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Capítulo 5: El mar kuna. Etnoecología y usos de los recursos marinos
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CAPÍTULO 5: EL MAR KUNA, ETNOECOLOGÍA Y USO DE
LOS RECURSOS MARINOS
En los últimos años, las reivindicaciones territoriales del pueblo kuna se han
centrado en la demarcación de sus tierras y en los derechos de explotación de los
recursos forestales. Las tierras se han convertido en el tema central de los debates
sobre los derechos tanto colectivos como territoriales. Sin embargo, durante las
primeras décadas del siglo XX, algunos de los conflictos territoriales más violentos
entre los kunas y sus vecinos de la costa de Colón tuvieron mucho que ver con la
explotación de los recursos marinos de la región. Las capturas de tortugas carey o
los derechos de pesca fueron, y continúan siendo, preocupaciones constantes para
los habitantes de Kuna Yala. Para abordar la relación material de los kunas con el
mar es importante volver a examinar esta paradoja.
En el anterior capítulo, he empezado a esclarecer por qué la tierra firme es
tan importante para los habitantes de las minúsculas islas de Kuna Yala. He
constatado que la tierra firme es el lugar donde se desarrollan la mayoría de las
actividades de subsistencia (agricultura, cacería y recolección) y que las parcelas
agrícolas constituyen la realidad física que los kunas transmiten a sus
descendientes. La tierra firme representa el pasado y el presente de los mortales:
es el lugar de donde vienen sus antepasados y el lugar al que volverán cuando
mueran.
Que la tierra firme sea importante para la vida de los kunas es un hecho
indiscutible. Sin embargo, después de trabajar la tierra, obtener productos
agrícolas, leña, agua, ir al cementerio y lavar la ropa en el río, el mar es la
realidad que día y noche rodea a los pobladores de las islas de Kuna Yala. A
través de él, se desplazan de comunidad en comunidad. En él pescan, se sumergen
en busca de langostas, admiran las crecidas del río, contemplan los delfines saltar
y perciben sirenas y diablos. En la mesa, el pescado acompaña a los productos
del campo, aportando el 80% de las proteínas animales a la dieta kuna1. Se
trata de un ingrediente de vital importancia para los kunas. Entonces, si los
recursos marinos son tan importantes en la vida cotidiana de los kunas, ¿por qué la
antropología no ha investigado la relación material y simbólica que mantiene este
pueblo con el mar?
1 Ventocilla et al., 1995.
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Aunque las monografías y artículos sobre los kunas se cuenten por
centenares, bastan los dedos de una mano para sumar los que estudian el uso de
los recursos marinos. En los últimos veinte años, sólo los trabajos de Hasbrouck
(1985); Charnley y de León (1986); Sandner (1998); y Ventocilla, Herrera y
Núñez (1995) contemplan esta problemática. Los tres primeros abordaron la
relación con el mar de forma parcial, centrándose en el estudio de la pesca sin
prestar mucha atención a las representaciones simbólicas kunas del mar. El libro de
Ventocilla, Herrera y Núñez -el único que ha sido publicado- sólo consagró un
capítulo a la sobreexplotación de algunos recursos marinos, concretamente de la
langosta.
El mar está ausente en la inmensa mayoría de las etnografías de
investigadores foráneos y locales. Dos aspectos pueden haber determinado este
olvido por parte de los estudiosos. Primero, a simple vista los mismos kunas
acostumbran a mostrar poco interés por el mar. Ante los investigadores suelen
repetir que sus antepasados migraron del continente a las islas por la presión
ejercida por los españoles y las enfermedades, que la madre tierra es vital para
su supervivencia y que el pueblo kuna siempre ha luchado por su tierra. Además,
el/a investigador/a que se interese por el mar pronto se dará cuenta que los
isleños no admiran la belleza de las hermosas playas de las numerosas islas
deshabitadas, y que no muestran un gran entusiasmo por sumergirse en esas aguas
calientes, saladas, y pobladas de peligros. Segundo, si al cabo de unas semanas
al paciente investigador/a todavía le queda alguna duda de lo/a equivocado/a
que estaba al decidirse por estudiar el mar kuna, sólo le falta tropezar con unas
últimas dificultades técnicas: la increíble variedad de los recursos marinos y la
necesidad de contar con un marinero experto que disponga de un cayuco
suficientemente grande y que esté dispuesto a ir de pesca con un/a extranjero/a
inexperto/a. Además, la invisibilidad de los recursos marinos complica la
identificación de las especies y el tamaño de los cayucos dificulta la práctica de la
observación participante. Por lo tanto, estudiar la relación material y simbólica
que los kunas establecen con el mar no es tarea fácil.
Pero que no sea sencillo, no quiere decir que documentar el uso y la
percepción de los recursos marinos sea imposible. A veces incluso es más sencillo
encontrar a alguien dispuesto a hablar del mar que de la tierra. Recuerdo que
cuando llegué a Gardi, pregunté a los ancianos quién podría ayudarme a
entender el mundo de los peces. Tanto el saila Valdés como los otros viejos de la
isla siempre me contestaron que cualquiera podía hablarme de los peces. Según
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mis informantes no era necesario ir a ver a ningún especialista. A diferencia de los
árboles o las plantas medicinales, todo el mundo sabía de peces en Gardi, no
hacía falta que me recomendaran a alguien en especial. Estas respuestas me
sorprendieron. Por un lado, me dieron la sensación que los peces y los recursos
marinos en general eran tan próximos y necesarios que todo el mundo tenía que
saber reconocerlos y tratarlos pero, por el otro, me hicieron pensar que eran
conocimientos tan banales que no se cotizaban en el mercado de los saberes
tradicionales. Con el tiempo, he llegado a la conclusión que las respuestas de los
viejos a mis preguntas de recién llegada resumen a la perfección la visión y la
actidud kuna ante el mar y sus recursos. Se trata de un espacio cotidiano, bien
conocido, con límites difusos, que es fuente de alimento, diversión y riqueza. Un
espacio que forma parte del territorio de Kuna Yala pero que, a diferencia de la
tierra, no ha sido amenazado por colonos, ni objeto de proyectos de desarrollo
sostenible, ni, por lo tanto, motivo de preocupación para los mediadores culturales.
Las razones que han favorecido la invisibilidad del mar en las demandas
territoriales kunas serán examinadas en los últimos tres capítulos de esta tesis.
Antes de abordar estos aspectos, creo necesario servirme de la etnoictiología2 y
explorar mis datos etnográficos para observar cómo los kunas conceptualizan,
clasifican y usan los recursos marinos. El objetivo de este capítulo es mostrar la
importancia del mar y sus recursos en la vida cotidiana de los kunas a pesar de su
ausencia en las reivindicaciones territoriales, en los proyectos de desarrollo
sostenible y en los programas de conservación de la biodiversidad. Para ello,
abordaré varios aspectos: la geografía y el marco físico; las etno-clasificaciones
de las especies marinas y la relación material que los kunas mantienen con el mar
(la pesca y los otros usos de los recursos marinos).
5.1. El marco físico: la costa y el mar
5.1.1. Límites
Según la Ley 16 de 1953 y la Ley Fundamental de la Comarca de Kuna
Yala de 1995, el mar domina una gran porción de la geografía kuna:
Ley 16 del 19 de febrero de 1953:
“Articulo 1: La Comarca de San Blas, creada por la Ley Segunda de 16 de
septiembre de 1938, comprende la porción continental e insular del territorio
2 En este capítulo me referiré a los peces y otros animales acuáticos que viven en el mar. No mencionaré a los peces del río para no desviarme de mis intereses: la relación material con el mar.
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nacional que se extiende a lo largo de la costa del Atlántico, dentro de los linderos
siguientes: por el Norte, el Mar de las Antillas, desde el Cabo tiburón (77:35’’) hasta
un punto de Playa colorada al Oeste de la Punta de San Blas (78:35’’); por el este
de la República de Colombia por medio de una línea que partiendo del Cabo Tiburón
termina en el Cerro Gandi, tocando las cabeceras del río de la Miel; por el Oeste, el
Distrito de Santa Isabel, de la Provincia de Colón, desde el punto indicado en la
Playa Colorada, en línea recta al Sur, hasta encontrar las aguas del Río Mandinga; y
por el Sur, la Cordillera de San Blas, el Distrito de Chepo de la Provincia de Panamá
y Pinogana de la Provincia de El Darién hasta Cerro Gandi.
Parágrafo 1: Quedan incluidos dentro de los límites descritos las Islas de Oro,
San Agustín y Pinos; los Islotes de Pájaros, Puyadas y Arévalos; los Cayos de Arenas,
Mosquitos, Limones, Piedras, Ratón y La Concepción; el Archipiélago de las Mulatas,
con todas sus islas e islotes y las demás islas, islotes, arrecifes y cayos comprendidos
en el litoral, así como la porción del Corregimiento de Armila”
Y en el Artículo 2 del capítulo 1 de la Ley Fundamental de la Comarca de
Kuna Yala de 1995 consta que:
“ La Comarca Kuna Yala comprende la porción continental e insular, incluyendo
todas las islas, islotes, cayos y arrecifes del territorio nacional, que se extiende a lo
largo de la costa atlántica dentro de los siguientes límites:
a. Por el norte, el Mar Caribe desde Gugimur (Cabo Tiburón)
hasta el sitio denominado Ursudoge (Caletones) cerca de Playa colorada, al
oeste de la Punta de Kuna Yala (San blas).
b. Por el este, la República de Colombia por medio de una línea
que, partiendo de Guigimur (Cabo Tiburón), termina en Cerro Gandi,
tocando las cabeceras de Acha-gandi (Río de la Miel)
c. Por el oeste, el distrito de Santa Isabel, de la provincia de Colón,
desde el sitio denominado Ursudoge (Caletones) con coordenadas de 79º 05’
55” y 9º 33’ 24”, desde ahí sigue en línea imaginaria recta al sudoeste,
hasta encontrar el nacimiento del Río Mandinga en Diamma Yala (Cerro
Brewster).
d. Por el sur, el distrito de Chepo, desde la cima de Diamma
Yala (Cerro Brewster), continúa en dirección este, siguiendo la línea divisoria
continental hasta el punto donde la serranía de Cañazas se une a la cordillera
de Kuna Yala (San Blas); y el distrito de Pinogana de la provincia del Darién,
desde la unión de la serranía de Cañazas con la cordillera de Kuna Yala (San
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Blas), continúa hacia el sudeste por esta última cordillera hasta la cima de
Cerro Gandi en los límites con la República de Colombia”
Cuarenta y dos años separan estas dos leyes pero, en los dos casos, los
límites del territorio marino kuna son vagos e imprecisos. No se habla ni de
coordenadas exactas ni de un número determinado de millas desde la costa. Los
únicos puntos exactos que citan se refieren a la tierra firme. La indefinición de las
fronteras marinas en Kuna Yala no es un hecho excepcional. La Republica de
Panamá cuenta con una línea costera de 2998,3 km (1700,6 km en el litoral
pacifico; 1287,7 km en el Caribe)3. Pero, a pesar de que la Convención de las
Naciones Unidas sobre el derecho al mar de 19824 reconoce a los estados
costeros el derecho a ejercer jurisdicciones exclusivas hasta 200 millas de la costa,
los límites marinos panameños, como muchos otros, no han sido nunca bien
establecidos5. Por eso no es de extrañar que tampoco quede claro donde
empieza y donde acaba la soberanía kuna sobre el mar.
5.1.2. Características físicas de la costa
Teniendo en cuenta que no se conocen los límites políticos de la porción
marina de la comarca, es mejor describir la costa a partir de sus características
físicas. De esta manera, se puede observar claramente que la franja costera se
extiende sobre una plataforma continental mas bien angosta, de entre 8 y 17
kilómetros de ancho6 que se puede dividir en dos zonas:
En el extremo oeste, el sector comprendido entre la Punta de San Blas
y hasta los Cayos Cabeza, que incluye el golfo de San Blas y el archipiélago de
las Mulatas, dominan aguas poco profundas, protegidas por la Punta de San Blas
y por una línea de algas paralela a la costa7. La costa es accidentada e
irregular. Se encuentran numerosas islas que se extienden mar afuera, hacia el
borde de la plataforma continental. Entre ellas existen canales amplios y
profundos que permiten la entrada de grandes embarcaciones y un buen
intercambio de agua entre el golfo y el mar abierto8. Los corales forman extensos
3 www.ari.gob.pa 4 www.un.org/Depts/los/convention_agreements/texts/unclos/convemar:es.pdf (última consulta 10-4-2007). 5 Cf. Labrecque (2004) A nivel mundial, las fronteras marítimas, recientes y numerosas, son virtuales en el 60% de los casos. 6 Ventocilla, 1995: 48. 7 Glynn, 1972, 1973; Porter and Porter, 1973, Stier, op.cit. 33-36. 8 Ventocilla et al., op.cit.: 48.
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arrecifes y los peces son abundantes. Dejando de lado la descripción meramente
física, Porter y Porter señalan que en este sector el uso de corales para rellenar y
agrandar las islas es el factor más perjudical para los fondos marinos y las
poblaciones de peces9.
A partir de Niatupu, entre Cayos Cabeza y Bahía Carreto, la
orografía del mar es diferente. La plataforma continental es más estrecha y
además cae a poca distancia (de 20 a 24 metros) a 200 metros o más de
profundidad. A 14 y 17 kilómetros de la costa ya se pueden encontrar fosas de
1000 a 1200 metros de profundidad. Entre Bahía Carreto y Cabo Tiburón, se
encuentra una zona de plataforma continental amplia y poco profunda, patrón
que se mantiene hacia el este de Colombia10. Los corales no forman verdaderos
arrecifes, pero crecen en la roca volcánica y por ello las poblaciones de peces son
reducidas11. Por consiguiente, la pesca es poco importante en este sector.
Es impossible describir los ecosistemas marinos en los mismos términos que los
forestales. A diferencia del bosque, el mar es inmenso, profundo, continuo, está en
movimiento y dominado por olas y mareas, por lo que es difícil aplicar la noción
de ecosistema. Kuna Yala presenta una variedad tan amplia de biotopos -mar
abierto, arrecifes coralinos, islas, manglares, playas arenosas y rocosas- que es
preferible razonar en términos de continuum, es decir, teniendo en cuenta que los
diferentes factores del medio varían independientemente12. Desde esta
perspectiva, después de referirme a los efectos del clima sobre el medio, voy a
describir los ecosistemas marinos dividiendólos en dos grandes grupos: islas y
costas.
5.1.3. Climatología
En relación a los efectos del clima sobre los ecosistemas marinos, durante la
estación lluviosa, los vientos ligeros y variables, las corrientes moderadas y las
lluvias periódicas intensas pueden provocar una crecida considerable de los ríos
(escorrentía) hacia los arrecifes cercanos a la costa. La temperatura promedio del
aire (28ª C), humedad (87%), temperatura del agua (promedio 28º C, variando
entre 26-32º C) y salinidad (33-35%) son características de la zona caribeña13.
9 Porter y Porter, 1973. 10 Ventocilla et al., op. cit.: 49. 11 Stier, 33-36. 12 Callignon, 1991: 11. 13 Cf. Clifton, Kim y Wulff, 1996.
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Hasta una profundidad de 50 metros, la temperatura no baja de los 25º C14. Las
mareas son bajas, apenas 33 centímetros, con un máximo de 55 centímetros15. No
hay corrientes cerca de la costa y fuera de la plataforma continental, éstas se
mueven de oeste a este16. Los intensos chubascos locales acompañados de vientos
de hasta 120 kilómetros, golpean intermitentemente la costa noreste durante la
estación lluviosa, pero sin aparentemente dañar los arrecifes.
La estación seca se caracteriza por los vientos del norte (30-40 km/h) que
pueden producir fuertes oleajes, corrientes y aguas turbias en todos los arrecifes,
excepto en los más protegidos por el sotavento. La radiación solar es
generalmente mayor durante este período y por esta razón el agua también
tiende a ser más salada17.
5.1.4. Islas
En Kuna Yala hay 371 islas de origen coralino, pero sólo unas 40 están
habitadas. La gran mayoría están ubicadas a menos de cinco kilómetros de la
costa, con la excepción de las islas de Kaimao (Maoki o Cayos Holandeses) que se
encuentran a unos 15 kilómetros de la tierra firme18. Algunas comunidades isleñas
están tan cerca del continente que han construido puentes para ahorrarse los
viajes en cayucos. Las islas tienen una altura de uno a dos metros sobre el nivel del
mar. Varían en tamaño, pero la mayoría no supera las 10 hectáreas, por lo que
pueden ser consideradas islotes.
Las islas son la residencia principal de los kunas, pero podrían dejar de serlo
durante los próximos años. Las previsiones más pesimistas de algunos expertos
señalan que el aumento del nivel del mar debido al cambio climático podría 19
inundar muchas tierras bajas de Panamá, dañando zonas de cultivo en la costa y
14 Glynn 1972; Ventocilla et al. 1995. 15 Glynn, 1973. 16 Ventocilla, 1995: 48; Según Guzmán y Jiménez (1992) predomina una corriente marítima de oeste a este durante todo el año. 17 Cubit et al. 1989. 18 Ventocilla, 1995. 19 El promedio mundial del nivel del mar aumentó entre 10 y 25 centímetros en los últimos 100 años: es posible que este aumento esté relacionado en gran medida al incremento entre 0,3 y 0,6º C de la temperatura promedio global de la atmósfera inferior desde 1860. Actualmente los diferentes modelos predicen que el nivel del mar aumentará entre 15 y 95 centímetros para el año 2100. Esto ocurrirá a causa de la expansión térmica del agua de los océanos y la afluencia de agua dulce proveniente del descongelamiento de los glaciares y el hielo. La velocidad, magnitud y dirección del cambio en el nivel del mar presentará variaciones locales y regionales en respuesta a las características de la franja costera, cambios en las corrientes oceánicas y diferencias tanto en los regímenes de mareas como en la densidad del agua oceánica. El aumento previsto es de dos a cinco veces más rápido en comparación al experimentado en los pasados 100 años. Cf. PNUD, 2002: 135.
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desplazando a centenares de personas de las comunidades costeras y de las
pequeñas islas de la comarca20. Otros investigadores apuntan que los islotes
también corren el riesgo de desaparecer o transformarse por los efectos
devastadores que podría tener un maremoto. Ya en 1882 una ola gigantesca
asoló la costa atlántica de Panamá. Esta catástrofe sigue viva en la mente de los
kunas. Muchos temen la llegada de otra ola destructura en los próximos años.
A rasgos generales, los ecosistemas de las islas de Kuna Yala, al ser
próximas al continente y de talla reducida, presentan características muy
parecidas a las descritas en el capítulo anterior para el ecosistema forestal de las
tierras bajas. Debido a que la mayoría de las islas están formadas por arenas
coralinas, no abunda la vegetación alta. Domina el monte bajo con palmeras,
cocales y algunos manglares. Una excepción es la isla Duppak, en la parte
oriental de la comarca. Es la más grande de la región y la única que cuenta con
montañas, ríos y bosques frondosos.
Muchas de las islas no habitadas permanentemente son plantaciones de
cocos (Cocos nucifera). A diferencia de los nainus del continente, los cocales isleños
son monocultivos. En este caso, no se puede hablar de una reproducción del
bosque tropical porque se elimina la diversidad de especies vegetales21. Al ser el
coco un producto de exportación, es explotado de una forma más intensiva. En
resumen, en Kuna Yala coexisten monocultivos (en las islas) y policultivos (en la
tierra firme).
5.1.5. Costas
Las costas se caracterizan por playas arenosas, arrecifes costeños y
manglares. Las especies vegetales asociadas con estos últimos son Rhizophora
mangle, Avicennia spec, Laguncularia racemosa, Conocarpus erectus y Pelliciera
rhizophorae22. Todas estas especies son cortadas para extraer leña, dejar espacio
para las actividades agrícolas y facilitar el tránsito de cayucos en pasos estrechos.
20 PNUD, 2002: 135. 21 Como señaló Beckerman en sus críticas a los trabajos de Geertz sobre la agricultura de roza y quema, cuando los agricultores dedican más tiempo a un determinado cultivo, se pierde la diversidad inicial. Beckerman critica el modelo de Geertz (1963) mostrando que en América del Sur, estas prácticas también toman la forma de monocultivos. Beckerman propone un modelo de análisis basado en la relación entre tiempo invertido en el trabajo agrícola y el grado de inter-cultivos. (Cf. Beckerman, 1983). 22 Elkipler Martínez comunicación en Jornadas sobre los recursos naturales de Kuna Yala, Panamá, 29-8-2004.
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En Kuna Yala, los sustratos del nivel infra-litoral están constituidos por
arrecifes de coral23. Según observaciones de los biólogos marinos del STRI,24 la
cantidad de especies coralinas25 es de las mayores de todo el Caribe26. Pero,
aunque los arrecifes abunden en toda la franja costera, en la parte oriental de la
Comarca, cerca del límite con Colombia, el crecimiento de los corales es reducido
porque no hay defensas contra el oleaje27. Para los kunas, conocer la localización
de todos estos arrecifes es de suma importancia para navegar, defender las islas
del oleaje y pescar (sobre todo en la parte occidental de la región).
Muchos arrecifes mantienen diversas comunidades de corales, peces y otras
criaturas. Se observan 57 arrecifes de corales escleractínios y cuatro especies de
hidrocorales28. En algunos casos, pueden llegar a alcanzar entre 50 y 100 metros
23 El término “coral” es utilizado para designar los Scleractini (Madreporaries) constructores. Los arrecifes de coral constituyen la segunda biocenosa más grande del mundo a base de calcáreas biogenas. La presencia de una actividad constructora es vital para estas Madreporaires y para ello necesitan unas condiciones ambientales favorables: temperatura media anual elevada (alrededor de 28ºC) sin cambios estacionales, aportaciones reducidas de tierra o sedimentos, aguas limpias y relativamente agitadas. 24 Existen tres volúmenes que compilan las publicaciones resultantes de las investigaciones científicas de STRI en Kuna Yala cf. STRI, 1987, 1991. Las primeras investigaciones de STRI en Kuna Yala tuvieron lugar el año 1970. En 1987, más de 130 artículos basados en investigaciones en Kuna Yala habían sido publicados en la literatura científica. Científicos de todas partes del mundo vinieron a Kuna Yala para aprovechar las extraordinarias oportunidades de investigación que ofrecían los recursos naturales y las instalaciones del STRI en la comarca. Los 71 artículos que integran el tercer volumen (1991) son una buena muestra del aumento que experimentaron las investigaciones en el campo de la biología marina en Kuna Yala. En 1997, en un pleno del Congreso General Kuna, el STRI fue expulsado de la comarca. En los años que siguieron a este incidente, sólo algunos científicos de STRI tuvieron acceso al área ocasionalmente. 25 Según Clifton, Kim y Wulff (1996), el coral pilar, Dendrogyra cylindurs, un constructor conspícuo de arrecifes en el Caribe, está ausente. En regiones de sotavento, las zonas arrecifales poco profundas (de menos de 10 metros) están dominadas por especies de Acropora, Agaricia, Porites y Millepora, con corales masivos ocasionales como los Colpohyllia natans, Montastraea annularis y Diploria spp. Especies más pequeñas también son comunes como Favia fragum, Isophyllia rigida, Manicina areolata y Siderastrea siderea. Los arrecifes expuestos al oleaje poseen una menor rugosidad y están generalmente dominados por el alga coralina incrustante Porolithon pachydermum, de por si un constructor de arrecifes importante. Los arrecifes más profundos, entre 10 y 25 metros, generalmente presentan grandes colonias de Montastraea faveolata, M. Franksi y M. Cavernosa, así como también numerosos corales “cerebro” y corales más pequeños como por ejemplo: Mycetophyllia lamarckiana, Mussa angulosa y Scolymia spp. Una cobertura extensa de Agaricia tenuifolia se encuentra en algunos arrecifes profundos de sotavento. Eusmillia fastigiata, Madracis mirabilis y Porites astreoides se encuentran en varias profundidades. El crecimiento arrecifal en San Blas raramente se extiende por debajo de 20-30 metros (debido probablemente a la baja calidad de las aguas costeras), dando oportunidad a la expansión de sedimentos calcáreos (generalmente derivados de algas como Halimeda spp.), barro y lodo rico en material orgánico. Los gorgonios (subclase Octocorallia) también son abundantes en San Blas, particularmente los géneros Plexaura y Pseudoplexaura. Plexaura kuna es particularmente común en los arrecifes del oeste en San Blas. Al igual que sucede con los corales duros, la turbidez del agua limita la distribución vertical de los gorgonios. Casi todos los gorgonios se encuentran a profundidades menores de 20 metros. En los arrecifes alejados a la costa, donde las aguas son más claras, la composición de especies es más extensa y la distribución vertical es comparable a otras localidades del Caribe. 26 Ventocilla et al. 1995: 48. 27 Ross, 1976 en Stier 1979. 28 Holst y Guzmán, 1993.
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de ancho29. Entre los arrecifes se encuentran vastas áreas arenosas, donde
algunos corales crecen hasta los 50 metros de profundidad30.
Las esponjas son otro grupo prominente en muchos arrecifes de la comarca.
Aunque están relativamente poco exploradas, la fauna de esponjas de San Blas
parece ser extremamente rica y es probable que muchas de las 640 especies
reportadas para el Caribe31 se hallan en la región32.
Las algas prosperan en muchos arrecifes de San Blas33. La cobertura de
macroalgas34 en San Blas se ha duplicado prácticamente desde mediados de los
años ochenta y en la actualidad supera el 60% en muchos arrecifes de la
región35. Durante este período, géneros como Lobophora, Dictyota, Halimeda y
Caulerpa han cubierto muchos corales pequeños y han llegado a dominar
ocasionalmente grandes áreas36.
Se desconoce cómo el enriquecimiento con nutrientes provenientes del
drenaje de los ríos y la mortalidad de Diadema han contribuido a esta abundancia
de algas. Como en todo el Caribe, la mortalidad masiva sin precedentes (95% de
la población)37 que en 1983 sufrió el erizo de mar de espinas negras (Diadema
mexicanum) se conviritió en uno de los eventos ecológicos más notables de las
últimas décadas. A pesar de ser poco abundante en la región, uno de los efectos
de su ausencia podría ser la proliferación de algas38. Además de la mortalidad
de este erizo, dos episodios de blanqueamiento39 de gran magnitud también han
29 Glynn, 1973. 30 Porter, 1972. 31 Van Soest, 1994. 32 Cf. Clifton, Kim y Wulff , 1996. 33 En la parte occidental de la Comarca se formó una marcada loma de algas, con una anchura promedio de 15 metros. Esta loma, en los años 1980, cubría gran parte de la costa norte de los cayos Maoki (Cayos Holandeses) en la parte occidental de la comarca y la zona de Tikantikki. Cf. Stier, 1979; Glynn, 1973. 34 El fuerte oleaje que se produce cuando los vientos alisios soplan fuerte hace imposible el crecimiento de corales, permitiendo solamente el poblamento con algas calcáreas y vermitidas. Cf. Schuhmacher, 1976. 35 Shulman y Robertson, 1996. 36 Clifton, Kim y Wulff, 1996. 37 Lessios et. Al. 1984. 38 Robertson, 1991. 39 Durante los últimos 20 años se ha presentado en todos los mares tropicales del planeta un fenómeno conocido como blanqueamiento de coral. Este fenómeno se caracteriza por una pérdida de coloración de los corales. En condiciones normales, las algas simbiontes tienen densidades que varían entre uno y diez millones de células por centímetro cuadrado de coral pero, con el blanqueamiento, se reduce el número de algas simbiontes, de modo que es posible observar el esqueleto blanco de los corales a través de sus tejidos transparentes. Desde un punto de vista biológico, el blanqueamiento de coral es la ruptura de la relación simbiótica entre los dinoflagelados y sus hospederos. Aunque el blanqueamiento de coral puede ser iniciado cuando los corales son expuestos a condiciones ambientales extremas de temperatura, salinidad y radiación solar, el blanqueamiento presentado a escala global durante los últimos años está relacionado con temperaturas superficiales del agua anómalamente altas.
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azotado la región (1983 y 1995), afectando especies a profundidades mayores
de 20 metros. Mientras que el evento de 1983 mató a muchos corales,
particularmente Agaricia spp. y Montastraea annularis40, el blanqueamiento de
1995 no fue letal en términos generales41.
El arrecife coralino, así como el bosque tropical que domina la porción
continental del territorio kuna, es un conjunto muy productivo. Pero en comparación
con la producción primaria, los peces son relativamente poco numerosos. En su
conjunto, la fauna de los arrecifes puede alimentar una pesca artesanal de
subsistencia. Sin embargo, no tolera una explotación intensiva a gran escala42. Por
esta razón, la producción secundaria marina utilizable por el hombre es a menudo
sobre-explotada43.
Muchos de los peces de gran tamaño, ausentes en otras regiones del Caribe
a causa de la sobrepesca, se pueden observar a menudo en San Blas44. Sin
embargo, en las últimas décadas muchos lugares de pesca, explotados generación
tras generación, han dejado de ser productivos. Los ancianos recuerdan tiempos en
los que no hacía falta ir tan lejos como hoy en día para encontrar langostas o
bancos de peces. Alrededor de las islas había todo lo que necesitaban. La
disminución de algunas especies se debe al declive de la población de corales, un
fenómeno bien documentado por los biólogos45. Guzmán ha calculado que los
fondos marinos de Kuna Yala han pasado de una cobertura coralina del 60% en
1970, al 13% en el año 200046. Si bien todavía no se ha valorado el impacto
que han podido tener las prácticas kunas sobre el medio marino47, los biológos
creen que los desechos domésticos que vierten al mar y la extracción de corales
para rellenar las islas son las principales causas de degradación de los arrecifes
coralinos de la región. Los kunas, como todo grupo humano, intervienen sobre el
medio restándole recursos (depredación) y modificándolo (manejo y
contaminación)48.
40 Lasker et al. 1984. 41 Clifton, Kim y Wulff, 1996. 42 Collignon, 1991: 184-186. 43 Duvigneaud, 1978. 44 Clifton, Kim y Wulff, 1996. 45 Lasker et al. 1984, Shulman & Robertson 1996, Sandner 1998, Abelló y Díaz 2001 y 2003, Guzmán et al. 2003. 46 Guzmán et al. op. cit. : 1398. 47 Guzmán et al. op.cit. : 1397. 48 Collignon, op cit.: 15-16.
208
5.2. Etnoictiología kuna
La revalorización de los conocimientos tradicionales sobre el medio ambiente
de los pueblos indígenas ha dado lugar a un sinfín de discursos políticos sobre la
necesidad de recuperar su pensamiento tradicional y sus saberes propios acerca
de su medio ambiente. Sin embargo, ni los biólogos del STRI ni los kunas han hecho
un gran esfuerzo por documentar las clasificaciones etnobiológicas49 kunas de los
recursos marinos. Incluso entre los profesionales indígenas implicados en los
proyectos de desarrollo sostenible y conservación de la biodiversidad todavía
persiste la idea de que los conocimientos populares sobre el medio ambiente son
erróneos y no poseen ningún valor para los fines del desarrollo sostenible. Lo
cierto es que las ONG integradas por intelectuales y profesionales kunas lanzan
más programas de educación ambiental que de estudio de los conocimientos
tradicionales. Parecen mucho más interesadas en cambiar los hábitos locales que
en documentar su pervivencia. Las acciones de estos nuevos sectores van dirigidas
a solucionar los problemas detectados por agentes externos. Los mediadores
culturales, profesionales kunas en su gran mayoría, transforman la realidad social,
pero no se dedican a entender como los comuneros conceptualizan las relaciones
con el medio ambiente y menos aún con el mar. En definitiva, ni valoran ni están
interesados en la etnoictiología kuna.
A pesar de que los recursos marinos no han recibido la atención que
merecían por parte de los agentes que median con el Estado y las agencias de
cooperación internacional, en Kuna Yala la relación con el mar, tanto material
como simbólica, es un elemento constitutivo del mundo kuna. Muchas de las
relaciones entre humanos y no humanos se dan en este espacio. Los kunas conocen
muy bien las especies que habitan las aguas de la región y no son extraños a
ellas. De hecho, los recursos marinos son tan importantes en la vida de los
habitantes de las islas que merece la pena analizar cómo los conceptualizan. Para
ello voy a servirme de las teorías desarrolladas por los estudios etnobiológicos.
Los autores que han investigado taxonomías etnobiológicas en lenguas de diversas
partes del mundo coinciden en que lo biológico, lo cultural, lo económico y lo
cognitivo aportan criterios o parámetros sobre los cuales se construyen los sistemas
de clasificación. En resumen, creo que es muy necesario estudiar la representación
49 En el texto, por clasificaciones etnobiológicas entiendo las categorizaciones y nomenclaturas creadas y utilizadas por los kunas para referirse a los seres vivos que les rodean.
209
del mar a través del lenguaje para demostrar la importancia cultural y económica
de este espacio vivido50.
Antes de pasar al análisis etnobiológico de las especies marinas, debo
precisar tres aspectos. En primer lugar, que no se trata de contraponer el
conocimiento tradicional al conocimiento científico occidental. Entre ellos pueden
establecerse tantas similitudes como diferencias. Después de siglos de contactos,
intercambios, comunicación, aprendizaje y transformaciones entre los distintos
sistemas de conocimiento y creencias51 sería ilusorio separar netamente estos dos
universos52. Un ejemplo de la imposibilidad de separarlos lo ofrecen algunos
nombres kunas de peces que tienen origenes occidentales. En este sentido, es
significativa la influencia de la lengua inglesa en algunas denominaciones: yalatela
(Yellow tale) o orwaip (Old wife). En definitiva, soy plenamente consciente de las
limitaciones de un análisis etnoecológico. Si me sirvo de la categoría “etno” lo
hago por motivos metodológicos y para clarificar la exposición, no para separar
dos sistemas de conocimiento a través del lenguaje.
En segundo lugar, debo puntualizar que aunque los datos aquí presentados
pueden conducir al debate sobre la universalidad de algunos principios y criterios
de clasificación folk53 y su eventual correspondencia con las taxonomías científicas,
no pretendo entrar en esta discusión.
Por último, conviene señalar que no veo ninguna incompatibilidad entre el
uso de las categorizaciones prototípicas y un análisis de atributos. En la
categorización por atributos se analizan los componentes, mientras que en la
prototípica se establecen categorizaciones (p.e. taxonomias etnobiológicas)54. A
pesar de que, en el campo de las etnociencias se suele oponer la categoriazación
por atributos a la categorización prototípica, como si el uso de una fuera
incompatible con el uso de la otra, como otros grupos ameríndios, los kunas utilizan
las taxonomias inclusivas de plantas y animales fundadas en la generalización
prototípica de un rasgo distintivo, sin que esto les impida aprehender las plantas y
los animales a partir de un modelo de interioridad del que ellos mismos son el
prototipo. Por lo tanto, se trata de dos análisis distintos pero compatibles.
La perspectiva etnobiológica puede ser útil para entender las bases
morfológicas, ecológicas y etológicas de los criterios etnotaxonómicos y su relación 50 Para una recopilación de los nombres de los seres que poblan el mar kuna, Cf. anexo núm. 8: peces y crustáceos identificados en el sector de Gardi de 1999 al 2004. 51 Lévi-Strauss, 1955; Wallerstein, 1974, 1979; Wolf, 1982. 52 Cf. Agrawal, 1995. 53 Atran, 1990. 54 Descola, 2005: 332-334.
210
con las estrategias de obtención de los recursos. Considero pertinente adoptar
este enfoque porque las investigaciones sobre sistemas alternativos de
conceptualizar, ordenar y clasificar el mundo55 subrayan la importancia de las
taxonomías populares o etnobiológicas para el análisis de las relaciones entre
humanos y no humanos. Relaciones que serán abordadas desde una perspectiva
simbólica en el próximo capítulo y que en el medio marino no parecen haber sido
alteradas por la mediación de las ONG kunas. Precisamente la etnobiología
puede ayudar a demostrar que, aunque el mar y sus recursos no hayan sido
objeto de reivindicaciones políticas o proyectos de desarrollo, son fundamentales
para los kunas.
Tanto la etnobiología56 como la etnoecología57 abordan las interacciones
entre los seres humanos y los componentes vegetales, animales y microbiológicos
de su medio ambiente. La correcta interpretación de las taxonomías elaboradas y
transmitidas oralmente generación tras generación, permite comprender la lógica
que domina las actitudes y prácticas kunas en relación a los recursos.
Existe un gran debate teórico en torno a las clasificaciones etnobiológicas
dominado por dos corrientes de pensamiento. Ambas intentan explicar, de manera
muy diferente, por qué los humanos clasifican a los no-humanos. Por un lado, los
utilitaristas sostienen que los pueblos clasifican las especies animales y vegetales
porque les son útiles58 o porque son peligrosas. Además de ordenar los recursos
medioambientales para usarlos, también los clasifican para poder transmitir los
conocimientos sobre éstos. Por otro lado, los cognitivistas o intelectualistas afirman
que las clasificaciones son puramente intelectuales, generadas por la compulsión
de colocar orden en un mundo caótico59 o por la simple curiosidad60. A parte de
estas dos corrientes, algunos autores han intentado escapar a este debate
55 Frake, 1961; Berlin, Breedlove y Raven, 1973, 1974. 56 La etnobiología puede ser definida como el estudio del conocimiento y de las conceptualizaciones desarrolladas por cualquier sociedad respecto a la biología (Posey, 1987; Diegues, 1998). La etnobiología estudia, entre otras cosas, cómo determinadas sociedades tradicionales o locales clasifican, identifican y denominan a su ambiente (Mourao y Nordi, 2002). 57 La etnoecología constituye un enfoque teórico-metodológico más reciente que la etnobiología. Según Toledo (1992) y Nazarea (1999) la etnoecología es el estudio de los conocimientos, estrategias, actitudes y herramientas que permiten a las diferentes culturas producir y reproducir las condiciones materiales de su existencia social a través de un manejo apropiado de los recursos medioambientales. Es un nuevo enfoque teórico-metodológico para el estudio de las relaciones sociedad-naturaleza que enfatiza el papel de la cognición en el comportamiento humano. Para una definición que incorpora los objetivos de la etnoecología como ciencia, Cf. Marques, 2001: 49. 58 Hunn, 1982. 59 Lévi-Strauss, 1970. 60 Berlin, 1992.
211
argumentando que los seres humanos pueden operar simultáneamente en ambos
sentidos61. Esta es también la posición adoptada en este estudio.
Los estudios etnobiológicos muestran que los seres humanos son capaces de
reconocer un gran número de patrones en la estructura y relaciones con el medio
ambiente. Esta habilidad de reconocer patrones es probablemente innata, dado
que los procesos de clasificación se basan en diferenciaciones que permiten
distinguir una cosa de la otra, y en generalizaciones que permiten la formación de
grupos mayores inclusivos62.
Uno de los estudios pioneros sobre clasificaciones etnobiológicas fue el de
Conklin (1954) sobre los conocimientos etnobotánicos de los Hanunóo de las
Filipinas. Posteriormente, los estudios realizados en las décadas de los sesenta y
setenta, fueron de gran importancia para el desarrollo de la etnobiología63. En los
últimos años, un gran número de investigadores dedicados a los estudios de
sistemas populares de clasificación de su universo biológico, han constatado que
los seres humanos, en diversas partes del mundo, utilizan estrategias similares para
clasificar los seres vivos y organizar los conceptos biológicos64. Esas clasificaciones
se basan a menudo en criterios morfológicos de los organismos a clasificar.
En el seno de la etnobiología surgen diversos subcampos que tratan dominios
concretos del etnoconocimiento (etnozoología, etnobotánica, etc.). La vertiente que
más se adapta a los intereses de este estudio es la etnoictiología65. Fue a través
de los trabajos de Morril (1967) y Anderson (1967) con pescadores artesanales
caribeños y chinos, respectivamente, que fue acuñado por primera vez el término
"etnoictiología". Estos dos autores constataron que los conocimientos adquiridos por
estas comunidades, fruto de una práctica vivencial y de una acumulación de
experiencias, eran ricos en detalles y, muy a menudo, concordantes con las
observaciones científicas. Veinte años más tarde, Posey (1987) definió esta
vertiente de la etnobiología como el estudio de la inserción de los peces en una
determinada cultura. Otros autores la han definido como la rama de la
etnobiología que trata las interacciones e interrelaciones que los grupos humanos
establecen y mantienen con los peces66 o que busca comprender el fenómeno de
61 Clément 1995; Nazarea, 1999; Mourao y Nordi, 2002. 62 Berlin 1992. 63 Lévi-Strauss, 1970; Conklin, 1962; Berlin y Kay, 1969; Berlin, 1972, 1973, 1976; Berlin, et al., 1973, 1974; Bulmer, 1974; Hunn 1977. 64 Hunn, 1982; Hays, 1983; Brown, 1984; Atran, 1998; Berlin, 1992; Ellen, 1993; Clément, 1995. 65 Aunque en principio la etnoictiología sólo comprende las relaciones de los humanos con los peces, voy a servirme de esta categoría para abordar las relaciones que los kunas también establecen con los otros seres que poblan las aguas de Kuna Yala. 66 Silvano y Begossi, 2002.
212
interacción entre los humanos y los peces, englobando tanto aspectos cognitivos
como comportamentales67.
Aunque en algunos lugares de América latina se han llevado a cabo estudios
con un enfoque etnoictiológico,68 en Kuna Yala hasta el día de hoy, no había
habido ningún trabajo dedicado a este tema. El mar y sus recursos no habían sido
objeto ni de investigaciones científicas, ni de políticas de desarrollo sostenible, ni
de demandas territoriales. Por estos motivos decidí investigar los conocimientos
sobre los recursos ictiofaunísticos y las taxonomías folk teniendo en cuenta la
identificación, denominación y clasificación de los peces en Gardi Sugdup
siguiendo el modelo propuesto por Berlin.
Berlin (1972 y 1992) desarrolló una teoría general para los sistemas de
clasificación biológica en las lenguas del mundo que resulta muy útil para el
presente análisis. Este antropólogo constata la existencia de “restricciones”
universales que determinan las representaciones taxonómicas del conocimiento
etnobiológico. Todos los sistemas de etnoclasificación se organizarían en una
estructura taxonómica con no más de seis rangos mutuamente excluyentes. El
diagrama sería el siguiente:
Diagrama 1: Rangos biológicos según Berlin (1992)
REINO (iniciador único) - “folk kigdom” rank animal - ibmar dorgan (cosas vivas)
FORMA DE VIDA (intermedio) - “life form” rank pez - ua
GENÉRICO (rango genérico) - “generic-species” rank pargo - nalu
ESPECÍFICO -“folk-specific” rank pargo rojo - nalu gidnit
VARIEDAD - “folk varietal” rank
Los rangos y los taxa corresponden a diferentes órdenes lógicos, no se
deben confundir. Los rangos biológicos son grupos de segunda clase y representan
diferentes tipos de realidad69. La palabra taxa (sing. taxon) es un concepto
artificial creado mediante la abreviación de taxonomía. Se conoce por taxa una
categoría o grupo como filum, orden, familia, género, especie. Los taxa del mismo
rango tienden a mostrar las características lingüísticas, biológicas y psicológicas
similares.
67 Marques, 2001. 68 Especialmente relevantes son los trabajos realizados con pescadores artesanales en Brasil cf. Formam, 1967, 1970; Cordell, 1974; Maranhão, 1975; Mussolini, 1980; Silva, 1988; Begossi y Figueiredo, 1995; Begossi, 1996a, b; Paz y Begossi, 1996; Costa-Neto y Marques, 2000a, 2000b; Souza y Barrilla, 2001; Silvano y Begossi, 2002; Mourao y Nordi, 2002. 69 Atran, 1998.
213
El rango superior, también llamado “el iniciador único”, representa el nivel
del reino. Éste contiene lexemas como planta o animal, aunque a menudo no están
etiquetados en muchos sistemas nativos. En los niveles descendientes, aparecen los
taxa conocidos como “forma de vida”, que suelen ser pocos en número,
aproximadamente de diez o quince a lo sumo. Los ejemplos bajo el iniciador único
animal serían en castellano pájaro, serpiente, pez, etc. El siguiente, el “rango
genérico”, constituye según Berlin, el núcleo de cualquier clasificación
etnobiológica. El número mayor de taxa en cualquier sistema de clasificación se
encuentra en este rango, en el que es fácil encontrar varios cientos para cada
rango superior. En este rango, los taxa suelen ser simples lexemas, como perro,
roble, pato y suelen ser los primeros aprendidos por los niños en cualquier lengua.
En algunos casos excepcionales, un taxon genérico se afilia directamente con el
iniciador único sin una clase intermedia de forma de vida. En general, el tipo de
relación entre un taxon de rango genérico y una forma de vida puede
parafrasearse como “ser un tipo de”. Así “la sardina es un tipo de pez”. A
diferencia de los taxa “forma de vida” como “pájaro”, “pez”, en los que existe un
alto grado de diversidad, entre los diferentes taxa del “rango genérico” existe
una relativa homogeneidad, es decir, es fácil encontrar muchos atributos en común
entre ellos. Los taxa “genéricos” comúnmente son monotípicos, es decir, son
unidades terminales de taxonomía y no dominan otros taxa70. Existen también
taxa “genéricos” que son politípicos, es decir, incluyen taxa más específicos. Así, el
pargo tiene variedades como “pargo rojo”, “pargo de manglar”, etc.
Entre los principios básicos propuestos por Berlin (1992) para los sistemas
taxonómicos folk, destacan aquellos relativos a su estructura jerárquica. Pero como
apunta Atran, el sistema de rangos no es simplemente una jerarquía, se trata de
una estructura de clases inclusivas común a muchos ámbitos cognitivos. En el modelo
de Berlin, los taxa de plantas y animales se ordenan estableciendo una jerarquía
comparable a la taxonomía lineana, formada por clases decrecientes de
inclusividad taxonómica (niveles reino, forma de vida, intermediario, genérico,
específico y variedad). Pero no en todos los sistemas folk aparecen los seis niveles.
Los más usuales son cuatro (los niveles intermediario y variedad son poco
frecuentes). Según Berlin (1992), los genéricos predominan en todos los sistemas
folk. Son aproximadamente unos 500 en cada reino animal o vegetal, y tienden a
ser terminales o monotípicos en cerca de un 80% de los casos. En el nivel
70 Cf. Luque Durán, 2004.
214
jerárquico de forma de vida los taxons genéricos son pocos en número: no más de
diez en cada reino. Animales y plantas pertenecientes a una misma forma de vida
suelen compartir el mismo patrón de hábitat y forma corporal. Cuando aparecen
pocos taxa específicos folk o genéricos, el específico tiende a convertirse en un
nivel jerárquico terminal y el genérico se subdivide y es denominado politípico.
Una vez comentado el modelo que utilizaré para analizar las
etnoclasificaciones kunas, volvamos al área de estudio y a los datos obtenidos.
Con la finalidad de presentar la taxonomía folk y valorar la importancia de los
recursos marinos en la vida de los kunas, me propongo lo siguiente:
Comentar brevemente la metodología empleada.
Documentar y analizar los criterios morfológicos, ecológicos y
etológicos, utilizados en las etnoclasificaciones teniendo en cuenta su capacidad
de contar informaciones sobre el hábitat, distribución y comportamiento trófico de
los peces.
Verificar la existencia de una jerarquía de niveles.
Determinar la proporción de genéricos folk monotípicos y politípicos
para el sistema de clasificación etnobiológica formulado por los pescadores de
Gardi.
Analizar los resultados tomando como base los principios de
clasificación etnobiológica propuestos por Berlin (1992).
Antes de investigar qué especies marinas son identificadas por los kunas fue
necesario disponer de un inventario de la fauna y flora marina de la región.
Afortunadamente existe una guía de campo sobre los recursos marinos del sector
occidental de Kuna Yala elaborada por los biólogos del STRI durante los años
199071. Según este estudio y basándose en los criterios científicos occidentales de
clasificación ictiológica, en el sector occidental de Kuna Yala existen 258 especies
de peces, 147 especies de invertebrados, 58 especies de esponjas, 88 especies
de Phylum Cnidaria (incluyendo corales duros, gorgonios y anémonas, hidroides y
aguamalas). En total, entre fauna y flora suman 551 especies, lo cual confirma que
la biodiversidad que existe en las aguas de la región es enorme.
Durante los meses que permanecí en Gardi Sugdup, observé los criterios que
usan los pescadores para identificar, nombrar y clasificar los peces acompañando
a los pescadores durante sus faenas y registrando diariamente sus capturas.
Etnotaxonómicamente, la identificación, nombramiento y clasificación de los
71 Clifton, Kim y Wulff, 1996.
215
ejemplares capturados o examinados se realizó ante las capturas y a falta de
ellas, mostrando a mujeres y hombres fotografías y dibujos para que hicieran la
identificación.
No todas las especies que han sido observadas en la zona son familiares
para los kunas. Algunas son completamente desconocidas para ellos. De las 258
especies de peces reportadas en la guía de campo elaborada por el STRI, los
kunas identifican 208. Las 50 que desconocen son:
peces de pequeñas dimensiones72 como los trambollitos (chaenopsidea),
peces halcones (cirrhitidae), los cardenales (Apogonidae spp.), blénidos (Blenniidae),
los bocas grandes (Opistognathidae)
especies que viven a una profundidad de 15-30 metros en zonas de
fragmentos de arena, como por ejemplo las anguilas de jardín (Congridae)
peces poco comunes como, por ejemplo el frog fish (Antennarius spp.),
un tipo de pez sapo (Sanopus barbatus), un tipo de pez corneta, el bluespotted
cornetfish (Fistularia tabacaria)
Sin embargo, a partir de mis observaciones directas de las capturas y de las
fotografías que mostraba a los pescadores, constaté que los kunas reconocen 35
especies más de peces y mamíferos marinos no reportadas en la guía de campo
del STRI. Es el caso del delfín común (Delphinus delphis), del tiburón tigre
(Geleocerdo cuvier) y de peces como la mojarra picona (Eucinostomus gula),
considerados abundantes en el Caribe. También se trata de especies poco
comunes, pero pescadas por los hombres de Gardi, como por ejemplo el jorobado
de penacho (Selene vomer), agujón sable (Ablennes hians), sargo fino (Diplodus
argenteus), o muy raras, como el impresionante tiburón ballena (baka nali73)
(Rhincodon typus) que dos pescadores avistaron cerca de la isla de Aquatuppu
hace más de diez años.
Teniendo en cuenta estos datos, se puede afirmar que los kunas reconocen un
total de 243 especies de peces marinos. Aunque no poseen nombres específicos
para cada una de ellas, estas 243 especies corresponden a 165 denominaciones.
Estos datos concuerdan con los obtenidos en los trabajos de Berlin. Todo indica que
la gente principalmente clasifica las especies grandes, diurnas y sociales, es decir
algunas características de las especies ayudan a predecir si van a ser clasificadas
o no. 72 Excepto las sardinas y los arenques (Clupeidae), los kunas no identifican los peces de pequeñas dimensiones. 73 Es interesante hacer constar que en Kuna Yala no hay ballenas, pero en dulegaya existe un vocablo que designa a esta especie. La ballena se llama “baka”.
216
De los 147 invertebrados reportados por el STRI en Kuna Yala, los
habitantes de Gardi Sugdup identifican 33 y cuentan con 31 denominaciones
relativas a estas especies. Los datos sobre identificación de corales y esponjas
contrastan con los anteriores. La mayoría de los habitantes de Gardi no reconoce
las diferentes especies de corales y se refieren a ellas empleando el genérico
“akkua” (literalmente significa piedra).
En resumen, los kunas de Gardi Sugdup identifican el 80% de las especies
de peces, el 22 % de las especies de invertebrados y menos de un 1% de las
especies de corales y esponjas mencionadas en la guía de campo del STRI. Estos
datos muestran que los kunas identifican la fauna –excepto los corales-, pero
desconocen la gran variedad de la flora marina.
En relación a los criterios de etnoclasificación, los habitantes de Gardi
Sugdup clasifican los peces (uamar) en base a:
Características morfológicas. Color, forma o aspectos característicos del
cuerpo, tamaño del organismo o de alguna parte de su cuerpo, tipos de escamas
o aletas son detalles morfológicos muy utilizados por los pescadores de Gardi
Sugdup para identificar y denominar a los peces.
Observaciones etológicas de las distintas especies: Aspectos del
comportamiento de determinados peces percibidos por los pescadores componen
otro subconjunto de informaciones útiles para su sistematización. Sin embargo, hay
que decir que son pocas las especies que reciben un nombre por su
comportamiento. Los aspectos morfológicos son mucho más importantes. Sin
embargo, se pueden citar algunos ejemplos: el pez nali ua (pez del tiburón), recibe
este nombre porque “vive pegado al tiburón”. Este pez se adhiere a peces como
el barracuda o el tiburón para desplazarse y alimentarse. Esta interacción biótica
facultativa, usualmente denominada comensalismo, está relacionada con el hábitat
trófico de este pez. Otro ejemplo es el nali mummut (tiburón borracho) que es
llamado así porque se mueve como si estuviera ebrio.
Criterios ecológicos: los más utilizados se refieren al tipo de hábitat o
sustrato en el que el pez es encontrado (mar abierto, manglar, arrecifes, fondos
de arena). El akkua nalu (pargo de arrecife), aili nalu (pargo de manglar),
magadabu (barracuda de mar abierto) son algunos de los ejemplos de
clasificación usando criterios ecológicos. Estas denominaciones indican el tipo de
hábitat en el que los referidos peces son encontrados.
217
Analogías: La identificación de los peces también puede resultar de
analogías hechas en relación a animales domésticos u objetos74. El missi ua (pez
gato), morgauk ua (pez jabón), sigali ua (pez cigarrillo), biba ua (pez pipa) son
algunos ejemplos.
Es interesante señalar que a veces los kunas atribuyen a diferencias de sexo
(masculino/femenino) las diferencias de color y tamaño entre algunos peces de la
misma especie. Para ellos el orwaip sichit es macho y el orwaip arrat, hembra.
Los pescadores de Gardi agrupan los peces por similitudes o diferencias. Lo
hacen a través de un sistema jerárquico, que se pone en evidencia a partir de
expresiones como “de sardinas hay de distintos tipos”. Como verificó Costa-Neto
(1998), los pescadores de Siribinha subcategorizan los peces por medio de
expresiones como “es del mismo tipo” o “es de la misma familia”. Los kunas también
se sirven de estas expresiones para agrupar, y suelen decir “e guenatgan” (son
familia), o “e emala” (son del mismo tipo).
La mayoría de las denominaciones atribuidas a los peces comportan una
jerarquía. La transformación de varios nombres genéricos en familias (familia unus,
gelu, nalu, etc.) no indica claramente una subcategorización sino que está
relacionada con su importancia cultural o económica. El término familia también
fue utilizado para agrupar peces en conjuntos mayores por similitudes de hábitat,
como por ejemplo los peces de río, de akkua. A diferencia de las agrupaciones
anteriores, que corresponden a similitudes morfológicas y de comportamiento,
estas últimas obedecen a un mismo hábitat (criterio ecológico).
En relación a la presencia de taxons monotípicos y politípicos, en el siguiente
cuadro puede observarse una lista de genéricos folk (monotípicos y politípicos),
empleados por los pescadores de Gardi Sugdup: el 60% de los términos son
genéricos monotípicos y el 40% politípicos.
74 Begossi y Garavello (1990) observan que los pescadores de Tocantins también hacen alusión a características en común con frutas o especies animales en la identificación de peces. Marques (1991) estudiando los pescadores del Estuarino-Lagunar Mundaú-Manguaba concluye que el proceso de identificación se da por medio de un conjunto de informaciones. Según este autor, los caracteres morfológicos de orden más general, forma del pez o de partes de éste, aumentan cuando son necesarios carácteres morfológicos específicos, ejemplificados a través de analogías con otros animales. Otras informaciones, inclusive las de tipo ecológico, con énfasis en aspectos de distribución espacial (habitat), también fueron apuntadas por Marques (1991) como características que intervienen a la hora de identificar y denominar a los peces.
218
Tabla 3 : taxa genéricos monotípicos y politípicos relativos a peces en Gardi
Sugdup
Taxons, total Taxa politipicos Taxa monotipicos
Abu, abu arrat, abu morbulayoit, abu nono arrat, abu saban
kinnit, achu dugu, aibir gelu, aili nalorgo, akua nalu, akua nalu
sichit, akua buttu, akua sigabula, akua wichun, bander ua,
bireget arrat, bireget kinnet, bireget diwargit, bonito, buga,
cagan ua, di naibe, ibia bali mata dummat, ibia bali warakua,
ibia guasip, ispe ua, ispe ua barbat, ka ua, ka ua arrat,
kaigandup, gelu, gelu (se) durbat durbat, gelu achuermaet, gelu
arrat, gelu dummat, gelu ibia dummat, gelu icholu, gelu kordikit,
gelu siamar uagarkit, gelu datar, gelu unus, gelu warakua, koibir
ua, guabep, guabep sichit, machate gelu, madun ua (nono kole),
magat gelu, magat orwaip, , magadabu, magadabu koto koto,
magadabu suireget, mergi gelu, mila, milunus, missi ua, molidi ya
kinet, morbeb dugu, mordukua, morgauk ua, mugan ua, naisu
madaret, naisu walalet, nali, nali bichu, nali eskarkinnet, nali
karson, nali mumut, nali ua, nalorgo, nalorgo igar nica, nalorgo
nabayargan, nalorgo saban kordikit, nalorgo sichit, nalu, nalu
gidnit, nalu nugar nica, nalu uilupsi, nalu walalet, naras (abu) ua,
nerbugi, nidirbi, nidirbi asa dummat, nidirbi barbat, nidirbi bebe
nikat, nodugu, nonder arrat, nonder dummat, nugalapinni,
obakwa ua, oinagandup, olivia, orwaip arrat, orwaip barbat,
orwaip sichit, oyo, piba ua, buttu bebe nikat, sansichi, sansichit,
sardin, sardin dummat, sardin se suit, siagam uagar, sigabula,
sigabula dikar korowat, sigali ua, sigli, sigli punyai, sina ua
singuagua, sogai sui, soo buttu, sorsiki, suirki, suku, sule dugu,
dabu, dabugari, dabuwala, daida, daida arrat, daida sichit,
dapsir, dasi, dasi gidnit, dasi dukua, dugu, dugu achu ukagit,
duili, duili gidnit, duili goroguat, ua arrat, ua bake, ua bukkip, ua
dalmin, ua kebgeb, ua gidnit, ua kukualet, ua guama, ua magep,
ua matargua, ua sader, ua sikui, ua sikui karaguat, ua sina, ua
dorgoledi, uabur, uamatar, uasorsiki, udrun dugu, uilupsi, uku
wichun, ukubdugu madaret, ukubdugu walalet, unus chunnat, baka
nali, wagui, wedarua, yalatela, yalatela gidnit, yarbi arrat,
yarbi barbat, yarbi golo golot, yarbi diuargit, yarbi ua.
abu
bireget
ibia bali
ispe ua
ga ua
gelu
guabep
naisu
nali
nalorgo
nalu
nidirbi
orwaip
buttu
sardin
sigabula
sigli
dabu
daida
dasi
dugu
duili
ua sikui
unus
wichun
yalatela
yarbi
bander ua
bonito
buga
gagan ua
di naibe
ibia guasip
madun ua
mila
missi ua
molidi ya kinet
morgauk ua
mortukua
nerkugi
nodugu
obakwa ua
oyo
biba ua
sansichit
sigali ua
sina ua
singuagua
sogaisui
suirki
suku
ua arrat
ua bake
ua bukkip
ua dalmin
ua gidnit
ua guama
ua sina
ua torgoledi
uabur
uasorsiki
uilupsi
wagui
wedarua
yarbi ua
165 26 38
219
Tabla 4: Taxa relativos a otros recursos marinos (crustáceos, invertebrados,
etc.)
Taxa otros recursos marinos Politípicos Monotípicos
akkua bisu, di kole, kagai, kikkir, kikkir sadu, morbeb, morbeb
macheret, morbeb dudu, nuswar dummat, pargo nus, puttarat
sichit, puttarat sipu, saana, sindukua, sinkoko, sug cammi, sug
murmuret, sug nan, suigbir, suinan, suisir, suit kole,termar niskua,
dimur, dottos, duila, dulup, dulup angi, dulup angi barbat, dulup
angi gidnit, dulup nan, dulup wisi, uakailis macheret, uakailis ome,
uantitis
akkua
kikkir
morbeb
buttarat
suga
dulup
uakalis
di kole, kagai,
nuswar dummat,
pargo nus,
sindukua, sinkoko,
dermar niskua,
dimar, dottos,
duila, uantitis
35 7 11
Estos datos parecen confirmar nuevamente la teoría de Berlin (1992). Por un
lado, la mayoría de los taxa genéricos en una taxonomía folk son monotípicos y
no incluyen taxa de ordenamiento inferior y, por el otro, existe una tendencia a la
reducción de la variación lingüística al nombrar organismos altamente importantes.
Los taxa genéricos politípicos que se subdividen en específicos folk
corresponden a organismos económica y culturalmente importantes. Aunque el
reconocimiento de un genérico politípico también puede ser resultado de la
biodiversidad existente, es muy probable que la presencia de politípicos en Kuna
Yala obedezca a este primer factor. Por ejemplo, el gelu (jurel), el nalu (pargo),
dabu (barracuda) son económicamente importantes y el nali (tiburón) es temido,
respetado y objeto de tabúes.
En Gardi Sugdup los taxa politípicos relacionados con peces representan 26
taxons genéricos subdivididos en 98 taxons específicos (etnoespecies). De acuerdo
con Berlin (1992), los taxons específicos son muy similares, excepto en pocos
carácteres morfológicos distintivos, muchos de los cuales son rápidamente visibles y
algunas veces verbalizados. Las etnoespecies de cada genérico politípico
encontradas en Gardi son muy similares, diferenciándose por pocos rasgos
específicos, como el color, los tipos de escamas o el tamaño de la boca. Por
ejemplo, el nalu gidnit y el nalu sichit sólo se distinguen por el color. Además de
estas características, los pescadores pueden utilizar otras informaciones relativas
al hábitat (manglar: aili, mar abierto: magat, etc.) o al comportamiento.
220
Usualmente, la riqueza de específicos folk por genérico politípico es de dos
a tres términos75. El sistema kuna no es una excepción, ya que predominan dos o
tres términos específicos por genérico folk politípico.
Tabla 5: Número de específicos folk para términos politípicos
Términos
politípicos 2 3 4 5 6 > 7
Abu X
Bireget X
Buttu X
Dabu X
Daida X
Dasi X
Dugu X
Duili X
Gelu X
Guabeb X
Ibia bali X
Ispe ua X
Ka Ua X
Naisu X
Nali X
Nalorgo X
Nalu X
Nidirbi X
Orwaip X
Sardin X
Sigabula X
Sigli X
Ua sikwi X
Unus X
Wichun X
Yalatela X
Yarbi X
Total 9 8 3 1 4 2
75 Mourão y Nordi, 2002.
221
Tabla 6: Comparación de los taxa genéricos folk politípicos de Gardi
Sugdup con otros sistemas de clasificación etnozoológica
Sistema 1 2 3 4 5 6 >7 Total poli-
típicos
Gardi Sugdup peces 38 9 8 3 1 4 2 26
Estuario del Rio
Mamanguape-
peces
44 4 2 1 2 0 3 13
Huambisa peces 52 8 4 1 2 2 1 18
Canton peces 160 6 7 5 3 1 9 31
Fuente: Elaboración propia en base a Berlin (1992), Mourâo y Nordi (2002)
Tabla 7: Proporciones relativas de los taxons genéricos
monotípicos/politípicos en algunos sistemas de clasificación etnozoológica
comparados con Gardi Sugdup
Grupo Monotípico Politípico Total %
politípico
Gardi Sugdup 38 26 64 40
Estuario del Rio
Mamanguape
44 13 57 23
Huambisa, peces 52 18 70 25
Siribinha-BA 47 7 54 13
Fuente: ídem.
Siguiendo el modelo de Berlin, los resultados obtenidos a partir de las
observaciones en Gardi Sugdup me llevan a concluir que bajo el rango “forma de
vida pez” (ua) los kunas identifican la mayoría de los animales marinos, excepto
los crustáceos, corales, pulpos y tortugas. Con el vocablo ibmar dorgan (cosas
vivas), los kunas se refieren a todos los seres vivos no humanos, es decir, a los
animales (terrestres y acuáticos) y a las plantas. La palabra ua es el taxon
genérico que denomina a los peces del mar y del río. Luego establecen una
distinción intermedia entre peces de río (uamar diuar gad) y peces marinos (uamar
dermar gad). A continuación aparecen los taxa específicos, en esta categoría se
podría hablar de peces de una misma especie, como por ejemplo la agrupación
nalu (pargo), compuesta por el nalu gidnit, aili nalu, etc.
Además de reconocer los peces, los pescadores de Gardi Sugdup también
identifican otras categorías de recursos, tales como: dulup (langosta), gikkir
(pulpo), suga (cangrejo), akkua (coral), yarbi (morena). Aparentemente, toda esta
222
diversidad biológica estaría incluida en una categoría mayor, no expresada
verbalmente, que dentro de los principios propuestos por Berlin correspondería al
reino animal. Sin embargo, algunos vertebrados e invertebrados son
categorizados como peces. Esta agrupación se debe a que, dentro de la
categoría peces (ua, pl. uamar), se incluyen los especímenes que comparten el
mismo hábitat. En este sentido, es importante señalar que muchos investigadores76
consideran que la categoría "peces" es muy elástica en algunos sistemas culturales.
A pesar de que esta categorización es lógica con el lenguaje y válida para
los informantes, aparecen otros sistemas de agrupación que no corresponden con
el léxico. Los kunas también hablan de familias de peces que van más allá de
considerar que nalu gidnit corresponde a la familia nalu. Entre los peces se
establecen relaciones de parentesco que sobrepasan los esquemas léxicos. Así, los
kunas afirman que orwaip y naisu son de la misma familia, o que abu, naras ua, ga
ua y bireget son parientes. (Cf. Anexo con familias que superan las
categorizaciones léxicas según informantes). También cabe señalar que, aunque
algunas de estas familias de peces comparten un mismo hábitat o presentan las
mismas características morfológicas, a veces los lazos de parentesco trascienden
los hábitats de los animales, así por ejemplo el pez dasi (ua dasi) es pariente del
zorro (dasi) y el moli (tapir) del di moli (manatí)77.
Para concluir esta descripción de las etnotaxonomías kunas, me gustaría
retomar las disputas entre utilitaristas y cognitivistas señalando algunos puntos
críticos del modelo de Berlin. Según este autor, los esquemas de taxonomía
etnobiológica están relacionados con unas facultades preceptúales y cognitivas de
naturaleza innata y universal. Los humanos estarían pues biológicamente
preprogramados para crear categorías biológicas siguiendo directrices dictadas
por similitudes y discontinuidades naturales. Es decir, en opinión de Berlin, los seres
humanos son arrastrados por algún tipo de curiosidad innata que les lleva a
agrupar plantas y animales que representan los trozos más distintivos de la
realidad biológica. Sin embargo, este punto de vista no concede importancia
alguna al relieve cultural que otros autores creen que existe en la construcción de
taxonomías.
76 Marques, 1991 ; Clément, 1995 ; Paz y Begossi, 1996 ; Costa-Neto, 1998 ; Mourão y Nordi, 2002. 77 El hecho de que algunas especies marinas o acuáticas cuenten con parientes en la tierra firme es común en otros grupos indígenas. En el caso de los Yagua, estudiado por los Chaumeil (2004), el tapir también está emparentado con el manatí.
223
Las críticas a los postulados innatistas de Berlin, realizadas por autores como
Dougherty (1978), Wierzbicka (1985, 1992) y Atran (1985, 1987, 1990),
precisamente señalan la importancia que tiene el tipo de cultura y sociedad para
las clasificaciones etnobiológicas. En una comparación entre el tzeltal y el inglés,
Dougherty demostró que mientras las categorías de rango genérico eran las que
presentaban más significación para los hablantes de tzeltal, eran los taxa de
forma de vida los que resultaban más destacados para los hablantes ingleses. Lo
normal es que las taxonomías biológicas sólo lexicalicen una pequeña porción de
toda la fauna y flora existente. Se lexicaliza lo que es importante para cada
comunidad, así por ejemplo, se conoce a la ortiga por su capacidad urticante pero
se ignora no sólo el nombre sino la forma y otras características de la inmensa
mayoría de hierbas del campo. Al indígena le basta con conocer las especies
útiles o nocivas. Las demás se clasifican con un genérico hierba, mala hierba,
pájaro, etc. Este fenómeno también se observa en Kuna Yala. Como he mostrado
más arriba, los kunas no han desarrollado lexemas para referirse a los corales,
simplemente son denominados con el genérico akkua (“piedra”).
Los criterios de clasificación etnobiológica no son idénticos a los científicos,
pero se parecen. En todo caso, logran el mismo resultado: diferenciar clases o
especies. La información recopilada entre los informantes permite comprender la
importancia de las especies marinas en la vida cotidiana de los kunas. Como he
comentado más arriba, con estos datos no pretendo saber si la clasificación
etnobiológica de los peces en el sector Gardi es de tipo utilitario o intelectualista.
El propósito de esta descripción es destacar la riqueza del léxico en relación a los
recursos marinos78. Los esfuerzos que hacen los kunas para identificar y clasificar
los seres que habitan las aguas de Kuna Yala muestran la importancia de los usos
del mar y de la transmisión de conocimientos sobre los recursos marinos.
Adoptando una perspectiva más amplia, se puede constatar que las
categorías que utilizan los kunas para denominar a los no humanos corresponden
con las categorías que utilizan para definir su propio sistema social. Como
mostraré más adelante, entre los peces también existe la dualidad
masculino/femenino y se dejan guiar por un jefe (saila).
78 Es interesante señalar que el léxico kuna, además de contar con un gran número de taxa para referirse a las especies marinas, también contempla una forma especial para contar a los peces. El sistema numérico kuna, en relación a los peces, se sirve del prefijo uka (escama). Así, por ejemplo, se dice ukabo (dos pescados). Este hecho muestra una vez más que los recursos marinos ocupan un lugar destacado en la vida social de los kunas.
224
Pero antes de abordar las relaciones simbólicas que mantienen con los no
humanos del mar, era necesario saber si los kunas percibían la diversidad que se
esconde en las aguas de la comarca. A través de la descripción de las
etnotaxonomías, he podido mostrar que los kunas no sólo la perciben, sino que
identifican, conocen y clasifican extraordinariamente bien los seres que habitan las
aguas de Kuna Yala. Estos conocimientos están sin duda muy relacionados con los
usos que los hombres y mujeres de las comunidades dan a estos recursos. Si no
fueran útiles o socialmente relevantes, ¿por qué tendrían que ser identificados o
clasificados?79.
5.3. Los usos de los recursos marinos
5.3.1. La pesca
Los humanos no forman parte de los ecosistemas marinos, pero actúan sobre
ellos de dos maneras: sustrayendo recursos para fines comerciales, alimenticios o
medicinales y modificándolos vertiendo residuos domésticos. Con el objetivo de
entender las relaciones materiales que el pueblo kuna establece con el mar,
teniendo en cuenta esta doble interacción, la segunda parte de este capítulo
intentará responder a los siguientes interrogantes: ¿quién, qué, cuándo, cómo,
dónde y por qué se pesca en el mar de Kuna Yala?, ¿Cuál es el estatus del
pescador?, ¿Qué significa pescar para los kunas?, ¿Cuál es la importancia
económica de la pesca?, ¿Cuáles son los sistemas de control sobre los recursos
marinos?
Para empezar, es conveniente comentar las palabras kunas que designan lo
que nosotros llamamos "pescar". En dulekaya, la acción de atrapar los peces
depende de la técnica empleada. Si arponeamos el pescado, la acción se
denomina ua makke (literalmente: “cazar el pez”); si lo capturamos en red se dice
saki mie ("tirar la red") o ua gae ("agarrar el pez"); y si conseguimos que pique el
anzuelo, ua soe. En esta enumeración, destaca la utilización de makke para
referirse a la captura de peces y de animales terrestres. Este hecho vendría a
confirmar la hipótesis de Leap (1977), según la cual muchas sociedades no
diferencian entre "pescar" y "cazar".
79 Debo precisar aquí que tal y como mostró Descola (1986: 105) puede haber animales que son “bons à penser” pero no “bons à manger”, es decir, los conocimientos sobre la morfología y las costumbres de la fauna no estan condicionados a la predación. De este modo puede haber animales –Descola cita el caso de la mariposa- que no son ni útiles ni peligrosos pero que son socialmente relevantes.
225
La definición de "pesca" o "recolección de recursos marinos" es ambigua en
muchas sociedades80. Las diferencias observadas en el léxico kuna muestran no
obstante la intención de definir y concretizar la acción. Para los kunas, "pescar" no
consiste solamente en atrapar peces bajo el agua. Lo importante es la técnica de
captura, es decir, saber de qué manera han sido sustraídos de su medio (con
arpón, red o anzuelo).
La pesca no es la única actividad que define a los habitantes de las islas. Los
kunas no se consideran un pueblo eminentemente pescador, son agricultores que
practican la pesca. Según los más ancianos, un hombre sabio es aquél que se
dedica principalmente a la agricultura y, de vez en cuando, sale a pescar.
Idealmente ambas actividades son complementarias. Según los comuneros, la
agricultura es importante porque una persona que sólo se dedique a la pesca y no
posea tierras no podrá dejar ningún legado a sus descendientes, y, por lo tanto,
no será recordada por los suyos cuando falte. Pero sin un hombre que se dedicase
a la pesca, la mayoría de las familias kunas vería muy reducidas las proteínas
animales de su dieta alimentaria. Lo cierto es que, a nivel calórico, los recursos que
aporta la pesca son mucho más ricos que los agrícolas.
5.3.1.1. ¿Quién sale a pescar?
Como en otros ámbitos de la vida cotidiana y ritual, en la práctica de la
pesca domina una estricta división sexual del trabajo. Son los maridos, hijos,
padres y hermanos los que aportan el pescado a la unidad doméstica y sus
esposas, hijas, madres o suegras son las encargadas de limpiarlo, cocinarlo, y
conservarlo. Las mujeres muy raramente salen a pescar solas. A veces acompañan
a los hombres a tirar la red o participan en las giras de pesca de varios días
para ahumar el pescado y hacer que se conserve. A diferencia de otras
sociedades de pescadores en las que las mujeres practican el marisqueo, en Kuna
Yala el marisqueo no es frecuente ni en la costa ni en los arrecifes superficiales.
En lo que respecta a la división generacional del trabajo, aunque son los
hombres adultos los que salen a pescar, los niños de la casa suelen acompañarles.
Algunos de los niños que no están escolarizados salen a pescar regularmente con
sus padres, abuelos, tíos o hermanos. En general, los pequeños se inician temprano
en las artes de la pesca. Es normal ver a muchos niños en los muelles de las
80 Pálsson, 1991: 37.
226
comunidades tirando el nylon y pescando especies que muchas veces no son aptas
para el consumo. La mejor manera de aprender es el juego.
Aunque durante las primeras décadas del siglo XX los kunas pescaban el
sábalo colectivamente y, a mediados de los años noventa empezaron a aparecer
cooperativas de pescadores en algunas comunidades, durante el período en que
se realizó el trabajo de campo en Gardi, la pesca era una actividad individual y
familiar. Al considerar el marco social en el que se desarrollan las actividades
pesqueras81, he podido constatar que en Gardi las instituciones que han sido
recientemente creadas para reducir la competencia y compartir los riesgos de la
pesca no han tenido éxito. Aunque en el pasado se dio una colectivización de los
trabajos en el mar, en este momento, la experiencia kuna no parece confirmar la
teoría de Acheson82 sobre las sociedades pescadoras cooperativistas. Sin
embargo sí econtramos formas de trabajo colectivo en la tierra firme. Es posible
que el traslado a las islas además de provocar que las mujeres abandonaran los
trabajos agrícolas y que la pesca substituyera a la caza como principal fuente de
proteína animal, comportara una cierta colectivización del trabajo. Lo cierto es
que a partir de la segunda década del siglo XX se empezaron a crear las
Sociedades83 y se instauró el trabajo comunal en la agricultura, el comercio y la
pesca. El cooperativismo,84 que todavía hoy domina la organización del trabajo
en la tierra firme, puede ser que naciera con el traslado al mar y la explotación
generalizada de los recursos marinos. Aunque es muy azaroso aventurar que la
pesca pudo ser la responsable de este cambio organizativo, merece la pena tener
en cuenta que la emergencia de formas colectivas de trabajo coinciden con la
migración a las islas. Es probable que otros factores -como, por ejemplo, la
monetarización parcial de la economía local, la migración a la ciudad o la falta
de tierras fértiles cerca de la costa-, pudieran haber propiciado el trabajo
colectivo. En cualquier caso no es aconsejable exagerar el papel de la pesca en la
reorganización social del trabajo. Si lo hiciera, quizás me estaría dejando llevar
por los estereotipos que pesan sobre las sociedades pescadoras85.
81 Pálsson, 1991: 38. 82 Según Acheson (1981) las sociedades pescadoras reducen los riesgos de producción con instituciones. 83 Como he comentado en el segundo capítulo, las Sociedades nacieron durante las primeras décadas del siglo XX. Se trata de asociaciones no basadas en el parentesco que impulsan negocios, empresas o trabajos comunitarios en las tierras. 84 Puig 1946: 56; Stout 1947; Holloman 1969: 198-224; Shatto, 1969; Howe, 1974 y 1986; Stier 1979: 101; Tice, 1995: 127. 85 Desde el siglo XVIII los relatos sobre los pueblos de las costas francesas exaltan la imagen del "bon peuple" igualitario, que escapa a la movilidad social y tiene una calidad de vida excepcional gracias a una alimentación a base de pescado. Los románticos exageraron las gestas heroicas de los marineros. Los presentaron como una especie en vías de extinción (Corbin, op.cit.: 239-253). Algunas de estas imágenes han sobrevivido al siglo XVIII y forman parte de los estereotipos europeos sobre los pueblos de pescadores.
227
Cuadro 16: Actividades relacionadas con la pesca en Kuna Yala
Fotos: Martínez Mauri, 2002- 2003
Pescados ahumados tras una gira de pesca
Hombres pescando en el golfo de Mandinga
Mujeres limpiando pescado
228
5.3.1.2. ¿Qué se pesca?
La pesca es una actividad tan incierta y azarosa como la cacería. Aunque el
pescador intenta controlar el azar escogiendo un buen lugar y una buena
carnada, la incertidumbre siempre está presente. Cuando se tira el anzuelo o la
red, pueden picar o enredarse especies deseadas, seres menospreciables o puede
ser que se llegue a casa con las manos vacías.
Las especies más consumidas en el sector de Gardi son gelu, bonito, yalatela,
ispe ua, uilupsi, duili, pero las más apreciadas son el nalu, orwaip, mila y dabu . En
el siguiente cuadro se pueden apreciar los nombres kunas y los científicos de los
pescados más consumidos86.
Tabla 8: Peces más consumidos en el sector de Gardi: (2000-2004)
Nombre en dulegaya Nombre científico Nombre en español
Sigli (Sigli punyai) Holacanthus ciliaris Isabelita patale
Sigli Pomacanthus spp. Cachama negra y blanca
Sina Ua Holacanthus tricolor Isabelita medioluto
Nergugi Hypoplectrus spp. -
Bander Ua Serranus tabacarius Guatacare
Ibia guasip Haemulon spp. Ronco amarillo, listado, jeníguano, catire,
plateado y margariteño.
Aibir gelu Trachinotus spp. Pámpano palometa, Pámpano de bandera,
Pampano terayo y listado
Bonito Euthynnus alletteratus Bocareta, Bonito atuncito, Atún pequeño,
Tuñina
Gelu (se) durbat durbat Alectis crinitus Pámpano, Flechudo, Pampanito
Gelu (distintas vaiedades) Caranx spp. Jureles
Magat Gelu Seriola spp. Medregal Limón, Medregal, Pez fuerte, Pez
Fortuno
Gelu ibia dummat Selar crumenophthalmus Chicharro ojón, Cataco ojón, Sábalo de ojo
grande
Gelu siamar uagarkit Selene vomer Jorobado de penacho, Jorobado
caracaballo, Lamparosa
Gelu tatar Choroscombrus chrysurus Casabe, Chicharro, Casabito
Gelu warakua Decapterus spp. Macarela cavalla, Chupapapo, Caballeta,
86 Estos datos fueron obtenidos a partir de la observación y la participación en las giras de pesca con los hombres, y durante la preparación de los alimentos con las mujeres. La identificación de las especies se hizo con la ayuda del inventario del STRI y de dos guías de identificación de especies marinas (Humman, 1996 [1992]; Humann y Deloach, 2002 [1989].
229
Antonio y surela
Mergi gelu Elagatis bipinnulata Macarela salmón, Cola amarilla, Salmón,
Corredor, Macarela
Siagam uagar, Aibir gelu Alectis crinitus Pámpano, Flechudo, Pampanito
Ua dalmin Coryphaena hippurus Dorado común, Dorado de alta mar,
Llampuga, Delfín
Magadabu Scomberomorus spp. Sierra, Carite chinigua, Carita, Pintada
Dabu, Dabuwala Sphyraena barracuda Picuda barracuda, Picuda, Barracuda,
Picuda corsaria
Dabugari Stongylura notata Agujón de quilla, Aguja, Agujón
Magadabu Acanthocybium solandri Peto, Sierra canalera
DDabugari Ablennes hians Agujón sable, Marao, Mono, Carajota,
Lechero barretado, Agujón picuda
Dabugari Strongylura timucu, Tylosurus
crocodilus
Marao lisero
Uku wichun/ akkua wichun Sphyraena picudilla Picuda china
Ua sikwi karaguat Inermia vittata Boga
Madun ua (Nono kole) Mugil cephalus Pardete, Lisa pardete, Cabezudo, Mujol,
Lisa
Gagan ua Diplodus argenteus Sargo fino, San Pedro, Sargo, Cotonera
Ispe ua Calamus spp. Pluma cachicato, Bajonao, Pez de pluma,
Cachicato
Olibia, Missi ua Priacanthus arenatus,
Heteropriacanthus cruentatus
Catalufa toro, Catalucia, Mojarra ojona,
Toro
Biba ua Anisotremus virginicus Burro catalina, Catalineta, Cagalona de
piedra
Mila Megalops atlanticus Tarpón, Sábalo
Sina ua Lachnolaimus maximus Loro gallo, Pez perro, Pargo de pluma,
Doncella de pluma
Obakwa ua Histrio histrio Pez sargazo, Antenario
Sigabula Polydactylus virginicus Barbudo barbu
Ibia guasip, Wiska Haemulon flavolineatum Ronco amarillo, Corocoro amarillo, Ronco
condenado, Ronco bocacolorado
Nalorgo (diferentes tipos) Haemulon spp. Roncos
Singuagua, Goibir ua,
Sogaisui, Uamatar
Eucinostomus spp., Diapterus
auratus
Mojarras
Nalorgo sichit Anisotremus surinamensis Burro pompón, Pez burro, Pompón,
Corocoro burro, Ronco piedra
Nalu (diferentes especies) Latjanus spp. Pargos
Yalatela Ocyurus chrysurus Rabirrubia
230
Yalatela gidnit Lutjanus buccanella Pargo sesi, Sesi, Sesi de lo alto, Pargo
Bunyae Stegastes planifrons -
Ua guama Stegastes spp. -
Achu dugu, Sule tugu Mycteroperca bonaci Cuna bonací, Aguají, Bonací gato, Cuna
guarei
Morbeb tugu Epinephelus guttatus Mero colorado, Cabrilla, Tofia
Dugu (diferentes especies) Mycteroperca spp Cuna gata, Bonací gato, Abadejo
Tugu Alphestes afer mero
Dugu achu ukagit Epinephelus striatus Cherna criolla
Duili Epinephelus o Cephalopholis
spp
Cherna enjambre, Enjambre
Sigali ua Serranus tigrinus -
Abu Scarus taeniopterus Loro listado
Udrun tugu Epinephelus itajara Mero guasa, Guasa, Mero gigante, Mero
pintado
Abu, Ga ua Sparisoma spp., Cryptotomus
roseus, Halichoeres spp,
Thalassoma bifasciatum
Loros
Ua guama Bodianus rufus, Clepticus
parrae
Vieja colorada, Doncella mulata
Naras (Abu) ua Clepticus parrae Doncella mulata
Naras Abu Halichoeres radiatus Doncella arco-iris
Dasi Sargocentron spp.,
Holocentrus spp
Candil soldado, Candil, Matajuelo,
Carajuelo
Ua arrat Chromis cyanea Cromis azul
Ua bake Rachycentron canadum Cobia
Ua gidnit, Ua magep,
Mugan Ua
Rhomboplites aurorubens (o
lutjanus campechanus)
Pargo cunaro, Emperador, Pargo colorado,
Cagón, Cotorro
Ua sina Liopropoma rubre -
Ua torgoledi Odontoscion dentex Bombache de roca
Naisu walalet Aulostomus masculatus Trompeta, Corneta
Uabur Mugil curema Lisa curema, Lisa criolla, Lisa, Liseta
plateada, Anchoa blanca, Chango
Ua matargua (ua sader) Bothus spp. Lenguado de charco
Buttu bebe nikat Acanthostracion quadricornis Torito azul
Akkua buttu, Soo buttu Lactophrys spp. Chapín
Orwaip Balistes spp. Pejepuerco cachúo, Cachúa, Cochino
Magat orwaip Canthidermis sufflamen -
Orwaip sichit Melichthys niger Calafate negro, Cachúa negra, Calafate
Naisu madaret Aluterus scriptus Cantherhines Cachúa perra, Lija pintada
231
pullus Monacanthus spp
Sigabula, Akua Sigabula Pseudupeneus maculatus Salmonete manchado
Sigabula tikar korowat Mulloidichthys martinicus Salmonete amarillo
Uilupsi Lutjanus synagris Pargo biajaiba, Biajaiba, Pargo chino
Wedarua Elops saurus Macabí zorro, Macabí boca redonda, Lisa
saltona, Borriguero
Yarbi arrat, Yarbi tiuargit Gymnothorax funebris Morena congrio
Yarbi ua (ua kebgeb) Malacanthus plumieri Matajuelo
Sogai sui Eucinostomus gula Mojarrita española, Mojarra picona
Suirki, Gelu icholu Oligoplites saliens Zapatero castín
Los kunas intentan no capturar algunas especies de peces porque no son
aptas para el consumo. En el siguiente cuadro pueden apreciarse los peces que
son rechazados por los pescadores del sector de Gardi:
Tabla 9: Especies no comestibles, no sujetas a tabúes:
Nombre en dulegaya Nombre científico Nombre en español
Molidi ya kinet Hippocampus spp. Caballito de mar
Nali Ua Echeneis naucrates Pegatimón, Pega-pega
Oyo, Ua kukualet Cheilopogon melanurus Volador Atlántico
Morgauk ua Rypticus spp. Jabonero, Jaboncillo, Pez jabón
Mordukua Canthigaster rostrata Corrotucho
Mortukua Sphoeroides spengleri Tamboril collarete, Pez tamboril
Ua sader Sphoeroides testudineus Tamboril corrotucho, Pejesapo
Ua sader Chilomycterus spp.
Ua sader /nodugu Diodon spp. Pejerizo balón, Puercoespín, Pez erizo
Yarbi barbat Gymnothorax moringa Morena pintada
Yarbi golo golot Echidna catenata Morena cadena
Di naibe Myrichthys spp.
Otras especies no son capturadas en las inmediaciones de las islas porque
consumen excrementos humanos, pero si se pescan mar afuera o cerca de los
islotes deshabitados.
232
Tabla 10: Especies no consumidas porque ingieren excrementos humanos
Nombre en
dulegaya
Nombre científico Nombre en español
Buga Chaetodipterus faber Paguala, Isabelita, Paguara
Daida Acanthurus coeruleus Navajón azul
Daida Acanthurus bahianus Navajón pardo
Daida Acanthurus chirurgus Navajón cirujano
Uasorsiki Chaetodon striatus
Kwabep sichit Abudefduf taurus Petaca rebozada, Pintaño rebozado, Pintaño,
Petaca, Catango
Ua guabep Abudefduf saxatilis Petaca rayada, Pintano, Chopa, Pintado, Mojarra
rayada
Daida Acanthurus sp. Cirujano, Navajón
Uasorsiki Chaetodon capistratus
Uasorsiki Chaetodon ocellatus
Uasorsiki Chaetodon sedentarius
Daida arrat Acanthurus coeruleus Navajón azul
Daida sichid Acanthurus chirurgus Navajón cirujano
Dapsir Hyporamphus
unifasciatus
Agujeta balajú, Marao fósforo
Ua bukkip Kyphosus sectatrix Copa blanca, Morocoto, Mojarra isleña
Como comentaré de forma más amplia en el siguiente apartado, todavía
persisten tabúes (iset) sobre el consumo de algunas especies marinas. Esta cuadro
contiene las especies no comestibles y sujetas a tabúes:
Tabla 11: Especies no comestibles sujetas a tabúes
Nombre en
dulegaya
Nombre científico Nombre en español
Dasi dukua,
Dasi gidnit
Myripristis jacobus Candil colorado, Candil de piedra
Nodugu Scorpaena inermis
Nodugu Scorpaena grandicornis
Nodugu Scorpaena plumieri
233
Nodugu scorpaenodes caribbaeus
Oyo Dactylopterus volitans Alón, Chicharra, Pez volador
Baka nali Rhincodon typus Tiburón ballena, Paz dama
Nali bichu, Nali
mumut
Ginglymostoma cirratum Gata nodriza, Tiburón de arena, Nodrizo, Tiburón
gata, Bañay, Gullamano
Nali Galeocerdo cuvier Tintorera, Tiburón tigre, Alecrín
Nali karson Rhizoprionodon
terraenovae
Cazón Picudo Atlántico, Cazón de Ley, Cazón
Chino
Nali Carcharhinus limbatus Tiburón
Nali Carcharhinus leucas Tiburón toro
Nali Carcharhinus perezii Tiburón
Nali
eskarkinnet
Sphyma lewini Cornuda común, Cachona, Cornuda, Pez martillo,
Tiburón martillo
Nali
eskarkinnet
Sphyma mokarran Cornuda gigante, Tollo cruz, Pez martillo gigante,
Cachona Grande, Gran tiburón martillo
Nali
eskarkinnet
Sphyma tiburo Cornuda tiburo, Cornúa, Martillo pequeño,
Cornuda de corona, Cabeza de pala
Nidirbi asa
dummat
Himantura Schmardae Rayalátigo americana, Raya
Nidirbi asa
dummat
Dasyatis americana Rayalátigo americana, Raya
Nidirbi barbat Aetobatus narinari Chucho gavilán, Obispo, Chucho pintado, Raya
murciélago moteada, Raya pico de pato
Nidirbi bebe
nikat
Manta birostris Manta atlántica gigante, Diablo de mar, Manta
Nidirbi Urolophus jamaicensis raya
Wagui Delphinus delphis Delfín común
Los tabúes asociados a ciertas especies evidencia que la representación de
ciertos animales acúaticos condiciona su captura y consumo. Es el caso del defín,
respetado por su compañerismo, o el tiburón que es temido por su agresividad.
Aunque no es el momento de entrar a analizar el origen y el motivo de estos
tabúes, son una variable a tener en cuenta al enumerar las especies que se
pescan. A lo largo del siglo XX, algunas prohibiciones han desaparecido
comportando cambios en las capturas. Así por ejemplo, hasta los años sesenta, los
kunas no consumían bonito porque consideraban que tenía mucha sangre y esto
podía alterar el temperamento de las muchachas. Hoy en día este tabú ha
234
desaparecido completamente, hasta el punto que esta especie es una de las más
apreciadas y consumidas en las islas.
Existen otras especies que se consumen, pero con restricciones. Es el caso del
ua matargua (lenguado de charco; Bothus ocellatus), de la yarbi arrat (morena
congrio; Gymnothorax funebris) y del yarbi ua (matajuelo; Malacanthus plumieri). Se
cree que estas tres especies son idóneas para las mujeres embarazadas, ya que
facilitan el parto y reducen el dolor de la parturienta.
Aunque hay pocas especies estacionales y migratorias, en determinadas
épocas del año, los pescadores acusan la abundancia de determinadas especies.
Así por ejemplo, a mediados de septiembre llegan a las costas de Kuna Yala
grupos de wedarua y de buttu.
En relación a los crustáceos e invertebrados, las langostas, cangrejos de mar
o centollos y gambobias son especies muy preciadas por los kunas. El consumo del
pulpo y del calamar está sujeto a tabúes y estas especies no se consumen en el
sector de Gardi, pero se capturan para venderlas a intermediarios o a
comerciantes foráneos. Las langostas y los cangrejos se consumen muy poco en las
islas, ya que se han convertido en la principal fuente de ingresos para muchas
familias. El siguiente cuadro muestra las especies de crustáceos e invertebrados
capturados en Kuna Yala:
Tabla 12: Crustáceos e invertebrados capturados en Kuna Yala
Nombre en
dulegaya
Nombre científico Nombre en español Comes-
tible (s/n)
Tabues o
consu-mo
res-tringi-
do (s/n)
Comer-
ciali-zación
(s/n)
Tulup Panulirus argus Langosta común S N
S
Tulup angi Panulirus guttatus Langosta moteada S N S
Tulup angi
barbat
Palinurellus gundlachi Langosteta S N S
Tulup angi
gidnit
Justitea longimanus Langosta de muelas S N S
Tulup nan
Tulup wisi
Scyllarides aequinoctialis Cigarro español S S S
Sug cammi Portunus sayi S N N
Sug cammi Callinectes sp. Cangrejo azul S N N
235
Sug murmuret Mithrax forceps S N S
Sug murmuret Mithrax spinosissimus Cangrejo rey del
Caribe
S N S
Suigbir Portunus sebae S N N
Suinan Paraliomera dispar S S N
Suisir
Sug nan
Carpilius corallinus Cangrejo moro S S N
Morbeb Strombus gigas Cobo rosado S N S
Morbeb Strombus costatus Cobo lechoso S N S
Pargo nus Acanthopleura granulata S N N
Pargo nus Stenoplax purpurascens S N N
Pargo nus Tonicia schrammi S N N
Di kole Paguristes cadenati N N N
Uantitis, Tottos Gonodactylus oerstedii N N N
Tottos, Uantitis Gonodactylus curacaoensis N N N
Morbeb
macheret
Suit kole
Strombus pugilis Cobo luchador N N N (3)
Uakailis ome Fasciolaria tulipa Tulipan verdadero N N S(3)
Uakailis
macheret
Charonia variegata Tritón atlántico N N S(3)
Morbeb tudu Cassis flammea Casco flameante N N S(3)
Sinkoko Oliva reticularis Oliva reticulada N N S(3)
Tuila Marginella pruniosum N N S(3)
Sindukua Cypraea zebra N N S(3)
Tuila Cyphoma gibbosum N N S(3)
Tuila Cyphoma signatum N N S(3)
Tuila Cymbovula acicularis N N S(3)
Timur Tellina radiata Telina aurora N N S(3)
Nuswar
dummat
Holothuria mexicana N s S(1)
Kikkir sadu
(Saana)
Sepioteuthis sepioidae Calamar de arrecife N S N(2)
236
Kikkir sadu
(Saana)
Doryteuthis plei Calamar flecha N S N(2)
Kikkir Octopus briareus Pulpo de arrecife N (2) S S
Kikkir Octopus vulgaris Pulpo común N (2) S S
Termar niskua Oreaster reticulatus Estrella de mar N (4) N N
Puttarat sichit Echinometra lucunter Erizo de mar negro N (2) S N
Puttarat sipu Lytechinus variegatus Erizo de mar blanco N (2) S N
1 Durante la decada de los noventa se vendía a comerciantes chinos. En
la actualidad ni se comercia ni se captura.
2 Se utiliza como carnada
3 Se vende a turistas
4 Otros usos.
Las tortugas también se pescan. Aunque en algunas islas todavía prevalecen
los tabúes sobre su consumo y su carne no es muy preciada, en otras se han
convertido en un manjar exquisito. Cuatro especies de tortugas marinas habitan la
región: la tortuga canal (yauk suer suered, Dermochyles coriaca) la tortuga
cabezona o cahuama (Caretta caretta), la tortuga verde o blanca (morro, Chelonia
mydas) y la tortuga carey (yauk, Eretmochyles imbricata), pero sólo las dos últimas
son capturadas por los kunas.
5.3.1.3. ¿Cuándo se pesca?
La práctica de la pesca está condicionada por el estado del mar y las
inclemencias meteorológicas. En determinadas épocas del año, la actividad
pesquera resulta imposible mientras que en otras es extraodinariamente fructífera.
La pesca se practica de día y de noche. A diferencia de otras sociedades de
pescadores del Caribe, en Kuna Yala no se capturan langostas aprovechando la
oscuridad de la noche. Los buceadores sólo se adentran en las profundidades del
mar durante el día. La noche es el momento ideal para tirar la red de trasmallo
en las aguas poco profundas. Aunque los tiburones suelen atacar las capturas, éste
es un buen momento para conseguir peces de gran tamaño sin mucho esfuerzo. La
pesca nocturna no se puede practicar durante los períodos de luna llena, ya que
los peces perciben la red con la luminosidad.
El sector de Gardi cuenta con numerosos islotes y arrecifes de coral que
permiten que la pesca sea muy productiva durante casi todo el año. En los sectores
más orientales, la situación es completamente diferente. Las comunidades que se
237
encuentran más allá de Tikantikki acusan la escasez de pescado en la época seca
(entre enero y abril) y en general consumen más pescado en lata que fresco.
Aunque algunas familias del sector occidental mandan pescado a los parientes del
oriental aprovechando los viajes de las motonaves kunas, en pueblos como Ustupu,
la demanda siempre supera la oferta.
Tanto en el sector oriental como en el occidental la pesca está sometida a la
temporalidad que impone la migración y estacionalidad de ciertas especies.
Aunque los kunas no identifican muy bien la estacionalidad de los recursos marinos,
reconocen que hay especies que tienen “su tiempo”. Así, en junio perciben que no
abunda el bonito, pero sí otras especies como orwaip, siga bula, duili. El cangrejo
azul (sug arrat) también tiene su temporada. Suele empezar a mediados de abril
y se prolonga hasta finales de mayo o principios de junio. Tan pronto llega “su
tiempo” la gente sale a buscarlo de noche en los manglares porque su carne es
mucho más preciada que la del centollo o cangrejo de mar. A principios de
noviembre es un buen momento para pescar yalatela, bonito, gelu y magadabu.
Durante los meses de invierno, de mayo a mediados de diciembre, los kunas
aprovechan las crecidas del río para salir a pescar en la desembocadura del
río87. Es en este momento cuando pescan el digenus, las larvas del pescado boisy.
Las algas que abundan durante el mes de mayo dificultan la pesca con
carrizo, ya que el anzuelo se enreda entre ellas, pero al mismo tiempo arrastran a
orwaip mimmi y naisu mimmi (crías de Balistes spp. y de Monacanthus spp.) hacia las
orillas de las islas, lo que facilita su captura.
El principal factor meteorológico que afecta las actividades de pesca es el
viento. Como ya se ha comentado anteriormente, en diciembre los vientos alisios
del norte soplan con fuerza y transforman las apacibles aguas de la comarca en
un lugar peligroso. Las olas alcanzan entonces dimensiones que no pueden
sobremontar los pequeños cayucos kunas. De diciembre a mayo la mala mar
impide salir a pescar o incluso, ir a trabajar las fincas en tierra firme. En esta
época, es corriente volcar el cayuco en la desembocadura del río o escuchar
acerca de accidentes provocados por el oleaje. La presencia de los vientos alisios
favorece las actividades agrícolas porque posibilita la navegación a vela y
ahuyenta a los mosquitos de las fincas, pero al mismo tiempo dificulta el transporte
de mercaderías, las reuniones de las autoridades88 y las actividades de pesca en
87 Cf. Charnley, op. cit. 88 Durante los meses de enero a marzo se evita celebrar congresos generales o sectoriales por el mal estado del mar.
238
las aguas lejanas. A partir de enero escasea el pescado y los hombres se limitan a
tirar el anzuelo cerca de la costa o de las islas sirviéndose de sardina viva. Si la
suerte les acompaña suelen conseguir bonito y magadabu suficiente para su unidad
doméstica, pero no para comercializarlo o repartirlo entre sus familiares.
A mediados de abril los vientos aflojan y los hombres vuelven a salir a tirar
la red y a pescar en las zonas más apartadas. Aunque en agosto vuelva a soplar
el viento del norte, hasta el mes de diciembre suele ser una buena época para
salir a pescar. Cuando los vientos soplan fuerte, una alternativa a la mala mar es
la pesca en el río. Como el río ya no crece y su caudal disminuye, algunos jóvenes
organizan giras de pesca en la tierra firme.
Las tortugas también tienen “su tiempo”. Suelen llegar a Kuna Yala en el mes
de mayo, por esto éste es llamado yauk nii (el mes de la tortuga). Durante los
meses de junio, julio y agosto desovan en las playas arenosas, llegando a
depositar de 150 a 200 huevos en cada subida89. Es entonces cuando los kunas
aprovechan para capturarlas y quedarse con una parte de sus huevos.
5.3.1.4. ¿Dónde se pesca?
La explotación de los lugares de pesca depende de los medios técnicos y de
las condiciones meteorológicas. En general, los kunas definen los sitios de pesca en
base a tres factores: 1. el fondo marino, 2. los puntos de referencia, y 3. la
profundidad. Según el fondo marino, los kunas distinguen entre tres tipos de sitios:
gagan (algas), akkua (corales) y ukup (arena). A partir de los puntos de referencia
consideran que van a pescar: magat-ba (al mar abierto), dupgan-ba (a las islas
cercanas no habitadas) o diuar gaka-ba (a la desembocadura de los ríos)90.
Finalmente, cuando tienen en cuenta la profundidad, las aguas son: dinnagua
("seco", aguas poco profundas) o dinna suli ("no seco", aguas muy profundas).
En el mar, así como en la tierra firme, hay caminos91, montañas y planicies.
Los kunas se orientan teniendo en cuenta puntos de referencia de la superficie o
de las profundidades. Los más comunes son islas, montañas o arrecifes. Así por
ejemplo se dice Akkuatuppu dakke (mirando hacia la isla de Akkuatuppu), Yala
89 Sandner, 1998: 43. 90 Según Stier, en Tubuala los kunas sólo distinguen entre "magatba" (aguas lejanas, cerca islas) y aguas cercanas (op.cit. : 35). 91 Como en otras tradiciones ameríndias (cf. Ventura, 2004 para el caso tsachila), los kunas consideran que los caminos (igar) son un símbolo de unión entre dos mundos. Es sin embargo interesante señalar que cuando hablan de caminos se refieren más al río o a las rutas de navegación que a los que puedan trazarse en la tierra firme.
239
dakke (mirando la montaña) o Coibita akkuadin (los arrecifes cercanos a la isla de
Coibita).
Como se ha comentado anteriormente, durante los meses de verano se
practica la pesca con sedal cerca de la desembocadura del río o en las aguas
fluviales. Algunas de las especies más capturadas son: gelu achuermae, gelu datar,
wichun, uilup si, bonito, magadabu o dabugari de tallas grandes. A menudo cuando
alguien vuelve de la costa con mucho pescado, la noticia vuela y muchos jóvenes
acuden al lugar para probar suerte.
Las aguas cercanas que se adentran en los manglares también son un buen
lugar de pesca. Aunque en la actualidad esta práctica no es muy corriente, los
hombres a veces tumbaban los manglares para atraer a los peces y capturarlos al
cabo de unos días. Esta técnica es conocida con el nombre de “aili miar uasoet”.
En general, los lugares donde abunda una misma especie de peces son
denominados ua yaa o galu. Cada persona mantiene en secreto la localización de
los yaa ("agujero") con los que ha dado a lo largo de su vida92. Sólo se transmiten
de padres a hijos o de tíos a sobrinos. Hoy en día, además de explotar los yaa de
los antepasados, la proliferación de cayucos93 con motor fuera borda permite
extender el radio de acción del pescador.
5.3.1.5. ¿Cómo se pesca?
Los kunas practican la pesca con sedal y carnada (viva o muerta); carrizo;
chuzo o arpón; red de trasmallo; red de cuerda y nasa (trampa)94. Cada una de
estas técnicas es aplicada en función del pez que se desee capturar, del estado
del mar (viento, marea y corrientes marinas), de los medios técnicos disponibles y
de las necesidades rituales. Por ejemplo, si un hombre necesita grandes
cantidades de pescado para celebrar la fiesta de pubertad de una de sus hijas
(inna mutikit o inna dummat95), es muy probable que busque a alguien con red
para ir a pescar a un lugar lejano y poco frecuentado.
Pesca con sedal o nylon (ua soe): es la técnica que requiere menos
inversión material y, por lo tanto, la más corriente. La carnada (sardinas) se
obtiene con redes fabricadas artesanalmente con tela de mosquitero de nylon. La
pesca con sedal se usa desde el cayuco independientemente de la profundidad . 92 Hasbrouck, 1985. 93 Pequeñas embarcaciones, canoas o piraguas. 94 Cf. Hasbrouck, op. cit. 95 Cf. Prestán, 1975.
240
El único condicionante son las corrientes marinas. Se suele utilizar para capturar
yalatela, nalu, dasi, duili, orwaip, ispe ua, gelu.
Arpón (ua makke): Aunque en el pasado era muy utilizado para dar
muerte a los sábalos (mila), los barracudas (dabu) o las tortugas (yauk) una vez
quedaban atrapados en las trampas, hoy en día son pocos los hombres que
cuentan con un arpón y lo utilizan. Los pocos que los emplean lo hacen para
capturar pulpos después de inyectarles lejía (o cloro) en sus guaridas.
Carrizo: esta técnica consiste en introducir la parte superior del anzuelo
en un tubo plástico y ligarlo al cordel. De esta manera, cuando se hace correr el
anzuelo por la superficie de las aguas tirando con un motor fuera borda, da la
sensación que sea una presa en movimiento y los peces pican engañados. Con esta
técnica se suelen capturar magadabu, gelu, dabugari, bonito y, esporádicamente,
mila.
Pistolas con arpón: (gingi ua makke) hace unos años los inmigrantes a la
ciudad y los turistas que visitaban la región empezaron a introducir las primeras
pistolas para pesca submarina, pero actualmente están en desuso en el sector de
Gardi.
Trampas, nasa: Algunas familias cuentan con ua garba (trampas)
construidas con alambres, pero al igual que los arpones y las pistolas, no son muy
utilizadas. Los kunas, hasta los años 1960, construían grandes trampas para
encerrar los bancos de sábalo y poder arponearlos. Más adelante, cuando
considere la desaparición del sábalo, me referiré a su captura y consumo.
Dinamita: aunque hoy en día está totalmente prohibida, durante la
primera mitad del siglo XX, la pesca con dinamita se convirtió en una práctica
corriente. Con esta técnica, se aturdían los bancos de peces que habitaban los
arrecifes cercanos, pero debido a los daños que causaba a los corales y a los
mismos pescadores, se abandonó. Esta práctica también cayó en desuso por la
dificultad de pasar dinamita por las fronteras después de la revolución Tule de
192596.
96 Cf. AI: Nota; De: corregidura de policia, Narganá, subteniente jefe A. Mata G, a: intendente, Hernández; 30 marzo 1937. Tras el episodio revolucionario de 1925 los policías controlaban el comercio de armas y explosivos en la costa atlántica. Cuando encontraban dinamita, siempre investigaban su procedencia e interrogaban a los pescadores. Los kunas utilizaban la dinamita para capturar mila (sábalo), pero con el control, empezaron a abandonar estas prácticas. Sin embargo, en el sector oriental, continuaron hasta los años 40. En una nota al intendente, Nele Kantule le pide que prohiba a los colombianos la venta de dinamita. Cf. AI: carta, De: Nele Kantule A: C. Villalaz; 27 enero 1941. En el año 1943, el intendente todavía solicitaba la ayuda de las autoridades del sector de Gardi para acabar con la dinamita para la pesca. Cf. AI: nota, De: intendente, A: John Smith, saila Gardi Tupile, 8-5-1943.
241
Redes (saki): hasta los años 60, las redes se fabricaban artesanalmente
con los recursos forestales y se utilizaban para encerrar sábalos y tortugas. En la
actualidad, se utilizan dos tipos de redes:
Chichorra, redes de cuerda (tub saki): sirven para capturar
bancos de peces en las aguas poco profundas. El uso de esta
técnica no está al alcance de todos los comuneros, ya que implica
contar con un motor fuera borda para poder desplazarse a las
zonas remotas y adquirir la chichorra. Una red de estas
características cuesta unos 1000$, más 200$ en plomos. En una
comunidad como Gardi, pueden encontrarse unas 15 redes de
cuerda. Todas pertenecen a particulares, no hay cooperativas de
pesca. Este tipo de red, así como el trasmallo, no se puede tirar
cerca de la islas. Se aplican multas a quienes quebranten esta
norma.
Trasmallo, se trata de una red de nylon o de hilo que se utiliza
durante la noche para capturar los peces que transporta la
corriente. No son tan caras como las anteriores, suelen costar de
100 a 200 US$, pero duran menos tiempo. Con ella se puede
capturar una gran variedad de peces, pero los más corrientes son
nalorgo, wedarua, nalu, ispe ua. A veces los tiburones, tortugas y
delfines se quedan enredados en ellas y las malmeten.
Los kunas también conocían técnicas especiales para capturar tortugas pero
hoy están en desuso. En el pasado utilizaban redes y réplicas de tortugas de
madera para atraer a los machos. Una buena ilustración de esta técnica se
encuentra el Wassén (1949).
Una técnica parecida a la anterior se utilizaba para atrapar dabugari. Se
colcaba un trozo de madera (balsa) en la superficie del agua con un anzuelo
suspendido para atraer a estos peces.
5.3.1.6. ¿Para qué o por qué se pesca?
Los hombres salen a pescar para alimentar a sus familias y para
comercializar el excedente. No hay que olvidar que el pescado aporta el 80% de
las proteínas animales de la dieta kuna97. La comercialización del pescado y del
marisco ha cobrado importancia desde mediados del siglo XX. Aunque en Kuna
97 Ventocilla et al., 1995.
242
Yala la pesca todavía es una actividad artesanal y de subsistencia, la mayoría de
los pescadores que tiene redes, vende pescado a sus vecinos cuando tiene suerte.
De todas formas, en el sector de Gardi así como en toda la comarca, son
pocos los hombres que se dedican exclusivamente a la pesca. Como he mostrado
en el capítulo anterior, los jóvenes que deciden quedarse en la comunidad se
integran en alguno de los grupos de producción agrícola del pueblo y salen a
pescar de vez en cuando. Las unidades domésticas en las que los hombres han
migrado a la ciudad o no tienen tiempo para dedicarse a pescar, dependen del
pescado que comercializan los pescadores.
Entre los parientes próximos, los pescados son un regalo frecuente, pero a
diferencia de la caza, el pescado no suele repartirse entre todas las familias del
pueblo. El pescado sólo de distribuye entre los vecinos cuando se capturan
especies de bajo valor comercial. A modo de ejemplo puede citarse el caso de un
pescador de Gardi que capturó un gran banco de sardinas. Como sabía que
nadie se las compraría, las ofreció al pueblo y se repartieron entre todas las
unidades domésticas.
Los precios del pescado varían en función de la oferta y la demanda, es
decir, de la abundancia o escasez de peces y de la hora de llegada de los
pescadores a puerto. Si son los primeros en arribar al muelle, pueden permitirse la
licencia de venderlo más caro. Según la estación los precios pueden oscilar de 10
pescados (normalmente gelu o bonito) por un dólar (meses de agosto a enero) a
cuatro por un dólar (de febrero a julio). Los precios también varian en función de
la especie y el tamaño.
En relación a la explotación comercial del marisco, existe un sector de
buceadores expertos, los langosteros, que se dedican exclusivamente a la pesca y
comercialización de la langosta, el pulpo, el centollo, los langostinos y la
gambobia98. Aunque en comparación con el resto de comuneros, ganan mucho
dinero -pueden llegar a ingresar 90$ al día- se trata de un oficio poco
reconocido. Pero tienen fama de malgastarlo bebiendo licor en el muelle y de no
ayudar a sus familias. Los langosteros empiezan a bucear a una edad temprana.
Un langostero kuna de la comunidad de Gardi Sugdup, por ejemplo, empezó a
bucear a los 15 años. A los 37 todavía bajaba unas 16 brazas a pulmón libre con
determinación y sin miedo. En un día de trabajo podía llegar a conseguir de 10 a
20 langostas. Luego las vendía a intermediarios kunas que a su vez las revendían
98 Para más información sobre la pesca de la langosta en Kuna Yala: Cf. Abelló y Díaz, 2001, 2003; Spadafora, 2000; Ventocilla et al., op. cit.
243
a las avionetas que llegaban a algunas islas. Los comerciantes de la costa de
Colón también hacen de intermediarios, pero pagan un poco menos99.
5.3.2. Otros usos de los recursos marinos
Además de la pesca de subsistencia y comercial, los kunas también extraen
otros recursos del mar con finalidades comerciales, medicinales y estéticas. En la
década de los ochenta y hasta principios de los noventa, se capturaban peces
ornamentales, no comestibles, para venderlos a intermediaros norteamericanos
que a su vez, los hacían llegar a acuarios extranjeros100. En 1993 el Congreso
General Kuna, viendo que se trataba de una práctica totalmente ilegal, la
prohibió y todo indica que, en el año 2000, había desaparecido.
En las islas donde hay actividad turística, pueden observarse acuarios
caseros construidos en las orillas de las islas con coral muerto. Suelen contener
tortugas y estrellas de mar para exhibir a los turistas a cambio de un dólar.
Los kunas también recogen estrellas de mar para controlar las plagas de
arrieras (hormigas) que arrasan los cultivos y campamentos del monte. Las colocan
en su camino y al cabo de poco tiempo las hormigas abandonan el lugar.
Otro recurso importante es el akkuasip, una especie de piedra pómez, que
llega flotando a las orillas de las islas. Las mujeres la emplean para lavar ollas y
los hombres para quitar el óxido a los machetes.
Las conchas llamadas morbeb dudu (Cassis flamea) se utilizan por los sonidos
que emiten al soplarlas para despertar a los comuneros o prevenir a las mujeres
de la llegada de pescado. Son conchas de una gran belleza, que junto a las di
gole (Paguristes cadenati) y morbeb (Strombus spp.) también venden a los turistas
que llegan a las islas.
También extraen y limpian los dientes del pez orwaip (Balistes spp.) para
hacer collares que generalmente lucen los más pequeños. Además de tener un alto
valor estético, estos dientes parecen traer buena suerte y dar protección a quien
los lleva101.
99 Los precios de los mariscos son variables. Durante el trabajo de campo, del 2000 al 2004, cada día llegaban a El Porvenir avionetas que compraban langostas y otros mariscos. El 1 de junio del 2004 los precios eran los siguientes: langosta: 1 libra = 3,25 dólares; 1 libra De centollo: 0,75 sólares; 1 libra de pulpo: 1 dólares; gambombia = 1 dólar. A principio de la temporada (junio) el precio solía ser más bajo, pero iba subiendo durante los meses de agosto a febrero hasta alcanzar los 5 dólar por libra de langosta. En esta época, las avionetas empezaban a respetar el sistema de tallas y peso mínimos marcados por el Congreso General Kuna. No solían comprar langostas pequeñas o con huevos porque, si lo hacían, se las requisaban en el aeropuerto de Panamá. 100 Ventocilla et. al 1995; Sandner, 1998. 101 Cf. Charnley y de León, op. cit.
244
En relación a las tortugas, además de consumir su carne y sus huevos, desde
mediados del siglo XIX, los kunas explotan el caparazón de la especie carey
(Dermochyles coriaca)102. Aunque el comercio del carey está prohibido en Panamá,
es probable que continúe vendiéndose a comerciantes chinos a través de
intermediarios locales103.
En el pasado, la grasa o manteca de la tortuga era empleada para tratar
enfermedades respiratorias como el asma. La escasez de tortugas y la presencia
de centros de salud en la comarca han reducido estas aplicaciones.
Una práctica muy extendida es el relleno de las orillas de las islas con
bloques de coral muerto104. Aunque no existen datos precisos al respecto, un alto
porcentaje de las islas de Kuna Yala amplían su superficie siguiendo esta técnica.
Ganar espacio al mar se ha convertido en una necesidad para la mayoría de
familias que quieren continuar residiendo en la comarca. El aumento demográfico,
el reducido tamaño de las islas y la ausencia de otras islas desocupadas próximas
a los ríos han hecho del relleno una práctica necesaria para conseguir una parcela
propia y construir una vivienda. En tierra firme no abundan las piedras o rocas
grandes, y el cemento u otros materiales de contrucción son tan costosos que en
pocas ocasiones son empleados. La manera más sencilla y rápida de obtener
materiales de construcción es acudir a los arrecifes.
Para rellenar, los hombres extraen bloques de coral de los arrecifes
cercanos y arena de las orillas del río, y los transportan a la comunidad a bordo
de sus cayucos. Mientras acumulan el material de construcción, levantan unas
empalizadas de madera para delimitar la zona que quieren rellenar. Luego
construyen un muro con coral y van superponiendo distintas capas de coral,
troncos, grava y arena.
Además de los espacios domésticos, muchos muelles, escuelas, centros de
salud o canchas de baloncesto se han edificado encima de rellenos de coral.
Incluso la pista del aeropuerto de Gardi Sugdup se construyó a pico y pala en los
años setenta, rellenando con coral muerto una zona pantanosa de la costa.
Aunque no se sabe exactamente cuándo se empezaron a ampliar las orillas de las
102 Stout, 1947; Puig, 1946. 103 Según un pescador del sector de Gardi que pescó una tortuga carey 15 años atrás, en aquella época le dieron 125 dólares por libra del caparazón. Teniendo en cuenta que un caparazón pesa 3-4 libras es fácil imaginar que si alguien encuentra una tortuga carey no la deje escapar. 104 El gobierno panameño a través de la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM) ha intentado frenar la destrucción de los corales de sus costas aplicando multas a quienes utilicen el coral como material de construcción en el territorio nacional. No obstante, como en Kuna Yala no se ha establecido ningún tipo de control, los comuneros continúan utilizando los corales para expandir la superficie de sus viviendas.
245
islas, es muy probable que durante el primer cuarto del siglo XX ya se practicara
el relleno con corales en algunas comunidades del sector de Gardi105.
En los próximos años, si la población de las islas continúa creciendo, el uso de
relleno será inevitable. A pesar de que los kunas trabajen la tierra, no quieren
volver a vivir en tierra firme, prefieren continuar manteniendo su residencia en las
islas, como dice Inaiduli, uno de los argars de Soledad Myria: “Antes había tanta
tierra que nadie pensaba en rellenar, ahora que vivimos en las islas la gente que
quiere más tierra tiene que hacerlo de esta manera. No es necesario rellenar, ya que
hay suficiente tierra en el continente, pero como nos acostumbramos a vivir en islas y
tenemos miedo a las serpientes y a los mosquitos, si queremos tierra debemos
trabajar duro para ganarla al mar”.
5.3.3. ¿Escasez o abundancia de peces?
Como ya han apuntado otros investigadores, los kunas constatan
preocupados que durante las últimas décadas ha habido una disminución en la
cantidad y la talla de los peces. Algunas especies, como el sábalo o el manatí,
prácticamente han desaparecido de la comarca.
Ante la falta de trabajos sobre los recuros marinos y las dificultades técnicas
para estudiar la sobrepesca106 es difícil valorar la abundancia o escasez de
pescado en Kuna Yala desde una perspectiva histórica. Según la percepción de
los comuneros de Gardi, antes no se tenía que ir muy lejos para conseguir
pescados grandes y en media hora se podía obtener el pescado suficiente para
todo el día. En la literatura etnográfica los pocos datos relacionados con la pesca
no ayudan a esclarecer el tema. En los años cuarenta, la época que plasmaron
Stout (1947) y Puig (1946) en sus escritos, la pesca era abundante cerca de las
islas. Puig comenta que los kunas ahumaban el pescado y navegaban hasta Colón
para venderlo. En cambio, Stout sostiene que los ancianos ya observaban una
disminución de las capturas en comparación con tiempos pasados, pero no había
períodos de escasez. A finales de los años cincuenta, Torres de Ianello (1957)
describía el mar como una fuente inagotable de recursos sin períodos de escasez.
En los setenta, Howe observaba que en Tikantikki las cantidades de peces de los
105 Cf. Sandner, 1998. Para ver el crecimiento de la superficie de la comunidad de Gardi Sugdup a partir del relleno, cf. Anexo núm. 7. 106 Acheson (2006) señala las dificultades que encuentran los científicos que estudian las pesquerías para medir la talla de los stocks y entender las razones por las cuales cambian, entre ellas el alance de la sobrepesca. Estas dificultades obedecen a problemas conceptuales y técnicos a la hora de recoger los datos. Desde la misma perspectiva crítica, Wilson (2002: 329) señala que al medir la talla de los stocks errores del 30 al 50% son frecuentes.
246
alrededores de las islas estaban disminuyendo. Chapin (1983) consideraba que,
en el sector occidental de Kuna Yala, nunca faltaba pescado ni marisco. Ventocilla
et al. mencionan que, en los años noventa, la escasez de peces se estaba
convirtiendo en uno de los principales problemas que experimentaban los
ecosistemas marinos de la comarca (1995).
No existen datos fiables que confirmen tal disminución, pero para la mayoría
de kunas los peces son menos abundantes en los alrededores de las islas y los
ancianos recuerdan con preocupación la desaparición del sábalo (Megalops
Atlanticus, “mila”). El sábalo pasó de ser una especie abundante a desaparecer
casi por completo. Hoy en día, es muy poco frecuente y muchos jóvenes no saben
ni reconocerlo. Era una especie muy preciada por su grasa (gualu) y tamaño (tenía
más de un metro de largo y podía llegar a pesar 200 libras).
Los ancianos todavía recuerdan con nostalgia los tiempos en que salían a
pescar sábalo. Los hombres del pueblo construían una gran trampa con ramas de
mangle (galu). Luego salían a buscar los sábalos y los asustaban para conducirlos
a la trampa. Cuando entraban en el galu, los encerraban con una red y los
arponeaban desde sus cayucos. En un sólo día podían llegar a hacerse con un
centenar de ejemplares. Las mujeres los ahumaban para conservarlos y consumirlos
a diario durante los meses siguientes.
El sábalo desapareció inexplicablemente entre las décadas de los setenta y
los ochenta107. Algunos argumentan que los sábalos huyeron con la llegada de los
motores fuera borda porque el ruido los ahuyentó. Otros señalan que se trata de
un castigo de Pab Dummat, quien decidió no enviar más sábalos para poblar las
aguas de la comarca ante el mal comportamiento moral de los kunas108. Muy
pocos señalan la sobrepesca como causa de su extinción.
Los biólogos creen que la destrucción de los manglares provocó su
desaparición porque los sábalos depositaban sus huevos en ellos109. Sin embargo,
hay otro elemento que parece decisivo en la merma de esta población animal y
que los científicos no han valorado hasta el momento. Se trata del consumo de
unas larvas de pescado que los kunas llaman milunus. Cada mes de agosto,
alguien casualmente encuentra miles de estas larvas cerca de la desembocadura
del río o en los manglares de la costa. No hay que esperar mucho tiempo para
107 Cf. Sandner, 1998. 108 Los kunas creen que Bab Dummat y los jefes de los animales ponen a su disposición los recursos. Como mostraré en el capítulo 6, esta concepción del mundo corresponde a una cosmología animista. 109 Sandner, 1998.
247
que la noticia llegue a la comunidad y los hombres se movilizen para conseguir un
poco de milunus para la cena. Como es de esperar, al cabo de unas horas ya no
queda ni una larva en el manglar. El milunus (literalmente “peces pequeños, como
sardinas, de sábalo”) no son nada más ni nada menos que larvas de sábalo.
5.3.4. Control y acceso a los lugares de pesca y a los recursos marinos
En general, las zonas marítimas controladas por poblaciones indígenas se
caracterizan por ser lugares de libre acceso, en los que difícilmente se puede
hablar de territorialidad. Sin embargo, existen tan pocos estudios sobre la
territorialidad en relación a la gestión de recursos comunales marinos, que no se
puede descartar la presencia de derechos territoriales en el mar. De hecho,
algunos investigadores, como por ejemplo Akimichi (1984), han constatado que en
algunos casos se puede hablar de territorialidad en la pesca. Una territorialidad
que tendría como objetivos garantizar el acceso y la conservación de los recursos,
y evitar conflictos. Algunos investigadores110 han mostrado la existencia de
territorialidad en lugares que se consideraban de libre acceso. También se han
reportado casos en los que el mar era un lugar de libre acceso para algunos tipos
de pesca, mientras que para otros, los individuos y las comunidades habían
desarrollado sistemas de tenencia de los recursos111. Sistemas que pueden ser
establecidos a través de reglas formales o informales y que pueden servirse de un
territorio o de otros mecanismos de control112.
Algunos trabajos han detectado que la presencia de una territorialidad
marítima pesquera está en conexión con la pesca comercial. Así, por ejemplo,
Begossi ha señalado que comunidades que se dedican a la pesca comercial del
camarón o de la sardina observan derechos territoriales113, pero que en sistemas
tradicionales donde impera la pesca de subsistencia no se suelen limitar zonas de
pesca114. La experiencia kuna vendría a confirmar esta última hipótesis.
Como ya he apuntado anteriormente, las reglas que marcan el acceso,
control y transmisión de las tierras no tienen nada que ver con las de las aguas.
Mientras que en tierra firme existen parcelas colectivas o individuales, el mar no
está delimitado, es una zona de libre acceso. Todos los habitantes de la región
110 Acheson, 1981; Akimichi, 1984; McCay y Acheson 1987; Berkes, 1989. 111 Acheson, 1981; Berkes, 1989. 112 Ostrom, 1990; Bromley, 1992. 113 Begossi, 1995b. 114 Begossi y Seixas, 1998.
248
pueden pescar en sus ríos y costas. El mar, por lo tanto, parece ser una realidad
inapropiable.
Pero que sea una realidad inapropiable, no quiere decir que no esté
regulada. Según el artículo 205 (capítulo XVI) de la la Ley fundamental de la
comarca de Kuna Yala115, sólo los kunas pueden explotar los recursos marinos de
la comarca. Los no indígenas necesitan la autorización del Gobierno kuna para
pescar en las aguas de la comarca116.
El artículo 206117 de la misma Ley, establece que el Congreso General Kuna
es el encargado de decretar vedas sobre los recursos amenazados por la
sobreexplotación. No obstante, establecer la veda y conseguir que fuera
respetada por los pescadores no fue tarea fácil. Las primeras iniciativas para
regular la explotación de la langosta se dieron en 1994, cuando en el seno del
CGK se discutió la introducción de una veda. Aunque no llegó a aprobarse en
esta ocasión, un grupo de biólogos kunas decidieron hacer talleres para
sensibilizar a los buceadores y langosteros de la fragilidad de los recursos
marinos. Pero su iniciativa tuvo poco éxito: la gran mayoría no hizo caso de sus
consejos, ya que la langosta constituía su principal fuente de riqueza. Durante la
segunda mitad de la década de los noventa, el tema de la veda de la langosta
fue objeto de debates y discrepancias. Varias propuestas fueron descartadas,
entre ellas, la prohibición total de las capturas y la introducción de áreas de
protección.
No es hasta febrero de 2000 cuando, en un Congreso General Kuna
extraordinario celebrado en la comunidad de Tigre, las autoridades de la
comarca, asesoradas por los biólogos kunas, resolvieron decretar una veda sobre
la pesca, captura y venta de la langosta en toda la comarca118, del 1 de marzo
al el 31 de mayo de cada año. Se ordenó a las autoridades de las comunidades
de la comarca que cumplieran con esta resolución y realizaran inspecciones a los
negocios y ventas particulares de compra y venta a fin de sancionar a los
infractores y decomisar las langostas. También informaron sobre la nueva
115 La Ley fundamental también afirma que en Kuna Yala no se puede bucear con tanques y tampoco se permiten motos acuáticas. El hecho que los buceadores se sumerjan a pulmón libre favorece la conservación de la especie. 116La ley fundamental no ha sido ratificada por el Gobierno panameño, por lo que no es respetada por las poblaciones vecinas. Por este motivo, las intrusiones de botes pesqueros provenientes de la costa de Colón, frecuentes desde principios del siglo XX, no son perseguidas por las autoridades panameñas. 117 Artículo 206, cap. XV, “El CGK reglamentará el tiempo de veda, que será de seis meses cada año y que deberá ser de carácter obligatorio. La directiva del Congreso notificará los detalles de las fechas fijadas previamente”. 118 Resolución no. 3, CGK, Tigre, 24-2-2000.
249
regulación a la autoridad marítima nacional, a las compañías compradoras, la
autoridad nacional del ambiente y a las aerolíneas que compran y transportan las
langostas.
Tres años después, en un congreso celebrado en Sasardi Nuevo del 13 al 16
de noviembre de 2003, las autoridades valoraron la veda y constataron que ni
los buceadores, ni los intermediarios, ni las avionetas, ni nadie en Kuna Yala ni
Panamá la respetaba. Ante esta situación, consensuaron una nueva resolución119.
Decidieron mantener la veda de la pesca de la langosta en toda la comarca de
marzo a mayo y prohibir el almacenamiento de langostas en galu (cercados)
durante estos tres meses. Las autoridades se habían dado cuenta que muchos
buceadores continuaban capturando langostas y las guardaban para venderlas al
terminar la veda. También resolvieron prohibir la captura de hembras con huevos
y langostas que no alcanzaran los 8 centímetros entre los ojos y donde empieza la
cola, o que no llegaran a un peso mínimo de 1 libra. y durante todo el año. Esta
resolución tenía que ser revisada cada tres años por el equipo técnico del
Congreso.
En un CGK celebrado en San Ignacio Tupile del 17 al 21 de junio de 2004,
se revisó la resolución para incluir otras especies marinas, como el pulpo, el
cangrejo y la gambobia. También se propuso una resolución para aplicar una
veda del 1 de abril al 30 de septiembre sobre las tortugas marinas y establecer
zonas de refugio en los lugares de anidamiento, pero no se aprobó. Hasta el día
de hoy cangrejos, pulpos y conchas marinas (gambobias) no están sujetas a
ninguna reglamentación.
Durante estos últimos años las autoridades de la comarca han hecho todo lo
posible para concienciar a la población. Incluso utilizan un programa de radio que
emite el CGK a través de radio nacional para anunciar el inicio y el fin de la
veda. Pero aunque los comuneros conocen las disposiciones del Congreso, muchos
no las respetan. El principal problema que afronta las autoridades de Kuna Yala
es el valor comercial de la langosta. Una libra puede llegar a dar una ganancia
de cinco dólares al intermediario y de tres al buceador. Hay langostas que incluso
pueden llegar a costar 80 dólares. Pese a que cada día sea más peligroso,
muchos jóvenes ven en la langosta una manera de conseguir dinero fácil y
mantener a toda su familia.
119 Resolución 1, CGK, Sasardi Nuevo, 16-11-2003.
250
De estas resoluciones de los años 2000 y 2003, se deduce que en Kuna Yala
se reglamenta la explotación de algunas especies, pero no se restringe el acceso
a los lugares de explotación. El CGK nunca ha delimitado zonas de protección ni
ha prohibido el acceso a determinadas zonas. Por lo que no se puede hablar de
una regulación comarcal del espacio marino. Sin embargo, en algunos lugares sí
existe una regulación local del espacio. Las aguas de los cayos Maokí, en el
extremo noreste de la comarca, son las únicas que no son accesibles a todos los
kunas. Las familias propietarias de estas islas120 cobran, a través de sus
autoridades locales, un impuesto a quienes quieran pescar en ellas. Si bien entre
los kunas no existe la propiedad privada de la tierra o el mar, se respetan
derechos de posesión (usufructo). Por esta razón, los que no son de estas
comunidades y quieran tirar la red o pescar con sedal en la zona deben pedir
permiso y pagar una especie de peaje que consiste en 0,35 dólares. Las
autoridades de los seis pueblos suelen controlar a los pescadores que frecuentan
las islas.
Todo parece indicar que, salvo la excepción de los cayos Maoquí, en Kuna
Yala no hay restricciones sobre el acceso y explotación de los lugares de pesca.
Esta falta de territorialidad no significa que los kunas menosprecien el mar y sus
recursos, sino todo lo contrario. Del pescado depende la supervivencia de la
mayoría de las familias de la comarca. Como he comentado antes, en los sistemas
tradicionales donde domina la pesca de subsistencia, es normal que no se limiten
zonas de pesca121. Si no hay zonas reservadas es porque la distribución de los
recursos marinos es impredecible en el tiempo y el lugar, los recursos marinos
continúan siendo abundantes, los motores permiten la movilidad de los pescadores,
persisten relaciones de reciprocidad entre los comuneros y se garantiza el derecho
de explotación exclusivo a los kunas. Por todos estos motivos, los kunas no han
creído conveniente limitar el acceso al mar. Los únicos sistemas de control que han
considerado necesario establecer conciernen los recursos más explotados y con
valor comercial.
En el próximo capítulo me referiré ampliamente a la representación local del
medio ambiente que también condiciona el uso de los recursos marinos. Una
representación que a veces no es comprendida por los agentes mediadores y
externos, pues se fundamenta en unos conocimientos que no sobrepasan la escena
120 Las islas de Maokí son plantaciones de cocos y están bajo el control de varias familias de los seis pueblos (conjunto de comunidades del sector central de Kuna Yala). 121 Begossi y Seixas, 1998.
251
local. En la casa del congreso de la comunidad los sailas y los argars hablan del
respeto por los recursos marinos tanto en los cantos como en sus interpretaciones.
Insisten en que hay que cuidar a los animales que viven en la tierra y en el mar.
Repiten una y otra vez que no se deben capturar peces pequeños. En mayo,
cuando llegan las larvas de orwaip y naisu enredadas entre las algas, recuerdan a
los más pequeños que no deben ni matarlas ni jugar con ellas. Los peces sufren
como los humanos, y por eso no hay que tratarlos como simples objetos naturales.
Con sus consejos intentan frenar los malos usos de los recursos marinos y hacer
comprender a los niños que no pueden jugar con la vida de un ser vivo de forma
arbitraria. Sin embargo, es difícil transmitir estos valores, y más aún cuando el
mismo día en que el saila recordaba que no se debían tocar las larvas de orwaip,
en la escuela pedían a los alumnos que capturasen unos cuantos ejemplares para
biseccionarlos en la clase de ciencias naturales.
5.3.5. ¿Cómo modifican los kunas los ecosistemas marinos?
Además de la pesca y la extracción de recursos, los kunas modifican el
medio marino de otras formas. Como ya he mostrado, la utilización de corales
para hacer relleno y ampliar la superficie de las islas parece degradar los
ecosistemas marinos de Kuna Yala. Es probable que estos usos estén muy
relacionados con el hecho que los fondos marinos de Kuna Yala hayan pasado de
una cobertura coralina del 60% en 1970, al 13% en el año 2000. Según algunos
biólogos122, esta práctica, tan común y cotidiana para los kunas, es una de las
causas de disminución de peces en los sistemas coralinos.
Ademas del uso de corales para la construcción, otras actividades cotidianas
favorecen su destrucción. En el sector de Gardi, el coral no sólo es utilizado para
ampliar la superficie de las islas, sino que muchas veces también acaba
convirtiéndose en las anclas de los cayucos. Otras prácticas perjudiciales para los
corales se desarrollan en tierra firme, en las orillas de los ríos. Cuando se
construye un muelle, una escuela o un centro de salud o se quiere mantener los
suelos y caminos de la isla en buen estado, los hombres suelen utilizar arena y
cascajo (grava) extraídos de los márgenes del río. En los años 70, los tres pueblos
del sector de Gardi (Gardi Sugdup, Gardi Yandup y Gardi Tupile) abrieron un
pequeño afluente del río Gardi Dummat para entrar de forma más directa a la
tierra firme. Una vez al mes, un grupo de comuneros de estos tres pueblos
122 Guzmán et al. op. cit.: 1398.
252
desbrozan la vegetación de los linderos del río para facilitar el paso de los
cayucos. Estas actividades, junto a la agricultura o la extracción de leña de los
manglares, erosionan las tierras de la cuenca fluvial, afectando los corales
cercanos a la costa.
Otro factor que perturba el equilibrio de los ecosistemas marinos es la
necesidad de deshacerse de los residuos domésticos arrojándolos al mar123.
Aunque en su mayoría se trata de desechos orgánicos, los kunas también consumen
pilas, detergentes, latas y otros productos no biodegradables. Las substancias que
vierten al mar contienen: microorganismos, materia orgánica, sales minerales
biógenas y contaminantes químicos inorgánicos124, partículas que pueden provocar
la migración de algunas especies marinas125.
Muchos investigadores creen que los kunas son los responsables de la
degradación de su medio marino y que por eso deberían cambiar sus hábitos.
Deberían dejar de extraer corales y no verter substancias contaminantes al mar.
Sin embargo, en la práctica, estas recomendaciones parecen imposibles de llevar
a cabo sin recursos externos. Los kunas no disponen de suficientes medios
económicos para utilizar materiales de construcción de importación o para
construir un vertedero. Por el momento, no parece haber alternativas viables.
Sin embargo, no todo está en manos de los kunas. Aunque erosionen los ríos
y contaminen su entorno, no hay que olvidar que existen otros agentes
responsables de la degradación de los arrecifes coralinos. Los yates, veleros y
cruceros que navegan por la región también deterioran los arrecifes con sus anclas
y sus basuras. El calentamiento global de la tierra y las crecidas de los ríos de
todo el Caribe también provocan la extinción de los corales. Los científicos todavía
no saben qué relación se establece entre estos factores globales y los episodios
de blanquemiento del coral o de mortalidad del erizo de mar de espinas negras
(Diadema mexicanum). Los kunas, como cualquier otro grupo humano, están
obligados a transformar su medio para sobrevivir. Si los comparamos con el poder
contaminante de los habitantes de los países occidentales, llegaremos fácilmente a
la conclusión que los kunas son de los seres humanos menos destructores del
planeta.
123 Cf. Forichon, 2003. 124 Para una categorización de los agentes contaminantes en el medio marino Cf. Bellan y Pérès, 1994 [1974] :8-16. 125 Bellan y Pérès op. cit : 93-94.
253
Después de presentar el medio físico, los sistemas de identificación y
clasificación de los animales marinos y los usos del mar, queda claro que los kunas
conocen muy bien el medio marino que los rodea. El mar es un lugar enigmático,
lleno de peligros y de recursos invisibles, pero esto no significa que los kunas no
identifiquen ni conozcan las criaturas que habitan las aguas de la comarca. Los
sistemas de clasificación etnobiológica muestran la gran riqueza del léxico kuna
sobre las especies marinas. Una riqueza que está íntimamente relacionada con la
importancia social y económica del mar. Sin el pescado que consumen a diario ni
las langostas que venden a los centros urbanos, los kunas tendrían problemas para
sobrevivir.
Como la pesca es tan importante o más que la agricultura, los conocimientos
tradicionales sobre el mar son comparables a los que guían los trabajos en tierra
firme. Aunque la vida en las islas sea relativamente reciente, los kunas han
aprendido a conocer su entorno acuático tan bien como sus bosques. La variedad
y el desarrollo de las artes de pesca dan fe de la capacidad de explotar los
recursos del mar. Los kunas saben muy bien cuándo y dónde ir a pescar, lo que
hay que ofrecer a un pez para que pique el anzuelo126, controlan los ciclos de
reproducción127 de la mayoría de especies marinas y reconocen las que son
migratorias. El único elemento que parece escapar a su atenta mirada es el
funcionamiento del complejo coralino. Como he señalado antes, los arrecifes
coralinos son los organismos más desconocidos para los kunas. Les llaman akkuadin,
que etimológicamente significa: akkuadinna gana (literalmente: “lugar donde las
piedras están secas en la superficie”). Con este nombre no es de extrañar que la
gran mayoría no los perciba como animales, sino como simples piedras o árboles.
Pero, dejando de lado el desconocimiento de los corales, todos los datos
que he presentado en este capítulo contradicen el aparente desinterés de los
habitantes de Kuna Yala por el mar. Los kunas no viven de espaldas al mar, sino
que estan muy atentos a sus movimientos y recursos. En contradicción con el olvido
del mar en las etnografías sobre la región, las revindicaciones territoriales y los
objetivos de los proyectos de desarrollo sostenible, los recursos marinos son la
principal fuente de proteínas animales de la dieta kuna y la pesca es, junto a la
126 Así por ejemplo, si quieren conseguir una langosta, saben que la deben atraer con erizo blanco o negro, y si quieren orwaip o nalu, que lo pueden tentar con gambobia o calamar, sus manjares preferidos. 127 A pesar de que, según la tradición kuna los peces llegan a Kuna Yala a través de unas canalizaciones (cammu) que conectan el mundo de los kunas con otra dimensión, todos los pescadores reconocen que los peces se reproducen a partir de huevos y saben muy bien que los recursos marinos son finitos.
254
agricultura, una de las principales actividades económicas de la región. Los
recursos marinos son, por lo tanto, muy importantes en la vida material de los
kunas. En definitiva, si no están contemplados en sus demandas territoriales no es
porque no sean relevantes.
Llegados a este punto, sólo nos queda continuar explorando los datos
etnográficos para comprender cómo los kunas estructuran su experiencia del
mundo. Quizás examinando su cosmovisión y las relaciones simbólicas que
establecen con su medio ambiente nos podremos explicar este paradójico olvido
del mar.
255
RESUMEN CAPÍTULO 5:
En este capítulo me he centrado en presentar y analizar los usos kunas del
medio marino. Para ello he empezado describiendo el marco físico, es decir, las
características de las costas, islas y aguas de la comarca. El elemento que
sobresale en la caracterización física del mar es la gran biodiversidad marina que
se esconde en Kuna Yala. Los arrecifes de coral, así como los peces y crustáceos,
aún siendo explotados por los habitantes de las islas, se encuentran en un estado
de conservación óptimo.
Después de esta breve descripción del medio, he centrado mi atención en la
etnoictiología kuna, interesándome por los conocimientos tradicionales sobre el mar
y sus recursos. Pronto he constatado que los kunas del sector de Gardi conocen
muy bien los seres que habitan las aguas de su región. En total, identifican el 80%
de las especies de peces, el 22 % de las especies de invertebrados y menos de un
1% de las especies de corales y esponjas. Estos datos concuerdan con los
obtenidos en los trabajos de Berlin: la gente principalmente clasifica las especies
grandes, diurnas y sociales, es decir algunas características de las especies
ayudan a predecir si van a ser clasificadas o no.
Una vez he constatado que los kunas perciben, identifican y clasifican la
biodiversidad marina, he relacionado estos conocimientos con los usos que los
hombres y mujeres de las comunidades dan a los recursos. Me he centrado en
averiguar quién, qué, por qué, cuándo y dónde se pesca. Describiendo las técnicas
de pesca, los aprovechamientos de los recursos marinos y los sistemas de control
sobre los lugares de pesca y los recursos, he podido comprobar que el mar es muy
relevante en la vida diaria de los kunas. El mar es vital para la subsistencia de las
familias de la comarca. El 80% de las proteínas animales de la dieta kuna
provienen del pescado. En definitiva, si el mar no forma parte de las
reivindicaciones territoriales kunas no es porque no sea materialy socialmente
relevante.