MODOS ACTUALES DE CONFIGURACION DEL HABITAT URBANO LATINOAMERICANO: Revisión del fenómeno de las...

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1 MODOS ACTUALES DE CONFIGURACION DEL HABITAT URBANO LATINOAMERICANO: Revisión del fenómeno de las Urbanizaciones Cerradas. Myrna Inés Arévalo Carmona Julio 18 de 2011 Magister en Hábitat Residencial Facultad de Arquitectura y Urbanismo Universidad de Chile Módulo 1 Gestión estratégica del territorio Primer semestre 2011

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MODOS ACTUALES DE CONFIGURACION DEL HABITAT URBANO LATINOAMERICANO: Revisión del fenómeno de las Urbanizaciones Cerradas.

Myrna Inés Arévalo Carmona Julio 18 de 2011

Magister en Hábitat Residencial Facultad de Arquitectura y Urbanismo

Universidad de Chile Módulo 1

Gestión estratégica del territorio Primer semestre 2011

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INDICE

1. INTRODUCCION. Perfil de la investigación. .............................................................. 3

1.1. Objetivos planteados ........................................................................................... 3

1.1.1. Objetivo General ........................................................................................... 3

1.1.2. Objetivos Específicos ................................................................................... 4

1.2. Antecedentes Conceptuales ................................................................................ 4

2. FACTORES QUE POTENCIAN LA IMPLEMENTACIÓN DE "URBANIZACIONES

CERRADAS” ..................................................................................................................... 4

3. ARTICULACIÓN ENTRE HÁBITAT Y CIUDAD: CONCEPTOS PARA EL ESTUDIO

DEL FENÓMENO. ............................................................................................................. 9

4. FRAGMENTACIÓN URBANA EN RELACIÓN AL NUEVO MODO DE HÁBITAR.

CONSIDERACIONES FINALES. ..................................................................................... 16

5. BIBLIOGRAFÍA ......................................................................................................... 17

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1. INTRODUCCION. Perfil de la investigación. El problema de investigación que se expone surge a partir de una inquietud personal, en base a la experiencia en el diseño de vivienda dirigida a estratos medio y altos en la ciudad de Barranquilla - Colombia, sobre el manejo de las condiciones del hábitat por parte de las empresas inmobiliarias para llegar a obtener mayores niveles de rentabilidad económica en sus inversiones contando con el auspicio del campo profesional de la arquitectura.

El desarrollo urbano de Barranquilla se fue estructurando a partir de sectores bajo la modalidad de urbanización1 conforme a lineamientos del movimiento moderno de Ciudad Jardín, la construcción de vivienda vernácula y de interés social con caracteres que responden a sus dinámicas culturales y ambientales (Ospino, 2000), pero la proliferación de proyectos inmobiliarios habitacionales con características arquitectónicas y urbanas catalogados como “urbanizaciones cerradas” en diversas zonas de la ciudad han modificado las características paisajísticas en contravía con la configuración histórica del espacio público y arquitectónicos preexistentes.

Siendo este un fenómeno manifiesto en diversas ciudades del ámbito Latinoamericano, se pretende relacionar desde ese universo a modo de identificar y dimensionar su expresión analizando:

¿Cuáles son las características relevantes de estas “urbanizaciones cerradas” a referenciar en el estudio de la articulación del Hábitat y su configuración en el territorio urbano, haciendo referencia del caso en las ciudades latinoamericanas?

Se pretende en este trabajo abordar la problemática a partir los conceptos que connotan el estudio de las urbanizaciones cerradas, bajo los parámetros de los contextos que configuran el hábitat, desde la perspectiva de las ciudades latinoamericana como punto de referencia que enmarque las características representativas de este fenómeno de modo que indiquen la magnitud que alcanza este en los procesos de gestión de los diferentes actores que en ella influyen. A través de la revisión del estado del arte sobre este como producto inmobiliario, sus causas de implantación y articulación con los procesos de configuración del hábitat urbano.

1.1. Objetivos planteados

1.1.1. Objetivo General Exponer cuales son las pautas teóricas que delimitan el fenómeno de las “urbanizaciones cerradas” como producción inmobiliaria y la configuración del hábitat urbano actual, referenciando su expresión en ciudades latinoamericanas.

1 Esta modalidad corresponde a la venta de lotes dentro de una manzana con la previa la distribución de infraestructura urbana.

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1.1.2. Objetivos Específicos

Identificar los procesos en el contexto económico, social, político y territorial urbano que potencian la implantación de “urbanizaciones cerradas” en ciudades latinoamericanas.

Analizar la configuración del hábitat con la implementación de “urbanizaciones cerradas” en el espacio urbano.

1.2. Antecedentes Conceptuales El Inicio de los estudios del fenómeno está referenciado desde los años 90 a través de la inquietud del auge de este en los años 70’s en Estados Unidos donde se considera respuesta a la creciente criminalidad en la ciudad. Autores como Sabatini & Jäger (2005), Cabrales (2004), Roitman (2004) y Janoschka & Glasze (2003) señalan los estudios reduccionistas y el fuerte sesgo en el manejo de la teoría que tiende al ajuste del conocimiento existente de este fenómeno, indican que el estudio de estas debe propender a la teorización del fenómeno para América Latina articulándolo a las identificación de los distintos modos que este asume; ya que los estudios presentados en diversos países muchas veces no corresponden a la corroboración con estudios empíricos y mediciones objetivas como método de constatación de este fenómeno (Cabrales, 2004) desde la perspectiva de los reales efectos en la sociedad y la estructura urbana sin pretender ser una visión ajustada a hipótesis y conceptualizaciones previas de sus efectos (Janoschka & Glasze, 2003). Mas es un tema de amplia datación y exposición de casos referenciales en países de América Latina como Argentina (Barrios cerrados, ciudades privadas, ciudades valladas), Brasil (guetos de ricos y/o de lujo), México (fraccionamientos cerrados, enclaves fortificados) y Chile (barrios cerrados, condominios cerrados). ¿Qué factores potencian la implantación de estos proyectos inmobiliarios como producción espacial urbana? Al respecto de urbanizaciones cerradas, termino tomado de Janoschka y Glasze (2003) para la referencia en este texto, como símil de fortalezas y/o enclaves: “tradición del urbanismo urbano Latinoamericano” (Borsdorf, 2005) se asumen la conformación arquitectónica y urbana de áreas residenciales con distintos modos de agrupación de tipologías de vivienda cuya característica distintiva es la delimitación de la propiedad privada de una asociación de personas, casi siempre de la misma posición social, mediante cerramiento con muros y/o rejas; equipado con desarrollados sistemas de seguridad como restricción de acceso (interpretación propia de la definición asumida desde autores como Janoschka, Glasze, Borsdorf, Riwilis entre otros), identificado dentro de un fenómeno macro que enmarca, como lo destaca Riwilis al citar a Setha Low, un “nuevo concepto del hábitat” (2008:119). ¿De qué forma el fenómeno influye en el proceso de construcción de la comunidad?

2. FACTORES QUE POTENCIAN LA IMPLEMENTACIÓN DE "URBANIZACIONES CERRADAS”

Al respecto de la dinámica del fenómeno en la ciudad Latinoamericana es importante referirse a sus procesos de transformación, lo que De Mattos denomina como “la tercera

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revolución urbana” (2008) en el marco del cambio al modelo económico Neoliberal, cuya lógica determina el desmantelamiento del Estado de Bienestar y acentúa la segregación urbana y exclusión social entendidas, para este análisis, en la territorialización de las desigualdades sociales producto de la inequitativa distribución de los derechos por parte del Estado, quien asume un rol de custodio, esta materialización se manifiesta a través de la inserción al sistema económico dominante de sociedades Postfordistas, de esa forma condiciona el modo de vida de los grupos sociales en ella, siendo los menos favorecidos, los desempleados, quienes no alcanzan la incorporarse en su dinámica, que derivan a la pobreza como consecuencia de la privación e impotencia para acceder a una mejor calidad de vida; es en estos donde se enfoca el estado subsidiario a razones de la perdida cuestión social (Paulsen, 2005). Entonces, dentro del desarrollo del urbano, la movilidad habitacional espacial se caracterizada por una disminución de la migración campo ciudad (Janoschka, 2002) y por la ocupación de nuevos territorios de habitantes pertenecientes a grupos sociales que perciben mayores ingresos obliga en el largo plazo a sectores pobres a buscar lugares donde el suelo es más barato y a su vez, eso se traduce en exclusión para aquellos que no pueden acceder a los sectores urbanos más apreciados y accesibles (Fischer, Jäger & Parnreiter; 2005); eso reafirma que el auge de los "urbanizaciones cerradas" es un factor clave en la producción de nuevas formas de segregación (Fischer & Parnreiter, 2002). Es entonces la individualización, premisa de la lógica de la globalización, una de las imposiciones de este sistema que deriva en la negación de la cohesión social. (Borsdorf & Hidalgo, 2005). La problemática se acentúa con la lenta respuesta y regulación de las políticas (Fischer, Jäger & Parnreiter; 2005), las limitaciones de capital destinado para la gestión estatal que se impusieron con el cambio económico (Janoschka, 2002) y la falta de control sobre el manejo del territorio, esta situación causa el deterioro del valor de identidad que los modos de vida urbana le agregan al territorio y además, perjudica el calidad ambiental del entorno urbano (Ducci, 2004). El análisis que realiza Edesio Fernández citado por Sepúlveda & Fernández alude que ante la imposición del valor de uso por parte de “propietarios individuales”, la tierra y el derecho la propiedad inmobiliaria restringe la acción del Estado sobre el control de usos y ocupación en el proceso del desarrollo urbano que debería corresponder a los intereses de la sociedad (2004). Al respecto Ducci resalta citando a Logan y Molotch (1987) que: “Las ciudades se organizan como empresas dedicadas al incremento de los niveles de renta agregados a través de la intensificación del uso del suelo. Es así como la ciudad se transforma en una “máquina de crecimiento”. Surge, de esta forma, una “ética del crecimiento” que penetra todos los aspectos de la vida local, incluyendo el sistema político, la agenda de desarrollo económico y hasta las organizaciones culturales. A pesar de que el crecimiento es generalmente presentado como algo positivo para todos los residentes, en realidad las ventajas y desventajas del crecimiento se reparten en forma muy desigual.” (2004:138) La transformación de la ciudad se traduce en la transformación de desigualdad socioeconómica y desigualdad espacial como consecuencia del manejo del mercado inmobiliario (Sabatini & Jäger, 2005). Bajo esas pautas se destaca la tesis de Janoschka y Glasze, cuando al hacer referencia a los motivos de la proliferación de las urbanizaciones cerradas, identifican bajo el concepto

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de Gobernanza Urbana2 (Ver Gráfico 1) como un proceso transversal, dado que el grado de dependencia de estas depende de la atractividad económica potencial, entendido este dentro del contexto de la influencia y capacidad de dirección de los procesos urbanos ligado directamente a la interacción de los diversos actores que intervienen en la estructura de la gobernanza dentro un determinado contexto territorial, sea suprarregional o regional, y por ultimo desarrolladas durante la trayectoria histórica que sus interrelaciones (2003). De esta forma en palabras de los mismos autores: “la manera de

gobernanza especifica de una región es decisiva si o hasta el punto en que los actores del mercado de la vivienda valoren las urbanizaciones cerradas como opción atractiva. La

gobernanza urbana (Urban Governance) es el espectro de interacciones de los actores individuales y colectivos que se presenta en una región especifica en un momento histórico determinado.” (2003: 18) Así se pueden identificar tres tipos de contextos para el análisis a saber:

Contexto socioeconómico a nivel suprarregional como escenario de mayor influencia mas no como único factor de incidencia;

Contexto sociocultural como resultado de los procesos de interacción entre los actores involucrados, que a la luz del análisis de anteriormente mostrado, es posible solo en un tiempo y espacio determinado.

Contexto sociopolítico a través del cual se delimitan la influencia y control de los distintos intereses de los actores que se manejan en ese ámbito como un aspecto transversal en el desarrollo del territorio, siempre partiendo de la concepción de la estructura de gobernanza que realizan Janoschka y Glasze (2003); al cual corresponden las líneas de acción de su manejo.

Dentro del contexto económico suprarregional es determinante considerar que la creciente proliferación de áreas residenciales cerradas, como producto inmobiliario, a la luz de los transformaciones urbanas se profundizan, tal como lo identifica De Mattos, con las nuevas tecnologías de información y comunicación apoyada por las políticas de liberación económica, desregulación y apertura externa; en una frase la

ciudad en el contexto de la globalización es el “…escenario privilegiado para la valorización de esos capitales móviles” (2008: 24) bajo procesos de mercantilización del desarrollo urbano causada por tres aspectos: en primer lugar por la Globalización financiera, en busca de la valorización del capital fomentada por el aumento de la movilidad y oferta de este; en segundo lugar por el privilegio que la administración pública le otorga al sector privado; y en última instancia por la difusión de estrategias de competitividad urbana y de “City Marketing”. Este ajuste estructural de la producción e inserción en la dinámica global aumenta la producción inmobiliaria y agudiza la “mercantilización de su transformación urbana” al tornarlas en focos de inversión que, como señala el autor según Levine & Haughney (2007), asegura y aumenta la rentabilidad de las plusvalías. Estos criterios son reafirmados por la localización de emporios de producción nacional y grupos sociales de muy altos ingresos (2008).

2El término original es reemplazado por Gobernanza para el manejo de esta monografía de acuerdo a la interpretación del concepto que los autores adjudican, en el texto, como Gubernabilidad; que además de no existir en el diccionario de la RAE no corresponde con el significado de la palabra Gobernabilidad. Esto puede asumirse como un aparente error de la traducción del término.

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Gráfico 1. El modelo analítico de la difusión regional de urbanizaciones cerradas. Fuente: (Janoschka & Glasze,

2003: 15)

Ello se relaciona con el análisis de Banco Rio citado por Bilder & Giuliani en tanto que: “A nivel de agregados macroeconómicos la industria de la construcción comprende las denominadas obras de ingeniería (caminos, represas, puentes y en general las inversiones en infraestructura) y obras de arquitectura o construcción de viviendas. Las primeras son las vinculadas a grandes erogaciones y suelen tener al Estado relacionado directa o indirectamente, mientras que las segundas comprenden un mercado sumamente diversificado donde los tamaños de los participantes van desde la pequeña y mediana empresa hasta poderosos inversionistas financieros” (1997). Indicando los modos de la privatización de servicios que son de competencia administrativa del ente público, en cuanto este es permisivo y fortalece los intereses del sector privado desmerita los intereses del bien común.

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Siguiendo esa concepción, esto significa para la estructura de la ciudad la inserción de proyectos inmobiliarios de distintas características donde el valor del suelo más económico disminuye los costos de la inversión y por lo tanto aumentan la rentabilidad de capitales individuales y de esa forma se intensifican las estrategias de innovación del mercado cuando el desarrollo inmobiliario en esos sectores es dirigido a la demanda de grupos sociales con mayor capacidad de pago (De Mattos 2008). Sin embargo, a raíz de la localización de las urbanizaciones cerradas destinadas a la población solvente y emergente en esos sectores donde la inversión inmobiliaria es más rentable y el valor de la tierra es más económica, es decir en los sectores menos valorados de la ciudad y su entorno metropolitano en algunos extendidos a territorios rurales (periurbanos), no significa que se realice una interacción y vecindad compatible y fluida entre la relaciones personales que se conforman entre grupos sociales, realmente se reduce la vida comunitaria (Borsdorf & Hidalgo, 2005). Ellos afirman que: “La mayor o menos integración física de estas áreas da al lugar el nivel de fragmentación del espacio urbano, que puede ser expresada en términos funcionales por la articulación entre los segmentos que componen el calidoscopio de las actividades que se desarrollan en la ciudad, y en el ámbito social por la integración o desintegración que se muestra en la inclusión de las personas respecto de la sociedad en general”; al margen de la tesis de M. Castell (1978) esto solo da un sentido de contradicción y no de dinamismo respecto a los procesos de diferenciación social. En ese modelo la vivienda se transforma en uno de los bienes de mayor factibilidad económica por constituirse más como una necesidad que como un derecho. Indica Bellet Sanfeliu C al analizar a Zukin (1998) y Sorkin (1992) que: “El espacio residencial pasaría, de esta forma, de ser el espacio de la reproducción social por excelencia a ser el espacio del superconsumo, sumándose a la transformación que han sufrido otros espacios urbanos” refiriéndose con ello a la masificación de esta como producto inmobiliario como consecuencia de la dinámica del mercado y los actores que influyen en su proliferación. Como producto inmobiliario de variada oferta, las urbanizaciones cerradas en el contexto sociocultural, atienden a las necesidades de “los compradores”, que demandan básicamente seguridad (protección y vigilancia), esto se entiende por Borsdorf e Hidalgo como la noción de inseguridad e incertidumbre debido a la creciente criminalidad en la ciudad, interpretada y transmitida así por los medios de comunicación (2005). Pero este factor visto desde el análisis del fenómeno en EE UU realizado por Bellet Sanfeliu C3 es secuela de lo que Beck (1997) enmarca como “cultura de riesgo”, al considerar una estrecha relación con una actitud individualista representada por el análisis de las consecuencias en la toma de desiciones; esta percepcion de inestabilidad conlleva al empleo de las urbanizaciones cerradas como organizaciones de escala administrativa delimitadas que facilitan el control del entorno “inseguro” (tras escapar de el), el control de la accesibilidad y por ende de los usos y usuarios del espacio que enmarcan (2007). Respecto a eso, la autora indica que, es la misma sociedad de consumo la generadora de esa percepcion de inseguiridad y que ello responde, en sus propias, como “efecto del debilitamiento de relaciones sociales y de los tradicionales mecanismos de mantenimiento del orden y control social por parte del ente estatal” (2007). Otra motivación en este contexto, entendido y usado por el mercado inmobiliario para impulsar la venta de estas tipologías residenciales entre los que logran insertarse en la

3 La autora basa este análisis en los aportes al tema realizados por Le Goix 2001, Low 2001, Lang 1997, Ellin 1997y Beck 1992.

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dinámica económica del sistema, corresponde al deseo por un modo de vida tranquilo y apacible pero también atiende a “pretensiones” sociales de carácter individualistas, exclusividad y la aspiración un mejor estatus social de acuerdo a un mejor estilo de vida (Borsdorf & Hidalgo, 2005). Según Arizaga M. la búsqueda de la buena calidad de vida es un concepto ligado a la valorización de lo simbólico o lo no material de la sociedad postindustrial, asociada principalmente al sentido común de las clases medias; aclara, además, que se clasifican y diferencian entre medios-medios y los que cayeron, refiriéndose a los “medios pauperizados”, dirigiéndose, entonces, el discurso inmobiliario hacia "los ganadores" aprovechando la actitud de distinguirse del "perdedor" (2003). En referencia de un contexto sociopolítico, como se ha mencionado, el manejo del territorio está condicionado al desmonte del Estado de Bienestar y la privilegiada gestión ligada a los interés del sector privado, que según lo comentan Sepulveda y Fernández, los actores relacionados con este último corresponden al sector inmobiliario, sector productivo y sector finaciero cuyos intereses corresponden a incrementar la renta del suelo, incentivar a la actividad económica y aumentar la expansión del crédito hipotecario, respectivamente (2006); entonces, considerando lo que autores como Borsdorf , Salazar entre otros señalan al respecto, la proliferación de estas se estipula tambien bajo el consentimiento de políticas que fomentan en gran medida la producción inmobiliaria a través de la liberación del suelo, siendo permisivos con aspectos como la localización sin intenciones de integración en el territorio urbano, su contexto metropolitano hasta la expansión sobre sus bordes rurales, la magnitud de la oferta inmobiliaria y la independencia administrativa de ellas. En ello cabe resaltar esto no es igualitario para todas las ciudades latinoamericanas pues, para ellos la gestión de las urbanizaciones cerradas está asociada a políticas públicas de seguridad. Es importante, reafirmar que la difusión de estas depende del ámbito político de cada país y, en ello, del nivel de interrelaciones generadas entre los actores (Estado, sector privado y ciudadanía) que como lo menciona Ducci, al respecto del desarrollo urbano en función del suelo, el valor de uso y cambio que estos le adjudican, potencializa su manejo en el sistema económico como “bien transable”; no obstante el Estado, que se presume, dispone de los instrumentos para estimular y direccionar el desarrollo de la ciudad se convierte, entonces, en un intermediario en el proceso de distribución de los valores de intercambio del suelo; dejando de lado un fin básico de su gobernabilidad que es privilegiar el bienestar de la ciudadanía (2004).

3. ARTICULACIÓN ENTRE HÁBITAT Y CIUDAD: CONCEPTOS PARA EL ESTUDIO DEL FENÓMENO.

Como punto de partida del análisis se considera la apreciación conceptual de la vivienda entendida como la unidad espacial articuladora del hábitat, viendo este último como una construcción de interrelaciones sociales que configuran y son configuradas por el entorno o medio en que se desarrollan, donde habitar; en razón de este se tiene en cuenta lo que A.C. Chardon destaca al citar a Heidegger y a Yori quienes dicen, respectivamente, lo siguiente: “El habitar seria el fin que preside todo construir. Construir no es solo medio y

camino para el habitar, construir es en sí mismo ya el habitar. … No habitamos porque construimos, sino que construimos y hemos construido en la medida en que habitamos” (2010: 23). “La arquitectura y el urbanismo que tradicionalmente son guiados por un “hacer” (en el sentido cotidiano del producir construir), poco tienen en cuenta el ser del hombre que ha de vivir en los espacios proyectados por estas ciencias para tal fin” (2010: 24); hace referencia de la situación de “el que hacer de la arquitectura” en confrontación

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con los procesos de apropiación e identificación con el hábitat que desarrolla en comunidad como evidencia de la realidad urbana de la ciudad latinoamericana.

Entonces de esta premisa surge la idea de que “al construir habitar se construye comunidad”, bajo ese fundamento actualmente se expone a la sociedad como punto de referencia de las nuevas dinámicas de apropiación de lo urbano bajo parámetros de segregación social, manifestando la identificación estigmatizada de los territorios, segregados además espacialmente; se presentan entonces fenómenos como: la marginalidad con la definición de la nueva pobreza (precariópolis estatal) excluidos socialmente de lo urbano y la exclusividad espacial a través del aislamiento de proyectos inmobiliarios residenciales para estratos socio-económicos altos y medios (privatópolis inmobiliaria); en ese orden la ciudad empieza a ser redefinida en sus modos de vida (Hidalgo, Borsdorf, & Zunino, 2008)

3.1. Características espaciales, socioculturales y administrativas de las urbanizaciones cerradas.

La configuración de elementos representativos corresponde, además de los factores antes enunciados, al nuevo modo de vida que los grupos sociales con mejores condiciones económicas para acceder a la calidad de vida a la que aspiran y tienden a configurar como una forma de apropiación de su hábitat ya definidos los alcances y directrices ocasionados por las actitudes individualistas. Incluso presente en los sectores sociales segregados, con otro tipo de aspiraciones que en la mayoría de los casos se identifica con la búsqueda de la seguridad debido a los niveles de criminalidad del entorno donde habitan.

Cabe resaltar lo que Riwilis, manifiesta al definir que: “… los modelos residenciales urbanos representan una nueva modalidad de habitar la ciudad que se traduce en nuevas formas de organización social (gobiernos privados), nuevas formas de socialización (alta homogeneidad social) y producen una nueva relación de poder entre sector público y el sector privado en lo que concierne la construcción de la cuidad (concentración de poder, mayor distancia social, etc.)” (2008: 133). De igual forma esto consecuencia nuevos procesos de construcción de identidad, al reconocer que: “La presencia de las comunidades cerradas generaría en el diario convivir procesos de construcción de identidad en tres sentidos: uno circular, entre los pertenecientes al condominio; otro que va desde estos con los de “afuera”, es decir con el resto de ciudadanos que pululan al otro lado del pórtico eléctrico; y un sentido inverso, que va desde “los de afuera” hacia el condominio. De esta manera las personas construyen el “yo” en la medida que se reconoce con el otro, como distinto a mi…” (2008). Aludiendo a la que esta forma de habitar induce la perdida de la noción de comunidad a la escala de ciudad como redes de sociabilidad tejidas en un territorio urbano que instan la diversidad social y la multiplicidad de actividades urbanas. De acuerdo a la análisis de autores como Riwilis (2008), Bellet Sanfeliu (2007), Borsdorf e Hidalgo (2005), Chevalier & Carballo (2005), Arizaga (2003), Janoschka & Glasze (2003), Fischer & Parnreiter (2002) y Janoschka (2002) sobre el fenómeno de las urbanizaciones cerradas se identifican varios elementos característicos de este que conforman una respuesta a las influencias detectadas en el estudio de los factores que motivan su proliferación; en ese orden se definen desde lo espacial, lo sociocultural y lo administrativo como reflejo de la atractividad reconocida por los actores que promueven el

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fenómeno, delimitadas así:

Encapsulamiento4: «rechazo al otro». Se manifiesta principalmente por el cierre al exterior constituyendo un elemento físico que representa la delimitación del territorio ocupado, a símil de murallas o enclaves a través de muros o rejas junto con la aplicación de avanzados sistemas de seguridad y control (Hidalgo & Borsdorf, 2005) responden a la necesidad de cobijo causada por la noción de inseguridad y percepción de inestabilidad (Bellet Sanfeliu, 2007). Respecto a esa consideración autores como Janoschka y Glasze identifican que atañe a una actitud humana desarrollada en torno al deseo de un homogéneo tipo de vida (2003). Sin embargo esta es una modalidad de secesión manifiesta a través del autoaislamiento (2003) la autosuficiencia, y la condición de distanciarse de los grupos con los que no se quiere interactuar (Chevalier & Carballo, 2005). Además, en su análisis Chevalier & Carballo consideran que: “Cualesquiera sean las modalidades materiales y simbólicas del espacio cerrado, éste representa en principio un medio de autoconvencerse y de convencer a los demás de las respectivas diferencias; diferencias éstas que pueden incluso ser consideradas como irreductibles. De alguna manera, el espacio cerrado agrega la "admisión", la hace más manifiesta, tiende a hacer pensar a los del exterior que existe una frontera social infranqueable” (2005); lo que es una firme expresión de excluir a “los demás" y distanciar lo interno de lo externo. La representación de estos archipiélagos residenciales como lo reseñan Hidalgo & Borsdorf a partir de Marcuse (1989) generan la disminución del espacio para la vida en comunidad dado que se realiza una desarticulación física con el espacio urbano tradicional (2005) haciendo alusión a la escala de ciudad. Más aún si se le considera a partir del señalamiento de estos mismos autores sobre la demanda de vivir dentro de una urbanización cerrada por parte de sectores sociales segregados como una significativa forma de protegerse de la inseguridad en su entorno, constituyéndolo como una necesidad, que además, se materializa con el cierre de calles de uso público; así indicando que la segregación afecta de forma más contundente a estos sectores (2005). Interiorización: «el entre-nosotros»5. Esta corresponde a la dotación privada de espacios comunes6 desarrollados, inducidos por el autoaislamiento como respuesta a la individualización y la privatización del espacio público, como criterio común entre la mayoría de autores que tratan el tema (Roitman 2004; Janoschka & Glasze, 2003), pero no se puede hablar de ello siendo que el desarrollo de estas se localiza dentro de una propiedad privada (Riwilis, 2008).

4 Término usado por Hidalgo & Borsdorf (2005) y Arizaga (2003) 5 Termino definido por Chevalier & Carballo, 2005. 6 El término de espacios comunes corresponde a todas las áreas sociales comunales de la urbanización cerrada, como vías privadas, zonas de estacionamiento, zonas verdes, muros de cerramiento, porterías, parques infantiles y equipamiento interno de rango institucional, comercial o recreacional, etc. Hace referencia al uso y dominio exclusivo de la comunidad contenida en el predio que corresponde a la agrupación residencial.

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Lo que muchos autores identifican como espacio público se refiere al trazado de elementos urbanísticos al interior de la urbanización, estas refieren a calles de tráfico vehicular, andenes, zonas verdes, parques, plazas etc (Roitman, 2004) y además consideran que la construcción de equipamiento privado de diversas tipologías institucionales (desde salones de reuniones, gimnasios hasta colegios, iglesias entre otros) acorde a la escala del proyecto inmobiliario manejado (Janoschka, 2002); llegando alcanzar niveles de total independencia de la ciudad (Janoschka & Glasze, 2003) como principio de la fragmentación urbana reflejado en un nuevo modelo de ciudad (Hidalgo & Borsdorf, 2005). Incluso el emplazamiento en el espacio suburbano o metropolitano de las urbanizaciones cerradas demandan las obras de infraestructura de uso exclusivo de los que viven en ella (Janoschka, 2002). Indicando que los servicios públicos antes provistos por el estado ahora son de competencia del sector privado. (Bellet Sanfeliu C. , 2007) Estos espacios comunes están proyectados como “espacios de simulación” a modo de escenarios idílicos o “mundos paralelos” para satisfacer la aspiración de exclusividad en la oferta inmobiliaria producida para estratos altos y en ocasiones por el deseo de prestigio social de los estratos medios (Bellet Sanfeliu C. , 2007); siguiendo con la concepción de la autora, esa modalidad es una razón por la que se busca hacer más atractivos los espacios comunes adjudicándoles una identidad a través de lo que denomina “tematización y máscara”; el uso de estos términos refieren al manejo espacial y estético, se entienden por la autora como una negación del contexto a modo de “suplantación de la realidad”. Añade además, que se aprovecha por el discurso inmobiliario para promocionar la construcción de una vida en comunidad, más domestica e íntima (2007). En este aspecto Chevalier & Carballo, al respecto del sentido de comunidad que esta espacialidad común pretende, dicen que: “El espacio cerrado consiste, por lo tanto, en crear un universo íntimo a través de una doble familiaridad: con los lugares, y con aquellas personas que podremos tratar y frecuentar por propia elección. A la intimidad construida dentro del hábitat y su entorno más próximo: la esfera doméstica privada se incorpora, de hecho, un espacio contiguo y común pero de acceso reservado y controlado, otra intimidad concebida en general alrededor de esos sitios de los que, tanto los promotores inmobiliarios como los ocupantes del espacio esperan que cumplan el rol de club social.” (2005). Es necesario detenerse un poco a analizar esta percepción, si bien se refiere a la posible configuración de una comunidad a menor escala, más íntima de interacción social, lo cual en esa dimensión significa la constitución de pequeñas redes sociales cuya intención no expresa mal síntoma para la estabilidad de la ciudadana, en su análisis son explícitos al definir que existe control y reserva, entonces el hábito de elegir libremente el lugar donde habitar se desdibuja en cuanto, además de ser selectivo, corresponde al rechazo de la articulación física y social con el entorno. Lo que este cerramiento significa dilata la relación directa del espacio de intimidad, que es la vivienda, con la calle, como espacio representativo de la interacción social de menos escala, e interpone una espacialidad semi-intima para la agrupación al que “los demás” o “los de afuera” no pueden acceder. La premisa de Janoschka y Glasze da indicios sobre la generalización en el uso del término: “privatización del espacio público” por parte varios autores sin realizar una

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constatación empírica de ello en los casos que referencian debido a que la definición de espacio público, por el carácter político y amplio que lo enmarca, no puede ser sesgada ante la presencia de cerramientos y/o accesos restringidos a espacios comunes, que además son de propiedad privada; incluso anuncian que son raros los casos referentes al cambio de uso de suelo de administración pública al dominio privado (2003). A raíz las premisas anteriores, para este estudio se interpreta el termino de privatización del espacio público como una privatización de la dinámica social propia de ese ámbito, destacando a Chevalier & Carballo quienes definen esta condición como un “entre-nosotros” donde la vida íntima se basa en el desenvolvimiento de relaciones comunitarias entre los escogidos y se vuelca al interior del espacio cerrado como un espacio de representación de la vida social, vinculándolo a un lugar de esparcimiento y uso del tiempo libre en donde no existe el riego de lo indeseable (2005). Gobierno Privado: «gobierno ilegitimo». Se interpreta como una negación del gobierno legítimo con formas propias e individuales de organización social privada sobre los derechos de la propiedad de la agrupación residencial, capaz de mantener y controlar los bienes comunes, integrada por los mismos dueño y/o residentes (Janoschka & Glasze, 2003); quienes a voluntad propia auto financian la manutención de esos bienes (Riwilis, 2008). Pero la negación puede ser perjudicial en tanto la sociedad de propietarios sea incapaz de asumir el costo económico, social e incluso sicológico en situaciones de orden público o ambiental (para el caso se refiere a desastres ambientales) (Riwilis, 2008). Esta actitud tiene una estrecha relación con la ya descrita secesión a través de la interpretación que es “el signo de una lenta ruptura del contrato colectivo” a modo de entidades de agrupación social aun sin alcanzar la escala de independencia de la administración pública que se manifiesta en Estados Unidos (Chevalier & Carballo, 2005) sin embargo establecer el grado de independencia que alcanzan la administración privada de las urbanizaciones cerradas solo es posible con el estudio de la amplia y especializada oferta de servicios comunes sobre los cuales se tiene control no solo del estado de su infraestructura física sino que además pareciera un control sobre los que en ella residen y sobre los niños como principal objetivo de protección, mas es un control ejercido sobre los que en ella residen (Bellet Sanfeliu C., 2007). En palabras de esta última autora “Además, la nueva mentalidad de gobierno a la que ya se refiere Michel Foucault (1978), no solo muestra una clara preferencia por la propiedad privada, la provisión privada de equipamientos y servicios, la elección individual y los mecanismos de mercado sino que enfatiza también la gestión empresarial, la organización profesional y la operatividad de las instituciones (Dean, 1999). Factores todos ellos contemplados en los desarrollos residenciales de tipo privativo. Los complejos residenciales que se auto-proveen de servicios y equipamientos y que se gestionan y gobiernan de forma privada, son pues, la fórmula residencial neoliberal por excelencia.”(2007) Riwilis apunta que existe una necesidad de autogestión a modo de ciudades privadas que conlleva a determinar una amplia gama de funciones y servicios del autogobierno (recolección de basura, mantenimiento de infraestructura, reglamentación etc). (2008)

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Al respecto de ello Janoschka & Glasze indica que este modo de autogobierno se ejerce principalmente sobre los espacio comunes y distingue la conformacion de tipos de organización interna, en realcion con la forma de legal de adquisicion del terreno de la vivienda y administracion de dichas zonas comunes, de modo que connotan elaboradas o desarrolladas formas de asociacion en torno a los usos, controles, mantenimiento y reglamento de los derechos de propiedad sobre estos (2003). Siguiendo el análisis de Chevalier & Carballo anotan que: “Por lo tanto, podemos encontrar en estos emprendimientos poblaciones muy diversas: algunas poseen más capital cultural que económico, otras por el contrario disponen de un capital

económico que supera las otras ventajas. No obstante, estas segmentaciones, y la manera en la que ellas se incorporen o no en las diferentes combinaciones, dan distintos entre-nosotros que tienden, todos ellos, hacia el cumplimiento individual y colectivo del bienestar.” (2003) De modo que se puede manifestar el desarrollo de las relaciones internas especializadas en torno al manejo de los derechos sobre la propiedad; independizándose, aún más, de la administración pública y obviamente volcándose sobre este entre-nosotros intensificándolo como factor segregatorio. Homogeneidad social-económica a niveles de “patrón segregatorio”. Como se comentado, se relaciona al aumento de la segregación social, como la territorialización de la diferenciación y exclusión social, a su vez eso es producto de la inequitativa distribución del derecho social. En este caso se anota que en ellos “los que ganan” se identifican como los que logran insertarse al sistema con mejores condiciones de accesibilidad en las condiciones que el mercado ofrece y en el otro lado “los que pierden” como protagonistas de la nueva pobreza. Las tesis de varios autores acerca de ello proyectan el análisis sobre el hecho de que la expansión espacial de la ciudad sea determinada por la construcción de estos "artefactos" concluyendo que los efectos de ello, si se refiere a la escala micro (aludiendo a sectores, comunas, barrios) se determina un marcado "patrón segregatorio"; reafirma que el auge de los "fraccionamientos cerrados" es un factor clave en la producción de nuevas formas de segregación (Fischer y Parnreiter, 2002). En tanto que existe una búsqueda de estar entre iguales (Janoschka, 2002), iguales en condición cultural, social y sobre todo económica, con quienes exista una afiliación de gustos y modos de vida (Chevalier & Carballo, 2005). En la unión de iguales concentrados en delimitados sectores de la ciudad, Riwilis resalta de Grafmeyer (1994) que: “esta concepcion en apariencia “teórica” pareceria garantizar un uso neutro y objetivo del término por que se miden los indices de concentracion espacial, un tipo de segregación que no refleja en sí mismo un significado negativo” (2008: 126) aunque ella estudia la segregación desde la accesibilidad a los bienes colectivos y servicios urbanos, es de destacar que hace alusion al sesgo que existe en el estudio del elemento de la homogenieidad; sin pretender expresar con ello el desconocimiento de esta como característica del fenómeno. Atractividad y estandarización formal y espacial en la oferta. Ambos elementos van relacionados con las formas de estimulación de la oferta por parte del mercado inmobiliario en función de la rentabilidad de la inversión y a lo que cada grupo social pueda costear. De esa forma se masifica la conformación espacial

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y formal de las unidades de vivienda acorde al sector social al que van dirigidas, hasta llegar a lo que Bellet Sanfeliu C. apoyandose en Caldeira (2000) cataloga como democratización que no es mas que la produccion generalizada para todos los grupos sociales (2007). El uso de este término en el análisis de la autora indica una crítica a la producción de las urbanizaciones cerradas como producto de consumo global. Así por ejemplo para los grupos pudientes la producción se destaca por ofrecer amplios diseños personalizados e incluso de estatus arquitectónico, acompañados de complejos sistema de servicios comunes que evocan la escenificación o la idealización de modos de vida; en tanto que para los grupos medios de la sociedad se caracteriza, a pesar de la gran diversidad de proyectos, por una arquitectura estandarizada donde se destacan conjuntos de casas asiladas o adosadas, edificios altos y urbanizaciones o conjuntos de tamaño medio a pequeño con una infraestructura de servicios poco desarrollada; ya por ultimo para los sectores populares la oferta es poco diversa caracterizada espacialmente por la baja calidad de la vivienda y la infraestructura si se le compara con las otras tipologías. (Hidalgo & Borsdorf, 2005). Sin embargo, en lo que respecta a los servicios comunes, Chevalier & Carballo opinan que es de dificil estandarización pues corresponde a un “plus” de la promoción de ventas puesto que a través de la diversificación de estos se persuade al cliente con la noción de creación de comunidad, como figura genérica (2005). Se vende una imagen temática e idealizada como lo resalta Bellet Sanfeliu (2007). Huida de la ciudad: «imaginario de calidad de vida mejor». Esta se derivada como una actitud de escapismo de los altos niveles de contaminación ambiental de la ciudad, el agitado estándar de vida urbano junto con la búsqueda de tranquilidad y nuevos modos de vida íntima, condiciona las tendencias de localización hacia la áreas suburbanas (Hidalgo & Borsdorf, 2005; Arizaga, 2003). En este aspecto se manifiesta que “el imaginario de calidad de vida mejor” es una estrategia de venta apoyada con la idea de exclusividad (nosotros y el otro), aun cuando esto signifique el enaltecimiento del paisaje arquitectónico o natural del sitio donde se localizan como criterio de diseño urbano, esto está ligado estrechamente con el objetivo de hacer más atractiva la oferta inmobiliaria (Bellet, 2007; Chevalier & Carballo, 2005; Arizaga, 2003). Una discusión al respecto recae en los efectos como consecuencia de la inserción de estos elementos sobre la estructura territorial preexistente ya que propaga la segregación social dado un patrón de polarización de este manifiesto en el autoaislamiento y la exclusión de pobladores originales.

Las características descritas constituyen tensiones ambivalentes (Arizaga, 2003) y representativas de un nuevo modo de habitar (Riwilis, 2008) donde los elementos de Interiorización y Gobierno privado son premisas que demarcan una tensión entre la definición de “lo público y lo privado”, analizada por varios autores como una pérdida del dominio público ante la proliferación y preferencias de producción inmobiliaria de la vida dentro del dominio privado que las urbanizaciones cerradas connotan, para poder referirse a esta tensión es necesario identificar la definición de ambos conceptos. Donde lo público corresponde a aquellos ámbitos de interés común de acceso libre, que a una escala macro de ciudad permite la interacción, la heterogeneidad y la diversidad en

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un sistema abierto de comunicación entre actores y sus sistemas sociales, configurando una realidad construida en consenso, que pertenece a todos; espacios donde se trascurre la vida en público, visible por su naturaleza. Mientras que lo privado pertenece ámbitos de interés individual de acceso restringido, que a una escala micro de núcleo permite la vida íntima, en familia; oscuro por ser oculto. Desde esas concepciones se puede dibujar una diferenciación respecto a las prácticas que en ellas se generan pero la vida individual y/o privada no se puede construir sin la vida colectiva, ambas necesitan de un “continuo”: un encuentro que les permita complementarse. La tension se presenta entonces en la forma como los diferentes actores construyen ese “continuo” condicionado por el acceso y la movilidad entre ellos (de la Peña Astorga, 2001). Al margen de ese análisis, la tensión esta definida por el intento de la delimintación o contener lo que es visible, vacio y móvil (lo público) dentro de lo que es estático concentrado y oculto (lo privado).

4. FRAGMENTACIÓN URBANA EN RELACIÓN AL NUEVO MODO DE HÁBITAR. CONSIDERACIONES FINALES.

La gobernanza urbana que define la atractividad de proliferación de las urbanizaciones cerradas a través de la interacción de actores que influyen en ella acuerde a la trayectoria y escala del territorio donde se desarrollan; precisan, bajo ese rango, las tensiones ambiguas que se traducen en nuevas de formas de construir el hábitat; y por ende, esto consecuencia nuevos procesos de construcción de comunidad, configurados bajo los preceptos de interiorización, enclaustramiento y gobierno privado. Entonces las urbanizaciones cerradas constituyen una forma de apropiación; solo que estas son articuladas como un producto inmobiliario bajo una fuerte tendencia de autoaislamiento al pretender invertir, privatizar y delimitar las actividades sociales que tejen la vida pública; incluso con la negación del gobierno legítimo que debe velar por la proyección de la cuestión social, de modo que manifiestan un rechazo a lo urbano cuando son permisivas las actitudes individualistas que excluyen y segregan. Bajo esos preceptos, ¿cuáles son los efectos que esto tiene en los procesos de identidad a acotar en la definición del fenómeno en la ciudad? Y de igual forma ¿cómo afecta a la cultura ciudadana? A la luz del análisis de Riwilis estas formas de apropiación son una "ruptura de la forma urbana que fragmenta la ciudad construyendo fronteras físicas, institucionales y sociales." (2008: 119). Al respecto Hidalgo & Borsdorf puntualizan que “La fragmentación urbana es la respuesta de este proceso de cierre del espacio urbano que se manifiesta en la aparición de archipiélagos sociorresidenciales que tienen en la seguridad y exclusividad sus elementos distintivos” (2005: 106); esa fragmentacion debe hacer alusión a la disminución o relativa inexistencia de la relación interpersonales en el desarrollo de las funciones básicas a saber: Trabajo, formación/educación, comercio y tiempo libre. Sin embargo a niveles de fragmentación físico espacial es la formalidad cerrada que la genera no la cantidad de ellas (Janoschka & Glasze, 2003) en el espacio urbano y/o suburbano; de manera que cuestionan los juicios apresurados al definir los efectos que la implementacion de las urbanizaciones cerradas representan para el desarrollo del territorio. Lo cual significa que la medición de su “real significación” solo en posible a través de la gobernanza urbana y el contexto. ¿Qué perspectivas, además de las mencionadas, se deben abordar en el estudio de la fragmentación urbana?

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¿Se pueden determinar distintas capas de fragmentación urbana en la que se realice una constatación real de los verdaderos efectos que el fenómeno representa no solo para la estructura físico-espacial y funcional sino para la estructura socio-cultural de la ciudad? ¿Esa fragmentación real debe dar cuenta de la magnitud y calidad de las actividades y niveles de integración social que estos circunscriben de modo que se pueda determinar la verdadera desarticulación con el espacio urbano? Y por último, retomando la motivación es este estudio, ¿Cuáles son las características relevantes de estas “urbanizaciones cerradas” a referenciar en el estudio de la articulación del Hábitat y su configuración en el territorio urbano, haciendo referencia del caso en la ciudad de Barranquilla? ¿Cuál es la magnitud de este fenómeno en esta ciudad?

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