Nuevas aportaciones para el conocimiento de la secuencia ocupacional del área periurbana de Mérida
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Nº Intervención: 8040Fecha de intervención: Del 25 de Septiembre del 2001 al 8 deFebrero del 2002.Ubicación del solar: Hoja 00N.10N, Manzana 10096, Solar 01,(parcelario 1983).Promotor: Consejería de Educación y Tecnología de la Junta deExtremadura.Dimensiones del solar: 264.110 m2.Cronología: Romano Altoimperial-Bajoimperial, Tardoantiguo-Visigodo, Medieval y Moderno-Contemporáneo.
Usos: Defensivo, viario, hidráulico, doméstico, funerario, agro-pecuario.Palabras clave: Fossae, domus, recogida y canalización de aguas,vía extramuros, enterramientos de inhumación.Equipo de trabajo: Arqueóloga: Carmen Pérez; dibujante:Joaquín Suárez; topógrafo: Javier Pacheco; peones de obra:Máximo Aguilera, Francisco García, Guillermo González,Agustín Molina.
Nuevas aportaciones para el conocimiento de la secuenciaocupacional del área periurbana de Mérida
Intervención arqueológica en el Colegio Giner de los Ríos, Barriada República Argentina
CARMEN PÉREZ [email protected]
DIAGRAMA OCUPACIONAL
FICHA TÉCNICA
CARMEN PÉREZ MAESTRO Mérida excav. arqueol. 2002, 8 (2005)
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FIGURA 1Plano de situación y contextualización
INTRODUCCIÓN
El solar, con planta en forma de L, corresponde conun sector del patio del colegio Giner de los Ríos. Estádelimitado al S y al O por parte de las fachadas nortey este del edificio antiguo del colegio y la fachada Ndel edificio que a éste se adosó posteriormente y al Ny al E por la tapia que separa el patio de las callesMarco Agripa y Villafranca respectivamente. Se ubicaen la parte más alta de la ciudad, a unos 240 m de alti-tud, cerca de las grandes edificaciones públicas delteatro y anfiteatro y extramuros con respecto al tra-zado de la ciudad romana. Se encuentra a escasosmetros al E de muralla perimetral, es más, dentro delespacio ocupado actualmente por las edificacionesdel colegio, se conserva un pequeño tramo de lamisma, destacando su correspondiente refuerzo desillares de granito que sobresale de la fachada princi-pal. Otra construcción significativa que encontramosdentro de las instalaciones educativas, es un tramo dela conducción hidráulica de Cornalvo, constituida poruna galería abovedada con cubierta de medio cañón,realizada por aproximación de hiladas de lajas de pie-dra dispuestas verticalmente y unidas con argamasa;el pavimento de opus signinum y las paredes de opusincertum revestidas con opus signinum. Dicha conduc-ción continúa a través del estadio del fútbol (fig. 1b),sito en la C/Villafranca, documentándose su trazadodurante los trabajos realizados en el mismo por JuanaMárquez (1997) , además de otros usos de este espa-cio en época romana: industrial (horno, pozo y pisci-nas) y funerario (enterramientos de incineración einhumación).
En las excavaciones a cargo de M. José Ferreira, (nºreg. 0017) en el patio del colegio (fig. 1c), se localiza-ron a escasos centímetros de la superficie actual dosenterramientos bajoimperiales de tégulas dispuestas ados aguas muy arrasados.
Las obras de acometidas de agua realizadas en laBarriada Argentina (fig. 1d) dieron unos resultadosde, pavimentos de mortero hidráulico amortizadospor niveles de escombros, donde se excavaron conposterioridad tumbas de inhumación ausentes deajuares funerarios (Sánchez 2001). Por otro lado, enlos seguimientos de obra de zanjas realizadas en la c/
Marco Agripa (fig. 1e y 1a), se documentaron unpavimento de mortero hidráulico y una posiblevivienda extramuros (Sánchez 2002) y una estructurade opus caementicium en línea con el trazado de la mura-lla (nº reg. 2403).
Con motivo de la construcción de un grupo deviviendas próximas a la iglesia de San José (fig. 1f)cercana al solar que nos ocupa (nº reg. 0010), apare-cieron, los restos de una necrópolis tardorromana-visigoda que presentaba diversos tipos de enterra-miento: cubierta de piedra de grano, con lajas de gra-nito haciendo de caja; de tipo mixto, alternando gra-nito, piedras de calzada y lajas de mármol; interior ensimple fosa o caja realizada con pequeñas piedras dediorita y fragmentos de ladrillo; pavimento de morte-ro hidráulico. En los enterramientos, los esqueletosaparecen en posición decúbito supino, con los brazosextendidos a lo largo del cuerpo, con una orientacióneste-oeste y sin ajuares funerarios.
Como paso previo a las obras, el equipo de segui-miento de obras del Consorcio, realizó los sondeosarqueológicos preceptivos (nº reg. 2359), que mostra-ban la presencia de partes de cimentaciones, realiza-das con piedras dioríticas y fragmentos de ladrillo, endos de los mismos. En otro de los sondeos y, a unmetro de profundidad, se observó una estructura deladrillo de dimensiones indeterminadas en uno de losperfiles. Por último, en el cuarto sondeo se registróun preparado de roca machacada de gran dureza(posible camino), que fue cortado para realizar unatumba, de la que se conserva parte de su cubierta detégulas (fig. 1g).
Debido a los resultados positivos de la mayoría de lossondeos (4 de 5), se procedió a la excavación enextensión en todo el área, utilizando como sistema deregistro el método Harris, identificando así las unida-des estratigráficas y plasmando las mismas en lasfichas proporcionadas por el Departamento deDocumentación del Consorcio. Hemos documenta-do una importante y larga secuencia cultural, defini-da en 175 unidades estratigráficas agrupadas la mayo-ría de las mismas en 30 actividades. Las unidades res-tantes proporcionaron una información muy parcialpara poder ser aglutinadas en una actividad concreta.
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FIGURA 2Planta diacrónica de los restos documentados en el solar.
DESARROLLO DE LA EXCAVACIÓN
La superficie (A 1) del solar estaba constituida poruna gruesa losa de cemento que constituye el patioactual del colegio. En dicha superficie se observarondos sillares de granito (ue 8 y ue 38) procedentes dedel refuerzo de la muralla altoimperial, distante aescasos metros del área de intervención, que habíandesplazados de su lugar de origen para ser utilizadoscomo bancos para sentarse.
Después de levantar mediante martillo compresor lalosa (ue 1), el mallazo (ue 2) y el hormigón armado(ue 4), se procedió a retirar de la esquina NE delsolar, un estrato contemporáneo (ue 25), abundanteen cascotes de ladrillo y fragmentos de azulejos, mez-clados con tierra granulosa, que cumplía la funciónde nivelar el terreno antes de ser cubierto por elcemento. Así, quedó al descubierto la superficie anti-gua del patio (A 2) del colegio. Superficie de tierrasuelta (ue 12) ligeramente en pendiente descendenteal NE y el acerado (ue 6, de losas cuadradas decemento) y su escalón correspondiente (ue 5, deladrillo), que circundaban el edificio del colegio ante-riormente a la reforma de dicho patio.
Producto del uso de este mismo área como recintoferial (A 5), se documentaron, un estrato de tierracon abundantes restos de carbón, cenizas, huesosquemados de animales, chapas y cristales de botellas(ue 24) y un agujero de poste (ue 50).
Una vez levantados dichos restos de actividad, que-daron a la vista cinco tuberías, de desagüe y abasteci-miento de agua (A 3 y 4), tres de ellas del colegio (ue15, 16 y 17) y dos generales de la Barriada RepúblicaArgentina (ue 18 y 19). La zanja (ue 20) realizada parainsertar las gruesas tuberías de cemento y plásticocorrugado, atraviesa en dirección NO-SE el sectornorte del área excavada, cortando así los estratosarqueológicos. Sucede de igual manera en el sectorsur, con la tubería de cemento (ue 15) que desagualos servicios del colegio.
El signo de actividad documentado a continuación,estaba constituido por un estrato de tierra agrícola(ue 26), de mayor potencia en el sector NE debido a
la inclinación del terreno y que, junto con una subes-tructura de cemento (ue 86) de 20 cm de profundi-dad, localizada en la esquina NE del solar e identifi-cada como un abrevadero, nos confirman el usoagroganadero de este espacio (A 6).
Una única actividad, A 21, representa la fase medie-val. Se trata de un enterramiento de inhumacióndoble que reaprovecha la estructura de una actividadfuneraria de época tardoantigua (A 20), parte de lacual fue desmontada. La cubierta primigenia, com-puesta por una gran losa de diorita que nunca regre-só a su posición original, se localizó al exterior de laestructura. Sobre ésta, se habían depositado algunaspiedras, restos constructivos procedentes del des-monte de la estructura reutilizada. El primer indivi-duo hallado en su interior correspondía con un adul-to masculino (ue 90). Fue colocado en posición decú-bito supino y con orientación O-E. El brazo izquier-do estaba extendido a lo largo del cuerpo y el dere-cho flexionado con la mano bajo la cadera. Bajo elmismo aparecieron las extremidades inferiores deotro individuo adulto (ue 114) dispuesto directamen-te sobre la roca geológica y con idéntica posición yorientación al que se superponía. Entre ambos indi-viduos se encontró y un fragmento de cerámicavidriada melada.
La fase tardoantigua viene representada por dos tiposde actividad, habitacional y funeraria (fig. 3). La A 24está integrada por una serie de muros, que se adosanen unas ocasiones (compartimentando así los espa-cios) y se superponen en otras, a estructuras murariaspreexistentes, con orientaciones N-S y O-E. Son defabrica irregular a base de mampostería de piedra ymateriales latericios reutilizados, todo ello trabadocon barro (ue 70, 71, 75, 74). Han sido muy arrasa-dos por las actividades agrícolas por lo que conservanmuy poca altura. Delimitan aparentemente dos espa-cios de habitación de forma rectangular, uno de loscuales es subdividido en dos pequeños espacios pordos muretes. No se documentaron niveles de sueloasociados a los mismos. Los estratos de tierra que lasamortizan tienen como material significativo frag-mentos de cerámica común de pasta clara y abun-dante mica, así como fragmentos de terra sigillata afri-cana.
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En la zona central del solar y adscribibles a estamisma fase, documentamos una serie de restosestructurales realizados en opus incertum en pésimoestado de conservación: restos de un muro (ue 11)con orientación NE-SO y una anchura de 62 cm, delque sólo se conservan algunas piedras; un tramo demuro (ue 82) con orientación N-S y una anchura de65 cm; y escasos restos de otro muro (ue 87) conorientación N-S y una anchura 56 cm.
En el sector E del solar y ocupando un determinadoespacio cronológicamente anterior, una vía, de la quehablaremos en la fase altoimperial, fueron documen-tados 14 enterramientos de inhumación de época tar-doantigua cuyas características se resumen en la tabla1. Algunas de ellas se muestran en las figuras 4, 5, y 6.
La fase bajoimperial (fig. 7) viene representada porlos restos de una estructura habitacional, documenta-
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FIGURA 3Planta de restos de las fases Tardoantigua y Visigoda.
da en el sector NO del solar y que constituye la A 25.Se trata de un muro (ue 72) de opus africanus, con unaanchura de 65 cm, realizado a base de grandes sillaresde granito con espacios intermedios entre ellos, queson rellenados con muros de mampuesto de piedrasde mediano tamaño bien careadas (fig. 8). Tiene unaaltura conservada de 50 cm y una orientación casi E-O y se apoya sobre el muro perpendicular, ue 78, deépoca altoimperial, amortizando así al mismo. A éste,se adosa un pavimento de opus signinum de 6 cm degrosor (ue 96) mediante una moldura de cuarto decaña, siendo el único suelo documentado en la exca-vación.
Adscritos a esta misma fase, y al igual que sucede enla fase anterior, documentamos una serie de estratosdispersos por el solar, cuyo mal estado de conserva-
ción nos aporta una información sesgada acerca delos mismos (fig. 7). De norte a sur, documentamosdos cimentaciones. Ue 76 está realizado a base decantos rodados trabados con barro que se apoyansobre la roca geológica. Tiene una anchura de 65 cmy presenta una orientación N-S. Ue 57 tiene las mis-mas características formales que la anterior, tieneuna anchura de 69 cm y una orientación N-S. Sobresu extremo sur conservado, se levanta parte del alza-do del muro de opus incertum que soporta (ue 31).Parte del derrumbe de dicho muro (ue 59), se docu-menta en su lado este. En una misma cota y cerca deue 59 documentamos un conjunto de ladrillos concal (ue 65).
Unos metros más al sur documentamos una serie deestratos de destrucción o abandono (ue 13, 40 y 45)
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FIGURA 4Inhumación infantil de época Tardoantigua (A 12).
FIGURA 5Fosa de inhumación adulta de época Tardoantigua (A 14),
excavada en la vía.
conformados por fragmentos de tégulas, fragmentosde dolias y restos óseos animales.
Al sur de ue 45 encontramos ue 14. Es un muro rea-lizado con piedras trabadas con barro entre las que seintercalan hiladas verticales de ladrillos. Tiene unaorientación casi E-W y una altura conservada de 50cm. Solo está careado en su lado N. Se trata de unmuro de contención que sostiene un relleno de tierracon abundantes restos de materiales constructivos,fragmentos de tégulas, ladrillos y piedras (dioritas ygranitos).
De manera aislada, como podemos observar en la fig.7, documentamos los restos de una canalización conorientación NO-SE. Sus límites laterales están reali-zados con hiladas superpuestas de ladrillos unidoscon barro (ue 116) sobre los que se apoyan en secoladrillos dispuestos horizontalmente para conformarla cubierta (ue 93).
La fase altoimperial (fig. 9) es la que mejor estárepresentada en nuestra intervención. En sectorNO y bajo A 4 se documentaron una serie deestructuras murarias (fig. 8) con orientaciones para-lelas (ue 42, 78 y 58) y perpendiculares (ue 107, 73,77 y 104) a una vía y a su vez a la muralla fundacio-nal. Las estructuras murarias, bien careadas, tienenparamentos de opus incertum, sobre los que se inter-calan en ocasiones, hiladas de ladrillos, unidos conmortero de barro.
Una vez retirados los estratos de tierra del interiorde las estructuras, se observó que éstas estaban deli-mitando aparentemente dos espacios de habitación.La habitación este, de forma rectangular, estaba deli-mitada al oeste por ue 42 (56 cm de anchura), alnorte por ue 77 (67 cm de anchura), al sur por ue 73(58 cm de anchura) y al este por un gran corte reali-zado en la roca geológica (ue 131), que describire-mos posteriormente. Ue 73 se adosa en su extremoeste a un robusto pilar rectangular de diorita y cal(ue 29), cuya funcionalidad desconocemos. Nohemos documentado elementos similares en lamisma línea descartando así la idea de un pórtico.
Al sur de ue 73 y perpendicular al mismo docu-mentamos ue 58. Se trata de un muro realizado demampostería mixta, compuesta por piedras dioriti-cas, fragmentos de ladrillo con cal, fragmentos detégulas e incluso un fragmento de fuste de columnade granito con una anchura de 70 cm.
Paralelo al muro ue 73, en su lado S, y en una cotainferior, documentamos ue 107 (65 cm de anchura),de igual mampostería, que se apoyaba directa y per-pendicularmente al gran corte realizado en la roca.La habitación oeste, estaba delimitada al este por ue42, al S por ue 73 y al N por ue 104 (54 cm deanchura), sin conocerse su límite O. Este espacioposeía un posible acceso (de 76 cm de anchura) ensu lado N, flanqueado por los arranques de un arcode ladrillo (ue 105 y 106). La ue 105 conserva unaaltura de 60 cm y 7 hiladas de ladrillos dispuestospor pares y unidos con cal y arena. La ue 106, sóloconserva una hilada de ladrillos. Esta estructura noshizo pensar en la presencia de un hipocausto, sinembargo, las caras vistas del arco no presentabanhuellas de quema, por lo que descartamos su fun-cionalidad como tal. Se documentó además, dentrode esta habitación, un derrumbe de materialesconstructivos revueltos (ue 119, fragmentos deladrillos y tégulas y piedras de mediano tamaño conpintas de cal) de 10 cm de potencia y una acumula-ción de cantos de río (ue 118) con una potencia de15 cm.
En ninguno de los espacios se detectaron áreas deactividad concretas, ni las superficies de uso ya que
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FIGURA 6Actividades funerarias de distinta tipología formal de época
Tardoantigua (A 17, 18 y 19).
seguramente fueron arrasadas por los sucesivosniveles de destrucción.
Las cimentaciones de todas las estructuras murarias,realizadas en su mayor parte, a base de cantos rodados,se embutieron en zanjas realizadas en un potenteestrato de relleno (ue 62) de tierra arcillosa de coloranaranjado, con abundantes restos de materiales
constructivos y cerámica. Del material cerámicorecuperado en este estrato, hay que destacar las for-mas Drag. 24/25, 37 y 27 de sigillata hispánica, y lasformas Mayet XLIII de paredes finas, que nos pro-porcionan una cronología del s. II (fig. 10).
Únicamente parte de las cimentaciones de ue 73 y ue77 se embutieron en zanjas realizadas en y de forma
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FIGURA 7Planta de restos del la fase Bajoimperial.
perpendicular a ue 131, unidad de la que hablaremosmás adelante. La ue 121 es una zanja de 42 cm de pro-fundidad y 34 cm de ancho a cada lado y ue 122 tiene13 cm de profundidad y 8 cm de ancho a cada lado.
Como ya dijimos anteriormente, en el límite E deeste sector habitacional se documento un gran corterealizado en la roca geológica en pendiente hacia el O(ue 131), con orientación prácticamente N-S y queatraviesa todo el área excavada. Se trata de un corteque corre paralelo al trazado de la muralla romana ya una distancia aproximada de 25 m al E de la misma.No hemos podido documentar su profundidad total(a 8 m del corte se documentó mediante un sondeo,una profundidad mínima de 2 m), pero sí su secciónen forma V. Tanto por sus características formalescomo por su ubicación, podríamos inferir que setrata del gran foso que rodearía la muralla fundacio-
nal al menos por el lado E de la ciudad romana. Estefoso fue colmatado por potentes rellenos de tierracon vertidos de desechos domésticos y constructivos(ue 62, 83, 101, 98). El estudio preliminar de losmateriales indican una cronología de fines del s. Iprincipios del s. II d. C. para los niveles de amortiza-ción del mismo.
Por el sector SE-E del solar y con un trazado parale-lo a ue 131, discurre una vía (A 23) con orientaciónprácticamente N-S (fig. 11). Una superposición deestratos que se apoyan en la roca geológica compo-nen su agger: capa de tierra arcillosa de color naranjade 2 cm de grosor (ue 173), preparado de toscamachacada de 6 cm de grosor (ue 157) y un nivel desuperficie de cantos de río compactados mezcladoscon piedras dioríticas más o menos planas de 12 cmde grosor (ue 64) (en el que se observan parcheadosy suaves surcos), cuyo grosor total es de aproximada-mente 20 cm. Está delimitado en su lado O por unaalineación de piedras dioríticas de mediano tamaño(ue 126). La anchura documentada de la vía es de 6m, pero debió ser mayor puesto que ésta continúapor debajo del murete que delimita el solar (lado E).
Entre A 23 (vía) y ue 131 (corte del foso) se docu-menta A 22. Se trata de dos zanjas excavadas en laroca (43 cm de profundidad y 60 cm de anchura, 26cm de profundidad y 55 cm de anchura) de secciónen U (ue 109 y ue 110 respectivamente) y que correncon pendiente descendente al N, paralelas a la vía (fig.12). La ue 109 presentaba cubierta de ladrillos (ue120 y ue 108) conservada solo en tramos. Interpre-tamos las mismas como canalizaciones de agua.Ambas desembocan en un espacio cuadrangular (ue112) excavado en la roca y revestido con ladrillos ysigninum (ue 153), con una profundidad de 34 cm yunas dimensiones de 2 x 1,10 m que parece funcio-nar como deposito de recogida de aguas de lluvia. Aligual que sucede con la vía, la ausencia de superposi-ciones constructivas sobre esta actividad nos indicande nuevo su uso prolongado.
El sector sur del solar encontramos parte de unaestructura aparentemente cuadrangular delimitadaúnicamente por dos muros de opus incertum que seasientan sobre los niveles de amortización del foso.
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FIGURA 8Inhumación infantil de época Tardoantigua (A 12).
Ue 91 tiene una anchura de 54 cm y una orientaciónE-O. Ue 92 tiene una anchura de 60 cm y una orienta-ción N-S. No lejos de ésta aparecen una serie de cana-lizaciones. La A 28, constituida por una canalizaciónde ladrillo, ue 161, con orientación NE-SO y un espa-cio interior de 26 cm de altura y 65 cm de ancho, pre-sentando una cubierta (ue 162) realizada en tramos poraproximación de ladrillos y por otro con materiales
reutilizados (ladrillos, opus signinum y mármol). La A 29consistía en otra canalización realizada con ladrillosdispuestos en hiladas y trabados con barro, conser-vando hasta tres hiladas superpuestas. Presentaba unancho interior de 12 cm y una profundidad de 15 cm.Se documentó el piso de la misma, realizado con pie-dras menudas y grandes ladrillos planos dispuestoshorizontalmente. Sobre esta canalización se apoyaban
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FIGURA 9Planta de restos de la fase Altoimperial.
los restos de un muro de opus incertum, ue 167. Ambascanalizaciones se introducen por debajo del muro delcolegio y con seguridad desembocarían en o partiríande uno de los ramales del acueducto de Cornalvo,sito a escasos metros.
Por otro lado, llama la atención, la presencia de unfoso cuadrangular excavado en la roca con paredesrectas (ue 158) y sin ningún tipo de revestimiento delas mismas. Con unas dimensiones de 1,75 m deancho y 2,90 de largo y una profundidad mínima de90 cm. Barajamos dos posibilidades en cuanto a sufuncionalidad, cantera o pozo séptico. No ha sidoexcavado hasta su base, pero los materiales cerámicosencontrados en su relleno (ue 159) indican para sucolmatación, una cronología altoimperial.
EVOLUCION HISTÓRICA DE LA OCUPACIÓN DEL SOLAR
El vestigio más antiguo documentado en el solar, estáconstituido por el gran corte realizado en la roca geo-lógica (fig. 9) en pendiente hacia el O (ue 131), queatraviesa todo el área excavada de manera paralela altrazado de la muralla fundacional y a unos 25 m de lamisma. Como ya dijimos anteriormente, tanto suscaracterísticas formales como su ubicación nos esta-rían indicando la existencia de una fossae que circun-daría la muralla fundacional, al menos por este ladode la cuidad. Teniendo en cuenta que los flancos O yN estarían protegidos por los fosos naturales de losríos Guadiana y su afluente el Albarregas respectiva-mente, el sector E, sería el único que habría quedefender de manera importante.
La posibilidad de la existencia de una fosa defensiva,ya fue apuntada por Feijoo (2000) radicando la razónfundamental de su posible existencia, en los grandescortes realizados en la roca geológica, documentadosen los siguiente puntos perimetrales de la muralla: enla confluencia entre las c/ Constantino y la c/Concejo, en c/ República Argentina, en nº 6-8 de laRambla de Santa Eulalia y en el nº 3 de la c/ Augusto.Feijoo afirma que el foso es visible actualmente en lacasa del anfiteatro bajo el acueducto Rabo de Buey-San Lázaro, que tiene que salvarlo mediante un arco.Revisando la bibliografía al respecto, no encontra-mos ningún estudio referente a este tipo de cons-trucciones en urbes romanas de la Península Ibérica,únicamente Hauschild apunta una nota referida a la
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FIGURA 10Cerámica de época Altoimperial: 1 (8040/62/110): vaso de pare-des finas con decoración a ruedecilla; 2 (8040/62/30): Cuenco deT.S.H. con decoración de festones; 3 (8040/62/94): vaso de T.S.Hlisa; 4 (8040/62/80): vaso de T.S.H lisa; 5 (8040/62/1) vasode paredes finas con decoración de líneas incisas; 6 (8040/62/45):fragmento de T.S.H con decoración de guirnaldas con elementos
vegetales.
FIGURA 11Vista general de la vía de época romana, espacio reutilizado en
época Tardoantigua como área funeraria.
muralla de León: no se ve claro si delante de la murallaexistía un obstáculo en forma de una fosa igual que enmuchas otras construcciones defensivas (Hauschild 1994:230). Las fossae, sin embargo sí constituyen un ele-mento típico de las fortificaciones romanas. El espa-cio comprendido entre la muralla en sí y la fosa, era deter-minado por una línea, la del lanzamiento de la jabalina,entre 25 y 30 m (Alonso 1988: 29), distancia que coin-cide con nuestro caso.
El foso fue colmatado por potentes rellenos de tierracon vertidos de desechos domésticos y constructivos.El estudio de los materiales indica una cronologíaAltoimperial (fines del s. I principios del s. II d. C).para los niveles de amortización del mismo. Dichaactividad estaría formando parte del proceso deampliación urbana que durante el s. I sucede paulati-namente en Emerita Augusta, ante la necesidad de
nuevos espacios extramuros para la edificación deconstrucciones domésticas (Palma 1997), sobre todoen las cercanías de los grandes edificios públicos delteatro y en anfiteatro.
El espacio del foso, fue entonces reutilizado comoárea domestica, tal y como demuestran las estructu-ras murarias que se levantan sobre los niveles deamortización del mismo (fig. 9). A pesar de nohaberse documentado el conjunto completo, podría-mos decir que las estructuras levantadas sobre el últi-mo estrato de relleno del foso pertenecen a una deestas primeras domus que se edificaron reocupandoespacios anteriores así como sucedió con la casa delAnfiteatro.
En época bajoimperial pudieron haberse utilizadoalgunas estructuras murarias de la domus altoimperial,pero también se realizan nuevas construcciones tal ycomo muestra la A 25 (fig. 7), pudiendo constituiréstas parte de la vivienda, documentada en la calleMarco Agripa durante los trabajos de seguimiento deobra de una zanja (Sánchez 2002).
Según los datos aportados por Nodar y Sanchez(1999) entre fines del s. II y principios del IV, lasdomus periurbanas sufren un abandono dejando asíde formar parte del típico paisaje extramuros. Sinembargo en nuestro caso, se observa una restaura-ción y modificación del espacio doméstico en épocatardoantigua-visigoda adosando nuevos muros depésima factura, que subdividen el espacio de lashabitaciones y levantando nuevas hiladas de mam-postería sobre las estructuras murarias precedentes.
La A 23, es decir la vía (fig. 9), posee las característi-cas formales típicas de un camino periurbano y sudisposición exactamente paralela al corte del fosonos indica que pudo estar funcionando desde elmomento de fundación de la ciudad. Alargando sutrazado, esta vía debe unirse hacia el N con el cami-no que parte del anfiteatro hacia el E y hacia el S conel camino que se dirige a Metellinum (Sánchez y Marín2000). Las huellas de uso (surcos y parcheados) delmismo y la ausencia de estructuras superpuestassobre este espacio, nos indican el uso prolongado enel tiempo de esta vía, que puede abarcar desde el s. I
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FIGURA 12Vista general del sector E del solar.
a fines del s. IV, cuando se reutilizó como área defuneraria.
La A 22 constituida por una subestructura la que par-ten dos zanjas realizadas en la roca geológica y quecorren paralelas a la vía y al corte del foso, han sidointerpretadas como depósito de recogida de agua delluvia y su canalización o desagüe hacia el N.
Una estructura similar fue documentada en al c/Suárez Somonte (Ayerbe 1997)- fosa excavada en laroca natural que corre paralela al cardo- planteandocomo su uso hipotético como canal de recogida deaguas de la propia calzada. Al igual que sucede con lavía, la ausencia de superposiciones constructivas sobrela actividad nos indican de nuevo su uso prolongado.
A fines del siglo IV y siglo V el espacio viario sufreun cambio de funcionalidad, pasando a constituirse
como área de enterramiento. Se han documentado 14actividades funerarias con las siguientes característi-cas comunes (fig. 3):
- Inhumaciones en posición decúbito supino.- Orientaciones O-E (cabeza al O).- Ausencia de depósitos funerarios (a excepción deun jarrito encontrado en A 16 -fig.13-, una hebilla decinturón en A 20 -fig. 14-, una moneda -centenional,Constancio II- y una cuenta de collar de pasta vítreaen A 8 y una moneda -medio centenional,Constancio II- en A 11) -Cortan (mediante fosas ovaladas o rectangulares) ose superponen a la vía a excepción de A 20.Sin embargo encontramos variantes tipológicas:
- Tumba en fosa simple, en la que se depositaría elcadáver en caja de madera (en sus rellenos han apa-recido clavos de hierro), (A 8, 11, 14).- Tumba de fosa revestida con paredes de mampos-tería (A 12, 16, 17, 19 y 20).- Tumba con revestimiento en solo una de las pare-des de la fosa (A 10).- Tumba con estructura realizada con tégulas: de teja-dillo (A 15), con forma de caja rectangular (A 54) ycon forma de caja rectangular pero reaprovechandouna de las paredes (de piedra) de otra estructura fune-raria (A 18).
Mérida excav. arqueol. 2002, 8 (2005) Nuevas aportaciones para el conocimiento de la secuencia ocupacional del área periurbana de Mérida.
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FIGURA 13(8040/138/1): jarrita de cuerpo globular, borde trilobulado, cuelloestrecho y cilíndrico, asa de sección ovalada que acaba en mitad del
cuello y base plana con tendencia cóncava.
FIGURA 14(8040/99/1): placa de bronce, de perfil liriforme decorada en suanverso con roleos vegetales muy estilizados realizados a troquel condetalles hechos mediante incisiones. En el reverso presenta dos apén-dices en forma de anillas para sujeción a la correa del cinturón.Hebilla de bronce articulada mediante charnela, con el pasador
fabricado en hierro.
La reutilización de estructuras funerarias se docu-menta en A 16 y en A 20.
Los huesos humanos se encuentran en pésimo esta-do de conservación y en ocasiones han desaparecidopor completo, bien por la acidez de los suelos, bienpor que han sido destrozados por la roturación detierras. Sucede lo mismo con las cubiertas de lastumbas, ya que solo en A 16 (gran laja rectangular degranito) y en A 12 se conservan (pequeño sillar degranito y piedras), así como sus posibles indicadores.
La variedad tipológica supone su uso continuodurante la tardoantiguedad, ya que por un lado, sedocumentan enterramientos con rasgos paganos - lasestructuras de tejadillo que perviven hasta el primercuarto del s. V (Juana Márquez, comunicación perso-nal) o el ritual de deposición de monedas al interiorde la tumba- y enterramientos con claros rasgos visi-godos. Una característica a destacar es la asociaciónde inhumaciones infantiles con estructuras de tradi-ción romana (tégulas).
Tal y como ocurre en los Bodegones (Molano yAlvarado 1994), en época tardoantigua las áreas deenterramiento muestran una intención clara de sepa-ración, ocupando exclusivamente determinados espa-cios delimitados, en este caso la vía, construyendosepulturas con materiales pobres, pero respetando unorden y orientación clara O-E.
La disposición, tipología y ritual de estas actividadesfunerarias es tradicional de los primeros grupos cris-tianos que se reagrupan (pudiendo estar indicando larelación social - quizás familiar- de los individuos allíenterrados), en los suburbios de la ciudad en terrenospropiedad de algún cristiano o a partir del enterra-miento de un personaje local en las inmediaciones(Mateos 1999). En nuestro caso la existencia de unabasílica en los alrededores no está documentada, sinembargo el Libro de las Vitae nos habla de dos basí-licas, S. Lorenzo y S. Cipriano que no han sido loca-lizadas hasta el momento.
La A 20, localizada al exterior del espacio viario, es laúnica que parece tener una tradición visigoda germá-nica, tal y como muestra el tipo de broche y hebilla de
cinturón (fig. 14) aparecido entre los restos óseos delindividuo, que es de un tipo derivado de los brochesbizantinos muy conocido de las artes industriales delsiglo VII, y que seguramente fue fabricado por arte-sanos hispanos (López y Barroso 1994).
El único vestigio medieval documentado, es la inhu-mación de dos individuos adultos (A 21) que fuerondepositados en interior de una estructura funerariaanterior, retirando previamente su cubierta y arri-mando los huesos preexistentes en el fondo E de latumba.
Desde entonces hasta mediados del s. XX, el espaciose dedica a tierras de labor y a actividades ganaderas.En la esquina NE del solar se documentó parte deuna subestructura de escasa profundidad realizadacon ladrillos y revestida con una capa impermeabili-zadora que rompe la actividad funeraria A 12. Tantoel perfil de su relleno (con muchas raíces) como losobjetos encontrados al interior (grandes argollas dehierro) nos indican que se trata de un abrevadero (ue152 y ue 86). Desconocemos sus dimensiones totalespuesto que se introduce en las medianeras.
En los años cuarenta se construye el colegio, se depo-sitan escombros para nivelar el terreno (ue 25) y serealizan zanjas para insertar tuberías de saneamientoy abastecimiento de agua tanto para el colegio (ue 15,16 y 17) como para la barriada (ue 21, 18 y 19) cor-tando éstas la mayor parte de los contextos arqueoló-gicos. En los años 70 y principios de los 80 el campoferial anual se instala en este lugar y alrededores (A 4),dejando como muestra niveles de tierra con carbo-nes, cenizas, botellas y chapas (ue 24).
En la última década del s. XX el hormigón y el muroconfiguraron definitivamente el espacio del patioactual (A 1). Dos sillares (ue 8 y ue 38) seguramenteprocedentes del refuerzo de la muralla, se colocaronen este sector para ser reutilizados como bancos.
TRATAMIENTO DE RESTOS
Puesto que el proyecto arquitectónico contemplabala realización de una losa de cemento sobre la cual seconstruiría el nuevo edificio, en nuestra intervención
CARMEN PÉREZ MAESTRO Mérida excav. arqueol. 2002, 8 (2005)
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Mérida excav. arqueol. 2002, 8 (2005) Nuevas aportaciones para el conocimiento de la secuencia ocupacional del área periurbana de Mérida.
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únicamente se procedió a exhumar el interior de lasactividades funerarias. Ninguna estructura fue des-montada, sino que tras su documentación se proce-dió a cubrirlas con un grueso estrato de arena y pos-teriormente con zahorra para su protección.
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