La ocupación gravetiense del Arenal de Fonseca en el río Guadalope (Ladruñán, Teruel)

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La ocupación gravetiense del Arenal de Fonseca en el río Guadalope (Ladruñán, Teruel) Arenal de Fonseca: a gravettian occupation on the river Guadalope (Ladruñán, Teruel) Rafael Domingo Pilar Utrilla Manuel Bea Grupo «Primeros Pobladores del valle del Ebro», Área de Prehistoria, Dpto. Ciencias de la Antigüedad. Universidad de Zaragoza. C/ Pedro Cerbuna, 12. 50009 Zaragoza (España) [email protected] Resumen: El Arenal de Fonseca se localiza en el tramo medio del río Guadalope, en la zona de transición entre el Bajo Aragón y el Maestrazgo de Teruel. Acoge dos abrigos con niveles postpaleolíticos y arte rupestre levantino, llamados Ángel 1 y Ángel 2. En Ángel 1 localizamos en la base de la secuencia un rico nivel gravetiense que parece responder a una única ocupa- ción datada en el 25.330 ± 190 BP. Se trata de un taller que usa un magnífico sílex negro de aporte local. La gestión del sílex puede calificarse de mediocre, con abundantes reflejados en ocasiones superados con habilidad. Los buriles, sobre truncadura y planos, parecen haber servido para la obtención de soportes aptos para la confección de microgravettes y puntas de dorso abrupto. La fauna es muy escasa y poco significativa, y no se conserva ningún elemento de industria ósea. Palabras clave: Valle del Ebro, río Guadalope, taller gravetiense, buriles, puntas de dorso. Abstract: The Arenal de Fonseca is located in the middle basin of the Guadalope, in the transition area between the Bajo Aragón and the Maestrazgo in the Teruel province. Two prehistoric rockshelters open there, Ángel 1 and Ángel 2, both of them filled with postpalaeolithic levels and the first one with Levantine rock art. In Ángel 1 we discovered in the low part of the stratigraphy a rich gravettian layer that seems to have been formed in an unique human occupation, dated 25,330 ± 190 BP. It is a knapping atelier that exploits a superb black flint from local sources. The flint management may be described as poor, with frequent reflects that occasionally have been skilfully overcome. Burins (on truncations and flat) seem to have served to obtain supports (chutes de burin) whose aim was the knapping of microgravettes and abrupt-backed points. Faunal remains are scarce and barely significant, and there was no osseous industry at all. Keywords: Ebro Valley, river Guadalope, gravettian atelier, burins, backed points. 114 Pensando el Gravetiense: nuevos datos para la región cantábrica en su contexto ... | Págs. 114-125

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La ocupación gravetiense del Arenal de Fonseca en el río Guadalope(Ladruñán, Teruel)

Arenal de Fonseca: a gravettian occupation on the river Guadalope (Ladruñán, Teruel)

Rafael Domingo

Pilar Utrilla

Manuel Bea

Grupo «Primeros Pobladores del valle del Ebro», Área de Prehistoria, Dpto. Ciencias de la Antigüedad.

Universidad de Zaragoza. C/ Pedro Cerbuna, 12. 50009 Zaragoza (España)

[email protected]

Resumen: El Arenal de Fonseca se localiza en el tramo medio del río Guadalope, en la zona detransición entre el Bajo Aragón y el Maestrazgo de Teruel. Acoge dos abrigos con nivelespostpaleolíticos y arte rupestre levantino, llamados Ángel 1 y Ángel 2. En Ángel 1 localizamosen la base de la secuencia un rico nivel gravetiense que parece responder a una única ocupa-ción datada en el 25.330 ± 190 BP. Se trata de un taller que usa un magnífico sílex negro deaporte local. La gestión del sílex puede calificarse de mediocre, con abundantes reflejados enocasiones superados con habilidad. Los buriles, sobre truncadura y planos, parecen haberservido para la obtención de soportes aptos para la confección de microgravettes y puntas dedorso abrupto. La fauna es muy escasa y poco significativa, y no se conserva ningún elementode industria ósea.

Palabras clave: Valle del Ebro, río Guadalope, taller gravetiense, buriles, puntas de dorso.

Abstract: The Arenal de Fonseca is located in the middle basin of the Guadalope, in thetransition area between the Bajo Aragón and the Maestrazgo in the Teruel province. Twoprehistoric rockshelters open there, Ángel 1 and Ángel 2, both of them filled withpostpalaeolithic levels and the first one with Levantine rock art. In Ángel 1 we discovered in thelow part of the stratigraphy a rich gravettian layer that seems to have been formed in an uniquehuman occupation, dated 25,330 ± 190 BP. It is a knapping atelier that exploits a superb blackflint from local sources. The flint management may be described as poor, with frequent reflectsthat occasionally have been skilfully overcome. Burins (on truncations and flat) seem to haveserved to obtain supports (chutes de burin) whose aim was the knapping of microgravettes andabrupt-backed points. Faunal remains are scarce and barely significant, and there was noosseous industry at all.

Keywords: Ebro Valley, river Guadalope, gravettian atelier, burins, backed points.

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El sitio y su excavación

La zona conocida como Arenal de Fonseca se encuentra en el tramo medio del río Guadalope(fig. 1); la localidad más cercana es Ladruñán, núcleo perteneciente a Castellote (Teruel). En estazona el río discurre fuertemente encajado entre grandes paquetes de calizas sujetas a plega-mientos que han generado un paisaje espectacular y muy duro (fig. 2). Devastada por el terribleincendio de 1994, la zona presentaba un paisaje de mosaico mediterráneo, con manchas dearbolado (pino y carrasca) que alterna con arbustos (boj, coscojas, aliagas) y pequeños terrenosde cultivo arrebatados a las laderas mediante vertiginosos abancalamientos. El río presenta untípico bosque de ribera con chopos y sauces, principalmente. Entre la fauna destaca la presenciade cabra montés, así como jabalí y algunos pequeños carnívoros.

Este tramo del Guadalope es conocido en la historiografía desde comienzos de los años60, cuando E. Ripoll (1961) publicó el hallazgo de diversas estaciones pintadas que se encuen-tran algunos kilómetros aguas abajo del Arenal de Fonseca, junto al embalse de Santolea. Elpropio Ripoll citó la existencia de un yacimiento musteriense que apenas sondeó, el abrigoAhumado del Pudial. De forma paralela a nuestra intervención en el Arenal, hemos trabajado

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Figura 1: Localización del Arenal de Fonseca y de los principales yacimientos gravetienses del Valle del Ebro y la cornisaMediterránea (base: www.terra.nasa.gov).

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sobre este territorio en la última década, retomando los estudios de Ripoll sobre arte rupestre(La Vacada, Martínez Bea, 2009) o sobre el yacimiento musteriense citado (Domingo y MartínezBea, 2002). Además, una monografía recoge el estudio en profundidad del abrigo del BarrancoHondo, localizado por el equipo de Amparo Sebastián, quien nos precedió en el estudio delArenal de Fonseca (Utrilla y Villaverde, 2004).

El hallazgo del nivel gravetiense puede calificarse de casual. El objetivo principal delnuestro equipo cuando comenzamos a excavar era contextualizar el arte rupestre postpaleolí-tico (Burillo, Martín y Picazo, 1991) en relación con los niveles arqueológicos previamente exca-vados por A. Sebastián y J. Zozaya a finales de los 80 y comienzos de los 90 (una revisión deconjunto en Sebastián, 1992). En sus trabajos estos investigadores documentaron diversasunidades que se podían ubicar entre el epipaleolítico macrolítico y el mesolítico geométrico.Algunas piezas sugerían, según Sebastián, la presencia de ocupaciones paleolíticas, que nopudieron ser identificadas con seguridad.

En el marco de un proyecto de investigación centrado en la relación del arte rupestrepostpaleolítico y los lugares de habitación, nuestro equipo comenzó a excavar en el abrigo deÁngel 1 del Arenal de Fonseca el año 2000, continuando en sucesivas campañas (2001, 2002,2003, 2005, 2009 y 2010). El gravetiense fue localizado en el sondeo practicado bajo la zonaexcavada por Sebastián, más de un metro por debajo del nivel más antiguo localizado. Desdesu hallazgo se ha simultaneado el trabajo en el nivel gravetiense y en los mesolíticos-neolíticos;las últimas campañas se han centrado en un segundo abrigo vecino, Ángel 2, donde han apare-cido únicamente niveles postpaleolíticos, entre ellos del Neolítico antiguo, similares a otros delMaestrazgo de Castellón (Mas Nou, Cova del Vidre).

El nivel gravetiense, llamado 10 medio, fue datado a partir de una muestra de carbón en el25.330 ± 190 BP (GrA-16.691), lo que calibrado (Hulu 2007) ofrece una fecha de 30.185 ± 290 cal.BP. Consiste esencialmente en restos líticos, la gran mayoría minúsculos fragmentos de talla, con

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Figura 2. Vista aérea oblicua del tramo del Guadalope donde se localiza el Arenal de Fonseca (base: Google Earth).

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escasísima fauna y ningún elemento de industria ósea, y aparece de forma irregular en una super-ficie aproximada de 6 metros cuadrados, en una zona del abrigo bien cubierta por la visera, yaque la roca caliza presenta una profunda oquedad que continúa algunos metros hacia el interior,en lo que parece ser una pequeña cueva cuyo fondo no hemos podido alcanzar. Se halla comple-tamente cubierta de un relleno fluvial que la ha colmatado (fig. 3).

La distancia al río, en la actualidad de unos 30 metros, y el hecho de que el abrigo sesitúe en la zona exterior, de depósito, de un meandro, singulariza este tramo fluvial. La abun-dancia de arenas y limos lo convierten en un hábitat cómodo para las gentes prehistóricas,que encontrarían un terreno naturalmente llano, libre de piedras y bien resguardado, lo quecompensaría la deficiente orientación del sitio, pues se abre al sudoeste y no recibe la luzsolar hasta mediodía. El río Guadalope tiene en esta zona un caudal escaso1, de algo menosde 3,5 metros cúbicos por segundo, con mínimos de apenas 1 metro cúbico y avenidas quehan llegado a superar los 402, probablemente las principales responsables de la acumulaciónde materiales a casi dos metros por encima de su talweg actual. Presenta un máximo decaudal entre los meses de marzo y mayo por la mayor pluviosidad primaveral, a lo que hayque añadir el aporte del deshielo, ya que nace en la sierra de Gúdar, a unos 2.000 de altitud.

En diversas campañas de prospección desarrolladas primero por el equipo de A. Sebastiány posteriormente por el nuestro se han recorrido las zonas más propicias de los alrededores delArenal de Fonseca, llegando aguas arriba hasta la confluencia del Guadalope con el Cañada yel Pitarque (zona de los Órganos de Montoro) y aguas abajo hasta el embalse de Santolea, sinque hayamos localizado nuevos enclaves prehistóricos.

Un taller de talla junto al río

Se recuperaron un total de 5.174 restos líticos, de los que un 63% eran microlascas y debris.Este alto índice indica que se trata de un lugar destinado a la talla lítica, en el que se desarrollatoda la cadena operativa. Probablemente los núcleos eran aportados al sitio apenas testados, yaque se encuentran abundantes lascas con restos de un córtex amarillento y de escaso espesor.La materia prima empleada es un sílex negro de grano fino y excelente aptitud para la talla. Lanaturaleza arenosa del sedimento ha actuado como capa protectora para la superficie lítica,

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Figura 3. Corte transversal del Arenal de Fonseca entre el abrigo de Ángel y el río Guadalope.

1 Datos del aforo de Santolea, situado a unos 7,5 km aguas abajo del Arenal de Fonseca (www.chebro.es).2 Pilar Carmona, de la Universidad de Valencia, estudió la sedimentología de los dos abrigos. Ha documentado la existen-

cia de una gran inundación, que alcanzaría los 8,5 metros de altitud sobre el cauce actual del río, y formaría el nivel 6, ads-cribible al Neolítico, de finas arenas, y el subyacente 7, de gravas, estéril. Esa inundación colmataría la zona hasta tapar enparte la figura pintada del bóvido o jabalí (Utrilla, Domingo y Martínez-Bea, 2003: 307-308).

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apenas afectada por procesos postdeposicionales. Creemos que se trata de un sílex local, ya queaparece también en el vecino enclave musteriense del abrigo Ahumado del Pudial (Domingo yMartínez Bea, 2002: 122) y se ha identificado en algunos de los trillos abandonados en eras dela zona. No hemos podido localizar las fuentes de aprovisionamiento3 de las gentes prehistó-ricas que frecuentaron esta zona; el uso de este sílex negro, casi exclusivo en este Gravetiensey en el Musteriense del Pudial, cede paso a la incorporación de otras variedades en las ocupa-ciones postpaleolíticas Arenal de Fonseca.

En lo tecnológico encontramos una fabricación sistemática de láminas que se traduce enun 16% de este tipo de piezas, de las que sólo un 10% son de gran formato. Aunque la materiaprima se halla notablemente aprovechada, no parece que el tamaño original de los nódulos desílex fuese grande. Si a esto unimos una explotación laminar no especialmente cuidada y el usogeneralizado de percusión dura, tenemos soportes laminares de modulación poco estilizada,cortos y espesos, lo que se hace especialmente patente en los que superan los 10 cm. No seadvierte, por otro lado, un proceso de preparación previa de los núcleos muy definido. Lapercusión dura como técnica de reducción de los bloques líticos está relacionada con la escasapreparación del plano de percusión y condiciona la modulación de los productos del lascado,generando elementos «poco rentables» desde el punto de vista de la explotación óptima de lamateria prima. No parece, sin embargo, que esto fuese un condicionante para las gentes prehis-tóricas que frecuentaron este tramo del río Guadalope.

La gestión de la talla es algo deficiente, pues hay un número alto de reflejados que indicanpoca precisión en el mantenimiento de un perfil adecuado en el plano de extracción. Sinembargo, este aire descuidado obedece probablemente más a falta de interés por realizar unproceso de talla «perfecto» que a una carencia de habilidad por parte del tallista, ya que algunosde esos reflejados han sido eliminados a continuación con bastante destreza.

Creemos que la ocupación gravetiense del Arenal de Fonseca fue una única estancia,breve, en la que se realizó una secuencia de talla lítica completa (desde el primer desbastadode la materia prima hasta la fabricación de útiles, algunos de los cuales fueron abandonados enel sitio). Hemos podido llevar a cabo diversos remontajes; en algunos las piezas remontadasproceden de cotas separadas por más de 30 cm, es decir, prácticamente el espesor máximo dela capa gravetiense (que apenas supera los 40 cm en algunos lugares). La distribución espacialde los restos líticos (fig. 4) parece apoyar esta idea.

Las isodensidades de los restos líticos adoptan una clara disposición semicircular, que nosindicaría que el tallista debió de sentarse para la tarea mirando hacia el sudoeste (como se veen la propuesta de la figura 4), con su espalda hacia el interior de la cavidad. De este modorecibiría la luz natural, aprovechando la deficiente orientación del sitio.

En cuanto a los elementos retocados, no son en absoluto abundantes, hecho que confirmala brevedad de la ocupación. Recuperamos durante las excavaciones 12 buriles, la mayor partesobre truncadura, alguno plano y uno compuesto con retoque de raspador en el extremoopuesto; además, un raspador nucleiforme y 19 piezas con dorso, 6 de las cuales son puntasde La Gravette claras y una podría clasificarse, con dudas, como punta de Vachons. El resto sonfragmentos que quizá respondan a accidentes en la fabricación de puntas. Es de destacar quela sección de la mayor parte de los dorsos es triangular. Probablemente las láminas obtenidasmediante percusión dura, anchas y espesas, no eran apropiadas para fabricar puntas de tipogravetiense, que requieren un módulo mucho más estilizado (evidente además desde un puntode vista balístico). Por ello las gentes que ocuparon el Arenal de Fonseca recurrieron al empleo

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3 El doctorando L. M. García Simón está realizando el estudio petrológico de este material.

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de recortes de buril como bases para la talla de la mayor parte de las puntas de dorso. Estoselementos cumplen todos los requisitos de modulación esbelta que requieren los proyectiles.En la figura 5 vemos dos de esos ejemplares: el de la izquierda sobre un recorte de buril reto-cado; el de la derecha presenta una fractura en la zona media producida con seguridad duranteel proceso de retoque de la pieza, posiblemente al tratar de eliminar el abultamiento del lateralretocado. Es patente que el proceso de retoque fue abandonado, pues faltan por acondicionarlos extremos distal y proximal.

La explotación de los núcleos es, como hemos apuntado, relativamente mediocre, concierta abundancia de reflejados, que sin embargo han sido solventados con habilidad, prosi-guiendo la tarea bien mediante ataques laterales o bien mediante la habilitación de un segundoplano de extracción, convirtiendo el núcleo en bipolar (fig. 6). Se advierte en un par de núcleosde láminas que las últimas extracciones realizadas estaban indudablemente abocadas a la apari-ción de reflejados, en algunos casos de apenas dos o tres cm de longitud máxima. Esos refle-jados, además, no podían superarse sino mediante prolijas operaciones de mantenimiento, quehubieran reducido el tamaño de los núcleos de tal modo que probablemente les habría hechoperder valor para los tallistas gravetienses. Podemos estar, por tanto, ante una última percusiónsin un propósito tecnológico claro, que en la práctica inhabilita al núcleo como elementoproductor en caso de una necesidad futura.

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Figura 4. Dispersión espacial de los restos líticos del taller gravetiense del abrigo de Ángel 1 en el Arenal de Fonseca. Lafigura del tallista sentado es una propuesta de su ubicación a partir de la distribución y de la topografía del abrigo.

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Figura 5. Dos de las puntas de dorso recuperadas en el Arenal de Fonseca.

Figura 6. Cinco vistas de un núcleo de láminas remontado.

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En el ejemplo de la figura 6 establecemos cinco momentos sucesivos de extracción de láminas: la explotación del núcleo alternó los dos planos, extrayendo en primer lugar dosláminas desde un extremo (plano A) y dos desde el opuesto (plano B); las últimas láminasobtenidas no intersectan, por lo que no podemos deducir el orden de trabajo, aunque nueva-mente se recurre a los dos planos de percusión. Las láminas 1 y 3 y el propio núcleo aban-donado proceden de la semitalla 607-615; las láminas 2, 4 y 5 de la semitalla superior, de600 a 607. Esta ausencia de orden estratigráfico apoya la idea de que todo el proceso seprodujo en una única ocupación de duración breve, que posteriormente fue rellenada poracumulaciones de arenas y limos del río.

La figura 7 es aún más explícita en este sentido. Llama la atención la irregular calidad delas láminas obtenidas, aunque en este caso se trate de productos semicorticales; la extracciónnúmero 4 es uno de los reflejados descritos. Nótese la amplitud estratigráfica: hay más de 20cm de diferencia entre las láminas 2 y 4 por un lado y la lámina 1 y el propio núcleo por otro,lo que confirma la unidad del paquete estratigráfico.

La mayor parte de los buriles (fig. 8) son nucleiformes (el n.º 1 es el más evidente) y sobretruncadura cóncava, frecuentemente oblicua (especialmente 3, 4 y 5). En un caso (número 3)hemos localizado el recorte de buril. El empleo de estos recortes para fabricar puntas de dorsono es raro en el gravetiense, citándose en Tapia et alii (2009: 106) para el campamento al airelibre de Ametzagaina o en Guillermin (2006: 83) para el yacimiento francés de Les Fieux, dondeparece ser infrecuente. Villaverde y Román (2006: 442) describen el significativo empleo deláminas y laminitas de cresta unilateral en los niveles XV y XVI de Cendres para la fabricaciónde puntas de La Gravette y microgravettes; sospechamos que alguna de ellas pudiera ser iden-tificada como recorte de buril, con el característico retoque regularizador de la arista, quegenera morfologías similares a las de las crestas parciales. En cualquier caso, el dorso enmas-cara en parte los gestos técnicos precedentes, por lo que la clasificación de un soporte comolaminita de cresta unilateral o recorte de buril no deja de ser subjetiva. Por último, M. Aguirre

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Figura 7. Remontaje de un núcleo de láminas.

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(com. pers.) confirma la existencia en contextos gravetienses del Cantábrico occidental de estetipo de aprovechamiento de restos de talla como soportes de puntas de proyectil.

Por lo que respecta a la fauna, es extremadamente escasa y en mal estado de conserva-ción (probablemente por la acción desecante de la arena fluvial). Sólo pudimos recoger tres

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Figura 8. Buriles del taller gravetiense.

huesos no reconocibles, cinco conjuntos de esquirlas óseas y un fragmento de diente, proba-blemente de cabra, animal que como hemos visto sigue presente entre la fauna más habitualdel entorno. Están ausentes por completos los elementos de industria ósea.

Contextualizando el Gravetiense: el valle del Ebro y la costa levantina

La importancia del Arenal de Fonseca se halla en su contribución a la comprensión del pobla-miento en el Ebro durante el Paleolítico superior inicial, aún deficientemente conocido por larelativa escasez de hallazgos. Revisaremos a continuación algunos de los sitios de territoriosvecinos que pueden ayudar a contextualizarlo.

En la zona de cabecera de la cuenca del Ebro el yacimiento más destacado es el notabletaller al aire libre de Mugarduia Sur, cuya datación mediante TL sugiere un rango para su ocupa-ción entre el 20.000 y el 25.000 BP (Barandiarán y Cava, 2008: 16), es decir, algo posterior a lafecha que poseemos del abrigo de Ángel. Basado en la explotación del sílex de Urbasa, entresus más de 70.000 restos se citan más de 2.000 retocados, de los que medio centenar son puntasde dorso, muchas de las cuales responden al morfotipo de punta de La Gravette. Parece un casoclaro de visitas reiteradas a un mismo enclave aprovechando la abundancia de materia prima,muy distinto al modelo de ocupación breve y única del Arenal de Fonseca. Se han podidoreconstruir al completo las cadenas de talla, identificando áreas de desbastado, de extracciónlaminar, de retoque… En la zona oriental de Navarra se localiza el abrigo de Zatoya, con ocupa-ciones magdalenienses en sus niveles más destacados y restos de un Paleolítico superior inicialen el nivel IIbam cuya datación (28.870 + 760/-690 años BP; GrN-23.999) y materiales noterminan de ser significativos; los autores (Barandiarán y Cava, 2008: 19) describen el cortonúmero de restos tallados (26 en total) y de industria ósea, que presentan rasgos tanto auriña-cienses (carenados) como gravetienses (algunos de los buriles), por lo que su atribución culturalqueda sin determinar. En el límite septentrional de Navarra, ya en vertiente Atlántica, se abre lacueva de Alkerdi, donde Barandiarán y Cava (2008: 20 y ss.) han recuperado un conjunto lítico(nivel 2) con presencia de puntas de la Gravette y buriles de Noailles, así como una azagaya desección cuadrada y restos de fauna terrestre y marina, además de un molar humano. Su fecharadiocarbónica coincide con el conjunto material localizado: 26.470 + 530/-490 (GrN-20.322).Otros conjuntos menores de la zona noroccidental de la cuenca del Ebro son los de Coscobilo,junto a Mugarduia sur, del que únicamente quedan colecciones antiguas entre las que secuentan algunos buriles de Noailles, y los yacimientos de superficie de Pelbarte y Prado. Elprimero se halla cerca de Coscobilo, y se relaciona con la explotación de sílex de Urbasa; elsegundo, medio centenar de km al Oeste, parece aprovechar los afloramientos de Treviño.Ambos carecen de dataciones pero ofrecen materiales de clara filiación gravetiense, casocontrario al de Fuente del Trucho, en el Prepirineo central, donde el radiocarbono (Utrilla et al.,2010: 40) indica una presencia gravetiense en torno al 22.000-20.000 BP no atestiguada mate-rialmente con claridad en el revuelto nivel superopaleolítico excavado en 2005.

A unos 20 km al sur del Arenal de Fonseca, en pleno Alto Maestrazgo turolense, se loca-liza el abrigo de Los Toros de Cantavieja. Presenta reiteradas ocupaciones en un contexto deserios problemas de deslizamientos del terreno que han revuelto la secuencia. El nivel a2presenta materiales claramente superopaleolíticos (raspadores sobre lámina y dobles y hojitasy puntas de dorso) sin que sea posible aquilatar su adscripción tardía (Magdaleniense) oantigua (Gravetiense). Sendas muestras de carbón y hueso respectivamente han dado fechasválidas para ambos periodos, un Gravetiense antiguo (27.770 ± 180 BP, GrA-29.140) y unMagdaleniense inferior (14.410 ± 70 BP, GrA-27.867). Una tercera fecha de este nivel desli-zado, 30.940 + 240/-220 BP, sugiere una perduración tardía de la ocupación musteriense eneste entorno.

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Por lo que se refiere a la costa mediterránea (últimas revisiones en Fullola et al., 2007, yVillaverde et al., 2007-2008), son numerosos los yacimientos que presentan niveles, datados ono, con materiales claramente gravetienses. Ciertamente, la zona más próxima al Arenal deFonseca, el Maestrazgo de Castellón, no ha entregado hasta el momento ningún hallazgo deesta época, debiendo desplazarnos hacia el norte (interior de Gerona y de Barcelona, especial-mente el grupo de Serinyà) o hacia el sur (serranías de Valencia y Alicante, con los enclavesclásicos de Cendres, Parpalló o Malladetes) para encontrar ocupaciones contemporáneas. Si algotienen en común estos lugares es que, en general, se trata de grandes sitios con notablessecuencias estratigráficas, entre las que se insertan niveles gravetienses. En algunos las ocupa-ciones se circunscriben al Paleolítico superior (Reclau Viver o Parpalló), mientras que en otrosencontramos incluso capas musterienses (Arbreda o Beneito). El gravetiense mediterráneo secaracteriza, entre otros aspectos, por la alta proporción de microgravettes (según Román yVillaverde, 2006, por las características de la materia prima lítica disponible) y por variadosíndices industriales en lo que se refiere a raspadores, buriles, piezas astilladas, piezas conretoque continuo y utillaje microlaminar, que no se pueden explicar en exclusiva por diferen-cias cronológicas; probablemente la adaptación funcional de los sitios condiciona el repartotipológico. Como hemos visto, la escasísima industria retocada del Arenal de Fonseca dificultacualquier aproximación en este sentido, aunque resulta sugerente, dentro de la pobreza mate-rial, el dominio de los buriles (planos y sobre truncadura) sobre los casi ausentes raspadores(de los que únicamente pudimos reconocer un ejemplar de tipo nucleiforme y un dudoso enel extremo opuesto de un buril). Este carácter, atribuido tradicionalmente al gravetiense másmeridional (Bajondillo, por ejemplo), parece reproducirse en los enclaves de la región medite-rránea central (nivel XV de Cendres y 6 de Beneito), donde Villaverde et al. (2007-2008: 453)contemplan un marcado descenso en la cantidad de raspadores, que atribuyen más a la funcio-nalidad de los sitios que a una supuesta evolución cronológica del tecnocomplejo, que calificande notablemente estable.

Conclusiones

El mayor interés del enclave que aquí tratamos reside en la constatación de la presencia degrupos gravetienses en este territorio, interior y abrupto pero muy vinculado a la costa medite-rránea; es, por el momento, la presencia del hombre moderno más antigua de Aragón. Su data-ción se sitúa entre las más antiguas de la zona mediterránea, en consonancia con Cendres XVICy Malladetes inferior, en Levante, o de Nerja V-12a (esta última con un error estadístico exce-sivo), en Andalucía. Como hemos visto, la formación de este yacimiento debería ser atribuida auna visita breve por parte de los grupos de cazadores gravetienses que se extendieron tempra-namente por la costa mediterránea. Pese a lo abrupto del territorio, el acceso desde la zonacostera es sencillo por los ríos Bergantes y Mijares. En este sentido, la ausencia de buriles deNoailles, común a todo el complejo gravetiense de este territorio, y el dominio de los burilessobre los raspadores, vinculan aún más fuertemente la ocupación con el mundo levantino y másconcretamente con la región central de la cornisa mediterránea peninsular. No parecen existirelementos en común con las ocupaciones gravetienses de la zona vasco-navarra, mucho másvinculadas a la región sudoeste francesa, donde sí aparecen de forma sistemática esos burilesde Noailles.

Queremos agradecer al Museo de Altamira y al comité organizador el excelente tratodispensado durante el Coloquio. Este trabajo se enmarca en el Proyecto de Investigación minis-terial «Repensando viejos yacimientos... Ampliando nuevos horizontes» (HAR 2011-27197)), asícomo en el Grupo de Investigación H-07 «Primeros Pobladores del Valle del Ebro» del Gobiernode Aragón.

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Bibliografía

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La ocupación gravetiense del Arenal de Fonseca en el río Guadalope (Ladruñán, Teruel)