Reflexiones acerca de las viruelas (1785), ideas ilustrativas de Eugenio de Santa Cruz y Espejo como...

23
1.- Introducción a las ideas críticas de la Ilustración del siglo XVIII Las ideas críticas de la Ilustración durante el siglo XVIII gestadas en los principales países europeos, tuvieron una importante repercusión en el sistema social, cultural y político de las colonias hispanoamericanas. Uno de los más representativos exponentes ilustrados hispanoamericanos en Quito fue el médico Eugenio Santa Cruz y Espejo 1 , quien utilizará sus textos sobre Medicina y Educación para dar cuenta de un anquilosado sistema colonial arraigado en la ignorancia y la superstición de sus ideas, apoyadas principalmente en la herencia social de los criollos y en los dogmas eclesiásticos, quienes hasta ese momento controlaban el poder. Se trata de un autor que ejemplifica el “proceder” de las ideas críticas de la Ilustración para desmontar una realidad social y cultural a través de la razón, no sólo para conocerla sino también para proponer soluciones a los problemas que enfrentan las clases de mestizos e indígenas. Eugenio Santa Cruz y Espejo es considerado uno de los primeros autores de las ideas ilustradas en Hispanoamérica, recogiendo de éstas la instauración de un procedimiento científico basado en el mejoramiento de las condiciones de salud y educación para los habitantes de su país. La crítica directa a las elites dominantes, a través 1 Francisco Javier Eugenio de Santa Cruz y Espejo (1747-1795), fue prototipo de la Ilustración —hombre de ciencia y orientador de la opinión pública. A pesar de su origen étnico, superó obstáculos tanto raciales como locales, para granjearse el respeto de sus conciudadanos quiteños como hombre culto e ilustrado médico y escritor.

Transcript of Reflexiones acerca de las viruelas (1785), ideas ilustrativas de Eugenio de Santa Cruz y Espejo como...

1.- Introducción a las ideas críticas de la Ilustración delsiglo XVIII

Las ideas críticas de la Ilustración durante el siglo

XVIII gestadas en los principales países europeos,

tuvieron una importante repercusión en el sistema social,

cultural y político de las colonias hispanoamericanas. Uno

de los más representativos exponentes ilustrados

hispanoamericanos en Quito fue el médico Eugenio Santa Cruz

y Espejo1, quien utilizará sus textos sobre Medicina y

Educación para dar cuenta de un anquilosado sistema

colonial arraigado en la ignorancia y la superstición de

sus ideas, apoyadas principalmente en la herencia social de

los criollos y en los dogmas eclesiásticos, quienes hasta

ese momento controlaban el poder. Se trata de un autor que

ejemplifica el “proceder” de las ideas críticas de la

Ilustración para desmontar una realidad social y cultural a

través de la razón, no sólo para conocerla sino también

para proponer soluciones a los problemas que enfrentan las

clases de mestizos e indígenas.

Eugenio Santa Cruz y Espejo es considerado uno de los

primeros autores de las ideas ilustradas en

Hispanoamérica, recogiendo de éstas la instauración de un

procedimiento científico basado en el mejoramiento de las

condiciones de salud y educación para los habitantes de su

país. La crítica directa a las elites dominantes, a través1 Francisco Javier Eugenio de Santa Cruz y Espejo (1747-1795), fueprototipo de la Ilustración —hombre de ciencia y orientador de laopinión pública. A pesar de su origen étnico, superó obstáculos tantoraciales como locales, para granjearse el respeto de sus conciudadanosquiteños como hombre culto e ilustrado médico y escritor.

de un estilo satírico, da cuenta de la lucha de clases

histórica presente en este continente, que separa a los

grupos privilegiados herederos del poder de la conquista y

a los grupos desposeídos quienes son el soporte económico

de la colonia. Durante la segunda mitad del siglo XVIII la

perpetuidad de este sistema colonial comenzará a

desestabilizarse a causa de los importantes cambios en las

ideas que se producen desde Europa hacia el mundo. Surge de

este modo una proyección del conocimiento que amplía el

campo de posibilidades a través de verdades que se

demuestran mediante un método o una explicación racional y

critica.

En Hispanoamérica estas ideas críticas de la

Ilustración no son bien recibidas ni por la mayoría de los

criollos ni por los eclesiásticos de la época, debido al

temor de una futura pérdida de sus intereses económicos. A

pesar de esto, una minoría criolla ve en la Ilustración a

través de las reformas borbónicas la posibilidad de

expandir su poderío económico mediante el comercio y al

mismo confirmar su distinción de clase usando la lógica de

la razón, para sostener la superioridad de raza frente a la

inferioridad de los grupos esclavos y trabajadores. Mi

objetivo de trabajo consiste en revisar las ideas críticas

de la Ilustración en Hispanoamérica a partir del texto de

Eugenio de Santa Cruz y Espejo Reflexiones acerca de las viruelas,

para dar cuenta de una realidad colonial en pugna según los

aspectos sociales, educacionales y medicinales. Esto es

establecer un parangón entre el mejoramiento de Quito,

especialmente de los mestizos, y las ideas de la

Ilustración expuestas a través de las reformas borbónicas.

2.- La Ilustración o “siglo de las luces” de Europa.

La Ilustración es definida no en cuanto a su concepto,

sino más a su procedimiento o mecanismo ejecutor en el

campo de la ideas, abarcando aproximadamente un siglo, a

pesar que se asigne además un proceso histórico de la razón

que viene evolucionado desde la Edad Media. Para Agapito

Maestre la Ilustración es un “mecanismo a través del cual

se constituye autónomamente la razón frente a cualquier

tipo de dogmatismo” (XIII), y en el caso que pueda

definirse sólo puede ser vista como un “modo de proceder”

sin asociarla a una “metodología dogmatica que se eleve por

encima del propio proceso a analizar, a cuestionar o a

criticar” (XIII). Por otra parte Antonio Mestre identifica

este proceso de cuestionamiento y critica con la

“descomposición de la mentalidad medieval caracterizada por

la unidad cultural presidida por la teología” (5-6). De

esta manera las ideas ilustradas toman fuerza en un

contexto social y político de importantes cambios

culturales, adoptando un cuestionamiento de las ideas

antecesoras arraigadas en los preceptos eclesiásticos.

Antonio Mestre reconoce dos líneas o tendencias que

configuran a la Ilustración. La primera corresponde una

Ilustración filosófica iniciada por Immanuel Kant2, e

2 Immanuel Kant (1724-1804) asocia la Ilustración a una nociónfilosófica de salida de una “autoculpable minoría de edad”, entendida“la minoría de edad” como la incapacidad de servirse de su propio

interpretada posteriormente por Agapito Maestre.

“Ilustración es algo más que un periodo de la historia del

espíritu, es pues, un mecanismo reflexivo que se puede

aplicar a sí mismo: Ilustración sobre la Ilustración. De

ahí que el pensamiento moderno no esté agotado” (Maestre,

XXVI). La segunda línea corresponde a la Ilustración

histórica que considera a este proceso o mecanismo como un

“movimiento cultural” que abarcaría aproximadamente desde

el 1600 a 1780, presentando una realidad social que intenta

zafarse de los dogmas teológicos para proponer la apertura

de las ideas mediante el uso de la razón. De ahí su

designación al siglo XVIII como el “siglo de las luces”,

conformando un periodo de consolidación de ideas surgidas

en épocas anteriores como rechazo hacia la “verdad divina”,

y que repercutirán posteriormente en nuevos movimientos

culturales propios de una humanidad que busca su autonomía.

Para Paul Hazard “El siglo XVIII no se contentó con

una Reforma; lo que quiso abatir es la cruz; lo que quiso

borrar es la idea de una comunicación de Dios con el

hombre, de una revelación; lo que quiso destruir es una

concepción religiosa de la vida” (9), para proponer el

camino de la razón para acceder al conocimiento de la

naturaleza y la felicidad humana. Se trata de una “critica

universal” que se plantea en distintos ámbitos culturales,

donde el poder de la Iglesia ha impuesto su palabra para

entendimiento sin la guía de otro. La Ilustración correspondería a laetapa de madurez del hombre, en la cual asume el control de su vida através de la razón. “!Ten valor de servirte de tu propioentendimiento! Ese es el lema de la Ilustración.

controlar el dominio del conocimiento sobre el mundo; se

ataca a la superstición y a la ignorancia que encubren una

verdad que ha sido manejada desde las esferas más altas del

poder. “La crítica termina en llamada, en petición, en

exigencia. ¿Qué desean esos viajeros descontentos,

discontented wanderers?.. ¿Por qué proceden a una revisión

a la que no ha de escapar ni la legislación que arguye su

majestad ni la religión que hace valer su carácter divino?

¿Respecto a qué bien se consideran fracasados? Respecto a

la felicidad” (Hazard 9).

La ilustración filosófica nace en Inglaterra3,

posteriormente se difunde en Francia “donde la razón se

hace cada vez más combativa, presentándose como un arma

critica” (Escobar 11), y luego se propaga en Alemania, país

donde las ideas criticas no poseen carácter revolucionario

y tienen mayor tolerancia con la religión. Según Escobar

Valenzuela la Ilustración responde a un procedimiento

general en toda Europa, sin embargo, difiere en cada uno de

los países manifestados, de acuerdo a su vínculo con la

religión y con el surgimiento de una potencial clase

burguesa. Así podemos apreciar que en España la

Ilustración no se opone al catolicismo, ni tampoco la

burguesía logra proponer sus ideas ante los poderes

tradicionales. Los ilustrados españoles políticamente son

3 Antonio Mestre revisa las diferencias de la Ilustración en losdistintos países europeos, explicando la ausencia o presencia de unaclase burguesa emergente, que posibilitó las ideas ilustradas. Así enel caso de Inglaterra y Holanda, las ideas de las Ilustración triunfanexitosamente gracias a ese factor decisivo, propiciado por laburguesía.

“partidarios del despotismo ilustrado. Piensan que la forma

ideal del gobierno se manifiesta en la persona de un rey

ilustrado” (Escobar 15). De esta manera los españoles

sustentan en el poder político o absolutismo la lucha

ilustrada contra la sociedad de su tiempo, sobre todo

contra aquellos que disfrutan de privilegios y entorpecen

el progreso social.

La lucha social tiene sus orígenes en el “contrato

social4”, propuesto por autores como Hobbes con su obra

“Leviatán” y John Locke con su obra “Tratados sobre el gobierno civil”.

Surge así la idea de Estado regulador y controlador de las

leyes humanas y sociales, que basadas en las ideas

ilustradas mejoraran las condiciones sociales ya no de los

“súbditos”, sino de los “ciudadanos”. “Los contractualistas

piensan que para explicar los orígenes de la sociedad, es

menester concebir a los hombres en un estado anterior, en

un momento prístino y naciente” (Escobar, 27). Se trata de

imponer un interés público, sobre un interés particular y

privilegiado; ampliar el beneficio de la razón y la

inteligencia a todos los ciudadanos de la sociedad, para

mejorar su situación social y las cuestiones de la vida

humana.

3.- Educación, cultura e Ilustración desde Europa a

Hispanoamérica.

4 El contrato social permitiría efectuar una verdadera reforma social, para levantar una nueva forma de gobierno civil amparado en la noción del ciudadano moderno. Roousseau pretende edificar la sociedad civil, en base de la participación ciudadana libre e igualitaria.

La cultura dirigida propuesta por los autores

ilustrados, se plantea como un proceso o mecanismo

instaurado en el plano de las ideas criticas modificadoras

de la realidad social y política, mediante el “control de

la sociedad por el Estado moderno” (Mestre, 14). La

educación es uno de los principales focos de atención tanto

por los ilustrados europeos, que en el caso de España

corresponde a una minoría apoyada en el despotismo

ilustrado, como en los ilustrados en Hispanoamérica quienes

cuestionaran los contenidos académicos de las universidades

eclesiásticas. “La educación, la cultura y la Ilustración

son modificadoras de la vida social, efectos del trabajo y

de los esfuerzos de los hombres para mejorar su situación

social” (Mendelssohn, 11). Se trata de una educación

gubernamental que pretende profesionalizar y ampliar los

conocimientos de las clases menos privilegiadas, para

alcanzar la igualdad y el “bien común”; la pregunta

pertinente es ¿esa igualdad se da sólo en un plano teórico

o fue posible concretar en la realidad? Sabemos que hubo

cambios significativos en lo social, desde el surgimiento

de la burguesía hasta la incorporación de otros sujetos

sociales en el ámbito del conocimiento. Sin embargo, en el

caso de Hispanoamérica sucedió tardíamente.

Para Paul Hazard “El Estado debe proveer a las

necesidades de la Nación; el Estado no debe abandonar la

educación a gentes que tienen intereses diferentes a los de

la patria; la escuela debe preparar ciudadanos para el

Estado, luego debe ser relativa a su constitución y a sus

leyes” (117). Se trata de formar ciudadanos para el bien

público y los intereses de la Nación, amparados en un

gobierno social defensor de las ideas sociales a favor de

la sociedad ilustrada. Todos los ciudadanos deben ser

conscientes de sus obligaciones con la sociedad, para

superar sus intereses particulares y supersticiosos. “Paul

Hazard supo distinguir el aspecto critico y destructivo con

la critica universal, la razón como norma que censuraba

todo sentido trascendente…el intento de construir una

sociedad basada en la búsqueda de la felicidad terrenal”

(Mestre, 13). De esta manera la razón ilustrada se

convierte en una herramienta que reforma las costumbres y

la sociedad a través de la educación, la cual se descompone

en cultura e ilustración, dirigidas hacia los ciudadanos de

la Nación. La razón “no es un ser sino más bien en un

hacer… la verdad es concebida no como algo ya constituido,

sino como una conquista que mueve al hombre hacia el

progreso” (Escobar, 16).

En Hispanoamérica el progreso ilustrado es asumido por

una minoría criolla, que vieron en aquellas ideas

emancipadoras la posibilidad de justificar su poderío

económico y social mediante la razón. Para la mayoría de

los criollos aferrados a su herencia colonial, las ideas

críticas de la Ilustración comprendieron una amenaza para

sus intereses de clase; de la misma forma consistió para

los miembros del dogma eclesiástico, quienes controlaban la

verdad a través de la imagen de Dios. “Para los criollos

ilustrados… la sabiduría del Estado se deja ver en el modo

como son combatidos racionalmente los obstáculos al

crecimiento de la población trabajadora, convencidos de que

el “buen gobierno” es aquel que utiliza el conocimiento

científico como medio para conseguir la prosperidad

económica del virreinato” (Castro Gómez, 200). De esta

manera es posible apreciar que el predominio de los

intereses particulares de la clase criolla, se impone por

sobre las ideas ilustradas europeas, debido a la

perpetuidad y estratificación de la organización social.

Eugenio Espejo es uno de los principales críticos

ilustrados de las ideales coloniales, anquilosadas en la

ignorancia en el abuso de poder.

Se trata de la patria de los criollos, quienes

gobiernan las colonias desde tiempos de sus antepasados

conquistadores, a pesar de los esfuerzos de la monarquía

española por regular el poder de la clase dirigente

mediante la incorporación de instituciones burocráticas.

“El Estado colonial, por lo tanto, reflejaba no solo la

soberanía de la corona, sino también el poder de las

elites” (Lynch, 78). Los criollos intentaran dominar el

Estado colonial a partir del cumplimiento de determinado

cargos públicos que compraran a la monarquía, haciendo

prevalecer sus intereses por sobre el interés público; este

privilegio concluirá con las reformas borbónicas las cuales

emprenderán un verdadero cambio en la gobernación colonial,

lo que generará en posteriores décadas los movimientos

emancipadores independentistas. “Es un producto ideológico

de la lucha que sostenían los criollos con la madre patria,

con España. Como cualquiera otra idea política, esta idea

era la expresión e un complejo de intereses de clase que

tenía su origen en una situación económica” (Martínez

Peláez, 43). En el contexto de Eugenio de Santa Cruz y

Espejo las ideas críticas de la educación y la medicina

ilustradas, amparadas en un gobierno civil y público,

generarán una sistemática persecución por parte de miembros

del poder criollo y eclesiástico como una posición férrea a

la Ilustración.

4.- Ideas criticas de Eugenio de Santa Cruz y Espejo,

ilustrado Hispanoamericano.

Para los criollos la economía y la sociedad coloniales

eran inmóviles. Lo que permite la Ilustración es la

incorporación de sujetos sociales sin “limpieza de sangre”

a la educación universitaria, y al conocimiento de las

conductas sociales durante en el siglo XVIII. Eugenio de

Santa Cruz y Espejo “ilustra como ningún otro el destino de

aquellos mestizos que hacia finales del siglo XVIII, se

atrevieron a desafiar abiertamente la colonialidad de las

instituciones universitarias” (Castro Gómez, 133). Critica

la formación educacional de las autoridades de Quito,

mencionando la ignorancia a la cual son arrojados sus

estudiantes, y la negligencia con la cual actúan sus

distintos profesionales. Este médico Quiteño debió

enfrentarse a las constantes represalias por sus ideas

revolucionarias, que ponían en tela de juicio los preceptos

colonialistas que tenían sumida en la miseria y abandono a

las capas sociales de mestizos e indígenas. “Se trata de

desterrar las supersticiones y las viejas creencias que no

se sustentan en la experiencia e impiden al hombre tomar

medidas para salir de su minoridad” (Rodríguez Hermoso, 5).

Eugenio de Santa Cruz y Espejo cree en las ideas

ilustradas para cambiar la realidad social de Quito, a

partir del mejoramiento de la educación y la salud pública.

Argumenta utilizando el “desmedro” de la población a causa

de las epidemias, sobre todo de la viruela, y además se

centra en la obligación estatal que debe “instruir al

resto de la población sobre la necesidad de preferir el

bien común antes que el particular” (Rodríguez Hermoso, 7).

Para Santiago Castro Gómez “queriendo ridiculizar a la

oligarquía que impedía su entrada en los círculos

influyentes, Espejo dirige sus ataques contra la “ciudad

letrada5” en la que se educaban sus miembros, y

particularmente contra el tipo de Homo Academicus que

producía la universidad colonial” (136). Por esa razón fue

perseguido y encarcelado, sin poder ejercer lo que había

aprendido en las universidades coloniales, con las cuales

tuvo distintas dificultades al exigirle la comprobación de

su “limpieza de sangre6”.

5 Santiago Castro Gómez utiliza la noción de “ciudad letrada” a partirde las ideas latinoamericanistas propuestas por Ángel Rama en su textoque utiliza el mismo nombre; designando a la ciudad criolla,oligárquica, educada y burocrática que controla el poder durante losperiodos históricos de Latinoamérica.

6 Para obtener la licencia que le permitía ejercer su profesión, elcabildo de Quito le exigió probar su limpieza de sangre. Ante laacusación de tener la “mancha de la tierra”, Espejo quiso “olvidar” lasangre india de su padre, resaltando en cambio el carácter noble desus abuelos maternos. No obstante, Espejo fue humillado públicamente y

Hijo de hijo de Luis Santa Cruz y Espejo, indio

quechua natural de la región de Cajamarca, y de una mulata

de nombre María Catalina Aldaz y Larrainzar, hija de un

esclavo liberto, Eugenio Espejo tuvo dificultades para

ingresar a la universidad debido a la ilegitimidad de su

herencia social, y también al salir de ésta, ya que no pudo

ejercer profesionalmente, siendo acusado de negligencia

médica, “ya que la obtención de los grados académicos y su

utilización posterior eran celosamente controlados por los

guardianes de la clase dirigente más tradicional, los

regentes de la vida universitaria que no veían con buenos

ojos las nuevas políticas borbónicas” (Castro Gómez, 135).

Falleció en la cárcel sin la posibilidad de apelar o

defenderse contra los ataques de las clases dominantes,

quienes borraron su nombre de la historia oficial de las

ideas ilustradas, convirtiéndose para muchos en un mito. Lo

que nos interesa son sus ideas críticas ilustradas como la

manifestación revolucionaria de sociedad patriótica o

nación propia, apoyada en la distinción de las clases

mestiza e indígena, en comparación con las ideas coloniales

afirmadas en una verdad criolla y eclesiástica.

Para Santiago Castro Gómez “en el caso específico de

la ciudad de Quito, después de la expulsión de los jesuitas

el Estado abrió las puertas para una verdadera

secularización de la educación superior, hasta lograr

convertir en 1787 a la universidad de los dominicos, la

Santo Tomás, en una universidad “pública” (134). Espejo y

tuvo que esperar ocho años para obtener la licencia.

los demás ilustrados conforman una minoría revolucionaria

que fracasa en su intento de generar una educación y

medicina pública, al menos durante el periodo en que ellos

manifestaron las principales ideas críticas de la

Ilustración. Dentro de la obra de Santa Cruz y Espejo,

considerada en su gran mayoría como una “sátira

anticlericlal”, presupone un ejercicio no sólo filosófico,

sino también literario, médico y educacional; su obra

educativa contempla tres principales textos El Nuevo Luciano de

Quito (1779)7, Marco Porcio Catón (1780) y La ciencia blancardina (1781), en

los cuales revisa los sistemas pedagógicos de las

universidades y propone el mejoramiento de intelectual de

la ciudad de Quito. “La constante obsesión de Espejo y del

crítico y reformador del siglo XVIII era la búsqueda y el

anhelo de encontrar la felicidad para sus semejantes en

esta tierra. Esto implicaba la necesidad de la educación,

pues era ésta la llave única pero maravillosa que abriría

las puertas de ese paraíso hasta entonces no encontrado”

(Astuto, 8).

Eugenio de Santa Cruz y Espejo utiliza la pluma para

proyectar su finalidad didáctica criticando a la oligarquía

de Quito para proponer un proyecto de Nación, no sólo

reflejado en su patria sino en toda Hispanoamérica:

7 En 1779, El Nuevo Luciano de Quito o Despertador de los ingeniosquiteños en nueve conversaciones eruditas para el estímulo de laliteratura, circuló en forma manuscrita, con la firma de don Javier deCía, Apéstegui y Perochena (seudónimo de Espejo). Con ella pretendíareformar los estudios para el bien de la patria.

“La Ilustración presuponía el establecimiento de

una frontera entre los que saben jugar el juego

de la ciencia (los expertos) y los “otros” que

permanecen encerrados tras los barrotes

culturales del “sentido común”. Los expertos son

como el alma que, mediante las “luces

filosóficas”, se colocan en una situación de

objetividad cognitiva que les permite otorgar

vida a la totalidad del cuerpo social; sin el

auxilio del conocimiento producido por los

sabios, el resto de la población (el artista, el

labrador, el artesano) quedaría sin orientación y

permanecería sumida en la oscuridad de los

conocimientos tradicionales” (Castro Gómez, 142).

5.- Reflexiones acerca de las viruelas (1785), ideas ilustrativas de

Eugenio de Santa Cruz y Espejo como critica al sistema

colonial del siglo XVIII.

La obra de Eugenio de Santa Cruz y Espejo Reflexiones

acerca de las viruelas (1785) consiste en un panorama social y

medicinal de Quito, especialmente de su clases mestiza e

indígena, en relación a la epidemia de las viruelas que

afecta a la ciudad. No sólo es una lectura de las ideas en

el campo medicinal, sino también es una crítica severa a

clases dirigentes que tienen desamparados a los más

desprotegidos; además dirige su lenguaje mordaz y satírico

hacia la ignorancia y superstición de las autoridades

locales, que no saben resolver la situación de la salud y

la higiene, debido a su ciego proceder basado en el dogma.

Espejo propone en sus reflexiones la apertura del

conocimiento de la epidemia basándose en las ideas críticas

de la Ilustración, y culpa a la “mala educación”

eclesiástica de la falta de utilidad pública y verdadera:

“Si las gentes que hacen estas objeciones, no se

conociera que eran de suyo tan buenas, y tan

sencillas, y cuyo error no viene sino de la

constitución de este país negligente, y aún

olvidado de las obligaciones de cultivar el

espíritu; se les debía reputar como criminales

con el mayor, y más horrendo de los delitos; esto

es, de ser traidores al Rey, y a la Patria;

porque el proyecto de abolir en todo el Reino las

viruelas, tiene por objeto libertar de su funesto

insulto las preciosísimas, e inestimables vidas

del Soberano, su Real familia, y las de toda la

Nación”. (Santa Cruz y Espejo, 54).

Para Santiago Castro Gómez “la conservación de la

salud pública se convirtió por ello en una de las

prioridades del gobierno ilustrado” (152), que impulsado

por las reformas borbónicas, pretendían mejorar los niveles

de salud de aquellos sectores vulnerables y que comprendían

el soporte económico de la colonia. De este modo se

potenciaría la “competitividad de España por el control del

mercado mundial” (Castro Gómez, 152). Las ideas

ilustrativas de Eugenio Espejo se condicen con las ideas

monárquicas que pretenden regularizar las condiciones

sociales y políticas de las colonias, con el propósito de

mejorar la calidad de vida de sus habitantes; en el caso

puntual de la Corona se trata de un fin comercial y

económico, producto de la competencia que comienza a surgir

en el mercado europeo a cargo de potencias como Inglaterra,

Francia y Alemania, países que participan de las ideas de

la Ilustración con fines progresistas.

La salud pública empieza a ser vista como un problema

propio del Estado, a diferencia de lo que ocurría realmente

en la sociedad colonial, debido a la influencia que tenía

la Iglesia en la determinación de las soluciones médicas,

basadas en el dogma y la superstición. “la salud no es

vista como un problema que compete al Estado, sino a la

Iglesia. No es el médico el encargado de combatir la

enfermedad, sino el sacerdote” (Castro Gómez, 152).

Para Eugenio Espejo el problema de la salud pública no es

sólo una situación propia de la “mala educación”, ni

tampoco de los “negligentes” o “falsos médicos” que operan

en Quito, sino también la ignorancia y la superstición

ligadas a un control eclesiásticos sobre las clases menos

instruidas durante el siglo XVIII. “¿Adónde está el ingenio

más luminoso que pueda penetrar estos arcanos? Aquí no hay

sino humillarse a confesar nuestra debilidad y nuestra

ignorancia” (Santa Cruz y Espejo, 113). Para Santiago

Castro Gómez “la práctica médica no sólo jugaba en

concordancia con la biopolítica estatal – que Espejo afirmó

siempre obedecer y respetar -, sino que actuaba como un

mecanismo de dominación social frente a las castas” (139).

En Reflexiones acerca de las viruelas Eugenio de Santa Cruz y

Espejo elabora un proyecto nacional ilustrando una lucha

social que pretende reivindicar las ideas críticas de la

Ilustración en el aparate colonial, dominado por los

criollos y los clérigos. Utiliza para ello el argumento

dirigido hacia la obligación estatal de mejorar las

condiciones salubres de los ciudadanos, que merman la

belleza y la felicidad de sus habitantes. Ante el problema

de las viruelas propone distintas soluciones, vinculadas

con el uso médico de las vacunas, con el control de la

basura en las calles y sobre todo con la reubicación del

cementerio hacia las afueras de la ciudad. Sin duda estas

medidas repercutieron considerablemente en las clases

dominantes, especialmente en lo que respectaba a los

cementerios, ya que esto produciría una igualdad de

condiciones mortuorias, no estableciendo la habitual y

descarnada distinción social entre criollos y mestizos.

“Los cementerios y la vacuna son los leimotiv de la nueva

ciencia ilustrada aplicada a vencer la resistencia

obstinada del espíritu rutinario” (Rodríguez Hermoso, 5).

Para Eugenio de Santa Cruz y Espejo la viruela es un

problema que afecta a la salud desde el interior hacia el

exterior, provocando una pérdida en los rasgos faciales de

sus habitantes: “la hermosura es un don precioso emanado de

las manos de un ser supremo, perfectísimo, esencial, e

infinitamente hermoso; y que las gentes hermosas son en

quienes se retrata esta perfección de Dios Las mujeres que

tanto desean cultivar la belleza, y poseerla, tienen razón

de llorar su pérdida en el fuego de las enfermedades”

(Santa Cruz y Espejo, 62). Para Carmina Rodríguez Hermoso

“acabar con las viruelas es beneficioso porque es una

manera de preservar la hermosura, cualidad muy estimable

para el espíritu filosófico” (7). La sociedad patriótica

propuesta por Eugenio Espejo pretende legitimar la clase

mestiza en un contexto de ideas anquilosadas en una

sociedad estamental y rígida, representada por la clase

criolla, quienes utilizan no sólo su poder económico sino

sus rasgos étnicos para diferenciarse de los metizos,

indígenas y mulatos:

“Esta hermosura se puede decir esencial, pues que

la utilidad es su principal objeto y fundamento.

Esta utilidad es de todo el Estado; porque el

hombre hermoso, en el sentido que acabamos de

explicar es apto para la agricultura, propio para

el comercio, acomodado para las maniobras de la

Marina, ágil para las manufacturas, idóneo para

la fatiga militar, y a propósito para servir a la

República de todos modos. Y aun la carrera de las

letras necesita de este género de hombres

hermosos que puedan vacar en el estudio con la

constancia que requiere la profesión de la

Literatura; y que tengan la aptitud de servir con

decoro al altar, y al foro; porque ¿qué horrorosa

idea no dará de su ridícula proporción, y

estructura orgánica un sacerdote lleno de arrugas

sacrificando, y un juez tuerto, y cojo

distribuyendo los oráculos del depósito

legislativo, con una fisonomía, que siempre, y

anticipadamente da unas sentencias de espanto?

Uno, y otro parecerían, o contentibles o

formidables. Las viruelas, pues, quitan del mundo

esta hermosura de los hombres, volviéndolos con

sus malísimas crisis, o erupciones tumultuosas, y

erradas, cojos, mancos, y estropeados en los

miembros más necesarios a los usos de la vida

doméstica y civil” (Santa Cruz y Espejo, 66).

Para Santiago Castro Gómez “el imaginario

aristocrático de la blancura, anclado en el habitus de los

criollos, constituye la base ideológica sobre la que este

grupo legitima su dominio sobre las castas” (141). De esta

forma Eugenio Espejo reflexiona a partir de la belleza como

garantía de estabilidad social, en la medida que exista una

preocupación estatal de las condiciones de la salud

pública; estas ideas ilustradas presuponen la exposición de

un autor transgresor para la época, que abre la discusión

sobre la participación de los grupos sociales inferiores a

la clase dominante. Su construcción patriótica se apoya en

las ideas de la Ilustración amparada en la noción de Reino

que se plantea en Hispanoamérica a través a las reformas

borbónicas. Eugenio Santa Cruz y Espejo proyecta la nación

a través de sus ideas críticas que cuestionan las ideas

ignorantes y supersticiosas que afianzan el poder en las

clases criollas.

Bibliografía

Castro-Gómez, Santiago: La hybris del punto cero: ciencia, raza e

ilustración en la Nueva Granada (1750-1816). Bogotá: Editorial

Pontificia Universidad Javeriana. 2005.

Brading, David: Orbe indiano: de la monarquía católica a la república

criolla, 1492-1867. México: Fondo de Cultura Económica, 1991.

Escobar Valenzuela, Gustavo. "La ilustración en la

filosofía latinoamericana." México: Trillas (1980)

Hazard, Paul: El pensamiento Europeo en el siglo XVIII. Madrid.

Editorial Guadarrama, 1958.

Martínez Peláez, Severo. "La patria del criollo." Ensayo de

interpretación de la (1973).

Lynch, John, and Enrique Torner. América Latina, entre

colonia y nación. Crítica, 2001

Romero, José Luis, and Luis Alberto Romero. Latinoamérica:

las ciudades y las ideas. Siglo Veintiuno Editores, 1976.

Rodriguez Hermoso, Carmina: “Eugenio de Santa Cruz y

Espejo: Reflexiones médicas sobre la higiene de Quito”.

Mapocho (Santiago de Chile) no. 56 (segundo semestre 2004)

p221-233.

Santa Cruz y Espejo, Eugenio de. "Obra educativa, ed."

Philip L. Astuto. Caracas: Ayacucho (1981).

Santa Cruz y Espejo, Eugenio. "Francisco Javier Eugenio de.

Reflexiones acerca de las viruelas." Escritos del Doctor

Francisco Javier Eugenio Santa Cruz y Espejo: 341-522.

VV.AA: ¿Qué es la ilustración? Estudio preliminar de Agapito

Maestre. Madrid: Editorial Tecnos, S.A,1998.

Reflexiones acerca delas viruelas (1785),

ideas ilustrativasde Eugenio de SantaCruz y Espejo como

critica al sistemacolonial del siglo

XVIII.

Nombre: Rodrigo Bourguet B.

Curso: Literatura Colonial