Villajos Norte. Una necrópolis de los inicios de la Edad del Hierro en Campo de Criptana.

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LOS PAISAJES CULTURALES EN EL VALLE DEL CIGÜELAED. CIENTÍFICO: JORGE MORÍN DE PABLOS

Madrid, 2014

DIRECCIÓN CIENTÍFICA

Jorge Morín de Pablos

DISEÑO Y MAQUETACIÓN

Auditores de Energía y Medio Ambiente, S.A.

Coordinación técnica y diseño gráfi co: Jorge Morín de Pablos y Esperanza de Coig-O´Donnell.

Maquetación: Esperanza de Coig-O´Donnell.

Impresión y encuadernación:

EDITA

Auditores de Energía y Medio Ambiente S.A.

ISBN: 978-84-942592-5-8

Depósito Legal: M-22648-2014

Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida en cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico,

incluido fotocopias, grabación o por cualquier sistema de almacenamiento de información sin el previo permiso escrito de los autores.

LOS PAISAJES CULTURALES EN EL VALLE DEL CIGÜELA

cCréditos

Coordinación general: Jorge Morín de Pablos.

Secretaría científi ca: Esperanza de Coig-O´Donnell Magro.

COORDINADORES CIENTÍFICOS DE ÁREA

Prehistoriay Protohistoria: Dionisio Urbina Martínez.

Mundo Romano: Jorge Morín de Pablos.

Antigüedad tardía: Isabel M. Sánchez Ramos.

Mundo Andalusí y Edad Media: Antonio Malalana Ureña.

COLABORADORES

Geoarqueología: Fernando Tapias Gómez.

Prehistoria Antigua: Mario López Recio.

Prehistoria Reciente: Germán López López.

Protohistoria: Catalina Urquijo Álvarez de Toledo.

Mundo Romano: Rui Roberto de Almeida.

Antiguedad Tardía y Alta Edad Media: Rafael Barroso Cabrera.

Militaria: Antxoka Martínez Velasco.

Hidráulica de la Antigüedad: Jesús Carrobles Santos.

Zooarqueología: José Yravedra Sainz de los Terreros y Verónica Estaca Gómez

Palinología, Carpología y Antracología: Manuel Casas Gallego.

Morteros: Pablo Guerra García.

AUDITORES DE ENERGÍA Y MEDIO AMBIENTE S.A.

DIRECCIÓN PROSPECCIONES ARQUEOLÓGICAS

Conducción Principal: Marta Escolà Martínez y Francisco José López Fraile.

Préstamo de El Esplegar: José Manuel Illán Illán y Francisco José López Fraile.

DIRECCIÓN SONDEOS ARQUEOLÓGICOS

La Quebrada: Dionisio Urbina Martínez.

La Peña I-II: Laura Benito Díez y Francisco José López Fraile.

Rasero de Luján: Ernesto Agustí García.

Casas de Luján II: Raúl Luis Pereira y Rocío Víctores de Frutos.

Pinilla I - Los Vallejos: Ana Ibarra Jímenez.

Arroyo Valdespino: Laura Benito Díez y José Manuel Curado Morales.

DIRECCIÓN CONTROL ARQUEOLÓGICO DE LOS MOVIMIENTOS DE TIERRAS

Marta Escolà Martínez, Antxoka Martínez Velasco, Marta Muñiz Pérez, Raúl da

Silva Pereira, José Antonio Gómez Gandullo, Rebeca Gandul García, Ivan González

García, Alfredo Rodríguez Rodríguez, Gonzalo Saínz Tabuenca.

DIRECCIÓN EXCAVACIONES ARQUEOLÓGICAS

El Esplegar: José Manuel Illán Illán y Francisco José López Fraile.

La Quebrada II: Jorge Morín de Pablos y Laura Benito Díez.

La Quebrada III: Jorge Morín de Pablos y José Manuel Illán Illán.

Madrigueras II: Jorge Morín de Pablos y Dionisio Urbina Martínez.

La Peña I: Jorge Morín de Pablos y Laura Benito Díez.

La Peña II: Francisco José López Fraile y Rui Roberto de Almeida.

Llanos de Pinilla: Jorge Morín de Pablos y José Manuel Illán Illán.

Los Vallejos: Jorge Morín de Pablos y Pablo Guerra García.

Los Vallejos II: Marta Escolà Martínez, Gonzalo Sainz Tabuenca e Iván González García.

Los Vallejos III: Marta Escolá Martínez.

La Excavación - Los Mausoleos: Jorge Morín de Pablos y Ernesto Agustí García.

Las Lagunas I-II: Jorge Morín de Pablos y José Manuel Illán Illán.

Casas de Luján I: Jorge Morín de Pablos y Dionisio Urbina Martínez.

Casas de Luján II: Jorge Morín de Pablos y Ernesto Agustí García.

Rasero de Luján: Jorge Morín de Pablos y Ernesto Agustí García.

Rasero de Luján II: Marta Escolà Martínez, Gonzalo Saínz Tabuenca e Iván González García.

Ermita de Magaceda II: Jorge Morín de Pablos y Dionisio Urbina Martínez.

Villajos Norte: José Antonio Gómez Gandullo y Javier Pérez San Martín.

Villajos: Javier Pérez San Martín y Ana Ibarra Jiménez.

Pozo Sevilla: Jorge Morín de Pablos y Marta Escolà Martínez.

Arroyo Valdespino: José Manuel Curado Morales.

METODOLOGÍA ARQUEOLÓGICA: PROSPECCIÓN, EXCAVACIÓN,

INVESTIGACIÓN, DIFUSIÓN Y DIVULGACIÓN 13

EL TERRITORIO. DE LA PREHISTORIA A LA EDAD MEDIA 51

PREHISTORIA ANTIGUA 53

Los primeros Pobladores

PREHISTORIA RECIENTE 54

Los primeros asentamientos humanos

LA EDAD DEL HIERRO 59

El mundo indígena

LA ÉPOCA ROMANA 61

La presencia de Roma

LA ÉPOCA TARDOANTIGUA Y VISIGODA 64

La cristianización del Territorio

LA ÉPOCA ANDALUSÍ 70

La articulación del territorio hispanomusulmán en la cuenca

del rio Cigüela (Provincias de Cuenca y Ciudad Real)

LOS REINOS CRISTIANOS 76

La repoblación temprana de la cuenca del Cigüela

(Provincias de Cuenca y Ciudad Real)

iÍndice

Los Yacimientos GEOARQUEOLOGÍA 89

El Valle del Cigüela

LAS OCUPACIONES HUMANAS EN LA VEGA DEL VALDEJUDÍOS 99

EL ESPLEGAR 105

Nuevos datos para el conocimiento de la Edad del

Bronce en la submeseta sur. Carrascosa del Campo.

III-II milenio B.P.

MADRIGUERAS II 121

Un vicus en el territorio segobricense.

Carrascosa del Campo, siglos V a.c. al V d.C.

LA QUEBRADA III 141

Nuevos datos para el estudio del poblamiento de

la Prehistoria Reciente en el entorno del arroyo del

Valdejudíos. Carrascosa del Campo. III al I milenio B.P.

LA QUEBRADA II 159

Una granja hispanomusulmana en la vega del

Valdejudíos. Carrascosa del Campo. Siglos IX-XI

LA QUEBRADA II 175

Un asentamiento hispanovisigodo en la vega del

Valdejudíos. Carrascosa del Campo. Siglos VI-VIII d.C.

LAS OCUPACIONES HUMANAS EN EL

TERRITORIO DE SEGÓBRIGA 197

LA PEÑA I 207

El sistema hidráulico de abastecimiento de aguas

a la ciudad de Segóbriga. Carrascosa del Campo y

Saelices. Siglo I d.C.

LA PEÑA II 239

Una explotación vitivinícola en el ager

segobricense. Saelices. Siglos I-III d.C.

LLANOS DE PINILLA 271

Un espacio productivo altoimperial en el territorio

segobricense. Saelices. Siglos I-III d.C.

LOS VALLEJOS 305

Una villa en el territorio segobricense. Saelices.

Siglos I-III d.C.

CAMINO DEL ESCALÓN - MAUSOLEOS 355

Nuevos datos para el conocimiento del suburbium

segobricense. Saelices. Siglos I-VIII d.C.

LAS LAGUNAS 373

La producción de miel en época romana en

el territorio de Segóbriga. Saelices. Siglos I

y II d.C.

CASAS DE LUJÁN 393

Una villae romana en el ager de Segobriga.

Saelices. Siglos I-III d.C.

CASAS DE LUJÁN II 415

Notas sobre el fi n de la Guerra Civil española

en la provincia de Cuenca. Saelices. 1939

RASERO DE LUJÁN II 425

Las producciones cerámicas en el territorio

segobricense. Saelices. Siglos I-III d.C.

RASERO DE LUJÁN 481

Rasero de Luján, Casas de Luján y Vallejos.

Vías y caminos en el entorno de la ciudad de

Segóbriga. Saelices. Siglos I-III d.C.

ERMITA DE MAGACEDA 499

Un asentamiento frustrado de la primera

repoblación de Uclés en el cauce del Cigüela.

Villamayor de Santiago. Siglos XII-XIII d.C.

LAS OCUPACIONES HUMANAS

EN EL CURSO BAJO DEL CIGÜELA 511

VILLAJOS NORTE 515

Una necrópolis de los inicios de la Edad del

Hierro de Villajos. Campo de Criptana. Siglos

VII-V a.C.

VILLAJOS 537

Un hábitat hispanomusulmán en la Mancha

alta. Campo de Criptana. Siglos IX-XI d.C.

POZO SEVILLA 549

Una casa-torre en la Mancha. Alcázar de San

Juan. Siglos I-IV d.C.

ARROYO VALDESPINO 593

Nuevos datos para el estudio de la

Protohistoria y la época andalusí en la

Mancha. Herencia. Siglos V-IV a.C. y

XI-XII d.C.

BIBLIOGRAFÍA 611

0 5 m.

517

VILLAJOS NORTE

UNA NECRÓPOLIS DE LOS INICIOS

DE LA EDAD DEL HIERRO DE VILLAJOS

CAMPO DE CRIPTANA

Dionisio Urbina Martínez, Catalina Urquijo Álvarez de Toledo

y Jorge Morín de Pablos1

Área de Protohistoria de AUDEMA

La zona de Villajos se sitúa a 5 km al Norte de Campo de Criptana, en plena llanura manchega, y en el borde septentrional de la

provincia de Ciudad Real. Las corrientes fl uviales más próximas están lejanas ya que el río Záncara corre al Sur a 14km y el Gigüela

a igual distancia al Noroeste. En los casi 30 km de interfl uvio se desarrollan dos zonas endorréicas formadas por las lagunas próxi-

mas a Pedro Muñoz, al Este, y las de Alcázar de San Juan, Quero y Villafranca de los Caballeros al Oeste. Estas zonas lagunares, se

hallan separadas por el pequeño macizo que se extiende desde el pueblo de Campo de Criptana, hacia el Norte, con alturas máxi-

mas de 780m, mientras que las depresiones en las que se localizan las lagunas se encuentran a 680m.

Una antigua zona lagunar ya desecada aparece al Noreste de Campo de Criptana, se trata del Salobral, 2,5 km al Noreste del cerro

de la Ermita de la Virgen de Criptana, mientras que otra antigua laguna desecada, lo hace a al Noreste, en la zona de Villajos, de la

que se abastecía el Arroyo de San Marcos, en la antigua laguna conocida como Vega del Cristo, que a su vez, desemboca en la Lagu-

na del Salicor, cerca del yacimiento romano de La Hidalga, 3,5 km al Noroeste de Villajos. Esta antigua zona lagunar es el inicio de

la depresión que se abre hacia el Oeste, donde nace el Arroyo de Pozo Sevilla y después del Albardial, que desemboca en las lagunas

de La Veguilla y del Camino de Villafranca, al oeste del pueblo de Alcázar de San Juan.

Los componentes geológicos están formados por limos y margas areniscas de coloraciones rojizas y abigarradas. Junto a las margas

aparecen areniscas y estratos de yesos fi brosos blancos con hiladas de sales. Junto a estos materiales, en algunos cerros, sobresalen

pequeños afl oramientos de calizas dolomíticas, calizas blancas y blanco-rosáceo, muy compactas y oquerosas. Las arcillas rojizas y las

tierras ennegrecidas que constituyen las turbas de las antiguas tierras encharcadas, son características de los alrededores de Villajos.

En esta depresión afl oran 5 pequeños cerros cónicos. En uno de los mayores se levantaba la Casa de Huerta Treviño. Otro se encuentra

apenas a 200m del área de actuación, y junto a uno de los más pequeños, aprovechando una mesetita a 700m al Suroeste de la zona en

donde se han practicado las excavaciones arqueológicas, se levanta la Ermita del Cristo de Villajos. Todas estas elevaciones debieron

estar pobladas desde antiguo, justifi cando el topónimo de “villajos”, o pequeñas villas. En las crónicas medievales y los repertorios

Modernos, se relata que Villajos fue cedido en 1162 por Alfonso VIII a la Orden de San Juan para su repoblación, mencionándose los

lugares de Chitrana, Kero y Attires (Criptana, Quero y Tirez). Desde 1237 pasó a depender de la Orden de Santiago, que en la segunda

mitad del siglo XIII fundó la aldea de El Campo (donde se ubica ahora Campo de Criptana). A este lugar se fueron trasladando a lo

largo del siglo XIV los habitantes de los núcleos existentes con anterioridad en el territorio que hoy forma su término municipal: Crip-

tana, Posadas Viejas y Villajos, que quedó por entonces despoblado. La iglesia con el nombre de Santa María de Villajos se documenta

en el siglo XVI. En varios de estos documentos medievales se cita con los nombres de: Villa de Alios y Villa de Ajos. Se despobló a partir

del siglo XII y sobre la primitiva iglesia del núcleo se levantó la actual ermita. La encomienda de Campo de Criptana comprendía esta

villa y los despoblados de Villajos, Tírez, Pedro Muñoz, Posadas Viejas, Palomares y San Martín. Se constituyó después de 1237 cuando

pasó a formar parte de los bienes de la Orden de Santiago por acuerdos con la Orden de San Juan.

1 Departamento de Arqueología, Paleontología y Recursos Culturales

Auditores de Energía y Medio Ambiente, S.A.

Calle Santorcaz, 4. 28002 Madrid.

www.audema.com; [email protected]

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1. ACTUACIÓN ARQUEOLÓGICA

La actuación en la necrópolis de Villajos, Campo de Criptana, Ciudad Real, se realizó en Octubre de 2008. El área excavada fue de

170 m2, dividiéndose en dos sectores. En el primero de ellos se excavaron 90 m2 en la zona occidental del área de actuación. Se trata

de la zona de la zanja, que se respetó debido a la aparición de restos arqueológicos. A su lado se excavaron los sectores 2 y 3, cada

uno de ellos con una superfi cie de unos 40 m2, ubicados en los perfi les adjuntos a la zanja; que fueron los que permitieron identifi car

la presencia del yacimiento. La zona se sitúa sobre los llanos del Norte de la zona lagunar, a 400m de un cerro cónico al Oeste y 600

del cerro en donde se ubica la Casa de la Huerta de Treviño.

TUMBA 1

Se corresponde con el denominado ámbito 1, al que se asignaron las unidades estratigráfi cas, 10, 11 y 12. La U.E. 12 pertenece al

hoyo de la tumba, El relleno superior (UE. 10) está formado por un sedimento de color marrón, de naturaleza arenosa, con presencia

importante de bloques de piedra. El relleno inferior (UE 11), está constituido por un sedimento de cenizas de color gris claro, sueltas

y poco compactadas. Es decir, la parte superior del relleno está contaminada con arcillas marrones por efectos de los arados, y el

inferior en donde se conservan los restos de cenizas del enterramiento.

Se trata de una tumba excavada sobre un lecho de piedras calizas, que

probablemente aprovechó algunas de las piedras para calzar la vasija.

El hoyo presenta grandes dimensiones, con un diámetro de 1,25m, y

forma casi semicircular, con 52cm de profundidad. Se descubrió cor-

tado por la excavadora.

URNA:

No documentada. Un hoyo de semejantes características debió de po-

seer una vasija de gran tamaño como contenedor de huesos, o quizá

dos, aunque no han llegado a nosotros restos de ella. En los trabajos de

excavación tan sólo se recuperaron los fragmentos de varias vasijas de

acompañamiento.

VASIJAS DE ACOMPAÑAMIENTO:

-Varios fragmentos de escudilla hecha a mano, de acabado oxidante al

exterior y paredes delgadas de 0,3mm. Inventariados como material no

selecto: Bolsa 4. Estructura 1. UE 10

-Fragmentos de cuenco o tapadera hecha a mano, de borde ligeramente

exvasado, labio apuntado y paredes delgadas de 0,3mm. Inv. VN/E/0054

-Varios fragmentos pertenecientes a tres pequeños cuencos con forma

de casquete esférico, base ligeramente umbilicada y labio horizontal de

ala ancha. VN/E/0052-3, 55.

AJUAR:

-Puente de f íbula de doble resorte de sección circular, de 4,2mmØ y

4,5cm de largo, que conserva el arranque de un resorte y dos espiras

del otro. Bronce. VN/E/112.

-Dos fragmentos de hilos de pulsera de bronce, de sección cuadrangu-

lar y rectangular. VN/E/112

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TUMBA 2

Este ámbito se ubica en el sector 2, está constituido por las unidades

estratigráfi cas 20 y 21, asignadas al relleno y al hoyo de la tumba,

respectivamente. La U.E. 21 es una estructura negativa de forma

más o menos ovoide, que fue excavada en el nivel geológico, con

unas dimensiones de 70 cm. de longitud, por 60 cm de anchura, y

una profundidad de unos 38 cm.

El relleno de esta estructura (U.E. 20), es un sedimento arcilloso,

relativamente compactado, pero no muy duro, en el que es habitual

encontrar algunas pequeñas piedras calizas. Se trata de un nuevo

hoyo, en este caso con capacidad para una urna, que horada en par-

te las calizas del subsuelo y parece aprovechar algunas piedras para

calzar la urna.

URNA:

Tinajilla de borde vuelto en pico de ánade (VN/E/0060), perfi l ovoi-

de y base umbilicada, de la que se conservan numerosos fragmentos

con restos de engobe jaspeado negro, agrupados entre el material

no selecto como: Bolsa 5. Estructura 2, UE20. Boca 16,5cmØ inte-

rior, bases 7,7cmØ y altura ±21cm.

VASIJAS DE ACOMPAÑAMIENTO:

Se hallaron los restos de una copita fabricada a torno, con la-

bio redondeado y pie alto, de acabado negro; 5cm alto y 10cmØ:

VN/E/0056, junto con una ollita reductora fabricada a mano, de

cuerpo ovoide, labio ligeramente abierto y base plana reforzada con

talón: VN/E/0057, de 6,8cmØ base, 12,2cmØ boca y 11,9cm de al-

tura (paredes de 0,9cm de grosor). Bolsa 5. Estructura 2. UE 20.

AJUAR:

Pieza cónica de hierro en varios fragmentos, hueca, que se corres-

ponde a un regatón de 10,5cm de largo y 2cmØ máximo.

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TUMBA 5

El ámbito 5 se ubica en el sector 3, está constituido por las unidades estratigráfi cas

50 y 51, son el relleno y la estructura de contención del mismo. La U.E. 51 es una

estructura negativa, de forma alargada, excavada en el nivel geológico, con unas

dimensiones de 62 cm. de longitud, por 31 cm de anchura y una profundidad de

18 cm. El relleno de esta estructura (U.E. 50), es un sedimento arenoso, gris, poco

compacto, con presencia ocasional de alguna pequeña piedra caliza.

Se trata de un hoyo que se dispone más cerca de la superfi cie que los anteriores,

por lo que se encuentra casi totalmente arrasado por las labores agrícolas.

URNA:

Dos fragmentos de recipiente a mano de paredes gruesas, con engobe rojo al ex-

terior y perfi l carenado, que debe corresponder a una vasija de borde apuntado

y boca abierta.

Aparecen algunos fragmentos de huesos quemados y varios trozos de cerámica a

torno, de pastas anaranjadas, entre los que se identifi ca el arranque de una base

umbilicada (VN/E/0061) que debió pertenecer a una urna similar a la de la T2.

TUMBA 6

Este ámbito se ubica en el sector 2, está constituido por las unidades estrati-

gráfi cas 60 y 61, que responden al relleno y al pequeño hoyo. La U.E. 61 es una

estructura negativa, de forma semicircular, excavada en el nivel geológico, con

unas dimensiones de 73 cm. de longitud por 31 cm de anchura y una profundi-

dad de 12 cm. El relleno (U.E. 60) es un depósito de carácter arenoso, con ceniza,

con pequeñas piedras calizas, muy poco compactado y todo removido

Destacamos la documentación de diversos fragmentos de hueso, algún frag-

mento de cerámica oxidante a torno, de pasta compacta, y un anillo de 2,2cmØ,

con sección laminar de 3mm de ancho.

TUMBA 7

El ámbito 7 se ubica en el sector 2, está constituido por las unidades estratigráfi -

cas 70 y 71, asignadas al relleno y a la estructura respectivamente. La U.E. 71 es

una estructura negativa, de forma casi circular, excavada en el nivel geológico,

con unas dimensiones de 65 cm. de longitud, por 55 cm de anchura y una pro-

fundidad de 12 cm. El relleno (U.E. 70) es un sedimento arenoso, de color gris

con carbones, muy suelto.

Tan sólo se localiza un fragmento de cerámica, se trata de un borde de cocción

oxidante de pasta rosada y compacta, con factura a torno y acabado alisado.

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TUMBA/ÁMBITO 8

Este ámbito se ubica en el sector 2, está constituido por las unidades estra-

tigráfi cas 80, 81 y 82. 80 y 81 son dos rellenos que colmatan el hoyo de la

tumba. La U.E. 82 se corresponde con el hoyo de la tumba, que está exca-

vada en el nivel geológico, tiene forma semicircular con unas dimensiones

de 148cmØ, por 84cm de anchura conservado, y una profundidad total de

134cm, pues a los 92cm donde se cierra la semiesfera del hoyo se disponía

una nueva oquedad ovalada ocupando la mitad del espacio que la anterior.

Se trata de la estructura de mayor profundidad encontrada. El relleno su-

perior lo forma un sedimento terroso, compacto, pero suelto con manchas

de caliches blancas. El relleno inferior es un sedimento marcadamente gris,

poco compacto y suelto, con pequeñas piedras calizas.

La estructura parece estar delimitada por una capa gruesa de arcilla ocre, apel-

mazada. Esta característica es común en hoyos de necrópolis como Madrigueras

o Cerro Colorado. Vaso globular de unos 22cm de altura y 20cmØ máximo.

Borde vuelto abierto con ungulaciones, falta la base. Fabricada a mano, con

paredes gruesas, superfi cie alisada oxidante, color ocre y rojizo. Bolsa 8. Es-

tructura 8. UE 81. Dos fragmentos de urna de cuello largo cilíndrico, borde

abierto y carena baja, superfi cie exterior con acabado en rojo que parece ser

una aguada con la tierra de la zona. VN/E/0051.

Junto a ellas se recuperan distintos fragmentos de otras vasijas realizadas a

mano, igualmente de gran tamaño, entre las que se encuentran dos ejempla-

res de ollas globulares con cuellos estrangulados y bordes ungulados, tres

ollas semiesféricas con bordes rectos redondeados, otra olla de cuerpo lar-

go con borde con labio abierto, una más con borde vuelto y superfi cies con

aguada en rojo, y varios bordes redondeados rectos: VN/E/0065-70.

AJUARES: Tan sólo se halla un fragmento de bronce de sección circular, que debe co-

rresponder al aro de una f íbula anular o al hilo grueso de una pulsera.

TUMBA 9

El ámbito 9 se sitúa en el sector 2, está constituido por las unidades estrati-

gráfi cas 90, 91, 92 y 93 asignadas a los 3 rellenos y a la estructura 9 respecti-

vamente. La U.E. 93 es una estructura negativa de forma ovalada excavada en

el nivel geológico, con unas dimensiones de 95cm de longitud, por 48cm de

anchura y una profundidad de 25cm. El relleno superior de esta estructura

corresponde a la UE 90, se trata, de un sedimento compacto de arcilla, con

muchas piedras pequeñas, que cubre a otro sedimento (UE. 91) formado

por cenizas, de color gris claro, con carbones, que a su vez cubre a un tercer

sedimento (UE. 92) de naturaleza terrosa, poco compacto, de color marrón.

Destacamos la documentación de huesos, fragmentos de yeso y algunos de

cerámica oxidante, alisada, de pasta compacta y manufactura a torno, todo

ello en la UE. 92. Bolsa 9. Estructura 9. UE 90

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TUMBA 10

Este ámbito está constituido por las unidades estratigráfi cas 100 y 101, asignadas

al relleno y a la estructura nº 10 respectivamente. La U.E. 101 es una estructura

negativa de forma oval, excavada en el nivel geológico, con unas dimensiones de

210 cm. de longitud, por 102 cm de anchura y una profundidad de 35 cm. El relle-

no de esta estructura (U.E. 100), es un sedimento gris oscuro, arcilloso, compacto,

no muy duro con presencia frecuente de carbones.

Entre los materiales encontrados se hallan varios fragmentos de una escudilla de

pasta fi na y cocción reductora, de olla de borde punteado, y un borde de pico de

ánade fabricado a torno. En bronce se recuperan unos fragmentos consistentes

en un placa delgada muy rota, con remate doblado y reforzado por sendas láminas

con remaches.

TUMBA 11

El ámbito 11 se sitúa en el sector 2, está constituido por las U.E.110, 111, 112, 113

y 114; 110, siendo 110 el relleno general, 113 el relleno del interior de la tinaja, 111

los calzos, 112 la tinaja o urna, y 114 la fosa o estructura. La U.E. 114 es una es-

tructura negativa, de forma cuadrangular, excavada en el nivel geológico, con unas

dimensiones de 135 cm. de longitud por 97 cm de anchura y una profundidad de 38

cm. El relleno general de esta estructura (U.E. 110), es un sedimento arcilloso, gris,

compacto y suelto, análogo al que vemos en el interior de la tinaja 113.

La vasija que contenía los restos óseos se hallaba rodeada de lajas calizas en la

parte Norte y, al igual que en otros casos, descansa a su vez sobre el estrato calizo

del subsuelo. A pesar de que el terreno está muy alterado por las labores agrícolas

que han hecho desaparecer fragmentos de la parte superior de la vasija, no parece

que haya que pensar en la existencia de un túmulo o superestructura del enterra-

miento, sino que da la impresión de las piedras servían de calzo de la urna dentro

del hoyo. La tinaja se hallaba reventada por la presión de la tierra que la cubrió

una vez rota su parte superior.

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URNA:

Tinaja fabricada a mano, de perfi l ovoide, con base plana, cuello estrangulado y

borde vuelto apuntado, bífi do. El acabado es oxidante, rojo en buena parte de su

superfi cie exterior e interior, aunque presenta manchas negras y pardas, expo-

nentes de una cocción en hoguera. En prácticamente toda la superfi cie presenta

unas gruesas líneas o pequeñas acanaladuras trazadas en horizontal, vertical y en

oblicuo. Recuerda los acabados escobillados de los grandes recipientes del Bronce

Final, aunque con las líneas mucho más pronunciadas, de modo que se pueden

considerar como una decoración sí mismas. VN/E/00081

Entre los restos hallados dentro de la urna se encuentran varios fragmentos de

un cuenco de borde apuntado y base plana de 10cm de altura, de la misma pasta

y iguales rayados acanalados que la tinaja, lo que nos hace suponer que pudo ser

empleado como tapadera de la urna.

Se recogen también los restos de otra vasija de gran tamaño que debe pertenecer

a un enterramiento cercano. Entre los fragmentos hay varios de bordes y galbos

rectos a los que debe pertenecer un gran mamelón con perforación horizontal y

un fragmento de base plana.

VASIJAS DE ACOMPAÑAMIENTO:

Se recuperan fragmentos de dos platos o escudillas fabricadas a mano. Una de ellas

presenta un borde con labio abierto y hombro carenado al exterior, con 18cmØ de

boca y 4,8cm de altura; presenta acabado oxidante con restos de aguada roja. La otra

debe tratarse de un cuenco más o menos semiesférico con borde de labio abierto y

base ligeramente umbilicada. Conserva los restos de un mamelón de perforación

horizontal.

AJUAR:

Dentro de la tinaja y muy afectados por el fuego, se conservan varios fragmentos de

bronce, entre los que se pueden identifi car trozos de sección circular de 3mmØ de

pulsera, uno de ellos con remate esférico, y un fragmento de lo que parece el muelle

y el puente con sección de cinta de 0,5cm, de una f íbula de doble resorte.

524

TUMBA 12

El ámbito 12 se ubica en el sector 2, está constituido por las unida-

des estratigráfi cas 120, 121, 122 y 123, siendo 120 el relleno general,

121 una pequeña urnita, 122 el relleno de la urna y 123 la fosa. La

U.E. 123 es una estructura negativa, de forma circular, excavada en

el nivel geológico, destaca la presencia de una alineación de círculos,

excavados en el geológico, rodeando la pequeña urna de esta estruc-

tura (se documentan en total 8 agujeros); con unas dimensiones para

todo el conjunto de 125cm de longitud, por 118cm de anchura y una

profundidad para la fosa donde se ubica la urna, de 22cm. El relleno

de esta estructura (U.E. 120), es un relleno gris, compacto y terroso,

en el que es posible encontrar algún carbón; muy semejante es el

relleno de la urna (UE 122).

URNA:

Tinajilla bitroncocónica fabricada a torno, de acabado ocre (pudo

llevar una aguada o engobe anaranjado claro), a la que falta el borde

y la base que debieron ser en pico de ánade y umbilicada, respecti-

vamente.

AJUAR:

Se recoge una f íbula de doble resorte con puente de placa circular

de 4,8cmØ, y 2mm de grosor, y resortes de tres espiras en ambos la-

dos, de sección triangular de 5mm de grosor. Faltan la aguja y el pie.

VN/E/117. Corresponde al tipo 3C de Argente y IIA de Ruiz Delga-

do. Cinco fragmentos de un cuchillo recto de hierro, que conserva

los remaches del mango y tiene adosadas varias varillas de hierro.

TUMBA 13

Este ámbito se ubica en el sector 2, está constituido por las unidades

estratigráfi cas 130 y 131, asignadas al relleno y a la estructura nº 13

respectivamente. La U.E. 131 es una estructura negativa, de forma

circular, excavada en el nivel geológico, con unas dimensiones de

27cm de longitud, por 25cm de anchura y una profundidad de unos

9cm. El relleno de esta estructura (U.E. 130) es un sedimento terro-

so, marrón, compacto, no muy duro.

URNA:

Se recuperan varios fragmentos de una tinajilla probablemente bi-

troncocónica, con base umbilicada, de pasta gris-blanco, muy poro-

sa, y acabado marrón claro.

12

13

525

TUMBA 14

El ámbito 14 se ubica en el sector 2, este ámbito está constituido por las uni-

dades estratigráfi cas 140 y 141, asignadas al relleno y a la estructura nº 14 res-

pectivamente. La U.E. 141 es una estructura negativa, de forma más o menos

barquiforme, excavada en el nivel geológico, con unas dimensiones de 103

cm. de longitud, por 65 cm de anchura y una profundidad de 18 cm. El relleno

de esta estructura (U.E. 140), es un sedimento gris, compacto, terroso, no muy

duro, con presencia habitual de pequeños carbones. Tan sólo se recogen unos

fragmentos de un recipiente a torno de pasta rojiza con borde vuelto.

TUMBA 15

Este ámbito se ubica en el sector 2 y está constituido por las unidades estrati-

gráfi cas 150 y 151, asignadas al relleno y a la estructura nº 15 respectivamente.

La U.E. 151 es una estructura negativa de forma circular excavada en el nivel

geológico, con unas dimensiones de 121cm de longitud, por 40cm de anchura

y una profundidad de 7cm. El relleno de esta estructura (U.E. 150) es un sedi-

mento gris terroso, poco homogéneo y poco compacto, con presencia ocasio-

nal de alguna piedra caliza. Tan sólo se recogen algunos fragmentos de hueso,

y una fusayola bitroncocónica pequeña, con decoración de circulitos incisos

en el vértice y triángulos rayados en la cara superior: VN/E/0102.

TUMBA/ÁMBITO 17

El ámbito 17 se ubica en el sector 2, está constituido por las unidades estrati-

gráfi cas 170 y 171, asignadas al relleno y a la estructura nº 17 respectivamente.

La U.E. 171 es una estructura negativa de forma aproximadamente ovalada, ex-

cavada en el nivel geológico, con unas dimensiones de 125cm de longitud, por

115cm de anchura, y una profundidad de 45cm. El relleno de esta estructura

(U.E. 170), es un relleno de color marrón, arenoso, poco compacto, muy suelto,

con alguna piedra pequeña de caliza. Se recogen diversos restos de vasijas a

mano, entre ellos varios de acabado alisado ocre y castaño, que corresponden

a una tinaja de cuerpo globular con cuello estrangulado y borde abierto, ungu-

lado ±22-23cmØ: VN/E/0091-0101. También se recogen dos bordes redon-

deados rectos y un borde redondeado de recipiente esférico con mamelón

junto al borde VN/E/0090. Cuenco de acabado reductor de perfi l semiesférico

con borde redondeado recto, superfi cie sin alisar. Pudo servir de tapadera del

recipiente anterior.VN/E/0089. No se hallaron restos de vasijas de acompaña-

miento o de ajuar, pero sí una treintena de semillas de leguminosa de la familia

de las vicia ervilia, como yeros o mejor la variedad silvestre y más pequeña

conocida en la zona como “arveja”.

1415 17

526

TUMBA 18

Este ámbito está situado en el sector 3, está constituido por las unidades

estratigráfi cas 180 y 181, asignadas al relleno y a la estructura nº 18 respec-

tivamente. La U.E. 181 es una estructura negativa, de forma circular, exca-

vada en el nivel geológico, con unas dimensiones de 41cm de longitud, por

38cm de anchura y una profundidad de 12cm. El relleno de esta estructura

(U.E. 180), es un sedimento gris oscuro, arcilloso, compacto, con presencia

de piedras pequeñas de caliza. Sólo se recogen algunos fragmentos de ce-

rámica a mano, reductora.

TUMBA 19

Este ámbito se ubica en el sector 3, está constituido por las unidades estra-

tigráfi cas 190, 191, 192 y 193; siendo el relleno general 190, el relleno de la

urna 192, la urna 191 y la fosa 193. La U.E. 193 es una estructura negativa,

de forma cuadrangular, excavada en el nivel geológico, con unas dimen-

siones de 82cm de longitud, por 75cm de anchura y una profundidad de

18cm. El relleno general de esta estructura (U.E. 190), es un sedimento

marrón, arenoso, compacto, con alguna piedra caliza.

URNA:

El contenedor de huesos es una urna globular hecha a mano con acabado

oxidante, pero pasta reductora, de paredes delgadas VN/E/0103. Sólo se

conserva la mitad inferior, aunque los fragmentos de borde redondeado

recto VN/E/0104, podrían corresponder a la boca del recipiente. Se extrae

a bloque y se excava en laboratorio. Se halla en muy mal estado de conser-

vación.

VASIJAS DE ACOMPAÑAMIENTO:

Los fragmentos siglados como VN/E/0105 se interpretan como perte-

necientes a una pequeña vasija globular, también fabricada a mano y de

acabado oxidante, con paredes muy delgadas, de la que sólo se conservan

unos galbos.

AJUARES:

Junto a la urna se halló una f íbula de doble resorte con puente simple,

fi liforme de 2,5mmØ, y 3cm de largo. Cada uno de los resortes tiene 6

espiras, aguja curvada de 6,7cm, y pie corto de 2cm, con mortaja recta

y larga: 2,3cm (Tipo 3A de Argente y IA1de Ruiz Delgado). Se halla en

muy buen estado de conservación, con sólo una pequeña rotura en la mor-

taja. VN/E/120. Asimismo se localizó una pulsera de bronce de sección

ovalada con 6,8cmØ máximo, abertura de 3cm (aunque un extremo está

roto), cinta de sección rectangular de 3,5mm de ancho y 1,5mm de grosor,

rematada en pico por disminución. VN/E/121. Finalmente se localizaron

tres fragmentos de un cuchillo de hierro con parte del mango en el que se

conservan dos remaches, y parte del arranque de la hoja. VN/E/119

1819

527

MATERIALES SIN CONTEXTO

DEFINIDO

Como es común en actuaciones de estas características, son

relativamente abundantes los materiales recogidos de las

capas superfi ciales del terreno. En este caso se han diferen-

ciado aquellos que aparecen en las tierras afectadas por los

arados, denominados “superfi cie”, y los que se recogen de

los bordes de los taludes practicados por la excavadora que

deben corresponder a tumbas muy afectadas por la obra.

Por lo que respecta a los primeros, como era de esperar

los materiales están formados por fragmentos muy roda-

dos de pequeño tamaño, en su mayoría correspondientes a

bordes vueltos y pico de ánade de vasijas a torno con pastas

anaranjadas. Son pocos los fragmentos a mano recogidos,

ya que los arados destrozan más este tipo de cerámicas. De

entre todos ellos destacamos un borde horizontal saliente,

con labio redondeado de 9cm de diámetro exterior y 4,5cm

de diámetro interno, por lo que debe tratarse de la boca de

una botella.

Junto a la cerámica se recuperan unos fragmentos de bronce

que corresponden al menos a dos f íbulas anulares. Una de

ellas conserva el puente casi completo, de sección ovalada

de 4mm de grosor, y arco de medio punto de 4cm de base.

La mortaja se abre en un sólido pie rectangular de 2x0.9cm

y grosor medio de 5mm. Un fragmento de hilo de 3mm con

alambre acintado de 3mm de ancho enrollado sobre él, debe

corresponder al resorte de muelle. Otros tres fragmentos

igualmente de hilo de sección circular deben corresponder

al aro de la f íbula; todos ellos llevan un fi no alambre en-

rollado. Se trata de un tipo que González Zamora clasifi ca

dentro de las anulares como variante novedosa conocida a

día de hoy en 3 yacimientos de la provincia de Toledo.

Otros 5 fragmentos de aro circular de 2mm de Ø, con restos

del muelle de alambre, un fragmento de punta de la aguja y

parte del puente de sección ovalada de 2,5mm, corresponde

a otra f íbula anular, en este caso de menor tamaño.

Con la denominación de “vigilancia" se recoge un lote de

fragmentos pertenecientes a enterramientos rotos recien-

temente. Entre ellos un a fusayola cilíndrica de 4,7cmØ, la

punta de un cuchillo afalcatado de hierro, y parte del man-

go que conserva un remache y el arranque de la hoja de

otro cuchillo similar; la mitad inferior y parte de la superior

de una urna bitroncocónica fabricada a torno con diámetro

máximo de 20cm y base umbilicada de 7,3cmØ; debió po-

seer en origen un engobe vinoso, tal vez jaspeado.

Materiales localizados durante el programa de vigilancia.

Junto a ellos se documenta un pequeño vaso fabricado a mano de 11cm de alto, base

plana de 5cmØ y borde redondeado con labio ligeramente abierto. El perfi l es de

tendencia ovoide, ensanchado en la base, y presenta 9 pequeños mamelones alinea-

dos ligeramente por encima de la mitad de la pieza, y otro (debieron ser 4 en origen)

por debajo del borde. Acabado marrón con la parte inferior ennegrecida, sin alisar.

Se recuperó también la parte superior de una tinaja con acabado oxidante y restos

de engobe rojo, sobre la que se disponen grandes manchas en negro. La superfi cie

está alisada y presenta profundas incisiones o acanaladuras por todo el cuerpo hasta

la altura del cuello, sin llegar a formar un esquema decorativo, sino que las líneas

se distribuyen en horizontal, vertical y oblicuo. El cuello se estrecha y el borde es

redondeado con labio vuelto y muy delgado. Pertenece a una tinaja con cuello de

22cmØ y diámetro máximo de unos 42cm. La altura total pudo superar los 60cm. Se

trata de una pieza similar a la urna de la T11.

Finalmente, se halló un escudilla o pequeño cuenco fabricado a torno, de base con

pie de 7,5cmØ, borde redondeado con labio saliente horizontal de 11cmØ, y altura

de 5,5cm. Presenta un engobe rojo-naranja en la parte interior y en los 2/3 supe-

riores de la parte exterior. Al interior tiene dos bandas (4mm) en rojo vinoso, una

marcando el inicio del pie y la otra junto a la carena en donde se inicia el labio, otra

banda cubre el borde al interior y exterior y una última banda algo más gruesa se

dispone al exterior en el punto al inicio del arranque del labio.

2. LA NECRÓPOLIS DE INCINERACIÓN

DE VILLAJOS

Las características de la actuación impiden realizar precisiones sobre la disposición

de las tumbas y su composición, ya que han llegado a nosotros fuertemente altera-

das. La necrópolis se concentra especialmente en los sectores 2 y 3, con una superfi -

cie de 80m2 a la que habría que añadir la ocupada por la zanja entre ambos sectores,

lo que nos acercaría a los 500m2. Si esa parte de la zanja la densidad de tumbas fuese

similar a la documentada en ambos sectores, podríamos esperar un total cercano a

los 90 enterramientos.

En los 16 enterramientos localizados la característica general es el arrasamiento de la

parte superfi cial de los mismos, lo que hace muy dif ícil la valoración de la existencia

de elementos de cubrición de los hoyos, de señalización de las tumbas o de otros ele-

mentos situados en la parte alta de los enterramientos. Por lo general, parece que se

trataba de simples hoyos practicados en el suelo sobre los que se depositaba la urna

y los vasos de acompañamiento, cubriéndose con tierra. La naturaleza geológica del

terreno hacía a veces necesaria la extracción de lajas calizas, las cuales pudieron ser

aprovechadas para calzar las urnas en el agujero. Por las razones antes indicadas des-

conocemos si alguna de estas piedras pudo ser empleada también como señalizador

del enterramiento.

Los hoyos se han conservado con alturas de 20-30cm que deben corresponder a más

o menos la mitad de la altura total original, a juzgar por la fragmentación que presen-

tan las vasijas detectadas en esos agujeros. Existen dos excepciones como son la T8

y la T12. La Tumba 8 está formada por un agujero semicircular de más de 1,5m de

Materiales tumba 1.

Materiales tumba 2.

Materiales tumba 8.

diámetro, y por debajo de él se hallaba otra pequeña oquedad en donde se encontraron

cenizas y huesos quemados a más de 1m de profundidad sobre la superfi cie del hoyo.

Por su parte, en la T12 se habla de la existencia de ocho pequeños agujeros alineados en

torno al hoyo en donde se hallaba la urna, en una extensión superior a 1m2.

Sin duda que estos indicios son sufi cientes para pensar cuando menos, en la existen-

cia de complejas disposiciones de los hoyos al igual que se han constatado en necró-

polis relativamente cercanas como son las de Palomar de Pintando en Villafranca de

los Caballeros (Pereira et al., 2003), y El Vado, en la Puebla de Almoradiel (Martín

Bañon, 2007 y 2010).

En la necrópolis de Villajos, como decimos se han excavado 16 tumbas, aunque de al-

gunas de ellas la información obtenida es muy escasa, limitándose a la constatación de

la base del hoyo del enterramiento y a algún fragmento de cerámica o ajuar, caso de las

T5, T6, T7, T9, T10, T14, T15 y T18, de modo que en realidad contamos tan sólo con

una muestra mínimamente representativa que se reduce a 8 tumbas : T1, T2, T8, T11,

T12, T13, T17 y T19, y por lo que a éstas respecta, la información es muy desigual.

En la T1 conocemos el hoyo y contamos con parte del ajuar y las vasijas de acompaña-

miento, pero falta el contenedor de los huesos. De la T2 podemos hacernos una idea

más aproximada ya que, aunque muy fragmentada, contamos con la urna, vasijas de

acompañamiento y algo de ajuar.

A pesar de contar con abundantes restos en la T8, el enterramiento es de dif ícil in-

terpretación, ya que se documentaron fragmentos de al menos 6 vasijas de gran ta-

maño, fabricadas a mano, sin prácticamente ajuar o vasijas de acompañamiento; el

hoyo, por su parte, presenta unas dimensiones desacostumbradas, con un diámetro

de prácticamente 2m y una profundidad de 15m con perfi l, además en él apenas si

se hallaron restos óseos. Llama la atención que en las partes más profundas del hoyo

no se hallaran materiales sin alterar. Por todo ello nos inclinamos a pensar que este

Ámbito no corresponde en realidad a una tumba, sino a un hoyo, perteneciente a un

espacio de habitación tal vez anterior a la época de la necrópolis, similar a los dos

hoyos localizados en las inmediaciones.

Por lo que respecta a la T11 es uno de los dos ejemplos en los que se recuperó parte de

la urna in situ. En este caso se trataba de una tinaja a mano con decoración a base de

gruesas incisiones o acanaladuras. Fue necesaria su extracción para excavar el interior,

dado que la vasija se hallaba reventada por los efectos de las labores agrícolas. En la

parte superior del contendor de huesos se hallaron los restos de un cuenco de similares

características, de 7cm de altura y borde de igual diámetro al de la tinaja, por lo que es

dable suponer que serviría de tapadera de la urna. También dos cazuelas de acabado

reductor y pasta oxidante, con bordes redondeados de labio vuelto y abierto, una con

ligera carena alta al exterior y la otra con un mamelón de perforación horizontal.

En el interior, además de los restos óseos se hallaron varios fragmentos de bronce

muy alterados por el fuego, entre los que se puede identifi car varios hilos de pulsera y

el puente con espiras de lo que parece una f íbula de doble resorte.

La urna se hallaba rodeada de piedras por dos de sus lados. Aunque los indicios para

pensar en una estructura como la de un túmulo son insufi cientes, sí al menos la vasija

debió disponerse en un hoyo excavado entre piedras.

Junto a la urna se hallaron en los alrededores varios fragmentos de cerámica de una vasi-

ja de gran tamaño, de borde redondeado y paredes rectas de 1cm de grosor, con acabado

reductor. Entre los galbos se halló uno con gran mamelón de perforación vertical.

Materiales tumba 8.

Materiales tumba 11.

Materiales tumba 11.

En la T12 se menciona la existencia de 8 pequeños hoyos de los que no existe regis-

tro fotográfi co. Es dif ícil valorar estas estructuras ya que desconocemos si se dispo-

nían en torno del hoyo en el que se encontraba la urna o en alineación cerca de ella.

Por lo demás, se recupera una urna a torno y parte o la totalidad el ajuar consistente

en f íbula de doble resorte en bronce, y fragmento de cuchillo de hierro.

De la T13 en realidad nada se conoce, a no ser la urna a torno similar a la de la T12.

La Tumba/Ámbito 17, está formada por un hoyo de buenas dimensiones, pues tiene

1,10m de diámetro y una profundidad de 0,5m. Creemos estar frente a un caso simi-

lar al del Ámbito 8, ya que no se constata la presencia de cenizas ni de restos óseos,

como tampoco la presencia de ajuar o de un contenedor de huesos. En el relleno del

hoyo se hallaron varias vasijas a mano de factura bastas y gran tamaño. Destacan

al menos 4 recipientes de bordes ungulados en un labio abierto con infl exión en

el cuello, uno de ellos de grandes dimensiones, con boca de 110cmØ. Al menos se

documentan otros 4 recipientes de bordes redondeados y galbo rectos, de similares

acabados a los anteriores. Además, una vasija de perfi l esférico con borde apuntado

y mamelón sin perforar junto al borde, y una cazuela de base plana que se prolonga

desde el cuerpo, de 14cm de diámetro en la boca y 6cm de altura, igualmente sin ali-

sar y con pared de 8mm. Todos los acabados son sin alisar, oxidantes, con frecuentes

manchas reductoras fruto de cocciones irregulares y exposición al fuego.

Por último, la T19 conservaba también la urna in situ, que consistía en una vasija

globular fabricada a mano de superfi cies oxidantes y de paredes fi nas. No conserva

el tercio superior. Entre sus restos aparecen los fragmentos de una cazuela de borde

redondeado y fragmentos de las paredes de un cuenco u ollita, ambos fabricados a

mano y de superfi cies oxidantes. Por lo que respecta al ajuar, se halla una f íbula de

doble resorte, una pulsera de cinta de sección rectangular y un cuchillo de hierro.

En resumen, contamos con dos enterramientos en los que la urna se conservaba in

situ: T11 y T17, ambos con vasijas exclusivamente a mano y ajuares de bronce y hierro

(cuchillo), otros dos con urnas a torno: T12 y T13, sin que se documenten otras vasi-

jas, una de ellas con ajuar de bronce y cuchillo de hierro, dos más incompletos: T1 y

T2, con vasijas de acompañamiento una urna y parte de los ajuares con elementos de

bronce y hierro (regatón); tan sólo en una de estos (T2) se combinan elementos a torno

y a mano, otro enterramiento con fragmentos de vasijas y ajuares: T10, y el resto donde

sólo se conserva parte del hoyo y algún elemento suelto como fragmentos de cerámica,

un anillo de bronce o una fusayola: T5, T6, T7, T9, T14, T15 y T18. Los Ámbitos 8 y 17

no parece que puedan ser considerados como enterramientos.

En el conjunto, por tanto, podemos hablar de que la característica mejor documen-

tada, a pesar de las pequeñas dimensiones de la muestra, es la de una urna con ajuar

de bronce o hierro y bronce, y algunas vasijas de acompañamiento. Por lo que res-

pecta a las urnas, contamos con 3 ejemplares a torno, muy similares entre sí, ya que

se trata de urnas bicónicas con bordes vueltos y engoe jaspeados. T2, T12 y T13,

y dos a mano: T11 y T19, aunque suponemos que el contenedor de huesos de la

T1 debía estar fabricado a mano también, ya que no hay elementos a torno en ese

enterramiento. Entre las vasijas de acompañamiento, por su parte, predominan los

ejemplares a mano, con los 3 cuenquitos de casquete esférico y ala ancha de la T1, la

ollita reductora de la T2, y las dos escudillas de la T11.

Entre las cerámicas de superfi cie y vigilancia volvemos a encontrar una urna bicóni-

ca a torno y una tinaja con gruesas incisiones a mano, ambas especies ya documen-

Materiales tumba 12.

Materiales tumba 17.

Materiales tumba 19.

Materiales de vigilancia. Vasija 1.

531

tadas en las tumbas T2, T11, T12 y T13, junto a las vasijas que podemos considerar de ajuar como el vaso a mano con decoración

impresa a base de pequeños mamelones, o el borde de botella y la escudilla de engobe rojo y pintura vinosa (Black on red) a torno.

Entre los ajuares predominan los cuchillos de hierro (4 ejemplares) y destacamos el regatón de la T2, y en bronce las f íbulas de do-

ble resorte de las que contamos con 4 ejemplares: T1, T11, T12 y T19; las dos anulares hispánicas recogidas en superfi cie, la pulsera

de la T19 y los fragmentos quemados de la T11. No podemos dejar de mencionar los fragmentos de bronce de la T1O, consistente

en una placa delgada rematada con dos láminas remachadas, cuya forma no podemos reconstruir, al igual que el borde hierro ha-

llado en superfi cie, que parece corresponder a algún tipo de cuenco o caldero.

3. EL CONTEXTO ARQUEOLÓGICO DE LA NECRÓPOLIS DE

VILLAJOS

Las necrópolis de incineración de la Edad del Hierro en la región manchega son conocidas gracias a las investigaciones realizadas

en Palomar de Pintado en Villafranca de los Caballeros (Pereira et al., 2003), situada a 18km al Oeste de Villajos, o las más recientes

de El Vado, en Puebla de Almoradiel (Martín Bañón, 2007 y 2012), 17km al Norte de Villajos. Las tumbas halladas hace años en La

Vega, en Arenas de San Juan (Benítez de Lugo et al., 2004) se encuentran ya a 40km al SO. Otras necrópolis ya más alejadas son

las del poblado de Alarcos (Fernández Rodríguez, 2001; García Huerta y Morales, 2000, y Morales, 2010), o las conquenses de El

Navazo, Madrigueras (Almagro, 1969) y Haza del Arca (Lorrio, 2007) o las toledanas de Las Esperillas (Garcia Carrillo y Encinas,

1987), Hoyo de la Serna y Cerro Colorado (Urbina y Urquijo 2007, y Urbina 2008).

La necrópolis de incineración de Villajos se encuadra en el horizonte de las primeras necrópolis de este tipo en la Submeseta Sur,

en donde se constata la llegada a la región de los primeros productos a torno, presentando numerosos paralelos con la mayoría de

las necrópolis mencionadas. Uno de los elementos más característicos, lo constituyen las f íbulas de doble resorte.

Las f íbulas de doble resorte más cercanas a las de Villajos son las halladas en el poblado del Cerro de las Virgen de las Nieves, en la

vecina localidad de Pedro Muñoz (Fernández Martínez et al., 1994), a las que se dan similares cronologías que las de Argente para

la Meseta Norte, es decir, siglos VI y V a.C.

En el Cerro de las Cabezas (Valdepeñas), una f íbula de doble resorte con puente de cinta con decoración punteada se sitúa a fi nales

del siglo VII a.C. (Pérez-Vélez, 1996), o ya en el siglo VI a.C. en un ambiente de transición del Bronce Final al Hierro I (Vélez y Pérez,

1987), en los primeros niveles de ocupación del asentamiento donde aparecen las primeras cerámicas a torno, junto con cerámicas

a mano en donde proliferan ya los grandes contenedores decorados con incisiones o escobillados, y las cazuelas de bordes engro-

sados junto con piezas pintadas postcocción. (Resumen en Benítez de Lugo, et al., 2004:57),

Debemos alejarnos hasta la Mancha Alta, en tierras conquenses, para encontrar nuevos ejemplares de f íbulas de doble resorte en

necrópolis como la de Madrigueras, Carrascosa del Campo (Almagro, 1969), un ejemplar de puente de placa en la tumba VIII y un

fragmento en la LX, fechadas por su excavador en aquel momento en el siglo V a.C.

No muy lejos, de la necrópolis de Haza del Arca, en Uclés, procede un lote de materiales entre los que se hallan dos f íbulas de doble

resorte, una presenta puente de cinta de sección rectangular, resortes de 4 espiras de sección subtriangular y pie largo, clasifi cándo-

se dentro del tipo 3B de Argente, y la otra tiene puente de cinta de sección rectangular, resortes formados por 7 espiras de sección

subcircular y pie largo incompleto (Lorrio, 2007:fi g 5. 27 y 28).

Hace unos años fueron halladas otras 2 f íbulas de doble resorte en las prospecciones realizadas en el entorno de Segóbriga. Una

procede del lugar de Prado Canto, presenta puente cinta de sección ovalada y la otra con puente circular de 2,8cm Ø, procede de

Los Villares, ambos lugares se hallan a escasos kilómetros al Este de la ciudad romana de Segóbriga Lorrio (2001).

En la necrópolis de Las Esperillas (Santa Cruz de la Zarza, Toledo), se hallaron otras dos f íbulas de doble resorte, en las tumbas

9 y 17, pertenecientes a los tipos IIIC y IA1 de Ruiz Delgado, con puente de cinta de sección ovalada y puente de placa de sección

lanceolada, respectivamente. Ambas se hallaron en enterramientos con cerámica a mano: urna ovoide y cuenco con mamelón per-

forado, y sus excavadores les asignaron una fecha del siglo VII a.C. (García Carrillo y Encinas, 1987).

532

Podemos fi nalizar mencionando los ejemplares de necrópolis madrileñas como

las de Arroyo Culebro (Leganés) y Arroyo Butarque (Villaverde Bajo). En la

primera de ellas se halló en la Tumba 9 un ejemplar del tipo 3B de Argente,

de puente fi liforme, muy similar al de Villajos, acompañado de unas pinzas de

depilar (Penedo et al., 2001:64). En esta necrópolis toda la cerámica hallada se

fabricó a mano, mientras que en el cercano Yacimiento A, convive con los pro-

ductos a torno. En este lugar de habitación aparecieron dos nuevas f íbulas de

doble resorte, una de puente de cinta y otra de puente circular muy parecida a

la de la T12 de Villajos (Ibidem:88). Fíbulas de puente circular se hallan también

en ámbitos de la Meseta Norte, como en las tumbas T143 y T582 de Carratier-

mes, fechadas allí a mediados del V a.C. (Argente, 1994).

En Arroyo Butarque se hallaron unos fragmentos de f íbula de doble resorte en

la TIV y un ejemplar completo de puente cinta similar al de la T19 de Villajos,

en la TVIII, junto con pulseras de hilos de sección cuadrada y rectangular.

Mencionamos para fi nalizar, los fragmentos de f íbulas de doble resorte hallados

en el poblado de Las Camas, Villaverde Bajo, junto a uno de los dos longhouses

allí documentados (Urbina et al., 2007).

En la necrópolis de Medellín las f íbulas de doble resorte de puente de alambre

de sección circular (IA1 de Ruiz Delgado) se fechan en el siglo VII a.C., al igual

que en lugares como Esperillas, mientras que, como hemos visto, en la provin-

cia de Ciudad Real se opta por cronologías más tardías como el siglo VI a.C.

o V a.C. en Pedro Muñoz y Cerro de las Cabezas. En necrópolis del NE como

Can Piteu, estas f íbulas se fechan incluso en el siglo VIII a.C., en momentos de

transición del Bronce Final al Hierro I (López Cachero, 2005: 446yss).

No existe una razón lógica para este desfase, a no ser la fecha de publicación de

los hallazgos, o la tradición historiográfi ca de la que parte cada autor, como ya

mencionamos en otra ocasión (Urbina et al., 2007). Por esta razón pensamos

que no hay inconveniente alguno en situar la f íbula de la T19, así como el frag-

mento de la T1 de Villajos, en el siglo VII a.C. Por lo que respecta a la f íbula de

placa circular de la T12, se admiten, siguiendo las cronologías de Argente, el

fi nal del siglo VI y primera mitad del V a.C., lo cual nos llevaría a un abanico

cronológico de un siglo y medio para la necrópolis de Villajos.

Las f íbulas anulares de puente consistente en un hilo grueso de sección cua-

drangular u ovalada, son especies poco frecuentes y se hallan emparentadas con

las denominadas de pie vuelto o resorte bilateral (Urbina, 2008). Publicamos

un ejemplar procedente de Las Esperillas y otro hallado más recientemente de

Cerro Colorado (Urbina y Urquijo 2007), que se une a la publicada por Gonzá-

lez Zamora procedente del yacimiento conquense de Los Villares, en Fuente de

Pedro Naharro (1999:113 y lám X 49 y 50). Pensamos que hay subir un poco la

cronología aportada por este autor, en función de los contextos de los nuevos

ejemplares documentados.

Otro de los elementos asociados a necrópolis de los inicios de la Edad del Hierro,

son las pulseras de hilo sencillo, con bordes abiertos y extremos apuntados. Estas

pulseras son comunes en necrópolis muy antiguas dentro de los cementerios de

incineración. Suelen aparecer en grandes cantidades, como ocurre en la T32 de

Arroyo Culebro (Penedo et al., 2001:69) donde se documentaron hasta 20 ejem-

Bronces

Hierros

533

plares, o en la TVIII de Arroyo Butarque donde aparecen junto a una f íbula de doble resorte comentada anteriormente (Blasco et al.,

2007:Fig 12). Vemos por tanto, como estos elementos se dan en las tumbas más antiguas de las necrópolis de incineración y no es raro

encontrarlos asociados a f íbulas de doble resorte.

Un fragmento de bronce alterado por el fuego de la T11, consistente en un hilo redondo de 2mm con remate esférico, podría co-

rresponder a otro tipo de pulseras también presente entre los ajuares de tumbas de los primeros momentos de la incineración, se

trata de las pulseras abiertas de remates esféricos o cónicos, con riñón o infl exión en el centro del aro. Pulseras de este tipo se hallan

junto a f íbulas de doble resorte, por ejemplo, en el yacimiento extremeño del Palomar de la Oliva (Rovira et al., 2005:Fig 1).

El anillo es un tipo tan común y de escasa variabilidad que poco podemos añadir ante la falta de otros elementos que lo contextua-

licen.

Por lo que respecta a los objetos de hierro, consisten en cuchillos y lo que parece un regatón. Llama la atención la aparición de este

regatón ya que la presencia de armas en la Meseta Sur es escasa entre los ajuares de las necrópolis. A pesar de que el objeto está

roto, parece que pudo pertenecer a una falárica o pilum. Estos objetos son comunes durante toda la Edad del Hierro, por lo que

pocas precisiones cronológicas se pueden establecer. La T2 con la urna a torno y una pequeña copa gris también a torno, podrían

remitirnos a los momentos fi nales de la necrópolis, tal vez de inicios del siglo V a.C.

Los cuchillos de hierro de Villajos destacan por el dorso curvo pero no parecen ejemplares (dos de ellos sólo conservan parte de la

hoja) afalcatados propiamente dichos. Cuchillos de perfi l recto con punta torcida como el de la T12 de Villajos, aparecen en Arrayo

Butarque, en Madrid, así como en la necrópolis de Medellín, en Badajoz (Almagro et al., 2008:Fig 669).

Por lo que se refi ere a la cerámica, los pequeños cuencos de casquete esférico y ala ancha de la T1, tienen paralelos muy cercanos en

las tumbas TV, TVI y TVIII, de Arroyo Butarque (Blasco et al., 2007) donde aparecen como vasijas de acompañamiento en número

de 3 a 5 piezas. Objetos similares se documentaron recientemente también en la T1 de Hoyo de la Serna, Villarrubia de Santiago,

Toledo (Urbina, 2008), acompañaban a una urna a mano en número de 3 piezas. También se documentan en la T1 de Madrigueras

(Almagro, 1969:IV nos 15-19). Vasitos de casquete esférico con borde ancho horizontal y asa, se hallan en necrópolis tan lejanas

como la portuguesa de Pego, en Braga, (Bettencourt, 2010:161), encuadradas en el período del Bronce Final.

Se trata de cuencos de acabado bruñido de color grisáceo oscuro y sepia, con cuerpo semiesférico de pie o base rehundida y borde

de amplia ala ancha horizontal que englobó hace años P. Mena dentro de la Forma Ic4 del Hierro I de las necrópolis conquenses

(1985). En Hoyo de la Serna, dos de ellos presentan un agujero en el ala, mientras que uno tiene pie realzado, lo cual podría indicar

que se disponían uno sobre otro atados por la perforación, disponiéndose arriba el cuenco sin base y sobre el suelo el de pie realza-

do, tapando algún de tipo de elemento alimenticio o de perfume que se dispusiera en el interior de estos cuencos, y que explicaría

el hecho de que aparezcan en tan alto número en cada tumba.

En la T2, además de la ollita a mano cuyo tipo es común a lo largo de toda la Edad del Hierro, apareció un cuenquito con pie alto,

a torno, en pasta gris, con el labio abierto y una ligera carena al interior. Estos pequeños cuencos son comunes entre los ajuares de

las necrópolis como Madrigueras, Esperillas o Cerro Colorado, en donde aparecen con pie alto en forma de copita, o sin él. Gené-

ricamente se pueden encuadrar en los siglos VI y V a.C. Algo similar se puede decir para la pieza 0004 de superfi cie, ya que se trata

de un cuenco similar, en este caso con pie bajo y en pasta anaranjada con engobe rojo y bandas en rojo vinoso. Esta decoración

deriva de las producciones orientales denominadas black on red y se documenta en las piezas a torno más antiguas llegadas a la

Península.

Por lo que respecta al pequeño vaso a mano hallado en superfi cie, con decoración aplicada de pequeños mamelones, es un tipo

común en los ambientes de Transición de Bronce Final a la Edad del Hierro, encontrando ejemplares próximos en los niveles

inferiores de La Bienvenida-Sisapo y el poblado de Peñarroya (Benítez de Lugo et al., 2004:67,71; Ocaña et al., 1999), y recuerda

ligeramente a los vasos con botones aplicados de bronce.

Las piezas sin duda más vistosas de la necrópolis son las tinajas utilizadas como urna en la T11 y la pieza hallada en superfi cie. La

decoración a base de fuertes incisiones con direcciones aleatorias, parecen evolucionar de los grandes recipientes de acabado es-

cobillado del Bronce fi nal, muy frecuentes en yacimientos de toda la Meseta Sur. Aquí las superfi cies tienen un acabado oxidante y

se han alisado. Sin duda se trata de recipientes contenedores que han sido reutilizados para recibir las cenizas del difunto. Existen

pocos paralelos publicados en la región para estas cerámicas, en la Dehesa de Ahín, cerca de Toledo, se encuentran algunos frag-

mentos similares correspondientes a cazuelas de la Fase A1, y cazuelas y tinajas de la Fase A2, junto con algún otro fragmento en la

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Fase A3 (Rojas, et al., 2007: Fig 12, 22 y 35). La Fase central A2, se fecha en el siglo VI a.C. También se hallan otros fragmentos con

cronologías anteriores del Bronce Final en el yacimiento de Las Lunas, Yuncler (Urbina y Urquijo, 2012).

La necrópolis de Villajos constituye un ejemplo único hasta el presente en Ciudad Real, sobre la temprana implantación de los ritos

de incineración en la región, al tiempo que nos ilustra sobre los momentos de la llegada de los productos a torno. A pesar de la

escasez de la muestra investigada y su mal estado de conservación, ofrece interesantes detalles que nos remiten a un momento de

transición del Bronce Final a la Edad del Hierro, no documentado hasta ahora en la provincia.

Cada vez son más los ejemplos conocidos de este momento en la Meseta Sur. Villajos se incluye dentro de una nómina de enclaves

que han venido apareciendo en los últimos años, como los ya mencionados de Arroyo Butarque, Arroyo Culebro y Hoyo de la Ser-

na, a los que hay que añadir el recientemente publicado de Atalaya del Cañavate, en Cuenca (Valenciano y Polo, 2012), en donde

las urnas de incineración presentan ciertos paralelos con Villajos y están formadas casi exclusivamente por ejemplares a mano.

Lamentablemente casi todas las actuaciones se reducen a poco más de una docena de tumbas, pero con todo su valor es enorme

dado que hace unos años este momento era prácticamente desconocido.

Hace tiempo que venimos escribiendo sobre la emergencia de este tipo de necrópolis (Urbina, 2007a y b). En un momento en

que aún están vivas las tradiciones del Bronce Final, y que podemos fechar hacia fi nales del siglo IX a.C., se producen una serie

de cambios que conducirán a la Edad del Hierro. Uno de los primeros de estos cambios es la incineración, y será en las necrópolis

donde se documenten los primeros objetos de hierro y las cerámicas a torno. En la cuenca del Tajo en esos momentos, se constatan

nuevos asentamientos de corta vida en los que aparecen construcciones singulares como las cabañas o longhouses de Las Camas o

las grandes cabañas absidadas de la Dehesa de Ahín, construidas con paredes de adobe, o la cabaña recientemente hallada en Varas

del Palio, Camuñas (Rojas et al., 2012) 30km al O. de Villajos. Al mismo tiempo, en otros lugares arranca un hábitat que perdurará

durante varios siglos. Se trata de los poblados a los que corresponden necrópolis como las de Esperillas, Hoyo de la Serna, Cerro

Colorado, Madrigueras, El Navazo, El Vado y Palomar de Pintado, entre otras.

Parece que al mismo tiempo en Ciudad Real se produce la implantación de poblados en donde aparece ya una arquitectura con es-

tancias rectangulares, zócalos de piedra y alzados de adobe, como la documentada en Peñarroya. Esta transición se ha comenzado a

documentar en los últimos años en Ciudad Real, en los niveles más antiguos del Cerro de las Cabezas en Valdepeñas (Pérez y Vélez,

1996; Vélez y Pérez, 1987), La Bienvenida-Sisapo (Zarzalejos y Fernández Ochoa, 2008) o Alarcos (Benítez de Lugo et al., 2004), y

los poblados de Peñarroya (Ocaña et al., 1999) y Cerro de las Nieves en los momentos más antiguos (Fernández Martínez, 1988,

1994), pero no se tenía la constancia tan patente del momento en el que hace su aparición las cerámicas a torno, como se pone de

manifi esto en la necrópolis de Villajos.

Bibliografía específi ca de Villajos Norte

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franca de los Barros, Badajoz. 4 al 6 de octubre de 2012), cap. 37.

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Antiguo de Villajos y el asentamiento del Hierro Tardío de Arroyo de Valdespino, Ciudad Real, en VI Encuentro de Arqueología del Suroeste

Peninsular (Villafranca de los Barros, Badajoz. 4 al 6 de octubre de 2012), cap. 38.