Ponencia: Melchor Ocampo. 1814-2014. Bicentenario. Fecha: 31 de mayo de 2014. Morelia, Michoacán de...
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Ocampo y la sociedad civil ante la guerra de conquista
(1847-1848)
26 de mayo de 2014
Raúl Jiménez Lescas
Ocampo y la sociedad civil ante la guerra de conquista (1847-1848)
Abstact: Durante la Guerra de Conquista estadunidense, el gobernador de
Michoacán, Don Mlechor Ocampo, tomó decisiones fundamentales para
acrecentar la Resistencia Social a los invasores.
Palabras claves: Michoacán, Melchor Ocampo, resistencia social.
1846. Michoacán1 contaba con escasos 21 años de haberse erigido como una
entidad federativa de los Estados Unidos Mexicanos y con aproximadamente
medio millón de habitantes. México mismo era una joven Nación independiente,
tras sacudirse tres siglos de colonización española. Desde la guerra de
Independencia, Michoacán, había sido seriamente afectado y, posteriormente,
sacudido por diversas confrontaciones internas, azotado por el cólera, afectado
por las convulsiones nacionales (luchas intestinas entre centralistas y federalistas)
y, necesitaba enfrentar, como toda la Nación, la invasión estadunidense. Sobre
éste último hecho, Don Melchor Ocampo, dijo que los estadunidenses tenían un
“injusto odio”, “exagerado desprecio” a los mexicanos y una “insaciable rapiña” y
“espíritu de expansión”.2
1 Michoacán deriva de la voz náhuatl Michuacán que significa lugar de pescados o pescadores.
Véase: ALCALÁ de, Jerónimo, Relación de las ceremonias y ritos y población y gobernación de los indios de la provincia de Mechuacán, Zamora, COLMICH, 2000 (donde aparece 61 veces la palabra Mechuacán); ESPINOSA de Félix, Isidro, Crónica de la Provincia Franciscana de los Apóstoles San Pedro y Pablo de Michoacán. Apuntamientos bibliográficos por el Dr. Nicolás León. Prólogo y notas de José Ignacio Dávila Garibi, México, Santiago, 1945, p. 490; MARTÍNEZ Baracs, Rodrigo, Etimologías Políticas Michoacanas, en: PAREDES Martínez, Carlos y TERÁN, Martha (coords.), “Autoridad y gobierno indígena en Michoacán”, Zamora, COLMICH/CIESAS/INAH/UMSNH, 2003, pp. 61-90; HERREJÓN Peredo, Carlos, Michoacán. Un nombre para regiones distintas, en: OIKIÓN Solano, Verónica, “Historia. Nación y Región”, 2 volúmenes, vol. 1, Zamora, COLMICH, pp. 181-226. 2 OCAMPO, Melchor, La Guerra entre México y los Estados Unidos. La paz es una indeleble
ignominia, Morelia, 29 de abril de 1847, en: SÁNCHEZ Díaz, Gerardo, “Michoacán frente a la intervención norteamericana de 1847. Documentos Históricos”, Op. Cit., p. 18.
En la palestra internacional, los mexicanos estarían prácticamente solos.
Pero acompañados en la resistencia por los soldados irlandeses del Batallón de
San Patricio, los curas españoles Celedonio Domeco Jarauta y José Antonio
Martínez, así como por la Declaración del Presidente de Honduras, Juan Lindo,
quien ofreció apoyo contra los nuevos conquistadores.
Inicia la Guerra de Conquista
El 13 de enero,3 se dio la orden para el avance de las tropas estadunidense sobre
suelo mexicano, sin que fuera declarada formalmente, por el Senado de ese país,
la guerra a México. Un joven de entonces, Isidro Alemán,4 recordó el estado de
ánimo de los morelianos, al enterarse de los preparativos de la invasión a nuestro
país. Escribió que las noticias: “… habían excitado de tal modo el sentimiento
patrio de los morelianos, que no se hablaba de otra cosa en lo público y en lo
privado, mostrándose todos los individuos sin excepción, animados del más vivo
deseo de contribuir con sus fuerzas a la defensa de la patria.”.5
México entero era una plaza de guerra, decía Don Guillermo Prieto.6 Tras la
excitación que se producía, “Algunos aportaron recursos económicos, caballos,
municiones, armas, alimentos y ropa para las tropas combatientes; otros se
ofrecieron como voluntarios e integraron una fuerza armada para hacer frente a
los invasores.”, escribió Gerardo Sánchez Díaz.7
3 MARCY L., William, Comunicación al General Zachary Taylor, 13 de enero de 1846, en: “Diario
del presidente Polk (1845-1849), Op. Cit., p. 132-133, tomado de: “EUA: Documentos de su historia política, tomo II”, México, Instituto de Investigaciones Dr. José María Luís Mora, 1988. 4 Francisco de Paula Isidro Alemán Sandoval (1830-1905), véase la semblanza al final del capítulo.
5 ALEMÁN, Isidro, Apuntes…, Op. Cit., p. 47.
6 PRIETO, Guillermo, Memoria de mis tiempos, México, editorial Patria, sexta edición, 1976, p. 399.
7 SÁNCHEZ Díaz, Gerardo, Michoacán…”, Op. Cit., p. 1.
Jesús Romero Flores, recordó a los michoacanos activos en aquellas
jornadas como al general Gordiano Guzmán8 (aunque nacido en Jalisco), vecino
de Aguililla del “Distrito de Coalcomán, en cuya población tenía familiares y
algunas propiedades en terrenos y muebles”.9 Asimismo, escribió que: “El general
Manuel García Pueblita prestó igualmente en él sus servicios en la clase de
capitán de una de las compañías (…), así como muchos oficiales michoacanos y
otros de aquella época, pues que de los subalternos de ese tiempo,
pertenecientes (al Batallón) ‘Matamoros’, vive aún el que fue su porta bandera,
Isidro Alemán, cuyo oficial supo defender el valioso depósito que se le confió,
pasando por mil peligros y conservarlo después a su cuidado algunos años como
un recuerdo de que aquella bandera perteneció al valiente cuerpo de ‘Matamoros’,
que para salvarla del enemigo arriesgó tantas veces su vida…”.10 García Pueblita
oriundo de Pátzcuaro también participó en la resistencia a la invasión francesa.
Las fuerzas del general Gordiano Guzmán “participaron en la Batalla de La
Angostura y posteriormente en el resguardo del Valle de México.”.11 José María
Roa Bárcena, escribió en sus apuntes de 1883: “En San Luís (Potosí) se reunieron
á formar la base del nuevo ejército del Norte los restos de la división de Paredes,
trasladados de México (…) y los capitulados de Monterrey, componiendo (…)
fuerzas un total de 7000 hombres. Al moverse Taylor á ocupar el Saltillo, se creyó
8 Se pronunció contra el centralismo en enero de 1934 en el Distrito de Coahuayutla (hoy en el
estado de Guerrero) y con una partida pasó a territorio michoacano donde actúo por años. Posteriormente, al proclamarse el Plan de Ayutla, se unió a la lucha contra la dictadura de Santa Anna en 1854, pero fue capturado y fusilado en Morelia el 11 de abril de ese año. ROMERO Flores, Jesús, Diccionario Michoacano de Historia y Geografía, México, segunda ed., 1972, p. 245-246. 9 ROMERO Flores, Jesús, Historia de Michoacán, tomo II, México, Imprenta Claridad, 1946, p. 68.
10 Ibíd., p. 69.
11 SÁNCHEZ Díaz, Gerardo, Michoacán frente…, Op. Cit., p. 1-2.
que amagaba á San Luís y se procedió á fortificar la ciudad. Los estados de
Jalisco, Guanajuato, Michoacan, Querétaro y Aguascalientes, el Distrito Federal y
el mismo Estado de San Luís y su gobernador Adame, ayudaron activamente á la
formación de las divisiones de Santa-Anna…”.12
Estos documentos y testimonios de aquellos años, dan una muestra de que
Michoacán no fue indiferente a la Guerra y, que por el contrario, participó
activamente en la resistencia nacional. Los michoacanos, alegres y jubilosos,
mientras esperaban el combate, la gloria o la muerte cantaban:
“Ahí vienen los yankes,
por ahí vienen ya
y a la pasadita
tandarín darán.
Una margarita,
de esas del Portal,
se fue con un yanke
en coche a pasear;
ellos dicen que aman,
pero no es verdad
y a la pasadita,
12
BÁRCENA Roa, José María, Recuerdos de la invasión norteamericana (1846-1848). Por un joven de entonces, tomo I, México, CONACULTA, Cien de México, 1991, p. 122. Se transcribe del original, respetando las acentuaciones de 1883, fecha de publicación de la obra. Las negritas son nuestras.
tandarín darán.”. 13
Sin duda, la participación más conocida de los michoacanos fue la del Batallón
Matamoros de Morelia, formado por voluntarios de la Sociedad Civil (“laboriosos
artesanos, honrados padres de familia y jóvenes de familias distinguidas”),14 a
diferencia del Batallón Activo de Morelia, integrado por militares (a través de la
gleba o por profesión). El 1º de abril de 1847, Morelia amaneció con la noticia de
que los yanquis, al mando del General Scott, habían ocupado Veracruz, por lo
que, los morelianos más impacientes acudieron al gobernador Ocampo “…
ofreciéndole sus personas para organizar fuerzas y contribuir a la defensa de la
integridad del territorio nacional.”.15 El 4 de abril, al filo de las 10 de la mañana, en
el edificio del Colegio de la Compañía de Jesús (hoy Palacio Clavijero) se
concentraron miles de personas para constituir el Batallón Matamoros de
Morelia.16
Nada de este entusiasmo, al sumarse a la resistencia nacional al invasor,
hubiera sido tan importante, si desde el gobierno de la entidad no hubiera existido
la disposición y el impulso para promover la resistencia. Don Melchor Ocampo,
una personalidad muy destacada de los liberales y como gobernador tomó la
iniciativa: “… ¿cómo hacer la guerra? ¿Tenemos masas organizadas? ¿Podemos,
reuniéndolas, improvisar su disciplina? ¿Tenemos armas con que hacer útil esa
fuerza?”. Y respondió: “Por triste que ello sea, es necesario decirlo: nada tenemos,
13
ROMERO Flores, Jesús, Historia de Michoacán… Op. Cit., p. 72. 14
G. Ruiz, Luís, Carta de Luís G. Ruiz a Melchor Ocampo, México, 7 de agosto de 1847, en: OCAMPO, Melchor, “Obras Completas”, Op. Cit., pp. 198-199. 15
ALEMÁN, Isidro, Apuntes para la Historia del Batallón Matamoros de Morelia…, Op. Cit., p. 48. 15
Ibíd., p. 47. 16
Ídem.
y el enemigo lo sabe, por la íntima persuasión de que la guerra es nuestro único
recurso, la voluntad de hacerla y la certeza de que una paz que hoy se firmara no
produciría ni las bajas y mezquinas ventajas que sus partidarios pretenden sacar
de ella.”.
Por ello, propuso: “Hagamos pues la guerra; pero del único modo que nos
es posible. Organicemos un sistema de guerrillas, ya que no lo ha formado el
entusiasmo popular, que en otras naciones ha sido su origen. Abandonemos
nuestras grandes ciudades, salvando en los montes lo que de ella puede sacarse,
porque perjudicial, a más de estéril, sería su defensa, si alguna se pretendiese,
pues sólo produciría la destrucción material de sus edificios, por la dotación
pirotécnica de nuestros enemigos y el aumento de sufrimiento para los infelices
que en ella queden, porque la resistencia no haría sino irritar al enemigo (…)
imitemos la táctica de nuestros padres en su gloriosa lucha contra el brillante
tirano del siglo XIX.”.17
Desde el gobierno se autorizaron la formación de dichos grupos en el medio
rural, por lo cual en junio de 1847, “… se giraron despachos a favor de Rafael
Pimentel, José María Orozco y Bernardino Salinas para que formaran guerrillas en
la jurisdicción de Ario, y días después el presbítero Juan de Dios Santoyo, José
María Díaz Barriga, Juan Orozco y Tranquilino Cortés, recibieron órdenes de
proceder de igual forma en el rumbo de la Huacana.”.18
17
OCAMPO, Melchor, El sistema de guerrillas como defensa nacional, Morelia, 30 de abril de 1847, en: SÁNCHEZ Díaz, Gerardo, “Michoacán…”, Op. Cit., p. 22. 18
SÁNCHEZ Díaz, Gerardo, Michoacán…, Op. Cit., p. 3.
El viejo insurgente Carlos María de Bustamante, opinaba de manera
semejante, sobre la utilidad de las guerrillas para resistir al invasor, en referencia a
los desaciertos del general Santa Anna en la Batalla de Cerro Gordo (Veracruz).19
Por su parte el Ministro de Guerra, despachó comunicados por encargo del
Presidente Sustituto para formar “fuerzas ligeras” (guerrillas) en algunos lugares
del país. El 3 de mayo de 1847 comunicó al:
“… capitán de la 4ª del regimiento de caballería de Jalisco Dn. Domingo
Hernán se le permita levantar una fuerza ligera de la Guardia Nacional en la
demarcación de la ciudad de Aquila al Puerto de San Blas…”.20
Por otro lado, el gobierno michoacano promovió la conformación de las
Juntas Patrióticas, que consistían en grupos de voluntarios abocados a la tarea de
juntar recursos económicos, armas, municiones, ropa y alimentos para las tropas
michoacanas. La señora Dolores Alzúa de Gómez fue una activa promotora.
Según comunicación oficial del gobierno (4 de diciembre de 1846) se dio cuenta
de los recursos enviados a los soldados en San Luís Potosí:
“Con el jefe que hoy conduce a San Luís Potosí otra partida de reclutas, se
remite ya al Exmo. Sr. General en jefe del Ejército de operaciones, los seis
bultos o fardos que contienen los efectos que por donativos reunió la junta
patriótica de señoras, que V. dignamente con tal objeto. Doy a Ud. y a las
demás señoras que compusieron la expresada junta, las más expresivas
19
BUSTAMANTE DE, Carlos María, El nuevo Bernal Díaz del Castillo, o sea, historia de la invasión de los angloamericanos en México, México, CONACULTA, 1990, pp. 390-391. 20
Archivo Histórico Genaro Estrada del Acervo Histórico Diplomático de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México (AHGE-SRE en adelante). El ministro de Guerra, comunica los nombres de los individuos a quienes se les ha dado patentes para levantar guerrillas en contra de los invasores. Mayo 3 de 1847. Ministerio de Guerra y Marina. Sección de Operaciones. L-E-1089-C-10-V-010. 1 fs (3).
gracias a nombre del Estado, por la prontitud y eficacia con que procuraron
desempeñar su comisión; y sin dejar de darlas también a todas las que
contribuyeron. Dígnase V. admitir las seguridades de mi consideración y
particular aprecio.”.21
Otras doñas de Puruándiro y vecinos de Pátzcuaro hicieron lo propio, que fue
anunciado en misiva por el gobernador Ocampo al general Santa Anna refiere a
estas actividades de las señoras: “Con fecha de ayer digo al E. Sr. Gral. en Jefe
del Ejército en operaciones Benemérito de la Patria D. Antonio López de Santa
Anna lo que sigue. ‘… el Teniente Coronel D. Tiburcio González que conduce a
esa capital otra partida de 291 reemplazos y desertores del Ejército, remito a
disposición de V. E. seis bultos o fardos que contienen las prendas de vestuario y
otros efectos… que han proporcionado como donativo señoras de esta capital.
También envío un baúl con hilos y vendas hechas por otras de Puruándiro, y otro
bulto con ochenta y siete tres cuartas varas brin que proporcionaron dos vecinos
de Pátzcuaro.. (promete) 133 reemplazos y espero que muy pronto se dará el
completo, pues he reiterado mis órdenes a las Prefecturas. Admita V. E. con este
motivo las seguridades de mi atención y respeto. Díos y Libertad. Morelia,
diciembre 4 de 1846”.22
A continuación el listado del envío con Tiburcio:
21
OCAMPO, Melchor, Obras Completas…, Op. Cit., p. 176. Se respeta la redacción original. Las negritas son nuestras. 22
AHGE-SRE. 1845-1847. Listas de las señoras que hicieron donativos a favor de los heridos en Monterrey. Ofrecimientos de diversas corporaciones, colegios, etc. Para contribuir a la defensa del país (22). Sucesos entre México y los Estados Unidos de América relacionados con Texas y otros estados limítrofes. Guerra contra los Estados Unidos de América. Gobierno del Estado de Michoacán. Sección 1ª. N. 274. Misiva del gobernador Melchor Ocampo, 4 de diciembre de 1846. LE-1086-22. 2fs (88-89).
“Lista de los efectos que lleva a su cargo el Señor Teniente Coronel d.
Tiburcio González conductor de la… que marcha para San Luís Potosí.
De Morelia: 2 bultos con trescientos sesenta y nueve camisas y algunos
pantalones. 2 bultos con trescientos pares de calzado. 1 bulto con ciento
sesenta y dos vendas con cabezales e hilos. 1 bultos con solo hilos pero de
dos arrobas.
Puruándiro. 1 baúl con hilos y vendas.
Pátzcuaro. 1 bulto con ochenta y siete tres cuartas varas..
Son 8 bultos.”.23
Estos testimonios expresan que la Resistencia Social de los michoacanos fue a
varios niveles: con acciones civiles de apoyo, individuales, guerrillas y Batallones
para integrar la entonces Guardia Nacional.
Al respecto de la participación de las mujeres en la resistencia, contamos
con una carta del general Santa Anna contestando a las señoras de la capital que
apoyaron con donativos.
“Por el oficio de V. E. fecha 27 del proximo pasado y lista que acompaña,
me he enterado de las cantidades y efectos con que han contribuido varias
apreciables Señoras de esa Capital, para ausiliar á este Ejercito en la
guerra contra los invasores, y en contestación suplico a V. E. dicte sus
disposiciones a fin de que cuanto antes se trasladen á esta Ciudad los
mencionados donativos.
23
AHGE-SRE. Gobierno del Estado de Michoacán. Sección 1ª. Lista que …, 3 de diciembre de 1846. Isidro García de Carrasquedo. Copia que certifica. LE-1086-22. 1 fs (90).
Renuevo á V. E. las seguridades de mis distinguidas consideraciones y
aprecio.
Díos y libertad. Cuartel Gral. de San Luis Potosí. Diciembre 5 de 1846.”.24
Y en otro documento, el general Santa Anna notifica que ha recibido la lista
de las señoras que donaron efectos para la guerra contra el invasor:
“… recibi una lista con los nombres de las Sras. de esa Capital que han
querido presentar su ofrenda de dinero y otros efectos, consagrandolo todo
á los heridos en la Guerra que actualmente sostiene la Republica…”.25
En fecha del 10 de diciembre notificó que recibió los donativos de las “bellas
mexicanas” del estado de Puebla.26
Y no fueron las únicas. Tenemos una carta de un soldado invasor enviada
al Luoisville Courier, que dejo testimonio de una mujer del norte del país. En ella
dice:
“… el día 21 (septiembre de 1846), vi una mexicana muy activa llevando
pan y agua a los heridos de ambos ejércitos. La vi levantar la cabeza de un
hombre herido, darle agua y envolver su horrible herida con el pañuelo que
ella llevaba en su cabeza. Cuando agotaba sus provisiones salía a buscar
más, para atender a otros. Cuando ella regresaba escuché la explosión de
un arma de fuego, y la pobre criatura calló muerta. Me dolió el corazón e
24
AHGE-SRE. LÓPEZ de, Santa Anna, Antonio, Ejercito Libertador Republicano. Gral. En Gefe. Srio. de Campaña. Exmo. Sr…, Cuartel Gral. de San Luis Potosí. Diciembre 5 de 1846. LE-1086-22. 1 fs (93). 25
AHGE-SRE. LÓPEZ de, Santa Anna, Antonio, Ejercito Libertador Republicano. Gral. En Gefe. Srio. de Campaña. Exmo. Sr…, Cuartel Gral. de San Luis Potosí. Octubre 10 de 1846. LE-1086-22. 2 fs (97-98). 26
AHGE-SRE. LÓPEZ de, Santa Anna, Antonio, Ejercito Libertador Republicano. Gral. En Gefe. Srio. de Campaña. Exmo. Sr…, Cuartel Gral. de San Luis Potosí. Diciembre 10 de 1846. LE-1086-22. 2 fs (99-100).
involuntariamente miré al cielo… Al día siguiente, su cuerpo yacía en el
mismo lugar y a un lado el cesto roto… cavamos una tumba, en medio de
una lluvia de balas de cañón.”.27
Otras tantas quedaron en los Apuntes de Guillermo Prieto, como María de
Jesús Dosamantes, quien vestida como militar se presentó, el 19 de septiembre
de 1846, ante el general Pedro de Ampudia, para ofrecer sus servicios en la
resistencia al invasor; enviada al Fortín de la Ciudadela (hoy en día entre las calles
de Tapia y Juárez, Monterrey, NL).28
Prieto escribió sobre ésta mujer:
“… con gran valor y coraje esta enigmática joven colaboró con los soldados
que abrían fuego desde las troneras contra el ejército invasor. Poco se sabe
de ella, pero las referencias de soldados y generales han resguardado su
presencia en este fortín. La Ciudadela nunca se rindió y los soldados fueron
obligados a arriar la bandera después de la firma de la capitulación.”.29
Otra dama que destacó en la Resistencia fue Josefa Zozaya,30 de una de
las más distinguidas familias de Monterrey,31 que mereció un poema de Don
Guillermo Prieto, en su Triste y dolorido romance de Monterrey:
27
Carta de un soldado al Louisville Courier, en: ABBOT Livermore, Abiel, “The war with Mexico reviewed, 1850” (el relato aparece en novelas y canciones norteamericanas como The Maind of Monterrey), citado en “Tres mujeres en los combates”, Relatos e Historias de México, año 1, núm. 9, mayo 2009., p. 50-51. La partitura puede verse al final de la Tesis. 28
RAMOS, Pablo, María de Jesús Dosamantes, la Heroína de Monterrey 1846, en: http://labatallademonterrey1846.blogspot.com/2008/04/maria-de-jesus-dosamantes-la-heroina-de.html 29
PRIETO, et al, Apuntes…, Op. Cit., capítulo III. 30
María Eduarda Josefa Francisca Zozaya, nació el 14 de octubre de 1822 (de acuerdo a los registros parroquiales de la iglesia de La Inmaculada Concepción, también conocida como de Santa María en Villagrán). Sus padres fueron Cristóbal Zozaya Flores y su madre María Gertrudis Valdés del Valle. Sus hermanos mayores fueron Vicente, José Francisco Javier y María Francisca de Paula. En 1835, su madre María murió. Su padre volvió a casarse en 1837 con María Teresa Chavarri, procreando a Juan Miguel Zozaya Chavarri, último hermano de Josefa, y quien viviría
¿Por qué levanto con osada mano
La losa sepulcral de mis recuerdos?
¿Por qué insensato el fuego de mis iras
Procaz lanzo en el polvo de los muertos?
¿Por qué rencor estéril, imprudente
Mis memorias estúpido paseo;
Si no se han de borrar nuestras vergüenzas
Ni ha de ser nuestro el mutilado suelo?
(…)
Terribles se suceden los combates;
Ampudia manda replegarse al centro;
Vagan decapitadas nuestras tropas,
Redobla el patriotismo sus esfuerzos.
En la Plaza Mayor noble matrona,
De honra dechado, de virtud espejo,
Alienta á los soldados valerosa,
Acude a donde más amaga el riesgo,
hasta 1916 en Linares, NL. Al morir el padre en Villagrán en marzo de 1840, Vicente, el hijo mayor, quedaría como nueva cabeza de familia. Josefa a sus 18 años cumplidos, el 14 de octubre de 1840, contrajo nupcias en la parroquia de Villagrán, Tamaulipas, con Manuel Urbano de la Graza Flores, oriundo de Lampazos, NL. Manuel Urbano era un rico viudo de 24 años, proveniente de una familia de terratenientes con ranchos y propiedades en Nuevo León y Tamaulipas, y de abolengo en la región. Josefa continuó su vida en su pueblo natal Villagrán, donde daría a luz a sus hijas, Juana Romana del Refugio y María Trinidad. En octubre de 1844, Manuel Urbano enfermó y fallece en los siguientes días. Josefa viuda a los 22 años y con dos hijas pequeñas, emigró a Monterrey; para el verano de 1846 se encuentra ya ocupando una residencia propiedad de la familia Garza Flores (situada justo frente a la Catedral y la plaza principal de la ciudad –posteriormente calles de Corregidora y Zuazua– con el pasar del tiempo el edificio se convertirá en el Hotel Continental). Datos de RAMOS, Pablo y VALTIER, Ahmed, María Josefa Zozaya, La Heroína de la Batalla de Monterrey, Atisbo No. 10, diciembre del 2007. 31
CAVAZOS Garza, Israel, Breve Historia de Nuevo León. Cap. XX. La Invasión Norteamericana. Dos heroínas, México, Fideicomiso Historia de las Américas-COLMEX-FCE, 1994.
Allí eficaz auxilios generosos
Prodiga fiel, de patriotismo ejemplo.
¡Oh, Josefa Zozaya! ¿Por qué, ingrata,
No te alza Monterrey un monumento?32
Durante el sitio sufrido por la ciudad de Huamantla, en octubre de 1847,
destacaron mujeres al lado de las fuerzas armadas comandadas por Eulalio
Villaseñor. Otro tlaxcalteca, el coronel Felipe Santiago Xicoténcatl, comandó al
Batallón de San Blas, el cual participó en la defensa del Castillo de Chapultepec.33
Los conquistadores también tuvieron su heroína a la que llamaron Heroine
of Fort Texas (La heroína del Fuerte Texas) o también The Great Western (La
Grande del Oeste). En un panfleto sobre las penalidades de la guerra34 para el
público de Boston y Nueva York en 1848, aparece la heroína dándoles agua a dos
fatigados soldados del Ejército estadunidense, mientras que en segundo plano se
lleva a efecto una batalla y aparece un mexicano abatido por las balas y ondea
una bandera con barras y estrellas con lápiz tenue. Doce y medio centavos de
dólar costaba el panfleto. Y con una gran inscripción dice: Incidentes y
Penalidades de la Guerra Mexicana. Incluía Batallas y otras cosas. En la portada
también existe una inscripción dedicada a los soldados caídos en combate, en
particular, del Capitán George Lincoln de Worcester (Massachusetts) y, llama a
reclutar más voluntarios para proseguir la guerra (de Conquista).
32
PRIETO, Guillermo, Triste y dolorido romance de Monterrey, en: “Colección de poesías escogidas”, México, Impresora de Estampillas, 1895, Número de control (Bibid): 4870, Colección Digital UANL, p. IX-XI. 33
RENDÓN Garcini Ricardo, Breve Historia de Tlaxcala. III. De la Insurgencia a la paz Porfiriana. Vicisitudes de la Soberanía, México, Fideicomiso Historia de las Américas-COLMEX-FCE, 1996. 34
American Antiquarian Society (Sociedad Estadounidense de Anticuarios), Worcester, Massachusetts. Véase al final.
Se trataba de la señora Sarah Knight, mejor conocida como Sara Bowman
(1812-1866?). Por que se casó varias veces, también se le puede encontrar como
Sra. Bourjette o Bourget o Bourdette; Davis, Bowman, Bowman-Phillips, Borginnis
y, posiblemente, Foyle. Era alta, viuda, hotelkeeper, de piernas largas, rudas y
cultas decía John Ford.
Al parecer en 1845, acompañó a su marido, un soldado de la Octava
Infantería del Ejército de Taylor en el Fuerte Texas o Brown, de ahí su
sobrenombre. En esa época el Ejército permitía que las esposas acompañaran a
sus maridos, siempre y cuando sirvieran como cocineras y lavanderas al Ejército.
Siguió a las fuerzas de Taylor en la ruta de la guerra que llegó a Monterrey
y La Angostura. En Monterrey, el ejército acampó en Walnut Spring (Bosque de
Santo Domingo en San Nicolás de los Garza, rodeado de árboles y manantiales
de agua) en septiembre de 1846. Al parecer abrió un hotel llamado The American
House en Saltillo, Coahuila. Se le vio en la Batalla de La Angostura o Buena Vista,
ayudando a transportar lo mismo municiones que atendiendo heridos.35
Después se casó con un alemán de apellido Bowman, de ahí su nombre
Sara Bowman. Cuando murió Sara, el Ejército de los Estados Unidos de América
le rindió todos los honores militares, siendo enterrada en el cementerio de Fort
Yuma, el 23 de diciembre de 1866. En agosto de 1890, el Departamento de
35
Su biógrafa cuenta que: “Durante este período, estaba casada con su segundo marido, conocida como Bourjette o Bourget o Bourdette, miembro de la Quinta Infantería. Sarah aparentemente se mantuvo en Saltillo como hotelkeeper hasta el final de la guerra, pero en julio de 1848 pidió unirse a una columna de dragones que se le había ordenado ir a California. En ese momento, probablemente su marido había muerto y, le dijeron que sólo las mujeres casadas podían marcharse con el ejército. Sin desanimarse, recorrió a lo largo de la línea de los hombres, preguntando, ‘¿Quién quiere una mujer con quince mil dólares y las más grande piernas de Mexico? Ven, mi belleza… no todos hablan a la vez. ¿Quién es el hombre con suerte?’ Tras algunas vacilaciones, un soldado llamado Davis, probablemente David E. Davis, dio un paso al frente, y la Great Western, una vez más, marchó con el ejército.”.
Suministros del Ejército exhumó los restos de 159 cadáveres enterrados en ese
cementerio y los reinhumó en el presidio en San Francisco, California, entre los
restos iban los de la Gran Sarah Bowman.36
Don Melchor Ocampo: “Independencia o muerte”
La lectura de los documentos oficiales emitidos por Melchor Ocampo nos permiten
aproximarnos a un mejor análisis de las decisiones políticas, los discursos y las
proclamas que el poder Ejecutivo michoacano emitió en ese quiebre histórico que
significó la Guerra.
Melchor Ocampo fue nombrado gobernador interino del estado de
Michoacán en 1846, tomando posesión de su cargo el 5 de septiembre y, electo
gobernador constitucional, el 27 de noviembre de ese mismo año,37 todo en medio
de los problemas ocasionados por la anexión de Tejas a la Unión Americana, de la
luchas entre federalistas y centralistas que sacudían al país, el avance del ejército
invasor y, el restablecimiento del federalismo bajo el Plan de la Ciudadela.
36
Con información de BENNETT McNeely Regina, Sara Bowman, Handbook of Texas Online, 9 Jan 2008 (traducción propia) y de RAMOS Pablo, Sara Bowman “The Great Western” (1812-1866) en Monterrey 1846, labatallamonterrey1846.blogspot.com. Bibliografía disponiblbe en inglés: ELLIOTT, J. F., The Great Western: Sarah Bowman, Mother and Mistress to the U.S. Army, Journal of Arizona History 30, Spring 1989; MAYER, Brantz, History of the War between Mexico and the United States, Vol. 1, New York and London: Wiley and Putnam, 1848; DEAN Miller, Ronald, Shady Ladies of the West, Los Angeles, Westernlore, 1964; SANDWICH, Brian, The Great Western: Legendary Lady of the Southwest, Southwestern Studies 94, El Paso, Texas Western Press, 1990; WALLACE S. Edward, The Great Reconnaissance: Soldiers, Artists, and Scientists on the Frontier, 1848-1861, Boston, Little, Brown, 1955; WALLACE S. Edward, The Great Western, The Westerners, New York Brand Posse Book, 1958. 37
ORTEGA Varela, Carmen del Pilar, Melchor Ocampo, Morelia, Gobierno de Michoacán-Departamento de Investigaciones Históricas de la UMSNH, 1986, p. 13.
El 17 de enero de 1847, reabrió el Colegio de San Nicolás, dándole se
actual nombre de “Primitivo y Nacional Colegio de San Nicolás de Hidalgo”,
convencido de la importancia de la educación científica para el pueblo.38
El inicio de su gobierno no estuvo exento de confrontaciones políticas entre
las fuerzas de los federalistas Juan Álvarez y Gordiano Guzmán, así como del
coronel José Ugarte (centralista).39 Además de encarar la rebeldía de Mariano
Ceja y sus fuerzas militares en Pátzcuaro, la del antiguo insurgente de Zacapu
Luciano Navarrete40 y la encabezada por Carlos Gordillo.41
Pero la invasión yanqui seguía avanzando por el norte, por lo que, el 16 de
febrero de 1847, el Vice-gobernador del Estado de Michoacán, en ejercicio del
poder ejecutivo hizo saber a los habitantes de la entidad que el Congreso
Constitucional había decretado: “Se faculta al Gobierno del estado para que
organice y reglamente la Guardia Nacional, en un grado de fuerza correspondiente
á las exigencias de la guerra exterior; reservando la necesaria para la seguridad
interior de Michoacán, y conservación de las instituciones federales.”.42 El
Congreso facultó al Gobierno a “disponer de todas las rentas”, para los fines
38
AHUM, Colección de Libros de títulos, Actas y Sesiones. Libro de Registro de Actas de Sesiones de la Junta subdirectora de Estudios de Michoacán, caja 1, libro 2, 1846, en: Martínez Hernández, Esebio, “El Colegio Primitivo y Nacional de San Nicolás de Hidalgo: Un cimiento del Liberalismo regional 1847-1871”, Río de Papel. Boletín del Archivo Histórico de la UMSNH, ed. especial, núm., 18, p. 29. 39
José Ugarte, nacido el 19 de maro de 1802 en ciudad de México, falleció a los 74 años de edad en 1876. Su infancia la vivió en Valladolid (Morelia) donde comenzó su carrera militar en la Milicia Española y luego en el Ejército de Iturbide. Adhirió a la causa de López de Santa Anna quien le orotgó el grado de coronel y, después el de Comandante General del Estado de Michoacán y encargado del Gobierno (1853). ROMERO Flores, Rubén, Diccionario… Op. Cit., p. 564. 40
Luciano Navarrete, nacido en Zacapu con fecha desconocida. Fraile de Merced que se sumó a Hidalgo a su paso por Valladolid (Morelia). Según Jesús Romero Flores fue un gran guerrillero insurgente, tenaz y constante. ROMERO Flores, Rubén, Diccionario… Op. Cit., p. 379. 41
ESCAMILLA Ortiz, Juan, Michoacán: Federalismo e intervención…, Op. Cit., pp. 313-314. 42
ORTÍZ de, Ayala, Joaquín y MONTAÑO, Manuel (Secretario Interino), El Vice-gobernador del Estado de Michoacán,…, Morelia, 16 de febrero de 1847, en: SÁNCHEZ Díaz, Gerardo, “Michoacán…”, Op. Cit., p. 9. Se respeta la trascripción del original.
militares. El artículo 3º señalaba la necesidad de centralizar y disciplinar las
milicias ya existentes por Michoacán.
Melchor Ocampo, dirigiéndose a los ciudadanos señaló, el 3 de abril del
terrible año de 1847:
“¡Michoacanos! ¿Queréis sujetarnos a su yugo? Hacedlo pronto e
impediréis al menos que se pierda la sangre que aún falta por derramar, las
fortunas que aún van a destruirse, los aislados esfuerzos que algunos
haremos hasta morir; hacedlo pronto, pero hacedlo seguros de que no
afianzaréis ni la dicha material del cerdo; comer a saciedad en un dornajo y
dormir tranquilamente en el cieno; hacedlo pronto, pero hacedlo sin mí,
cuyo corazón llorará vuestra ignominia, cuyos ojos se cerrarán para siempre
antes que ver vuestra infamia.”.43
El gobernador invitó con entusiasmo a resistir: “¿Queréis salvaros y salvar a la
república? Pues a la obra; pocas declamaciones que no son buenas sino para
perder el tiempo; poca crítica, que sólo sirve para infundir desconfianza; ninguna
sátira, que no ocasionará sino malas pasiones. Ayudadme, si tenéis confianza en
mí; hablad, si no os la inspiro, y me retiraré; pero ayudad a la nación, ayudáos.”.44
Y dirigiéndose a los jóvenes michoacanos les imploró: “¡Juventud
michoacana, levántate!... ¡preparaos al combate!”. Para cerrar su proclama,
Ocampo dijo: “Michoacanos: sin soldados no se puede hacer la guerra; sin armas
no puede haber soldados; sin dinero no pueden tener aquellas ni mantener éstos.
Armaos los unos y contribuid los otros al sostén de los que se armen. Si la letal e
43
OCAMPO, Melchor, El Gobernador del Estado de Michoacán a sus habitantes, Morelia, 3 de abril de 1847, en: SÁNCHEZ Díaz, Gerardo, “Michoacán…”, Op. Cit., p. 13. 44
Ibíd., p. 13-14.
inexplicable apatía que hasta hoy se ha mantenido sobre el centro de la república
no hubiera escaseado los recursos a nuestros hermanos de oriente y occidente,
México no se vería hoy en la angustia que sobre todos pesa.”.
Terminó con un llamado a la unidad nacional: “… los que hoy se llaman
mexicanos (…), si no se unen, si no tiene valor para mostrarse hombres, si no
tienen cordura, si no se desentienden de pequeñas y mezquinas pasiones ya no
tendrán posterioridad… nuestros hijos no llevarán ya nuestro nombre; nuestro país
perderá igualmente el suyo y la historia maldecirá indignada nuestra insensatez y
cobardía, y el mundo tendrá por justo el desprecio con que ya nos amenaza.”.45
Para el 8 de abril, el Gobernador publicó un decreto de los legisladores:
“La Diputación permanente del Honorable Congreso de Michoacán en uso
de la atribución 2ª del artículo 47 de la Constitución del Estado, ha
acordado convocar al mismo honorable Congreso á sesiones
estraordinarias, para el Jueves 15 del corriente, con el objeto de ocuparse:
“De dictar las medidas necesarias para que el Estado por su parte
contribuya, en las presentes circunstancias, á la defensa de la nación.”.46
Estos documentos histórico oficiales dan una muestra del estado de ánimo
que se vivía entre la clase política y los apuros que pasaban para encarar la
defensa de la Patria amenazada. Tras la sesión, debates y toma de acuerdos de
los diputados, el Gobernador, emitió un nuevo decreto en el Palacio de Gobierno,
el 24 de abril, donde se fija claramente la posición del Congreso: “Se faculta al
45
Ibíd., p. 15. 46
OCAMPO, Melchor, El Gobernador del Estado de Michoacán, á todos sus habitantes, sabed: que..., Morelia, 8 de abril de 1847, en: SÁNCHEZ Díaz, Gerardo, “Michoacán…”, Op. Cit., p. 17. Se publica de acuerdo con la copia del original.
Gobierno del Estado, para que dicte todas las providencias que juzgue necesarias
á fin de ausiliar al Gobierno de la Unión y á su vez á los demas Estados para que
se lleve adelante la guerra contra los Estados-Unidos del Norte, defender la
nacionalidad de la República y salvar las instituciones federales bajo que está
constituida la Nación.”.47
El 29 de abril, Ocampo se dirigió al Congreso en términos políticos firmes
ante aquellos mexicanos que querían capitular al invasor y, calificó la paz con el
invasor, como “una indeleble ignominia”: “Hay quienes quieren hacer la paz; ¿y
saben esos insensatos lo que hoy sería la paz para la república? (…) Y quienes tal
pretenden ¿se han formulado siquiera las consecuencias de semejante infamia?
Hay quienes quieran hacer la paz; ¿y se ignora acaso, o se aparenta ignorar, que
éste sería el último medio a que podía acudirse como conveniencia pública
cuando hubiésemos llegado al último punto de la desesperación?”.48
Además afirmaba: “La paz, la paz no sería para México sino al tiempo
mismo que el sello de una indeleble ignominia, la condición más ventajosa para su
nuevo conquistador.”.49
A menos de un año de que se consumara la partición de nuestro territorio,
profetizó lo que significaría la derrota ante el invasor: “Examinemos por un
momento, ¿cuáles serían las condiciones de éste (el nuevo conquistador)? Coger
de nuestro territorio tal y tal parte que le permitiese establecer sobre el Pacífico,
47
OCAMPO, Melchor, El Gobernador del Estado de Michoacán, á todos sus habitantes, sabed: que..., Morelia, 24 de abril de 1847, en: SÁNCHEZ Díaz, Gerardo, “Michoacán…”, Op. Cit., p. 18. Se publica de acuerdo con la copia del original. 48
OCAMPO, Melchor, La Guerra entre México y los Estados Unidos. La paz es una indeleble ignominia, Morelia, 29 de abril de 1847, en: SÁNCHEZ Díaz, Gerardo, “Michoacán…”, Op. Cit., p. 16. Se respeta la trascripción del original. 49
Ibíd., p. 17.
por comunicaciones directas con sus posiciones del Atlántico; hacerse pagar los
gastos de la guerra, procurando aumentarlos más con intereses y premio de
anticipaciones y cambios de plazas; y, por último, coger una garantía para el pago
puntual de tal demanda; y en punto a garantía ninguna más conveniente que la
que tiene ya indicada, de conservar intervenidos todos nuestros puertos.”.50
Y, agregando, les dijo a los diputados:
“Ahora bien, todo México significaría perder hasta la esperanza de
satisfacer su enorme deuda nacional; perder la parte más grandes, y acaso
la más rica de su territorio (…) perder el título de nación, y con él las
ventajas de ser una, porque ningún pupilo puede representar tal
carácter.”.51
Ocampo reflexionó respecto del papel de los Estados Unidos. Y, aunque en esos
años aún no se hablaba de Imperialismo, él se acerca a algunos de los elementos
que más adelante caracterizarían a esa potencia del norte como Imperialista.
Veamos: “Para los Estados Unidos la paz sería la saciedad de su injusto odio y de
su exagerado desprecio, de su insaciable rapiña y de su espíritu de expansión.
Sería, en vez del desenlace de una guerra, el producto de un cálculo mercantil
cuyos elementos no fuesen ya materia prima, máquinas y mercados, sino hombres
y armas, batallas y una paz pingüe (…) sería, en una palabra, volvernos a una
condición peor que la de los mismos esclavos que hoy manchan sus
instituciones, porque ésos, al menos, sólo dan a sus amos el producto de su
50
Ídem. 51
Ídem.
trabajo, mientras nosotros les daríamos el del nuestro y el de nuestras
propiedades.”.52
Al cerrar su discurso fijó sin ambigüedades su postura política: “Dígnese
pues ese honorable cuerpo, en representación del Legislativo de Michoacán,
protestar, como el Ejecutivo protesta ante la república y el mundo, que jamás,
jamás, jamás reconocerá cualquier tratado que sobre paz se haga con los
Estados Unidos si previamente no desocupan sus fuerzas todo nuestro
territorio y si aquel gobierno no reconoce nuestro derecho a la competente
indemnización de los males que nos ha causado.”.53
Atendiendo a una comunicación del Ministerio de Guerra y Marina del
gobierno federal, en el cual solicitan a los gobiernos de las entidades apoyo para
reconstruir el Ejército Nacional y, contribuir con una fuerza de 32,000 hombres, el
Gobernador, respondió con un decreto del 12 de mayo, en cuyo artículo 7º, se
decía:
“Los gobiernos de los estados serán inmediatamente responsables del
puntual y exacto cumplimiento de este decreto.”.54 Michoacán debía aportar
3,000 hombres.
El Gobernador dirigiéndose al Batallón Matamoros de la Guardia Nacional
para exhortarlos a la defensa de la capital del país, les confió, el 27 de mayo de
1847: “El mundo puede llenarse de vuestra fama; no dejeís escapar la ocasión de
atraernos sus miradas de benevolencia. Marchad, que vuestros votos os
52
Ibíd., p. 18. 53
Ibíd. p. 19. 54
OCAMPO, Melchor, Obras Completas, Op. Cit., p. 190-192.
acompañan, nuestras bendiciones os esperan; contad en todo con vuestro
amigo.”.55
Semanas después, el 10 de julio, mandó publicar pronunciamiento enérgico
del H. Congreso frente al avance de la invasión yanqui en el país y, los titubeos y
traiciones que el gobierno de Santa Anna fraguaba contra México. El Gobernador
hizo saber a todos los habitantes que:
“El Congreso del Estado de Michoacán (…) protesta ante la República y el
mundo, que jamás reconocerá cualquier tratado que sobre paz se haga con los
Estados-Unidos, sí préviamente no desocupan sus fuerzas todo nuestro territorio,
y si aquel Gobierno no reconoce nuestro derecho á la completa indemnizacion de
los males que nos ha causado.”.56 El decreto fue firmado por Francisco de Paula
Cendejas, Diputado Presidente; José Román, Diputado Secretario y José María
Castañeda, Diputado Secretario.
El 19 de agosto, ante la aproximación de las tropas invasoras al Valle de
México, Ocampo le dirigió una carta a su amigo, el diputado Mariano Otero (con el
que mantenía una importante y fluida correspondencia), para solicitarle
información cotidiana sobre los sucesos: “La inmediación de Ud. a Méjico y la
importancia de los sucesos que son de esperarse por la aproximación del enemigo
a aquella Capital, me hacen ocurrir a la bondad de U. para suplicarle se digne en
obsequio de la Patria, procurarme una o más veces al día y transmitir a este
55
OCAMPO, Melchor, El Gobernador del estado libre y soberano de Michoacán al batallón Matamoros de la guardia nacional, Morelia, 27 de mayo de 1847, en: SÁNCHEZ Díaz, Gerardo, “Michoacán…”, Op. Cit., p. 24-25. 56
OCAMPO, Melchor, El Gobernador del Estado de Michoacán, á todos sus habitantes, sabed: que…, Morelia, 10 de julio de 1847, en: SÁNCHEZ Díaz, Gerardo, “Michoacán…”, Op. Cit., p. 24.
Gobierno por los mozos que para ello se le presentarán con frecuencia, cuantas
noticias pueda recabar de la momentánea situación de dicha plaza.”.57
Una vez que las tropas yanquis ocuparon la capital del país, el Gobernador
hizo saber: “¡Michoacanos! con el más acerbo dolor os comunico que el enemigo
se ha apoderado de la capital de la República, y los restos de nuestro ejército han
replegádose a Querétaro; aunque ninguna constancia oficial tengo de ello, ya no
me es posible dudarlo. ¿Pero la capital es la República? La parte inerme que en
ella ha quedado se bate todavía con denuedo (…) ¡A las armas ciudadanos! (…)
reunamos nuestros últimos recursos y unidos (enfrentemos) al infame que nos
ultraja tan sólo porque se cree el más fuerte (…) ¡Independencia o muerte!”.58
Por su parte, el poder Ejecutivo de Michoacán decretó que: “reasumía el
ejercicio pleno de su soberanía, en lo concerniente a la administración pública y
que conservaría únicamente relaciones con los demás estados donde estuviera
presente la resistencia a la dominación extranjera.”.59
Ocampo se negó a reconocer los tratados de paz en tanto que el invasor no
abandonara el territorio nacional, renunció al gobierno, y en diversas partes de la
entidad, los grupos armados prosiguieron su guerrilla contra el ejército invasor. En
Naranja, el 24 de septiembre, hombres armados de Zacapu, se pronunciaron
57
OCAMPO, Melchor, Carta de Ocampo a Otero, Morelia, 19 de agosto de 1847, Obras Completas…, Op. Cit., p. 203. 58
El Gobierno del Estado de Michoacán, a sus habitantes, Morelia, Imprenta de Ignacio Arango, 18 de septiembre de 1847, citado por SÁNCHEZ Díaz, Gerardo, Michoacán frente a la intervención norteamericana, 1846-1847, en: HERRERA Serna, Laura (coordinadora), “México en guerra (1846-1848). Perspectivas regionales”, México, CONACULTA-Museo Nacional de las Intervenciones, 1997, p. 405. 59
OCHOA Serrano, Álvaro y SÁNCHEZ Díaz, Gerardo, Breve historia de Michoacán, Op. Cit., p. 117.
contra los ultrajes de los extranjeros y, otro grupo armado en Angangueo, reclamó
el retiro de la fuerza invasora.
El 5 de noviembre, el vicegobernador, Joaquín Ortiz de Ayala, emitió un
decreto: “En el caso de que el Honorable Congreso, á juicio de la Diputación
permanente, tenga que variar de residencia por las actuales circunstancias de la
guerra con el Norte, el lugar de la reunión será en el pueblo de Uruapan.”.60
El gobierno de Melchor Ocampo, mostró una sincera y firme determinación
de resistir al invasor y hacerles la guerra, para lo cual no sólo emitieron decretos,
impuso contribuciones extraordinarias y participó activamente en la medida de sus
posibilidades. No obstante, después vinieron los desacuerdos con los diputados
que llevaron al Gobernador a renunciar en medio de una crisis política.
Otros gobiernos mantuvieron también un posición contraria a un arreglo con los
conquistadores, como fue el caso del gobernador del Estado de México, Olaguíbel
y, los diputados locales, encabezados por el sabio Tomás Ramón del Moral, que
“… manifestaron que la causa de la guerra no es siquiera una cuestión de simple
acrecentamiento de territorios (..) es la pretensión de sujetarnos al carro de su
política, para que en lo de adelante no podamos hacer el más insignificante
arreglo, sin obtener el previo beneplácito de esa nación, exclusivamente
preocupada de intereses materiales (...) Esta guerra no es sólo la cuestión de
nuestra nacionalidad, sino la de todo el continente americano.”.61
60
ORTÍZ de, Ayala, Joaquín y GARCÍA, Carrasquedo de, Isidro (Secretario Interino), El Vice-gobernador del Estado de Michoacán,…, Morelia, 5 de noviembre de 1847, en: SÁNCHEZ Díaz, Gerardo, “Michoacán…”, Op. Cit. 61
JARQUÍN, María Teresa y HERREJÓN Peredo, Carlos, Breve Historia del Estado de México. Olaguíbel gobernador. Invasión del estado, México, Fideicomiso Historia de las Américas-Colemex-FCE, 1995. Las negritas son nuestras.
Resistencia Social Michoacana
En el Informe de Gobierno (enero de 1848) Ocampo dio cuenta de los gastos
extraordinarios del erario público para la “conducción de armas del Batallón
Matamoros” y del traslado de “Campanas de Puruándiro, Tacámbaro y Cuitzeo
para fundir cañones”.62 Tratando de equipar a los soldados, decidió que se
abrieran diversos establecimientos que iniciaron sus funciones el día 28 de abril de
1847, bajo la supervisión del Sr. Bernardino Loreto; dos oficinas para fundición,
una de carrocería, otra más de carpintería y herrería y, en octubre, una de
armería, bajo la dirección del Sr. Francisco Pastos. En poco tiempo, se fundieron
24 piezas (8 cañones de a dos; 8 cañones de montaña, 5 culebrinas, etc.), se
produjeron 1,561 balas, 3 turquesas para construcción de balas de fusil y 4 bujas
para las mesas de las ruedas del bombero.63 En la oficina de fundición: “Se
recibieron (…) 32 quintales 3 arrobas 15 libras de metal, de algunas iglesias de
esta capital, y de sus inmediatos pueblos, 51 quintales 2 arrobas 2 libras que
forman la suma de 84 quintales 1 arroba 17 libras.”.64
La mencionada oficina de carpintería, en su reporte señalaba que: “Se
construyeron 47 cajones, de los cuales veinte se pasaron al batallón Matamoros
para parque de fusil, y veintisiete para municiones de las piezas, tanto de las
culebrinas como de los cañones de a dos (…) Se construyeron también para el
espresado batallón, 200 piedras para ejercicio de fuego, un blanco, un cartabón
62
OCAMPO, Melchor, Memoria sobre el estado que guarda la Administración…”, Núm. 14. Estado Libre de Michoacán. Sección de Tesorería de la Administración. directora de Rentas Unidas (Egresos de junio a diciembre de 1847), Obras Completas, Op. Cit., 271. 63
OCAMPO, Melchor, Memoria sobre el estado que guarda la Administración…”, Núm. 19. Maestranza del Estado Libre de Michoacán. Oficinas de Fundición, Obras Completas, Op. Cit., 276. Se respeta textual el texto original, excepto que se indique lo contrario. 64
Ídem.
que se mandó al Gobierno, otro que se hizo para el anterior y otras varias
construcciones para su mismo servicio.”.65 En tanto que la oficina de armería,
reportó al Gobierno que: “Se construyeron dos llaves maestras, dos triángulos,
unas tijeras para recortar balas de fusil, y otras varias cosas para el servicio del
mismo batallón (…) Se han comprado cuarenta y tres bayonetas, y éstas se han
pasado al comandante de dicho batallón.”.66
Dio cuenta de los trabajos específicos: “En la fábrica de pólvora se han
fabricado 77 quintales y 3 arrobas de este efecto, y refinándose gran cantidad de
salitre; y a más de ciento veinte quintales de plomo, y cuarenta de pólvora, con
que el Gobierno del Estado auxilió a la división del Sr. Herrera en Septiembre del
año próximo pasado, se han labrado últimamente en sólo la capital 20 y pico de
quintales de balas de fusil, y construídose como unos 30 mil cartuchos,
continuándose tanto aquí como en el Departamento de Oriente esta especie de
preparativos.”.67
En los que hoy llamamos “Anexos” del Informe de Gobierno, en el rubro de
“Gastos Estraordinarios” (sic) se pueden leer los egresos relacionados con el
Batallón Matamoros de Morelia: “En conducción de armas del Batallón Matamoros
(015.3.00)… En idem. de Campanas de Puruándiro, Tacámbaro y Cuitzeo para
fundir cañones (006.0.00).”.68
Según el citado Informe, el gasto por cada batallón era de 8,093 pesos 1
real y, se tenían 6 batallones con 4,296 hombres; de 6,317 pesos 1 real cada uno
65
Ibíd., p. 277. Oficina de Carpintería. 66
Ibíd., p. 278. Oficina de Armería. Las negritas son nuestras. 67
Ibíd., 243-244. 68
Ibíd., p. 271. Núm. 14. Estado Libre de Michoacán. Sección de Tesorería de la Administración. Directora de Rentas Unidas (Egresos de junio a diciembre de 1847).
de los cuatro cuerpos de caballería con 1,240 hombres; de 1,858 pesos 1 real por
cada una de las dos compañías mixtas de artillería con 202 hombres; además de
los sueldos del General de Brigada, dos Coroneles de Infantería; jefe de la
caballería y el gasto ocasionado para mantener “cincuenta mulas a 3 reales diarios
cada una en 30 días”.69 Para un mes de gasto militar, el Estado michoacano
requería de 82,674 pesos y, 496,044 pesos en un semestre.
Estos datos constatan la voluntad del gobierno ocampista, para nutrir de
pertrechos y equipo a los soldados michoacanos en la guerra. Una guerra que
devoraba todo a su paso y, requería mucho más de lo que los michoacanos
pudieron dar.
Tras suscribirse, el 2 de febrero de 1848, el Tratado de Guadalupe
Hidalgo,70 mediante el cual se puso fin a la guerra de conquista, México perdió
más de la mitad de su territorio, el día 6, el gobierno provisional de la República
invadida, hizo saber a las entidades federativas, la conclusión de las pláticas de
paz a través del ministro de Relaciones Exteriores, donde se señala que:
“El Tratado de paz se someterá a la deliberación del Congreso Nacional, y
entretanto se logra la reunión de los representantes de la República, es muy
probable que un armisticio o suspensión de hostilidades haga cesar las
calamidades de la guerra, y alivie notablemente la dolorosa situación a que
69
Ibíd., p. 272. Núm. 15. Presupuesto General. 70
PLETCHER M. David, Treaty of Guadalupe Hidalgo, Handbook of Texas Online, 18 Jan 2008. Bibliografía en inglés: MILLER,Hunter, ed., Treaties and Other International Acts of the United States of America, 8 vols., Washington, GPO, (1931-48). PLETCHER M. David, The Diplomacy of Annexation: Texas, Oregon, and the Mexican War, Columbia, University of Missouri Press, 1973. LOCKHART Rives, George, The United States and Mexico, 1821-1848, 2 vols., New York, Scribner, 1913.
se hallaban sometidas las poblaciones de la República, que habían sido
invadidas…”.
Tras señalar que será publicado un documento explicativo de la situación,
se advierte que “Es ese documento verá la República cuán necesarios eran los
grandes sacrificios que la paz exige para salvar a toda costa el honor de nuestro
país, la unidad nacional, la independencia, y el Gobierno republicano federal bajo
el que se hallaba constituida.”.
Termina el documento oficial, con un llamado: “El excelentísimo señor
Presidente redoblará sus esfuerzos para que la reunión del Congreso Nacional se
acelere cuanto sea posible, y entretanto contando con la cooperación de las
legislaturas y Gobiernos de los Estados, empleará todas sus facultades
únicamente en mejorarse bajo todos los aspectos la suerte de los pueblos.”.71 A lo
cual, el gobernador de Michoacán, respondió mediante una misiva oficial, fechada
en Morelia el 11 de febrero de 1848: “… en contestación tengo el honor de
manifestar a Vuestra Excelencia que confío por los honrosos antecedentes de las
personas que componen el actual Gabinete, en que los Tratados de paz que se
han firmado no contengan ni en su parte pública ni en la secreta, si alguna
tienen, ninguna condición irritante que humille la soberanía de la República
o ataque su independencia.”.72 Ocampo no sabía, en esos momentos, de que se
había firmado una “condición irritante” que, en efecto, humillaba la Soberanía
71
ROSA de la, Luís (Ministro de Relaciones), El Gobierno de la Federación comunica, por conducto del Ministro de Relaciones, a los Gobernadores de los Estados, haberse firmado un Tratado en Guadalupe Hidalgo, que pondrá fin a la guerra, Querétaro, 6 de febrero de 1848, en: ESTRADA, Genaro (Director), “Algunos documentos…”, Op. Cit., pp. 366-367. 72
OCAMPO, Melchor, El Gobierno del Estado de Michoacán contesta la circular del 6 de febrero (1848), en: ESTRADA, Genaro (Director), “Algunos documentos… ”, Op.Cit., pp. 368. Las negritas son nuestras.
Nacional. El Tratado fue conocido por el Gobernador semanas después y “…
sabiendo que el Congreso no aprobaría su retirada del gobierno (era la tercera vez
que presentaba su renuncia), llamó al decano del Congreso, y le entregó el
mando, ‘porque no quería servir ni un día más a una Administración que iba a
tener que apoyarse en los enemigos naturales de la patria’. El 27 hizo los últimos
pagos pendientes (…) Ese mismo día, el Congreso aprobó el decreto No. 57,
aceptó la renuncia y designó a don Santos Degollado como gobernador
interino.”.73 Ocampo marchó con dirección a su hacienda y, poco después, volvió a
la política, al ser designado Senador de la República.
Meses después, el 13 de mayo, el gobierno michoacano respondió al
Ministro de Relaciones Exteriores, Luís de la Rosa: “Los michoacanos manifiestan
generalmente indignación por la conducta observada de parte del Gobierno de
Washington, y no se hayan conformes con la aprobación de condiciones
humillantes, onerosas, y que es de esperarse no satisfarán a la avaricia de
nuestros enemigos. Los michoacanos si se aprueban los Tratados de Paz,
tiemblan por su seguridad, porque pueden ser contratados en venta mañana que
obren iguales causas, como para la enajenación que se proyecta de los
californios, nuevo-mexicanos, chihuahuenses y taumalipecos; y tiemblan porque
no los pone a cubierto ni la santidad del juramento hecho sobre guardar la
Constitución, ni los vínculos de la confraternidad, ni los esfuerzos hechos en
propia defensa, sin auxilio de la Unión. Pero los michoacanos sensatos aguardan
el fallo del Soberano Congreso, y lo acatarán religiosamente si la mayoría de la
nación se conforma con él, y por lo que hace al Gobierno del Estado impedirá con
73
ARREOLA, Cortés, Raúl, Ocampo…, Op. Cit., p. 126-127.
mano fuerte todo conato que tienda a introducir el funesto influjo de la revolución
en las deliberaciones del Soberano Congreso.”.74 Don Melchor Ocampo, ya como
senador de la República, quizá no pensaba igual, pues no participó (para no
comprometerse) de las sesiones del Congreso cuando aprobaron los términos del
Tratado de Guadalupe Hidalgo, que aceptó la mutilación de la Nación.
Otras contribuciones
De diversas localidades y pueblos de Michoacán surgieron iniciativas para apoyar
económicamente la resistencia a la invasión estadunidense. Tales son los casos
que existe documentación como Chilchota y Huetamo.
El párroco de Chilchota remitió la cantidad de 6 pesos para apoyar los
gastos de la resistencia a la invasión, lo mismo el de Huetamo,75 Don
Buenaventura Solís, también remitió 15 pesos como préstamo al gobierno para
que financiar los gastos de la guerra.76 Diversas cofradías prestaron dinero para la
guerra.77
74
SANTOS, Degollado, El Gobierno del Estado de Michoacán contesta la nota del Ministro de Relaciones del 7 de febrero (1848), en: ESTRADA, Genaro (Director), “Algunos documentos… ”, Op. Cit., pp. 394-395. 75
Archivo Histórico Casa de Morelos INAH MICHOACÁN en adelante (AHCM). Chilchota, 1847. Carta dirigida al señor provisor donde el párroco del pueblo le comunica sobre los seis pesos que remite su parroquia como contribución para la guerra actual. D/J/Correspondencia/Provisor/Siglo XIX/0618/C 657/Exp. 218/Fs 1. Ref. antigua: Legajo 8 Negocios Diversos 1847. 76
AHCM. Huetamo 1848. Carta dirigida al señor provisor donde el párroco don Buenaventura Solís le informa que remite quince pesos para el préstamo al supremo gobierno. D/J/Correspondencia/Provisor/Siglo XIX/0618/C 657/Exp. 226/Fs 1. Ref. antigua: Legajo 10 Negocios Diversos 1848. 77
AHCM. Pecuniaria siglo XIX. S/L, 1846. Cuenta de la contribución de las cofradías para el préstamo asignado a la diócesis para la guerra. D/J/Pecuniaria/Ingresos y egresos/Siglo XIX/0622/C 664/Exp. 8/Fs 8. Ref. Ant. Legajo 8 Negocios Diversos 1847.
No fueron los únicos casos. Tenemos la triste historia, más bien trágica, del
Padre Celedonio Domeco Jarauta78 y su compañero, también padre español, José
Antonio Martínez. Jarauta, español, padre, guerrillero, resistió a los conquistadores
por los caminos de Veracruz y, se negó a entregar las armas, tras las
negociaciones de paz en 1848, para ser fusilado por disposición de Anastacio
Bustamante y, más tarde, revalorado por López de Santa Anna en su último
retorno en 1853.
Antonio García Cubas definió al Padre Jarauta, con claridad:
“La fama y popularidad del padre Celedonio Domeco Jarauta, el hombre
que nunca, jamás, aceptó la derrota; el hombre que se tragó su propia
muerte a cucharadas, gota a gota, a sorbos; el hombre que apuró su cáliz
sin quejarse.”.79
Guillermo Prieto lo recordaba bajo de cuerpo y robusto, constantemente
rasurado, dejando adivinar una barba recia y oscura. Su nariz era aguileña y sus
ojos foscos y encapotados. El Padre peleó en su país, España, por la causa de
Carlos (Primera Guerra Carlista o Guerra de los Siete Años) y, luego se embarcó
para América, donde arribó al puerto de Veracruz en 1844 procedente de La
Habana. Secularizado se trasladó a una parroquia de Puebla y, posteriormente, lo
encontramos en el convento de la Merced en Veracruz. Durante la conquista
78
Nacido en Zaragoza, España, en 1814 y fusilado en Guanajuato en 1848. 79
Sobre el Padre Jaurata, véase: MOLINA Álvarez Daniel, La pasión del padre Jarauta, México, Colección Tu ciudad, Arte y Literatura, 1999, 189 pp; SOTO Páez Ernesto, Jarauta: Recuperación histórica. Reseña, Etcétera. Política, Cultura en Línea, México, 2000; ¿Dónde está el padre Jarauta? (Celedonio Domeco de Jarauta, héroe militar; México), México, revista Proceso, 19 de diciembre de 1999; MOLINA Mauricio, La Invasión, de Ignacio Solares, Revista Letras libres, México, diciembre de 2005; SÁNCHEZ Hernández, Alberto, El Padre Jarauta, Relatos e Historias en México, México, año I, Núm. 9, mayo 2009; REID, Mayne (Capitán), El Fusil Rangers. Capítulo XLVIII. Padre Jarauta, Londres (primera edición 1850), Blackie & Son, Ltd., Londres, Glasgow y Dublín, 1905, 231 pp.
estadunidense, combatió el desembarco de las tropas de General Scott y colaboró
en un hospital del puerto, asimismo, organizó una guerrilla que hostigó a las tropas
en el trayecto a la capital de la República.
En uno de sus ataques guerrileros, en Huamantla (Tlaxcala), cayó en
combate Sam Hamilton Walker (Sam),80 el temible Texas Ranger.81 Durante la
resistencia septembrina en el Valle de México, según el recuerdo de Antonio
García Cubas, el fraile como él le llamaba, se le vio combatiendo al mando de un
pelotón a los invasores.
En abril de 1848, desde Lagos de Moreno (Jalisco), se pronunció por
continuar la resistencia a los conquistadores y desconocer al gobierno instalado en
Querétaro. Su pronunciamiento fue apoyado por el ex presidente Mariano Paredes
Arrillaga y Manuel Doblado (1818-1864).82 El Padre Jarauta fue capturado por las
80
Según el sitio oficial de los Rangers, Sam, nació en Maryland en 1815, se mudó a Texas en 1836 y murió en Huamantla (Tlaxcala, México) en 1847. Se alistó en la Jack Hays' Company of Rangers de San Antonio hacia 1836. Durante la “Guerra de México”, sirvió al Ejército de Taylor y más tarde estuvo con el General Winfield Scott. En 1847, con Samuel Colt inventaron el revólver Walker Colt. Traducción propia. Puede consultarse en: http://www.texasranger.org 81
Texas Rangers (Rancheros de Texas): cuerpo especial creado oficialmente por el gobierno Texas en 1835, aunque inició sus trabajos en 1823. Contaba con 3 compañías equipadas de 100 hombres; su arma predilecta era el revólver de 6 tiros. También utilizaban rifles, lazos y cuchillos curvos, y diestros en rastreo y lucha. Los Rangers hacen cumplir la ley y el orden en Texas desde 1823. Participaron activamente en la defensa de El Álamo. En la actualidad, los Texas Rangers forman una división policial del Texas Department of Public Safety. De acuerdo con la legislación texana, hay 116 Rangers, organizados en 6 compañías: Waco, Houston, Midland, Garland, Lubbock y San Antonio, con una central administrativa en Austin. Famosos por la alta capacidad y el arrojo de sus investigadores, los Rangers son todo un símbolo para los texanos. 82
Manuel Doblado. Nació el 12 de junio de 1818 en San Pedro Piedra Gorda (Guanajuato). De profesión abogado. A su 28 años fue electo gobernador constitucional de su estado natal (no pudo tomar posesión del cargo al no cumplir con el requisito de edad mínima). Electo como diputado en 1847, se opuso al Tratado de Guadalupe Hidalgo. Se unió al Plan de Ayutla contra Santa Anna y designado gobernador interino de Guanajuato por el presidnete Ignacio Comonfort. Reelecto para el perídod de 1857-1861. En 1862, se integró al gabinete de Benito Juárez y nombrado ministro de Relaciones Exteriores, como tal, firmó los Tratados de Soledad con Francia, España e Inglaterra, Durante la invasión francesa, renunció a su cargo y tomó las armas luchando en la sierra de Querétaro contra los invasores. De noviembre de 1863 a enero de 1864, fungió como gobernador y comandante militar de Jalisco. Se exilió en Estados Unidos, donde murió en 1865 en Nueva York. Ciudad Manuel Doblado, Guanajuato, lleva su nombre en su honor (ciudad que tuvo otros
tropas de Bustamante el 18 de julio de ese mismo año, quien ordenó su inmediato
fusilamiento a las 7 de la mañana cerca de la Mina de San José La Valenciana83
(Guanajuato).84
nombres, Piedra Gorda (1681-1693); San Pedro Piedra Gorda (1693-1899) y Ciudad Manuel Doblado desde 1899, por el Decreto Número 46 de la Legislatura del Estado). 83
Mina de plata descubierta por Diego de Valenciano en 1557, un año después se encontró la legendaria Veta Madre. Tras unos años de abandono, en 1760, don Antonio de Obregón y Alcocer reinició su explotación. La apertura del tiro general de San José de La Valenciana se inició en 1791 y terminó en 1816, el cual sería incendiado el 25 de octubre de 1817 por soldados del general Francisco Javier Mina. En la actualidad, la mina de La Valenciana pertenece a la Sociedad Cooperativa Minera Metalúrgica Santa Fe de Guanajuato y se permite la visita a la bocamina y primer tramo de la mina. 84
SÁNCHEZ Hernández, Alberto, El Padre Jarauta, Relatos e Historias en México, México, año I, Núm. 9, mayo 2009, p. 55-57.