Prensa oficialista y acción guerrillera en la década de 1970: el caso de la Liga Comunista 23 de...

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115 Rodolfo Gamiño Muñoz * Prensa oficialista y acción guerrillera en la década de 1970: el caso de la Liga Comunista 23 de Septiembre ste trabajo forma parte de una investigación más amplia en la cual se muestra la operación de algunos de los amortiguadores 1 de que echó mano el gobierno mexicano en su estrategia para combatir, desarticular y exterminar a la guerrilla urbana surgida durante la década de 1970. Por razones de espacio se expondrá sólo el papel desempeñado por la prensa de circulación nacional, particularmente de los diarios La Prensa y Excélsior, de los cuales se explicitará su cobertura en torno a las acciones armadas de la Liga Comunista 23 de Septiembre, en el contexto de la desproporcionada repre- sión oficial orientada a su extermino durante el periodo de 1973 a 1979. Se pretende documentar acerca de cómo el gobierno federal fue escalando un operativo represivo para cada periodo de vida de la organización guerrillera, hasta la con- creción de un diseño perverso que incluyó el fortalecimien- to de los cuerpos policiacos (entre ellos la creación de la Brigada Blanca), el mayor equipamiento y la capacitación militar de fuerzas de elite, así como la utilización de dife- rentes técnicas de infiltración, descontrol y abatimiento. Y cómo paralelamente se utilizó a la prensa para desinformar con respecto al conflicto armado, con el propósito de redu- cirlo y socavarlo ante la opinión pública, a corto y largo plazo. Se busca asimismo explicar cómo esta prensa oficiosa sirvió al gobierno, a las fuerzas castrenses y policiales, las E A N T R O P O L O G Í A * Doctorante en Antropología Social por el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, CIESAS-DF. 1 La idea de amortiguadores fue tomada de la sugerente ponencia de Daniela Spenser intitulada “Cushions Available in the Mexican State to Mitigate the Impact of The Dirty War”, la cual fue dictada en el Latinamerican Studies Association (LASA) en Toronto, Canadá, octubre de 2010. Imágenes tomadas de diversos sitios de Internet, consultados en junio de 2012

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Rodolfo Gamiño Muñoz*

Prensa oficialista y acción guerrilleraen la década de 1970: el caso dela Liga Comunista 23

de Septiembreste trabajo forma parte de una investigación más amplia en la cual

se muestra la operación de algunos de los amortiguadores1 de que echómano el gobierno mexicano en su estrategia para combatir, desarticular yexterminar a la guerrilla urbana surgida durante la década de 1970. Porrazones de espacio se expondrá sólo el papel desempeñado por la prensade circulación nacional, particularmente de los diarios La Prensa y

Excélsior, de los cuales se explicitará su cobertura en torno alas acciones armadas de la Liga Comunista 23 deSeptiembre, en el contexto de la desproporcionada repre-sión oficial orientada a su extermino durante el periodo de1973 a 1979.Se pretende documentar acerca de cómo el gobierno

federal fue escalando un operativo represivo para cadaperiodo de vida de la organización guerrillera, hasta la con-creción de un diseño perverso que incluyó el fortalecimien-to de los cuerpos policiacos (entre ellos la creación de laBrigada Blanca), el mayor equipamiento y la capacitaciónmilitar de fuerzas de elite, así como la utilización de dife-rentes técnicas de infiltración, descontrol y abatimiento. Ycómo paralelamente se utilizó a la prensa para desinformarcon respecto al conflicto armado, con el propósito de redu-cirlo y socavarlo ante la opinión pública, a corto y largoplazo. Se busca asimismo explicar cómo esta prensa oficiosasirvió al gobierno, a las fuerzas castrenses y policiales, las

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A N T R O P O L O G Í A

* Doctorante en Antropología Social por el Centro de Investigacionesy Estudios Superiores en Antropología Social, CIESAS-DF.

1 La idea de amortiguadores fue tomada de la sugerente ponencia deDaniela Spenser intitulada “Cushions Available in the Mexican State toMitigate the Impact of The Dirty War”, la cual fue dictada en elLatinamerican Studies Association (LASA) en Toronto, Canadá, octubrede 2010.

Imágenes tomadas de diversos sitios deInternet, consultados en junio de 2012

cuales diseñaron y operaron múltiples estrategias paraexterminar a la oposición política armada, contribu-yendo también a reducir el impacto de las otras oposi-ciones en el ámbito político y social. La prensa buscabaasimismo justificar y ocultar los actos represivos, lomismo que estigmatizar, denostar y denigrar a los mi-litantes de las organizaciones armadas, al tiempo deservir de vocera oficial sobre las decisiones guberna-mentales para frenar el conflicto guerrillero.

La Liga Comunista 23 de Septiembre y su estrategiapolítico-militar

La Liga Comunista 23 de Septiembre (LC23S) tieneuna historia que la consolida como grupo políticoarmado el 15 de marzo de 1973 en la calle PorfirioDíaz núm. 689, entre Francisco de Icaza y José María

Lozano, en el sector Libertad de la ciudad deGuadalajara.2 Tres conceptos fueron tomadosen cuenta para dar nombre a la organización:Liga, en reconocimiento a la Liga de los Justospromovida por Karl Marx y Friedrich Engels;Comunista, porque instauraría un sistema po-lítico de esa naturaleza con el triunfo de la re-volución proclamada, y 23 de Septiembre comoun reconocimiento a la fecha en que tuvieronefecto las acciones desarrolladas por ArturoGámiz y el comando que encabezaba en elcuartel militar de Ciudad Madera, Chihua-hua, en 1965.3

El objetivo de la LC23S fue amalgamar adiversos grupos armados a nivel nacional, loscuales se mantenían desarticulados y sin direc-ción aparente. Los resultados fueron varios yentre ellos destaca la redacción del manuscritointitulado “Cuestiones fundamentales delmovimiento revolucionario”,4 documento quefue tomado como programa básico de la orga-nización y tuvo como plataforma ideológica lateoría económica marxista, con la que se exhi-bían las repercusiones del modelo económicocapitalista en México. Las asignaturas pendien-tes del modelo inspiraron a la organización aplantear su estrategia política y militar, la cual

se puede sintetizar en un argumento: “es posible, nece-saria e inevitable la revolución en este país”.5

La LC23S manifestó su rechazo al “Estado y su exce-sivo despliegue de violencia política, y contra el sistemademocrático-partidista”.6 Su objetivo inmediato sería

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2 Rodolfo Gamiño Muñoz, Repertorios de una violencia urbanaen México: orígenes de la Liga Comunista 23 de Septiembre,Saarbrüken, Lab Lambert Academic Publishing/Editorial Acadé-mica Española, 2011.

3 Véase Leticia Carrasco, “La guerrilla en México. El caso de laLiga Comunista 23 de Septiembre”, tesis de maestría en CienciasSociales, México, Biblioteca del Departamento de Estudios Socio-lógicos y Movimientos Sociales (DESMOS), 1999.

4 Ignacio Salas Obregón, Cuestiones fundamentales del movimientorevolucionario o manifiesto al proletariado, México, Huasipungo, 2003.

5 Jaime Laguna Berber, “Liga Comunista 23 de Septiembre”,Documento inédito, Archivo del Centro de Investigaciones His-tóricas de los Movimientos Sociales A.C., sin fecha.

6 Ignacio Salas Obregón, op. cit., p. 29.

crear un partido político de la clase proletaria y un ejér-cito que lo resguardara, tareas que adquirían para laLiga un propósito estratégico, sobre todo porque lascondiciones de lucha contribuían a que cada vez más elobjetivo se tornara realizable, pero sólo como resultadode una guerra de carácter prolongado. La estrategiamilitarista de confrontación armada iría acompañadade la huelga económica y la huelga política, las cualesse llevarían a cabo en centros laborales, con obreros dela construcción, colonos invasores de terrenos y cam-pesinos.7 El combate en las calles tendría lugar en loscentros estudiantiles a partir de los conflictos políti-cos ahí surgidos, con la finalidad de sumar la fuerza delos jóvenes inconformes con el sistema político mexi-cano y organizar la guerra de guerrillas, cuidando “norebajar las tareas de las brigadas armadas al exclusivodesarrollo militar”.8

Además de la influencia de la ideología marxista, laLC23S adoptó elementos de la teoría revolucionarialeninista, que se había adoptado durante los albores dela Revolución rusa de principios del siglo XX. Armadaideológicamente con esos referentes, la Liga organizórevueltas, manifestaciones, combates callejeros, propa-ganda y destacamentos de su ejército revolucionario.9

La movilización política y el combate de calle teníanque ser también trasladados al campo para ampliar losbrazos rurales de la Liga, a efecto de realizar invasionesy toma de tierras. La movilización política y el comba-te agrarios debían contemplar la eliminación de caci-ques, guardias blancas y soldados, así como promoverasambleas campesinas para discutir proyectos político-militares.En la práctica la LC23S ensanchó la fórmula de

“hostigamiento”, promovió la “eliminación de fuerzaseconómicas enemigas” e impulsó la realización desecuestros a prominentes políticos, empresarios eindustriales, con el doble objetivo de incrementar susfondos económicos y de negociar con el gobierno laliberación de los presos políticos. Los planteamientospolítico-miliares de la Liga fueron desarrollados entre

los años que van de 1973 a 1979, periodo durante elcual sus acciones se ampliaron geográficamente, aun-que también se redujeron por su intensidad y efectivi-dad, tanto por conflictos internos como por eldespliegue de las fuerzas represivas. Esta irregularidadprodujo al interior de la organización rectificacionesque a largo plazo la fragmentaron y exterminaron.

Acciones de la Liga, represión y prensa

La LC23S pasó por cuatro etapas importantes durantesu existencia, a saber: consolidación (1973), rectifica-ción (1974), fragmentación (1975-1976) y extermino(1977-1979).10 En cada una de ellas el despliegue eimpacto de sus acciones político-militares fue desigual,y la cobertura desarrollada por la prensa pretendiómitigar el impacto represivo ejercido por las fuerzascastrenses y policiales, al tiempo que buscó dar a cono-cer las salidas políticas al fenómeno armado a corto ylargo plazo. A continuación se describirán algunas delas acciones “más importantes” de la Liga en cada unade las etapas anteriormente aludidas, y se expondrándiversas opiniones-posiciones vertidas por la prensa,particularmente a través de los diarios Excélsior y LaPrensa. El objetivo es identificar las continuidades ygiros en el contenido informativo de esos medios y sucorrespondencia con la estrategia represiva diseñadapor el gobierno e implementada por las fuerzas cas-trenses y los cuerpos policiales. Al hablar de las accio-nes político-miliares “más importantes” de la LC23S, espertinente mencionar que me refiero a aquellos acon-tecimientos coyunturales en cada una de sus etapas devida que captaron la atención y fueron registrados enlos diarios de circulación nacional.Durante la etapa de consolidación de la LC23S, sus

acciones más importantes fueron los secuestros, enMonterrey y Guadalajara, de los empresarios mexica-nos Eugenio Garza Sada y Fernando Aranguren, asícomo del cónsul británico Anthony Duncan Williams.Una muestra del tratamiento informativo realizado por

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7 Ibidem, pp. 69-71.8 Ibidem, p. 67.9 Idem.

10 Véase Rodolfo Gamiño Muñoz, Guerrilla, represión y prensaen el México de los 70. Invisibilidad y olvido, México, InstitutoMora, 2011.

los medios de comunicación ante las acciones armadas-secuestro y particularmente sobre el asesinato de unode los plagiados se encuentra en la siguiente cita:

Garza Sada fue sacrificado por un grupo de fanáticos oenajenados que no entienden la forma que un creador deindustrias cerca de la frontera norte del país pueda llega adesempeñar una tarea nacional de alto progreso. Es uncrimen de enajenados que no entienden que es precisoque con verdadero sentido progresista entendamos que elpaís necesita industrializarse, asimilar tecnologías, auspi-ciar investigación científica frente a la gran capacidad delextranjero. Necesitamos promover la empresa moderna,con sentido social y no para las adquisiciones de privile-gios, sino para una procuración más abundante. Eslamentable la existencia de individuos que con afán cri-minal y con ánimo delictivo realizan actos como el que lequitó la vida al industrial Garza Sada y sus acompañan-tes. Las autoridades deben castigar de forma ejemplarmediante sentencias judiciales, responder con una mayorvigilancia y extensa energía para castigar a esos delin-cuentes cuando caen en manos de las autoridades.11

El mismo diario publicó:

Los que atentaron con la vida de Garza Sada son unaminoría de eternos inconformes que todo lo quierenresolver por la violencia, incapacitados como están parausar la razón. De ahí la certeza de las palabras del señorpresidente de la República, con las que nos advierte víc-timas de una violencia enajenada, y que el camino quedebe seguir México no es ese, por el que tratan de arras-trarnos esos grupos de fanáticos enajenados a los que laconciencia pública condena y repudia enérgicamente.Fue un asesinato realizado por cobardes que siempre seencubren en la sombra del anonimato. Se debe ejercertodo el rigor de la Ley, así lo considera la indignada opi-nión pública. Pero bueno es reflexionar que no basta quea los autores materiales de este abominable crimen se lescastigue, pues la seguridad de la nación exige que lasautoridades responsables de guardar el orden público y lapaz social lleven sus investigaciones hasta el fondo delasunto para descubrir a las ocultas fuerzas nacionales oextranjeras, sea cual fuere su facción o ideología que vieneprohijando actos tan condenables como lo son el asesina-

to sistematizado, el secuestro y el atentado terrorista.Actos que sólo persiguen desatar el caos, la anarquía y lainseguridad, poniendo en grave peligro a nuestras insti-tuciones democráticas que pueden ser barridas por unadictadura militar como las que pesan por sobre no pocosde nuestros hermanos en América Latina.12

Pero si rescatamos las columnas de opinión, destacaen particular la suscrita por quien firmaba con el seu-dónimo de “Sembrador”, que en realidad era MarioMoya Palencia, secretario de Gobernación del entoncespresidente Luis Echeverría. La columna se llamada“Granero político” y en ella se decía:

Grupos de criminales no tienen consideración y respeto ala vida humana. Esos criminales han afectado nuevamen-te el cuerpo social tratando de arropar actos delictivosque nuestros códigos penales sancionan severamente enuna pretendida actitud revolucionaria. Son los miembrosde los llamados comandos guerrilleros, gente sin escrú-pulos, con ideología mal digerida y con principios políti-cos que escasamente comprenden, que han hecho derivaren actitudes francamente gansteriles que repugnan a cual-quier persona que forme parte de un grupo civilizado.Con todas las agravantes de la Ley —premeditadamente,alevosamente, ventajosamente— estos hampones selec-cionan a sus víctimas y proceden contra ellas, dispuestosno solamente a lesionarlas en su integridad personal, aprivarlos de su libertad, sino también a privarlos de lavida. Actúan siempre con la ventaja que da la fuerzanumérica o de las armas que utilizan: siempre en la bús-queda de dinero fácil que —ya se ha visto en algunoscasos precedentes— sólo les sirve para darse una vidarodeada de comodidades y lujos, y no para llevar adelan-te pensamientos y actitudes revolucionarias. El terroris-mo —recuérdese también las bombas detonadas en laciudad de Guadalajara la semana pasada— es una actituddelincuencial que evidencia una mentalidad enfermiza,caracteres frustrados, sentimientos de revancha, a los quese les da rienda suelta de manera oculta y siempre con laintención de permanecer impunes. Pronto les llegará aesos que descienden por la escala del crimen la espada dela justicia y el derecho. Pero como dijimos al principio,los rodea la justa indignación que todo el país experi-

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11 La Prensa, 19 de septiembre de 1973. 12 Idem.

menta, pues no logran explicarse cómo es queactos terroristas puedan ser la señal de una filo-sofía o una ideología política. Estos criminalesdeberán entender que el derecho a nuestromarco jurídico, a la dignidad y a la vida delhombre son valores fundamentales que el pue-blo defiende y vive apasionadamente, convenci-do como está, de que en nuestro sistema delibertades existen vías para expresar pacífica-mente cualquier inconformidad.13

La cobertura de este mismo acontecimientopor parte del diario Excélsior generó opinionesencontradas. Se argumentaba en este medio que elindustrial Garza Sada había sido “asesinado en un inten-to de secuestro efectuado por nueve individuos no iden-tificados aún, dos de los cuales murieron en el tiroteo.Los dos hampones fueron encontrados muertos pocodespués del secuestro a bordo de un automóvil abando-nado”.14 Excélsior responsabiliza del fallido secuestro a ungrupo guerrillero: “Se aseguró que los frustrados secues-tradores pertenecen a un comando de guerrilleros, y queuno de sus principales objetivos era lograr la libertad delcabecilla Gustavo Adolfo Hirales Morán que fue deteni-do hace una semana”. Asimismo, la cobertura de Excél-sior anunciaba la existencia de una organización armadaque comenzaba a operar en el país, información que fuedescartada por La Prensa. Otra omisión de este diario,publicada por Excélsior a propósito del asesinato del in-dustrial Garza Sada, es la siguiente:

Para los que se interesan y se preocupan por las agresio-nes que sufre nuestra patria en su derecho a buscar eldesarrollo en un marco de justicia social. El terrorismoinsistimos, no tiene justificación moral alguna. Pero haycosas que contribuyen a explicarlo. Porque es esencial-mente nefasto y también porque cada día se hace más sos-pechoso de responder a designios antimexicanos, elterrorismo debe ser combatido a fondo en nuestra patria.Pero hacer esto, especialmente, cegando las fuentes deinjusticia en que se nutre, es imposible, y esa es la tareade los revolucionarios que conocen las circunstancias de

México y actúan dentro de ella. Por encima de las reac-ciones emocionales que no ven más allá de las manifesta-ciones, y por encima también de los accesos de cólera delos intransigentes, debe analizarse la diaria acción revo-lucionaria que, por el auténtico camino de la politizaciónciudadana, nos lleve a un socialismo humanista y de-mocrático, como ese por el que Salvador Allende consi-deró que valía la pena dar la vida.15

Puede apreciarse que La Prensa y Excélsior cubrieronsólo los secuestros realizados a miembros prominentesde la elite industrial y política. Los asaltos perpetradospor la Liga durante la etapa de consolidación tuvieronpoca trascendencia para estos diarios, y sólo se referíana ellos mediante el uso de connotaciones despectivas.Los términos más recurrentes con que los calificabaneran: “asaltantes”, “hampones”, “delincuentes”, “mal-hechores”, “maleantes”, “agresores” y “pandilleros”. Lasacciones eran reducidas a delitos del fuero común.Otra acción de la LC23S, que los diarios considera-

ron pertinente dar a conocer en su plana mayor, fue elenfrentamiento sostenido entre algunos miembros dela Liga contra elementos policiales en el Hotel losVolcanes del Popo Park. Sobre este acontecimiento LaPrensa informaba:

La policía identificó a la agrupación clandestina que sehospedaba en Popo Park como el comando militar gue-rrillero Los Guajiros. A ellos se les atribuyen los asaltos dela IEM y la “Sumbeam” mexicana, empresas ubicadas en el

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13 Idem.14 Excélsior, 18 de septiembre de1973. 15 Excélsior, 19 de septiembre de 1973.

Estado de México. Esos delincuentes están relacionadoscon el asesinato del multimillonario industrial EugenioGarza Sada ocurrido en Monterrey, Nuevo León. El Li-cenciado Sam López (funcionario policial) informó ayerque dichos sujetos nada tienen que ver con secuestros enesta ciudad y que ellos son guerrilleros urbanos —supo-nemos que comunistas dijo— se informó también queLos Guajiros preparaban bombas de calor, cuya instruc-ción fue extraída del libro “Química de pólvora y explo-sivos” de Teny L. Davis, edición 1943.16

Las opiniones de La Prensa ante los asaltos eviden-ciaron una línea editorial que informó desde una lógicapolicial, omitió detalles y describió los acontecimientoscon escándalo amarillista. Ello es claro si analizamos elreportaje que cubrió la plana mayor de este mismoperiódico, intitulado “Iban a sembrar terror en todo elpaís un comando guerrillero”.

Los extremistas del Popo Park —entrenados en Corea—planeaban desatar una ola de atentados en todo el paíspara provocar terror y confusión. La oportuna interven-ción de la Policía del Distrito evitó una serie de bomba-zos y asaltos a instituciones bancarias. Lo anterior se supoal ser interrogados otros cinco integrantes del comando“Guajiro”. Entre los detenidos están un ingeniero deRecursos Hidráulicos quien proporciona planos oficialesa los delincuentes. El profesionista dijo llamarse Gauden-

cio Mata Flores. También manifestaron las autoridadesque los extremistas que perecieron al enfrentarse a tiroscon detectives en una cabaña de Popo Park eran conside-rados como jefes del grupo, los cuales recibieron instruc-ción bélica en Corea del Norte y eran capaces de armar ydesarmar una metralleta por ejemplo en menos tiempoque cualquier armero local. El Licenciado José AntonioLópez indicó que los extremistas tenían un campo deentrenamiento en las faldas del Popocatépetl. Aseguróque todos son peligrosos por su fanatismo e instrucciónguerrillera, por ejemplo dijo: Nos habían preparadotrampas mortales que fallaron porque esperamos a quellegaran nuestros químicos y expertos en explosivos.Explicó que los maleantes no huyeron en forma desorde-nada, sino que dejaron preparadas tres bombas de ino-fensiva apariencia. Cualquier movimiento brusco de lasbotellas bañadas de nitroglicerina y la cabaña hubieravolado en pedazos al igual que los detectives. Añadió queel comando de los “Guajiros” es lo que queda del coman-do Lacandón que desbaratamos recientemente. Losdetectives añadieron que al parecer el ingenieroGaudencio Mata proyectaba volar varias presas en el inte-rior de la República y proporcionó planos oficiales de laSecretaría de Recursos Hidráulicos. Finalmente manifes-taron que los terroristas iban a dinamitar las presas sinimportarles la pérdida de vidas humanas.17

Excélsior emitió una nota menos agresiva, extraídade una entrevista con el licenciado Arturo Sam López,director de la Policía Judicial:

Este grupo de individuos están ramificados enMonterrey, Tijuana y Ciudad Juárez. Al ser inter-ceptados se encontró un fólder que decía “Códigode Información Política” en dichos documentos sehablaba sobre las tareas de organización, sobre lashuelgas políticas estudiantiles, de desarrollar la uni-dad proletaria y las alianzas de clases, formación defuerzas y otros puntos.18

La cobertura de las acciones “más significa-tivas” de la LC23S durante su etapa de consoli-dación, realizada por La Prensa y Excélsior

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16 La Prensa, 9 de octubre de 1973.

17 La Prensa, 10 de octubre de 1973.18 Excélsior, 9 de octubre, de1973.

—aún con sus variaciones—, evidencia un diseño depolítica editorial que responde a objetivos precisos,como el de no fungir como mediadores entre las elitesdel poder y la sociedad. Por el contrario, dichos diariosestrecharon a su manera una relación de confluenciacon las cúpulas políticas y económicas. Sobre ello des-tacan las opiniones-posiciones sostenidas por La Prensay Excélsior en torno a las acciones de la LC23S, en lasque se inculpa a grupos armados que habían operadodurante 1968 y 1972, como Los Guajiros y LosLacandones. No hubo nota alguna (a pesar de la pun-tualidad informativa de estos diarios) que anunciara lagestación de la LC23S y su responsabilidad en los acon-tecimientos.No es sorprendente entonces argumentar que la

información prefería mantenerse en secrecía con el ob-jetivo de ponderar las labores policiales, mientras quese estructuraba la respuesta represiva y se tejían las sali-das políticas que se darían al conflicto a través de laprensa. Hipótesis que se vuelven evidentes si leemosla siguiente nota publicada por La Prensa:

Nuevos atropellos por pequeño grupo de bandolerosarmados han causado la natural indignación y la conde-na unánime del pueblo, así como la consideración de quequienes lo han llevado a cabo son individuos sin escrú-pulos, seres enajenados que poseen mentes enfermizas,sujetos carentes de principios morales y quienes ningúnrespeto les merece la integridad y la dignidad humanas.Dan prueba de que sólo desean satisfacer apetitos bastar-dos, que están dispuestos a descender sin ningún límite porla seca del crimen y que únicamente los guía el afán deobtener fácilmente un cuantioso botín. Son capaces de ase-sinar cobardemente a sus víctimas para no correr el riesgode que más tarde los identifiquen. Ojalá los delincuentesentiendan que no estamos en la selva de asfalto, que nues-tra sociedad se rige por reglas de conducta que el derechoy la moral obligan a respetar. Hoy reiteramos la confianzade la sociedad en general de que, a final de cuentas, dequienes han infringido nuestros preceptos jurídicos, hansembrado el desasosiego en muchos espíritus y sumido enla desesperación y el desaliento serán capturados y recibi-rán el castigo al que se han hecho acreedores.19

Los artículos y columnas desplegados en La Prensa yExcélsior evidencian una clara sugerencia y confluenciapor parte del gobierno en la política editorial, que loslimitó a formar una realidad confusa y a desviar la infor-mación sobre las acciones de la LC23S. La opinión-posi-ción de estos diarios simula tener un desconocimientodel fenómeno armado. La estrategia consistió en negarla existencia de una nueva organización que operaba anivel nacional y que logró amalgamar a diversos gruposdesarticulados. El desconocimiento y negación tuvodos objetivos: reducir la capacidad operativa de la orga-nización y apologizar la capacidad de despliegue de lossistemas policial-militares y de inteligencia para com-batir la amenaza que esta organización representaba anivel nacional.

Rectificación en1974

Durante su etapa de rectificación, la LC23S tuvo cam-bios importantes en su desempeño político-militar:otorgó apoyo a movilizaciones obreras en varios esta-dos de la república, sostuvo el “combate de calle” yredujo la actividad de secuestros, mientras que lasdetenciones y bajas en su organización se daban deforma considerable. Estos cambios en el accionar de laLiga, durante 1974, tuvieron una correspondencia conla estrategia represiva implementada por el Estado. Lainfiltración, la generación de incertidumbre y la dis-funcionalidad de las técnicas de lucha utilizadas con-tribuyeron en el interior de la organización a provocardesacuerdos político-ideológicos, que se pretendieronresolver con una profunda rectificación. Los costos deesas decisiones se tradujeron como anteriormente seapuntó, con un alto número de detenciones.20 La refor-mulación represiva pretendió exterminar a la organiza-ción rápidamente a través del combate directo ydiscrecional. No obstante, las estrategias directas, dis-cretas y focalizadas se pudieron reflejar públicamenteen la prensa con suficiente evidencia.Las acciones político-militares realizadas por la

LC23S durante su fase de rectificación en 1974 tuvieronpoca cobertura, tanto en La Prensa como en Excélsior.

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20 Rodolfo Gamiño Muñoz Rodolfo, Guerrilla, 2011.19 La Prensa, 12 de octubre de 1973.

Estos diarios pusieron énfasis en la “efectividad poli-cial” y en las detenciones. Es preciso reproducir tex-tualmente la forma en que estos medios presentaron lasdetenciones y golpes más importantes asestados a laorganización. En cuanto a la aprehensión y “misterio-sa” muerte de Salvador Corral García y Arturo OlivaresTorres, líderes prominentes de la LC23S, La Prensaredactó:

Hayan cadáveres de desconocidos en Monterrey yGuadalajara, jóvenes de aproximadamente 25 años deedad los cuales tenían un balazo en la cabeza. Los desco-nocidos tenían vendados los ojos y se encontrabanenvueltos en cobijas. Elementos de la Policía Judicialsuponen que se trata de una posible diferencia entre gue-rrilleros. Investigadores suponen que los homicidios fue-ron cometidos en otro lugar y los cuerpos fueronabandonados en terrenos baldíos.21

Hay evidencias para suponer que después de habersido detenidos por elementos de la Dirección Federalde Seguridad (DFSS) en Culiacán, Sinaloa, SalvadorCorral García e Ignacio Olivares Torres fueron asesina-dos y sus cuerpos arrojados en algunas calles deGuadalajara y Monterrey. Estos argumentos otorganotra versión de los hechos y muestran una maquina-ción perversa entre los organismos policiales y losmedios de comunicación para ocultar la violencia polí-tica.Las acciones de asalto durante el primer mes de

1974 fueron reducidas a fechorías de hampones profe-sionales. La línea editorial “sugerida” por el gobiernofederal a los diarios consistió en ocultar las operacionesde asalto (salvo cuando había detenciones). En ningu-na nota publicada por La Prensa o Excélsior fue señala-da la LC23S como responsable de los hechos. Pero parael gobierno y los diarios era insostenible mantenerfuera del conocimiento público la existencia de laLC23S, de tal manera que la acción militar que situó ala organización en el escenario político nacional se dioel 14 de febrero en el ferrocarril que corría de Puebla aMéxico. En esa acción un comando de la Liga despojóde sus armas y asesinó a cuatro soldados, posterior-

mente pintó una leyenda en un vagón del tren que rei-vindicaba la autoría de los hechos. La leyenda decía“23 de septiembre”. Ante este suceso La Prensa llegó ainformar:

Tres detenidos tiene la Policía Judicial Federal en rela-ción con el asalto a la escolta del tren Puebla-México.Fue un grupo de maleantes que sostuvo enfrentamientoa tiros con los organismos policíacos, se les interrogótodo el día para tratar de obtener datos precisos acercade la identidad de las cinco personas que fueron muer-tas en el sangriento encuentro. Otros dos miembrosdetenidos son presuntos miembros de la agrupaciónguerrillera “23 de septiembre”. Ellos están en el CampoMilitar número uno y han proporcionado informessobre los facinerosos.22

En esta nota se argumentó que la organización gue-rrillera “23 de septiembre” está conformada principal-mente por extremistas del Frente EstudiantilRevolucionario (FER). La Prensa identificó a la Ligacomunista como una organización independiente delgrupo armado denominado “23 de septiembre”.

Grupo de terroristas se enfrentaron a tiros con la policía,y al ser capturados, dijeron pertenecer a la Liga Comu-nista 23 de Septiembre. El general Daniel Gutiérrez San-tos, titular de la Dirección de Policía y Tránsito manifestóque en brevedad darían un caso importante pero se negóa dar detalles. Tampoco quiso relacionar a los detenidos conotros casos como el del asalto a un tren recientemente.23

Estas acciones confirmaron públicamente la existen-cia de la organización, pero también evidenciaron laintensidad del despliegue de la inteligencia policial ymilitar. Muestra de ello es la cobertura realizada porestos diarios a las detenciones llevadas a cabo por lasfuerzas contraguerrilleras. A manera de ejemplo es alec-cionador el siguiente relato:

Cayó “El tenebras” —otro guerrillero—. Se tiroteó conagentes de la Federal y resultó herido en Guadalajara.Otro golpe a los terroristas acaba de asestar la Policía

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12221 La Prensa, 12 de febrero de 1974.

22 La Prensa, 14 de febrero de 1974.23 La Prensa, 18 de febrero de 1974.

Judicial Federal y el Servicio Secreto en esa ciudad, parti-cipó en el rapto del Cónsul Duncan Williams y delindustrial Aranguren. La identidad de este guerrillero fueobtenida por las corporaciones policiales de acuerdo a ladelación de algunos amigos de éste ya detenidos. Coneste nuevo golpe, la policía aclara muchos hechos san-grientos que estaban en la incógnita.24

A pesar de negar la presencia de grupos armados oguerrilla en México, los periódicos reprodujeron undiscurso relativamente opuesto, pero con una estrategiaeditorial adecuada, ya que las detenciones a los miem-bros de la Liga fueron reducidas a la plana policial.Trasladar la cobertura de las acciones de la LC23S a laplana policial significó un giro en el lenguaje periodís-tico. Emergieron connotaciones como la de guerrille-ros (sin olvidar el epíteto de delincuentes) conproyectos políticos claros. Esta denotación estuvo pre-sente en algunas notas como la publicada por La Prensael 21 de febrero: “Caen tres nidos de guerrilla. Hay 17presos y arsenales completos decomisados a los delin-cuentes, los cuales planeaban hacer actos de terrorismoen todo México e instaurar un gobierno de tipo socia-lista”.25

Después de haber sido presentada públicamente laLC23S en los medios de comunicación, estos mismoscentraron su cobertura en las detenciones y pondera-ron la óptima movilización de la contrainsurgencia. Lalínea editorial definió como un gran peligro para lanación la existencia de la organización guerrillera:

La Procuraduría General de Justicia confirmó medianteun boletín expedido esta tarde la aprehensión de sieteactivistas, todos miembros del FER y de la Liga Comu-nista 23 de Septiembre. Autores materiales de los secues-tros del cónsul general Terrance G. Leonhardy, del cónsulbritánico Anthony Duncan Williams y del IndustrialFernando Aranguren.26

Hay elementos suficientes para afirmar que los girosen la línea editorial de los periódicos fueron influidos

por el gobierno. En la etapa de rectificación de la Ligaes evidente que las notas que cubrían sus acciones fue-ron trasladadas de la plana mayor a la sección policial.Ese cambio en el tratamiento editorial de la guerrillapuso de manifiesto una conexión de los medios con lapolítica represiva oficial, al ratificar las autoridadestoda su confianza en las fuerzas policiales. La confian-za del aparato estatal en los organismos policiales influ-yó en la prensa, al delinear ésta una políticainformativa que reducía los temas de la guerrilla anotas propias de la sección policial. Ya no era un temaque se derivaba de lo político, social y económico, sinode seguridad nacional. Estos cambios son evidentes alrastrear las notas informativas y de opinión generadaspor la prensa. Excélsior, en forma despectiva, llegó ainformar sobre las detenciones:

Cayeron cuatro miembros pertenecientes a la llamadaLiga Comunista 23 de Septiembre, los cuales tienennexos con la ciudad de Guadalajara. Es un grupo clan-destino que también tiene vínculos con la ciudad deMonterrey. Con su detención se han logrado esclareceralgunos secuestros, asaltos y asesinatos. Es un grupo desedicentes guerrilleros.27

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24 Excélsior, 19 de febrero de 1974.25 La Prensa, 21 de febrero de 1974.26 La Prensa, 23 de febrero de 1974. 27 Excélsior, 17 de enero de 1974.

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Después de que algunos miembros de la organiza-ción fueron ultimados y arrojados a las calles, el mismoperiódico argumentaba:

Elementos de la Liga Comunista ejecutaron a dos de susex miembros por considerarlos policías políticos, los cua-les desertaron de sus filas para laborar con las organiza-ciones policiales. Todo apunta a que la muerte de IgnacioOlivares Torres y Salvador Corral García fue causada poresta discrepancia dentro de la organización, así lo afirmanunos panfletos que fueron arrojados por este grupo des-pués de ultimar a sus compañeros.28

La Prensa presentó a la Liga como una organizaciónque tenía un planteamiento político-militar claro,sumamente peligroso para la estabilidad del país, por loque resultaba urgente exterminarla.

Cayeron otros siete del grupo subversivo de la LigaComunista 23 de Septiembre, la policía frustró así unmovimiento subversivo que se planeaba llevar a cabo enla ciudad de Mexicali. Ahí habían realizado ya actos sub-versivos como: elaborar propaganda contra el gobierno,robos, asaltos a empresas bajacalifornianas, asesinatos, laeliminación de elementos policíacos y a compañerossuyos considerados como traidores.29

Para responder a ese diálogo, el ex presidente deMéxico Emilio Portes Gil entonó un discurso pormedio del cual dejaba clara la postura del Estado con-tra el grupo armado.

Los actos de terrorismo no son tan graves como losque están registrados en otros países del mundodebido a la estabilidad política, económica y socialde México que ha logrado el presidente Echeverría.No hay que preocuparse por la reanudación delterrorismo en nuestro país, ya que sus repercusio-nes son de ínfima importancia para la tranquilidadnacional que viven los mexicanos.30

En este discurso Portes Gil exterioriza algu-nos puntos de vista que es importante destacar:1. Ocultó la existencia de una organización

armada que se había fortalecido y que operaba a escalanacional. 2. Exaltó la confianza en que las detencionesefectuadas en 1974 reducirían la capacidad armada ypolítica de la guerrilla. 3. Argumentó que una organi-zación armada en México no encontraría las condicio-nes económicas, políticas y sociales para fortalecerse. 4.Sugirió reducir la movilización armada y presentarlacomo una coyuntura política pasajera.Ante las nobles recomendaciones del ex presidente,

el gobierno tomó medidas y anunció la reformulaciónde sus fuerzas policiaco-militares. Así lo expresó LaPrensa en una nota intitulada “Nuevas técnicas paracombatir al hampa organizado”:

Habrá cambios en la vigilancia de las sucursales banca-rias. La táctica que ahora se utilizará no será dada a cono-cer ya que los guerrilleros aprenden mucho de losperiódicos. La DIPD quedó dividida en seis brigadas deagentes y tres grupos de guardia. La Brigada de patrullasde la DIPD desapareció, todos los vehículos quedaronintegrados a los grupos de corporación, lo cual evidenciaque habrá una mayor cantidad de patrullas. Las seis bri-gadas se especializarán en homicidio, robo de automóvi-les y localización de personas, las cuatro brigadasrestantes trabajarán en robos a comercios y casas habita-ción, asaltos bancarios, secuestros y otros delitos.31

Esta reforma evidenció que el efectivo despliegue delos sistemas de seguridad exterminaría a la organiza-ción guerrillera dentro de los marcos legales, ya queatacaría públicamente sus estrategias político-militares.

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28 Excélsior, 16 de febrero de 1974.29 Excélsior, 5 de mayo de 1974.

30 La Prensa, 24 de diciembre de 1974.31 La Prensa, 28 de diciembre de 1974.

Otros de los objetivos de esta reforma consistieron enocultar la ilegítima violencia llevada acabo por la con-trainsurgencia, así como mantener invisible la partici-pación de grupos paramilitares, la existencia de cárcelesclandestinas y la utilización de bases militares comocentros de tortura y desaparición forzada.

Excélsior y La Prensa reprodujeron durante el mes deenero de 1974 el modelo informativo recomendadopor el gobierno, consistente en mantener opacidad enla información, simular desconocimiento y ocultarinformación. Pero la realidad construida por estosórganos informativos era ya insostenible ante loshechos cotidianos de violencia por parte del Estado yde los grupos armados. El agotamiento de ese contex-to orilló a que estos diarios informaran a la sociedadsobre la reactivación del fenómeno armado en Méxicoy presentaran el surgimiento de la Liga.Ante el reconocimiento público de la organización

guerrillera, La Prensa y Excélsior diseñaron cambios ensu política editorial. Los epítetos delincuenciales cam-biaron, la influencia que buscaba tener este modelo enel ideario colectivo orilló a que la sociedad percibiera ala organización como un grupo subversivo que utiliza-ba la intimidación y el terror. La posición editorial delos diarios estuvo influida por una ideología que pre-tendió rediseñar y revalorar al enemigo. En su cobertu-ra sobre las acciones de la Liga mostraban una aparentefalta de coordinación informativa con las altas cúpulaspolíticas; decían no ocultar “la verdad de los hechos” niel “contenido de fondo”. Presentaban a la Liga comouna organización terrorista con objetivos políticos, locual significaba un peligro para la estabilidad política,económica y social de México. Por otra parte, las cúpu-las políticas argumentaron que la existencia de gruposterroristas no debía alarmar al país que se encontrabaen plena tranquilidad. Calificaron a la Liga como unproducto político coyuntural y de moda ideológica.La importancia y orientación de las notas informa-

tivas exaltaba la labor policial, su óptimo desempeño yel hacer partícipe a la sociedad del exterminio gradualde la guerrilla. La aparente discordancia entre la posi-ción de la elite política y los diarios parecía coincidir sitomamos en cuenta la estrategia represiva que mante-nía el Estado para exterminar a la organización. Estos

grupos de poder (prensa-gobierno) “tenían la certezaque la Liga era un grupo armado que no contaba conuna capacidad militar y política para reponerse ante elalto número de detenciones registradas por laDirección Federal de Seguridad durante el año de1974”.32 Así, la estrategia represiva estatal guardó unarelación con la opinión-posición de los periódicos apesar de su aparente descoordinación. La reducción delas acciones sostenidas por la Liga y su simplificacióncomo grupo terrorista responde a la estrategia represi-va oficial. Aquella que generó incertidumbre, desacuer-dos políticos e ideológicos en su interior, así como enlas detenciones.Los diarios empalmaron sus labores editoriales con

la violencia política. Justificaron la represión argumen-tando que era inevitable para salvar al país de la sub-versión y el terrorismo. Ocultaron los asesinatosarguyendo que fueron purgas internas de la organiza-ción generadas por la desconfianza de que algunos desus miembros pasaran a colaborar con la policía políti-ca. Además La Prensa y Excélsior adoptaron una políticaeditorial parcial, al omitir informar sobre los proyectospolíticos de la organización. Su cobertura se centró enlas detenciones, en exponer la debilidad de la Liga, enpromover connotaciones denotativas y borrar las con-diciones sociales, políticas y económicas que pudieranalimentar la subversión.Es pertinente analizar la opinión-posición de la pren-

sa durante la etapa de fragmentación (1975-1976) y lareformulación represiva desplegada por el gobierno parapoder explicar sus continuidades o giros informativos.

Fragmentación, 1975-1976

Durante 1975 la línea informativa de los diarios guar-dó correspondencia con la estrategia represiva estatal,centrando su cobertura en las detenciones de los miem-bros de la Liga y después de que el presidente eviden-ciara su postura, los giros en sus contenidos resultaronespecialmente notables. Ante los enfrentamientos soste-nidos por la Liga con miembros de la DFS, La Prensapublicó:

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32 Cfr. Gamiño Muñoz Rodolfo, Guerrilla, p. 17

Presuntos terroristas y detectives se enfrentaron a tiros enlas inmediaciones de la Merced. Como siempre y para noentorpecer las investigaciones la policía mantuvo extremadiscreción sobre la balacera. El tiroteo sucedió cuandoagentes policiales rodearon una casa en las cercanías de laMerced.33

Es importante mencionar que la estrategia represivadel gobierno durante ese año consistió en la toma decasas de seguridad de la Liga, en tanto la política edito-rial sugerida a los medios fue la de silenciar los móvilesy lugares de las detenciones, presentadas invariable-mente como tiroteos. Los únicos casos publicados enLa Prensa que mencionan la toma de una casa de segu-ridad fueron acompañados por estrategias discursivasque pretendían persuadir más sobre la peligrosidad deesta organización armada que sobre el método represi-vo utilizado para desarticularla.En otras notas las tomas de casas de seguridad se

presentaron como enfrentamientos entre miembros dela Liga y las corporaciones policíacas: “Desde variosdías vigilaban la casa de la calle Goma donde morabandos extremistas. Esperaron a que salieran, los siguieronalgunas calles para que se alejaran de su morada e ini-ciaron la balacera, unos de ellos fue ultimado.”34 Latomas realizadas por la DFS constituyeron una manio-bra que funcionó como estrategia represiva encubiertay pública, las cuales golpearon emocionalmente a laLC23S al argumentar que sus propios miembros entre-gaban a la policía sus centros de operación, lo cualgeneró la fragmentación de la Liga. A través de la pren-sa, esta estrategia evidenció la debilidad de la estructu-ra de la organización, con poca capacidad desubsistencia ante los embates de las fuerzas del orden.Una de las acciones más novedosas realizada por la

Liga durante la etapa de rectificación (1976), consistióen rescatar a algunos de sus miembros de la peniten-ciaria del estado de Jalisco, ubicada en la ciudad deGuadalajara. Esta acción tuvo una cobertura en la sec-ción policial, con base en calificativos-denotativos.Después de la fuga de los miembros de la LC23S de lapenitenciaria de Oblatos, en Guadalajara, La Prensallegó a informar:

Seis peligrosos seudo guerrilleros extremistas pertenecien-tes a la Liga Comunista 23 de Septiembre se fugaron apunta de bala, mataron a tres policías preventivos e hirie-ron a un número indeterminado. Los fugitivos todosseudo guerrilleros cumplían sentencias superiores a los 20años de prisión y estaban recluidos bajo estrecha vigilan-cia en el “corralito”, lugar donde se confía a aquellos reosque revisten peligrosidad. Habían participado en variosasaltos, secuestros y asesinatos.35

Otra nota publicada por este diario confirmó su dis-curso y les otorgó identidad armada a los fugados: “lafuga de seis seudo extremistas ocurrida anoche fue pla-neada y llevada a cabo con toda meticulosidad.Sincronizadamente varios grupos de seudo guerrillerospertenecientes a la Liga Comunista 23 de Septiembreoperaron en distintos rumbos de la ciudad”.36 En cam-bio, la cobertura informativa por parte de Excélsior, sinconnotaciones despectivas, se limitó a explicar el siste-ma de vigilancia desplegado por las fuerzas del orden:

La Policía Judicial Federal con el apoyo de otras corpora-ciones policíacas vigilan varios poblados cercanos a estaciudad en donde se cree que podrían haber huido losextremistas que se fugaron de la penitenciaria. En la vigi-lancia participa el ejército y la Dirección Federal deSeguridad al mando del comandante de la XV zona mili-tar de Jalisco Francisco S. Vaca. Ha girado órdenes pararedoblar la vigilancia en edificios públicos y otros lugares.Las centrales de subestación eléctrica continúan bajo cus-todia del ejército a fin de evitar eventuales sabotajes comoel ocurrido en la Subestación El Álamo el mismo día dela fuga.37

Otra omisión informativa de estos diarios, en lo quecompete a la reformulación represiva programada porel gobierno y las fuerzas de inteligencia durante 1976,se refiere a la formación del grupo paramilitar BrigadaBlanca. Los reportes sólo se limitaron a informar sobrela profesionalización y efectividad policiales, los recur-sos de orden orgánico otorgados a esos mismos cuer-pos, al tiempo que auguraban un exterminio definitivode la Liga a través de las corporaciones policiacas, lega-

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12633 La Prensa, 26 de mayo de 1975.34 La Prensa, 27 de mayo de 1975.

35 La Prensa, 23 de enero de 1976.36 La Prensa, 24 de enero de 1976.37 Excélsior, 25 de enero de 1976.

les y legítimas. Esta última perspectiva de anulación dela guerrilla resulta claramente ilustrada con las palabrasdel entonces regente de la capital del país, OctavioSentíes, ofrecidas en entrevista a La Prensa:

Al advertir que la acción de los grupos terroristas segura-mente no ha terminado, dado que son episodios que sevan renovando y que forman parte de un sistema de cosasque prevalecen en la sociedad mundial, reiteró que sedebe tener confianza en las instituciones policíacas lascuales seguirán investigando serenamente y protegiendodecididamente la seguridad general de la ciudadanía. Lapolicía tiene otros recursos más de orden orgánico, comoel avivamiento de su capacidad para poder enfrentarse aesta clase de crímenes. La sociedad debe pues tener con-fianza en la institución policíaca, que siempre reacciona yreaccionará positivamente ante estos fenómenos.38

Esta información fue ratificada por el entonces pro-curador de Justicia, Pedro Ojeda Paullada, durante unaentrega de diplomas a 42 nuevos elementos de laPolicía Judicial Federal, de la Policía Judicial Militar yAgentes del Ministerio Público Federal.

Hay buenos resultados de las investigaciones que coordi-nadamente están efectuando todas las corporaciones poli-cíacas del país, que permitirán dar con el paradero de losresponsables de las masacres ocurridas y poner fin a esasbandas criminales. Informó que se ha logrado conjuntarun equipo humano cuya capacidad ya es reconocidaampliamente inclusive en la comunidad internacional, yello ha sido posible mediante la instauración de nuevosmétodos y sistemas que han permitido lograr la mayoreficacia en todas nuestras arduas labores. Hace seis mesesse pensaba que no teníamos suficiente elementos debida-mente adiestrados para múltiples tareas específicas. Locual era cierto, pero ya se ha integrado ese equipo huma-no que ahora es de lo más calificado.39

Excélsior también omitió informar sobre la forma-ción de la Brigada Blanca, y en su lugar notificó sobreel anuncio de una profunda reestructuración de la Di-visión de Investigaciones: “La Dirección de Investiga-

ciones fue reestructurada y quedó integrada por ochobrigadas, 21 grupos y tres nuevos servicios de vigilan-cia, ello con la intención de tener mayor control de losdirigentes y para evitar la proliferación de la delin-cuencia”.40 Esta cobertura de los diarios exhibe ladiversificación-profesionalización de las fuerzas poli-ciales, pero no expone la predominancia de elementosy estrategias militares en ellas, ni las formas en que sellevaría a cabo la detención y exterminio ilegal delmovimiento guerrillero en México.Sin embargo, no se puede afirmar que los periódicos

aludidos mantuvieran una política editorial homogé-nea durante la fase de desarticulación de la Liga y lareformulación represiva estatal. A finales de 1976,Excélsior tuvo giros informativos importantes en losque se comienza a evidenciar la existencia de unavoluntad política para finiquitar en buenos términos elconflicto armado. A pesar de la campaña de despresti-gio contra el Partido Comunista Mexicano en losmedios de comunicación, Excélsior llegó a informarsobre la propuesta de este partido y las posibles salidaspolíticas al conflicto armado, por medio de la libera-ción de presos políticos, de conciencia y detenidos envarios estados de la república, mediante la aprobaciónde una Ley de Amnistía:

12738 La Prensa, 10 de junio de 1976.39 La Prensa, 11 de junio de 1976. 40 Excélsior, 13 de julio de 1976.

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El Partido Comunista Mexicano demandó a las autorida-des la liberación de presos políticos que en su mayoría seencuentran detenidos en los Estados de Guerrero yChiapas, ya que la mayoría de los detenidos que seencuentran tanto en la capital como en otros Estados dela República no se les ha formulado proceso y que algu-nos diputados de la actual legislatura han prometidointerceder para su liberación y no se ha logrado nada.41

Las connotaciones, la cobertura y la política edito-rial desplegada por La Prensa y Excélsior denotan haberreducido a exterminio a la Liga. Pero más que extermi-nada se encontraba en un proceso de reformulaciónpolítica-militar.

Exterminio, 1977-1979

La etapa denominada como “exterminio”, además dehaber sido la más prolongada (1977-1979), se caracteri-zó por una serie de cambios políticos y contextuales quedeben ser tomados en cuenta para analizar la opinión-posición que la prensa desplegó al cubrir las acciones dela Liga y la reformulación represiva estatal. Entre dichoscambios destacan: la sucesión presidencial de LuisEcheverría y la llegada al poder de José López Portillo endiciembre de 1976; la salida del secretario deGobernaciónMario Moya Palencia como redactor de lascolumnas de opinión de La Prensa; la ausencia del direc-tor del periódico Excélsior, Julio Scherer, expulsado delpropio diario en julio de 1976, y la propuesta de refor-ma política lanzada por el presidente López Portillo.

Para poder estudiar la influencia de los cambiospolíticos y contextuales en la opinión-posición de laprensa, es necesario retomar las acciones de la Ligadurante la etapa de exterminio en 1977, las cualesredujeron su capacidad armada. La suma de esta dis-minución de las acciones guerrilleras contribuyó a pro-ducir cambios importantes en la posición de la prensaque evidenciaban nuevas voluntades políticas parasolucionar el conflicto, de tal manera que comenzarona darse otras connotaciones en la cobertura de lasacciones y un giro discursivo gradual, al informar sobreel exterminio de la LC23S.El acontecimiento político que marcó dichos cam-

bios en la cobertura informativa de los diarios fue eldiscurso pronunciado por el secretario de Goberna-ción, Jesús Reyes Heroles:

Ante la crisis económica y ante los conflictos ideológicosque vive el país la posición del Gobierno Federal es bienclara; ni autoridad sin derecho, ni derecho sin autoridad.El gobierno del presidente López Portillo pretende noendurecerse ni caer en la rigidez —subrayó el experimen-tado político— eso sería exponernos al fácil rompimien-to del orden estatal y del orden público nacional. Elejecutivo implementará reformas políticas que facilitaránla unidad democrática del pueblo, abarcando la plurali-dad de ideas e intereses que lo configuran. Mayorías yminorías constituyen el todo nacional. Esa reforma polí-tica no será para favorecer a unos y perjudicar a otros,sino para acelerar sólidamente la evolución políticanacional. Indicó que la autoridad fundada en la Ley, ape-gada a ella, aplicándola, es más que suficiente para impe-dir que los conflictos de ideas puedan degenerar enconflictos de hecho, en violencia sin sanción para los res-ponsables. La autoridad con derecho y el derecho conautoridad excluyen el abuso de poder.42

El discurso de Reyes Heroles evidenció que el presi-dente López Portillo, ante los conflictos de orden eco-nómico, tenía la voluntad (necesidad) política parafiniquitar el conflicto armado a través de la “apertura de-mocrática”, la cual incluía la promoción de una refor-ma que aceptara las ideas de la oposición política pararesguardar el orden social y nacional, pero eso sí, sólo a

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41 Excélsior, 6 de diciembre de 1976. 42 Excélsior, 2 de abril de 1977.

través de una unificación democrática de esas fuerzas.En este contexto de cambio en la postura política delEstado, las propuestas realizadas a finales de 1976 porel Partido Comunista en torno a la promoción de laLey de Amnistía comenzaron a ser tomadas en cuen-ta por el presidente como una solución al conflictoarmado.La voluntad política del presidente López Portillo, a

través de su secretario de Gobernación, influyó nota-blemente en la línea editorial de La Prensa y Excélsior,que comenzaron a integrar en su cobertura a los nue-vos actores político-sociales que anteriormente habíansido anulados:

La anciana madre de supuestos activistas de la Liga exigea las autoridades políticas le digan dónde están sus hijos,si aún viven o murieron. Los busca desde agosto de 1976,sus nombres son Francisco Gorostiola Toriz y CarlosGorostiola Toriz. Estos fueron miembros de la LigaComunista 23 de Septiembre y resultaron heridos demuerte en un enfrentamiento con elementos policiales. 43

En estas notas La Prensa y Excélsior explicitan que lamuerte de estos jóvenes se debió a las actividades polí-ticas que desempeñaban. Esta es una muestra clara decómo se presentaba públicamente a los desaparecidospolíticos, y de cómo se maniobraba la justificación desu muerte a raíz de los testimonios familiares. Los dia-rios argumentaban que el deceso de estas personas sedebió a sus acciones ilícitas y clandestinas, sin mencio-nar que se trataba de desapariciones forzadas, o quenunca se investigó y responsabilizó a los elementos yfuerzas policiaco-militares que llevaron a cabo esos ase-sinatos. Se trata también de una expresión de coinci-dencia no casual entre la posición del gobierno y laprensa. Actuaban bajo una misma lógica en la quemorir (desaparecer) era una consecuencia, y los fami-liares y la sociedad tenían que entenderla y aceptarla.Ante las pocas acciones político-militares llevadas a

cabo por la LC23S durante 1977, La Prensa y Excélsiorcentraron su cobertura informativa en las detenciones,en menor grado en las acciones de secuestro, en losenfrentamientos entre la organización y las fuerzaspoliciales y en la toma de casas de seguridad. La varia-

ble informativa de estos diarios consistió en la presen-tación de los acontecimientos, al reducir en forma con-siderable la carga denotativa-amarillista cuando sereferían a las acciones de la Liga. Ahora sus notas te-nían como base un contexto de investigación periodís-tica, aunque la cobertura de los hechos seguía siendodesde las páginas de la sección policial.En torno al secuestro del industrial cervecero

Antonino Fernández, en el norte del país, el cual fueliberado después de que se pagó un rescate de ochomillones de pesos, La Prensa informó detalladamente através de una “investigación periodística” sobre el desa-rrollo de los acontecimientos. Al mismo tiempo man-tuvo ocultas las operaciones de una organizaciónparamilitar que había comenzado a operar en 1976, laBrigada Blanca, y en su lugar ponderó el despliegueoficial de:

Varias corporaciones que están en busca de los secuestra-dores, las cuales consideran que en cuestión de días cae-rán en manos de la policía. Colaboran para su detenciónlas corporaciones de la Dirección de Investigaciones parala Prevención de la Delincuencia DIPD, la DirecciónGeneral de Policía y Tránsito, la Procuraduría del Distritoy Agentes Judiciales.44

La primera vez que La Prensa hizo alusión al des-pliegue de la Brigada Blanca fue de manera indirecta,al enunciarla como el grupo antiguerrilla. La relativaconfirmación fue llevada a cabo cuando un comandode la Liga ajustició a un jefe del grupo paramilitar. Esinteresante preguntarnos: ¿por qué este diario nocubrió la nota informando que balearon a un agente dela DIPD, de la Dirección General de Policía y Tránsito,de la Policía Judicial o de la DFS?, ¿por qué anunciar lapresencia de una organización antiterrorista sin men-cionar el nombre de la Brigada Blanca? Estas interro-gantes pueden tener dos posibles respuestas: 1) lasacciones y el nombre de esta organización fueron omiti-dos por el corto despliegue que había realizado en sulabor de exterminio de la Liga, y 2) para el gobierno y laprensa no era costeable mediáticamente su desempeño.Para sostener estas aseveraciones es necesario contex-

tualizar la aparición de la organización paramilitar en

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43 La Prensa, 10 de octubre de 1977. 44 La Prensa, 2 de abril de 1977.

los diarios de circulación nacional. La presentación dela Brigada Blanca en los periódicos tuvo lugar despuésde la detención de los plagiarios del industrial regio-montano,45 reconocidos como los más importantes diri-gentes nacionales de la Liga, a quienes se les imputó lamuerte de 30 policías y la autoría de 20 secuestros.46 Lacobertura de la prensa fue fluida al señalar que lasdetenciones se dieron después de un tiroteo, y al sertomada por asalto una casa de seguridad en el DistritoFederal.47 Entre los detenidos estuvieron Luis MiguelCorral García y Francisco Alonso Pérez Rayón.48

Dichas coberturas informativas estuvieron acompa-ñadas de una exaltación discursiva que dejaba ver laimportancia de la detención y el evidente exterminiode la Liga. Los diarios informaron que las organizacio-nes policiales tenían en su poder los nombres de losdirigentes que seguían prófugos y la estructura quelos regía. Asimismo, argumentaban que la organiza-ción contaba con dos brigadas compuestas por cuatroelementos cada una, bajo el mando de un responsable,de quien recibían el mando e instrucciones para llevara cabo los secuestros y asaltos. Esta información dejabaver la óptima movilización policial que tenía cercadaa la Liga, y el poco tiempo en que sería exterminada.

Palabras finales

Los diarios fungieron como amortiguadores que mi-tigaron el impacto de las acciones extralegales imple-mentadas por las fuerzas castrenses y policiales queintervinieron en la eliminación y exterminio de laLC23S durante la década de 1970, además de facilitar algobierno la construcción de salidas políticas al conflic-to, tanto a corto como a largo plazo.A corto plazo, las opiniones y posiciones desplegaron

una opacidad informativa ante el accionar de las fuerzasde la contraguerrilla. Evidenciaron su existencia y rigu-rosidad, aplaudieron sus acciones, pero encubrieron lautilización de cárceles clandestinas, de instalaciones mili-tares, métodos de tortura y de desaparición forzada.

Argumentaron que la violencia contra el Estado ysus instituciones sería castigada con todo el rigor de laley, legitimando y celebrando la sanción, a tal grado depromover la creación de una policía especial que sehiciera cargo de ese tipo de delitos, que en la lógicagubernamental era de control y de seguridad.Los diarios colocaron las acciones de la Liga fuera de

las problemáticas del orden político, social y económi-co, al tiempo que relativizaron sus objetivos, redujeronsu capacidad militar e informaron de manera unilate-ral. La realidad construida por los informativos distómucho de explicar objetivamente los acontecimientos,al descontextualizar y desideologizar las acciones de laorganización, negándole toda posibilidad de explica-ción o reivindicación pública, y cerrándole las vías deexpresión, limitando de esta forma su campo de acciónsocial. En resumidas cuentas: desinformó; contribuyó aincrementar artificiosamente la peligrosidad de la insu-rrección; falseó los objetivos políticos de la organiza-ción; sus acciones fueron tratadas con epítetosdelincuenciales; reprobó sus objetivos; promovió losjuicios denotativos; ejerció un carácter informativodesde una perspectiva policial; ponderó el amarillismo,y en todo momento justificó la represión.A largo plazo, la opinión, posición y los giros infor-

mativos de los periódicos generaron repercusiones polí-ticas y sociales de gran envergadura: la rutinización ycotidianización de la violencia por parte de los mediosde comunicación terminaron convirtiéndola en unaacción aceptada y legitimada socialmente. Auxiliaronal gobierno para mostrar al movimiento armado comoun fenómeno delincuencial atípico en la historia delpaís. Un acontecimiento que emergió por contagiosideológicos ajenos a las problemáticas políticas, econó-micas y sociales de México. El movimiento armadoguerrillero fue presentado así como una anomia socialcarente de lógica histórica, un proceso bochornoso quela juventud mexicana no lograba entender y, por ello,resultaba un camino falso. Los periódicos borrarontodo indicio que pudiera fincar los cimientos de unaclara reminiscencia y propiciaron amnesia colectiva enla sociedad a partir de la relativización del fenómenoarmado, además de promover la construcción de lainvisibilidad y la programación del olvido.

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45 Excélsior, 13 de abril de 1977.46 La Prensa, 14 de abril de 1977.47 Excélsior, 13 de abril de 1977.48 Excélsior, 18 de abril de 1977.