RESTAURACIÓN DE MARCOS, RECUPERACIÓN DE LA SUPERFICIE ORIGINAL

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Gema de Cambra Florensa Licenciada en Geografía e Historia Esp. Restauración de pintura y marcos [email protected] 1 RESTAURAR MARCOS Recuperación de la superficie original En este documento se exponen varios casos en los que la superficie original de los marcos de periodos, orígenes y estilos diversos fue cubierta, repintada o reinventada. La superficie del anverso del marco es su cara y también su piel. A partir de materiales concretos y técnicas específicas se conforma la forma, el volumen, el color y la cualidad del acabado superficial del marco. Este conjunto de materiales constitutivos es susceptible a transformaciones por el efecto propio de la edad, por el envejecimiento natural. En el anverso del marco se concentra la forma, el volumen, el cromatismo y el acabado superficial. Estas cualidades específicas permiten, junto las características estructurales, identificar el periodo estilístico, aproximar la cronología y delimitar la localización geográfica de cada pieza a pesar de que no siempre su identificación resulta simple (influencias, contactos, comercio, reproducciones en talleres locales, restauraciones, reinvenciones…). Uno de los principales problemas del estado de la superficie del marco es que en muchas ocasiones se modificó su aspecto, ya sea por su función como protector del cuadro (como protección de la pintura es susceptible a sufrir deterioros por impactos y erosión), por su carácter ornamental y decorativo (por la que se ha visto históricamente sujeta a los imperativos de la moda) o por las incidencias accidentales sufridas en su trayectoria. A veces estas modificaciones de la superficie han resultado ser irreversibles, pero afortunadamente en otros casos han servido de cobertura protectora. El cambio de formato de los marcos también ha constituido históricamente una práctica habitual. En los casos aquí descritos estas superposiciones y pseudo-restauraciones supusieron una modificación de la ornamentación de la superficie original. La naturaleza de los materiales añadidos con los que se cubrió la superficie de los marcos fue diversa: esmaltes sintéticos, pinturas plásticas, colas con pigmentos, lacas coloreadas, bol, ceras pigmentadas, oro… Los objetivos de este cubrimiento no siempre fueron los mismos y aparentemente estuvieron sujetos a condicionantes diversos: desde el estado de conservación del marco, a el cambio en el gusto de los estilos, la moda, el criterio del vendedor, del coleccionista, del restaurador, del valor en el mercado… En todos los casos expuestos la restauración realizada ha posibilitado la recuperación de las cualidades superficiales originales de las diferentes piezas facilitando revisar su identificación. La primera impresión que se tiene cuando un marco entra en el taller deriva del estado de su estructura y del aspecto de la superficie. Como la estructura del marco es la base material que sirve de anclaje de la ornamentación de la superficie del anverso, el grado de estabilidad en el que se encuentra influye en el nivel de solidez del conjunto de materiales que la conforman. Resulta importante el reconocimiento de la estructura original porque a partir de la técnica

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1

RESTAURAR MARCOS Recuperación de la superficie original

En este documento se exponen varios casos en los que la superficie original de los marcos de

periodos, orígenes y estilos diversos fue cubierta, repintada o reinventada. La superficie del

anverso del marco es su cara y también su piel. A partir de materiales concretos y técnicas

específicas se conforma la forma, el volumen, el color y la cualidad del acabado superficial del

marco. Este conjunto de materiales constitutivos es susceptible a transformaciones por el

efecto propio de la edad, por el envejecimiento natural.

En el anverso del marco se concentra la forma, el volumen, el cromatismo y el acabado

superficial. Estas cualidades específicas permiten, junto las características estructurales,

identificar el periodo estilístico, aproximar la cronología y delimitar la localización geográfica

de cada pieza a pesar de que no siempre su identificación resulta simple (influencias, contactos,

comercio, reproducciones en talleres locales, restauraciones, reinvenciones…). Uno de los

principales problemas del estado de la superficie del marco es que en muchas ocasiones se

modificó su aspecto, ya sea por su función como protector del cuadro (como protección de la

pintura es susceptible a sufrir deterioros por impactos y erosión), por su carácter ornamental y

decorativo (por la que se ha visto históricamente sujeta a los imperativos de la moda) o por las

incidencias accidentales sufridas en su trayectoria. A veces estas modificaciones de la

superficie han resultado ser irreversibles, pero afortunadamente en otros casos han servido de

cobertura protectora. El cambio de formato de los marcos también ha constituido

históricamente una práctica habitual.

En los casos aquí descritos estas superposiciones y pseudo-restauraciones supusieron una

modificación de la ornamentación de la superficie original. La naturaleza de los materiales

añadidos con los que se cubrió la superficie de los marcos fue diversa: esmaltes sintéticos,

pinturas plásticas, colas con pigmentos, lacas coloreadas, bol, ceras pigmentadas, oro… Los

objetivos de este cubrimiento no siempre fueron los mismos y aparentemente estuvieron

sujetos a condicionantes diversos: desde el estado de conservación del marco, a el cambio en el

gusto de los estilos, la moda, el criterio del vendedor, del coleccionista, del restaurador, del

valor en el mercado…

En todos los casos expuestos la restauración realizada ha posibilitado la recuperación de las

cualidades superficiales originales de las diferentes piezas facilitando revisar su identificación.

La primera impresión que se tiene cuando un marco entra en el taller deriva del estado de su

estructura y del aspecto de la superficie. Como la estructura del marco es la base material que

sirve de anclaje de la ornamentación de la superficie del anverso, el grado de estabilidad en el

que se encuentra influye en el nivel de solidez del conjunto de materiales que la conforman.

Resulta importante el reconocimiento de la estructura original porque a partir de la técnica

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que se utilizó en su ejecución será posible tener más datos que permitan localizar su origen.

Conservar al máximo las características de la estructura del marco resulta importantísimo para

la preservación del marco como unidad histórico-artística. Habitualmente, a no ser que en

algún momento de la trayectoria del marco se modificara su formato, en la estructura del

marco no se suelen detectar excesivas modificaciones porque la antigüedad de la técnica de

construcción tradicionalmente ha constituido un valor dentro del mercado de las antigüedades.

Otra cosa es en lo que respecta a la superficie.

Cubrimiento total de la superficie con materiales distintos a los de los estratos inferiores originales

Afortunadamente algunos de los marcos todavía acompañaban la pintura para la cual fueron

producidos. En el caso que ahora se expone el propietario de las obras quería restaurar las

pinturas y enmarcarlas de nuevo ya que le parecía imposible recuperar los marcos originales.

La restauración de los marcos fue mucho más laboriosa que la restauración de los lienzos. En

este caso se convenció al propietario de la restauración de los marcos porque al mantener la

unidad histórica, artística y documental se preservaba la coherencia patrimonial.

Se trataba de dos lienzos anónimos de género religioso (San Francisco de Asís recibiendo los

estigmas y la muerte de San Francisco Javier) y dos lienzos de género de bodegón de aves de

corral y escena de caza. Procedían de una residencia palaciega de Catalunya donde se

conservaron almacenadas durante años en la buhardilla. Pintura y moldura de protección

mantienen la coherencia geográfica e histórica: producción española (posiblemente Catalunya)

de la primera mitad del XVIII.

Los cuatro marcos presentan un perfil de cassetta exvasado, de entrecalle y filo ebonizados,

contrafilo prominente y canto de talla simplificada de tipo de perlas y bizcocho en oro fino,

sobre bol rojo y preparación a base de carbonato y cola. El reverso revela una estructura

debilitada por los xilófagos y por las condiciones ambientales adversas. En la imbricación del

ensamble del cuerpo del marco se observa que no ha sido modificado el formato (a media

madera por las dos caras).

Detalle del estado de una de las piezas cuando entró en

el taller

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El material que se empleó en su día para “pintar” la superficie no pretendía reponer el original

sino que con el cubrimiento total se modificaba y reinventaba el color y acabado. Con capas

uniformes se taparon los deterioros, desgastes y lagunas sin pretender restaurar la

ornamentación original.

En estos cuatro marcos se reblandeció

el material superpuesto (dos capas

distintas al original) y se removió con

mucho cuidado evitando perjudicar el

estrato inferior. Como la intención de

estos cubrimientos no fue falsear sino

tapar y renovar, resultó menos difícil

distinguirlas y salvar el estrato original.

Las lagunas se han reintegrado

volumétrica y cromáticamente de forma

que la restauración se reconozca

aunque no resulten disruptivas y a vista

general queden integradas en el

conjunto. El desgaste del oro de la talla del canto y contrafilo forma parte de la pieza, de la

rozadura y erosión del oro fino al agua de las áreas más protuberantes del marco.

La imagen de la derecha ilustra varios

cubrimientos superpuestos sobre una

moldura cuyo formato posiblemente fue

modificado. Se trata de una moldura

cóncava con un amplio perfil

semicircular (caveto) y con elevado

paramento (concentra la atención en el

interior). La policromía y acabado

original de la superficie fueron cubiertos con tres capas

distintas de pintura (esmaltes).La policromía original

estaba cubierta de goma laca hecho que impidió que el

Imagen tomada una vez se

restauró el lienzo y el marco.

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esmalte penetrara en el estrato de la policromía original y favoreció eliminar las

superposiciones de forma mecánica (a punta de bisturí). Al igual que en los casos anteriores,

estos cubrimientos no pretendían revitalizar el original ni restaurarlo. El color, diseño de la

policromía de la superficie y el grado de envejecimiento de la madera sugieren que

probablemente se trata de una pieza de la segunda mitad del siglo XIX y que posiblemente

responda a los diseños que surgieron cuando buena parte de artistas (impresionistas,

divisionistas, simbolistas, postimpresionistas) pintaron y decoraron parte de los marcos que

enmarcaban sus obras.

Cuando se eliminan los cubrimientos se evalúan los daños en los estratos originales y se

restaura la continuidad formal a través de la restauración estética. De este modo se disminuyen

las interrupciones que producen las lagunas en la contemplación del conjunto. La reintegración

ha de adaptarse a las gamas cromáticas de las áreas más inmediatas a la laguna. El retoque

debe distinguirse y al mismo tiempo pasar desapercibido

Las lagunas de materia pictórica se han reintegrado con acuarela y mediante la combinación de

punteado y regattino.

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Cubrimiento total de la superficie con materiales similares a los utilizados en los procedimientos técnicos originales

Esta pieza de estilo Luis XIV (en roble tallado,

enyesado y dorado al agua sobre bol cálido)

conserva su formato original (ensamble a media

madera con junquillo en el inglete). El deterioro

más significativo parecía ser el desgaste de la

hoja de oro de la superficie. No obstante, la

observación detallada permitió detectar que

bajo una capa de bol amarillo y cera coloreada se

conservaba el estrato superior original.

Con mucho cuidado se pudo eliminar el

falseamiento del estado de la superficie. En este caso la

intervención antigua pretendía simular el desgaste de la

hoja de oro y dar credibilidad añadiendo “suciedad” en

los recovecos de la talla.

En la superficie del marco el envejecimiento y desgaste

por frotamiento han dejado una huella que lo define y

que expresa su particular trayectoria histórica. Se

reintegraron únicamente pequeñas lagunas con objeto

de que éstas no provocaran interrupciones en la

contemplación de la continuidad formal. La

reintegración volumétrica con cola y carbonato se

coloreó con acuarela asimilando cromáticamente el

color del substrato del oro original para que, mediante

la combinación de regattino y punteado con acuarela,

las lagunas se detecten pero pasen inadvertidas cuando

se contempla el conjunto. La reintegración cromática de

las lagunas debe imitar el aspecto de las áreas

adyacentes de forma que queden integradas dentro del

estado actual de la superficie del marco.

Se detecta el oro bajo el

manto de bol amarillo y

cera negra

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Cubrimiento parcial

El cubrimiento de las molduras del canto, filo y

contrafilo con bol ocre y marrón de este marco de

cassetta modificaron su acabado ebonizado (negro) si

bien conserva el acabado y policromía original en la

entrecalle. El formato y ensamble no han sido

rectificados (a media madera con corte recto en los dos

paramentos). La observación de capas de bol de dos

colores, cera y purpurina sobre la superficie negra de

las molduras que flanquean la entrecalle induce a

pensar que se modificó el tipo de acabado original. Se

detecta que los cubrimientos a demás sirvieron para

esconder deterioros.

Esta reinterpretación del marco pretendía emular el

desgaste del oro de las partes prominentes debido a que

fue muy popular la producción de marcos de cassetta

negros (ebonizados) con ornamentación esgrafiada o

grabada en la entrecalle con oro en el filo y en el filo y

canto(en Italia y España con variantes regionales y locales).

No obstante, cuando se aplicaba oro fino, en estas partes del

marco y en este periodo, la técnica habitual era sobre una

capa de guesso cubierta de bol.

El aligeramiento de las capas de bol y cera sobre superficie

ebonizada, sobre antiguas reintegraciones volumétricas y

sobre deterioros por xilófagos,

confirma que se trata de un

falseamiento del estado del

acabado decorativo de la superficie

original.

Los deterioros provocados por los insectos y las

pérdidas en la parte más elevada del canto

fueros disimulados con los cubrimientos falsos.

El saneamiento a punta de bisturí de la

superficie revela el mal estado de los materiales

originales así como su acabado decorativo

superficial

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La modificación del acabado de las molduras del

filo, contrafilo y canto cubría las reintegraciones

volumétricas del canto, los deterioros por

xilófagos y además transformaba la técnica

ornamental original ( acercándolo a la tradición

toscana). No obstante, el perfil y el acabado negro

apunta a los diseños lombardos en los que las

molduras ebonizadas holandesas y españolas

ejercieron una poderosa influencia en la segunda

mitad del XVII. Diversos tipos y modelos fueron

reproducidos por talleres locales lombardos

durante la segunda mitad del siglo XVII y XVIII.

La restauración de la superficie original ha permitido localizar su origen, interpretarlo

correctamente y conservar sus cualidades superficiales originales.

Cubrimientos con betunes, lacas y barnices con pigmentos. Falso envejecimiento que iguala desgaste, repintes y reintegraciones

Un falso envejecimiento se detecta en el estado de la superficie de una marco de cassetta de

perfil exvasado, contrafilo relevante, ornamentación de talla dentada en el canto y de ovas (con

puntas de flecha) en el contrafilo. Conserva formato y ensamble original ( a media madera y en

inglete sobre el paramento del anverso). El acabado de la superficie es de oro fino al agua

sobre bol

cálido y gesso.

El cubrimiento

de la superficie

de aspecto

homogéneo ,

con abundante materia en las hendiduras de

la talla daba un aspecto artificial y no se

correspondia con la edad de la estructura de

marco. Una vez eliminadas las capas pigmentadas se observa la huella del envejecimiento en el

craquelado de la superfice.

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Capas de laca pigmentada también cubrían este marco Luis XIII cuyo ensamble y formato

igualmente eran los originales. Decoración a talla (hojas de acanto en las esquinas con rocalla y

guirnalda, hojas carnosas en el filo) y cincel (aporta sensación de textura y realza la talla).

Superficie dorada al agua sobre bol cálido y gesso. De perfil “reverse bolection” se trata de una

de las cinco modalidades de estilo Luis XIII realizadas en Francia entre el 1630 y 1660.

Durante la

limpieza se

elimina la capa

oscura que

disimulaba el

desgaste del oro

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El paso del tiempo provoca en la

superficie alteraciones que empiezan

por la acumulación de polvo,

continúan con el oscurecimientode

por oxidación de las capas superiores

y por el depósito de diferentes

contaminantes ambientales sobre la

superficie. Sin embargo, la edad se

observa porque el envejecimiento

produce un cuarteado o craquelado

uniforme y reticulado, porque el

desgaste general nunca es

homogéneo, y también porque se producen las deformaciones en la superficie debidas a los

movimientos de la estructura (los materiales que lo componen son susceptibles a la humedad).

Conclusión

El reconocimiento de la técnica de construcción de los marcos y la observación detenida del

estado de la superficie induce a la detección de modificaciones por cubrimientos del aspecto de

la superficie original.

Los tipos de repintes, reinterpretaciones, barnices igualadores y veladuras oscuras son muy

variados al igual que los motivos que los generaron y objetivos que se proponían.

Afortunadamente, en muchos casos, estas capas sobre la superficie han permitido que en

parte el estrato original se conservara.

Hoy en día la restauración de las molduras de época se fundamenta en la estabilización de su

condición material y de su apariencia (el papel del conservador no es hacer que un marco

parezca nuevo). Sólo se podrá elaborar una adecuada estrategia de restauración si

previamente se ha analizado el estado y naturaleza de los materiales constitutivos, se ha

contextualizado historia-estilo-técnica y se han identificado los factores que alteran su estado.

Es indispensable entender el marco como objeto construido con unos materiales concretos,

que por medio de una técnica determinada, en el transcurso de su historia particular, ha

sufrido unas transformaciones que forman parte de su realidad material y de su actual

apariencia estética-visual. El restaurador debe estabilizar su apariencia sin ocultar la huella

del paso del tiempo y de su historia.

La restauración del marco permitirá revisar la información que se deriva del reconocimiento

de las técnicas de producción originales y reconocer las claves que permitan encuadrarlo

correctamente en la Historia del Arte.