Oviedo y el tránsito de los siglos XV al XVI: de la ciudad medieval a la capital moderna

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PRINCIPADO DE ASTURIAS REAL INSTITUTO DE ESTUDIOS ASTURIANOS (CECEL) BOLETIN DE LETRAS DEL REAL INSTITUTO DE ESTUDIOS ASTURIANOS N.º 170 AÑO LXI OVIEDO 2007 Julio Diciembre

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P R I N C I P A D O D E A S T U R I A S

REAL INSTITUTO DE ESTUDIOS ASTURIANOS(CECEL)

BOLETIN DE LETRASDEL REAL INSTITUTO

DE ESTUDIOS ASTURIANOS

N.º 170

AÑO LXI OVIEDO 2007JulioDiciembre

I.S.S.N. 0020-384XDepósito Legal: AS-43-1958

Imprime: Baraza. Oviedo

SUMARIO

Págs.

El concepto de España en el Reino de AsturiasArmando Besga Marroquín .............................................................................................................. 7

Oviedo y el tránsito de los siglos XV al XVI: de la ciudad medieval a la capital modernaMaría Álvarez Fernández .................................................................................................................. 19

Una memoria reencontrada del siglo XVI: la lauda sepulcral de Mendo Alonso de NocedaJosé A . Á lvarez Castrillón ................................................................................................................ 47

Los monasterios benedictinos asturianos en el siglo XVIIElviro Martínez Fernández ................................................................................................................ 63

El Monasterio de Santa María la Real de las Huelgas de Avilés y la familia CerecedoMaría Josefa Sanz .............................................................................................................................. 71

Trayectoria histórica de los estudios de Paleografía y Diplomática en AsturiasMiguel Calleja Puerta ........................................................................................................................ 91

Una breve historia de la música en la Universidad de OviedoMaría Sanhuesa Fonseca .................................................................................................................. 125

“Las guarderías del polígono de Otero (Oviedo): un ejemplo de arquitectura social de los años setentaJuan Carlos Aparicio Vega ................................................................................................................ 145

Arte general de Grangerías (1711-1714) de Fr. Toribio de Santo Tomás y PumaradaJosé A . Á lvarez Castrillón ................................................................................................................ 161

Memoria de Actividades curso 2006-2007........................................................................................ 165

RESUMEN: En la noche de la Navidad de 1521, los vecinos de Oviedo sufrían las catastróficasconsecuencias de un incendio devastador, originado en una de las casas de la céntrica callede Cimadevilla, quedando destruida la ciudad en menos de cinco horas. En relación coneste suceso y con otros aspectos igualmente interesantes de la vida local, el texto que edi-tamos y analizamos proporciona una información de primera mano para el conocimientode la vida urbana ovetense en el umbral de la modernidad. Su contenido, además, ha sidocontrastado con otras fuentes documentales, de procedencia real y concejil, de los añosanteriores y posteriores al incendio, a partir de las cuales hemos podido rescatar algunosde los aspectos más trascendentes de Oviedo en un momento especialmente significativode su evolución: el que se sitúa en el gozne cronológico que marca la soldadura de lossiglos XV y XVI y, en definitiva, el tránsito de la ciudad medieval a la ciudad modernapor mucho que, todavía durante muy largo tiempo, en ciertos aspectos incluso hasta lashondas transformaciones de los decenios finales de la decimonovena centuria, la herenciamedieval continuase caracterizando la trama urbana de la capital asturiana.

SUMMARY: On the night of Christmas 1521, Oviedo’s neighbors suffered the catastrophic con-sequences of a devastating fire, which originated in one of the houses on the street inCimadevilla, destroyed the city in less than five hours. In connection with this event andother equally interesting aspects of local life, the text we edit and analyze provides infor-mation first-hand knowledge of urban life on the threshold of modernity. Its content hasalso been contrasted with other documentary sources, royal and municipal provenance ofthe years before and after fire, from which we were able to rescue some of the most trans-cendent of Oviedo at a particularly significant its evolution: which is situated in the hingemark chronological welding the XV and XVI and, ultimately, the transition from medievalto the modern city even though, for a very long time yet, in some respects even to the deeptransformations in the final decades of the nineteenth century, the medieval heritage conti-nue to characterize the urban weave of the Asturian capital.

En la noche de la Navidad de 1521, los vecinos de Oviedo sufrían las ca -trastróficas consecuencias de un incendio devastador, originado en una de lascasas de la céntrica calle de Cimadevilla, y en menos de cinco horas la ciudadquedaba destruída y “deshabitada”1. La importancia de estos hechos no pasa-

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ría inadvertida para los historiadores de la ciudad, que ya desde mediados delpasado siglo, con J. Uría Ríu a la cabeza, se interesaron en diversas ocasionespor las causas y consecuencias de tan lamentable episodio2.

En relación con el mismo y con otros interesantes aspectos de la vidalocal ovetense en tan dramática coyuntura ofrece interesantes noticias el textodel 4-10 de febrero de 1522, sólo fragmentariamente publicado hasta ahora,cuya íntegra presentación y comentario, junto con las informaciones que pro-porcionan otros documentos, de procedencia real y concejil, de los años ante-riores y posteriores a esa fecha, constituyen el objeto del presente trabajo, quese inscribe en una línea investigadora a la que hemos venido dedicando en losúltimos años detenida atención3.

A partir de esos materiales, nuestra aportación puede contribuir a ilumi-nar el conocimiento de la vida urbana ovetense en un momento especialmen-te significativo de su evolución: el que se sitúa en el gozne cronológico quemarca la soldadura de los siglos XV y XVI y, en definitiva, el tránsito de laciudad medieval a la ciudad moderna por mucho que, todavía durante muylargo tiempo, en ciertos aspectos incluso hasta las hondas transformaciones delos decenios finales de la decimonovena centuaria, la herencia urbana medie-val continuase caracterizando la facies de la capital del Principado deAsturias.

* * *A escasos dos meses del incendio, la ciudad solicitaba ayuda al monarca

para iniciar su reconstrucción, dada la imposibilidad económica de hacerlopor sí misma. La naturaleza de los argumentos esgrimidos por las autoridadeslocales para apelar a la ayuda regia plantea automáticamente la consideración

1 Cabe preguntarse si las alusiones literales del documento de febrero de 1522, que publicamos enapéndice y que hablan de la huída masiva de los vecinos tras el incendio, se correponden con la rea-lidad de una ciudad despoblada o si, por el contrario, los procuradores ovetenses exageraron las con-secuencias del incendio para acelerar la intervención regia y la llegada de ayudas económicas. Estaúltima posibilidad era ya sugerida por el prof. Benito Ruano en su estudio sobre el incendio. Vid E.BENITO RUANO: “El incendio de Oviedo de 1521 y otros fuegos”, en Astura, 1 (1983), pp. 35-42.Sobre el fenómeno constructivo en la ciudad, antes y después del suceso de 1521, vid. P. GARCÍA

CUETOS: Arquitectura en Asturias: 1500-1580. La dinastía de los Cerecedo (Oviedo, 1996), pp. 95 yss., y M. ÁLVAREZ FERNÁNDEZ: Oviedo a fines de la Edad Media. Morfología urbana y política con-cejil (Oviedo, 2009).

2 J. URÍA RÍU: “El incendio de Oviedo en 1521 y sus consecuencias”, en Juan Uría Ríu. Obra comple-ta, III. Esudios sobre Oviedo (Oviedo, 2008), pp. 567-584. También M. CUARTAS RIVERO: Oviedo yel Principado de Asturias a fines de la Edad Media, Oviedo, 1983, p. 303 y ss. y, más recientemen-te, P. GARCÍA CUETOS: op. cit., p. 99 y ss.

3 Fruto de dicha actividad y del interés que despiertan las actas concejiles ovetenses de época medie-val ha sido la edición crítica de las primeras conservadas, las de los años 1498 y 1499 por parte delReal Instituto de Estudios Asturianos. Vid M. ÁLVAREZ FERNÁNDEZ: La ciudad de Oviedo y su alfoza través de las actas concejiles de 1498 (Oviedo, 2008) y J. FERNÁNDEZ SAN FELICES: Libro deAcuerdos del concejo de Oviedo (1499). Edición y estudio diplomático (Oviedo, 2008).

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de una serie de cuestiones claves, a nuestro parecer, para interpretar el rol deOviedo en el siglo XVI e identificar las nuevas señas de identidad de la ciu-dad moderna, cuya personalidad histórica vendría forjada durante los siglosmedievales precedentes. El Oviedo de la decimosexta centuria es una ciudadanclada en su pasado medieval, una ciudad pobre, de acarreo, todavía de mar-cado carácter rural, incapaz de iniciar por sí misma la reconstrucción urba-nística que exigían las destrucciones causadas por el incendio de 15214.

La conversión de Oviedo en un centro relativamente importante de pro-ducción y de mercado comenzó a percibirse ya a finales del siglo XII, aunquesería en la centuria siguiente cuando la ciudad lograría una centralidad eco-nómica notable, articulada a través de las instituciones mercantiles5. Las mis-mas Ordenanzas municipales del siglo XIII dibujan un Oviedo convertido encentro regulador de la vida comercial e industrial —incluso con amplia pro-yección extrarregional— y de producción y consumo, una auténtica ciudad-mercado6.

El mercado semanal tenía lugar en Oviedo cada lunes, por decisión delmo narca Alfonso IX, permaneciendo invariable hasta que el 7-IV-1475 losReyes Católicos confirmaban en Valladolid un privilegio de Enrique IV por elque dicha celebración se pasaba al jueves, permaneciendo ya invariable estedía hasta la actualidad7. Signo también evidente de la centralidad económicade Oviedo es la facultad que le concedía Fernando IV, en 1302, para la cele-bración de feria franca anual, de quince días de duración, cada festividad deSan Lucas. De esta manera la capital asturiana alcanzaba las tres modalidadesde mercado —diario, semanal, anual— que la harían merecedora de una posi-ción económica privilegiada respecto al resto de las formaciones locales delPrincipado8.

Sin embargo, y a pesar del disfrute de estas instituciones mercantiles,Oviedo no lograría alcanzar, ni siquiera a fines de la Edad Media, las carac-terísticas propias de los grandes centros urbanos castellanos. Esta circunstan-cia, constatable en las numerosas referencias del documento a una ciudadpobre y eminentemente rural9, nos permite suponer que en pleno siglo XVI,la “modernización” de Oviedo continuaba dependiendo de las concesiones

4 Son numerosas las alusiones del documento al ganado existente dentro de la ciudad y al predominiode hierba, pajares y establos intramuros. Vid. Apéndice, fols. 939vº, 940vº, 941 rº.

5 Vid. J. I. RUIZ DE LA PEÑA SOLAR: El comercio ovetense en la Edad Media, Oviedo, 1990.6 Op. cit., pp. 96-997 A.G.S., R.G.S., 7-IV-1475.8 J. I. Ruiz de la Peña: op. cit., p. 231 y s.9 El documento que publicamos insiste en la idea de una ciudad de acarreto e costosa e pobre de tra-

tos (...), muchos de los vezinos de la dicha çibdad se yrán a otras partes a poblar por ser pobres e averperdido lo que tenían (...), e porque ellos son pobres y la çibdad costosa. Vid. Apéndice, fols. 941 rºy 940 rº.

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regias, aspecto éste confirmado por unas actas de concejo que aún para el año1521 nos transmiten la imagen de una ciudad necesitada: sabemos, por ejem-plo, que la construcción de la alhóndiga y del matadero, en 1521, fue sóloposible gracias a la donación regia de mil dineros en concepto de sisa10 y queese mismo año el regimiento despedía al físico, pues la dicha çibdad estabapobre e non tenya de que le pagar11.

Tras el incendio, en el Oviedo de 1522, no abía trato, la ciudad era de aca-rreo e costosa e pobre de tratos porque es çierto que los dichos vezinos que-daron muy pobres de la dicha quema, y sy Dios e sus magestades non reme-dian para se tornar a poblar la dicha çibdad, muchos de los vezinos della seyrán a otras partes por ser pobre e la çibdad costosa e no tener aparejo paratornar a redificar12. Esta situación de escasez y necesidad no fue, sin embar-go, exclusiva de la capital sino que afectó a toda la región asturiana, motivopor el cuál las autoridades solicitaron al corregidor una provisión regia queimpidiera sacar çierto pan del Prinçipado para otras partes por la mar, lo qualera en grand danno e perjuiçio de la dicha çibdad e Prinçipado porque en eldicho Prinçipado abya carestume de pan e se esperaba mucha nesçesidad delloa cabsa del año pasado aver sido muy estéril (...) e por la mar se esperava gue-rra e al presente la avía13, decretando al año siguiente el corregidor que porninguna bía se saque pan e panyçio del dicho Prinçipado ni se cargue por nin-guna bía conforme a los capítulos de la Junta pues en la tierra ay muchanesçesydad como es notorio14. Una decisión tomada por quanto en algunos delos conçejos deste Prinçipado andavan algunos mercaderes comprando pan epaniçyo abiendo en la dicha çibdad e Prinçipado gran hambre e falta dello esy lo sacasen vendrya mucho daño a la dicha çibdad e Prinçi pa do e por faltadello podyan perescer ánymas en deservyçio de Dios e de su magestad15.

* * *Oviedo se presentaba en el umbral de la modernidad no sólo como cen-

tro económico, sino también como una ciudad eminentemente religiosa, per-cibida como refugio de la fe cristiana y símbolo de la salvación de España:siendo perdida toda España fue reducida e tornada a tomar por la dicha çib-dad e Prinçipado y sienpre estubo en serviçio de los reyes, cita el documento

10 Los dichos señores platicaron pues el Rey nuestro señor había fecho merced a la çibdad de myll dine-ros de sisa que hera bien por ellos comprar una casa de la alhóndiga e una casas para matadero puestanta necesidad dellas había en la dicha çibdad e acordaron de la procurar e dar horden como se ayana provecho de la çibdad, A .A .O., Libro de Acuerdos A-003-1. Asiento del 1-III-1521, fol. 8 rº

11 A.A.O., Libro de Acuerdos, A-003-1. Asiento del 13-IX-1521, fol. 33 rº.12 Vid. Apéndice, fols. 939 rº, 941 rº, 941 vº.13 A.A.O., Libro de Acuerdos, A-003-1. Asiento del 25-IX-1521, fol. 35 vº.14 A.A.O., Libro de Acuerdos, A-003-1. Asientos del 7-II-1522, fol. 46 vº.15 A.A.Q., Libro de Acuerdos, A-003 1. Asientos del 14-II-1522, fol. 47 rº.16 Vid. Apéndice,fol. 939 vº.

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que publicamos16. Prevalecía la idea de una ciudad leal al rey y cristiana,desde la cual era posible recuperar toda España de los infieles, en servicio dela monarquía: desta çibdad e Prençipado fuera ganada e reduzida España delos ynfieles e syenpre vio a los vezinos de la dicha çibdad e Prençipado estaren serviçio de su magestad17.

A favor de esta visión jugaron un papel fundamental las reliquias de laCámara Santa, que harían de Oviedo una auténtica ciudad-santuario, y elimpulso dado a la peregrinación por la concesión del jubileo a la Catedral deSan Salvador en los años finales de la Edad Media18. El ansia de protecciónde esta particular “promoción” ovetense provocó, no en pocas ocasiones, lasprotestas de los vecinos contra todo aquello que pusiera en peligro el fenó-meno peregrinatorio. Lo vemos, por ejemplo, a través de la disposición regiaenviada a Oviedo el 28-VII-1495, en respuesta a la solicitud presentada por laciudad, en la que se reclamaba ayuda ante las continuas crisis de abasteci-miento y la incontrolada subida de precios de los artículos básicos de consu-mo, que comprometía seriamente los intereses de la ciudad19.

El temor a la disminución —o incluso desaparición— del tradicionalperegrinaje a Oviedo suscitó en las autoridades una extrema preocupación porla infraestructura del camino, solicitándose ayudas para reparar el paso dePajares —por ser serviçio de Dios lo que se fazya e provecho de todos loscaminantes20— y para la reconstrucción del sistema hospitalario ovetense. Elriesgo de que la falta de abspitales e aposentos influyera negativamente en lavisitaçión de las santas reliquias, que por las ver visitar de todas las partes del

17 Vid. Apéndice, fol. 940 rº, 940 vº.18 J. I. RUIZ DE LA PEÑA: Oviedo, ciudad-santuario: las peregrinaciones a San Salvador (Oviedo, 2004).

Sobre el fenómeno peregrinatorio en Asturias, vid. también J.I. RUIZ DE LA PEÑA SOLAR (coord.): Lasperegrinaciones a Santiago de Compostela y San Salvador de Oviedo en la Edad Media: Actas delCongreso Internacional celebrado en Oviedo 3-7 diciembre 1990 (Oviedo, 1993) y M. J. SANZ

FUENTES: “Notas documentales sobre Oviedo y las peregrinaciones: la cofradía de la Catedral y el hos-pital de Santiago”, en Medievo Hispano: estudio in memoriam del prof. Derek W. Lomáx (1995), pp.337-344; “Documentos sobre la “fundación” del hospital de Santiago de Oviedo por el Obispo D.Jerónimo de Velasco”, en Boletín del Real Instituto de Estudios Asturianos, Año 50, nº 147 (1996),pp. 285-306; “Peregrinación y hospitalidad”, en Memoria eclesiae, 10 (1997), pp. 257-271, y másrecientemente “El jubileo de la Santa Cruz”, en Oviedo y el Tesoro de su catedral en los orígenes delCamino de Santiago (Oviedo, 2010), pp. 13-23.

19 Esa dicha çibdad es cabeza del Prinçipado y a ella se acorren todos los vezinos del dicho Prin çi pado,asy a los pleytos que pasen como a otras negociaciones, e que asy mismo los romeros de Fran cia e deotros muchos reynos van a Santiago en romerías por esa dicha çibdad –haciendo– el camyno para layda e la venyda por ver las reliquias de la Cámara Santa e ganar las perdonanças, de manera que dizque esa dicha çibdad de contynuo está muy poblada... e que los mantenimientos principales que sonpan e vino son de acarreo (...) de manera que diz que quando ven que en la dicha çibdad ay mucha gentesuben los prezios quanto quyeren por manera que diz que asy los vezinos de esa dicha çibdad como losforasteros resçiben mucho agravamiento e danno. A.G.S., R.G.S., 28-VII-1485.

20 A.A.O., Libro de Acuerdos, A-003-2. Asiento del 5-V-1522, fol. 52vº.21 Vid. Apéndice, fols. 939 vº, 941 vº, 940rº.

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mundo ocurre gente fue uno de los fundamentos de la petición hecha al reypara recibir ayuda económica: suelen ocurrir a la dicha çibdad de todas laspartes del mundo —personas estrangeras, romeros e peregrinos, se dice enotra parte del texto— mucha gente a vesitar las santas reliquias que están enla Cámara Santa de la yglesia mayor de la dicha çibdad, la qual devoçiónçesará por no aver obspitales nin aposentos donde los peregrinos puedan seraposentados por que los obspitales e yglesias parrochales con la dicha çibdadse quemó21.

Y precisamente, la pérdida de su condición de ciudad-santuario, era elmayor peligro que corría la capital asturiana, dado que podrya peresçer ladeboçión de las santas reliquias si la red urbana dedicada a la hospitalidad noera rápidamente reconstruida. El testimonio de uno de los testigos es lo sufi-cientemente expresivo: contemporáneo a la destrucción de la ciudad, declara-ba cómo había visto siempre e vee venir e ocurrir a la dicha çibdad muchosromeros peregrynos e otras personas de diversos estados a la devoçión e vesy-taçión de las santas reliquias de la yglesia mayor de la dicha çibdad, e vio evee que los obspitales della e yglesias parrochiales della se quemaron la dichanoche y a esta cabsa sy no se rehedificase se podrya perder la deboçión de lasdichas santas reliquias e aún el trato de la dicha çibdad22.

* * *Oviedo fue siempre una ciudad fiel a la monarquía. Así lo demuestra su

posición ante los distintos acontecimientos históricos protagonizados por losmonarcas leoneses y castellanos a lo largo de los siglos medievales y moder-nos como, por ejemplo, la manifiesta fidelidad al emperador Carlos I en el con-texto de la revuelta de las Comunidades: el movimiento comunero (1519-1522), calificado por algunos historiadores como un postrero movimiento me -dieval frente al acceso de la monarquía absoluta, no hará sino confirmar la po -sición de Oviedo, ancestral, de lealtad a los monarcas23. Las actas municipalesde la ciudad correspondientes a los primeros años del siglo XVI son un claroejemplo de esta afirmación, como tendremos ocasión de analizar24.

El 20-V-1501 los Reyes Católicos solicitaban a Oviedo su participaciónen la cruzada contra los turcos25 y un año después, el 14-VIII-1502, la ciudadera nuevamente convocada para servir a los reyes en el conflicto contra

22 Vid. Apéndice, fol. 943 rº.23 A. RIVERO: “Ideas peregrinas. Discurso político e ideología en la guerra de las Comunidades de

Castilla”, Seminario de Investigación de Ciencias Política, Universidad Autónoma de Madrid, Curso2005-2006.

24 Sobre las manifestaciones de lealtad y devoción a la persona del Rey y al reino, las ceremonias yplegarias por la salud de los reyes y las acciones de gracias por las victorias del reino, vid. J. P.BARRAQUÉ: “Entre religión real y religión urbana”, En la España medieval, 31 (2008), pp. 249-275.

25 Uno que se dixo Pedro de Robres presentó una carta del Rey a Reyna nuestros señores firmada de

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Francia —que todos estén prestos y aperçebidos de diez e ocho años arriba ede sesenta abaxo para que en leyendo otra su carta fagan y cumplan syndilaçión lo que por ella les enbiare mandar— pues el monarca francés, no res-petando la paz acordada entre ambos reinos, embargaba todos los navíos ymercadorías y otros bienes que los súditos de sus altezas tenyan en su reino26.

Apenas transcurrido un mes, el 2-IX-1502, se hacía pública una carta dela reina en la que se ordenaba la reclusión de quinientos peones encoraçadosy con sus lanças e escudos y espadas e casquetes a costa del rey e reyna27 ydías más tarde, el 10-IX-1502, se reunía la Junta General del Principado parael repartimiento de peones, correspondiendo a la ciudad y su tierra un total detrece28. En dicha Junta se decidía, además que porque los dichos quinientospeones yban fuera del reyno —Sicilia— e a grande trabajo e costa, los con-cejos debían ayudar a la ciudad con cada tres ducados de oro o su justo valoren lo qual pagasen hidalgos y pecheros en caso que los pecheros non fuesenmanferidos29. Por un acuerdo municipal posterior sabemos que de estos trecepeones encargados a Oviedo, ocho pertenecían al concejo de Nora a Nora y

sus Reales nombres en hazer saber cómo nuestro muy santo padre les ha conçedido cruzada en estosreynos para la armada contra turcos e mandavan la resciban e traten bien las personas que en ellaentendieren etcétera. Mandáronla pregonar en el mercado de cómo para sábado primero siguiente lahan de salir a resçebir en esta çibdad, etcétera (...). Fízose oy el pregón en el mercado en forma, Pedrode Liño. A.A.O., Libro de Acuerdos, A-002. Asiento del 20-V-1501, fol. 202, rº.

26 En XIIII de agosto año de I miLL DII años en la casa de consystorio se juntaron el señor bachillerRodrigo Guillén, lugarteniente del corregidor, y el bachiller Fernando Álvarez, juez, e Pedro Me nén -dez y Diego González, regidores, y Luys Alonso, personero. El luego el tenyente les presentó unacarta de la Reyna nuestra señora firmada de su nombre y sellada con su sello y señalada y rubricadade Gaspar de Griçio, su secretario, en que haze saber en cómo el Rey de Françia non queriendo guar-dar la amystad e paz que entre ellos perpetuamente estaba ausentada, etcétera, mandara embargarnuevamente todos los navíos y mercadorías e otros bienes que los súditos de sus Altezas tenyan ensu reyno e faze otros movimientos, etcétera. Por ende que manda que todos estén prestos y aperçe-bidos de diez e ocho años arriba e de sesenta abajo para que en beyendo otra su carta fagan e cum-plan syn dilación lo que por ella les enbiare mandar (...). E vista por los dichos señores obedesçié-ronla y mandáronla pregonar e pregonóla Pedro de Liño verbo ad berbo en mi presencia en la plaçae calles de Cimadevilla e de la Rúa, en forma. Presentes las dichas justicias e regidores, etcétera.Testigos, Vernaldín Álvarez y Tomás de Valdés y Martín Alonso y Miguel A lonso e García Gómezy Álvaro González, vecinos de la dicha çibdad y otros muchos vezinos de la tierra y Prinçipado eObispalia. E luego el señor merino Vernaldo de Quirós dixo que él estaba presto e apercibido parayr a servyr a sus altezas pagándole su sueldo o syn él si dello fuesen servydos, etcétera. Este dichodía, mes y año el dicho señor teniente presentó la dicha carta al bachiller Juan de San Juan, provisor,la feziese cumplir en la tierra de la Obispalía, el cual dixo que la notificasen al alcalde mayor delseñor Obispo, a cuyo cargo hera de la fazer cumplir o a su lugarteniente e sy él no la cumpliese queél la faría cumplir, etcétera. Testigos Martín Alonso e Juan de Candamo e Fernando Gutiérrez, eje-cutor, y otros. Notefiquela a Juan de Santirso lugarteniente del alcalde mayor del Obispo, dixo queestá presto. A.A.O., Libro de Acuerdos, A-002. Asiento del 14-VIII-1502, fols. 313vº, 314 rº.

27 A.A.O., Libro de Acuerdos, A-002. Acuerdo del 2-IX-1502, fol. 316rº.28 A.A.O., Libro de Acuerdos, A-002. Acuerdo del 10-IX-1502, fol. 318 vº.29 A.A.O., Libro de Acuerdos, A-002. Acuerdo del 10-IX-1502, fol. 319rº.30 A.A.O., Libro de Acuerdos, A-002. Acuerdo del 18-IX-1502, fol. 320rº.

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cinco a la ciudad y que debido al peligro que corrían, la ciudad pagaba porellos 20.000 maravedíes, a razón de dos mil quinientos maravedíes porpeón30.

En agosto de 1503, el merino del Principado, Fernando de Mayorga, ennombre del corregidor, presentaba en Oviedo una carta de la reina para el lla-mamiento de gente por la que se disponía que los cavalleros armados y hydal-gos nuevos de Symancas que fasta XXX días del mes de setiembre primeroque viene sean puestos en la çibdad de Soria con sus armas a punto de guerrae para que todos los diez e ocho años arriba e de sesenta años abaxo estenprestos y aperçebidos con sus armas a punto de guerra para que cada e quan-do vean otra su carta de llamamiento en uno con la justicia e regidores partana la parte que sus altezas les enbiaren31.

En 1521, con motivo de la revuelta de las comunidades, la ciudad deLeón, una de las ciudades rebeldes, enviaba delegados a Oviedo para que lacapital asturiana se sumase a la causa. Será la negativa de Oviedo a levantar-se contra el rey emperador, reforzando así su lealtad a la Corona, el motivoesgrimido por la ciudad a la hora de demandar la ayuda económica regia parala financiación de la reconstrucción urbanística: dicen los testigos firmantesen el documento que presentamos que en tienpo que andaban las comunida-des (...) venieron algunos mensajeros de la çibdad de León a esta çibdad concartas para que se juntasen con ellos en deserviçio de su magestad, e comosienpre la dicha çibdad d’Oviedo estubo paçífica y en serviçio de su mages-tad e envío gente e capitanes contra las dichas comunidades y que, además,ansy lo a hecho en todas las guerras que han subçedido, como leales servido-res e vasallos de su magestad32.

Los rebeldes, fuertes en el centro de la meseta y otros núcleos más aleja-dos, como Murcia, buscaron expandir las ideas revolucionarias al resto delrei no, aunque su radio de acción fue bastante limitado fuera de las dos Cas -tillas. Leales al rey serían Ciudad Rodrigo, Cáceres, Andujar, Córdoba, Se -villa, Éci ja, Carmona, Cádiz, Ronda, Jerez o Antequera, ciudades a las queha bría que añadir las de Galicia, Asturias y País Vasco. En el frente contrario,las comuneras por excelencia fueron León, Zamora, Salamanca, Palencia, Va -lladolid, Toro, Burgos, Soria, Segovia, Ávila, Medina del Campo, Gua da la ja -ra, Madrid, Plasencia, Toledo, Cuenca y Murcia.

Lamentablemente, no conservamos las Actas municipales de Oviedo re -lativas al año de 1520, que seguramente aportarían alguna luz al conocimien-to de la revuelta —iniciada en Toledo el 16-IV-1520— y al posicionamiento

31 A.A.O., Libro de Acuerdos, A-002. Acuerdo del 28-VIII-1503, fol. 374vº.32 Vid. Apéndice, fols. 941 vº, 943 vº.33 A.A.O., Libro de Acuerdos, A-003-1. Asiento del 12-VII-1521, fol. 23 rº. Recoge también la cele-

bración ovetense por la victoria de las tropas en navarra, así como la obtenida en junio de 1524 en

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de Oviedo. Las referencias de las actas de concejo posteriores, las de los añosde 1521 y 1522, no se hacen eco de este particular episodio bélico aunque alu-den, eso sí, a otros conflictos en los que la ciudad mostró su clara inclinacióna favor del rey.

Las alegrías por las victorias militares de los monarcas fueron celebradassolemnemente en la ciudad, participando todos los vecinos en los festejos. Eslo que sucede, por ejemplo, en 1521, cuando el concejo, continuando su leal-tad, salidas las nuebas tan grandes de Nabarra de la victoria que Dios nuestroseñor [...] al Rey nuestro señor e a sus governadores contra los françeses,acordaba fazer alegrías por la çibdad como hera razón, celebrando una proçe-sión solene como el día de Corpus Christi, de la Y glesia Mayor a San Fran -cisco, el martes primero que biene, con todas las fiestas de juegos acostum-brados, e acordaron de hablar e conçertar con las conpanyas, agan los juegospara en aquel día (...) e luego mandaron llamar a Myguel [...] carniçero al qualmandaron traer para el dicho día tres toros (...) e mandaron noteficar a los clé-rigos para aquel día agan fiestas en sus yglesias, decretando además que paraesta noche se fagan fogueras e helomynarias por las calles, e que todos caval-guen y a cavallo por la çibdad33. También por este motivo el regimiento esta-blecía que el juez o regidor que no cavalgare este año non lieve salario34.

Dos nuevas noticias municipales implican nuevamente a Oviedo en elcontexto político coetáneo: el 30-V-1522 la Iglesia decidía, por las buenas quebenyeran de la victoria del Milán, hacer una procesión a la Vega por la paz esosiego del reyno, y el sábado 19-VII-1522 se presentaban en la ciudadAlvaro de Carreño, Pedro de Solano y Fernando de la Riba que benyan deSantander, dando la buena nueva quel rey nuestro señor desembarcara en lavilla de Santander el miércoles pasado, que fueron dieciseis deste presentemes, con çiento e çinquenta naos, respondiendo la ciudad con mucha alegríacomo por tal nueva del emperador e rey e señor nuestro requiere35.

La lealtad de Oviedo no sólo se demostró a través de la participación enlos conflictos bélicos de primer orden a favor del bando regio. Otra serie deacontecimientos propios del contexto político interno castellano involucrarondirectamente a la ciudad, que de manera unánime demostró siempre su fide-lidad a los reyes. Las fiestas celebradas de manera extraordinaria tenían tam-bién que ver con los acontecimientos personales de la familia real, nacimien-tos y honras fúnebres36.

Milán, J. URÍA RÍU: “Oviedo celebra el matrimonio del emperador Carlos V y el nacimiento de suhijo Felipe”, en Juan Uría Ríu. Obra Completa, III. Estudios sobre Oviedo (Oviedo, 2008), p. 589.

34 A.A.O., Libro de Acuerdos, A-003-1. Asiento del 12-VII-1521, fol. 23 vº.35 A.A.O., Libro de Acuerdos, A-003-2. Acuerdos del 30-V-1522 y del 19-VII-1522, fols. 54vº y 58vº.36 Vid., para el caso de Madrid, M.A. MONTURIOL GONZÁLEZ: “Estructura y evolución del gasto en la

Hacienda Municipal de Madrid: último tercio del siglo XV”, En la España Medieval, 5 (1984), pp.

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Las honras fúnebres de las personas reales eran deslumbrantes y reque -rían importantes cifras de gasto. Es lo que sucede con las de la reina doñaIsabel de Castilla, en diciembre de 1504: en el monasterio de San Francisco,en la posada del señor corregidor Fernando Álvarez de Toledo, a tres días delmes de deziembre, año de I miLL DIIII años, se hacía pública la çédula de lamuerte de la reyna nuestra señora, por la que el rey daba a conocer la noticia—en cómo plaçyera a Dios de llevar a la reyna doña Isabel [...] nuestra seño-ra que aya muy santa gloria e fallesçiera el día de la fecha de la çédula queera de XXVI del mes de novymebre próximo pasado— ordenando el monar-ca, como administrador y gobernador del reino, la realización de las exequiasy que alçasen sus pendones por la reyna doña Jua na, su suçesora y amada hijae toviesen por su corregidor al dicho Fernando Álvarez de Toledo por quantosu alteza la reyna, que aya salta gloria, dexara mandado37. Al día siguiente elregimiento encargaba al pintor Marcos Fernán dez la realización del pendón,que debía ser de ocho palmos en largo y seis en ancho de Bretaña, blanco conun escudo grande de las armas reales, éste para alçar pendón por la reyna doñaJuana, nuestra señora38. El regimiento disponía, además, una ordenanza paraque todos limpien las calles, cada uno ante su puerta, fasta mañana en todo eldía e saque fuera la tierra de manera que non quede en las calles nin çima ninen vaxo so la pena de la ordenanza porque para las honras de la reyna esténlimpias39.

La ceremonia, que duró dos días, comenzó el martes 10-XII-1504, conlas exequias en la Iglesia Mayor, donde deán, cabildo, monjes, frailes y cléri-gos de la cofradía del Rey Casto cantaron sus vigilias y responsos. Jueces,regidores y personeros, junto con el corregidor, portando un pendón blancocon un gran escudo en el medio y las armas reales, desfilaron a caballo por lascalles de la ciudad llegando hasta el alcázar y gritando a su llegada ¡Castilla,Cas tilla, por la reina doña Juana, nuestra señora! para después continuar eldesfile por la calle de Cimedevilla y la plaza pública de la ciudad. Tornandode nuevo al alcázar, parte del regimiento entraba en la fortaleza y, situándoseen el adarve, a la esquina de sobrel poço, de la parte de dentro, gritaba nue-vamente, por tres veces y en voz alta, ¡Castilla, Castilla!, respondiendo con elmismo grito, desde fuera, el corregidor e la gente de la çibdad e prinçipadoquera mucha que estaban en el campo40. Los gastos de dicha ceremonia, a

651-692. Sobre las celebraciones ovetenses, vid. J. URÍA RÍU: “Oviedo celebra el matrimonio delemperador Carlos V y el nacimiento de su hijo Felipe”, op. cit., pp 587-597 y “El municipio de Ovie -do quiso obsequiar a la Emperatriz doña Isabel con salmones del río Nalón”, op. cit., pp. 601-608.

37 A.A.O., Libro de Acuerdos, A-002. Acuerdo del 3-XII-1504, fols. 456 rº.38 A.A.O., Libro de Acuerdos, A-002. Acuerdo del 4-XII-1504, fol. 457 vº.39 A.A.O., Libro de Acuerdos, A-002. Acuerdo del 4-XII-1504, fol. 458 rº.40 A.A.O., Libro de Acuerdos, A-002. Acuerdo del 10-XII-1504, fols. 460 vª y 461 rº y 461 vº.41 Ibidem, fol. 461 vº.

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cargo de la ciudad, ascendieron a ocho mil e seysçientos e quarenta marave-díes e medio41.

Finalizadas las conmemoraciones, el corregidor del Principado comuni-caba a la ciudad su intención de enviar, como procurado a la Corte del rey, aJuan Rodríguez de León, para fazerle saber de la manera que abyan todos, enla çibdad e Prinçipado, obedesçiendo su mandamiento, fecho e cumplidas lashonras de la reyna nuestra señora, que aya santa gloria, e después levantandolos pendones por la reyna doña Juana, nuestra señora, exigiendo al mismotiempo que, pues todo lo susodicho tocaba también al Prinçipado como a laçibdad, hera bien quel Prinçipado ayudase ala costa, ansy de las honras yobsequias como de la yda del dicho bachiller42.

En 1506 la ciudad organizaba las honras fúnebres por el rey don Felipe,de las que solamente sabemos que el 23-X-1506 la ciudad pagaba a losmonasterios ventidós reales, diez para el de San Francisco y tres para los deSan Vi cente, San Pelayo, Santa Clara y Santa María de la Vega, respectiva-mente43.

La propaganda que subyace detrás de esta celebraciones es el sentimien-to profundo de comunidad de intereses entre ciudad y monarcas, siendo estasfies tas un verdadero vínculo de unión con la Corona. Lo que están expresan-do los ceremoniales desplegados en Oviedo con motivo de las honras fúne-bres de los monarcas no es más que la manifestación pública de su participa-ción en el dolor general del reino44.

Las buenas nuevas llegadas de la Corte eran celebradas por lo generalcon las populares corridas de toros. Lo vemos el 2-I-1506 cuando, medianteuna carta de los reyes, se anunciaba a la ciudad la unyón y concordia entre donFelipe y doña Juana. Presentada la carta, leída y pregonada, el regimiento larecibía con el acatamiento y reverençia devyda, y acordaba la celebración delas alegrías oportunas para el martes siguiente, día de los reyes, que consistí-an en la procesión de todas las cofradías de la ciudad, obligadas a portar suscandelas e que se faziese proçesyón e que truxiesen las dichas companyas susvanderas e atabales e gaytas e juegos e se fezyesen alegrías e acordaron quese corriesen un par de toros45.

* * *La centralidad administrativa de Oviedo y su percepción como centro

42 A.A.O., Libro de Acuerdos, A-002. Acuerdo del 13-XII-1504, fol. 462 rº.43 Mandaron dar al monasterio de San Francisco porque venyeron a las honras del rey don Felipe (...)

diez reales e los seys reales al convento e quatro al predicador e más a los monasterios de San Viçentee Santa Clara e San Pelayo e Santa Maria de la Vega, a cada uno tres reales, e mandaron dar libram-yento. A.A.O., Libro de Acuerdos, A-002. Acuerdo del 23-X-1506, fol. 620 rº.

44 Vid. supra, nota 36.45 A.A.O., Libro de Acuerdos, A-002. Acuerdo del 2-I-1506, fol. 553 rº. Sobre la celebración de corri-

das de toros en Oviedo, vid. J. URÍA RÍU: “Juegos y corridas de toros en el Oviedo de los siglos XV

30 MARÍA ÁLVAREZ FERNÁNDEZ

político-administrativo de la región era una realidad de la que los asturianoseran plenamente conscientes desde finales de la Edad Media. Cabeza delPrincipado y sede de su gobierno, el Oviedo del siglo XVI se definía comouna ciudad eminentemente administrativa, frente a un pasado medieval que laligaba indiscutiblemente a su función episcopal46.

Al menos desde 1495 existía una fuerte conciencia de capitalidad —esadicha çibdad es cabeza del Prinçipado y a ella se acorren todos los vezinos deldicho Prinçipado, asy a los pleytos que pasen como a otras negociaciones47—, herencia que no hará sino reforzarse en los años sucesivos: como la dichaçibdad sea cabeça del dicho Prinçipado y en ella se executaba la justiçia y enella se hazían las Juntas para la buena governaçión por los procuradores delPrinçipado y en ella se executaba y todo el bien del Prinçipado salía e depen-día della48.

Con motivo de la celebración del IX Congreso de Estudios Medievalesde la Fundación Sánchez-Albornoz, dedicado a “Los fundamentos medieva-les de los particularismos hispánicos, S. Beltrán Suárez hacia una aproxima-ción de conjunto al proceso de individualización histórica de la tierra deAsturias y a los orígenes medievales del particularismo asturiano. Y en esamisma reunión científica, quien suscribe, analizaba el papel jugado por la ciu-dad de Oviedo dentro de dicho territorio50. Retomando las observacionesplanteadas en aque lla sede, intentaremos resumir ahora algunos de los argu-mentos relacionados directamente con el documento que publicamos.

A finales del siglo XV la ciudad de Oviedo aparecía claramente definidacomo capital del Principado de Asturias. La Junta General celebraba sus reu-niones en la ciudad por año, dos o tres vezes y en ellas se debatían cosas con-plideras al serviçio de sus magestad e vien de la dicha çibdad e Prençipado,siendo además Oviedo el lugar de residencia del corregidor, titular de la repre-sentación regia. Las actuaciones de éste y del Obispo, también afincado en

al XVIII”, op. cit., pp. 677-704. Vid. también del mismo autor, “Oviedo celebra el matrimonio delemperador Carlos V y el nacimiento de su hijo Felipe”, op. cit., pp. 585-598.

46 Vid. especialmente, M. S. BELTRÁN SUÁREZ: “Orígenes medievales del particularismo asturia-no”, en Fundamentos medievales de los particularismos hispánios, IX Congreso de EstudiosMedievales (León, 2005), pp. 77-104. Sobre el poder episcopal dentro de la ciudad, J. I. RUIZ DE LA

PEÑA SOLAR, M. S. BELTRÁN SUÁREZ: “Los orígenes del poder episcopal sobre la ciudad de Oviedoen la Edad Media”, En La España medieval, nº 30 (2007), pp. 65-90.

47 A. G. S., R. G. S., 28-VII-1485.48 Vid. Apéndice, fols. 939 rº, 939 vº, 941 vº, 940 vº, 943 rº, 943 vº49 Ibidem.50 S. BELTRÁN SUÁREZ: op. cit., M. ÁLVAREZ FERNÁNDEZ: “La función de centralidad de Oviedo en la

Edad Media”, Fundamentos medievales de los particularismos hispánicos, IX Congreso de EstudiosMedievales (León, 2003), pp. 377-390.

51 Últimamente parece que se discuten los orígenes alto-medievales de la ciudad para adelantarse unossiglos, llevándolos a la época romana. En cualquier caso, y huyendo de este debate actual, tomamos

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Oviedo, con respecto a todo el Principado, tenían lugar en esta ciudad, y eraaquí donde primero se conocían.

Tal circunstancia no aparece a fines de la Edad Media, sino que se rea-firma. Es una herencia de los siglos anteriores, un hecho que se remonta a losmismos “orígenes” de la ciudad51, y que puede ser explicado desde distintospuntos de vista: el geográfico —la ciudad, se ubica estratégicamente en elcentro de la región asturiana, en pleno cruce de importantes vías de comuni-cación52—, el político —regia sedes de la monarquía asturiana con Alfonso IIel Casto (760-842)53— o el religioso, gracias al papel de las reliquias de laCá ma ra Santa, que integrarían a la ciudad en la ruta de peregrinación jacobeaa Santiago de Compostela54. A ello habría que añadir, ya en el siglo XII, laconcesión del fuero regio de población a la ciudad, en 1145, por parte delmonarca Alfonso VII, que convertirá Oviedo en la primera ciudad asturianareceptora de tal privilegio55. Algunos años después, aumentaría su protago-nismo gracias a la acción tutelar del monarca Alfonso IX (1171-1230), a quienOviedo debe gran parte de su renacimiento particular gracias a sus frecuentesconcesiones y visitas a la antigua regida sedes56. Ya en pleno siglo XIII, ybajo las órdenes de Alfonso X el Sabio, Oviedo actuaba como auténtica capi-tal económica, como muestran las Ordenanzas concejiles de los años 1245 y127457.

El papel protagonista de Oviedo se consolidó con la llegada de los corre-gidores a fines de la Edad Media, que fijaron su residencia oficial en la ciu-dad. Como representantes de los intereses de la Corona, los corregidores pre-sidirán las reuniones del regimiento y las de la Junta General del Principado,también con sede en la capital, actuando como intermediarios entre los inte-reses de la región y los deseos reales58.

como referencia la capitalidad política (regia sedes) de Oviedo bajo el reinado de Alfonso II el Casto(760-842).

52 J. URÍA RÍU: “Cuestiones histórico-arqueológicas relativas a la ciudad de Oviedo en los siglos VIIIal X”, en Symposium sobre cultura asturiana en la alta Edad Media (Oviedo, 1967), pp. 278 y ss.

53 J. I. RUIZ DE LA PEÑA SOLAR: La Monarquía asturiana, Oviedo, 2001.54 Vid. supra, nota 18.55 Avilés lo obtendría diez años después, en 1155, convirtiéndose en la segunda ciudad en importancia

de Asturias y, junto con Oviedo, en el único ejemplo asturiano de ciudad de antigua fundación. Sobrela villa de Avilés en los siglos finales de la Edad Media, Vid. C. CIENFUEGOS ÁLVAREZ: Libro deAcuerdos del Concejo de Avilés (1479-1492), Oviedo, 1999 y J. I. RUIZ DE LA PEÑA SOLAR: “Fun -ciones y paisajes urbanos de la villas marítimas del norte de España: Avilés (siglos XII-XV)”, enMercado inmobiliario y paisajes urbanos en el occidente europeo (siglos XI-XV), Pamplona, 2007,pp. 691-736.

56 Se contabilizan hasta un total de trece estancias, las de 1216, 1222 y 1228 especialmente significa-tivas.

57 C. M. VIGIL: Colección histórico-diplomática del Ayuntamiento de Oviedo (Oviedo, 1991), núms.XVI y XXXVII.

58 B. GONZÁLEZ ALONSO: El corregidor castellano (1348-1808), Madrid, 1970 y A. BERMÚDEZ AZNAR:El corregidor en Castilla durante la Baja Edad Media (1348-1474), Murcia, 1974.

32 MARÍA ÁLVAREZ FERNÁNDEZ

Por norma general, el corregidor elegía la ciudad de residencia entre lasprincipales que debía gobernar, designando para el resto a lugartenientes aun-que de vez en cuando se desplazase a ellas, bien en visita rutinaria, bien parasolucionar problemas puntuales de urgente solución59. El corregidor del Prin -cipado de Asturias residía en Oviedo, un indicio ya revelador del papel centra-lizador de la ciudad en el territorio asturiano y de su rango político. Había, esosí, determinadas circunstancias que lo obligaban al cambio de residencia, e in -cluso a convocar las reuniones de la Junta General en otros lugares. Es lo quesucede, de manera excepcional, el 6-IX-1503, año en el que los jueces ordina-rios de la ciudad son obligados a impartir justicia y revisar los pleitos vecina-les, ante la ausencia del corregidor, que se encontraba en Siero a causa de lapeste60.

El lugar preferentemente elegido por el representante de la autoridadregia, como sustitutivo de Oviedo fue Avilés, la segunda villa en importanciadel Principado, también de antigua fundación y con un papel protagonista enlos siglos medievales, algo que no satisfacía especialmente a los ovetenses61.El 19-I-1504 algunos vecinos de Oviedo exigían el inmediato retorno delcorregidor a la ciudad, negándose a acudir a Avilés, donde éste se encontraba,para solucionar sus causas y juicios, amenazando con quitarle el salario62.

Las continuas convocatorias del corregidor para que la ciudad de Oviedoenviase procuradores a la Junta de Avilés fueron siempre contestadas por partedel regimiento ovetense —en respuesta de la carta que el señor corregidor lesescrivió enviasen procurador a la Junta de Avilés para XV deste mes sobre elencabeçamyento, escrivieron al señor corregidor Fernando Álvarez de Toledoen cómo el señor doctor, su lugarteniente, e con los bachilleres de León yVinagre hablaran largo el inconveniente que se les seguía, para lo rehusar supli-

59 M. DIAGO HERNANDO: “El papel de los corregidores en los conflictos políticos en las ciudades cas-tellanas a comienzos del siglo XVI”, En la España Medieval, 27 (2004), pp. 195-223.

60 Otrosy por quanto el señor corregidor e él asimismo –refiriéndose al lugarteniente de corregidor– acausa de la pestilencia estaban en el conçejo de Syero absentes de la çibdad e juridiçión della do (sic)los vecinos de la çibdad non feran obligados segund su fuero a salir a pleytos a Syero nin otra partefuera de su juridiçión etcétera, remityó todos los pleytos que los vezinos de la çibdad tenyan pen-dientes antel señor corregidor e ante él como su tenyente, a los jueces ordinarios de la çibdad paraque conosçiesen dellos e los determinasen por justicia. A.A.O., Libro de Acuerdos, A-002. Acuerdodel 6-IX-1503, fol. 378 vº.

61 Sobre Avilés, vid. supra, nota 55.62 Otrosy el conçejo requirió al regimiento que requerían (sic) al señor corregidor Juan Gutierrez Tello

que lungo resyda en la çibdad por sy o por su logartenyente o le quiten el salario, protestando con-tra ellos lo que protestar debían y podían, etcétera, por quanto tenían sus debdas en el Prinçipado per-didas e non tenían justicia para las demandar ni osaban yr Abillés do estaba por razón del pregón emandamiento que había fecho que vecino de Oviedo non entrase en Abillés a cabsa de peste, etcé-tera. A.A.O., Libro de Acuerdos, A-002. Acuerdo del 19-I-1504, fol. 395 vº.

63 A.A.O., Libro de Acuerdos, A-002. Acuerdo del 14-IV-1505, fol. 481 vº.64 El dicho señor doctor e tenyente dio una carta del señor corregidor Fernando Alvarez de Toledo en que

33OVIEDO EN EL TRÁNSITO DE LOS SIGLOS XV AL XVI

cándole les diese fe y la conclusión dello63— lo que forzó al co rregidor, enabril de 1505, a amenazar con la suspensión de los oficios por tres meses en elcaso de que, llegado el día de la votación del encabezamiento, la ciudad deOviedo no hubiese enviado a sus representantes a la Junta de Avi lés64.

¿Por qué la ciudad se mostraba tan celosa de su capitalidad? Según losre presentantes de Oviedo, la celebración de la Junta General del Principadoen la villa avilesina, aunque excepcional, perjudicaba la preheminença e liber-tad e buenos usos e costumbres de la dicha çibdad e vecinos della e que quan-to les fuera perjudiçial apellaban dél e dello para ante sus altezas, a do pro-testaban. A tal acusación respondía el teniente que si la Junta se hacía fuerade la ciudad era porque en el Prinçipado morían muchas gentes de peste e laçibdad estaba buena e sana (...) e el señor corregidor non la quería dañar conayuntamiento de señores por estar e residir en ella e ansy non les perjudica-van yr a la dicha junta cosa alguna65.

El oficio de corregidor propició una fuerte concentración de poder polí-tico no sólo en el ámbito local, sino también en el regional. En Oviedo, a par-tir de la década de 1490, el titular del corregimiento ejercía además el oficiode Merino Mayor del Principado de Asturias que, hasta entonces, había reca-ído en manos de los Quiñones66. Los depositarios de este cargo, fueron fre-cuentemente acusados de gobernar con parcialidad, y de favorecer en sus ac -tua ciones a uno de los dos bandos que se disputaban la primacía en la ciudad,

se meravilla como non han enviado procurador a la Junta de Abillés çerca del encabezamiento de lasalcabalas e porque su merced hera ynformada del bien que venya a la respuesta del encabezamiento, queles manda que luego fuese allá persona dellos con poder vastante para ello porque esto cummplia asy alservicio de Dios e del bien de la dicha çibdad porque de lo contrario su alteza es deservydo porque nonquieren que ninguno de sus naturales estorbe el bien público sobre el qual había escripto mandamientosuyo e que quanto al previllejo de [...] que su merced escrevía al rey, etcétera. El señor teniente les dexodespués de vista e leyda la dicha carta que bien sabían en como el viernes próximo pasado en este con-sistorio fuera platicado e acordado de enviar un procurador a la Junta de Avillés, a hablar e botar en elcaso del encabezamiento e en las otras cosas que allí se platicasen para el servicio de su alteza e bien dela república e non lo habían fecho. Por ende que les mandaba e mando so pena de suspensión de losofiçios por tres meses que luego enviasen una buena persona con su poder bastante a la dicha villa deAbillés a la Junta General que para dicho día estaba llamada para que botase en el caso del encabeza-miento o en las otras cosas que allí se proveyesen lo que fuese servicio de su alteza e bien de la tierra,etcétera (...). A.A.O., Libro de Acuerdos, A-002. Acuerdo del 15-IV-1505, fol. 482 rº.

65 A.A.O., Libro de Acuerdos A-002. Acuerdo del 15-IV-1501, fol. 483 rº.66 C. ÁLVAREZ ÁLVAREZ: “Los Quiñones-Condes de Luna durante la Baja Edad Media”, en Tierras de

León: revista de la Diputación Provincial, vol. 21, nº 44 (1981), pp. 45-60. G. CRESPO LÓPEZ-URRU -TIA: “Disputas en el Principado de Asturias en la primera mitad del siglo XV: el pleito entre elMerino Mayor, Diego Fernández Quiñones, y el Obispo de Oviedo Ramírez de Guzmán”, ScriptaEstudios en homenaje a Élida González González (1998), pp. 119-148. M. C. TORRE SEVILLA-QUIÑONES DE LEÓN: “Los orígenes del linaje Quiñones: una hipótesis de trabajo”, en La noblezapeninsular en la Edad Media Congreso de Estudios Medievales (1999), pp. 569-580.

67 A.A.O., Libro de Acuerdos, A-002. Acuerdo del 26-V-1503, fol. 352 vº.68 Este día vyeno (sic) el señor corregidor Fernando Álvarez de Toledo e mostróles la carta e provisión

34 MARÍA ÁLVAREZ FERNÁNDEZ

Rúa y Ar güelles, los cuales estaban a su vez vinculados con los bandos nobi-liarios que se disputaban dicha primacía en el conjunto del Principado. Estaparcialidad vino favorecida, en muchas ocasiones, por una acumulación con-tinuada del poder, generada por las continuas prórrogas en el oficio que con-cedían los monarcas. Encontramos un ejemplo el 26-V-1503 cuando el corre-gidor del Principado, Juan Gutiérrez Tello, presentaba en Oviedo una carta dela reina Dª. Isabel por la que se le renovaba en el oficio por tanto tiempo quan-to sea voluntad de sus altezas conforme a la çedula real, jurando el cargo,comprometiéndose a guardar los privillejos e livertades e buenos usos e cos-tumbres de la çibdad, dando fiadores y nombrando al mismo tiempo a sulugarteniente en la ciudad y su tierra, el bachiller Rodrigo Guillén, y al meri-no en la ciudad, Diego González de Latores67.

Esta costumbre de persistente renovación del oficio de corregidor fuecon tinuada por la reina Dª. Juana, que hacía lo propio con Fernando Álvarezde Toledo el 13-II-150668. Una decisión, no obstante, que duraría pocos me -ses pues a pesar de que el 16-II-1506, y siguiendo las órdenes regias, la ciu-dad lo proclamaba corregidor en la capilla de Santa María de San Salvador,cinco meses después el rey Felipe nombraba corregidor a Enrique de Acuña,conde de Valencia de Don Juan, sin haber finalizado el mandato de su ante-cesor69. Tras la imprevista muerte del rey, muchos vecinos se resistieron aadmitir al nuevo oficial regio que, en consecuencia, recurría a la vía de lafuerza para tomar posesión de su cargo y así, el 7-I-1507, entraba en secretode la ciudad, acompañado de gente armada, y apoyado por uno de los bandosque se disputaban la primacía en la ciudad, el de los Argüelles, fue recibidocomo corregidor en sesión extraordinaria. Los partidarios del representantecesado, no aceptando la validez del acto de nombramiento, iniciarían a partirde entonces una lucha armada abierta que no finalizará hasta que, a fines de

que la Reyna doña Juana nuestra señora le envió para lo reçebir por corregidor por otro año e leydaluego los dichos señores juezes e regidores la besaron e pusieron en çima de sus cabeças e dixeronque la obedecían col acatamiento que debían (...) A.A.O., Libro de Acuerdos, A-002. Acuerdo del13-II-1506, fol. 564 rº.

69 A.A.O., Libro de Acuerdos, A-002, Acuerdo del 16-II-1506, fol. 565 rº. El 1-X-1506 se hacían públi-cas en la ciudad una serie de provisiones regias, entre las cuales se informaba a las autoridades delenvío, como gobernador del Principado, del conde de Valencia, estableciéndose la necesidad de lla-mar a Junta: El bachiller Pedro de Valdés mostró en el dicho consystorio dos provisiones del reynuestro señor, la una dellas que dezya cómo su Alteza enviava por governador deste Prinçipado alConde de Valençia e la otra provysión en cómo le mandava acudir con çiertas fortalezas. E leydaslas provysiones platycaron con el dicho bachiller que para quándo sería bueno llamar a Junta porquese juntase el Prinçipado como es costumbre e que viese el dicho bachiller para quándo el señorConde podiese venir e que se llamara Junta e el dicho bachiller dixo que para veynte días de otubresería bueno llamar a Junta e que él escrivirá al señor Conde que venyese para entonçes e asy seconçertó y el señor corregidor dixo que él enviaría [...] al Prinçipado como es costumbre. A.A.O.,Libro de Acuerdos, A-002. Acuerdo del 1-X-1506, fol. 617 rº.

70 M. CUARTAS RIVERO: op. cit., p. 254.71 Tachado, non.

35OVIEDO EN EL TRÁNSITO DE LOS SIGLOS XV AL XVI

marzo de ese mismo año, se designase un nuevo corregidor, en la persona dellicenciado Francisco de Cuéllar70.

Apéndice

Oviedo, 4-10 febrero 1522Pedro de Vega y Juan Fernández Barbón, personeros del concejo de Ovie -

do, presentan el informe sobre la quema de la ciudad acontecida la noche deNavidad de 1521 ante Juan Martínez, teniente del corregidor del Prncipado deAsturias, D. Pedro Çapata por el que se solicita al rey la ayuda económicanecesaria para la reconstrucción de la ciudad, aportando para ello las declara-ciones de numerosos testigos oculares del suceso, que demuestran las conse-cuencias del incendio, la imposibilidad económica de una reconstrucción sinla ayuda regia y la lealtad inmemorial manifestada por la ciudad de Ovie do almonarca.

Testº. 5 hoj. fol. A. Archivo Gral. de Simancas. PTR. Leg. 4, doc. 67, pp.939r-942r. (en orden confundido).

En la çibdad de Oviedo a quatro días del mes de hebrero del año de mille quinientos e veynte dos años, antel señor liçençiado Juan Martynez, tenien-te de corregidor en la çibdad e Prençipado de Asturias de Oviedo, por el mag-nífico sennor Pedro Çapata, Corregidor e Justiçia mayor por sus CatólicasMages tades, por ante mí, el escribano y testigos de ayuso escriptos, paresçie-ron presentes Pedro de Vega e Juan Fernández Barbón como personeros delconçejo, justiçia e regidores de la dicha çibdad e dixeron que la noche delnasçimiento de nuestro señor Ihesu Xristo próximo pasado se ençendierafuego en la calle de Cimadevilla y por presto que la xente ocurrió a lo aver dematar se enprendyó por tantas partes y tan grande fue el fuego que en espaçiode tres o quatro horas se ençendyó el fuego en toda la çibdad que della noquedó por quemar salvo la yglesia mayor y çiertas casas detrás della, e nonsolamente se quemaron las casas más la mayor parte de las haziendas de losvezinos, porque por matar el fuego no podieron socorrer sus aziendas y tangrande fue el daño que los vezinos tovieron en el campo la fiesta e unos se anydo del todo y otros por el fortunoso tienpo se han retraydo con otros vezinosen los arravales y a las iglesias y hermitas questán alrrededor de la dicha çib-dad. Y como hera muy costoso e no abía trato en ella non se puede tomar aredyficar por los vezinos si Nuestro Señor con su poder no la redyfica segúndy como permitió que se quemase y abrasase y no se redyficando sería deser-vido, porque por falta de obspitales e aposentos çesará la visitaçión de las san-

72 Debajo, va astado o diz “non”, no le enpeza.

36 MARÍA ÁLVAREZ FERNÁNDEZ

tas reliquias, que por las ver visitar de todas las partes de mundo ocurre gente.De más desto, como la dicha çibdad sea cabeça del dicho Prençipado y en ellase executaba la justiçia y como tal residydía en ella la justiçia y en ella se ha -zían las Juntas para la buena gobernaçión por los procuradores del Prençipadoy en ella se executaba y todo el bien del Prençipado salía e dependía della; loqual todo çesará y la justiçia non será usada ni executada como se debe y lasrentas del Prençipado de sus Católicas Magestades se diminuyrán. Y alliendeque <to>do esto es ansí notorio por que a sus Católicas Magestades constedello, pedieron al dicho señor theniente aya informaçión dello y de la noto-riedad de todo ello de su ofiçio reçebiendo juramento de personas de buena yreta conçiençia a las quales mandé preguntar por las preguntas siguientes ypor cada una dellas e lo que dixieren y aclarasen lo manden dar escripto enlimpio en pública forma para lo presentar ante sus Católicas Magestades.

Primeramente sean preguntados si tovieron notiçia de la dicha çibdadantes y al tienpo que se quemó y después de quemada y si saben que toda ellase quemó y abrasó la noche del nasçimiento de Nuestro Señor próximo pasa-do y en tan breve tienpo que los vezinos no podieron salvar sus aziendas, quelo más y lo mejor dellas se les quemó y en toda la çibdad no quedó por que-mar salvo unas pocas casas questán detrás de la yglesia mayor e de lospalaçios obispales con que fueron defendidas y anparadas donde //(939v) semató el fuego por que la yglesia non se quemase, en la qual ansí mismoençendió el fuego e con mucha asistençia se mató, e ansí es çierto, público enotorio.

Yten, si saben e consta que muchos de los vezinos de la dicha çibdad porno thener en donde se recoger en ella se an ydo a otras partes con sus hijos emugeres y otros se an recogido en los pajares que tenían en los arrabalesdonde tenían su yerba para sus ganados y en cada uno dellos avitan dos a tresvezinos; e otros se recogieron a yglesias y ermitas questán alrededor de ladicha çibdad y se espera se yrán y arrimarán por unas partes e por otras por-que no pueden redificar la dicha çibdad por ser muy costosa e no aver en ellatrato y aver perdido lo más de sus aziendas, e ansí es público e notorio.

Yten, si saben e consta que la dicha çibdad es cabeça del dicho Pren -çipado en la qual los procuradores dél con los procuradores de la dicha çib-dad e con el Corregidor e las otras Justiçias en cada un año, de ynmemorialtienpo a esta parte, se haze Junta General para probeer en las cosas que cun-plen al serviçio de sus Cathólicas Magestades y a la buena gobernaçión de sujustiçia y execuçión della y para repartir los maravedíes de las alcabalas e delos otros pechos e derechos e dar forma como se cobren de la qual ha depen-dido y depende todo bien al dicho Prençipado y serviçio de sus católicasmagestades e non se redeficando todo lo susodicho çesará porque la justizianon será executada nin se usará della segúnd y como conbiene y las rentas del

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Prençipado pertenesçientes a sus católicas magestades se desminuyrán y asíes çierto, público e notorio.

Yten, sy saben e consta que ansí mismo71 suelen ocurrir a la dicha çib-dad de todas las partes del mundo mucha gente a vesitar las santas reliquiasque están en la Cámara Santa de la yglesia mayor de la dicha çibdad, la qualdevoçión çesará por no aver obspitales nin aposentos donde los peregrinospuedan ser aposentados por que los obspiales e yglesias parrochiales con ladicha çibdad se quemó, que non quedó por quemar salvo lo que dicho es, yasní es çierto, público e notorio.

Yten, si saben e consta que siendo perdida toda España fue reducida etornada a tomar por la dicha çibdad e Prençipado y sienpre estubo en serviçiode los reyes, que fasta oy an seydo de España fasta oy día no enbargante quepor la junta de la comunidad e por la çibdad de León, por diversas veces fuere querida se justase con ella, non quiso, más antes fue contrarya, socorriendocon gente e dineros a los gobernadores y caballeros, fasta que paçificaron elreyno y ansy lo a hecho en todas las guerras que han subçedido y asy es çier-to, público, notorio.

En la çibdad de Oviedo, a quatro días del mes de hebrero, año de mill equinientos e veynte dos años, antel señor liçençiado Juan Martínez, tenientedel corregidor en la dicha çibdad e Prençipado de Asturias e por ante mí, Juande Carrio escribano público de sus magestades en la su corte, reynos e seño-ríos y escribano de los fechos y negoçios de conçejo consystorio e poridad dela dicha çibdad de Oviedo, entre los testigos de yuso paresçio presente Pedrode Vega, vezino de la dicha çibdad, personero e procurador general della ensu nonbre de la dicha çibdad, presentó este pedimiento e preguntas junta-mente en él insertas, e pedió lo en él contenido e pediólo por testimonio. Eldicho señor theniente dixo que la oya e lo avía por presentado, e presentandoantél los testigos de que se entendía aprobechar, está presto de aver e tomar ladicha ynformaçion e azer lo que en justiçia sea obligado. Testigos el liçençia-do72 //(941r) Gutierre de Hevia y el bachiller Martín de Castillo y Alonso Pérezde Vegil, vezinos de la çibdad de Oviedo.

Et después de lo susodicho, este dicho día, mes e año susodicho, anteldicho señor liçençiado Martínez, theniente, paresçió Pedro de Vega e presen-tó por testigo para enformaçión de lo susodicho a Gonçalo de la Bara e JuanCano, maestros de cantería, vezinos de Trasmiera, los quales e cada uno de -llos juraron sobre una segnal de cruz de dezir verdad en este caso de lo quesopieren. Testigos, Pedro Menéndez Pantyn, escribano, e Pedro de Ules, vezi-nos de la dicha çibdad.

73 Margen derecho, Tº.74 Sic, por acarreo.

38 MARÍA ÁLVAREZ FERNÁNDEZ

En la çibdad de Oviedo, a quatro días del mes de hebrero de quinientos ebeynte dos años, antel dicho señor theniente liçençiado Juan Martínez,paresçió presente Pedro de Vega en nombre de la dicha çibdad e presentó portestigos a Gonçalo Rodríguez de Granda, “el viejo”, vezino de la dicha çib-dad e a Rodrigo de Oviedo, de la çibdad de León e a Juan Alfonso, cantero,vezino de la villa de Avilés, los quales y cada uno dellos juraron sobre unasegnal de cruz en forma debida de dezir, respondiendo a la confusyón e fuerçadel juramento, “sí juramos” e “amén”. Testigos Aonso de Ribera, alguazil eAl fonso Estébanes de Oviedo e Pedro [...], vezino de Cangas.

E después de lo susodicho en la dicha çibdad de Oviedo, a çinco días delmes de hebrero de quinientos e veynte e dos años, antel señor theniente li -çençiado Juan Martínez, paresçió Pedro de Vega e presentó por testigo paraen formaçión de lo sobredicho a Juan de Fitorya, morador en la aldea de Fi -toria, el qual juró en forma debida sobre una segnal de cruz. Testigos, el liçen -çiado Gutierre de Hevia, el bachiller [...], vezinos de la dicha çibdad.

Probança fecha por parte de la çibdad de Oviedo.El73 dicho Gonçalo Fernández de la Bara, vezino de Trasmiera, estante

en la cicha çibdad de Oviedo, testigo jurando en forma preguntando al thenorde las preguntas e pedimiento presentadas por el dicho pedro de Vega, a la pri-mera pregunta dixo que es verdad lo en ella contenido; preguntado cómo losabe, dixo que porqueste testigo se alló presente la dicha noche de Navidadpró xima pasada en la dicha çibdad e vio cómo el fuego se ençendió en la di -cha çibdad e fue tan reçio con el ayre que se levantó que no pasó en se que-mar quatro o çinco horas: e sabe e vio cómo toda la dicha çibdad y las casase yglesias e obspitales della y la yglesia mayor se ençendió y los palaçios delseñor obispo e no quedó en la dicha çibdad sy no algunas casas de los canó-nigos e todas las otras casas en que moraban los vezinos de la dicha çibdad sequemaron, sy no fueron quatro o çinco casas. E ansí es la verdad porque estetestigo lo vio e ve asy por sus ojos.

Preguntado por la segunda pregunta dixo que la sabe y es verdad lo enella contenido, porque este testigo ha visto e vee por sus ojos que muchos delos vezinos de la dicha çibdad, después de la dicha quema se an ydo fuera dela dicha çibdad a morar e poblar por las aldeas e otros en los arrabales de ladicha çibdad por los establos e pajares por no thener casas donde se acoger,e otros muchos están acogidos en los ospitales y hermitas e yglesias e mones-terios questaban en rededor de la dicha çibdad y cree este testigo que sy Diose su magestad non dan algund remedio, muchos de los vezinos de la dichaçibdad se yrán della a poblar a otras partes por ser pobres y la dicha çibdad deacarreto74 e costosa e pobre de tratos como en otras partes e porque es çierto

75 Repetido, çibdad.

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que los dichos vezinos quedaron muy pobres de la dicha quema porque conel //(941r) grand fuego [...] [...] presentando, se les quemó lo más que tenían desus aziendas, e ansy es la verdad porque este testigo lo vio por sus ojos.

Preguntado por la terçera pregunta dixo ques verdad que la dicha çibdad deOviedo es cabeça del Prençipado e quen ella por año, dos o tres vezes, los pro-curadores del dicho Prençipado se juntan en Junta General con el corregidor eprocuradores de la dicha çibdad75 a entender en las cosas de la buena goberna -çión e aministraçión de la justiçia e para hacer repartimientos de las rentas rea-les, e que si la dicha çibdad non se tornase a redeficar, todo peresçería e vendryadello mucho deserviçio a su magestad; e ansy es la verdad porque este testigo lovio e vee ansí por sus ojos y es verdad lo más contenido en la dicha pregunta.

A la quarta pregunta dixo que es verdad que a la dicha çibdad ocurrensienpre mchas personas estrangeras, romeros, peregrinos e otras personas a lavesitaçión e devoçión de las santas reliquias que en la yglesia mayor están, losquales no bendryan sy la dicha çibdad, casas y obspitales della non se torna-sen azer e rehedificar, porque non abrya dónde albergar e aposentar; e ansy esverdad porqueste testigo lo vio e vee por sus ojos y es muy público y notorio.

A la quinta pregunta, dixo que lo que della sabe queste año que pasó, entienpo que andaban las comunidades, vio cómo venieron algunos mensajerosde la çibdad de León a esta çibdad con cartas para que se juntasen con ellosen deserviçio de su magestad, e vio cómo sienpre la dicha çibdad d’Oviedoestubo paçifica y en serviçio de su magestad e envió gente e capitanes contralas dichas comunidades; lo demás contenido en la dicha pregunta lo oyó dezire vio cómo a la gente que fue aquí les pagaron e dyeron dyneros.

El76 dicho Gonçalo Fernández de Granda, “el viejo”, vezino de la dichaçibdad, testigo jurado, en forma preguntado sobre lo susodicho, a la primerapregunta dixo que es verdad lo en ella contenido; preguntando cómo lo sabe,dixo, porque se hallara la dicha noche de nabidad próxima pasada y la víspe-ra y el día en la dicha çibdad e vio cómo la dicha noche de Nabidad se ençen-dió fuego en una casa de la dicha çibdad, con un ayre grande que se levantóel fuego fue tan reçio e tan grande que no bastó gente para lo resistir e sequemó la dicha çibdad e non quedó sy no fueron çiertas casas de la canónigaquestaban detrás de la yglesia mayor, e vio cómo la dicha yglesia se ençendióe quemó çierta parte de la torre más alta de la dicha yglesia, e ansy es la ver-dad porque este testigo lo vio por sus ojos.

Preguntado por la segunda pregunta dixo que lo que della sabe es que,después de la dicha quema, vio que muchos vezinos e moradores de la dicha

76 Al margen, Tº.77 Sic, por pobres.78 Sic.

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çibdad por no thener dónde se acoger, se fueron a morar por las aldeas e otrosse salieron a los pajares que tenían fuera de la dicha çibdad por no tener dóndese acoger e que es çierto a creer deste testigo, sy Dios e sus magestades nonremedian para se tornar a poblar la dicha çibdad, muchos de los vezinos dellase yrán a otras partes por ser pobre77 e la çibdad costosa e no tener aparejopara tornar a redificar e ansy era la verdad.

Preguntado por la terçera pregunta, dixo que es verdad que la dicha çib-dad es cabeça del dicho Prençipado y en ella en cada año los procuradores delos concejos del dicho prençipado //(940r) se juntan con los procuradores d eladicha çibdad e con el corregidor para entender en la buena gobernaçión deldicho Prençipado e aministraçión de la justiçia, e que es verdad que si la dichaçibdad non se torna a redificar todo esto podrya peresçer.

A la quarta pregunta dixo que es verdad que a la dicha çibdad ocurrensienpre muchos romeros e peregrinos e otras personas a vesitar las santas reli-quias questán en la dicha yglesia mayor e en la Cámara Santa della, la qualdeboçión podrya peresçer sy en la dicha çibdad non se tornasen hacer ospita-les e mesones donde podyesen aposentar e ansí lo vio este testigo por sus ojos.

A la quinta pregunta dixo que syenpre oyó dezir a sus mayores a susmayores78 ançianos que desta çibdad e Prençipado se recobrara toda Españae vio sienpre a los vezinos de la dicha çibdad e Prençipado estar en serviçiode su magestad e de los reyes de gloriosa memoria e sabe que en tienpo de lascomunidades la dicha çibdad fue requerida por la çibdad de León para que sejuntasen con ella e la dicha çibdad non quisyera, antes viera que della e deldicho Prençipado enbiaran gente e capitanes en favor de los sennores gober-nadores e caballeros que heran en serviçio de su magestad e ansy es çierto,público e notorio e lo firmó de su nonbre Gonçalo Fernández.

El79 dicho Rodrigo de Oviedo, vezino de la çibdad de León, testigo jura-do en forma, preguntado por las dichas preguntas, a la primera pregunta dixoque lo que della sabe es queste testigo se halló presente a la dicha quema enla dicha çibdad e vio como el fuego se ençendió en la calle que dizen de Ci -ma devilla e fue tan grande el fuego con un ayre que con él se levantó que enel espaçio de çinco horas quemó toda la dicha çibdad, casas e obspitales eyglesias parrochales della y santos cruçifixos e ornamentos de las dichas ygle-sias, e la yglesia mayor por la torre más alta se ençendió e quemó muchamadera della e no quedó de quemar en la dicha çibdad si no çiertas casas enun barrio de la canóniga, e que es verdad quel fuego fue tan grande que losvezinos de la dicha çibdad perdieron muchas haciendas de las que tenían en

79 Al margen izquierdo: Tº.80 Al margen, Tº.81 Sic, por obspitales.

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sus casas por non lo poder sacar, e ansy lo vio este testigo por sus ojos.A la segunda pregunta, dixo que lo que della sabe es que después de la

dicha quema vio e vee a muchos vezinos de la dicha çibdad salirse con susmujeres e fijos a los monesterios y hermitas que estaban en rededor de ladicha çibdad e otros a los pajares que tenían fuera de la dicha çibdad e otrosse fueron a las aldeas con sus mujeres e fijos por no thener donde se acoger ea creer deste testigo, sy Dios e sus magestades non remedian, muchos de losvezinos de la dicha çibdad se yrán a otras partes a poblar por ser pobres e averperdido lo que tenían y por la dicha çibdad ser costosa, e ansy es la verdad.

Preguntado por la terçera pregunta, dixo que lo que della sabe es que vioe vee en cada anno juntarse en esta dicha çibdad los procuradores de losconçejos del Prençipado con los de la dicha çibdad e con el señor corregidory entender en las cosas conplideras al serviçio de su magestad e de la buenagobernaçión, e sabe que la dicha çibdad es cabeça del dicho Prençipado y enella reside la justiçia e se hazen repartimientos, e sy la dicha çibdad non setornase a rehedificar, todo esto podrya peresçer e serya en gran danpno de sumagestad //(940v)

Preguntado por la quarta pregunta dixo que es verdad que a la dicha çib-dad ocurren e biene sienpre gente de muchas partes e romeros e peregrinos avesytar las santas reliquias questán en la yglesia mayor desta çibdad los qua-les non vendryan e la deboçión podrya peresçer si los obspitales e mesones dela dicha çibdad non se tornasen a redeficar e ansí era la verdad.

A la quinta pregunta dixo que sienpre oyó dezir a sus mayores ançianosque de la dicha çibdad e Prençipado se avía ganado e recobrado España de losynfieles e es verdad que sienpre la dicha çibdad e Prençipado a estado en ser-viçio de su magestad e de los reyes de gloriosa memoria sirviendo en las gue-rras; e sabe que de la dicha çibdad e Prençipado fueron gente e capitanes entienpo de las comunidades en servçio de su magestad, en favor de los señoresgobernadores e caballeros, e que ansy mismo sabe e vio cómo la dicha çibdadfue requerida por la dicha çibdad de León para que se juntasen en su fabor ede las comunidades e ansy lo vio este testigo por sus ojos e no lo firmó por-que dixo que no sabía.

El80 dicho Juan de Fitoria, vezino de la aldea de Fitoria jurado en formaarticulado en preguntado, a la prymera pregunta dixo que lo que della sabe esque la noche de Navidad próxima pasada este testigo se alló en esta çibdad deOviedo e vio como en la calle que dizen de Çimadevilla enprendió el fuego econ él se levantó tan grande ayre que quemó la dicha çibdad en espacio dequatro o çinco oras en que la pryesa fue tan grande del fuego que muchos delos vezinos de la dicha çibdad perdieron lo más de sus aziendas por no lo po -

82 Tachado, -s.

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der sacar e vio que del dicho fuego se quemaron las yglesias parrochales eobpitales81 de la dicha çibdad e se ençendió la torre más alta de la yglesiamayor e parte de la dicha yglesia que con mucho trabajo se aplacó y con todala dicha çibdad no quedó syno çiertas casas de la canóniga que estaban detrásde la dicha yglesia; en ansy lo vio este testigo por sus ojos.

Preguntado por la segunda pregunta dixo que es verdad que muchos delos vezinos de la dicha çibdad por no thener ni poder aver casas en los arra-vales della82, se fueron a morar por las aldeas e otros por los pajares quetenían en rededor de la dicha çibdad, donde thenían sus ganados e yerba, eotros por los monesterios y ermitas de enrededor de la dicha çibdad; e esçierto que si la dicha çibdad non se tornase a redeficar, muchos de los dichosvezinos se yryan a otras partes a poblar por no aber casas en los arrabales dela dicha çibdad e porque ellos son pobres y la çibdad costosa, no lo podryanhazer.

A la terçia pregunta dixo ques verdad que la dicha çibdad es cabeça deldicho Prençipado e syenpre en ella resyde el corregidor e sus justiçias y encada un año este testigo vee que los procuradores del dicho Prençipado conlos de la dicha çibdad se juntan en ella a sus repartimientos e otras cosas con-plideras al serviçio de sus magestad e vien de la dicha çibdad e Prençipado; eque a creer deste testigo, sy la dicha çibdad non se torna a hedificar más de loquestá, todo peresçería. //(943r)

A la quarta pregunta dixo que lo que della sabe es que syenpre ha visto evee venir e ocurrir a la dicha çibdad muchos romeros peregrynos e otras per-sonas de diversos estados a lo83 devoçión e vesytaçión de las santas reliquiasde la yglesia mayor de la dicha çibdad, e vio e vee que los obspitales della eyglesias parrochiales della se quemaron la dicha noche y a esta cabsa sy no serehedificase se podrya perder la debuçión84 de las dichas santas reliquias eaún el trato de la dicha çibdad.

A la quinta pregunta dixo que sienpre oyó dezir a sus mayores ançianose aun lo vio por escriptura, que de la dicha çibdad e Prençipado se avía gana-do e reduzido España de los ynfieles e sienpre a visto a los vezinos de la dichaçibdad e Prençipado estar en serviçio de su magestad e de los reyes de glo-riosa memoria, e servir en las guerras e vio que en tienpo de las comunidadesfueron de la dicha çibdad e Prençipado mucha gente e capitanes en favor delos señores gobernadores e caballeros, e vio venir a esta çibdad de la çibdadde León, çiertos mensajeros con cartas. Non sabe lo que en ellas dizían, por-que no las vio, mas de cómo oyó dezir que enbiaban requerir a la dicha çib-

83 Sic, por la.84 Sic, por devoçión.85 Al margen, Tº.86 En renglón aparte: va emendado o diz “don” e va (tachado: testado) es escripto entre renglones o diz

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dad se juntasen con ellos en favor de la comunidad; e deste caso no sabe otracosa, e non lo firmó porque dixo que non sabía.

El85 dicho Juan Alfonso, cantero, vezino de la villa de Avillés, estante enla dicha çibdad de Oviedo, testigo jurado e preguntado en forma, a la pryme-ra pregunta dixo que de lo que della sabe es queste testigo se halló en la dichaçibdad el dicho día de Nabidad próximo pasado e la noche que se enprendióel fuego en ella e vio como se encomençó a ençender la calle que dizen de Çi -ma devilla e vio como con el dicho fuego se levantó un ayre que en espaçio dequatro o çinco horas quemó la dicha çibdad en que quemaron yglesias e obs-pitales de la dicha çibdad e que en la dicha çibdad non quedó por quemar synoçiertas casas de la canóniga questaban de detrás de la yglesia mayor e palaçiosepiscopales que heran de los canónigos; e saber ansí mismo que muchos vezi-nos de la dicha çibdad perdieron muchas de sus aziendas por no las podersacar e salvar con la grand pryesa del fuego; e así lo vio este testigo por susojos.

A la segunda pregunta dixo que es verdad lo en ella contenido. Pregunta -do cómo lo sabe, dixo que porque vio e vee después de la dicha quema a mu -chos vezinos de la dicha çibdad, por no thener dónde se recoger en ella, yrsea bebir a las aldeas e otros por los monesterios y ermitas y ospitales questa-ban en rededor de la dicha çibdad e que a creer deste testigo, sy la dicha çib-dad non se torna a redificar, muchos de los vezinos se yrán a otras partes apoblar por ser pobres y la dicha çibdad costosa e aver perdido mucha parte desus aziendas; e ansy es çierto, público e notorio.

A la terçera pregunta, dixo que es verdad que la dicha çibdad es cabeçadel dicho Prençipado donde los procuradores de la dicha çibdad e corregidore justiçias della >se juntan< a entender en los repartimientos de alcabalas,pechos e derechos e otras cosas conplideras al serviçio de su magestad y biende la tierra y en la dicha çibdad resyden los corregidores e sus justiçias e allíocurre todo el Prençipado; e sy la dicha çibdad non se rehe-86 //(943v) -difica-se, todo esto podrya peresçer sy la dicha çibdad non se tornase a reedificar elas rentas de su magestad se prodryan deminuir por no aver vezinos e tratan-tes en la dicha çibdad e ansy es çierto, público e notorio.

A la quarta pregunta dixo que lo que della sabe es que a la dicha çibdadsyenpre ocurren a ella muchas personas, peregrynos e romeros a la vesitaçióne devoçión de las santas reliquias que en la yglesia mayor están, e segúnd ago -ra se quemaron los ospitales e otros mesones de aposento que en la dicha çib-dad avía, aunque beniesen no abryan dónde reparar e a esta cabsa non ven -

“se juntan”; y en este renglón va testado o diz “testado”.87 Al margen, Tº.88 En la guarda (p. 10, fol. 942v), y en letra contemporánea, Probança fecha en la çibdad de Oviedo sobre

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dryan e podrya peresçer la deboçión de las antas reliquias e ansí es çierto, pú -blico e notorio.

A la quinta pregunta dixo que sienpre este testigo oyó dezir que de ladicha çibdad e Prençipado se avía ganado e reduzido España de los ynfieles esienpre vio a los vezinos de la dicha çibdad e Prençipado estar en serviçio desu magestad e de los reyes de gloriosa memorya, e oyó dezir quel año pasa-do, en tienpo de las comunidades, la dicha çibdad de Oviedo fuera requeridapor la çibdad de León se juntasen con ella e con las comunidades e la dichaçibdad de Oviedo non quisyera, más antes, como leales servidores e vasallosde su magestad, los viera enbiar gente e capitanes en su serviçio en favor delos señores gobernadores e de los caballeros que en serviçio de su magestadestaban, e ansí es çierto, público e notorio, e non lo firmó porque dixo que nonsabía.

El87 dicho Juan Carrio, vezino de la merindad de Trasmiera, estante en ladicha çibdad, testigos e jurado e preguntado en forma.

A la prymera pregunta dixo que ha tenido e tien notiçia de la dicha çib-dad de Oviedo antes e al tienpo e después que se quemó e la vio quemarse<la> noche de Navidad próxima pasada, e vio que se quemó e abrasó en elespaçio de quatro o çinco horas e vio la pryesa del fuego, tanta que muchosvezinos de la dicha çibdan perdyeron mucho de sus aziendas por no lo podersalvar e sabe que todo lo demás contenido en la dicha pregunta es verdad por-que ansí lo vio este testigo por sus ojos.

A la segunda dixo que es verdad lo en ella contenido. Preguntado cómo losabe, dixo porque ansí lo vio e vee por sus ojos y es çierto, público e notorio.

A la terçera pregunta dixo que es verdad que la dicha çibdad es cabeçadel dicho Prençipado y en ella, en cada un año, los procuradores del Pren -çipado, con los de la dicha çibdad e regidor e justiçia della, se juntan a enten-der en las cosas de la gobernaçión de la dicha çibdad e Prençipado e reparti-miento de rentas reales, lo qual todo çesaría si la dicha çibdad non se tornasea redificar.

A la quarta pregunta dixo pues verdad que a la dicha çibdad ocurren evienen muchas personas, romeros e peregrynos de dyversas partes, los quales,sabiendo que no ay ospitales e mesones de aposento, no bendryan e por ellospodrya // (942r) peresçer la devoçión a las santas reliquias que ay en la yglesiamayor de la dicha çibdad, e ansí es çierto, público e notorio.

A la quinta pregunta dixo que syenpre oyó dezir que desta çibdad e Pren -çipado fuera ganada e reduzida España de los ynfieles e syenpre vio a losvezinos de la dicha çibdad e Prençipado estar en serviçio de su magestad e,como leales servidores, en el tienpo de las comunidades, les vio enviar gente

la quema della. Syn día. En sentido transversal y en otra letra (muy posterior): 1522. Soria. In -

45OVIEDO EN EL TRÁNSITO DE LOS SIGLOS XV AL XVI

e capitanes en favor de los señores gobernadores, e ansy es çierto, púbico enotorio, e no lo firmó porque dixo que non sabía escrevir.

En la çibdad de Oviedo, a diez días del mes de hebrero de quinientosveynte dos años, antel dicho señor liçençiado Juan Martínez, teniente, pares -çió presente el dicho Pedro de Vega, personero en nombre de la dicha çibdade dixo que pedía al dicho señor teniente le mande dar un traslado o dos o treso más desta ynformaçión e problança para presentar ante sus magestades eante los señores gobernadores e los señores de Consejo Real, sinados e çerra-dos e sellados en pública forma interponiendo su abtorydad e decreto e avtojudiçial e pediólo por testimonio. El dicho señor theniente dixo que le man-daba e mandó dar los dichos traslados a los quales e a cada uno dellos; dixoque ynterponía e ynterpuso su abtorydad e decreto e abto judiçial para quevalgan en juyçio e fuera dél.

Testigos, el liçençiado Gonçalo de Mercado e Gonçalo Rodríguez deGranada e Alfonso Estévanez, vezinos de la dicha çibdad de Oviedo.

Yo, el dicho Juan de Carrio, escribano público sobredicho, en uno con losdichos testigos a lo que dicho es presente fuy, e de mandamiento del dichoseñor liçençiado Juan Martínez, teniente, e de pedimento de dicho Pedro deVe ga, procurador de la dicha çibdad, esta escriptura de ynformaçión comoante mí paso por mano de otro que fielmente fizo escrevir, por ende, fize aquíeste mío signo [...] en testimonio de verdad.

(S.)Juan de Carrio, escribano88

formación hecha en Oviedo a 4 de febrero de 15220 (sic). Sobre los daños que sufrió (tachado, entiempo de las comunidades) cuando se quemó casi toda la noche de Navidad de 1521. Resulta que elfuego fue tan violento que en 4 ó 5 horas la consumió toda, salvándose solamente parte de la iglesiamayor, los palacios episcopales y algunas casas de la canóniga que estaban detrás de dicha iglesia.