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EURE ISSN: 0250-7161 [email protected] Pontificia Universidad Católica de Chile Chile Arriagada Luco, Camilo; Morales Lazo, Nelson Ciudad y seguridad ciudadana en Chile: revisión del rol de la segregación sobre la exposición al delito en grandes urbes EURE, vol. XXXII, núm. 97, diciembre, 2006, pp. 37-48 Pontificia Universidad Católica de Chile Santiago, Chile Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=19609703 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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EURE

ISSN: 0250-7161

[email protected]

Pontificia Universidad Católica de Chile

Chile

Arriagada Luco, Camilo; Morales Lazo, Nelson

Ciudad y seguridad ciudadana en Chile: revisión del rol de la segregación sobre la exposición al delito

en grandes urbes

EURE, vol. XXXII, núm. 97, diciembre, 2006, pp. 37-48

Pontificia Universidad Católica de Chile

Santiago, Chile

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=19609703

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Sistema de Información Científica

Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal

Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

[37]

Tema central

Revista eure (Vol. XXXII, Nº 97), pp. 37-48. Santiago de Chile, diciembre de 2006

Camilo Arriagada Luco*

Nelson Morales Lazo**

Ciudad y seguridad ciudadana en Chile: revisióndel rol de la segregación sobre la exposición al

delito en grandes urbes***

Abstract

The literature on the causes of urban insecurity propose several explanations (unemployment and poverty,marginalization of youth, community disintegration, urban design, and lack of public space) and suggest thatthe most important preventative policies are economic growth and employment, community development, andlocal interventions in degraded spaces. This article discusses the problem of residential segregation in poor urbanareas as an important mechanism in the causes of crime and forms a central part of the socio-physicalrecuperation of excluded urban sectors. First, we analyze the association between indices of socio-economicsegregation for major Chilean cities using 2002 census data at the census tract level and reports of sociallyrelevant crimes at the city level. Second, we analyze residential satisfaction data from the Ministry of Housingand Urban Development to study the perception of insecurity near public housing projects by different agegroups, especially between youth and older adults.

Keywords: Urban segregation / urban security / social housing / vulnerable groups

Resumen

Los análisis sobre la ciudad insegura han postulado teorías explicativas centradas en cierto tipo dedeterminantes (desempleo y pobreza; marginalidad juvenil; desarticulación comunitaria; diseño espacial;y déficit de espacio público), y han destacado que las políticas públicas preventivas más importantes serefieren al crecimiento económico y empleo, al desarrollo comunitario, y las intervenciones locales yrecuperación de espacios degradados. Este artículo destaca la importancia del problema de la segregaciónresidencial de los sectores de menores recursos como un mecanismo importante de la exposición al delitoen las ciudades y que debe formar parte central de una agenda de recuperación físico-social de los barriosexcluidos. Para esto se analiza, por una parte, la asociación entre un índice de segregación residencial socio-económica de nuestras ciudades principales, a partir de datos del censo 2002 de escala de distritos, con losniveles de denuncia de delitos de mayor connotación social a escala de ciudades. En segundo término, enbase a datos del observatorio de satisfacción residencial del ministerio de vivienda y urbanismo, estudia-mos la percepción de inseguridad al peligro en el espacio público de grupos contrastantes en cuanto a edad,específicamente, jóvenes y adultos mayores.

Palabras clave: Segregación urbana /seguridad ciudadana / vivienda social / grupos vulnerables

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Camilo Arriagada Luco, Nelson Morales Lazo

1. Segregación urbana y delito enciudades mayores

El objetivo del presente trabajo es destacar dosperspectivas poco exploradas en los estudiosempíricos desarrollados en Chile respecto a

los nexos de la delincuencia con el DesarrolloUrbano. La primera de ellas se refiere a la SegregaciónResidencial Socioeconómica (SRS), que postulamosopera como factor explicativo o vector de escala macrode los niveles o índices duros de ciertos delitos en lasgrandes ciudades chilenas. La segunda, se refiere alciclo vital o edad, como factor central para explicarlas percepciones locales de las personas pobres enorden a nexos de inseguridad con variables espacialeso situacionales de escala micro. Para esto, se construyeun índice de segregación residencial socio-económicade nuestras ciudades principales, a partir de datosdel Censo 2002 a escala de distritos, y se estudia sucorrelación con las tasas de Denuncia de Delitos deMayor Connotación Social a escala de ciudades,estableciendo un diagnóstico de la importancia de laestructura macro urbana, hasta ahora poco relevadaen el tema que convoca. Luego, bajamos al mundolocal a mirar las convergencias y divergencias de lospobladores de vivienda social en cuanto a supercepción subjetiva de los lugares y factoresespaciales de peligrosidad en su espacio públicoinmediato. Si bien se hace referencia a un factor muyutilizado por la prevención situacional y la gestiónmunicipal, se inserta un aspecto innovador queconsiste en matizar y precisar controlando la edad de

los vecinos (estudio basado en datos especiales delObservatorio de Satisfacción Residencial delMinisterio de Vivienda y Urbanismo)

Es importante destacar que existe un importan-te debate acerca de las situaciones que favorecen ni-veles altos de delincuencia en las ciudades, con di-versidad de posiciones teóricas, pero escasa investi-gación empírica. Este documento plantea que el pro-blema de la delincuencia en las ciudades debe servisto en el marco de tres conceptos estratégicos: i) eldesarrollo de ciudades más equitativas, lo que plan-tea la necesidad de mirar los problemas de exclusióne inseguridad que afectan a los sectores de menoresrecursos, relevando la escala macro urbana de ges-tión de la ciudad; ii) la necesidad de políticas pre-ventivas de la inseguridad y delito en el largo plazopor medio de la intervención en variables sociales yurbanas, y no sólo políticas de control; iii) la planifi-cación de situaciones, que plantea la escala vecinal ylas variables físicas y sociales del espacio local comoámbito de intervención relevante, pero que requieremasificarse y lograr mayor sintonía con las percep-ciones de los distintos grupos de vecinos, siendo losniños, los jóvenes y los adultos mayores grupos tra-dicionalmente poco considerados en la planificacióndel Hábitat.

1.1 Delito, Segregación y Ciudad

Desde mediados de los sesenta, las ciudades anivel internacional comenzaron a experimentar uncrecimiento acelerado de la delincuencia. Progresi-vamente, las opciones acerca de dónde vivir, dóndetrabajar, dónde matricular los hijos y dónde com-prar, fueron convirtiéndose en decisiones que se to-maban en consideración a la percepción de delin-cuencia de la ciudad (Polese y Stren, 2000). En estecuadro, la atención dada a la segregación como unavariable que favorece la inseguridad ha sido débil.Aunque existe una opinión extendida que la segre-gación entraña consecuencias sociales adversas, la faltade investigación empírica ha restringido el consensoacerca de que la segregación imprime diferencias defuncionamiento de las ciudades, expresadas enindicadores de gobernabilidad, equidad y tambiéncriminalidad (Arriagada y Rodríguez, 2003).

En los Estados Unidos, hay alguna evidenciadispersa que indica que la segregación ejerce influen-cia en la delincuencia. Por ejemplo, se muestra que la

* Sociólogo Universidad de Chile; Magíster en Desa-rrollo Urbano Pontificia Universidad Católica de Chile;Profesor del Departamento de Sociología de la Universidadde Chile y de la Universidad de Valparaíso; Jefe Departa-mento de Estudios del Ministerio de Vivienda y Urbanis-mo de Chile. E-mail: [email protected].

** Sociólogo Universidad Academia Humanismo Cris-tiano; Doctor en Planificación Territorial y Desarrollo Re-gional por la Universidad de Barcelona, España; SecretarioRegional Ministerial de Vivienda y Urbanismo Metropoli-tano, Chile. E-mail: [email protected].

*** Una versión preliminar de este artículo fue presenta-da en el marco de la Xa Conferencia de Crime PreventionThrough Environmental Design (CPTED) desarrollada enSantiago de Chile entre los días 1 y 3 de agosto de 2005,siendo su denominación original“Seguridad ciudadana: res-pondiendo a los desafíos de hoy. Innovación, ParticipaciónComunitaria, Diseño”. Los autores agradecen a JorgeRodríguez de CELADE por sus aportes técnicos. Enviado el6 de septiembre de 2005, aprobado el 14 de julio de 2006.

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concentración espacial de pobres de color favorece lacriminalidad y afecta especialmente a los grupos se-gregados. En América Latina, por su parte, existenestudios acerca de las consecuencias sociales de lasegregación, que siguen a la escuela de investigaciónamericana en orden a pesquisar el efecto de los ve-cindarios sobre las situaciones de riesgo social. Eneste sentido, en Montevideo, los estudios de Katzman(1999) encontraron relaciones entre segregación yrezago o abandono del sistema educativo en niñosde 8 a 15 años, y frecuencia de jóvenes varones queno estudian ni buscan trabajo, en tanto factores deriesgo social. En otros estudios sobre Montevideo, sesostiene que los barrios con las tasas más altas decrecimiento demográfico, son los que presentanmayores probabilidades de altas tasas de delincuen-cia. Su mayor crecimiento demográfico se vinculacon procesos determinantes de la composición socialde los barrios y tasas de delincuencia (Retamoso yCorbo, 2003). En estudios de Sabatini, Cáceres yCerda (2001) sobre las áreas metropolitanas de Chi-le, se muestra que la segregación además de estarcorrelacionada con factores de riesgo social, parecehaber incrementado la gravedad de su efecto, lo quees visible en el aumento de las correlaciones inversasentre segregación con retraso escolar y desempleojuvenil.

En este trabajo, se evalúa el nivel de segregaciónresidencial de las ciudades chilenas principales y suasociación con la distribución territorial de las de-nuncias de“delitos de mayor connotación social”(DMCS), generadas por Carabineros y la Policía deInvestigaciones, con base en un registro periódico yobjetivo1 , que se estima comprende la mayoría delas causas ingresadas a juzgados (MINTER, 2004).Estas estadísticas permiten tasas de denuncias cadacien mil habitantes a escala de ciudades, de formaglobal y también desagregada por tipos de delito,posibilitando su cotejo y asociación con estadísticasurbanas, como es el nivel de segregación. La fecha deestudio corresponde al año del último Censo de Po-blación y Vivienda (2002), fecha cercana al 2003,período en que las cifras de denuncias en Chile al-

canzaron el máximo registrado (2.191,8 denunciaspor delitos de mayor connotación social por cadacien mil habitantes) (MINTER, 2004).

La segregación es un prisma innovador para mi-rar el circuito de causas y efectos de la delincuencia einseguridad urbana. Digamos que, mientras la po-breza fue el centro de atención de los ochenta ynoventa, y antes la marginalidad, hoy América Lati-na y Chile viven un momento donde la segregaciónurbana se ha vuelto una categoría fundamental deldebate social. Certeramente Marcuse (2004), desta-có que siempre los barrios han sido un área de con-centración residencial definida por rentas o ingresosde sus residentes, pero que hoy está emergiendo unaciudad de enclaves y ghettos. Enclaves, entendidoscomo áreas de concentración espacial de miembrosde una élite o posición dominante, que se aglomeray organiza espacialmente para defender esa posiciónfrente a amenazas del entorno (la urbanización decondominios cerrados es un ejemplo); y ghettos,entendidos como áreas de concentración que sepa-ran y limitan a un determinado grupo poblacional,definido en este caso como los sectores urbanos sincapacidad de demanda inmobiliaria. RubénKatzman (2001) comparte que el problema de lasegregación es antiguo, pero que hoy la región atra-viesa un momento nuevo en cuanto se suman diver-sas formas de segmentación urbana, social y econó-mica que restringiría las redes de los pobres exclusi-vamente a otras personas de igual condición, favore-ciendo perdidas de cohesión expresadas en alzasdelictivas.

Operacionalmente, la Segregación Residencialse define como la aglomeración geográfica de fami-lias de una misma condición social, y que se expresaen la tendencia de un grupo a concentrarse en algu-nas áreas de la ciudad, la conformación de áreas so-cialmente homogéneas, y la vivencia de segregacióno exclusión (Sabatini en Rodríguez, 2001). Las me-diciones posibles de segregación residencial son va-riadas, tanto en lo referente a indicadores y variablesde segmentación, como a escala geográfica. En estetrabajo se desarrolla una medición de segregación delas ciudades mayores de Chile, centrada fundamen-talmente en el indicador más simple, el índice deDisimilitud de Duncan (D). Este constituye un in-dicador síntesis que oscila en un rango de 0 a 100,que significan respectivamente segregación nula,

1 Otras fuentes de información son las detenciones,caracterización población penal, encuestas de victimización -realizadas con mayor frecuencia en las ciudades y regionesprincipales del país – y encuestas de temor o sensación deInseguridad (MINTER, 2004).

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porque todas las unidades tienen igual probabilidado incidencia del grupo bajo estudio, y segregaciónextrema, porque todas las unidades están polariza-das por presencia o ausencia total del grupo.(Arriagada y Rodríguez, 2003).

En ausencia de datos de ingreso y pobreza en elCenso de Población y Vivienda Nacional, la variablede segmentación aplicada es la escolaridad del jefede hogar, diferenciando el porcentaje de hogaresencabezados por jefes con menos de 12 años deescolaridad, límite que según CEPAL, marca el mí-nimo exigido de capital humano para que un indi-viduo tenga probabilidad de distanciarse del riesgode pobreza. Esta variable ha sido recomendada porsu capacidad de predicción en estudios anterioressobre segregación en Santiago y otras áreas metropo-litanas latinoamericanas (Rodríguez, 2001; Arriagaday Rodríguez, 2003). La escala de medición de lasegregación es el Distrito Censal, escala cercana albarrio.

Además del índice de Duncan, este trabajo con-trola otros indicadores expresivos de la modalidadde segregación, como es el índice propuesto porRodríguez (2001) basado en la noción de VarianzaTerritorial de la Escolaridad del Jefe de Hogar. Éstase refiere al peso que tiene la varianza entre distritoscensales (entre unidades territoriales, respecto de lamedia de la ciudad), sobre la varianza total de lavariable de segmentación (entre unidades demográ-ficas o personas, respecto de la media general).

A medida que aumenta el porcentaje de varianzasocial explicado por la varianza territorial, se hablade incremento de la segregación residencial pues lapoblación por distritos es más homogénea y aumen-ta la diferencia social entre distritos (Rodríguez,2001). También, se ha realizado una identificaciónde distritos“ghettos”, donde más del 60% de susresidentes clasifican en el grupo de probabilidad demayor pobreza, indicador del grado de concentra-ción de los pobres y que es de larga data en la litera-tura urbana desde los trabajos de D. Massey.

2. Resultados

2.1. Estudio de las Ciudades Mayores al año 2002

El cuadro 1, es el ranking de segregación resi-dencial socio-económica de las ciudades mayores del

país al año 2002, y su comparación con las tasasglobales de denuncias de delitos de mayor connota-ción social, incluyendo las tasas específicas por tiposde delito que muestran mayor correlación con la seg-mentación socio-espacial de las ciudades según elpresente estudio.

Cabe advertir que el índice más alto de Segrega-ción Residencial Socio-Económica en Chile, segúnel índice D, corresponde al área Metropolitana delGran Santiago, que, junto con ser la mayor concen-tración demográfica del país, constituye índices deSegregación Residencial superiores a la Zona Metro-politana de Ciudad de México y de Montevideo,según Arriagada y Rodríguez (2003). Asimismo, elárea metropolitana de Concepción es otra ciudadempinada en el ranking, como también los casos deciudades intermedias de muy rápido crecimiento desu población (Temuco, Gran Serena, y Talca).

Los resultados de este trabajo de ninguna mane-ra agotan la explicación del nivel de delito a travésdel grado de segregación, pero la medición de seg-mentación de la estructura urbana de este trabajomuestra mayor concomitancia a nivel de ciudadescon las tasas de ciertos delitos, que éstas con otrosfactores clásicos, como el nivel social, nivel de pobre-za o tamaño de la ciudad (dentro del contexto deciudades mayores). El Cuadro 2 presenta los coefi-cientes de correlación simple a escala de las 20 prin-cipales ciudades del país. Éstos indican que, hacia elaño 2002, existía una asociación relevante del gradode segregación residencial con las tasas globales dedelitos por ciudades, específicamente, con las tasasde robo con sorpresa, con intimidación –el más co-mún– y con fuerza, delitos de gran impacto en lapercepción de inseguridad ciudadana.

Los Gráficos 1 y 2, basados en datos del cuadro1, clasifican las ciudades según el cruce del grado desegregación con las tasas de delitos globales y las dehurto, ilustrando los siguientes hallazgos: i) no exis-ten casos de ciudades mayores que muestren altogrado de delitos en un contexto urbano integrado ode baja segregación; ii) la mayoría de las ciudades seubica en una situación que combina tasas de delitosuperiores al promedio nacional y niveles relevantesde segregación residencial; iii) existen ciertas ciuda-des que son recurrentes en varias formas de cruce desegregación alta con delito alto. Se trata de casos es-

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pecialmente complejos por superponer distintas ex-presiones de segregación: disimilitud, homogenei-dad y varianza territorial; y/o concentración de lospobres en barrios ghettos. Este es el caso del GranSantiago, La Serena-Coquimbo, Curicó, Temuco-Padre Las Casas; Gran Concepción, y Talca.

2.2. Percepción de Seguridad en personasmayores y jóvenes residentes de barrios deVivienda Social

En Chile, los programas de vivienda de interéssocial han permitido reducir significativamente el

Cuadro 1. Chile, 2002: ciudades mayores ordenadas por índice de Duncan, indicadores de homogeneidad socialde barrios y tasas de delitos de mayor connotación social

Fuentes. a) Los Indicadores de Segregación Residencial son estimaciones propias a partir del procesamiento especial demicro bases de datos del Censo 2002; Índice Duncan según % de hogares con menos de 12 años de escolaridad del jefede Hogar; Porcentaje de Varianza Territorial se refiere a escolaridad del jefe de hogar; Porcentaje de distritos ghetto, se refierea distritos donde el 60% y más de los hogares carecen de capital educativo y son vulnerables a la pobreza; b)“Delitos deMayor Connotación Social” son datos tomados del informe comunal del Ministerio del Interior. En el caso de las áreasmetropolitanas, los datos comunales fueron llevados a indicadores de ciudad.

déficit habitacional de los sectores pobres en la déca-da de los noventa. Este período de acceso masificadoa la vivienda, ha permitido una transformaciónsustantiva en la habitabilidad y régimen de tenen-cia, en especial de los sectores de menores recursos.Sin embargo, y luego de los avances en materia deconstrucción habitacional, aparecen nuevos desafíos,entre los cuales, la conformación de barrios y la inte-gración comunitaria, particularmente en las grandesciudades, constituye un desafío de primer orden enel momento actual.

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Interesa en este punto destacar la construcciónque hacen los ciudadanos de su percepción de inse-guridad y factores de riesgo vinculados al espaciopúblico. Para esto, se generó comparación de la per-cepción que expresan los jefes de hogar beneficiadospor el Programa de Vivienda Básica SERVIU, de losaños 1999-2000, segmentados en dos grupos: jó-venes entre 18 y 24 años; y adultos mayores de 65 ymás años. Los datos analizados son parte de la se-gunda aplicación nacional del Sistema de Mediciónde Beneficiarios (Convenio MINVU/DICTUC,2002)2 . En esta aplicación, la investigadora Marga-rita Greene incluyó en el formulario un conjunto depreguntas dirigidas a establecer la percepción de se-guridad y aquellos elementos sociales y espacialesque la afectaban.

Al analizar la percepción de seguridad en con-juntos de vivienda social, de acuerdo a la dicotomíajóvenes y adultos mayores, surgen tres observacio-nes relevantes para la construcción de una políticaque mitigue los efectos adversos de la segregación

residencial, sobre la seguridad residencial y la cali-dad de vida:

a) Que la experiencia de segregación residencialurbana deriva de la falta de apropiación deespacios públicos por parte de los habitantes yla ausencia de conformación de comunidaden los barrios pobres.

b) Que los vecinos y los grupos de población serelacionan y usan el espacio público de mane-ra diferencial, lo que determina una experien-cia de seguridad e inseguridad distinta. Tradi-cionalmente, se ha pensado que los adultosmayores son el principal grupo vulnerable afec-tado por la inseguridad. En este estudio, apa-rece el caso de los adultos jóvenes como ungrupo que siente un alto grado de temor, loque matiza el estereotipo de que la juventudes la dueña de las calles y esquinas, en detri-mento de las demás edades de vecinos. Se tra-ta, en todo caso, de jóvenes que cumplen fun-ciones de jefes de hogar, lo que puede trazardiferencias.

c) Que la percepción de inseguridad es una cons-trucción social que alude a temores cotidianosy problemas de cohesión local, que debiera serobjeto central de una política efectiva de recu-peración, en particular en barrios de viviendade interés social. Por lo tanto, a la hora de iden-

Cuadro 2. Chile 2002, Ciudades Mayores: Correlación (R2) entre tasas globales y específicas de delitos de mayorconnotación social con índice de segregación Duncan, versus correlaciones con el Nº de Habitantes y Nivel Socio-Económico

Fuentes. Cálculos originales a partir de Indicadores de Segregación Residencial generados con el procesamiento especial demicro bases de datos del Censo 2002, y con datos de Delitos de Mayor Connotación Social tomados del informe comunaldel Ministerio del Interior.

2 El marco muestral de análisis etáreo consideró la se-lección dentro del Observatorio de Satisfacción Residencialde una muestra cercana a 200 Jefes de Hogar o Cónyuges,en la que el 78% eran mujeres y el 22% hombres. Si bien lamuestra de jóvenes en su mayoría se trata de mujeres, losestudios previos del INVI y DITEC no informaban dife-rencias significativas en la apreciación por sexo, de ahí que seconsiderará como análisis la segmentación etárea que pre-senta diferencias significativas por grupos.

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Gráfico 1. Ciudades mayores clasificadas según índice de Segregación Residencial de DUNCAN por Tasa deDelitos de Mayor Connotación Social, Chile, 2002.

Gráfico 2. Ciudades mayores clasificadas según índice de Segregación Residencial de DUNCAN por Tasa deDelitos de Hurto, Chile, 2002.

Fuentes. Cálculos originales a partir de Indicadores de Segregación Residencial generados con datos del Censo 2002, ydatos de delitos tomados del informe comunal del Ministerio del Interior.

tificar posibles prioridades de mejoramiento,todos los grupos deben entregar sus opinio-nes y, luego, verlas reflejadas en los proyectosde intervención.

Un parámetro fundamental en la percepción deinseguridad de la población, lo constituye la evalua-ción que realizan los ciudadanos respecto de la expo-sición al riesgo que tienen en su hábitat. En el gráfi-

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co N°3, se describe la evaluación de exposición adiversas situaciones de peligro que presentan los je-fes de familia jóvenes y adultos mayores, tanto paraél como para su familia. Existe un patrón común encuanto al ranking de situaciones de mayor riesgo,siendo los robos, accidentes y el contacto con perso-nas alcohólicas y drogadictas, las que encabezan lalista de mayor exposición indicada por el beneficia-rio.

Ahora bien, un elemento de interés del análisismuestra que los jefes de hogar jóvenes, presentansiempre mayor intensidad de exposición al riesgopara cada una de las situaciones descritas, destacan-do los referidos a robos, accidentes y contacto conpersonas alcohólicas y drogadictas, y asaltos, que afec-tarían a uno de cada dos hogares jóvenes. La viven-cia y cotidianeidad de los hogares jóvenes, marcadapor el uso intensivo que hacen de las calles y losmayores desplazamientos en el espacio público, loscolocaría en una situación de percepción de mayorvulnerabilidad diferencial. Mientras, los adultosmayores muestran dinámicas que reducen su uso yexposición al peligro en el espacio público, ubican-do el peligro al interior de sus viviendas, declarandouna mayor inseguridad relativa por robo.

Consultados los entrevistados acerca de su eva-luación de un conjunto de elementos que confor-man el barrio y que podrían generar mayor inseguri-dad, se observa, en general, que los jefes de hogarponen su atención prioritaria en aspectos vincula-dos a la comunidad, como es el conocimiento entrelos habitantes del conjunto y el diseño de los con-juntos habitacionales.

El gráfico N°4 muestra que, independientemen-te de la situación etárea, los entrevistados consideranque el escenario más inseguro se relaciona con la faltade apropiación del espacio público. En este sentido,más del 70% considera que el riesgo está asociadoa“la presencia de gente desconocida”. En segundo ytercer lugar, los entrevistados consideran elementosdel entorno, ya que el peligro derivaría de“los crucesde calles con mala visibilidad” y“la mala iluminacióno sitios oscuros”, lo que demanda una atención a losaspectos de diseño o señalética de los conjuntos.

Cabe advertir, a modo de diferenciación poredad, que las personas mayores ponen más énfasis,además de la presencia de gente desconocida, en losaspectos asociativos o comunitarios, expresados enlas categorías referidas a“la falta de gente en las calles

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y la falta de convivencia con los vecinos”. Mientrasque los más jóvenes, centran con mayor intensidadsu foco de inseguridad en los aspectos vinculados aldiseño y entorno.

2. 3. Acerca de la comunidad y relaciones vecinales

Finalmente, se consideró la evaluación de losbeneficiarios acerca de una serie de afirmaciones re-feridas a la comunidad y a las relaciones vecinales enlos conjuntos habitacionales. Esto tenía por finali-dad enfrentar los datos relacionados a conductasvictimógenas con elementos comunitarios y de for-mación de redes sociales en los conjuntoshabitacionales de Vivienda Básica.

A los entrevistados se les planteó una serie deafirmaciones que revelan el grado de cohesión co-munitaria y percepción de capital social o redes deayuda. En general, los datos muestran que la forma-ción de comunidad y relaciones vecinales son unatarea pendiente en los conjuntos habitacionales deVivienda Básica. Un 72%“sólo pediría ayuda a susvecinos en caso de emergencia”, y un 61% dice que“amis vecinos sólo los saludo por buena educación”,

alertando sobre el desafío en materia de acompaña-miento en la instalación de nuevas comunidades,particularmente, en aquellos conjuntos acogidos a laLey de Copropiedad.

En relación a los residentes jóvenes de los barriosde Vivienda Básica, estos no expresan mayor inten-ción ni necesidad de contacto con sus vecinos ni consu comunidad, mostrando que, detrás de sus temo-res y percepción de inseguridad, se halla una viven-cia de individualización y anonimato comunitario.Concretamente, en el gráfico N°5, se observa queun 84%“sólo le pediría ayuda a los vecinos en casode emergencia”, y que un 74% declara que“a susvecinos los saluda sólo por buena educación”. Estodetermina que la construcción de comunidad seauna prioridad importante para disminuir la percep-ción de vulnerabilidad al evento del delito.

Para finalizar, debe reiterarse que, de acuerdo alos resultados de la primera parte de este estudio,existe una importante relación entre el tamaño de lalocalidad y la victimización objetiva en los vecinda-rios. En este punto, se debe subrayar que la delin-

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cuencia e inseguridad, así como la segregación resi-dencial, afectan principalmente a las grandes ciuda-des. Y la presencia de ambas situaciones de manerasimultánea, puede ser una fuente de desarrollo deun proceso de desregulación normativa por parte dela población sometida a exclusión. La intensidad dehechos delictivos es muy sensible al tamaño de laciudad de localización de los conjuntos de viviendasocial, ya que en el Gran Santiago el robo en casaalcanzó el 15%, mientras que en barrios de viviendasocial llega hasta el 31% según datos del Observato-rio de Satisfacción con la Vivienda Social,implementado por el MINVU, mostrando la nece-

sidad de focalización de políticas urbanas de pre-vención del deterioro urbanístico y social de las peri-ferias.

3. Conclusiones

El problema de la segregación urbana es de largadata, aunque no había sido percibido como unacuestión central para la política social en AméricaLatina. Hoy en día, el panorama es distinto. La se-gregación adquiere especial importancia, debido aque el territorio de las grandes ciudades está siendoorganizado bajo una estricta lógica de segregación

Cuadro 3. Beneficiarios de vivienda social: Por vivir en este barrio ¿Usted o su familia se siente expuesto a...? (Seconsidera la categoría SÍ)

Fuente. Procesamiento especial Observatorio de Satisfacción Residencial

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de grupos socio-económicos, que se caracteriza pordistanciamiento social, agudizada desigualdad y ero-sión de la cohesión social. Si bien no es un fenómenototalmente nuevo, hoy se respira algo diferente en laciudad y su grado de segregación urbana: el efectonocivo en la movilidad social y en las perspectivas deequidad futuras.

Hay tendencias que deben ser observadas concuidado. La segregación está debilitando los víncu-los con el mercado de trabajo de los sectores de me-nores recursos; segregación urbana y segregación es-colar se están sumando como factores debilitadoresde los resultados de las escuelas modestas; y surgenbarrios impermeables ya sea al chorreo del crecimientoeconómico como al efecto redistributivo del gastosocial. Esta situación determina que el problema dela segregación urbana no puede seguir siendo des-cartado como un tema ideológico y deba ser seria-mente investigado, evaluado y traducido a innova-ciones de política social y urbana.

En particular, la segregación parece ser un am-biente que favorece una elevada tolerancia o indife-rencia a la desigualdad entre las clases acomodadas ymedias, y una lenta pero creciente adhesión a la delin-cuencia entre ciertos grupos de los barrios y zonasexcluidas del progreso. Las obligaciones mínimas desolidaridad en materia de igualdad de oportunidadesvan siendo erosionadas por la segregación, los espaciospúblicos se estratifican, y las oportunidades al alcancede los sectores pobres para educarse se muestran muydesiguales e ineficientes como medio para asegurarmovilidad social e ingresos. El problema de la droga esun factor que, como no se había visto antes, agrava elambiente urbano contemporáneo y favorece tanto lainseguridad como la comisión de delitos.

La delincuencia, por sí, genera mayor segrega-ción ya que afecta las preferencias de localización yorienta las pautas de diseño inmobiliario hacia elcondominio enrejado y la privatización del espaciopúblico; lo que no es una tendencia sustentable comoforma generalizada de hacer ciudad. Ciudad y So-ciedad pueden considerarse espejos en lo referente ainequidad de los ingresos e inequidad urbana, consus efectos erosionadores de la cohesión.

Los hallazgos de este trabajo sugieren asociaciónentre la segregación residencial y las tasas de delin-

cuencia del grupo de ciudades mayores en Chile,mostrando que la prevención de la inseguridad tie-ne posibilidades importantes en la gestión de dichasciudades. Se trataría de contemplar el problema dela segregación (problemática social muy diferente ala pobreza y déficit materiales) en el diseño de polí-ticas públicas en tres líneas complementarias:

En primer lugar, cobra importancia el desarrollode programas compensatorios destinados a zonas se-gregadas, bajo un formato focalizado territorialmenteen zonas de la ciudad interior, que articulen una mez-cla de proyectos de forma integral. Como se vio en elestudio de las poblaciones de vivienda social, los pro-yectos no serán certeros si no parten de diagnósticosque consideren la percepción de inseguridad de losdistintos grupos de vecinos (en especial, jóvenes,mujeres y personas mayores). En este sentido, el Pro-grama de Gobierno de la Presidenta Michelle Bacheletincorporó el problema de la segregación como unadimensión de la realidad a enfrentar con nuevas polí-ticas de integración. Así, durante los primeros mesesde gobierno, el MINVU ha creado e iniciadoel“Programa de Recuperación de los 200 Barrios”, elcual viene a ser la primera medida que formaliza unanecesidad pendiente de intervenir barrios afectadospor problemas de exclusión, y que consideran expre-samente los temas de delito, espacio público e integra-ción de los jóvenes como elementos a trabajar en laidentificación y solución de vecindarios segregados.

Segundo, se requieren medidas que prevenganincrementos de la segregación, lo que implica unapolítica de localización urbana de los nuevos hogaresen consideración de costos urbanos y no sólo en fun-ción de costos privados (que conduce a la segregaciónen la periferia por selección de terrenos de menor cos-to directo). Hay que agregar que, actualmente, segre-gar no tiene costo económico alguno a los actores quela generan, por lo que su regulación debiera ser partede una política completa de internalización deexternalidades. Al respecto, durante el 2006, elMINVU ha incluido dentro de su agenda de proyec-tos, la posible incorporación de incentivos a la inte-gración a través de los Instrumentos de PlanificaciónTerritorial y la consideración de conceptos propios dela ley de solidaridad urbana Francesa.

Tercero, para efectos de intervenir en los proble-mas de desigualdad y brechas al interior de las ciu-

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Camilo Arriagada Luco, Nelson Morales Lazo

dades, los Planes de Desarrollo estratégico de ciuda-des constituyen un área fértil para inclusión de obje-tivos. Estos planes son artefactos de planificaciónque cobran auge por la competencia entre ciudades,favoreciendo, además, iniciativas en defensa del de-recho a la ciudad y la integración social. Esto ofreceun importante espacio para la incorporación de lavariable segregación en el diagnóstico, la formula-ción de escenarios y su traducción en estrategias es-paciales de reducción de la inequidad, incluido unlistado de proyectos estratégicos para la integraciónde barrios excluidos.

En las zonas donde segregación residencial no pue-da ser reversible –lo que puede ser la mayoría de casos–se debe pensar en programas que impidan se cierre elcírculo de aislamiento, que resulta de sumar distanciafísica con distancia social. Se trataría entonces de pensarun tipo de programas distinto, que apoyen seriamentela presencia en puntos estratégicos de otras formas deregeneración del tejido social y encuentro urbano comoson clubes deportivos, escuelas integradas, y espaciosculturales (con los resguardos de escala y complejidadadecuada para lograr instancias perdurables y que lo-gren el impacto esperado).

Finalmente, con respecto al tema puntual de laseguridad en las ciudades, el desarrollo de nuevas po-líticas urbanas puede verse efectivamente complemen-tado con medidas locales que fortalezcan la sensaciónde seguridad. Mucho se ha hablado de las diferenciasde los niveles de inseguridad subjetiva con los índicesde delitos objetivos, donde Chile muestra nivelesmayores de temor que de victimización. Esta discu-sión o debate no resuelto, no debe restar importanciaal hecho de que parte significativa de la calidad devida y de la integración urbana y social es determina-da en el mundo de las percepciones. Nuestra culturade construcción urbana no ha considerado la opiniónde los vecinos en toda su diversidad de edades y géne-ro, y la prevención situacional es una gran oportuni-dad metodológica de preguntar a todos y todas porqué lugares de los barrios deben ser intervenidos paradar mayores garantías de movilidad y circulación. Estenos refiere al factor imprescindible para poder pensaren la recuperación de espacios públicos locales. Otracuestión que debe ser abordada es la elevada densidadde jóvenes de las periferias, donde no hay oferta dedeporte ni esparcimiento, y el mercado laboral mues-tra una tendencia global de exclusión y estigmatización.

Todo el sistema de bienestar chileno, supone o des-cansa a través de la integración mediante el mundodel trabajo, y ello marca un punto a revisar en unmundo donde el trabajo es cada vez más escaso, eimportan la oferta de mecanismos integradores másdiversos y efectivos (incluso con capacidad de inte-gración en contextos de inactividad).

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