UNIVERSIDAD NACIONAL DE MISIONES ACCESO AL CONOCIMIENTO UN DERECHO CIUDADANO

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE MISIONES SECRETARIA DE INVESTIGACION Y POSTGRADO FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALES MAESTRIA EN POLITICAS SOCIALES INFORME: SEMINARIO POLITICAS SOCIALES Y CIUDADANIA PROFESOR: JULIO SARMIENTO ACCESO AL CONOCIMIENTO UN DERECHO CIUDADANO LICENCIADA EN TRABAJO SOCIAL LORENA P. RITTERR

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE MISIONESSECRETARIA DE INVESTIGACION Y POSTGRADO

FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALESMAESTRIA EN POLITICAS SOCIALES

INFORME: SEMINARIO POLITICAS SOCIALES Y CIUDADANIAPROFESOR: JULIO SARMIENTO

ACCESO AL CONOCIMIENTOUN DERECHO CIUDADANO

LICENCIADA EN TRABAJO SOCIALLORENA P. RITTERR

POSADAS, Lunes 03 de Agosto de 2009INTRODUCCIÓN

La educación tiene una relación directa con el ejercicio

de la ciudadanía. Al hablar de ella, pensamos en los derechos

sociales que implica y lo deberes que requiere. Esto nos lleva

indefectiblemente a pensar en la clásica propuesta y

construcción realizada por T. H Marshall de este concepto,

como producto de un ciclo histórico.

Este trabajo realizado por dicho autor, como dijimos,

trata la construcción histórica del desarrollo de la

ciudadanía, dividido en tres elementos que el denominó: civil,

político y social. El primero esta compuesto por los “derechos

necesarios para la libertad individual de la persona, libertad

de la palabra, pensamiento y fe, derecho a poseer propiedad y

el derecho a la justicia”1, su surgimiento se encuentra

asociado a la revolución burguesa de los siglos XVII y XVIII.

1 Marshal y Bottomore. “Ciudadanía y clase social”. Pág. 21

El derecho político, se encuentra relacionado básicamente al

hecho de poder “participar en el ejercicio del poder

político”, logrado con la institucionalización de las

democracias liberales. Finalmente, el elemento social, derecho

a “una medida de bienestar económico y de seguridad”2 básicos,

que se desplegaron con el crecimiento del aparato público en

medidas de salud, educación, trabajo, etc. a partir de la

institucionalización del Estado Social.3

Esta noción de ciudadanía se mostró sólida por muchos años

en Argentina de manera aparente. Quizás, porque los miembros

de la sociedad más beneficiados por el trabajo y los derechos

sociales asociados a este, era una gran masa de población, que

mientras disfrutaba de su “engañoso” bienestar, no se dio

cuenta que se alejaba cada vez más la brecha que separaba a

ricos de pobres. Cuando la crisis del empleo se hizo notoria,

fue demasiado tarde. Reducidas sus funciones, el Estado ahora

mínimo, no volvió a ser igual: “su organización interna, el

perfil de su dotación, la composición de su presupuesto…en sus

vinculaciones fiscales, funcionales y de poder con las

instancias estatales subnacionales, con el mercado, con las

2 Ídem anterior.3 Referencias historias, obtenidas en “Exclusión Social y CiudadaníaPolítica”. Julio Sarmiento. Pág. 6.

organizaciones sociales y con actores del contexto

internacional…”4. En fin, todo se vio cambiado.

Para concluir, se puede decir que la noción de Estado y

sus responsabilidades correspondientes a derechos ciudadanos y

la noción de mercado, específicamente, del mercado de trabajo

regulado, mutaron forzosamente. Y si tenemos en cuenta que la

base sobre la cual se desarrolla la ciudadanía entra en

crisis, inevitablemente sus componentes básicos también se ven

afectados (derechos civiles, políticos y sociales).

En relación a esto, se presenta a continuación, una serie

de reflexiones relacionadas a la coexistencia del aumento de

la matricula educativa y de la exclusión (paradójicamente) y,

como este hecho, se relaciona con los derechos ciudadanos.

Además, se considera la particularidad que viven los grupos

minoritarios relacionado con la desigualdad de condiciones

frente a la ciudadanía y se reflexiona específicamente sobre

la Comunidad sorda y sus privaciones educativas actuales. Se

presentan posibles soluciones para la situación de este grupo

particular y conclusiones generales finales.

4 Oszlak, O; O`Donnell, G. “Estado y Políticas Estatales en América Latina:Hacia una estrategia de investigación”. Pág. 14-15

DESARROLLO

Educación y exclusión: dos caras en una misma moneda

La creciente masificación de la escolarización es una

tendencia en casi todas las sociedades del mundo. Según las

estadísticas, durante la última década del siglo XX y los

primeros años del siglo XXI, en la gran mayoría de los países

de América Latina, se registró una tendencia sostenida al

crecimiento general de la escolarización en todos los niveles,

especialmente aquellos que son “obligatorios”.

Es interesante analizar, que el crecimiento general de la

matricula escolar de las últimas décadas fue acompañado por

altos niveles de exclusión social (pobreza, desempleo,

subempleo, etc.) ¿Cómo se entiende esto? Mientras la “economía

y el mercado de trabajo excluyen y desintegran, la escuela

escolariza a proporciones cada vez más elevadas de niños y

jóvenes”5.

Con tal evidencia, se puede afirmar que el paradigma

tradicional actual del sistema escolar ya no da sentido a la

experiencia escolar. Ya “no existe una correlación entre la

escolarización y el desarrollo de conocimientos poderosos para

las personas... la inclusión escolar en muchos casos está ocultando la

exclusión del conocimiento6.

El conocimiento es un capital básico para desarrollarse en la

vida. No poseerlo produce la exclusión de otros bienes

sociales básicos para la integración social, la capacidad

expresiva y productiva, la riqueza y el poder. Por ello, la

educación, un acceso eficiente y de buena calidad, es una

cuestión de ciudadanía primordial, puesto que es la base de

muchos de nuestros derechos.

La Ley de Educación Nacional Argentina Nº 26.206, en su

articulo número 16, platea la obligatoriedad de asistencia a

la Escuela en todo el país desde la edad de 5 (cinco) años

5 Tenti Fanfani, E. “la Escuela y la Cuestión Social”. Pág. 196 Ídem. Pág. 21

hasta la finalización del nivel de Educación Secundaria. Esto

para escuela “normales”, puesto que para la Educación

Especial, Intercultural Bilingüe, Rural, Permanente para

Jóvenes y Adultos y demás modalidades, las exigencias varían

generalmente con expectativas de logros muchos más bajas que

las del primer grupo.

Teniendo en cuenta lo expuesto más arriba, se puede

afirmar que el no acceso a la educación, o peor aun, el acceso

a una escuela deteriorada en calidad y curricula, de bajas

expectativas, corresponde a una violación de un genuino

derecho social. Pero no solo de un derecho social, sino

también a los derechos civiles y políticos. Ya lo plantea así

Marshall cuando menciona que los derechos civiles son “creados

para el uso de personas razonables e inteligentes, que han

aprendido a leer y escribir. La educación es un prerrequisito necesario

de la libertad civil.”7

Si bien es cierto que “educación” recibidos de nuestra

familia, del barrio, de entidades religiosas, de los medios de

comunicación; la escuela es un medió muy importante para

nuestro proceso de enculturación. Y hablo de la escuela

primaria y secundaria. ¿Porque entonces para ciertas

7 Marshal y Bottomore. “Ciudadanía y clase social”. Pág. 34

modalidades (adultos, especiales, sordos, rural, entre otras)

las exigencias en la educación secundaria se ven disminuidas?

Y en otros casos ¿canceladas? ¿No se esta coartando así el

acceso al conocimiento, derecho insoslayable de cualquier

ciudadano?

Educación en grupos minoritarios: exclusión a los ya excluidos

El estudio de Marshall propone nociones interesantes para

agregar más elementos al análisis de los cuestionamientos del

parágrafo anterior. El autor platea las nociones de: ciudadanía

formal y ciudadanía sustantiva. La primera, básicamente, puede

definirse como pertenencia a una Nación, pero esta no es “una

condición ni suficiente ni necesaria para la ciudadanía

sustantiva (...)...uno puede poseer la pertenencia formal a un

Estado y sin embargo estar excluido de ciertos derechos

políticos, civiles o sociales...”8. Y es aquí donde las

minorías se ven afectadas, puesto que si se toma el ejemplo de

la educación, considerada formalmente como un derecho social

universal, en realidad si desmenuzamos lo sustantivo, y

comparamos simplemente la educación común y las condiciones de

la educación especial, veremos que se encuentran en notable

8 Ídem. Pág. 106

condición de desigualdad: en acceso, infraestructura,

recursos, atención, capacidad de reclamo, etc.

La insatisfacción de las necesidades especiales de

cualquier grupo minoritario, plantea Bottomore (2004:111),

revela que algunos derechos están aun distribuidos de manera

desigual. Si bien existen ciertos derechos formales, esto no

bastan por si solos. Se necesitan condiciones sociales mínimas

para que puedan materializarse: se requiere la ausencia de

desigualdades extremas y cierto grado de autonomía. Esto

demuestra que la ciudadanía por si solo no puede reducir las

desigualdades, pero si de cierta forma (muy mínima),

morigerarla.

Según estudios realizados por la Fundación SES9, la

educación para los Sordos es un problema educativo, como lo son

también los problemas educativos relacionados con la educación

rural, la educación de las clases populares, los niños de la

calle, los indígenas, los inmigrantes, las minorías raciales,

religiosas, las diferencias de genero, los adultos, etc. Es

cierto que en todos los grupos que se mencionan poseen un

conjunto de especificidades que los diferencia; pero también

9 Entre sus investigaciones se encuentran muchas realizadas para favorecer ypropiciar una educación acorde a las necesidades de la Comunidad Sorda.http://debate-educacion.educ.ar

hay entre ellos un elemento común: son grupos minoritarios,

que sufren una misma exclusión, o una exclusión parecida, en

los procesos educativos culturalmente significativos. Y la

situación se agrava porque pensamos en “exclusión”, no por un

atributo negativo de la persona, sino “exclusión” por ausencia

de elementos inclusivos en el sistema.

A continuación se tratara de manera sintética porque la

minoridad Sorda se conceptúa como tal y presenta mayores

dificultades en el acceso al conocimiento.

Un grupo minoritario particular: La Comunidad Sorda

Los sordos forman un grupo humano diferente, constituidos

como minoridad lingüística, puesto que usan para comunicarse

una lengua viso-gestual: la Lengua de Señas (LS). Este hecho

fue negado mucho tiempo por el grupo mayoritario oyente, en la

marcada tendencia Oralista10, regida por el modelo clínico de

la sordera.

No obstante, gracias a los resultados de las

investigaciones psico-lingüísticas, la LS tuvo mayor10 El Oralismo sostiene que la comunicación efectiva se encuentra en lahabilidad para leer las palabras, para hablar y escribir. Por ende, promueve la enseñanzade la lengua oral, ya que considera que “el pensamiento proviene de ésta y latraducción del mismo, de la lengua escrita”. Moroni, E. –Curthino, B. Efectos delCurso de Lengua de Señas Dictado en la Facultad de Humanidades y CienciasSociales. Pág. 10

aceptación mediante la propuesta Bilingüe-Bicultural para ser

aplicada en las Escuelas Primaria de Sordos. Estas

instituciones se convirtieron así, en el microcosmo de

emergencia de la identidad sorda y de adquisición de LS y

además, en el lugar de contacto de dos lenguas, donde los

niños adquieren una identidad bilingüe-bicultural.

Cabe aclarar que las Escuelas de Sordos solo alcanzan

hasta el 7º grado. Luego de finalizada esta etapa, el sordo no

posee ninguna otra institución donde pueda concurrir para

continuar su capacitación intelectual. No existe escuela

secundaria para sordos. ¿Quién decidió que esto fuera así?

¿Por que este grupo no puede continuar accediendo al

conocimiento valiosísimo que proporciona la educación

secundaria? ¿Por qué no se puede pensar en formación terciaria

y/o universitaria? ¿Es posible que los creadores de escuelas

primarias para sordos pensaran que su incapacidad de

comunicarse de manera oral les coarta su acceso a más

conocimiento? Dejaremos las respuestas a estas preguntas para

más adelante y veremos a continuación cual es el plateo de la

propuesta bilingüe-bicultural, propuesta que es desarrollada

con éxito en el sistema educativo americano y europeo.

Propuesta Bilingüe-bicultural

La Educación Bilingüe-bicultural para Sordos se basa en el

reconocimiento de que las personas sordas forman parte de una

comunidad lingüística minoritaria. Son dueños de una cultura y

una lengua visual que los constituye psíquicamente.

Pertenecer a una comunidad minoritaria, con una lengua y una

cultura diferente, supone recibir una educación que tenga en cuenta estas

diferencias y que se centre básicamente en lo visual, en este

caso.

El sistema de educación Argentino actual, propone al sordo

luego de haber terminado la etapa de educación primaria,

integrarse (aquel que pueda, bajo estrictas evaluaciones y

diagnósticos, generalmente realizados por docentes comunes, no

especializados en sordera) en aulas comunes, con un maestro

integrador, que debe atender a varios alumnos integrados a la

vez (con síndrome de down, ciegos u otras patologías). Si

tenemos en cuenta que el sordo se maneja con un código

lingüístico viso-gestual, su necesidad para integrarse es de

un Interprete de Lengua de Señas11. Alguien que trabaje a la par del11 Carrera universitaria de cuatros años de duración. La provincia deMisiones cuenta con un intérprete de titulo oficial, y dos alumnos queestudiaron la lengua de señas por tres años, que realizan la actividad sinposeer la formación completa.

docente que desarrolla su clase, un “súper héroe” como es el

maestro integrado, no puede prestarle atención al sordo de la

manera que este necesita. Es irrisorio pensar que del sistema

vigente se puede obtener algún resultado óptimo relacionado a

la adquisición de conocimiento en la formación intelectual de

los sordos.

Una educación seria para sordos debe, primeramente,

priorizar la exigencia de la realización de la escuela secundaria, con la

presencia de un Interprete de LS de manera permanente;

respetar el derecho a que los sordos sean incluidos en el

debate, diseño y accionar educativo; contar con recursos

humanos, didácticos, tecnológicos y arquitectónicos accesibles

(intérpretes, timbres con luz, carteles, subtitulados,

videos); todo con el fin de reforzar las destrezas de la

lecto-escritura y el acceso al conocimiento que brinda la

educación secundaria y terciaria.

Problemas de agenda pública

La propuesta bilingüe-bicultural de educación podrá ser

posible si primero se reconoce a la Lengua de Señas como su

forma de comunicación, un pedido específico y básico. Por esta

razón, se ha elevado a la Cámara de Diputados de la Nación,

quien ya le dio media sanción, un proyecto para lograr el

reconocimiento del Lenguaje de Señas como idioma hablado por

la comunidad sorda e hipoacúsica de la República Argentina.

Algo tan básico como el reconocimiento de su propia lengua.

Para que este proyecto se convierta en ley es necesaria la

aprobación del Senado de la Nación.

La aprobación de esta ley tiene una importancia fundamental

para la efectiva integración y el ejercicio de los derechos

ciudadanos de los integrantes de la comunidad sorda e

hipoacúsica, y posibilitará un mejor acceso a la educación, a

la salud, al trabajo, a los derechos ciudadanos y al

desarrollo integral, favoreciendo la superación de las

barreras comunicativas que en la actualidad dificultan la vida

cotidiana de los sordos.

Dado que la Cámara de Senadores no tiene una comisión

específica de discapacidad (de este tema, junto a muchos

otros, se ocupa la Comisión de Población) se corre el riesgo

de que este proyecto quede postergado y pierda vigencia.

¿Qué pasa con la agenda pública? ¿Porque estos temas tan

importantes quedan relegados a segundo plano? Quizás, las

personas que elevan el proyecto al Estado no tiene la

suficiente “voz” que tuvieron en el siglo XX las huelgas

obreras, la acción sindical, que se hicieron sentir en la

“agenda del Estado al problematizarse las cuestiones de la

equidad distributiva y la participación ciudadana (…)

introduciendo formas de acción directa de los sectores

dominados en la esfera pública y la gradual apertura política

hacia formas de participación ciudadana crecientemente

inclusivas”12. Evidentemente la participación ciudadana es un

elemento clave para esta cuestión, necesarios para logro de

rasgos un poco más democráticos.

Tal vez, otra respuesta a estos interrogantes se puede

encontrar en uno de los planteos de Bottomore, cuando menciona

que la “extensión o contracción de un conjunto de derechos

sociales, en sí mismas dependen de la concepciones de sociedad y

de las filosofías sociales que guían las acciones de los

partidos políticos en sus esfuerzos por influir en el curso de

los acontecimientos...” (2004:139). Por lo general, la

educación de los sordos, así como toda práctica que aborda las

deficiencias, evita un debate educativo profundo y así induce

inevitablemente a las bajas expectativas pedagógicas; los fracasos

12 Oszlak, O. “El Estado Democrático en America Latina y el Caribe”. Pág. 5.

escolares, entonces, son fácilmente atribuidos a las supuestas

culpas naturales de los propios deficientes.

Si consideramos lo anterior (boicot a la participación

ciudadana, bajas expectativas) y le sumamos las reformas

económicas que empobrecieron este servicio social universal

(menor calidad y cantidad de recursos), obtenemos como

resultado un circulo de retroalimentación que potencia el

empobreciendo social y de conocimientos de este grupo.

CONCLUSION

No propondremos soluciones mágicas, ni recetas. Pero si

una serie de nociones básicas generales a tener en cuenta para

cualquier aurora de cambio.

No se trata solo de respetar y reconocer a las minorías, y

a esta en particular, sino que se trata de abrir las puertas a

la participación. A la verdadera y efectiva participación.

Lamentablemente, como lo plantea Nuria Cunill Grau13, “quienes

más requieren participar son los que menos posibilidades

tienen de hacerlo, debido a su posición subordinada en las

estructura socio-económica” y yo diría, cualquier otro tipo de

subordinación. Ratifica este hecho Marshall, en su trabajo

sobre Ciudadanía, puesto que no existe derecho o libertad de

palabra de manera sustancial si no se tiene medios para

hacerse oír. El recurso tan valioso de organizarse para

formar una “voz común” es imprescindible para lograr la

modificación de la agenda pública, pero este debe ser

ineludiblemente escuchado para que se efectivice.

No obstante, para lograr el acceso al derecho de

participación política en la toma de decisiones, se requiere

una provisión de mecanismos que aseguren la “representación

especial de grupos sociales oprimido o con especiales

13 En “Ciudadanía y Participación”. Pág. 80.

desventajas de expresión en la formación de la agenda política

y de las políticas públicas”14. La autora sostiene que esto se

considera una medida necesaria de “discriminación positiva”,

pues facilitaría la participación ciudadana y expresaría los

principios de igualdad y de pluralismo político. El respeto a

la diversidad social, como iguales pero también diferentes,

“es un aserto clave…que se traduce en la apelación a

ciudadanías diferenciadas y que se expresa en al expansión del

horizonte normativo de la ciudadanía”15.

La conquista de los presupuestos anteriores, requiere de

manera urgente la reconstrucción del Estado. Este es el planteo que

varios investigadores proponen para restaurar el ejercicio

pleno de la ciudadanía. No basta sólo con agregar o modificar

algunas políticas sociales vigentes, sino que se requiere un

cambio más radical: la necesidad de Refundar el Estado, conclusión

de uno de los trabajo de J. M Sarmiento donde lo plantea como

una nueva coalición gobernante (alianza entre partidos,

movimientos sociales), que puede ser una de las llaves para

comenzar el cambio que se necesita.

14 Ídem. Pág. 82.15 Ídem. Pág. 72.

Más aún, en lo relacionado a la defensa de minorías, se

exige una presencia eficaz del Estado. Este, a pesar de su

crisis de legitimidad, continúa siendo un instrumento

insustituible a los fines del desarrollo y la universalización

del ejercicio de la ciudadanía, plantea N. Cunill Grau. Puesto

que la formula social sigue dando los resultados de siempre:

más Estado es igual a más Ciudadanía. Más Mercado, menos

Estado da como resultado menor Ciudadanía.

Para finalizar, se quiere afirmar que es necesario luchar

para conseguir el avance (y no estancamiento) de los derechos

civiles, políticos y sociales. Ellos pueden recuperarse,

pueden aún desarrollarse. Una escuela más democrática,

accesible y participativa es posible. La propuesta más

inteligente será comenzar a pensar en un nuevo rótulo para la

“escuela especial de sordos”. Se puede pensar y pelear por una

“escuela bilingüe de sordos”. Y como plantea Eduardo Bustelo16, para

luchar efectivamente hay que construir poder democrático y

buscar poder es esencialmente hacer política. Involucrarse,

“renunciar al quietismo histórico” e intentar una construcción

social nueva de derechos, desde adentro, buscando no solo

16 En “Expansión de la ciudadanía y construcción democrática”. Págs. 274-275.

igualdad de oportunidades sino igualdad de resultados, ya sea

en educación como en cualquier otra área vinculada a los

derechos ciudadanos.

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