La escuela sin Dios

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JULIÁN GONZÁLEZ TORRES La escuela sin Dios Apuntes para una historia de la educación laica Prólogo de Patricia Fumero

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JULIÁN GONZÁLEZ TORRES

La escuela sin DiosApuntes para una historia de la educación laica

Prólogo de Patricia Fumero

D. R. © 2014 Julián González TorresD. R. © 2014 UCA Editores

Título originalDel ciudadano católico al ciudadano laico. La escuela pública primaria y la formación de los futuros ciudadanos. El Salvador 1824-1890en http://www.uca.edu.sv/filosofia/admin/files/1341957152.pdf

DirecciónAmparo Marroquín

EdiciónClaudia Hernández

Corrección de pruebasJosé Jiménez Santillana

Fotografías Biblioteca Nacional “Francisco Gavidia”Biblioteca “P. Florentino Idoate, S.J.”Archivo General de la Nación

UCA EditoresUniversidad Centroamericana “José Simeón Cañas”Apartado postal 01-575San Salvador, El Salvador, CentroaméricaTeléfono y fax: (503) 22 10 66 [email protected]

1.a edición 2014

Derechos reservados. Prohibida la reproducción parcial o total de esta obra, por cualquier medio, sin la autorización escrita de UCA Editores. P 2014

370.19 G643e González Torres, Julián La escuela sin Dios : apuntes para una historia de la educación sv laica / Julián González Torres. -- 1ª ed. -- San Salvador, El Salv. : UCA Editores, 2014.

220 p. ; 21 cm. -- (Colección estructuras y procesos. Serie mayor 36) ISBN 978-99923-59-89-1

1. Educación-El Salvador--Aspectos sociales. 2. Sistema educativo- Desarrollo histórico. 3. Iglesia-Estado. I. Título.

Índice

PRÓLOGO

Una visión renovada de la educación en El Salvador .... 9Punto de giro ....................................................................... 15CAPÍTULO 1 La ruptura silenciosa ...................................................... 21CAPÍTULO 2 El orden precedente ........................................................ 49CAPÍTULO 3 Dios fuera de la escuela .................................................. 83Epílogo .................................................................................. 121Notas .................................................................................... 123Bibliografía ........................................................................... 141

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PRÓLOGO

Una visión renovada de la educación en El Salvador

La transición hacia la laicización de la sociedad fue un fenómeno que estuvo presente a lo largo de América Latina en las últimas décadas del siglo XIX y presentó especificidades propias en cada contexto histórico. La escuela sin Dios. Apuntes para una historia de la educación laica lo analiza como un proceso que inicia en las postri-merías de la independencia, se consolida a partir de las reformas liberales de la década de 1870 y construye el imaginario de la nación en el sistema educativo salvado-reño. Así, el nombre de Julián González Torres se suma a una tendencia en curso de estudiosos de la historia de la educación y su papel en los procesos sociopolíticos, como Ileana Muñoz García, Isolda Rodríguez Rosales, Astrid Fischel Volio, Héctor Lindo-Fuentes, Ivan Molina Jimenez, Steven Palmer y Emilie Mendona, entre otros.

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La investigación de Julián González a este respecto permite ampliar la visión de lo ocurrido en el istmo y comprender las experiencias salvadoreñas en parti-cular, pues da luces sobre la ampliación de un sistema educativo a través del cual se buscaba ofrecer otras oportunidades al pueblo, un concepto que entonces no incluía a las mayorías indígenas. Muestra la manera en que los reformadores de fines del siglo XIX procuraron crear un ciudadano cuyas prácticas se cimentaran en el paradigma de la modernidad, un paradigma occidental y secular basado en el progreso, la ciencia, la lógica y la razón.

También permite comprender el desarrollo de la cultura política, los procesos de formación ciudadana y la identidad nacional, pues aborda la ampliación a causa del crecimiento demográfico y urbano, la diversificación en el espectro de oficios y profesiones, y la formación política de la ciudadanía.

Con ese propósito, el autor organiza el libro en tres capítulos que dilucidan el cambio en el concepto del “buen ciudadano” que fue gestado durante el proceso de laicización a partir de la década de 1870 en El Salvador. Lo hace dentro del loable esfuerzo sistemático que la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” (UCA) realiza para difundir la labor académica produ-cida en sus aulas y ponerla al alcance de la ciudadanía. Así, despliega frente a nosotros, con sencillez, la forma en que la sociedad salvadoreña lidió con la reforma educativa, empezó a secularizar su sociedad y cons-truyó un imaginario y una lealtad asociados al Estado-nación. Nos deja trazado el camino recorrido por los liberales salvadoreños para cambiar el sistema de valores centrado en el cristianismo por uno dominado por los valores laicos, gracias a un sistema educativo en vías

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PRÓLOGO

de secularización que promovía y difundía esas nuevas visiones de mundo. De allí lo fundamental del análisis del proceso que hace el autor, quien explica y muestra la forma en que el producto final fue un ciudadano laico y salvadoreño, lo que a su vez permite hacer compara-ciones entre los procesos de secularización y alfabetiza-ción en Latinoamérica.

El trabajo de Julián González trae a discusión, además, la necesidad de estudiar en profundidad la historia social y política del niño y la construcción de la niñez como una etapa del desarrollo de los seres humanos. Sobre este último punto, el texto brinda luces acerca de la forma en que el sistema educativo fue delineando dicha etapa a partir de la creación de un espacio de socializa-ción y de control del cuerpo (la escuela), y del control del sujeto fuera del núcleo familiar al que se refiere Foucault en su Nacimiento de la biopolítica: Curso en el Collège de France (1978-1979). El autor muestra cómo la reforma educativa promovió cambios en el modelo de dominación y en el sistema de valores al motivar el trán-sito hacia la modernidad y cómo los estados nacionales establecieron mecanismos y técnicas sobre lo social para administrar las vidas de sus ciudadanos.

El argumento del autor tiene como base el estudio de programas y libros de texto utilizados por el estudian-tado y la formación política que se le daba a ese futuro ciudadano. Sostiene que el efecto de la biopolítica en los niños se manifiesta en el sistema educativo y que la educación católica —orientada a predicar bondades y el amor de Dios— también tenía como objetivo el someti-miento del cuerpo del niño. Además, expone la estrategia del Estado —en su lucha por un espacio público— de someter las pasiones del individuo a través de esa insti-

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tución disciplinante que es la escuela hasta llegar, luego de varias décadas de trabajo, a la reconfiguración de las relaciones sociopolíticas y la redefinición de conceptos como política, cultura, sociedad y religión/religiosidad.

El libro brinda luz sobre la forma en que Estado e Iglesia dirimieron sus conflictos en el campo de la educación. Muestra que, una vez que los futuros ciuda-danos comprendieron y cambiaron su sistema de valores y su concepción del orden trascendente, algunos estu-vieron dispuestos a luchar por la nación, a hacer sacri-ficios personales y económicos y a cumplir con las leyes (obediencia y control), todo por la madre patria. Para eso, González se basa en la propuesta de Max Weber sobre la importancia del tipo de poder y la fórmula de dominación utilizada para analizar la dominación hierocrática administrada por el Estado y coincide con Antonio Guerrero Serón en que estas garantizaron el orden que impone la cultura dominante a través de la coacción psíquica.

Muestra que el sistema educativo posibilitó la crea-ción de una red importante para conocer los detalles de la vida cotidiana de los futuros ciudadanos a través de la creación de escuelas públicas que brindaban, en algunos casos, información detallada de los poblados. No obstante, deja claro que el sistema educativo salvado-reño del siglo XIX enfrentó problemas vinculados con la falta de financiamiento, la infraestructura (edificios adecuados), la débil preparación de sus profesores y el interés por parte de algunas familias en la educación de sus hijos e hijas.

Por lo pronto, La escuela sin Dios se constituye en un aporte de fundamental relevancia, no solo para comprender el desarrollo histórico de la educación en

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PRÓLOGO

El Salvador, sino para promover los estudios compa-rativos con el resto de Centroamérica. Evidencia la necesidad de comprender claramente la dinámica de la construcción imaginaria de la nación en las aulas y la sistematización de los datos sobre procesos particulares (la alfabetización por género, etarios, etnia y espacios urbanos y rurales), de rescatar datos que harán visibles las diferentes dimensiones de la experiencia educativa de El Salvador, así como los límites en la difusión de los valores positivistas y la exclusión de las mayorías de la ciudadanía y su ejercicio.

Patricia FumeroUniversidad de Costa Rica

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Punto de giro

En la época en que la modernidad construía saberes, forjaba prácticas y rediseñaba poderes en el mundo, en Centroamérica el concepto de soberanía popular y el conjunto de las libertades modernas coexistían con la idea antigua de que solo la religión forma al buen ciudadano y a la persona de bien. Frente a Estados que tenían un pie en el mundo colonial y otro en el moderno, los reforma-dores liberales se propusieron como proyecto forjar en las escuelas públicas —hasta entonces católicas— un tipo de ciudadano laico, un individuo cuyas prácticas cívicas tuvieran como guía una razón autónoma, científica, abierta y tolerante, una persona que fuera capaz de tomar distancia crítica del discurso religioso y que comprome-tiera su racionalidad cívica con políticas estatales desti-nadas a potenciar y ensanchar el bien público.

En El Salvador, el proceso de laicización del Estado fue iniciado por el mariscal Santiago González, líder del golpe de Estado que derrocó a Francisco Dueñas en 1871. Como parte de su plan secularizador, González no eliminó el catecismo católico, sino que introdujo en las

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escuelas un segundo catecismo: el político. Al igual que el católico, ese nuevo texto escolar contenía principios, mandatos y explicaciones teóricas que enseñaban cómo alcanzar la felicidad, pero no en la otra vida, sino en esta y aquí en la tierra.

La iglesia católica no se opuso a la nueva asignatura puesto que se conservaba la enseñanza del credo cató-lico en las escuelas del Estado y porque las relaciones del gobierno de González con la jerarquía católica estaban marcadas por la diplomacia. Pero, en la medida en que las políticas laicas se recrudecieron, las relaciones entre el Gobierno y la Iglesia se tornaron beligerantes. Hubo tensiones y conflictos durante el último año del gobierno de González que concluyeron en el destierro del obispo de San Salvador y de su curia.

Esta historia que, a mediano y largo plazo, sería crucial para el proceso de separación del poder religioso y el poder político, inició con una ruptura silenciosa.