radica por tanto en su capacidad para actuar en grupo y en perfecta coordinacioacuten asiacute como en saber explotar la ventaja fiacutesica y psicoloacutegica del primer impacto para barrer y desfondar a la formacioacuten ene-miga del tipo que sea Sin embargo esto no siempre puede suceder (ni se dan las condiciones apropiadas para conseguirlo en el campo de batalla) Ante semejante eventualidad inherente a una unidad de contarii sus componentes debiacutean de estar seguramente preparados La proteccioacuten corporal y un o unas armas secundarias formaban probablemente parte del equipo de Aduitor y de otros jinetes como eacutel

En cuanto al equipamiento ofensivo el arma maacutes comuacuten al lado de una lanza de acometida es una espada especialmente una de hoja larga la maacutes adecuada para su uso desde la silla de montar Este tipo de armas estaacute arqueoloacutegicamente atestiguada entre otros especialistas en el uso del contus los saacutermatas En la panoplia romana del s II dC las espadas largas no eran desconocidas en absoluto la caballeriacutea empleaba masivamente la spatha una espada de hoja recta que podiacutea oscilar entre los 65 y los 90 cm de lon-gitud y entre los 4 y 8 cm de anchura que en el s II dC era portada ya so-bre el costado izquierdo48 Otro tipo de espadas empleadas por la caballeriacutea romana en eacutepoca Antonina y Severa fueron las espadas de pomo en forma de

47 GOLDSWORTHY 1998 p 241 48 DIXON SOUTHERN 1997 pp 48-49 FIELDS 2006 p 16

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anillo cuyo origen se encuentra entre las espadas del mismo tipo saacutermatas y del Reino del Boacutesforo49 Una daga el pugio romano aunque pueda parecer un arma mucho maacutes uacutetil para un soldado de infanteriacutea que para un jinete es especialmente adecuada para los combates maacutes encarnizadamente cercanos tales como los brutales forcejeos hombre a hombre que tras un encontronazo de caballeriacutea podiacutean darse Igualmente un jinete descabalgado encontrariacutea mucho maacutes adecuado un pugio a la hora de enfrentarse a la infanteriacutea ene-miga que su larga espada maacutes conveniente para el combate desde la silla de montar50 Si tenemos en cuenta que en determinadas circunstancias un conta-rius era particularmente vulnerable a los ataques (y a ser consecuentemente derribado) un pugio seriacutea un buen complemento a su panoplia

Respecto al equipo defensivo debemos descartar desde un principio (auacuten a riesgo de resultar redundantes) el uso de escudos dada la imposibi-lidad de emplearlos adecuadamente empuntildeando al mismo tiempo un contus cuyo uso ademaacutes se veriacutea gravemente estorbado En este sentido la pro-teccioacuten corporal se convertiriacutea en un imperativo maacutexime teniendo en cuenta las debilidades inherentes a un contarius en combate ya mencionadas Di-versos tipos de casco o galea estaban a la disposicioacuten del jinete romano Los cascos de caballeriacutea evolucionaron de un modo diferente a los de la infan-teriacutea desde eacutepoca de Augusto al fin y al cabo las necesidades de proteccioacuten y movilidad de un jinete y un infante eran distintas Hacia finales del s I dC los modelos preexistentes como el casco tipo Weiler empezaron a ser refor-zados en su parte frontal (un lugar propenso a recibir contundentes sablazos durante el choque entre dos formaciones de caballeriacutea) desembocando en nuevos modelos durante el s II dC tales como el Russell Robinson tipo B uno de cuyos principales ejemplos fue encontrado en Ely Cambridgeshire Entre sus principales caracteriacutesticas estaacute la ampliacioacuten de las carrilleras que envuelven buena parte de la cara asiacute como los oiacutedos dejando soacutelo al descu-bierto nariz ojos y boca Su refuerzo frontal es pronunciado y el cubrenuca se ampliacutea ligeramente Sin embargo los cubrenucas de los cascos de ca-balleriacutea nunca alcanzaraacuten extensiones superiores en caso de ser derribado un jinete con un casco de cubrenuca muy extenso (como en los cascos de in-fanteriacutea del s II dC) podiacutea partirse el cuello faacutecilmente En este sentido avanzado el s II dC los cubrenucas se atrofian de nuevo mientras que las carrilleras se ampliacutean auacuten maacutes asiacute como los refuerzos del yelmo En este sentido los mejores ejemplos son el casco de Kalkar-Houmlnnepel (s II dC) y especialmente el tipo Friedberg el Heddernheim y el Russell Robinson tipo

49 BISHOP COULSTON1993 pp111-112 LEBEDYNSKY 2002 pp 101-103 p 167 y p 240 DIXON STEPHENSON 2003 pp 75-78

50 DIXON STEPHENSON 2003 pp 90-92

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E datados ya a comienzos del s III dC Estos cascos se caracterizan por en-volver casi completamente la cara salvo una breve ldquotrdquo que deja al descu-bierto ojos nariz y parte de la boca Las carrilleras cubren toda la cara y los oiacutedos asiacute como buena parte del cuello en unioacuten al cubrenuca Una extensa visera se extiende desde el frontal reforzado del casco sirviendo para desviar auacuten mejor los golpes frontales El yelmo presenta refuerzos transversales que se cruzan en su parte superior y se extienden hasta los liacutemites del cubrenuca En su conjunto estos disentildeos de cascos proporcionan una buena proteccioacuten contra golpes realizados desde cualquier direccioacuten especialmente frontales laterales y sobre la parte superior de la cabeza dejando vulnerable soacutelo la parte estrictamente necesaria del rostro51 No trataremos aquiacute todaviacutea los cas-cos destinados en principio a la Hippikaacute Gymnasia pues su particular natu-raleza y en especial la utilidad protectora del rostro de sus maacutescaras seraacute ob-jeto de debate en torno al equipamiento de los catafractii

La proteccioacuten corporal resultariacutea igualmente esencial para un conta-rius sobre todo porque en posicioacuten de carga y sin escudo resultariacutea muy vul-nerable a cualquier contraataque que pudiera atravesar la formacioacuten de ca-balleriacutea erizada de lanzas En general las protecciones no deberiacutean resultar muy diferentes a las de cualquier otro equite medianamente pesado de la ca-balleriacutea romana La proteccioacuten maacutes sencilla y frecuente seriacutea la lorica hama-ta o cota de mallas de mangas cortas hombros reforzados con una doble ca-pa de mallas y faldelliacuten extenso hasta medio muslo A finales del s II dC la caballeriacutea empezariacutea a llevar loricae hamatae de mayor longitud llegando a rebasar codos y rodillas En cuanto a las loricae squamatae durante los ss I-II dC soliacutean ser de unas dimensiones semejantes a las hamatae de man-gas y faldelliacuten cortos (cuando no sin mangas) con dos placas pectorales de metal como complemento y una franja de pteryges sobre los muslos Con la entrada del s III dC la lorica squamata cambia y tiende a hacerse maacutes lar-ga En el s II dC se incorpora una innovacioacuten las escamas semi-riacutegidas maacutes amplias y cosidas unas junto a otras sobre una pieza de cuero de tal for-ma que conformaban una proteccioacuten riacutegida y maacutes soacutelida como el ejemplo de Waffenmagazin en Carnunto datado probablemente de eacutepoca pre-Antonina o Antonina temprana Las armaduras de laacuteminas elaboradas a partir de esca-mas de metal rectangulares y alargadas son raras en el mundo romano du-rante esta fase aunque existe alguacuten ejemplo aislado como el hallazgo de un fragmento datado en el s III dC en Čatalka52 Otros elementos podiacutean com-

51 BISHOP COULSTON 1993 pp 93-96 y 117-119 FREUGEgraveRE 1994 pp 104-121 DIXON

SOUTHERN 1997 pp 35-36 DIXON STEPHENSON 2003 pp 17-20 FIELDS 2006 pp 12-13 52 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-92 y 116-117 DIXON SOUTHERN 1997 pp 36-43

DIXON STEPHENSON 2003 pp 43-48 FIELDS 2006 pp 13-14

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pletar la proteccioacuten del contarius como la de cualquier otro equite especial-mente grebas de diverso tipo especialmente uacutetiles para proteger las vulnera-bles piernas del jinete53

Completariacutea el equipamiento de un contarius su montura asiacute como la silla y los arreos necesarios para controlarla y poder actuar en conjuncioacuten con ella En particular la silla compondriacutea un elemento clave del equipo de una caballeriacutea especializada en taacutecticas de choque ante la carencia de estri-bos sin una silla de montar adecuada un contarius podriacutea salir simplemente disparado por la grupa de su caballo a causa de la fuerza del impacto En este sentido las tentativas de reconstruccioacuten de las sillas de montar realizadas por Junkelmann y P Connolly han resultado de extremada utilidad para conocer hasta queacute punto la silla de montar romana conocida como ldquosilla de cuatro cuernosrdquo podiacutea suplir la carencia del estribo y permitir a un jinete realizar toda clase de maniobras a lomos de su caballo sin correr excesivo riesgo de caer desmontado Especialmente satisfactorios han sido en este sentido las experiencias realizadas por Connolly con su propuesta de silla de estructura riacutegida interna de madera respaldados sus resultados por otros autores como K Dixon o P Southern Aunque no es materia esencial de nuestro estudio el debate en torno a la particular naturaleza de las sillas de montar romanas sentildealaremos que estos autores (a cuya opinioacuten nos adscribimos) consideran que una silla de montar de entramado riacutegido interno responderiacutea mucho me-jor a las necesidades de un jinete carente de estribos que una sin dicho entra-mado Desde nuestro particular punto de vista consideramos que las necesi-dades de un jinete especializado en taacutecticas de choque acentuariacutean enorme-mente la necesidad de una silla con un buen entramado riacutegido capaz de absorber la fuerza del impacto y mantener al jinete soacutelidamente afincado so-bre el lomo de su montura sin riesgo de caer Igualmente la solidez del en-tramado y su capacidad para transferir el peso del jinete de la columna verte-bral del animal hacia sus flancos (con el consecuente beneficio para la salud del caballo) permitiriacutea transmitir la fuerza de la embestida de la montura ha-cia el propio jinete y su arma (en este caso el contus) concentrando la fuerza del impacto en el afilado extremo de eacutesta y maximizando de este modo la eficiencia de la carga54 Posiblemente las unidades de caballeriacutea maacutes pesadas (como los catafractii) emplearon sillas de montar cuyo entramado estariacutea maacutes desarrollado y hasta reforzado con elementos metaacutelicos55

53 DIXON STEPHENSON 2003 p 61 54 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 BISHOP COULSTON 1993 pp 105-108

MIELCZAREK 1993 pp 81-82 DIXON SOUTHERN 1997 pp 70-74 DIXON STEPHENSON 2003 pp 107-110 FIELDS 2006 pp 17-18

55 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 pp 44-45

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La posible proteccioacuten portada por la montura de un contarius proba-blemente no diferiacutea de la portada por las monturas de las unidades de ca-balleriacutea media del ejeacutercito romano especialmente si tenemos en cuenta que como tendremos oportunidad de analizar no estaacute ni tan siquiera claro que los caballos de los catafractii romanos portaran protecciones fuera de lo comuacuten respecto de otras unidades de caballeriacutea Por tanto el elemento de proteccioacuten maacutes pesado portado por el caballo de un contarius seriacutea un chamfron una proteccioacuten para la cabeza y ojos del animal que podiacutea ser tanto de cuero co-mo metaacutelica Se han encontrado diversos ejemplares de este tipo de protec-ciones los maacutes exuberantemente decorados considerados (en principio) como restringidos a su uso durante la Hippikaacute Gymnasia56 El principal papel de estas protecciones parece enfatizar la proteccioacuten de los ojos del caballo en tanto en cuanto se conocen ejemplos de chamfrons romanos que tan soacutelo protegen esta vulnerable parte de la cabeza del animal como los hallados en Mainz Alemania57

El armamento caracteriacutestico del contarius especialmente el contus se asemeja enormemente al equipamiento del jinete pesado saacutermata el cual en la mayor parte de los casos no era sino un jinete maacutes o menos bien protegido (en algunos casos pesadamente protegido) a lomos de un caballo que en la mayor parte de los casos no llevariacutea una proteccioacuten destacada La principal fuerza del jinete saacutermata radicariacutea en el uso del llamado contus sarmaticus Que los primeros testimonios de la existencia de contarii entre las filas de la caballeriacutea romana no date antes del 60 dC resulta igualmente significativo el encuentro del ejeacutercito romano con la caballeriacutea pesada de los saacutermatas roxolanos o yaacutecigos se produce precisamente en esas fechas No existen evi-dencias de un ldquoteacutermino mediordquo similar al contarius romano entre el arquero a caballo y el catafractoclibanario parto o sasaacutenida Los contrastes entre el jinete pesado saacutermata y el parto son evidentes no soacutelo en equipo militar sino en taacutecticas todo lo contrario sucede entre el jinete pesado saacutermata y el contarius romano en particular Resulta loacutegico por tanto pensar que el mo-delo en taacutecticas y equipamiento del contarius romano se encuentra entre los contarios de la caballeriacutea pesada saacutermata58

56 BISHOP COULSTON 1993 pp 105-108 DIXON SOUTHERN 1997 p 67 DIXON

STEPHENSON 2003 pp 111-112 FIELDS 2006 57 DIXON STEPHENSON 2003 p 112 58 EADIE 1967 pp 165-167 MIELCZAREK 1993 pp 99-102 NEGIN 1998 LEBEDYNSKY

2002 p 236

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El ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta A diferencia de lo que sucede con los contarii no disponemos de des-

cripciones pormenorizadas o representaciones graacuteficas expliacutecitas de cata-fractii del ejeacutercito romano59 Tan soacutelo el grafito de un catafracto hallado en Dura-Europos aporta alguacuten tipo de informacioacuten expliacutecita para reconstruir la posible imagen de lo que seriacutea un catafractus del ejeacutercito romano pese al hecho de que la ldquonacionalidadrdquo del catafracto representado en el grafito no estaacute nada clara

Como ya hemos sentildealado en apartados anteriores el propio nombre de catafractuscatafractii (asiacute como el posterior de clibanariusclibanarii) pone el acento en la defensa corporal metaacutelica de este tipo de soldados romanos o no romanos Sin embargo el equipamiento defensivo carece de sentido algu-no si no protege una funcioacuten ofensiva concreta En un contarius el eacutenfasis se situacutea en su capacidad ofensiva representada fundamentalmente por el contus sarmaticus como devastadora arma de choque en manos de una fuerza dise-ntildeada esencialmente para el ataque la caballeriacutea En un catafractus romano o parto y en sus homoacutelogos saacutermatas maacutes pesadamente equipados el elemen-to clave no es el poderoso equipo defensivo del jinete (y seguacuten queacute casos de su caballo) en solitario sino la conjuncioacuten de eacuteste con el poder devastador de su equipo ofensivo El catafractus representa asiacute la fuerza ofensiva del con-tarius puesta bajo una proteccioacuten concienzuda que la mantenga a salvo de la mayor parte de los contraataques

En este sentido el equipamiento ofensivo de un catafractus romano no se diferenciariacutea en nada sustancial del portado por un contarius Aparte de la fundamental y eficiente contus el catafractus no dejariacutea de portar un arma secundaria siendo de nuevo la maacutes eficiente la espada de hoja larga que en la tradicioacuten romana altoimperial se materializaba en la spatha en to-das sus variantes asiacute como en espadas de hoja larga de tradicioacuten saacutermata que ya presentamos anteriormente En cuanto a otras armas acaso el pugio pu-diera ser un complemento menos uacutetil para un jinete pesadamente protegido (y con una movilidad maacutes restringida en consecuencia) que para un conta-rius o un equite maacutes vulnerable pero con mayor libertad de movimientos Al fin y al cabo la funcioacuten de ataque baacutesica del catafractus no era sino la mis-ma que la del contarius aprovechar la ventaja de un arma de acometida como el contus para derribar a enemigos a pie o montados antes de poder re-cibir cualquier clase de contraataque cuerpo a cuerpo por parte de ellos Era precisamente su capacidad para mantenerse a salvo de buena parte de los

59 MIELCZAREK 1993 p 79

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contraataques (cercanos o de proyectil) lanzados contra ellos lo que conver-tiacutea a los catafractii en un arma auacuten maacutes devastadora y pesada que los conta-rii la fuerza devastadora de su ataque teniacutea muchas menos posibilidades de verse desbaratada durante la accioacuten si todo iba razonablemente bien60

Y es este elemento clave del catafractus romano la proteccioacuten corpo-ral uno de los puntos que mayores debates ha generado empezando por el yelmo propiamente dicho Un catafractus romano del s II y comienzos del s III dC empleariacutea una gama de cascos ligeramente distinta a los de un con-tarius por dos razones la primera de todas cronoloacutegica en base al hecho de que su aparicioacuten (en base a todas nuestras fuentes) no parece tener lugar has-ta la primera deacutecada del s II dC por lo que los disentildeos de cascos maacutes tiacutepi-cos del s I dC (como el tipo Weiler) no llegariacutean a ser usados por los cata-fractii romanos la segunda es puramente funcional en tanto en cuanto se es-perariacutea de un catafractus que fuera lo maacutes protegido posible Soacutelo los dise-ntildeos maacutes soacutelidos de yelmos romanos y de proteccioacuten maacutes completa entrariacutean a formar parte del equipo corriente de esta caballeriacutea pesada En este sentido resulta particularmente representativo el casco tipo Heddernheim o Russell Robinson tipo E el tipo Friedberg asiacute como los cronoloacutegicamente anteriores Kalkar-Houmlnnepel y Bodengraven Todos ellos ofreciacutean una excelente protec-cioacuten a todo el craacuteneo y el cuello Sin embargo todos ellos no podiacutean evitar dejar al descubierto ojos nariz y buena parte de la boca Teniendo en cuenta que el resto del cuerpo del jinete estariacutea tambieacuten razonablemente bien prote-gido la mejor forma de neutralizar a un catafractus en estas circunstancias era atacarle al rostro directamente Sean cuales sean las circunstancias (y lo que Hollywood nos haya intentado hacer creer) el instinto baacutesico de preser-vacioacuten de un ser humano le hace cerrar los ojos encoger o apartar brusca-mente la cabeza y (de ser necesario) protegerse con las manos y los brazos si intuye o siente una agresioacuten dirigida a la cara Se trata de un acto reflejo baacute-sico e instintivo que no se puede evitar La peacuterdida temporal del control so-bre la realidad visual y sobre las acciones del combate que esto produciriacutea podriacutea provocar (al menos durante ese corto espacio de tiempo) que el ldquoin-vulnerablerdquo catafractus dejara de ser una amenaza fallara el objetivo de su ataque dejara de prestar atencioacuten (en pos de su propia proteccioacuten) yo se convirtiera en un objetivo vulnerable durante ese tiempo En resumidas cuentas la proteccioacuten para la cara resultariacutea una pieza muy uacutetil para un sol-dado cuya fuerza residiera en una pesada proteccioacuten y una gran contundencia de ataque En este sentido se sabe que los catafractos y clibanarios partos y

60 MIELCZAREK 1993 p 81 BISHOP COULSTON 1993 pp 109-111 DIXON SOUTHERN 1997 p 76 GOLDSWORTHY 1998 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-321

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sasaacutenidas emplearon maacutescaras o ventails combinadas con sus cascos para completar su proteccioacuten dejando tan soacutelo los resquicios necesarios para res-pirar y ver (literalmente dos orificios del tamantildeos de los ojos asiacute como una apertura y perforaciones para permitir la ventilacioacuten a la altura de la boca y la nariz) sin que ello pareciera representar un inconveniente a la percepcioacuten del entorno en combate61 En la panoplia romana altoimperial los cascos con maacutescaras metaacutelicas (y las maacutescaras en siacute mismas) no son precisamente des-conocidos son aquellos inicialmente atribuidos a un uso en paradas y ejer-cicios militares especialmente la Hippikaacute Gymnasia Entre los ejemplos maacutes destacables podemos sentildealar el tipo Newstead (s I dC) asiacute como las varian-tes maacutes elaboradas y decoradas del Heddernheim En principio este tipo de cascos dada su profusa decoracioacuten y las supuestas limitaciones a la visibili-dad provocadas por la maacutescara estariacutean limitado en su uso a la Hippikaacute Gymnasia Sin embargo este tipo de cascos no era impedimento para un adecuado desenvolvimiento durante estos ejercicios que eran una muestra de destreza iquestPor queacute entonces habriacutean de resultar un estorbo en la batalla Las maacutescaras de la caballeriacutea parta no teniacutean una factura esencialmente diferente a las romanas (maacutes allaacute del plano puramente artiacutestico-estiliacutestico) y fueron usadas en combate con cierta asiduidad iquestPor queacute razoacuten los yelmos con maacutes-cara o maacutes probablemente las maacutescaras en siacute mismas combinadas con otros tipos de yelmos romanos de caballeriacutea conocidos no pudieron ser utilizados en combate tanto como en la Hippikaacute Gymnasia Hace casi dos deacutecadas Mielczarek ya lanzoacute una propuesta en semejante sentido al respecto de la ca-balleriacutea pesada romana poniendo en cuestioacuten su uso exclusivo en paradas y exhibiciones la cantidad de cascos con maacutescaras y maacutescaras aisladas vincu-ladas a la panoplia romana (y especialmente de la caballeriacutea) no parece res-ponder precisamente a un uso limitado a ocasiones especiales Diez antildeos maacutes tarde Dixon e I P Stephenson volvieron a retomar dichos plantea-mientos argumentando que determinados cascos empleados en la Plena y Baja Edad Media (como el sallet A82) limitaban la visibilidad tanto o maacutes que las maacutescaras inicialmente consideradas como limitadas a la Hippikaacute Gymnasia y sin embargo fueron empleados en combate62 En este sentido consideramos que posiblemente los maacutes ricamente decorados ejemplares no fueron objeto de uso en combate pero siacute que nos adscribimos a los plantea-mientos de los autores mencionados considerando no soacutelo probable sino ra-zonable que la maacutescara (y los cascos disentildeados especialmente para portarlas) formaran parte de la panoplia de los catafractii otorgaacutendoles la proteccioacuten necesaria para proteger el siempre vulnerable rostro

61 MIELCZAREK 1993 p 60 NEGIN 1998 pp 72-74 WILCOX 2001 p 10 62 MIELCZAREK 1993 p 81 DIXON STEPHENSON 2003 pp 20-24

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Un catafractus sin duda alguna portariacutea una buena proteccioacuten para el torso En este sentido hariacutea uso de las mismas protecciones antes menciona-das para los contarii como loricae hamatae y squamatae asiacute como las inno-vaciones propias de eacutepoca Antonina y Severa como las escamas semi-riacutegi-das y las poco comunes armaduras de laacuteminas como el aislado ejemplo del s III dC hallado en Čatalka63 Sin embargo si atendemos ahora al grafito de Dura-Europos el jinete representado no parece llevar un uacutenico tipo de pro-teccioacuten sobre su torso Las armaduras compuestas por varios tipos de loricae como hemos visto eran probablemente utilizadas ya por los saacutermatas Este tipo de proteccioacuten era tambieacuten conocida en el ejeacutercito romano si bien los ejemplos de la misma son limitados y no parece que su uso estuviera muy extendido (al igual que no parece que en el s II y a comienzos del s III dC los catafractii fueran un arma de extendido uso en Roma) Se denominaba lorica plumata teacutermino que al parecer designaba principalmente a armadu-ras compuestas por lorica squamata y hamata combinadas Esta combina-cioacuten parece ser la utilizada tambieacuten por los saacutermatas aunque su distribucioacuten sobre el cuerpo no se ha podido reconstruir convincentemente64 Al igual que el contarius el catafractus no portariacutea escudo tanto por serle imposible su debido aprovechamiento al empuntildear un contus como por el estorbo que su-pondriacutea al uso de esta uacuteltima La carencia de escudo quedariacutea suplida por lo pesado de su proteccioacuten corporal En este sentido destaca la manica una proteccioacuten construida con laacuteminas de metal (bronce o hierro) semiciliacutendricas unidas unas a otras en progresioacuten descendente del hombro hacia la mano la cual podiacutea proteger a su vez con guanteletes de malla de escamas o incluso una extensioacuten de la manica misma adaptada a la forma de la mano65 Com-pletariacutean la proteccioacuten de un catafractus unas grebas para sus piernas (la parte de su cuerpo maacutes al alcance de la infanteriacutea enemiga) si bien podiacutean disponer de protecciones maacutes pesadas que podiacutean llegar a cubrir muslos y pies recordando en su estructura a la manica empleada para proteger los bra-zos66 En ocasiones podriacutea emplearse tambieacuten protecciones especiacuteficas para el cuello especialmente pensadas para cubrir cualquier posible fisura entre el yelmo y la proteccioacuten del torso De este tipo de piezas se han encontrado al-gunos ejemplos como el de una tumba de Čatalka en Bulgaria datada en el

63 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-92 y 116-117 DIXON SOUTHERN 1997 pp 36-43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 43-48 FIELDS 2006 pp 13-14

64 MIELCZAREK 1993 pp 79-80 NEGIN 1998 pp 68-74 DIXON STEPHENSON 2003 pp 49-50 FIELDS 2006 pp 10-11

65 BISHOP COULSTON 1993 pp 87-91 DIXON STEPHENSON 2003 pp 55-58 66 DIXON SOUTHERN 1997 p 43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 61-63

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s II dC y consistente en un anillo de metal dividido en dos mitades unidas por un cinturoacuten de cuero y originalmente tintado en rojo67

El equipamiento de las monturas de los catafractii romanos es otro as-pecto poleacutemico quizaacutes el que maacutes En primer lugar respecto de las sillas de montar eacutestas responderiacutean probablemente al modelo presentado por Con-nolly pero a un tipo particular cuyo entramado riacutegido interno y cuernos es-tariacutean maacutes desarrollados planteando una sujecioacuten mucho maacutes riacutegida y firme Este tipo de sillas poseiacutea ademaacutes una estructura reforzada con elementos metaacutelicos Seguacuten Connolly y C Van Dryel Murray este tipo de sillas res-ponderiacutea especialmente a un uso por parte de unidades de caballeriacutea pesada donde el peso de la armadura del jinete sumada a su modalidad de combate (choque con lanza pesada) hariacutea necesaria una sujecioacuten maacutes firme para evitar quedar descabalgado asiacute como un maacutes eficiente reparto del peso sobre el lomo y los costados del caballo Este tipo de sillas es visible tambieacuten sobre los caballos de los clibanarios sasaacutenidas que aparecen en el relieve de Firu-zabad68 En segundo lugar estaacute la cuestioacuten en torno a si las monturas de los catafractii romanos del s II y comienzos del III dC llevaban alguacuten tipo de proteccioacuten y cuaacuten completa era esta En este sentido se han lanzado diver-sas propuestas e hipoacutetesis por una parte aquellos que consideran que los ca-tafractii romanos probablemente no emplearon proteccioacuten para sus monturas al menos no en la forma casi sistemaacutetica y masiva que caracterizaba a la ca-balleriacutea pesada parta y que caracterizariacutea maacutes tarde a la sasaacutenida y a la pro-pia caballeriacutea pesada romana bajoimperial en este sentido los catafractii del ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta no seriacutean sino contarii pesada-mente protegidos pero cuyas monturas no portariacutean proteccioacuten alguna fuera de lo comuacuten hasta el momento en el ejeacutercito romano69 otros han propuesto un teacutermino medio sostenido en base a la influencia saacutermata en la creacioacuten y equipamiento de la caballeriacutea pesada romana Es eacuteste el caso de Mielczarek Negin y Lebedynsky entre otros quienes consideran que los catafractii ro-manos no emplearon la protecciones pesadas y o maacutes o menos completas pa-ra sus monturas en el sentido sistemaacutetico que se puede observar en la tradi-cioacuten militar parta o persa sino que emplearon protecciones maacutes limitadas y sobre todo aplicadas a secciones concretas de estas unidades por ejemplo entre aquellos soldados destinados a formar la vanguardia de choque de la formacioacuten o simplemente entre los oficiales70 entre la mayor parte de los autores consagrados al estudio del armamento romano y en particular de la

67 DIXON STEPHENSON 2003 p 59 68 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 p 45 MIELCZAREK 1993 pp 81-82 69 EADIE 1967 pp 166-168 70 MIELCZAREK 1993 pp 74-81 NEGIN 1998 p 74 LEBEDYNSKY 2002 p 237-238

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caballeriacutea existe un acuerdo taacutecito en reconocer el uso por parte de la ca-balleriacutea pesada romana de protecciones metaacutelicas Sin embargo en general o no llegan a un acuerdo en torno a su empleo por parte de las primeras uni-dades de catafractii o se limitan a constatar que los restos arqueoloacutegicos de protecciones equinas pesadas (particularmente las halladas en Dura-Europos) datan en principio del s III dC sin entrar en mayores debates71 finalmente estaacuten aquellos autores que dan simplemente por sentada la asociacioacuten entre el teacutermino catafractii y una proteccioacuten maacutes o menos completa y extendida a la inmensa mayoriacutea (al menos) de las monturas de estas unidades en cual-quier momento desde su creacioacuten72 pero especialmente a partir del s III dC73

En general todas estas corrientes tienden a coincidir en sentildealar que las armaduras pesadas para caballos en el ejeacutercito romano no empezaron a utili-zarse de forma extendida para la caballeriacutea pesada hasta el s III dC De nue-vo el debate se centra en torno a su uso durante el s II dC justo en el mo-mento de la creacioacuten de las primeras unidades de catafractii y particular-mente a causa de la falta de pruebas concluyentes Si se hizo uso de dichas protecciones ya en el s III dC iquestpor queacute razoacuten negar su uso en una fase an-terior aunque eacuteste no fuera un uso generalizado Particularmente preferimos adscribirnos a la tendencia representada por Mielczarek Negin y Lebedyns-ky entre otros autores considerando que los miembros de la uacutenica unidad de caballeriacutea pesada acorazada romana conocida para el s II dC el ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta (y por tanto otras unidades del mismo tipo auacuten por conocer) emplearon protecciones metaacutelicas maacutes o menos pesa-das para sus monturas de un modo ocasional limitado a secciones especiales de la unidad o a la oficialidad siguiendo la corriente de influencia saacutermata Estas protecciones se generalizariacutean a lo largo del s III dC probablemente bajo una mayor influencia de la tradicioacuten militar parta y ante todo sasaacutenida hasta constituir las unidades pesadas del Bajo Imperio que seriacutean el germen de la posterior caballeriacutea pesada bizantina

Este tipo de protecciones incluiriacutea no soacutelo ya los chamfrons metaacutelicos sobradamente conocidos por la caballeriacutea romana de la eacutepoca (y empleados probablemente por los contarii) sino bardas compuestas por malla escamas de cuero o metaacutelicas o laacuteminas que como los ejemplares de Dura-Europos (ya descritos anteriormente) cubririacutean los flancos del caballo y buena parte

71 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-70 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

72 GOLDSWORTHY 1998 pp 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 y 20-21 73 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-322

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de la pechera del mismo74 Este tipo de protecciones probablemente incluiriacutea tambieacuten piezas especiacuteficas para proteger el frontal y la cerviz del animal has-ta la cabeza a semejanza quizaacutes de las empleadas por partos y sasaacutenidas en Oriente Estas piezas particularmente para la cerviz del caballo se han en-contrado tambieacuten en Dura-Europos elaboradas en malla y lazadas mediante correas de cuero75 De este modo si se quisiera proporcionar proteccioacuten tan soacutelo a los caballos de una parte de la unidad lo maacutes loacutegico seriacutea hacerlo con las monturas que marchariacutean en la vanguardia de la formacioacuten de choque y que deberiacutean absorber la fase maacutes violenta del impacto En este sentido las piezas de proteccioacuten maacutes uacutetiles no seriacutean las bardas laterales sino las pro-tecciones para pechera cerviz y cabeza las partes del cuerpo del caballo que quedariacutean expuestas al enemigo durante una carga en formacioacuten cerrada Al prescindir asiacute de las protecciones de los flancos no solo se seguiriacutea apor-tando una proteccioacuten uacutetil a las monturas maacutes expuestas de la unidad durante una accioacuten de combate sino que se estariacutea aligerando el peso que habriacutean de soportar durante la accioacuten reduciendo asiacute el riesgo de agotamiento de las mismas

Si la influencia saacutermata en el origen del contarius romano es maacutes o menos segura la cuestioacuten resulta menos clara para los catafractii Formal-mente un catafractus romano no se diferenciaba del contario saacutermata maacutes pesadamente armado maacutes que en la factura de determinadas partes de su equipamiento muchas de las cuales eran de tradicioacuten puramente romana y unas pocas (como las protecciones maacutes pesadas para las piernas) devendriacutean de tradiciones orientales Sin embargo el hecho de que en ninguacuten momento las fuentes literarias disponibles denominen a la caballeriacutea pesada saacutermata como catafractii y que las protecciones pesadas para caballos entre la mis-ma parezcan ser objeto de un uso tan heterogeacuteneo como vinculado al status y posibilidades econoacutemicas del jinete parece ser el principal punto (al menos inicialmente) de distanciamiento entre los lanceros acorazados saacutermatas y los catafractii romanos Ahora bien suponiendo que la creacioacuten de las unidades de catafractos romanos estuviera respondiendo a la caballeriacutea pesada parta iquestpor queacute esperoacute al s II dC Durante casi tres siglos de encuentros en los campos de batalla de Oriente el ejeacutercito romano no parecioacute tener necesidad alguna de emular a los catafractos y clibanarios partos Finalmente es en el contexto de las guerras daacutecicas y paacuterticas de Trajano y en el reinado de Adriano cuando los catafractii hacen su aparicioacuten en el ejeacutercito romano al-gunas deacutecadas maacutes tarde que los contarii y despueacutes de casi un siglo de con-

74 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-63 67 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

75 DIXON STEPHENSON 2003 p 114

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tacto con la caballeriacutea saacutermata De nuevo la coincidencia de variables parece hablar por siacute sola al igual que primero el contarius el catafractus parece ser una respuesta de la caballeriacutea romana a las refriegas habidas con los exce-lentes jinetes saacutermatas desde mediados del s I dC hipoacutetesis que secundan la mayor parte de los autores76 Cualquier posible influjo oriental en la com-posicioacuten de la primera caballeriacutea pesada romana respondioacute a la incorpora-cioacuten de elementos considerados de utilidad no encontrados en la tradicioacuten militar propiamente romana o saacutermata El incremento de este influjo mate-rializado quizaacutes en la intensificacioacuten y extensioacuten del uso de armaduras pe-sadas para caballos y en el importante desarrollo en general del arma de ca-balleriacutea pesada en Roma tendriacutea lugar ya entrado el s III dC quizaacutes no tanto de manos de los uacuteltimos coletazos del moribundo Imperio parto como del joven y eneacutergico Imperio persa sasaacutenida el cual llevariacutea el arma de ca-balleriacutea en el Oriente a nuevas cotas de desarrollo especializacioacuten en organi-zacioacuten equipamiento y taacutecticas77

Mencioacuten especial requiere la organizacioacuten del ala I Gallorum et Pan-noniorum catafracta No entraremos a resentildear aquiacute la naturaleza del ala como unidad militar del ejeacutercito romano ni la organizacioacuten y estructura de la caballeriacutea romana altoimperial sino un aspecto concreto del ala concreta objeto de nuestro estudio y que parece haber pasado desapercibido a la ma-yor parte de los autores Se trata del hecho de que dicha ala debioacute de ser compuesta en su origen por soldados de dos unidades distintas probable-mente tropas selectas Tal y como sentildeala su nombre el ala estaba compuesta por jinetes galos y panonios Mielczarek ha propuesto precisamente que ca-ra a la creacioacuten de esta unidad de catafractos probablemente se seleccionoacute a los mejores soldados de dos alas distintas posiblemente (seguacuten el parecer del propio Mielczarek) el ala I Pannoniorum y el ala I Gallorum Flaviana Aunque de momento no se trata sino de una hipoacutetesis parece razonable que cara a la primera unidad de caballeriacutea pesada romana (probablemente una unidad que tendriacutea en sus oriacutegenes un marcado caraacutecter ldquoexperimentalrdquo) se seleccionara a personal experimentado y de fiar lo que remarcariacutea el caraacutec-ter de eacutelite de este tipo de unidades

76 EADIE 1967 MIELCZAREK 1993 NEGIN 1998 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

LEBEDYNSKY 2002 77 EADIE 1967 pp 169-172 MICHALAK 1987 MIELCZAREK 1993 pp 63-67 NICOLLE

1996 WILCOX 2001 pp 24-35 FARROKH 2005

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Taacutecticas y limitaciones de la caballeriacutea pesada romana La caballeriacutea fue un arma especializada principalmente en una uacutenica

funcioacuten el ataque Un grupo de jinetes no puede establecer una posicioacuten de-fensiva y mantenerla de forma estaacutetica pues equivaldriacutea claramente a un suicidio en cualquier eacutepoca Cuando una unidad de caballeriacutea ha sido em-pleada con fines de defensa lo ha sido empleando fundamentalmente el ata-que es decir un contraataque

La principal ventaja de un jinete respecto del soldado de infanteriacutea ra-dica en tres puntos fundamentales la altura que le proporciona su montura la rapidez y potencia de la misma y el efecto psicoloacutegico que todo ello sus-cita en el infante El principal modo en que la caballeriacutea (y particularmente la caballeriacutea media y pesada) se enfrenta a la infanteriacutea (y a otras unidades como veremos) es la carga cuya finalidad es desfondar la formacioacuten ene-miga dispersaacutendola para coparla y destruirla o permitir a otras unidades aprovechar la brecha abierta Sin embargo contrariamente a lo que se suele pensar un caballo (o un grupo de caballos) no es capaz de embestir una for-macioacuten cerrada de infanteriacutea Un equino no es un toro ni se comporta como tal El caballo siempre se para antes de llegar a impactar contra un obstaacuteculo que considera no podraacute esquivar o saltar o donde no vea espacio alguno por donde penetrar En este sentido una formacioacuten de infanteriacutea pesada que fuera capaz de mantener su posicioacuten hasta el final teniacutea muchas posibilidades de rechazar una carga de caballeriacutea Existiacutean dos formas para evitar que esto sucediese de modo tal que la carga de caballeriacutea tuviese finalmente eacutexito hostigar a la formacioacuten de infanteriacutea de muacuteltiples modos (ataque con proyec-tiles ataques simulados apoyar a la caballeriacutea atacante con infanteriacutea o ar-tilleriacutea) o bien que un porcentaje suficiente de soldados enemigos no fuera capaz de soportar la tensioacuten psicoloacutegica de ver venir sobre ellos una carga de caballeriacutea y rompiera filas debilitando la formacioacuten desorganizaacutendola y abriendo brechas Como vemos el resultado de una carga de caballeriacutea de-pende maacutes del contexto y de la psicologiacutea que de la carga en siacute misma Sin embargo los nervios de acero necesarios para superar el instinto de autopro-teccioacuten (que nos llevariacutea a quitarnos inmediatamente de la trayectoria de los caballos y sus jinetes) no eran (ni son) un elemento comuacuten en los ejeacutercitos Pocas infanteriacuteas disponiacutean del adiestramiento y disciplina necesarios para mantener la posicioacuten y afrontar una auteacutentica estampida que a sus ojos cla-ramente amenazariacutea con arroyarla Entre tales excepciones se encontraba la

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infanteriacutea legionaria romana la cual soacutelo en determinadas circunstancias era realmente vulnerable a un ataque de caballeriacutea78

Las unidades de caballeriacutea pesada como catafractii y contarii eran un caso auacuten maacutes especial En primer lugar el contus permitiacutea al jinete arroyar a un infante enemigo virtualmente antes de que su montura se viera obligada a detener su marcha Por otra parte sus pesadas protecciones (y la de sus mon-turas al menos para una parte de los catafractii) les otorgaban una mayor se-guridad ante cualquier clase de contraataque enemigo (especialmente pro-yectiles) y una superior capacidad de asumir el riesgo del contacto con una formacioacuten enemiga demasiado firme Pero sobre todo les otorgaba una carga psicoloacutegica brutal la visioacuten de una ldquoparedrdquo blindada erizada de lanzas en auteacutentica formacioacuten de falange avanzando con premura directamente resulta-ba especialmente impactante a ojos de un soldado de infanteriacutea por muacuteltiples factores Ser arroyado por un caballo no es una perspectiva agradable ser arroyado por una marea de lanzas y caballos blindados es una perspectiva auacuten menos agradable Para incrementar la capacidad de penetracioacuten de este tipo de caballeriacutea se empleaban formaciones y ataques en profundidad fun-damentalmente columna y cuneuscuntildea En este sentido la formacioacuten podiacutea concentrar la fuerza de su carga en un frente estrecho que pudiera ser dirigi-do convenientemente contra el punto maacutes deacutebil de la formacioacuten a atacar in-cluso con la carga ya en curso Sin embargo la caballeriacutea pesada poseiacutea una desventaja potencial el enorme peso de su equipamiento reduciacutea la veloci-dad de su carga su maniobrabilidad y podiacutea agotar a sus caballos muy raacutepi-damente En este sentido podiacutean ser viacutectimas faacuteciles de unidades maacutes aacutegiles y raacutepidas o de un contraataque al teacutermino de una extenuante carga (exitosa o no) Por otra parte no estaban precisamente capacitados para realizar una re-tirada raacutepida con los caballos extenuados por el esfuerzo de cargar despla-zando sobre sus lomos a su jinete con su equipamiento y su propia pro-teccioacuten los catafractii podiacutean encontrarse en una situacioacuten realmente com-prometida si su ataque fracasaba y no se encontraban en posicioacuten de recibir apoyo inmediato de unidades aliadas capaces de protegerlos el tiempo nece-sario para maniobrar y salir del atolladero Otro peligro que desembocaba di-rectamente en el fracaso de la carga (y en las circunstancias antes descritas) era la posibilidad de que la formacioacuten perdiera su cohesioacuten durante la carga Para evitar esta circunstancia (y reducir la extenuacioacuten de los caballos) se procuraba no cargar a mayor velocidad que un trote ligero79

78 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

79 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 y 241 LEBEDYNSKY 2002 p 237 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

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A la hora de afrontar a otra caballeriacutea las circunstancias eran dife-rentes La caballeriacutea como especialista en ataque teniacutea tambieacuten la funcioacuten de neutralizar a la caballeriacutea del adversario negaacutendole asiacute la mayor parte de la iniciativa y ganando la oportunidad de flanquear sus formaciones y ata-carlas desde diversos puntos Un ejeacutercito cuya caballeriacutea abandonara el cam-po de batalla por otra parte aunque auacuten podiacutea imponerse mediante la fuerza de su infanteriacutea (si era capaz de rechazar el ataque de la caballeriacutea adversaria y de desalojar a su infanteriacutea) careceriacutea de cualquier posibilidad para explo-tar adecuadamente la victoria la caballeriacutea fue hasta la I Guerra Mundial la uacutenica arma capacitada para lanzar una persecucioacuten sobre una fuerza enemiga en retirada convirtiendo esta uacuteltima en una desbandada desorganizada y dis-poniendo asiacute de la oportunidad de transformar un ejeacutercito derrotado en un ejeacutercito destruido En este sentido la caballeriacutea no fue soacutelo una pieza taacutectica fundamental a la hora de la batalla sino una herramienta baacutesica de la estra-tegia a nivel global de cualquier conflicto a lo largo de unos tres milenios de historia militar

La infanteriacutea puede rechazar a la caballeriacutea pero nunca perseguirla (maniobra que equivaldriacutea a dar la ocasioacuten a los jinetes derrotados de dar media vuelta y lanzar un inesperado contraataque que convirtiera en desastre para la infanteriacutea lo que empezoacute siendo un eacutexito Las huidas fingidas como ya hemos sentildealado eran tambieacuten una interesante taacutectica a emplear por parte de la caballeriacutea para desorganizar una formacioacuten enemiga Sin embargo no era una taacutectica que entrara dentro del ldquomanual de instruccionesrdquo de la ca-balleriacutea maacutes pesada limitada como estaba en sus movimientos) Soacutelo la ca-balleriacutea podiacutea derrotar poner en fuga y destruir a otra caballeriacutea El modo de hacerlo sin embargo era materia delicada Una formacioacuten cerrada para ata-car a otra caballeriacutea resultaba inuacutetil y peligrosa era la mejor forma de que los propios caballos se rompieran los huesos al impactar a gran velocidad contra las monturas enemigas Normalmente y a lo largo de toda la existen-cia de la caballeriacutea de choque dos formaciones de caballeriacutea que cargan una contra otra a la espera de un combate mano a mano tienden a abrir sus liacuteneas para esquivar el choque frontal contra los caballos rivales Al producirse el choque el jinete tratariacutea de atacar con sus armas a su rival maacutes cercano a uno u otro lado intentando derribarle o herirle mortalmente En estas cir-cunstancias el contus sarmaticus vuelve a relucir por sus virtudes permitiacutea (al igual que la lanza de cometida medieval las lanzas de los huacutesares alados polacos o las lanzas de los ulanos austriacos o los cosacos rusos) golpear al jinete adversario antes de que eacuteste equipado con espada o con una lanza maacutes corta pudiese iniciar su propio ataque Una formacioacuten de contarii o de cata-fractii podiacutea asiacute arroyar faacutecilmente la vanguardia de la formacioacuten de caballe-

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riacutea enemiga neutralizando su ataque y desorganizando totalmente su forma-cioacuten Sin embargo cuando dos formaciones cargaban una contra la otra y llegaban a culminar completamente el choque el combate podiacutea derivar faacute-cilmente en una violenta y caoacutetica refriega En estas circunstancias las espa-das de hoja larga empleadas por la caballeriacutea romana y saacutermata eran particu-larmente esenciales asiacute como sus protecciones dado que un contus tendiacutea a partirse tras el primer o segundo impacto y a ser poco coacutemoda de utilizar cuando el combate se tornaba maacutes cercano En cualquier caso si una forma-cioacuten de catafractii no conseguiacutea imponerse durante el choque a la formacioacuten enemiga el agotamiento de sus monturas y su menor movilidad (sumada a la peacuterdida del orden en la formacioacuten inherente al inicio de la refriega) supon-driacutean una peligrosa situacioacuten en el caso de carecer de apoyo de otras unida-des (bien de caballeriacutea o de infanteriacutea) y de la que no podriacutean salir con mu-cha facilidad80

Tanto frente a otra caballeriacutea como frente a la infanteriacutea el respaldo de unidades de caballeriacutea maacutes ligeras y particularmente arqueros a caballo81 resultariacutea particularmente deseable antes del choque la caballeriacutea ligera po-driacutea hostigar con proyectiles a las formaciones enemigas creando brechas o desorganizaacutendolas y despueacutes del choque podriacutean apoyar a la caballeriacutea pe-sada durante la progresioacuten del combate cubrir su retirada o explotar su eacutexito continuando la persecucioacuten de un enemigo en fuga

Como vemos desde el punto de vista taacutectico y del empleo en el campo de batalla el eacutexito de la caballeriacutea pesada acorazada dependiacutea tanto o maacutes de las circunstancias el contexto y el apoyo que pudieran recibir que de sus propias virtudes Se trataba de unidades altamente especializadas que si que-daban desprotegidas o en situaciones comprometidas podiacutean ser faacutecilmente rechazadas desbandadas o destruidas No se trataba de fuerzas versaacutetiles y probablemente ello condicionoacute que su adopcioacuten y empleo generalizado por parte del ejeacutercito romano fuera tardiacuteo

CONCLUSIONES

El ejeacutercito romano se enfrentoacute durante casi dos siglos a la caballeriacutea

pesada desarrollada por las potencias orientales Tras reveses iniciales debi-dos maacutes a las circunstancias que a una auteacutentica incapacidad para afrontar el ataque de este tipo de caballeriacutea las legiones desarrollaron sus particulares contramedidas recorriendo las primeras deacutecadas de la historia del Alto Im-

80 DIXON SOUTHERN 1997 pp 141-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 235-244 MENEacuteNDEZ

ARGUumlIacuteN 2011 pp 322-324 81 DIXON SOUTHERN 1997 p 143

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perio imperturbables considerando del todo innecesario tomar como inno-vacioacuten un arma a la que eran capaces de batir los catafractos partos y arme-nios

Sin embargo hacia mediados del s I dC algo vino a trastocar este es-cenario en apariencia estable e inamovible de las estepas poacutenticas emergioacute no tanto una nueva arma como una nueva forma de combinar y emplear ar-mas y taacutecticas sobradamente conocidas Los haacutebiles jinetes saacutermatas dejaron atraacutes la claacutesica tradicioacuten militar esteparia basada en el uso del arquero a ca-ballo y la caballeriacutea ligera desarrollaron una nueva caballeriacutea pesada libre de la mayor parte de las debilidades de los pesados catafractos partos flexi-ble y dinaacutemica y capaz de luchar en conjuncioacuten perfecta con otras modali-dades de caballeriacutea como si de un uacutenico cuerpo se tratase A diferencia del catafractario parto el ldquocontariordquo saacutermata era un jinete armado maacutes o menos pesadamente seguacuten las circunstancias y sus propias posibilidades Al igual que su contrapartida parto o armenio el jinete pesado saacutermata aprovechaba al maacuteximo las virtudes de su arma definitoria el contus sarmaticus pero la combinaba con el uso de otras igualmente uacutetiles como la espada de hoja larga y el arco recurvado compuesto Su equipamiento defensivo careciacutea de la rigidez propia del catafracto parto tendiendo a ser sensiblemente maacutes li-gero sin perder las ventajas propias de una proteccioacuten completa y concien-zuda Este equipamiento defensivo ademaacutes podiacutea variar seguacuten las circuns-tancias y las necesidades taacutecticas de cada momento (y no solo exclusi-vamente en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete) Ello permitiacutea al jinete pesado saacutermata oscilar entre una caballeriacutea media pura y una caballeriacutea pesada de choque seguacuten las circunstancias Le convertiacutea en un arma flexible capaz de desempentildear diversos papeles en el campo de batalla y variarlos du-rante el combate mismo seguacuten sus necesidades En combinacioacuten con la habi-lidad natural de estos pueblos para la equitacioacuten y sus excelentes (y numero-sas) fuerzas de caballeriacutea ligera la caballeriacutea pesada saacutermata representaba una amenaza realmente seria y totalmente nueva

Desde la guerra civil del 68-69 dC hasta la paz firmada por Adriano con los saacutermatas roxolanos en 119 dC las legiones romanas y su caballeriacutea hubieron de hacer severos esfuerzos para imponerse a este nuevo enemigo en los campos de batalla actuase eacuteste en solitario o en conjuncioacuten con otros pueblos o Estados Las guerras daacutecicas de Domiciano (85-89 dC) y de Tra-jano (101-106 dC) fueron probablemente los puntos culminantes de esta coyuntura De los sangrientos encuentros habidos sobre las orillas del Danu-bio las colinas daacutecicas y las llanuras de la futura Hungriacutea el ejeacutercito romano extraeriacutea una dura leccioacuten que aprenderiacutea raacutepidamente y pondriacutea en creciente praacutectica con el paso de los antildeos cuando a comienzos del s III dC descen-

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diera el ocaso sobre las uacuteltimas luces legadas por la edad dorada de los Anto-ninos habiendo el Estado romano de afrontar las convulsiones de un mundo en paulatina transformacioacuten

A comienzos del s II dC a caballo entre los diacuteas de Trajano y Adria-no el ejeacutercito romano afrontoacute el laborioso proceso de aplicar buena parte de lo que habiacutea aprendido de manos de la caballeriacutea saacutermata El contus ya habiacutea sido adoptado conformando la primera caballeriacutea de choque especialista de la historia del Imperio A ella le seguiriacutean las protecciones pesadas para jine-tes asiacute como para caballos El ejeacutercito romano conociacutea de sobra los modelos orientales de caballeriacutea pesada y sin embargo en el primer siglo de existen-cia de este arma entre las filas romanas el modelo a seguir fue principal-mente saacutermata Los hechos hablan por siacute solos El ejeacutercito romano habiacutea en-contrado una innovacioacuten de intereacutes para su tradicioacuten militar y la incorporoacute raacutepidamente Las primeras unidades de caballeriacutea pesada acorazada romana llevaron nombres que aludiacutean a tradiciones orientales catafractii pero su ar-mamento y el fundamento de sus taacutecticas era una mezcla de aportaciones romanas y modelos saacutermatas Con la llegada del s III dC estas unidades se hariacutean cada vez maacutes necesarias y sobre la trayectoria marcada por los pio-neros de este arma se labrariacutea el desarrollo completo de la misma

La emersioacuten del Imperio persa sasaacutenida supuso la transformacioacuten re-novacioacuten y revitalizacioacuten del arma de caballeriacutea puramente oriental Los sa-saacutenidas llevaron a un nuevo paroxismo a la combinacioacuten de la caballeriacutea pe-sada y la caballeriacutea ligera de tradicioacuten oriental hasta el punto de que algunos tratadistas militares romanos como Amiano Marcelino llegaron a conside-rarlo como un arma praacutecticamente imbatible En palabras del propio Amiano [] catafractarii [] et sagitarii formidable genus armorum82 Probable-mente estas circunstancias forzaran (entre otros factores) no ya la expansioacuten del arma de caballeriacutea pesada (asiacute como del arquero a caballo) en el ejeacutercito romano de los siglos III y IV dC sino la asuncioacuten por parte de la misma de muacuteltiples elementos propios ya exclusivamente de la tradicioacuten militar irano-persa

La experiencia saacutermata quedoacute atraacutes sin embargo su importancia y la de los primeros prototipos de caballeriacutea pesada romana existentes en el Alto Imperio no debe menospreciarse Fueron la piedra fundadora los cimientos de una importante rama de la tradicioacuten militar romana posterior madre de la bizantina y de buena parte de las tradiciones militares de la posterior Europa medieval donde la caballeriacutea ostentariacutea durante siglos su particular supre-maciacutea En cierto modo puede decirse que la caballeriacutea saacutermata y las primeras

82 AMIANO MARCELINO 16 12 7

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unidades de caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano se encuentran entre las raiacute-ces de una tradicioacuten militar que llevoacute a la caballeriacutea a mantener la ilusioacuten de su reinado sobre los campos de batalla hasta el enloquecedor extremo de atravesar las trincheras y alambradas de la I Guerra Mundial y cargar sobre las divisiones panzer germanas en 1939

SELECCIOacuteN DE TEXTOS EPIGRAacuteFICOS RELATIVOS

83 Camerinum (Camerino) Regio VI Italia CIL XI 5632

M(arco) Maenio C(ai) f(ilio) Cor(nelia) Agrippae L(ucio) Tusidio Campestri hospiti divi Hadriani patri senatoris praef(ecto) coh(ortis) II Fl(aviae) Britton(um) equitat(ae) electo a divo Hadriano et misso in expeditionem Brittannicam trib(uno) coh(ortis) I Hispanor(um) equitat(ae) praef(ecto) alae I Gallor(um) et Pannonior(um) catafractatae proc(uratori) Aug(usti) praef(ecto) classis Brittannicae proc(uratori) provinciae Brittanniae equo publico patrono municipi(i) vicani Censorglacenses consecuti ab indulgentia Optimi Maximique Imp(eratoris) Antonini Aug(usti) Pii beneficio interpretationis eius privilegia quibus in p[e]rpetuum aucti confirmatique sunt l(ocus) d(atus) d(ecreto) d(ecurionum) g(ratis)

Ad Mediam (Mehadia) Dacia CIL XVI 110 = CIL III 886 = AE 1980 760

[Imp(erator) Caes(ar) divi Had]rian(i) f(ilius) divi Traiani [Parthici n(epos) divi Ne]rvae pron(epos) T(itus) Aelius [Hadrianus Ant]oninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) [max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII] imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae) [equit(ibus) et pedit(ibus)] qui mil(itaverunt) in alis III quae [appell(antur) Silia]n(a) et Gall(orum) et Pann(oniorum) [catafrac(taria) et F]ront(oniana) et coh(ortibus) XII I Ulp(ia) [Britton(um)] |(milliaria) et I Fl(avia) Ulp(ia) Hisp(anorum) |(milliaria) [et 3 I Ael(ia)] Gaesa(torum) |(milliaria) et I Aug(usta) Nerv() [|(milliaria) et I]I Britt(onum) |(milliaria) et I Hispan(orum) [--- e]t II Hisp(anorum) scutat(a) Cy[ren(aica) et ---]n() et VI Thrac(um) et sunt [in Dacia Poroliss]en(si) sub Macrinio [Vindice proc(uratore) qui]nq(ue) et vigint(i) stip[en(diis) emerit(is) dimis(sis) hon]est(a) miss(ione) quor(um) [nomin(a) subscripta s]unt civit(atem) Roman(am) [qui eor(um) non ha]b(erent) ded(it) et con(ubium) cum [uxor(ibus) quas tu]nc hab(uissent) cum est [civit(as) i(i)s dat(a) aut] cum i(i)s quas post(ea) [dux(issent) dumtax(at) si]ngulis [[Imp(erator) Caes(ar) divi Hadrian(i) f(ilius) divi Traiani Parthici n(epos) divi Nervae pron(epos) T(itus) Aelius Hadrianus Antoninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae)] [equit(ibus) et pedit(ibus) qui mil(itaverunt) in alis III ---] et vigint(i) stipend(iis) emerit(is) dimis(sis) honest(a) miss(ione) quor(um) nomin(a) subscript(a) sunt civit(atem) Roman(am) qui eor(um) non haber(ent) dedit et conub(ium) cum uxor(ibus) quas tunc habuis(sent) cum est civit(atem) i(is) dat(a) aut cum i(is) quas post(ea) dux(issent) dumtax(at) singulis a(nte) d(iem) V K(alendas) Oct(obres) Sex(to) Calpurnio Agricola Ti(berio) Claudio Iuliano co(n)s(ulibus) coh(ors) I Ulpia Britton(um) |(milliaria) cui

83 Tomados del Epigraphische Datenbank Clauss-Slaby httpwwwmanfredclauss de

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prae(e)st L(ucius) Nonius Bassus Picen(o) ex pedite Luonerco Molaci f(ilio) Britt(oni) descript(um) et recognit(um) ex tabul(a) aer(ea) quae fixa est Romae in mur(o) post templ(um) divi Aug(usti) ad Minervam

Tipasa (Tefessad) Mauretania Cesariense AE 1951 265 = AE 1955 133

D(is) M(anibus) Adiutoris eq(uitis) al(ae) pri(mae) Can(n)anafatium vi(xit) XXXXI m(ilitavit) an(nos) XXIII pro(curante) l(i)b(erto) ipsi(us) bene me(renti) Cabanus he(res) po(suit)

Savaria (Szombathely) Panonia Superior CIL III 4183

T(itus) Cnorius Sabinianus ex praef(ecto) alae Contariorum v(ir) e(gregius) et L(ucius) Val(erius) Verus dec(urio) c(oloniae) C(laudiae) Savar(iensium) sacerdotalis p(rovinciae) P(annoniae) s(uperioris) cryptam vi ignis exustam sumptibus suis refecerunt

Brigetio (Kornye) Panonia Superior CIL III 4278

D(is) M(anibus) Val(erio) Saturnino vet(erano) ex dup(licario) alae I Ulp(iae) Cont(ariorum) qui vixit an(nos) L et Val(erio) Sabino mil(iti) leg(ionis) I Ad(iutricis) stip(endiorum) III vixit an(nos) XXV filio Caes(ia) Digna marito et filio f(aciendum) c(uravit)

Apamea Siria AE 1987 955

Aur(elio) Basso quandam(sic) sig(nifero) al(ae) I Ulp(iae) (C)ontariorum stipendiorum VIII vixit annos XXVIIII XI Kal(endas) Maias Gallo et Volusiano consilibus() titulus positus a Marc(io) Cotum(sic) (d)ec(urione) al(ae) c(ivium) R(omanorum)

Apamea Siria AE 1993 1589

D(is) M(anibus) Iulius Valerianus eques alae I Ulp(iae) contariorum stip(endiorum) XXIII vixit annis XXXXVI Ulp(ius) Ingenu(us) dupl(icarius) alae eiusdem heres posuit b(ene) m(erenti)

Arrabona (Gyor) Panonia Superior CIL III 4379

D(is) M(anibus) Ulp(ius) Variu(s) Ore() vet(e)r(anus) ex stat(ore) al(a)e I Ulp(iae) Cont(ariorum) do(mo) Af(rica) vixs(it) ann(os) XLV et Ael(iae) Sabin(a)e fi(liae) vix(it) ann(os) X Ael(ia) Domitia con(iunx) et Ulp(ius) Sabinianus et Ulp(ius) [Cele]rinus et Sabi[nil]la fili(i) vivi cum [mat(re) pa]tri karis(simo) posuerunt

Sentpalpuszta Panonia Superior CIL III 11081 = AE 1899 3

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[D(is) M(anibus)] M(arcus) Aur(elius) [3]us vex(illarius) al(ae) p(rimae) C(ontariorum) Anto(ninianae) et Elv(iae) Bon(a)e c(oniugi) car(issimae) et f(iliae) Aur(eliae) Valerin(a)e et Ae(liae) Sabin(a)e et Elv(io) Verecundo an(norum) LXX Pulc(h)r(a)e() Suri an(norum) LX et Elv(io) Vitali an(norum) XVIII et Au(relio) Ma(n)suetiano an(norum) VII et Ae(lio) Florido M(arcus) Aur(elius) Valerianus sib(i) [et] su[i]s vivi f(ecit)

Roma CIL VI 1449 = AE 1967 16 = AE 196970 13

M(arco) Macrinio Avito M(arci) f(ilio) Claud(ia) Catonio Vindici co(n)s(uli) aug(uri) p(opuli) R(omani) Quiritium leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) prov(inciae) Moes(iae) inf(erioris) leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) Moes(iae) sup(erioris) cur(atori) civitat(is) Arimin(ensium) p[r]oc(uratori) prov(inciae) Dac(iae) Malv(ensis) praef(ecto) alae contar(iorum) praef(ecto) alae III Thrac(um) trib(uno) milit(um) leg(ionis) VI Victr(icis) praef(ecto) coh(ortis) VI Gall(orum) donat(o) donis mil(itaribus) in bello Germ(anico) ab Imp(eratore) M(arco) Aur(elio) Antonino Aug(usto) hast(is) pur(is) II et vexill(is) II cor(o)na mural(i) et vallar(i) Iunia Flaccinilla marito karissimo et Macrinia Rufina patri piissimo vixit annis XLII m(ensibus) V

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SELECCIOacuteN DE IMAacuteGENES

Fig 1 Relieve de la estela funeraria del eques Aduitor miembro del ala I Canninefatum (AE 1955

133) empuntildeando un contus sarmaticus por el lateral derecho de su montura DIXON SOUTHERN 1997 p 49

Fig 2

Grafito de Dura-Europos datado en torno a los ss II-III dC representando un catafracto parto romano o sasaacutenida JUNKELMANN 1992 p 197

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Fig 3 Las dos bardas de escamas metaacutelicas completas encontradas por Rostovzeff en las

excavaciones de Dura-Europos a lo largo de la campantildea de 1932-33 JUNKELMANN 1992 p 214

Fig 4 Relieves de Firuzabad (Iraacuten) representando a un clibanario persa sasaacutenida derribando a un

catafractarioclibanario parto s III dC Obseacutervese las bandas transversales que se ven en los brazos del jinete de la derecha que probablemente esteacuten representando un tipo de manica

WILCOX 2001 p 22

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Fig 5 Relieve de Firuzabad representando a unos catafractosclibanarios parto y sasaacutenida forcejeando

en combate cuerpo a cuerpo Ilustracioacuten de Wilcox 2001 p 23

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FIG 6 Catafractos partos del s I aC Obseacutervense las protecciones tipo manicae portadas por ambos

jinetes en los brazos El jinete de la derecha tambieacuten las lleva sobre las piernas A Mc Bride en WILCOX 2001

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Fig 7 Fragmentos de cotas de escamas y laacuteminas para armadura encontradas en enterramientos

saacutermatas de los ss I-III dC NEGIN 1998 p 70

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Fig 8 Estela de Athenios en Panticapea (Crimea Ucrania) donde se puede observar a un jinete (izqda) que parece montar un caballo protegido con una cota de escamas al igual que eacutel

NEGIN 1998 p 66

Fig 9 Reconstruccioacuten de un contario saacutermata (izqda) en accioacuten s II dC seguacuten G Embleton en

BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 10 Reconstruccioacuten el posible aspecto de un jinete pesado saacutermata y de la posible proteccioacuten de su

montura s II dC seguacuten G Embleton en BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 11 Reconstruccioacuten de un jinete pesado saacutermata equipado con una armadura compuesta ss I-II

dC seguacuten NEGIN 1998 p 73

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Fig 12 Casco romano tipo Russell Robinson tipo B basado en un ejemplar encontrado en Ely

(Cambridgeshire Reino Unido) ss I-II dC GOLDSWORTHY 1998 p 238

Fig 13

Casco romano tipo Rusell Robinson E basado en un hallazgo realizado en Hedderneim (Alemania) ss II-III GOLDSWORTHY 1998 p 238

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Fig 14

Reconstruccioacuten de un casco romano del tipo Niederbieber ss II-III dC seguacuten GILBERT 2010 p 136

Fig 15

Reconstruccioacuten de una variante del casco romano tipo Heddernheim con y sin maacutescara de proteccioacuten para el rostro ss II-III dC seguacuten ALEXANDRA GILBERT 2009 pp 24-26

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Fig 16 Fragmento de lorica squamata de escamas semi-riacutegidas s II dC

BISHOP COULSTON 1993 p 116

Fig 17 Silla de montar romana de cuatro cuernos seguacuten la reconstruccioacuten de P Connolly

DIXON SOUTHERN 1997 p 71

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Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

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Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

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Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

Recibido 17 mayo 2011 Aprobado 22 junio 2011

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parte dada su denominacioacuten de alae responde claramente a los modelos altoimperiales de organizacioacuten de la caballeriacutea sin que pueda detectarse en principio ninguna particularidad extraordinaria causada por la naturaleza es-pecial (o simplemente novedosa) de estas unidades Las taacutecticas son el punto decisivo en base a que suponen la puesta en praacutectica y uso del equipamiento y la organizacioacuten previa de la unidad y lo que determinaraacute en mayor medida el eacutexito de su empleo en la batalla objetivo fundamental de cualquier unidad militar por simple que eacutesta sea Finalmente nuestro intereacutes en determinar los oriacutegenes e influencias de este tipo de unidades del ejeacutercito romano deviene de una razoacuten sencilla el ejeacutercito romano estuvo en contacto durante qui-nientos antildeos con tradiciones militares que emplearon la caballeriacutea de forma masiva y especializada o que hicieron simplemente un uso maacutes o menos sis-temaacutetico de la caballeriacutea pesada de choque o catafracta sin que ello motivara la creacioacuten de unidades semejantes dentro de las armas romanas iquestPor queacute razoacuten entonces eacutestas surgen repentinamente hacia finales del s I dC y muy especialmente bajo los reinados de Trajano y Adriano sin abandonar ya la tradicioacuten militar romana hasta convertirse en una de las espinas dorsales de los ejeacutercitos del Bajo Imperio y sobre todo del posterior Imperio Bizantino

El lector habraacute notado que en el tiacutetulo de este apartado no hemos he-cho mencioacuten los clibanarii Dada la inexistencia de este teacutermino en las fuen-tes que tratan esta clase de unidades en el periodo que abordamos (hasta el punto que no hace su aparicioacuten hasta el s IV dC)46 consideramos innece-saria cualquier disquisicioacuten ulterior en base a una especialidad militar que no habiacutea emergido como tal para el periodo que estudiamos No obstante no debemos olvidar que en base a las hipoacutetesis barajadas y a la propuesta que aquiacute hemos presentado apoyaacutendonos en ellas las diferencias entre catafractii y clibanarii devienen maacutes de un empleo taacutectico antes que de diferencias sen-sibles en equipamiento u organizacioacuten en este sentido por tanto el papel taacutectico del clibanarius podriacutea haber sido desempentildeado por el catafractus en el periodo que nos ocupa

Las alae I Canninefatum y I Vlpia Contariorum milliaria El elemento maacutes caracteriacutestico de un contarius es el arma que le da

nombre el contus sarmaticus Nuestras fuentes no nos aportan mayores de-talles acerca del equipamiento militar de esta clase de unidades La estela de parece suceder con las fuentes claacutesicas que abordan a contarios catafractos y clibanarios de cualquier ldquonacionalidadrdquo soacutelo se resentildean los elementos llamativos o extrantildeos de su equipo

46 MIELCZAREK 1993 p 76

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Aduitor jinete del ala I Canninefatum ya mencionada maacutes arriba nos aporta la imagen de un jinete equipado tan soacutelo con un contus sin llevar maacutes pro-teccioacuten que sus ropas militares Sin embargo no es la primera vez que un militar romano se hace representar en su estela funeraria portando simple-mente sus armas maacutes caracteriacutesticas vistiendo tan soacutelo lo que podriacuteamos de-nominar como su ldquouniformerdquo Asiacute pues iquestno podriacutea estar actuando Aduitor en el mismo sentido

El contus sarmaticus es un arma de choque destinada a ser empuntildeada a dos manos por un jinete que emplearaacute la fuerza de sus brazos y de la em-bestida de su caballo conjuntamente para arremeter contra un objetivo pe-destre o ecuestre con la finalidad de abatirlo o derribarlo La superior longitud del contus por otra parte confiere al jinete una importante ventaja desde el momento en que a la carga posee la oportunidad de golpear prime-ro al enemigo con toda la brutal fuerza que un jinete a la carga puede desple-gar en ese preciso instante Sin embargo una vez ha sucedido el choque y se acortan las distancias entre el contarius y sus enemigos el jinete se encuen-tra en una situacioacuten de creciente vulnerabilidad si no recibe apoyo de liacuteneas sucesivas de otros jinetes o queda maacutes o menos aislado puede ser flanquea-do y faacutecilmente atacado por la infanteriacutea u otros jinetes47 La principal fuerza de una unidad de contarios radica por tanto en su capacidad para actuar en grupo y en perfecta coordinacioacuten asiacute como en saber explotar la ventaja fiacutesica y psicoloacutegica del primer impacto para barrer y desfondar a la formacioacuten ene-miga del tipo que sea Sin embargo esto no siempre puede suceder (ni se dan las condiciones apropiadas para conseguirlo en el campo de batalla) Ante semejante eventualidad inherente a una unidad de contarii sus componentes debiacutean de estar seguramente preparados La proteccioacuten corporal y un o unas armas secundarias formaban probablemente parte del equipo de Aduitor y de otros jinetes como eacutel

En cuanto al equipamiento ofensivo el arma maacutes comuacuten al lado de una lanza de acometida es una espada especialmente una de hoja larga la maacutes adecuada para su uso desde la silla de montar Este tipo de armas estaacute arqueoloacutegicamente atestiguada entre otros especialistas en el uso del contus los saacutermatas En la panoplia romana del s II dC las espadas largas no eran desconocidas en absoluto la caballeriacutea empleaba masivamente la spatha una espada de hoja recta que podiacutea oscilar entre los 65 y los 90 cm de lon-gitud y entre los 4 y 8 cm de anchura que en el s II dC era portada ya so-bre el costado izquierdo48 Otro tipo de espadas empleadas por la caballeriacutea romana en eacutepoca Antonina y Severa fueron las espadas de pomo en forma de

47 GOLDSWORTHY 1998 p 241 48 DIXON SOUTHERN 1997 pp 48-49 FIELDS 2006 p 16

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anillo cuyo origen se encuentra entre las espadas del mismo tipo saacutermatas y del Reino del Boacutesforo49 Una daga el pugio romano aunque pueda parecer un arma mucho maacutes uacutetil para un soldado de infanteriacutea que para un jinete es especialmente adecuada para los combates maacutes encarnizadamente cercanos tales como los brutales forcejeos hombre a hombre que tras un encontronazo de caballeriacutea podiacutean darse Igualmente un jinete descabalgado encontrariacutea mucho maacutes adecuado un pugio a la hora de enfrentarse a la infanteriacutea ene-miga que su larga espada maacutes conveniente para el combate desde la silla de montar50 Si tenemos en cuenta que en determinadas circunstancias un conta-rius era particularmente vulnerable a los ataques (y a ser consecuentemente derribado) un pugio seriacutea un buen complemento a su panoplia

Respecto al equipo defensivo debemos descartar desde un principio (auacuten a riesgo de resultar redundantes) el uso de escudos dada la imposibi-lidad de emplearlos adecuadamente empuntildeando al mismo tiempo un contus cuyo uso ademaacutes se veriacutea gravemente estorbado En este sentido la pro-teccioacuten corporal se convertiriacutea en un imperativo maacutexime teniendo en cuenta las debilidades inherentes a un contarius en combate ya mencionadas Di-versos tipos de casco o galea estaban a la disposicioacuten del jinete romano Los cascos de caballeriacutea evolucionaron de un modo diferente a los de la infan-teriacutea desde eacutepoca de Augusto al fin y al cabo las necesidades de proteccioacuten y movilidad de un jinete y un infante eran distintas Hacia finales del s I dC los modelos preexistentes como el casco tipo Weiler empezaron a ser refor-zados en su parte frontal (un lugar propenso a recibir contundentes sablazos durante el choque entre dos formaciones de caballeriacutea) desembocando en nuevos modelos durante el s II dC tales como el Russell Robinson tipo B uno de cuyos principales ejemplos fue encontrado en Ely Cambridgeshire Entre sus principales caracteriacutesticas estaacute la ampliacioacuten de las carrilleras que envuelven buena parte de la cara asiacute como los oiacutedos dejando soacutelo al descu-bierto nariz ojos y boca Su refuerzo frontal es pronunciado y el cubrenuca se ampliacutea ligeramente Sin embargo los cubrenucas de los cascos de ca-balleriacutea nunca alcanzaraacuten extensiones superiores en caso de ser derribado un jinete con un casco de cubrenuca muy extenso (como en los cascos de in-fanteriacutea del s II dC) podiacutea partirse el cuello faacutecilmente En este sentido avanzado el s II dC los cubrenucas se atrofian de nuevo mientras que las carrilleras se ampliacutean auacuten maacutes asiacute como los refuerzos del yelmo En este sentido los mejores ejemplos son el casco de Kalkar-Houmlnnepel (s II dC) y especialmente el tipo Friedberg el Heddernheim y el Russell Robinson tipo

49 BISHOP COULSTON1993 pp111-112 LEBEDYNSKY 2002 pp 101-103 p 167 y p 240 DIXON STEPHENSON 2003 pp 75-78

50 DIXON STEPHENSON 2003 pp 90-92

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E datados ya a comienzos del s III dC Estos cascos se caracterizan por en-volver casi completamente la cara salvo una breve ldquotrdquo que deja al descu-bierto ojos nariz y parte de la boca Las carrilleras cubren toda la cara y los oiacutedos asiacute como buena parte del cuello en unioacuten al cubrenuca Una extensa visera se extiende desde el frontal reforzado del casco sirviendo para desviar auacuten mejor los golpes frontales El yelmo presenta refuerzos transversales que se cruzan en su parte superior y se extienden hasta los liacutemites del cubrenuca En su conjunto estos disentildeos de cascos proporcionan una buena proteccioacuten contra golpes realizados desde cualquier direccioacuten especialmente frontales laterales y sobre la parte superior de la cabeza dejando vulnerable soacutelo la parte estrictamente necesaria del rostro51 No trataremos aquiacute todaviacutea los cas-cos destinados en principio a la Hippikaacute Gymnasia pues su particular natu-raleza y en especial la utilidad protectora del rostro de sus maacutescaras seraacute ob-jeto de debate en torno al equipamiento de los catafractii

La proteccioacuten corporal resultariacutea igualmente esencial para un conta-rius sobre todo porque en posicioacuten de carga y sin escudo resultariacutea muy vul-nerable a cualquier contraataque que pudiera atravesar la formacioacuten de ca-balleriacutea erizada de lanzas En general las protecciones no deberiacutean resultar muy diferentes a las de cualquier otro equite medianamente pesado de la ca-balleriacutea romana La proteccioacuten maacutes sencilla y frecuente seriacutea la lorica hama-ta o cota de mallas de mangas cortas hombros reforzados con una doble ca-pa de mallas y faldelliacuten extenso hasta medio muslo A finales del s II dC la caballeriacutea empezariacutea a llevar loricae hamatae de mayor longitud llegando a rebasar codos y rodillas En cuanto a las loricae squamatae durante los ss I-II dC soliacutean ser de unas dimensiones semejantes a las hamatae de man-gas y faldelliacuten cortos (cuando no sin mangas) con dos placas pectorales de metal como complemento y una franja de pteryges sobre los muslos Con la entrada del s III dC la lorica squamata cambia y tiende a hacerse maacutes lar-ga En el s II dC se incorpora una innovacioacuten las escamas semi-riacutegidas maacutes amplias y cosidas unas junto a otras sobre una pieza de cuero de tal for-ma que conformaban una proteccioacuten riacutegida y maacutes soacutelida como el ejemplo de Waffenmagazin en Carnunto datado probablemente de eacutepoca pre-Antonina o Antonina temprana Las armaduras de laacuteminas elaboradas a partir de esca-mas de metal rectangulares y alargadas son raras en el mundo romano du-rante esta fase aunque existe alguacuten ejemplo aislado como el hallazgo de un fragmento datado en el s III dC en Čatalka52 Otros elementos podiacutean com-

51 BISHOP COULSTON 1993 pp 93-96 y 117-119 FREUGEgraveRE 1994 pp 104-121 DIXON

SOUTHERN 1997 pp 35-36 DIXON STEPHENSON 2003 pp 17-20 FIELDS 2006 pp 12-13 52 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-92 y 116-117 DIXON SOUTHERN 1997 pp 36-43

DIXON STEPHENSON 2003 pp 43-48 FIELDS 2006 pp 13-14

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pletar la proteccioacuten del contarius como la de cualquier otro equite especial-mente grebas de diverso tipo especialmente uacutetiles para proteger las vulnera-bles piernas del jinete53

Completariacutea el equipamiento de un contarius su montura asiacute como la silla y los arreos necesarios para controlarla y poder actuar en conjuncioacuten con ella En particular la silla compondriacutea un elemento clave del equipo de una caballeriacutea especializada en taacutecticas de choque ante la carencia de estri-bos sin una silla de montar adecuada un contarius podriacutea salir simplemente disparado por la grupa de su caballo a causa de la fuerza del impacto En este sentido las tentativas de reconstruccioacuten de las sillas de montar realizadas por Junkelmann y P Connolly han resultado de extremada utilidad para conocer hasta queacute punto la silla de montar romana conocida como ldquosilla de cuatro cuernosrdquo podiacutea suplir la carencia del estribo y permitir a un jinete realizar toda clase de maniobras a lomos de su caballo sin correr excesivo riesgo de caer desmontado Especialmente satisfactorios han sido en este sentido las experiencias realizadas por Connolly con su propuesta de silla de estructura riacutegida interna de madera respaldados sus resultados por otros autores como K Dixon o P Southern Aunque no es materia esencial de nuestro estudio el debate en torno a la particular naturaleza de las sillas de montar romanas sentildealaremos que estos autores (a cuya opinioacuten nos adscribimos) consideran que una silla de montar de entramado riacutegido interno responderiacutea mucho me-jor a las necesidades de un jinete carente de estribos que una sin dicho entra-mado Desde nuestro particular punto de vista consideramos que las necesi-dades de un jinete especializado en taacutecticas de choque acentuariacutean enorme-mente la necesidad de una silla con un buen entramado riacutegido capaz de absorber la fuerza del impacto y mantener al jinete soacutelidamente afincado so-bre el lomo de su montura sin riesgo de caer Igualmente la solidez del en-tramado y su capacidad para transferir el peso del jinete de la columna verte-bral del animal hacia sus flancos (con el consecuente beneficio para la salud del caballo) permitiriacutea transmitir la fuerza de la embestida de la montura ha-cia el propio jinete y su arma (en este caso el contus) concentrando la fuerza del impacto en el afilado extremo de eacutesta y maximizando de este modo la eficiencia de la carga54 Posiblemente las unidades de caballeriacutea maacutes pesadas (como los catafractii) emplearon sillas de montar cuyo entramado estariacutea maacutes desarrollado y hasta reforzado con elementos metaacutelicos55

53 DIXON STEPHENSON 2003 p 61 54 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 BISHOP COULSTON 1993 pp 105-108

MIELCZAREK 1993 pp 81-82 DIXON SOUTHERN 1997 pp 70-74 DIXON STEPHENSON 2003 pp 107-110 FIELDS 2006 pp 17-18

55 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 pp 44-45

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La posible proteccioacuten portada por la montura de un contarius proba-blemente no diferiacutea de la portada por las monturas de las unidades de ca-balleriacutea media del ejeacutercito romano especialmente si tenemos en cuenta que como tendremos oportunidad de analizar no estaacute ni tan siquiera claro que los caballos de los catafractii romanos portaran protecciones fuera de lo comuacuten respecto de otras unidades de caballeriacutea Por tanto el elemento de proteccioacuten maacutes pesado portado por el caballo de un contarius seriacutea un chamfron una proteccioacuten para la cabeza y ojos del animal que podiacutea ser tanto de cuero co-mo metaacutelica Se han encontrado diversos ejemplares de este tipo de protec-ciones los maacutes exuberantemente decorados considerados (en principio) como restringidos a su uso durante la Hippikaacute Gymnasia56 El principal papel de estas protecciones parece enfatizar la proteccioacuten de los ojos del caballo en tanto en cuanto se conocen ejemplos de chamfrons romanos que tan soacutelo protegen esta vulnerable parte de la cabeza del animal como los hallados en Mainz Alemania57

El armamento caracteriacutestico del contarius especialmente el contus se asemeja enormemente al equipamiento del jinete pesado saacutermata el cual en la mayor parte de los casos no era sino un jinete maacutes o menos bien protegido (en algunos casos pesadamente protegido) a lomos de un caballo que en la mayor parte de los casos no llevariacutea una proteccioacuten destacada La principal fuerza del jinete saacutermata radicariacutea en el uso del llamado contus sarmaticus Que los primeros testimonios de la existencia de contarii entre las filas de la caballeriacutea romana no date antes del 60 dC resulta igualmente significativo el encuentro del ejeacutercito romano con la caballeriacutea pesada de los saacutermatas roxolanos o yaacutecigos se produce precisamente en esas fechas No existen evi-dencias de un ldquoteacutermino mediordquo similar al contarius romano entre el arquero a caballo y el catafractoclibanario parto o sasaacutenida Los contrastes entre el jinete pesado saacutermata y el parto son evidentes no soacutelo en equipo militar sino en taacutecticas todo lo contrario sucede entre el jinete pesado saacutermata y el contarius romano en particular Resulta loacutegico por tanto pensar que el mo-delo en taacutecticas y equipamiento del contarius romano se encuentra entre los contarios de la caballeriacutea pesada saacutermata58

56 BISHOP COULSTON 1993 pp 105-108 DIXON SOUTHERN 1997 p 67 DIXON

STEPHENSON 2003 pp 111-112 FIELDS 2006 57 DIXON STEPHENSON 2003 p 112 58 EADIE 1967 pp 165-167 MIELCZAREK 1993 pp 99-102 NEGIN 1998 LEBEDYNSKY

2002 p 236

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El ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta A diferencia de lo que sucede con los contarii no disponemos de des-

cripciones pormenorizadas o representaciones graacuteficas expliacutecitas de cata-fractii del ejeacutercito romano59 Tan soacutelo el grafito de un catafracto hallado en Dura-Europos aporta alguacuten tipo de informacioacuten expliacutecita para reconstruir la posible imagen de lo que seriacutea un catafractus del ejeacutercito romano pese al hecho de que la ldquonacionalidadrdquo del catafracto representado en el grafito no estaacute nada clara

Como ya hemos sentildealado en apartados anteriores el propio nombre de catafractuscatafractii (asiacute como el posterior de clibanariusclibanarii) pone el acento en la defensa corporal metaacutelica de este tipo de soldados romanos o no romanos Sin embargo el equipamiento defensivo carece de sentido algu-no si no protege una funcioacuten ofensiva concreta En un contarius el eacutenfasis se situacutea en su capacidad ofensiva representada fundamentalmente por el contus sarmaticus como devastadora arma de choque en manos de una fuerza dise-ntildeada esencialmente para el ataque la caballeriacutea En un catafractus romano o parto y en sus homoacutelogos saacutermatas maacutes pesadamente equipados el elemen-to clave no es el poderoso equipo defensivo del jinete (y seguacuten queacute casos de su caballo) en solitario sino la conjuncioacuten de eacuteste con el poder devastador de su equipo ofensivo El catafractus representa asiacute la fuerza ofensiva del con-tarius puesta bajo una proteccioacuten concienzuda que la mantenga a salvo de la mayor parte de los contraataques

En este sentido el equipamiento ofensivo de un catafractus romano no se diferenciariacutea en nada sustancial del portado por un contarius Aparte de la fundamental y eficiente contus el catafractus no dejariacutea de portar un arma secundaria siendo de nuevo la maacutes eficiente la espada de hoja larga que en la tradicioacuten romana altoimperial se materializaba en la spatha en to-das sus variantes asiacute como en espadas de hoja larga de tradicioacuten saacutermata que ya presentamos anteriormente En cuanto a otras armas acaso el pugio pu-diera ser un complemento menos uacutetil para un jinete pesadamente protegido (y con una movilidad maacutes restringida en consecuencia) que para un conta-rius o un equite maacutes vulnerable pero con mayor libertad de movimientos Al fin y al cabo la funcioacuten de ataque baacutesica del catafractus no era sino la mis-ma que la del contarius aprovechar la ventaja de un arma de acometida como el contus para derribar a enemigos a pie o montados antes de poder re-cibir cualquier clase de contraataque cuerpo a cuerpo por parte de ellos Era precisamente su capacidad para mantenerse a salvo de buena parte de los

59 MIELCZAREK 1993 p 79

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contraataques (cercanos o de proyectil) lanzados contra ellos lo que conver-tiacutea a los catafractii en un arma auacuten maacutes devastadora y pesada que los conta-rii la fuerza devastadora de su ataque teniacutea muchas menos posibilidades de verse desbaratada durante la accioacuten si todo iba razonablemente bien60

Y es este elemento clave del catafractus romano la proteccioacuten corpo-ral uno de los puntos que mayores debates ha generado empezando por el yelmo propiamente dicho Un catafractus romano del s II y comienzos del s III dC empleariacutea una gama de cascos ligeramente distinta a los de un con-tarius por dos razones la primera de todas cronoloacutegica en base al hecho de que su aparicioacuten (en base a todas nuestras fuentes) no parece tener lugar has-ta la primera deacutecada del s II dC por lo que los disentildeos de cascos maacutes tiacutepi-cos del s I dC (como el tipo Weiler) no llegariacutean a ser usados por los cata-fractii romanos la segunda es puramente funcional en tanto en cuanto se es-perariacutea de un catafractus que fuera lo maacutes protegido posible Soacutelo los dise-ntildeos maacutes soacutelidos de yelmos romanos y de proteccioacuten maacutes completa entrariacutean a formar parte del equipo corriente de esta caballeriacutea pesada En este sentido resulta particularmente representativo el casco tipo Heddernheim o Russell Robinson tipo E el tipo Friedberg asiacute como los cronoloacutegicamente anteriores Kalkar-Houmlnnepel y Bodengraven Todos ellos ofreciacutean una excelente protec-cioacuten a todo el craacuteneo y el cuello Sin embargo todos ellos no podiacutean evitar dejar al descubierto ojos nariz y buena parte de la boca Teniendo en cuenta que el resto del cuerpo del jinete estariacutea tambieacuten razonablemente bien prote-gido la mejor forma de neutralizar a un catafractus en estas circunstancias era atacarle al rostro directamente Sean cuales sean las circunstancias (y lo que Hollywood nos haya intentado hacer creer) el instinto baacutesico de preser-vacioacuten de un ser humano le hace cerrar los ojos encoger o apartar brusca-mente la cabeza y (de ser necesario) protegerse con las manos y los brazos si intuye o siente una agresioacuten dirigida a la cara Se trata de un acto reflejo baacute-sico e instintivo que no se puede evitar La peacuterdida temporal del control so-bre la realidad visual y sobre las acciones del combate que esto produciriacutea podriacutea provocar (al menos durante ese corto espacio de tiempo) que el ldquoin-vulnerablerdquo catafractus dejara de ser una amenaza fallara el objetivo de su ataque dejara de prestar atencioacuten (en pos de su propia proteccioacuten) yo se convirtiera en un objetivo vulnerable durante ese tiempo En resumidas cuentas la proteccioacuten para la cara resultariacutea una pieza muy uacutetil para un sol-dado cuya fuerza residiera en una pesada proteccioacuten y una gran contundencia de ataque En este sentido se sabe que los catafractos y clibanarios partos y

60 MIELCZAREK 1993 p 81 BISHOP COULSTON 1993 pp 109-111 DIXON SOUTHERN 1997 p 76 GOLDSWORTHY 1998 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-321

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sasaacutenidas emplearon maacutescaras o ventails combinadas con sus cascos para completar su proteccioacuten dejando tan soacutelo los resquicios necesarios para res-pirar y ver (literalmente dos orificios del tamantildeos de los ojos asiacute como una apertura y perforaciones para permitir la ventilacioacuten a la altura de la boca y la nariz) sin que ello pareciera representar un inconveniente a la percepcioacuten del entorno en combate61 En la panoplia romana altoimperial los cascos con maacutescaras metaacutelicas (y las maacutescaras en siacute mismas) no son precisamente des-conocidos son aquellos inicialmente atribuidos a un uso en paradas y ejer-cicios militares especialmente la Hippikaacute Gymnasia Entre los ejemplos maacutes destacables podemos sentildealar el tipo Newstead (s I dC) asiacute como las varian-tes maacutes elaboradas y decoradas del Heddernheim En principio este tipo de cascos dada su profusa decoracioacuten y las supuestas limitaciones a la visibili-dad provocadas por la maacutescara estariacutean limitado en su uso a la Hippikaacute Gymnasia Sin embargo este tipo de cascos no era impedimento para un adecuado desenvolvimiento durante estos ejercicios que eran una muestra de destreza iquestPor queacute entonces habriacutean de resultar un estorbo en la batalla Las maacutescaras de la caballeriacutea parta no teniacutean una factura esencialmente diferente a las romanas (maacutes allaacute del plano puramente artiacutestico-estiliacutestico) y fueron usadas en combate con cierta asiduidad iquestPor queacute razoacuten los yelmos con maacutes-cara o maacutes probablemente las maacutescaras en siacute mismas combinadas con otros tipos de yelmos romanos de caballeriacutea conocidos no pudieron ser utilizados en combate tanto como en la Hippikaacute Gymnasia Hace casi dos deacutecadas Mielczarek ya lanzoacute una propuesta en semejante sentido al respecto de la ca-balleriacutea pesada romana poniendo en cuestioacuten su uso exclusivo en paradas y exhibiciones la cantidad de cascos con maacutescaras y maacutescaras aisladas vincu-ladas a la panoplia romana (y especialmente de la caballeriacutea) no parece res-ponder precisamente a un uso limitado a ocasiones especiales Diez antildeos maacutes tarde Dixon e I P Stephenson volvieron a retomar dichos plantea-mientos argumentando que determinados cascos empleados en la Plena y Baja Edad Media (como el sallet A82) limitaban la visibilidad tanto o maacutes que las maacutescaras inicialmente consideradas como limitadas a la Hippikaacute Gymnasia y sin embargo fueron empleados en combate62 En este sentido consideramos que posiblemente los maacutes ricamente decorados ejemplares no fueron objeto de uso en combate pero siacute que nos adscribimos a los plantea-mientos de los autores mencionados considerando no soacutelo probable sino ra-zonable que la maacutescara (y los cascos disentildeados especialmente para portarlas) formaran parte de la panoplia de los catafractii otorgaacutendoles la proteccioacuten necesaria para proteger el siempre vulnerable rostro

61 MIELCZAREK 1993 p 60 NEGIN 1998 pp 72-74 WILCOX 2001 p 10 62 MIELCZAREK 1993 p 81 DIXON STEPHENSON 2003 pp 20-24

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Un catafractus sin duda alguna portariacutea una buena proteccioacuten para el torso En este sentido hariacutea uso de las mismas protecciones antes menciona-das para los contarii como loricae hamatae y squamatae asiacute como las inno-vaciones propias de eacutepoca Antonina y Severa como las escamas semi-riacutegi-das y las poco comunes armaduras de laacuteminas como el aislado ejemplo del s III dC hallado en Čatalka63 Sin embargo si atendemos ahora al grafito de Dura-Europos el jinete representado no parece llevar un uacutenico tipo de pro-teccioacuten sobre su torso Las armaduras compuestas por varios tipos de loricae como hemos visto eran probablemente utilizadas ya por los saacutermatas Este tipo de proteccioacuten era tambieacuten conocida en el ejeacutercito romano si bien los ejemplos de la misma son limitados y no parece que su uso estuviera muy extendido (al igual que no parece que en el s II y a comienzos del s III dC los catafractii fueran un arma de extendido uso en Roma) Se denominaba lorica plumata teacutermino que al parecer designaba principalmente a armadu-ras compuestas por lorica squamata y hamata combinadas Esta combina-cioacuten parece ser la utilizada tambieacuten por los saacutermatas aunque su distribucioacuten sobre el cuerpo no se ha podido reconstruir convincentemente64 Al igual que el contarius el catafractus no portariacutea escudo tanto por serle imposible su debido aprovechamiento al empuntildear un contus como por el estorbo que su-pondriacutea al uso de esta uacuteltima La carencia de escudo quedariacutea suplida por lo pesado de su proteccioacuten corporal En este sentido destaca la manica una proteccioacuten construida con laacuteminas de metal (bronce o hierro) semiciliacutendricas unidas unas a otras en progresioacuten descendente del hombro hacia la mano la cual podiacutea proteger a su vez con guanteletes de malla de escamas o incluso una extensioacuten de la manica misma adaptada a la forma de la mano65 Com-pletariacutean la proteccioacuten de un catafractus unas grebas para sus piernas (la parte de su cuerpo maacutes al alcance de la infanteriacutea enemiga) si bien podiacutean disponer de protecciones maacutes pesadas que podiacutean llegar a cubrir muslos y pies recordando en su estructura a la manica empleada para proteger los bra-zos66 En ocasiones podriacutea emplearse tambieacuten protecciones especiacuteficas para el cuello especialmente pensadas para cubrir cualquier posible fisura entre el yelmo y la proteccioacuten del torso De este tipo de piezas se han encontrado al-gunos ejemplos como el de una tumba de Čatalka en Bulgaria datada en el

63 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-92 y 116-117 DIXON SOUTHERN 1997 pp 36-43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 43-48 FIELDS 2006 pp 13-14

64 MIELCZAREK 1993 pp 79-80 NEGIN 1998 pp 68-74 DIXON STEPHENSON 2003 pp 49-50 FIELDS 2006 pp 10-11

65 BISHOP COULSTON 1993 pp 87-91 DIXON STEPHENSON 2003 pp 55-58 66 DIXON SOUTHERN 1997 p 43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 61-63

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s II dC y consistente en un anillo de metal dividido en dos mitades unidas por un cinturoacuten de cuero y originalmente tintado en rojo67

El equipamiento de las monturas de los catafractii romanos es otro as-pecto poleacutemico quizaacutes el que maacutes En primer lugar respecto de las sillas de montar eacutestas responderiacutean probablemente al modelo presentado por Con-nolly pero a un tipo particular cuyo entramado riacutegido interno y cuernos es-tariacutean maacutes desarrollados planteando una sujecioacuten mucho maacutes riacutegida y firme Este tipo de sillas poseiacutea ademaacutes una estructura reforzada con elementos metaacutelicos Seguacuten Connolly y C Van Dryel Murray este tipo de sillas res-ponderiacutea especialmente a un uso por parte de unidades de caballeriacutea pesada donde el peso de la armadura del jinete sumada a su modalidad de combate (choque con lanza pesada) hariacutea necesaria una sujecioacuten maacutes firme para evitar quedar descabalgado asiacute como un maacutes eficiente reparto del peso sobre el lomo y los costados del caballo Este tipo de sillas es visible tambieacuten sobre los caballos de los clibanarios sasaacutenidas que aparecen en el relieve de Firu-zabad68 En segundo lugar estaacute la cuestioacuten en torno a si las monturas de los catafractii romanos del s II y comienzos del III dC llevaban alguacuten tipo de proteccioacuten y cuaacuten completa era esta En este sentido se han lanzado diver-sas propuestas e hipoacutetesis por una parte aquellos que consideran que los ca-tafractii romanos probablemente no emplearon proteccioacuten para sus monturas al menos no en la forma casi sistemaacutetica y masiva que caracterizaba a la ca-balleriacutea pesada parta y que caracterizariacutea maacutes tarde a la sasaacutenida y a la pro-pia caballeriacutea pesada romana bajoimperial en este sentido los catafractii del ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta no seriacutean sino contarii pesada-mente protegidos pero cuyas monturas no portariacutean proteccioacuten alguna fuera de lo comuacuten hasta el momento en el ejeacutercito romano69 otros han propuesto un teacutermino medio sostenido en base a la influencia saacutermata en la creacioacuten y equipamiento de la caballeriacutea pesada romana Es eacuteste el caso de Mielczarek Negin y Lebedynsky entre otros quienes consideran que los catafractii ro-manos no emplearon la protecciones pesadas y o maacutes o menos completas pa-ra sus monturas en el sentido sistemaacutetico que se puede observar en la tradi-cioacuten militar parta o persa sino que emplearon protecciones maacutes limitadas y sobre todo aplicadas a secciones concretas de estas unidades por ejemplo entre aquellos soldados destinados a formar la vanguardia de choque de la formacioacuten o simplemente entre los oficiales70 entre la mayor parte de los autores consagrados al estudio del armamento romano y en particular de la

67 DIXON STEPHENSON 2003 p 59 68 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 p 45 MIELCZAREK 1993 pp 81-82 69 EADIE 1967 pp 166-168 70 MIELCZAREK 1993 pp 74-81 NEGIN 1998 p 74 LEBEDYNSKY 2002 p 237-238

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caballeriacutea existe un acuerdo taacutecito en reconocer el uso por parte de la ca-balleriacutea pesada romana de protecciones metaacutelicas Sin embargo en general o no llegan a un acuerdo en torno a su empleo por parte de las primeras uni-dades de catafractii o se limitan a constatar que los restos arqueoloacutegicos de protecciones equinas pesadas (particularmente las halladas en Dura-Europos) datan en principio del s III dC sin entrar en mayores debates71 finalmente estaacuten aquellos autores que dan simplemente por sentada la asociacioacuten entre el teacutermino catafractii y una proteccioacuten maacutes o menos completa y extendida a la inmensa mayoriacutea (al menos) de las monturas de estas unidades en cual-quier momento desde su creacioacuten72 pero especialmente a partir del s III dC73

En general todas estas corrientes tienden a coincidir en sentildealar que las armaduras pesadas para caballos en el ejeacutercito romano no empezaron a utili-zarse de forma extendida para la caballeriacutea pesada hasta el s III dC De nue-vo el debate se centra en torno a su uso durante el s II dC justo en el mo-mento de la creacioacuten de las primeras unidades de catafractii y particular-mente a causa de la falta de pruebas concluyentes Si se hizo uso de dichas protecciones ya en el s III dC iquestpor queacute razoacuten negar su uso en una fase an-terior aunque eacuteste no fuera un uso generalizado Particularmente preferimos adscribirnos a la tendencia representada por Mielczarek Negin y Lebedyns-ky entre otros autores considerando que los miembros de la uacutenica unidad de caballeriacutea pesada acorazada romana conocida para el s II dC el ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta (y por tanto otras unidades del mismo tipo auacuten por conocer) emplearon protecciones metaacutelicas maacutes o menos pesa-das para sus monturas de un modo ocasional limitado a secciones especiales de la unidad o a la oficialidad siguiendo la corriente de influencia saacutermata Estas protecciones se generalizariacutean a lo largo del s III dC probablemente bajo una mayor influencia de la tradicioacuten militar parta y ante todo sasaacutenida hasta constituir las unidades pesadas del Bajo Imperio que seriacutean el germen de la posterior caballeriacutea pesada bizantina

Este tipo de protecciones incluiriacutea no soacutelo ya los chamfrons metaacutelicos sobradamente conocidos por la caballeriacutea romana de la eacutepoca (y empleados probablemente por los contarii) sino bardas compuestas por malla escamas de cuero o metaacutelicas o laacuteminas que como los ejemplares de Dura-Europos (ya descritos anteriormente) cubririacutean los flancos del caballo y buena parte

71 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-70 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

72 GOLDSWORTHY 1998 pp 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 y 20-21 73 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-322

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de la pechera del mismo74 Este tipo de protecciones probablemente incluiriacutea tambieacuten piezas especiacuteficas para proteger el frontal y la cerviz del animal has-ta la cabeza a semejanza quizaacutes de las empleadas por partos y sasaacutenidas en Oriente Estas piezas particularmente para la cerviz del caballo se han en-contrado tambieacuten en Dura-Europos elaboradas en malla y lazadas mediante correas de cuero75 De este modo si se quisiera proporcionar proteccioacuten tan soacutelo a los caballos de una parte de la unidad lo maacutes loacutegico seriacutea hacerlo con las monturas que marchariacutean en la vanguardia de la formacioacuten de choque y que deberiacutean absorber la fase maacutes violenta del impacto En este sentido las piezas de proteccioacuten maacutes uacutetiles no seriacutean las bardas laterales sino las pro-tecciones para pechera cerviz y cabeza las partes del cuerpo del caballo que quedariacutean expuestas al enemigo durante una carga en formacioacuten cerrada Al prescindir asiacute de las protecciones de los flancos no solo se seguiriacutea apor-tando una proteccioacuten uacutetil a las monturas maacutes expuestas de la unidad durante una accioacuten de combate sino que se estariacutea aligerando el peso que habriacutean de soportar durante la accioacuten reduciendo asiacute el riesgo de agotamiento de las mismas

Si la influencia saacutermata en el origen del contarius romano es maacutes o menos segura la cuestioacuten resulta menos clara para los catafractii Formal-mente un catafractus romano no se diferenciaba del contario saacutermata maacutes pesadamente armado maacutes que en la factura de determinadas partes de su equipamiento muchas de las cuales eran de tradicioacuten puramente romana y unas pocas (como las protecciones maacutes pesadas para las piernas) devendriacutean de tradiciones orientales Sin embargo el hecho de que en ninguacuten momento las fuentes literarias disponibles denominen a la caballeriacutea pesada saacutermata como catafractii y que las protecciones pesadas para caballos entre la mis-ma parezcan ser objeto de un uso tan heterogeacuteneo como vinculado al status y posibilidades econoacutemicas del jinete parece ser el principal punto (al menos inicialmente) de distanciamiento entre los lanceros acorazados saacutermatas y los catafractii romanos Ahora bien suponiendo que la creacioacuten de las unidades de catafractos romanos estuviera respondiendo a la caballeriacutea pesada parta iquestpor queacute esperoacute al s II dC Durante casi tres siglos de encuentros en los campos de batalla de Oriente el ejeacutercito romano no parecioacute tener necesidad alguna de emular a los catafractos y clibanarios partos Finalmente es en el contexto de las guerras daacutecicas y paacuterticas de Trajano y en el reinado de Adriano cuando los catafractii hacen su aparicioacuten en el ejeacutercito romano al-gunas deacutecadas maacutes tarde que los contarii y despueacutes de casi un siglo de con-

74 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-63 67 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

75 DIXON STEPHENSON 2003 p 114

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tacto con la caballeriacutea saacutermata De nuevo la coincidencia de variables parece hablar por siacute sola al igual que primero el contarius el catafractus parece ser una respuesta de la caballeriacutea romana a las refriegas habidas con los exce-lentes jinetes saacutermatas desde mediados del s I dC hipoacutetesis que secundan la mayor parte de los autores76 Cualquier posible influjo oriental en la com-posicioacuten de la primera caballeriacutea pesada romana respondioacute a la incorpora-cioacuten de elementos considerados de utilidad no encontrados en la tradicioacuten militar propiamente romana o saacutermata El incremento de este influjo mate-rializado quizaacutes en la intensificacioacuten y extensioacuten del uso de armaduras pe-sadas para caballos y en el importante desarrollo en general del arma de ca-balleriacutea pesada en Roma tendriacutea lugar ya entrado el s III dC quizaacutes no tanto de manos de los uacuteltimos coletazos del moribundo Imperio parto como del joven y eneacutergico Imperio persa sasaacutenida el cual llevariacutea el arma de ca-balleriacutea en el Oriente a nuevas cotas de desarrollo especializacioacuten en organi-zacioacuten equipamiento y taacutecticas77

Mencioacuten especial requiere la organizacioacuten del ala I Gallorum et Pan-noniorum catafracta No entraremos a resentildear aquiacute la naturaleza del ala como unidad militar del ejeacutercito romano ni la organizacioacuten y estructura de la caballeriacutea romana altoimperial sino un aspecto concreto del ala concreta objeto de nuestro estudio y que parece haber pasado desapercibido a la ma-yor parte de los autores Se trata del hecho de que dicha ala debioacute de ser compuesta en su origen por soldados de dos unidades distintas probable-mente tropas selectas Tal y como sentildeala su nombre el ala estaba compuesta por jinetes galos y panonios Mielczarek ha propuesto precisamente que ca-ra a la creacioacuten de esta unidad de catafractos probablemente se seleccionoacute a los mejores soldados de dos alas distintas posiblemente (seguacuten el parecer del propio Mielczarek) el ala I Pannoniorum y el ala I Gallorum Flaviana Aunque de momento no se trata sino de una hipoacutetesis parece razonable que cara a la primera unidad de caballeriacutea pesada romana (probablemente una unidad que tendriacutea en sus oriacutegenes un marcado caraacutecter ldquoexperimentalrdquo) se seleccionara a personal experimentado y de fiar lo que remarcariacutea el caraacutec-ter de eacutelite de este tipo de unidades

76 EADIE 1967 MIELCZAREK 1993 NEGIN 1998 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

LEBEDYNSKY 2002 77 EADIE 1967 pp 169-172 MICHALAK 1987 MIELCZAREK 1993 pp 63-67 NICOLLE

1996 WILCOX 2001 pp 24-35 FARROKH 2005

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Taacutecticas y limitaciones de la caballeriacutea pesada romana La caballeriacutea fue un arma especializada principalmente en una uacutenica

funcioacuten el ataque Un grupo de jinetes no puede establecer una posicioacuten de-fensiva y mantenerla de forma estaacutetica pues equivaldriacutea claramente a un suicidio en cualquier eacutepoca Cuando una unidad de caballeriacutea ha sido em-pleada con fines de defensa lo ha sido empleando fundamentalmente el ata-que es decir un contraataque

La principal ventaja de un jinete respecto del soldado de infanteriacutea ra-dica en tres puntos fundamentales la altura que le proporciona su montura la rapidez y potencia de la misma y el efecto psicoloacutegico que todo ello sus-cita en el infante El principal modo en que la caballeriacutea (y particularmente la caballeriacutea media y pesada) se enfrenta a la infanteriacutea (y a otras unidades como veremos) es la carga cuya finalidad es desfondar la formacioacuten ene-miga dispersaacutendola para coparla y destruirla o permitir a otras unidades aprovechar la brecha abierta Sin embargo contrariamente a lo que se suele pensar un caballo (o un grupo de caballos) no es capaz de embestir una for-macioacuten cerrada de infanteriacutea Un equino no es un toro ni se comporta como tal El caballo siempre se para antes de llegar a impactar contra un obstaacuteculo que considera no podraacute esquivar o saltar o donde no vea espacio alguno por donde penetrar En este sentido una formacioacuten de infanteriacutea pesada que fuera capaz de mantener su posicioacuten hasta el final teniacutea muchas posibilidades de rechazar una carga de caballeriacutea Existiacutean dos formas para evitar que esto sucediese de modo tal que la carga de caballeriacutea tuviese finalmente eacutexito hostigar a la formacioacuten de infanteriacutea de muacuteltiples modos (ataque con proyec-tiles ataques simulados apoyar a la caballeriacutea atacante con infanteriacutea o ar-tilleriacutea) o bien que un porcentaje suficiente de soldados enemigos no fuera capaz de soportar la tensioacuten psicoloacutegica de ver venir sobre ellos una carga de caballeriacutea y rompiera filas debilitando la formacioacuten desorganizaacutendola y abriendo brechas Como vemos el resultado de una carga de caballeriacutea de-pende maacutes del contexto y de la psicologiacutea que de la carga en siacute misma Sin embargo los nervios de acero necesarios para superar el instinto de autopro-teccioacuten (que nos llevariacutea a quitarnos inmediatamente de la trayectoria de los caballos y sus jinetes) no eran (ni son) un elemento comuacuten en los ejeacutercitos Pocas infanteriacuteas disponiacutean del adiestramiento y disciplina necesarios para mantener la posicioacuten y afrontar una auteacutentica estampida que a sus ojos cla-ramente amenazariacutea con arroyarla Entre tales excepciones se encontraba la

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infanteriacutea legionaria romana la cual soacutelo en determinadas circunstancias era realmente vulnerable a un ataque de caballeriacutea78

Las unidades de caballeriacutea pesada como catafractii y contarii eran un caso auacuten maacutes especial En primer lugar el contus permitiacutea al jinete arroyar a un infante enemigo virtualmente antes de que su montura se viera obligada a detener su marcha Por otra parte sus pesadas protecciones (y la de sus mon-turas al menos para una parte de los catafractii) les otorgaban una mayor se-guridad ante cualquier clase de contraataque enemigo (especialmente pro-yectiles) y una superior capacidad de asumir el riesgo del contacto con una formacioacuten enemiga demasiado firme Pero sobre todo les otorgaba una carga psicoloacutegica brutal la visioacuten de una ldquoparedrdquo blindada erizada de lanzas en auteacutentica formacioacuten de falange avanzando con premura directamente resulta-ba especialmente impactante a ojos de un soldado de infanteriacutea por muacuteltiples factores Ser arroyado por un caballo no es una perspectiva agradable ser arroyado por una marea de lanzas y caballos blindados es una perspectiva auacuten menos agradable Para incrementar la capacidad de penetracioacuten de este tipo de caballeriacutea se empleaban formaciones y ataques en profundidad fun-damentalmente columna y cuneuscuntildea En este sentido la formacioacuten podiacutea concentrar la fuerza de su carga en un frente estrecho que pudiera ser dirigi-do convenientemente contra el punto maacutes deacutebil de la formacioacuten a atacar in-cluso con la carga ya en curso Sin embargo la caballeriacutea pesada poseiacutea una desventaja potencial el enorme peso de su equipamiento reduciacutea la veloci-dad de su carga su maniobrabilidad y podiacutea agotar a sus caballos muy raacutepi-damente En este sentido podiacutean ser viacutectimas faacuteciles de unidades maacutes aacutegiles y raacutepidas o de un contraataque al teacutermino de una extenuante carga (exitosa o no) Por otra parte no estaban precisamente capacitados para realizar una re-tirada raacutepida con los caballos extenuados por el esfuerzo de cargar despla-zando sobre sus lomos a su jinete con su equipamiento y su propia pro-teccioacuten los catafractii podiacutean encontrarse en una situacioacuten realmente com-prometida si su ataque fracasaba y no se encontraban en posicioacuten de recibir apoyo inmediato de unidades aliadas capaces de protegerlos el tiempo nece-sario para maniobrar y salir del atolladero Otro peligro que desembocaba di-rectamente en el fracaso de la carga (y en las circunstancias antes descritas) era la posibilidad de que la formacioacuten perdiera su cohesioacuten durante la carga Para evitar esta circunstancia (y reducir la extenuacioacuten de los caballos) se procuraba no cargar a mayor velocidad que un trote ligero79

78 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

79 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 y 241 LEBEDYNSKY 2002 p 237 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

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A la hora de afrontar a otra caballeriacutea las circunstancias eran dife-rentes La caballeriacutea como especialista en ataque teniacutea tambieacuten la funcioacuten de neutralizar a la caballeriacutea del adversario negaacutendole asiacute la mayor parte de la iniciativa y ganando la oportunidad de flanquear sus formaciones y ata-carlas desde diversos puntos Un ejeacutercito cuya caballeriacutea abandonara el cam-po de batalla por otra parte aunque auacuten podiacutea imponerse mediante la fuerza de su infanteriacutea (si era capaz de rechazar el ataque de la caballeriacutea adversaria y de desalojar a su infanteriacutea) careceriacutea de cualquier posibilidad para explo-tar adecuadamente la victoria la caballeriacutea fue hasta la I Guerra Mundial la uacutenica arma capacitada para lanzar una persecucioacuten sobre una fuerza enemiga en retirada convirtiendo esta uacuteltima en una desbandada desorganizada y dis-poniendo asiacute de la oportunidad de transformar un ejeacutercito derrotado en un ejeacutercito destruido En este sentido la caballeriacutea no fue soacutelo una pieza taacutectica fundamental a la hora de la batalla sino una herramienta baacutesica de la estra-tegia a nivel global de cualquier conflicto a lo largo de unos tres milenios de historia militar

La infanteriacutea puede rechazar a la caballeriacutea pero nunca perseguirla (maniobra que equivaldriacutea a dar la ocasioacuten a los jinetes derrotados de dar media vuelta y lanzar un inesperado contraataque que convirtiera en desastre para la infanteriacutea lo que empezoacute siendo un eacutexito Las huidas fingidas como ya hemos sentildealado eran tambieacuten una interesante taacutectica a emplear por parte de la caballeriacutea para desorganizar una formacioacuten enemiga Sin embargo no era una taacutectica que entrara dentro del ldquomanual de instruccionesrdquo de la ca-balleriacutea maacutes pesada limitada como estaba en sus movimientos) Soacutelo la ca-balleriacutea podiacutea derrotar poner en fuga y destruir a otra caballeriacutea El modo de hacerlo sin embargo era materia delicada Una formacioacuten cerrada para ata-car a otra caballeriacutea resultaba inuacutetil y peligrosa era la mejor forma de que los propios caballos se rompieran los huesos al impactar a gran velocidad contra las monturas enemigas Normalmente y a lo largo de toda la existen-cia de la caballeriacutea de choque dos formaciones de caballeriacutea que cargan una contra otra a la espera de un combate mano a mano tienden a abrir sus liacuteneas para esquivar el choque frontal contra los caballos rivales Al producirse el choque el jinete tratariacutea de atacar con sus armas a su rival maacutes cercano a uno u otro lado intentando derribarle o herirle mortalmente En estas cir-cunstancias el contus sarmaticus vuelve a relucir por sus virtudes permitiacutea (al igual que la lanza de cometida medieval las lanzas de los huacutesares alados polacos o las lanzas de los ulanos austriacos o los cosacos rusos) golpear al jinete adversario antes de que eacuteste equipado con espada o con una lanza maacutes corta pudiese iniciar su propio ataque Una formacioacuten de contarii o de cata-fractii podiacutea asiacute arroyar faacutecilmente la vanguardia de la formacioacuten de caballe-

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riacutea enemiga neutralizando su ataque y desorganizando totalmente su forma-cioacuten Sin embargo cuando dos formaciones cargaban una contra la otra y llegaban a culminar completamente el choque el combate podiacutea derivar faacute-cilmente en una violenta y caoacutetica refriega En estas circunstancias las espa-das de hoja larga empleadas por la caballeriacutea romana y saacutermata eran particu-larmente esenciales asiacute como sus protecciones dado que un contus tendiacutea a partirse tras el primer o segundo impacto y a ser poco coacutemoda de utilizar cuando el combate se tornaba maacutes cercano En cualquier caso si una forma-cioacuten de catafractii no conseguiacutea imponerse durante el choque a la formacioacuten enemiga el agotamiento de sus monturas y su menor movilidad (sumada a la peacuterdida del orden en la formacioacuten inherente al inicio de la refriega) supon-driacutean una peligrosa situacioacuten en el caso de carecer de apoyo de otras unida-des (bien de caballeriacutea o de infanteriacutea) y de la que no podriacutean salir con mu-cha facilidad80

Tanto frente a otra caballeriacutea como frente a la infanteriacutea el respaldo de unidades de caballeriacutea maacutes ligeras y particularmente arqueros a caballo81 resultariacutea particularmente deseable antes del choque la caballeriacutea ligera po-driacutea hostigar con proyectiles a las formaciones enemigas creando brechas o desorganizaacutendolas y despueacutes del choque podriacutean apoyar a la caballeriacutea pe-sada durante la progresioacuten del combate cubrir su retirada o explotar su eacutexito continuando la persecucioacuten de un enemigo en fuga

Como vemos desde el punto de vista taacutectico y del empleo en el campo de batalla el eacutexito de la caballeriacutea pesada acorazada dependiacutea tanto o maacutes de las circunstancias el contexto y el apoyo que pudieran recibir que de sus propias virtudes Se trataba de unidades altamente especializadas que si que-daban desprotegidas o en situaciones comprometidas podiacutean ser faacutecilmente rechazadas desbandadas o destruidas No se trataba de fuerzas versaacutetiles y probablemente ello condicionoacute que su adopcioacuten y empleo generalizado por parte del ejeacutercito romano fuera tardiacuteo

CONCLUSIONES

El ejeacutercito romano se enfrentoacute durante casi dos siglos a la caballeriacutea

pesada desarrollada por las potencias orientales Tras reveses iniciales debi-dos maacutes a las circunstancias que a una auteacutentica incapacidad para afrontar el ataque de este tipo de caballeriacutea las legiones desarrollaron sus particulares contramedidas recorriendo las primeras deacutecadas de la historia del Alto Im-

80 DIXON SOUTHERN 1997 pp 141-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 235-244 MENEacuteNDEZ

ARGUumlIacuteN 2011 pp 322-324 81 DIXON SOUTHERN 1997 p 143

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perio imperturbables considerando del todo innecesario tomar como inno-vacioacuten un arma a la que eran capaces de batir los catafractos partos y arme-nios

Sin embargo hacia mediados del s I dC algo vino a trastocar este es-cenario en apariencia estable e inamovible de las estepas poacutenticas emergioacute no tanto una nueva arma como una nueva forma de combinar y emplear ar-mas y taacutecticas sobradamente conocidas Los haacutebiles jinetes saacutermatas dejaron atraacutes la claacutesica tradicioacuten militar esteparia basada en el uso del arquero a ca-ballo y la caballeriacutea ligera desarrollaron una nueva caballeriacutea pesada libre de la mayor parte de las debilidades de los pesados catafractos partos flexi-ble y dinaacutemica y capaz de luchar en conjuncioacuten perfecta con otras modali-dades de caballeriacutea como si de un uacutenico cuerpo se tratase A diferencia del catafractario parto el ldquocontariordquo saacutermata era un jinete armado maacutes o menos pesadamente seguacuten las circunstancias y sus propias posibilidades Al igual que su contrapartida parto o armenio el jinete pesado saacutermata aprovechaba al maacuteximo las virtudes de su arma definitoria el contus sarmaticus pero la combinaba con el uso de otras igualmente uacutetiles como la espada de hoja larga y el arco recurvado compuesto Su equipamiento defensivo careciacutea de la rigidez propia del catafracto parto tendiendo a ser sensiblemente maacutes li-gero sin perder las ventajas propias de una proteccioacuten completa y concien-zuda Este equipamiento defensivo ademaacutes podiacutea variar seguacuten las circuns-tancias y las necesidades taacutecticas de cada momento (y no solo exclusi-vamente en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete) Ello permitiacutea al jinete pesado saacutermata oscilar entre una caballeriacutea media pura y una caballeriacutea pesada de choque seguacuten las circunstancias Le convertiacutea en un arma flexible capaz de desempentildear diversos papeles en el campo de batalla y variarlos du-rante el combate mismo seguacuten sus necesidades En combinacioacuten con la habi-lidad natural de estos pueblos para la equitacioacuten y sus excelentes (y numero-sas) fuerzas de caballeriacutea ligera la caballeriacutea pesada saacutermata representaba una amenaza realmente seria y totalmente nueva

Desde la guerra civil del 68-69 dC hasta la paz firmada por Adriano con los saacutermatas roxolanos en 119 dC las legiones romanas y su caballeriacutea hubieron de hacer severos esfuerzos para imponerse a este nuevo enemigo en los campos de batalla actuase eacuteste en solitario o en conjuncioacuten con otros pueblos o Estados Las guerras daacutecicas de Domiciano (85-89 dC) y de Tra-jano (101-106 dC) fueron probablemente los puntos culminantes de esta coyuntura De los sangrientos encuentros habidos sobre las orillas del Danu-bio las colinas daacutecicas y las llanuras de la futura Hungriacutea el ejeacutercito romano extraeriacutea una dura leccioacuten que aprenderiacutea raacutepidamente y pondriacutea en creciente praacutectica con el paso de los antildeos cuando a comienzos del s III dC descen-

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diera el ocaso sobre las uacuteltimas luces legadas por la edad dorada de los Anto-ninos habiendo el Estado romano de afrontar las convulsiones de un mundo en paulatina transformacioacuten

A comienzos del s II dC a caballo entre los diacuteas de Trajano y Adria-no el ejeacutercito romano afrontoacute el laborioso proceso de aplicar buena parte de lo que habiacutea aprendido de manos de la caballeriacutea saacutermata El contus ya habiacutea sido adoptado conformando la primera caballeriacutea de choque especialista de la historia del Imperio A ella le seguiriacutean las protecciones pesadas para jine-tes asiacute como para caballos El ejeacutercito romano conociacutea de sobra los modelos orientales de caballeriacutea pesada y sin embargo en el primer siglo de existen-cia de este arma entre las filas romanas el modelo a seguir fue principal-mente saacutermata Los hechos hablan por siacute solos El ejeacutercito romano habiacutea en-contrado una innovacioacuten de intereacutes para su tradicioacuten militar y la incorporoacute raacutepidamente Las primeras unidades de caballeriacutea pesada acorazada romana llevaron nombres que aludiacutean a tradiciones orientales catafractii pero su ar-mamento y el fundamento de sus taacutecticas era una mezcla de aportaciones romanas y modelos saacutermatas Con la llegada del s III dC estas unidades se hariacutean cada vez maacutes necesarias y sobre la trayectoria marcada por los pio-neros de este arma se labrariacutea el desarrollo completo de la misma

La emersioacuten del Imperio persa sasaacutenida supuso la transformacioacuten re-novacioacuten y revitalizacioacuten del arma de caballeriacutea puramente oriental Los sa-saacutenidas llevaron a un nuevo paroxismo a la combinacioacuten de la caballeriacutea pe-sada y la caballeriacutea ligera de tradicioacuten oriental hasta el punto de que algunos tratadistas militares romanos como Amiano Marcelino llegaron a conside-rarlo como un arma praacutecticamente imbatible En palabras del propio Amiano [] catafractarii [] et sagitarii formidable genus armorum82 Probable-mente estas circunstancias forzaran (entre otros factores) no ya la expansioacuten del arma de caballeriacutea pesada (asiacute como del arquero a caballo) en el ejeacutercito romano de los siglos III y IV dC sino la asuncioacuten por parte de la misma de muacuteltiples elementos propios ya exclusivamente de la tradicioacuten militar irano-persa

La experiencia saacutermata quedoacute atraacutes sin embargo su importancia y la de los primeros prototipos de caballeriacutea pesada romana existentes en el Alto Imperio no debe menospreciarse Fueron la piedra fundadora los cimientos de una importante rama de la tradicioacuten militar romana posterior madre de la bizantina y de buena parte de las tradiciones militares de la posterior Europa medieval donde la caballeriacutea ostentariacutea durante siglos su particular supre-maciacutea En cierto modo puede decirse que la caballeriacutea saacutermata y las primeras

82 AMIANO MARCELINO 16 12 7

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unidades de caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano se encuentran entre las raiacute-ces de una tradicioacuten militar que llevoacute a la caballeriacutea a mantener la ilusioacuten de su reinado sobre los campos de batalla hasta el enloquecedor extremo de atravesar las trincheras y alambradas de la I Guerra Mundial y cargar sobre las divisiones panzer germanas en 1939

SELECCIOacuteN DE TEXTOS EPIGRAacuteFICOS RELATIVOS

83 Camerinum (Camerino) Regio VI Italia CIL XI 5632

M(arco) Maenio C(ai) f(ilio) Cor(nelia) Agrippae L(ucio) Tusidio Campestri hospiti divi Hadriani patri senatoris praef(ecto) coh(ortis) II Fl(aviae) Britton(um) equitat(ae) electo a divo Hadriano et misso in expeditionem Brittannicam trib(uno) coh(ortis) I Hispanor(um) equitat(ae) praef(ecto) alae I Gallor(um) et Pannonior(um) catafractatae proc(uratori) Aug(usti) praef(ecto) classis Brittannicae proc(uratori) provinciae Brittanniae equo publico patrono municipi(i) vicani Censorglacenses consecuti ab indulgentia Optimi Maximique Imp(eratoris) Antonini Aug(usti) Pii beneficio interpretationis eius privilegia quibus in p[e]rpetuum aucti confirmatique sunt l(ocus) d(atus) d(ecreto) d(ecurionum) g(ratis)

Ad Mediam (Mehadia) Dacia CIL XVI 110 = CIL III 886 = AE 1980 760

[Imp(erator) Caes(ar) divi Had]rian(i) f(ilius) divi Traiani [Parthici n(epos) divi Ne]rvae pron(epos) T(itus) Aelius [Hadrianus Ant]oninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) [max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII] imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae) [equit(ibus) et pedit(ibus)] qui mil(itaverunt) in alis III quae [appell(antur) Silia]n(a) et Gall(orum) et Pann(oniorum) [catafrac(taria) et F]ront(oniana) et coh(ortibus) XII I Ulp(ia) [Britton(um)] |(milliaria) et I Fl(avia) Ulp(ia) Hisp(anorum) |(milliaria) [et 3 I Ael(ia)] Gaesa(torum) |(milliaria) et I Aug(usta) Nerv() [|(milliaria) et I]I Britt(onum) |(milliaria) et I Hispan(orum) [--- e]t II Hisp(anorum) scutat(a) Cy[ren(aica) et ---]n() et VI Thrac(um) et sunt [in Dacia Poroliss]en(si) sub Macrinio [Vindice proc(uratore) qui]nq(ue) et vigint(i) stip[en(diis) emerit(is) dimis(sis) hon]est(a) miss(ione) quor(um) [nomin(a) subscripta s]unt civit(atem) Roman(am) [qui eor(um) non ha]b(erent) ded(it) et con(ubium) cum [uxor(ibus) quas tu]nc hab(uissent) cum est [civit(as) i(i)s dat(a) aut] cum i(i)s quas post(ea) [dux(issent) dumtax(at) si]ngulis [[Imp(erator) Caes(ar) divi Hadrian(i) f(ilius) divi Traiani Parthici n(epos) divi Nervae pron(epos) T(itus) Aelius Hadrianus Antoninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae)] [equit(ibus) et pedit(ibus) qui mil(itaverunt) in alis III ---] et vigint(i) stipend(iis) emerit(is) dimis(sis) honest(a) miss(ione) quor(um) nomin(a) subscript(a) sunt civit(atem) Roman(am) qui eor(um) non haber(ent) dedit et conub(ium) cum uxor(ibus) quas tunc habuis(sent) cum est civit(atem) i(is) dat(a) aut cum i(is) quas post(ea) dux(issent) dumtax(at) singulis a(nte) d(iem) V K(alendas) Oct(obres) Sex(to) Calpurnio Agricola Ti(berio) Claudio Iuliano co(n)s(ulibus) coh(ors) I Ulpia Britton(um) |(milliaria) cui

83 Tomados del Epigraphische Datenbank Clauss-Slaby httpwwwmanfredclauss de

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prae(e)st L(ucius) Nonius Bassus Picen(o) ex pedite Luonerco Molaci f(ilio) Britt(oni) descript(um) et recognit(um) ex tabul(a) aer(ea) quae fixa est Romae in mur(o) post templ(um) divi Aug(usti) ad Minervam

Tipasa (Tefessad) Mauretania Cesariense AE 1951 265 = AE 1955 133

D(is) M(anibus) Adiutoris eq(uitis) al(ae) pri(mae) Can(n)anafatium vi(xit) XXXXI m(ilitavit) an(nos) XXIII pro(curante) l(i)b(erto) ipsi(us) bene me(renti) Cabanus he(res) po(suit)

Savaria (Szombathely) Panonia Superior CIL III 4183

T(itus) Cnorius Sabinianus ex praef(ecto) alae Contariorum v(ir) e(gregius) et L(ucius) Val(erius) Verus dec(urio) c(oloniae) C(laudiae) Savar(iensium) sacerdotalis p(rovinciae) P(annoniae) s(uperioris) cryptam vi ignis exustam sumptibus suis refecerunt

Brigetio (Kornye) Panonia Superior CIL III 4278

D(is) M(anibus) Val(erio) Saturnino vet(erano) ex dup(licario) alae I Ulp(iae) Cont(ariorum) qui vixit an(nos) L et Val(erio) Sabino mil(iti) leg(ionis) I Ad(iutricis) stip(endiorum) III vixit an(nos) XXV filio Caes(ia) Digna marito et filio f(aciendum) c(uravit)

Apamea Siria AE 1987 955

Aur(elio) Basso quandam(sic) sig(nifero) al(ae) I Ulp(iae) (C)ontariorum stipendiorum VIII vixit annos XXVIIII XI Kal(endas) Maias Gallo et Volusiano consilibus() titulus positus a Marc(io) Cotum(sic) (d)ec(urione) al(ae) c(ivium) R(omanorum)

Apamea Siria AE 1993 1589

D(is) M(anibus) Iulius Valerianus eques alae I Ulp(iae) contariorum stip(endiorum) XXIII vixit annis XXXXVI Ulp(ius) Ingenu(us) dupl(icarius) alae eiusdem heres posuit b(ene) m(erenti)

Arrabona (Gyor) Panonia Superior CIL III 4379

D(is) M(anibus) Ulp(ius) Variu(s) Ore() vet(e)r(anus) ex stat(ore) al(a)e I Ulp(iae) Cont(ariorum) do(mo) Af(rica) vixs(it) ann(os) XLV et Ael(iae) Sabin(a)e fi(liae) vix(it) ann(os) X Ael(ia) Domitia con(iunx) et Ulp(ius) Sabinianus et Ulp(ius) [Cele]rinus et Sabi[nil]la fili(i) vivi cum [mat(re) pa]tri karis(simo) posuerunt

Sentpalpuszta Panonia Superior CIL III 11081 = AE 1899 3

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[D(is) M(anibus)] M(arcus) Aur(elius) [3]us vex(illarius) al(ae) p(rimae) C(ontariorum) Anto(ninianae) et Elv(iae) Bon(a)e c(oniugi) car(issimae) et f(iliae) Aur(eliae) Valerin(a)e et Ae(liae) Sabin(a)e et Elv(io) Verecundo an(norum) LXX Pulc(h)r(a)e() Suri an(norum) LX et Elv(io) Vitali an(norum) XVIII et Au(relio) Ma(n)suetiano an(norum) VII et Ae(lio) Florido M(arcus) Aur(elius) Valerianus sib(i) [et] su[i]s vivi f(ecit)

Roma CIL VI 1449 = AE 1967 16 = AE 196970 13

M(arco) Macrinio Avito M(arci) f(ilio) Claud(ia) Catonio Vindici co(n)s(uli) aug(uri) p(opuli) R(omani) Quiritium leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) prov(inciae) Moes(iae) inf(erioris) leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) Moes(iae) sup(erioris) cur(atori) civitat(is) Arimin(ensium) p[r]oc(uratori) prov(inciae) Dac(iae) Malv(ensis) praef(ecto) alae contar(iorum) praef(ecto) alae III Thrac(um) trib(uno) milit(um) leg(ionis) VI Victr(icis) praef(ecto) coh(ortis) VI Gall(orum) donat(o) donis mil(itaribus) in bello Germ(anico) ab Imp(eratore) M(arco) Aur(elio) Antonino Aug(usto) hast(is) pur(is) II et vexill(is) II cor(o)na mural(i) et vallar(i) Iunia Flaccinilla marito karissimo et Macrinia Rufina patri piissimo vixit annis XLII m(ensibus) V

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SELECCIOacuteN DE IMAacuteGENES

Fig 1 Relieve de la estela funeraria del eques Aduitor miembro del ala I Canninefatum (AE 1955

133) empuntildeando un contus sarmaticus por el lateral derecho de su montura DIXON SOUTHERN 1997 p 49

Fig 2

Grafito de Dura-Europos datado en torno a los ss II-III dC representando un catafracto parto romano o sasaacutenida JUNKELMANN 1992 p 197

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Fig 3 Las dos bardas de escamas metaacutelicas completas encontradas por Rostovzeff en las

excavaciones de Dura-Europos a lo largo de la campantildea de 1932-33 JUNKELMANN 1992 p 214

Fig 4 Relieves de Firuzabad (Iraacuten) representando a un clibanario persa sasaacutenida derribando a un

catafractarioclibanario parto s III dC Obseacutervese las bandas transversales que se ven en los brazos del jinete de la derecha que probablemente esteacuten representando un tipo de manica

WILCOX 2001 p 22

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Fig 5 Relieve de Firuzabad representando a unos catafractosclibanarios parto y sasaacutenida forcejeando

en combate cuerpo a cuerpo Ilustracioacuten de Wilcox 2001 p 23

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FIG 6 Catafractos partos del s I aC Obseacutervense las protecciones tipo manicae portadas por ambos

jinetes en los brazos El jinete de la derecha tambieacuten las lleva sobre las piernas A Mc Bride en WILCOX 2001

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Fig 7 Fragmentos de cotas de escamas y laacuteminas para armadura encontradas en enterramientos

saacutermatas de los ss I-III dC NEGIN 1998 p 70

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Fig 8 Estela de Athenios en Panticapea (Crimea Ucrania) donde se puede observar a un jinete (izqda) que parece montar un caballo protegido con una cota de escamas al igual que eacutel

NEGIN 1998 p 66

Fig 9 Reconstruccioacuten de un contario saacutermata (izqda) en accioacuten s II dC seguacuten G Embleton en

BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 10 Reconstruccioacuten el posible aspecto de un jinete pesado saacutermata y de la posible proteccioacuten de su

montura s II dC seguacuten G Embleton en BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 11 Reconstruccioacuten de un jinete pesado saacutermata equipado con una armadura compuesta ss I-II

dC seguacuten NEGIN 1998 p 73

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Fig 12 Casco romano tipo Russell Robinson tipo B basado en un ejemplar encontrado en Ely

(Cambridgeshire Reino Unido) ss I-II dC GOLDSWORTHY 1998 p 238

Fig 13

Casco romano tipo Rusell Robinson E basado en un hallazgo realizado en Hedderneim (Alemania) ss II-III GOLDSWORTHY 1998 p 238

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Fig 14

Reconstruccioacuten de un casco romano del tipo Niederbieber ss II-III dC seguacuten GILBERT 2010 p 136

Fig 15

Reconstruccioacuten de una variante del casco romano tipo Heddernheim con y sin maacutescara de proteccioacuten para el rostro ss II-III dC seguacuten ALEXANDRA GILBERT 2009 pp 24-26

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Fig 16 Fragmento de lorica squamata de escamas semi-riacutegidas s II dC

BISHOP COULSTON 1993 p 116

Fig 17 Silla de montar romana de cuatro cuernos seguacuten la reconstruccioacuten de P Connolly

DIXON SOUTHERN 1997 p 71

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Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

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Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

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Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

Recibido 17 mayo 2011 Aprobado 22 junio 2011

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Aduitor jinete del ala I Canninefatum ya mencionada maacutes arriba nos aporta la imagen de un jinete equipado tan soacutelo con un contus sin llevar maacutes pro-teccioacuten que sus ropas militares Sin embargo no es la primera vez que un militar romano se hace representar en su estela funeraria portando simple-mente sus armas maacutes caracteriacutesticas vistiendo tan soacutelo lo que podriacuteamos de-nominar como su ldquouniformerdquo Asiacute pues iquestno podriacutea estar actuando Aduitor en el mismo sentido

El contus sarmaticus es un arma de choque destinada a ser empuntildeada a dos manos por un jinete que emplearaacute la fuerza de sus brazos y de la em-bestida de su caballo conjuntamente para arremeter contra un objetivo pe-destre o ecuestre con la finalidad de abatirlo o derribarlo La superior longitud del contus por otra parte confiere al jinete una importante ventaja desde el momento en que a la carga posee la oportunidad de golpear prime-ro al enemigo con toda la brutal fuerza que un jinete a la carga puede desple-gar en ese preciso instante Sin embargo una vez ha sucedido el choque y se acortan las distancias entre el contarius y sus enemigos el jinete se encuen-tra en una situacioacuten de creciente vulnerabilidad si no recibe apoyo de liacuteneas sucesivas de otros jinetes o queda maacutes o menos aislado puede ser flanquea-do y faacutecilmente atacado por la infanteriacutea u otros jinetes47 La principal fuerza de una unidad de contarios radica por tanto en su capacidad para actuar en grupo y en perfecta coordinacioacuten asiacute como en saber explotar la ventaja fiacutesica y psicoloacutegica del primer impacto para barrer y desfondar a la formacioacuten ene-miga del tipo que sea Sin embargo esto no siempre puede suceder (ni se dan las condiciones apropiadas para conseguirlo en el campo de batalla) Ante semejante eventualidad inherente a una unidad de contarii sus componentes debiacutean de estar seguramente preparados La proteccioacuten corporal y un o unas armas secundarias formaban probablemente parte del equipo de Aduitor y de otros jinetes como eacutel

En cuanto al equipamiento ofensivo el arma maacutes comuacuten al lado de una lanza de acometida es una espada especialmente una de hoja larga la maacutes adecuada para su uso desde la silla de montar Este tipo de armas estaacute arqueoloacutegicamente atestiguada entre otros especialistas en el uso del contus los saacutermatas En la panoplia romana del s II dC las espadas largas no eran desconocidas en absoluto la caballeriacutea empleaba masivamente la spatha una espada de hoja recta que podiacutea oscilar entre los 65 y los 90 cm de lon-gitud y entre los 4 y 8 cm de anchura que en el s II dC era portada ya so-bre el costado izquierdo48 Otro tipo de espadas empleadas por la caballeriacutea romana en eacutepoca Antonina y Severa fueron las espadas de pomo en forma de

47 GOLDSWORTHY 1998 p 241 48 DIXON SOUTHERN 1997 pp 48-49 FIELDS 2006 p 16

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anillo cuyo origen se encuentra entre las espadas del mismo tipo saacutermatas y del Reino del Boacutesforo49 Una daga el pugio romano aunque pueda parecer un arma mucho maacutes uacutetil para un soldado de infanteriacutea que para un jinete es especialmente adecuada para los combates maacutes encarnizadamente cercanos tales como los brutales forcejeos hombre a hombre que tras un encontronazo de caballeriacutea podiacutean darse Igualmente un jinete descabalgado encontrariacutea mucho maacutes adecuado un pugio a la hora de enfrentarse a la infanteriacutea ene-miga que su larga espada maacutes conveniente para el combate desde la silla de montar50 Si tenemos en cuenta que en determinadas circunstancias un conta-rius era particularmente vulnerable a los ataques (y a ser consecuentemente derribado) un pugio seriacutea un buen complemento a su panoplia

Respecto al equipo defensivo debemos descartar desde un principio (auacuten a riesgo de resultar redundantes) el uso de escudos dada la imposibi-lidad de emplearlos adecuadamente empuntildeando al mismo tiempo un contus cuyo uso ademaacutes se veriacutea gravemente estorbado En este sentido la pro-teccioacuten corporal se convertiriacutea en un imperativo maacutexime teniendo en cuenta las debilidades inherentes a un contarius en combate ya mencionadas Di-versos tipos de casco o galea estaban a la disposicioacuten del jinete romano Los cascos de caballeriacutea evolucionaron de un modo diferente a los de la infan-teriacutea desde eacutepoca de Augusto al fin y al cabo las necesidades de proteccioacuten y movilidad de un jinete y un infante eran distintas Hacia finales del s I dC los modelos preexistentes como el casco tipo Weiler empezaron a ser refor-zados en su parte frontal (un lugar propenso a recibir contundentes sablazos durante el choque entre dos formaciones de caballeriacutea) desembocando en nuevos modelos durante el s II dC tales como el Russell Robinson tipo B uno de cuyos principales ejemplos fue encontrado en Ely Cambridgeshire Entre sus principales caracteriacutesticas estaacute la ampliacioacuten de las carrilleras que envuelven buena parte de la cara asiacute como los oiacutedos dejando soacutelo al descu-bierto nariz ojos y boca Su refuerzo frontal es pronunciado y el cubrenuca se ampliacutea ligeramente Sin embargo los cubrenucas de los cascos de ca-balleriacutea nunca alcanzaraacuten extensiones superiores en caso de ser derribado un jinete con un casco de cubrenuca muy extenso (como en los cascos de in-fanteriacutea del s II dC) podiacutea partirse el cuello faacutecilmente En este sentido avanzado el s II dC los cubrenucas se atrofian de nuevo mientras que las carrilleras se ampliacutean auacuten maacutes asiacute como los refuerzos del yelmo En este sentido los mejores ejemplos son el casco de Kalkar-Houmlnnepel (s II dC) y especialmente el tipo Friedberg el Heddernheim y el Russell Robinson tipo

49 BISHOP COULSTON1993 pp111-112 LEBEDYNSKY 2002 pp 101-103 p 167 y p 240 DIXON STEPHENSON 2003 pp 75-78

50 DIXON STEPHENSON 2003 pp 90-92

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E datados ya a comienzos del s III dC Estos cascos se caracterizan por en-volver casi completamente la cara salvo una breve ldquotrdquo que deja al descu-bierto ojos nariz y parte de la boca Las carrilleras cubren toda la cara y los oiacutedos asiacute como buena parte del cuello en unioacuten al cubrenuca Una extensa visera se extiende desde el frontal reforzado del casco sirviendo para desviar auacuten mejor los golpes frontales El yelmo presenta refuerzos transversales que se cruzan en su parte superior y se extienden hasta los liacutemites del cubrenuca En su conjunto estos disentildeos de cascos proporcionan una buena proteccioacuten contra golpes realizados desde cualquier direccioacuten especialmente frontales laterales y sobre la parte superior de la cabeza dejando vulnerable soacutelo la parte estrictamente necesaria del rostro51 No trataremos aquiacute todaviacutea los cas-cos destinados en principio a la Hippikaacute Gymnasia pues su particular natu-raleza y en especial la utilidad protectora del rostro de sus maacutescaras seraacute ob-jeto de debate en torno al equipamiento de los catafractii

La proteccioacuten corporal resultariacutea igualmente esencial para un conta-rius sobre todo porque en posicioacuten de carga y sin escudo resultariacutea muy vul-nerable a cualquier contraataque que pudiera atravesar la formacioacuten de ca-balleriacutea erizada de lanzas En general las protecciones no deberiacutean resultar muy diferentes a las de cualquier otro equite medianamente pesado de la ca-balleriacutea romana La proteccioacuten maacutes sencilla y frecuente seriacutea la lorica hama-ta o cota de mallas de mangas cortas hombros reforzados con una doble ca-pa de mallas y faldelliacuten extenso hasta medio muslo A finales del s II dC la caballeriacutea empezariacutea a llevar loricae hamatae de mayor longitud llegando a rebasar codos y rodillas En cuanto a las loricae squamatae durante los ss I-II dC soliacutean ser de unas dimensiones semejantes a las hamatae de man-gas y faldelliacuten cortos (cuando no sin mangas) con dos placas pectorales de metal como complemento y una franja de pteryges sobre los muslos Con la entrada del s III dC la lorica squamata cambia y tiende a hacerse maacutes lar-ga En el s II dC se incorpora una innovacioacuten las escamas semi-riacutegidas maacutes amplias y cosidas unas junto a otras sobre una pieza de cuero de tal for-ma que conformaban una proteccioacuten riacutegida y maacutes soacutelida como el ejemplo de Waffenmagazin en Carnunto datado probablemente de eacutepoca pre-Antonina o Antonina temprana Las armaduras de laacuteminas elaboradas a partir de esca-mas de metal rectangulares y alargadas son raras en el mundo romano du-rante esta fase aunque existe alguacuten ejemplo aislado como el hallazgo de un fragmento datado en el s III dC en Čatalka52 Otros elementos podiacutean com-

51 BISHOP COULSTON 1993 pp 93-96 y 117-119 FREUGEgraveRE 1994 pp 104-121 DIXON

SOUTHERN 1997 pp 35-36 DIXON STEPHENSON 2003 pp 17-20 FIELDS 2006 pp 12-13 52 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-92 y 116-117 DIXON SOUTHERN 1997 pp 36-43

DIXON STEPHENSON 2003 pp 43-48 FIELDS 2006 pp 13-14

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pletar la proteccioacuten del contarius como la de cualquier otro equite especial-mente grebas de diverso tipo especialmente uacutetiles para proteger las vulnera-bles piernas del jinete53

Completariacutea el equipamiento de un contarius su montura asiacute como la silla y los arreos necesarios para controlarla y poder actuar en conjuncioacuten con ella En particular la silla compondriacutea un elemento clave del equipo de una caballeriacutea especializada en taacutecticas de choque ante la carencia de estri-bos sin una silla de montar adecuada un contarius podriacutea salir simplemente disparado por la grupa de su caballo a causa de la fuerza del impacto En este sentido las tentativas de reconstruccioacuten de las sillas de montar realizadas por Junkelmann y P Connolly han resultado de extremada utilidad para conocer hasta queacute punto la silla de montar romana conocida como ldquosilla de cuatro cuernosrdquo podiacutea suplir la carencia del estribo y permitir a un jinete realizar toda clase de maniobras a lomos de su caballo sin correr excesivo riesgo de caer desmontado Especialmente satisfactorios han sido en este sentido las experiencias realizadas por Connolly con su propuesta de silla de estructura riacutegida interna de madera respaldados sus resultados por otros autores como K Dixon o P Southern Aunque no es materia esencial de nuestro estudio el debate en torno a la particular naturaleza de las sillas de montar romanas sentildealaremos que estos autores (a cuya opinioacuten nos adscribimos) consideran que una silla de montar de entramado riacutegido interno responderiacutea mucho me-jor a las necesidades de un jinete carente de estribos que una sin dicho entra-mado Desde nuestro particular punto de vista consideramos que las necesi-dades de un jinete especializado en taacutecticas de choque acentuariacutean enorme-mente la necesidad de una silla con un buen entramado riacutegido capaz de absorber la fuerza del impacto y mantener al jinete soacutelidamente afincado so-bre el lomo de su montura sin riesgo de caer Igualmente la solidez del en-tramado y su capacidad para transferir el peso del jinete de la columna verte-bral del animal hacia sus flancos (con el consecuente beneficio para la salud del caballo) permitiriacutea transmitir la fuerza de la embestida de la montura ha-cia el propio jinete y su arma (en este caso el contus) concentrando la fuerza del impacto en el afilado extremo de eacutesta y maximizando de este modo la eficiencia de la carga54 Posiblemente las unidades de caballeriacutea maacutes pesadas (como los catafractii) emplearon sillas de montar cuyo entramado estariacutea maacutes desarrollado y hasta reforzado con elementos metaacutelicos55

53 DIXON STEPHENSON 2003 p 61 54 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 BISHOP COULSTON 1993 pp 105-108

MIELCZAREK 1993 pp 81-82 DIXON SOUTHERN 1997 pp 70-74 DIXON STEPHENSON 2003 pp 107-110 FIELDS 2006 pp 17-18

55 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 pp 44-45

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La posible proteccioacuten portada por la montura de un contarius proba-blemente no diferiacutea de la portada por las monturas de las unidades de ca-balleriacutea media del ejeacutercito romano especialmente si tenemos en cuenta que como tendremos oportunidad de analizar no estaacute ni tan siquiera claro que los caballos de los catafractii romanos portaran protecciones fuera de lo comuacuten respecto de otras unidades de caballeriacutea Por tanto el elemento de proteccioacuten maacutes pesado portado por el caballo de un contarius seriacutea un chamfron una proteccioacuten para la cabeza y ojos del animal que podiacutea ser tanto de cuero co-mo metaacutelica Se han encontrado diversos ejemplares de este tipo de protec-ciones los maacutes exuberantemente decorados considerados (en principio) como restringidos a su uso durante la Hippikaacute Gymnasia56 El principal papel de estas protecciones parece enfatizar la proteccioacuten de los ojos del caballo en tanto en cuanto se conocen ejemplos de chamfrons romanos que tan soacutelo protegen esta vulnerable parte de la cabeza del animal como los hallados en Mainz Alemania57

El armamento caracteriacutestico del contarius especialmente el contus se asemeja enormemente al equipamiento del jinete pesado saacutermata el cual en la mayor parte de los casos no era sino un jinete maacutes o menos bien protegido (en algunos casos pesadamente protegido) a lomos de un caballo que en la mayor parte de los casos no llevariacutea una proteccioacuten destacada La principal fuerza del jinete saacutermata radicariacutea en el uso del llamado contus sarmaticus Que los primeros testimonios de la existencia de contarii entre las filas de la caballeriacutea romana no date antes del 60 dC resulta igualmente significativo el encuentro del ejeacutercito romano con la caballeriacutea pesada de los saacutermatas roxolanos o yaacutecigos se produce precisamente en esas fechas No existen evi-dencias de un ldquoteacutermino mediordquo similar al contarius romano entre el arquero a caballo y el catafractoclibanario parto o sasaacutenida Los contrastes entre el jinete pesado saacutermata y el parto son evidentes no soacutelo en equipo militar sino en taacutecticas todo lo contrario sucede entre el jinete pesado saacutermata y el contarius romano en particular Resulta loacutegico por tanto pensar que el mo-delo en taacutecticas y equipamiento del contarius romano se encuentra entre los contarios de la caballeriacutea pesada saacutermata58

56 BISHOP COULSTON 1993 pp 105-108 DIXON SOUTHERN 1997 p 67 DIXON

STEPHENSON 2003 pp 111-112 FIELDS 2006 57 DIXON STEPHENSON 2003 p 112 58 EADIE 1967 pp 165-167 MIELCZAREK 1993 pp 99-102 NEGIN 1998 LEBEDYNSKY

2002 p 236

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El ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta A diferencia de lo que sucede con los contarii no disponemos de des-

cripciones pormenorizadas o representaciones graacuteficas expliacutecitas de cata-fractii del ejeacutercito romano59 Tan soacutelo el grafito de un catafracto hallado en Dura-Europos aporta alguacuten tipo de informacioacuten expliacutecita para reconstruir la posible imagen de lo que seriacutea un catafractus del ejeacutercito romano pese al hecho de que la ldquonacionalidadrdquo del catafracto representado en el grafito no estaacute nada clara

Como ya hemos sentildealado en apartados anteriores el propio nombre de catafractuscatafractii (asiacute como el posterior de clibanariusclibanarii) pone el acento en la defensa corporal metaacutelica de este tipo de soldados romanos o no romanos Sin embargo el equipamiento defensivo carece de sentido algu-no si no protege una funcioacuten ofensiva concreta En un contarius el eacutenfasis se situacutea en su capacidad ofensiva representada fundamentalmente por el contus sarmaticus como devastadora arma de choque en manos de una fuerza dise-ntildeada esencialmente para el ataque la caballeriacutea En un catafractus romano o parto y en sus homoacutelogos saacutermatas maacutes pesadamente equipados el elemen-to clave no es el poderoso equipo defensivo del jinete (y seguacuten queacute casos de su caballo) en solitario sino la conjuncioacuten de eacuteste con el poder devastador de su equipo ofensivo El catafractus representa asiacute la fuerza ofensiva del con-tarius puesta bajo una proteccioacuten concienzuda que la mantenga a salvo de la mayor parte de los contraataques

En este sentido el equipamiento ofensivo de un catafractus romano no se diferenciariacutea en nada sustancial del portado por un contarius Aparte de la fundamental y eficiente contus el catafractus no dejariacutea de portar un arma secundaria siendo de nuevo la maacutes eficiente la espada de hoja larga que en la tradicioacuten romana altoimperial se materializaba en la spatha en to-das sus variantes asiacute como en espadas de hoja larga de tradicioacuten saacutermata que ya presentamos anteriormente En cuanto a otras armas acaso el pugio pu-diera ser un complemento menos uacutetil para un jinete pesadamente protegido (y con una movilidad maacutes restringida en consecuencia) que para un conta-rius o un equite maacutes vulnerable pero con mayor libertad de movimientos Al fin y al cabo la funcioacuten de ataque baacutesica del catafractus no era sino la mis-ma que la del contarius aprovechar la ventaja de un arma de acometida como el contus para derribar a enemigos a pie o montados antes de poder re-cibir cualquier clase de contraataque cuerpo a cuerpo por parte de ellos Era precisamente su capacidad para mantenerse a salvo de buena parte de los

59 MIELCZAREK 1993 p 79

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contraataques (cercanos o de proyectil) lanzados contra ellos lo que conver-tiacutea a los catafractii en un arma auacuten maacutes devastadora y pesada que los conta-rii la fuerza devastadora de su ataque teniacutea muchas menos posibilidades de verse desbaratada durante la accioacuten si todo iba razonablemente bien60

Y es este elemento clave del catafractus romano la proteccioacuten corpo-ral uno de los puntos que mayores debates ha generado empezando por el yelmo propiamente dicho Un catafractus romano del s II y comienzos del s III dC empleariacutea una gama de cascos ligeramente distinta a los de un con-tarius por dos razones la primera de todas cronoloacutegica en base al hecho de que su aparicioacuten (en base a todas nuestras fuentes) no parece tener lugar has-ta la primera deacutecada del s II dC por lo que los disentildeos de cascos maacutes tiacutepi-cos del s I dC (como el tipo Weiler) no llegariacutean a ser usados por los cata-fractii romanos la segunda es puramente funcional en tanto en cuanto se es-perariacutea de un catafractus que fuera lo maacutes protegido posible Soacutelo los dise-ntildeos maacutes soacutelidos de yelmos romanos y de proteccioacuten maacutes completa entrariacutean a formar parte del equipo corriente de esta caballeriacutea pesada En este sentido resulta particularmente representativo el casco tipo Heddernheim o Russell Robinson tipo E el tipo Friedberg asiacute como los cronoloacutegicamente anteriores Kalkar-Houmlnnepel y Bodengraven Todos ellos ofreciacutean una excelente protec-cioacuten a todo el craacuteneo y el cuello Sin embargo todos ellos no podiacutean evitar dejar al descubierto ojos nariz y buena parte de la boca Teniendo en cuenta que el resto del cuerpo del jinete estariacutea tambieacuten razonablemente bien prote-gido la mejor forma de neutralizar a un catafractus en estas circunstancias era atacarle al rostro directamente Sean cuales sean las circunstancias (y lo que Hollywood nos haya intentado hacer creer) el instinto baacutesico de preser-vacioacuten de un ser humano le hace cerrar los ojos encoger o apartar brusca-mente la cabeza y (de ser necesario) protegerse con las manos y los brazos si intuye o siente una agresioacuten dirigida a la cara Se trata de un acto reflejo baacute-sico e instintivo que no se puede evitar La peacuterdida temporal del control so-bre la realidad visual y sobre las acciones del combate que esto produciriacutea podriacutea provocar (al menos durante ese corto espacio de tiempo) que el ldquoin-vulnerablerdquo catafractus dejara de ser una amenaza fallara el objetivo de su ataque dejara de prestar atencioacuten (en pos de su propia proteccioacuten) yo se convirtiera en un objetivo vulnerable durante ese tiempo En resumidas cuentas la proteccioacuten para la cara resultariacutea una pieza muy uacutetil para un sol-dado cuya fuerza residiera en una pesada proteccioacuten y una gran contundencia de ataque En este sentido se sabe que los catafractos y clibanarios partos y

60 MIELCZAREK 1993 p 81 BISHOP COULSTON 1993 pp 109-111 DIXON SOUTHERN 1997 p 76 GOLDSWORTHY 1998 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-321

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sasaacutenidas emplearon maacutescaras o ventails combinadas con sus cascos para completar su proteccioacuten dejando tan soacutelo los resquicios necesarios para res-pirar y ver (literalmente dos orificios del tamantildeos de los ojos asiacute como una apertura y perforaciones para permitir la ventilacioacuten a la altura de la boca y la nariz) sin que ello pareciera representar un inconveniente a la percepcioacuten del entorno en combate61 En la panoplia romana altoimperial los cascos con maacutescaras metaacutelicas (y las maacutescaras en siacute mismas) no son precisamente des-conocidos son aquellos inicialmente atribuidos a un uso en paradas y ejer-cicios militares especialmente la Hippikaacute Gymnasia Entre los ejemplos maacutes destacables podemos sentildealar el tipo Newstead (s I dC) asiacute como las varian-tes maacutes elaboradas y decoradas del Heddernheim En principio este tipo de cascos dada su profusa decoracioacuten y las supuestas limitaciones a la visibili-dad provocadas por la maacutescara estariacutean limitado en su uso a la Hippikaacute Gymnasia Sin embargo este tipo de cascos no era impedimento para un adecuado desenvolvimiento durante estos ejercicios que eran una muestra de destreza iquestPor queacute entonces habriacutean de resultar un estorbo en la batalla Las maacutescaras de la caballeriacutea parta no teniacutean una factura esencialmente diferente a las romanas (maacutes allaacute del plano puramente artiacutestico-estiliacutestico) y fueron usadas en combate con cierta asiduidad iquestPor queacute razoacuten los yelmos con maacutes-cara o maacutes probablemente las maacutescaras en siacute mismas combinadas con otros tipos de yelmos romanos de caballeriacutea conocidos no pudieron ser utilizados en combate tanto como en la Hippikaacute Gymnasia Hace casi dos deacutecadas Mielczarek ya lanzoacute una propuesta en semejante sentido al respecto de la ca-balleriacutea pesada romana poniendo en cuestioacuten su uso exclusivo en paradas y exhibiciones la cantidad de cascos con maacutescaras y maacutescaras aisladas vincu-ladas a la panoplia romana (y especialmente de la caballeriacutea) no parece res-ponder precisamente a un uso limitado a ocasiones especiales Diez antildeos maacutes tarde Dixon e I P Stephenson volvieron a retomar dichos plantea-mientos argumentando que determinados cascos empleados en la Plena y Baja Edad Media (como el sallet A82) limitaban la visibilidad tanto o maacutes que las maacutescaras inicialmente consideradas como limitadas a la Hippikaacute Gymnasia y sin embargo fueron empleados en combate62 En este sentido consideramos que posiblemente los maacutes ricamente decorados ejemplares no fueron objeto de uso en combate pero siacute que nos adscribimos a los plantea-mientos de los autores mencionados considerando no soacutelo probable sino ra-zonable que la maacutescara (y los cascos disentildeados especialmente para portarlas) formaran parte de la panoplia de los catafractii otorgaacutendoles la proteccioacuten necesaria para proteger el siempre vulnerable rostro

61 MIELCZAREK 1993 p 60 NEGIN 1998 pp 72-74 WILCOX 2001 p 10 62 MIELCZAREK 1993 p 81 DIXON STEPHENSON 2003 pp 20-24

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Un catafractus sin duda alguna portariacutea una buena proteccioacuten para el torso En este sentido hariacutea uso de las mismas protecciones antes menciona-das para los contarii como loricae hamatae y squamatae asiacute como las inno-vaciones propias de eacutepoca Antonina y Severa como las escamas semi-riacutegi-das y las poco comunes armaduras de laacuteminas como el aislado ejemplo del s III dC hallado en Čatalka63 Sin embargo si atendemos ahora al grafito de Dura-Europos el jinete representado no parece llevar un uacutenico tipo de pro-teccioacuten sobre su torso Las armaduras compuestas por varios tipos de loricae como hemos visto eran probablemente utilizadas ya por los saacutermatas Este tipo de proteccioacuten era tambieacuten conocida en el ejeacutercito romano si bien los ejemplos de la misma son limitados y no parece que su uso estuviera muy extendido (al igual que no parece que en el s II y a comienzos del s III dC los catafractii fueran un arma de extendido uso en Roma) Se denominaba lorica plumata teacutermino que al parecer designaba principalmente a armadu-ras compuestas por lorica squamata y hamata combinadas Esta combina-cioacuten parece ser la utilizada tambieacuten por los saacutermatas aunque su distribucioacuten sobre el cuerpo no se ha podido reconstruir convincentemente64 Al igual que el contarius el catafractus no portariacutea escudo tanto por serle imposible su debido aprovechamiento al empuntildear un contus como por el estorbo que su-pondriacutea al uso de esta uacuteltima La carencia de escudo quedariacutea suplida por lo pesado de su proteccioacuten corporal En este sentido destaca la manica una proteccioacuten construida con laacuteminas de metal (bronce o hierro) semiciliacutendricas unidas unas a otras en progresioacuten descendente del hombro hacia la mano la cual podiacutea proteger a su vez con guanteletes de malla de escamas o incluso una extensioacuten de la manica misma adaptada a la forma de la mano65 Com-pletariacutean la proteccioacuten de un catafractus unas grebas para sus piernas (la parte de su cuerpo maacutes al alcance de la infanteriacutea enemiga) si bien podiacutean disponer de protecciones maacutes pesadas que podiacutean llegar a cubrir muslos y pies recordando en su estructura a la manica empleada para proteger los bra-zos66 En ocasiones podriacutea emplearse tambieacuten protecciones especiacuteficas para el cuello especialmente pensadas para cubrir cualquier posible fisura entre el yelmo y la proteccioacuten del torso De este tipo de piezas se han encontrado al-gunos ejemplos como el de una tumba de Čatalka en Bulgaria datada en el

63 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-92 y 116-117 DIXON SOUTHERN 1997 pp 36-43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 43-48 FIELDS 2006 pp 13-14

64 MIELCZAREK 1993 pp 79-80 NEGIN 1998 pp 68-74 DIXON STEPHENSON 2003 pp 49-50 FIELDS 2006 pp 10-11

65 BISHOP COULSTON 1993 pp 87-91 DIXON STEPHENSON 2003 pp 55-58 66 DIXON SOUTHERN 1997 p 43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 61-63

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s II dC y consistente en un anillo de metal dividido en dos mitades unidas por un cinturoacuten de cuero y originalmente tintado en rojo67

El equipamiento de las monturas de los catafractii romanos es otro as-pecto poleacutemico quizaacutes el que maacutes En primer lugar respecto de las sillas de montar eacutestas responderiacutean probablemente al modelo presentado por Con-nolly pero a un tipo particular cuyo entramado riacutegido interno y cuernos es-tariacutean maacutes desarrollados planteando una sujecioacuten mucho maacutes riacutegida y firme Este tipo de sillas poseiacutea ademaacutes una estructura reforzada con elementos metaacutelicos Seguacuten Connolly y C Van Dryel Murray este tipo de sillas res-ponderiacutea especialmente a un uso por parte de unidades de caballeriacutea pesada donde el peso de la armadura del jinete sumada a su modalidad de combate (choque con lanza pesada) hariacutea necesaria una sujecioacuten maacutes firme para evitar quedar descabalgado asiacute como un maacutes eficiente reparto del peso sobre el lomo y los costados del caballo Este tipo de sillas es visible tambieacuten sobre los caballos de los clibanarios sasaacutenidas que aparecen en el relieve de Firu-zabad68 En segundo lugar estaacute la cuestioacuten en torno a si las monturas de los catafractii romanos del s II y comienzos del III dC llevaban alguacuten tipo de proteccioacuten y cuaacuten completa era esta En este sentido se han lanzado diver-sas propuestas e hipoacutetesis por una parte aquellos que consideran que los ca-tafractii romanos probablemente no emplearon proteccioacuten para sus monturas al menos no en la forma casi sistemaacutetica y masiva que caracterizaba a la ca-balleriacutea pesada parta y que caracterizariacutea maacutes tarde a la sasaacutenida y a la pro-pia caballeriacutea pesada romana bajoimperial en este sentido los catafractii del ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta no seriacutean sino contarii pesada-mente protegidos pero cuyas monturas no portariacutean proteccioacuten alguna fuera de lo comuacuten hasta el momento en el ejeacutercito romano69 otros han propuesto un teacutermino medio sostenido en base a la influencia saacutermata en la creacioacuten y equipamiento de la caballeriacutea pesada romana Es eacuteste el caso de Mielczarek Negin y Lebedynsky entre otros quienes consideran que los catafractii ro-manos no emplearon la protecciones pesadas y o maacutes o menos completas pa-ra sus monturas en el sentido sistemaacutetico que se puede observar en la tradi-cioacuten militar parta o persa sino que emplearon protecciones maacutes limitadas y sobre todo aplicadas a secciones concretas de estas unidades por ejemplo entre aquellos soldados destinados a formar la vanguardia de choque de la formacioacuten o simplemente entre los oficiales70 entre la mayor parte de los autores consagrados al estudio del armamento romano y en particular de la

67 DIXON STEPHENSON 2003 p 59 68 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 p 45 MIELCZAREK 1993 pp 81-82 69 EADIE 1967 pp 166-168 70 MIELCZAREK 1993 pp 74-81 NEGIN 1998 p 74 LEBEDYNSKY 2002 p 237-238

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caballeriacutea existe un acuerdo taacutecito en reconocer el uso por parte de la ca-balleriacutea pesada romana de protecciones metaacutelicas Sin embargo en general o no llegan a un acuerdo en torno a su empleo por parte de las primeras uni-dades de catafractii o se limitan a constatar que los restos arqueoloacutegicos de protecciones equinas pesadas (particularmente las halladas en Dura-Europos) datan en principio del s III dC sin entrar en mayores debates71 finalmente estaacuten aquellos autores que dan simplemente por sentada la asociacioacuten entre el teacutermino catafractii y una proteccioacuten maacutes o menos completa y extendida a la inmensa mayoriacutea (al menos) de las monturas de estas unidades en cual-quier momento desde su creacioacuten72 pero especialmente a partir del s III dC73

En general todas estas corrientes tienden a coincidir en sentildealar que las armaduras pesadas para caballos en el ejeacutercito romano no empezaron a utili-zarse de forma extendida para la caballeriacutea pesada hasta el s III dC De nue-vo el debate se centra en torno a su uso durante el s II dC justo en el mo-mento de la creacioacuten de las primeras unidades de catafractii y particular-mente a causa de la falta de pruebas concluyentes Si se hizo uso de dichas protecciones ya en el s III dC iquestpor queacute razoacuten negar su uso en una fase an-terior aunque eacuteste no fuera un uso generalizado Particularmente preferimos adscribirnos a la tendencia representada por Mielczarek Negin y Lebedyns-ky entre otros autores considerando que los miembros de la uacutenica unidad de caballeriacutea pesada acorazada romana conocida para el s II dC el ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta (y por tanto otras unidades del mismo tipo auacuten por conocer) emplearon protecciones metaacutelicas maacutes o menos pesa-das para sus monturas de un modo ocasional limitado a secciones especiales de la unidad o a la oficialidad siguiendo la corriente de influencia saacutermata Estas protecciones se generalizariacutean a lo largo del s III dC probablemente bajo una mayor influencia de la tradicioacuten militar parta y ante todo sasaacutenida hasta constituir las unidades pesadas del Bajo Imperio que seriacutean el germen de la posterior caballeriacutea pesada bizantina

Este tipo de protecciones incluiriacutea no soacutelo ya los chamfrons metaacutelicos sobradamente conocidos por la caballeriacutea romana de la eacutepoca (y empleados probablemente por los contarii) sino bardas compuestas por malla escamas de cuero o metaacutelicas o laacuteminas que como los ejemplares de Dura-Europos (ya descritos anteriormente) cubririacutean los flancos del caballo y buena parte

71 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-70 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

72 GOLDSWORTHY 1998 pp 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 y 20-21 73 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-322

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de la pechera del mismo74 Este tipo de protecciones probablemente incluiriacutea tambieacuten piezas especiacuteficas para proteger el frontal y la cerviz del animal has-ta la cabeza a semejanza quizaacutes de las empleadas por partos y sasaacutenidas en Oriente Estas piezas particularmente para la cerviz del caballo se han en-contrado tambieacuten en Dura-Europos elaboradas en malla y lazadas mediante correas de cuero75 De este modo si se quisiera proporcionar proteccioacuten tan soacutelo a los caballos de una parte de la unidad lo maacutes loacutegico seriacutea hacerlo con las monturas que marchariacutean en la vanguardia de la formacioacuten de choque y que deberiacutean absorber la fase maacutes violenta del impacto En este sentido las piezas de proteccioacuten maacutes uacutetiles no seriacutean las bardas laterales sino las pro-tecciones para pechera cerviz y cabeza las partes del cuerpo del caballo que quedariacutean expuestas al enemigo durante una carga en formacioacuten cerrada Al prescindir asiacute de las protecciones de los flancos no solo se seguiriacutea apor-tando una proteccioacuten uacutetil a las monturas maacutes expuestas de la unidad durante una accioacuten de combate sino que se estariacutea aligerando el peso que habriacutean de soportar durante la accioacuten reduciendo asiacute el riesgo de agotamiento de las mismas

Si la influencia saacutermata en el origen del contarius romano es maacutes o menos segura la cuestioacuten resulta menos clara para los catafractii Formal-mente un catafractus romano no se diferenciaba del contario saacutermata maacutes pesadamente armado maacutes que en la factura de determinadas partes de su equipamiento muchas de las cuales eran de tradicioacuten puramente romana y unas pocas (como las protecciones maacutes pesadas para las piernas) devendriacutean de tradiciones orientales Sin embargo el hecho de que en ninguacuten momento las fuentes literarias disponibles denominen a la caballeriacutea pesada saacutermata como catafractii y que las protecciones pesadas para caballos entre la mis-ma parezcan ser objeto de un uso tan heterogeacuteneo como vinculado al status y posibilidades econoacutemicas del jinete parece ser el principal punto (al menos inicialmente) de distanciamiento entre los lanceros acorazados saacutermatas y los catafractii romanos Ahora bien suponiendo que la creacioacuten de las unidades de catafractos romanos estuviera respondiendo a la caballeriacutea pesada parta iquestpor queacute esperoacute al s II dC Durante casi tres siglos de encuentros en los campos de batalla de Oriente el ejeacutercito romano no parecioacute tener necesidad alguna de emular a los catafractos y clibanarios partos Finalmente es en el contexto de las guerras daacutecicas y paacuterticas de Trajano y en el reinado de Adriano cuando los catafractii hacen su aparicioacuten en el ejeacutercito romano al-gunas deacutecadas maacutes tarde que los contarii y despueacutes de casi un siglo de con-

74 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-63 67 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

75 DIXON STEPHENSON 2003 p 114

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tacto con la caballeriacutea saacutermata De nuevo la coincidencia de variables parece hablar por siacute sola al igual que primero el contarius el catafractus parece ser una respuesta de la caballeriacutea romana a las refriegas habidas con los exce-lentes jinetes saacutermatas desde mediados del s I dC hipoacutetesis que secundan la mayor parte de los autores76 Cualquier posible influjo oriental en la com-posicioacuten de la primera caballeriacutea pesada romana respondioacute a la incorpora-cioacuten de elementos considerados de utilidad no encontrados en la tradicioacuten militar propiamente romana o saacutermata El incremento de este influjo mate-rializado quizaacutes en la intensificacioacuten y extensioacuten del uso de armaduras pe-sadas para caballos y en el importante desarrollo en general del arma de ca-balleriacutea pesada en Roma tendriacutea lugar ya entrado el s III dC quizaacutes no tanto de manos de los uacuteltimos coletazos del moribundo Imperio parto como del joven y eneacutergico Imperio persa sasaacutenida el cual llevariacutea el arma de ca-balleriacutea en el Oriente a nuevas cotas de desarrollo especializacioacuten en organi-zacioacuten equipamiento y taacutecticas77

Mencioacuten especial requiere la organizacioacuten del ala I Gallorum et Pan-noniorum catafracta No entraremos a resentildear aquiacute la naturaleza del ala como unidad militar del ejeacutercito romano ni la organizacioacuten y estructura de la caballeriacutea romana altoimperial sino un aspecto concreto del ala concreta objeto de nuestro estudio y que parece haber pasado desapercibido a la ma-yor parte de los autores Se trata del hecho de que dicha ala debioacute de ser compuesta en su origen por soldados de dos unidades distintas probable-mente tropas selectas Tal y como sentildeala su nombre el ala estaba compuesta por jinetes galos y panonios Mielczarek ha propuesto precisamente que ca-ra a la creacioacuten de esta unidad de catafractos probablemente se seleccionoacute a los mejores soldados de dos alas distintas posiblemente (seguacuten el parecer del propio Mielczarek) el ala I Pannoniorum y el ala I Gallorum Flaviana Aunque de momento no se trata sino de una hipoacutetesis parece razonable que cara a la primera unidad de caballeriacutea pesada romana (probablemente una unidad que tendriacutea en sus oriacutegenes un marcado caraacutecter ldquoexperimentalrdquo) se seleccionara a personal experimentado y de fiar lo que remarcariacutea el caraacutec-ter de eacutelite de este tipo de unidades

76 EADIE 1967 MIELCZAREK 1993 NEGIN 1998 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

LEBEDYNSKY 2002 77 EADIE 1967 pp 169-172 MICHALAK 1987 MIELCZAREK 1993 pp 63-67 NICOLLE

1996 WILCOX 2001 pp 24-35 FARROKH 2005

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Taacutecticas y limitaciones de la caballeriacutea pesada romana La caballeriacutea fue un arma especializada principalmente en una uacutenica

funcioacuten el ataque Un grupo de jinetes no puede establecer una posicioacuten de-fensiva y mantenerla de forma estaacutetica pues equivaldriacutea claramente a un suicidio en cualquier eacutepoca Cuando una unidad de caballeriacutea ha sido em-pleada con fines de defensa lo ha sido empleando fundamentalmente el ata-que es decir un contraataque

La principal ventaja de un jinete respecto del soldado de infanteriacutea ra-dica en tres puntos fundamentales la altura que le proporciona su montura la rapidez y potencia de la misma y el efecto psicoloacutegico que todo ello sus-cita en el infante El principal modo en que la caballeriacutea (y particularmente la caballeriacutea media y pesada) se enfrenta a la infanteriacutea (y a otras unidades como veremos) es la carga cuya finalidad es desfondar la formacioacuten ene-miga dispersaacutendola para coparla y destruirla o permitir a otras unidades aprovechar la brecha abierta Sin embargo contrariamente a lo que se suele pensar un caballo (o un grupo de caballos) no es capaz de embestir una for-macioacuten cerrada de infanteriacutea Un equino no es un toro ni se comporta como tal El caballo siempre se para antes de llegar a impactar contra un obstaacuteculo que considera no podraacute esquivar o saltar o donde no vea espacio alguno por donde penetrar En este sentido una formacioacuten de infanteriacutea pesada que fuera capaz de mantener su posicioacuten hasta el final teniacutea muchas posibilidades de rechazar una carga de caballeriacutea Existiacutean dos formas para evitar que esto sucediese de modo tal que la carga de caballeriacutea tuviese finalmente eacutexito hostigar a la formacioacuten de infanteriacutea de muacuteltiples modos (ataque con proyec-tiles ataques simulados apoyar a la caballeriacutea atacante con infanteriacutea o ar-tilleriacutea) o bien que un porcentaje suficiente de soldados enemigos no fuera capaz de soportar la tensioacuten psicoloacutegica de ver venir sobre ellos una carga de caballeriacutea y rompiera filas debilitando la formacioacuten desorganizaacutendola y abriendo brechas Como vemos el resultado de una carga de caballeriacutea de-pende maacutes del contexto y de la psicologiacutea que de la carga en siacute misma Sin embargo los nervios de acero necesarios para superar el instinto de autopro-teccioacuten (que nos llevariacutea a quitarnos inmediatamente de la trayectoria de los caballos y sus jinetes) no eran (ni son) un elemento comuacuten en los ejeacutercitos Pocas infanteriacuteas disponiacutean del adiestramiento y disciplina necesarios para mantener la posicioacuten y afrontar una auteacutentica estampida que a sus ojos cla-ramente amenazariacutea con arroyarla Entre tales excepciones se encontraba la

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infanteriacutea legionaria romana la cual soacutelo en determinadas circunstancias era realmente vulnerable a un ataque de caballeriacutea78

Las unidades de caballeriacutea pesada como catafractii y contarii eran un caso auacuten maacutes especial En primer lugar el contus permitiacutea al jinete arroyar a un infante enemigo virtualmente antes de que su montura se viera obligada a detener su marcha Por otra parte sus pesadas protecciones (y la de sus mon-turas al menos para una parte de los catafractii) les otorgaban una mayor se-guridad ante cualquier clase de contraataque enemigo (especialmente pro-yectiles) y una superior capacidad de asumir el riesgo del contacto con una formacioacuten enemiga demasiado firme Pero sobre todo les otorgaba una carga psicoloacutegica brutal la visioacuten de una ldquoparedrdquo blindada erizada de lanzas en auteacutentica formacioacuten de falange avanzando con premura directamente resulta-ba especialmente impactante a ojos de un soldado de infanteriacutea por muacuteltiples factores Ser arroyado por un caballo no es una perspectiva agradable ser arroyado por una marea de lanzas y caballos blindados es una perspectiva auacuten menos agradable Para incrementar la capacidad de penetracioacuten de este tipo de caballeriacutea se empleaban formaciones y ataques en profundidad fun-damentalmente columna y cuneuscuntildea En este sentido la formacioacuten podiacutea concentrar la fuerza de su carga en un frente estrecho que pudiera ser dirigi-do convenientemente contra el punto maacutes deacutebil de la formacioacuten a atacar in-cluso con la carga ya en curso Sin embargo la caballeriacutea pesada poseiacutea una desventaja potencial el enorme peso de su equipamiento reduciacutea la veloci-dad de su carga su maniobrabilidad y podiacutea agotar a sus caballos muy raacutepi-damente En este sentido podiacutean ser viacutectimas faacuteciles de unidades maacutes aacutegiles y raacutepidas o de un contraataque al teacutermino de una extenuante carga (exitosa o no) Por otra parte no estaban precisamente capacitados para realizar una re-tirada raacutepida con los caballos extenuados por el esfuerzo de cargar despla-zando sobre sus lomos a su jinete con su equipamiento y su propia pro-teccioacuten los catafractii podiacutean encontrarse en una situacioacuten realmente com-prometida si su ataque fracasaba y no se encontraban en posicioacuten de recibir apoyo inmediato de unidades aliadas capaces de protegerlos el tiempo nece-sario para maniobrar y salir del atolladero Otro peligro que desembocaba di-rectamente en el fracaso de la carga (y en las circunstancias antes descritas) era la posibilidad de que la formacioacuten perdiera su cohesioacuten durante la carga Para evitar esta circunstancia (y reducir la extenuacioacuten de los caballos) se procuraba no cargar a mayor velocidad que un trote ligero79

78 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

79 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 y 241 LEBEDYNSKY 2002 p 237 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

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A la hora de afrontar a otra caballeriacutea las circunstancias eran dife-rentes La caballeriacutea como especialista en ataque teniacutea tambieacuten la funcioacuten de neutralizar a la caballeriacutea del adversario negaacutendole asiacute la mayor parte de la iniciativa y ganando la oportunidad de flanquear sus formaciones y ata-carlas desde diversos puntos Un ejeacutercito cuya caballeriacutea abandonara el cam-po de batalla por otra parte aunque auacuten podiacutea imponerse mediante la fuerza de su infanteriacutea (si era capaz de rechazar el ataque de la caballeriacutea adversaria y de desalojar a su infanteriacutea) careceriacutea de cualquier posibilidad para explo-tar adecuadamente la victoria la caballeriacutea fue hasta la I Guerra Mundial la uacutenica arma capacitada para lanzar una persecucioacuten sobre una fuerza enemiga en retirada convirtiendo esta uacuteltima en una desbandada desorganizada y dis-poniendo asiacute de la oportunidad de transformar un ejeacutercito derrotado en un ejeacutercito destruido En este sentido la caballeriacutea no fue soacutelo una pieza taacutectica fundamental a la hora de la batalla sino una herramienta baacutesica de la estra-tegia a nivel global de cualquier conflicto a lo largo de unos tres milenios de historia militar

La infanteriacutea puede rechazar a la caballeriacutea pero nunca perseguirla (maniobra que equivaldriacutea a dar la ocasioacuten a los jinetes derrotados de dar media vuelta y lanzar un inesperado contraataque que convirtiera en desastre para la infanteriacutea lo que empezoacute siendo un eacutexito Las huidas fingidas como ya hemos sentildealado eran tambieacuten una interesante taacutectica a emplear por parte de la caballeriacutea para desorganizar una formacioacuten enemiga Sin embargo no era una taacutectica que entrara dentro del ldquomanual de instruccionesrdquo de la ca-balleriacutea maacutes pesada limitada como estaba en sus movimientos) Soacutelo la ca-balleriacutea podiacutea derrotar poner en fuga y destruir a otra caballeriacutea El modo de hacerlo sin embargo era materia delicada Una formacioacuten cerrada para ata-car a otra caballeriacutea resultaba inuacutetil y peligrosa era la mejor forma de que los propios caballos se rompieran los huesos al impactar a gran velocidad contra las monturas enemigas Normalmente y a lo largo de toda la existen-cia de la caballeriacutea de choque dos formaciones de caballeriacutea que cargan una contra otra a la espera de un combate mano a mano tienden a abrir sus liacuteneas para esquivar el choque frontal contra los caballos rivales Al producirse el choque el jinete tratariacutea de atacar con sus armas a su rival maacutes cercano a uno u otro lado intentando derribarle o herirle mortalmente En estas cir-cunstancias el contus sarmaticus vuelve a relucir por sus virtudes permitiacutea (al igual que la lanza de cometida medieval las lanzas de los huacutesares alados polacos o las lanzas de los ulanos austriacos o los cosacos rusos) golpear al jinete adversario antes de que eacuteste equipado con espada o con una lanza maacutes corta pudiese iniciar su propio ataque Una formacioacuten de contarii o de cata-fractii podiacutea asiacute arroyar faacutecilmente la vanguardia de la formacioacuten de caballe-

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riacutea enemiga neutralizando su ataque y desorganizando totalmente su forma-cioacuten Sin embargo cuando dos formaciones cargaban una contra la otra y llegaban a culminar completamente el choque el combate podiacutea derivar faacute-cilmente en una violenta y caoacutetica refriega En estas circunstancias las espa-das de hoja larga empleadas por la caballeriacutea romana y saacutermata eran particu-larmente esenciales asiacute como sus protecciones dado que un contus tendiacutea a partirse tras el primer o segundo impacto y a ser poco coacutemoda de utilizar cuando el combate se tornaba maacutes cercano En cualquier caso si una forma-cioacuten de catafractii no conseguiacutea imponerse durante el choque a la formacioacuten enemiga el agotamiento de sus monturas y su menor movilidad (sumada a la peacuterdida del orden en la formacioacuten inherente al inicio de la refriega) supon-driacutean una peligrosa situacioacuten en el caso de carecer de apoyo de otras unida-des (bien de caballeriacutea o de infanteriacutea) y de la que no podriacutean salir con mu-cha facilidad80

Tanto frente a otra caballeriacutea como frente a la infanteriacutea el respaldo de unidades de caballeriacutea maacutes ligeras y particularmente arqueros a caballo81 resultariacutea particularmente deseable antes del choque la caballeriacutea ligera po-driacutea hostigar con proyectiles a las formaciones enemigas creando brechas o desorganizaacutendolas y despueacutes del choque podriacutean apoyar a la caballeriacutea pe-sada durante la progresioacuten del combate cubrir su retirada o explotar su eacutexito continuando la persecucioacuten de un enemigo en fuga

Como vemos desde el punto de vista taacutectico y del empleo en el campo de batalla el eacutexito de la caballeriacutea pesada acorazada dependiacutea tanto o maacutes de las circunstancias el contexto y el apoyo que pudieran recibir que de sus propias virtudes Se trataba de unidades altamente especializadas que si que-daban desprotegidas o en situaciones comprometidas podiacutean ser faacutecilmente rechazadas desbandadas o destruidas No se trataba de fuerzas versaacutetiles y probablemente ello condicionoacute que su adopcioacuten y empleo generalizado por parte del ejeacutercito romano fuera tardiacuteo

CONCLUSIONES

El ejeacutercito romano se enfrentoacute durante casi dos siglos a la caballeriacutea

pesada desarrollada por las potencias orientales Tras reveses iniciales debi-dos maacutes a las circunstancias que a una auteacutentica incapacidad para afrontar el ataque de este tipo de caballeriacutea las legiones desarrollaron sus particulares contramedidas recorriendo las primeras deacutecadas de la historia del Alto Im-

80 DIXON SOUTHERN 1997 pp 141-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 235-244 MENEacuteNDEZ

ARGUumlIacuteN 2011 pp 322-324 81 DIXON SOUTHERN 1997 p 143

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perio imperturbables considerando del todo innecesario tomar como inno-vacioacuten un arma a la que eran capaces de batir los catafractos partos y arme-nios

Sin embargo hacia mediados del s I dC algo vino a trastocar este es-cenario en apariencia estable e inamovible de las estepas poacutenticas emergioacute no tanto una nueva arma como una nueva forma de combinar y emplear ar-mas y taacutecticas sobradamente conocidas Los haacutebiles jinetes saacutermatas dejaron atraacutes la claacutesica tradicioacuten militar esteparia basada en el uso del arquero a ca-ballo y la caballeriacutea ligera desarrollaron una nueva caballeriacutea pesada libre de la mayor parte de las debilidades de los pesados catafractos partos flexi-ble y dinaacutemica y capaz de luchar en conjuncioacuten perfecta con otras modali-dades de caballeriacutea como si de un uacutenico cuerpo se tratase A diferencia del catafractario parto el ldquocontariordquo saacutermata era un jinete armado maacutes o menos pesadamente seguacuten las circunstancias y sus propias posibilidades Al igual que su contrapartida parto o armenio el jinete pesado saacutermata aprovechaba al maacuteximo las virtudes de su arma definitoria el contus sarmaticus pero la combinaba con el uso de otras igualmente uacutetiles como la espada de hoja larga y el arco recurvado compuesto Su equipamiento defensivo careciacutea de la rigidez propia del catafracto parto tendiendo a ser sensiblemente maacutes li-gero sin perder las ventajas propias de una proteccioacuten completa y concien-zuda Este equipamiento defensivo ademaacutes podiacutea variar seguacuten las circuns-tancias y las necesidades taacutecticas de cada momento (y no solo exclusi-vamente en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete) Ello permitiacutea al jinete pesado saacutermata oscilar entre una caballeriacutea media pura y una caballeriacutea pesada de choque seguacuten las circunstancias Le convertiacutea en un arma flexible capaz de desempentildear diversos papeles en el campo de batalla y variarlos du-rante el combate mismo seguacuten sus necesidades En combinacioacuten con la habi-lidad natural de estos pueblos para la equitacioacuten y sus excelentes (y numero-sas) fuerzas de caballeriacutea ligera la caballeriacutea pesada saacutermata representaba una amenaza realmente seria y totalmente nueva

Desde la guerra civil del 68-69 dC hasta la paz firmada por Adriano con los saacutermatas roxolanos en 119 dC las legiones romanas y su caballeriacutea hubieron de hacer severos esfuerzos para imponerse a este nuevo enemigo en los campos de batalla actuase eacuteste en solitario o en conjuncioacuten con otros pueblos o Estados Las guerras daacutecicas de Domiciano (85-89 dC) y de Tra-jano (101-106 dC) fueron probablemente los puntos culminantes de esta coyuntura De los sangrientos encuentros habidos sobre las orillas del Danu-bio las colinas daacutecicas y las llanuras de la futura Hungriacutea el ejeacutercito romano extraeriacutea una dura leccioacuten que aprenderiacutea raacutepidamente y pondriacutea en creciente praacutectica con el paso de los antildeos cuando a comienzos del s III dC descen-

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diera el ocaso sobre las uacuteltimas luces legadas por la edad dorada de los Anto-ninos habiendo el Estado romano de afrontar las convulsiones de un mundo en paulatina transformacioacuten

A comienzos del s II dC a caballo entre los diacuteas de Trajano y Adria-no el ejeacutercito romano afrontoacute el laborioso proceso de aplicar buena parte de lo que habiacutea aprendido de manos de la caballeriacutea saacutermata El contus ya habiacutea sido adoptado conformando la primera caballeriacutea de choque especialista de la historia del Imperio A ella le seguiriacutean las protecciones pesadas para jine-tes asiacute como para caballos El ejeacutercito romano conociacutea de sobra los modelos orientales de caballeriacutea pesada y sin embargo en el primer siglo de existen-cia de este arma entre las filas romanas el modelo a seguir fue principal-mente saacutermata Los hechos hablan por siacute solos El ejeacutercito romano habiacutea en-contrado una innovacioacuten de intereacutes para su tradicioacuten militar y la incorporoacute raacutepidamente Las primeras unidades de caballeriacutea pesada acorazada romana llevaron nombres que aludiacutean a tradiciones orientales catafractii pero su ar-mamento y el fundamento de sus taacutecticas era una mezcla de aportaciones romanas y modelos saacutermatas Con la llegada del s III dC estas unidades se hariacutean cada vez maacutes necesarias y sobre la trayectoria marcada por los pio-neros de este arma se labrariacutea el desarrollo completo de la misma

La emersioacuten del Imperio persa sasaacutenida supuso la transformacioacuten re-novacioacuten y revitalizacioacuten del arma de caballeriacutea puramente oriental Los sa-saacutenidas llevaron a un nuevo paroxismo a la combinacioacuten de la caballeriacutea pe-sada y la caballeriacutea ligera de tradicioacuten oriental hasta el punto de que algunos tratadistas militares romanos como Amiano Marcelino llegaron a conside-rarlo como un arma praacutecticamente imbatible En palabras del propio Amiano [] catafractarii [] et sagitarii formidable genus armorum82 Probable-mente estas circunstancias forzaran (entre otros factores) no ya la expansioacuten del arma de caballeriacutea pesada (asiacute como del arquero a caballo) en el ejeacutercito romano de los siglos III y IV dC sino la asuncioacuten por parte de la misma de muacuteltiples elementos propios ya exclusivamente de la tradicioacuten militar irano-persa

La experiencia saacutermata quedoacute atraacutes sin embargo su importancia y la de los primeros prototipos de caballeriacutea pesada romana existentes en el Alto Imperio no debe menospreciarse Fueron la piedra fundadora los cimientos de una importante rama de la tradicioacuten militar romana posterior madre de la bizantina y de buena parte de las tradiciones militares de la posterior Europa medieval donde la caballeriacutea ostentariacutea durante siglos su particular supre-maciacutea En cierto modo puede decirse que la caballeriacutea saacutermata y las primeras

82 AMIANO MARCELINO 16 12 7

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unidades de caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano se encuentran entre las raiacute-ces de una tradicioacuten militar que llevoacute a la caballeriacutea a mantener la ilusioacuten de su reinado sobre los campos de batalla hasta el enloquecedor extremo de atravesar las trincheras y alambradas de la I Guerra Mundial y cargar sobre las divisiones panzer germanas en 1939

SELECCIOacuteN DE TEXTOS EPIGRAacuteFICOS RELATIVOS

83 Camerinum (Camerino) Regio VI Italia CIL XI 5632

M(arco) Maenio C(ai) f(ilio) Cor(nelia) Agrippae L(ucio) Tusidio Campestri hospiti divi Hadriani patri senatoris praef(ecto) coh(ortis) II Fl(aviae) Britton(um) equitat(ae) electo a divo Hadriano et misso in expeditionem Brittannicam trib(uno) coh(ortis) I Hispanor(um) equitat(ae) praef(ecto) alae I Gallor(um) et Pannonior(um) catafractatae proc(uratori) Aug(usti) praef(ecto) classis Brittannicae proc(uratori) provinciae Brittanniae equo publico patrono municipi(i) vicani Censorglacenses consecuti ab indulgentia Optimi Maximique Imp(eratoris) Antonini Aug(usti) Pii beneficio interpretationis eius privilegia quibus in p[e]rpetuum aucti confirmatique sunt l(ocus) d(atus) d(ecreto) d(ecurionum) g(ratis)

Ad Mediam (Mehadia) Dacia CIL XVI 110 = CIL III 886 = AE 1980 760

[Imp(erator) Caes(ar) divi Had]rian(i) f(ilius) divi Traiani [Parthici n(epos) divi Ne]rvae pron(epos) T(itus) Aelius [Hadrianus Ant]oninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) [max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII] imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae) [equit(ibus) et pedit(ibus)] qui mil(itaverunt) in alis III quae [appell(antur) Silia]n(a) et Gall(orum) et Pann(oniorum) [catafrac(taria) et F]ront(oniana) et coh(ortibus) XII I Ulp(ia) [Britton(um)] |(milliaria) et I Fl(avia) Ulp(ia) Hisp(anorum) |(milliaria) [et 3 I Ael(ia)] Gaesa(torum) |(milliaria) et I Aug(usta) Nerv() [|(milliaria) et I]I Britt(onum) |(milliaria) et I Hispan(orum) [--- e]t II Hisp(anorum) scutat(a) Cy[ren(aica) et ---]n() et VI Thrac(um) et sunt [in Dacia Poroliss]en(si) sub Macrinio [Vindice proc(uratore) qui]nq(ue) et vigint(i) stip[en(diis) emerit(is) dimis(sis) hon]est(a) miss(ione) quor(um) [nomin(a) subscripta s]unt civit(atem) Roman(am) [qui eor(um) non ha]b(erent) ded(it) et con(ubium) cum [uxor(ibus) quas tu]nc hab(uissent) cum est [civit(as) i(i)s dat(a) aut] cum i(i)s quas post(ea) [dux(issent) dumtax(at) si]ngulis [[Imp(erator) Caes(ar) divi Hadrian(i) f(ilius) divi Traiani Parthici n(epos) divi Nervae pron(epos) T(itus) Aelius Hadrianus Antoninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae)] [equit(ibus) et pedit(ibus) qui mil(itaverunt) in alis III ---] et vigint(i) stipend(iis) emerit(is) dimis(sis) honest(a) miss(ione) quor(um) nomin(a) subscript(a) sunt civit(atem) Roman(am) qui eor(um) non haber(ent) dedit et conub(ium) cum uxor(ibus) quas tunc habuis(sent) cum est civit(atem) i(is) dat(a) aut cum i(is) quas post(ea) dux(issent) dumtax(at) singulis a(nte) d(iem) V K(alendas) Oct(obres) Sex(to) Calpurnio Agricola Ti(berio) Claudio Iuliano co(n)s(ulibus) coh(ors) I Ulpia Britton(um) |(milliaria) cui

83 Tomados del Epigraphische Datenbank Clauss-Slaby httpwwwmanfredclauss de

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prae(e)st L(ucius) Nonius Bassus Picen(o) ex pedite Luonerco Molaci f(ilio) Britt(oni) descript(um) et recognit(um) ex tabul(a) aer(ea) quae fixa est Romae in mur(o) post templ(um) divi Aug(usti) ad Minervam

Tipasa (Tefessad) Mauretania Cesariense AE 1951 265 = AE 1955 133

D(is) M(anibus) Adiutoris eq(uitis) al(ae) pri(mae) Can(n)anafatium vi(xit) XXXXI m(ilitavit) an(nos) XXIII pro(curante) l(i)b(erto) ipsi(us) bene me(renti) Cabanus he(res) po(suit)

Savaria (Szombathely) Panonia Superior CIL III 4183

T(itus) Cnorius Sabinianus ex praef(ecto) alae Contariorum v(ir) e(gregius) et L(ucius) Val(erius) Verus dec(urio) c(oloniae) C(laudiae) Savar(iensium) sacerdotalis p(rovinciae) P(annoniae) s(uperioris) cryptam vi ignis exustam sumptibus suis refecerunt

Brigetio (Kornye) Panonia Superior CIL III 4278

D(is) M(anibus) Val(erio) Saturnino vet(erano) ex dup(licario) alae I Ulp(iae) Cont(ariorum) qui vixit an(nos) L et Val(erio) Sabino mil(iti) leg(ionis) I Ad(iutricis) stip(endiorum) III vixit an(nos) XXV filio Caes(ia) Digna marito et filio f(aciendum) c(uravit)

Apamea Siria AE 1987 955

Aur(elio) Basso quandam(sic) sig(nifero) al(ae) I Ulp(iae) (C)ontariorum stipendiorum VIII vixit annos XXVIIII XI Kal(endas) Maias Gallo et Volusiano consilibus() titulus positus a Marc(io) Cotum(sic) (d)ec(urione) al(ae) c(ivium) R(omanorum)

Apamea Siria AE 1993 1589

D(is) M(anibus) Iulius Valerianus eques alae I Ulp(iae) contariorum stip(endiorum) XXIII vixit annis XXXXVI Ulp(ius) Ingenu(us) dupl(icarius) alae eiusdem heres posuit b(ene) m(erenti)

Arrabona (Gyor) Panonia Superior CIL III 4379

D(is) M(anibus) Ulp(ius) Variu(s) Ore() vet(e)r(anus) ex stat(ore) al(a)e I Ulp(iae) Cont(ariorum) do(mo) Af(rica) vixs(it) ann(os) XLV et Ael(iae) Sabin(a)e fi(liae) vix(it) ann(os) X Ael(ia) Domitia con(iunx) et Ulp(ius) Sabinianus et Ulp(ius) [Cele]rinus et Sabi[nil]la fili(i) vivi cum [mat(re) pa]tri karis(simo) posuerunt

Sentpalpuszta Panonia Superior CIL III 11081 = AE 1899 3

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[D(is) M(anibus)] M(arcus) Aur(elius) [3]us vex(illarius) al(ae) p(rimae) C(ontariorum) Anto(ninianae) et Elv(iae) Bon(a)e c(oniugi) car(issimae) et f(iliae) Aur(eliae) Valerin(a)e et Ae(liae) Sabin(a)e et Elv(io) Verecundo an(norum) LXX Pulc(h)r(a)e() Suri an(norum) LX et Elv(io) Vitali an(norum) XVIII et Au(relio) Ma(n)suetiano an(norum) VII et Ae(lio) Florido M(arcus) Aur(elius) Valerianus sib(i) [et] su[i]s vivi f(ecit)

Roma CIL VI 1449 = AE 1967 16 = AE 196970 13

M(arco) Macrinio Avito M(arci) f(ilio) Claud(ia) Catonio Vindici co(n)s(uli) aug(uri) p(opuli) R(omani) Quiritium leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) prov(inciae) Moes(iae) inf(erioris) leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) Moes(iae) sup(erioris) cur(atori) civitat(is) Arimin(ensium) p[r]oc(uratori) prov(inciae) Dac(iae) Malv(ensis) praef(ecto) alae contar(iorum) praef(ecto) alae III Thrac(um) trib(uno) milit(um) leg(ionis) VI Victr(icis) praef(ecto) coh(ortis) VI Gall(orum) donat(o) donis mil(itaribus) in bello Germ(anico) ab Imp(eratore) M(arco) Aur(elio) Antonino Aug(usto) hast(is) pur(is) II et vexill(is) II cor(o)na mural(i) et vallar(i) Iunia Flaccinilla marito karissimo et Macrinia Rufina patri piissimo vixit annis XLII m(ensibus) V

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SELECCIOacuteN DE IMAacuteGENES

Fig 1 Relieve de la estela funeraria del eques Aduitor miembro del ala I Canninefatum (AE 1955

133) empuntildeando un contus sarmaticus por el lateral derecho de su montura DIXON SOUTHERN 1997 p 49

Fig 2

Grafito de Dura-Europos datado en torno a los ss II-III dC representando un catafracto parto romano o sasaacutenida JUNKELMANN 1992 p 197

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Fig 3 Las dos bardas de escamas metaacutelicas completas encontradas por Rostovzeff en las

excavaciones de Dura-Europos a lo largo de la campantildea de 1932-33 JUNKELMANN 1992 p 214

Fig 4 Relieves de Firuzabad (Iraacuten) representando a un clibanario persa sasaacutenida derribando a un

catafractarioclibanario parto s III dC Obseacutervese las bandas transversales que se ven en los brazos del jinete de la derecha que probablemente esteacuten representando un tipo de manica

WILCOX 2001 p 22

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Fig 5 Relieve de Firuzabad representando a unos catafractosclibanarios parto y sasaacutenida forcejeando

en combate cuerpo a cuerpo Ilustracioacuten de Wilcox 2001 p 23

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FIG 6 Catafractos partos del s I aC Obseacutervense las protecciones tipo manicae portadas por ambos

jinetes en los brazos El jinete de la derecha tambieacuten las lleva sobre las piernas A Mc Bride en WILCOX 2001

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Fig 7 Fragmentos de cotas de escamas y laacuteminas para armadura encontradas en enterramientos

saacutermatas de los ss I-III dC NEGIN 1998 p 70

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Fig 8 Estela de Athenios en Panticapea (Crimea Ucrania) donde se puede observar a un jinete (izqda) que parece montar un caballo protegido con una cota de escamas al igual que eacutel

NEGIN 1998 p 66

Fig 9 Reconstruccioacuten de un contario saacutermata (izqda) en accioacuten s II dC seguacuten G Embleton en

BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 10 Reconstruccioacuten el posible aspecto de un jinete pesado saacutermata y de la posible proteccioacuten de su

montura s II dC seguacuten G Embleton en BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 11 Reconstruccioacuten de un jinete pesado saacutermata equipado con una armadura compuesta ss I-II

dC seguacuten NEGIN 1998 p 73

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Fig 12 Casco romano tipo Russell Robinson tipo B basado en un ejemplar encontrado en Ely

(Cambridgeshire Reino Unido) ss I-II dC GOLDSWORTHY 1998 p 238

Fig 13

Casco romano tipo Rusell Robinson E basado en un hallazgo realizado en Hedderneim (Alemania) ss II-III GOLDSWORTHY 1998 p 238

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Fig 14

Reconstruccioacuten de un casco romano del tipo Niederbieber ss II-III dC seguacuten GILBERT 2010 p 136

Fig 15

Reconstruccioacuten de una variante del casco romano tipo Heddernheim con y sin maacutescara de proteccioacuten para el rostro ss II-III dC seguacuten ALEXANDRA GILBERT 2009 pp 24-26

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Fig 16 Fragmento de lorica squamata de escamas semi-riacutegidas s II dC

BISHOP COULSTON 1993 p 116

Fig 17 Silla de montar romana de cuatro cuernos seguacuten la reconstruccioacuten de P Connolly

DIXON SOUTHERN 1997 p 71

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Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

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Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

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Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

Recibido 17 mayo 2011 Aprobado 22 junio 2011

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anillo cuyo origen se encuentra entre las espadas del mismo tipo saacutermatas y del Reino del Boacutesforo49 Una daga el pugio romano aunque pueda parecer un arma mucho maacutes uacutetil para un soldado de infanteriacutea que para un jinete es especialmente adecuada para los combates maacutes encarnizadamente cercanos tales como los brutales forcejeos hombre a hombre que tras un encontronazo de caballeriacutea podiacutean darse Igualmente un jinete descabalgado encontrariacutea mucho maacutes adecuado un pugio a la hora de enfrentarse a la infanteriacutea ene-miga que su larga espada maacutes conveniente para el combate desde la silla de montar50 Si tenemos en cuenta que en determinadas circunstancias un conta-rius era particularmente vulnerable a los ataques (y a ser consecuentemente derribado) un pugio seriacutea un buen complemento a su panoplia

Respecto al equipo defensivo debemos descartar desde un principio (auacuten a riesgo de resultar redundantes) el uso de escudos dada la imposibi-lidad de emplearlos adecuadamente empuntildeando al mismo tiempo un contus cuyo uso ademaacutes se veriacutea gravemente estorbado En este sentido la pro-teccioacuten corporal se convertiriacutea en un imperativo maacutexime teniendo en cuenta las debilidades inherentes a un contarius en combate ya mencionadas Di-versos tipos de casco o galea estaban a la disposicioacuten del jinete romano Los cascos de caballeriacutea evolucionaron de un modo diferente a los de la infan-teriacutea desde eacutepoca de Augusto al fin y al cabo las necesidades de proteccioacuten y movilidad de un jinete y un infante eran distintas Hacia finales del s I dC los modelos preexistentes como el casco tipo Weiler empezaron a ser refor-zados en su parte frontal (un lugar propenso a recibir contundentes sablazos durante el choque entre dos formaciones de caballeriacutea) desembocando en nuevos modelos durante el s II dC tales como el Russell Robinson tipo B uno de cuyos principales ejemplos fue encontrado en Ely Cambridgeshire Entre sus principales caracteriacutesticas estaacute la ampliacioacuten de las carrilleras que envuelven buena parte de la cara asiacute como los oiacutedos dejando soacutelo al descu-bierto nariz ojos y boca Su refuerzo frontal es pronunciado y el cubrenuca se ampliacutea ligeramente Sin embargo los cubrenucas de los cascos de ca-balleriacutea nunca alcanzaraacuten extensiones superiores en caso de ser derribado un jinete con un casco de cubrenuca muy extenso (como en los cascos de in-fanteriacutea del s II dC) podiacutea partirse el cuello faacutecilmente En este sentido avanzado el s II dC los cubrenucas se atrofian de nuevo mientras que las carrilleras se ampliacutean auacuten maacutes asiacute como los refuerzos del yelmo En este sentido los mejores ejemplos son el casco de Kalkar-Houmlnnepel (s II dC) y especialmente el tipo Friedberg el Heddernheim y el Russell Robinson tipo

49 BISHOP COULSTON1993 pp111-112 LEBEDYNSKY 2002 pp 101-103 p 167 y p 240 DIXON STEPHENSON 2003 pp 75-78

50 DIXON STEPHENSON 2003 pp 90-92

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E datados ya a comienzos del s III dC Estos cascos se caracterizan por en-volver casi completamente la cara salvo una breve ldquotrdquo que deja al descu-bierto ojos nariz y parte de la boca Las carrilleras cubren toda la cara y los oiacutedos asiacute como buena parte del cuello en unioacuten al cubrenuca Una extensa visera se extiende desde el frontal reforzado del casco sirviendo para desviar auacuten mejor los golpes frontales El yelmo presenta refuerzos transversales que se cruzan en su parte superior y se extienden hasta los liacutemites del cubrenuca En su conjunto estos disentildeos de cascos proporcionan una buena proteccioacuten contra golpes realizados desde cualquier direccioacuten especialmente frontales laterales y sobre la parte superior de la cabeza dejando vulnerable soacutelo la parte estrictamente necesaria del rostro51 No trataremos aquiacute todaviacutea los cas-cos destinados en principio a la Hippikaacute Gymnasia pues su particular natu-raleza y en especial la utilidad protectora del rostro de sus maacutescaras seraacute ob-jeto de debate en torno al equipamiento de los catafractii

La proteccioacuten corporal resultariacutea igualmente esencial para un conta-rius sobre todo porque en posicioacuten de carga y sin escudo resultariacutea muy vul-nerable a cualquier contraataque que pudiera atravesar la formacioacuten de ca-balleriacutea erizada de lanzas En general las protecciones no deberiacutean resultar muy diferentes a las de cualquier otro equite medianamente pesado de la ca-balleriacutea romana La proteccioacuten maacutes sencilla y frecuente seriacutea la lorica hama-ta o cota de mallas de mangas cortas hombros reforzados con una doble ca-pa de mallas y faldelliacuten extenso hasta medio muslo A finales del s II dC la caballeriacutea empezariacutea a llevar loricae hamatae de mayor longitud llegando a rebasar codos y rodillas En cuanto a las loricae squamatae durante los ss I-II dC soliacutean ser de unas dimensiones semejantes a las hamatae de man-gas y faldelliacuten cortos (cuando no sin mangas) con dos placas pectorales de metal como complemento y una franja de pteryges sobre los muslos Con la entrada del s III dC la lorica squamata cambia y tiende a hacerse maacutes lar-ga En el s II dC se incorpora una innovacioacuten las escamas semi-riacutegidas maacutes amplias y cosidas unas junto a otras sobre una pieza de cuero de tal for-ma que conformaban una proteccioacuten riacutegida y maacutes soacutelida como el ejemplo de Waffenmagazin en Carnunto datado probablemente de eacutepoca pre-Antonina o Antonina temprana Las armaduras de laacuteminas elaboradas a partir de esca-mas de metal rectangulares y alargadas son raras en el mundo romano du-rante esta fase aunque existe alguacuten ejemplo aislado como el hallazgo de un fragmento datado en el s III dC en Čatalka52 Otros elementos podiacutean com-

51 BISHOP COULSTON 1993 pp 93-96 y 117-119 FREUGEgraveRE 1994 pp 104-121 DIXON

SOUTHERN 1997 pp 35-36 DIXON STEPHENSON 2003 pp 17-20 FIELDS 2006 pp 12-13 52 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-92 y 116-117 DIXON SOUTHERN 1997 pp 36-43

DIXON STEPHENSON 2003 pp 43-48 FIELDS 2006 pp 13-14

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pletar la proteccioacuten del contarius como la de cualquier otro equite especial-mente grebas de diverso tipo especialmente uacutetiles para proteger las vulnera-bles piernas del jinete53

Completariacutea el equipamiento de un contarius su montura asiacute como la silla y los arreos necesarios para controlarla y poder actuar en conjuncioacuten con ella En particular la silla compondriacutea un elemento clave del equipo de una caballeriacutea especializada en taacutecticas de choque ante la carencia de estri-bos sin una silla de montar adecuada un contarius podriacutea salir simplemente disparado por la grupa de su caballo a causa de la fuerza del impacto En este sentido las tentativas de reconstruccioacuten de las sillas de montar realizadas por Junkelmann y P Connolly han resultado de extremada utilidad para conocer hasta queacute punto la silla de montar romana conocida como ldquosilla de cuatro cuernosrdquo podiacutea suplir la carencia del estribo y permitir a un jinete realizar toda clase de maniobras a lomos de su caballo sin correr excesivo riesgo de caer desmontado Especialmente satisfactorios han sido en este sentido las experiencias realizadas por Connolly con su propuesta de silla de estructura riacutegida interna de madera respaldados sus resultados por otros autores como K Dixon o P Southern Aunque no es materia esencial de nuestro estudio el debate en torno a la particular naturaleza de las sillas de montar romanas sentildealaremos que estos autores (a cuya opinioacuten nos adscribimos) consideran que una silla de montar de entramado riacutegido interno responderiacutea mucho me-jor a las necesidades de un jinete carente de estribos que una sin dicho entra-mado Desde nuestro particular punto de vista consideramos que las necesi-dades de un jinete especializado en taacutecticas de choque acentuariacutean enorme-mente la necesidad de una silla con un buen entramado riacutegido capaz de absorber la fuerza del impacto y mantener al jinete soacutelidamente afincado so-bre el lomo de su montura sin riesgo de caer Igualmente la solidez del en-tramado y su capacidad para transferir el peso del jinete de la columna verte-bral del animal hacia sus flancos (con el consecuente beneficio para la salud del caballo) permitiriacutea transmitir la fuerza de la embestida de la montura ha-cia el propio jinete y su arma (en este caso el contus) concentrando la fuerza del impacto en el afilado extremo de eacutesta y maximizando de este modo la eficiencia de la carga54 Posiblemente las unidades de caballeriacutea maacutes pesadas (como los catafractii) emplearon sillas de montar cuyo entramado estariacutea maacutes desarrollado y hasta reforzado con elementos metaacutelicos55

53 DIXON STEPHENSON 2003 p 61 54 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 BISHOP COULSTON 1993 pp 105-108

MIELCZAREK 1993 pp 81-82 DIXON SOUTHERN 1997 pp 70-74 DIXON STEPHENSON 2003 pp 107-110 FIELDS 2006 pp 17-18

55 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 pp 44-45

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La posible proteccioacuten portada por la montura de un contarius proba-blemente no diferiacutea de la portada por las monturas de las unidades de ca-balleriacutea media del ejeacutercito romano especialmente si tenemos en cuenta que como tendremos oportunidad de analizar no estaacute ni tan siquiera claro que los caballos de los catafractii romanos portaran protecciones fuera de lo comuacuten respecto de otras unidades de caballeriacutea Por tanto el elemento de proteccioacuten maacutes pesado portado por el caballo de un contarius seriacutea un chamfron una proteccioacuten para la cabeza y ojos del animal que podiacutea ser tanto de cuero co-mo metaacutelica Se han encontrado diversos ejemplares de este tipo de protec-ciones los maacutes exuberantemente decorados considerados (en principio) como restringidos a su uso durante la Hippikaacute Gymnasia56 El principal papel de estas protecciones parece enfatizar la proteccioacuten de los ojos del caballo en tanto en cuanto se conocen ejemplos de chamfrons romanos que tan soacutelo protegen esta vulnerable parte de la cabeza del animal como los hallados en Mainz Alemania57

El armamento caracteriacutestico del contarius especialmente el contus se asemeja enormemente al equipamiento del jinete pesado saacutermata el cual en la mayor parte de los casos no era sino un jinete maacutes o menos bien protegido (en algunos casos pesadamente protegido) a lomos de un caballo que en la mayor parte de los casos no llevariacutea una proteccioacuten destacada La principal fuerza del jinete saacutermata radicariacutea en el uso del llamado contus sarmaticus Que los primeros testimonios de la existencia de contarii entre las filas de la caballeriacutea romana no date antes del 60 dC resulta igualmente significativo el encuentro del ejeacutercito romano con la caballeriacutea pesada de los saacutermatas roxolanos o yaacutecigos se produce precisamente en esas fechas No existen evi-dencias de un ldquoteacutermino mediordquo similar al contarius romano entre el arquero a caballo y el catafractoclibanario parto o sasaacutenida Los contrastes entre el jinete pesado saacutermata y el parto son evidentes no soacutelo en equipo militar sino en taacutecticas todo lo contrario sucede entre el jinete pesado saacutermata y el contarius romano en particular Resulta loacutegico por tanto pensar que el mo-delo en taacutecticas y equipamiento del contarius romano se encuentra entre los contarios de la caballeriacutea pesada saacutermata58

56 BISHOP COULSTON 1993 pp 105-108 DIXON SOUTHERN 1997 p 67 DIXON

STEPHENSON 2003 pp 111-112 FIELDS 2006 57 DIXON STEPHENSON 2003 p 112 58 EADIE 1967 pp 165-167 MIELCZAREK 1993 pp 99-102 NEGIN 1998 LEBEDYNSKY

2002 p 236

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El ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta A diferencia de lo que sucede con los contarii no disponemos de des-

cripciones pormenorizadas o representaciones graacuteficas expliacutecitas de cata-fractii del ejeacutercito romano59 Tan soacutelo el grafito de un catafracto hallado en Dura-Europos aporta alguacuten tipo de informacioacuten expliacutecita para reconstruir la posible imagen de lo que seriacutea un catafractus del ejeacutercito romano pese al hecho de que la ldquonacionalidadrdquo del catafracto representado en el grafito no estaacute nada clara

Como ya hemos sentildealado en apartados anteriores el propio nombre de catafractuscatafractii (asiacute como el posterior de clibanariusclibanarii) pone el acento en la defensa corporal metaacutelica de este tipo de soldados romanos o no romanos Sin embargo el equipamiento defensivo carece de sentido algu-no si no protege una funcioacuten ofensiva concreta En un contarius el eacutenfasis se situacutea en su capacidad ofensiva representada fundamentalmente por el contus sarmaticus como devastadora arma de choque en manos de una fuerza dise-ntildeada esencialmente para el ataque la caballeriacutea En un catafractus romano o parto y en sus homoacutelogos saacutermatas maacutes pesadamente equipados el elemen-to clave no es el poderoso equipo defensivo del jinete (y seguacuten queacute casos de su caballo) en solitario sino la conjuncioacuten de eacuteste con el poder devastador de su equipo ofensivo El catafractus representa asiacute la fuerza ofensiva del con-tarius puesta bajo una proteccioacuten concienzuda que la mantenga a salvo de la mayor parte de los contraataques

En este sentido el equipamiento ofensivo de un catafractus romano no se diferenciariacutea en nada sustancial del portado por un contarius Aparte de la fundamental y eficiente contus el catafractus no dejariacutea de portar un arma secundaria siendo de nuevo la maacutes eficiente la espada de hoja larga que en la tradicioacuten romana altoimperial se materializaba en la spatha en to-das sus variantes asiacute como en espadas de hoja larga de tradicioacuten saacutermata que ya presentamos anteriormente En cuanto a otras armas acaso el pugio pu-diera ser un complemento menos uacutetil para un jinete pesadamente protegido (y con una movilidad maacutes restringida en consecuencia) que para un conta-rius o un equite maacutes vulnerable pero con mayor libertad de movimientos Al fin y al cabo la funcioacuten de ataque baacutesica del catafractus no era sino la mis-ma que la del contarius aprovechar la ventaja de un arma de acometida como el contus para derribar a enemigos a pie o montados antes de poder re-cibir cualquier clase de contraataque cuerpo a cuerpo por parte de ellos Era precisamente su capacidad para mantenerse a salvo de buena parte de los

59 MIELCZAREK 1993 p 79

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contraataques (cercanos o de proyectil) lanzados contra ellos lo que conver-tiacutea a los catafractii en un arma auacuten maacutes devastadora y pesada que los conta-rii la fuerza devastadora de su ataque teniacutea muchas menos posibilidades de verse desbaratada durante la accioacuten si todo iba razonablemente bien60

Y es este elemento clave del catafractus romano la proteccioacuten corpo-ral uno de los puntos que mayores debates ha generado empezando por el yelmo propiamente dicho Un catafractus romano del s II y comienzos del s III dC empleariacutea una gama de cascos ligeramente distinta a los de un con-tarius por dos razones la primera de todas cronoloacutegica en base al hecho de que su aparicioacuten (en base a todas nuestras fuentes) no parece tener lugar has-ta la primera deacutecada del s II dC por lo que los disentildeos de cascos maacutes tiacutepi-cos del s I dC (como el tipo Weiler) no llegariacutean a ser usados por los cata-fractii romanos la segunda es puramente funcional en tanto en cuanto se es-perariacutea de un catafractus que fuera lo maacutes protegido posible Soacutelo los dise-ntildeos maacutes soacutelidos de yelmos romanos y de proteccioacuten maacutes completa entrariacutean a formar parte del equipo corriente de esta caballeriacutea pesada En este sentido resulta particularmente representativo el casco tipo Heddernheim o Russell Robinson tipo E el tipo Friedberg asiacute como los cronoloacutegicamente anteriores Kalkar-Houmlnnepel y Bodengraven Todos ellos ofreciacutean una excelente protec-cioacuten a todo el craacuteneo y el cuello Sin embargo todos ellos no podiacutean evitar dejar al descubierto ojos nariz y buena parte de la boca Teniendo en cuenta que el resto del cuerpo del jinete estariacutea tambieacuten razonablemente bien prote-gido la mejor forma de neutralizar a un catafractus en estas circunstancias era atacarle al rostro directamente Sean cuales sean las circunstancias (y lo que Hollywood nos haya intentado hacer creer) el instinto baacutesico de preser-vacioacuten de un ser humano le hace cerrar los ojos encoger o apartar brusca-mente la cabeza y (de ser necesario) protegerse con las manos y los brazos si intuye o siente una agresioacuten dirigida a la cara Se trata de un acto reflejo baacute-sico e instintivo que no se puede evitar La peacuterdida temporal del control so-bre la realidad visual y sobre las acciones del combate que esto produciriacutea podriacutea provocar (al menos durante ese corto espacio de tiempo) que el ldquoin-vulnerablerdquo catafractus dejara de ser una amenaza fallara el objetivo de su ataque dejara de prestar atencioacuten (en pos de su propia proteccioacuten) yo se convirtiera en un objetivo vulnerable durante ese tiempo En resumidas cuentas la proteccioacuten para la cara resultariacutea una pieza muy uacutetil para un sol-dado cuya fuerza residiera en una pesada proteccioacuten y una gran contundencia de ataque En este sentido se sabe que los catafractos y clibanarios partos y

60 MIELCZAREK 1993 p 81 BISHOP COULSTON 1993 pp 109-111 DIXON SOUTHERN 1997 p 76 GOLDSWORTHY 1998 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-321

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sasaacutenidas emplearon maacutescaras o ventails combinadas con sus cascos para completar su proteccioacuten dejando tan soacutelo los resquicios necesarios para res-pirar y ver (literalmente dos orificios del tamantildeos de los ojos asiacute como una apertura y perforaciones para permitir la ventilacioacuten a la altura de la boca y la nariz) sin que ello pareciera representar un inconveniente a la percepcioacuten del entorno en combate61 En la panoplia romana altoimperial los cascos con maacutescaras metaacutelicas (y las maacutescaras en siacute mismas) no son precisamente des-conocidos son aquellos inicialmente atribuidos a un uso en paradas y ejer-cicios militares especialmente la Hippikaacute Gymnasia Entre los ejemplos maacutes destacables podemos sentildealar el tipo Newstead (s I dC) asiacute como las varian-tes maacutes elaboradas y decoradas del Heddernheim En principio este tipo de cascos dada su profusa decoracioacuten y las supuestas limitaciones a la visibili-dad provocadas por la maacutescara estariacutean limitado en su uso a la Hippikaacute Gymnasia Sin embargo este tipo de cascos no era impedimento para un adecuado desenvolvimiento durante estos ejercicios que eran una muestra de destreza iquestPor queacute entonces habriacutean de resultar un estorbo en la batalla Las maacutescaras de la caballeriacutea parta no teniacutean una factura esencialmente diferente a las romanas (maacutes allaacute del plano puramente artiacutestico-estiliacutestico) y fueron usadas en combate con cierta asiduidad iquestPor queacute razoacuten los yelmos con maacutes-cara o maacutes probablemente las maacutescaras en siacute mismas combinadas con otros tipos de yelmos romanos de caballeriacutea conocidos no pudieron ser utilizados en combate tanto como en la Hippikaacute Gymnasia Hace casi dos deacutecadas Mielczarek ya lanzoacute una propuesta en semejante sentido al respecto de la ca-balleriacutea pesada romana poniendo en cuestioacuten su uso exclusivo en paradas y exhibiciones la cantidad de cascos con maacutescaras y maacutescaras aisladas vincu-ladas a la panoplia romana (y especialmente de la caballeriacutea) no parece res-ponder precisamente a un uso limitado a ocasiones especiales Diez antildeos maacutes tarde Dixon e I P Stephenson volvieron a retomar dichos plantea-mientos argumentando que determinados cascos empleados en la Plena y Baja Edad Media (como el sallet A82) limitaban la visibilidad tanto o maacutes que las maacutescaras inicialmente consideradas como limitadas a la Hippikaacute Gymnasia y sin embargo fueron empleados en combate62 En este sentido consideramos que posiblemente los maacutes ricamente decorados ejemplares no fueron objeto de uso en combate pero siacute que nos adscribimos a los plantea-mientos de los autores mencionados considerando no soacutelo probable sino ra-zonable que la maacutescara (y los cascos disentildeados especialmente para portarlas) formaran parte de la panoplia de los catafractii otorgaacutendoles la proteccioacuten necesaria para proteger el siempre vulnerable rostro

61 MIELCZAREK 1993 p 60 NEGIN 1998 pp 72-74 WILCOX 2001 p 10 62 MIELCZAREK 1993 p 81 DIXON STEPHENSON 2003 pp 20-24

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Un catafractus sin duda alguna portariacutea una buena proteccioacuten para el torso En este sentido hariacutea uso de las mismas protecciones antes menciona-das para los contarii como loricae hamatae y squamatae asiacute como las inno-vaciones propias de eacutepoca Antonina y Severa como las escamas semi-riacutegi-das y las poco comunes armaduras de laacuteminas como el aislado ejemplo del s III dC hallado en Čatalka63 Sin embargo si atendemos ahora al grafito de Dura-Europos el jinete representado no parece llevar un uacutenico tipo de pro-teccioacuten sobre su torso Las armaduras compuestas por varios tipos de loricae como hemos visto eran probablemente utilizadas ya por los saacutermatas Este tipo de proteccioacuten era tambieacuten conocida en el ejeacutercito romano si bien los ejemplos de la misma son limitados y no parece que su uso estuviera muy extendido (al igual que no parece que en el s II y a comienzos del s III dC los catafractii fueran un arma de extendido uso en Roma) Se denominaba lorica plumata teacutermino que al parecer designaba principalmente a armadu-ras compuestas por lorica squamata y hamata combinadas Esta combina-cioacuten parece ser la utilizada tambieacuten por los saacutermatas aunque su distribucioacuten sobre el cuerpo no se ha podido reconstruir convincentemente64 Al igual que el contarius el catafractus no portariacutea escudo tanto por serle imposible su debido aprovechamiento al empuntildear un contus como por el estorbo que su-pondriacutea al uso de esta uacuteltima La carencia de escudo quedariacutea suplida por lo pesado de su proteccioacuten corporal En este sentido destaca la manica una proteccioacuten construida con laacuteminas de metal (bronce o hierro) semiciliacutendricas unidas unas a otras en progresioacuten descendente del hombro hacia la mano la cual podiacutea proteger a su vez con guanteletes de malla de escamas o incluso una extensioacuten de la manica misma adaptada a la forma de la mano65 Com-pletariacutean la proteccioacuten de un catafractus unas grebas para sus piernas (la parte de su cuerpo maacutes al alcance de la infanteriacutea enemiga) si bien podiacutean disponer de protecciones maacutes pesadas que podiacutean llegar a cubrir muslos y pies recordando en su estructura a la manica empleada para proteger los bra-zos66 En ocasiones podriacutea emplearse tambieacuten protecciones especiacuteficas para el cuello especialmente pensadas para cubrir cualquier posible fisura entre el yelmo y la proteccioacuten del torso De este tipo de piezas se han encontrado al-gunos ejemplos como el de una tumba de Čatalka en Bulgaria datada en el

63 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-92 y 116-117 DIXON SOUTHERN 1997 pp 36-43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 43-48 FIELDS 2006 pp 13-14

64 MIELCZAREK 1993 pp 79-80 NEGIN 1998 pp 68-74 DIXON STEPHENSON 2003 pp 49-50 FIELDS 2006 pp 10-11

65 BISHOP COULSTON 1993 pp 87-91 DIXON STEPHENSON 2003 pp 55-58 66 DIXON SOUTHERN 1997 p 43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 61-63

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s II dC y consistente en un anillo de metal dividido en dos mitades unidas por un cinturoacuten de cuero y originalmente tintado en rojo67

El equipamiento de las monturas de los catafractii romanos es otro as-pecto poleacutemico quizaacutes el que maacutes En primer lugar respecto de las sillas de montar eacutestas responderiacutean probablemente al modelo presentado por Con-nolly pero a un tipo particular cuyo entramado riacutegido interno y cuernos es-tariacutean maacutes desarrollados planteando una sujecioacuten mucho maacutes riacutegida y firme Este tipo de sillas poseiacutea ademaacutes una estructura reforzada con elementos metaacutelicos Seguacuten Connolly y C Van Dryel Murray este tipo de sillas res-ponderiacutea especialmente a un uso por parte de unidades de caballeriacutea pesada donde el peso de la armadura del jinete sumada a su modalidad de combate (choque con lanza pesada) hariacutea necesaria una sujecioacuten maacutes firme para evitar quedar descabalgado asiacute como un maacutes eficiente reparto del peso sobre el lomo y los costados del caballo Este tipo de sillas es visible tambieacuten sobre los caballos de los clibanarios sasaacutenidas que aparecen en el relieve de Firu-zabad68 En segundo lugar estaacute la cuestioacuten en torno a si las monturas de los catafractii romanos del s II y comienzos del III dC llevaban alguacuten tipo de proteccioacuten y cuaacuten completa era esta En este sentido se han lanzado diver-sas propuestas e hipoacutetesis por una parte aquellos que consideran que los ca-tafractii romanos probablemente no emplearon proteccioacuten para sus monturas al menos no en la forma casi sistemaacutetica y masiva que caracterizaba a la ca-balleriacutea pesada parta y que caracterizariacutea maacutes tarde a la sasaacutenida y a la pro-pia caballeriacutea pesada romana bajoimperial en este sentido los catafractii del ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta no seriacutean sino contarii pesada-mente protegidos pero cuyas monturas no portariacutean proteccioacuten alguna fuera de lo comuacuten hasta el momento en el ejeacutercito romano69 otros han propuesto un teacutermino medio sostenido en base a la influencia saacutermata en la creacioacuten y equipamiento de la caballeriacutea pesada romana Es eacuteste el caso de Mielczarek Negin y Lebedynsky entre otros quienes consideran que los catafractii ro-manos no emplearon la protecciones pesadas y o maacutes o menos completas pa-ra sus monturas en el sentido sistemaacutetico que se puede observar en la tradi-cioacuten militar parta o persa sino que emplearon protecciones maacutes limitadas y sobre todo aplicadas a secciones concretas de estas unidades por ejemplo entre aquellos soldados destinados a formar la vanguardia de choque de la formacioacuten o simplemente entre los oficiales70 entre la mayor parte de los autores consagrados al estudio del armamento romano y en particular de la

67 DIXON STEPHENSON 2003 p 59 68 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 p 45 MIELCZAREK 1993 pp 81-82 69 EADIE 1967 pp 166-168 70 MIELCZAREK 1993 pp 74-81 NEGIN 1998 p 74 LEBEDYNSKY 2002 p 237-238

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caballeriacutea existe un acuerdo taacutecito en reconocer el uso por parte de la ca-balleriacutea pesada romana de protecciones metaacutelicas Sin embargo en general o no llegan a un acuerdo en torno a su empleo por parte de las primeras uni-dades de catafractii o se limitan a constatar que los restos arqueoloacutegicos de protecciones equinas pesadas (particularmente las halladas en Dura-Europos) datan en principio del s III dC sin entrar en mayores debates71 finalmente estaacuten aquellos autores que dan simplemente por sentada la asociacioacuten entre el teacutermino catafractii y una proteccioacuten maacutes o menos completa y extendida a la inmensa mayoriacutea (al menos) de las monturas de estas unidades en cual-quier momento desde su creacioacuten72 pero especialmente a partir del s III dC73

En general todas estas corrientes tienden a coincidir en sentildealar que las armaduras pesadas para caballos en el ejeacutercito romano no empezaron a utili-zarse de forma extendida para la caballeriacutea pesada hasta el s III dC De nue-vo el debate se centra en torno a su uso durante el s II dC justo en el mo-mento de la creacioacuten de las primeras unidades de catafractii y particular-mente a causa de la falta de pruebas concluyentes Si se hizo uso de dichas protecciones ya en el s III dC iquestpor queacute razoacuten negar su uso en una fase an-terior aunque eacuteste no fuera un uso generalizado Particularmente preferimos adscribirnos a la tendencia representada por Mielczarek Negin y Lebedyns-ky entre otros autores considerando que los miembros de la uacutenica unidad de caballeriacutea pesada acorazada romana conocida para el s II dC el ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta (y por tanto otras unidades del mismo tipo auacuten por conocer) emplearon protecciones metaacutelicas maacutes o menos pesa-das para sus monturas de un modo ocasional limitado a secciones especiales de la unidad o a la oficialidad siguiendo la corriente de influencia saacutermata Estas protecciones se generalizariacutean a lo largo del s III dC probablemente bajo una mayor influencia de la tradicioacuten militar parta y ante todo sasaacutenida hasta constituir las unidades pesadas del Bajo Imperio que seriacutean el germen de la posterior caballeriacutea pesada bizantina

Este tipo de protecciones incluiriacutea no soacutelo ya los chamfrons metaacutelicos sobradamente conocidos por la caballeriacutea romana de la eacutepoca (y empleados probablemente por los contarii) sino bardas compuestas por malla escamas de cuero o metaacutelicas o laacuteminas que como los ejemplares de Dura-Europos (ya descritos anteriormente) cubririacutean los flancos del caballo y buena parte

71 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-70 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

72 GOLDSWORTHY 1998 pp 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 y 20-21 73 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-322

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de la pechera del mismo74 Este tipo de protecciones probablemente incluiriacutea tambieacuten piezas especiacuteficas para proteger el frontal y la cerviz del animal has-ta la cabeza a semejanza quizaacutes de las empleadas por partos y sasaacutenidas en Oriente Estas piezas particularmente para la cerviz del caballo se han en-contrado tambieacuten en Dura-Europos elaboradas en malla y lazadas mediante correas de cuero75 De este modo si se quisiera proporcionar proteccioacuten tan soacutelo a los caballos de una parte de la unidad lo maacutes loacutegico seriacutea hacerlo con las monturas que marchariacutean en la vanguardia de la formacioacuten de choque y que deberiacutean absorber la fase maacutes violenta del impacto En este sentido las piezas de proteccioacuten maacutes uacutetiles no seriacutean las bardas laterales sino las pro-tecciones para pechera cerviz y cabeza las partes del cuerpo del caballo que quedariacutean expuestas al enemigo durante una carga en formacioacuten cerrada Al prescindir asiacute de las protecciones de los flancos no solo se seguiriacutea apor-tando una proteccioacuten uacutetil a las monturas maacutes expuestas de la unidad durante una accioacuten de combate sino que se estariacutea aligerando el peso que habriacutean de soportar durante la accioacuten reduciendo asiacute el riesgo de agotamiento de las mismas

Si la influencia saacutermata en el origen del contarius romano es maacutes o menos segura la cuestioacuten resulta menos clara para los catafractii Formal-mente un catafractus romano no se diferenciaba del contario saacutermata maacutes pesadamente armado maacutes que en la factura de determinadas partes de su equipamiento muchas de las cuales eran de tradicioacuten puramente romana y unas pocas (como las protecciones maacutes pesadas para las piernas) devendriacutean de tradiciones orientales Sin embargo el hecho de que en ninguacuten momento las fuentes literarias disponibles denominen a la caballeriacutea pesada saacutermata como catafractii y que las protecciones pesadas para caballos entre la mis-ma parezcan ser objeto de un uso tan heterogeacuteneo como vinculado al status y posibilidades econoacutemicas del jinete parece ser el principal punto (al menos inicialmente) de distanciamiento entre los lanceros acorazados saacutermatas y los catafractii romanos Ahora bien suponiendo que la creacioacuten de las unidades de catafractos romanos estuviera respondiendo a la caballeriacutea pesada parta iquestpor queacute esperoacute al s II dC Durante casi tres siglos de encuentros en los campos de batalla de Oriente el ejeacutercito romano no parecioacute tener necesidad alguna de emular a los catafractos y clibanarios partos Finalmente es en el contexto de las guerras daacutecicas y paacuterticas de Trajano y en el reinado de Adriano cuando los catafractii hacen su aparicioacuten en el ejeacutercito romano al-gunas deacutecadas maacutes tarde que los contarii y despueacutes de casi un siglo de con-

74 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-63 67 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

75 DIXON STEPHENSON 2003 p 114

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tacto con la caballeriacutea saacutermata De nuevo la coincidencia de variables parece hablar por siacute sola al igual que primero el contarius el catafractus parece ser una respuesta de la caballeriacutea romana a las refriegas habidas con los exce-lentes jinetes saacutermatas desde mediados del s I dC hipoacutetesis que secundan la mayor parte de los autores76 Cualquier posible influjo oriental en la com-posicioacuten de la primera caballeriacutea pesada romana respondioacute a la incorpora-cioacuten de elementos considerados de utilidad no encontrados en la tradicioacuten militar propiamente romana o saacutermata El incremento de este influjo mate-rializado quizaacutes en la intensificacioacuten y extensioacuten del uso de armaduras pe-sadas para caballos y en el importante desarrollo en general del arma de ca-balleriacutea pesada en Roma tendriacutea lugar ya entrado el s III dC quizaacutes no tanto de manos de los uacuteltimos coletazos del moribundo Imperio parto como del joven y eneacutergico Imperio persa sasaacutenida el cual llevariacutea el arma de ca-balleriacutea en el Oriente a nuevas cotas de desarrollo especializacioacuten en organi-zacioacuten equipamiento y taacutecticas77

Mencioacuten especial requiere la organizacioacuten del ala I Gallorum et Pan-noniorum catafracta No entraremos a resentildear aquiacute la naturaleza del ala como unidad militar del ejeacutercito romano ni la organizacioacuten y estructura de la caballeriacutea romana altoimperial sino un aspecto concreto del ala concreta objeto de nuestro estudio y que parece haber pasado desapercibido a la ma-yor parte de los autores Se trata del hecho de que dicha ala debioacute de ser compuesta en su origen por soldados de dos unidades distintas probable-mente tropas selectas Tal y como sentildeala su nombre el ala estaba compuesta por jinetes galos y panonios Mielczarek ha propuesto precisamente que ca-ra a la creacioacuten de esta unidad de catafractos probablemente se seleccionoacute a los mejores soldados de dos alas distintas posiblemente (seguacuten el parecer del propio Mielczarek) el ala I Pannoniorum y el ala I Gallorum Flaviana Aunque de momento no se trata sino de una hipoacutetesis parece razonable que cara a la primera unidad de caballeriacutea pesada romana (probablemente una unidad que tendriacutea en sus oriacutegenes un marcado caraacutecter ldquoexperimentalrdquo) se seleccionara a personal experimentado y de fiar lo que remarcariacutea el caraacutec-ter de eacutelite de este tipo de unidades

76 EADIE 1967 MIELCZAREK 1993 NEGIN 1998 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

LEBEDYNSKY 2002 77 EADIE 1967 pp 169-172 MICHALAK 1987 MIELCZAREK 1993 pp 63-67 NICOLLE

1996 WILCOX 2001 pp 24-35 FARROKH 2005

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Taacutecticas y limitaciones de la caballeriacutea pesada romana La caballeriacutea fue un arma especializada principalmente en una uacutenica

funcioacuten el ataque Un grupo de jinetes no puede establecer una posicioacuten de-fensiva y mantenerla de forma estaacutetica pues equivaldriacutea claramente a un suicidio en cualquier eacutepoca Cuando una unidad de caballeriacutea ha sido em-pleada con fines de defensa lo ha sido empleando fundamentalmente el ata-que es decir un contraataque

La principal ventaja de un jinete respecto del soldado de infanteriacutea ra-dica en tres puntos fundamentales la altura que le proporciona su montura la rapidez y potencia de la misma y el efecto psicoloacutegico que todo ello sus-cita en el infante El principal modo en que la caballeriacutea (y particularmente la caballeriacutea media y pesada) se enfrenta a la infanteriacutea (y a otras unidades como veremos) es la carga cuya finalidad es desfondar la formacioacuten ene-miga dispersaacutendola para coparla y destruirla o permitir a otras unidades aprovechar la brecha abierta Sin embargo contrariamente a lo que se suele pensar un caballo (o un grupo de caballos) no es capaz de embestir una for-macioacuten cerrada de infanteriacutea Un equino no es un toro ni se comporta como tal El caballo siempre se para antes de llegar a impactar contra un obstaacuteculo que considera no podraacute esquivar o saltar o donde no vea espacio alguno por donde penetrar En este sentido una formacioacuten de infanteriacutea pesada que fuera capaz de mantener su posicioacuten hasta el final teniacutea muchas posibilidades de rechazar una carga de caballeriacutea Existiacutean dos formas para evitar que esto sucediese de modo tal que la carga de caballeriacutea tuviese finalmente eacutexito hostigar a la formacioacuten de infanteriacutea de muacuteltiples modos (ataque con proyec-tiles ataques simulados apoyar a la caballeriacutea atacante con infanteriacutea o ar-tilleriacutea) o bien que un porcentaje suficiente de soldados enemigos no fuera capaz de soportar la tensioacuten psicoloacutegica de ver venir sobre ellos una carga de caballeriacutea y rompiera filas debilitando la formacioacuten desorganizaacutendola y abriendo brechas Como vemos el resultado de una carga de caballeriacutea de-pende maacutes del contexto y de la psicologiacutea que de la carga en siacute misma Sin embargo los nervios de acero necesarios para superar el instinto de autopro-teccioacuten (que nos llevariacutea a quitarnos inmediatamente de la trayectoria de los caballos y sus jinetes) no eran (ni son) un elemento comuacuten en los ejeacutercitos Pocas infanteriacuteas disponiacutean del adiestramiento y disciplina necesarios para mantener la posicioacuten y afrontar una auteacutentica estampida que a sus ojos cla-ramente amenazariacutea con arroyarla Entre tales excepciones se encontraba la

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infanteriacutea legionaria romana la cual soacutelo en determinadas circunstancias era realmente vulnerable a un ataque de caballeriacutea78

Las unidades de caballeriacutea pesada como catafractii y contarii eran un caso auacuten maacutes especial En primer lugar el contus permitiacutea al jinete arroyar a un infante enemigo virtualmente antes de que su montura se viera obligada a detener su marcha Por otra parte sus pesadas protecciones (y la de sus mon-turas al menos para una parte de los catafractii) les otorgaban una mayor se-guridad ante cualquier clase de contraataque enemigo (especialmente pro-yectiles) y una superior capacidad de asumir el riesgo del contacto con una formacioacuten enemiga demasiado firme Pero sobre todo les otorgaba una carga psicoloacutegica brutal la visioacuten de una ldquoparedrdquo blindada erizada de lanzas en auteacutentica formacioacuten de falange avanzando con premura directamente resulta-ba especialmente impactante a ojos de un soldado de infanteriacutea por muacuteltiples factores Ser arroyado por un caballo no es una perspectiva agradable ser arroyado por una marea de lanzas y caballos blindados es una perspectiva auacuten menos agradable Para incrementar la capacidad de penetracioacuten de este tipo de caballeriacutea se empleaban formaciones y ataques en profundidad fun-damentalmente columna y cuneuscuntildea En este sentido la formacioacuten podiacutea concentrar la fuerza de su carga en un frente estrecho que pudiera ser dirigi-do convenientemente contra el punto maacutes deacutebil de la formacioacuten a atacar in-cluso con la carga ya en curso Sin embargo la caballeriacutea pesada poseiacutea una desventaja potencial el enorme peso de su equipamiento reduciacutea la veloci-dad de su carga su maniobrabilidad y podiacutea agotar a sus caballos muy raacutepi-damente En este sentido podiacutean ser viacutectimas faacuteciles de unidades maacutes aacutegiles y raacutepidas o de un contraataque al teacutermino de una extenuante carga (exitosa o no) Por otra parte no estaban precisamente capacitados para realizar una re-tirada raacutepida con los caballos extenuados por el esfuerzo de cargar despla-zando sobre sus lomos a su jinete con su equipamiento y su propia pro-teccioacuten los catafractii podiacutean encontrarse en una situacioacuten realmente com-prometida si su ataque fracasaba y no se encontraban en posicioacuten de recibir apoyo inmediato de unidades aliadas capaces de protegerlos el tiempo nece-sario para maniobrar y salir del atolladero Otro peligro que desembocaba di-rectamente en el fracaso de la carga (y en las circunstancias antes descritas) era la posibilidad de que la formacioacuten perdiera su cohesioacuten durante la carga Para evitar esta circunstancia (y reducir la extenuacioacuten de los caballos) se procuraba no cargar a mayor velocidad que un trote ligero79

78 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

79 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 y 241 LEBEDYNSKY 2002 p 237 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

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A la hora de afrontar a otra caballeriacutea las circunstancias eran dife-rentes La caballeriacutea como especialista en ataque teniacutea tambieacuten la funcioacuten de neutralizar a la caballeriacutea del adversario negaacutendole asiacute la mayor parte de la iniciativa y ganando la oportunidad de flanquear sus formaciones y ata-carlas desde diversos puntos Un ejeacutercito cuya caballeriacutea abandonara el cam-po de batalla por otra parte aunque auacuten podiacutea imponerse mediante la fuerza de su infanteriacutea (si era capaz de rechazar el ataque de la caballeriacutea adversaria y de desalojar a su infanteriacutea) careceriacutea de cualquier posibilidad para explo-tar adecuadamente la victoria la caballeriacutea fue hasta la I Guerra Mundial la uacutenica arma capacitada para lanzar una persecucioacuten sobre una fuerza enemiga en retirada convirtiendo esta uacuteltima en una desbandada desorganizada y dis-poniendo asiacute de la oportunidad de transformar un ejeacutercito derrotado en un ejeacutercito destruido En este sentido la caballeriacutea no fue soacutelo una pieza taacutectica fundamental a la hora de la batalla sino una herramienta baacutesica de la estra-tegia a nivel global de cualquier conflicto a lo largo de unos tres milenios de historia militar

La infanteriacutea puede rechazar a la caballeriacutea pero nunca perseguirla (maniobra que equivaldriacutea a dar la ocasioacuten a los jinetes derrotados de dar media vuelta y lanzar un inesperado contraataque que convirtiera en desastre para la infanteriacutea lo que empezoacute siendo un eacutexito Las huidas fingidas como ya hemos sentildealado eran tambieacuten una interesante taacutectica a emplear por parte de la caballeriacutea para desorganizar una formacioacuten enemiga Sin embargo no era una taacutectica que entrara dentro del ldquomanual de instruccionesrdquo de la ca-balleriacutea maacutes pesada limitada como estaba en sus movimientos) Soacutelo la ca-balleriacutea podiacutea derrotar poner en fuga y destruir a otra caballeriacutea El modo de hacerlo sin embargo era materia delicada Una formacioacuten cerrada para ata-car a otra caballeriacutea resultaba inuacutetil y peligrosa era la mejor forma de que los propios caballos se rompieran los huesos al impactar a gran velocidad contra las monturas enemigas Normalmente y a lo largo de toda la existen-cia de la caballeriacutea de choque dos formaciones de caballeriacutea que cargan una contra otra a la espera de un combate mano a mano tienden a abrir sus liacuteneas para esquivar el choque frontal contra los caballos rivales Al producirse el choque el jinete tratariacutea de atacar con sus armas a su rival maacutes cercano a uno u otro lado intentando derribarle o herirle mortalmente En estas cir-cunstancias el contus sarmaticus vuelve a relucir por sus virtudes permitiacutea (al igual que la lanza de cometida medieval las lanzas de los huacutesares alados polacos o las lanzas de los ulanos austriacos o los cosacos rusos) golpear al jinete adversario antes de que eacuteste equipado con espada o con una lanza maacutes corta pudiese iniciar su propio ataque Una formacioacuten de contarii o de cata-fractii podiacutea asiacute arroyar faacutecilmente la vanguardia de la formacioacuten de caballe-

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riacutea enemiga neutralizando su ataque y desorganizando totalmente su forma-cioacuten Sin embargo cuando dos formaciones cargaban una contra la otra y llegaban a culminar completamente el choque el combate podiacutea derivar faacute-cilmente en una violenta y caoacutetica refriega En estas circunstancias las espa-das de hoja larga empleadas por la caballeriacutea romana y saacutermata eran particu-larmente esenciales asiacute como sus protecciones dado que un contus tendiacutea a partirse tras el primer o segundo impacto y a ser poco coacutemoda de utilizar cuando el combate se tornaba maacutes cercano En cualquier caso si una forma-cioacuten de catafractii no conseguiacutea imponerse durante el choque a la formacioacuten enemiga el agotamiento de sus monturas y su menor movilidad (sumada a la peacuterdida del orden en la formacioacuten inherente al inicio de la refriega) supon-driacutean una peligrosa situacioacuten en el caso de carecer de apoyo de otras unida-des (bien de caballeriacutea o de infanteriacutea) y de la que no podriacutean salir con mu-cha facilidad80

Tanto frente a otra caballeriacutea como frente a la infanteriacutea el respaldo de unidades de caballeriacutea maacutes ligeras y particularmente arqueros a caballo81 resultariacutea particularmente deseable antes del choque la caballeriacutea ligera po-driacutea hostigar con proyectiles a las formaciones enemigas creando brechas o desorganizaacutendolas y despueacutes del choque podriacutean apoyar a la caballeriacutea pe-sada durante la progresioacuten del combate cubrir su retirada o explotar su eacutexito continuando la persecucioacuten de un enemigo en fuga

Como vemos desde el punto de vista taacutectico y del empleo en el campo de batalla el eacutexito de la caballeriacutea pesada acorazada dependiacutea tanto o maacutes de las circunstancias el contexto y el apoyo que pudieran recibir que de sus propias virtudes Se trataba de unidades altamente especializadas que si que-daban desprotegidas o en situaciones comprometidas podiacutean ser faacutecilmente rechazadas desbandadas o destruidas No se trataba de fuerzas versaacutetiles y probablemente ello condicionoacute que su adopcioacuten y empleo generalizado por parte del ejeacutercito romano fuera tardiacuteo

CONCLUSIONES

El ejeacutercito romano se enfrentoacute durante casi dos siglos a la caballeriacutea

pesada desarrollada por las potencias orientales Tras reveses iniciales debi-dos maacutes a las circunstancias que a una auteacutentica incapacidad para afrontar el ataque de este tipo de caballeriacutea las legiones desarrollaron sus particulares contramedidas recorriendo las primeras deacutecadas de la historia del Alto Im-

80 DIXON SOUTHERN 1997 pp 141-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 235-244 MENEacuteNDEZ

ARGUumlIacuteN 2011 pp 322-324 81 DIXON SOUTHERN 1997 p 143

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perio imperturbables considerando del todo innecesario tomar como inno-vacioacuten un arma a la que eran capaces de batir los catafractos partos y arme-nios

Sin embargo hacia mediados del s I dC algo vino a trastocar este es-cenario en apariencia estable e inamovible de las estepas poacutenticas emergioacute no tanto una nueva arma como una nueva forma de combinar y emplear ar-mas y taacutecticas sobradamente conocidas Los haacutebiles jinetes saacutermatas dejaron atraacutes la claacutesica tradicioacuten militar esteparia basada en el uso del arquero a ca-ballo y la caballeriacutea ligera desarrollaron una nueva caballeriacutea pesada libre de la mayor parte de las debilidades de los pesados catafractos partos flexi-ble y dinaacutemica y capaz de luchar en conjuncioacuten perfecta con otras modali-dades de caballeriacutea como si de un uacutenico cuerpo se tratase A diferencia del catafractario parto el ldquocontariordquo saacutermata era un jinete armado maacutes o menos pesadamente seguacuten las circunstancias y sus propias posibilidades Al igual que su contrapartida parto o armenio el jinete pesado saacutermata aprovechaba al maacuteximo las virtudes de su arma definitoria el contus sarmaticus pero la combinaba con el uso de otras igualmente uacutetiles como la espada de hoja larga y el arco recurvado compuesto Su equipamiento defensivo careciacutea de la rigidez propia del catafracto parto tendiendo a ser sensiblemente maacutes li-gero sin perder las ventajas propias de una proteccioacuten completa y concien-zuda Este equipamiento defensivo ademaacutes podiacutea variar seguacuten las circuns-tancias y las necesidades taacutecticas de cada momento (y no solo exclusi-vamente en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete) Ello permitiacutea al jinete pesado saacutermata oscilar entre una caballeriacutea media pura y una caballeriacutea pesada de choque seguacuten las circunstancias Le convertiacutea en un arma flexible capaz de desempentildear diversos papeles en el campo de batalla y variarlos du-rante el combate mismo seguacuten sus necesidades En combinacioacuten con la habi-lidad natural de estos pueblos para la equitacioacuten y sus excelentes (y numero-sas) fuerzas de caballeriacutea ligera la caballeriacutea pesada saacutermata representaba una amenaza realmente seria y totalmente nueva

Desde la guerra civil del 68-69 dC hasta la paz firmada por Adriano con los saacutermatas roxolanos en 119 dC las legiones romanas y su caballeriacutea hubieron de hacer severos esfuerzos para imponerse a este nuevo enemigo en los campos de batalla actuase eacuteste en solitario o en conjuncioacuten con otros pueblos o Estados Las guerras daacutecicas de Domiciano (85-89 dC) y de Tra-jano (101-106 dC) fueron probablemente los puntos culminantes de esta coyuntura De los sangrientos encuentros habidos sobre las orillas del Danu-bio las colinas daacutecicas y las llanuras de la futura Hungriacutea el ejeacutercito romano extraeriacutea una dura leccioacuten que aprenderiacutea raacutepidamente y pondriacutea en creciente praacutectica con el paso de los antildeos cuando a comienzos del s III dC descen-

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diera el ocaso sobre las uacuteltimas luces legadas por la edad dorada de los Anto-ninos habiendo el Estado romano de afrontar las convulsiones de un mundo en paulatina transformacioacuten

A comienzos del s II dC a caballo entre los diacuteas de Trajano y Adria-no el ejeacutercito romano afrontoacute el laborioso proceso de aplicar buena parte de lo que habiacutea aprendido de manos de la caballeriacutea saacutermata El contus ya habiacutea sido adoptado conformando la primera caballeriacutea de choque especialista de la historia del Imperio A ella le seguiriacutean las protecciones pesadas para jine-tes asiacute como para caballos El ejeacutercito romano conociacutea de sobra los modelos orientales de caballeriacutea pesada y sin embargo en el primer siglo de existen-cia de este arma entre las filas romanas el modelo a seguir fue principal-mente saacutermata Los hechos hablan por siacute solos El ejeacutercito romano habiacutea en-contrado una innovacioacuten de intereacutes para su tradicioacuten militar y la incorporoacute raacutepidamente Las primeras unidades de caballeriacutea pesada acorazada romana llevaron nombres que aludiacutean a tradiciones orientales catafractii pero su ar-mamento y el fundamento de sus taacutecticas era una mezcla de aportaciones romanas y modelos saacutermatas Con la llegada del s III dC estas unidades se hariacutean cada vez maacutes necesarias y sobre la trayectoria marcada por los pio-neros de este arma se labrariacutea el desarrollo completo de la misma

La emersioacuten del Imperio persa sasaacutenida supuso la transformacioacuten re-novacioacuten y revitalizacioacuten del arma de caballeriacutea puramente oriental Los sa-saacutenidas llevaron a un nuevo paroxismo a la combinacioacuten de la caballeriacutea pe-sada y la caballeriacutea ligera de tradicioacuten oriental hasta el punto de que algunos tratadistas militares romanos como Amiano Marcelino llegaron a conside-rarlo como un arma praacutecticamente imbatible En palabras del propio Amiano [] catafractarii [] et sagitarii formidable genus armorum82 Probable-mente estas circunstancias forzaran (entre otros factores) no ya la expansioacuten del arma de caballeriacutea pesada (asiacute como del arquero a caballo) en el ejeacutercito romano de los siglos III y IV dC sino la asuncioacuten por parte de la misma de muacuteltiples elementos propios ya exclusivamente de la tradicioacuten militar irano-persa

La experiencia saacutermata quedoacute atraacutes sin embargo su importancia y la de los primeros prototipos de caballeriacutea pesada romana existentes en el Alto Imperio no debe menospreciarse Fueron la piedra fundadora los cimientos de una importante rama de la tradicioacuten militar romana posterior madre de la bizantina y de buena parte de las tradiciones militares de la posterior Europa medieval donde la caballeriacutea ostentariacutea durante siglos su particular supre-maciacutea En cierto modo puede decirse que la caballeriacutea saacutermata y las primeras

82 AMIANO MARCELINO 16 12 7

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unidades de caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano se encuentran entre las raiacute-ces de una tradicioacuten militar que llevoacute a la caballeriacutea a mantener la ilusioacuten de su reinado sobre los campos de batalla hasta el enloquecedor extremo de atravesar las trincheras y alambradas de la I Guerra Mundial y cargar sobre las divisiones panzer germanas en 1939

SELECCIOacuteN DE TEXTOS EPIGRAacuteFICOS RELATIVOS

83 Camerinum (Camerino) Regio VI Italia CIL XI 5632

M(arco) Maenio C(ai) f(ilio) Cor(nelia) Agrippae L(ucio) Tusidio Campestri hospiti divi Hadriani patri senatoris praef(ecto) coh(ortis) II Fl(aviae) Britton(um) equitat(ae) electo a divo Hadriano et misso in expeditionem Brittannicam trib(uno) coh(ortis) I Hispanor(um) equitat(ae) praef(ecto) alae I Gallor(um) et Pannonior(um) catafractatae proc(uratori) Aug(usti) praef(ecto) classis Brittannicae proc(uratori) provinciae Brittanniae equo publico patrono municipi(i) vicani Censorglacenses consecuti ab indulgentia Optimi Maximique Imp(eratoris) Antonini Aug(usti) Pii beneficio interpretationis eius privilegia quibus in p[e]rpetuum aucti confirmatique sunt l(ocus) d(atus) d(ecreto) d(ecurionum) g(ratis)

Ad Mediam (Mehadia) Dacia CIL XVI 110 = CIL III 886 = AE 1980 760

[Imp(erator) Caes(ar) divi Had]rian(i) f(ilius) divi Traiani [Parthici n(epos) divi Ne]rvae pron(epos) T(itus) Aelius [Hadrianus Ant]oninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) [max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII] imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae) [equit(ibus) et pedit(ibus)] qui mil(itaverunt) in alis III quae [appell(antur) Silia]n(a) et Gall(orum) et Pann(oniorum) [catafrac(taria) et F]ront(oniana) et coh(ortibus) XII I Ulp(ia) [Britton(um)] |(milliaria) et I Fl(avia) Ulp(ia) Hisp(anorum) |(milliaria) [et 3 I Ael(ia)] Gaesa(torum) |(milliaria) et I Aug(usta) Nerv() [|(milliaria) et I]I Britt(onum) |(milliaria) et I Hispan(orum) [--- e]t II Hisp(anorum) scutat(a) Cy[ren(aica) et ---]n() et VI Thrac(um) et sunt [in Dacia Poroliss]en(si) sub Macrinio [Vindice proc(uratore) qui]nq(ue) et vigint(i) stip[en(diis) emerit(is) dimis(sis) hon]est(a) miss(ione) quor(um) [nomin(a) subscripta s]unt civit(atem) Roman(am) [qui eor(um) non ha]b(erent) ded(it) et con(ubium) cum [uxor(ibus) quas tu]nc hab(uissent) cum est [civit(as) i(i)s dat(a) aut] cum i(i)s quas post(ea) [dux(issent) dumtax(at) si]ngulis [[Imp(erator) Caes(ar) divi Hadrian(i) f(ilius) divi Traiani Parthici n(epos) divi Nervae pron(epos) T(itus) Aelius Hadrianus Antoninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae)] [equit(ibus) et pedit(ibus) qui mil(itaverunt) in alis III ---] et vigint(i) stipend(iis) emerit(is) dimis(sis) honest(a) miss(ione) quor(um) nomin(a) subscript(a) sunt civit(atem) Roman(am) qui eor(um) non haber(ent) dedit et conub(ium) cum uxor(ibus) quas tunc habuis(sent) cum est civit(atem) i(is) dat(a) aut cum i(is) quas post(ea) dux(issent) dumtax(at) singulis a(nte) d(iem) V K(alendas) Oct(obres) Sex(to) Calpurnio Agricola Ti(berio) Claudio Iuliano co(n)s(ulibus) coh(ors) I Ulpia Britton(um) |(milliaria) cui

83 Tomados del Epigraphische Datenbank Clauss-Slaby httpwwwmanfredclauss de

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prae(e)st L(ucius) Nonius Bassus Picen(o) ex pedite Luonerco Molaci f(ilio) Britt(oni) descript(um) et recognit(um) ex tabul(a) aer(ea) quae fixa est Romae in mur(o) post templ(um) divi Aug(usti) ad Minervam

Tipasa (Tefessad) Mauretania Cesariense AE 1951 265 = AE 1955 133

D(is) M(anibus) Adiutoris eq(uitis) al(ae) pri(mae) Can(n)anafatium vi(xit) XXXXI m(ilitavit) an(nos) XXIII pro(curante) l(i)b(erto) ipsi(us) bene me(renti) Cabanus he(res) po(suit)

Savaria (Szombathely) Panonia Superior CIL III 4183

T(itus) Cnorius Sabinianus ex praef(ecto) alae Contariorum v(ir) e(gregius) et L(ucius) Val(erius) Verus dec(urio) c(oloniae) C(laudiae) Savar(iensium) sacerdotalis p(rovinciae) P(annoniae) s(uperioris) cryptam vi ignis exustam sumptibus suis refecerunt

Brigetio (Kornye) Panonia Superior CIL III 4278

D(is) M(anibus) Val(erio) Saturnino vet(erano) ex dup(licario) alae I Ulp(iae) Cont(ariorum) qui vixit an(nos) L et Val(erio) Sabino mil(iti) leg(ionis) I Ad(iutricis) stip(endiorum) III vixit an(nos) XXV filio Caes(ia) Digna marito et filio f(aciendum) c(uravit)

Apamea Siria AE 1987 955

Aur(elio) Basso quandam(sic) sig(nifero) al(ae) I Ulp(iae) (C)ontariorum stipendiorum VIII vixit annos XXVIIII XI Kal(endas) Maias Gallo et Volusiano consilibus() titulus positus a Marc(io) Cotum(sic) (d)ec(urione) al(ae) c(ivium) R(omanorum)

Apamea Siria AE 1993 1589

D(is) M(anibus) Iulius Valerianus eques alae I Ulp(iae) contariorum stip(endiorum) XXIII vixit annis XXXXVI Ulp(ius) Ingenu(us) dupl(icarius) alae eiusdem heres posuit b(ene) m(erenti)

Arrabona (Gyor) Panonia Superior CIL III 4379

D(is) M(anibus) Ulp(ius) Variu(s) Ore() vet(e)r(anus) ex stat(ore) al(a)e I Ulp(iae) Cont(ariorum) do(mo) Af(rica) vixs(it) ann(os) XLV et Ael(iae) Sabin(a)e fi(liae) vix(it) ann(os) X Ael(ia) Domitia con(iunx) et Ulp(ius) Sabinianus et Ulp(ius) [Cele]rinus et Sabi[nil]la fili(i) vivi cum [mat(re) pa]tri karis(simo) posuerunt

Sentpalpuszta Panonia Superior CIL III 11081 = AE 1899 3

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[D(is) M(anibus)] M(arcus) Aur(elius) [3]us vex(illarius) al(ae) p(rimae) C(ontariorum) Anto(ninianae) et Elv(iae) Bon(a)e c(oniugi) car(issimae) et f(iliae) Aur(eliae) Valerin(a)e et Ae(liae) Sabin(a)e et Elv(io) Verecundo an(norum) LXX Pulc(h)r(a)e() Suri an(norum) LX et Elv(io) Vitali an(norum) XVIII et Au(relio) Ma(n)suetiano an(norum) VII et Ae(lio) Florido M(arcus) Aur(elius) Valerianus sib(i) [et] su[i]s vivi f(ecit)

Roma CIL VI 1449 = AE 1967 16 = AE 196970 13

M(arco) Macrinio Avito M(arci) f(ilio) Claud(ia) Catonio Vindici co(n)s(uli) aug(uri) p(opuli) R(omani) Quiritium leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) prov(inciae) Moes(iae) inf(erioris) leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) Moes(iae) sup(erioris) cur(atori) civitat(is) Arimin(ensium) p[r]oc(uratori) prov(inciae) Dac(iae) Malv(ensis) praef(ecto) alae contar(iorum) praef(ecto) alae III Thrac(um) trib(uno) milit(um) leg(ionis) VI Victr(icis) praef(ecto) coh(ortis) VI Gall(orum) donat(o) donis mil(itaribus) in bello Germ(anico) ab Imp(eratore) M(arco) Aur(elio) Antonino Aug(usto) hast(is) pur(is) II et vexill(is) II cor(o)na mural(i) et vallar(i) Iunia Flaccinilla marito karissimo et Macrinia Rufina patri piissimo vixit annis XLII m(ensibus) V

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SELECCIOacuteN DE IMAacuteGENES

Fig 1 Relieve de la estela funeraria del eques Aduitor miembro del ala I Canninefatum (AE 1955

133) empuntildeando un contus sarmaticus por el lateral derecho de su montura DIXON SOUTHERN 1997 p 49

Fig 2

Grafito de Dura-Europos datado en torno a los ss II-III dC representando un catafracto parto romano o sasaacutenida JUNKELMANN 1992 p 197

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Fig 3 Las dos bardas de escamas metaacutelicas completas encontradas por Rostovzeff en las

excavaciones de Dura-Europos a lo largo de la campantildea de 1932-33 JUNKELMANN 1992 p 214

Fig 4 Relieves de Firuzabad (Iraacuten) representando a un clibanario persa sasaacutenida derribando a un

catafractarioclibanario parto s III dC Obseacutervese las bandas transversales que se ven en los brazos del jinete de la derecha que probablemente esteacuten representando un tipo de manica

WILCOX 2001 p 22

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Fig 5 Relieve de Firuzabad representando a unos catafractosclibanarios parto y sasaacutenida forcejeando

en combate cuerpo a cuerpo Ilustracioacuten de Wilcox 2001 p 23

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FIG 6 Catafractos partos del s I aC Obseacutervense las protecciones tipo manicae portadas por ambos

jinetes en los brazos El jinete de la derecha tambieacuten las lleva sobre las piernas A Mc Bride en WILCOX 2001

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Fig 7 Fragmentos de cotas de escamas y laacuteminas para armadura encontradas en enterramientos

saacutermatas de los ss I-III dC NEGIN 1998 p 70

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Fig 8 Estela de Athenios en Panticapea (Crimea Ucrania) donde se puede observar a un jinete (izqda) que parece montar un caballo protegido con una cota de escamas al igual que eacutel

NEGIN 1998 p 66

Fig 9 Reconstruccioacuten de un contario saacutermata (izqda) en accioacuten s II dC seguacuten G Embleton en

BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 10 Reconstruccioacuten el posible aspecto de un jinete pesado saacutermata y de la posible proteccioacuten de su

montura s II dC seguacuten G Embleton en BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 11 Reconstruccioacuten de un jinete pesado saacutermata equipado con una armadura compuesta ss I-II

dC seguacuten NEGIN 1998 p 73

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Fig 12 Casco romano tipo Russell Robinson tipo B basado en un ejemplar encontrado en Ely

(Cambridgeshire Reino Unido) ss I-II dC GOLDSWORTHY 1998 p 238

Fig 13

Casco romano tipo Rusell Robinson E basado en un hallazgo realizado en Hedderneim (Alemania) ss II-III GOLDSWORTHY 1998 p 238

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Fig 14

Reconstruccioacuten de un casco romano del tipo Niederbieber ss II-III dC seguacuten GILBERT 2010 p 136

Fig 15

Reconstruccioacuten de una variante del casco romano tipo Heddernheim con y sin maacutescara de proteccioacuten para el rostro ss II-III dC seguacuten ALEXANDRA GILBERT 2009 pp 24-26

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Fig 16 Fragmento de lorica squamata de escamas semi-riacutegidas s II dC

BISHOP COULSTON 1993 p 116

Fig 17 Silla de montar romana de cuatro cuernos seguacuten la reconstruccioacuten de P Connolly

DIXON SOUTHERN 1997 p 71

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Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

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Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

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Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

Recibido 17 mayo 2011 Aprobado 22 junio 2011

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E datados ya a comienzos del s III dC Estos cascos se caracterizan por en-volver casi completamente la cara salvo una breve ldquotrdquo que deja al descu-bierto ojos nariz y parte de la boca Las carrilleras cubren toda la cara y los oiacutedos asiacute como buena parte del cuello en unioacuten al cubrenuca Una extensa visera se extiende desde el frontal reforzado del casco sirviendo para desviar auacuten mejor los golpes frontales El yelmo presenta refuerzos transversales que se cruzan en su parte superior y se extienden hasta los liacutemites del cubrenuca En su conjunto estos disentildeos de cascos proporcionan una buena proteccioacuten contra golpes realizados desde cualquier direccioacuten especialmente frontales laterales y sobre la parte superior de la cabeza dejando vulnerable soacutelo la parte estrictamente necesaria del rostro51 No trataremos aquiacute todaviacutea los cas-cos destinados en principio a la Hippikaacute Gymnasia pues su particular natu-raleza y en especial la utilidad protectora del rostro de sus maacutescaras seraacute ob-jeto de debate en torno al equipamiento de los catafractii

La proteccioacuten corporal resultariacutea igualmente esencial para un conta-rius sobre todo porque en posicioacuten de carga y sin escudo resultariacutea muy vul-nerable a cualquier contraataque que pudiera atravesar la formacioacuten de ca-balleriacutea erizada de lanzas En general las protecciones no deberiacutean resultar muy diferentes a las de cualquier otro equite medianamente pesado de la ca-balleriacutea romana La proteccioacuten maacutes sencilla y frecuente seriacutea la lorica hama-ta o cota de mallas de mangas cortas hombros reforzados con una doble ca-pa de mallas y faldelliacuten extenso hasta medio muslo A finales del s II dC la caballeriacutea empezariacutea a llevar loricae hamatae de mayor longitud llegando a rebasar codos y rodillas En cuanto a las loricae squamatae durante los ss I-II dC soliacutean ser de unas dimensiones semejantes a las hamatae de man-gas y faldelliacuten cortos (cuando no sin mangas) con dos placas pectorales de metal como complemento y una franja de pteryges sobre los muslos Con la entrada del s III dC la lorica squamata cambia y tiende a hacerse maacutes lar-ga En el s II dC se incorpora una innovacioacuten las escamas semi-riacutegidas maacutes amplias y cosidas unas junto a otras sobre una pieza de cuero de tal for-ma que conformaban una proteccioacuten riacutegida y maacutes soacutelida como el ejemplo de Waffenmagazin en Carnunto datado probablemente de eacutepoca pre-Antonina o Antonina temprana Las armaduras de laacuteminas elaboradas a partir de esca-mas de metal rectangulares y alargadas son raras en el mundo romano du-rante esta fase aunque existe alguacuten ejemplo aislado como el hallazgo de un fragmento datado en el s III dC en Čatalka52 Otros elementos podiacutean com-

51 BISHOP COULSTON 1993 pp 93-96 y 117-119 FREUGEgraveRE 1994 pp 104-121 DIXON

SOUTHERN 1997 pp 35-36 DIXON STEPHENSON 2003 pp 17-20 FIELDS 2006 pp 12-13 52 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-92 y 116-117 DIXON SOUTHERN 1997 pp 36-43

DIXON STEPHENSON 2003 pp 43-48 FIELDS 2006 pp 13-14

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pletar la proteccioacuten del contarius como la de cualquier otro equite especial-mente grebas de diverso tipo especialmente uacutetiles para proteger las vulnera-bles piernas del jinete53

Completariacutea el equipamiento de un contarius su montura asiacute como la silla y los arreos necesarios para controlarla y poder actuar en conjuncioacuten con ella En particular la silla compondriacutea un elemento clave del equipo de una caballeriacutea especializada en taacutecticas de choque ante la carencia de estri-bos sin una silla de montar adecuada un contarius podriacutea salir simplemente disparado por la grupa de su caballo a causa de la fuerza del impacto En este sentido las tentativas de reconstruccioacuten de las sillas de montar realizadas por Junkelmann y P Connolly han resultado de extremada utilidad para conocer hasta queacute punto la silla de montar romana conocida como ldquosilla de cuatro cuernosrdquo podiacutea suplir la carencia del estribo y permitir a un jinete realizar toda clase de maniobras a lomos de su caballo sin correr excesivo riesgo de caer desmontado Especialmente satisfactorios han sido en este sentido las experiencias realizadas por Connolly con su propuesta de silla de estructura riacutegida interna de madera respaldados sus resultados por otros autores como K Dixon o P Southern Aunque no es materia esencial de nuestro estudio el debate en torno a la particular naturaleza de las sillas de montar romanas sentildealaremos que estos autores (a cuya opinioacuten nos adscribimos) consideran que una silla de montar de entramado riacutegido interno responderiacutea mucho me-jor a las necesidades de un jinete carente de estribos que una sin dicho entra-mado Desde nuestro particular punto de vista consideramos que las necesi-dades de un jinete especializado en taacutecticas de choque acentuariacutean enorme-mente la necesidad de una silla con un buen entramado riacutegido capaz de absorber la fuerza del impacto y mantener al jinete soacutelidamente afincado so-bre el lomo de su montura sin riesgo de caer Igualmente la solidez del en-tramado y su capacidad para transferir el peso del jinete de la columna verte-bral del animal hacia sus flancos (con el consecuente beneficio para la salud del caballo) permitiriacutea transmitir la fuerza de la embestida de la montura ha-cia el propio jinete y su arma (en este caso el contus) concentrando la fuerza del impacto en el afilado extremo de eacutesta y maximizando de este modo la eficiencia de la carga54 Posiblemente las unidades de caballeriacutea maacutes pesadas (como los catafractii) emplearon sillas de montar cuyo entramado estariacutea maacutes desarrollado y hasta reforzado con elementos metaacutelicos55

53 DIXON STEPHENSON 2003 p 61 54 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 BISHOP COULSTON 1993 pp 105-108

MIELCZAREK 1993 pp 81-82 DIXON SOUTHERN 1997 pp 70-74 DIXON STEPHENSON 2003 pp 107-110 FIELDS 2006 pp 17-18

55 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 pp 44-45

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La posible proteccioacuten portada por la montura de un contarius proba-blemente no diferiacutea de la portada por las monturas de las unidades de ca-balleriacutea media del ejeacutercito romano especialmente si tenemos en cuenta que como tendremos oportunidad de analizar no estaacute ni tan siquiera claro que los caballos de los catafractii romanos portaran protecciones fuera de lo comuacuten respecto de otras unidades de caballeriacutea Por tanto el elemento de proteccioacuten maacutes pesado portado por el caballo de un contarius seriacutea un chamfron una proteccioacuten para la cabeza y ojos del animal que podiacutea ser tanto de cuero co-mo metaacutelica Se han encontrado diversos ejemplares de este tipo de protec-ciones los maacutes exuberantemente decorados considerados (en principio) como restringidos a su uso durante la Hippikaacute Gymnasia56 El principal papel de estas protecciones parece enfatizar la proteccioacuten de los ojos del caballo en tanto en cuanto se conocen ejemplos de chamfrons romanos que tan soacutelo protegen esta vulnerable parte de la cabeza del animal como los hallados en Mainz Alemania57

El armamento caracteriacutestico del contarius especialmente el contus se asemeja enormemente al equipamiento del jinete pesado saacutermata el cual en la mayor parte de los casos no era sino un jinete maacutes o menos bien protegido (en algunos casos pesadamente protegido) a lomos de un caballo que en la mayor parte de los casos no llevariacutea una proteccioacuten destacada La principal fuerza del jinete saacutermata radicariacutea en el uso del llamado contus sarmaticus Que los primeros testimonios de la existencia de contarii entre las filas de la caballeriacutea romana no date antes del 60 dC resulta igualmente significativo el encuentro del ejeacutercito romano con la caballeriacutea pesada de los saacutermatas roxolanos o yaacutecigos se produce precisamente en esas fechas No existen evi-dencias de un ldquoteacutermino mediordquo similar al contarius romano entre el arquero a caballo y el catafractoclibanario parto o sasaacutenida Los contrastes entre el jinete pesado saacutermata y el parto son evidentes no soacutelo en equipo militar sino en taacutecticas todo lo contrario sucede entre el jinete pesado saacutermata y el contarius romano en particular Resulta loacutegico por tanto pensar que el mo-delo en taacutecticas y equipamiento del contarius romano se encuentra entre los contarios de la caballeriacutea pesada saacutermata58

56 BISHOP COULSTON 1993 pp 105-108 DIXON SOUTHERN 1997 p 67 DIXON

STEPHENSON 2003 pp 111-112 FIELDS 2006 57 DIXON STEPHENSON 2003 p 112 58 EADIE 1967 pp 165-167 MIELCZAREK 1993 pp 99-102 NEGIN 1998 LEBEDYNSKY

2002 p 236

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El ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta A diferencia de lo que sucede con los contarii no disponemos de des-

cripciones pormenorizadas o representaciones graacuteficas expliacutecitas de cata-fractii del ejeacutercito romano59 Tan soacutelo el grafito de un catafracto hallado en Dura-Europos aporta alguacuten tipo de informacioacuten expliacutecita para reconstruir la posible imagen de lo que seriacutea un catafractus del ejeacutercito romano pese al hecho de que la ldquonacionalidadrdquo del catafracto representado en el grafito no estaacute nada clara

Como ya hemos sentildealado en apartados anteriores el propio nombre de catafractuscatafractii (asiacute como el posterior de clibanariusclibanarii) pone el acento en la defensa corporal metaacutelica de este tipo de soldados romanos o no romanos Sin embargo el equipamiento defensivo carece de sentido algu-no si no protege una funcioacuten ofensiva concreta En un contarius el eacutenfasis se situacutea en su capacidad ofensiva representada fundamentalmente por el contus sarmaticus como devastadora arma de choque en manos de una fuerza dise-ntildeada esencialmente para el ataque la caballeriacutea En un catafractus romano o parto y en sus homoacutelogos saacutermatas maacutes pesadamente equipados el elemen-to clave no es el poderoso equipo defensivo del jinete (y seguacuten queacute casos de su caballo) en solitario sino la conjuncioacuten de eacuteste con el poder devastador de su equipo ofensivo El catafractus representa asiacute la fuerza ofensiva del con-tarius puesta bajo una proteccioacuten concienzuda que la mantenga a salvo de la mayor parte de los contraataques

En este sentido el equipamiento ofensivo de un catafractus romano no se diferenciariacutea en nada sustancial del portado por un contarius Aparte de la fundamental y eficiente contus el catafractus no dejariacutea de portar un arma secundaria siendo de nuevo la maacutes eficiente la espada de hoja larga que en la tradicioacuten romana altoimperial se materializaba en la spatha en to-das sus variantes asiacute como en espadas de hoja larga de tradicioacuten saacutermata que ya presentamos anteriormente En cuanto a otras armas acaso el pugio pu-diera ser un complemento menos uacutetil para un jinete pesadamente protegido (y con una movilidad maacutes restringida en consecuencia) que para un conta-rius o un equite maacutes vulnerable pero con mayor libertad de movimientos Al fin y al cabo la funcioacuten de ataque baacutesica del catafractus no era sino la mis-ma que la del contarius aprovechar la ventaja de un arma de acometida como el contus para derribar a enemigos a pie o montados antes de poder re-cibir cualquier clase de contraataque cuerpo a cuerpo por parte de ellos Era precisamente su capacidad para mantenerse a salvo de buena parte de los

59 MIELCZAREK 1993 p 79

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contraataques (cercanos o de proyectil) lanzados contra ellos lo que conver-tiacutea a los catafractii en un arma auacuten maacutes devastadora y pesada que los conta-rii la fuerza devastadora de su ataque teniacutea muchas menos posibilidades de verse desbaratada durante la accioacuten si todo iba razonablemente bien60

Y es este elemento clave del catafractus romano la proteccioacuten corpo-ral uno de los puntos que mayores debates ha generado empezando por el yelmo propiamente dicho Un catafractus romano del s II y comienzos del s III dC empleariacutea una gama de cascos ligeramente distinta a los de un con-tarius por dos razones la primera de todas cronoloacutegica en base al hecho de que su aparicioacuten (en base a todas nuestras fuentes) no parece tener lugar has-ta la primera deacutecada del s II dC por lo que los disentildeos de cascos maacutes tiacutepi-cos del s I dC (como el tipo Weiler) no llegariacutean a ser usados por los cata-fractii romanos la segunda es puramente funcional en tanto en cuanto se es-perariacutea de un catafractus que fuera lo maacutes protegido posible Soacutelo los dise-ntildeos maacutes soacutelidos de yelmos romanos y de proteccioacuten maacutes completa entrariacutean a formar parte del equipo corriente de esta caballeriacutea pesada En este sentido resulta particularmente representativo el casco tipo Heddernheim o Russell Robinson tipo E el tipo Friedberg asiacute como los cronoloacutegicamente anteriores Kalkar-Houmlnnepel y Bodengraven Todos ellos ofreciacutean una excelente protec-cioacuten a todo el craacuteneo y el cuello Sin embargo todos ellos no podiacutean evitar dejar al descubierto ojos nariz y buena parte de la boca Teniendo en cuenta que el resto del cuerpo del jinete estariacutea tambieacuten razonablemente bien prote-gido la mejor forma de neutralizar a un catafractus en estas circunstancias era atacarle al rostro directamente Sean cuales sean las circunstancias (y lo que Hollywood nos haya intentado hacer creer) el instinto baacutesico de preser-vacioacuten de un ser humano le hace cerrar los ojos encoger o apartar brusca-mente la cabeza y (de ser necesario) protegerse con las manos y los brazos si intuye o siente una agresioacuten dirigida a la cara Se trata de un acto reflejo baacute-sico e instintivo que no se puede evitar La peacuterdida temporal del control so-bre la realidad visual y sobre las acciones del combate que esto produciriacutea podriacutea provocar (al menos durante ese corto espacio de tiempo) que el ldquoin-vulnerablerdquo catafractus dejara de ser una amenaza fallara el objetivo de su ataque dejara de prestar atencioacuten (en pos de su propia proteccioacuten) yo se convirtiera en un objetivo vulnerable durante ese tiempo En resumidas cuentas la proteccioacuten para la cara resultariacutea una pieza muy uacutetil para un sol-dado cuya fuerza residiera en una pesada proteccioacuten y una gran contundencia de ataque En este sentido se sabe que los catafractos y clibanarios partos y

60 MIELCZAREK 1993 p 81 BISHOP COULSTON 1993 pp 109-111 DIXON SOUTHERN 1997 p 76 GOLDSWORTHY 1998 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-321

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sasaacutenidas emplearon maacutescaras o ventails combinadas con sus cascos para completar su proteccioacuten dejando tan soacutelo los resquicios necesarios para res-pirar y ver (literalmente dos orificios del tamantildeos de los ojos asiacute como una apertura y perforaciones para permitir la ventilacioacuten a la altura de la boca y la nariz) sin que ello pareciera representar un inconveniente a la percepcioacuten del entorno en combate61 En la panoplia romana altoimperial los cascos con maacutescaras metaacutelicas (y las maacutescaras en siacute mismas) no son precisamente des-conocidos son aquellos inicialmente atribuidos a un uso en paradas y ejer-cicios militares especialmente la Hippikaacute Gymnasia Entre los ejemplos maacutes destacables podemos sentildealar el tipo Newstead (s I dC) asiacute como las varian-tes maacutes elaboradas y decoradas del Heddernheim En principio este tipo de cascos dada su profusa decoracioacuten y las supuestas limitaciones a la visibili-dad provocadas por la maacutescara estariacutean limitado en su uso a la Hippikaacute Gymnasia Sin embargo este tipo de cascos no era impedimento para un adecuado desenvolvimiento durante estos ejercicios que eran una muestra de destreza iquestPor queacute entonces habriacutean de resultar un estorbo en la batalla Las maacutescaras de la caballeriacutea parta no teniacutean una factura esencialmente diferente a las romanas (maacutes allaacute del plano puramente artiacutestico-estiliacutestico) y fueron usadas en combate con cierta asiduidad iquestPor queacute razoacuten los yelmos con maacutes-cara o maacutes probablemente las maacutescaras en siacute mismas combinadas con otros tipos de yelmos romanos de caballeriacutea conocidos no pudieron ser utilizados en combate tanto como en la Hippikaacute Gymnasia Hace casi dos deacutecadas Mielczarek ya lanzoacute una propuesta en semejante sentido al respecto de la ca-balleriacutea pesada romana poniendo en cuestioacuten su uso exclusivo en paradas y exhibiciones la cantidad de cascos con maacutescaras y maacutescaras aisladas vincu-ladas a la panoplia romana (y especialmente de la caballeriacutea) no parece res-ponder precisamente a un uso limitado a ocasiones especiales Diez antildeos maacutes tarde Dixon e I P Stephenson volvieron a retomar dichos plantea-mientos argumentando que determinados cascos empleados en la Plena y Baja Edad Media (como el sallet A82) limitaban la visibilidad tanto o maacutes que las maacutescaras inicialmente consideradas como limitadas a la Hippikaacute Gymnasia y sin embargo fueron empleados en combate62 En este sentido consideramos que posiblemente los maacutes ricamente decorados ejemplares no fueron objeto de uso en combate pero siacute que nos adscribimos a los plantea-mientos de los autores mencionados considerando no soacutelo probable sino ra-zonable que la maacutescara (y los cascos disentildeados especialmente para portarlas) formaran parte de la panoplia de los catafractii otorgaacutendoles la proteccioacuten necesaria para proteger el siempre vulnerable rostro

61 MIELCZAREK 1993 p 60 NEGIN 1998 pp 72-74 WILCOX 2001 p 10 62 MIELCZAREK 1993 p 81 DIXON STEPHENSON 2003 pp 20-24

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Un catafractus sin duda alguna portariacutea una buena proteccioacuten para el torso En este sentido hariacutea uso de las mismas protecciones antes menciona-das para los contarii como loricae hamatae y squamatae asiacute como las inno-vaciones propias de eacutepoca Antonina y Severa como las escamas semi-riacutegi-das y las poco comunes armaduras de laacuteminas como el aislado ejemplo del s III dC hallado en Čatalka63 Sin embargo si atendemos ahora al grafito de Dura-Europos el jinete representado no parece llevar un uacutenico tipo de pro-teccioacuten sobre su torso Las armaduras compuestas por varios tipos de loricae como hemos visto eran probablemente utilizadas ya por los saacutermatas Este tipo de proteccioacuten era tambieacuten conocida en el ejeacutercito romano si bien los ejemplos de la misma son limitados y no parece que su uso estuviera muy extendido (al igual que no parece que en el s II y a comienzos del s III dC los catafractii fueran un arma de extendido uso en Roma) Se denominaba lorica plumata teacutermino que al parecer designaba principalmente a armadu-ras compuestas por lorica squamata y hamata combinadas Esta combina-cioacuten parece ser la utilizada tambieacuten por los saacutermatas aunque su distribucioacuten sobre el cuerpo no se ha podido reconstruir convincentemente64 Al igual que el contarius el catafractus no portariacutea escudo tanto por serle imposible su debido aprovechamiento al empuntildear un contus como por el estorbo que su-pondriacutea al uso de esta uacuteltima La carencia de escudo quedariacutea suplida por lo pesado de su proteccioacuten corporal En este sentido destaca la manica una proteccioacuten construida con laacuteminas de metal (bronce o hierro) semiciliacutendricas unidas unas a otras en progresioacuten descendente del hombro hacia la mano la cual podiacutea proteger a su vez con guanteletes de malla de escamas o incluso una extensioacuten de la manica misma adaptada a la forma de la mano65 Com-pletariacutean la proteccioacuten de un catafractus unas grebas para sus piernas (la parte de su cuerpo maacutes al alcance de la infanteriacutea enemiga) si bien podiacutean disponer de protecciones maacutes pesadas que podiacutean llegar a cubrir muslos y pies recordando en su estructura a la manica empleada para proteger los bra-zos66 En ocasiones podriacutea emplearse tambieacuten protecciones especiacuteficas para el cuello especialmente pensadas para cubrir cualquier posible fisura entre el yelmo y la proteccioacuten del torso De este tipo de piezas se han encontrado al-gunos ejemplos como el de una tumba de Čatalka en Bulgaria datada en el

63 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-92 y 116-117 DIXON SOUTHERN 1997 pp 36-43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 43-48 FIELDS 2006 pp 13-14

64 MIELCZAREK 1993 pp 79-80 NEGIN 1998 pp 68-74 DIXON STEPHENSON 2003 pp 49-50 FIELDS 2006 pp 10-11

65 BISHOP COULSTON 1993 pp 87-91 DIXON STEPHENSON 2003 pp 55-58 66 DIXON SOUTHERN 1997 p 43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 61-63

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s II dC y consistente en un anillo de metal dividido en dos mitades unidas por un cinturoacuten de cuero y originalmente tintado en rojo67

El equipamiento de las monturas de los catafractii romanos es otro as-pecto poleacutemico quizaacutes el que maacutes En primer lugar respecto de las sillas de montar eacutestas responderiacutean probablemente al modelo presentado por Con-nolly pero a un tipo particular cuyo entramado riacutegido interno y cuernos es-tariacutean maacutes desarrollados planteando una sujecioacuten mucho maacutes riacutegida y firme Este tipo de sillas poseiacutea ademaacutes una estructura reforzada con elementos metaacutelicos Seguacuten Connolly y C Van Dryel Murray este tipo de sillas res-ponderiacutea especialmente a un uso por parte de unidades de caballeriacutea pesada donde el peso de la armadura del jinete sumada a su modalidad de combate (choque con lanza pesada) hariacutea necesaria una sujecioacuten maacutes firme para evitar quedar descabalgado asiacute como un maacutes eficiente reparto del peso sobre el lomo y los costados del caballo Este tipo de sillas es visible tambieacuten sobre los caballos de los clibanarios sasaacutenidas que aparecen en el relieve de Firu-zabad68 En segundo lugar estaacute la cuestioacuten en torno a si las monturas de los catafractii romanos del s II y comienzos del III dC llevaban alguacuten tipo de proteccioacuten y cuaacuten completa era esta En este sentido se han lanzado diver-sas propuestas e hipoacutetesis por una parte aquellos que consideran que los ca-tafractii romanos probablemente no emplearon proteccioacuten para sus monturas al menos no en la forma casi sistemaacutetica y masiva que caracterizaba a la ca-balleriacutea pesada parta y que caracterizariacutea maacutes tarde a la sasaacutenida y a la pro-pia caballeriacutea pesada romana bajoimperial en este sentido los catafractii del ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta no seriacutean sino contarii pesada-mente protegidos pero cuyas monturas no portariacutean proteccioacuten alguna fuera de lo comuacuten hasta el momento en el ejeacutercito romano69 otros han propuesto un teacutermino medio sostenido en base a la influencia saacutermata en la creacioacuten y equipamiento de la caballeriacutea pesada romana Es eacuteste el caso de Mielczarek Negin y Lebedynsky entre otros quienes consideran que los catafractii ro-manos no emplearon la protecciones pesadas y o maacutes o menos completas pa-ra sus monturas en el sentido sistemaacutetico que se puede observar en la tradi-cioacuten militar parta o persa sino que emplearon protecciones maacutes limitadas y sobre todo aplicadas a secciones concretas de estas unidades por ejemplo entre aquellos soldados destinados a formar la vanguardia de choque de la formacioacuten o simplemente entre los oficiales70 entre la mayor parte de los autores consagrados al estudio del armamento romano y en particular de la

67 DIXON STEPHENSON 2003 p 59 68 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 p 45 MIELCZAREK 1993 pp 81-82 69 EADIE 1967 pp 166-168 70 MIELCZAREK 1993 pp 74-81 NEGIN 1998 p 74 LEBEDYNSKY 2002 p 237-238

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caballeriacutea existe un acuerdo taacutecito en reconocer el uso por parte de la ca-balleriacutea pesada romana de protecciones metaacutelicas Sin embargo en general o no llegan a un acuerdo en torno a su empleo por parte de las primeras uni-dades de catafractii o se limitan a constatar que los restos arqueoloacutegicos de protecciones equinas pesadas (particularmente las halladas en Dura-Europos) datan en principio del s III dC sin entrar en mayores debates71 finalmente estaacuten aquellos autores que dan simplemente por sentada la asociacioacuten entre el teacutermino catafractii y una proteccioacuten maacutes o menos completa y extendida a la inmensa mayoriacutea (al menos) de las monturas de estas unidades en cual-quier momento desde su creacioacuten72 pero especialmente a partir del s III dC73

En general todas estas corrientes tienden a coincidir en sentildealar que las armaduras pesadas para caballos en el ejeacutercito romano no empezaron a utili-zarse de forma extendida para la caballeriacutea pesada hasta el s III dC De nue-vo el debate se centra en torno a su uso durante el s II dC justo en el mo-mento de la creacioacuten de las primeras unidades de catafractii y particular-mente a causa de la falta de pruebas concluyentes Si se hizo uso de dichas protecciones ya en el s III dC iquestpor queacute razoacuten negar su uso en una fase an-terior aunque eacuteste no fuera un uso generalizado Particularmente preferimos adscribirnos a la tendencia representada por Mielczarek Negin y Lebedyns-ky entre otros autores considerando que los miembros de la uacutenica unidad de caballeriacutea pesada acorazada romana conocida para el s II dC el ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta (y por tanto otras unidades del mismo tipo auacuten por conocer) emplearon protecciones metaacutelicas maacutes o menos pesa-das para sus monturas de un modo ocasional limitado a secciones especiales de la unidad o a la oficialidad siguiendo la corriente de influencia saacutermata Estas protecciones se generalizariacutean a lo largo del s III dC probablemente bajo una mayor influencia de la tradicioacuten militar parta y ante todo sasaacutenida hasta constituir las unidades pesadas del Bajo Imperio que seriacutean el germen de la posterior caballeriacutea pesada bizantina

Este tipo de protecciones incluiriacutea no soacutelo ya los chamfrons metaacutelicos sobradamente conocidos por la caballeriacutea romana de la eacutepoca (y empleados probablemente por los contarii) sino bardas compuestas por malla escamas de cuero o metaacutelicas o laacuteminas que como los ejemplares de Dura-Europos (ya descritos anteriormente) cubririacutean los flancos del caballo y buena parte

71 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-70 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

72 GOLDSWORTHY 1998 pp 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 y 20-21 73 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-322

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de la pechera del mismo74 Este tipo de protecciones probablemente incluiriacutea tambieacuten piezas especiacuteficas para proteger el frontal y la cerviz del animal has-ta la cabeza a semejanza quizaacutes de las empleadas por partos y sasaacutenidas en Oriente Estas piezas particularmente para la cerviz del caballo se han en-contrado tambieacuten en Dura-Europos elaboradas en malla y lazadas mediante correas de cuero75 De este modo si se quisiera proporcionar proteccioacuten tan soacutelo a los caballos de una parte de la unidad lo maacutes loacutegico seriacutea hacerlo con las monturas que marchariacutean en la vanguardia de la formacioacuten de choque y que deberiacutean absorber la fase maacutes violenta del impacto En este sentido las piezas de proteccioacuten maacutes uacutetiles no seriacutean las bardas laterales sino las pro-tecciones para pechera cerviz y cabeza las partes del cuerpo del caballo que quedariacutean expuestas al enemigo durante una carga en formacioacuten cerrada Al prescindir asiacute de las protecciones de los flancos no solo se seguiriacutea apor-tando una proteccioacuten uacutetil a las monturas maacutes expuestas de la unidad durante una accioacuten de combate sino que se estariacutea aligerando el peso que habriacutean de soportar durante la accioacuten reduciendo asiacute el riesgo de agotamiento de las mismas

Si la influencia saacutermata en el origen del contarius romano es maacutes o menos segura la cuestioacuten resulta menos clara para los catafractii Formal-mente un catafractus romano no se diferenciaba del contario saacutermata maacutes pesadamente armado maacutes que en la factura de determinadas partes de su equipamiento muchas de las cuales eran de tradicioacuten puramente romana y unas pocas (como las protecciones maacutes pesadas para las piernas) devendriacutean de tradiciones orientales Sin embargo el hecho de que en ninguacuten momento las fuentes literarias disponibles denominen a la caballeriacutea pesada saacutermata como catafractii y que las protecciones pesadas para caballos entre la mis-ma parezcan ser objeto de un uso tan heterogeacuteneo como vinculado al status y posibilidades econoacutemicas del jinete parece ser el principal punto (al menos inicialmente) de distanciamiento entre los lanceros acorazados saacutermatas y los catafractii romanos Ahora bien suponiendo que la creacioacuten de las unidades de catafractos romanos estuviera respondiendo a la caballeriacutea pesada parta iquestpor queacute esperoacute al s II dC Durante casi tres siglos de encuentros en los campos de batalla de Oriente el ejeacutercito romano no parecioacute tener necesidad alguna de emular a los catafractos y clibanarios partos Finalmente es en el contexto de las guerras daacutecicas y paacuterticas de Trajano y en el reinado de Adriano cuando los catafractii hacen su aparicioacuten en el ejeacutercito romano al-gunas deacutecadas maacutes tarde que los contarii y despueacutes de casi un siglo de con-

74 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-63 67 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

75 DIXON STEPHENSON 2003 p 114

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tacto con la caballeriacutea saacutermata De nuevo la coincidencia de variables parece hablar por siacute sola al igual que primero el contarius el catafractus parece ser una respuesta de la caballeriacutea romana a las refriegas habidas con los exce-lentes jinetes saacutermatas desde mediados del s I dC hipoacutetesis que secundan la mayor parte de los autores76 Cualquier posible influjo oriental en la com-posicioacuten de la primera caballeriacutea pesada romana respondioacute a la incorpora-cioacuten de elementos considerados de utilidad no encontrados en la tradicioacuten militar propiamente romana o saacutermata El incremento de este influjo mate-rializado quizaacutes en la intensificacioacuten y extensioacuten del uso de armaduras pe-sadas para caballos y en el importante desarrollo en general del arma de ca-balleriacutea pesada en Roma tendriacutea lugar ya entrado el s III dC quizaacutes no tanto de manos de los uacuteltimos coletazos del moribundo Imperio parto como del joven y eneacutergico Imperio persa sasaacutenida el cual llevariacutea el arma de ca-balleriacutea en el Oriente a nuevas cotas de desarrollo especializacioacuten en organi-zacioacuten equipamiento y taacutecticas77

Mencioacuten especial requiere la organizacioacuten del ala I Gallorum et Pan-noniorum catafracta No entraremos a resentildear aquiacute la naturaleza del ala como unidad militar del ejeacutercito romano ni la organizacioacuten y estructura de la caballeriacutea romana altoimperial sino un aspecto concreto del ala concreta objeto de nuestro estudio y que parece haber pasado desapercibido a la ma-yor parte de los autores Se trata del hecho de que dicha ala debioacute de ser compuesta en su origen por soldados de dos unidades distintas probable-mente tropas selectas Tal y como sentildeala su nombre el ala estaba compuesta por jinetes galos y panonios Mielczarek ha propuesto precisamente que ca-ra a la creacioacuten de esta unidad de catafractos probablemente se seleccionoacute a los mejores soldados de dos alas distintas posiblemente (seguacuten el parecer del propio Mielczarek) el ala I Pannoniorum y el ala I Gallorum Flaviana Aunque de momento no se trata sino de una hipoacutetesis parece razonable que cara a la primera unidad de caballeriacutea pesada romana (probablemente una unidad que tendriacutea en sus oriacutegenes un marcado caraacutecter ldquoexperimentalrdquo) se seleccionara a personal experimentado y de fiar lo que remarcariacutea el caraacutec-ter de eacutelite de este tipo de unidades

76 EADIE 1967 MIELCZAREK 1993 NEGIN 1998 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

LEBEDYNSKY 2002 77 EADIE 1967 pp 169-172 MICHALAK 1987 MIELCZAREK 1993 pp 63-67 NICOLLE

1996 WILCOX 2001 pp 24-35 FARROKH 2005

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Taacutecticas y limitaciones de la caballeriacutea pesada romana La caballeriacutea fue un arma especializada principalmente en una uacutenica

funcioacuten el ataque Un grupo de jinetes no puede establecer una posicioacuten de-fensiva y mantenerla de forma estaacutetica pues equivaldriacutea claramente a un suicidio en cualquier eacutepoca Cuando una unidad de caballeriacutea ha sido em-pleada con fines de defensa lo ha sido empleando fundamentalmente el ata-que es decir un contraataque

La principal ventaja de un jinete respecto del soldado de infanteriacutea ra-dica en tres puntos fundamentales la altura que le proporciona su montura la rapidez y potencia de la misma y el efecto psicoloacutegico que todo ello sus-cita en el infante El principal modo en que la caballeriacutea (y particularmente la caballeriacutea media y pesada) se enfrenta a la infanteriacutea (y a otras unidades como veremos) es la carga cuya finalidad es desfondar la formacioacuten ene-miga dispersaacutendola para coparla y destruirla o permitir a otras unidades aprovechar la brecha abierta Sin embargo contrariamente a lo que se suele pensar un caballo (o un grupo de caballos) no es capaz de embestir una for-macioacuten cerrada de infanteriacutea Un equino no es un toro ni se comporta como tal El caballo siempre se para antes de llegar a impactar contra un obstaacuteculo que considera no podraacute esquivar o saltar o donde no vea espacio alguno por donde penetrar En este sentido una formacioacuten de infanteriacutea pesada que fuera capaz de mantener su posicioacuten hasta el final teniacutea muchas posibilidades de rechazar una carga de caballeriacutea Existiacutean dos formas para evitar que esto sucediese de modo tal que la carga de caballeriacutea tuviese finalmente eacutexito hostigar a la formacioacuten de infanteriacutea de muacuteltiples modos (ataque con proyec-tiles ataques simulados apoyar a la caballeriacutea atacante con infanteriacutea o ar-tilleriacutea) o bien que un porcentaje suficiente de soldados enemigos no fuera capaz de soportar la tensioacuten psicoloacutegica de ver venir sobre ellos una carga de caballeriacutea y rompiera filas debilitando la formacioacuten desorganizaacutendola y abriendo brechas Como vemos el resultado de una carga de caballeriacutea de-pende maacutes del contexto y de la psicologiacutea que de la carga en siacute misma Sin embargo los nervios de acero necesarios para superar el instinto de autopro-teccioacuten (que nos llevariacutea a quitarnos inmediatamente de la trayectoria de los caballos y sus jinetes) no eran (ni son) un elemento comuacuten en los ejeacutercitos Pocas infanteriacuteas disponiacutean del adiestramiento y disciplina necesarios para mantener la posicioacuten y afrontar una auteacutentica estampida que a sus ojos cla-ramente amenazariacutea con arroyarla Entre tales excepciones se encontraba la

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infanteriacutea legionaria romana la cual soacutelo en determinadas circunstancias era realmente vulnerable a un ataque de caballeriacutea78

Las unidades de caballeriacutea pesada como catafractii y contarii eran un caso auacuten maacutes especial En primer lugar el contus permitiacutea al jinete arroyar a un infante enemigo virtualmente antes de que su montura se viera obligada a detener su marcha Por otra parte sus pesadas protecciones (y la de sus mon-turas al menos para una parte de los catafractii) les otorgaban una mayor se-guridad ante cualquier clase de contraataque enemigo (especialmente pro-yectiles) y una superior capacidad de asumir el riesgo del contacto con una formacioacuten enemiga demasiado firme Pero sobre todo les otorgaba una carga psicoloacutegica brutal la visioacuten de una ldquoparedrdquo blindada erizada de lanzas en auteacutentica formacioacuten de falange avanzando con premura directamente resulta-ba especialmente impactante a ojos de un soldado de infanteriacutea por muacuteltiples factores Ser arroyado por un caballo no es una perspectiva agradable ser arroyado por una marea de lanzas y caballos blindados es una perspectiva auacuten menos agradable Para incrementar la capacidad de penetracioacuten de este tipo de caballeriacutea se empleaban formaciones y ataques en profundidad fun-damentalmente columna y cuneuscuntildea En este sentido la formacioacuten podiacutea concentrar la fuerza de su carga en un frente estrecho que pudiera ser dirigi-do convenientemente contra el punto maacutes deacutebil de la formacioacuten a atacar in-cluso con la carga ya en curso Sin embargo la caballeriacutea pesada poseiacutea una desventaja potencial el enorme peso de su equipamiento reduciacutea la veloci-dad de su carga su maniobrabilidad y podiacutea agotar a sus caballos muy raacutepi-damente En este sentido podiacutean ser viacutectimas faacuteciles de unidades maacutes aacutegiles y raacutepidas o de un contraataque al teacutermino de una extenuante carga (exitosa o no) Por otra parte no estaban precisamente capacitados para realizar una re-tirada raacutepida con los caballos extenuados por el esfuerzo de cargar despla-zando sobre sus lomos a su jinete con su equipamiento y su propia pro-teccioacuten los catafractii podiacutean encontrarse en una situacioacuten realmente com-prometida si su ataque fracasaba y no se encontraban en posicioacuten de recibir apoyo inmediato de unidades aliadas capaces de protegerlos el tiempo nece-sario para maniobrar y salir del atolladero Otro peligro que desembocaba di-rectamente en el fracaso de la carga (y en las circunstancias antes descritas) era la posibilidad de que la formacioacuten perdiera su cohesioacuten durante la carga Para evitar esta circunstancia (y reducir la extenuacioacuten de los caballos) se procuraba no cargar a mayor velocidad que un trote ligero79

78 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

79 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 y 241 LEBEDYNSKY 2002 p 237 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

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A la hora de afrontar a otra caballeriacutea las circunstancias eran dife-rentes La caballeriacutea como especialista en ataque teniacutea tambieacuten la funcioacuten de neutralizar a la caballeriacutea del adversario negaacutendole asiacute la mayor parte de la iniciativa y ganando la oportunidad de flanquear sus formaciones y ata-carlas desde diversos puntos Un ejeacutercito cuya caballeriacutea abandonara el cam-po de batalla por otra parte aunque auacuten podiacutea imponerse mediante la fuerza de su infanteriacutea (si era capaz de rechazar el ataque de la caballeriacutea adversaria y de desalojar a su infanteriacutea) careceriacutea de cualquier posibilidad para explo-tar adecuadamente la victoria la caballeriacutea fue hasta la I Guerra Mundial la uacutenica arma capacitada para lanzar una persecucioacuten sobre una fuerza enemiga en retirada convirtiendo esta uacuteltima en una desbandada desorganizada y dis-poniendo asiacute de la oportunidad de transformar un ejeacutercito derrotado en un ejeacutercito destruido En este sentido la caballeriacutea no fue soacutelo una pieza taacutectica fundamental a la hora de la batalla sino una herramienta baacutesica de la estra-tegia a nivel global de cualquier conflicto a lo largo de unos tres milenios de historia militar

La infanteriacutea puede rechazar a la caballeriacutea pero nunca perseguirla (maniobra que equivaldriacutea a dar la ocasioacuten a los jinetes derrotados de dar media vuelta y lanzar un inesperado contraataque que convirtiera en desastre para la infanteriacutea lo que empezoacute siendo un eacutexito Las huidas fingidas como ya hemos sentildealado eran tambieacuten una interesante taacutectica a emplear por parte de la caballeriacutea para desorganizar una formacioacuten enemiga Sin embargo no era una taacutectica que entrara dentro del ldquomanual de instruccionesrdquo de la ca-balleriacutea maacutes pesada limitada como estaba en sus movimientos) Soacutelo la ca-balleriacutea podiacutea derrotar poner en fuga y destruir a otra caballeriacutea El modo de hacerlo sin embargo era materia delicada Una formacioacuten cerrada para ata-car a otra caballeriacutea resultaba inuacutetil y peligrosa era la mejor forma de que los propios caballos se rompieran los huesos al impactar a gran velocidad contra las monturas enemigas Normalmente y a lo largo de toda la existen-cia de la caballeriacutea de choque dos formaciones de caballeriacutea que cargan una contra otra a la espera de un combate mano a mano tienden a abrir sus liacuteneas para esquivar el choque frontal contra los caballos rivales Al producirse el choque el jinete tratariacutea de atacar con sus armas a su rival maacutes cercano a uno u otro lado intentando derribarle o herirle mortalmente En estas cir-cunstancias el contus sarmaticus vuelve a relucir por sus virtudes permitiacutea (al igual que la lanza de cometida medieval las lanzas de los huacutesares alados polacos o las lanzas de los ulanos austriacos o los cosacos rusos) golpear al jinete adversario antes de que eacuteste equipado con espada o con una lanza maacutes corta pudiese iniciar su propio ataque Una formacioacuten de contarii o de cata-fractii podiacutea asiacute arroyar faacutecilmente la vanguardia de la formacioacuten de caballe-

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riacutea enemiga neutralizando su ataque y desorganizando totalmente su forma-cioacuten Sin embargo cuando dos formaciones cargaban una contra la otra y llegaban a culminar completamente el choque el combate podiacutea derivar faacute-cilmente en una violenta y caoacutetica refriega En estas circunstancias las espa-das de hoja larga empleadas por la caballeriacutea romana y saacutermata eran particu-larmente esenciales asiacute como sus protecciones dado que un contus tendiacutea a partirse tras el primer o segundo impacto y a ser poco coacutemoda de utilizar cuando el combate se tornaba maacutes cercano En cualquier caso si una forma-cioacuten de catafractii no conseguiacutea imponerse durante el choque a la formacioacuten enemiga el agotamiento de sus monturas y su menor movilidad (sumada a la peacuterdida del orden en la formacioacuten inherente al inicio de la refriega) supon-driacutean una peligrosa situacioacuten en el caso de carecer de apoyo de otras unida-des (bien de caballeriacutea o de infanteriacutea) y de la que no podriacutean salir con mu-cha facilidad80

Tanto frente a otra caballeriacutea como frente a la infanteriacutea el respaldo de unidades de caballeriacutea maacutes ligeras y particularmente arqueros a caballo81 resultariacutea particularmente deseable antes del choque la caballeriacutea ligera po-driacutea hostigar con proyectiles a las formaciones enemigas creando brechas o desorganizaacutendolas y despueacutes del choque podriacutean apoyar a la caballeriacutea pe-sada durante la progresioacuten del combate cubrir su retirada o explotar su eacutexito continuando la persecucioacuten de un enemigo en fuga

Como vemos desde el punto de vista taacutectico y del empleo en el campo de batalla el eacutexito de la caballeriacutea pesada acorazada dependiacutea tanto o maacutes de las circunstancias el contexto y el apoyo que pudieran recibir que de sus propias virtudes Se trataba de unidades altamente especializadas que si que-daban desprotegidas o en situaciones comprometidas podiacutean ser faacutecilmente rechazadas desbandadas o destruidas No se trataba de fuerzas versaacutetiles y probablemente ello condicionoacute que su adopcioacuten y empleo generalizado por parte del ejeacutercito romano fuera tardiacuteo

CONCLUSIONES

El ejeacutercito romano se enfrentoacute durante casi dos siglos a la caballeriacutea

pesada desarrollada por las potencias orientales Tras reveses iniciales debi-dos maacutes a las circunstancias que a una auteacutentica incapacidad para afrontar el ataque de este tipo de caballeriacutea las legiones desarrollaron sus particulares contramedidas recorriendo las primeras deacutecadas de la historia del Alto Im-

80 DIXON SOUTHERN 1997 pp 141-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 235-244 MENEacuteNDEZ

ARGUumlIacuteN 2011 pp 322-324 81 DIXON SOUTHERN 1997 p 143

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perio imperturbables considerando del todo innecesario tomar como inno-vacioacuten un arma a la que eran capaces de batir los catafractos partos y arme-nios

Sin embargo hacia mediados del s I dC algo vino a trastocar este es-cenario en apariencia estable e inamovible de las estepas poacutenticas emergioacute no tanto una nueva arma como una nueva forma de combinar y emplear ar-mas y taacutecticas sobradamente conocidas Los haacutebiles jinetes saacutermatas dejaron atraacutes la claacutesica tradicioacuten militar esteparia basada en el uso del arquero a ca-ballo y la caballeriacutea ligera desarrollaron una nueva caballeriacutea pesada libre de la mayor parte de las debilidades de los pesados catafractos partos flexi-ble y dinaacutemica y capaz de luchar en conjuncioacuten perfecta con otras modali-dades de caballeriacutea como si de un uacutenico cuerpo se tratase A diferencia del catafractario parto el ldquocontariordquo saacutermata era un jinete armado maacutes o menos pesadamente seguacuten las circunstancias y sus propias posibilidades Al igual que su contrapartida parto o armenio el jinete pesado saacutermata aprovechaba al maacuteximo las virtudes de su arma definitoria el contus sarmaticus pero la combinaba con el uso de otras igualmente uacutetiles como la espada de hoja larga y el arco recurvado compuesto Su equipamiento defensivo careciacutea de la rigidez propia del catafracto parto tendiendo a ser sensiblemente maacutes li-gero sin perder las ventajas propias de una proteccioacuten completa y concien-zuda Este equipamiento defensivo ademaacutes podiacutea variar seguacuten las circuns-tancias y las necesidades taacutecticas de cada momento (y no solo exclusi-vamente en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete) Ello permitiacutea al jinete pesado saacutermata oscilar entre una caballeriacutea media pura y una caballeriacutea pesada de choque seguacuten las circunstancias Le convertiacutea en un arma flexible capaz de desempentildear diversos papeles en el campo de batalla y variarlos du-rante el combate mismo seguacuten sus necesidades En combinacioacuten con la habi-lidad natural de estos pueblos para la equitacioacuten y sus excelentes (y numero-sas) fuerzas de caballeriacutea ligera la caballeriacutea pesada saacutermata representaba una amenaza realmente seria y totalmente nueva

Desde la guerra civil del 68-69 dC hasta la paz firmada por Adriano con los saacutermatas roxolanos en 119 dC las legiones romanas y su caballeriacutea hubieron de hacer severos esfuerzos para imponerse a este nuevo enemigo en los campos de batalla actuase eacuteste en solitario o en conjuncioacuten con otros pueblos o Estados Las guerras daacutecicas de Domiciano (85-89 dC) y de Tra-jano (101-106 dC) fueron probablemente los puntos culminantes de esta coyuntura De los sangrientos encuentros habidos sobre las orillas del Danu-bio las colinas daacutecicas y las llanuras de la futura Hungriacutea el ejeacutercito romano extraeriacutea una dura leccioacuten que aprenderiacutea raacutepidamente y pondriacutea en creciente praacutectica con el paso de los antildeos cuando a comienzos del s III dC descen-

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diera el ocaso sobre las uacuteltimas luces legadas por la edad dorada de los Anto-ninos habiendo el Estado romano de afrontar las convulsiones de un mundo en paulatina transformacioacuten

A comienzos del s II dC a caballo entre los diacuteas de Trajano y Adria-no el ejeacutercito romano afrontoacute el laborioso proceso de aplicar buena parte de lo que habiacutea aprendido de manos de la caballeriacutea saacutermata El contus ya habiacutea sido adoptado conformando la primera caballeriacutea de choque especialista de la historia del Imperio A ella le seguiriacutean las protecciones pesadas para jine-tes asiacute como para caballos El ejeacutercito romano conociacutea de sobra los modelos orientales de caballeriacutea pesada y sin embargo en el primer siglo de existen-cia de este arma entre las filas romanas el modelo a seguir fue principal-mente saacutermata Los hechos hablan por siacute solos El ejeacutercito romano habiacutea en-contrado una innovacioacuten de intereacutes para su tradicioacuten militar y la incorporoacute raacutepidamente Las primeras unidades de caballeriacutea pesada acorazada romana llevaron nombres que aludiacutean a tradiciones orientales catafractii pero su ar-mamento y el fundamento de sus taacutecticas era una mezcla de aportaciones romanas y modelos saacutermatas Con la llegada del s III dC estas unidades se hariacutean cada vez maacutes necesarias y sobre la trayectoria marcada por los pio-neros de este arma se labrariacutea el desarrollo completo de la misma

La emersioacuten del Imperio persa sasaacutenida supuso la transformacioacuten re-novacioacuten y revitalizacioacuten del arma de caballeriacutea puramente oriental Los sa-saacutenidas llevaron a un nuevo paroxismo a la combinacioacuten de la caballeriacutea pe-sada y la caballeriacutea ligera de tradicioacuten oriental hasta el punto de que algunos tratadistas militares romanos como Amiano Marcelino llegaron a conside-rarlo como un arma praacutecticamente imbatible En palabras del propio Amiano [] catafractarii [] et sagitarii formidable genus armorum82 Probable-mente estas circunstancias forzaran (entre otros factores) no ya la expansioacuten del arma de caballeriacutea pesada (asiacute como del arquero a caballo) en el ejeacutercito romano de los siglos III y IV dC sino la asuncioacuten por parte de la misma de muacuteltiples elementos propios ya exclusivamente de la tradicioacuten militar irano-persa

La experiencia saacutermata quedoacute atraacutes sin embargo su importancia y la de los primeros prototipos de caballeriacutea pesada romana existentes en el Alto Imperio no debe menospreciarse Fueron la piedra fundadora los cimientos de una importante rama de la tradicioacuten militar romana posterior madre de la bizantina y de buena parte de las tradiciones militares de la posterior Europa medieval donde la caballeriacutea ostentariacutea durante siglos su particular supre-maciacutea En cierto modo puede decirse que la caballeriacutea saacutermata y las primeras

82 AMIANO MARCELINO 16 12 7

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unidades de caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano se encuentran entre las raiacute-ces de una tradicioacuten militar que llevoacute a la caballeriacutea a mantener la ilusioacuten de su reinado sobre los campos de batalla hasta el enloquecedor extremo de atravesar las trincheras y alambradas de la I Guerra Mundial y cargar sobre las divisiones panzer germanas en 1939

SELECCIOacuteN DE TEXTOS EPIGRAacuteFICOS RELATIVOS

83 Camerinum (Camerino) Regio VI Italia CIL XI 5632

M(arco) Maenio C(ai) f(ilio) Cor(nelia) Agrippae L(ucio) Tusidio Campestri hospiti divi Hadriani patri senatoris praef(ecto) coh(ortis) II Fl(aviae) Britton(um) equitat(ae) electo a divo Hadriano et misso in expeditionem Brittannicam trib(uno) coh(ortis) I Hispanor(um) equitat(ae) praef(ecto) alae I Gallor(um) et Pannonior(um) catafractatae proc(uratori) Aug(usti) praef(ecto) classis Brittannicae proc(uratori) provinciae Brittanniae equo publico patrono municipi(i) vicani Censorglacenses consecuti ab indulgentia Optimi Maximique Imp(eratoris) Antonini Aug(usti) Pii beneficio interpretationis eius privilegia quibus in p[e]rpetuum aucti confirmatique sunt l(ocus) d(atus) d(ecreto) d(ecurionum) g(ratis)

Ad Mediam (Mehadia) Dacia CIL XVI 110 = CIL III 886 = AE 1980 760

[Imp(erator) Caes(ar) divi Had]rian(i) f(ilius) divi Traiani [Parthici n(epos) divi Ne]rvae pron(epos) T(itus) Aelius [Hadrianus Ant]oninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) [max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII] imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae) [equit(ibus) et pedit(ibus)] qui mil(itaverunt) in alis III quae [appell(antur) Silia]n(a) et Gall(orum) et Pann(oniorum) [catafrac(taria) et F]ront(oniana) et coh(ortibus) XII I Ulp(ia) [Britton(um)] |(milliaria) et I Fl(avia) Ulp(ia) Hisp(anorum) |(milliaria) [et 3 I Ael(ia)] Gaesa(torum) |(milliaria) et I Aug(usta) Nerv() [|(milliaria) et I]I Britt(onum) |(milliaria) et I Hispan(orum) [--- e]t II Hisp(anorum) scutat(a) Cy[ren(aica) et ---]n() et VI Thrac(um) et sunt [in Dacia Poroliss]en(si) sub Macrinio [Vindice proc(uratore) qui]nq(ue) et vigint(i) stip[en(diis) emerit(is) dimis(sis) hon]est(a) miss(ione) quor(um) [nomin(a) subscripta s]unt civit(atem) Roman(am) [qui eor(um) non ha]b(erent) ded(it) et con(ubium) cum [uxor(ibus) quas tu]nc hab(uissent) cum est [civit(as) i(i)s dat(a) aut] cum i(i)s quas post(ea) [dux(issent) dumtax(at) si]ngulis [[Imp(erator) Caes(ar) divi Hadrian(i) f(ilius) divi Traiani Parthici n(epos) divi Nervae pron(epos) T(itus) Aelius Hadrianus Antoninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae)] [equit(ibus) et pedit(ibus) qui mil(itaverunt) in alis III ---] et vigint(i) stipend(iis) emerit(is) dimis(sis) honest(a) miss(ione) quor(um) nomin(a) subscript(a) sunt civit(atem) Roman(am) qui eor(um) non haber(ent) dedit et conub(ium) cum uxor(ibus) quas tunc habuis(sent) cum est civit(atem) i(is) dat(a) aut cum i(is) quas post(ea) dux(issent) dumtax(at) singulis a(nte) d(iem) V K(alendas) Oct(obres) Sex(to) Calpurnio Agricola Ti(berio) Claudio Iuliano co(n)s(ulibus) coh(ors) I Ulpia Britton(um) |(milliaria) cui

83 Tomados del Epigraphische Datenbank Clauss-Slaby httpwwwmanfredclauss de

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prae(e)st L(ucius) Nonius Bassus Picen(o) ex pedite Luonerco Molaci f(ilio) Britt(oni) descript(um) et recognit(um) ex tabul(a) aer(ea) quae fixa est Romae in mur(o) post templ(um) divi Aug(usti) ad Minervam

Tipasa (Tefessad) Mauretania Cesariense AE 1951 265 = AE 1955 133

D(is) M(anibus) Adiutoris eq(uitis) al(ae) pri(mae) Can(n)anafatium vi(xit) XXXXI m(ilitavit) an(nos) XXIII pro(curante) l(i)b(erto) ipsi(us) bene me(renti) Cabanus he(res) po(suit)

Savaria (Szombathely) Panonia Superior CIL III 4183

T(itus) Cnorius Sabinianus ex praef(ecto) alae Contariorum v(ir) e(gregius) et L(ucius) Val(erius) Verus dec(urio) c(oloniae) C(laudiae) Savar(iensium) sacerdotalis p(rovinciae) P(annoniae) s(uperioris) cryptam vi ignis exustam sumptibus suis refecerunt

Brigetio (Kornye) Panonia Superior CIL III 4278

D(is) M(anibus) Val(erio) Saturnino vet(erano) ex dup(licario) alae I Ulp(iae) Cont(ariorum) qui vixit an(nos) L et Val(erio) Sabino mil(iti) leg(ionis) I Ad(iutricis) stip(endiorum) III vixit an(nos) XXV filio Caes(ia) Digna marito et filio f(aciendum) c(uravit)

Apamea Siria AE 1987 955

Aur(elio) Basso quandam(sic) sig(nifero) al(ae) I Ulp(iae) (C)ontariorum stipendiorum VIII vixit annos XXVIIII XI Kal(endas) Maias Gallo et Volusiano consilibus() titulus positus a Marc(io) Cotum(sic) (d)ec(urione) al(ae) c(ivium) R(omanorum)

Apamea Siria AE 1993 1589

D(is) M(anibus) Iulius Valerianus eques alae I Ulp(iae) contariorum stip(endiorum) XXIII vixit annis XXXXVI Ulp(ius) Ingenu(us) dupl(icarius) alae eiusdem heres posuit b(ene) m(erenti)

Arrabona (Gyor) Panonia Superior CIL III 4379

D(is) M(anibus) Ulp(ius) Variu(s) Ore() vet(e)r(anus) ex stat(ore) al(a)e I Ulp(iae) Cont(ariorum) do(mo) Af(rica) vixs(it) ann(os) XLV et Ael(iae) Sabin(a)e fi(liae) vix(it) ann(os) X Ael(ia) Domitia con(iunx) et Ulp(ius) Sabinianus et Ulp(ius) [Cele]rinus et Sabi[nil]la fili(i) vivi cum [mat(re) pa]tri karis(simo) posuerunt

Sentpalpuszta Panonia Superior CIL III 11081 = AE 1899 3

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[D(is) M(anibus)] M(arcus) Aur(elius) [3]us vex(illarius) al(ae) p(rimae) C(ontariorum) Anto(ninianae) et Elv(iae) Bon(a)e c(oniugi) car(issimae) et f(iliae) Aur(eliae) Valerin(a)e et Ae(liae) Sabin(a)e et Elv(io) Verecundo an(norum) LXX Pulc(h)r(a)e() Suri an(norum) LX et Elv(io) Vitali an(norum) XVIII et Au(relio) Ma(n)suetiano an(norum) VII et Ae(lio) Florido M(arcus) Aur(elius) Valerianus sib(i) [et] su[i]s vivi f(ecit)

Roma CIL VI 1449 = AE 1967 16 = AE 196970 13

M(arco) Macrinio Avito M(arci) f(ilio) Claud(ia) Catonio Vindici co(n)s(uli) aug(uri) p(opuli) R(omani) Quiritium leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) prov(inciae) Moes(iae) inf(erioris) leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) Moes(iae) sup(erioris) cur(atori) civitat(is) Arimin(ensium) p[r]oc(uratori) prov(inciae) Dac(iae) Malv(ensis) praef(ecto) alae contar(iorum) praef(ecto) alae III Thrac(um) trib(uno) milit(um) leg(ionis) VI Victr(icis) praef(ecto) coh(ortis) VI Gall(orum) donat(o) donis mil(itaribus) in bello Germ(anico) ab Imp(eratore) M(arco) Aur(elio) Antonino Aug(usto) hast(is) pur(is) II et vexill(is) II cor(o)na mural(i) et vallar(i) Iunia Flaccinilla marito karissimo et Macrinia Rufina patri piissimo vixit annis XLII m(ensibus) V

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SELECCIOacuteN DE IMAacuteGENES

Fig 1 Relieve de la estela funeraria del eques Aduitor miembro del ala I Canninefatum (AE 1955

133) empuntildeando un contus sarmaticus por el lateral derecho de su montura DIXON SOUTHERN 1997 p 49

Fig 2

Grafito de Dura-Europos datado en torno a los ss II-III dC representando un catafracto parto romano o sasaacutenida JUNKELMANN 1992 p 197

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Fig 3 Las dos bardas de escamas metaacutelicas completas encontradas por Rostovzeff en las

excavaciones de Dura-Europos a lo largo de la campantildea de 1932-33 JUNKELMANN 1992 p 214

Fig 4 Relieves de Firuzabad (Iraacuten) representando a un clibanario persa sasaacutenida derribando a un

catafractarioclibanario parto s III dC Obseacutervese las bandas transversales que se ven en los brazos del jinete de la derecha que probablemente esteacuten representando un tipo de manica

WILCOX 2001 p 22

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Fig 5 Relieve de Firuzabad representando a unos catafractosclibanarios parto y sasaacutenida forcejeando

en combate cuerpo a cuerpo Ilustracioacuten de Wilcox 2001 p 23

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FIG 6 Catafractos partos del s I aC Obseacutervense las protecciones tipo manicae portadas por ambos

jinetes en los brazos El jinete de la derecha tambieacuten las lleva sobre las piernas A Mc Bride en WILCOX 2001

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Fig 7 Fragmentos de cotas de escamas y laacuteminas para armadura encontradas en enterramientos

saacutermatas de los ss I-III dC NEGIN 1998 p 70

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Fig 8 Estela de Athenios en Panticapea (Crimea Ucrania) donde se puede observar a un jinete (izqda) que parece montar un caballo protegido con una cota de escamas al igual que eacutel

NEGIN 1998 p 66

Fig 9 Reconstruccioacuten de un contario saacutermata (izqda) en accioacuten s II dC seguacuten G Embleton en

BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 10 Reconstruccioacuten el posible aspecto de un jinete pesado saacutermata y de la posible proteccioacuten de su

montura s II dC seguacuten G Embleton en BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 11 Reconstruccioacuten de un jinete pesado saacutermata equipado con una armadura compuesta ss I-II

dC seguacuten NEGIN 1998 p 73

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Fig 12 Casco romano tipo Russell Robinson tipo B basado en un ejemplar encontrado en Ely

(Cambridgeshire Reino Unido) ss I-II dC GOLDSWORTHY 1998 p 238

Fig 13

Casco romano tipo Rusell Robinson E basado en un hallazgo realizado en Hedderneim (Alemania) ss II-III GOLDSWORTHY 1998 p 238

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Fig 14

Reconstruccioacuten de un casco romano del tipo Niederbieber ss II-III dC seguacuten GILBERT 2010 p 136

Fig 15

Reconstruccioacuten de una variante del casco romano tipo Heddernheim con y sin maacutescara de proteccioacuten para el rostro ss II-III dC seguacuten ALEXANDRA GILBERT 2009 pp 24-26

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Fig 16 Fragmento de lorica squamata de escamas semi-riacutegidas s II dC

BISHOP COULSTON 1993 p 116

Fig 17 Silla de montar romana de cuatro cuernos seguacuten la reconstruccioacuten de P Connolly

DIXON SOUTHERN 1997 p 71

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Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

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Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

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Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

Recibido 17 mayo 2011 Aprobado 22 junio 2011

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pletar la proteccioacuten del contarius como la de cualquier otro equite especial-mente grebas de diverso tipo especialmente uacutetiles para proteger las vulnera-bles piernas del jinete53

Completariacutea el equipamiento de un contarius su montura asiacute como la silla y los arreos necesarios para controlarla y poder actuar en conjuncioacuten con ella En particular la silla compondriacutea un elemento clave del equipo de una caballeriacutea especializada en taacutecticas de choque ante la carencia de estri-bos sin una silla de montar adecuada un contarius podriacutea salir simplemente disparado por la grupa de su caballo a causa de la fuerza del impacto En este sentido las tentativas de reconstruccioacuten de las sillas de montar realizadas por Junkelmann y P Connolly han resultado de extremada utilidad para conocer hasta queacute punto la silla de montar romana conocida como ldquosilla de cuatro cuernosrdquo podiacutea suplir la carencia del estribo y permitir a un jinete realizar toda clase de maniobras a lomos de su caballo sin correr excesivo riesgo de caer desmontado Especialmente satisfactorios han sido en este sentido las experiencias realizadas por Connolly con su propuesta de silla de estructura riacutegida interna de madera respaldados sus resultados por otros autores como K Dixon o P Southern Aunque no es materia esencial de nuestro estudio el debate en torno a la particular naturaleza de las sillas de montar romanas sentildealaremos que estos autores (a cuya opinioacuten nos adscribimos) consideran que una silla de montar de entramado riacutegido interno responderiacutea mucho me-jor a las necesidades de un jinete carente de estribos que una sin dicho entra-mado Desde nuestro particular punto de vista consideramos que las necesi-dades de un jinete especializado en taacutecticas de choque acentuariacutean enorme-mente la necesidad de una silla con un buen entramado riacutegido capaz de absorber la fuerza del impacto y mantener al jinete soacutelidamente afincado so-bre el lomo de su montura sin riesgo de caer Igualmente la solidez del en-tramado y su capacidad para transferir el peso del jinete de la columna verte-bral del animal hacia sus flancos (con el consecuente beneficio para la salud del caballo) permitiriacutea transmitir la fuerza de la embestida de la montura ha-cia el propio jinete y su arma (en este caso el contus) concentrando la fuerza del impacto en el afilado extremo de eacutesta y maximizando de este modo la eficiencia de la carga54 Posiblemente las unidades de caballeriacutea maacutes pesadas (como los catafractii) emplearon sillas de montar cuyo entramado estariacutea maacutes desarrollado y hasta reforzado con elementos metaacutelicos55

53 DIXON STEPHENSON 2003 p 61 54 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 BISHOP COULSTON 1993 pp 105-108

MIELCZAREK 1993 pp 81-82 DIXON SOUTHERN 1997 pp 70-74 DIXON STEPHENSON 2003 pp 107-110 FIELDS 2006 pp 17-18

55 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 pp 44-45

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La posible proteccioacuten portada por la montura de un contarius proba-blemente no diferiacutea de la portada por las monturas de las unidades de ca-balleriacutea media del ejeacutercito romano especialmente si tenemos en cuenta que como tendremos oportunidad de analizar no estaacute ni tan siquiera claro que los caballos de los catafractii romanos portaran protecciones fuera de lo comuacuten respecto de otras unidades de caballeriacutea Por tanto el elemento de proteccioacuten maacutes pesado portado por el caballo de un contarius seriacutea un chamfron una proteccioacuten para la cabeza y ojos del animal que podiacutea ser tanto de cuero co-mo metaacutelica Se han encontrado diversos ejemplares de este tipo de protec-ciones los maacutes exuberantemente decorados considerados (en principio) como restringidos a su uso durante la Hippikaacute Gymnasia56 El principal papel de estas protecciones parece enfatizar la proteccioacuten de los ojos del caballo en tanto en cuanto se conocen ejemplos de chamfrons romanos que tan soacutelo protegen esta vulnerable parte de la cabeza del animal como los hallados en Mainz Alemania57

El armamento caracteriacutestico del contarius especialmente el contus se asemeja enormemente al equipamiento del jinete pesado saacutermata el cual en la mayor parte de los casos no era sino un jinete maacutes o menos bien protegido (en algunos casos pesadamente protegido) a lomos de un caballo que en la mayor parte de los casos no llevariacutea una proteccioacuten destacada La principal fuerza del jinete saacutermata radicariacutea en el uso del llamado contus sarmaticus Que los primeros testimonios de la existencia de contarii entre las filas de la caballeriacutea romana no date antes del 60 dC resulta igualmente significativo el encuentro del ejeacutercito romano con la caballeriacutea pesada de los saacutermatas roxolanos o yaacutecigos se produce precisamente en esas fechas No existen evi-dencias de un ldquoteacutermino mediordquo similar al contarius romano entre el arquero a caballo y el catafractoclibanario parto o sasaacutenida Los contrastes entre el jinete pesado saacutermata y el parto son evidentes no soacutelo en equipo militar sino en taacutecticas todo lo contrario sucede entre el jinete pesado saacutermata y el contarius romano en particular Resulta loacutegico por tanto pensar que el mo-delo en taacutecticas y equipamiento del contarius romano se encuentra entre los contarios de la caballeriacutea pesada saacutermata58

56 BISHOP COULSTON 1993 pp 105-108 DIXON SOUTHERN 1997 p 67 DIXON

STEPHENSON 2003 pp 111-112 FIELDS 2006 57 DIXON STEPHENSON 2003 p 112 58 EADIE 1967 pp 165-167 MIELCZAREK 1993 pp 99-102 NEGIN 1998 LEBEDYNSKY

2002 p 236

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El ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta A diferencia de lo que sucede con los contarii no disponemos de des-

cripciones pormenorizadas o representaciones graacuteficas expliacutecitas de cata-fractii del ejeacutercito romano59 Tan soacutelo el grafito de un catafracto hallado en Dura-Europos aporta alguacuten tipo de informacioacuten expliacutecita para reconstruir la posible imagen de lo que seriacutea un catafractus del ejeacutercito romano pese al hecho de que la ldquonacionalidadrdquo del catafracto representado en el grafito no estaacute nada clara

Como ya hemos sentildealado en apartados anteriores el propio nombre de catafractuscatafractii (asiacute como el posterior de clibanariusclibanarii) pone el acento en la defensa corporal metaacutelica de este tipo de soldados romanos o no romanos Sin embargo el equipamiento defensivo carece de sentido algu-no si no protege una funcioacuten ofensiva concreta En un contarius el eacutenfasis se situacutea en su capacidad ofensiva representada fundamentalmente por el contus sarmaticus como devastadora arma de choque en manos de una fuerza dise-ntildeada esencialmente para el ataque la caballeriacutea En un catafractus romano o parto y en sus homoacutelogos saacutermatas maacutes pesadamente equipados el elemen-to clave no es el poderoso equipo defensivo del jinete (y seguacuten queacute casos de su caballo) en solitario sino la conjuncioacuten de eacuteste con el poder devastador de su equipo ofensivo El catafractus representa asiacute la fuerza ofensiva del con-tarius puesta bajo una proteccioacuten concienzuda que la mantenga a salvo de la mayor parte de los contraataques

En este sentido el equipamiento ofensivo de un catafractus romano no se diferenciariacutea en nada sustancial del portado por un contarius Aparte de la fundamental y eficiente contus el catafractus no dejariacutea de portar un arma secundaria siendo de nuevo la maacutes eficiente la espada de hoja larga que en la tradicioacuten romana altoimperial se materializaba en la spatha en to-das sus variantes asiacute como en espadas de hoja larga de tradicioacuten saacutermata que ya presentamos anteriormente En cuanto a otras armas acaso el pugio pu-diera ser un complemento menos uacutetil para un jinete pesadamente protegido (y con una movilidad maacutes restringida en consecuencia) que para un conta-rius o un equite maacutes vulnerable pero con mayor libertad de movimientos Al fin y al cabo la funcioacuten de ataque baacutesica del catafractus no era sino la mis-ma que la del contarius aprovechar la ventaja de un arma de acometida como el contus para derribar a enemigos a pie o montados antes de poder re-cibir cualquier clase de contraataque cuerpo a cuerpo por parte de ellos Era precisamente su capacidad para mantenerse a salvo de buena parte de los

59 MIELCZAREK 1993 p 79

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contraataques (cercanos o de proyectil) lanzados contra ellos lo que conver-tiacutea a los catafractii en un arma auacuten maacutes devastadora y pesada que los conta-rii la fuerza devastadora de su ataque teniacutea muchas menos posibilidades de verse desbaratada durante la accioacuten si todo iba razonablemente bien60

Y es este elemento clave del catafractus romano la proteccioacuten corpo-ral uno de los puntos que mayores debates ha generado empezando por el yelmo propiamente dicho Un catafractus romano del s II y comienzos del s III dC empleariacutea una gama de cascos ligeramente distinta a los de un con-tarius por dos razones la primera de todas cronoloacutegica en base al hecho de que su aparicioacuten (en base a todas nuestras fuentes) no parece tener lugar has-ta la primera deacutecada del s II dC por lo que los disentildeos de cascos maacutes tiacutepi-cos del s I dC (como el tipo Weiler) no llegariacutean a ser usados por los cata-fractii romanos la segunda es puramente funcional en tanto en cuanto se es-perariacutea de un catafractus que fuera lo maacutes protegido posible Soacutelo los dise-ntildeos maacutes soacutelidos de yelmos romanos y de proteccioacuten maacutes completa entrariacutean a formar parte del equipo corriente de esta caballeriacutea pesada En este sentido resulta particularmente representativo el casco tipo Heddernheim o Russell Robinson tipo E el tipo Friedberg asiacute como los cronoloacutegicamente anteriores Kalkar-Houmlnnepel y Bodengraven Todos ellos ofreciacutean una excelente protec-cioacuten a todo el craacuteneo y el cuello Sin embargo todos ellos no podiacutean evitar dejar al descubierto ojos nariz y buena parte de la boca Teniendo en cuenta que el resto del cuerpo del jinete estariacutea tambieacuten razonablemente bien prote-gido la mejor forma de neutralizar a un catafractus en estas circunstancias era atacarle al rostro directamente Sean cuales sean las circunstancias (y lo que Hollywood nos haya intentado hacer creer) el instinto baacutesico de preser-vacioacuten de un ser humano le hace cerrar los ojos encoger o apartar brusca-mente la cabeza y (de ser necesario) protegerse con las manos y los brazos si intuye o siente una agresioacuten dirigida a la cara Se trata de un acto reflejo baacute-sico e instintivo que no se puede evitar La peacuterdida temporal del control so-bre la realidad visual y sobre las acciones del combate que esto produciriacutea podriacutea provocar (al menos durante ese corto espacio de tiempo) que el ldquoin-vulnerablerdquo catafractus dejara de ser una amenaza fallara el objetivo de su ataque dejara de prestar atencioacuten (en pos de su propia proteccioacuten) yo se convirtiera en un objetivo vulnerable durante ese tiempo En resumidas cuentas la proteccioacuten para la cara resultariacutea una pieza muy uacutetil para un sol-dado cuya fuerza residiera en una pesada proteccioacuten y una gran contundencia de ataque En este sentido se sabe que los catafractos y clibanarios partos y

60 MIELCZAREK 1993 p 81 BISHOP COULSTON 1993 pp 109-111 DIXON SOUTHERN 1997 p 76 GOLDSWORTHY 1998 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-321

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sasaacutenidas emplearon maacutescaras o ventails combinadas con sus cascos para completar su proteccioacuten dejando tan soacutelo los resquicios necesarios para res-pirar y ver (literalmente dos orificios del tamantildeos de los ojos asiacute como una apertura y perforaciones para permitir la ventilacioacuten a la altura de la boca y la nariz) sin que ello pareciera representar un inconveniente a la percepcioacuten del entorno en combate61 En la panoplia romana altoimperial los cascos con maacutescaras metaacutelicas (y las maacutescaras en siacute mismas) no son precisamente des-conocidos son aquellos inicialmente atribuidos a un uso en paradas y ejer-cicios militares especialmente la Hippikaacute Gymnasia Entre los ejemplos maacutes destacables podemos sentildealar el tipo Newstead (s I dC) asiacute como las varian-tes maacutes elaboradas y decoradas del Heddernheim En principio este tipo de cascos dada su profusa decoracioacuten y las supuestas limitaciones a la visibili-dad provocadas por la maacutescara estariacutean limitado en su uso a la Hippikaacute Gymnasia Sin embargo este tipo de cascos no era impedimento para un adecuado desenvolvimiento durante estos ejercicios que eran una muestra de destreza iquestPor queacute entonces habriacutean de resultar un estorbo en la batalla Las maacutescaras de la caballeriacutea parta no teniacutean una factura esencialmente diferente a las romanas (maacutes allaacute del plano puramente artiacutestico-estiliacutestico) y fueron usadas en combate con cierta asiduidad iquestPor queacute razoacuten los yelmos con maacutes-cara o maacutes probablemente las maacutescaras en siacute mismas combinadas con otros tipos de yelmos romanos de caballeriacutea conocidos no pudieron ser utilizados en combate tanto como en la Hippikaacute Gymnasia Hace casi dos deacutecadas Mielczarek ya lanzoacute una propuesta en semejante sentido al respecto de la ca-balleriacutea pesada romana poniendo en cuestioacuten su uso exclusivo en paradas y exhibiciones la cantidad de cascos con maacutescaras y maacutescaras aisladas vincu-ladas a la panoplia romana (y especialmente de la caballeriacutea) no parece res-ponder precisamente a un uso limitado a ocasiones especiales Diez antildeos maacutes tarde Dixon e I P Stephenson volvieron a retomar dichos plantea-mientos argumentando que determinados cascos empleados en la Plena y Baja Edad Media (como el sallet A82) limitaban la visibilidad tanto o maacutes que las maacutescaras inicialmente consideradas como limitadas a la Hippikaacute Gymnasia y sin embargo fueron empleados en combate62 En este sentido consideramos que posiblemente los maacutes ricamente decorados ejemplares no fueron objeto de uso en combate pero siacute que nos adscribimos a los plantea-mientos de los autores mencionados considerando no soacutelo probable sino ra-zonable que la maacutescara (y los cascos disentildeados especialmente para portarlas) formaran parte de la panoplia de los catafractii otorgaacutendoles la proteccioacuten necesaria para proteger el siempre vulnerable rostro

61 MIELCZAREK 1993 p 60 NEGIN 1998 pp 72-74 WILCOX 2001 p 10 62 MIELCZAREK 1993 p 81 DIXON STEPHENSON 2003 pp 20-24

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Un catafractus sin duda alguna portariacutea una buena proteccioacuten para el torso En este sentido hariacutea uso de las mismas protecciones antes menciona-das para los contarii como loricae hamatae y squamatae asiacute como las inno-vaciones propias de eacutepoca Antonina y Severa como las escamas semi-riacutegi-das y las poco comunes armaduras de laacuteminas como el aislado ejemplo del s III dC hallado en Čatalka63 Sin embargo si atendemos ahora al grafito de Dura-Europos el jinete representado no parece llevar un uacutenico tipo de pro-teccioacuten sobre su torso Las armaduras compuestas por varios tipos de loricae como hemos visto eran probablemente utilizadas ya por los saacutermatas Este tipo de proteccioacuten era tambieacuten conocida en el ejeacutercito romano si bien los ejemplos de la misma son limitados y no parece que su uso estuviera muy extendido (al igual que no parece que en el s II y a comienzos del s III dC los catafractii fueran un arma de extendido uso en Roma) Se denominaba lorica plumata teacutermino que al parecer designaba principalmente a armadu-ras compuestas por lorica squamata y hamata combinadas Esta combina-cioacuten parece ser la utilizada tambieacuten por los saacutermatas aunque su distribucioacuten sobre el cuerpo no se ha podido reconstruir convincentemente64 Al igual que el contarius el catafractus no portariacutea escudo tanto por serle imposible su debido aprovechamiento al empuntildear un contus como por el estorbo que su-pondriacutea al uso de esta uacuteltima La carencia de escudo quedariacutea suplida por lo pesado de su proteccioacuten corporal En este sentido destaca la manica una proteccioacuten construida con laacuteminas de metal (bronce o hierro) semiciliacutendricas unidas unas a otras en progresioacuten descendente del hombro hacia la mano la cual podiacutea proteger a su vez con guanteletes de malla de escamas o incluso una extensioacuten de la manica misma adaptada a la forma de la mano65 Com-pletariacutean la proteccioacuten de un catafractus unas grebas para sus piernas (la parte de su cuerpo maacutes al alcance de la infanteriacutea enemiga) si bien podiacutean disponer de protecciones maacutes pesadas que podiacutean llegar a cubrir muslos y pies recordando en su estructura a la manica empleada para proteger los bra-zos66 En ocasiones podriacutea emplearse tambieacuten protecciones especiacuteficas para el cuello especialmente pensadas para cubrir cualquier posible fisura entre el yelmo y la proteccioacuten del torso De este tipo de piezas se han encontrado al-gunos ejemplos como el de una tumba de Čatalka en Bulgaria datada en el

63 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-92 y 116-117 DIXON SOUTHERN 1997 pp 36-43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 43-48 FIELDS 2006 pp 13-14

64 MIELCZAREK 1993 pp 79-80 NEGIN 1998 pp 68-74 DIXON STEPHENSON 2003 pp 49-50 FIELDS 2006 pp 10-11

65 BISHOP COULSTON 1993 pp 87-91 DIXON STEPHENSON 2003 pp 55-58 66 DIXON SOUTHERN 1997 p 43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 61-63

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s II dC y consistente en un anillo de metal dividido en dos mitades unidas por un cinturoacuten de cuero y originalmente tintado en rojo67

El equipamiento de las monturas de los catafractii romanos es otro as-pecto poleacutemico quizaacutes el que maacutes En primer lugar respecto de las sillas de montar eacutestas responderiacutean probablemente al modelo presentado por Con-nolly pero a un tipo particular cuyo entramado riacutegido interno y cuernos es-tariacutean maacutes desarrollados planteando una sujecioacuten mucho maacutes riacutegida y firme Este tipo de sillas poseiacutea ademaacutes una estructura reforzada con elementos metaacutelicos Seguacuten Connolly y C Van Dryel Murray este tipo de sillas res-ponderiacutea especialmente a un uso por parte de unidades de caballeriacutea pesada donde el peso de la armadura del jinete sumada a su modalidad de combate (choque con lanza pesada) hariacutea necesaria una sujecioacuten maacutes firme para evitar quedar descabalgado asiacute como un maacutes eficiente reparto del peso sobre el lomo y los costados del caballo Este tipo de sillas es visible tambieacuten sobre los caballos de los clibanarios sasaacutenidas que aparecen en el relieve de Firu-zabad68 En segundo lugar estaacute la cuestioacuten en torno a si las monturas de los catafractii romanos del s II y comienzos del III dC llevaban alguacuten tipo de proteccioacuten y cuaacuten completa era esta En este sentido se han lanzado diver-sas propuestas e hipoacutetesis por una parte aquellos que consideran que los ca-tafractii romanos probablemente no emplearon proteccioacuten para sus monturas al menos no en la forma casi sistemaacutetica y masiva que caracterizaba a la ca-balleriacutea pesada parta y que caracterizariacutea maacutes tarde a la sasaacutenida y a la pro-pia caballeriacutea pesada romana bajoimperial en este sentido los catafractii del ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta no seriacutean sino contarii pesada-mente protegidos pero cuyas monturas no portariacutean proteccioacuten alguna fuera de lo comuacuten hasta el momento en el ejeacutercito romano69 otros han propuesto un teacutermino medio sostenido en base a la influencia saacutermata en la creacioacuten y equipamiento de la caballeriacutea pesada romana Es eacuteste el caso de Mielczarek Negin y Lebedynsky entre otros quienes consideran que los catafractii ro-manos no emplearon la protecciones pesadas y o maacutes o menos completas pa-ra sus monturas en el sentido sistemaacutetico que se puede observar en la tradi-cioacuten militar parta o persa sino que emplearon protecciones maacutes limitadas y sobre todo aplicadas a secciones concretas de estas unidades por ejemplo entre aquellos soldados destinados a formar la vanguardia de choque de la formacioacuten o simplemente entre los oficiales70 entre la mayor parte de los autores consagrados al estudio del armamento romano y en particular de la

67 DIXON STEPHENSON 2003 p 59 68 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 p 45 MIELCZAREK 1993 pp 81-82 69 EADIE 1967 pp 166-168 70 MIELCZAREK 1993 pp 74-81 NEGIN 1998 p 74 LEBEDYNSKY 2002 p 237-238

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caballeriacutea existe un acuerdo taacutecito en reconocer el uso por parte de la ca-balleriacutea pesada romana de protecciones metaacutelicas Sin embargo en general o no llegan a un acuerdo en torno a su empleo por parte de las primeras uni-dades de catafractii o se limitan a constatar que los restos arqueoloacutegicos de protecciones equinas pesadas (particularmente las halladas en Dura-Europos) datan en principio del s III dC sin entrar en mayores debates71 finalmente estaacuten aquellos autores que dan simplemente por sentada la asociacioacuten entre el teacutermino catafractii y una proteccioacuten maacutes o menos completa y extendida a la inmensa mayoriacutea (al menos) de las monturas de estas unidades en cual-quier momento desde su creacioacuten72 pero especialmente a partir del s III dC73

En general todas estas corrientes tienden a coincidir en sentildealar que las armaduras pesadas para caballos en el ejeacutercito romano no empezaron a utili-zarse de forma extendida para la caballeriacutea pesada hasta el s III dC De nue-vo el debate se centra en torno a su uso durante el s II dC justo en el mo-mento de la creacioacuten de las primeras unidades de catafractii y particular-mente a causa de la falta de pruebas concluyentes Si se hizo uso de dichas protecciones ya en el s III dC iquestpor queacute razoacuten negar su uso en una fase an-terior aunque eacuteste no fuera un uso generalizado Particularmente preferimos adscribirnos a la tendencia representada por Mielczarek Negin y Lebedyns-ky entre otros autores considerando que los miembros de la uacutenica unidad de caballeriacutea pesada acorazada romana conocida para el s II dC el ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta (y por tanto otras unidades del mismo tipo auacuten por conocer) emplearon protecciones metaacutelicas maacutes o menos pesa-das para sus monturas de un modo ocasional limitado a secciones especiales de la unidad o a la oficialidad siguiendo la corriente de influencia saacutermata Estas protecciones se generalizariacutean a lo largo del s III dC probablemente bajo una mayor influencia de la tradicioacuten militar parta y ante todo sasaacutenida hasta constituir las unidades pesadas del Bajo Imperio que seriacutean el germen de la posterior caballeriacutea pesada bizantina

Este tipo de protecciones incluiriacutea no soacutelo ya los chamfrons metaacutelicos sobradamente conocidos por la caballeriacutea romana de la eacutepoca (y empleados probablemente por los contarii) sino bardas compuestas por malla escamas de cuero o metaacutelicas o laacuteminas que como los ejemplares de Dura-Europos (ya descritos anteriormente) cubririacutean los flancos del caballo y buena parte

71 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-70 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

72 GOLDSWORTHY 1998 pp 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 y 20-21 73 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-322

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de la pechera del mismo74 Este tipo de protecciones probablemente incluiriacutea tambieacuten piezas especiacuteficas para proteger el frontal y la cerviz del animal has-ta la cabeza a semejanza quizaacutes de las empleadas por partos y sasaacutenidas en Oriente Estas piezas particularmente para la cerviz del caballo se han en-contrado tambieacuten en Dura-Europos elaboradas en malla y lazadas mediante correas de cuero75 De este modo si se quisiera proporcionar proteccioacuten tan soacutelo a los caballos de una parte de la unidad lo maacutes loacutegico seriacutea hacerlo con las monturas que marchariacutean en la vanguardia de la formacioacuten de choque y que deberiacutean absorber la fase maacutes violenta del impacto En este sentido las piezas de proteccioacuten maacutes uacutetiles no seriacutean las bardas laterales sino las pro-tecciones para pechera cerviz y cabeza las partes del cuerpo del caballo que quedariacutean expuestas al enemigo durante una carga en formacioacuten cerrada Al prescindir asiacute de las protecciones de los flancos no solo se seguiriacutea apor-tando una proteccioacuten uacutetil a las monturas maacutes expuestas de la unidad durante una accioacuten de combate sino que se estariacutea aligerando el peso que habriacutean de soportar durante la accioacuten reduciendo asiacute el riesgo de agotamiento de las mismas

Si la influencia saacutermata en el origen del contarius romano es maacutes o menos segura la cuestioacuten resulta menos clara para los catafractii Formal-mente un catafractus romano no se diferenciaba del contario saacutermata maacutes pesadamente armado maacutes que en la factura de determinadas partes de su equipamiento muchas de las cuales eran de tradicioacuten puramente romana y unas pocas (como las protecciones maacutes pesadas para las piernas) devendriacutean de tradiciones orientales Sin embargo el hecho de que en ninguacuten momento las fuentes literarias disponibles denominen a la caballeriacutea pesada saacutermata como catafractii y que las protecciones pesadas para caballos entre la mis-ma parezcan ser objeto de un uso tan heterogeacuteneo como vinculado al status y posibilidades econoacutemicas del jinete parece ser el principal punto (al menos inicialmente) de distanciamiento entre los lanceros acorazados saacutermatas y los catafractii romanos Ahora bien suponiendo que la creacioacuten de las unidades de catafractos romanos estuviera respondiendo a la caballeriacutea pesada parta iquestpor queacute esperoacute al s II dC Durante casi tres siglos de encuentros en los campos de batalla de Oriente el ejeacutercito romano no parecioacute tener necesidad alguna de emular a los catafractos y clibanarios partos Finalmente es en el contexto de las guerras daacutecicas y paacuterticas de Trajano y en el reinado de Adriano cuando los catafractii hacen su aparicioacuten en el ejeacutercito romano al-gunas deacutecadas maacutes tarde que los contarii y despueacutes de casi un siglo de con-

74 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-63 67 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

75 DIXON STEPHENSON 2003 p 114

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tacto con la caballeriacutea saacutermata De nuevo la coincidencia de variables parece hablar por siacute sola al igual que primero el contarius el catafractus parece ser una respuesta de la caballeriacutea romana a las refriegas habidas con los exce-lentes jinetes saacutermatas desde mediados del s I dC hipoacutetesis que secundan la mayor parte de los autores76 Cualquier posible influjo oriental en la com-posicioacuten de la primera caballeriacutea pesada romana respondioacute a la incorpora-cioacuten de elementos considerados de utilidad no encontrados en la tradicioacuten militar propiamente romana o saacutermata El incremento de este influjo mate-rializado quizaacutes en la intensificacioacuten y extensioacuten del uso de armaduras pe-sadas para caballos y en el importante desarrollo en general del arma de ca-balleriacutea pesada en Roma tendriacutea lugar ya entrado el s III dC quizaacutes no tanto de manos de los uacuteltimos coletazos del moribundo Imperio parto como del joven y eneacutergico Imperio persa sasaacutenida el cual llevariacutea el arma de ca-balleriacutea en el Oriente a nuevas cotas de desarrollo especializacioacuten en organi-zacioacuten equipamiento y taacutecticas77

Mencioacuten especial requiere la organizacioacuten del ala I Gallorum et Pan-noniorum catafracta No entraremos a resentildear aquiacute la naturaleza del ala como unidad militar del ejeacutercito romano ni la organizacioacuten y estructura de la caballeriacutea romana altoimperial sino un aspecto concreto del ala concreta objeto de nuestro estudio y que parece haber pasado desapercibido a la ma-yor parte de los autores Se trata del hecho de que dicha ala debioacute de ser compuesta en su origen por soldados de dos unidades distintas probable-mente tropas selectas Tal y como sentildeala su nombre el ala estaba compuesta por jinetes galos y panonios Mielczarek ha propuesto precisamente que ca-ra a la creacioacuten de esta unidad de catafractos probablemente se seleccionoacute a los mejores soldados de dos alas distintas posiblemente (seguacuten el parecer del propio Mielczarek) el ala I Pannoniorum y el ala I Gallorum Flaviana Aunque de momento no se trata sino de una hipoacutetesis parece razonable que cara a la primera unidad de caballeriacutea pesada romana (probablemente una unidad que tendriacutea en sus oriacutegenes un marcado caraacutecter ldquoexperimentalrdquo) se seleccionara a personal experimentado y de fiar lo que remarcariacutea el caraacutec-ter de eacutelite de este tipo de unidades

76 EADIE 1967 MIELCZAREK 1993 NEGIN 1998 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

LEBEDYNSKY 2002 77 EADIE 1967 pp 169-172 MICHALAK 1987 MIELCZAREK 1993 pp 63-67 NICOLLE

1996 WILCOX 2001 pp 24-35 FARROKH 2005

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Taacutecticas y limitaciones de la caballeriacutea pesada romana La caballeriacutea fue un arma especializada principalmente en una uacutenica

funcioacuten el ataque Un grupo de jinetes no puede establecer una posicioacuten de-fensiva y mantenerla de forma estaacutetica pues equivaldriacutea claramente a un suicidio en cualquier eacutepoca Cuando una unidad de caballeriacutea ha sido em-pleada con fines de defensa lo ha sido empleando fundamentalmente el ata-que es decir un contraataque

La principal ventaja de un jinete respecto del soldado de infanteriacutea ra-dica en tres puntos fundamentales la altura que le proporciona su montura la rapidez y potencia de la misma y el efecto psicoloacutegico que todo ello sus-cita en el infante El principal modo en que la caballeriacutea (y particularmente la caballeriacutea media y pesada) se enfrenta a la infanteriacutea (y a otras unidades como veremos) es la carga cuya finalidad es desfondar la formacioacuten ene-miga dispersaacutendola para coparla y destruirla o permitir a otras unidades aprovechar la brecha abierta Sin embargo contrariamente a lo que se suele pensar un caballo (o un grupo de caballos) no es capaz de embestir una for-macioacuten cerrada de infanteriacutea Un equino no es un toro ni se comporta como tal El caballo siempre se para antes de llegar a impactar contra un obstaacuteculo que considera no podraacute esquivar o saltar o donde no vea espacio alguno por donde penetrar En este sentido una formacioacuten de infanteriacutea pesada que fuera capaz de mantener su posicioacuten hasta el final teniacutea muchas posibilidades de rechazar una carga de caballeriacutea Existiacutean dos formas para evitar que esto sucediese de modo tal que la carga de caballeriacutea tuviese finalmente eacutexito hostigar a la formacioacuten de infanteriacutea de muacuteltiples modos (ataque con proyec-tiles ataques simulados apoyar a la caballeriacutea atacante con infanteriacutea o ar-tilleriacutea) o bien que un porcentaje suficiente de soldados enemigos no fuera capaz de soportar la tensioacuten psicoloacutegica de ver venir sobre ellos una carga de caballeriacutea y rompiera filas debilitando la formacioacuten desorganizaacutendola y abriendo brechas Como vemos el resultado de una carga de caballeriacutea de-pende maacutes del contexto y de la psicologiacutea que de la carga en siacute misma Sin embargo los nervios de acero necesarios para superar el instinto de autopro-teccioacuten (que nos llevariacutea a quitarnos inmediatamente de la trayectoria de los caballos y sus jinetes) no eran (ni son) un elemento comuacuten en los ejeacutercitos Pocas infanteriacuteas disponiacutean del adiestramiento y disciplina necesarios para mantener la posicioacuten y afrontar una auteacutentica estampida que a sus ojos cla-ramente amenazariacutea con arroyarla Entre tales excepciones se encontraba la

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infanteriacutea legionaria romana la cual soacutelo en determinadas circunstancias era realmente vulnerable a un ataque de caballeriacutea78

Las unidades de caballeriacutea pesada como catafractii y contarii eran un caso auacuten maacutes especial En primer lugar el contus permitiacutea al jinete arroyar a un infante enemigo virtualmente antes de que su montura se viera obligada a detener su marcha Por otra parte sus pesadas protecciones (y la de sus mon-turas al menos para una parte de los catafractii) les otorgaban una mayor se-guridad ante cualquier clase de contraataque enemigo (especialmente pro-yectiles) y una superior capacidad de asumir el riesgo del contacto con una formacioacuten enemiga demasiado firme Pero sobre todo les otorgaba una carga psicoloacutegica brutal la visioacuten de una ldquoparedrdquo blindada erizada de lanzas en auteacutentica formacioacuten de falange avanzando con premura directamente resulta-ba especialmente impactante a ojos de un soldado de infanteriacutea por muacuteltiples factores Ser arroyado por un caballo no es una perspectiva agradable ser arroyado por una marea de lanzas y caballos blindados es una perspectiva auacuten menos agradable Para incrementar la capacidad de penetracioacuten de este tipo de caballeriacutea se empleaban formaciones y ataques en profundidad fun-damentalmente columna y cuneuscuntildea En este sentido la formacioacuten podiacutea concentrar la fuerza de su carga en un frente estrecho que pudiera ser dirigi-do convenientemente contra el punto maacutes deacutebil de la formacioacuten a atacar in-cluso con la carga ya en curso Sin embargo la caballeriacutea pesada poseiacutea una desventaja potencial el enorme peso de su equipamiento reduciacutea la veloci-dad de su carga su maniobrabilidad y podiacutea agotar a sus caballos muy raacutepi-damente En este sentido podiacutean ser viacutectimas faacuteciles de unidades maacutes aacutegiles y raacutepidas o de un contraataque al teacutermino de una extenuante carga (exitosa o no) Por otra parte no estaban precisamente capacitados para realizar una re-tirada raacutepida con los caballos extenuados por el esfuerzo de cargar despla-zando sobre sus lomos a su jinete con su equipamiento y su propia pro-teccioacuten los catafractii podiacutean encontrarse en una situacioacuten realmente com-prometida si su ataque fracasaba y no se encontraban en posicioacuten de recibir apoyo inmediato de unidades aliadas capaces de protegerlos el tiempo nece-sario para maniobrar y salir del atolladero Otro peligro que desembocaba di-rectamente en el fracaso de la carga (y en las circunstancias antes descritas) era la posibilidad de que la formacioacuten perdiera su cohesioacuten durante la carga Para evitar esta circunstancia (y reducir la extenuacioacuten de los caballos) se procuraba no cargar a mayor velocidad que un trote ligero79

78 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

79 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 y 241 LEBEDYNSKY 2002 p 237 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

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A la hora de afrontar a otra caballeriacutea las circunstancias eran dife-rentes La caballeriacutea como especialista en ataque teniacutea tambieacuten la funcioacuten de neutralizar a la caballeriacutea del adversario negaacutendole asiacute la mayor parte de la iniciativa y ganando la oportunidad de flanquear sus formaciones y ata-carlas desde diversos puntos Un ejeacutercito cuya caballeriacutea abandonara el cam-po de batalla por otra parte aunque auacuten podiacutea imponerse mediante la fuerza de su infanteriacutea (si era capaz de rechazar el ataque de la caballeriacutea adversaria y de desalojar a su infanteriacutea) careceriacutea de cualquier posibilidad para explo-tar adecuadamente la victoria la caballeriacutea fue hasta la I Guerra Mundial la uacutenica arma capacitada para lanzar una persecucioacuten sobre una fuerza enemiga en retirada convirtiendo esta uacuteltima en una desbandada desorganizada y dis-poniendo asiacute de la oportunidad de transformar un ejeacutercito derrotado en un ejeacutercito destruido En este sentido la caballeriacutea no fue soacutelo una pieza taacutectica fundamental a la hora de la batalla sino una herramienta baacutesica de la estra-tegia a nivel global de cualquier conflicto a lo largo de unos tres milenios de historia militar

La infanteriacutea puede rechazar a la caballeriacutea pero nunca perseguirla (maniobra que equivaldriacutea a dar la ocasioacuten a los jinetes derrotados de dar media vuelta y lanzar un inesperado contraataque que convirtiera en desastre para la infanteriacutea lo que empezoacute siendo un eacutexito Las huidas fingidas como ya hemos sentildealado eran tambieacuten una interesante taacutectica a emplear por parte de la caballeriacutea para desorganizar una formacioacuten enemiga Sin embargo no era una taacutectica que entrara dentro del ldquomanual de instruccionesrdquo de la ca-balleriacutea maacutes pesada limitada como estaba en sus movimientos) Soacutelo la ca-balleriacutea podiacutea derrotar poner en fuga y destruir a otra caballeriacutea El modo de hacerlo sin embargo era materia delicada Una formacioacuten cerrada para ata-car a otra caballeriacutea resultaba inuacutetil y peligrosa era la mejor forma de que los propios caballos se rompieran los huesos al impactar a gran velocidad contra las monturas enemigas Normalmente y a lo largo de toda la existen-cia de la caballeriacutea de choque dos formaciones de caballeriacutea que cargan una contra otra a la espera de un combate mano a mano tienden a abrir sus liacuteneas para esquivar el choque frontal contra los caballos rivales Al producirse el choque el jinete tratariacutea de atacar con sus armas a su rival maacutes cercano a uno u otro lado intentando derribarle o herirle mortalmente En estas cir-cunstancias el contus sarmaticus vuelve a relucir por sus virtudes permitiacutea (al igual que la lanza de cometida medieval las lanzas de los huacutesares alados polacos o las lanzas de los ulanos austriacos o los cosacos rusos) golpear al jinete adversario antes de que eacuteste equipado con espada o con una lanza maacutes corta pudiese iniciar su propio ataque Una formacioacuten de contarii o de cata-fractii podiacutea asiacute arroyar faacutecilmente la vanguardia de la formacioacuten de caballe-

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riacutea enemiga neutralizando su ataque y desorganizando totalmente su forma-cioacuten Sin embargo cuando dos formaciones cargaban una contra la otra y llegaban a culminar completamente el choque el combate podiacutea derivar faacute-cilmente en una violenta y caoacutetica refriega En estas circunstancias las espa-das de hoja larga empleadas por la caballeriacutea romana y saacutermata eran particu-larmente esenciales asiacute como sus protecciones dado que un contus tendiacutea a partirse tras el primer o segundo impacto y a ser poco coacutemoda de utilizar cuando el combate se tornaba maacutes cercano En cualquier caso si una forma-cioacuten de catafractii no conseguiacutea imponerse durante el choque a la formacioacuten enemiga el agotamiento de sus monturas y su menor movilidad (sumada a la peacuterdida del orden en la formacioacuten inherente al inicio de la refriega) supon-driacutean una peligrosa situacioacuten en el caso de carecer de apoyo de otras unida-des (bien de caballeriacutea o de infanteriacutea) y de la que no podriacutean salir con mu-cha facilidad80

Tanto frente a otra caballeriacutea como frente a la infanteriacutea el respaldo de unidades de caballeriacutea maacutes ligeras y particularmente arqueros a caballo81 resultariacutea particularmente deseable antes del choque la caballeriacutea ligera po-driacutea hostigar con proyectiles a las formaciones enemigas creando brechas o desorganizaacutendolas y despueacutes del choque podriacutean apoyar a la caballeriacutea pe-sada durante la progresioacuten del combate cubrir su retirada o explotar su eacutexito continuando la persecucioacuten de un enemigo en fuga

Como vemos desde el punto de vista taacutectico y del empleo en el campo de batalla el eacutexito de la caballeriacutea pesada acorazada dependiacutea tanto o maacutes de las circunstancias el contexto y el apoyo que pudieran recibir que de sus propias virtudes Se trataba de unidades altamente especializadas que si que-daban desprotegidas o en situaciones comprometidas podiacutean ser faacutecilmente rechazadas desbandadas o destruidas No se trataba de fuerzas versaacutetiles y probablemente ello condicionoacute que su adopcioacuten y empleo generalizado por parte del ejeacutercito romano fuera tardiacuteo

CONCLUSIONES

El ejeacutercito romano se enfrentoacute durante casi dos siglos a la caballeriacutea

pesada desarrollada por las potencias orientales Tras reveses iniciales debi-dos maacutes a las circunstancias que a una auteacutentica incapacidad para afrontar el ataque de este tipo de caballeriacutea las legiones desarrollaron sus particulares contramedidas recorriendo las primeras deacutecadas de la historia del Alto Im-

80 DIXON SOUTHERN 1997 pp 141-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 235-244 MENEacuteNDEZ

ARGUumlIacuteN 2011 pp 322-324 81 DIXON SOUTHERN 1997 p 143

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perio imperturbables considerando del todo innecesario tomar como inno-vacioacuten un arma a la que eran capaces de batir los catafractos partos y arme-nios

Sin embargo hacia mediados del s I dC algo vino a trastocar este es-cenario en apariencia estable e inamovible de las estepas poacutenticas emergioacute no tanto una nueva arma como una nueva forma de combinar y emplear ar-mas y taacutecticas sobradamente conocidas Los haacutebiles jinetes saacutermatas dejaron atraacutes la claacutesica tradicioacuten militar esteparia basada en el uso del arquero a ca-ballo y la caballeriacutea ligera desarrollaron una nueva caballeriacutea pesada libre de la mayor parte de las debilidades de los pesados catafractos partos flexi-ble y dinaacutemica y capaz de luchar en conjuncioacuten perfecta con otras modali-dades de caballeriacutea como si de un uacutenico cuerpo se tratase A diferencia del catafractario parto el ldquocontariordquo saacutermata era un jinete armado maacutes o menos pesadamente seguacuten las circunstancias y sus propias posibilidades Al igual que su contrapartida parto o armenio el jinete pesado saacutermata aprovechaba al maacuteximo las virtudes de su arma definitoria el contus sarmaticus pero la combinaba con el uso de otras igualmente uacutetiles como la espada de hoja larga y el arco recurvado compuesto Su equipamiento defensivo careciacutea de la rigidez propia del catafracto parto tendiendo a ser sensiblemente maacutes li-gero sin perder las ventajas propias de una proteccioacuten completa y concien-zuda Este equipamiento defensivo ademaacutes podiacutea variar seguacuten las circuns-tancias y las necesidades taacutecticas de cada momento (y no solo exclusi-vamente en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete) Ello permitiacutea al jinete pesado saacutermata oscilar entre una caballeriacutea media pura y una caballeriacutea pesada de choque seguacuten las circunstancias Le convertiacutea en un arma flexible capaz de desempentildear diversos papeles en el campo de batalla y variarlos du-rante el combate mismo seguacuten sus necesidades En combinacioacuten con la habi-lidad natural de estos pueblos para la equitacioacuten y sus excelentes (y numero-sas) fuerzas de caballeriacutea ligera la caballeriacutea pesada saacutermata representaba una amenaza realmente seria y totalmente nueva

Desde la guerra civil del 68-69 dC hasta la paz firmada por Adriano con los saacutermatas roxolanos en 119 dC las legiones romanas y su caballeriacutea hubieron de hacer severos esfuerzos para imponerse a este nuevo enemigo en los campos de batalla actuase eacuteste en solitario o en conjuncioacuten con otros pueblos o Estados Las guerras daacutecicas de Domiciano (85-89 dC) y de Tra-jano (101-106 dC) fueron probablemente los puntos culminantes de esta coyuntura De los sangrientos encuentros habidos sobre las orillas del Danu-bio las colinas daacutecicas y las llanuras de la futura Hungriacutea el ejeacutercito romano extraeriacutea una dura leccioacuten que aprenderiacutea raacutepidamente y pondriacutea en creciente praacutectica con el paso de los antildeos cuando a comienzos del s III dC descen-

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diera el ocaso sobre las uacuteltimas luces legadas por la edad dorada de los Anto-ninos habiendo el Estado romano de afrontar las convulsiones de un mundo en paulatina transformacioacuten

A comienzos del s II dC a caballo entre los diacuteas de Trajano y Adria-no el ejeacutercito romano afrontoacute el laborioso proceso de aplicar buena parte de lo que habiacutea aprendido de manos de la caballeriacutea saacutermata El contus ya habiacutea sido adoptado conformando la primera caballeriacutea de choque especialista de la historia del Imperio A ella le seguiriacutean las protecciones pesadas para jine-tes asiacute como para caballos El ejeacutercito romano conociacutea de sobra los modelos orientales de caballeriacutea pesada y sin embargo en el primer siglo de existen-cia de este arma entre las filas romanas el modelo a seguir fue principal-mente saacutermata Los hechos hablan por siacute solos El ejeacutercito romano habiacutea en-contrado una innovacioacuten de intereacutes para su tradicioacuten militar y la incorporoacute raacutepidamente Las primeras unidades de caballeriacutea pesada acorazada romana llevaron nombres que aludiacutean a tradiciones orientales catafractii pero su ar-mamento y el fundamento de sus taacutecticas era una mezcla de aportaciones romanas y modelos saacutermatas Con la llegada del s III dC estas unidades se hariacutean cada vez maacutes necesarias y sobre la trayectoria marcada por los pio-neros de este arma se labrariacutea el desarrollo completo de la misma

La emersioacuten del Imperio persa sasaacutenida supuso la transformacioacuten re-novacioacuten y revitalizacioacuten del arma de caballeriacutea puramente oriental Los sa-saacutenidas llevaron a un nuevo paroxismo a la combinacioacuten de la caballeriacutea pe-sada y la caballeriacutea ligera de tradicioacuten oriental hasta el punto de que algunos tratadistas militares romanos como Amiano Marcelino llegaron a conside-rarlo como un arma praacutecticamente imbatible En palabras del propio Amiano [] catafractarii [] et sagitarii formidable genus armorum82 Probable-mente estas circunstancias forzaran (entre otros factores) no ya la expansioacuten del arma de caballeriacutea pesada (asiacute como del arquero a caballo) en el ejeacutercito romano de los siglos III y IV dC sino la asuncioacuten por parte de la misma de muacuteltiples elementos propios ya exclusivamente de la tradicioacuten militar irano-persa

La experiencia saacutermata quedoacute atraacutes sin embargo su importancia y la de los primeros prototipos de caballeriacutea pesada romana existentes en el Alto Imperio no debe menospreciarse Fueron la piedra fundadora los cimientos de una importante rama de la tradicioacuten militar romana posterior madre de la bizantina y de buena parte de las tradiciones militares de la posterior Europa medieval donde la caballeriacutea ostentariacutea durante siglos su particular supre-maciacutea En cierto modo puede decirse que la caballeriacutea saacutermata y las primeras

82 AMIANO MARCELINO 16 12 7

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unidades de caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano se encuentran entre las raiacute-ces de una tradicioacuten militar que llevoacute a la caballeriacutea a mantener la ilusioacuten de su reinado sobre los campos de batalla hasta el enloquecedor extremo de atravesar las trincheras y alambradas de la I Guerra Mundial y cargar sobre las divisiones panzer germanas en 1939

SELECCIOacuteN DE TEXTOS EPIGRAacuteFICOS RELATIVOS

83 Camerinum (Camerino) Regio VI Italia CIL XI 5632

M(arco) Maenio C(ai) f(ilio) Cor(nelia) Agrippae L(ucio) Tusidio Campestri hospiti divi Hadriani patri senatoris praef(ecto) coh(ortis) II Fl(aviae) Britton(um) equitat(ae) electo a divo Hadriano et misso in expeditionem Brittannicam trib(uno) coh(ortis) I Hispanor(um) equitat(ae) praef(ecto) alae I Gallor(um) et Pannonior(um) catafractatae proc(uratori) Aug(usti) praef(ecto) classis Brittannicae proc(uratori) provinciae Brittanniae equo publico patrono municipi(i) vicani Censorglacenses consecuti ab indulgentia Optimi Maximique Imp(eratoris) Antonini Aug(usti) Pii beneficio interpretationis eius privilegia quibus in p[e]rpetuum aucti confirmatique sunt l(ocus) d(atus) d(ecreto) d(ecurionum) g(ratis)

Ad Mediam (Mehadia) Dacia CIL XVI 110 = CIL III 886 = AE 1980 760

[Imp(erator) Caes(ar) divi Had]rian(i) f(ilius) divi Traiani [Parthici n(epos) divi Ne]rvae pron(epos) T(itus) Aelius [Hadrianus Ant]oninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) [max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII] imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae) [equit(ibus) et pedit(ibus)] qui mil(itaverunt) in alis III quae [appell(antur) Silia]n(a) et Gall(orum) et Pann(oniorum) [catafrac(taria) et F]ront(oniana) et coh(ortibus) XII I Ulp(ia) [Britton(um)] |(milliaria) et I Fl(avia) Ulp(ia) Hisp(anorum) |(milliaria) [et 3 I Ael(ia)] Gaesa(torum) |(milliaria) et I Aug(usta) Nerv() [|(milliaria) et I]I Britt(onum) |(milliaria) et I Hispan(orum) [--- e]t II Hisp(anorum) scutat(a) Cy[ren(aica) et ---]n() et VI Thrac(um) et sunt [in Dacia Poroliss]en(si) sub Macrinio [Vindice proc(uratore) qui]nq(ue) et vigint(i) stip[en(diis) emerit(is) dimis(sis) hon]est(a) miss(ione) quor(um) [nomin(a) subscripta s]unt civit(atem) Roman(am) [qui eor(um) non ha]b(erent) ded(it) et con(ubium) cum [uxor(ibus) quas tu]nc hab(uissent) cum est [civit(as) i(i)s dat(a) aut] cum i(i)s quas post(ea) [dux(issent) dumtax(at) si]ngulis [[Imp(erator) Caes(ar) divi Hadrian(i) f(ilius) divi Traiani Parthici n(epos) divi Nervae pron(epos) T(itus) Aelius Hadrianus Antoninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae)] [equit(ibus) et pedit(ibus) qui mil(itaverunt) in alis III ---] et vigint(i) stipend(iis) emerit(is) dimis(sis) honest(a) miss(ione) quor(um) nomin(a) subscript(a) sunt civit(atem) Roman(am) qui eor(um) non haber(ent) dedit et conub(ium) cum uxor(ibus) quas tunc habuis(sent) cum est civit(atem) i(is) dat(a) aut cum i(is) quas post(ea) dux(issent) dumtax(at) singulis a(nte) d(iem) V K(alendas) Oct(obres) Sex(to) Calpurnio Agricola Ti(berio) Claudio Iuliano co(n)s(ulibus) coh(ors) I Ulpia Britton(um) |(milliaria) cui

83 Tomados del Epigraphische Datenbank Clauss-Slaby httpwwwmanfredclauss de

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prae(e)st L(ucius) Nonius Bassus Picen(o) ex pedite Luonerco Molaci f(ilio) Britt(oni) descript(um) et recognit(um) ex tabul(a) aer(ea) quae fixa est Romae in mur(o) post templ(um) divi Aug(usti) ad Minervam

Tipasa (Tefessad) Mauretania Cesariense AE 1951 265 = AE 1955 133

D(is) M(anibus) Adiutoris eq(uitis) al(ae) pri(mae) Can(n)anafatium vi(xit) XXXXI m(ilitavit) an(nos) XXIII pro(curante) l(i)b(erto) ipsi(us) bene me(renti) Cabanus he(res) po(suit)

Savaria (Szombathely) Panonia Superior CIL III 4183

T(itus) Cnorius Sabinianus ex praef(ecto) alae Contariorum v(ir) e(gregius) et L(ucius) Val(erius) Verus dec(urio) c(oloniae) C(laudiae) Savar(iensium) sacerdotalis p(rovinciae) P(annoniae) s(uperioris) cryptam vi ignis exustam sumptibus suis refecerunt

Brigetio (Kornye) Panonia Superior CIL III 4278

D(is) M(anibus) Val(erio) Saturnino vet(erano) ex dup(licario) alae I Ulp(iae) Cont(ariorum) qui vixit an(nos) L et Val(erio) Sabino mil(iti) leg(ionis) I Ad(iutricis) stip(endiorum) III vixit an(nos) XXV filio Caes(ia) Digna marito et filio f(aciendum) c(uravit)

Apamea Siria AE 1987 955

Aur(elio) Basso quandam(sic) sig(nifero) al(ae) I Ulp(iae) (C)ontariorum stipendiorum VIII vixit annos XXVIIII XI Kal(endas) Maias Gallo et Volusiano consilibus() titulus positus a Marc(io) Cotum(sic) (d)ec(urione) al(ae) c(ivium) R(omanorum)

Apamea Siria AE 1993 1589

D(is) M(anibus) Iulius Valerianus eques alae I Ulp(iae) contariorum stip(endiorum) XXIII vixit annis XXXXVI Ulp(ius) Ingenu(us) dupl(icarius) alae eiusdem heres posuit b(ene) m(erenti)

Arrabona (Gyor) Panonia Superior CIL III 4379

D(is) M(anibus) Ulp(ius) Variu(s) Ore() vet(e)r(anus) ex stat(ore) al(a)e I Ulp(iae) Cont(ariorum) do(mo) Af(rica) vixs(it) ann(os) XLV et Ael(iae) Sabin(a)e fi(liae) vix(it) ann(os) X Ael(ia) Domitia con(iunx) et Ulp(ius) Sabinianus et Ulp(ius) [Cele]rinus et Sabi[nil]la fili(i) vivi cum [mat(re) pa]tri karis(simo) posuerunt

Sentpalpuszta Panonia Superior CIL III 11081 = AE 1899 3

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[D(is) M(anibus)] M(arcus) Aur(elius) [3]us vex(illarius) al(ae) p(rimae) C(ontariorum) Anto(ninianae) et Elv(iae) Bon(a)e c(oniugi) car(issimae) et f(iliae) Aur(eliae) Valerin(a)e et Ae(liae) Sabin(a)e et Elv(io) Verecundo an(norum) LXX Pulc(h)r(a)e() Suri an(norum) LX et Elv(io) Vitali an(norum) XVIII et Au(relio) Ma(n)suetiano an(norum) VII et Ae(lio) Florido M(arcus) Aur(elius) Valerianus sib(i) [et] su[i]s vivi f(ecit)

Roma CIL VI 1449 = AE 1967 16 = AE 196970 13

M(arco) Macrinio Avito M(arci) f(ilio) Claud(ia) Catonio Vindici co(n)s(uli) aug(uri) p(opuli) R(omani) Quiritium leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) prov(inciae) Moes(iae) inf(erioris) leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) Moes(iae) sup(erioris) cur(atori) civitat(is) Arimin(ensium) p[r]oc(uratori) prov(inciae) Dac(iae) Malv(ensis) praef(ecto) alae contar(iorum) praef(ecto) alae III Thrac(um) trib(uno) milit(um) leg(ionis) VI Victr(icis) praef(ecto) coh(ortis) VI Gall(orum) donat(o) donis mil(itaribus) in bello Germ(anico) ab Imp(eratore) M(arco) Aur(elio) Antonino Aug(usto) hast(is) pur(is) II et vexill(is) II cor(o)na mural(i) et vallar(i) Iunia Flaccinilla marito karissimo et Macrinia Rufina patri piissimo vixit annis XLII m(ensibus) V

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SELECCIOacuteN DE IMAacuteGENES

Fig 1 Relieve de la estela funeraria del eques Aduitor miembro del ala I Canninefatum (AE 1955

133) empuntildeando un contus sarmaticus por el lateral derecho de su montura DIXON SOUTHERN 1997 p 49

Fig 2

Grafito de Dura-Europos datado en torno a los ss II-III dC representando un catafracto parto romano o sasaacutenida JUNKELMANN 1992 p 197

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Fig 3 Las dos bardas de escamas metaacutelicas completas encontradas por Rostovzeff en las

excavaciones de Dura-Europos a lo largo de la campantildea de 1932-33 JUNKELMANN 1992 p 214

Fig 4 Relieves de Firuzabad (Iraacuten) representando a un clibanario persa sasaacutenida derribando a un

catafractarioclibanario parto s III dC Obseacutervese las bandas transversales que se ven en los brazos del jinete de la derecha que probablemente esteacuten representando un tipo de manica

WILCOX 2001 p 22

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Fig 5 Relieve de Firuzabad representando a unos catafractosclibanarios parto y sasaacutenida forcejeando

en combate cuerpo a cuerpo Ilustracioacuten de Wilcox 2001 p 23

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FIG 6 Catafractos partos del s I aC Obseacutervense las protecciones tipo manicae portadas por ambos

jinetes en los brazos El jinete de la derecha tambieacuten las lleva sobre las piernas A Mc Bride en WILCOX 2001

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Fig 7 Fragmentos de cotas de escamas y laacuteminas para armadura encontradas en enterramientos

saacutermatas de los ss I-III dC NEGIN 1998 p 70

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Fig 8 Estela de Athenios en Panticapea (Crimea Ucrania) donde se puede observar a un jinete (izqda) que parece montar un caballo protegido con una cota de escamas al igual que eacutel

NEGIN 1998 p 66

Fig 9 Reconstruccioacuten de un contario saacutermata (izqda) en accioacuten s II dC seguacuten G Embleton en

BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 10 Reconstruccioacuten el posible aspecto de un jinete pesado saacutermata y de la posible proteccioacuten de su

montura s II dC seguacuten G Embleton en BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 11 Reconstruccioacuten de un jinete pesado saacutermata equipado con una armadura compuesta ss I-II

dC seguacuten NEGIN 1998 p 73

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Fig 12 Casco romano tipo Russell Robinson tipo B basado en un ejemplar encontrado en Ely

(Cambridgeshire Reino Unido) ss I-II dC GOLDSWORTHY 1998 p 238

Fig 13

Casco romano tipo Rusell Robinson E basado en un hallazgo realizado en Hedderneim (Alemania) ss II-III GOLDSWORTHY 1998 p 238

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Fig 14

Reconstruccioacuten de un casco romano del tipo Niederbieber ss II-III dC seguacuten GILBERT 2010 p 136

Fig 15

Reconstruccioacuten de una variante del casco romano tipo Heddernheim con y sin maacutescara de proteccioacuten para el rostro ss II-III dC seguacuten ALEXANDRA GILBERT 2009 pp 24-26

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Fig 16 Fragmento de lorica squamata de escamas semi-riacutegidas s II dC

BISHOP COULSTON 1993 p 116

Fig 17 Silla de montar romana de cuatro cuernos seguacuten la reconstruccioacuten de P Connolly

DIXON SOUTHERN 1997 p 71

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Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

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Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

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Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

Recibido 17 mayo 2011 Aprobado 22 junio 2011

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La posible proteccioacuten portada por la montura de un contarius proba-blemente no diferiacutea de la portada por las monturas de las unidades de ca-balleriacutea media del ejeacutercito romano especialmente si tenemos en cuenta que como tendremos oportunidad de analizar no estaacute ni tan siquiera claro que los caballos de los catafractii romanos portaran protecciones fuera de lo comuacuten respecto de otras unidades de caballeriacutea Por tanto el elemento de proteccioacuten maacutes pesado portado por el caballo de un contarius seriacutea un chamfron una proteccioacuten para la cabeza y ojos del animal que podiacutea ser tanto de cuero co-mo metaacutelica Se han encontrado diversos ejemplares de este tipo de protec-ciones los maacutes exuberantemente decorados considerados (en principio) como restringidos a su uso durante la Hippikaacute Gymnasia56 El principal papel de estas protecciones parece enfatizar la proteccioacuten de los ojos del caballo en tanto en cuanto se conocen ejemplos de chamfrons romanos que tan soacutelo protegen esta vulnerable parte de la cabeza del animal como los hallados en Mainz Alemania57

El armamento caracteriacutestico del contarius especialmente el contus se asemeja enormemente al equipamiento del jinete pesado saacutermata el cual en la mayor parte de los casos no era sino un jinete maacutes o menos bien protegido (en algunos casos pesadamente protegido) a lomos de un caballo que en la mayor parte de los casos no llevariacutea una proteccioacuten destacada La principal fuerza del jinete saacutermata radicariacutea en el uso del llamado contus sarmaticus Que los primeros testimonios de la existencia de contarii entre las filas de la caballeriacutea romana no date antes del 60 dC resulta igualmente significativo el encuentro del ejeacutercito romano con la caballeriacutea pesada de los saacutermatas roxolanos o yaacutecigos se produce precisamente en esas fechas No existen evi-dencias de un ldquoteacutermino mediordquo similar al contarius romano entre el arquero a caballo y el catafractoclibanario parto o sasaacutenida Los contrastes entre el jinete pesado saacutermata y el parto son evidentes no soacutelo en equipo militar sino en taacutecticas todo lo contrario sucede entre el jinete pesado saacutermata y el contarius romano en particular Resulta loacutegico por tanto pensar que el mo-delo en taacutecticas y equipamiento del contarius romano se encuentra entre los contarios de la caballeriacutea pesada saacutermata58

56 BISHOP COULSTON 1993 pp 105-108 DIXON SOUTHERN 1997 p 67 DIXON

STEPHENSON 2003 pp 111-112 FIELDS 2006 57 DIXON STEPHENSON 2003 p 112 58 EADIE 1967 pp 165-167 MIELCZAREK 1993 pp 99-102 NEGIN 1998 LEBEDYNSKY

2002 p 236

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El ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta A diferencia de lo que sucede con los contarii no disponemos de des-

cripciones pormenorizadas o representaciones graacuteficas expliacutecitas de cata-fractii del ejeacutercito romano59 Tan soacutelo el grafito de un catafracto hallado en Dura-Europos aporta alguacuten tipo de informacioacuten expliacutecita para reconstruir la posible imagen de lo que seriacutea un catafractus del ejeacutercito romano pese al hecho de que la ldquonacionalidadrdquo del catafracto representado en el grafito no estaacute nada clara

Como ya hemos sentildealado en apartados anteriores el propio nombre de catafractuscatafractii (asiacute como el posterior de clibanariusclibanarii) pone el acento en la defensa corporal metaacutelica de este tipo de soldados romanos o no romanos Sin embargo el equipamiento defensivo carece de sentido algu-no si no protege una funcioacuten ofensiva concreta En un contarius el eacutenfasis se situacutea en su capacidad ofensiva representada fundamentalmente por el contus sarmaticus como devastadora arma de choque en manos de una fuerza dise-ntildeada esencialmente para el ataque la caballeriacutea En un catafractus romano o parto y en sus homoacutelogos saacutermatas maacutes pesadamente equipados el elemen-to clave no es el poderoso equipo defensivo del jinete (y seguacuten queacute casos de su caballo) en solitario sino la conjuncioacuten de eacuteste con el poder devastador de su equipo ofensivo El catafractus representa asiacute la fuerza ofensiva del con-tarius puesta bajo una proteccioacuten concienzuda que la mantenga a salvo de la mayor parte de los contraataques

En este sentido el equipamiento ofensivo de un catafractus romano no se diferenciariacutea en nada sustancial del portado por un contarius Aparte de la fundamental y eficiente contus el catafractus no dejariacutea de portar un arma secundaria siendo de nuevo la maacutes eficiente la espada de hoja larga que en la tradicioacuten romana altoimperial se materializaba en la spatha en to-das sus variantes asiacute como en espadas de hoja larga de tradicioacuten saacutermata que ya presentamos anteriormente En cuanto a otras armas acaso el pugio pu-diera ser un complemento menos uacutetil para un jinete pesadamente protegido (y con una movilidad maacutes restringida en consecuencia) que para un conta-rius o un equite maacutes vulnerable pero con mayor libertad de movimientos Al fin y al cabo la funcioacuten de ataque baacutesica del catafractus no era sino la mis-ma que la del contarius aprovechar la ventaja de un arma de acometida como el contus para derribar a enemigos a pie o montados antes de poder re-cibir cualquier clase de contraataque cuerpo a cuerpo por parte de ellos Era precisamente su capacidad para mantenerse a salvo de buena parte de los

59 MIELCZAREK 1993 p 79

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contraataques (cercanos o de proyectil) lanzados contra ellos lo que conver-tiacutea a los catafractii en un arma auacuten maacutes devastadora y pesada que los conta-rii la fuerza devastadora de su ataque teniacutea muchas menos posibilidades de verse desbaratada durante la accioacuten si todo iba razonablemente bien60

Y es este elemento clave del catafractus romano la proteccioacuten corpo-ral uno de los puntos que mayores debates ha generado empezando por el yelmo propiamente dicho Un catafractus romano del s II y comienzos del s III dC empleariacutea una gama de cascos ligeramente distinta a los de un con-tarius por dos razones la primera de todas cronoloacutegica en base al hecho de que su aparicioacuten (en base a todas nuestras fuentes) no parece tener lugar has-ta la primera deacutecada del s II dC por lo que los disentildeos de cascos maacutes tiacutepi-cos del s I dC (como el tipo Weiler) no llegariacutean a ser usados por los cata-fractii romanos la segunda es puramente funcional en tanto en cuanto se es-perariacutea de un catafractus que fuera lo maacutes protegido posible Soacutelo los dise-ntildeos maacutes soacutelidos de yelmos romanos y de proteccioacuten maacutes completa entrariacutean a formar parte del equipo corriente de esta caballeriacutea pesada En este sentido resulta particularmente representativo el casco tipo Heddernheim o Russell Robinson tipo E el tipo Friedberg asiacute como los cronoloacutegicamente anteriores Kalkar-Houmlnnepel y Bodengraven Todos ellos ofreciacutean una excelente protec-cioacuten a todo el craacuteneo y el cuello Sin embargo todos ellos no podiacutean evitar dejar al descubierto ojos nariz y buena parte de la boca Teniendo en cuenta que el resto del cuerpo del jinete estariacutea tambieacuten razonablemente bien prote-gido la mejor forma de neutralizar a un catafractus en estas circunstancias era atacarle al rostro directamente Sean cuales sean las circunstancias (y lo que Hollywood nos haya intentado hacer creer) el instinto baacutesico de preser-vacioacuten de un ser humano le hace cerrar los ojos encoger o apartar brusca-mente la cabeza y (de ser necesario) protegerse con las manos y los brazos si intuye o siente una agresioacuten dirigida a la cara Se trata de un acto reflejo baacute-sico e instintivo que no se puede evitar La peacuterdida temporal del control so-bre la realidad visual y sobre las acciones del combate que esto produciriacutea podriacutea provocar (al menos durante ese corto espacio de tiempo) que el ldquoin-vulnerablerdquo catafractus dejara de ser una amenaza fallara el objetivo de su ataque dejara de prestar atencioacuten (en pos de su propia proteccioacuten) yo se convirtiera en un objetivo vulnerable durante ese tiempo En resumidas cuentas la proteccioacuten para la cara resultariacutea una pieza muy uacutetil para un sol-dado cuya fuerza residiera en una pesada proteccioacuten y una gran contundencia de ataque En este sentido se sabe que los catafractos y clibanarios partos y

60 MIELCZAREK 1993 p 81 BISHOP COULSTON 1993 pp 109-111 DIXON SOUTHERN 1997 p 76 GOLDSWORTHY 1998 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-321

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sasaacutenidas emplearon maacutescaras o ventails combinadas con sus cascos para completar su proteccioacuten dejando tan soacutelo los resquicios necesarios para res-pirar y ver (literalmente dos orificios del tamantildeos de los ojos asiacute como una apertura y perforaciones para permitir la ventilacioacuten a la altura de la boca y la nariz) sin que ello pareciera representar un inconveniente a la percepcioacuten del entorno en combate61 En la panoplia romana altoimperial los cascos con maacutescaras metaacutelicas (y las maacutescaras en siacute mismas) no son precisamente des-conocidos son aquellos inicialmente atribuidos a un uso en paradas y ejer-cicios militares especialmente la Hippikaacute Gymnasia Entre los ejemplos maacutes destacables podemos sentildealar el tipo Newstead (s I dC) asiacute como las varian-tes maacutes elaboradas y decoradas del Heddernheim En principio este tipo de cascos dada su profusa decoracioacuten y las supuestas limitaciones a la visibili-dad provocadas por la maacutescara estariacutean limitado en su uso a la Hippikaacute Gymnasia Sin embargo este tipo de cascos no era impedimento para un adecuado desenvolvimiento durante estos ejercicios que eran una muestra de destreza iquestPor queacute entonces habriacutean de resultar un estorbo en la batalla Las maacutescaras de la caballeriacutea parta no teniacutean una factura esencialmente diferente a las romanas (maacutes allaacute del plano puramente artiacutestico-estiliacutestico) y fueron usadas en combate con cierta asiduidad iquestPor queacute razoacuten los yelmos con maacutes-cara o maacutes probablemente las maacutescaras en siacute mismas combinadas con otros tipos de yelmos romanos de caballeriacutea conocidos no pudieron ser utilizados en combate tanto como en la Hippikaacute Gymnasia Hace casi dos deacutecadas Mielczarek ya lanzoacute una propuesta en semejante sentido al respecto de la ca-balleriacutea pesada romana poniendo en cuestioacuten su uso exclusivo en paradas y exhibiciones la cantidad de cascos con maacutescaras y maacutescaras aisladas vincu-ladas a la panoplia romana (y especialmente de la caballeriacutea) no parece res-ponder precisamente a un uso limitado a ocasiones especiales Diez antildeos maacutes tarde Dixon e I P Stephenson volvieron a retomar dichos plantea-mientos argumentando que determinados cascos empleados en la Plena y Baja Edad Media (como el sallet A82) limitaban la visibilidad tanto o maacutes que las maacutescaras inicialmente consideradas como limitadas a la Hippikaacute Gymnasia y sin embargo fueron empleados en combate62 En este sentido consideramos que posiblemente los maacutes ricamente decorados ejemplares no fueron objeto de uso en combate pero siacute que nos adscribimos a los plantea-mientos de los autores mencionados considerando no soacutelo probable sino ra-zonable que la maacutescara (y los cascos disentildeados especialmente para portarlas) formaran parte de la panoplia de los catafractii otorgaacutendoles la proteccioacuten necesaria para proteger el siempre vulnerable rostro

61 MIELCZAREK 1993 p 60 NEGIN 1998 pp 72-74 WILCOX 2001 p 10 62 MIELCZAREK 1993 p 81 DIXON STEPHENSON 2003 pp 20-24

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Un catafractus sin duda alguna portariacutea una buena proteccioacuten para el torso En este sentido hariacutea uso de las mismas protecciones antes menciona-das para los contarii como loricae hamatae y squamatae asiacute como las inno-vaciones propias de eacutepoca Antonina y Severa como las escamas semi-riacutegi-das y las poco comunes armaduras de laacuteminas como el aislado ejemplo del s III dC hallado en Čatalka63 Sin embargo si atendemos ahora al grafito de Dura-Europos el jinete representado no parece llevar un uacutenico tipo de pro-teccioacuten sobre su torso Las armaduras compuestas por varios tipos de loricae como hemos visto eran probablemente utilizadas ya por los saacutermatas Este tipo de proteccioacuten era tambieacuten conocida en el ejeacutercito romano si bien los ejemplos de la misma son limitados y no parece que su uso estuviera muy extendido (al igual que no parece que en el s II y a comienzos del s III dC los catafractii fueran un arma de extendido uso en Roma) Se denominaba lorica plumata teacutermino que al parecer designaba principalmente a armadu-ras compuestas por lorica squamata y hamata combinadas Esta combina-cioacuten parece ser la utilizada tambieacuten por los saacutermatas aunque su distribucioacuten sobre el cuerpo no se ha podido reconstruir convincentemente64 Al igual que el contarius el catafractus no portariacutea escudo tanto por serle imposible su debido aprovechamiento al empuntildear un contus como por el estorbo que su-pondriacutea al uso de esta uacuteltima La carencia de escudo quedariacutea suplida por lo pesado de su proteccioacuten corporal En este sentido destaca la manica una proteccioacuten construida con laacuteminas de metal (bronce o hierro) semiciliacutendricas unidas unas a otras en progresioacuten descendente del hombro hacia la mano la cual podiacutea proteger a su vez con guanteletes de malla de escamas o incluso una extensioacuten de la manica misma adaptada a la forma de la mano65 Com-pletariacutean la proteccioacuten de un catafractus unas grebas para sus piernas (la parte de su cuerpo maacutes al alcance de la infanteriacutea enemiga) si bien podiacutean disponer de protecciones maacutes pesadas que podiacutean llegar a cubrir muslos y pies recordando en su estructura a la manica empleada para proteger los bra-zos66 En ocasiones podriacutea emplearse tambieacuten protecciones especiacuteficas para el cuello especialmente pensadas para cubrir cualquier posible fisura entre el yelmo y la proteccioacuten del torso De este tipo de piezas se han encontrado al-gunos ejemplos como el de una tumba de Čatalka en Bulgaria datada en el

63 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-92 y 116-117 DIXON SOUTHERN 1997 pp 36-43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 43-48 FIELDS 2006 pp 13-14

64 MIELCZAREK 1993 pp 79-80 NEGIN 1998 pp 68-74 DIXON STEPHENSON 2003 pp 49-50 FIELDS 2006 pp 10-11

65 BISHOP COULSTON 1993 pp 87-91 DIXON STEPHENSON 2003 pp 55-58 66 DIXON SOUTHERN 1997 p 43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 61-63

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s II dC y consistente en un anillo de metal dividido en dos mitades unidas por un cinturoacuten de cuero y originalmente tintado en rojo67

El equipamiento de las monturas de los catafractii romanos es otro as-pecto poleacutemico quizaacutes el que maacutes En primer lugar respecto de las sillas de montar eacutestas responderiacutean probablemente al modelo presentado por Con-nolly pero a un tipo particular cuyo entramado riacutegido interno y cuernos es-tariacutean maacutes desarrollados planteando una sujecioacuten mucho maacutes riacutegida y firme Este tipo de sillas poseiacutea ademaacutes una estructura reforzada con elementos metaacutelicos Seguacuten Connolly y C Van Dryel Murray este tipo de sillas res-ponderiacutea especialmente a un uso por parte de unidades de caballeriacutea pesada donde el peso de la armadura del jinete sumada a su modalidad de combate (choque con lanza pesada) hariacutea necesaria una sujecioacuten maacutes firme para evitar quedar descabalgado asiacute como un maacutes eficiente reparto del peso sobre el lomo y los costados del caballo Este tipo de sillas es visible tambieacuten sobre los caballos de los clibanarios sasaacutenidas que aparecen en el relieve de Firu-zabad68 En segundo lugar estaacute la cuestioacuten en torno a si las monturas de los catafractii romanos del s II y comienzos del III dC llevaban alguacuten tipo de proteccioacuten y cuaacuten completa era esta En este sentido se han lanzado diver-sas propuestas e hipoacutetesis por una parte aquellos que consideran que los ca-tafractii romanos probablemente no emplearon proteccioacuten para sus monturas al menos no en la forma casi sistemaacutetica y masiva que caracterizaba a la ca-balleriacutea pesada parta y que caracterizariacutea maacutes tarde a la sasaacutenida y a la pro-pia caballeriacutea pesada romana bajoimperial en este sentido los catafractii del ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta no seriacutean sino contarii pesada-mente protegidos pero cuyas monturas no portariacutean proteccioacuten alguna fuera de lo comuacuten hasta el momento en el ejeacutercito romano69 otros han propuesto un teacutermino medio sostenido en base a la influencia saacutermata en la creacioacuten y equipamiento de la caballeriacutea pesada romana Es eacuteste el caso de Mielczarek Negin y Lebedynsky entre otros quienes consideran que los catafractii ro-manos no emplearon la protecciones pesadas y o maacutes o menos completas pa-ra sus monturas en el sentido sistemaacutetico que se puede observar en la tradi-cioacuten militar parta o persa sino que emplearon protecciones maacutes limitadas y sobre todo aplicadas a secciones concretas de estas unidades por ejemplo entre aquellos soldados destinados a formar la vanguardia de choque de la formacioacuten o simplemente entre los oficiales70 entre la mayor parte de los autores consagrados al estudio del armamento romano y en particular de la

67 DIXON STEPHENSON 2003 p 59 68 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 p 45 MIELCZAREK 1993 pp 81-82 69 EADIE 1967 pp 166-168 70 MIELCZAREK 1993 pp 74-81 NEGIN 1998 p 74 LEBEDYNSKY 2002 p 237-238

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caballeriacutea existe un acuerdo taacutecito en reconocer el uso por parte de la ca-balleriacutea pesada romana de protecciones metaacutelicas Sin embargo en general o no llegan a un acuerdo en torno a su empleo por parte de las primeras uni-dades de catafractii o se limitan a constatar que los restos arqueoloacutegicos de protecciones equinas pesadas (particularmente las halladas en Dura-Europos) datan en principio del s III dC sin entrar en mayores debates71 finalmente estaacuten aquellos autores que dan simplemente por sentada la asociacioacuten entre el teacutermino catafractii y una proteccioacuten maacutes o menos completa y extendida a la inmensa mayoriacutea (al menos) de las monturas de estas unidades en cual-quier momento desde su creacioacuten72 pero especialmente a partir del s III dC73

En general todas estas corrientes tienden a coincidir en sentildealar que las armaduras pesadas para caballos en el ejeacutercito romano no empezaron a utili-zarse de forma extendida para la caballeriacutea pesada hasta el s III dC De nue-vo el debate se centra en torno a su uso durante el s II dC justo en el mo-mento de la creacioacuten de las primeras unidades de catafractii y particular-mente a causa de la falta de pruebas concluyentes Si se hizo uso de dichas protecciones ya en el s III dC iquestpor queacute razoacuten negar su uso en una fase an-terior aunque eacuteste no fuera un uso generalizado Particularmente preferimos adscribirnos a la tendencia representada por Mielczarek Negin y Lebedyns-ky entre otros autores considerando que los miembros de la uacutenica unidad de caballeriacutea pesada acorazada romana conocida para el s II dC el ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta (y por tanto otras unidades del mismo tipo auacuten por conocer) emplearon protecciones metaacutelicas maacutes o menos pesa-das para sus monturas de un modo ocasional limitado a secciones especiales de la unidad o a la oficialidad siguiendo la corriente de influencia saacutermata Estas protecciones se generalizariacutean a lo largo del s III dC probablemente bajo una mayor influencia de la tradicioacuten militar parta y ante todo sasaacutenida hasta constituir las unidades pesadas del Bajo Imperio que seriacutean el germen de la posterior caballeriacutea pesada bizantina

Este tipo de protecciones incluiriacutea no soacutelo ya los chamfrons metaacutelicos sobradamente conocidos por la caballeriacutea romana de la eacutepoca (y empleados probablemente por los contarii) sino bardas compuestas por malla escamas de cuero o metaacutelicas o laacuteminas que como los ejemplares de Dura-Europos (ya descritos anteriormente) cubririacutean los flancos del caballo y buena parte

71 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-70 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

72 GOLDSWORTHY 1998 pp 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 y 20-21 73 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-322

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de la pechera del mismo74 Este tipo de protecciones probablemente incluiriacutea tambieacuten piezas especiacuteficas para proteger el frontal y la cerviz del animal has-ta la cabeza a semejanza quizaacutes de las empleadas por partos y sasaacutenidas en Oriente Estas piezas particularmente para la cerviz del caballo se han en-contrado tambieacuten en Dura-Europos elaboradas en malla y lazadas mediante correas de cuero75 De este modo si se quisiera proporcionar proteccioacuten tan soacutelo a los caballos de una parte de la unidad lo maacutes loacutegico seriacutea hacerlo con las monturas que marchariacutean en la vanguardia de la formacioacuten de choque y que deberiacutean absorber la fase maacutes violenta del impacto En este sentido las piezas de proteccioacuten maacutes uacutetiles no seriacutean las bardas laterales sino las pro-tecciones para pechera cerviz y cabeza las partes del cuerpo del caballo que quedariacutean expuestas al enemigo durante una carga en formacioacuten cerrada Al prescindir asiacute de las protecciones de los flancos no solo se seguiriacutea apor-tando una proteccioacuten uacutetil a las monturas maacutes expuestas de la unidad durante una accioacuten de combate sino que se estariacutea aligerando el peso que habriacutean de soportar durante la accioacuten reduciendo asiacute el riesgo de agotamiento de las mismas

Si la influencia saacutermata en el origen del contarius romano es maacutes o menos segura la cuestioacuten resulta menos clara para los catafractii Formal-mente un catafractus romano no se diferenciaba del contario saacutermata maacutes pesadamente armado maacutes que en la factura de determinadas partes de su equipamiento muchas de las cuales eran de tradicioacuten puramente romana y unas pocas (como las protecciones maacutes pesadas para las piernas) devendriacutean de tradiciones orientales Sin embargo el hecho de que en ninguacuten momento las fuentes literarias disponibles denominen a la caballeriacutea pesada saacutermata como catafractii y que las protecciones pesadas para caballos entre la mis-ma parezcan ser objeto de un uso tan heterogeacuteneo como vinculado al status y posibilidades econoacutemicas del jinete parece ser el principal punto (al menos inicialmente) de distanciamiento entre los lanceros acorazados saacutermatas y los catafractii romanos Ahora bien suponiendo que la creacioacuten de las unidades de catafractos romanos estuviera respondiendo a la caballeriacutea pesada parta iquestpor queacute esperoacute al s II dC Durante casi tres siglos de encuentros en los campos de batalla de Oriente el ejeacutercito romano no parecioacute tener necesidad alguna de emular a los catafractos y clibanarios partos Finalmente es en el contexto de las guerras daacutecicas y paacuterticas de Trajano y en el reinado de Adriano cuando los catafractii hacen su aparicioacuten en el ejeacutercito romano al-gunas deacutecadas maacutes tarde que los contarii y despueacutes de casi un siglo de con-

74 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-63 67 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

75 DIXON STEPHENSON 2003 p 114

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tacto con la caballeriacutea saacutermata De nuevo la coincidencia de variables parece hablar por siacute sola al igual que primero el contarius el catafractus parece ser una respuesta de la caballeriacutea romana a las refriegas habidas con los exce-lentes jinetes saacutermatas desde mediados del s I dC hipoacutetesis que secundan la mayor parte de los autores76 Cualquier posible influjo oriental en la com-posicioacuten de la primera caballeriacutea pesada romana respondioacute a la incorpora-cioacuten de elementos considerados de utilidad no encontrados en la tradicioacuten militar propiamente romana o saacutermata El incremento de este influjo mate-rializado quizaacutes en la intensificacioacuten y extensioacuten del uso de armaduras pe-sadas para caballos y en el importante desarrollo en general del arma de ca-balleriacutea pesada en Roma tendriacutea lugar ya entrado el s III dC quizaacutes no tanto de manos de los uacuteltimos coletazos del moribundo Imperio parto como del joven y eneacutergico Imperio persa sasaacutenida el cual llevariacutea el arma de ca-balleriacutea en el Oriente a nuevas cotas de desarrollo especializacioacuten en organi-zacioacuten equipamiento y taacutecticas77

Mencioacuten especial requiere la organizacioacuten del ala I Gallorum et Pan-noniorum catafracta No entraremos a resentildear aquiacute la naturaleza del ala como unidad militar del ejeacutercito romano ni la organizacioacuten y estructura de la caballeriacutea romana altoimperial sino un aspecto concreto del ala concreta objeto de nuestro estudio y que parece haber pasado desapercibido a la ma-yor parte de los autores Se trata del hecho de que dicha ala debioacute de ser compuesta en su origen por soldados de dos unidades distintas probable-mente tropas selectas Tal y como sentildeala su nombre el ala estaba compuesta por jinetes galos y panonios Mielczarek ha propuesto precisamente que ca-ra a la creacioacuten de esta unidad de catafractos probablemente se seleccionoacute a los mejores soldados de dos alas distintas posiblemente (seguacuten el parecer del propio Mielczarek) el ala I Pannoniorum y el ala I Gallorum Flaviana Aunque de momento no se trata sino de una hipoacutetesis parece razonable que cara a la primera unidad de caballeriacutea pesada romana (probablemente una unidad que tendriacutea en sus oriacutegenes un marcado caraacutecter ldquoexperimentalrdquo) se seleccionara a personal experimentado y de fiar lo que remarcariacutea el caraacutec-ter de eacutelite de este tipo de unidades

76 EADIE 1967 MIELCZAREK 1993 NEGIN 1998 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

LEBEDYNSKY 2002 77 EADIE 1967 pp 169-172 MICHALAK 1987 MIELCZAREK 1993 pp 63-67 NICOLLE

1996 WILCOX 2001 pp 24-35 FARROKH 2005

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Taacutecticas y limitaciones de la caballeriacutea pesada romana La caballeriacutea fue un arma especializada principalmente en una uacutenica

funcioacuten el ataque Un grupo de jinetes no puede establecer una posicioacuten de-fensiva y mantenerla de forma estaacutetica pues equivaldriacutea claramente a un suicidio en cualquier eacutepoca Cuando una unidad de caballeriacutea ha sido em-pleada con fines de defensa lo ha sido empleando fundamentalmente el ata-que es decir un contraataque

La principal ventaja de un jinete respecto del soldado de infanteriacutea ra-dica en tres puntos fundamentales la altura que le proporciona su montura la rapidez y potencia de la misma y el efecto psicoloacutegico que todo ello sus-cita en el infante El principal modo en que la caballeriacutea (y particularmente la caballeriacutea media y pesada) se enfrenta a la infanteriacutea (y a otras unidades como veremos) es la carga cuya finalidad es desfondar la formacioacuten ene-miga dispersaacutendola para coparla y destruirla o permitir a otras unidades aprovechar la brecha abierta Sin embargo contrariamente a lo que se suele pensar un caballo (o un grupo de caballos) no es capaz de embestir una for-macioacuten cerrada de infanteriacutea Un equino no es un toro ni se comporta como tal El caballo siempre se para antes de llegar a impactar contra un obstaacuteculo que considera no podraacute esquivar o saltar o donde no vea espacio alguno por donde penetrar En este sentido una formacioacuten de infanteriacutea pesada que fuera capaz de mantener su posicioacuten hasta el final teniacutea muchas posibilidades de rechazar una carga de caballeriacutea Existiacutean dos formas para evitar que esto sucediese de modo tal que la carga de caballeriacutea tuviese finalmente eacutexito hostigar a la formacioacuten de infanteriacutea de muacuteltiples modos (ataque con proyec-tiles ataques simulados apoyar a la caballeriacutea atacante con infanteriacutea o ar-tilleriacutea) o bien que un porcentaje suficiente de soldados enemigos no fuera capaz de soportar la tensioacuten psicoloacutegica de ver venir sobre ellos una carga de caballeriacutea y rompiera filas debilitando la formacioacuten desorganizaacutendola y abriendo brechas Como vemos el resultado de una carga de caballeriacutea de-pende maacutes del contexto y de la psicologiacutea que de la carga en siacute misma Sin embargo los nervios de acero necesarios para superar el instinto de autopro-teccioacuten (que nos llevariacutea a quitarnos inmediatamente de la trayectoria de los caballos y sus jinetes) no eran (ni son) un elemento comuacuten en los ejeacutercitos Pocas infanteriacuteas disponiacutean del adiestramiento y disciplina necesarios para mantener la posicioacuten y afrontar una auteacutentica estampida que a sus ojos cla-ramente amenazariacutea con arroyarla Entre tales excepciones se encontraba la

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infanteriacutea legionaria romana la cual soacutelo en determinadas circunstancias era realmente vulnerable a un ataque de caballeriacutea78

Las unidades de caballeriacutea pesada como catafractii y contarii eran un caso auacuten maacutes especial En primer lugar el contus permitiacutea al jinete arroyar a un infante enemigo virtualmente antes de que su montura se viera obligada a detener su marcha Por otra parte sus pesadas protecciones (y la de sus mon-turas al menos para una parte de los catafractii) les otorgaban una mayor se-guridad ante cualquier clase de contraataque enemigo (especialmente pro-yectiles) y una superior capacidad de asumir el riesgo del contacto con una formacioacuten enemiga demasiado firme Pero sobre todo les otorgaba una carga psicoloacutegica brutal la visioacuten de una ldquoparedrdquo blindada erizada de lanzas en auteacutentica formacioacuten de falange avanzando con premura directamente resulta-ba especialmente impactante a ojos de un soldado de infanteriacutea por muacuteltiples factores Ser arroyado por un caballo no es una perspectiva agradable ser arroyado por una marea de lanzas y caballos blindados es una perspectiva auacuten menos agradable Para incrementar la capacidad de penetracioacuten de este tipo de caballeriacutea se empleaban formaciones y ataques en profundidad fun-damentalmente columna y cuneuscuntildea En este sentido la formacioacuten podiacutea concentrar la fuerza de su carga en un frente estrecho que pudiera ser dirigi-do convenientemente contra el punto maacutes deacutebil de la formacioacuten a atacar in-cluso con la carga ya en curso Sin embargo la caballeriacutea pesada poseiacutea una desventaja potencial el enorme peso de su equipamiento reduciacutea la veloci-dad de su carga su maniobrabilidad y podiacutea agotar a sus caballos muy raacutepi-damente En este sentido podiacutean ser viacutectimas faacuteciles de unidades maacutes aacutegiles y raacutepidas o de un contraataque al teacutermino de una extenuante carga (exitosa o no) Por otra parte no estaban precisamente capacitados para realizar una re-tirada raacutepida con los caballos extenuados por el esfuerzo de cargar despla-zando sobre sus lomos a su jinete con su equipamiento y su propia pro-teccioacuten los catafractii podiacutean encontrarse en una situacioacuten realmente com-prometida si su ataque fracasaba y no se encontraban en posicioacuten de recibir apoyo inmediato de unidades aliadas capaces de protegerlos el tiempo nece-sario para maniobrar y salir del atolladero Otro peligro que desembocaba di-rectamente en el fracaso de la carga (y en las circunstancias antes descritas) era la posibilidad de que la formacioacuten perdiera su cohesioacuten durante la carga Para evitar esta circunstancia (y reducir la extenuacioacuten de los caballos) se procuraba no cargar a mayor velocidad que un trote ligero79

78 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

79 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 y 241 LEBEDYNSKY 2002 p 237 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

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A la hora de afrontar a otra caballeriacutea las circunstancias eran dife-rentes La caballeriacutea como especialista en ataque teniacutea tambieacuten la funcioacuten de neutralizar a la caballeriacutea del adversario negaacutendole asiacute la mayor parte de la iniciativa y ganando la oportunidad de flanquear sus formaciones y ata-carlas desde diversos puntos Un ejeacutercito cuya caballeriacutea abandonara el cam-po de batalla por otra parte aunque auacuten podiacutea imponerse mediante la fuerza de su infanteriacutea (si era capaz de rechazar el ataque de la caballeriacutea adversaria y de desalojar a su infanteriacutea) careceriacutea de cualquier posibilidad para explo-tar adecuadamente la victoria la caballeriacutea fue hasta la I Guerra Mundial la uacutenica arma capacitada para lanzar una persecucioacuten sobre una fuerza enemiga en retirada convirtiendo esta uacuteltima en una desbandada desorganizada y dis-poniendo asiacute de la oportunidad de transformar un ejeacutercito derrotado en un ejeacutercito destruido En este sentido la caballeriacutea no fue soacutelo una pieza taacutectica fundamental a la hora de la batalla sino una herramienta baacutesica de la estra-tegia a nivel global de cualquier conflicto a lo largo de unos tres milenios de historia militar

La infanteriacutea puede rechazar a la caballeriacutea pero nunca perseguirla (maniobra que equivaldriacutea a dar la ocasioacuten a los jinetes derrotados de dar media vuelta y lanzar un inesperado contraataque que convirtiera en desastre para la infanteriacutea lo que empezoacute siendo un eacutexito Las huidas fingidas como ya hemos sentildealado eran tambieacuten una interesante taacutectica a emplear por parte de la caballeriacutea para desorganizar una formacioacuten enemiga Sin embargo no era una taacutectica que entrara dentro del ldquomanual de instruccionesrdquo de la ca-balleriacutea maacutes pesada limitada como estaba en sus movimientos) Soacutelo la ca-balleriacutea podiacutea derrotar poner en fuga y destruir a otra caballeriacutea El modo de hacerlo sin embargo era materia delicada Una formacioacuten cerrada para ata-car a otra caballeriacutea resultaba inuacutetil y peligrosa era la mejor forma de que los propios caballos se rompieran los huesos al impactar a gran velocidad contra las monturas enemigas Normalmente y a lo largo de toda la existen-cia de la caballeriacutea de choque dos formaciones de caballeriacutea que cargan una contra otra a la espera de un combate mano a mano tienden a abrir sus liacuteneas para esquivar el choque frontal contra los caballos rivales Al producirse el choque el jinete tratariacutea de atacar con sus armas a su rival maacutes cercano a uno u otro lado intentando derribarle o herirle mortalmente En estas cir-cunstancias el contus sarmaticus vuelve a relucir por sus virtudes permitiacutea (al igual que la lanza de cometida medieval las lanzas de los huacutesares alados polacos o las lanzas de los ulanos austriacos o los cosacos rusos) golpear al jinete adversario antes de que eacuteste equipado con espada o con una lanza maacutes corta pudiese iniciar su propio ataque Una formacioacuten de contarii o de cata-fractii podiacutea asiacute arroyar faacutecilmente la vanguardia de la formacioacuten de caballe-

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riacutea enemiga neutralizando su ataque y desorganizando totalmente su forma-cioacuten Sin embargo cuando dos formaciones cargaban una contra la otra y llegaban a culminar completamente el choque el combate podiacutea derivar faacute-cilmente en una violenta y caoacutetica refriega En estas circunstancias las espa-das de hoja larga empleadas por la caballeriacutea romana y saacutermata eran particu-larmente esenciales asiacute como sus protecciones dado que un contus tendiacutea a partirse tras el primer o segundo impacto y a ser poco coacutemoda de utilizar cuando el combate se tornaba maacutes cercano En cualquier caso si una forma-cioacuten de catafractii no conseguiacutea imponerse durante el choque a la formacioacuten enemiga el agotamiento de sus monturas y su menor movilidad (sumada a la peacuterdida del orden en la formacioacuten inherente al inicio de la refriega) supon-driacutean una peligrosa situacioacuten en el caso de carecer de apoyo de otras unida-des (bien de caballeriacutea o de infanteriacutea) y de la que no podriacutean salir con mu-cha facilidad80

Tanto frente a otra caballeriacutea como frente a la infanteriacutea el respaldo de unidades de caballeriacutea maacutes ligeras y particularmente arqueros a caballo81 resultariacutea particularmente deseable antes del choque la caballeriacutea ligera po-driacutea hostigar con proyectiles a las formaciones enemigas creando brechas o desorganizaacutendolas y despueacutes del choque podriacutean apoyar a la caballeriacutea pe-sada durante la progresioacuten del combate cubrir su retirada o explotar su eacutexito continuando la persecucioacuten de un enemigo en fuga

Como vemos desde el punto de vista taacutectico y del empleo en el campo de batalla el eacutexito de la caballeriacutea pesada acorazada dependiacutea tanto o maacutes de las circunstancias el contexto y el apoyo que pudieran recibir que de sus propias virtudes Se trataba de unidades altamente especializadas que si que-daban desprotegidas o en situaciones comprometidas podiacutean ser faacutecilmente rechazadas desbandadas o destruidas No se trataba de fuerzas versaacutetiles y probablemente ello condicionoacute que su adopcioacuten y empleo generalizado por parte del ejeacutercito romano fuera tardiacuteo

CONCLUSIONES

El ejeacutercito romano se enfrentoacute durante casi dos siglos a la caballeriacutea

pesada desarrollada por las potencias orientales Tras reveses iniciales debi-dos maacutes a las circunstancias que a una auteacutentica incapacidad para afrontar el ataque de este tipo de caballeriacutea las legiones desarrollaron sus particulares contramedidas recorriendo las primeras deacutecadas de la historia del Alto Im-

80 DIXON SOUTHERN 1997 pp 141-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 235-244 MENEacuteNDEZ

ARGUumlIacuteN 2011 pp 322-324 81 DIXON SOUTHERN 1997 p 143

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perio imperturbables considerando del todo innecesario tomar como inno-vacioacuten un arma a la que eran capaces de batir los catafractos partos y arme-nios

Sin embargo hacia mediados del s I dC algo vino a trastocar este es-cenario en apariencia estable e inamovible de las estepas poacutenticas emergioacute no tanto una nueva arma como una nueva forma de combinar y emplear ar-mas y taacutecticas sobradamente conocidas Los haacutebiles jinetes saacutermatas dejaron atraacutes la claacutesica tradicioacuten militar esteparia basada en el uso del arquero a ca-ballo y la caballeriacutea ligera desarrollaron una nueva caballeriacutea pesada libre de la mayor parte de las debilidades de los pesados catafractos partos flexi-ble y dinaacutemica y capaz de luchar en conjuncioacuten perfecta con otras modali-dades de caballeriacutea como si de un uacutenico cuerpo se tratase A diferencia del catafractario parto el ldquocontariordquo saacutermata era un jinete armado maacutes o menos pesadamente seguacuten las circunstancias y sus propias posibilidades Al igual que su contrapartida parto o armenio el jinete pesado saacutermata aprovechaba al maacuteximo las virtudes de su arma definitoria el contus sarmaticus pero la combinaba con el uso de otras igualmente uacutetiles como la espada de hoja larga y el arco recurvado compuesto Su equipamiento defensivo careciacutea de la rigidez propia del catafracto parto tendiendo a ser sensiblemente maacutes li-gero sin perder las ventajas propias de una proteccioacuten completa y concien-zuda Este equipamiento defensivo ademaacutes podiacutea variar seguacuten las circuns-tancias y las necesidades taacutecticas de cada momento (y no solo exclusi-vamente en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete) Ello permitiacutea al jinete pesado saacutermata oscilar entre una caballeriacutea media pura y una caballeriacutea pesada de choque seguacuten las circunstancias Le convertiacutea en un arma flexible capaz de desempentildear diversos papeles en el campo de batalla y variarlos du-rante el combate mismo seguacuten sus necesidades En combinacioacuten con la habi-lidad natural de estos pueblos para la equitacioacuten y sus excelentes (y numero-sas) fuerzas de caballeriacutea ligera la caballeriacutea pesada saacutermata representaba una amenaza realmente seria y totalmente nueva

Desde la guerra civil del 68-69 dC hasta la paz firmada por Adriano con los saacutermatas roxolanos en 119 dC las legiones romanas y su caballeriacutea hubieron de hacer severos esfuerzos para imponerse a este nuevo enemigo en los campos de batalla actuase eacuteste en solitario o en conjuncioacuten con otros pueblos o Estados Las guerras daacutecicas de Domiciano (85-89 dC) y de Tra-jano (101-106 dC) fueron probablemente los puntos culminantes de esta coyuntura De los sangrientos encuentros habidos sobre las orillas del Danu-bio las colinas daacutecicas y las llanuras de la futura Hungriacutea el ejeacutercito romano extraeriacutea una dura leccioacuten que aprenderiacutea raacutepidamente y pondriacutea en creciente praacutectica con el paso de los antildeos cuando a comienzos del s III dC descen-

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diera el ocaso sobre las uacuteltimas luces legadas por la edad dorada de los Anto-ninos habiendo el Estado romano de afrontar las convulsiones de un mundo en paulatina transformacioacuten

A comienzos del s II dC a caballo entre los diacuteas de Trajano y Adria-no el ejeacutercito romano afrontoacute el laborioso proceso de aplicar buena parte de lo que habiacutea aprendido de manos de la caballeriacutea saacutermata El contus ya habiacutea sido adoptado conformando la primera caballeriacutea de choque especialista de la historia del Imperio A ella le seguiriacutean las protecciones pesadas para jine-tes asiacute como para caballos El ejeacutercito romano conociacutea de sobra los modelos orientales de caballeriacutea pesada y sin embargo en el primer siglo de existen-cia de este arma entre las filas romanas el modelo a seguir fue principal-mente saacutermata Los hechos hablan por siacute solos El ejeacutercito romano habiacutea en-contrado una innovacioacuten de intereacutes para su tradicioacuten militar y la incorporoacute raacutepidamente Las primeras unidades de caballeriacutea pesada acorazada romana llevaron nombres que aludiacutean a tradiciones orientales catafractii pero su ar-mamento y el fundamento de sus taacutecticas era una mezcla de aportaciones romanas y modelos saacutermatas Con la llegada del s III dC estas unidades se hariacutean cada vez maacutes necesarias y sobre la trayectoria marcada por los pio-neros de este arma se labrariacutea el desarrollo completo de la misma

La emersioacuten del Imperio persa sasaacutenida supuso la transformacioacuten re-novacioacuten y revitalizacioacuten del arma de caballeriacutea puramente oriental Los sa-saacutenidas llevaron a un nuevo paroxismo a la combinacioacuten de la caballeriacutea pe-sada y la caballeriacutea ligera de tradicioacuten oriental hasta el punto de que algunos tratadistas militares romanos como Amiano Marcelino llegaron a conside-rarlo como un arma praacutecticamente imbatible En palabras del propio Amiano [] catafractarii [] et sagitarii formidable genus armorum82 Probable-mente estas circunstancias forzaran (entre otros factores) no ya la expansioacuten del arma de caballeriacutea pesada (asiacute como del arquero a caballo) en el ejeacutercito romano de los siglos III y IV dC sino la asuncioacuten por parte de la misma de muacuteltiples elementos propios ya exclusivamente de la tradicioacuten militar irano-persa

La experiencia saacutermata quedoacute atraacutes sin embargo su importancia y la de los primeros prototipos de caballeriacutea pesada romana existentes en el Alto Imperio no debe menospreciarse Fueron la piedra fundadora los cimientos de una importante rama de la tradicioacuten militar romana posterior madre de la bizantina y de buena parte de las tradiciones militares de la posterior Europa medieval donde la caballeriacutea ostentariacutea durante siglos su particular supre-maciacutea En cierto modo puede decirse que la caballeriacutea saacutermata y las primeras

82 AMIANO MARCELINO 16 12 7

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unidades de caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano se encuentran entre las raiacute-ces de una tradicioacuten militar que llevoacute a la caballeriacutea a mantener la ilusioacuten de su reinado sobre los campos de batalla hasta el enloquecedor extremo de atravesar las trincheras y alambradas de la I Guerra Mundial y cargar sobre las divisiones panzer germanas en 1939

SELECCIOacuteN DE TEXTOS EPIGRAacuteFICOS RELATIVOS

83 Camerinum (Camerino) Regio VI Italia CIL XI 5632

M(arco) Maenio C(ai) f(ilio) Cor(nelia) Agrippae L(ucio) Tusidio Campestri hospiti divi Hadriani patri senatoris praef(ecto) coh(ortis) II Fl(aviae) Britton(um) equitat(ae) electo a divo Hadriano et misso in expeditionem Brittannicam trib(uno) coh(ortis) I Hispanor(um) equitat(ae) praef(ecto) alae I Gallor(um) et Pannonior(um) catafractatae proc(uratori) Aug(usti) praef(ecto) classis Brittannicae proc(uratori) provinciae Brittanniae equo publico patrono municipi(i) vicani Censorglacenses consecuti ab indulgentia Optimi Maximique Imp(eratoris) Antonini Aug(usti) Pii beneficio interpretationis eius privilegia quibus in p[e]rpetuum aucti confirmatique sunt l(ocus) d(atus) d(ecreto) d(ecurionum) g(ratis)

Ad Mediam (Mehadia) Dacia CIL XVI 110 = CIL III 886 = AE 1980 760

[Imp(erator) Caes(ar) divi Had]rian(i) f(ilius) divi Traiani [Parthici n(epos) divi Ne]rvae pron(epos) T(itus) Aelius [Hadrianus Ant]oninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) [max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII] imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae) [equit(ibus) et pedit(ibus)] qui mil(itaverunt) in alis III quae [appell(antur) Silia]n(a) et Gall(orum) et Pann(oniorum) [catafrac(taria) et F]ront(oniana) et coh(ortibus) XII I Ulp(ia) [Britton(um)] |(milliaria) et I Fl(avia) Ulp(ia) Hisp(anorum) |(milliaria) [et 3 I Ael(ia)] Gaesa(torum) |(milliaria) et I Aug(usta) Nerv() [|(milliaria) et I]I Britt(onum) |(milliaria) et I Hispan(orum) [--- e]t II Hisp(anorum) scutat(a) Cy[ren(aica) et ---]n() et VI Thrac(um) et sunt [in Dacia Poroliss]en(si) sub Macrinio [Vindice proc(uratore) qui]nq(ue) et vigint(i) stip[en(diis) emerit(is) dimis(sis) hon]est(a) miss(ione) quor(um) [nomin(a) subscripta s]unt civit(atem) Roman(am) [qui eor(um) non ha]b(erent) ded(it) et con(ubium) cum [uxor(ibus) quas tu]nc hab(uissent) cum est [civit(as) i(i)s dat(a) aut] cum i(i)s quas post(ea) [dux(issent) dumtax(at) si]ngulis [[Imp(erator) Caes(ar) divi Hadrian(i) f(ilius) divi Traiani Parthici n(epos) divi Nervae pron(epos) T(itus) Aelius Hadrianus Antoninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae)] [equit(ibus) et pedit(ibus) qui mil(itaverunt) in alis III ---] et vigint(i) stipend(iis) emerit(is) dimis(sis) honest(a) miss(ione) quor(um) nomin(a) subscript(a) sunt civit(atem) Roman(am) qui eor(um) non haber(ent) dedit et conub(ium) cum uxor(ibus) quas tunc habuis(sent) cum est civit(atem) i(is) dat(a) aut cum i(is) quas post(ea) dux(issent) dumtax(at) singulis a(nte) d(iem) V K(alendas) Oct(obres) Sex(to) Calpurnio Agricola Ti(berio) Claudio Iuliano co(n)s(ulibus) coh(ors) I Ulpia Britton(um) |(milliaria) cui

83 Tomados del Epigraphische Datenbank Clauss-Slaby httpwwwmanfredclauss de

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prae(e)st L(ucius) Nonius Bassus Picen(o) ex pedite Luonerco Molaci f(ilio) Britt(oni) descript(um) et recognit(um) ex tabul(a) aer(ea) quae fixa est Romae in mur(o) post templ(um) divi Aug(usti) ad Minervam

Tipasa (Tefessad) Mauretania Cesariense AE 1951 265 = AE 1955 133

D(is) M(anibus) Adiutoris eq(uitis) al(ae) pri(mae) Can(n)anafatium vi(xit) XXXXI m(ilitavit) an(nos) XXIII pro(curante) l(i)b(erto) ipsi(us) bene me(renti) Cabanus he(res) po(suit)

Savaria (Szombathely) Panonia Superior CIL III 4183

T(itus) Cnorius Sabinianus ex praef(ecto) alae Contariorum v(ir) e(gregius) et L(ucius) Val(erius) Verus dec(urio) c(oloniae) C(laudiae) Savar(iensium) sacerdotalis p(rovinciae) P(annoniae) s(uperioris) cryptam vi ignis exustam sumptibus suis refecerunt

Brigetio (Kornye) Panonia Superior CIL III 4278

D(is) M(anibus) Val(erio) Saturnino vet(erano) ex dup(licario) alae I Ulp(iae) Cont(ariorum) qui vixit an(nos) L et Val(erio) Sabino mil(iti) leg(ionis) I Ad(iutricis) stip(endiorum) III vixit an(nos) XXV filio Caes(ia) Digna marito et filio f(aciendum) c(uravit)

Apamea Siria AE 1987 955

Aur(elio) Basso quandam(sic) sig(nifero) al(ae) I Ulp(iae) (C)ontariorum stipendiorum VIII vixit annos XXVIIII XI Kal(endas) Maias Gallo et Volusiano consilibus() titulus positus a Marc(io) Cotum(sic) (d)ec(urione) al(ae) c(ivium) R(omanorum)

Apamea Siria AE 1993 1589

D(is) M(anibus) Iulius Valerianus eques alae I Ulp(iae) contariorum stip(endiorum) XXIII vixit annis XXXXVI Ulp(ius) Ingenu(us) dupl(icarius) alae eiusdem heres posuit b(ene) m(erenti)

Arrabona (Gyor) Panonia Superior CIL III 4379

D(is) M(anibus) Ulp(ius) Variu(s) Ore() vet(e)r(anus) ex stat(ore) al(a)e I Ulp(iae) Cont(ariorum) do(mo) Af(rica) vixs(it) ann(os) XLV et Ael(iae) Sabin(a)e fi(liae) vix(it) ann(os) X Ael(ia) Domitia con(iunx) et Ulp(ius) Sabinianus et Ulp(ius) [Cele]rinus et Sabi[nil]la fili(i) vivi cum [mat(re) pa]tri karis(simo) posuerunt

Sentpalpuszta Panonia Superior CIL III 11081 = AE 1899 3

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[D(is) M(anibus)] M(arcus) Aur(elius) [3]us vex(illarius) al(ae) p(rimae) C(ontariorum) Anto(ninianae) et Elv(iae) Bon(a)e c(oniugi) car(issimae) et f(iliae) Aur(eliae) Valerin(a)e et Ae(liae) Sabin(a)e et Elv(io) Verecundo an(norum) LXX Pulc(h)r(a)e() Suri an(norum) LX et Elv(io) Vitali an(norum) XVIII et Au(relio) Ma(n)suetiano an(norum) VII et Ae(lio) Florido M(arcus) Aur(elius) Valerianus sib(i) [et] su[i]s vivi f(ecit)

Roma CIL VI 1449 = AE 1967 16 = AE 196970 13

M(arco) Macrinio Avito M(arci) f(ilio) Claud(ia) Catonio Vindici co(n)s(uli) aug(uri) p(opuli) R(omani) Quiritium leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) prov(inciae) Moes(iae) inf(erioris) leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) Moes(iae) sup(erioris) cur(atori) civitat(is) Arimin(ensium) p[r]oc(uratori) prov(inciae) Dac(iae) Malv(ensis) praef(ecto) alae contar(iorum) praef(ecto) alae III Thrac(um) trib(uno) milit(um) leg(ionis) VI Victr(icis) praef(ecto) coh(ortis) VI Gall(orum) donat(o) donis mil(itaribus) in bello Germ(anico) ab Imp(eratore) M(arco) Aur(elio) Antonino Aug(usto) hast(is) pur(is) II et vexill(is) II cor(o)na mural(i) et vallar(i) Iunia Flaccinilla marito karissimo et Macrinia Rufina patri piissimo vixit annis XLII m(ensibus) V

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SELECCIOacuteN DE IMAacuteGENES

Fig 1 Relieve de la estela funeraria del eques Aduitor miembro del ala I Canninefatum (AE 1955

133) empuntildeando un contus sarmaticus por el lateral derecho de su montura DIXON SOUTHERN 1997 p 49

Fig 2

Grafito de Dura-Europos datado en torno a los ss II-III dC representando un catafracto parto romano o sasaacutenida JUNKELMANN 1992 p 197

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Fig 3 Las dos bardas de escamas metaacutelicas completas encontradas por Rostovzeff en las

excavaciones de Dura-Europos a lo largo de la campantildea de 1932-33 JUNKELMANN 1992 p 214

Fig 4 Relieves de Firuzabad (Iraacuten) representando a un clibanario persa sasaacutenida derribando a un

catafractarioclibanario parto s III dC Obseacutervese las bandas transversales que se ven en los brazos del jinete de la derecha que probablemente esteacuten representando un tipo de manica

WILCOX 2001 p 22

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Fig 5 Relieve de Firuzabad representando a unos catafractosclibanarios parto y sasaacutenida forcejeando

en combate cuerpo a cuerpo Ilustracioacuten de Wilcox 2001 p 23

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FIG 6 Catafractos partos del s I aC Obseacutervense las protecciones tipo manicae portadas por ambos

jinetes en los brazos El jinete de la derecha tambieacuten las lleva sobre las piernas A Mc Bride en WILCOX 2001

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Fig 7 Fragmentos de cotas de escamas y laacuteminas para armadura encontradas en enterramientos

saacutermatas de los ss I-III dC NEGIN 1998 p 70

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Fig 8 Estela de Athenios en Panticapea (Crimea Ucrania) donde se puede observar a un jinete (izqda) que parece montar un caballo protegido con una cota de escamas al igual que eacutel

NEGIN 1998 p 66

Fig 9 Reconstruccioacuten de un contario saacutermata (izqda) en accioacuten s II dC seguacuten G Embleton en

BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 10 Reconstruccioacuten el posible aspecto de un jinete pesado saacutermata y de la posible proteccioacuten de su

montura s II dC seguacuten G Embleton en BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 11 Reconstruccioacuten de un jinete pesado saacutermata equipado con una armadura compuesta ss I-II

dC seguacuten NEGIN 1998 p 73

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Fig 12 Casco romano tipo Russell Robinson tipo B basado en un ejemplar encontrado en Ely

(Cambridgeshire Reino Unido) ss I-II dC GOLDSWORTHY 1998 p 238

Fig 13

Casco romano tipo Rusell Robinson E basado en un hallazgo realizado en Hedderneim (Alemania) ss II-III GOLDSWORTHY 1998 p 238

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Fig 14

Reconstruccioacuten de un casco romano del tipo Niederbieber ss II-III dC seguacuten GILBERT 2010 p 136

Fig 15

Reconstruccioacuten de una variante del casco romano tipo Heddernheim con y sin maacutescara de proteccioacuten para el rostro ss II-III dC seguacuten ALEXANDRA GILBERT 2009 pp 24-26

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Fig 16 Fragmento de lorica squamata de escamas semi-riacutegidas s II dC

BISHOP COULSTON 1993 p 116

Fig 17 Silla de montar romana de cuatro cuernos seguacuten la reconstruccioacuten de P Connolly

DIXON SOUTHERN 1997 p 71

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Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

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Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

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Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

Recibido 17 mayo 2011 Aprobado 22 junio 2011

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El ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta A diferencia de lo que sucede con los contarii no disponemos de des-

cripciones pormenorizadas o representaciones graacuteficas expliacutecitas de cata-fractii del ejeacutercito romano59 Tan soacutelo el grafito de un catafracto hallado en Dura-Europos aporta alguacuten tipo de informacioacuten expliacutecita para reconstruir la posible imagen de lo que seriacutea un catafractus del ejeacutercito romano pese al hecho de que la ldquonacionalidadrdquo del catafracto representado en el grafito no estaacute nada clara

Como ya hemos sentildealado en apartados anteriores el propio nombre de catafractuscatafractii (asiacute como el posterior de clibanariusclibanarii) pone el acento en la defensa corporal metaacutelica de este tipo de soldados romanos o no romanos Sin embargo el equipamiento defensivo carece de sentido algu-no si no protege una funcioacuten ofensiva concreta En un contarius el eacutenfasis se situacutea en su capacidad ofensiva representada fundamentalmente por el contus sarmaticus como devastadora arma de choque en manos de una fuerza dise-ntildeada esencialmente para el ataque la caballeriacutea En un catafractus romano o parto y en sus homoacutelogos saacutermatas maacutes pesadamente equipados el elemen-to clave no es el poderoso equipo defensivo del jinete (y seguacuten queacute casos de su caballo) en solitario sino la conjuncioacuten de eacuteste con el poder devastador de su equipo ofensivo El catafractus representa asiacute la fuerza ofensiva del con-tarius puesta bajo una proteccioacuten concienzuda que la mantenga a salvo de la mayor parte de los contraataques

En este sentido el equipamiento ofensivo de un catafractus romano no se diferenciariacutea en nada sustancial del portado por un contarius Aparte de la fundamental y eficiente contus el catafractus no dejariacutea de portar un arma secundaria siendo de nuevo la maacutes eficiente la espada de hoja larga que en la tradicioacuten romana altoimperial se materializaba en la spatha en to-das sus variantes asiacute como en espadas de hoja larga de tradicioacuten saacutermata que ya presentamos anteriormente En cuanto a otras armas acaso el pugio pu-diera ser un complemento menos uacutetil para un jinete pesadamente protegido (y con una movilidad maacutes restringida en consecuencia) que para un conta-rius o un equite maacutes vulnerable pero con mayor libertad de movimientos Al fin y al cabo la funcioacuten de ataque baacutesica del catafractus no era sino la mis-ma que la del contarius aprovechar la ventaja de un arma de acometida como el contus para derribar a enemigos a pie o montados antes de poder re-cibir cualquier clase de contraataque cuerpo a cuerpo por parte de ellos Era precisamente su capacidad para mantenerse a salvo de buena parte de los

59 MIELCZAREK 1993 p 79

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contraataques (cercanos o de proyectil) lanzados contra ellos lo que conver-tiacutea a los catafractii en un arma auacuten maacutes devastadora y pesada que los conta-rii la fuerza devastadora de su ataque teniacutea muchas menos posibilidades de verse desbaratada durante la accioacuten si todo iba razonablemente bien60

Y es este elemento clave del catafractus romano la proteccioacuten corpo-ral uno de los puntos que mayores debates ha generado empezando por el yelmo propiamente dicho Un catafractus romano del s II y comienzos del s III dC empleariacutea una gama de cascos ligeramente distinta a los de un con-tarius por dos razones la primera de todas cronoloacutegica en base al hecho de que su aparicioacuten (en base a todas nuestras fuentes) no parece tener lugar has-ta la primera deacutecada del s II dC por lo que los disentildeos de cascos maacutes tiacutepi-cos del s I dC (como el tipo Weiler) no llegariacutean a ser usados por los cata-fractii romanos la segunda es puramente funcional en tanto en cuanto se es-perariacutea de un catafractus que fuera lo maacutes protegido posible Soacutelo los dise-ntildeos maacutes soacutelidos de yelmos romanos y de proteccioacuten maacutes completa entrariacutean a formar parte del equipo corriente de esta caballeriacutea pesada En este sentido resulta particularmente representativo el casco tipo Heddernheim o Russell Robinson tipo E el tipo Friedberg asiacute como los cronoloacutegicamente anteriores Kalkar-Houmlnnepel y Bodengraven Todos ellos ofreciacutean una excelente protec-cioacuten a todo el craacuteneo y el cuello Sin embargo todos ellos no podiacutean evitar dejar al descubierto ojos nariz y buena parte de la boca Teniendo en cuenta que el resto del cuerpo del jinete estariacutea tambieacuten razonablemente bien prote-gido la mejor forma de neutralizar a un catafractus en estas circunstancias era atacarle al rostro directamente Sean cuales sean las circunstancias (y lo que Hollywood nos haya intentado hacer creer) el instinto baacutesico de preser-vacioacuten de un ser humano le hace cerrar los ojos encoger o apartar brusca-mente la cabeza y (de ser necesario) protegerse con las manos y los brazos si intuye o siente una agresioacuten dirigida a la cara Se trata de un acto reflejo baacute-sico e instintivo que no se puede evitar La peacuterdida temporal del control so-bre la realidad visual y sobre las acciones del combate que esto produciriacutea podriacutea provocar (al menos durante ese corto espacio de tiempo) que el ldquoin-vulnerablerdquo catafractus dejara de ser una amenaza fallara el objetivo de su ataque dejara de prestar atencioacuten (en pos de su propia proteccioacuten) yo se convirtiera en un objetivo vulnerable durante ese tiempo En resumidas cuentas la proteccioacuten para la cara resultariacutea una pieza muy uacutetil para un sol-dado cuya fuerza residiera en una pesada proteccioacuten y una gran contundencia de ataque En este sentido se sabe que los catafractos y clibanarios partos y

60 MIELCZAREK 1993 p 81 BISHOP COULSTON 1993 pp 109-111 DIXON SOUTHERN 1997 p 76 GOLDSWORTHY 1998 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-321

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sasaacutenidas emplearon maacutescaras o ventails combinadas con sus cascos para completar su proteccioacuten dejando tan soacutelo los resquicios necesarios para res-pirar y ver (literalmente dos orificios del tamantildeos de los ojos asiacute como una apertura y perforaciones para permitir la ventilacioacuten a la altura de la boca y la nariz) sin que ello pareciera representar un inconveniente a la percepcioacuten del entorno en combate61 En la panoplia romana altoimperial los cascos con maacutescaras metaacutelicas (y las maacutescaras en siacute mismas) no son precisamente des-conocidos son aquellos inicialmente atribuidos a un uso en paradas y ejer-cicios militares especialmente la Hippikaacute Gymnasia Entre los ejemplos maacutes destacables podemos sentildealar el tipo Newstead (s I dC) asiacute como las varian-tes maacutes elaboradas y decoradas del Heddernheim En principio este tipo de cascos dada su profusa decoracioacuten y las supuestas limitaciones a la visibili-dad provocadas por la maacutescara estariacutean limitado en su uso a la Hippikaacute Gymnasia Sin embargo este tipo de cascos no era impedimento para un adecuado desenvolvimiento durante estos ejercicios que eran una muestra de destreza iquestPor queacute entonces habriacutean de resultar un estorbo en la batalla Las maacutescaras de la caballeriacutea parta no teniacutean una factura esencialmente diferente a las romanas (maacutes allaacute del plano puramente artiacutestico-estiliacutestico) y fueron usadas en combate con cierta asiduidad iquestPor queacute razoacuten los yelmos con maacutes-cara o maacutes probablemente las maacutescaras en siacute mismas combinadas con otros tipos de yelmos romanos de caballeriacutea conocidos no pudieron ser utilizados en combate tanto como en la Hippikaacute Gymnasia Hace casi dos deacutecadas Mielczarek ya lanzoacute una propuesta en semejante sentido al respecto de la ca-balleriacutea pesada romana poniendo en cuestioacuten su uso exclusivo en paradas y exhibiciones la cantidad de cascos con maacutescaras y maacutescaras aisladas vincu-ladas a la panoplia romana (y especialmente de la caballeriacutea) no parece res-ponder precisamente a un uso limitado a ocasiones especiales Diez antildeos maacutes tarde Dixon e I P Stephenson volvieron a retomar dichos plantea-mientos argumentando que determinados cascos empleados en la Plena y Baja Edad Media (como el sallet A82) limitaban la visibilidad tanto o maacutes que las maacutescaras inicialmente consideradas como limitadas a la Hippikaacute Gymnasia y sin embargo fueron empleados en combate62 En este sentido consideramos que posiblemente los maacutes ricamente decorados ejemplares no fueron objeto de uso en combate pero siacute que nos adscribimos a los plantea-mientos de los autores mencionados considerando no soacutelo probable sino ra-zonable que la maacutescara (y los cascos disentildeados especialmente para portarlas) formaran parte de la panoplia de los catafractii otorgaacutendoles la proteccioacuten necesaria para proteger el siempre vulnerable rostro

61 MIELCZAREK 1993 p 60 NEGIN 1998 pp 72-74 WILCOX 2001 p 10 62 MIELCZAREK 1993 p 81 DIXON STEPHENSON 2003 pp 20-24

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Un catafractus sin duda alguna portariacutea una buena proteccioacuten para el torso En este sentido hariacutea uso de las mismas protecciones antes menciona-das para los contarii como loricae hamatae y squamatae asiacute como las inno-vaciones propias de eacutepoca Antonina y Severa como las escamas semi-riacutegi-das y las poco comunes armaduras de laacuteminas como el aislado ejemplo del s III dC hallado en Čatalka63 Sin embargo si atendemos ahora al grafito de Dura-Europos el jinete representado no parece llevar un uacutenico tipo de pro-teccioacuten sobre su torso Las armaduras compuestas por varios tipos de loricae como hemos visto eran probablemente utilizadas ya por los saacutermatas Este tipo de proteccioacuten era tambieacuten conocida en el ejeacutercito romano si bien los ejemplos de la misma son limitados y no parece que su uso estuviera muy extendido (al igual que no parece que en el s II y a comienzos del s III dC los catafractii fueran un arma de extendido uso en Roma) Se denominaba lorica plumata teacutermino que al parecer designaba principalmente a armadu-ras compuestas por lorica squamata y hamata combinadas Esta combina-cioacuten parece ser la utilizada tambieacuten por los saacutermatas aunque su distribucioacuten sobre el cuerpo no se ha podido reconstruir convincentemente64 Al igual que el contarius el catafractus no portariacutea escudo tanto por serle imposible su debido aprovechamiento al empuntildear un contus como por el estorbo que su-pondriacutea al uso de esta uacuteltima La carencia de escudo quedariacutea suplida por lo pesado de su proteccioacuten corporal En este sentido destaca la manica una proteccioacuten construida con laacuteminas de metal (bronce o hierro) semiciliacutendricas unidas unas a otras en progresioacuten descendente del hombro hacia la mano la cual podiacutea proteger a su vez con guanteletes de malla de escamas o incluso una extensioacuten de la manica misma adaptada a la forma de la mano65 Com-pletariacutean la proteccioacuten de un catafractus unas grebas para sus piernas (la parte de su cuerpo maacutes al alcance de la infanteriacutea enemiga) si bien podiacutean disponer de protecciones maacutes pesadas que podiacutean llegar a cubrir muslos y pies recordando en su estructura a la manica empleada para proteger los bra-zos66 En ocasiones podriacutea emplearse tambieacuten protecciones especiacuteficas para el cuello especialmente pensadas para cubrir cualquier posible fisura entre el yelmo y la proteccioacuten del torso De este tipo de piezas se han encontrado al-gunos ejemplos como el de una tumba de Čatalka en Bulgaria datada en el

63 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-92 y 116-117 DIXON SOUTHERN 1997 pp 36-43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 43-48 FIELDS 2006 pp 13-14

64 MIELCZAREK 1993 pp 79-80 NEGIN 1998 pp 68-74 DIXON STEPHENSON 2003 pp 49-50 FIELDS 2006 pp 10-11

65 BISHOP COULSTON 1993 pp 87-91 DIXON STEPHENSON 2003 pp 55-58 66 DIXON SOUTHERN 1997 p 43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 61-63

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s II dC y consistente en un anillo de metal dividido en dos mitades unidas por un cinturoacuten de cuero y originalmente tintado en rojo67

El equipamiento de las monturas de los catafractii romanos es otro as-pecto poleacutemico quizaacutes el que maacutes En primer lugar respecto de las sillas de montar eacutestas responderiacutean probablemente al modelo presentado por Con-nolly pero a un tipo particular cuyo entramado riacutegido interno y cuernos es-tariacutean maacutes desarrollados planteando una sujecioacuten mucho maacutes riacutegida y firme Este tipo de sillas poseiacutea ademaacutes una estructura reforzada con elementos metaacutelicos Seguacuten Connolly y C Van Dryel Murray este tipo de sillas res-ponderiacutea especialmente a un uso por parte de unidades de caballeriacutea pesada donde el peso de la armadura del jinete sumada a su modalidad de combate (choque con lanza pesada) hariacutea necesaria una sujecioacuten maacutes firme para evitar quedar descabalgado asiacute como un maacutes eficiente reparto del peso sobre el lomo y los costados del caballo Este tipo de sillas es visible tambieacuten sobre los caballos de los clibanarios sasaacutenidas que aparecen en el relieve de Firu-zabad68 En segundo lugar estaacute la cuestioacuten en torno a si las monturas de los catafractii romanos del s II y comienzos del III dC llevaban alguacuten tipo de proteccioacuten y cuaacuten completa era esta En este sentido se han lanzado diver-sas propuestas e hipoacutetesis por una parte aquellos que consideran que los ca-tafractii romanos probablemente no emplearon proteccioacuten para sus monturas al menos no en la forma casi sistemaacutetica y masiva que caracterizaba a la ca-balleriacutea pesada parta y que caracterizariacutea maacutes tarde a la sasaacutenida y a la pro-pia caballeriacutea pesada romana bajoimperial en este sentido los catafractii del ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta no seriacutean sino contarii pesada-mente protegidos pero cuyas monturas no portariacutean proteccioacuten alguna fuera de lo comuacuten hasta el momento en el ejeacutercito romano69 otros han propuesto un teacutermino medio sostenido en base a la influencia saacutermata en la creacioacuten y equipamiento de la caballeriacutea pesada romana Es eacuteste el caso de Mielczarek Negin y Lebedynsky entre otros quienes consideran que los catafractii ro-manos no emplearon la protecciones pesadas y o maacutes o menos completas pa-ra sus monturas en el sentido sistemaacutetico que se puede observar en la tradi-cioacuten militar parta o persa sino que emplearon protecciones maacutes limitadas y sobre todo aplicadas a secciones concretas de estas unidades por ejemplo entre aquellos soldados destinados a formar la vanguardia de choque de la formacioacuten o simplemente entre los oficiales70 entre la mayor parte de los autores consagrados al estudio del armamento romano y en particular de la

67 DIXON STEPHENSON 2003 p 59 68 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 p 45 MIELCZAREK 1993 pp 81-82 69 EADIE 1967 pp 166-168 70 MIELCZAREK 1993 pp 74-81 NEGIN 1998 p 74 LEBEDYNSKY 2002 p 237-238

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caballeriacutea existe un acuerdo taacutecito en reconocer el uso por parte de la ca-balleriacutea pesada romana de protecciones metaacutelicas Sin embargo en general o no llegan a un acuerdo en torno a su empleo por parte de las primeras uni-dades de catafractii o se limitan a constatar que los restos arqueoloacutegicos de protecciones equinas pesadas (particularmente las halladas en Dura-Europos) datan en principio del s III dC sin entrar en mayores debates71 finalmente estaacuten aquellos autores que dan simplemente por sentada la asociacioacuten entre el teacutermino catafractii y una proteccioacuten maacutes o menos completa y extendida a la inmensa mayoriacutea (al menos) de las monturas de estas unidades en cual-quier momento desde su creacioacuten72 pero especialmente a partir del s III dC73

En general todas estas corrientes tienden a coincidir en sentildealar que las armaduras pesadas para caballos en el ejeacutercito romano no empezaron a utili-zarse de forma extendida para la caballeriacutea pesada hasta el s III dC De nue-vo el debate se centra en torno a su uso durante el s II dC justo en el mo-mento de la creacioacuten de las primeras unidades de catafractii y particular-mente a causa de la falta de pruebas concluyentes Si se hizo uso de dichas protecciones ya en el s III dC iquestpor queacute razoacuten negar su uso en una fase an-terior aunque eacuteste no fuera un uso generalizado Particularmente preferimos adscribirnos a la tendencia representada por Mielczarek Negin y Lebedyns-ky entre otros autores considerando que los miembros de la uacutenica unidad de caballeriacutea pesada acorazada romana conocida para el s II dC el ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta (y por tanto otras unidades del mismo tipo auacuten por conocer) emplearon protecciones metaacutelicas maacutes o menos pesa-das para sus monturas de un modo ocasional limitado a secciones especiales de la unidad o a la oficialidad siguiendo la corriente de influencia saacutermata Estas protecciones se generalizariacutean a lo largo del s III dC probablemente bajo una mayor influencia de la tradicioacuten militar parta y ante todo sasaacutenida hasta constituir las unidades pesadas del Bajo Imperio que seriacutean el germen de la posterior caballeriacutea pesada bizantina

Este tipo de protecciones incluiriacutea no soacutelo ya los chamfrons metaacutelicos sobradamente conocidos por la caballeriacutea romana de la eacutepoca (y empleados probablemente por los contarii) sino bardas compuestas por malla escamas de cuero o metaacutelicas o laacuteminas que como los ejemplares de Dura-Europos (ya descritos anteriormente) cubririacutean los flancos del caballo y buena parte

71 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-70 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

72 GOLDSWORTHY 1998 pp 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 y 20-21 73 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-322

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de la pechera del mismo74 Este tipo de protecciones probablemente incluiriacutea tambieacuten piezas especiacuteficas para proteger el frontal y la cerviz del animal has-ta la cabeza a semejanza quizaacutes de las empleadas por partos y sasaacutenidas en Oriente Estas piezas particularmente para la cerviz del caballo se han en-contrado tambieacuten en Dura-Europos elaboradas en malla y lazadas mediante correas de cuero75 De este modo si se quisiera proporcionar proteccioacuten tan soacutelo a los caballos de una parte de la unidad lo maacutes loacutegico seriacutea hacerlo con las monturas que marchariacutean en la vanguardia de la formacioacuten de choque y que deberiacutean absorber la fase maacutes violenta del impacto En este sentido las piezas de proteccioacuten maacutes uacutetiles no seriacutean las bardas laterales sino las pro-tecciones para pechera cerviz y cabeza las partes del cuerpo del caballo que quedariacutean expuestas al enemigo durante una carga en formacioacuten cerrada Al prescindir asiacute de las protecciones de los flancos no solo se seguiriacutea apor-tando una proteccioacuten uacutetil a las monturas maacutes expuestas de la unidad durante una accioacuten de combate sino que se estariacutea aligerando el peso que habriacutean de soportar durante la accioacuten reduciendo asiacute el riesgo de agotamiento de las mismas

Si la influencia saacutermata en el origen del contarius romano es maacutes o menos segura la cuestioacuten resulta menos clara para los catafractii Formal-mente un catafractus romano no se diferenciaba del contario saacutermata maacutes pesadamente armado maacutes que en la factura de determinadas partes de su equipamiento muchas de las cuales eran de tradicioacuten puramente romana y unas pocas (como las protecciones maacutes pesadas para las piernas) devendriacutean de tradiciones orientales Sin embargo el hecho de que en ninguacuten momento las fuentes literarias disponibles denominen a la caballeriacutea pesada saacutermata como catafractii y que las protecciones pesadas para caballos entre la mis-ma parezcan ser objeto de un uso tan heterogeacuteneo como vinculado al status y posibilidades econoacutemicas del jinete parece ser el principal punto (al menos inicialmente) de distanciamiento entre los lanceros acorazados saacutermatas y los catafractii romanos Ahora bien suponiendo que la creacioacuten de las unidades de catafractos romanos estuviera respondiendo a la caballeriacutea pesada parta iquestpor queacute esperoacute al s II dC Durante casi tres siglos de encuentros en los campos de batalla de Oriente el ejeacutercito romano no parecioacute tener necesidad alguna de emular a los catafractos y clibanarios partos Finalmente es en el contexto de las guerras daacutecicas y paacuterticas de Trajano y en el reinado de Adriano cuando los catafractii hacen su aparicioacuten en el ejeacutercito romano al-gunas deacutecadas maacutes tarde que los contarii y despueacutes de casi un siglo de con-

74 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-63 67 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

75 DIXON STEPHENSON 2003 p 114

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tacto con la caballeriacutea saacutermata De nuevo la coincidencia de variables parece hablar por siacute sola al igual que primero el contarius el catafractus parece ser una respuesta de la caballeriacutea romana a las refriegas habidas con los exce-lentes jinetes saacutermatas desde mediados del s I dC hipoacutetesis que secundan la mayor parte de los autores76 Cualquier posible influjo oriental en la com-posicioacuten de la primera caballeriacutea pesada romana respondioacute a la incorpora-cioacuten de elementos considerados de utilidad no encontrados en la tradicioacuten militar propiamente romana o saacutermata El incremento de este influjo mate-rializado quizaacutes en la intensificacioacuten y extensioacuten del uso de armaduras pe-sadas para caballos y en el importante desarrollo en general del arma de ca-balleriacutea pesada en Roma tendriacutea lugar ya entrado el s III dC quizaacutes no tanto de manos de los uacuteltimos coletazos del moribundo Imperio parto como del joven y eneacutergico Imperio persa sasaacutenida el cual llevariacutea el arma de ca-balleriacutea en el Oriente a nuevas cotas de desarrollo especializacioacuten en organi-zacioacuten equipamiento y taacutecticas77

Mencioacuten especial requiere la organizacioacuten del ala I Gallorum et Pan-noniorum catafracta No entraremos a resentildear aquiacute la naturaleza del ala como unidad militar del ejeacutercito romano ni la organizacioacuten y estructura de la caballeriacutea romana altoimperial sino un aspecto concreto del ala concreta objeto de nuestro estudio y que parece haber pasado desapercibido a la ma-yor parte de los autores Se trata del hecho de que dicha ala debioacute de ser compuesta en su origen por soldados de dos unidades distintas probable-mente tropas selectas Tal y como sentildeala su nombre el ala estaba compuesta por jinetes galos y panonios Mielczarek ha propuesto precisamente que ca-ra a la creacioacuten de esta unidad de catafractos probablemente se seleccionoacute a los mejores soldados de dos alas distintas posiblemente (seguacuten el parecer del propio Mielczarek) el ala I Pannoniorum y el ala I Gallorum Flaviana Aunque de momento no se trata sino de una hipoacutetesis parece razonable que cara a la primera unidad de caballeriacutea pesada romana (probablemente una unidad que tendriacutea en sus oriacutegenes un marcado caraacutecter ldquoexperimentalrdquo) se seleccionara a personal experimentado y de fiar lo que remarcariacutea el caraacutec-ter de eacutelite de este tipo de unidades

76 EADIE 1967 MIELCZAREK 1993 NEGIN 1998 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

LEBEDYNSKY 2002 77 EADIE 1967 pp 169-172 MICHALAK 1987 MIELCZAREK 1993 pp 63-67 NICOLLE

1996 WILCOX 2001 pp 24-35 FARROKH 2005

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Taacutecticas y limitaciones de la caballeriacutea pesada romana La caballeriacutea fue un arma especializada principalmente en una uacutenica

funcioacuten el ataque Un grupo de jinetes no puede establecer una posicioacuten de-fensiva y mantenerla de forma estaacutetica pues equivaldriacutea claramente a un suicidio en cualquier eacutepoca Cuando una unidad de caballeriacutea ha sido em-pleada con fines de defensa lo ha sido empleando fundamentalmente el ata-que es decir un contraataque

La principal ventaja de un jinete respecto del soldado de infanteriacutea ra-dica en tres puntos fundamentales la altura que le proporciona su montura la rapidez y potencia de la misma y el efecto psicoloacutegico que todo ello sus-cita en el infante El principal modo en que la caballeriacutea (y particularmente la caballeriacutea media y pesada) se enfrenta a la infanteriacutea (y a otras unidades como veremos) es la carga cuya finalidad es desfondar la formacioacuten ene-miga dispersaacutendola para coparla y destruirla o permitir a otras unidades aprovechar la brecha abierta Sin embargo contrariamente a lo que se suele pensar un caballo (o un grupo de caballos) no es capaz de embestir una for-macioacuten cerrada de infanteriacutea Un equino no es un toro ni se comporta como tal El caballo siempre se para antes de llegar a impactar contra un obstaacuteculo que considera no podraacute esquivar o saltar o donde no vea espacio alguno por donde penetrar En este sentido una formacioacuten de infanteriacutea pesada que fuera capaz de mantener su posicioacuten hasta el final teniacutea muchas posibilidades de rechazar una carga de caballeriacutea Existiacutean dos formas para evitar que esto sucediese de modo tal que la carga de caballeriacutea tuviese finalmente eacutexito hostigar a la formacioacuten de infanteriacutea de muacuteltiples modos (ataque con proyec-tiles ataques simulados apoyar a la caballeriacutea atacante con infanteriacutea o ar-tilleriacutea) o bien que un porcentaje suficiente de soldados enemigos no fuera capaz de soportar la tensioacuten psicoloacutegica de ver venir sobre ellos una carga de caballeriacutea y rompiera filas debilitando la formacioacuten desorganizaacutendola y abriendo brechas Como vemos el resultado de una carga de caballeriacutea de-pende maacutes del contexto y de la psicologiacutea que de la carga en siacute misma Sin embargo los nervios de acero necesarios para superar el instinto de autopro-teccioacuten (que nos llevariacutea a quitarnos inmediatamente de la trayectoria de los caballos y sus jinetes) no eran (ni son) un elemento comuacuten en los ejeacutercitos Pocas infanteriacuteas disponiacutean del adiestramiento y disciplina necesarios para mantener la posicioacuten y afrontar una auteacutentica estampida que a sus ojos cla-ramente amenazariacutea con arroyarla Entre tales excepciones se encontraba la

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infanteriacutea legionaria romana la cual soacutelo en determinadas circunstancias era realmente vulnerable a un ataque de caballeriacutea78

Las unidades de caballeriacutea pesada como catafractii y contarii eran un caso auacuten maacutes especial En primer lugar el contus permitiacutea al jinete arroyar a un infante enemigo virtualmente antes de que su montura se viera obligada a detener su marcha Por otra parte sus pesadas protecciones (y la de sus mon-turas al menos para una parte de los catafractii) les otorgaban una mayor se-guridad ante cualquier clase de contraataque enemigo (especialmente pro-yectiles) y una superior capacidad de asumir el riesgo del contacto con una formacioacuten enemiga demasiado firme Pero sobre todo les otorgaba una carga psicoloacutegica brutal la visioacuten de una ldquoparedrdquo blindada erizada de lanzas en auteacutentica formacioacuten de falange avanzando con premura directamente resulta-ba especialmente impactante a ojos de un soldado de infanteriacutea por muacuteltiples factores Ser arroyado por un caballo no es una perspectiva agradable ser arroyado por una marea de lanzas y caballos blindados es una perspectiva auacuten menos agradable Para incrementar la capacidad de penetracioacuten de este tipo de caballeriacutea se empleaban formaciones y ataques en profundidad fun-damentalmente columna y cuneuscuntildea En este sentido la formacioacuten podiacutea concentrar la fuerza de su carga en un frente estrecho que pudiera ser dirigi-do convenientemente contra el punto maacutes deacutebil de la formacioacuten a atacar in-cluso con la carga ya en curso Sin embargo la caballeriacutea pesada poseiacutea una desventaja potencial el enorme peso de su equipamiento reduciacutea la veloci-dad de su carga su maniobrabilidad y podiacutea agotar a sus caballos muy raacutepi-damente En este sentido podiacutean ser viacutectimas faacuteciles de unidades maacutes aacutegiles y raacutepidas o de un contraataque al teacutermino de una extenuante carga (exitosa o no) Por otra parte no estaban precisamente capacitados para realizar una re-tirada raacutepida con los caballos extenuados por el esfuerzo de cargar despla-zando sobre sus lomos a su jinete con su equipamiento y su propia pro-teccioacuten los catafractii podiacutean encontrarse en una situacioacuten realmente com-prometida si su ataque fracasaba y no se encontraban en posicioacuten de recibir apoyo inmediato de unidades aliadas capaces de protegerlos el tiempo nece-sario para maniobrar y salir del atolladero Otro peligro que desembocaba di-rectamente en el fracaso de la carga (y en las circunstancias antes descritas) era la posibilidad de que la formacioacuten perdiera su cohesioacuten durante la carga Para evitar esta circunstancia (y reducir la extenuacioacuten de los caballos) se procuraba no cargar a mayor velocidad que un trote ligero79

78 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

79 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 y 241 LEBEDYNSKY 2002 p 237 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

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A la hora de afrontar a otra caballeriacutea las circunstancias eran dife-rentes La caballeriacutea como especialista en ataque teniacutea tambieacuten la funcioacuten de neutralizar a la caballeriacutea del adversario negaacutendole asiacute la mayor parte de la iniciativa y ganando la oportunidad de flanquear sus formaciones y ata-carlas desde diversos puntos Un ejeacutercito cuya caballeriacutea abandonara el cam-po de batalla por otra parte aunque auacuten podiacutea imponerse mediante la fuerza de su infanteriacutea (si era capaz de rechazar el ataque de la caballeriacutea adversaria y de desalojar a su infanteriacutea) careceriacutea de cualquier posibilidad para explo-tar adecuadamente la victoria la caballeriacutea fue hasta la I Guerra Mundial la uacutenica arma capacitada para lanzar una persecucioacuten sobre una fuerza enemiga en retirada convirtiendo esta uacuteltima en una desbandada desorganizada y dis-poniendo asiacute de la oportunidad de transformar un ejeacutercito derrotado en un ejeacutercito destruido En este sentido la caballeriacutea no fue soacutelo una pieza taacutectica fundamental a la hora de la batalla sino una herramienta baacutesica de la estra-tegia a nivel global de cualquier conflicto a lo largo de unos tres milenios de historia militar

La infanteriacutea puede rechazar a la caballeriacutea pero nunca perseguirla (maniobra que equivaldriacutea a dar la ocasioacuten a los jinetes derrotados de dar media vuelta y lanzar un inesperado contraataque que convirtiera en desastre para la infanteriacutea lo que empezoacute siendo un eacutexito Las huidas fingidas como ya hemos sentildealado eran tambieacuten una interesante taacutectica a emplear por parte de la caballeriacutea para desorganizar una formacioacuten enemiga Sin embargo no era una taacutectica que entrara dentro del ldquomanual de instruccionesrdquo de la ca-balleriacutea maacutes pesada limitada como estaba en sus movimientos) Soacutelo la ca-balleriacutea podiacutea derrotar poner en fuga y destruir a otra caballeriacutea El modo de hacerlo sin embargo era materia delicada Una formacioacuten cerrada para ata-car a otra caballeriacutea resultaba inuacutetil y peligrosa era la mejor forma de que los propios caballos se rompieran los huesos al impactar a gran velocidad contra las monturas enemigas Normalmente y a lo largo de toda la existen-cia de la caballeriacutea de choque dos formaciones de caballeriacutea que cargan una contra otra a la espera de un combate mano a mano tienden a abrir sus liacuteneas para esquivar el choque frontal contra los caballos rivales Al producirse el choque el jinete tratariacutea de atacar con sus armas a su rival maacutes cercano a uno u otro lado intentando derribarle o herirle mortalmente En estas cir-cunstancias el contus sarmaticus vuelve a relucir por sus virtudes permitiacutea (al igual que la lanza de cometida medieval las lanzas de los huacutesares alados polacos o las lanzas de los ulanos austriacos o los cosacos rusos) golpear al jinete adversario antes de que eacuteste equipado con espada o con una lanza maacutes corta pudiese iniciar su propio ataque Una formacioacuten de contarii o de cata-fractii podiacutea asiacute arroyar faacutecilmente la vanguardia de la formacioacuten de caballe-

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riacutea enemiga neutralizando su ataque y desorganizando totalmente su forma-cioacuten Sin embargo cuando dos formaciones cargaban una contra la otra y llegaban a culminar completamente el choque el combate podiacutea derivar faacute-cilmente en una violenta y caoacutetica refriega En estas circunstancias las espa-das de hoja larga empleadas por la caballeriacutea romana y saacutermata eran particu-larmente esenciales asiacute como sus protecciones dado que un contus tendiacutea a partirse tras el primer o segundo impacto y a ser poco coacutemoda de utilizar cuando el combate se tornaba maacutes cercano En cualquier caso si una forma-cioacuten de catafractii no conseguiacutea imponerse durante el choque a la formacioacuten enemiga el agotamiento de sus monturas y su menor movilidad (sumada a la peacuterdida del orden en la formacioacuten inherente al inicio de la refriega) supon-driacutean una peligrosa situacioacuten en el caso de carecer de apoyo de otras unida-des (bien de caballeriacutea o de infanteriacutea) y de la que no podriacutean salir con mu-cha facilidad80

Tanto frente a otra caballeriacutea como frente a la infanteriacutea el respaldo de unidades de caballeriacutea maacutes ligeras y particularmente arqueros a caballo81 resultariacutea particularmente deseable antes del choque la caballeriacutea ligera po-driacutea hostigar con proyectiles a las formaciones enemigas creando brechas o desorganizaacutendolas y despueacutes del choque podriacutean apoyar a la caballeriacutea pe-sada durante la progresioacuten del combate cubrir su retirada o explotar su eacutexito continuando la persecucioacuten de un enemigo en fuga

Como vemos desde el punto de vista taacutectico y del empleo en el campo de batalla el eacutexito de la caballeriacutea pesada acorazada dependiacutea tanto o maacutes de las circunstancias el contexto y el apoyo que pudieran recibir que de sus propias virtudes Se trataba de unidades altamente especializadas que si que-daban desprotegidas o en situaciones comprometidas podiacutean ser faacutecilmente rechazadas desbandadas o destruidas No se trataba de fuerzas versaacutetiles y probablemente ello condicionoacute que su adopcioacuten y empleo generalizado por parte del ejeacutercito romano fuera tardiacuteo

CONCLUSIONES

El ejeacutercito romano se enfrentoacute durante casi dos siglos a la caballeriacutea

pesada desarrollada por las potencias orientales Tras reveses iniciales debi-dos maacutes a las circunstancias que a una auteacutentica incapacidad para afrontar el ataque de este tipo de caballeriacutea las legiones desarrollaron sus particulares contramedidas recorriendo las primeras deacutecadas de la historia del Alto Im-

80 DIXON SOUTHERN 1997 pp 141-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 235-244 MENEacuteNDEZ

ARGUumlIacuteN 2011 pp 322-324 81 DIXON SOUTHERN 1997 p 143

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perio imperturbables considerando del todo innecesario tomar como inno-vacioacuten un arma a la que eran capaces de batir los catafractos partos y arme-nios

Sin embargo hacia mediados del s I dC algo vino a trastocar este es-cenario en apariencia estable e inamovible de las estepas poacutenticas emergioacute no tanto una nueva arma como una nueva forma de combinar y emplear ar-mas y taacutecticas sobradamente conocidas Los haacutebiles jinetes saacutermatas dejaron atraacutes la claacutesica tradicioacuten militar esteparia basada en el uso del arquero a ca-ballo y la caballeriacutea ligera desarrollaron una nueva caballeriacutea pesada libre de la mayor parte de las debilidades de los pesados catafractos partos flexi-ble y dinaacutemica y capaz de luchar en conjuncioacuten perfecta con otras modali-dades de caballeriacutea como si de un uacutenico cuerpo se tratase A diferencia del catafractario parto el ldquocontariordquo saacutermata era un jinete armado maacutes o menos pesadamente seguacuten las circunstancias y sus propias posibilidades Al igual que su contrapartida parto o armenio el jinete pesado saacutermata aprovechaba al maacuteximo las virtudes de su arma definitoria el contus sarmaticus pero la combinaba con el uso de otras igualmente uacutetiles como la espada de hoja larga y el arco recurvado compuesto Su equipamiento defensivo careciacutea de la rigidez propia del catafracto parto tendiendo a ser sensiblemente maacutes li-gero sin perder las ventajas propias de una proteccioacuten completa y concien-zuda Este equipamiento defensivo ademaacutes podiacutea variar seguacuten las circuns-tancias y las necesidades taacutecticas de cada momento (y no solo exclusi-vamente en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete) Ello permitiacutea al jinete pesado saacutermata oscilar entre una caballeriacutea media pura y una caballeriacutea pesada de choque seguacuten las circunstancias Le convertiacutea en un arma flexible capaz de desempentildear diversos papeles en el campo de batalla y variarlos du-rante el combate mismo seguacuten sus necesidades En combinacioacuten con la habi-lidad natural de estos pueblos para la equitacioacuten y sus excelentes (y numero-sas) fuerzas de caballeriacutea ligera la caballeriacutea pesada saacutermata representaba una amenaza realmente seria y totalmente nueva

Desde la guerra civil del 68-69 dC hasta la paz firmada por Adriano con los saacutermatas roxolanos en 119 dC las legiones romanas y su caballeriacutea hubieron de hacer severos esfuerzos para imponerse a este nuevo enemigo en los campos de batalla actuase eacuteste en solitario o en conjuncioacuten con otros pueblos o Estados Las guerras daacutecicas de Domiciano (85-89 dC) y de Tra-jano (101-106 dC) fueron probablemente los puntos culminantes de esta coyuntura De los sangrientos encuentros habidos sobre las orillas del Danu-bio las colinas daacutecicas y las llanuras de la futura Hungriacutea el ejeacutercito romano extraeriacutea una dura leccioacuten que aprenderiacutea raacutepidamente y pondriacutea en creciente praacutectica con el paso de los antildeos cuando a comienzos del s III dC descen-

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diera el ocaso sobre las uacuteltimas luces legadas por la edad dorada de los Anto-ninos habiendo el Estado romano de afrontar las convulsiones de un mundo en paulatina transformacioacuten

A comienzos del s II dC a caballo entre los diacuteas de Trajano y Adria-no el ejeacutercito romano afrontoacute el laborioso proceso de aplicar buena parte de lo que habiacutea aprendido de manos de la caballeriacutea saacutermata El contus ya habiacutea sido adoptado conformando la primera caballeriacutea de choque especialista de la historia del Imperio A ella le seguiriacutean las protecciones pesadas para jine-tes asiacute como para caballos El ejeacutercito romano conociacutea de sobra los modelos orientales de caballeriacutea pesada y sin embargo en el primer siglo de existen-cia de este arma entre las filas romanas el modelo a seguir fue principal-mente saacutermata Los hechos hablan por siacute solos El ejeacutercito romano habiacutea en-contrado una innovacioacuten de intereacutes para su tradicioacuten militar y la incorporoacute raacutepidamente Las primeras unidades de caballeriacutea pesada acorazada romana llevaron nombres que aludiacutean a tradiciones orientales catafractii pero su ar-mamento y el fundamento de sus taacutecticas era una mezcla de aportaciones romanas y modelos saacutermatas Con la llegada del s III dC estas unidades se hariacutean cada vez maacutes necesarias y sobre la trayectoria marcada por los pio-neros de este arma se labrariacutea el desarrollo completo de la misma

La emersioacuten del Imperio persa sasaacutenida supuso la transformacioacuten re-novacioacuten y revitalizacioacuten del arma de caballeriacutea puramente oriental Los sa-saacutenidas llevaron a un nuevo paroxismo a la combinacioacuten de la caballeriacutea pe-sada y la caballeriacutea ligera de tradicioacuten oriental hasta el punto de que algunos tratadistas militares romanos como Amiano Marcelino llegaron a conside-rarlo como un arma praacutecticamente imbatible En palabras del propio Amiano [] catafractarii [] et sagitarii formidable genus armorum82 Probable-mente estas circunstancias forzaran (entre otros factores) no ya la expansioacuten del arma de caballeriacutea pesada (asiacute como del arquero a caballo) en el ejeacutercito romano de los siglos III y IV dC sino la asuncioacuten por parte de la misma de muacuteltiples elementos propios ya exclusivamente de la tradicioacuten militar irano-persa

La experiencia saacutermata quedoacute atraacutes sin embargo su importancia y la de los primeros prototipos de caballeriacutea pesada romana existentes en el Alto Imperio no debe menospreciarse Fueron la piedra fundadora los cimientos de una importante rama de la tradicioacuten militar romana posterior madre de la bizantina y de buena parte de las tradiciones militares de la posterior Europa medieval donde la caballeriacutea ostentariacutea durante siglos su particular supre-maciacutea En cierto modo puede decirse que la caballeriacutea saacutermata y las primeras

82 AMIANO MARCELINO 16 12 7

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unidades de caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano se encuentran entre las raiacute-ces de una tradicioacuten militar que llevoacute a la caballeriacutea a mantener la ilusioacuten de su reinado sobre los campos de batalla hasta el enloquecedor extremo de atravesar las trincheras y alambradas de la I Guerra Mundial y cargar sobre las divisiones panzer germanas en 1939

SELECCIOacuteN DE TEXTOS EPIGRAacuteFICOS RELATIVOS

83 Camerinum (Camerino) Regio VI Italia CIL XI 5632

M(arco) Maenio C(ai) f(ilio) Cor(nelia) Agrippae L(ucio) Tusidio Campestri hospiti divi Hadriani patri senatoris praef(ecto) coh(ortis) II Fl(aviae) Britton(um) equitat(ae) electo a divo Hadriano et misso in expeditionem Brittannicam trib(uno) coh(ortis) I Hispanor(um) equitat(ae) praef(ecto) alae I Gallor(um) et Pannonior(um) catafractatae proc(uratori) Aug(usti) praef(ecto) classis Brittannicae proc(uratori) provinciae Brittanniae equo publico patrono municipi(i) vicani Censorglacenses consecuti ab indulgentia Optimi Maximique Imp(eratoris) Antonini Aug(usti) Pii beneficio interpretationis eius privilegia quibus in p[e]rpetuum aucti confirmatique sunt l(ocus) d(atus) d(ecreto) d(ecurionum) g(ratis)

Ad Mediam (Mehadia) Dacia CIL XVI 110 = CIL III 886 = AE 1980 760

[Imp(erator) Caes(ar) divi Had]rian(i) f(ilius) divi Traiani [Parthici n(epos) divi Ne]rvae pron(epos) T(itus) Aelius [Hadrianus Ant]oninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) [max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII] imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae) [equit(ibus) et pedit(ibus)] qui mil(itaverunt) in alis III quae [appell(antur) Silia]n(a) et Gall(orum) et Pann(oniorum) [catafrac(taria) et F]ront(oniana) et coh(ortibus) XII I Ulp(ia) [Britton(um)] |(milliaria) et I Fl(avia) Ulp(ia) Hisp(anorum) |(milliaria) [et 3 I Ael(ia)] Gaesa(torum) |(milliaria) et I Aug(usta) Nerv() [|(milliaria) et I]I Britt(onum) |(milliaria) et I Hispan(orum) [--- e]t II Hisp(anorum) scutat(a) Cy[ren(aica) et ---]n() et VI Thrac(um) et sunt [in Dacia Poroliss]en(si) sub Macrinio [Vindice proc(uratore) qui]nq(ue) et vigint(i) stip[en(diis) emerit(is) dimis(sis) hon]est(a) miss(ione) quor(um) [nomin(a) subscripta s]unt civit(atem) Roman(am) [qui eor(um) non ha]b(erent) ded(it) et con(ubium) cum [uxor(ibus) quas tu]nc hab(uissent) cum est [civit(as) i(i)s dat(a) aut] cum i(i)s quas post(ea) [dux(issent) dumtax(at) si]ngulis [[Imp(erator) Caes(ar) divi Hadrian(i) f(ilius) divi Traiani Parthici n(epos) divi Nervae pron(epos) T(itus) Aelius Hadrianus Antoninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae)] [equit(ibus) et pedit(ibus) qui mil(itaverunt) in alis III ---] et vigint(i) stipend(iis) emerit(is) dimis(sis) honest(a) miss(ione) quor(um) nomin(a) subscript(a) sunt civit(atem) Roman(am) qui eor(um) non haber(ent) dedit et conub(ium) cum uxor(ibus) quas tunc habuis(sent) cum est civit(atem) i(is) dat(a) aut cum i(is) quas post(ea) dux(issent) dumtax(at) singulis a(nte) d(iem) V K(alendas) Oct(obres) Sex(to) Calpurnio Agricola Ti(berio) Claudio Iuliano co(n)s(ulibus) coh(ors) I Ulpia Britton(um) |(milliaria) cui

83 Tomados del Epigraphische Datenbank Clauss-Slaby httpwwwmanfredclauss de

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prae(e)st L(ucius) Nonius Bassus Picen(o) ex pedite Luonerco Molaci f(ilio) Britt(oni) descript(um) et recognit(um) ex tabul(a) aer(ea) quae fixa est Romae in mur(o) post templ(um) divi Aug(usti) ad Minervam

Tipasa (Tefessad) Mauretania Cesariense AE 1951 265 = AE 1955 133

D(is) M(anibus) Adiutoris eq(uitis) al(ae) pri(mae) Can(n)anafatium vi(xit) XXXXI m(ilitavit) an(nos) XXIII pro(curante) l(i)b(erto) ipsi(us) bene me(renti) Cabanus he(res) po(suit)

Savaria (Szombathely) Panonia Superior CIL III 4183

T(itus) Cnorius Sabinianus ex praef(ecto) alae Contariorum v(ir) e(gregius) et L(ucius) Val(erius) Verus dec(urio) c(oloniae) C(laudiae) Savar(iensium) sacerdotalis p(rovinciae) P(annoniae) s(uperioris) cryptam vi ignis exustam sumptibus suis refecerunt

Brigetio (Kornye) Panonia Superior CIL III 4278

D(is) M(anibus) Val(erio) Saturnino vet(erano) ex dup(licario) alae I Ulp(iae) Cont(ariorum) qui vixit an(nos) L et Val(erio) Sabino mil(iti) leg(ionis) I Ad(iutricis) stip(endiorum) III vixit an(nos) XXV filio Caes(ia) Digna marito et filio f(aciendum) c(uravit)

Apamea Siria AE 1987 955

Aur(elio) Basso quandam(sic) sig(nifero) al(ae) I Ulp(iae) (C)ontariorum stipendiorum VIII vixit annos XXVIIII XI Kal(endas) Maias Gallo et Volusiano consilibus() titulus positus a Marc(io) Cotum(sic) (d)ec(urione) al(ae) c(ivium) R(omanorum)

Apamea Siria AE 1993 1589

D(is) M(anibus) Iulius Valerianus eques alae I Ulp(iae) contariorum stip(endiorum) XXIII vixit annis XXXXVI Ulp(ius) Ingenu(us) dupl(icarius) alae eiusdem heres posuit b(ene) m(erenti)

Arrabona (Gyor) Panonia Superior CIL III 4379

D(is) M(anibus) Ulp(ius) Variu(s) Ore() vet(e)r(anus) ex stat(ore) al(a)e I Ulp(iae) Cont(ariorum) do(mo) Af(rica) vixs(it) ann(os) XLV et Ael(iae) Sabin(a)e fi(liae) vix(it) ann(os) X Ael(ia) Domitia con(iunx) et Ulp(ius) Sabinianus et Ulp(ius) [Cele]rinus et Sabi[nil]la fili(i) vivi cum [mat(re) pa]tri karis(simo) posuerunt

Sentpalpuszta Panonia Superior CIL III 11081 = AE 1899 3

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[D(is) M(anibus)] M(arcus) Aur(elius) [3]us vex(illarius) al(ae) p(rimae) C(ontariorum) Anto(ninianae) et Elv(iae) Bon(a)e c(oniugi) car(issimae) et f(iliae) Aur(eliae) Valerin(a)e et Ae(liae) Sabin(a)e et Elv(io) Verecundo an(norum) LXX Pulc(h)r(a)e() Suri an(norum) LX et Elv(io) Vitali an(norum) XVIII et Au(relio) Ma(n)suetiano an(norum) VII et Ae(lio) Florido M(arcus) Aur(elius) Valerianus sib(i) [et] su[i]s vivi f(ecit)

Roma CIL VI 1449 = AE 1967 16 = AE 196970 13

M(arco) Macrinio Avito M(arci) f(ilio) Claud(ia) Catonio Vindici co(n)s(uli) aug(uri) p(opuli) R(omani) Quiritium leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) prov(inciae) Moes(iae) inf(erioris) leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) Moes(iae) sup(erioris) cur(atori) civitat(is) Arimin(ensium) p[r]oc(uratori) prov(inciae) Dac(iae) Malv(ensis) praef(ecto) alae contar(iorum) praef(ecto) alae III Thrac(um) trib(uno) milit(um) leg(ionis) VI Victr(icis) praef(ecto) coh(ortis) VI Gall(orum) donat(o) donis mil(itaribus) in bello Germ(anico) ab Imp(eratore) M(arco) Aur(elio) Antonino Aug(usto) hast(is) pur(is) II et vexill(is) II cor(o)na mural(i) et vallar(i) Iunia Flaccinilla marito karissimo et Macrinia Rufina patri piissimo vixit annis XLII m(ensibus) V

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SELECCIOacuteN DE IMAacuteGENES

Fig 1 Relieve de la estela funeraria del eques Aduitor miembro del ala I Canninefatum (AE 1955

133) empuntildeando un contus sarmaticus por el lateral derecho de su montura DIXON SOUTHERN 1997 p 49

Fig 2

Grafito de Dura-Europos datado en torno a los ss II-III dC representando un catafracto parto romano o sasaacutenida JUNKELMANN 1992 p 197

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Fig 3 Las dos bardas de escamas metaacutelicas completas encontradas por Rostovzeff en las

excavaciones de Dura-Europos a lo largo de la campantildea de 1932-33 JUNKELMANN 1992 p 214

Fig 4 Relieves de Firuzabad (Iraacuten) representando a un clibanario persa sasaacutenida derribando a un

catafractarioclibanario parto s III dC Obseacutervese las bandas transversales que se ven en los brazos del jinete de la derecha que probablemente esteacuten representando un tipo de manica

WILCOX 2001 p 22

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Fig 5 Relieve de Firuzabad representando a unos catafractosclibanarios parto y sasaacutenida forcejeando

en combate cuerpo a cuerpo Ilustracioacuten de Wilcox 2001 p 23

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FIG 6 Catafractos partos del s I aC Obseacutervense las protecciones tipo manicae portadas por ambos

jinetes en los brazos El jinete de la derecha tambieacuten las lleva sobre las piernas A Mc Bride en WILCOX 2001

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Fig 7 Fragmentos de cotas de escamas y laacuteminas para armadura encontradas en enterramientos

saacutermatas de los ss I-III dC NEGIN 1998 p 70

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Fig 8 Estela de Athenios en Panticapea (Crimea Ucrania) donde se puede observar a un jinete (izqda) que parece montar un caballo protegido con una cota de escamas al igual que eacutel

NEGIN 1998 p 66

Fig 9 Reconstruccioacuten de un contario saacutermata (izqda) en accioacuten s II dC seguacuten G Embleton en

BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 10 Reconstruccioacuten el posible aspecto de un jinete pesado saacutermata y de la posible proteccioacuten de su

montura s II dC seguacuten G Embleton en BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 11 Reconstruccioacuten de un jinete pesado saacutermata equipado con una armadura compuesta ss I-II

dC seguacuten NEGIN 1998 p 73

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Fig 12 Casco romano tipo Russell Robinson tipo B basado en un ejemplar encontrado en Ely

(Cambridgeshire Reino Unido) ss I-II dC GOLDSWORTHY 1998 p 238

Fig 13

Casco romano tipo Rusell Robinson E basado en un hallazgo realizado en Hedderneim (Alemania) ss II-III GOLDSWORTHY 1998 p 238

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Fig 14

Reconstruccioacuten de un casco romano del tipo Niederbieber ss II-III dC seguacuten GILBERT 2010 p 136

Fig 15

Reconstruccioacuten de una variante del casco romano tipo Heddernheim con y sin maacutescara de proteccioacuten para el rostro ss II-III dC seguacuten ALEXANDRA GILBERT 2009 pp 24-26

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Fig 16 Fragmento de lorica squamata de escamas semi-riacutegidas s II dC

BISHOP COULSTON 1993 p 116

Fig 17 Silla de montar romana de cuatro cuernos seguacuten la reconstruccioacuten de P Connolly

DIXON SOUTHERN 1997 p 71

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Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

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Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

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Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

Recibido 17 mayo 2011 Aprobado 22 junio 2011

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contraataques (cercanos o de proyectil) lanzados contra ellos lo que conver-tiacutea a los catafractii en un arma auacuten maacutes devastadora y pesada que los conta-rii la fuerza devastadora de su ataque teniacutea muchas menos posibilidades de verse desbaratada durante la accioacuten si todo iba razonablemente bien60

Y es este elemento clave del catafractus romano la proteccioacuten corpo-ral uno de los puntos que mayores debates ha generado empezando por el yelmo propiamente dicho Un catafractus romano del s II y comienzos del s III dC empleariacutea una gama de cascos ligeramente distinta a los de un con-tarius por dos razones la primera de todas cronoloacutegica en base al hecho de que su aparicioacuten (en base a todas nuestras fuentes) no parece tener lugar has-ta la primera deacutecada del s II dC por lo que los disentildeos de cascos maacutes tiacutepi-cos del s I dC (como el tipo Weiler) no llegariacutean a ser usados por los cata-fractii romanos la segunda es puramente funcional en tanto en cuanto se es-perariacutea de un catafractus que fuera lo maacutes protegido posible Soacutelo los dise-ntildeos maacutes soacutelidos de yelmos romanos y de proteccioacuten maacutes completa entrariacutean a formar parte del equipo corriente de esta caballeriacutea pesada En este sentido resulta particularmente representativo el casco tipo Heddernheim o Russell Robinson tipo E el tipo Friedberg asiacute como los cronoloacutegicamente anteriores Kalkar-Houmlnnepel y Bodengraven Todos ellos ofreciacutean una excelente protec-cioacuten a todo el craacuteneo y el cuello Sin embargo todos ellos no podiacutean evitar dejar al descubierto ojos nariz y buena parte de la boca Teniendo en cuenta que el resto del cuerpo del jinete estariacutea tambieacuten razonablemente bien prote-gido la mejor forma de neutralizar a un catafractus en estas circunstancias era atacarle al rostro directamente Sean cuales sean las circunstancias (y lo que Hollywood nos haya intentado hacer creer) el instinto baacutesico de preser-vacioacuten de un ser humano le hace cerrar los ojos encoger o apartar brusca-mente la cabeza y (de ser necesario) protegerse con las manos y los brazos si intuye o siente una agresioacuten dirigida a la cara Se trata de un acto reflejo baacute-sico e instintivo que no se puede evitar La peacuterdida temporal del control so-bre la realidad visual y sobre las acciones del combate que esto produciriacutea podriacutea provocar (al menos durante ese corto espacio de tiempo) que el ldquoin-vulnerablerdquo catafractus dejara de ser una amenaza fallara el objetivo de su ataque dejara de prestar atencioacuten (en pos de su propia proteccioacuten) yo se convirtiera en un objetivo vulnerable durante ese tiempo En resumidas cuentas la proteccioacuten para la cara resultariacutea una pieza muy uacutetil para un sol-dado cuya fuerza residiera en una pesada proteccioacuten y una gran contundencia de ataque En este sentido se sabe que los catafractos y clibanarios partos y

60 MIELCZAREK 1993 p 81 BISHOP COULSTON 1993 pp 109-111 DIXON SOUTHERN 1997 p 76 GOLDSWORTHY 1998 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-321

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sasaacutenidas emplearon maacutescaras o ventails combinadas con sus cascos para completar su proteccioacuten dejando tan soacutelo los resquicios necesarios para res-pirar y ver (literalmente dos orificios del tamantildeos de los ojos asiacute como una apertura y perforaciones para permitir la ventilacioacuten a la altura de la boca y la nariz) sin que ello pareciera representar un inconveniente a la percepcioacuten del entorno en combate61 En la panoplia romana altoimperial los cascos con maacutescaras metaacutelicas (y las maacutescaras en siacute mismas) no son precisamente des-conocidos son aquellos inicialmente atribuidos a un uso en paradas y ejer-cicios militares especialmente la Hippikaacute Gymnasia Entre los ejemplos maacutes destacables podemos sentildealar el tipo Newstead (s I dC) asiacute como las varian-tes maacutes elaboradas y decoradas del Heddernheim En principio este tipo de cascos dada su profusa decoracioacuten y las supuestas limitaciones a la visibili-dad provocadas por la maacutescara estariacutean limitado en su uso a la Hippikaacute Gymnasia Sin embargo este tipo de cascos no era impedimento para un adecuado desenvolvimiento durante estos ejercicios que eran una muestra de destreza iquestPor queacute entonces habriacutean de resultar un estorbo en la batalla Las maacutescaras de la caballeriacutea parta no teniacutean una factura esencialmente diferente a las romanas (maacutes allaacute del plano puramente artiacutestico-estiliacutestico) y fueron usadas en combate con cierta asiduidad iquestPor queacute razoacuten los yelmos con maacutes-cara o maacutes probablemente las maacutescaras en siacute mismas combinadas con otros tipos de yelmos romanos de caballeriacutea conocidos no pudieron ser utilizados en combate tanto como en la Hippikaacute Gymnasia Hace casi dos deacutecadas Mielczarek ya lanzoacute una propuesta en semejante sentido al respecto de la ca-balleriacutea pesada romana poniendo en cuestioacuten su uso exclusivo en paradas y exhibiciones la cantidad de cascos con maacutescaras y maacutescaras aisladas vincu-ladas a la panoplia romana (y especialmente de la caballeriacutea) no parece res-ponder precisamente a un uso limitado a ocasiones especiales Diez antildeos maacutes tarde Dixon e I P Stephenson volvieron a retomar dichos plantea-mientos argumentando que determinados cascos empleados en la Plena y Baja Edad Media (como el sallet A82) limitaban la visibilidad tanto o maacutes que las maacutescaras inicialmente consideradas como limitadas a la Hippikaacute Gymnasia y sin embargo fueron empleados en combate62 En este sentido consideramos que posiblemente los maacutes ricamente decorados ejemplares no fueron objeto de uso en combate pero siacute que nos adscribimos a los plantea-mientos de los autores mencionados considerando no soacutelo probable sino ra-zonable que la maacutescara (y los cascos disentildeados especialmente para portarlas) formaran parte de la panoplia de los catafractii otorgaacutendoles la proteccioacuten necesaria para proteger el siempre vulnerable rostro

61 MIELCZAREK 1993 p 60 NEGIN 1998 pp 72-74 WILCOX 2001 p 10 62 MIELCZAREK 1993 p 81 DIXON STEPHENSON 2003 pp 20-24

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Un catafractus sin duda alguna portariacutea una buena proteccioacuten para el torso En este sentido hariacutea uso de las mismas protecciones antes menciona-das para los contarii como loricae hamatae y squamatae asiacute como las inno-vaciones propias de eacutepoca Antonina y Severa como las escamas semi-riacutegi-das y las poco comunes armaduras de laacuteminas como el aislado ejemplo del s III dC hallado en Čatalka63 Sin embargo si atendemos ahora al grafito de Dura-Europos el jinete representado no parece llevar un uacutenico tipo de pro-teccioacuten sobre su torso Las armaduras compuestas por varios tipos de loricae como hemos visto eran probablemente utilizadas ya por los saacutermatas Este tipo de proteccioacuten era tambieacuten conocida en el ejeacutercito romano si bien los ejemplos de la misma son limitados y no parece que su uso estuviera muy extendido (al igual que no parece que en el s II y a comienzos del s III dC los catafractii fueran un arma de extendido uso en Roma) Se denominaba lorica plumata teacutermino que al parecer designaba principalmente a armadu-ras compuestas por lorica squamata y hamata combinadas Esta combina-cioacuten parece ser la utilizada tambieacuten por los saacutermatas aunque su distribucioacuten sobre el cuerpo no se ha podido reconstruir convincentemente64 Al igual que el contarius el catafractus no portariacutea escudo tanto por serle imposible su debido aprovechamiento al empuntildear un contus como por el estorbo que su-pondriacutea al uso de esta uacuteltima La carencia de escudo quedariacutea suplida por lo pesado de su proteccioacuten corporal En este sentido destaca la manica una proteccioacuten construida con laacuteminas de metal (bronce o hierro) semiciliacutendricas unidas unas a otras en progresioacuten descendente del hombro hacia la mano la cual podiacutea proteger a su vez con guanteletes de malla de escamas o incluso una extensioacuten de la manica misma adaptada a la forma de la mano65 Com-pletariacutean la proteccioacuten de un catafractus unas grebas para sus piernas (la parte de su cuerpo maacutes al alcance de la infanteriacutea enemiga) si bien podiacutean disponer de protecciones maacutes pesadas que podiacutean llegar a cubrir muslos y pies recordando en su estructura a la manica empleada para proteger los bra-zos66 En ocasiones podriacutea emplearse tambieacuten protecciones especiacuteficas para el cuello especialmente pensadas para cubrir cualquier posible fisura entre el yelmo y la proteccioacuten del torso De este tipo de piezas se han encontrado al-gunos ejemplos como el de una tumba de Čatalka en Bulgaria datada en el

63 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-92 y 116-117 DIXON SOUTHERN 1997 pp 36-43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 43-48 FIELDS 2006 pp 13-14

64 MIELCZAREK 1993 pp 79-80 NEGIN 1998 pp 68-74 DIXON STEPHENSON 2003 pp 49-50 FIELDS 2006 pp 10-11

65 BISHOP COULSTON 1993 pp 87-91 DIXON STEPHENSON 2003 pp 55-58 66 DIXON SOUTHERN 1997 p 43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 61-63

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s II dC y consistente en un anillo de metal dividido en dos mitades unidas por un cinturoacuten de cuero y originalmente tintado en rojo67

El equipamiento de las monturas de los catafractii romanos es otro as-pecto poleacutemico quizaacutes el que maacutes En primer lugar respecto de las sillas de montar eacutestas responderiacutean probablemente al modelo presentado por Con-nolly pero a un tipo particular cuyo entramado riacutegido interno y cuernos es-tariacutean maacutes desarrollados planteando una sujecioacuten mucho maacutes riacutegida y firme Este tipo de sillas poseiacutea ademaacutes una estructura reforzada con elementos metaacutelicos Seguacuten Connolly y C Van Dryel Murray este tipo de sillas res-ponderiacutea especialmente a un uso por parte de unidades de caballeriacutea pesada donde el peso de la armadura del jinete sumada a su modalidad de combate (choque con lanza pesada) hariacutea necesaria una sujecioacuten maacutes firme para evitar quedar descabalgado asiacute como un maacutes eficiente reparto del peso sobre el lomo y los costados del caballo Este tipo de sillas es visible tambieacuten sobre los caballos de los clibanarios sasaacutenidas que aparecen en el relieve de Firu-zabad68 En segundo lugar estaacute la cuestioacuten en torno a si las monturas de los catafractii romanos del s II y comienzos del III dC llevaban alguacuten tipo de proteccioacuten y cuaacuten completa era esta En este sentido se han lanzado diver-sas propuestas e hipoacutetesis por una parte aquellos que consideran que los ca-tafractii romanos probablemente no emplearon proteccioacuten para sus monturas al menos no en la forma casi sistemaacutetica y masiva que caracterizaba a la ca-balleriacutea pesada parta y que caracterizariacutea maacutes tarde a la sasaacutenida y a la pro-pia caballeriacutea pesada romana bajoimperial en este sentido los catafractii del ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta no seriacutean sino contarii pesada-mente protegidos pero cuyas monturas no portariacutean proteccioacuten alguna fuera de lo comuacuten hasta el momento en el ejeacutercito romano69 otros han propuesto un teacutermino medio sostenido en base a la influencia saacutermata en la creacioacuten y equipamiento de la caballeriacutea pesada romana Es eacuteste el caso de Mielczarek Negin y Lebedynsky entre otros quienes consideran que los catafractii ro-manos no emplearon la protecciones pesadas y o maacutes o menos completas pa-ra sus monturas en el sentido sistemaacutetico que se puede observar en la tradi-cioacuten militar parta o persa sino que emplearon protecciones maacutes limitadas y sobre todo aplicadas a secciones concretas de estas unidades por ejemplo entre aquellos soldados destinados a formar la vanguardia de choque de la formacioacuten o simplemente entre los oficiales70 entre la mayor parte de los autores consagrados al estudio del armamento romano y en particular de la

67 DIXON STEPHENSON 2003 p 59 68 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 p 45 MIELCZAREK 1993 pp 81-82 69 EADIE 1967 pp 166-168 70 MIELCZAREK 1993 pp 74-81 NEGIN 1998 p 74 LEBEDYNSKY 2002 p 237-238

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caballeriacutea existe un acuerdo taacutecito en reconocer el uso por parte de la ca-balleriacutea pesada romana de protecciones metaacutelicas Sin embargo en general o no llegan a un acuerdo en torno a su empleo por parte de las primeras uni-dades de catafractii o se limitan a constatar que los restos arqueoloacutegicos de protecciones equinas pesadas (particularmente las halladas en Dura-Europos) datan en principio del s III dC sin entrar en mayores debates71 finalmente estaacuten aquellos autores que dan simplemente por sentada la asociacioacuten entre el teacutermino catafractii y una proteccioacuten maacutes o menos completa y extendida a la inmensa mayoriacutea (al menos) de las monturas de estas unidades en cual-quier momento desde su creacioacuten72 pero especialmente a partir del s III dC73

En general todas estas corrientes tienden a coincidir en sentildealar que las armaduras pesadas para caballos en el ejeacutercito romano no empezaron a utili-zarse de forma extendida para la caballeriacutea pesada hasta el s III dC De nue-vo el debate se centra en torno a su uso durante el s II dC justo en el mo-mento de la creacioacuten de las primeras unidades de catafractii y particular-mente a causa de la falta de pruebas concluyentes Si se hizo uso de dichas protecciones ya en el s III dC iquestpor queacute razoacuten negar su uso en una fase an-terior aunque eacuteste no fuera un uso generalizado Particularmente preferimos adscribirnos a la tendencia representada por Mielczarek Negin y Lebedyns-ky entre otros autores considerando que los miembros de la uacutenica unidad de caballeriacutea pesada acorazada romana conocida para el s II dC el ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta (y por tanto otras unidades del mismo tipo auacuten por conocer) emplearon protecciones metaacutelicas maacutes o menos pesa-das para sus monturas de un modo ocasional limitado a secciones especiales de la unidad o a la oficialidad siguiendo la corriente de influencia saacutermata Estas protecciones se generalizariacutean a lo largo del s III dC probablemente bajo una mayor influencia de la tradicioacuten militar parta y ante todo sasaacutenida hasta constituir las unidades pesadas del Bajo Imperio que seriacutean el germen de la posterior caballeriacutea pesada bizantina

Este tipo de protecciones incluiriacutea no soacutelo ya los chamfrons metaacutelicos sobradamente conocidos por la caballeriacutea romana de la eacutepoca (y empleados probablemente por los contarii) sino bardas compuestas por malla escamas de cuero o metaacutelicas o laacuteminas que como los ejemplares de Dura-Europos (ya descritos anteriormente) cubririacutean los flancos del caballo y buena parte

71 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-70 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

72 GOLDSWORTHY 1998 pp 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 y 20-21 73 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-322

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de la pechera del mismo74 Este tipo de protecciones probablemente incluiriacutea tambieacuten piezas especiacuteficas para proteger el frontal y la cerviz del animal has-ta la cabeza a semejanza quizaacutes de las empleadas por partos y sasaacutenidas en Oriente Estas piezas particularmente para la cerviz del caballo se han en-contrado tambieacuten en Dura-Europos elaboradas en malla y lazadas mediante correas de cuero75 De este modo si se quisiera proporcionar proteccioacuten tan soacutelo a los caballos de una parte de la unidad lo maacutes loacutegico seriacutea hacerlo con las monturas que marchariacutean en la vanguardia de la formacioacuten de choque y que deberiacutean absorber la fase maacutes violenta del impacto En este sentido las piezas de proteccioacuten maacutes uacutetiles no seriacutean las bardas laterales sino las pro-tecciones para pechera cerviz y cabeza las partes del cuerpo del caballo que quedariacutean expuestas al enemigo durante una carga en formacioacuten cerrada Al prescindir asiacute de las protecciones de los flancos no solo se seguiriacutea apor-tando una proteccioacuten uacutetil a las monturas maacutes expuestas de la unidad durante una accioacuten de combate sino que se estariacutea aligerando el peso que habriacutean de soportar durante la accioacuten reduciendo asiacute el riesgo de agotamiento de las mismas

Si la influencia saacutermata en el origen del contarius romano es maacutes o menos segura la cuestioacuten resulta menos clara para los catafractii Formal-mente un catafractus romano no se diferenciaba del contario saacutermata maacutes pesadamente armado maacutes que en la factura de determinadas partes de su equipamiento muchas de las cuales eran de tradicioacuten puramente romana y unas pocas (como las protecciones maacutes pesadas para las piernas) devendriacutean de tradiciones orientales Sin embargo el hecho de que en ninguacuten momento las fuentes literarias disponibles denominen a la caballeriacutea pesada saacutermata como catafractii y que las protecciones pesadas para caballos entre la mis-ma parezcan ser objeto de un uso tan heterogeacuteneo como vinculado al status y posibilidades econoacutemicas del jinete parece ser el principal punto (al menos inicialmente) de distanciamiento entre los lanceros acorazados saacutermatas y los catafractii romanos Ahora bien suponiendo que la creacioacuten de las unidades de catafractos romanos estuviera respondiendo a la caballeriacutea pesada parta iquestpor queacute esperoacute al s II dC Durante casi tres siglos de encuentros en los campos de batalla de Oriente el ejeacutercito romano no parecioacute tener necesidad alguna de emular a los catafractos y clibanarios partos Finalmente es en el contexto de las guerras daacutecicas y paacuterticas de Trajano y en el reinado de Adriano cuando los catafractii hacen su aparicioacuten en el ejeacutercito romano al-gunas deacutecadas maacutes tarde que los contarii y despueacutes de casi un siglo de con-

74 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-63 67 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

75 DIXON STEPHENSON 2003 p 114

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tacto con la caballeriacutea saacutermata De nuevo la coincidencia de variables parece hablar por siacute sola al igual que primero el contarius el catafractus parece ser una respuesta de la caballeriacutea romana a las refriegas habidas con los exce-lentes jinetes saacutermatas desde mediados del s I dC hipoacutetesis que secundan la mayor parte de los autores76 Cualquier posible influjo oriental en la com-posicioacuten de la primera caballeriacutea pesada romana respondioacute a la incorpora-cioacuten de elementos considerados de utilidad no encontrados en la tradicioacuten militar propiamente romana o saacutermata El incremento de este influjo mate-rializado quizaacutes en la intensificacioacuten y extensioacuten del uso de armaduras pe-sadas para caballos y en el importante desarrollo en general del arma de ca-balleriacutea pesada en Roma tendriacutea lugar ya entrado el s III dC quizaacutes no tanto de manos de los uacuteltimos coletazos del moribundo Imperio parto como del joven y eneacutergico Imperio persa sasaacutenida el cual llevariacutea el arma de ca-balleriacutea en el Oriente a nuevas cotas de desarrollo especializacioacuten en organi-zacioacuten equipamiento y taacutecticas77

Mencioacuten especial requiere la organizacioacuten del ala I Gallorum et Pan-noniorum catafracta No entraremos a resentildear aquiacute la naturaleza del ala como unidad militar del ejeacutercito romano ni la organizacioacuten y estructura de la caballeriacutea romana altoimperial sino un aspecto concreto del ala concreta objeto de nuestro estudio y que parece haber pasado desapercibido a la ma-yor parte de los autores Se trata del hecho de que dicha ala debioacute de ser compuesta en su origen por soldados de dos unidades distintas probable-mente tropas selectas Tal y como sentildeala su nombre el ala estaba compuesta por jinetes galos y panonios Mielczarek ha propuesto precisamente que ca-ra a la creacioacuten de esta unidad de catafractos probablemente se seleccionoacute a los mejores soldados de dos alas distintas posiblemente (seguacuten el parecer del propio Mielczarek) el ala I Pannoniorum y el ala I Gallorum Flaviana Aunque de momento no se trata sino de una hipoacutetesis parece razonable que cara a la primera unidad de caballeriacutea pesada romana (probablemente una unidad que tendriacutea en sus oriacutegenes un marcado caraacutecter ldquoexperimentalrdquo) se seleccionara a personal experimentado y de fiar lo que remarcariacutea el caraacutec-ter de eacutelite de este tipo de unidades

76 EADIE 1967 MIELCZAREK 1993 NEGIN 1998 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

LEBEDYNSKY 2002 77 EADIE 1967 pp 169-172 MICHALAK 1987 MIELCZAREK 1993 pp 63-67 NICOLLE

1996 WILCOX 2001 pp 24-35 FARROKH 2005

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Taacutecticas y limitaciones de la caballeriacutea pesada romana La caballeriacutea fue un arma especializada principalmente en una uacutenica

funcioacuten el ataque Un grupo de jinetes no puede establecer una posicioacuten de-fensiva y mantenerla de forma estaacutetica pues equivaldriacutea claramente a un suicidio en cualquier eacutepoca Cuando una unidad de caballeriacutea ha sido em-pleada con fines de defensa lo ha sido empleando fundamentalmente el ata-que es decir un contraataque

La principal ventaja de un jinete respecto del soldado de infanteriacutea ra-dica en tres puntos fundamentales la altura que le proporciona su montura la rapidez y potencia de la misma y el efecto psicoloacutegico que todo ello sus-cita en el infante El principal modo en que la caballeriacutea (y particularmente la caballeriacutea media y pesada) se enfrenta a la infanteriacutea (y a otras unidades como veremos) es la carga cuya finalidad es desfondar la formacioacuten ene-miga dispersaacutendola para coparla y destruirla o permitir a otras unidades aprovechar la brecha abierta Sin embargo contrariamente a lo que se suele pensar un caballo (o un grupo de caballos) no es capaz de embestir una for-macioacuten cerrada de infanteriacutea Un equino no es un toro ni se comporta como tal El caballo siempre se para antes de llegar a impactar contra un obstaacuteculo que considera no podraacute esquivar o saltar o donde no vea espacio alguno por donde penetrar En este sentido una formacioacuten de infanteriacutea pesada que fuera capaz de mantener su posicioacuten hasta el final teniacutea muchas posibilidades de rechazar una carga de caballeriacutea Existiacutean dos formas para evitar que esto sucediese de modo tal que la carga de caballeriacutea tuviese finalmente eacutexito hostigar a la formacioacuten de infanteriacutea de muacuteltiples modos (ataque con proyec-tiles ataques simulados apoyar a la caballeriacutea atacante con infanteriacutea o ar-tilleriacutea) o bien que un porcentaje suficiente de soldados enemigos no fuera capaz de soportar la tensioacuten psicoloacutegica de ver venir sobre ellos una carga de caballeriacutea y rompiera filas debilitando la formacioacuten desorganizaacutendola y abriendo brechas Como vemos el resultado de una carga de caballeriacutea de-pende maacutes del contexto y de la psicologiacutea que de la carga en siacute misma Sin embargo los nervios de acero necesarios para superar el instinto de autopro-teccioacuten (que nos llevariacutea a quitarnos inmediatamente de la trayectoria de los caballos y sus jinetes) no eran (ni son) un elemento comuacuten en los ejeacutercitos Pocas infanteriacuteas disponiacutean del adiestramiento y disciplina necesarios para mantener la posicioacuten y afrontar una auteacutentica estampida que a sus ojos cla-ramente amenazariacutea con arroyarla Entre tales excepciones se encontraba la

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infanteriacutea legionaria romana la cual soacutelo en determinadas circunstancias era realmente vulnerable a un ataque de caballeriacutea78

Las unidades de caballeriacutea pesada como catafractii y contarii eran un caso auacuten maacutes especial En primer lugar el contus permitiacutea al jinete arroyar a un infante enemigo virtualmente antes de que su montura se viera obligada a detener su marcha Por otra parte sus pesadas protecciones (y la de sus mon-turas al menos para una parte de los catafractii) les otorgaban una mayor se-guridad ante cualquier clase de contraataque enemigo (especialmente pro-yectiles) y una superior capacidad de asumir el riesgo del contacto con una formacioacuten enemiga demasiado firme Pero sobre todo les otorgaba una carga psicoloacutegica brutal la visioacuten de una ldquoparedrdquo blindada erizada de lanzas en auteacutentica formacioacuten de falange avanzando con premura directamente resulta-ba especialmente impactante a ojos de un soldado de infanteriacutea por muacuteltiples factores Ser arroyado por un caballo no es una perspectiva agradable ser arroyado por una marea de lanzas y caballos blindados es una perspectiva auacuten menos agradable Para incrementar la capacidad de penetracioacuten de este tipo de caballeriacutea se empleaban formaciones y ataques en profundidad fun-damentalmente columna y cuneuscuntildea En este sentido la formacioacuten podiacutea concentrar la fuerza de su carga en un frente estrecho que pudiera ser dirigi-do convenientemente contra el punto maacutes deacutebil de la formacioacuten a atacar in-cluso con la carga ya en curso Sin embargo la caballeriacutea pesada poseiacutea una desventaja potencial el enorme peso de su equipamiento reduciacutea la veloci-dad de su carga su maniobrabilidad y podiacutea agotar a sus caballos muy raacutepi-damente En este sentido podiacutean ser viacutectimas faacuteciles de unidades maacutes aacutegiles y raacutepidas o de un contraataque al teacutermino de una extenuante carga (exitosa o no) Por otra parte no estaban precisamente capacitados para realizar una re-tirada raacutepida con los caballos extenuados por el esfuerzo de cargar despla-zando sobre sus lomos a su jinete con su equipamiento y su propia pro-teccioacuten los catafractii podiacutean encontrarse en una situacioacuten realmente com-prometida si su ataque fracasaba y no se encontraban en posicioacuten de recibir apoyo inmediato de unidades aliadas capaces de protegerlos el tiempo nece-sario para maniobrar y salir del atolladero Otro peligro que desembocaba di-rectamente en el fracaso de la carga (y en las circunstancias antes descritas) era la posibilidad de que la formacioacuten perdiera su cohesioacuten durante la carga Para evitar esta circunstancia (y reducir la extenuacioacuten de los caballos) se procuraba no cargar a mayor velocidad que un trote ligero79

78 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

79 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 y 241 LEBEDYNSKY 2002 p 237 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

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A la hora de afrontar a otra caballeriacutea las circunstancias eran dife-rentes La caballeriacutea como especialista en ataque teniacutea tambieacuten la funcioacuten de neutralizar a la caballeriacutea del adversario negaacutendole asiacute la mayor parte de la iniciativa y ganando la oportunidad de flanquear sus formaciones y ata-carlas desde diversos puntos Un ejeacutercito cuya caballeriacutea abandonara el cam-po de batalla por otra parte aunque auacuten podiacutea imponerse mediante la fuerza de su infanteriacutea (si era capaz de rechazar el ataque de la caballeriacutea adversaria y de desalojar a su infanteriacutea) careceriacutea de cualquier posibilidad para explo-tar adecuadamente la victoria la caballeriacutea fue hasta la I Guerra Mundial la uacutenica arma capacitada para lanzar una persecucioacuten sobre una fuerza enemiga en retirada convirtiendo esta uacuteltima en una desbandada desorganizada y dis-poniendo asiacute de la oportunidad de transformar un ejeacutercito derrotado en un ejeacutercito destruido En este sentido la caballeriacutea no fue soacutelo una pieza taacutectica fundamental a la hora de la batalla sino una herramienta baacutesica de la estra-tegia a nivel global de cualquier conflicto a lo largo de unos tres milenios de historia militar

La infanteriacutea puede rechazar a la caballeriacutea pero nunca perseguirla (maniobra que equivaldriacutea a dar la ocasioacuten a los jinetes derrotados de dar media vuelta y lanzar un inesperado contraataque que convirtiera en desastre para la infanteriacutea lo que empezoacute siendo un eacutexito Las huidas fingidas como ya hemos sentildealado eran tambieacuten una interesante taacutectica a emplear por parte de la caballeriacutea para desorganizar una formacioacuten enemiga Sin embargo no era una taacutectica que entrara dentro del ldquomanual de instruccionesrdquo de la ca-balleriacutea maacutes pesada limitada como estaba en sus movimientos) Soacutelo la ca-balleriacutea podiacutea derrotar poner en fuga y destruir a otra caballeriacutea El modo de hacerlo sin embargo era materia delicada Una formacioacuten cerrada para ata-car a otra caballeriacutea resultaba inuacutetil y peligrosa era la mejor forma de que los propios caballos se rompieran los huesos al impactar a gran velocidad contra las monturas enemigas Normalmente y a lo largo de toda la existen-cia de la caballeriacutea de choque dos formaciones de caballeriacutea que cargan una contra otra a la espera de un combate mano a mano tienden a abrir sus liacuteneas para esquivar el choque frontal contra los caballos rivales Al producirse el choque el jinete tratariacutea de atacar con sus armas a su rival maacutes cercano a uno u otro lado intentando derribarle o herirle mortalmente En estas cir-cunstancias el contus sarmaticus vuelve a relucir por sus virtudes permitiacutea (al igual que la lanza de cometida medieval las lanzas de los huacutesares alados polacos o las lanzas de los ulanos austriacos o los cosacos rusos) golpear al jinete adversario antes de que eacuteste equipado con espada o con una lanza maacutes corta pudiese iniciar su propio ataque Una formacioacuten de contarii o de cata-fractii podiacutea asiacute arroyar faacutecilmente la vanguardia de la formacioacuten de caballe-

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riacutea enemiga neutralizando su ataque y desorganizando totalmente su forma-cioacuten Sin embargo cuando dos formaciones cargaban una contra la otra y llegaban a culminar completamente el choque el combate podiacutea derivar faacute-cilmente en una violenta y caoacutetica refriega En estas circunstancias las espa-das de hoja larga empleadas por la caballeriacutea romana y saacutermata eran particu-larmente esenciales asiacute como sus protecciones dado que un contus tendiacutea a partirse tras el primer o segundo impacto y a ser poco coacutemoda de utilizar cuando el combate se tornaba maacutes cercano En cualquier caso si una forma-cioacuten de catafractii no conseguiacutea imponerse durante el choque a la formacioacuten enemiga el agotamiento de sus monturas y su menor movilidad (sumada a la peacuterdida del orden en la formacioacuten inherente al inicio de la refriega) supon-driacutean una peligrosa situacioacuten en el caso de carecer de apoyo de otras unida-des (bien de caballeriacutea o de infanteriacutea) y de la que no podriacutean salir con mu-cha facilidad80

Tanto frente a otra caballeriacutea como frente a la infanteriacutea el respaldo de unidades de caballeriacutea maacutes ligeras y particularmente arqueros a caballo81 resultariacutea particularmente deseable antes del choque la caballeriacutea ligera po-driacutea hostigar con proyectiles a las formaciones enemigas creando brechas o desorganizaacutendolas y despueacutes del choque podriacutean apoyar a la caballeriacutea pe-sada durante la progresioacuten del combate cubrir su retirada o explotar su eacutexito continuando la persecucioacuten de un enemigo en fuga

Como vemos desde el punto de vista taacutectico y del empleo en el campo de batalla el eacutexito de la caballeriacutea pesada acorazada dependiacutea tanto o maacutes de las circunstancias el contexto y el apoyo que pudieran recibir que de sus propias virtudes Se trataba de unidades altamente especializadas que si que-daban desprotegidas o en situaciones comprometidas podiacutean ser faacutecilmente rechazadas desbandadas o destruidas No se trataba de fuerzas versaacutetiles y probablemente ello condicionoacute que su adopcioacuten y empleo generalizado por parte del ejeacutercito romano fuera tardiacuteo

CONCLUSIONES

El ejeacutercito romano se enfrentoacute durante casi dos siglos a la caballeriacutea

pesada desarrollada por las potencias orientales Tras reveses iniciales debi-dos maacutes a las circunstancias que a una auteacutentica incapacidad para afrontar el ataque de este tipo de caballeriacutea las legiones desarrollaron sus particulares contramedidas recorriendo las primeras deacutecadas de la historia del Alto Im-

80 DIXON SOUTHERN 1997 pp 141-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 235-244 MENEacuteNDEZ

ARGUumlIacuteN 2011 pp 322-324 81 DIXON SOUTHERN 1997 p 143

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perio imperturbables considerando del todo innecesario tomar como inno-vacioacuten un arma a la que eran capaces de batir los catafractos partos y arme-nios

Sin embargo hacia mediados del s I dC algo vino a trastocar este es-cenario en apariencia estable e inamovible de las estepas poacutenticas emergioacute no tanto una nueva arma como una nueva forma de combinar y emplear ar-mas y taacutecticas sobradamente conocidas Los haacutebiles jinetes saacutermatas dejaron atraacutes la claacutesica tradicioacuten militar esteparia basada en el uso del arquero a ca-ballo y la caballeriacutea ligera desarrollaron una nueva caballeriacutea pesada libre de la mayor parte de las debilidades de los pesados catafractos partos flexi-ble y dinaacutemica y capaz de luchar en conjuncioacuten perfecta con otras modali-dades de caballeriacutea como si de un uacutenico cuerpo se tratase A diferencia del catafractario parto el ldquocontariordquo saacutermata era un jinete armado maacutes o menos pesadamente seguacuten las circunstancias y sus propias posibilidades Al igual que su contrapartida parto o armenio el jinete pesado saacutermata aprovechaba al maacuteximo las virtudes de su arma definitoria el contus sarmaticus pero la combinaba con el uso de otras igualmente uacutetiles como la espada de hoja larga y el arco recurvado compuesto Su equipamiento defensivo careciacutea de la rigidez propia del catafracto parto tendiendo a ser sensiblemente maacutes li-gero sin perder las ventajas propias de una proteccioacuten completa y concien-zuda Este equipamiento defensivo ademaacutes podiacutea variar seguacuten las circuns-tancias y las necesidades taacutecticas de cada momento (y no solo exclusi-vamente en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete) Ello permitiacutea al jinete pesado saacutermata oscilar entre una caballeriacutea media pura y una caballeriacutea pesada de choque seguacuten las circunstancias Le convertiacutea en un arma flexible capaz de desempentildear diversos papeles en el campo de batalla y variarlos du-rante el combate mismo seguacuten sus necesidades En combinacioacuten con la habi-lidad natural de estos pueblos para la equitacioacuten y sus excelentes (y numero-sas) fuerzas de caballeriacutea ligera la caballeriacutea pesada saacutermata representaba una amenaza realmente seria y totalmente nueva

Desde la guerra civil del 68-69 dC hasta la paz firmada por Adriano con los saacutermatas roxolanos en 119 dC las legiones romanas y su caballeriacutea hubieron de hacer severos esfuerzos para imponerse a este nuevo enemigo en los campos de batalla actuase eacuteste en solitario o en conjuncioacuten con otros pueblos o Estados Las guerras daacutecicas de Domiciano (85-89 dC) y de Tra-jano (101-106 dC) fueron probablemente los puntos culminantes de esta coyuntura De los sangrientos encuentros habidos sobre las orillas del Danu-bio las colinas daacutecicas y las llanuras de la futura Hungriacutea el ejeacutercito romano extraeriacutea una dura leccioacuten que aprenderiacutea raacutepidamente y pondriacutea en creciente praacutectica con el paso de los antildeos cuando a comienzos del s III dC descen-

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diera el ocaso sobre las uacuteltimas luces legadas por la edad dorada de los Anto-ninos habiendo el Estado romano de afrontar las convulsiones de un mundo en paulatina transformacioacuten

A comienzos del s II dC a caballo entre los diacuteas de Trajano y Adria-no el ejeacutercito romano afrontoacute el laborioso proceso de aplicar buena parte de lo que habiacutea aprendido de manos de la caballeriacutea saacutermata El contus ya habiacutea sido adoptado conformando la primera caballeriacutea de choque especialista de la historia del Imperio A ella le seguiriacutean las protecciones pesadas para jine-tes asiacute como para caballos El ejeacutercito romano conociacutea de sobra los modelos orientales de caballeriacutea pesada y sin embargo en el primer siglo de existen-cia de este arma entre las filas romanas el modelo a seguir fue principal-mente saacutermata Los hechos hablan por siacute solos El ejeacutercito romano habiacutea en-contrado una innovacioacuten de intereacutes para su tradicioacuten militar y la incorporoacute raacutepidamente Las primeras unidades de caballeriacutea pesada acorazada romana llevaron nombres que aludiacutean a tradiciones orientales catafractii pero su ar-mamento y el fundamento de sus taacutecticas era una mezcla de aportaciones romanas y modelos saacutermatas Con la llegada del s III dC estas unidades se hariacutean cada vez maacutes necesarias y sobre la trayectoria marcada por los pio-neros de este arma se labrariacutea el desarrollo completo de la misma

La emersioacuten del Imperio persa sasaacutenida supuso la transformacioacuten re-novacioacuten y revitalizacioacuten del arma de caballeriacutea puramente oriental Los sa-saacutenidas llevaron a un nuevo paroxismo a la combinacioacuten de la caballeriacutea pe-sada y la caballeriacutea ligera de tradicioacuten oriental hasta el punto de que algunos tratadistas militares romanos como Amiano Marcelino llegaron a conside-rarlo como un arma praacutecticamente imbatible En palabras del propio Amiano [] catafractarii [] et sagitarii formidable genus armorum82 Probable-mente estas circunstancias forzaran (entre otros factores) no ya la expansioacuten del arma de caballeriacutea pesada (asiacute como del arquero a caballo) en el ejeacutercito romano de los siglos III y IV dC sino la asuncioacuten por parte de la misma de muacuteltiples elementos propios ya exclusivamente de la tradicioacuten militar irano-persa

La experiencia saacutermata quedoacute atraacutes sin embargo su importancia y la de los primeros prototipos de caballeriacutea pesada romana existentes en el Alto Imperio no debe menospreciarse Fueron la piedra fundadora los cimientos de una importante rama de la tradicioacuten militar romana posterior madre de la bizantina y de buena parte de las tradiciones militares de la posterior Europa medieval donde la caballeriacutea ostentariacutea durante siglos su particular supre-maciacutea En cierto modo puede decirse que la caballeriacutea saacutermata y las primeras

82 AMIANO MARCELINO 16 12 7

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unidades de caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano se encuentran entre las raiacute-ces de una tradicioacuten militar que llevoacute a la caballeriacutea a mantener la ilusioacuten de su reinado sobre los campos de batalla hasta el enloquecedor extremo de atravesar las trincheras y alambradas de la I Guerra Mundial y cargar sobre las divisiones panzer germanas en 1939

SELECCIOacuteN DE TEXTOS EPIGRAacuteFICOS RELATIVOS

83 Camerinum (Camerino) Regio VI Italia CIL XI 5632

M(arco) Maenio C(ai) f(ilio) Cor(nelia) Agrippae L(ucio) Tusidio Campestri hospiti divi Hadriani patri senatoris praef(ecto) coh(ortis) II Fl(aviae) Britton(um) equitat(ae) electo a divo Hadriano et misso in expeditionem Brittannicam trib(uno) coh(ortis) I Hispanor(um) equitat(ae) praef(ecto) alae I Gallor(um) et Pannonior(um) catafractatae proc(uratori) Aug(usti) praef(ecto) classis Brittannicae proc(uratori) provinciae Brittanniae equo publico patrono municipi(i) vicani Censorglacenses consecuti ab indulgentia Optimi Maximique Imp(eratoris) Antonini Aug(usti) Pii beneficio interpretationis eius privilegia quibus in p[e]rpetuum aucti confirmatique sunt l(ocus) d(atus) d(ecreto) d(ecurionum) g(ratis)

Ad Mediam (Mehadia) Dacia CIL XVI 110 = CIL III 886 = AE 1980 760

[Imp(erator) Caes(ar) divi Had]rian(i) f(ilius) divi Traiani [Parthici n(epos) divi Ne]rvae pron(epos) T(itus) Aelius [Hadrianus Ant]oninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) [max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII] imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae) [equit(ibus) et pedit(ibus)] qui mil(itaverunt) in alis III quae [appell(antur) Silia]n(a) et Gall(orum) et Pann(oniorum) [catafrac(taria) et F]ront(oniana) et coh(ortibus) XII I Ulp(ia) [Britton(um)] |(milliaria) et I Fl(avia) Ulp(ia) Hisp(anorum) |(milliaria) [et 3 I Ael(ia)] Gaesa(torum) |(milliaria) et I Aug(usta) Nerv() [|(milliaria) et I]I Britt(onum) |(milliaria) et I Hispan(orum) [--- e]t II Hisp(anorum) scutat(a) Cy[ren(aica) et ---]n() et VI Thrac(um) et sunt [in Dacia Poroliss]en(si) sub Macrinio [Vindice proc(uratore) qui]nq(ue) et vigint(i) stip[en(diis) emerit(is) dimis(sis) hon]est(a) miss(ione) quor(um) [nomin(a) subscripta s]unt civit(atem) Roman(am) [qui eor(um) non ha]b(erent) ded(it) et con(ubium) cum [uxor(ibus) quas tu]nc hab(uissent) cum est [civit(as) i(i)s dat(a) aut] cum i(i)s quas post(ea) [dux(issent) dumtax(at) si]ngulis [[Imp(erator) Caes(ar) divi Hadrian(i) f(ilius) divi Traiani Parthici n(epos) divi Nervae pron(epos) T(itus) Aelius Hadrianus Antoninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae)] [equit(ibus) et pedit(ibus) qui mil(itaverunt) in alis III ---] et vigint(i) stipend(iis) emerit(is) dimis(sis) honest(a) miss(ione) quor(um) nomin(a) subscript(a) sunt civit(atem) Roman(am) qui eor(um) non haber(ent) dedit et conub(ium) cum uxor(ibus) quas tunc habuis(sent) cum est civit(atem) i(is) dat(a) aut cum i(is) quas post(ea) dux(issent) dumtax(at) singulis a(nte) d(iem) V K(alendas) Oct(obres) Sex(to) Calpurnio Agricola Ti(berio) Claudio Iuliano co(n)s(ulibus) coh(ors) I Ulpia Britton(um) |(milliaria) cui

83 Tomados del Epigraphische Datenbank Clauss-Slaby httpwwwmanfredclauss de

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prae(e)st L(ucius) Nonius Bassus Picen(o) ex pedite Luonerco Molaci f(ilio) Britt(oni) descript(um) et recognit(um) ex tabul(a) aer(ea) quae fixa est Romae in mur(o) post templ(um) divi Aug(usti) ad Minervam

Tipasa (Tefessad) Mauretania Cesariense AE 1951 265 = AE 1955 133

D(is) M(anibus) Adiutoris eq(uitis) al(ae) pri(mae) Can(n)anafatium vi(xit) XXXXI m(ilitavit) an(nos) XXIII pro(curante) l(i)b(erto) ipsi(us) bene me(renti) Cabanus he(res) po(suit)

Savaria (Szombathely) Panonia Superior CIL III 4183

T(itus) Cnorius Sabinianus ex praef(ecto) alae Contariorum v(ir) e(gregius) et L(ucius) Val(erius) Verus dec(urio) c(oloniae) C(laudiae) Savar(iensium) sacerdotalis p(rovinciae) P(annoniae) s(uperioris) cryptam vi ignis exustam sumptibus suis refecerunt

Brigetio (Kornye) Panonia Superior CIL III 4278

D(is) M(anibus) Val(erio) Saturnino vet(erano) ex dup(licario) alae I Ulp(iae) Cont(ariorum) qui vixit an(nos) L et Val(erio) Sabino mil(iti) leg(ionis) I Ad(iutricis) stip(endiorum) III vixit an(nos) XXV filio Caes(ia) Digna marito et filio f(aciendum) c(uravit)

Apamea Siria AE 1987 955

Aur(elio) Basso quandam(sic) sig(nifero) al(ae) I Ulp(iae) (C)ontariorum stipendiorum VIII vixit annos XXVIIII XI Kal(endas) Maias Gallo et Volusiano consilibus() titulus positus a Marc(io) Cotum(sic) (d)ec(urione) al(ae) c(ivium) R(omanorum)

Apamea Siria AE 1993 1589

D(is) M(anibus) Iulius Valerianus eques alae I Ulp(iae) contariorum stip(endiorum) XXIII vixit annis XXXXVI Ulp(ius) Ingenu(us) dupl(icarius) alae eiusdem heres posuit b(ene) m(erenti)

Arrabona (Gyor) Panonia Superior CIL III 4379

D(is) M(anibus) Ulp(ius) Variu(s) Ore() vet(e)r(anus) ex stat(ore) al(a)e I Ulp(iae) Cont(ariorum) do(mo) Af(rica) vixs(it) ann(os) XLV et Ael(iae) Sabin(a)e fi(liae) vix(it) ann(os) X Ael(ia) Domitia con(iunx) et Ulp(ius) Sabinianus et Ulp(ius) [Cele]rinus et Sabi[nil]la fili(i) vivi cum [mat(re) pa]tri karis(simo) posuerunt

Sentpalpuszta Panonia Superior CIL III 11081 = AE 1899 3

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[D(is) M(anibus)] M(arcus) Aur(elius) [3]us vex(illarius) al(ae) p(rimae) C(ontariorum) Anto(ninianae) et Elv(iae) Bon(a)e c(oniugi) car(issimae) et f(iliae) Aur(eliae) Valerin(a)e et Ae(liae) Sabin(a)e et Elv(io) Verecundo an(norum) LXX Pulc(h)r(a)e() Suri an(norum) LX et Elv(io) Vitali an(norum) XVIII et Au(relio) Ma(n)suetiano an(norum) VII et Ae(lio) Florido M(arcus) Aur(elius) Valerianus sib(i) [et] su[i]s vivi f(ecit)

Roma CIL VI 1449 = AE 1967 16 = AE 196970 13

M(arco) Macrinio Avito M(arci) f(ilio) Claud(ia) Catonio Vindici co(n)s(uli) aug(uri) p(opuli) R(omani) Quiritium leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) prov(inciae) Moes(iae) inf(erioris) leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) Moes(iae) sup(erioris) cur(atori) civitat(is) Arimin(ensium) p[r]oc(uratori) prov(inciae) Dac(iae) Malv(ensis) praef(ecto) alae contar(iorum) praef(ecto) alae III Thrac(um) trib(uno) milit(um) leg(ionis) VI Victr(icis) praef(ecto) coh(ortis) VI Gall(orum) donat(o) donis mil(itaribus) in bello Germ(anico) ab Imp(eratore) M(arco) Aur(elio) Antonino Aug(usto) hast(is) pur(is) II et vexill(is) II cor(o)na mural(i) et vallar(i) Iunia Flaccinilla marito karissimo et Macrinia Rufina patri piissimo vixit annis XLII m(ensibus) V

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STEMMLER M (1997) Eques Romanus Reiter und ritter Frankfurt SYE J (1997) ldquoTheoriacutees concerning cataphracts and clibanariirdquo Slingshot 190 pp 2-3 WIESNER J (1944) ldquoReiter und Ritter im aumlltesten Romrdquo Klio 36 pp 45-100 WILCOX P (2001) Romersquos Enemies 3 Parthians and Sassanid Persians Osprey Publishing

Oxford

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SELECCIOacuteN DE IMAacuteGENES

Fig 1 Relieve de la estela funeraria del eques Aduitor miembro del ala I Canninefatum (AE 1955

133) empuntildeando un contus sarmaticus por el lateral derecho de su montura DIXON SOUTHERN 1997 p 49

Fig 2

Grafito de Dura-Europos datado en torno a los ss II-III dC representando un catafracto parto romano o sasaacutenida JUNKELMANN 1992 p 197

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Fig 3 Las dos bardas de escamas metaacutelicas completas encontradas por Rostovzeff en las

excavaciones de Dura-Europos a lo largo de la campantildea de 1932-33 JUNKELMANN 1992 p 214

Fig 4 Relieves de Firuzabad (Iraacuten) representando a un clibanario persa sasaacutenida derribando a un

catafractarioclibanario parto s III dC Obseacutervese las bandas transversales que se ven en los brazos del jinete de la derecha que probablemente esteacuten representando un tipo de manica

WILCOX 2001 p 22

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Fig 5 Relieve de Firuzabad representando a unos catafractosclibanarios parto y sasaacutenida forcejeando

en combate cuerpo a cuerpo Ilustracioacuten de Wilcox 2001 p 23

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FIG 6 Catafractos partos del s I aC Obseacutervense las protecciones tipo manicae portadas por ambos

jinetes en los brazos El jinete de la derecha tambieacuten las lleva sobre las piernas A Mc Bride en WILCOX 2001

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Fig 7 Fragmentos de cotas de escamas y laacuteminas para armadura encontradas en enterramientos

saacutermatas de los ss I-III dC NEGIN 1998 p 70

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Fig 8 Estela de Athenios en Panticapea (Crimea Ucrania) donde se puede observar a un jinete (izqda) que parece montar un caballo protegido con una cota de escamas al igual que eacutel

NEGIN 1998 p 66

Fig 9 Reconstruccioacuten de un contario saacutermata (izqda) en accioacuten s II dC seguacuten G Embleton en

BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 10 Reconstruccioacuten el posible aspecto de un jinete pesado saacutermata y de la posible proteccioacuten de su

montura s II dC seguacuten G Embleton en BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 11 Reconstruccioacuten de un jinete pesado saacutermata equipado con una armadura compuesta ss I-II

dC seguacuten NEGIN 1998 p 73

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Fig 12 Casco romano tipo Russell Robinson tipo B basado en un ejemplar encontrado en Ely

(Cambridgeshire Reino Unido) ss I-II dC GOLDSWORTHY 1998 p 238

Fig 13

Casco romano tipo Rusell Robinson E basado en un hallazgo realizado en Hedderneim (Alemania) ss II-III GOLDSWORTHY 1998 p 238

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Fig 14

Reconstruccioacuten de un casco romano del tipo Niederbieber ss II-III dC seguacuten GILBERT 2010 p 136

Fig 15

Reconstruccioacuten de una variante del casco romano tipo Heddernheim con y sin maacutescara de proteccioacuten para el rostro ss II-III dC seguacuten ALEXANDRA GILBERT 2009 pp 24-26

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Fig 16 Fragmento de lorica squamata de escamas semi-riacutegidas s II dC

BISHOP COULSTON 1993 p 116

Fig 17 Silla de montar romana de cuatro cuernos seguacuten la reconstruccioacuten de P Connolly

DIXON SOUTHERN 1997 p 71

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Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

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Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

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Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

Recibido 17 mayo 2011 Aprobado 22 junio 2011

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sasaacutenidas emplearon maacutescaras o ventails combinadas con sus cascos para completar su proteccioacuten dejando tan soacutelo los resquicios necesarios para res-pirar y ver (literalmente dos orificios del tamantildeos de los ojos asiacute como una apertura y perforaciones para permitir la ventilacioacuten a la altura de la boca y la nariz) sin que ello pareciera representar un inconveniente a la percepcioacuten del entorno en combate61 En la panoplia romana altoimperial los cascos con maacutescaras metaacutelicas (y las maacutescaras en siacute mismas) no son precisamente des-conocidos son aquellos inicialmente atribuidos a un uso en paradas y ejer-cicios militares especialmente la Hippikaacute Gymnasia Entre los ejemplos maacutes destacables podemos sentildealar el tipo Newstead (s I dC) asiacute como las varian-tes maacutes elaboradas y decoradas del Heddernheim En principio este tipo de cascos dada su profusa decoracioacuten y las supuestas limitaciones a la visibili-dad provocadas por la maacutescara estariacutean limitado en su uso a la Hippikaacute Gymnasia Sin embargo este tipo de cascos no era impedimento para un adecuado desenvolvimiento durante estos ejercicios que eran una muestra de destreza iquestPor queacute entonces habriacutean de resultar un estorbo en la batalla Las maacutescaras de la caballeriacutea parta no teniacutean una factura esencialmente diferente a las romanas (maacutes allaacute del plano puramente artiacutestico-estiliacutestico) y fueron usadas en combate con cierta asiduidad iquestPor queacute razoacuten los yelmos con maacutes-cara o maacutes probablemente las maacutescaras en siacute mismas combinadas con otros tipos de yelmos romanos de caballeriacutea conocidos no pudieron ser utilizados en combate tanto como en la Hippikaacute Gymnasia Hace casi dos deacutecadas Mielczarek ya lanzoacute una propuesta en semejante sentido al respecto de la ca-balleriacutea pesada romana poniendo en cuestioacuten su uso exclusivo en paradas y exhibiciones la cantidad de cascos con maacutescaras y maacutescaras aisladas vincu-ladas a la panoplia romana (y especialmente de la caballeriacutea) no parece res-ponder precisamente a un uso limitado a ocasiones especiales Diez antildeos maacutes tarde Dixon e I P Stephenson volvieron a retomar dichos plantea-mientos argumentando que determinados cascos empleados en la Plena y Baja Edad Media (como el sallet A82) limitaban la visibilidad tanto o maacutes que las maacutescaras inicialmente consideradas como limitadas a la Hippikaacute Gymnasia y sin embargo fueron empleados en combate62 En este sentido consideramos que posiblemente los maacutes ricamente decorados ejemplares no fueron objeto de uso en combate pero siacute que nos adscribimos a los plantea-mientos de los autores mencionados considerando no soacutelo probable sino ra-zonable que la maacutescara (y los cascos disentildeados especialmente para portarlas) formaran parte de la panoplia de los catafractii otorgaacutendoles la proteccioacuten necesaria para proteger el siempre vulnerable rostro

61 MIELCZAREK 1993 p 60 NEGIN 1998 pp 72-74 WILCOX 2001 p 10 62 MIELCZAREK 1993 p 81 DIXON STEPHENSON 2003 pp 20-24

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Un catafractus sin duda alguna portariacutea una buena proteccioacuten para el torso En este sentido hariacutea uso de las mismas protecciones antes menciona-das para los contarii como loricae hamatae y squamatae asiacute como las inno-vaciones propias de eacutepoca Antonina y Severa como las escamas semi-riacutegi-das y las poco comunes armaduras de laacuteminas como el aislado ejemplo del s III dC hallado en Čatalka63 Sin embargo si atendemos ahora al grafito de Dura-Europos el jinete representado no parece llevar un uacutenico tipo de pro-teccioacuten sobre su torso Las armaduras compuestas por varios tipos de loricae como hemos visto eran probablemente utilizadas ya por los saacutermatas Este tipo de proteccioacuten era tambieacuten conocida en el ejeacutercito romano si bien los ejemplos de la misma son limitados y no parece que su uso estuviera muy extendido (al igual que no parece que en el s II y a comienzos del s III dC los catafractii fueran un arma de extendido uso en Roma) Se denominaba lorica plumata teacutermino que al parecer designaba principalmente a armadu-ras compuestas por lorica squamata y hamata combinadas Esta combina-cioacuten parece ser la utilizada tambieacuten por los saacutermatas aunque su distribucioacuten sobre el cuerpo no se ha podido reconstruir convincentemente64 Al igual que el contarius el catafractus no portariacutea escudo tanto por serle imposible su debido aprovechamiento al empuntildear un contus como por el estorbo que su-pondriacutea al uso de esta uacuteltima La carencia de escudo quedariacutea suplida por lo pesado de su proteccioacuten corporal En este sentido destaca la manica una proteccioacuten construida con laacuteminas de metal (bronce o hierro) semiciliacutendricas unidas unas a otras en progresioacuten descendente del hombro hacia la mano la cual podiacutea proteger a su vez con guanteletes de malla de escamas o incluso una extensioacuten de la manica misma adaptada a la forma de la mano65 Com-pletariacutean la proteccioacuten de un catafractus unas grebas para sus piernas (la parte de su cuerpo maacutes al alcance de la infanteriacutea enemiga) si bien podiacutean disponer de protecciones maacutes pesadas que podiacutean llegar a cubrir muslos y pies recordando en su estructura a la manica empleada para proteger los bra-zos66 En ocasiones podriacutea emplearse tambieacuten protecciones especiacuteficas para el cuello especialmente pensadas para cubrir cualquier posible fisura entre el yelmo y la proteccioacuten del torso De este tipo de piezas se han encontrado al-gunos ejemplos como el de una tumba de Čatalka en Bulgaria datada en el

63 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-92 y 116-117 DIXON SOUTHERN 1997 pp 36-43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 43-48 FIELDS 2006 pp 13-14

64 MIELCZAREK 1993 pp 79-80 NEGIN 1998 pp 68-74 DIXON STEPHENSON 2003 pp 49-50 FIELDS 2006 pp 10-11

65 BISHOP COULSTON 1993 pp 87-91 DIXON STEPHENSON 2003 pp 55-58 66 DIXON SOUTHERN 1997 p 43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 61-63

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s II dC y consistente en un anillo de metal dividido en dos mitades unidas por un cinturoacuten de cuero y originalmente tintado en rojo67

El equipamiento de las monturas de los catafractii romanos es otro as-pecto poleacutemico quizaacutes el que maacutes En primer lugar respecto de las sillas de montar eacutestas responderiacutean probablemente al modelo presentado por Con-nolly pero a un tipo particular cuyo entramado riacutegido interno y cuernos es-tariacutean maacutes desarrollados planteando una sujecioacuten mucho maacutes riacutegida y firme Este tipo de sillas poseiacutea ademaacutes una estructura reforzada con elementos metaacutelicos Seguacuten Connolly y C Van Dryel Murray este tipo de sillas res-ponderiacutea especialmente a un uso por parte de unidades de caballeriacutea pesada donde el peso de la armadura del jinete sumada a su modalidad de combate (choque con lanza pesada) hariacutea necesaria una sujecioacuten maacutes firme para evitar quedar descabalgado asiacute como un maacutes eficiente reparto del peso sobre el lomo y los costados del caballo Este tipo de sillas es visible tambieacuten sobre los caballos de los clibanarios sasaacutenidas que aparecen en el relieve de Firu-zabad68 En segundo lugar estaacute la cuestioacuten en torno a si las monturas de los catafractii romanos del s II y comienzos del III dC llevaban alguacuten tipo de proteccioacuten y cuaacuten completa era esta En este sentido se han lanzado diver-sas propuestas e hipoacutetesis por una parte aquellos que consideran que los ca-tafractii romanos probablemente no emplearon proteccioacuten para sus monturas al menos no en la forma casi sistemaacutetica y masiva que caracterizaba a la ca-balleriacutea pesada parta y que caracterizariacutea maacutes tarde a la sasaacutenida y a la pro-pia caballeriacutea pesada romana bajoimperial en este sentido los catafractii del ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta no seriacutean sino contarii pesada-mente protegidos pero cuyas monturas no portariacutean proteccioacuten alguna fuera de lo comuacuten hasta el momento en el ejeacutercito romano69 otros han propuesto un teacutermino medio sostenido en base a la influencia saacutermata en la creacioacuten y equipamiento de la caballeriacutea pesada romana Es eacuteste el caso de Mielczarek Negin y Lebedynsky entre otros quienes consideran que los catafractii ro-manos no emplearon la protecciones pesadas y o maacutes o menos completas pa-ra sus monturas en el sentido sistemaacutetico que se puede observar en la tradi-cioacuten militar parta o persa sino que emplearon protecciones maacutes limitadas y sobre todo aplicadas a secciones concretas de estas unidades por ejemplo entre aquellos soldados destinados a formar la vanguardia de choque de la formacioacuten o simplemente entre los oficiales70 entre la mayor parte de los autores consagrados al estudio del armamento romano y en particular de la

67 DIXON STEPHENSON 2003 p 59 68 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 p 45 MIELCZAREK 1993 pp 81-82 69 EADIE 1967 pp 166-168 70 MIELCZAREK 1993 pp 74-81 NEGIN 1998 p 74 LEBEDYNSKY 2002 p 237-238

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caballeriacutea existe un acuerdo taacutecito en reconocer el uso por parte de la ca-balleriacutea pesada romana de protecciones metaacutelicas Sin embargo en general o no llegan a un acuerdo en torno a su empleo por parte de las primeras uni-dades de catafractii o se limitan a constatar que los restos arqueoloacutegicos de protecciones equinas pesadas (particularmente las halladas en Dura-Europos) datan en principio del s III dC sin entrar en mayores debates71 finalmente estaacuten aquellos autores que dan simplemente por sentada la asociacioacuten entre el teacutermino catafractii y una proteccioacuten maacutes o menos completa y extendida a la inmensa mayoriacutea (al menos) de las monturas de estas unidades en cual-quier momento desde su creacioacuten72 pero especialmente a partir del s III dC73

En general todas estas corrientes tienden a coincidir en sentildealar que las armaduras pesadas para caballos en el ejeacutercito romano no empezaron a utili-zarse de forma extendida para la caballeriacutea pesada hasta el s III dC De nue-vo el debate se centra en torno a su uso durante el s II dC justo en el mo-mento de la creacioacuten de las primeras unidades de catafractii y particular-mente a causa de la falta de pruebas concluyentes Si se hizo uso de dichas protecciones ya en el s III dC iquestpor queacute razoacuten negar su uso en una fase an-terior aunque eacuteste no fuera un uso generalizado Particularmente preferimos adscribirnos a la tendencia representada por Mielczarek Negin y Lebedyns-ky entre otros autores considerando que los miembros de la uacutenica unidad de caballeriacutea pesada acorazada romana conocida para el s II dC el ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta (y por tanto otras unidades del mismo tipo auacuten por conocer) emplearon protecciones metaacutelicas maacutes o menos pesa-das para sus monturas de un modo ocasional limitado a secciones especiales de la unidad o a la oficialidad siguiendo la corriente de influencia saacutermata Estas protecciones se generalizariacutean a lo largo del s III dC probablemente bajo una mayor influencia de la tradicioacuten militar parta y ante todo sasaacutenida hasta constituir las unidades pesadas del Bajo Imperio que seriacutean el germen de la posterior caballeriacutea pesada bizantina

Este tipo de protecciones incluiriacutea no soacutelo ya los chamfrons metaacutelicos sobradamente conocidos por la caballeriacutea romana de la eacutepoca (y empleados probablemente por los contarii) sino bardas compuestas por malla escamas de cuero o metaacutelicas o laacuteminas que como los ejemplares de Dura-Europos (ya descritos anteriormente) cubririacutean los flancos del caballo y buena parte

71 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-70 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

72 GOLDSWORTHY 1998 pp 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 y 20-21 73 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-322

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de la pechera del mismo74 Este tipo de protecciones probablemente incluiriacutea tambieacuten piezas especiacuteficas para proteger el frontal y la cerviz del animal has-ta la cabeza a semejanza quizaacutes de las empleadas por partos y sasaacutenidas en Oriente Estas piezas particularmente para la cerviz del caballo se han en-contrado tambieacuten en Dura-Europos elaboradas en malla y lazadas mediante correas de cuero75 De este modo si se quisiera proporcionar proteccioacuten tan soacutelo a los caballos de una parte de la unidad lo maacutes loacutegico seriacutea hacerlo con las monturas que marchariacutean en la vanguardia de la formacioacuten de choque y que deberiacutean absorber la fase maacutes violenta del impacto En este sentido las piezas de proteccioacuten maacutes uacutetiles no seriacutean las bardas laterales sino las pro-tecciones para pechera cerviz y cabeza las partes del cuerpo del caballo que quedariacutean expuestas al enemigo durante una carga en formacioacuten cerrada Al prescindir asiacute de las protecciones de los flancos no solo se seguiriacutea apor-tando una proteccioacuten uacutetil a las monturas maacutes expuestas de la unidad durante una accioacuten de combate sino que se estariacutea aligerando el peso que habriacutean de soportar durante la accioacuten reduciendo asiacute el riesgo de agotamiento de las mismas

Si la influencia saacutermata en el origen del contarius romano es maacutes o menos segura la cuestioacuten resulta menos clara para los catafractii Formal-mente un catafractus romano no se diferenciaba del contario saacutermata maacutes pesadamente armado maacutes que en la factura de determinadas partes de su equipamiento muchas de las cuales eran de tradicioacuten puramente romana y unas pocas (como las protecciones maacutes pesadas para las piernas) devendriacutean de tradiciones orientales Sin embargo el hecho de que en ninguacuten momento las fuentes literarias disponibles denominen a la caballeriacutea pesada saacutermata como catafractii y que las protecciones pesadas para caballos entre la mis-ma parezcan ser objeto de un uso tan heterogeacuteneo como vinculado al status y posibilidades econoacutemicas del jinete parece ser el principal punto (al menos inicialmente) de distanciamiento entre los lanceros acorazados saacutermatas y los catafractii romanos Ahora bien suponiendo que la creacioacuten de las unidades de catafractos romanos estuviera respondiendo a la caballeriacutea pesada parta iquestpor queacute esperoacute al s II dC Durante casi tres siglos de encuentros en los campos de batalla de Oriente el ejeacutercito romano no parecioacute tener necesidad alguna de emular a los catafractos y clibanarios partos Finalmente es en el contexto de las guerras daacutecicas y paacuterticas de Trajano y en el reinado de Adriano cuando los catafractii hacen su aparicioacuten en el ejeacutercito romano al-gunas deacutecadas maacutes tarde que los contarii y despueacutes de casi un siglo de con-

74 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-63 67 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

75 DIXON STEPHENSON 2003 p 114

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tacto con la caballeriacutea saacutermata De nuevo la coincidencia de variables parece hablar por siacute sola al igual que primero el contarius el catafractus parece ser una respuesta de la caballeriacutea romana a las refriegas habidas con los exce-lentes jinetes saacutermatas desde mediados del s I dC hipoacutetesis que secundan la mayor parte de los autores76 Cualquier posible influjo oriental en la com-posicioacuten de la primera caballeriacutea pesada romana respondioacute a la incorpora-cioacuten de elementos considerados de utilidad no encontrados en la tradicioacuten militar propiamente romana o saacutermata El incremento de este influjo mate-rializado quizaacutes en la intensificacioacuten y extensioacuten del uso de armaduras pe-sadas para caballos y en el importante desarrollo en general del arma de ca-balleriacutea pesada en Roma tendriacutea lugar ya entrado el s III dC quizaacutes no tanto de manos de los uacuteltimos coletazos del moribundo Imperio parto como del joven y eneacutergico Imperio persa sasaacutenida el cual llevariacutea el arma de ca-balleriacutea en el Oriente a nuevas cotas de desarrollo especializacioacuten en organi-zacioacuten equipamiento y taacutecticas77

Mencioacuten especial requiere la organizacioacuten del ala I Gallorum et Pan-noniorum catafracta No entraremos a resentildear aquiacute la naturaleza del ala como unidad militar del ejeacutercito romano ni la organizacioacuten y estructura de la caballeriacutea romana altoimperial sino un aspecto concreto del ala concreta objeto de nuestro estudio y que parece haber pasado desapercibido a la ma-yor parte de los autores Se trata del hecho de que dicha ala debioacute de ser compuesta en su origen por soldados de dos unidades distintas probable-mente tropas selectas Tal y como sentildeala su nombre el ala estaba compuesta por jinetes galos y panonios Mielczarek ha propuesto precisamente que ca-ra a la creacioacuten de esta unidad de catafractos probablemente se seleccionoacute a los mejores soldados de dos alas distintas posiblemente (seguacuten el parecer del propio Mielczarek) el ala I Pannoniorum y el ala I Gallorum Flaviana Aunque de momento no se trata sino de una hipoacutetesis parece razonable que cara a la primera unidad de caballeriacutea pesada romana (probablemente una unidad que tendriacutea en sus oriacutegenes un marcado caraacutecter ldquoexperimentalrdquo) se seleccionara a personal experimentado y de fiar lo que remarcariacutea el caraacutec-ter de eacutelite de este tipo de unidades

76 EADIE 1967 MIELCZAREK 1993 NEGIN 1998 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

LEBEDYNSKY 2002 77 EADIE 1967 pp 169-172 MICHALAK 1987 MIELCZAREK 1993 pp 63-67 NICOLLE

1996 WILCOX 2001 pp 24-35 FARROKH 2005

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Taacutecticas y limitaciones de la caballeriacutea pesada romana La caballeriacutea fue un arma especializada principalmente en una uacutenica

funcioacuten el ataque Un grupo de jinetes no puede establecer una posicioacuten de-fensiva y mantenerla de forma estaacutetica pues equivaldriacutea claramente a un suicidio en cualquier eacutepoca Cuando una unidad de caballeriacutea ha sido em-pleada con fines de defensa lo ha sido empleando fundamentalmente el ata-que es decir un contraataque

La principal ventaja de un jinete respecto del soldado de infanteriacutea ra-dica en tres puntos fundamentales la altura que le proporciona su montura la rapidez y potencia de la misma y el efecto psicoloacutegico que todo ello sus-cita en el infante El principal modo en que la caballeriacutea (y particularmente la caballeriacutea media y pesada) se enfrenta a la infanteriacutea (y a otras unidades como veremos) es la carga cuya finalidad es desfondar la formacioacuten ene-miga dispersaacutendola para coparla y destruirla o permitir a otras unidades aprovechar la brecha abierta Sin embargo contrariamente a lo que se suele pensar un caballo (o un grupo de caballos) no es capaz de embestir una for-macioacuten cerrada de infanteriacutea Un equino no es un toro ni se comporta como tal El caballo siempre se para antes de llegar a impactar contra un obstaacuteculo que considera no podraacute esquivar o saltar o donde no vea espacio alguno por donde penetrar En este sentido una formacioacuten de infanteriacutea pesada que fuera capaz de mantener su posicioacuten hasta el final teniacutea muchas posibilidades de rechazar una carga de caballeriacutea Existiacutean dos formas para evitar que esto sucediese de modo tal que la carga de caballeriacutea tuviese finalmente eacutexito hostigar a la formacioacuten de infanteriacutea de muacuteltiples modos (ataque con proyec-tiles ataques simulados apoyar a la caballeriacutea atacante con infanteriacutea o ar-tilleriacutea) o bien que un porcentaje suficiente de soldados enemigos no fuera capaz de soportar la tensioacuten psicoloacutegica de ver venir sobre ellos una carga de caballeriacutea y rompiera filas debilitando la formacioacuten desorganizaacutendola y abriendo brechas Como vemos el resultado de una carga de caballeriacutea de-pende maacutes del contexto y de la psicologiacutea que de la carga en siacute misma Sin embargo los nervios de acero necesarios para superar el instinto de autopro-teccioacuten (que nos llevariacutea a quitarnos inmediatamente de la trayectoria de los caballos y sus jinetes) no eran (ni son) un elemento comuacuten en los ejeacutercitos Pocas infanteriacuteas disponiacutean del adiestramiento y disciplina necesarios para mantener la posicioacuten y afrontar una auteacutentica estampida que a sus ojos cla-ramente amenazariacutea con arroyarla Entre tales excepciones se encontraba la

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infanteriacutea legionaria romana la cual soacutelo en determinadas circunstancias era realmente vulnerable a un ataque de caballeriacutea78

Las unidades de caballeriacutea pesada como catafractii y contarii eran un caso auacuten maacutes especial En primer lugar el contus permitiacutea al jinete arroyar a un infante enemigo virtualmente antes de que su montura se viera obligada a detener su marcha Por otra parte sus pesadas protecciones (y la de sus mon-turas al menos para una parte de los catafractii) les otorgaban una mayor se-guridad ante cualquier clase de contraataque enemigo (especialmente pro-yectiles) y una superior capacidad de asumir el riesgo del contacto con una formacioacuten enemiga demasiado firme Pero sobre todo les otorgaba una carga psicoloacutegica brutal la visioacuten de una ldquoparedrdquo blindada erizada de lanzas en auteacutentica formacioacuten de falange avanzando con premura directamente resulta-ba especialmente impactante a ojos de un soldado de infanteriacutea por muacuteltiples factores Ser arroyado por un caballo no es una perspectiva agradable ser arroyado por una marea de lanzas y caballos blindados es una perspectiva auacuten menos agradable Para incrementar la capacidad de penetracioacuten de este tipo de caballeriacutea se empleaban formaciones y ataques en profundidad fun-damentalmente columna y cuneuscuntildea En este sentido la formacioacuten podiacutea concentrar la fuerza de su carga en un frente estrecho que pudiera ser dirigi-do convenientemente contra el punto maacutes deacutebil de la formacioacuten a atacar in-cluso con la carga ya en curso Sin embargo la caballeriacutea pesada poseiacutea una desventaja potencial el enorme peso de su equipamiento reduciacutea la veloci-dad de su carga su maniobrabilidad y podiacutea agotar a sus caballos muy raacutepi-damente En este sentido podiacutean ser viacutectimas faacuteciles de unidades maacutes aacutegiles y raacutepidas o de un contraataque al teacutermino de una extenuante carga (exitosa o no) Por otra parte no estaban precisamente capacitados para realizar una re-tirada raacutepida con los caballos extenuados por el esfuerzo de cargar despla-zando sobre sus lomos a su jinete con su equipamiento y su propia pro-teccioacuten los catafractii podiacutean encontrarse en una situacioacuten realmente com-prometida si su ataque fracasaba y no se encontraban en posicioacuten de recibir apoyo inmediato de unidades aliadas capaces de protegerlos el tiempo nece-sario para maniobrar y salir del atolladero Otro peligro que desembocaba di-rectamente en el fracaso de la carga (y en las circunstancias antes descritas) era la posibilidad de que la formacioacuten perdiera su cohesioacuten durante la carga Para evitar esta circunstancia (y reducir la extenuacioacuten de los caballos) se procuraba no cargar a mayor velocidad que un trote ligero79

78 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

79 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 y 241 LEBEDYNSKY 2002 p 237 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

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A la hora de afrontar a otra caballeriacutea las circunstancias eran dife-rentes La caballeriacutea como especialista en ataque teniacutea tambieacuten la funcioacuten de neutralizar a la caballeriacutea del adversario negaacutendole asiacute la mayor parte de la iniciativa y ganando la oportunidad de flanquear sus formaciones y ata-carlas desde diversos puntos Un ejeacutercito cuya caballeriacutea abandonara el cam-po de batalla por otra parte aunque auacuten podiacutea imponerse mediante la fuerza de su infanteriacutea (si era capaz de rechazar el ataque de la caballeriacutea adversaria y de desalojar a su infanteriacutea) careceriacutea de cualquier posibilidad para explo-tar adecuadamente la victoria la caballeriacutea fue hasta la I Guerra Mundial la uacutenica arma capacitada para lanzar una persecucioacuten sobre una fuerza enemiga en retirada convirtiendo esta uacuteltima en una desbandada desorganizada y dis-poniendo asiacute de la oportunidad de transformar un ejeacutercito derrotado en un ejeacutercito destruido En este sentido la caballeriacutea no fue soacutelo una pieza taacutectica fundamental a la hora de la batalla sino una herramienta baacutesica de la estra-tegia a nivel global de cualquier conflicto a lo largo de unos tres milenios de historia militar

La infanteriacutea puede rechazar a la caballeriacutea pero nunca perseguirla (maniobra que equivaldriacutea a dar la ocasioacuten a los jinetes derrotados de dar media vuelta y lanzar un inesperado contraataque que convirtiera en desastre para la infanteriacutea lo que empezoacute siendo un eacutexito Las huidas fingidas como ya hemos sentildealado eran tambieacuten una interesante taacutectica a emplear por parte de la caballeriacutea para desorganizar una formacioacuten enemiga Sin embargo no era una taacutectica que entrara dentro del ldquomanual de instruccionesrdquo de la ca-balleriacutea maacutes pesada limitada como estaba en sus movimientos) Soacutelo la ca-balleriacutea podiacutea derrotar poner en fuga y destruir a otra caballeriacutea El modo de hacerlo sin embargo era materia delicada Una formacioacuten cerrada para ata-car a otra caballeriacutea resultaba inuacutetil y peligrosa era la mejor forma de que los propios caballos se rompieran los huesos al impactar a gran velocidad contra las monturas enemigas Normalmente y a lo largo de toda la existen-cia de la caballeriacutea de choque dos formaciones de caballeriacutea que cargan una contra otra a la espera de un combate mano a mano tienden a abrir sus liacuteneas para esquivar el choque frontal contra los caballos rivales Al producirse el choque el jinete tratariacutea de atacar con sus armas a su rival maacutes cercano a uno u otro lado intentando derribarle o herirle mortalmente En estas cir-cunstancias el contus sarmaticus vuelve a relucir por sus virtudes permitiacutea (al igual que la lanza de cometida medieval las lanzas de los huacutesares alados polacos o las lanzas de los ulanos austriacos o los cosacos rusos) golpear al jinete adversario antes de que eacuteste equipado con espada o con una lanza maacutes corta pudiese iniciar su propio ataque Una formacioacuten de contarii o de cata-fractii podiacutea asiacute arroyar faacutecilmente la vanguardia de la formacioacuten de caballe-

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riacutea enemiga neutralizando su ataque y desorganizando totalmente su forma-cioacuten Sin embargo cuando dos formaciones cargaban una contra la otra y llegaban a culminar completamente el choque el combate podiacutea derivar faacute-cilmente en una violenta y caoacutetica refriega En estas circunstancias las espa-das de hoja larga empleadas por la caballeriacutea romana y saacutermata eran particu-larmente esenciales asiacute como sus protecciones dado que un contus tendiacutea a partirse tras el primer o segundo impacto y a ser poco coacutemoda de utilizar cuando el combate se tornaba maacutes cercano En cualquier caso si una forma-cioacuten de catafractii no conseguiacutea imponerse durante el choque a la formacioacuten enemiga el agotamiento de sus monturas y su menor movilidad (sumada a la peacuterdida del orden en la formacioacuten inherente al inicio de la refriega) supon-driacutean una peligrosa situacioacuten en el caso de carecer de apoyo de otras unida-des (bien de caballeriacutea o de infanteriacutea) y de la que no podriacutean salir con mu-cha facilidad80

Tanto frente a otra caballeriacutea como frente a la infanteriacutea el respaldo de unidades de caballeriacutea maacutes ligeras y particularmente arqueros a caballo81 resultariacutea particularmente deseable antes del choque la caballeriacutea ligera po-driacutea hostigar con proyectiles a las formaciones enemigas creando brechas o desorganizaacutendolas y despueacutes del choque podriacutean apoyar a la caballeriacutea pe-sada durante la progresioacuten del combate cubrir su retirada o explotar su eacutexito continuando la persecucioacuten de un enemigo en fuga

Como vemos desde el punto de vista taacutectico y del empleo en el campo de batalla el eacutexito de la caballeriacutea pesada acorazada dependiacutea tanto o maacutes de las circunstancias el contexto y el apoyo que pudieran recibir que de sus propias virtudes Se trataba de unidades altamente especializadas que si que-daban desprotegidas o en situaciones comprometidas podiacutean ser faacutecilmente rechazadas desbandadas o destruidas No se trataba de fuerzas versaacutetiles y probablemente ello condicionoacute que su adopcioacuten y empleo generalizado por parte del ejeacutercito romano fuera tardiacuteo

CONCLUSIONES

El ejeacutercito romano se enfrentoacute durante casi dos siglos a la caballeriacutea

pesada desarrollada por las potencias orientales Tras reveses iniciales debi-dos maacutes a las circunstancias que a una auteacutentica incapacidad para afrontar el ataque de este tipo de caballeriacutea las legiones desarrollaron sus particulares contramedidas recorriendo las primeras deacutecadas de la historia del Alto Im-

80 DIXON SOUTHERN 1997 pp 141-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 235-244 MENEacuteNDEZ

ARGUumlIacuteN 2011 pp 322-324 81 DIXON SOUTHERN 1997 p 143

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perio imperturbables considerando del todo innecesario tomar como inno-vacioacuten un arma a la que eran capaces de batir los catafractos partos y arme-nios

Sin embargo hacia mediados del s I dC algo vino a trastocar este es-cenario en apariencia estable e inamovible de las estepas poacutenticas emergioacute no tanto una nueva arma como una nueva forma de combinar y emplear ar-mas y taacutecticas sobradamente conocidas Los haacutebiles jinetes saacutermatas dejaron atraacutes la claacutesica tradicioacuten militar esteparia basada en el uso del arquero a ca-ballo y la caballeriacutea ligera desarrollaron una nueva caballeriacutea pesada libre de la mayor parte de las debilidades de los pesados catafractos partos flexi-ble y dinaacutemica y capaz de luchar en conjuncioacuten perfecta con otras modali-dades de caballeriacutea como si de un uacutenico cuerpo se tratase A diferencia del catafractario parto el ldquocontariordquo saacutermata era un jinete armado maacutes o menos pesadamente seguacuten las circunstancias y sus propias posibilidades Al igual que su contrapartida parto o armenio el jinete pesado saacutermata aprovechaba al maacuteximo las virtudes de su arma definitoria el contus sarmaticus pero la combinaba con el uso de otras igualmente uacutetiles como la espada de hoja larga y el arco recurvado compuesto Su equipamiento defensivo careciacutea de la rigidez propia del catafracto parto tendiendo a ser sensiblemente maacutes li-gero sin perder las ventajas propias de una proteccioacuten completa y concien-zuda Este equipamiento defensivo ademaacutes podiacutea variar seguacuten las circuns-tancias y las necesidades taacutecticas de cada momento (y no solo exclusi-vamente en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete) Ello permitiacutea al jinete pesado saacutermata oscilar entre una caballeriacutea media pura y una caballeriacutea pesada de choque seguacuten las circunstancias Le convertiacutea en un arma flexible capaz de desempentildear diversos papeles en el campo de batalla y variarlos du-rante el combate mismo seguacuten sus necesidades En combinacioacuten con la habi-lidad natural de estos pueblos para la equitacioacuten y sus excelentes (y numero-sas) fuerzas de caballeriacutea ligera la caballeriacutea pesada saacutermata representaba una amenaza realmente seria y totalmente nueva

Desde la guerra civil del 68-69 dC hasta la paz firmada por Adriano con los saacutermatas roxolanos en 119 dC las legiones romanas y su caballeriacutea hubieron de hacer severos esfuerzos para imponerse a este nuevo enemigo en los campos de batalla actuase eacuteste en solitario o en conjuncioacuten con otros pueblos o Estados Las guerras daacutecicas de Domiciano (85-89 dC) y de Tra-jano (101-106 dC) fueron probablemente los puntos culminantes de esta coyuntura De los sangrientos encuentros habidos sobre las orillas del Danu-bio las colinas daacutecicas y las llanuras de la futura Hungriacutea el ejeacutercito romano extraeriacutea una dura leccioacuten que aprenderiacutea raacutepidamente y pondriacutea en creciente praacutectica con el paso de los antildeos cuando a comienzos del s III dC descen-

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diera el ocaso sobre las uacuteltimas luces legadas por la edad dorada de los Anto-ninos habiendo el Estado romano de afrontar las convulsiones de un mundo en paulatina transformacioacuten

A comienzos del s II dC a caballo entre los diacuteas de Trajano y Adria-no el ejeacutercito romano afrontoacute el laborioso proceso de aplicar buena parte de lo que habiacutea aprendido de manos de la caballeriacutea saacutermata El contus ya habiacutea sido adoptado conformando la primera caballeriacutea de choque especialista de la historia del Imperio A ella le seguiriacutean las protecciones pesadas para jine-tes asiacute como para caballos El ejeacutercito romano conociacutea de sobra los modelos orientales de caballeriacutea pesada y sin embargo en el primer siglo de existen-cia de este arma entre las filas romanas el modelo a seguir fue principal-mente saacutermata Los hechos hablan por siacute solos El ejeacutercito romano habiacutea en-contrado una innovacioacuten de intereacutes para su tradicioacuten militar y la incorporoacute raacutepidamente Las primeras unidades de caballeriacutea pesada acorazada romana llevaron nombres que aludiacutean a tradiciones orientales catafractii pero su ar-mamento y el fundamento de sus taacutecticas era una mezcla de aportaciones romanas y modelos saacutermatas Con la llegada del s III dC estas unidades se hariacutean cada vez maacutes necesarias y sobre la trayectoria marcada por los pio-neros de este arma se labrariacutea el desarrollo completo de la misma

La emersioacuten del Imperio persa sasaacutenida supuso la transformacioacuten re-novacioacuten y revitalizacioacuten del arma de caballeriacutea puramente oriental Los sa-saacutenidas llevaron a un nuevo paroxismo a la combinacioacuten de la caballeriacutea pe-sada y la caballeriacutea ligera de tradicioacuten oriental hasta el punto de que algunos tratadistas militares romanos como Amiano Marcelino llegaron a conside-rarlo como un arma praacutecticamente imbatible En palabras del propio Amiano [] catafractarii [] et sagitarii formidable genus armorum82 Probable-mente estas circunstancias forzaran (entre otros factores) no ya la expansioacuten del arma de caballeriacutea pesada (asiacute como del arquero a caballo) en el ejeacutercito romano de los siglos III y IV dC sino la asuncioacuten por parte de la misma de muacuteltiples elementos propios ya exclusivamente de la tradicioacuten militar irano-persa

La experiencia saacutermata quedoacute atraacutes sin embargo su importancia y la de los primeros prototipos de caballeriacutea pesada romana existentes en el Alto Imperio no debe menospreciarse Fueron la piedra fundadora los cimientos de una importante rama de la tradicioacuten militar romana posterior madre de la bizantina y de buena parte de las tradiciones militares de la posterior Europa medieval donde la caballeriacutea ostentariacutea durante siglos su particular supre-maciacutea En cierto modo puede decirse que la caballeriacutea saacutermata y las primeras

82 AMIANO MARCELINO 16 12 7

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unidades de caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano se encuentran entre las raiacute-ces de una tradicioacuten militar que llevoacute a la caballeriacutea a mantener la ilusioacuten de su reinado sobre los campos de batalla hasta el enloquecedor extremo de atravesar las trincheras y alambradas de la I Guerra Mundial y cargar sobre las divisiones panzer germanas en 1939

SELECCIOacuteN DE TEXTOS EPIGRAacuteFICOS RELATIVOS

83 Camerinum (Camerino) Regio VI Italia CIL XI 5632

M(arco) Maenio C(ai) f(ilio) Cor(nelia) Agrippae L(ucio) Tusidio Campestri hospiti divi Hadriani patri senatoris praef(ecto) coh(ortis) II Fl(aviae) Britton(um) equitat(ae) electo a divo Hadriano et misso in expeditionem Brittannicam trib(uno) coh(ortis) I Hispanor(um) equitat(ae) praef(ecto) alae I Gallor(um) et Pannonior(um) catafractatae proc(uratori) Aug(usti) praef(ecto) classis Brittannicae proc(uratori) provinciae Brittanniae equo publico patrono municipi(i) vicani Censorglacenses consecuti ab indulgentia Optimi Maximique Imp(eratoris) Antonini Aug(usti) Pii beneficio interpretationis eius privilegia quibus in p[e]rpetuum aucti confirmatique sunt l(ocus) d(atus) d(ecreto) d(ecurionum) g(ratis)

Ad Mediam (Mehadia) Dacia CIL XVI 110 = CIL III 886 = AE 1980 760

[Imp(erator) Caes(ar) divi Had]rian(i) f(ilius) divi Traiani [Parthici n(epos) divi Ne]rvae pron(epos) T(itus) Aelius [Hadrianus Ant]oninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) [max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII] imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae) [equit(ibus) et pedit(ibus)] qui mil(itaverunt) in alis III quae [appell(antur) Silia]n(a) et Gall(orum) et Pann(oniorum) [catafrac(taria) et F]ront(oniana) et coh(ortibus) XII I Ulp(ia) [Britton(um)] |(milliaria) et I Fl(avia) Ulp(ia) Hisp(anorum) |(milliaria) [et 3 I Ael(ia)] Gaesa(torum) |(milliaria) et I Aug(usta) Nerv() [|(milliaria) et I]I Britt(onum) |(milliaria) et I Hispan(orum) [--- e]t II Hisp(anorum) scutat(a) Cy[ren(aica) et ---]n() et VI Thrac(um) et sunt [in Dacia Poroliss]en(si) sub Macrinio [Vindice proc(uratore) qui]nq(ue) et vigint(i) stip[en(diis) emerit(is) dimis(sis) hon]est(a) miss(ione) quor(um) [nomin(a) subscripta s]unt civit(atem) Roman(am) [qui eor(um) non ha]b(erent) ded(it) et con(ubium) cum [uxor(ibus) quas tu]nc hab(uissent) cum est [civit(as) i(i)s dat(a) aut] cum i(i)s quas post(ea) [dux(issent) dumtax(at) si]ngulis [[Imp(erator) Caes(ar) divi Hadrian(i) f(ilius) divi Traiani Parthici n(epos) divi Nervae pron(epos) T(itus) Aelius Hadrianus Antoninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae)] [equit(ibus) et pedit(ibus) qui mil(itaverunt) in alis III ---] et vigint(i) stipend(iis) emerit(is) dimis(sis) honest(a) miss(ione) quor(um) nomin(a) subscript(a) sunt civit(atem) Roman(am) qui eor(um) non haber(ent) dedit et conub(ium) cum uxor(ibus) quas tunc habuis(sent) cum est civit(atem) i(is) dat(a) aut cum i(is) quas post(ea) dux(issent) dumtax(at) singulis a(nte) d(iem) V K(alendas) Oct(obres) Sex(to) Calpurnio Agricola Ti(berio) Claudio Iuliano co(n)s(ulibus) coh(ors) I Ulpia Britton(um) |(milliaria) cui

83 Tomados del Epigraphische Datenbank Clauss-Slaby httpwwwmanfredclauss de

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prae(e)st L(ucius) Nonius Bassus Picen(o) ex pedite Luonerco Molaci f(ilio) Britt(oni) descript(um) et recognit(um) ex tabul(a) aer(ea) quae fixa est Romae in mur(o) post templ(um) divi Aug(usti) ad Minervam

Tipasa (Tefessad) Mauretania Cesariense AE 1951 265 = AE 1955 133

D(is) M(anibus) Adiutoris eq(uitis) al(ae) pri(mae) Can(n)anafatium vi(xit) XXXXI m(ilitavit) an(nos) XXIII pro(curante) l(i)b(erto) ipsi(us) bene me(renti) Cabanus he(res) po(suit)

Savaria (Szombathely) Panonia Superior CIL III 4183

T(itus) Cnorius Sabinianus ex praef(ecto) alae Contariorum v(ir) e(gregius) et L(ucius) Val(erius) Verus dec(urio) c(oloniae) C(laudiae) Savar(iensium) sacerdotalis p(rovinciae) P(annoniae) s(uperioris) cryptam vi ignis exustam sumptibus suis refecerunt

Brigetio (Kornye) Panonia Superior CIL III 4278

D(is) M(anibus) Val(erio) Saturnino vet(erano) ex dup(licario) alae I Ulp(iae) Cont(ariorum) qui vixit an(nos) L et Val(erio) Sabino mil(iti) leg(ionis) I Ad(iutricis) stip(endiorum) III vixit an(nos) XXV filio Caes(ia) Digna marito et filio f(aciendum) c(uravit)

Apamea Siria AE 1987 955

Aur(elio) Basso quandam(sic) sig(nifero) al(ae) I Ulp(iae) (C)ontariorum stipendiorum VIII vixit annos XXVIIII XI Kal(endas) Maias Gallo et Volusiano consilibus() titulus positus a Marc(io) Cotum(sic) (d)ec(urione) al(ae) c(ivium) R(omanorum)

Apamea Siria AE 1993 1589

D(is) M(anibus) Iulius Valerianus eques alae I Ulp(iae) contariorum stip(endiorum) XXIII vixit annis XXXXVI Ulp(ius) Ingenu(us) dupl(icarius) alae eiusdem heres posuit b(ene) m(erenti)

Arrabona (Gyor) Panonia Superior CIL III 4379

D(is) M(anibus) Ulp(ius) Variu(s) Ore() vet(e)r(anus) ex stat(ore) al(a)e I Ulp(iae) Cont(ariorum) do(mo) Af(rica) vixs(it) ann(os) XLV et Ael(iae) Sabin(a)e fi(liae) vix(it) ann(os) X Ael(ia) Domitia con(iunx) et Ulp(ius) Sabinianus et Ulp(ius) [Cele]rinus et Sabi[nil]la fili(i) vivi cum [mat(re) pa]tri karis(simo) posuerunt

Sentpalpuszta Panonia Superior CIL III 11081 = AE 1899 3

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[D(is) M(anibus)] M(arcus) Aur(elius) [3]us vex(illarius) al(ae) p(rimae) C(ontariorum) Anto(ninianae) et Elv(iae) Bon(a)e c(oniugi) car(issimae) et f(iliae) Aur(eliae) Valerin(a)e et Ae(liae) Sabin(a)e et Elv(io) Verecundo an(norum) LXX Pulc(h)r(a)e() Suri an(norum) LX et Elv(io) Vitali an(norum) XVIII et Au(relio) Ma(n)suetiano an(norum) VII et Ae(lio) Florido M(arcus) Aur(elius) Valerianus sib(i) [et] su[i]s vivi f(ecit)

Roma CIL VI 1449 = AE 1967 16 = AE 196970 13

M(arco) Macrinio Avito M(arci) f(ilio) Claud(ia) Catonio Vindici co(n)s(uli) aug(uri) p(opuli) R(omani) Quiritium leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) prov(inciae) Moes(iae) inf(erioris) leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) Moes(iae) sup(erioris) cur(atori) civitat(is) Arimin(ensium) p[r]oc(uratori) prov(inciae) Dac(iae) Malv(ensis) praef(ecto) alae contar(iorum) praef(ecto) alae III Thrac(um) trib(uno) milit(um) leg(ionis) VI Victr(icis) praef(ecto) coh(ortis) VI Gall(orum) donat(o) donis mil(itaribus) in bello Germ(anico) ab Imp(eratore) M(arco) Aur(elio) Antonino Aug(usto) hast(is) pur(is) II et vexill(is) II cor(o)na mural(i) et vallar(i) Iunia Flaccinilla marito karissimo et Macrinia Rufina patri piissimo vixit annis XLII m(ensibus) V

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SELECCIOacuteN DE IMAacuteGENES

Fig 1 Relieve de la estela funeraria del eques Aduitor miembro del ala I Canninefatum (AE 1955

133) empuntildeando un contus sarmaticus por el lateral derecho de su montura DIXON SOUTHERN 1997 p 49

Fig 2

Grafito de Dura-Europos datado en torno a los ss II-III dC representando un catafracto parto romano o sasaacutenida JUNKELMANN 1992 p 197

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Fig 3 Las dos bardas de escamas metaacutelicas completas encontradas por Rostovzeff en las

excavaciones de Dura-Europos a lo largo de la campantildea de 1932-33 JUNKELMANN 1992 p 214

Fig 4 Relieves de Firuzabad (Iraacuten) representando a un clibanario persa sasaacutenida derribando a un

catafractarioclibanario parto s III dC Obseacutervese las bandas transversales que se ven en los brazos del jinete de la derecha que probablemente esteacuten representando un tipo de manica

WILCOX 2001 p 22

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Fig 5 Relieve de Firuzabad representando a unos catafractosclibanarios parto y sasaacutenida forcejeando

en combate cuerpo a cuerpo Ilustracioacuten de Wilcox 2001 p 23

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FIG 6 Catafractos partos del s I aC Obseacutervense las protecciones tipo manicae portadas por ambos

jinetes en los brazos El jinete de la derecha tambieacuten las lleva sobre las piernas A Mc Bride en WILCOX 2001

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Fig 7 Fragmentos de cotas de escamas y laacuteminas para armadura encontradas en enterramientos

saacutermatas de los ss I-III dC NEGIN 1998 p 70

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Fig 8 Estela de Athenios en Panticapea (Crimea Ucrania) donde se puede observar a un jinete (izqda) que parece montar un caballo protegido con una cota de escamas al igual que eacutel

NEGIN 1998 p 66

Fig 9 Reconstruccioacuten de un contario saacutermata (izqda) en accioacuten s II dC seguacuten G Embleton en

BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 10 Reconstruccioacuten el posible aspecto de un jinete pesado saacutermata y de la posible proteccioacuten de su

montura s II dC seguacuten G Embleton en BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 11 Reconstruccioacuten de un jinete pesado saacutermata equipado con una armadura compuesta ss I-II

dC seguacuten NEGIN 1998 p 73

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Fig 12 Casco romano tipo Russell Robinson tipo B basado en un ejemplar encontrado en Ely

(Cambridgeshire Reino Unido) ss I-II dC GOLDSWORTHY 1998 p 238

Fig 13

Casco romano tipo Rusell Robinson E basado en un hallazgo realizado en Hedderneim (Alemania) ss II-III GOLDSWORTHY 1998 p 238

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Fig 14

Reconstruccioacuten de un casco romano del tipo Niederbieber ss II-III dC seguacuten GILBERT 2010 p 136

Fig 15

Reconstruccioacuten de una variante del casco romano tipo Heddernheim con y sin maacutescara de proteccioacuten para el rostro ss II-III dC seguacuten ALEXANDRA GILBERT 2009 pp 24-26

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Fig 16 Fragmento de lorica squamata de escamas semi-riacutegidas s II dC

BISHOP COULSTON 1993 p 116

Fig 17 Silla de montar romana de cuatro cuernos seguacuten la reconstruccioacuten de P Connolly

DIXON SOUTHERN 1997 p 71

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Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

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Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

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Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

Recibido 17 mayo 2011 Aprobado 22 junio 2011

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Un catafractus sin duda alguna portariacutea una buena proteccioacuten para el torso En este sentido hariacutea uso de las mismas protecciones antes menciona-das para los contarii como loricae hamatae y squamatae asiacute como las inno-vaciones propias de eacutepoca Antonina y Severa como las escamas semi-riacutegi-das y las poco comunes armaduras de laacuteminas como el aislado ejemplo del s III dC hallado en Čatalka63 Sin embargo si atendemos ahora al grafito de Dura-Europos el jinete representado no parece llevar un uacutenico tipo de pro-teccioacuten sobre su torso Las armaduras compuestas por varios tipos de loricae como hemos visto eran probablemente utilizadas ya por los saacutermatas Este tipo de proteccioacuten era tambieacuten conocida en el ejeacutercito romano si bien los ejemplos de la misma son limitados y no parece que su uso estuviera muy extendido (al igual que no parece que en el s II y a comienzos del s III dC los catafractii fueran un arma de extendido uso en Roma) Se denominaba lorica plumata teacutermino que al parecer designaba principalmente a armadu-ras compuestas por lorica squamata y hamata combinadas Esta combina-cioacuten parece ser la utilizada tambieacuten por los saacutermatas aunque su distribucioacuten sobre el cuerpo no se ha podido reconstruir convincentemente64 Al igual que el contarius el catafractus no portariacutea escudo tanto por serle imposible su debido aprovechamiento al empuntildear un contus como por el estorbo que su-pondriacutea al uso de esta uacuteltima La carencia de escudo quedariacutea suplida por lo pesado de su proteccioacuten corporal En este sentido destaca la manica una proteccioacuten construida con laacuteminas de metal (bronce o hierro) semiciliacutendricas unidas unas a otras en progresioacuten descendente del hombro hacia la mano la cual podiacutea proteger a su vez con guanteletes de malla de escamas o incluso una extensioacuten de la manica misma adaptada a la forma de la mano65 Com-pletariacutean la proteccioacuten de un catafractus unas grebas para sus piernas (la parte de su cuerpo maacutes al alcance de la infanteriacutea enemiga) si bien podiacutean disponer de protecciones maacutes pesadas que podiacutean llegar a cubrir muslos y pies recordando en su estructura a la manica empleada para proteger los bra-zos66 En ocasiones podriacutea emplearse tambieacuten protecciones especiacuteficas para el cuello especialmente pensadas para cubrir cualquier posible fisura entre el yelmo y la proteccioacuten del torso De este tipo de piezas se han encontrado al-gunos ejemplos como el de una tumba de Čatalka en Bulgaria datada en el

63 BISHOP COULSTON 1993 pp 85-92 y 116-117 DIXON SOUTHERN 1997 pp 36-43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 43-48 FIELDS 2006 pp 13-14

64 MIELCZAREK 1993 pp 79-80 NEGIN 1998 pp 68-74 DIXON STEPHENSON 2003 pp 49-50 FIELDS 2006 pp 10-11

65 BISHOP COULSTON 1993 pp 87-91 DIXON STEPHENSON 2003 pp 55-58 66 DIXON SOUTHERN 1997 p 43 DIXON STEPHENSON 2003 pp 61-63

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s II dC y consistente en un anillo de metal dividido en dos mitades unidas por un cinturoacuten de cuero y originalmente tintado en rojo67

El equipamiento de las monturas de los catafractii romanos es otro as-pecto poleacutemico quizaacutes el que maacutes En primer lugar respecto de las sillas de montar eacutestas responderiacutean probablemente al modelo presentado por Con-nolly pero a un tipo particular cuyo entramado riacutegido interno y cuernos es-tariacutean maacutes desarrollados planteando una sujecioacuten mucho maacutes riacutegida y firme Este tipo de sillas poseiacutea ademaacutes una estructura reforzada con elementos metaacutelicos Seguacuten Connolly y C Van Dryel Murray este tipo de sillas res-ponderiacutea especialmente a un uso por parte de unidades de caballeriacutea pesada donde el peso de la armadura del jinete sumada a su modalidad de combate (choque con lanza pesada) hariacutea necesaria una sujecioacuten maacutes firme para evitar quedar descabalgado asiacute como un maacutes eficiente reparto del peso sobre el lomo y los costados del caballo Este tipo de sillas es visible tambieacuten sobre los caballos de los clibanarios sasaacutenidas que aparecen en el relieve de Firu-zabad68 En segundo lugar estaacute la cuestioacuten en torno a si las monturas de los catafractii romanos del s II y comienzos del III dC llevaban alguacuten tipo de proteccioacuten y cuaacuten completa era esta En este sentido se han lanzado diver-sas propuestas e hipoacutetesis por una parte aquellos que consideran que los ca-tafractii romanos probablemente no emplearon proteccioacuten para sus monturas al menos no en la forma casi sistemaacutetica y masiva que caracterizaba a la ca-balleriacutea pesada parta y que caracterizariacutea maacutes tarde a la sasaacutenida y a la pro-pia caballeriacutea pesada romana bajoimperial en este sentido los catafractii del ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta no seriacutean sino contarii pesada-mente protegidos pero cuyas monturas no portariacutean proteccioacuten alguna fuera de lo comuacuten hasta el momento en el ejeacutercito romano69 otros han propuesto un teacutermino medio sostenido en base a la influencia saacutermata en la creacioacuten y equipamiento de la caballeriacutea pesada romana Es eacuteste el caso de Mielczarek Negin y Lebedynsky entre otros quienes consideran que los catafractii ro-manos no emplearon la protecciones pesadas y o maacutes o menos completas pa-ra sus monturas en el sentido sistemaacutetico que se puede observar en la tradi-cioacuten militar parta o persa sino que emplearon protecciones maacutes limitadas y sobre todo aplicadas a secciones concretas de estas unidades por ejemplo entre aquellos soldados destinados a formar la vanguardia de choque de la formacioacuten o simplemente entre los oficiales70 entre la mayor parte de los autores consagrados al estudio del armamento romano y en particular de la

67 DIXON STEPHENSON 2003 p 59 68 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 p 45 MIELCZAREK 1993 pp 81-82 69 EADIE 1967 pp 166-168 70 MIELCZAREK 1993 pp 74-81 NEGIN 1998 p 74 LEBEDYNSKY 2002 p 237-238

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caballeriacutea existe un acuerdo taacutecito en reconocer el uso por parte de la ca-balleriacutea pesada romana de protecciones metaacutelicas Sin embargo en general o no llegan a un acuerdo en torno a su empleo por parte de las primeras uni-dades de catafractii o se limitan a constatar que los restos arqueoloacutegicos de protecciones equinas pesadas (particularmente las halladas en Dura-Europos) datan en principio del s III dC sin entrar en mayores debates71 finalmente estaacuten aquellos autores que dan simplemente por sentada la asociacioacuten entre el teacutermino catafractii y una proteccioacuten maacutes o menos completa y extendida a la inmensa mayoriacutea (al menos) de las monturas de estas unidades en cual-quier momento desde su creacioacuten72 pero especialmente a partir del s III dC73

En general todas estas corrientes tienden a coincidir en sentildealar que las armaduras pesadas para caballos en el ejeacutercito romano no empezaron a utili-zarse de forma extendida para la caballeriacutea pesada hasta el s III dC De nue-vo el debate se centra en torno a su uso durante el s II dC justo en el mo-mento de la creacioacuten de las primeras unidades de catafractii y particular-mente a causa de la falta de pruebas concluyentes Si se hizo uso de dichas protecciones ya en el s III dC iquestpor queacute razoacuten negar su uso en una fase an-terior aunque eacuteste no fuera un uso generalizado Particularmente preferimos adscribirnos a la tendencia representada por Mielczarek Negin y Lebedyns-ky entre otros autores considerando que los miembros de la uacutenica unidad de caballeriacutea pesada acorazada romana conocida para el s II dC el ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta (y por tanto otras unidades del mismo tipo auacuten por conocer) emplearon protecciones metaacutelicas maacutes o menos pesa-das para sus monturas de un modo ocasional limitado a secciones especiales de la unidad o a la oficialidad siguiendo la corriente de influencia saacutermata Estas protecciones se generalizariacutean a lo largo del s III dC probablemente bajo una mayor influencia de la tradicioacuten militar parta y ante todo sasaacutenida hasta constituir las unidades pesadas del Bajo Imperio que seriacutean el germen de la posterior caballeriacutea pesada bizantina

Este tipo de protecciones incluiriacutea no soacutelo ya los chamfrons metaacutelicos sobradamente conocidos por la caballeriacutea romana de la eacutepoca (y empleados probablemente por los contarii) sino bardas compuestas por malla escamas de cuero o metaacutelicas o laacuteminas que como los ejemplares de Dura-Europos (ya descritos anteriormente) cubririacutean los flancos del caballo y buena parte

71 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-70 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

72 GOLDSWORTHY 1998 pp 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 y 20-21 73 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-322

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de la pechera del mismo74 Este tipo de protecciones probablemente incluiriacutea tambieacuten piezas especiacuteficas para proteger el frontal y la cerviz del animal has-ta la cabeza a semejanza quizaacutes de las empleadas por partos y sasaacutenidas en Oriente Estas piezas particularmente para la cerviz del caballo se han en-contrado tambieacuten en Dura-Europos elaboradas en malla y lazadas mediante correas de cuero75 De este modo si se quisiera proporcionar proteccioacuten tan soacutelo a los caballos de una parte de la unidad lo maacutes loacutegico seriacutea hacerlo con las monturas que marchariacutean en la vanguardia de la formacioacuten de choque y que deberiacutean absorber la fase maacutes violenta del impacto En este sentido las piezas de proteccioacuten maacutes uacutetiles no seriacutean las bardas laterales sino las pro-tecciones para pechera cerviz y cabeza las partes del cuerpo del caballo que quedariacutean expuestas al enemigo durante una carga en formacioacuten cerrada Al prescindir asiacute de las protecciones de los flancos no solo se seguiriacutea apor-tando una proteccioacuten uacutetil a las monturas maacutes expuestas de la unidad durante una accioacuten de combate sino que se estariacutea aligerando el peso que habriacutean de soportar durante la accioacuten reduciendo asiacute el riesgo de agotamiento de las mismas

Si la influencia saacutermata en el origen del contarius romano es maacutes o menos segura la cuestioacuten resulta menos clara para los catafractii Formal-mente un catafractus romano no se diferenciaba del contario saacutermata maacutes pesadamente armado maacutes que en la factura de determinadas partes de su equipamiento muchas de las cuales eran de tradicioacuten puramente romana y unas pocas (como las protecciones maacutes pesadas para las piernas) devendriacutean de tradiciones orientales Sin embargo el hecho de que en ninguacuten momento las fuentes literarias disponibles denominen a la caballeriacutea pesada saacutermata como catafractii y que las protecciones pesadas para caballos entre la mis-ma parezcan ser objeto de un uso tan heterogeacuteneo como vinculado al status y posibilidades econoacutemicas del jinete parece ser el principal punto (al menos inicialmente) de distanciamiento entre los lanceros acorazados saacutermatas y los catafractii romanos Ahora bien suponiendo que la creacioacuten de las unidades de catafractos romanos estuviera respondiendo a la caballeriacutea pesada parta iquestpor queacute esperoacute al s II dC Durante casi tres siglos de encuentros en los campos de batalla de Oriente el ejeacutercito romano no parecioacute tener necesidad alguna de emular a los catafractos y clibanarios partos Finalmente es en el contexto de las guerras daacutecicas y paacuterticas de Trajano y en el reinado de Adriano cuando los catafractii hacen su aparicioacuten en el ejeacutercito romano al-gunas deacutecadas maacutes tarde que los contarii y despueacutes de casi un siglo de con-

74 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-63 67 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

75 DIXON STEPHENSON 2003 p 114

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tacto con la caballeriacutea saacutermata De nuevo la coincidencia de variables parece hablar por siacute sola al igual que primero el contarius el catafractus parece ser una respuesta de la caballeriacutea romana a las refriegas habidas con los exce-lentes jinetes saacutermatas desde mediados del s I dC hipoacutetesis que secundan la mayor parte de los autores76 Cualquier posible influjo oriental en la com-posicioacuten de la primera caballeriacutea pesada romana respondioacute a la incorpora-cioacuten de elementos considerados de utilidad no encontrados en la tradicioacuten militar propiamente romana o saacutermata El incremento de este influjo mate-rializado quizaacutes en la intensificacioacuten y extensioacuten del uso de armaduras pe-sadas para caballos y en el importante desarrollo en general del arma de ca-balleriacutea pesada en Roma tendriacutea lugar ya entrado el s III dC quizaacutes no tanto de manos de los uacuteltimos coletazos del moribundo Imperio parto como del joven y eneacutergico Imperio persa sasaacutenida el cual llevariacutea el arma de ca-balleriacutea en el Oriente a nuevas cotas de desarrollo especializacioacuten en organi-zacioacuten equipamiento y taacutecticas77

Mencioacuten especial requiere la organizacioacuten del ala I Gallorum et Pan-noniorum catafracta No entraremos a resentildear aquiacute la naturaleza del ala como unidad militar del ejeacutercito romano ni la organizacioacuten y estructura de la caballeriacutea romana altoimperial sino un aspecto concreto del ala concreta objeto de nuestro estudio y que parece haber pasado desapercibido a la ma-yor parte de los autores Se trata del hecho de que dicha ala debioacute de ser compuesta en su origen por soldados de dos unidades distintas probable-mente tropas selectas Tal y como sentildeala su nombre el ala estaba compuesta por jinetes galos y panonios Mielczarek ha propuesto precisamente que ca-ra a la creacioacuten de esta unidad de catafractos probablemente se seleccionoacute a los mejores soldados de dos alas distintas posiblemente (seguacuten el parecer del propio Mielczarek) el ala I Pannoniorum y el ala I Gallorum Flaviana Aunque de momento no se trata sino de una hipoacutetesis parece razonable que cara a la primera unidad de caballeriacutea pesada romana (probablemente una unidad que tendriacutea en sus oriacutegenes un marcado caraacutecter ldquoexperimentalrdquo) se seleccionara a personal experimentado y de fiar lo que remarcariacutea el caraacutec-ter de eacutelite de este tipo de unidades

76 EADIE 1967 MIELCZAREK 1993 NEGIN 1998 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

LEBEDYNSKY 2002 77 EADIE 1967 pp 169-172 MICHALAK 1987 MIELCZAREK 1993 pp 63-67 NICOLLE

1996 WILCOX 2001 pp 24-35 FARROKH 2005

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Taacutecticas y limitaciones de la caballeriacutea pesada romana La caballeriacutea fue un arma especializada principalmente en una uacutenica

funcioacuten el ataque Un grupo de jinetes no puede establecer una posicioacuten de-fensiva y mantenerla de forma estaacutetica pues equivaldriacutea claramente a un suicidio en cualquier eacutepoca Cuando una unidad de caballeriacutea ha sido em-pleada con fines de defensa lo ha sido empleando fundamentalmente el ata-que es decir un contraataque

La principal ventaja de un jinete respecto del soldado de infanteriacutea ra-dica en tres puntos fundamentales la altura que le proporciona su montura la rapidez y potencia de la misma y el efecto psicoloacutegico que todo ello sus-cita en el infante El principal modo en que la caballeriacutea (y particularmente la caballeriacutea media y pesada) se enfrenta a la infanteriacutea (y a otras unidades como veremos) es la carga cuya finalidad es desfondar la formacioacuten ene-miga dispersaacutendola para coparla y destruirla o permitir a otras unidades aprovechar la brecha abierta Sin embargo contrariamente a lo que se suele pensar un caballo (o un grupo de caballos) no es capaz de embestir una for-macioacuten cerrada de infanteriacutea Un equino no es un toro ni se comporta como tal El caballo siempre se para antes de llegar a impactar contra un obstaacuteculo que considera no podraacute esquivar o saltar o donde no vea espacio alguno por donde penetrar En este sentido una formacioacuten de infanteriacutea pesada que fuera capaz de mantener su posicioacuten hasta el final teniacutea muchas posibilidades de rechazar una carga de caballeriacutea Existiacutean dos formas para evitar que esto sucediese de modo tal que la carga de caballeriacutea tuviese finalmente eacutexito hostigar a la formacioacuten de infanteriacutea de muacuteltiples modos (ataque con proyec-tiles ataques simulados apoyar a la caballeriacutea atacante con infanteriacutea o ar-tilleriacutea) o bien que un porcentaje suficiente de soldados enemigos no fuera capaz de soportar la tensioacuten psicoloacutegica de ver venir sobre ellos una carga de caballeriacutea y rompiera filas debilitando la formacioacuten desorganizaacutendola y abriendo brechas Como vemos el resultado de una carga de caballeriacutea de-pende maacutes del contexto y de la psicologiacutea que de la carga en siacute misma Sin embargo los nervios de acero necesarios para superar el instinto de autopro-teccioacuten (que nos llevariacutea a quitarnos inmediatamente de la trayectoria de los caballos y sus jinetes) no eran (ni son) un elemento comuacuten en los ejeacutercitos Pocas infanteriacuteas disponiacutean del adiestramiento y disciplina necesarios para mantener la posicioacuten y afrontar una auteacutentica estampida que a sus ojos cla-ramente amenazariacutea con arroyarla Entre tales excepciones se encontraba la

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infanteriacutea legionaria romana la cual soacutelo en determinadas circunstancias era realmente vulnerable a un ataque de caballeriacutea78

Las unidades de caballeriacutea pesada como catafractii y contarii eran un caso auacuten maacutes especial En primer lugar el contus permitiacutea al jinete arroyar a un infante enemigo virtualmente antes de que su montura se viera obligada a detener su marcha Por otra parte sus pesadas protecciones (y la de sus mon-turas al menos para una parte de los catafractii) les otorgaban una mayor se-guridad ante cualquier clase de contraataque enemigo (especialmente pro-yectiles) y una superior capacidad de asumir el riesgo del contacto con una formacioacuten enemiga demasiado firme Pero sobre todo les otorgaba una carga psicoloacutegica brutal la visioacuten de una ldquoparedrdquo blindada erizada de lanzas en auteacutentica formacioacuten de falange avanzando con premura directamente resulta-ba especialmente impactante a ojos de un soldado de infanteriacutea por muacuteltiples factores Ser arroyado por un caballo no es una perspectiva agradable ser arroyado por una marea de lanzas y caballos blindados es una perspectiva auacuten menos agradable Para incrementar la capacidad de penetracioacuten de este tipo de caballeriacutea se empleaban formaciones y ataques en profundidad fun-damentalmente columna y cuneuscuntildea En este sentido la formacioacuten podiacutea concentrar la fuerza de su carga en un frente estrecho que pudiera ser dirigi-do convenientemente contra el punto maacutes deacutebil de la formacioacuten a atacar in-cluso con la carga ya en curso Sin embargo la caballeriacutea pesada poseiacutea una desventaja potencial el enorme peso de su equipamiento reduciacutea la veloci-dad de su carga su maniobrabilidad y podiacutea agotar a sus caballos muy raacutepi-damente En este sentido podiacutean ser viacutectimas faacuteciles de unidades maacutes aacutegiles y raacutepidas o de un contraataque al teacutermino de una extenuante carga (exitosa o no) Por otra parte no estaban precisamente capacitados para realizar una re-tirada raacutepida con los caballos extenuados por el esfuerzo de cargar despla-zando sobre sus lomos a su jinete con su equipamiento y su propia pro-teccioacuten los catafractii podiacutean encontrarse en una situacioacuten realmente com-prometida si su ataque fracasaba y no se encontraban en posicioacuten de recibir apoyo inmediato de unidades aliadas capaces de protegerlos el tiempo nece-sario para maniobrar y salir del atolladero Otro peligro que desembocaba di-rectamente en el fracaso de la carga (y en las circunstancias antes descritas) era la posibilidad de que la formacioacuten perdiera su cohesioacuten durante la carga Para evitar esta circunstancia (y reducir la extenuacioacuten de los caballos) se procuraba no cargar a mayor velocidad que un trote ligero79

78 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

79 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 y 241 LEBEDYNSKY 2002 p 237 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

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A la hora de afrontar a otra caballeriacutea las circunstancias eran dife-rentes La caballeriacutea como especialista en ataque teniacutea tambieacuten la funcioacuten de neutralizar a la caballeriacutea del adversario negaacutendole asiacute la mayor parte de la iniciativa y ganando la oportunidad de flanquear sus formaciones y ata-carlas desde diversos puntos Un ejeacutercito cuya caballeriacutea abandonara el cam-po de batalla por otra parte aunque auacuten podiacutea imponerse mediante la fuerza de su infanteriacutea (si era capaz de rechazar el ataque de la caballeriacutea adversaria y de desalojar a su infanteriacutea) careceriacutea de cualquier posibilidad para explo-tar adecuadamente la victoria la caballeriacutea fue hasta la I Guerra Mundial la uacutenica arma capacitada para lanzar una persecucioacuten sobre una fuerza enemiga en retirada convirtiendo esta uacuteltima en una desbandada desorganizada y dis-poniendo asiacute de la oportunidad de transformar un ejeacutercito derrotado en un ejeacutercito destruido En este sentido la caballeriacutea no fue soacutelo una pieza taacutectica fundamental a la hora de la batalla sino una herramienta baacutesica de la estra-tegia a nivel global de cualquier conflicto a lo largo de unos tres milenios de historia militar

La infanteriacutea puede rechazar a la caballeriacutea pero nunca perseguirla (maniobra que equivaldriacutea a dar la ocasioacuten a los jinetes derrotados de dar media vuelta y lanzar un inesperado contraataque que convirtiera en desastre para la infanteriacutea lo que empezoacute siendo un eacutexito Las huidas fingidas como ya hemos sentildealado eran tambieacuten una interesante taacutectica a emplear por parte de la caballeriacutea para desorganizar una formacioacuten enemiga Sin embargo no era una taacutectica que entrara dentro del ldquomanual de instruccionesrdquo de la ca-balleriacutea maacutes pesada limitada como estaba en sus movimientos) Soacutelo la ca-balleriacutea podiacutea derrotar poner en fuga y destruir a otra caballeriacutea El modo de hacerlo sin embargo era materia delicada Una formacioacuten cerrada para ata-car a otra caballeriacutea resultaba inuacutetil y peligrosa era la mejor forma de que los propios caballos se rompieran los huesos al impactar a gran velocidad contra las monturas enemigas Normalmente y a lo largo de toda la existen-cia de la caballeriacutea de choque dos formaciones de caballeriacutea que cargan una contra otra a la espera de un combate mano a mano tienden a abrir sus liacuteneas para esquivar el choque frontal contra los caballos rivales Al producirse el choque el jinete tratariacutea de atacar con sus armas a su rival maacutes cercano a uno u otro lado intentando derribarle o herirle mortalmente En estas cir-cunstancias el contus sarmaticus vuelve a relucir por sus virtudes permitiacutea (al igual que la lanza de cometida medieval las lanzas de los huacutesares alados polacos o las lanzas de los ulanos austriacos o los cosacos rusos) golpear al jinete adversario antes de que eacuteste equipado con espada o con una lanza maacutes corta pudiese iniciar su propio ataque Una formacioacuten de contarii o de cata-fractii podiacutea asiacute arroyar faacutecilmente la vanguardia de la formacioacuten de caballe-

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riacutea enemiga neutralizando su ataque y desorganizando totalmente su forma-cioacuten Sin embargo cuando dos formaciones cargaban una contra la otra y llegaban a culminar completamente el choque el combate podiacutea derivar faacute-cilmente en una violenta y caoacutetica refriega En estas circunstancias las espa-das de hoja larga empleadas por la caballeriacutea romana y saacutermata eran particu-larmente esenciales asiacute como sus protecciones dado que un contus tendiacutea a partirse tras el primer o segundo impacto y a ser poco coacutemoda de utilizar cuando el combate se tornaba maacutes cercano En cualquier caso si una forma-cioacuten de catafractii no conseguiacutea imponerse durante el choque a la formacioacuten enemiga el agotamiento de sus monturas y su menor movilidad (sumada a la peacuterdida del orden en la formacioacuten inherente al inicio de la refriega) supon-driacutean una peligrosa situacioacuten en el caso de carecer de apoyo de otras unida-des (bien de caballeriacutea o de infanteriacutea) y de la que no podriacutean salir con mu-cha facilidad80

Tanto frente a otra caballeriacutea como frente a la infanteriacutea el respaldo de unidades de caballeriacutea maacutes ligeras y particularmente arqueros a caballo81 resultariacutea particularmente deseable antes del choque la caballeriacutea ligera po-driacutea hostigar con proyectiles a las formaciones enemigas creando brechas o desorganizaacutendolas y despueacutes del choque podriacutean apoyar a la caballeriacutea pe-sada durante la progresioacuten del combate cubrir su retirada o explotar su eacutexito continuando la persecucioacuten de un enemigo en fuga

Como vemos desde el punto de vista taacutectico y del empleo en el campo de batalla el eacutexito de la caballeriacutea pesada acorazada dependiacutea tanto o maacutes de las circunstancias el contexto y el apoyo que pudieran recibir que de sus propias virtudes Se trataba de unidades altamente especializadas que si que-daban desprotegidas o en situaciones comprometidas podiacutean ser faacutecilmente rechazadas desbandadas o destruidas No se trataba de fuerzas versaacutetiles y probablemente ello condicionoacute que su adopcioacuten y empleo generalizado por parte del ejeacutercito romano fuera tardiacuteo

CONCLUSIONES

El ejeacutercito romano se enfrentoacute durante casi dos siglos a la caballeriacutea

pesada desarrollada por las potencias orientales Tras reveses iniciales debi-dos maacutes a las circunstancias que a una auteacutentica incapacidad para afrontar el ataque de este tipo de caballeriacutea las legiones desarrollaron sus particulares contramedidas recorriendo las primeras deacutecadas de la historia del Alto Im-

80 DIXON SOUTHERN 1997 pp 141-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 235-244 MENEacuteNDEZ

ARGUumlIacuteN 2011 pp 322-324 81 DIXON SOUTHERN 1997 p 143

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perio imperturbables considerando del todo innecesario tomar como inno-vacioacuten un arma a la que eran capaces de batir los catafractos partos y arme-nios

Sin embargo hacia mediados del s I dC algo vino a trastocar este es-cenario en apariencia estable e inamovible de las estepas poacutenticas emergioacute no tanto una nueva arma como una nueva forma de combinar y emplear ar-mas y taacutecticas sobradamente conocidas Los haacutebiles jinetes saacutermatas dejaron atraacutes la claacutesica tradicioacuten militar esteparia basada en el uso del arquero a ca-ballo y la caballeriacutea ligera desarrollaron una nueva caballeriacutea pesada libre de la mayor parte de las debilidades de los pesados catafractos partos flexi-ble y dinaacutemica y capaz de luchar en conjuncioacuten perfecta con otras modali-dades de caballeriacutea como si de un uacutenico cuerpo se tratase A diferencia del catafractario parto el ldquocontariordquo saacutermata era un jinete armado maacutes o menos pesadamente seguacuten las circunstancias y sus propias posibilidades Al igual que su contrapartida parto o armenio el jinete pesado saacutermata aprovechaba al maacuteximo las virtudes de su arma definitoria el contus sarmaticus pero la combinaba con el uso de otras igualmente uacutetiles como la espada de hoja larga y el arco recurvado compuesto Su equipamiento defensivo careciacutea de la rigidez propia del catafracto parto tendiendo a ser sensiblemente maacutes li-gero sin perder las ventajas propias de una proteccioacuten completa y concien-zuda Este equipamiento defensivo ademaacutes podiacutea variar seguacuten las circuns-tancias y las necesidades taacutecticas de cada momento (y no solo exclusi-vamente en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete) Ello permitiacutea al jinete pesado saacutermata oscilar entre una caballeriacutea media pura y una caballeriacutea pesada de choque seguacuten las circunstancias Le convertiacutea en un arma flexible capaz de desempentildear diversos papeles en el campo de batalla y variarlos du-rante el combate mismo seguacuten sus necesidades En combinacioacuten con la habi-lidad natural de estos pueblos para la equitacioacuten y sus excelentes (y numero-sas) fuerzas de caballeriacutea ligera la caballeriacutea pesada saacutermata representaba una amenaza realmente seria y totalmente nueva

Desde la guerra civil del 68-69 dC hasta la paz firmada por Adriano con los saacutermatas roxolanos en 119 dC las legiones romanas y su caballeriacutea hubieron de hacer severos esfuerzos para imponerse a este nuevo enemigo en los campos de batalla actuase eacuteste en solitario o en conjuncioacuten con otros pueblos o Estados Las guerras daacutecicas de Domiciano (85-89 dC) y de Tra-jano (101-106 dC) fueron probablemente los puntos culminantes de esta coyuntura De los sangrientos encuentros habidos sobre las orillas del Danu-bio las colinas daacutecicas y las llanuras de la futura Hungriacutea el ejeacutercito romano extraeriacutea una dura leccioacuten que aprenderiacutea raacutepidamente y pondriacutea en creciente praacutectica con el paso de los antildeos cuando a comienzos del s III dC descen-

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diera el ocaso sobre las uacuteltimas luces legadas por la edad dorada de los Anto-ninos habiendo el Estado romano de afrontar las convulsiones de un mundo en paulatina transformacioacuten

A comienzos del s II dC a caballo entre los diacuteas de Trajano y Adria-no el ejeacutercito romano afrontoacute el laborioso proceso de aplicar buena parte de lo que habiacutea aprendido de manos de la caballeriacutea saacutermata El contus ya habiacutea sido adoptado conformando la primera caballeriacutea de choque especialista de la historia del Imperio A ella le seguiriacutean las protecciones pesadas para jine-tes asiacute como para caballos El ejeacutercito romano conociacutea de sobra los modelos orientales de caballeriacutea pesada y sin embargo en el primer siglo de existen-cia de este arma entre las filas romanas el modelo a seguir fue principal-mente saacutermata Los hechos hablan por siacute solos El ejeacutercito romano habiacutea en-contrado una innovacioacuten de intereacutes para su tradicioacuten militar y la incorporoacute raacutepidamente Las primeras unidades de caballeriacutea pesada acorazada romana llevaron nombres que aludiacutean a tradiciones orientales catafractii pero su ar-mamento y el fundamento de sus taacutecticas era una mezcla de aportaciones romanas y modelos saacutermatas Con la llegada del s III dC estas unidades se hariacutean cada vez maacutes necesarias y sobre la trayectoria marcada por los pio-neros de este arma se labrariacutea el desarrollo completo de la misma

La emersioacuten del Imperio persa sasaacutenida supuso la transformacioacuten re-novacioacuten y revitalizacioacuten del arma de caballeriacutea puramente oriental Los sa-saacutenidas llevaron a un nuevo paroxismo a la combinacioacuten de la caballeriacutea pe-sada y la caballeriacutea ligera de tradicioacuten oriental hasta el punto de que algunos tratadistas militares romanos como Amiano Marcelino llegaron a conside-rarlo como un arma praacutecticamente imbatible En palabras del propio Amiano [] catafractarii [] et sagitarii formidable genus armorum82 Probable-mente estas circunstancias forzaran (entre otros factores) no ya la expansioacuten del arma de caballeriacutea pesada (asiacute como del arquero a caballo) en el ejeacutercito romano de los siglos III y IV dC sino la asuncioacuten por parte de la misma de muacuteltiples elementos propios ya exclusivamente de la tradicioacuten militar irano-persa

La experiencia saacutermata quedoacute atraacutes sin embargo su importancia y la de los primeros prototipos de caballeriacutea pesada romana existentes en el Alto Imperio no debe menospreciarse Fueron la piedra fundadora los cimientos de una importante rama de la tradicioacuten militar romana posterior madre de la bizantina y de buena parte de las tradiciones militares de la posterior Europa medieval donde la caballeriacutea ostentariacutea durante siglos su particular supre-maciacutea En cierto modo puede decirse que la caballeriacutea saacutermata y las primeras

82 AMIANO MARCELINO 16 12 7

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unidades de caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano se encuentran entre las raiacute-ces de una tradicioacuten militar que llevoacute a la caballeriacutea a mantener la ilusioacuten de su reinado sobre los campos de batalla hasta el enloquecedor extremo de atravesar las trincheras y alambradas de la I Guerra Mundial y cargar sobre las divisiones panzer germanas en 1939

SELECCIOacuteN DE TEXTOS EPIGRAacuteFICOS RELATIVOS

83 Camerinum (Camerino) Regio VI Italia CIL XI 5632

M(arco) Maenio C(ai) f(ilio) Cor(nelia) Agrippae L(ucio) Tusidio Campestri hospiti divi Hadriani patri senatoris praef(ecto) coh(ortis) II Fl(aviae) Britton(um) equitat(ae) electo a divo Hadriano et misso in expeditionem Brittannicam trib(uno) coh(ortis) I Hispanor(um) equitat(ae) praef(ecto) alae I Gallor(um) et Pannonior(um) catafractatae proc(uratori) Aug(usti) praef(ecto) classis Brittannicae proc(uratori) provinciae Brittanniae equo publico patrono municipi(i) vicani Censorglacenses consecuti ab indulgentia Optimi Maximique Imp(eratoris) Antonini Aug(usti) Pii beneficio interpretationis eius privilegia quibus in p[e]rpetuum aucti confirmatique sunt l(ocus) d(atus) d(ecreto) d(ecurionum) g(ratis)

Ad Mediam (Mehadia) Dacia CIL XVI 110 = CIL III 886 = AE 1980 760

[Imp(erator) Caes(ar) divi Had]rian(i) f(ilius) divi Traiani [Parthici n(epos) divi Ne]rvae pron(epos) T(itus) Aelius [Hadrianus Ant]oninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) [max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII] imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae) [equit(ibus) et pedit(ibus)] qui mil(itaverunt) in alis III quae [appell(antur) Silia]n(a) et Gall(orum) et Pann(oniorum) [catafrac(taria) et F]ront(oniana) et coh(ortibus) XII I Ulp(ia) [Britton(um)] |(milliaria) et I Fl(avia) Ulp(ia) Hisp(anorum) |(milliaria) [et 3 I Ael(ia)] Gaesa(torum) |(milliaria) et I Aug(usta) Nerv() [|(milliaria) et I]I Britt(onum) |(milliaria) et I Hispan(orum) [--- e]t II Hisp(anorum) scutat(a) Cy[ren(aica) et ---]n() et VI Thrac(um) et sunt [in Dacia Poroliss]en(si) sub Macrinio [Vindice proc(uratore) qui]nq(ue) et vigint(i) stip[en(diis) emerit(is) dimis(sis) hon]est(a) miss(ione) quor(um) [nomin(a) subscripta s]unt civit(atem) Roman(am) [qui eor(um) non ha]b(erent) ded(it) et con(ubium) cum [uxor(ibus) quas tu]nc hab(uissent) cum est [civit(as) i(i)s dat(a) aut] cum i(i)s quas post(ea) [dux(issent) dumtax(at) si]ngulis [[Imp(erator) Caes(ar) divi Hadrian(i) f(ilius) divi Traiani Parthici n(epos) divi Nervae pron(epos) T(itus) Aelius Hadrianus Antoninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae)] [equit(ibus) et pedit(ibus) qui mil(itaverunt) in alis III ---] et vigint(i) stipend(iis) emerit(is) dimis(sis) honest(a) miss(ione) quor(um) nomin(a) subscript(a) sunt civit(atem) Roman(am) qui eor(um) non haber(ent) dedit et conub(ium) cum uxor(ibus) quas tunc habuis(sent) cum est civit(atem) i(is) dat(a) aut cum i(is) quas post(ea) dux(issent) dumtax(at) singulis a(nte) d(iem) V K(alendas) Oct(obres) Sex(to) Calpurnio Agricola Ti(berio) Claudio Iuliano co(n)s(ulibus) coh(ors) I Ulpia Britton(um) |(milliaria) cui

83 Tomados del Epigraphische Datenbank Clauss-Slaby httpwwwmanfredclauss de

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prae(e)st L(ucius) Nonius Bassus Picen(o) ex pedite Luonerco Molaci f(ilio) Britt(oni) descript(um) et recognit(um) ex tabul(a) aer(ea) quae fixa est Romae in mur(o) post templ(um) divi Aug(usti) ad Minervam

Tipasa (Tefessad) Mauretania Cesariense AE 1951 265 = AE 1955 133

D(is) M(anibus) Adiutoris eq(uitis) al(ae) pri(mae) Can(n)anafatium vi(xit) XXXXI m(ilitavit) an(nos) XXIII pro(curante) l(i)b(erto) ipsi(us) bene me(renti) Cabanus he(res) po(suit)

Savaria (Szombathely) Panonia Superior CIL III 4183

T(itus) Cnorius Sabinianus ex praef(ecto) alae Contariorum v(ir) e(gregius) et L(ucius) Val(erius) Verus dec(urio) c(oloniae) C(laudiae) Savar(iensium) sacerdotalis p(rovinciae) P(annoniae) s(uperioris) cryptam vi ignis exustam sumptibus suis refecerunt

Brigetio (Kornye) Panonia Superior CIL III 4278

D(is) M(anibus) Val(erio) Saturnino vet(erano) ex dup(licario) alae I Ulp(iae) Cont(ariorum) qui vixit an(nos) L et Val(erio) Sabino mil(iti) leg(ionis) I Ad(iutricis) stip(endiorum) III vixit an(nos) XXV filio Caes(ia) Digna marito et filio f(aciendum) c(uravit)

Apamea Siria AE 1987 955

Aur(elio) Basso quandam(sic) sig(nifero) al(ae) I Ulp(iae) (C)ontariorum stipendiorum VIII vixit annos XXVIIII XI Kal(endas) Maias Gallo et Volusiano consilibus() titulus positus a Marc(io) Cotum(sic) (d)ec(urione) al(ae) c(ivium) R(omanorum)

Apamea Siria AE 1993 1589

D(is) M(anibus) Iulius Valerianus eques alae I Ulp(iae) contariorum stip(endiorum) XXIII vixit annis XXXXVI Ulp(ius) Ingenu(us) dupl(icarius) alae eiusdem heres posuit b(ene) m(erenti)

Arrabona (Gyor) Panonia Superior CIL III 4379

D(is) M(anibus) Ulp(ius) Variu(s) Ore() vet(e)r(anus) ex stat(ore) al(a)e I Ulp(iae) Cont(ariorum) do(mo) Af(rica) vixs(it) ann(os) XLV et Ael(iae) Sabin(a)e fi(liae) vix(it) ann(os) X Ael(ia) Domitia con(iunx) et Ulp(ius) Sabinianus et Ulp(ius) [Cele]rinus et Sabi[nil]la fili(i) vivi cum [mat(re) pa]tri karis(simo) posuerunt

Sentpalpuszta Panonia Superior CIL III 11081 = AE 1899 3

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[D(is) M(anibus)] M(arcus) Aur(elius) [3]us vex(illarius) al(ae) p(rimae) C(ontariorum) Anto(ninianae) et Elv(iae) Bon(a)e c(oniugi) car(issimae) et f(iliae) Aur(eliae) Valerin(a)e et Ae(liae) Sabin(a)e et Elv(io) Verecundo an(norum) LXX Pulc(h)r(a)e() Suri an(norum) LX et Elv(io) Vitali an(norum) XVIII et Au(relio) Ma(n)suetiano an(norum) VII et Ae(lio) Florido M(arcus) Aur(elius) Valerianus sib(i) [et] su[i]s vivi f(ecit)

Roma CIL VI 1449 = AE 1967 16 = AE 196970 13

M(arco) Macrinio Avito M(arci) f(ilio) Claud(ia) Catonio Vindici co(n)s(uli) aug(uri) p(opuli) R(omani) Quiritium leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) prov(inciae) Moes(iae) inf(erioris) leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) Moes(iae) sup(erioris) cur(atori) civitat(is) Arimin(ensium) p[r]oc(uratori) prov(inciae) Dac(iae) Malv(ensis) praef(ecto) alae contar(iorum) praef(ecto) alae III Thrac(um) trib(uno) milit(um) leg(ionis) VI Victr(icis) praef(ecto) coh(ortis) VI Gall(orum) donat(o) donis mil(itaribus) in bello Germ(anico) ab Imp(eratore) M(arco) Aur(elio) Antonino Aug(usto) hast(is) pur(is) II et vexill(is) II cor(o)na mural(i) et vallar(i) Iunia Flaccinilla marito karissimo et Macrinia Rufina patri piissimo vixit annis XLII m(ensibus) V

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SELECCIOacuteN DE IMAacuteGENES

Fig 1 Relieve de la estela funeraria del eques Aduitor miembro del ala I Canninefatum (AE 1955

133) empuntildeando un contus sarmaticus por el lateral derecho de su montura DIXON SOUTHERN 1997 p 49

Fig 2

Grafito de Dura-Europos datado en torno a los ss II-III dC representando un catafracto parto romano o sasaacutenida JUNKELMANN 1992 p 197

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Fig 3 Las dos bardas de escamas metaacutelicas completas encontradas por Rostovzeff en las

excavaciones de Dura-Europos a lo largo de la campantildea de 1932-33 JUNKELMANN 1992 p 214

Fig 4 Relieves de Firuzabad (Iraacuten) representando a un clibanario persa sasaacutenida derribando a un

catafractarioclibanario parto s III dC Obseacutervese las bandas transversales que se ven en los brazos del jinete de la derecha que probablemente esteacuten representando un tipo de manica

WILCOX 2001 p 22

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Fig 5 Relieve de Firuzabad representando a unos catafractosclibanarios parto y sasaacutenida forcejeando

en combate cuerpo a cuerpo Ilustracioacuten de Wilcox 2001 p 23

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FIG 6 Catafractos partos del s I aC Obseacutervense las protecciones tipo manicae portadas por ambos

jinetes en los brazos El jinete de la derecha tambieacuten las lleva sobre las piernas A Mc Bride en WILCOX 2001

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Fig 7 Fragmentos de cotas de escamas y laacuteminas para armadura encontradas en enterramientos

saacutermatas de los ss I-III dC NEGIN 1998 p 70

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Fig 8 Estela de Athenios en Panticapea (Crimea Ucrania) donde se puede observar a un jinete (izqda) que parece montar un caballo protegido con una cota de escamas al igual que eacutel

NEGIN 1998 p 66

Fig 9 Reconstruccioacuten de un contario saacutermata (izqda) en accioacuten s II dC seguacuten G Embleton en

BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 10 Reconstruccioacuten el posible aspecto de un jinete pesado saacutermata y de la posible proteccioacuten de su

montura s II dC seguacuten G Embleton en BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 11 Reconstruccioacuten de un jinete pesado saacutermata equipado con una armadura compuesta ss I-II

dC seguacuten NEGIN 1998 p 73

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Fig 12 Casco romano tipo Russell Robinson tipo B basado en un ejemplar encontrado en Ely

(Cambridgeshire Reino Unido) ss I-II dC GOLDSWORTHY 1998 p 238

Fig 13

Casco romano tipo Rusell Robinson E basado en un hallazgo realizado en Hedderneim (Alemania) ss II-III GOLDSWORTHY 1998 p 238

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Fig 14

Reconstruccioacuten de un casco romano del tipo Niederbieber ss II-III dC seguacuten GILBERT 2010 p 136

Fig 15

Reconstruccioacuten de una variante del casco romano tipo Heddernheim con y sin maacutescara de proteccioacuten para el rostro ss II-III dC seguacuten ALEXANDRA GILBERT 2009 pp 24-26

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Fig 16 Fragmento de lorica squamata de escamas semi-riacutegidas s II dC

BISHOP COULSTON 1993 p 116

Fig 17 Silla de montar romana de cuatro cuernos seguacuten la reconstruccioacuten de P Connolly

DIXON SOUTHERN 1997 p 71

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Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

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Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

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Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

Recibido 17 mayo 2011 Aprobado 22 junio 2011

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s II dC y consistente en un anillo de metal dividido en dos mitades unidas por un cinturoacuten de cuero y originalmente tintado en rojo67

El equipamiento de las monturas de los catafractii romanos es otro as-pecto poleacutemico quizaacutes el que maacutes En primer lugar respecto de las sillas de montar eacutestas responderiacutean probablemente al modelo presentado por Con-nolly pero a un tipo particular cuyo entramado riacutegido interno y cuernos es-tariacutean maacutes desarrollados planteando una sujecioacuten mucho maacutes riacutegida y firme Este tipo de sillas poseiacutea ademaacutes una estructura reforzada con elementos metaacutelicos Seguacuten Connolly y C Van Dryel Murray este tipo de sillas res-ponderiacutea especialmente a un uso por parte de unidades de caballeriacutea pesada donde el peso de la armadura del jinete sumada a su modalidad de combate (choque con lanza pesada) hariacutea necesaria una sujecioacuten maacutes firme para evitar quedar descabalgado asiacute como un maacutes eficiente reparto del peso sobre el lomo y los costados del caballo Este tipo de sillas es visible tambieacuten sobre los caballos de los clibanarios sasaacutenidas que aparecen en el relieve de Firu-zabad68 En segundo lugar estaacute la cuestioacuten en torno a si las monturas de los catafractii romanos del s II y comienzos del III dC llevaban alguacuten tipo de proteccioacuten y cuaacuten completa era esta En este sentido se han lanzado diver-sas propuestas e hipoacutetesis por una parte aquellos que consideran que los ca-tafractii romanos probablemente no emplearon proteccioacuten para sus monturas al menos no en la forma casi sistemaacutetica y masiva que caracterizaba a la ca-balleriacutea pesada parta y que caracterizariacutea maacutes tarde a la sasaacutenida y a la pro-pia caballeriacutea pesada romana bajoimperial en este sentido los catafractii del ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta no seriacutean sino contarii pesada-mente protegidos pero cuyas monturas no portariacutean proteccioacuten alguna fuera de lo comuacuten hasta el momento en el ejeacutercito romano69 otros han propuesto un teacutermino medio sostenido en base a la influencia saacutermata en la creacioacuten y equipamiento de la caballeriacutea pesada romana Es eacuteste el caso de Mielczarek Negin y Lebedynsky entre otros quienes consideran que los catafractii ro-manos no emplearon la protecciones pesadas y o maacutes o menos completas pa-ra sus monturas en el sentido sistemaacutetico que se puede observar en la tradi-cioacuten militar parta o persa sino que emplearon protecciones maacutes limitadas y sobre todo aplicadas a secciones concretas de estas unidades por ejemplo entre aquellos soldados destinados a formar la vanguardia de choque de la formacioacuten o simplemente entre los oficiales70 entre la mayor parte de los autores consagrados al estudio del armamento romano y en particular de la

67 DIXON STEPHENSON 2003 p 59 68 CONNOLLY VAN DRIEL-MURRAY 1991 p 45 MIELCZAREK 1993 pp 81-82 69 EADIE 1967 pp 166-168 70 MIELCZAREK 1993 pp 74-81 NEGIN 1998 p 74 LEBEDYNSKY 2002 p 237-238

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caballeriacutea existe un acuerdo taacutecito en reconocer el uso por parte de la ca-balleriacutea pesada romana de protecciones metaacutelicas Sin embargo en general o no llegan a un acuerdo en torno a su empleo por parte de las primeras uni-dades de catafractii o se limitan a constatar que los restos arqueoloacutegicos de protecciones equinas pesadas (particularmente las halladas en Dura-Europos) datan en principio del s III dC sin entrar en mayores debates71 finalmente estaacuten aquellos autores que dan simplemente por sentada la asociacioacuten entre el teacutermino catafractii y una proteccioacuten maacutes o menos completa y extendida a la inmensa mayoriacutea (al menos) de las monturas de estas unidades en cual-quier momento desde su creacioacuten72 pero especialmente a partir del s III dC73

En general todas estas corrientes tienden a coincidir en sentildealar que las armaduras pesadas para caballos en el ejeacutercito romano no empezaron a utili-zarse de forma extendida para la caballeriacutea pesada hasta el s III dC De nue-vo el debate se centra en torno a su uso durante el s II dC justo en el mo-mento de la creacioacuten de las primeras unidades de catafractii y particular-mente a causa de la falta de pruebas concluyentes Si se hizo uso de dichas protecciones ya en el s III dC iquestpor queacute razoacuten negar su uso en una fase an-terior aunque eacuteste no fuera un uso generalizado Particularmente preferimos adscribirnos a la tendencia representada por Mielczarek Negin y Lebedyns-ky entre otros autores considerando que los miembros de la uacutenica unidad de caballeriacutea pesada acorazada romana conocida para el s II dC el ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta (y por tanto otras unidades del mismo tipo auacuten por conocer) emplearon protecciones metaacutelicas maacutes o menos pesa-das para sus monturas de un modo ocasional limitado a secciones especiales de la unidad o a la oficialidad siguiendo la corriente de influencia saacutermata Estas protecciones se generalizariacutean a lo largo del s III dC probablemente bajo una mayor influencia de la tradicioacuten militar parta y ante todo sasaacutenida hasta constituir las unidades pesadas del Bajo Imperio que seriacutean el germen de la posterior caballeriacutea pesada bizantina

Este tipo de protecciones incluiriacutea no soacutelo ya los chamfrons metaacutelicos sobradamente conocidos por la caballeriacutea romana de la eacutepoca (y empleados probablemente por los contarii) sino bardas compuestas por malla escamas de cuero o metaacutelicas o laacuteminas que como los ejemplares de Dura-Europos (ya descritos anteriormente) cubririacutean los flancos del caballo y buena parte

71 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-70 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

72 GOLDSWORTHY 1998 pp 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 y 20-21 73 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-322

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de la pechera del mismo74 Este tipo de protecciones probablemente incluiriacutea tambieacuten piezas especiacuteficas para proteger el frontal y la cerviz del animal has-ta la cabeza a semejanza quizaacutes de las empleadas por partos y sasaacutenidas en Oriente Estas piezas particularmente para la cerviz del caballo se han en-contrado tambieacuten en Dura-Europos elaboradas en malla y lazadas mediante correas de cuero75 De este modo si se quisiera proporcionar proteccioacuten tan soacutelo a los caballos de una parte de la unidad lo maacutes loacutegico seriacutea hacerlo con las monturas que marchariacutean en la vanguardia de la formacioacuten de choque y que deberiacutean absorber la fase maacutes violenta del impacto En este sentido las piezas de proteccioacuten maacutes uacutetiles no seriacutean las bardas laterales sino las pro-tecciones para pechera cerviz y cabeza las partes del cuerpo del caballo que quedariacutean expuestas al enemigo durante una carga en formacioacuten cerrada Al prescindir asiacute de las protecciones de los flancos no solo se seguiriacutea apor-tando una proteccioacuten uacutetil a las monturas maacutes expuestas de la unidad durante una accioacuten de combate sino que se estariacutea aligerando el peso que habriacutean de soportar durante la accioacuten reduciendo asiacute el riesgo de agotamiento de las mismas

Si la influencia saacutermata en el origen del contarius romano es maacutes o menos segura la cuestioacuten resulta menos clara para los catafractii Formal-mente un catafractus romano no se diferenciaba del contario saacutermata maacutes pesadamente armado maacutes que en la factura de determinadas partes de su equipamiento muchas de las cuales eran de tradicioacuten puramente romana y unas pocas (como las protecciones maacutes pesadas para las piernas) devendriacutean de tradiciones orientales Sin embargo el hecho de que en ninguacuten momento las fuentes literarias disponibles denominen a la caballeriacutea pesada saacutermata como catafractii y que las protecciones pesadas para caballos entre la mis-ma parezcan ser objeto de un uso tan heterogeacuteneo como vinculado al status y posibilidades econoacutemicas del jinete parece ser el principal punto (al menos inicialmente) de distanciamiento entre los lanceros acorazados saacutermatas y los catafractii romanos Ahora bien suponiendo que la creacioacuten de las unidades de catafractos romanos estuviera respondiendo a la caballeriacutea pesada parta iquestpor queacute esperoacute al s II dC Durante casi tres siglos de encuentros en los campos de batalla de Oriente el ejeacutercito romano no parecioacute tener necesidad alguna de emular a los catafractos y clibanarios partos Finalmente es en el contexto de las guerras daacutecicas y paacuterticas de Trajano y en el reinado de Adriano cuando los catafractii hacen su aparicioacuten en el ejeacutercito romano al-gunas deacutecadas maacutes tarde que los contarii y despueacutes de casi un siglo de con-

74 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-63 67 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

75 DIXON STEPHENSON 2003 p 114

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tacto con la caballeriacutea saacutermata De nuevo la coincidencia de variables parece hablar por siacute sola al igual que primero el contarius el catafractus parece ser una respuesta de la caballeriacutea romana a las refriegas habidas con los exce-lentes jinetes saacutermatas desde mediados del s I dC hipoacutetesis que secundan la mayor parte de los autores76 Cualquier posible influjo oriental en la com-posicioacuten de la primera caballeriacutea pesada romana respondioacute a la incorpora-cioacuten de elementos considerados de utilidad no encontrados en la tradicioacuten militar propiamente romana o saacutermata El incremento de este influjo mate-rializado quizaacutes en la intensificacioacuten y extensioacuten del uso de armaduras pe-sadas para caballos y en el importante desarrollo en general del arma de ca-balleriacutea pesada en Roma tendriacutea lugar ya entrado el s III dC quizaacutes no tanto de manos de los uacuteltimos coletazos del moribundo Imperio parto como del joven y eneacutergico Imperio persa sasaacutenida el cual llevariacutea el arma de ca-balleriacutea en el Oriente a nuevas cotas de desarrollo especializacioacuten en organi-zacioacuten equipamiento y taacutecticas77

Mencioacuten especial requiere la organizacioacuten del ala I Gallorum et Pan-noniorum catafracta No entraremos a resentildear aquiacute la naturaleza del ala como unidad militar del ejeacutercito romano ni la organizacioacuten y estructura de la caballeriacutea romana altoimperial sino un aspecto concreto del ala concreta objeto de nuestro estudio y que parece haber pasado desapercibido a la ma-yor parte de los autores Se trata del hecho de que dicha ala debioacute de ser compuesta en su origen por soldados de dos unidades distintas probable-mente tropas selectas Tal y como sentildeala su nombre el ala estaba compuesta por jinetes galos y panonios Mielczarek ha propuesto precisamente que ca-ra a la creacioacuten de esta unidad de catafractos probablemente se seleccionoacute a los mejores soldados de dos alas distintas posiblemente (seguacuten el parecer del propio Mielczarek) el ala I Pannoniorum y el ala I Gallorum Flaviana Aunque de momento no se trata sino de una hipoacutetesis parece razonable que cara a la primera unidad de caballeriacutea pesada romana (probablemente una unidad que tendriacutea en sus oriacutegenes un marcado caraacutecter ldquoexperimentalrdquo) se seleccionara a personal experimentado y de fiar lo que remarcariacutea el caraacutec-ter de eacutelite de este tipo de unidades

76 EADIE 1967 MIELCZAREK 1993 NEGIN 1998 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

LEBEDYNSKY 2002 77 EADIE 1967 pp 169-172 MICHALAK 1987 MIELCZAREK 1993 pp 63-67 NICOLLE

1996 WILCOX 2001 pp 24-35 FARROKH 2005

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Taacutecticas y limitaciones de la caballeriacutea pesada romana La caballeriacutea fue un arma especializada principalmente en una uacutenica

funcioacuten el ataque Un grupo de jinetes no puede establecer una posicioacuten de-fensiva y mantenerla de forma estaacutetica pues equivaldriacutea claramente a un suicidio en cualquier eacutepoca Cuando una unidad de caballeriacutea ha sido em-pleada con fines de defensa lo ha sido empleando fundamentalmente el ata-que es decir un contraataque

La principal ventaja de un jinete respecto del soldado de infanteriacutea ra-dica en tres puntos fundamentales la altura que le proporciona su montura la rapidez y potencia de la misma y el efecto psicoloacutegico que todo ello sus-cita en el infante El principal modo en que la caballeriacutea (y particularmente la caballeriacutea media y pesada) se enfrenta a la infanteriacutea (y a otras unidades como veremos) es la carga cuya finalidad es desfondar la formacioacuten ene-miga dispersaacutendola para coparla y destruirla o permitir a otras unidades aprovechar la brecha abierta Sin embargo contrariamente a lo que se suele pensar un caballo (o un grupo de caballos) no es capaz de embestir una for-macioacuten cerrada de infanteriacutea Un equino no es un toro ni se comporta como tal El caballo siempre se para antes de llegar a impactar contra un obstaacuteculo que considera no podraacute esquivar o saltar o donde no vea espacio alguno por donde penetrar En este sentido una formacioacuten de infanteriacutea pesada que fuera capaz de mantener su posicioacuten hasta el final teniacutea muchas posibilidades de rechazar una carga de caballeriacutea Existiacutean dos formas para evitar que esto sucediese de modo tal que la carga de caballeriacutea tuviese finalmente eacutexito hostigar a la formacioacuten de infanteriacutea de muacuteltiples modos (ataque con proyec-tiles ataques simulados apoyar a la caballeriacutea atacante con infanteriacutea o ar-tilleriacutea) o bien que un porcentaje suficiente de soldados enemigos no fuera capaz de soportar la tensioacuten psicoloacutegica de ver venir sobre ellos una carga de caballeriacutea y rompiera filas debilitando la formacioacuten desorganizaacutendola y abriendo brechas Como vemos el resultado de una carga de caballeriacutea de-pende maacutes del contexto y de la psicologiacutea que de la carga en siacute misma Sin embargo los nervios de acero necesarios para superar el instinto de autopro-teccioacuten (que nos llevariacutea a quitarnos inmediatamente de la trayectoria de los caballos y sus jinetes) no eran (ni son) un elemento comuacuten en los ejeacutercitos Pocas infanteriacuteas disponiacutean del adiestramiento y disciplina necesarios para mantener la posicioacuten y afrontar una auteacutentica estampida que a sus ojos cla-ramente amenazariacutea con arroyarla Entre tales excepciones se encontraba la

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infanteriacutea legionaria romana la cual soacutelo en determinadas circunstancias era realmente vulnerable a un ataque de caballeriacutea78

Las unidades de caballeriacutea pesada como catafractii y contarii eran un caso auacuten maacutes especial En primer lugar el contus permitiacutea al jinete arroyar a un infante enemigo virtualmente antes de que su montura se viera obligada a detener su marcha Por otra parte sus pesadas protecciones (y la de sus mon-turas al menos para una parte de los catafractii) les otorgaban una mayor se-guridad ante cualquier clase de contraataque enemigo (especialmente pro-yectiles) y una superior capacidad de asumir el riesgo del contacto con una formacioacuten enemiga demasiado firme Pero sobre todo les otorgaba una carga psicoloacutegica brutal la visioacuten de una ldquoparedrdquo blindada erizada de lanzas en auteacutentica formacioacuten de falange avanzando con premura directamente resulta-ba especialmente impactante a ojos de un soldado de infanteriacutea por muacuteltiples factores Ser arroyado por un caballo no es una perspectiva agradable ser arroyado por una marea de lanzas y caballos blindados es una perspectiva auacuten menos agradable Para incrementar la capacidad de penetracioacuten de este tipo de caballeriacutea se empleaban formaciones y ataques en profundidad fun-damentalmente columna y cuneuscuntildea En este sentido la formacioacuten podiacutea concentrar la fuerza de su carga en un frente estrecho que pudiera ser dirigi-do convenientemente contra el punto maacutes deacutebil de la formacioacuten a atacar in-cluso con la carga ya en curso Sin embargo la caballeriacutea pesada poseiacutea una desventaja potencial el enorme peso de su equipamiento reduciacutea la veloci-dad de su carga su maniobrabilidad y podiacutea agotar a sus caballos muy raacutepi-damente En este sentido podiacutean ser viacutectimas faacuteciles de unidades maacutes aacutegiles y raacutepidas o de un contraataque al teacutermino de una extenuante carga (exitosa o no) Por otra parte no estaban precisamente capacitados para realizar una re-tirada raacutepida con los caballos extenuados por el esfuerzo de cargar despla-zando sobre sus lomos a su jinete con su equipamiento y su propia pro-teccioacuten los catafractii podiacutean encontrarse en una situacioacuten realmente com-prometida si su ataque fracasaba y no se encontraban en posicioacuten de recibir apoyo inmediato de unidades aliadas capaces de protegerlos el tiempo nece-sario para maniobrar y salir del atolladero Otro peligro que desembocaba di-rectamente en el fracaso de la carga (y en las circunstancias antes descritas) era la posibilidad de que la formacioacuten perdiera su cohesioacuten durante la carga Para evitar esta circunstancia (y reducir la extenuacioacuten de los caballos) se procuraba no cargar a mayor velocidad que un trote ligero79

78 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

79 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 y 241 LEBEDYNSKY 2002 p 237 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

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A la hora de afrontar a otra caballeriacutea las circunstancias eran dife-rentes La caballeriacutea como especialista en ataque teniacutea tambieacuten la funcioacuten de neutralizar a la caballeriacutea del adversario negaacutendole asiacute la mayor parte de la iniciativa y ganando la oportunidad de flanquear sus formaciones y ata-carlas desde diversos puntos Un ejeacutercito cuya caballeriacutea abandonara el cam-po de batalla por otra parte aunque auacuten podiacutea imponerse mediante la fuerza de su infanteriacutea (si era capaz de rechazar el ataque de la caballeriacutea adversaria y de desalojar a su infanteriacutea) careceriacutea de cualquier posibilidad para explo-tar adecuadamente la victoria la caballeriacutea fue hasta la I Guerra Mundial la uacutenica arma capacitada para lanzar una persecucioacuten sobre una fuerza enemiga en retirada convirtiendo esta uacuteltima en una desbandada desorganizada y dis-poniendo asiacute de la oportunidad de transformar un ejeacutercito derrotado en un ejeacutercito destruido En este sentido la caballeriacutea no fue soacutelo una pieza taacutectica fundamental a la hora de la batalla sino una herramienta baacutesica de la estra-tegia a nivel global de cualquier conflicto a lo largo de unos tres milenios de historia militar

La infanteriacutea puede rechazar a la caballeriacutea pero nunca perseguirla (maniobra que equivaldriacutea a dar la ocasioacuten a los jinetes derrotados de dar media vuelta y lanzar un inesperado contraataque que convirtiera en desastre para la infanteriacutea lo que empezoacute siendo un eacutexito Las huidas fingidas como ya hemos sentildealado eran tambieacuten una interesante taacutectica a emplear por parte de la caballeriacutea para desorganizar una formacioacuten enemiga Sin embargo no era una taacutectica que entrara dentro del ldquomanual de instruccionesrdquo de la ca-balleriacutea maacutes pesada limitada como estaba en sus movimientos) Soacutelo la ca-balleriacutea podiacutea derrotar poner en fuga y destruir a otra caballeriacutea El modo de hacerlo sin embargo era materia delicada Una formacioacuten cerrada para ata-car a otra caballeriacutea resultaba inuacutetil y peligrosa era la mejor forma de que los propios caballos se rompieran los huesos al impactar a gran velocidad contra las monturas enemigas Normalmente y a lo largo de toda la existen-cia de la caballeriacutea de choque dos formaciones de caballeriacutea que cargan una contra otra a la espera de un combate mano a mano tienden a abrir sus liacuteneas para esquivar el choque frontal contra los caballos rivales Al producirse el choque el jinete tratariacutea de atacar con sus armas a su rival maacutes cercano a uno u otro lado intentando derribarle o herirle mortalmente En estas cir-cunstancias el contus sarmaticus vuelve a relucir por sus virtudes permitiacutea (al igual que la lanza de cometida medieval las lanzas de los huacutesares alados polacos o las lanzas de los ulanos austriacos o los cosacos rusos) golpear al jinete adversario antes de que eacuteste equipado con espada o con una lanza maacutes corta pudiese iniciar su propio ataque Una formacioacuten de contarii o de cata-fractii podiacutea asiacute arroyar faacutecilmente la vanguardia de la formacioacuten de caballe-

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riacutea enemiga neutralizando su ataque y desorganizando totalmente su forma-cioacuten Sin embargo cuando dos formaciones cargaban una contra la otra y llegaban a culminar completamente el choque el combate podiacutea derivar faacute-cilmente en una violenta y caoacutetica refriega En estas circunstancias las espa-das de hoja larga empleadas por la caballeriacutea romana y saacutermata eran particu-larmente esenciales asiacute como sus protecciones dado que un contus tendiacutea a partirse tras el primer o segundo impacto y a ser poco coacutemoda de utilizar cuando el combate se tornaba maacutes cercano En cualquier caso si una forma-cioacuten de catafractii no conseguiacutea imponerse durante el choque a la formacioacuten enemiga el agotamiento de sus monturas y su menor movilidad (sumada a la peacuterdida del orden en la formacioacuten inherente al inicio de la refriega) supon-driacutean una peligrosa situacioacuten en el caso de carecer de apoyo de otras unida-des (bien de caballeriacutea o de infanteriacutea) y de la que no podriacutean salir con mu-cha facilidad80

Tanto frente a otra caballeriacutea como frente a la infanteriacutea el respaldo de unidades de caballeriacutea maacutes ligeras y particularmente arqueros a caballo81 resultariacutea particularmente deseable antes del choque la caballeriacutea ligera po-driacutea hostigar con proyectiles a las formaciones enemigas creando brechas o desorganizaacutendolas y despueacutes del choque podriacutean apoyar a la caballeriacutea pe-sada durante la progresioacuten del combate cubrir su retirada o explotar su eacutexito continuando la persecucioacuten de un enemigo en fuga

Como vemos desde el punto de vista taacutectico y del empleo en el campo de batalla el eacutexito de la caballeriacutea pesada acorazada dependiacutea tanto o maacutes de las circunstancias el contexto y el apoyo que pudieran recibir que de sus propias virtudes Se trataba de unidades altamente especializadas que si que-daban desprotegidas o en situaciones comprometidas podiacutean ser faacutecilmente rechazadas desbandadas o destruidas No se trataba de fuerzas versaacutetiles y probablemente ello condicionoacute que su adopcioacuten y empleo generalizado por parte del ejeacutercito romano fuera tardiacuteo

CONCLUSIONES

El ejeacutercito romano se enfrentoacute durante casi dos siglos a la caballeriacutea

pesada desarrollada por las potencias orientales Tras reveses iniciales debi-dos maacutes a las circunstancias que a una auteacutentica incapacidad para afrontar el ataque de este tipo de caballeriacutea las legiones desarrollaron sus particulares contramedidas recorriendo las primeras deacutecadas de la historia del Alto Im-

80 DIXON SOUTHERN 1997 pp 141-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 235-244 MENEacuteNDEZ

ARGUumlIacuteN 2011 pp 322-324 81 DIXON SOUTHERN 1997 p 143

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perio imperturbables considerando del todo innecesario tomar como inno-vacioacuten un arma a la que eran capaces de batir los catafractos partos y arme-nios

Sin embargo hacia mediados del s I dC algo vino a trastocar este es-cenario en apariencia estable e inamovible de las estepas poacutenticas emergioacute no tanto una nueva arma como una nueva forma de combinar y emplear ar-mas y taacutecticas sobradamente conocidas Los haacutebiles jinetes saacutermatas dejaron atraacutes la claacutesica tradicioacuten militar esteparia basada en el uso del arquero a ca-ballo y la caballeriacutea ligera desarrollaron una nueva caballeriacutea pesada libre de la mayor parte de las debilidades de los pesados catafractos partos flexi-ble y dinaacutemica y capaz de luchar en conjuncioacuten perfecta con otras modali-dades de caballeriacutea como si de un uacutenico cuerpo se tratase A diferencia del catafractario parto el ldquocontariordquo saacutermata era un jinete armado maacutes o menos pesadamente seguacuten las circunstancias y sus propias posibilidades Al igual que su contrapartida parto o armenio el jinete pesado saacutermata aprovechaba al maacuteximo las virtudes de su arma definitoria el contus sarmaticus pero la combinaba con el uso de otras igualmente uacutetiles como la espada de hoja larga y el arco recurvado compuesto Su equipamiento defensivo careciacutea de la rigidez propia del catafracto parto tendiendo a ser sensiblemente maacutes li-gero sin perder las ventajas propias de una proteccioacuten completa y concien-zuda Este equipamiento defensivo ademaacutes podiacutea variar seguacuten las circuns-tancias y las necesidades taacutecticas de cada momento (y no solo exclusi-vamente en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete) Ello permitiacutea al jinete pesado saacutermata oscilar entre una caballeriacutea media pura y una caballeriacutea pesada de choque seguacuten las circunstancias Le convertiacutea en un arma flexible capaz de desempentildear diversos papeles en el campo de batalla y variarlos du-rante el combate mismo seguacuten sus necesidades En combinacioacuten con la habi-lidad natural de estos pueblos para la equitacioacuten y sus excelentes (y numero-sas) fuerzas de caballeriacutea ligera la caballeriacutea pesada saacutermata representaba una amenaza realmente seria y totalmente nueva

Desde la guerra civil del 68-69 dC hasta la paz firmada por Adriano con los saacutermatas roxolanos en 119 dC las legiones romanas y su caballeriacutea hubieron de hacer severos esfuerzos para imponerse a este nuevo enemigo en los campos de batalla actuase eacuteste en solitario o en conjuncioacuten con otros pueblos o Estados Las guerras daacutecicas de Domiciano (85-89 dC) y de Tra-jano (101-106 dC) fueron probablemente los puntos culminantes de esta coyuntura De los sangrientos encuentros habidos sobre las orillas del Danu-bio las colinas daacutecicas y las llanuras de la futura Hungriacutea el ejeacutercito romano extraeriacutea una dura leccioacuten que aprenderiacutea raacutepidamente y pondriacutea en creciente praacutectica con el paso de los antildeos cuando a comienzos del s III dC descen-

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diera el ocaso sobre las uacuteltimas luces legadas por la edad dorada de los Anto-ninos habiendo el Estado romano de afrontar las convulsiones de un mundo en paulatina transformacioacuten

A comienzos del s II dC a caballo entre los diacuteas de Trajano y Adria-no el ejeacutercito romano afrontoacute el laborioso proceso de aplicar buena parte de lo que habiacutea aprendido de manos de la caballeriacutea saacutermata El contus ya habiacutea sido adoptado conformando la primera caballeriacutea de choque especialista de la historia del Imperio A ella le seguiriacutean las protecciones pesadas para jine-tes asiacute como para caballos El ejeacutercito romano conociacutea de sobra los modelos orientales de caballeriacutea pesada y sin embargo en el primer siglo de existen-cia de este arma entre las filas romanas el modelo a seguir fue principal-mente saacutermata Los hechos hablan por siacute solos El ejeacutercito romano habiacutea en-contrado una innovacioacuten de intereacutes para su tradicioacuten militar y la incorporoacute raacutepidamente Las primeras unidades de caballeriacutea pesada acorazada romana llevaron nombres que aludiacutean a tradiciones orientales catafractii pero su ar-mamento y el fundamento de sus taacutecticas era una mezcla de aportaciones romanas y modelos saacutermatas Con la llegada del s III dC estas unidades se hariacutean cada vez maacutes necesarias y sobre la trayectoria marcada por los pio-neros de este arma se labrariacutea el desarrollo completo de la misma

La emersioacuten del Imperio persa sasaacutenida supuso la transformacioacuten re-novacioacuten y revitalizacioacuten del arma de caballeriacutea puramente oriental Los sa-saacutenidas llevaron a un nuevo paroxismo a la combinacioacuten de la caballeriacutea pe-sada y la caballeriacutea ligera de tradicioacuten oriental hasta el punto de que algunos tratadistas militares romanos como Amiano Marcelino llegaron a conside-rarlo como un arma praacutecticamente imbatible En palabras del propio Amiano [] catafractarii [] et sagitarii formidable genus armorum82 Probable-mente estas circunstancias forzaran (entre otros factores) no ya la expansioacuten del arma de caballeriacutea pesada (asiacute como del arquero a caballo) en el ejeacutercito romano de los siglos III y IV dC sino la asuncioacuten por parte de la misma de muacuteltiples elementos propios ya exclusivamente de la tradicioacuten militar irano-persa

La experiencia saacutermata quedoacute atraacutes sin embargo su importancia y la de los primeros prototipos de caballeriacutea pesada romana existentes en el Alto Imperio no debe menospreciarse Fueron la piedra fundadora los cimientos de una importante rama de la tradicioacuten militar romana posterior madre de la bizantina y de buena parte de las tradiciones militares de la posterior Europa medieval donde la caballeriacutea ostentariacutea durante siglos su particular supre-maciacutea En cierto modo puede decirse que la caballeriacutea saacutermata y las primeras

82 AMIANO MARCELINO 16 12 7

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unidades de caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano se encuentran entre las raiacute-ces de una tradicioacuten militar que llevoacute a la caballeriacutea a mantener la ilusioacuten de su reinado sobre los campos de batalla hasta el enloquecedor extremo de atravesar las trincheras y alambradas de la I Guerra Mundial y cargar sobre las divisiones panzer germanas en 1939

SELECCIOacuteN DE TEXTOS EPIGRAacuteFICOS RELATIVOS

83 Camerinum (Camerino) Regio VI Italia CIL XI 5632

M(arco) Maenio C(ai) f(ilio) Cor(nelia) Agrippae L(ucio) Tusidio Campestri hospiti divi Hadriani patri senatoris praef(ecto) coh(ortis) II Fl(aviae) Britton(um) equitat(ae) electo a divo Hadriano et misso in expeditionem Brittannicam trib(uno) coh(ortis) I Hispanor(um) equitat(ae) praef(ecto) alae I Gallor(um) et Pannonior(um) catafractatae proc(uratori) Aug(usti) praef(ecto) classis Brittannicae proc(uratori) provinciae Brittanniae equo publico patrono municipi(i) vicani Censorglacenses consecuti ab indulgentia Optimi Maximique Imp(eratoris) Antonini Aug(usti) Pii beneficio interpretationis eius privilegia quibus in p[e]rpetuum aucti confirmatique sunt l(ocus) d(atus) d(ecreto) d(ecurionum) g(ratis)

Ad Mediam (Mehadia) Dacia CIL XVI 110 = CIL III 886 = AE 1980 760

[Imp(erator) Caes(ar) divi Had]rian(i) f(ilius) divi Traiani [Parthici n(epos) divi Ne]rvae pron(epos) T(itus) Aelius [Hadrianus Ant]oninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) [max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII] imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae) [equit(ibus) et pedit(ibus)] qui mil(itaverunt) in alis III quae [appell(antur) Silia]n(a) et Gall(orum) et Pann(oniorum) [catafrac(taria) et F]ront(oniana) et coh(ortibus) XII I Ulp(ia) [Britton(um)] |(milliaria) et I Fl(avia) Ulp(ia) Hisp(anorum) |(milliaria) [et 3 I Ael(ia)] Gaesa(torum) |(milliaria) et I Aug(usta) Nerv() [|(milliaria) et I]I Britt(onum) |(milliaria) et I Hispan(orum) [--- e]t II Hisp(anorum) scutat(a) Cy[ren(aica) et ---]n() et VI Thrac(um) et sunt [in Dacia Poroliss]en(si) sub Macrinio [Vindice proc(uratore) qui]nq(ue) et vigint(i) stip[en(diis) emerit(is) dimis(sis) hon]est(a) miss(ione) quor(um) [nomin(a) subscripta s]unt civit(atem) Roman(am) [qui eor(um) non ha]b(erent) ded(it) et con(ubium) cum [uxor(ibus) quas tu]nc hab(uissent) cum est [civit(as) i(i)s dat(a) aut] cum i(i)s quas post(ea) [dux(issent) dumtax(at) si]ngulis [[Imp(erator) Caes(ar) divi Hadrian(i) f(ilius) divi Traiani Parthici n(epos) divi Nervae pron(epos) T(itus) Aelius Hadrianus Antoninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae)] [equit(ibus) et pedit(ibus) qui mil(itaverunt) in alis III ---] et vigint(i) stipend(iis) emerit(is) dimis(sis) honest(a) miss(ione) quor(um) nomin(a) subscript(a) sunt civit(atem) Roman(am) qui eor(um) non haber(ent) dedit et conub(ium) cum uxor(ibus) quas tunc habuis(sent) cum est civit(atem) i(is) dat(a) aut cum i(is) quas post(ea) dux(issent) dumtax(at) singulis a(nte) d(iem) V K(alendas) Oct(obres) Sex(to) Calpurnio Agricola Ti(berio) Claudio Iuliano co(n)s(ulibus) coh(ors) I Ulpia Britton(um) |(milliaria) cui

83 Tomados del Epigraphische Datenbank Clauss-Slaby httpwwwmanfredclauss de

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prae(e)st L(ucius) Nonius Bassus Picen(o) ex pedite Luonerco Molaci f(ilio) Britt(oni) descript(um) et recognit(um) ex tabul(a) aer(ea) quae fixa est Romae in mur(o) post templ(um) divi Aug(usti) ad Minervam

Tipasa (Tefessad) Mauretania Cesariense AE 1951 265 = AE 1955 133

D(is) M(anibus) Adiutoris eq(uitis) al(ae) pri(mae) Can(n)anafatium vi(xit) XXXXI m(ilitavit) an(nos) XXIII pro(curante) l(i)b(erto) ipsi(us) bene me(renti) Cabanus he(res) po(suit)

Savaria (Szombathely) Panonia Superior CIL III 4183

T(itus) Cnorius Sabinianus ex praef(ecto) alae Contariorum v(ir) e(gregius) et L(ucius) Val(erius) Verus dec(urio) c(oloniae) C(laudiae) Savar(iensium) sacerdotalis p(rovinciae) P(annoniae) s(uperioris) cryptam vi ignis exustam sumptibus suis refecerunt

Brigetio (Kornye) Panonia Superior CIL III 4278

D(is) M(anibus) Val(erio) Saturnino vet(erano) ex dup(licario) alae I Ulp(iae) Cont(ariorum) qui vixit an(nos) L et Val(erio) Sabino mil(iti) leg(ionis) I Ad(iutricis) stip(endiorum) III vixit an(nos) XXV filio Caes(ia) Digna marito et filio f(aciendum) c(uravit)

Apamea Siria AE 1987 955

Aur(elio) Basso quandam(sic) sig(nifero) al(ae) I Ulp(iae) (C)ontariorum stipendiorum VIII vixit annos XXVIIII XI Kal(endas) Maias Gallo et Volusiano consilibus() titulus positus a Marc(io) Cotum(sic) (d)ec(urione) al(ae) c(ivium) R(omanorum)

Apamea Siria AE 1993 1589

D(is) M(anibus) Iulius Valerianus eques alae I Ulp(iae) contariorum stip(endiorum) XXIII vixit annis XXXXVI Ulp(ius) Ingenu(us) dupl(icarius) alae eiusdem heres posuit b(ene) m(erenti)

Arrabona (Gyor) Panonia Superior CIL III 4379

D(is) M(anibus) Ulp(ius) Variu(s) Ore() vet(e)r(anus) ex stat(ore) al(a)e I Ulp(iae) Cont(ariorum) do(mo) Af(rica) vixs(it) ann(os) XLV et Ael(iae) Sabin(a)e fi(liae) vix(it) ann(os) X Ael(ia) Domitia con(iunx) et Ulp(ius) Sabinianus et Ulp(ius) [Cele]rinus et Sabi[nil]la fili(i) vivi cum [mat(re) pa]tri karis(simo) posuerunt

Sentpalpuszta Panonia Superior CIL III 11081 = AE 1899 3

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[D(is) M(anibus)] M(arcus) Aur(elius) [3]us vex(illarius) al(ae) p(rimae) C(ontariorum) Anto(ninianae) et Elv(iae) Bon(a)e c(oniugi) car(issimae) et f(iliae) Aur(eliae) Valerin(a)e et Ae(liae) Sabin(a)e et Elv(io) Verecundo an(norum) LXX Pulc(h)r(a)e() Suri an(norum) LX et Elv(io) Vitali an(norum) XVIII et Au(relio) Ma(n)suetiano an(norum) VII et Ae(lio) Florido M(arcus) Aur(elius) Valerianus sib(i) [et] su[i]s vivi f(ecit)

Roma CIL VI 1449 = AE 1967 16 = AE 196970 13

M(arco) Macrinio Avito M(arci) f(ilio) Claud(ia) Catonio Vindici co(n)s(uli) aug(uri) p(opuli) R(omani) Quiritium leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) prov(inciae) Moes(iae) inf(erioris) leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) Moes(iae) sup(erioris) cur(atori) civitat(is) Arimin(ensium) p[r]oc(uratori) prov(inciae) Dac(iae) Malv(ensis) praef(ecto) alae contar(iorum) praef(ecto) alae III Thrac(um) trib(uno) milit(um) leg(ionis) VI Victr(icis) praef(ecto) coh(ortis) VI Gall(orum) donat(o) donis mil(itaribus) in bello Germ(anico) ab Imp(eratore) M(arco) Aur(elio) Antonino Aug(usto) hast(is) pur(is) II et vexill(is) II cor(o)na mural(i) et vallar(i) Iunia Flaccinilla marito karissimo et Macrinia Rufina patri piissimo vixit annis XLII m(ensibus) V

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STEMMLER M (1997) Eques Romanus Reiter und ritter Frankfurt SYE J (1997) ldquoTheoriacutees concerning cataphracts and clibanariirdquo Slingshot 190 pp 2-3 WIESNER J (1944) ldquoReiter und Ritter im aumlltesten Romrdquo Klio 36 pp 45-100 WILCOX P (2001) Romersquos Enemies 3 Parthians and Sassanid Persians Osprey Publishing

Oxford

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SELECCIOacuteN DE IMAacuteGENES

Fig 1 Relieve de la estela funeraria del eques Aduitor miembro del ala I Canninefatum (AE 1955

133) empuntildeando un contus sarmaticus por el lateral derecho de su montura DIXON SOUTHERN 1997 p 49

Fig 2

Grafito de Dura-Europos datado en torno a los ss II-III dC representando un catafracto parto romano o sasaacutenida JUNKELMANN 1992 p 197

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Fig 3 Las dos bardas de escamas metaacutelicas completas encontradas por Rostovzeff en las

excavaciones de Dura-Europos a lo largo de la campantildea de 1932-33 JUNKELMANN 1992 p 214

Fig 4 Relieves de Firuzabad (Iraacuten) representando a un clibanario persa sasaacutenida derribando a un

catafractarioclibanario parto s III dC Obseacutervese las bandas transversales que se ven en los brazos del jinete de la derecha que probablemente esteacuten representando un tipo de manica

WILCOX 2001 p 22

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Fig 5 Relieve de Firuzabad representando a unos catafractosclibanarios parto y sasaacutenida forcejeando

en combate cuerpo a cuerpo Ilustracioacuten de Wilcox 2001 p 23

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FIG 6 Catafractos partos del s I aC Obseacutervense las protecciones tipo manicae portadas por ambos

jinetes en los brazos El jinete de la derecha tambieacuten las lleva sobre las piernas A Mc Bride en WILCOX 2001

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Fig 7 Fragmentos de cotas de escamas y laacuteminas para armadura encontradas en enterramientos

saacutermatas de los ss I-III dC NEGIN 1998 p 70

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Fig 8 Estela de Athenios en Panticapea (Crimea Ucrania) donde se puede observar a un jinete (izqda) que parece montar un caballo protegido con una cota de escamas al igual que eacutel

NEGIN 1998 p 66

Fig 9 Reconstruccioacuten de un contario saacutermata (izqda) en accioacuten s II dC seguacuten G Embleton en

BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 10 Reconstruccioacuten el posible aspecto de un jinete pesado saacutermata y de la posible proteccioacuten de su

montura s II dC seguacuten G Embleton en BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 11 Reconstruccioacuten de un jinete pesado saacutermata equipado con una armadura compuesta ss I-II

dC seguacuten NEGIN 1998 p 73

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Fig 12 Casco romano tipo Russell Robinson tipo B basado en un ejemplar encontrado en Ely

(Cambridgeshire Reino Unido) ss I-II dC GOLDSWORTHY 1998 p 238

Fig 13

Casco romano tipo Rusell Robinson E basado en un hallazgo realizado en Hedderneim (Alemania) ss II-III GOLDSWORTHY 1998 p 238

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Fig 14

Reconstruccioacuten de un casco romano del tipo Niederbieber ss II-III dC seguacuten GILBERT 2010 p 136

Fig 15

Reconstruccioacuten de una variante del casco romano tipo Heddernheim con y sin maacutescara de proteccioacuten para el rostro ss II-III dC seguacuten ALEXANDRA GILBERT 2009 pp 24-26

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Fig 16 Fragmento de lorica squamata de escamas semi-riacutegidas s II dC

BISHOP COULSTON 1993 p 116

Fig 17 Silla de montar romana de cuatro cuernos seguacuten la reconstruccioacuten de P Connolly

DIXON SOUTHERN 1997 p 71

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Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

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Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

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Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

Recibido 17 mayo 2011 Aprobado 22 junio 2011

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caballeriacutea existe un acuerdo taacutecito en reconocer el uso por parte de la ca-balleriacutea pesada romana de protecciones metaacutelicas Sin embargo en general o no llegan a un acuerdo en torno a su empleo por parte de las primeras uni-dades de catafractii o se limitan a constatar que los restos arqueoloacutegicos de protecciones equinas pesadas (particularmente las halladas en Dura-Europos) datan en principio del s III dC sin entrar en mayores debates71 finalmente estaacuten aquellos autores que dan simplemente por sentada la asociacioacuten entre el teacutermino catafractii y una proteccioacuten maacutes o menos completa y extendida a la inmensa mayoriacutea (al menos) de las monturas de estas unidades en cual-quier momento desde su creacioacuten72 pero especialmente a partir del s III dC73

En general todas estas corrientes tienden a coincidir en sentildealar que las armaduras pesadas para caballos en el ejeacutercito romano no empezaron a utili-zarse de forma extendida para la caballeriacutea pesada hasta el s III dC De nue-vo el debate se centra en torno a su uso durante el s II dC justo en el mo-mento de la creacioacuten de las primeras unidades de catafractii y particular-mente a causa de la falta de pruebas concluyentes Si se hizo uso de dichas protecciones ya en el s III dC iquestpor queacute razoacuten negar su uso en una fase an-terior aunque eacuteste no fuera un uso generalizado Particularmente preferimos adscribirnos a la tendencia representada por Mielczarek Negin y Lebedyns-ky entre otros autores considerando que los miembros de la uacutenica unidad de caballeriacutea pesada acorazada romana conocida para el s II dC el ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta (y por tanto otras unidades del mismo tipo auacuten por conocer) emplearon protecciones metaacutelicas maacutes o menos pesa-das para sus monturas de un modo ocasional limitado a secciones especiales de la unidad o a la oficialidad siguiendo la corriente de influencia saacutermata Estas protecciones se generalizariacutean a lo largo del s III dC probablemente bajo una mayor influencia de la tradicioacuten militar parta y ante todo sasaacutenida hasta constituir las unidades pesadas del Bajo Imperio que seriacutean el germen de la posterior caballeriacutea pesada bizantina

Este tipo de protecciones incluiriacutea no soacutelo ya los chamfrons metaacutelicos sobradamente conocidos por la caballeriacutea romana de la eacutepoca (y empleados probablemente por los contarii) sino bardas compuestas por malla escamas de cuero o metaacutelicas o laacuteminas que como los ejemplares de Dura-Europos (ya descritos anteriormente) cubririacutean los flancos del caballo y buena parte

71 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-70 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

72 GOLDSWORTHY 1998 pp 240-241 FIELDS 2006 pp 10-11 y 20-21 73 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 320-322

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de la pechera del mismo74 Este tipo de protecciones probablemente incluiriacutea tambieacuten piezas especiacuteficas para proteger el frontal y la cerviz del animal has-ta la cabeza a semejanza quizaacutes de las empleadas por partos y sasaacutenidas en Oriente Estas piezas particularmente para la cerviz del caballo se han en-contrado tambieacuten en Dura-Europos elaboradas en malla y lazadas mediante correas de cuero75 De este modo si se quisiera proporcionar proteccioacuten tan soacutelo a los caballos de una parte de la unidad lo maacutes loacutegico seriacutea hacerlo con las monturas que marchariacutean en la vanguardia de la formacioacuten de choque y que deberiacutean absorber la fase maacutes violenta del impacto En este sentido las piezas de proteccioacuten maacutes uacutetiles no seriacutean las bardas laterales sino las pro-tecciones para pechera cerviz y cabeza las partes del cuerpo del caballo que quedariacutean expuestas al enemigo durante una carga en formacioacuten cerrada Al prescindir asiacute de las protecciones de los flancos no solo se seguiriacutea apor-tando una proteccioacuten uacutetil a las monturas maacutes expuestas de la unidad durante una accioacuten de combate sino que se estariacutea aligerando el peso que habriacutean de soportar durante la accioacuten reduciendo asiacute el riesgo de agotamiento de las mismas

Si la influencia saacutermata en el origen del contarius romano es maacutes o menos segura la cuestioacuten resulta menos clara para los catafractii Formal-mente un catafractus romano no se diferenciaba del contario saacutermata maacutes pesadamente armado maacutes que en la factura de determinadas partes de su equipamiento muchas de las cuales eran de tradicioacuten puramente romana y unas pocas (como las protecciones maacutes pesadas para las piernas) devendriacutean de tradiciones orientales Sin embargo el hecho de que en ninguacuten momento las fuentes literarias disponibles denominen a la caballeriacutea pesada saacutermata como catafractii y que las protecciones pesadas para caballos entre la mis-ma parezcan ser objeto de un uso tan heterogeacuteneo como vinculado al status y posibilidades econoacutemicas del jinete parece ser el principal punto (al menos inicialmente) de distanciamiento entre los lanceros acorazados saacutermatas y los catafractii romanos Ahora bien suponiendo que la creacioacuten de las unidades de catafractos romanos estuviera respondiendo a la caballeriacutea pesada parta iquestpor queacute esperoacute al s II dC Durante casi tres siglos de encuentros en los campos de batalla de Oriente el ejeacutercito romano no parecioacute tener necesidad alguna de emular a los catafractos y clibanarios partos Finalmente es en el contexto de las guerras daacutecicas y paacuterticas de Trajano y en el reinado de Adriano cuando los catafractii hacen su aparicioacuten en el ejeacutercito romano al-gunas deacutecadas maacutes tarde que los contarii y despueacutes de casi un siglo de con-

74 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-63 67 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

75 DIXON STEPHENSON 2003 p 114

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tacto con la caballeriacutea saacutermata De nuevo la coincidencia de variables parece hablar por siacute sola al igual que primero el contarius el catafractus parece ser una respuesta de la caballeriacutea romana a las refriegas habidas con los exce-lentes jinetes saacutermatas desde mediados del s I dC hipoacutetesis que secundan la mayor parte de los autores76 Cualquier posible influjo oriental en la com-posicioacuten de la primera caballeriacutea pesada romana respondioacute a la incorpora-cioacuten de elementos considerados de utilidad no encontrados en la tradicioacuten militar propiamente romana o saacutermata El incremento de este influjo mate-rializado quizaacutes en la intensificacioacuten y extensioacuten del uso de armaduras pe-sadas para caballos y en el importante desarrollo en general del arma de ca-balleriacutea pesada en Roma tendriacutea lugar ya entrado el s III dC quizaacutes no tanto de manos de los uacuteltimos coletazos del moribundo Imperio parto como del joven y eneacutergico Imperio persa sasaacutenida el cual llevariacutea el arma de ca-balleriacutea en el Oriente a nuevas cotas de desarrollo especializacioacuten en organi-zacioacuten equipamiento y taacutecticas77

Mencioacuten especial requiere la organizacioacuten del ala I Gallorum et Pan-noniorum catafracta No entraremos a resentildear aquiacute la naturaleza del ala como unidad militar del ejeacutercito romano ni la organizacioacuten y estructura de la caballeriacutea romana altoimperial sino un aspecto concreto del ala concreta objeto de nuestro estudio y que parece haber pasado desapercibido a la ma-yor parte de los autores Se trata del hecho de que dicha ala debioacute de ser compuesta en su origen por soldados de dos unidades distintas probable-mente tropas selectas Tal y como sentildeala su nombre el ala estaba compuesta por jinetes galos y panonios Mielczarek ha propuesto precisamente que ca-ra a la creacioacuten de esta unidad de catafractos probablemente se seleccionoacute a los mejores soldados de dos alas distintas posiblemente (seguacuten el parecer del propio Mielczarek) el ala I Pannoniorum y el ala I Gallorum Flaviana Aunque de momento no se trata sino de una hipoacutetesis parece razonable que cara a la primera unidad de caballeriacutea pesada romana (probablemente una unidad que tendriacutea en sus oriacutegenes un marcado caraacutecter ldquoexperimentalrdquo) se seleccionara a personal experimentado y de fiar lo que remarcariacutea el caraacutec-ter de eacutelite de este tipo de unidades

76 EADIE 1967 MIELCZAREK 1993 NEGIN 1998 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

LEBEDYNSKY 2002 77 EADIE 1967 pp 169-172 MICHALAK 1987 MIELCZAREK 1993 pp 63-67 NICOLLE

1996 WILCOX 2001 pp 24-35 FARROKH 2005

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Taacutecticas y limitaciones de la caballeriacutea pesada romana La caballeriacutea fue un arma especializada principalmente en una uacutenica

funcioacuten el ataque Un grupo de jinetes no puede establecer una posicioacuten de-fensiva y mantenerla de forma estaacutetica pues equivaldriacutea claramente a un suicidio en cualquier eacutepoca Cuando una unidad de caballeriacutea ha sido em-pleada con fines de defensa lo ha sido empleando fundamentalmente el ata-que es decir un contraataque

La principal ventaja de un jinete respecto del soldado de infanteriacutea ra-dica en tres puntos fundamentales la altura que le proporciona su montura la rapidez y potencia de la misma y el efecto psicoloacutegico que todo ello sus-cita en el infante El principal modo en que la caballeriacutea (y particularmente la caballeriacutea media y pesada) se enfrenta a la infanteriacutea (y a otras unidades como veremos) es la carga cuya finalidad es desfondar la formacioacuten ene-miga dispersaacutendola para coparla y destruirla o permitir a otras unidades aprovechar la brecha abierta Sin embargo contrariamente a lo que se suele pensar un caballo (o un grupo de caballos) no es capaz de embestir una for-macioacuten cerrada de infanteriacutea Un equino no es un toro ni se comporta como tal El caballo siempre se para antes de llegar a impactar contra un obstaacuteculo que considera no podraacute esquivar o saltar o donde no vea espacio alguno por donde penetrar En este sentido una formacioacuten de infanteriacutea pesada que fuera capaz de mantener su posicioacuten hasta el final teniacutea muchas posibilidades de rechazar una carga de caballeriacutea Existiacutean dos formas para evitar que esto sucediese de modo tal que la carga de caballeriacutea tuviese finalmente eacutexito hostigar a la formacioacuten de infanteriacutea de muacuteltiples modos (ataque con proyec-tiles ataques simulados apoyar a la caballeriacutea atacante con infanteriacutea o ar-tilleriacutea) o bien que un porcentaje suficiente de soldados enemigos no fuera capaz de soportar la tensioacuten psicoloacutegica de ver venir sobre ellos una carga de caballeriacutea y rompiera filas debilitando la formacioacuten desorganizaacutendola y abriendo brechas Como vemos el resultado de una carga de caballeriacutea de-pende maacutes del contexto y de la psicologiacutea que de la carga en siacute misma Sin embargo los nervios de acero necesarios para superar el instinto de autopro-teccioacuten (que nos llevariacutea a quitarnos inmediatamente de la trayectoria de los caballos y sus jinetes) no eran (ni son) un elemento comuacuten en los ejeacutercitos Pocas infanteriacuteas disponiacutean del adiestramiento y disciplina necesarios para mantener la posicioacuten y afrontar una auteacutentica estampida que a sus ojos cla-ramente amenazariacutea con arroyarla Entre tales excepciones se encontraba la

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infanteriacutea legionaria romana la cual soacutelo en determinadas circunstancias era realmente vulnerable a un ataque de caballeriacutea78

Las unidades de caballeriacutea pesada como catafractii y contarii eran un caso auacuten maacutes especial En primer lugar el contus permitiacutea al jinete arroyar a un infante enemigo virtualmente antes de que su montura se viera obligada a detener su marcha Por otra parte sus pesadas protecciones (y la de sus mon-turas al menos para una parte de los catafractii) les otorgaban una mayor se-guridad ante cualquier clase de contraataque enemigo (especialmente pro-yectiles) y una superior capacidad de asumir el riesgo del contacto con una formacioacuten enemiga demasiado firme Pero sobre todo les otorgaba una carga psicoloacutegica brutal la visioacuten de una ldquoparedrdquo blindada erizada de lanzas en auteacutentica formacioacuten de falange avanzando con premura directamente resulta-ba especialmente impactante a ojos de un soldado de infanteriacutea por muacuteltiples factores Ser arroyado por un caballo no es una perspectiva agradable ser arroyado por una marea de lanzas y caballos blindados es una perspectiva auacuten menos agradable Para incrementar la capacidad de penetracioacuten de este tipo de caballeriacutea se empleaban formaciones y ataques en profundidad fun-damentalmente columna y cuneuscuntildea En este sentido la formacioacuten podiacutea concentrar la fuerza de su carga en un frente estrecho que pudiera ser dirigi-do convenientemente contra el punto maacutes deacutebil de la formacioacuten a atacar in-cluso con la carga ya en curso Sin embargo la caballeriacutea pesada poseiacutea una desventaja potencial el enorme peso de su equipamiento reduciacutea la veloci-dad de su carga su maniobrabilidad y podiacutea agotar a sus caballos muy raacutepi-damente En este sentido podiacutean ser viacutectimas faacuteciles de unidades maacutes aacutegiles y raacutepidas o de un contraataque al teacutermino de una extenuante carga (exitosa o no) Por otra parte no estaban precisamente capacitados para realizar una re-tirada raacutepida con los caballos extenuados por el esfuerzo de cargar despla-zando sobre sus lomos a su jinete con su equipamiento y su propia pro-teccioacuten los catafractii podiacutean encontrarse en una situacioacuten realmente com-prometida si su ataque fracasaba y no se encontraban en posicioacuten de recibir apoyo inmediato de unidades aliadas capaces de protegerlos el tiempo nece-sario para maniobrar y salir del atolladero Otro peligro que desembocaba di-rectamente en el fracaso de la carga (y en las circunstancias antes descritas) era la posibilidad de que la formacioacuten perdiera su cohesioacuten durante la carga Para evitar esta circunstancia (y reducir la extenuacioacuten de los caballos) se procuraba no cargar a mayor velocidad que un trote ligero79

78 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

79 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 y 241 LEBEDYNSKY 2002 p 237 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

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A la hora de afrontar a otra caballeriacutea las circunstancias eran dife-rentes La caballeriacutea como especialista en ataque teniacutea tambieacuten la funcioacuten de neutralizar a la caballeriacutea del adversario negaacutendole asiacute la mayor parte de la iniciativa y ganando la oportunidad de flanquear sus formaciones y ata-carlas desde diversos puntos Un ejeacutercito cuya caballeriacutea abandonara el cam-po de batalla por otra parte aunque auacuten podiacutea imponerse mediante la fuerza de su infanteriacutea (si era capaz de rechazar el ataque de la caballeriacutea adversaria y de desalojar a su infanteriacutea) careceriacutea de cualquier posibilidad para explo-tar adecuadamente la victoria la caballeriacutea fue hasta la I Guerra Mundial la uacutenica arma capacitada para lanzar una persecucioacuten sobre una fuerza enemiga en retirada convirtiendo esta uacuteltima en una desbandada desorganizada y dis-poniendo asiacute de la oportunidad de transformar un ejeacutercito derrotado en un ejeacutercito destruido En este sentido la caballeriacutea no fue soacutelo una pieza taacutectica fundamental a la hora de la batalla sino una herramienta baacutesica de la estra-tegia a nivel global de cualquier conflicto a lo largo de unos tres milenios de historia militar

La infanteriacutea puede rechazar a la caballeriacutea pero nunca perseguirla (maniobra que equivaldriacutea a dar la ocasioacuten a los jinetes derrotados de dar media vuelta y lanzar un inesperado contraataque que convirtiera en desastre para la infanteriacutea lo que empezoacute siendo un eacutexito Las huidas fingidas como ya hemos sentildealado eran tambieacuten una interesante taacutectica a emplear por parte de la caballeriacutea para desorganizar una formacioacuten enemiga Sin embargo no era una taacutectica que entrara dentro del ldquomanual de instruccionesrdquo de la ca-balleriacutea maacutes pesada limitada como estaba en sus movimientos) Soacutelo la ca-balleriacutea podiacutea derrotar poner en fuga y destruir a otra caballeriacutea El modo de hacerlo sin embargo era materia delicada Una formacioacuten cerrada para ata-car a otra caballeriacutea resultaba inuacutetil y peligrosa era la mejor forma de que los propios caballos se rompieran los huesos al impactar a gran velocidad contra las monturas enemigas Normalmente y a lo largo de toda la existen-cia de la caballeriacutea de choque dos formaciones de caballeriacutea que cargan una contra otra a la espera de un combate mano a mano tienden a abrir sus liacuteneas para esquivar el choque frontal contra los caballos rivales Al producirse el choque el jinete tratariacutea de atacar con sus armas a su rival maacutes cercano a uno u otro lado intentando derribarle o herirle mortalmente En estas cir-cunstancias el contus sarmaticus vuelve a relucir por sus virtudes permitiacutea (al igual que la lanza de cometida medieval las lanzas de los huacutesares alados polacos o las lanzas de los ulanos austriacos o los cosacos rusos) golpear al jinete adversario antes de que eacuteste equipado con espada o con una lanza maacutes corta pudiese iniciar su propio ataque Una formacioacuten de contarii o de cata-fractii podiacutea asiacute arroyar faacutecilmente la vanguardia de la formacioacuten de caballe-

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riacutea enemiga neutralizando su ataque y desorganizando totalmente su forma-cioacuten Sin embargo cuando dos formaciones cargaban una contra la otra y llegaban a culminar completamente el choque el combate podiacutea derivar faacute-cilmente en una violenta y caoacutetica refriega En estas circunstancias las espa-das de hoja larga empleadas por la caballeriacutea romana y saacutermata eran particu-larmente esenciales asiacute como sus protecciones dado que un contus tendiacutea a partirse tras el primer o segundo impacto y a ser poco coacutemoda de utilizar cuando el combate se tornaba maacutes cercano En cualquier caso si una forma-cioacuten de catafractii no conseguiacutea imponerse durante el choque a la formacioacuten enemiga el agotamiento de sus monturas y su menor movilidad (sumada a la peacuterdida del orden en la formacioacuten inherente al inicio de la refriega) supon-driacutean una peligrosa situacioacuten en el caso de carecer de apoyo de otras unida-des (bien de caballeriacutea o de infanteriacutea) y de la que no podriacutean salir con mu-cha facilidad80

Tanto frente a otra caballeriacutea como frente a la infanteriacutea el respaldo de unidades de caballeriacutea maacutes ligeras y particularmente arqueros a caballo81 resultariacutea particularmente deseable antes del choque la caballeriacutea ligera po-driacutea hostigar con proyectiles a las formaciones enemigas creando brechas o desorganizaacutendolas y despueacutes del choque podriacutean apoyar a la caballeriacutea pe-sada durante la progresioacuten del combate cubrir su retirada o explotar su eacutexito continuando la persecucioacuten de un enemigo en fuga

Como vemos desde el punto de vista taacutectico y del empleo en el campo de batalla el eacutexito de la caballeriacutea pesada acorazada dependiacutea tanto o maacutes de las circunstancias el contexto y el apoyo que pudieran recibir que de sus propias virtudes Se trataba de unidades altamente especializadas que si que-daban desprotegidas o en situaciones comprometidas podiacutean ser faacutecilmente rechazadas desbandadas o destruidas No se trataba de fuerzas versaacutetiles y probablemente ello condicionoacute que su adopcioacuten y empleo generalizado por parte del ejeacutercito romano fuera tardiacuteo

CONCLUSIONES

El ejeacutercito romano se enfrentoacute durante casi dos siglos a la caballeriacutea

pesada desarrollada por las potencias orientales Tras reveses iniciales debi-dos maacutes a las circunstancias que a una auteacutentica incapacidad para afrontar el ataque de este tipo de caballeriacutea las legiones desarrollaron sus particulares contramedidas recorriendo las primeras deacutecadas de la historia del Alto Im-

80 DIXON SOUTHERN 1997 pp 141-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 235-244 MENEacuteNDEZ

ARGUumlIacuteN 2011 pp 322-324 81 DIXON SOUTHERN 1997 p 143

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perio imperturbables considerando del todo innecesario tomar como inno-vacioacuten un arma a la que eran capaces de batir los catafractos partos y arme-nios

Sin embargo hacia mediados del s I dC algo vino a trastocar este es-cenario en apariencia estable e inamovible de las estepas poacutenticas emergioacute no tanto una nueva arma como una nueva forma de combinar y emplear ar-mas y taacutecticas sobradamente conocidas Los haacutebiles jinetes saacutermatas dejaron atraacutes la claacutesica tradicioacuten militar esteparia basada en el uso del arquero a ca-ballo y la caballeriacutea ligera desarrollaron una nueva caballeriacutea pesada libre de la mayor parte de las debilidades de los pesados catafractos partos flexi-ble y dinaacutemica y capaz de luchar en conjuncioacuten perfecta con otras modali-dades de caballeriacutea como si de un uacutenico cuerpo se tratase A diferencia del catafractario parto el ldquocontariordquo saacutermata era un jinete armado maacutes o menos pesadamente seguacuten las circunstancias y sus propias posibilidades Al igual que su contrapartida parto o armenio el jinete pesado saacutermata aprovechaba al maacuteximo las virtudes de su arma definitoria el contus sarmaticus pero la combinaba con el uso de otras igualmente uacutetiles como la espada de hoja larga y el arco recurvado compuesto Su equipamiento defensivo careciacutea de la rigidez propia del catafracto parto tendiendo a ser sensiblemente maacutes li-gero sin perder las ventajas propias de una proteccioacuten completa y concien-zuda Este equipamiento defensivo ademaacutes podiacutea variar seguacuten las circuns-tancias y las necesidades taacutecticas de cada momento (y no solo exclusi-vamente en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete) Ello permitiacutea al jinete pesado saacutermata oscilar entre una caballeriacutea media pura y una caballeriacutea pesada de choque seguacuten las circunstancias Le convertiacutea en un arma flexible capaz de desempentildear diversos papeles en el campo de batalla y variarlos du-rante el combate mismo seguacuten sus necesidades En combinacioacuten con la habi-lidad natural de estos pueblos para la equitacioacuten y sus excelentes (y numero-sas) fuerzas de caballeriacutea ligera la caballeriacutea pesada saacutermata representaba una amenaza realmente seria y totalmente nueva

Desde la guerra civil del 68-69 dC hasta la paz firmada por Adriano con los saacutermatas roxolanos en 119 dC las legiones romanas y su caballeriacutea hubieron de hacer severos esfuerzos para imponerse a este nuevo enemigo en los campos de batalla actuase eacuteste en solitario o en conjuncioacuten con otros pueblos o Estados Las guerras daacutecicas de Domiciano (85-89 dC) y de Tra-jano (101-106 dC) fueron probablemente los puntos culminantes de esta coyuntura De los sangrientos encuentros habidos sobre las orillas del Danu-bio las colinas daacutecicas y las llanuras de la futura Hungriacutea el ejeacutercito romano extraeriacutea una dura leccioacuten que aprenderiacutea raacutepidamente y pondriacutea en creciente praacutectica con el paso de los antildeos cuando a comienzos del s III dC descen-

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diera el ocaso sobre las uacuteltimas luces legadas por la edad dorada de los Anto-ninos habiendo el Estado romano de afrontar las convulsiones de un mundo en paulatina transformacioacuten

A comienzos del s II dC a caballo entre los diacuteas de Trajano y Adria-no el ejeacutercito romano afrontoacute el laborioso proceso de aplicar buena parte de lo que habiacutea aprendido de manos de la caballeriacutea saacutermata El contus ya habiacutea sido adoptado conformando la primera caballeriacutea de choque especialista de la historia del Imperio A ella le seguiriacutean las protecciones pesadas para jine-tes asiacute como para caballos El ejeacutercito romano conociacutea de sobra los modelos orientales de caballeriacutea pesada y sin embargo en el primer siglo de existen-cia de este arma entre las filas romanas el modelo a seguir fue principal-mente saacutermata Los hechos hablan por siacute solos El ejeacutercito romano habiacutea en-contrado una innovacioacuten de intereacutes para su tradicioacuten militar y la incorporoacute raacutepidamente Las primeras unidades de caballeriacutea pesada acorazada romana llevaron nombres que aludiacutean a tradiciones orientales catafractii pero su ar-mamento y el fundamento de sus taacutecticas era una mezcla de aportaciones romanas y modelos saacutermatas Con la llegada del s III dC estas unidades se hariacutean cada vez maacutes necesarias y sobre la trayectoria marcada por los pio-neros de este arma se labrariacutea el desarrollo completo de la misma

La emersioacuten del Imperio persa sasaacutenida supuso la transformacioacuten re-novacioacuten y revitalizacioacuten del arma de caballeriacutea puramente oriental Los sa-saacutenidas llevaron a un nuevo paroxismo a la combinacioacuten de la caballeriacutea pe-sada y la caballeriacutea ligera de tradicioacuten oriental hasta el punto de que algunos tratadistas militares romanos como Amiano Marcelino llegaron a conside-rarlo como un arma praacutecticamente imbatible En palabras del propio Amiano [] catafractarii [] et sagitarii formidable genus armorum82 Probable-mente estas circunstancias forzaran (entre otros factores) no ya la expansioacuten del arma de caballeriacutea pesada (asiacute como del arquero a caballo) en el ejeacutercito romano de los siglos III y IV dC sino la asuncioacuten por parte de la misma de muacuteltiples elementos propios ya exclusivamente de la tradicioacuten militar irano-persa

La experiencia saacutermata quedoacute atraacutes sin embargo su importancia y la de los primeros prototipos de caballeriacutea pesada romana existentes en el Alto Imperio no debe menospreciarse Fueron la piedra fundadora los cimientos de una importante rama de la tradicioacuten militar romana posterior madre de la bizantina y de buena parte de las tradiciones militares de la posterior Europa medieval donde la caballeriacutea ostentariacutea durante siglos su particular supre-maciacutea En cierto modo puede decirse que la caballeriacutea saacutermata y las primeras

82 AMIANO MARCELINO 16 12 7

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unidades de caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano se encuentran entre las raiacute-ces de una tradicioacuten militar que llevoacute a la caballeriacutea a mantener la ilusioacuten de su reinado sobre los campos de batalla hasta el enloquecedor extremo de atravesar las trincheras y alambradas de la I Guerra Mundial y cargar sobre las divisiones panzer germanas en 1939

SELECCIOacuteN DE TEXTOS EPIGRAacuteFICOS RELATIVOS

83 Camerinum (Camerino) Regio VI Italia CIL XI 5632

M(arco) Maenio C(ai) f(ilio) Cor(nelia) Agrippae L(ucio) Tusidio Campestri hospiti divi Hadriani patri senatoris praef(ecto) coh(ortis) II Fl(aviae) Britton(um) equitat(ae) electo a divo Hadriano et misso in expeditionem Brittannicam trib(uno) coh(ortis) I Hispanor(um) equitat(ae) praef(ecto) alae I Gallor(um) et Pannonior(um) catafractatae proc(uratori) Aug(usti) praef(ecto) classis Brittannicae proc(uratori) provinciae Brittanniae equo publico patrono municipi(i) vicani Censorglacenses consecuti ab indulgentia Optimi Maximique Imp(eratoris) Antonini Aug(usti) Pii beneficio interpretationis eius privilegia quibus in p[e]rpetuum aucti confirmatique sunt l(ocus) d(atus) d(ecreto) d(ecurionum) g(ratis)

Ad Mediam (Mehadia) Dacia CIL XVI 110 = CIL III 886 = AE 1980 760

[Imp(erator) Caes(ar) divi Had]rian(i) f(ilius) divi Traiani [Parthici n(epos) divi Ne]rvae pron(epos) T(itus) Aelius [Hadrianus Ant]oninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) [max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII] imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae) [equit(ibus) et pedit(ibus)] qui mil(itaverunt) in alis III quae [appell(antur) Silia]n(a) et Gall(orum) et Pann(oniorum) [catafrac(taria) et F]ront(oniana) et coh(ortibus) XII I Ulp(ia) [Britton(um)] |(milliaria) et I Fl(avia) Ulp(ia) Hisp(anorum) |(milliaria) [et 3 I Ael(ia)] Gaesa(torum) |(milliaria) et I Aug(usta) Nerv() [|(milliaria) et I]I Britt(onum) |(milliaria) et I Hispan(orum) [--- e]t II Hisp(anorum) scutat(a) Cy[ren(aica) et ---]n() et VI Thrac(um) et sunt [in Dacia Poroliss]en(si) sub Macrinio [Vindice proc(uratore) qui]nq(ue) et vigint(i) stip[en(diis) emerit(is) dimis(sis) hon]est(a) miss(ione) quor(um) [nomin(a) subscripta s]unt civit(atem) Roman(am) [qui eor(um) non ha]b(erent) ded(it) et con(ubium) cum [uxor(ibus) quas tu]nc hab(uissent) cum est [civit(as) i(i)s dat(a) aut] cum i(i)s quas post(ea) [dux(issent) dumtax(at) si]ngulis [[Imp(erator) Caes(ar) divi Hadrian(i) f(ilius) divi Traiani Parthici n(epos) divi Nervae pron(epos) T(itus) Aelius Hadrianus Antoninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae)] [equit(ibus) et pedit(ibus) qui mil(itaverunt) in alis III ---] et vigint(i) stipend(iis) emerit(is) dimis(sis) honest(a) miss(ione) quor(um) nomin(a) subscript(a) sunt civit(atem) Roman(am) qui eor(um) non haber(ent) dedit et conub(ium) cum uxor(ibus) quas tunc habuis(sent) cum est civit(atem) i(is) dat(a) aut cum i(is) quas post(ea) dux(issent) dumtax(at) singulis a(nte) d(iem) V K(alendas) Oct(obres) Sex(to) Calpurnio Agricola Ti(berio) Claudio Iuliano co(n)s(ulibus) coh(ors) I Ulpia Britton(um) |(milliaria) cui

83 Tomados del Epigraphische Datenbank Clauss-Slaby httpwwwmanfredclauss de

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prae(e)st L(ucius) Nonius Bassus Picen(o) ex pedite Luonerco Molaci f(ilio) Britt(oni) descript(um) et recognit(um) ex tabul(a) aer(ea) quae fixa est Romae in mur(o) post templ(um) divi Aug(usti) ad Minervam

Tipasa (Tefessad) Mauretania Cesariense AE 1951 265 = AE 1955 133

D(is) M(anibus) Adiutoris eq(uitis) al(ae) pri(mae) Can(n)anafatium vi(xit) XXXXI m(ilitavit) an(nos) XXIII pro(curante) l(i)b(erto) ipsi(us) bene me(renti) Cabanus he(res) po(suit)

Savaria (Szombathely) Panonia Superior CIL III 4183

T(itus) Cnorius Sabinianus ex praef(ecto) alae Contariorum v(ir) e(gregius) et L(ucius) Val(erius) Verus dec(urio) c(oloniae) C(laudiae) Savar(iensium) sacerdotalis p(rovinciae) P(annoniae) s(uperioris) cryptam vi ignis exustam sumptibus suis refecerunt

Brigetio (Kornye) Panonia Superior CIL III 4278

D(is) M(anibus) Val(erio) Saturnino vet(erano) ex dup(licario) alae I Ulp(iae) Cont(ariorum) qui vixit an(nos) L et Val(erio) Sabino mil(iti) leg(ionis) I Ad(iutricis) stip(endiorum) III vixit an(nos) XXV filio Caes(ia) Digna marito et filio f(aciendum) c(uravit)

Apamea Siria AE 1987 955

Aur(elio) Basso quandam(sic) sig(nifero) al(ae) I Ulp(iae) (C)ontariorum stipendiorum VIII vixit annos XXVIIII XI Kal(endas) Maias Gallo et Volusiano consilibus() titulus positus a Marc(io) Cotum(sic) (d)ec(urione) al(ae) c(ivium) R(omanorum)

Apamea Siria AE 1993 1589

D(is) M(anibus) Iulius Valerianus eques alae I Ulp(iae) contariorum stip(endiorum) XXIII vixit annis XXXXVI Ulp(ius) Ingenu(us) dupl(icarius) alae eiusdem heres posuit b(ene) m(erenti)

Arrabona (Gyor) Panonia Superior CIL III 4379

D(is) M(anibus) Ulp(ius) Variu(s) Ore() vet(e)r(anus) ex stat(ore) al(a)e I Ulp(iae) Cont(ariorum) do(mo) Af(rica) vixs(it) ann(os) XLV et Ael(iae) Sabin(a)e fi(liae) vix(it) ann(os) X Ael(ia) Domitia con(iunx) et Ulp(ius) Sabinianus et Ulp(ius) [Cele]rinus et Sabi[nil]la fili(i) vivi cum [mat(re) pa]tri karis(simo) posuerunt

Sentpalpuszta Panonia Superior CIL III 11081 = AE 1899 3

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[D(is) M(anibus)] M(arcus) Aur(elius) [3]us vex(illarius) al(ae) p(rimae) C(ontariorum) Anto(ninianae) et Elv(iae) Bon(a)e c(oniugi) car(issimae) et f(iliae) Aur(eliae) Valerin(a)e et Ae(liae) Sabin(a)e et Elv(io) Verecundo an(norum) LXX Pulc(h)r(a)e() Suri an(norum) LX et Elv(io) Vitali an(norum) XVIII et Au(relio) Ma(n)suetiano an(norum) VII et Ae(lio) Florido M(arcus) Aur(elius) Valerianus sib(i) [et] su[i]s vivi f(ecit)

Roma CIL VI 1449 = AE 1967 16 = AE 196970 13

M(arco) Macrinio Avito M(arci) f(ilio) Claud(ia) Catonio Vindici co(n)s(uli) aug(uri) p(opuli) R(omani) Quiritium leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) prov(inciae) Moes(iae) inf(erioris) leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) Moes(iae) sup(erioris) cur(atori) civitat(is) Arimin(ensium) p[r]oc(uratori) prov(inciae) Dac(iae) Malv(ensis) praef(ecto) alae contar(iorum) praef(ecto) alae III Thrac(um) trib(uno) milit(um) leg(ionis) VI Victr(icis) praef(ecto) coh(ortis) VI Gall(orum) donat(o) donis mil(itaribus) in bello Germ(anico) ab Imp(eratore) M(arco) Aur(elio) Antonino Aug(usto) hast(is) pur(is) II et vexill(is) II cor(o)na mural(i) et vallar(i) Iunia Flaccinilla marito karissimo et Macrinia Rufina patri piissimo vixit annis XLII m(ensibus) V

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SELECCIOacuteN DE IMAacuteGENES

Fig 1 Relieve de la estela funeraria del eques Aduitor miembro del ala I Canninefatum (AE 1955

133) empuntildeando un contus sarmaticus por el lateral derecho de su montura DIXON SOUTHERN 1997 p 49

Fig 2

Grafito de Dura-Europos datado en torno a los ss II-III dC representando un catafracto parto romano o sasaacutenida JUNKELMANN 1992 p 197

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Fig 3 Las dos bardas de escamas metaacutelicas completas encontradas por Rostovzeff en las

excavaciones de Dura-Europos a lo largo de la campantildea de 1932-33 JUNKELMANN 1992 p 214

Fig 4 Relieves de Firuzabad (Iraacuten) representando a un clibanario persa sasaacutenida derribando a un

catafractarioclibanario parto s III dC Obseacutervese las bandas transversales que se ven en los brazos del jinete de la derecha que probablemente esteacuten representando un tipo de manica

WILCOX 2001 p 22

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Fig 5 Relieve de Firuzabad representando a unos catafractosclibanarios parto y sasaacutenida forcejeando

en combate cuerpo a cuerpo Ilustracioacuten de Wilcox 2001 p 23

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FIG 6 Catafractos partos del s I aC Obseacutervense las protecciones tipo manicae portadas por ambos

jinetes en los brazos El jinete de la derecha tambieacuten las lleva sobre las piernas A Mc Bride en WILCOX 2001

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Fig 7 Fragmentos de cotas de escamas y laacuteminas para armadura encontradas en enterramientos

saacutermatas de los ss I-III dC NEGIN 1998 p 70

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Fig 8 Estela de Athenios en Panticapea (Crimea Ucrania) donde se puede observar a un jinete (izqda) que parece montar un caballo protegido con una cota de escamas al igual que eacutel

NEGIN 1998 p 66

Fig 9 Reconstruccioacuten de un contario saacutermata (izqda) en accioacuten s II dC seguacuten G Embleton en

BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 10 Reconstruccioacuten el posible aspecto de un jinete pesado saacutermata y de la posible proteccioacuten de su

montura s II dC seguacuten G Embleton en BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 11 Reconstruccioacuten de un jinete pesado saacutermata equipado con una armadura compuesta ss I-II

dC seguacuten NEGIN 1998 p 73

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Fig 12 Casco romano tipo Russell Robinson tipo B basado en un ejemplar encontrado en Ely

(Cambridgeshire Reino Unido) ss I-II dC GOLDSWORTHY 1998 p 238

Fig 13

Casco romano tipo Rusell Robinson E basado en un hallazgo realizado en Hedderneim (Alemania) ss II-III GOLDSWORTHY 1998 p 238

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Fig 14

Reconstruccioacuten de un casco romano del tipo Niederbieber ss II-III dC seguacuten GILBERT 2010 p 136

Fig 15

Reconstruccioacuten de una variante del casco romano tipo Heddernheim con y sin maacutescara de proteccioacuten para el rostro ss II-III dC seguacuten ALEXANDRA GILBERT 2009 pp 24-26

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Fig 16 Fragmento de lorica squamata de escamas semi-riacutegidas s II dC

BISHOP COULSTON 1993 p 116

Fig 17 Silla de montar romana de cuatro cuernos seguacuten la reconstruccioacuten de P Connolly

DIXON SOUTHERN 1997 p 71

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Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

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Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

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Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

Recibido 17 mayo 2011 Aprobado 22 junio 2011

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de la pechera del mismo74 Este tipo de protecciones probablemente incluiriacutea tambieacuten piezas especiacuteficas para proteger el frontal y la cerviz del animal has-ta la cabeza a semejanza quizaacutes de las empleadas por partos y sasaacutenidas en Oriente Estas piezas particularmente para la cerviz del caballo se han en-contrado tambieacuten en Dura-Europos elaboradas en malla y lazadas mediante correas de cuero75 De este modo si se quisiera proporcionar proteccioacuten tan soacutelo a los caballos de una parte de la unidad lo maacutes loacutegico seriacutea hacerlo con las monturas que marchariacutean en la vanguardia de la formacioacuten de choque y que deberiacutean absorber la fase maacutes violenta del impacto En este sentido las piezas de proteccioacuten maacutes uacutetiles no seriacutean las bardas laterales sino las pro-tecciones para pechera cerviz y cabeza las partes del cuerpo del caballo que quedariacutean expuestas al enemigo durante una carga en formacioacuten cerrada Al prescindir asiacute de las protecciones de los flancos no solo se seguiriacutea apor-tando una proteccioacuten uacutetil a las monturas maacutes expuestas de la unidad durante una accioacuten de combate sino que se estariacutea aligerando el peso que habriacutean de soportar durante la accioacuten reduciendo asiacute el riesgo de agotamiento de las mismas

Si la influencia saacutermata en el origen del contarius romano es maacutes o menos segura la cuestioacuten resulta menos clara para los catafractii Formal-mente un catafractus romano no se diferenciaba del contario saacutermata maacutes pesadamente armado maacutes que en la factura de determinadas partes de su equipamiento muchas de las cuales eran de tradicioacuten puramente romana y unas pocas (como las protecciones maacutes pesadas para las piernas) devendriacutean de tradiciones orientales Sin embargo el hecho de que en ninguacuten momento las fuentes literarias disponibles denominen a la caballeriacutea pesada saacutermata como catafractii y que las protecciones pesadas para caballos entre la mis-ma parezcan ser objeto de un uso tan heterogeacuteneo como vinculado al status y posibilidades econoacutemicas del jinete parece ser el principal punto (al menos inicialmente) de distanciamiento entre los lanceros acorazados saacutermatas y los catafractii romanos Ahora bien suponiendo que la creacioacuten de las unidades de catafractos romanos estuviera respondiendo a la caballeriacutea pesada parta iquestpor queacute esperoacute al s II dC Durante casi tres siglos de encuentros en los campos de batalla de Oriente el ejeacutercito romano no parecioacute tener necesidad alguna de emular a los catafractos y clibanarios partos Finalmente es en el contexto de las guerras daacutecicas y paacuterticas de Trajano y en el reinado de Adriano cuando los catafractii hacen su aparicioacuten en el ejeacutercito romano al-gunas deacutecadas maacutes tarde que los contarii y despueacutes de casi un siglo de con-

74 BISHOP COULSTON 1993 pp 157-159 DIXON SOUTHERN 1997 pp 61-63 67 y 76 DIXON STEPHENSON 2003 pp 111-117

75 DIXON STEPHENSON 2003 p 114

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tacto con la caballeriacutea saacutermata De nuevo la coincidencia de variables parece hablar por siacute sola al igual que primero el contarius el catafractus parece ser una respuesta de la caballeriacutea romana a las refriegas habidas con los exce-lentes jinetes saacutermatas desde mediados del s I dC hipoacutetesis que secundan la mayor parte de los autores76 Cualquier posible influjo oriental en la com-posicioacuten de la primera caballeriacutea pesada romana respondioacute a la incorpora-cioacuten de elementos considerados de utilidad no encontrados en la tradicioacuten militar propiamente romana o saacutermata El incremento de este influjo mate-rializado quizaacutes en la intensificacioacuten y extensioacuten del uso de armaduras pe-sadas para caballos y en el importante desarrollo en general del arma de ca-balleriacutea pesada en Roma tendriacutea lugar ya entrado el s III dC quizaacutes no tanto de manos de los uacuteltimos coletazos del moribundo Imperio parto como del joven y eneacutergico Imperio persa sasaacutenida el cual llevariacutea el arma de ca-balleriacutea en el Oriente a nuevas cotas de desarrollo especializacioacuten en organi-zacioacuten equipamiento y taacutecticas77

Mencioacuten especial requiere la organizacioacuten del ala I Gallorum et Pan-noniorum catafracta No entraremos a resentildear aquiacute la naturaleza del ala como unidad militar del ejeacutercito romano ni la organizacioacuten y estructura de la caballeriacutea romana altoimperial sino un aspecto concreto del ala concreta objeto de nuestro estudio y que parece haber pasado desapercibido a la ma-yor parte de los autores Se trata del hecho de que dicha ala debioacute de ser compuesta en su origen por soldados de dos unidades distintas probable-mente tropas selectas Tal y como sentildeala su nombre el ala estaba compuesta por jinetes galos y panonios Mielczarek ha propuesto precisamente que ca-ra a la creacioacuten de esta unidad de catafractos probablemente se seleccionoacute a los mejores soldados de dos alas distintas posiblemente (seguacuten el parecer del propio Mielczarek) el ala I Pannoniorum y el ala I Gallorum Flaviana Aunque de momento no se trata sino de una hipoacutetesis parece razonable que cara a la primera unidad de caballeriacutea pesada romana (probablemente una unidad que tendriacutea en sus oriacutegenes un marcado caraacutecter ldquoexperimentalrdquo) se seleccionara a personal experimentado y de fiar lo que remarcariacutea el caraacutec-ter de eacutelite de este tipo de unidades

76 EADIE 1967 MIELCZAREK 1993 NEGIN 1998 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

LEBEDYNSKY 2002 77 EADIE 1967 pp 169-172 MICHALAK 1987 MIELCZAREK 1993 pp 63-67 NICOLLE

1996 WILCOX 2001 pp 24-35 FARROKH 2005

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Taacutecticas y limitaciones de la caballeriacutea pesada romana La caballeriacutea fue un arma especializada principalmente en una uacutenica

funcioacuten el ataque Un grupo de jinetes no puede establecer una posicioacuten de-fensiva y mantenerla de forma estaacutetica pues equivaldriacutea claramente a un suicidio en cualquier eacutepoca Cuando una unidad de caballeriacutea ha sido em-pleada con fines de defensa lo ha sido empleando fundamentalmente el ata-que es decir un contraataque

La principal ventaja de un jinete respecto del soldado de infanteriacutea ra-dica en tres puntos fundamentales la altura que le proporciona su montura la rapidez y potencia de la misma y el efecto psicoloacutegico que todo ello sus-cita en el infante El principal modo en que la caballeriacutea (y particularmente la caballeriacutea media y pesada) se enfrenta a la infanteriacutea (y a otras unidades como veremos) es la carga cuya finalidad es desfondar la formacioacuten ene-miga dispersaacutendola para coparla y destruirla o permitir a otras unidades aprovechar la brecha abierta Sin embargo contrariamente a lo que se suele pensar un caballo (o un grupo de caballos) no es capaz de embestir una for-macioacuten cerrada de infanteriacutea Un equino no es un toro ni se comporta como tal El caballo siempre se para antes de llegar a impactar contra un obstaacuteculo que considera no podraacute esquivar o saltar o donde no vea espacio alguno por donde penetrar En este sentido una formacioacuten de infanteriacutea pesada que fuera capaz de mantener su posicioacuten hasta el final teniacutea muchas posibilidades de rechazar una carga de caballeriacutea Existiacutean dos formas para evitar que esto sucediese de modo tal que la carga de caballeriacutea tuviese finalmente eacutexito hostigar a la formacioacuten de infanteriacutea de muacuteltiples modos (ataque con proyec-tiles ataques simulados apoyar a la caballeriacutea atacante con infanteriacutea o ar-tilleriacutea) o bien que un porcentaje suficiente de soldados enemigos no fuera capaz de soportar la tensioacuten psicoloacutegica de ver venir sobre ellos una carga de caballeriacutea y rompiera filas debilitando la formacioacuten desorganizaacutendola y abriendo brechas Como vemos el resultado de una carga de caballeriacutea de-pende maacutes del contexto y de la psicologiacutea que de la carga en siacute misma Sin embargo los nervios de acero necesarios para superar el instinto de autopro-teccioacuten (que nos llevariacutea a quitarnos inmediatamente de la trayectoria de los caballos y sus jinetes) no eran (ni son) un elemento comuacuten en los ejeacutercitos Pocas infanteriacuteas disponiacutean del adiestramiento y disciplina necesarios para mantener la posicioacuten y afrontar una auteacutentica estampida que a sus ojos cla-ramente amenazariacutea con arroyarla Entre tales excepciones se encontraba la

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infanteriacutea legionaria romana la cual soacutelo en determinadas circunstancias era realmente vulnerable a un ataque de caballeriacutea78

Las unidades de caballeriacutea pesada como catafractii y contarii eran un caso auacuten maacutes especial En primer lugar el contus permitiacutea al jinete arroyar a un infante enemigo virtualmente antes de que su montura se viera obligada a detener su marcha Por otra parte sus pesadas protecciones (y la de sus mon-turas al menos para una parte de los catafractii) les otorgaban una mayor se-guridad ante cualquier clase de contraataque enemigo (especialmente pro-yectiles) y una superior capacidad de asumir el riesgo del contacto con una formacioacuten enemiga demasiado firme Pero sobre todo les otorgaba una carga psicoloacutegica brutal la visioacuten de una ldquoparedrdquo blindada erizada de lanzas en auteacutentica formacioacuten de falange avanzando con premura directamente resulta-ba especialmente impactante a ojos de un soldado de infanteriacutea por muacuteltiples factores Ser arroyado por un caballo no es una perspectiva agradable ser arroyado por una marea de lanzas y caballos blindados es una perspectiva auacuten menos agradable Para incrementar la capacidad de penetracioacuten de este tipo de caballeriacutea se empleaban formaciones y ataques en profundidad fun-damentalmente columna y cuneuscuntildea En este sentido la formacioacuten podiacutea concentrar la fuerza de su carga en un frente estrecho que pudiera ser dirigi-do convenientemente contra el punto maacutes deacutebil de la formacioacuten a atacar in-cluso con la carga ya en curso Sin embargo la caballeriacutea pesada poseiacutea una desventaja potencial el enorme peso de su equipamiento reduciacutea la veloci-dad de su carga su maniobrabilidad y podiacutea agotar a sus caballos muy raacutepi-damente En este sentido podiacutean ser viacutectimas faacuteciles de unidades maacutes aacutegiles y raacutepidas o de un contraataque al teacutermino de una extenuante carga (exitosa o no) Por otra parte no estaban precisamente capacitados para realizar una re-tirada raacutepida con los caballos extenuados por el esfuerzo de cargar despla-zando sobre sus lomos a su jinete con su equipamiento y su propia pro-teccioacuten los catafractii podiacutean encontrarse en una situacioacuten realmente com-prometida si su ataque fracasaba y no se encontraban en posicioacuten de recibir apoyo inmediato de unidades aliadas capaces de protegerlos el tiempo nece-sario para maniobrar y salir del atolladero Otro peligro que desembocaba di-rectamente en el fracaso de la carga (y en las circunstancias antes descritas) era la posibilidad de que la formacioacuten perdiera su cohesioacuten durante la carga Para evitar esta circunstancia (y reducir la extenuacioacuten de los caballos) se procuraba no cargar a mayor velocidad que un trote ligero79

78 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

79 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 y 241 LEBEDYNSKY 2002 p 237 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

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A la hora de afrontar a otra caballeriacutea las circunstancias eran dife-rentes La caballeriacutea como especialista en ataque teniacutea tambieacuten la funcioacuten de neutralizar a la caballeriacutea del adversario negaacutendole asiacute la mayor parte de la iniciativa y ganando la oportunidad de flanquear sus formaciones y ata-carlas desde diversos puntos Un ejeacutercito cuya caballeriacutea abandonara el cam-po de batalla por otra parte aunque auacuten podiacutea imponerse mediante la fuerza de su infanteriacutea (si era capaz de rechazar el ataque de la caballeriacutea adversaria y de desalojar a su infanteriacutea) careceriacutea de cualquier posibilidad para explo-tar adecuadamente la victoria la caballeriacutea fue hasta la I Guerra Mundial la uacutenica arma capacitada para lanzar una persecucioacuten sobre una fuerza enemiga en retirada convirtiendo esta uacuteltima en una desbandada desorganizada y dis-poniendo asiacute de la oportunidad de transformar un ejeacutercito derrotado en un ejeacutercito destruido En este sentido la caballeriacutea no fue soacutelo una pieza taacutectica fundamental a la hora de la batalla sino una herramienta baacutesica de la estra-tegia a nivel global de cualquier conflicto a lo largo de unos tres milenios de historia militar

La infanteriacutea puede rechazar a la caballeriacutea pero nunca perseguirla (maniobra que equivaldriacutea a dar la ocasioacuten a los jinetes derrotados de dar media vuelta y lanzar un inesperado contraataque que convirtiera en desastre para la infanteriacutea lo que empezoacute siendo un eacutexito Las huidas fingidas como ya hemos sentildealado eran tambieacuten una interesante taacutectica a emplear por parte de la caballeriacutea para desorganizar una formacioacuten enemiga Sin embargo no era una taacutectica que entrara dentro del ldquomanual de instruccionesrdquo de la ca-balleriacutea maacutes pesada limitada como estaba en sus movimientos) Soacutelo la ca-balleriacutea podiacutea derrotar poner en fuga y destruir a otra caballeriacutea El modo de hacerlo sin embargo era materia delicada Una formacioacuten cerrada para ata-car a otra caballeriacutea resultaba inuacutetil y peligrosa era la mejor forma de que los propios caballos se rompieran los huesos al impactar a gran velocidad contra las monturas enemigas Normalmente y a lo largo de toda la existen-cia de la caballeriacutea de choque dos formaciones de caballeriacutea que cargan una contra otra a la espera de un combate mano a mano tienden a abrir sus liacuteneas para esquivar el choque frontal contra los caballos rivales Al producirse el choque el jinete tratariacutea de atacar con sus armas a su rival maacutes cercano a uno u otro lado intentando derribarle o herirle mortalmente En estas cir-cunstancias el contus sarmaticus vuelve a relucir por sus virtudes permitiacutea (al igual que la lanza de cometida medieval las lanzas de los huacutesares alados polacos o las lanzas de los ulanos austriacos o los cosacos rusos) golpear al jinete adversario antes de que eacuteste equipado con espada o con una lanza maacutes corta pudiese iniciar su propio ataque Una formacioacuten de contarii o de cata-fractii podiacutea asiacute arroyar faacutecilmente la vanguardia de la formacioacuten de caballe-

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riacutea enemiga neutralizando su ataque y desorganizando totalmente su forma-cioacuten Sin embargo cuando dos formaciones cargaban una contra la otra y llegaban a culminar completamente el choque el combate podiacutea derivar faacute-cilmente en una violenta y caoacutetica refriega En estas circunstancias las espa-das de hoja larga empleadas por la caballeriacutea romana y saacutermata eran particu-larmente esenciales asiacute como sus protecciones dado que un contus tendiacutea a partirse tras el primer o segundo impacto y a ser poco coacutemoda de utilizar cuando el combate se tornaba maacutes cercano En cualquier caso si una forma-cioacuten de catafractii no conseguiacutea imponerse durante el choque a la formacioacuten enemiga el agotamiento de sus monturas y su menor movilidad (sumada a la peacuterdida del orden en la formacioacuten inherente al inicio de la refriega) supon-driacutean una peligrosa situacioacuten en el caso de carecer de apoyo de otras unida-des (bien de caballeriacutea o de infanteriacutea) y de la que no podriacutean salir con mu-cha facilidad80

Tanto frente a otra caballeriacutea como frente a la infanteriacutea el respaldo de unidades de caballeriacutea maacutes ligeras y particularmente arqueros a caballo81 resultariacutea particularmente deseable antes del choque la caballeriacutea ligera po-driacutea hostigar con proyectiles a las formaciones enemigas creando brechas o desorganizaacutendolas y despueacutes del choque podriacutean apoyar a la caballeriacutea pe-sada durante la progresioacuten del combate cubrir su retirada o explotar su eacutexito continuando la persecucioacuten de un enemigo en fuga

Como vemos desde el punto de vista taacutectico y del empleo en el campo de batalla el eacutexito de la caballeriacutea pesada acorazada dependiacutea tanto o maacutes de las circunstancias el contexto y el apoyo que pudieran recibir que de sus propias virtudes Se trataba de unidades altamente especializadas que si que-daban desprotegidas o en situaciones comprometidas podiacutean ser faacutecilmente rechazadas desbandadas o destruidas No se trataba de fuerzas versaacutetiles y probablemente ello condicionoacute que su adopcioacuten y empleo generalizado por parte del ejeacutercito romano fuera tardiacuteo

CONCLUSIONES

El ejeacutercito romano se enfrentoacute durante casi dos siglos a la caballeriacutea

pesada desarrollada por las potencias orientales Tras reveses iniciales debi-dos maacutes a las circunstancias que a una auteacutentica incapacidad para afrontar el ataque de este tipo de caballeriacutea las legiones desarrollaron sus particulares contramedidas recorriendo las primeras deacutecadas de la historia del Alto Im-

80 DIXON SOUTHERN 1997 pp 141-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 235-244 MENEacuteNDEZ

ARGUumlIacuteN 2011 pp 322-324 81 DIXON SOUTHERN 1997 p 143

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perio imperturbables considerando del todo innecesario tomar como inno-vacioacuten un arma a la que eran capaces de batir los catafractos partos y arme-nios

Sin embargo hacia mediados del s I dC algo vino a trastocar este es-cenario en apariencia estable e inamovible de las estepas poacutenticas emergioacute no tanto una nueva arma como una nueva forma de combinar y emplear ar-mas y taacutecticas sobradamente conocidas Los haacutebiles jinetes saacutermatas dejaron atraacutes la claacutesica tradicioacuten militar esteparia basada en el uso del arquero a ca-ballo y la caballeriacutea ligera desarrollaron una nueva caballeriacutea pesada libre de la mayor parte de las debilidades de los pesados catafractos partos flexi-ble y dinaacutemica y capaz de luchar en conjuncioacuten perfecta con otras modali-dades de caballeriacutea como si de un uacutenico cuerpo se tratase A diferencia del catafractario parto el ldquocontariordquo saacutermata era un jinete armado maacutes o menos pesadamente seguacuten las circunstancias y sus propias posibilidades Al igual que su contrapartida parto o armenio el jinete pesado saacutermata aprovechaba al maacuteximo las virtudes de su arma definitoria el contus sarmaticus pero la combinaba con el uso de otras igualmente uacutetiles como la espada de hoja larga y el arco recurvado compuesto Su equipamiento defensivo careciacutea de la rigidez propia del catafracto parto tendiendo a ser sensiblemente maacutes li-gero sin perder las ventajas propias de una proteccioacuten completa y concien-zuda Este equipamiento defensivo ademaacutes podiacutea variar seguacuten las circuns-tancias y las necesidades taacutecticas de cada momento (y no solo exclusi-vamente en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete) Ello permitiacutea al jinete pesado saacutermata oscilar entre una caballeriacutea media pura y una caballeriacutea pesada de choque seguacuten las circunstancias Le convertiacutea en un arma flexible capaz de desempentildear diversos papeles en el campo de batalla y variarlos du-rante el combate mismo seguacuten sus necesidades En combinacioacuten con la habi-lidad natural de estos pueblos para la equitacioacuten y sus excelentes (y numero-sas) fuerzas de caballeriacutea ligera la caballeriacutea pesada saacutermata representaba una amenaza realmente seria y totalmente nueva

Desde la guerra civil del 68-69 dC hasta la paz firmada por Adriano con los saacutermatas roxolanos en 119 dC las legiones romanas y su caballeriacutea hubieron de hacer severos esfuerzos para imponerse a este nuevo enemigo en los campos de batalla actuase eacuteste en solitario o en conjuncioacuten con otros pueblos o Estados Las guerras daacutecicas de Domiciano (85-89 dC) y de Tra-jano (101-106 dC) fueron probablemente los puntos culminantes de esta coyuntura De los sangrientos encuentros habidos sobre las orillas del Danu-bio las colinas daacutecicas y las llanuras de la futura Hungriacutea el ejeacutercito romano extraeriacutea una dura leccioacuten que aprenderiacutea raacutepidamente y pondriacutea en creciente praacutectica con el paso de los antildeos cuando a comienzos del s III dC descen-

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diera el ocaso sobre las uacuteltimas luces legadas por la edad dorada de los Anto-ninos habiendo el Estado romano de afrontar las convulsiones de un mundo en paulatina transformacioacuten

A comienzos del s II dC a caballo entre los diacuteas de Trajano y Adria-no el ejeacutercito romano afrontoacute el laborioso proceso de aplicar buena parte de lo que habiacutea aprendido de manos de la caballeriacutea saacutermata El contus ya habiacutea sido adoptado conformando la primera caballeriacutea de choque especialista de la historia del Imperio A ella le seguiriacutean las protecciones pesadas para jine-tes asiacute como para caballos El ejeacutercito romano conociacutea de sobra los modelos orientales de caballeriacutea pesada y sin embargo en el primer siglo de existen-cia de este arma entre las filas romanas el modelo a seguir fue principal-mente saacutermata Los hechos hablan por siacute solos El ejeacutercito romano habiacutea en-contrado una innovacioacuten de intereacutes para su tradicioacuten militar y la incorporoacute raacutepidamente Las primeras unidades de caballeriacutea pesada acorazada romana llevaron nombres que aludiacutean a tradiciones orientales catafractii pero su ar-mamento y el fundamento de sus taacutecticas era una mezcla de aportaciones romanas y modelos saacutermatas Con la llegada del s III dC estas unidades se hariacutean cada vez maacutes necesarias y sobre la trayectoria marcada por los pio-neros de este arma se labrariacutea el desarrollo completo de la misma

La emersioacuten del Imperio persa sasaacutenida supuso la transformacioacuten re-novacioacuten y revitalizacioacuten del arma de caballeriacutea puramente oriental Los sa-saacutenidas llevaron a un nuevo paroxismo a la combinacioacuten de la caballeriacutea pe-sada y la caballeriacutea ligera de tradicioacuten oriental hasta el punto de que algunos tratadistas militares romanos como Amiano Marcelino llegaron a conside-rarlo como un arma praacutecticamente imbatible En palabras del propio Amiano [] catafractarii [] et sagitarii formidable genus armorum82 Probable-mente estas circunstancias forzaran (entre otros factores) no ya la expansioacuten del arma de caballeriacutea pesada (asiacute como del arquero a caballo) en el ejeacutercito romano de los siglos III y IV dC sino la asuncioacuten por parte de la misma de muacuteltiples elementos propios ya exclusivamente de la tradicioacuten militar irano-persa

La experiencia saacutermata quedoacute atraacutes sin embargo su importancia y la de los primeros prototipos de caballeriacutea pesada romana existentes en el Alto Imperio no debe menospreciarse Fueron la piedra fundadora los cimientos de una importante rama de la tradicioacuten militar romana posterior madre de la bizantina y de buena parte de las tradiciones militares de la posterior Europa medieval donde la caballeriacutea ostentariacutea durante siglos su particular supre-maciacutea En cierto modo puede decirse que la caballeriacutea saacutermata y las primeras

82 AMIANO MARCELINO 16 12 7

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unidades de caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano se encuentran entre las raiacute-ces de una tradicioacuten militar que llevoacute a la caballeriacutea a mantener la ilusioacuten de su reinado sobre los campos de batalla hasta el enloquecedor extremo de atravesar las trincheras y alambradas de la I Guerra Mundial y cargar sobre las divisiones panzer germanas en 1939

SELECCIOacuteN DE TEXTOS EPIGRAacuteFICOS RELATIVOS

83 Camerinum (Camerino) Regio VI Italia CIL XI 5632

M(arco) Maenio C(ai) f(ilio) Cor(nelia) Agrippae L(ucio) Tusidio Campestri hospiti divi Hadriani patri senatoris praef(ecto) coh(ortis) II Fl(aviae) Britton(um) equitat(ae) electo a divo Hadriano et misso in expeditionem Brittannicam trib(uno) coh(ortis) I Hispanor(um) equitat(ae) praef(ecto) alae I Gallor(um) et Pannonior(um) catafractatae proc(uratori) Aug(usti) praef(ecto) classis Brittannicae proc(uratori) provinciae Brittanniae equo publico patrono municipi(i) vicani Censorglacenses consecuti ab indulgentia Optimi Maximique Imp(eratoris) Antonini Aug(usti) Pii beneficio interpretationis eius privilegia quibus in p[e]rpetuum aucti confirmatique sunt l(ocus) d(atus) d(ecreto) d(ecurionum) g(ratis)

Ad Mediam (Mehadia) Dacia CIL XVI 110 = CIL III 886 = AE 1980 760

[Imp(erator) Caes(ar) divi Had]rian(i) f(ilius) divi Traiani [Parthici n(epos) divi Ne]rvae pron(epos) T(itus) Aelius [Hadrianus Ant]oninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) [max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII] imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae) [equit(ibus) et pedit(ibus)] qui mil(itaverunt) in alis III quae [appell(antur) Silia]n(a) et Gall(orum) et Pann(oniorum) [catafrac(taria) et F]ront(oniana) et coh(ortibus) XII I Ulp(ia) [Britton(um)] |(milliaria) et I Fl(avia) Ulp(ia) Hisp(anorum) |(milliaria) [et 3 I Ael(ia)] Gaesa(torum) |(milliaria) et I Aug(usta) Nerv() [|(milliaria) et I]I Britt(onum) |(milliaria) et I Hispan(orum) [--- e]t II Hisp(anorum) scutat(a) Cy[ren(aica) et ---]n() et VI Thrac(um) et sunt [in Dacia Poroliss]en(si) sub Macrinio [Vindice proc(uratore) qui]nq(ue) et vigint(i) stip[en(diis) emerit(is) dimis(sis) hon]est(a) miss(ione) quor(um) [nomin(a) subscripta s]unt civit(atem) Roman(am) [qui eor(um) non ha]b(erent) ded(it) et con(ubium) cum [uxor(ibus) quas tu]nc hab(uissent) cum est [civit(as) i(i)s dat(a) aut] cum i(i)s quas post(ea) [dux(issent) dumtax(at) si]ngulis [[Imp(erator) Caes(ar) divi Hadrian(i) f(ilius) divi Traiani Parthici n(epos) divi Nervae pron(epos) T(itus) Aelius Hadrianus Antoninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae)] [equit(ibus) et pedit(ibus) qui mil(itaverunt) in alis III ---] et vigint(i) stipend(iis) emerit(is) dimis(sis) honest(a) miss(ione) quor(um) nomin(a) subscript(a) sunt civit(atem) Roman(am) qui eor(um) non haber(ent) dedit et conub(ium) cum uxor(ibus) quas tunc habuis(sent) cum est civit(atem) i(is) dat(a) aut cum i(is) quas post(ea) dux(issent) dumtax(at) singulis a(nte) d(iem) V K(alendas) Oct(obres) Sex(to) Calpurnio Agricola Ti(berio) Claudio Iuliano co(n)s(ulibus) coh(ors) I Ulpia Britton(um) |(milliaria) cui

83 Tomados del Epigraphische Datenbank Clauss-Slaby httpwwwmanfredclauss de

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prae(e)st L(ucius) Nonius Bassus Picen(o) ex pedite Luonerco Molaci f(ilio) Britt(oni) descript(um) et recognit(um) ex tabul(a) aer(ea) quae fixa est Romae in mur(o) post templ(um) divi Aug(usti) ad Minervam

Tipasa (Tefessad) Mauretania Cesariense AE 1951 265 = AE 1955 133

D(is) M(anibus) Adiutoris eq(uitis) al(ae) pri(mae) Can(n)anafatium vi(xit) XXXXI m(ilitavit) an(nos) XXIII pro(curante) l(i)b(erto) ipsi(us) bene me(renti) Cabanus he(res) po(suit)

Savaria (Szombathely) Panonia Superior CIL III 4183

T(itus) Cnorius Sabinianus ex praef(ecto) alae Contariorum v(ir) e(gregius) et L(ucius) Val(erius) Verus dec(urio) c(oloniae) C(laudiae) Savar(iensium) sacerdotalis p(rovinciae) P(annoniae) s(uperioris) cryptam vi ignis exustam sumptibus suis refecerunt

Brigetio (Kornye) Panonia Superior CIL III 4278

D(is) M(anibus) Val(erio) Saturnino vet(erano) ex dup(licario) alae I Ulp(iae) Cont(ariorum) qui vixit an(nos) L et Val(erio) Sabino mil(iti) leg(ionis) I Ad(iutricis) stip(endiorum) III vixit an(nos) XXV filio Caes(ia) Digna marito et filio f(aciendum) c(uravit)

Apamea Siria AE 1987 955

Aur(elio) Basso quandam(sic) sig(nifero) al(ae) I Ulp(iae) (C)ontariorum stipendiorum VIII vixit annos XXVIIII XI Kal(endas) Maias Gallo et Volusiano consilibus() titulus positus a Marc(io) Cotum(sic) (d)ec(urione) al(ae) c(ivium) R(omanorum)

Apamea Siria AE 1993 1589

D(is) M(anibus) Iulius Valerianus eques alae I Ulp(iae) contariorum stip(endiorum) XXIII vixit annis XXXXVI Ulp(ius) Ingenu(us) dupl(icarius) alae eiusdem heres posuit b(ene) m(erenti)

Arrabona (Gyor) Panonia Superior CIL III 4379

D(is) M(anibus) Ulp(ius) Variu(s) Ore() vet(e)r(anus) ex stat(ore) al(a)e I Ulp(iae) Cont(ariorum) do(mo) Af(rica) vixs(it) ann(os) XLV et Ael(iae) Sabin(a)e fi(liae) vix(it) ann(os) X Ael(ia) Domitia con(iunx) et Ulp(ius) Sabinianus et Ulp(ius) [Cele]rinus et Sabi[nil]la fili(i) vivi cum [mat(re) pa]tri karis(simo) posuerunt

Sentpalpuszta Panonia Superior CIL III 11081 = AE 1899 3

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[D(is) M(anibus)] M(arcus) Aur(elius) [3]us vex(illarius) al(ae) p(rimae) C(ontariorum) Anto(ninianae) et Elv(iae) Bon(a)e c(oniugi) car(issimae) et f(iliae) Aur(eliae) Valerin(a)e et Ae(liae) Sabin(a)e et Elv(io) Verecundo an(norum) LXX Pulc(h)r(a)e() Suri an(norum) LX et Elv(io) Vitali an(norum) XVIII et Au(relio) Ma(n)suetiano an(norum) VII et Ae(lio) Florido M(arcus) Aur(elius) Valerianus sib(i) [et] su[i]s vivi f(ecit)

Roma CIL VI 1449 = AE 1967 16 = AE 196970 13

M(arco) Macrinio Avito M(arci) f(ilio) Claud(ia) Catonio Vindici co(n)s(uli) aug(uri) p(opuli) R(omani) Quiritium leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) prov(inciae) Moes(iae) inf(erioris) leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) Moes(iae) sup(erioris) cur(atori) civitat(is) Arimin(ensium) p[r]oc(uratori) prov(inciae) Dac(iae) Malv(ensis) praef(ecto) alae contar(iorum) praef(ecto) alae III Thrac(um) trib(uno) milit(um) leg(ionis) VI Victr(icis) praef(ecto) coh(ortis) VI Gall(orum) donat(o) donis mil(itaribus) in bello Germ(anico) ab Imp(eratore) M(arco) Aur(elio) Antonino Aug(usto) hast(is) pur(is) II et vexill(is) II cor(o)na mural(i) et vallar(i) Iunia Flaccinilla marito karissimo et Macrinia Rufina patri piissimo vixit annis XLII m(ensibus) V

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SELECCIOacuteN DE IMAacuteGENES

Fig 1 Relieve de la estela funeraria del eques Aduitor miembro del ala I Canninefatum (AE 1955

133) empuntildeando un contus sarmaticus por el lateral derecho de su montura DIXON SOUTHERN 1997 p 49

Fig 2

Grafito de Dura-Europos datado en torno a los ss II-III dC representando un catafracto parto romano o sasaacutenida JUNKELMANN 1992 p 197

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Fig 3 Las dos bardas de escamas metaacutelicas completas encontradas por Rostovzeff en las

excavaciones de Dura-Europos a lo largo de la campantildea de 1932-33 JUNKELMANN 1992 p 214

Fig 4 Relieves de Firuzabad (Iraacuten) representando a un clibanario persa sasaacutenida derribando a un

catafractarioclibanario parto s III dC Obseacutervese las bandas transversales que se ven en los brazos del jinete de la derecha que probablemente esteacuten representando un tipo de manica

WILCOX 2001 p 22

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Fig 5 Relieve de Firuzabad representando a unos catafractosclibanarios parto y sasaacutenida forcejeando

en combate cuerpo a cuerpo Ilustracioacuten de Wilcox 2001 p 23

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FIG 6 Catafractos partos del s I aC Obseacutervense las protecciones tipo manicae portadas por ambos

jinetes en los brazos El jinete de la derecha tambieacuten las lleva sobre las piernas A Mc Bride en WILCOX 2001

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Fig 7 Fragmentos de cotas de escamas y laacuteminas para armadura encontradas en enterramientos

saacutermatas de los ss I-III dC NEGIN 1998 p 70

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Fig 8 Estela de Athenios en Panticapea (Crimea Ucrania) donde se puede observar a un jinete (izqda) que parece montar un caballo protegido con una cota de escamas al igual que eacutel

NEGIN 1998 p 66

Fig 9 Reconstruccioacuten de un contario saacutermata (izqda) en accioacuten s II dC seguacuten G Embleton en

BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 10 Reconstruccioacuten el posible aspecto de un jinete pesado saacutermata y de la posible proteccioacuten de su

montura s II dC seguacuten G Embleton en BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 11 Reconstruccioacuten de un jinete pesado saacutermata equipado con una armadura compuesta ss I-II

dC seguacuten NEGIN 1998 p 73

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Fig 12 Casco romano tipo Russell Robinson tipo B basado en un ejemplar encontrado en Ely

(Cambridgeshire Reino Unido) ss I-II dC GOLDSWORTHY 1998 p 238

Fig 13

Casco romano tipo Rusell Robinson E basado en un hallazgo realizado en Hedderneim (Alemania) ss II-III GOLDSWORTHY 1998 p 238

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Fig 14

Reconstruccioacuten de un casco romano del tipo Niederbieber ss II-III dC seguacuten GILBERT 2010 p 136

Fig 15

Reconstruccioacuten de una variante del casco romano tipo Heddernheim con y sin maacutescara de proteccioacuten para el rostro ss II-III dC seguacuten ALEXANDRA GILBERT 2009 pp 24-26

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Fig 16 Fragmento de lorica squamata de escamas semi-riacutegidas s II dC

BISHOP COULSTON 1993 p 116

Fig 17 Silla de montar romana de cuatro cuernos seguacuten la reconstruccioacuten de P Connolly

DIXON SOUTHERN 1997 p 71

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Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

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Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

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Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

Recibido 17 mayo 2011 Aprobado 22 junio 2011

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tacto con la caballeriacutea saacutermata De nuevo la coincidencia de variables parece hablar por siacute sola al igual que primero el contarius el catafractus parece ser una respuesta de la caballeriacutea romana a las refriegas habidas con los exce-lentes jinetes saacutermatas desde mediados del s I dC hipoacutetesis que secundan la mayor parte de los autores76 Cualquier posible influjo oriental en la com-posicioacuten de la primera caballeriacutea pesada romana respondioacute a la incorpora-cioacuten de elementos considerados de utilidad no encontrados en la tradicioacuten militar propiamente romana o saacutermata El incremento de este influjo mate-rializado quizaacutes en la intensificacioacuten y extensioacuten del uso de armaduras pe-sadas para caballos y en el importante desarrollo en general del arma de ca-balleriacutea pesada en Roma tendriacutea lugar ya entrado el s III dC quizaacutes no tanto de manos de los uacuteltimos coletazos del moribundo Imperio parto como del joven y eneacutergico Imperio persa sasaacutenida el cual llevariacutea el arma de ca-balleriacutea en el Oriente a nuevas cotas de desarrollo especializacioacuten en organi-zacioacuten equipamiento y taacutecticas77

Mencioacuten especial requiere la organizacioacuten del ala I Gallorum et Pan-noniorum catafracta No entraremos a resentildear aquiacute la naturaleza del ala como unidad militar del ejeacutercito romano ni la organizacioacuten y estructura de la caballeriacutea romana altoimperial sino un aspecto concreto del ala concreta objeto de nuestro estudio y que parece haber pasado desapercibido a la ma-yor parte de los autores Se trata del hecho de que dicha ala debioacute de ser compuesta en su origen por soldados de dos unidades distintas probable-mente tropas selectas Tal y como sentildeala su nombre el ala estaba compuesta por jinetes galos y panonios Mielczarek ha propuesto precisamente que ca-ra a la creacioacuten de esta unidad de catafractos probablemente se seleccionoacute a los mejores soldados de dos alas distintas posiblemente (seguacuten el parecer del propio Mielczarek) el ala I Pannoniorum y el ala I Gallorum Flaviana Aunque de momento no se trata sino de una hipoacutetesis parece razonable que cara a la primera unidad de caballeriacutea pesada romana (probablemente una unidad que tendriacutea en sus oriacutegenes un marcado caraacutecter ldquoexperimentalrdquo) se seleccionara a personal experimentado y de fiar lo que remarcariacutea el caraacutec-ter de eacutelite de este tipo de unidades

76 EADIE 1967 MIELCZAREK 1993 NEGIN 1998 BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

LEBEDYNSKY 2002 77 EADIE 1967 pp 169-172 MICHALAK 1987 MIELCZAREK 1993 pp 63-67 NICOLLE

1996 WILCOX 2001 pp 24-35 FARROKH 2005

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Taacutecticas y limitaciones de la caballeriacutea pesada romana La caballeriacutea fue un arma especializada principalmente en una uacutenica

funcioacuten el ataque Un grupo de jinetes no puede establecer una posicioacuten de-fensiva y mantenerla de forma estaacutetica pues equivaldriacutea claramente a un suicidio en cualquier eacutepoca Cuando una unidad de caballeriacutea ha sido em-pleada con fines de defensa lo ha sido empleando fundamentalmente el ata-que es decir un contraataque

La principal ventaja de un jinete respecto del soldado de infanteriacutea ra-dica en tres puntos fundamentales la altura que le proporciona su montura la rapidez y potencia de la misma y el efecto psicoloacutegico que todo ello sus-cita en el infante El principal modo en que la caballeriacutea (y particularmente la caballeriacutea media y pesada) se enfrenta a la infanteriacutea (y a otras unidades como veremos) es la carga cuya finalidad es desfondar la formacioacuten ene-miga dispersaacutendola para coparla y destruirla o permitir a otras unidades aprovechar la brecha abierta Sin embargo contrariamente a lo que se suele pensar un caballo (o un grupo de caballos) no es capaz de embestir una for-macioacuten cerrada de infanteriacutea Un equino no es un toro ni se comporta como tal El caballo siempre se para antes de llegar a impactar contra un obstaacuteculo que considera no podraacute esquivar o saltar o donde no vea espacio alguno por donde penetrar En este sentido una formacioacuten de infanteriacutea pesada que fuera capaz de mantener su posicioacuten hasta el final teniacutea muchas posibilidades de rechazar una carga de caballeriacutea Existiacutean dos formas para evitar que esto sucediese de modo tal que la carga de caballeriacutea tuviese finalmente eacutexito hostigar a la formacioacuten de infanteriacutea de muacuteltiples modos (ataque con proyec-tiles ataques simulados apoyar a la caballeriacutea atacante con infanteriacutea o ar-tilleriacutea) o bien que un porcentaje suficiente de soldados enemigos no fuera capaz de soportar la tensioacuten psicoloacutegica de ver venir sobre ellos una carga de caballeriacutea y rompiera filas debilitando la formacioacuten desorganizaacutendola y abriendo brechas Como vemos el resultado de una carga de caballeriacutea de-pende maacutes del contexto y de la psicologiacutea que de la carga en siacute misma Sin embargo los nervios de acero necesarios para superar el instinto de autopro-teccioacuten (que nos llevariacutea a quitarnos inmediatamente de la trayectoria de los caballos y sus jinetes) no eran (ni son) un elemento comuacuten en los ejeacutercitos Pocas infanteriacuteas disponiacutean del adiestramiento y disciplina necesarios para mantener la posicioacuten y afrontar una auteacutentica estampida que a sus ojos cla-ramente amenazariacutea con arroyarla Entre tales excepciones se encontraba la

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infanteriacutea legionaria romana la cual soacutelo en determinadas circunstancias era realmente vulnerable a un ataque de caballeriacutea78

Las unidades de caballeriacutea pesada como catafractii y contarii eran un caso auacuten maacutes especial En primer lugar el contus permitiacutea al jinete arroyar a un infante enemigo virtualmente antes de que su montura se viera obligada a detener su marcha Por otra parte sus pesadas protecciones (y la de sus mon-turas al menos para una parte de los catafractii) les otorgaban una mayor se-guridad ante cualquier clase de contraataque enemigo (especialmente pro-yectiles) y una superior capacidad de asumir el riesgo del contacto con una formacioacuten enemiga demasiado firme Pero sobre todo les otorgaba una carga psicoloacutegica brutal la visioacuten de una ldquoparedrdquo blindada erizada de lanzas en auteacutentica formacioacuten de falange avanzando con premura directamente resulta-ba especialmente impactante a ojos de un soldado de infanteriacutea por muacuteltiples factores Ser arroyado por un caballo no es una perspectiva agradable ser arroyado por una marea de lanzas y caballos blindados es una perspectiva auacuten menos agradable Para incrementar la capacidad de penetracioacuten de este tipo de caballeriacutea se empleaban formaciones y ataques en profundidad fun-damentalmente columna y cuneuscuntildea En este sentido la formacioacuten podiacutea concentrar la fuerza de su carga en un frente estrecho que pudiera ser dirigi-do convenientemente contra el punto maacutes deacutebil de la formacioacuten a atacar in-cluso con la carga ya en curso Sin embargo la caballeriacutea pesada poseiacutea una desventaja potencial el enorme peso de su equipamiento reduciacutea la veloci-dad de su carga su maniobrabilidad y podiacutea agotar a sus caballos muy raacutepi-damente En este sentido podiacutean ser viacutectimas faacuteciles de unidades maacutes aacutegiles y raacutepidas o de un contraataque al teacutermino de una extenuante carga (exitosa o no) Por otra parte no estaban precisamente capacitados para realizar una re-tirada raacutepida con los caballos extenuados por el esfuerzo de cargar despla-zando sobre sus lomos a su jinete con su equipamiento y su propia pro-teccioacuten los catafractii podiacutean encontrarse en una situacioacuten realmente com-prometida si su ataque fracasaba y no se encontraban en posicioacuten de recibir apoyo inmediato de unidades aliadas capaces de protegerlos el tiempo nece-sario para maniobrar y salir del atolladero Otro peligro que desembocaba di-rectamente en el fracaso de la carga (y en las circunstancias antes descritas) era la posibilidad de que la formacioacuten perdiera su cohesioacuten durante la carga Para evitar esta circunstancia (y reducir la extenuacioacuten de los caballos) se procuraba no cargar a mayor velocidad que un trote ligero79

78 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

79 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 y 241 LEBEDYNSKY 2002 p 237 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

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A la hora de afrontar a otra caballeriacutea las circunstancias eran dife-rentes La caballeriacutea como especialista en ataque teniacutea tambieacuten la funcioacuten de neutralizar a la caballeriacutea del adversario negaacutendole asiacute la mayor parte de la iniciativa y ganando la oportunidad de flanquear sus formaciones y ata-carlas desde diversos puntos Un ejeacutercito cuya caballeriacutea abandonara el cam-po de batalla por otra parte aunque auacuten podiacutea imponerse mediante la fuerza de su infanteriacutea (si era capaz de rechazar el ataque de la caballeriacutea adversaria y de desalojar a su infanteriacutea) careceriacutea de cualquier posibilidad para explo-tar adecuadamente la victoria la caballeriacutea fue hasta la I Guerra Mundial la uacutenica arma capacitada para lanzar una persecucioacuten sobre una fuerza enemiga en retirada convirtiendo esta uacuteltima en una desbandada desorganizada y dis-poniendo asiacute de la oportunidad de transformar un ejeacutercito derrotado en un ejeacutercito destruido En este sentido la caballeriacutea no fue soacutelo una pieza taacutectica fundamental a la hora de la batalla sino una herramienta baacutesica de la estra-tegia a nivel global de cualquier conflicto a lo largo de unos tres milenios de historia militar

La infanteriacutea puede rechazar a la caballeriacutea pero nunca perseguirla (maniobra que equivaldriacutea a dar la ocasioacuten a los jinetes derrotados de dar media vuelta y lanzar un inesperado contraataque que convirtiera en desastre para la infanteriacutea lo que empezoacute siendo un eacutexito Las huidas fingidas como ya hemos sentildealado eran tambieacuten una interesante taacutectica a emplear por parte de la caballeriacutea para desorganizar una formacioacuten enemiga Sin embargo no era una taacutectica que entrara dentro del ldquomanual de instruccionesrdquo de la ca-balleriacutea maacutes pesada limitada como estaba en sus movimientos) Soacutelo la ca-balleriacutea podiacutea derrotar poner en fuga y destruir a otra caballeriacutea El modo de hacerlo sin embargo era materia delicada Una formacioacuten cerrada para ata-car a otra caballeriacutea resultaba inuacutetil y peligrosa era la mejor forma de que los propios caballos se rompieran los huesos al impactar a gran velocidad contra las monturas enemigas Normalmente y a lo largo de toda la existen-cia de la caballeriacutea de choque dos formaciones de caballeriacutea que cargan una contra otra a la espera de un combate mano a mano tienden a abrir sus liacuteneas para esquivar el choque frontal contra los caballos rivales Al producirse el choque el jinete tratariacutea de atacar con sus armas a su rival maacutes cercano a uno u otro lado intentando derribarle o herirle mortalmente En estas cir-cunstancias el contus sarmaticus vuelve a relucir por sus virtudes permitiacutea (al igual que la lanza de cometida medieval las lanzas de los huacutesares alados polacos o las lanzas de los ulanos austriacos o los cosacos rusos) golpear al jinete adversario antes de que eacuteste equipado con espada o con una lanza maacutes corta pudiese iniciar su propio ataque Una formacioacuten de contarii o de cata-fractii podiacutea asiacute arroyar faacutecilmente la vanguardia de la formacioacuten de caballe-

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riacutea enemiga neutralizando su ataque y desorganizando totalmente su forma-cioacuten Sin embargo cuando dos formaciones cargaban una contra la otra y llegaban a culminar completamente el choque el combate podiacutea derivar faacute-cilmente en una violenta y caoacutetica refriega En estas circunstancias las espa-das de hoja larga empleadas por la caballeriacutea romana y saacutermata eran particu-larmente esenciales asiacute como sus protecciones dado que un contus tendiacutea a partirse tras el primer o segundo impacto y a ser poco coacutemoda de utilizar cuando el combate se tornaba maacutes cercano En cualquier caso si una forma-cioacuten de catafractii no conseguiacutea imponerse durante el choque a la formacioacuten enemiga el agotamiento de sus monturas y su menor movilidad (sumada a la peacuterdida del orden en la formacioacuten inherente al inicio de la refriega) supon-driacutean una peligrosa situacioacuten en el caso de carecer de apoyo de otras unida-des (bien de caballeriacutea o de infanteriacutea) y de la que no podriacutean salir con mu-cha facilidad80

Tanto frente a otra caballeriacutea como frente a la infanteriacutea el respaldo de unidades de caballeriacutea maacutes ligeras y particularmente arqueros a caballo81 resultariacutea particularmente deseable antes del choque la caballeriacutea ligera po-driacutea hostigar con proyectiles a las formaciones enemigas creando brechas o desorganizaacutendolas y despueacutes del choque podriacutean apoyar a la caballeriacutea pe-sada durante la progresioacuten del combate cubrir su retirada o explotar su eacutexito continuando la persecucioacuten de un enemigo en fuga

Como vemos desde el punto de vista taacutectico y del empleo en el campo de batalla el eacutexito de la caballeriacutea pesada acorazada dependiacutea tanto o maacutes de las circunstancias el contexto y el apoyo que pudieran recibir que de sus propias virtudes Se trataba de unidades altamente especializadas que si que-daban desprotegidas o en situaciones comprometidas podiacutean ser faacutecilmente rechazadas desbandadas o destruidas No se trataba de fuerzas versaacutetiles y probablemente ello condicionoacute que su adopcioacuten y empleo generalizado por parte del ejeacutercito romano fuera tardiacuteo

CONCLUSIONES

El ejeacutercito romano se enfrentoacute durante casi dos siglos a la caballeriacutea

pesada desarrollada por las potencias orientales Tras reveses iniciales debi-dos maacutes a las circunstancias que a una auteacutentica incapacidad para afrontar el ataque de este tipo de caballeriacutea las legiones desarrollaron sus particulares contramedidas recorriendo las primeras deacutecadas de la historia del Alto Im-

80 DIXON SOUTHERN 1997 pp 141-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 235-244 MENEacuteNDEZ

ARGUumlIacuteN 2011 pp 322-324 81 DIXON SOUTHERN 1997 p 143

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perio imperturbables considerando del todo innecesario tomar como inno-vacioacuten un arma a la que eran capaces de batir los catafractos partos y arme-nios

Sin embargo hacia mediados del s I dC algo vino a trastocar este es-cenario en apariencia estable e inamovible de las estepas poacutenticas emergioacute no tanto una nueva arma como una nueva forma de combinar y emplear ar-mas y taacutecticas sobradamente conocidas Los haacutebiles jinetes saacutermatas dejaron atraacutes la claacutesica tradicioacuten militar esteparia basada en el uso del arquero a ca-ballo y la caballeriacutea ligera desarrollaron una nueva caballeriacutea pesada libre de la mayor parte de las debilidades de los pesados catafractos partos flexi-ble y dinaacutemica y capaz de luchar en conjuncioacuten perfecta con otras modali-dades de caballeriacutea como si de un uacutenico cuerpo se tratase A diferencia del catafractario parto el ldquocontariordquo saacutermata era un jinete armado maacutes o menos pesadamente seguacuten las circunstancias y sus propias posibilidades Al igual que su contrapartida parto o armenio el jinete pesado saacutermata aprovechaba al maacuteximo las virtudes de su arma definitoria el contus sarmaticus pero la combinaba con el uso de otras igualmente uacutetiles como la espada de hoja larga y el arco recurvado compuesto Su equipamiento defensivo careciacutea de la rigidez propia del catafracto parto tendiendo a ser sensiblemente maacutes li-gero sin perder las ventajas propias de una proteccioacuten completa y concien-zuda Este equipamiento defensivo ademaacutes podiacutea variar seguacuten las circuns-tancias y las necesidades taacutecticas de cada momento (y no solo exclusi-vamente en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete) Ello permitiacutea al jinete pesado saacutermata oscilar entre una caballeriacutea media pura y una caballeriacutea pesada de choque seguacuten las circunstancias Le convertiacutea en un arma flexible capaz de desempentildear diversos papeles en el campo de batalla y variarlos du-rante el combate mismo seguacuten sus necesidades En combinacioacuten con la habi-lidad natural de estos pueblos para la equitacioacuten y sus excelentes (y numero-sas) fuerzas de caballeriacutea ligera la caballeriacutea pesada saacutermata representaba una amenaza realmente seria y totalmente nueva

Desde la guerra civil del 68-69 dC hasta la paz firmada por Adriano con los saacutermatas roxolanos en 119 dC las legiones romanas y su caballeriacutea hubieron de hacer severos esfuerzos para imponerse a este nuevo enemigo en los campos de batalla actuase eacuteste en solitario o en conjuncioacuten con otros pueblos o Estados Las guerras daacutecicas de Domiciano (85-89 dC) y de Tra-jano (101-106 dC) fueron probablemente los puntos culminantes de esta coyuntura De los sangrientos encuentros habidos sobre las orillas del Danu-bio las colinas daacutecicas y las llanuras de la futura Hungriacutea el ejeacutercito romano extraeriacutea una dura leccioacuten que aprenderiacutea raacutepidamente y pondriacutea en creciente praacutectica con el paso de los antildeos cuando a comienzos del s III dC descen-

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diera el ocaso sobre las uacuteltimas luces legadas por la edad dorada de los Anto-ninos habiendo el Estado romano de afrontar las convulsiones de un mundo en paulatina transformacioacuten

A comienzos del s II dC a caballo entre los diacuteas de Trajano y Adria-no el ejeacutercito romano afrontoacute el laborioso proceso de aplicar buena parte de lo que habiacutea aprendido de manos de la caballeriacutea saacutermata El contus ya habiacutea sido adoptado conformando la primera caballeriacutea de choque especialista de la historia del Imperio A ella le seguiriacutean las protecciones pesadas para jine-tes asiacute como para caballos El ejeacutercito romano conociacutea de sobra los modelos orientales de caballeriacutea pesada y sin embargo en el primer siglo de existen-cia de este arma entre las filas romanas el modelo a seguir fue principal-mente saacutermata Los hechos hablan por siacute solos El ejeacutercito romano habiacutea en-contrado una innovacioacuten de intereacutes para su tradicioacuten militar y la incorporoacute raacutepidamente Las primeras unidades de caballeriacutea pesada acorazada romana llevaron nombres que aludiacutean a tradiciones orientales catafractii pero su ar-mamento y el fundamento de sus taacutecticas era una mezcla de aportaciones romanas y modelos saacutermatas Con la llegada del s III dC estas unidades se hariacutean cada vez maacutes necesarias y sobre la trayectoria marcada por los pio-neros de este arma se labrariacutea el desarrollo completo de la misma

La emersioacuten del Imperio persa sasaacutenida supuso la transformacioacuten re-novacioacuten y revitalizacioacuten del arma de caballeriacutea puramente oriental Los sa-saacutenidas llevaron a un nuevo paroxismo a la combinacioacuten de la caballeriacutea pe-sada y la caballeriacutea ligera de tradicioacuten oriental hasta el punto de que algunos tratadistas militares romanos como Amiano Marcelino llegaron a conside-rarlo como un arma praacutecticamente imbatible En palabras del propio Amiano [] catafractarii [] et sagitarii formidable genus armorum82 Probable-mente estas circunstancias forzaran (entre otros factores) no ya la expansioacuten del arma de caballeriacutea pesada (asiacute como del arquero a caballo) en el ejeacutercito romano de los siglos III y IV dC sino la asuncioacuten por parte de la misma de muacuteltiples elementos propios ya exclusivamente de la tradicioacuten militar irano-persa

La experiencia saacutermata quedoacute atraacutes sin embargo su importancia y la de los primeros prototipos de caballeriacutea pesada romana existentes en el Alto Imperio no debe menospreciarse Fueron la piedra fundadora los cimientos de una importante rama de la tradicioacuten militar romana posterior madre de la bizantina y de buena parte de las tradiciones militares de la posterior Europa medieval donde la caballeriacutea ostentariacutea durante siglos su particular supre-maciacutea En cierto modo puede decirse que la caballeriacutea saacutermata y las primeras

82 AMIANO MARCELINO 16 12 7

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unidades de caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano se encuentran entre las raiacute-ces de una tradicioacuten militar que llevoacute a la caballeriacutea a mantener la ilusioacuten de su reinado sobre los campos de batalla hasta el enloquecedor extremo de atravesar las trincheras y alambradas de la I Guerra Mundial y cargar sobre las divisiones panzer germanas en 1939

SELECCIOacuteN DE TEXTOS EPIGRAacuteFICOS RELATIVOS

83 Camerinum (Camerino) Regio VI Italia CIL XI 5632

M(arco) Maenio C(ai) f(ilio) Cor(nelia) Agrippae L(ucio) Tusidio Campestri hospiti divi Hadriani patri senatoris praef(ecto) coh(ortis) II Fl(aviae) Britton(um) equitat(ae) electo a divo Hadriano et misso in expeditionem Brittannicam trib(uno) coh(ortis) I Hispanor(um) equitat(ae) praef(ecto) alae I Gallor(um) et Pannonior(um) catafractatae proc(uratori) Aug(usti) praef(ecto) classis Brittannicae proc(uratori) provinciae Brittanniae equo publico patrono municipi(i) vicani Censorglacenses consecuti ab indulgentia Optimi Maximique Imp(eratoris) Antonini Aug(usti) Pii beneficio interpretationis eius privilegia quibus in p[e]rpetuum aucti confirmatique sunt l(ocus) d(atus) d(ecreto) d(ecurionum) g(ratis)

Ad Mediam (Mehadia) Dacia CIL XVI 110 = CIL III 886 = AE 1980 760

[Imp(erator) Caes(ar) divi Had]rian(i) f(ilius) divi Traiani [Parthici n(epos) divi Ne]rvae pron(epos) T(itus) Aelius [Hadrianus Ant]oninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) [max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII] imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae) [equit(ibus) et pedit(ibus)] qui mil(itaverunt) in alis III quae [appell(antur) Silia]n(a) et Gall(orum) et Pann(oniorum) [catafrac(taria) et F]ront(oniana) et coh(ortibus) XII I Ulp(ia) [Britton(um)] |(milliaria) et I Fl(avia) Ulp(ia) Hisp(anorum) |(milliaria) [et 3 I Ael(ia)] Gaesa(torum) |(milliaria) et I Aug(usta) Nerv() [|(milliaria) et I]I Britt(onum) |(milliaria) et I Hispan(orum) [--- e]t II Hisp(anorum) scutat(a) Cy[ren(aica) et ---]n() et VI Thrac(um) et sunt [in Dacia Poroliss]en(si) sub Macrinio [Vindice proc(uratore) qui]nq(ue) et vigint(i) stip[en(diis) emerit(is) dimis(sis) hon]est(a) miss(ione) quor(um) [nomin(a) subscripta s]unt civit(atem) Roman(am) [qui eor(um) non ha]b(erent) ded(it) et con(ubium) cum [uxor(ibus) quas tu]nc hab(uissent) cum est [civit(as) i(i)s dat(a) aut] cum i(i)s quas post(ea) [dux(issent) dumtax(at) si]ngulis [[Imp(erator) Caes(ar) divi Hadrian(i) f(ilius) divi Traiani Parthici n(epos) divi Nervae pron(epos) T(itus) Aelius Hadrianus Antoninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae)] [equit(ibus) et pedit(ibus) qui mil(itaverunt) in alis III ---] et vigint(i) stipend(iis) emerit(is) dimis(sis) honest(a) miss(ione) quor(um) nomin(a) subscript(a) sunt civit(atem) Roman(am) qui eor(um) non haber(ent) dedit et conub(ium) cum uxor(ibus) quas tunc habuis(sent) cum est civit(atem) i(is) dat(a) aut cum i(is) quas post(ea) dux(issent) dumtax(at) singulis a(nte) d(iem) V K(alendas) Oct(obres) Sex(to) Calpurnio Agricola Ti(berio) Claudio Iuliano co(n)s(ulibus) coh(ors) I Ulpia Britton(um) |(milliaria) cui

83 Tomados del Epigraphische Datenbank Clauss-Slaby httpwwwmanfredclauss de

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prae(e)st L(ucius) Nonius Bassus Picen(o) ex pedite Luonerco Molaci f(ilio) Britt(oni) descript(um) et recognit(um) ex tabul(a) aer(ea) quae fixa est Romae in mur(o) post templ(um) divi Aug(usti) ad Minervam

Tipasa (Tefessad) Mauretania Cesariense AE 1951 265 = AE 1955 133

D(is) M(anibus) Adiutoris eq(uitis) al(ae) pri(mae) Can(n)anafatium vi(xit) XXXXI m(ilitavit) an(nos) XXIII pro(curante) l(i)b(erto) ipsi(us) bene me(renti) Cabanus he(res) po(suit)

Savaria (Szombathely) Panonia Superior CIL III 4183

T(itus) Cnorius Sabinianus ex praef(ecto) alae Contariorum v(ir) e(gregius) et L(ucius) Val(erius) Verus dec(urio) c(oloniae) C(laudiae) Savar(iensium) sacerdotalis p(rovinciae) P(annoniae) s(uperioris) cryptam vi ignis exustam sumptibus suis refecerunt

Brigetio (Kornye) Panonia Superior CIL III 4278

D(is) M(anibus) Val(erio) Saturnino vet(erano) ex dup(licario) alae I Ulp(iae) Cont(ariorum) qui vixit an(nos) L et Val(erio) Sabino mil(iti) leg(ionis) I Ad(iutricis) stip(endiorum) III vixit an(nos) XXV filio Caes(ia) Digna marito et filio f(aciendum) c(uravit)

Apamea Siria AE 1987 955

Aur(elio) Basso quandam(sic) sig(nifero) al(ae) I Ulp(iae) (C)ontariorum stipendiorum VIII vixit annos XXVIIII XI Kal(endas) Maias Gallo et Volusiano consilibus() titulus positus a Marc(io) Cotum(sic) (d)ec(urione) al(ae) c(ivium) R(omanorum)

Apamea Siria AE 1993 1589

D(is) M(anibus) Iulius Valerianus eques alae I Ulp(iae) contariorum stip(endiorum) XXIII vixit annis XXXXVI Ulp(ius) Ingenu(us) dupl(icarius) alae eiusdem heres posuit b(ene) m(erenti)

Arrabona (Gyor) Panonia Superior CIL III 4379

D(is) M(anibus) Ulp(ius) Variu(s) Ore() vet(e)r(anus) ex stat(ore) al(a)e I Ulp(iae) Cont(ariorum) do(mo) Af(rica) vixs(it) ann(os) XLV et Ael(iae) Sabin(a)e fi(liae) vix(it) ann(os) X Ael(ia) Domitia con(iunx) et Ulp(ius) Sabinianus et Ulp(ius) [Cele]rinus et Sabi[nil]la fili(i) vivi cum [mat(re) pa]tri karis(simo) posuerunt

Sentpalpuszta Panonia Superior CIL III 11081 = AE 1899 3

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[D(is) M(anibus)] M(arcus) Aur(elius) [3]us vex(illarius) al(ae) p(rimae) C(ontariorum) Anto(ninianae) et Elv(iae) Bon(a)e c(oniugi) car(issimae) et f(iliae) Aur(eliae) Valerin(a)e et Ae(liae) Sabin(a)e et Elv(io) Verecundo an(norum) LXX Pulc(h)r(a)e() Suri an(norum) LX et Elv(io) Vitali an(norum) XVIII et Au(relio) Ma(n)suetiano an(norum) VII et Ae(lio) Florido M(arcus) Aur(elius) Valerianus sib(i) [et] su[i]s vivi f(ecit)

Roma CIL VI 1449 = AE 1967 16 = AE 196970 13

M(arco) Macrinio Avito M(arci) f(ilio) Claud(ia) Catonio Vindici co(n)s(uli) aug(uri) p(opuli) R(omani) Quiritium leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) prov(inciae) Moes(iae) inf(erioris) leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) Moes(iae) sup(erioris) cur(atori) civitat(is) Arimin(ensium) p[r]oc(uratori) prov(inciae) Dac(iae) Malv(ensis) praef(ecto) alae contar(iorum) praef(ecto) alae III Thrac(um) trib(uno) milit(um) leg(ionis) VI Victr(icis) praef(ecto) coh(ortis) VI Gall(orum) donat(o) donis mil(itaribus) in bello Germ(anico) ab Imp(eratore) M(arco) Aur(elio) Antonino Aug(usto) hast(is) pur(is) II et vexill(is) II cor(o)na mural(i) et vallar(i) Iunia Flaccinilla marito karissimo et Macrinia Rufina patri piissimo vixit annis XLII m(ensibus) V

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SELECCIOacuteN DE IMAacuteGENES

Fig 1 Relieve de la estela funeraria del eques Aduitor miembro del ala I Canninefatum (AE 1955

133) empuntildeando un contus sarmaticus por el lateral derecho de su montura DIXON SOUTHERN 1997 p 49

Fig 2

Grafito de Dura-Europos datado en torno a los ss II-III dC representando un catafracto parto romano o sasaacutenida JUNKELMANN 1992 p 197

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Fig 3 Las dos bardas de escamas metaacutelicas completas encontradas por Rostovzeff en las

excavaciones de Dura-Europos a lo largo de la campantildea de 1932-33 JUNKELMANN 1992 p 214

Fig 4 Relieves de Firuzabad (Iraacuten) representando a un clibanario persa sasaacutenida derribando a un

catafractarioclibanario parto s III dC Obseacutervese las bandas transversales que se ven en los brazos del jinete de la derecha que probablemente esteacuten representando un tipo de manica

WILCOX 2001 p 22

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Fig 5 Relieve de Firuzabad representando a unos catafractosclibanarios parto y sasaacutenida forcejeando

en combate cuerpo a cuerpo Ilustracioacuten de Wilcox 2001 p 23

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FIG 6 Catafractos partos del s I aC Obseacutervense las protecciones tipo manicae portadas por ambos

jinetes en los brazos El jinete de la derecha tambieacuten las lleva sobre las piernas A Mc Bride en WILCOX 2001

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Fig 7 Fragmentos de cotas de escamas y laacuteminas para armadura encontradas en enterramientos

saacutermatas de los ss I-III dC NEGIN 1998 p 70

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Fig 8 Estela de Athenios en Panticapea (Crimea Ucrania) donde se puede observar a un jinete (izqda) que parece montar un caballo protegido con una cota de escamas al igual que eacutel

NEGIN 1998 p 66

Fig 9 Reconstruccioacuten de un contario saacutermata (izqda) en accioacuten s II dC seguacuten G Embleton en

BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 10 Reconstruccioacuten el posible aspecto de un jinete pesado saacutermata y de la posible proteccioacuten de su

montura s II dC seguacuten G Embleton en BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 11 Reconstruccioacuten de un jinete pesado saacutermata equipado con una armadura compuesta ss I-II

dC seguacuten NEGIN 1998 p 73

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Fig 12 Casco romano tipo Russell Robinson tipo B basado en un ejemplar encontrado en Ely

(Cambridgeshire Reino Unido) ss I-II dC GOLDSWORTHY 1998 p 238

Fig 13

Casco romano tipo Rusell Robinson E basado en un hallazgo realizado en Hedderneim (Alemania) ss II-III GOLDSWORTHY 1998 p 238

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Fig 14

Reconstruccioacuten de un casco romano del tipo Niederbieber ss II-III dC seguacuten GILBERT 2010 p 136

Fig 15

Reconstruccioacuten de una variante del casco romano tipo Heddernheim con y sin maacutescara de proteccioacuten para el rostro ss II-III dC seguacuten ALEXANDRA GILBERT 2009 pp 24-26

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Fig 16 Fragmento de lorica squamata de escamas semi-riacutegidas s II dC

BISHOP COULSTON 1993 p 116

Fig 17 Silla de montar romana de cuatro cuernos seguacuten la reconstruccioacuten de P Connolly

DIXON SOUTHERN 1997 p 71

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Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

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Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

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Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

Recibido 17 mayo 2011 Aprobado 22 junio 2011

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Taacutecticas y limitaciones de la caballeriacutea pesada romana La caballeriacutea fue un arma especializada principalmente en una uacutenica

funcioacuten el ataque Un grupo de jinetes no puede establecer una posicioacuten de-fensiva y mantenerla de forma estaacutetica pues equivaldriacutea claramente a un suicidio en cualquier eacutepoca Cuando una unidad de caballeriacutea ha sido em-pleada con fines de defensa lo ha sido empleando fundamentalmente el ata-que es decir un contraataque

La principal ventaja de un jinete respecto del soldado de infanteriacutea ra-dica en tres puntos fundamentales la altura que le proporciona su montura la rapidez y potencia de la misma y el efecto psicoloacutegico que todo ello sus-cita en el infante El principal modo en que la caballeriacutea (y particularmente la caballeriacutea media y pesada) se enfrenta a la infanteriacutea (y a otras unidades como veremos) es la carga cuya finalidad es desfondar la formacioacuten ene-miga dispersaacutendola para coparla y destruirla o permitir a otras unidades aprovechar la brecha abierta Sin embargo contrariamente a lo que se suele pensar un caballo (o un grupo de caballos) no es capaz de embestir una for-macioacuten cerrada de infanteriacutea Un equino no es un toro ni se comporta como tal El caballo siempre se para antes de llegar a impactar contra un obstaacuteculo que considera no podraacute esquivar o saltar o donde no vea espacio alguno por donde penetrar En este sentido una formacioacuten de infanteriacutea pesada que fuera capaz de mantener su posicioacuten hasta el final teniacutea muchas posibilidades de rechazar una carga de caballeriacutea Existiacutean dos formas para evitar que esto sucediese de modo tal que la carga de caballeriacutea tuviese finalmente eacutexito hostigar a la formacioacuten de infanteriacutea de muacuteltiples modos (ataque con proyec-tiles ataques simulados apoyar a la caballeriacutea atacante con infanteriacutea o ar-tilleriacutea) o bien que un porcentaje suficiente de soldados enemigos no fuera capaz de soportar la tensioacuten psicoloacutegica de ver venir sobre ellos una carga de caballeriacutea y rompiera filas debilitando la formacioacuten desorganizaacutendola y abriendo brechas Como vemos el resultado de una carga de caballeriacutea de-pende maacutes del contexto y de la psicologiacutea que de la carga en siacute misma Sin embargo los nervios de acero necesarios para superar el instinto de autopro-teccioacuten (que nos llevariacutea a quitarnos inmediatamente de la trayectoria de los caballos y sus jinetes) no eran (ni son) un elemento comuacuten en los ejeacutercitos Pocas infanteriacuteas disponiacutean del adiestramiento y disciplina necesarios para mantener la posicioacuten y afrontar una auteacutentica estampida que a sus ojos cla-ramente amenazariacutea con arroyarla Entre tales excepciones se encontraba la

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infanteriacutea legionaria romana la cual soacutelo en determinadas circunstancias era realmente vulnerable a un ataque de caballeriacutea78

Las unidades de caballeriacutea pesada como catafractii y contarii eran un caso auacuten maacutes especial En primer lugar el contus permitiacutea al jinete arroyar a un infante enemigo virtualmente antes de que su montura se viera obligada a detener su marcha Por otra parte sus pesadas protecciones (y la de sus mon-turas al menos para una parte de los catafractii) les otorgaban una mayor se-guridad ante cualquier clase de contraataque enemigo (especialmente pro-yectiles) y una superior capacidad de asumir el riesgo del contacto con una formacioacuten enemiga demasiado firme Pero sobre todo les otorgaba una carga psicoloacutegica brutal la visioacuten de una ldquoparedrdquo blindada erizada de lanzas en auteacutentica formacioacuten de falange avanzando con premura directamente resulta-ba especialmente impactante a ojos de un soldado de infanteriacutea por muacuteltiples factores Ser arroyado por un caballo no es una perspectiva agradable ser arroyado por una marea de lanzas y caballos blindados es una perspectiva auacuten menos agradable Para incrementar la capacidad de penetracioacuten de este tipo de caballeriacutea se empleaban formaciones y ataques en profundidad fun-damentalmente columna y cuneuscuntildea En este sentido la formacioacuten podiacutea concentrar la fuerza de su carga en un frente estrecho que pudiera ser dirigi-do convenientemente contra el punto maacutes deacutebil de la formacioacuten a atacar in-cluso con la carga ya en curso Sin embargo la caballeriacutea pesada poseiacutea una desventaja potencial el enorme peso de su equipamiento reduciacutea la veloci-dad de su carga su maniobrabilidad y podiacutea agotar a sus caballos muy raacutepi-damente En este sentido podiacutean ser viacutectimas faacuteciles de unidades maacutes aacutegiles y raacutepidas o de un contraataque al teacutermino de una extenuante carga (exitosa o no) Por otra parte no estaban precisamente capacitados para realizar una re-tirada raacutepida con los caballos extenuados por el esfuerzo de cargar despla-zando sobre sus lomos a su jinete con su equipamiento y su propia pro-teccioacuten los catafractii podiacutean encontrarse en una situacioacuten realmente com-prometida si su ataque fracasaba y no se encontraban en posicioacuten de recibir apoyo inmediato de unidades aliadas capaces de protegerlos el tiempo nece-sario para maniobrar y salir del atolladero Otro peligro que desembocaba di-rectamente en el fracaso de la carga (y en las circunstancias antes descritas) era la posibilidad de que la formacioacuten perdiera su cohesioacuten durante la carga Para evitar esta circunstancia (y reducir la extenuacioacuten de los caballos) se procuraba no cargar a mayor velocidad que un trote ligero79

78 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

79 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 y 241 LEBEDYNSKY 2002 p 237 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

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A la hora de afrontar a otra caballeriacutea las circunstancias eran dife-rentes La caballeriacutea como especialista en ataque teniacutea tambieacuten la funcioacuten de neutralizar a la caballeriacutea del adversario negaacutendole asiacute la mayor parte de la iniciativa y ganando la oportunidad de flanquear sus formaciones y ata-carlas desde diversos puntos Un ejeacutercito cuya caballeriacutea abandonara el cam-po de batalla por otra parte aunque auacuten podiacutea imponerse mediante la fuerza de su infanteriacutea (si era capaz de rechazar el ataque de la caballeriacutea adversaria y de desalojar a su infanteriacutea) careceriacutea de cualquier posibilidad para explo-tar adecuadamente la victoria la caballeriacutea fue hasta la I Guerra Mundial la uacutenica arma capacitada para lanzar una persecucioacuten sobre una fuerza enemiga en retirada convirtiendo esta uacuteltima en una desbandada desorganizada y dis-poniendo asiacute de la oportunidad de transformar un ejeacutercito derrotado en un ejeacutercito destruido En este sentido la caballeriacutea no fue soacutelo una pieza taacutectica fundamental a la hora de la batalla sino una herramienta baacutesica de la estra-tegia a nivel global de cualquier conflicto a lo largo de unos tres milenios de historia militar

La infanteriacutea puede rechazar a la caballeriacutea pero nunca perseguirla (maniobra que equivaldriacutea a dar la ocasioacuten a los jinetes derrotados de dar media vuelta y lanzar un inesperado contraataque que convirtiera en desastre para la infanteriacutea lo que empezoacute siendo un eacutexito Las huidas fingidas como ya hemos sentildealado eran tambieacuten una interesante taacutectica a emplear por parte de la caballeriacutea para desorganizar una formacioacuten enemiga Sin embargo no era una taacutectica que entrara dentro del ldquomanual de instruccionesrdquo de la ca-balleriacutea maacutes pesada limitada como estaba en sus movimientos) Soacutelo la ca-balleriacutea podiacutea derrotar poner en fuga y destruir a otra caballeriacutea El modo de hacerlo sin embargo era materia delicada Una formacioacuten cerrada para ata-car a otra caballeriacutea resultaba inuacutetil y peligrosa era la mejor forma de que los propios caballos se rompieran los huesos al impactar a gran velocidad contra las monturas enemigas Normalmente y a lo largo de toda la existen-cia de la caballeriacutea de choque dos formaciones de caballeriacutea que cargan una contra otra a la espera de un combate mano a mano tienden a abrir sus liacuteneas para esquivar el choque frontal contra los caballos rivales Al producirse el choque el jinete tratariacutea de atacar con sus armas a su rival maacutes cercano a uno u otro lado intentando derribarle o herirle mortalmente En estas cir-cunstancias el contus sarmaticus vuelve a relucir por sus virtudes permitiacutea (al igual que la lanza de cometida medieval las lanzas de los huacutesares alados polacos o las lanzas de los ulanos austriacos o los cosacos rusos) golpear al jinete adversario antes de que eacuteste equipado con espada o con una lanza maacutes corta pudiese iniciar su propio ataque Una formacioacuten de contarii o de cata-fractii podiacutea asiacute arroyar faacutecilmente la vanguardia de la formacioacuten de caballe-

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riacutea enemiga neutralizando su ataque y desorganizando totalmente su forma-cioacuten Sin embargo cuando dos formaciones cargaban una contra la otra y llegaban a culminar completamente el choque el combate podiacutea derivar faacute-cilmente en una violenta y caoacutetica refriega En estas circunstancias las espa-das de hoja larga empleadas por la caballeriacutea romana y saacutermata eran particu-larmente esenciales asiacute como sus protecciones dado que un contus tendiacutea a partirse tras el primer o segundo impacto y a ser poco coacutemoda de utilizar cuando el combate se tornaba maacutes cercano En cualquier caso si una forma-cioacuten de catafractii no conseguiacutea imponerse durante el choque a la formacioacuten enemiga el agotamiento de sus monturas y su menor movilidad (sumada a la peacuterdida del orden en la formacioacuten inherente al inicio de la refriega) supon-driacutean una peligrosa situacioacuten en el caso de carecer de apoyo de otras unida-des (bien de caballeriacutea o de infanteriacutea) y de la que no podriacutean salir con mu-cha facilidad80

Tanto frente a otra caballeriacutea como frente a la infanteriacutea el respaldo de unidades de caballeriacutea maacutes ligeras y particularmente arqueros a caballo81 resultariacutea particularmente deseable antes del choque la caballeriacutea ligera po-driacutea hostigar con proyectiles a las formaciones enemigas creando brechas o desorganizaacutendolas y despueacutes del choque podriacutean apoyar a la caballeriacutea pe-sada durante la progresioacuten del combate cubrir su retirada o explotar su eacutexito continuando la persecucioacuten de un enemigo en fuga

Como vemos desde el punto de vista taacutectico y del empleo en el campo de batalla el eacutexito de la caballeriacutea pesada acorazada dependiacutea tanto o maacutes de las circunstancias el contexto y el apoyo que pudieran recibir que de sus propias virtudes Se trataba de unidades altamente especializadas que si que-daban desprotegidas o en situaciones comprometidas podiacutean ser faacutecilmente rechazadas desbandadas o destruidas No se trataba de fuerzas versaacutetiles y probablemente ello condicionoacute que su adopcioacuten y empleo generalizado por parte del ejeacutercito romano fuera tardiacuteo

CONCLUSIONES

El ejeacutercito romano se enfrentoacute durante casi dos siglos a la caballeriacutea

pesada desarrollada por las potencias orientales Tras reveses iniciales debi-dos maacutes a las circunstancias que a una auteacutentica incapacidad para afrontar el ataque de este tipo de caballeriacutea las legiones desarrollaron sus particulares contramedidas recorriendo las primeras deacutecadas de la historia del Alto Im-

80 DIXON SOUTHERN 1997 pp 141-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 235-244 MENEacuteNDEZ

ARGUumlIacuteN 2011 pp 322-324 81 DIXON SOUTHERN 1997 p 143

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perio imperturbables considerando del todo innecesario tomar como inno-vacioacuten un arma a la que eran capaces de batir los catafractos partos y arme-nios

Sin embargo hacia mediados del s I dC algo vino a trastocar este es-cenario en apariencia estable e inamovible de las estepas poacutenticas emergioacute no tanto una nueva arma como una nueva forma de combinar y emplear ar-mas y taacutecticas sobradamente conocidas Los haacutebiles jinetes saacutermatas dejaron atraacutes la claacutesica tradicioacuten militar esteparia basada en el uso del arquero a ca-ballo y la caballeriacutea ligera desarrollaron una nueva caballeriacutea pesada libre de la mayor parte de las debilidades de los pesados catafractos partos flexi-ble y dinaacutemica y capaz de luchar en conjuncioacuten perfecta con otras modali-dades de caballeriacutea como si de un uacutenico cuerpo se tratase A diferencia del catafractario parto el ldquocontariordquo saacutermata era un jinete armado maacutes o menos pesadamente seguacuten las circunstancias y sus propias posibilidades Al igual que su contrapartida parto o armenio el jinete pesado saacutermata aprovechaba al maacuteximo las virtudes de su arma definitoria el contus sarmaticus pero la combinaba con el uso de otras igualmente uacutetiles como la espada de hoja larga y el arco recurvado compuesto Su equipamiento defensivo careciacutea de la rigidez propia del catafracto parto tendiendo a ser sensiblemente maacutes li-gero sin perder las ventajas propias de una proteccioacuten completa y concien-zuda Este equipamiento defensivo ademaacutes podiacutea variar seguacuten las circuns-tancias y las necesidades taacutecticas de cada momento (y no solo exclusi-vamente en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete) Ello permitiacutea al jinete pesado saacutermata oscilar entre una caballeriacutea media pura y una caballeriacutea pesada de choque seguacuten las circunstancias Le convertiacutea en un arma flexible capaz de desempentildear diversos papeles en el campo de batalla y variarlos du-rante el combate mismo seguacuten sus necesidades En combinacioacuten con la habi-lidad natural de estos pueblos para la equitacioacuten y sus excelentes (y numero-sas) fuerzas de caballeriacutea ligera la caballeriacutea pesada saacutermata representaba una amenaza realmente seria y totalmente nueva

Desde la guerra civil del 68-69 dC hasta la paz firmada por Adriano con los saacutermatas roxolanos en 119 dC las legiones romanas y su caballeriacutea hubieron de hacer severos esfuerzos para imponerse a este nuevo enemigo en los campos de batalla actuase eacuteste en solitario o en conjuncioacuten con otros pueblos o Estados Las guerras daacutecicas de Domiciano (85-89 dC) y de Tra-jano (101-106 dC) fueron probablemente los puntos culminantes de esta coyuntura De los sangrientos encuentros habidos sobre las orillas del Danu-bio las colinas daacutecicas y las llanuras de la futura Hungriacutea el ejeacutercito romano extraeriacutea una dura leccioacuten que aprenderiacutea raacutepidamente y pondriacutea en creciente praacutectica con el paso de los antildeos cuando a comienzos del s III dC descen-

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diera el ocaso sobre las uacuteltimas luces legadas por la edad dorada de los Anto-ninos habiendo el Estado romano de afrontar las convulsiones de un mundo en paulatina transformacioacuten

A comienzos del s II dC a caballo entre los diacuteas de Trajano y Adria-no el ejeacutercito romano afrontoacute el laborioso proceso de aplicar buena parte de lo que habiacutea aprendido de manos de la caballeriacutea saacutermata El contus ya habiacutea sido adoptado conformando la primera caballeriacutea de choque especialista de la historia del Imperio A ella le seguiriacutean las protecciones pesadas para jine-tes asiacute como para caballos El ejeacutercito romano conociacutea de sobra los modelos orientales de caballeriacutea pesada y sin embargo en el primer siglo de existen-cia de este arma entre las filas romanas el modelo a seguir fue principal-mente saacutermata Los hechos hablan por siacute solos El ejeacutercito romano habiacutea en-contrado una innovacioacuten de intereacutes para su tradicioacuten militar y la incorporoacute raacutepidamente Las primeras unidades de caballeriacutea pesada acorazada romana llevaron nombres que aludiacutean a tradiciones orientales catafractii pero su ar-mamento y el fundamento de sus taacutecticas era una mezcla de aportaciones romanas y modelos saacutermatas Con la llegada del s III dC estas unidades se hariacutean cada vez maacutes necesarias y sobre la trayectoria marcada por los pio-neros de este arma se labrariacutea el desarrollo completo de la misma

La emersioacuten del Imperio persa sasaacutenida supuso la transformacioacuten re-novacioacuten y revitalizacioacuten del arma de caballeriacutea puramente oriental Los sa-saacutenidas llevaron a un nuevo paroxismo a la combinacioacuten de la caballeriacutea pe-sada y la caballeriacutea ligera de tradicioacuten oriental hasta el punto de que algunos tratadistas militares romanos como Amiano Marcelino llegaron a conside-rarlo como un arma praacutecticamente imbatible En palabras del propio Amiano [] catafractarii [] et sagitarii formidable genus armorum82 Probable-mente estas circunstancias forzaran (entre otros factores) no ya la expansioacuten del arma de caballeriacutea pesada (asiacute como del arquero a caballo) en el ejeacutercito romano de los siglos III y IV dC sino la asuncioacuten por parte de la misma de muacuteltiples elementos propios ya exclusivamente de la tradicioacuten militar irano-persa

La experiencia saacutermata quedoacute atraacutes sin embargo su importancia y la de los primeros prototipos de caballeriacutea pesada romana existentes en el Alto Imperio no debe menospreciarse Fueron la piedra fundadora los cimientos de una importante rama de la tradicioacuten militar romana posterior madre de la bizantina y de buena parte de las tradiciones militares de la posterior Europa medieval donde la caballeriacutea ostentariacutea durante siglos su particular supre-maciacutea En cierto modo puede decirse que la caballeriacutea saacutermata y las primeras

82 AMIANO MARCELINO 16 12 7

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unidades de caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano se encuentran entre las raiacute-ces de una tradicioacuten militar que llevoacute a la caballeriacutea a mantener la ilusioacuten de su reinado sobre los campos de batalla hasta el enloquecedor extremo de atravesar las trincheras y alambradas de la I Guerra Mundial y cargar sobre las divisiones panzer germanas en 1939

SELECCIOacuteN DE TEXTOS EPIGRAacuteFICOS RELATIVOS

83 Camerinum (Camerino) Regio VI Italia CIL XI 5632

M(arco) Maenio C(ai) f(ilio) Cor(nelia) Agrippae L(ucio) Tusidio Campestri hospiti divi Hadriani patri senatoris praef(ecto) coh(ortis) II Fl(aviae) Britton(um) equitat(ae) electo a divo Hadriano et misso in expeditionem Brittannicam trib(uno) coh(ortis) I Hispanor(um) equitat(ae) praef(ecto) alae I Gallor(um) et Pannonior(um) catafractatae proc(uratori) Aug(usti) praef(ecto) classis Brittannicae proc(uratori) provinciae Brittanniae equo publico patrono municipi(i) vicani Censorglacenses consecuti ab indulgentia Optimi Maximique Imp(eratoris) Antonini Aug(usti) Pii beneficio interpretationis eius privilegia quibus in p[e]rpetuum aucti confirmatique sunt l(ocus) d(atus) d(ecreto) d(ecurionum) g(ratis)

Ad Mediam (Mehadia) Dacia CIL XVI 110 = CIL III 886 = AE 1980 760

[Imp(erator) Caes(ar) divi Had]rian(i) f(ilius) divi Traiani [Parthici n(epos) divi Ne]rvae pron(epos) T(itus) Aelius [Hadrianus Ant]oninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) [max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII] imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae) [equit(ibus) et pedit(ibus)] qui mil(itaverunt) in alis III quae [appell(antur) Silia]n(a) et Gall(orum) et Pann(oniorum) [catafrac(taria) et F]ront(oniana) et coh(ortibus) XII I Ulp(ia) [Britton(um)] |(milliaria) et I Fl(avia) Ulp(ia) Hisp(anorum) |(milliaria) [et 3 I Ael(ia)] Gaesa(torum) |(milliaria) et I Aug(usta) Nerv() [|(milliaria) et I]I Britt(onum) |(milliaria) et I Hispan(orum) [--- e]t II Hisp(anorum) scutat(a) Cy[ren(aica) et ---]n() et VI Thrac(um) et sunt [in Dacia Poroliss]en(si) sub Macrinio [Vindice proc(uratore) qui]nq(ue) et vigint(i) stip[en(diis) emerit(is) dimis(sis) hon]est(a) miss(ione) quor(um) [nomin(a) subscripta s]unt civit(atem) Roman(am) [qui eor(um) non ha]b(erent) ded(it) et con(ubium) cum [uxor(ibus) quas tu]nc hab(uissent) cum est [civit(as) i(i)s dat(a) aut] cum i(i)s quas post(ea) [dux(issent) dumtax(at) si]ngulis [[Imp(erator) Caes(ar) divi Hadrian(i) f(ilius) divi Traiani Parthici n(epos) divi Nervae pron(epos) T(itus) Aelius Hadrianus Antoninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae)] [equit(ibus) et pedit(ibus) qui mil(itaverunt) in alis III ---] et vigint(i) stipend(iis) emerit(is) dimis(sis) honest(a) miss(ione) quor(um) nomin(a) subscript(a) sunt civit(atem) Roman(am) qui eor(um) non haber(ent) dedit et conub(ium) cum uxor(ibus) quas tunc habuis(sent) cum est civit(atem) i(is) dat(a) aut cum i(is) quas post(ea) dux(issent) dumtax(at) singulis a(nte) d(iem) V K(alendas) Oct(obres) Sex(to) Calpurnio Agricola Ti(berio) Claudio Iuliano co(n)s(ulibus) coh(ors) I Ulpia Britton(um) |(milliaria) cui

83 Tomados del Epigraphische Datenbank Clauss-Slaby httpwwwmanfredclauss de

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prae(e)st L(ucius) Nonius Bassus Picen(o) ex pedite Luonerco Molaci f(ilio) Britt(oni) descript(um) et recognit(um) ex tabul(a) aer(ea) quae fixa est Romae in mur(o) post templ(um) divi Aug(usti) ad Minervam

Tipasa (Tefessad) Mauretania Cesariense AE 1951 265 = AE 1955 133

D(is) M(anibus) Adiutoris eq(uitis) al(ae) pri(mae) Can(n)anafatium vi(xit) XXXXI m(ilitavit) an(nos) XXIII pro(curante) l(i)b(erto) ipsi(us) bene me(renti) Cabanus he(res) po(suit)

Savaria (Szombathely) Panonia Superior CIL III 4183

T(itus) Cnorius Sabinianus ex praef(ecto) alae Contariorum v(ir) e(gregius) et L(ucius) Val(erius) Verus dec(urio) c(oloniae) C(laudiae) Savar(iensium) sacerdotalis p(rovinciae) P(annoniae) s(uperioris) cryptam vi ignis exustam sumptibus suis refecerunt

Brigetio (Kornye) Panonia Superior CIL III 4278

D(is) M(anibus) Val(erio) Saturnino vet(erano) ex dup(licario) alae I Ulp(iae) Cont(ariorum) qui vixit an(nos) L et Val(erio) Sabino mil(iti) leg(ionis) I Ad(iutricis) stip(endiorum) III vixit an(nos) XXV filio Caes(ia) Digna marito et filio f(aciendum) c(uravit)

Apamea Siria AE 1987 955

Aur(elio) Basso quandam(sic) sig(nifero) al(ae) I Ulp(iae) (C)ontariorum stipendiorum VIII vixit annos XXVIIII XI Kal(endas) Maias Gallo et Volusiano consilibus() titulus positus a Marc(io) Cotum(sic) (d)ec(urione) al(ae) c(ivium) R(omanorum)

Apamea Siria AE 1993 1589

D(is) M(anibus) Iulius Valerianus eques alae I Ulp(iae) contariorum stip(endiorum) XXIII vixit annis XXXXVI Ulp(ius) Ingenu(us) dupl(icarius) alae eiusdem heres posuit b(ene) m(erenti)

Arrabona (Gyor) Panonia Superior CIL III 4379

D(is) M(anibus) Ulp(ius) Variu(s) Ore() vet(e)r(anus) ex stat(ore) al(a)e I Ulp(iae) Cont(ariorum) do(mo) Af(rica) vixs(it) ann(os) XLV et Ael(iae) Sabin(a)e fi(liae) vix(it) ann(os) X Ael(ia) Domitia con(iunx) et Ulp(ius) Sabinianus et Ulp(ius) [Cele]rinus et Sabi[nil]la fili(i) vivi cum [mat(re) pa]tri karis(simo) posuerunt

Sentpalpuszta Panonia Superior CIL III 11081 = AE 1899 3

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[D(is) M(anibus)] M(arcus) Aur(elius) [3]us vex(illarius) al(ae) p(rimae) C(ontariorum) Anto(ninianae) et Elv(iae) Bon(a)e c(oniugi) car(issimae) et f(iliae) Aur(eliae) Valerin(a)e et Ae(liae) Sabin(a)e et Elv(io) Verecundo an(norum) LXX Pulc(h)r(a)e() Suri an(norum) LX et Elv(io) Vitali an(norum) XVIII et Au(relio) Ma(n)suetiano an(norum) VII et Ae(lio) Florido M(arcus) Aur(elius) Valerianus sib(i) [et] su[i]s vivi f(ecit)

Roma CIL VI 1449 = AE 1967 16 = AE 196970 13

M(arco) Macrinio Avito M(arci) f(ilio) Claud(ia) Catonio Vindici co(n)s(uli) aug(uri) p(opuli) R(omani) Quiritium leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) prov(inciae) Moes(iae) inf(erioris) leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) Moes(iae) sup(erioris) cur(atori) civitat(is) Arimin(ensium) p[r]oc(uratori) prov(inciae) Dac(iae) Malv(ensis) praef(ecto) alae contar(iorum) praef(ecto) alae III Thrac(um) trib(uno) milit(um) leg(ionis) VI Victr(icis) praef(ecto) coh(ortis) VI Gall(orum) donat(o) donis mil(itaribus) in bello Germ(anico) ab Imp(eratore) M(arco) Aur(elio) Antonino Aug(usto) hast(is) pur(is) II et vexill(is) II cor(o)na mural(i) et vallar(i) Iunia Flaccinilla marito karissimo et Macrinia Rufina patri piissimo vixit annis XLII m(ensibus) V

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SELECCIOacuteN DE IMAacuteGENES

Fig 1 Relieve de la estela funeraria del eques Aduitor miembro del ala I Canninefatum (AE 1955

133) empuntildeando un contus sarmaticus por el lateral derecho de su montura DIXON SOUTHERN 1997 p 49

Fig 2

Grafito de Dura-Europos datado en torno a los ss II-III dC representando un catafracto parto romano o sasaacutenida JUNKELMANN 1992 p 197

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Fig 3 Las dos bardas de escamas metaacutelicas completas encontradas por Rostovzeff en las

excavaciones de Dura-Europos a lo largo de la campantildea de 1932-33 JUNKELMANN 1992 p 214

Fig 4 Relieves de Firuzabad (Iraacuten) representando a un clibanario persa sasaacutenida derribando a un

catafractarioclibanario parto s III dC Obseacutervese las bandas transversales que se ven en los brazos del jinete de la derecha que probablemente esteacuten representando un tipo de manica

WILCOX 2001 p 22

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Fig 5 Relieve de Firuzabad representando a unos catafractosclibanarios parto y sasaacutenida forcejeando

en combate cuerpo a cuerpo Ilustracioacuten de Wilcox 2001 p 23

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FIG 6 Catafractos partos del s I aC Obseacutervense las protecciones tipo manicae portadas por ambos

jinetes en los brazos El jinete de la derecha tambieacuten las lleva sobre las piernas A Mc Bride en WILCOX 2001

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Fig 7 Fragmentos de cotas de escamas y laacuteminas para armadura encontradas en enterramientos

saacutermatas de los ss I-III dC NEGIN 1998 p 70

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Fig 8 Estela de Athenios en Panticapea (Crimea Ucrania) donde se puede observar a un jinete (izqda) que parece montar un caballo protegido con una cota de escamas al igual que eacutel

NEGIN 1998 p 66

Fig 9 Reconstruccioacuten de un contario saacutermata (izqda) en accioacuten s II dC seguacuten G Embleton en

BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 10 Reconstruccioacuten el posible aspecto de un jinete pesado saacutermata y de la posible proteccioacuten de su

montura s II dC seguacuten G Embleton en BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 11 Reconstruccioacuten de un jinete pesado saacutermata equipado con una armadura compuesta ss I-II

dC seguacuten NEGIN 1998 p 73

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Fig 12 Casco romano tipo Russell Robinson tipo B basado en un ejemplar encontrado en Ely

(Cambridgeshire Reino Unido) ss I-II dC GOLDSWORTHY 1998 p 238

Fig 13

Casco romano tipo Rusell Robinson E basado en un hallazgo realizado en Hedderneim (Alemania) ss II-III GOLDSWORTHY 1998 p 238

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Fig 14

Reconstruccioacuten de un casco romano del tipo Niederbieber ss II-III dC seguacuten GILBERT 2010 p 136

Fig 15

Reconstruccioacuten de una variante del casco romano tipo Heddernheim con y sin maacutescara de proteccioacuten para el rostro ss II-III dC seguacuten ALEXANDRA GILBERT 2009 pp 24-26

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Fig 16 Fragmento de lorica squamata de escamas semi-riacutegidas s II dC

BISHOP COULSTON 1993 p 116

Fig 17 Silla de montar romana de cuatro cuernos seguacuten la reconstruccioacuten de P Connolly

DIXON SOUTHERN 1997 p 71

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Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

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Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

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Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

Recibido 17 mayo 2011 Aprobado 22 junio 2011

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infanteriacutea legionaria romana la cual soacutelo en determinadas circunstancias era realmente vulnerable a un ataque de caballeriacutea78

Las unidades de caballeriacutea pesada como catafractii y contarii eran un caso auacuten maacutes especial En primer lugar el contus permitiacutea al jinete arroyar a un infante enemigo virtualmente antes de que su montura se viera obligada a detener su marcha Por otra parte sus pesadas protecciones (y la de sus mon-turas al menos para una parte de los catafractii) les otorgaban una mayor se-guridad ante cualquier clase de contraataque enemigo (especialmente pro-yectiles) y una superior capacidad de asumir el riesgo del contacto con una formacioacuten enemiga demasiado firme Pero sobre todo les otorgaba una carga psicoloacutegica brutal la visioacuten de una ldquoparedrdquo blindada erizada de lanzas en auteacutentica formacioacuten de falange avanzando con premura directamente resulta-ba especialmente impactante a ojos de un soldado de infanteriacutea por muacuteltiples factores Ser arroyado por un caballo no es una perspectiva agradable ser arroyado por una marea de lanzas y caballos blindados es una perspectiva auacuten menos agradable Para incrementar la capacidad de penetracioacuten de este tipo de caballeriacutea se empleaban formaciones y ataques en profundidad fun-damentalmente columna y cuneuscuntildea En este sentido la formacioacuten podiacutea concentrar la fuerza de su carga en un frente estrecho que pudiera ser dirigi-do convenientemente contra el punto maacutes deacutebil de la formacioacuten a atacar in-cluso con la carga ya en curso Sin embargo la caballeriacutea pesada poseiacutea una desventaja potencial el enorme peso de su equipamiento reduciacutea la veloci-dad de su carga su maniobrabilidad y podiacutea agotar a sus caballos muy raacutepi-damente En este sentido podiacutean ser viacutectimas faacuteciles de unidades maacutes aacutegiles y raacutepidas o de un contraataque al teacutermino de una extenuante carga (exitosa o no) Por otra parte no estaban precisamente capacitados para realizar una re-tirada raacutepida con los caballos extenuados por el esfuerzo de cargar despla-zando sobre sus lomos a su jinete con su equipamiento y su propia pro-teccioacuten los catafractii podiacutean encontrarse en una situacioacuten realmente com-prometida si su ataque fracasaba y no se encontraban en posicioacuten de recibir apoyo inmediato de unidades aliadas capaces de protegerlos el tiempo nece-sario para maniobrar y salir del atolladero Otro peligro que desembocaba di-rectamente en el fracaso de la carga (y en las circunstancias antes descritas) era la posibilidad de que la formacioacuten perdiera su cohesioacuten durante la carga Para evitar esta circunstancia (y reducir la extenuacioacuten de los caballos) se procuraba no cargar a mayor velocidad que un trote ligero79

78 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 FIELDS 2006 pp 10-11 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

79 DIXON SOUTHERN 1997 pp 144-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 228-235 y 241 LEBEDYNSKY 2002 p 237 MENEacuteNDEZ ARGUumlIacuteN 2011 pp 319-320

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A la hora de afrontar a otra caballeriacutea las circunstancias eran dife-rentes La caballeriacutea como especialista en ataque teniacutea tambieacuten la funcioacuten de neutralizar a la caballeriacutea del adversario negaacutendole asiacute la mayor parte de la iniciativa y ganando la oportunidad de flanquear sus formaciones y ata-carlas desde diversos puntos Un ejeacutercito cuya caballeriacutea abandonara el cam-po de batalla por otra parte aunque auacuten podiacutea imponerse mediante la fuerza de su infanteriacutea (si era capaz de rechazar el ataque de la caballeriacutea adversaria y de desalojar a su infanteriacutea) careceriacutea de cualquier posibilidad para explo-tar adecuadamente la victoria la caballeriacutea fue hasta la I Guerra Mundial la uacutenica arma capacitada para lanzar una persecucioacuten sobre una fuerza enemiga en retirada convirtiendo esta uacuteltima en una desbandada desorganizada y dis-poniendo asiacute de la oportunidad de transformar un ejeacutercito derrotado en un ejeacutercito destruido En este sentido la caballeriacutea no fue soacutelo una pieza taacutectica fundamental a la hora de la batalla sino una herramienta baacutesica de la estra-tegia a nivel global de cualquier conflicto a lo largo de unos tres milenios de historia militar

La infanteriacutea puede rechazar a la caballeriacutea pero nunca perseguirla (maniobra que equivaldriacutea a dar la ocasioacuten a los jinetes derrotados de dar media vuelta y lanzar un inesperado contraataque que convirtiera en desastre para la infanteriacutea lo que empezoacute siendo un eacutexito Las huidas fingidas como ya hemos sentildealado eran tambieacuten una interesante taacutectica a emplear por parte de la caballeriacutea para desorganizar una formacioacuten enemiga Sin embargo no era una taacutectica que entrara dentro del ldquomanual de instruccionesrdquo de la ca-balleriacutea maacutes pesada limitada como estaba en sus movimientos) Soacutelo la ca-balleriacutea podiacutea derrotar poner en fuga y destruir a otra caballeriacutea El modo de hacerlo sin embargo era materia delicada Una formacioacuten cerrada para ata-car a otra caballeriacutea resultaba inuacutetil y peligrosa era la mejor forma de que los propios caballos se rompieran los huesos al impactar a gran velocidad contra las monturas enemigas Normalmente y a lo largo de toda la existen-cia de la caballeriacutea de choque dos formaciones de caballeriacutea que cargan una contra otra a la espera de un combate mano a mano tienden a abrir sus liacuteneas para esquivar el choque frontal contra los caballos rivales Al producirse el choque el jinete tratariacutea de atacar con sus armas a su rival maacutes cercano a uno u otro lado intentando derribarle o herirle mortalmente En estas cir-cunstancias el contus sarmaticus vuelve a relucir por sus virtudes permitiacutea (al igual que la lanza de cometida medieval las lanzas de los huacutesares alados polacos o las lanzas de los ulanos austriacos o los cosacos rusos) golpear al jinete adversario antes de que eacuteste equipado con espada o con una lanza maacutes corta pudiese iniciar su propio ataque Una formacioacuten de contarii o de cata-fractii podiacutea asiacute arroyar faacutecilmente la vanguardia de la formacioacuten de caballe-

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riacutea enemiga neutralizando su ataque y desorganizando totalmente su forma-cioacuten Sin embargo cuando dos formaciones cargaban una contra la otra y llegaban a culminar completamente el choque el combate podiacutea derivar faacute-cilmente en una violenta y caoacutetica refriega En estas circunstancias las espa-das de hoja larga empleadas por la caballeriacutea romana y saacutermata eran particu-larmente esenciales asiacute como sus protecciones dado que un contus tendiacutea a partirse tras el primer o segundo impacto y a ser poco coacutemoda de utilizar cuando el combate se tornaba maacutes cercano En cualquier caso si una forma-cioacuten de catafractii no conseguiacutea imponerse durante el choque a la formacioacuten enemiga el agotamiento de sus monturas y su menor movilidad (sumada a la peacuterdida del orden en la formacioacuten inherente al inicio de la refriega) supon-driacutean una peligrosa situacioacuten en el caso de carecer de apoyo de otras unida-des (bien de caballeriacutea o de infanteriacutea) y de la que no podriacutean salir con mu-cha facilidad80

Tanto frente a otra caballeriacutea como frente a la infanteriacutea el respaldo de unidades de caballeriacutea maacutes ligeras y particularmente arqueros a caballo81 resultariacutea particularmente deseable antes del choque la caballeriacutea ligera po-driacutea hostigar con proyectiles a las formaciones enemigas creando brechas o desorganizaacutendolas y despueacutes del choque podriacutean apoyar a la caballeriacutea pe-sada durante la progresioacuten del combate cubrir su retirada o explotar su eacutexito continuando la persecucioacuten de un enemigo en fuga

Como vemos desde el punto de vista taacutectico y del empleo en el campo de batalla el eacutexito de la caballeriacutea pesada acorazada dependiacutea tanto o maacutes de las circunstancias el contexto y el apoyo que pudieran recibir que de sus propias virtudes Se trataba de unidades altamente especializadas que si que-daban desprotegidas o en situaciones comprometidas podiacutean ser faacutecilmente rechazadas desbandadas o destruidas No se trataba de fuerzas versaacutetiles y probablemente ello condicionoacute que su adopcioacuten y empleo generalizado por parte del ejeacutercito romano fuera tardiacuteo

CONCLUSIONES

El ejeacutercito romano se enfrentoacute durante casi dos siglos a la caballeriacutea

pesada desarrollada por las potencias orientales Tras reveses iniciales debi-dos maacutes a las circunstancias que a una auteacutentica incapacidad para afrontar el ataque de este tipo de caballeriacutea las legiones desarrollaron sus particulares contramedidas recorriendo las primeras deacutecadas de la historia del Alto Im-

80 DIXON SOUTHERN 1997 pp 141-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 235-244 MENEacuteNDEZ

ARGUumlIacuteN 2011 pp 322-324 81 DIXON SOUTHERN 1997 p 143

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perio imperturbables considerando del todo innecesario tomar como inno-vacioacuten un arma a la que eran capaces de batir los catafractos partos y arme-nios

Sin embargo hacia mediados del s I dC algo vino a trastocar este es-cenario en apariencia estable e inamovible de las estepas poacutenticas emergioacute no tanto una nueva arma como una nueva forma de combinar y emplear ar-mas y taacutecticas sobradamente conocidas Los haacutebiles jinetes saacutermatas dejaron atraacutes la claacutesica tradicioacuten militar esteparia basada en el uso del arquero a ca-ballo y la caballeriacutea ligera desarrollaron una nueva caballeriacutea pesada libre de la mayor parte de las debilidades de los pesados catafractos partos flexi-ble y dinaacutemica y capaz de luchar en conjuncioacuten perfecta con otras modali-dades de caballeriacutea como si de un uacutenico cuerpo se tratase A diferencia del catafractario parto el ldquocontariordquo saacutermata era un jinete armado maacutes o menos pesadamente seguacuten las circunstancias y sus propias posibilidades Al igual que su contrapartida parto o armenio el jinete pesado saacutermata aprovechaba al maacuteximo las virtudes de su arma definitoria el contus sarmaticus pero la combinaba con el uso de otras igualmente uacutetiles como la espada de hoja larga y el arco recurvado compuesto Su equipamiento defensivo careciacutea de la rigidez propia del catafracto parto tendiendo a ser sensiblemente maacutes li-gero sin perder las ventajas propias de una proteccioacuten completa y concien-zuda Este equipamiento defensivo ademaacutes podiacutea variar seguacuten las circuns-tancias y las necesidades taacutecticas de cada momento (y no solo exclusi-vamente en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete) Ello permitiacutea al jinete pesado saacutermata oscilar entre una caballeriacutea media pura y una caballeriacutea pesada de choque seguacuten las circunstancias Le convertiacutea en un arma flexible capaz de desempentildear diversos papeles en el campo de batalla y variarlos du-rante el combate mismo seguacuten sus necesidades En combinacioacuten con la habi-lidad natural de estos pueblos para la equitacioacuten y sus excelentes (y numero-sas) fuerzas de caballeriacutea ligera la caballeriacutea pesada saacutermata representaba una amenaza realmente seria y totalmente nueva

Desde la guerra civil del 68-69 dC hasta la paz firmada por Adriano con los saacutermatas roxolanos en 119 dC las legiones romanas y su caballeriacutea hubieron de hacer severos esfuerzos para imponerse a este nuevo enemigo en los campos de batalla actuase eacuteste en solitario o en conjuncioacuten con otros pueblos o Estados Las guerras daacutecicas de Domiciano (85-89 dC) y de Tra-jano (101-106 dC) fueron probablemente los puntos culminantes de esta coyuntura De los sangrientos encuentros habidos sobre las orillas del Danu-bio las colinas daacutecicas y las llanuras de la futura Hungriacutea el ejeacutercito romano extraeriacutea una dura leccioacuten que aprenderiacutea raacutepidamente y pondriacutea en creciente praacutectica con el paso de los antildeos cuando a comienzos del s III dC descen-

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diera el ocaso sobre las uacuteltimas luces legadas por la edad dorada de los Anto-ninos habiendo el Estado romano de afrontar las convulsiones de un mundo en paulatina transformacioacuten

A comienzos del s II dC a caballo entre los diacuteas de Trajano y Adria-no el ejeacutercito romano afrontoacute el laborioso proceso de aplicar buena parte de lo que habiacutea aprendido de manos de la caballeriacutea saacutermata El contus ya habiacutea sido adoptado conformando la primera caballeriacutea de choque especialista de la historia del Imperio A ella le seguiriacutean las protecciones pesadas para jine-tes asiacute como para caballos El ejeacutercito romano conociacutea de sobra los modelos orientales de caballeriacutea pesada y sin embargo en el primer siglo de existen-cia de este arma entre las filas romanas el modelo a seguir fue principal-mente saacutermata Los hechos hablan por siacute solos El ejeacutercito romano habiacutea en-contrado una innovacioacuten de intereacutes para su tradicioacuten militar y la incorporoacute raacutepidamente Las primeras unidades de caballeriacutea pesada acorazada romana llevaron nombres que aludiacutean a tradiciones orientales catafractii pero su ar-mamento y el fundamento de sus taacutecticas era una mezcla de aportaciones romanas y modelos saacutermatas Con la llegada del s III dC estas unidades se hariacutean cada vez maacutes necesarias y sobre la trayectoria marcada por los pio-neros de este arma se labrariacutea el desarrollo completo de la misma

La emersioacuten del Imperio persa sasaacutenida supuso la transformacioacuten re-novacioacuten y revitalizacioacuten del arma de caballeriacutea puramente oriental Los sa-saacutenidas llevaron a un nuevo paroxismo a la combinacioacuten de la caballeriacutea pe-sada y la caballeriacutea ligera de tradicioacuten oriental hasta el punto de que algunos tratadistas militares romanos como Amiano Marcelino llegaron a conside-rarlo como un arma praacutecticamente imbatible En palabras del propio Amiano [] catafractarii [] et sagitarii formidable genus armorum82 Probable-mente estas circunstancias forzaran (entre otros factores) no ya la expansioacuten del arma de caballeriacutea pesada (asiacute como del arquero a caballo) en el ejeacutercito romano de los siglos III y IV dC sino la asuncioacuten por parte de la misma de muacuteltiples elementos propios ya exclusivamente de la tradicioacuten militar irano-persa

La experiencia saacutermata quedoacute atraacutes sin embargo su importancia y la de los primeros prototipos de caballeriacutea pesada romana existentes en el Alto Imperio no debe menospreciarse Fueron la piedra fundadora los cimientos de una importante rama de la tradicioacuten militar romana posterior madre de la bizantina y de buena parte de las tradiciones militares de la posterior Europa medieval donde la caballeriacutea ostentariacutea durante siglos su particular supre-maciacutea En cierto modo puede decirse que la caballeriacutea saacutermata y las primeras

82 AMIANO MARCELINO 16 12 7

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unidades de caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano se encuentran entre las raiacute-ces de una tradicioacuten militar que llevoacute a la caballeriacutea a mantener la ilusioacuten de su reinado sobre los campos de batalla hasta el enloquecedor extremo de atravesar las trincheras y alambradas de la I Guerra Mundial y cargar sobre las divisiones panzer germanas en 1939

SELECCIOacuteN DE TEXTOS EPIGRAacuteFICOS RELATIVOS

83 Camerinum (Camerino) Regio VI Italia CIL XI 5632

M(arco) Maenio C(ai) f(ilio) Cor(nelia) Agrippae L(ucio) Tusidio Campestri hospiti divi Hadriani patri senatoris praef(ecto) coh(ortis) II Fl(aviae) Britton(um) equitat(ae) electo a divo Hadriano et misso in expeditionem Brittannicam trib(uno) coh(ortis) I Hispanor(um) equitat(ae) praef(ecto) alae I Gallor(um) et Pannonior(um) catafractatae proc(uratori) Aug(usti) praef(ecto) classis Brittannicae proc(uratori) provinciae Brittanniae equo publico patrono municipi(i) vicani Censorglacenses consecuti ab indulgentia Optimi Maximique Imp(eratoris) Antonini Aug(usti) Pii beneficio interpretationis eius privilegia quibus in p[e]rpetuum aucti confirmatique sunt l(ocus) d(atus) d(ecreto) d(ecurionum) g(ratis)

Ad Mediam (Mehadia) Dacia CIL XVI 110 = CIL III 886 = AE 1980 760

[Imp(erator) Caes(ar) divi Had]rian(i) f(ilius) divi Traiani [Parthici n(epos) divi Ne]rvae pron(epos) T(itus) Aelius [Hadrianus Ant]oninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) [max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII] imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae) [equit(ibus) et pedit(ibus)] qui mil(itaverunt) in alis III quae [appell(antur) Silia]n(a) et Gall(orum) et Pann(oniorum) [catafrac(taria) et F]ront(oniana) et coh(ortibus) XII I Ulp(ia) [Britton(um)] |(milliaria) et I Fl(avia) Ulp(ia) Hisp(anorum) |(milliaria) [et 3 I Ael(ia)] Gaesa(torum) |(milliaria) et I Aug(usta) Nerv() [|(milliaria) et I]I Britt(onum) |(milliaria) et I Hispan(orum) [--- e]t II Hisp(anorum) scutat(a) Cy[ren(aica) et ---]n() et VI Thrac(um) et sunt [in Dacia Poroliss]en(si) sub Macrinio [Vindice proc(uratore) qui]nq(ue) et vigint(i) stip[en(diis) emerit(is) dimis(sis) hon]est(a) miss(ione) quor(um) [nomin(a) subscripta s]unt civit(atem) Roman(am) [qui eor(um) non ha]b(erent) ded(it) et con(ubium) cum [uxor(ibus) quas tu]nc hab(uissent) cum est [civit(as) i(i)s dat(a) aut] cum i(i)s quas post(ea) [dux(issent) dumtax(at) si]ngulis [[Imp(erator) Caes(ar) divi Hadrian(i) f(ilius) divi Traiani Parthici n(epos) divi Nervae pron(epos) T(itus) Aelius Hadrianus Antoninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae)] [equit(ibus) et pedit(ibus) qui mil(itaverunt) in alis III ---] et vigint(i) stipend(iis) emerit(is) dimis(sis) honest(a) miss(ione) quor(um) nomin(a) subscript(a) sunt civit(atem) Roman(am) qui eor(um) non haber(ent) dedit et conub(ium) cum uxor(ibus) quas tunc habuis(sent) cum est civit(atem) i(is) dat(a) aut cum i(is) quas post(ea) dux(issent) dumtax(at) singulis a(nte) d(iem) V K(alendas) Oct(obres) Sex(to) Calpurnio Agricola Ti(berio) Claudio Iuliano co(n)s(ulibus) coh(ors) I Ulpia Britton(um) |(milliaria) cui

83 Tomados del Epigraphische Datenbank Clauss-Slaby httpwwwmanfredclauss de

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prae(e)st L(ucius) Nonius Bassus Picen(o) ex pedite Luonerco Molaci f(ilio) Britt(oni) descript(um) et recognit(um) ex tabul(a) aer(ea) quae fixa est Romae in mur(o) post templ(um) divi Aug(usti) ad Minervam

Tipasa (Tefessad) Mauretania Cesariense AE 1951 265 = AE 1955 133

D(is) M(anibus) Adiutoris eq(uitis) al(ae) pri(mae) Can(n)anafatium vi(xit) XXXXI m(ilitavit) an(nos) XXIII pro(curante) l(i)b(erto) ipsi(us) bene me(renti) Cabanus he(res) po(suit)

Savaria (Szombathely) Panonia Superior CIL III 4183

T(itus) Cnorius Sabinianus ex praef(ecto) alae Contariorum v(ir) e(gregius) et L(ucius) Val(erius) Verus dec(urio) c(oloniae) C(laudiae) Savar(iensium) sacerdotalis p(rovinciae) P(annoniae) s(uperioris) cryptam vi ignis exustam sumptibus suis refecerunt

Brigetio (Kornye) Panonia Superior CIL III 4278

D(is) M(anibus) Val(erio) Saturnino vet(erano) ex dup(licario) alae I Ulp(iae) Cont(ariorum) qui vixit an(nos) L et Val(erio) Sabino mil(iti) leg(ionis) I Ad(iutricis) stip(endiorum) III vixit an(nos) XXV filio Caes(ia) Digna marito et filio f(aciendum) c(uravit)

Apamea Siria AE 1987 955

Aur(elio) Basso quandam(sic) sig(nifero) al(ae) I Ulp(iae) (C)ontariorum stipendiorum VIII vixit annos XXVIIII XI Kal(endas) Maias Gallo et Volusiano consilibus() titulus positus a Marc(io) Cotum(sic) (d)ec(urione) al(ae) c(ivium) R(omanorum)

Apamea Siria AE 1993 1589

D(is) M(anibus) Iulius Valerianus eques alae I Ulp(iae) contariorum stip(endiorum) XXIII vixit annis XXXXVI Ulp(ius) Ingenu(us) dupl(icarius) alae eiusdem heres posuit b(ene) m(erenti)

Arrabona (Gyor) Panonia Superior CIL III 4379

D(is) M(anibus) Ulp(ius) Variu(s) Ore() vet(e)r(anus) ex stat(ore) al(a)e I Ulp(iae) Cont(ariorum) do(mo) Af(rica) vixs(it) ann(os) XLV et Ael(iae) Sabin(a)e fi(liae) vix(it) ann(os) X Ael(ia) Domitia con(iunx) et Ulp(ius) Sabinianus et Ulp(ius) [Cele]rinus et Sabi[nil]la fili(i) vivi cum [mat(re) pa]tri karis(simo) posuerunt

Sentpalpuszta Panonia Superior CIL III 11081 = AE 1899 3

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[D(is) M(anibus)] M(arcus) Aur(elius) [3]us vex(illarius) al(ae) p(rimae) C(ontariorum) Anto(ninianae) et Elv(iae) Bon(a)e c(oniugi) car(issimae) et f(iliae) Aur(eliae) Valerin(a)e et Ae(liae) Sabin(a)e et Elv(io) Verecundo an(norum) LXX Pulc(h)r(a)e() Suri an(norum) LX et Elv(io) Vitali an(norum) XVIII et Au(relio) Ma(n)suetiano an(norum) VII et Ae(lio) Florido M(arcus) Aur(elius) Valerianus sib(i) [et] su[i]s vivi f(ecit)

Roma CIL VI 1449 = AE 1967 16 = AE 196970 13

M(arco) Macrinio Avito M(arci) f(ilio) Claud(ia) Catonio Vindici co(n)s(uli) aug(uri) p(opuli) R(omani) Quiritium leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) prov(inciae) Moes(iae) inf(erioris) leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) Moes(iae) sup(erioris) cur(atori) civitat(is) Arimin(ensium) p[r]oc(uratori) prov(inciae) Dac(iae) Malv(ensis) praef(ecto) alae contar(iorum) praef(ecto) alae III Thrac(um) trib(uno) milit(um) leg(ionis) VI Victr(icis) praef(ecto) coh(ortis) VI Gall(orum) donat(o) donis mil(itaribus) in bello Germ(anico) ab Imp(eratore) M(arco) Aur(elio) Antonino Aug(usto) hast(is) pur(is) II et vexill(is) II cor(o)na mural(i) et vallar(i) Iunia Flaccinilla marito karissimo et Macrinia Rufina patri piissimo vixit annis XLII m(ensibus) V

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Oxford

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SELECCIOacuteN DE IMAacuteGENES

Fig 1 Relieve de la estela funeraria del eques Aduitor miembro del ala I Canninefatum (AE 1955

133) empuntildeando un contus sarmaticus por el lateral derecho de su montura DIXON SOUTHERN 1997 p 49

Fig 2

Grafito de Dura-Europos datado en torno a los ss II-III dC representando un catafracto parto romano o sasaacutenida JUNKELMANN 1992 p 197

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Fig 3 Las dos bardas de escamas metaacutelicas completas encontradas por Rostovzeff en las

excavaciones de Dura-Europos a lo largo de la campantildea de 1932-33 JUNKELMANN 1992 p 214

Fig 4 Relieves de Firuzabad (Iraacuten) representando a un clibanario persa sasaacutenida derribando a un

catafractarioclibanario parto s III dC Obseacutervese las bandas transversales que se ven en los brazos del jinete de la derecha que probablemente esteacuten representando un tipo de manica

WILCOX 2001 p 22

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Fig 5 Relieve de Firuzabad representando a unos catafractosclibanarios parto y sasaacutenida forcejeando

en combate cuerpo a cuerpo Ilustracioacuten de Wilcox 2001 p 23

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FIG 6 Catafractos partos del s I aC Obseacutervense las protecciones tipo manicae portadas por ambos

jinetes en los brazos El jinete de la derecha tambieacuten las lleva sobre las piernas A Mc Bride en WILCOX 2001

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Fig 7 Fragmentos de cotas de escamas y laacuteminas para armadura encontradas en enterramientos

saacutermatas de los ss I-III dC NEGIN 1998 p 70

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Fig 8 Estela de Athenios en Panticapea (Crimea Ucrania) donde se puede observar a un jinete (izqda) que parece montar un caballo protegido con una cota de escamas al igual que eacutel

NEGIN 1998 p 66

Fig 9 Reconstruccioacuten de un contario saacutermata (izqda) en accioacuten s II dC seguacuten G Embleton en

BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 10 Reconstruccioacuten el posible aspecto de un jinete pesado saacutermata y de la posible proteccioacuten de su

montura s II dC seguacuten G Embleton en BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 11 Reconstruccioacuten de un jinete pesado saacutermata equipado con una armadura compuesta ss I-II

dC seguacuten NEGIN 1998 p 73

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Fig 12 Casco romano tipo Russell Robinson tipo B basado en un ejemplar encontrado en Ely

(Cambridgeshire Reino Unido) ss I-II dC GOLDSWORTHY 1998 p 238

Fig 13

Casco romano tipo Rusell Robinson E basado en un hallazgo realizado en Hedderneim (Alemania) ss II-III GOLDSWORTHY 1998 p 238

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Fig 14

Reconstruccioacuten de un casco romano del tipo Niederbieber ss II-III dC seguacuten GILBERT 2010 p 136

Fig 15

Reconstruccioacuten de una variante del casco romano tipo Heddernheim con y sin maacutescara de proteccioacuten para el rostro ss II-III dC seguacuten ALEXANDRA GILBERT 2009 pp 24-26

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Fig 16 Fragmento de lorica squamata de escamas semi-riacutegidas s II dC

BISHOP COULSTON 1993 p 116

Fig 17 Silla de montar romana de cuatro cuernos seguacuten la reconstruccioacuten de P Connolly

DIXON SOUTHERN 1997 p 71

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Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

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Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

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Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

Recibido 17 mayo 2011 Aprobado 22 junio 2011

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A la hora de afrontar a otra caballeriacutea las circunstancias eran dife-rentes La caballeriacutea como especialista en ataque teniacutea tambieacuten la funcioacuten de neutralizar a la caballeriacutea del adversario negaacutendole asiacute la mayor parte de la iniciativa y ganando la oportunidad de flanquear sus formaciones y ata-carlas desde diversos puntos Un ejeacutercito cuya caballeriacutea abandonara el cam-po de batalla por otra parte aunque auacuten podiacutea imponerse mediante la fuerza de su infanteriacutea (si era capaz de rechazar el ataque de la caballeriacutea adversaria y de desalojar a su infanteriacutea) careceriacutea de cualquier posibilidad para explo-tar adecuadamente la victoria la caballeriacutea fue hasta la I Guerra Mundial la uacutenica arma capacitada para lanzar una persecucioacuten sobre una fuerza enemiga en retirada convirtiendo esta uacuteltima en una desbandada desorganizada y dis-poniendo asiacute de la oportunidad de transformar un ejeacutercito derrotado en un ejeacutercito destruido En este sentido la caballeriacutea no fue soacutelo una pieza taacutectica fundamental a la hora de la batalla sino una herramienta baacutesica de la estra-tegia a nivel global de cualquier conflicto a lo largo de unos tres milenios de historia militar

La infanteriacutea puede rechazar a la caballeriacutea pero nunca perseguirla (maniobra que equivaldriacutea a dar la ocasioacuten a los jinetes derrotados de dar media vuelta y lanzar un inesperado contraataque que convirtiera en desastre para la infanteriacutea lo que empezoacute siendo un eacutexito Las huidas fingidas como ya hemos sentildealado eran tambieacuten una interesante taacutectica a emplear por parte de la caballeriacutea para desorganizar una formacioacuten enemiga Sin embargo no era una taacutectica que entrara dentro del ldquomanual de instruccionesrdquo de la ca-balleriacutea maacutes pesada limitada como estaba en sus movimientos) Soacutelo la ca-balleriacutea podiacutea derrotar poner en fuga y destruir a otra caballeriacutea El modo de hacerlo sin embargo era materia delicada Una formacioacuten cerrada para ata-car a otra caballeriacutea resultaba inuacutetil y peligrosa era la mejor forma de que los propios caballos se rompieran los huesos al impactar a gran velocidad contra las monturas enemigas Normalmente y a lo largo de toda la existen-cia de la caballeriacutea de choque dos formaciones de caballeriacutea que cargan una contra otra a la espera de un combate mano a mano tienden a abrir sus liacuteneas para esquivar el choque frontal contra los caballos rivales Al producirse el choque el jinete tratariacutea de atacar con sus armas a su rival maacutes cercano a uno u otro lado intentando derribarle o herirle mortalmente En estas cir-cunstancias el contus sarmaticus vuelve a relucir por sus virtudes permitiacutea (al igual que la lanza de cometida medieval las lanzas de los huacutesares alados polacos o las lanzas de los ulanos austriacos o los cosacos rusos) golpear al jinete adversario antes de que eacuteste equipado con espada o con una lanza maacutes corta pudiese iniciar su propio ataque Una formacioacuten de contarii o de cata-fractii podiacutea asiacute arroyar faacutecilmente la vanguardia de la formacioacuten de caballe-

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riacutea enemiga neutralizando su ataque y desorganizando totalmente su forma-cioacuten Sin embargo cuando dos formaciones cargaban una contra la otra y llegaban a culminar completamente el choque el combate podiacutea derivar faacute-cilmente en una violenta y caoacutetica refriega En estas circunstancias las espa-das de hoja larga empleadas por la caballeriacutea romana y saacutermata eran particu-larmente esenciales asiacute como sus protecciones dado que un contus tendiacutea a partirse tras el primer o segundo impacto y a ser poco coacutemoda de utilizar cuando el combate se tornaba maacutes cercano En cualquier caso si una forma-cioacuten de catafractii no conseguiacutea imponerse durante el choque a la formacioacuten enemiga el agotamiento de sus monturas y su menor movilidad (sumada a la peacuterdida del orden en la formacioacuten inherente al inicio de la refriega) supon-driacutean una peligrosa situacioacuten en el caso de carecer de apoyo de otras unida-des (bien de caballeriacutea o de infanteriacutea) y de la que no podriacutean salir con mu-cha facilidad80

Tanto frente a otra caballeriacutea como frente a la infanteriacutea el respaldo de unidades de caballeriacutea maacutes ligeras y particularmente arqueros a caballo81 resultariacutea particularmente deseable antes del choque la caballeriacutea ligera po-driacutea hostigar con proyectiles a las formaciones enemigas creando brechas o desorganizaacutendolas y despueacutes del choque podriacutean apoyar a la caballeriacutea pe-sada durante la progresioacuten del combate cubrir su retirada o explotar su eacutexito continuando la persecucioacuten de un enemigo en fuga

Como vemos desde el punto de vista taacutectico y del empleo en el campo de batalla el eacutexito de la caballeriacutea pesada acorazada dependiacutea tanto o maacutes de las circunstancias el contexto y el apoyo que pudieran recibir que de sus propias virtudes Se trataba de unidades altamente especializadas que si que-daban desprotegidas o en situaciones comprometidas podiacutean ser faacutecilmente rechazadas desbandadas o destruidas No se trataba de fuerzas versaacutetiles y probablemente ello condicionoacute que su adopcioacuten y empleo generalizado por parte del ejeacutercito romano fuera tardiacuteo

CONCLUSIONES

El ejeacutercito romano se enfrentoacute durante casi dos siglos a la caballeriacutea

pesada desarrollada por las potencias orientales Tras reveses iniciales debi-dos maacutes a las circunstancias que a una auteacutentica incapacidad para afrontar el ataque de este tipo de caballeriacutea las legiones desarrollaron sus particulares contramedidas recorriendo las primeras deacutecadas de la historia del Alto Im-

80 DIXON SOUTHERN 1997 pp 141-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 235-244 MENEacuteNDEZ

ARGUumlIacuteN 2011 pp 322-324 81 DIXON SOUTHERN 1997 p 143

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perio imperturbables considerando del todo innecesario tomar como inno-vacioacuten un arma a la que eran capaces de batir los catafractos partos y arme-nios

Sin embargo hacia mediados del s I dC algo vino a trastocar este es-cenario en apariencia estable e inamovible de las estepas poacutenticas emergioacute no tanto una nueva arma como una nueva forma de combinar y emplear ar-mas y taacutecticas sobradamente conocidas Los haacutebiles jinetes saacutermatas dejaron atraacutes la claacutesica tradicioacuten militar esteparia basada en el uso del arquero a ca-ballo y la caballeriacutea ligera desarrollaron una nueva caballeriacutea pesada libre de la mayor parte de las debilidades de los pesados catafractos partos flexi-ble y dinaacutemica y capaz de luchar en conjuncioacuten perfecta con otras modali-dades de caballeriacutea como si de un uacutenico cuerpo se tratase A diferencia del catafractario parto el ldquocontariordquo saacutermata era un jinete armado maacutes o menos pesadamente seguacuten las circunstancias y sus propias posibilidades Al igual que su contrapartida parto o armenio el jinete pesado saacutermata aprovechaba al maacuteximo las virtudes de su arma definitoria el contus sarmaticus pero la combinaba con el uso de otras igualmente uacutetiles como la espada de hoja larga y el arco recurvado compuesto Su equipamiento defensivo careciacutea de la rigidez propia del catafracto parto tendiendo a ser sensiblemente maacutes li-gero sin perder las ventajas propias de una proteccioacuten completa y concien-zuda Este equipamiento defensivo ademaacutes podiacutea variar seguacuten las circuns-tancias y las necesidades taacutecticas de cada momento (y no solo exclusi-vamente en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete) Ello permitiacutea al jinete pesado saacutermata oscilar entre una caballeriacutea media pura y una caballeriacutea pesada de choque seguacuten las circunstancias Le convertiacutea en un arma flexible capaz de desempentildear diversos papeles en el campo de batalla y variarlos du-rante el combate mismo seguacuten sus necesidades En combinacioacuten con la habi-lidad natural de estos pueblos para la equitacioacuten y sus excelentes (y numero-sas) fuerzas de caballeriacutea ligera la caballeriacutea pesada saacutermata representaba una amenaza realmente seria y totalmente nueva

Desde la guerra civil del 68-69 dC hasta la paz firmada por Adriano con los saacutermatas roxolanos en 119 dC las legiones romanas y su caballeriacutea hubieron de hacer severos esfuerzos para imponerse a este nuevo enemigo en los campos de batalla actuase eacuteste en solitario o en conjuncioacuten con otros pueblos o Estados Las guerras daacutecicas de Domiciano (85-89 dC) y de Tra-jano (101-106 dC) fueron probablemente los puntos culminantes de esta coyuntura De los sangrientos encuentros habidos sobre las orillas del Danu-bio las colinas daacutecicas y las llanuras de la futura Hungriacutea el ejeacutercito romano extraeriacutea una dura leccioacuten que aprenderiacutea raacutepidamente y pondriacutea en creciente praacutectica con el paso de los antildeos cuando a comienzos del s III dC descen-

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diera el ocaso sobre las uacuteltimas luces legadas por la edad dorada de los Anto-ninos habiendo el Estado romano de afrontar las convulsiones de un mundo en paulatina transformacioacuten

A comienzos del s II dC a caballo entre los diacuteas de Trajano y Adria-no el ejeacutercito romano afrontoacute el laborioso proceso de aplicar buena parte de lo que habiacutea aprendido de manos de la caballeriacutea saacutermata El contus ya habiacutea sido adoptado conformando la primera caballeriacutea de choque especialista de la historia del Imperio A ella le seguiriacutean las protecciones pesadas para jine-tes asiacute como para caballos El ejeacutercito romano conociacutea de sobra los modelos orientales de caballeriacutea pesada y sin embargo en el primer siglo de existen-cia de este arma entre las filas romanas el modelo a seguir fue principal-mente saacutermata Los hechos hablan por siacute solos El ejeacutercito romano habiacutea en-contrado una innovacioacuten de intereacutes para su tradicioacuten militar y la incorporoacute raacutepidamente Las primeras unidades de caballeriacutea pesada acorazada romana llevaron nombres que aludiacutean a tradiciones orientales catafractii pero su ar-mamento y el fundamento de sus taacutecticas era una mezcla de aportaciones romanas y modelos saacutermatas Con la llegada del s III dC estas unidades se hariacutean cada vez maacutes necesarias y sobre la trayectoria marcada por los pio-neros de este arma se labrariacutea el desarrollo completo de la misma

La emersioacuten del Imperio persa sasaacutenida supuso la transformacioacuten re-novacioacuten y revitalizacioacuten del arma de caballeriacutea puramente oriental Los sa-saacutenidas llevaron a un nuevo paroxismo a la combinacioacuten de la caballeriacutea pe-sada y la caballeriacutea ligera de tradicioacuten oriental hasta el punto de que algunos tratadistas militares romanos como Amiano Marcelino llegaron a conside-rarlo como un arma praacutecticamente imbatible En palabras del propio Amiano [] catafractarii [] et sagitarii formidable genus armorum82 Probable-mente estas circunstancias forzaran (entre otros factores) no ya la expansioacuten del arma de caballeriacutea pesada (asiacute como del arquero a caballo) en el ejeacutercito romano de los siglos III y IV dC sino la asuncioacuten por parte de la misma de muacuteltiples elementos propios ya exclusivamente de la tradicioacuten militar irano-persa

La experiencia saacutermata quedoacute atraacutes sin embargo su importancia y la de los primeros prototipos de caballeriacutea pesada romana existentes en el Alto Imperio no debe menospreciarse Fueron la piedra fundadora los cimientos de una importante rama de la tradicioacuten militar romana posterior madre de la bizantina y de buena parte de las tradiciones militares de la posterior Europa medieval donde la caballeriacutea ostentariacutea durante siglos su particular supre-maciacutea En cierto modo puede decirse que la caballeriacutea saacutermata y las primeras

82 AMIANO MARCELINO 16 12 7

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unidades de caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano se encuentran entre las raiacute-ces de una tradicioacuten militar que llevoacute a la caballeriacutea a mantener la ilusioacuten de su reinado sobre los campos de batalla hasta el enloquecedor extremo de atravesar las trincheras y alambradas de la I Guerra Mundial y cargar sobre las divisiones panzer germanas en 1939

SELECCIOacuteN DE TEXTOS EPIGRAacuteFICOS RELATIVOS

83 Camerinum (Camerino) Regio VI Italia CIL XI 5632

M(arco) Maenio C(ai) f(ilio) Cor(nelia) Agrippae L(ucio) Tusidio Campestri hospiti divi Hadriani patri senatoris praef(ecto) coh(ortis) II Fl(aviae) Britton(um) equitat(ae) electo a divo Hadriano et misso in expeditionem Brittannicam trib(uno) coh(ortis) I Hispanor(um) equitat(ae) praef(ecto) alae I Gallor(um) et Pannonior(um) catafractatae proc(uratori) Aug(usti) praef(ecto) classis Brittannicae proc(uratori) provinciae Brittanniae equo publico patrono municipi(i) vicani Censorglacenses consecuti ab indulgentia Optimi Maximique Imp(eratoris) Antonini Aug(usti) Pii beneficio interpretationis eius privilegia quibus in p[e]rpetuum aucti confirmatique sunt l(ocus) d(atus) d(ecreto) d(ecurionum) g(ratis)

Ad Mediam (Mehadia) Dacia CIL XVI 110 = CIL III 886 = AE 1980 760

[Imp(erator) Caes(ar) divi Had]rian(i) f(ilius) divi Traiani [Parthici n(epos) divi Ne]rvae pron(epos) T(itus) Aelius [Hadrianus Ant]oninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) [max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII] imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae) [equit(ibus) et pedit(ibus)] qui mil(itaverunt) in alis III quae [appell(antur) Silia]n(a) et Gall(orum) et Pann(oniorum) [catafrac(taria) et F]ront(oniana) et coh(ortibus) XII I Ulp(ia) [Britton(um)] |(milliaria) et I Fl(avia) Ulp(ia) Hisp(anorum) |(milliaria) [et 3 I Ael(ia)] Gaesa(torum) |(milliaria) et I Aug(usta) Nerv() [|(milliaria) et I]I Britt(onum) |(milliaria) et I Hispan(orum) [--- e]t II Hisp(anorum) scutat(a) Cy[ren(aica) et ---]n() et VI Thrac(um) et sunt [in Dacia Poroliss]en(si) sub Macrinio [Vindice proc(uratore) qui]nq(ue) et vigint(i) stip[en(diis) emerit(is) dimis(sis) hon]est(a) miss(ione) quor(um) [nomin(a) subscripta s]unt civit(atem) Roman(am) [qui eor(um) non ha]b(erent) ded(it) et con(ubium) cum [uxor(ibus) quas tu]nc hab(uissent) cum est [civit(as) i(i)s dat(a) aut] cum i(i)s quas post(ea) [dux(issent) dumtax(at) si]ngulis [[Imp(erator) Caes(ar) divi Hadrian(i) f(ilius) divi Traiani Parthici n(epos) divi Nervae pron(epos) T(itus) Aelius Hadrianus Antoninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae)] [equit(ibus) et pedit(ibus) qui mil(itaverunt) in alis III ---] et vigint(i) stipend(iis) emerit(is) dimis(sis) honest(a) miss(ione) quor(um) nomin(a) subscript(a) sunt civit(atem) Roman(am) qui eor(um) non haber(ent) dedit et conub(ium) cum uxor(ibus) quas tunc habuis(sent) cum est civit(atem) i(is) dat(a) aut cum i(is) quas post(ea) dux(issent) dumtax(at) singulis a(nte) d(iem) V K(alendas) Oct(obres) Sex(to) Calpurnio Agricola Ti(berio) Claudio Iuliano co(n)s(ulibus) coh(ors) I Ulpia Britton(um) |(milliaria) cui

83 Tomados del Epigraphische Datenbank Clauss-Slaby httpwwwmanfredclauss de

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prae(e)st L(ucius) Nonius Bassus Picen(o) ex pedite Luonerco Molaci f(ilio) Britt(oni) descript(um) et recognit(um) ex tabul(a) aer(ea) quae fixa est Romae in mur(o) post templ(um) divi Aug(usti) ad Minervam

Tipasa (Tefessad) Mauretania Cesariense AE 1951 265 = AE 1955 133

D(is) M(anibus) Adiutoris eq(uitis) al(ae) pri(mae) Can(n)anafatium vi(xit) XXXXI m(ilitavit) an(nos) XXIII pro(curante) l(i)b(erto) ipsi(us) bene me(renti) Cabanus he(res) po(suit)

Savaria (Szombathely) Panonia Superior CIL III 4183

T(itus) Cnorius Sabinianus ex praef(ecto) alae Contariorum v(ir) e(gregius) et L(ucius) Val(erius) Verus dec(urio) c(oloniae) C(laudiae) Savar(iensium) sacerdotalis p(rovinciae) P(annoniae) s(uperioris) cryptam vi ignis exustam sumptibus suis refecerunt

Brigetio (Kornye) Panonia Superior CIL III 4278

D(is) M(anibus) Val(erio) Saturnino vet(erano) ex dup(licario) alae I Ulp(iae) Cont(ariorum) qui vixit an(nos) L et Val(erio) Sabino mil(iti) leg(ionis) I Ad(iutricis) stip(endiorum) III vixit an(nos) XXV filio Caes(ia) Digna marito et filio f(aciendum) c(uravit)

Apamea Siria AE 1987 955

Aur(elio) Basso quandam(sic) sig(nifero) al(ae) I Ulp(iae) (C)ontariorum stipendiorum VIII vixit annos XXVIIII XI Kal(endas) Maias Gallo et Volusiano consilibus() titulus positus a Marc(io) Cotum(sic) (d)ec(urione) al(ae) c(ivium) R(omanorum)

Apamea Siria AE 1993 1589

D(is) M(anibus) Iulius Valerianus eques alae I Ulp(iae) contariorum stip(endiorum) XXIII vixit annis XXXXVI Ulp(ius) Ingenu(us) dupl(icarius) alae eiusdem heres posuit b(ene) m(erenti)

Arrabona (Gyor) Panonia Superior CIL III 4379

D(is) M(anibus) Ulp(ius) Variu(s) Ore() vet(e)r(anus) ex stat(ore) al(a)e I Ulp(iae) Cont(ariorum) do(mo) Af(rica) vixs(it) ann(os) XLV et Ael(iae) Sabin(a)e fi(liae) vix(it) ann(os) X Ael(ia) Domitia con(iunx) et Ulp(ius) Sabinianus et Ulp(ius) [Cele]rinus et Sabi[nil]la fili(i) vivi cum [mat(re) pa]tri karis(simo) posuerunt

Sentpalpuszta Panonia Superior CIL III 11081 = AE 1899 3

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[D(is) M(anibus)] M(arcus) Aur(elius) [3]us vex(illarius) al(ae) p(rimae) C(ontariorum) Anto(ninianae) et Elv(iae) Bon(a)e c(oniugi) car(issimae) et f(iliae) Aur(eliae) Valerin(a)e et Ae(liae) Sabin(a)e et Elv(io) Verecundo an(norum) LXX Pulc(h)r(a)e() Suri an(norum) LX et Elv(io) Vitali an(norum) XVIII et Au(relio) Ma(n)suetiano an(norum) VII et Ae(lio) Florido M(arcus) Aur(elius) Valerianus sib(i) [et] su[i]s vivi f(ecit)

Roma CIL VI 1449 = AE 1967 16 = AE 196970 13

M(arco) Macrinio Avito M(arci) f(ilio) Claud(ia) Catonio Vindici co(n)s(uli) aug(uri) p(opuli) R(omani) Quiritium leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) prov(inciae) Moes(iae) inf(erioris) leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) Moes(iae) sup(erioris) cur(atori) civitat(is) Arimin(ensium) p[r]oc(uratori) prov(inciae) Dac(iae) Malv(ensis) praef(ecto) alae contar(iorum) praef(ecto) alae III Thrac(um) trib(uno) milit(um) leg(ionis) VI Victr(icis) praef(ecto) coh(ortis) VI Gall(orum) donat(o) donis mil(itaribus) in bello Germ(anico) ab Imp(eratore) M(arco) Aur(elio) Antonino Aug(usto) hast(is) pur(is) II et vexill(is) II cor(o)na mural(i) et vallar(i) Iunia Flaccinilla marito karissimo et Macrinia Rufina patri piissimo vixit annis XLII m(ensibus) V

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SELECCIOacuteN DE IMAacuteGENES

Fig 1 Relieve de la estela funeraria del eques Aduitor miembro del ala I Canninefatum (AE 1955

133) empuntildeando un contus sarmaticus por el lateral derecho de su montura DIXON SOUTHERN 1997 p 49

Fig 2

Grafito de Dura-Europos datado en torno a los ss II-III dC representando un catafracto parto romano o sasaacutenida JUNKELMANN 1992 p 197

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Fig 3 Las dos bardas de escamas metaacutelicas completas encontradas por Rostovzeff en las

excavaciones de Dura-Europos a lo largo de la campantildea de 1932-33 JUNKELMANN 1992 p 214

Fig 4 Relieves de Firuzabad (Iraacuten) representando a un clibanario persa sasaacutenida derribando a un

catafractarioclibanario parto s III dC Obseacutervese las bandas transversales que se ven en los brazos del jinete de la derecha que probablemente esteacuten representando un tipo de manica

WILCOX 2001 p 22

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Fig 5 Relieve de Firuzabad representando a unos catafractosclibanarios parto y sasaacutenida forcejeando

en combate cuerpo a cuerpo Ilustracioacuten de Wilcox 2001 p 23

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FIG 6 Catafractos partos del s I aC Obseacutervense las protecciones tipo manicae portadas por ambos

jinetes en los brazos El jinete de la derecha tambieacuten las lleva sobre las piernas A Mc Bride en WILCOX 2001

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Fig 7 Fragmentos de cotas de escamas y laacuteminas para armadura encontradas en enterramientos

saacutermatas de los ss I-III dC NEGIN 1998 p 70

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Fig 8 Estela de Athenios en Panticapea (Crimea Ucrania) donde se puede observar a un jinete (izqda) que parece montar un caballo protegido con una cota de escamas al igual que eacutel

NEGIN 1998 p 66

Fig 9 Reconstruccioacuten de un contario saacutermata (izqda) en accioacuten s II dC seguacuten G Embleton en

BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 10 Reconstruccioacuten el posible aspecto de un jinete pesado saacutermata y de la posible proteccioacuten de su

montura s II dC seguacuten G Embleton en BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 11 Reconstruccioacuten de un jinete pesado saacutermata equipado con una armadura compuesta ss I-II

dC seguacuten NEGIN 1998 p 73

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Fig 12 Casco romano tipo Russell Robinson tipo B basado en un ejemplar encontrado en Ely

(Cambridgeshire Reino Unido) ss I-II dC GOLDSWORTHY 1998 p 238

Fig 13

Casco romano tipo Rusell Robinson E basado en un hallazgo realizado en Hedderneim (Alemania) ss II-III GOLDSWORTHY 1998 p 238

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Fig 14

Reconstruccioacuten de un casco romano del tipo Niederbieber ss II-III dC seguacuten GILBERT 2010 p 136

Fig 15

Reconstruccioacuten de una variante del casco romano tipo Heddernheim con y sin maacutescara de proteccioacuten para el rostro ss II-III dC seguacuten ALEXANDRA GILBERT 2009 pp 24-26

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Fig 16 Fragmento de lorica squamata de escamas semi-riacutegidas s II dC

BISHOP COULSTON 1993 p 116

Fig 17 Silla de montar romana de cuatro cuernos seguacuten la reconstruccioacuten de P Connolly

DIXON SOUTHERN 1997 p 71

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Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

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Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

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Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

Recibido 17 mayo 2011 Aprobado 22 junio 2011

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riacutea enemiga neutralizando su ataque y desorganizando totalmente su forma-cioacuten Sin embargo cuando dos formaciones cargaban una contra la otra y llegaban a culminar completamente el choque el combate podiacutea derivar faacute-cilmente en una violenta y caoacutetica refriega En estas circunstancias las espa-das de hoja larga empleadas por la caballeriacutea romana y saacutermata eran particu-larmente esenciales asiacute como sus protecciones dado que un contus tendiacutea a partirse tras el primer o segundo impacto y a ser poco coacutemoda de utilizar cuando el combate se tornaba maacutes cercano En cualquier caso si una forma-cioacuten de catafractii no conseguiacutea imponerse durante el choque a la formacioacuten enemiga el agotamiento de sus monturas y su menor movilidad (sumada a la peacuterdida del orden en la formacioacuten inherente al inicio de la refriega) supon-driacutean una peligrosa situacioacuten en el caso de carecer de apoyo de otras unida-des (bien de caballeriacutea o de infanteriacutea) y de la que no podriacutean salir con mu-cha facilidad80

Tanto frente a otra caballeriacutea como frente a la infanteriacutea el respaldo de unidades de caballeriacutea maacutes ligeras y particularmente arqueros a caballo81 resultariacutea particularmente deseable antes del choque la caballeriacutea ligera po-driacutea hostigar con proyectiles a las formaciones enemigas creando brechas o desorganizaacutendolas y despueacutes del choque podriacutean apoyar a la caballeriacutea pe-sada durante la progresioacuten del combate cubrir su retirada o explotar su eacutexito continuando la persecucioacuten de un enemigo en fuga

Como vemos desde el punto de vista taacutectico y del empleo en el campo de batalla el eacutexito de la caballeriacutea pesada acorazada dependiacutea tanto o maacutes de las circunstancias el contexto y el apoyo que pudieran recibir que de sus propias virtudes Se trataba de unidades altamente especializadas que si que-daban desprotegidas o en situaciones comprometidas podiacutean ser faacutecilmente rechazadas desbandadas o destruidas No se trataba de fuerzas versaacutetiles y probablemente ello condicionoacute que su adopcioacuten y empleo generalizado por parte del ejeacutercito romano fuera tardiacuteo

CONCLUSIONES

El ejeacutercito romano se enfrentoacute durante casi dos siglos a la caballeriacutea

pesada desarrollada por las potencias orientales Tras reveses iniciales debi-dos maacutes a las circunstancias que a una auteacutentica incapacidad para afrontar el ataque de este tipo de caballeriacutea las legiones desarrollaron sus particulares contramedidas recorriendo las primeras deacutecadas de la historia del Alto Im-

80 DIXON SOUTHERN 1997 pp 141-146 GOLDSWORTHY 1998 pp 235-244 MENEacuteNDEZ

ARGUumlIacuteN 2011 pp 322-324 81 DIXON SOUTHERN 1997 p 143

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perio imperturbables considerando del todo innecesario tomar como inno-vacioacuten un arma a la que eran capaces de batir los catafractos partos y arme-nios

Sin embargo hacia mediados del s I dC algo vino a trastocar este es-cenario en apariencia estable e inamovible de las estepas poacutenticas emergioacute no tanto una nueva arma como una nueva forma de combinar y emplear ar-mas y taacutecticas sobradamente conocidas Los haacutebiles jinetes saacutermatas dejaron atraacutes la claacutesica tradicioacuten militar esteparia basada en el uso del arquero a ca-ballo y la caballeriacutea ligera desarrollaron una nueva caballeriacutea pesada libre de la mayor parte de las debilidades de los pesados catafractos partos flexi-ble y dinaacutemica y capaz de luchar en conjuncioacuten perfecta con otras modali-dades de caballeriacutea como si de un uacutenico cuerpo se tratase A diferencia del catafractario parto el ldquocontariordquo saacutermata era un jinete armado maacutes o menos pesadamente seguacuten las circunstancias y sus propias posibilidades Al igual que su contrapartida parto o armenio el jinete pesado saacutermata aprovechaba al maacuteximo las virtudes de su arma definitoria el contus sarmaticus pero la combinaba con el uso de otras igualmente uacutetiles como la espada de hoja larga y el arco recurvado compuesto Su equipamiento defensivo careciacutea de la rigidez propia del catafracto parto tendiendo a ser sensiblemente maacutes li-gero sin perder las ventajas propias de una proteccioacuten completa y concien-zuda Este equipamiento defensivo ademaacutes podiacutea variar seguacuten las circuns-tancias y las necesidades taacutecticas de cada momento (y no solo exclusi-vamente en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete) Ello permitiacutea al jinete pesado saacutermata oscilar entre una caballeriacutea media pura y una caballeriacutea pesada de choque seguacuten las circunstancias Le convertiacutea en un arma flexible capaz de desempentildear diversos papeles en el campo de batalla y variarlos du-rante el combate mismo seguacuten sus necesidades En combinacioacuten con la habi-lidad natural de estos pueblos para la equitacioacuten y sus excelentes (y numero-sas) fuerzas de caballeriacutea ligera la caballeriacutea pesada saacutermata representaba una amenaza realmente seria y totalmente nueva

Desde la guerra civil del 68-69 dC hasta la paz firmada por Adriano con los saacutermatas roxolanos en 119 dC las legiones romanas y su caballeriacutea hubieron de hacer severos esfuerzos para imponerse a este nuevo enemigo en los campos de batalla actuase eacuteste en solitario o en conjuncioacuten con otros pueblos o Estados Las guerras daacutecicas de Domiciano (85-89 dC) y de Tra-jano (101-106 dC) fueron probablemente los puntos culminantes de esta coyuntura De los sangrientos encuentros habidos sobre las orillas del Danu-bio las colinas daacutecicas y las llanuras de la futura Hungriacutea el ejeacutercito romano extraeriacutea una dura leccioacuten que aprenderiacutea raacutepidamente y pondriacutea en creciente praacutectica con el paso de los antildeos cuando a comienzos del s III dC descen-

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diera el ocaso sobre las uacuteltimas luces legadas por la edad dorada de los Anto-ninos habiendo el Estado romano de afrontar las convulsiones de un mundo en paulatina transformacioacuten

A comienzos del s II dC a caballo entre los diacuteas de Trajano y Adria-no el ejeacutercito romano afrontoacute el laborioso proceso de aplicar buena parte de lo que habiacutea aprendido de manos de la caballeriacutea saacutermata El contus ya habiacutea sido adoptado conformando la primera caballeriacutea de choque especialista de la historia del Imperio A ella le seguiriacutean las protecciones pesadas para jine-tes asiacute como para caballos El ejeacutercito romano conociacutea de sobra los modelos orientales de caballeriacutea pesada y sin embargo en el primer siglo de existen-cia de este arma entre las filas romanas el modelo a seguir fue principal-mente saacutermata Los hechos hablan por siacute solos El ejeacutercito romano habiacutea en-contrado una innovacioacuten de intereacutes para su tradicioacuten militar y la incorporoacute raacutepidamente Las primeras unidades de caballeriacutea pesada acorazada romana llevaron nombres que aludiacutean a tradiciones orientales catafractii pero su ar-mamento y el fundamento de sus taacutecticas era una mezcla de aportaciones romanas y modelos saacutermatas Con la llegada del s III dC estas unidades se hariacutean cada vez maacutes necesarias y sobre la trayectoria marcada por los pio-neros de este arma se labrariacutea el desarrollo completo de la misma

La emersioacuten del Imperio persa sasaacutenida supuso la transformacioacuten re-novacioacuten y revitalizacioacuten del arma de caballeriacutea puramente oriental Los sa-saacutenidas llevaron a un nuevo paroxismo a la combinacioacuten de la caballeriacutea pe-sada y la caballeriacutea ligera de tradicioacuten oriental hasta el punto de que algunos tratadistas militares romanos como Amiano Marcelino llegaron a conside-rarlo como un arma praacutecticamente imbatible En palabras del propio Amiano [] catafractarii [] et sagitarii formidable genus armorum82 Probable-mente estas circunstancias forzaran (entre otros factores) no ya la expansioacuten del arma de caballeriacutea pesada (asiacute como del arquero a caballo) en el ejeacutercito romano de los siglos III y IV dC sino la asuncioacuten por parte de la misma de muacuteltiples elementos propios ya exclusivamente de la tradicioacuten militar irano-persa

La experiencia saacutermata quedoacute atraacutes sin embargo su importancia y la de los primeros prototipos de caballeriacutea pesada romana existentes en el Alto Imperio no debe menospreciarse Fueron la piedra fundadora los cimientos de una importante rama de la tradicioacuten militar romana posterior madre de la bizantina y de buena parte de las tradiciones militares de la posterior Europa medieval donde la caballeriacutea ostentariacutea durante siglos su particular supre-maciacutea En cierto modo puede decirse que la caballeriacutea saacutermata y las primeras

82 AMIANO MARCELINO 16 12 7

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unidades de caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano se encuentran entre las raiacute-ces de una tradicioacuten militar que llevoacute a la caballeriacutea a mantener la ilusioacuten de su reinado sobre los campos de batalla hasta el enloquecedor extremo de atravesar las trincheras y alambradas de la I Guerra Mundial y cargar sobre las divisiones panzer germanas en 1939

SELECCIOacuteN DE TEXTOS EPIGRAacuteFICOS RELATIVOS

83 Camerinum (Camerino) Regio VI Italia CIL XI 5632

M(arco) Maenio C(ai) f(ilio) Cor(nelia) Agrippae L(ucio) Tusidio Campestri hospiti divi Hadriani patri senatoris praef(ecto) coh(ortis) II Fl(aviae) Britton(um) equitat(ae) electo a divo Hadriano et misso in expeditionem Brittannicam trib(uno) coh(ortis) I Hispanor(um) equitat(ae) praef(ecto) alae I Gallor(um) et Pannonior(um) catafractatae proc(uratori) Aug(usti) praef(ecto) classis Brittannicae proc(uratori) provinciae Brittanniae equo publico patrono municipi(i) vicani Censorglacenses consecuti ab indulgentia Optimi Maximique Imp(eratoris) Antonini Aug(usti) Pii beneficio interpretationis eius privilegia quibus in p[e]rpetuum aucti confirmatique sunt l(ocus) d(atus) d(ecreto) d(ecurionum) g(ratis)

Ad Mediam (Mehadia) Dacia CIL XVI 110 = CIL III 886 = AE 1980 760

[Imp(erator) Caes(ar) divi Had]rian(i) f(ilius) divi Traiani [Parthici n(epos) divi Ne]rvae pron(epos) T(itus) Aelius [Hadrianus Ant]oninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) [max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII] imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae) [equit(ibus) et pedit(ibus)] qui mil(itaverunt) in alis III quae [appell(antur) Silia]n(a) et Gall(orum) et Pann(oniorum) [catafrac(taria) et F]ront(oniana) et coh(ortibus) XII I Ulp(ia) [Britton(um)] |(milliaria) et I Fl(avia) Ulp(ia) Hisp(anorum) |(milliaria) [et 3 I Ael(ia)] Gaesa(torum) |(milliaria) et I Aug(usta) Nerv() [|(milliaria) et I]I Britt(onum) |(milliaria) et I Hispan(orum) [--- e]t II Hisp(anorum) scutat(a) Cy[ren(aica) et ---]n() et VI Thrac(um) et sunt [in Dacia Poroliss]en(si) sub Macrinio [Vindice proc(uratore) qui]nq(ue) et vigint(i) stip[en(diis) emerit(is) dimis(sis) hon]est(a) miss(ione) quor(um) [nomin(a) subscripta s]unt civit(atem) Roman(am) [qui eor(um) non ha]b(erent) ded(it) et con(ubium) cum [uxor(ibus) quas tu]nc hab(uissent) cum est [civit(as) i(i)s dat(a) aut] cum i(i)s quas post(ea) [dux(issent) dumtax(at) si]ngulis [[Imp(erator) Caes(ar) divi Hadrian(i) f(ilius) divi Traiani Parthici n(epos) divi Nervae pron(epos) T(itus) Aelius Hadrianus Antoninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae)] [equit(ibus) et pedit(ibus) qui mil(itaverunt) in alis III ---] et vigint(i) stipend(iis) emerit(is) dimis(sis) honest(a) miss(ione) quor(um) nomin(a) subscript(a) sunt civit(atem) Roman(am) qui eor(um) non haber(ent) dedit et conub(ium) cum uxor(ibus) quas tunc habuis(sent) cum est civit(atem) i(is) dat(a) aut cum i(is) quas post(ea) dux(issent) dumtax(at) singulis a(nte) d(iem) V K(alendas) Oct(obres) Sex(to) Calpurnio Agricola Ti(berio) Claudio Iuliano co(n)s(ulibus) coh(ors) I Ulpia Britton(um) |(milliaria) cui

83 Tomados del Epigraphische Datenbank Clauss-Slaby httpwwwmanfredclauss de

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prae(e)st L(ucius) Nonius Bassus Picen(o) ex pedite Luonerco Molaci f(ilio) Britt(oni) descript(um) et recognit(um) ex tabul(a) aer(ea) quae fixa est Romae in mur(o) post templ(um) divi Aug(usti) ad Minervam

Tipasa (Tefessad) Mauretania Cesariense AE 1951 265 = AE 1955 133

D(is) M(anibus) Adiutoris eq(uitis) al(ae) pri(mae) Can(n)anafatium vi(xit) XXXXI m(ilitavit) an(nos) XXIII pro(curante) l(i)b(erto) ipsi(us) bene me(renti) Cabanus he(res) po(suit)

Savaria (Szombathely) Panonia Superior CIL III 4183

T(itus) Cnorius Sabinianus ex praef(ecto) alae Contariorum v(ir) e(gregius) et L(ucius) Val(erius) Verus dec(urio) c(oloniae) C(laudiae) Savar(iensium) sacerdotalis p(rovinciae) P(annoniae) s(uperioris) cryptam vi ignis exustam sumptibus suis refecerunt

Brigetio (Kornye) Panonia Superior CIL III 4278

D(is) M(anibus) Val(erio) Saturnino vet(erano) ex dup(licario) alae I Ulp(iae) Cont(ariorum) qui vixit an(nos) L et Val(erio) Sabino mil(iti) leg(ionis) I Ad(iutricis) stip(endiorum) III vixit an(nos) XXV filio Caes(ia) Digna marito et filio f(aciendum) c(uravit)

Apamea Siria AE 1987 955

Aur(elio) Basso quandam(sic) sig(nifero) al(ae) I Ulp(iae) (C)ontariorum stipendiorum VIII vixit annos XXVIIII XI Kal(endas) Maias Gallo et Volusiano consilibus() titulus positus a Marc(io) Cotum(sic) (d)ec(urione) al(ae) c(ivium) R(omanorum)

Apamea Siria AE 1993 1589

D(is) M(anibus) Iulius Valerianus eques alae I Ulp(iae) contariorum stip(endiorum) XXIII vixit annis XXXXVI Ulp(ius) Ingenu(us) dupl(icarius) alae eiusdem heres posuit b(ene) m(erenti)

Arrabona (Gyor) Panonia Superior CIL III 4379

D(is) M(anibus) Ulp(ius) Variu(s) Ore() vet(e)r(anus) ex stat(ore) al(a)e I Ulp(iae) Cont(ariorum) do(mo) Af(rica) vixs(it) ann(os) XLV et Ael(iae) Sabin(a)e fi(liae) vix(it) ann(os) X Ael(ia) Domitia con(iunx) et Ulp(ius) Sabinianus et Ulp(ius) [Cele]rinus et Sabi[nil]la fili(i) vivi cum [mat(re) pa]tri karis(simo) posuerunt

Sentpalpuszta Panonia Superior CIL III 11081 = AE 1899 3

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[D(is) M(anibus)] M(arcus) Aur(elius) [3]us vex(illarius) al(ae) p(rimae) C(ontariorum) Anto(ninianae) et Elv(iae) Bon(a)e c(oniugi) car(issimae) et f(iliae) Aur(eliae) Valerin(a)e et Ae(liae) Sabin(a)e et Elv(io) Verecundo an(norum) LXX Pulc(h)r(a)e() Suri an(norum) LX et Elv(io) Vitali an(norum) XVIII et Au(relio) Ma(n)suetiano an(norum) VII et Ae(lio) Florido M(arcus) Aur(elius) Valerianus sib(i) [et] su[i]s vivi f(ecit)

Roma CIL VI 1449 = AE 1967 16 = AE 196970 13

M(arco) Macrinio Avito M(arci) f(ilio) Claud(ia) Catonio Vindici co(n)s(uli) aug(uri) p(opuli) R(omani) Quiritium leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) prov(inciae) Moes(iae) inf(erioris) leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) Moes(iae) sup(erioris) cur(atori) civitat(is) Arimin(ensium) p[r]oc(uratori) prov(inciae) Dac(iae) Malv(ensis) praef(ecto) alae contar(iorum) praef(ecto) alae III Thrac(um) trib(uno) milit(um) leg(ionis) VI Victr(icis) praef(ecto) coh(ortis) VI Gall(orum) donat(o) donis mil(itaribus) in bello Germ(anico) ab Imp(eratore) M(arco) Aur(elio) Antonino Aug(usto) hast(is) pur(is) II et vexill(is) II cor(o)na mural(i) et vallar(i) Iunia Flaccinilla marito karissimo et Macrinia Rufina patri piissimo vixit annis XLII m(ensibus) V

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SELECCIOacuteN DE IMAacuteGENES

Fig 1 Relieve de la estela funeraria del eques Aduitor miembro del ala I Canninefatum (AE 1955

133) empuntildeando un contus sarmaticus por el lateral derecho de su montura DIXON SOUTHERN 1997 p 49

Fig 2

Grafito de Dura-Europos datado en torno a los ss II-III dC representando un catafracto parto romano o sasaacutenida JUNKELMANN 1992 p 197

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Fig 3 Las dos bardas de escamas metaacutelicas completas encontradas por Rostovzeff en las

excavaciones de Dura-Europos a lo largo de la campantildea de 1932-33 JUNKELMANN 1992 p 214

Fig 4 Relieves de Firuzabad (Iraacuten) representando a un clibanario persa sasaacutenida derribando a un

catafractarioclibanario parto s III dC Obseacutervese las bandas transversales que se ven en los brazos del jinete de la derecha que probablemente esteacuten representando un tipo de manica

WILCOX 2001 p 22

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Fig 5 Relieve de Firuzabad representando a unos catafractosclibanarios parto y sasaacutenida forcejeando

en combate cuerpo a cuerpo Ilustracioacuten de Wilcox 2001 p 23

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FIG 6 Catafractos partos del s I aC Obseacutervense las protecciones tipo manicae portadas por ambos

jinetes en los brazos El jinete de la derecha tambieacuten las lleva sobre las piernas A Mc Bride en WILCOX 2001

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Fig 7 Fragmentos de cotas de escamas y laacuteminas para armadura encontradas en enterramientos

saacutermatas de los ss I-III dC NEGIN 1998 p 70

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Fig 8 Estela de Athenios en Panticapea (Crimea Ucrania) donde se puede observar a un jinete (izqda) que parece montar un caballo protegido con una cota de escamas al igual que eacutel

NEGIN 1998 p 66

Fig 9 Reconstruccioacuten de un contario saacutermata (izqda) en accioacuten s II dC seguacuten G Embleton en

BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 10 Reconstruccioacuten el posible aspecto de un jinete pesado saacutermata y de la posible proteccioacuten de su

montura s II dC seguacuten G Embleton en BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 11 Reconstruccioacuten de un jinete pesado saacutermata equipado con una armadura compuesta ss I-II

dC seguacuten NEGIN 1998 p 73

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Fig 12 Casco romano tipo Russell Robinson tipo B basado en un ejemplar encontrado en Ely

(Cambridgeshire Reino Unido) ss I-II dC GOLDSWORTHY 1998 p 238

Fig 13

Casco romano tipo Rusell Robinson E basado en un hallazgo realizado en Hedderneim (Alemania) ss II-III GOLDSWORTHY 1998 p 238

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Fig 14

Reconstruccioacuten de un casco romano del tipo Niederbieber ss II-III dC seguacuten GILBERT 2010 p 136

Fig 15

Reconstruccioacuten de una variante del casco romano tipo Heddernheim con y sin maacutescara de proteccioacuten para el rostro ss II-III dC seguacuten ALEXANDRA GILBERT 2009 pp 24-26

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Fig 16 Fragmento de lorica squamata de escamas semi-riacutegidas s II dC

BISHOP COULSTON 1993 p 116

Fig 17 Silla de montar romana de cuatro cuernos seguacuten la reconstruccioacuten de P Connolly

DIXON SOUTHERN 1997 p 71

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Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

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Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

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Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

Recibido 17 mayo 2011 Aprobado 22 junio 2011

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perio imperturbables considerando del todo innecesario tomar como inno-vacioacuten un arma a la que eran capaces de batir los catafractos partos y arme-nios

Sin embargo hacia mediados del s I dC algo vino a trastocar este es-cenario en apariencia estable e inamovible de las estepas poacutenticas emergioacute no tanto una nueva arma como una nueva forma de combinar y emplear ar-mas y taacutecticas sobradamente conocidas Los haacutebiles jinetes saacutermatas dejaron atraacutes la claacutesica tradicioacuten militar esteparia basada en el uso del arquero a ca-ballo y la caballeriacutea ligera desarrollaron una nueva caballeriacutea pesada libre de la mayor parte de las debilidades de los pesados catafractos partos flexi-ble y dinaacutemica y capaz de luchar en conjuncioacuten perfecta con otras modali-dades de caballeriacutea como si de un uacutenico cuerpo se tratase A diferencia del catafractario parto el ldquocontariordquo saacutermata era un jinete armado maacutes o menos pesadamente seguacuten las circunstancias y sus propias posibilidades Al igual que su contrapartida parto o armenio el jinete pesado saacutermata aprovechaba al maacuteximo las virtudes de su arma definitoria el contus sarmaticus pero la combinaba con el uso de otras igualmente uacutetiles como la espada de hoja larga y el arco recurvado compuesto Su equipamiento defensivo careciacutea de la rigidez propia del catafracto parto tendiendo a ser sensiblemente maacutes li-gero sin perder las ventajas propias de una proteccioacuten completa y concien-zuda Este equipamiento defensivo ademaacutes podiacutea variar seguacuten las circuns-tancias y las necesidades taacutecticas de cada momento (y no solo exclusi-vamente en base a las posibilidades econoacutemicas del jinete) Ello permitiacutea al jinete pesado saacutermata oscilar entre una caballeriacutea media pura y una caballeriacutea pesada de choque seguacuten las circunstancias Le convertiacutea en un arma flexible capaz de desempentildear diversos papeles en el campo de batalla y variarlos du-rante el combate mismo seguacuten sus necesidades En combinacioacuten con la habi-lidad natural de estos pueblos para la equitacioacuten y sus excelentes (y numero-sas) fuerzas de caballeriacutea ligera la caballeriacutea pesada saacutermata representaba una amenaza realmente seria y totalmente nueva

Desde la guerra civil del 68-69 dC hasta la paz firmada por Adriano con los saacutermatas roxolanos en 119 dC las legiones romanas y su caballeriacutea hubieron de hacer severos esfuerzos para imponerse a este nuevo enemigo en los campos de batalla actuase eacuteste en solitario o en conjuncioacuten con otros pueblos o Estados Las guerras daacutecicas de Domiciano (85-89 dC) y de Tra-jano (101-106 dC) fueron probablemente los puntos culminantes de esta coyuntura De los sangrientos encuentros habidos sobre las orillas del Danu-bio las colinas daacutecicas y las llanuras de la futura Hungriacutea el ejeacutercito romano extraeriacutea una dura leccioacuten que aprenderiacutea raacutepidamente y pondriacutea en creciente praacutectica con el paso de los antildeos cuando a comienzos del s III dC descen-

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diera el ocaso sobre las uacuteltimas luces legadas por la edad dorada de los Anto-ninos habiendo el Estado romano de afrontar las convulsiones de un mundo en paulatina transformacioacuten

A comienzos del s II dC a caballo entre los diacuteas de Trajano y Adria-no el ejeacutercito romano afrontoacute el laborioso proceso de aplicar buena parte de lo que habiacutea aprendido de manos de la caballeriacutea saacutermata El contus ya habiacutea sido adoptado conformando la primera caballeriacutea de choque especialista de la historia del Imperio A ella le seguiriacutean las protecciones pesadas para jine-tes asiacute como para caballos El ejeacutercito romano conociacutea de sobra los modelos orientales de caballeriacutea pesada y sin embargo en el primer siglo de existen-cia de este arma entre las filas romanas el modelo a seguir fue principal-mente saacutermata Los hechos hablan por siacute solos El ejeacutercito romano habiacutea en-contrado una innovacioacuten de intereacutes para su tradicioacuten militar y la incorporoacute raacutepidamente Las primeras unidades de caballeriacutea pesada acorazada romana llevaron nombres que aludiacutean a tradiciones orientales catafractii pero su ar-mamento y el fundamento de sus taacutecticas era una mezcla de aportaciones romanas y modelos saacutermatas Con la llegada del s III dC estas unidades se hariacutean cada vez maacutes necesarias y sobre la trayectoria marcada por los pio-neros de este arma se labrariacutea el desarrollo completo de la misma

La emersioacuten del Imperio persa sasaacutenida supuso la transformacioacuten re-novacioacuten y revitalizacioacuten del arma de caballeriacutea puramente oriental Los sa-saacutenidas llevaron a un nuevo paroxismo a la combinacioacuten de la caballeriacutea pe-sada y la caballeriacutea ligera de tradicioacuten oriental hasta el punto de que algunos tratadistas militares romanos como Amiano Marcelino llegaron a conside-rarlo como un arma praacutecticamente imbatible En palabras del propio Amiano [] catafractarii [] et sagitarii formidable genus armorum82 Probable-mente estas circunstancias forzaran (entre otros factores) no ya la expansioacuten del arma de caballeriacutea pesada (asiacute como del arquero a caballo) en el ejeacutercito romano de los siglos III y IV dC sino la asuncioacuten por parte de la misma de muacuteltiples elementos propios ya exclusivamente de la tradicioacuten militar irano-persa

La experiencia saacutermata quedoacute atraacutes sin embargo su importancia y la de los primeros prototipos de caballeriacutea pesada romana existentes en el Alto Imperio no debe menospreciarse Fueron la piedra fundadora los cimientos de una importante rama de la tradicioacuten militar romana posterior madre de la bizantina y de buena parte de las tradiciones militares de la posterior Europa medieval donde la caballeriacutea ostentariacutea durante siglos su particular supre-maciacutea En cierto modo puede decirse que la caballeriacutea saacutermata y las primeras

82 AMIANO MARCELINO 16 12 7

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unidades de caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano se encuentran entre las raiacute-ces de una tradicioacuten militar que llevoacute a la caballeriacutea a mantener la ilusioacuten de su reinado sobre los campos de batalla hasta el enloquecedor extremo de atravesar las trincheras y alambradas de la I Guerra Mundial y cargar sobre las divisiones panzer germanas en 1939

SELECCIOacuteN DE TEXTOS EPIGRAacuteFICOS RELATIVOS

83 Camerinum (Camerino) Regio VI Italia CIL XI 5632

M(arco) Maenio C(ai) f(ilio) Cor(nelia) Agrippae L(ucio) Tusidio Campestri hospiti divi Hadriani patri senatoris praef(ecto) coh(ortis) II Fl(aviae) Britton(um) equitat(ae) electo a divo Hadriano et misso in expeditionem Brittannicam trib(uno) coh(ortis) I Hispanor(um) equitat(ae) praef(ecto) alae I Gallor(um) et Pannonior(um) catafractatae proc(uratori) Aug(usti) praef(ecto) classis Brittannicae proc(uratori) provinciae Brittanniae equo publico patrono municipi(i) vicani Censorglacenses consecuti ab indulgentia Optimi Maximique Imp(eratoris) Antonini Aug(usti) Pii beneficio interpretationis eius privilegia quibus in p[e]rpetuum aucti confirmatique sunt l(ocus) d(atus) d(ecreto) d(ecurionum) g(ratis)

Ad Mediam (Mehadia) Dacia CIL XVI 110 = CIL III 886 = AE 1980 760

[Imp(erator) Caes(ar) divi Had]rian(i) f(ilius) divi Traiani [Parthici n(epos) divi Ne]rvae pron(epos) T(itus) Aelius [Hadrianus Ant]oninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) [max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII] imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae) [equit(ibus) et pedit(ibus)] qui mil(itaverunt) in alis III quae [appell(antur) Silia]n(a) et Gall(orum) et Pann(oniorum) [catafrac(taria) et F]ront(oniana) et coh(ortibus) XII I Ulp(ia) [Britton(um)] |(milliaria) et I Fl(avia) Ulp(ia) Hisp(anorum) |(milliaria) [et 3 I Ael(ia)] Gaesa(torum) |(milliaria) et I Aug(usta) Nerv() [|(milliaria) et I]I Britt(onum) |(milliaria) et I Hispan(orum) [--- e]t II Hisp(anorum) scutat(a) Cy[ren(aica) et ---]n() et VI Thrac(um) et sunt [in Dacia Poroliss]en(si) sub Macrinio [Vindice proc(uratore) qui]nq(ue) et vigint(i) stip[en(diis) emerit(is) dimis(sis) hon]est(a) miss(ione) quor(um) [nomin(a) subscripta s]unt civit(atem) Roman(am) [qui eor(um) non ha]b(erent) ded(it) et con(ubium) cum [uxor(ibus) quas tu]nc hab(uissent) cum est [civit(as) i(i)s dat(a) aut] cum i(i)s quas post(ea) [dux(issent) dumtax(at) si]ngulis [[Imp(erator) Caes(ar) divi Hadrian(i) f(ilius) divi Traiani Parthici n(epos) divi Nervae pron(epos) T(itus) Aelius Hadrianus Antoninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae)] [equit(ibus) et pedit(ibus) qui mil(itaverunt) in alis III ---] et vigint(i) stipend(iis) emerit(is) dimis(sis) honest(a) miss(ione) quor(um) nomin(a) subscript(a) sunt civit(atem) Roman(am) qui eor(um) non haber(ent) dedit et conub(ium) cum uxor(ibus) quas tunc habuis(sent) cum est civit(atem) i(is) dat(a) aut cum i(is) quas post(ea) dux(issent) dumtax(at) singulis a(nte) d(iem) V K(alendas) Oct(obres) Sex(to) Calpurnio Agricola Ti(berio) Claudio Iuliano co(n)s(ulibus) coh(ors) I Ulpia Britton(um) |(milliaria) cui

83 Tomados del Epigraphische Datenbank Clauss-Slaby httpwwwmanfredclauss de

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prae(e)st L(ucius) Nonius Bassus Picen(o) ex pedite Luonerco Molaci f(ilio) Britt(oni) descript(um) et recognit(um) ex tabul(a) aer(ea) quae fixa est Romae in mur(o) post templ(um) divi Aug(usti) ad Minervam

Tipasa (Tefessad) Mauretania Cesariense AE 1951 265 = AE 1955 133

D(is) M(anibus) Adiutoris eq(uitis) al(ae) pri(mae) Can(n)anafatium vi(xit) XXXXI m(ilitavit) an(nos) XXIII pro(curante) l(i)b(erto) ipsi(us) bene me(renti) Cabanus he(res) po(suit)

Savaria (Szombathely) Panonia Superior CIL III 4183

T(itus) Cnorius Sabinianus ex praef(ecto) alae Contariorum v(ir) e(gregius) et L(ucius) Val(erius) Verus dec(urio) c(oloniae) C(laudiae) Savar(iensium) sacerdotalis p(rovinciae) P(annoniae) s(uperioris) cryptam vi ignis exustam sumptibus suis refecerunt

Brigetio (Kornye) Panonia Superior CIL III 4278

D(is) M(anibus) Val(erio) Saturnino vet(erano) ex dup(licario) alae I Ulp(iae) Cont(ariorum) qui vixit an(nos) L et Val(erio) Sabino mil(iti) leg(ionis) I Ad(iutricis) stip(endiorum) III vixit an(nos) XXV filio Caes(ia) Digna marito et filio f(aciendum) c(uravit)

Apamea Siria AE 1987 955

Aur(elio) Basso quandam(sic) sig(nifero) al(ae) I Ulp(iae) (C)ontariorum stipendiorum VIII vixit annos XXVIIII XI Kal(endas) Maias Gallo et Volusiano consilibus() titulus positus a Marc(io) Cotum(sic) (d)ec(urione) al(ae) c(ivium) R(omanorum)

Apamea Siria AE 1993 1589

D(is) M(anibus) Iulius Valerianus eques alae I Ulp(iae) contariorum stip(endiorum) XXIII vixit annis XXXXVI Ulp(ius) Ingenu(us) dupl(icarius) alae eiusdem heres posuit b(ene) m(erenti)

Arrabona (Gyor) Panonia Superior CIL III 4379

D(is) M(anibus) Ulp(ius) Variu(s) Ore() vet(e)r(anus) ex stat(ore) al(a)e I Ulp(iae) Cont(ariorum) do(mo) Af(rica) vixs(it) ann(os) XLV et Ael(iae) Sabin(a)e fi(liae) vix(it) ann(os) X Ael(ia) Domitia con(iunx) et Ulp(ius) Sabinianus et Ulp(ius) [Cele]rinus et Sabi[nil]la fili(i) vivi cum [mat(re) pa]tri karis(simo) posuerunt

Sentpalpuszta Panonia Superior CIL III 11081 = AE 1899 3

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[D(is) M(anibus)] M(arcus) Aur(elius) [3]us vex(illarius) al(ae) p(rimae) C(ontariorum) Anto(ninianae) et Elv(iae) Bon(a)e c(oniugi) car(issimae) et f(iliae) Aur(eliae) Valerin(a)e et Ae(liae) Sabin(a)e et Elv(io) Verecundo an(norum) LXX Pulc(h)r(a)e() Suri an(norum) LX et Elv(io) Vitali an(norum) XVIII et Au(relio) Ma(n)suetiano an(norum) VII et Ae(lio) Florido M(arcus) Aur(elius) Valerianus sib(i) [et] su[i]s vivi f(ecit)

Roma CIL VI 1449 = AE 1967 16 = AE 196970 13

M(arco) Macrinio Avito M(arci) f(ilio) Claud(ia) Catonio Vindici co(n)s(uli) aug(uri) p(opuli) R(omani) Quiritium leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) prov(inciae) Moes(iae) inf(erioris) leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) Moes(iae) sup(erioris) cur(atori) civitat(is) Arimin(ensium) p[r]oc(uratori) prov(inciae) Dac(iae) Malv(ensis) praef(ecto) alae contar(iorum) praef(ecto) alae III Thrac(um) trib(uno) milit(um) leg(ionis) VI Victr(icis) praef(ecto) coh(ortis) VI Gall(orum) donat(o) donis mil(itaribus) in bello Germ(anico) ab Imp(eratore) M(arco) Aur(elio) Antonino Aug(usto) hast(is) pur(is) II et vexill(is) II cor(o)na mural(i) et vallar(i) Iunia Flaccinilla marito karissimo et Macrinia Rufina patri piissimo vixit annis XLII m(ensibus) V

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SELECCIOacuteN DE IMAacuteGENES

Fig 1 Relieve de la estela funeraria del eques Aduitor miembro del ala I Canninefatum (AE 1955

133) empuntildeando un contus sarmaticus por el lateral derecho de su montura DIXON SOUTHERN 1997 p 49

Fig 2

Grafito de Dura-Europos datado en torno a los ss II-III dC representando un catafracto parto romano o sasaacutenida JUNKELMANN 1992 p 197

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Fig 3 Las dos bardas de escamas metaacutelicas completas encontradas por Rostovzeff en las

excavaciones de Dura-Europos a lo largo de la campantildea de 1932-33 JUNKELMANN 1992 p 214

Fig 4 Relieves de Firuzabad (Iraacuten) representando a un clibanario persa sasaacutenida derribando a un

catafractarioclibanario parto s III dC Obseacutervese las bandas transversales que se ven en los brazos del jinete de la derecha que probablemente esteacuten representando un tipo de manica

WILCOX 2001 p 22

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Fig 5 Relieve de Firuzabad representando a unos catafractosclibanarios parto y sasaacutenida forcejeando

en combate cuerpo a cuerpo Ilustracioacuten de Wilcox 2001 p 23

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FIG 6 Catafractos partos del s I aC Obseacutervense las protecciones tipo manicae portadas por ambos

jinetes en los brazos El jinete de la derecha tambieacuten las lleva sobre las piernas A Mc Bride en WILCOX 2001

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Fig 7 Fragmentos de cotas de escamas y laacuteminas para armadura encontradas en enterramientos

saacutermatas de los ss I-III dC NEGIN 1998 p 70

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Fig 8 Estela de Athenios en Panticapea (Crimea Ucrania) donde se puede observar a un jinete (izqda) que parece montar un caballo protegido con una cota de escamas al igual que eacutel

NEGIN 1998 p 66

Fig 9 Reconstruccioacuten de un contario saacutermata (izqda) en accioacuten s II dC seguacuten G Embleton en

BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 10 Reconstruccioacuten el posible aspecto de un jinete pesado saacutermata y de la posible proteccioacuten de su

montura s II dC seguacuten G Embleton en BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 11 Reconstruccioacuten de un jinete pesado saacutermata equipado con una armadura compuesta ss I-II

dC seguacuten NEGIN 1998 p 73

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Fig 12 Casco romano tipo Russell Robinson tipo B basado en un ejemplar encontrado en Ely

(Cambridgeshire Reino Unido) ss I-II dC GOLDSWORTHY 1998 p 238

Fig 13

Casco romano tipo Rusell Robinson E basado en un hallazgo realizado en Hedderneim (Alemania) ss II-III GOLDSWORTHY 1998 p 238

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Fig 14

Reconstruccioacuten de un casco romano del tipo Niederbieber ss II-III dC seguacuten GILBERT 2010 p 136

Fig 15

Reconstruccioacuten de una variante del casco romano tipo Heddernheim con y sin maacutescara de proteccioacuten para el rostro ss II-III dC seguacuten ALEXANDRA GILBERT 2009 pp 24-26

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Fig 16 Fragmento de lorica squamata de escamas semi-riacutegidas s II dC

BISHOP COULSTON 1993 p 116

Fig 17 Silla de montar romana de cuatro cuernos seguacuten la reconstruccioacuten de P Connolly

DIXON SOUTHERN 1997 p 71

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Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

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Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

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Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

Recibido 17 mayo 2011 Aprobado 22 junio 2011

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diera el ocaso sobre las uacuteltimas luces legadas por la edad dorada de los Anto-ninos habiendo el Estado romano de afrontar las convulsiones de un mundo en paulatina transformacioacuten

A comienzos del s II dC a caballo entre los diacuteas de Trajano y Adria-no el ejeacutercito romano afrontoacute el laborioso proceso de aplicar buena parte de lo que habiacutea aprendido de manos de la caballeriacutea saacutermata El contus ya habiacutea sido adoptado conformando la primera caballeriacutea de choque especialista de la historia del Imperio A ella le seguiriacutean las protecciones pesadas para jine-tes asiacute como para caballos El ejeacutercito romano conociacutea de sobra los modelos orientales de caballeriacutea pesada y sin embargo en el primer siglo de existen-cia de este arma entre las filas romanas el modelo a seguir fue principal-mente saacutermata Los hechos hablan por siacute solos El ejeacutercito romano habiacutea en-contrado una innovacioacuten de intereacutes para su tradicioacuten militar y la incorporoacute raacutepidamente Las primeras unidades de caballeriacutea pesada acorazada romana llevaron nombres que aludiacutean a tradiciones orientales catafractii pero su ar-mamento y el fundamento de sus taacutecticas era una mezcla de aportaciones romanas y modelos saacutermatas Con la llegada del s III dC estas unidades se hariacutean cada vez maacutes necesarias y sobre la trayectoria marcada por los pio-neros de este arma se labrariacutea el desarrollo completo de la misma

La emersioacuten del Imperio persa sasaacutenida supuso la transformacioacuten re-novacioacuten y revitalizacioacuten del arma de caballeriacutea puramente oriental Los sa-saacutenidas llevaron a un nuevo paroxismo a la combinacioacuten de la caballeriacutea pe-sada y la caballeriacutea ligera de tradicioacuten oriental hasta el punto de que algunos tratadistas militares romanos como Amiano Marcelino llegaron a conside-rarlo como un arma praacutecticamente imbatible En palabras del propio Amiano [] catafractarii [] et sagitarii formidable genus armorum82 Probable-mente estas circunstancias forzaran (entre otros factores) no ya la expansioacuten del arma de caballeriacutea pesada (asiacute como del arquero a caballo) en el ejeacutercito romano de los siglos III y IV dC sino la asuncioacuten por parte de la misma de muacuteltiples elementos propios ya exclusivamente de la tradicioacuten militar irano-persa

La experiencia saacutermata quedoacute atraacutes sin embargo su importancia y la de los primeros prototipos de caballeriacutea pesada romana existentes en el Alto Imperio no debe menospreciarse Fueron la piedra fundadora los cimientos de una importante rama de la tradicioacuten militar romana posterior madre de la bizantina y de buena parte de las tradiciones militares de la posterior Europa medieval donde la caballeriacutea ostentariacutea durante siglos su particular supre-maciacutea En cierto modo puede decirse que la caballeriacutea saacutermata y las primeras

82 AMIANO MARCELINO 16 12 7

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unidades de caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano se encuentran entre las raiacute-ces de una tradicioacuten militar que llevoacute a la caballeriacutea a mantener la ilusioacuten de su reinado sobre los campos de batalla hasta el enloquecedor extremo de atravesar las trincheras y alambradas de la I Guerra Mundial y cargar sobre las divisiones panzer germanas en 1939

SELECCIOacuteN DE TEXTOS EPIGRAacuteFICOS RELATIVOS

83 Camerinum (Camerino) Regio VI Italia CIL XI 5632

M(arco) Maenio C(ai) f(ilio) Cor(nelia) Agrippae L(ucio) Tusidio Campestri hospiti divi Hadriani patri senatoris praef(ecto) coh(ortis) II Fl(aviae) Britton(um) equitat(ae) electo a divo Hadriano et misso in expeditionem Brittannicam trib(uno) coh(ortis) I Hispanor(um) equitat(ae) praef(ecto) alae I Gallor(um) et Pannonior(um) catafractatae proc(uratori) Aug(usti) praef(ecto) classis Brittannicae proc(uratori) provinciae Brittanniae equo publico patrono municipi(i) vicani Censorglacenses consecuti ab indulgentia Optimi Maximique Imp(eratoris) Antonini Aug(usti) Pii beneficio interpretationis eius privilegia quibus in p[e]rpetuum aucti confirmatique sunt l(ocus) d(atus) d(ecreto) d(ecurionum) g(ratis)

Ad Mediam (Mehadia) Dacia CIL XVI 110 = CIL III 886 = AE 1980 760

[Imp(erator) Caes(ar) divi Had]rian(i) f(ilius) divi Traiani [Parthici n(epos) divi Ne]rvae pron(epos) T(itus) Aelius [Hadrianus Ant]oninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) [max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII] imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae) [equit(ibus) et pedit(ibus)] qui mil(itaverunt) in alis III quae [appell(antur) Silia]n(a) et Gall(orum) et Pann(oniorum) [catafrac(taria) et F]ront(oniana) et coh(ortibus) XII I Ulp(ia) [Britton(um)] |(milliaria) et I Fl(avia) Ulp(ia) Hisp(anorum) |(milliaria) [et 3 I Ael(ia)] Gaesa(torum) |(milliaria) et I Aug(usta) Nerv() [|(milliaria) et I]I Britt(onum) |(milliaria) et I Hispan(orum) [--- e]t II Hisp(anorum) scutat(a) Cy[ren(aica) et ---]n() et VI Thrac(um) et sunt [in Dacia Poroliss]en(si) sub Macrinio [Vindice proc(uratore) qui]nq(ue) et vigint(i) stip[en(diis) emerit(is) dimis(sis) hon]est(a) miss(ione) quor(um) [nomin(a) subscripta s]unt civit(atem) Roman(am) [qui eor(um) non ha]b(erent) ded(it) et con(ubium) cum [uxor(ibus) quas tu]nc hab(uissent) cum est [civit(as) i(i)s dat(a) aut] cum i(i)s quas post(ea) [dux(issent) dumtax(at) si]ngulis [[Imp(erator) Caes(ar) divi Hadrian(i) f(ilius) divi Traiani Parthici n(epos) divi Nervae pron(epos) T(itus) Aelius Hadrianus Antoninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae)] [equit(ibus) et pedit(ibus) qui mil(itaverunt) in alis III ---] et vigint(i) stipend(iis) emerit(is) dimis(sis) honest(a) miss(ione) quor(um) nomin(a) subscript(a) sunt civit(atem) Roman(am) qui eor(um) non haber(ent) dedit et conub(ium) cum uxor(ibus) quas tunc habuis(sent) cum est civit(atem) i(is) dat(a) aut cum i(is) quas post(ea) dux(issent) dumtax(at) singulis a(nte) d(iem) V K(alendas) Oct(obres) Sex(to) Calpurnio Agricola Ti(berio) Claudio Iuliano co(n)s(ulibus) coh(ors) I Ulpia Britton(um) |(milliaria) cui

83 Tomados del Epigraphische Datenbank Clauss-Slaby httpwwwmanfredclauss de

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prae(e)st L(ucius) Nonius Bassus Picen(o) ex pedite Luonerco Molaci f(ilio) Britt(oni) descript(um) et recognit(um) ex tabul(a) aer(ea) quae fixa est Romae in mur(o) post templ(um) divi Aug(usti) ad Minervam

Tipasa (Tefessad) Mauretania Cesariense AE 1951 265 = AE 1955 133

D(is) M(anibus) Adiutoris eq(uitis) al(ae) pri(mae) Can(n)anafatium vi(xit) XXXXI m(ilitavit) an(nos) XXIII pro(curante) l(i)b(erto) ipsi(us) bene me(renti) Cabanus he(res) po(suit)

Savaria (Szombathely) Panonia Superior CIL III 4183

T(itus) Cnorius Sabinianus ex praef(ecto) alae Contariorum v(ir) e(gregius) et L(ucius) Val(erius) Verus dec(urio) c(oloniae) C(laudiae) Savar(iensium) sacerdotalis p(rovinciae) P(annoniae) s(uperioris) cryptam vi ignis exustam sumptibus suis refecerunt

Brigetio (Kornye) Panonia Superior CIL III 4278

D(is) M(anibus) Val(erio) Saturnino vet(erano) ex dup(licario) alae I Ulp(iae) Cont(ariorum) qui vixit an(nos) L et Val(erio) Sabino mil(iti) leg(ionis) I Ad(iutricis) stip(endiorum) III vixit an(nos) XXV filio Caes(ia) Digna marito et filio f(aciendum) c(uravit)

Apamea Siria AE 1987 955

Aur(elio) Basso quandam(sic) sig(nifero) al(ae) I Ulp(iae) (C)ontariorum stipendiorum VIII vixit annos XXVIIII XI Kal(endas) Maias Gallo et Volusiano consilibus() titulus positus a Marc(io) Cotum(sic) (d)ec(urione) al(ae) c(ivium) R(omanorum)

Apamea Siria AE 1993 1589

D(is) M(anibus) Iulius Valerianus eques alae I Ulp(iae) contariorum stip(endiorum) XXIII vixit annis XXXXVI Ulp(ius) Ingenu(us) dupl(icarius) alae eiusdem heres posuit b(ene) m(erenti)

Arrabona (Gyor) Panonia Superior CIL III 4379

D(is) M(anibus) Ulp(ius) Variu(s) Ore() vet(e)r(anus) ex stat(ore) al(a)e I Ulp(iae) Cont(ariorum) do(mo) Af(rica) vixs(it) ann(os) XLV et Ael(iae) Sabin(a)e fi(liae) vix(it) ann(os) X Ael(ia) Domitia con(iunx) et Ulp(ius) Sabinianus et Ulp(ius) [Cele]rinus et Sabi[nil]la fili(i) vivi cum [mat(re) pa]tri karis(simo) posuerunt

Sentpalpuszta Panonia Superior CIL III 11081 = AE 1899 3

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[D(is) M(anibus)] M(arcus) Aur(elius) [3]us vex(illarius) al(ae) p(rimae) C(ontariorum) Anto(ninianae) et Elv(iae) Bon(a)e c(oniugi) car(issimae) et f(iliae) Aur(eliae) Valerin(a)e et Ae(liae) Sabin(a)e et Elv(io) Verecundo an(norum) LXX Pulc(h)r(a)e() Suri an(norum) LX et Elv(io) Vitali an(norum) XVIII et Au(relio) Ma(n)suetiano an(norum) VII et Ae(lio) Florido M(arcus) Aur(elius) Valerianus sib(i) [et] su[i]s vivi f(ecit)

Roma CIL VI 1449 = AE 1967 16 = AE 196970 13

M(arco) Macrinio Avito M(arci) f(ilio) Claud(ia) Catonio Vindici co(n)s(uli) aug(uri) p(opuli) R(omani) Quiritium leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) prov(inciae) Moes(iae) inf(erioris) leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) Moes(iae) sup(erioris) cur(atori) civitat(is) Arimin(ensium) p[r]oc(uratori) prov(inciae) Dac(iae) Malv(ensis) praef(ecto) alae contar(iorum) praef(ecto) alae III Thrac(um) trib(uno) milit(um) leg(ionis) VI Victr(icis) praef(ecto) coh(ortis) VI Gall(orum) donat(o) donis mil(itaribus) in bello Germ(anico) ab Imp(eratore) M(arco) Aur(elio) Antonino Aug(usto) hast(is) pur(is) II et vexill(is) II cor(o)na mural(i) et vallar(i) Iunia Flaccinilla marito karissimo et Macrinia Rufina patri piissimo vixit annis XLII m(ensibus) V

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SELECCIOacuteN DE IMAacuteGENES

Fig 1 Relieve de la estela funeraria del eques Aduitor miembro del ala I Canninefatum (AE 1955

133) empuntildeando un contus sarmaticus por el lateral derecho de su montura DIXON SOUTHERN 1997 p 49

Fig 2

Grafito de Dura-Europos datado en torno a los ss II-III dC representando un catafracto parto romano o sasaacutenida JUNKELMANN 1992 p 197

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Fig 3 Las dos bardas de escamas metaacutelicas completas encontradas por Rostovzeff en las

excavaciones de Dura-Europos a lo largo de la campantildea de 1932-33 JUNKELMANN 1992 p 214

Fig 4 Relieves de Firuzabad (Iraacuten) representando a un clibanario persa sasaacutenida derribando a un

catafractarioclibanario parto s III dC Obseacutervese las bandas transversales que se ven en los brazos del jinete de la derecha que probablemente esteacuten representando un tipo de manica

WILCOX 2001 p 22

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Fig 5 Relieve de Firuzabad representando a unos catafractosclibanarios parto y sasaacutenida forcejeando

en combate cuerpo a cuerpo Ilustracioacuten de Wilcox 2001 p 23

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FIG 6 Catafractos partos del s I aC Obseacutervense las protecciones tipo manicae portadas por ambos

jinetes en los brazos El jinete de la derecha tambieacuten las lleva sobre las piernas A Mc Bride en WILCOX 2001

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Fig 7 Fragmentos de cotas de escamas y laacuteminas para armadura encontradas en enterramientos

saacutermatas de los ss I-III dC NEGIN 1998 p 70

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Fig 8 Estela de Athenios en Panticapea (Crimea Ucrania) donde se puede observar a un jinete (izqda) que parece montar un caballo protegido con una cota de escamas al igual que eacutel

NEGIN 1998 p 66

Fig 9 Reconstruccioacuten de un contario saacutermata (izqda) en accioacuten s II dC seguacuten G Embleton en

BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 10 Reconstruccioacuten el posible aspecto de un jinete pesado saacutermata y de la posible proteccioacuten de su

montura s II dC seguacuten G Embleton en BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 11 Reconstruccioacuten de un jinete pesado saacutermata equipado con una armadura compuesta ss I-II

dC seguacuten NEGIN 1998 p 73

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Fig 12 Casco romano tipo Russell Robinson tipo B basado en un ejemplar encontrado en Ely

(Cambridgeshire Reino Unido) ss I-II dC GOLDSWORTHY 1998 p 238

Fig 13

Casco romano tipo Rusell Robinson E basado en un hallazgo realizado en Hedderneim (Alemania) ss II-III GOLDSWORTHY 1998 p 238

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Fig 14

Reconstruccioacuten de un casco romano del tipo Niederbieber ss II-III dC seguacuten GILBERT 2010 p 136

Fig 15

Reconstruccioacuten de una variante del casco romano tipo Heddernheim con y sin maacutescara de proteccioacuten para el rostro ss II-III dC seguacuten ALEXANDRA GILBERT 2009 pp 24-26

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Fig 16 Fragmento de lorica squamata de escamas semi-riacutegidas s II dC

BISHOP COULSTON 1993 p 116

Fig 17 Silla de montar romana de cuatro cuernos seguacuten la reconstruccioacuten de P Connolly

DIXON SOUTHERN 1997 p 71

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Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

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Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

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Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

Recibido 17 mayo 2011 Aprobado 22 junio 2011

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unidades de caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano se encuentran entre las raiacute-ces de una tradicioacuten militar que llevoacute a la caballeriacutea a mantener la ilusioacuten de su reinado sobre los campos de batalla hasta el enloquecedor extremo de atravesar las trincheras y alambradas de la I Guerra Mundial y cargar sobre las divisiones panzer germanas en 1939

SELECCIOacuteN DE TEXTOS EPIGRAacuteFICOS RELATIVOS

83 Camerinum (Camerino) Regio VI Italia CIL XI 5632

M(arco) Maenio C(ai) f(ilio) Cor(nelia) Agrippae L(ucio) Tusidio Campestri hospiti divi Hadriani patri senatoris praef(ecto) coh(ortis) II Fl(aviae) Britton(um) equitat(ae) electo a divo Hadriano et misso in expeditionem Brittannicam trib(uno) coh(ortis) I Hispanor(um) equitat(ae) praef(ecto) alae I Gallor(um) et Pannonior(um) catafractatae proc(uratori) Aug(usti) praef(ecto) classis Brittannicae proc(uratori) provinciae Brittanniae equo publico patrono municipi(i) vicani Censorglacenses consecuti ab indulgentia Optimi Maximique Imp(eratoris) Antonini Aug(usti) Pii beneficio interpretationis eius privilegia quibus in p[e]rpetuum aucti confirmatique sunt l(ocus) d(atus) d(ecreto) d(ecurionum) g(ratis)

Ad Mediam (Mehadia) Dacia CIL XVI 110 = CIL III 886 = AE 1980 760

[Imp(erator) Caes(ar) divi Had]rian(i) f(ilius) divi Traiani [Parthici n(epos) divi Ne]rvae pron(epos) T(itus) Aelius [Hadrianus Ant]oninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) [max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII] imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae) [equit(ibus) et pedit(ibus)] qui mil(itaverunt) in alis III quae [appell(antur) Silia]n(a) et Gall(orum) et Pann(oniorum) [catafrac(taria) et F]ront(oniana) et coh(ortibus) XII I Ulp(ia) [Britton(um)] |(milliaria) et I Fl(avia) Ulp(ia) Hisp(anorum) |(milliaria) [et 3 I Ael(ia)] Gaesa(torum) |(milliaria) et I Aug(usta) Nerv() [|(milliaria) et I]I Britt(onum) |(milliaria) et I Hispan(orum) [--- e]t II Hisp(anorum) scutat(a) Cy[ren(aica) et ---]n() et VI Thrac(um) et sunt [in Dacia Poroliss]en(si) sub Macrinio [Vindice proc(uratore) qui]nq(ue) et vigint(i) stip[en(diis) emerit(is) dimis(sis) hon]est(a) miss(ione) quor(um) [nomin(a) subscripta s]unt civit(atem) Roman(am) [qui eor(um) non ha]b(erent) ded(it) et con(ubium) cum [uxor(ibus) quas tu]nc hab(uissent) cum est [civit(as) i(i)s dat(a) aut] cum i(i)s quas post(ea) [dux(issent) dumtax(at) si]ngulis [[Imp(erator) Caes(ar) divi Hadrian(i) f(ilius) divi Traiani Parthici n(epos) divi Nervae pron(epos) T(itus) Aelius Hadrianus Antoninus Aug(ustus) Pius pont(ifex) max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XXII imp(erator) II co(n)s(ul) IIII p(ater) p(atriae)] [equit(ibus) et pedit(ibus) qui mil(itaverunt) in alis III ---] et vigint(i) stipend(iis) emerit(is) dimis(sis) honest(a) miss(ione) quor(um) nomin(a) subscript(a) sunt civit(atem) Roman(am) qui eor(um) non haber(ent) dedit et conub(ium) cum uxor(ibus) quas tunc habuis(sent) cum est civit(atem) i(is) dat(a) aut cum i(is) quas post(ea) dux(issent) dumtax(at) singulis a(nte) d(iem) V K(alendas) Oct(obres) Sex(to) Calpurnio Agricola Ti(berio) Claudio Iuliano co(n)s(ulibus) coh(ors) I Ulpia Britton(um) |(milliaria) cui

83 Tomados del Epigraphische Datenbank Clauss-Slaby httpwwwmanfredclauss de

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prae(e)st L(ucius) Nonius Bassus Picen(o) ex pedite Luonerco Molaci f(ilio) Britt(oni) descript(um) et recognit(um) ex tabul(a) aer(ea) quae fixa est Romae in mur(o) post templ(um) divi Aug(usti) ad Minervam

Tipasa (Tefessad) Mauretania Cesariense AE 1951 265 = AE 1955 133

D(is) M(anibus) Adiutoris eq(uitis) al(ae) pri(mae) Can(n)anafatium vi(xit) XXXXI m(ilitavit) an(nos) XXIII pro(curante) l(i)b(erto) ipsi(us) bene me(renti) Cabanus he(res) po(suit)

Savaria (Szombathely) Panonia Superior CIL III 4183

T(itus) Cnorius Sabinianus ex praef(ecto) alae Contariorum v(ir) e(gregius) et L(ucius) Val(erius) Verus dec(urio) c(oloniae) C(laudiae) Savar(iensium) sacerdotalis p(rovinciae) P(annoniae) s(uperioris) cryptam vi ignis exustam sumptibus suis refecerunt

Brigetio (Kornye) Panonia Superior CIL III 4278

D(is) M(anibus) Val(erio) Saturnino vet(erano) ex dup(licario) alae I Ulp(iae) Cont(ariorum) qui vixit an(nos) L et Val(erio) Sabino mil(iti) leg(ionis) I Ad(iutricis) stip(endiorum) III vixit an(nos) XXV filio Caes(ia) Digna marito et filio f(aciendum) c(uravit)

Apamea Siria AE 1987 955

Aur(elio) Basso quandam(sic) sig(nifero) al(ae) I Ulp(iae) (C)ontariorum stipendiorum VIII vixit annos XXVIIII XI Kal(endas) Maias Gallo et Volusiano consilibus() titulus positus a Marc(io) Cotum(sic) (d)ec(urione) al(ae) c(ivium) R(omanorum)

Apamea Siria AE 1993 1589

D(is) M(anibus) Iulius Valerianus eques alae I Ulp(iae) contariorum stip(endiorum) XXIII vixit annis XXXXVI Ulp(ius) Ingenu(us) dupl(icarius) alae eiusdem heres posuit b(ene) m(erenti)

Arrabona (Gyor) Panonia Superior CIL III 4379

D(is) M(anibus) Ulp(ius) Variu(s) Ore() vet(e)r(anus) ex stat(ore) al(a)e I Ulp(iae) Cont(ariorum) do(mo) Af(rica) vixs(it) ann(os) XLV et Ael(iae) Sabin(a)e fi(liae) vix(it) ann(os) X Ael(ia) Domitia con(iunx) et Ulp(ius) Sabinianus et Ulp(ius) [Cele]rinus et Sabi[nil]la fili(i) vivi cum [mat(re) pa]tri karis(simo) posuerunt

Sentpalpuszta Panonia Superior CIL III 11081 = AE 1899 3

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[D(is) M(anibus)] M(arcus) Aur(elius) [3]us vex(illarius) al(ae) p(rimae) C(ontariorum) Anto(ninianae) et Elv(iae) Bon(a)e c(oniugi) car(issimae) et f(iliae) Aur(eliae) Valerin(a)e et Ae(liae) Sabin(a)e et Elv(io) Verecundo an(norum) LXX Pulc(h)r(a)e() Suri an(norum) LX et Elv(io) Vitali an(norum) XVIII et Au(relio) Ma(n)suetiano an(norum) VII et Ae(lio) Florido M(arcus) Aur(elius) Valerianus sib(i) [et] su[i]s vivi f(ecit)

Roma CIL VI 1449 = AE 1967 16 = AE 196970 13

M(arco) Macrinio Avito M(arci) f(ilio) Claud(ia) Catonio Vindici co(n)s(uli) aug(uri) p(opuli) R(omani) Quiritium leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) prov(inciae) Moes(iae) inf(erioris) leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) Moes(iae) sup(erioris) cur(atori) civitat(is) Arimin(ensium) p[r]oc(uratori) prov(inciae) Dac(iae) Malv(ensis) praef(ecto) alae contar(iorum) praef(ecto) alae III Thrac(um) trib(uno) milit(um) leg(ionis) VI Victr(icis) praef(ecto) coh(ortis) VI Gall(orum) donat(o) donis mil(itaribus) in bello Germ(anico) ab Imp(eratore) M(arco) Aur(elio) Antonino Aug(usto) hast(is) pur(is) II et vexill(is) II cor(o)na mural(i) et vallar(i) Iunia Flaccinilla marito karissimo et Macrinia Rufina patri piissimo vixit annis XLII m(ensibus) V

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SELECCIOacuteN DE IMAacuteGENES

Fig 1 Relieve de la estela funeraria del eques Aduitor miembro del ala I Canninefatum (AE 1955

133) empuntildeando un contus sarmaticus por el lateral derecho de su montura DIXON SOUTHERN 1997 p 49

Fig 2

Grafito de Dura-Europos datado en torno a los ss II-III dC representando un catafracto parto romano o sasaacutenida JUNKELMANN 1992 p 197

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Fig 3 Las dos bardas de escamas metaacutelicas completas encontradas por Rostovzeff en las

excavaciones de Dura-Europos a lo largo de la campantildea de 1932-33 JUNKELMANN 1992 p 214

Fig 4 Relieves de Firuzabad (Iraacuten) representando a un clibanario persa sasaacutenida derribando a un

catafractarioclibanario parto s III dC Obseacutervese las bandas transversales que se ven en los brazos del jinete de la derecha que probablemente esteacuten representando un tipo de manica

WILCOX 2001 p 22

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Fig 5 Relieve de Firuzabad representando a unos catafractosclibanarios parto y sasaacutenida forcejeando

en combate cuerpo a cuerpo Ilustracioacuten de Wilcox 2001 p 23

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FIG 6 Catafractos partos del s I aC Obseacutervense las protecciones tipo manicae portadas por ambos

jinetes en los brazos El jinete de la derecha tambieacuten las lleva sobre las piernas A Mc Bride en WILCOX 2001

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Fig 7 Fragmentos de cotas de escamas y laacuteminas para armadura encontradas en enterramientos

saacutermatas de los ss I-III dC NEGIN 1998 p 70

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Fig 8 Estela de Athenios en Panticapea (Crimea Ucrania) donde se puede observar a un jinete (izqda) que parece montar un caballo protegido con una cota de escamas al igual que eacutel

NEGIN 1998 p 66

Fig 9 Reconstruccioacuten de un contario saacutermata (izqda) en accioacuten s II dC seguacuten G Embleton en

BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 10 Reconstruccioacuten el posible aspecto de un jinete pesado saacutermata y de la posible proteccioacuten de su

montura s II dC seguacuten G Embleton en BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 11 Reconstruccioacuten de un jinete pesado saacutermata equipado con una armadura compuesta ss I-II

dC seguacuten NEGIN 1998 p 73

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Fig 12 Casco romano tipo Russell Robinson tipo B basado en un ejemplar encontrado en Ely

(Cambridgeshire Reino Unido) ss I-II dC GOLDSWORTHY 1998 p 238

Fig 13

Casco romano tipo Rusell Robinson E basado en un hallazgo realizado en Hedderneim (Alemania) ss II-III GOLDSWORTHY 1998 p 238

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Fig 14

Reconstruccioacuten de un casco romano del tipo Niederbieber ss II-III dC seguacuten GILBERT 2010 p 136

Fig 15

Reconstruccioacuten de una variante del casco romano tipo Heddernheim con y sin maacutescara de proteccioacuten para el rostro ss II-III dC seguacuten ALEXANDRA GILBERT 2009 pp 24-26

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Fig 16 Fragmento de lorica squamata de escamas semi-riacutegidas s II dC

BISHOP COULSTON 1993 p 116

Fig 17 Silla de montar romana de cuatro cuernos seguacuten la reconstruccioacuten de P Connolly

DIXON SOUTHERN 1997 p 71

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Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

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Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

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Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

Recibido 17 mayo 2011 Aprobado 22 junio 2011

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prae(e)st L(ucius) Nonius Bassus Picen(o) ex pedite Luonerco Molaci f(ilio) Britt(oni) descript(um) et recognit(um) ex tabul(a) aer(ea) quae fixa est Romae in mur(o) post templ(um) divi Aug(usti) ad Minervam

Tipasa (Tefessad) Mauretania Cesariense AE 1951 265 = AE 1955 133

D(is) M(anibus) Adiutoris eq(uitis) al(ae) pri(mae) Can(n)anafatium vi(xit) XXXXI m(ilitavit) an(nos) XXIII pro(curante) l(i)b(erto) ipsi(us) bene me(renti) Cabanus he(res) po(suit)

Savaria (Szombathely) Panonia Superior CIL III 4183

T(itus) Cnorius Sabinianus ex praef(ecto) alae Contariorum v(ir) e(gregius) et L(ucius) Val(erius) Verus dec(urio) c(oloniae) C(laudiae) Savar(iensium) sacerdotalis p(rovinciae) P(annoniae) s(uperioris) cryptam vi ignis exustam sumptibus suis refecerunt

Brigetio (Kornye) Panonia Superior CIL III 4278

D(is) M(anibus) Val(erio) Saturnino vet(erano) ex dup(licario) alae I Ulp(iae) Cont(ariorum) qui vixit an(nos) L et Val(erio) Sabino mil(iti) leg(ionis) I Ad(iutricis) stip(endiorum) III vixit an(nos) XXV filio Caes(ia) Digna marito et filio f(aciendum) c(uravit)

Apamea Siria AE 1987 955

Aur(elio) Basso quandam(sic) sig(nifero) al(ae) I Ulp(iae) (C)ontariorum stipendiorum VIII vixit annos XXVIIII XI Kal(endas) Maias Gallo et Volusiano consilibus() titulus positus a Marc(io) Cotum(sic) (d)ec(urione) al(ae) c(ivium) R(omanorum)

Apamea Siria AE 1993 1589

D(is) M(anibus) Iulius Valerianus eques alae I Ulp(iae) contariorum stip(endiorum) XXIII vixit annis XXXXVI Ulp(ius) Ingenu(us) dupl(icarius) alae eiusdem heres posuit b(ene) m(erenti)

Arrabona (Gyor) Panonia Superior CIL III 4379

D(is) M(anibus) Ulp(ius) Variu(s) Ore() vet(e)r(anus) ex stat(ore) al(a)e I Ulp(iae) Cont(ariorum) do(mo) Af(rica) vixs(it) ann(os) XLV et Ael(iae) Sabin(a)e fi(liae) vix(it) ann(os) X Ael(ia) Domitia con(iunx) et Ulp(ius) Sabinianus et Ulp(ius) [Cele]rinus et Sabi[nil]la fili(i) vivi cum [mat(re) pa]tri karis(simo) posuerunt

Sentpalpuszta Panonia Superior CIL III 11081 = AE 1899 3

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[D(is) M(anibus)] M(arcus) Aur(elius) [3]us vex(illarius) al(ae) p(rimae) C(ontariorum) Anto(ninianae) et Elv(iae) Bon(a)e c(oniugi) car(issimae) et f(iliae) Aur(eliae) Valerin(a)e et Ae(liae) Sabin(a)e et Elv(io) Verecundo an(norum) LXX Pulc(h)r(a)e() Suri an(norum) LX et Elv(io) Vitali an(norum) XVIII et Au(relio) Ma(n)suetiano an(norum) VII et Ae(lio) Florido M(arcus) Aur(elius) Valerianus sib(i) [et] su[i]s vivi f(ecit)

Roma CIL VI 1449 = AE 1967 16 = AE 196970 13

M(arco) Macrinio Avito M(arci) f(ilio) Claud(ia) Catonio Vindici co(n)s(uli) aug(uri) p(opuli) R(omani) Quiritium leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) prov(inciae) Moes(iae) inf(erioris) leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) Moes(iae) sup(erioris) cur(atori) civitat(is) Arimin(ensium) p[r]oc(uratori) prov(inciae) Dac(iae) Malv(ensis) praef(ecto) alae contar(iorum) praef(ecto) alae III Thrac(um) trib(uno) milit(um) leg(ionis) VI Victr(icis) praef(ecto) coh(ortis) VI Gall(orum) donat(o) donis mil(itaribus) in bello Germ(anico) ab Imp(eratore) M(arco) Aur(elio) Antonino Aug(usto) hast(is) pur(is) II et vexill(is) II cor(o)na mural(i) et vallar(i) Iunia Flaccinilla marito karissimo et Macrinia Rufina patri piissimo vixit annis XLII m(ensibus) V

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SELECCIOacuteN DE IMAacuteGENES

Fig 1 Relieve de la estela funeraria del eques Aduitor miembro del ala I Canninefatum (AE 1955

133) empuntildeando un contus sarmaticus por el lateral derecho de su montura DIXON SOUTHERN 1997 p 49

Fig 2

Grafito de Dura-Europos datado en torno a los ss II-III dC representando un catafracto parto romano o sasaacutenida JUNKELMANN 1992 p 197

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Fig 3 Las dos bardas de escamas metaacutelicas completas encontradas por Rostovzeff en las

excavaciones de Dura-Europos a lo largo de la campantildea de 1932-33 JUNKELMANN 1992 p 214

Fig 4 Relieves de Firuzabad (Iraacuten) representando a un clibanario persa sasaacutenida derribando a un

catafractarioclibanario parto s III dC Obseacutervese las bandas transversales que se ven en los brazos del jinete de la derecha que probablemente esteacuten representando un tipo de manica

WILCOX 2001 p 22

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Fig 5 Relieve de Firuzabad representando a unos catafractosclibanarios parto y sasaacutenida forcejeando

en combate cuerpo a cuerpo Ilustracioacuten de Wilcox 2001 p 23

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FIG 6 Catafractos partos del s I aC Obseacutervense las protecciones tipo manicae portadas por ambos

jinetes en los brazos El jinete de la derecha tambieacuten las lleva sobre las piernas A Mc Bride en WILCOX 2001

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Fig 7 Fragmentos de cotas de escamas y laacuteminas para armadura encontradas en enterramientos

saacutermatas de los ss I-III dC NEGIN 1998 p 70

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Fig 8 Estela de Athenios en Panticapea (Crimea Ucrania) donde se puede observar a un jinete (izqda) que parece montar un caballo protegido con una cota de escamas al igual que eacutel

NEGIN 1998 p 66

Fig 9 Reconstruccioacuten de un contario saacutermata (izqda) en accioacuten s II dC seguacuten G Embleton en

BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 10 Reconstruccioacuten el posible aspecto de un jinete pesado saacutermata y de la posible proteccioacuten de su

montura s II dC seguacuten G Embleton en BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

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Fig 11 Reconstruccioacuten de un jinete pesado saacutermata equipado con una armadura compuesta ss I-II

dC seguacuten NEGIN 1998 p 73

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Fig 12 Casco romano tipo Russell Robinson tipo B basado en un ejemplar encontrado en Ely

(Cambridgeshire Reino Unido) ss I-II dC GOLDSWORTHY 1998 p 238

Fig 13

Casco romano tipo Rusell Robinson E basado en un hallazgo realizado en Hedderneim (Alemania) ss II-III GOLDSWORTHY 1998 p 238

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Fig 14

Reconstruccioacuten de un casco romano del tipo Niederbieber ss II-III dC seguacuten GILBERT 2010 p 136

Fig 15

Reconstruccioacuten de una variante del casco romano tipo Heddernheim con y sin maacutescara de proteccioacuten para el rostro ss II-III dC seguacuten ALEXANDRA GILBERT 2009 pp 24-26

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Fig 16 Fragmento de lorica squamata de escamas semi-riacutegidas s II dC

BISHOP COULSTON 1993 p 116

Fig 17 Silla de montar romana de cuatro cuernos seguacuten la reconstruccioacuten de P Connolly

DIXON SOUTHERN 1997 p 71

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Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

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Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

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Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

Recibido 17 mayo 2011 Aprobado 22 junio 2011

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[D(is) M(anibus)] M(arcus) Aur(elius) [3]us vex(illarius) al(ae) p(rimae) C(ontariorum) Anto(ninianae) et Elv(iae) Bon(a)e c(oniugi) car(issimae) et f(iliae) Aur(eliae) Valerin(a)e et Ae(liae) Sabin(a)e et Elv(io) Verecundo an(norum) LXX Pulc(h)r(a)e() Suri an(norum) LX et Elv(io) Vitali an(norum) XVIII et Au(relio) Ma(n)suetiano an(norum) VII et Ae(lio) Florido M(arcus) Aur(elius) Valerianus sib(i) [et] su[i]s vivi f(ecit)

Roma CIL VI 1449 = AE 1967 16 = AE 196970 13

M(arco) Macrinio Avito M(arci) f(ilio) Claud(ia) Catonio Vindici co(n)s(uli) aug(uri) p(opuli) R(omani) Quiritium leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) prov(inciae) Moes(iae) inf(erioris) leg(ato) Aug(usti) pr(o) pr(aetore) Moes(iae) sup(erioris) cur(atori) civitat(is) Arimin(ensium) p[r]oc(uratori) prov(inciae) Dac(iae) Malv(ensis) praef(ecto) alae contar(iorum) praef(ecto) alae III Thrac(um) trib(uno) milit(um) leg(ionis) VI Victr(icis) praef(ecto) coh(ortis) VI Gall(orum) donat(o) donis mil(itaribus) in bello Germ(anico) ab Imp(eratore) M(arco) Aur(elio) Antonino Aug(usto) hast(is) pur(is) II et vexill(is) II cor(o)na mural(i) et vallar(i) Iunia Flaccinilla marito karissimo et Macrinia Rufina patri piissimo vixit annis XLII m(ensibus) V

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Fig 3 Las dos bardas de escamas metaacutelicas completas encontradas por Rostovzeff en las

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en combate cuerpo a cuerpo Ilustracioacuten de Wilcox 2001 p 23

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 112

FIG 6 Catafractos partos del s I aC Obseacutervense las protecciones tipo manicae portadas por ambos

jinetes en los brazos El jinete de la derecha tambieacuten las lleva sobre las piernas A Mc Bride en WILCOX 2001

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 113

Fig 7 Fragmentos de cotas de escamas y laacuteminas para armadura encontradas en enterramientos

saacutermatas de los ss I-III dC NEGIN 1998 p 70

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 114

Fig 8 Estela de Athenios en Panticapea (Crimea Ucrania) donde se puede observar a un jinete (izqda) que parece montar un caballo protegido con una cota de escamas al igual que eacutel

NEGIN 1998 p 66

Fig 9 Reconstruccioacuten de un contario saacutermata (izqda) en accioacuten s II dC seguacuten G Embleton en

BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 115

Fig 10 Reconstruccioacuten el posible aspecto de un jinete pesado saacutermata y de la posible proteccioacuten de su

montura s II dC seguacuten G Embleton en BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 116

Fig 11 Reconstruccioacuten de un jinete pesado saacutermata equipado con una armadura compuesta ss I-II

dC seguacuten NEGIN 1998 p 73

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 117

Fig 12 Casco romano tipo Russell Robinson tipo B basado en un ejemplar encontrado en Ely

(Cambridgeshire Reino Unido) ss I-II dC GOLDSWORTHY 1998 p 238

Fig 13

Casco romano tipo Rusell Robinson E basado en un hallazgo realizado en Hedderneim (Alemania) ss II-III GOLDSWORTHY 1998 p 238

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 118

Fig 14

Reconstruccioacuten de un casco romano del tipo Niederbieber ss II-III dC seguacuten GILBERT 2010 p 136

Fig 15

Reconstruccioacuten de una variante del casco romano tipo Heddernheim con y sin maacutescara de proteccioacuten para el rostro ss II-III dC seguacuten ALEXANDRA GILBERT 2009 pp 24-26

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 119

Fig 16 Fragmento de lorica squamata de escamas semi-riacutegidas s II dC

BISHOP COULSTON 1993 p 116

Fig 17 Silla de montar romana de cuatro cuernos seguacuten la reconstruccioacuten de P Connolly

DIXON SOUTHERN 1997 p 71

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 120

Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 121

Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 122

Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

Recibido 17 mayo 2011 Aprobado 22 junio 2011

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 107

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PEREVALOV S M LEBEDYNSKY I (1998) Les combattants sarmates et alains dans lrsquoarmeacutee romaine cercle de recherche Gallia-Sarmatia

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Season of Work October 1930 ndash March 1931 New Haven ROSTOVZEFF M I BELLINGER A R HOPKINS C WELLES C B (1936) The excavations

at Dura- Europos Preliminary Report of the 6th Season of Work October 1932 ndash March 1933 New Haven

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valryrdquo Epigraphica Anatolica 4 1984 151-156 = Id Roman Army Studies vol II Stutt-gart 1992 406-412

SPEIDEL MP (1987) ldquoHorsemen in the Pannonian Alaerdquo Saalburg-Jarbuch 43 61-65 (=Id Roman Army Studies II Stuttgart 1992 Mavors VIII pp 62-66)

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Oxford

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AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 109

SELECCIOacuteN DE IMAacuteGENES

Fig 1 Relieve de la estela funeraria del eques Aduitor miembro del ala I Canninefatum (AE 1955

133) empuntildeando un contus sarmaticus por el lateral derecho de su montura DIXON SOUTHERN 1997 p 49

Fig 2

Grafito de Dura-Europos datado en torno a los ss II-III dC representando un catafracto parto romano o sasaacutenida JUNKELMANN 1992 p 197

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 110

Fig 3 Las dos bardas de escamas metaacutelicas completas encontradas por Rostovzeff en las

excavaciones de Dura-Europos a lo largo de la campantildea de 1932-33 JUNKELMANN 1992 p 214

Fig 4 Relieves de Firuzabad (Iraacuten) representando a un clibanario persa sasaacutenida derribando a un

catafractarioclibanario parto s III dC Obseacutervese las bandas transversales que se ven en los brazos del jinete de la derecha que probablemente esteacuten representando un tipo de manica

WILCOX 2001 p 22

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 111

Fig 5 Relieve de Firuzabad representando a unos catafractosclibanarios parto y sasaacutenida forcejeando

en combate cuerpo a cuerpo Ilustracioacuten de Wilcox 2001 p 23

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 112

FIG 6 Catafractos partos del s I aC Obseacutervense las protecciones tipo manicae portadas por ambos

jinetes en los brazos El jinete de la derecha tambieacuten las lleva sobre las piernas A Mc Bride en WILCOX 2001

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 113

Fig 7 Fragmentos de cotas de escamas y laacuteminas para armadura encontradas en enterramientos

saacutermatas de los ss I-III dC NEGIN 1998 p 70

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 114

Fig 8 Estela de Athenios en Panticapea (Crimea Ucrania) donde se puede observar a un jinete (izqda) que parece montar un caballo protegido con una cota de escamas al igual que eacutel

NEGIN 1998 p 66

Fig 9 Reconstruccioacuten de un contario saacutermata (izqda) en accioacuten s II dC seguacuten G Embleton en

BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 115

Fig 10 Reconstruccioacuten el posible aspecto de un jinete pesado saacutermata y de la posible proteccioacuten de su

montura s II dC seguacuten G Embleton en BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 116

Fig 11 Reconstruccioacuten de un jinete pesado saacutermata equipado con una armadura compuesta ss I-II

dC seguacuten NEGIN 1998 p 73

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 117

Fig 12 Casco romano tipo Russell Robinson tipo B basado en un ejemplar encontrado en Ely

(Cambridgeshire Reino Unido) ss I-II dC GOLDSWORTHY 1998 p 238

Fig 13

Casco romano tipo Rusell Robinson E basado en un hallazgo realizado en Hedderneim (Alemania) ss II-III GOLDSWORTHY 1998 p 238

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 118

Fig 14

Reconstruccioacuten de un casco romano del tipo Niederbieber ss II-III dC seguacuten GILBERT 2010 p 136

Fig 15

Reconstruccioacuten de una variante del casco romano tipo Heddernheim con y sin maacutescara de proteccioacuten para el rostro ss II-III dC seguacuten ALEXANDRA GILBERT 2009 pp 24-26

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 119

Fig 16 Fragmento de lorica squamata de escamas semi-riacutegidas s II dC

BISHOP COULSTON 1993 p 116

Fig 17 Silla de montar romana de cuatro cuernos seguacuten la reconstruccioacuten de P Connolly

DIXON SOUTHERN 1997 p 71

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 120

Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 121

Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 122

Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

Recibido 17 mayo 2011 Aprobado 22 junio 2011

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AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 108

PEREVALOV S M LEBEDYNSKY I (1998) Les combattants sarmates et alains dans lrsquoarmeacutee romaine cercle de recherche Gallia-Sarmatia

QUESADA SANZ F (2008) Armas de Grecia y Roma La Esfera de los Libros Madrid RATTENBURY R M (1942) ldquoAn Ancient Armoured Forcerdquo The Classical Review 56 3 pp

113-116 ROBINSON H R (1975) The Armour of Imperial Rome Londres ROSTOVZEFF M I (1933) The excavations at Dura- Europos Preliminary Report of Fourth

Season of Work October 1930 ndash March 1931 New Haven ROSTOVZEFF M I BELLINGER A R HOPKINS C WELLES C B (1936) The excavations

at Dura- Europos Preliminary Report of the 6th Season of Work October 1932 ndash March 1933 New Haven

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valryrdquo Epigraphica Anatolica 4 1984 151-156 = Id Roman Army Studies vol II Stutt-gart 1992 406-412

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STEMMLER M (1997) Eques Romanus Reiter und ritter Frankfurt SYE J (1997) ldquoTheoriacutees concerning cataphracts and clibanariirdquo Slingshot 190 pp 2-3 WIESNER J (1944) ldquoReiter und Ritter im aumlltesten Romrdquo Klio 36 pp 45-100 WILCOX P (2001) Romersquos Enemies 3 Parthians and Sassanid Persians Osprey Publishing

Oxford

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AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 109

SELECCIOacuteN DE IMAacuteGENES

Fig 1 Relieve de la estela funeraria del eques Aduitor miembro del ala I Canninefatum (AE 1955

133) empuntildeando un contus sarmaticus por el lateral derecho de su montura DIXON SOUTHERN 1997 p 49

Fig 2

Grafito de Dura-Europos datado en torno a los ss II-III dC representando un catafracto parto romano o sasaacutenida JUNKELMANN 1992 p 197

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 110

Fig 3 Las dos bardas de escamas metaacutelicas completas encontradas por Rostovzeff en las

excavaciones de Dura-Europos a lo largo de la campantildea de 1932-33 JUNKELMANN 1992 p 214

Fig 4 Relieves de Firuzabad (Iraacuten) representando a un clibanario persa sasaacutenida derribando a un

catafractarioclibanario parto s III dC Obseacutervese las bandas transversales que se ven en los brazos del jinete de la derecha que probablemente esteacuten representando un tipo de manica

WILCOX 2001 p 22

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AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 111

Fig 5 Relieve de Firuzabad representando a unos catafractosclibanarios parto y sasaacutenida forcejeando

en combate cuerpo a cuerpo Ilustracioacuten de Wilcox 2001 p 23

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 112

FIG 6 Catafractos partos del s I aC Obseacutervense las protecciones tipo manicae portadas por ambos

jinetes en los brazos El jinete de la derecha tambieacuten las lleva sobre las piernas A Mc Bride en WILCOX 2001

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 113

Fig 7 Fragmentos de cotas de escamas y laacuteminas para armadura encontradas en enterramientos

saacutermatas de los ss I-III dC NEGIN 1998 p 70

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 114

Fig 8 Estela de Athenios en Panticapea (Crimea Ucrania) donde se puede observar a un jinete (izqda) que parece montar un caballo protegido con una cota de escamas al igual que eacutel

NEGIN 1998 p 66

Fig 9 Reconstruccioacuten de un contario saacutermata (izqda) en accioacuten s II dC seguacuten G Embleton en

BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 115

Fig 10 Reconstruccioacuten el posible aspecto de un jinete pesado saacutermata y de la posible proteccioacuten de su

montura s II dC seguacuten G Embleton en BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 116

Fig 11 Reconstruccioacuten de un jinete pesado saacutermata equipado con una armadura compuesta ss I-II

dC seguacuten NEGIN 1998 p 73

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 117

Fig 12 Casco romano tipo Russell Robinson tipo B basado en un ejemplar encontrado en Ely

(Cambridgeshire Reino Unido) ss I-II dC GOLDSWORTHY 1998 p 238

Fig 13

Casco romano tipo Rusell Robinson E basado en un hallazgo realizado en Hedderneim (Alemania) ss II-III GOLDSWORTHY 1998 p 238

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 118

Fig 14

Reconstruccioacuten de un casco romano del tipo Niederbieber ss II-III dC seguacuten GILBERT 2010 p 136

Fig 15

Reconstruccioacuten de una variante del casco romano tipo Heddernheim con y sin maacutescara de proteccioacuten para el rostro ss II-III dC seguacuten ALEXANDRA GILBERT 2009 pp 24-26

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 119

Fig 16 Fragmento de lorica squamata de escamas semi-riacutegidas s II dC

BISHOP COULSTON 1993 p 116

Fig 17 Silla de montar romana de cuatro cuernos seguacuten la reconstruccioacuten de P Connolly

DIXON SOUTHERN 1997 p 71

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 120

Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 121

Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 122

Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

Recibido 17 mayo 2011 Aprobado 22 junio 2011

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AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 109

SELECCIOacuteN DE IMAacuteGENES

Fig 1 Relieve de la estela funeraria del eques Aduitor miembro del ala I Canninefatum (AE 1955

133) empuntildeando un contus sarmaticus por el lateral derecho de su montura DIXON SOUTHERN 1997 p 49

Fig 2

Grafito de Dura-Europos datado en torno a los ss II-III dC representando un catafracto parto romano o sasaacutenida JUNKELMANN 1992 p 197

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 110

Fig 3 Las dos bardas de escamas metaacutelicas completas encontradas por Rostovzeff en las

excavaciones de Dura-Europos a lo largo de la campantildea de 1932-33 JUNKELMANN 1992 p 214

Fig 4 Relieves de Firuzabad (Iraacuten) representando a un clibanario persa sasaacutenida derribando a un

catafractarioclibanario parto s III dC Obseacutervese las bandas transversales que se ven en los brazos del jinete de la derecha que probablemente esteacuten representando un tipo de manica

WILCOX 2001 p 22

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 111

Fig 5 Relieve de Firuzabad representando a unos catafractosclibanarios parto y sasaacutenida forcejeando

en combate cuerpo a cuerpo Ilustracioacuten de Wilcox 2001 p 23

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 112

FIG 6 Catafractos partos del s I aC Obseacutervense las protecciones tipo manicae portadas por ambos

jinetes en los brazos El jinete de la derecha tambieacuten las lleva sobre las piernas A Mc Bride en WILCOX 2001

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 113

Fig 7 Fragmentos de cotas de escamas y laacuteminas para armadura encontradas en enterramientos

saacutermatas de los ss I-III dC NEGIN 1998 p 70

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 114

Fig 8 Estela de Athenios en Panticapea (Crimea Ucrania) donde se puede observar a un jinete (izqda) que parece montar un caballo protegido con una cota de escamas al igual que eacutel

NEGIN 1998 p 66

Fig 9 Reconstruccioacuten de un contario saacutermata (izqda) en accioacuten s II dC seguacuten G Embleton en

BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 115

Fig 10 Reconstruccioacuten el posible aspecto de un jinete pesado saacutermata y de la posible proteccioacuten de su

montura s II dC seguacuten G Embleton en BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 116

Fig 11 Reconstruccioacuten de un jinete pesado saacutermata equipado con una armadura compuesta ss I-II

dC seguacuten NEGIN 1998 p 73

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 117

Fig 12 Casco romano tipo Russell Robinson tipo B basado en un ejemplar encontrado en Ely

(Cambridgeshire Reino Unido) ss I-II dC GOLDSWORTHY 1998 p 238

Fig 13

Casco romano tipo Rusell Robinson E basado en un hallazgo realizado en Hedderneim (Alemania) ss II-III GOLDSWORTHY 1998 p 238

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 118

Fig 14

Reconstruccioacuten de un casco romano del tipo Niederbieber ss II-III dC seguacuten GILBERT 2010 p 136

Fig 15

Reconstruccioacuten de una variante del casco romano tipo Heddernheim con y sin maacutescara de proteccioacuten para el rostro ss II-III dC seguacuten ALEXANDRA GILBERT 2009 pp 24-26

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 119

Fig 16 Fragmento de lorica squamata de escamas semi-riacutegidas s II dC

BISHOP COULSTON 1993 p 116

Fig 17 Silla de montar romana de cuatro cuernos seguacuten la reconstruccioacuten de P Connolly

DIXON SOUTHERN 1997 p 71

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 120

Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 121

Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 122

Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

Recibido 17 mayo 2011 Aprobado 22 junio 2011

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 110

Fig 3 Las dos bardas de escamas metaacutelicas completas encontradas por Rostovzeff en las

excavaciones de Dura-Europos a lo largo de la campantildea de 1932-33 JUNKELMANN 1992 p 214

Fig 4 Relieves de Firuzabad (Iraacuten) representando a un clibanario persa sasaacutenida derribando a un

catafractarioclibanario parto s III dC Obseacutervese las bandas transversales que se ven en los brazos del jinete de la derecha que probablemente esteacuten representando un tipo de manica

WILCOX 2001 p 22

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 111

Fig 5 Relieve de Firuzabad representando a unos catafractosclibanarios parto y sasaacutenida forcejeando

en combate cuerpo a cuerpo Ilustracioacuten de Wilcox 2001 p 23

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 112

FIG 6 Catafractos partos del s I aC Obseacutervense las protecciones tipo manicae portadas por ambos

jinetes en los brazos El jinete de la derecha tambieacuten las lleva sobre las piernas A Mc Bride en WILCOX 2001

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 113

Fig 7 Fragmentos de cotas de escamas y laacuteminas para armadura encontradas en enterramientos

saacutermatas de los ss I-III dC NEGIN 1998 p 70

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 114

Fig 8 Estela de Athenios en Panticapea (Crimea Ucrania) donde se puede observar a un jinete (izqda) que parece montar un caballo protegido con una cota de escamas al igual que eacutel

NEGIN 1998 p 66

Fig 9 Reconstruccioacuten de un contario saacutermata (izqda) en accioacuten s II dC seguacuten G Embleton en

BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 115

Fig 10 Reconstruccioacuten el posible aspecto de un jinete pesado saacutermata y de la posible proteccioacuten de su

montura s II dC seguacuten G Embleton en BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 116

Fig 11 Reconstruccioacuten de un jinete pesado saacutermata equipado con una armadura compuesta ss I-II

dC seguacuten NEGIN 1998 p 73

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 117

Fig 12 Casco romano tipo Russell Robinson tipo B basado en un ejemplar encontrado en Ely

(Cambridgeshire Reino Unido) ss I-II dC GOLDSWORTHY 1998 p 238

Fig 13

Casco romano tipo Rusell Robinson E basado en un hallazgo realizado en Hedderneim (Alemania) ss II-III GOLDSWORTHY 1998 p 238

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 118

Fig 14

Reconstruccioacuten de un casco romano del tipo Niederbieber ss II-III dC seguacuten GILBERT 2010 p 136

Fig 15

Reconstruccioacuten de una variante del casco romano tipo Heddernheim con y sin maacutescara de proteccioacuten para el rostro ss II-III dC seguacuten ALEXANDRA GILBERT 2009 pp 24-26

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 119

Fig 16 Fragmento de lorica squamata de escamas semi-riacutegidas s II dC

BISHOP COULSTON 1993 p 116

Fig 17 Silla de montar romana de cuatro cuernos seguacuten la reconstruccioacuten de P Connolly

DIXON SOUTHERN 1997 p 71

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 120

Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 121

Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 122

Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

Recibido 17 mayo 2011 Aprobado 22 junio 2011

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 111

Fig 5 Relieve de Firuzabad representando a unos catafractosclibanarios parto y sasaacutenida forcejeando

en combate cuerpo a cuerpo Ilustracioacuten de Wilcox 2001 p 23

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 112

FIG 6 Catafractos partos del s I aC Obseacutervense las protecciones tipo manicae portadas por ambos

jinetes en los brazos El jinete de la derecha tambieacuten las lleva sobre las piernas A Mc Bride en WILCOX 2001

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 113

Fig 7 Fragmentos de cotas de escamas y laacuteminas para armadura encontradas en enterramientos

saacutermatas de los ss I-III dC NEGIN 1998 p 70

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 114

Fig 8 Estela de Athenios en Panticapea (Crimea Ucrania) donde se puede observar a un jinete (izqda) que parece montar un caballo protegido con una cota de escamas al igual que eacutel

NEGIN 1998 p 66

Fig 9 Reconstruccioacuten de un contario saacutermata (izqda) en accioacuten s II dC seguacuten G Embleton en

BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 115

Fig 10 Reconstruccioacuten el posible aspecto de un jinete pesado saacutermata y de la posible proteccioacuten de su

montura s II dC seguacuten G Embleton en BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 116

Fig 11 Reconstruccioacuten de un jinete pesado saacutermata equipado con una armadura compuesta ss I-II

dC seguacuten NEGIN 1998 p 73

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 117

Fig 12 Casco romano tipo Russell Robinson tipo B basado en un ejemplar encontrado en Ely

(Cambridgeshire Reino Unido) ss I-II dC GOLDSWORTHY 1998 p 238

Fig 13

Casco romano tipo Rusell Robinson E basado en un hallazgo realizado en Hedderneim (Alemania) ss II-III GOLDSWORTHY 1998 p 238

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

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Fig 14

Reconstruccioacuten de un casco romano del tipo Niederbieber ss II-III dC seguacuten GILBERT 2010 p 136

Fig 15

Reconstruccioacuten de una variante del casco romano tipo Heddernheim con y sin maacutescara de proteccioacuten para el rostro ss II-III dC seguacuten ALEXANDRA GILBERT 2009 pp 24-26

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 119

Fig 16 Fragmento de lorica squamata de escamas semi-riacutegidas s II dC

BISHOP COULSTON 1993 p 116

Fig 17 Silla de montar romana de cuatro cuernos seguacuten la reconstruccioacuten de P Connolly

DIXON SOUTHERN 1997 p 71

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 120

Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 121

Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 122

Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

Recibido 17 mayo 2011 Aprobado 22 junio 2011

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 112

FIG 6 Catafractos partos del s I aC Obseacutervense las protecciones tipo manicae portadas por ambos

jinetes en los brazos El jinete de la derecha tambieacuten las lleva sobre las piernas A Mc Bride en WILCOX 2001

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 113

Fig 7 Fragmentos de cotas de escamas y laacuteminas para armadura encontradas en enterramientos

saacutermatas de los ss I-III dC NEGIN 1998 p 70

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 114

Fig 8 Estela de Athenios en Panticapea (Crimea Ucrania) donde se puede observar a un jinete (izqda) que parece montar un caballo protegido con una cota de escamas al igual que eacutel

NEGIN 1998 p 66

Fig 9 Reconstruccioacuten de un contario saacutermata (izqda) en accioacuten s II dC seguacuten G Embleton en

BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 115

Fig 10 Reconstruccioacuten el posible aspecto de un jinete pesado saacutermata y de la posible proteccioacuten de su

montura s II dC seguacuten G Embleton en BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 116

Fig 11 Reconstruccioacuten de un jinete pesado saacutermata equipado con una armadura compuesta ss I-II

dC seguacuten NEGIN 1998 p 73

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 117

Fig 12 Casco romano tipo Russell Robinson tipo B basado en un ejemplar encontrado en Ely

(Cambridgeshire Reino Unido) ss I-II dC GOLDSWORTHY 1998 p 238

Fig 13

Casco romano tipo Rusell Robinson E basado en un hallazgo realizado en Hedderneim (Alemania) ss II-III GOLDSWORTHY 1998 p 238

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 118

Fig 14

Reconstruccioacuten de un casco romano del tipo Niederbieber ss II-III dC seguacuten GILBERT 2010 p 136

Fig 15

Reconstruccioacuten de una variante del casco romano tipo Heddernheim con y sin maacutescara de proteccioacuten para el rostro ss II-III dC seguacuten ALEXANDRA GILBERT 2009 pp 24-26

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 119

Fig 16 Fragmento de lorica squamata de escamas semi-riacutegidas s II dC

BISHOP COULSTON 1993 p 116

Fig 17 Silla de montar romana de cuatro cuernos seguacuten la reconstruccioacuten de P Connolly

DIXON SOUTHERN 1997 p 71

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 120

Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 121

Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 122

Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

Recibido 17 mayo 2011 Aprobado 22 junio 2011

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 113

Fig 7 Fragmentos de cotas de escamas y laacuteminas para armadura encontradas en enterramientos

saacutermatas de los ss I-III dC NEGIN 1998 p 70

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 114

Fig 8 Estela de Athenios en Panticapea (Crimea Ucrania) donde se puede observar a un jinete (izqda) que parece montar un caballo protegido con una cota de escamas al igual que eacutel

NEGIN 1998 p 66

Fig 9 Reconstruccioacuten de un contario saacutermata (izqda) en accioacuten s II dC seguacuten G Embleton en

BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 115

Fig 10 Reconstruccioacuten el posible aspecto de un jinete pesado saacutermata y de la posible proteccioacuten de su

montura s II dC seguacuten G Embleton en BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 116

Fig 11 Reconstruccioacuten de un jinete pesado saacutermata equipado con una armadura compuesta ss I-II

dC seguacuten NEGIN 1998 p 73

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 117

Fig 12 Casco romano tipo Russell Robinson tipo B basado en un ejemplar encontrado en Ely

(Cambridgeshire Reino Unido) ss I-II dC GOLDSWORTHY 1998 p 238

Fig 13

Casco romano tipo Rusell Robinson E basado en un hallazgo realizado en Hedderneim (Alemania) ss II-III GOLDSWORTHY 1998 p 238

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 118

Fig 14

Reconstruccioacuten de un casco romano del tipo Niederbieber ss II-III dC seguacuten GILBERT 2010 p 136

Fig 15

Reconstruccioacuten de una variante del casco romano tipo Heddernheim con y sin maacutescara de proteccioacuten para el rostro ss II-III dC seguacuten ALEXANDRA GILBERT 2009 pp 24-26

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 119

Fig 16 Fragmento de lorica squamata de escamas semi-riacutegidas s II dC

BISHOP COULSTON 1993 p 116

Fig 17 Silla de montar romana de cuatro cuernos seguacuten la reconstruccioacuten de P Connolly

DIXON SOUTHERN 1997 p 71

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 120

Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 121

Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 122

Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

Recibido 17 mayo 2011 Aprobado 22 junio 2011

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 114

Fig 8 Estela de Athenios en Panticapea (Crimea Ucrania) donde se puede observar a un jinete (izqda) que parece montar un caballo protegido con una cota de escamas al igual que eacutel

NEGIN 1998 p 66

Fig 9 Reconstruccioacuten de un contario saacutermata (izqda) en accioacuten s II dC seguacuten G Embleton en

BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 115

Fig 10 Reconstruccioacuten el posible aspecto de un jinete pesado saacutermata y de la posible proteccioacuten de su

montura s II dC seguacuten G Embleton en BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 116

Fig 11 Reconstruccioacuten de un jinete pesado saacutermata equipado con una armadura compuesta ss I-II

dC seguacuten NEGIN 1998 p 73

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 117

Fig 12 Casco romano tipo Russell Robinson tipo B basado en un ejemplar encontrado en Ely

(Cambridgeshire Reino Unido) ss I-II dC GOLDSWORTHY 1998 p 238

Fig 13

Casco romano tipo Rusell Robinson E basado en un hallazgo realizado en Hedderneim (Alemania) ss II-III GOLDSWORTHY 1998 p 238

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 118

Fig 14

Reconstruccioacuten de un casco romano del tipo Niederbieber ss II-III dC seguacuten GILBERT 2010 p 136

Fig 15

Reconstruccioacuten de una variante del casco romano tipo Heddernheim con y sin maacutescara de proteccioacuten para el rostro ss II-III dC seguacuten ALEXANDRA GILBERT 2009 pp 24-26

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 119

Fig 16 Fragmento de lorica squamata de escamas semi-riacutegidas s II dC

BISHOP COULSTON 1993 p 116

Fig 17 Silla de montar romana de cuatro cuernos seguacuten la reconstruccioacuten de P Connolly

DIXON SOUTHERN 1997 p 71

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 120

Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 121

Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 122

Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

Recibido 17 mayo 2011 Aprobado 22 junio 2011

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 115

Fig 10 Reconstruccioacuten el posible aspecto de un jinete pesado saacutermata y de la posible proteccioacuten de su

montura s II dC seguacuten G Embleton en BRZEZINSKI MIELCZAREK 2002

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 116

Fig 11 Reconstruccioacuten de un jinete pesado saacutermata equipado con una armadura compuesta ss I-II

dC seguacuten NEGIN 1998 p 73

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AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 117

Fig 12 Casco romano tipo Russell Robinson tipo B basado en un ejemplar encontrado en Ely

(Cambridgeshire Reino Unido) ss I-II dC GOLDSWORTHY 1998 p 238

Fig 13

Casco romano tipo Rusell Robinson E basado en un hallazgo realizado en Hedderneim (Alemania) ss II-III GOLDSWORTHY 1998 p 238

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 118

Fig 14

Reconstruccioacuten de un casco romano del tipo Niederbieber ss II-III dC seguacuten GILBERT 2010 p 136

Fig 15

Reconstruccioacuten de una variante del casco romano tipo Heddernheim con y sin maacutescara de proteccioacuten para el rostro ss II-III dC seguacuten ALEXANDRA GILBERT 2009 pp 24-26

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 119

Fig 16 Fragmento de lorica squamata de escamas semi-riacutegidas s II dC

BISHOP COULSTON 1993 p 116

Fig 17 Silla de montar romana de cuatro cuernos seguacuten la reconstruccioacuten de P Connolly

DIXON SOUTHERN 1997 p 71

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 120

Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 121

Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 122

Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

Recibido 17 mayo 2011 Aprobado 22 junio 2011

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 116

Fig 11 Reconstruccioacuten de un jinete pesado saacutermata equipado con una armadura compuesta ss I-II

dC seguacuten NEGIN 1998 p 73

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 117

Fig 12 Casco romano tipo Russell Robinson tipo B basado en un ejemplar encontrado en Ely

(Cambridgeshire Reino Unido) ss I-II dC GOLDSWORTHY 1998 p 238

Fig 13

Casco romano tipo Rusell Robinson E basado en un hallazgo realizado en Hedderneim (Alemania) ss II-III GOLDSWORTHY 1998 p 238

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 118

Fig 14

Reconstruccioacuten de un casco romano del tipo Niederbieber ss II-III dC seguacuten GILBERT 2010 p 136

Fig 15

Reconstruccioacuten de una variante del casco romano tipo Heddernheim con y sin maacutescara de proteccioacuten para el rostro ss II-III dC seguacuten ALEXANDRA GILBERT 2009 pp 24-26

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 119

Fig 16 Fragmento de lorica squamata de escamas semi-riacutegidas s II dC

BISHOP COULSTON 1993 p 116

Fig 17 Silla de montar romana de cuatro cuernos seguacuten la reconstruccioacuten de P Connolly

DIXON SOUTHERN 1997 p 71

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

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Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

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Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

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AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 122

Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

Recibido 17 mayo 2011 Aprobado 22 junio 2011

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

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Fig 12 Casco romano tipo Russell Robinson tipo B basado en un ejemplar encontrado en Ely

(Cambridgeshire Reino Unido) ss I-II dC GOLDSWORTHY 1998 p 238

Fig 13

Casco romano tipo Rusell Robinson E basado en un hallazgo realizado en Hedderneim (Alemania) ss II-III GOLDSWORTHY 1998 p 238

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Fig 14

Reconstruccioacuten de un casco romano del tipo Niederbieber ss II-III dC seguacuten GILBERT 2010 p 136

Fig 15

Reconstruccioacuten de una variante del casco romano tipo Heddernheim con y sin maacutescara de proteccioacuten para el rostro ss II-III dC seguacuten ALEXANDRA GILBERT 2009 pp 24-26

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

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Fig 16 Fragmento de lorica squamata de escamas semi-riacutegidas s II dC

BISHOP COULSTON 1993 p 116

Fig 17 Silla de montar romana de cuatro cuernos seguacuten la reconstruccioacuten de P Connolly

DIXON SOUTHERN 1997 p 71

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 120

Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 121

Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 122

Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

Recibido 17 mayo 2011 Aprobado 22 junio 2011

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

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Fig 14

Reconstruccioacuten de un casco romano del tipo Niederbieber ss II-III dC seguacuten GILBERT 2010 p 136

Fig 15

Reconstruccioacuten de una variante del casco romano tipo Heddernheim con y sin maacutescara de proteccioacuten para el rostro ss II-III dC seguacuten ALEXANDRA GILBERT 2009 pp 24-26

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

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Fig 16 Fragmento de lorica squamata de escamas semi-riacutegidas s II dC

BISHOP COULSTON 1993 p 116

Fig 17 Silla de montar romana de cuatro cuernos seguacuten la reconstruccioacuten de P Connolly

DIXON SOUTHERN 1997 p 71

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 120

Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 121

Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 122

Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

Recibido 17 mayo 2011 Aprobado 22 junio 2011

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 119

Fig 16 Fragmento de lorica squamata de escamas semi-riacutegidas s II dC

BISHOP COULSTON 1993 p 116

Fig 17 Silla de montar romana de cuatro cuernos seguacuten la reconstruccioacuten de P Connolly

DIXON SOUTHERN 1997 p 71

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 120

Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

D Soria Molina Contarii cataphracti y clibanarii La caballeriacutea pesada del ejeacutercito romano de Vespasiano a Severo Alejandro

AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 121

Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

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AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 122

Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

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Fig 18 Sujecioacuten del jinete sobre la silla de montar romana de cuatro cuernos en base a la reconstruccioacuten

de P Connolly DIXON SOUTHERN 1997 p 71

Fig 19 Izqda Reconstruccioacuten de un chamfron romano de cuero y cierre ocular en metal en base al original hallado en Newstead s II dC Museo Real de Escocia Edimburgo (Reino Unido) Drcha Chamfron romano limitado para la proteccioacuten exclusiva de los ojos del caballo s II

dC Landesmuseum Bonn (Alemania) JUNKELMANN 1992 pp 207-208

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Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

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Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

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Fig 20

Chamfron romano del s III dC (izqda) hallado en Straubing (Alemania) Gaumlubodenmuseum y su reconstruccioacuten para re-enactment actual (drcha) Ilustraciones

respectivas de JUNKELMANN 1992 p 209 y ALEXANDRA GILBERT 2009 p 29

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AQVILA LEGIONIS 14 (2011) 122

Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

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Fig 21 Formacioacuten en cuntildea o cuneus de la caballeriacutea pesada romana ejecutada por una turma de

contarii Ilustracioacuten de A Hook en COWAN 2007

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