Altura Geografica

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DIPLOMADO EN ERGONOMIA / Unidad de Ergonomía / Universidad de Concepción 1 DIPLOMADO EN ERGONOMIA MODULO Nº V AMBIENTE FÍSICO ALTURA GEOGRÁFICAAutor: Esteban Oñate Unidad de Ergonomía / Facultad de Ciencias Biológicas / Universidad de Concepción

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DIPLOMADO EN ERGONOMIA / Unidad de Ergonomía / Universidad de Concepción

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DIPLOMADO EN ERGONOMIA

MODULO Nº V

AMBIENTE FÍSICO

“ALTURA GEOGRÁFICA”

Autor: Esteban Oñate

Unidad de Ergonomía / Facultad de Ciencias Biológicas / Universidad de Concepción

DIPLOMADO EN ERGONOMIA / Unidad de Ergonomía / Universidad de Concepción

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EXPOSICIÓN A ALTURA GEOGRÁFICA

OBJETIVOS

Introducir conceptos que permitan entender cómo se modifica el ambiente físico por la

reducción de la presión atmosférica a medida que aumenta la altura sobre el nivel del

mar.

Aportar conocimientos sobre los efectos que tiene la exposición a altura geográfica sobre

los trabajadores que se desempeñan en este tipo de condiciones.

Conocer los cambios adaptativos que permiten a las personas mantener sus parámetros

fisiológicos en niveles compatibles con la vida durante el trabajo en altura.

Reconocer las principales complicaciones asociadas al mal agudo de montaña y las

recomendaciones generales para prevenirlas y tratarlas a tiempo.

Aportar conocimientos que permitan realizar aproximaciones al estudio del trabajo en

condiciones de altura geográfica y diseñar recomendaciones acordes a sus

particularidades.

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RESUMEN

A medida que se asciende en altura la presión barométrica se reduce, disminuyendo también la

concentración de oxígeno disponible para los tejidos, lo que se conoce como hipoxia. Esta última

es la causa de una serie de modificaciones fisiológicas que se producen en el organismo y que

permiten mantener la concentración de oxígeno en la sangre en niveles compatibles con la vida.

Los cambios adaptativos del organismo al medio ambiente hipobárico reciben el nombre de

aclimatación. Entre estos se encuentran:

Aumento de la ventilación.

Aumento de la frecuencia cardíaca.

Cambios morfológicos y funcionales.

Aumento del hematocrito y la hemoglobina.

La falta de aclimatación puede desencadenar la aparición de patologías como el conocido Mal

agudo de Montaña, edema pulmonar agudo y el edema cerebral agudo. Si bien no existen

contraindicaciones absolutas para una estadía en altura, algunas personas deben ser prudentes.

Hoy en día todos los trabajadores que potencialmente pueden realizar actividades sobre los 3.000

metros deben realizarse exámenes pre y ocupacionales. Respecto a la selección de trabajadores,

se debe tener presente que el mejor indicador de la tolerancia a las alturas es la experiencia previa

del trabajador frente a condiciones de altura geográfica.

El trabajo en altura disminuye significativamente la capacidad de realizar trabajo físico, la que es

menor en personas nativas no aclimatadas. Actividades moderadamente exigentes a nivel del mar

pueden ser consideradas como pesadas cuando se realizan en altura geográfica. Una de las

principales causas radica en que las exigencias físicas son similares a las que existen a nivel del

mar. Por este motivo, las soluciones deben orientarse al cambio en el diseño y métodos de

trabajo, adoptando también medidas organizacionales que consideren los efectos de la altura.

Además de la hipoxia resultante del hipobarismo, existen otros agentes que se desarrollan en un

ambiente de altura geográfica, entre los cuales se encuentran:

Frio

Humedad reducida

Radiación solar

Tormentas eléctricas y viento

Turnos especiales

Si bien se ha planteado el uso de oxígeno suplementario para mejorar la calidad del sueño en

refugios y campamentos, la factibilidad solo se ha extendido para altos ejecutivos y casos

especiales.

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EXPOSICIÓN A ALTURA GEOGRÁFICA

Antes de entrar en detalles sobre este interesante tema, es necesario reconocer el aporte de la

fisiología al entendimiento de los fenómenos relacionados con la exposición a condiciones de

altura geográfica y en especial a la reducción de la presión parcial de oxígeno que lleva asociada.

Aporte que no es menor y que incluso ha abierto campo a la disciplina que estudia estos

fenómenos conocida como Hipobarismo.

El nombre de la disciplina “hipobarismo” proviene del griego “hipo” que significa bajo y “barismo”

que significa presión, el cual no debe ser confundido con aquella que estudia los fenómenos

fisiológicos producidos por el aumento de la presión llamada “hiperbarismo” y que se relaciona

con las condiciones a las que se someten, por ejemplo, las personas que practican buceo.

1. Aspectos generales

El hipobarismo y en particular los problemas de adaptación del hombre a las alturas han concitado

el interés de varios profesionales ligados a la salud, entre ellos, médicos, bioquímicos y psicólogos.

Las primeras investigaciones fueron iniciadas a fines del siglo XVIII con la expedición de alpinistas

y la elevación por medio de globos a considerables alturas. En el siglo XIX las investigaciones

fueron escasas. Ya en el siglo XX el interés por el problema aumentó drásticamente como

consecuencia del desarrollo de la ciencia de la aviación y la medicina. Entre los objetivos se

encontraban: desplazar grupos de personas a regiones alpinas para realizar montañismo,

prevención y tratamiento del mal agudo de montaña, aumentar la resistencia del organismo frente

a situaciones desfavorables y resolver enfermedades relacionadas con órganos de la circulación

sanguínea, de la respiración y de origen cerebral.

Al contrario de lo que se puede pensar, luego de la segunda guerra mundial el interés por

investigar no aumentó. Fue en los años cincuenta y principios de los sesenta cuando se expandió

el conocimiento, especialmente en el ámbito deportivo y del trabajo.

Chile ha sido un país pionero en lo que se refiere al estudio del trabajo en condiciones extremas,

en especial porque existen frentes de explotación minera ubicados a gran altura y nativos que

viven permanentemente en condiciones hipobáricas.

El primer investigador en preocuparse de los problemas de trabajo pesado ejecutado en la altura

fue el Dr. Hugo Donoso Puelma, quien en la década del 60, organizó expediciones al norte del país

para estudiar nativos de altura, como también sujetos residentes a nivel del mar, durante el

proceso de aclimatación a la altura. Posteriormente, destacados fisiólogos, entre ellos el Dr.

Manuel Vargas, continuaron avanzando en el tema de adaptación fisiológica, particularmente en

materias vinculadas a exposición intermitente, situación a la que están expuestos un número

importante de trabajadores mineros debido a la ubicación geográfica de muchos yacimientos del

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país. Sin embargo, a pesar del incremento en el conocimiento fisiológico y médico, desde el punto

de vista ergonómico, particularmente en el establecimiento de límites para trabajos pesados, hay

un desconocimiento, siendo este un tema de investigación que requiere urgente abordaje.

Usualmente la altura geográfica a la que una persona se puede exponer se clasifica en cuatro

categorías, dependiendo de la cota alcanzada expresada en metros sobre nivel del mar (m.s.n.m.)

Baja altura: Nivel entre los 0 y 2.500 m.s.n.m.

Altura mediana: Nivel entre los 2.500 y 3.800 m.s.n.m.

Gran Altura: Nivel entre los 3.800 y 5.800 m.s.n.m.

Altura extrema: Nivel sobre los 5.800 m.s.n.m.

Desde un punto de vista ergonómico, la importancia de la exposición a altura geográfica radica

básicamente en que existen personas que se desempeñan en este tipo de ambiente físico, que

tiene efectos sobre la salud y el rendimiento de ellas. Se reconocen tres grandes tipos de

exposición:

Exposición aguda: Corresponde a aquella exposición que se realiza por un corto periodo

de tiempo y no regularmente. Es característica de personas que realizan una actividad

puntual, como por ejemplo, actividades recreacionales o deportivas.

Exposición clásica: Tipo de exposición característica de aquellas personas que viven de

forma permanente en altura geográfica. Se reconocen dos sub-tipos, la exposición clásica

armónica en la que se incluyen a las personas nativas y la exposición clásica no armónica

característica de aquellas personas no nativas que viven en condiciones hipobáricas.

Exposición intermitente: Característica de personas que se trasladan frecuentemente

entre zonas de distinta altitud, como por ejemplo, trabajadores que se desempeñan en

faenas mineras ubicadas en zonas montañosas y que pernoctan o descansan en sus días

libres a altitudes menores.

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2. Cambios atmosféricos producidos por la altura

La atmosfera está constituida por una extensa capa de aire que rodea la tierra cuyo espesor es de

6.000 metros de altura en los polos y 17.000 en el ecuador, alcanzando en promedio 11.000

metros. Por efecto de la gravedad terrestre, al igual como sucede con el agua de los océanos, esta

capa de aire tiende a comprimir todo lo que está bajo ella. Por este motivo, en términos prácticos,

se puede decir que sobre nosotros existe una columna de aire, de relativa altitud, que nos aplasta

sobre la superficie terrestre y condiciona el ambiente en el cual vivimos. En este contexto, se

explica que a medida que ascendemos en altitud y nos alejamos del nivel del mar esta columna de

aire va disminuyendo y por lo tanto la presión que ejerce es cada vez menor.

La presión atmosférica entonces corresponde al peso que ejerce la capa de aire que rodea la tierra

a nivel del mar y que está definida como 1 atmósfera. Como otras muchas presiones se puede

medir con distintas escalas o unidades de expresión, siendo las más conocidas las siguientes

equivalencias:

1 atmósfera = 760 milímetros de mercurio (mmHg)

(Presión ejercida sobre columna de mercurio)

1 atmósfera = 1013,2 milibares

1 atmósfera = 101325 pascales

La atmósfera terrestre está formada en un 78,08% por nitrógeno (N2), un 20,93% por oxígeno (O2)

y en un 0,99% de otros gases. Si bien a 4.000 m.s.n.m. la cantidad de moléculas por metro cubico

alcanza cerca de 1.5 X 1023 moléculas y a nivel del mar 3.0 X 1023 moléculas, la proporción de estos

gases permanece invariable independiente de la altura a la cual estemos, porque a medida que se

asciende en altitud se reducen tanto las moléculas de nitrógeno como de oxígeno. En este sentido,

lo que se altera no es la proporción de estos gases en el aire sino la presión parcial de cada uno de

ellos. De acuerdo a la ley de Dalton la suma de las presiones parciales de cada uno de los

componentes que constituyen un gas inerte será igual a la presión total del sistema, donde para

este caso sería:

Presión parcial de oxígeno + Presión parcial de nitrógeno = Presión atmosférica.

Si bien la proporción de los gases no se altera, conocerla nos permite obtener la presión parcial de

cada uno de los gases atmosféricos, si previamente tenemos los datos de cuál es la presión

atmosférica a la cual estamos. Por ejemplo, si a nivel del mar la presión atmosférica medida

alcanza los 760 mmHg entonces la presión parcial de oxígeno corresponderá aproximadamente al

21% de esta y la del nitrógeno al 79%, cómo se desarrolla en la siguiente fórmula:

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760 mmHg x 21% de oxígeno = 159,6 mmHg de presión parcial de oxígeno

760 mmHg X 79% de nitrógeno = 600,4 mmHg de presión parcial del nitrógeno

Ahora si nos encontramos en la cima del monte Everest a 8.848 m.s.n.m. lugar donde la presión

atmosférica alcanza aproximadamente los 236 mmHg, entonces la presión parcial de oxígeno

alcanzará 50 mmHg y la de nitrógeno 186 mmHg.

Para graficar las presiones parciales de oxígeno y nitrógeno que se pueden alcanzar a distintas

alturas sobre el nivel del mar en la tabla 1 se muestra los valores para distintas presiones

barométricas.

Tabla 1. Valores aproximados de presión atmosférica, presión parcial del oxígeno y nitrógeno en

función de la altura alcanzada.

Altura (m) Presión Atmosférica

(mmHg) Presión de Oxígeno

(mmHg) Presión de Nitrógeno

(mmHg)

0 760 160 600

1000 674 142 532

2000 596 125 471

3000 526 110 416

3500 493 104 389

4000 463 97 366

4200 451 95 356

4400 439 92 347

4600 428 90 338

4800 416 87 329

5000 405 85 320

6000 354 74 280

7000 308 65 243

8848 236 50 186

Si bien la mayoría de los gases que componen la atmosfera tienen importancia para la mantención

de la vida, especial interés reviste para nosotros la presencia de oxígeno en esta. Cabe recordar

que en los procesos de obtención de energía aeróbica el oxígeno actúa como comburente para la

metabolización de los alimentos y es necesario para lograr una buena recuperación luego de

realizar esfuerzos de tipo anaeróbicos. Por este motivo, la disminución de la presión parcial de

oxígeno es uno de los fenómenos más importantes que se deben tener en cuenta cuando

hablamos de exposición a altura geográfica debido a que es directamente proporcional a la altitud

alcanzada, llegando incluso a niveles que resultan incompatibles con la vida humana.

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La disminución de la presión parcial de oxígeno trae consigo una reducción del oxígeno a nivel

sanguíneo lo que se conoce con el nombre de hipoxemia e inmediatamente una disminución de la

difusión del oxígeno desde la sangre hacia los tejidos lo que se denomina hipoxia. Como resultado,

la hipoxia es la causa directa de las alteraciones funcionales que se presentan en la exposición

breve o prolongada a condiciones de altura geográfica.

3. Efectos fisiológicos producidos por la altura

Existen variados signos y síntomas que tienen relación con la hipoxia producida por estar expuesto

a condiciones de altura geográfica, dependiendo del nivel de altitud alcanzada. En la tabla 2 se

indican efectos producidos según el nivel de altitud alcanzado (cota).

Tabla 2. Efectos producidos por exposición a altura geográfica dependiendo de la cota alcanzada.

Si bien la altitud alcanzada tiene un papel preponderante en la serie de efectos atribuibles a la

hipoxia, si está acompañada de una exposición brusca puede generar peores repercusiones en el

individuo. En la figura 1 se observan dos gráficos que muestran los efectos de la hipoxia en el

organismo en caso de someterse bruscamente a condiciones hipobáricas.

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Figura 1. Efectos de la hipoxia en el organismo en caso de someterse a condiciones hipobáricas

bruscas.

En términos prácticos se reconocen dos tipos de efectos sobre el organismo, dependiendo del tipo

de exposición:

Hipoxia aguda: Corresponde a la disminución del aporte de oxígeno a la célula y que se

presenta durante las diez primeras horas de exposición a una altura sobre los 3.500

metros y que provoca los síntomas característicos del Mal Agudo de Montaña (Edholm,

1981)

Hipoxia crónica: Corresponde a un estado de hipoxia prolongada debido a una mayor

permanencia en la altura (semana o años) y que desencadena la respuesta de adaptación

fisiológica a la altura o aclimatación. En algunos casos puede provocar el Mal de Montaña

crónico o Enfermedad de Monge (León-Valverde, 1994)

Como se ha expuesto entonces, es importante el impacto de la exposición a altura para los seres

humanos, por lo cual su estudio permite comprender de mejor forma los efectos que tiene en el

organismo, su funcionamiento y sobre el trabajo en sí. Sin embargo, como veremos más adelante

la altura no solo tiene como principal consecuencia la hipoxia sino también la presencia de otros

agentes físicos como lo son las bajas temperaturas, humedad del aire, alta radiación solar, entre

otros, con la diferencia que de estos últimos podemos protegernos. Por lo tanto, al no existir

medios para protegerse del hipobarismo, la facultad de entregar suficiente oxígeno a los tejidos

dependerá finalmente de la capacidad de cada individuo para adaptarse a él. Este proceso que

permite al individuo amoldarse a los cambios del medio ambiente recibe el nombre de

aclimatación. En consecuencia, la adaptación constituye un proceso de respuesta fisiológica

individual.

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4. Aclimatación

Antes de entrar en detalle sobre los mecanismos adaptativos que les permiten a las personas

mantener sus parámetros fisiológicos en niveles compatibles con la vida, vale la pena destacar

aquellas modificaciones que suceden en el organismo humano cuando se reduce la presión parcial

de oxígeno.

Señalábamos anteriormente que a medida que disminuye la presión barométrica también se

reduce, de manera directa, la presión parcial de oxígeno. Esto último tiene implicancias, no solo en

la reducción de la concentración de oxígeno disponible para el individuo, sino también en la

presión inspiratoria que finalmente permite el intercambio gaseoso entre los pulmones y la

sangre. Para entender las variables que inciden en la reducción de la presión inspiratoria de

oxígeno (PiO2) se presenta la siguiente ecuación, dónde la constante FIO2 corresponde a la

fracción inspirada de oxígeno (constante = 0,2093) y el valor -47 a la presión de vapor de agua a la

temperatura corporal normal (37°C), que tampoco se reduce frente a cambios de altitud:

PiO2 = FiO2 x (PB – 47)

FIO2 = porcentaje de oxígeno del aire atmosférico = 20,93% = 0,2093

100 100

Por ejemplo, a la altura de los dormitorios de la compañía minera Doña Ines de Collahuasi

ubicados a 3.800 de altura, la presión barométrica es de 480 mm de Hg. Entonces la presión

inspiratoria de oxígeno en esa condición se calcula como sigue:

PiO2 = FiO2 x (PB – 47)

PiO2 = 0,2093 x (480 – 47)

PiO2 = 90,6 mm Hg

Lo anterior destaca que a medida que se asciende en altura, desciende tanto la presión

barométrica como la presión inspiratoria de oxígeno. En la figura 2 se muestra la relación entre

estas tres variables para distintas zonas geográficas ubicadas en altura.

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Figura 2. Reducción de la presión inspiratoria de oxígeno.

En la tabla 3 se confirma que a medida que se asciende en altitud, tomando como ejemplo

localidades mineras ubicadas en el norte de Chile, se reduce significativamente la presión

barométrica y la presión inspiratoria de oxígeno.

Tabla 3. Reducción de la presión barométrica y de la presión inspiratoria de oxígeno

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Para tener una referencia de lo transcendental que es la PiO2 para el intercambio de gases entre

los tejidos y la sangre, es necesario destacar que son las diferencias de presión lo que permite en

definitiva que el oxígeno llegue a las células del organismo. El oxígeno inspirado llega a los alveolos

por diferencias de presión y pasa de estos últimos a la red de vasos sanguíneos (arterias y

capilares) por la misma causa, por gradiente, de un lugar de mayor presión parcial de oxígeno a

uno de menor presión. Por este motivo, si la presión inspirada de oxígeno se reduce, la diferencia

de presión entre los distintos compartimentos por donde viaja este vital elemento también

disminuye, pudiendo llegar incluso a niveles que son incompatibles con la vida humana. En la

figura 3 se comparan los cambios de gradiente de oxígeno que llegan a producirse normalmente a

distintos niveles de altura geográfica.

Figura 3. Gradiente de oxígeno para distintos niveles de altura geográfica.

Si bien este tipo de variables sanguíneas no se suelen medir en las empresas, existe una

alternativa indirecta, llamada saturometría u oxímetría de pulso, que entrega datos cualitativos

sobre la efectividad del intercambio gaseoso en los individuos. Esta técnica se basa en el uso de un

instrumento llamado saturómetro que emite luz infrarroja sobre los vasos sanguinos de la piel y

capta su reflejo para medir la diferencia entre las longitudes de onda emitidas y recibidas. Así

obtiene el porcentaje de oxígeno unido a la hemoglobina sanguínea (porcentaje de saturación de

oxígeno o en siglas %SatO2). En la figura 4 se muestra el instrumento para medir la saturación.

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Figura 4. Saturómetro para la medición del porcentaje oxígeno unido a la hemoglobina.

En la figura 5 se grafica la relación entre el porcentaje de saturación oxígeno y la presión arterial

de oxígeno estimada para un sujeto sano.

Figura 5. Curva de disociación de la oxihemoglobina a 4.300 metros de altura.

La curva que se muestra en la figura 5 se denomina curva de saturación de la hemoglobina o de

disociación de la oxihemoglobina. Si bien de esta forma se puede estimar cual sería la presión

arterial de oxígeno y si está dentro de límites seguros, es solo un dato aproximado. Como se vio

anteriormente, en la unidad de sistema transportador de oxígeno de la asignatura de fisiología del

trabajo, el comportamiento de esta curva se altera dependiendo de la temperatura corporal, el pH

sanguíneo y la presión de CO2. Por lo cual, no es recomendable realizar esta última estimación

porque los errores pueden ser considerables.

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En general la oximetría es más utilizada por profesionales de la salud, en centros médicos y

laboratorios como forma de control durante procedimientos cuando se requiere un criterio clínico

y la consideración de variables como la presión arterial, pulso y otros signos vitales, por ejemplo,

en exámenes ocupacionales, controles médicos o tests de esfuerzo. De acuerdo a los datos

expresados en el gráfico de la figura 5, existen diferencias de saturación si se comparan sujetos

aclimatados y no aclimatados a 4.300 m lo que en el fondo es reflejo de cuan necesario es para los

servicios de salud medir este parámetro, independiente de la condición física, tiempo de estadía

de una persona en altura o su estado de salud.

Luego de haber revisado algunas modificaciones que ocurren en el organismo humano que se

expone a condiciones hipobáricas, podemos hacer referencia a los mecanismos de adaptación que

resultan de la baja concentración de oxígeno en la sangre. En este sentido, es necesario resaltar

que la relación entre consumo de oxígeno y la producción de energía es una constante biológica

que no se modifica frente a cambios en la concentración de oxígeno del ambiente. Es decir, si una

persona sana realiza una actividad a nivel del mar y tiene un determinado gasto energético

asociado, independientemente de la altura a que esta se someta, el gasto energético se

mantendrá si realiza la misma actividad. Si bien uno podría creer que existen diferencias, producto

de la percepción a estar sujeto a mayor esfuerzo físico, estas no son significativas en términos de

gasto energético.

Para que un individuo alcance un nivel de actividad en la altura cercana a la que realizaba a nivel

de mar, su organismo debe garantizar que el oxígeno que se le entrega a sus células sea el

adecuado. Esta respuesta se logra en dos fases:

Fase rápida: Respuesta adaptativa que involucra principalmente a los sistemas respiratorio

y cardiovascular, aumentando la ventilación pulmonar y la frecuencia cardíaca.

Fase lenta: Respuesta adaptativa que puede demorar de dos a tres semanas y en la que se

producen cambios morfológicos y funcionales y aquella en la que participa principalmente

el sistema productor de glóbulos rojos o llamado también sistema hematopoyético.

Los mecanismos que permiten llevar a cabo el proceso de aclimatación de las personas que se

exponen a condiciones de altura geográfica son principalmente los que siguen a continuación.

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Ventilación pulmonar

La ventilación pulmonar aumenta como consecuencia de la respuesta de los quimiorreceptores

ubicados en el sistema nervioso que regulan la respiración frente al hipobarismo, aumentando

tanto las variables de frecuencia respiratoria como de volumen corriente (también llamado

volumen tidal, término derivado del idioma inglés). Corresponde al primer mecanismo

compensatorio y actúa inmediatamente cuando aparece la hipoxia celular. Su funcionamiento es

proporcional a esta, tiene como objetivo asegurar la oxigenación y su efecto puede durar hasta

tres días.

Frecuencia cardíaca

La hipoxemia causa un aumento de la actividad cardíaca, por incremento de la actividad simpática

a nivel de sistema nervioso, inmediatamente después que la persona asciende a una altura

significativa. Como se estudió en la unidad de sistema transportador de oxígeno de la asignatura

de fisiología del trabajo, la frecuencia cardíaca tiene una relación directa con el gasto cardíaco por

lo cual este también aumenta. En condiciones hipobáricas el gasto cardíaco puede aumentar hasta

un 30%, asegurando de esta forma el trasporte de oxígeno en condiciones de reposo.

Cambios morfológicos y funcionales

Entre estos se encuentra el aumento de la capacidad de difusión pulmonar, lo que facilita el

intercambio gaseoso entre el alveolo y la sangre, aumentando la vascularización del tejido

respiratorio y la superficie de difusión. Por otra parte a nivel celular se produce un aumento de

mitocondrias y de los sistemas energéticos aeróbicos.

Aumento del hematocrito y hemoglobina

El hematocrito corresponde al porcentaje de glóbulos rojos contenidos en la sangre, que también

tiene glóbulos blancos y plasma. Los valores normales para hombres se sitúan entre un 42 y 52 %.

Para mujeres el valor normal se encuentra entre 37 y 47 %. La hemoglobina por su parte se

encuentra en parámetros normales para los hombres entre 13,8 a 17,2 g/dL y para mujeres entre

12,1 a 15,1 g/dL. En todos estos casos, los valores bajo estos rangos se denominan anemias y

sobre estos policitemias.

La hipoxia prolongada, mayor a siete días, constituye un estímulo para la secreción de una

hormona a nivel del riñón, encargada de la producción de glóbulos rojos, fenómeno conocido

técnicamente como eritropoyesis. De hecho la hormona responsable, llamada eritropoyetina,

permite incrementos de hasta un 50 a 60 % si se permanece un periodo de tiempo prolongado

sobre los 4.500 m. Por la misma causa la hemoglobina puede aumentar hasta 4 g/dl.

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La poliglobulia o el aumento excesivo del hematocrito, con causa hipobárica, se conoce como mal

de montaña crónico o mal de Monge. Se puede manifestar especialmente en personas que han

vivido demasiado tiempo a grandes altura. Se presenta con síntomas de cefalea, mareos,

insomnio, fatiga y disminución del rendimiento intelectual, acompañados de signos de hipoxemia.

Su causa radicaría en que el aumento del hematocrito elevaría la viscosidad sanguínea,

obstaculizando la filtración sanguínea desde los capilares hacia los tejidos y aumentando

significativamente el trabajo cardíaco, lo que se evidencia en signos de insuficiencia cardíaca

congestiva. Por otra parte, la viscosidad sanguínea podría agravarse por la deshidratación

permanente a la que se puede ver expuesta una persona por la disminución de la humedad

relativa asociada a la altura geográfica.

Finalmente, sobre la serie de reacciones del organismo antes expuestas, es importante señalar

que no deben ser consideradas del todo malignas sino más bien beneficiosas porque permiten

aumentar la cantidad de oxígeno aportado a las células. No obstante, en determinadas

circunstancias la respuesta del organismo puede llevar a sobrecargar al sistema respiratorio y

cardiocirculatorio, lo que se asocia a patologías por exposición a altura geográfica. A continuación

revisaremos una de las más comunes, el mal agudo de montaña.

5. Mal agudo de montaña

El mal agudo de montaña (MAM), dependiendo de la localidad dónde nos encontremos recibe

otros nombres, por lo cual también es llamado mal de montaña, soroche, puna o mal del páramo.

Representa un cuadro clínico que se manifiesta en casi todas las personas que ascienden con

rapidez a gran altitud. Los síntomas pueden ser dolor de cabeza, disnea (dificultad respiratoria),

edema (hinchazón) en los ojos, cara, manos, tobillos, vómitos, tos ronca e insomnio. Si bien las

molestias se presentan de 4 a 8 horas después de alcanzar altitudes superiores a los 3.500 m,

alcanzan su pick entre las 24 y 48 horas de exposición y desaparecen prácticamente en su

totalidad luego de dos semanas de aclimatación, la susceptibilidad individual puede hacer

aparecer este tipo de síntomas a altitudes inferiores, a menor tiempo de exposición o hacer durar

la aclimatación más de lo común.

Usualmente la incidencia del mal agudo de montaña se evalúa mediante una escala

semicuantitativa creada en 1991 en Canadá, que recibe el nombre de “Escala del consenso del

lago Louise”. Esta escala consta de cinco items a evaluar y que suman un puntaje que cataloga al

MAM en leve, moderado o grave. En la figura 6 se muestra la escala del consenso del lago Louise

con sus respectivos puntajes.

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Figura 6. Escala del consenso del lago Louise, 1991.

Se debe tener en consideración, que al igual que la velocidad de ascenso, mientras más alta sea la

altura alcanzada mayores serán los síntomas. Si bien, no necesariamente estos resultaran

incapacitantes a lo menos el 1% de las personas que sufren MAM presentarán complicaciones

asociadas a él, como lo pueden ser el edema pulmonar agudo y el edema cerebral agudo. En

ambos casos el tratamiento médico, la terapia con oxígeno y el descenso a niveles de menor altura

debe ser inminente, aun cuando los signos y síntomas puedan confundirse con otra patología. La

premisa que siempre se debe tener presente es: “Todo malestar o síntoma en altura debe

considerarse de antemano una falta de aclimatación o desaclimatación”.

Edema pulmonar agudo (EPA): Es una complicación grave del mal agudo de montaña y se

presenta con síntomas de tos seca, secreciones rosadas, debilidad, fatiga y disnea. Sus

signos característicos son la presencia de ruidos pulmonares, fiebre y bajos niveles de

porcentaje de saturación de oxígeno.

Edema cerebral agudo: Corresponde a una de las complicaciones más serias del mal agudo

de montaña y se presenta con un empeoramiento de los síntomas característicos del

MAM, más signos de falta de coordinación e incapacidad para mantener bien el equilibrio

(ataxia).

1. Dolor de cabeza: 0 no 1 leve 2 moderado 3 severo (incapacitante)

2. Síntomas Gastrointestinales: 0 buen apetito 1 pobre apetito o náuseas 2 náuseas moderadas o vómitos 3 severos, náuseas y vómitos incapacitantes

3. Fatiga y/o Debilidad: 0 no 1 leve 2 moderada 3 severa fatiga o debilidad

4. Mareos: 0 nada 1 leve, 2 moderada, 3 severa

5. Dificultad para dormir: 0 duerme como siempre 1 no puede dormir como de costumbre 2 despierta muchas veces, el sueño no es reparador 3 No puede Dormir

Puntaje de 1 a 3: MAM leve Puntaje de 4 a 6: MAM moderado Puntaje mayor a 7: MAM grave

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Si bien entre los principales factores que determinan la aparición del mal agudo de montaña y sus

complicaciones se encuentran la velocidad de ascenso, la altitud alcanzada, la duración de la

estadía y la susceptibilidad individual, existen otros que igualmente afectan a los individuos, tales

como las alteraciones del sueño, diabetes, la hiperreactividad bronquial, la deshidratación, el

déficit de antioxidantes, la hipertensión pulmonar, hipertensión arterial, las dislipidemias, la

obesidad, el sedentarismo y el tabaquismo. Cinco de últimos tienen una alta incidencia dentro la

población minera chilena que trabaja en frentes de explotación localizados en altura geográfica, y

que los ubican en un nivel de factores de riesgo que está por sobre el promedio nacional.

Contraindicaciones para una estadía en altura

Actualmente se acepta que no existen contraindicaciones absolutas para realizar estadías en

condiciones de altura geográfica. Sin embargo, algunas personas deben ser prudentes y

dependiendo del tiempo de permanencia se deben chequear caso a caso. Hoy en todos los

trabajadores que potencialmente requieran trabajar por sobre los 3.000 m deben realizarse un

examen preocupacional y uno ocupacional cada uno o tres años para descartar signos aparentes

que contraindiquen el trabajo en altura.

Dentro de algunas contraindicaciones relativas se encuentran presentar afecciones respiratorias,

deformaciones torácicas, traumatismos de tórax, obstrucción bronquial, neumoconiosis (silicosis o

asbestosis), anemias, patologías cardiovasculares y ser fumador crónico.

Selección de trabajadores

Personas que tengan problemas respiratorios y cardíacos, cuyo rendimiento sea deficiente en

grandes alturas, no deberían ser seleccionados para el trabajo en condiciones hipobáricas. Aun

cuando sería muy útil hacer pruebas para determinar el nivel de tolerancia a la altitud y así

seleccionar trabajadores. La verdad es que todavía no existen métodos debidamente

estandarizados para conocer el nivel de respuesta de una persona antes de someterse a

condiciones de altura geográfica.

Por este motivo el mejor indicador de la tolerancia a las grandes alturas es, seguramente, la

experiencia previa del trabajador. Si una persona fue capaz de trabajar a 4.500 m durante varias

semanas o meses, sin presentar mayores complicaciones o enfermedades asociadas a la

exposición a altura geográfica, es muy probable que pueda hacerlo de nuevo. Caso contrario, si un

trabajador experimentó complicaciones o síntomas serios asociados a enfermedades de altura es

muy seguro que presente los mismos problemas a futuro.

Por lo anterior, para seleccionar trabajadores debe prestarse especial atención a su experiencia

previa en condiciones de altura geográfica, para esto a menudo se emplean entrevistas asociadas

al cuestionario de Lake Louise. Sin embargo, debe tenerse presente que un criterio demasiado

exigente puede dejar a la empresa sin trabajadores para operar.

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19

6. Trabajo en altura

Anteriormente señalamos que la relación entre el consumo de oxígeno y producción de energía

permanece constante frente a cambios en la concentración de oxígeno del ambiente porque en el

organismo humano ocurren una serie de cambios fisiológicos y mecanismos de adaptación que

mantienen esta relación. Sin embargo, en lo que a capacidad de esfuerzo máximo respecta,

debemos reconocer que si existen diferencias. Por lo tanto, si bien la relación entre esfuerzo físico

y gasto de energía por actividad permanece igual, la capacidad aeróbica (VO2 max) si se reduce. La

causa radica en que la capacidad de trabajo de todos los músculos del organismo disminuye.

Se estima que por cada 1.000 metros de altura sobre los 1.500 metros el consumo máximo de

oxígeno se reduce en un 10%. Aun cuando entre los 0 y 1.000 metros de altura no existen

variaciones significativas de la capacidad aeróbica, entre los 1.000 y los 2.000 metros existe una

variabilidad individual que es más notoria en personas sedentarias no aclimatadas.

Estudios realizados el año 2011 por la Unidad de Ergonomía de la Universidad de Concepción en

una empresa minera de cobre, en diez trabajadores con exposición intermitente a altura,

demuestran una reducción significativa de la capacidad de realizar trabajo físico a 3.800 m si se le

compara con la que presentan a nivel del mar. En la figura 7 se observa un gráfico que permite

comparar valores de frecuencia cardíaca obtenidos a nivel del mar y en altura para iguales niveles

de carga en cicloergómetro.

Figura 7. Frecuencia cardíaca en función de la carga de trabajo para cicloergómetro a 3.800 m y a

nivel del mar.

3.800 m

Nivel del mar

20 40 60 80 100 120 140 160

Carga (Watts)

80

90

100

110

120

130

140

150

160

Fre

cue

ncia

card

íaca

(la

tid

os/m

inuto

)

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20

El gráfico de la figura 7 muestra también la relación lineal entre la frecuencia cardíaca y la carga de

trabajo (r > 0,99). De esta forma se puede demostrar que en promedio la frecuencia cardíaca es

aproximadamente 16 latidos mayor a 3.800 m que a nivel del mar para trabajos físicos de igual

intensidad. En la tabla 4 se observa el promedio de frecuencia cardíaca alcanzado por los

trabajadores y las diferencias en latidos cardíacos entre las dos altitudes señaladas (p < 0,0008).

Tabla 4. Comparación de frecuencia cardíaca a nivel del mar y en altura en 10 trabajadores.

Localización Promedio Desviación Estándar

Dif.

Frecuencia cardíaca a nivel del mar (lat/min)

108,7 17,9

Frecuencia cardíaca a 3.800 m (lat/min)

124,5 18,6 15,8

Utilizando la relación entre frecuencia cardíaca y carga de trabajo se estimó la capacidad aeróbica

tanto a nivel del mar como en la altura, utilizando el método de Astrand. Se comprobó que la

capacidad máxima para realizar trabajo físico en altura se reduce aproximadamente un 20 por

ciento si se compara con la VO2 max alcanzada a nivel del mar. Estos resultados se pueden

observar en la tabla 5.

Tabla 5. Diferencias de capacidad aeróbica estimada a nivel del mar y a 3.800 m para 10

trabajadores.

Promedio Desviación Estándar

VO2max a Nivel del mar (L/min) 3,24 0,67

VO2max a 3.800 m (L/min) 2,58 0,53

Diferencia (%) 20,4

Otros estudios han permitido estudiar las diferencias entre personas con distintas características y

niveles de aclimatación. En la tabla 6 se muestran las diferencias de capacidad aeróbica de tres

grupos de personas que ascendieron a 5.200 metros de altura, entre ellos un grupo de personas

no aclimatadas que subieron desde nivel del mar, otros que fueron medidos luego de dos meses

de aclimatación y un último grupo formado de nativos que habitan permanente a 4.500 m y que

ascendieron a los 5.200 m.

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Tabla 6. Porcentaje de la capacidad aeróbica máxima a 5.200 metros para sujetos no aclimatados,

aclimatados y nativos que habitan a 4.500 metros de altura.

En la tabla anterior se observa que los nativos que habitaban en altitudes más cercanas a las que

se vieron expuestos mostraron una leve disminución de su capacidad aeróbica, explicado

probablemente por haber estado expuestos a condiciones hipobáricas desde su infancia y a su

genética. A diferencia, aquellos no nativos que se aclimataron durante dos meses tuvieron una

moderada reducción de su VO2 max. Los no aclimatados mostraron la menor capacidad de realizar

trabajo físico.

En este sentido, se demuestra que para una persona no nativa en altura, un trabajo liviano o

moderado a nivel de mar, puede ser considerado como pesado si se realiza en condiciones

hipobáricas. Por lo tanto las exigencias laborales deben ser menores a las que existe a nivel del

mar, producto que la capacidad de realizar trabajo físico disminuye.

Estudios realizados por la Unidad de Ergonomía, demuestran un aumento de la carga física de

trabajo para tareas que a nivel del mar son habituales y no demandan sobre esfuerzo, como lo son

actividades de desplazamiento a pie y transportar algunas herramientas y dispositivos para realizar

trabajos de mantención. En la figura 8 se muestra el área de trabajo y las actividades que deben

realizar dos mantenedores encargados de engrasar correas transportadoras. Para lograr la

lubricación de una de ellas deben transportar y utilizar una herramienta llamada “engrasador

manual” a 4.300 metros de altura y para el caso de otra correa deben acarrear baldes de grasa

hasta la cabeza de un Stockpile ubicado a 5.200 metros de altura.

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Figura 8. Actividades realizadas por mantenedores de correas transportadoras.

Correa trasportadora ubicada a

4.300 m.s.n.m.

Stockpile ubicado

a 5.200 m.s.n.m. Cabeza del Stockpile

Transporte de engrasador

manual

Lubricación con engrasador

manual

Transporte de balde hasta cabeza

del Stockpile

Como se puede estimar, estas tareas requieren un trabajo cardiovascular mayor al que se podría

registrar a nivel del mar, alcanzando altos niveles de frecuencia cardíaca. En la figura 9 se observa

el comportamiento de la frecuencia cardíaca para estas tareas realizadas en altura.

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Figura 9. Comportamiento de la frecuencia cardíaca de dos mantenedores encargados de engrasar

correas transportadoras.

Trabajador 1 Trabajador 2-20 0 20 40 60 80 100 120 140

Tiempo (min)

60

80

100

120

140

160

180

Fre

cu

encia

card

iaca (

latido

s/m

inuto

)

Transporte de balde con grasahasta cabeza del Stockpile

Desplazamiento a pie hasta la cabeza del Stockpile (sin balde)

Lubricación con engrasador manual

Transporte del engrasadormanual

Si bien estas tareas resultan pesadas desde el punto de vista ergonómico, al momento de indagar

sobre las causas y posibles soluciones, resaltan los siguientes hechos:

El engrasador manual se utiliza solo en sectores en que no existe la lubricación mediante

el uso de bombas de engrasado semiautomático. En la figura 10 se observa el sistema de

bombas semiautómaticas que facilitan el engrasado de las correas.

El transporte de baldes con grasa hasta la cabeza del Stockpile se realiza porque un carro

para el traslado de herramientas y equipos, ubicado al costado de la correa sobre un riel,

carece de motor y cableado. En la figura 11 se muestra la falta de mantención del sistema

que permite la utilización de un carro de ayuda para el transporte de herramientas y

equipos.

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24

Figura 10. Sistema de lubricación de correas.

Bomba de lubricación Tanques de grasa conectado

a bombas de lubricación

Surtidor para el engrasado de

correas

Figura 11. Falta de mantención del sistema de carro de ayuda para el transporte de herramientas y

equipos.

Riel para carro de

transporte del Stockpile

Carro de transporte de

herramientas y equipos

Polea sin motor y cableado para

el carro de transporte

Las recomendaciones desde luego apuntan a extender el uso de bombas semiautomáticas para el

engrasado de las correas transportadoras y realizar reparación al sistema de carro transporte del

Stockpile y así facilitar el desplazamiento de los baldes. De esta forma, desde el punto de vista de

mejorar y conservar el buen diseño de las estaciones de trabajo se logra reducir la carga fisiológica

de trabajo para tareas que se realiza a gran altura.

Si bien los límites fisiológicos para determinar si un trabajo es o no pesado a nivel del mar se

conocen porque se ha estudiado el punto en que se manifiesta el umbral anaeróbico en

trabajadores, aún está en investigación si las transición aeróbica-anaeróbica sufre o no cambios

cuando las personas se exponen a condiciones de altura geográfica. Pese a esto, se ha observado

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25

en seguimientos de frecuencia cardíaca, efectuados en trabajadores que tienen un moderado nivel

de esfuerzo físico, que la tendencia es que estos aumenten la frecuencia de sus latidos cardiacos a

medida que avanza la jornada, lo que podría considerarse como indicador de fatiga. En la figura 12

se muestran variaciones en la frecuencia cardíaca de un trabajador minero que realiza actividades

a 4.300 metros de altura. Como se observa hay una tendencia al aumento progresivo de los latidos

cardíacos hacia el final de la jornada.

Figura 12. Variaciones de la frecuencia cardíaca durante una jornada de trabajo a gran altura.

7:128:24

9:3610:48

12:0013:12

14:2415:36

16:4818:00

19:1220:24

Hora del día

80

90

100

110

120

130

140

150

160

170

Fre

cu

en

cia

ca

rdía

ca

(la

tid

os/m

inu

to)

Aun cuando los límites de tolerancia a la fatiga sean todavía materia de investigación, el 40% de

carga cardiovascular puede ser utilizado como índice práctico para establecer pausas de

recuperación. Como se analizó en la unidad de capacidad física de trabajo de la asignatura de

Fisiología del Trabajo los tiempos de recuperación puede ser determinados conociendo la

capacidad aeróbica y el consumo de oxígeno promedio que las actividades demandan. Sin

embargo, frente a las dificultades que existen para determinar el consumo de oxígeno en

condiciones hipobáricas, se puede utilizar la siguiente fórmula adaptada de los tiempos de

recuperación dónde solo se requiere del porcentaje de carga cardiovascular promedio de la

jornada para establecer pausas:

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26

Tiempo de recuperación (minutos) = TT (%CCT - %CCL)

%CCT

Donde:

TT = Tiempo de trabajo total en minutos.

%CCT = % carga cardiovascular del periodo de trabajo evaluado.

%CCL = % carga cardiovascular aceptado como límite (límite de 40%).

Citando como ejemplo el trabajador evaluado en la figura 12 donde el tiempo total de trabajo fue

de 636 minutos y la carga cardiovascular alcanzó un 43,0 %, el desarrollo de la fórmula sería la

siguiente:

Tiempo de recuperación (minutos) = 636 min (43,0% - 40,0%) = 44,3 minutos

43,0%

Tiempo de recuperación ≈ 44 minutos

Por lo cual el tiempo de recuperación estimado para disminuir la carga física, de este trabajador, a

un valor límite de carga cardiovascular de un 40% fue de 44 minutos. Siguiendo la recomendación

de que es mejor pausas cortas y frecuentes que largas y escasas, se planteó que estas deben ser

de a lo menos 5 minutos por cada hora de trabajo.

En síntesis y de acuerdo a lo que hemos analizado, la mayoría de los problemas ergonómicos

relacionados con el trabajo físico que se realiza en condiciones de altura geográfica radica en que

las exigencias laborales son semejantes a las que existen a nivel del mar. Por lo cual, las soluciones

deben orientarse al cambio en el diseño y métodos de trabajo, adoptando también medidas

organizacionales que consideren los efectos de la altura.

7. Otras particularidades del trabajo en altura

Además de la hipoxia resultante del hipobarismo, existen otros agentes que se desarrollan en un

ambiente de altura geográfica, entre los cuales se encuentran:

Frio

Humedad reducida

Radiación solar

Tormentas eléctricas y viento

Turnos especiales

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Frio

En términos físicos, al igual que en toda materia, la temperatura del aire es una medida que se

puede registrar en grados Kelvin (°K), Celsius (°C) o Fahrenheit (F°). Estas unidades de medida, con

distintas escalas, reflejan el movimiento cinético de las moléculas de aire. Como se señaló

anteriormente, a medida que se asciende en altitud el número de moléculas de aire por metro

cúbico se reduce. Por lo tanto la cinética entre ellas es menor y la temperatura del aire desciende.

En términos prácticos se estima que la temperatura ambiental se reduce 1 °C por cada 150 metros

que se asciende en altitud. En la tabla 5 se muestra la temperatura esperada en grados Celsius en

función de la altitud alcanzada.

Tabla 7. Nivel de altura geográfica y temperatura esperada.

Altura (m) Temperatura (°C)

0 15,0

1000 8,5

2000 2,0

3000 -4,5

3500 -7,7

4000 -11,0

4200 -12,3

4400 -13,6

4600 -14,9

4800 -16,2

5000 -17,5

6000 -24,0

7000 -30,5

8848 -42,4

En las capas inferiores de la atmosfera la temperatura del aire es mayor y contribuye al aumento

de la humedad. Al contrario, a mayor altura existe menor temperatura y por lo tanto la humedad

también se reduce. Esto aumenta la percepción de frio en altura.

Humedad reducida

Como el contenido de vapor de agua en las montañas disminuye, a 2.000 m éste es dos veces

inferior que a nivel del mar y a 4.000 m es solo la cuarta parte. Esto tiene implicancias en el

organismo, además de que los seres humanos pierden más líquidos corporales por la exhalación

del aire humedecido durante la respiración. Todos evaporamos agua por nuestra piel, no sólo por

medio de la sudoración, sino por un efecto fisiológico llamado perspiración insensible o pérdida

insensible de fluidos. A moderada altura se pueden perder de uno a dos litros de agua (sin sales)

diariamente por este mecanismo.

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Por otra parte, al realizar trabajo físico moderado o intenso, la baja humedad facilitará la pérdida

de líquido y calor por la evaporación del sudor (con sales).

Por estos motivos los trabajadores deben mantenerse bien hidratados, ingiriendo líquido

regularmente en el día y tanto como se pierde de peso, ya que la deshidratación en altura causa

resequedad, constipación, menor capacidad eliminar calor y un aumento en la viscosidad

sanguínea por pérdida de agua en sangre, lo que ocasiona mayor trabajo para el sistema

cardiovascular.

Radiación solar

Dado que la atmosfera es completamente transparente la radiación solar entra fácilmente hacia

las capas inferiores. Sin embargo, como en ellas el contenido de vapor de agua es mayor esto

actúa como filtro para los rayos del sol.

A medida que aumenta la altitud, la concentración de vapor de agua se reduce drásticamente.

Esto conduce a un aumento de la radiación ultravioleta que se incrementa aproximadamente 4%

por cada 300 metros. Además, la nieve puede reflejar hasta un 75% de la radiación ultravioleta.

Por estos motivos, los trabajadores deben estar equipados y contar con elementos de protección

personal, tales como gorros o cascos con sombrilla, antiparras o gafas con protección contra rayos

UV, ropa que permita filtrar los rayos del sol y bloqueador para piel y labios.

Tormentas eléctricas y viento

En las montañas el rápido ascenso de las masas de aire provoca que las nubes se carguen de

electricidad con mayor frecuencia de lo que lo harían a nivel del mar. Por esta razón, es común

que en altura las tormentas y lluvias vengan acompañadas de rayos. Si bien la probabilidad de que

uno de estos fenómenos naturales dañe a una persona es baja, se debe tener en consideración

que el riesgo existe.

Por otra parte, las ráfagas de viento son mayores que en alturas más bajas. Es inconfortable

trabajar en un ambiente ventoso y el principal problema radica en que el viento disminuye la

sensación térmica, pudiendo llevar a las personas expuestas a niveles peligrosos de enfriamiento.

Para ambos tipos de fenómenos se debe disponer de infraestructura y mecanismos de control

para que los trabajadores se resguarden apropiadamente. Para el caso de las tormentas eléctricas

se debe ampliar el uso de pararrayos y siempre debe haber un sitio cercano donde los

trabajadores puedan guarecerse, ya sea en una instalación o automóvil que los aísle del riesgo.

Para el caso del viento se requiere un vestuario adecuado y un lugar calefaccionado donde los

trabajadores puedan permanecer para hacer pausas de recuperación o esperar mientras mejoren

las condiciones climáticas.

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Turnos especiales

Si bien la altura no obliga a instalar refugios y campamentos para que los trabajadores pernocten,

muchas veces el ambiente de montaña o altiplano hace que los tiempos de traslado sean mayores

a los que una persona necesita para descansar y recuperarse. Por lo tanto la lejanía hace necesario

que los trabajadores cuenten con lugares para pasar la noche y recrearse.

Sin embargo, como es conocida la mala calidad del sueño en condiciones de altura geográfica y se

conoce que esta empeora mientras más se asciende en altitud, es útil que los trabajadores

descansen en altitudes menores a las que trabajan.

La lejanía entre los refugios o campamentos con el lugar donde los trabajadores normalmente

habitan, obliga a que los sistemas de turnos tengan jornadas especiales para completar las horas

legales semanales o mensuales en menos días. Esto le permite aprovechar de mejor manera sus

días de descanso, motivo por el cual es común que las jornadas de trabajo duren 12 horas. Si bien

existen variados sistemas de turnos, en la tabla 6 se resumen los más usados.

Tabla 8. Sistemas de turnos más usados en campamentos y refugios.

Turno Descripción Observaciones

4 X 3 Cuatro días de trabajo por tres

de descanso

Trabajo de lunes a jueves con

viernes, sábado y domingo de

descanso.

7 X 7 Siete días de trabajo por siete

de descanso

Trabajo una semana completa

para luego descansar otra

10 X 10 Diez días de trabajo por diez

de descanso Alternancia cada diez días.

Oxigenación suplementaria en refugios y campamentos

Más de alguna vez se ha planteado, para mejorar la calidad del sueño en refugios y campamentos,

el uso de oxígeno en las habitaciones de los trabajadores, sobre todo de aquellos que tienen

problemas de insomnio o enfermedades que disminuyen la saturación de oxígeno en la sangre.

Entre las alternativas existentes se encuentran, elevar las concentraciones de oxígeno en las

instalaciones, permitir el uso de cilindros con oxígeno para dormir y facilitar la implementación de

concentradores de oxígeno. Sin embargo, todas tienen sus ventajas y desventajas.

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30

Cada incremento de 1% en la concentración de oxígeno ambiental, por ejemplo de 21 a 22%

significa una reducción de la altitud equivalente a 300 metros. Por lo cual si los trabajadores de

una empresa deben dormir a 4.500 metros y se aumenta la concentración a 26%, sería equivalente

a reducir la altitud en 1.500 metros, teniendo como resultado un ambiente similar al que existe a

3.000 metros de altura. Sin embargo, el costo inicial para incrementar el porcentaje de oxígeno de

una habitación para una sola persona es de 2.000 dólares, alto costo para faenas que cuentan con

una gran cantidad de trabajadores. En la práctica las empresas que tienen este tipo de facilidades

las asignan a casos especiales y a sus principales ejecutivos.

Otra alternativa más práctica es la utilización de cilindros de oxígeno para entregarlo por medio de

nariceras. Sin embargo, tanto su implementación como mantención es igual de costosa que la

alternativa anterior. Por este motivo su uso no se ha masificado y solo se emplea como

tratamiento clínico.

Una prometedora opción resulta la adquisición de concentradores de oxígeno, que son aparatos

capaces de captar el aire ambiental, separar el oxígeno que se encuentra en él y entregar un gas

con oxígeno enriquecido que se entrega igualmente por naricera, pero con un costo mucho

menor. Sin embargo, tiene a lo menos dos desventajas conocidas, la primera es que son máquinas

que emiten ruido, por lo tanto deben mantenerse relativamente alejadas de las personas que

desean dormir, y la segunda es que existen fabricantes que no garantizan su uso por sobre los

3.500 metros de altura.

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Lectura complementaria (no obligatoria): Capítulo 37 de la Enciclopedia de Seguridad y Salud en el

Trabajo

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REFERENCIAS

APUD, Elías. MEYER, Felipe. Ergonomía para la Industria Minera. Primera Edición. Concepción: Universidad de Concepción, 2009. 538 p.

Enciclopedia de Seguridad y Salud en el Trabajo. 1998. OIT, Ginebra.

NIKOLAIEVICH, Vladimir. MIJAILOVNA, Marina. Entrenamiento en Condiciones Extremas. Primera Edición. Barcelona: Paidotribo, 1998. 185 p.

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PREGUNTAS FORMATIVAS

Alternativas

Seleccione la alternativa correcta

1.La disminución del oxígeno disponible, característica del trabajo en altura:

a) Es una de las causas del mal agudo de montaña o mal de altura

b) Justifica la existencia de sistemas de turno y jornadas especiales

c) Provoca cambios adaptativos en las personas

d) Todas las alternativas anteriores son correctas

e) Solo a y c son correctas

2. Dentro de los aspectos especiales del trabajo en condiciones de altura geográfica se debe

considerar:

a) Aumento de la temperatura, menores niveles de radiación solar y aumento de la humedad

relativa

b) Disminución de la temperatura, reducción de la humedad relativa, condiciones ambientales

especiales (viento y tormentas eléctricas), menores niveles de radiación solar.

c) Mayores niveles de radiación solar, aumento de la humedad relativa, aumento de la

temperatura, condiciones ambientales especiales (viento y tormentas eléctricas).

d) Aumento de los niveles de radiación solar, disminución de la temperatura y aumento de la

humedad relativa.

e) Reducción de la humedad relativa, mayores niveles de radiación solar, condiciones ambientales

especiales (viento y tormentas eléctricas) y disminución de la temperatura.

3. Respecto a la relación entre la capacidad aeróbica y la altura se puede afirmar que:

a) La capacidad aeróbica decrece a medida que se reduce la presión barométrica.

b) Una vez alcanzada una altura significativa la capacidad aeróbica se mantendrá estable,

independiente de los días que se permanezca en dicha altitud.

c) La capacidad aeróbica se reducirá en mayor proporción en sujetos sedentarios.

d) Todas las alternativas anteriores

e) Solo las alternativas a y c son correctas

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4. Son complicaciones del mal agudo de montaña:

a) Poliglobulia

b) Edema pulmonar

c) Edema cerebral

d) Disnea de esfuerzo

e) Solo b y c son correctas

Verdadero o Falso

Conteste si la afirmación es verdadera o falsa

_____ El porcentaje de oxígeno contenido en el aire atmosférico disminuye a medida que se

asciende en altitud y nos acercamos a los polos.

_____ La velocidad de ascenso no es un factor determinante para la aparición del mal agudo de

montaña y sus complicaciones.

_____ Generalmente la raíz de los problemas del trabajo en altura geográfica, radica en que las

exigencias laborales son semejantes a las que existe a nivel del mar.

_____ La relación entre consumo de oxígeno y producción de energía es una constante biológica

que se modifica frente a cambios en la concentración de oxígeno del ambiente.