Pensando la educación desde la perspectiva del desarrollo humano

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Pensando la educación desde la perspectiva del desarrollo humano Por Ivy Lou Green 1 Pensar la educación desde las tendencias y sus avances actuales requiere múltiples miradas, para mencionar algunas: desde la psicología y sus teorías del aprendizaje, la neurobiología, sociología, epistemología, antropología, o la neurociencia, entre otras. Cuando nos preguntamos por la educación hoy, por su situación y sus perspectivas, aparecen una serie de preguntas que nos ponen frente a la complejidad que caracteriza el sistema y las dinámicas educativas contemporáneas: ¿Cuáles deben ser los aspectos mínimos a ser contemplados para la formación de un ciudadano en el mundo actual? ¿Cómo deben entenderse hoy en día los problemas asociados con el alfabetismo? ¿Aseguran los procesos educativos formales el tipo de preparación que requiere un individuo para desenvolverse en el mundo contemporáneo? Un punto de partida puede ser la educación para el desarrollo humano, y es por eso que en esta oportunidad, propongo una reflexión acerca de la necesidad de repensar la educación en la perspectiva del desarrollo humano. Es preocupación legítima y en todos los tiempos ha sido, pensar acerca de ¿Qué es la educación? ¿para qué educar?¿cómo concretar las intenciones formativas? Los cambios producidos en el escenario mundial y la experiencia poco satisfactoria de políticas de desarrollo, que han producido un mundo tan desigual, llevan a plantear las preocupaciones por una educación que permita mejoras, una educación para el desarrollo en la humanidad de las personas hasta ahora menos favorecidas. Repensar el tema es obligatorio, pues desde siempre el ser humano ha sido el sujeto de la educación, la perspectiva humanista nos coloca frente a la necesidad de revisar los logros, resultados y consecuencias de la situación del ser humano frente a su calidad de vida. Hoy por hoy, el gran problema se manifiesta en las grandes desigualdades que hay en el mundo en cuanto a la calidad de vida 2 de sus habitantes 1 Presentado como miembro del Grupo de trabajo Académico Internacional en el Seminario Internacional Tendencias Educativas a comienzos del Siglo XXI 2 La calidad de vida es un concepto difícilmente expresable únicamente en términos económicos, es precisamente esa complejidad e implicación en aspectos humanos y culturales lo que la convierte en uno de los factores más importantes de este siglo XXI.

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Pensando la educación desde la perspectiva del desarrollo

humano

Por Ivy Lou Green 1

Pensar la educación desde las tendencias y sus avances actuales requiere múltiples

miradas, para mencionar algunas: desde la psicología y sus teorías del aprendizaje, la

neurobiología, sociología, epistemología, antropología, o la neurociencia, entre otras.

Cuando nos preguntamos por la educación hoy, por su situación y sus perspectivas,

aparecen una serie de preguntas que nos ponen frente a la complejidad que

caracteriza el sistema y las dinámicas educativas contemporáneas: ¿Cuáles deben ser

los aspectos mínimos a ser contemplados para la formación de un ciudadano en el

mundo actual? ¿Cómo deben entenderse hoy en día los problemas asociados con el

alfabetismo? ¿Aseguran los procesos educativos formales el tipo de preparación que

requiere un individuo para desenvolverse en el mundo contemporáneo? Un punto de

partida puede ser la educación para el desarrollo humano, y es por eso que en esta

oportunidad, propongo una reflexión acerca de la necesidad de repensar la educación

en la perspectiva del desarrollo humano.

Es preocupación legítima y en todos los tiempos ha sido, pensar acerca de ¿Qué es la

educación? ¿para qué educar?¿cómo concretar las intenciones formativas? Los cambios

producidos en el escenario mundial y la experiencia poco satisfactoria de políticas de

desarrollo, que han producido un mundo tan desigual, llevan a plantear las

preocupaciones por una educación que permita mejoras, una educación para el

desarrollo en la humanidad de las personas hasta ahora menos favorecidas.

Repensar el tema es obligatorio, pues desde siempre el ser humano ha sido el sujeto

de la educación, la perspectiva humanista nos coloca frente a la necesidad de revisar

los logros, resultados y consecuencias de la situación del ser humano frente a su

calidad de vida. Hoy por hoy, el gran problema se manifiesta en las grandes

desigualdades que hay en el mundo en cuanto a la calidad de vida2 de sus habitantes

1 Presentado como miembro del Grupo de trabajo Académico Internacional en el Seminario Internacional

Tendencias Educativas a comienzos del Siglo XXI

2 La calidad de vida es un concepto difícilmente expresable únicamente en términos económicos, es

precisamente esa complejidad e implicación en aspectos humanos y culturales lo que la convierte en uno de

los factores más importantes de este siglo XXI.

según regiones, verdades evidentes pero que se divulgan y se introducen en el

debate político a partir de 1990 en el llamado Índice de Desarrollo Humano3 y que

permite hacer estudios comparativos tanto entre países como al interior de los países.

A juicio de Ignacio Ramonet (s.f.), "este es un mundo escandalosamente desigual y

querer cambiarlo no es querer atacar molinos de viento, sino atacar las desigualdades

que están construidas de tal manera que nosotros podemos modificarlas". Una de las

posibilidades es precisamente la educación pertinente y de calidad pensadas en el

marco de la educación para el desarrollo humano.

Educación para el desarrollo humano

Es necesario conocer su evolución conceptual y los factores que lo determinan, según

desde donde se vea, existen distintas interpretaciones. Las mismas dependen del

sentido que se atribuya a las dos palabras clave que componen el enunciado:

educación y desarrollo, cuyo significado cambia dependiendo dónde, desde donde y en

qué momento (categorías de espacio-tiempo) nos situamos.

El concepto de desarrollo en su origen tiene una connotación esencialmente

económica, atribuido a los economistas clásicos quienes llaman desarrollo al

crecimiento económico que experimenta un país, sin embargo es necesario tomar

distancia y adherirse al concepto de desarrollo sostenible4 definido por la Comisión

3 El Índice de Desarrollo Humano (IDH) es una medición elaborada por el Programa de las Naciones Unidas

para el Desarrollo (PNUD). Dicha medición se basa en un índice estadístico compuesto por tres

dimensiones:una vida larga y saludable medido según la esperanza de vida al nacer; la educación, medida

por la tasa de alfabetización de adultos y la tasa bruta de combinada de matriculación en educación

primaria, secundaria y terciaria. nivel de vida digno, medido por el PIB per Capita (PIB en USD).

La historia del Índice de Desarrollo Humano comienza a partir de la necesidad de analizar otros elementos

que no fueran puramente económicos como expresión del bienestar social.El sistema para obtener este

índice fue modificado en 1995 y en 1999, introduciéndose matizaciones en busca de resultados más fiables.

Aun existen algunas consideraciones no contempladas, como las disparidades económicas en el seno de un

país (cuando se analiza a nivel estatal), o la no consideración de variables relativas a la libertad política, las

condiciones de trabajo, el disfrute de tiempo libre o la sostenibilidad del medio ambiente y otros de acuerdo

a cada sociedad.

4 El origen de la expresión de desarrollo sostenible se encuentra en el Informe Brundtlan (Nuestro futuro común) que fue el documento base de la Conferencia Mundial sobre Desarrollo y Medio Ambiente celebrada en Río de Janeiro en 1992.

Mundial del Medio Ambiente y del Desarrollo de 1988 como “aquél que satisface las

necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las

generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”. Complementa este

concepto la propuesta de Bob Sutcliffe que sugiere la fusión de dos objetivos

deseables, como son el desarrollo humano y la sostenibilidad, lo cual sugiere una

redistribución en el caso del desarrollo humano, hacia la población marginada actual,

y, en el de la sostenibilidad, hacia las generaciones futuras.

A la pregunta por el tipo de desarrollo que deseamos impulsar sobreviene sin dilación

la pregunta por el tipo de educación que somos capaces de ofrecer y difundir. No cabe

duda que la educación es una condición necesaria más no suficiente para el desarrollo

económico, social y cultural de las personas y de los pueblos, “ la educación es una

fuerza impulsora del desarrollo social cuando forma parte de una política general de

desarrollo y puestas en práctica en un marco nacional propicio” (Urzúa y otros,1995).

Se deja de lado la educación concebida como capacitación de fuerzas productivas para

comprometerse con los preceptos de la Educación de Calidad como derecho humano,

social y como bien público. (Blanco y otros,2007)

No existe una definición única y exclusiva de lo que es la Educación para el Desarrollo,

pero siguiendo a Caballero, se deja por sentado que el interés en esta propuesta es la

potenciación de la persona como ser humano con derecho a una vida noble y digna,

donde , “la Educación para el Desarrollo parte de una transformación de nuestra forma

de actuar y entender el proceso enseñanza-aprendizaje para que nos acerque a un

mundo más justo y solidario” (2004:4)inspirrados en una teoría y práctica

de carácter humanista, constructivista y emancipadora que sirva de marco para la

elaboración de una pedagogía orientada a la promoción del desarrollo humano

En cuanto a educación, hay una importante verdad antropológica insinuada en el

empleo de la voz “humano”. Savater señala que “los humanos nacemos siéndolo pero

no lo somos del todo hasta después, […] solo llegamos plenamente a serlo cuando los

demás nos contagian su humanidad a propósito […] y con nuestra complicidad

(Savater,1997:22). Es ese precisamente el rol de la escuela y de la educación,

preparar al ser humano para ser cada vez mejor y con las capacidades suficientes para

tener una vida plena y saludable.

Sin embargo ¿qué estamos haciendo mal? ¿por qué no se logra el propósito de mejorar

la calidad de vida de todos los seres humanos sobre el globo terráqueo si estas teorías

datan de mucho tiempo atras? Si las convenciones y foros mundiales promovidos por

UNESCO vienen llamando la atención sobre ello desde Jomtiem 1990, y lo que se ve es

que cada vez se van postergando las metas. Rosa Ma. Torres (2010), nos ubica justo

en el punto sensible de esta reflexión ¿Qué pasó en el Foro Mundial Dakar 2000? y en

otros eventos similares posteriores. Algunas limitantes observadas en estos procesos

son entre otros,

El carácter exógeno de las iniciativas planteadas,

Se apuesta al crecimiento económico, sin tomar en cuenta, que el crecimiento

no basta, mientras no se modifique la distribución del ingreso y persista la

concentración de la riqueza en pocas manos ..

Se elude a la reflexión y la crítica en torno a los cambios mayores que habría

que introducir… en los modos de pensar y encarar la política educativa, la

reforma educativa, la cooperación internacional. pero más que eso

La falta de comprensión acerca de la naturaleza de los problemas de rezago y

de pobreza, y de las vías idóneas para encararlos,

No se define con claridad los mecanismos de ejecución y seguimiento a las

estrategias de reducción de la pobreza.(EPT).

Torres, señala “la reforma educativa no puede hacerse vertical ni tecnocráticamente, ni

desde el organismo internacional ni desde el gobierno nacional. Desarrollar y cambiar

la educación requiere el respaldo y la participación activa de los directamente

involucrados y de la ciudadanía en general …no hay agencia ni declaración

internacional capaz de asegurar la voluntad de los gobiernos… este es asunto interno

de cada país” (Torres, 2000). Esto es precisamente el mensaje que se desea dejar el

día de hoy.

Desde esa mirada, la educación para el desarrollo, se percibe como una fuente de

posibilidades y crecimiento, supone la formación integral de las personas, los grupos y

las comunidades, donde se presta especial atención a experiencias socio-afectivas, la

comprensión crítica del mundo, un desarrollo de actitudes y prácticas favorables en la

valoración de las diferencias individuales, la participación activa y creativa y la

capacidad de transformar la situaciones adversas. Se busca, según Caballero,

lograr una transformación social que nos acerque a un mundo más justo y

equitativo, hacia el compromiso y la acción que debe llevarnos a tomar

conciencia de las desigualdades planetarias existentes en el reparto de la

riqueza y del poder, de sus causas, consecuencias y de nuestro papel en el

esfuerzo por construir unas estructuras más justas (Caballero, 2004:4).

El gran reto es construir una educación para ser, y para transformar. Se requiere pues

un nuevo modelo de educación, cuyas principales fuentes teóricas y metodológicas las

podemos encontrar en:

− La perspectiva humanista, basado en el diálogo y la convivencia, que construya

la escuela-comunidad, preocupada por la justicia, abierta al entorno y al

mundo. “La afirmación del humanismo, no tanto como una corriente

contemplativa y compasiva, sino como una fuerza de acción y colaboración es,

realmente, un imperativo de nuestro tiempo. Es una precondición de

supervivencia de la humanidad” (Gorbachov&Sepulveda,1996:6). La educación

humanista llama la atención hacia la libertad y la responsabilidad, se basa en

una relación de respeto a la persona, invita a partir siempre de las

potencialidades y necesidades individuales de los estudiantes y crear y

fomentar un clima social que permita la acción comunicativa que nos ilustrara

Habermas (1987)y que permite el fortalecimiento social y cultural y la identidad

personal.

− La corriente de la Educación Popular (Paulo Freire), quien propone el empleo de

la educación para desarrollar la libertad de las personas.

− La pedagogía crítica (Henry Giroux, Michael Apple, Peter McLaren), propone una

perspectiva educativa de liberación y la transformación social, analizar

críticamente sus respectivas funciones sociales y situaciones personales (las

relacionadas con la educación), para mejorarlas substancialmente.

− El modelo constructivista del aprendizaje (Piaget, Vigotsky, Luria, Ausubel,

Novak, Bruner),que propone el fortalecimiento de capacidades individuales,

prácticas de aprendizaje colaborativo y el aprendizaje autónomo.

− El modelo de investigación-acción participativa (Lewin, Carr, Kemmis), que

propone el análisis crítico de la propia práctica. Como un recurso básico de la

pedagogía crítica, es definida como una forma de búsqueda e indagación

realizada por los participantes acerca de sus propias circunstancias. Es, por lo

tanto, autorreflexiva.

− El pensamiento complejo de Morin (1999), muy inspirador para pensar la

educación en nuestros tiempos. En particular dicho autor propone siete

principios esenciales, entre las que se destacan:

La necesidad de un conocimiento pertinente, se hace necesario debido a la rapidez

con que cambian muchas cosas en nuestro alrededor, los cambios fundamentales

de nuestros estilos de vida y nuestros comportamientos y además por lo

imprevisible de esos cambios.

Enseñar la condición humana. Señala la importancia de conocer y comprender que

el ser humano es una unidad compleja, que es a la vez físico, biológico, síquico,

cultural, social, histórico, “ es esta unidad compleja de la naturaleza humana la que

está completamente desintegrada en la educación a través de las disciplinas y que

imposibilita aprender lo que significa ser humano” (Morin, 1999, pág. 2) por lo que

es necesario el abordaje transdisciplinario para comprender la unidad y diversidad

humana.

Enseñar la identidad terrenal. Manifiesta la necesidad de vernos como ciudadanos

del mundo, nuestro planeta y sus problemas, de las interconecciones entre lo

nacional y lo internacional que afecta nuestras vidas y la de los demás.

Enfrentar las incertidumbres. Las ciencias no solo han enseñado certezas, también

han revelado incertidumbres. Es necesario desarrollar capacidades para esperar y

afrontar lo inesperado. “Es imperativo que todos aquellos que tienen la carga de la

educación estén a la vanguardia con la incertidumbre de nuestros tiempos” (Morin,

1999, pág. 3).

Enseñar la comprensión. Preparar al ser humano para que sea capaz de

comprender, dice (Morin, 1999, pág. 3) “la comprensión es al mismo tiempo medio

y fin de la comunicación humana”, la comprensión mutua para las relaciones

humanas y para estudiar las incomprensiones entre seres humanos y la educación

para la paz.

La ética del género humano. La ética debe formarse en las mentes a partir de la

conciencia de que el humano es al mismo tiempo individuo, parte de una sociedad,

parte de una especie. Una triple realidad que implica la toma de conciencia y la

voluntad de un comportamiento que armonice las autonomías individuales, las

participaciones comunitarias y la conciencia de pertenecer a la especie humana y

de realizar la ciudadanía terrenal.

Los contenidos en la Educación para el desarrollo humano

Desarrollar la comprensión de los problemas del ser humano, las relaciones inter e

intrapersonales hacia el desarrollo , hace necesario, que por un lado se estudie el

desarrollo mismo, las diversas concepciones de desarrollo, causas y consecuencias de

las desigualdades, y por otro, desarrollar una práctica coherente con la concepción de

educación como estrategia potenciadora del ser humano. Conlleva a una práctica

activa y creativa , un proceso de enseñanza- aprendizaje interactivo y recíproco. a ED

reconoce a las personas como su principal fuente de acción, convirtiéndolas en sujetos

transformadores y en ciudadanos globales y responsables ante un presente y un futuro

digno para todos. Se trata según Argibay, Celorio, G. y Celorio, J. (1997) que:

◦ el/la docente oriente sus tareas hacia otra multidireccional que suponga

una construcción dinámica de los saberes, las habilidades y las actitudes.

◦ Pretende que el alumnado incorpore un pensamiento crítico con respecto

a la realidad local-global en la que está inmerso, a través del análisis de

las fuerzas estructurales e ideológicas que condicionan su vida, y que

participe activamente en su proceso de aprendizaje.

Supone una formación integral de las personas, los grupos y las

comunidades, através de la experimentación socio-afectiva que lleva a

una comprensión crítica del mundo, un desarrollo de actitudes y

prácticas sin prejuicios hacia la diferencia.

Todo lo planteado demanda asumircompromisos con temas centrales y de actualidad

para comprender y transformar nuestro mundo globalizado desde los enfoques del

Desarrollo Humano.

1. Educar para la identidad

Destacar el valor de ser uno mismo, reconocer nuestros valores y nuestra propia

identidad, nuestro potencial como personas y como miembros de una comunidad.

2. Participación y democracia El concepto de participación alude al proceso por el que

las comunidades y/o diferentes sectores sociales influyen en los proyectos, en los

programas y en las políticas que les afectan, implicándose en la toma de decisiones

y en la gestión de los recursos. Existen dos formas de concebirla; una como medio

para conseguir mejores resultados y mayor eficiencia en los proyectos y otra como

fin en sí misma, ligada a la idea de fortalecimiento democrático. Es en este

segundo sentido como la entenderemos; como proceso de empoderamiento, que

mejora las capacidades y el estatus de los grupos vulnerables, a la vez que les dota

de mayor control e influencia sobre los recursos y procesos políticos.

3. Educación para la equidad e igualdad

Equidad e igualdad son dos principios estrechamente relacionados, pero distintos.

El aumento de las desigualdades en nuestro planeta en el acceso de los países y las

personas al uso y disfrute de los recursos, lleva a plantear los objetivos de equidad

como sustanciales al desarrollo. La equidad introduce un principio ético o de justicia

en la igualdad.” Una sociedad que aplique la igualdad de manera absoluta será una

sociedad injusta, ya que no tiene en cuenta las diferencias existentes entre

personas y grupos. Y, al mismo tiempo, una sociedad donde las personas no se

reconocen como iguales, tampoco podrá ser justa. Por otro lado es necesario

analizar las formas de exclusión simbólicas. Y trabajar las tres dimensiones de

educación inclusiva: políticas, culturas y prácticas” Celorio y López, 2007).

4. Educación para la igualdad de género.

La concepción Género en el Desarrollo está basada en el reconocimiento de las

relaciones de poder y de conflicto existentes entre hombres y mujeres para

entender la subordinación de éstas. De esta manera, la perspectiva de género,

además de ser una herramienta de diagnóstico y una metodología indispensable

para el ciclo del proyecto, tiene un componente político e ideológico,

transformador. Trata de influir en la producción de cambios sociales hacia la

consecución de una mayor equidad entre los géneros.

5. Educación Intercultural

El concepto de interculturalidad nos remite a la idea de diversidad cultural, al

reconocimiento de que vivimos en sociedades cada vez más complejas donde es

necesario posibilitar el encuentro entre culturas. La interculturalidad requiere

análisis rigurosos que favorezcan la compresión de los conflictos que

necesariamente surgen en este contexto (riesgo de asimilación, de pérdida de

identidad cultural, de marginación social...) y que aporten elementos para definir

políticas críticas capaces de enfrentar lo que constituyen los auténticos obstáculos

en este camino: la injusticia y la desigualdad.

6. Educación para la paz y derechos humanos

Como estrategias para la resolución de conflictos. Los procesos sociales dentro de los

cuales se inscriben tanto las relaciones interpersonales como las intercomunitarias son,

por definición, conflictivos. Desde este punto de vista el conflicto no tiene por qué ser

negativo si lo interpretamos como una confrontación de intereses, pautas culturales o

estrategias politicas. Sin embargo, no se puede obviar la existencia de enfrentamientos

que derivan en estrategias violentas y generan conflictos de baja y alta intensidad. La

educación para la paz, basada en estrategias de resolución de conflictos y las

propuestas de reconstrucción post-bélica son herramientas necesarias para la

superación de estas situaciones.

7. Educación ambiental

Practicar el respeto por el medioambiente. La sobreexplotación de los recursos

naturales compromete el desarrollo de los países y el futuro de las nuevas

generaciones. Estudiar las diferencias entre recursos renovables y no renovables y

el uso saludabel de los recursos. Generar la conciencia que nuestro planeta no

tiene una capacidad ilimitada de sostenibilidad y como debemos protegerlo.

8. Educación para la ciudadanía global

Generar identidad de ser humano, pertenciente a una especie que vive en una

misma comunidad de destino: nuestro planeta tierra. Fortalecer valores, actitudes

y destrezas que acrecienten la autoestima de las personas, capacitándolas para ser

más responsables de sus actos. Darse cuenta de que las elecciones que se toman

en los planos individual y colectivo tienen repercusiones a nivel global, en el mundo

de hoy y en el mundo de mañana.

En cuanto a metodologías resulta de mucha importancia romper las barreras que la

escuela establece al aprendizaje, a la particpacion del alumnado y de la comunidad; la

Educación para el Desarrollo suele tener una metodología holística de aprendizaje,

desde planteamientos trasdisciplinarios, que primero sensibiliza e informa de la

situación mundial, posteriormente forma hacia la reflexión, el análisis y la crítica,

conciencia ante la responsabilidad, los derechos y los deberes y se compromete hacia

la transformación social y hacia la participación y movilización (MAEC, 2007: 19-20).

Para ello es necesario crear redes que pongan en común buenas prácticas educativas,

coordinar iniciativas con los agentes educativos , tanto a nivel formal, no formal e

informal para un adecuado apoyo en la superacion de las dificultades.

Conclusión

La educación para el desarrollo representa un gran reto paralos educadores del siglo

XXI, reconocemos en la Educacion está la fuerza, la educación –en su sentido más

amplio- juega un papel preponderante. La educación es “la fuerza del futuro”, porque

ella constituye uno de los instrumentos más poderosos para realizar el cambio. Pero

primero los educadores debemos cambiar desde las enseñanzas de Edgar Morin y

educar para la complejidad, las incertidumbres, la condición humana y la ciudadania

local y global, afirmar en la práctica los valores de interdependencia y solidaridad,

desplegar el potencial dde la comunidad educativa como eje de transformación de la

sociedad.

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